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ESCBlTOS POLlTICOS


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Cokcclon complel. , ce.....g.,,". 0.."""'''. POto el .uloto.


Impeentad. l. Sociedad de OperarJolI del mllllJo Arte, calle del Factor, riúru.9.






11ITRODUCCIOll.


EN momentos de cansancio y disgusto todos condenan el habla.' de po-
lítica, pero nadie habla de otra cosa; y es que la política nos interesa á
todos porquc se roza con todo. No hablemos de política; sea en buen
hora; mas ha de ser con la condicion de encontrar materias exentas. Los
asuntos religiosos se resienten de la política; tcstigo la historia de Jos
últimos anos: las ciencias y la literatura se resienten de la política; testi-
gos , á mas de otras cosas, los planes y reglamentos quc varían con los
ministerios: la agricultura , la industria y el comercio se resienten de la
política; testigos las chispas de guerra civil, las cuestiones de aranceles,
la inseguridad de los capitales, la bolsa: las diversiones públicas se re-
sienten de la polílica; testigos el teatro y hasta la plaza de toros: la tran-
quilidad pública se resiente de la política; testigos los hechos: I~ p3Z do-
méstica se resiente de la política; testigos los espiados, los encarcelados,
los deportados; testigo la zozobra de los medrosos que no pasan una noche
sin sonar qne oyen el tambor de la milicia nacional.


Si los políticos fuesen una academia de aficionados que se solazaran
discutiendo, bien podriamos olvidarlos; pero ocupan alternativamente
las sillas del mando, disponen de la fuerza pública, resuelven altas cues-
tionesque afectan á lo actual y á lo venidero, imponen tributos, y lo que
es mas, los recaudan"; no es dable prescindir de lo (Ille hacen y dicen,
porque á todos nos tocan sus obras y palabras. «No quiero pensar en
pclítica:» asi hablan algunos; pero la dificultad está en que los sucesos
os forzarán á ello; si el edificio arde, no vale el permanecer tranquilo en
un departamento imitando al literato, á quien avisaron de que había fuego
en la casa, y respondió muy sereno: «lecldselo á mi muger, ella es la que
cuida de los asuntos caseros.»


Pero bien, se replicará: ¿de qué sirve el ocuparnos de cosas que no
tienen remedio? De todos modos la nación se pierde; lo mejor es resignar-
se. Esto seria tolerable si la nacion pudiese morir; el desamparar á un
enfermo aunq!le desahuciado, es cruel, pero al fin se concibe como un
acto de desesperacion; mas la Espana no se muere, ni se puede morir;
las naciones no tienen el consuelo de morirse cuando quieran; la EspaiH\




·se halla en tales circunstanc-ias ,intelectuales, morales y topográñcas,
que si hubiese de llegar undia tan desventurado en que pudiera desear la
suerte de la Polonia, en vano invocaria la muerte, estaria condenada
como Prometeo á sufrir el tormento de la vida.


Pero no se entristezca el lector : semejante caso no llegará: este no es
un pais privado de esperanza, siquiera digan 10 contrario no pocos de los
mismos que nos han conducido al estado aetuá1.No es estraño que no
tengamos órden y sosiego; lo estraño es, cómo no son mucho mayores
los trastornos: al pueblo qne mas adrnireis, colocadle por nn momento
en nuestras circunstancias, y los acontecimientos serán indudablemente
mas deplorables que los que vemos en España. Séame permitido abste-
nerme de una reseña: basta la,indicación: el lector reflexionará.


El ocuparse mucho de política suele ser para los pueblos un mal grave;
pero cuando atraviesan una revolucion , este mal es necesario: tampoco
es bueno para la salud el pensar mucho en las enfermedades; pero si ator-
mentan, y ponen en peligro Ia vida, ¿cómo evitar el ocuparse de ellas?
Ademas , no es fácil que los pueblos salgan de semejante malestar, mien-
tras les falte el conocimiento del orígen, naturaleza y remedio de sus ma-
les; una opinion pública, fija, cabal, exacta sobre la verdadera situación
de las cosas. Si antes la hubiésemos tenido, antes habríamos mejorado;
y si actualmente se puede tener alguna esperanza, es porque esta opínion
existe, y mayor de lo que se cree. ¿Dónde esta? ¿por qué no se manifiesta?
porque necesita circunstancias a propósito; dejad que algun acontecimiento
las produzca, y palparéis el resultado. Por de pronto se puede asegurar
IJue si se repitieran sucesos análogosá los de años anteriores, el desenlace
seria muy diferente: los manifiestos no serian tan eficaces' como en otras
épocas; los que creen que nadie aprende nada y que siempre se pueden
repetir los mismos dramas, esperimentarian que hay en el pais un pensa-
miento mas independiente de lo que ellos se figuran. El público es mas
ilustradoque antes: los actores célebres no deben olvidarlo; se conoce el
valor de las cosas, 'v sobre todo el de los hombres; si se diesen nuevas fun-


,J


ciones, podrían acabar por silbidos.
Para los trabajos políticos es una prueba dura el ser publicados en co-


lección : y cuenta que aqui se prescinde, de mérito literario, se trata úni-
camente de la verdad y del acierto: ¿qué importa un poco mas ó menos de
alino, cuando está de por medio lo mas grande y sagrado de la sociedad?
Un escrito politieo escita mas interés, si versa sobre un asunto del mo-
mento; pel'O el grado de interés no es el mejor barómetro: se le juzga con
mas tino leyéndole cuando las circunstancias han cambiado : Jos faltos de
verdad ganan CQn el olvido. ¿A qué ir mas lejos? si fuera posible reunir en
eoleccion 10 mas notable que se ha dicho y escri to desde 1845. [cuántos
tendrian que bajar los ojos, abrumados de vergüenza!


1\Ial11'10 27 de l\hyo de 1847.




CONSIDERACIONES POLÍTICAS
SOBRE


Elle OpÚICU!O le escribióal terminarse la guerra civil; y le impri-
olió eu Barcelona. en Agosto de 184-0.


PROLOGO.


Cuando las pasiones rugen eO\1 feroz bravura,
cuando los partidos se disputan la arena con tan-
to encarnizamiento, difícil es que puedan hacerse
escuchar, ni siquiera oir, los templados acentos de
la razon é imparcialidad. Esta consídcracíon me ha
hecho caer repetidas veces la pluma de la mano, y
hubiera sucumbido ai desaliento, á no reflexionar
que mi escrito tenia un mérito que nunca deja de
producir buen efecto, porque ejerce poderoso as-
cendiente sobre el entendimiento v el corazon:
este mérito consiste en' ser la sencilla espresion
de convicciones profundas, el eco fiel de senti-
mientos generosos y puros.


Quien se complazca en denuestos contra las per-
sones y en calificaciones odiosas de las opiniones,
no lo busque aqui: yo respeto demasiado á los
hombres para que me atreva á insultarlos, y sé
contemplar con serena calma el vasto círculo en que
giran las opiniones, porque no tengo la necia presun-
cion de que puedan ser verdaderas solamente las
mías. No es esto decir, que en medio de opiniones
dignas de respeto, no veacstravíos lamentables , y
hasta monstruosos delirios; mas en tal caso abor-
rezco el error, no al que yerra, y me inspiran
eompasion , el estraviado y el delirante.


Como no me propongo escribir una historia, ni
siquiera un resúmen, y si únicamente presentar
algunas reflexiones que me ha sugerido la atenta
observacion de -nuestras vicisitudes; no me veré
precisado por lo eomun, á descender al exámen
de hechos particulares, terreno donde tan dificil es
caminar por el sendero de la verdad, sin que se
den por ofendidas personas determinadas; ora sea


porque se las haya de presentar como culpables. si
no se quieren vulnerar los derechos de la razón y
de la justicia; ora porque habiéndose de poner en
claro su falta de tino ó de prevision, haya de sen-
tirse lastimado su amor propio .


.Estraño á todos los partidos, y exento de odios
y rencores, no pronunciaré una sola palabra que
pueda escitar la discordia, ni provocar la venganza;
y sea cual fuere el resultado. de tantos vaivenes
como agitan á esta nacion desventurada, siempre
podré decir cou la entera satisfaccíon de una con-
ciencia tranquila: «no has pisado el linde prescrito
por la ley, no has exasperado los ánimos, no has
atizado el incendio, no has contribuido á que se
vertiera una gota de sangre, ni á que se derramára
una sola lágrima. J


CAPITULO l.
~o~


Tenemos ya la paz, es decir, que ha ce-
sado ya la efusión de sangre; pero la ver-
dadera paz, aquella paz en que ala sombra
del imperio de la ley, y bajo el benéfico in-
flujo de una política elevada, lcal, cuerda y
previsora, se reparan las grandes injusticias,
se protegen los intereses legítimos, se cal-
man las pasiones, se concilian los ánimos,
borrando de esta manera la sangrientahuella
de la discordia, asentando sobre firme y an,
churosa basa el sosiego de la nacion, y der-
ramando la semilla de su prosperidad y gran-
deza; esta paz, esta verdadera paz, ¿la ten-
dremos?


Fatigado el corazon con tan larga cadena
de infortunios, y lastimado con tantos pa....
decimientos , .como que busca un instante
de reposo y consuelo, abriéndose de buen
grado á lisonjeras esperanzas; pero la mente
recordando tan amargos desengaños, tímida
y suspicaz á fuerza de escarrnientos, da en
torno de sí una escudriñadora mirada" re-·
cuerdalo pasado, compáralo conlo presente.
y cotejando tiempos con tiempos. hombres




-6-
con homhres, cosas con cosas, deslinda y nas, sus palabras falaces, y sus medios ale-
aprecia sus semejanzas y sus diferencias, es- ves; y para colmo de infortunio, merced á
forzándose por penetrar en la oscuridad del tan recios sacudimientos como ha sufrido la
porvenir. Y este ¿cuál será? ¿qué esperanzas nacion por espacio de siete años , cuanto
nos alientan? ¿tlué peligros nos amenazan'? ahriga de mas abyecto y dañinola sociedad,
¿tIllé males nos aquejan? ¿qué circunstan- sobrenada ahora en su superficie, como en
cías nos rodean? tiempos calurosos hormiguean en un lag9


.Meditemos profundamente sobre nuestra cenagoso y revuelto enjambres de reptiles y
situacion, sin hacernos gratas ilusiones que de insectos.
se disipen en hreve ; conozcamos á fondo La razón, de acuerdo con la espericncía,
nuestros males , los que no pueden ser re- ha puesto fuera de duda las grandes venta-
mediados si no son conocidos; pero guar- jas , mejor diremos, la necesidad de la suce-
démonos también de exagerarlos, y de es- sion hereditaria en las monarquías; pero este


,parcir de esta manera el desaliento y la d.e-. eseelente sistema adolece por desgracia de
sesperacion. El corazon del hombre necesita un achaque gravísimo, V que no es posible
resortes, y en medio del infortunio es pode- evitar de ninguna manera ; que en las cosas
roso resotte la esperanza; y si todos los humanas no cabe perfeccion cumplida, ni es
hombres de bien llegasen á perderla ¿qué dahle alcanzar grandes bienes sm tropezar
sería de nosotros? al propio tiempo en considerables inconve-


Pero qué, se me. dirá, ¿soflais todavía en nicntes : hablo de las minorías.
un porvenir de ventura? Treinta afias de Durante este espacio, que aun en las épo-
calamidades i.no bastan pf\ra desalentar al cas tranquilas en que las sociedades recor-
hombre mas animoso? Aesto responderé que ren derroteros bonancibles, es siempretra-
;'i la sociedad española no ha de perecer, su bajosopara las naciones, sirve de medio para
reorganizacion es una necesidad, y una ne- evitar, ó al menos disminuir los males, todo
cesidad de un modo ú otro se satisface. Por cuanto contrihuve á que se acerque á la rea-
lo domas nadie se figure que yo sueño en lidad la respetable y necesaria ficcion legal
un porvenir venturoso, y que vengo á pre- de que el trono está ocupado, cuando en
sentar un cuadro agradable , llenando de rigor podria decirse que se halla vacante.
falsedad su 'fondo, y deslumbrando la vista De esta manera se alcanza en lo posible el
con mentidos colores; el curso del escrito objeto que se propone la ley de sucesión he-
convencerá al lector de lo contrario; la rea- reditaria , cual es, asegurar invariabilidad v
lidad es muy triste, y asi las pinceladas hala- consistencia al supremo poder del Estado·,
güeñas serán muy pocas; en su mayor parte poniéndole en cuanto cabe, fuera del torbe-
serán sombrías, y cuando la verdad exigiere llino de las vicisitudes humanas, y cerrando
que sean negras, negras serán. Hé aquí una sin esperanza la puerta á las locas pasiones
prueba: de los homhres.


La Reina está en minoría, la Constitncion En llenar mas ó menos cumplidamente
es reciente, grandes y antiguas instituciones tamañoobjeto , influyen la calidad de fas per-
ó han desaparecido del todo, ó han sufrido sanas de que se echa mano para ejercer la
considerable menoscaho, la administracion regencia, y las instituciones que rodean el
está completamente desorganizada, la legis- trono. Por lo que toca á personas, es siern-
lacion es un caos, el déficit un ahisrno , la pre importante que sea una sola, si posible
guerra civil ha dejado en pos de sí horribles fuere de real estirpe, yla que ofrezcamenos
regueros de sangre y de ceniza, las revuel- i sospechas de miras interesadas , y menos
tas y los escándalos han esparcido por do I eventualidades de cesacian ó amovilidad; es
quiera abundante gérmen de inmoralidad y I decir, aquella en que mas se verifique que
desórden; siguen enconadoslos ánimos, alar- I la institución pasagera se parezca á 13 per-
madas las conciencias , en choque las opi- manente, la dignidad del mando á la ma-
niones, en lucha grandes intereses; á la vista gestad del trono, el regente al rey.
de la espaciosa arena que van á present.ar Cuando la historia estime en su justo va-
l.as delicadas y tra.scend.entales. cue.stiones 1.1101' las causas que han concurridoá sost.ener
que de~en resolverse cuan~o antes '.e~tall ya e~ trono de I~abeJ, cuando se la preguntará
en maligno 'acecho las pasiones criminales, . como fue posibleque no se hundiera un tro-
con sus fines perversos, sus miras mezqui- li nocombatido por tantos y tan poderosos ele-




Con respecto á la debilidad del poder, ya
que acabo de tocar materia tan g-rave ,dité
en pocas palabras loque pienso. Mucho se ha
hablado sobreeste punto,y á la verdad nosin
motivo; porque efectivamente esl,a debilidad


mentos, y no pereciese con él una causa
que en su propio seno abrigaba tantos gér-
menes de muerte, entre otros muchos he-
chos indicará uno en el que nose ha reparado
bastante, y al que se haya tal vez atribuido
poralgunos una inflnencia muydiversa. Este
hecho es, que durante la guerra noha cam-
biado nunca de manos la regencia, siendo
notable que en tantos trastornos políticos
como se han sucedido, durante el largo es-
pacio de tan porfiada lucha, un instinto de
conservacion atinadamente combinado con
la caballerosa generosidad del carácter es-
pañol, se ha opuesto siempre en este punto
á la insolencia y á las tramas de las pasio-
Hes y partidos.


Ni hay por qué mentar enfáticamente la
juventud y el sexo; esto habria podido ser
un pretesto para la ambic~o~ ,Ó UD tropiezo
para míope polítlca: ipetoc¿se,; harpensado
bastante en que si las riendasdel mando se
hubieran escapado por un momento de las
manos de la augusta Viuda, en el torbellino
que arrebataba, cambiaba y transformaba
todas las instituciones religiosas, políticas y
civiles, una vez sujetadala regenciaá accion
tan varia, tan activay desorganizadora, ha-
bria perdido de golpe todasu estabilidad, se
hubierafranqueado la puerta á laambición, y
convertido el supremo poder en mudable
empleo, hubiera sido el blanco de todos los
ataques, siendo entonces escalado tan alto
puesto de la propia maneraque lo han sido
los ministerios"? Yá buen seguro que si aho-
ra hemos visto al poder siempre flaco, y á
vecescasi ahogado, hubiéramos presenciado
entonces una perene dislocacion en el cen-
tro del mando, y combinándose esta con
tantoselementos disolventes como á la sazon
desplegaban su energía, herida de muerte
la causa de la Reina en los órganos mas' vi-
tales, se hubiera completado quizás la diso-
lucionque tan adelantada estuvo ya repeti-
das veces, y se hubiera allanado el camino
al triunfo de D. Cárlos. ,


CAPITULO 11.


-1-
l. . .


es la enfermedad radicalde que adoIe~IOi
tiempo ha, y de que podríamos todavía ado-
lecer por largo espacio. Se han culpado estas
ó aquellas personas, se han señalado como
causas estos ó aquellos sistemas, pero pres-
cindiendo de la mayor ó menor verdad que
en todo eso pueda encontrarse, me parece
que para ver las cosas en su verdadero pun-


o to de vista, es menester levantarse á mayor
altura.


En efecto, la historia enseña v la razón


I
demuestra, que para debilitarse en gran roa-.'
nera el poder, basta una minoría, ó una
guerra de sucesión, óuna revoluciono Cual-
quiera de estas tres causas, aunque obre
enteramente sola, es suficiente para producir
tan funesto efecto; porque bien claro es qu~
la revolución se dirige en derechura á com-
batir al poder en su esencia, atacando prin-
cipalmente al ser moral que llamamos auto-
ridad, gobierno; v las minorías, v lasguerras
de sucesion, por solo llevarconsIgo la evea-
tualidadde mudanzas, ó personales, ó dinás-
ticas, producen pornecesidad el que durante
tal espacio no alcance el poder la necesaria
firmeza.


Sí esto es una verdad, qU6 nadie podrá
negarme, ni disputarme siquiera, ¿qué do-
bia sucederen nuestrodesgraciado paiscuan-
do por un conjunto de circunstancias infaus-
tas hemos tenido que sufrir á la vez,una
minoría, una guerra de sucesión, y una re-
volacion; y esa minoría muy larga, y esa
guerra de sucesion muy tenaz, y esa revo-
lucion muy profunda? ¿Cómo era posible qu.
el poder no fueradébilenestremo, y no sele
viera repetidas veces ahogado, desfallecido,
moribundo? No, no es estraño; lo que sí es
muy admirable, lo que hace el mas alto ho-
n?r á la sensatez española, es que haya po-
dido conservarse de un modo ú otro, aunque
á vecesno fuera mas que un merosimulacro.


Desde la muerte de Fernandoel poder fUI
débil, Ypor necesidad, porque desde enton-
ces empezaron la minoría, la guerra de su-
cesion y la revoluciono ¿,La revolución? Sí,
la revolucion, y anda muy equivocado quien
señale su pnmer período al año 35. ¿Qué
son las revoluciones sino grandestrastornos
en que se hundenlas antiguas instituciones?
y desde que bajóal sepulcro el monarca, ¿mI
empezaron á temblarvivamente, v con recia
sacudimiento, todas nuestras instituciones
antiguas? ¿y no podrá decirse que desdeen-
tonces comenzó la revolucion? A contar d1:l6"




CAPITULO 111.
Si se quiere que alcance á llenar su ob-


jeto un gobierno aplicable á grandes masas,
es menester que se le asegure siempre un
gran caudal de fuerza; y como esta, si ha de
ser provechosa y duradera, es inseparable
de la estabilidad, será muy difícil que sea
fuerte un gobiernoque esté sujeto con so-
brada frecuencia á modificaciones y mu-
danzas. Resulta de aquí, que si en una
minoría, las instituciones que rodean el tro-
no, y que forman como su valla, llevaren en
su propia naturaleza el gérmen de continua
variacion y vivo movimiento, se complican
mas v ma·s las dificultades, abriéndose an-
cho campo para manifestarsu tacto y pre-
visión los verdaderos hombres de estado.


Cuando una lev fundamental cuenta lar-
go es~acio de duracion, como por ejemplo la
Constitucion inglesa, es como un árbolanti-
guo, que tiene ya en el suelo asiento an-
churoso, y raíces profundas y dilatadas:
robusta entonces por sí misma, venerable
por su antigüedad, nutrida con el jugo del
propio terreno, aviénese muy naturalmente
con las ideas, usos v costumbres de los
pueblos, y trabada fuertemente,con todo el
sistema de legislacion, y con las demas ins-
tituciones , no solo es bastante para resistir
á los empujes de los partidos que se agitan
en torno de ella, sinoque comunica á cuan-
to la rodea su propia consistencia y firmeza.
No sucede así en tratándose de una Consti-
tucion reciente, pues por mas que se le haya


"


-8-
de el ~allecimient? del rey, ¿qué fue el mi- dan hacer á los hombres que desde aquella
DIsten!> de Cea SIllO un penoso combate, Ó época empuñaron sucesivamente las riendas
mas bien una angustiosa agonía? Su caída y del mando, me parece que seria injusto
la de su sistema ¿fue acaso otra cosa que la achacarles el que fueron únicamente ellos
rUll:'~ de un edificio, bajo cuyos cimientos quienes debilitaron el poder. Es preciso ha-
abrió el terremotoanchurosashendiduras? cer justicia, ellos le heredaron muy débil,


El señor Martinez de la Rosa al ocupar el casi nulo. Esta debilidad se ha ido prolon-
espinosopuesto que la caida del señor Cea gando con mas ó menosvicisitudes, con sin-
habia dejado vacante, se propuso entrar en tomas mas ó menos alarmantes, y ¡doloro-
el cammo de las reformas, orillando el abis- so es decirlo! continúa aun; porque es mas
mode las revoluciones: así lo espresaba de claro que la luz del dia, que ese ser moral
contmuo en sus discursos, y así lo deseaba que se llama gobierno, pues que yo prescin-
sin duda su corazou. Pero ¡vanos esfuerzos! do enteramente de personas, está muy lejos
~l minis!ro clamaba por las reformas, con- de tener toda aquella fuerza que necesita
Juraba ~m cesarla revolucion, negaba quela para lle~ar el alto objeto á qu~ ,está desti-
revolncion existiese , pero la revolucionexis- nado. ¿I esta fuerza la adquirirá?continué-
tía, y esta~a allí, y empezaba á levantar su mos reflexionando.
mano de hierro, y á desenvolversus formas
colosales, y con asombro del ministro se iba
estendiendo y agigantando cual la terrible
sombra. á los ojos de Ed!po: ella era la que le
combatía, acosaba, agobiaba enaquella tribu-
na , don~e la fuerza y gravedad de las eir-
cunstanciasle arrancaban aquellosmagníficos
discursos,. aquellas brillantes improvisacio-
nes,.que SI producían escaso efecto politico,
servían cuando menos para cimentar mas y
mas su bien sentada reputacion de literato
ilustre, de orador elocuente.


Pero se me dirá: ¿acaso con el Estatuto
existía ya la revolucion? ¿las revoluciones no
van de. ahajo arriba ? y el Estatuto ¿no vino
de arriba ahajo? mas yo afirmo y con en-
tera seguridad, y estoy cierto que todos los
hombres sen~atos convendrán conmigo, que
el Estatuto VIllO en Cierto modo tambien de
abajo, porque el gobierno fue arrastrado á I
publicarle por aquella fuerza terrible que .
empezaba á llevar- rodando delante de sí 1
cuanto se le oponia. Con el Estatuto se ve-
rificó un cambio político, y gravísimo vmuy
radical, ¿S se hubiera dado este pa~o: ó al
menos no se hubiera aplazado para mas tar-
de, á no ser por la apremiadora fuerza de las
circunstancias? yo apelo confiadamente á la
buena fe del hombreque se hallaba á la sa-
zon al frente de los negocios públicos; estoy
seguro que su conciencia le responderá
que no.


Lo qu~ sucedióenel año 35:y;:siguientes,
nadie lo Ignora: la revolucion que ya existia
antes, se llamó entonces con su verdadero
nombre, y prosiguió estrepitosamente su ca-
mino. El poder continuó débil, como era
muy natural; -y por mas cargos que se pue- I




-9
dado el carácter de inviolabilidad, con la
deliberaeion de un cuerpo legislativo, con
la sancion del monarca, con la religion del
juramento, y con la publicacion solemne, es
sin embargo imposible que inspire de repen-
te á los pueblos aquella profunda venera-
cion, obra de largo tiempo, hija del hábito
no de un mandato, emanada de los senti-
mientos del corazon, mas bien que de lasre-
flexiones: y como es claro que no ha tenido
todavía lugar de proporcionar beneficios
sensibles, no se ha grangeado aquella viva
gratitud, que, engendra amor, y escita en-
tusiasmo.


Débil, como todo lo recien nacido, infun-
de con su flaqueza recelos á sus amigos, y
esperanzas á sus adversarios; y si para col-
mode infortunio hubiere corrido la sangre
al tiempo de su formacion, si ea su misma
cuna hubiere sido necesario defenderla con
las armas en la mano, y si se hubiere pre-
sentado á la luz del dia en medio de una
atmósfera sobrecargada de elementos de
discordia, anda acompañado su nombre de
recuerdos desagradables, y es menester
que quien se encargue del timon del Estado
emplee. mucha' sagacidad y cordura,para cal-
mar la exasperacion de los ánimos, y disi-
par temores y desconfianzas (1).


Estas sonlas causas de que entre nos-
otros tomen ciertas cuestiones tan alta im-
portancia, elevándose, digámoslo así, á la al-
tura misma de la Constitucion. Siempre se
oyen inculpaciones de que se atenta contra
la Constitución, siempre se está gritando
que peligra la Constitucion, y en las discu-
sionesdcl Congreso sobre la ley de ayunta-
mientos, hemos vistocon cuánto empeño se
ha tratado de traer la cuestion al terreno
de la lev fundamental. Prescindiré de la ma-
vor ó menor sinceridad que mediaríaen se-
mejantes cargos, pues no ignoro que los
partidos echan mano del primer objeto que
se ofrece, con tal que puedan herir á sus
adversarios; perociertamente que nonsarian
de tal argumento, si no conocieran que es
armaque puede fácilmente lastimar. Haga-
mos. la contraprueba: por acalorada que
fuera una contienda parlamentaria, ¿se ve-
rificaria esto en Inglaterra, ni aun en Fran-
cia?seguramenteque no: y ¿porqué?porque


(1) Los hechos han confirmado la prevísion: la
Constitucion dc 1857 ha sido reemplazada por
la de 18,1:>.


en Inglaterra la ley fundamental cuenta si-
glos de duración, y en Francia aunque no
suceda asi, no deja el gobierno representa-
tivo de estar bastante arraigado, y aun la
Carta en la forma queactualmentetiene, data
desde el año 1830, es decir, que no es
ni con mucho tan reciente con la española.


La prensa periódica de acuerdo con la
tribuna parlamentaria, están reclamando de
continuo que se pongan en armonía con la
Constitucion las demas leyes, dando en
cuanto cabe la misma dirección á la educa-
cion é instruccionde los pueblos; yen esto
al paso que espresan una necesidad, si es
que se quiera asegurar á la ley fundamen-
tal alguna consistencia, recuerdan empero
un hecho bien doloroso, aunque evidente, y
es, que se ha de emprender nada menos
quela delicada obra de cambiar buena par-
te del sistema de legislacion, y de variar las
ideas y costumbres de la nacíon española.
Un escritorprofundo ha comparado la cons-
titucion de un estado á la complexion del
individuo, asi como la administracion al ré-
gimen de vida; y bien claro es que si dable
fuera cambiar de repente la complexion de
un individuo, como para ello hubiera sido
necesario alterar la naturaleza, proporcion
y curso de loshumores, variando ó modifi-
cando la construccion de los órganosvi-
tales, seria indispensahle andar á losprin-
cipios con mucho tiento en el régimen,


1


para qu.e la salu~ y hasta l~ vidadelpaciente
no corrieran peligros muy inmmentes.


i No dudo que en esta parte convendrán
: conmigo todos los hombres de estado, y por
I viva que sea su fe en los principios V siste-


mas que sirvieron de base y norma para la
formacion del código fundamental, por firme
que sea su conviceion de que se hizode ellos
una aplicacion juiciosa y acertada, por mas
esperanzas que alimenten de los beneficios
que de la Constitucion puede reportar la
nacion española, no podrán menos de con-
fesar que atendida.Ia naturalezay organiza-
cion de los poderes por ella creados, y el
estado de nuestras ideas y costumbres, ,po-
drian sobrevenir violentos choques, terribles
tormentas, lamentables catástrofes, si por in-
faustas combinaciones acaeciere que la di-
reccion de los negocios púhlicos quedase
encomendada por algun tiempo á manos
poco hábiles, ó á merced de la maligna ins-
piracion de intenciones siniestras.


Es cierto que en ninguno de los paises de




-iO-
Europa, aun de los mas acostumbrados á la que encargadode la direceionde los trabajos
libertad política, no se hallauna Constitucion á que Se destinan las funciones de la cos-
tan popular como la nuestra. Este hecho tosa máquina, se rodea de auxiliares in-
lleva consigo la necesidadde que las leves teligentes y reposados, da con gran tien-
orgánicas estén llenas de previsión y cor- to el primer impulso para asegurarse del
dura, y de que el régimen administrativo punto en que debe graduarse á fin de que
sea vigoroso y severo. Esta asercion la estra- tengan los movimientos la conveniente regu-
fiarán aquellos que piensan que proporcionar laridad, apartando cuidadosamente de todo
y armonizar todos los ramos can la Constitu- el contorno al inocente niño, al joven fogoso,
cían, es sinónimo de ensanchar; pero no lo al trabajador mal conceptuado, previniendo
juzgarán así los que saben, que cuando una de esta maneraque por ignorancia, precipi-
constitucion pone en juego muchos agentes, tacion ó malicia, no sucedaalguna desgra-
que de suyo entrañan gran fuerza, es nece- cia que acarree perjuicios de considerahle
s.ario que las leyes orgánicas y administra- cuantía.
uvas regulen y templen el movimiento, Todas las formas de gobierno necesi-
formándole como un carril para que no se tan cierto grado de elasticidad á IIn de que
desvie de la direccion conveniente v no sin perder nada de su naturaleza, puedan
produzca sacudimientos y trastornos: Si "CS- acomodarse á la incesante variedad que
to pareciese estraño á algunos lectores, si transforma y altera todas.las cosas humanas:
no alcanzaren á concebircómo una constitu- lo que es sobrado rígido, si se ha de mane-
cían popularpuede exigir un régimen seve- jar mucho, lastima; y además, lo que no se
ro, les preguntaré: ¿dónde se necesita mas puede doblegar corre riesgo de quebran-
vigilancia, mas .inteligencia, mas buen ór- tarse ; pero sobre todo las instituciones libe-
den; en Jos carruages comunes, ó en los de rules ~on de suyo muy flexibles, muy á
vapor? propósito para que pueda echarse mano de


'Ahora bien, sup~ngamos que un gobierno ellas en los sentidosmas opuestos; por rna-
desatentado se olvidase de estas verdades, nera que la misma institución que es hoy
v que teniendo cerca de sí unos cuerpos co- un arma de partido, podrá ser mañana uu
fegisladores formados á propósito, se nos eseelente medio-de gobierno, y la misma
dieran un dia leyes imprudentes sobre elec- que podria servir de sólido andamio para
ciones de senadores y diputados, sobre di- construir toda clase de edilicios, se la verá
putaciones provinciales y ayuntamientos, so- talvez convertida en máquina de guerra pa-
bre milicia nacional, libertad de imprenta, ra socavar hondos cimientos, y derribar ro~
derecho de asociacion, de peticion, ctc. etc., bustos muros. Y no es que yo desconozca la
¿qué podría suceder? Subirán al poderhom- diferencia que va de unas á otras, ni se me
bres de diferentes opiniones, se haránquizás oculte que algunas envuelven en sí propias
nuevos ensayos, pero dejemos andarel tiern- grandes peligros, asi corno otras estáncomo
po, que en ciertos puntos capitales habrán ¡ erizadas de precauciones saludables; pero
al fin de ponerse de acuerdo todos los par- no es raro que el curso de los sucesos ven-
tidos , si quieren que el gobierno pueda go- ga á desmentir las previsiones del hombre,
bcrnar. y que por mas que se esfuerce no pueda


No me gustaria á míahora el ver en nues- señorear las circunstancias , impidiendo que
tras gobernantes al frívolo hablador que te- se falsee lastimosamente la institucion , y
niendo á la vista una nueva máquina, de que se haga de ella un uso del todo con-
vistosa construccion ,de complicados y po- ' trario á su primitivo destino.
derosos resortes, y de muy vivo movimiento, No olvidemos una verdad que está escrita
se complace en ponderar la magnitud de á cada paso en toda la historia del humano
las fuerzas motrices, la elegancia de las cam- linage. Lo que falta por lo comun al hom-
binaciones.Ta variedad de los juegos, y la bre y á la sociedad, no son huenas reglas
finura y primores en la elaboracion de los " sino su aplicacion ; no sonbuenas leyes, si-
productos, esforzándose por arrancar los no su cumplimiento; no sonbuenas institu-
aplausos de espectadores superficiales, con cioncs , sinosu genuinarealizacion. La mano
ofrecerá su vistaalgunos ensayosbrillantes del hombre es terrible para estropear y fal-
y tal vez peligrosos ; no, mas bien quisiera sear: .dejadle que toque una cosa cualquie-
descubrir en.ellosal práctico hábil y juicioso, ra , ó la quebranta ó la tuerce. Por esto




CAPITULO IV.
Apreciar hasta qué punto puedan amena-


zarnos los indicadospeligros, investigar cuá-
I les son los medios mas á propósitopara pre-


cavernos de ellos, determinar con atinado
acierto la oportunidad de aplicacion, no de-
jando pasar ocasionesque á esto se brinden,
es tarea que seguramente en la actualidad


I
debe de traer ocupados á nue,stros hombres
de estado. Como quiera, siempre temo que
medidas desatentadas no vengan á complicar
nuestra enmarañada situacion , temor que se
acrecienta mas, cuando se repara en la tan
increible como comun ignorancia de nues-
tras cosas, defecto de que con frecuencia
han adolecido no pocos de los hombres, que
á todo trance se han empeñado en dirigirnos.


Ha llegado á ser proverbial la espresion
de que España es el pais de las anomalías;
pero traducido el proverbio á lenguaje mas
exacto, deberia decirse que España es una
nacion muy poco conocida. ¿Somos acaso
nosotros una absurda escepcion de aquel


I)rincipio de que los efectos son proporciona--es con sus causas? SI los resultados des-
mienten con frecuencia las conjeturas y pro-
nósticos que aventuran sobre nuestras cosas
políticos aventajados, señal es que ellos se
han colocado en un punto de vista falso; ape-
lar luego á laspalabras de estrañeza, anoma-
lía, escepcion bárbara, y otras semejantes,
podrá ser un plausible velo para la ignoran-
cia presuntuosa y sonrojada, pero nunca de-
jará de ser un conjunto de palabras vacías
de sentido.


El esplicar los fenómenos sin tomarse la
pena de examinarlos de cerca, es método
que á la verdad espone á tremendos chascos;
pero en cambio tiene el aliciente de ser el
mas cómodo, mas ámplio ; menos sujeto á


¡ trabas y embarazos. Becogidos los datos en


-lI-
cuandose trata de examinar el mérito de una ra acomodarse á lo que exigen intenciones
institucion, no tanto se la debe mirar en sí siniestras; y víctimas los pueblos de las pa-
como en las garantías gue ofrece de no ser siones é intereses de una escasa porcion de
falseada: no son las mejores instituciones las ilusos ó de malvados, se cansan al fin de
que entrañan mas perfeccion, sino las que padecer y callar, se exasperan, "claman,
llevan mejor escudo. Los hombres que ha- -hasta que apurado el sufrimiento, apelan á
yan estudiado la historia, comprenderán la fuerza, se traba encarnizada lucha entre
este pensamiento, yharán fácilmente nume- los gobernantes y gobernados, y se der-
rosas aplicaciones; esta es una verdad lu- raman copiosos torrentes de sangre y de lá-
minosa que esclarece sobremanera el hori- grimas.
zonte de la filosofía de la historia, y es una
guia que puede servir de mucho en los in-
trincados senderos de la práctica.


Las nuevas instituciones políticas se fal-
sean mas ó menos en todas las revoluciones;
pero la española en particular, ha ofrecido
en este punto ejemplos tan singulares, que
bien puede asegurarse no hay otra que pue-
da disputarle la ventaja. Por no estenderme
demasiadome ceñiréá un soloejemplo.¿Qué
puede haber de mas ámplio en pro. de las
facultades populares que la Constitucion
de i 812"1 ¿Qué códigole lleva la delantera en
asentar y aplicar doctrinas democráticas, en
consignar derechos, en disposiciones á pro-
pósito para revolver las masas, y llamarlas á
tomar parte en materias de gobierno? y sin
embargo, está fuera de duda para todohom-
bre imparcial y entendido, que nunca fue
menos consultadala voluntad del pueblo es-


Ilañol . v nunca fue menor su influencia enos negocios públicos, que en las breves
épocas en que ha estado en vigor aquel có-
digo. Que si alguno quisiere contradecirme
en este punto, solole diré que dé una ojea-
da á las sesiones de córtes, colecciones de
decretos, en una palabra, á casi todos los
documentos de la época, y que reflexione
,~Jn m?mento si hay allí algo que se parezca
a las Ideas y costumbres del pueblo español,
tal como se hallaba entonces; v abandono
con entera confianza la resolución al juicio
de miadversario, si es que quiera mantener-
se en el terreno de la buena fe.


Aqui no se trata de opiniones, sino de he-
chos; aqui no se examina si el pueblo pen-
saba bien ó mal, pensando asi , sino única-
mente si pensaba asi.


jAy de la nacion en que esto.se verifica,
si no se acude muy pronto con eficaz reme-
dio! la ley fundamental ofrece entonces to-
dos sus Inconvenientes sin contrapesarlos
con ninguna ventaja; puesta en las inmora-,
les manos de turbulentas facciones, se la
ve cualProteo tomar todas las formaspa-




- Hl-
paises imaginarios, colocada la cuestion en
un terreno ideal, campea á las mil maravi-
llas el brillante talento de un escritor; á
falta de sólidos cimientos se brindan para
H~nar el vacío las ingeniosas.hipótesis, y le-
vantanse sobre ellas magníficos v elegantes
castillos: como el pintor no tiene que con-
sultar otro tipo que el que se ha creado él
propioallá en su mente, multiplicaá su pla-
cer los puntos de vista, los varía, los en-
grandece y hermosea; traza cuadros, carac-
teriza las fisonomías, representa los trages,
y manejando en todas materias el pincel con
inimitable maestría, estiende sobre el lienzo
mil prodigios y primores.


Achaque es este del entendimiento huma-
no, y achaque bien rebelde debe de ser
cuando en todas las ciencias cuesta tanto
trabajo desarraigarle. Mucho tiempo habia
trascurrido desde que un filósofo juicioso y
profundo habia advertido á los físicos que
para hablar de la naturaleza era necesario
observarla antes con detenimiento; pero los
físicos continuaban escribiendo voluminosas
obras, sin curarse de consultar la esperieu-
cía. En esta parte se ha remediado mucho el
daño, y los resultados han satisfecho el tra-
bajo con usura; por lo que toca á otras cien-
cias, y entre ellas la política, empiézase
tambien á sentir la necesidad de la observa-
cion de los hechos; pero este método como
el mas trabajoso, es poco seguido; siendo
cosa de ver cuál se maneja la política, de
improviso, al acaso, á manera de recreacion
y esparcimiento. Que si por fortuna la enes-
tion es española, entonces sale de madre la
osadía y noconoce límites el desacuerdo; es-
ta es tierra puesta á saco, todo es del primer
ocupante, todo el mundo tiene amplia facul-
tad de manosear, trastrocar, malbaratar, lle-
varse todo cuanto le viniere en gana, ya-un
favoreciendo como de -paso á los dueños con
algun epíteto mal sonante.


Treinta años de inquietud y de revueltas,
tanta huella de sangre, y tantos montones
de ruinas, manifiestan bien á las claras que
hay en España alguna gravísíma causa de
enfermedad: causa profundamente arraiga-
da, ya que.es tan duradera; causa poderosa
y muy dañina, cuando se ha señalado con
tan terribles estragos. Noes menos evidente
que los remedios hasta ahora empleados pa-
ra combatirla, ó han sido mal escogidos ó al
menos mal aplicados; puesto que no solo no
ha desaparecido el mal, pero ni siquiera ha


menguado en fuerza; antes al contrario ha
ido tomando siempre creces, presentando en
cada época de su nuevo desarrollo.islntomas
mas alarmantes, y destrozos mas terribles.
O se ha de cortar el mal en Sil raiz, ó la na-
cion perecerá; ninguna sociedadpuede sub-
sistir en un estado de contmuos vaivenesy
trastornos; por la propia razón que muere el
individuo mas robusto, si se prolongan por
mucho tiempola convulsion y el delirio.


Créese por lo comun que se Ih1 dicho al-
guna cosa de provecho, cuando se ha ohser-
vado que luchan tiempo ha en Espaün los
dos principiosque tienen dividida la Europa:
esto es una verdad, pero verdad estéril,
porque en política, corno en todo lo demas


I que ha de llegar. á la práctica, no hasta un
'1 hecho general, s.no que son menester he-


chos precisos, determinados, con sns cali-
dades y circunstancias peculiares y caracte-
rísticas; de otra manera tendránse quizá
fecundos temas para espaciarse en vagos dis-
cursos, no datos para resolver un problema.


Un estado tan complicado y espinoso como
el actual de España, es siempre efecto de
muchas causas de distintos órdenes, contri-
buyendo á que unas pongan mas ó menos de
lo suyo que las otras, mil y mil circunstan-
cias diferentes, v á veces imperceptihlcs;
por lo cual seria Inútil empeñoel de asignar
un hecho único, del cual dimanen todos los
males. Pero no es imposible por lo comun,


I el señalar una causa que descuella sobre las
demas, queforma como el centro del siste-
ma, que estiende á todas lasotras Sil influen-
cia, comunicándoles en cuanto cabe, su in-


, dole y carácter. Una larga y rehelde enfer-
medad rara vez debe su orígcn y duracion á
una sola causa; pero hay siempre una que
reclama con preferencia la atencion v loscui-
dados del facultntivo. •


En Espaiía hay revoluciones, hay revuel-
tas, hay guerras civiles parecidas á las que
ha habido en otros paises; en España se in-
vocan los mismos nombres que se han IllVO-
cado en otras partes; pero ¿cuál es la causa
de que con tales semejanzas coincidan tan
capitales diferencias en los resultados, hur-
laudo las previsiones que se Fundan crr las
analogías? Para apreciar en su justo valor
un fenómeno político, es necesarioasistir por
decirlo así, á su nacimiento, indagar las
causas que le han engendrado, seguirle Iue-
go en su desarrollo, observando cuáles son
los elementos que le nutren y avivan, cuáles




13 -
le enflaquecen y amortiguan; y de este mo-
do va no será tan dificil medir su estension
en la actualidad, determinar su forma, é in-
dicar su tendencia. Asi, y soloasi, se llegará
á formar de él una idea cabal v exacta, una
idea á propósito para suministrar reglas fijas,
precisas, aplicables desde luego para preve-
nir nuevos males, atajar el progreso de los
presentes, enmendar ycrros, y enderezar la
torcida conducta, A tan importante objeto
voy á dedicar algunos capítulos, no con va-
gas generalidades, sino con un severo exá-
men de los hechos.


CAPITULO V.
Por causas que no es ahora oportuno exa-


minar, ni siquiera indicar, y en cuyo núme- I
ro v calificacion andarian, como es natural,
muv discordeslas opiniones, encontróse Es-
pafiil por largo espacio á contar desde el pri-
mer tercio de! siglodécimosesto, en una po-
sicion escepcional, que la mantenía como se-
parada de casi lodo el resto de Europa. In-
novaciones religiosas con su correspondiente


-acompaüamiento de porfiadas y sangrientas
guerras civiles, cambios y trastornos polí-
ticos, acaloradas controversias sobre las ma-
terias mas altas V delicadas, trascendenta-
les revoluciones'en las ideas filosóficas; hé
aquí el cuadro que ofrecian las naciones
europeas: entretanto la España permanecia
en sosiego y tranquila, sin que el tener á
sus inmediaciones tanta agitacion, tanta
efervescencia, tantas convulsiones y sacu-
dimientos,alcanzase ni aun á estremecerla.


Estinguida con la muerte de Cárlos U la
dinastíaaustriaca, y escogidosloscamposes-
pañoles come arena dondehabian de luchar
las rivalidades é intereses de las potencias
europeas, hallóse empeñado el país en una
gucrra (le sucesión larga y encarnizada; é
inundadode ejércitos de tan estrañas nacio-
nes, puesto ~n íntima y perenc comunica-
cían con la Francia, que entonces como aho-
ra podia llamarse el corazon de Europa, con-
ducido por el resultado de los sucesos á par-
ticipar macho de su influencia, y afectado
de aquel calor y agitacion, que mas ó menos
son siempre el dejo de prolongados sacudi-
mientos, era imposible que no esperimen-
tase ya por dc pronto considerable mudanza,
gérmen y preludio de un nuevo porvenir.


Así aconteció en efecto, bastando para pal-
par el cambio, comparar el reinado de Cár-
los U con los de FelipeV, Yde Fernando VI.


Verdad es, que solo se perciben á primera
vista algunas reformas administrativas, y el
comienzo de una nueva era literaria; pero
¿quién ignora las delicadas é íntimas re-
laciones con quc en la sociedad se enlazan
todos los ramos, aun los mas distantes y di-
ferentes'? Cabalmente á la sazón, tomaba en
Europa la ciencia humana un carácter peli-
groso; porque estraviada de su objeto, y ol-
vidada de su origen, se había apartado de
su nativa direccion, y pretendía arrogarse
facultades ilegítimas. Rica con la pingüe he-
rencia que le hahian trasmitido los siglos
anteriores, ufana con sus adquisiciones re-
cientes, engreída con la consideraoion y los
aplausos que se le prodigaban en todas par-
tes, escudada con la proteccion que le gran-
geaba su mérito, reclamando la gratitud de
la sociedadpor los beneficios que le dispen-
saba, é inspirando afecto y confianza con
su aspecto de candor, sus modalespacíficos,
y sus palabras de beneficencia; deslumbrán-
dose á sí propia con los brillantes atavíos
elaborados por sus manos, y con que sabia
presentarse tanvistosamente engalanada; su-
frió lo que sufre la debilidad cuando con vivo
sacudimiento se la eleva á exagerada altura,
se desvaneció: v tomandoentonces el desva-
necimiento del orgullo por el fuego de inspi-
racion creatriz , confundiendo el destempla-
do latido de un corazonfogoso, con el senti-
miento de la robustez V verdadera fuerza,
lanzaba en torno de sí una desdeñosa mira-
da, y concehiael mas osado y el mas insen-
sato de los proyectos: era uada menos que
derribar cuanto llevaba el sello del tiempo,
y alzar sobre sus ruinas monumentos impro-
visados por el pensamiento del hombre. A
proporcionquc se iban reuniendo mediosde
ataque, y se trabajaba en debilitar los que
los adversarios podianemplear en su defensa,
aumentábase mas y rnas la osadía en mani-
festar el proyecto, por manera que llIuy an-
teriorment~ á su ejecucion, estaha ya cuhier-
to apenas con velo muy transparente.


Pero 1101' mas que asi se verificase en una
nacionvecina, no podía suceder lo mismo en
España dondelascircunstancias eran muy di-
ferentes. Las instituciones ya fuertes de su-
yo, y robustecidas ademas con e! tiempo; los
hábitos arraigados profundamente; el grado
de estraordinaria consistencia y firmeza que




-H-
habian adquirido las ideas, natural efecto de cejo. Intenciones inocentes ayndando miras
haber permanecido por largo tiempo en un perversas; espresiones sencillas é incautas
estado invariable: todas estas causas traba- viniendo en apoyo de palabras preñadas de
das por naturaleza entre sí, y favorecidas maligno sentido; y la sesga mirada, la me-
ademaspor el carácter nacional, amigo de lo día palabrade insidiosos directores, confun-
grave y severo, formaban un murode bron- diéndose con el aire distraido del operario
ce que apenas alcanzáran á estremecer los que atiende apenas al objeto que lleva en
reciosgolpes que comhatian sus cimientos. sus manos; tales son los contrastes que


Al contemplar el trono de Cárlos Ill, 1'0- ofrece aquel cuadro. Los dos poderes, blan-
deadode poder y magestad, ornadoé ilumi- co principal del ataque, inspeccionan tam-
nado con el esplendoroso círculo que en su bien las obras: V cuando uno de ellos indica
torno formaban las letras y las ciencias, que el peligro, aconseja la precaucion, y sugie-
celebrabansus recientes adelantos conel al- re los preservativos y remedios, es cosa de
borozo propio de la mocedad, vense ya ser- ver la astucia profunda con que se procura
peal' en las gradasdel solio algunascentellas, atajar el eco de su voz, é impedir que se
activas, vivísimas, que en sus formas, mo- le escuche, para que sus saludables avisos
vimientos, y colores, manifestaban los ele- no entorpezcan el curso de los trabajos, y
mentas que les servían de pábulo; y á buen no espongan á contingencias el resultado
seguro que el cándido monarca las tomaria de la empresa.
por uno de tantos deslumbradores reflejos, Divide y reinarás; repetia secretamente
lanzados por cloro y pedrería de su rica dia- pero sin cesar, el genio del mal que dirigía
dema. esta obra; y siguiendo puntualmente su con-


A la propia sazon se verificaban en varios sejo, se despertaban sagazmente antiguas
puntos de Europa acontecimientos singula- rivalidades, se avivaba la suspicacia, se
res: y al observar la tendencia y medidas de abultaban y creaban peligros, se nutrían y
variosgobiernos, pudiera decirse que influia enconaban con prolongadas disputaslos re-
en sus deliberaciones una inspiracion en cu- sentimientos V rencores; lográndose de es-
yo carácter no habian ellos reparado bastan- ta manera enflaquecer á los adversarios con'
te. Ahora que aquella época se v~ ya alejan- disensiones vivas, y ofreciendo una distrae-
do de nosotros, que han descendido al sepul- cionruidosa y deslumbradora que no dejaba
ero los personajes que en ella figuraron, v percibir como era menester, la gravedad é
que el sucesivodesarrollode tantos y tan co: inminencia del riesgo. Entretanto, íbanse
losales acontecimientos ha puesto en claro amontonando los combustibles para el in-
la naturaleza de las causas; mostrando el ca- cendio y esplosion que debía ser la señay el
rácter, las afinidades y las tendencias de las principio de la ejecucion del proyecto; y el
doctrinas, y presentandoen todasu.estension espíritu del siglo, encaminado por manos
el resultado de algunos actos, es ciertamen- hábiles y mal intencionadas, soplaba sobre
te curioso, y no escasode provecho, elvolver el peligroso montonconsu aliento abrasador
losojoshaciaaquellos tiempos, y encontrarse y robusto,
á cada paso condatos preciosos, y documen- Rebentó por fin la revolueion francesa,
tos interesantes. ese acontecimiento único en los fastos de la


Construíase entonces una gran máquina historia, verdadero monstruo por su magni-
de guerra, reuníanse abundantespreparati- tud, por sus formas, por su carácter y re-
VOl' para el gigantesco ataque con que se sultados; y á impulsos de tan recio sacudí-
trataba de embestir todas las instituciones miento, temblaron á la vez todoslos tronos
que llevasen el sello de los siglos; estos é instituciones antiguas, como en la erup-
trabajos, que naturalmente debian llevar cion de un volean se estremece la tierra á
consigo tan variadas combinaciones, tantos largo trecho, yhambolean los mas sólidos
esfuerzos y movimientos, despliegan á los edificios. Verificado tamaño.succso , era va
ojos del atento observador una escena gran- imposible que la Europa permaneciese en-ei
diosa, interesante, y que hasta de vez en mismo estado que antes, debía precisamen-
cuando haria asomar en los lahiosuna ligera te cambiar de faz en muchos sentidos; v por
sonrisa, si en tratándose de herir los gran- tanto era menester que los gobiernos pensa-
des intereses de la sociedad, la mismagrave- sen muv seriamentesobreel partidoque de-
dad de la materia no inspirase severo sobre- bian tomar, para dirigir con acierto los pue-




- -nj -
hlos, en el nuevo rumbo por donde iban á
encaminarse. .


No bastabauna confederacion paraahogar
en su orígenelincendio iel éxito era aven-
turado; y teniéndose ademas que lucharcon
ideas, sabido es que no es dable vencerlas
c-on la sola fuerza de-las armas. Un triunfo
momentáneo podrá lisonjear con esperanzas
halagüeñas; pero tarde ó temprano vendrá
á disiparlas el tiempo cargado de amargos
desengaños y escarmientos dolorosos.


Era mas considerable la mudanza de posi-
cion, y por tanto mas grave el peligro de
trastornos y calamidades, en una sociedad
que se hubiera hallado durante tres siglos,
fuera del círculo de movimiento que llevaba
revueltas, ó cuando menos inquietas y agi-
tadas á las otras naciones: en tal caso el go-
hierno que se hallase al frente de ella, ne-
cesitabareunir en sumo grado la prevision,
y la altura de las miras, combinándolo todo
atinadamente con un gran caudal de pru-
dencia y firmeza. No es necesario recordar
si á la sazon era tanta nuestra dicha: v des-
graciadamente ni el trono conservabaaquel
puro esplendor, aquella elevacion mages-
tuosa, que le grangea la veneracion y acata-
miento de lospueblos.


CAPITULO- VI.
. .


·Elatronadory espantoso ruido de losgri-
tos de un puebloen delirio; el estrépito del
choque de sus armas-contra las armas de la
Europaeutera; la palabra de fuego de tan-
tos.tribunes , que.encomendada al papelcir-
culaba rápidamente en todas direcciones; el
presenciar, aun cuandofriera al través del
polvo y .humareda del combate, la escena
que á lasazon presentaba la Francia; eran
causas sobrado activas y. poderosas, para
que no fecundaran la semilla de innovacio-
nes sembrada ya de antemano en nuestro
pais, Era mucha la trabazón de las antiguas
ideas é instituciones; era grande la firmeza
«(ue -habian adquirido con el trascurso del
tiempo ; pero ¿cómo podian resistir á una
conflagracion tan espantosa, capaz de der-
retir los mas duros metales? Muv difícil era
que ya por de pronto no sufriese'considera-
ble menoscabo el antiguo apego á la estabi-
lidad, y que no sintiesen muchas cabezas


una' fermentacion á propósito para concebir
nuevos y atrevidos proyectos.


Sentada la revolucion francesa sobre un
horrible tablado bañado de sangre ,y rodea-
da de montones de víctimas palpitantes,
inspiraba espanto y horror al "Verla levantar
con nervudo y ensangrentado brazo aquel
hacha descomunal' que en pocos momentos
habiahechoastillas todaslas puertas y vallas,
y arrojado al suelo augustas cabezas; y este
espectáculo, tan á propósito para enagenar-
le la voluntad hasta de sus mas celosos par-
tidarios, causaba en el ánimo de lospueblos


, una reaccion saludable. Pero habia en cam-
bio, que antes de entregarse á tan inauditos
escesos, se habia presentado como un tri-
hunal fundado por la filosofía, y creado con
el finde abrir una residenciageneral de todas
las creencias y poderes; ejecutando pun-
tualmentelas astutas inspiraciones de su ma-
ligna madre la filosofía del siglo XVIII, se
habia erigido como en protectornato de todo
cuanto tuviese inclinaeion á sacudir el yugo
de la autoridadreligiosa ó política, y disper-
taba por consiguiente vivas simpatías en
cuantosabrigasen miras análogas, ó siquie-
ra ideas, que por secretas afinidades, se di-
rigiesen con mas ó menos determinacion y
viveza hácia el mismo polo. -


Bien claroes que semejanteinfluencia de-
bia sentirse tamhien en España; mas á pe-
sar de todo eso, tal era el estado de las ideas
y costumbres de la nacion , que no solo no
se habia estendidoá las masas el espíritude
novedad, pero ni en ningunaclase habia al-
canzado siquiera á formar un partido, que
por sí solo pudiera ser temible. Si hubiera
sido dable prevenir un sacudimiento tan
estraordinario como el de 1808, probable-
mente se habriaaplazado para épocamasdis-
tante todogénero de capitales innovaciones.


Mas ó menos tarde, hubiera cambiado la
nacion de rumho, porque asi 10 hacia nece-
sario la situacion de Europa; pero sin entrar
ahora en conjeturas sobre lo que entonces
habria sucedido, es tanto lo que ha pade-
cido esta nacion desgraciada, que puede
muy bien asegurarse, que peor suerte de la
que nosha cabido, difícilmente podíamos su-
frirla.


Oyóse entretantoel grito de alarma, v el
pueblo español, solo, sin rey, sin gobierno,
sin caudillos, se levantó como un atleta, y
se arrojó con brioso denuedo sobre las nU:-'(f'
merosas y aguerridas legiones que inun- .7
~
llJ


\ '("..
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daban ya sus campos, y ocupaban sus prin-
cipales ciudades y fortalezas: y este pueblo,
era el mismo .pueblo á quien apellidáran
tlaco, aletargado y envilecido; y aquellas
eran las legiones del hombre á quien servian
de rodillas los entusiastas de la igualdad, y
á cuya mirada temblaban medrosamente los
altos potentados de Europa. ¡Pueblo grande
y generoso, tan ilustre como infortunado!
tanto valor y heroismo , debían sacarte airo-
so de la demanda, y quebrantar las cadenas
que aherrojaban la Europa; pero debian ser
para tí el comienzo de una larga cadena de
desastres; así queria permitirlo la Providen-
cia, é iban á acometer la empresa de labrar
tu desgracia, el ciego orgullo y miras mez-
quinas y villanas. .


Un suceso de tal naturaleza y tamaño,
nunca pasasin graves resultados para el pais
en que se verifica: lo terrible del peligro, la
sorpresa, la repentina desaparicion del rey
y de todo gobierno, la consiguiente relaja-
cion de los lazos sociales; el desorden y la
confusion que de suyo ya llevaban tales cir-
cunstancias, los medios que debian de em-
plearse por los agentes del invasor, procu-
rando la disoIucion para facilitar la conquis-
ta; claro es que tantas causas reunidas,
creaban una escelenteoportunidad para que
fermentase todo linagede ideas, y campea-
sen á su talante variedad de proyectos.


Muy natural era tambien que todos los
elementos que tenian.mas ó menos antipa-
tía conlos dominantes á la sazón en el pais,
salieran de aquel estado de invisibilidad é
ineficacia. en que los mantenia su separacion
y aislamiento; y que obedeciendo á las leyes
de sus afinidades, se buscasen, se pusiesen
en contacto, y como heterogéneos con res-
pecto á la masa de la nacion, se segregasen
de ella, desprendiéndose en porcion separa-
da, donde pudieranmanifestar su cantidady
naturaleza. Reflexionando sobre esta crisis
de nuestra historia, y sobre los efectos que
produjo en España la entrada del ejército
francés v la sacudida del alzamiento, he
pensadovarias vecesen lo que sucede cuan-
do un líquido contiene en disolucion un con-
siderable número de moléculas (lue pertene-
cen á otras materias: en cesando la causa
que las mantenía separadas, se buscan, se
aproximan, se reunen, y se depositan en el
fondo del vaso: y observan los químicos que
la cristalizacion se decide conun movimiento
hrusco, ó la presencia de un cuerpo estraño.


- 16-
Trazarni siquieraen bosquejo los sucesos


que luego se verificaron, no lo consienten
los límites de este escrito, ni lo necesita
tampoco el objeto: los recuerdos son bien
recientes, los documentos auténticos ,y á
buen seguro que los efectos son palpables.
Bastarádecir que se abrióen la prensa una
cátedra de la escuela apellidada del si.-
gloXVIlI; que en la tribunaresonó un mez-
quino eco de los oradores de la asamblea
constituyente; y para que nada faltase en la
semejanza para acabar de envenenarlo todo,
salierontambien á campaña los discípulos de
Port-Royal: por maneraque laspalabras.fue-
ron un remedo, los medios r procedimientos
una imitación y las instituciones una copia.
Yo refiero lo que hallo escnto ; ahí está la
historia que sale en mi abono, con sus co-
lecciones de periódicos, de sesiones de cór-
tes, de leyes, de decretos, de proyectos, y
sobre todo ahí está el sepulcro de la famosa
Constitucion de 1812: observad su fisono-
mía y allí encontrareis en bien señalados
rasgos cuál era su orígen, cuál su genio; ó
si os place mas, dad una mirada á los tro-
feos que rodean su tumba: ellos os recorda-
rán sus hazañas.


En una nacion que en sus ideas, costum-
bres y usos, era entonces, y no podia me-
nos de serlo, altamente monárquica, erigir
en ley fundamental una constitucion esen-
cialmente democrática; en una nacion alta-
mente religiosa, prodigar abiertamente á la
Religion la sátira, el escarnio; en una nacion
tan gravey severa, sustituir á la sesuda'gra-


, vedad de los consejos castellanos la precipi-
. tacion y el mas desatentado desacuerdo; "Y


todo esto de repente, sin mediar ninguna
gradacion , que pudiera influir en las ideas
y costumbres; ¿qué debia suceder? jAh!
Lo que sucede siempre que se encaran de
improviso dos enemigos irreconciliables: de-
bia empezar la lucha, y encarnizada, y du-
radera, resultando de aqui el sumirse la na-
cion en un piélago de revueltas, de sangre
y de lágrimas. Tan singular concurso de
circunstancias no se verificó en Francia ni
en las revoluciones de otros paises; y hé
aquí el origen de tantas anomalías como se
notanen nuestras prolongadas convulsiones;
hé aquí por qué es muy impertinente el traer
á comparacion la revolucion de Francia,
cuando se trate de esplicar lo que ha suce-


I
1


dido v está sucediendo entre nosotros. En
Franela teniala revolucion el mismo esptri-




- i7 -
tu, iguales tendencias; pero el elemento
donde obraban era muy diferente. En Fran-
cia habia tambien monarquía absolulay Re-
ligion Católica; pero sobre la Franciahabian
pasado ya las guerr.as civiles de l~s Hugono-
tes, la Francia habla VIsto va la libertad de
culto mas ó menos establecida, habia oido
las ruidosascontroversias sobre puntoscapi-
tales de dogma, habia presenciado las es-
candalosas desavenenciasdel altivoLuis XIV
con el Papa, habia recibido las inspiraciones
de la escuela de Port-Royal, habia visto la
época de la Regencia, y finalmente habia
sentido por largo tiempo el influjo de la es-
cuelade Yoltaire, como unade aquellascons-
telaciones malignas que vienen á desenvol-
ver los dañinoselementos de una atmósfera
preñada de enfermedades y tormentas. ¿Qué
tiene que ver semejante situacionconla de
España? Noniegoque la revolucion francesa
sea un gran libro donde haya mucho que
aprender para los reyes y los pueblos; pero
cuenta con fiar demasiado en semejanzas,
que si bien suelen servir muchoá la poesía
y á la declamación, por lo comun son débiles
para cimientos de ciencia, y el confiar so-
brado en ellas es arriesgado en la práctica.


Esta es la diferencia capital entre nuestra
revolucion y la francesa: la Francia estaba
preparada, la España no. La revolución fran-
cesa era hija en gran parte de una escuela
que por antonomasia se ha llamado francesa,
y ya se vé que este solo nombre indica bas-
tante que sus doctrinas no eran nuevas para
.la Francia. La revolucion española fue hija
de la misma escuela; escuela que lejos de
hallarse aclimatada en nuestro suelo, lo te-
nia todo contra sí ; y solo pudo penetrar en-
tre nosotros, y haceraplicaciones de sus siso
temas, en medio de la confusión y trastorno
que consigo trajo la guerra' de la indepen-
dencia, en medio de la distraccion en que se
hallaban los pueblos: lo diré en una palabra,
aquellofue una verdadera sorpresa.


CAPITULO .VII.
~


Coloquémonos en este punlo de vista, úní-
co verdadero, y entonces podremos fácil-
menteesplicar las anomalías que ha presen-
tado nuestra revolucion: anomalías que han
causado tanta novedad porque se ha olvidado
que no se trataba simplemente de una re-


volucion , sino una revolucinn en España.
Si se consideracual merece este hecho, no


será dificil esplicarpor qué en el año 1~ des-
apareció como de un soplo la Constitucion;


! porqué habiendo revivido algun tiempo des-
pues, bastó que se columbrase en la cima
del Pirineo una bandera para que corriese
á encerrarse en los muros de la ciudad que
la habia visto nacer; se esplicará tambien
cómo pereció luego completamente á la sola
vista de un ejército bisoño que maniobraba
en parada; ni se estrañará tampoco que se
malograsen todas las tentativas hechas des-
pues para restablecerla: eran teas arrojadas
en una atmósferaque no las alimentaba, des-
fallecían al entrar en ella, y se apagaban,


De la propia Causa ha dimanado una sin-
gularidad muy notable, y que ha distinguido
de 'un modo muy particular la revolucion
de España de la de Francia. En Francia, vi-
mos la revolucion primero sojuzgada por su
protector, y vencidadespues por los ejércitos
de Europa; pero si bien se mira, la revolu-
cionno ha desaparecido jamás completamen-
te; pues que ha sobrevivido en algunas insti-
tuciones que eran sus hijas, V en el respeto
que. se ha profesado á todos Ios hechos que
babiaconsumado. En España, las épocas de


I consutuoion han pasado comoun meteoro:se
ji han oido truenos, se han visto relámpagos,
il s~ han presenciado catástrofes, pero la cons-
1
I titucion ha desaparecido en breve, el órden


de cosas antiguo se ha restablecido comple-
tamente, se han allanado los sulcos y las
escavaciones , se ha derribado cuanto se
edificára de nuevo, y en cuanto cabe en la
naturaleza de lascosas , todo ha quedado


. como si no hubiese ocurrido novedad ah
guna.


y not~ré de paso que teniendo presentes
las anteriores observaciones no es dificil
esplicar lo que á algunos cau~a tanta estra-
ñeza, y es que en España no se respetan los
hechos. «Mirad las otras naciones dicen.
allí en siendo consumado un hech~, se le
respeta, entre nosotros no; vesta es la oau-
sa de que andaremos sin cesar girando por
un círculo. de reacciones.. Ohservacien que
parece exacta .á primera vista, y que encier-
ra n.o obstante un error muy grave. Abrid
l~ .hlstorIa, consultad la esperiencia , y ve-
reís qne en todos los grandes cambiospolíti-
cos, los hechos consumadosporel adversario
son respetados, si pued~n hacerse respetar;
es decir, SI estan sostenidos, ó por una opi.,.


2




-1S -
nion muy general, Ó por intereses que no tamhien IiUS yerros, v empezaba á confesar-
sea posible atacar de frente. Esto no se ha los paladinamente: echaba ya de ver que
verificado en España, y hé aquí el origen de asentar la sociedad sobre las ruinas de toda
la diferencia. i,Quereis mas'! Figuraos que religion yde toda moral, era unimposible: v
por una causa cualquiera, se consumara en que el crear las asambleas de los represen:'
Inglaterra, en Francia, en Alemania, un tantes de los pueblos en tal forma que estu-
hecho contrarioá la opinion dominante, ó á vieran en lucha contínua con el gobierno,
los intereses mas prepotentes: ¿se respe- era zapar el edificio social en su misma basa,
taria? no: vosotros mismos diriais al verlo: era inocular en las venasde las naciones un
esto es violento, no puede durar, caerá. elementode eterna inquietud, de malestary


Abuen seguro que mas provechoso hubie- de muerte. Por eso iba perdiendo terreno la
ra sido reflexionar sobre las lecciones que de escuela de Voltaire , se iban desacreditando
sí arrojaba la célehre década, que no aban- rápidamente las constituciones 'de un solo
donarse á vanas declamaciones espaciándose cuerpolegislativo, se confesaba la necesidad
en pomposos discursos, en que se tronaba de robustecer el poder real; no se confiaba
contra la opresion y tiranía. Cuando se pin- ! ya tanto en la sabiduría de las asamhleas,
ta á una nacion come la española, gimiendo y se conocia cuán funesto habia de ser á la
por espacio de diez años bajo la planta del tranquilidad de las naciones, presentarles á
despotismo, y forcejando por recobrar su li- la cima deledificio social un rey maniatado,
hertad, sería necesario no olvidarque es esta y rodeado continuamente de suspicaces y
aquella misma nación que humilló el orgullo descomedidos celadores.
del vencedor de Europa, y flue si tan de Pero por descaminadas que hubiesen an-
mala gana hubiera sufrido el gobierno de dado en España las ideas liberales, y por
Fernando, es bien cierto que no hubieran mas fuerte oposicion que hubieran encon-
hastado á contenerla las escasas fuerzas mi- trado en el pais sus ensayos, no habia de-
litares de que podia disponer el gabinete jado de formarse un núcleo mas ó menos
de Madrid. Sí, Yes muy importante decir- homogéneo , en cuyo torno se apiñaban in-
lo con toda claridad: un gobierno no pue- sensiblemente todas las ideas y simpatías,
de subsistir por espacio de diez años en que no estaban conformes con las miras y
pacífica posesion del mando, si este es tan marcha del gobierno. Desde la revolucioñ
contrarie como se ha querido suponer, francesa las ideas habian sufrido en Europa
á la voluntad de la mayoría de la nacion. muchasmodiñcacionesen buen sentido; pero
Digase lo que se_quiera: este es el resul- á cualquiera que tenga algun conocimiento
tado de los hechos, lo demas son palabras. de la historia política y literaria de aquella


Cabalmente en la época de 1820 á 4823, época, se le alcanzará fácilmente, queni aun
el gobierno representativo , tal como se ha- el sistemade los gobiernosabsolutos, estaba
lIahaen España, tenia en contra de sí hasta en armonía con el sistema del gobierno es-
cierto punto, el mismo espíritu del ~i.glo; pañol, y que la direccion que se daba á las
circunstancia que acrecentando su debilidad Ideasen España era muy'diferente del curso
y aislamiento. debía aumentar su violencia, general que tenían en el restode Europa. La
sus delirios y oscilaciones , contribuir á su lectura de losperiódicos estrangeros , la de
mas pronta ruina, y diferir su restablecí- tantas obras cuya circulacion mas ó menos
miento, una vez se le hubiera derrocado. clandestina,era imposible evitar; los recuer-
Los escesos de la revolueion francesa, y las dos, losresentimientos, el menoscabo de in-
dilatadas guerras que de ella resultaron, ha- tereses , eran causas sobrado poderosas para
hian ofrecido lecciones de saludable escar- que no mantuvieranuna fermentacion secre-
miento: la Francia empezaba á entender lo ta que tenia algobiernoen cuidado y zozobra.
que significaban ciertas palabras; los go- No quiero decir que fuera fácil ni casipo-
biernos habian conocido la necesidad de sible una revolucion que estallase repentina-
ábroquelarse contra nuevas 'tentutivas ; y I mente, porque el gobierno tenia muchos me-
ademas se desplegaba en todas partes un I dios para impedirlo, y como escarmentado,
gran movimiento industrialy mercantil, que I andaba suspicaz y rece~os?; pero sí , queuna
disipaba en las cabezasesa manía de re,novar I vez provocado .un movlml~nto grave en l~n
en los tiempos modernos las turbulencias de sentido cualquiera, no habla de ser ohra fa-
Jas nntiguas repúblicas. La ciencia conocía ! cil el atajar su progreso. Verificada en Fran-




- 19-
cia la revolucion de 1830, se complicaba mente todo, hubiese de combinarse del mo-
mucho la situacion; porque auncuando pre- do mas á propósito para que por necesidad
sentase un carácter muy diferente de la se ligase la cuestion de principios á la cues-
de f 789, Yno abrigase proyectos de propa- tionde personas, ¿quién podia columbrarlo?
ganda, separaba no obstante á la Franciade ¿Y qué consecuencias? ¿quién es capaz de
la SantaAlianza; y las revoluciones de otros medirlas? Cuando se han verificado tan co-
paises, ya que no pudieran prometerse de losales acontecimientos, cuando se divisan
ella ejércitos auxiliares, tampoco tenian que tantosotrosen el confin del horizonte, ¿qué
-temerlos enemigos. Esta solacircunstancia hombre pensador al fijar su vista en la régia
era de mucho peso; porquese ha podido co- carroza, puedecontemplar sin asombro aquel
nacer por esperiencia, que las revoluciones augusto grupo, donde hay una Muger que
por masenemigo que les sea el pais en que recuerda una historia, donde hay una Niña
.estallan, por mas débiles que sean para es- que encierraun porvenir?
tablecerse completamente, son sin embargo Complicadas de esta manera las cuestio-
bastante fuertes para que no alcance fácil- nes , creábase con la muerte del Rey una si-
mente á derribarlas el solo ímpetu de las su- tuacion tan grave, tan dificil, que para salir
blevaciones contrarevolucionarias. airoso el hombre que dirigiera los negocios


Seguia en el mando el partidorealista, pe- públicos, no podian bastar los mas grandes
ro su lenguaje.y procederes indicaban bien talentos. No hacia poco salvando porde pron-
á las claraslos peligros de que se veíaame- _ to la causa que tenia encomendada, v ori-
nazado;pudiendo decirse que los partidos liando la dificultad, ya que no fuera posible
estaban como dos ejércitos prontos á aco- resolverla. Bien se penetró de lo crítico de
meterse á la primera señal de combate. la posicion el hábil ministro que á la sazon


El nacimiento de la Princesa de Asturias estaba al frente de los negocios, y conocien-
vino á cambiar la faz de los negocios; y es- do que en semejantes momentos conviene
cluido del trono el príncipe en cuyasideas y sobremanera ganar tiempo por poco que sea,
sentimientos tenian depositadas muchos rea- publicó su célebre Manifiesto, que puede
listas sus mayores esperanzas, hallábase una mirarse como uno de los mayores obstáculos
gran parte de estosseparada del trono; yera que impidieron el triunfo de D. Cárlos.
bien fácil prever, que si el príncipe escluido Al Sr. Cea no podia ocultarse que el trono
tratase de sostener sus pretensiones con las de Isabel estaba sobre el cráter de un vol':"
armas en la mano, se aprestarian gustososá can, cuya erup.cion á duras penas podiacon-
combatir en su defensa: ellos serianelescudo tenerse; y ast es que aun cuando es muy
y apoyo de las pretensiones dinásticas, y es- probable que él no creia posible por mucho
tas á silvezles serviriande tttuloy bandera. tiempo el cumplimiento exacto y puntualdel


Así con la guerra de sucesion se complicó contenido del Maniliesto, viónoobstanteque
la de .principios, asi convirtió cadarama en era de la mayor importancia el separar en
representante de un principio, y estofue por cuanto cabia, la causa de D. Cárlos de los
un encadenamiento de hechos tan estraordi- intereses que tan gratos y preciosos eran
nario , y al mismo tiempo tan natural, que para la mavor parte de los españoles. Yió
paraproducirle ni evitarleapenaspodian ser- que convenla altamente dejarlos al menos en
vir de nada las _previsiones del hombre. incierta espectativa: entretanto .íbase pres-
Cuando han pasado los sucesos, cuando se tando homenage al trono de la Reina; los
ha visto su desarrollo y enlace, entonces ánimos se dividian sobre·la mayor ó menor
es fácil decir lo que se habría podido hacer probabilidad de los peligros del porvenir,
para prevenir estos ó aquellos males, y pro- ganábase tiempo, creábanse compromisos,
porcionar cstosóaquellos bienes; peroiquién empeñábanse palabras, yal cabode poco ya
penetra el porvenircuando estácubierto con el hermauo de Fernando debia presentarse
velo tupido, cuando los sucesos estan como de hecho, no como un rival que lucha con
arrollados en los hondos. arcanos de la Pro- otrorival paraocuparun trono que la muer-
videncia? Que la muerte de una reina, el te del monarca había dejado vacante, sino
casamiento de un rey, el nacimiento de una como un pretendiente que tiene ya en con-
princesa, la enfermedad del monarca, la apa- tra de sí un gobierno establecido y recono-
riencia de su muerte, la prolongacion de su cido en todo el ámbito de un reino.
existencia por un año mas, todo, absoluta- Sintióse el efecto de la medida de Cea en




- 20-
todas partes, conteniéndose enteramente la
esplosion en unas, debilitándose en otras,
X. no presentandoaquel caráct~r de univ~rsa­
Iidad que tanto realce le hubiera dado a los
ojos de las otras naciones. A pesar de la po-
ca seguridad que ofrecian semejantes garan-
tías, fueron bastantes sin embargopara mi-
norar en mucho el movimiento que se hubiera
pronunciado en todas las provincias; ¿y quién
Ignora los poderosos elementos de que para
el efecto podio. disponerse?


. El célebre manifiesto del 3 de octubre ha
sido pJ.ra los adversarios de Cea un tema de
agrias reconvenciones; pero los que asi han
hablado tendrian seguramente muy pococo-
nocida la nacion española. Si á la muerte del
rey hubiese manifestado el gobierno la me-
nor tendencia á instituciones liberales, si
hubiera cometido el error de incitar la efer-
vescencia del momento conalgun actoen que
el trono se hubiese comprometido á conce-
siones alarmantes, la esplosion ya de sí muy
fuerte, hubiera sido mucho mas terrible, co-
mo mas estensa , vigorosa y repentina; y si
como no es creíble, una mano poderosa no
hubiera volado á sofocarla, tal vez el trono
de Isabel se habria hundido para siempre.


Pues qué, se me dirá, ¿era este un buen
mediopara prevenir la guerra civil? no: ¿cre-
yóel ministroque fuese bastantesu medida?
seguramente que no: pero no ignoraba que
en crisis semejantes todo lo que es capaz de
disminuirla violencia de la esplosion, todo10
que pueda amainar el furor de las pasiones,
todo lo que pueda causar alguna ilusion aun
momentánea, todo debe aprovecharse con
cuidado ; pues de esta manera, aun cuando
no se consiga desarmar al adversario, siem-
pre se esparce la divisiou, Ó al menosla in- i
decision en sus filas; ventajas que en mo-
mentos tan preciosos y fugaces, obtienen el
lugar de repetidas victorias. ¿Quién sabe lo
que hubiera sucedido si con un manifiesto
imprudente se hubiese corrido el velo, y se
hubieran presentado en perspectiva las ne-
gras y preñadasnubes de que estaba cargado
el horizonte político? ¿si los temoresy zozo-
bras de que estaban poseidos tantos ánimos
se hubieran podido justificar con un acto
auténtico, .con Jo. Gaceta en la mano? Los
.hornbres que tanto han declamado contra el
Manifiesto, tal vez hubieran tributado sus
elogios al ministro, pero quizás habrian te-
nido que hacerlo desde los muros de Cádiz
() Barcelona,


Bien recientes estan los hechos, vellos
dicen de una manera elocuente cuáles fue-
ron las principales causas de que' se encen-
diese mas y mas la guerra Civil. ¿Quereis
saber en qué estado se halla esta guerra,
hasta qué punto estan enardecidas 6 ador-
mecidas las pasiones, los pasos de adelanto
ú de retroceso- que da lacausa de D, Cárlos,
y la mayor ó menorprobabilidad de su triun-
fo? Para apreciartodo eso en su justo valor,
teneis á la mano un escelente barómetro,
manejable por una regla muy sencilla: siem-
pre la mejora de la causa de D. Carlos está
en razondirecta de la exageracíon de ideasy
violenciade medidas del gobierno de Madrid.


CAPITULO VIII.
La rápida ojeada que acabamos de echar


sobre nuestra historia, deberla bastar para
conrenterse de cuán profundas raices tenia
en el pais el principio que alimentaba la
guerra á favor de D. Cárlos; pero si esto no
fuera suficiente, bastará notar un hechoque
se ha verificado constantemente en todos los
puntos de la Península donde ha llegado á
trabarse la lucha. Los partidarios de D. Cár-
los han podido siempre maniobrar con to-
do desembarazo, escogiendo para el efecto
aquella unidad militar que mas bien les ha
parecido. Una division, unbatallon, una com-
pañía, un individuo, todo han podido em-
plearlo siempre en sus operaciones. Un car-
lista con su fusil recorría sin peligro una
grande estension de pais, llegabahastatocar-
I()S muros de los puntos fortificados; cuando
las tropas de la Reina para hacer una: mar-
cha de algunas leguas con' seguridad, nece-
sitaban reunirse en número' considerable, y
segun el terreno y las circunstancias, era
menester un ejército entero. Acampábanse
siete ú ochomil carlistas en pais tan pobre
y peladocomo las rocas que los rodeaban, y
vivianallí muchos meses; y un ejército de
la Reina habíade regresar á un punto forti-
ficado en acabándose la provision delos mor-
rales: una derrota con dispersión, era siem-
pre mortal á una division de la Reina; los
carlistas las tenian de continuo, y sin riesgo
de la fuerza principal, sin bajas siquiera.


Los generales que han hecho la guerra
durante este período, puedendecir si no es
verdad que encontraban en muchas partes




- 21 -
una resistencia sorda, pero poderosa, una 11' estirparle: y que á juzgar por losefectos, de,.
fuerza secreta que desvirtuaba todos sus bia de ser muy fuerte, pues que ha soste-
triunfos, que agravaba hasta el estremo to- nido la guerra por espacio de siete años, y
das sus derrotas; al paso que daba nueva \ contra un gobierno establecido, dueño de
vida á las nacientes bandas de carlistas, i todas las ciudades y fortalezas, y aliado con
siempre. dispersadas y nunca esterminadas. '11 la Francia y la Inglaterra. Se dirá que este
Aun prescindiendo de los tiempos y lugares principio no ha prevalecido, y que el éxito
en que los partidarios de D. Cárlos llegaron de la guerra no le ha sido favorable; pero
á formar un verdadero ejército, ¿quién po- esto no pruebaque el principio no fuera muy
drá negarme que siempre y donde quiera, fuerte, sino únicamente que su adversaria
que á fuerza de energía de carácter de al~ habrá dispuesto de mas medios. Pero.aun
gun caudillo, llegaba á penetrar en aquellos hay mas , y es la manera singular conque
pelotones alguna subordinacion y disciplina, ha terminado la guerra: manera que no es
formando nomasque una sombra de cuerpos del caso examinar ahora, porquees sobrado
militares, las ventajas de parte del enemi- reciente, pero que bien de bulto manifiesta
go no fueran incalculables, bastando apenas la terrible dificultad que habia en dar fin á
toda la pericia militar para detenerlos en su la contienda con la sola fuerza de las armas.
ímpetu, y huir el cuerpo á sus amañosos Los consejeros de D. Cárlos , que conocian
golpes'? . . los poderosos elementos con que contaba su


Mucho se ha hablado del espíritu de van- causa, creyeron que siendo dificil derribar
dalismo , de rapiña y de pillage, señalando el gobierno de Madrid por medio de un gol-
todo esto como causa del engrosamiento de pe militar, no era prudente aventurarle; y
las filas carlistas, y de que sus operaciones I pensaron que dando lugar el tiempo, y de-
llevaran ventajas al ejércitode la Reina. Cla- jandoque obrasen loselementos disolventes,


-ro es que entre loscarlistas nofaltarian hom- . que tantas veces amenazaron de muerte la
.bres perdidos que socolor de pelear por Don causa de la Reina, andarian madurándose
Cárlos , tratarían de vivir á sus anchuras: las cosas, y podríase por fin conseguir el
esto sucedeen todaclase de insurrecciones; triunfo. Este pensamiento era fundado hasta
pero si á hecho semejante se le quiere (lar ciertopunto; pero en cambio, á fuerza de
una importancia escesiva, si se pretende t()- calcular la posicion enemiga, olvidaron la
marle como clave para esplicar lo que solo propia; y este olvido los ha echado á perder
puedeesplicarse porcausaspolíticas, me pa- á ellos y á su causa.
rece que en refutar estas ideas se interesan El genio de Zumalacárregui había forma-
dos cosas; el honor de los militares y el ho- do el ejército de las provincias, y había com-
nor del pais; porque si loscarlistas lIO eran prendido muy bien, que la posicion era es-
mas que bandas de ladrones y foragidos, cclentepara un centrode organizacion, para
¿cómo es que los ejércitos no podian des- una base de operaciones y para un abrigo y
truirlos? se me dirá que el pais los prote- refugio en las derrotas. Pero muertoZuma-
gia ; pero entonces yo preguntaré si el pais lacárregui, no parece sino que los conseje-
es algun establecimiento de ladrones, pues ros de D. Cárlos se figuraron, que situacion,
que tanta proteccion habria dispensado á semejante era prolongable indefinidamente;
gavillas de ladrones. y asi es que convirtieron á las proviaeias


'Nohe conocido de cercaá loshabitantes de en una gran fortaleza guarnecida por treinta
otrasprovincias donde la insurreecion hahia mil hombres. Aun cuando no les hubiera
tomado cuerpo, pero sí á los moradores de inspirado recelos la afluencia de tantos es-
las montañas de Cataluña; y emplazo á todo trangerosque con varios títulos y pretestos
hombre que los. haya, tratado ,para que me ,inundaban aquel campo; las entradas y sa-
diga '. si dejan nada que desear suaficion al :¡lidas'de tantos oficiales como concurrian allí
trabajo , su honradez, y su aversión al la- de.todas partes , y. cuyaconducta era nupo-
trocinio y al pillage. '. , ;~.,;: 7' . -sihle vigilar escrupulosamente; el cansancio


Todo esto, que para tul es 1Il3§claro quedel.pais agobiado contantas cargas, y:' hasta
la luz del dia, manifiesta que la causade Don con la presencia de tanta gente; .elmalefeo-
Cárlos se hallaba ligada con un principio toque debía de producir el regreso de esas
que ha sobrevivido á los'esfuerzos que .mas ' -espediciones siempre á medias, siempre roa-
de treinta años ha se estan haciendo para logradas; aun cuando hubieran queridopres"




- 22-
cindir de todo esto, ¿cómopudieron olvidar
que un ejército en inaccion y cercado por
todas partes, es preciso que se debilite y al
fin perezca, por la misma ley que enferma-
ría v moriría un individuo, SI mantuviera su
cuerpo siempre en una misma posicion, y
en una atmósfera reducida v ahogada?


De esta manera han conseguido que su
causa haya perecido de tal modo, que ni si-
quiera se le ha dejado el honor de sucumbir
en una batalla general y decisiva; nada de
eso; sino que se ha disuelto, ha muerto de
gangrena; y al presentarse fugitivo D. Cár-
los en pais estrangero , no ha tenido el con-
suelo de hablar aquel lenguaje que enno-
blece la desgracia de una gran derrota: .«la
»suerte de las armas me ha sido adversa,
»00 visto perecer á mis valientes en porfia-
»do combate, y vengo á pediros un asilo en
»nombre del infortunio.» Qne no hasta, no,
para encubrir el verdadero aspecto de las co-
sas el llamar traidor á Maroto; pues que si no
hubiese habido mucha predisposicion de áni-
mos, si el mal no hubiera tenido raiees muy
profundas, no hubiera este general podido
llevar adelante sus planes. Medió aquí sin
duda el plan de un hombre; plan llevado á
cabo con una audacia increible; pero medió
tambien algo mas: el gérmen de muerte es-
taba entrañado por la misma naturaleza de
las cosas; de otra suerte, ¿cómo se esplica
el que en 22 dias, casi sin una acción, des-
aparezca un ejército de treinta mil aguerri-
dos combatientes, apoyados en la opinion
del pais , tan decidida por espacio de seis
años, atrincherados en plazas de armas, en
fuertes respetables, en posiciones y cordi-
lleras inaccesibles, y todo esto teniendo á su
frente á su rey, protestando contra la trai-
eion del general, y escitando á los soldados
y á los paisanos á continuar en la lucha?
• Es menester confesarlo: los consejeros de
D. Cárlos han guiado muy mal á este prínci-
pe: ellos le hicieron olvidar su verdadera po-
sicion ; ellos quisieron que fuera un rey,
cuando no era menester que figurase sino
como el primero de sus soldados; convirtie-
ron en corte lo qne no debia ser mas que un
cuartel general; sobrevinieron las intrigas,
cambiáronse tamhien ministerios, mudóse
repetidas veces de política, es decir, que en
una causa que por sus principios , por sus
elementos, por su misma posicion, tenia á
la mano el medío mas poderoso de victoria
cual es la~unidad, se introdujo el cisma y la


mas encarnizada discordia; hasta que llega-
das las cosas al estremo , concibió ~Iaroto el
plan mas osado que pudo caber en _cabeza
alguna: abrió la escena en Estella y la cer-
ró en Vergara.


Pero aunque sea verdad que los repre-
sentantes de un principio no hayan sabido
llenar la mision que se les habia encomenda-
do, no se sigue que el principio ya no exis-
ta: podrá perder fuerza comoprincipio polí-
tico, es decir, en cuanto era el apoyo de una
determinada forma de gobierno ó se propo-
nia entronizar una familia; pero como prin-.
cipio moral y social, el principio vive aun:
es el mismo que ha combatido siete años;
aun hay mas, es imposible sofocarle, por"
que está arraigado profundamente en el país,
y sus ramificaciones son estensas , su con-
testura es.robusta, y es preciso respetarle,
haciéndole entrar con justas modificaciones
como un elemento de gobierno. Conviene no
hacerse ilusion con la vista de grandes ejér-
citos sobre las armas, de caudillos ilustres
que marchan á su frente; estos ejércitos se
disolverán, porque políticay económicamen-
te es imposible su duracion por largo tiempo;
esos caudillos pasarán también, ó bajarán al
sepulcro de aquí á pocos años, ó reducidos á
su vida privada, tendrán en los negocios pú-
blicos la mera influencia de ciudadanos dis-
tinguidos: en una palabra sean cuales fueren
Jos sucesos que por de pronto se verifiquen,
pasado cierto tiempo, la suerte de la nacion
española ha de quedar encomendada á sus
leyes v á sus instituciones: Y i ay de nos-
otros! si no acertamos á que sean bastante
sabias.y poderosas para llenar los altos obje-
tos á que deben estar destinadas.


La guerra que acaba de terminar era pro-
fundamente social y política, esta es una ver-


I dad que conviene mucho no olvidar para en


I
adelante; y que se ha presentado muy de
hulto en todo el curso de los sucesos. Por
esta causa un militar, que no hubiera sido
mas que militar, no habriá servido para
nada; y así es que han sobresalido mas aq~e­
llos militares que al propio tiempo han Sido
mas políticos.


CAPITULO IX.
Cuando se contempla á esa nacion grande


y generosa, tan agohiada de infortunios, tan




- i3-
sedienta de encontrar el verdadero camino valdrá de ella para conducirla nación al sis-
que la conduzca á la felicidad, ó que al me- tema del Estatuto: entregadla al Sr. Argue-
nosle proporcione algun descanso y reposo lles, y tambien sin ser quebrantada la Cons-
para cicatrizar sus heridas; cuando- se oye titucion de 1837, veráse la nacion coaduci-
tanta griteríade partidos que se disputan el da al sistema del año 12. Esto no tiene ré-
mando, el rugido feroz de las pasiones pro- plica; y si se quisiera una prueba mas de la
vocando discordias y sangre; en medio de' verdad v exactitud de estas observaciones,
tanto desorden, preguntase á si mismo el ob- ahí está'una muy palpable y reciente: los
servador: ¿quién se encargará de sacar á debates del Congreso. sobre la ley de ayuu-
puerto esa nave tan combatida? quién reor- tamieutos.
ganizará esta sociedad disuelta? ¿serán los ·lndica todo eso cuán escaso significado
hombres, ó las instituciones? Es menester tiene la palabra espíritu aplicada á esta ma-
notar, que median en esta parte diferencias tería, pues cada cual la interpretará á su mo-
muy capitales: tiempos y circunstancias hay , do: lo mismo puede decirse con respecto á
en que las mismas instituciones guían á los lo que se llama consecuencias , pues que
hombres; pero tambien hay tiempos y cir- siendo estas tan varias y tan opuestas como
cunstancias en que loshombreshan de guiar hemos visto, equivale á decir que necesa-
las instituciones. Esto último se verifica des- rias y determinadas, no tiene ninguna.
pues de una revolucion, porqueentoncesson Pero qué, ¿ no hay en la Constitucíon
las instituciones demasiado débiles; y des- algun principio dominante? ¿El monárquico ó
graciadamente nosotros nos hallamos en es- el democrático? Los monárquicos dicen que
te caso. es menester desenvolverla en un sentido


¿y quiénes serán estos hombres, y cuál monárquico, pues que el principio domi-
ha de ser su sistema? Creen algunos que han nante en ella es la monarquta ; pero los de-
formulado ya un sistemade gobiernocuando mocráticos responderán que es necesario
han pronunciado Conslitucion de ,1837; ma- desenvolverla en un sentido democrático,
yormente si puedenañadir el que se desen- pues que su principio dominante es la de-
vuelva la Constitucion conforme á su espíritu mocracia: y si se les piden pruebas de ello,
v hasta sus últimas consecuencias. No'ne- sabrán recordar la época en qne se formó,
garé que én cierto modo tenga la Constitu- los hechos que la precedieron, el orígen de
cion su espíritu propio, y que puedan seña- las cortes constituyentes, y sobre todo las
larse algunas.consecuencias que hayan de opiniones políticas de los homhres que la
mirarsecorno suyas; sin embargopara con- i formaron; podrán decir: « nosotros somos
vencerse de cuán general, cuán vago, cuán democrátieos , nosotros la hicimos, 1, cómo
inútil para la práctica es todo esto, si se con- será pues posible que la hiciéramos monár-
sidera solo y aislado, bastará observar que quica? Eso hubiera sido ahjurar nuestras
la Constitucion es de sí muy flexible, pro- ideas, derribar nuestros sistemas, dar por
piedad. que aunque en cierto modo pueda el pie á todos nuestros planes y proyectos,
mirarse como una perfeccion, no deja por reducir á la nulidadnuestro partido, eu una
ello de hacerla capaz de servir para cuanto palabra, suicidarnos.»
se quiera, si no se echára mano de las pre- ¿Quién resuelve esta cuestioa 10 ¿quién
cauciones necesarias. La ley electoral, la termina la contienda? ¿ cuál diremos que es
de ayuntamientos, diputaciones provinciales, el principio dominante, el monárquico ó el
libertad de imprenta, milicia nacional, de- democrático '? Si he de hablar ingénuamente,
Techo 'deasociacion, de peticion y otras mu- diré que ninguno; ambos están en comhi-
chas , son susceptibles de arreglarse sobre nacion , ambos entran en cantidad conside-
infinita variedad de bases, sin tocar en lo I rabie, pero ninguno domina: y segun sea el
mas mínimo á la Constitucion. ¿y quién no curso de las cosas.podrá desenvolverse mas
repara en la inmensa escala de esas gra- ó menos uno lÍ etro, y desvirtuar á su ad-
duaciones? ¿quién no véque estaescala com- versario, Este: á primera vista puede pare-
prende desde el sistema del Estatuto Real cer estraño, mayormente á aquellos hombres
hasta el de la Constitucion de 1812? Entre- á quienes no se les cae jamás de la boea la
gad la Constitucion al Sr. Martinez de la Ro- palabra de teorias constitucionales, y que ha-
sa ;y. sin faltar á su juramento, sin quebran- blandel espírituv consecuencias de las cons-
tar ni escatimar la Constitucion vigente, se tituciones como de cosa determinada, fija,




- 24-
Incapaz de tomarse en diferentes sentidos; ¡
per~ me parece que hayen estouna equivo-I
cacion grave , que resulta de nocomprender
á fondo lo gue sonlas formas políticas; y de
nodistinguirpaises , tiempos y demas cir.:..
eunstancias. Suele llamarse ley fundamental,
fa que determina las formas políticas; la pa-
labra fundamental induce á algunos á creer
que las constituciones sonlomas fundamen-
tal que hay en un país. No puede negarse
que con respecto á las instituciones civiles,
sonlas fonnas· políticas un verdadero funda-
mento; peroestas á su vezhan de asentarse
sobreotrocimiento formado de aquella masa,
digámoslo así, en cuya composicion entran
las ideas y costumbres del pais, y aquellas
instituciones que por antonomasia se apelli-
dan sociales.


Aclaradas estas ideas que- son de la ma-
yor importancia, si algo se ha de entender
en estas materias, pasaré á observar la di-
ferencia que debe mediar entre paises y pai-
ses, y entre tiempos y tiempos; y de esta
nanera quedará manifiesto cómo es que una
constitución que en un pais pudiera decirse
que tiene un espíritu tijay determinado, en ¡.
otro le tenga sumamente vario , ó mejordi-
remos indeterminado y vago. Cuando una
constitucion es antigua, se halla en armo-o
nía con las ideas y costumbres del pais, con
las instituciones que se llaman sociales, y
con las otras que se denominan civiles. Co-
moes evidente que en todo este conjunto en-
tra la organizacion general de una sociedad
en .todos los ramos, y tambien 'las opinio-
nes dominantes sobrelas materias de interés
social; es claro que encierra mucho de de-
terminado y fijo en las ideas, mucho de apli-
cadoá la práctica; y entonces es imposible
que no se pueda señalar un principio domi-
nante, un elemento que entre en mayor can-
tidad y fuerza t y por consiguiente un ca-
rácter propio y distintivo de aquella socie-
dad. Hé aquí el espíritu de su constitución,
el cual no será otro que el mismo del pais;
porque allí , como todo habrá nacido de un
mismo orígen, todo habrá marchado en ar-
monía j ó si es que alláen tiempos antiguos
hubiera habido violencias, choques y hasta
catástrofes, el transcurso de los alias habrá
borrado la huella de las antiguas discordias;
y calmada la efervescencia, olvidados los
rencores, y aquietadas lasoscilaciones de los
antiguos sacudimientos, todo estará á nivel,
todo en equilibrio, ocupando cada cosa el


lugar que por su naturaleza le corresponde.
Pero muy al revés sucede cuando una cons-
titucion es nueva, porque entonces hay que
disponer el suelo mismo" sobre que debe
asentarse; V además es menester ponerla
en proporciolt y armolIí~ con.lo demás 1 que
por su naturaleza debe" estribar sobre-ella.
Puede suceder que las ideas y costumbres
de un pais y sus instituciones, se hallen en
estado muy diferente del de otros paises, en
que hayaconstituciones mas? menos sem~­
jantes; y entonces crecela dificultad de atí-
nar en el verdadero puntopara conciliar es-
tremos opuestos. Porque' si se quiere aco-
modar la constitucion al estado social del
pais, parecerá que se la falsea; y si se le
quiere dar un desarrollo conforme al estado
social de otrospaisesdonde hay constitucio-
nes semejantes, entonces se chocará conla
sociedad, y serán inevitables males de la
mayor cuantía.


Auncuando los gobernantes penetrándose
de los peligros que siempre llevan consigo
aquella innovaciones, que esten en oposi-
cion con el estado de la sociedad, traten de
ceñirse esclusivamente á la parte civil y ad-
ministrativa, estendiendo digámoslo así, solo
poraquel lado los efectos de la constitución,
y dejando intacto todo lo relativo á materias
propiamente sociales, no se evita sin em-
bargoel riesgo como á primera vista pudiera
parecer. y esto no es solamente por el roce
que tienencon las materias sociales las civi-
les y administrativas; sino, y principalmente,
porque tal es el estado de las opiniones, que
lo quepara unos es puramente objeto deleyes
muy secundarias, es en concepto de otros,
profundamente social, y de la mayor grave-
dad é importancia.


No será difícil encontrarejemplos: el arre-
glodel cleroes en concepto de algunos, obje-
to de una ley secundaria como otra cosa
cualquiera; segun ellos no se necesita mas
que calcular el número de ministros, la dis-
tribucion 'de parroquias y obispados, la do-
tacion del culto v clero, todo conforme á las
necesidades delpais, y en armonía con las
instituciones políticas y civiles; sujetarestos
datos al exámen de una comision, formar un
proyecto,hacerle pasar por los trámites de
las levescomunes, y obligar á someterse al
nuevo arreglo, tanto al clero como á los pue-
blos. Cosa por cierto bien sencilla; ni mas
ni menos que quien arregla el sistema mu-
nicipal ó cualquier otro ramo: y sin embargo




CAPITULO X.
Todocuanto llevo espuesto sirve á demos-


trar lo crítico de nuestra posicion, pues ma-
nifiesta que nuestras instituciones no pueden
guiar á nuestros hombres, sino que estos
han de guiar á aquellas; resultandode aquí
que pueden ser muy diferentes los caminos
que sigamos, segun lo sean los. sistemasque
sirvan de norma á nuestros gobernantes; y
que estan esos sistemas distribuidos en una
inmensa. escala, sin que pueda decirse que
ninguno de los grados de ella se halla fuera
de los límites marcados por la Constitucion.
Ahora se ha de señalar el punto. de esa es-
cala, se ha de fijar la graduacion, y esta es
la causa porque los partidos procuran con
tantos esfuerzos apoderarse de la direccion
de losnegocios, para desenvolver cada cual
la Constitucion conforme á sus respectivas
opiniones, y á propósito de sus miras. La
nave ha de hacerse á la vela, los rumbos
que pueden seguirse son muy diferentes;
¿qué estraño, pues, que cada partido quiera
ser el piloto? Infiérese tambien, que nosha-
llamos en aquellas circunstancias en que se
necesitan mucho los hombres, porque no
bastan las cosas: y esto es cabalmente lo
que presenta mas triste y nebuloso el por-
venir.


¿Quéles pediremos á los hombres, cuando
si ellosnos responden sinceramente , habrán
de confesarnos que son tan insuficientes, y
tan débiles como las cosas? ó si no , ¿dónde
se hallan, en qué filas se encuentran, á qué
partido pertenecen, los que poseen el pen-


I samiento poderoso, capazde dominartama-
I ñas circunstancias, bastante benéfico para


curar nuestros males, bastante fecundo para
producir nuestra prosperidad y ventura?
Revolucionarios, progresistas, moderados:
tales son los nombres de que se glorian> Q
que se dan unos á otros los partidosque en,
la actualidad se.disputan la arena, dejando
aparte los apodos con que se motejan. En
esta serie de nombresque significan los par-
tidos principales, podrían intercalarse mu-
chas otras denominaciones, queespresan
varias clases en que se subdividecada uno.
de ellos; suhdivisiea'que no es de estrañar,


- 23"-
los hombres sensatos, y que lIeva~ mas alto I se ha de resolver en España: armonizado
sus miras, sean cuales fueren sus Ideas reli- ' todo sinpasar pornuevos trastornos.
giosas, estan acordes en que no se puede
andar por ese camino; y todos los hombres
verdaderamente católicos estan íntimamente
persuadidos, de que un proceder semejante
sería un atentadosacrílego contra el santua-
rio ; y si menester fuere, sabrían arrostrar
la persecucion, antesque someterse á dispo-
siciones que violasen el sagradode su con-
ciencia.


Aun hay mas: hemos visto ya repetidas
veces discutirse la famosa cuestion sobre
diezmos: en sentir de unos'solo se trata de
una contribucion , el problema es puramente
económico, y está muy lejos de levantarse á
tal altura, que pueda rozarse con los gran-
des intereses de la sociedad; pero á juicio
de otrosno se trata solamente de una contri-
bucion, pues que no miran el diezmo como
tal, sinocomo verdadera propiedad; no es
cuestionpuramente económica, sino que es
altamente política, religiosa y legal; como


.que ademas de rozarse con el sistema de
contribuciones, enlazase con el sagrario de-
rechode propiedad, con las ideas religiosas,
con las leyescanónicas y civiles, hasta con el
derecho degentes, á causade losconcordatos,
que si se losquiere mirardespojados de todo
carácter religioso, al menos se les habrá de
con~iderar como tratados entre gobierno y
gobierno. Por manera que cuandouno con-
sultará únicamente obrasde economía políti-
ca, otro revolverá loscódigos civiles y ecle-
siásticos, preguntará á los jurisconsultos,
estudiará el derecho de gentes, examinará
lo que vale la palabra propiedad, y hasta
pedirá á su corazon que le diga lo que se
entiende por buena fe.


Hé aquí cómo una misma cuestion puede
ser colocada en muy diversos terrenos, y
mirada bajo aspectos muy diferentes: hé
aquícómo lo que para unos será únicamente
objeto de cálculo, ó cuando mas de oportu-
nidad y prudencia, será para otros objeto
de política, de religion, de alto derecho, de
buena fe:héaquí la demostracion mas con-
cluyente de los gravísimos riesgos que hay
de cometer errores muy funestos, atacando
el corazon de la sociedad cuando solo parecía
tocarse á su superficie; y hé aquí finalmente
loque dará mucho que entender á todos los
filósofos, á todos los políticos, á todos los
hombres de estado, que traten de resolver el
problema que con tanta urgencia y apremio




- 26-
porque tal es el estadode las cosas, y de tal han agravado escesivamente sos males?
modo se han debido fraccionar los partidos, ¿quiérense formas políticas mas populares,
que no es de admirarque se haya presenta- cuando la Constitucion de 1837 es la mas
do á la vez tanta variedad de matices. Al. popular de Europa?
principio de nuestra revolucion, es decir, Digámoslo de una vez: la revolucion en
durante la guerrade la independencia, por España no tiene en su apoyo, ni ideas ni
mas que á primera vista no se descubrieran intereses, carece de motivo, de pretesto; y
mas que los. dos grandes bandos de rea- si se hiciera, ni objeto tendria contra el cual
listas y liberales, no dejaban ya de divi- pudiese dirigirse; á no ser que se pen-
sarse los gérmenes de nuevas divisiones; sase en aplicar teorías, cuyo solo nombre
gérmenes que para su desarrollo, solo es- haria estremecer la Europa. Cuando hay
perabanla accion del tiempo. Andando este, privilegios antiguos, instituciones antiguas,
se- han ido presentando las subdivisiones, entonces si se hace la revolucion sabemos á
hasta llegar al estremo, de que así como dónde se dirige, será á' la destruccion de
hombres que se glorian de pertenecer al aquellos privilegios é instituciones; si el es-
partidode la monarquía pura, representan tado de la opinion , ó el poderlo de algunos
sistemas tan diferentes y tan distantes, como nuevos intereses exige el establecimiento de'
el del obispo de Leon y el de CeaBermudez; nuevas formas políticas, entonces sahremos
asfentre losliberales, aun limitándonos á los á dónde va la revolucion; va á conquistar Ct
que figuraron desde mucho tiempo, y ála so- terreno que se disputa, vaá promover y
la clasificacion de progresistas y moderados, asegurar el triunfo de las nuevas ideas, á
se ven opiniones tan opuestas como son las asegurar intluencia en el gobierno á aquellos
de Argüelles y Martinez de la Rosa. intereses, que eran ya de antemano pode-


Dando una mirada sobre la actual situa- rosos en la sociedad. Pero si previlegios é
eion de esos partidos, lo primero que se instituciones, y todo loantiguo, se ha echado,
echa de ver es su debilidad estrema, su porel suelo, si las formas políticas sonmuy
postracion completa; todos claman, todos se amplias y populares, si no hay una idea que
agitan, todos pretendenser fuertes, todos se no tenga su espresion libre, si no hay un
creen capaces de dirigir los destinos de la nuevo interés que no esté representado, en-
nacion; pero todos son tlacos, todos se es- tonces, ¿qué objeto tendrá la revolucionó?
tremecen á la sola vista de sus adversarios. ¿qué se propondrá destruir? qué conquistar?
¡Cosanotable! el principio político que de- qué establecer'?
rendían acaba de triunfar, y parece que no Si se tratarade una revolucion en Francia,
saben qué hacerse de la victoria. ¿Qué indi- ó en otra nacion que puedacontarcon pode-
ca esto'? ¿no indica que todos entraflan mu- rosa inílnencia sohre el resto de Europa; y
cho de falso, y que ninguno se ha levantado cuya orgarrizacion social la tuviera dispuesta'
á bastante altura para comprender y dirigir l. para unode aquellos grandes sacudimientos.
á la nacion española? II en quemasas inmensas se levantan como las


Empecemos por los revolucionarios. ¿Qué il olasdela mar,y acometen furiosas todo jaque
significa la palabra reeolueio«, aplicada á 1 existe, Sea gobierno, seanclases, sea propie-
nuestra situacion actual? ¿qué es lo que se I dad, sea la contestura de los mas sagrados
quiere revolver? ¿. qué es lo que no se haya lazos sociales y domésticos; entonces todavía
revuelto? ¿se quiere todavia destruir mas'? y fuera comprensible la revolucion: diriamos
entonces puede preguntarse, ¿qué es loque que van á realizarse allí los delirios de Saint-
ha quedado en pie? ¿Quién puede pedir Simon, ó del abate de Lamennais: diriamos
ahora la revolucion? ¿será la ciencia política? que allí se harán los primeros ensayos, y
peroesta ciencia ha visto deshojar muchas de . que la fuerza material de que dispone aque-
susilusiones, hapalpado lo funesto demuchas lla nacion, se empleará en seguida para re-
de sus teorías, y por esto se ha declarado generar á los otrospueblos. Peroen España,
enemiga de la revolacion : ¿será el pueblo, donde ni se ha presentado, ni se presentará
cuando tan repetidas veces ha manifestado todavía en mucho tiempo el problema que se
su voluntad de una manera tan inequívoca, llama del pauperismo, con todas las dificulta-
tan terminante? ¿seránlosintereses del.pue- .' desypeligrosqueentrañaparaotrasnaciones;
blo, cuando durante la revolucion no ha sen- 11 en España, donde las masas propiamente ta-
tido el menor alivio, antes al contrario se I les, son profundamente religiosas y enemi-




Tanta es la verdad de estas aserciones,
tal laevidencia conque saltan á los ojos, que
salvas algunas escepciones muy raras, ape-
nas se encuentra quien se atreva á defen-
der lo contrario. Todos loshombres que por
una ú otra causa, desean todavia innovacio-
nes, se han agrupado en tornode una nueva
bandera; y aun es de notar, que bajoella se
apiñan tambienalgunos que desean de veras
la revolucion, pero que no se atreven á lla-
marla por su nombre, ni juzgan prudente
presentarse solos en campaña. Esta nueva
bandera se llama del progreso; y á veces,
como para prevenir dificultades v disipar
sospechas, se ha unido al nombre"de pro-
greso un epíteto muy inocente,muy cuerdo,
que saliera digámoslo así, por fiador de su
compañero; formándose de esta manera la
espresion: progreso legal. Llamo nneva á es-
ta bandera, no porqueyola juzgue nueva, si-
no únicamente porque se ha presentado bajo
nueva forma; puesto que no es nueva sino
muy vieja1 gastada porel tiempo, v no tie-
ne de nuevo sino que se ha escrito en
ella un nombre nuevo.


Es !Denester confesar gue no ha_sioomalo
el ardid; y que SI el partido que se empeña
en denominarse progresista, pudiera',aro-
piarse este nombre, V hacer olvidar e de
exaltado, habria ganado no poco en el cam-
bio. Eso de exaltado es muy mal sonante;
porque legislador exaltado, ministro exalta-


- 2i-
gasde innovaciones; en España, que ejerce do, homhre de estado exaltado, magistrado
tan poca influencia en el resto de Europa, exaltado, hombre público de un órden cual-
que figura. en un órden secundario en la lí- quiera, y exaltado, son palabrasque encier-
neade las potencias, y que dispone de tan es- ran estrañeza, repugnancia; porque suponen
casos medios para hacer triunfarlas ideasque falta de tino y cordura, prendas altamente
ella adoptase, ¿qué puede significar, vuelvo necesarias en materiasde gobierno.Pero pro-
á repetir, qué puede significar la revolucion? greso, y sobre .todo progreso legal, ya es
No puede ser mas que una- época de moti- otra cosa muy diferente: esto espresa no una
nes pasageros, de trastornos, de violencias pasionen efervescencia, sino unpensamien-
y desgracias; pero sin producir ningun re- I to,. y pensamiento br.illante, deslumbrador,
sultado, ni político, ni social; sin asegurar una idea generosa y activa, dirigidaempero
el triunfo de una idea, de un sistema, ni la por la justicia, V templada por la prudencia,
preponderancia de un nuevointerés: en una Bien se deja entender que hablo yo del sig-
palabra, solo puedeser la repeticion deaquel niñeado de esta espresion, por lo que ella
estado de incertidumbre, de zozobra, de debiera significar segun su verdadero senti-
agitacion , que hemos ya presenciado otras doantes de ser como insignia arrastrada por
veces,.teniéndose al fin <J.ue volver al sende- el cienode los partidos, antes de haber pa-
ro que poco antes se habla abandonado. 1 sadopor la t.errible pluma de escritores como


Abenamar.. En las revoluciones todo se aja,
CAPITULO. X·.1. :todo se mancilla, todo se disloca, y no eslo que menos sufre el Diccionario de la


lengua.
Sea como fuere, y prescindiendo de las


nuevas significaciones que se hayan dado á
la palabraprogreso, procuraré analizarla tal
como es en sí, porque juzgo de la mayor
importancia el no dejarla en circulacion con
cuño ambiguo, pues solo de esta manera se
puede .apreciar la mayor ó menor justicia
con que se la apropian los partidos.


Progresar es marchar hácia delante; v si
esto se ha de aplicar á la sociedad en sen-
tido razonable, solo puede significar, mar-
char hácia la perfecciono Cuando la sociedad
se perfecciona, progresa; cuando pierde de
su perfeccion, retrograda: para saber si
hay progreso ó no, toda la cuestion está en
si haynueva perfeccion ó no; pues aunque la
palabraprogreso suele tomarse por algunos
como sinónima de tendencia democrática,
para ser esto admisible seria necesario pro-
bar que las leyes é instituciones son tanto
mas perfectas cuanto mas democráticas; y
que la perfeccion de la sociedad consiste en
el absoluto predominio de la democracia:
proposicion insostenible porque con la his-
toria y la filosofía se puede demostrar que
no existe tal dependencia ni enlace; y que
segun las circunstancias, podrá la perfee-
cioude la sociedad exigir con respecto al
elemento democrático, ahora un sistema de
restriccion, y despuesquizás un sistema de
ensanche. .


Existía el feudalismo, poderoso, dominan-
te, y con él los males que eran su necesa-




- 28-
ria consecuencia: comenzó el desarrollo de
las municipalidades, esdecir, del elemento
popular, ¿era esto un progreso? sí; parque
tendia á mejorar la condicion del pueblo,
neutralizaba ydesvirtuaba la escesiva fuerza
del feudalismo, prestaba apoyo al poder de
los reyes, á la sazon tan débil, Y allanaha
el camino para gobiernosmasregulares, mas
justos, mas á propósito para la seguridad y
felicidad pública. Desenvueltoel sistema mu-
nicipal, ycombinado con los inquietos r tur-
bulentos restos del feudalismo, germmaba '1
por todas partes la anarquía; entonces se ma- ,
nifestó una viva tendencia á centralizar el '
poder, á robustecerlos tronos: y como conse-
cuencia necesaria se cercenó y limitó el poder
de las municipalidades. Hé aquíunatendencia
antidemocrática; y sin embargo ¿quién duda
que fué un progreso? ¿quién duda que nacio-
nes de la estension y organizacion de las eu-
ropeas, necesitaban" un poder central, gran-
de y fuerte, para que pudieran protegerse y
fomentarse los grandes intereses de la socie-
dad'? hé aqui dos tendenciasopuestas: la una
favoreciendo al poder real, la otra al elemen-
to popular; y ambas dignas del nombre de
progreso, porque ambas conducian á la per-
feccion de la sociedad.


Ciñámonos á un ejemplo mas reciente: la
Francia despues. de haberse precipitado sin
freno por el camino de la revolucion , pagaba
su ligereza y fogosidad hallándose sumidaen
la anarquía mas espantosa. Presentase Napo-
leon , da en torno de sí una' sagaz v pene-
trante mirada, conoce la oportunidad, la
aprovecha, levanta su mano de hierro, so-
juzga la revolucion, la concentra en su per-
sona, y se sienta sobre el trono de Carlo-
magno. Se restringió la libertad, todas las
formas políticas perdieron su democracia,
establecióse la monarquía mas absoluta, el
despotismo en toda su estension; y sin ern- ;
bargo ¿no fué aquelloun progreso, y progre-
so grande para la Francia'? ¿podia dejar de
ser un progeso el salir del caos?Se robuste-
ció el poder, se establecieron los hábitos de
obediencia, se organizóy vigorizó la admi-
nistracion, se formaron los códigos, se fo-
ment~ la industria y comercio. PeroNapoleon
lo hacia todoá caballo, porque era de aque-
llos monarcas que no se pueden apear; y
veinte años de guerras tenian fatigada la
Francia, é indignada la Europa; la Franciase
habíaacostumbrado á seguir el carril de un I
gobierno regular, N:apoleon no era ya nece-


sario , su nombreno era ya tan mágico, y se
empezaba á conocer y á sentir, que una
nacion tan grande valía demasiado para ser
el instrumentoy la víctima de la ambicien de
un hombre. Fermentaron muchas. cabezas,
se llevaba con impaciencia el yugo de tanto
despotismo, la Francia se acordaba de sus
derechos, queria ser mas respetada, más
consultada, propendíade nuevo á otras for-
mas, y ó miraba con indiferencia la caida de
Napoleon ó la precipitaba: hé aquí otra ten-
dencia opuesta, y no obstante tendencia de
progreso; porque progreso era restituir á la
Francia su dignidad, y restañar la sangre
que corria á torrentes.


Presentada la cosa bajo este punto devis-
ta, salta á los ojos que para saber si un sis-
tema que se apellida de progreso conviene
Ó no á la sociedad, es menester examinarsi
se toma esta palabra en su acepcion genuina;
es decir, si con aquel sistema se caminaha-
cia la perfecciono ¿Y qué se entiende en
España por progreso, tomando esta palabra
en un sentido que no signifique revolucion?
¿qué es lo que espresa '! Antes de determi-
narlo, examinemos cuáles son sus doctrinas,
cuáles sus hechos. Se ofrece esplicaralguna
prerogativade la corona, concederle algun
derecho, estender alguna de sus facultades,
¿á qué parte se inclinarán los progresistas'!
no es dudoso: á la que limite v restrinja.
Se trata de alguna clase antigua", tal como
el clero ó los restos de la nohleza; ·¿qué ha-
rán los progresistas? combatirla. Estos dos
hechos que aparecen siempre como domi-
nantes en la conducta de este partido, indi-
can bien á las claras que es hijo de aquella
escuela cuyos principios fundamentales eran,
mirarcon suspicacia y desconfianza el poder,
y profesar una profunda aversion á aquellas
clases, que en la antigua organizacion social
formaban las Jos principales gcrarquías. A
consecuencia de tales principios, natural es
que propenda en sus doctrinas y en sus he-
chos, á favorecer el elemento democrático;
y de aqui ese apelar siempre al pueblo, in-
vocar siempre la autoridad del pueblo, seña-
lándolecomo orígen de todos los poderes, y
llamándole á tomar parte en todos los négo-
cios. Sin embargo, aunque á primera vista
parezca ese partido esencialmente. democrá-
tico, miradala cosaen el. fondo descubre una
singularidad digna de espiicarse.Euando los
progresistas invocan el pueblo, invocanso-
lamente aquel pueblo que participa: de sus




CAPITULO XII.
Examinando á fondo la historia y consul-


tundo la esperiencia, se puede notar que las
revoluciones, las restauraciones, yen gene-
ral todos los grandes hechos políticos, aun-
que presenten decidida tendencia á ciertas
formas políticas, aunque parezcan animados
de un principio esclusivamente político, no
es sin embargoasi: la cuestión en la super-
ficie es política, pero en el fondo es social;
el ruido se mete en las formas, pero la vista
está lija e'I1 objetos que afectan el corazon
de la sociedad Se suele decir que las formas
políticas deben ser consideradas como un
medio, y que es una equivocacion el mirar-
las como un fin; pues bien, esta doctrina que
se enseña como un adelanto, es ya conocida
de muy antiguo, si no con toda la claridad
teórica, al menos en confuso, y sobre todo
es sentida vivamente, y lo que es mas, es
siempre realizada. •


Este es un hecho que esplica muchas in ~
consecuencias de las revoluciones, restaura-
ciones, partidos, en una palabra, de todolo
tocante á política. La cosa es muy sencilla:
los encargados de la propagación de ciertas
ideas, de la conservacion , proteccion y fo-
mento de ciertos interesés, juzgan que les
es conveniente esta ó aquella forma política,
este ó aquel sistema político, y en conse-¡
cuencia los ensalzan, los proclaman, y pro-
curan de todos modos establecerlos y asegu-


- 29 ~
ideas. y que favorece sus miras; pero' si el rarles predominio. 'í'anto es el ruido, tantas
genuino desarrollo del elemento popularlos las protestas, que la cuestion política llega á
contraría, entonces se oponen á este desar- parecer la dominante; y entonces las ideas y
rollo con todas sus fuerzas, no quieren se- los intereses que han de medrar al abrigo
guir hasta las últimas consecuencias el espí- de aquellas formas ó sistemas, quedan como
ritu democrático de sus principios. involucrados, ocultos, apenas se divisan.


Tachados son de inconsecuencia los pro- Pero ¿quereis descubrir el secreto'! es muy
gresistas por semejante conducta; rechazan fácil: observad atentamente la marchade los
ellos la acusacion señalando como es natural sucesos, y bien pronto la incesante movili-
varias razones, segun lo exige la cuestion dad de las cosas humanas, y la estrema va-
que se ventila; pero me parece que harto riedad de los objetos que se tocan, se rozan
mejor se defenderían aceptando francamente y complican en la sociedad, os ofrecerán oca-
el cargo, y haciendo notar que tal inconse- sion oportuna.
cuencia es resultadode una ley general, que Por mas grande que sea la prevision de
estiende su dominacion sobre todos los par- los que comunican el primer movimiento, v
tidos. Aqui llamo muy particularmente la señalan su direccion, las formas ó sistemas
atencion del lector, porque voy á esponer políticos, escogidos como el instrumentomas
una doctrina muy á propósito para señalar adaptado, no siempre llenan el objeto á que
las causas de fenómenos estraños. están destinados. ¿Qué hacer entonces? la


elección no es dudosa; lo menos principal
debe ceder á lo mas principal, la institución
política se adultera; si esto no basta, se la
quebranta; y hasta se abjuran los principios
políticos en que se había cimentado. La.his-
toria y la esperiencia confirman esta doc-
trina.


No consiente el género del escrito espía-
yarse en las numerosas aplicaciones que de
tamaña verdad podrian hacerse; pero como
quiera no he de dejarla sin algun ejemplo;
porque tal me parece su importancia, es tan
luminosa para comprender fenómenos muy
singulares, ilustra de tal modo la verdadera
situacion de España, que no será tiempo per-
dido el que gastemos en aclararla.


Nadie ignora el profundo arraigo que tie-
nen en Inglaterra las formas, los sistemas,
y hasta los hábitos de libertad política; y
sin embargo esta libertad se ha visto por
mucho tiempo limitada, comprimida, en tra-
tando de un principio que estaba en oposi-
cion con otro principio, que ¡¡e había seño-
reado de la sociedadinglesa; la posteridad
preguntará con admiracion: ,¿cómo era posi-
ble que en Inglaterra, en esa Inglaterra que
ha llegadoá obtener el título de pais clásico
de la libertad 1 hubiese ·ya transcurrido el
primer tercio del sigloXIX, y todavia fueran
menester grandes esfuerzos para obtener la
emancipacion de los católicos? ¿Quién cre-
yera que el principio político, que tan arrai-
gano, tan dom!nante estaha en el país, estu-
viese constreñidopor tanto tiempo, impedido
de cstenderse, privado de un desarrollo que
le era tan natural y tan propio? Y sin em-




..


M--
es tambien que esta escuela, por principios,
porintereses,y por todo Iinage de afinidades,
se hermanaba íntimamente con todo cuanto
tendia á disminuir el poder. de los reyes. No
había estallado la revolucion francesa, la
monarquía en Europa era todavía muy ro-
busta; y esta institucion que disponiade tan-
ta fuerza, y que estaba rodeada de tanto
prestigio, era un instrumento escelente para
derribaró desmoronar clases ó corporaciones,
que con el tiempo habían adquirido gran
consistencia y poderío. Olvidáronse entonces
los derechos de ciudadano, loslímites delpo-
der real, las consideraciones debidas -al
hombre: en una palabra, todo lo que for-
maba la divisa de aquella escuela filosófica.
Se trata del clero: entonces los reyes lo son
todo; lasclases, los individuos no son nada;
el derecho de propiedad, la libertad indivi-
dual, todo desaparece bajo la mano de los
reyes, todo se hunde en presencia del trono,
para que loshechos se subordinen al pensa-
miento principal y dominante. Es decir, que
á trueque de bacertriunfar su ideaprincipal,
el espíritu innovador se olvida de las-secun-
darias, á saber, de las políticas; ya no es
amiga de la libertad, apela al poder de los
reyes, les concede toda clase de facultades,
no señala límites á la estension de su poder,
proclama el despotismo.


Estalla la revolucion, créase un poder
terrible para derribar; entonces los tronos
desaparecen, el pueblo lo es todo; porque
así conviene para el triunfo de aquel mismo
pensamiento, que hahiasujetado á'su diree-
cion el mismo poderde losreyes. La revolu-
cion peligrapor sus propios escesos, se ne-
cesitaun hombre que personificándola en sí
propio, pueda asegurar el triunfo de las
nuevas ideas, y garantizar la seguridad de
los nuevos intereses: ahí está Napoleon. La
libertaddesaparece, el despotismo mas puro
se entroniza, pero no importa: este hombre
por su orígen, por su posicion, y por todas
sus circunstancias, no puede favorecer el
órden social antiguo: él representa el nuevo
órden de cosas, él sacará vencedora la revo-
lucion; despues de haberla impedido el sui-
cidarse, la organizará, la regularizará, la
cubrirá de gloria en cien combates; él con-
sumará el hecho que espresa el pensamiento.
dominante de la revolucion: operarun cambio
profundo, radical, en el corazon de la socie-
dad. ¿Veis qué diferencia de fases? pues todo
marchaba al mismo fin, todo se dirigia á der-


hargo la estrañeza no es dificil de esplicar,
si se recuerda la verdad que acabo de esta-
blecer, y se la aplica á la Gran Bretaña.


Observando el curso de las revoluciones I
de ese país, se nota que ha tomado en ellas i
mucha parte, y ejercidopoderoso influjo, el
principio protestante. Triunfó este principio,
apoderóse de la sociedad inglesa; no tan solo
estableciendo el predominio de las ideasque
eran su consecuencia, sino ligándose con
muchos y grandes intereses materiales. En
el Catolicismo veia su adversario mas temi-
ble: este era un rivallleno de viday robustez
por su misma. naturaleza, poderoso en mu-
chas regiones del globo, y que una vez in-
troducido en la arena, podia disputar el ter-
reno con probabilidades de victoria. Y esta
es la razón porque en tratándose de los ca-
tólicos , no se ha querido que el principio
político dominante diera sus consecuencias,
se le ha desnaturalizado; y si el espíritudel
siglo y el imperio de las circunstancias han
recabado alguna medida favorable á los ca-
tólicos, no se los pierde por eso de vista; no
se levanta la mano que comprime á esa Ir-
landa, cuvo gritode indignacion resuena tan
enérgicamente por boca de su famoso repre-
sentante.


Ya que me viene como á la mano, desva-
neceré de paso el error en que podrian estar
algunos, creyendo que el principio de liber-
tad política ha sido contrario de loscatólicos, i
porque ellos eran el apoyo como si dijéramos
nato, del despotismo. La voz mas robusta y
atronadora que se oye en Europainvocando
la libertad, sale de Irlanda; ¿y por qué? por-
que en Inglaterra el trono y la aristocracia
estan íntimamente ligados con el protestan-
tismo; nueva confirmacion, prueba evidente
de que las formas y sistemas políticos figuran
como secundarios, como instrumentos con
respecto á las grandes ideas é interesesque
afectan el mismo corazon de la sociedad.


Aduciré todavia otro ejemplo: sabido es
que la escuela que se propuso en el siglo
pasado hacer un cambio radical en la orga-
nizacion social de Europa, dirigía con pre-
ferencia sus tiroscontrael objetoque miraba
como uno de sus principales obstáculos. Era
el clero: y así es que todas las miras de
aquellaescuela se dirigian siempre á que-
brantar su poder, á disminuir su influencia,
á despojarle de todo brillo, á dejarle sin re-
presentacion, y á que los pueblos cesasen
de prestarle veneracion y obediencia. Sabido 1




mas políticas por mas latas que se supongan,
y por mas operarios que requieran, es bien
claro que para el movimiento ordinario de la
máquina; han de necesitar un número de
brazos que con respecto á la generalidad de
la nacion ha de ser siempre muy escaso; v
si bien es verdad que llega de tiempo en
tiempo el uso de los derechos políticos, que
se estiende á mucho mayor número de ciu-
dadanos, pero esto es á trechos distantes,
solo de vez en cuando; v adernas el ciuda-
dano, aunque en este acio esperimente algo
que lisonjea su amor propio, vuelve luego
á entrar en la oscuridad de las ocupaciones
domésticas, hallándose escluido de la are-
na política, donde ve que unos pocos en-
cuentran gloria y provecho.


Asi es que la aficion á las formas pura-
mente políticas ha de ser siempre muy pasa-
gera , si estas no se miran como el apoyo de
ciertas ideas é intereses; los entusiastas pu-
ramente políticos, son muy pocos; y si pe-
netramos en el corazon de un hombre, sea
cual fuere el color político á que pertenezca,
encontraremos la razon de sus opiniones ó
aficiones políticas, ó bien en ciertas ideas
suyas que afectan de cerca al individuo, la
familia, ó á las relaciones que forman como
la trama de la sociedad; ó bien en ciertos in-
tereses de que no puede prescindir , y que
por una ú otra causa, se habrán vinculado
con tal ó cual sistema.


Esta doctrina, en cuya verdad han de
convenir los hombres de todas opiniones,
esplica las anomalías que presentan á cada
paso los partidos políticos. Estan dominados
de una idea principal, la que tiene bajo su
dirección la idea política que han adaptado;
viene un caso de lucha, la idea política ha
de ceder, porque es de un orden secunda-
rio; y como á fuerza de meter ruido habia
figurado como principal, hace mas visible la
contradiccion, y deja en su desnudez la ~pos­
tasia. Claro es que·de esta regla no podia es-
ceptuarse el partido llamado progresista: to-
das sus opiniones y simpatías están por los
sistemas populares, pero no puede desen-
tenderse de su pensamiento dominante, cual
es, comunicar al individuo v á la sociedad
aquellas ideas y sistemas que' son la norma
de la escuela á que ha debido su origen. No
es menester preguntar si las ideas y senti-
mientos de una gran parte del pueblo espa-
ñol estan en favor de esa escuela: basta re-
cordar cuál ha sido su educacion, cuál su


- 31 -
rihar para siempre la organizacion social an- I
tigua, á asegurar el nuevo órden de cosas
fundado en los principios de la escuela domi-
nante: se cambiaba de formas politicas, se
echaba mano de varios principios políticos, es
decir, se mudaba el instrumento; el instru-
mento es cosa indiferente, lo que conviene es
que sirva, y que sirva bien. Esta es la causa
porque Napoleon se encontró rodeado de fir-
mísimos apoyos, y fue aplaudido con vivo en-
tusiasmo, no solopor parte de aquellos que le
agradecian el que por de pronto sacase la
Francia del caos, no solo de aquellos que se
arrobaban de entusiasmo á la vista de sus
grandes hazañas, sino tambien de los que lle-
vaban mas allá sus miras, y qne parece de-
hian tener menos simpatías con el despotismo
del Dictador; hé aquí por qué apenas encon- ;
trareis á uno que sea enemigo de la organi-
zacion social antigua, y partidario del nuevo
órden de cosas creado por las revoluciones,
que no pronuncie con respeto, con vivo in-
terés, con entusiasmo, el nombre de Napo-
leon.


Los hechos que acabo de citar manifiestan
hasta la evidencia que las formas y sistemas
políticos son siempre instrumentos de ideas
é intereses sociales; que si dejan de serlo,
se reducen á un mero simulacro, son una
máquina que no sirve, un objeto que no
puede escitar sino un interés débil y pasa-
gero. Si reflexionamos un instante, encon-
traremos la razón de esto en el mismo co-
razon humano. Lo que mueve al hombre, lo
.que le estimula para obrar, lo que le comu-
nica actividad y energía, cual se necesitan
para consumar grandes hechos políticos, es
aquello que le afecta de cerca, que está en
contínuas relaciones, en contacto con su exis-
tencia. Es á veces una idea grande que le
señorea y sojuzga, que sin cesar está pre-
sente á su alma, que bajo misterioso velo le
manifiesta su orígen y le señala su destino;
es quizá un interés material que se le ofrece
{lomo el único recurso para satisfacer sus
necesidades; será un tenor de vida en que
pueda hacer mas ámplio y libre uso de sus
facultades, ó que sea mas conforme á sus
gustos é inclinaciones; pero siempre es me-
nester que sea alguna cosa que no se separe
de él, que sea como la atmósfera que le ro-
dea, como el aire que respira; nunca será
bastante una influencia interrumpida por lar-
gos trechos, y que ademas solo llegue á to-
carle de un modo déhil é indirecto. Las for-




-40:J;::ffilI>"CEC'


- 32-
conducta durante los treinta años de nues- I ro suponer que la generalidad del pueblo es-
tras revueltas; basta traer á la memoria he- tuviera de su parte, y que pudiesen desen-
chos bienrecientes , y sobre todo basta dar volver sus sistemas con toda estensioa, sin
una mirada á tanta sangre que está todavía ningun recelo de suicidarse. Ni aun en tal
humeando. Un señordiputado cuyas opinio- caso ¿podría convenirnos esa escuela que
nes son bien conocidas, el señor Sancho, di- mira siempre con desconfianza el poder, que
jo que el actual congreso era una minoría profesa aversioná las gerarquías antiguas,
con respecto á la generalidad de la nacion: que dando una exagerada importancia ála
y cuenta, que no lo dijo porque el congreso libertad individual se olvida de asegurar
tuera moderado, sino que se espresaba asi cual conviene el órden público; de esa es-
para significar, que aun las ideas de este cuela que ve siempre al individuo, nunca
congreso eran mas adelantadas que las do- á la sociedad?
minantes en la generalidad de la nacion. Si No cumpliria á mi propósito entrar en
esto se verifica con respecto á las ideas de cuestion sobre tantos puntos como se han
los hombres del actual congreso: ¿qué será controvertido, y se controvierten aun res-
con relacion á otros, que tanto mas se apar- pecto á semejantes materias ; pero diré dos
tan de las ideas, sentimientos y costumbres palabras sobre los objetos mas capitales. Es
del pueblo español'? una verdad evidente, y en que convienen en


Rtsulta de lo espuesto hasta aqui, que el la actualidad todos los publicistas, que sea
partido progresista ó habrá de abjurar sus cual fuere el porvenir que haya de caber á
Ideas sociales, ó nunca podrá desenvolver las formas políticas de las sociedades eu-
en España de un modo franco y genuino, sus Iropeas, por ahora, y atendida la organi-
principios políticos. Estos son muy latos, zacion de estas sociedades, necesitan un
muy populares; pues bien, que apele al poder central, robusto y fuerte. Es cier-
pueblo, al verdadero pueblo, y este conde- to tambien que este poder en Europa es
Dará sus sistemas. LOi gefes de este partido sinónimo de poder real, y esta es la razon
lo conocen muy bien; y para eludir seme- porque todas las naciones de Europa, aun
jante compromiso habrán de procurar que aquellas que se rigen por instituciones mas
bastardeen instituciones políticas, que ellos liberales, miran el trono como la principal
mismos ensalzan; habrán de apelar al pue- salvaguardia, como el paladion de los gran-
hlo ; pero temerosos de su fal~o cuidarán de des intereses de la sociedad; ¿qué bienes,
que en su mayor parle no s~ !nteres~ en la pues, podrá traernos un sistema que tan
contienda: hé aquí una poslclOn emmcntc- fácilmente se alarma por cualquiera esten-
mente falsa, que por necesidad habrá de sion de las facultades de la corona; y que
acarrear gravísimos males, y presentar á ca- siempre es de parecer de limitarlas y cerce-
da paso complicacionesmuy difíciles. Cuan- narlas?
do se trate de elecciones de diputados y se- Otro de los principios dominantes del pro-
nadores , se verán precisados á defender la greso, es el reducirlo todoal individuo; es esa
eleccion por provincias y á combatir la que aversion , ese horror á todo lo que es clase;
se haga por partidos; porque solo de esta ese temor de que adquiera preponderancia
manera podrán arrastrar la cucstion á la are- aquella que está encargada. de la educación
na donde de vez en cuando pueden contar religiosa y moral de los pueblos. Estas ten-
eon probabilidades de victoria; cuando de dencias ¿á dónde se encaminan? ¿es acaso á
armamentos ,invocarán las clasificaciones, satisfacer alguna de las grandes necesidades
las escepeiones , con variados pretestos, pero de la sociedad? ¿á qué ese prurito de igua-
en realidad para que las armas no vayan á larlo todo, de nivelarlo todo? Cuando es mas
parar con abund,anciaá manos de aquel pue- claro que la luz del dia , que si algun grave
blo gue no los ayuda; en una palabra, siem- peligro amenaza á las sociedades modernas,
pre habrán de procurar que el elemento de- no es por la prepotencia de las gerarquías,
mocrático no se desarrolle sino en ciertos sino porque á fuerza de individualizarlo todo,
puntos, y bajo condiciones determinadas; es la sociedad ha quedado comopulverizada.
decir, que incurrirán á cada paso en una
coutradiccion , abjurando sus propios prin-
eipios , y desvirtuando sus instituciones.


Pero quiero prescindir de todo esto, quie-




Se ha formado entre nosotros un partido
que cuenta entre sus miembros una parte
muy selecta de la nacion; que apellidándose
con distintos nombres, y presentándose con
formas mas ó menos constantes, ha ejercido
mucha influencia en los negocios de nuestra
patria; y que al parecer, alimenta una con-
viccion profunda, de que solo él es capaz de
sacar la España á puerto seguro, y de labrar
su prosperidad y grandeza. Pronunciando
sin cesar las palabras, moderacion, oportu-
nidad, tino y lentitud en las reformas, sin
descuidar el afianzamiento de la libertad, se
halla persuadido de que posee la feliz com-
binación de las dotes que se necesitan para
gobernar bien en la presente época: .como
son, vasto saber, buena volúntad , y un gran
fondo de prevision y cordura.


No trato de rebajar en nada el mérito
de estos hombres; pero séame permitido
preguntarles, ¿cómo es que hayan presenta-
do el estraño fenómeno de parecer fuertes
mientras estaban por subir al poder, mien-
tras combatian á sus adversarios, mostrán-
dose luego vacilantes, flacos, incapaces de
dominar las circunstancias,. asi que han em-
puñado las riendas del mando? ¿cómo es esto
posible'?¿no se han aprovechado de las amar-
gas lecciones que ha recibido la Europa por
espacio de medio siglo? ¿cuál pues, podrá
ser la causa? ¿será la guerra? ¿serán circuns-
tancias pasageras , pero inevitables? No ne-·
garé que haya sido mu~ha la iJ?-flucIlcia de
estas' causas para producir semejante efecto,
pero la mas radical, la mas profunda, la mas
eficaz, es otra muy diferente: es que los
moderados han estado por lo comun en una
posicion muy falsa, no se han levantado á
bastante altura para comprender la verdade-
ra situacion de España; -y asi es que sus pa-]a~ras no han tenido un eco universal en la
nacion española, y sus sistemas han encon-
trado, cuando no abierta resistencia , al me-
nos una inercia invencible.


En esta última época no han faltado hom-
bres de ese partido, que han levantado muy
alto la voz para señalar la senda del bien; y
que aunque pertenezcan á las ideas de mo-
deracion , han mostrado no obstante que ha-
bian meditado seriamente sobre la nacion es-
pañola; arrojándose con noble resolucion á


CAPITULO XIII.
- 33-


señalar los yerros que habian cometido sus
propios amigos. Asi es que observando aten-
tamente el curso de las ideas, se nota qur
va formándose un nuevo partido moderado;
y que si bien su nombre es el mismo, su
bandera es diferente de la que habian enar-
bolado algunos de los moderados antiguos.
Aun hay mas: y es tambien muy de notar
que se van aproximando los viejos modera-
dos á los nuevos, hecho que es muy fácil
percibir en el lenguaje que han empleadode
algun tiempo á esta parte.


y á la verdad ¿cómo era posible que hOO1'7
bres de tan claro entendimiento pudieran
desconocer, que mientras su sistema llevára
el sello, aunque retocado, de una escuela
muy aborrecida en España , no era posible
que encontrase en la generalidad de la na-
cion, ni apoyo ni simpatías"? Los escesos de
la revolucion francesa dieron origen á una
nueva escuela, que si bien recibia muchas
de sus inspiraciones de la del siglo XVIlI
habia tomado por divisa: escarmiento, desen-
gaño. Para esta escuela , los principios de
la del siglo XVIII eran escelentes, sus miras
muy altas y generosas, solo que tuvo la des-
gracia de ser demasiado amiga de teorías,
de cuidar poco del examen de los hechos, y
sobre todo, los hombres encargados de rea-
lizarla, fueron hombres de mucho estudio,
pero de ninguna práctica; y asi es que si bri-
llaron en el gabinete como sabios, cometie-
ron gravísimos yerros cuando se vieron con-
vertidos en hombres de gobierno. Como esta
escuela ha estado muy en boga en Francia,
puesto que algunos de los hombres mas cé-
lebres de esta nacion , ó la han fundado, ó
han tomado en ella sus lecciones; como las
vícisitudes de nuestra patria han arrojado fre-
cuentemente á paises estraños á los hombres
que figuraron desde un principio en el parti-
do liberal; como nuestras revoluciones y res-
tauraciones han tenido alguna semejanza con
las de Francia; no 'es estraño que á muchos
de nuestros hombres los hayan deslumbra-
do aquellas doctrinas; mayormente cuando
la instruccion de algunos de ellos fue bajo
las inspiraciones de la filosofía del siglo XVIII,
y no eran tampoco para desconocidos y olvi-
dados , los desengaños y escarmientos que
en tanta abundancia habian podido recogerse
en la Península.


En Francia puede ser mas ó menos peli-
grosa esta doctrina, podrá dar mas ó menosr!'
resultados, bien que al fin por necesidad se ¡¡~


;} e;
. {,'




.CAPITULO XIV.


(1) Siete años han trasenrrido desde que se
escribió este capítulo; el partido moderado se ha
visto en la dcsgraeín y en la prosperidad: el públi-
co sahe loe/ue afmjan los hechos; júzguese por
ellos.


No hay otro medio; los hombres que han
de gobernar la nacion, es menester que res-
peten altamente los principios que ella res-
peta; de otra manera no hay que esperar re-
medio á nuestros males. Cuandouna nacion
ha estado por largo tiempo esclusivamenta
sujeta á la influenciade algun principio, llé-
vale siempre grabado en el corazon, yespre-
sacio en su fisonomía; asi como un individuo
apenas puede despojarse en toda su vida, de
las ideas, costumbres y modales que se le
han comunicado en la infancia. El principio
monárquico, y aun mas el católico, han te-
nido por largo tiempo bajo su influencia á
la nacían española; y hé aquí la razon de la
gran fuerza que tienen en España estos dos
principios; hé aquí por qué han sobrevivido
á tantos trastornos, por qué han resistido ti
tantos elementos disolventes como los han
atacado; hé aquí por fin; la causa de que
despues de siete años de .Ia mas deshecha
borrasca, cuando parece que ambos debie-
ran haber naufragado y descendido al fondo
del abismo, vuelven á presentarse todavía
sobre la superficie del piélago la monarquía
y la Religion católica, ofreciendo una tabla
de salvacion, y consolando el alma con li-
sonjeras esperanzas. Observad si no, el
curso de las ideas, escuchad esa voz que se
levanta por los cuatro ángulos de la Penínsu-
la, 'para que se robustezca sin demora el


- 34-
irá debilitando, A causa de! gérmen de pero generoso; haya seguridad de que no se
muerte que entraña en su seno; p~ro en erigirá en derecho la injusticia, que en lugar
España es inaplicable, eneuentra sle~pre de la libertad no se pondrá la licencia, que
resistencia; y si hubiera empeñoen s~gUl~la, con mil vanos pretestos no se falsearán las
no haria mas que prolongar nuestra mquie- instituciones; llámese bien al bien, y mal al
tud y desdichas. En ciertas épocas hemos mal; y esto sw paliativos ni rodeos, y ti
visto'que el sistema moderado podía formu- huen seguro que no es ingrata la nacion es-
larse en estos términos: esto es bueno pero pañola para no reconocer los beneficios, no
no oportuno: y la generalidad de la nacion es tan pocoentendida que no alcance ti dis-
que pensaba que ni era 0J!0rtlt/w ni era blte- tinguir el verdadero mérito, ni tan falta da
-no oía con recelo semejantes palabras. y hidalguía, que no quiera tributarle la con-
mil:aha a los moderados con aversion , ó sideracion merecida (1).
cuando menoscon suspicaz desconfianza,


Si estos hombres quieren dominar el por-
venir de la nacion , si quieren que se les en-
comiendeel curar los males de nuestra pa-
tria y labrar su prosperidad y ventura, es
menester que se despojen completamente de
las preocupaciones que les inspiraron sus
primeros maestros; preocupaciones que los
ciegan todavía, aun cuando les parece que
han abandonado enteramente la enseñanza
recibida en la escuela del siglo XVIII. Es
menester que no mue8tren.tant~ apego.tI sus
primerss recuerdos, tanto interés por ciertos
principio.s,. tanta esquivez hácia lo que á es-
tos pnncjpios se opone; y.que e.xan~lIt.en con
cuidadosu corazoa, para ver SI qmza algn-
nas veces. obedecerá ti lainfluencia de an-
tiguos rencores, fomentados y agriados mas
y mas por las privaciones y. p~decmllent?s
que les han acarreado las vicisitudes poh-
ticas.


No bastan va, no, esos sistemas indecisos
y flacos, que' no parece sino que tratan de
iransiCYir con las pasiones de todos los han-t'l •
dos, V que al fin no cOl~~lguen otra cosa q1.l:c
ser odiados de todos, viéndose en la necesi-
dad de sucumbir al primer choque: ¿tantas y
tan.costosas'esperiencias no pueden ya haber
desengañado? Los escesos de la revolucion
le han enagenado muchas voluntades, y han
ido separandoide la lista de sus fautores á
todos los hombres mas notables por sus ta-
lentos, por su saber y demas calidades;
únanse de una vez con franqueza, con ente-
ra cordialidad á la nacion española, abando-
Bese ese lenguaje irritante, que .s~a cual
fuere el comedimiento con que vema Involu-
crado, al fin podiatraducirse: respet~ t~ «u-
gion porque conozco que eres un [onático; no
te doy mas grados de libertad porque eres
bn.ttal y ab/lSlIrias. de ella; muéstrese ,n:as
respeto á las creencias de ese pueblo.relígio-
.J'IO,5Í, católico, sí, rpero noble, pero grande,




~ 3ü-
poder, para que nada pierda el trono de su encaradasde golpe, sin niugun preservativo,
esplendor y magestad, para que se respete la Religion Católica y la. impiedad, ha resul-
la Religion Católica, para que se asegure la tado que entre nosotros los sentimientos ca-
subsistencia á sus ministros y no se les dis- tólicos son recelosos, suspicaces, se alarman
puten las consideraciones y la veneracion, con mucha facilidad, porque se les ha dado
que por su alto ministerio les son debidas. demasiado motivo para hacerlo.


.¿Qué significa todo eso, sino que vuelven á Es menester no perder nunca de vista
tomar su ascendiente aquellos mismos prin- . esas verdades, pues que ellas indican que
cipios, que aun cuando parecieran casi aho- por lo que toca á materias religiosas no cabe
gados por el' torbellino de las pasiones y en España transaccion, sino que es menes-
partidos, conservaban no obstante su vida ter que el Catolicismo sea respetado y aca-
en el fondo de los corazones, único asilo tado en toda la estcnsion de la palabra. No
que les habia quedado? Estos dos principios se' verifica lo mismo con respecto á la forma
son como los dos polos, en torno de los de la monarquía; pues que si bien es verdad
cuales debe girar la nacion española. Si se que el principiomonárquico es muy robusto
la saca de aquí, será sacarla de su quicio; en España, v quc aun tomado en el sentido
yerro tanto menos perdonable, cuando se absoluto, no·deja de tener, como es eviden-
reunen : para prevenirle las lecciones de te, numerosos partidarios; sin embargo no
nuestra hi.stor~a, y de bien reciente 'i dolo- me parece que haya en esta parte tanta fije-
rosa esvenencla. . za de ídeas , tanto'allego á determinadasfor-


Admitida como ha de serlo por los hom- mas, que la genera idad de los españoles no
bres de todas opiniones, la fuerza que en se acomodase de buen gradoá las institucio-
España tienen los dos principios', el monár- nes políticas que han sido combatidas con
quico y el religioso, conviene notar ademas, tanta tenacidad. La preponderancia del prin-
que el religioso escede mucho al monárquico cipio religioso sobre el monárquico no se cs-
en firmeza y energía. Esta diferencia que trañará, si se observa que este no se hapre-
podria ya esplicarse atendiendo solo á los sentado bajo la misma forma en todos los
objetos sobre'que versan esos principios, y períodos de nuestra historia, ni en todas las
á las relaciones que tienen con el corazón provincias de cuya agregacion se ha forma-
humano, fúndase con respecto á España en do el reino. Las leyes de Castilla, de Na-
hechos propios y característicos. La Religion varra, de Aragon, de Valencia, de Cataluña,
Católica ha sido desde Recaredo la única re- las colecciones dc fueros, privilegios y liher-
ligion de los españoles, r bajo su principal tades; la memoria de sucesos ruidosos, los
y casi esclusiva influeucia , se han formado restos bastante notables de antiguos usos,
nuestras ideas, nuestros hábitos, nuestras recuerdan todavía á los españoles, que la
costumbres, nuestras instituciones,nuestras monarquía no ha sidosiempre entre nosotros
leyes: en una palabra, todo cuanto tenemos, tan absoluta é ilimitada como en tiempo de
y todo cuanto SOmOS. Asi es que en España Cárlos IlI. No negaré que la monarquía ah-
las únicas ideas religiosas son las católicas, soluta estuviera profundamente arraigada,
losúnicos sentimientos religiosos son los ca~ y que los hábitos de la nacion se le ltubie-
tólicos, y que el principio católico es fuerte, sen completamente acomodado: observa-
enérgico, esclusivo, incapaz de cederterre- ré no obstante, que bastaron las escandalo-
no á ninguno de sus adversarios. En España sas escenas del reinado de Cárlos IV para
no hay como en otras naciones a~uel senti- que el puebloespañol escuchasesin alarmar-
~lient~ medio relipioso, medio hlosófico y I se mscho , al principio de la guerra de la in-
literario, que se alimenta de las vaguedades dependencia; que era conveniente poner
del protestantismo, y de las inspiraciones cortapisas á la autoridad del podersupremo,
de la filosofía', y que no esperimentando ni para que no abusase de su füerza en contra
choques, ni resistencia, y acercándose ya de los verdaderos intereses de la nacion : !
de suvoal frio indiferentismo, carecede sus- tengo para mí, que si los hombres del año
picacia , como de calor y de fuerza. En Es- docese hubieranconvencido, que la nacion
paila hay convicciones católicas muy vigoro- española estaba fatigada de la tiranía de los
sas, sentimientos católicos muy profundos; privados, pero que no quería en cambio la
v como además la introduccion repentina de ' tiranía filosófica, con todo el séquito de las
fa filosofía de VoItaire hizo que se hallasen I teorías descabelladas de la escuela flil si-




CAPITULO IV.
En medio de la grande actividad v energía


que distingue el carácter español, notase
con dolor que hay una inmensamasade ciu-
dadanos que se abstienende tomar parte en
losnegocios públicos \ limitándose á comuni-
car sus ideas y desahogar sus sentimientos
en el seno de la amistad y de la confianza.
Para convencerse de la verdad de este he-
cho, basta recordar lo que sucedecasisiem-
pre en toda clase de elecciones. No negaré
que esta conducta haya acarreado gravísi-
mos males; pero no me parece que deba


, buscarse la causa de tal comportamiento en
algun detecto del carácter español: antes sí
en las circunstancias particulares en que se
ha encontrado nuestra patria.


Desde que sucumbieron las comunidades
de Castilla en los campos de Villalar, escasa
parte cupopor mucho tiempo á la nacion es-
pañola en el manejo de sus negocios. Arro-
jados de las Cortes el clero y la nohleza,
falseada ó mejor diremos aniquilada de mil
modos la reprcscntacion de los Procuradores,
cercenadas, escatimadas ú olvidadas por el
desuso las ámplias libertadesde los pueblos
de la Corona de Aragon, concentráronse to-


- 36-
glo XVII[ y de la asamblea constituyente, lo que se aclamaba en el combate, loque se
no hubieran encontrado tan tenaz resisten- oia en los himnos de victoria, lo que daba
cia , ni hubiéramos vistonuestra desgraciada alientoy esperanza en la adversafortuna; hé
patria anegada en un piélago de sangre y de aquí lo que comunicaba á losespañoles aquel
lágrimas. brio y energía que les grangeó la admiracion


Ahí está el origen de nuestros males: en de la Europa entera.
ese muro de division que se ha levantado, Cuando los pueblos estan dominados de
entre la religión y la política,en haberse he- l ideas tan grandiosas, adquieren aquel tem-
ehoel nombre de novedad sinónimo de irre- pIe de alma necesario para salir airosos de
ligion, el de reforma sinónimo de destruc- lasmayores empresas. Corno ideas semejan-
cion, el de libertad de licencia: y este pue- tes se ligan con todo lo mas caro que tiene
blo g-rande y generoso, que á pesar de ser el corazon del hombre, y con cuanto le ins-
motejado de bárbaro por miserables hablarlo- pira mas veneracíon y acatamiento; la accion
res que no son capaces de conocerle, co.n- que de ellas resulta es irresistible, duradera,
serva un fondo de nobleza que pocas nacio- tenaz, á la prueba del tiempo: y si ha lle-
nes sabrían imitar, ha dicho ya mas de una' gado á encrudecerseconel combate, es me-
vez: «si queréis la libertad , si queréis nue- nester órespetar las ideas del pueblo, ó ani-
vas instituciones políticas, enhorabuena, quilarle, Los choques vivos, la compresion
hágase lo que se juzgue conveniente; pero lenta y poderosa no conseguirán mas que
si me engañais conozco mi fuerza y sabré aumentar la fuerza y elasticidad del resorte'
emplearla ;» palabras terribles ~n bocade.un este gastará siempre el agente que le con:
pueblo como el español, que tiene tan VIVO . traresta, y SI una mano imprudente se le
sentimiento de su fuerza,'y que sab~ echar ¡ opone de golpe para detenerle del todo, es-
mano de ella con tanto brío y energia , con i ta mano será hecha pedazos.
tan heróica constancia. Yo no sé si se haTe-


Il3rado en que este pueblo, á quien algunosJan querido pintarnos tan indiferente, tan
apático y tan abatido, es sin embargoel mas
terriblemente tenaz é indócil, cuando se le
quiere manejar contra su voluntad, cuando
se le quiere imponer la ley á la fuerza. ,


Todos los grandes ejércitos, todos los in-
mensos recursos, toda la habilidad y astucia
del capitan del siglo se estrellaron contrala
firmeza y heroismo de los españoles. Las
grandes naciones de Europa, esas naciones
tan hrillantes y poderosas habían doblado
humildemente su cerviz y latenian humillada
bajo la planta del vencedor de Marengo,
Austerlitz y Jena; y los bisoños soldados es-
pañoles peleaban impertérritos. con los vete-
ranos imperiales que venian orlados con los
trofeos de la Europa vencida; y cuando las
grandes capitales de Europa y sus,mas ines-
pugnablesfortalezas sehahianhumillado ante
los ejércitos franceses, contemplando sus
triunfantes entradas conasombro y espanto,
Zaragoza, Tarragona y Gerona burlaban con
su constancia y denuedo todos los esfuerzos
del valor, de la esperienciay del arte. Nadie
ignora cuáles eran las grandes ideas que pu-
sieron á la sazon en movimiento al pueblo
español: Religion, Patria y Rey; hé aquí
las palabrasque circulabanpor todas las be-
cas , hé aquí lo que resonahaen todaspartes, ¡




- 3i-
dos los poderes en el consejo de los reyes,
sin que por largo espacio cuidase la nacíon
de otra cosa que de obedecer. Vino el año
doce, é introdujéronse las formas represen-
tativas; y como estas se amoldaron entera-
mente á la constitucion compuesta por la
asamblea constituyente, fue todo tan nuevo
para el pueblo español , que en su generali-
dad apenas tomó, ni tomar pudo parte
alguna. En treinta años' de guerras, distur-
bios y revueltas, son ya muy repetidos y
sobrado costosos los escarmientos sufridos
por los hombres que se arrojaron á figu-
rar en uno ú otro sentido: unas reaccio-
nes se han. sucedido á otras reacciones;
unas violencias á otras violencias; y tantas
emigraciones, persecuciones y patíbulos han
debido dejar en los ánimos una impresion
profunda.


No habiéndose visto en toda esa época
ningun gobierno que contasecon estabilidad
y firmeza,·pues que hasta en los interva-
los de paz, aun se mantenía la actitud de
quien siente temblar la tierra bajo sus
plantas, 11a debido cundir entre cuantos
tuviesen algo que perder', cierto espíritu
de concentracion dirigido esclusivamente á
la conservacion de sus familias é intereses;
resultando de aqui esa aversion á figurar en
público , ese miedo que se tiene á los com-
promisos políticos, y ese aislamiento en que
se hallan unos con respecto á otros tantos
ciudadanos, que por otra parte estau muy
acordes en sus opiniones. .


Para que los hombres se reunan esmenes-
ter un punto de reunion, una enseña que
los guie , un nombre que les sirva de seña,
una cabeza inteligente que plantee y dirija
la organizacion, y una mano robusta capaz
de empuñar la bandera, de enarbolarla y de
marchar con resolucion á su destino. Todo
esto lo han tenido los partidos, pero no la
nacion; é inclinándose ahora á unos y des-
pues á otros, se ha visto al fin burlada de
todos; sin que ninguno de ellos haya sido
capaz ni de hacer su dicha, ni de curar sus
males, ni siquiera de asegurarle sosiego.


Quéjanse algunos de que no haya en Es-
pañaentusiasmopor la libertad, de que una
parte del pueblo la combata, y otra la mire
con indiferencia; y esta cantinela se repite
sin cesar, mayormente en tiempo de elec-
ciones; pero debería reflexionarse que los
pueblos no pueden amar aquello que no les
proporciona beneficios; y no beneficios ima-


! ginariGs y de palabra, s~no reales y positi-
i vos. y pregunto yo: ¿cuales son hasta ahora


los beneficios que nos ha traido la libertad?
Fuera de desear que se nos señalase uno
solo diciéndonos: «al pueblo se le ha alivia-
do de tal ó cual carga, tal ramode industria
ó de comercio ha progresado, tal ciencia ha
dado algunos pasos, tal institucion ó esta-
blecimiento público ha recibido considera-
bles mejoras: j) yo creo que nadie podráde-


! círnoslo,y asi es que no ha de parecer estra-
i ño que el pueblo español no se tome por las


nuevas formas políticas el interés que algu-
nos quisieran. Si las Cortes no han de ser
otra cosa que una arena donde luchen la am-
bicion y demas pasiones; ó cuando mas un
liceodonde ostenten sus talentosy saber al-
gunos oradores ilustres, sin que de tanto
aparato descienda hasta los pueblosuna sola
gota de 'proveoho ; bien claro es que todos
los hombres que no estuviesen interesados
en figurar dirian para sí: ¿de qué sirve todo
eso? Si yo pago como antes, si yo trabajo
como antes, si ademas hallo menos protec-
cion pará mis intereses, atendidas las re-
vueltas que han sobrevenido cadavez que se
ha'tratado de libertad, ¿qué gano yo con
ella? ¿porqué tengo que hacer costosos sa-
crificios para alcanzarla, si veo que en vez
de dárseme libertad verdadera no se me dá
mas que un nombre?


Si no se consigueá fuerza de cordura y
sabiduríainspirar la confianza necesariapara
que desaparezca ese indiferentismo, no hay
esperanza de ventura para esta desgraciada
nacion, La razon es clara: las institucio-
nes vigentes son instituciones de represen-
tacion, instituciones cuyo objetoes dar á la
inteligencia y á la voluntad de la nacion una
influencia en los negocios públicos: mien-
tras dure el indiferentismo no tomarán parte
en las elecciones una gran parte de los es-
pañoles, ó al menos lo harán con flojedad,
con indiferencia, solo por condescender á los
ruegos é instancias de algunos importunos.
En tal caso estará una gran parte de los es-
pañoles sin ser representados, ni en los
ayuntamientos, ni en las diputaciones pro-
vinciales , ni en las córtes; es decir, que te-
niendo por la ley un gobierno de mayorías,
en la práctica lo tendremos de minorías. Y
siendo gobernada la nacion de un modo tan
irregular, ¿qué podremos prometernos .de


Ibueno? En tiempo de elecciones, cuandose, quiere conocer el desarrollo que va teniendo




. CAPITULO XVI.
Hay entre nosotros un elemento de bien


que SI se aprovecha cual merecepuede pro-
ducirnos inmensas ventajas: hablo de la
unidad religiosa. No falta entre nosotros
quien la haya combatido; pero ¿ se ha pen-
sado bastante en el hondo abismo en que
nos sumiríamos si por desgracia llegásemos


! á perderla? ¿ se ha pensado bastanteen que
tal es el estado de las sociedades moder-
nas y tantas las fuerzas disolventes, que tal
vez nos envidien esta dicha, este elemento
de conservacion , los primeros políticos de
Europa? El mal que aqueja á las sociedades
modernas, la tremendaenfermedad quecor-
roe sus entrañas, y amenaza darlesla muer-
te , es la falta de trahazon , de enlace, y el
no saber siquiera de qué echar mano para
remediarlo. Jamás se habia vistola sociedad
con un desarrollo tan general, tan grande,
y tan simultáneo de fuerzas morales y físi-
cas , jamás se habia visto tanta accion, tan-
to movimiento; peroobservando atentamen-


- 38-
e~ espírítu,ele~t.o~al.'se echa~ano ~e,un m~-II tas; porque el pueblo español es de los mas
dLO q~e, a rm JUICIO, puede Ill.duclr a: equi- 11 sensatosdel mundo. ¿Se quiere una prueba
vocaciones muy graves: el medio consiste en de gravedad y cordura de este pueblo? he


-contar el número de electores que han to- aquí lo que sobre él referirá la historia:
madoparte en la eleccion, infiriendo que la «circunstancias aciagas entregaron á esa
eleccion es tanto mas genuina cuantomayor nacion desventurada á merced de las pasio-
es el número de ~le,ctores que han usado ~e nes; repetidas veces vió cambiada su ley
su der~c~~. No dlr~ que sea est~ un baro- fundamental: la monarquía absoluta, el Es-
metro inútil; pero SI que su manejo requiere tatuto Real, la cspectativa de su reforma, la
algunas consideraciones que no se pueden Constitucion de 1812 y la de 1837, todo eso
olvida\,.sopena de que lo~ resultados salgan recorrió en brevísimo tiempo; y en medio
muy diferentes de la realidad, Pueden darse de una guerra de sucesion en una minoría
ciertas circunstancias e~ que un partidodes- estando la nacion entera co'mo una pirámid~
pliegue una grande actividad, y que para asentada sobre su vértice, resistióse siem-
alca~zar victoria, ~nste vivamente á la.masa p~e .á las instigaciones de los perversos; y
de CIUdadanos indiferentes ; y lI~gue a ob- SI bien hubo de presenciar que se cometían
t~ner,que estos, o p~rque nece.sIten pr?tec- crímenes atroces, no se pudo recabar jamás
cion a causa de las cIrcunstan~Ias del tIe!U- de ella que los ayudase, ni los aprobase; ni
po, ó por pura condescendencia , se dejen I que hicieraningunode aquellos terriblesmo-
como arrastrar hasta la urna para echar allí vimientos en que los pueblos se levantanen
una lista que se les ha entregado, pero que masa, j se precipitan como un inmensa mole
ellos no han leido ni consultado tamp?c? cOI! sobre las leyes é instituciones, aniquilando
los hombres representantes de la opmion a de un golpe el órden social, y ofreciendo
que los votantes pertenecen. Cuandoest? se aquellas horrorosas catástrofes de que nos
verifique, el número-de votos será crecido: presentan tan lamentables ejemplos algunas
y sin embargo el pais no es~ará repr~senta- ¡ naciones vecinas.: Esto dirá la historia, y
do, porque los votos se habran da~o.sm coJ?-- Ila posteridad responderá que un tal pueblo
viccion , sin voluntad, sin conocimiento Sl- • era bien digno de mejor suerte.
quiera; Deberia atenderse al número de vo-
tos, sí, pero no aisladamente, sino que de-
berian llevarse en cuenta -las circunstancias
en que se encuentra el pais; de otra manera
no se podrá formar juicio cabal y exacto. Si
quisiera insistir en la comparacion del baró-
metro, recordaria que para hacer buen uso
de este instrumentocuando se le aplica á la
medida de alturas, no basta mirar la eleva-
cion del Mercurio,· sino que es necesario
atender á la latitud del lugar y á la tempe-
ratura de laatmósfera. Quizás uno de los me-
jores indiciosde que se va desarrollando el
espíritu electoral, y de que las elecciones
son genuinas, seria el ver que se hallan re-
presentadas las varias opiniones del pais, y
que no está sin representante ninguna de
aquellas de cuya existencia no se puede
dudar.


Si se quiere que las instituciones repre-
sentativas no sean un fecundo semille-
ro de males, es menester no perder nunca
de vista la necesidadde hacer los mayores
esfuerzos para que el pais sea represen-
tado legítimamente. Si esto pudiera alcan-
zarse tengo para mí que no serían temihles
para España ni aun las instituciones mas la-




- 39-
te la verdadera situacion de las cosas sin \ leaba por ellas en las calles y en los cam-
dejarse fascinar por vanas apariencias, se pos; empiezan entonces á murmullar los
nota la falta de un principio regulador, de resentimientos y rencores, sobrevienen las
una accion que encamine esa muchedumbre venganzas particulares, exlgese que á ellos
de fuerzas hacia el bien de la sociedad, im- se prostituya la justicia pública, y ¡ay de la
pidiendo que tomenuna direccion divergen- nacion que no echando mano de un princi-
te, y acaben por destrozarla y disolverla. pio moral, fuerte y poderoso no procurabor-


Los gobiernos son muy débiles cuando rar suavemente la huellade losantiguos ma-
no están asentados sobre un sistema homo- les, conciliando los ánimos, y haciendo que
géneo y compacto de sabias instituciones; y transijan, cuando menos, las opiniones y los
cuando no obra sobrela sociedad algun prin- intereses que han sostenido la lucha. '
cipio robusto, que seguro del ascendiente Cabalmente, en semejantes circunstan-
que ejerce sobre los ánimos, tome confiada- cias, por mas fuerteque sea el gobierno, por
mente á su cargo el prevenir las escisiones I el prestigiode grandes y recientes victorias,
y los choques, ó remediar el mal efecto I Ó por disponer de poderosos recursos mili-
si ya hubieren sobrevenido. Mayormente, tares, tiene empero la desventaja de no ins-
cuando una nacion ha pasado tan'largo es- pirar entera confianza. Una gran parte de
pacio en una guerra sangrienta y atroz, aun- sus gobernados se consideran como vencí-
que haya llegado á sosegarse, queda siem- dos, y aun cuando los proteja se hallan en
pre con aquel dejo de malestar, resultado posicion semejanteá los prisioneros en cam-
naturalde enfermedades muy largas y crue- po de batalla, que contemplan con cierto
les: y es necesario dilatado tiempo para que despecho al general enemigo, aunque esté
los lazos sociales vuelvan á recobrar aque- recorriendo las filas de los vencedores, re-
Ila firmeza y suavidad, que formando por de- eomendando generosidad y buen comporta-
cirioasí el buen punto y sazon de la salud miento. e
social y órden público, afianza la libertad Al contemplar á esa nacion tan desgracia-
bien entendida. El hábito de desobediencia da, agobiada de tantos infortunios, desen-
y resistencia que con la guerra se ha hecho ganada de tantos sistemas, fastidiada de
familiar; el espíritu de despotismo de que tantos, tan varios y errados gobiernos, fa-
se resienten las autoridades, poraquella in- tigada de ser el instrumento, el juguete y
c1inacion natural qne nos lleva á emplear un la víctima de los intereses, pasiones y mez-
esceso de fuerza cuando contamos con gran- quindad de los partidos; al oirla clamar á
de resistencia; el tránsito repentino de la voz en grito por orden, for gobierno; al
estremada violencia á la escesiva debilidad; verla cuál busca afanosa e equilibrio perdi-
la ferocidad que mas ó menos ha cundido do y el sosiego de que tanto necesitan sus
por todas partes, creada por el contínuo es- males; ensáuchase suavemente el corazón y
pectáculo de combates, de patíbulos, de discurre la fantasía por un porvenir ventu-
asesinatos y de incendios; fomentada por roso, al pensar en la dicha que nos cupiera
la exasperacion de los ánimos, avivada por si la Providencia nos deparase un buen go-
el choque de toda clase de opiniones é inte- bierno. Un gobierno que aprovechándose de
reses, y sostenida, disculpada, legitimada tantos elementos de bien como se hallanes-
y hasta consagrada con los nombres de vir- parcidos entre nosotros, echando mano de
tud, de justicia y de heroismo, por aquella tantos medios de accion como le rodean,
lógica ciega y. cruel que en épocas tan de- . se levantase condignidad y nobleza sobrela
sastresas 'saben-emplear los partidos ; todas infectada atmósfera de los partidos, se co-
estas causas se reunen y se combinan de un locase al frente de la nacion española, se
modo terrible para producir un desorden uniese estrechamente conella en ideasvsen-
moral, que reclama cuidados muy solícitos, timientos, y mostrándole el verdadero camino
muycuerdos, si se quiere evitar el que de- de la dicha y de la -prosperidad le dijese:
genere en un verdadero desórden físico. Es «marchemos por este sendero, sígueme con
imposible cicatrizarde golpe todas las llagas, entera confianza; tú me prestarás el apoyo
es imposible satisfacer todos los intereses dé tu fuerza, y yo te corresponderé leal-
vulnerados, es imposible lograr que vivan mentecon midireccion y misdesvelos. »
en pacífica comunion opiniones tan diferentes Cuando sobreviene alguna de esas gran-
y tan opuestas, como que poco antes se pe- des crísís , como la en que se halla actual-




- 4.0-
mente la nacion española, ofrécese una
ocasion muy á propósito para conducir á un
pueblo por él camino que mas le conviene.
Es menester aprovechar la ocasion porquees
fugaz; y ya hemos vistomasde una vez, que
por no haberlaaprovechado nuestros gobier-
nos en las épocas criticas, se ha dejado en
el senode la nacion el germen de tantas ca-
tástrofes. Preocúpanse entonceslos hombres
superficiales conel restablecimiento de lapaz
y del órden; sin advertir que una nacion
conmovida hasta sus cimientos, no puede
recohrar de un golpe el aplomo perdido. Sea
enhorabuenaque el pueblosencillo se aban-
done con efusion al júbilo y alborozo á la
sola llegadade una noticia que asegure el
términode la guerra civil y parezca dar fin
á la cadenade nuestras desgracias; pero los
hombres. pensadores deben mirar mas allá,
deben recordar que á los políticos del-año 12
los sorprendieron los sucesosdel año 14, que
en pos de estos vino la revolucion de 1820,
que en el año 23 entraron los ejércitos de la
Santa Alianza para derrocar la Constitucion
y entregar elmandoá los realistas; y cuando
pareciaque estos afianzaban su poderarreba-
tando á los liberales toda esperanza, vino á
ponerlos en alarma la revolucion francesa
de 1830; Yapenas se recobrabandel primer
susto, cuandoel nacimiento de la princesade
Asturias, la enfermedad del rey, y luego su
muerte, cambiaron enteramente la faz de las
cosas, resonando por los cuatro ángulos de la
península el grito de libertad.


¿Qué significa todo eso? significa que si
una nacion no halla en sus instituciones la
sólida garantía de su tranquilidad, si tiene
libradalasuerte en la vidade alguna persona,
si por no haberse acertado á ponerlo todo á
plomo se la mantiene en una posicion violen-
ta , nunca falta una circunstancia para causar
un sacudimiento; y entoncesse manifiesta de
golpe la debilidad del edificio. Hasta ahora,
precisoes contesarlo , ninguno de nuestros
gobiernos ha acertado á cerrar el cráter de
las revoluciones, y por eso se han reprodu-
cido sin cesar, v mas terribles cada vez, y


-se reproducirán en adelante, si la máqui-
na de gohierno no se asienta sobre una basa,
que con su anchura y solidez pueda asegu-
rarnos de que no bastará un empuje cual-
quiera para sumirnos en nuevas catástrofes.
Si esto se hiciere todos lossucesosque vayan
verificándose, va en España, ya en lo res-
tante de Europa, no tendrán para nosotros


mas importancia de la que esté comprendida
en su esfera natural; de otra suerte un casa-
miento, una .muerte" una guerra con una
nacion cualquiera, un cambio político en un
pueblo vecino, una desavenencia entre las
grandes potencias, en una palabra, el suceso
mas insignificante, tendráen continua alarma
al gobierno, pondráen zozobra las institucio-
nes y la dinastía: así continuará la nacion en
aquellasorda inquietudque no deja consoli-
dar nada, ni prosperar nada, y sentiránsede
vez en cuando aquellas oscilaciones que in-
dican un terreno minado, y anuncian para
mas tarde esplosiones espantosas. Lodiré de
una vez, no habrá paz, sino treguas: se di-
visarán de continuo en el confin del horizon-
te la revolucion y la guerra civil; y no sé si
puede imaginarse el término á donde podria-
mos ser conducidos, si algun dia volviese á
resonar entre nosotros el grito de guerra. Si
no acertásemos'á tener cordura, por cierto
que no seria por falta de buenos maestros;
ya que hemos tenidolosmas escelentes que
se conocen, cuales son la esperiencia y la
desgracia.


CAPITULO XVII.
~


Después de haber hechouna fiel pintura de
nuestra situacion, traído á exámen todas las
opiniones que se disputanla preponderancia,
hecho como una residencia general de todos
lospartidos, y manifestado, segun me pare-
ce hasta la evidencia, con cuánta verdad
decia en el prólogo que era es/raño á todos
ellos; despues de haber indicado las causas
de nuestra revolucion , fijado su carácter, y
esplicado variasanomalías; despuesde haber
señalado varios escollos é indicado también un
rumbo; no quiero soltar la pluma de la mano
sin espresar claramente lo que pienso sobre
las reglas generales á que debe ajustarse la
conducta del gobierno. Lodiré conbrevedad,
pero liso y llano, sin rodeosni embozo, por-
que estamos en el caso de hacerlo asi. Para
poder decir algunas verdades sobre nuestra
situacion no es necesario haber mediado en
los negocios públicos, lo que se necesita es
haber observado y meditado. Aqui no se
trata de negocios, sino de revoluciones; no
de hechos encerrados en el secreto de un
gabinete, sino de sucesos que tienen sus ra-
mificaciones en toda la sociedad,que se pre-




-4f~
sentan ala luz del dia; no SOIlprcc:iosldades unainstituCion tutelar y vivif\cante,l'cunicn..;
ni objetos raros, patrimonio esclusivo de un do las condiciones de gobierno, del mejor
museo, sino fenómenos grandes, ruidosos, modo posIble., Sí: la monarquía, tal como
pudiendo estudiarlos cualquiera que guste se ha encontrado entre los pueblos.cristianos,
de observar la naturaleza. ¿Y quién nos ase- pero no en ninguna otra parte ha resuelto
gura que algunos hechosno se vean mejor á e! difícil problemadegoherna; grandes na-
una cierta distancia? Los mas grandes son ciones donde fermentaba con vivo calor la
como las figuras colosales, que para verlas inteligencia,'donde bullía todolinaje de pa-
en su verdadero punto de vista, es necesario sio~es, donde no había el recurso de sacar
retirarse hasta cierto trecho. POI: lo demas, de. Juegouna parte de las fuerzas por medio
y aunque en cierto modo me proponga for- de la esclavitud, sino formadas de millones
mular un sistema, daré otro testimonio so- de hombres, todos eu su dignidad .todos
lemne de que no me anima ninglm espíritu libres. '
departido, en la misma altura en que voy Esta es la causa porque se ha visto á los
á poner la cuestión. pueblos europeos propender instintivamente


Dando una ojeada sobre la sociedad espa- hácia la monarquía, esforzándose por adqui-
ñola, ia institución politica que masalto des- rirla cuando no la tenian , por consolidarla
cuella, la que se presenta en la cima como cuando vacilaba, por robustecerla cuando
coronando el edilicio, es la monarqula. Por era débil, por estenderla cuando era dema-
lo que'á esta toca, me parece, ó mejor diré siado circunscrita, y agitándose en terrible
estoy profundamente convencido, de que es convulsion por restaurarla, si por algunos
altamente necesario afirmarla, robustecerla, momentos la han llegado á perder. En In-
y de todos modos desenvolver la Constitu- glaterra hubo las revoluciones mas durade-
cien del Estado en sentido monárquico, tan- ras y profundas que imaginarse pueden;
to como fuet'e posible. Ya llevo demostrad» todas las ideas tuvieron su curso, todos los
que el principio monárquico es muy poderoso sistemas su aplicacion , todos los planes su
en la sociedad española, y que ~s menes.ter ensay.o; pero todo naufragó: v en medio de
respetarle,si no se quiere arrojar la nacion la universal catástrofevolvió la monarquía 11
en un círculo de vaivenes y trastornos; rés- sobrenadar, volvió á establecerse y á COI1-
tame ahora observar, que lejos de que los solidarse 1 y 11 pesar de la popularidad de las
hO,lllb,',res ,de mand,o hay,an, de 1l1irar, est,o CO-¡ ~or,mas y de un espíritu de la mas ámplia li-
mo ~ii obstáculo, han de considerarlo mas bertad, el trono se conserva en Inglaterra
bien como el medio mas poderoso de go- poderoso, brillante, rodcado de la venera-
biern(): En efecto, el peligro que amenaza á cion y acatamiento de los pueblosv En,Fran-
lassocic!Íadesmodernas no es la esclavitud, cía hemos presenciado el mismo fenómeno;
sino la, anarquía :sielldo conducidas á eU~y .es bien singular que en ninguno de los
P9rdtis c¡l~sas, la una su misma organiza- pueblos. mas notables de Europa ningúna
CIOIl luMerlal ,y la otra su estado moral. révolucwn ha sidobastante para anonadarla
Abolida enterallieo.te la esclavitud, Aerriba- mbnarquía. '.
dos Ilasta.lpsrcs'tos del feudalismo, nivelada~ 'A mas de las convicciones proíu~daslque
llls¡¡ntiguas gerarquías , y confundidas casi ,áfavor de la mouarquia han debid« crear en
enteramente las c1ascs',se.pr~s~nta unéú-Eriropahechos tan grandes .ypalpables; y á
.muloInmenso de fuerzas individuales que mas delas costumbres.que. en. el Pt9piQ~en­
obrlJ!Ltodas. á la vez, de frente ,en una tido han debido formarse)inm pueblos,
misma línea; y que si no han de producir hay todavía. algo mas: es el sentimiento mo-
grandes trastornos, necesitan una aceion di- nárquico, ese sentimiento que se herma-
-rectriz, rápida,' vigorosa, acertada, y al na admirablemente con el de la propia dig-
mismo tiempo muy suave. A ese estado se nidad, que pertenece esclusivamente á los
ibanencaminando ya desde.mucho tiempo las pueblos cristianos, que nada tiene de comun
sociedades europeas ; y como hay una Pro- con la abyecta humillacion de los esclavos
videncia que cuida de que se satisfagan las de Oriente, que es un abundante semillero
gl;andes necesidades, vemos en Europa la .de pensamientos pundonorosos, un resorte
monarquía, con varias formas, con mas ó para noblesacciones, que se enlaza íntima-
menos poder,conmayor? menor, esténsionde mente con el amor de la patria, y que hace
facultades, pero presentándose siempre como llevaderos, suaves, dulces, los lazos de la


. 4




a
obediencia. 'Este sentimiento 'no tiene solo' viv()s~ lna~l~es~á' enJ,odak partes donde
por objeto la institucion de 'lamúUarquia, pue~e ,~s~r~5~rse el p?'eb,~d ,e~p~MI, y que
sino tamhienla conservación de las familias' no fían podlao desarraigaí'1(j~H)avorestra.s­
que ocupan el trono;circunstancia notable tornos, ha puesto á cubiertó; ehrono en las
que da lugar á observaciones delicadas. La' azarosas épocas qlleha recorrido esta nacion,
Europa móderna Iia heredado de la vieja haciendo que la revolucion espllnola no:se
Europa una' porción de razas reales, de fa-:- manchara COn los horrendos crímenes'de I'~s
millas ilustres , cuya cuna está c l1hicrta con' de otros paises. No: en Españano ha rodado
la oscuridad de ~os tiempos: yestd;~Ue.á p'r~- sopre un cadalso la augusta cabeza de un
mera vista podría parecer unacosa insignifi- Rey; enEspaña no se ha derramado 'tmasola
cánte , y que á losojos de una fllosóña mez- gota de sangre r,eal;' enBspáña , ' en ese
quina y seca, pudiera presentarse como un, pueblo á quien se insulta llamándole bárhá-
mal, ha producido y produce beneficios in-' ro, no s~ enclle'!1tran como erll Inglaterra y
mensos. Las institueiones.muy grandes 'no en Francia, asesinos de reyes.' '
son para improvisadas; las personas que ha~ ¡Qué hermoso contrastenosofrece en este
de figurar en la cima'es menester que estén punto, la historia de nuestra patria!'Ved esa
como cubiertas con un velo misterioso. Por Francia donde se cuenta una larga série de
esta razon, y esceptuando el caso en qne la reyes asesinados alevosamente, série termi-
Providencia lanza sobre la tierra algun genio nada por elhorroroso suplicio del infortunado
para que se realicen estraordinaríosdésti- Luis XVI: ved cual despues de la restaura-
nos, uu hombre comuu no puede de repente cion no faltan todavía sicarios que manchan
convertirse en Rey. No fuápequeña suerte sus manos conla sangre de la real familia, y
para las provincias unidas el tener en, su'se- después de la revolucion de 1830 asestan de
no la casa de Orange que bajo distintas for- continuo sus tiros contra el pecho de Luis
mas pudiera en cierto modo reemplazar el Felipe. En Inglaterra, des~ues de loscríme-
trono; la Francia en la revolución de 1830, nes que nosrecuerda su historia, ¿nohemos
al quedar el trono vacante por la espulsion visto recientemente un atentado contra la
de la primera rama, puede dar gracias á la vida de su joven reina? era un loco. ¡Ah! en
Providencia por haberse encontrado con la España no toma la locura esos temas. Entre
casa de Orleans; y algunos pueblos de Amé- muchas glorias del pueblo español que no
rica, ni hubieran sufrido tanto, ni 'tendrían á olvidará la historia, entre los hechos que
su vista unporvenirtan nebuloso, si al enüm-:- consignará como pruebas evidentes de su
cip~rse deladomi1?-~cion~u\ópea ~ub!er~ngenero~idadé hidalguía, podrá referir que
tcntdoalgunás familias que por su hntt~üc:" este era'el pueblo más valiente del mundo,
dad'éilustre sangre; se hubiesen: hall~db, el'Illieblóque en 'laguerra de lairidepcúaeri-
como preparadas ,Imra,?ctlpar 'un ,ttonoo>,5,o: 'tia" y en la última de suc;esioil, htt mostra-
bre ellas se hllbwra fijado naturalmente la do un heroismo que á"dd ser:tall reciente
vista; 'y'en medio de los vítores á 'la'iiidé~ ti1ra~~ ~nJa1iulo~o',~el p~ebloqi1~~g~s:lbia
pendeñcia y á l~ libertad, se las' ,hl1~~r~, ,desp.re~H\r :,~ushacleIlq~~v' S~l· Ylda':',y en~Ibcíl'do ~n la CIma del poder, J se -hubic-. nrellló de QIíarevolttclOn' tertJble, de una
ran' 'ahortadtJ, torrentes de sangre.,Estas: soil 'guerra de' sU'~'ésion tán: 'encarnizada '; no se
verdadeé ;>1' verdades 'grandes' que' .abisih'ah cncoiltrÓj,urn4s unhombre quclevaiLtara:sn
al filósofo en:itíedita-c!ónpr~fundal;óbrel¿s :ilian6parricída contra las áugustas'Rerrú\.s,
secretos del corazón' del hombre', y sus liiti-·tiq~ÍIlpo¿o un asesino quevibl'as~ su 'puñal
más relaciones con .losdestínos' de' la 'so'- contra el pecho delpríricipe, qne: sostenía
ciedad. .,' " : sus pretensionés desde E'Rtella.· .
E~te sentimiento monárt¡ufuo, que existp Mediten sobre tal&s hechos los hombres


en todas las demas naciones de Europa, '~e que en adelantepueden influir enlos destinos
halla también en España, yno como quiera, de la nación, apl'écienlos ensu justotillor: y
sino muy vivo, muy enérgico, como que I vean de nodebilitar, de nodesvirtuarde nin-
esta radicado en las ideas religiosas por tan- guna manera, este sentimiento monárquico,
tu tiempo invariables, robustecido con la an- que se conserva en el fondo de la sociedad
tigüedad , . identificado con los háhitos, y 111 española. como un poderoso preservativo de
enlazado con los mas grandes recuerdos na- grandes males, como un precioso gérmen
cionales, Este mismo scntimiento, que tan de grandes bienes. Ahora no hay ya el pre-




-,4.3 -
testo.deque sean temibles, lasprivanzas; ya
no hay que decir que el',t¡'(íno.pueda escla-
vizar; son imaginarios tosteIhoresdedcs-
potísmo. El solopeligro quc nos amenaza es
la anarquía: sí, laanarquía , porque este
es el escolto, el principal escollo en qm~
pueden estrellarse las naciones modernas,
Prescindiendo decirclt,IÍstáncias estraordina-
riasy de consiguiente 'pasageras, ¿es aca-
so tan fácil esclavizar? aun en las naciones
Q,e'~\EurQpa'queistimhajo la monarquía ab-
soluta',cuaudo se les aplica la palabra de
esclavitud, se usa de una palabra sin signi-
ficado, sé las calumnia; En el estado actual
dela sociedad europea es demasiado grande
el número de las cabezas que piensan, tie-
nen sohrada fuerza las pasiones que bullen,
sobrado ascendiente los intereses que, figu-
ran, imponeudemasidorespeto millones de


:hpmbre,~,qU;e ;~,on9.c~n J sientcIl,su dignida~,
p'ara q1,le, .un :go~l(l~n~ abu,se;mucho r' ~~ EU
fuerza, Y,se arroje ~ esclavizar. ¿Y~ ,se-
rá en aquellos paises, dbndehay formas


. latas, donde en 'muchos sentidos tiene 'el
poder real señalados sus lindes" donde está


, entígor la libertad de imprenta, esa pa-
lanca colosal capaz de levantar el. murido?
Consérvese, pues, el trono con toda ma-
.gestad , no seofusque sU esplendor , no se
escatimen snsprerogativas , no Se le dispu-
ten mezquinamente sus facultades, .desen-
vuélvase la Constitucion en un sentido mo-
nárquico ;y no'se olvide que sin trono no
~endriam~s poder, y que sin poder ,no,hay
orden,' sin orden no hay obediencia a las
leyes'l sin ohediencia á las leyes no hay
liberta ,porque la verdadera libertad con-


, siste en ser esclavode la ley. '
Otra de las causas que conducen á los


pueblos modernos á laanarquía es .su estado
moral; es la anarquía de ideas, la duda:


.:esevértigo que ha herido tantas cabezas,
~es"',,:¡;,l)nfusion qlle reina en todas partes,
'qu~"ajnenaza envolver en las tinieblas las
ideas delliiep y del.mal, horrar todo rastro
de moralidad ,'d~strozar los cimientos de las
~ sociedades y qM'brantar los lazos de las fa-


milias. De todo sediida , hasta de ,la duda
misma: la impiedad no domina, la indife-
rencia, 1):0. satisface, peró la' fetaH,lpoto ,pre-
valece: él principio del interés' priyadono
triunfa, p~ro Jos grandes principios-de la
moral tampoco recobran el debido aseen-
:djent~,No es. pequeña la porcion quede
. tan ft¡nestail,narquía, ha tundídp entre10s


, '.r-, -, .. -. ,¡


I españoles, pero es menester confesar que
¡
l as",doctTI,'n,ás religiosas conservantodav,ia
mucho poder, que el principio católico es


¡'¡nu}' ~ob~sto, que la impiedad no se ha
lést~n~ldo á las masas, y que en .su ge-
I neralidad el pueblo, español, todana cree:
I ventaja imponderable que puede producira
Ila nacion los mavores beneficios. ' '
! " En efecto: hay otros pueblos quedesplle~
'de haber sufrido el disolvente influjode todas
las sectas ,fatigados de agitarse por eltOI~-


-bellino de las revoluciones, buscanotra vez
el apoyo de la religion : pero como en ellos


,elprincipio católico, ó hahia perecido, ó se
"hallaba muy debilitado, tienen el senti-
miento religioso indefinido, vago, sin fe, ni.


Iesperanza: sombravana que abrazael hom-bre en medio de sus desengaños y escarmien-
tos, tabla débily resbaladiza, á que pretende
asirse jadeando en medio de loshorroresde
un naufragio. En la nacion española no es
:~sí : la ,r~voluci?n ha pasado por ell~ ,p~ro
i 'el catolicismo vive aun, con sus prmclplOs


l
' fijos é invariahles , con sus, convicciones ro-


bustas, con sus altosp~nsamlentos, con
aquel lenguaje de seguridad que revela' al
hombre con toda certeza su origen y su des-
'tino','con aquel ademanmagestuoso que le
marca la línea de sus deberes. Ahi 'está, en
medio de esa sociedad disuelta, conservan-
dosecomo columna- en pie, en medio de Un
campo de ruinas. ¡Ay de nosotros si llegáse-
mos á perder esa alhaja preciosa , sr \legá-
semos á desasimos de esa áncora, sola que
.puede salvarnos en tan deshecha tormenta,
si'perdiéramos de vista ese'faro que esclare- "


: ce un hori-zonte de tinieblasLi,' ,Y qué debe hacer el gohierno con res-
ipeeto á la Religion? qué,es loque se lepidc?Isus deberes sonclaros; no es menester indi-
icarios; y lo que se le pide es bien pocaco-


sa : que no destruya. Respete el sagradode
( las conciencias, aplicando á, este objeto el


I
n, iismo principio, de lib.eitad;· tespete los de-


, rechos del clero como .se respetan los de los
otros ciudadanos; no consienta que en las


1,u~iversídadés y dcmas establecimientos de
I


enseñanza se abran cátedras de impiedad ó
',d~'otras,sectas anticatólicas; no tolere que
'1, la~r~nsa ,pervierta ni corr?mpa ; ,Y lo dernas


va Ira marchando por sí mismo , que la obra[al': Dios no necesita de la débil mano del
f


hombre. ~
'. ¿No se ha dicho que dehia reformarse el
"clero? ¿no se ha dicho que el cleroera enc-




-u-
migo de reformas, pórquemedraba al abrigo momento que 10 pretestade, conservar !
de los abusos? pues hágase la prueba; ima- estender prerogativas, se hace esclavo de
gínese un plan, un arreglo cualquiera, sobre las inspiraciones de un puñado dé disidentes;
los gastos de culto, sobre la manutencion de pero que nada pierde'de su elevacion, nada
los ministros, sobre lospuntos mas delicados de'su poder, nada ha de sufrirde humillan-
de disciplina; pero hágase todo en la debida te, cuando respeta las augustas prerogati-
forma, con la debida autorizacion del Sumo vas C\C aquel, que en nombre de Dios ejerce
Pontífice, sepael cleroquepuede adherirse al su vigilancia pastoralpor Jos cuatro ángulos
nuevo arreglo, sin faltará sus sagrados debe- de la tierra.
res; ~ntonces se verá si el cleroespañol tiene Esta es lapolítica grande , generosa, dig-
esa clcg:a terquedadque se ha queridosupo- na de un gobierno que se baila. al frente de
ner, y SI ohraporconviccíon ópor miras inte- unanacion como la española, ¡Quépequeños,
resadas. ¿Esposible que todo se haya discul- qué niños parecen aquellos hombres queen el
pa(~o, . qu~ l?s,mayore,s crímenes se. hayan siglo actual, despues de la conñagracíoa es-
atribuido a ciertas teorías de suvo estravia- pantosa que ha puesto la Europa á piquede
doras, que se haya siempre alegado la ines- disolverse, hacen resonar todavía aquel
periencia, la fogosidad, las ilusiones, es acento rencoroso que es ahora un palpable
decir, que se haya siempre procurado poner anacronismo! Disimuláralo yo á la caducidad
á cubierto la moraldel hombre , y respetado que se alimenta de .viejos y g~st¡ld?s recuer-
su intencion ; y solo en tratando del clero se ,dos, al orgullo hendo que mira.como se le-
haya tenido el empeño de presentarle sin vanta lozana una nueva generacióná cuya
conviccioncs , suponiendo que obraba por altura no puedeencumbrarse , al mérito falso
meros interesesj y postizo que porestraña easualidad, y como


Con mucho tiento es menester que ande por sorpresa se hubiese apoderado. del titulo
el gobierno, siempre que trate de tocar se- de verdadero; pero á la verdadera ,sabidu-
mejantes materias: un yerro en este punto ría, al verdadero talento, al hombre que sea
sería inescusable. Ya no estamos en aque- capaz de ser grande entre los grandes, que
Has épocas en que se alarmaba fácilmente á no haya de temer los sistemasfrancos y ge-
los monarcas y á los pueblos, poniéndoles nerosos, que no haya de cimentar su repn-
á la vista como un espantajo el engrandecí- tacion sobre circunstancias escepcionales,
miento del poder de la curia romana; ya.no que. para figurar y me~rar ~o necesite las
hay ni pretesto siquiera para hablar de exa- épocas dé rencillas y disensiones , que no
geradas pretensiones de la corte de Roma; haya de conservar su nombradía como débil
solo se trata del catolicismo, de los derechos pantalla sostenida por los partidos, solo 'por
inherentes á la cátedra de San Pedro, 'de .ciertas miras, y quizás .c0~ burlona sonnsa;
puntos de disciplina acatados en toda la igle- á este talno se lo consintiera, no se lo per-
sia católica. donara: tú te olvidas de quién eres, le diría,


En Francia ¿no triunfó la revolucion? ¿no te oscureces, te achicas.
es Luis Felipe.el monarca de julio? y véase Fijados ya los dos puntos capitales que
nq obstante, SI se trata allí de entrometerse nunca deheperder de vista el gobierno, in-
en el sagradode las conciencias: véasecómo dicado con toda claridad el espíritu que en
no prevalecenllt aquel espíritu pequeño y esta parte debe presidir á su conducta, ob-
rencilIos~, inspirado por el maligno aliento servare que lo primero que debe hacer el
de los discípulos de Port-Royal, ó por el gobierno, es salir cuanto antes sea posible
mal humor y desahrimiento de canonistas del terreno de la política. ¿Qué? ¿Os pare-
ilusos. Yesque alTí se ha palpado que es una ce esto una paradoja? escuchad: Las nacio-
desgracia inmensa el subordinar las altas nes que tienen gobierno representativo,
miras de un gohiernü á las miserables miras mayormente si es desde poco tiempo, ado-
de algunos sectarios; el ser un gobierno el lecen por lo comun de una falta, y es el
instrumento de la ambician de unos pocos tratar demasiado de política: siempre estan
hombres, el eco del resentimiento de algu- con losojos sobreel gobierno, siempre sobre
nas personas que se creen agraviadas; es que las form~s pol!ticus, aseme.i.áu40seal'lue se
allí se ha conocido que un gobierno pierde entretuviera siempre en éont~Jl!plary reto-
su dignidad, su influencia, se rodea de em- cal' una máquina, y no <:ui~asecual debede
barazos, de ohstáculos , de compromisos, al la elaboracion de Iasmaaulacturas. :Este es




un mal muy grave que -es precisoremediar,
ó á lo menos disminuir; no conviene ocupar-
se tantoen esto, bien asi Como andaria mal
encaminado quien hablase continuamente de
su complexión , de su cónstruccion orgánica,
del régimen de vidaque fe conviene, y des-
cuidara el cumplir sus obligaciones, olvidan-
do sus tareas, y no mirando por sus inte-
reses.


El tratar demasiado de política, el hablar
siempre de Constitucion, de leyes electora-
les, diputaciones, ayuntamientos etc. etc"
tiene el inconveniente de que hace fermentar
los partidos, da origen á otros nuevos, es-
cita recuerdos desagradables, divide los áni- .
TIlOS, provoca disturbios y trastornos, v des- -
pertando la ambicion franquea la puerta para
que hombres indignos puedan subir á los al-


- tos puestos del 'Estado. Es de la mayor im-
portancia peaetrarse vde estas 'verdad~s;
afortunadamente no puededecirse que no se
sepa en qué pasar ~I tiempo: el- arreglo de
la hacienda, la formacion de los códigos, de
buenos planes de educaoion y enseñanza, los
estableoimientos de heneficencia , el fomen-
to de la agricultura, industria y comercio,
ofrecen por cierto espaciosa arena donde
podrán campear el talento, el saber y la
esperiencia. Conviene pues, lo mas pronto
posible, corriendo, digámoslo así, salir del
terreno político, y pasar á ocuparse de otras
materias, donde puedan realizarse mejoras
positivas, prácticas, que desciendan hasta
aquellaparte del pueblo que trabaja, paga,
sufre y calla: es menester maspráctica, mas
positivismo; basta ya de esas cuestiones que
tan á propósito son para tenernos en contí-
nuo sacudimiento , en ese sacudimiento que
hace sobrenadar en la superficie lo mas va-
no,lo mas lijero que hay entre nosotros,
mientrasestá oculto en el fondo todo lo que
My de mas grave V precioso. Y á la verdad, I
¿quien no se pasma al ver tantos hombres
improvisados, mientras yacen en la oscuri-
dad tantos otros por muchos títulosrespe-
tables?


Ni existe en España cómoen otras partes
un .cuerpo de.nobleza" <tuc,'por su p~sici~n
y circunstancras puedaejercermucho mflujo
sobre los destinos de la nacion;: ni la 'ley
fundamental le reconoce como cuerpo'polí,ti-
co, ni el espíritu del siglo está en-tal senti-¡
do, ni las costumbres de España, quizá las
mas populares y niveladas de Europa, se
avendrían con una aristocraciaque solocon-


- 4/S-
tara con títulos de nacimiento; sin embarg«
entre nosotros como en todas partes, no deja
de haber una considerahle porcion de ciuda-
danos que por lamtima: fuerza de las cosas
s~ levantan con mu~¡ustbs titulo.s sobreel
nivel de sus compatricies.La propiedad muy
cuantiosa, con tal que no re-cuerde una for-
tuna improvisada con malas artes; la capa-
cidad estraordinaria, ó á lo menosri111Y dis-
tinguida; los grandes serviciosliech~os al
Estado ó elhaher ocupado por largo tiempo
los puestos mas eminentes; y tamhien un
nacimiento de antigua é ilustre alcurnia, son-
circunstancias que por mas que se diga, rO-
dean á la persona de cierto esplendor y le
grangean la confianza y el respeto de los
pueblos. Una ley en cuya formacion hayan
ellos intervenido ,un decreto doride se lea
su firma, una alocución, 'un proyecto donde
figure su .nombre, adquiere-á los ojos del
pÚ!J!icociel'to realce gue no deja de contri-
buir en gran manera a que los resultados en
beneficio del pro-común sean mas prontos,
masámplios 'y'lnllS'CUIÍlp!idos;·' '.


Por desgraciaeñ-Ia adlrálidad';"ébmo' su-
cede siempre después-de gi'arides revueltas,
se hallan oscurecidas, ajadas las reputacio-
nes, y apenas se n(Jta que figuren tantos
hombres, que sin duda parece que tienen á
ello algunderecho. En unanacion 'como la
española, ¿será posible que no se haUeuna
porcion numerosade hombres, que habiendo
encanecido en distinguidos puestos , ha-
yan recogido un respetablecaudal de saber
y de esperiencia? ¿No conocemos á-muchos?
¿no habrávarios otros eriqnienes nadie pien-
sa, á causa de haberse -ellos'mismos conde-
nado de propósito á la oscuridad, ó de haber
sido envueltos en ella, despuesde arrumba-
dos por tan continuados vaivenes? Esta es
una especie de aristocracia que yo desearía
que ~e respeta~e ; este es'u~eada~(jrq~e 'se
hahria de reammar despreclando-a-nllsera-
bies habladores que todO' 'Ió>iadiande trasto
viejo é inútil, que fitíJriiramientos de nin-
guna, clase prodigan á los hombres mas res-
petables todo linage de apodos. Tengo es-


I peranzaseu lageneracion que entra, pero
tampoco quisiera que dejáramos de aprove-
chamos de la que pasa;' porque las canas
infunden mucho respeto , porque algunos
hombres que se llaman gastados, precisa-
mente han de haber conocido el puebla es-
pañol, á quien han podido estudiar por largo
tiempo, y es escelente maestro una larga




~ ¡{.~-=
Jlsperiencia.. EI!].Wl<i nat:ioJl. ,bitln:arreg1ada so de los sUP~SQs.Á{!Uí hay todas las opi-
t.oao se aprovecha, todosirv;e ; yen circuns- niones, todas-las.escueías •hombres de lo-
tanci.as, ;COfll.o la,8 .n,ue.,st.ms,' ,todo se nece~.ita, dos los siglos: es,paüoli:ls qu.e pertenecen al


¿Cuá;lldQ;' sald,rempsde este círculo de I tiempo de CarlosIl.fropiezan \recuentemeu,-
reac,cio.n~s, '" ~a,!1s,.á~dose c.on cadauna de ella,s te.con par,tidarios de .,la COll,venüon, ,Y no
la caida demiijares de hombresque se que- obstante si ha de haher gobierno, si ha de
dan s\~ pan , y ,que deconsiguiente están saber nacion, es necesario arreglarlo todo,
siempre preparados.paraempeñarse en pro- armonizarlotodo , ver cómo se puede C9It-
mover.una nueva reacción ,por el sencillo seguir que vivanen paz, sin chocarse, y sin
motivo {\IJ que .con ella enoontrarúnde co- .hacerse mil pedazos, enemigos tan violentos
mer? ¿Cllálldose.qejará tiempo á los hom- é irreconciliables. , .
hres que ocupan los puestos para enterarse Cuando las naciones se hallan en situación
.siquiera de losnegoclos.mas comunes? Con tan dificil y espinosa, cuando es tan estra-
esa inconstancia, .conesa movilidad, conesos ordinaria la complicacion de las circuustan-
sacudimientos tan recíos, ¿cómo qneremos cias, son muy vanos los planes de loshom-
que nada prospeJ;e, que.nada se arraigue'! bres ; y es .preciso escuchar con suma des-


'T,riste es á la verdad nuestra situacion, confianza las promesas y losconsejos de los
triste perspectiva no~.orre~e el porvenir; partidos. El único medio que queda al go-
pero una esperanzadebealentamos. Hayen bierno es aprovechar por depronto todo lo


'el fondo de nuestra sociedad algunos.fl!'\- que puede servir ;:.es cuidar de que!i0 se
mentes de vida, ellos se- mucven, rebullen, destruya mas; ,y para la marcha sucesiva no
¿y por qué nc podrían nuevamente fecundar adoptareselusivamente este ó aquel sistema,
nuestro suelo'! Si este es el terreno clásico sinoapelará los grandesprincipios conserva-
de las anomalías, ¿por,qué no podremos es- doresdelasociedad, áaquellos principios que
peral' una:anomalía feliz, anomalía que ten- noson esclusivamente de ninguna escuela,
dría su oi-íg~u t:n esos. eleme~tos d~ vida, que no so~ nuevos, .sino antiguoscomo el
que aunque' ofuscados, y casi perdidos de 'mundo, existentes desde la eternidad en el
vista , 'no dejan de hallarseentre nosotrosen tipode todaperfeccion, comunicados á las ~o­
bastante abundancia? , . ciedadescomo un soplo de VIda. No hanvana-


No. olvide nunca el gobierno que nuestras do estos, no han desaparecido dela sociedad
discordias intestinas son, profund~mente S?-espaiíola: circulan,pUl' ¡ella,como su sangre,
ciales: noolvlde que bajo la contIendapoh-conservándolel!l.~s~sa Vida que le resta,
tica hay lucha.de Ideas é interesesque afee- después de tantos padecimientus. Rozon ;
tan Io mas íntlmo:de)a socledad:J que esta ju,sticia, buena fe; estas sonlas palabras que
no se cambia en poco tiempo ,. ;SH;!O cpn el debe escribir el gobiernoen su bandera,~ste
trascurso de muchosañpsy e,on elinflujo de es el polo que nunca dcberperderde 'Vista:
p?derosa~ca.u~as, La violencia, la.precipita- y en seguida levantar .velas ~on entera
cion, el espíritu reaccionano :con que se ha confianza, y arrostrar los bramidosde las
obrado en.España de tantosaños á esta par- pasiones que se agitan en su torno. Dejar á
.te , confundiéndose monstruosamente .Ias los partidos que clamen; bien pronto pare-
ideas y encarándose de¡;olpe los sistemas cerán miserables insensatos que se arrojan
mas,~u~S~os., ba producido. una situacion al mar en pos de ~n navío.para detenerleen
tan &Iogll¡"ry estraordinaria , una confu- su marcha. Gritarán, prodigarán dicterios y
sion tal ,que.apena~se.atina cémo.será.po- amenazas; pero la nave proseguirá mages-
sible introducir en. e~~ caos el órden ycon- tuosamente su camino: ellos' tendrán que
cierto. De unapoblacion á otra poco distan- volverse á la orilla, y murmullando de des-
te , de un país a otro su limítrofe, de una pecho desaparecerán. de.la escena. Que no
clase á otra c1~sc, s~ notan en las, ideas y es el acaso, 1\0, quien .rige los destinos del
costumbres dIferenCias tan enormes, que mundo: Dios vela sobre la suerte de los m-


.noparece.sino ,que se pasa de rerente de dividuos y de las naciones, y su benéfica y
,.U,\1,a 0.a,c1,'on., á otrala n.la.s es.tr.aña de ,mundo. l. omnipotente mirada suele fijarse sobre el in-
Mas .ó. menos sucede algo semejante en fortunio. . '
todas par,tcs; pero t~nto como entre nosotros ' "


,en n\ng~n~; PON"~ll,i h,an mediado causas I ~~---.:._
!,P~J,1l e,UQ v~is~ rre fI~~;¡a.sd() indique e1cul'-




47 :...-
bien, es'M nablar,absolutamente de politiJ
ca. Estas: circunstancias se' verificaban en
la época á que:¡:orrespoodia la reseña qu~
hílhtamos ofreeido';' era el mes de octubre,
que tan encapotado Y,amenazador se pre-
sentó,en que se ré'afizardrr acontecimientos
tan estraordinariosy estrepitoSos., 'Creemos
que la.generalidad de nuéstrosIeetores ntl
reprobarán una dilación que en tan priIdeIl.-
tes motivos se funda; nos hemosprometido
esta indulgencia , yconlhlmosqtie nosser*
otorgada. Vamos, pues, á empezar nuestra
tarea. "


Acontecimientos notablesse han verificado
en Europa en el'períódo cuya reseña nos
incumbe, : hechos de gran cuantía han veni-
do á modi,ticar su política general; y si bien
es verdad que no se ha alterado la paz, y
lJ.ue algunos de estos hechosno presentan á
primera vistaaquellas dimensiones colosales
que' asombran al espectador, no dejan sin
embargo de tener la mas alta importancia.
Pasó el tiempo~n que no'se realizabancam-
hios de algllrraentidnd;sili qu~ él ruido del
cañon que resonaba'en el campo.dé batalla
despertase la atencion publica, concentrán-
dola sobre los acontecimientos: ahora la di-
plomacia ha quedado casi dueña en el campo
de los negocios europeos. Desde Cárlos V
hasta Napoleoa había la diplomacia obrado
de consuno con la guerra; pero' 'no ,parece
sino que este, bravío elemento gastó todas
sus fuenas. en la teJ?[Iorada del Imperio, y
que el'gemo' de,'fmllet'l:üldha obtenido, U1l.
definitivo triunfo'so~reel ger~lodel vencedtll.-
de Anstetlitz,En efecto :htdnéhan ~'1igrati:..
des ejMcitos eIlet'Mmi)od~'blitaHa',enpr'e:"
!'l~ncia de.sl1s~mperad&~;1 'lúcHililli;\ los'di,-
p4MlátiéOS" en' e~ ,gabiMfe ;' 'Y: 'en'. vez .!té
cWtá5trófes sangfletltas-


'"
yde 'cu~ve'!liqs" e~:­


oritoscon lapunta-de-lábspatla -enel"polvb
derlos campameritosv se, 'veihlp-ar'é~ér '(le
i'epente" y' se.prtltlla~n, 'CehtiY' '8'tña'1adas
v}ctol'i'as de la 'ijiPloin30ia,:Mt~t~·:'1 'mis,rr-
rwsostratados·eom~el{le45d~JaIro;de184().
Tr~ado'eR qu~: ¡~~'iest, ip\llaba ta'mlJlen la
~rt'a)~etlO' jqneguerra! un rat? de salva;
basta'tlecu'1Ueera ,1a' Europa colIgada' C01]:"-
irá Me-heme't-'-AJí. ':.


,Como'perteneciente á época anterior, no
1\OS toca hacer la historia de ese tratado, ni
de los resultados que tuvo para el virev de
Egipto, ni del aislamiento en que se eneon-
tróla Francia en este negocio, teniendoque
.presenciar con los brazos cruzados1 cómo


Pllbliéado en1Jlal'celoti:lá~i¡úel¡íio"de 13"1; ..H. Revi~lo titulada
it.. iCillilhacwlI• . ".'


En el prospecto de nuestra lt~vist~, ofre-
cimos para 'ceda trimestrl!' un cuadro de los
principales acontecimientos peítticos que hu-
biesenocurrido durante elrespectivoperío-
do; acompañándolos de algunas reflexiones
que i.n~icasen sus causas, y señalasen sus
relaciones .sus resultados, y tendencias. Han
pasado cuatro meses y todavía no hemos
cumplido, la oferta; y queriendo dejar satis-
fecha la reconvenci:én'ql1e nos, podriandir.i.;.;.
gir nuestros lectores, valilOS ahora 11.0 'solo
á trazar el cuadro, sino, y ante todo ,ir' se-
ñalar la razon porque lo hemos diferido hasta
el presente. Yase ha podido conocerque si
bien no esquivamos el ventilarlas cuestiones
'sociales de mas alta importancia , procura-
mos sin embargo hacerlo de manera que
nuestros escritos no conciteti las pasiones
en ningnn sentido, y que se conozca palpa-
blemente cuán agenos somos de todo bando;
hahlamos ellenguajede la conviccion, no el
de los partidos;' y de esta suerte podemos
alcanzar que nos lean, si' no con simpatías"
al menos sin dCMgrádo., homhrás de todas
opltliOhéS, desde los amant~s ~e la monar-
qulaabsoluta lrastalos' partidarIOS de'-la re-
piíblíea.. :A.' ~Il.s!r'de qlle ;eHnisma. objeto
'~l\e'\\bsj)r()'POslm(}S'eR nllestrll.' publicación¡
:qlle~~ia' faUidwen buena p~vte i'si'id~en'"
dh~setft6s á In: arena 'polvorI~n:ta;'en,que' se
lI~¡tan f(..1erms cuestiones, ;ehépocas azarosas
~olli\))"la'tue' vamos at9av,esullcl.a: Cua~~
-esths .tl~TFeS no son s()ctales , 'smo polttl-
caS:,'~ube dtlpunto la dificultad,ae mantener-
se eh ¡la pbSiOOhm elevada en que 'nos· había-
mos coloca'OO,. cf>R'Sult"andó el carácter de
nuestra ReMsth.; 'y. 'el níismo,inter~s" de
nuestras doctrinas; 'pero 'Sobre todo, 'ooando
suena ya' el grito -de 'alarma, cuando lbs
partidos saliendo del campo de la 'discusion
han venido á las manos v se ha trabado 'a
lucha, entonces juzgamos'que es mas acer-
tado, para publicaciones como la nuestra,
cerrar de todo punto la puerta á toda discu-
sionpolítica; y el único medio de hacerlo


SOJlRE ,LOS l'lÚNCIPl\US A.éONTECIJlIBN,TPS POLíTICOS
DE WRO'!'!. DESDE ;\.~ (J)~ ,!GÓSTO DE 184tUASU


EL FIN DJ:L:JlISl\lO,AÑO. •
. - . ,,~'. , ",




los navíos ingleses ejecutaban en ;{)rient.e la
voluntad de lord Puhnerston ; v sí únicamen-
te debemos llamar la atencion sobre él ,co-
ruo una de las causas que mas hall contri-
huido á modiflcar la política general de
Europa; ó quizá mas bien, comouna ocasion
crítica que ha revelado lo que hahia de falso
y engañoso en la decantada alianza anglo-
francesa, sirviendo de punto de partida para
principiar una nueva épocaen la combinacion
de las relaciones de las grandes potencias.
Conviene también recordarle, no solo por
ser el único acontecimiento reciente que
pueda llamarse propiamente europeo, y cu-
ya iuñuencia , segun todos los indicios se
hace seutir en la actualidad, y se hará sentir
por mucho tiempo en todas las cuestiones de
política general, sino tambien porque es
imposible dejar de mentarle , teniendo que
hablar del hecho que se ha realizado poste-
riormente, merced á la política conciliadora
de Guizot, de ser de nuevo admitida la Fran-
ciaen el congreso de las grandes naciones.
Fundada esta reconciliacion en el tratado
de d3 de julio, y publicada poco despues,
ha ocupado en los últimos meses la atención
de la prensa de .Europa, y particularmente
de la francesa; estando como suele decirse
á la órdeu del día , hasta que los aconteci-
mientos de la Península han atraído sobre sí
la atencicngeneral.


Discordes andan en esta parte los amigos
de Thiers v los de Guizot; afirmando los del
primero, (Iue la Francia .ha sufrido una hu-
millaoion , que Guizot la ha consentido; y
que entrando de nuevo la Francia en el con-
greso de las grandes naciones, despues que I
ápesar de ella, han hecho cuanto cumplia á
s!-Isresp~c.tiv'os intereses, llevando á cabo
sus voluntades con desdeñoso aire de supe-
rioridad, es mas bien que un desagravio,
un nuevo insulto; y que Guizot negociando
esa avenencia, v haciendo que se sonriesen
maliciosamenteel gabinete de San James y
el autócrata de las Rusias , ha dejado muy
mal parada la dignidad de la gran nación
que repetidas veces ha dado la ley á la Eu-
ropa. Pero responderán los partidarios de
M. Guizot , que M. Thiers con su imprudente
política iba á provocar una contlagracioll que,
podia ser fatal á toda la Europa, y particu- :
larmente á la Francia; que las miras de esta
con respecto á Oriente quedaban salvadas
'en su parte esencial, y que el mantenerse la !
Francia en actitud imponente y amenazadora, 1


- 48 --
Y el empelíllrse en ekigeMíns escesivas
comprometiendo la paz general, era no co-
nocer los intereses de la misma Franeia, era
olvidar que la época de Luis Felipe no es la
época de Luis XIV, ni de Napóleon.


Tal vez no anduviera descaminado quien
dijese que ambos contendientes tienen -su
parte de razon: á la verdad no parecia pru-
dente que la Francia se aventurase á los aza-
res de una guerra contra la Europa coligada,
ni era posible suponer que tal pensamiento
cupiese en la política pacífica y contempori-
zadora del hombre que desde 1830 rige los
destinos de la Francia. Y si esto era muy
fácil de prever, ¡,á qué tan ruidosos arma-
mentos, á qué tantas bravatas, si al fin no
habian de producir otro resultado que cargar
inútilmente el presupuesto, y hacer sonreir
la Europa en el dia del desarme? Si la eje-
cucion del tratado era humillante, y además
no era posible impedirla, no parece lllUY
político el acrecentar su importancia con el
ruido de grandes preparativos, haciendo re-
saltar mas y mas la humillacion para el dia
en que fuera preciso bajar la cabeza. Estas
reflexiones que favorecen poco á la política
de M. Thiers , no dejan ciertamente muy
airosa la de M. Guizot; porque siempre re-
sulta que durante su ministerio la Francia
ha cedido. ,


La resistencia de· la Francia al tratado
de 15 dejulio envolvia algo mas <¡ue lo relati-
vo á la cuastion de Oriente; tratáhase de si
esa nacion habíade recobrar ó no lasupl'l~ma­
cía eu los nego(~ios europeos, supremacía ~lue
ha perdido desde la caida del imperio; y no
creemos que fuese buena oportunidad el cm-
penarse en recobrarla habiendo de luchar
por de pronto con toda la Europa. Habia,es
verdad, un poderosomotivode indignación,
al ver que la Inglaterra, cuya amistad se ha-
bia buscado con tanto ahinco desde 1830, se
burlaba hasta tal punto de su aliada, des-
quilihrando de tal manera el famoso contra-
peso en que se creía que la Inglaterra habia
entrado de buena fe para contrarestar á la
Santa Alianza; pero no quedaba otro reme-
dio que devorar eu silencio esa pesada bur-
la, que este es el nombre que mejor le cua-
dra; y lo que convenía era escarmentar en
la cuestion de Oriente, para aprender el ca-
so l(Ue debe hacerse de la alianza con In-
glaterra, conocer el nuevo sesgo que debía
darse á la política francesa, y la diferente
actitud lfue convenía tomar en las nuevas




- 49 -
cuestiones que fuesen ocurriendo. No ha
muchos dias que un órgano del ministerio
francés hadeplorado amargamenteeste error,
espresándose en tono tan acre, y con frases
tan violentas contra la Inglaterra, que bien
mostraban el comprimido despecho que abri-
ga el gahinete de las 'l'ullerías. Se conoce
que no le han causado ilusión loselogios, al-
go afectados en verdad, que el actual gahi-
nete inglés ha prodigado al gefe de la nacion
francesa, y al ministro de negocios estran-
geros; los hombres de estado ingleses, y
particularmente homhres como Peel , no se
dejan entusiasmar por algunas prendas per-
sonales de reyes ni de ministros estrange-
I'OS , hasta el punto de prorumpir en pom-
posasalabanzas: cuandoalaban de esta suer-
te, ellos saben pJr qué; dan un voto de
gracias por lo pasado, ó tieuden un lazo
para el porvenir. Si fuéramos franceses, no
nos huhieran sentado muy bien tantos elo-
gios prodigados al ministro de negocios es-
trnnzeros : hubiéramos preferido una viru-
lenta invectiva.


Como quiera, se hallan ya de acuerdo las
grandes potencias de Europa sohre la cues-
tion de Oriente; el sultán ha recobrado par-
te de sus dominios, la osadía del turbulento
vircv ha sido enfrenada, v las cosas van si-
guieudo pacíficamente su· curso, hasta que
se presenten nuevas complicaciones. Y no
pueden menos de presentarsc , porque un
imperio, lo mismo que un edilicio, no se
consolida por medio de puntales, sino por la
Iinncza de los cimientos. Tiempo ha que el
imperio Otomano se va cayendo á pedazos;
si no se ha desplomado completamente con-
virtiéndose en un montan de minas, es por-
que las grandes nacionesde Europa, no pu-
diendo concertarse sobre quién ha de quedar
dueüu del terreno donde se hal'a el carco-
mido edificio, le van apuntalando del mejor
modo que saben, sin otra mira que la de
ganar tiempo, aplazando para mejor ocasión
el completo derribo.


La conservaciou é integridad del imperio
Otomano, figura en los protocolos europeos;
mas él no deja por eso de estar moribundo.
y perecerá: porque el porvenir de las na-
ciones no pende de lo que está escrito en
las carteras de los diplomáticos, sino de lo
que se halla prescrito en las leyes de la Pro-
videncia. El imperio Otomano carece de
principio vital, y sin este nada vive. Funda-
do sobre un dogma falso, y agrandado á im-


pulsos del fanatismo, ha sentido debttitar sus
fuerzas, luego que el error ha producido sus
frutos, y que el calor del fanatismo se ha
ido debilitando con el trascurso del tiempo.
Colocado cara á cara con las naciones vivifi-
cadas por el cristianismo, su brillo ha cesa-
do como el de los astros de la noche al ra-
yar el sol; y después de sus impotentes ten-
tativas para sojuzgar el Occidente, ha caído
s.in f~erzas., ~in aliento, á los pies de la civi-
lizacion cristiana. Cuando contemplamos á
la diplomacia europea afanándose por pro-
longar algunos años mas la vida del imperio
Otomano, parécenos ver á los sucesores de
un moribundo, que rodean su cama dispen-
sándole toda clase de auxilios, para prevenir
una muerte sobrado pronta, que no dejaría
tiempo para el conveniente arreglo del re-
parto de la herencia.


El genio de~lehemet-AIí, ha hecho quizás
nacer algunas esperanzas del rejuveneci-
miento del ~mp~rio de Oriente; y la impo-
nente orgamzacron de sus fuerzas terrestres
y marítimas, y la vigorosa administracion
establecida en los paises que le estan suje-
tos, se han tomado á la vez como un co-
mienzo y un preludio. Confesaremos fran-
camente que participamos poco de se-
mejantes esperanzas. Indúcenos á esto la
rel1exion de que jamás se fundó ningun
grande imperio, ni por una organizacion
militar, ni por una vigorosa administracion;
todo esto indica á lo mas una accion fuerte
por parte del gobierno; pero noes bastante á
producir un cambio social, cambio indispen-
sable pa.a un verdadero rejuvenecimiento.
Ka negamos á Mehemet-Alt su genio orga-
nizador, y que su reinado haya de formar
época en la historia de Oriente; no ignora-
mos la grande influencia que ejerce en la
suerte de los pueblos la aparicion de los


, grandes hombres: pero las sociedades para
i formarse de nuevo, ó para rejuvenecerse


cuando estan caducas, necesitan algo mas
que hombres. Necesitan principios que se
filtren hasta m corazon; principios que
obrando sobre las ideas y costumbres, re-
formen al individuo, y organicen la familia
y la sociedad, dando asi una basa anchurosa
y sólida al establecimiento de buenos go-
biernos. Y ¿se hallan en Egipto, en el im-
perio Otomano, esos nuevos principios? Se
ha dicho que la civilizacion europea invade
aquellos paises; pero es menester advertir
que lacivilizacioneuropea encierra algo mas


;}




-50-
grande y fecundo qtl6 los eonoeimientos de
algunos ingenieros y marinos, que algunas
nociones administrativas, que el arte de los
manejos diplomáticos, que el estudio de los
idiomas, que el talento de redactar una
gaceta. Estas y otras cosas semejantes las
importan los europeos al Oriente, pero no
son ellas la civilizacion europea; esta es
algo mas grande, mas rica , mas fecunda,
es madre de la cultura, perono se confunde
con la cultura. Su raíz es el cristianismo,
por él ha vivido y vive, ora la miremos na-
ciente y tosca como en la época de Carlo-
magno y de las cruzadas, ora la contemple-
mos pujante y culta, como en el tiempo de
Cárlos V, de D. Juan de Austria, v de los
franceses conquistadores de Argel. los eu-
ropeos en el desvanecimiento de su grandor
y poderio, se imaginan capaces de enseñar
á los demas pueblos su propia civilización;
¡ilusos que no advierten que semejantecon-
ducta es un miserable empirismo; que no
reeuerdan quién llevó á los bosques de las
Galias, de laGermanía v de la GranBretaña
los primeros gérmenes de la eivilizacion
moderna; que no recuerdan que eran aque-
llos hombres que con el crucifijo en la ma- I
no, la dulzura en los labios, y la inocencia I
y la caridad en el corazón , les anunciaron la
buena nneva, arrancándolos de las supersti-
ciones de Tuiston, y de los sangrientos sa-
crificios de Teautater. La eivilizacion euro-
pea no se inoculará á las paises de Oriente,
ni á las regiones dominadas por los france-
ses en Arrica, si no le preparan antes el
camino 1 Ó por mejor decir si no echan pri-
mero Sil semilla, los misioneros católicos.
y no basta que sean misioneros de sectas
que se apellidan cristianas; esas sectas son
sarmientos separados de la vid, y su infe-
cundidad está acreditada por la esperiencia.
L~ cuestion de Oriente trae muy ocupa-


dos a todos tos gabmetes de Europa, y for-
ma uno de lostemas principales de las dis-
cusiones de la prensa; y con razon, porque


·esta es en verdad la gran cuestion europea.
La Europa cuajada de pueblos industriosos,
rechaza de su seno la guerra; v si de vezen
cuando la ambicien de los gobiernos se in-
dina á provocarla, se sienten desde luego
detenidos anteel inmenso cúmulo de inte-
reses que van á herir, y retroceden teme-
rosos de escitar la indignacion de los pue-
hlos. Pero la actividad de la diplomacia
necesita pábulo; y ya que no sea posible re-


novar sangrientas querellas entro naciones
vecinas, por cuestiones de territorio, como
acontecía en otro tiempo, eomplácese en en-
contraralguna víctima débilquedesmembrar.
El imperio de Oriente se la ofrece, y al co-
lumbrar los rompimientos á que pueda dar
ocasion en no lejano porvenir, preséntasele
la grata perspectiva de que por estos rom-
pimientos no será necesario que los pueblos
europeos pierdan su tranquilidad; sino que
sin destruir los grandes establecimientos fa-
briles, ni estropear caminos de hierro, se
podrá decidir la contienda en aquellos mis-
mos mares donde se decidieron ya otras ve-
ces los destinos de grandes pueblos.


Pero lo repetimos, sea cual fuera el giro
que vayan tomando las negociaciones diplo-
máticas, yel resultadode rompimientos mas
Ó menos hostilesentre las grandes potencias,
el porvenir de Orientees triste y deplorable.
Su sociedad está herida de muerte; y sobre
sociedades moribundas no se fundan impe-
rios poderosos y brillantes. Asi que, ora
caiga la ciudad de Constantino bajo el im-
periode Jos Czares, agregándose el imperio
Otomano al desmedido coloso del Norte, que
va absorbiendo cuantole rodea; ora se hayan
de ver destrozadas las provincias del mal-
hadado imperio, cabiendo la parte mas á
propósito para las operaciones mercantiles á
los ingleses, para que desplieguen su sor-
prendente actividad en las mismas regiones
y en los mismos mares, donde se esplayó
un dia la de los fenicios, de los rodios v de
los venecianos; el país de Oriente yacerá
postrado, exánime, hasta que un nuevo
principio vaya á reanimarle. Ahora mismo,
¿de qué sirve al sultan el haber recobrado
algunos territorios, si tan pronto como se ha
levantado de ellos la mano de hierro de Me-
hemet-Alí, han caido en la anarquía? Si no
se puede introducir en el imperio Otomano la
accion de un principio viviticante, cuantas
mejoras en él se hagan, todas serán posti-
zas , y por consiguiente endebles é infecun-
das. La misma cultura europea importada en
aquellos paises, no será mas que un rico
pabellon que un viajero despliega en los
arenales del desierto.


Otra complicacion parece presentarse en
Oriente con las desavenencias que se susci-
tan entre la Puerta y la Grecia, por motivo
de las pretensiones de esta últimaá estender
su territorio. Hasta se habla de armamentos
porparte de la Puerta; y ciertamente que si




- 5,1 -
asu propio impulso quedasen abandonados hre ella con in mano de hierro, r ya-
ambos adversarios, no fuera estraño que ce sepultada en el polvo como sus monu-
apelasen á las armas, á causa de profesarse mentos y.sus estatuas. Apenasse notóalgun
an odio tan inveterado v profundo. Pero se movimiento en sus ruinas, los pueblos de
pondrán de por medio 'las altas potencias, Europa se embriagaron-de entusiasmo, y sa-
con aquella autoridad que les da la proteo- lndaron con alborozo su brillante porvenir.
eion que dispensan al sultan, y la tutela ¡Vana ilusión ! Era un reflejo de sus her-
ejercidasobre e·l gobierno del rey Othon ; y lllOSOS recuerdos, era el genio de lo bello
nada se hará sin previo permiso y aproha- que batia sus alas sobre una tumba cuhier-
cion del alto consejo europeo. ta de coronas.


Quizás no dejariade ser curioso, ver de Volviendo ros ojos á Ruropa, observamos
nuevo trabada la guerra entre la Puerta y la que el Austria, la Rusia, la Prusia, sin nin-
Grecia; porque si en la época de la insur- gun suceso ruidoso que haya alteradosu so-
reccion vimos á la Grecia luchando con siego, ni llamado la atencion pública, van
aquella briosa energía que nace del anhelo siguiendo en su sistema de mejoras, sin
de la independencia, y con aquella desespe- eonsentir las discusiones sobre gobierno, ni
racion conque pelea un pueblo que no hulla abrir la- agitada arena de la libertad política.
medio entre la victoria y las insoportables Sigue el propio camino la Alemania guiada
cadenasque por largossiglos le hanoprimido, por el mismo espíritu: porque si bien abri-
veríamos ahoraála Greciacombatiendo como ga algunos elementos mas de inquietud, y
nacion acaudillada por un gobierno; y así tiene ciertas formas mas ó menos libres, es-
podríamos tener nuevas ocasiones para co- tá como sojuzgada por el ascendiente de las
nocer cuánto ha adelantado desde aquella tres grandes potencias, donde se halla atrin-
época, y cómo se nutre en ella bajo el nuevo cherada la monarquía pura, haciendo cara
gobierno aquel nobleespíritude nacionalidad á los propagandistas del Mediodia. Los dos
é independencia que es el alma de grandes principios, el de absolutismo y el de líber-
hechos; podriamos tambien observar hasta tad, se han librado ya batalla repetidas ve-
qué punto han salido fallidas las esperanzas ces; pero estaba reservado á la época que
de aquellos europeos, que saludaron con vamos atravesandoel ver entre ellosun com-
tanto entusiasmo su emancipaoion, mirando- bate de nuevo género. No parece sino que
la como el principio del renacimiento de sus se han dicho: « No hagamos derramar san-
antiguas glorias. »gre en los campos de batalla, transijamos


Sensible es decirlo; pero losacontecimien- »por algun tiempo, en cuyo espacio podrá
tosparece que no se apresuran mucho á con- )¡ resolverse la cuestionque con tanto empeño
firmar tan halagüeñas esperanzas; se soñaba »se ha ventilado. La Europa quedará dividí-
que existia aun el pueblo de Alcibíades y de »da en dos grandes porciones; en la una
Temístocles ; y mal podia ser así cuandoese »prevaleceráel principio de libertad política,
pueblo habíapasado tantossiglosbajola mas »en la otra el de la monarquía pura; y con la
cruel y hrutal esclavitud. Es muy comun . »esperiencia de un número considerable de
el recordar los bellos diasdc la Grecia; y i »años , veremos cuál acarrea á los pueblos
nos preocupan esos bellos dias, hasta ha- l)mayor suma de bienes positivos y sólidos.»
cernas olvidar que distan de nosotros masde Y en efecto: observando el movimiento in-
veinte siglos; y que en ese largo trascurso telectual y material de Alemania, y la vigo-
ha pasado sobre la infortunada Grecia la I rosa actividad gubernativa que se desarrolla
mano de Ale,jandro y de sus sucesores, la' en los paises de Europa donde prevalece el
del Senado Romano y del Imperio, y sobre li principio de la soberaníareal, no parece sino
todo la del imperio griego, y finalmente la I que han echado un reto á los otros donde
de los sucesores de Mahoma. ¡Pobre Grc- . predominan las formas representativas y la
cia! Destinada á brillar por breve tiempo, soberanía del pueblo. Este hecho es muy
pero con indecible copia de resplandor y de notable, y es digno de llamarla atencion de
belleza, trasmitió á los siglos venideros su todos los 'hombres que se ocupan en estu-
esclarecido nombre, esculpido en los inimi- dial'el desarrollo de las ideas y de las insti-
tables modelos que inmortalizan su genio tuciones.
en las ciencias y en las artes. Pero hace ya Un suceso ruidoso, motivado por el res-
muchos siglos que el infortunio pesa so- to de las prevenciones y de la ojeriza contra




el catolicismo qHe se arraigaron en Alema-i
nia con el cisma de Lutero, parecia amena- .
zar en Prusia al sosiego de las conciencias;
v las violentas medidas tomadas contra el
arzobispo de Colonia, indicaban que el ga-
binete de Berlin se olvidaba del siglo en que
vivia; queriendo sujetar á su inflexible ac-
cion centralizadora, hasta las concienciasde
los católicos. Segun las últimas noticias, el
negocio ha tomado un sesgo pacífico, y la
desavenencia se halla ya completamente ter-
minada. Nohabrá admirado tanto á los hom-
bres pensadores el nuevo rumbo de la polí-
tica prusiana, comolos habia sorprendido la
inesperada precipitacion y violencia de sus
primeros pasos. Fácilmente debió de alean-
zársele al gabinete de Berlín, que persi-
guiendo estrepitosamente á los católicos, re-
presentaría en Europa un papel poco digno;
que la empresa era arriesgada, esponiéndo-
le á salir desairado con mengua de su auto-
ridad y menoscabo de su prestigio; y que
ademas, no era prudente promoveresa cIa-
se de cuestiones, que afectando lo mas ín- :
timo del corazon del hombre, indisponen á
los súbditos con el gobierno; esparciendopa-
ra mas ó menos tarde, semillasde insubor-
dinacion y desorden. Un gobierno que sepa
lo que es gobernar, y que tenga presente
la necesidad de qne la autoridad públicasea
obedecida, nunca debe poner á los hombres
en el compromiso de desobedecer por con-
ciencia; porque acostumbrándose los pue-
blos á presenciar actos de tal naturaleza, y
mirándolos con admiracion como nacidosde
un heróico temple de alma que arrostra la in-
dignacion del poder, antes que hacer trai-
cion á los deberes de su conciencia, dejan
de considerar á los gobernantes como reves-
tidos de una mision superior, empiezan á
mirarlos como opresores, mas bien como
dueños de la fuerza que como deposita-
rios de la autoridad, y se arrojan mas fácil-
mente por el camino de las revoluciones.
Por manera que mirada la cuestion, no di-
remos solamente con respecto al interés de
los pueblos, sino también de los gobiernos
mismos, es muy importante que en mate-
rias tan delicadas se eviten en cuanto posi-
ble sea, todo linage de medidas violentas.
Estas verdades no se han ocultado á la sa-
gacidad del gabinete de Berlín; y por esto
ha procurado arreglar amistosamente sus
desavenencias con la Santa Sede; y á pesar
de ser protestante, á ípesar de saber muy


bien que la corte de Roma, como potencia
temporal, no puede hacerle ningun daño, á
pesar de lo ruidoso que ha llegado á ser es-
te negocio, y del sesgo reñido que había
tomado; á pesar de todo, no cree la Prusia
que pierda nada de su dignidad é indepen-
dencia cediendo á las pretensionesde la San-
ta Sede, y enviando para anudar de nuevo
las relaciones á nn encargado de negocios,
el baron Buch.


La Suiza nos está ofreciendo en la actua-
lidad un nuevo testimonio de cuán peligroso
es el agitar en un pais las pasiones en ma-
terias políticas, sobre todo cuando se mez-
clan tambien las religiosas.


En uno de los númerosanteriores de nues-
tra Revista se dio va una idea del ruidoso
asunto de los conventos de Argovia, de las
causas que le ha~)ian producido, y de los re-
sultados que podia acarrear. Los hechos pos-
teriores han venido á confirmar lo grave de
aquel negocio, manifestando que la cuestion
debatida no-se limitaba á la supresion ó res-
tauracion {le los conventos, sino que abar-
caba un círculo mucho mas espacioso. Las
pasiones políticas y religiosas van tomando
vuelo en aquel pais, la discordia empieza á
sacudir con violencia su tea, y Jos sucesos
de Ginebra que llegan á nuestra noticiamien-
tras estarnosescribiendoestas líneas, podrían
ser preludios de otros acontecimientos, que
ademas de perturbar la tranquilidad del pais,
amenazasen tamhien á su porvenir.


Fácil es comprender que á las potencias
del Norte, y sobre todo al Austria, no pue-
de series muy grato el tener á sus inmedia-
ciones un pueblo republicano. Estos contras-
tes no agradan; y sin que pueda decirse que
aventuramos conjeturas sin fundamento, bien
puede asegurarse que seria muy del gusto
de Metternich el hacer, si posible fuere,
con la Suiza, lo mismo que se ha hecho con
las repúblicas de Italia. Mientras la Suiza
conserve en sus formas republicanas la com-
binacion del elemento aristocrático con las
costumbres patriarcales, sin dejar que pre-
domine demasiado el elemento democrático,
inquieto y turbulento como en otros paises,
la Suiza verá respetada su independencia;
pero en el caso contrario, es menester que
recuerde la suerte de Polonia y de las repú-
blicas de Italia: y que asi como se ha forma-
do el reino Lomhardo-veneto, asi podria
formarse tamhien el reino Helvético. (juizás
por ahora esos peligro!! parezcan remotos;




- 53-
pero siempre será bueno qUtl los suizos re- frecuentes esplosiones vienen á dispertar á
cuerden que su gobierno es federal, que es- los adormecidos indicandolas minas suhter-
ta inmediato á grandes naciones regidas por ráneas y los combustibles que en ellas se
la lilas robusta unidad. La confedcracion hel- amontonan. ¡,Quéestraño , pues, debe pare-
vética no cuenta tampoco, como la confede- cer que en paises donde se carece de esa li-
racion germánica, con esa especie de unidad bertad , se trabaje tambien por caminos sulr-
que da el protectorado de grandes monar- terráneos para provocar una revolucion polí--
quías; las partes confederadas, no tienen tica? Si en Francia hay hombres como Que-
tampoco como en Alemania la unidad mo- nisset que arrostran un patíbulo cierto por
narquica en cada uno de sus gobicrnos ; y cumplir el monstruoso juramento que pres-
sobre todo conviene no olvidar que en cual- taron en reuniones tenebrosas, probable es
quiera conflicto que sobreviniese entre la tambien que se encuentren en Italiahombres,
Suiza y el Austria, todas las probabilidades si no para asesinar á las personas reales, al
de buen éxito cstarian en favor de esta últi- menos para sobornar una guarnicion y pro-
ma nncion, Muy desventajosamente lucha vocal' un motin.
(lila contra muchos, pero lucha con grandes Durante el períodoque vamosrecorriendo,
ventajas la unidad contra la multiplicidad; y ha sido la Francia teatro de escenas escanda-
cs menester no hacerse ilusiones, porque ni losas; y una que otra ha llegado á ser san-
en lo que toca á la destreza de los gabinetes grienta. No referiremos á nuestros lectores
de los reyes, ni al temple de lospueblos, no los acontecimientos de Tolosa, Clermont y
pueden compararse los tiempos presentescon de otras partes; ni la agitacion en que se ha
losde Guillclmo Tellv de CarloselTeuierario. encontrado el pais en todo el tiempo de la


La Italia en medio dc la profunda calma formacion del censo; teniendo los delegados
que disfruta, merced á la vigilancia de Jos de la autoridad que sufrir á cada paso resis-
re.speetivos gobiernos, y ú los ejércitos aus- tencias tenaces, bochornos indecentes, alari-
tnacos que acechan de cerca los pasos de la dos alarmantes, y de vez en cuando recias
revolucion para volar á reprimirla donde pedradas. Los delegados de la autoridad no
quiera que levante la cabeza, ha tenido tam- olvidarán por mucho tiempo el famoso grito
bien algunos momentos de inquietud; ya que solia resonar al entrar ellos en una calle:
que por su poca importancia no pueden ape- cerrad las puertas! Ciertamente que una
llidarse de alarma. Hasta ahora no sabemos huena parte de los alborotadores creia con
el fundamento con que se dice tlue existía la mejor buena fe del mundo, que solo se
una conspiracion contra el actual orden de trataba de impedir una medida administrati-
cosas; pero parece que los gobiernos, ó han va, que se denominaba arbitraria y tiránica;
rastreado su existencia, o la han sospecha- pero los directores de las turbulencias mira-
do, fundándose en algunosdisturbios que no han mas allá; la medida administrativa era
han tenidoconsecuencia notable. Bienpodría un pretesto, su objeto real un trastorno poli-
ser que los gobiernos se hubiesen alarmado tico. Asi lo manifiesta la simple observacion
en demasia, que el instinto de la propia de la situacion de los partidos en Francia;
conservacion buhiese abultado el peligro; y muy particularmente la actitud que en las
pero si hemos de decir ingenuamente lo que ocurrencias iba tomando la prensa. Lo que
pensamos, nada estraño nos parece que exis- convenia era amotinar al pueblo, hacer que
tiese una conspiracion para renovar tentati- los ayuntamientos se declarasen en resisten-
v~s mas ó menos semejantes á fas que se cia contra el gohierno: unavez dado el pasa,
vieron aÍlOS pasados en el Piamonte y en Ná- una vez salvada la primera valla, nada habia
poles. Cuandoobservamos que en otras par- mas fácil que mezclar la política con la ad-
tes obra con tanta energía el elemento revo- ministracion. ¡Ay del gobierno de julio si se
lucionario , ¿por qué hemos de tener dificul- hubiera amilanado, si hubiese dado un solo
tad en que por un movimiento de espansion paso atrás, si se hubiese doblegado á exi-
estienda tamhien su influencia á otros paises? gencias ilegales! La osadía de las facciones
En aquellas naciones donde se hallan esta- sehuhiera aumentado rápidamente, las pa-
blecidas las formas de libertad política, ve- siones se habrian enardecido, y quizás á
mos que á mas de lo que se trabaja á la luz estas horas un nuevo sacudimiento hubiera
del dia , se mina de contínuo cl orden exis- derribado el trono de julio ,espulsando del
"ente por medio de sociedades secretas; y suelo francés á otra generacion de reyes.




- i.í4-
Fijando la atención sobre el carácter de


esos acontecimientos y del desenlace que
han tenido, resaltan dos hechos que conviene
tener presentes, porque en cierto modo ca-
racterizan la situacion actual de la Francia.
Es el uno, la existencia de multiplicados ele-
mentos de desorganizacion social, que solo
esperan ocasion oportuna para producir una
verdadera anarquía; siendo el otro la resuel-
ta firmeza del poder, v los hábitos de su-
hordinacion en todas sus dependcucias , v
particularmente en el ejército. No negaremos
tlue al feliz desenlace de las complicaciones
en que con tanta frecuencia se ve envuelta
la Francia, contribuva sobremanera el tener
ú su frente un gran' rey; pero lo qué haria
ese gran rey, si al empezar los disturbios
en algun punto, le abandonasen las autori-
dades, ó le hiciese defeccion una parte del
ejército? Es poco menos que imposible que
entre los empleados civiles v militares no
haya hombres de todas opiniones ; es impo-
sible que-las facciones no trabajen por ga-
nárselos, y no los inciten, ó á tomar parte.
en las revueltas, ó al menos á transigir con
ellas, no poniéndoles emharazo ; pero ill pa-
recer debe de estar alli muv arraigada la
máxima de que un dependiente del g~hierno
debe obedecer al gohiemo , no abusar trai-
doramente de la confianza que en sus manos
se ha depositado.


Comonos proponemos insertar en nuestra
Reoist« una estensa relaeion sobre el pro-
ceso de Quenisset , no mentaremos su aten-
tado, ni entraremos en pormenores sobre
los espantosos hechos que va revelando di-
cho negocio. Al leerlos, el alma se horroriza
y retrocede; no parece sino que se ahre la
tierra á nuestros pies, v que descubrimos
las entrañas del ahismo. 'Por manera que en
Francia , aliado de la anarquía moral hay el
órden material; y un poder cimentado' so-
bre una revolucion, y corroido por doctrinas
disolventes, y minado por sociedades cons-
piradoras, se mantiene en una actitud (irme
é imponente, contrarestando la anarquía so-
cial por medio del vigor gubernativo. ¿Será
duradero ese estado de cosas'? ¿Con la mo-
narquía de julio se ha cerrado la sima de las
revoluciones? J.La mnerte de Luis Felipe, la
faltado tan hábil piloto,no se hará sentir las-
timosamente en la combatida nave? llé aquí
unas cuestiones que interesan al porvenir de
·la Francia, y por consiguiente de la Europa
entera.


Entre tanto los homhres que por sus talen-
tos se hallan colocados al frente de Jos partí-
dos llamados legales, comhaten con encar-


! nizamiento indecíhle , ó para adquirir, lÍ para
1I conservar el poder; dando asi un escandalo-


so ejemploá los partidos conspiradores. y
debilitando cada dia mas el prestigio de la
autoridad. Acabáronse las intrigas de los
cortesanos, y les han sucedido las ambicio-
nes de los tribunos. ¡Pohres pueblos!


En Inglaterra han conseguido los torys un
completo triunfo en la batalla electoral, y se
han apoderado nuevamente del peder. Ase-
gúrase que este cambioha sido contra todas
las simpatías de la reina Victoria, pcro el
voto del pais es en la Gran Bretaña mas po-
deroso que la voluntad del monarca; y con-
denado en las urnas electorales el ministerio
Melhoume ha sido menester que cediese su


I puesto al ministerio Peel. Asi que despues
I de tantos afias como andahan los conser-
. vadorcs desterrados del poder, cuando al


parecer dehian de haberse asegurado los
whigs un predominio definitivo, que solo
pudiera ser disputado por los .radicales , hé
aquí que se presentan de nuevo en la arena
los torys, y consiguen sobre sus adversarios
una numerosa mavoría, La lev de cereales
ha sido el tropiezo de los vhigs; pero mirando
mas detenidamente las cosas se echa de ver
que no era una simple cuestion de arance-
les la que se agitaba , sino una cuestión de la
mas alta importancia social y política.


¡,Convenia á los intereses de Inglaterra
el dar mayor latitud á la importacion de los
granos, quitando (¡ disminuyendo las trabas
que en la actualidad restringen ese ramo de
comercio'? lié aquí la cuestiono En una na-
cion comola Inglaterra, dondetan poderosos
son á un tiempo los intereses agrícolas y los
industriales, claro es que se había de dividir
desde luego la opinion pública en dos gnlll-
des fracciones ; poniéndose la agricultura de
parte del sistema restrictivo que escluyendo
la competencia en el mercado alzaba el pre-
cio de los granos, y mejoraba por consi-
guiente las rentas agrícolas, y colocándose
en la parte opuesta la industria, no solo por
el interés de las clases industriales meneste-
rosas á quienes interesaba la baratura del
pan, sino también por el de los mismos ca-
pitalistas que podianencontrar el jornal mas
barato, si lograban que el operario necesi-
tase menos para su subsistencia.


Mirada la Inglaterra bajo el aspecto mas




-55-
notable, y que mas hiere de golpe la aten-
cion del observador, es decir, en sus gran-
des poblaciones donde su industria se ha
elevado á una altura prodigiosa, parecia que
el triuufo no podia ser dudoso; y que pro-
puesta como estaba la cuestionen un sentido
accesible á todas la capacidades, y muy á
propósito para interesar al mayor número,
habiande alcanzar las clases industriales una
considerable mayoría. Pero el resultado de
las votaciones ha venido á consignardoshe-
chos notables: la preponderancia de los inte-
reses agrícolas en la máquina política, y la
inutilidad del famoso hill de reforma, para
obtener los resultados que de él se habían
prometido sus autores. La aristocracia ingle-
sa supo fingir que se doblegaba á las exi-
genclas, imperiosas á la sazonpor la eferves-
cencia de los ánimos; pero sagaz como
siempre; acertó á modificar de tal manera
el bill, que le asegurase la victoria, cuando
llegase la ocasion oportuna.


Pero á mas de la causa que acabamos de
indicar , debe buscarse todavía otra en las
modificaciones introducidas en la opinion pú-
blica, yen lospartidosllue la representan.
Porque, poderosa era también la aristocracia
inglesa en 1830, prepotentes eran tambieu
los grandes propietarios que cuenta en su
seno, y sin embargo desde aquella época
han estado los torys escluidos casi siempre
del poder, y han debido contentarse con ha-
cer la oposición. Pero lo que hay ahora que
no habia entonces, es la nueva 'actitud que
ha tomado el partido tory, y las modifica-
ciones en que ha consenudo; y ademas , se
ha visto que la revolucion de Francia no to-
maba el rumbo que al principio se temiera,
v asi es que las ideas conservadoras que
volvian á recobrar ascendiente, pero que
se sobresaltaron con el estallido de la nuc-
va revolucion francesa, se han recobrado
del susto, y sin perder nada en fuerza y
vigor,han ganado mucho en previsión y pru-
dencia.


Pcel ha sido el hombre que en Inglaterra
se ha encargado de llevar á cabo la grande
obra de los conservadores, que consiste en
conservar lo que se pueda, sin provocar re-
sistencias obstinadas que puedan acarrear
peligros ti la causa del órden; y no ceder
nunca con ligereza tÍ exigencias desmedidas,
con la doble mira de no debilitar la fuerza
del poder, y no alentar demasiado la. osadía
de lospartidos reformadores. Este SIstema,


fruto de la amarga esperieneia de las revo-
luciones, es en sustancia el mismo que se si-
gue en Alemania y en otros paises donde
domina el principio ahsoluto; solo que las
mismas reglas se modifican segun las dife-
rentes formas de los gobiernos: resistir con
firmeza, pero no con obstinacion, y preve-
nir las revoluciones por medio de las refor-
mas. Colocado Peel al frente de ese nuevo
partido, puede decirse que ha refundido en
él al antiguo tory, y á los whigs mas mode-
radas; no consintiendo que aquellos se en-
tregasen á su acostumbrada violencia, ni
que estos, fluctuando en la incertidumbre, se
aproximasen demasiado á los whigs mas ade-
lantados.


Pero esta prudencia que sirve á un tiem-
pos para salvar los intereses existentes, y
satisfacer al espíntu reformador de la épo-
ca, y que por medio de la condescendencia
desarmaen cierto modo la revolucion; esta
prudencia, repetimos, no será bastante para
evitar á la Inglaterra las crisis que la ame-
nazan. El actual ministerio, á pesar de la
numerosa mayoría con quecuenta en el par-
lamento, no se ha atrevido aun á abordar
de frente la cuestion de cereales, v estre-
chado por sus adversarios para que 'entrase
en ella , ha procurado aplazarla, pretestan-
do que ante todo era menester reunir ma-
yor caudal de datos para resolverla con mas


I acierto. Verdad e; que en cuestiones eco-
nómicas de tan alta importancia nunca está
de mas la abundancia de datos que puedan
ilustrarla; pero cuando habían precedido
va tantos debates, cuando el ministerio
entrante parece que dehia de tomar sus
carteras con un pensamiento fijo, es proba-
hle que el sagaz Peel haya tratado de ga-
nar tiempo, de no irritar á las clases me-
nesterosas al principio de su ministerio, ma-
yormente á la entrada de un invierno, que
segun noticias será horroroso para Jos po-
bres de Inglaterra, y quizás se propone tarn-
bien realizar el pensamientode sus adversa-
rios con algunas modificaciones que satisfa-
gan un tanto á sus amigos políticos, y que
por otra parte le preserven de la tacha de
plagiario.


Si es verdad, como lo han asegurado los
wighs, qne la miseria de las clases nume-
rosas se aliviaria con un nuevo sistema en
el ramo de cereales, probable es que Peel
no vacilará en adoptar reformas importan-
tes, por mas que haya de luchar con los




(1) Asi ha sucedido.


-1J6-
torys mas testarudos (1). Tiempo ha que 1I cias de que anduvieron aeompañados , que
está acostumbrado á. seg~ir resueltamente! estan , y lo estarán.por mucho tiempo, da-
su pensamiento propIo, sm ser esclavo de ! vados en la memoria de todos los españo-
las exageradas ideas de algunos de sus im- • les. ;,Quién olvida la mafiana del '2 de oc-
prudentes amigos. Una de las reglas de su 1 tubre en Pamplona?Solo podráhacerloquien
política es que mas vale hacer á tiempo , y fuese bastante insensible para no haber par-
corno de buena gana, lo que después se ticipado de aquella profunda irnpresion que
habria de hacer á la fuerza; y no se olvi- causó en todos los ánimos, la difusion 'de
dará ahora de tan prudente regla, ni le , la noticia de la suhlcvacion de Ü'Donnell,
faltará la firmeza necesaria para ponerla en ¡ circulando de boca en boca con la rapidez
práctica. Por cierto que en la época de la del rayo ¡ti nueva de que O'Donuell se ha-
emancipacion de los católicos, no tenia Peel bia apoderado de la ciudadela de Pamplo-
la importancia política de ahora, ni se le na proclamando la regencia de María Cris-
podía conceptual' tan necesario al partido tina. Los pronunciamientos de Bilbao y de
tory como en la actualidad; y sin embargo Vitoria, y los sucesos de Zaragoza se mi-
ya entonces supo prescindir de la ohstina- raron como consecuencias naturales de la
da tenacidad de muchos de sus amigos, insurreccion de O'Donncll , como el desar-
supo despreciar los violentos ataques que rollo de un plan que debia de estar comhi-
le dirigian, no se paró en las calumnias nado de antemano; pero aunque no causa-
con que le denigrahan , y sin avergonzarse ron impresion tan profunda como la prime-
de confesar la mudanza de su opinion, lle- ra esplosion, sirvieron para mantener en
vó á cabo la emancipacion de los ca.tólicos, .1· terrible espcctativa los ánimos, avivando en
arrostrando tranquilamente el feo y pere- ! diferentes sentidos temores y esperanzas.
grino apodo con que le designaban apelli- l· ~ unc,a se aguardaron 10.s ?orreos con n~a-
dándole Judas lscariote. yor ansiedad ; nunca se V¡VIO en mavor Ill-


Los acontecimientos que se han verifica- . certidumbre en un dia, de lo que podia ha-
do en España , han sido tan cstraordina- her acontecido en el día de mañana. «A es-
rios , tan ruidosos, y por decirlo asi tan das horas, decía todo el mundo, ¿qué ha-
fulminantes, que por espacio de un mes y »hrá sucedido en otras partes? á estas ho-
medio han sumido á la nacíonen un profun- »ras qué hahrá sucedido en Madrid?» Los
do asombro, de que difícilmente se encon- periódicos llegados de la corte ihan aumen-
trarán ejemplos, aun en nuestras crisis mas tando mas y mas la ansiedad, pintando la
señaladas: Con tan recios sacudimientos se situación de la capital en aquella incertidum-
ha despertado tambien la atenci(ln de Euro- bre angustiosa que hace presagiar alguna
pa, y asi vemos que la prensa alemana, la catástrofe. El rumor de la conspiraeion era
francesa, la inglesa, todas llenan sus co- público; se designaban sus geles, se anun-
lumnas de noticias sobre España ; todas em- ciaba Sil plan; y entretanto el gobierno se
plean estensos artículos en dilucidar las mantenía en actitud silenciosa, apercihién-
trascendentales cuestiones que están como dose para la dcleusa , aguardando el mo-
amontonadas y apiñadas en el horizonte de mento crítico que hahia de decidir de su
nuestro porvenir. Estas cuestiones existian suerte. La situacion era terrible: los conju-
ya desde mucho tiempo, se las veia , se rudos eran muchos; sus caudillos inteligen-
hablaba de vez en cuando de su estroma tes y osados, rodeados de prestigio por re-
eomplicacion y dificultad; pero los sucesos cientos hechos de armas; si se perdía un
de octubre han venido á despertarlas, á ar- instante, si se desperdiciaha un medio de
rojal' sobre ellas nueva luz, para que se resistencia, si se padecia un descuido, los
concentrase sohre las mismas la ateneion de resultados podianser de inmensa cuantía:
todos los hombres pensadores de Europa. se trataba nada menos de si dentro de po-


No es necesario hacer aqui una reseña cos dias , tal vez horas, dchia de ser procla-
de los acontecimientos de octubre; son tan ruada en Madrid la regencia de Cristina,
recientes, fue tan viva la impresion que cau- cayendo el Rcgente en mano de los conju-
saron- y tan cstraordinarias las circunstan- 11, radas, ó buscando un asilo en tierra estran-


! gera.
!! Al parecer el gohierno seguia de cerca los
1I pasos de la conspiracion ; y ya que no le




;)/


fuera posible COi~CI' hieu su hi!o , al menos
tenia noticias qne hasta Ieindicahan el dia en
que hahiade estallar. Asise le viú desplegar
en el dia 7 mayor actividad y vigilancia,
tomando algunas medidas que podian des,
baratarla , y que quizá la desbarataron. No
se hahia engallado el gohierno; sus sospe-
chas eran fundadas; pero los conjurados no
desmayan, y se arrojan osados á la arries-
gada empresa. Llega la noche; óvense al-
p;unos tiros; suena por las calles el grito de
á las armas, Y Madrid en medio de las ti-
nieblas vuelve á encontrarse en una de
aquellas situaciones terribles en (lile se en-
contrara el 2 de mayo y el 7 de julio. El
general Concha, al frente de algunas com-
pañías sublevadas que ha sacado del cuar-
tel, llega á Palacio, acuden al mismo punto
varios !jefes, y eutre ellos el general Leon
con su gallarda presencia y su corazon de
treinta años, Va vestido de húsar, de gran-
de unilonue , lujosamente ataviado, corno
si fuera á tina magníñca parada. En el mo-
mento decisivo, al salir de su casa dicien-
do vamos allá, ¿. quién sabe Jo que le diría
su corazon ? Aquellas marciales galas con
que se adornaha ¿hahián de servir para
realzar su triunfo, ó para hacer mas trágico
su suplicio? ¡Desgraciado! ¡se ataviaba pa-
ra marchar al cadalso! ¡Oh! no augura ca-
dalsos un corazon joven y valiente. «lHaila-
»na , se diria á sí mismo, mañana á estas
»horas todo :Uadrid admirará tu intrepidez
)i} tu arrojo: te contemplará radiante de
.,gloria al frente de todas las tropas de la
»capital, encargado interinamente de la re-
»g:cílcia, y numerosos correos espedidos en
»todas direcciones llevarán á todos los an-
)gulos de Esparta y de Europa la fama de
»tu victoria. Vas á apoderarte de palacio;
»al eco (k tu nombre se suhlcvaran todas
»las tropas de la capital; Espartero se verá
»abandonado , y cuando esté reducido al
»último estremo, entonces le enviarás esa
"carta, le concederás la vida, v ufano mi-
»rarás cómo el que fue tu general, v que
líes ahora Regente del reino, te agradece tu
)¡generosidad y tu poderosa proteccion.»
i Tristes destinos del hombre! Era en la
mañana del 8 v la suhlevacion habia abor-
tado completamente ; y el general Leony
sus compañeros inciertos y perdidos, <'lCO-
sados en todas direcciones, vagaban por Jos
alrededores de Madrid. Poco tiempo hahia
pasado, y se esparcía por la capital la no-


ticia de que acababan de traer pre~o al p/'-
neral Leon!


Aquí dehemos hacer alto para resnonder
á una pregunta importante: ¿es ycrc/~d que
los conjurados al dirigirse á palacio tuviesen
intenciou de arrebatar á las dos auaustas
Niñas. para llevarlas á las provincias del
Norte? Difrcilmcnte podemos creer que este
fuera el plan primitivo; y así parece mani-
restarlo bastante claro la carta encontrada
al general Leon. Que al verse los subleva-
dos próximos á sucumbir, que al contem-
plar desbaratado su plan, concibiesen un
provecto temerario, no lo estrañartamos:
porque ¡.quiónes capaz (k decir lo que lme·-
de bullir en la cabeza de hombres que se
ven colocados entre el último suplicio y una
resolueion desesperada? Pero repetimos que
no es posible creet que tal proyecto cupiese
en esas mismas cabezas, cuando combina-
nahan sus planes en medio de la frialdad y
de la calma, con la prevision y prudencia
que de suyo aconsejaba lo grave y dificil de
la empresa. Si los caudillos de la insurrec-
cion !lO pudieron salvarse á sí mismos,
¡,cómo era posible que llevasen consigo á
las dos augustas Niñas? Salidos de Madrid
los sublevados, ¿qué camino podían seguir?
;,qué prevenciones se tenian tomadas p,¡¡'a
que las régias Niñas pudieran hacer su via-
je, nodirémos yacon alguna comodidad,pero
ni aun sin inminente riesgo de SI/S preciosas
vidas? Por cierto que no estaba la dificultad
en la salida de :\Iadrid, y fIne los ginete~
qne se abrieron paso entre las lanzas de sus
enemigos, se 10 hubieran abierto tamhicn,
llevando en brazos á la Reina de las Espa-
fías y á su hermana; pero ¿y al cabo de
poco trecho, qué hacían con embarazo tan
sagrado? En tal evento, como Madrid no
quedaba en poder de los sublevados, hubie-
ran sido de cerea perseguidos por numero-
sas fuerzas, las postas se hubieran cruzado
en todas direcciones para cortar el paso a
los fugitivos, y apenas se ve otro fin posi-
hle que el caer estos en manos del gobíer-
no, si es que con el susto y con el can-
sancio de las reales Huérfanas. no se hubie-
se tenido que deplorar alguna catástrofe.


De losprincipales caudillos, unos han pere-
cidoen loscadalsos, otroshan podidosalvarse
refugiándose al estrangero: los primeros no
pueden hablar, y los segundos tampoco es
regular que hablen por ahora; y asi será
menester audarse en conjeturas sobre el


ti




- .'í!:l---
"Yl~rdaJel'!J plan díll los cunjurados , y las cir- '1 ¿Cuál fue el verdadero, carácter de los


cnnstancias que lo desbarataron. Pero siem- I acontecimientos de octuhre ? Una insurrec-
pre parece mas probable que su objeto pri- 1cionmilitarCUIl objeto político. Militares fue-
mitivo era apoderarse de Madrid, volcando ron los que figuraron en el levantamiento,
la regencia de Espartero en el mismo cen- militares fueron los separados como sospc-
tro del gobierno, decidiendo la contienda en chosos por el gobierno; y la misma rapidez
pocas horas. El otro designio pudo ocurrir- con que desapareció de las provincias, indi-
seles en medio de su desesperacion ; pero ca bastante claro que las masas populares
sea como fuere, hasta el menorindicio detan se mantenian indiferentes. El objeto de la in-
temeraria empresa, para que la curiosidad surreccion era político porque no se atacaba
pública, ávida de acontecimientos estraor- á Espartero como gefe de losejércitos nacio-
dinarios, la haya acogido como cosa cierta. nales, sinocomo Regente del reino. Se que-
y es que la imaginacion del público se com- ria cambiar la regencia, y con este cambio
place en hechos estraordinarios y arriesga- de personas se intentaba otro mas ó menos
dos, y asi como sediento de impresiones grave, mas ó menos radical, en el sistema
vivas asiste á los espectáculos donde se re- político.
presentan escenas terribles, le agrada tam- ¿Tomó parte en la insurreccion el partido
bien figurarse al general Leon, vestido de moderado? Creemos que ni la tomó, ni podía
húsar, montado en unbrioso caballo, salien- tomarla; porque tales son los elementos de
do á galope por las puertas de Madrid, ese partido, que no es posible que se pre-
blandiendo con un brazo su terrible lanza, y sente jamás por sí solo en el campo de ba-
sosteniendo cuidadosamente con la otra á la talla. Si alaun día llevase á cabo la alianza
augusta Niña reina de España; agrádale de que le acusan tiempo ha los periódicos
imaginársele fuera de Madrid perseguido de del progreso; sí convenciéndose de que pa-
cerca por la caballería del Regente, y ora I 1'3 obrar necesita masas, tentase una fusion
ufano con su tesoro, ora sudando de congo- con los partidarios de la monarquía absolu-
ja, no al considerar su riesgopersonal, sino ta (1); si esta tentativa llegaseá sazon, y se
al presentir la imposibilidad de llevar á cabo pusiesen en planta los medios para alcanzar
la empresa temeraria, y los pavorosos re- I sus resultados; en una palabra, si justificase
sultadoscuya inmensa responsabilidad está I con su conducta los cargos que le dirigen
pesando sobre su cabeza. 1 sus adversarios, entonces se creariauna si-


Pero todo se deshizo como el humo: el ge- I tuacion nueva, cuyas consecuencias dopen-
neral Leon hahia creido que la estrella de derian del curso de losacontecimientos. Pe-
Espartero se eclipsaría en la nochedel 7; que ro mientrasel partido moderado se manten-
le abandonaría la fortuna que de muchos años ga en su aislamiento, bien pueden desean-
á esta parte le está prodigando sus favores; sal' los progresistas dueños del mando; no
pero el general Leon se engañó; Espartero I los derribaránesos adversarios, porque por
continúa Regente, y él perdió la vida en un mas inteligencia que se suponga á losgefes
suplicio. ¡Triste resultado de los trastornos de este ¡lartido , hasta que tengan á sus ór-
políticos, que asi perezcanlos hombres, aun denes a guna masa, serán siempre cabeza
despues de conseguido el triunfo de la causa sin brazo.
que defeudian l ¡Quiénse lo dijera al gene- Por esta causa el partido moderado no fi-
ral Leon en Villarobledo y en Belascoain: guró , ni figurarpudo en la insurreccion de
«A poco tiempo de concluida la guerra con octubre, tomando en él una parte activa: por
»don Cárlos, reinando en Madrid Isabel Il, figurar un partido en una causa, no se en-
»serás arcabuceado!» tienden las simpatías que pueden manifes-


Habiéndose desgraciado la tentativa de tal' por ella los individuos del partido, ó el
lladrid , la insurrección se sintió herida de que quizás uno que otro hayanestado ini-
muerte; en las provincias se disipó por sí ciados en la conspiracion. Lo primero es un
misma, precipitándose ladisolucion conla de- sentimiento estéril, y no mas; y lo segundo
sastresa suerte de Montes de Oca. Desde la es la accion de muy pocos, envuelta en mis-
muerte del que se llamaba regente, nada .
ocurrió notable; y solo se fueron suce- ------.----
.diendo las listasde losfugitivos que ihan bus-JI (1) Y:! en enero de 1842 se indicaba la ¡ora
candoun asilo en el vecino reino de Francia. dOl~,illanle dd PE'\'snHE'<To DE u Nsr.rcx.




- !)!)-
teriosas tinieblas, y que nunca puede COlIl- bien, la esperieucia ensena que eSlis partí-
prometer al partido en su totalidad. ¿Quié- dos templados (Iue abren el caminode la re-
rese palpar la diferencia de la accion de los volucion, son luego arrollados por otros mas
partidos en las circunstancias que afectan ardientes, y mas violentos; v que su suer-
mas ó menos de cerca el triunfode su cau- te inmediata es hallarse apartados de las
sa? I1éla aquí, en dos bien opuestos; el pro- clases á quienes han ofendido con sus in-
gresista y el carlista. Cuando en setiembre novaciones, mientras los revolucionarios los
de 1840 se ofreció al partido progresista una . acusan de traidores á la causa de la liher-
ocasion oportuna Jlara su triunfo, todo él se '1 tad. No se abre á medias la puerta á las re-
pusoen movimiento; y fuesen mas Ó menos voluciones; estas son como raudal impetuo-
numerosos en los diferentes puntos del rei- so; en encontrando una rendijadan sobre ella
no los partidarios del progreso, al menos to- con esfuerzo, derrihan cuanto se les pone
dos obrahau, cada uno en la esfera que le delante, y si alguno quiere detenerlas, le
permitíanlas circunstancias. Cuandoen '1833 arrastran cual leve arbusto en su estrepitosa
parecía brindarse á los amigos de D. Carlos corriente.
una oportunidad para colocarle en el trono, Si por un cambio de regelíeia el partido
¿(Iué hicieron'? se sublevaron en las provin- moderado se hubiese hecho dueño del poder
cías del Norte, en Castilla y en el reino de ¿qué principios huhiera proclamado? ¿cuál
Valencia; y si no lo hicieronen otras partes hahria sido su conducta? ¿Hubiera intenta-
fue, ó porque se hallabanya reprimidos por do nna reforma de sí mismo, una refundi-
medidas fuertes tomadas con alguna antici- cion de sus elementos con los de otro, para
pacion , ó porque faltó inteligencia y vigor asegurarse en el mando'? ¿Hasta qué punto
en los consejeros de D. Cárlos , en el centro hubiera llegado la condescendencia y la tran-
d~sde donde se debía provocar la insurrec- I saccion? Difícil es decirlo: solopodemos ase-
cion. I gurar que las proclamas de O'Donnell y de


El partido liberal moderado, propiamente Montesde Oca procurahan halagar doctrinas
tal, no llegará jamás á las manos con sus é intereses que pudiesen atraerles partida-
adversarios; su mayoría, ó mejor diremos, rios que no habían sido liberales. Pero esas
casi su totalidad, está formada de hombres, fusiones no se hacen en un dia, y los hom-
que por su posición socialno son á propósito I hres del partido halagado quieren mas tiem-
para tomar las armas, ni en las calles ni en I popara resolverse del que permite lm~ insur-
los campos; y además el pueblo español no 1 reccion, que va á ser comprimida al instante
entiende bien todavíaesas combinaciones de 1: si no cuenta inmediatamente con hombres y
transaccion que constituyen la esencia de las ,i dinero.
teorías de ese partido. Segun indicios de la I¡ Estas consideraciones nos llevan comode
ultima temporadade su mando, penetraron- 11 la mano á ~~b~ar de l? que se ha dicho en
se de esta verdad algunos de SllS gefes mas l' muchos periódicos, sobre el proyecto de ca-
seüalados ; y al parecer empezaban á con- samiento entre la reina Isabel y un hijo de
vencerse de la necesidad en que se hallaba D. Cárlos; provecto que segun cuentan al-
ese partido, de robustecerse modificando gunos periódicos, es acogido íavorablemen-
notablementesus doctrinas, y admitiendoen te por los emigrados de amhos partidos m~­
su seno nuevos elementos. derado v carlista; prometiéndose, por medio


Esto, mas bien que resultado de cálculo, I de esta" alianza, abreviar la proscripcion que
era el fruto de la esperiencia, y del mismo sohre ellos pesa, y apoderarse nuevamente
curso de los sucesos. ~adie ignora que los li de las riendas del gobierno. Este proyecto
prohombres del partido moderado fueron los .1 se enlaza con la ruidosa noticia del Congre-
que dieron el primer paso en el cambio de l· so, que hace ya algun tiempo llama la aten-
las instituciones políticas, planteando con I cion de toda la prensa de Europa, v que ha
ma.s- ó menos latitud el gobier~o represen- I si~o.ya debatida por la española de todas
tativo ; es decir , abriendo la primera escena 1I oplIllOnes.
del gran drama de la revoluciono Prescindí- ~ En primer lugar parece muy dificil que el
mosahora de las circunstancias que los 1'0- 1I partido moderado y el carlista lleguen ptlr sí
dearon y de hasta qué punto pudieron ellas ¡ solos á un convenio definitivo (1). Complí-
sobreponerse á su voluntad; pero esto JlO f -.---- .---
hace que el hecho JlO sea el mismo. Pues I (1) Véase lo sucedido.




- 60--
1
1 •


canse los intereses dinásticos con los políti- I grandes cuestiones europeas, que no sufren
008, las personas con los principios; hay an- !¡ la desventaja de ver embarazada v desvir-
tecedeutes que ponen de por medio una va-III, tunda su ace¡On,POl,' las interpelaciones de la
lb que á primera vistaparece insalvable; y I tribuna y los ataques de la prensa, que 1Ie-
que es probable que lo sea, en no interVi-¡i van acabo sus negociaciones con el mayor
Hiendo altas mediaciones que equivalgan á i sigi]o, sin que eontrihuvan ápropalarlas ni
mandatos. Asíes; que si en realidad exis- I las indiscreciones' de la prensa, ni las pueri-
tiese el proyecto del mencionado casamien- ,1 les ambiciones y rivalidades de sus hombres
to, supondría siempre la intervenciónestran- II'! de gobierno; estas , repet,irnos, obrarán de
gera, que para llevarl» ti cabo tentaría 1 concierto, unidas, compactas; y atrayendo
aquellos 1110diÜ:i que juzgára lilas adap- 11 á sí ó á la Francia o á la Inglaterra, ejerc()-
tados, '1' rún una iníluenciadeoisiva, ya sea para


Pero ¿ hay algo Je verdad sobrela reunion JI reuni~ó no el co¡)p-reso, ya sea para fijar
de ese congreso"? ¿Tiene algun fundamento I su objeto y determinar su resultado. Porque
la prensa nacional y la estrangera para t_o- I pasaron ya los dias en que se llegó á creer
mar tan á pecho esa cuestión, discurriendo , en la sinceridad de la alianza anglo-francesa:
sobre la verosimilitud de la noticia, y sobro luna esperieneia reciente acaba de desenga-
sus resultados probables, dado caso que lle~ I ñar á la Francia, "Y de hoy en adelante no
gase á verificarse? Desde luego parece bien queda ya en Europa otra alianza que la de
estraño qne por espacio de tantos dias esté I lastres potencias del Norte. Esto es sin duda
ocupando la atención de toda Europa una I un señalado triunfo para ellas; pero menes-
noticia que carezca de todo fundamento. ' ter es confesar que no tanto debe atribuirse
Pero ¿se sabe algo de cierto sobre su exis- ú lajnayor sagacidad y prevision de sus
tencia, su carácter y verdadero objeto?Cree- hombres de-estado, como á las desembara-
lilas que no; y la contradiccion de las noti- li zadas circunstancias de su posicion , y á la
cías es de esto la mejor prueba. En tal caso¡ unidad de interés y de miras. Ellas no tie-
¿se apelaria al recurso-de la fuerza, encar- i nen otro interés en la cuestion española que
gállllolic el gobierno de tuis Felipe de la el político, á saber, el hacer que triunfe en
ejecución de los acuerdos.de' la.Alianza? Asi España el principio político que merece su
lo creen algunos, y asi pareoeria. indicarlo predileccion; y si no es posible en toda su
el ejércitodeobservaeioa' ,que se ha reunido amplitud, á 10 menos con'la mayorsemejan-
enla frontera ;perlibieulniradala, cosa, es zaposible ; y' cuidar además que no adquiera
de" pensar que tujscFe1ipe~l'que:no' puede demasiadapreponderancia ninguna dejas
desconocer abiertamente el origen de lamo- ¡I potencias .rivales« La Inglaterra y la Fran-
narqutadejulio , se resissiria.cuantopudiese II! cia , .á masde los in.terese.s poluicos, tienen
á desempeñar un-papel ,cn. .que se hubiera " tamblen los mercantiles; tienen los compro-
de asemejar palpablemente.á Luis XVi[[; y 1; mises queresultan deIasalianzas masó-me-
así tantea!'ia todos los medios imaginables III~oS ostensibles _que 'han h~cho ,conl?s drs~
para.ver sr fuera dable obtener el resultado' 11 tintos bandos; tienen las mtras que siempre
sin.el-auxilio de .las armas. Por otra, par.te, I lleva consigo la v.ecinda~, y tiene!] so,hretodo
las-demáspotencias europeas.nc.perdonarian ¡ el haber de seguir una línea política, quesn-
tampooouingun. medio para que un ejército : tisfaga en cuanto quepa á ·los partidos domi-
francés no pasase la frontera; porque celo- :, nantes que sostienená los mismos gobiernos,
sos,de la influencia.francesa en la Península 11 sin exasperar tampoco demasiado á los que
no quisieran que viniese á aumentarse con 11 hallándosefuera del poder estan comhatién-
la invasion y ocupacion de un ejército nu- I! dale desde las filas de la oposicion.
meroso. !I Trabajo nos ha de costar el descubrir ni


.Segun todas lasprohahilidades, dependerá 'I'¡la mas mínima parte de los proyectos de
la principal parte de esta negociacion del Metternich; y aun las conjeturas y noticias
punto de vista bajo el cual la miren las tres de la prensa alemana no llegarán á mas de
potencias del Norte. Estas, que son las:úni- 1110 que él juzgue necesario que se divulgue,
cas.que tienen en esta materia un pensa- I quizás con la mira de sondear la opinionpú-
miento fijo, fundado esclusivamente en el i blica: dentro de pocos dias van á abrirse las
triunfo de un principio político, que tienen !I cámaras francesas, y veremos á M. Guizot
la suerte de andar acordes en casi todas las I! estrechado en la tribuna por sus adversarios.




~ 61-
ó á declarar su pensamiento, o á buscar un
asilo mal seguro en circunlocuciones y anfí-
bo\ogias; conviruendose los rumores ~e con-
greso europeo en poderosa arma de partido.
DIfícil es decidir hasta qué punto es verdad
que abrigue el gabinete de las 'fullerías los
proyectos que se le atrihuyencon respecto
al porvenir de España :no es tampoco fácil
de saber si es el gobierno de Luis Felipe el
que ha propuesto á las ()traspotcncias la
reunion del congreso; todas estas son cues-
tienes conjeturales, cuya resolucion defini-
t~"a debe aplazarse hasta que el curso de los
acontecimientos hava ofrecido mayor caudal
de datos; pero sí"que se puede' asegurar
llue en este negocio la iníluencia del gahi-
nete francés no será decisiva. Basta echar
una ojeada á la situacion de los partidos de
Francia, y sobre todo á su estado social,
para convencersede que Su gobierno no pue-
de alcanzar aquella fuerza que necesita para
obtener preponderancia en las grandes cues-
tienes europeas. No puede ser fuerte en lo
esterior, lo que es déhil en lo iuterior ; y el
gobierno francés, á pesar de toda la firmeza
de su voluntad. y del vig,)I' en la ejecucion
de sus órdenes, es débil, está vacilante
como combatido por tantos elementos encon-
trados, y asentado sobre una sociedad ml-
canizada'. Por esta causo, siempre. que el
gobierno de Luis Felipe haya denhraren
alguna alta euestion por sí solo, sin anuencia
de las demás potencias, no parece probable
que'puedaofrecer'ú SIlS amigosotra cosa que
simpatías. .


Entre tanto 'van pasando, los días, yá mas
ddaestI'ema cemplicacion de la situacion
actual, las' graves cuestiones que se agolpan
a la entrada en mavor edad de la Reina Isá-
bel , van aproximándese rápidamente ,se
amontonan' por decirlo así unas sobre otras
en 'el horizonte; y á medida quemas se
acercan, 'mas se descubre su estension ju-
~ensa, s,u pr~fun~idad.te~ebrosa. lo Qué par-
tido dornmara la situaeion? l.A qué hombres
éstá reservado el porvenir?Ellluracan ase-
gura que el porvenir es suyo, los periódicos
del progreso no dudan que pertenece 'á. su


. partido, y los periódicos llamados eonserva-
dores, ~t1rmall también que el porvenir' es
del partido que ellos representan. Asi-pro;'
claman todos los partidos segura su victoria,
asi declaran imposible el gobierno de todo
lo que no sea ellos. Nosotros no nos paramos
tanto en lo qne deba suceder en un plazo


breve, como en lo que propiamente debe
entenderse por el porvenir de una nacion;
asies que nada diremos sobr~ las -probabili-
dados de triunfoque pueda prometerse este
ó aquel partido, ya sea en el campo legal,
ya en el de la fuerza; pero sí que nos atre-
veremos á insistir en nuestra idea favorita,
dominante, de que ningun-partidoorgsnizará
un gobierno fuerte si no procura hacerse-na-
cional. El partido'que 110 tenga detrás' de si
á la nacion como resguardo y defensa, y que
no pueda llamarlaen su apoyo el dia del pe-
ligro, podrá ser fuerte para derribará sus
adversarios, pero no lo será para defenderse
contra ellos cuando se halle dueño del po-
der ('1).


y cuando esto decimosno hablamosde una
nacionalidad que se haya de fundar en cierta
imparcialidad abstracta, en una almcgacion
completa de principios políticos, en '¡ne el
gobierno haya de huir como de vitandos de
todoslos hombres uue hayan figurado en los
partidos; ni tampoco que' se haya de fundar
en reconciliacionespasageras, en abrazos
hipócritas, y en transacciones de palabra;
no: que todo esto es tan bueno para escrito
como inútil para practicado; sino que habla-
mos de aquella nacionalidadque se funda en
las ideas, en las costumbres, en los hábitos,
en \0'8 intereses de la nacion;qne sabe re-
unir los elementos dispersos ,quesabe dar
vida á.los amortiguados; y que aprovechán-
dose de todo lo que hay de útil Y de saluda 7
blev.acierta á formar-una masa compacta en
rededor del gobierne, .masa'Hena; de 'vidq¡.y
robustez , que al paso·que' pueda c.QIJ.1Unica'r
vitalidad á la atmósfera eh que está elgo-
bierno ; pueda cubrirle cual-poderoso escudo
contra los embates de lafuerza. Estamos
muy distautes de:pensar que lo que llevamos
espuesto no sea mas qlle unagalana.utspia,
y que no sea realizable. Envidian.muchos 'el
gobierno de Francia y de Inglaterra,' y·,rios....
otros creemos que para la cousolidacion de
un buen gobierno es tan á propósito'nuestro
estado social como pueda serlo el de otra
nacion de Europa. ¿Se penetrarán de estas
verdades los hombres que pueden influir en
los.destinos de nuestra patria"? ¿Serán bas-
tante generosos para desprenderse de sus
pequeüaspasiones ? ¿Serán susmíras has-


(J) Esta I'S la misma ¡.lea que ha domíuado
siempre en el Penstunientode i« .Yac'iot!.




- 6i4-
tante elevadas para comprender la posicion
en que nos encontramos? Y si los estrangc-
ros llegasen á entrometerse en nuestros
asuntos, ¿lo haríanconbastanteconocimien-
to de nuestro pais? ¿Deberíamos esperar de
ellosnuestro porvenir'? La causa de España,
causa de españoles es; el porvenir de Espa-
ña depende de los españoles. Todas las ba-
yonetas'del mundo no son capaces de con-
solidar un gobierno, si él no se consolida
por sí mismo; y jamás se creó una naciona-
lidad por medio de las combinaciones de la !
diplomacia.


Tul es el desaliento. que han infundido los
incesantes trastornos de que hemos sido víc-
timas por espacio de largos años, que algu-
nos pesimistas han llegado á perder hasta la
esperanza de que pueda organizarse y ci-
mentarse en España un órden de cosas re-
gular y coherente. Estamos muy· lejos de
participar de semejantes temores, porque
volviendo la vistaen torno, dando una mira-
da á la sociedad que nos rodea, no encon-
tramos tan difundidos nj tan poderosos esos
elementos de disolucion, que segun se quíe- ~
re suponer, han hecho incurables nuestros
males. Han pasado siete años de guerra, y
durante este tiempo se han sucedido unas á
otras las revueltas; ha terminado la guerra,
y las revueltas han continuado y dura nues-
tra incertidumbre, y el porvenir se presenta
todavia muy anublado: todo es verdad; pero
¿es prueba bastante de que en nuestro esta-
do social se abriguen elementos que hagan
imposible un gobierno? Para nosotros es evi- :
dente que no. Si la guerra, si los disturbios !
y trastornos que hemos sufrido por espacio I
de ocho años, hubiesen tenido su orígen en i
el mismo corazon de la sociedad española, si '1
los sacudimientos hubiesen sidoefecto de la
espontánea inflamacion de un volean oculto
bajonuestras plantas, entonces, como la so-
ciedad habria perdido su aplomo por movi-
mientos propios y espontáneos, diríamos que
verdaderamente son muchos los elementos
de disolucion, que ya que el edificio social
no se consolida todavía por sí mismo, señal
es que no se ha formado aun la base necesa-
ria para establecerun gobierno estable y du-
radero. Pero ¿ha sucedido nada de lo que
acabamos de indicar? no por cierto. Las dos
causas que han conmovido la sociedad espa-
ñola, las que handadoel primerimpulso, las
que han mantenido despues la incertidumbre
y la agitacion , lasque han ofrecido ocasiones I


y suministrado pretestos á que se pusiesen
en accion loselementos de trastorno, elemen-
tos que mas ó menos fuertes existen en to-
dos tiempos y paises, esas causas, repeti-
mos, no han salido del mismo corazon de la
sociedad: hasta cierto punto han sido estra-
ñas á ella, han dependido de circunstancias
escepcionales en las que puede encontrarse
la sociedad mas fuertemente constituida,
pues que han sido la cuestio« dinástica y la
menoredad de la Reina.


Véase la diferencia que ha mediado entre
nuestra revolucion y las de Inglaterra y
Francia. Allí las revoluciones han estallado,
y se han consumado sin cuestiones dinásti-
cas y sin minorías, han salido de las mismas
entrañas de la sociedad, y ó han llevado al
cadalso á los reyes, ó los han arrojado á tier-
ra estrangera. Todavia mas: y la compara-
cion será mucho mas luminosa. Tanto la
España como la Francia presentan en la ac-
tualidadun estadode incertidumbre,de mal-
estar, de sorda agitacion, que da mucho
que entender á los respectivos gobiernos, y
que amenaza con un porvenir tormentoso.
Pero nótese la diferencia del origen: en
Francia hay un rey sabio y esperimentado,
su inmediato sucesor pasa ya de 30 años, y
á falta de este hay otros príncipes que han
figurado congloria en el ejército y en la ar-
mada. En España está sentada sobre el tro-
no una niña de onee años, y el poder que
en su nombre gobierna está en declarada
enemistad con. la madre de la Reina. ¿Son
parecidas las circunstancias? ¿Es semejante
la situacion del poder en ambas naciones'!
Es evidente que no: y sin. embargo en am-
bas hay desasosiego, hay turbulencias de·
vez en cuando, hay aquel malestar que de-
pende del poco asiento , de la poca fijeza.
¿Qué significa todo esto? Para nosotros es
evidente la consecuencia, de que el estado
social de la Francia para el efecto de conso-
lidar un gobierno, es mucho peor que el
nuestro; que )0 que allí depende de causas
hondas r arraigadas, aqui dimana de causas
superficiales y pasageras.


Por estas consideraciones y otras que po-
driamos presentar, estarnos profundamente
convencidos de que nuestra situación no es
desesperada como creenalgunos, y qne pa-
sadas las circunstancias escepcionales que no
estaba en manos de los hombres evitar, po-
drá afirmarse entre nosotros un gobierno
sólido y duradero. Y no es que desconozca-




-63
mos que la revolución ha hecho tambien en
España su efecto, v que ha dejado también
en nuestro suelo notables sulcos; pero insis-
timos en que á pesar de todo, no se ha he-
cho imposible un huen gohierno; y rechaza-
mos la opinion de los que se empeñan en


, argumentar por las circunstancias presentes
, como sifuerancircunstancias regulares. Cris-


tina gobernó en nombre de Isabel II; Yen
aomhre de Isabel 11 gobierna tambien el ac-


'hIal Regente: pero es hacerse ilusiones des-
mentidas por la historia y por la razon, el
creer que el gobierno de Cristina ni el del
Duque de la Victoria, puedan tener el mis-
mo asiento, la misma firmeza, el mismo vi-
gor, que el de un monarca en propiedad.
Está en la misma naturaleza de las cosas, y
pretender lo contrario, es pretender un im-
posible.


¿Quiérese una prueba palpable y reciente
de lo que acabamos de afirmar? Héla aqui.
Supóngase que en setiembre de 1840 hubie-
sen existido los mismos elementos que se
combinaron para el pronunciamiento; supón-
gase que las circunstancias hubiesen sido
éxactamente las mismas, escepto una, á sa-
ber, que asi como la persona que estaba al


.frente del gobierno no era mas que Regen-
te, hubiera sidoReina; ¿habrianllegado tan
allá los acontecimientos? Si en vez de Cris-
tina hubiera sido Isahel , entrada va en ma-
lIor edad, ¿ la hahríamos visto tambien salir
8e España entregando á otros las riendasdel
mando? Estamos ciertos que no; y que por
mas complicada que se quiera suponer la si-
tuacion , pormasacalorados que imaginemos
los ánimos, no se hubieraconsumado en Es-
pafia con Isabel II lo que se consumó en
Francia con Cárlos x.


Las reflexiones que acabamos de emitir
sontristes en cierto modo, porque manifies-
tan que es vana la esperanza de que nues-
.tros males puedan remediarse de un golpe
y como por encanto, y que es necesario
aguardar el cursodel tiempo para que poda-
mos alcanzar una épocade tranquilidad y so-
siego, mas por otra parte no dejan tambien 1
deser consoladoras, porque demuestranque
no es desahuciada nuestra situacion , que no
son incurables nuestros males, que nocare-
cemos de porvenir.


DE L\


Publicarlo en Barcelona a mediados de 1M!.


Varias veces hemos dicho, y lo repetimos
aquí, que la Religion Católica es el mas fe-
cundo elemento de regeneracion que se
abriga en el seno de la nacion española. Y
cuando esto decimos, no nos fundamos pre·
cisamente en consideraciones generales so-
bre lo saludable de la influencia del Catoli-
cismo en la civilizacion de los pueblos, sino
que atendemos tambien á las circunstancias
particulares, características de España; cir-
cunstancias que la colocan en posicion que
de ningun modo puede compararse á la de
otras naciones de Europa.


Para producir grandes bienes, no basta
que un principio sea en sí bueno y de natu-
raleza fecunda, sino que es menester ade-
mas que pueda ejercersu influencia sobre los
objetos que han de participarde sus benefi-
cios : es indispensable que el principio esté
arraigado en el lugar de su accion, y que
por medio de estensas ramificaciones pueda
trasmitir sus benéficos resultados desde el
corazonhasta las estremidadesdelcuerpo so-
cial. Asíque, por mas que la Religion Cató-
lica sea de suyo muy á propósito para labrar
la felicidad de los pueblos y hacerlos ade-
lantar en la carrera de la civiJizacion, vano
fuera presentarla como áncora de esperanza
de regeneracíon inmediata, á un pueblo,
que, ó no la hubiese abrazado jamás, ó la
hubiese abandonado. Entonces podria ser
esa religion un remedio mas ó menospode-
roso, pero cuya eficacia no pudiera hacerse
sentir hasta pasado largo tiempo. Porque la
vida de los pueblos es vida de siglos; y ni
en bien ni en mal, se palpan instantánea-
mente los resultados de un principio que la
afecta de nuevo.


Advertimos todo esto para observar en
seguida que si no estuviésemos en la pro-
funda conviccion de que la Religion Católica
domina todavía en el entendimiento v en
el corazon de la generalidad de los españo-
les, no alimentariamos la esperanza de que
en dias muy lejanos haya de ver nuestra des-




-ti1,-


¡l:mciada patria sentados los' rundamentos jamás noshan abandonado sobre el porvenir'
de su prosperidad y ventura bajo la ense- de nuestra desventurada patria; lilas de una
¡¡¡¡HZa y la inspiración de aquella Religion vez, en vista de ciertos hechos, de ciertos
sublime, que la sostuvo por espacio de ocho escándalos, hemos sentido vacilar por un
siglos en su gigantesca lucha con el isla- momento nuestra conviccion sobre la reli-
mismo, que acompañó su pahellon triunfante giosidad del pueblo español; y deseosos de
al descubrimiento y conquista de nuevos descubrir la verdad por mas amarga que
mundos, que condujosus huestes invencibles hubiera de ser á nuestro corazon, nos liemos
á las costas de Africa, que bendecia los lau- preguntado: ¿.es verdad, es cierto, que el
reles de sus ejércitos en Italia, en Francia v pueblo español sea' religioso todavia?¿es
en Flandes, haciéndola respetar y temer verdad, es cierto; que las ideas irreligiosas
de todas las naciones de Europa. Sí la gene- no hayan pasado de la superficie de la so-
ralidad de los españoles hubiese abandonado ciedad, que no sehayan filtrado hasta su co-
la fe de sus antepasados, si rompiendo con razon? Estas reflexiones nos conducían, nos
todas las tradiciones de su patria y menos- obligaban, á un examen mas detenido, que
preciando los mas brillantes recuerdos de po- esclareciendo y fijando nuestras ideas, con-
derlo y de gloria, Se hubiesen entregado á la solidase nuestro juicio si era verdadero, o
incredulidad y al escepticismo, se apodera- nos desengañase si era falso. Hé aquí cómo
ria entonces de nuestra alma el desaliento procurábamos deslindar las ideas, cuál es
y la postracion , y no miráramos al Cátolicis- elcamino que en nuestro análisis seguíamos,
mo con respecto á la nacion española, sino y cuál finalmente el resultado it que fuimos
como un recuerdo estéril ,wmouno de conducidos.
aquellos blasones, que cubiertos de polvoy Echando una ojeada sobre la sociedad es-
de orín se conservan en las armerías de una pañola,salta desde 1uego á losojosque deben
familia.antigua , que degenerada de su ilus- hacerse diferentes clasiíicaciones , si se quie-
tre prosapia, recuerda apenas los altos tim.,... re apreciar debidamente el influjo que ha-
hres que dieron undia grandeza y lustr-e á yan podido ejercer ciertas ideas nuevas, y
sus ínclitos progenitores. la propagaciou que hayan podido alcanzar


Afortunadamente no es así; repetidas ve- en detrimento de las que á principios del
ces hemos aseverado que la inmensa mayo- siglo presente se hallaban en pacífica pose-
ría de. los españoles conserva aun intacto. el sion de todas las instituciones de España, De
sagrado depósito de, la Religion Católica, á estas clasificaciones, parte son aplicables a
pesar de los-trastornos de la revolucion, de todos los paises cuando se trata de investí-
Jos esfuerzos de la incredulidad, v de las gar un hecho como el que en la actualidad
asechanzas del protestantismo. Y cada dia nos ocupa; parle son enteramente propias
que pasa, nos afirma en esta conviccion: ca- de España ,COIllO que nacen de hechos par-
da suceso de importanciaque sohrevieue nos ticulares que se han realizado entre nos-
pone mas clara esta verdad; cuanto mas otros y no en otras naciones. Aqui, como
azarosas son las circunstancias v mas críticas en todas partes, es menester, distinguir eu-
las .situaciones, tanto mas se pone de mani- tre Jos que forman juicio de las cosas por sí
fiesto que la nacionespaüola trabajada por mismos, ó al menos tienen esta pretension,
medio.siglo de guerras y revueltas, no ha v los que solo siguen la corriente, sin curar-
perdidotodavía su religiosidad proverbial. se de examinar qué es lo que hay de ver-


Se dirá-quizás que.uos formamos ilusiones, dadero ó de falso en las grandes cuestiones
que pretendemos ver en los demas lú qlIe que se agitan en la sociedad.iLa opinion de
sentimos en nuestro corazan , que no. cono- los primeros se forma en tina esfera muy di-
cernas laépoca en que vivimos, el espíritu del ferente de la de los segundos; la de aque-
siglo, y que nos dejamos engañar-por meras llos nace de los libros , la de estos de los
apariencias, por puras ceremonias que no hechos. Paises hay sin embargo donde la
pasan de la superficie de la sociedad, y no influencia de los libros sobre los hechos es
alcanzan ningún influjo sobre las ideas ylas' muy poderosa á causa del mayor contacto
costumbres. .N<f pocas veces nos ha asaltado que entre sí tienen, y de la mayor comu-
este triste pensamiento, no pocas veces se nicaoion con que se trasmiten recíprocamente'
ha atravesado como un tétrico fantasma pa- su influjo: no ha sido empero asi en España,
raeclipsar y ennegrecer las esperanzas que ni es todavia, ni será en mucho tiempo,




-65-
El pueblo español, es decir, aquella par-


te que solo se guia por las inspiraciones que
de Jos hechos recibe, puede dividirse en
dos grandes fracciones, á saber: la que mo-
ra en las capitales, donde se ha importado
de un golpe, no la civilizacion sino la cul-
tura estrangera, donde han obrado con toda
espansion y libertad el conjunto de causas
que de treinta. años á esta parte se apli-
can de consuno para arrebatarnos las tradi-
ciones v las costumhres nacionales, donde
se han- presenciado las horrorosas escenas
que con ultrage de la Religion y horror de
la humanidad, se han visto en la azarosa
época que estamos atravesando, donde de
muchos años á esta parte' no recihe el pue-
hlo ninguna impresion favorable á las ideas
religiosas; y aqui sí que es necesario con-
tesar la existenciade un número considera-
hle de incrédulos, ó mas bien de ignoran-
les, que blasfeman de Dios porque no le
conocen, y menosprecian la Religion porque
la han visto repetidas veces objeto de vili-
pendio. La otra fraccion inmensamente ma-
yor es la que está desparramada en los
('ampos y aldeas, la que habita en las po-
hlaciones de segundoórden que por su si-
tuacion v demas circunstancias no estén su-
jetas en' demasía al influjo de las capitales,
\' aun puede contarse en este número el
jmeblo que vive en las poblaciones princi-¡
pales de España, entendiéndose aquellas
que no han participado del espíritu innova- I
dor , y que con mas ó menos modificacio-
nes se atienen á los antiguos usos v cos-
tumbres. Por lo que toca á esta Iraccion,
,(ue ciertamente forma la inmensa mayoría
del pueblo español, no cahe duda que con-
serva todavía la religion, salvas algunas es-
ccpciones bastante raras, lamentables efec-
tos de tantas guerras y revueltas, y que
pueden considerarse como aquellos surcos
que se ven en las apañadas mieses, cuan-
do algun imprudente ó mal intencionado ha
tenido en mal hora'el antojo de atravesarlas.


Que esto es asi, resulta no solo de la
esperiencia de cada dia, sino del exámen
y análisis de las causas bajocuyo influjo han
sido educadas las clases á que nos referi:...
mos. En efecto, nosotros buscamos cuáles
han sido las influencias á que han estado
sujetas, y no encontramos otro poder inte-
lcctualy moral que haya ohrado sohre ellas,
que hava podido afectarlas profundamente,
sino el'de la Religion. ¿. Qué es lo que vie-


ron en su infancia? lasceremonias, las fies-
tas t las solemnidades de la Religion; ¿qué
es lo que aprendieron en sus primerosaños'?
la enseñanza de la Religion; ¿á quién vie-
ron con influencia sobre sus respectivas fa-
milias, á quién escucharon por director en
los primeros pasos de la mocedad, á quién
pidieron consejo en los árduos negocios de
la edad viril? ¿no fué á los ministros de la
Beligion? Por mas que busquemos no en-
contramos otro poder moral sobre esas ma-
sas inmensas que el de la Religion; yno
como una idea abstracta o corno un senti-
miento vago, sino como un hecho real, pa-
tente, palpable, que estaba en continuo
contacto con ellas y que les era trasmitido
incesantemente por las ceremonias y las pa-
labras de los sacerdotes: por manera que
nada se encuentra que haya podido ejercer
una influencia contraria á la Religion, á no
ser que se recurra á los malos libros que se
han difundido entre nosotros.


Ahorabien: ¿ cuál es el efectoque en las
clases á que nos referimos han dehido pro-
ducir esos libros'? Sin que pretendamos ne-
gar los dañosque habrá acarreado á no po-
cos incautos la curiosidad de una lectura
venenosa, puédese sin embargo asegurar
que el mal no es ni tan estenso ni tan gra-
ve como temen unos v como desearían
otros. En prueba de esta verdad consola-
dora, hay una retlexion sencilla fundada en
un hecho que está á la vista de todo el
mundo; y este hecho es que la parte del
puehlo español de que estamos hahlando
tlO lee, y de consiguiente malpuede inficio-
narse con la lectura.


Todavia mas: aun suponiendo que las
ideas de los malos libros señoreándose de
algunas cabezas livianas que se hayan ha-
llado en contacto con las clases á que nos
referimos, hayan hecho esfuerzos por co-
municarse á un mayor número, han dehido
de tropezar en algunos emharazos poco me-
nos que insuperables. Primero: se habrán
encontrado no solo con la resistencia que
les han opuesto los ministros de la Reli-
gion en cumplimiento de uno de sus dc-
heres mas sagrados, sino tambien con la
de muchos seglares que prevenidos de an-
temano contra la irrupción de impiedad
que amenazaba, han contribuido mas de lo
qne se cree á neutralizar su maligna in-
fluencia. A medida que circulaba el vene-
no circulaba también el antídoto, y cual-7 .,




- 66-
IfJliera habra podido observar que muchos miraba como una.doctrina sino como un ti-
lk. los que leen, aun hahlandode los qlle.no ro; y la persuasión con, qlle Ú veces se las
son 'eclesiásticos ,~sc han,aprovechado de.la acompañaba, era mirada como una asechan-
enseñanza delos.apologistas de la Heligion; za pedida.
Segundo: w6pagándoselas ideasirreligio- Y aqui llamamos muy particularmente la
sas , uo ,por medio de .libros que llegasen atencion de nuestros lectores para hacerles
á las rna.. nos de to.das las. c1..ases; .sino. por I observar la influencia que ha tenida, un !le-
la trasmision que de unos á. otr-os se hacia cho poluico sobre un hecho social. Las


f
)()r la viva.voz , no han podidogerminal' en . creencias religiosas se han hallado envuel-
os en.teJ]djnli.e.ntos coo.'. aquella fuerza y 1


I
tas en cierto modo en el torbellino de la po-


energía que las acompaña, cuando forman , lítica; no faltaran quienes hayancreid« que
parte de un sistemacompleto, con sus prin-. '1 la Heligion era amiga y auxiliar de la mas
cipios.., S.'lIS ,teoría!;'. ' ,Sus aplicaciono.. s tales I


1


degradante esclavitud, que de ningull mo-
como se las encuentra en un libro v como; do podia conciliarse con la verdadera-Iiher-
se comunican al lector que. con curiosidad 1 tad, por lo que habrán mirado como una es-
le ha devorado. Cuando no se propagan de JI pecie de progreso el abandonar y despreciar
esta suerte, son como si dijéramos un ar- 11' la Religion, asi como otros han condenado
ttculo de libertinage ; muchas veces lejos de , indistintamente por impío todncuanto tuviese
penetrar hasta el fondo del alma, solo sir"-llla menor tendencia á libertad política. Por
ven para afectar que se sigue la corriente; , manera; que las divergencias enpuntos reli-
y en tal caso el daño no suele llegar hasta ,! giosos han contribuido á engendrar parti-
las familias, se limita a un determinado nú- j! dos pclítícos; y estos, una vez formados,
mero de individuos, y como planta exótica I! han influido a su vez en la conservación o
y poco arraigada, desaparece á medida que, I en la-pérdida de las ideas religiosas. La
mengua el ardor de las pasiones, y que en- 1 comprension'de la generalidad de los hom-
trando la edad de los negocios se pierde el hres no alcanza áciertas distinciones; cuan-
prurito pueril tic parecer libertino. Terce- I do se alista en un partido, ve "ti haudera y
ro: las ideas irreligiosas han circulado siem- considera como identificado con ella todo lo
pre en España bajo la bandera de un par- I que de un modo ú otro se agrupa alrededor
tido. Con razon ó sin ella, algunos de los 1I de la misma.
propagadores de esas ideas se han apeIli- 1


I1
No es verdad que para medrar un órdeu


dado con un nombre político, pretendiendo 1I de ideas necesite protección abierta de parte
y proclamando en .altavoz que sus ideas y 11 de los que ejercen g-rande influjo sobre la
sistemas sobre religiou tenían un intimo.en- !I sociedad; á veces les es mas ventajoso an-
lace con sus principios políticos, que lo uno! dar ocultas como perseguidas y proscritas,
110 podia plantearse ni sostenerse sin lo otro, '! haciendo sus incursiones sobre los espíritus,
y que para ahatir á sus adversarios y arre- ' por caminos indirectos, por conductos irrc-
batarlcs toda esperanza, era menester ar- gulares, Hay ciertas ideas que no pueden
ranear de cuajo las antiguas ideas é institn- sufrir por mucho tiempo la luz del dia , ([lu,
ciones religiosas, y cimentarsobre una nue-para medrar necesitan vivir cubiertas de
va educacion del pueblo las nuevas refor- misterios, y sobre todo estar muy lejos de
mas que se proponian introducir. Poco co- las regiones de la práctica. La Francia no se
noccdoresde susituacion , ciegos de rencor hizo irreligiosa durante las tormentas de su
y de venganza, dieron á sus adversarios revolucion, la gangrena la roia ya de all-
sobrado fundamento para que les reprocha- temano: mientras se quemaban por disposi-
sen su espíritu irreligiosoy su decidida ene- ciondel Parlamento algunos malos libros,
miga contra todo lo que hasta entonces se quizás; la irreligión hacia may'orcs estragos
.hahia tenido como venerable y sagrado ;,¡¡si que durante la borrascosa epoca de la asam-
aconteció que las. ideas irreligiosas no .solo blea constituyenle y de las sangrientas es-
tuvieronque luchar con las ideas religio- cenas de la Couvencion. Decimos esto para
:j3S .que~r~susadversarios naturales, si- calmar los demasiados recelos que pudieran
Hoque se estrellaban tamhien en el espíritu haber concebido algunas personas celosas
de partido.que las resistía y rechazaba, no sobre el funesto efecto que habrán produci-
solo por lo que eran en sí sino tamhien pOl'- do en la sociedad española los escándalos y
Que venian de la par¡~ opuesta. 1\0 se las catástrofes flue hemos presenciado, en 1110-




- ()j
mentos en que predominando las ideas irre-
ligiosas se han reducido á la práctica con
lamentable frenesí; porque, lo repetimos,
á las ideas irreligiosas les hasta el dominar
por un breve espacio pnra desacreditarse
profundamente. Pero volvamos á nuestro
objeto.
. Delo dicho hasta aqui se infiere que las


personas irreligiosas de Espafía pueden dis-
trihuirse en dos clases: unus que han sitio
contaminadas con la lectura de los malosli-
bros, otras que no han sido educadas jamás
en la Religion, que solo han oido hablar de
ella con odio y desprecio. Claro es que el
número de las primeras es muy reducido,


• ya porque en España es bastante corto el
de las que leen ,ya porque no todas las qlle·
lo hacen se han inficionado con los malos
lihros ; sea que no los hayan visto, sea qne
ao se hayan dejado engallar por las doctri-
nas que en ellos encontraban. La segunda
clase, en comparacion á la generaI-idad de
España, es poco numerosa, como fIlIe está
limitada á algunos puntos IllUY contados
donde han prevalecido circunstancias escep-
cionales, Doloroso es por cierto que se ha-
yan empleado tantos medios para que pu-
dieran contarse cn este triste número una
porcion de individuos de aquella clase in-
tortunada , cuya huella educacion debiera
ser uno de los objetos mas preferentes de la
sociedad, por l('l mismo que los que la com-
ponen no tienen mas patrimonio que sus
brazos, ni mas recurso que su salario. Cla-
se infortunada, repetimos, y que por lo
mismo necesita mas- ele los consuelos de la
Religion; [mica que ruede endnlzarle tos
padecimientos á que vive condenada uquien
la tierra. i DC:igraciados! cunndo á algunos
de ellos los oimos blasfemando el augusto
nombre de Dios y hablando con odio ó con
desprecio de todo" lo que pertenece el la Bc-
ligion ; cuando los vemos sin freno moral y
estinguidns los sentimientos, esccpto lo que
dice relación á los goces sensuales; cuando
los miramos en ese estado lamentable, no
nos irritan, no son ellos los que escitan en
nuestro pecho un arranque de indignacion
generosa; no son ellos, son sí los que los
han privado de toda cducacion moral y reli-
giosa, los que los han imbuido en ideas de
irreligion, de inmoralidad vdesórden , los
que se han esforzado en .hacerles tomar
parte en escenas tumultuosas ~. sangrientas,
los que les han prometido una felicidad men-


tirosa que debia alcanzarse por el, camino
del crtmen , los que han hecho desaparecer
todo freno, los que han quebrantado todas'
las barreras 1 los quélianroto el dique y han
dejado desbordar las aguas, aun á riesgo de
ser arrastrados ellos mismos en la impetuo-
sa corriente. j Oh! ¡ Cuáníns 'de Jos que
dieron el primer impulso 'deploran actual-
mente su funesta imprevision, devorados en
la oscuridad por un amargo remordimiento!
Siquiera por interés propio dehian abste-
nerse de predicar lo que predicaron, de
sancionar con su aprobacion los hechos que
sancionaron. Creyeron que en diciendo
ellos basta.... se apaciguarian las alhorota-
das olas, cual tocada-s por misterioso tri-
dente; i vana esperanza! en el curso de las
revoluciones hay una lógica inflexible, v
una justicia espantosa. l/asta!.... claman
unos; no basto todavia! claman otros; y
el carro de la revolucion prosigue en su ve-
loz y estrepitosa carrera hasta llegar al
puntodonde le detiene la mano de la Pro-
videncia.


Pero apartemos la- vista de este cuadro
desconsolador, y fijémosla sobre otro que
tantos motivos ofrece de aliento y espe-
ranza,


La generalidad del ílUehlo español, su
inmensa mayoría, no pertenece á ninguna
de las clases que acabamos de señalar, por-
que en los catorce millones que contiene la
nacion española figuran todavía como núme-
ro muy escaso los hombres que se han de-
jado seducir poda lectura de malos libros,
y no forma tampoco parte muy considera-
ble la multitud de los que hemos indicado
como pertenecientes á la segunda clase.


Ese estudio analítico de las clases que en'
España han podido inlicionarse con la incre-
dulidad, no ITOS dejaria muy satisfechos, si
la esperiencia no- viniese aconfirmarlo que
podríamosapellidar nuestra teoría. Encfccto,
cuando se quiere probar la existencia de un
hecho., no basta señalar las cansas flue han
debido producirle, contentándose con dc-
msstraciones de las que se llaman apriori,
porque es muy fáci] que se hayan escapado
á laateneion de, observador alg'unas causas
que neutralizaron el efecto de las primeras,
y que llegaron quizás á producir otro Plllc--
ramente contrario. Suhe depunto el peligro


; deequivecarse , cuando se trata de hechos
1,1· pertenecientes al orden moral que son dI'
I suyo muy complexos , y que han debido de




- 68-
estar espuestos á un sinnúmero de causas sentimientos religiosos; por todas partes se
de distintos órdenes, cuya respectiva efica- verá que estaba escrito el nombre de lleli-
cia es muydifícil apreciar con exactitud. gion, como el lemamasá propósito para mo-


De aqui es que al tratarse de hechos se- ver é inflamar el ánimo de los pueblos.
mejantes; es indispensable recurrir á la pie- Aqui nos permitirán los lectores una bre-
dra de toquede la esperiencia, y ver si está ve digresion, que no creernos carezca de
de acuerdo con las conjeturas que se habian importancia, supuesto que siempre la tiene
formado á la solaluz de la razono Para veri- y muy grande, todocuanto se refiera á seña-
ticarlo asi en el objeto que nos ocupa, será lar las verdaderas causas que produjeron el
menester examinar qué es lo que nos euse- alzamiento nacional de 1808, Y la guerra
ña la historia de España de treinta años á que fue su resultado.
esta'parte, y lo que nos está diciendo la si- Un historiador distinguido 1 el señor Pa-
tuacion actual. En tres grandes épocas pue- checo, al enumerar las grandes ideas que
de dividirse el período histórico que acaba- agitaroná la nacion española en aquella me-
mos de señalar: la guerra de la independen- morable lucha, añade á las de Rey y Religion
cia con la restauracion del afio catorce; la la de libertad. (( El Hey y la Religion, dice,
temporadade la Constitucion de 1820 con la »respetables objetos, que los españoles ve-
restauracion del año veintey tres; la guerra »neraban desde muchos siglos, como que
de los siete años con la situacion actual que »habiau sido la base y fundamento del Esta-
es su inmediata consecuencia. ¿Qué nos dice »do: la libertad, que era la idea moderna,
la primera época con respecto al hecho que »el principio del siglo presente, que no po-
estamos examinando, es decir, la Religiosi- »dia menos de nacer v desarrollarse en una
dad de la Nacion Española? Todos los que »conmocion tan profunda. Idea grata por lo
presenciaron aquel movimiento colosal, aquel »mismo que desconocida y confusa, por lo
levantamiento simultáneo de una nacion de »mismo que llena de ilusiones y mal separa-
doc~ millones de habitantes, aquella lucha- »da, ó por mejordecir, confundida entonces
desigual de un pueblo sin gobierno, sin cau- »con la de independencia nacionaI..Ellle.1J y
dill?s, sin recursos, sorprendido conla ocu- lila Religion primeros motivos del alzamien-
pacion de sus mejores fortalezas por ejércitos .»to: la Libertad, condicion necesaria de su
numerosos y aguerridos, aquellaluchatenaz »desarrollo, Sin las ideas de Religion ! de
donde las victorias eran acogidas conel ma- »Fertuuulo no habría tenido efecto la insur-
yor entusiasmo, donde las derrotas eran re- »reccion : sin esas deorgullo, de individua-
cibidas conun orgulloso qué importa!.. don- »lismo , de Libertad, nos parece imposible
de no se perdía jamás la esperanza ni aun en »que hubiera resistido seis años. La reunion
los mas terribles desastres, dondese veiaun »de los tres produjo 'el milagro de nuestra
pueblo entero decidido á vencer ó morir en »heróica defensa. No se reparaba entonces
la demanda; todos, repetimos, los que pre- »en el antagonismo que entre ellas habia de
senciaron aquella guerra heróica , todos es- »declararse : aliados contra el enemigo co-
tan acordes en que la Religion obraba como »mun los sostenedores de la una y de las
un poderoso elementopara conmover las ma- »otras, Sil unionutilizó los sacrificios y dilató
sas , para sostenerlas en los padecimientos, »Ia lucha hasta los grandes acontecimientos
animarlas en los combates, entusiasmarlas »europeos de 181 ~. La historia deberecono-
en los triunfos, V alentarlas en las derrotas. »cer todas estas verdades, y no ser parcial
Nadie ha olvidado todavia el grito de Rey y »contraninguno de loselementos de aquella
Religion que resonaba en los cuatro ángulos »inmensa obra. Asignándoles sulugar propio,
de la Península, que era la enseña en el »esplicando su aparicion, su incremento, su
combate, y que estaba confundido en el co- »decadencia , no debe dejarse seducir por
razon de la generalidad de los españoles, »los sectarios de ninguno, para desposeer á
con el noble sentimiento de la independencia »los otros del lauro que les corresponde. To-
de la patria. »dos concurrieron á la.oportuna sazon, todos


Léanse los documentos de aquella época, »con la fuerzade vida y de ilusionesque era
los manifiestos, las proclamas, las alocucio- »necesaria para tan grande empresa. Lara-
nes de las juntas, de los generales, de las »zonindicaque sin la aparicion de cualquie-
autoridades de todos órdenes, y en todas lira de ellos en Sil tiempo oportuno, tal vez
partes se verá que descuellan las ideas y »no se habrían realizado los deseos instinti-




- 69-
»vos del pais. El movimiento libeTaI no hu- Llevado á Francia Fernando por la aleve
»hiera levantado á España en 1808; las impostura de Napoleon, y después de las
»ideas monárqui~as y religiosas no hubieran miserias y escándalos de Bayona , cuando
»sosteuido la guerra en 1812, si otrosprin- todaslas provinciasdeEspaña sintieronaquel
»cipios , si otras esperanzas no hubiesen na- sacudimiento eléctrico que las levantó como
»cido en su ayuda.» un solo hombre, cuando constituidala nacion


Imposible nos es convenir con el seflor en juntas donde entraron en confusa mezco-
Pacheco en la esplicacion del grande y es- lanza todoslos elementos abrigados en el se-
traordinario fenómeno presentado por la na- no de la sociedad, donde por la fuerza misma
cion española en la guerra de la indepen- ' de las circunstancias apareció el elemento
dencia. Confesamos ingenuamente que tan demorcático aliado del aristocrático en igual-
lejos está de abrigarse en nuestro ánimo la dad completa, observamos no obstante que
opinion de que la idea de libertad, tal como el grito que alzan, que la enseña que procla-
se la concibió en 1812, fuese un elemento man, no es otra que la de Rey,' Religion e
de resistencia á -Ia invasion estrangera , y independencia de la patria; y ni uno ni otro
que contribuyese en nada al sosten del en- de esos tres principios tenia afinidad ni se-
tusiasmo nacional y al triunfo de nuestra mejanzacon la libertad, tal comola enten-
causa, que antes bien somos de parecer que dieron los hombres que en 1812 introduje-
sirvió de embarazo á la marchade los acon- ron en nuestro suelo las innovaciones polí-
tecimientos favorables á lacausade la nacion, ticas.
v fue un principio de discordia que hubiera Y si en 1808 nada se vió en España de
acarreado los masdesastrosos efectos, si los movimiento liberal, si las ideas liberales no
revesesde Napoleon en el norte de Europa y asomaban siquiera en nuestro horizonte, si
los sucesos trascendentales que de ahí re- losmotivos del alzamientofueron el Rey y la
sultaron, no hubiesenvenido á crearnos una Religion, ¿, cómo puede sostenerseque fuese.
situación nueva, decidiendo de un golpe la la libertad una condicion necesariadel des-
contienda de un modo favorable. Y no es que arrollo del alzamiento, y ayuda indispensa-
creamos que la generalidad del puebloespa- ble sin la que las ideas monárquicas y reli-
üol fatigado y aburrido por el desórdeny los glosas no hubieran sostenido la guerra
escándalos del reinado anterior, no tuviese en '1812? ¿Se ha olvidado acaso la impru-
algunatendencia á un nuevo órden de cosas dente conducta de muchos de los que se
tlue impidiese la reproduccion de tamaños apellidaban sostenedores de la nueva causa?
males: la indignacion popular babiaestalla- ¿,No se halla generalmente reconocido que
dode un modo nada equívoco contra la in- aun cuandoesta no hubiese perecido por los
tluencia y el poderío del privado, que dueño elementos de muerte que abrigaba en su se-
de losdestinos de un grímpueblo le condu,cia no, dehiamorir por la inconcebible imprevi-
rápidamente al borde de un abismo; pero siony ceguedad de algunos que pretendian
despues de los ruidosos acontecimientos de apovarla? Ese espíritu de libertad que solo
Aranjucz , ¿qué sucedió? ¿qué es loque de- se desarrollaba en un ángulode la Península
mandó ese pueblo que en un momento de y en un círculo de personas muy reducido,
arrebato llegó á olvidarse del respeto debido . en un lugar que, por la situacion de losejér-
á la mansión de 5US monarcas? Sube al trono 1 citos enemigos, estaba casi incomunicado
el primogénito de Cárlos IV, Y el pueblo se á la sazon con el resto de España , esa li-
entrega al mayor entusiasmo creyendo que bertad que en su esencia y en su forma era
coneste cambio que alejaba para siempredel importada del estrangero , que fue consigna-
poder al odiado valido , se iban á remediar da en un códigoque es poco menos que una
todos los males de la naeion , inaugurándose copia literal de la primera constitucion íran-
una nueva era de prosperidad y ventura. cesa; esa libertad que si en su forma políti-
Prueba irrecusable de que el descrédito de ca revelaba tan paladinamente su orígen
las personas no había desacreditado la insti- francés, tenia ademas la desgracia de que
tucion , que el puebloque habíadesconfiado muchos que se apellidaban sus defensores,
del monarca conservaba su fe en la monar- proclamaban sin embozo los principios difun-
~uía ; prueba irrecusable, de que la genera- didos en Francia por la escuela filosófica del
hdad del pueblo español no pensaba siquiera siglo décimooctavo; esa libertad que se
en innovaciones políticas. inauguraba con los discursos de las Córtes




- 70-
constituyentes, con los artículos de la prensa
de su partido, y á cuya sombra aparecía el
Diccionario Crítico Burlesco; esa libertad
repetimos, ¿qué simpatías podia encontrar
en los corazones. españoles? ¿ cómo es posi-
hle contarla como una de las ideas que pro-
dujeron el milagro de nuestra heroica de-
fensa'? .¿ Qué tenia que ver esa libertad con
el noble sentimiento de la independencia de
la patria, con la generosa indignacion que
levantaba los pechos españoles al recordar
el despotismo de un, privado que en época
reciente.rebajara la magestad del trono, cm-
paüara el lustre de la corona de Castilla, v
condujera la nacion hasta los pies del usür-
pudor para ser,cargada de cadenas, si no
la salvara uno de aquellos impetuosos arran-
ques que distinguen á ese pueblo hidalgo v
valiente? •


«No se reparaba entonces, dice el señor
»Pacheco, en el antagonismo que entre ellas
»hahiade declararse: aliados contra el ene-
»migo comun los sostenedores de la una y
»de las otras, su union utilizó los sacrificios
) y dilató la lucha hasta los grandes aconte-
»cimientos europeos det 813.» No parece
sino que el ilustre escritor se ha olvidado de
los ruidosos sucesos y de las acaloradas po-
lémicas con que se manifestó el antagonis-
mo de esas ideas, asi en la trihuna comoen
la prensa. Ahí estan las colecciones de las
sesiones de Córtes, y de los periódicos de
lo época; ahí estan los escritos del P. Velez,
del Filósofo Rancio y del Filúsofo de Antaño,
donde se halla consignado de un modo claro
y <:0[1 testimonios irrecusables, el brusco
choque con que se arremetieron los dos
principios opuestos, desde los primeros mo-
mentos de encontrarse cara á cara en una
misma arena. Y no podía ser de otro modo,
atendida la naturaleza de los hombres v de
las cosas; pues no éabe que vivan en buena
paz y armonía dos principios de los cuales
el uno se empeña con todas sus fuerzas en
desalojar al otro. Cuando la aparicion de la
escuda volteriana en España, el principio
católico que hasta entonces hahia estado en
pacífica posesion de los hombres y de las
instituciones, dehio naturalmente empeñarse
en conservar lo que poseia , rechazando á
su enemigo nato que era la impiedad. Esta
por su parte, como que se sentía débil por
su pocoarraigo, y por encontrarse limitada á
un número de personas rnuy escaso, ansia-
ba naturalmente esteuder su influencia, ha-


ciéndolo con aquel ardor imprudentedeque
suelen dejarse arrastrar las ideas noveles en
los primeros tiempos de su introduccion en
un pais. En una palabra.Ias ideas irreligio-
sas eran á la sazon propagandistas; y de
esto dehio resultar-una lucha acalorada: te-
naz, á muerte, que empeñando en seguida
en la contienda á los diferentespartidosque
se iban formando, echó el gérmen de las
hondas discordias intestinas que nos han de-
vorado por espaciode treinta años.


Cuando esto decimos, no perdemos de
vista los diferentes aspectos bajo los cuales
se ha presentado en España el principio
opuesto á la religion dominante. Bien sabe-
mos que no siempre se ha ostentado con
desembozo mostrando á secas las formas de
la escuela enciclopédica; no se nos oculta
que ora ha invocado el restablecimientode
la antigua disciplina afectando un profundo
acatamiento á los antiguos cánones', ora se ha
contentado co.n declamar contra los abusos v
ponderar la necesidad de algunas reformas
mas ó menos considerables; pero lo cierto es
que todoesto se ha miradocomode un origen
comun, como dirigido á un mismo objeto,
que se han tenido por ilegítimos Jos medíos
de que se queria echar mano para plantear
las reformas, y que las protestas hechas por
sus autores de su adhesion á la Rcligion, no
se han creido sinceras.


Este hecho se presentó ya muy de bulto
en la primera época de la aparicion de las
ideas nuevas en España : y (JlW esto hirió h:
religiosidad de los cspañoles , pruéhalo el
haberse puesto de la parte adversa la ma-
yoria de la nacion. Si así no fuera, ¡.cómo
se podria esplicar que Fernando ir Sil vuelta
de Francia disipase con una sola palabra las
innovaciones planteadas en su ausencia? se
dirá quizás que el ejército ofreciendo al Rey
su apoyo, dominó la voluntad nacional for-
zándola á obedecer las órdenes del monarca;
pero ¿qué puede un ejército contra la mayo-
ría de una nacion valiente y aguerrida, y
que ha sentido toda la plenitud de. sus fuer-
zas en unadilatada lucha de seis años contra
los ejércitos del capitan del siglo? Pónganse
la mano sobre el pecho los hombres que en
aquella época figuraban en las filas de la li-
bertad, y digannos si no sintieron contrasí
algo de mas abrumador que la fuerza de las
bayonetas , si no sentían en rededor SUYO el
peso de la opinión púhlica q1J(~ pronunciada
contra ellos de un modo terrihle, los agobia-




- 71 -
ha como una atmósfera sofocante; dígannos
si no es verdad que al verse perseguidos por
Fernando se encontraron solos,aislados con
sus teorías y sus libros, pero abandonados
de la generalidad del pueblo que embriaga-
do con los recientes triunfos contra el inva-
sor estrangero , corría á vitorear, al Rey,
cuva vuelta considerabacomo el colmo de la
lli(~ha, corno la inauguracion solemne del
porvenir mas venturoso.


y cuenta, que al consignar aqui estoshe-
chos , (llIe para nosotros son claros como la
luz. del dia , no tratamos de justificar en to-
do la conducta de Fernando, ni en las medi-
das que tomó á pocode su regreso de Fran-
cia , ni en la direccion que dió á su gobierno
en los seis años siguientes. Sin participar de
la ilusión de algunos que se imaginan que
los futuros destinos de España estuvieron de
tal suerte en manos de Fernando ,que una
conducta mas prudente de su parte hubiera.
podido fácilmente labrar nuestra felicidad,
creemos no obstante fplC se hubieran podido
evitar algunos males, si la Providencia nos
hubiese deparado un !tey de carácter mas
lirme y de miras mas elevadas. Ni supo
prevenir la revolución, ni dirigirla; no acer-
tó á conocer el siglo en que vivía, ni las cir-
cunstancias que rodeahan el trono; asi es
que su-reinado fue una serie de reacciones,
legálldonos la cadena de males que nos es-
tan agobiando, y cuyo remedio por ahora
no se prevé.


Pero volviendo al principalobjeto que nos
ocupa, siemprese presenta á los ojoscomoun
hecho sobresaliente, la religiosidad IIt1 la in-
meusa mayoríade la nacion española, que
arrojada en la balanza por uno de los parti-
dos políticos, decidia la contienda con su
enorme peso, abrumando á los adversarios
ron su fuerza aterradora,


Durante laépoca de 1820 á 182;~ se pre-
sentó de bulloel mismo fenómeno; v salvas
las diferencias que consigo llevaban'las cir-
cunstancias, todo Iue lo mismo, las causas y
los efectos, viniéndose á parar á un resullado
idéntico.


Por lo que toca á la última guerra de los
siete años, comoque estan muy recientes los
sucesos, y quetodos hemos sido sus testigos
oculares, no serú menester trazar ninguna
reseña de los hechos, ni entretenerse en in-
vestigar y deslindar su naturaleza y orígen;
hasta recordar que la guerra se iha encen-
diendo mas viva, á proporción que se come-


tian los escesos contra los objetos religio-
sos. Ciñéndonos á Cataluña, facil es recordar
que el incremento instantáneo de la suble-
vacion tuvo lugar ea el verano de 1835, Y
todos sabemos las horrorosas escenas que
se habian presenciado pocoantes con el in-
cendio de los conventos.


Resulta de todo esto, que la religiosidad
del pueblo ese,añol es un hecho, no solo in-
dicado por el análisis de las causas morales
que han obrado en España, sino tambien
confirmado de .un modo irrecusable por el
curso de los acontecimientos.


Se nos dirá tal vez que la Religion no ha
sido un verdadero motivo, sino un pretesto:
que lo que se agitaba en el fondo no eran
intereses espirituales sino materiales; que
en tiempos de turbulencias los partidos po-
líticos echan mano de cuanto les puede fa-
vorecer para alcanzar ventaja sobre sus ad-
versarios; y que la Religion no ha jugado
en todas nuestras discordias mas que como
arma de partido; que no se ha encontrado en
la arena como una idea viva y fecunda, sino
como una enseña mentida, para cubrir con
un nombre augusto miras ambiciosas, inte-
reses puramente terrenos. No entraremos en
contestacionespara rebatir esa réplica, que
es la pretendida solucion que se da comuu-
mente á los argumentos arriba indicados; ya
se deja entender qlle nosotros miramos los
hechos muy de otra manera, y que no nos
sentimos inclinados á condenar como culpa-
bles de mala fe á clases respetables : pcro
prescindiremos en la actualidad de todoesto,
porque no lo necesitamos para el objeto que
nos ocupa. Bástanos presentar cn pocas pa-
labras un contraréplica , que pondrá de ma-
nifiesto cuán incongruente es todo lo conte-
nido en la réplica indicada, si se trata de
desvanecer con ella los argumentos aducidos
cn prueba de la religiosidad del pueblo es-
paila!, .


Demos por supuesto que ennuestras dis-
cordias civiles no haya' figurado la Religion
sino como un pretesto , como arma de par-
tido; ¿qué se infiere de aqui? Lo que se in-
fiere con toda evidencia es, que ese pretesto
debia de ser muy fuerte para la generali-
dad de la nacion, cuando de él se apodera-
ban los partidos como dc arma escogida; lo
que se infiere con toda evidencia es, que la
mayoría de la nacion era religiosa, pues que


Icuando se trataba de enemistarla con unacausa y de interesaría por otra, se proela-




DE LA


o»>··EE.E~


LA ESTERILIDAD


Publicado en Barcelona á principiosde t 840::1.


Una y mil veceshemos reflexionado so-
bre las ano~alí~s que en tanto número nos
ofrece la historia de España de 30 años a
esta parte, con la mira de esplicarnos á nos-
otros mismos, cuáles son las causas que las
han producido: porque asi en la naturaleza,
como en la sociedad, nada se verifica sin
razon suficiente. Decir que en España tres
y dosno hacencinco, pudo ser una ocurren-
cia feliz para espresar lo estraño de los
acontecimientos que en ella se verifican, y
lo raro é imprevisto de las maneras con que
se desenlazan; pero en la realidad, con se-
mejante fórmula nada se esplica , solo se
confiesa una falta de conocimiento; pues
que en sobreviniendo algun suceso estrava-
gante que no parecian prometer las cosas
en su curso ordinario, decir anomalía, es lo
mismo que decir ignorancia de causa.


Esta consideracion escita y convida á des-
entrañar v analizar los elementos constitü-
tivos. de nuestra revolucion, y á indagar si
encierra algo que esencialmente la distinga
de lasotras, supuesto que, ni en su orígen,
ni en su progreso, ni en su decadencia,
nada presenta de comun con ellas, si no es
el funesto cortejo de disturbios y calamida-
des. Y es notable que las demas se ilustra-
ron siquiera con el brillo de sus grandes
hombres; asi en el bien como en el mal
mostraron dimensiones colosales; en su es,.
tenso horizonte se descubria sin cesaró el
iris ciñendo con hermosísima zona de varia-
dos colores el firmamento, y estribando so-
bre los polos del mundo, ó la negra ten-
pestad batiendo sus estrepitosas alas sobre
la tierra estremecida, y arrojando en todas


- 7j-
mabaque era necesario defenderla Religion, rol', contratodo lo que hay de mas santo en
v salvarla de los ataques de sus enemigos. la tierra yen el cielo. La opinion pública los
. Lo repetimos; es menester no dejarse juzgará; y no dudamos que este fallo será
alucinar por el espíritu de irreligion que conforme á lo que reclama la verdad, v á
prevalece en algunos círculos muy reduci- lo que exige hasta el mismo espíritu del
dos: la mayoría de la nacion no piensa asi; siglo.
sino que apegada á las ideas, á los hábitos,
á las costumbres que se le han trasmitido
como herencia de largos siglo!" consérvase
adicta á la Rcfigion; y no han bastado á
apartarla de ella todos los esfuerzos de la
impiedad, y todos los sacudimientos que la
han trabajado por espacio de 30 años. No
parece sino que en la actualidad la nacion
entera se apresura á protestar contra las
tendencias irreligiosas, y que con su asis-
tencia á las grandessolemnidades de la Igle-
sia se empeña en dar la mas elocuente con-
testacion á los que'aseguran que las ideas y
prácticas religiosas son va en España un
resorte impotente, un elemento de poco
valer. En la última SemanaSanta ha sido
tan notable este hecho que ha llamado la
atencion de la prensa de todos los colores.
Se ha dicho que en esto mediaba mucha hi-
pocresía; sea lo que fuere, siemprees cier-
to que un pueblo en masa nuncaes hipócrita;
v que si fuera verdad que algunos individuos
hubiesen manifestado devocion solo por hi-
pocresía, esto sería una prueba evidente de
que esos hombres no pueden cerrar los ojos
á la luz de los hechos, y que conocen que
la generalidad del pueblo español es religio-
so, supuesto que en tratándose de gran-
gearse su buena voluntad, se hace gala de
sentimientos religiosos.


Concluiremos con una observacion que
no debe nunca perderse de vista cuando se
trata de religiosidad de la nacion española,
cual es, que esta religiosidad no es un sen-
timiento vago y confuso, sino que es la ad-
hesion al Catolicismo.. En España no hay
medio entre la Rcligion Católica y la incre-
dulidad; quien no es católico no se toma la
pena de hacerse protestante, u otra cosa
que se le parezca, sino que vive en el es-
cepticismo religioso, sin fatigarse en exa-
minar cuál es de las sectas disidentes la
que mas le agrada. Aun entre los escépticos
se observa que no domina ya el sentimiento
de aversión á las ideas religiosas que se
notó en otras épocas; afortunadamente van
reduciéndose cada dia á menor numero los
fanáticos de la impiedad, los hombres que
se saborean en declamar con impotente fu-




-- 73 -
direcciones granizo y fuego. Entre nosotros donde habían de flotar un diacon tanta glo-
nada se ha visto semejante, ni un grande ria los pabellones de la Gran Bretaüa , di
hombre, ni un hecho grande, todo reduci- la Francia, de los compatricios de Was-
do, circunscrito á breve espacio, mezqui- hington? no podemos creerlo. No está leja-
no: el mal sin compensacion , el bien sin no de nosotros el año de t808. Vive todavía
resultado, la generacion que presenció el inmortal al-


Difícil seria indicar un pensamiento de zamiento, en que un pueblo sin Rey, sin
gobierno , un beneficio administrativo, una gobierno, sin caudillos, sin preceder com-
mejora social, un adelanto en las ciencias binacion alguna, se levantó como un solo
V artes, acontecimientos grandes, hechos hombre, y se arrojó denodad.o á la arriesga-
gloriosos, brotando del seno de la revolu- da palestra, en CUyOS formidables trances
?ion: ¡qué pequeñez, en sus principios! ¡qué. palidecieran los potentados de Europa.
incertidumbre , que aberraciones en su Aquello fue grande , inmenso ,único en la
marcha! Menguada revoluciou que nacida historia de este siglo, porque fue naeio-
en lugar retirado , á guisa de bastardo, I nal , porque no file obra de estos ó aquellos
muere por el simple decretode un monarca; hombres, no fue la realizacion de preme-
que resucita por medio de una insurreccion ditados proyectos ,sino el resultadonatu-
militar en la isla, y que huye pavorosa, y ral, espontáneo de las ideas- y costum-
perece de nuevo, por solo asomar en la bres de la generalidad de los españoles; por
cumbre de los Pirineos -el pahellou francés, estoal resonar el primer grito, al oirse los
rodeado de cien mil soldados bisoños; ese primeros vítores á la independencia de la
pabellon que poco antes habia tenido que Patria,respondieroncon eco instantáneo los
humillarse en la misma España, no embar- cuatro ángulos de la Península, y brillaron
gante el andar escoltado de medio millon de en todos sus puntos las armas, como á la
veteranos, vencedores de Europa. Las ver- voz de un gefe relampaguean en un grande
dadoras revoluciones no se paran, no tienen ejército, bayonetas, espadas y lanzas.
intervalos sepulcrales de seis y luego de Tenemos poca fé en la degeneracíon de
diezaños; marchan siempre, arrollan, vuel- las razas; opinamos que cuando existe, di-
can, pulverizan cuanto encuentran en su mana en buena parte del sistema religioso,
carrera; porque tienen un ímpetu irresisti- social y pelítico á que se hallan sometidas, V
ble; y á manerade rio desbordado, no cabe asi no podemos creer que la raza española
en fuerzas humanas hacerlas entrar en su no sea la misma que en los dias de su pujan-
cauce hasta que llega el momento en que la za y gloria. Ademas, que no bastan treinta
Providencia dice: basta. añospara que un pueblodecaiga; v no data


¿Hallarse podrá la razon de semejante de mas antiguo la época en que el español
anomalía en algun vicio de carácter del. pue- se mostró el mastenaz, el masosadov brio-
blo .español? ¿Carecemos pür ventura de so del mundo. ]\'0 es pues el carácter"espa-
energía? ¿Se perdieron quizás las grandes ñol la causa de la mezquindad de nuestra
calidades conque se inmortalizaron nuestros revolucion; no dimana de ahí, el que inme-
mayores? ¿Será que la patria de losGonza- diatamente despues de un movimiento colo-
los de Córdoba, de los Cisneros, de los sal, todo se disminuyera y achicara;Ia ver-
Corteses, no conserve su antigua fecundi- dadera causa está en la impopularidad.deto-
dad, que haya sido tocada de esterilidad do lo intentado por la revolucion s :en que la
ignominiosa? ¿seráque el solno brille sobre inmensa mayoría no ha figurado en esas mi-
nosotros ron la misma luz que resplandecie- serables escenas, donde se ha querido pa-
ra allá en felices tiempos cuando no se ponía rodiar lo aeonteeido en otros paises.
sobreel imperio español? ¿Será que indigna La revolucion para ser tal, debe arrancar
prole de aquellos ínclitos varon~s que a.so~~ del mismo pueblo; de él y solo de él puede
hraron el mundo con la fama de sus hCFOl- sacar su.fu&rza~ porquela revolucion se ha-
cas hazañas, no corra por nuestras venas ce para destruir lo existente, para desposeer
la hidalga sangre que derramadaen Europa, al que está en posesion, para arrebatar las
en Africa y en América, engastaba en la riendas de·la sociedad de mano de algunas
diadema de los monarcas españoles, perlas clases, para apoderarse de ciertas ventajas
de inestimable valor, y franqueaba á la ci- que ellas disfrutan, ó principalmente, ó con
vilizacion europea los anchos derroteros entera esclusion de las demas; y por lo mis-8 .




-74-
l»t) se halla precisada á luchar con institu-! za si noconojeriza, por temor de que seauna
sioues arraigadas, con intereses robustos, bandera en cuyo alrededor se agrupen los
que sintiendo .el peligro se coligan para. de- enemigos de las ideas é instituciones que le
fenderse; V aSI no puedeprometerse el triun- son mas caras? Esta era la situacion de los
fo, ni comenzar siquiera.con imponente em- hombres que se empeñaron en inocularnos
bestida, á no tener de su parte el pueblo, las ideas revolucionarias; se sentían flacos;
á no disponer de ese irresistible ariete, cu- minado el terreno que pisaban, veian por·do
vo tremendo golpe derriba en un instante quiera muchos y poderosos adversarios; sa-
los mas firmes baluartes. En no siendo asi, bian muy bienque la popularidad era en sus
hay una serie de conspiraciones, pero no una lahíos una palabra vana; ellos mismos con-
verdadera revolucion; hay motines, insur- fesaban que eran necesarias nuevas genera-
recciones , guerra civil; pero no la revolu- ciones para que pudiesen popularizarse en
cion verdadera, no aquella revolucion que España las ideasporellos propaladas ; y así,
arroja la oleada popular sobre cuanto existe ora caian en el desaliento, oraen la exaltacion
y lo hace desaparecer. de un ánimo exasperado; ora se limitaban á


Aplicad estas reflexiones á nuestra histo- pasosdisimulados encubriendo sus designios
ria, y ved si no oomprendeis las indicadas con paliativos, ora se abandonaban á la exa-
anomalías. ~ecordad la gloriosa época de que ' geracion, nacida de ladificultad en vencerla
hemos hablado, y conocereis que desde en- resistencia; echando en cara al mismo pue-
toncesno ha existido un movimiento verda- blo la ignorancia de sus propios intereses,
deramente nacional: milveces se ha emplea- porque no queriaaquella imaginaria felicidad
do este nombre, pero otras tantas al través que ellos se obstinaban en proporcionarle.
de un velo masó menos opaco, se han tras- La revolución propiamente dicha, nunca
lucido las intrigasde lospartidos, de las pan- ha tenido en España al pueblo de su parte:
dillas ó de las personas. Asi no se han visto á no ser que por pueblo se entiendan algu-
entre nosotros grandes hombres acaudillando nas docenas de gritadores que aplaudían ó
lo que se ha llamado revolucion; porque desaprobaban en las tribunas de Cádiz en
no surgen grandes caudillos donde no hay tiempo de las Córtes estraordinarias, ó los
grandes ejércitos que capitanear; á los mo- que acompañaban el retrato de Riego por las
tines les bastan algunos gefes turbulentos; calles de Madrid, ó los que insultaban á las
al bullicio remedador del clamoreo popular, reinas en su palacio, cuando los sucesos de
le bastan adocenados tribunos á propósito la Granja. Esta impopularidad de la revo-
para vulgares peroratas; hombres como Mi- lucion española, ha sido la causade su este-
raheau necesitan una asamblea constituyen- rilidad inconcebible; de. ahí dimanó que se
te; hombres como Washington han menester desaprovechase el alzamiento de 1808 y la
á sus espaldas una nacion entera sobre las victona que fue su resultado; de ahí pro-
armas. vino que desde 1814 entrásemos en la car-


Notadlo bien, en ciertos puntos de la Pe- rera de las reacciones; y que en lo sucesivo
nmsula , en las varias épocas de nuestros no se hayapodido plantear un gobierno ver-
disturbios, se han hecho insurrecciones ver- daderamente nacional. que sintiendo su1'1'0-
daderamente populares; pues bien, alli no pia fuerza se dedicase con ahinco á labrar
han faltado caudillos: el movimiento de Na- la prosperidad pública.
v-arra y provincias vascongadas, se perso- De ahí ha dimanado tambien el que las
niñeó en Zumalacárregui. l.Creis que si la reacciones hayan sido muy violentas, mas
revolucion hubiese sidopopular en España, eficaces que en otros paises, alcanzando á
habria atravesado tantos años, sin darse un destruir de un golpe larga serie de hechos
gefe digno de ella? ¿Creeis que ciertos hom- consumados, y á restablecer las cosas en el
bres quehan descollado mas ó menos, no estadoque tenian antes de los vaivenes de
se habrían presentado con mayores dimen- la revoluciono Culpase á veces este sistema
siones, 00 se habrianagrandado, inspirados observado en España; y no se advierte que
porel aliento nacional?Pero ¿qué ha de ser mas bien que sistema eraun resultado natu-


·de quien invoca al pueblo sabiendo de ante- ral de la disposicion de los ánimos, y de la
mano que el pueblo le aborrece l de quien fuerza con que se sentían los vencedores.
apellida libertad, brindando con este nom- En España, como en todas las naciones
bre aun puehlo que. la miracon desconfian- del mundo, el partido que ha derrocado


.,-," .•




,.,,.
- lo~


V iojuzgado a su adversario con la fuer-
ia de las armas, tiende á borrar el ras-
tro de la dominacion aborrecida, 'á estirpar
todo cuanto pudiera favorecerla en adelante,
V á rodearse de los intereses antiguos y uue-
vos que aseguren la duracion del triunfo.
Lo que otras veces ha sucedido en las varias
reacciones, no seria dable repetirlo ahora;
¿v por qué" porque la revolucion se ha es-
tendido mas, porque ha tenido mas tiempo
para asegurar su obra. Los hechos consuma-
dos no se respetan si ellos no son bastante
fuertes para hacerse respetar; que si lo son,
la necesidad se apellida generosidad, y el
miedo, indulgencia prudente.


Para que una revolucion pueda llamarse
nacional, no pretendemos que tenga en su
favorel votode la totalidad de los individuos,
ni aun de las clases; sabemos que esto es
poco menos que imposible, á no ser que se
trate deindependenci.a ; ':f aun entonces de-
be suponerse que no ha precedido nada con
que pueda bastardear el acontecimiento. Pe~
ro cuando menos es indispensable que una
parte considerable de la nacion esté prepa>-
rada en el sentido revolucionario, y que en
pos de las cabezas ardientes é innovadoras,
vaya una respetable masa popular que les
pueda servir como de brazo. Si las ideas es-
tan limitadas á espacio reducido, si no han
tenido mediosó tiempo para propagarse en-
tre el pueblo, no formaránmas que una es-
cuela tiloso/ka, la cual entregada á sus solos
recursospodrá urdir intrigas, promovercons-
piraciones, escitar disturbios, pero no levan-
tará esas grandes tempestades que apellida-
mos revoluciones.


Tampoco pretendemos que tamaños acon-
tecimientoshayan de andar siempre guiados
por una idea fija, marchando á un término
único v determinado; al contrario, de esta
suerte'se les quitaria tal vez una gran parte
de su fuerza, se abatiera su vuelo, se que-
brantara su energía. Se necésitan sí, en una
sociedad vieja poderosos elementos de dis-
cordia , de agitacion; principios disolventes
que rompan los lazos y debiliten todas las
instituciones existentes; se necesitan ideas
nuevas, seductoras, que hagan fermentar
las cahezas, que inflamen los corazones, que
deslumhrenconla perspectiva de un brillante
porvenir: porvenir, si se quiere, incierto,
vago, Iluctuante, como un hermoso grupo
en la estremidad del horizonte; pero que por
lo mismo es mas hechicero, ejerce un influjo


mas decídido , atrayendo con tanta mas
fuerza, cuanto no puede sujetarse al examen
de la severa razono


En la revolucion inglesa no habia cierta-
mente unidad de pensamiento, y en la va-
riedad de fases que presentó en su curso,
y en la resistencia que le salió al paso, bien
se deja conocer la muchedumbre de cansas
que se combinaban para producir aquella
serie de catástrofes que afligieron á la Gran
Bretaña; pero menester es'confesar , que en
aquella infinidad de tendencias que dificil-
mente pueden clasificarse, y mucho menos
reducirse á un solo punto, ni en su orígen
ni en;su fin , descuella el fanatismo religioso,
arrollándolo todo, dominándolo todo, infla-
mándolo todo. La interpretacion de la sagra-
da Escritura, encomendada al espíritu pri-
vado, la difusion de la Bibliaentre las clases
ignorantes yde pasiones enérgicas, produ-
jo una muchedumbre de fanáticos que des-
carriados por doctrinas estravagantes y em-
briagados de un orgullo feroz, cayeron en
el mas inaudito frenesí. La revolucion tendia
á derrocar la dignidad real, y se apoyaha en
aquella inmensa turba de insensatos que lla-
maban á los reyes, delegados de la prostitu-
ta de Babilonia. La revolucion tendia á der-
ribar los restos de la gerarquía eclesiástica,
respetados por el cisma antiguo; y sostenía-
se con exaltacion que era conveniente abolir
el sacerdocio, porque los sacerdotes eran los
servidores de Satanás. La revoíacion tendía
á nivelar, y no consentia ni siquiera la des-
igualdad de la ciencia; V con un sacrílego
abuso de la sagrada Escritura, se condena-
ba la ciencia como invencion pagana, y las
universidades como planteles de impiedad.
La revolución no señalaba á punto fijo don-
de se hallaba el bien, pero designaba todo
lo existente romo un mal; no tenia, porque
le era imposible, un pensamiento reparador,


I
pero sí un terrible instinto destructor. Este
instinto había trastornado las cabezas de mu-
chísimos sectarios; y si bien no estaba con
ellos la totalidad del pueblo inglés, eran no
obstante en tan crecido número, que ayuda-
dos de su ardor·r vehemencia, podian re-
presentar por un tiempo bastante largo el vo-
to de la mayoría de los ingleses; sobre todo
estribando en p,rincipios gen~ralmente adop- ~~',0
tados en el pms desdeel cisma de E~r~/~:","~,,/.
que VIU, y no haciendo mas{IHe sacar. .-',:,!':\
consecuencias de lo que un siglo ant 'se.;' ,".: ;...'"~
estableciera como inconcuso. Asi CroQÍw~r . '.'\"


¡--- ". #


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\~~,




-76 -
exaltando este fanatismo venderezándole há-
bilmente al blanco de sus miras, marchaba á
la dictadura por el camino de la popularidad.


La revolucion francesa alcanzó dimensio-
nes tan colosales y produjo tan inmensas con-
secuencias i porque se apoyó tambien en el
pueblo, porque las doctrinas filosóficas ha-
hian hecho grandes estragos durante un si-
glo ,porque las instituciones antiguas esta-
han ya minadas por su hase, porque antes
de consumarse la revolucionen los hechos
se había consumado en las ideas'. Los com-
bustihlesestaban amontonados, solo faltaba
una chispa para que el fuego prendiese. Con-
templad la asamblea popular en los primeros
momentos de su existencia, y desde luego
veréis la asamblea que ha de constituirse in-
dependiente de los nobles, del clero y del
trono; que ha de absorber todos los poderes,
concentrarlos .en su senoa.origírse en sobe-
rana, dando por el momento la Ity á la Fran-
cia y abriendo la puerta á la Convencion.
Alli, sin rellexionar, descubrireis instintiva-
mente la línea divisoria de lo pasado y de lo
futuro, el principio. de una era enteramente
nueva, el fruto de la filosofía del siglo décimo-
octavo '. el gérmcn de los elementos que se
combinarán en la sociedad del siglo décimo-
nono. Cuando Luis XVI, despuesde la con-
vocacion de los estados generales, se halló
frente á frente. con la revolucion, terrible-
mentepersonificada en Mirabeau, no era por
cierto la totalidad del pueblo francés laque
inspiraba, ysostenia ·la fulminante elocuencia
delvebementeorador ; algunas clases' esta-
ban muy lejos de simpatizarcon las tenden-
cias de la asamblea, y de,aplaudir la escena
del trinquete ; una muchedumbre de hom-
hres pertenecientes ft todos los rangos socia-


.Ies, deseahan sinceramente la conservación
de la monarquía con todo su aparato y es-
pleudor , con toda la fuerza é independencia
necesarias para ejercer sus elevadas fun-
ciones en provecho de los pueblos; pero no
puede negarse que las .doctrinas filosó-
ficas, enemigas de todo lo que á la sa-
zon existía, habian ganado mucho terreno,
que se hahian asegurado la dominacion con
numerosas conquistas , que se habian des-


.lizado aun en medio de aquellas clases que
mas debían aborrecerlas, siquiera por inte-
rés propio; no puede negarse que la masa
itill.puehlo estaba' conmovida y enardecida,


'(fUe fermentaban en ella de un modo visible
las:formidables pasiones que tan horrible-


mente se deseuvolvíeron y manifestaron. en
los años inmediatos; y tampoco puede po-
nerse en duda, que aun aquellos mismos
que odiaban sinceramente la revolucion, en
lo que tenia de irreligioso y antimonárquico,
estaban exasperados contra los abusos, de-
seaban ardientemente su enmienda y estir-
pacion , y se inclinaban con demasiada {a-
cilidad á mirar las cuerdas amonestaciones
del buen sentido, cual pérfida sugestión de
las intrigas cortesanas. No conocian la revo-
lucion, no habian visto sus escesos , no los
imaginaban posibles siquiera; no pensaban
que el lodo y 'la sangre viniesen tan pronto
á manchar las tablas donde se oonsjgnaran-
los derechos del pueblo, y que el puñal de
los jacobinos desgarrara á un tiempo mil y
mil pechos inocentes, é hiciera trizas la ban-
dera de la lihertad. Los ánimos estaban em-
briagados de entusiasmo, y el entusiasmo lle-
vaba en sus brazos á su hija mas hermosa,
la esperanza. No querían muchos la revolu-
cion sanguinaria y cruel; pero sí una refor-
ma firme y radical; y en épocas tan tormcn-


I tosas, la revolucion viene en pos de la re-


I
forma, de la una á la otra no hay mas que
un. paso: quien proclame con voz muy alta
.lareforma ,estad seguros de que ó no cono-
ce el terreno que pisa, o habla de mala fé,
no osando apellidar la revolucion con su ver-
dadero nombre. Por estas razones vemos
que una vez dado el primer impulso, la na-
cion francesa ·10 sigue; los bramidos de la
tempestad recuerdan á cada paso el naufra-
gio-inminente, pero la nave se ha hecho á la
vela; la tripulacíon, palideciendo quizás á la
vista del peligro, se arroja sin embargo á él;
se esfuerza en mostrar serena la frente, y
se somete dócil al imperio de los que mas ar-
dientes y osados dirigen la maniobra, de-
safiando intrépidos el furor de la borrasca.


¿,Qué puntos de semejanza tiene nuestra
revolucion con la francesa? ¿Cómo ha sido
posible compararlas siquiera? Hubo es ver-
dad, hubo entre nosotros un sacudimiento
nacional: lo hemos dicho y lo repetimos; pe-
ro cabalmente fue por motivos y fines dia-
metralmente opuestos al de Francia. Allí el
pueblo se levantó contra lo antiguo, aquí el.
pueblo se alzó en su favor; allí el pueblo pe-
leó contra la Religion y el trono, aquí por
la Religion y por el Rey; allí la nobleza yel
clero cayeron al primer empuje, y sus miem-
bros dispersos se vieron confundidos con la


I clase popular, y arrastrados por el torrente




- 77-
revolucionario , ó forzados á contemplar los
infortunios de su patria desde un pais es-
trangero; aquí el clero y la nobleza figuraban
en las juntas, en las bandas de, los insur-
gentes, en los ejércitos, y formando con el
pueblo un todo compacto, no dejaban de
conservar las prerogativas y consideraciones
que disfrutaban en la antigua organizacion
de la monarquía. El levantamiento contra
los franceses fue nacional, la revolucion no:
por esto la revolucion fue tan mezquina, co-
mo el levantamiento fue grande. El alza-
miento de la nacion francesa no tuvo por
motivo la invasiónde un ejército usurpador,
ni por objeto la conservacion de la indepen-
dencia; mas ó menos esplícitameute , mas ó
menos decididamente, se encaminaba á re-
formar abusos verdaderos ó imaginarios, y
á cercenar al trono sus facultades, desterran-
do de las regiones del poder la 'influencia
cortesana y reemplazándola .con la interven-
cion popular. El blanco fue uno, el camino
que se emprendió fue el mismo, pero estu-
vo la diferencia en que unos querian ir mas
allá, y otros quedarse mas acá; pero la uni-
dad de la direccion , la coalicion de todas las
fuerzas en el primer instante del movimien-
to, le dié á este una velocidad que no fue
posible contener; todo cuanto halló en el ca-
mino lo destrozó, lo anonadó, siguiendo su
estrepitosa carrera, hasta que fue á sepul-
tarse enel abismo señalado por el dedo de
la Providencia.


Comparad la revolucion francesa con la
española, atended al origen de ambas, lijad
la vista en sus respectivos objetos, y desde
luego comprendereisporqué los hechos que
fueron colosales mas allá del Pirineo, horri-
blemente sublimes en medio de su espanto-
sa criminalidad, se han convertido entre
nosotros en miserables parodias, en aconte-
cimientos que fueran ridículos á no ser tan
desastrosas sus consecuencias. Tambien hu-
bo en. España un alzamiento, también un
entusiasmo nacional; tamhien recorrió de un
estremo á otro de nuestra patria la chispa
eléctrica que encendió en todos los corazo-
nes un fuego santo; tambien hubo el des-
prendimiento, la fraternidad, el heroísmo
con su desprecio de la vida, con su infatiga-
ble perseverancia, con su sufrimiento de to-
das las privaciones y fatigas, con su espe-
ranza que no pudieran disipar los mayores
reveses, con su presencia de ánimo que no
pudiera 'arredrar el aparato de las fuerzas


mas imponentes ; también hubo por tan-
to ese ímpetu arrollador que supera todos los
obstáculos, que quebranta todas las resis-
tencias, que se burla de todos los azares,
que por necesidad, •por indeclinable necesi-
dad, vence y triunfa. La; llamarada del en-
tusiasmo español hizo eclipsada estrella de
Napoleón ; la sangre de los patriotas muer-
tus en las calles de Madrid ,ó. inhumana-
mente arcabuceados en el Prado, fue ven-
gada desde luego en los campos de Bailen;
así como la aleve invasión del ejército frau-
cés , fue vengada con la invasion de los ejér-
citos españoles acampando victoriosos en el
mediodía de la Francia.


Mientras esto se verifica con el auxilio de
gigantescas hazañas, aparece entre nosotros
ese raquítico ser que se ha querido llamar
revoluciono ¿Deseais eanocerla? atended-lo
quehace ella Y,lo que hace el pueblo espa-
ñol. El pueblo español. oombatepor la mo-
narquía, y ella establece la mas lata demo-
cracia.r.el pueblo español combate.por la Re"
ligion , y ella introduce.eatre. nosotros la
escuela deVoltaire ;-el pueblo español está
ciego de venganza contra todo.ro fraacés ,y
ella proclama y establece una censtitueiou,
copia literal de otra francesa. ¿Qué estraño,
pues, que la generalidad de los espailOles
mirase con indiferencia, y hasta con alegría,
que el monarca restaurado reasumiese toda
la autoridad de sus mayores, y que mientras
las bayonetas dispersaban la asamblea po....
pular, el pueblo desunciese los caballos v
tirase del coche de su Rey? . •


Si la revolucion hubiera sido verdadera-
mente nacional, si hubiese participado en
algo de la briosa valentía del primer alza-
miento, ¿ creeis que la defeccion de Un ejér-
cito hubiera bastado á trastornar tan radical-
mente las Instituciones, pasando de la mas
lata democracia á la monarquía.mas absoluta?
A la sazón acababan de ser arrojados de
nuestro suelo ejércitos no menos numerosos
y aguerridos; y elpueblo español que á ven-
cerlos contribuyó. mucho mas que los ejérci-


1 tos nacionales;' hubiera arrollado tambien á
estos , si hubiesen' tenido la osadía de de-
clararse contra su voluntad.


y cuenta qneal emitir estas observacio-
nes no intentamos defender los desaciertos
del gobierno de aquella época, ni escusar la
infructuosa persecucioná que se arrojó con
tanta ceguera. Estamos convencidos de que
se desaprovechó entonces unaocasionopor-




- 78-
tunlsima ide fundar un gobierno nacional, No l no dimanaton nuestros males de que
cerrar el cráter de .las revoluciones, quitar las instituciones democráticas y la filosofía
pretestos á insurrecciones y disturbios l y enciclopédica no se arraigaran en nuestro
prevenir los calamitosos' vaivenes que nos suelo; no provinieron de la caida de un sis-
han afligido , y nos afligen todavia , y que tema que á no perecer de mano airada, dehia
solo Dios. sabe' cuando acabarán. Pero reco- por necesidad morir de consuncion ; no tu-
nociendo la ceguedad de los unos, no se nos . vieron su origen en que desapareciera lo
oculta la de los otros; bien q.ue es menester [ que en todas partes ha desaparecido, luego.
observar l que la provocacion dimanó de las de fundado, lo que en ningun país de Euro-
ideas revolucionarias , de las tentativas de pa ha podido prosperar; la causa fue que en
plantear entre nosotros los principios cuyas las ocasiones oportunas carecimos de horn-
consecuencias habian sido rechazadas y ven- hres que conocieran la nacion española y el
cidas en el campo debata!la: y.si los hom- siglo en que vivíamos; que el monarca edu-
bres de- estado pudiesen alegar por escusael cado en la corte de Cárlos IV, Y llevado en
ardor de las pasionesy legitimar sus yerros seguida cautivo á tierra estrangera, no com-
atribuyéndolos á deseo de venganza, bien prendió jamás su posicion , no alcanzó á
pudiera decirse que toda la culpa estuvo de convencerse de toda su fuerza,' se colocó al
parte de la. revolucion ; r que á .ella deben frente de los part!dos en yez de colocar.se al
imputarse todos nuestros infortunios. frente de la nacron ; y sm un pensamiento
• Los partidarios de las doctrinas del año 42 vigoroso de gobierno, 'participando de aque-


sostienen-que la causa de nuestras intermi- lla flojedad que se ha hecho entre nosotros
nables calamidades, ha sido el que las ideas hereditaria, entregóse á la corrientedq los
por ellos importadas no siguiesen su curso, sucesos, contentándose con abatir la revo-
afianzándose 'el nuevo órden de.eosas creado lucion, sin precaverse contra ella en lo ve-
por laí,Córtes estraordinarias, y propagando- nidero.
se entre-el pueblo las ideas de la filosofía del ¿ Qué pensaremos de un gobierno que
siglo XVUl; de suerte, que aquella escuela despues de un triunfo tan completo como el
de suyo tan impotente para. crear nada, has- del año i t se duerme de tal manera, que
ta en aquellos paises donde hallaba mas fa- trascurridos seis años , basta una insurreo-
vorables elementos, debíaser fecunda entre cion militar para derrocarle y para restable-
nosotros, que con ligeras modificaciones nos cer lo que antes cayera con. universal aplau-
ateniamos aun, á la organizacion social y po- so de los pueblos? Hubo una conspiracion,
litica del tiempo de Felipe Il. Muy apasiona- pero ¿por qué no se la desconcertó? Hubo una
dos por un sistema han debido de estar los insurreccion militar, ¿,perocómo no fue posi-
que llegaron al punto de no ver lo que esta- ble sofocarla antes que llegase á señorearse
ha pasando delante de sus ojos, lo que se del centro del gobierno? Los pueblos estaban
mostraba tan claro v evidente. «¡Oh! decis, u indiferentes y frios; pero ¿quién habia sem-
este pueblo ha sido fanático, no ha com- I brado esa frialdad é indiferencia? Se violentó
prendido sus intereses; brindado con la li- la voluntad del monarca, hallóseforzado á ju-
bertad , ha preferido la esclavitud, y tan . rar , y su juramento impuso silencio á la na-
pronto como ha podido recobrarla, ha bai- cion, y produjo aquella aquiescencia que no
lado al son de sus cadenas y las ha contem- cesó hasta que la hicieron imposible los des-
plado con alborozo, cual si acabase de obte- aciertos de los vencedores; pero el monarca
ner el mas rico presente.» Pero ¿no adver- que había firmado el decreto de Valencia
tis que con estas palabras pronunciais mientras le apoyaban las bayonetas, debia
vuestra condenacion mas terminante? ¿ No tener bastante valor para hacer frente á las
conoceis que aun cuando la libertad y dicha mismas bayonetas; porque los juramentos
de que hablabais al pueblo español hubieran no son una palabra vana, ni para los parti-
sido una realidad, no podian serlo para' un culares , ni para los reyes; todo funcionario
pueblo que no las queria ? ¿ Qué mayor des- debe, si necesario fuere, sacrificar su propia


. propósitoque empeñaros en dar la libertad vida en cumplimiento de sus obligaciones, y
á' un pueblo que segun vosotros mismos no I con mucha mas razon un rey debe saber
la comprendia, y forzarle á aceptar una di- morir.
cha que él rechazaba, mirándola como terri- Asi como no adulamos á las revoluciones,
bledesventura. tampoco lisonjeamos á los reyes; que la ti-




- 79-
sonjaes un perfume emponzoñado que mata 11 el pueblo la conociese, la viese consignada
con tanta mas seguridad cuanto la víctima i en algun acto heróico , aquel dia se levan-
se imagina respiraren un purísimo ambiente. taria como un solo hombre para escudarla
Por desgracia se va introduciendo en nuestro contra la violencia de los opresores.
suelo la pésima costumbre de pasar alterna- La firmeza de. carácter, es una de las pri-
tivamente de las mas rastreras adulaciones, , meras calidades del soberano: la falla de ta-
á los insultos mas groseros; y el poder se i lentos pueden suplirla las luces de los con-
encuentra á menudo incierto, indeciso, en- I sejeros , para cuya eleccion bastan la discre-
tre la verdad y la mentira, sin que le sea cion y el tino; pero un carácter débil es un
dado distinguir la verdadera opinion pública defecto que en circunstancias. críticas, es
desfigurada por las mas lamentables exage- manantial segurodeeonsecuenciasdesastro-
raciones. sas y un vacío que con nada se puede llenar.


Es necesario decirlo en alta voz para que En la deplorable facilidad que se ha adquirí-
no se olvide en las vicisitudes que segun do en España de cambiar de gobiernos y sis-
todas las apariencias estamos condenados á temas, como si se tratase de las decoracio-
sufrir; el dia en que los reyes sepan cum- nes de un teatro, es mucho mas necesaria
plir con su deber, aquel dia termmarán las esa inestimable prenda, que seria, á no du-
revoluciones; el dia en que un motín después darlo, uno de los principales favores que
de arrolladas ó sobornadas las guardias se podria dispensar la Providencia á esta nacion
encuentre cara á cara con la persona del desventurada. Y téngase presente que la fir-
monarca, que sepa decir: «no firmo, no juro, meza de carácter no es sinónima de arbitra-
ahí está mi cabeza, tomadla si quereis.. riedad ni despotismo; al contrario, un ca-
aquel día los motines quedarán vencidos rácter débil es inclinado á estos vicios, por
para siempre. la misma razon que la crueldad suele ser la


Cuando las revoluciones se sienten pode- inseparable compañera de la cobardía.
rosas, porque son verdaderamente populares, Hemos buscado la principal causa de la
llegan á veces hasta el estremo de atreverse esterilidad de la revolucion española, y la
contra la persona del monarca; pero ai aun hemos encontrado en la impopularidad que la
ent?nces lo ver~fican sino despues de una acompañó en su origen y que no la ha deja-
série de eoncesiones , en que el trono ha do en su carrera; ahora adolece de otro mal
perdidosu prestigio , en que se ha humilla- que aumenta si cabe esa esterilidad: el des-
do, en que se ha .convertido en instrumento crédito. ¡,Quién conserva ilusiones? ¿A quién
de la misma revolucion: la cabeza del infor- engañan vanas palabras? ¿en la sociedad, en
tunado Luis XVI cayó en la guillotina, pero la tribuna, en la prensa, no vemos crecer
fue despues de haber sustituido á la diade- cada dia este desengaño que llega ya á un
ma de Luis XlV el gorro de la libertad. punto, que años atrás no hubiera parecido
Cuando la revolución es impotente, cuando posible? .
sabe que es indigna de este nombre y que Nebuloso como está el porvenir de la na-
no es mas que una miserable asonada, ó una cion, incierta y azarosa la suerte que le está
insurreccica militar, en tal caso, no lo du- destinada, confiamos sin embargo en que la
deis, no aceptará nunca la cabeza del monar- combatida nave saldrá á puerto despues.de
ca: sabe que á las puertas del palacio está el la recia tormenta; y si no, nosengañamos,
verdade.ro pueble , y que le había de ser fu- este desengaño que tan visiblemente va cun-
nestaIa perpetración del horrendo crimen. diendo y que cundirá cada dia lJl3S, es una


Esta verdad adquiere-una fuerza inmensa de las mas evidentes señales que anuncian
tratándose del pueblo español, donde el sen- tiempos mas felices. Ni los miramos tan pró-
tirniento monárquico prevalece tan vigoroso, ximoscomo algnnos esperan, ni tan impo-
á pesar de todas las .revueltas. Eldespotis- sibles como otros presagian; el hombre sabe
.mo ministerial es odiado, detestado en Es- algo mientras se habla del dia de ayer, pero
pafia; pero el monarca es querido é idolatra- nada sabe del dia de mañana : los acontecí-
Jo: las arbitrariedades de los mandarines mientos del porvenir estánen los arcanos de
encuentran resistencia por do quiera; cuan- laProvidencia.
do no sean rechazados por la fuerza, son 11 ,Como quiera, DO serán perdidas para la
desobedecidos con desprecio: pero la volun- generacion venidera las severas lecciones
tad del monarca es acatada; y el dia en que ,1 que ha recibido la actual; si se nos dice' que




......... 80-
,,1 menos en esto la revoluoionno habrá sido
estéril, lo confesaremos ; pero añadiendo
que la mas tremenda prueba de su esterili-
dad, es el no haber alcanzado á producir
otra cosa que: tll resultado necesario de los
grandes malesrel escarmiento.


Publicado en Ilarceleua en in Ilevlsta tiiuluda Lá Sociedad, el L<> lit:'
marzo de 1843.


Sobre: la negrura de la atmósferatempes-
tuosa donde retumba el trueno !lÍerpea el
rayo, hay una reglen serena y apacible, ilu-
.minada por los resplandores del' astro' 4fl1
dia: asj.gobre la pohtica de laspasioo.es flslÍ!
la política de'·la razon; sobre tos intereses
particuleres y de momento, los generales y
duraderos, sobre la insidiosa malia· fu, el eaa-
'dor de la sincera verdad. La' voz de' esta,
apenasseeye en Españahaceyalargosaños;
lo mismo que pasa á nuestros 6~S no nos es
permitido verlo como es en sí; se ponderan
y exageran sin mesura el bien como. el mal;
este desventurado país se ha convertido en
sangrienta liza donde se pelea sin- piedad,
ora echmtdo mano de la fuerza, 01'1' tendien-
do malignas asechanzas; Los combatientes
estaninteresados en desfigurar la situacion
propia yla de-sus adversarios; á propósito
levantanpoteareda para ofuscarse recípro-
camenlela'vista,v oscurecer la de los es-
pectadores. ¿Quién fue capaz de formarse
ideas justas y cabales sobre el partido y la
causa de D.·Cárlos, ateniéndeseé 008 pe-
riódicos favorables á la Beine? ¿Y quién, al
contrario, pude conocer los elementos que
se'combinaron en pro- de la Hija de Fernan-
do, guiándose por la opinion de la Gaceta
de Oñate'!'En la encarnizada lucha trabada
posteriormente mitre las fracciones del par-
trdo liberal, .¿cómo será dable encontrar la
verdad en medio de tan acaloradas disputas,
de tanta gritería, baldones v denuestos?
. Pensamiento desconsolador, v que l~ es
todavía mucho mas cuandocontemplamos el
calor eseesivo que en la actualidad van to-
mandolas pasiones; sin embargo de no ha-
llarse en la arena partidos que, como es
bien sabido, cuentan en sus filas crecido
númeto de prosélitos: hablamos de los que


1I prefieren la monarquía pura, ó tal como la


l· ensayara Cea Bermudez r apellidada el des-
· potismo ilustrado, Ó tal como la deseaban
i 16s que siguieron la bandera de Don Cár-
I los. Estos dosúltimos partidos, se nos dirá,
I son insignificantes, están ya fuera de com-
· bate; son tan impoíentesj; nulos, que ni


en ellos deben pensar siquiera losque·mili-
tan bajo-las nuevas enseñas. No sostendre-
mos altercado sobre la exactitud de la 'ob-
servacioncontenida en esa réplica; baremos
notar sin embargoque los primeros encuen-
tran naturalmente simpatías en no pocos go-
biernos europeos, fundados en el mismo
principio y que se arreglan por la misma
pauta; y en cuanto á los segundos, esa im-
potencia, esa nulidad, tenían hace tres años
una espresion que algo significa: numerosas
bandas en casi todas las provincias del rei-
no, y ademas un ejército de 15,000 hom-
bres en Cataluña, otro de '20,000 en el bajo
Magon, y otro de 30,000 en el Norte.¿Asi


I
hemos perdido la memoria que no recorde-
mos al conde de España haciendo frente al


I haron de Meer, Cabrera á O'Donell, Maroto
á Espartero?


Fáltale á la España el conocimiento de la
verdad sobre sí misma ; y en las actuales
circunstancias este conocimiento le es vital.
La verdad es la vida de las sociedades; si
es ejecutada, noimporta tanto el que no sea
eonoeida ; un hombre Sano disfruta de su


1 salud sin advertirlo siquiera; pero si esaeje-
I cucion no exrste , el conocimiento es indis-
· pensable; para aplicar el remedio es nece-


sario no ignorar el mal. Cuando lassocieda-
des se gobiernan tradicionalmente l cuando
kJque en ellas prevalece no es la reflexion
y la raro», sino e) tino y el sentido co-
munque continúan conservando lo que ha-
llan establecido, emoeees pueden pasar sin
esplícito conoeinuente de la verdaderasitua-
cion yde las condiciones de su existencia;
cUlll'ldodestmido lo antiguoes menester edi-
fiearde nuevo, cuandolas leyes secundarias
y hasta la fnndamentalse han cambiado ra-
dicalmente, cuando ni unas ni otras porper-
fectas que se supongan, no tienen sin em-
bargo la ventaja de haber pasado poi' el
crisol del tiempo, entoncesse han condenado
ellas mismas á una vidade continua ret1exion
sobre sí propias, como el hombreque aban-
dona el modesto patrimonio de sus padres,
para andar con atrevidas especulaciones en
busca de mejor fortuna.




- 8i -
Bonald ha dicho: «despues de la revolu- Iy verdadera. y ejerceaceion mas'eñcaz y da-


»cion francesa le falta á la Europa otro es- ñosa,cuando se es resa porel clarin delcom-
»carmiento ; desgraciado el pueblo destina- bate y el estampi:fo del cañon, que cuando
»do á dárselo.» Este ha sido la España; asi se desahoga en gritos amenazadores ó mur-
el pueblo mas monárquico de Europa espia mura con exigente descontento? ¿Os que~
mas cruelmente los esceso~ de la dernocra- jais de qu~ falta la nacionalidad? ¿Cuándo
cía. ¿: Qué interés han podido tener los mo- la ha habido desde 1833? ¿ Qué persona,
narcas del Norte en contemplar con tamaña qué partido desde aquella época pudieron
frialdad nuestros infortunios 'r Quizás el de decir con verdad: la nacion soy yo? Os la-
escarmentar á sus súbditos con el ejemplo mentais de que las cuestiones de interés ge-
de nuestra desventura. La revolucion Iran- neral se resuelven con miras de conserva-
cesa podia ser temible; la nuestra no: alli cion en el poder, y que por lo mismo se de-
era Ores tes agitado por las furias, hlandieu- grada nuestra dignidad; pero creeis que
do á diestra y á siniestra el puñal ·parrici- esta política sea del todo nueva? ¿ pensais
da; aquí es un hombre que pálido y con- que se verifica otra cosa que la exagera-
vulso se agita entre agudos dolores despues cion de un principio, y que lo que estamos
que le han propinado el tósigo funesto. Este presenciando es mas que el término de una
ejemplo no es contagioso: los espartanos degeneración comenzada mucho antes? Go-
haoianembriagar á un esclavo, y lo espo- biernos anteriores entraron en senderos pe-
nian á la vista de sus hijos para hacerles co- ligrosos , en pendientes rápidas; principió
hrar horror ala embriaguez. el descenso, y la velocidad de los cuerpos


En los bandos que se disputan la arena que bajan aumenta sin cesar. Perdiéronse
hay hombres distinguidos: ¿quién lo duda? de vista los verdaderos principios de gobier-
los hay de buena fe; ¿ quién lo niega? pero no, se adulteraron; y los gobiernos que se
que son impotentes, ¿.quién no lo palpa? Se han sucedido han continuado degenerando:
achacan unos á otros la culpa, se echan en que en tiempo de revolucion se verifica de
cara flaquezas, imprevision, mala voluntad, ellos muy rápidamente el mox tlaturos pro-
y hasta traicion y alevosía. Vencieron, y no geniem oiiiosiorem: de nosotros saldrán hí-
disfrutan de la victoria; en el festin del jos peores.
triunfo hallaron el lecho de tormento. Alli A nadie designamos; no culpamos á na-
yacen ellos: con ellos la nacion. die: solo hacemos notar el encadenamiento
• ¿Dónde está esa felicidad que tan pom- I de los hechos, tales como nos los ofrece la
posamente prometierais? «Mediaron, direis, 1 misma esperieucia. Compadecémonos de la
obstáculos insuperables ;» pero, bien podre- suerte de los hombres que con leales inten-
mas replicar á los unos, l.por qué los creas- ciones hayan tenido que. hacer frente á cir-
teis? y á los otros]¿ por qué no los preve- cunstaneias terrihles , no seremos nosotros
nisteis? «Nosotros no previmos) . insistirán I quienes los juzguemos sin los debidos mira-
los primeros. «Nosotros no pudimos» afia- mientos ; pero la verdad, la inexorable ver-
dirán los segundos: sea asi, sírvaos esto dad, ¿ nos permite acaso hacer traición á
de escusa á los ojos de la posteridad, si por nuestras convicciones?
escusa queréis la ceguedad y la impotencia. Cuando la Reina Cristina, encargada del


Al notar que la nave zozobra! todos de- I gobierno ~urante la enfermedad de su ~spo­
mandan el ancora que despreciaron como so, espidió el decretode amnistía , se inau-
inútil en el momento de darse á la vela. guró la nuevaépoca , que DO ha termina-
«La ley , esclaman , la leY;jha de ser nues- do aun; en la apariencia. no era mas que
tra divisa salvadora: la ley ha dejado de una amnistía, en .la realidad .era un cambio
imperar: de aqui .dimanan nuestros males, detpolítica. Nadie necesitó esplicaciones para
solo ella podrá remediarlos.» ¿Dónde .está entender/oasi; sintióse un sacudimiento
la ley? ¿ Qué habéis hecho de ella? l.ahora,. instantáneo, vivo, corno seesperimenta en
solo ahora, advertís que la ley falta, que la el momento de recibir la accion del flúido
fuerza decide, que gobierna, que amenaza eléctrico, Cuáles dehian ser las consecuen-
señorear el porvenir, cuando hace diez cias de esta medida, no todos lo preveian,
años que campea por nuestro desventurado y menos quizás que nadie la augusta. Se-
pais? ¿Pensais que la fuerza existe tan solo ñora que la habia firmado; pero en confuso,
en los campos de batalla, y que:eR mas real instintivamente, se percibía un nuevo por-


9




-8~ ~
-vénir, "egun 'nnos , de halagüeñas esperan- r nas y sistemas , los famosos comunicados,
zas, segun otros, de tormentas v calami- las renuncias, los manifiestos, Jos pronun-
'<Jades. • ciamientos se fueron eslabonando con ter-


Con aquel decreto, y no se escandalicen rible consecuencia; el drama tocaba al fin
ciertos lectores de Jo que vamosá decir, v de una de sus principales escenas: érase
no juzguen del sentido de nuestras pala- á mediados de octubre de 1840 ; alejáhase
bras antes de haberlas leidopor entero, con tristemente de las costas de Valencia una
aquel decreto, repetimos, comenzó la po- vela que se enderezaba á playas estrange-
lítica que resuelve las cuestiones de interés ras: la angusta Señora que añosantes ahrie-
nacional en vista del interés del momento, ra las puertas de la patria á millares de pros-
y con miras de conservacion de .un poder; critos , estaba proscrita.
en la amnistía pudo tener tanta parte como ¿Dónde está la ley'? repetiremos aquí:
se quiera, la magnánima generosidad de la ¿dónde la encontrais en todos los grandes
augusta esposa de Fernando ; pero en el cambios ocurridos desde 18:33'7 Dirigid por
fondo, en los designios de los que aconse- todas partes vuestras miradas, no la descu-
jaron semejante paso, fue un contrato tá- brireis; se os mostrará su palacio, la fuerza
citocon el partido liheral: te apoyo para que guarda sus puertas; penetrad en él, la ley
me sostengas: do ni des. Asi jo entendic- está adent.ro, pero es un cuerpo exánime;
ron los amnistiados, asi lo indicaban las cir- en su nombre se practica lo que ella no di-
cunstancias , asi lo han mostrado los suce- ce: asi en nombre de un rey que espiró,
sos, El manifiesto de Cea Bermudez des- ejecutan sus caprichos los atrevidos manda-
pues de la muerte del rey, fue una tenta- rines que afectan ser instrumentos de la
tiva para rescindir el pacto; las esposicio- voluntad soberana cuando solo poseen y
nes de dos generales célebres fueron la voz ocultan el cadáver del monarca.
que reclamaba imperiosamente el cumpli- Esta es la condicion de las revoluciones:
miento de lo pactado: el Estatuto apareció. su objeto es derribar lo existente por in-


En la prensa y en la trihuna resonaron justo, sustituir unas leyes á otras leyes,
los gritos de no basta: enmayo del año 35 el unas instituciones á otras instituciones; la
autor del Estatuto se veia asaltado por los reforma lo hace por medios legales, la re-
puñales de los asesinos á las puertas del volucion por la fuerza; la influencia directa
Estamento; en agosto hahia levantamientos ó indirecta de la fuerza en la resolucion de
y juntas en muchos puntos del reino: en las cuestiones públicas , es la infaliblc señal
setiembre cae el conde de Toreno , la Rei- de que ha principiado la revoluciono Co-
na cede, el Estatuto es declarado insufi- menzado el drama, necésario es que con-
cíente ; su modificacion es prometida. A 1'0- tinúe : solo puede caber la duda sobre la
ces meses; cuando se acerca la hora del duracíon de los actos, lo terrible de las es-
cumplimiento, las consecuencias de la pro- cenas y lo trágico del desenlace.
mesa espantan; se intenta neutralizarlas; En las revoluciones se asienta por prin-
se nombra el ministerio Isturiz ; y en agos- cipio que el antiguoárde« legalesilegítimo,
to de i 836 se fuerzan las puertas del pa-I por estar en oposición con el interés del
Iacio , el motin penetra hasta la estancia pueblo que es la suprema II:Y. Mas ó menos
·de la Magestad, se publica la ConstitlIcion esplícitamente se proclama este principio,
·de i 8i 2, Yun general celebrado pocoantes cuando se entra en mi nuevo orden de co-
por la parte que le cupiera en el establecí- sas saltando por encima de las formas es-
miento de las libertades públicas, muere tablecidas ; no importa que quien dé el paso
desastrosamente á manos de aleve ingra- sea el pueblo ó el monarca, que quien hace
titud. la aplicacion sea el consejo de un rey ó una


Convócanse las Cortes constituyentes: asamblea popular. Preguntad á los cou-
concluidos sus trabajos pasa el ejército por sejeros de Cristina al publicar el Esta-
Madrid. las sillas del ministerio tiemblan al tuto , preguntad á los trihunos de las Cór-
ruido de los tambores y de las armas: des- tes constituyentes; por qué principios se
de Aravaca se le dirigc una mirada de des- dirigen"? os hablarán de las necesidades de
agrado: el ministerio cae. la época, de la precision de satisfacerlas:
" Las órdeues del ejército, las ncgociacio- los primeros os recordarán r¡uizás las anti-


aes apremiadoras, las mudanzas de perso- guas leyes funda-nr-ntales : los segundos re-




-lB-
plicarántamhienque la Constituoioude 18"'12, I una de aquellas dichosas coyunturas que'
en cuya fuerza estan reunidas, fué dada distintas veces se hall ofrecido y otras tan-
a los españoles, como una restauración de tas se hall desaprovechado, cuando no em-
las mismas leyes. El fondo de las cosas es pleado para agravar los males de la nación:
el mismo: ni siquiera se diferencian en el I no dudamos que si la Providencia le depa-
velo que las cubre; solo que en aquel caso rase á la jóven Soberana, consejeros atina-
es una Reina quieulo tiende, en el último es dos, previsores, y dotados sobre todo de
el pueblo. sana intencion y de la suficiente superiori-


Desde el momento que se ha dejadod dad para elevarse á la altura que reclama-
camino de la legalidad para seguir el de la rá lo critico de las circunstancias, no fuera
conveniencia, quedan sustituidas á la ley imposible el cerrar la sima de las revolu-
la voluntad v la discrecion del homhne , v ciones y el llevar la nacion por el buen ca-
flaquea por su hase lodo el sistema social, mino á (lue de propio impulso se abalanza;
que tiene por blanco de SIlS esfuerzos apar- pero estamos tan escarmentados, son tan-
tal' del gohierno de la sociedad en cuanto tas las esperanzas que repetidas veces se
sea posible, todo lo q.ue· sea puramente dis- han disipado, que no es estraño si al con-
crecional y arbitrario. Los acontecimientos cebirlas halagüeñas para un determinado
van entonces siguiendo su curso inevita- tiempo, OCUlTen al espírituconsideraciones
hle: el terrcnte se despeña de abismo en tristes. que vengan, no diremos á desva-
abismo , hasta que.encontrando una llanu- necerlas ,pero si á entihiarlas.
ra entra de nuevo en el hondo cauce y con- ¿Y; quién es capaz de asegurar que los su-
tinúa en su sosegada carrera. cosos se realizarán tales como algunos los


Se imaginan algunos que la mayoría de pronosticaa? ¿,Quién es capaz de decir que
la Reina allanará todas las dificultades y nuestra coeaplieadísima situacion se dcsen-
hará desaparecer cerno por encanto rodas las marañará tan tranquilamente, por solo el
complicaciones que estan.enmarañando nues- advenimiento de la mayor edad de la Reina?'
tra situacion. «Colocada, dicen ellos, en Dejemos aparte la gravísimacuestión venti-
las manos de la Reina la dirección del go-[lada ya en la prensa periódica, hagamos
bierno; libres ya de interinidades, y exentos completa abstraccion de la sitnacion entera-
del mal siempre grave de empuñar las rien- mente nueva en que por semejante suceso
das del mando.personas que solo le ejercen nos encontraríamos colocados, prescindamos
temporalmente, saldremos de una vez de de cuanto se roce con determinadas perso~
tanto desasosiego y zozobra, cesará la in- nas, y no consideremos mas que el conjun-
certidumbre, se verá mas claro el porve- tode las cosas con su complicacion , con sus
nir, y añadiéndose el casamiento de S. M. dificultades: ¿créese por ventura que tan
con a'lgun príncipe que traiga consigo ga- fácilmente abandonarán el campo de la polí-
rantías de órdeu, de paz y de conciliacion, tica las ambiciones rivales, los intereses en-
veremos cómo se reunen en rededor del contrados , pudiendo todos contar-con pude-
trono los españoles de todas las o.piniones, rosos medios de accion y de inílueucia? Di-
se echará un velo á las pasadas discordias, ficilnos pare,ce ;.y por mas grande qne sea
se afianzarán las institucionesahora vacilan- nuestra confianza en la sensatez de la na-
tes, se anudará la amistad con las potencias cion española, por mas seguros que estemos
del Norte,y ocupando de nuevo la España de la tuerza del. sentimiento monárquico en
el lugar que en Europa le corresponde, asis- España y de los admirables efectos que es-
tiremos ala apertura de una nueva era de .tú destinado á producir, todavía nos queda
prosperidad y bienandanza. la duda de que el mero hecho de llegar á los


Estamosde acuerdoen que eladvenimiento catorce años la augusta Niña, haya de traer
de la mayor edad de la Reina es un acon- consigo resultados tan decisivos v satisfac-
tecimiento feliz que no podrá menos de me- torios. •
jorar la situacion; convenimos en que la Elcasamientode la Reina es otro de lossu-
prolongaclOn de la minoría de S. M. seria cesos en que se lijan todas las miradas y eu-
una calamidad nacional cuyas fatales con- quese fundan grandes esperanzas: y nccesa-
secuencias no se pueden calcular ; opinamos rio es confesar que segun como se verifique
que entonces se presentará una escolente ese importante acontecimiento, podrá acar-
oportunidad para comenzar una nueva era, rearuos muchosbcncíicios y contribuir pode-




rosamente á desenredar la situación, condu-
ciendo los negocios á feliz desenlace. ¿Pero
cuándo se verificará ese casamiento? Con
quién? ¿Prevalecerá la política inglesa ó la
francesa? ¿Qué parte tomarán en el negocio
las potencias del Norte? ¿Hasta qué punto se
pondrán de acuerdo con la Francia, ó la In-
glaterra, ó con ambas? ¿el marido de la Rei-
na qué política ha de representar? Hé aquí
un conjunto de cuestiones todas graves, im-
portantes, vitales, y que sin embargo estan
oscuras, envueltas con cien velos ,sin que
por ahora sea dable aventurar una conjetura
con alguna probabilidad de acierto. Pocos
negocios pueden ofrecerse de mayor interés
y trascendencia para la nacion ;"pocos tan
íntima é inmediatamente enlazados con la
resolucion de los grandes problemas que mi- •
ramos pendientes; pocos sin embargo en que
la prensa periódica haya entrado menos de
lleno. Una que otra vez se han adelantado
algunas indicaciones, y hasta se han escri-
to discursos; pero considerada 'la cuestion
en todo su grandor, en su complicacion espi-
nosa ,la polémica está intacta. Ni aplaudi-
mos ni censuramos esta conducta: solo la
consignamos aquí, como un indicio de la gra-
vedad del negocio, pues que en campo de
suyo tan abierto y libre, se le trata con tal
circunspeccion y reserva.


y no se crea que esto dimane del temor
de arrostrar compromisos: otro asunto se ha
presentado, y por cierto la prensa periódica
no ha manifestado pusilanimidad: no solo no
ha tratado con timidez la cuestion , pero ni
siquiera ha querido admitirla: « esto no es
cuestionable, ha dicho, la minoría de la Rei-
na "no debe ni puede prolongarse.»


Quiera el cielo que no salgan fallidas tan-
tas esperanzas como se tienen fundadas en
aquel dia, del eualha bastado la idea de que
pudiera aplazarse, para sembrar alarma tan
viva y levantar un grito de reprobacion 1tan
unánime. Tambien participamos de ellas:
pero no nos es dado alimentarlas cual de-
searíamos, al considerar los acontecimientos
que pueden acumularse antes, los que pue-
den presentarse en los momentos críticos,
los que pueden sobrevenir despues.


Concebimos muy bien que la simple pre-
sencia de la jóven Soberana al frente del
Gobierno podrá mas para imponer respeto á
las pasiones y partidos, que la de otras per-
sonas sean cuales, fueren sus calidades; co-
nocemos.muy bien que esta faltanada puede


suplirla; pero reconociendo lo fausto del
momento en que cese la minoría de Isabel,
no alcanzamos á creer que con este día nos
haya de llegar el remedio de todos los males.
Cuando nos figuramos á la jóven Reina en
el acto de entrar en el ejercicio del mando,
parécenos ver á una tierna niña empuñando
el timon de una nave que brega con furiosa
tormenta: á sus pies se abren á cada ins-
tante los abismos del Océano; sobre su
cabeza brama la tempestad; la angustiada
niña levanta sus ojos al cielo invocando á la
Estrella de los mares; entonces unimos
nuestros ruegos á sus ruegos, y recordando
que hay un Dios amparador de la.inocencia,
tranquilízase un tanto nuestro espíritu sobre
los destinos de la augusta nieta de San Fer-
nando.


MAS SOBRE LA SITUACION DE ESPAÑA.
Publicado l'1l Barcelona en 13 l1eMaJ.'l.ode 1R:!t3.


No es muy difícil atacar las opiniones age-
nos, pero sí el sustentar las propias: por-
que la razon humana es tan débil para edifi-
car, corno formidable ariete para destruir.
Esto se verifica en todos los ramos del saber
humano, y particularmente en política; por-
que sus problemas á mas de la muchedum-
bre de datos que han menester, adolecen del
inconveniente de cambiarlos á cada paso. Por
lo mismo, si en algo cabe tolerancia, es de
seguro en política: cuándo se combate al ad-
versario, es necesario no olvidar la indulgen-
cia: pues que por nuestra parte, bien pron-
to nos veremos precisados á pedírsela. Con
estas reflexiones bastante damos á entender
cuán enemigos somos del hablador empiris-
mo, y de la panacea política; en negocios
tan árduos y espinosos, quien falla con tono
demasiado magistral, quien pretende haber
descubierto soluciones generales, llanas y
sencillas, es ó un alucinado ó un impostor.


¿Qué interés puede haber en ocultar la si-
tuacíon crítica, cornplieadtsima , muy difícil
de desenlazar, en que la Espaüa se encuen-
tra? ¿Por qué hacernos ilusiones, esperando
con escesivo candor, que el remedio de
nuestros males ha de llegar muy pronto?
¿Por qué olvidar que necesitamos poder, y




(1) La opinion sobre un punto gra,;e (Iataha de
muy atrás en el autor de estas linens : testigos
esos párralos.


- 85 -
que apenas sabernos dónde buscarlo; que estas épocas las atraviesan las naciones con
hemos menester órden , y no vemos dónde mortalespadecimientos y angustias: la inlan-
afianzarlo; que es indispensable la union no cia de los reyes es el tormento de los pue-
ficticia, no de coaliciones, sino sincera, só- hlos.
lida, durable , y que ignoramos los medios Un atinado enlace de la joven Soherana,
de conseguirla; que existe una ley funda- en que se combinasen de una manera con-
mental cuya iníraccion ha pasadoá costum- veniente el interés político y el dinástico;
bre; que es de urgente necesidad el arreglo en que acertadas negociaciones allanasen las
de los negocios eclesiásticos de acuerdo con dificultades presentes, y previniesen las que
el Sumo Pontííice; muy conveniente el esta- podrán sobrevenir: en que se realzase el
hlecer las relaciones con las potencias del prestigio del trono y se acrecentara su f~er­
Norte, y que por ahora ni de lo uno ni de lo za agrupando en su alrededor nuevos II1te-
otro existe la menor esperanza? Y todoesto, reses y simpatías; en que se cerrase el cráter
dejando aparte la formación de leyes orgáni- de las revoluciones y no se dejaran cspe-
cas, el ordenar y vigorizar la administraeion, ranzas á reacciones peligrosas y violentas,
el desembrollar ya que no es dable remediar ¿no seria un medio harto sencillo, y muy á
la hacienda, y cien y cien otros puntos se- I propósito para llenar en alguna manera el
cundarios, pero que no carecen de importan- vacío que acabamos de indicar'? Modítenlo
cia, cuando no fuera mas que por su número nuestros hombres de estado. Noolviden que
v por la confusion en que se hallan? esta es la primera incógnita que ha de ser
• El vicio radical de nuestra situacion es la despejada (1). .
falta de poder; y el orígen de esta falta es el En todas las combinaciones imaginables
no ser posible añadir de repente algunos ocurrirán gravísimos inconvenientes, obsta-
años á la tierna de edad de la augusta lluér- culosdifíciles de salvar, se columbrarán con-
lana que ocupa el trono de las Españas. Dad- secuencias masó menos desagradables; pero
le al problema todas las vueltas que quisié- téngase presente que el estado de las cosas
reis : la dificultad .está aqui. La inmensa es tal, que ya no puede tratarse de bueno
mayoría de los españoles, desea ardiente- y de mejor, sino de malo y de menos malo.
mente que los 20 meses que restan de la I En semejante conflicto, el mejor partido que
menor edad, fuesen 20 minutos; pero los' se puede tomar, es aquel en que menos se
hombres previsores desearian ademas, que sacrifique nuestra nacionalidad é indepen-
la Reina que cumplirá los 14, cumplie- dencia , y .por cuyo medio se consiga sacar
ra al mismo tiempo los 25. Un monarca el palacio de nuestros reyes de esa soledad
de 25 años: hé aqui nuestra necesidad; ne- pavorosa en que ahora se encuentra.
cesidad triste porque es urgente, y sin em- En este delicado negocio será hueno no
bargo no puede ser satisfecha sino con la perder de vista cuál fuera el enlace q IIe
tarda lentitud del tiempo. ofreciera mayores ventajas y menos incon-


¡Lamentahle condición de las sociedades venientes, para una contingencia, de que nos
humanas! la monarquía hereditaria es el sis- preserve Dios, de morir la joven Reina, y
tema de transmision del poder, preferible á legamos en un hijo suyo otros 14 años de
cuantos se han escogitado; pero adolecedel minoria y de regencias. El caso, se dirá, es.
inconveniente gravísimo de las minorías. remoto; asi lo esperamos, contando en la
Períodos borrascosos por necesidad, por- bondad de la Providencia; pero no lo el'a
que mientras duran, el principiomonárquico mas ciertamente en i 829; tampoco se rece-
no subsiste sino por una saludable ficcion lahan entonces las series de catástrofes v de-
legal, suponiendo ocupado el trono que está sastres que hemos sufrido, y estamos su-
vacante. Esta fíceion es sin duda necesaria, friendo todavía. En tales materias, una im-
es lo único posible en semejante caso, pero prevision de los hombres de estado, la pagan
IW basta para evitar á las naciones larga los pueblos con torrentes de sangre.
serie de calamidades. Sean estas cuales fue- Aprendamos del vecino reino de Francia
ren , los puehlos las han preferido al desbor-
damiento de las pasiones que ambicionaran
la corona; por esto colocan á las gradas del
solio vacío la cuna del tierno monarca. Sa-·
orificio indispensable, pero doloroso; porque




- 86-
á ser previsores y cautos; ya que tanto he-
mos sufrido y sufrimos aun, ya..que tan cos-
tosas leccionesnos ofrece la espcriencia pro-
pia, aprovechémonos algun tanto de las (liJe
nos presentan las naciones estrañas , y pro·
curemos escarmentar en cabeza a;¡;cna. tos
hombres de la dinastía dt\ julio, é identifica-
dos con el nuevo órden de cosas creado por
la rcvolucion dc ,1830 , descansaban sin zo-
zobra, liados en la solidez de la obra de sus
manos, viendo la nueva dinastía asegurada
en numerosa familia ,y considerando que
la transicion de un reinado á otro se verifí-
caria de una manera insensihle , supuesto
que el heredero de la corona hahia entrado
ya en la edad viril, y se formaba ya desde
mucho tiempo, en el consejo de su anciano
v esperimentado padre. Miserable previsión
humana! Un caballo desbocado disipa en un
momento tan halagüeñas esperanzas: el in-
fortunado príncipe yace en el polvo del ca-
mino, privado de los sentidos que no ha de
recobrar. Pasan breves momentos, el duque
de Orleans espiró; y esa vozque se esparce
con la celeridad del rayo por toda la Francia,
causa una sorpresa, un estupor imposibles
de describir: al lado de una tumba, se des-
cubria un abismo. Pero, ¿qué se hizo pasa-
do el primer instante de asombro? alzóse en
todos los ángulos de la nacion, el grito de:
»sálvese la monárquta. , la regencia era in-
minente, y con la precipitacion del sobresalto
se estableció la ley de la regencia heredita-
ria. Así se procuró dar estabilidad y consis-
tencia al trono, haciendo que de su inmovi-
lidad y fijeza participasen la institución y las
personas que debían representarle. ¿No hu-
biera sido mejor, que aquel caso se huhie-
se previsto con la debida anticipacion, v que
la nueva ley no llevara el sello de las cir-
cuustancias ; ni se rozase con determinadas
personas? Supuesta la imprevision, no fue
posible obrar de otro modo; pero llegada la
oportunidad, ¿seria imprudencia que de la
manera que se juzgase legal y conveniente,
nos previniésemosnosotros contra los azares
que pueden ocurrir'?


Hay ciertas cuestiones que la prensa de
suyo tan lihre y osada, no las aborda sin
embargo de frente, dejándolas en completo
olvido, ó tocándolas con mucha reserva.
Respetamos los motivos de semejante con-
ducta, y nos guardaremos de decir, qlW no
medien en esto razones de prudencia. Com-
prendemos que los partidos cstan en batalla,


y quc dominados del pensamiento de ataque,
CUIdan principalmente de asestar bien los ti-
ros, v esgrimir sus armas con destreza y
valentía. Parécenos no obstante que alIado
de la idea que apellidaremos negativa, seria
útil conceder mas lugar á la positiva,y que
al se/Jalarcon generosa resolucion lo que no
se quiere, se formulase con mas precision
lo que se quiere. » ~o conviene, se nos
contestará, suscitar embarazosni suminis-
trar pretestos ; hay cosas que es necesario
aplazar: en hora buena', y por esto no sindi-
camos vuestro proceder; pero no olvideis a~
menos, que esos embarazos, no dejarán de'
serlo entonces, que esos protestes se apro-
vecharán entonces tambien ; no olvidéisque'
los aplazamientos no son siempre los medios
mejores; que la indecision es fatal en todo,
y que se marcha con paso mas Iirme , cuan-
do se sabe á donde se va.


Nodescenderemos á pormenores; perosu-
puesto que hemos tocado este delicado ¡mn-
to , observaremos, que una de las princi-
pales miras que se han de tener presentes
en el enlace de la Reina, es'el no permitir
que se haga de suer~ que pueda contribuir
al aumento de la influencia de la Francia ni
de la Inglaterra. Es evidente que seria muy
dañoso el ofrecer nuevas ocasiones v medios
al gahinete de San James para alcanzar ese
predominio en todos nuestros negocios, qlle
con tanto desembozo codicia; pero en nues-
tro concepto fuera tambien un error de fu-
nestas y tracendentales consecuencias, no
diremos el conceder el mismo predominio á
la política de la Tullerías , pero ni siquiera-
una preponderancia notahle. A mas de los
inconvenientes que siempre trae consigo la
escesiva influencia de un gobierno cstrnnge-
ro, á mas de lo lJuc nos enseña la historia
sobre los fatales resultados que nos ha pro-
ducido el constituirnos en satélites de la
Francia, media en la actualidad otra circuns-
tancia, cual I\S, la situación de la dinastia
reinante y el estado intelectual, moral y po-
lítico de aquella sociedad.


El enlace de nuestra joven Seherana con
I un principc de la casa de Orleans, nos haria
i participar de las continuas zozobras de una


1I dinastía que entronizada por la mano de la re-


l
' volucion sohre un antiqursimo solio, vil e
i desasosegada é inquieta entre opuestos te-


:! mores. En los salones del regio palacio se
l' le aparecen las sombras de los antiguos Te-
i ycs, en las márgenes del Sena resuena to-




- Si-
davia el murmullode la revoluciono Aquellos
demandan lo perdido, esta exige el cumpli-
miento de lo pactado; aquellos intimidan con
la esperanza de una restauracion, esta ame-
naza sustituir la república á una monarquía
(lne se ha negado á ser republicana.


Con el advenimiento de un príncipe fran- I
ces, tomarian mas ascendiente sobre nos-
otros ideas que ya lo tienen endemnsía ; .la
anarquía intelectual y moral de aquel pUlS,
comunicándosenos mas de lleno, acabara de
disolver vadulterar los buenoselementosque
nos restan para nuestra regencraciou. Se
quitarian los Pirineos, y nosotros deseamos
(lue los haya (1 l·


El robustecimiento del poder es una de
las primeras necesidades de la nacion, y no
acertamos á concebir cómo puedan encon-
trarse hombres de buena fe, que ó desco-
nozcan esta necesidad, ó se opongan á que
se la satisfaga. El poder en España es el
trono; y hasta que se le afirme cual convie-
ne, hasta (Iue su aceion esté desembarazada
de los obstáculos que le suscitan las faccio-
nes, cuyas insaciables exigencias hacen im-
posible todo gobierno, hasta que este se
sienta fuerte para hacer el bien, yen region
bastante elevada para no hallarse tan á me-
nudo con tentación de obrar mal, no saldre-
mos jamás de esa incertidumbre, de esa an-
siedad, que nos tienen sumidos en un estado
de desesperante agonía.


De las urnas electorales esperan algunos
el remedio de todas las dolencias y el feliz
desenlace de tan lamentable situación. Lejos
está de nuestro ánimo el intento de retraer
de ellas á los hombres de bien; comprende-
mos cuán importante es bajo todos aspectos,
que no se las deje abandonadas á merced de
la ciega amhicion y de pasiones ruines; pues
tIlle si no fuere posible otra cosa, al menos
se evitará el mal, ó no se permitirá que se
consume sin enérgicas protestas. Opinamos
no obstante, que estos son remedios pasa-
geros, que no llegan á la raiz del daño ; y I
cuando vemos á ciertas personas, cándidas .
en estrcmo , imaginándose que en las urnas I
electorales I'stá todo nuestro porvenir , paré- I
cenos contemplar una de aquellas escenas
supersticiosas en que un iluso se entrega á


('1) Por donde se YC que la oposiríon al ma-
trimonio fr:m!'Í's no ha sido efceto de circnnstan-
cías momentáneas.


sus combinaciones de letras y de signos pa-
ra adivinar los sucesos futuros.


Todavia no hemos visto unas Cortes que
durasen todo el tiempo marcado por la lev:
el gohierno las ha despedido con mas ó mc-
nos cortesía , cuando ha v-isto que no servian
para el objeto que él intentaba (-1); y si al...,
guna vez no ha sido el gohi{~rno , la rovolu-
cion ha cuidado de suplir la falta. ¡.Dónde
está la omnipotencia parlamentaria? l.Dónde
los efectos de la soberanía popular? Si los
cuerpos legisladores la representan, ¿cómo
es que perecen, ora á manos de un ministe-
rio , ora bajo los golpes de una insurreccion?
Los partidos trabajaron con ahinco repetidas
veces para asegurarse una mayoría que fue-
se la espresion de sus ideas y realizara sus
proyectos: un decreto ó un motin desvane-
cieron todas las esperanzas. Con afanes y
sudores sin cuento, habian suhido el enor-
me pefiasco por una rápida pendiente; ya
tocaban á la cima, cuandoescapándose de sirs
manos, rodó hasta el fondo del abismo. Es
necesario comenzar de nuevo la dura faena.


La prerogativa de la votación de los im-
puestos, único freno de asegurada eficacia
que en el órden legal poseen los cuerpos le-
gisladores en todo gobierno representativo,
se ha hecho ilusoria en Espaüa : primero
por los votos de confianza, segundo con la
costumbre de cobrar las contribuciones no
votadas: por manera que examinando ·á
fondo la libertad positiva que nos queda des-
pues de tantos años de revolucion, consiste
enla facultad de desahogarse en quejas é
invectivas, de palabra ó por escrito. La
prensa es la personificaeion de esta lihertad;
lo agudo de sus acentos indica bastante que
es el único desahogo (2). Se ha dieho infini-
tas veces que el gobierno trataba de cerrar
este respiradero; mucho dudamos qne con
semejante paso se acreditase de buen ma-
quinista. En un artículo fulminante se exha-
la con frecuencia la indignacion mas acerba,
y se consume una gran parte de temible
energia; ¿ qué ventajas podria acarrear el
concentrarlas, el forzarlasareplegarse sobre
sí mismas, y á producir vivos estremeci-
mientos, ó esplosiones estrepitosas ? Verdad
es que el desahogo debe de hacerse pesado
á los gobernantes; pero algunos meses bas-


(1) Se observa fielmente la misma práctícn.
(2) Ya menudean las cortapisas dl'sdC' 1RH.




- 88-
tan para acostumbrarse á los apodos y cari-
caturas.


En medio de nuestras revueltas, disfru-
tamos de otro beneficio que algunos atribui-
rán á causas políticas, cuando en realidad
dimana principalmente del espíritu de la
época, de causas puramente sociales. A pe-
sar de las molestias y persecuciones que por
sus opiniones políticas han sufrido no pocas
personas, notase sin embargo la existencia
de causas que tienden á suavizarlas, á qui-
tarles aquella recrudecencia que tuvieran
en otros tiempos. Cométese una violencia,
pero .desde luego se ve forzado á avergon-
zarse de ella el mismo perpetrador; quien
se entrega desatentado á la carrera de los
desmanes, se encuentra bien pronto con ro-
bustos diques que la mas impudente auda-
cia no se atreve á salvar. Si bien se observa
no dimana este fenómeno ni de las formas
políticas, ni de las calidades personales de
los que ejercen el gobierno, sinodel espíri-
tu del siglo que tan decididamente se incli-
na á la tolerancia, v á desterrar de la socie-
dad el imperio de"la fuerza. Pasaron .los I
tiempos en que esta era uno de losprmclpa-
les medios con que contáran asi los indivi- I
duos, como los pueblos y los gobiernos; el
bien tiene por instrumentos la conviccion y
la persuasion; el mal se sirve de la astucia,
de la impostura, de amaños seductores, de
palabras engañosas.. Hé aquí la razon por-
que se verifican mudanzas p.rofundas, y.ha~­
ta formidables trastornos, sm que los indi-
viduos sufran lo que en apariencia debieran
sufrir, ateniéndonos á lo que nos refiere la
historia con respecto á otros siglos, y á lo
que nos muestra la esperiencia , en lo que
toca á otras temporadas del nuestro (·1). El
estado social ha cambiado; va modificándose
cada dia; en esto deben buscarse las causas,
no en las regiones de la política.


De esta suerte van haciéndose menos te-
mibles las reacciones que algunos recelan
para ciertas épocas de transicion. Sean cua-
les fueren las vicisitudes que puedan sobre-
venir , ningun partido, ninguna faceion, por
mas osadía que se le suponga, será capaz
de dominar esta irresistible tendencia de I
nuestro siglo. La tolerancia está en la socie- '1
dad, y esta no se transformacon un decreto: !


:1


~;csdc 184~-~~:I~~iSIO algunas escepcio-II
ues de esta ,'egla. 11


la tolerancia está en las costnmbres , y lo
que está en las costumbres, no ha menester
que le comuniquen vigor las proclamaciones
de la levo


De los partidos militantes, ocupan los dos
estremos el republicanoy el moderado; aquel
dice abiertamente que no se halla satisfecho
con las formas existentes, este protesta que
las acepta, y que solo trata de acomodarlas
á sus ideas por medio de las leyes orgánicas.
Sus adversarios ponen en duda la sinceridad
de esta protesta, achacándole segundas in-
tenciones dirigidas á derribar laConstitucion
de 1837, reemplazándola con el Estatuto,
ú otra ley parecida. Dejaremos á los órganos
de los diferentes partidos el cuidado de apo-
yar ó desvanecer la acusacion, que ni á unos
ni á otros les faltan plumas amaestradas en
la polémica política. Observaremos sin em-
bargo , que dado caso de existir las supues-
tas intenciones ,andaria muy errado quien
creyese que con un golpe semejante se ase-
guraria para siempre el triunfo de ciertas
ideas. En efecto, los mismos partidos que
existen ahora, existieran entonces también,
todos con pocas modificaciones emplearian
idénticos medios que bajo el imperio de la
Constitucion, la nueva ley se suspendiera
como ahora, siempre que necesario se cre-
yese; la lucha se trabaria como ahora en la
prensa, en la tribuna, en las urnas electora-
les; se suscitarian interminables disputas
sobre las leyes de ayuntamientos, de dipu-
taciones provinciales, de milicia nacional;
en breve estariamos como ahora en el terre-
no de la política, en ese círculo sin salida,
en que tan inútilmente se consumen infini-
tas fuerzas individuales, en que tan estéril-
mente se gastan las del poder y de la nacion.
Diríase como en otros tiempos se decía: «la
nueva leyes no mas que el cimiento; cons-
truyamos cl edificio;» en vano se le iría al-
zan-do de contínuo; las exigencias no cesa-
rian hasta que la cumbre tocase al cielo (2).


Intentamos significar con esto, que si co-
mo le achacan sus adversarios las miras de
cierto partido se dirigiesen á un proyecto
semejante, mucho dudamos que alcanzase
por este camino el ohjeto que se propone.
Es indispensable, urgente, salir del terreno
de la política; mientras veamos que así el


(2) La reforma de la COllslilucion ha evideu-
ciarlo estas \er,ladl's.




-- 89
gohierno como las Cortes se ocupan de ella
con preferencia, mientras en las discusiones
de la prensa y de la tribuna. miremos ar-
rumbadas las cuestiones de administración v
de mejoras positivas, para disputar sobre la
legitimidadde este ó de aquel poder, la con-
veniencia de la mavor ó menor latitud en las
leyes orgánicas, y·otros puntos semejantes,
estemos seguros que la revolucion continúa
todavia , que estamos condenados á presen-
ciar la lucha de las pasiones, no de la inte-
ligencia, que no asistimos á una discusión
de donde broten destellos de luz, sino á un
cheque violento que arroja chispas incen-
diarias.


Entre tantos gobernantes que bajo distin-
tos pretestos han infringido la lev vigente,
ninguno lo ha hecho de una manera grandio-
sa, que acarrease á la nacion resultados po-
sitivos y universales; ninguno que al recon-
venirle por su infraccion pudiera decir como
aquel romano; «.Juro que he salvado la pa-
tria ;» ninguno que concibieseun plan vasto,
que lo realizase con energía y rapidez, alla-
nando todos los obstáculos, superando todas
las dificultades; ninguno que al presentarse
ante el gran jurado de la nacion, cargado con
inmensa responsabilidad,pudiera decir: I(Se-
flores, la política era un caos, yo la he des-
embrollado; para ello he quebrantado la ley,
es verdad; si quereis mi cabeza, tomadla,
que ahora ya no es necesaria, ni para salvar
la patria, ni para afirmar la ley; pero antes
mirad mi obra, destruidla si os atreveis; yo
marcharé contento á la muerte si vuestro co-
razon no os dicta que en vez de un cadalso
debeis levantarme una estátua.»


y


Puhlirado en Bar-celona en í ." de aht'il de 18.43.


El poder que gobierna la sociedad ha de
ser fuerte, porque en siendo débil tiraniza
ó conspira. Tiraniza, cuando se esfuerza por
hacerse obedecer; conspira, cuando sufre
en silencio la resistencia y el ultraje. Au-
gusto se siente fuerte, y su imperioes suave;
Tiberio se halla débil, Ymaquina y oprime;


de los monstruos que mancharon el súlio (lr
los Césares, fueron los mas violentos ó in-
soportables, los que oian ya cercano el ruido
de los pretorianos que venian á degollados.


Recorred la historia, y encontrareis escrita
por do quiera con letras de sangre esta im-
portante verdad: ¡Ay de los pueblos gober-
nados por un poder que ha de pensar en la
conservacion propia!


Esta es la clave para esplicar los inconce-
bibles esceso~ Ú q~e se abandon~n los po-
deres revolucionarios y los despóticos , una
vez dado el pflmer paso en el camino de la
tiranía: todos son tiránicos porque son déhi-
les: y cuando los veáis tocar á la demencia
en sus medidas de tiranía, dad por seguro
que esta~ por espiral'. El moribundo mejor
que nadie, augura su próximo finamiento.
La Convencion presentía la dictadura. El
temor aumenta la opresion, y la opresiou
acrecienta el ten~or; la impulsion es recípro-
ca , y sigue la misma ley que el movimiento
de un péndulo; el punto de elevación está
en el I!JiSl~:l.O nivel ~u,e el punto del descenso;
la oscilación contmua, hasta que media la
única cansa capazde restablecer el aplomo:
la justicia.


Estas reflexiones nos ocurrían meditando
so~re los misterios de la.mo~larquía; porque
nnstenos !lene esa mstitucion maravillosa,
como los tiene todo lo grande. «La monar-
quía e~ ~l despotismo», ha dicho una política
superficial: ¿ y por que? «porqueel monarca
dispone de inmenso poder, veste poder es
sobrado robusto y sólido, dado que las leves
l~.asegurau al soberano para sí. y para sus
hijos.. Entonces no comprendeis la institu-
cion , pues señaláis por orígen de la tiranía
de los reyes, las causas que precisamente
les impiden el ser tiranos.


¿Quereis un poder suspicaz? asentadle
sobre un terreno minado; donde oiga á ca-
da instante el golpe de la zapa que prepara
la rui~a. ¿Lo q~ereis violento? presentadle
enemigos que sin cesar le amenacen. Quitad
hasta la idea del peligró, y tendreis la sua-
vidad y la confianza.


La gravedad y trascendencia del asunto
exigen que se esplane con toda claridad lo
que debe entenderse por fuerza de un poder;
pues son muy distintas las acepcionesde que
esta espresion es susceptible. ,


La fuerza del poder consiste:! .e en la se-
guridad de su existencia: 2.° en los medios
necesarios al cumplimiento de su objeto le-


to




- 90 -
gítimo. Supóngase un pais donde llegue tí En vano le e\ig-ireis que obre de otra ma-
establecerse y arraigarse una constitucion nera; esta es su posicion, esta la ley indecli-
mal combinada, viciosa, que no deje al po- nable de su naturaleza; ni las calidades de
der bastantes medios para ejercer sus fun- las personas que ejerzan el poder serán par-
ciones en pl'O del comun : de suerte que en te á evitarlo. Estas podrán quizás mantener-
el mantenimiento del orden público, en la se estraüas al soborno y á la intriga, po-
adrninistracion , en la aplicacion de las leyes drán hasta odiar semejantes medios, pero
civiles y criminales, en sus relaciones con los emplearán por ellas los que estan en su
las potencias estrangeras , carezca de los re- alrededor, los que gozan con los goces del
oursos que ha menester, y no tenga una ac- poder, los qne á la existencia de este tienen
cion cticaz , espedita y pronta; en este caso, vinculada la existencia propia.
será posible que el poder disfrute del prime- Contribuyen á dicho efecto dos causas:
ro de los requisitos indicados; la seguridad 'l. a La natural inclinacion del hombre it la
propia: pero echará menosel segundo, y por i cstensiou y eficacia del mando que ejerce:
tanto no será fuerte, enla verdadera acep- 2. a El instinto de conservación. La primera
cion de la palabra. no ha menester esplicacion ni comentarios;


Así, un rey de Esparta ó de Roma entre pero si la segunda. Hemos observado que la
los antiguos, un monarca de los tiempos ¡alta de los medios necesarios al cumplimien-
feudales en los siglos medios, un soberano' to de las atribuciones del poder, comprome-
con una constitucion como la delañoí 2 en-. te tarde ó temprano su misma existencia; v
tre los modernos, por mas que á causa de hé aquí por qué en sintiendo esta falta, los
los hábitos , de las costumhres , ó de parti- busca por todos los recursos que tiene á la
culares circunstancias, alcanzaran toda la se- mano, La cuestion {Jue en apariencia versa
guridad que imaginarse pueda, no serían un únicamente sobre los límites de la esfera
poder fuerte. Un hombre falto de alguno de del mando, es en el fondo, y para un tiem-
105 miembros mas precisos para ejercer la po mas ó menos cercano, cuestion de vida
profcsion á ({Iw se dedica, disfrutará tal vez ó de muerte. Todo poder que se encuentra
de huena salud, prometiendo largos años de en semejante situacion , conoce instintiva-
vida, y quizás se hallará en circunstancias mente esta verdad, y ohra en consecuencia.
á propósito para continuar en su ocupacion Gracia nos hace la candidez de ciertos es-
todo el tiempo que le agradare; pero 110 de - critores que con la mayor seriedad del rnun-
[ará por ello de ser incapaz de ejercer rnu- do echan en cara á Luis XVI Y á Fernan-
ehos actos, y por consiguiente llenará de do Vl] el haber sido causa de que la revolu-
una manera muv defectuosa el objeto de sus cion se deshocase , no resignándose á la
tarens.· posicion que les habían creado las circuns-


No obstante es menester advertir que la tancias , no dándose por satisfechos con las
falta de los medios necesarios para cumplir facultades señaladas por las respectivas cons-
el poder su misiou, tarde (¡ temprano le tituciones : .como si las condiciones de la
acarrea la falta de la propia seguridad, ame- existencia y de la accion de un poder depen-
nazando su misma existencia: como el hom- diesen de la simple voluntad de la persona
hre que no puede desempeñar cual conviene que lo ejerce, como si el poder público no
el cargo que le incumbe, de grado ó por fuese mas hien una institucion que un hom-
fuerza suelehallarse precisado áabandonarle. hre ; como si esta institución no estuviese


De aquí resulta un fenómeno constante- sujeta á las leyes generales de todo ser, que
mente observado en todos los periodos de la se esfuerza siempre en procurarse lo que
'historia ybajo todas las formas de gobierno, necesita para su existencia,
y es, que el poder que se halla srn los me- Casos hay, en que al parecer el hombre
dios necesarios al ejercicio de sus atrihucio- es la institucion, y esta no es nada sin el
nes , trabaja sin cesar para procurárselos. Se hcenhre ; perQ en la realidad no es así: la
dirige á su objeto por caminos diferentes, se- jnstitucion existe, bien que de tal naturale-
gun la situacion en que se halla; si abunda za que necesita una personiíicaciun , un re-


- de uccion material ,emplea la violencia; si . presentante que no puede dividirse ni com-
es rico corrompe; si todo le falta, maquina partirse. Entonces la institucien en provecho'
villanamente como el último de los conspi-II propi.o, sc.aiJso.rhe en e.J.I.lOlIIhre, se con-
radores. I funde con él, Si' vale de su prestigio, habla




- IH-
por su haca, como los sacerdotes del genti-
lismo se ocultaban tras el [dolo v comunica-
han al pueblo los oráculos. •


César, vencedor de los galos, pasa el
Huhicon , ahuyenta á Pompcyo , triunfa en
Farsalia , v se levanta con el mando de la
Hepública: j.creeis que en el dictador no
hay mas que la persona del general victo-
rioso'? Si asi lo creyéreis , recordad que la
dictadura era una institucion en Roma. tos
sucesos presentan sin duda otro aspecto, las
circunstancias son muy diferentcs , pero el
hecho es el mismo; solo que los romanos
mandados por el dictador Camilo, no eran
los mismos romanos del dictador amante de I
Cleopatra.


Que la dictadura era necesaria, que Cé-
sar no era mas que su personiíicacion , que
desapareciendo la persona la institución de-
hia continuar, los sucesos lo demostraron
hasta la evidencia. El puñal de Bruto ras-
ga el pecho del dictndor; Antonio ofrecien-
do á los ojos del pueblo la túnica ensan-
grentada de la ilustre víctima, inaugura el
triunvirato, es decir, la nueva dictadura
(Iue no ha escogido todavia su representan-
te, que no se atreve á identificarse con un
solo hombre, que aguarda el curso de los
acontecimientos, que atormenta atrozmente
ú los romanos para hacerse mas necesaria,
para conquistar la unidad. Bruto y Casio
mueren, Antonio es vencido, la antigua
libertad perece para siempre, la dictadura
se organiza y perpetúa, se convierte en im-
perio, y se inaugura magníficamente en
Auzusto.


Resulta, pues, que la dictadura, es de-
cir, la institucion que mas parece confun-
dirse con un hombre, prescinde de la per-
Salla; y de un modo ú otro, mas ó menos
poderosa', mas ó menos brillante, mas ó
menos benéfica, se presenta siempre que
el estado de la sociedad la hace necesaria.
Tres grandes dictadores nos ofrece la his-
toria: César, Cromwel y Napoleou.En cuan-
to á César, no queda dificultad en la apli-
eacion del principio asentado; y por lo per-
teneciente á Jos dos últimos haremos una
ohservacion que lo dejará fuera de duda.
La Inglaterra desde la época del Protector
ha continuado en su estado normal á pesar
de algun trastorno pasagero; y lo que es
mas singular, hasta mediando un cambio
violento de dinastía. Veinte y ocho años ha-
ce que Napolcon fue vencido por la últi-


ma vez y confinado a Santa Elena; la Fran-
cia ha sufrido desde entonces revueltas de
momento, pero el desorden no ha podido
prolongarse; y es notable que habiendo
realizado lo mismo que la Inglaterra. una
mudanza dinástica en 1830, ha continuado
tranquila: se han hecho esfuerzos hercú-
leos- para que la revolución no siguiese su
carrera, y se ha conseguido. ¿Qué prueban
estos hechos? En nuestro juicio la conse-
cuencia es muy sencilla: prueban que en
tiempo de los dos dictadores ambas nacio-
nes hahian va tocado al término de·la revo-
luciou , que" esta hahia consumido sus ele-
mentos, que no podía continuar, que el ór-
den se habia hecho una necesidad indecli-
nable; y por tanto los dos grandes hom-
bres no fueron lilas que la personificaciou
de esta necesidad social, sirviendo con Sil
brazo de hierro á que de una situacion se
pasase á otra que parecía separada por un
abismo.


Si la posesion de los medios necesarios al
cumplimiento de su objeto legítimo es con-
dieron indispensable para que un gobierno
pueda llamarse fuerte, lo es todavía mucho
mas laseguridad de su existencia. Ynole has-
ta esta seguridad, sino que es menester que
las personas que lo ejercen, abriguen sobre
esto una COIl\ iccion que los deje á.cubierto
de todo linaae de recelos. La mayor cala-
midad que s()bre un pais puede venir, eb' un
gobierno mal seguro, . que esté en continuo
acecho contra losconspiradores reales ó apa-
rentes; en tal caso es imposible que el go-
bierno no tienda mas Ó menos á la tiranía.
porque quien se ve atacado, natural es que
se defienda. No le bastan las leves comu-
nes, que regularmente hablando'cstan fun-
dadas en el supuesto de que se respeta el
prineipio del gohierno: si algunas existen
que prevengan el caso de atentado contra
este principio, estan de suyo mal deslinda-
das, se rozan en diferentes puntos con los
demas ramos de legislacion, y el gobierno
flue ordinariamente pone su atencion princi-
pal en cuidar de la conservacion propia, se
estralimita , se escede y comienza á caminar
por una pendiente en cuvofondo se halla un
abismo. '


Cuando hablamos de los medios necesa-
rios al gobierno para ejercer las funciones
que le incumhen, no entendemos limitarnos
á los puramente matcriales .. no juzgamos
que la fuerza de un poder se halle en pro-




- ¡J2-
pOI't'ioll ton la fuerza material de que dis - cuán lastimosamente se falsea la historia
pone; antes al contrario, la sobrada ahun- moderna cuando no se quiere reconocer es-
dancia de esta suele enflaquecerle condu- ta importante verdad, obstinándose en no
riéndole ú la mina. I'n conquistador que ver el poder limitado sino allí donde existen
acaba de tomar por asalto una plaza, tiene asambleas que de contínuo le vigilan y cen-
en su mano la vida y hacienda de los ciu- suran, Por mas que se exagere el poder ejer-
dadanos: nada puede resistirle, su .le)' es cido por Felipe Il, por Luis XIV y Cár-
su voluntad; los medios materiales le so- los Ill , nadie que no carezca de sentido
hran para oprimir y vejar, dado que ha si- comun, llegará á confundirle con el de los
do bastante fuerte para derribar ó salvar las déspotas de Oriente. POtO importa que el
murallas; sin embargo, nadie dirá que el freno no se vea si en realidad existe. En
gobierno fundado sobre aquella base tenga este punto menesteres confesar que los ad-
verdadera fuerza. Dejad que corra el tiern- versarios del gobierno absoluto le han tra-
po; y asi como un imperio que estriba en la tado con mucha injusticia, cuando se han
justicia y las leyes, resiste al embate de empeñado en apellidarle con negros nom-
largos siglos, el otro no será parte á durar hres que en la realidad está muy lejos de
algunos afias atravesando los mas insigniti- merecer.:\"o pretendemos suscitar aquí la
cantes sacudimientos.Una circunstancia nue- cuestion agitada entre los publicistas sobre
va, una comhinacion imprevista) una noti- las ventajas ó desventajas de estas ó aquc-
cia que alarme al vencedor, que aliente al llas formas; pero opinamos que aun los mas
vencido, veréis que rompen cual endeble ardientes apologistas de un estrerno no pue-
caña el cetro que creyerais de diamante. den dispensarse de hacer al opuesto la jus-


En Turquía el soberano dispone ú su vo- ticia que le corresponda. Dígasecnhorabue-
luntad de la vida de sus vasallos; manda, v na que en el absolutismo hay peligro de
las cabezas caen como las espigas segadas que el poder se estralimite conculcando
por la hoz; no obstante alli el poder no es las leyes, y hasta sosténgase si se quiere
fuerte, la mejor prueba de su debilidad son que la mejor forma de gobierno es aquella
las catástrofes que esperimcnta. Luis XIV, en que se combina en el mayor grado po-
joven é inesperto , hallábase un dia rodeado sihle el elemento democrático; y si place,
de sus cortesanos, y llegó á decir que no ofrézcase como el hello ideal en esta mate-
conocia mejor gobierno que el establecido ria la república donde domine esclusiva-
entre los musulmanes. «Señor , le respon- mente la democracia pura; pero ensalzan-
dio con hidalga entereza un magnate que se do un principio no se lleve tan allá la in-
hallaba presente, tampoco conozco yo nin- tolerancia con los otros, que se les niegue
gun pais donde los soberanos sean dego- lo que no puede disputárseles en el tribunal
liados con mas frecucncia.» de la filosofía v ele la historia.
. Durante el imperio romano, el hombre que Si bien se observa, la opresion dimana


ocupaba el solio disponia de innumerables mas bien del estado de las ideas y de las
legiones, los pueblos se inclinaban ante él, costumbres que de la forma del gobierno.
le ofrecían sus homenages cual hacerlo pu- En las repúblicas de América no predomi-
dieran á una divinidad; ¿pero saheis cuál nan por cierto ni la monarquía ni la aristo-
era la suerte de esos seflores del mundo? cracia; no ohstante el mas fiero despotismo
Perecían casi todos á mano de la soldadesca. devasta con frecuencia aquellos desgracia-


El secreto de la monarquía europea, es dos países; y en época reciente hemos leido
decir, cristiana, consiste en que el sebera- narraciones que nos han hecho estremecer
no, aun en las monarquías absolutas, tiene con la increihle atrocidad de los hechos.
limitado el poder por la moral, por las cos- ¿Quién prefiriera vivir en las repúhlicas de
tumhres , por la conciencia pública; distin- América si pudiese disfrutar de un gobierno
guiéndose de todas las monarquías de los como el de Austria ó elde Prusia? En la mis-
paises donde no ha reinado el cristianismo, ma Inglaterra, la verdadera libertad no data
en que, entre estos, la palabra monarca es del establecimiento de sus asambleas: exis-
sinónimo de déspota, y entre nosotros sig- tiendo estas, la tiranía mas cruel se ha en-
nifica un soberano que'gobierna con arreglo tronizado mas de una vez en la Gran Bre-
á las leyes. taña; y hasta en nuestros tiempos vemos á


Por estas consideraciones se echa de ver la Irlanda sometida á dura esclavitud, no




- 93-
obstante las formas representativas del go-
bierno que la domina.


La monarquía hereditaria tal como existe
en, Europa, ni deja al hombre recelos, ni
peligros á la institucion , ni á la ambician
estimulo: por esto es tan suave su accion,
tan benéfico su influjo, su conservacion tan
preciosa para él sosiego y la felicidad de los
pueblos. El monarca es un hombre coloca-
do en region superior ú la de todos sus
súbditos, aun los mas elevados por sus ca-
lidades personales, ó por su nacimiento;
nada tiene que esperar ni que temer: su
juez no se halla entre los mortales, está en
el cielo. Desde que abre los ojos á la lu7.
descubre la carrera de su vida; en vano
aguzaria sus deseos para encontrarles nue-
vos objetos: autoridad, honores, riquezas,
placeres, todo se halla ya alrededor de su
cuna; no se pregunta lo que vale, sino lo
que es; su mérito personal, si alguno po-
see, es no solo estimado. sino encarecido,
exagerado; la lisonja cuida de hacerle creer
que aun no habiendo nacido en el régio al-
cázar fuera tambien digno de la corona; y
los defectos mas evidentes y palpables, se
cubren con cien velos para que no ofendan
ó entristezcan al mismo quede ellosadolece.


En pura teoría, nada mas absurdo que
una institucion semejante; en la práctica
nada mas cuerdo: vano es luchar contra los
hechos, y los hechos cstan ahí. La historia
entera, la esperiencia de cada dia deponen
de esta verdad; si la razon no la esplica
cual conviene, el buen sentido la compren-
de perfectamente. Pero no es exacto tam-
poco que la razon sea impotente á señalar
las causas de este singular fenómeno; si
hien quizás entregada á la mera especula
cion, no llegara á tanto,amaestrada empero
con las lecciones de la práctica, conviene
en la prudencia que ú esta preside, é indi-
ca los motivos del acierto patentizado por
la felicidad de los resultados.


El problema del poder público envuelve
tres partes: primera, órden ; segunda, es-
tabilidad; tercera, hacer el mismo poder
bondadoso. Estas tres condiciones se hallan
satisfechas en la institución monárquica de
una manera admirable. Para el manteni-
miento del orden se depositan en manos
del rey inmensos recursos; para garantir
la estabilidad se cierra la puerta á la am-
hicion , asegurando el mando no solo al so-
berano sino á toda su descendencia. Se


quita al poder su malignidad y se le hace
bondadoso, no dejándole espuesto á las pa-
siones comun~s. ¿Qué ?odici~rá quien t?(!o
lo posee? ¿como tendra cabida fa envidia
en el corazon del que es mirado poco me-
nos que como una divinidad? ¿es fácil que
conozca la venganza quien de nadie recibe
injurias, quien halla siempre á su encuen-
tro la veneración y el homenage 'l ¿con
quién alimentará rencorosas rivalidades
quien se halla constituido sobre todos, mi-
rando hasta á las clases mas altas de la so-
ciedad, colocadas en grado muy inferioral
suyo, á larga distancia de su trono?


Hé aqui la razon por qué la historia y la
esperiencia de la Europa moderna en los
paises donde la monarquía ha estado plena
y sólidamente establecida, nos presentan
á menudo soberanos débiles, pero pocos
malvados. En efecto, la region en que mo-
ran, la educacion que reciben, las ideas
en que se los imbuye, si algun inconve-
niente tienen es el de enflaquecer su ca-
rácter , el de desarrollar aquellas pasiones
que llevan al corazon la molicie, pero no
la perversidad.


No ignorarnos las escepciones que de esta
regla se nos pueden ohjetar; pero lejos de
ser verdaderas escepciones, son mas bien
una confirmacion de la regla general. Casi
todos los soberanos que se han distinguido
por su perversidad, ó han vivido en medio
de discordias intestinas, ó han sido conquis-
tadores. En uno y otro caso, el principio se
verifica; porque cn el primero, el monarca
se veia mal seguro, hallándose en peligro, ó
su persona, Ó Sil dinastta , ó la institucion
misma; en el segundo, el soberano se halla-
ba agitado por una pasion vehemente; al Ia-
do del poder que gobernaba habia el poder
que invadia; y por tanto faltaba la condioian
que hemos indicado: el soberano todavia
deseaba.


Este carácter benéfico de la monarquía
hasta pudiera descubrirse en aquellos paises
donde reina el despotismo. La crueldad y
demas vicios que allí deslustran el poder so-


I berano , no tanto dimanan del esceso de los
medios que en su mano tiene, cuanto de las
ideas y costumbres de la sociedad que go-
bierna. Falta en ella el verdadero conoci-
miento de la dignidad del hombre, de las
consideraciones que por solo este título le
son debidas, de las verdaderas relaciones de
este con sus semejantes, se tienen ideas




-- \H-
muy equivocadas sobre el origen y objeto
de toda autoridad. Cuando el soberano mal-
trata á sus súbditos, cuando abusa de su po-
der en contra de las vidas y haciendas que
debiera ser el primero en proteger y respe-
tar, aplica en la esfera de su accion las mis-
mas reglas que halla establecidas en la au-
toridad de otro género. En semejantes paises
la potestad patria es por lo comun escesiva
y tiránica; los hijos viven bajo el dominio del
padre como el esclavo del de su scñor ; y la
muger misma que nació para ser compañera
del hombre, no es mas que una de sus es-
clavas. Se ignoran los medios de conducir á
los hombres por la razon y por las persua-
siones; solo se conoce como medio eficaz la
fuerza; se la emplea en todo, y no se con-
cibe que un gobierno firme pueda ser otra co-
sa que un mando violento. La obediencia del
súbdito, no fundada en motivos superiores,
le envilece y degrada: ó se somete temblan-
do como un animal doméstico al oir el chas-
quido del látigo , ó se levanta como fiera in-
dómita y hace pedazos á su dueño.


Para comprender que no es la monarquía
la causa de estos males, supóngase que en
uno de estos desgraciados paises sometidos
á un régimen brutal ycnvilecido , se introdu-
cen por un momento las formas democráticas
antes que se haya verificado un cambio en
las ideas y costumbres. ¿No veis á la primera
ojeada convertirse aquellos hombres en una
infinidad de recíprocos tiranos, que se opri-
men y se atormentan segun prevalece la
fuerza? El órden público, ese órden seme-
jante entre ellos al silencio de los sepulcros,
llero que tal como sea es muy preferible áos ahullidos de una manada de fieras, deja de
existir al momento que le falta el supremo
poder que le sirve de centro y apoyo. Los
malos tratamientos que reciben la muger del
marido, los hijos de los padres, y los escla-
nos de su señor , subirán á un punto mas al-
to de crueldad, no mediando el recuerdo de
que hay un poder superior al doméstico, ca-
paz, si le place, de intervenir en la querella
y castigar al desmandado padre de familias.
Los gefes inferiores que gobiernan las pro-
vincias ó las ciudades, se convertirán en
'otros tantos déspotas cuva tiranía será tanto
mas dura é insoportable', cuanto no recono-
cerán á un superior, que dada la oportuni-
dad pueda hacerlos responsables de los da-
ños que causen, de las injusticias que irro-
guen , de las arbitrariedades que cometan.


El estravio de las ideas T de las costumbres
se ofrecerá á la vista en"toda Sil negrura "
desnudez, echándose de ver qUll no es él
poder soberano quien oprime á la sociedad,
que no nacen de la soberanía los males que
ella causa; sino que de la misma sociedad
corrompida y degradada, se levanta el pes ti:
lente aliento que contamina el sólio , y que
cuando la persona que le ocupa se entrega á
la crueldad y otros escesos abominahles , re-
cihc de la misma sociedad que le rodea sus-
inspiraciones perversas. •


Esta es la causa por qué natural y espon-
táneamente la monarquía europea se ha he-
cho tan suave v benéíica, hasta en aquellos
paises donde la falta de todo limite legal pa-
recia deher arrastrarla á los mayores desma-
nes. Las ideas, las costumbres, las reglas
de gobierno á que se amoldan los monarcas,
las recihen de la misma sociedad gobernada:
en ella domina la razon, prevalece la moral,
levanta la conciencia pública su voz impe-
riosa; y si el orgullo y el desvanecimiento
se obstinan en guiar al monarca por estravia-
dos senderos, alzase de todos los puntos del
reino, de todas las clases de la sociedad, un
rumor sordo que atestigua el descontento,
que pone de manifiesto el escándalo, que es
mas eficaz para enfrenar al poder que las
insurrecciones v motines.


Los demagogos se sonreirán quizás de es-
tas doctrinas: como quiera, nosotros les ha-
remos observar, que hasta en los gobiernos
fundados sobre las constituciones mas latas v
populares, se asienta 'como principio indispu-
table la inviolahilidad, la irresponsabilidad
del monarca, ó del que ejerce sus veces.
«Al rev, dicen acordes todos los pnblicista«
constitucionales, solo es lícito atribuirle el
hien , nunca se le puede imputar el mal:
constitucionalmente hablando, el monarca es
impecahle.» ¿. y de dónde crecis que seha
originado semejante teoría? lo Os imagináis
que es el producto de las combinaciones
de los publicistas del equilibrio? ~Iuy al
contrario: todos sus principios, todas sus
doctrinas, todas sus tendencias los guiaban
en dirección opuesta; pero el buen sentido
europeo, los hábitos de largos siglos, las
lecciones de la historia, los escarmientos de
la esperiencia , los han forzado en este pun-
to á negarse á sí mismos, rechazando las
c-onsecuencias de la soberaníapopular. Jamás
los hombres de la antigua escuela se valie-
ron de tantos circunloquios para nombrar al




- 95-


ARTICULO I.


---o-~)--'-~


Publicado en Burcelona en ma):o de 1843.


Se ha difundido bastante en España la da-
ñosa persuasión de que estamos precisados
á tener alianza con la Francia ú con la In-
glaterra. De los dos partidos que actualmen-
te se disputan la arena, ninguno está exento
de haber contribuido á la propagacion y ar-
raigo de tan funesto error; dado que por mas
protestas que hayan hecho, es clar~ co~no la
luz del dia que uno de ellos se ha inclinado
escesivamente á la Gran Bretaña, mientras
el otro ha manifestado demasiadosus simpa-
tías en favor de la politica francesa. Los tér-
minos que empleamos son por cierto los mas
comedidos que usarse pueden; y hacérnoslo
de propósito, porque deseando esclarecer la
cuestion, y no ensañar las pasiones, no que-
remos, sea cual fuere nuestra opinion sobre
este asunto, echar en cara á ninguno de los
contendientes la dependencia, el servilismo,
el ahsoluto abandono del honor nacional, de
que recíprocamente se acusan. Ycuando esta
conducta observamos, no lo hacemos cierta-
mente para blasonar de una imparcialidad
que tenga por ohjeto conciliarse la benevo-


rey. «Persona sagrada, u «pensamiento ir- imagineis que la humanidad marchaba á la
responsable,» «voluntad superior,» «region decadencia v envilecimiento si vosotros no
elevada sobre la esfera de las pasiones .» hubieseis venido á torcer su carrera. Si de-
estas y otras frases semejantes, se pronun-


I
mandais tolerancia para vuestras opiniones,


cian de continuo en la tribuna y en la prensa, dispensadla vosotrosá las agenas; ya que no
evitando el llamar al rey con el nombre pro- os avergonzais de tomar de .vuestros adver-
pio. Diríase que se trata de una divinidad sarios doctrinas que repugnan á vuestros
que los mortales no se atreven á tomar en principios, al menos sed justos, decid de
boca temiendo profanarla. Pues bien, todo dónde las habeis recibido. Confesad que en-
esto no es mas que un sacrificio, un doloro- tre las ruinas que haheis amontonado, os ha-
so sacrificio que ha hecho la escuela demo- llais forzados á conservar un pabellon para
crática ú las ideas antiguas: todo esto no es guareceros contra las tempestades que bra-
mas que una proclamacion de la impotencia man sohre vuestras cahezas ; engalanadle co-
de sus principios, si estuviesen abandonados mo os pluguiere , pero no negueis que quien
á sus fuerzas; todo esto es un plagio del an- lo construyo tan sólido, quien lo recamo con
tiguo si~tema, al mismo tie.mp? .quecon tan- tan preciosas labores, no fuisteis vosotros
ta serenidad se le desacredita e.msulta. I sino vuestros padres. Este pabellon es la


Se proclamacorno dogma indisputable que Imonarquía.
el poder supremo es un simple mandatario,
un mero delegado del pueblo; y sin embargo
se declara desde luegoque este poder de nada j' --<> ~,:' .:",: ::: .... ':::. .::::: --::::~
es responsable á su principal, á su delegante; ALIANZAS DE ESI)AN-A.
se recuerda con mofa el derecho divino de I
los reyes, y no obstante, se los apellida in- I
violahles , sagrados, se los compara de cOll-11
tínuo á una divinidad, que no puede obrar I
mal, que solo es capaz de ejercer el hien; se I
establece CORIO única tahla de salvación pa- r
ra la sociedad el principio de eleccion , y á '
pesar de esto, es rechazado este principiocon
respecto al poder supremo, y se inculca sin
cesar la necesidad de la monarquía heredi-
taria; nada se quiere dejar al curso natural
«e las cosas , todo se ha de arreglar con la
discusion, todo se ha de practicar por la es-
presa voluntad del hombre; y esto no em-
bargante, cuando se trata de lo mas impor-
tante que ofrecerse pueda en los negocios de
la sociedad, se cierran los ojos, se huye de I
la deliberacion; el hombre teme la razon v I
la voluntad propias, se abandona á todos los
azares para evitar la eleccion.


Hombres que tan inconsideradamente
condenais todo lo antiguo, que creeis haber
.ilurninadn el mundo, que os figurais á la hu-
manidad envuelta en densas tinieblas hasta
que vosotros las disipasteis con los vivosres-
plandores de la filosofía, no reprohamos, no,
vuestra conducta, no os echamos en cara
vuestra inconsecuencia para que obreis de
otro modo; pero sí tenemos derecho á exigi-
ros que mediteis algo mas sobre vuestros
principios, que noachaquoistan livianamente
tí fanatismo y apocamiento, lo que anduviera
guiado por profunda sahiduría , que no os




- 96-
leucia de ninguno de los adversarios; nues- cia de la lengua respectiva. Esto es no levf\
tras convicciones son conocidas; cuando se obstáculo para la buena amistad de pueblo á
trata de decir la verdad sabemos espresarnos pueblo; obstáculo que no existe con la Fran-
sin rodeos, v decirla toda entera. Pero como cia por la propagacion de su idioma entre
en la materia que nos ocupa, de la propia nosotros, originada de la menor dificultad
suerte que en tantas otras, nos parezca que que de suyo presenta, de la mayor fre-
ambos anduvieron desacertados, necesario cuencia de relaciones de unos naturales con
se nos hace no ponernosde parte de ninguno otros, y muy especialmente del predominio
de ellos. alcanzado en España por la literatura fran-


La alianza con la Inglaterra está ya des- cesa desde que ocupara el trono la deseen-
acreditada hasta tal punto, y tiene en contra dencia de Luis XIV.
de sí tan fuerte antipatía en la inmensa ma- La religion profesadapor los españoles es
yoría de la nacion , que no es necesario es- diferente de la que en Inglaterra domina;
forzar mucho el discurso para convencer y mediandoadenias la particular circunstancia
persuadir, que á mas de inútil, nos es en de las tradiciones poco favorab-les á la amis-
estrerno perjudicial y peligrosa. A escepcion I tad, las que todavía.conservan ambas nacio-
de un número muy reducido de hombres, nes : no se han olvidado aun los reinados de
que por sus principios, antecedentes ó par- Felipe II, defensor acérrimo del catolicismo
ticulares designios, muéstranse decididos así en España como en el resto de Europa;
sostenedores de la influencia inglesa, la ge- y el de Isahel , encarnizada.perseguidora de
neralidad de España sin escepcion de ningun la Religion Católica en sus dominios, que
partido, se manifiesta abiertamente contraria afirmóademas la iglesia anglicana, y apoyó
á toda alianza con Inglaterra, y propende el protestantismoen los demas paises,cuanto
visiblemente á desconfiar de aquella poten- le fue posible.
cia, aun cuando no se mantengan con ella Las costumbres de las dos naciones no
mas que las indispensables relaciones de tienen ningun punto de semejanza: al pisar
buena armonía. Y no es difícil descubrir la el suelo de la Inglaterra, se conoce, se sien-
causa de semejante aversion , puesto que no te instintivamente esta diferencia profunda.
es menester un profundo conocimiento de Como quiera que los dos pueblos han vivido
la política v de la diplomacia, para ver desde en completo apartamiento el uno respecto
luego lo qu.e la Península puede prorúeterse del otro, no se encuentra ningun punto de
de su intimidad con la Gran Bretaña. contado ni aproximacion; las leyes de los


Examinando la respectiva posicion de las dos paises, el sistema de gobiernoá que du-
dos naciones, echase de ver que no existe rante largo tiempo vivieron sometidos, la
ningun vínculo que pueda mantenerlas uni- ninguna analogía de su adrninistracion, vie-
das, y que todo cuanto en esta materia se nen á sancionar esta diferencia que otras
intentase, ha de ser por necesidad facticio, causas de suyo harto poderosas tienen esta-
y por consiguiente poco duradero. Porque ' blecida ; resultando que así se parecen en
conviene no perder de vista que la solidez 110 intelectual y en lo moral, ingleses y es-
y estabilidad de las alianzas no depende de pañoles, corno las nebulosas orillas del Tá-
la voluntad de los gobiernos aliados; entran mesis á las risueñas márgenes del Guadal-
para mucholos pueblos, y no es posibledes- quivir y del Tajo.
entenderse de ellos, si se ha de conseguir A pesar de tamaños inconvenientes, no se
algo que ofrezca garantías de buenos resul- podria llamar temeraria la tentativa de acer-
tados. cal' á las dos naciones, fomentando laamistad


Aplicando este principio á la alianza de la y fraternidad entre los dos pueblos, y pre-
España con la Inglaterra, notaremos que no I parando de esta suerte alianzas sólidas y du-
existe ninguna de las condiciones que en se- raderas entre los dos gabinetes, á no medial'
mejantes casos conducen á estrechar y for- otras circunstancias que las hacen de todo
titicar los lazos que pudieran formar los go- punto imposibles.
biernos. Nunca, durante la situacion actual de las


En primer lugar, los dos pueblos no solo dos naciones, podría ser la alianza ele la Es-
hablan idioma muy diferente, sino que tam- paña con la Inglaterra otra cosa que la su-
bien,ha faltado entre ellos la comunicacion mision del gabinete de Madrid al gabinete
precisa para difundiralgun tanto la inteligen- de San James, que el sacrificio de nuestros




- 97-
intereses á los intereses de la Gran Bretaña.
Las cumpensaciones recíprocas no serán otra
cosa que velos mas ó menos traspareutes,
para cubrir este sacrificio de nuestro bien-
estar y prosperidad á los intereses de la pre-
tendida amiga.


La razon de lo que se acaba de decir no
es difícil de adivinar: existe una verdadera
oposicion de intereses entre las dos nacio-
nes ; el progreso de los unos será por nece-
sidad en menoscabo de los otros. No igno-
ramos las hermosas utopías de la comunidad
é identidad de intereses de todas las nacio-
nes; nosotros, sin negar que hay ciertos
puntos generales en que efectivamente esta
utilidad se enlaza y hermana, opinamos que
hay muchísimos otr?s enque dichos intereses
se hallan necesanamente encontrados; y
por tanto siendo indispensable la rivalidad,
cada cual debe procurar sacar de su posición
el mejor partido posible, promoviendo su
convenienciasin apartarse de la justicia. Tan
sencilla es la razon en que se funda la ver-
dad de las ohservaciones que preceden, co-
mo lo es que estan en oposicion los intereses
del vendedory losdel comprador, los de dos
vendedores que concurren á un mismo mer-
cado, los de dos aspirantes á un mismo em-
pleo, los de dos ambiciones que tienen tija
su mirada en un destino en que ambas no
pueden tener cabida á un mismo ticmpo.


La Inglaterra bajo el aspecto político y
mercantil, está en oposicion con la España;
el aumento y desarrollo de los verdaderos in-
tcreses de la una, dañará por indeclinable
necesidad los de la otra. Dejemosaparte por
un momento los mercantiles, por no repetir
lo que mil y milveces se ha dicho ya, y mi-
remos la cuestion bajo un punto de vista de
mayor estension y altura, y en que no sea
dable sospechar interesadas miras de provin-
cialismo. ¿ Conviénele á la Gran Bretaña que
la nacion española se levante de la postra-
cion en que yace, que tome aliento y brío
para ocupar de nuevo el rango que le COI"
responde entre las naciones europeas? ¿no
es cierto, ciertísimo, que no? Quien lo con-
trario pretenda, si quiere dar á su opinion
tan-solo un débil viso de probabilidad, ne-
cesario es que borre del mapa de la Penín-
sula el importantísimo punto de Gibraltar, en
cuyas fortalezas ondea el pabellon británico;
necesarioes que haga desaparecer del mismo
mapa el vecino reino de Portugal, casi re-
ducido á una simple colonia de Inglaterr;a


menester-le será probar, que nada le impor-
tan á la Inglaterra tan preciosas joyas, ó que
sus hombres de estado serán tan imhéciles
que no prevean el peligro que, las amenaza-
ría, desde que la España recobrase su an-
tigua pujanza; menester le será probar, que
aun dado caso que no se hallara en la misma
situa~i~n topogr~fica del pais una razon po-
derosísima para formar de toda la Península
una sola nacion, no es al menos la influencia
española la que por todos títulos debiera
prevalecer en Portugal; menester le será
prohar , que un reino que se sintiese con
fuerzas bastantes para arrostrar grandes
compromisos, no escogitaria todos los me-
dios, no tantearía mil y mil combinaciones
no emplearia cuantos recursos tuviese á l~
mano, no andada á caza de favorables co-
yunturas, para apoderarse nuevamente de
Gibraltar, echando de la propia casa ese
centinela de vista.


Auncuando no mediaran otras causas que
engendrasen oposicion de intereses entre
ingleses y españoles, las indicadas fueran
por .cier~o poder?sas ~n demasía para pro-
ducirla tuerte , viva, intransigihle. La histo-
ria ~ la esperienci~ ~nseiían de consuno, que
motivos de muchísimo menos valer ocasio-
nan inestinguibles rivalidades, acarreando
á menudo gue!~~s sangrientas, La posesion
de una pequerusima Isla en lugares al pare-
cer insignificantes, la demarcacion mas ó me-
nos escrupulosa de una frontera, una fortaleza
colocada en un punto de suyo pocoinfluyen-
te en las operaciones militares, un pedazo
de tierra junto á una remotísima ensenada,
el mayor ó menor ascendiente en los nego-


I cios del gobierno de un pais situado á lar-


I
guísima distancia, y cien y cien otras cau-
sas menos poderosas, motivan los mayores


I esfuerzos de la diplomacia, v provocan es-
trepitosos rompimientos; ¿qué será pues
tratándose de la influencia sobre un reino
situado en posicion ventajosísima, para Lo-


I das las operacionespolíticas, militares y mer-
cantiles que se intenten sobre el occidente
de Europa, Mediterráneo, y costas de Afri-
ca? de un reino, que entre los restos de
su pasada grandeza, conserva todavía gru-
pos' de preciosas islas, muy bien situadas
para servir de escala en el tránsito de Euro-
pa á América, al África y al Asia? ¿qué
sera tratándose de un punto comoGibraltar,
llave del Mediterráneo, punto de apoyo para
operar sobre la Península, el Africa v el At-B .




- us-
lantico? 1\0; la astuta, la previsora Ingla- adquirir aquella preciosa colonia, por medio
terra , no es tan torpe, tan ciega, que no de negociaciones ó de un golpe de mano,
vea lo que es mas claro que la luz del dia: ¿no seria muy ventajosa para ella la eman-
ú saber, que desde el instante que la España cipacion, que produciendo primero larga sé-
volviese á su antiguo esplendor y poderío, rie de desastres v turbulencias, viniese á
desde el instante que elleon de Castilla pu- parar al fin ú una independencia precaria,
diese medir sus fuerzas con el leopardo bri- forzadaá demandar humildemente la sombra
tano , comenzaría la rivalidad, siguiendo de un alto protectorado? ¿no ahriria de esta
despues las hostilidades, hasta haber recon- I suerte la Inglaterra un nuevo desahogo para
quistado lo que la naturaleza misma le está I sus sobreabundantes productos'? ¿no mejora-
indicando como de su pertenencia. Cuando ría la situacion de sus colonias destruvendo
lord Clarendon v sir Roberto Peel, nos estan la prosperidad de un rival temible? Las ten-
halagando con sus sentidas protestas del de- tativas que se estan haciendo para arroba-
seo que abrigan de nuestra prosperidad, de tamos aquel inestimable tesoro, los tene-
nuestra dicha, de nuestra libertad é inde- i brosos manejos que se emplean para provo-
pendencia; reflexionemos que los que hahlan ! cal' una insurreccion, cubriéndolos con el
no son escritores entusiastas, no son poetas! hermoso velo del amor de la humanidad, v
,le quienes pueda suponerse que se mecen aparentando UIl entusiasmo por el hieu de sus
en doradas ilusiones, en sueños cándidos y semejantes que raya en la demencia, como
puros, en galanas utopías por el bien de la hemos visto recientemente en el ex-consul
humanidad: reflexionemos que son hombres Turnhull , son la respuesta mas decisiva que
de estado de la Gran Bretaña, encargados ,1 darse pueda á las indicadas cuestiones; esto
de la defensa y fomento de los intereses de I


I
1 revela hien á las claras, cuáles son en las


su pais, colocados á manera de atalayas para Antillas Jos intereses de España y cuáles los
acechar cuanto puede favorecerle o dañarle; de Inglaterra.
reflexionemos que son hombres que consa- I Volviendo al Oriente nuestros ojos nos en-
gran su vida entera a combinar, á negociar, contramos con el pabellonde la Gran Breta-
á intrigar, á maniobrar en pro de la gran- ña flotando victorioso en los puertos de la
deza , de la prosperidad, de la influencia y China, v descubrimos vivo movimiento de
poderío de su patria; lijemos entonces nues- SIlS diplomáticos y de sus emisarios, para
tras miradas sobre Portugal y Gibraltar, y de aprovechar lo que tan felizmente ha comen-
seguro que sin necesidad de otra considera- zado la suerte de las, armas, y esplotar las
cion , se disiparán en un momento las im- nquezas de aquellos inmensos paises, cer-
presiones agradables, que causarnos pudie- rudos hasta el presente á la ambicien y co-
ran las mas graves protestas, las mas dicia de los europeos. Un ancho porvenir es-
ardientes espresiones de buen afecto y des- tendiéndose en vasto horizonte, CUyOS lími-,
interesada amistad. tes no alcanza la vista, se abre de par en


Si lo 'dicho hasta-aquí hasta y sobra para par á la actividad, al febril ardor de esa gran
convencer de qne la Inglaterra tiene un inte- nacion que no calle en el mundo. Las puer-
rés poderosoen qne la España no se levante tas de hierro que mantuvieran ti los innume-
del abatimiento en que yace, existen todavia rabies habitantes del imperio celeste aislados
otras razones que llevan la espresada.verdad durante treinta siglos, cayeron bajo los ea-
á una evidencia que no consiente réplicas de ñonazosde la armada inglesa, y los manda-
ningun género. Hasta ahora nos hemos ceñí- rines que creyeran inespugnahlcs sus ha-
do á considerar los intereses británicos ves- luartes, viéronse obligadosá pedir de rodillas
pañoles , con relacion á Europa; pero esteu- la paz. , y á P?sar á bordo de las vencedoras
diendonuestras miradas á la América v al naves, para firmar los tratados que con al-
Asia, encontraremos no menos graves moti- tivo adernan les prescribiera el almirante,
vos de incesante rivalidad. El interés de la Gran Bretaña despues de


¡,Quién podrá persuadirse que sea con- tan señalado triunfo, consiste en asegurar
veniente á la Inglaterra que la isla de Cuba por todos los medios posibles esa nueva COH-
esté bajo el dominio del gobierno español? quista, continuando las negociaciones, vem-
¿quién no ve que debe de encontrar en esto I pleandode nuevosimenester fuere las armas
un obstáculo, un estorbo, que de todos mo- 1 para ir rccnbnnrlo cada dia concesiones mas
dos le importa remover? Si no le es posible II ventajosas. Conviénele no dejar encomenda-




- \)9 -
do ala huena féde los chinos el cumplimien- :1 sion. j ella. activa !e aprovechará de nuestra


.to de los tratados, y así es probable que! negligencia ; ella interesada en nuestro aba-
discurrirá todos I~s medi~s imagiuablespa - I11 timiento y postracion , procurar~ envolveI:nos
ra estar pronta a todo linaje de complica- " mas y mas en la red que nos tiene tendida,
ciones que puedan ocurrir. Si bien para 11 y en la que estan ya nuestros pies; ella sa-
grangcarse el nombre de filantrópica, y ml- gaz conocedora de nuestro orgullo nacional,
quir el título que ambiciona de protectora disfrazará con brillantes y seductores velos
de la causa de la civilizacion y de la huma- los progresos de su usurpacion, como el r):lp-
nidad, aparenta proeurar que las ventajas til que con mirada fascinadora va atrayendo
que reporte se estiendan tamhien á los dernas á su inflamada boca la cándida avecilla.


•pueblos civilizados, esforzándose en acallar Cuando sostenemos los daños que nos
de esta suerte las quejas y murmullos que traería toda alianza ron la Inglaterra, y los
de todas partes se levantan contra Sil amhi- peligros que consigo lleva Sil amistad dema-
cion y codicia; no dejará de cuidar que siado íntima, no es nuestro ánimo inducir á
le quede la mayor parte de! pingue bo- que se ponga España en desacuerdo con
tin, y de vigilar cautelosamente los pasos de aquella nacion , provocando su enemistad y
cuantas naciones se presenten en la nueva su odio. Muy al contrarin , oreemos que sc-
arena. El mismo movimiento europeo que mejante conducta seria imprudente en estre-
allá en Oriente se promoviere, no se olvidará mo ; y hasta nos atrevemos á indicar, que
de esplotarlo en provecho de los intereses entre las faltas cometidas por el partido mo-
propios, y mucho será si su diplomaciaapo- derado en España, haya sidoquizás una y no
yadn en las colosales posesiones de la India, despreciable, el no observar con respecto á
y en los ventajosos tratados de la China, no Inglaterra una conducta mas atinada y pre-
tiende á sus adversarios y rivales lluevas é visera. En efecto: si la amistad de aquella
inestricahles redes. gran nacion no nos es provechosa, tampoco


En vista de esta posiciun de la Gran Bre- nos es favorable su enemistad; y asi fuera
laña en los paises y mares de Oriente, ¿há- una imprudencia en los hombres que diri-
llause por ventura sus intereses hermanados giesen los negocios del pais , el darle por
con los nuestros '? Aun cuando se suponga causas livianas, motivos de queja y descou-
que no le conviene la posesion de las islas tento , y el herir su susceptibilidad, incli-
Filipinas, y que prefiere dejarlas en nuestro nándose á favor de otra nacion , que ella ha
poder á cargarse con los compromisos de mirado siempre y mira todavia , cuando no
otra colonia, siempre es cierto que no puede como enemiga, al menos comorival.
serle agradable que la nacion que las posee Al débil no le es regularmente IlIUY pro-
levante demasiado el vuelo convirtiéndose vechosa la alianza con el fuerte, porque
en rival temible. acontece casi siempre laque se significaen la


De la reseña que acabamos de presentar, famosa fábulaque anda en boca de todo el
se deduce con toda evidencia, que la Ingla- mundo. tos escasos recursos de que el dé-
tena tiene en todas parles sus intereses en hil puede disponer, se aprovechan para el
oposicion con los nuestros; resulta que es logro del objeto; pero cuando se trata del
un absurdo el suponerle sinceros deseos de repartimiento de los beneficios obtenidos,
nuestra prosperidad , y que por tanto es pre- ,cábele al fuerte la parte principal cuando no
riso escuchar con la mayor desconfianza sus la totalidad, por la sencilla y convincente
protestas de amistad afectuosa, no hacer razón de que es fuerte. Por mas que esto
ningun caso de sus ardientes votos por el ! sea de una verdad incontestable, no se si-
fomento y desarrollo de nuestra riqueza, gue que al débil le sea provechoso el escitar
por el aumento de nuestro bienestar, por el contra sí la animadversióndel fuerte; la pru-
restablecimiento de nuestra independencia y dencia aconseja la línea de conducta que de-
¡loderio. En todas las alianzas que con ella be observarse, cifrada en dos palabras: niiagamos , llevaremos por necesidad la peor alianza ni enemistad. .
parte; ella poderosa se aprovechará ele nues- Basta tener una idea del inmenso poderío
tra dehilidad; ella rica se aprovechará de de la Gran Bretañapara convencerse de cuán
nuestra pobreza; ella codiciosa esplotará imprudente fuera, ni provocar abiertamente
nuestro suelo todavía virgen; ella previsora su cólera con atrevidos desmanes, ni irritar
y astuta se aprovechará de nuestra imprevi- su orgullo otorgando á otra potencia cual-




AIITlcrLo 11.


Publicado en Barcelona en mayo do UHJ.


Cumpliendo Jo que en el número anterior
tenemos prometido, vamos á tratar de las
ventajas ó inconvenientes que puede ofre-
cernos la alianza francesa. Y para tlue no
se dé á nuestras palabras un sentido que no
tienen, advertiremos que al rechazar la in-
dicada alianza, ni siquiera pensamos en los
hombres que actualmente empuñan las rien-
das del gobierno en aquel pais y en el nues-
tro, y hacemos completa ahstraccion del
estado actual de las relaciones del gabinete
de Madrid con el de las Tullerías. Coloca-
mos la cucstion en terreno mas anchuroso:
cosas de suyo grandes deben ser contem-
pladas en un cuadro mas estenso , en hori-
zonte mas vasto; y se las desnaturaliza y
mutila cuando se tiene empeño en circuns-
crihirlas al estrecho ámbito de las bande-
rías políticas y de los intereses perso-
nales.


Parécenos que la cuestion quedará plan-
teada en los términos convenientes formu-
lándola de la manera que sigue: ¿ Qué bie-
nes puede traernos la alianza francesa? ¿Qué
males puede ocarrearnos ? Para mayor cla-
ridad procuraremos examinar por separado
los dos puntos; bien que se roza de tal ma-


(1) Por donde se vé que)a oposícion (Iel
autor de estas líneas á la alianza francesa, es ano
terior á la cuestion del matrimonio.


- 100 -
quicra , no diremos decisiva preponderancia, I1 sion 110 miramos la francesa. Tambieu de
pero ni aun predilccciondemasiado marcada. ¡i esta opinamos que bienes no puede traernos-


La Inglaterra tiene á la mano muchosme- ¡'¡lOS; males sí, de mucha gravedad. El exá-
dios de dañarnos ; y si bien estamos conven~ I men de la respectiva situación de las dos
cidos de que cn todo evento los empleara .. naciones, v los escarmientos de la historia
porque asi cumple á sus intereses, opinamos v de la esperiencia vendrán en contirmacion
no obstante que no es poco lo que pueden de lo que acabamosde decir (1).
contribuir la sagacidad y cordura del gobier- La demasiada estensionque va tomando
no español, en que ni se empleen en tanta este artículo nos impide desenvolver estas
abundancia esos medios, ni se active con indicaciones en el presente número; haré-
tanto ahinco su eficacia. Desde el momento moslo en uno de los inmediatos, con la es-
que el gabinete de San James se convenza tensiorr v detenimiento que reclama la im-
que el de las Tullerias predomina en Ma- portancia de la materia.
drid , v que la política de Luis XIV se ha
rcstabfecido abatiendo de nuevo los Pirineos,
desde entonces será no solo nuestro rival,
sino nuestro enemigo, tenaz, irreconcilia-
ble: pues que su interés y hasta su honor
no le permitirán contemplar sin indignacion
profunda un estado de cosas que tan mal pa-
rados los dejara. En tal caso echaría mano
de todos los medios imaginables para per-
turbar nuestra tranquilidad en lo interior, '
para i~surreccio~ar nu~stras colonias , para
destruir nuestra industria y comercro , ape-
lando quizás á recursos que en las carteras
ministeriales deben de tener apuntados sus
hombres de estado, para sacarlos á plaza en
el último estremo.


¿,Qué interés podernos tener nosotros en
prestarnos á servir de arena en la lucha de
dos poderosos rivales , en entregarnos como
un corderoaquien dos fieras que se disputan
la presa matan y descuartizan? Si no nos
conviene la alianza de la Inglaterra, ¿podrá
sernos útil la de la Francia? ¿será verdad que
restableciendo la politicade Luis XIV, traba-
jemos por nuestra dicha, por nuestra prospe~
ridad é independencia? ¿será verdad que m
en el estado normal ni en situaciones estraor-
dinarias , pueda sernos útil el constituirnos
en sátelites de la políticafrancesa? Mucho lo
dudamos, ó mejor diremos, opinamos en
sentido muy diverso. Creemos que por mu-
chas razones le importa á la España el no vi-
vir en amistad demasiado íntima y esclusiva
con la Francia; creemos que lejos de sernos
provechosa esta línea de conducta podria
acarreamos perjuicios de mucha cuenta; y
que fuera lo mas á propósito para empeñar-
nos en una nueva serie de calamitosas con-
secuencias. Hemos manifestado nuestro pen-
samiento sobre la alianza inglesa, y por
cierto que no la hemos favorecido; pero de-
bemos añadir, que pocofalta si con tal aver-




- 101 -
nera el uno con el otro, que no siempre se-
rá fácil conservar el deslinde.


lo Qué bienes puede traernos la alianza
francesa '? Volvemos los ojos á todas partes;
consideramos los objetos bajo el aspecto
religioso, bajo el social, bajo el político,
bajo el industrial v mercantil; divagamos
por todas las regiones, interrogamos la his-
toria, consultamos la esperiencia, conjetu-
ramos sohre el porvenir; en ninguna parte,
en ningun sentido acertamos á ver que pue-
da sernos provechosa la alianzacon la Fran-
cia; no descubrimos ninguna utilidad en
relaciones demasiado íntimas: solo encon-
tramos que nos es conveniente el vivir en
paz con ella, con la buena armonía que de
SUyO demanda la vecindad.


Nuestra independencia para nada necesi-
ta de la Fraucia, dado que el espíritu del
siglo, la actual diplomacia, una posicion
peninsular y en el último estremo de Eu-
ropa, nos ponen á cuhierto de todo ataque
de la ambicien estrangera. La Inglaterra
misma, ni piensa ni pensar puede en ata-
car nuestra independencia sino por medios
indirectos, disfrazados, dirigiendo con sus
consejos y mandando con sus exigencias.
Podria parecer á primera vista que para es-
te objeto es necesaria la alianza francesa,
pues que el contrapeso de esta destruiria
la preponderancia del gabinete de San Ja- .
mes; pero bien miradas las cosas no es esta ;
la consecuencia que de ahí se infiere; por-
que no seria dable lograr que desaparecie-
se la preponderancia inglesa, queriéndola
matar con el ascendiente de la francesa,
sino otorgando á esta última un desmedido
valor, lo que por necesidad nos acarrearía
una independencia indigna de una nacion
grande! pundonorosa: por sacudir un yugo
nos someteríamos á otro no menos innoble
y pesado.


La' política española tiene en esta parte
bien trazada la línea de conducta que le
conviene seguir: mantener en equilihrio
las dos influencias rivales. Ycuando de este
equilibrio hahlamos, no entendemos acon-
sejar una política vacilante entre los dos
impulsos opuestos, que ora se incline á una
parte, ora se abalance á la contraria, con-
virtiendo la nacion en un campo de intrigas
y el gohierno en miserable juguete de am-
hicioues estrangcras : empleamos la palabra
cquilihrio , pard significar aquella actitud
independiente é hidalga que cumple á la


monarquía de Isabel I y de Felipe 11; de
aquella actitud que escucha con prudencia
y cortesía los consejos agenos; pero que los
rechaza con desden tan luego como toman
el tono de la superioridad; aquella actitud
que hace justicia á las reclamaciones fun-
dadas en derecho, pero que responde con
generosa indignación á exigencias injustas,
v que venido el caso sabe tirar la pluma y
desenvalnar la espada.


y cuenta que semejante política no es
un sueño dorado; es muv realizable, siem-
pre que al frente de los ñegocios tengamos
verdaderos hombres de estado, que com-
prendan la verdadera situacionde las cosas,
v se emancipen completamente de las in-
fluencias de las pandillas y hasta de los
partidos; que ante todo sean españoles, y
celosos únicamente del honor v de la inde-
pendenciade su patria. Esta rnisma rivali-
dad que existe entre la Francia y la Ingla-
terra , es un escelente elemento para soste-
nernos en una posición libre , desembaraza-
da, propiamente española. Si solo tuviéra-
mos á nuestras inmediaciones una de las
dos potencias, fuéranos muy dificil, aten-
dida nuestra desgraciada situacion , tlue no
nos viéramos precisados á rendirle cierta
especie de homenage. Pero ahora cada una
de las fuerzas se hallaría neutralizada por
la contraria; v cuando en un sistema exis-
ten dos de esta naturaleza, nada queda
qne hacer para mantenerlas en equilibrio
sino cuidar que la una se halle siempre al
encuentro de la otra. ¿ Pensais que la In-
glaterra se empeñaría fácilmente en des-
avenenciascon España que pudiesen acar-
rear un rompimiento? ¿Pensais que en caso
de enemistad con la Francia , viera el go-
bierno de la Gran Bretaña que el gabinete
de las Tullerías toma con nosotros una ac-
titud amenazadora, sin ponerse. mas ó me-
nos abiertamente de parte del de Madrid?
lo Pensais que lo propio no sucediera á la
Franela en caso de hallarse en situacion se-
mejante? Claro es que repugnando á los in-
tereses deambas potencias el que su rival
alcanzase sobre la España un triunfo de-
cisivo que pudiese acarrear un escoso de
influencia, procurarian evitarlo portodos los
medios posibles, apelando si necesario fue-
se á la guerra.


Ambas naciones lo meditarían muy dete-
nidamente antes de empeñarse en ¡lila lu-
cha con nosotros 7 pues que aun prescin-




-IO~ -
diendo del temor.que mutuamente se inspi- el decoro del pnis, Aeste punto va dirigién-
rarian , la guerra de la Independencia ha dose el espíritu de la inmensa mayoría del
dejado profundos .recuerdos que no hacen pueblo español, por mas que la fiehre 1'0-
muy agradable una tentativa de invasion. lítica que le agita y perturba parezca indi-
El sembrar discordia, el promover intrigas cal' lo contrario. si hien se observa. esta
que no nos dejen nunca en sosiego, son fiehre está limita~a á un círculo nHl'y pe-
Cosas muy hacederas, y que no cuestan mas queño; la generalidad de los españoles no-
que el tiempo que en la tarea emplean .los ha adolecido nunca del frenesí revolncio-
agentes, lÍ cuando mas algun sacriliciopc- nario , ni aun ('11 las épocas en que este se
cuniario; pero intentar una guerra es asunto presentaba como mas estendido. Hasta aque-
mas sério, en que no darían voto favorable lIos mismos que participaron de ilusiones
ni Wellington ni SOIlIt. 1<:mpresa de que sa- van volviendo en sí; el escarmiento engcn-
liera mal parado el capitan del siglo, no es dra en los ánimos el desengaño , v con el '
para acometida livianamente. desengaño viene la sensatez, que aprecia


Aquella guerra inmortal reveló en los es- los hombres y las .cosas en su justo valor.
pañoles una energía y tenacidad que no se Tampoco es verdad (l\le desde! SOR la
ha visto en ningun pueblo de Europa. Se energía de Jos españoles hayamenguado hasta
dirá tal vez que la nacion de ahora no es el punto que se quiere suponer. Heflexionan-
la de 1808, que los elementos constitutivos de sohre la última guerra de los siete MIOS,
de nuestra robustez se han debilitado Il1U~ despojándose de todo espíritu (le parciali-
cho , que las discordias intestinas han tra- dad, contemplando con los ojos de un es-
bajado la nacion incapacitándola para gran- trangero la arena del comhate, echase de
des esfuerzos: pero sin que pretendamos ver que diflcilmcnte se encontraría pueblo
poner en duda la parte de verdad (Iue en en el mundo (llIe ofreciera por espacio de
estas observaciones se encierra , no nos pa- tantos años y en número tan crecido, las es-
rece sin embargo que sean de tanto peso cenas de heréicovalor , de inalterable /'01'-
como algunos podrían creer. En primer In- íaleza , de invicta constancia que se prcsell-
gar no es exacto que nuestros elementos ciaron entre nosotros. Olvidemos los actos
de robustez hayan perecido en su mayor de barbarie y de atrocidad inspirados por
parte; existen todavia ,pero dispersos, des- la sed de venganza y por la frenética exal-
parramados, sin punto de apoyo ni reunion, tacion de los partidos que atizaban á los
esperando para mostrarse y obrar el que se combatientes; olvidemos aquellas catastro-
adopte un sistema de política nacional, gran- fes, cuya memoria pasará á la posteridad
de, generosa, cual cumple al decoro y pros- como fi/)gm mancha en las púginas de nues-
peridad de tan ilustre monarquía. Y cuan- tra historia; que á pesar de semejantes cruel-
do de política nacional hablamos, entendc- dades , de que no está exenta ninguna gller-
mos que quien ha de adoptarla ha de ser ra civil, descubriremos en los principales
un gohierno verdaderamente nacional, que sucesos de la formidable lucha un fondo de
si propende mas ó menos á las doctrinas de valor de hidalguía v heroismo <[ue recuer-
este ó aquel partido no consienta en ser da lo~ descendientes de los vencedores de
instrumento de ninguno de ellos, ni olvide Pavía y San Quintin.
que los hombres q'ue gobiernan no deben Estos hechos no han pasado sin fruto a
tener otra guia que las reglas de justicia y los ojos de la Europa: ella ha tenido el
las miras de conveniencia pública. En se- bárbaro placer de contemplar la sangrienta
mejante estado de cosas, esevidente que arena sin tomar ninguna medida para res-
se traha}arill sin descanso en debilitar y es- tañar la sangre que corría en abundancia,
tirpar si posible fuese los gérmenes de dis- antes bien atizando á {os comnaüontes ; pe-
cordia , en restablecer la nacionalidad, cn ro no 10 dudemos, en medio de su apa-
avivar el espíritu patriótico, en procurar rente indiferencia se ha estremecido. En
que los partidos, si continuasen en su exis- Navarra, en Aragon, en Cataluña , ha co-
tencia tuvieran al menos el desprendimiento nocido todavia á los hijos de la nacion im-
necesario para acallar la voz del resentí- pcrtérrita que sola, sin mas recursos que
miento y sacrificar sus particulares intere- su valor, arrostró impávida la colosal IlU-
ses en las aras del bien comun, siempre I junza del capitan del siglo, que no dejó las
que asilo reclamaran .la independencia y . armas de la mano hasta verle derribado de




- ·Ioa -
su solio. Asi , por mas que se nos haya
motejado , ha conocido la Europa lo arries-
gado de una tentativa de invasion; y ni la
Francia ni otra potencia cualquiera, se atre-
verian á semejante paso en viendo, no di-
remos nna union completa entre todos los
españoles, sino tan solo una mayoría algo
respetable, decidida á oponer resistencia.


Estas consideraciones dejan hien en cla-
ro que nuestra independencia no corre ries-
go de recibir ataques de mano armada; y
asi nada tenemos que recelar de la Francia
ni de la Inglaterra, ni para sostenernos nos
es necesario mendigar el apoyo de ninguna
de estas dos potencias. Todo lo cual adqui-
rirá mayor fuerza si se advierte que el con-
trapeso de las grandes potencias de! Norte,
contribuye sobremanera á ponernos á cu-
hierto de todo ataque por parte de las na-
ciones vecinas, porque es claro que no pu-
dieran consentir ni el desmembramiento del
territorio de la Península, ni la sujecion vio-
lenta del pabel!on español al de Francia é
Inglaterra, sin dar por el pie á la obra del
equilibrio europeo, para cuyo sostenimiento
se han hecho y se hacen aun esfuerzos tan
costosos.


Supuesto que la alianza francesa de nada
puede servimos por lo que toca á la conser-
vacion de nuestra independencia, que es lo
que pudiera halagar algun tanto y hasta au-
torizar ciertos sacrificios, veamos ahora si
considerando la cuestion bajo otro punto de
vista será dable encontrar otros motivos que
nos impelan tÍ. continuar la obra de Luis XIV.
Se está diciendo á cada paso que hrilló en
ella el genio de un gran rev; y si muchono
nos engañamos,esto e1uivafe á significarque
la Francia salió muy gananciosa con la des-
aparicion de los Pirineos. Mas como quiera
que nosotros no dehcmos mirar las cosas
bajo el punto de vista de la conveniencia
francesa sinoespañola, es necesario, si á la
alianza se nos quiere inclinar, que se nos
muestren las ventajas que de la misma nos
han resultado, manifestándonos por ahí las
que podrían resultar en' adelante. Concíbese
muy bien que á la Francia separada de la
Inglaterra solo por un brazo de mar, fronte-
riza al Norte y al Oriente con poderosasna-
ciones, espuesta á menudo á gravísimoscom-
promisos y ú conflictos arriesgados por su
misma posición topogr.iíica y por el estado
de las 'relaciones de las potencias europeas,
puede interesarle el tener á sus espaldas un


resguardo en la alianza de una nacion res-
petable, de carácter leal y generoso; alianza
que en niugun caso podrá acarrearlc daño,
ni empeñarla en lances desagradables, antes
sí servirle de mucho en las eventualidades
de un rompimiento con el resto de Europa.
Pero no es asi por lo tocante á España; y re-
corriendo la historia desde el entronizamien-
to de la casa de Borhon, dudamosque pueda
señalarse un solo hecho en prueba de lo con-
trario. La'España se ha visto repetidas ve-'-
ces empeñada en compromisos por motivo
de la Francia : el pacto de familia nos ha
traido gravísimosmales , que no han sido
compensados por ningun bien.


Federico el Grande decía que si él se ha-
llase rey de Francia, no se dispararía en
Europa un solo cañonazo sin su permiso.
Este pensamiento espresa la necesidad en
que se halla aquella uacion de estar conti-
nuamente mezclada en todas las grandes
cuestiones europeas, de resentirse y aun
participar vivamente de cualquiera agitación
Ó acontecimiento que tuviere lugar en las de-
mas naciones, y de producir á su vez estre-
mecimientos ó trastornos en las otras cuan-
do ella sufra alguna revolucion ó considc-
rable mudanza. Si otras circunstancias no
mediaran ¡ bastarían las indicadas para de-
mostrar cuán imprudente fuera el mantener
relacionesdemasiadoíntimas con esta nacion:
en tal caso nuestra conducta se asemejara á
la de aquellos hombres indiscretos, que pu-
diendo vivir tranquilos en el seno de su fa-
milia se entrometen en casa agena , arres-
trando disgustos y esponiéndoseá perjuicios.


Las razonesarriba espresadas militantam-
hien con respecto al.tiempo anterior á la re-
volucion de 1789; pero desde aquel colosal
acontecimiento, y particularmente desde la
última de '1830 , .son tantas y tángraves las
consideraciones lJueaconsejan prudente cau-
tela, que en presencia de ellas parecen de
poca importancia las que acabamosde espo-


i ner. Una dinastía nueva ,y con ella un ór-
den de cosas enteramente nuevo, traen
siempre consigo complicaciones tan difíciles
y pueden acarrear eventualidades tan varias
é imprevistas, que es menester precaverse
con mucho cuidado contra sus consecuen-
cias.


La Europa entera ha reconocido los he-
. chos que fueron el resultado de la revolucion
i de julio, pero semejante reconocimiento no


le ha impedido el mantenerse en cierta acti-




- ·104·-
tud de prevención y desconfianza, cual si dor del trono dos docenas de hombres de
temiera que de un momento a otro viniesen principios mas Ó menos parecidos, pero que
sucesosinesperados á dará las cosasun sesgo difierenun tanto en la aplicacion, corno de-
peligroso. Y no se crea que siga la Europa hen diferir por necesidad no cabiendo todos
esta línea de conducta por motiro de las ma- juntos en el ministerio. Quién se arrima un
yores ó menores simpatías que conserve con poco mas á la derecha; quién se inclina un
la rama caida, ni porque dude de las miras tanto á la izquierda; quién procura ruante-
pacificas y tendencias conservadoras de la nerse equilibrado y aplomado en el centro;
reinante: en cuanto á lo primero, pesa muy quién, no contento de su posicion , pasa de
poco en la balanza de la actual política de una aotra tila como villano desertor; quién
los gabinetes el interés de un individuo ni se coliga con opiniones las mas contrarias
de una familia, para que alcancen á recabar para el santo objeto de derribar un ministe-
tanta consideracion , ni influyan en el curso rio , con la piadosa intencion de ocupar las
general de losacontecimientos; y por loque sillas vacantes: estos hombres por circuns-
toca á losegundo, trece años de trahajos y tancias particulares tienen en su mano los
de fatigas en contener la revoluciou , y de destinosde la Francia; el rey, que loscono-
concesiones V deferencias á los deseos v ce y conoce tamhien ia situacion propia y la
susceptibilidades de los gohiernos estrange- del pais que gobicl'l1a, cree que es necesario
ros, son prueba nada equívoca de que se contemporizar, sufrir, tolerar, hasta que á
tiene la voluntad de no permitir, en cuanto él, ó á sus hijos ó nietos, se les ofrezca la
posible sea, el desbordamiento de las ideas ocasion de obrar de otra manera; y asi se
revolucionarias, y que lejos de pensar en I mantiene paciente en esta desagradable si-
propaganda ni en resucitar cuestiones re- tuacion, sacrificando á los unos a las exi-
sueltas en 18'15, solo se trata de no perder gencias ambiciosas de losotros, para sacrifi-
lo que se posee, anudando lo presente con ! cal'luego á estos últimos á la ambicien de los
lo pasado, y esforzándose en hacer mas y primeros. ¿Dudais tal vez de la verdad y
mas respetable el hecho, haciendo en cuanto exactitud de lo que se acaba de decir? A la
cabe, olvidar elorígen.lnfiérese de aquí que mano está un medio muy fácil de comprobar-
la desconfianza que abriga la Europa, y tan lo: contad losmuchos ministerios que se 6U-
visible se presenta á cada oportunidad que ceden, y notad las pocas personas á que los
se ofrece, nace de la misma naturaleza de cambios se reducen v de quienes procede la
las cosas, y de que la Francia está muy lejos influencia. •
de dar sólidas garantías de órden y estabi- Este hechorevela otro nada lisonjero. Es-
lidad. tos hombres algo representan, algun motivo


Hablase continuamente de la estraordina- existe para que por espacio de tantos años
ria capacidad de LuisFelipe, de los inmensos les esté encomendada la suerte de la Fran-
resultados de su hahilidad y previsión. No cia; esta situación algo significa. ¿Saneis
negaremos al gefe de la nueva dinastía las quiénes son esos hombres? Examinadlo, y
eminentes calidades que le honran, ni pon- vereis lo que pueden representar, y lo que
drcmos en duda quc la Francia le debe qui- representan en realidad. Nos ocuparemos de
zás el no haberse despeñado hasta el fondo ellos algunos momentos, no por lo que son
del abismo hácia donde empezara á rodar en sí, sino por lo que espresan, por lo que
con la revolucion de 4830; pero. si no no~ de este acontecimiento podemos inferir pa-
engañamos, los nusmos elogios tributados a ra formarnos idea de la situacionde la Fran-
Luis Felipe son un tristísimo indicio del mal cia; que si considerarlos debiéramos en su
estado social y político en que debe de en- individualidad, y atendiendo á que en la ac-
centrarse la nacion que aquel monarca go- tualidad sean estos ó aquellos quienes ejer-
bierna. En efecto, por qué se pondera tanto zan el mando, ya hemos dicho desde un
su talento'? Porque ha sostenido el orden. principio no ser nuestro ánimo el limitar las
¡Desgraciado pueblo que para sostener el miras á un ámbito tan reducido. Además,
órden necesita de un hombre estraordinariof cuando hablamos de las notabilidades influ-


Reflexionando sobre la línea de conducta ventes en los destinos de aquel pais , no ne-
seguida por LuisFelipe, notaremos que todo gamos que existan cscepciones honrosas;
el secreto se reduce á lo que vulgarmente solo tratamos de los hombres en general,
hablando se llama tir« y afloja. Hay alrede- atendiendo mas bien á la atmósfera en que




- ,105-
viven que al pensamiento y voluntad de los : ciantes y banqueros'? Cambiadas las condi-
individuos. I ciones de lo~ hombres, e~ un mallo que an-


¿Quiénes son esos hombres que desde tes e~a u.n hien ; es un bien , y un bIen ne-
1S30 rigen los destinos de la Francia? ¿De cesano a la eonservacion de la sociedad
dónde vienen? ¡,t\. dónde van? ¿Cuáles son lo que antes fuera un horrendo crímen. Ante~
sus principios? ¿Cuál la norma de su conduc- la rrensa era la voz del pueblo; el eco de la
ta? ¿Cuáles sus lazos con 10 pasado , sus mi- nacroneI!tera, el ó!"gano de la razon pública,
ras sobre lo presente, sus trabajos para las la cspresion de losmtereses mas legítimos, el
generaciones futuras'? ¿l\eprcsenlan un sis- clamor de las necesidades mas urgentes; el
tema estable, marchan á un blanco determi- poder que lo desoyera se hacia reo de alta
nado" tienen sus ojosfijos á lo que en pos de traicion, digno de que se le arrojara con
ellos ha de venir? Desconsoladoras rcílcxio- viol?ncia é ignom,inia; ahora es la prensa el
nes se agolpaná la mente al proponerse las alarido de las pasiones bastardas, el grito de
cuestiones indicadas; tristes pesamientos se la ambicion chasqueada, el respiradero de
apoderan del alma al considerar la terrible las sociedades secretas, que solo se propo-
evidencia con que se manifiestanlos Iunes- nen provocarhorrorosos trastornos; el poder
tos resultados acarreados á.una gran nacion que la desoye hace un acto de heróica firme-
por un siglo de impiedad y medio siglo de za, los hombres que se levantan á la altura
ensayos revolucionarios. Las bases sobre conveniente sabiendo despreciarla , son los
que se asienta toda sociedad son los princi- únicos dignos del título de hombres de es-
piosreligiososy morales, las buenas ideas so- tado; el honor nacional, la independencia
bre el poder, y las relaciones legítimas de del pais, sus relaciones con el estrangero
este con los súbditos. Ahorabien, ¡,qué pien- son cosas que el público no entiende, son
san sobre la religion los hombres que presi- palabras cuya intepretacion está esclusiva-
den á los destinos de la Francia? Para ellos mente sujeta al juicio del gobierno y de sus
la indiferencia es un progreso social; para dependientes. La opinion de este debe ser
ellos las nacioneshan dado un paso inmenso preferida siempre, aun cuando lo contrario
en la carrera de la civilizacion , cuando se ha sea mas claro que la luz del sol del medio
desterrado á Dios de la sociedad, cuando la dia. Si la Francia ha descendido del rango
ley se ha hecho atea. ¿Qué piensan sobre el de nacion de primer orden; si contempla
poder? ¿Vienede Dios, dimana de los hom- humillado su pabellon en España y en Siria;
bres ,se origina de la simple naturaleza de si los gabinetes europeos resuelven las gran-
las cosas? ¿Cuáles son las condiciones de su des cuestiones sin el voto de la Francia, v
legitimidad? Preguntádselo, y de todo os á pesar del voto de la Francia; si los como::'
hablarán escepto de Dios: la voluntad del doros ingleses ejecutan los acuerdos de la
pueoto , la razon pública, la espresion de los Europa, asistiendo las flotas francesasá las
intereses procomumale«, la necesidad social operaciones que destruyen el poder del pro-
v otros nombres semejantes serán las res- I tegido de la Francia; si' en España no se le-
puestas que oireis; y en el fondo de todo, vanta el dedo sin preceder las insinuaciones
¿qué encoutrais?Nada mas que el simple re- de lord Aberdeen , si no se hace caso de las
conocimiento de un hecho; hecho que tratan reclamaciones de las Tullcrías hasta que
de modificar como mejor les agrada, sobre en San James se ha dado la señal de que
todo de esplotar cual mejor cumple á sus mi- conviene una ligera contemporizacion, todo
ras é intereses, á su sed de riquezas, á su esto en nada se opone al honor, á la digni-
amhicion desmedida. Dónde están la filoso- dad, al orgullo de la Francia: un elocuente
ría, y la historia, y la humanidad, y el discurso pronunciadopor Guizoty unoscuan-
honor de la Francia, y el orgullo nacional, tosartículos del Diariode los Debates Lastan
y el hermoso porvenir, y tantas bellas pala- paracurar el mal en su raiz; y si quedan toda-
hrascon que durante 15anos se halagabaá la vía algunos incrédulosque se obstinen en de-
razon y las pasiones, inspirándoles fuerte cir que la Francia no.ocupa el alto puesto en
aversion á todo lo presente, y preparando la que lacolocaran LuisXl VyNapoleon, oiganel
esplosion que hahia de volcar el antiguo po- concluyente argumento de loselogiosque tri-
dcr , por el altísimo motivo de que en él no butan á cada instante, en presencia de la Eu-
tenian cabidaalgunos periodistas, unos cuan- ropa entera, los inLeresados ministros ingle-
tos profesores, y cierto número de comer- ses á la políticamodesta del gobierno francés.


12




- iOG-
Hé aquí lo que son esos hombres; hé aquí en el poder unos hombres, si existen otros


las manos á que está encomendada la suerte que poseanun sistema mejor, y que almismo
de la Francia; hé aquí b situacion lamenta- tiempo sea realizable. La Francia sufre esa
ble á que se halla conducida una gran na- política porque la merece.
cion, merced á los que, derribando todo lo Ahora bien: ¿qué ventajaspuede acarrear-
existente sin edificar nada nuevo que ofre- nos la íntima alianza con una nacion que en
ciese suficientes garantías de estabilidad y tal estado se encuentre'! ¿Qué fruto debe-
duracion, han dejado la sociedad como casa mos prometernos de la desaparicion de los
cimentada sobre la arena, espucsta á caer á Pirineos? Es evidente que el único resultado
la primera arremetida de los vientos. probable fuera el contraer compromisos que


Estos hombres gobiernan la Francia por- podemos evitar muy bien, y el de introdu-
que en algun modo representan la Francia. cirsenos mas y mas la mania de gobernarnos
Ellos son hijos de la revolución, y discípulos á la francesa. Ambos estrernos nos serian
mas á menos encubiertos de la escuela /ilo- sumamente dañosos, afectando el uno nues-
sófica del pasadosiglo; y la Francia tal como tras relaciones internacionales, y atacando
existe es tambien hija de la revolucion, y el otro la organizacion social y política.
formada tamhien en buena parte en la misma Por lo que toca á lo primero, claro es que
escuela; ellosprofesanodioá todolo antiguo, pudiera traernos males de mucha trascen-
y gran parte de la Francia ha camhiado tam- dencia el ligar nuestro porvenir con el de una
bien de ideas y costumbres, apartándose del nacion que, por su posicion topográfica y
camino que siguieran sus antepasados; ellos por sus revoluciones tan recientes, puede
no se atreven á sacar todas las cense- verle gravemente comprometido; ya sea por
cuencias de los principios que profesan, y la el curso ordinariode las cosas, ya por algun
Francia tampoco se atreve á hacerlo: tam- acontecimiento imprevisto que obrando, ó
bien retrocede espantada á la vista del fan- bien directamente sobre la Francia, á sobre
tasma aterrador que amenaza arrebatarle su el resto de Europa, cambiase la presente si-
bienestar material, destruyendo el orden pú- tuacion , é hiciese imposible la duración de
blico; ellos desean enlazar en apariencia lo ese stat» quo que tan penosamente se pro-
presente con lo pasado, sin abjurar empero longa. La guerra de los Estados-Unidos, la
sus erróneas doctrinas,y la Franciase inclina batalla de Trafalgar , la espedicion del mar-
tambien á rehabilitar los siglos anteriores en qués de la Romana, son hechos que con-
la literatura, en las ciencias, en las artes á viene no echar en olvido.
manera de distracción y pasatiempo, nocon- A pesar de la mucha sagacidad y pacien-
cediéndoles empero sino un lugar muy sc- cia del monarca reinante, hemos visto mas
cundario en las regiones del entendimiento, de una vez bastante cercano el peligro de un
mas no ascendiente sobre el corazon; ellos rompimiento: estos peligros volverán á pre-
estan inciertos, la Francia está incierta; sentarse, porque estan pendientes gravísi-
ellos fluctuan, la Francia fluétua tambien; mos negocios cuya complicacion los puede
ellos no piensan en el dia de mañana porque acarrear. Supóngase que la lucha se trabaeu
los ocupa el dia de hoy; ellos descuidan la las margenes del Rin, ya sea que la Francia
gloria nacional y se ocupan principalmente quisiera desbordarse , ya sea que los ejérci-
de los intereses materiales , y en esto imi- tos aliados intenten marchar de nuevo sobre
tan á la Francia, que trabajada y maleada por París; ¿cuáles serian para nosotros las con-
una filosofía irreligiosa, ha visto entronizar secuencias de semejantes acontecimientos?
en su seno el egoismo , que no conoce otros Claro es que todo dependeria de la actitud
medios que el oro ni otro fin que el goce. que hubiésemos tomado con respecto á la
No, no tienen la culpa los gobernantes si naeion vecina. Si tuviésemos con ella alian-
aquella nacion desciende del alto puesto que zas, pactos de familia ó relaciones demasiado
le corresponde. En 13 años de paz, con un íntimas por un motivo cualquiera, se nos
gobierno representativo de tanta latitud, la I haríaen estremo dificil, si 110imposible, con-
prensa libre , la guardia nacional, un nu- ¡ servar la neutralidad, y !lOS halláramos pre-
meroso ejército, con un monarca de alta ca- cisados á pelear por intereses que no fueranpaci~ad, no es posibleque prevalezca una II los nuestros. Todos los recursos terrestres y
política que no esté adaptada á las circuns- marítimos [osconsumiríamos inútilmente con
laneias del pais;no es dable que se sostengan . el desprendimiento que caracteriza el leal y




generoso carácter de los españoles: y ¡.para
qué? Quizás para recoger en recompensa la
mas negra ingratitud.


Al contrario, si sabemos mantenernos en
la actitud que nos corresponde, si procura-
rnos conservar con la Francia las relaciones
de buena vecindad, sin otorgarla emperonin-
guna influencia en nuestros negocios, ni li-
gar nuestros intereses con los suyos, enton-
ces la neutralidad se nos haria , no soloposi-
ble sino fácil, natural, y en cierto mudo
necesaria. Colocados á larga distancia del
campo de batalla, y á las espaldas de la mis-
mo nacion que en tal caso fuera ú invadida
ó invasora, pudiéramos señalar razones gra-
vísimas que nos aconsejarían abstenernos de
tomar parte en la contienda, y satisfacer de
esta suerte á las inciltacioncs que para elll-
peñarnos en la lucha nos dirigieran las de-
mas potencias. La posicion peninsular y en
el último estremo deEuropa, si bien. hajo
ciertos aspectos quizás no nos es favorable,
puede no obstante servirnos mucho para oh-
servar esa conducta neutral que tanto nos
interesa, para librarnos de que á los daños
sufridos por tan dilatados trastornos se agre-
gasen nuevos conflictos, traidospor las com-
plicaciones que pueden sobrevenir, y que á
no dudarlo sobrevendránen el continente.


La España, si bien debe procurar alzarse
de nuevo al rango que le corresponde entre
las grandes naciones, ha de guardarse con
cuidado de tomar parte en los negocios que
no la interesan; aun cuando el recobro de su
antiguo poderío le brindase con oportunida-
des halagüeñas. Justo era y muy natural que
la nacion que poseia dilatadas provincias en
Italia y enel norte de Europa, se hallasetam-
bien mezcladaen todas las grandes cuestio
nes continentales, apoyando con respetables
ejércitos las negociaciones de sus diplomáti-
cos ; pero ceñidos como en la actualidad nos
hallamos á nuestros límites naturales, y
quizás con grandes ventajas para nuestro so-
siego y prosperidad, ¿porqué nos mezclaría-
mos en las cuestiones europeas que en nada
afectan nuestros intereses?Enhorabuena que
la Inglaterra, la Francia, el Austria, la Pru-
sia , la Rusia arrostren graves compromisos
para hacer qlle prevalezcan su opinion y vo-
luntad en la resolucion de los negocios que
forman el objeto de la diplomacia europea;
no es de estrañar que cada cual procure en-
trometerse en los asuntos que le importan
muy de cerca, en cuyo caso se encuentran


las indicadasnaciones: pero nosotros(Iue na"
da tenemos que ver conla Alemania,ni la Po-
lonia, ni con la Italia, ni conla Siria, ni conel
Egipto, ni con la India, ¿no cometeríamos la
mayor imprudencia si no procurásemos con-
servarnos en estricta neutralidad V preca-
vernos ya de antemano de compro~lsos ulte-
riores, apartándonos enla actualidad de alian-
zas y amistades que pudieran traérnoslos?


Por lo que toca á los efectos que nos
produoiria en lo.interior una relacion dema-
siado íntima con la Francia, que tendiese á
asimilar las dos naciones, creemos que fue-
ran tamhien sumamente dañosos. Por des-
gracia la misma vecindad, la frecuente co-
municacion de los naturales de ambospaises,
('1 ascendiente de la literatura francesa so-
hrc la: española y otras causas análogas re-
unidas á tradiciones y hábitos arraigados en
nuestro suelo desde el advenimiento de la
casa de Borbon, predisponen demasiado las
cosas para hacernos ciegos imitadores de la
Francia, aplicando sin tino y descernimien-
to lo que allí vemos, sin reparar en la pro·


I funda diferencia que media entre nuestra ci-


I
I vilizacion y la del reino vecino.
I A primera vista el español que visita la.
' Francia y estudia su organizaeion adminis-


trativa, quedase agradablemente sorprendi-
do al contemplar la admirable regularidad
con que funciona aquella inmensa máquina,
que lleva el sello del genio y conserva toda-
vía las señales de la férrea mano que la cons-


I truyó y la dió movimiento. ta centralizacion


I
por la cual todo sale de un punto y converge
al mismo, es una de las cualidades que mas
deslumbran al ohservador ; y como las ideas
de unidad y de órden. ejercen tanto ascen-
diente sobre los espíritus capaces de abar-
cal' grandes conjuntos, se pega fácilmente á
los hombres de gohierno la manía de arre-
glarlo todo conforme al tipo admirado. Así
se inclinan fácilmente Ú soñar muy hacedero
lo que es imposihle , y á considerar como
muv útil lo que tal vez fuera dañoso.


Dos naciones se distinguen en Europa
PQr la centralizaeion y unidad administrati-
vas, la Francia y la Prusia; ambas suelen
ser citadas como modelos, sin advertir qUQ
las dos han estado sometidas á condiciones
escepcionales que no se han verificado en
ninguna otra, v en España menos que en las
demás. tu Prusia es una Iundacion militar
en un pais civilizado, como la Rusia lo fue
en un pais bárbaro; siendo tal vrz esta dilo-




rencia la que da distintos caracteres á Fede-
rico y á Pedro I. Es verdad que la Francia
no sr: ha creado de esta suerte, y que su
monarquía cuenta 14 siglos de duracion,
pero esta larga cadena se ha roto; la union
de lo presente con lo pasado es solo aparen-
te; la Francia actual es una nacion nueva.
Con la inauguracion de la asamblea constitu-
vente se confundieron en indecible caos to- '
dos los elementos constitutivos de la sociedad
antigua, combinándose para aumentar la
confusion, los que se presentaban para
formar la moderna. Contrarios como eran Y
enemigos irreconciliables, incapaces por de
pronto de transigir, trahóse una lucha des-
apiadada y sangrienta. Fue necesario por
decirlo así tomar en manos todos los elemen-
tos y arrojarlos en un crisol, para que disuel-
tos en el fuego se amalgamasen y llegasen á
formar un todo. Esta es la obra de la Conven-
cion. Bonaparte la recibió de sus manos en
bruto; pero fundida ya, todo su trabajo con-
sistió en pulirla y cincelarla. Napoleon pudo
establecer lo que quiso, porque nada exis-
tia de lo antiguo, ni era posible restaurarlo
en su forma primitiva. El nuevo edificio
nunca se levanta con mas unidad y regula-
ridad de plan, que cuando el viejo se ha der-
ribado hasta los cimientos.


Eu situacion semejante la centralizacion
es no solo posible sino necesaria, so pena de
perecer la sociedad. Cuando los vínculos so-
ciales han desaparecido, natural es que se
busque un medio de suplir su falta. La ad-
ministracion vigorosa y una es entonces un
poderoso recurso, asi como en los ejércitos
se hace tanto mas indispensable la severidad
de la disciplina cuanto son mas numerosos,
mas heterogéneas sus partes, cuanto mas
espuestos estan á la influencia de elementos
disolventes, cuanto mas críticas son las cir-
cunstancias que los rodean, haciendo mas
peligrosa la insubordinacion.


Una de las diferencias capitales entre la
España y la Francia consiste en que allí la
fuerza se halla en el estado, aquí en la so-
ciedad; allí la administracion es lo principal,
aquí lo accesorio; allí casi podria decirse que
la sociedad se conserva interinamente por la
fuerza de la administracion , aqui se conser-
va y se salva á pesar de la ausencia de todo
sistema administrativo. Si fuera posible que
la Francia se hallase algunos dias con una
minoría, con una regencia de breve plazo,
con gobernantes desacreditados y con el des-


- 108-
órden total que á nosotros nos aqueja, su-
minase de repente en una nueva revolucion
cuyas últimas consecuencias no se divisan.


Con las observaciones que preceden no
intentamos elogiar ni vituperar á ninguna de
las dos naciones, sino hacer sentir la in-
mensa distancia que las separa, y ofrecer
pábulo á la reflexión de los hombres pensa·-
dores, que con la mejor buena fe podrian
creer factible lo que en la práctica encontra-
rian irrealizable. Quisiéramos que aprove-
chándose lo bueno que haya en el pais veci-
no y que sea aplicable al nuestro, se des-
terrase la peligrosa manía de pretender que
cosas tan diferentes se asimilen del todo; y
que no se dieran pasos que luego se haga
preciso deshacer, consumiendo inútilmente
recursos y malgastando un tiempo precioso.


y á la verdad ¿ sería posible plantear en
nuestro suelo una centralizacion semejante
á la de Francia? l. Hállanse en España las
mismas condiciones que facilitaron y prepa-
raron en el pais vecino el establecimiento de
aquel sistema? Es evidente que no. La re-
volucion que pasó sobre aquel país con ter-
rible fuerza arrolladora, ha sido entre nos-
otros un fenómeno débil, que solo ha podi-
do destruir á fuerza de largo tiempo, mas
bien con el auxilio de estremecimientos re-
petidos que á impulso de rudos é irresistibles
golpes. En Francia la revolucion pudo obrar
con fuerza propia sin necesidad del trono,
antes bien comenzó por derribarlo; en Espa-
ña la revolucion ha sido débil, siempre que
no se ha guarecido á la sombra del mismo
trono: cuando no se ha combinado con ella
un interés dinástico ha perecido en breve;
solo ha podido alcanzar el triunfo cuando ha
sabido tomar el título de defensora del trono
de la escelsa hija de cien reyes.t.Qué es una
revolucion, que necesita obrar por medio de
reales órdenes'?


Echase de ver ahí que nuestro estado so-
cial y político es muy diferente del en que
se encontraba la Francia al salir de su colo-
sal revolucion de 1789, Y que pOI' tanto
fuera grave desacuerdo tomar por pauta lo
que allí se hizo cuando se trate de plantear
el nuevo sistema que la lenta descomposicion
del antiguo ha hecho en cierta manera in-
dispensable.


No abrigamos contra la Francia preven·
ciones injustas, y nos parece muy ageno de


I la razon y de la imparcialidad el rencor
I que le profesan ciertos homhres ; de la pro-




- '109-
pía suerte juzgaríamossi se tratase de otra euyos grandes pensamientos de estado con-
nación cualquiera, pues que no creemos que sistan en combinar una mavoría ú fuerza de
ningun pueblo en masa sea digno de aver - brindar con los atractivos de que nunca es,
sion. Pero es preciso tener en cuenta una I tan faltos los que disponen de todos los re-
muchedumbre de circunstancias, atendiendo cursos de una gran nacion; que halague por
á los resultados que pueden producir, para una parte á la rcligion de la mayoría de los
inclinarsemas ó menosá determinadas alian- gobernados, y sostenga de otra á los cucar-
zas. Y como quiera que el estado políticode nizados enemigos de la misma; que se ape-
la Francia nos parezca poco satisfactorio, y llide conservador porque conserva lo qlW
mucho menos todavía el social, es de aquí hay, formando gran porcion de estas exis-
que consideramos muy dañoso para la Espa tencias, los empleos, los honores, las conde-
ña el que, resucitaudo una política que en coraciones, y sobre todo los pingues sueldos
la actualidad no podria justificarse por nin- I de unos cuantos hombres que se jueg-an la
gun título, se estahlezcan relaciones dema- nacion á dados, para valernos de la enérgica
siado íntimascon aquella nacion. Ora proce- espresion de Miraheau, A la monarquía de
diesen estas del enlace de S. M. la Reina Isahel, de Carlos V , de Felipe H le desea-
con un príncipe de la dinastía de Orleans, mas otra suerte; y por muchas que sean
ora dimanasen simplemente de un sistema las dificultades que en la actualidad la 1'0,
político, las consideraríamos siempre como dcan , no miramos como imposible un gran-
nocivas, y tanto mas cuanto se fundasen en diosa porvenir, nuestro único consuelo en
un hecho' indestructible: tal sería un casa- medio de .tanto infortunio. No ,no creemos
miento de Isabel Il con uno de los hijos del que nuestra prosperidad dependa de alianzas
monarca reinante. de ninguna clase, ni de imitaciones rastre-


Al parecer no faltan algunos que á esto se ras; hay todavía en la nacion un fondo de
inclinan, creyendo sin duda que con apoyo vida, de fuerza, de energía, que esplotado y
tan poderoso, y con las buenas cualidades . dirigido cual conviene puede de nuevo le-
que se suponen á los candidatos, obtendría- : vantarla al alto rango que la corresponde.
mosuna prenda de estabilidad y de buen go- Otras veces lo hemos dicho y lo repetimos
hierno. Sin disputar ninguna de dichas cua- aquí: á esta sociedad no la faltan elementos
lidades, de las que por decirlo de paso no de buen gobierno ; tiénelos quizás en tanta
fiamos mucho hasta que se hayan probado abundancia como cualquier otro pueblo de
con la piedra de toque de la esperiencia, pa- Europa; pero echa de menos una feliz com-
rece que los partidarios de semejante enlace hinacion de circunstancias en que pueda ha-
no han meditado bastante sobre sus resul- llarse un punto donde se reunan v armoni-
tados. cen los muchos elementos de "bien que


Ante todo es muy probable y casi cierto posee. Cuando esto se verifique no se hará
que no lo permitirían ni la Inglaterra ni las esperar mucho un gobierno verdaderamente
potencias del Norte; y si por medios impre- nacional. Hemosoido repetidas veces que en.
vistos pudiera allanarse tamaño obstáculo, España es imposible un buen gobierno , y
lejos de alcanzar así un principio de estabi que ese desorden en que hace tantos años
lidad lo tendríamos de incertidumbre y vai- nos hallamos sumidos es una dolencia que
venes , pues que se combinaríanpara produ- no es dable remediar: no desconocemos los
cirios la-rivalidad de la Inglaterra, y los ríes- fundamentos en que se apoya esta opinión,
gas á que está sujeta y lo estará por mucho pero nos parece que entra en ella no
tiempo la dinastíade Orleans. poco de aquel abatimiento que presenta


Si la intimidad de dichas relaciones estri- los objetos mas tristes de lo que' son en
base en la semejanza de conducta de ambos la realidad. Entretanto es de la mayor im-
gohiernos, la consideraríamos tan dañosaco- portancia el nutrir y fomentar en los'ánimos
mo el principio en que se fundaría ; que pa- este presentimiento de tiempos mas felices:
ra nuestra patria nodeseamos un gobiernode conviene no atajar el vuelo que á ello nos
miedo, que ni se atreva á ser revolucionario, I impulsa haciendo mediar protectorado de
ni á defenderl~s ¡;ra~des tradic,iones.naciona- I ninguna clase. La Inglat.erray la Francia se-
les; que se limitea un reducido numero de I ran para nosotros una nusma cosa: interesa-
ambiciosos, cuyas hazañas consistan en der- Idos estrangeros, cuya amistad no nos traerá
ribar á sus rivales por medio de intrigas, y ningun bien y nos puede acarrear muchos




111.


l.


¿Y DESPUES?
],JlS I'cOl'ÚOnQi que slguee se escribieren á mediados di:'juJilJllu 18""',


Y se publicaron en Bareelona.


- '110-
males. No consintamos en servir de campo, fre una larga cadena de vicisitudes é infor-
donde por medio de intrigas se disputen la tunios; con malos encuentros en la tierra v
preferencia. La arena de sus rivalidades que tempestades en la mar, salva con trabajo su
la establezcan en otra lugar: y en lo que di- existencia, mercedá su complexión robusta,
rectamentenos pertenece sostengamos nues- á su constancia invencible, á su intrepidez:
tro derecho, con decoro, pero con dignidad por fin , habiendo superado los peligros de
v firmeza. Noolvidemos en todos los conflic- la mas deshecha tormenta, se halla arrojado
tos que ofrecerse puedan que las amenazas sobre una playa solitaria; alli despues-de
de una ni de otra, de amenazas no han de haber recogido á duras penas algunos restos
pasar; que si pasasen, nunca se muestra de su antigua fortuna, se concentra, me-
mas grande el pueblo español que cuando dita , echa una ojeadasobre loscaprichos de
pelea. su suerte, recorre con plácida melancolía
~.~- los azares de su vida, acabando por pre-


guntarse: ¿y ahora?
~Cuántos cambios , cuántos trastornos


desde la muerte de Fernando! La Monar-
quía pura, el Estatuto, la Constitueion de
18'12, la de ,18:37 " dos regencias, diversos
sistemas, innumerables ministerios..... Se
ha destruido todo lo antiguo: ¿dónde estan
las creaciones nuevas? ¡,Se ha mejorado la
administracion del reino ni de las colonias?
¡,ha dado un paso nuestra hacienda? ¡,se
gloría de un adelanto la instruccion pública?
¿ y continuaríamos en tanta mezquindad de
pensamiento, en tanta nulidad de ejecución?
Hay un gran pueblo que soloespera. una
voz para levantarse y hacer prodigios re-
conquistando su primitivo grandor ; pero
esta voz le ha faltado, anda errante , sin
guia. ¿ Quién se lo dará?


Los sucesos se precipitan, el desenlace se
acerca: el dedo misterioso ¿ hahrá escrito
en la pared las palahras fatídicas? Mientras
los vencedores entonan ya el himno del
triunfo, y los pueblos se entregan al entu-
siasmo y alborozo, necesario es dar una mi-
rada al porvenir, preguntando: ¿ y de~'Pues?
Porque despues de haber derribado, es neo
cesario construir: despues de removidos los
obstáculos y limpiado el terreno, es indis-
pensable levantar un edificio sólido, regu-
lar, acomodado á su ohjeto, para que den-
tro de poco tiempo no se vea la nacion en la
triste.necesidad de derribarle también. Que
semejantes derribos salen muy caros, y una
nacion no puede subsistir en medio de tan
crueles alternativas. La administracion se
disloca y trastorna lastimosamente, la ha-
cienda se dilapida, la disciplina militar se
relaja, el pueblo se acostumbra á la insur-
reccion, la autoridad se envilece, las ambi-
cionesse desplegan, y conel tiempo .... ¡Ah!
las fronteras y las playasespañolas han oido
un doloroso adios de tantos y tan diferentes
proscritos 1. .. 'En el curso de las revolucio-
nes el observador filósofo descubre un fatal
encadenamiento de sucesos formidables; el
hombre religioso una serie de espiaciones
tremendas: ¿ habremos llegado al último
eslabon? Dios no nos ha revelado sus ar-
canos.


Todavía existe el trono: ¿ Cómo se ha
salvado?


Tal vez los huracanes se desencadenan v
barren los bosques de pinos y de encinas;
la lluvia cae á torrentes; los riachuelos se
convierten en rios, y los rios en mares, las
comarcas se inundan, los viejos castillos
hamholcan , y la vivienda del labrador es
arrebatada por la corriente como pequeña
góndola que el pescador se olvidara de amar-
rar á la orilla; una cuna va flotando sobre


¡ las aguas, y en aquella cuna hay un niñoque duerme tan tranquilo como en el regazo
, de su madre. Asi al fijar la vista sobre las


tormentas de la revolucion española, nos
hemos figurado á la inocente Isabel, respe-
tada por las borrascas, mecida por la tem-


11. pestad.


~ Poesía! Oh! poesía, séalo ; pero en esaUn viajero que abandonó hace muchos poesía se ahriga un hecho histórico y socialaños el pacifico techode la casa paterna, su- de la mas alta importancia; en esa poesía




vr.


v.


Todos sallenahora lo que no quieren; po-
cos saben bien lo que quieren; en lo primero
no hay discordancia, en lo segundo sí : pero
en el fondo de todos los espíritus honrados y
sinceros se agita un deseo que presentado
bajo mil formas, y revestido de diferentes
colores, viene á parar á una misma cosa: á
la satisfaceion de una necesidad que todoel
mundo siente, aunque no se la esplique:
gobierno.


¿Saheis lo que significa la situacion actual?
Os alucinais mucho si pensaisque hay entu-
siasmo por estas ó aquellas personas, que
hay predileceion por uno ú otro sistema; la
situación actual, esa agitacion que con tanta
fuerza se dirige á derribar lo existente, es la
espresion del profundo malestar en que la
nacion se encuentra, es la condenacion de


Hemos visto muchos alzamientos; pero
¿quién se atreverá á decir , «yo he visto


I otro como el presente?)} ¿Quién habrá visto
mezclados 1 confundidos, al hombre de las
ciudades con el hombre de los campos, al
morador de las campiñas feraces con el ha-
bitante de las hórridas montañas? Solo se
vió tamaño entusiasmo en la inmortal lucha
contra el capitan del siglo; y es que enton-
ces se gritó tambien: ¡nos arrebatan la in-
dependencia! [nos han robado el rey! Tam-
bien entonces se decia: «talaremos vuestros
campos, destruiremos vuestros hogares ;'fl
«¡quéimporta! contestaba el generoso es-
pañol: nuestros hogares cstan en nuestro
corazon; nuestra patria estará alli donde
podamos vivir con independencia.» Tambien
ahora se ha dicho: «incendiaremos vuestras
riquezas, arrasaremos vuestra capital, y el
entusiasmo ha respondido: «pegad fuego á
las mechas, ! qué tardais l. ¡Dios sal-
ve el país, Dios salve á la Reina!


IV.


A los tribunos de los pasados tiempos, á
los paladines de la libertad, se les apareció
una visión aterradora. Han salido corriendo
de la·mansión sombría. Azorados, fuera de
sí, gritando: lo vimos, lo vimos! lié aqui
loque refieren. Al hombre á quien levanta-
ran hasta la cumbre del poder, al hombre
á quieu desposaran con la diosa libertad, le
sorprendieron i.... habia destrozado á su


. consorte. Rodeado de los miembros palpi-
tantes de la víctima, desgarrando hojas del
pacto que se creyera sagrado, revoloteaban
sobre su cabeza genios maléficos, que es
fama le fueron enviados de la region de las
nieblas. Inquieto, agitado; atormentado por
un pensamiento terrible, cuentan que esta-


, 'haacechando conávida y devorante mirada,
el regio dosel á cuya sombradormia la ino-
cencia. Recuerdan que son españoles; se
horrorizan al ver que el sangriento espectro
les hace algunas señas como invitándoles á
ser cómplices en la obra nefanda: entonces
se estrcmecen, dan un grito, y qué grita?
¿Dios salve la libertad, Dios salve la Cons-
titucion? .... No .... Dios salve el pais, Dios
salve á la lleinaf


Antes hahláhais como hombres de parti-
do, entonces hablásteis como españoles: la
nacion oyóel grito, no se curó de quién lo


- H1-
'llene \',~\li\',~a.UO e\ ~el\6mel\l) que re'1e\a. uno 0.'(\\)\\. \\¿,O\s'l \l\}l)', nos '1em\cll aios estl'lln-
de los mas poderosos sentimientos que se geros, la Reina está en peligro, corramos;
albergan en el corazon de los españoles ; en Dios salve el país, Dios salve á la Reina!Jl
esapoesía está la clavede la situacion, nues- Elleon de Bailen ha sacudido su melena, v
tra estrella política; quien la pierda de vista el viento de las bonanzas y del cielo sereno
sumirá el país en nuevos abismos; quien se no disipa mas pronto la huella de la tem-
¡;uie por ella , lo salvará. peslad.


Se lo habíamos dicho, y no lo escucha- ¡Qué cuadro para los corazones genero-
ron; así lo esperábamos, porque bien sa- 50S! [qué lcccion para los hombres políticos!
bíamos que «cuando las pasiones rugen con
feroz bravura , cua.ndo los partidos se dis-
putan la arena con lanto encarnizamiento,
difícil es que puedan hacerse escuchar ni
siquiera oir los templados acentos de la ra-
'lOn y de la imparcialidad.. Mas ¿qué im-
portaba? lo que convenia era decir la ver-
dad; las palabras desoidas tenian un seguro


• garante que debia justificarlas: el tiempo.
Para acertar no siempre es necesario ser
profeta: fundad vuestras convicciones sobre


. principios eternos, y sea vuestra lengua el
órgano tiel de vuestro espiritu: este es un
talisman IllUY sencillo, pero seguro.




- H~-
todos los ensayos que se han hecho hasta
aqui. Hombres apellidados de gobierno, á
vosotros os tocaba enseñar á la nacion su
camino; pero ella ha tenido (iue cnscúároslo
á vosotros: ¿que? ¿os atreveréis ú negarlo,
ni á dudarlo siquiera? Ved ahí la prueba.
Ilasta ahora habíais adoptado nombres es-
elusivos, os habíais envanecido con ellos
cual con nobles blasones j y la nacion acaba
de decir: «no quiero mas dictados propios,
no quiero otro que el de españoles» el mas
lato que se hahia oido hasta aqui, era el de
liberales. Cotejad y juzgad.


«Pero nosotros, direis , hemos levantado
esta bandera de reconciliacion, y la nacion
acogiéndola con entusiasmo, ha sido dirigi-
da por nosotros: J) no es verdad; antes que
vosotros enarbolaseis la enseña, el hermoso
nombre de reconciliacion estalla escrito en
todos los corazones generosos, se albergaba
en todos los entendimientos pensadores, y
se agitaba en el seno de las masas haciéndo-
las mas dóciles y suaves, como el aura be-
néfica que aplaca y estiende sobre su lecho
las olas alborotadas. En una revolucion re-
ciente, que quizás no esté bien juzgada, se
notó este fenómeno de un modo admirable.
La sangre babia corrido en abundancia, los
enemigos estaban á la vista, las intrigas
contra el movimiento eran mas claras que la
luz del dia; todo al parecer debia contribuir
á exasperar los ánimos, á irritar los enconos,
á crear una situacion suspicaz y perseguido-
ra; y sin embargo solose habló de españolis-
mo, de reconciliacion, de union: comparad
el noviembre de 184.2, con el noviembre
de 181.1


VII.


No nos hacemos ilusiones con la palabra
reconciliacum: creemos que espresa un
sentimiento hermoso, un pensamiento de
alta política; pero no un sistema de gobier-
no; y quien la adopte por bandera diciendo
que hasta predicar la fraternidad para hacer
una obra maestra de política, bien puede
asegurarse que ó procede de mala fe, ó que
vive en las poéticas regiones de la fantasía.


El esclusivismo es aborrecido, los parti-
dos son detestados por su perversidad ó des-
preciados por su impotencia; los nombres
con que procuraban engalanarseá sí propios
ó denigrar á sus adversarios, van cayendo
en desusó. son mirados como enseña gasta-


da por el tiempo, manchada adornas con
polvo y sangre j pero no deja por esto de
existir la diferencia de opiniones, la oposi-
cion de intereses; y estos y aquellas saldrán
de nuevo á la arena tan pronto como hayan
derribado al que miran como enemigo CQ-
mun, De aquí la necesidad de pensar en el
porvenir, de no fiar la reconciliación á sen-
timientos que por generosos, no dejan de
amortiguarse tan pronto como desaparecen
las circunstancias que los inflaman. Convie-
ne escogitar un sistema que ofrezcagarantías
de proteccion á todo lo bueno, á todo lo le-
gítimo; conviene aprovechar los primeros
momentos, porque la ocasion pasa como un
relámpago. Los hombres políticos no deben
conliar en esas reconciliaciones de teatro,
que se ejecutan entre los aplausos de una
entusiasmada asamblea, los brindis de un
banquete y las orquestas de un festin. Ilá-
llanse tal vez frente á frente ejércitos ene-
migos j algunos soldados salen de las opues-
tas tilas, se adelantan unos hácia otros, se
saludan, se estrechan la mano, se abrazan,
comen, beben, danzan en la mas perfecta
armonía; ¿sabeis lo que vale tanta cordiali-
dad? un momentodespues , cada cual vuelve
á estar en su puesto; en toda la línea resue-
na un récio quién vive!y el fuego se rompe,
y la refriega se empeña, y la batalla se hace
general, y los mismos hombres que se abra-
zaban se disparan con encarnizamientoel
plomo mortífero, ó se pasan á cuchillo. Fiaos
en apariencias (1).


ViII.


Es preciso no perder de vista que en la
actualidad (téngase presente que no habla-
mos de la nacion sino de los partidos) hay
coalicion ,lo que es muydiferente de [usiou;
los coligados pueden tener muy bien largas
cuentas que liquidar; el reservarlas para
despues no es lo mismo que darlas por sal-
dadas.


«¿Pero, no veis, se nos dirá, qué activi-
dad está desplegando la coalicion? ¿os pare-


(1) Para juzgar si hubo acierto en la prevísion
recuórdesc lo siguiente: Ilovolueíou centralista.
Olózaga proscrito , Cortina y Madoz en la cárcel,
Lopez buscado por la justicia, fusilamicutos de
Alicante, Hecho y Ansó , Barcelona t Logroño,
GaJicia, etc.




Se ha dieho que este hOI~lbre es~ú dotado
de. un gran t~len.to; es bien posible q~e
aSI sea, y nos mclmamos áotorgárselo; no
por sus discursos parlamentarios, en los que
aun juzgando favorablemente , no le conoce-
mos superioridad con respecto á muchos
otros; no por su táctica en las negociaciones,
pues no sabemos que hasta ahora haya lle-
vado á cabo ninguna que merezca la pena de
anotarse en los fastos diplomáticos; no por
la voz y fama pública, pues sabemos que en
materias de reputacion , sobre todo por bre-
ve tiempo, no faltan numerosos ejemplos de
usurpaciones: talento político se lo recono-
cemos en no haber querido ser ministro.
Siéndolo, es preciso gobernar; y cuando el
gobernar es muy difícil, el desc1'édito es in-
minente. Este será sin duda el pensamiento
dominante del señor Olózaga: habrá dicho
para sí: «tienes reputacion de hombre de
gobierno; el mejor medio de conservarla, es
no ponerla á prueba.» El penetrarse de la
verdadera situaciou de las cosas, el conocer-
la con claridad, con limpieza, es uno de los
caracteres distintivos del talento: estas cali-
dades las ha manifestado el señor Olózagaen
su obstinado alejamiento de las sillas minis-
teriales: si semejante conducta es una señal
de franqueza y desprendimiento, esto es
otra cuesnon,


El derribar en España, suele ser muy fa-
cil ; pero no lo es tanto el acertar en el mo-
mento oportuno. El señor Olózaga no carece
de tacto en esta parte: en ciertas ocasiones
su aparícion en la escena ha tenido algo de
fatídico. Todos sabemos la historia de los
años pasados: cuando ahora dió el famoso
grito: [Dios salve el pais , Dios salve á la
Reina! Espartero y sus amigos debieron
de comprender perfectamente lo que aquello
significaba.


En los dias de crisis se dijo que Olózaga
era el hombre de la situación: y SIl nombre
andaba siempre al lado del de Lopez: seria
curioso saber los pormenores de la negocia-
cion entre 10s.caudHlos de las fracciones del
Congreso. Como quiera, siempre es muy
notable que un ministerio Lopez-Caballero
encontrase un ardiente defensor en el señor
Olózaga. ¿Se1'ia posible que en las entrevis-
tas Mil Espartero se hubiese convencido de
que el ministerio debia ser de breve dura-
cion, y que el programa no tendria mas efec-
to que el de una gran palanca?


I Seeníenderá mejor la verdadera posición
15


x.


IX.


Hav en España un hombre que durante cl
curso' de la revolucion ha representado un
papel singular. Siempre en las Córtes , siem-
pre en los CÍrculos políticos, siempre en las
filasó ti la cabeza de partidos ruidosos. Sehan
sucedido innumerables ministerios, se han
librado para escalarlos reñidas batallas, ora
en el parlamento, ora en las calles y plazas;
una secretaría del Despacho ha sido el bello
sueño de todas las ambiciones; varias opor-
tunidades se han ofrecido á este hombre pa-
ra sentarse en una de las codiciadas sillas,
que mas de una vez hubiera podido ser la de
la presidencia. A pesar de todo, este hombre
no ha querido ser ministro. ¿Será por no
querer abandonar el puesto de tribuno'? no:
pues ha sabido resignarse á perder la popu-
laridad , á eclipsarse por algun tiempo, no
haciendo resonar su voz sino de vez en
cuando, como para impedir que 111 posicion
de sus rivales no prescribiese. ¿Será porque
desprecie los puestos elevados, y no quiera
{lercibir nada del erario? no: largo espaciola estado ocupando uno, en el cual el brillo
de la categoría compite con el emolumento
del sueldo.


- H3-
¡I


re que ha trabajado poco? No por cierto: 1
¿mas no veis de qué se trataba" ¿no veis ¡
qué clase de trabajo es el que o.s alucina?
Muy torpe fuera, Ú muy corto de Vista, qUIen
creyese que van ú levantar algun grande
edificio los cuerpos de ingenieros, de zapa-
dores v de artilleros, cuando construven
hatertas. .


Si queréis comprender á fondo una situa-
cion, examinad tambien á fondo el estado
de las opiniones, indagad todavia mas á fon-
do, qué intereses juegan, y cuál es su posi-
cion respectiva; atended en fin á los medios
de que disponen los campos opuestos; juz-
gad por los datos que sobre estos estremos
recojáis: lo demas son bellas palabras, que
el tiempo cuida de desmentir con hechos
bien feos. Esto es triste, desconsolador; pe-
ro la realidad suele serlo tanto!... Por lo de-
mas, si alguien gustare de COrrer sin tinó
por un camino hermosamente tapizado, es
un deber advertirle el abismo que pueden


.encontrar sus pies. Las víctimas ihan al sa-
crificio coronadas de flores.




- 414-
del señor Olózaga , si se observa <¡ue el se-
flor Sancho, quien en las filas del progreso
comparte con él la nombradía de hombre de
gobierno, ha seguido una línea de conducta
bastante parecida. La oposicion siempre, el
ministerio nunca. La presidencia del conse-
jo para don Antonio Gonzalez úotro cualquie-
ra; las embajadas de Londres y de París, pa~
ra Sancho y Olózaga. Esta conducta es sa-
gaz V sobre todo muy cómoda; pero los
hombres de todos los partidos deberían saber
también á qué atenerse. Nuevas complica-
ciones sobrevendrán, para las que conviene
estar en guarda. «Señores embajadores, se-
ria menester decirles, ó gobernad ó dejad
gobernar; el criticar es muy fácil; el ejecu-
tar no tanto; aquello de Talleyrand : Servi-
dor fiel, pero reservándose el derecho demu-
daral amo, no .queremos .que se aclimate
en España..


XI.


Se habla mucho del despotismo, de la ti-
rania de Espartero, se pinta con fuertes co-
lores la opresion en que gemia el pueblo, se
habla de infracciones de la Constitucion, de
ataques á la libertad de imprenta, de planes
ambiciosos, de designios encubiertos, de
venta de las colonias, de sacrificio de la
industria: cuando venga la historia con su
calmosa imparcialidad, huscandoUlla califica-
cion con que caracterizar la época de la Re-
gencia única, no hallará en la figura de Es-
partero aquellos rasgos terribles, pero gran-
des, que suelen distinguir á los hombres de
fortuna que se apellidan déspotas y tiranos.
El carácter dominante de la Regencia única
110 ha sido la tiranía, sino la impotencia gu-
bernatioa. Nada de osadía, nada de arrojo;
el valor que segun es fama tenia Espartero
como soldado, no lo ha tenido como gober-
nante.


A esta impotencia gubernativa deberá
Espartero su caida; yen el peligro inminen-
te en que se hallade verse precisadoá buscar
un asilo en pais estrangero, puede agrade-
cer su desgracia á los hombres que le han
rodeado en su fortuna. Consejeros bay esce-
celentes pa;ra ayudar á subir al poder, pues
par~~st;o btlstaúltr'igar; logrado elobjeto es
nec~:surlO;[Jobernar: cosas por cierto muy
diferentes,


El espíritu de pandilla lleva consigo la
impotencia gubernativa; y esta impotencia


fomenta á su vez el espíritu de pandilla.
Quien no gobierna no tiene ni tener puede
el apoyo de la nacion : el instinto de conser-
vacion propia hace buscar ese apoyo que se
echade menos; y de aqui el pandillage que es
una compañía de seguros mutuos: la fórmula
del contrato es: «apóyame , y te dejaré hu:-
cero » Pacto sencillo , pero peligroso.


Dicen que en España todo ha de ser anó-
malo; y ciertamente que lo ha sido hasta el
estremo la Regencia única. Creemos que es-
te período es realmente original, al menos
no es conocido el tipo. Un general que por


I
un cO,njunto de circunstancias afortunadas
logra colocarse á la cabeza de una gran na-


il cion, contando con mediostan poderosos co-
limo supone el haber lanzado á tierras estran-
: geras á la Gobernadora del reino, viuda del
'1 Rey y madre de la Reina; este general,


repetimos, inaugurar la época de su mando
I con un ministerio que se presenta á las CÚr-


tes diciendo que quiere gobernar con ellas,
y solo con ellas, sufriendo en seguida repe-
tidas humillaciones, hasta que al fin no
dándose por entendido, se le dijo: «anda que
note queremos;» este general continuar con
paliativos, como prolongando las horas de la
agonía; y por fin, en el momento crítico,
decisivo, al sonar la hora de la insurrección,
dar golpes de estado tan estupendos comoI nombrar un ministerio Mendizabal-Becerra,
resignarse á no cobrar contribuciones, abo-
lir los derechos de puertas, y acallar con la
prensa de la oposicion , no admitiendo al
franqueo; todo este conjunto es incompren-
sible, parece un absurdo. Algun periódico
ministerial hablóde gobierno á caballo; me-
jor hubiera dicho gobierno en cama.


xu,


Hace diez.años que todosnuestros gohier-
nos adolecen del mismo mal: la impotencia.
Todos han caidobajo el dictado de tiránicos;
v en realidad mas bien podian llamarse dé-
biles. y es cierto que tiranizaban en pequeño,
que oprimían á Sil modo, que,á veces hasta
hacian un esfuerzo algo alarmante; pero to-
do era facticio. Sentían que se estaban mu-
riendo de languidez, y era muy natural que
se irritasen un poco contra los que les ento-
naban el canto fúnebre, y con mofa y sar-
casmo les mostraban la tumba. Del mismo
modo perecerán en adelante todos los gobier-
nos que imiten semejante conducta. Si en




- 115-
vez de colocarse á la cabeza de la naciou, se
hacen gefes de partido, si en vez de apelli-
dar vagos nombres, no invocan la ley y la
justicia; si en vez de fomentar ambiciones
halagandoservilmente al primero que ofrece
apoyo, no trazan con mano fuerte un cir-
eulo del cual no permitan á nadie salir, y
en el que se encierren ellos mismos; si en
vez de contar con propios actos merecedores
de la aprobacion y del aplauso, cuentan con
la fidelidad y decision de este ó aquel gene-
ral, con el respeto que impone tal ó cual
fortaleza, con elauxilioparlamentario de este
ó aquel orador , perecerán como sus antece-
sores, perecerán bajola execracion v el des-
precio púhlico, •


X~H.


lmaginanse algunos que el medio de pre-
venir los levantamientos y perpetuarse en el
poder, es lisonjear á Jos pueblos con pala-
bras blandas, humildes, que mas bien que
órdenes parezcan súplicas. Grave error: los
pueblos no sufren el ser oprimidos; pero
tampoco quieren un gobierno que les hable
de rodillas: las humillaciones rastreras, les
hacen creer que hay traicion y perfidia; y
cuando no, piensan con razon que es inca-
paz de mandar quien no abriga el sentimien-
to de la dignidad propia.


«Pertrechémonos en el terreno de la lev,
dicen otros; con la ley seremos fuertes, sin
la ley cacremos.» Esto es una verdad, pero
susceptible de sentido mezquino, miserable,
que lejos de producir la salvacioncausará la
ruina. Hablais sin duda de la lev fundamen-
tal; y bien, hemos vistocaer gobiernos que
la respetaron; mas diremos, ninguno ha
caido por haber faltado a su letra. «Pero
faltaron á su espíritu.» ¿Cuáles este espíritu?
el respetar las mayorías; Cristina fué echa-
da por haberse conformado á la voluntad de
las mayorías parlamentarias; Espartero es
derribado por baberlas desoido: ¿á qué se
reducen pues las mayorías? ¿Sabeis cuál
sera el gobierno que las tendrá en su favor,
no facticias , no aparentes, no prontas á caer
al primer golpe? Será el que se apoye en
principios é intereses verdaderamente na-
cionales, que arregle la administracion, que
saque del caos la hacienda, que afiance el
órden, que afirme el poder, cerrando para
siempre el cráter de las revoluciones. Mien-
tras todos los destinos de la nacion esten á


merced de un corto número de hombres que
distribuidos en las capitales puedan con fa-
cilidad ponerse de acuerdo para promover
nuevas insurrecciones, mientras la masa de
la nacion sea mirada con desden, tratada
como ilota, vedándosele de diferentes ma-
neras el tomar parte en los negocios que tu
interesan, y esto, cuando se pronuncian in-
cesantemente las palabras l'iherrad, igual-
dad; mientras no se procure que entren co-
mo elemento de gobierno, opiniones razona-
bles é intereses legítimos que hasta aqui han
llevado un sello de condenacion inapelable,
por la sencilla razon de que esta política era
necesaria para sostener y fomentar el es-
clusivismo; mientras, repetimos, se siga
esta deplorable línea de conducta, los go-
biernos caerán, -ó combatidos por la vo-
luntad nacional, ó abandonados por ella. En
el primer caso el levantamiento será pode-
roso por su fuerza intrínseca; en el segundo
lo será por no haber quien lo contrareste.


En ambas suposiciones, el resultado' será
fatal para los gobernantes, '


XIV.


Se habla muchode la Constitucionverdad;
si esto significa algo, espresará sin duda
cumplimiento exacto de lo que la Constit«:
cion prescribe. Mas como quiera que ahora
se distingue entre la letra y el espíritu de
la ley fundamental, y entre el testo y las
prácticas, como ademas se ha dicho, que
dentro la Constitucion se puede perder el
país, y como se ha establecido por principio
que las mayorías pueden ser [acticias , si la
cosa no se remedia, lleva caminode hacerse
mas difícil el acierto que el descifrar los
enigmas del Esfinge. .


Si os apartais de la letra de la ley se os
dirá que la infringís; si os ateneis estricta-
mente á sus palabras, se os achacará que
cumpliéndola la falseais; ¿cómo será posi-


! ble gobernar? Aclaremos las ideas, atenién-
I donos á los últimos sucesos. . .
I Supongamos que en las últimas eleccio-


nes el ministerio hubiese llevado la mejor
parte, logrando una mayoría tan indulgente
que le hubiese absuelto del bombardeo, de
la erogacíon de los doce millones y de'Ias
demás medidas arbitrarias; viniendo por fin
á declarar solemnemente que el gabinete


11 merecia la confianza de las Cortes, v qut:
I aquellos hombres eran los verdaderos salva-




l.


Las refh-xioues IIUl' siguen se publicaron en Barcelona it flues JI!
julio. de 18·j.3.


«¿Cómo hemos podido llegar á tamaño es-
tado de desconcierto y desórdeu? ¡,por qué


- 11(;-
~ore~ de la patria. mgcfe del Estado con-\ brá seguido el oannno de .Astrea: En los
formándose con el voto de los cuerpos le- tiemposque corren es gracroso oír que se
gisladores y conservando á su lado á los habla de legalidad. Van ya~largos añ~s qu~
ministros, hubiera seguido las prácticas la situacion es estraordinaria; v hajo mil
parlamentarias, observado la ley de las ma- formas diferentes. á la sombra de distintos
yorías, y atenídose rigurosamente á la Cons- velos, siempre las cuestiones v}enen á de?i-
titucion. Supongamos además que mientras dirse en el terreno de las medidas escepcu».
ministros V diputados se habrian dado recí- nales. La escepcion se ha elevado á regla.
procamente gracias y enhorahuenas, algu- Ni es probable quc de semejanteestadosal-
nos hombres de cabeza ardiente y corazon gamos tan pronto como fuera de d~~ea~.
audaz, se hubiesen presentado en Cataluña Bermudez cayó legalmente, merced a indi-
v dando el grito de alarma hubiesen levan- caciones que podían hac~rse ~espetar; ~far­
iado una nueva bandera: á pesar de las tinez de la Rosa sucumbió bajo la legalidad
mayorías y.de las prácticas, ¿ os parece si de los amagos de levantamiento, y de l~s
habrian encontrado simpatías'! creemos fir- insinuaciones del puñal: Toreno fue derri-
mente que las mismas que ahora; y estará hado con la legalidad de la insurrección; Is-
con nosotros quien conozca la opinion del turiz en fuerza de la legalidad, tuvo que
país. ¿Qué significa esto? Una cosa muy salvarse disfrazado de correo, v con él vino
sencilla. Significa que sobre las mayorías, á tierra el Estatuto revisado y'por revisar;
sobre las prácticas, sobre la Constitucion, Mendizabal dejó legalmente su silla, porque
está la evidencia de los hechos. los sables le hicieron una seña desagrada-


Hagamos la contraprueba. Demos que un ble; Castro se embarcó legalmente por una
congreso corrompido y un ministerio apoya- significativa renuncia apovada por cien mil
do por él, ambos dominados por pasiones bayonetas; y dejando mil otros incidentes
innobles, y vendidos al oro estrangero , se que se han vistoen. el gran drama, á la hora
hubiesen propuesto sacrificar nuestras colo- I en que escribimos estas lineas estarán sobre
nias á la ambician inglesa: demos que Es-I Madrid los ejércitos pronunciados; si Espar-
partero resistiéndoseá tamaña vilezahubiese tero no ha tomado el camino de la emigra-
disuelto las Córtes , pero que por un fatal cion, estará tambien alli con el resto de sus
concurso de.circunstancias hubiese prevale- fuerzas, v se probará la legalidad con lo
cido la intriga, presentándose de nuevo en certero de las descargas y lo recio"de los sa-
las escaños del congreso los mismos hom- blazos.
bres apoyando con el mismo calor á los mi- Asombro nos causaba la candidez de cier-
nistros traidores. Si entonces Espartero de- tos hombres que consideraban posible un
jándose de rodeos y contemplaciones hubiese desenlace legal y tranquilo. No fuera poca
disuelto de nuevo las Córtes, y dispersado fortuna que ti tanto alcanzase la situacion
con una compañía de granaderos á los dipu- venidera. Van va nueve añosque la España
tados renitentes; si levantando su voz hu- está en revolncion ; las revoluciones para
bíese dicho al pais: «se me quiere torzal' á cambiar la organizacion del pais, comien-
ser traidor, se quiere que venda á los es- zan saliendodel terreno de la ley, y ninguna
trangeros la independenciade la nacion; los termina en el terreno de la ley. Ahí está la
traidores abusando de la Constitucion se historia. ¿ Quereis columbrar el porvenir?
han parapetado en ella, yo no he tenido Dad una ojeada sobre ese suelo volcanizado,
otro medio de salvar la patria que pasar por v recordad que la escelsa Huérfanaque ocu-
encima de la ley ;» ¿pensais que el pais se ¡la el trono uo llega todavia álos 13 años.
hubiera suhlevado para castigar semejante
acto de dictadura? Es evidente que no: y
por qué '? por la misma razon arriba indi-
cada; porque sohre las leves escritas v las
prácticasmasarraigadas, están la convenien-
cia públicay losprincipios de eterna justicia.


«Entonces , ¿qué se habrá hecho de la
legalidad'?)) no lo sabemos; tiempo hace que
la "estamos buscando; apenas descubrimos
su huella en ninguna parte: al parecer ha-




- H7-
no tenemos gobierno'?») preguntan algunos;
«¿cómo nohemos llegado todavia á un estado
peor? ¿c!lmo hemos tenido ni sombrade go-
hierno?» debiera preguntarse. ,lfúwría,
querra desucesion , revolucion: cada uno de
estos males basta por sí solopara trastornar
una sociedad. ¿Qué no hahia de resultar de
los tres reunidos?


La sola minoría de Cárlos n llevó agita-
dos los pacatos tiempos del último período
de la dinastía austriaca; la sola guerra de su-
cesión inundó de sangre la Península al en-
tronizarse la rama borbónica; la sola revolu-
cion nos trajo la lucha civil y la invasion
estrangera en 182:3; nada pues mas natural
que los males sin cuento que hemos sufrido, '1'
va que la Providencia quiso que se combina-
sen v obrasen á un tiempo sobre nuestra pa-
tria tres elementos, todos tan poderosospara
trastornar.


En la minoría, el trono está desocupado;
bajo sus doseles está la régia cuna. Las fun-
eiones del monarca las ejercen otros;' pero
cabalmente la fuerza del poder monárquico
está vinculada principalmente á la misma
persona del monarca, El monarcaes inamo-
vible , la regencia no lo es; la monarquía es
perpétua, la regencia es temporal; el mo-
narca obra en nombre propio, la regencia en
nombre ageno. La autoridad es débil porque
es emanada, no sale inmediatamente del
orígen; y la arnhicion no tiene cerradas las
puertas porque hay eventualidad de cambio
en el poder supremo, y por consiguiente
existen esperanzas de usurparlo. Durante el
funesto período, esperimenta la nacion los
males de una monarquíaelectiva. La ley que
enFrancia acaba de declarar hereditaria la
regencia, encierra un pensamiento de bien
alta política.


La guerra de sucesion supone cuestiona-
ble el derecho, v encomienda la decision á
los trances de las armas. Mientras dura la
sangrienta lid, se levanta trono contra trono;
no existe pues la unidad, está privada la
monarquía de su carácter esencial; quedan-
do en cierto modo aplazada su existencia
para cuando se ha decidido la lucha.


-La reoolucion ataca el principie mism«del
gobierno, porque se dirige á cambiar las for-
mas políticas y la organizacion social. Por
naturaleza es enemiga del poder, se esfuer-
za sin cesar en enflaquecerle, porque su fin
es derribarle. Relaja todos los vínculos con
que está formada la sociedad , porque son un


obstáculo á sus designios ; v el poder supre-
mo es el ohjeto dc sus iras, por el doble
motivo de ser poder , y de servir de centro
y nudo á .'a organizacionsocial que se inten-
ta destruir.


En la última época, la revelucion hubiera
sidoimpotente, comolo fue en las anteriores,
á no haberla secundado la minoríay la guer-
ra de sucesion, Siempre que se hubiese
empeñado en una lucha contra el trono,
cuerpo á cuerpo, habria sucumbido: porque
el trono es nacional, la revolucion no.


Cuando la revolucion ha conocido sus ver-
daderos intereses v la dehilidad de sus fuer-
zas, se ha colocado siempre á la sombra del
trono. Necesitaba un escudo, yen este es-
cudo esculpió los blasones de la monarquía.


11.


Alguna vez hemospensado, si nos hubie-
ra dafiado mas que tilla revolución monár-
quica, un monarca revolucionario. Optamos
por la primera, porque al mal no le desea-
mos nunca un elemento de pujanza. Un mo-
narca revolucionario que con las modificacio-
nes del espíritu de la época, se hubiese
arrojado por el sendero de Enrique VIU ó
del emperador José, quizás nos hubiera per-
dido para siempre. Becuérdense ciertos pe-
ríodos críticos del tiempo de Carlosm yde
Cárlos IV. El desórden de la revoluciondes-
truye, pero nada edifica, ni bueno ni malo,
y trae en pos de sí el peor enemigo: un in~
curable descrédito; pero la accionordenada,
regular, firme, con que funciona la monar-
quía, derriba de un golpe, y edifica en un
instante: i ay de los pueblos, si el derribo y
la construocion estan dirigidos por el genio
del mal!


En adelante, ¿qué podria suceder? Las
circunstancias han cambiado: si en una de
las infinitas combinacionésjque es dado ima-
ginar, se apoderasen del tronoinfluencias. ma-
léficas, su accion seria nociva, pero no omni-
potente. Hace ya muchosaños que los buenos
principios estan acostumbrados á no deber
su salvacioná nadie. Su fuerza-propia, in-
trínseca , esencial, está en ejercicio; no hay
poder sobre la tierra que pueda esclavizar-
los, y muchomenos destruirlos. Sin embar-
go, conviene que sus defensores no esten
desapercibidos: la España es un campamen-
to en desórden, donde cada cual guarda lo
suyo como mejor puede, y no escrupuliza




IV.


Una señal bastante segura de que las re-
voluciones se aproximan á su fin , es cuando
los tribunos se convierten en cortesanos, y
los agitadores muestran pretensiones de pa-
recer hombres de gobierno.


Cuando la revolucion invoca la legalidad,
es un indicio de que el enemigo está fuera
de combate, y de que I:S tiempo ya .de tra-
tar del reparto y segundad del botín. En-
tonces vienen-de molde los hechos consuma-
dos; y como suele decirse, se consolida la
situacion. En tiemposrevueltos es necesario
no contentarse con saber v entender el Dic-
cionario de la Academia.•


Se ha clamado mucho contra un centenar


I
de ancianos V hombres de mediana edad,
porque se han mostrado tercos sostenedores
de las leyes hechas por ellos, y dela situa-
cion , tambien creada por ellos, como se
supone. «Vosotros, les decian sus adversa-
rios, vosotros los antiguos tribunos, los 10-


- H8-
mucho en tomar [o ageno: no tomemos nada lechuzas, [os murciélagos tienen su nido en
de nadie; pero velemos en torno del arca [os restos de [as torres y almenas.
santa. Un viajero recorria silencioso los alrede-


111. dores de las ruinas, y contemplaha con do-
lor aquel cuadro de destruccion. Resonaba
el rugido del tigre en el mismo lugar donde
antes se oyera el ladrido del perro fiel: don-_
de antes colgaba una linda jaula con un
pájaro de pintados colores y de melodioso
canto, asomaba la facha del buho con su pi-
co corvo y sus plumas en forma de orejas;
por las ventanas donde se recostaba en otro
tiempo una gallarda matrona ó hermosadon-
cella, sacaban de improviso la cabeza el zor-
ro, el oso, el tigre; y en los lugares en
que jugeteara con bulliciosa alegria la can-
dorosa niñez, silbaba la horrible sierpe,
mostrandosu lengua de sangre, y sus ojos
de llama,


Por respeto á los manes de los antiguos
señores, dijo el viajero, es preciso que des-
aparezca tanto horror; es precisoquitar esas
ruinas, y construir un edificio. Y es fama
que defundiéndose esa voz por todo el árn-
hito de los ruinas, las fieras, las alimañas,
los reptiles, y las aves nocturnas, temiendo
perder su hahitacion se helaron de espanto;
cada cual á su manera dió un grito horrible;
y el silbido, y el rugido, y el ahullido; y el
chirrido resonando todo á un tiempo, resul-
tó un ruido fatídico y aterrador.


La guerra de sucesion cesó, la minoríase
acerca á su fin, la revolución ha llegado al
término de su carrera, porque desgraciada-
mente ha logrado su objeto, en cuanto le
era posible; ¿qué es lo que puede impedir
el establecimiento de un gobierno? Lo ire-
mos diciendo en el presente artículo y en los
venideros.


¿ Cómo sabeis que la revolucionha llega-
do á su término? porque no vemos en pie
liada de lo que ella quería destruir, escepto
las cosas indestructibles. Estamos sentados
en medio de ruinas, esto nos garantiza de
(llle no nos engañamos.


Despues de lo que se ha hecho, todo lo
que en adelante se apellide revolución no
merecerá tal nombre. Será el designio de
impedir que se quiten los escombros, que se
despeje el terreno, y se levante un edificio.
Para ciertos actos, es muy conveniente te-
ner á la mano montones de polvo para os-
curecer la atmósfera y privar la luz.


En una vasta llanura, entrecortada por
suaves colinas, existía en otros tiempos un
magnífico edificio que levantaba hasta las nu-
bes su gallarda cúpula y sus torres gigantes-
cas. La amenidad del pais , la feracidad de
los campos, el despejo del horizonte, la her-
mosura del cielo, parecían decir que allí no
podía faltar la vivienda del hombre. Sin em-
bargo, el tiempo que todo lo destruye, habia
desmoronado el edificio, consumido sus te-
chos, desmantelado sus paredes, minado y
destrozado sus cimientos. Aquí un enorme
paredon que amenaza desplomarse de un
momento á otro, allí una bóveda, cuyos es-
trihos se van cayendo á pedazos; arcos ais-
lados, columnas que no sostienen nada; gran-
des aberturas en los parages antes cerrados;
montonesde escombrossobre el lugar de las
antiguas entradas; descomunales boquero-
nes en el suelo, todo confusiony desórden,
todo ruinas. El hombre no vive en aquellas
estancias, pero la hahitacion no está desier-
ta. Los zorros, los jacales , las hienas, los
tigres, todas las alimañas y fieras del de-
sierto han hallado allí su cueva; las.saban-
dijas , los dragones, y todo linaje de reptiles
encuentran cómoda guarida en las numerosas
y profundas hendiduras; y los buitres, las




- H9-
gosos antagonistas de la monarquía, los au-
t?res . de. la revolucion , los padres d~ la
Constitucion del año 12, los incorruptibles
enemigos de las camarillas cortesanas, los
hombres del pueblo, de las eternas ponde-
raciones de sus derechos, vosotros os habeis
prostituido á los caprichos de un poder nue-
vo, obra de vuestras manos, que ni brilla
con la llama del genio, ni resplandece con el
reflejo de un gran nomhre, ó de recuerdos
históricos,y en cuyoporvenir no hay mas que
oseuridad. ¿Preferis una mirada lisonjera
ó una sonrisa de ese poder, al clamor de los
pueblos, al voto de los parlamentos, al grito
unánime de la prensa? ¿Habeis cambiadode
principios, modificado vuestras creencias po-
líticas, disipado vuestras ilusiones, secado
vuestro corazon? j Qué mudanza tan inespe-
rada! Antes, las sociedades patrióticas, aho-
ra los salones diplomáticos; antes , despre-
cio de la aristocracia, ahora insaciable sed
de condecoraciones y títulos; antes, al pasar
por delante del regio alcázar le mirabais con
altivo desden y con ojo centelleante, ahora
habéis ocupado todas las antesalas dc las
reales estancias, y vestís la librea de los
cortesanos, y os dejais arrastrar en sober-
bias carrozas; antes hacíais gala de vuestra
pobreza, blasonábais de espartano desinte-
rés, á fuer de pechos generosos no ansiábais
otro fin, no os impulsaba otro móvil que la
prosperidad, y sobre todo, sobre todo, la li-
bertad, la idolatrada libertad de vuestra
oprimida y gemebunda patria; ahora, ¡oh
pensamiento desconsolador! haheis aceptado
pingües sueldos, en rctribucion de vuestros
servicios, y haheis desvanecido de un golpe
el mas helio de los encantos: habeis cometi-
do una profauacion sacrílega; habeis coloca-
do cloro junto el entusiasmo..... » Esto les
dicen sus adversarios, de los cuales no pocos
fueron sus amigos y auxiliares. Los co-
mentarios y las consecuencias no son difíci-
les de alcanzar, no sabemos si lo siguiente
podrá servir para nada.


En tiempo de las Constituyentes de 1812,
Yde la inauguracionde la escuela revolucio-
naria y volteriana en nuestro suelo, salieron
á defender la religion y la monarqaía algu-
nos escritores, haciéndolo cada. ,cti¡l! .COrnP
mejor entendia, distinguiéndose uno que
otro por cualidades mas ó menos relevantes,
pero abundandolos mas de doctrina y racio-
cinio. A parte la exaltacion de los ánimos,
lllllY natural en el primer momento de la lu-


cha , y atendidas las insolentes provocaciones
de los amantes de novedades , prescindiendo
adenias de los manejos y venganzas de los
partidos, lo que decian los mas aventajados
adalides de aquella lucha podia formularse
en estos términos: « Nacion española, esos
hombres que apellidanlibertad y te prometen
el siglo de oro, te engañan. Sus doctrinas
son las ensayadas en Francia; mira lo que
estas han producido alli , é infiere lo que
producirán aqui. Se quiere derrihar un ídolo
para colocarse en su lugar; el incienso que
te forzarán á rendirle, te será repugnante,
y las ofrendas que te obligarán á presentar-
le te saldrán muy caras. La ambicion y la
codiciasc cubren con el manto de la libertad
y de la economía; no les prestes oidos, que
el tiempo vendria á castigar tu imprudencia
con dolorosos escarmientos. « Y bien, j, qué
decianaquellos escritores que no se haya di-
cho ahora? ¿,qué fue la prensa de entonces,
en comparacion de la prensa de ahora? tos
hombres son los mismos, hasta llevan el
apellidode la época, se llaman doceañistas;
entonces hablaba la prevision , ahora habla
la esperiencia..... i Cuán amargos desenga-
ños traen consigo las revoluciones! Hombres
que estudiáis su historia; no os fieis de los
libros, escritos en buena parte por los auto-
res ó los cómplices del mal;' atended á los
hechos, y á nada lilas que á los hechos; mi-
rad lo que habia, ved lo que hay; mirad lo
que eran los revolucionarios antes de la re-
volucion, mirad lo que son ahora: el esplen-
dor ha sucedido á la oscuridad, la opulen-
ciaá lapobreza: hé aquí disfrazadoelenigma.


v.


«Todas las reputaciones se gastan, escla-
man ciertos hombres, es imposible gobernar;
la capacidad mas aventajada, la probidad
mas incorruptible ,s.oninútile!i; .porque á
poco tiempo de figurar, caen en el mayor
descrédito. Esas revoluciones son monstruos
que se lo tragan todn; en no sabiendo qué
devorar,con,sumen reputaciones.. Notenemos
costumbre de apadrinar la..causa de la revo-
lucion , ni tampoco solemos..encarecer la fa-
cilidad de gobernar ; pero en. esta parte no
podemos sufrir que á la revolución se le
achaquen nuevos delitos; bastantes ha co-
metido que DO.consíentcndisputa ; no la ca-
lumniemos-Nuestra opinioI). en este punto
podrá parecer peregrina: como quiera no la




- 120 -
tenemos por desacertada. La revolucion no 1 se ha hecho la divinidad de un famoso di-
gasta las reputaciones, loque haeeesponerlas i putado de las Constituyentes de Cádiz? v
á prueba; y esto es cosa muy diferente. Nos I este diputado vive aun; pero ha llegado
inclinamos á~que la opinion pública lejos de para él el fallo de la historia. Varias cuali-
ser injusta ni severa, ha sido y es todavía de- dades se disputan á Martinez de la Rosa;
masiado indulgente. Hay capacidadesque no pero ¿quién pone en cuestion su honradez
pueden conservar su alta nombradía sino y su elocuencia parlamentaria? Quién niega
manteniéndose en misteriosas sombras, En á Galiano su ímpetu oratorio, á Lopez su
dándoles de lleno la luz , el prestigio des- fuego y facilidad, á Toreno su hábil trave-
aparece. ¿Quién tiene laculpa'? Hay virtudes sura? A Córdova y Zurnalacárregui, quién
hipócritas, hay probid~des que no sirvenpa- los desconoce?
ra la hora de la tentacíon ; el cebo brinda, el Todas las caricaturas del mundo no des-
peligro amenaza; la probidad sucumbe; truyen un hecho; todos los artículos de Ion-
¿quién tiene la culpa? Las revoluciones sa- do no lo crean. ¿Qué pudieran las carica-
euden y agitan la sociedad; el mal campea, turas contra Napoleon , á la vista del órdeu
el bien se ve precisadoá defenderse; se for- público restablecido, de la administracion
man diferentes bandos., se ofrecen situacio- organizada y de las banderas tomadas al
nes difíciles, la lucha se encierrde, y en ella enemigo? ¿qué valían los artículos de un
es preciso mostrar el temple de la espada, el periódicoministerial para realzar el presti-
corte de la pluma, el tino gubernativo, la gio de Espartero? Sele ha llamado ilustre,
previsión política., la firmeza de carácter, la invicto, honrado, patriota, modesto, desin-
energía de voluntad, la elevacion de senti- teresado , y de esto cada cual ha creido lo
mientos , los quilates de la honradez: los que le pareciera bien; pero no se le ha lla-
entendimientos y los corazones se hacen : mado grande hombre, hombre de genio; él
trasparentes ; ¿quién tiene la culpa si son I propio nos ha dicho en un reciente mani-
pocoslos que salen airososde la dura prueba? . tiesto,que no ambicionaba tal título, que


¿ Cuántos son los hombres eminentes, ni no lo merecia. i Tanta es la fuerza de un
aun distinguidos, á quienes la opinion pú- hecho evidente!
blica no haga justicia'? Pocos son los que Si todo el mundo supiese que sois un de-
reunen muchas cualidades sobresalientes, , fraudador de los caudales públicos ¿de qué
cada cual está dotado de las suyas; y en 'loS sirviera tener asalariados á dos Ó tres es-
estas el público no es tan injusto como se critores para que os llamaran sin cesar hon-
quiere suponer. Lo que hace es distinguir, rado, puro, desinteresado, hasta el fas-
clasificar, otorgar lo merecido, y negar lo tidio?
que se pretende sin razono Acabamos de Todo se ridiculiza: á un hombre quizás.
atravesar una guerra civil, y estamos pasan- n~uy respetable, se le haceobjeto de desprc-
do por disturbios políticos; y sin embargo, CIO, es verdad; pero esto no afecta la repu-
recórrase el catálogo de los hombres que se tacion tanto como se pudiera creer. A UH
han señalado por sus talentos, por su hon- político eminente que haya probado con he-
radez , por su carácter ó por otras cualida- chos su elevado talento, ¡.qué le importa
des buenas ó malas, en cualquiera de los que un papel sin firma le diga cuatro des-
partidos, y se hallará que la verdadera opi- vergüenzas sacando á plaza su enorme na-
nion pública está fijada sobre su mérito. En riz , su joroba, la curvatura de sus piernas,
ciertas cualidades hayjliscrepancia ; pero su calva, pantuflas y leviton? El mundo
es de temer que en tal caso no serán ellas está lleno de piernas derechas y de figuras
muy aventajadas. Cuando el sol brilla todos airosas y elegantes, en las que 'nadie picn-
lo ven; aun aquellos á quienes ofende. sa ; Ta~leyrand era cojoy dominaba la di-
«~fas ¿ no saheis lo que suele decirse, plomacia europea.


que la justicia no la hacen los contemporá- En épocas turbulentas, si se llega de un
neos sino la posteridad?;) Es cierto: pero modoú otro á inutilizar por una temporada
en tiempos de revolucion la posteridad se los talentos de hombres capaces de salvar
adelarlta, los años son siglos,las genera- el país, el interés público es loque sufre;
cienes viven muchas vidas, y antes que las la reputacion si es sólida, queda' intacta.
notaóilidades desciendan al 'sepulcro, suele Cuando se examina la conducta de un ge-
llegar para ellos el fallo de la historia. ¿Qué neral desgraciado, seatiende al número y




- 121 -
clase de tropas de que disponia , y á la-si- Reina se pondrán en movirmento ; los par-
macion en que se encontraba; cuando una tidos temerosos de perder demasiado en In
nave no ha podido salvarse, no siempre se transaccion, suscitarán cuestiones sohre las
achacael naufragio á la impericia del piloto. 1I 'cláusulasdel contrato; quien posee no quer-


Ahora se abre una nueva era; van á po- 1 rá desasirse , y quien no tiene deseará ad-
nerse á prueba ciertos hombres; seria bien 11 quirir; hay la cuestion de la mayoría, la del
posible que tuviésemos gran consumo de 11 reconocimiento de las potencias del Norte;
reputaciones (1). 1 los negocios de Roma; hay un desgobierno


! espantoso, un desquiciamientoadministrativo
VI. ¡". que da vahidos;y descuella finalmente como


, un fantasma aterrador esa hacienda, que pa-
Los ejércitos pronunciados acaban de en- , ra mayor infortunio-acaba de salir de nuevo


trar triunfantes en Madrid. ¿Cuál es la si- :! de las'manos de Mcndizabal,
tuacion de la capital de la monarquía? Están 1


1
Bien se echa de ver que no disminuimos


alli mezclados los generales de octubre con !, los obstáculos que hay para hien gobernar,
los tribunos de 1840. Muv en breve estarán I y que los pintamos con sus verdaderos co-
en movimiento todos los elementos políticos 1I lores; los hombres de la situacion no podrán
que se agitan en la Península; si no se crea 1I quejarse de que no les suministremos escu-
pronto y muy pronto, un gobierno fuerte, !i sas para los errores que puedan cometer;
comenza~á la discordia y seguirá la, anal': 1 pero en cambio les diremostambién los ele-
quía. ¿Cómo puede crearse este gobierno? I mentol' favorables con que cuentan, que se-
Es necesario un centro; y centro no hay I rán sus cargos, si con ellos no salvan al
otro que la augusta Huérfana, esa Hu~rfana 1I país y á la Reina. .que se arrebata sucesivamente la luerr:a; Hay un gran pueblo entusiasta de la mo-
armada l..... esa Huérfana que en la Granja 11 narquía , firmemente adherido á la Religion
se ha. visto asaltada por sargentos y entre-I


I
de sus padres, amante del órden y de la


gada á manos de la revolucion; que se ha i justicia, sediento de paz y estabilidad, enc-
visto separada de los brazos de su Madre 1; migo de teorías, despreciador de los char-
por el general de los ejércitosreunidos; que I1


1


latanes , amaestrado con larga y costosa es-
en octubre ha oído las descargas en las es- j! periencia; hay un pais abundante de recur-
caleras y salones de palacio; v que al re- I! sos, hay innumerables veneros de riqueza
sonar los'vítores de los que acaban de li- por esplotar, haymuchas rentas que bene-
bertarla, á las órdenes de Azpiroz y Nar- ficiar; hay una situacion topográfica que
vaez , ignora lo que hay, tiembla, llora y brinda á la independencia, v hav un caraoter
pregunta, si efectivamente gritan viva la fiero y brioso para hacerla' respetar; ¿, qué
Reina!, ... Hombres de la situacion , refle- falta pues? Falta una cosa muy sencilla, y
xionad sobre lo que os dicen estos hechos; sin embargodificil; falta que los hombres que
y si sois hombres de estado, acreditadlo de se coloquen á la cabe~a de la nacion se con-
una vez. venzan de su fuerza SI se apoyan en los ele-


Se necesita un gobierno fuerte, no nos montos de bien, v que no se crean forzados
cansaremos dé repetirlo; sin él tendremos á tener contemplaciones á los elementos_de
arbitrariedad con pretesto de órden, licencia mal; falta que acierten á mostrarse como
con nombre de libertad. No bastan reconci- protectores de las grandes ideas nacionales,
liaciones entusiastas, no bastan abrazos; los que de esta maneta esciten el interés de la
individuos y los pueblos no viven de esce- inmensa mayorla del pueblo español; de
nas de teatro; los síntomas que estamos ese pueblo que hace años está esperando
viendo nos indican la gravedad de un mal que un verdaderogohierno le llame en SIr
que en vano se trataría de encubrir. auxilio para hundir en el polvo á esas pan-


LR susceptibilidad y los intereses de In- dilJas que le atormentan, le despojan, y por
glaterra han quedado heridos, la vanidad' añadidura le Insultan.
y la amhicion de la Francia se habrán dis- Ved lo que ha sucedido, y conjeturad
pertado , los pretendientes á la mano de la lo que sucederá. Habeis clamado ¡El pais


l
y la Reinaestan enpeligro! y el pueblo es-
pañol se ha levantado corno un solo hom-


(1) ¡,Se ha cumplido? hre , y os ha dicho: ¿ dónde están los ene-
14




vrr.


5i no se quiere un gobierno fuerte, si .se
oponen obstáculos á su establecimiento so
pretesto de combatírla tiranía, tendremos á
centenares los tiranos; porque lo hemos
dicho y lo repetimos: los gobiernos opreso-
res no son los fuertes sino los débiles. El
fuerte puede marchar á la luz del dia, no ha
menester las maquinaciones tenebrosas; no
necesita medidas violentas, porque cuenta
con la debida fuerza para hacer-observar las
leyes; no es suspicaz ni perseguidor porque
puede despreciar á sus enemigos, estando
seguro como lo está de anonadarlos si se
atreven á levantar la cabeza. Esto ensenan


-12't -
Dlig05 del pais y de la Beínaj» Se los seña- la razon, la esperiencia , la historia ¡ que D()
lasteis ; un instante despues ya no existian. lo pierdan de vista todos los hombres aman-


El pueblo español, ese pueblo que no tes de su patria: nuestra necesidad urgente,
sabe sino pelear y vencer, se retirará con la apremiadora, es un poder fuerte; sin él no
generosa confianza que abrigan los pechos hay esperanza de salvacion , sin.él sufrire-
nobles y valientes; despues de haber disi- mos la lilas bastarda v la mas estéril de las
pado con un soplo á vuestros adversarios os tiranías, que es la impuesta por las pandillas
dejará hacer; muy desleales é ingratos fue- y facciones; sin él no saldremos jamas de
rais si le engañas"eis tambien..' . estados de sitio, de medidasdictadas por la


No ignora la nacion que la situación es salud delpueblo; y este mal será irremedia-
estraordinaria , que en medio de la insurrec- ble, porque su raíz no estará en loshombres
cion desaparece la legalidad; y que no pue- sinoen las cosas. Colocad en el gobiernoá
de reclamarla estricta en los momentos hombres de opiniones templadas y de inten-
críticos de la victoria, cuando ha quedado ciones rectas y pacítícas ; si su poder es dé-
una Reina menor de edad, sin regencia, sin hit, ó serán echadosde sus puestos , ó ahdi-
ministerionombrado por los trámites legales; cando sus opinionesy olvidando sus hábitos,
por lo mismo'DO os pedirá cuenta de si ha- :1 se convertiran en opresores.
beis puesto ó no el pie sobre el linde de la 1'1
ley, sino de si habeis salvado el pais ó no. Viii.
Salvadle v no temais : el pais que sufre I
tantos estados de sitio, tantas medula» de I1 ~algamos. del terr~no de la ~lit~ca, que
salvacion pública, tantos velos echados so- II esta volcanizado ; mientras perrmtais que se
brela estatua de la ley, tolerará sin duda 1/ revuelva, temblará el suelo bajo vuestras
que le salveis, sea ó no en el terr.eno de la I plantas. Siempre se .habla de. Constitucíon,
estricta legalidad, de esa legalidad que¡slCmpre de leyes orgamcas , siemprede go-
años hace ha desaparecido, que todos invo-I bierno y oposicion, siempre de sistemas
can y que nadie observa. Las reeoiuciones políticos; nunca ,~e buena .admini~~racio~,
comienzan saliendo del terreno de la ley, y I de arreglo de hacienda , de mstruccion pu-
ninguna termina en el terreno de la ley; se hlica; siempre del instrumento, nunca del
empiezaclamando por las garantías legales, 1I artefacto. Olvídase que las formas políticas
y se acaba por hac~r necesario un .poder 11 so~ un ~edio, y se las considera C?1l10 fin,
discrecional. ¿ Qu~_ Importa que 11) ejerzan mejor diremos, se aparenta considerarlas
las juntas ó los militares, las convenciones 1; como tal ; porque en el fondo de. las cosas,
ó los dictadores? Si en tanto abuso como se ] en la realidad, patente ya a los ojos de todo
ha hecho en España del poder discrecional, I1 el mundo, lo que obra, Jo que remueve, 10
se hallase quien lo empleara en salvar la ' que. ~gita y perturba, .son la ambicien y la
patria, á buen seguro que en lugar de la codicia ; y tal vez, y sm tal vez, mas la co-
Roca Tarpeya, le esperaría el Capitolio. dicia que la aIRbicion.. .


Un hombre que temu Inmensos caudales,
no sabiendo en qué emplearlos, dió en la
idea de hacerse fabricante, A costa de mu-
chos sacrificiosadquirió una máquina, que
en su concepto era Jo mas admirable que
imaginarse pudiera. Fuerza motriz muy po-
derosa , combinaciones ingeniosas v elegan-
tes, mucho tino del constructor en acomo-
darla al objetó para hacerlaelaborar en abun-
dancia los productos mas csquisitos ; todo
este conjunto tenia embelesado al dueño, v
le hacia esperar que los capitales invertidos
en la compra, estarian lllUY hien empleados,
y no se arrepentía de haber dejado vacías
sus arcas. Rodear/o de amigos que le felicita-
han por su (:d(J1lÍsi(~ion , embriagado de gozo
y desvanecido de orgullo, se felicitaba á sí




- 123 -
propio por el acierto de B.U plan, r ya solo
pensaba en buscar un hombre de habilidad y
confiarrza paraencargarle de la direccion de
la máquina. Aqui fue donde tropezó 'el buen
especulador. Directores encontrabamuchos,
pero bueno ninguno. Se allanaba y nivelaba
el terreno, se mudaban los operanos, se
hacian continuas reformas, la máquina no
funcionaba. Los directores renunciaban o el
dueño losdespedía: la máquina no funciona-
ba. Quién luchaba con un inconvenien~,
quién se escusaba con otro; pero ninguno
se olvidaba de decir que la envidia no podía


. perdonar la introduccion de la máquina, y
que por mil medios tenebrosos v pérfidos,
procuraba embarazar su movimiento para
que no diese productos. Seis años habian
trascurrido y todavía el pobrefabricante, sin
haber visto un producto, estaba arreglando
la máquina; los gastos eran machos. los
cuidados sin cuento, la desesperacion estaba
'en su colmo. Consultaba un dia á uno de sus
amigos, veste compadecido de su situacion
v viendo la trama infernal de que era vícti-
ma el desgraciado capitalista, le dijo: «si
la máquina funciona, los efectos fabricados
deberán salir conregularidad; los gastoses-
tarán sujetos á cálculo, si no riguroso, al
menos aproximado; y los salarios asi del di-
rector como de los operarios, serán fijos.
Ahora todo es arbitrario: ¿quién puede sa-
ber loque cuestauna reforma en la máquina,
y sobre todo el desbaratar losmanejos de los
que intentan seducir á los operarios, y qui-
zás se proponen destruirla? ¿tJuiénexamina
si losque se meten á directores ó á reforma-
dores, estan adornados de los conocimientos
suficientes para el desempeño de su tarea?
Todos se apellidan maquinistas, todos tienen
su voto, y lo que es peor, todos cohran su
salario. Estableced una regla muy sencilla:
nadie percibirá un maravedí hasta que la
máquina funcione; y al dia siguiente, ó la
máquina funcionará ú os habreis quedado li-
bre de directores y maquinistas.» Dicen que
se puso en planta el consejo y el pobre ca-
pitalista se vió libre de trampas.


En tan delicada materia conviene nofiarse
de colores, ni pretestos , ni apariencias las
mas inocentes; que corno decia Cervantes:
(de todo hay en el mundo; y esto de la
hambre, tal vez hace arrojar los ingenios á
cosasque no estan en el mapa.»


Cuando las revoluciones estan en el perío-
dode caducidad, lo que se llama pa~iotlel


políticas, ne suele ser mas que paslo/IIS
particulares.


CONSIDERACIONES
~aí.?a.~9~~aaJ)·~~~a~1~~ ..


Publkl:l.de en Bareelona en noyjemOt'Il·dll U4.&,


l.


Sin unidadno hay concierto, sin concierto
no hay orden, y sin órden no pueden subsis-
tir el mundo físico, ni el moral. Estas son ver-
dades inconcusas, eternas, aplicables á la EQ-
ciedad como al individuo. ¿Qué es la virtud?
un órdeu, un concierto, subordinados á Ja
grande unidad, á la ley eterna, á Dios. ¿Qué
es la ciencia? un orden, unconcierto depen-
dientes de la unidad, del principio generador
de los conocimientos. Cada ciencia en parti-
cular se asienta sobreuna verdadque lesirve
de hase; vestas verdadesfundamentales exa-
minadas en su origen,se halla que convergen
todas hacia otra que es como el punto fijo en
que esta afianzado el primer eslabon de la
cadena. ¿.Qué es la salud? un órden , un
concierto, dependientes de la unidad, que
armoniza las funciones y las hace contribuir
á un mismo objeto, cada cual á su modo.
¿Qué es este universo que nos admira y
asombra? es el órden , el concierto, someti-
dos á la unidad. Suponed que la unidad des-
aparece; el concierto y el órden dejan da
existir, y el universo se convierte en caos.


Todos los seres, asi que se apartan de la
unidad á que están sometidos, pierden en
cierto modo su naturaleza; porque esta no
consiste precisamente en la esencia que los
constituye, sino que abarca todas las facul-
tades, cuyo ejercicio forma el complemento
del mismo ser, y le hace alcanzar el objete
á que está destinado. El h0Rlbre demente.
es ciertamente un hombre; pero le falta el
uso de la razon, y así de poco le sirve el te-
ner esa noble facultad radicadaen su alma.
El díscolo, el perverso, es hombre; tiene el
libre ejercicio de su entendimiento y volun-
tad; pero abusando de las potencias que le .
ha otorgado el Criador, y desviándose de su
fin, es un hombre incompleto, que trunca,
por decirlo así, su propia naturalexa, pri-
vándola de su parte mas bella.




- 12j.-
Por esta causa todos losseres que existen


fuera del órden que les corresponde, que
hall dejado de estar sometidos á la unidad,
se hallan en situacion violenta, y forcejan
por volver á su estado normal. En el mundo
lisico , el cuerpo separadode su centro, tien-
de sin cesar hacia él; abandonado á simis-
mo, marcha rápidamente á buscarlo; dete-
nido por un obstáculo cualquiera, lucha por
vencerle: con el choque, si antes estaba en
movimiento; con la presion , si se ha con-
seguido detenerle. ¿ Qué busca ese aire, que
se agita con tanta violencia, que se convier-
te en huracan y arrasa los bosques, destru-
\e los edificios, y siembrael espanto por di-
[atadas comarcas? su ley , su regla, su
unidad, el equilibrio. ¡,Qu¿ buscan esas olas
alborotadas, que braman furiosas contra la
roca inmóvil, que tragan cual leve paja la
grandiosa nave? su ley, su regla, su uni-
dad, el equilibrio. ¿ Qué tiene ese hom-
bre que pálido y convulsivo se agita entre
tormentos atroces? un pequeño órgano se
ha desarreg lado; le ha faltado la armonía de
las funciones, la unidad; y el desgraciado
invoca la muerte como un alivio á sus crue-
les dolores, prefiere la no existencia á una i
existencia desordenada. ¡,Qué mal esperi-
menta ese otro de la frente torva y del mi-
rar inquieto, que llevapintadoen susemblan-
te el sellode la maldicion, que anda errante
por la faz de la tierra sin encontrar consuelo
ni descanso? Se ha apartado del órden, ha
perdido de vista la unidad de su regla, ha
cometido un crimen. El remordimiento co-1
mienza ya el castigo que la justicia divina
consumará.


H.


Tan pronto como la sociedad se aparta de
su regla, ya sea dejando estraviar las ideas
relativas al órden moral, ya sea permitiendo
que se derribe el poder sin sustituirle otro
que le reemplace completamente, se siente
fuera de su quicio, le falta la unidad que ar-
monizabatodas sus partes, y se agita tam-
bicn entre mortales agonías á la manera del
individuo atacado de crueles padecimientos.
Tal vez se levanta con fuerzas estraordina-
rias y arrolla cuanto encuentra á su paso;
pero un instante despues yace de lluevo en
el lecho de dolor, Iáuguida , abatida, morí-
hunda, escuchando con ávida conJianza las
palabras halagüeñas que se le dirigen para
hacerla creer que saldrá presto de tan infc-


liz estado, que la aguardan dias venturosos
en no lejano porvenir. ¿Qué valen los palia-
tivos si la raiz del mal queda intacta? ¿es-
perais crear un poder fuerte'? ¿ sí ó no? Ahí
está la dificultad; en no superándola, será in-
útil cuanto se haga.


Alos políticos entendidos debe de causar-
les espanto esa falta de unidad que se nota
en Esparta: hablase mucho contra los siglos
pasados; yesos siglos sin embargo nos sal-
van todavía en la actualidad: que si ellos no
hubiesen formado ese espíritu de rectitud,
de justicia y cordura, ese apego á la monar-
quía que distingue á la inmensa mayoría.
del pueblo espaüol , después de atravesar
una revolucion cien veces mas terrible (lue
la presente, correríamos á hundirnos en un
abismo sin fondo.


ut,


La Europa se agitó durante muchos siglos
buscando esa armonía que se afianza en la
unidad. Entregados los elementos sociales á
su propio impulso se revolvian en tenebroso
caos; pero tan luego como se establecieron
centros con gran fuerza, en torno de los
cuales se arregló el movimiento, nacieron
los diferentes sistemas que forman el hermo-
so y variado conjunto de las naciones euro-
peas.


Un inmenso continente que en lostiempos
modernos ha venido acrecentando el número
de los pueblos civilizados, se halla actual-
mente dividido en dos partes sujetas á con-
diciones muv diferentes. En la una reina el
órden , es acatado el gobierno, y las ideas é
intereses sociales han constituido un centro
que los enlaza y armoniza. Allí hay prospe-
ridad y poderío. En la otra la anarquía cam-
pea, los gobiernos caen como las hojas de
los árholes , las formas políticas son mons-
truosos embriones, á los que no se concede
el tiempo necesario para desarrollarse, y
manifestar con la esperiencia si es posible ó
no que se conviertan en un viviente de or-
ganízacion regular y miembros proporcio-
nados. No hay órdeu , no hay unidad; allí
hay inlortunio , descaecimiento, postracion.


Presentamos este cotejo pOl'que tambien
contribuve Ú dernostrnr 10 que nos hemos
propuesto; pero no intentarnos comunicar ¡Í
nuestros lectores, entusiasmo por las (ormas
políticas de los Estados-Unidos. Seurejanu:
entusiasmo mal puede trasmitirlo quien no




- 125-
lo siente. Ni aprobamos ni reprobamos; nos inclina naturalmente á meditar sobre su
abstenemos de juzgar; solo nos permitiré- sentido.
mos una ohservacion que conviene no dejar Alguna vez hemos pensado sobre la rea-
en olvido. La vida de una nacion se compo- lizacion que la libertad tiene en todos los se-
ne de muchos siglos; quien juzgue de un res; y á decir verdad, no la hemos encon-
sistema político por los efectos que produce tracto en ninguna parte sino con muchas é
durante setenta aüos , se parece á quien indeclinables limitaciones.
ponderara las ventajas de un régimen con Echemos una ojeada sohrccl mundo ma-'
respecto á un individuo, por haberle sido terial : todo está sujeto á reglas fijas. Los
saludable una corta temporada. Ademas: astros de inmensa mole como los átomosmas
¡,quién sabe si se atribuye equivocadamente imperceptibles, se hallan sometidos á leves
al sistema político lo que ha dimanado de constantes de las que no pueden desviarse.
causas muy diferentes? Es probable que se En el reino vegetal no es menos evidente el
incurre en este error; quizás podrian seña- encadenamiento de los seres, no es menos
larse razones que apoyarian esta sospecha; sensible la falta de libertad. Las plantas han
de todos modos el tiempo será el juez mas menester del calor del sol, los ravos de la
competente. Lo que ahora sucede va, es un luz, la humedad del rocío, el agua de las
indicio de lo que podrá acontecer e'n el tras- lluvias, el orco de los vientos, y no pocas
curso de un siglo. el asiduo cultivo de la mano del hombre.


En su nacimiento, en su auge y desarrollo,
1V • en su conservacion , están dependientes de


la tierra, de la atmósfera y del cielo. Se
Las naciones que han estado sometidas á ponen lozanas, ostentan vistosos colores,


la un.idad de la m0!iarquía hereditaria p.or l' producen sabrosos frl1to~, exhalan suavísi-
espacio de mucho tiempo, presentan un fe- mos aromas; pero todo a condioion de estar
nómeno digno de notarse: al través de las I sometidasá una regla, de carecer de libertad.
revoluciones mas profundas, conservan la I Los animales nacen, crecen, sc reprodu-
fuer.za de. reorganizarse sin perder ni me:lOs-¡1 ccn y mueren,. sie.mpre con sujeción á ~as
cabar su independencia. Casi todos los remos leyes de su respectiva naturaleza. Su exis-
de Europa muestran de bulto esta verdad: la I tencia está ligada con las reglas que le pres-
Francia y la Inglaterra ofrecen.e.ie~llplos re- 11 cr.iben. la organizacian, los a~imentos, el
crentes ; y segun todas las apanencias la "';8- clima y todo cuanto la afecta. Conservan la
paila está destinada á ofrecerlo también. La I salud bajo la condicion de vivir sometidos á
Constitucion de Polonia era una escepcion Ilas layes naturales; cuando de ellas se des-
por tener adoptado el sistema electivo; la vian, primero sufren, y si se obstinan,
Polonia sufrió revoluciones no tan grandes mueren.
COll~O las de otros paises, y no obstante pe- Elevándonos á la region .de las criaturas
recio en ellas. racionales encontramos la libertad de alhc-


¡,Qué seria actualmente la España sin tro- dría, hallamos que no estan sometidos los
no ?ereditario, sin esa institucion que neu- a~tos de la vo~unta~ ni.á la violencia ni á
traliza tan poderosamente los elementos del ninguna necesidad mtenor ; pero fuera de
mal, á pesar de que las circunstanciasapenas este círculo ¡.qué significa para el hombre
le han dejado otra accion que la fuerza moral la li~ertad? Examinémoslo con alguna ~c­
de sus recuerdos v esperanzas'? Viéramos tencion. La libertad tomada en su-sentido
reproducidas las trIstes escenas dc nuestras mas general.. es la ausencia de obstáculos ó
colonias de América, donde pasa continua- trabas que impidan ó restrinjan, el ejercicio
mente el poder de unas manos á otras, sin de alguna facultad. Veamos si son pocos
que alcance á robustecerse ni fijarse en esos ohstáculos y esas trabas, que ó embar-
ninguna. gan completamente el uso de nuestras facul-


tades, ó le limitan de mil maneras dile-
v. rentes.


• I . Luego de .nac~do el hombre, ¿cuál es su
Ya que hemos hablado dc la unidad. ha-I' libertad? La fragll eOIl((~stllfa de su cuerpo


blernus un (loco de la libertad. El U:'O cunti- I recién formado mantiene en inaccion todas
nuo (lile se está haciendo de esta palabra , sus facultades intelectuales y morales, y




-126 --
permite,esca~o. eie~icio lÍ las sen.sitivas ; en 11 que le señalan sus superiores, dejando BUS
eua.nto a la sat~sfacclOn de su~ primeras ne-! ocupaciones Olas gratas ó el .descanso de la
eesidades, no tiene en si propio otr? recurso '1 noche, para trasladarse junto al lecho del
sino el que le ha otorgado la previda natu- ¡ dolor v recibir el último suspiro del mori-
raleza para escitar la ternura y la compasion ji hundo. Considerando' no mas que aquella
de cuantos le rodean: el llanto. ' clase de hombres que por su fortuna ó parti-.Ade~antando ~n edad, continúa sometido 1


1


cular profesión puedenpasar la vida con mas
á infinitas necesidades; I~ libertad e~ ~ara él ensanche y desahogo, [cuántas limitaciones"
una palabra ~ana. Habiendo adq~lfIdo la I no sufre su libertad! El estado de los nego-
fuerza nec~sar~a pa,r~ tomarse los alimentos, i cios domésticos, las relaciones de familia,
care~e ?e inteligencia y robustez p.ara pro- i la índole y el carácter de los padres, de la
porcionárselos. Vive pues dependiente de ~ esposa, de los hijos, la influencia que sobre
sus .~adres durante m~chos. años, y sin el ,1 su situacion ejercen las vicisi~udes políticas,
auxII!o a!!ieno perecena. Sin luces en su ¡llas leyes y costumbres del pais en que mora,
espíntu , sm la enseñanza de la esperiencia, I y cien otras causas que directa ó i~direc~a­
ha menester que se las comumquen ot:as l' n~entel: afectan, todo contribuye a restrm-
personas; de ellasdepende en su mstruccion . gu' su libertad.
y educacion : el libertarse de semejante de- l'
pendencia fuera para él sinónimo de igno- 1 Y S.
rancia; inmoralidad y estupidez. Dejadle
libre, no contrariéis en nadasus inclínacio- Los pueblos (Iue se dice que la disfrutan
nes, permitid que se entregue el sus arreha- I mas ámplia , viven llO obstante rodeados de
tos, no le preciseis á vencer la pereza 101'- ./ tantas circunstancias que la coartan, que
zándole á dedicarse al estudioó á otras tareas, I apenas puede decirse en qué se diferencian
v esperimentareis los dolorosos frutos que ! de otros que se cuentan sumidos en la es-
fe producirá la libertad. Veréisle crecer cual' clavitud. ¿Se libra nadie de contribuciones'?
los brutos animales, con instintos violentos, ¿Se libra de las vejaciones de la policía'? ¿.Se
con inclinaciones torcidas; noempleando el libra de las leyes que arreglan las profesio-
escaso desarrollo de su razon, sino para es- nes agrícolas, industriales, comerciales t't
cogitar medios de satisfacer sus pasiones científicas'? ¿Dónde está pues Sil libertad?
desarregladas. ' ¿,En qué lleva ventaja el los que estan pri-


¿Dónde está la libertaddel homhre cuando vados de ella? Comparad un francés con un
llega á la edad de la razon, haciéndose ca- prusiano ó austriaco, cotejad las restricciu-
paz de dirigirse á sí mismo v de Ser útil á Hes que á la libertad de cada cual imponen
sus semejantes? Ademas de "la precisa de- las leyes del respectivo país, y hallareis que-
pendencia en que se halla conrespecto á las la diferencia no es tanta como algunos se
necesidades inseparables de la vida, se en- imaginan.
cuentra encajonado, por decirlo asi, en un El francés se cree libre, porque nombra
estado y {lrofesion, que le imponen innume- sus representantes que toman parte ~n la
rabies obhgaciones restringiendo de milmo- formacion de 'las leyes y en el señalamiento
dos su libertad. Dejemos aparte"al infeliz de las contribuciones; se cree libre porque
jornalero encadenado á su trabajo desde que todas las mañanas al levantarse, en.cuentra
el sol nace hasta que se pone; al dueño de en su bufeteun papeldonde 'se. leen dilatados'
establecimientos agrícolas, industriales ó co- discursos, en que se atacan con virulencia ó
merciales, esclavizado todo el dia por la vi- se ridiculizan sin miramiento, los actos ó las
gilancia que reclaman la conservacion y pros- personas de los gobernantes.
peridad de sus intereses; al militar constre- Examinemos imparcialmente á qué se re-
ñido por las severas leyes de la ordenanza, duce tan decantada libertad. El derecho de


, abdicando á cada paso su voluntad para obe- ' nombrar sus representantes no compete pro-
decer los mandatos de sus gefes, renun- piamente á la nacion francesa, sino á unnú-
ciando á sus' comodidades v placeres en mero tan reducido, que puede considerarse-


'cumplimiento de SlIS obligaciones; al facul- le en la misma categoría de las antiguas cla-
tativo llamado á todas horas al socorro de la l. ses privilegiadas. Mas de treinta y tres
humanidad doliente; al eclesiústico abando- 11 millones de habitantes cuenta aquel reino,
nando su familia para ir á ocupar el puesto (1 y el derecho electoral está limitado á linos




~t27 -
doscientos mil; por manera que para cada
ciento y sesenta y cinco franceses, hay un
solo individun revestido de este derecho,
'quedandoprivados de él los cientoy sesenta
ycuatro restantes. De los doscientos milelec-
tores es precisocercenar una parte muy con-
siderable que no usará de su derecho por
imposibilidad ó falta de voluntad; con lo cual
resultarán compuestos Jos colegios electora-
les de una' porcion tan escasa, que será casi
nula con respecto á la totalidad de los mora-
dores. ¿A qué se reduce pues con respecto
ala mayoría de la nacion, la libertad funda-
da en el derecho electoral? '


Los ardientes partidarios de la democracia
hacen resaltar con'vivos colores esa decep-
cion con que se encumbre un sistema falsea-
do por su base; y de esta manera esparcen
el descontento y la indignacionen el pueblo,
el cual se queja de que se le engaña. Biense
deja entender que nosomospartidarios del su-
fragiouniversal, y que nocreemosque en Eu-
ropa pueda ensancharse sin gravísimos.peli-
gros la arena donde por desgracia luchan las
opiniones, losintereses y laspasiones con do-
loroso encarnizamiento; peromenesteres con-
fesar que los homhres que se han apoderado
delgobiernode lasociedaddespuesde haberla
-conmovido hasta sus cimientos, no admiten
las consecuencias de los principios que ellos
-mismos establecieron, Si creían irrealizable
~I ejercicio de la soberanía popular, ¿por
qué la proclamaron? ¿pOI' qué ensalzaron en
teoría lo que rechazaa en la práctica? Si
.anatematizaron ladictadura gubernativa, ¿por
qué la entronizaron tan pronto como pudie-
ron ser ellos los gobernantes'? Si era imposi-
ble que la ley fuese el producto de la volun-
tad general, ¿por qué asentaron esa volun-
tad como única fuente de todo poder? Si al-
gunos de entre ellos decían que no siendo
-dable ni justo que la ley fuese la espresiou
.dedichavoluntad, debía representar la ra-
zon pública; ¿,cómo es que la consultan en
un círculo tan reducido? ¿cón qué derecho
escluyen un sinnúmero de capacidades, de
esas capacidades que ellos un tiempo,ensal-
zaron.hasta el estremo , y á cuyo órden per-
tenecran , ostentando ufanos ese titulo para
fundar la pretension de tomar parte en los
negocios públicos, y combatir á las clases
privilegiadas'? j lneonsecuenciachocante! cla-
maron contra todo lillage de privilegios,
tronaron contra todas las desigualdades,
condenaron la antigua organizaeion por in-


justa, por contraria á derechos sagrados,
por degradante de la humana naturaleza,
por sostenedora de barreras que impedían la
completa mezcla, la confusión. la identifica-
cion de todas las clases en una sola que de-
hia apellidarse pueblo, y sin embargo tan
prooto como realizaronsus sistemas, empe-
zaron renegando de la decantada igualdad,
escarneciendo la adulada soheranía , esta-
bleciendo distincionesentre clases y clases,
creando verdaderos privilegios. «Pero se nos
dirá, ¿creeis que era posible procede¡" de otra
manera'? ¿creeisque era realizableel sufragio
universal? ¿podíamos poner en planta nues-
tras doctrinas en toda su estension sin des-
encadenar sobre la tierra las mas tremendas
tempestades?» No; pero confesad al menos
que sois inconsecuentes, confesadque vues-
tras declamaciones eran arietes para derri-
bar, no enseñanza para construir; confesad
que cuando los pueblos'os echan en cara
que les habeis engañado, que cuando os
exigen el cumplimiento de vuestras prome-
sas , y colocados á su frente los tribunos os
llaman apóstatas, y os amenazan con hace-
ros correr la suerte que vosotros deparasteis
á vuestros antecesores, nada podeis respon-
derles que no deje en descubierto ó insigne
mala (e, ó veleidosa inconsecuencia.


Hé aquí una de las causas mas radicales
de la inquietud que atormenta á las socieda-
des modernas: los principios se estiendeu
mas allá de los hechos; cada vez que estos
se comparancon aquellos la contradiccion se
palpa: este es el fruto de la exageracion y
del error.


vsr,


En esta clase de materias, la libertad, si
ha de ser digna de tal nombre, ha de supo-
ner dirigido por la razon el ejercicio de .1010
derechos otorgados por la ley, ha de supo-
ner que no existe coacción física ni moral, y
que no median otras trabas que las que con-
sigo lleva la ebligacion de hacer buen uso
de sus facultades, tomando por única regla
la justicia , por único norte la conveniencia
pública. Con tan hermosos colores se pre-
senta ciertamente el derecho electoral en los
libros que tratan de las teorías constituciona-
les; pero ¿qué bay de todo ésto en la reali-
dad? No hablamos de aquellos paises donde
la ley enmudece }' solo campea la fuerza:
donde se infringen sin miramiento de nin-




-12R -
~llna clase así las leves fundamentales como quizás muy bien á la causa púhlica, sin ha-
las secundarías: queen tan aciaga situacion her por esto adquirido las dotes que consti-
el derecho electoral no existe; esta palabra tuyen un buen legislador; ¿,cómo queréis
es 1,1n sarcasmo cruel con que insulta Íi los que en medio de este laberintoelijacon tino
pueblos la imprudente desfachatez de las y discernimiento, el hombre que no llega ni
facciones; I'S un instrumento de que estas con mucho á la mediana altura en que estan
se valen para realizar sus dañados intentos, los candidatosentre los cuales ha de escoger'!
estableciendo la mas insoportable de las ti- Para esto, se nos dirá, la opinion pública
ranías , que es la ejercida en nombre de, la es ilustrada por la prensa periódica; para
J.ey. Limitémonos á la coaccion moral, á la esto se pesan los méritos y calidades de los
que dimana de las amenazas ó amagos del pretendientes; y ya que no sea dahleacer-
poder, ó de aquellos que tienen probahilida- tar siempre en el verdadero punto, por lo
des de alcanzarlo; á esa clase de coaccion menos existen probabilidades de hacerlocon
que no falta en ningun país, y que es in- alguna aproximación. Pero es muy fácil pul-
evitable atendida la condicion humana, v los verizar esta réplica. Segun las teorías mo-
procedimientosque estan en uso para lo que dernas , V atendido el mismo curso natural
se llama esplorar la voluntad de los pueblos: de las cosas , en la prensa como el parla-
¿.quién osará decir que el resultado de las mento, existen siempre dos campos: el del
urnas la espresa genuinamente? cuando se ministerio y el de la oposicion. En todos los
verifica la eleccion, todos los partidos se asuntos, sea cual íuere su gravedad vcarác-
achacan recíprocamente intrigas y cohechos; ter, está siempre conocida de antemano la
y en estando concluida puede asegurarse opinion de los contendientes. Para losminis-
que todos la darán por nula 1 escepto el que terialcs , el ministerioes impecahle, para los
la habrá ganado. de la oposición el ministerio está desatenta-


Al mayor número de los electores les falta do, es imposible que acierte en nada; y
el conocimiento necesario para llenar dehi- cuando se trate de conjeturar sobre sus ltC-
damente su objeto. Tratase de elegir nada tos futuros, el yerro es indudahle; solocabe
menos que un legislador, y si de estos hay la dificultad en si será mas ó menos dañoso,
pocos. tampoco son muchos los capaces de mas ó menos disparatado. Llega el tiempo
distinguirle entre la multitud de candidatos. de las elecciones; ¿deseais saber cuáles son
Quien se deja preocupar por el don de la á los ojos de la prensa sostenedora del mi-
palabra, creyendo muy equivocadamente nisterio, los hombres mas sabios, mas cuer-
que el que lo posee ha de ser por necesidad dos, mas desinteresados y puros, los hom-
muy entendido en la formacion de las leves; hres que labrarán, á no dudarlo, la felicidad
quieu se deslumbra con el hrillo de ,los' co~ pública? buscad quiénes son los que proba-
nocimientos manifestados por un escrito, hlemente votarán en favor del ministerio;
imaginándose no menos equivocadamente aquellos son, no lo dudeis; y con este dato,
que las luces en un ramo arguyen una cien- bien podeis ahorraros el trabajo de leer los
cía universal, ó que el talento teórico es lo periódicos ministeriales. ¿Queréis saber cuá-
mismo que el tino práctico; quien prefiere les son los Aristides, los Catones, los Cice-
la incorruptible honradez, no advirtiendo rones que os presentará la oposicion? ved
que esta puede muy bien aliarse ron un na- quiénes son los que la componen, ó los que
tural candoroso que sea fácilmente vícti- por sus antecedentes y 'compromisos es pro-
ma de In solapada perfidia,y que no siempre bable que la refuercen; sabido esto, podéis
cscluye la debilidad de carácter que con- también ahorraros el trabajo de ulteriores
fundela prudencia con la pusilánime timidez, investigaciones.
v toma á reces por cuerda contemporizacion Es necesario no haber visto nunca de ser-
la reprensible condescendencia que raya ca esas cosas para ignorar que se miente
en fea complicidad; quien se alucina con la sin pudor, que se calumnia sin miramiento,
hoja de servicios de un hombre encanecido '1 que se adula con bajeza; es necesario no
en una carrera respetable, sin reflexionar, tener otras ideas que las miserables vulga-
que el arte de la formacion de las leyes no 11 ridades de ciertos libros para ignorar que eldé'beaprenderse en el reducido ámbito de i medio mas seguro para no acertar en la elec-
una profesíon, y que hay muchos individuos [1 cion es el dar importancia ni aun mediano
que han consumido largos años sirviendo , crédito, á loque escribenplumas interesadas.




VIII.


Nombrados los representantes 1 al poner
en ejercicio las facultades que se les han
otorgado, ocurren todavia nuevos inconve-
nientes que desvirtúan mas y mas el valor
del derecho electoral. Si este ha de ser algo
mas que un nombre sin sentido, es menes- !
ter que los diputados representen ó la vo-I
luntad pública ó la razon; esto es, que sus
actos ó sean la fiel espresion de lo que es
realmente la voluntad de sus comitentes, ó
al menos lo que debiera ser, si se consulta-
sen los dictámenes de la justicia y de la
conveniencia. Ora tomemos por base el falso
principio de Bousseau, de que la leyes el I
producto de la voluntad general; ora adop- i
ternos el de otros que la miran como el re- .
sultado de la razon pública; siempre encon-
traremos que el derecho electoral tan atro-
pellado y desvirtuado ya en su mismoorigen,
sufre nuevos y considerables quebrantos.


Las leyes formadas por los represen.tantes
de la nacíon no pueden ser la espresron de


- ~29-
Generalmente hablando, toman parte en la voluntad 1?eneral por dos razones muy


las elecciones muchos empleados, ó que de- sencillas: pnmera , porque esta voluntad
sean serlo: en tal caso la influencia del go- no existe con respecto al mayor número de
bierno no conoce límites; y esta influencia casos: segunda, porque cuando existe es
sirve no para hacer que formen parte de la muy difícil, si no imposible, el cOllOce~la.
repre'sentaci0J? nacional los m.a~ virtuosos y Gran parte de las leyes versan sobre mate-
entendidos, SIllO los mas decididos defenso- rias en que el público no entiende: no cabe
res del sistema que á los ministros les plugo pues voluntad, no habiendoconocimiento de
adoptar, y de cuya ejecucion gravita tal lo que se ha de querer.
vez una buena parte de responsabilidad so- Es tambien muy difícil que las leves sean
bre los mismos candidatos. Es verdad que la espresion de la razon pública arreglada
la influencia del gobierno está neutralizada por los princiri?s de justicia y dirigida
un tanto, y no pocas ve?es v~ncida por la por miras de utilidad general. No sabemos
de los partidos que aspiran a serlo; pero la suerte que en los siglos venideros está
en este caso lo que se hace no es destruir preparada á las formas políticas que rigen
la corrupcion, sino multiplicarla. Esta cor- I una gran parte de las naciones cultas, pero
rupcion ha llegado en Inglaterra á un estre- ' sí creemos que la esperíencía mas cuerda
mo escandaloso; y alli no ejerce el gobierno que las teorías, introducirá reformas muy
una influencia tan grande como suele acon- trascendentales en lo concerniente á esplo-
tecer en los paises no acostumbradosal sis- rar la voluntad de los pueblos, y á recoger
tema representativo. . . el voto de la razon pública. Los sistemas


La ignorancia y la malicia falsean pues electorales de nuestra época tienen el gra-
por Sil hase el derecho electoral; la libertad v~s~mo inconveniente de aguijonear las am-
política por él espresada , pesa en la balanza blclOnes existentes y crear de eontínuo otras
de la razon mucho menosde lo que se cree. nuevas; de llevar agitada la vida de los pue-
Las cuestiones sobre esta gravísima mate- ~Ios, y de .esponerlos á cada paso á ser víc-
ria , son uno de los objetos que mas dehie- timas de ~ntereses y pasiones particulares
ran llamar la atencion de los pensadores. que nada tienen que ver con la convenien-
Cuando se trata de leyes electorales se pro- cía pública; de estar cimentadossobre bases
cede por rutina, y esta rutina es funesta. que con facilidad pueden ser falseadas; de


estar sujetos á una contínua movilidad in-
compatible con el sosiego v bienestar del
pais; de s~r demasiado elásticos p~ra pres-
tarse ora a servir de mstrumento a los de-
signios perturbadores de ambiciosos tribu-
nos, ora á' revestir de un carácter legal y
popu.lar, medidas arbitrarias é injustas. Con
los sistemas modernos la anarquía vive so-
metida á regla, la tiranía se ejerce por medio
de leyes.


Como quiera, apreciemos las cosas en su
justo valor, y no les atribuyamos mas mé-
rito del que encierran. Resignados con los
males é inconvenientes que siempre traen
consigo.las instituciones humanas, procure-
mos mejorarlas en cuanto cabe, sin olvidar
que el tiempo es un factor indispensable á
todos los productos que salen de la mano
del hombre; y que sin su concurso no es
dable edificar nada sólido y duradero. Pero
la misma prudencia que nos aconseja mira-
miento y circunspeccion siempre que se
trata de mudar ó innovar, nos prescribe
tambienel deber de nopreocuparnosen favor
de lo que poseemos, de no dejarnos llevar


15




-- 430 -
del entusiasmo que inspiran bellas aparien-
cias, '1 de penetrar en el fondo de las cosas
para e'xaminarsu íntima naturalera.


IX.


Los límites á que debernos ceñirnos nos
precisan á contentarnos con las indicaciones
que preceden, obligándonos á pasar al de-
cantado punto de la votación de los i?lpUeS-
tos. Y para que no se crea que estimamos
en poco un derecho tan preci~so, nos arre-
surarnos á declarar, que leJOS de abrigar
semejante opinion , estamos convencidos dc
que regularizado y ejercido cual conviene,
es una de las mejores garantías de la pros-
peridad de los pueblos, y un freno muy sa-
ludable para la codicia, la prodigalidad y
dilapidaciones de losgobiernos malos. Cuan-
do otras razones no nos impulsaran á opinar
en este sentido, inclináranos á ello el ob-
servar que nuestros antepasados tan famo-
sos por su reposada cordura, establecieron y
conservaron este derecho, como el paladión
de las libertades públicas y la mas segura
prenda del respeto debido á la propiedad.
En las leyes de Cataluña, de Aragon, de
Valencia, de Castilla ó mejor diremos en
las de toda Europa, se encuentra consigna-
do este precioso derecho de una manera mas
ó menos esplícita; pudiendo asegurarse que
uno de los mas bellos distintivos de la civi-
lizacion europea fue el que ya desde su cuna
tendió á precaver que el poder público dis-
pusiese de la hacienda de los ciudadanos,
sin que estos interviniesen en-el negocio de
una Ú otra manera,


Esta consideraeiou es de mucho peso,
porque manifiesta que el principio que ase-
gura al cuerpo de la nacíon una interven-
cion mas ó menos directa en la vetacion de
los impuestos, no trae su origen de las doc- '
trinas revolucionarias, sino de los mismos
elementos constitutivos de las sociedades
modernas. Por CUYO motivo, conviene an-
dar con tiento en destruir este principio; por
mas que en la práctica por razon del modo
con que se le aplica, dé lugar á gravísimos
inconvenientes, que á menudo son mayores
que las ventajas.


Es masclaroque laluz del dia, que oon los
sistemas.electorales vigentes y lascostumbres
que se. apellidan constitucionales y parla-
mentanas, no reportan lospueblos los bene-
ficios que debieran prometerse de aquelprin-


cipio ; es hastaimposible que puedan alcan-
zarlo por los caminos seguidos hasta aquí.
Una «e las ocupaciones mas privilegiadasde
las asnmhleas deliberantes debieran ser los
negocios de hacienda, "estos son los mas
descuidados. ¿Se habla <ie asuntos políticos?
las sesiones son muy concurridas; largos
v acalorados debates se empeñan , en que
toman parte muchos oradores, haciendo os-
tentacion de su saher , v luciendo las galas
de su elocuencia; ¿perollega la época del
examen de los presupuestos? la discusión
es fria, descolorida, lánguida; las comisio-
nes presentan su dictamen por cumplir con
la rutina; y si una que otra vez los oradores
se enardecen , es porque alguna de las can-
tidadcssc roza con las pasiones él intereses
de la esfera polítiea.


¿Cuáles son las causas de esta frialdad é
indiferencia en materia tan importante? no
es difícil adivinarlas: la completa ignorancia
en el asunto sujetado á discusion , y el es-
caso interés que en él pueden tomarlos que
deben dilucidarlo. De los hombres que figu-
rar suelen en las candidaturas ¿cuáles son
Jos «ue poseen conocimientos profundos,
prácticos, atinados, en negocios de hacien-
da? Esta ciencia tan exigente en materia de
datos, no es posible que se conquiste el
agrado de esos hombres públicos que con
tanta felicidad se improvisan en nuestro si-
glo dé oro. Para formar un gefe político, un
ministro del tribunal supremo, un embaja-
dor, ó un secretario del despacho ¿de qué
sirve esta ciencia? Para semejantes cargos,
hasta el arte de estender un programa con
soltura y desembarazo sobre el tema q(le
ofrezcan las circunstancias, hasta el talento
de pronunciar en las Córtesun discurso lme-
no ó malo, en pro ó en contra de un minis-
tro; pero de nada sirven los conocimientos
sobre las desagradables materias rentísticas,
que no ofrecen atractivo sino cuando toca el
turno de percibir el pingüe contingente.
Ademas, que si el hombre públicoraya muy
alto en la categoría política, de manera que
el notomarparte en alguna de las discusiones
haya de servirle de mengua y desdoro, bás-
tale ocuparse breves ratos en la lectura de
alguna obra de economía política, buscando
los capítulosen que se trate de la producción
y distribución de las riquezas, y los otros en
que se ventila directamente el asunto de las
contrihuciones , para quedar desde luego
habilitado, si fuere menester desatarse en




- 13i -
una estupenda improvisacion , Ó escribir el
magnífico preámbulo de un dictamen. Que
si en apurado caso llegase la notabilidad po-
lítica á verse encargada de la formacion de
un ministerio, encontrados los cuatro indi-
viduos que serán comolos sátelites del afor-
tunado presidente, no faltará tiempo para
buscar entre los antiguos empleados del ra-
mo, ó los ngiotistas y jugadores de bolsa,
alguna medianía que se prestará dócil á
todas las voluntades de sus colegas, y que
contentándose por lo que toca á los asuntos
de su incumbencia con dar rutinario curso á
los espedientes , no saldrá de su somnolen-
cia habitual, sino cuando se trate de discur-
rir arbitrios para satisfacer necesidades ur-
gentes: arbitrios que á pesar de sus distin-
tas formas y variados nombres, todos se
reducen al arte vulgar y funesto de los dila-
pidadores de la hacienda pública ó privada:
sacrificar el porvenir á lo presente; hipotecar
por una cantidad mezquina, productos cien
veces mayores.


Es cosa de ver la facilidad con que una
provincia nombra para su representante á
quien tal vez no pisó nunca el terreno cuyos
intereses está encargado de proteger; lásti-
ma causa, y á veces congoja y despecho, el
mirar entregadas á manos de un miserahle
aventurero, las riquezas de millares de fa-
milias , con libre facultadde dar su voto so-
bre las cargas que deben imponérseles.


Hemos pensado alguna vez que seria un
buen remedio para evidenciar los defectosde
las leyes electorales el practicar, si fuese
posible, la operacion siguiente. Reunidas
las Cortes podríanse dividir los cuerpos có-
legisladores en tantas secciones cuantas son
las provincias representadas. Entonces apli-
cando la regla de que para cuidar de un pa-
trimonio es necesario conocerle, sabiendo
en qué consisten sus productos y sus cargos,
se deberia obligar á cada diputado á esten-
del' en el término de veinte v cuatro horas,
á guisa de opositor á cátedra ó canongía, un
informe que contuviese la descripcion del
país por él representado, en que se detallase
cuál es su riqueza agríeola, industrial ó
mercantil, cuáles son los nombres de las
contribuciones directas ó. indirectas que so-
porta, cuáles las bases que por la ley ó cos-
tumbre se adoptan en los repartimientos,
cuáles los males que los pueblos lamentan,
cuáleslas reformas localesf¡ue prodrianhacer-
se, cuál el estado de los principales cami-


nos, canales y demas medios de comunica-
cion ó de cultivo, cuál el de la instruccion y
educacion, cuál el de los establecimientos
de heneíicencia, los males ó inconvenientes
de que adolecen y los remedios mas oportu-
nos para neutralizarlos óicurarlos , cuáles
los sistemas que se practican y los fondos
con que se mantienen; en una palabra, de-
heria someterse aldiputado á un exámen que
pusiese de manifiesto si posee ó no los cono-
cimientos necesarios para votar, si no con
mucha probabilidad de acierto, al menos
con mediano conocimiento de causa. Esten-
didos los espresados documentos, firmados
por sus respectivos autores, debieran suje-
tarse á la censura del público por medio de
la imprenta. Parécenos que el resultado
seria gracioso, y que el mayal' número ma-
nifestaria que nada entienden de lo que han


. de arreglar.
Los pueblos salieran sin duda lilas ganan-


ciosos, si en gobernarlos se empleara menos
ciencia y mas buen sentido, menos teoría J
mas ohservacion práctica. ¡Cuántos y cuán-
tos asertos pasan por indudables en un Con-
greso de legisladores que un hombre sencillo
pero esperimentado, miraria como solemnes
despropósitos! j Cuántos proyectos, llenos
al parecer de ciencia y discrecion, resultan
sueños irrealizables cuando se trata de po-
nerlos en planta! ¿y qué mediosse practican
para precaver que los cuerpos legislativos
se compongan de esos hnmhresque-tienen
la funesta facilidad de hablar de repente so-
bre todas las materias, y cuya ignorancia es
tanto mas peligrosa euanto se oculta bajo el
oropel de la ciencia? Observad los resulta-
dos y fácilmente conjeturaréis cuál debe ser
el sistema que á ellosnos conduce.


Desde ,18,10 lleva la España 17 años de
gohierno representativo. lo Cuál es el fruto?
En los afias trascurridos desde '1834-, en cu-
yo tiempo no se ha interrumpido nunca, las
Cortes han presentado-una arena donde han
luchado sin tregua ni descanso las pasiones
políticas; pero la instrucción púhlica, la cdu-
cacion, los sistemas de beneficencia, la ad-
ministracion, la hacienda, los códigos, todo
está intacto, todo yace en el mas profundo
desórden. ¿Qué sucederá en adelante? con-
tinuárán las recriminaciones, la desconfían-
za, la irascibilidaddc lospartidos, la perfidia
y las turbulencias de las facciones. ¿Nos
;¡treveremos á deshojar la hella ilusion que
abrigan las almas cálldidai é inespertas , las




Publicado en Barcelona en diciembre de 18"43'.


TODAVlA DAY 'fIEMPOS PEORES


Estraña paradoja les parecerá á no pOCOIl
proposicion tan peregrina; recio se les hará
de creer 1 que la revolución , hija de la cor-
rupcion y del error, terrible personificacion
de la fuerza levantada contra la ley, no trai-
ga consigo el peor de los tiempos" v que no
sea su época la mas calamitosa que pasar
pueda sobre una sociedad. Ella destruye to-
do lo existente , amontona escombros y rui-
nas, relaja los vínculos sociales y domésti-
cos, rompe los lazos políticos, acostumbra á
la insurreccien ,mina la disciplina de los
ejércitos, esparoeahnndante semilla de in-
moralidad, sume á los pueblos en el caos
mas espantoso; ¿pueden acaso darse rnavo-
res males? ¿es posible concebir otro tiempo
en que los pueblos sufran mayores calami-
dades , y en que se reunan mas causas para
preparar nuevas desventuras en lo venidero?


Es cierto que las épocas de revolucion son
las mas estrepitosas; es verdad qne los da-
líos producidos por ellas, se hacen sentir con
gran fuerza, se ofrecen de bulto á los ojos
de todos, se hacen palpables á todas las ma-
nos: no hay familia que no llore sensibles
pérdidas , ora de fortuna, ora de personas
queridas que perecieron en los vaivenes de
]o~ disturbios civiles ó en las sangrientas re-
friegas de fratricidas luchas; no hav clase
no hay interés, no hay opinion que 110 hay~


- Híl-
quení preven el mal futuro ni recuerdan el sufrido contradicciones, persecuciones, de-
pasado, por ser tan fuerte y vivo el impulso sastres; no hay pueblo que no haya presen-
que las inclinli al bien? (~ ) ciado escandalosas escenas, y tal vez dolo-


Creemos que á las naciones como a los rosas catástrofes: cnal furibunda Medea la
individuos no se les daña haciéndoles cono- revolucion anda esparciendo en todas direc-
cer su verdadera situacion ; no se remedian cienes los miembros de sus propios hijos; y
los males si se ignora qne existen; no se esperimentan sus furores tanto sns amigos
los precave si no se teme que vengan. Quien como sus cncmigos: los despojos, la pros-
escribepara el público debe decir siempre la cripcion y el cadalso, no respetan clase ni
verdad por dura. que sea; y cuando no le persona.
sea posible, condénese al silencio antes que 1'01' esta causa al salir los pueblos de esa
permirtirse el engañar á los pueblos, época turbulenta y azarosa, el entrar en un


régimen legal, al ver establecido un gobierno
templado y suave, abominan del tiempo pa-
sado , detestan hasta el nombre de lo que
tantos males les acarreara, no alcanzan á


, comprender cómo bajo un sistema regular,
f sometido á las leyes, bonancible, sosegado


y tranquilo, sea posible sufrir mayores que-
brantos que durante la revolucion; y sin em-
bargo nada hay mas cierto: las revoluciones
de los pueblos son enfermedades agudas que
consigo traen exaltacion , fiehre , delirio; pe-
ro toda enfermedad proviene de causas que
afectaron V desarreglaron la organizacion, y
acontece muy á menudo que un errado plan
de convalecencia al paso que aparenta resta-
blecer la salud V las fuerzas, mina sorda-
mente la existencia del enfermo conducién-
doleá la muerte por halagüeños caminos.


Sí, este es el peligro que amenaza á los
pueblos despues de la revolucion, este es el
mal qne ha caído y pesa todavia sobre la
Francia, este es el mal que se columbra en
el porvenir de la agitada España , este esel
mal que difícilmente evitaremos, .si nocui-
damosde ponernos luego en vigilante guarda.


No es para una nacían el mayor de lbs in-
fortunios el que por algun tiempo se vierta
en los campos de batalla la sangre de sus
hijos; despues de guerras formidables que
diezmaron la juventud, levántanse á veces
los pueblos con mayores fuerzas, con mas
vigor y lozanía. Asi el adalid que ha tomado
parte en cien batallas, que ha derramado á
menudo su sangre en peligrosas refriegas,
blande el acero con tanto mas brio y energía
cuanto mayores son las cicatrices de la ma-
no que lo empuña y del brazo que 10 esgrime.


No es tampoco el mayor infortunio de una
nacion, el que haya venido al suelo un sis-


I tema político, y que desmontada é inutiliza-, da la antigua máquina del estado, sea pre-
(1) Recuérdese el ultimo trimestre de actas v I riso echar mano de otra mas adaptada á las


eontestacíon aldiscurso de la Corona. 'circunstancias, mas propia para el objeto á




- -h3 -
que se destina; Dios no ha dejado tan infe-
cunda la sociedad que no sea capaz de go-
bernarse sino porun medioy bajo un siste-
ma; la razon, la historia y la esperienciaes-
tan enseñando, que salvos los principios tu-
telares de que en ninguna situación se des-
entiende impunemente la humanidad, son


, varias las combinaciones que puedenidearse
para establecer un gohierno que afiance el
órden, proteja los intereses públicos, v la-
bre la prosperidady venturade los pueblos.


No es para una nacion el mayor de los
infortunios, el que en medio de las revuel-
tas v azaresde una época tormentosa hayan
salido gravemente vulnerados respetables
intereses materiales; ni que algunos de es-
tos hayan sido destruidos en su totalidad.
En la vida, en las fuerzas de las naciones,
entran ciertamente los intereses materiales;
pero rara vez acontece que la pérdida ó la
desaparicion de algunos de ellos acarreen la
ruina de la sociedad. Esta como el individuo,
no vive de solo pan; si no satisface sus ne-
cesidades materiales de una manera, acude
á ellas de otra; el antiguo vacío se llena con
algun medio de nueva invencion; el tiempo
cuida de revelarlos defectos del sistemaque
se ha sustituido al anterior: la esperiencia
va amaestrando en su manejo, hasta que al
fin se llega á desenvolver y regularizar lo
<Iue en un principio se presentaba cual em-
brioninforme y monstruoso. La misma injus-
ticia de las antiguasdestrucciones vaborran-
dosede la memoria á medida que el tiempo
trascurre; las avenencias v las transacciones
van legitimando masó menos el nuevo órden
de cosas ; hasta que vienen los sigloscon su
prescripcion , con aquella prescripcion que
no necesita de la autoridad de las leyes, si-
no que está dictada por el buen sentido del
hum~no linage y justificada por la aquies-
cencia de todos los pueblos.


Grandes son los infortunios que acabamos
de indicar;.entráñanse en ellos irritantes in-
justicias, escándalos feos y repugnantes,
inmoralidades asquerosas, vilezas, manejos,
corrupcion y todo la mas detestable que
abortar puede sohre la tierra el genio del
mal; .pero sobre estos infortunios hay toda-
víaotros mayores, sobre tan terribles males
hay otros todavia mas terribles. Y son esos
males, cuando la vida intelectual v moralde
los pueblos es atacada en su misma raiz,
cuando en medio de las delicias de la paz,
de la prosperidad de los intereses materiales


y de la engañosa ilusión producida por un
Iacticio aumento de las fuerzas del estado,
se destruyen las creenciasreligiosas, see~­
travian las ideas morales, se enervanlos am-
mos convoluptuosos.goces , se nutre un. des-
medido orgullo, se fomenta la vanidad,
aflojando de esta suerte todos loslazosso-
cialesy domésticos , entro~i7:a~do el culto.~e
los intereses materiales, divinizando el VICIO
con la prostitucion de las hellas artes, sus;-
tituvendo á la virtud el egoilimo , á los senu-
mientes nobles v elevados la mezquindad y
villanía de pasiones astutas v rastreras.


Es muy temihle que terminada la desas-
trosa revolucion que nos agita y at?rm~nta,
entremos en una era que se apellidara de
regeneracion, en la cual se mostrará de una
parte recelosa esquivez con respecto á las
doctrinas demasiado populares, y de otra
mucha prevencion contra las reacciones que
tiendaná resucitar los principios y sistemas
antiguos. La alianza del órden con la liber-


i
! tad, será la bella fórmula en que se compen-


diará el pensamiento dominante: nada de
. anarquía, se dirá , nada de exageraciones


democráticas, nada tampoco de despotismo,
nada de supersticion, nada de pretensiones
fanáticas. Fuerza en el gobierno,"vigor en
la administracion , centralizacion de todos
los ramos; pero libertad en las ideas, indul-
gencia en las costumbres. Vigilantcinspec-I cion.sobre ~ I~ enseñanza; pero completatole-
rancia y disimulo en todo lo que dimane de
esccsivo celo por la ilustracion y el adelanto.
Protección á la Iglesia, peroproteccion des-
confiada, suspicaz, que se alarme fácilmen-
te por la firmeza de un párroco ó la ,pastoral
de un prelado; proteccion que haga respe-
tar los templos, pero que procure encerrar
en ellosla religion, de suerte que no salga
de alli, y no alcance á ejercer influencia so-
bre la sociedad; permision de defender el
dogmay la moral contra sus enemigos, pero
dignidad y severidad contra losque se atre-
van á revelar malastendencias del gobierno,
pésimo influjo de altos magistrados, aviesas
miras de un plan de instruccion, abusos de
profesoresque propinenfunestas doctrinas á
la juventud. Asi, con pocos años de paz y de
órden secamhiarán radicalmente las ideas,
se modificará elcarácter nacional, y la Es-
paña adelantada y culta conservará apenas
un recuerdo de lo que fuera en tiempo de
nuestros antepasados. (;l\ D>~""


Es menester no hacerse ilusiones, es pre ..:po'''' ' ,
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- 134 ~
cisono haber visto las cosas y tener escaso dura ha sido trabajada por largos años de
conocimiento de los hombres, para no colum- guerra estrangera é intestina, y por ínter-
brar que nos amenaza tan triste porvenir; minablc série de revueltas, debe haber
es necesario no haber observado la inlluen- mucho que reformar, que corregir y orde-
cia que de un siglo á esta parte ha ejercido nar ; no se nos oculta que el siglo XIX es
la Francia sobre nosotros, para no conjetu- muy diferente de los anteriores, que es otra
rar la que andará ejerciendoen lo venidero: la situacion de Europa, que no es el mismo
y á nadie se oculta que el sistema de gohier- el curso de las ideas, que han variadosobre-
no que acabamosde describir, es el que pre- ' manera las costumbres, v que por /in el
valece entre nuestros vecinos. IIay empero pueblo españul de hoy no es el 'de Felipe U,
entre la Francia y la España una diferencia nitampoco el de CarlosHl, niaun el delgOS;
profunda, y es, que el indicado sistema es sallemos que el tiempo ha ejercido tambien
allí la espresion bastante fiel de la sociedad, sobre nosotros su influencia modilicadora,
cuando aqui fuera una importación exótica que no han pasado en vano las revoluciones,
que se hallaria en abierta oposicion con las que no han circulado sin producir su fruto
ideas, las costumbres, los hábitos de la in- los libros modernos, que no han dejado de
mensa mayoría de la nacion. Allí la sociedad afectar el carácter nacional la prensa y la
es escéptica, aqui es católica; allí estan tribuna, y que por fin el aliento del siglo
volcanizadas muchas.cabezas con las teorías que se nos está comunicando incesantemen-
democráticas, aqui conservan todavía pro- te por infinitos conductos, ha descompucs-
fundo arraigo los principios monárquicos; to en parte la fuerte contestura que dieran á
allí las costumbres han sido afectadas y mo- la nacion sus instituciones antiguas; nada de
dificadas en sentido popular por una revolu- esto ignoramos, y por lo mismo estamos
cion imponente y aterradora, que á vuelta de muy lejos de soñar en tiempos que pasaron
injusticias, de crímenes y catástrofes, trajo ya; conocemos que hay nuevas necesidades
al fin la gloria militar y la organizacionadmi- y que es preciso satisfacerlas; que haynue-
nistrativa , aqui una revolucion miserable y vos bienes que no debemos dcsdeüar r que
raquítica, inaugurada con intrigas y desma- hay nuevos males por ahora indestructibles,
nes , continuada con despreciables motines, que es preciso tolerar; pero creemos que
sostenida en su términopor un poder militar una conducta prudente y templada, que pro-
incalificable, ha producidouna fuertereaccion cure annonizarlo todo del mejor modo posi-
en los espíritus, ha hecho desertar de la ble, nada tiene que ver con un sistema fu-
·nueva bandera á'muchos incautos que en nesto , intolerante con el bien, indulgente
ella se afiliaran de buena fe ; resultando que con el mal, con un sistema en que para na-
la generalidad de los hombres honrados, y da se aprovecharian los restos de nuestra
no pequeña parte de los mas entendidos, antigua civilizacion , en la cual ,digan lo
contemplan ora con indignacion, ora con {Iue quieran la ignorancia y la mala fe , no
desdeñosa sonrisa, esas impotentes tentati- deja de encontrarse mucho de útil y adrui-
vas, esos estériles ensayos, con que se obs- rable.
tinan algunos en conducir la nacion por ca- El empeño de fundir de nuevo la nacion
minos que ella aborrece, á un estado que entera como arrojándola en un crisol, ha
detesta. llalo como es el sistema seguirlo perdido y desacreditado á la revolucion, y
en Francia, quizás sea ahora el único posi- perderá y desacreditará á cuantos se obsti-
ble , porque dudamos que tuviese probabili- nen en tan errada conducta. Si quien la adop-
dad de triunfo ni mucho menosde duracion, tase fuese un gobierno regular, establecido
cuanto tendiese por medios violentos á dar sólidamente, y que por un concurso de cir-
ascendiente y preponderancia á las sanas cunstancias contase con muchos elementos
doctrinas; pero aqui tan lejos estamos de de fuerza, seria su accion mucho mas da-
hallamos en tan deplorable situacion, que ñosa que la de la revolucion; pero tambien
muy al contrario, si algo ha de encontrar abrigamos la esperanza de que se estrella-
poderosa resistencia, y dar tal vez lugar á ría contra los obstáculos que en abundancia
choques y conflictos , será el intento de plan- le suscitaran las creencias religiosas y las
tear en nuestro suelo el sistema francés. costumbres públicas, apoyadas y robusteci-


y cuando esto decimos, no se nos oculta das por ese buen sentido que es uno de los
que en una nacion vieja, y que por añadi- caracteres que distinguen á esta gran ua-




ARTICULO J.


Publicado ('11 Barcelona en enero de t8U.


ESTUDIOS POLITICOS.


. No ha fallado quien opinase que los go-
hiernos representativos eran una trnnsicion
de la monarquía absoluta á la república. Po-
co aficionados á pronósticos, y muv des-
contiados de la previsión del hombre, no
hacernos mucho caso de cuanto se nos anun-
cia para los tiempos futuros, aun cuando los
heraldos del porvenir sean Chateaubriand ó
Lamennais. Comoquiera, no puede negarse
que los modernos sistemas de gobierno pre-
sentan anchuroso campo á todo linage de
conjeturas, y que no faltan indicios que abo-
nan la opinion indicada.


'1 Los gobiernos representativos f tales co-
mo los concibió y planteó la filosofía política
del siglo XVIII, están basados sobre Jades-
confianza, garantidos por la division, vivi-
ficados por la oposicion y sostenidos por la
lucha. La constitucion francesa, obra de la
Asamblea constituvente, v la de Cádiz
de t 812, son convincente prueba de esta
verdad. La razon y la esperiencia han hecho
patentes los males que acarrea un gobierno
de esta naturaleza, y han aconsejado algu-
nas reformas de mucha consideracion; sin
embargo, no era posible obviar todos los


- t35-
cion. Sin embargo , bueno es que todos los blica ; de esta suerte se han de rechazar las
hombres de sanas ideas, de intencion recta calumnias de los enemigos, y desvanecer las
v de corazón hunrado v amante de su pa- preocupaciones de los ilusos; así, y solo así,
iria, csten prevenidos ··contra el riesgo que se alcanza influencia legítima en los negocios
acabamosde indicar; es preciso 4(1Ie los ele- públicos, se adquiere el derecho de amones-
mentas de bien que tanto abundan en nues- : tal' á los gobernantes con decorosa firmeza;
tro suelo, se pongan en vivo movimiento,que :I! así, y solóasí, se logra que e!l circunstancias
se acerquen y combinen acertadamente pa- ! críticas, en momentos peligrosos , preste
ra formar una masa compacta ,en torno de l' atento oido la nacion ú una voz independien-
la cual se agrupen todas las fuerzas para re- I


I
I te que clama por el bien público, que seña-


SIsOr a su debido tiempo v en el terreno de : la los escollos en que corre a zozobrar la
la justicia y de la ley, á los ataques que dis- I nave del estado; así, y solo así, se obtiene
frazada.de 'mil maneras no dejará de dirigir- 11' que un grito de alerta dado con imponente
nos el g-enio dd mal. I osadía, pare el brazo levantado ya y pronto


La instruccion v la educaeion son los dos ! á descargar el golpe, y haga retroceder á
ramos (IHe conviene no perder nunca de yis- los gobernant~s que se empeñaran en cami-
ta, parano permitir que el impuro aliento de nos de perdicion.
la corrupcion y d~l error estr~víe entendi-
mientos desprevenidos y mancille corazones
inocentes. Conviene mantenerse en vigilan-
te guarda contra las innovaciones, que si
fueren malas, serán tanto mas dañosas,
cuanto mas fuerte sea el gohierno que las
introduzca y mas regular y ordenada la ac-
cion con que se las plantee y fomente.


Este cuidado y vigilancia imponen ohliga-
ciones gloriosas, pero pesadas; porque los 11
que se propongan resistir al mal.es necesario 1I
que conozcan el bien; y no el bien en su ais- 1I
lamiento , en su naturaleza absoluta é inde- I
pendiente, en su generalidad abstracta y
vaga; sino en su forma aplicable á las cir-
cunstancias, adaptada á las necesidades de
la época, acomodada al espíritu del siglo, en
armoníacon lascostumbres dominantes: con-
viene no dejar á los adversarios el pretesto
de que se trata de combatir la ilustracion y
adelanto por medio de declamaciones igno-
rantes v fanáticas, conviene que los soste-
nedorcs de la Religion y de los sanos prin-
cipios en materias políticas, se presenten á
los ojos del público con el prestigio que siem-
pre acompaña al verdadero saber ; y que en
ofreciéndose la oportunidad, puedan dar á
sus adversarios lecciones severas, mostrán-
doles que tambien se hallan los buenos á la
altura de Josconocimientos de la época; que
cuando aprueban, no es por una deferencia
ciega, ni por una parcialidad interesada; que
cuando condenan, no es por falta de cono-
cimiento de causa, no es por ignorancia,
no es por rencorosa malicia, sino a impulsos
de convicciones profundas, á la luz de abun-
dante doctrina. De esta suerte se ha de con-
quistarun puestoaventajado en la opinionpú-




- 4311-
inconvenientes, ya que no se queria conde-
nar su orígen.


La creacion de un cuerpo legislativo me-
diador, y el veto absoluto concedido al mo-
narca, son los dos sacrificios principales que
el espíritu democrático ha consentido en im-
ponerse, quizás en ohsequio de su propia
conservacion. Los nuevos hechos han traido
nuevas teorías, ó mejor diremos han modi-
ficado las anteriores; se ha condenado la
descontianza como principio de gobierno, y
se ha reconocido como una necesidad la al':'"
monía de lospoderes. La omnipotencia de la
asamblea popular se ha neutralizado con
la existencia del alto cuerpo colegislador y
el veto absoluto; creyéndose que de esta
manera se estableceria un equilibrio para
que no preponderasen ni el despotismo ni
la anarquía. .


En la actualidad, es sobremanera curiosa
é instructiva la observacion del curso de las
doctrinas y de los hechos, siendo de notar
cómo cada cual de los elementos combina-
dos guarda sus instintos naturales, y pro-
pende háciael punto á que ellosle impulsan. I
Con nuevas teorías, intérpretes y aclarato-
rias de las leyes fundamentales, se les ponen i
á estas apéndices de mucha trascendencia;
y con el pretesto de ilustrar la letra y rea-
lizar su espíritu, se contradice su mente y
se falsea el testo.


La fuerza absorbente de las asambleas
únicas, se ha mostrado tan de bulto en to-
das las revoluciones, que á su vista retro-
cedieron espantados los mas ardientes de-
mócratas: «cerremos, dijeron, esa horrenda
sima, que se nos tragaría á nosotros mis-
mos.» Los elementos de la única fueronre-
legados al cuerpo popular, y este ha con-
servado las tendencias de sus principios
constitutivos. Su fuerza absorbente no es
tanta, pero existe aun; es todavia muy
poderosa, va cada dia en aumento; y ba::"
JO una apariencia de legalidad entra in-
sensiblemente en el terreno de los procedi- ,
mientos discrecionales y arbitrarios. Incul-
cando máximas que no estan ni en la letra
ni en la mente, ni en el espíritude las cons-
tituciones, invade el dominio de los otros I
poderes, y se erige en verdadero y úni- !
C? soberano. Ya ha desaparecido en ciertos
dICCIOnarIOs la soberanía del monarca, como
la soberanía de todos los poderes reunidos;
ya no hay mas que la soberanía parlamen-
taría I que para realzar el prestigio enno-


hleciendo el timbre, se denomina omnipo-
tencia; y esta omnipotencia ó soberaníapar-
lamentaria, no es masen último análisis que
la soberanía y omnipotencia del cuerpo po~
pular.


Por de pronto, salta á los ojos la impo-
tencia á que se va reduciendo el alto cuerpo
colegislador, siendo notable que se verifica
este fenómeno no solo en aquellos paises
donde se le ha sujetadoá los vaivenes y mu-
danzas electorales, sino tambien alli donde
la constitucion le asegura perpétua estabi-
lidad. En Francia los pares son nombrados
por el Rey y su dignidad es vitalicia; y sin
embargo es evidente lo escasode la influen-
cia que ejerce la Cámara alta en los nego-
cios del estado. Es sabido, que al ventilarse
una cuestionde importancia, se piensa muy
poco en la opinion y voto de los pares; la
vida y la muerte, asi para los ministerios
como para los sistemas de gobierno, solo
vienen de la cámara de diputados: lo que
ella sostiene dnra; lo que ella hiere cae.
Este es un hecho reconocido por la opinion
pública , señalado por la prensa, lamentado
por la tribuna; pero la voz de los ilustres
inválidos que piden un lugar en las tilas del
combate, nada puede contra la fuerza de lag
cosas.


Inútil es indicar lo que en España suce-
de ; basta decir que recientemente un sim-
ple decreto del gobierno provisional echó
por tierra el Senado entero, á pesar del ar-
tículo 19 de la Constitucion; y este hecho
tan trascendental á los ojos de la ley, se
consideró de tan escasa importancia real,
que la nacion no atendió á esta infraceion
mas de lo que hubiera atendido al enluci-
miento ó pintura del local de las sesiones.
Por las pruehas que una institucion sufre,
manifiesta lo que es.


Semejante fenómeno no se ve en Ingla-
terra. ¿ Cuál es la causa de la diferencia'!
En la sociedad como en la naturaleza, el
hombre nada crea; arregla, ordena, usa,
pero los seres preexisten á su accion, él no
puede producirlos. Se aprovecha de la cor-
riente de los vientos, de lossaltos de agua,
de la violencia del fuego, de la elasticidad
del vapor y de cienotros agentes; los aplica
dirigiéndolos, combinándolos, modificándo-
los de mil maneras; pero es preciso que
existan de antemano, porquela inteligencia
y la fuerza humana no alcanzarían á dar la
existencia almenor de ellos. Lo propio se




-'1;l7-
verifica en el orden social. Este tiene tam- I político. La abolicion de la cámara, ó la
bien sus agentes, sus fuerzas que al hom- mudanza de todos sus individuos, fuera una
bre le es dado reunir y dirigir, mas no crear. revolucionprofunda; ningun gobierno podría
Su simple voluntad nada produce; y cuando ejecutarla, ningun hombre de estado ima-
se obstina en hacerlo, en vano se cansa en gillarIa.; solo una serie de estraordinar ios
decir, hágase, que la cosa no queda hecha. acontecimientos desenvuelta en largo espa-
Los poderes políticos, si han de ser dignos cio de años, seria bastante á -prepararla . En
de este nombre, deben ser la espresion de España acaba de realizarlo un gobierno
los poderes sociales; de tal manera, que las , provisional, sin causar á la nacion el mas
constituciones no han de hacer mas que lla- ¡ leve sacudimiento, casi sin llamar la aten-
marlos á ocupar el puesto que les Corres-. cion pública. ¿Ik dónde tamaña diferencia?
ponde , á ejercer con regula~ida? y buen úr- :! Es que la cámara de los lores es un poder
den, la accion que antes ejercían sobre la '1 social, el Senado no es mas que un poder
sociedad. Inteligencia, rnoralúlad, fuerza, ! político; la cámara de los lores tiene una
hé aquí lo que gobierna el mundo; hé aquí I1 existencia propia, el Senado no existe sino
los verdaderos poderessociales; donde aque- , por la ley; la cámara de los lores es una
Has se encuentran, alli se hallan estos; las 1 institución hija de la naturaleza de las cosas,
instituciones políticas deben reunirlos y 01'- 1.\ el Senado es uhra de la voluntad de los
gauizarlos , haciéndolos mas fuertes con la, hombres; y por esto la cámara de los lores
union , haciéndolos mas provechosos con la " es verdaderamente fundamental, y no se
convergencia hacia un mismo punto: la Ieli- " atreviera á atacarla el ministerio mas audaz:
cidad pública. La inteligencia concibe y 01'- 11 el Senado es fundamental en la ley, pero
dena; la moral justifica; la fuerza ejecuta y reglamentario en la realidad; v asi un mi-
defiende: aplicad estos tres elementos á la nisterio lo maneja, altera ó destruye como
administraciou del estado, y tendrcis escc- formalidad de reglamento.
celentes ' instituciones políticas. Mas para El artículo ,1:3 de la Coustitucion dice:
esto será preciso que los busqucis alli donde «Las Cortes se componen de dos cuerpos
estan , qne no os imagineis que os es dado colegisladores , iguales en facultades: el Se-
producirlos con una plumada; que si olvi- nado y el Congreso de los Diputados.» La
daréis esta verdad, bien pronto se os pre- igualdad de facultades está consignada en
sentará de bulto en el curso de losaconte- la Ley fundamental; pero esta Ley no es
cimientos. bastante ú igualar el poder de los dos cuer-


Los que han confeccionado las leyes fun- pos. La igualdad de facultades significa
damentalcs , no siempre han tenido á la vista igualdad de atribuciones legales, mas no
estas doctrinas enseñadas porla razon y con- igualdad cle fuerza: en circunstancias ordi-
firmadas por la historia; han crcido que has- narias , y solo en negocios de poca impor-
taba la palabra del legislador para impro- tancia , se verificará la igualdad; en asuntos
visar un poder; pero la csperiencia ha venido de monta, la diferencia se hará palpable.
á demostrar que no es lo mismo un poder Tanta es la fuerza de las cosas, que la
legal que un poder efectivo. Asi , en las misma Constitucion que consigna de una
constituciones modernas hay dos partes ell- manera tan espresa la dicha igualdad, la
teramente distintas, sin la intención V con- destruye en el artículo B'r , que dice asi:
tra la voluntad de los mismos qne las for- «Las leyes sobre contribuciones y crédito
maron: una fnndamental, otra reglamenta- , público se presentarán primero al Congreso
ria. En vano se ha dado á todos los artículos I1 de losDiputados; y si en el Senado sufrieren
un mismo caracter , y en vano se los ha for- 1, alguna alteracion que aquel no admita des-
talecido con idéntica sancion: lo que cspresa .11 pues, pasará á la sancion Real lo que los di-
poderes sociales preexistentes á la ley, esl putados aprobaren detínitivamente.» lIé
verdaderamente fundamental; lo dernas es 1


1
aquí descartado el voto del alto cuerpo cole-


fundamental de nombre, reglamentario de I gislador en el negocio de mas importancia;
hecho.l héle aquí despojado del escudo de las asam-


En Inglaterra la mas leve modifíoacion en 1I hleas legislativas: la votacion de los irnpues-
la cámara de los lores seria un negocio de 1 tos. Este veto, única arma legal que existe
la mayor trascendencia; el hill que lo anun- 1II en los gobiernos representativos para enfre-ciara pondría en movimiento todo el mundo I nar eficazmente al gohierno, este veto se


t6




ARTiCULO JI.


Pnlrlicndo en Barcelcnn en fchrero de 18H.


Comparando la Constitucion de 1837 con
la de1812, salta Ú losojos la mayor altura
en que aquella ha colocado al rey, y 10 mu-
cho que ha cercenado de las facultades de
las Cortes: y aqui se halla una de las causas
de la diferencia que ofrece el curso de las
sesiones de la asamblea popular, no en el
cuerpo intermedio. El poder real no se ve
tan combatido, porque se halla en mayor
elevacion, donde no alcanzan tan fácilmento
los tiros; y adenias , si llega el caso de com-
bate, pelea con lilas ventajas que antes, por
la sencilla razon de que se le ha dado mas
fuerza.


El artículo 26 de la Constitucion de. 1837
dice: «Las Córtes se reunen todos los años.
Corresponde al Rey convocarlas, suspender
y cerrar sus sesiones y disolver el Congreso
de Diputados; pero con la obligacion, en es-
te último caso, de convocar otras Cortes , v
reunirlas dentro de tres meses.') .


Estas facultades, que tao poderosas ar-
mas son en mano del 1IJ00Wrea, no se las
otorgaba la del R12. lié aquí algunos de sus


Iartículos:t 04-. «Se juntarán las Cortes todos los


-13'<; --
le quita al Senado. Esto equivale á decir. importante , desvaneciendn la objecion que
no eres un poder sino un consejo. acabamos de presentar. En el artículo se-


Iníiórese de lo dicho que en las constitu- guudo procuraremos señalar las causas que
cienes modernas no se ha salvado tanto co- dan un curso mas sosegado y pacífico á las
rno se cree el gravísimo inconveniente de deliberaciones de las asambleas. Bien que
hallarse frente á frente y sin intermedio, el entretanto desearíamos que se nos indicase
poder real v el popular.iBi bien se observa, un ejemplar, un solo ejemplar,. en que la
lo que se lla hecho es sujetar las delibera- mediacion del alto I'uerpo colegislador hava
cioues á mayor lentitud, á fórmulas que per- evitado un conflicto inminente. Cuando 'cl
mitan ganar tiempo; mas no. se ha creado cuerpo popular ha querido la caida de un
un veJ~dadero poder, un mediador eficaz, ministcrio, ó el ministerio ha caido, ó ha
que en trances apurados sea bastante á evi- sido necesario apelar á la disolueion; y en
tal' un conflicto. general puedo asegurarse que no se ha' ce-


Ya prevemos la dificultad que se nos va nacido otro medio para impedir el completo
á ohjctar , yasi le saldremos al encuentro. triunfo de la voluntad de dicha asamblea:
«Vuestra proposicion, se nos dirá, está en es decir , que ó se ha hecho lo que ella que-
oposicion abierta con la esperiencia. El cuer- ria ó ha dejado de existir. ¿Dónde está la
po intermedio produce escelentes efectos; y mcdiacionj Lo propio que en España ha su-
para convencerse de esta verdad basta com- cedido en Francia: ahí teneis la historia des-
parar lo que sucede ahora, con lo que su- de la epoca de la restauracion.
cedia antes que él existiese, Asi en Francia
como en Espaüa se ha visto que las asam-
bleas únicas esclavizaban ó devoraban al
gobierno; eran un monstruo á cuya presen-
cia temblaba el poder real; el monarca no
tenia otro recurso que optar entre la mas
senil condescendencia ó la muerte. En co-
mcuzando la lucha entre el Rev v la Asam-
blea, comenzaban también las"amenazas y
los insultos de la plebe; comono hahia quien
pudiese interponerse entre poderes de tan
distinto orígen y naturaleza, el combate era
siempre funesto para uno de los lidiadores.
i.Cómo csquc ahora no vemos semejante
escándalo Y jíiraLllo que en Francia acon-
tece, y no ceneis los ojos á una diferencia
que tamhicn se presenta muy de bulto en
España. »Esta objeciou no deja de ser es-
peciosa; mas no será difícil evidenciar que
es un mero sofisma. Se ve un efecto, y se
le señala por causa 10 que en realidad no
es. Se dice: «Antes no existia este fenó-
meno, ahora si; antes no había la cámara
intermedia; luego á ella son debidos los re-
sultados obtenidos.: Por coexistir dos cosas
no se infiere que la una produzca la -otra;
la aparicion de un cometa coincide tal vez
con una calamidad pública; y no obstante,
solo al vulgo preocupado le es lícito poner
en duda la completa inocencia de aquel
cuerpo celeste.


Los demas artículos que han de tener ca-
bida en este número no nos dejan el lugar
que necesitamos para la debida csplanacion
de los heches y de las ideas sohre este punto




Tercero: Cuando en circunstancias críti-
cas y por negocios arduos tuviere el rey por
conveniente que se congreguen, y lo parti-
cipare asi á la diputacion permanente de
Córtes.» (Art.l G2. )


Como st no bastaran todavía estas v otras
muchas precauciones para encadenar-la po-
testad real, se añadió: «Lasrestricciones de
la autoridad del rey son las siguientes:


Primera: «No puede el rey impedir bajo
ningun pretesto la celebracion de las Cortes
en las épocas y casos señalados por la Cons-
titucion , ni suspenderlas ni disolcerlas, ni
en manera alguna embarazar sus sesiones y
deliberaciones. Los que aconsejaren ó auxi-
liasen en cualquiera tentativa para estos ac-
tos, son declararlos traidores, y serán per-
seguidos como tales.» (A 1'1. 172..i


Hasta en el ejercicio de las facultades que
la Constitucion le otorgaba, se hallaba el rev
ligado por el consejo 'de Estado, que á sil
veZ era tambien hechura de las Córtes.


(El consejo de Estado es el único consejo
del rey, que oirá su dictámen en los asun-
tos graves y gubernativos, y señaladamen-
te para dar ó negar la sancion á las leyes,
declarar la guerra y hacer los tratados.»
(Art. 236.)


¿Y cómo se formaha ese consejo? «Todos
los consejeros de Estado serán nombrados
por el rey á propuesta de [as Cártes.») (Ar,-
tículo 233.) .


y ¿cómo se gobernaba ese consejo? «Elrey
formará un reglamento para el gobierno del
consejo de Estado , oycndo previamente al
mismo; y sepresentará á las Cártes para su
«probocion. (Ar]. 238.)


-- 139 -
"


'1'1 Las mismas formalidades IW observarán para
,1 el acto de cerrarse las Córtes.» (Art. 421.)
li .El. re~ ~o abria pues ni cerraba las Cortes,
[
'1 asistía únicamente a estos actos, pero su
! presencia no era de autoridad, sino de {or-


i' malidad, era el primero de los convidados,
! nada mas. Que asistiese ó dejase de asistir
! que quisiese ó no quisiese que las Córtes s~


abrieran, todo se realizaba de la misma ma-
nera: ni su voluntad ni su presencia podian
nada.


Si el rey juzgaha conveniente la reunión
de Cortes cstraordinarias , no era él quien
dehia couvocarlas, sino la diputaciónperma-
nente. «La diputacion permanente de Cortes
las convocará iestraordinarias'¡ con señala-
miento de dia en los tres casos siguientes..


afias cn la capital del reino , en edilicio des-
tinado á este solo objeto.» Nada tenia lllle
ver el rev con la convocatoria, v hasta el lu-
gar de rus deliberaciones quedaba en cierto
modo á la eleccion de las Cortes. «Cuando
tuvieren por conveniente trasladarse á otro
lugar podrán hacerlo con tal que sea á [lllC-
blo que no diste de la capital mas que doce
leguas, y que convengan en la traslacion
las dos terceras partes de los diputados pre-
sentes. J) (Arl.l Oií. !


El tiempo en que dehian principiar las se-
siones así como la duracion, no dependía de
la voluntad del rev. «Las sesiones de las Cór-
tes en cada año '(lurarán tres meses conse-
cutivos , dando principio el dia primero del
mes de marzo.» (Art. 10G.'1


Si al rey le int\~r('saha aprovecharse de al-
guna oportunidad favorable, prorogando al-
gunos meses las sesiones', tampoco podía
hacerlo. «Las Córtes podrán prorogar sus se-
siones cuando mas por.otro mes en solos los
dos casos: primero, á peticion del rey; se-
gundo, si las cortes lo creyeren necesario
por una resolucion (le las dos terceras partes
de los diputados.» :Art.l 07.)


Tenianse las juntas preparatorias en los
dias prescritos por la ley; celebráhase la úl-
tima el dia 2[) de fehrero , dia en que pres-
tahnn los diputados el juramento y elegian
presidente, vice-presidente y cuatro secre-
tarios; con lo ·que (dice el art. 118) «se ten-
drán por constituidas y formadas las Córtes..


Por lo que se echa de ver que la solemne
apertura á la cua1 dehia asistir el monarca,
no era mas que una mera ceremonia, pues
se entendian constituidas v formadas lasCór-
tes antes que ella se veriílcase. Los artículos
siguientes dan una idea de lo que era para
este efecto la autoridad del rev. «Se nom-
hrará en el mismodia (:25 de fellrero) una di-
putacion de veinte v dos individuos v dos de
lossecretarios, para que pase á dar'parte al
rey de hallarse constituidas las Córte«, y del
presidente que han elegido, á fin de que ma-
nifieste si asistirá á la apertura de las Cór-
tes, que se celebrará el dia primero de mar-
zo.» (Art. H9.)


.lJSi el rey se hallase fuera de la capital,
se le hará esta participacion por escrito, vel
rey contestará de] mismo modo.J) (\rt. 1'~O.)


«El rey asistirá pnr sí mismo á la apertu-
ra de las Cortes, y si tuviere impedimento,
la hará el presidente el día señalado sin que
po/' ningunmotioo pueda difcrirsepara otro.




-140 -
¿Podia el rey deshacerse de consejeros I hacer en el Senado mejoras de importancia.


que no fuesen de su agrado'? «Los conseje - La ley fundamental asienta el principio de
ros" de Estado no podrán ser removidos sin I eleccion , y asi no es posible hacer la digni-
causa justificada ante el tribunal supremo de I dad hereditaria ni vitalicia, corno en otros
Justicia.» (Art. 289.'1 reinos'; pero al menos seria conveniente


De suerte que la potestad real estaba re- aprovechar la latitud que permiten lás bases
sidenciada por el ministerio responsable, por 1'1 establecidas por ella, y desenvolverlas de!
el consejo de Estarlo, por las Córtes , y la modo conveniente con la reforma de la ley
diputacion permanente. I electoral. Las calidades que la Constitucion


Añádase á tod.o lo dicho, el veto absoluto I exige. para ser senad.or es~an .contenidas en
que la Constituciou de H(37 concede al rey, su artículo ·17, que dice aSI: «Para ser se-
y tendrernos evidenciado que no es la exis- nador se requiere ser español, mayor de
tencia del cuerpo intermedio lo que hace me- cuarenta años , y tener los medios desubsis-
nos graves los conflictos entre las Córtes y teucia y las demos circunstancias que deter-
el monarca, sino la diferente distribucion de mine la ley electoral.:
facultades que se ha hecho en la Constitucion Las últimas palabras del artículo dan pie
vigente. Si suponemos que existe solo el á que se haga mucho mas difícil la entrada
Congreso de diputados, cual lo arregla la en el Senado, y se logre una reunion de
Constitucion de i 837 , tampoco será posible homhres que á mas de su importancia legal,
que los conflictos seau tan peligrosos y fre- la tengan real y efectiva; haciéndose que el
cuentes. Senado represente un conjunto de luces, mo-


Hay todavía otra reflexión que hacer, la ralidad y fuerza que le haga mas respetable
cual manifiesta la sinrazon de los que atri- de lo que ha sido hasta aqui. Y no se crea
huyen á la prcvision y eficacia de la ley, lo que desconozcamos los inconvenientes que
que solo dimana de las circunstancias. Com- en esto se atraviesan, y la suma dificultad
parar la presente época con la de '1820, es de alcanzar el resultado apetecido, sean cua-
confundir lastimosamente los tiempos y las les fueren los medios que se adopten; pero
cosas. Entonces la revolución era jóven, aho- cuando existen los males, preciso es trabajar
ra es caduca; entonces no habia podido sa- en atenuarlos, ya que no sea posible des-
tisfacer todavía sus pasiones aviesas, ahora truirlos.
casi no le queda que desear; entonces hahia La ley electoral formada por las Cortes
en el trono un persona que por necesidad constituyentes, se resiente como es natural,
era su enemiga, hasta ahora han ocupado de su origen democrático; y asi es que las
el mando supremo, primero la Reina Viuda calidades para ser senador se señalaron de
que inauguró el sistema representativo, cles- tal suerte, <¡uese rodeó esta elevada digni-
pues Espartero, hechura de la revolucion dad de las menores restricciones posibles.
misma; entonces veia á la Europa en actitud El articulo ;j6 dice asi: «Para ser senador se
amenazadora llevundo á vanguardia los cjér- requiere además IJoseer una renta propia ó
citos íranceses , ahora no; ahora se halla un sueldo de 30,000 reales vellon al afio, ó
triunfante dcspues de siete años de lucha; y pagar 3,000 reales vellon anuales de contri-
durante esta, vióse siempre con el apoyo de hucion por subsidio de comercio.
la Francia é Inglaterra. La situacion es plles . »Solo servirán para este objeto los sueldos
muy diferente, su carácter no puede ser el de los empleos que no pueden perderse sino
mismo. El atrihuir determinados efectos á por causa legalmente probada, y los que con
tal ó cual institucion, cuando hay tantas otras arreglo á las leyes vigentes se disfruten tí
concausas que pueden haberlos producido, haya derecho de obtener por retiro, jubila-
es raciocinar con mucho desacierto. cion tí cesantía.


No intentamos significar con esto que el »La renta propia t el sueldo y la contrihu-
alto cuerpo colegislador sea inútil, pero sí cion podrán acumularse para completar la
nos proponemos indicar la necesidad de or-! suma necesaria, en cuyo caso cada real de
ganizarlo por medio de la ley electoral , de contrihucion, equivaldrá ál O de renta ó
manera que pueda llenar mejor el objeto de sueldo.»
su instituto. En esta parte, si bien la Cons- Treinta mil reales de renta es cantidad
titucion es llIuy lata, también es muy elás- suficiente para vivir con decoro, lilas no
trca ; y sin quebrantarla en unápice, es dable para dar al que posel~ mucha importancia á




-114-1-
losojosdel pais, ni asegurarle la conveniente
influencia para que su voto imponga el res-
peto que imponer debieran los que se emi-
ten en el alto cuerpo colegislador. :\0 obs-
tante, siendo esta renta propia, fuera al
menos una garantía de independencia; pero
computándose tamhien el sueldo, y pudién-
dose acumular para completar la suma nece-
saria, la renta propia, el sueldo y la con-
tribucion, resulta ensanchada de tal ma-
nera la categoría de los elegibles, que se-
gun las circunstancias, y los amaños de los
pal.tidos, el Senado podrá ser lo que se
qUIera.


Añadamos á esto, que no hay quien vaya
á examinar con detenimiento si los elegidos
reunen ó no los treinta mil reales, y se verá
(lile la ley electoral deja libre la entrada al
Senado, sin que exista apenas garantía de
que no ocuparán tan elevado puesto sugetos
indignos.


Ya que el fijar los medios de subsistencia
y demas circunstancias que han de concur-
rir en el senador pertenece á ley electoral,
con esta se porlrian remediar en parte los
inconvenientes indicados, no contentándose
con una renta de treinta mil reales, no de-
jando que se acumulase esta con el sueldo,
y además exigiendo la competente justifica-
eion documentada, la que debiera acompa-
fiar las actas so pena de nulidad.


La renta propia no deberia bajar de se-
senta mil reales al año; y si se quisiese per-
mitir que en algun modo se acumulase con
el sueldo, seria bueno exigir que el sueldo
fuera de empleo que no pueda perderse s ino
por cansa legalmente probada, y que en todo
caso la renta propia ascendiese á cuarenta
milreales. Asi de una parte se franquearian
las puertas del Senado á empleados de alta
categoría, y de otra se tuviera una garantía
de que el senador no es un aventurero, y
que no carece de motivos para interesarse
en el bien del pais.


Para obviar engaños y guardarse de hom-
hres de fortuna improvisada, seria también
muy importante que de dicha renta, al me-
nos los treinta mil reales estuviesen radica-
dos en predios rústicos ó urbanos.


El senador deberla estar obligado á pro-
bar su renta, con las escrituras de arriendo
ó de contratos, COIl la exhihicion de los reci-
bos de las contrihuciones, con la presenta-
cion de los nomhramientos y despachos que
le diesen el derecho tí la porccpciou de!


sueldo, ó con otros medios que se creyesen
convenientes; pero debiera establecerse que
nunca pudiesen tenerse por válidas las actas,
si no estuviesen acompañadas de los docu-
mentos justificativos.


Esta restricción produciria un gran bien,
cual fuera el de obligar indirectamente á los
pueblos á elegir personas conocidas en el
pais ; pues que se haria muy difícil echar
mano de otros, atendido que la justificacion


! de la renta ante un colegio electoral donde
. el elegido careciese de relaciones, traeria


mucho retardo y embarazos. De esta suerte,
sin contravenir 'al articulo ,19 de la Constitu-
cion que dice: «todos los españoles en quie-
nes concurran estas calidades, pueden ser
propuestos para senadores por cualquier
provinciade la monarquía,» se dariaá la clec-
cion un rumbo acertado, se evitaria el nom-
bramiento de personas de quienes no tiene
mas noticia la generalidad de los electores,
que el haberlos visto figurar en una lista
confeccionada á veces por cuatro intrigantes,
y el cargo de legislador no corriera los aza-
res de caer en manos de quien rechazado del
pais donde está conocida su ineptitud, ó sus
malas partes, anda á caza del puesto de se-
nador haciéndose incluir en listas de pro-
vincias lejanas, donde no ha llegado la fama
de su nulidad ó fechorías.


El artículo ,17 de la Constitucion deja ú
la ley electoral el determinar no solo los
medios de suhsistencia que ha de disfrutar
e! senador, sino tamhien las demas circuns-
tancias; y esta última espresion da lugar á
muchas combinaciones que restrinjan mas
y mas el círculo de los elegibles para la
dignidad senatorial.


¿Cllálesserán las demascirclt1/stanciasque '
convenga exigir? Claro es que estas si han
de ser adaptadas al objeto, deben conside-
rarse comoun signo de inteligencia, prohi-
dad, ascendiente sobre sus compatriotas,
independenciadel gobierno y de los partidos,
y ánimo ageno de miras interesadas ú
torcidas. La dificultad está en encontrar este
signo, v de manera que no pueda ser equí-
voco. Merced á los vaivenes de la revolu-
cion , ha subido tan de punto la dificultad
indicada, que ni aun pueden servir las con-
dicionesexigidas en el Estatuto Real, para
la dignidad de prócer. Algunas de ellas,
abririan la puerta del Senado ú personajes,
que por cierto no abundan en las calidades
necesarias para sentarse con provecho en




Los m-úculos q'le siguen S(~ puhlicuron ('11 \·Il)l'n~w'nit'nlo d(~
la ~\:~H:~'fH1. A flucs d,:~ l'Ut'I'U de 1~:~+ s..diil:1 luz el prospecto, ~IU"
110 Sí'I'Ú inútil copiar aqur.


¿Tiene la nación un pensamiento propio'!
¿,Será posible formularle como norma de 01'-:-
aanizacion social v basa de sólido gobierne?
Creemos que sí.' Estamos convencidos de


-14~ -
los escaños del alto cuerpo colegislador. sa-I! r.enta Il.ecesaria, y para nada habrán menes-
bidoes que á mas de los arzobispos, obispos, i ter escepciou.
grandes de España, y títulos de Castilla,! En cuanto á las demas circunstancias.
dehia constar el Estamento de próceres (de :' quizás podrían escogitarse combinaciones en
un número indeterminado de españolcs , ele- ! que fuera conveniente tenerlas presentes;
vados en dignidad é ilustres por sus servi- 1: sin-embargo parece que seria mejor no hacer
cios en las varias carreras, y que fuesen ó 1: en favor de ellas ninguna escepcion por lo
hubiesen sido secretarios del Despacho, PI'O- 1: tocante á la renta cxigida. Entonces se !lOS
curadores del Reino, consejerosde Estado, 11objetará, no aprovechareis las luces de mu-
embajadores ti ministros plenipotenciarios, ichos hombres I¡Ue se han distinguido en sus
generales de mar (¡ de tierra, ti ministros de I carreras, y qlle_ sin elllbarg? no han alcan-
los tribunales suprcmos.» Ciertamente que 1I zado la renta señalada; pero a esto responde-
en tiempos ordinarios estas circunstancias 11I remos, que estos hombres serán en e,scaso
ofrecen no insignificante garantía; pero en numero, que ademas les quedan abiertos
la actualidad, cuando la revolución ha Jle- ; mil caminospara servir al estado, en las se-
vado arrastrando por el sucio las TIlas altas" cretarlas del despacho, en los tribunales
dignidades , cuando las insignias mas dis- :i supremos, en las embajadas, en Jos mandos
tinguidas se han visto profanadas, cuando la li importantes, cn los consejos; todo lo cual
intriga, la inmoralidad y la impudencia han 11 equivale sin duda al peso que su voto podría
ocupado el puesto del mérito y de la virtud, 1 tener en el Senado. Por el temor de escluir
¿qué ¡;arantizan algunas de las condiciones '1 I1 un horuhrc ilustre, no se debe tranquear
esiresadas? El haber sido secretario del la puerta á los aventureros; y ademas , siD~spacho, ¿es signo por ventura de cálida- entre los cscluidos hay alguno <lile puede ser
des eminentes, ni distinguidas, ni buenas, de provecho Ú la patria, ya quedan indicados
cuando han sido tantas las mudanzas minis- Jos medios de no dejarle sin destino.
teriales , y con tal ligereza s\~ ha proc~~dido I Sea cual fuere la opinion que se adopte
en los nombramientos, y con tan IIIIIlgnos ji sobre las circunstancias que la ley electoral
medios se han escalado las sillas? ¿Pudiera j' deba exigir de un senador, creemos que to-
ser un título de orgullo el haber sido minis- 1I dos los hombres amantes del bien de su pn-
tro en semejantes épocas, cuando se ha Itria, estarán de acuerdo en que la instituciou
deslustrado de tal manera aquel puesto, que 1I del Senado demanda mas seria atcncion de la
apenas brindara a la ambicien, si no escitase 11 que se le ha dispensado hasta ahora, que ~i
la codicia?Y ¿qué diremos de la mayor parte ,1 ha de llenar los altos fines ú <¡ue se le desti
de las otras condiciones? Ah! ¿por. ql~é re- 1: na , es prer,iso .llue, por medio de una buena
cordal' lo que han VISto nuestros ojos? ¿por 11 lev electora:se impida laentrada en aquel ro-
qué citar nombres propiosy agraviar :Isi los 1\ (il,to á la ineptitud y perversidad; que es
manes de los españoles, que en los tribuna- I necesario <pie los elementos del alto CII('r-
l~s , en el c?nsejo , e,n el campo de batalla: 1: po, sean de suyo poderes soeialc~ antes de
dieron u,n dia h~stre.a su patna, leg,mdo a ii serlo legales: quc representen la IIIt~'!I~en­
laposteridad la lama inmortalrle HIS talentos, 11 cia , la moralidad y la fuerza del pato, que
de sus virtudes, y hazañas? 1I figuren con dignidad entrc cl Trono y el


El título de arzobispo Ú obispo elect?, .no Ir C~ngreso, para que de esta suerte la insti-
debería ~lastarpa~a ser sena~lo~; 1~1 cnulirrria- I¡ tucion ~ea algo mas q,ue una forma regla-
cion debiera ser circunstancia indispensable. li mentarra , v tenga dc fundamental algo lilas
El confirmado ofrece las garantías suíicicu- I que el nombre.
tes, el simplemente electo, no; antes bien I
podrá suceder mas de una vez , qne llevado . -~~_I<;:)'I'~~-
de miras ambiciosas ó afectado por resenti- I
mientes particulares, vaya á distraer la
atencion del Senado, v á escandalizar al pú-
blico con discusiones llemiciosas.


El ser grande de España ó tnulo de Cas-
tilla, tampoco pueden ser calidades bastan-
tes para ser elegible. Hay blasones muy iius-
tres por cierto, pero estos ya reunirán la




qtW la España abunda de elementos de vida:
en su catolicismo, en sumonarquía y deuias
leves fundamentales, están las prendas de su
trjnquilidad y ventura. La coufusionque nos
envuelve no es el verdadero caos, es la nie-
hla tendida sobre un hermoso pais : disipe-
nios esa niebla, y la embelesan te campiña
ostentará desde luego su fecundidad y sus
galas.


Fijar los principios sobre los cuales debe
establecerse en España un gobierno, que ni
desprecie lo pasado, ni desatienda lo presen-
te, ni pierda de vista el porvenir; un gobio·-
no (lue sin desconocer las necesidades de la
época, no se olvide de la rica herencia reli-
giosa, social y política que nos legaron nues-
tros mavores; un gobierno firme sin ohsti-
nacion :justiciero sin crueldad, grave y ma-
gcstuoso sin el irritante desden del orgullo;
un gohierno que sea como la clave de un
edificio grandioso, donde encuentren cabida
todas la~ opiniones razonables, respeto todos
[os derechos, proteccion todos Jos intereses
legítimos: hé aquí el objeto de la presente
puhlicacion.


y cuenta, que al proponernos hermanar
la razon y la justicia con la conveniencia pú-
hlica, estun muy lejos de nuestra mente
aquellas transacciones vergonzosas , en que
hoy se llama bien lo que ayer se apellidara
mal; aquellas alianzas ruines é hipócritus en
(lIle se arrumhan las convicciones para de-
jar campo libre á sentimientos hastardos: en
que se pretende que la verdad y el error, la
virtud y el crimen, se den monstruoso ahra-
zo ; en'que se arroja al suelo la púrpura pa-
ra alfombrar la mansión del tribuno; en que
se prostituye la Religion á la impiedad, con
tal que la hija del abismo se digne favorecer
con mirada de indulgencia á [a hiia del cielo.


A los hombres de Simas con~icciones se
las dejarnos enteras, sin exigirles modifica-
cion de ninguna clase; antes al contrario les
rogamos que las conserven puras , sin man-,
cha, sin aligacion que pueda desnaturalizar-
las ni ajarlas siquiera; á los que viven en
las somhras del error procuraremos traerlos
por camino suave á la luz de la verdad.


No conocemos ningun partido exento de
faltas, y en cuyo seno no se hayan cometido
crímenes: no transigiremos con el error, tra-
taremos con severidad al crimen, pero nos
guardaremos de escesiva dureza con la de-
bilidad y la ignorancia. Lo qne pedimos para
nosotros, mal pudiéramos negarlo á los


deuias. No nos lisonjeamos (re atraernos 1111-
merosos prosélitos , que á- tanto no llega
nuestra vanidad; mas abrigamos alguna es-
peranza (le oír de boca de nuestros mismos
adversarios: «no pensamos como vosotros,
pero no podemos llegaros rectitud de inteu-
cion , convicciones sinceras y profundas, es-
presión leal y dec'ornsa,»)


EQUIVOCACIONES


~¡",l,.i,l í llu fel,tl'l'lI ¡ll: 18¡ ¡.


A pesar de íos graves y nunca interrum-
pidos infortunios que están afligiendo á la na-
cion de diez años á esta parte; á pesar de la
desastrosa coufusion en que nos hundirnos á
la muerte del Rey, y de la cual no hemos
podido salir aun ; ;¡ pesar de! cuadro deseen-
solador (lue con tanta frecuencia han prese~­
tado los incesantes levantauiientos de las di-
ferentes provineias , declarándose en pugna
entre sí ó contra el gobierno; á pesar de la
esterilidad de todos los sistemas, del mal re-
sultado de todos los ensayos. del descrédito
de todos los hombresque 'en distintas épocas
cmpuüaren las riendas del Estado , no he-
mos lh~gad() ti desesperar jamás de que le
estuviese resenado á nuestro pais un porve-
nir lisonjero en días no llIUY remotos; no he-
mos podido creer, ni que la revolución hu-
biese echarloen nuestro suelo hondas raíces,
ni que existiesen otras causas que hiciesen
imposible para en adelante el estableeimien-
to de un gobierno cual cumple á una nación
civilizada; 110 se ha rendido nuestro corazón
á aquel desaliento que á no poeos hace es-
clamsr: « En este pais es imposible el go-


, bierno ; el poder murió para no resucitar: el
desgobierno y la anarquía se han aclimatado
en España; ya no servimos sino para objeto
de lástima y escarnio ú los ojos de [a culta


, Europa.» •
i: Siempre hemos creido lo que en el Pros-
[
1 I.lecto iudicamos, á saber: que la confusión
I que nos envolvía no era el verdadero caos;
ti que solo hahia una densa niebla, cuya espe-~ sura no dejaba ver los objetos tales como son




- 'IH-
en sí, pero que no los destruía, ni siquiera los 11 hlico, llama vivamente la a~el.lcion de los go-
alteruba , en lo tocante á su íntima natura- i heruantes y escita su actividad y energía,
leza. Intima decimos, para que se eutien- 1: apenas se concibe cómo es dable un estado
da que no desconocemos la huella que por 1: de incesante agitaciony asonadas sin que se
necesidad hahrá dejado en nuestro pais la I!, halle, en espantosa combustion la sociedad
planta de la revolución, ni el conjunto de fu- I entera; apenas es posible comprender cómo
nestas circnnstancias que se han opuesto por '[ no estarán ardiendo las entrañas de una tier-
espacio de largos años , y se oponen aun en f ra, en cuya superficie se levantan tan vivas
la actualidad, á la union y armonía de los ¡Illamaradas, cómo no abrigará formidables
huenos elementos de que abunda la Esparta, li volcanes, cua,mlo á cada paso se tropieza con
tanto quizás como otra cualquiera de las na- I un cráter que arroja bocanadasde humo.
cienes que mas se distinguen por su bien-., Los mismos españoles que conocená fon-
estar, prosperidad y poderío. do el estado de su patria, que han visto de


Nada estraño es que la Europa se haya cerca una y mil veces lo que es en España
equivocado sobre nuestra situacion, que nos I la revolucion , y cómo se hacen los moví-
haya considerado en un estado social lamen- I


1


mientes de masu trascendentales consecuen-
table , que nos haya juzgado indignos de cias, al hallarse en el ostrangero , y al pasmo
pertenecer á su comunion , y que los go- I s.u~ ojos por esas columnas atestadas de' no-
biernos nos hayan ofrecido á sus pueblos ce- ucías de levantamientos, de proclamas, de
010 ejemplar de tremendo e~carn~iento, á fin I declaraciones, de manifiestos, de juramen-
de que estos no prestasen oídosa los após- I tos y otras cosas por este tenor, habrán ne-
toles de funestas teorías. Es muy saludable I cesítado soltar de las manos el papel, v re-
que las naciones como los individuos pro-li frescal' sus ideas, y avivar sus recuerdos, y
cure-n escarmentar en cabeza agena, que los I pensar en lo que en otras ocasionesseme-
brindados á beber de la copa fatal asistan al I jantcs vieron y palparon, para no dejarse
doloroso espectáculo de las convulsiones y alucinar por vanas apariencias, para no de-
angustiosas ansias de quien antes probara jarse fascinarcon ostentosas escenas y atur-
del peligroso licor; pero la Europa se equi- dir con vanos clamores, tomando mi ruido
voca si cree que ha penetrado hasta el fondo factício y mezquino, por el hramida aterra-
de la sociedad lo que hasta ahora no pasa dor de formidable tormenta.
de la superficie; si piensa que el desquicia- Claro es que lo propio, y con muchascre-
miento social, corre parejas con el político; si ces, ha debido suceder á los estrangeros ; y
se imagina que el edificio ha venido al suelo de aquí un error grave sobre nuestra verda-
porque se hayan desplomado su cúpula y dera situación, sobre las conjeturas relativas
sus torres, á nuestro porvenir. Mas el error por ser es-


Repetimos que no es estraüo semejante cusable no deja de ser error, y cumple al
error; mas diremos, miradas las cosas des- honor de la España, cumple á sus intereses,
de lejos apenas era posihle verlas de otra el desvanecerle con razones, y mas todavía
manera. Quien se haya apartado alguna vez con hechos. •
del teatro de los acontecimientos, durante la En prueba de cuán pocose conoce en Eu-
época de turbulencias que andamos atrave- ropa nuestra verdadera situacion , pueden
sando , habrá podido formarse idea de lo aducirse dos razones ú cual mas conviuceu-
que debe de haberles sucedido á los estrau- tes. Es la primera, los disparatados juiciosy
geros cuando se hayan propuesto estudiar la pronósticos que con frecuencia se permiten
situacionde España. Viviendo en uno de esos los periodistas, y hasta los mas aventajados
paises de Europa donde el gobierno es pron- oradores parlamentarios; siendo la segunda,
ta y exactamente obedecido en cuanto pres- el proceder incierto é indeciso que se ohser-
cribe ; donde la administracion , sometida á va en los gahinetes, siempre que se trata de
la mas estricta regularidad, hace sentir su los negocios de la Península. Esto último in-
accion vigorosa desde las ~p:adas del poder dica que la diplomacia europeaestá pocose-
supremo hasta el mas humilde empleado, gura de sus luces en loconcerniente á Espa-
desde el centrode la capital hasta el mas in- ña, y que temerosade un yerro, no se atreve
significante y retirado confin; donde un des- á resolverse, prefiriendo una política neu-
acato á "na autoridad subalterna , ú el mas tral, de mera espectativa.
ligero asomo de perturhacion del órden pú- En este punto la conducta de la Francia y




- 145-
de la Inglaterra no ha sido la misma que la mejanza con los pueblos asiáticos, preciso
de las potenciasdel Norte, pues aquellas han le sena optar entre el despotismo oriental o
arrostrado compromisos de que estas se han la anarquía perpétua, porque cn tan triste
preca.vido con mucho cuidado; pero asi una.s I alternativa está colocada la sociedad cuan-
como otras han manifestado lo mismo que do la falta de un pensamiento grandioso y
acabamos de indicar, el poco conocimiento comun a todas las clases, no le permite al-
de nuestras cosas. En efecto, ¿. cuál ha sido canzar la verdadera nacionalidad, basa in-
la política 'de la Francia? ¿ pueden gloriarse dispensahlo para establecer un gobierno dig-
sus diplomáticos de haber seguido siempre no de tal nombre.
una marcha constante, sometida á principios .Cuando u.na sociedad carece de razon pú-
fijos? Recuérdense las variadas fases de la hlica, es decir, cuandono hay un conjunto de
política francesa desde la muerte de Fernan- hombresrespetables por su número, inteligen-
do. «Pero las circunstancias camhiaban,» es ciay posicion social, que tengan ideasclaras V
cierto; mas csa instabilidad de las situacio- fijas sobre los intereses nacionales, v la ma-
nes dehia entrar en vuestra prevision ,para nera con que estos deben ser conservados
no esponeros á las sensibles alternativas que protegidos y fomentados, entonces la socie~
habeis tenido que sufrir. En cuanto á Ingla- dad no posee ningun pensamiento de gobier-
torra , menester es confesar que tampoco ha no, y asi se halla precisada á resignarse ,ó
acreditado en esta parte su proverbial saga- bien á la disolucion , ó bien al despotismo
cidad. Para convencerse de esto basta con- mas completo. En no dominando la razon,
sideral' que se habia ligado íntimamente con prevalece la voluntad; y la voluntad sin ra-
Espartero, lo que demuestra que se equivo- z~n, constituye el despotismo. En tal caso,
caba lastimosamente,pues que á la influencia SI por una ú otra causa es dable reunir las
de una nación como la Gran Bretaña no pue- fuerzas individuales formando una fuerza pú-
de serle útil la alianzacon poderes muy tran- hlica , y colocar esta en manos de un solo
sitorios y altamente impopulares. Se nos hombreo de una clase, resulta el despotis-
dirá que esa impopularidad no era bastante mo asiático y el dominiode las castas; cuan-
conocida en Inglaterra: así lo creemos, y do no, la sociedad se fracciona en tribus, '"
hasta tenemos datos positivos de que en se descompone en hordas y handas , lo que
efecto era así; pero eso mismoconfirma mas al fin viene á parar á otro despotismo mas
y mas nuestra opinion sobre la ignorancia de terrible y estéril, cual es el ejercido por los
los estrangeros en lo tocante al estado de gefes de familia, ó los individuos mas astu-
España. Las potencias del Norte han proce- tos y fuertes.
dido con mas timidez; han reconocido que la B'ien claro es que en semejante estado no
complicacion era mucha, que los sucesos de puede encontrarse la España, cuva civiliza-
mañana podían desvanecer las conjeturas de cion y cultura llevan largos siglos de dura-
aver , y han dicho: «aguardernos.» El curso cion; ni la Europa nos hace la injusticia de
de los"acontecimientos ha manifestado que mirarnos como pueblos africanos, por mas
esa cautela no carecía de prevision : no lo que el prurito de zaherir se esprese á veces
negamos; pero tambien añadiremos que esa con intolerable exageracion y falsedad , alir-
prevision no ha estado exenta de equivoca- mando que no termina la Europa en Gibral-
ciones ; y que á menudo, mas bien que pre- tal' sino en los Pirineos. Sin embargo, como
vision, debiera llamarse incertidumbre. la escala en que pueden distribuirse los puc-


Se ha creido en Europa que la España no blos segun los grados de su inteligencia y
era capaz de un gobierno semejante al que actividad, es muy estensa, y el principio so-
bajo diferentes formas disfrutan las demas cial que hemos establecido se verificará en
naciones civilizadas, v esto se ha atribuí- proporcion á la mayor ó menor altura en que
do á varias causas. SlÍponen algunos que se hallen colocados en la misma, veamos has-
en nuestro pais no hay vida intelect~al ni ta qué punto merece la España las inculpa-
moral; que este pueblo vegeta en la mac- ciones que se le dirigen, esplicando al pro-
cion yen la estupidez; que adolece de una pio tiempo la regularidad de las anomalías,
especie de marasmo social y político; Yque que han podido inducir á que se formasen
por lo mismono es posible que brote de su sobre nuestra situacion opiniones desmentí-
seno un gobierno que rcuna la inteligencia y das por la razon y la espcriencia.
la fuerza. Si así fuese, teniendo cierta se- Desde luego salta á los ojos la estrañeza


17




- 446-
He que pueda faltar en Espana un pensa" i tierra sus ojos de llama. El Rey carece de
miento grandioso y general á todaslas clases, sucesion , y el inmediato heredero de la ce-
elemento de verdadera nacionalidad v basa runa es conocido por su profunda aversion á
de un gobierno justo , ilustrado y estable. todo liuage de innovaciones peligrosas. Los
Un pueblo qne reconquista su independencia hijos del príncipe son en crecido número .I«
'peleando por espacio de ocho siglos bajo minoría es imposible. mheredero es un 'a-
una misma enseña: un pueblo que reconsti- ron, sus hijos son varones tambien; no cahe
·tuye sn unidad, inaugurándola con el des- pues protesto para disputarles sus títulos de
cubrimiento de Ull KLlevo Mundo, con im- legitimidad; la gllPITa de sucesion esimposi-
portantes adquisiciones en Europa y en to- Me. El unten está asegurado sobre firmes
dos los paises del globo , y con un siglo tan cimientos, el poder se' hace cada dia mas
brillante en ciencias, literatura y bellas ar- fuerte, regularizando su accion v acostum-
tes; un pueblo que pudo hacer frente á la brándos~ mas y mas los pueblos'al yugo de
Europa entera, y aspirar á la monarquía la obediencia: la recolucion es imposible.
universal; un pueblo que, despues de lar- i Vanos pensamientos! Amalia mucre, 1'1
ga temporada de abatimiento y postraciou, monarca se enlaza con Cristina, nace nna
se levanta al grito de la patria como el sol- Princesa, y la minoria , la guerra de succ-
.dado que sorprendido por el enemigo, des- s~on, la revolucion, ya no son imposihles
pierta á la voz de alarma y empuña el fusil SIllO muy probables: el Rey enferma, v la
con brio y valentía, este pueblo no puede imposibilidad se ha trocado en inminente
carecer de ideas grandes, generales, que p.eligro; el Rey n~uere, y lo que era impo-
sirvan de lazo á todas las clases, que for- s~b!e. se ha ~echo inevitable. ¡euúntas impo-


.men la verdadera nacionalidad, y sean á sihilidudes a los ojos de la llaca humanidad
propósito para servir de basa al cstableci- serán realidades á los ojos de aquel que tie~
miento de un gobierno. n~ patentes á su yista los arcanosdel porve-


Por desgracia es demasiado evidente que nir I ;,1\0 recordais lo que sucediera en un
de mucho tiempo á esta parte no han preva- reino vecino'? Dejad á los políticos de Fran-


decido enla esfera política los elementos que cia y de Europa que se abismen en combi-
dominan en la social, y que ha resultado de naciones profundas; un momento despues el
aqui una falta de armonía, de donde han di- Príncipe real, el heredero de la corona, el
manado nuestros males. Mas esto no prueba gallardo mozo que promete á la Francia un
que la verdadera sociedad española carezca largo reinado, yace en el polvo, sin sentido.
de lo necesario para cimentar y solidar un exánime: pasan breves horas, el duque de
buen sistema político; y andan muy equivo- -Orlcans ha muerto.... el cscesivo hrio de
cados los que achacan á ignorancia y estu- un caballo ha cambiado la situacion, destru-
·pidez , lo que solo dehe atribuirse á circuns- yendo. conjeturas, frustrando esperanzas,
tancins esccpcionales , en las que se ha COIl1- ofreciendo un porvenir oscuro v telllncs-
hinado todo lo mas funesto que imaginarse tuoso.. ,. • ,
pueda para trastornar á las naciones, En octubre de ,18:13, no había mas que


11'linuria, guerra desucesion y reoolucion, un medio para ahorrar á la nacion torrentes
son causas de las cuales basta una sola para 11 de sangre y calamidades sin cuento: ahogar
conmover y dislocar un país: ¿qué había de I en su origen la cucstion dinástica creando
acontecer en España, donde hemos tenido una regencia sobre el supuesto de UII futuro
reunidas las tres, y complicadas de un mo- enlace. Entonces desaparecia la guerra de
do inestricablc? j Formidables son los cami- sucesion , no e~istia d~ hecho la ~inoría, y
nos del Todopoderoso cuando se propone con esto se quitaban a la revolucion el pá-
derramar sobre los reyes y los pueblos la bulo v sosten. ~i aun en ese caso nos lison-
copa de su indignacion! La revoluciónestaba jeamos con la idea de que se hubieran evi-
mordiendo el freno que le impusiera en Es- tado los disturbios; pero siemprehahrian si-
paüa la irresistible pujanza de los dos prin- do de menor gravedad v trascendencia. Xo
cipios religioso y monárquico; nada puede alcanzamos cómo no se ,;¡eron á la sazon los'
contra la mano que pesa sobre ella, y for- poderosos motivos, las altas consideraciones
zada á comprimir su voz v hasta su allento de interés de la nacion y de la Real familia,
se mantiene silenciosa y quieta . sin atrever~ que aconsejaban un arreglo amistoso; mal
.se á mirar á quien la sojuzga, fijos sobre la I decimos, lo alcanzamos muy bien cuando




- 147-
recordamos la miseria y la nada del hombre,
desde el rústico mas necio hasta la elevada
categoría de los consejeros de reyes.


Con el comienzo de la guerra civil coinci-
dió el desarrollo de la revolucion , circuns-
crita á muy reducido ámbito, que jamás
afectó á la masa del pueblo español , que si
desplegó mas fuerza que en épocas anterio-
res fue porque se cobijaba á la somhra del
trono, porque obraba en su nombre, porque
una parte de los españoles la dejaban cam-
peal', opinando (/Ile no era menester com-
hatirla de otra manera sino apoyando el
triunfo del príncipe á quien creian legítimo,
mirándole al propio tiempo como emblema
de la Religion y de la monarquía. De aqui
resultó una posicion sumamente falsa: el
trono llamaba en su auxilio á la revolucion,
es decir, á su enemigo natural v necesario;
se ensayahan sistemas apellidados de mayo-
rías, y una masa inmensa no reconocia otras
urnas que los cañones; se hablaba de resta-
hlecimiento de las leyes antiguas, cuando
los gobernantes estaban en una rápida pen-
diente que los conducia á innovar; se hacian
impotentes esfuerzos para crear una especie
de aristocracia, cuando los elementos en que
se apoyaha el trono tendian al deshocamien-
to de la democracia en lo que tiene de mas
anárquico y esclusivo. ¿Qué dehia resultar
de semejante coniplicacion -? La nacion mas
bien constituida, ¿seria capaz de resistir á
pruebas tan duras? No hay pues motivo pa-
ra estrañar el desgobierno y la anarquía que
nos han afligido durante los últimos diez
años ; lo que sí debemos admirar es que las
catástrofes no havan sido mayores. Los de-
sastres de la revolucion espaüola no alcan-
zan ni con mucho á los que ofrecieron en las
suyas la Inglaterra y la Francia, y no obs-
tante , alli no huho ni minoría ni guerra de
sucesion. ¿Cuál es la causa de que con ma-
yores elementos en el órden político, la re-
volucion hava sido entre nosotros mucho
menos terrible ? La difcrencia del estado
social. En aquellos paises la revolución era
fuerte por sí misma, entre nosotros necesi-
taba mendigar el auxilio ageno; alli se de-
claraba alJiertamente contra el trono, aqui I
se escudaba con él; allí se proclamaba sin 1
rebozo la ruina de la Iglesia, de toda socie-
dad religiosa; aquí, hasta en los tiempos
lilas agitados , se hablaba de reiormas , se
mostraba un hipócrita respeto á las tradicio-
nes antig¡las, se renovaba la memoria de


CárIos III, Y se buscaha apoyo en los cml-
cilios de Toledo. La revolucion era dueña
del gohierno, y echaba mano de la astucia;
esto indica que no se sentía con fuerza.


Deseamos que mediten sobre estas refle-
xiones los hombres qllC tanto se admiran de
que no nos haya sido posible hasta ahora
consolidar un gohierno; los que se adelan-
tan á discurrir sobre nuestro estado social y
se aventuran á infundadas aserciones, ate-
niéndose únicamente á lo que de sí arroja el
turbulento espectáculo de la última década.
¿Pues qué'? ¿No habcis leido la historia?
¿ Tan fácilmente haheis olvidado sus leccio-
nes'? ¿Tan ligeramente haheis examinado la
situación de España, que no havais alcanza-
do á distinguir entre lo regular y lo esccpcio-
nal , entre lo permanente y lo transitorio,
entre el fondo y la superficie, entre la reali-
dad y las apariencias" Duélenos que tama-
ñas equivocaciones se hayan estendido en
los paises estrangeros; pero todavia nos pesa
mucho mas cuando las vemos apoyadas por
españoles ; cuando notamos esa postracion
desesperante en que han caido personas res-
petables por sus conocimientos, cuando las
oimos decir con énfasis: (leso no tiene reme-
dio, no hay. que esperar nada.. Y tienen
razon hasta cierto punto; no hay que espe-:
rar nada mientras el trono, mientras las
instituciones, mientras la sociedad hayan de
ser consideradas con la mezquindad de mi-,
ras que algunos llevan; mientras no se ensa-
yen otros sistemas que los que ellos cono-
cen; mientras una nacion de quince millones
haya de ser el patrimonio de dos mil perso-
nas; mientras se haya de continuar en esa
costumbre de emplear un lenguaje de men-
tiras, que casi dejan de serlo por lo recono-
cidas v confesadas , mientras no se diga con
libertad v llaneza todo lo que se piensa, todo
lo que se' manifiestan unos á otros hasta los
hombres de diferentes opiniones y partidos,
cuando hablan en conversacion particular
sohre las causas v carácter de nuestros males,
y el remedio que conviene aplicarles.


Como quiera, repetimos que la situación
de España dista mucho de ser tan triste co-
mo creen algunos; insistimos en que impor-
ta no entregarse al desmayo; en que se re-
flexione que el daño no nace del estado so-
cial, sino de la complicacion de las circuns-
tancias políticas. '


La minoría ha terminado; el derecho á la
corona ya no es disputado en el campo de




La nueva situacion que ha sido el resul-
tado de la ~spu.lsion de Espartero, y las gra-
ves complicaciones que han sobrevenido
despues, natural era que llamasen séria-
mente la atencion de Europa , y que diesen
lugar á que se ocupasen de nuestras cosas
asi los1 gobiernos como la prensa y la tri-
buna.


lo Qu~ piensan sobre la cucstion española I
los gabinetes del Norte? Dificil es determi- I
narlo, porque la diplomacia no está entre
ellos sometidaá la discusion pública, ni se
ven sus hOI.nbr~s de estado en la precision
de dar esplicaciones que los lleven á reve-
laciones imprudentes. Su sistema actual pa-
rece ser la continuación del anterior: la neu-
tralidad y la espectativa. r-;o obstante, la I
mayoría de Isabel y la aproximacion de su
enlace escitarán la actividad de aquellos ga-
binetes; porque no es posible que se man-
tengan pasivos cuandose acerca el momento


~ 148-
de resolver cuestiones cuya trascendencia
no se les puede ocultar.· .
. El reconocimiento por parte del gobierno


de Nápoles ha dadolugar á variasconjeturas,
esplicándose en diferentes sentidos la mi-
sion de su representante en Madrid. Al ade-
lantarse á este paso, ¿anduvo el rey de las
Dos Sicilias de acuerdo con 105 demas gabi-
netes'! ¿Decidióse al reconocimiento con la
esperanza de alcanzar para un príncipe de
su familia la mano de nuestra Reina? Si asi
fuese es menester confesar que sus conse-
jeros no procedieron con mucho tino; y si
es verdad que la influenciafrancesa mediase
en el negocio, tendríamos una nueva prue-
ba de lo incierto y vacilante de la política
de las Tullerías. ¿Se ha examinado bastante
á fondo la cuestion del casamicnto? lo Se ha
esplorado la voluntad del país para saber
hasta qué punto seria bien acogido un prín-
cipe napolitano? Segun parece se ha pen-
sado muy poco en eso; y ciertamente que
sena mengua del pueblo español que, en
un negocio de tamaña importancia, todo se
consultase, escepto sus intereses y su vo-
luntad.


¿Qué representaría en España un prín-
cipe napolitano? Nada, absolutamente nada:
y creemos que no faltan combinaciones en
que el marido de la Reina podría represen-
tar mucho. Si esta consideracion es ó no de
algun valor, medítenlo los hombres pensa-
dores. ¿Tan robusto es el poder en España
que se pueda dejar á un lado como cosa de
poca importancia lo que sea á propósito para
darle el apoyo de grandes principios é in-
tereses?


Las antiguas simpatías de la Francia pa-
rece que se van trocando en cariñosa solici-
tud: si ·Ia solicitud cariñosa se dirige á la
augusta Isabel de Barban, sea enhorabue-
na, este es un sentimiento de familia; pero
si se refiere á la Reina de España, se in-
teresa en ,el negocio la nación española,
nacían altiva y briosa, que recibe los aga-
sajos con aquella dignidad que la caracte-
riza, y que no permite que nadie se tome
con ella el aire de protector. Viven todavía
los héroes de Bailen.


Lo confesaremos ingénuomente: tembla-
mos todas las veces que el gobierno francés
muestra intencion de ingerirse en nuestros
asuntos: dejando aparte las intenciones de
la Francia, nos asusta la escasez de conoci-
miento de que adolece aquel pais en cuanto


l\f3lli'id 7 de febrero de i8H.


batalla: la revolucióncontempla con deseen-
fianza el curso de los acontecimientos, V ma-
nifiesta altamente sus temores de perder sus
conquistas y botin. ¿ Cuál es la. situación
que resulta de este conjunto de círcunstan-
cias? ¿Quénecesidades se han de satisfacer?
¿. Qué combinaciones se han de tantear para
llevar á puerto seguro la nave del Estado?
Esto es lo que vamos á examinar en lo su-
cesivo, analizando por separado los elemen-
tos que entran en la llueva situacion , cuál
es su respectiva fuerza, cuál el lugar y la
influencia que les debe caber para que, su-
bordinados á la unidad, vivan en paz y ar-
manía, sin perder nada de cuanto entrañen
de justo, de útil y de bello. Fieles á nuestro
propósito, trabajaremos en presentar el pen-
samiento de la nacion, haciendo notar lo que
en él hay de claro, indicando lo que por ra-
zon de las circunstancias está oscuro, for-
mulando y fijando con la posible precision lo
que anda disperso por la sociedad, revuelto
con cien cosas incoherentes é inconexas,
perdiend~ asi el concierto y unidacl que las
Ideas nacionales han menester para erigirse
en gobierno.




-- 149-
concierne á lo interior de la peninsula. Las
discusiones de sus cámaras son cosa curiosa
para todo español. M. Jules de Lasteyrie
se ocupaba estos últimos dias en dar á
M. Guizot lecciones de politica con respecto
á España; y el honorablediputado, que se-
gun parece creia comprender á fondo nues-
tra situacion, se espresaba en términos no
muy á propósito para convencernos de que
asi era en realidad. M. Jules de Lasteyrie
insisiia mucho sobre los fueros, pretendien-
do que este era el espíritu dominante en
España, y lo que impedia una centraliza-
cion semejante á la francesa. Convenimos
con dicho señor en que el vizcaíno no se
parece al catalan, ni el valenciano al arago-
nés; pero la diferencia de tipos provincia-
les no es prueba de que vivala causa de los
fueros. ¿Cree el señor diputado que los dis-
turbios que se suscitan en Aragon son por
defender lo que se halla en las obras de
Blancas y Zurita? ¿Ni que los trastornos de
Cataluña se parezcan á los de 1640? Qui-
zás otro dia nos ocupemos de ese provincia-
lismo, que es el tema de tantas vulgarida-
des cuando se quiere señalar la causa que
no permite á la España el establecimiento
de un gobierno; por ahora nos contentare-
mos con dos reflexionesque en nuestro con-
cepto no tienen réplica. Primera: si es el
espíritu de los antiguos fueros lo que trae
desasosegado el pais, será menester que los
movimientos de cada provincia ofrezcan un
carácter original: esto no sucede asi; cuando
hay un pronunciamiento revolucionario, el
santo y seña vienen de Madrid, y se nota
en todos los puntos una conformidad abso-
luta. Segunda: tratándose de defender los
antiguosfueros, debieran figurar en primera
línea los hombres mas adictos á las ideas y
costumbres antiguas; y esto no se verifica,
antes al contrario,á la cabeza del movimien-
to se hallan siempre los mas conocidos por
sus opiniones innovadoras, por su desapego
á lo provincial, por su adhesion á los prin-
cipios rcvolucionarios , tales como los en-
tienden sus hermanos de todos los demas
paises.


¿Pero qué sabrán de nuestra sociedad,
en ·10 que tiene de interior y recóndito, esos
estrangcros que tan ignorantes están de lo
que se presenta mas do bulto? «Nuestro
gobierno, decia M. Garniel' Pages en la se-
sion del 19 de enero último, no debe perder
de vista quc la ley actual protege especial-


mente á los comerciantes franceses, pues
casi todos los fabricantes establecidos en Ca-
taluña son [ranceses.» Nosabemos de dónde
habrá sacado el diputado francés idea tan
peregrina: ó no ha estado jamás en Cala-
luña , ó no habló sino con algunos fabrican-
les franceses, que le dirían como aquellos
tres firmantes: N os los fabricantes de Ca-
taluño:


El discurso de M. Guizot es notable bajo
muchos aspectos: el ministro de Negocios
cstrangeros , acosado en todas direcciones,
se ha querido defender de una manera sa-
tisfactoria y brillante, como suele decirse;
y en el decurso de su peroracion , que nos
guardaremos de llamar improvisacion, se
ha dejado llevar ádeclaraciones importantes.


En el discurso de la corona se habia di-
cho que la sincera amistad entre el rey de
los franceses y la soberana de la Gran Bre-
taña, y la cordial inteligencia establecida en-
tre sus gobiernos, infundían lisonjeras es-
peranzas con respecto al desenlace de los
negocios de España y Grecia; y M. Guizot
comienza su apología ccn una ostentosa re-
seña de los buenos resultados de la política
del gabinete francés. Herir debiera el pun-
donor de todos los españoles el que los mi-
nistros estrangeros emparejen la España con
la Grecia á manera de nacionesde un mismo
órden, j La monarquía de Felipe 11 y la mo-
narquia del rey Othonl. .. Sombras del Es-
corial , dormid'en paz; nolevantcis vuestras
cabezas; no vean vuestros ojos lo que se ha
hecho de vuestra monarquía... !


Pinta M. Guizot el cambio satisfactorio
que se ha verificado en España; la mejora
es cierta, pero ¿le debemos nada por eso á
la política de las Tullerías? Si M. Guizot ha
querido indicarlo, nosotros lo negamos rc-
sueltarnente , sin vacilar: ahí estan los he-
chos que abonan nuestro juicio. Cite el mi-
nistro un solo hecho que apoye el suyo: no
lo hará, porque no existe; y guárdese de
apelar á los hechos porque ellos atestiguan
la timidez y la esterilidad de la política
francesa.


«Hemos aceptado,dice, la posieion é in-
fluencia que se nos devolvian.» ¿Quién os
ha otorgado esa influencia? Si á tanto, se
hubiese prestado el ministerio, sabed que
esa política no se la inspira la.naoion.


Llegamos á una declaraeion importante,
de que tomamos acta, y que dudamos mu-
cho que se hubiese escapado á Metternich.




- 'f30-
«Hemos dicho al gobierno inglés: la lucha 1] dos gobiernos; todavía creemos que tiene la
entre los dospaises ha causado la desgracia i Inglaterra en España intereses opuestos á
de España, y esta hostilidad es tambicn fu- i los de la Francia; y en las palabras de
nesta á dos naciones igualmente fuertes. . M. Guizot encontramos una buena parte de
Nuestro primer pensamiento ha sidover que 1\ cumplimientos diplomáticos, pues no pode-
era posible que cesase esa funestarivalidad mos persuadirnos que ú tanto llegue su can-
en la península, apelando al juicio y honra- didez , que deposite entera confianza en la
dez política del gabinete inglés.» ¿ Qué res- eordialidad de la política inglesa (1 l. .
pondera la Francia cuando la echemos en Las demas esplicaciones del ministro no
cara el haber causado nuestras desgracias, son menos importantes que las que acaba-
puesto que su ministro de Negocios estran- mos de oir: «Hemos ahordado , dice, otras
geros lo confiesa sin rodeos á la faz del cuestiones mas precisas y delicadas; la
mundo"? Dudamos que Peel ratifique la con- cuestión de matrimonio, por ejemplo, en la
fesion , aceptando la grave responsabilidad que tiene dos intereses la Francia: el pri-
que le echa encima M. Guizot, Si este se mero que no se establezca al otro lado de
hubiese limitado á decir que no era eonve- los Pirineos una .influencia naturalmen-
niente el desacuerdo de los dos gabinetes, te estraña á la de Francia , y otro que
que con él salian perjudicados sus intereses no nos comprometamos demasiado en los
propios, se hubiera mantenido en los lí- negocios de España por uno de esos lazos
mites debidos; pero reconocer con tanta que estrechan demasiado á las familias y á
llaneza que las desavenencias entre Francia las naciones. Hemos tomado por regla estos
é Inglaterra habian causado la desgracia de hcchos.» En estas palabras de M. Guizot se
Espaüa , es declaracion que nadie se debia halla esprcsamentc consignado que el gahi-
prometer de un ~ombre de estado. Hay co- I nete franc.'cs aband.ona definitivamente el
sas que, por evidentes que sean, no deben proyecto del casamiento de Isabel con un
confesarse con tanta ingenuidad. Adenias, I príncipe de la dinastía de Orlcans. No es
que si bien es verdad que esa desavenencia . cierto que siempre hayan sido las mismas
nos ha daüado, no creemos que de ella di- las intencionesde la córte de las Tullcrias
manen muchos de nuestros males: la naeion con respecto á este negocio, antes es muy
estaba enferma, y los médicos que sin ser probable que se habia tenido durante algull
llamados se entrometían en la curación, tiempo la idea de llevará caho dicho enlace.
agravaban el daño con su imprudencia ó su Mas como quiera que esto no podía con-
malicia. sentirlo la Inglaterra, ni lo llevaran á hien


«Hemos apelado, dice M. Guizot, á la las potencias del Norte, la Francia de Luis
benevolencia y honradez política del minis- Felipe,qnedista muchodeser ludeLuis XIV,
terio inglés: hemos preguntado si la lucha ni la de Napoleon, se resigna tranquilamente
permanente de los partidos en España no á su suerte,. y se contenta con presentar
era efecto de la rutina, del hábito y de las como efecto de altas concepciones políticas,
preocupaciones; y en Londres como en Pa- lo que es resultado de indeclinable necc-
rís se ha convenido que los partidos no tie- sidad.
nen en España mas interés que el de que Leccion severa recíhen con esta declara-
se afiancen el órden , la paz y la monarquía cion del ministro aquellos políticos qne con-
constitucional.. Es decir, que asi el minis- sideraban como un inmenso hien para la
terio inglés eomo el francés no han com- España el enlace de nuestra Reina con un
prendido hasta ahora cuál era la politica que príncipe francés. Bien podían conocer que
dehiau observar con respecto á España; no no era esta la voluntad de la inmensa ma-
han comprendido hastafines del añode '1843, yoría de los españoles; no podían ignorar
despues de largas rivalidades, que su interés I que mas ó menos directamente se opondria
era el mismo, y esto lo sabemos oficialmente á la realizacion de semejante proyecto la
nada menos que de boca del ministro de Europa entera, pero al menos les quedaba
Negocios estrangeros, en el momento solem- la esperanza de que la Francia aceptaría
ne de esponcr á las Cámaras la políticadel para uno de sus príncipes la mano de Isabel.
gabinete. A pesar de semejante declaración,
todavia nos queda alguna duda de que sea
tan cordial la buena inteligencia entre los (1) Testigos los sucesos.




Mrull'i.l 14 (le fehrero de 1fl4~.


ERRADO 515TE)IA QUE SR IL\ SEGUIDO PARA RE-
MIWIAR NlESTROS ~IALES. INIlICACION DE LOS
PRINCIPIOS QUE NO CO'WIENE OLVIDAR, 51 SE


DESEA E:\'CONTRAR EL VEltnADERO.


- UH-
Esta esperanza ha salido fallida: el gobierno ] objetos; creemos que para afianzar la tran-
francés acaba de declarar que tampoco lo quilidad y hacer la dicha del pais se nece-
quiere, porquc no está en el casode arros- sita algo mas; opinamos que es preciso
trar compromisos ('1). remontarse á mayor altura, que es indispen-


sable mirar las cuestiones políticas en toda
su amplitud, atender al propio tiempo á la
sociedad, pensar de qué manera se han de
reformar las leyes cuya observancia sea in-
compatible con el bien público, y no conten-
tarse con falsearlas, porque es siempre una
situacionmuy violenta, y por lo mismo poco
durable, la en que se proclamacomo vigente
lo que en realidad se infringe. Quisiéramos
que la España adoptase un sistema donde


Abundan en la esfera política cierta clase entrasen para poco los homhres y para mu-
de hombrcs , que podrían muy bien compa- cho las cosas; donde el individuo desapure-
rarsc á un arquitecto que se empeñase en ciese en presencia de la sociedad; donde el
dar solidez á los edificios por medio de pun- poder tuviese una robustez intrínseca, ente-
tales, y no pensase eu construirlos á plomo. ramente propia, afianzada en el apoyo na-
Hay revueltas, y ellosno las quisieran; hay cional, sin necesidad de mendigar el sosten
desacatos á la autoridad, y ellos desean verla de este ó aquel partido, y mucho menos de
respetada; hay una agitacion incesante que de esta ó aquella persona; desearíamos que
trabaja las entrañas del pais y no le deja el desacuerdo de algunos hombres, por alto
sosiego ni descanso, y ellos anhelan un ór- I que rayaran en calidades personales, no
den de cosas que nos ponga á cubierto de I acarrease ningun riesgo al sistema político
disturbios, y que lleve consigo la bonanCi-¡ que se adoptase;quisiéramosen una palabra,
b/e calma.de que tanto necesita I.a nación. que el edificio no se sostuviera por los pun-
Pero prcguntadles de qué medios piensan tales sino por el aplomo.
echar mano para lograr su intento, v os ha- Nadie pone en duda que una de las pri-
hlarán de asegurarse bien del personal del meras necesidades de España es dar estabi-
ejército y demas empleados; de colocar al lidad y consistencia al gobierno; mas para
frente de las provincias gefes políticos aman- el logro de tan importante objeto no basta
tes del órden, que obedezcan y hagan obe- hablar en general del robustecimiento del
decer fielmente los mandatos del gobierno; poder, es preciso indicar los medios de al-
de tener los distritos militares á cargo de canzarlo , porque la robustez y fuerza del
generales entendidos, leales, y sobre todo poder no son palabras Yanas, no son cosas
acreditados por su firmeza de carácter; de cuya creacion dependa de la libre voluntad
reparar en algun modo los males que ha su- de los hombres, no son el resultado de una
frido la iglesia, atrayéndose de esta suerte simple disposicion legislativa; el poder real
la voluntad y el apoyodel clero: de neutra- I no se fortalece de real órden.
lizar la influencia inglesa estrechando las ¡ Muydolorosa esperiencia nosha dcmostra-
relaciones con la Francia: de alcanzar si es do una verdad enseñada por la razon y las
posible el reconocimiento de las potencias del lecciones de la historia, á saber: que nin-
Norte; de entablar negociaciones con la cor- gun poder será fuerte en el órden político si
te de Roma, .tanteando algunos medios de no tiene una fuerza propia en el órden social,
oonoiliaoion para llegar á un arreglo definí- una fuerza anterior á las leyes, independien-
tivo. Este conjunto le miran como un sistema te de ellas, que nazca de la naturaleza del
completo de política, bastante á consolidar poder mismo y de la trahazon que le une
la situacion v crear un órden de cosas lison- con el pais donde se halla establecido. El
jero , beneffcioso y estable. No podemos error capital de muchos publicistas rnoder-
convenir en este modo de considerar los nos, el vicio radical de muchossistemas po-


líticos, estan en el olvido del principio que


11


acabamos de asentar. Por esto se ven tan-
(1) Los ha arrostrado: pero falta ver el des- tos poderes legales menospreciados , tantas


enlace, . , leyes sin observancia, porque así aquellos




~ ~1J2 -
como estas no son mas que la obra de la I Supongamos ahora que un asunto análogo
mano del hombre, no tienen mas vida y fuer- hubiese ocurrido en otro tiempo, cuando el
za que la que sacan de estar escritos en un alto clero, la nobleza, los procuradores de
papel, y el papel es cosa muy deleznable. las ciudades tenian una representacion real
«La leyes escelente, suele decirse, el mal y efectiva, no procedente de un artículo de
está en que no se la observa, ni hay medios ley reciente, si no dimanada de las costum-
para hacerla observar.. ¿Qué ley será esa bres arraigadas en el pais, fundada en vene-
que no puede recabar observancia, que no randoscódigosquesehabíanandado formando
lleva consigo espada y escudo? «Cuidemos, con el transcurso de los siglos, garantida
señores , oímos esclatnar á cada paso, que porla dignidad personalde los representantes
no pierda su prestigio esa institucion tutelar y por su posiciun social elevada é indepen-
á cuya sombra se conservan todos los inte- diente: si de semejante tribunal hubiese sa-
reses sociales.» El consejo es saludable, mas i lido un fallo severo, ¿no habria causadouna
por lo mismo que os veis precisados á acon- sensacion profunda? ¿No hubiera visto el
sejar en alta voz, demostrais que la insti- pais la espresion del dictamen de su eoncien-
tucion se encuentra en una posicion falsa, cia r.ropia, ó á lo menos no habría sentido
que no puede desenvolvery aplicar su fuer- vacilar sus convicciones en caso de tenerlas
za propia, que se ha rebajado .ese prestigio contrarias ála decision de aquel respetable
cuya necesidad invocais. «Un trono desdo- jurado? Y habria sucedido así, porque la
rado es un trono hundido,» esclamó un elo- dignidad, la ciencia, la virtud, la riqueza,
cuente orador, proponiéndose evitar un el recuerdo de altos servicios hechos al
fallo que mancillase el honor de la corona: Estado, y cuanto puede haber de mas ve-
nosotros le hubiéramos recordado que el i nerable en una sociedad, hubiera tenido allí
decoro de la Magestad ni pierde ni gana con sus representantes; fallando estos, el pais
diez votos mas ó diez votos menos; le hu- hubiera tomado el fallo como propio.
biéramos dicho que se aja todo lo que se Otro ejemplo. Está espresamente consig-
toca, que para precaver el hundimiento es nado en la Constituciou que no pueden co-
preciso en verdad precaver el desdoro, pero brarse contribuciones de ninguna clase que
que el desdoro es inevitable si se consiente no esten votadas por las Córtes: hasta ahora
el manoseo. se ha entendido este artículo de la manera


Ya que hemos tocado este punto, nos que han querido los ministros, y cuando
aprovecharemos de él para hacer sentir la á ellos les ha parecido bien que se le dejase
verdad de la doctrina que sustentamos, ha- sin uso, asi se ha hecho; y no obstante el
ciendo ver cuánto dista lo que es real y pais ha pagado las contribuciones no votadas,
efectivo de lo que no tiene mas existencia sin que se haya parado en la falta de la con-
de la que le dan combinaciones artificiosas. dicion exigida por la ley. Si la nacion huhie-
Para mayor claridad presentemos dos supo- se sido fielmente representada, si la vota-
siciones. Demos que á la vispera de la vota- cien de los impuestos hubiese sido una co-
tacion del famoso mensage , Jos amigos del sa real y efectiva, que tuviera trab~zon ínti-
Sr. Olózagahubiesen podidoconvencer, per- ma con la razon, la voluntad y los intereses
suadir, intimidar ó seducir al número de de los pueblos; si hubiese sido algo mas que
votantes necesario para sacar triunfante al una mera formalidad, ¿habria sido posible
caidoPresidente del Consejo de ministros; la prescindir de ella tan á menudo, ora falseán-
opinion del pais ¿se hubiera modificado en dola con las autorizaciones, ora dejándola
un ápice? No: en el resultado de la votacion completamente desatendida, sin cubrir la
se hahria visto un nuevo escándalo, no un ilegalidad con ninguna clase de velo?
dato para juzgar ; el trono y la augusta Per- De estas consideraciones deduciremos una
sona que le ocupa habrian quedado en el verdad, en que no pueden menos de conve-
mismo puesto en la conciencia y en el cora- nir todos los hombres imparciales, á saber:
zon de los españoles: y esto ¿por qué? Por- que el orden político en España está en des-
que sabe el pais que una veintena de indi- acuerdo con el social; que los poderes que
viduos que pasan de un lado á otro, en nada funcionan en aquel no son la genuina espre-
alteran la realidad de las cosas; no inclinan sion de los que existen en este. Mientras
la balanza donde se pesa un negocio de ta-I continuemos en semejante estado nos halla-
maña gravedad. mos en una posición falsa; y es en vanoque




-- 153 -
hablemos de dar consistencia y robustez al
poder, de hacer respetable la ley. de reca-
har de gohernantes ni gobernados la fielob-
servancia de ella.


El principio fundamental de nuestra teoría
es que el poder político ha de ser la espre-
sion del poder social, pues que hahiendo de
reunir la inteligencia, la moralidad y la fuer-
za, debe tomarlas de donde existan, es de-
cir, de la sociedad misma, Porque es menes-
ter observar, que el poder político no es un
ser 'abstracto sino muy concreto, en Íntimas
relaciones con-la sociedad gobernada,que
influye sin cesar sobre ella, y que á su vez
recibe de ella continua influencia. ¿Qué era
en España el poder político en tiempo de los
godos? ¿Quiénlo ejercía? El rcy , los obis-
pos y demás magnates; es decir, los que
tenian una influencia electiva, un verdadero
poder en la sociedad , independientemente
de las instituciones políticas: la religionyla
fuerza militar,ambas dueñas de .la riqueza
del pais, y en posesión de la inteligenciatal
como entoncesera posible. ¿Cuándo empezó
en todoslos reinos de Europa la combinacion
en el órden político del elemento democráti-
co con el aristocrático y el monárquico?
Cuando el desarrollo de laindustria y comer-
cio y la mayor division de la propiedad ter-
ritorial', crearon una nueva clase que tuvo
en la sociedad un poder real y efectivo.


En los últimos tres siglos se verificaba en
España el mismo principio, por mas que no
lo hayan advertido los que no han mirado
nuestra historia sino al través del prisma de
sus.pa.síonesó sistemas, .Durante este tiem-
poel verdaderoy único poder político de
España era la monarquía. Y esto ¿por qué?
Porqué laposicion de' España era: esencial-
menté de dominacíen y conquista; porque
enEUT0pa ,'en Afriea, en América,y en Asia',
tenÍllInQS grandes posesiones que,conservar;
porque)acshallábamos en una situacion es-
'C8ppional:con respecta. á'todas las naciones
del)continente; porgue· éramoslos represen-
tantes de anpdnclpio religioso combatido
casi en todaspartes menos en España; r por
eso la gran necesidad del paísera la umdad,
y á esta necesidad debían plegarse lo&inte-
reses de un órden secundario- Laaristoera-
cia , que no se había convertidoen cortesa-
na, se hallabaal frente de las armadas y de
los ejércitos; de ella salian los gefes de se-
gundo órden, cuyo primer caudillo era el
Rey. En este se hallaba personificada la


unidad, y por lo mismo su poder lo absorbía
todo. Pero nótese bien: habia en el país una
cosa que entrañaba una fuerza propia, inde-
pendiente ~e tod~ institucion política, que
no se habia modificado. con el incremento
del poder monárquico, y cuva conservacion
afectaba las ideas, las costumbres, los inte-
reses de la sociedad; esta cosa era la Reli-
gion Católica, su representante era el clero,
y este clero, que no tenia ostensible poder
político, lo ejercia no obstante en la realidad,
era el único dique que encontraban las om-
nímodas facultades del Rey, era el solo
contrapeso quehabia para que lamonarquía
absoluta no se trocase en despotismo. Esta
verdad la ha reconocido Montesquieu, quien
ciertamente no era muy partidario de la in-
fluencia eclesiástica.


Una teoría que nada prejuzga sobre la jus-
ticia y conveniencia de estas ó aquellas for-
mas políticas, no puede ser desdeñadani por
los monárquicos ni por los demócratas, pues
que ni á unos ni á otros es permitido recha-
chazar una doctrina-que se cifra en la nece-
sidad de hacer que el gobierno de la nacion
sea la espre.sion legítima de la inteligencia,
de la moralidad y de la fuerza que existan
en la sociedad. Y decimos que con esto no se
prejuzga nada sobre las formas políticas,
porque puede muy bien suceder que.en una
monarquía esten mejorpersonificados los po-
deres sociales que en una república; asi co-
mo hastardeando aquella , sería dable que,
lejos de ser la espresion de dichos poderes,
no representase mas que la. arhitrariedad de
un ministro Ó. Ioscaprichos de un privado,


. Aplicando esta teoría á la actual situacion
de, Espaüa , el problema político pe reduce á
lo siguiente: 1,o ¿euálés son los elementos
que tienen en la socíedad ('.spafll)la·un poder
efectivo? 2.° ¿Cuáles son los medios á,p,ror
pósito para que estos elementos. a«quicran
legítima y segura influencia ~u(}l .orden
político? ".".,


Los hombres de todos.lospartidosecharán
de ver que no preseatamosel problema bajo
un punto de vista apocado y esclusivo ;
que no consideramos la situacion atenién-
donos únicamente á estos ó aquellos recuer-
dos, á estas. ó aquellas opiniones; que no
queremos •perder de vista ningun interés,
ninguna necesidad; que consideramos las
cosas, no tales como debieran ser ó como
desearíamos que fuesen, sino tales como son,
como las han hecho los acontecimientos, el


t8




- 154 --
eurso de las ideas,la modiñeacion de las Estrict« legalidad,' ~el, t·igu·rosa obser-
costumbres, y cuantas causas han afectado vantia de la ley ,dicen otros: este es nue_~lro
mas ó menos directamente, y con mas ó me- único remedio. ¿,De qué leyes habíais? ¿De
nos eficacia, la sociedad española. las que bagais vosotros'? Vuestros adversa-


Difícil es el resolver con acierto las dos ríos afirmanque esas leyes son violencias.
cuestiones que acabamos de proponer: exi- ¿De las que hagan estos? Vosotros direis
gen nada menos que un análisis de la socie- otro tanto. ¿De las quefurme un poder dé-
dad, y luego la invencion de una fórmula que vado sobre ambos?Pero ese poder no existe;
esprese el resultado, y que pueda fácilmen- el poder sois vosotros, que empuñáis al-
te acomodarse á servir de guia en las nece- ternativamente las riendas del mando. ¿,De
sidades de la practica. De la propia suerte las qne confeccioneis unidos, reconciliados
que en matemáticas se examinan la natura- con abrazo fraternal, solo atentos á labrar
leza y relación de varias cantidades, se bus- la prosperidad pública? ¡Vanas ilusiones!
ca en seguida la espresion mas breve v Triste condicion de los tiempos agitados por
sencilla de lo que ha dado el análisis, y por las tormentas revolucionarias, que se hayan
fin se trasforma esta espresion de la manera de desacreditar en. ellos las .palabras mas
mas conveniente para usarla en las aplicacio- hermosas y halagüeñas. Ya se habían des-
nes, sin que á cada paso sea preciso recor- acreditado las de libertadé igualdad; queda-
dar la teoría de donde dimana. ,ban todavia las de union,reconciliacion, [ra-


Por mas dificultades que ofrezca semejan- ternidad de todos los partidos, vestas
te trabajo, parécenos que no es imposible acaban de serlo de una manera cruel; y su
darle cima, con tal que se le emprenda con descrédito es indeleble, porque está escrito
entera independencia de espíritu de partido, con sangre.
con abstraccion de los errores que, por acre- Cuando en junio próximo pasado exami-
ditados, no dejan de ser errores, y sobre todo nábamoslasituacion de España, aventurando
con vivo anhelo del bien público, sin pasion, algunas conjeturas sobre las consecuencias
sin afecciones, sin odio, con cumplidabuena I del pronunciamiento contra el ex-Regente,
fe. Ademas que no somos nosotros quienes indicamos que andaban muy poco acertados
nos lisonjeamos de llevar á cabo tan impor- los que se lisonjeaban con la decantada
tante tarea; bástanoshaber hecho la indica- union y reconciliacion, ! añadimos que esta
cien de su necesidad, para estar seguros de palabra, de suyo tangenerosa, no significa-
que los hombres pensadores y rectos se ocu- ha nada en política. Apoyábase nuestra opi-
paran de ella, y nos ayudarán al logro del nioa , en que ni las ideas se mudan en un
objeto deseado. instante dado, á voluntad de quien asi lo de-


Alos que nos objeten que nos proponemos sea, ni los intereses se concilian con el
tomarlas cosas de muylejos, les diremos que abrazo de un festin o con las frases de un
harto fáeil nos sería tomarlas de mas cerca, manifiesto, y que asi aqueUascomoestos se
y adoptar uno cualquiera de esos temas que hallaban en tan abierta eposicion , que RO
tan fecundes 'Son en p.~mposos discursos, I era posible. abandonasenel. campo sin.'probar
que sedan muy buenos Si bueno pudiese ser fortuna COrriendo los azares de una' bataHa.
io que estriba en suposiciones falsas, y que i Como quiera ,yá pesar de loquenes.dicta-
por tanto no sirve para nada. Así, porejern- ha la razon y enseñaba la esperienci~.deloj¡
plo, pudiéramos haber esclamado como tan- tiempos anteriores,confesarenms que, mas
tosotros, yaquede imparcialidad y templanza de una vez se detenía. Dtfestra plumapara
nos gloriamos: N{) mas re'IJolttciones, no mas dar lugar á laretlexion,temero50sdequela
reaceienes ; y desde esta inespugnableposi- repeticion de duros escarmientos y el-des-
cionanatematizar á los que ~ desviasen á agradable aspecto que los negociospresenta...
derecha ó izquierda. Pero desde luego nos han, nos hiciese desconfiados y suspicaces
hubiéramos preguntado á nosotros' mismos: en demasía. Desgraciadamente los acontecí-
¿qué significa esa frase si no se desenvuelve mientos de los últimos seis meses han- has-
el sistema en que se haya de realizar su sig- tado á robustecer esta eonviccion, y quitarle
nifieado? No mas revoluciones, no masreac- todo lo que pudiera entrañar de vacilacionó
ciones , estan clamando los prohombres de incertidumbre. ¡Qué edificio mas sólido el
todos los partidos; ¿.y qué es lo que vemos que acabamos de cimentar sobre la union!
en nuestro alrededor? esclamahan los incautos; y el edificio se vi-




- ,155....,.
no al suelo con estrepitosa ruma..... ¡Qué
fraternidad! y la sangre ha corrido en abun-
dancia..... ¡Qué abrazo mas cordial! y los
abrazadosse hundíanen el pecho el acero fra-
tricida.....


Nada nos importa saber de quién haya si-
do la culpa, ni de qué parte haya estado la
ingratitud 1 ni la perfidia,ni todo lo que unos
ti otros os achacais: bástanos consignarvucs-
trajlusion, vuestro error; hástanosha~er no-
tar lo endeble de vuestra obra. Mas diremos
todavía, y con loque vamos á añadir nos en-
contrareissiaduda mas indulgentes de lo que
creyerais. No es vuestra la culpa de que se
hayan frustrado las esperanzas que preten-
díais inspirar á la nacion; vuestra culpa no
está en que el edilicio se haya desplomado,
sino en que lo quisisteis Ievantar sobre
la arena. ¿ Y cuándo? ¿Y dónde? Cuan-
do los huracanes estan desencadenados, y
en un lugar combatido por la impetuosa
corriente de las inundaciones, azotado de
continuo por el soplo de la tempestad.


FOLITICA mSTRA1TOmRA.
Madrid I ~ de fehrerc d. tw~~.


Desde la reseña publicada en el número
anterior, poco resta que decir de la política
estrangera con respecto á España. Sin em-
bargo, la apertura del parlamento inglés,
el discurso de la Reina Victoria y las decla-
raciones de Peel, dan lugar á algunas con-
sideraciones,


El discurso de la corona ha sido cual de-
bia esperarse, reservado en estremo; bien
que no se ha olvidado en el la cortés cor-
respondencia que exigian las declaraciones
de Luis Felipe y de sus ministros.


Sir Roberto Peel ha confesado que la In-
glaterra estaba de acuerdo con la Francia
en que era preciso desechar la política de
rivalidad; se ha congratulado de la buena
inteligencia que reina entre las dos nacio-
cienes, y ha insistido mucho en la nece-
sidad de conservarla. Pere iesta buena
inteligencia proclamada en pleno parla-
mento debia llamar naturalmente la aten-
cion de las potencias del Norte, que podian
ver en ella la rehabilitacion de la alianza
debida á la destreza de Talleyrand, y que


los acontecimientos posteriores habían roto
completamente. Este flanco que M. Guizot
habia dejado. en descubierto. sea por no
haber reparado en él¿ sea por no haber-
le dado importancia. ha llamado la aten-
cion del diplomático inglés , quien ha apro-
vechado la primera oportunidad que se
le ha ofrecido para tranquilizar á las poten-
cias del Norte. No sabemos si esto contra-
ría en algo la pslítica de M. Guizot; sea co-
ID(¡) fuere preciso es consignar un hecho que
no carece de significado.


M. Guizot había ponderado mucho las
ventajas de la buena inteligencia entre las
dos naciones, refiriéndose principalmente á
los negocios de España: y el sagaz ministro
de la Gran Bretaña habrá previsto sin duda
que las demás potencias podian inferir de
semejantes declaraciones que la Francia y
la Inglaterra abrigaban a1gun designio par-
ticular sobre España, y que se proponian
obrar sobre ella de una manera esclusiva.
Lo acontecido en los años anteriores venia
en confirmacion de esta sospecha. Peel ha
comprendido el inconveniente, y le ha sa-
lido al encuentro. Ha declarado que la buena
armonía entre las dos naciones no entrañaba
ningun misterio; que la Francia y la' Ingla-
terra no querian.hacer nada oculto; que esta
nueva política no afectaba ningun interés
europeo; que no tenia por objeto entrome-
terse en lo que no les correspondiera; en
una palabra, ha dicho de la manera mas es-
plícita y terminante que las relaciones y las
miras diplomáticas de la Inglaterra no se
habiaa modi/icado en nada, sino es por lo
tocante al abandono de la rivalidad con la
Francia en los puntos donde se encontraban
las dos influencias.


Pero lo que nos ha parecido notable en
el discurso del ministro, es qlle ha esqui-
vado algun tanto el finarse con la cuestion
española, procurando dar á entender que la
buena armonía no se limitaba á España, sino-
que era una mira de política general, mas
grandiosa, mas humanitaria, eualeumple á
dos grandes naciones que se respetan mú-
tuamente. Quizás el ministro inglés habrá
querido' levantar la cuestión á esas alturas
para que afectase menos 10s intereses po-
sitivos; enmendando un tanto la plana á
M. Guizot que había presentado la buena
inteligencia inglesa y francesa bajo UIiI. as-
pecto demasiado práctico, y sobre todo de-
masiado aplicable á los negocios de España.




Madrid U de febrero de 18H.


LASPUEOCUPlCIONES POLITICAS


- 456-
Las potencias del Norte· no se alarmarán Icuestión eclesiástica, que tan lejana parece
ciertamente por ver que la Francia y la In- de cuanto se circunscribe á esta ó aquella
glaterra se dirigen esas tiernas espresiones nacion particular, creemosque se ha de te-
en que rebosan los sentimientos de huma- ner presente tambien nuestro estado social,
nidad , el deseo de la paz universal, y el que ni es el de la época de Felipe ll, ni tam-
anhelo de la civilizaeion del mundo; pero poco el del vecinoreino de Francia: de suer-
no hubiera sucedido lo mismo si la amistad te, "que asi como se equivocaria quien. se
se hubiese circunscrito en demasía, si se empeñase en poner al clero en el mismo pie
hubiese limitado á la cuestion española. La en que se hallaba en los tiempos de San Pe-
diplomacia es eminentemente positiva, y I dro de Alcántara y Santa Teresa de Jesús,
rep~ra muy' I?oco en todo lo que ofrece un asi tambien caeria en error quien se imagi-
caracter teórico y vago. nase que es conveniente, ni aun posible,


Con respecto á los negocios de España, constituirle en el mismo estado en que se
M. Guizotsoltóprendas ; Sir Roberto Peel encuentra en otros paises gangrenados por
no ha imitadotal conducta. Por manera que la incredulidad y el escepticismo.
sean cuales fueran las complicaciones veni- Previas estas indicaciones, que desenvol-
deras , la Inglaterra ha quedado enteramente veremos en su lugar y tiempo, entremos en
libre, agena á todo compromiso; pudiendo la cuestión principal, examinando cuáles
inclinarse á la política"de las Tullerias ó á son los elementos que tienen en la sociedad
la de las potencias del ·Nottc, sin que se española un poder efectivo.
le pueda echar en cara que ha incurrido en Ideas, sentimientos, costumbres, institu-
eontradiccion ó que ha retrocedido en sus ciones, intereses materiales; hé aquí pala-
propósitos. No puede decir otro tanto la bras que espresan lo que se halla en la so-
Francia. ciedad, independientemente de las leyes


políticas y hasta civiles.
Para determinar la cantidad y calidad de


lo que abriga la nacion española con respec-
to á los estremos indicados, parécenos que
se ha de atender á" dos cosas: ,l.a influencias
el que ha estado sometida; 2.a hechosque ha
ofrecido. O en otros términos, la cuestion
puede ser examinada apriori Ó te posteriori:
la naturaleza de las causas que han obrado
sobre una sociedad indica el estado en que
esta se hallará; asi discurrimos apriori, pa-
sando del conocimiento de la causa al del
efecto: los hechos que se han verificado en
ella revelan su estado; entonces discurrimos
a posteriori , pasando del conocimiento del
efecto al de la causa.


Al hacer estas investigaciones se corre el
peligro de caer en error por no considerar
mas que un género de causas ó de efectos,
como vemos que acontece á cada paso á los.
que se ocupan de semejantes materias.


Emplearemos este artículo en demostrar
la sinrazon y él espíritu de partidoconque
examinarse suele todo lo que tiene relacion


i con la política.
Echan algunos una ojeada sobre nuestra


historia, encuentran por todas partes la re'-
ligion y la monarquía, y dicen desdeluego:
(esta nacion es monárquica y religiosa, y
nada mas; á esto únicamente se ha deaten-
der , el resto es indiferente:» Obsérvan otros


¿Cuáles son los elementos que tienen en
la sociedad española un poder efectivo? Esta
es la primera cuestion que se ha de resolver,
si se quiere obrar con acierto en lo pertene-
ciente á nuestra reorganizacion social, polí-
tica y administrativa, y hasta en el arreglo
de los negocios eclesiásticos; porque aun
cuando en el discurso anterior hayamos ha-
blado únicamente de las relaciones del poder
social con el político, sin embargo, fácil-
mente se echa de ver que lo que hemos di-
cho con respecto á este tendrá tambien sus
aplicaciones á la administracion, debiendo
ella regirse por diferentes principios,segun
sea diferente el estado de la sociedad admi-
nistrada. Bueno será no perder de vista es-
ta observacion, que emitimosde paso, conla
idea de prevenir que nuestro sistema no se
limita á que tengamos una política interior
española, pues deseamos que española sea
también la""administracion, y que español
seacuauto-se.plantee en España. Asi, en la




-.157 -
quepor espaclo de- treintaaños hemos esta- luna palabrade consuelo hasta quetlegais á
do-sufriendo la influencia de principios con- Carlos lU, que también lo pasáramal si no
trarios á la religiony á la monarquía, y di- hubiese tenido la fortuna de seguir los con-
cen:«esta nacion no es nada de lo que fue; I sejos del conde de Aranda., si en su tiempo
su religi?n y sU.n:mnarquía están únicamente I no.se espulsaran los Jesuitas, no mediara-el
en sus hbros viejos y en las cabezas de la ruidoso negocio del obispode Cuenca, no se
generacioncaduca; no merecen que nos es~ribie:a el Trat~d~ de Am~rtizacion, y na
ocupemos deellas; en nada pueden obstar- saliera a luz el Ju~c~o ~mparc~af: sobre el_Uo·
nos semejantes elementos ; para nada deben nitorio de Parma, Claro' es que del mismo
entrar en la-nueva organizacion social;mu- principio de la supersticion os han de-hacer
roo será silos toleramos hasta que se estin- dimanar todos los escándalos del reinado de
gan por sí mismos, como fuego sin páhulo.» CárlosIV, que casi casi disculparían en gra-
Cuando los primeros quieren confirmar sus cia de los proyectos de Ilrquijo. En llegando
doctrinas, á mas de fundarlas en la historia, á la guerra de la independencia, escusado
aducen la recienteesperienciade 1814-,1823 es decir que la nacion estaba perdida si no
yde la guerra de los siete años, en cuyas la salvaran los discursos de los oradores de
épocas se mostrarontan vigorosos y tenaces Cádiz, que en buena filosofía debieron de
los dos principios religioso y monárquico; poner mas miedo á los trescientos mil sol-
así como al emprender los segundos una ta- dados de Napoleon que todos los ejércitos
reaanáloga,recuerdan losañosde1812,1820 españolesé inglesesy las innumerablesban-
y la última década; en que las ideas moder- das de guerrillerosque hostigaban al enemi-
nas se han mostrado pujantes, luchando con go, 'ora'matando rezagados, ora tomando
todo linage de resistencias hasta conseguir convoyes, ora dispersando una columnacon
un triunfo definitivo. imprevistos ataques, ora deteniendo v es-


Considerados los hechos con semejante trapeando divisiones enteras en los ~¡;sfila­
aislamiento, claro es que solo pueden con- deros y gargantas.;
ducir á equivocaciones; solo pueden servir Preguntadles: ¿quién impidió que la Cons-
á formar doctrinas falsas, inaplicables, que titucion de ·18,12 no convirtiese la España en
solo estan en la cabeza que las concibe, ó un paraiso? Los enemigos de las reformas.
si descienden alguna vez al terreno de la ¿,Quién hizoque la España no se aprovecha-
práctica, es para producir males sin cuento, se, ni en la política interior ni en la esterior,
pasar como una borrasca escoltada de true- de las ventajas que podia sacar del glorioso
nos y relámpagos, y concentrarse de nuevo triunfo sobre las huestes de Napoleon? Ll)S
en la mente de sus autores, que desespera- enemigos de las reformas. ¿ Quién provocó
dos del mal éxito se quedan maldiciendo á los escesos de los liherales desde 1820
la sociedad, cuando mas bien debieran mal- á 1823? Los sordos manejosde los enemigos
decir la ceguera de su entendimiento y la de las reformas, que no reparaban en dis-
imprudencia de su conducta. Irazarse hasta con el trage de la libertad.


Ese espíritu de pasion y parcialidad acar- ¿Quién escitó á la Europa contra los dema-
rea otro-efecto no menos dañoso, cual es, la gogos, quién la.reunió en congreso". v- fa de-
exageraoion en todo cuanto concierne á la cidló á enviarnos cien mil franceses? Los
calificacion de los hechos, asi pasados como enemigosde las reformas, para quieaesna-
presentes. Preguntad á ciertos hombres cuál da significan los nombres de independencia
es élerígendefodos-nuestros males. Su y patria. ¿Qué se produjode bueno durante
respuesta es muysencilla : la s~tpersticion y la ominosa década"? Nada. ¿Y el progreso de
el despotismo. Esta es la fórmula en su ma- la industria y comercio? ¿Y el tal cual arre-
yor concisiou: que si los instais algo mas, glo de la hacienda?Hayen esto exageracion;
ofreciéndoles oportunidad de desarrollarla, y,si algo hubo- no fue por lo que hizo el go-
os recordarán la inquisieionv-los.Irailes ,'las bierno ,sino á pesar de lo que hizo. ¿Quién
manos muertas, la teocraciay otras cosas suscitó la.cuestion dinástica?Los enemigos
por este tenor. Habladlesde nuestra historia, 'de las reformas, ¿Quién encendió la guerra
y Cárlos V fue un déspota, y Felipe Ilun ,civil? Losenemigos de las reformas.Los ene-
mónstruo,y sus descendientesunos imbéci- migos de las reformas fueron los que provo"--
es, y Felipe V un maniquí de Luis XIV,y caron el asesinato de los frailes; el incendia
Fernando VI nada, -y no oís desus bocas de los conventos ,los pronunciamientos en




- t58-
las provincias ,las represalias y crueldades i desventuras. (Historia de España, L t, c. 6.)
en el campo.debatalla: los que prolongaron ¡Ponderando desmedidamente .las ventajas.
la Iueha fratricida, los que perdieron á i del régimen antiguo, sin pararse en sus in-
la reina Cristina, tos que no dejaron que se !I convenientes, empeñándose en que todo cn-
arraigase la regencia de Espartero, los que i teramente habíade continuar intacto 1 así en
embarazaron su benéfico, ilustrado y libera! 1, el fondo como en la forma, no advierten esos
gobierno, los que contribuyeron mucho á su I1 hombres, que á la sombra de aquel régimen
caida , los que crearon los riesgos de las si- II se cometieron tropelías contra la religion, '.,
tuaciones sucesivas, los que han producido !¡ se prepararon no pocos de los desastres qua
la crísis.actual, los que sueñan en reaccio- 1, sufrimos: no recuerdan que al régimen an-
nes de sangre y despojo, los que .... en un.a II tiguo p~rtenecieron los reinado~ de Cárlos I~~
palabra, en los enemigos de las reformas I y de Carlos IV; que en aquel régimen se VIO
está personificado el genio de la discordia y I


1


el mas crudo despotismo min.isterial, que no
del crimen, el mal principio de Manes; cuan- respetaba ni á las personas, ni á las clases,
do de parte de los adversarios no hay mas, ni al santuario mismo; que en aquel régi-
que i1ustracion, generosidad, patriotismo, ! men pudo un ministro hacer prender en una
beneücencia , impecabilidad nunca desmeu- noche a millares de individuos, muchos de
tida, B.i no es por algun esceso de celo por ellos venerables por sus canas, su saber y
la :causa de la libertad. sus virtudes, y respetables todos, cuando


En el reverso de la medalla se presen- no por otro motivo, por su carácter deciu-
tan otras figuras. Hombres hay á cuyos ojos dadanos españoles, y conducirlos como re-
los defensores del antiguo sistema no co- baños á la orilla del mar, y amontonarlos en
metieron ninguna falta; la monarquía de embarcaciones preparadas al efecto, y arro-
los tiempos anteriores á 1808 no adolecía de jarlos á las costas de Italia, y dejarlos que
ningun defecto; la revolución tiene la culpa allá estuviesen sin poder tomar- tierra, pere-
de todos nuestros males: si ella no hubiese ciendo los mas ancianos y débiles, entre el
venido á perturbarnos, la España seria com- furor de IO'S elementos, y sufriendo mucho
parable á los campos Elíseos. Afortunada- los donras , ofreciéndose el ejemplo de mas
mente muchos otros, del mismo partido, de cruel arbitrariedad que se viera eD! los fastos
las mismas ideas y no menos profundas con- de la historia. Y olvidan esos hombres que
vicciones , miran las cosas de muy distinta bajo el antiguo régimen se entronizó Godoy,
manera; y en verdad que seria preciso cer- y estuvo envileciendo al gobierno y á la na-
rar los ojos para no ver que no todo lo anti-, cion , y preparando los desastres de la guer-
guo es digno de alabanza, y que no deja de I ra , y los de la revolucion , y cuanto hemos
haber mucho que merece censura. Si esto I padecido por.espacio de treinta años, y per-
no es así, ¿cómo esplicais la dolorosa deca- diendo. nuestra armada en Trafalgar, y en-
dencia que se verificó durante la dinastía viando á perecer á nuestros soldados entre
austriaca'? La España de Felipe Il , ¿no se los hielos del Norte, en defensa deqnien ya
hubiera avergonzado de la Espaüade Cár- desde entonces meditaba sus planes de usur-
los II? ¿ Qué se ha~ia~ hecho nuestra agri-


II
pacion. Y olvidan que bajo el antiguo régi-


cultura, nuestras fábricas , nuestra pobla- men se prepararon las escenas de Bayona, y
cion , nuestros ejércitos, nuestras armadas, I la prision del rey cuando era mas necesaria
nuestra preponderancia en Europa, nuestra su presencia. '
influencia en todos los negocios, el respeto Sin duda que larevolucion nos ha dañad"
que se mereciera nuestro pabellon en todos horrrblemente ; pero ¿ tiene ella la culpa de
los mares? ¿ Dónde estaban nuestros hom- que en 1808 estuviésemos tan atrasados en
bres de Estado, nuestros grandes caPita-llo concerniente á caminos, canales, navega-
nes, nuestros historiadores, nuestros poetas, cion , artes y comercio, y que poseyendo
nuestros humanistas, nuestro poderío, nues- nuestras riquísimas colonias de América
tro esplendor, nuestras glorias? Nada suce- no las aprovechásemos cual podíamos, y es-
de sin causa: dispútese enhorabuena sobre tuviésemos como quien perece de.hambre en-
ella, pero confiésese al menos que existía; tre montones de oro'! Si se quiere que triun-
reconózcase que se habia cumplido la profe- fe la verdad, es menester que sus deíenso-
da del P. Mariana: Parece á los prudentes y Ii res se muestren sinceros amantes de ella;
twisadol que . no" amenazan graves daños y K que donde haya un bien lo alaben, donde un




- 489-
nll\l lo eondenen t porque daña mucho á las
causas mas justas y santas el emplear en su i
defensa las armas del error, que sonel dis-
fraz, el disimulo y la mala fé. Recordemos
que peleando por grandes principios, por
verdades eternas, no conviene que noscons-
tituyamos defensores de objetos pequeños y
transiforios, y mucho menos que nos empe-
ñemosenescnsar las faltas y losabusos, aun
cuando se hayau cubierto convelos respeta-
bles. Fijoslos ojos en lasinstituciones, debe-
mos olvidemos de las personas: si alguna
'Vez estas no han llenado el alto objeto de
aquellas, reconozcámoslo con noble lealtad,
que cuando no alcanzásemos otro resultado,
nos atraeríamos el aprecio y la confianza de
nuestros mismos adversarios.


Entre estos estremos que acabamos de
describir, se encuentran hombres que bla-
sonan de imparcialidad, que se manifiestan
agenos á todo linaje de pasiones, que ase'""
guran nó tener otro deseo que colocar en su
puesto la verdad y huir de todaexageracion,
así en la teoría como en la práctica. Entre-
gados-desde su juventud al estudio de los
libros reformistas en religion y de los libe-
rales en política, intimados en amistad con
íos homhres que introdujeron en España las
innovaciones de 18'12, perseguidos algunos
de ellos porelgobierno absoluto, y creyendo
-que su reputacion , su gloria y porvenir son
inseparables de un sistema libre mas ó me-
'nos lato, no pueden desprenderse de anti-
guas ideas, de arraigados sentimientos y de
propios intereses bien ó mal entendidos; pe-
'ro dotados por otra parte de talento claro,
de corazón recto V de índole templada y apa-
cible,no les ha sido dable cerrar los ojosá
la luz deesperienciatan dolorosa y repetida,
ili 'áMlgar el gritode la conciencia ni las ins-
,»~cttHié.s:desllhidatgo pecho, y así e~C{ue
-hanmWlhcndo en gran manera sus opuuo-
nes, han retrocedido, como sueledecirse, y
'esforzándosepQr salvarsu decoro v no pa-
recer iaconseeuentes, han tratado de situar-
se en' un terrenoneutral, y desde allí amo-
nestar alsseeutendientes , inclinándose de
vez en cuando á unos ó á .otros, pero sin
empeñarse demasiado en la refriega.


Entre estos hombres hay algunos que se
equivocan lastimosamente sobre su impar-
parcialidad, queno adviertencuantolosofus-
can los restos de sus antiguas opiniones,
de sus amistades, y tal vez sus intereses,
para hacerlos sumamente parciales. Descú-


brese singularmente esta parcialidad cuando
se trata de examinar la historia de la revo-
lucion de España ó la de otros paises.Con-
denantambién el falso patriotismo, la amhi-
cion desmesurada, la ceguera de los viejos
revolucionarios y otras deformidades por es-
te tenor, que aparecen como negras man-
chas en el cuadro de lospartidos reformado-
res; pero siempre que asi lo hacen, á ni) Ser
que se hable de algun motin, se trasluc.Fser
amigos que se'dirigen á antiguos amigos,
que son hombres que participan en buena
dosis de las mismas doctrinas, que aplauden
en lo íntimo de su corazon las mismas medí-
das, y que si en algodiscrepan, si algotie-
nen que echar en cara á sus'adversarios, es
porque estos se han olvidado de esperar la
oportunidad, porque no han tenido presente
aquellaregla: {ortiter in "e, suaviter in mo-
do, La dureza, la hieldel lenguaje , lo reser-
van todo para los enemigos de las reformas;
siendonotable que, cuando en los reformis-
tas respetan casi siempre la intención yatri-
buven sus escesos á la exaltacion de los
ánimos por la resistencia que encontraban
en la ejecucion de sus designios, en los
enemigos de las reformas no hallan sino in-
tolerancia, apego á interesesmezquinos, in-
signe mala fe, ó crasa é inescusable igno-
rancia.


Suponed que se ocupan de la revolucion
francesa: segun ellos, todos los desastres
que ocurrieron desde la apertura de los Es-
tados generales sondebidos á las intrigas de
la corte, y á la obstinacion de la,nobleza y
del clero en no querer hacerse cargo del
siglo en que vivían y de la situaeion de la
Francia. Losdemócratas proeedian dehuena
fe, llevados de hermosas i1usiolÍtls:,deséO'-
Sos de labrar la-prosperidad del pais , dotJii.;..
nsdospor la ideade la libertad'de~: patriÁ';
cuando los aristócratassolo,iíltendi3n, á sus
intereses particulares f sinconviceiones prO'-
fundas, sin amoral sueloqueles: manteni3',
sin otro objeto que perpetuar-los antiguos
abusos que hacían de una ,grannaeion elpa-
trimoniode dos elases.l,Hayjusticia en este
-modo de apreciar las cosas? ¡,Hay la impar-
cialidad de que seglorían los que asi se
portan? Ciertamente que no: lo que hay es
adhesioná los principios de la revolucion,
bien que templados en lo tocante á la prác-
tica; interés en favor de las personas que
los aplican, bien queacompañado de alguna
displicencia cuando traspasan ciertos límites




- 460-
eomprometíendo .. 10. mismo que se trata de
afianzar; lo que hay es una aversion mas ó
menos disfrazada á las doctrinas de los ad-
versarios, UI) desdeñoso desvío por las per-
sonas de estos, cuando no un rencor, dima-
nado de antecedentes que es preciso olvidar
al tratarse de formar sobre las cosas juicios
verdaderos, y de discurrir sobre.ellas con
solidez y exactitud. .


Mientras las opiniones estremadas anden
á tan larga distanciaunas te otras, y 10& que
toman á su cargo elservirde mediadores
empleen un lenguaje tan poco imparcial y
conciliador, . difícil será- que alcancemos la
verdad en el exámeu de nuestra situacion,
de I~s causas que la han producido, y de los
medios de salir de ella; difícil será que acer-
temos á comprender cuáles son. los elemen-
tos que tienen en la sociedad española un
poder efectivo, primer dato de que debemos
asegurarnos, si no querernosperpetuar nues-
tro malestar, nacido en gran parte de nues-
lra incertidumbre.


.Pues entonces, se nos objetará: ¿cómo
dijlsteis que la naciun tenia un pensamiento
propio? Sí tanta es la discordancia de opi-
niones, ¿cómo será posible encontrar la
unidad? Lo dijimos, y no tenemos reparoen
repetirlo: la nacion tiene un pensamiento
propio, bien que no formulado, y pOr lo
mismo preguntábamos al comenzar el pros-
pecto: «si era posible formular ese pensa-
miento como uorma de organizacion.social y
basa de sólido gobierno.» Y es que en nues-
tro concepto,:á la espalda de esos hombres
que bullen, que hablan sin cesar , que lle-
van la palabra en nombre de quien no' les
ha facultado para ello, hay una uacioa de
.quince railloues que.tiene.susoreeaeias, sus
sen,timie.ntl~s ~·sus .eostumbres.. sus necesi-
dad~slWevas .con )lUS necesidades antiguas;
una narmn .que piensa, que quiere, pero
con .cieetaoscuridad , con. cierta confusion,
como el..individu.o '~ue , encontrándose en
una situacion complicada doadele agobian
circunstancias adversas y. le animan otras
favorables; siente que se agitan en su espí-
ritu ideas mal formadas é inexactas, proyec-
tos mal coordinados é incompletos', pero todo
convergente á un mismo punto , á la sa-
.tisíaccion. de sus necesidades, á la desapari-
cion de su malestar, al logro del objeto de
sus deseos; de suerte que si se le presenta
quien le diga: (lo que V. quiere es eso; lo
que V. intenta hacer es esotro; los medios


que V. emplearia.sontal y,tal,» responde,
«asi es, cabal, es lo.mismo.que yo pensaba
y queria ; solo que no acertaba á darme
exacta cuenta.»


La prueba, la evidente prueba.de que el
estado que acabamos de describir existe en
la realidad, es lo que acontece al hablar CQn
personas desinteresadas, .que. no esperan
medrar en. uno ni en otro banQ.o,.y que. solo
desean un órden de cosas seguroy estable,
para labrar su fortuna por medios legitimes,
o conservar laque hayan adquirido. Hablad-
les de la exageracion., del mal que se halla
en lodos los partidos; lo reconocen: del bien
que se podria aprovechar de varios de ellos,
lo contiesan: de las principales necesidades
que se han de satisfacer, de los obstáculos
que se han de remover, estan de acuerdo:
pero preguntadles sobre los medios que con-
viene emplear, entonces vacilan, dudan,
un eterno pero... es la respuesta á todas las
indicaciones; la irresoluciou , la timidez do-
mina en todos los actos; el escarmiento de


, lo pasado no les deja caminar hácialo .veni-
r dero; tan vario y malo fue lo que pasó, que


no alcanzan á persuadirse de que pueda
dejar de ser vario y malo lo que vendrá.'


i Qué calamidad para este paísel que Es-
partero no haya sido un hombre de genio!
El se encontró en circunstancias á pro-
pósito para formular el pensamiento de la
nacion ; para presentárselo sin disfraz, de-
cirle: «hélo aquí, este es ;» y obligar á !lU
aceptacion á los díscolos. y refractarios. Y
así será preciso hacerlo tarde ó temprano:
no hay otro remedio; y téngase presente
esta indicacion , para que ne seóreaque las
discusiones que .hemos comenzado.sobre el
estado de nuestra sociedad, las-pongamos
por tipos de otras discusiones que· se hayan
deagitar en grandes as<tmblRas.:EnJa,sj!l,ll¡.,-
cioa en que se encuentra el pais,··~menes-
ter dárselo todohecho: aun cuando hubiese-
mos!.le tener instituciones republicanas, seria
.preciso. que.estas nos viniesen deuna (heta-
dura.gubernativa: pero dictadurasabia,dic-
ta(lura decorosa, que nada olvide, nada des-
atienda, que acuda á todas las necesidades,
que sea digna de su destino, que inspire á
la nacion bastante respeto y confianza para
hacerle aceptar de corazón lo que le ofrezca
como medio de salvarse. Ya que la Provi-
dencia nos ha dado una Reina niña, quiera
esa misma Providencia deparamos un mi-
nistrogrande...




Madrid ~J da febrero de 18';'';',


y EL DE HACIENDA.
EHRE El. !HNISTERIO DE GfiilCll Y JUSTlCLl'


- ~6~ -
Los hombres que, no acertando á dirigir cabo con lealtad y perseverancia. AJJi ya no


bien el pais, se encuentran embarazados en se recuerdan al clero sus deberes con aquel
su accíon por mil obstáculos, que las mas tono altivo y exigente que en otros dias de
veces ellos propios se suscitan, apelan al fá- triste recordacion; ya no se le inculca, cual
eil medio de calumniar á la nacion , diciendo á una clase que estuviese siempre pronta á
que aqui no se conoce la ohediencia , que usurpaciones, que es indispensable, so pena
todos estan acostumbrados al desórden, que de rigurosos castigos, que respete las pre-
todos ignoran lo que es la observancia de la rogativas de la corona; ya no se trata á la
ley. Nosotros opinamos de una manera muy Religion con aquel desden.en el cual se ma-
diferente: creemos que en España un buen nifíesta que solo se la mira como un ramo
gobierno podrá hacer todo lo que quiera; y de administracion; alli ya no respira, ni la
si se nos pone por delante la esperiencia de suspicacia de algunos fiscales del antiguo
los pronunciarnientos , observaremos que consejo, ni el rencor de la escuela volteria-
aquel gobierno que obre de tal suerte que na. El trono se dirige al clero con amor, con
segun la jurisprudencia revolucionaria me- ilimitada confianza; y es bello, es tierno, en
rezca un pronunciamiento mas cumplido, estremo agradable y consolador, el ver que
aquel gobierno acabará para siempre con la inocencia y la Magestad se colocan á la
todos los pronunciamientos. sombra de la Religion; el ver que la escelsa


hija de cien Reyes', huérfana sobre el trono,
sola y desamparada, teniendo sobre su cabe-
za una nueva tempestad, recomienda con
mucho ahinco á los ministros del Señor, que
imploren la misericordia delAltísimo para
su trono y dinastía, y para la magnánima
nacion que la ha elevado á él á precio de su
sangre.


Esta inspiraciones digna del trono de San
Fernando: palabras semejantes no pasan des-
apercibidas para el pueblo español ; y si el
ministro se ba propuesto un objeto político.
ha dado en el blanco con admirable preci-
sion: porque es menester recordar que la
situación de la augusta Huérfana escita el
mas vivo interés, hasta de los mismos que
pelearon en favor de su tia: nadie ve en su
persona el emblema de los crímenes que se
han cometido á la sombra del trono; todos
saben que mientras en su nombre se derri-
baban los templos, y apellidando Reina y
Libertad se salpicaban de sangre los altares,
ella dormía el sueño de la inocencia bajo la
custodia de un ángel.


Hay en la circular que nos ocupaun pár-
rafosumamente notable, que si se comprende
como es debido, y de su significacion se pe-
netra bien el gobierno, contiene nada menos
que el término de la revolucion , el remedio
de nuestros males, la inauguracion de una
nueva era, rica en halagüeñas esperanzas.
Diceasí: «En medio de esta crisisque el go-
hierno arrostra con serenidad penetrado de
sus altos deberes, fiado en el apoyo de la
nacion, seguro de su justicia y de su fuerza,
lejos de evocar malas pasiones para oponer-
las á las pasiones atroces de la [accio« quele
i~


Hace ya muchos dias que el señor minis-
tro de Graciay Justicia se vá conquistando
el aprecio y la gratitud de todos los buenos
españoles por sus reiteradas providencias di-
rigidas á remediar en cuanto cabe los males
(Iue han afligido y afligen todavía á la Igle-
sia. Las órdenes que salen de su secretaría
estan concebidas en un lenguaje tan blan-
do y consolador , que aliviany dilatan el co-
razon del sacerdocio, que por espaciode diez
años apenas oyera de bocajlel poder supre-
momas que palabras de amenaza y descon-
fianza. Nadie se ha olvidado todavía de los
términosdela real órden conque fueron res-
tituidos á sus diócesis los M.RR. Arzobispos
de Sevilla y Santiago, ni los de la otra con'
que han sido relevados de sus confinamien-
tos el M. R. arzobispo de Tarragona y los
RR. obispos de Canarias, Calahorra, Palen-
cia y Pamplona; pero nos llama la atencion
de una manera particularísima- la circular
de 6 del corriente á los diocesanos. AIIi no
yernos una medidaaislada, sino la cspresion
de un sistema: dichoso el señor ministro, di-
ehosa la nacion, si ostesistema es llevado á




- -162 -
ha arrojado el guante, se considera mas ri- malas ó les abrieronindiscretamente Iapuer-
gurosamente obligado quenuncaápromover, ta; ellos fueron víctimas de su desacertado
tÍ escitar, á vivificar en el seno de lospue- proceder, y lo que es mas sensible, lo fue
blos todos los sentimientos sociales.» con ellos la nacion entera.


He aquí la indicacion del camino que de- A pocotiempode haber desencadenado las
herá seguirse en adelante; he aquí al mismo tempestades, retrocedieron de espanto los
tiempo señalado uno di) los vicios radicales mismos que 10 hicieran: porqueesperimen-
de que adolece el gohierno español de mu- taron muy en breve que los flacos diques
chos años acá. En sobreviniendo una crisis, que les hahian opuesto eran nada para con-
en viéndose amenazado el poder, no ha re- i tenerlas y no dejarlaspasardel límite prescri-
parado en echar mano de cualesquiera me- I to; esperimentaron, que en el órden moral
dios: evocando las malas pasiones para opo- corno en el físico hav ciertas leyes que no es
nerlas á los que-le combatían, ha desquiciado dado al homhre alterar, que no es permitido
horriblemente la sociedad, y se ha creado á desentenderse de ellas sin sufrir los terri-
sí propio compromisos de que no ha podido bies resultados que son el condigno castigo
salir airoso aun después de la mas cumplida de la malicia ó de la imprudencia.
victoria. El apoyo que dan á un gobierno las Van ya muchos años que los escarmientos
malas pasiones, es por 10 comun muy déhil, producen desengaños ; la opinion púb!icase
siempre pasagero y siempre peligroso. Raras rectifica"de una manera consoladora, y las
serán las ocasiones en que no se pueda 10- cosas han llegado ya á tal punto, que el go-
grar mejor efecto por medio de los senti- hicrno que se convenza de la verdadera si-
mientos verdaderamente sociales, hasta su- tuacion del pais, que se penetre del hambre
poniendo que la complicacion de las circuns- que hay de orden y estabilidad, podrá dar


. tanciashaya inclinado buena parte de losmis- cima á la obra de reorganizacion que tanto
mos á lacausa opuesta á la del gobierno. La I necesitamos, podrá plantear un sistema que
fuerza de las malas pasiones es en España I repare nuestros desastres, y nos garantice
muy escasa, siconlafuerzanoconfundimos la un porvenir de tranquilidad y ventura. Mas
gritería y las amenazas imponentes. Cuando para esto es necesaria la unidad de pensa-
el poder invoque á la nacion, á la verdadera miento gubernativo; es menester qne no se
nacion, uniéndose íntimamente con ella, destruya por una parte lo que se levanta por
consultando los intereses que mas de cerca otra, Desgraciadamente esa unidad la echa-
la afectan, y las doctrinas que profesa, y mos menos enalgunos actos del ministerio
los sentimientos de que rebosa, el gobierno actual; pues que mientras por la secretaría
se salvará, sean cuales fueren los enemigos de Gracia y Justicia se espiden órdenes y
qne le ataquen, sea cual fuere la gravedad circulares en el sentido que acabamos de ver
de la crisis que haya de atravesar. v aplaudir, la de Hacienda neutraliza el


Bajo este punto de vista, y haciendoaho- efectoque aquellas produjerancon la real ór-
. ra completa ahstraccion de las cuestiones di- den de 8 del corriente, en la cual no solo se


nástica y política, Cea Bermudcz compren- previene al presidente de la Junta de bienes
dio perfectamente la verdad que acabamos de nacionales el que pOi' cuantos medios estená
asentar. Su fumoso Manifiesto, tan censurado Sil alcance active la venta de los bienes no
y execrado, era la espresion de un elevado, enaqenados , disponiendo que los intendentes
pensamiento político; un golpe maestro para y demos funcionarios públicos, 'fn la parte
desharatar , ó cuando menos dividir.y ener- que respecti~amente les toque, yvenáendo
var á sus adversarios; un acto digno de un cuantas d'íficultades se les presenten, eoope-
homhre que se hacia cargo de toda la gra- ren al logro de este importante objeto, que
vedad de la crisis, que veia el único medio tanto debe contribuir á la prosperidad de la
de conjurarla, si fuera posible, ó de hacerla patria y á consolidar la Constitucicn delEs-
menos peligrosa; de un hombreque no an- tado, sino que se acompaña esta providencia
daba á -tientas , sino que conocia muy bien con un preámhulo, al cual nada tendría que
el terreno que pisaba. • añadirel mismo Mendizabal. Y advierta el se-


Desgraciadamente no quisieron ó no pu- ñor ministro de Hacienda, que al censurar la
dieron comprenderlo asi muchos de los que indicada medida hacemos completa abstrae-
anduvieron figurando en los tiempos sueesi- cionde nuestras opiniones sobreel particular,
vos: Ó evocaron directamcnto las pasiones que bien conocidas son; prescindimos abso-




..


Hablando el otro dia de la buena inteli-
gencia entre la Francia y la Inglaterra con
respecto á los negocios de España , manifes-
tábamos algunas dudas de que fuese tanta
la cordialidad como queda persuadirnos
M. Guizot, añadiendo que no podíamos con-
vencernos de que aquellas dos naciones tu-
vieran en la Península identidadde intereses.
Las mismas 'declaraciones de Peel , y el no-
table silencio del discurso de la corona con
respecto á nuestra Reina, son indicios harto
significativos de que ras espresadas dudas
no estaban destituidas de fnndamento.


.Mas como sea este un punto sobre el cual
es muy conveniente que esté ilustrada y fi-
jada si es posible la opinion públ-ica, será
bien decir dos palabras sobre la situacion de
Inglaterra, infiriendode aqui cuáles son sus
intereses en lo tocante á España.


El gabinete de San James, ¿puede con-
templar con placer que, ti la sombra de un
gobierno estable y verdaderamente nacional,
se desenvuelvan nuestros elementos de pros-
peridad, caminando la España á reconquis-
tar el puesto que le corresponde entre las
grandes naciones? A esta pregunta respon-
deremos con otras preguntas: á una potencia
que posee Gibraltar, que domina esclusiva-
mente en Portugal, que saje perjudicada de


: la prosperidad de nuestras colonias, ¿puede
convertirle que la España recobre su antiguo
esplendor y poderío? A la reina de los ma-
res, ¿puede serIe agradable que á su vista
en la mas bella posieion del universo, se le-
vante una gran potencia marítima con dila-
tadas costas, y escelentes puertos sobre el
Océanoy el Mediterráneo" una gran poten-
cia marítima que sea dueña de las islas Ca-
narias, de la de Cuba y de las Filipinas?
Que esto no le conviene á la Inglaterra es
mas claro que la luz del dia; y si no convi-
niéndole lo desea, menester será confesar
que lleva el desprendimiento y la ahnega-
cion hasta un punto desconocido en las re-
laciones internacionales , y no creíamos q~e


~tadritl z I de febrero de 18,~'¡'.


que 1i0


ESTRANGEHA.POLlTICA


- ~'63 -
.Intamentede la cuestion de justicia , como y I vaya desenvolviéndose .á medida
también de la de convenienciaeconómica, re- ofrezcan las ocasiones de aplicarla.
firiéndonos únicamente al chocantecontraste .
de dos secretarías de Estado, que á un mis- ~-{J}~'.
mo tiempo hablan lenguaje tan diferente y
muestran tendencias tan opuestas. Quien
tenga alguna idea de lo que debe ser un go-
bierno, de lo uniforme que ha de ser la
marcha de los ministros, quienes han de for-
mar un cuerpo moraltan compacto como po-
sible sea, no podrá menos de estrañar , que
mientras el Sr. ministro de Gracia y Justicia
lamenta sentidamente los males producidos
por la revolucion y procura calmar los áni-
mos con lenguaje suave y consolador, .salga
el Sr. ministro de Haciendacon una calurosa
apología de una de las principales medidas
revolucionarias, encareciendoel pensamien-
de las Córtes y del gobierno cuando declara-
ron bienes nacionales las propiedades del
clero regular y secular, y ponderando el des-
arrollo que con este paso se dio á la rique-
za de millares de familias, y el fomento que
de él recibieron la agricultura, la industria
y la circulacio«. Para hacer sentir lo cho-
cante de este preámbulo , desearíamos que
10 leyese una personaque no estuviese ente-
rada de que es de fecha de 8 de febrero
de 18H, y estamos seguros de que le seña-
laria epoca muy diferente de la actual.


Concebimos muy bien que el Sr. Carrasco
habrá tenido la mira de tranquilizar, como
suele decirse, los intereses amenazados , V
de atraerse el apoyo de ciertos hombres que
quizás temieran una reaccion, que con pe-
regrina propiedad se apellida de despojos;
pero creemos que un gobierno que ha sido
bastante fuerte para poner en estado de sitio
la nacion entera, y que ha desarmado de un
golpe la Milicia nacional del reino; un go-
biemo que na tenido bastante energía pa-
ra arrojarse' á tales medidas que á todos sus
antecesoresles parecieran sueños, y que sin
embargolas ha realizado cumplidamente, es-
te gobierno no ha menester halagar á la re-
volucion, ni por consideraciones á ella que-
brantar de un modo tan lastimoso la unidad
del pensamiento gubernativo.


Estas reflexiones nos conducen á insistir
sobre la necesidad de que no se camine al
acaso; de que haya plan, uniformidad en to-
dos los actos, lo que creemos no podrá con-
seguirse si la marcha del gobierno no es la
realizacion de un sistema concebido de ante-
mano, el desarrollo de una idea matriz que




- ,164-
estas calidades formasen el carácter de la I á nuestros argumentos; bien que lo hemos
Gran Bretaña. hecho adrede, para que no se dijese que se


Por lo mismo que las eventualidades de involucraba el interés de provincia con el
nuestro futuro grandor han de ser miradas interés nacional, y se creyese que la oposi-
qon recelo por aquella nacion, la Francia cion á la Inglaterra no tenia otro orígen que
debiera reflexionar, que su interés es diame- '1 el deseo de que prosperasen los algodones
tralmente op~esto, pues u mas de que J?i II de fataluiía. ' ...
con' mucho tiene la España con la Francia ] Sin embargo, sea cual fuere la opuuon
los motivos de rivalidad que con la Gran ¡I que se adopte con respecto á los aranceles,
Bretaña, hasta que á esta le dañe nuestra ! ora se apruebe el sistema restrictivo, ora el
prosperidad para que la Francia tenga un in- l' de libertad, sea que se opine en favor del
terés en que se promueva lo que puede de- sistema vigente ó que se crea necesaria una
bilitar á su temible vecino: ¿, Qué perdería I! modiíicacion, es decir, prescindiendo abso-
la Francia en que recobrásemos Gibraltar? Illutamente de cuanto tiene relación con las
Nada , antes ganaría mucho en que saliese i fábricas del Principado, es indudable que la
de las manos de Inglaterra aquel formidable I Inglaterra está interesada enque laEspañano
peñon, ¿Qué perjuicios resultarían á la Fran- I sea una nacion industrial, y que por lo mis-
cia de que ejerciésemos sobre Portugal la ! mo le conviene permanezcamos atrasados,
influencia que nos pertenece, ya que no sea 1;1 ocupándonos únicamente en la agricultura,
posible redondear el imperio español some- ofreciéndole de esta suerte un vasto merca-
tiendo á un solo cetro toda la Península? '[' do donde pueda desahogar sus repletos al-
Poco ó ninguno, cuando la lnglaterra sufri- i maccnes.
ria un daño incalculable.¿ tas colonias del 11 Siendo la tendencia del siglo eminente-
reino vecino se hallancon las españolas en la 1 mente industrial y mercantil, pues que ha-
mism~ rivalidad que las ,illf,lesa,s? ¿ Tiene,la li hiendo men~uado mucho'y casi desaparecí-
Francia grandes establecimientos en la India, I do el espíntu de conqursta , la verdadera
ni ha celebrado un tratado de comercio con I pujanza de los pueblos está íntimamente en-
e! emperador de la China? Estas dificultades, lazada con los adelantos de sus artes y co-
por cierto no ligeras, debiera disiparnos mercio, claro, es que si la España se enea-
M. Guizot para hacernos creer que los inte- mina por el sendero de la prosperidad, tarde
reses de Inglaterra y de Francia con respec- o temprano ha de entrar, de lleno en este
to á España estan Íntimamente enlazados, y movimiento general que arrastra á todos los
que por lo mismo Ia politica de las dos nacio- pueblos civilizados, y que ya ha principiado
nes marchará enteramente de acuerdo, en á desplegarse con vigor y lozanía en algu-
buena inteligencia, en perfecta armonía. nas de sus provincias. Cuando esto se veri-


No querernos significar con esto que á la fique en mayor escala, la Inglaterra, que
Inglaterra pueda convenirle capitanear, por tantos perjuicios recibe ya de las fábricas de
decirlo asi, la revolucion en España, man- Cataluña, verá: reducirse cada dia mas la
chal' su nombre con la nota de promovedora estension del mercado que actualmente dis-
de motines, y acrecentar su impopularidad fruta en la Península. 'Esta sola considera-
manifestándose eterna enemiga de nuestro cion es suficiente á persuadir que aquella
sosiego. Quizás haya otros medios menos nacionno puede mirar sin recelo todo lo que
repugnantes y mas seguros para lograr los tienda-á desenvolver los elementos de nues-
mismos fines; y estos medios, si existen, tra riqueza, y que por lo mismo se cumpla-
es probable .que no se escapen á la sagaci- cerá en cuanto se dirija á perpetuar esa pos-
dad inglesa; pero siempre resulta cierto que tracion y ahatimiento en que nos encontra-
las declaraciones de M. Guizot no son mas mos, y de que ella tanto se aprovecha.
que un tejido de vanas palabras, y que si Si á esto se nos opone que en una situa-
supusiéramos que él propio les daba crédito,' cion semejante se halla la Francia, y que
deberíamos tributar elogios á su candor, también tiene interés en que pueda introdu-
pero rebajar los quilates de su cornprension cir en España el sobrante de sus productos,
política. observaremos que el reino vecino no siente


y nótese queen estas observaciones hemos ni con mucho esa indispensable precision de
prescindido enteramente de la cuestion in- vender que aflige á la Inglaterra " pues que
dustrial, es decir, de lo que mas peso añade no es tanto el desarrollo de su industria, ni




- 465-
tan ,Ill,lmer~sas las clases que á este ramo se 1I seg,uir esa política neutral de que tanto ne-
dedican, 1lI tan gran~~ el esceso ~e sus pro: cesitamos ~ guardémonos de desaprovechar
duetos con. respecto a sus necesidades , m 1 esta ventnja , guardémonos de comprometer-
adolece en Igual grado de la fllaga del pau- 1


I
nos en ninguna alianza, ni siquiera amistad
p,e~lsmo; y es adornas muy diferente su po- demasiado íntim~i, que nos privasede n,ues-
SIC]Ol~, ya por ser una .nac~oneon~mental,'y'a tra. independencia. Rocordemos que aSI en
tamble,n por su ?rgamzaclOn social y P.Ohtl-!IO,mterior como,en lo eS,te.rior todo está en
ca. As] es, que SI bien la Franela no deja de España por hacer: es preciso inaugurar -una
hacer en E.spaiia un contrabando ~Ie alguna I nueva época, asi en la organizacion de la
consideración , no vernos que nos munde las I sociedad como en las relaciones con las de-
playas con e'so~ desembarcos colosales que , mas potencias; no olvidemos que segun
l~ Inglaterra: siendo de notar q~le en ca~n- i sea la marcha que se emprenda, se resenti-
bio de lo que nos introduce recibe también rán por mucho tiempo nuestros negocios de
en no pequeña cantidad los productos de la direccion que se les haya dado en el mo-
nuestro suelo.. ," mento de partida.


Resulta de esto que,la Francia tiene en la Nada de francés, nada de inglés; buenas
Península intereses diferentes que la Gran relaciones con todos íntima amistad con na-
Bretaña, hasta con relacion al desarrollo in- die' fortificar el sentimiento de nacionalidad
dustrial y m~rcantil; .Y como quiera que en de 'independencia; importa que este senti~
la prese~te e~oca los intereses industriales y miento raye en cierta altivez, que no solo
mercan~I!.es alectan profundamente .los Sl~t~- no sufra los ultrages sino que hasta se ofen-
mas políticos y las eomhinaciones diplornáti- da de los consejos demasiado oficiosos.
cas, debemos inferir que en manera alguna '
pueden hermanarse vestal' de acuerdo en ---c;;»o~-c:>--
los negocios de España las miras de aquellas
dos naciones. No tendremosdificultad en que
sobre tal ó cual asunto de mas ó menos im- U4~ mI!@]jí"J~[l~it!UJ~
portancia lleguen á concertarse y á seguir
una misma politica; pero aunque el objeto \' LA UNlIlAD GUBER,'üTlVA
próximo y secundario sea el mismo, el fin
principal será muy diferente. EN LA SOCIEDAD ESPANOLA.


Estas verdades no las deben perder nunca
de vista los hombres llamados á regir los
destinos de España; porque si bien pudiera Ma,ll'í,] aade feb-ero dc t sss.
acarreamos gravísirnos daños la imprudente
conductaque, escitandolos recelos de algu- Asi nacionales como estrangeros hahlan
na de las dos potencias, fomentase y avivase muy á menudo del espíritu de provineialis-
su rivalidad, tambien nos traeria inconve- mo que domina en España, lo que segun
nientes de consideracionla errada creencia ellos es un perene obstáculo á la centrali-
de que los dos gabinetes seguirán con res- zacion administrativa, á toda organizacion
pecto á nosotros una linea políticade huena regular v uniforme. Si esto fuese verdad,
inteligencia. debiéramos inferir que la monarquía propia-


Sean cuales fueren las esperanzas que nos mente dicha no tiene en nuestra sociedad
quieran inspirar los ministros estrangeros, es raices profundas, pues que estando perso-
menester que consideremos las. cosas con niticada en el trono la unidad gubernativa,
ojos españoles, y que sin dar scñalada.pre- le repugna esencialmente la multiplicidad.
ferencia á ninguno de los dos rivales, sin Por manera, que á ser exacta la opinion
atraernos su enemistadni mendigar su.bene- mencionada, la monarquía en España ofre-
volencia , procuremos guardar completa in- ceria un carácter anómalo, muy diferente
dependencia de ambos; ya que el inclinarse del que la distingue en los demas paises de
á uno, cualquiera de ellos, no puede traer- Europa; no fuera capaz de ejercer sobre la
nos ningun bien, y sí producirnos graves sociedaduna influencia eficaz , estando con-
males.. Idenada á representar un papel algo seme-


Nuestra posicion peninsular, yen. el con- . jante al de las monarquías feudales, á las
íin.de Europa, favorece sobremanera para. que les era preciso contentarse con el nom-




- 166 -
~re y las apariencias de "soberan.ia , sin diS-11 de la púrpura, recaba de cuantos le rodean
frutar en muchísimos ramos de un mando sumision v acatamiento.
efectivo. . A la saion la monarquía no podía ser una,D~ñ?so en estremo fuera que las ideas, l' porque no lo.consentia la situacion del país,
sentnnientos y costumbres de la sociedad ocupado en gran parte por los sarracenos;
española se opusiesen de tal modo á la ver- I pcro á medida que estos andaban cejando
dadera monarquía, pues que desde luego hacia las orillas del Mediterráneo, las pro-
sena menester renunciar Ú toda esperanza vincias se reunian bajo un mismo imperio.
de establecer un gobierno sólido, resignan- Leon y Castilla, Cataluña y Aragon presen-
dose por un tiempo indefinido á ese estado tan este fenómeno: y los monarcas que con-
de malestar y agitaciones que tantos años ha quistan á Granada miran sometida á su cetro
nos lleva inquietos y revueltos. En tal caso la España entera.
el mal no dimanara de estas ó aquellas for- Desde los Reves Católicos la nacion ha
mas. polítieas, ni de' tal ó cual sistema de continuado bajo' el imperio de un monarca,
admmlstracion ; la causa estaría en las mis- y es imposible que tres siglos de monarquía
mas e~trañas de la sociedad: de poco sirvie- no hayan arraigado hondamente en el pais
ra vanar de régimen, si la complexion del las ideas y sentimientos monárquicos. ¿Có-
enfermo fuese incompatible con la buena roo es dable que de otra manera sucediese,
salud. alli donde reinaron Fernando é Isabel , Cár-


Abrigamos lamas profunda conviccion de los V el dominador de Europa, Felipe II y
que semejante opinion es errada, de que es- Carlos III? El decir que tiene vida en Espa-
tá destituida de fundamento; mascomo quie- ña el espíritu federal, que el provincialismo
ra que no son pocos los que la profesan, so- es mas poderoso que la monarquía, es aven-
bre todo en el estrangero, y adcmas no fal- turarse á sostener lo que á primera vista es-
tan algunas apariencias que le dan visos de tá desmentido por la historia; es suponcrun
verdadera, será bien ocuparse en refutarla, , fenómeno estraño, de cuya existCJ,ll:ia debe-
analtzan~o las ideas y sen.timientos del pue-j ríam?s 1udar por .grc.lUdes que fuesen ~as
hlo español con respecto a la monarquía, v apanencias que lo indicasen, que no podría-
desvaneciendo las dificultades que se fundan mos admitir de ninguna manera, á no tener
en engañosos indicios. en su apoyo pruebas muy sólidas y eviden-


Bien estraño fuera por cierto que, en una tes; de la propia suerte que, habiendo es-
nacion cuya monarquía es de origen tan re- tado la Italia por espacio de largos siglos
moto que se pierde en la oscuridad de los dividida en pequeñas repúblicas y principa-
tiempos, no tuviesen profundo arraigo las dos, fuera una suposicion enteramcntegra-
ideas y los sentimientos monárquicos; por- tuita la que atribuyese á aquella península
que aun cuando las invasiones de los pllC- las ideas, sentimientos y costumbres á pro-
blos del Norte, las de los árabes y las guer- pósitopara reunirse toda entera bajoun mis-
ras que á ello fueron consiguientesmodifica- mo imperio, formando una sola república o
ron y variaron mucho la forma del poder, , monarquía.
no cabe duda que la idea de la monarquía I 1.0 que se llamaideas monárquicas en un
sobrevivió á todos los trastornos, viéndose pueblo) no es otra cosa que la conviccion
de esto una clara y hermosísima prueba al generalizada entre todas las clases, de que
levantarse en Covadonga el tronode Pelayo, la monarquía es la forma de gobierno que
despues que segun todas las probabilidades mas le conviene; lo que se apellida senti-
debia haber perecido para siempre el sólio mientos monárquicos, es el afecto y la ve-
español con el desastre de Don Rodrigo á neracion hacia la persona del rey; asi como
las orillas del Guadalete. Donde se ven re- las costumbres monárquicas son el habito de
unidos algunos cristianosparahacer frente á someterse dócilmente á lo que manda el so-
los sectarios dé 11ahoma, alli se presenta un berano. Tres siglos en que se ha inculcado
rey; su trono son los escudos de los valien- constantemente la conveniencia de la monar-
tes que le levantan en alto v le proclaman quía, el deber de amar y respetar al menar-
caudillo; su diadema es su capacete; Sil ee- ca, y en que los pueblos no han visto otro
tro la espada. No obstante, los pueblos I.e 'l· pod.er que el,.del rey, en que han visto al
veneran, le tributan homenage; y sin el I rey en todo y sobre todo; esos tres siglos,
oropel de grandes -palacios ni el esplendor . repetimos, no pueden menosde haber crea-




- Hi7-
do y arraigado profundamente en la socie-
dad' ideas, sentimientos v costumbres en
sentido altamente monárquico. Esto es lo
que. de sí arroja el examen de las causas
que han obrado sobre la nacion española, ó
la investigacion á priori: quien no hubiese
visto los resultados, y sí atendidoúnicamen-
te á dichas causas, -inferiria ciertamente lo
que acabamos de inferir.


Veamos ahora si los sucesos realizados en
la nacion durante las revueltas que la han
afligido desde '1808, vienen en conHrmacion
de lo que hemos asentado.


Cabalmente el inmortal levantamiento de
aquella época es la prueba mas patente é in-
contrastable de cuán hondas ralees tiene la
monarquía en la sociedad española. Los
acontecimientos de Aranjucz habian ya mos-
trado de bulto esta verdad. El pueblo se su-
bleva contra el privado,-pero respeta pro-
fundamente la persona del monarca; y tan
pronto como sube al trono el primogénitode
Cárlos IV, se exalta y desborda de tal suer-
te el entusiasmo del público, que jamás rey
alguno se viera rodeado de mayoresmuestras
de afecto, ni vitoreado con mas frenesí. Y
por cierto que la nacion d-onde un reinado
como aquel no mina los cimientos del trono
atrayéndole el descrédito y desprecio, me-
nester es que tenga en su corazon la monar-
quía, no solo como un sentimiento muy ar-
diente, sino como una necesidad sin cuya
satisfaccion no puede vivir.


Para poner á prueba la sinceridad de las
demostraciones que siguieron á los aconte-
cimientos de Aranjuez, sobrevino la invasion
francesa y la desaparicion del rey. Quedó el
pueblo español enteramente solo, abandona-
do.á sí mismo, cara á caro con los ejércitos
vencedores de Europa. Los reyes estaban
manifestando imprevisión y debilidad; los
tristes recuerdos de la reciente privanza de
Godoy se ennegrecieron con las escenas de
Rayona; el sólio habia quedado vacío, y los
que debian ocuparlo no sc mostraban cierta-
mente con aquellaelevacionde miras y gran-
deza de alma que los hiciera dignos de rei-
nar. Nada hahia que pudiese interesar á los
españoles en favorde determinadaspersonas;
al contrario, todo era á propósito para inspi-
rarles desvío con respecto á los augustos pri-
sioncros; todo brindaba con la mejor oportu-
nidad para que, si la monarquía hubiera
sido en España una institucion postiza ó en-
dehle, se despegase y se hiciera trizas, pre-


sentándose el provincialismo federal con su
carácter propio y sus naturales tendencias.
Pero no sucedióasi: la nacionfue mas gran-
de que sus reyes; sí, mas grande, mas ge-
nerosa: porque á la nacion tambien se le hi-
cieronamenazas, y las despreció; la nacion
vió venir sobre sí el hierro y el fuego, y los
desprecio; á la nacion se la brindócon hala-
güeñas promesas, y las despreció; á la na-
cion se la dijo: «esa tenacidad te va á costar
tu tranquilidad, tus tesoros, la sangre de tus
hijos,» y la nacion respondió, que mas que
su tranquilidad, y sus tesoros y la sangre
de sus hijos, valia su independencia y su
honor; á la nacionse le dijo: «(¿no ves cómo
se portan tus reyes?» y la nacion respondió
que no veia al rey sino la monarquía, que no
miraba á las personas sino la institucion; á la
nacion se le dijo que las personas legítimas
estaban cautivas, y la nacion respondió que
conservaba como un depósito sagrado el
principio de la legitimidad; á la nacion se le
dijo que esas personas eran débiles, y la na-
cion respondió que los corazones hidalgosse
olvidan de la debilidad y de todas las faltas
cuando está de por medio el infortunio.


La nacíon pues se levantó al grito de v'iva
el Rey.... Esta fue la señal del combate, es-
ta la aclamacion que resonó durante la re-
friega; seis años de encarnizada lucha y de
ausencia del monarca no bastaron á desvir-
tuar la fuerza de este grito mágico, que sos-
tenia las esperanzas en la desgracia y enar-
decía el entusiasmo en la victoria.


La aparicíon de innumerahles juntas én
todos los puntos del reino, lejos de indicar
el espíritu de provincialismo, sirvió para
manifestar mas el arraigo de la unidad mo-
nárquica; porque pasadoslos primeros ins-
tantes , en que fue preciso que cada cual
acudiera á su propia defensa del mejor modo
que pudiese, se organizó y estableció la
junta central, prestándose dócilmente los
pueblos á reconocerla y respetarla como po-
der soberano.


Este solo hecho es bastante á desvanecer
todas las vulgaridades sobre la fuerza del
provincialismo en España, y á demostrar
que las ideas, lós sentimientos y las COStUID-
bres estaban en favor dc la unidad en el'go-
bierno. Y hay todavia en esta parte una sin-
gularidad mas notable, cual es el que sin
ponerse de acuerdo las diferentcs provincias
ni siquiera haber tenido el tiemno de comu~.
nicarse, y separadas unas de ótras por los




- 468 -
ejércitos del usurpador, se levantó en todas lo que suele achacársenos de que tenemos
una misma bandera. NI en Cataluña, 1lI en propension á fraccionarnos, á descomponer-
Aragon, ni en Valencia, ni en Navarra, ni nos, volviendo á las divisiones antiguas, y
en las provincias Vascongadas se alzó el que asi oponemos un insuperable obstáculo
grito en favor de los antiguos fueros. Inde- al establecimiento y consolidacion de un go-
pendencia, Patria, Religion, Rey, hé aquí bierno, . '
los nombres que se vieron escritos en todos En las épocas sucesivas se ha manifesta-
los manifiestos, en todas las proclamas, en do con no menor evidencia el mismo fenó-
todo linage de alocuciones; hé aquí losnom- meno; y dejando aparte loacontecido en 1823
bres que se invocaron en todas partes GOn y en los diez años de gobierno absoluto que
admirableuniformidad. siguieron á la restauracion, creemos que


Cuandola monarquía habia desaparecido, hasta en medio de los trastornos, en el seno
natural era que se presentasen las antiguas mismo de la revolucion , se ha hecho eviden-
divisiones, si es que en realidad existian; te que la unidad monárquica, la obediencia
pero nada de eso; jamás se mostró mas vivo i al gohierno supremo, está en las costum-
el sentimientode nacionalidad,jamás se ma- bres y en el corazon de los españoles. De los
nifestó mas clara la fraternal unidad de todas mismos pronunciamientos repetidoscon' tan-
las provincias. Ni los catalanes vacilaban en ta frecuencia; de las mismas juntas creadas
acudir al socorrode Aragon, ni los arago- con tanta facilidad; de esa mismatendencia
neses en ayudar á Cataluña, y unos y otros de las provincias á constituirse independien-
se tenian por felices si podian favorecer en tes de la capital, se puede sacar un firmisi-
algo á sus hermanos de Castilla. El mismo mo argumento en corroboracion de lo que
carácter tomó la guerra en todas las provin- acabamos de establecer.
cías ; con idénticas dificultades tropezaban No puede negarse que pocos paises han
en todos los puntos los ejércitos franceses: ofrecido el espectáculo que está presentando
espaüoles, y nada ma~ que españoles eran, ¡la España desde ·1 83.í. Se da un grito en un
así el catalan que.cuhria su torva frente con punto cualquiera, se constituye una j,unta,
la gorra encarnada, como el andaluz que se se formula un programa, se declara inde-
contorneaba con el airoso calañés. pendiente la poblacion pronunciada, y se


Alvolver Fernando de su cautiverio, hu- exhorta á I~ nacion á que imite el ejemplo.
bo lo que puede llamarse una esplosion de La noticia circula, los-ánimos se agitan " se
entusiasmo monárquico: los pueblos le re- pronuncia otra ciudad, y luego otra, y des-
cibian como á una divinidad; yen pruebade pues otra, y al cabo de pocos días se halla
que estas manifestaciones no eran facticias, el gobierno supremo circunscrito al breve
recuérdese que bastó la palabra delReypara espacio dondepuede alcanzarsu vista. Ohli-
que desapareciese la Constitucion y se res- gadoá capitular, á abandonar el puesto, su-
tableciesen las cosas en el mismo pie en que hen al poder otros homhres, sale á luz un
se hallaban antes de la guerra. Se dirá que manifiesto, las juntas felicitan, el nuevo
el ejércitofue quien realizó la mudanza; pe- gobierno les manda que se disuelvan, y ellas
ro ¿qué era el ejércitosi hubiese encontrado obedecen, y la funcion se ha concluido.
oposicion en el pueblo, en ese pueblo que, Si mucho no nos engañamos, el fenóme-
despues de seis años de lucha, era un pue- no descrito indica dos cosas: 1.a debilidad
hlo de soldados? Todos los que vieron los del gohierno; :2. a apego de la nacion á la
acontecimientos de cerca puedendeponer de unidad gubernativa. Indica la dehilidad del
esta verdad: el pueblo fue quien inspiró al gobierno, porque á no existir esta, no fuera
ejército, no fue el ejército quien dominó al posible que tan fácilmente se quehrantasen
pueblo. Y cuando esto decimos, nos ahste-. los lazos que le unen con los pueblos, y
nemos de calificar los sucesos; prescindimos cuanto mas se pondere el que semejante
de su justiciaó injusticia, de su convenien- rompimiento dimanade unos pocos díscolos
cia ó inconveniencia; los consideramos úni- que 'tratan de medrar á la sombra de los
camente en sus relaciones con la monarquía; trastornos, .tanto masevidente resultará que
en cuanto espresan las ideas, los scntimien- el poder se hallaen una situaoionfalsa, que
tos, las costumbres de los españoles en pro no se apoyaen loselementos verdaderamen-
de la unidad del mando, en cuanto sirven fe sociales,' que está falto de la debida tra-
de argumento irrefragable para desvanecer ¡ hazon con lo que podia.comunicarle rohus-




- 469-
tez. y estabilidad. Indica apego de la nacion sostenerlo siquiera por algunos meses, y
á la unidad gubernativa, porque de otra ademas sus hábitos la conducen á simpati-
suerte no seria dable esplicar cómo tan fácil- I zar con los que proclaman de nuevo lo ne-
mente se suelda lo roto, cómo tan pronto cesario de la unidad gubernativa; resultan-
se anudan los lazos que con violencia se ha- do de esto que las situaciones al parecer mas
bian quebrantado. Si el espíritu de provin- complicadas, se desenlazan con una facilidad
cialismo tuviese alguna fuerza; si hubiese en sorprendente.
España tendencias federales; si en las ideas, Preguntaremos ahora : . si existiese ese
en los sentimientos, en las costumbres de la provincialismo de que tanto se habla, si
nacion no se hallase profundamente la mo- efectivamente hubiese esas fuerzas centrí-
narquía , ¿cómo seria posible que se viera fugas que se nos ponderan, si no fueran
semejante fenómeno? todos esos movimientos farsas miserables que


Teniendo presentes los dos estremos in- se representan en la superficie de la socie-
dicados , la debilidad del gobierno y las ten- dad sin que afecten el fondo de ella, ¿ cómo
dencias monárquicas, todo se esplica , no seria posible que :Mendizabal, Calatrava y
hay anomalía; los acontecimientos siguen Espartero hubiesen hecho desaparecer como
su curso ordinario, el curso que no pueden por encanto la escision, solo publicando un
ménos de seguir. Hé aquí en pocas palabras ¡ manifiesto? Las fuerzas reales r efectivas
cómo se veritican esas sorprendentes meta - . ¿ se quebrantan con tamaña facilidad? Las
morfosis. El gobierno, apoyado en un par- necesidades no faeticias ¿ se satisfacen tan
tido muy pequeüo , es decir, una fracción presto? Las exigencias verdaderamente po'-
del liberal, tiene contra si las demas frac- pulares, ¿se acallan con un papel? ¿ Y esto
clones-de este, yes mirado con aversion Ó no una vez sino muchas, tanto si el hombre
con indiferencia por el inmenso número que que hablaba era el general de los ejércitos
no pertenece ni á unos ni á otros. Se decía- . reunidos, como si era un abogado de me-
ma, se conspira, se agita, y al fin la insur- ' diana nombradía, ó una persona recien lle-
reccion estalla. ¿ Quién ataca al gobierno? gada del estrangero sin mas títulos que la
Todas las fracciones militantes que no tienen fama de aventuras financieras?
parte en él, ó al menos no toda la que qui- Es falso pues que en España haya fuerzas
sieran, ¿Quién lo defiende? Los suyos, y escéntricas ; lo que hay es lo que no puede.
nadie mas; y aun algunos de estos, sepa- menos de haber en todos los paises agitados
rados de sus enemigos por sola la diferencia por la guerra civil y las revueltas políticas:
de un ligero matiz, se trasforman con harta unos cuantos hombres que toman en dife-
faeilidad; y siendo poca la distancia, con rentes sentidos el nombre del pueblo) y que
un movimiento de conversion se hallan de se mancomunan para derribar á losgoher-
repente incorporados en las filas de los que nantes, siempre que estos no se acomodan á
se proponen derribar al gobierno. ¿ Y qué todos sus intereses ó caprichos. Es falso que
hace entretanto la nacion entera? Sufrir v -haya verdadero provincialismo, pues que ni
callar; el gobierno la invoca de palabra, pe"- los· aragoneses, ni los valencianos, ni los
ro ella no responde al llamamiento, porque catalanes recuerdan sus antiguos fueros, ni
sabe que se la quiere para el momento de el pueblo sabe de qué se le habla cuando
peligro, pero que pasado este se la tratará estos se mencionan, si los mencionan algu-
de nuevo con injusticia y desden. El go- na vez los eruditos aficionados á antigua-
bierno muere pues de mano airada, los ven- llas. Hasta en las provincias del norte no es
cedores se arroj~n sobre ~I campo abando- cierto que el temor de perder los fueros
nado, recogen pmgne botin , y deseosos de causara el levantamiento y sostuviese 1a
asegurárselo tratan de regularizar y legali- guerra; los que vieron las cosas de cerca
zar la si tuacion, erigiéndose ellos en go- saben muy bien que el grito dominante en
bierno. ¿ Quién se opone al restablecimiento Navarra y las provincias Vascongadas era el
de la unidad de mando'? Nadie. Los vencidos mismo que resonaba en el :Maestrazgo y en
andan dispersos, han menester algún tiem-: lasmontañasde Cataluña. Si alguien nos
po para rehacerse, y por lo mismo no pue- objetase el conveniode Vergara, el mágico
den ser obstáculo; la naeion no se resiste efecto de la garantía de los fueros para ter-
tampoco, porque ansiosa de órden desea que minar la guerra civil y otras cosas por este
al menos haya alguien que se: encargue de tenor, nada le replicaremos: porque cree-


20




- 410-
riamos inútil entrar en discusionespara con-
vencerle, supuesto que tiene la bienaventu-
rada candidez de formar su opinionsobre los
documentos oficiales de una solaparte, y los
artículos de los periódicos que la defendiau.


Las reflexiones que preceden manifiestan
tambien que está destituido de fundamento
lo que algunos sostienen, de que las fre-
cuentes escisiones que ha sufrido la España
resultasen de que las fuerzas locales eran
mayores que la central, á causa de las atri-
buciones que desde antiguo disfrutaran las
municipalidades. ¿Qué eran en España los
ayuntamientos? Lo que el rey queria y nada
mas; es falso que conservaran algo de aque-
lla altivez que los distinguiera en otros
tiempos: cuando el monarca hablaba, ya
fuera por sí mismo, ya por boca de su con-
sejo, la municipalidad mas respetable no se
hubiera atrevido á replicar. Que hubiese
mas ó menos centralizacion' y regularidad
administrativas, esto nada tiene que ver
con la verdadera fuerza: una real órden ha-
cia de los ayuntamientos todo lo que quería,
asi en cuanto al personal como á las atrihu-
cienes: y semejante omnipotencia monár-
quicaes incompatible con la verdadera fuerza
local. La causa de que en Francia la revo-
lucion tendiese á centralizarlo todo, y que
en España no haya sucedido asi , no se en-
cuentra en que hubiese aqui fuerzas loca-
les que en el vecino reino no existiesen; la
diferencia está en que alli la revolución en-
contró el terreno preparado; se apoderó de
la esfera política despues de haberse apode-
rado de la social, cuando aqui sucedió ca-
balmente lo contrario. Entre nosotros la re-
volucion nopudopenetrar en la sociedad sino
descendiendo del poder político; y debilitado
este por habérselo inoculado principios di-
solventes, se halló la nacion sin gobierno,
entregada á merced del primer venido, con
un caudal de fuerzas sin accion porque no
habia punto donde pudiesen converger, y
estaban faltas de guia que les diese la di-
reccion conveniente. Asi no se desarrolla-
ron verdaderas fuerzas locales, sino que
anduvieron agitándose en todas partes las
banderías y los individuos, aprovechándose
aquellas y estos de la inaccion en que se
hallaban las fuerzas verdaderamente nacio-
náles. Bn prueba de la verdad y exactitud
de estasaserciones , repetiremos lo que ya
observábamos en uno de los artículos ante-
riore~: . (:uandohay movimientos1 cuando


hay oposicion al gobierno, los hombres que
figuran á la cabeza no son los amigos de las
tradiciones locales, los hombres de arraigo
en el pais , las cabezas de las familias mas
señaladas por su riqueza y alcurnia, sino
aventureros que, ó no tienen fortuna, ó que
acaban de improvisarla. Este argumento no
tiene réplica; y si á él se agrega la ohser-
vacion de que precisamente en los puntos
donde mas arraigada debiera suponerse la
aficion á lo antiguo, allí es donde menos ha
prendido la revolucion , allí es donde menos
se han hecho sentir esas fuerzas escéntri-
cas, allí es donde se han proclamado con
mas energía y defendido con mas tesón los
principiosfavorables á la unidad monárquica,
quedará fuera de toda duda la verdad que
estamos defendiendo.


¿Se quiere otra razon decisiva en contra
de lo que suele decirse de las fuerzas loca-
les '? Héla aquí. Los que afirman que estas
existen, y que tienen hondas raíces en la
sociedad española, se apoyan principalmente
en la conducta de los ayuntamientos, que
pronunciándose con tanta facilidad contra
el gobierno existente, parecen haber mani-.
festadoalgo de aquel carácter turhulento que
ofrecieran los concejos de los tiempos anti-
guos. Este argumento que es el Aquiles de
los adversarios, claudica por su base, pues
supone que los' ayuntamientos han sido los
principales motores de las asonadas; cuando
las diputaciones provinciales, los gefes po-
líticos, los militares se han pronunciado
igualmente que los ayuntamientos, ora ad-
hiriéndose á la suhlevacion, ora poniéndose
á su cabeza? ¿ Qué indica esto? Indica que
es una equivocacion lo que se dice de las
fuerzas locales, pues nada tienen de local
los gefes políticos, los' militares de todos
grados, los empleados de todas clases que
han figurado en las juntas envarias épocas,
acaudillando las insurrecciones contra el go-
bierno. Se ha clamado por la necesidad de
una reforma municipal; pero esta reforma
no era menos urgente en los demas ramos
de administracion, porque en todosse había
inoculado ese elemento disolvente, que los
hacia á propósito para disturbios , que sien-
do obra de un número lllUY reducido paro-
diaban las sublevaciones populares.


Creemos haber demostrado que en las
ideas y en los sentimientos de la.isociedad
espaüola.está hondameute.arr~jgad¡,lla'.lllQ­
narquía ; que no es verd'ldque .sea .imposi-




Medrid 28 de febrero de t su.


EL OOBIER110 t LA SIT:1ACI01T.


Las medidastomadaspor el gobierno des-
de la suspensión de fas córtes, y muy par-
ticularmente desde la insurreccion de Ali-
cante, han creadouna situación enteramente
nueva, que por necesidad dehe ser transi-
toria , y cuyo desenlace ofrecerá graYisimas
dilioultades. En este desenlace es donde se
han de ver la habilidad y el tino de los mi-
nistros; bien asi como en los dramas mani-
fiesta el poeta su talento, no precisamente
en este ó aquel incidente, sino en conducir
el enredo de tal manera que sorprenda agra-
dablemente á los espectadores con lo suave,
natural y oportuno de la salida.


y es preciso que el gobierno medite se-
riamente sobre el particular, porque la si-
tuacion es muy crítica V continuará siéndolo,
aun despues de haber sucumbido los rebel-
des de Alicante y Cartagena. Segun el giro
que se dé á los negocios pueden acarrearsc
de nuevo gravísimos males á la nacion; asi
como si se aprovechase la oportunidad, sería
fácil hacer cosas para las cuales no se pre-
sentará en mucho tiempo tan favorable co-
yuntura.
.. Si el gobierno quiere calcular todo lo flue
le resta que hacer, reflexione sobre lo que


--"' t7t -
hle entre nosotros el establecimiento de un I ha hecho hasta ahora, pues que de la grave-
gobierno central robusto, fuerte, en' toda dad y trascendencia de las providencias que
la estension de la palabra; y con este tra- ha tomado, podrá inferir la trascendencia y
bajo hemos llenado una parte de la tarea gravedad de las otras que se halla precisado
que nos propusimos, de examinar cuáles á tomar. No dudamos que el gobierno com-
eran los elementos que tenían en la socie- prende en toda su estension el cambio radi-
dad española un poder efectivo. Y nótese cal que ha ejecutado, no creemos que se li-
bien que no hemos considerado la monar- 1sonjee de que le sea fácil volver al estado
quía como un ser abstracto, ó como la {lS- normal por un simple decreto que asi lo de-
presion de una teoría, ni siquiera corno un clare; estamos persuadidos que no se pier-
poder político; sino como una idea y un sen- den de vista los malos resultados que consi-
timiento sociales, como la satisfaccion de go pudiera traer una medida tímida y ligera;
una necesidad reclamada por las costumbres, En efeeto; basta comparar el estado en que
comoemblema de la unidadguhernativa que nos hallábamos poco tiempo atrás, con el
algunos suponenimposible para España. Po- presente, para conocer la trascendencia del
drernos no haber acertado en el examen de cambio que se ha verificado. Los caudillos
los hechos , pero al menos nose nos tachará del partido progresista hahlahan en las cór-
de llue los hayamos olvidado, de que haya- tes con imponente osadía, y sus palabras
mos sustituido nnestro pensamientoá la rea- amenazadoras eran escuchadas con sobre-
lidad de las cosas. salto; de esos caudillos, los unos se hallan


prófugos, otros ocultos, otros en la cárcel.
Los ayuntamientos eran un poder que se le-
vantaba al nivel del trono, y sus represen-
tacionesequivalíaná mandatos; ahora estan
sometidos á la organizacion que el trono les


! ha prescrito, y la municipalidad mas autori-
zada se guardaría muy bien de desmandar-
se entrometiéndose en negocios políticos. La
Milicia nacional era otro poder á cuyas exi-
gencias tenia que ceder el gobierno supre..
mo; ahora está desarmada casi en su totali-
dad, veste desarme se ha verificado de real
orden. Antes los sublevados en cualquier
punto estaban seguros de una capitulacion
honrosa, en casoque no alcanzaranel triun-
1'0; se negociaba con ellos como de potencia
á potencia; los cabezas de motín recibian
salvo-conducto, los demas quedaban en como
pleta libertad, y se tendia un velosobre to-
dos los actos consumados durante la insur-
reccion: ahora no se escuchan sus prsposi-
ciones, se los ataca vivamente, y los gefes
que caen en poder de las tropas de la Reina
son pasados por las armas. Antes las dipu-
taciones provinciales hacían frente á las au-
toridades del gobierno como y cuando les pa-
recia; ahora el gefe político las suspende si
se propasan; y para que sea pronta y enér-
gica la accion del poder, todas las provin-
cial' estan sometidas.al estado escepcionaI.
Antes la prensa se desbordaba, asi en la ca-
pital como en las provincias, de una mane-
ra asombrosa; ahora las observaciones qUQ
dirige al gobierno, asi en las provincias co-
mo en la capital, son asaz comedidas; y la




M~drid e de marzo dll t su.


---óIlCDl:K ...cCIB__----


En el número anterior examinamos cuá-
les eran las ideas, sentimientos y costumbres
de los españoles con respecto" á la.monar-
quía; en el presente vamos á tratar de la
Rcligion considerada hajo el mismopunto de
vista, es decir, encuantoes un elemento que
tiene en la sociedad una verdadera fuerza.


El estado de la Religion en España no
es ciertamente el de los tiempos anteriores
álS0S: treinta años de guerras, disturbios,
revoluciones y reacciones; treinta aüos de
circulacion de libros v toda clase de escritos
donde se enseña la incredulidad, no han po-
dido menos de producir grave daño, y de al-
terar las costumbres religiosasde un núme-
ro considerable de españoles, Por lo cual,
en tratándose de negocios relativos á este
punto es menester que no nos hagamos ilu-
siones, trasladándonos á tiempos que pasa-
ron y suponiendo cosas que no existen; es
preciso ver los hechos tales como son en sí,
por mas que no sean de nuestro agrado; y
aunque por malosno se aprueben, no es pru-
dente despreciarlos como nulos ó insignifi-
cantes, si en realidad son graves y pode- .
rosos.


En esta discusion tenemos un punto de
partida muy seguro, en el cual habrán de
convenir los bombres de todas las opiniones
sin que sea dable suscitar lasdudas que con
mas ó menos fundamento podian levantarse
al tratar de la monarquía. Este punto es el
hecho cierto v evidente, de que antes de la
guerra de la Independencia, toda la nacion
española era sinceramente católica; pues
que no deben mentarse siquiera las raras
escepciones que pudieran señalarse, y que
ademas databan también de lecha muv re-
ciente. Por manera, que al entablar la" dis-
cusion sobre el estado dela Religion en la so-
ciedad española, nos hallamos en el caso del
calculador que, habiendo de valuar una can-
tidad, conozca desde luego lo que esta era
en un tiempo dado, y no tenga que hacer


- 17i-
oposicion, si alguna S6 hace, es en un tono se aleja á la debida distancia; pero si la com-
algo mas que decoroso. Antes el ciudadano presión se disminuye por grados, es fácil de-
que tenia el antojo de publicar una hoja vo- jar el muelle en el punto que conviene, '1
Iante é insultar á las autoridades del modo fijarleen él sin ningun peligro.
que mas cumplia á su.s inte~tos, humor ó ca-
pricho , lo realizaba sm peligro y sin que na-
die le viniera á la mano; los periódicos que
habian hecho su depósito y llevaban el cscu-
do del editor responsable, tronaban contra
el gobierno todos los días, sin mas riesgo
que la remota probabilidad de la denuncia,
con muy próximas probabilidades de mere-
cer la indulgencia del jurado; los mas eleva-
dos funcionarios hacían profunda cortesia á
los redactores de un periódico, y se veían
precisados á entrar con"ellos en minuciosas
esplicacioncs sobre los actos de autoridad;
ahora el gobierno es bastante fuerte para
emplear un significativo laconismo, que con-
trasta notablemente con las condescenden-
cias de otros tiempos; el señor gefe político
se dirige al editor responsable del il/undo y
le dice: « Dejará V. de puhlicar desde este
dia el periódico titulado El 11l1mdo. Dios
guarde á V. muchos años, etc.


En una palabra, el gobierno actual ha
cambiado profundamente la situacion de Es-
paña, ha sido bastante osado y feliz para
llevar á cabo medidas que tres meses ha, se
hubieran tenido por sueños de un delirante:
tanta era la dilicuJtad que ofrecian, tanta la
conviccion de que era imposible realizarlas.
En esto el trono ha probado lo que es en Es-
paña; se. ha hecho un ensayo de mucha gra-
vedad, que de sí arroja saludables lecciones;
esperamos no las perderán de vista los go-
bernantes, y cuantos influyan mas ó menos
directamente en los negocios públicos.


Será posible que los hombres amantes de
los sistemas á medias, los que confunden la
debilidad con la prudencia y el tiento con la
incertidumbre, aconsejen que la situacion
se desenlace con un simple decreto, sin pre-
parar nada, sin hacer nada mas de 10 que se
ha hecho I dejando en pie, todas las cuestio-
nes, sin resolver todos los problemas,espe-
-rando que nos venga el remedio de las pana-
ceas harto conocidas; absteniéndonos de in-
dicar al gobierno la marcha que dehe seguir,
nos contentaremos con recordarle una ley
del mundo físico, la que no deja de tener sus
aplicaciones en el mundo social. Cuando se
ha comprimido fuertemente un resorte, si se
le abandona de repente al impulso de su elas-
ticidad, puede dañar al imprudente que no




- ns-
mas sino apreciar lo qUQ de ella habrán dis- no á cambiar la fazde los negocíosrestable-
minuido las causas á qne ha estado sujeta. ciendo la Constltucion de 4812, se ofreció
Claro es que en materias morales es seme- de bulto la verdad que acabamos de indicar,
jante cálculo bastante dificil; pero no puede I pues las doctrinas innovadoras se mostra-


. negarse que es una gran ventaja el poseer ron con mayor número de prosélitos que
el datoespresado. Asipor ejemplo, quien se en 1814. A impulsos del ardor revoluciona-
hubiese propuesto examinar el estado de .Ia rio renacióel espíritu propagandistade la es-
Religion en Francia despues de sus revolú- cuela enciclopédica, y las ideas contrarias
ciones, hubiera andado mucho mas á tientas á la Religion de los españoles se esparcie-.
que quien emprenda el mismo trabajo con ron por todos los puntos del reino. Cierta-
relacioná España, porque en el reino veci- mente que las predicaciones de los falsos
no no es dable partir de una épocafija y cer- apóstoles no produjeron todo el resultado
cana en que la Beligion Católica dominara que ellos se proponian; mas no puede ne-
esclusivamente , á causa de que en él se in- garse que alteraron sobremanera la senci-
trodujo el protestantismo y echó bastantes Hez de los tiempos anteriores, que inocula-
raices; medró por mucho tiempo el jansenis- ron á no pocos la duda, precipitando á algu-
mo; la filosofia escéptica contaba ya ascen- i nos en la mas completa incredulidad, y co-
dientes tan antiguoscomo Montaigne; y Vol- I municándoles aversión á todo cuanto estaba
taire habia ejercido Rila especie de dictadu- revestido de un carácter religioso. A la sa-
ra literaria por espacio de medio siglo. zonse hallaba laimpiedad en España , bien


¿Cuálessonpues lascausas que han daña-I que con mucha menor intensidad, en un pe-
do á lascreenciasreligiosas deEspaña?¿Cuál rlodó semejanteal de los principios de la re'-
la esfera en que han podido obrar? ¿euánto volucion francesa; llamar preocupacion á los
el efecto que habrán podido producir '?dogmas mas augustos, superstición á las


La dilatada permanencia de los franceses, prácticas mas venerandas; legados del fa-
y la libertad de la prensa en la época consti- natismo á las institucionesmas sabias V pia-
tucional de i 8/ Oá 1814, fueron las prime- dosas , romper con todas las tradiciones de
ras calisas que ejercieron nctableinfluencia los siglos, condenar todo lo pasado, negar
sobre el pueblo español en lo tocante á ma- á Dios; hé aquí el mas alto punto á que se
terias religiosas, pues que entonces se pu- podía llegar para cimentar sobre firme base
hlicaron y circularon en abundancia folletos, la reputacion de ilustrado y de partidario
periódicos y libros, asi en lengua nacional sincero de la revolucion.
como estrangera , donde se enseñaban abier- Tamaños desvaríos acarrearon los resul-
tamente las doctrinas volterianas. Losacon- tados políticos que nadie ignora; pero al
tecimientos de 1814 pusieronfin á dichacir- propio tiempo dejaban su huella en ánimos
culacion en lo que tenia de ostensible, mas jóvenes que se habían entregado á la cor-
no la impidieron del todo; porque en el es- riente de las nuevas ideas con la impetuosi-
tado actual de las costumhres, y con los me- dad que distingue á la inesperiencia. La dé-
dios que se conocen de impresion y espen- cada de i 823 á i 833 fue una repeticion do
dicion, es imposible cerrar herméticamente la de 1814 á i 8tO; las mismas causas, los
la puerta aideasque impregnan la atmósfe- mismos efectos: el curso de los añosbabia
ra de lospaises comarcanos. Yasi es, que si introducido algunas modificaciones , mas el
bien será dignade alabanza la conducta del fondo de las cosas permanecia inalterable.
gobierno que procure evitar la introduccion Desde 1833 hasta el presente, merced ála
de los escritoscontrarios á la Religiony per- guerra civil y al predominio revolucionario,
judiciales á la moral, conviene sin embargo las ideas irreligiosas han campeado con la
no confiardemasiado en las medidaspreven- mas ilimitada libertad; si no han producido
tivas y represivas, y cuidar mucho de pro- todo el mal que era de temer, no ha sido
tegel'. y fomentar la estension, arraigo y es- por la vigilancia del [gobierno, sino porque
plendor de las doctrinas sanas, 10 que cier- han tenido que luchar con una sociedad que
tamente es el medio mas eficaz de que se las rechazaba, y ademas porque se ha deja-
puede echar mano cuando se trata de pre- do sentir algun tanto entre nosotros el espí-
servar un pais del contagio del error, y con- ritu dominante en Europa, que ya se aver-
servar y asegurar el imperio de la verdad. güenza de profesarlas doctrinal! de los filó-


Cuando la insurreccionmilitar de i 820 vi- sofos del siglo pasado.




Reflexionando sobre el daño que habrán
sufrido las oreencias , salta desde luego á
los ojos que los mayores estragos han debido
de esperimentarlos las capitales mas impor-
tantes, y los otros puntos donde ha sido mas
frecuente y activa la comunicacion , pues que
asi en aquellas como en estos, se han reuni- ,
do las circunstancias á propósito para que [
las influencias dañinas pudieran obrar con
mas elicacia. Las ciudades de segundo ór-
den, .con escepciones muy raras, las villas,
los pueblos pequeños, las aldeas, han partici-
pado poco del contagio: la razon de esto es
muy sencilla; el mal debia dimanaren gran
parte de la lectura, y alli no se lee. Añadid
á lo dicho los muchos y poderosos influjos
que se han opuesto á las ideas innovadoras,
neutralizando el erecto que podía producir la
conversacion de las personas estraviadas , y
habremos de inferir que la inmensa mayoría
de la nacion se ha conservado libre del daño.


Aun atendiendo á esas capitales que mas
se han resentido de la influencia irreligiosa,
es de notar que la incredulidad no ha disfru-
tado los medios de accion que en otros pai-
ses. En estos brillaron escritores de un ta-
lento y saber indisputables, que ahusaron
de tan preciosas dotes para perder á sus se-
mejantes. ¿Cuál es en España la pluma de
aventajado temple que se haya encargado
de la propaganda impía? En dichos paises
estuvieron abiertas para el público cátedras
ocupadas por profesores sohresalientes, que
bajo distintas formas-y en diferentes mate-
rias, enseñaban en sentido contrario á la
Religion. lDóndeestan entre nosotros los
profesores de esta clase"? ¿ Cuál es la cáte-
dra donde se hayan vertido malas doctrinas,
que ha llegado á llamar laatencion del pú-
blico y reunir un auditorio numeroso y en-
tusiasta? ¿ Merecen ni siquiera recordarse
algunos hombres oscuros, que en un peque-
ño recinto, con escasísimos alumnos, hayan
trabajado en la propagacion de tales doctri-
nas, sin vigor en el pensamiento, sin fuego
ni hermosura en el lenguaje, cayendo sus
palabras en el animo de los oyentes sin pro-
ducir mas que el desprecio ó el cansancio,
para pasar luego al olvido, como aquellas
piedras que arroja el capricho de un vian-
dante en las agu~s de una laguna solitaria?


Asi es, que las doctrinas contrarias á la
Religion no han tenido en España ningun
brillo, nada-que pudiera seducir y arrastrar á
los honbres de talento; no han formado ver-


dadera escuela: han andado dispersas acá y
acullá, siempre vergonzantes, no atrevién-
dose á mostrarse á los ojos del público con
Sil verdadero trage , si esceptuamos algunos
momentos en llue, abandonándose al mas
asqueroso cinismo, han hecho gala de insul-
tar la moralidad y el decoro. .


La prensa periódica, que es á no dudarlo la
que mas influencia habria podido ejercer,
ha estado por lo cornun tan absorbida parlas
cuestiones políticas, que apenas ha tenido
tiempo de ocuparse de las religiosas, sino es
muy de paso, y mas bien como un accesorio
á la polémica del momento, que con dilatada
esposicion y discusion de elevadas teorías.
y de mucho tiempo á esta parte ha mediado
la favorable circunstancia de que, pudiendo
las ideas é intereses religiosos servir de es-
celente arma para combatir á los adversarios,
han visto aumentarse considerablemente el
número de sus defensores, aun entre aque-
llos que por su profesion y otras circunstan-
cias no parecia que debieran figurar como
fervorosos apologistas. Por mas que en este
punto se haya mezclado algunas veces el es-
píritu de partido, y hayan dominado las mi-
ras políticas, ha resultado de ello el gran
bien de hallarse sostenida y defendida la
causa de la Religion , de verse presentados
de mal aspecto los que la combatian, y de
que por consiguiente. estos mismos hayan
tenido que aparentar hacia ella veneracion y
acatamiento, absteniéndose por interés pro-
pio de entablar discusiones que tos desacre-
ditaran, v que hubieran suministrado á sus
adversarios poderosos medios de ataque.


De este conjunto de circunstancias ha re-
sultado, que la incredulidad no tiene entre
nosotros una existencia científica, pudiendo
decirse que los contagiados de cIJa mas bien
padecen de una especie de postración moral,
que no que alimenten verdaderas conviccio-
nes. Comparando bajo este aspecto la Espa-
fía con la Francia, se palpa desde luego la
diferencia. En el vecino reino abundan los
periódicos y las Revistas donde se ataca
abiertamente á la Religion, donde se pro~
mueven discusiones sobre los puntos de mas
alta importancia; las sectas disidentes ense-
ñan abiertamente sus doctrinas opuestas á las
del catolicismo, y la filosoña escéptica com-
bate sin rebozo á aquellas y á este. Se dirá
que si aqui no se verifica lo mismo es porno
herir la suceptibiJidad pública; pero cabal-
mente con esta réplica se confirma mas y mas




lo que estamossosteniendo, pues que si esas
doctrinas no pueden presentarse en la are~a,
á pesarde la limitada libertad que han dis-
frutado, señal es que enpuentran e!1 la I~­
mensa mavoría de la nacion una resistencia
decidida, que aunen la esfera de la inteli-
gencia entraña~ pocas fuer.za~, y de que sus
partidarios abrigan ~a convlCclO~ ~e que las
tentativas para dominar los espll'l~u.s s~nan
insuíicientes , y de que no producirian a sus
autores ni gloria ni provecho.


Para comprender nlas á fondo la diferen-
cia que en este punto media entre la Espa-
üa y la Francia, basta atender á un hecho
sobremanera sígnítícativo : la conducta de la
prensa llamada conservadora. Esta entre
nosotros apenas se permite una palabra que
pueda herir las creencias católicas, y mas de
una vez ha tomado á su cargo la defensa de
los derechos y prerogativas de la Iglesia con
un calor tal, que era difícil distinguirla de la
prensa puramente religiosa. ~eed los 'perió-
dicos conservadores de Francia; ved SI guaro
dan tales miramientos: notad si no sostienen
continua y ardiente polémica con los órganos
católicos. ¿ De dónde la diferencia? Del es-
tado de la sociedad; de sus ideas y costum-
bres ; porque los partidos, en medio de sus
estravios y ceguera que por intervalos los
ofuscany ljue á veces los pierden, tienen sin
embargo instintos muy felices, atinados,
certeros ; y cuando circunstancias escepcio-
nales no los sacan de quicio, suelen mar-
char haciasu objeto con admirablehabilidad.
y no intentamos decir C011 esto que entre los
conservadores de España no haya verdade-
ras creencias y religiosidadsincera; lejosde
nosotros el aventurarnos á semejante suposi-
cion; antes queremos significar, que aun los
que han participado del movimiento reíor-
mador , como son los que pertenecen al in-
dicado.parudo , no llevan ni con mucho sus
ideas al punto que sus hermanos del reino
vecino; que no sonpocos los que de. buena
fe sustentan las creencias de la inmensa
mayoría del pueblo español; y que los que
piensan de otra.manera" juzgan conveniente.
v hasta indispensable respetar esteriormente
aquello de que dudan en el fondo de su co-
razono


Estas consideraciones, que prueban el
arraigo de la Religionen España, no funda-
das en hechos que algunos atrihuirian á de-
terminado partido politico, sino en indicios
que maniíiestan lo que se verifica en aque-


- 47~ ----
'lilas mismas regiones donde al parecer dehie-


ran haber prevalecido tendencias contrarias,
son sumamente consoladoras, porque de-
muestran que la Religion Católica tiene en
España una fuerza propia, .intriüseca , inde-
pendiente del apoyo del gobierno, y que por
tanto sera bastante á conservarse, sean cua-


¡ les fueren las vicisitudes p.olítlcas. CreYél'O.n-la algunos inseparable de una forma de go-
, bierno , y esta íorma desapareció, y la han


sucedido otras varias , y la Religion se con-
serva: opinaron algunos que la causa de la
Religion estaba irremisiblemente perdida si
no alcanzaba victoria el principio dinástico
que por espacio de seis años combatió en las
provincias Vascongadas ,en Aragon, Valen-
cia, Cataluña y en otros puntos del reino, y
ese principió sucumbió, y sus infortunados
representantes estau.eueerrados en Bourges,
y sin embargo la Religion se conserva, y
hace resonar.Sil voz poderosa, y llama la
atenciendel gobierno, y conquista parte del
terreno perdido, y figura como uno' de los
elementos que reclaman mas señalado lugar
en la esfera social y política. Yesto ¿c~ándo?
Cuando despues de haber desaparecido en-
teramente sus medios materiales, se ha en-
contrado con solos los morales; cuando no
teniendo ni armas con que contar, ni rique-
zas de que disponer, ni posicion política que
aprovechar, se ha hallado sin mas fuerza
que la de su arraigo y predominio en las
conciencias, sin mas recursos para obrar so-
hre el público é influir sobre el gobierno,
que el púlpito y la prensa. Esto le ha bastado
para hacer frente durante tres años á los pe-
ligros que la amenazaban, para mantener á:
raya á los adversarios, para hacerlos re-
troceder en sus proyectos inicuos. Precisa;"
urente en esta época, que 'al parecer dehia
conducirla á la postraeion vá la nulidad, ha
sido cuando se ha mostrado mas vigorosa,
cuandose ha hecho mas poderosaen la pren-
sa, cuando ha resonado con mas energía en


I el púlpito , cuando ha removido mas profun-
damente la opinionpública é interesádola en
su favor.EI·gobierno intentaba separar á la
Iglesia de Españade laSede Apostólica, pro-
curaba-por cuantos medios estaban á su al-
oance eseitar e}'tenC()r v el odio contra la
curiar,Romana;"v el resultado ha sido tan
diametralmente opuesto', queseha formado
la opinion:mas fuerte-y compacta quedarse


1


I puede en' faforde un-arreglo amistoso con
Roma: todos los-partidos estandc acuerdo




".


- 06-
en la urgente neeesidad de sañr del estado que se miran 1011 medíos materiales, tal la
en que nos hallamos con respecto al Sumo importancia que ha adquirido la discusion
Pontííice , y de anudar las relaciones con el en la prensa, y los demas espedientes que
Padre comun de los fieles. se han ensayarlo para influir en la opinión


Estos hechos son sumamente significati- pública y en la marcha del gobierno, que
vos; pues que semejantes fenómenos no se es menester que los católicos no dejemos
veriticarian si el principio religioso no rebo- perder esta bella posicion que hemos con-
sase de -vida , si no tuviese en la sociedad quistado. Es preciso que por todos los me-
española raíces profundas. dios que esten ú nuestro alcance procure-


Ya que la oportunidad se brinda, pre- mos mantenernos al nivel del siglo, y que
sentaremos una reflexion,que en nuestro sin dejarnos contagiar por lo que tenga de
concepto no debieran olvidarla los hombres I malo, nospenetremos de él en lo que entra-
que de corazonse interesan por la causa de ña de hueno ; si se han gastado las armas
la verdad. Si bien se observa, las ideas y de la fuerza, nos quedan otras todavia de
sentimientos religiosos han tenido en Espa- mejor temple: el vigor del entendimiento
ña de mucho tiempo atrás un carácter suma- y la energía de la voluntad.
mente belicoso. La causa no es difícil adi- La prensa bajo todas sus formas , las aso-
vinaria: por espacio de ocho siglos la Reli- elaciones ora perpetuas ora intermitentes,
gion estuvo en luehamaterialeon el isla- las esposiciones firmes, las protestas tem-
mismo; la cruz marchaba al lado de las piadas y decorosas, en una palabra, .la luz
enseñas guerreras; en las batallas con los intelectual y la energía de 'Ios sentimientos
moros, los reyes se veían indistintamente morales, hé aquí las armas de nuestro sr-
rodeados de magnates seglares, de Obispos glo: armas propias del hombre, cien veces
y de Abades. En los últimos tres siglos el preferibles á la fuerza material, que nacen
catolicismode los españoles se hallódurante de la ilustracion del entendimiento, de la
mucho tiempo en actitud guerrera; la Es- suavidad de costumbres, que revelan la
paña era el caballero armado que guardaba conciencia de la dignidad humana, que
las puertas de la ciudad santa. Cuando la triunfan tarde ó temprano cuando se las em-
guerra con la Francia en tiempo de la re- plea en defensa de la justicia y de la ver-
volucion , y despues en la de la indepen- dad. Nadie puede usarlas mejor que la Re-
dencia , se combinaron de tal modo las cir- ligion, pues que en ella se encue~tra el
cunstancias , que la guerra tenia á los ojos cimiento de toda verdad, el manantial de
del pueblo español un carácter religioso: los toda justicia. .
franceses con quienes se peleaba en ía pri- Convénzanse de esto los hombres reh-
mera épocaeran los perseguidores del clero, giosos de España; no identifiquen la causa
á quien la España acogiera con tanta gene- eterna con ninguna causa temporal; y cuan-
rosidad y socorriera con indecible despren- do se presten á alguna alianza legitima yde-
dimiento; y los ejércitos de Napoleon eran corosa , sea siempre conservando aquella in-
los soldados de unhombre que personificaba dependencia que reclaman sus principios
en sí las ideas innovadoras, y que por aña- inmutables. Repetiremos aqui lo que hemos
didura habia ultrajado al Sumo Pontiíice. dicho ya otras veces: no es la política la que
De aqui ha resultado esa propension á fiar ha de salvar á la Religion, la l\eligion es
el éxito de la causa á los trances de las ar- quien ha de salvar á la política; el porvenir
mas, y á temer que la Religion se hundia de la Religion no depende del gobierno, el
si los que la sostenian eran vencidos en el 1 porvenir del gobierno depende de la Reli-
campo de batalla. Esto, que en ciertas cir- 1, gion; la sociedad no ha de regenerar á la
cunstancias ha producidoun g.ran bieu\ c~lU- jll· Religion, I~ Religion es quien debe regene-
servando nuestra independenciay loshábitos i rar á la SOCIedad. .
de nacionalidad, ha desaparecido ahora en II
gran parte, prevaleciendo los medios inte- 11'
lec.tu.lll~S y ffi.orale.s, empleados.últimamente 1


1con resultado tan feliz, cuando se ha pre- IIsentadol~ necesidad de resistir á un gobier- li
no.que.seproponia conducirnos al cisma. Tal i¡
es elespíritude la época, tal el desvío con ~




La infecundidad' de la discusion para todo
loque sea gobernar , es un hecho enseñado
por la razon , probado por la historia y con-
firmado por la esperiencia. Los retrasos que
ocasiona el trabajo de reunir .los votos de
muchos para tornar una determinacion; los
lamentables estravíos á que conduce el cho-
que de las opiniones, de las pasiones é inte-
reses; la obstinacion en el error ocasionada
por unamor propio pueril, que se avergüen-
za de apartarse del dictamen que ha llegado
asostener; el predominio que alcanzan con
tanta frecaeocia el ingenio sobre el juicio,
las palabras brillantessobre las reflexiones
sólidas, el sofisma sobre la razon , la Impe-
tuosa audacia del tribuno sobre la recatada
prudencia del sabio , producen que las gran-
des asambleas sean dc todo punto inútiles
para gobernar.y gueaun contand.o ~n Sl~ se-
no eminentes jurisconsultos, distinguidos
literatos, hasta verdaderos hombres de go-
bierno, parezcan a menudo destituidas, no
solo de previsiony buen juicio, sino hasta de
sentido 'comun. Por manera, que de una
reunion de hombres estimables por su sabi-
duría V discrecion, puede muy bien resultar
una asamblea insensata. I


Esta verdad ha sido reconocida en todos
tiempos y paises: y de aqui es que aun las
repúblicas mas celosas de su libertad se en-
tregaron á la discrecion de un hombre, cuan-
do para salvarse necesitaron accion rápida y
enérgica. En la milicia, institución esencial-
mente destinada á obrar, la discusion está
totalmente desterrada; en ciertos casos se-
ria considerada como un crimen: uno solo
manda, los demas obedecenciegamente. En
las mismas reuniones donde se concede á la
discusión amplia libertad, es preciso muchas
reces apelar á la dictadura intelectual, si se
quiere llegar á un resultado definitivo. En
presentándose un negocio grave e intrinca-
do, ¿qué se hace? Se nombra una comision
para que dé Sil dictamen. Y esta comision á
su vez encarga á uno de sus individuos el
estenderlo, y comunmente después de de-
hates interminables se llega á aprobar lo que
ha propuesto la comision, es decir, un hom-
bre. Sea que este dictámen se apruebe ó des-


Madritl 6 ti. marzq de 18H.


~77 -


11
apruebe, sea cllal fuere el resultado de la


I
votacion, al fin no se consigue otra cosa que
adherirse al pensamiento de un solo hombre;
porque divididas las asambleas en dos ó tres
fracciones, de las cuales cada una tiene su
caudillo, tan conocido como el general de
un ejército, las resoluciones sobre los asun-
tos de alguna importancia no son mas que la
adhesión á lo que ha propuesto 6 indicado
alguno de esos caudillos. No tanto está la
contienda entre las opiniones de muchos co-
mo entre lasde dos geles enemigos ó rivales.
Asi, aun en medio de la multiplicidad des-
cuella el poder de la unidad, de esa unidad
que rigfl el mundo moral como el físico, sin
la cual no hay órden, no hay helleza, no
hay concierto, convirtiéndose todo en tene-
broso caos.


Se cree comunmente que las pasiones son
la causa principal de que en las grandes
asambleas.seamuy difícil alcanzar la verdad,
y poco menos que imposible el ponerse de
acuerdo en las resoluciones que conviene
adoptar cuando las circunstancias soncríti-
cas y apremiadoras. No negaremos. que en
tales casos contribuya mucho á ofuscar la
razon la niebla que levantan las pasiones,
de suyo inclinadas á alterar los objetos y á .
presentarlos bajo el aspectoque les interesa;
'pero es preciso confesar que hay otra causa
quizás mas influyente que ellas: la estrema
debilidad de nuestra razono


En efecto, si bien se observa el curso de
unadiscusion algo dilatada, se 'notará que
se alegan por uno y otro lado pruebas tan
especiosas, se presentan reflexiones tan
deslumbrantes, se aducen hechos tan de-


! cisivos , que el entendimiento llega á va-
I cilar entre las dos opiniones contrarias, ora


inclinándose á unos ora á otros; sucediendo
á menudo que lo que milita á favor de una
parte le parecería del todo concluyente, si
luego no viniese la adversa á destruir la
conviccion, y á mostrar que era una vana
apariencia lo que llevaba todos los visos de


I ser la mas positiva realidad.
Todo se prueba, todo se combate; no hav


nada tan absurdo que un entendimiento in::'
geniosono llegue á hacerposihle y verosimil:
no hay nada tan cierto v evidente sobre lo
cual nose puedan esparcir sombras y dudas.
Esta es la condicion de la humanidad: con-
dicion triste, condicion lamentable, orígen
de grandes errores, .causa de muchas ca-
lamidades, pero que no está en nuestra


21




- H8-


¡la realidad, la triste realidad, suele encar-garse de disipar vanas ilusiones, en que se
da porsupuesto que los hombres son ángeles;
en que se olvida el conflicto que pornecesi-
dad, por indeclinable necesidad, rcsultaria
del choque de las opiniones, pasiones é inte-
reses; en que noseadvierte que con una ÍIn-
prudencia se podría destruir gran parte del
bien que se ha hecho, sembrando en ahun-
dancia la discordia para recoger luego el
amargo fruto en nuevos trastornos.,


Ya se lo dijimos otro dia al gobierno,y se
lo repetiremos hoy: cuidado con soltar de
improviso el muelle; el imprudente que lo
hiciese sería quizás elprimero que sufriera
el daño, pero lanacion entera podría ha-
liarse en graves compromisos, tal vez en
peligros terribles, desaprovechándose torpe-
mente la mas escelente coyuntura que se ha
ofrecido de muchos años á esta parte para
establecer un orden de cosas sólido v du-
radero. •


mano el destruir, y á la cual debemos resig-
narnos. como á una de tantas miserias que
son nuestro patrimonio sobre la tierra.


De estas consideraciones llevadas á la
uageracion, se podría sacar la necesidad de
la regla stat pro retiene voluntas: mi razon
es mi voluntad; pero circunscritas á límites
justos y prudentes, entrañan una saludahle
leccion de gobierno. Prudentes decimos,
porque estamos en la profunda eonviccion
-Ie que la mayor parte de los negocios hu-
manos deben resolverse por el fallo de la
prudencia, mas bien que por las discusiones;
que no es dahle poner fin á estas sino inter-
viniendo dicho fallo; que el talento de los
hombres de Estado consiste principalmente
en un tacto que decide instintívamcnte de
las cosas, y que conduce á un juicio acerta-
do sin necesidad de mucho discutir.


El verdadero genio mas bien tle que dis-
curre; y el talento es tanto mas claro y cle-
vado cuanto mas se acerca á esa fuerza in-
tuitiva que comprende los objetos á la pri-
mera ojeada, que acierta desde luego en el
verdadero punto de la dificultad, y distin-
gue entre la verdad y las apariencias, sin
que alcancen á deslumbrarla razones espe-
ciosas. Dichosala nacion que tiene á su fren-
te un hombre de esta clase ,dotado al pI'ú-
pío tiempo de rectitud de intenciones y"
firmeza de voluntad; en poco tiempo podrá
lograr por simplesprovidenciasgubernativas
lo que no fuera dable conseguir con dilata-
das discusiones de asambleas deliberantes.


Como quiera, en circunstancias críticas
será mucho mejor entregarse en manos de
quiensea capaz de hacer frente á la situa-
cion .abstracton hecha de todo mérito per-
sonal, que divagar entre los encontrados
embates de hombres comunes que se creen
eminentes: si no resultase otra ventaja que
la de obrar con mas rapidez y unidad, que
la de proceder con sistema, que bueno ó
malo suele producir mejores efectos que la
completa falta de él, ya se obtendria un be- ,
n:>,J1eio que no debiera despreciar la razon y
la prudencia.


Fácil e¡; declamar contra la ilegalidad de
las situaciones, contra los inconvenientes
de un gobierno que obra discrecionalmente,
contra el vacío que deja la falta del concurso
de las luces de los hombres mas previsores
é influyentes'; cnuna palabra, fácil es
señalar el mal presente y ofrecer en hala-
~ñapersp.ectiva los hienes venideros; pero


, -


REGRESO A ESPANA
DE s, M. L.t REINA )IADRE


Madrid 13 de mano .de 184ft.


De muchos dias á esta parte se halla ab-
sorbida la atención pública con el regreso á
España de S. M. la Reina madre doña María
Cristina, despues de tres años y medio de
la emigraciondolorosa á que la obligaranlos
desmanes de la rcvolucion , v la fea conduc-
ta del general en gefe de losejercitas reuni-
dos. Torpe adamas se mostróEspartero con-
duciendo los negocios á tan dura estremidad.
y no menos torpe la' revolucion en apoyar
proyectos amhiciosos , que solo podian venir
á parar al ignominioso desenlace que se con-
sumó en el Puerto de Santa María.


Atreviéndose á espulsar del territorio es-
pañol á la augusta Gobernadora madrede la
Reina, asi la revolueion como Espartero se
constituían en la dura alternativa, ó bien de
no disfrutar de la victoria sino por muy es-
caso tiempo, ó de maquinar contra el trono,
de la escelsa huérfana. Porque bien claro se
veía que desde el momento que llegase la
mayoría de S. !\l., los sentimientos filiales,




-- f79 -
cuando no consideraciones de política, ha- Dos causas han contribuido á interesar á
bian de llamar de nuevo á España á la ilus- los pueblos en favor de la ilustre Princesa:
tre desterrada; y por mas generoso que se el infortunio y la esperanza. El infortunio,
quisiera suponer el corazón de la escelsa porque lospechos españoles, acostumbrados
Princesa, por mas que fuera de esperar que, á un amor entrañable á sus reres y á un pro-
olvidada de los agravios conque desapiada- fundo respeto á todos los miembros de la
damente la aflijieran la ingratitud y la des- real familia, se llenaron de amargura, de
lealtad, solo.sbrigaria sentimientos de pazy (ompasion y de indignación generosa al pre-
de perdon, y que no se entregaría al inno- senciar la escena, nunca vista en este sue-
ble placer de la venganza, sin embargo, era lo clásico de lealtad é hidalguía, de que una
imposible desconocer que su vuelta debía augusta señora, viuda del Rey, madre.dela
estar precedida ó seguida de un nuevo ór- , Reina, se viera derribada del poder y Ian-.
den de cosas,' siquie;a por no ha~erla repre- 1I zada .áplayas estrang~ras con procederes
sentar un papel desairado y humillante. ,1 tan villanos , por el mismo a cuyas manos


Espartero y la revolución no podian estar se entregara la conliadaPrincesa, y á quien.
en Madrid cuando hiciese su entrada en la hiciera árbitro de los destinos de la nacion y
capital la augusta señoraque tuvo que sepa-custodio del trono de su cscelsa hija. Cuan-
rarse de sus hijas en las playasde Valencia, do :María Cristina no huhiesc tenido otro tí-
sin otro consuelo que desahogar suangus- tulo para interesar en su favor al-pueblo es-
liado corazoncon el manifiesto de Marsella. pañol y merecerle espresiones de afecto!
Atentar contra el trono de Isabel II en be- veneraeion , hastábale el haber sido víCtima
neficio del soldado de fortuna, era empresa de la amhicion de un genenll , para que al-
harto difícil, por no decir imposible: si tan canzase la ovaciencontinuada de que ha si-
inicuos proyectos existieron, la lealtad del - do objeto en todos los puntos de su carrera.
pueblo español tuvobuen cuidado de desha- La esperanza, porque lanacion, que tanto
ratarlosá tiempo. anhela una época de orden y de paz, que


La revolucion abatiday humillada, y Es- tan fatigada se halla de revueltas y discor-
parterocontemplando desdeLondres el triun- días, que tan esplotada se ha visto por los
fo de :María Cristina, son dos hechos que partidos y pandillas que sucesivamente la
era fácil prever; y por lo mismo, cuando han dominado, que tan desesperanzada esta
Espartero y la revolucion se mancomunaron de obtener lo que necesita para reparar sus
parallevar adelante su ohra de iniquidad, á males y abalanzarse hacia la prosperidad ú
la negrura de su conducta af13dieroll la tor- que se siente llamada, si no se logra que el
peza. Tributemos un homenage al pueblo trono recobre fuerza y prestigio bastantes
español, que asi sabe decidirse en pro de la para imponer silencio á las pasiones, calmar
inocencia y de la justicia, y demos gracias los enconos y conciliar los intereses encon-
ala Providencia por haberse dignado condu- trados; la nacion , repetimos, sedienta de
cir los acontecimientos de tal manera que un mejor porvenir, vuelve afanosa sus ojos
resaltase la solemne espiacion á que ha que- hácia cualquier punto que le brinda con un
rido someterse á los autores de tamaño rayo de esperanza , y no aparta s,u vista del
atentado. alcázar de sus reyes, donde confia que des-


La augusta Cristina ha-sido recibida en cenderán las inspiraciones de San Fernando.
todas partes con inequívocas muestras de Tan asquerosa, tan inhumana, tan cruel
afectoy entusiasmo; las autoridades se, han y destructora se ha mostrado la anarquía,
esmeradoen obsequiarla cual cumplía á su tan insolentes los tiranos que se levantaron
esmerada clase; pero:menester es confesar sobre las ruinas de las instituciones anti-
que la alegría no ha sido meramente oficial, guas, tan opresoreslos que apellidaron men-
sino que ha salido del corazonde lospueblos. tida libertad, que la nacion ha conocido,
Hay cosas que no se fingen: los arcos de sentido, palpado, la .diferenoia que va del
Camacho en la entrada del regente en Va- imperio de sus· reyes al de improvisados
lenciadespués del bombardeo de Barcelona mandarines;ba esperimentado que aquellos
n.o pudieron a~rancar los vítores de los cu- gobiernan agitando suavemente su cetro de
nosos, III evitar que atravesase las calles' oro, y estos blandiendoel haston brutal qUl~
del mismo Madrid en medio del mas signifi- empuñaran en la plaza pública. .
cativo silencio. Por esto, al ver á la augusta madre de la-




- f80-
Reina que vuelve paraabrazar á su escelsa I suelo que esta dulce esperanza, no cabe
hija, y tijar al lado del trono su morada, la encontrar persona que pueda ejercer decidí-
saludan conentusiasmo, con demostraciones do ascendiente sobre el ánimode S. M. sino
de júbilo, pensando que quizás la esperien- el de la augusta Princesa cuyo regreso á
cia y el infortunio, inspirados por el amor Espaiia están celebrando lospueblos. Asi es
maternal, guiarán por acertado camino á la qué estos la miran como la personificacion
augusta niña, cuva tierna mano acaba de de un orden de cosas menos desventurado
empuñar las riendas de tan vasta y trabaja- que hasta aquí, y l~ saludanalboro~ados co-
da monarquía. mo mensagera de dias mas bonancibles.


Sí, esta esperanza es la que alegra alpue- La augusta viajera está manifestando en
blo español, es la que le hace saludar á la, todos los puntos de su tránsito la mas pro-
ilustre Princesa con efusion.es de alborozo; [i funda religiosidad y tierna devocion. Ape-
que si no le halagara tan grato pensamiento, ! nas acaba de llegar á una poblacion donde
si no viera en el regreso de Cristina mas 11 disfrute algunos momentos de descanso, se
que un acontecimiento ordi~~ri(¡, grato y d~rige desde luego á la iglesia á \e~dir gra-
consolador para la real familia , entonces, i CIaS al Todopoderoso por el beneficio que le
bien que no dejara de espresar su afecto y I está dispensando, é implorar la bondad di-
veneracion á la augusta viajera, lo haría 1


1


vina para sí , para sus escelsas hijas y para
empero con aquel ademan grave y melancó- los pueblos sometidos al cetro de la inocen-
lico~on que los afligidos toman parte en las te Isabel. Y no sin razon se enderezan al
satisfacciones agenas cuando á ello les obli- cielo los pensamientos y el corazon de esa
gan el respeto y la cortesía. augusta señora, que ha probado la copa del


Dificil es adivinar cuál es el giro que to- infortunio, tanto mas amarga cuanto se la
marán los negocios de Espafla teniendo á su I propinaron aquellos mismos que poco antes
lado Isabel II á ese consejero natural, de in- le tributaran las .mas rendidas lisonjas; no
fluencia efectiva, contra cuya realidad nada sin razon se enderezan al cielo los pensa-
pueden las ficciones de los hombres. ¿ Cómo mientes y el corazonde esa augusta señora
vedar á la Reina que comunique á su madre que tanto ha influido sobre los destinos de
sus pensamientos y sus dudas, y la supli- la nacion , y que tanto podrá influir en ade-
que que la dirija é ilustre? Para obtenerlo lante; no sin motivo invoca los auxilios de
menester fuera intentar una nueva separa- la divina gracia, quien considerará como un
cion, porque á ello se resisten los mas po- deber sagrado el ayudar á su escelsa hija
derosos sentimientos de la naturaleza. coo sabios consejos, para reparar en cuanto


Si el real palacio estuviera como en otros posible sea los incalculables males que, ha
tiempos con numerosa familia; si Isabel no sufrido la nacion durante las pasadas dis-
se hubiese encontrado por espacio de mas cordias.
de tres años en la mas pavorosa soledad, sin Aldescender de la cumbre de los Pirineos,
ver en los salones de su alcázar á otros que al descubrir de nuevo los campos españoles,
á los enemigos de su difunto padre y á los han debido ocurrir á la ilustre desterrada
autores del destierro de su madre; si huhie- pensamientos bien graves. Otra vez pisara
ra tenido junto á sí personas de su familia los mismos lugares con la mente halagada
para consolarla en sus cuitas, posible fuera por hermoso porvenir, con el corazón inun-
que el ascendiente de su madre se encon- dado de placenteras esperanzas. j Quién la
trasc con otro ascendiente rival, y que en dijera entonces á la inesperta y cándidaPrin-
los negocios de gobierno alcanzara este cesa los acontecimientos que iban á sobreve-
una participacion mas ó menos estendida. nir, la terrible situacion en que se habia de
Pero ahora, cuando la escelsa huérfana 11a encontrar, los sinsabores que la aguardaban
estado separada de su madre y de todos los en ese pais donde no oia otra COsa que cán-
miembrosde la real familia, y hasta priva- ticos de entusiasmo y de amor, y que tan
da de los individuos de su servidumbre á presto se hahia de inundar con torrentes de
quienes habia podido cobrar cariño desde su sangre, y cubrirse con incendios y ruinas!
primera infancia; cuando en los últimos tres j Quién la dijera que babia de sufrir el trá-
años no habrá tenido otro recuerdo que el gico desenlace de una emigracion, por la
de su infortunada madre, ni otro anhelo que ingratitud de un soldado y de los mismos tí
el de verla de nuevo á su lado, ni otro con- quienes abriera en breve las puertas de la




- HH-
patria! Dehieron de asaltarla pensamientos
bien graves al comparar unos tiempos con
otrostiempos, y al recordar la serie de acon-
tecimientoscolosales que se han verificado
desde S11 primera venida, y que se han uni-
doá su nombre; debieron de asaltarla pen-
samientos bien graves, y considerarse es-
trechamente obligada á consagrar sus diasá
la felicidad de ese pueblo sohre cuyos desti-
nos plugo al Altísimo concederle tan podero-
sa influencia. Por esto no estrañamosque el
ferviente entusiasmo de que le da testimonio
la continuada ovacion de que es objeto, no
la distraiga de sus pensamientos religiosos,
antes sí los avive masv mas, v la induzca á
tener fijos los ojos en el cielo, 'cuaudc de tal
suerte ha esperimentado la vanidad de las
cosas de la tierra.


Quiera la Providencia inspirará la augus-
ta Madre de Isabel para que comprenda á
fondo la situación del pais , sus verdaderas'
necesidades, el orígen de sus males, y el
remedio que se les debe aplicar; quiera ins-
pirarlasaludables consejos para dirigir á su
escelsaHija en las críticas pero favorables
circunstancias que estamos atravesando.
Pueda no olvidar esa augusta Señora que
solo hay fuerza, que solo hay elementos de
órdeny estabilidad en las ideasy sentimien-
tos nacionales; y que en esas ideas y sen-
timientos descuellan la Relieion y la mo-
narquía. Pueda no olvidar q~e las palabras
de los hombres souvanas, que las lisonjas
que se tributan en tiempos de ventura se
truecan en grosero insulto cuando sobrevie-
ne el infortunio; pueda no olvidar que de la
conductaque se observe en los momentos
presentes depende el porvenir del trono de
su augusta Hija y la suerte de la nacion.
Pueda no olvidar que en el beneficio que la
está dispensando el Todopoderoso llevándola
de nuevo á abrazar á sus escelsas Hijas, y
Mm~nsándola las pasadas amarguras con
su vIa.ie de triunfo, vieneenvueltoun deber
gravisimo, sagrado, de colocarse al lado del
trono de la inocente Isabel, de dirigirlacon-,
tínuamente y de no abdicar esa especie de
derecho, que tantos títulos justdican, {lor
temor ó deferencia á las teorías revolncio-
narias; que el Rey debe no soloreinarsinp
tambien gohernar; v la cándidainesperien-
cia de la augusta'persona que ocupa el
trono ha menester los consejos de quien
haya podido amaestrarse con la práctica de
los negocios, con el conocimiento de los


hombres v: laemeñanza del cÍllforuunio.
Tiembla de espanto el corazon.al.ñjar las


miradassobre la carrera que por mdecliua-
ble necesidad seguiría la revolucion españo-
la si otra vez se apoderase de losdestinos-de
nuestra patria. No perdonaria fácilmente las
humillaciones que ha sufrido,nose deemiria
sobre el triunfo, no trataria deeontempori-
zar ,para atraerse prosélitos: entre ella y el
trono hay ahora un ahismo; v del ladodel
trono se' hallan todos los grandes intere-
ses de la nacion. Su primer paso seria
llamar de nuevo al proscrito de Londres, le-
vantarlede nuevo al poder conuno ú otro tí-
tulo, que esto poco importa, lanzardel sue-


, lo español á la augusta Madre de la Reina,
, y quizás', quizás ni la misma inocencia fuera


bastante á proteger á, la escelsa Huérfaaa.
que ocupa. el sólio de sus mayores. Quizás
sé daria.osadamenteel paso á que nadie se
haatrevidohasta ahora; quizás, óse derri-
bára sin rodeos la monarquía, ó se.estable-
ciera á sus inmediaciones un protectorado
que tuviese al monarca en perene-tatela.:


, ¿ Qué compromisos pudieraya temel'? ¿Qué
peligros la debieran intimidar? Colocada en
la alternativa de vencer ó morir, se arrojara,
no lo dudemos, se arrojára á los mayores
escesos; y si estos abreviáran los dias de su
duracion, al menos se habria gozado en el
placer de inmolar víctimas á su venganza.


Tan tremendas consideraciones inspiran
la mas séria inquietud, la mas viva ansiedad
sobre la marcha que eu lo sucesivo se,adop-
te; segun esta sea, tal será nuestroporve-
nir; venturoso y halagüeño, ó tempestuoso
y preñadode desastres.


POLÍTICA E8TRANGERA.
Madrid 13 de ma...o de IllU••


La sesion de la cámara de los Comunes
de Inglaterra del dia 28 del mes proximo
pasado es notable bajo muchos aspectos.
Lord.I, Manners hizo una mocioncon el ob-
jeto M que se representase á S. ~1. contra
ladetencion que D. Carlos y su familiae~ta~
han sufriendo en Francia, y se. suplicase á
la Reinaque interpusiesesu mediacion.coael
gobierno francés para que concediesela. Ii-.




- f8~-
bertad 1\ Jos prisioneros'de Bourges. Sea que 11 importante que se ha de resoiver en un por-
la mocion procediese únicamente de la hue-I venir no muy remoto.
na voluntad de lerd J. Mannel's hácia la fa- 11' Sin embargo, esta última consecuencia
J~il.ia. de D. Cárlos, sea que los ministros se l. no es tan exacta como á primera vista pu-
hiciesen interpelar adrede para tener ocasion 1 diera parecer,' supuesto que las ulteriores
de dar esplicaciones sobre puntos de alta im- declaraciones del ministro indican que se
portancia , pues que esto último saben ha- han hecho á D. Cárlos proposiciones par.a
c~r1om~y bien los diplomatícos ingleses, lo inclinarle á que' renunciaseá laesperanzade
CIerto es que resultaron de la mocion decla- volver á España. No sabiendo á punto' fijo
raciones notahles , que en las críticas oir- en qué sentido estaban concebidas las pro-
cunstancias que estamos atravesando no de- posiciones mencionadas, nada podemos de-
ben pasar desapercibidas: cir sobre la ilacion de que tratamos, dado


Sir Roberto Peel afirmó esplíeitamente que ignoramos completamente hasta qué
que el gobierno francés estaba en su dere- punto se hacían concesiones á aquel Prínci-
eho cuando impedia que los emigrados in- pe para inclinarle á lo que de él se exigia. '
trigasen en sentido hostil contra una poten- «No conviene, continuó Sir Roberto Peel,
cia vecina. Abstúvose el ministro de discutir que la cámara de los Comunes se entrometa
la ley francesa por la cual el gobiernode las] en una cuestion puramente francesa,y es-
Tullerías tiene prisionero en Bourges á don ponga al pais por una parte á la humillacion
Cárlos: mas no dejó de añadir que asi lo y por otra á la guerra. Pero rechazando la
exrgiau las leyes y los intereses de la Fran- proposicion creo poder asegurar que el Prín-
cia , y que esta medida estaba muy confor- cipe sera tratado con toda la atencióndebida.
me con las obligaciones que tiene contraidas Es un Príncipe de la casa de Borhon , y co-
la Inglaterra con respecto á España, á C<JU- mo tal será respetado, ademas de que tiene
sa de que esta última nacion podria ser víc- á su disposicion un radio de cuatro leguas.
tima de nuevos trastornos si D. Cárlosalean- Si 1). Cárlo« secomprometiera á establecerse
zase la libertad. «Harto destrozado, dijo, se en cualquier punto de Europa que 1/0 fuera
halla este pais por las disensiones intestinas, España, y renunciase á toda esperanza de
y' no es justo agravar el mal consintiendo volcer á aquel pais , ni el gobierno francés
que un elemento nuevo de discordiapromue- ni el nuestro se opondrían á que salierade
va nuevamente la guerra. Asi pues, el inte- Francia. Creo haber dicho lo suficiente pa~
rés de la España, el de Francia y el de In- 1 ra determinar á la cámara á no aprobar la
glaterra exigen que la presencia de D. Cár-¡ proposicíon de lord John Manners, quien sin
Jos no .empeore la suerte de la Península. duda no querrá comprometerlos lazos de
Deseo:que aquel pais goce de un gobierno amistad que unen actualmente á la Francia
responsable 'Y constitucional, y deseo sobre y á la Inglaterra.»
todo el término de esos conflictos terribles Dos ideas sobresalen en las declaraciones
que turban la paz é impiden la prosperidad del ministro inglés: 1." voluntad decidida de
de España. Hemos reconocido á la Reina-, y que D. Cárlos permanezca detenido en Frau-
si D. Cárlos vuelve á aquel pais ¿en qué se cia hasta que este Príncipe ofrezca la seguri-
convierte nuestro reconocimiento?» De esta dad de que no perturbar.¡ el reposo de la Pe-
declaracionresulta , que la Inglaterra anda nínsula con sus pretensionesal trono: 2." de-
acorde con la Francia en que continúe pri- seo de que D. Cárlos renuncie á toda espe-
vado de su libertad el Príncipe encerrado en ranza , y de; que asipuedasalir de la pri~oIl'
Bourges, é indica tambien que la Francia en .que se halla encerrado. ¿, Cuáles serán
por ahora no trata de desviarse de la línea I esas condiciones bajo las que sé le ofrece la
de' conducta observada hasta ~I presente. libertad? El ministro no lo indica; pero lord
Asi se desvanecen los rumores que habían Palmcrston , que no estaba obligado á tanta-
circulado poco tiempo atrás de que D.·Cár- reserva, y que habia estado en posicion muy
losjba á alcanzar su lihertad ; á juzgar por oportuna para saber las negociaciones que
las apariencias, la noticia estaba destituida sobre este punto habían mediado, no. tuvo
de fundamento. Este hecho es muy grave, dificultad en esplicarse mas; bien que no
supuesto que tal vez podria manifestar lam- puede inferirse con toda claridad si sus pala-
bien cuál es la voluntad de la Francia v de hras dicen relacion únicamente á los tiempos.
la: Inglaterra-con respecto á una cuestión pasadosó si comprenden tamhien los presen-




- 4-83-
tes. El ex-ministro de negocios estrangeros, ímportantísimes-en el camino de la repara-
despues de haber manifestado que segun las cion de los males sufridos por la Iglesia: y
leyes españolas.Isabel U era la Reina legi- fuera de temer q~e una imprudencia de los
tima de España, y quesería absurdo é in- que confiasen poder derribarla dinastía rei-
digno del gobierno inglés intervenir con es- nante ó forzarla aUna. transaccion, hiciese
te motivo cerca del francés en una cuestion retroceder á los gobernantes hácia la des-
puramente francesa,ai¡adió: «D, Ciírlos se- confianza que ha dominado hasta aqui, y
ria. puesto sin reparo en libertad si empeñase quizás provocase persecuciones que, por
su palabra de honor de noentrar en España. injustas que fuesen, no dejarian de encon-
Lejos de consentir en dar esta seguridad, no trar quien las escusase y legitimase. El par-
quiere ni aun renunciar sus derechos á favor tido estr.emo que acaba.de sucumbir, y que
de su h~jo, y no es dudoso que si hoy estu- en los dias de su mando ha causado tantos
viese Iihre volveria á su país y encenderia daños á la Iglesia poniéndonos en tan inmi-
nuevamente el fuegode la guerra civil.» riente riesgo de un cisma, levantaria de nue-


Quien sigacon ojo observador el curso de vo la cabeza ,ofreciendo su apoyo al trono
los negocios con respecto á la gravísima de Isabel, y este se viera en la necesidad de
cucstion cuyo desenlace se va por momen- aceptar el auxiliode aquellos á quienes mira
tos acercando, recogerá cuidadosamente es- actualmente como implacables enemigos.
tos datos, que pueden. servir no poco·para ¿Quién es capaz 'de'calcular los males de
formar conjeturas sobre la mayor ó menor ínmeesatrascendenciaque dimanar pudie-
probabilidad de las noticias que. han circula- ran de situacion tan complicada? Verdad es
do estos últimos' dias en favor de algunos que todas lasprebabilidadesestaníndicande
Príncipes, pocoantes mirados con desvío , y que por mas violentasquefuesen los esfuer-
de seguro escluidos de obtener una mano zos que al principio-se-hicieran, la· guerra
augusta, Bien pronto ban de presentarse I seria ahogada eu su cuna; pero.aunen este
nuevas seriales que aclaren mas y mas la si- !i caso se.habrian ya esperimentadogran parte
tuacion , y revelen á los no iniciados en los 1'[ de los males que acabamos de anunciar, y
misterios de alta política cuál es el destino se habrian esterilizado los medios de recen-
que nos está reservado. j ciliacion universal que no sin provecho se


Sobre las personas y sobre las dinastías I van ensayando.
están los principios elernos; y los partidos Pero supongamos que la guerra pudiera
que losprofesen conprofunda conviccion no tomar creces, equilibrándose de nuevo las
deben desalentarse jamás, sean cuales fue- fuerzas entre los que militasen por el trono
ren las ,condiciones á que se los someta, pa- de Isabel y los que defendiesen el principio
ra hacer profesion de sus doctrinas y procu- opuesto: ¿, qué hombre, en cuyo pecho la~
rar que desciendan al terreno de la práctica. tiera un corazon español, seria capaz de co-
Los hombres amantes de la felicidad de Es- locarse d~ nuevo en 1833, y contemplar sin
paña peben rechazar como una idea funes- I horror lammensa cadena de desastres que
ta , y quizás como insinuacion pérfida, todo : iban á renovarse sohre esta nacion infortuna-
cuanto se encamine á encender de nuevo la i da? ¡.Quién seria bastante inhumauo para
guerra civil, sea cual fuere el pretesto que 1" complacerse en la idea de que la sangre es-
para ello se tomare: seria menester cerrar pañola corriera de nuevo á torrentes en Na~
los ojosá la .I~z para no ver que los esfuer- I varra , en Cataluña, en Aragou, salpican-
zosque se hiciesen con las armas en la mano I dose mas ó menos con ella todas las dernas
serian del todo estérilespara el bien, al pa-- I provincias del reino? La Providencia alejará
so que acarrearían desastres sin cuento. de nosotros tan terrible calamidad: v esta-


Por de pronto, toda tentativa que se diri-l mos seguros de que la' inmensa mayoría de
. giese á levantar una bandera contra el go- los hombres cuyas convicciones los llevaron


hierno de la Reina empeoraría notablemente. á simpatizar con el principio que sucumbió
la causa de la Ileligion, pues sus enemigos I en Vergará , rechazarían con espanto todo
no dejarían.de achacarle la culpa de las nue- 1 plan que se encaminase ,á aventurar. á los
vas discordias, por mas que ella se mantu- '1 trances de las armas el triunfo de sus Ideas.
viese agena á las vias de hecho y á todo I
linage de.intrigas, El gobierno actual, arras- _4~ ~_
trado por la opinión pública, ha dado pasos ,




LA ARIS'roCRACIA
YLA


M.dT¡d~O de mano de '844.


A mas de la religion y de la monarquía,
¿hay otros elementos en la sociedad española
que' entrañen verdadera fuerza? La aristo-
cracia, la democracia propiamente dicha,
¿qué son entre nosotros?


No hay pais en el mundo donde las clases
esten mas niveladas que el). España. La mas
alta nobleza no disfruta ningun previlegio,
no está separada del pueblo por ninguna
barrera social ni política. Si este ó aquel no-
ble; esteó.aquel grande ejercen algun as-
cendiente , no es por los títulos de su cuna,
sino por su riqueza, por su saber ó por el
mérito de su carrera: si á su lado se halla
un hombre salido de la ínfima plebe, pero
que haya llegado á poseer iguales riquezas
y dotes personales, ocupará idéntica posicion
social, sin que le rebaje un solo grado de
su altura la humildad dei nacimiento.


Las costumbres españolas estan entera-
mente acordes con esta organizacion social
v política. Aquí no se conoce entre los gran-
des esa infatuación aristocrática de Inglaterra
y otros paises, donde las familias privilegia-
das como que se lisonjean de pertenecer á
mas alta especie; no hay en España esa
etiqueta que separa á unas clases de otras,
que es un perene recuerdo de la superio-
ridad , y una continuada ostentacion de los
títulos de sangre. Aqui todas las personas
de elevada categoría apean desde luego el
tratamiento; y si ellos no se apresuran, nos
tomamos la libertad de hacerlo sin su per-
miso, para librar la conversacion de trabas
y dejarla mas suelta y corriente. Aqui un
hombre de la mas humilde clase de la socie-
dad detendrá en medio de la calle ó del pa-
seo al mas elevado magnate. En una palabra,
la aristocracia de nacimiento no existe mas
que '~n el nombre: y la de las cualidades
personales es muy poco exigente si se la
compara con la de otros paises.


Si bien se observa, esto no ha dimanado
de la revolucion , porque antes de ella ya
se veian encumbrados á los primeros pues-
tos del Estado hombres de cuna muy humil-


484, -
de, lo que bajo ciertos aspectos no ha dejado
de traer graves daños. Es doctrina de todos
los publicistas que la monarquía, para ser
sólida yno degenerar en tiránica, ha me'"
nester el apoyo de unac1ase intermedia; esta
clase ha faltado en España y de aqui han
dimanado muchos males. Verdad es que 0..1
poder del clero suplia en algun modo el de-
tecto, mas por esto no ha dejadó de sentirse
la falta de aristocracia seglar. La monarquía
se hizo en España demasiado democrática,
y asi se entronizó el despotismo de los mi-
nistros y privados. A la sazon no entrañaba
la democracia bastante fuerza para poner
freno á los desmanes de los gobernantes; y
el Monarca , llamando á solo el pueblo y
abatiendo á la nobleza, sabia que en él ha-
bia de encontrar no un rival sino un servidor.


Cuando se piense seriamente en reorga-
nizar esta sociedad desquiciada, será preci-
ciso andar en busca de los elementos que
puedan servir á formar una aristocracia, co-


I mo lo han hecho V lo estan haciendo todos
1 los paises del mundo. El alto clero y los


grandes propietarios territoriales son las dos
clases que presentan una base segura. No
intentarnos decir que no se puedan combinar
con ellas. respetables fortunas de otra- espe-
cie, mérito contraido en honrosa y dilatada
carrera, capacidad probada en el desempe-
ño de elevados cargos; pero todo esto ha de
ser accesorio, y debe entrar en pequeña


. cantidad, si no se quiere que la aristocracia
se pueda variar, destruir ó improvisar con
el antojo de un ministro.


A propósito del alto clero, el Sr. Martinez
de la Rosa hizo un ensayo que ni surtió
efecto ni podia surtirlo. El. principio era
saludable pero estaba mal aplicado. Cuando
algunos individuos de una clase entran en
un cuerpo que funciona eri la esfera política,
si solo deben esta distincion á la elecciou del
gobierno, no van como representantes de su
clase, sino como personas agraciadas. Des-
de aquel momento pierden la mayor parte
del influjo y prestigio que les corresponde
por su categoría. Ademas, que en la época
del Estatuto, hallándose en todo su ardimien-
to la guerra dinástica y política, los ohis-
.pos elevados á la dignidad de prócer, por
mas grandes que hubieran sido sus virtudes
y saber, por mas respetables que fueran ba-
jo todos conceptos, desde que se sentaban
en Jos escaños del Estamento tenían contra sí
á la parte de la nacion que opinaba en favor




- 485-
de D. Cárlos y de la monarquía absoluta, La 11 libros sagrados: pecUl~il1J obediulJt omnia:
fuerza, pues, que estos prelados podian te- : todo obedece al dinero. Las riquezas propor-
ner en la sociedad, la perdían en el orden 1 cionan medios para satisfacer las necesida-
político; el ministro que creia llamar en su I des propias y socorrer las agenas; lo pri-
apoyo á una clase, solo llamaba á una mero ascgura la independencia, lo segundo


IJersona, ¿Cómo se debia remediarel daño? forma clientela. Esta es una teoría muy sen-o ~n aquellascircunstancias era irremediable, cilla, porque se funda en un hecho palpa-
porque no era posible hacer que desapare- ble; es una teoría indestructible, porquees-
ciese la división en la sociedad, y que cl in- triha en la misma naturaleza de las COSflS;
dividuo quc tomaba parte cn un sentidopo- una teoría universal, porque donde haya
lítico, no. fuese mirado con desconfianza por I homhrcs habrá necesidades y deseos de sa-
losquedeseaban el triunfo delpartidoopues- tisfacerlas. Esto no degrada el mérito per-;-
too Desde entonces la situacion ha variado, sonal ; nada rebaja de los timbres del saber
y si hay previsión cn nuestros gobernantes, y de la virtud: el rico podrá ser malvado y
puede todavía variar y mejorarsemucho mas. el pobre virtuoso; pero siempre será verdad


El poder que se viese rodeado dc la adhe- que el rico no está sometido á las tentacio-
sion sincera, firme y afectuosa dc todo el nes hijas de la necesidad , y que atendida la
episcopado español, sin divergenciasde nin- flaqueza del corazón humano, sobre estas
gunaclase, ni de los obispos entre sí, ni en- probabilidades puede basarse una sólida
tre ellos y el gobieruo , ahogadas para siem- teoría; siempreserá verdadquecl rico ten-
pre todas las cuestiones que sobre este ó drá medios de influir de que el pobre está
aquel punto pudieron en otros tiempos intro- falto, y que de esta diferencia de oondioion,
ducir la division , este poder tendria en y en igualdadde las demas circunstancias,
tornosuyo una verdadera aristocracia ecle- se puede inferir la diferencia del influjo que
siástica , y esta aristocracia llevaría tras sí respectivamente cabe al uno y al otro.
nada menos que á todo el clero y á todos los Uno de los vicios radicalesde nuestra 01'-
hombres que reunen las creencias religiosas ganizacion actual es que la riqueza del pais
con el apego á la,s tradiciones, instituciones no está en juego en la máquina flOlítica;
y costumbres antiguas. Siendo la España un pueblo agrícoa en su


Esta observacion que hemos aplicado á la inmensa mayoría, debiera tigurar principal-
aristocracia del clero, se estiende.tamhien á mente la propiedad territorial, comenzando
la seglar, porque no basta que el poder ten- desde las municipalidades hasta los cuerpos
ga en su favor á este ó aquelgrande, este ó colegisladores; y esto no se verifica. Du-


. aquel rico propietario, es preciso que am- rantela revolucion, los conservadores han
bosse hallen en armonía con el pais cuya invocado el principio de que la riquezadehe
riqueza representan, y que por.consiguiente ser el barómetro de la influencia política que
todos ó la inmensa mayoría de ellos esten se ha de conceder á los individuos; pero
acordes en los puntos mas capitales, y no este principio era irrealizable, mientras una
divididos en ninguno de mucha importancia, parte de esta riqueza simpatizase por lasque
De otra suerte las influencias contrarias se militaban bajo la bandera contraria al go-
contrapesan, la fuerza que por una parte bierno representativo. Asi es que, ó dispo-
adquiere elgobierno' sehalla neutralizada por nian de las urnas cuatro aventureros. sin for-
otra igual ó superior, y jamás se llega á la tuna ni hogar, ó si prevalecian las ideas
robustez y estabilidad que necesita un po- conservadoras, estaba reducido el-moví-
del' para hacerla felicidad de la nacion que miento electoral á muy pocas poblaciones,
le está encomendada. y aun en estas quedaban eliminados de he-


Ya que en España no es posible tomar cho todos los conocidos por su desafeccion
por base los títulos de nacimiento, es pre- ó indiferencia. En falseándose de tal manera
ciso atenerse á la riqueza, y esta es una las instituciones, ya sea por la mano del
aristocracia de todos los tiempos, una aris- . hombre,ya sea por efecto dc las circuns-
tocracia que nunca perece. Porque dígase i tancias, es imposible que se esperimente
lo que se quiera del poder del oro en el prc- ningun resultado provechoso; lo que sí se
senté siglo, lo cierto es que es ya muy an- esperimenta son los males que las institu-
tiguo aquello del poeta: aur'Í sacra {emes: ciones llevan consigo, y estos males se su-
m<Jldita sed de oro; y mas todavialo de los fren sin compensacion de ninguna clase.


22




- 186-
Un elemento hay en lasociedad española, I naciones donde han obrado por mas tiem-


nacido del espíritu del siglo, y que se ha po y con mas eficacia las causas que la
desenvuelto de una manera particular con l· producen; pero cada dia se irá aumentando,
'el calor y movimiento de la guerra civily de i si continúa esa fiebre política quC' escita
la revolucion: las capacidades. En la oi'ga- ! tantas ambiciones, é inspira tan locas espe-
nizacion antigua, las capacidades se halla- I ranzas. A mas del pauperismo propiamente
han encarriladas en sus respectivas profe- I dicho, hay en Europa un pauperismo de
sienes: el abogado se ocupaba de pleitos, y señores; el primero no aflige todavía á la
si no estaba contento con su bufete , se hacia I España como áotros paises, y en la parte
pretendiente aspirando á la magistratura; I que le sufrimos tiene un caracter particular
el médico sabia que pa:a él ~o existia otro I que por ahora no ofrece ningun riesgo; el
medio de ganar la subsistencia que el estar JI segundo se muestra ya con síntomas alar...
á la cabecera de los enfermos, y asi se re- Imantes.
signaba á pasar la vida en el ejercicio de su I!En la organizacion antigua, el estado
penosa facultad; el militar no conocia otro ! eclesiástico y las órdenes religiosas ahsor-
camino para adelantar en su carrera que el ,i hian una muchedumbre de jóvenes que aho-
hienquistarse con sus gefes y adquirir repu-. 1


1


.. ra. se dedican á o.tras carreras, tenfendose.
tacion ventajosa asi en tiempo de guerra ' de esta suerte un desahogo, por decirlo asi,
como de paz; para el comerciante no babia '1 que no dejaba que se multiplicasen las ca-
mas esperanza de mejorar la fortuna que el l. pacidadcs sin destino. Cada año sale de las
conducir bien los negocios de su escritorio; I universidades y colegios un crecido número
y del mismo modo todas las dernas profesio- ; de jóvenes que han concluido su carrera,
nes tenian como encerrado al individuo que I que tienen desarrollada su inteligencia, que
les pertenecia , por mas sobresaliente que i han vivido largos años con la esperanza de
fuera en capacidad y demás cualidades per- '1 conquistar una posicion social distinguida,
sonales. Ahora la situacion ha cambiado: el : y que sin embargo se hallan de repente sin
hombre que se siente ó cree sentirse con I ocupacion, sin medios de subsistencia, qué
talento para escribir ó figurar de alguna ma- tropiezan con mi) obstáculos donde quiera;
uera, ya no se considera limitado á una PI'O- y de cualquier modo que se propongan ejer-
fesion , ni circunscrito al estrecho ámbito de cer su facultad, que hallan obstruidos to-
una clase; es un hombre público que podrá dos los oamiaos.: cerradas todas las puer-
servir para todo lo que se ofrezca, resuelto tas , en situacion mucho mas triste que la
á encargarse del primer negocioque ocurra, del oscuro jornalero, y con las muchas ne-
sin perjuicio de dejarle luego y pasar á otro cesidades de su categoría. De aqui resulta
-de especie muy diversa, si es que le pre- una especie de democracia, que ora bajo la
senta posicion mas ventajosa ó le halaga con forma revolucionaria, ora bajo la conserva-
ma~wres esperanzas. Tomara parte en las dora, se agita en la esfera política, porque
depeudenciasde Estado, de Gobernacion, la política es el único punto que le ofrece
de Hacienda, de Gracia y Justicia, de Ma- ilusiones de porvenir, halagándola con es-
rina , hasta de Guerra, sin reparo de nin- peranzas de una colocacion decorosa. Y de-
guna clase: ¿ cuáles fueron sus títulos? cimos ilusiones, y halagos, y esperanzas,
l.Cuál la garantía de que es idóneo para el porque en efecto es poco lo que hay de rea-
desempeño de su cargo'? Es una capacidad. lidad en la carrera política. Para uno que


í no se crea que este fenómeno dependa medre en ella, quedan mil y mil cruelmente
del orgullo ó del capricho; sí bien se mira, burlados, pues por mas abusos que se su-
es el resultado de la nueva organización so- pongan en la multiplicacion de los empleos,
cial en que se ha destruido todo lo antiguo, hay un cierto limite del cual no .es dable
sin pensar en lo que se le habia de susti- pasar; no pueden caber todoslos candidatos
tuir; es efecto del espíritu del siglo que aun cuando la situacionse ensancheescanda-
impulsa á los jóvenes hácia las carreras li- losamente; es preciso que muchos continúen
terarias , en número mucho mayor del quedevoraudo su desengaño en espectativa de'
ellas han menester. Puede asegurarse que nuevas mudanzas, en que quizás les venga
esta es una de las mayores calamidades de I su turno. Esta es una causa de malestar que
nuestra época: esperiméntasc ya en Es- I dará quc entender á todos los gobiernos
paila, bien que no tanto como en otras I! y que solo puede rernediarse lentamente:




E:'iTIlE


Hadrid 20 de marzo de 18H.


---~'¡'C~f!i·"'-----


LOS EXALTADOS Y LOS ABSOlUTISTAS.


En estos últimos dias se ha felicitado mu-
cho al gobierno por la energía que ha des-
plegado, asi con respecto á 105 pronuncia-
dos de Aficante como á los guerrilleros del
Maestrazgo y Galicia, haciendo nntar ique
con-este pasó se habia dado una leccion se-
vera á los partidarios de la anarquía V á los
secuaces del despotismo. Se ha ponderado
mucho que desde ~oy en adelante ya ~ahrál\
todos los mal avenidos con el actual órden


- ,187-
el medio mas seguro y pronto para atajar su dencíaháeia el progreso material, r á tlü-
progreso y disminuir algun tanto su daño; trar en el circulo de movimiento que arre-
es cerrar la arena política. Cuando el que bata á todos los pueblos cultos. Esta ten-
desee figurar se vea precisado á saber algo dencia se manifiesta con' señales inequívo-
mas que cuatro vulgaridades sobre formas cas; cada dia vemos que se formanempresas
de gobierno; cuando se halle en la necesi- para realizar algun proyecto importante;
dad de tener conocimientos teóricosy prác- gran número de españoles viajan contínua-
ticos de determinadas facultades, entonces mente por los paises estrangeros, para llevar
menguará el prurito de hacerse de improvi- á su patria los nuevos inventos, .y perfec-
so hombre público; las verdaderas capaci- cionarlos con el fruto de sus propias obser-.
dades serán mas conocidas, y podrán tener vaciones; los capitales circulan, con una
mas participacion en los destinos públicos; abundancia y rapidez nunca vistas thasta
la plebe de la inteligencia se resignará con ahora, y el genio industrial y mercantil
menos dificultad á tareas mas modestas, que tan lozano se desplega en algunos pun-


I:a de~ocracia científica y literaria es I tos, agita vivamente' su antorcha para der-
casi la unica que bulle en España; pOI'que I ramal' chispas sobre las comarcas que per-


, la de la industria, esceptuados IlIuy pocos '1 manecen adormecidas. He aqui una idea y
puntos, no existe ni puede existir en un un sentimiento que tienen en la sociedad
paisagrícola en su inmensa mayoría. No española una fuerza efectiva: al gobierno le
caben grandes fuerzas ni exigencias apre- será fácil darles la direccion mas conve-
miadoras, cuando una democracia: acaba de niente : pero si se empeñase en resistirles,
nacer; y esto es lo que sucede entre nos- si por una ú otra causa se hallase en oposi-
otros á la industrial. Es preciso convencerse cion con ellos, tarde ó temprano seria ven-
de que en esta parte no hay nada que pueda '1 cido. Lo propio diremos de ese movimiento
hacer frente ti un gobierno decidido, que intelectual que tan vivo se va manifestando:
cuente cdn energía de voluntad. y no se en la actualidad se consume inútilmentegran
deje amedrentar por vanas apariencias. Muy cantidad de él en la arena política; es muy
al contrario, el medio mas seguro de con- posible, y además conveniente, el evitar
tentar á esa democracia. no es hacer con- que ese vapor se disipe COIl1() sucede ahora,
cesiones políticas á los que toman su nom- 1\Ín dar impulsoá nada que sea de provecho:
bre , sino asegurar el orden público, que arreglad los conductos por donde ha de cir-
permite la tranquila circulacion de los ca- cular; aplicad su fuerza á puntos donde
pitales , y que por consiguiente proporciona pueda ser útil; pero no cerreis todos los
trabajo y pan á Jos obreros y ganancia á los respiraderos, que con vuestra imprudencia
empresarios: único objeto que se propone provocaríais una esplosion.
la democracia industrial. Como se halla en
un país virgen donde todo está por hacer,
todo por esplotar , pasarán muchos años ano
tes que pueda faltarle objeto en que emplear
su actividad emprendedora. Esta circuns-
tancia hará que durante largo tiempose ha-
lle la Españasin el peso abrumador de un
esceso de p~oduecion y de poblaoion, y
por lo tanto sm los graves compromisos en
que se encuentran las naciones donde se ha
verificado un gran desarrollo. En la compli-
cacion política que nos aflige, no es poco
el estarlibres de la social, y tener el tiempo
necesario para prepararnos á hacerle frente
cuando sohrcvcnga , si es que con la espe-
riencia de los males agcnos no hemos po~
dido evitarla. .


Ya por efecto del espíritu del siglo, va
por los mismos sacudimientos de la revolu-
cion, se nota en España una decidida ten- ,




-188 -
de cosas, que no se ataca impunemente ni gable de esta verdad '? Ahí estaba una carta
el trono de Isabel ni la ley fundamental del de un corresponsal bien informado; ahí e's-
Estado, y que asi se inauguraba una nueva taba el viaje del sugeto A. que había coin-
era, cuya divisa seria: justicia para todos. cidido con el del personaje JV. ; y sobre to-


Parécenos que en esta manera de presen- . do, ahí estaba el haberse aproximado á la
tal' los acontecimientos hay cuando menos I frontera algun general adicto á Cristina,
alguna inexactitud, porque se viene á supo- I mientras asomaba en el Maestrazgo una par-
ner que el partido absolutista y el anarquis- tida de antiguos secuaces de Cabrera, ó se
ta , cada cual por su parte, han hecho un dejaban ver algunos trabucaires en las eres-
esfuerzo para trastornar el órden , y que el tas de las montañas de Cataluña.
fusilar á los que se levantaban por el gobier- Todavía recordamos que el general Van- '
no absoluto ha comenzado ahora. Es mas Halen tUYO la humorada de asegurar que el
claro que la luz del dia que la inmensa ma- movimiento de noviembre de Barcelona, no
yoda de los realistas, mejor diremos su to- obstante de ser sus directores hombres co-
talidad, no han pensado en sublevarse ni en nocidos por sus ideas republicanas, habia
conspirar; véase cuáles son los hombres in- sido promovido por Jos carlistas y los mode-
fluyentes de él sobre quienes haya recaido rados: y esto lo decia con tal seriedad que
ni culpa ni sospecha. El levantarse un guer- se adelantaba á añadir que en la tarde del 15
rillero, el reunir una partida mas ó menos despues del fuego en que las tropas habían
numerosa, no es un suceso nuevo: desde tenido que replegarse, el general conoció á
que ha terminado la guerra civil no se ha los carlistas y moderados que se paseaban
visto la España enteramente libre de esas por la Rambla muy alegres y satisfechos,
bandas, ni siquiera un solodia. ¿ A qué vie- como lo manifestabansus caras.
ne , pues, el llamar de tal manera la aten- Por manera, que en gobernando los exal-
cion sobre la coincidencia de los Iusilamien- tados los carlistas se alían con los modera-
tos de Galicia con los de Alicante? ¿Es que dos, yen gobernando los moderados los car-
date de hoy el fusilar á los carlistas como á listas se alían con los exaltados: ,aqui ven-
los revolucionarios? Bien notorio es que no: dria bien aquello de en árbo! caido todos
hasta ahora se podia hacer un pronuncia- hacen leña,
miento con seguridad de quedar impunes La inmensa mayoría del partido moderado
sus autores, si es que no alcanzaban galar- es demasiado juiciosa para que podamos
mm; mas ni ahora ni nunca desde 1833 se persuadirnos de que asiente á semejantes
ha señalado á-los que han proclamadoá don absurdos: v cuando ella ha sufrido los mis-
Cárlos otra pena que el último suplicio: Es- mos cargos'de las que se apellidan alianzas
te es un hecho que nadie es capaz de des- nefandas. y ha tenido que defenderse con-
mentir. tra tamañas calumnias, creemos que un


Se ha querido suponer no sabemos qué sentimiento de justicia lo impulsará á no
monstruosa alianza entre los sublevados de acriminar á un partido que, sean cuales fue-
Alicante y los carlistas: á esto se puede ren sus convicciones. se mantiene tranqui-
contestar con un recuerdo, que será tanto lo y sumiso á las leyes. Quien ha sufridouna
mas decisivocuanto es un argumento funda- calumnia, natural es que no preste fácil-
do en hechos de la historia del partido do- mente oido á ella cuando la sufre otro que
minante. Cuando la regencia de Espartero se halla en circunstancias muy semejantes.
se veia ó creía verse amenazada por conspi- El testimonio de la inocencia en aquella sa-
raciones reales ó aparentes de los modera- zon, nos debe inclinar á presumir la inocen-
dos, los órganos de la situacion clamaban cia de los demás.
de contínuo contra la alianza carlo-eristina; Si los hechos no hablasen, bastante fuera
referian los pormenores de la soñada tran- á disipar tales conjeturas la simple conside-
saccion; suponian en concertado movimiento racion de los principios, de los intereses,
á O-Donnell y Villareal, á Pavía y Eho; y, de los objetos de losdos partidos que se su-
hasta de vez en cuando confeccionaban jun- ponen aliados. Pero se nos dirá que se habla
tas en Burdeos y otros puntos del estrange- de las heces; entonces no menteis á los par-
ro, donde se reunían para la ejecucion de tidos, no felicitcis al gobierno por haber
tremendos designios el P. Cirilo y Martincz I triunfado de principios opuestos: las heces
de la Rosa, ¿ Se queria una prueba irrefra- , no son los partidos, las heces no profesan




AIITICULO 1.


- 189-
principios, las heces no representan nada; cer uu gobierno fuerte ,si no se logra el in"""
por lo mismo qne son heces son desechadas; dicado objeto. Mientras el partido carlista
no pertenecen á determinado cuerpo; no ar- se mantenga tranquilo, inofensivo, ageno
rojan sobre nada responsahilidad ni tacha; I á toda tentativa de insurreccion , una de las
el triunfar sobre ellos es-una fortuna, es el fracciones del partido liberal podrá gober-
cumplimiento de un deher , mas no la victo- 1, nar por mas ó menos tiempo, bien que
riasohre ningun partido, mas no una lec- Ji siempre con debilidad y sobresalto; pero
cíon ni un escarmiento para los hombres de 1i desde el momento que el partido carlista se
bien de ninguna opinión. ti arrojase á la arena unido con ,la fracción es-


Si se nos replicase que los partidos mas j cluida del mando, sucedería como si á un
distantes á veces se mancomunan para der- 1


I
I 'platillo de balanza que tiene el peso de uno


ribar á su adversario, que .asi acontece en ! se le contrapesára con cuatro. No olvideis
Francia ,que así aconteció en el pronuncia- i estas verdades; recordad que en tiempo de
miento de junio, responderemos que esto se 1I vuestro infortunio procurabais atraeros la
verifica despues de largo tiempo del predo- il opinion y los intereses de ése partido que
minio de uno solo, cuando la exasperacion ¡! pudo sostener una guena de siete años; la
se ha apoderado de los ánimos, cuando ya I política observada en una secretaría dehie -
n? tienen esperanza de triun~ar por otro m,e-II ra ~omi~ar en todas; ~,la prensa aman~e dedIO; mas no cuando en reciente lucha se I la situación actual debiera coadyuvar a esa
han hallado en o~uest~s campos, y ha~ 1u- 11 ~n~on, sin la cual.no es posible hacer la fe-
chado con encarnizamiento los,que debieran I licidad de España., , .
aliarse. Los pronunciados de Alicante y Car- ,
tagena representan la- causa de Espartero I
v del partido que le sostenia ; y con ambos I
rucharon en junio los carlistas en union COl,,1 I
los moderados. ¿ Quiénes fueron sus mejo-
res auxiliares en Cataluña, en Valencia y DE
e~ casi todos los p~ntos del reino? Cuando ! LOS PARTIDOS POLlTICOS EN ESPAÑA .
•VIllO el pronuncranuento de los centralistas , J •
para neutralizar los resultados del pronun- ji
ciamiento de junio, ¿por ventura los carlis- ,!
tas fav?recier?n el t~iunfo de la n~eva in- li
surreccion? jNo contrihuveron también ellos '1


". I Madrid i7 de mur-sollc 18.\..$0.por su parte á encerrarla en los puntos don- ,
de habíaestallado, obligándola en union con 1I Hemos examinado cuáles eran los elemen-:
el ejército, á morir de consunción? No con- 'I! tos que tenian en la sociedad española una
viene olvidar tan pronto á los camaradas con j fuerza efectiva; fáltanos ahora saber en qué
quienes se ha militado bajo una misma 1I proporcion se han distribuido entre los par-
bandera y corrido los mismos riesgos: los I! tidos políticos. Esta, investigacion es indis-
partidos como los individuos deben guar- ! pensable, porque no es posible acertar en
darse mucho de la ingratitud. . ! el sistema conveniente sin conocer el res-


Por lo que toca á la monstruosa alianza, ¡I pectivo valorde dichos partidos, y este valor
ni creemos que se haya realizado ni que está en razon de la cantidad de fuerza social
pueda realizarse; mas diremos.. en nuestro que contienen en su seno. '
concepto si se presentára este caso, estaría Liberales y realistas: hé aquí las primeras
en el interés del partido dominante, no el y principales divisiones que han existido en
despreciarla con insultante desden, sino el España; bien que estas dos palabras sean
desbaratarla con hábil política, atrayéndose ahora y hayan sido siempre algo vagas por
al partido carlista. Esta política, 'yacomeh- demasiado generales, será preciso emplear-
zada á seguir con algunas medidas' repara- las, á causa de la dificultad de encontrar
doras, podria estenderse en mayor escala, otras mas á propósito para espresar exacta-
y continuarse con mas perseverante y tra- mente las ideas á que .correspouden. Cada
hado sistema: porque para quien conozca el uno de estos partidos se ha fraccionado en
estado de las ideas y costumbres de .Espa- dos, que han tomado distintos nombres, pe-
ña, es evidente que no es posible estable- ro que algunos apellidan moderados y exal-




- t,90 -
lados', á pesarde-qae con estas cíaslñcacío- vivido menos sujetas al aliento disolvente
nes no se designan los principios que profe- del espíritu del siglo. ,
san ni aun el carácter que los distingue. Se ha declamado mucho contra los frai-


De/os realistas, ó que desean la monar- les, porque sostenían con todas sus fuerzas
quía absoluta, unos han opinadopor la con- lo antiguo y resistían con tenacidad á las
tinuacinn del antiguo órden de cosas, asi en innovaciones; y en esta declamacion, cuan-
lo social como en lo político, mientras otros do no hubiese enorme injusticia, hahria
han creido que salvándose el principio mo- ciertamente mucha falta de tilosoíla. Es pre.,
nárquico en toda su unidad y fuerza, era teusion bien peregrina la de exigir de un
precisoentrar en el camino de las reformas, hombre que se declare á favor de un siste-
haciéndolas emanar todas del trono. Estos ma ljue se halla en contradiccion con sus
últimos son los imitadores del sistema que ideas, sus costumbres y sus intereses;es
domina entre las grandes potencias del norte decir, con cuanto puede afectar la couvic-,
de Europa, ó si se quiere, los discípulos cion, la virtud y el amor propio. Un fraile
mas ó menos fieles de la escuela del reinado revolucionarioes un fraileenemigo delosfrai-
de Cárlos lit Mas no se crea que ni aun les, y esta es una figurabien pocoagradable:
esos realistas moderados esten acordes en de sospechar es que abriga otros designios
todas sus opiniones y miras; al contrario, los que los de libertar de tiranos á las naciones
hay que distan muchoentre sí, y que segu- y hacerla dicha del género humano.
ramente no.se avendrian fácilmente en pun- En las innovaciones de los últimos tiem-
tos doctrinales de la mas alta 'importancia. pos ha venido envuelta siempre la ruina


Notodos los realistas moderadosson alum- de los institutos religiosos; y un relig-ioso
nos de una misma escuela, no todos proce- digno de este nombre lo podia'apoyar seme-
den de unas mismas mas; v la diferencia jante proyecto? El que asi lo hiciera, á buen
de su origen se deja conocer en la nueva seguro que, lejos de grangearsela estima-
posicion en que se hallan colocados. Loshay cion de nadie, debiera atraerse el desprecio
que han salido de entre los liberales, retro- de los mismos en cuyas filas se iuscribia.
gradando como suele decirse; los hay que .Se nos dirá que un religioso, sin perder na-
antes pertenecieron á losrealistas exaltados, da de sus virtudes v de la austeridad de su
y los hay por fin que no estan entroncados instituto, podia muy bien opinar que había
con aquellos ni con estos, por no haber ligu- . llegado el caso de una reforma: que era me-
rado jamás en ningun partido político, y ha- jor organizar de otra suerte aquellas insti-
her formado sus convicciones V desenvuelto tuciones cuyo objeto liabia caducado con el
sus sentimientos á la vista de 'los desastres tiempo, acomodándolas el las nuevas nece-
de la revolucion y de los errores de todos sidades de la época; pero á esto responde-
los gobiernos. remos, que no se trata de saber cuál era


La genealogía de estos partidos es digna la utilidad actual de este ó aquel instituto,
de ser observada , pues que en ella se ni de cuáles eran las variaciones ó mudan-
encierra nada menos que la historia del zas que se podían hacer, ni tampoco de si
curso de las ideas políticas en España desde á un religioso le era lícito abrigar sobre di-
el último tercio del siglo pasado. chos puntos estas ó aquellas opiniones: trá-


El partido que se presta mas fácilmente á tase de si á un religioso le. era permitido
un exámen sencillo y claro es el de los rea- contribuir á la supresión ni reforma de su
listas enemigos de innovaciones en todos órden sin la legítima autoridad; si le era
sentidos; sin emhargo, al dedicarse á este permitido pisotear los cánones. quebrantar
exámen no dejan algunos de incurrir en sus votos, ultrajar su propio decoro arar-
errores de gravedad v trascendencia. Por tándose de la obediencia de sus prelados;
aquí comenzaremos, pues, ya que asi parece menospreciando la regla á que voluntaria-
exigirlo el orden lógicode las ideas y de los mente se babia sometido, v declararse el
hechos. enemigo de sus hermanos. Esto es lo que


Los hombres que han opinado por la con- hacia un fraile revolucionario; v á decir
tinuacion del antiguo sistema en su totali- verdad, este es un espectáculo tan repug-'
dad óconescasas modificaciones, pertenecen nante., que mucho nos complacemos en que
á ·las clases mas identificadas con él, v á las I hayan sido tan pocos los que lo han oíre-
que por SU!! circunstancias particulares han cido. '




- HH-
Sin-atender á ninguna consideracion reli- respecto al regula¡', bien que mediando la


giosa, sin pararse en los motivos de justi- diferencia de que este se veia amenazado
cia, sin llevar en cuenta otra cosa que los inevitablemente de una destruccion total,
naturales sentimientos del cerazou , debié- mientras aquel temía despojo de la propie-
ranse haber abstenido los que de justos hla- dad, ultrages á las personas, ataques á la
sonan , de culpar la incorregibilidad de los independencia de su sagrado ministerio, y
frailes en 'su aversión á -las innovaciones re- propagacionde los errores contrarios al dog-
Iigiosas y políticas. Al oir á un religioso que ma y á la moral. De esto resultó que en su
condena todo lo que se ha hecho, que se generalidad se.declarase enemigo de las in-o
empeña en no transigir en nada, no conci- novaciones, bien que con respecto á la po-
hen algunos como esto pueda suceder, y lítica no con tanto empeño como el regular,
esclaman: estos hombres son incorreqiblos. á causa de que , á pesar de los males que
Pero decid vosotros: si durante largos años veia sobre su cabeza, no creia posible, co-
hubieseis vivido sometidos á una regla, mo en efecto no lo era, el que se le des:""
profesando doctrinas aprendidas desd.e la truyese completamente arruinando del todo
mas tierna edad, con la certeza de que en la Iglesia de España. Asi , tanto el clero se-
aquel retiro debíais acabar vuestros dias, y I cular como el regular tenian la prevision.y
~e repente se presentase alguno diciéndoos el presentimiento de lo que harto funesta-
que lo que vosotros.reputabais como santo mente se ha veriíioado;'bien que para este
y venerable, era superstición y fanatismo, habia ademas la cuestíon de ser ó no ser.
y os despojase de vuestros bienes , y os ar-- que naturalmente debía aumentar su espíri-
rojara de vuestras casas, yoscondenara tu de resistencia. ' .
tí. la miseria V al mas espantoso abandono, Y nótese, que en estas consideraciones
y todavia nocontento con tantos desmanes, prescindimos absolutamente .de nuestras
exigiese que aprobaseis cuanto ha hecho, creencias, y miramos las cosas tal comopu-
que le avudaseis á consumarlo v á consoli- diera mirarlas quien fuese del todo indife-
darlo, y no os permitiese que hablaseis con rente á la conservaeion ó ruina de los insti-
indignacion de tales atentados, ¿. no diríais tutos religiosos, á las propiedades del clero,
que quien asi se portase hahia perdido el á la independencia de la Iglesia, y aun á la
sentido comun? Pues bien, en este caso se religion misma~ solo atendemos á estos ob-
hallan los frailes á quienes llamais ineorre- jetos .en sus relaciones con la influencia que
giMes: la correccion es difícil porque es irn- debieron ejercer sobre el corazon, y á la
posible destruir el corazon humano. Hahlais repugnancia á toda innovacionque.debieron
de tolerancia á unos hombres á quienes no inspirar á lasmencíonadas clases. Bajo el
haheis tolerado en medio de la sociedad; sistema antiguo no les amenazaban peligros,
queréis que os toleren amablemente cuando bajo el nuevo sí : teniendo que optar entre
no les haheis tolerado que tuviesen los me- estos dos estremos, laeleccion no podía ser
dios de subsistencia; cuando á nombre de dudosa.
vuestros principios no se les ha tolerado «Pero, senos dirá, ¿no hubiera sido me-
ni la vida..... Compréndese muy bien que jorprestarse á una transaccion, y.sacrífícar
seáis enemigos de los frailes, ya que á una parte á la conservacion del todo't .¿.No
ello os impulsan vuestras doctrinas é in- hubiera sido prudente .prevenir'la revolu-
tereses, pero sed al menos algo razonables cion , saliéndole al paso con, la 'reforma 'l,JI
en vuestra enemistad: no exijais que vues- I Sobre esté particular hay UD fenómcoodig-


.tras víctimas os ayuden á inmoladas. . i node observacion, 'y que haremos notar,
Natural era, pues, que el clero regular porque puede servir mucho para I~ inteli-


en su totalidad fuese acérrimo adversario gencia de la historia y lacondaccion de los
de todas las innovaciones;' en ellas veia su negocios en circunstancias difíciles. Admí-
muerte, y esta muerte la alejan de sí cuan-, ranse algunos de que los institutos religio-
to pueden, asi las corporaciones como losin- sos no provocasen ellos mismos Ja reforma
dividuos: declamar contra un hecho seme- propia, ya sea disminuyendo el número de
jante es luchar contra una necesidad funda- sus individuos haciendo mas dificil la admi-
da en la misma esencia de las cosas. I sion, ya sea modificando su objeto confor-


Tocante al clero secular militaban tam-me á la variedad de los tiempos ycircuns-
bien algunas de las razones alegadas COIl h tanelas. Sin entrar en la cuestion de Ja




opone gran resistencia al que se.le quiere
sustituir; asi se esplica en una palabra cómo
todas las innovaciones, antes de triunfarv
de arraigarse, es preciso que se resignena
un período mas ó menos dilatado de ardoro-
so combate.


Si bien se observa, la sociedad está sorne-
tida á dos influencias opuestas que engen-
dran interminables luchas, y que á veces
acarrean espantosas catástrofes: el espíritu
de conservar, V el pruritode innovar. Natu-
ralmente es el hombre aficionado á noveda-
des, pero naturalmente se apega tambien á
lo que le rodea; de aqui una lucha- que no
siempre se resuelve con medios pacííicos , y
que cuando afecta grandes intereses y con-
vicciones profundas, rara vez deja de pro-
ducir calamidades sin cuento.


Todo locriado se resiente mas ó menos de
la accion del tiempo; á veces enferma, tal
vez envejece; ora pierde suprimitivo vigor,
ora su energía mengua; qUlzas no se ende-
reza tisu objetoconel raso tan ~ertero y íir-
me que en dias mas íelices , quizas se des-
via de él v se encamina á otro menos útil;
todo sufre modilicaciones, que al cabo de
cierto tiempo exigen que se rej~venezca.
Este rejuvenecimiento, ó puede dimanar de
principios amigos , como la reformade la dis-
ciplina v la atirmacion de la independencia
eclesiástica fueton debidas en los siglos me-
dios á los heroicos esfuerzos de San Grego-
rioYU, y en los modernosá la sabiduría
del Concilio de Trento , ó bien puede ser
provocado por principios eneuiigos, y~nton­
ces el rejuvenecimiento se ve~1Ílca banall?Or-
se el rejuvenecido en su propiasangre. Uno
V otro efecto estan subordinados á los desig-
nios de la Providencia; porque, como dice


.San Agustin , Dios no permitiria la existen-
cia del mal si no fuera tan sabio y tan hue-
no que del ;nismo mal sacase.elbien.


o Asentados estos principios, observaremos
que las reformas que con la mudanza.de las
circunstancias se habianhecho convemeutes,
para hacersede un modo pací/ico debían pro-
ceder de la accionde la. autoridad legítima;


I pero esta, como que anda guiadapor el.bu~n
deseo, que respeta profundamente la Justi-
cia y la equidad, y qu~. atiende al ~lCn co-
mun, procurando conciliarlo con el bien par-
ticular de lo que ha de ser objeto de la re-
forma, camina regularmente con paso lento,
mesurado y antes de destruir lo existente
quiere ten~r" preparado aquello con que se


- 19~-
necesidad, conveniencia ú oportunidad de
dicha reforma, espondrernos en breves pa-
labras la dificultad que á ella se oponia.


Rara vez acontece que las instituciones
hondamente arraigadas en la sociedad se
destruyan-ni aun se reformen, sin fuertes
sacudimientos'. Todo lo que existe obedece
al instinto de conservacion , y este instinto
se estiende , no solo á lo que es esencial,
sino tambien á lo accesorio. El individuo no
solo tiene afieion á su existencia, sino tam-
bien á su tenor de vida, á sus usos, al pais
en que reside, á las personas que le ro-
dean, en una palabra, á todo cuanto le ha
afectado poralgun tiempo, aun cuando sea
lo mas insignificante. ¿ Quién no haespe-
rimentado cierta pena al verse privado de
objetos de muy poca monta, 'y por los cua-
les no creyera haberse interesado si no sin-
tiese un pesar al separarse de ellos? Re- o
cuérdase á veces con dulzura mezclada de
tristeza, el árbol que crecia en el jardin
junto á la ventana donde nos asomáramos
para distraccion y esparcimiento; la forma
de la habitacion donde viviéramos largos
años, sus muebles de menos valer, se nos
presentan tal vez como la memoria de anti-
guos compañeros con quienes estuvimos
ligados con inadvertido afecto; lo que es de
'Suyo áspero y repugnante, el uso lo con-
vierte en blando y placentero; á las moles- '
tias , á los males mismos se apega el hom-
bre; lo que,para unos fuera una privacion
insoportable, es para el acostumbrado á ello
una necesidad imprescindible.
'Lo propio que en los individuos se verifi-
ca en las corporaciones, porque no siendo
estas mas que un conjunto de hombres uni-
dos con ciertos vínculos y dirigidos á unmis-
mo objeto, forman una especiede ser moral,
'fIue participa de la naturaleza del jndividuo
humano. De aqui resulta que es muy difícil
que del seno mismo de la corporaciou brote
el pensamiento de reforma; v si Brota, dili-
cilmente alcanza á vencer losobstáculos que
en todas direcciones encuentra. Asi se es-
plicacómo ha podido suceder que hasta los
santos que se propusieron este objeto hayan
tropezado confuertesembarazos, vsuscitados
algunos por personas de recta intencion v de
cumplida buena fe, Asi se esplica cómo toda
escuela dominante en determinada época lu-
ehacon tenacidad contra los que intentan I
destronaría, ni siquiera modificarla. Asi se
esplica cómo todo sistema de administracion




Aladrid 27 de mar-ee de 18H.


EL GO'BIERNO y LAS CORTES.


Cuando la observancia de la lev se ha
hecho imposible, es pueril empeño el de
atenerse á ella; y que la reorganizacion del
Estado es imposible por medios estrictamen-
te legales, es mas claro que la luz deldia.
Supongamos que el ministerio no se hubiese
desviado de la letra de la ley; que, fiel ob-
servante de ella, con la añadidura de las
prácticasparlamentarias, hubiese continuado
con las Córtes arbiertas para obtener lasle-
yes deque necesitaba yprocurarseel presti-
gio que diz alcanzan los gobiernos cuando
estan rodeados de los representantes de la
nacion, veamos lo que habria sucedido,
fijándonos únicamente en la cuestion de
Olózaga: examinémoslo sin afeccion de nin-
guna clase, sin parcialidad, atendiendo á
la misma naturalezade las cosas, y á lo que
nos hace conjeturarla esperiencía mil veces
repetida.


La discusion sobre el asunto de Olózaga
habia comenzado con preámbulos tan colo-
sales que no sabemos adonde hubieran po-
dido llegar las dimensiones del cuerpo de la
obra. Oradores hubo á quienes no bastaban
las horas de una sesion; hahian menester
tres y cuatro dias para esplayarse cual de-
seaban, y lejos de agotarse el fondo de lo
que tenian que decir, hacian todavia miste-
riosas reservas, que andando el tiempo eran
capaces de desenvolverse en dilatados dis-
cursos, como de pequeña bellota nace des-
comunal encina. Ya-fuera espresodesignio,
ya espansion de sentimientos deamistadhá-
cia el personaje caido; ya desahogo de un
patriotismo que temblaba por la causa de li-
bertad, lo cierto es que ladiscusion llevaba
trazas de prolongarse indefinidamente; v a
no sobrevenirel decreto de suspension, era
de temer que no hubiera sido el Sr. Olózaga
quiensufrierael castigo de su atentado, sino
la nacion , que se hubiera visto condenada á
presenciar un espectáculo que por momen-
tos se iba haciendo mas feo y repugnante.
Dejemos aparte lo que habria menguado el
decoro del trono que ya comenzaba á queda!'


23


- 493-
propone reemplazarlo. Para esto se necesita rá el degradarte y suícidarte.» La proposi-
tiempo; y desgraciadamente la tormento~a cionnoera halagüeña.
época en que vivimos no lo otorga; el genio
del mal se agita con asombrosa actividad,
marcha con increible rapidez, y antes que
la autoridad legítima haya podido comenzar
la reforma él ha consumado la destruccion.
Entonces no queda otro medio de repararel
daño que andar recogiendo los buenos ele-
mentos dispersos acá y allá, y comenzar
de nuevo la obra confatigosa faena.


Mas no se diga,como decirse suele con
ligereza é injusticia, que no se queria nin-
guna reforma, que se la hubiera resistido
cualquiera que hubiese sido su naturaleza y
orígen: si la reforma hubiese dimanado de
la autoridad legítima, nadie se habriaopues-
to á ella; una palabra del Sumo Pontítice
hubiera vencido todas las resistencíasé im-
puesto silencio á todos los clamores.


En obsequio de la verdad y de la justicia
se debe notar, que aun los mismos que co-
nocian la conveniencia de algunas reformas
debieron de andar muy recelosos en indicar-
las y promoverlas, temerosos de entrar en
un terreno resbaladizo, donde no siempre es
fácil detenerse en el punto debido; pero es-
to solo prueba que la revolucion , que ha
hecho el mal destruyendo, impedía el bien
amedrentando. Y dado que la oportunidad
se brinda, observaremos que este es uno de
losdañosmas funestos que nos ha traido el
espíritu destructor de la revolucion: el inti-
midar á los hombres de buenas intenciones,
retrayéndolos de mejorar y corregir, por no
abrirla puertaá innovaciones que luego se
llevaban hasta el último estremo.


Hemos creido conveniente detenernos al-
gun tanto en el exámen de las causas que
motivaron la aversion del clero á lossistemas
revolucionarios, porque es preciso formarse
sobre este particular ideas muy claras y
exactas, si se quiere comprender nuestra
historia de treinta años. á esta parte, yacer-
tar en el caminó que en.adelante conviene
tomar. De lo dicho resulta que la Religion y
la monarquía han tenido en el clero un firme
apoyo; y que no podia ser de otra manera,
ya se atienda á lo que de él reclamaban sus
deberes, va sea á lo que le aconsejaban -sus
intereses. 'De suerte que cuando se ha exi-
gido del clero que se adhiriese de corazon al
sistema Tevolucionario, se ha venido á de-
cirle: «queremos que faltes á un deber sa-
grado; y el premio que por ello recibirás se-




- 19.-
mal trecho; la osadía de los tribunosandaba echar aperder la causa de la ConstitucionJ
cobrando tales brios, que bien pronto los d el trono.
acusadores se vieron acusados. Ya el señor El presidente delConsejo de ministros, que
Gonzalez Brabo -tUVQ que sufrir severas y segun noticias ni se ha formadoenlos salones
amenazantes reconvenciones por no sé qué de palacio, ni ha envejecido en la carrera
formalidades que hahia dejado de observar diplomática, ni encanecido con hondos estu-
en la presentacion del famoso documento; ya dios sobre las obras de derecho público, ni
se rebajaba á la augusta Isabelhasta el pun- de codificacíon , ni de altas teorías, debió de
to de exigir un careo conun simple particu- mirar las cosas de otra manera, y diria para
lar; y bien que en miserables parodias como sí: «Todo este ruido que nos atruena, y que
han sido las de nuestros revolucionarios, á mí me amenaza de una manera tan íormi-
quizás se intentara aquello del rey de Fran- dable, al fin y bien examinado de cerca, no
cia sometido á un tribunal, cambiado el nom- i es masque la gritería de media docena de
bre de.Luis XVI en el de Luis Capeto. I hombres; y bien me sé yo que los tales gri-


Hombres de estado de larga esperiencia, tos, por fuertes y destemplados que sean, no
de juicio sosegado y maduro, avezados á las traen en pos de sí los rayos de Júpiter to-
prácticas parlamentarias, y capacesde hacer nante. ¿Quién mevedadespedirbruscarnen-
frente á todas las ¡ revoluciones del mundo te á los que tanto declaman? Si cierro las
conun discurso brillante, quizás lo hubieran Córtes y mañana me parece bien mandarlos
meditado mil veces antes de suspender las conducir á la cárcel, esos titanes entrarán
sesiones de cortes en momentos tan criticas, en la humilde categona de los demás pre-
en que las pasiones estaban exaltadas, los sos; y esa tempestad teatral en que al pare-
gefes de la oposicion en actitud imponente, cer se ha de hundir el murido, se desvane-
y en que el trono podia necesitar del apoyo cerá en un instante cuando yo dé la señal
de los amantes de la situacion , de los celo- de correr el telon.» Esta manerade conside-
sos defensores de las prerogativas constitu- rar las cosas no era muy parlamentaria,
cionales de la Corona. ¿Qué'? (hubierandicho pero en cambio era muy despejada y clara.
tal vez á quien les aconsejase medida tan El Sr. Gonzalez Brabo debió de recordar
antiparlamentaria) ¿Qué? ¿No comprendeis que-los hijos de la revolucion , si no quieren
toda la gravedad de la crisis? ¿No veis los ser víctimas de su madre, han de despojarse
peligros que nos rodean? ¿No alcanzais lo de la piedad filial, sin temor de que les su-
que revelan esas indicaciones amenazadoras ceda lo que al parricida que en pena de su
que salen delos labios de elevados perso- impiedad andaba agitado por las furias.
najes? ¿Quereis escandalizar á la nacion Si anduvo errado el ministerio ó no, cui-
faltando tanabiertamenteá las prácticas par- dándose poco de guardar á la revolucion las
lamentarías, é infringir la Constitucion co- consideraciones que muchos deseaban, esto
hraadoen el año que va á comenzar contri- no lo han de decir las teorías sino los he-
buciones no votadas? Hagámonos fuertes en chos: recordad en qué estado nos hallamos,
el terreno legal, esta es la arena que debe- , y comparadlo con el presente, conjeturad
mas combatir; nuestra victoria será tanto' sobre lo que habriasucedido, y ved lo. que
mas gloriosa cuanto mas haya sido disputa- está sucediendo. Creemos que habiendo de
da, y la derrota será tanto mas humillante optar entre el órden y la anarquía, son po-
para nuestros adversarios, cuanto mas se cos los hombresde huena fe y leales inten-
haya mostrado de bulto lo malo de su causa cienes que vacilenen tomar su partido.
con la impotencia de sus esfuerzos. Nues- Dicen que es muy provechosa la enseñan-
tra mayoría es poca en la actualidad, un zade la historia: bien estraño sería que de
golpe de aire que constipe algunos diputa- nada sirviese tan reciente esperiencia.
dos de nuestro lado, una ocupacion que los
detenga en casa, puede ciertamente hacer-
nos perder una votación: pero esta situacion
angustiosa ha de durar muy pocos dias; de
las provincias van viniendo individuos que
nos pertenecen, y si alcanzamos una mayo-
nae 30 ó &0 votos, ya no hay ocupacio-
nes ni alteraeíon atmosférica que puedan




Dijimos en el número anterior, que no
todos los realistas que se apellidan modera-
dos son alumnos de una misma escuela, que
no todos proceden de unas mismas filas , y
que la diferencia de su orígense deja cono-
cer en la nueva posicion en que, se hallan
colocados. Esta distincion es importante so-
bremanera, pues que conduce nada menos
que á conocer cuáles son las opiniones que
profesan con respecto á puntos de muy gra-
ve trascendencia.


Los realistas moderados que han salido
de entre los liberales, retrogradando como
suele decirse, son comunmente mucho mas
amigos de reformas en la parte religiosa y
social, y simpatizan por una organizacion
política en que el monarca, rodeado de ma-
gestad y abundantemente provisto de medios
de accion, figure como un gran reformador,
acaudillando con paso firme y seguro el mo-
vimiento social, que bajo el imperio de la
revolucion caminara incierto v fluctuante. Y
cuenta, que al esplicar de esta suerte las
opiniones y tendencias de loshombresde di-
cho partido, hablamos de aquellos que ha-
van llegado á poseer sobre este particular
ideas propias y fijas; pues no ignoramos que
algunos se dejaron llevar por el ímpetu re-
volucionario, mas bien á impulsos de su co-
razon quede su cabeza; y que tan pronto
como vieron el punto á que se dirigian las
cosas, han retrocedido hasta ponerse poco
menos que á retaguardia de los realistas lla- I
mados exaltados. ".


Sin embargo, estas escepciones son has-
tante raras, porque. en política acontece lo
que en religion, donde los convertidos no
pasan comunmente á un alto fervor, á no ser
que su cambio se haya verificado ·de una
manera estraordinaria. Y asi menester es
confesar que, generalmentehablando , cuan-
tos se han afiliado entre los realistas despues
de haberpertenecido al partidoliberal i pro-
fesan todavia tales opiniones \ que conducen


DE LOS


PARTIDOS POLITICOS EN ESPAÑA.
ARTICULO n.


Madrid 3 d. abril de 18\4.


~95 -
á realizar'una parte de las reformas predica-
das por los liberales,bienque asentando
por regla que'deben hacerse por el sobera-
no, sin llevarlas tampoco hasta el estremo
que, debilitadas demasiado las influencias
religiosas y morales, corriese peligro la Es-
paña de caer nuevamente en manos de los
trastornadores.


Si algun temor ahrigan eMS hombres ,es
el de una reaccion, que dirigiéndose contra
la revolucion , los alcanzase tambien á ellos;
por manera que en pudiendo vivir seguros
de que no les amenaza tal peligro, por cier-
to que no se harian de rogar para apoyar
decididamente al gobierno que se propusiese
curar de raíz nuestros males. Lo que desean
es toleranciapara sus opiniones pasadas v
presentes :no se resisten al establecimiento
de un poder fuerte 1 con talque este no cai-
ga en manos de hombres de quienes recelan
un sistema esclusivo é intolerante.


La otra clase de realistas, es decir, aque-
llos que han salido de entre losexaltados del
mismo partido, son hombres que han estu-
diado la historia de lo acontecido enA81.i
y 1823, V que han creído no hacer traieion
á sus convicciones, ni contaminar la pureza
de sus; doctrinas, con procurar que las pa-
siones no se mezclasen demasiado en la de-
fensa de la verdad y de la justicia, compro-
metiendo con su exageracion v sus desma-
nes aquello mismo que se quiere sostener.


Estos hombres han dado una mirada al
estado actual de la sociedad española, han
visto las modificaciones que han sufrido las
ideas y las costumbres, han atendido á las
nuevas necesidades que se han creado, al
espíritu dominante en Europa, al carácter
de la civilizacion, que no permite á ningun
pueblo aislarse completamente; han presen-
ciadolos desastres de la revolucion en nues-
tro suelo" han sentido vivamente la ur-
gencia de salirla al paso y detenerla en su
carrera desatentaday desoladora; y han dis-
curridode este modo:' «Los daños causados
por las innovaciones y trastornos de losúlti-
mos tiempos son indudables; á la vista es-
tan e.yno .pueden ocultarse á nadie que no
quiera cerranlos ojos á la luz. Es cierto que
sehancstraviado mucholasideas,que se han
maleado notablemente las costumbres, que
de lasoinstituoiones venerandas que nos le-
garon nuestrosmayores, unas han sidocom-
pletamente destruidas, otras lastimosamente
mutiladas; es cierto que ála ejecución de




- 496-
estas obras de ruina, :hapresidido el genio
del mal, guiado, por el error, y auxiliado
por la ambicion , la codicia , y todo linagede
instintos perversos,y de pasiones ruines; es
cierto que las víctimas son muchas, que la
injusticia es clara, que la crueldad es evi-
dente, que el escándalo es repugnante, que
,os males que de ello se derivan sonincalcu-
lables; y es ciertopor fin que todoslos hom-
hresamantes de la justicia, todos los cora-
zones honrados, al fijar. sus miradas sobre
este negro cuadro, esperimentan un senti-
miento de alIicciorl, en posdel cualse levan-
ta desde luego una indignacion generosa.
Todo esto esverdadero , es cierto, es evi-
dente, es palpable j pero ¿cuál es el medio
de curar el mal si es posible, ó cuando me-
nos de atajarle,de disminuirle ,de derramar
algunas gotas de bálsamo sobre heridas irri-
tadas, y de poner freno á los malvados que
se obstinan en irritarlas mas v mas, en en-
sancharlas y ulcerarlas, v en abrir' otras
nuevas, si cabe mas profundas y dolorosas?
(,Qué es.lo que aconsejan la razon , la pru-
dencia, nuestros intereses mismos? Y sobre
todo, ¿cuáles son en situacion tan amarga
los deberes de los hombres de sanas doctri-
nas, de convicciones sinceras, de intencion
recta, de miras elevadas y grandiosas, de
corazon hidalgo y emprendedor'?
, «¡,Conviene, se han dicho á sí mismos,
conviene que nos contentemos con gemir en
la opresion, con lamentar nuestros s\lfri-
mientos, con protestar en secreto-contra la
injusticia; con declarar nulas en nuestra
conciencia las obras de iniquidad, y mirar
con horror las destrucciones cuvas ruinas
cubren el suelo, con sostener firmemen-
te que no habia derecho para amontonar-
las. manteniéndonos entretanto en la in-
accion, esperando el dia de las reparaciones
sin trabajar en acelerarle, invocando con _
fervor la venida de tiempos mas felices, y
dejando que pasen·los años, que la revolu-
cion acumule mas escombros, que ahonde
mas los surcos que ha abiertoen la sociedad,
y que abra continuamente otros nuevos?
¿Basta que leguemos á la posteridadlamen-
tos estériles, y al propio tiempo consintamos
que se le trasmitan males positivos y fecune-
dos? ¿Basta que podamos decir á Íos veni-
deros\'que nosotros no nos hemos contami-
nado.con losestravíos v alentadosde nuestra
época.sque descendemos al sepulcro con las
ideas sanas y los sentimientos purosque 1'6-


cibimos de nuestros padres como un depósi-
to sagrado? ¿Basta que les digamos, que
no toda la generacion ha sido delincuente,
que los malos han sido en poco número y
que la inmensa may~rí<l ntr se ha ~esviado
de los senderos del bien? ¿Nopodrían ellos
echarnos en cara nuestra indolencia ó apoca-
miento, que nos hemos dejado arrollarpor
esos pocos, y esto no solo en un momento
de sorpresa, sino despues de haberse pre-
sentado oportunísimas ocasiones de rehacer-
se, de concertarse y de hundir en el pol-vo á
esa minoría? ¿Acaso la verdad no entraña
masfuerza que el error? ¿Acaso las convic-
ciones profundas y duraderas, no sen mas
fuertes y enérgicas .que las opiniones mo-
mentáneas? ¿Por ventura las intenciones
rectas y leales no pueden prevalecer sobre
las miras mezquinas'? ¿.Por ventura la noble-
zadel corazon no puedeentrar en ventajosa
lid con las inspiraciones de un miserable in-
terés?


»Los principios de la sana moral prescri-
ben que no se apruebe nada malo, pero la
buena lógica exige tambien que no se dis-
curra sobre su-posiciones gratuitas ó imposi-
bles , prescindiendo de la realidad de las
cosas; la prudencia aconseja que para obrar
no se forme el empeño de olvidarse del ter-
reno que se pisa, de -las circunstancias que
rodean, de los peligros-que amenazan, si se
camina con temerario desaliento. La espre-
sion de «Ó todo ó nada)¡ es una espresion
insensata; si en 10.8 asuntos mas comunes de
la vida no admitimos semejante regla, ¿po-
dremos acomodar á ella nuestra conducta
tratándose de los grandes intereses de la sa-
ciedad?


>Ji. Quién puede negar que el aliento disol-
vente del siglo ha enflaquecido entre nos-
otros las creencias y relajado las costumbres?
¿Quién puede negar que la revolucion, aun
cuando no haya hecho los estragos que en
otros paises, ha dejado huellas profundas?
¿ Puede nadie lisonjearse de que la España
de hov seala España de Felipe ll? Pues qué?
la pureza de las doctrinas, la firmeza de las
convicciones, ¿debe impedir el que se vea
lo que está delante de nuestrosojos? ¿que
se palpe lo que á cada instante se ofrece á


I nuestras manos? Esto será errado, será in-
justo, será perverso, será altamente perni-
cioso, será todo lo que se quiera; pero po-
demos negar que existe? Por no querer ver-
lo, ¿lo destruiremos? Por no querer tener en




- ~97-
cuenta las hechos, ¿dejarán de-salir al paso ]1 ya dificil lo queahera es fácil, y después
cuando se trate de obrar? ¿Y no han salido ! imposible loque ahoraes solo dificil. Aquella
ya una y mil veces? ¿Y no han triunfado 'Ir regla de que conviene atajar el mal en sus
condemasiada frecuencia? ¿Noes cabalmente principios, y que es mny árduoelremediar-
lo que la revolucion desea el que se la con- Ile cuando ha envejecido, se aplica al indivi-
sienta campear sin ebstáculo, el que solose duo como á la sociedad; y no eIlcontramos
la combata con la aversion delcorazon, el , menos insensata la conducta del que,hallán-
que no se eche mano de los medios que se 1 dose enfermo no cuidase de su dolencia, y
ofrecen, alegando que han sido creados por la dejase desarrollar libremente esperando
ella, y que. nada 'se quiere de lo que de ella I que la naturaleza al verse en el última-es-
hasalido?' tremoharia una reaccion para salvarse« que


»Es mas claro que la luz del dia que nin- el que viendo una nacionatacada por doctri-
gun partido demasiado esclusivo será bas- 'nas y sistemas disolventes, sostiene que es
tante á sostenerse por largo tiempo en el mejor dejar que las cosas sigan su curso, y
mando; ¿cuánto menos esperanzas tendrá que del eseesodel mal ha de venir el re-
de alcanzarle el que por un conjunto de cir- medio.
cunstancias se halla tan apartado de él , si Tan lejos estarnos de opinar que pueda
no procura comprender á fondo la situacien ser conveniente el que los españoles adictos
propia y la del país, y mostrarse accesible á las doctrinas é instituciones antiguas hayan
y t?ler.a~te en cuanto lo permitan la Tazony de ~etra~rs~de toda partipacion en los !le-
la JUSflCIU?» , .: gocios .públieos, Y! hayan de contemplar un-


Asi han discurrido estos hombres; v por pasibleslas luchas de los partidos, que an-
cierto que su modo de mirar las cosasn'o es- tes al contrariocreemosque es preciso apro-
tá destituido de razono Sea ó no realizable vechar todas las coyunturas que se ofrezcan
su sistema, la verdad esque otromenos temo para manifestar sus opiniones, para hacerlas
piado di/icilmente tríunfaria , y mas dilicil- prevalecer por medios legítimos, apoyando
mente se sostuviera. Es preciso no olvidar á quien sostenga la causa del órden , é im-
que todas las cosas humanas estan sujetas á pida. que las violencias revolucionarias aho-
modificaciones: no siempre se ha de buscar guen la voz de la nacion, sometiéndola á la
lo mejor, sino lo aplicable; asi como Solon vara de hierro de minorías inmorales y tur-
se felicitaba de haber-dado á los atenienses, bulentas. Creemos que basta que el pueblo
no las leyes mejores , sino las mas acomoda- español esté verdaderamentelibre, para que
das al pueblo para el cual habian de servir. se vea con toda claridad la miseria de las
¿Qué importa una teoría mecánica, si con farsas que se han representado á nombre de
ella no se puede construir una máquina? esta nacion, que lejos de ser la autora no
¿,Qué vale un sistema social ó político si no ha sido mas que la víctima.
es realizable? El bien de las naciones, ¿se ¿Hay libertad de imprenta? Pues valerse
logra por venturacon lasideassolasconabs- de ella para defender la santidad yla justi-
traccion de los hechos'? cia.de la causa de la Religion y de los gran-


Muchos años van trascurridos desde que des- intereses de la sociedad. ¿Hay eleccio-
algunos estan diciendo que la revolucion se nes? Pues. acudir á las urnas, y probar que
suicidará, que conviene dejarla hacer, que la mayoría no está solo en los escritos, smo
lo-que importa es no contribuir á detenerla en la realidad. ¿Hay decretos que pecjudi-
en su precipitada carrera• y que del eseeso can derechos sagrados? Pues acudir con re-
del mal nacerá mas completo el remedio; presentaciones, con protestas cubiertas de
pero lo ciertoes que las cosasnohan llevado millaresde firmas, y obligar á retroceder al
muy buen camino, que á UIlOS males han ministro, manifestándole que sus providen-
sobrevenido otros' males, á unos trastornos cias tienen.contra sí la voluntad de la naeion.
otros trastornos, á unos despojos otros des- Aceptar todas las arenas donde se estables-
pojos, á unos desmanes otros desmanes; y ca la lucha; emplear todas las armas legíti-
que lejos de que se haya satisfecho la'indi'.. mas, aun cuando sean forjadas por los ad-
cada esperanza, se ha vistoque la consuma- versarios ; oponer la razon á la razon ,. la
cion de los daños hacia mas dificil su repa- voluntad á la voluntad, la energía á la ener..
racion ; lo cierto es que la esperiencia está gía, la constancia á la constancia; no cegar-
diciendo que' dentro de algun tiempo seria se con la prosperidad, no abatirse con los




MadrLd :1(le aln-il de t8H.


POLITICA mZT~I.1fOmRA.


Estos últimos dias han publicado algunos
periódicos una carta escrita desde Berlin á
la Goeeue des Postes, en que hablándose de
los negocios de España se dice: « Todas las
miradas se dirigen de nuevohaciala Penín-
sula española desde el regreso de S. ,M. la
Reina Cristina á España , y la diplomacia
sigue con estremada atención los ulteriores
acontecimientos, Se ve en este feliz regreso
de la Reina á Madrid la continuacion de los
proyectos salidos de las Tullerías para la pa-
cificacionde la España, cuya realizacion.ha
sido confiada á las Juces vesperiencia de ne-
gocios que posee el señor de Breson,.,y se
echa, de ver en el curso de las negociacio-
.nes una concordancia perfectacon las miras
de las demas potencias.


«Sieste distinguido diplomático consigue
que triunfe el partido de órden , ó loque-es
lo mismo, dar sólidos puntos deapoyo al go-
bierno, no está muy distante la épocaen
que las potencias de primero y segnndo ór-
den que hall cortado sus relaciones diplo-
máticas conla España, se apresurarán á re-
novarlas. Cuando semarchó de Berlin ?\Ir. de
Bresson se consideraba este fin como el ob-
jeto principal de su mision.»


No sabemos hasta qué punto será exacto
el contenido de los párrafos que preceden,
y no ignoramos tampoco el modo con que
se confeccionan esta clase de documentos;
sin embargo, por escaso que sea el crédito
que merezcan conviene no dejarlos pasar
desapercibidos , cuando se rozan con intere-
ses tan vitales para el pais, y en circuns-
tancias tan críticas como las que estamos
atravesando.


Estraño es que se veaen el regreso-de la
Reina madre una contintUltion de los pro-
yectossalidos de las Tullerías para la paci-
ticacion de España , cuandono creemos que


- 498 -
contratiempos,nodesmayarpor las repulsas, él; aqui no es menester luchar con la cor-
no callar por las negativas ; continuar hoy riente de las ideas, pues que las ideas eami-
en el empeña de ayer,' y mañana en el de nan en la misma direccion; aqui no es pre-
hoy, y anunciar en alta voz que no se des- ciso luchar con altas inteligencias, pues si
falleceráhasta haber alcanzado la victoria. algunas hay están en defensa de la causana-
Asies como triunfan las grandes causas, así cional; aqui apenas hay dificultades que
es como O-Connell, representante de un vencer; aqui no se necesita sino voluntad..
pueblodeocho millones, oprimido, pisoteado,
transido de hambre, cubierto de andrajos
abrevado de desdichas y calamidades, le v~
levantando poco á poco de su postracion v
miseria; asi es como encarado con la aris:
tocracia maspoderosa, masinteligente, mas
astuta que existió jamás en el mundo, va
conquistando á palmos el terreno, arrancan-
do sucesivamente los derechos que injusta-
mente estan negados á .aquel desgraciado
pueblo; asi es como en el momento en que
el gobierno inglés se lisonjeaba dehaber des-
cargado un terrible golpe sobre la causa de
la Irlanda, intentando un proceso y hacien-
do condenará su caudillo, se muestra esta
causa mas pujante y amenazadora, gran-
geándose fuertes simpatías en la misma In-
glaterra, obteniendo señaladas muestras de
favor y apoyo: asi es como O-Connell, en
el momento en que está sufriendo la animad-
version del tribunal, se presenta en la me-
trópoli de la Gran Bretaña con ademan alti-
vo, y de reo se convierte en triunfador.


¿y necesita por ventura tamaños esfuer-
zos la mayoría delpuebloespañol para hacer
que prevalezca la verdad sobre el error, el
bien sobre el mal? ¿Tiene por ventura que'
luchar con tan poderosos y sagaces enemi-
gos? En junio de 1843, ¿no vimos la nada
de esos pigmeos que quisieron medir su bra-
zo con el brazo de la nación? En el pacífico
terreno de la ley, J, será menos fuerte la vo-
luntad de la mayoría de los españoles? ¿Se-
rán menester treinta añosde trabajosy cons-
tancia á toda prueba, como ha necesitado
O-Connell para conducir al pueblo irlandés
á la situación en (flle se encuenLra? No: por-
qlle aquino se necesita como alli formar una
nacionalidad, pues ya existe, y se revela
con actos ruidosos; aqui no es preciso lu-
char con una aristocracia poderosa, pues
que esta, en lo que tiene de mas granado,
profesa los mismos principios. abriga los
mismos deseos que la mayoría de la nacion;
aqui no es preciso luchar con el trono , pues
que el trono no está interesado en oponerse
al verdadero pueblo, sino que antes al con-
trario no puede existir sino apoyándose en




DE


AilTICULO IH.


Maurid 10 de abril de 1844.


LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN. ESPAÑA.


Con la palabra moderado se intenta co-
munmentedesignar un partidoque, sin aban-
donar los principios liberales, trata de apli-·
carlos con mesura y templanza.Suéleseem-
plear esta denominacion cual si espresara


I
alguna cosa determinada y fija; siendo esto'
un err~r que no deja de producir graves in-
convenientes, porque loshombres que tienen


- t99-
nadie pueda continuar lo que no ha empe- I que ha rebajado lÍ aquella gran nacíon del
zado.. El gobierno francés, y esto conviene I rango de potencia-de primer órden, y que
repetirlo para que no se olvide, el gobierno le hace comprar lapaz.con los mas doloro-
francés no ha contribuido en nada á sacar- sos sacrificios. En la actual situación de la
nosde las manos de Espartero y de la revo- Francia , quizás sea e~ta la única política po-
lucíon: el pueblo español se levantó porque sible , porque las nacicnesno pueden osten-
estaba cansado de sufrir, porque no quiso tar su fuerza y poderío cuandopadecen una
soportar mas un poder de miras aviesas, y enfermedad que mina su existencia; perola
además ilegítimo; pero el pueblo español se España se encuentra en situacionmuy di-
levantó porinspiracion propia, sin que en ferente, y la pretensión de importarnos el
ellotuvieran parte alguna los proyectos de I sistema francés sería muy peligrosa.
las Tullerías. Con la ayuda del pueblo triun- La Francia ha de tener miedo á la revo-
to el gobiemo de la insurreccion centralis- lucion, porque alli la revolucion es podero-
ta ; conel apoyo del pueblo ha sido vencida . sa; aqui se puede atacar de frente á la
la de Alicante y Cartagena ;'la opinion pú- revolucion, porque no es mas que un vano
blicaesquien ha guiado al gobierno en to- espantajo. La Francia no tiene otro medio
do lo que ha hecho de bueno; y si en abril de impedir el desorden que el sestener el
de ,1 ~44 distamos tanto del abril de 18~3, vigor de la administracion ; aqui la sociedad
la mudanza no es debida á los estrangeros, marcha por sí misma, porque las creencias
sino á los españoles y á solos los españoles. estan vivas, porque no ha cundido en ella


No dudamos que el embajador de Francia esa fiebre de gozar que devora á los paises
habrá venido á España con miras benéficas; de una cultura refinada; la Francia ha de
mas si ,como' pretende el autor dela carta, estar en continuo acecho de lo que pasa en
por tales medios se ha de pacificar la Espa- Europa, porque,no puede ocurrir negocio
ña, y del éxitode ellos está pendiente nada de gravedad que no la afecte; y la España
menesque el reconocimiento de las poten- se encuentra en una posicion la mas favora-
cías de Europa, parécenos que el negocio b.le para no haber de temer de las complica-
lleva trazas de ser duradero. Ya lo hemos cioncs europeas, y poder mantenerse en
dichoetras veces, y lo repelimos aqui : las completa neutralidad aun en caso de una
inspiraciones estrangeras las miramos con conflagracion universal. Tengamos la con-
sumadesconfianza, porque cuando no ten- cienciade lo que somos y de lo que valemos,
ganotro inconveniente, suelen adolecer de que todavía no estamos en la triste necesi-
un mal gravisimo, cuales el que andan dadde que hayamos de vivir bajo la tutela
acompañadas de profunda ignorancia de de nadie.
nuestras COS3S; y porcierto qlle si la veni-
da deS. M. no fuese mas que la continua-
cion de los proyectos de las Tullerias , ten-
dríamos pocas esperanzas de que llegásemos
á un desenlace feliz.


Quisiéramosque el gobierno español man-
tuviese buenas relaciones con todos los de-
mas,pero qliese guardasede inclinarse de-
masiado á ninguno de ellos, escitando celos
y rivalidades que no podrán atraernos sino
graves daños, y prestandooidos á conseje-
ros incompetentes. Es de temer quesi el ga-
binete de las Tullerías se entrometiese en
nuestras cosas, procuraría inspirarnos una
polltiea semejante á la suya, porque asi en
la vidapública como en la privada, siempre
se verifica que la mejor conducta nos pare-
ce la que nosotros observamos. Pues bien,
¿ sabeis cuál es el carácter dominante de la
política francesa de muchos añosá esta par-
te? La indecision y la timidez. Esta timidez




- ~oo -
la pretension de acaudillar al mencionado Izando á muchos de aquellos que con la'mn-
partido se hacen la ilusion de creer que los danza de gobierno se habian entregadoá
prosélitos. .de que disponen son en número ilusiones doradas. 1Cuántos y cuántos que
mas crecido'de lo que son en la realidad; y en 1834, no podian soportar la idea de la mo-
los enemigosde los moderados, confundien- narquía absoluta, han dicho posteriormente
do en una misma palabra opiniones muy di- que no habia otro remedio que la dictadura!
ferentes y á veces opuestas, multiplican [Cuántos que rechazaban á D. Carlos-por
también en su imaginacion el númerode sus representante del absolutismo, han aplaudido
adversarios.De aqui resulta que unos yotros despues un gobierno militar! ¡Cuántos que
se colocan en una posicion falsa, que por encontraban estrecho y servil el Estatuto le
necesidad ha de estraviar su conducta. han tachado despues de lato y revoluciona-


Para muchos hombres la palabra modera- rio! Estos hechos son innegables,todosoimos
do no espresa mas que una pura negacion: á cada paso confesiones de esta especie; de
ellos no lo creen asi, ellos se figuran que 10 que se deduce que en el seno del partido
usándola designan ciertas opiniones políticas dinástico defensor de Isabel, se ha operado
determinadas, mas en la realidadsolo signí- una descomposicion profunda bajoel aspecto
ficanla no profesión de otras. ¿Cuántos hay político.
que apellidan, moderados á todos los que no Sin embargo, á estos hombres que han
son carlistas ó progresistas? Estonoes mas modificado de tal manera sus opiniones, ni
que una negaoion; esto significa que la per- aun á Jos que ya desde unprincipioJas pro-
sona opina que el derecho no está por Don fesaban monárquicas, no se los designa co-
Carlos y que no son verdaderas las doctri- munmente sino bajola denominación de mo-
nas tituladas del progreso; no nos indican lo derados; siendo de notar que á veces se
que piensa sobre formas políticas, sobre re- comprende tambien en ella á los carlistas
ligion, sobre organizacion del Estado, pues que se han manifestado inclinados á transac-
que sin pertenecer á ningunode lospartidos ciones políticas o dinásticas. Por manera,
nombrados se pueden profesar principios que el partido moderado entendido de esta
muy varios, y á veces opuestos. suerte, esuna especiede terrenolibre donde


Hombres hay claramentedecididos, y aun entra cada cual con las opiniones que quie- '
muy comprometidos por el trono de Isabel, re,' sin que se necesiten mas requisitos que
y que creen no ser conveniente el gobierno la no proíesion de los principios que el cía-
representativo en España, sea cual fuere la sificador ha tenido á bien señalar.
forma, opinando que no hay esperanza de Aun entre los mismos que no han abju-
sosiego y prosperidad sino bajo un monarca rado sus doctrinas liberales, se encuentra
absoluto; mientras no faltan carlistas que tal gradacion de opiniones, que resulta lllUY
consideran como útil la institucion de las estensa la escala en que se hallan distribui-
cortes, si se la acomoda á las ideas y cos- dos, tocando un estremo de ella en el pro-
tumhres del pais , restableciendo en cuanto greso, y el otro en el realismo puro. Quién
fuese dable las leyes antiguas. lIé aquí pues está por la Constitucion fielmente observada,
que estos carlistas serán menos realistas que con el, apéndice de las prácticas parlamen-
aquellos adictos á Isabel, y por lo mismo si tarias y con leyes represivas, mas no con
aplicamos cierta denominacion política ate- severidad desmedida; guién opina que la
niéndonos únicamente á las opiniones dinás- Constitucion debe escatímarse dc tal suerte
ticas, habremos trastornado los papeles, y por las leyes orgánicas, que en la práctica
tendremos una c1asificacion monstruosa. no se sientan los efectos de su conocida la-


Semejante error es hasta cierto punto es- titud; quién es de parecer que hay algunos
cusable, atendido que al comenzar la guerra artículos insostenibles, y que no bastaná
civil se aliliaron los liberales en la bandera corregirlos todas las leyes orgánicas imagi-
de Isabel, y gran parte de los realistas en la nables;quién se inclina á que lo mas conve-
de D. Carlos; pero á masde que ya desde niente fuera el Estatuto; quién piensa que
entonces figuraban en defensa de la hija de no es imposible establecer unas Córtes que
Fernando muchos bien conocidos por sus se aproximen mncho á las antiguas; quién
opiniones monárquicas, el tiempo ha venido afirma que ante todo es precisó organizar
consus desengaños y escarmientos ácam- discrecionalmente el pais, y luego dar cuen-
biar la simacionde lospartidos, desesperan- ta á los cuerpos colegisladores pidiendo un




- 201 -
hillde indemnidad; quién sostiene que esta
organizacion puede ser llevada á cabo con
el auxilio de r.is mismas Cortes , y queim-
porta mucho no apelar á medios que luego
pudieran servir.de precedentes de despotis-
mo; quién pretende que las reformas polí-
ticas, aun las fundamentales, debieran
hacerse por el monarca y los cuerpos cole-
gisladores; quién se empeña en que son
preferibles los golpes de estado; quién .
pero ¿á qué continuar la enumeracion? Lo
dicho hasta aquí basta y sobra para conven-
cer de la confusion de ideas que resulta
cuando se quieren comprender bajo un solo
nombre tantas, tan varias y tan opuestas
opiniones.


La porcion del partido moderado que pu-
diera apellidarse militante, es la que se
denomina partido parlamentario; y como
quiera que segun parece se trata de oíre-
céruosle como si fuera nacional, y profesara
doctrinas fijas, únicas capaces de salvar al
pais, bueno será que nos ocupemos en el
exámen de lo que en- esto haya de verdad.


Desgraciadamente salta desde luego á la
vista que el partido parlamentario de ahora
se apropia un nombre que no le correspon-
de, pues que no habrán olvidado nuestros
lectores que el espresado partido estaba for-
mado de moderados y progresistas, era una
fusion de las dos opiniones, una especie de
sociedad en la que cada socio habia puesto
su capital, y por lo mismo despues de la sc-
paracion parece que uno de lOS socios no
tiene derecho á gastar el nombre de la so-
ciedad.


«Nosotros, dirán los moderados, no he-
mosprovocado la ruptura.. seaenhorabuena,
pero no se trata de eso, sino únicamente de
si esta ruptura existe ó no, de si se ha des-
hecho la sociedad o no, y por consiguiente
de si podeis ó no aplicarosel espresado títu-
lo. Ademas que los progresistas sostendrán
que vosotros ,sois los provocadores, y que
con vuestra conducta babeis justificado su
prevision. r


Quizás no faltará quien: se empeñe en sos-
tener que todavía la union existe, pues que
entre los hombres de la situacion figuran
algunos bien conocidos por sus antecedentes
progresistas, y el partido parlamentario no
rechaza de su seno sino á los que han hecho
la guerra al gohierno COIl las armas' en la
mano, á los que coadyuvaron de cualquier
modo á tamaño atentado, ó á los que poste-


riormente manifestaron con mas ó menos
claridad que simpatizaban con la insurrec-
ciony deseaban su victoria. Esta réplica SCr
rá esce!ente si tratamos de continuar en el
sistema de mentiras convenidasque á nadie
engañan, y que solo sirven para llena, las
columnas de un periódico, no dejando sin
respuesta buena ó mala al que ha objetado
una dificultad. Mas nadie podrá persuadirse
'}ue la escision entre los dos partidos no sea
actualmente muy profunda, tal vez mas de
lo que ha sido nunca; y si en la situacion


I presente figuran hombresque antes pertene-


I
cieron á las lilas de los progresistas, esto
solo prueba que el tiempo todo lo cambia. Es
preciso no hacerse ilusiones: mientras üló-
zaga está emigrado, Lopez fugitivo y Corti-
na en la cárcel, sería un absurdo el empe-
ñarse en sostener qne cOfltinua en todo ni
en parte, la famosa alianza de que resultó el
partido parlamentario.'


Una reflexion pueden hacer los que han
quedado dueños del campo, que ofrece mas
visos de fundamento y verdad. «La alianza,
dirán ellos, no existe, es cierto, pero exis-
ten los principios proclamados al formarla;
de estos no nos hemosdesviado,ni pensamos
desviarnos en adelante; !lO es nuestra la cul:..
pa si loshombres del progresono comprendie-
ron sus propios intereses, si involucraronsu
causa con otra que no era la ,suya: por lo
demás nosotros continuaremos con la misma
bandera que enarbolamos en la época de la
union; los que á ella quieran afiliarse podrán
hacerlo, sin que examinemos cuáles han si-
do ó sean en la actualidad sus opiniones po-
líticas; nos bastará para admitirlos el que
profesen los principios de gobierno queá la
sazon se consignaron, y de comun acuerdo
se declararon comobase de rcorganizacion y
de alianza.»


No sabemos que exista otro documento
donde se estahlezcau con mas claridad y
limpieza los indicados principios que el ma-
nifiesto de 21 de agosto de 184,3, dirigido á
los electores 1)01' la comision central nom-I brtuia porla numerosa: reunion de hombre.'
pertenecientes á diferentes matices poUlir'os
antiguos, que sehan confundido ¡¡ara com-
batirel poder antiparlamentario y sosteneren
adelante laConstitucion , el trono y las ma-
yorías parlamentarias. Con este documento
á la vista vamos, pues, á examinar lo que
puede ser el partido llamado parlamentario,
que algunos-seempeñan en decir que existe,


24




,


- 20~-
miembros bombas, ahora es curioso, mejor diremos.


es importante, es necesario, el recordar lo
de ayer para conjeturarsobre lo de mañana;
el recordar la manera cruel con que han si-
do burladas tan lisonjeras esperanzas, para
conocer lo que prometernos podemos de las
mentidas ilusiones con que se nos pretenda
engañar.


«Las dos grandes fracciones en que se
dividió el partido constitucional, dice el ma-
nifiesto , vieron rota su bandera desde que,
consolidadas las instituciones y terminada
la guerra civil, faltó la razon y la oportuni-
dad en que esencialmente fundabansus dife-
rencias.. ¿Asi se confiesa, que entre los
sostenedores del Estatuto y los partidarios
de la revolución de la Granja, la diferencia
se fundaba esencialmente en la oportunidad?
¿Asi se hace cómplice á un partido de todas
las injusticias de una revolucion, declarando
que solo las rechazaba por razones de opor-
tunidad? ¿Asi se santifica Jo que tantas ve-
ces se ha condenado? El partido progresista
ha sido el representante de la revolucion,
él propio no se defiende de este cargo, an-
tes pretende fundar en él sus títulos de
gloria; y Jos ardientesdetimsores de las insti-
tuciones é intereses destruidos por la revo-
lucion ¿conliesan paladinamente á la faz del
mundo, que la cuestion solo era de oportu- .
nidad? De esta coníesion deben tomar acta
los pueblos, y tanto como los pueblos el
trono.


«La Constitucion de 1837, que segun la
esperiencia ha acreditado alianza las liber-
tades públicassin poner embarazo á la ac-
cien espedita del gobierno.» Si esto es así,
¿cómo es que ha sido preciso suspenderla
por tan largo tiempo, y que el partido que
se llamaparlamentario ha aplaudido la sus-
pension, ó al menos no ha protestado con-
tra ella?


«Acepte el trono por únicos consejeros á
los consejeros responsables por la Constitu-
cion.. Esta lecciondada al trono, bien pron-
to cuidó.de esplanarla el atrevido presidente
del Consejo, que despues de haber faltado
al respeto debido al sexo, á la inocencia y á
la magestad, desenvolvia en el seno del
Congreso doctrinas las mas á propósito para
convertir el palacio en una cárcel.


La nacion ha visto lo que ha dado de sí el
partido parlamentario de entonces; menes-
ter es que no olvidemos lo que podrá dar el
partido parlamentario de ahora: si nos deja-


'cuando todos estamos viendo sus
destrozados y dispersos.


Se nos ha ocurrido varias veces que qui-
zás huhieran andado mas acertados ciertos
hombres en hacer que se olvidase este die-
'tado¡. Basta leer el famoso documento para
.eoavenoerse de que no cabe lilas falsedaden
snnarracion , ni lilas imprevisión en ID con-
cerniente al porvenir. ¿Cómo es posihle que
hombres á quienes no pueden negarse talen-
to claro y alguna esperienciaen los negocios,
suscribiesen á un documento semejante'? Se
nos dirá que aquelloera una cosa pasagcra,
únicamente encaminada á ganar las eleccio-
nes; pues ¿á qué levantar la declaracion
como una bandera nacional? Si de esta suer-
le quisiéreis, salvar vuestra prevision, en-
tonces dejarais en descubierto vuestra bue-
na fe, y la mala fe es por cierto cosa mas
negra que la falta de talento y previsión,


Después de las escenas que hemos pre-
senciado desde 1831" que hemos presen-
ciado recientemente y que presenciamos.
todavla , es curioso el oir á losprogresistas y
moderados diciendo: «Que para permanecer
antes divididos se habian tratado con injus-
ticia, y que si sinceramente amaban los mo-
nárquicos la libertad, con no menos buena
fe tendian los progresistas á la consolida-
cion del trono; y que por eso, cuando los
unos y los otros se unieron para defender la
libertad y el trono, igualmente amenazados,
se hallaron mejores de lo que respectiva-
mente se creian , y durante el combate y
despues de la pelea, no solo se han enten-
dido cumpliendo como leales, sino que se
han. esuulo como buenos españoles.» Despues
de los sucesos de 1835, despues de los es-
cándalos de la Granja, despues del pronun-
ciamiento de setiembre, despues de haberse
atacado en la tribuna con la mayor virulen-
cia ,en la prensa con los mas insultantes
dicterios, en las calles con las armas en la
mano, despues de haber hecho á la nacion
víctima de la sangrienta lid, despues de
tanto ruido, despues de tanto escándalo, ne-
eesaria fue ciertamente una calma superior
á todo lo que puede imaginarse para escribir
el parráfo que se acaba de leer: y ahora que
los convites, y los brindis, y los abrazos, y
Jaslágrimas, y el entrañable afectode agos-
to y setiembre han venido á parar en insul-
tos á la Reina en Sil propia cámara, en in-
surrecciones abiertas, en estado de sitio
para toda España, en fusilamientos y en




Madrid 10 de :W';l.de 18H.


LA INCERTIDUMBRE DEL GOBIERNO.


Este pais es muy desgraciado. Repetidas
I veces se han presentado escelentes ocasio-


1


, nes para acabar con la revolución, fundarun
p;obierno é inaugurar el imperio de la jus-


, ticia y de la ley, y otras tantas se ha ma-
I logrado la oportunidad, sino es que se haya


agravado el mal, esparciendo para mas ade-
lante las semillas de mayores calamidades.
En 181 ~ se ofreció á Fernando VIl la mas
bella ocasion, y la echó á perder con una
política desacertada; en 1823 tampoco com-
prendió lo que exigía el interés del trono
identificado con el de la nacion; y,cuandO',
en épocas posterioreslas circunstancias han
brindado á los gobernantes á que entrasen
con pasofirme por el buen camino, ó no,'han
querido Ó.1l0 han sabido realizarlo. :Mucho
tememos que ahoraIIOS suceda otro tanto, y
~ue pudiendo ser el último el sacudimiento
que acabamos de sufrir, traiga todavia en
pos de sí otros mas estrepitosos y funestos.


¿Qué significa esa incertidumbre después
de la victoria? Alicante y Cartagena han su-
cumbido; la autoridad de la Reina es aca-
tada en todo el ámbito de la nacion; el ejér-
cito, apiñado en rededor del trono, Jo es-


- 203-
mos alucinar de nuevo, culpemos nuestra Irl ninguna de las grandes cuestiones que'han
torpeza y suframos sus resultados, que bien ¡de decidir de la suerte del pais; que vive
los tendremos merecidos. . 1


1


para el dia, y que para abultar su número
No, no es verdad que ese conjunto de se ve precisado á hacerse ilusion á sí mismo,


hombres, que se llaman moderados á falta contando en sus filas á hombres que jamás
de otra denominaciou con que designarlos, I pertenecieron á ellas ó que ya las han aban-
profese semejantes ideas ni se adhiera á ta- donado. .
maños e~travíos; no .es posible que quiera I .Si la fuerza q~e. en Jos últimos acont~ci­
halagar a la revolución que tanto detesta, . mientos ha adquirido el trono, la renunciase
siquiera por los sufrimientos que le ha acar- á favor de este partido, bien seguro es que
reado; no.es posible que le agrade esa polí- no se ha terminado la revolucion , y que to-
tica fluctuante sin principios fijos, sin objeto davia el porvenir que nos espera es insta-
determinado, miserable. jmp~rtacion de pai- I ble y tempestuoso. Antes no se den pasos
ses que se hallaron en situacion nada pare-'¡ imprudentes, una cosa deseamos, y es que
cida á la nuestra, y que sin embargo arras- ,! se dude de la legitimidad de Jos poderes
tran penosamente su vida política entre !r de los que tan fácilmente seapellidan repre-
innobles intrigas y ambiciones desapodera- sentantes de un partido; porque estamos
das; no es posible que losque se han apelli- convencidos que la pequeña, fraccion que se
dado tan ligeramente representantes de la titula parlamentaria está muy distante de
ilustracion , de la honradez y de la riqueza, tener las simpatías de muchos á quienes
hayan recibido de la nacion sus poderes, cuenta entre sus defensores.
cuando asi contradicen tan recientehistoria,
cuando de tal suerte abjuran hoy las doctri-
nas que aver sustentaron, cuando tan pal-
mariamentc se equivocaron sobre un inme-
diato porvenir, cuando no vieron lo que
estaba á la vista de todos y se palpaba con
las manos.


Si se nos dice que estas palabras eran
cumplimientos que se dirigian unos á otros
los partidos, y que no espresahan ningun
pensamiento político, entoncesreplicaremos
que á las naciones no se las gobierna con
cumplimientos, y que los partidos que. as-
piran á acaudillar un gran pueblo es menes-
ter que profesen principios fijos, y que los
declaren con lealtady los apliquen con íir- !
~g. I


Lo diremos francamente: no podemos per- !
suadirnos que sea capaz de hacer la feliei- '
dad de la nacion, ni siquiera de establecer
un gobierno durable, el partido que ni tiene
las simpatías de los progresistas ni de los
monárquicos, que ahora se inclina á unos
v despues á otros, que proclama hoy con
ardor los principios conservadores de la so-
ciedad, y quemañana nosdice sinrodeos que
la diferencia que le distingue de los progre-
sistas solo versa sobre la oportunidad; un
partido que cuenta con algunas cabezas y
con ningun brazo; que -se ve amenazado por
las masas revolucionarias y las masas rea-
listas; que por necesidad ha de vivir en
eterna zozobra por su permanencia en el
poder; que no abrigapensamiento fijo sobre




204- -
cuda con sus pechos y bayonetas contra toda 111 se ocurre á quien se arroja á tomar me.di~
clase de enemigos; los ayuntamientos estan das tan estraordinarias, que no siempre ha
compuestos de hombres adictos á la causa de ser posible continuar con la escepcion,
del órden , y opuestos por conviccion y por I y que al fin ha de ser preciso atenerse á
interés ti los motines y trastornos; las au- una regla. No obstante, segun todas las
toridades, ó son todas de la devocion del apariencias este plan no existia , ó al menos
gobierno, ó si hay algun empleado que no no estaba tan preparado como era de desear;
simpatice con la situacion , puede ser remo- se trataba de vencer, y lo restante se apla-
vido cuando se crea conveniente; la milicia zaba para mas tarde; se vivía para el dia
nacional, esa eterna pesadilla de cuantos de hoy sin pensar mucho en el de mañana.
hombres pensaran en reorganizar el pais, ya Cabalmente en circunstancias tan críticas
no existe; se han quitado todos los obsta- la ocasion es sumamente fugaz : en. los
culos; se ha allanado el camino de tal suer- tiempos que corren la fuerza de los gobier-
te, que es dable marchar por él del modo nos se gasta con increíble rapidez, hacién-
que se quiera; y entretanto, ¡,qué hace el dose luego imposible lo que antes no ofrecía
gobierno? Enérgico en el momento del pe- dificultad notable. Porque mucho se equi-
ligro, salvando sin reparo todas las barre- vocan los ministros si creen que basta el
ras, suspendiendo todas las garantías,pres- silencio ó la reserva á que está precisarla
eindiendo de toda consideracion á sus ad- una parte de la prensa: la lengua no nece-
versarios.aun los de mas alta categoría, al- sita del permiso de los gefes políticos, las
canzó á dominar la crísis , á desbaratar en correspondencias particulares suplenen par-
una parte las conspiraciones, á vencer en te la accion de los periódicos; y por fin
otras la insurreccion, logrando en el espa- cuando los hechos son muy pat.ent.es no es
cio de dos meses quequedase dominante en posible cerrar los ojos á la luz: el pensa-
toda España la enseña del gobierno, y es- miento va. siguiendo su curso, porque al
carmentando con inexorable rigor á los que pensamiento nadie le encadena.
~e habían atrevido ú declararse contra ella. La incertidumbre es un estednpésimopara
Perotau prontocomo ha conseguido el triun- un gobierno que se encuentra en una situa-
fo se ha dormido tranquilo sobre los laure- cion difícil; ni impone á los enemigos ni
les, -sin' dar ningun paso para salir de la contenta á .Ios amigos; y dando una pobre
situacion escepcional, permaneciendo en la idea de la elevacion de sus miras, no se
misma como'si fuera un sistema gubernativo adquiere nuevos partidarios, antes esperi-
acomodado á tiempos normales. menta todos los días considerables defec-


Una nacion de:catorce millones de almas, ciones. Por cierto que el sistema puramente
(.puede vivir sometida áun estado de si- militar es un' sistema muy vig-oroso y es-
tio, cuando no hay guerra, ni peligro que pedito; pero creemos que no hay necesidad
por ahora se encienda? Si se nos dijese que de ello, y que los mismos y mejores efec-
los revoltosos no desisten de sus maquina- tos se pueden obtener dejando que obre
ciones, y que asi es preciso mantenerse en con acción regular y desembarazada el prin-
actitud iUlponente, opondremos que en este cipiomonárquico.
easo·noshemos de hallar de aqui á un año Confesamos ingenuamente que no corn-
lo mismo que ahora; v si para prevenir las prendemos cómo pueda convenir á la nacion
insurrecciones no tenemos otro medio que ni al gobierno mismo ese sistema con que
el estado de sitio para la nacion entera, de- de palabra se rinden tantos homenaeesá la
clarese que esta es la ley que se nos impo- Constitucion y.se la tiene suspendida en la
ne, y saldremos de la incertidumbre. realidad; no alcanzamos por qué no halua


Era de creer que el gobierno, desple- de ser mejor el decir francamente: quiero ó
gando tan terrible energía contra los per- no quiero la reunion de las Córtes; quiero
turbadores del orden público ohraba con un la suspensión de la Constitucion hasta tal ó
plan; y que asi como sabia lo que había de cual tiempo; quiero hacer tales ó cuales le-
hacer para t~iunfar, asi tambi~n hahr!a pre- j .yes, sin esperar disc,!sion ni conse'!timi~nto
meditado que conducta converuaseguir des- de los cuerpos coleglsladores; qurero o no
pues de alcanzada la victoria. Si esta pre- Iquiero la lihcl'tad de imprenta: entonces la
meditación existia, debieron inspirarla las nacion sabria á qué atenerse; los que opina-
circunstancias • mismas, porque fácilmente I sen en favor del sistema que se inaugurase




- 205-
se pondriande parte del gobierno, los de- r vió, no se aprovechasen los dos meses Ú)....
mas le harian la oposicion por los medios timos para escogitar un medio de desatar ó
que quedasen espeditos , ó se resignarían á cortar el nudo: Es muy natural que el go~
la.situacion que se creara ;:S0 veria claro el I bierno tenga repugnancia á abrir las Cortes,
porvenir, se sabrialo que hay que esperar pues que es evidente que si alcanzase ma-
ó que temer, y no se tendria al'pais entero yoría , lo que no es seguro; se encontraría
en tanpenosa espectativa. por lo menos con una minoría numerosa


Se dirá que entretanto se disfrutade paz, que le cornbatiria con estremado acalora-
que al pueblo poco le importa que sea de miento; es natural que tenga reparo en
esta ó de aquella manera; peroen este pue- soltar la prensa, porque desde el momento
blo hay una gran porcion de hombres que que esta pueda hablar con entera libertad;
piensan, que no estan satisfechos con saber sin temor á otra cosa que á los fallos del
lo que tienen el dia de hoy y desean saber jurado, el ministerio va á sufrir tan tre:-
lo que habrá el dia de mañana; y hastapue- menda oposicion en diferentes sentidos, el
de asegurarse que la nacion entera se re- desbordamiento ha de ser tan terrible, que
siente de un estado de tal incertidumbre, y bien caro ha de pagar el incienso asaz em-
que esperimentacierto malestar que no es palagoso que hace dias está recibiendo: es
nada provechoso para consolidar la situa- natural que tema el dejar campolibre al mo-
cion, y que no deja de esparcir el desaliento vimiento político en reuniones, esposiciones
y la desconfianza. y protestas, porque tan prento como esto


El gobierno, suspendiendo la Constitn- se verifique desplegarán sus fuerzas losene-
cion y declarandoen estadoescepcional á la migos de la situacíon,'procurando abuItar-
España entera, ha pedido al pais sumision las con el estrépito y la .. osadía; es muy
y obediencia, y ademasdecidido apoyo pa- natural por consiguiente que no se decida á
ra sofocar la insurreccion: el pais se ha entrar de nuevo en la legalidad constitucio-
prestado á ambas cosas, pero ha sidocon la nal, porque en ella ve su muerte ó cuando
esperanza de que no se trataba únicamente menos gravísimos peligros. Yerdad es que
de vencer sino tambien de aprovecharse algunos de los que le lisonjean le presen-
cuerdamente de la victoria; con la espe- tan este camino como sembrado de flores,
ranza de que desembarazado el gobiernode Y que al oirlos no parece sino que el par-
los rebeldes de Alicante y Cartagena plan- lamento ha de conceder desde luego el hill
tearia un sistema de órden que ofreciese ga- de indemnidad, y que por agradecimientose
rantías de estabilidad. Noobstante, los dias han de levantar estatuas á losministros; pe-
pasan y nada se hace; continúa el estado ro bien saben estos que el negocio no es
escepcional , nada se dice del modo con que tan llano, que la situacion de las cosas no
se piensa resolver cuestiones gravísimas, es tan placentera, y que donde se le pro-
que se hacen tanto mas difíciles cuanto mas mete gloria y recompensa podria muy bien
se aplazan; y en incertidumbre los ánimos, encontrar humillación y castigo.
tluctuando entre el temor y la esperanza, Y no volviendo á la legalidadconstitucio-
se deshojan todaslas ilusiones y se conciben nal, ¿ qué camino queda" ¿Qué se hace?
sospechas de que la crisis que acabamos de El problema es difícil, sumamente espino-
atravesar no ha sidola última, que solo debe so, sobre todo para hombres de los hábitos
ser mirada como uno de los accesos de fre- y de los antecedentes de algunos de los mi-
nes! que nos atacan periódicamente, y que nistros. Corno quiera, preciso será resol-
continuaremos enese funesto estado de anár- verse; es imposible permanecer asi ; cada
quico despotismo en que nos hallamos des- dia que pasa hace la situacion mas apre-
de 1834.. miadora; ya que en la actualidadcuenta, sí,


No decimos que esa inaccion del gobierno con la aquiescencia del pais, pero no con
dimane de flojedad ó pereza, ni de olvido el decidido apoyo de intereses poderosos ni
de los intereses públicos; antes bien nos de epiniones influyentes. El partido pro-
inclinamos a creer que este raro fenómeno gresista la aborrece de muerte; el partido
es susceptible de una esplicacion harto mas llamado parlamentario está descontento por-
sencilla: no sabe qué hacerse. No estraña- que no se entra de nuevo en los límites de
mol' el embarazo, pero sí nosadmira que no la Constitucion; el monárquico no está sa-
se le hubiera previsto, ó que si se le pre- tisfecho porque oye las continuas protestas




- 206-
contra el absolutismo. ¿Es posible prolon-
gar una situacion semejante sin graves in-
convenientes y peligros? l,Es posible que
una.pirámide se sostenga estribando sobre
su vértice? Los gobiernos no pueden empe-
ñarse en.andar sobre la maroma; es preciso
que caminen sobre terreno firme y anchu-
roso; de lo contrario se esponen á que un
gesto mal combinado destruya el equilibrio
y se vengan al suelo entre los silbidos de
los concurrentes, con maslos desagradables
azares de tamaña caída.


DE LOS


PAUTIDOS POLÍTICOS EN ESPAÑA.


ARTICULO IV.


Madrid 17 d. abril de 18H.


A mas de lospartidos políticos que acaba-
mos de describir, hay otro que ha tomado
diferentes nombres segun la situacion en
que se ha encontrado v la actitud en que se
ha mantenido, no obstante de que en elfon-
do no es mas que·uno, y que, asi por sus
doctrinas como por sus actos, puede llamar-
se con toda propiedadel representante de la
revoluciono El título de exaltado mas bien
espresa una pasion que un pensamiento; y
el de progresista tiene signiticacion muy va-
ria, y por lo mismo no determinada. Pero el
sentido de todas estas palabras se fija muy
bien desde que se entienda que se trata de
revolver la sociedad, porque entonces el
progreso i~dica desarrollo de cuanto contri-
buye al objeto mencionado , y la exaltaClOll
designa el ardor de la pasion aplicada á la
obra.


Estudiando con atencion la historia del
partido progresista, se echa de ver que no
puede vivir sino en la agitacion y de la agi-
tacion: la calmaes para él un estado de re-
sistencia á sus mas fuertes inclinaciones ,la
abnegacion de sí mismo, la muerte. Nece-
sita desbordamiento en la prensa, tormentas
en el parlamento, asonadas en las calles; ha
menester devorar un gobierno cada seis
meses, cambiar con muchafrecuencia la si-


tuacion politica, destruir poderes, ensayar
nuevas formas: legitimo heredero de los pri-
meros autores de la revolucion, se le mantie-
ne fiel conservando como un preciosodepó-
sito los principios , los hábitos, los instintos
revolucionarios. Y hé aquí, por decirlo de
paso, la razon de que permanezcan todavía
en sus tilas los hombres que mas se señala-
ron en la época constitucional de 1812. En
él encuentran el elemento que neeesitanpa-
ra respirar y vivir. Esta es la causa porque
el difunto D. Agustin Argiielles se compla-
cia en recordar incesantemente las constitu-
yentes de Cádiz; era una especie de funda-


I dar, y asi le agradaba traer á la memoria
los dias de la fundacion , inculcando á sus
adeptos sus teoríasVmáximas.


Por manera, que cuando el partido pro-
gresista se ha apellidado esclusivamente
partido liberal, ha tenido hasta cierto punto
una pretensiourazonable: ya que él es quien
conserva el legado del liberalismo primitivo,
él es quien con obras y francas palabras
continúa lo comenzado 'en18·12. Yno se ale-
gue en contra el {Iue este partido ha ejerci-
do la tiranía invocando la libertad, pues que
esta ha sido la condicion del liberalismo en
España desde 1810; se quería que el pue-
blo español bebiese una copa que detestaba;
necesario era, pues, sujetarle con fuertes
cadenas.


El partido progresista ha tenido alguna
vez pretensiones de parecer partido de ór-
den y legalidad; yen esto, si bien ha obe-
decido á un instinto de propia conservacion,
queriendo ofrecer al paisalgunasesperanzas
quelegrangeasensimpatías y apoyo, no obs-
tante se ha olvidado de que desde el mo-
mento que entraba en dicho camino se ha-
llaba en el terreno de otro partido llamado
moderado, y que se despojaba de su propia
naturaleza. En efecto, si el partido progre-
sista se propusiera acabarcon todos los pro-
nunciamientos, dar mavor fuerza al trono,
centralizar y vigorizar la administracion, en-
frenar la imprenta; mas breve, consolidar las
instituciones y los intereses que ha creado
la revolucion, con hacer á esta mas previso-
ra , menos arrebatada, ¿ en qué se diferen-
ciaría del partido liberal que se apellida mo-
derado ó conservador? Siel progresista quie-
re la Constitucion, la quiere también este; si
quiere que se respeten los hechos consuma-
dos, lo quiere también este; si quiere que
se acabede destruir loantiguo, óque al me-




- 207-
nos sufra reformas considerables, lo quiere publicistas parlamentarios: no todos Ioshom-
tambien este; si quiere gobierno de mayo- bres de algun valer caben en una situacion
rías, lo quiere tamhien este; si quiere que el dada, no todos los geles pueden ser minis-
rey reine v no gobierne, io quiere tambien tros á un mismo tiempo, ni todos los subal-
este; ya noes conservador de lo antiguo sino ternos ocupar destinos importantes; y asi es
de lonuevo; está tan encariñado con la revo- necesario establecer dos campos" donde se
lucion, que desea constituirse en guarda de ostenta un simulacro de guerra de principios
los intereses creados por ella. Véase cómo se cuando en realidad no hay mas que la lucha
espresa el prospecto del Tiempo, diario con- de ambiciones personales.
seroado«, que hace poco salió á luz. «Al Dejemos aparte la Inglaterta,. donde el
.partido de 1833, partido de mas templanza régimen representativo no es una importa-
en sus pasiones que fijeza en sus miras, le cion violenta, sino una planta arraigada en
bautizaron sus instintos y se llamó modera- el pais, pais que ademas está sujeto á con-
do;' al partido que nace en 18~!¡', partido dicionesdiferentes de las del resto de Euro-
cuya vida se reconcentra en la grande idea pa, asi en lo social como en lo político, y fi-
de gobierno, le bautiza su sistema y se lIa- jemes nuestra consideracion sobre la Fran-
ma conservador. El uno estaba destinado á cia. ¿ Cuánto va de la política de Thiers á
moderar los ímpetus de una revolucionosa- la de Guizot, y de la de ambos á la de Mo-
da en sus fines y violenta en sus medios, el lé? Cuando se atacan para derribarse, mu-
otro está destinado á conservar los intereses cho; cuando gobiernan, poco ó nada. El gefe
creados de una revolucion consumada y re- de la oposicion combate al ministerio en to-
eonocida.» dos los puntos de política interior y esterior;


Con mucha verdad hemos dicho, pues, diríase que si se verifica la mudanza, el ga-
«me el partido progresista, desde el momen- bine te de las Tullerias va á entrar en una
to que-entre de lleno en el camino de la le- carrera totalmente nueva, á inaugurar un
galidad, deja de existir como partido políti- sistema que nada tenga de parecido al ante-
co , se identifica con otro, ya que no habrá rior; y sin embargo, los resultados vienen
diferencia ni en doctrinas ni en conducta. I luego á manifestar que la marcha del gabi-
Desde que la rcvolucion está 'consumada, nete es á poca diferencia la misma que an-
cesa la cuestion de oportunidad; y el campo tes, y que si algun cambio se realiza con
de la lucha está entre los que quieren con- respecto á lo esterior, es únicamente para
servar la obra de la revolucion y los que se que con personas diferentes pueda la Fran-
proponen destruirla. Se han trocado los pa- cia retirarse con honra, de algun mal paso
peles: los antiguos revolucionarios se han en que se adelantara, tal vez con demasía-
convertido en conservadores, porque desean da ligereza, tal vez ya con espreso desig-
conservar lo que han adquirido; y los parti- nio de volver atrás bien pronto, á la primera
darios de lo derribado se empeñan en derri- oportunidad que se ofreciera. Thiers alarma-
bar lo nuevo y en restaurar lo viejo ; bien ba la Europa con su bélico aparato; viene
que los nuevos conservadores se hallan ade- Guizot y opina en favor de la paz armada, ó
mas combatidos por otros que, no habiendo de las armas pacíficas y el gabinete de las
tenido parte en el botin por haber llegado Tullerías se halla libre de empeñarse en una
tarde ,no quieren reconocer la peregrina le- guerra, que ya se deja entender la empren-
galidad reciencreada, y se obstinan en em- dia de mala gana. Asi Luis Felipe, sagaz ro-
pujar de nuevo el carro de la revolucion. nocedor de esas ambiciones, va conservan-


El partido progresista, pues, considerado do con el auxilio de distintos hombres el
como partido legal, carece de objeto, se mismo sistema de política ; cifrándose su ar-
identifica con el parlamentario ó llámese te en sacrificarlos alternativamente unos á.
conservador, si esta palabra se ha de enten- otros. Cuando los que mandan se han gasta-
del' en el sentido que acaba de dárseleen el do ya con dilatada permanencia en el minis-
documento mencionado. Si permanecen se- terio , yse ha descompuesto algun tanto -la
parados esos partidos, la cuestion no será de mayoría que los apoyaba, entonces ha so-
principios sino de personas; y esto es lo que nado la hora del sacrificio, y el ministe-
constituye el pandillaje. Desgraciadamente rio cae.
esto es lo que sucede con las formas consti- Si en España se llegase á arraigar un sis-
tucionales interpretadas á la manera de los tema semejante, y el monarca tuviese la es-




- ~08-
periencia y talento que ha menester para ~ de la monarquía. ¿ Serán antiguos privile-
equilibrar de esta suerte la máquina politica, \1 gios lo que se trata de destruir" ¡,Pero don-
veríamos á los gefes de los partidos legales 11 de están 'esos privilegios? ¿Donde está esa
sucederse alternativamente en el ministerio, aristocracia que co~ su poder y altanería
metiendo gran ruido desde los bancos de la I pueda provocar la calera del puehlo? Entre
oposicion , y obrando de I,a. misma, manera I nosotros ya no ha quedado masaristocracia
cuando ocupasen las codiciadas sillas. En que la que resulta de fortuna pmgüe y de
efecto; supuesta la consumacion de las gran- I1 calidades personales aventajadas, ó de em-
des injusticias revolucionarias, y que los 1\ pleoen altosnegocios del Estado; y esa aris-
dos partidos conviniesen como convienen tocracia es indestructible en no atacando la
en reconocerlas y en consolidar su resulta- propiedad misma, en no condenando toda
do, y que ademasse resignasen ambos con- consideracion tributada al mérito personal,
tendientes á decidir sus querellas en el ter- en no despojando de todo prestigio á los aJ-
reno marcado por la Constitucion de 1837, tos funcionarios. Una de las revoluciones
¿ en qué podrian diferenciarse '? mas completas que se han visto en España


El partido progresista propiamente dicho fue la de 184,0; Y j, cuál fue su resultado'!
no puede contentarsecon esta lucha pací/ica, Sustituir á una regencia otra regencia, á
si quiere conservarel carácter que le distin- unos cortesanos otros cortesanos, á unos
gue, y no alejar de sí los elementos que empleados otros empleados: los tribunos de
constituyen su vigor. Reuniendo en su seno Cadiz perdieron repentinamente su horror á
todas las ideas, todas las tradiciones, todas los palacios y á la corte; los hombres que
las tendencias revolucionarias, ha de vivir mas se hahian señalado por sus doctrinas
pasando sucesivamente del campo de la dis- democráticas vistieron con orgullo la librea
cusion al de la fuerza; y asi es de notar, que de la Casa Ileal.
tan pronto como algunos de sus caudillos En otrospaisesconcebimos que hayaquien
han querido en ciertas ocasiones oponerse sueñe en revoluciones profundas para cam-
al espíritu de desordenado movimiento que . biar de raíz el estado social; porque la li-
trabaja á una gran parte de sus prosélitos, se I cenciosa anarquía de las doctrinas, y el ve-
han vistoardientemente contrariados por los I hementeespíritu de innovaciónque trae vol-
que poco antes los aplaudían con el mayal' I canizadas muchas cabezas, ofecen algunas
entusiasmo. " 11 esperanzas de que cuando semejantes re-


Ahora bien: colocado este partido en la voluciones desciendan de las teorías á los
alternativa de continuar por el camino de la I hechos, han de encontrar apoyo en nume-
revolucion ó de fundirse con otro del cual le : rosos partidarios. Pero en España , donde se
separan tan encarnizados odios, ¿ cuál es su 11 hallan en minoría aun los reformadores mas
porvenir? No 'Os dilicil adivinarlo: se incli- [.11 mesurados; dondelas personas instruidas, ó
nará naturalmente hácia el lado donde estan , no tienen noticia siquiera de esos sistemas
sus fuerzas; la revolucion será su bandera. 1'1 trastornadores, ó los detestan y desprecian;
Yen la España de .18U, lo q~é significa la 1


1
d?n~e la generalidad del pueblo vi~'~ toda-


revolucion ? ¿Se quieren todavía nuevas des- 11 via fuertemente apegado a las tradiciones ,y
trucciones? ¿Qué es lo que se puede des- I costumbres antiguas; donde no se han for-
truir? ¿Será el trono'? Esto es imposible; la !I madoesos grandes centros industriales que
república entre nosotros es.el mayor de los ¡ tan á propósito son p~ra que .las cla,ses mas
delirios: apenas es concebible cómo seme- I numerosas se contagien con Ideas disolven-
[ante causa puedaser sostenida seriamente. I tes; donde la inmensa mayoría está dedica-
Nuestras ideas, nuestros há~itos., nuest.ras I da á las tar-eas agrícolas, de suyo.tan pací~
costumbres, nuestra orgamzacion social, ficas , sosegadas y conservadoras, ¿que
nuestra situacioncon respecto á las poten- ¡ pueden prometerse 108 que sueñen en con-
cías ~ur?peas, se oponen i~v~nciblemente á \1 tinuar la revoiucion, ~i pensasen llevarla al
tamana msensatez ; la república en España I estremo de reconstiturr sobre bases entera-
no fuera mas que una miserable farsa de !I mente nuevas la sociedad entera? Hemos
brevísima.duracion , los pueblo,s la recl~aza- I vis~o. recientemente qu~ al ,iJ.ltentacse en la
flan con indignación y desprecio , val fin nOI religión una mudanza crsmatica , los desa-
producida mas resultado que estériles des- !I tentados autores del proyecto .se sintieron
órdenes, acabando todopor una restauracion I detenidos y helados en presencia de la ac-




- !D9-
titud imponente del pueblo esp,añol, y re- 11 verán precisados á falsear desde luego su
trocedieron espantados de su propia obra. I propia obra, impidiendo por astucia ó vio-
Ahora bien, á una nacion á quien no se ha I1 lencia el que acudan á las urnas los hom-
podido seducircon mentidaspromesas de un I bres que figuran en el partido monárquico
cristianismo maspuro,con lasdeclamaciones II y en ,el moderado, porque no pueden igno-
á favor de la antigua disciplina, con las i ~ar que dond~ e~to.l~ltimo se .verillque. van
engañosas palabras de que no se trataba de ·1 a quedar en insignificante minoría: SI ar-
destruir nada importante y sí únicamente ,j man al pueblo, será preciso que procuren
de restablecer ~as prácticas de otros tiern- ,1 e~i~inar. de las filas a los c!udadanos ~as
pos, á esa nacron, repetnnos , proponedle , distinguidos , y que anden a caza de quie-
los delirios democráticos que bullen en otros nes no tengan otra opinion que la del in-
paises, aconsejadle que derribe el trono, terés ó exaltación del momento: por mane-
que abandone su religion, que ensaye sis- ra, que así en el terreno de la discusion
temas nuevos de organizacion social sin mas, como en el de la fuerza llevarán por nece-
dogmas que el de la fraternidad, que plan- I sidad la peor parte, siempre que dejen des-
tee unas formas políticas sin mas vínculo I arrollar cumplidamente las mismasleyes que
que el de convenciones y confederaciones ellos habrán confeccionado. Preciso. les ha
pasageras;á ese pueblo que aclama conen- de ser, pues, el falsearlas; y ningun par-
tusiasmo á las personas reales, y que se tido que haya de estar falseando continua-
agolpa de tal modo en los templos que no mente su propiaobra puede prometerse mas
cabe en las anchurosas naves de sus mu- que una vida enfermiza y de muy corta du-
chas v espaciosas basílicas, á ese pueblo ha- raciono
hladle de revoluciones profundas, de mu- AfIádase á todo esto una consideracion
danzas 'radicales en la sociedad, y veréis có- muy importante, y es que el partido pro-
mo en vez de entusiasmo no recogéis otra gresista con sus tendencias revolucionarias,
cosa que índignacionó desprecio. aun en los intervalos en que muestra pre-


En los dilatados años que llevamos de re- tensiones de fundar un gobierno, tiene por
vueltas, la esperiencia ha enseñado que aun indeclinable necesidad en contra de sí al
las innovaciones políticas que se han guare- poder esencialmente conservador, que es el
cido á la sombra de la monarquía, no han trono. Asiéntense las teorías que se quie-
podido alcanzar arraigo ni vencer el desvío ra , preténdase inculcar á Jos reyes la en-
conque fueron miradas desdesu nacimiento. 11 señanzaprogresistadel mejormodo queque-
y de aquí es que el partido progresista, que pa en imaginacion humana; jamás será
segun sus doctrinas ha de apelar siempre á posible que la monarquía simpatice con lo
la soberanía ,popular, se ha visto precisado I1 que se encamina á limitarla y rebajarla,
á guardarse del verdadero pueblo, y no ha i cuando no á destruirla. Esto se funda en la
podido encumbrarse sino por medios violen- '1 misma naturaleza de la institución, en las
tos', ni sostenerse en el poder cuando se ha '¡ mas fuertes inclinaciones del corazón hu-
podido verificar un desarrollo pacífico de la mano: en vanoserá luchar contrasemejante
opinion pública. Mientras ha estado en el hecho; no serán parte á destruirlotodas las
márido Se ha vistocondenado á viviren con- declamaciones ni esfuerzos. ¿Y qué podrá
lÍn'tla zozobra , sintiéndose abrumado por esperar el partido progresista teniendocon-
ese inmenso peso de la opinión que, forma- tra si á la inmensa mayoría .deIa.nacioncon
da de losrealistas y de los moderados, hacia un punto de apoyo tan firme como es el
inclinar la balanza hácia ellos, no obstante trono"? Claro es que semejante eombinacion
el haber en la otra toda la fuerza y los re- de circunstancias ha de produciral partido
cursos de que dispone un gobierno esta- situacionessumamente difíciles, cuyo des-o
blecido. enlace no puede ser <,ltro que sucaida. Cuan-


No alcanzamos cómo algunos hombres (le do la mayoría del pueblo simpatiza con cier-
talento que figuran entre los progresistas no tas ideas, con este auxilio es dahle neutra-
han reflexionado sobre la posicion eminen- lizar el poder del monarca; y al contrario,
temente falsa en que se hallan colocados, cuando el monarca está inclinado á ellas,
siempre que tratan de gobernar conforme con su ayuda se puede contrapesar algun
á sus doctrinas de movimiento. Si conceden tanto la pujanza de la mayoría del pueblo:
mas latitud á los derechos electorales se mas cuando ambos son enemigos de un


25




- 21Q -


lIaJrid ~4 de Q.Ll'il do 18+4.


A.RTICULO I.


EL I\m? I\mIltA y 10 OOBtmDA.


cienes inseparables de un trono español. -
y fuera bien posible que en vez de ganan-
cia hallaseis en el cambio grave pérdida;
porque si asentaseis en el solio á un váron
de alguna edad, es probable que á 'vosotros
y á otros que se os parecen os tratase con
mas severidad de lo que hará una Nina
de 13 años.


Creemos haber demostrado. que el labe-
rinto no tiene sino salidas desastrosas: r
es harto estraño que hombres que han af~
canzado ya una pingüe fortuna y posicion
social distinguida, que son los dos resulta-
dospositivos á que puedeaspirar un dema-
gogo, continúen todavia en busca de aven-
turas patrióticas para desfacer agravios he-
chos á la diosa libertad. Esta vida, por lo
que ha sucedido últimamente, se ve que
comienza á ser peligrosa: ¿no seria mas
prudente que abandonaran el azaroso oficio.
y disfrutaran de las dulzuras de la pal, al
menos aquellos que han alcanzado á pro-
porcionarse el olúon Cllm dignitc,te?


La escuela revolucionaria no se contenta
con sus principios fundamentales, no se
satisface consignando en los códigos la so-
beranía popular, sino que desenvuelve la
teoría hasta sus últimas consecuencias, en-
tendidas por supuestosegun á ella le parece
ó interesa. A la manera de todos los soste-
nedores de sistemas esclusivos " procura ro-
dear el terreno donde domina de insupera-
bles vallas que no permitan la entrada á sus
adversarios; para esto Ira escogitado máxi-
masque pudieran llamarse adicionales, y
y bien ó mal acomodadas, las intercala en-
tre las reglas de gobierno. Que dichas má-
ximas se hallen ó no espresasen las consti-
tuciones, esto nada importa: aquí se aplica
la doctrina del derecho supletorio, que,
como saben los juristas, es en ciertos casos


I de mucha utilidad é importancia.
, Cercenados los derechos de los reyes, 80-


sistema, ¿qué recurso les queda á los que
se empeñanen sostenerle? Nada mas que
una série de atentados contra el trono y el
pueblo, oprimiendo á este conel pretestode
la,observancia de la ley, y ultrajando á
aquel en nombre de la libertad.


.Tal es la situación del partido progresista
en España, .si quiere atenerse á sus doctri-
nas v antecedentes; posición sumamente
Ialsa, en estremo peligrosa, que solopuede
acarrear desastres al pais y escasa satisíac-
cion á los autores del daño en los breves
momentos de su costosa victoria. Si sube al
ministerio, ó será derribado por las.Córtes,
ó bien si estas le sonfavorables, sobreven-
drá de un modo ú otro una crísis, en que
la corona retirará la confianza á los minis-
tros, y estos vendrán al suelo con las Cór-
tes que los sostenian. Para recobrar lo per-
didoserá menester una nueva revolución en
pos de la cual se repetirá una y mil veces
la misma escena. En vano es declamar con-
tra las camarillas, contra el ejército, contra
los retrógrados, contra los reyes mismos:
¿podeis destruir el trono? No. Dejándole
que exista ,¿ podeis despojarle de sus incli-
naciones naturales? No. ¿Podeis lograr que,
salvas algunas escepciones, no se ponga
del lado del trono el ejército, por honor,
por instinto, por efectode su misma orga-
nizacion, por interés propio? No. ¿Podéis I
cambiar las ideas del pueblo, y hacer que
no tengais en contra el inmenso peso que
resulta de la opinion de los realistas y mo-
derados? No. Pues entonces en vano es lu-
char contra la naturaleza de las cosas; es
preciso resignarse á las necesidades que no
es posible destruir.


Un medio desesperado quizás se haya
ocurrido á algunos, y es arrojarse á una re-
volucion atrevida que no respetase ni la
mismapersona del monarca, no para esta-
blecer.la república, sino para destituir la
dinastía de los Borbones. Pero y los medios
de llevar ácabo tan desatentado proyecto,
l.dónde estan? ¿Con quién reémplazais á la
augusta familia reinante? Y cuando por un
conjunto de circunstancias que os favore-
ciesen de una manera estraordinaria hubié-
seis conseguido el intento, ¿qué hubierais
ganado? Nada. Asegurada la nueva dinas-
tia se presentara de nuevo el mismo fenó-
meno j encontraríais en ella el mismo des-
vio, la misma resistencia, porque no fuera
posible que se desentendiese de las condi-




- 211-
metida la suprema potestadá infinitas trabas bierno independiente del de las Córtes y del
en el ejercicio de sus facultades, estableci-· ministerio, que ó le será personal, si á tan-
dos al lado del trono cuerpos que no solo le to llega su capaciadad ,.ó le será inspirado
aconsejeu y le auxilien en la formacion de por los hombres enquienes tenga depositada
las leyessino que le vigilen incesantemente, particular confianza.
V sindiquen los actos que de él emanan, to- Se nos replicará que el ¡:ey lo que debi!
iJavía le ha parecido á la escuela revolucio- hacer no es tratar de realizar su pensamien-
naria que el poder del rey era demasiado ~ to , sino esplorar la opinion y voluntad del
grande, y asi ha escogitado una máxima con I pais; mas ¿cómo se hace esta esploracion?
la cual se ledespojára hasta del que le otor- Disolviendo las Córtes y convocando otras.
ga la Constitucion del Estado, convirtiendo Pero entonces resultará que'encaso de des-
la persona del monarca en un autómata sen- acuerdo entre estas v los ministros, siem-
tado en el solio, que por medio de ocultos I pre sería preciso aperar á la disolucion , lo
resortes dijera sí ó no, y levantase de vez que es contra el testo y la mente de todas
en cuando la mano para fijar el sello sobre ,i las constituciones modernas, y contra la
un papel que se le pusiera delante. Bien : práctica de tocios los paisesdonde está esta-
comprenderán nuestros lectores que habla- I hlecido el gohierno representativo, pues á
mos de la famosa máxima, el rey reina y no veces se disuelven las Cortes , á veces cae
!/obierna. Vamos á ocuparnos de su examen, el ministerio, sucediendo con menos fre-
no sin esperanza. de evidenciar que segun cuencia lo primeroque 10 segundo.
como se la entiendaes inaplicable, y que en El cambio de ministerio trae consigo una
algunos de sus significados, es altamente mudanzade sistema,y esta mudanza depen-
dañosa. de de la voluntad del rey, que tiene el dé-


Cuando se diceelreyreina y no gobierna, ' recho de prestarse ó resistirse á los deseos
~,qué es lo que se i~tenta espresar? «Claro de los cuerpos colegisladores ; así como la
es, nos responderán los sostenedores del disolucion de estos puede también acarrear
puritanismo constitucional, se quiere espre- variaciou en la marcha gubernativa. Ynóte-
sal' que el pensamiento de gobierno solo ha se bien: esta esploracion de la voluntad del
de residir en los ministros; que por este país está sujeta á muchas equivocaciones,
motivo el rey no puede tenerle propio; que pues con losabundantes medios de influen-
tampoco le es lícito aconsejarse de otras cia que tiene en su mano el ministerio, es
personas que de losministros; en una pala- muv probable que haga salir de las urnas
bra , que en la máquina gubernativa solo electorales el fallo que desea. Teniendo el
han de jugar los agentes marcados por la vey un pensamiento de gobierno no se le
Constitucion: loscuerpos colegisladores y el puede impedirque lo realice, si únicamente
ministerio responsable.» Todo esto es lllUY se ha de atender al fallo de la mayoría, ya
sencillo , muy razonable, muy justo para que escogiendo un ministerio de su gusto,
quien se satisfaga conmeras palabras , para este muchas veces hará salir de las urnas la,
quien se contente con esas. vanas fórmulas, mavorla que se quiera. Verdad es que esta
que aparentando envolver un gnm sistema, reg'ta tiene sus escepciones, mas lo cierto
no encierran mas que error ó términos va- es que la historia de los diez años qne la
cíos de sentido. España lleva de gobierno representativo'


llay desacuerdo entre el ministerio y las viene á confirmar de una manera evidente-
Córtes, ¡,quién lo resuelve? El monarca, ó la verdad que acabamos de establecer. En
admitiendo al ministerio su dimision , ó reti- todas las épocas se ha notado quela mayo-
rándole su confianza \ ó bien disolviendo las ría de las Córtes ha salido á poca diferencia
Cortes. El monarca opta, pues, entre .el del color que el ministerio deseaba. En las
ministerio v las Cortes;. entre el sistema de del Estatuto la mayóríaera favorable á la
aquel yel de estas: el monarca en este caso políticade.Martinez de la Rosa; las reunidas
no solo reina sino que gobierna, pues que l~or Mendizabal sostenianá Mendizabal: las
por su parte procura que prevalezca un sis- convocadas por Isturiz, y que no pudieron
tema de gobierno: el de las Córtes si se de- congregarse' á causa de la revolucion de la
cide por ellas contra los ministros, el de Granja~ estaban dispuestas á apoyará lstu-
estos si disuelve las Córtes. El monarca, riz; las constituyentes fueron la espresionde
¡lUtlS, ha de tener un pensamiento de go- los autores de la revolucion, haciendo algu-




- 2hl -
nas concesiones á-las teorías alg9 ~as tem-j'l 0ronelllas practica~ p~rlamen,ta,rias:')) ED~n"
piadas que dominan en nuestra epoca; las I damonos. Estas practicas ¿ son obligatoriass
de 1838 secundaban la política que se inau- I sí ó no. Si son oligatorias , tanto valia añadir
guro despues de los sucesos de Aravaca; las ! á la Constitucion un artículo que dijese:
de 1839 , las ~lel famoso abrazo, ten~~an á I « ~~and? exista ~ompleta armonía ent~e e!
estrechar la alianza entre el poder militar y mmísteno y las Cortes, el Rey no podra, nr
el partido exaltado, y sabido es que dicho disolver estas, ni retirar á aquel su confían-
poder tenia ya la mano en el ministerio; las za.» Si no son ohligatorias, si se limitan á
de 1840 estuvieron en pro del gabinete una especie de consideracion de bien pare-
Castro-Arrazola; las de 1841 en favor del cer, esto es tan elástico que no sirvepa-
pronunciamiento de setiembre; hasta en las ra nada.
de marzo de 1843, después de tanta miseria Mas no queremos que se diga que no.res-
y escándalo, logró elministerio sacar un nú- petamos como es debido la buena crianza
mero considerable de votosque balanceaban parlamentaria, de que no deben desviarse
la mayoría; las actuales fueron convocadas 'los reyes; y asi atacaremos esas prácticas,
por un ministeriode coalicion, y de coalieion manifestando su sinrazon e injusticia. La
fueron tambien ellas; ¿cómo se puede tomar Constitución dice que la facultad de hacer
ese medio cual seguro barómetro para apre- las leyes reside en las Córtes con el Rey; el
ciar el estado de la opinion pública? Si .casi monarca es, pues, un verdadero poder le-
siempre vence el ministerio, y la conserva- gislador , que cuando menos ha de disfrutar
cion ó mudanza de este depende del rey, el bajo este concepto iguales prerogativas que
rey hará presentar á dicha opinion bajo el el Senado ó el Congreso. Las Cortes tienen
color que mas le agradare, siempre que él el derecho de declararse contra la conducta
tenga un pensamiento propio. La dificultad de los ministros, y aun cada cuerpocolegís-
estará en conservar compacta la mayoría, en lador puede muv hien votar en.sentidocon-
evitar que Ir! amhicion y otras pasiones, que írario al del otro; ¿por qué, pues, el Rey
no todas pueden ser satisfechas por el minis- no podrá declararse contra las Córtesó con-
terio ,.vengan á descomponerla; la dificultad tra el ministerio? i.Qué justicia ni equidad
estará en deshacerse de una minoría que, hay en una práctica que asi se opone á lo
cuando no puede vencer, al menos cntor- que está espresamente consignadoen la ley?
pece la marcha del gobierno y siembra la « Pero no advertis que el ministerio es el re-
discordia y alarma en el pais; es decir, que presentante del poder real, y quien lo cu-
la dificultad estará en consolidar un sistema, bre con su responsahilidad;» mas esto mis-
no en hacerleprevalecer por de pronto con mo indica que el Rey ha de tener sobre sus
la ayuda de la nueva mayoría. ministros una inspeccion inmediata, inde-


Tenemos, pues, que en el solo derecho pendiente de la de las Córtes, pues á nadie
de optar entre las Córtes y el ministerio vie- corresponde mejor que al principal el saber
no envuelto el derecho de gobernar, la ne- I si, St,lS delegados cumplen su mandato. {( Pe-
cesidad de que el monarca abrigue un pen- ro el mandato no lo tienen los ministros del
samiento propio, ó de que cuente con perso- Rey, sino de las Cortes que les comunican
nas en quienes pueda confiar para aconse- el pensamiento guhernativo espresivo de la
jarse en esas crisis en que se decide de la opinión púhlica;» mas entonces decid sin 1'0-
marcha gubernativa en los puntos de mas deos que los ministros no son ministros del
grave trascendencia. Rey sino de las Cortes; decid que nada sig-


Andan las Cortes enteramente de acuerdo nifica el artículo en que concedéisal monar-
con los ministros, estos obtienen numerosa ca la facultad de elegir sus ministros; decid
mayoría, no hay ni la mas ligera señal de que vuestras prácticas parlamentarias estan
desavenencia, el golpe que reciba el minis- en abierta contradiccion con otras prácticas,
terio lo tomarán como suyo las Córtes, y un cuales son el que no siempre se sigue lavo-
desaire que sufran estas lo considerará como luntad de las Cortes, pues que tan á menudo
propio aquel; ¿ puede el monarca retirar al se fas disuelve cuando estan en desacuerdo
ministerio su confianza ó disolverlas cortes? con el ministerio.
La Constitucionestá espresa sobre este pun- Adernas, no hay razon alguna por la cual
to; el Rey tiene un derecho indisputable á lo el Rev pueda disolver las Cortes cuando es-
uno y á lo otro. «Es cierto, pero á ello se tan en lucha con el ministerio, y carezca




- 2,13 ~
de esta facultad cuando reina .cempleta ar- tes Ó mudando elministerio ; veamos lo que
moníaentre este y aquellas. El disolver unas significa ó significar puede-la famosa máxi-
Córtes que estan reñidas con un ministerio ma, cuando sela aplica á la marcha guber-
supone al menos la sospecha de que no cs- nativa. ' .
presanla opinion y la voluntad del pais; y Los ministros presentan á la sancion.real
que portanto es menester apelar de nuevoá un proyecto de ley votado por las,.C?rtes; el
las urnaselectorales para que el fa\lo que de Rey l. deberá acceder ciegamente a lo que
la votacion resulte ponga en claro la verdad se le pide? ¿No podrá ni examinar siquiera
y decida la contienda.Ahorabien; este prin- el contenido del proyecto, para asegurarse
cipio supone.la falibilidad de las cortes y la por sí mismo de que efectivamente conviene
falibilidad de las urnas; I.Y porventura esafa- elevarlo á la esfera de ley?' l.Deberá entre-
libilidad se convierte en infalibilidad por aña- garse sin reserva en.manos de sus ministros
dirse la opinion de los ministros, es decir, defiriendo á su dictamen, con abnegacion de
de seis hombres? Si pues el monarca por sí la propia voluntad ,. de las luces de su razón,
soloconoce que el pais está mal representa- de las inspiraciones de su conciencia? Cree-
do, ¿por qué no ha de poder provocar la mos que nadie será capaz de.exigir tanto:
crisis, cambiando el ministerio y disolvien- pues bien, entonces el Rey no soloreina si-
do las Córtes'7 . no que gobierna, ya que en cosa de g-obier-


Por un conjunto de circunstancias fatales no, que es dar una ley al pais ó dejar de
ha resultado una mavoria cuyas ideaspoliti- darla, se conformacon el voto de losminis-
cas ó administrativas'son altamente funestas tros y de las Córtes ,ó se aparta de él segun
ú la nacion; el ministerio ha salido del seno mejor le parece.
de ella, ó por negociaciones con los gefes ¿Puede el Rey asistir á los consejos de
del parlamento se ha adquirido el apoyo de sus ministros? Creemos que no solo puede
la fraccion dominante; entre tanto el páissu- sino que debe hacerlo cuanto le sea posible,
fre males graYÍsimos, y le amenazan otros pues que todas las reglasde prudencia están
mayores si continúan las cosas en tan fatal diciendo que el aconsejado dehe oir á sus
estado; ¿qué hará el Iíey? ¿Se mantendrá consejeros. El sentido comun de todos los
con los brazos cruzados, ó mas bien atados hombres elogiala asiduidaddel monarca que
con las prácticas parlamentarias, no pUdien-1 se tomala pena de asistir con frecuencia á
do retirar su confianza al ministerio porque los consejos de sus ministros; y cuando se
está sostenido por las Córtes, ni pudiendo I quiere señalarque el negocio era de imnor-
disolver las Cortesporque son del gusto dé! I tanela,se hace notar que asistióel Rey. En el
ministerio? ¿ Será preciso que contemple 1I Consejo, ¿le será lícito al Rey oponerse á la
inactivo, impasible, los males de la nacion opinion de sus ministros, combatirla con las
que le está encomendada, ó que se absten- razones que se le ocurran, ilustrar la cues-
ga de consultará nadie fuera de las Córtes tioncomo mejor entienda, y procurar que
o del Consejo de ministros, y que preocupa- prevalezca el dietámen que crea mas ucer-
do por la máxima que debe reinar y no go- tado, aun cuando esté en contradiccion con
bernar, hasta desoiga el dictamen de su ra- el que sustentaban.sus consejeros? Es evi-
zon, el grito de su conciencia? Semejantes dente que sí, y entonces el Rev no solorei-
reyes fueran de especie estraña: si esta es na sino que gobierna ,hasta el punto de ha-
la' monarquía, la monarquía es invencion ber comunicado á los minístros el.pensa-
hien moderna. miento'que le era propio i y' logrando·que


En la última suposicion es evidenteque el estos se,conformasen f y' refrendasen con su'
Rey, promoviendo la crisis no obra ni por firma los proyectos ó decretos que se habian
inspiracion de las Cortes ni del ministerio; de adoptar. «Pero nosotros, replicarán ToS"
toma la iniciati-va por un, pensamiento pro- partidarios 'de la máxima, no intentamos'
pio ó sugerido por personas irresponsables: convertir al Rey en una estátua ; no Te de-o
el Rey, pues, no soloreina sinoque gobier- seamos imbécil; no pretendemos que no'
na, ya que ejerce de motu propt'io un acto pueda ilustrar á sus ministros; y cuando de-o
que tiende á producir un cambio en el go- cimos que el Rey reina y no gobierna, uo
hierno del pais. nos proponemos arrebatarle esos gloriosos


Hemos examinado los casos en que se tra- triunfos que nos acahais de presentar, en .,;"-
la de ,,,.1,,, una crisis disolviendo las Cor- 'fue par media de la discusion prevalece la~:




- íHl-
inteligencia del monarca sobre lainteligen- El.. VIAJE DE LA REINA.
cia de sus consejeros. Desde que estos se
rinden á las razones que el soberano les ob-
jeta, y reconocen por errado el dictamen á H.Jrid nd••brild.m~.
que antes se inclinaban, desde que ellos se
presentan á cubrir con su firma responsable Elviaje de SS. MM. que se anunciacomo
la inviolable persona del monarca, ya son muy próximo, bien que no se fije con toda
ellos los que gobiernan, no el monarca.» certeza si ha de ser á Cataluña ó á las pro-
Mas entonces no advertís que vuestra máxi- I vincias Vascongadas, ha llamado estos dias
ma queda reducida á que Jos ministros re- il la atención de la prensa, y hasta ba dado
frenden los decretos para dejar cubierta la '! lugar á indicaciones que revelaban algunos
responsabilidad real; no advertís que se I recelos sobre los daños que de él pudieran
anula vuestra máxima desde el momento que resultar. 1\"0 creemos que haya siquiera pun-
la limitais á lo que está espresamentc con- to de semejanza entre las circunstancias del
signado en la Constitucion, y que por lo . viaje de 184.0 y del de 184.4.; entonces iban
mismo no habia menester ulteriores aclara- I SS. MM. á ponerse en manos de un general
ciones. que habia manifestado bien á las claras


Dadle á la euestion las vueltas que que- sus miras ambiciosas y su alianza con los
rais; no satdreis del laberinto en que os ha- partidarios de una revolucion que cambiase
lIais metidos: ó devorar absurdos, ó anular la faz de los negocios; ahora donde quiera
la máxima. Os hemos probadoque el pensa-I que la Reina se dirija encontrará un ejército
miento personal del Rey puede convertirse que acaba de darle pruebas de la mas acen-
en gobierno, con sola la formalidad de la re- , drada lealtad, combatiendo con la mashizar-
frendacion de 195 ministros; os hemos pro- ra decision á cuantos han intentado pertur-
bado que si los ministros no se convencen y bar el orden público: entonces los ayunta-
el Rey está persuadido de que van errados, mientesestabancomenzando ya la revolucion
puede retirarles 'su confianza y elegir otros con sus protestas, esposiciones y otras ma-
que estén de acuerdo con él, Yhagan pre- nifestaciones nada equívocas; ahora, merced
valecer el pensamiento que cree mas conve- á la nueva ley y á las particulares circuns-
niente al bien público: ¿ á qué se reduce, tancias en que se han verificado las eleccio-
pues, lo del Rey reina y no gobierna? Diréis nes , las municipalidades, lejos de ser· un
que en ambos casos, ya se convenzan los elemento de disturbios ni de embarazar en
ministros ya sean reemplazados por otros de '1 nada la accion del gobierno, le apoyarán
diferente opinion, el pensamiento guberna- cuanto les sea posible, y contribuirán pode-
tivodel Rey no podrá realizarse sinopor con- rosamente á prevenir nuevos trastornos, si
dueto del ministerio; pero esto no significa desgraciadamente huhiera todavia quien se
otra cosa sino que el Rey no puede quehran- arrojase á promoverlos. Parece, pues, que
tar las leyes fundamentales del pais , que no el viaje de SS. M"M. no ofrece hajo este as-
puede prescindir de los trámites que ellas I pecto ninl;\'un peligro; y ~~r lo tocante á.la
señalan, que no puede declararse absoluto '1 conservaeion de la tranquilidad en Madrid,
y mandar sin sujeción á ninguna traba. Y que es lo que debe llamar principalmente la
para llegar á tamaño resultado no era preci- atencion , fácilmente se echa de ver que para
so escogitar una máxima.. nueva: las consti-I ello no se neces.ita la. presencia de las reales
tuciones modernasestan muy esplícitas so- personas. .
bre este particular, y aunen las monarquías, Segun noticias, acompañarán á S. M. to-
absolutas noacostumbranlos reyes á olvidar- I dos los ministros escepto el de Hacienda, lo
se de las formalidades establecidas por ley I que facilitará la rapidez del despacho. El se-
ó costumbre; no acostumbranamandar bajo :' pararse el gohierno de la capital trae siem-.
su sola firma, alegando por razon su volun- II1 pre consigo algunos inconvenientes y cmba-
tad. Pero ya este artículo va tomando sobra- I razos , mas no creemosque estos deban pe-
daestension, y asi reservamos para el si- 1'1 sar mas en la consideracion de una política
guíenteel acabar de reducir á polvo la famo-I. previsora, que: el gravísimo de tener que
~a máxima lJu~ ciertos p~bli~istas han tenido ! esperar alg~Il()S ~orreos pa~a la publicacion
a bien añadir a las consutucrones modernas, i! de una providencia , por motivo de no hallar-
como apéndice y comentario. :1 se al lado de S. M. el ministro responsable




- i15-
'Iue debe refrendarla. Fácil es conocer que 1\ En efecto; si atendemos á.. la enseñanzade la
pueden ofrecerse casos en que la dilacion de I historia y de la esperiencia , echaremos de
seis ú ocho dias traería perjuicio. ver que las grandes calamidades que han


Ventajas presenta de mucha importancia afligido á las naciones por causa de un mal
el proyectado viaje, y las presentára mucho gobierno, uo han tenido connmmente su
mayores si SS. MM. no se limitasen á un origen en la mala voluntad del monarca, si-
punto de Cataluña ó de las provincias Vas- no en las mañas de un privado que se inter-
tongadas, y aprovechasen la oportunidad ponía entre el rey v el pueblo. Se consumaban
para visitar otras, provincias, o recorrer los mayores atentildos, se ejecutabanlasmas
cuando menos aquellas á que se dirijan. Hay injustas vejaciones, se dilapidaba escanda-
en la corte un ambiente tan espeso y malo, losamente la hacienda, se labrabaninmensas
se agolpan de tal modo en ella todos losele- fortunas á costa del Erario. público, se invi-
mentos daüinos , que es poco menos que ne- lecia á la nacion con la dependencia de ga-
cesarlo el salir de aquí para conocer la ver- binetes estrangeros; en una palabra, el pais
dadera España: esa España que paga, sufre entero se hábia hecho el patrimonio de una
y calla; esa España á la cual se hace servir pandilla nula y corrompida, los pueblos pa-
de juguete á la mas desapoderada ambicien decían atrozmente, estaban profundamente
y desenfrenada codicia; esa España á quien indignados, quizáslas maldiciones de la de-
se trastorna todos los años para mudar de sesperacion llegaban ya á puntomasalto- que
gobierno, y que no coge com~n~lente llla~ la cabeza del privado, y entre tanto el rey
fruto que aumentar sus padecimientos. ASI nada sabia: rodeado de una densa nube de
creemosque es muyconveniente que la Rei- mentira, formada por la perversidady la li-
na oiga la verdad de boca de los mismos sonja, creía buenamente que sus súbditos
pueblos, y esto se logra harto mejorcuando nadaban en la abundancia y en la dicha ,y
para llegar á la real estancia no es preciso que no era posihle cambiar la direccion de
atravesar espaciosos salones , ni observar los negocios sin acarrear al país perjuicios
tan rigurosamente la etiqueta de la corte; inmensos.
cuando tienen la honrade acercarse á S. M. No se nosdiga que ahora, con el gobier-
los modestos ciudadanos, que por vivir en no representativo y la libertad de imprenta
{)SCUfa medianía no dejan de conocer me- han desaparecido tamaños inconvenientes:
jor las verdaderas necesidades del pais que á los pueblos se los oprime y veja con dis-
muchos de los que se apellidan hombres tintos nombres: no siemprela tiraníase pre-
de gobierno. seuta ostentando Iazsañuda , tambien sabe


Lejos de temer el resultado de esa comu- cubrirla con máscara engañosa ; y sus for-
nicacion inmediata de los pueblos con la Rei- mas de hierro no son menos duras por on-
na, la deseamos ardientemente; porquenos dear sobre ellas el ropage de la libertad.
duele el que la verdad no llegue toda entera Desearíamos, pues, que asi la Reina co-
á sus oidos, y opinamos que hasta que asi molospueblos aprovechasen estaoportunidad
se haya verificado no se puede hacer la feli- para ponerse en comunicacion inmediata, y
cidad de la nacion. Si los Clamores del pue- que el pais no dejase pasar esta escalente
hlo llegasen hasta el trono sin que los alte- ocasion para elevar al trono sus necesidades
rara el conducto de los cortesanos, no se y los medios de satisfacerlas. ¿No seprocla-
verian medidas desatentadas que de muchos ma la soberaníapopular? pues coasültese la
años á, esta parte estamos.presenciando, y opinion y la voluntad del pueblo, del verda-
que lejos. de ser bien recibidas en todo el dero pueblo, no de ese puebloque hace tan-
ambitodel reino, como lo asegurarán á S. M. tos añosse nospreseuta-mentidamente , sino
los interesados en promoverlas, causan una de aquel que en'sus ideas, sentimientos y
impresion sumamente desagradable , y es- costumbres conserva todavia la rectitud y
pareen por do quiera el descontento y la in- sensatez españolas: de ese pueblo que no
quietud , preparando para mas adelante de- quiere medrar en las revueltas, que no soli-
sastres sin cuento. El sistema de viajar los cita empleos, que vive de su trabajo y no
reyes visitando á sus pueblos, se va estén- del Erario I que se enriquece tal vez con los
diendo cadadia, y fuera de desear queSe ge- ahorros de largos años, pero que no conoce
neralizase mas y mas, haciéndose una cos- el secreto de improvisar fortunas: cuando
tumbre respetable á que no se faltara nunca. este pueblo se haya consultado y se obre




ARTICULO rr.


)fal1l'id 1.. de M'a)'o de 1844.


¿Y esposibIt que carezca de sentido una
máximatan ponderadaporciertospublicistas,
tan proclamada en los parlainentos, tan in-
culcada á los reyes? loEs posihle que no en-
vuelva un significado que afiada alguna cosa
á lo ,que está espresamente consignado en I
la Constitucion?


Si bien se atiende á los comentarios con
que suelen ilustrarla los constitucionales
puros, se advertirá que fundan principal-
mente la necesidad de sostenerla y aplicar-
la, en el peligro que amenazacontinuamente
á la libertad de los pueblos por la influencia
de las camarillas. «El rey, dicen elfos, ro-
deado de cortesanos, muchas veces de da-
ñada intencion y casi siempre de ambicion
desmedida y de calidades de poco valer,
está espuesto á ser víctima del engaño y de
la perfidia, por mas puras que sean sus in-
tenciones. Si no le someteis á una especie
de vigilancia parlamentaria, si no comenzais
por alejar de Sil lado las influencias con-o
trarias á la libertad y al bienestar de los
pueblos , si no estableceis el principio de
que en un-sistema representativo no deben
llegar almonarca otras inspiraciones que las
de los cuerpos colegisladores y de los con-
sejeros responsables, los negocios del Esta-
do se convertirán en intrigas de córte, y en
vez de prevalecer en el gobierno la opinion
de loshombres mas distinguidos por sus ta-
lentos, esperiencia y honradez, la nacion
será el juguete de cuatro miserables que
han subido á los regios salones por camino
tortuoso, y que conservan su fin-al' por me-
dio de viles lisonjas. Cuandodecimos, pues,
que el rey reina y no gobierna, nos propo-
nemos destruir semejantes influencias, que


- 216-
conforme á sus 'deseos, no tendremos que ¡todo hombre leal confesará ser dañinas ; in-
arrepentirnos' de que el trono, acercándose- tentamos que los grandes intereses de la
le, haya provocado la manifestacion de la' nacion no sean sacrificados á los caprichos
voluntad nacional, y puesto en provechoso de un valido ; que los grandes negocios no
ejercicio'la soberanía popular. sean manejadospor manos indignas, que los


hombres' de estado llamados á aconsejar al
monarca no se hallen contrariados á cada
paso por intrigas tenebrosas, que causan
tanto mas daño cuanto se cubren con un
manto augusto, lié aquí lo que entendemos
significar: desechad si osais esta doctrina,
que es la doctrina de la razon y de la justi-
cia, que es un principio tutelar de las na-
ciones, que es una regla indispensablepara
un buen gobierno, que es la defensa de la
causa de la lealtad contra la perfidia, de una
conducta abierta y legal contra manejosos-
euros y detestables, de los verdaderos hom-
bres de estado contra los cortesanos é intri-
gantes.»


Si no fuere otra vuestra intencion la
aplaudimos sinceramente: si á esto se redu-
ce vuestra teoría la abrazamos en su tota-
lidad, v la defenderemos vigorosamente
contra los que la impugnen: porque en
sustancia no es mas que la proclamacion de
que' los altos negocios del Estado deben tra-
tarse con moralidad, con gravedad, con
inteligencia y tino; no es mas que recomen-
dar al monarca que se guarde de la adula-
cion, que no tome consejo de hombres vi-
llanos, que para ilustrarse en los difíciles
asuntos de gobierno recurra á, los sabios,
probos, desinteresados, que hayan acredi-
tado con obras su lealtad al monarca v sus
deseos de labrar la felicidad pública: que
hayan adquirido con' la espericncia de los
negocios los conocimientos y el tacto que
necesitan para conducirlos con acierto.


Pero menester es advertir que aqui no
hay nada nuevo, que esta es la doctrina de
todos los tiempos, que asise ha inculcado
en todas épocas aun á losmonarcas mas ab-
solutos, pero que jamás se ha entendidopor
esto que el rey debiese ~einar y no gober-
nar; que antes al contrario se ha condenadoIese quietismo real como una cosa altamente


, perniciosa, como una señal de pereza indig-
na de quien tiene á Sil cargo los grandes
intereses de la nacion; que antes al contra-
río se ha querido significarque el rey debia
gobernar tanto como le fuese posible, infor-
mándose por sí mismo de todo, no fiándose
á ciegas de ningun consejero, vigilandoso-
bre todo, estando presente á todo, nodes-




- 2~7-
cargándose sobre nadie de la grande respon- '1 vuestros consejeros responsables, todo lo
sabilidad que pesa sobre él á los ojos de que sea oponeros á sus determinaciones, to-
Dios y de los hombres. El que el sistema de do lo que sea mezclarse en los negocios de
gobierno fuera mas ó menos rop.ular, no se g.ol?i~rno , todo lo q.ue sea salir de esa impa-
ha llevado en cuenta para eximir al rey de sibilidad que constItuye vuestro carácter de
tamañas obligaciones: él estaba al frente rey constitucional, es contra el espíritu de
de la nacion , él concurría á la formacion la Constitucion, atentatorio á los derechos
de las leves, él era el encargado de su I de las Cortes, dañoso á la libertad de los
cjecucion ~ él era el custodio de los gran- , pueblos, peligroso para vos mismo, que
des intereses nacionales, él debia , pues, atraéis sobre vuestra persona laindignacion
estar de contínuo en guarda sobre cuantos de los patriotas, y os dcspojais de la irres-
atentasen Ó atentar pudiesen contra el bien ponsabilidad con que os escudará la ley fun-
público; á él le estaba encomendada la damental. Gozad tranquilo y sosegado de
inspeccion sobre todo, y muy particular- la dicha de reinar que os ha cabido en
mente sobre los que le rodeaban para in- suerte , ~Ievad sobre vuestra cabeza la hri-
formarle y aconsejarle. Cuanto mejor ha 1lante diadema, empuñad el cetro de oro;
llenado un rey estos objetos, tantos mas pero mostraos á los ojos de los pueblos co-
elogios le han tributado sus contemporá- mo una divinidad agenaá los negocios de la
neos, mas distinguido lugar se le ha seña- tierra; procurad que no intervenga jamás
lado en las páginas de la historia: el rey ha vuestro nombre sino para articular alguna
sido tanto mas grande cuanto mas y mejor I palabra de amor óperdon; y si alguna vez lIe-
ha gobernado. ' gaá lasencumbradas regiones en que morais


Si, pues, la máxima tiene pOI; objeto la ; el ruido de algun conflicto parlamentario,
felicidad pública, si se propone que la mo- como se oyen en los etéreos espacios las
narquía produzca á los pueblos el mayor tronadas de la atmósfera sublunar, inclinad
bien que posible sea, tan lejos está de con- un instante vuestros ojos hacia el lugar de
tribuir á ello con su contenido, que antes las tempestades, llamad á vuestro lado á las
es á propósito para producir infinitas cala- I no.tabilidades mas ilustres por la facilidad v
midades, haciendo á los reyes flojos é indo- brillantez de su palabra, sean ellos los ala':'
lentes, quitándoles la conciencia de sus de- dos mensageros que lleven de una á otra
heres , el sentimiento de su propia dignidad. parte las combinaciones ministeriales, v
Ved lo que ella dice al monarca: (,Solo de- en caso de incertidumbre decidíos siempre
beis reinar, es decir, sentaros en el trono, por el hombre. de la situacion , que será
mas no gobernar. La Providencia os ha he- aquel que en la sesion mas borrascosa hava
cho nacer en régia cuna, no para que os aterrado con su elocuencia á todos sus riva-
ocnpeis en los negocios del Estado, no para les, y ande en los periódicos de su partido
que sigais COR ojo atento lo que exigen la con los esplendentes dictados de orador emi-
opinion , la conveniencia, las necesidades nente, estadista profundo, con los apén-
de los pueblos, no para que procureis ente- dices de purísima honradez y acendrado
raros á fondo de las principales cuestiones patriotismo. Asi os conservareis en la altura
que se agitan en el pais , y formeis vuestro en que os colocará vuestro destino, asi no
concepto sobre ellas, y tomeis vuestro par- llegará hasta el trono el abrasador aliento de
tido para obrar como os dicte vuestra razon las pasiones; guardaos de la tentacion de
y conciencia; lo <J.ue debeis hacer es mante- tomar parte en la refriega; no olvideis que
neros comoinmóvilestátua, sentado en vues- hay guerreros muy fogosos; recordad lo de
tro trono, rechazando los consejos que os la fábula: persiguiendo-á un enemigo podria
quieran dar las personas mas sábias, mas muy bien suceder que hiriesen auna diosa. ))
honradas, mas distinguidas por sus largos y _¿Sabeis lo quc significa ese discurso 'r ¿Sr-
eminentes servicios hechos á la patria, si beis cuál es el blanco de tantos esfnerzo~ 't
quienes los dan no pertenecen Ó al número Hélo aquí. Formadas las constituciones mo-
de vuestros consejeros óá la mayoría del dernas con arreglo á los principios mas de-
parlamento; hasta de vuestra voluntad, de mocráticos, con numerosos artículos á pro-
vuestro juicio debeis preservaros como de pósito para dejar el gobierno en manos di
tentaciones peligrosas; todo lo que sea em- los mas bulliciosos v atrevidos, todavia en-
barazar la marcha que se han propuesto cierran algunos gérmenes, que desenvuel-


26




- '2.18 -
tos de la manera conveniente por una pOlíti-1 delEstado sirven dearma á la ambicien 'V á la
ca sagaz y previsora, podrian suscitar no vanidad, donde se examinan las cuestiones
leves obstáculos á la ambicien desapoderada mas importantes y trascendentales, no á la
de los que se imaginan con esclusivodere- luz de la razon y bajo la guia de la pruden-
cho á disponer de los destinos de la nacion cia , sino al través del prismade las pasiones,
porque poseen la facilidad de pronunciar un y procurando ahultar y exagerar todo lo que
discurso yel arte de captarse unapopulari- sirve al que de ellas se vale, y disminuyen-
dad tanto mas ruidosa cuanto mas facticia. do Ú ocultando todo lo que pudiera dañarle
Asi era menester no dejar el peligro en ó emharazarle.
pie, era preciso salirle al encuentro, y va Lospaisesdonde ha hecho estragosel es-
que no se pudiese quitar del todo, al m(~nos píritu revolucionario, donde se han perdido
dismiauirle en gran manera, y mantenerse las creencias y las tradiciones de los siglos,
contra él en vigilante guarda. Para esto era donde el vértigo de las ideas y la disipacion
indispensable falsear las constituciones por y ligereza de costumbres llevan en turhia
medio de doctrinas aclaratorias y de prácti- corriente á los espíritus, preciso es que su-
cas parlamentarias, todo con la mira de que fran las funestas consecuencias de su estado
los tres poderes se redujesen á uno solo; la social, y que á falta de buenos principios
cámara popular. bastante poderosos para prevalecer en la es-


Es evidente que esto es lo que sucede en fera política y apoderarse del gobierno, vi-
todos los paises donde se han improvisado van esclusivamente dominados por la aristo-
constituciones muy democráticas; la cámara l' cracia dcl oro y del filosofismo auxiliada por
alta no significa nada, el poder real ha de es- I el poder militar. Mas en España, donde se
tar eselusívamente representado por el mi-I conservan muy fuertes y arraigados los prin-
nisterio, y este no ha de ser mas que un de- ClplOS monárquicos y religiosos, donde no
legado, un servidor de las voluntades del I ha predominado todavia ese torbellino que
cuerpopopular. i agita los ánimos y pulveriza la sociedad; en


En los paises donde existe una administra- España, repetimos, hay otros elementos de
cion muy vigorosa como acontece en Fran- gobieruo: y no necesitamos entregarnos ata-
cia , el poder real tiene en su mano el re- dos de pies y manos á merced de una vein-
curso , no de resistir al ascendiente de la cá- tena de hombresque, escoltados de sus sa-
ruara de diputados, sino de hacerla de su I télites políticos, científicos y literarios, dis-
devocion, influyendo en las elecciones, y de pongan á su talante de la suerte de una
conservarla adicta con varios medios; asi nacion de catorce millones.
como en Inglaterra, .donde predomina laaris- A esto, y á nada menos que á esto, nos
tocracia en el orden socialcomo en el políti- llevaria la adopción de la máximael rey rei-
co, esta consigue enviar á la cámara de los na y no gobierna. De los dos cuerpos cole-
comunes una mayoría que no contraríe el gisladorcs, el uno tiene una influencia ficti-
.espíritu y las miras de la cámara de los 10- cia ; solo el popularla tiene efectiva: vivien-
res. Sin embargo, vemos que la Francia se do el rey á discreción de los ministros y los
encuentra á menudo en crisis ministeriales, ministros á discreción del Congreso, y es-
y en gravísimos emharazos, que contrihu- tanda el Congreso á la disposicion de un nú-
yen no poco á impedir que el gobierno pue- mero muy contado, lejos de abrirse para
da seguir una política grandiosa y firme, España una era de bonanza y prosperidad,
cual cumple á una nacion de primer orden; comenzaríamos otra en que el país seria
V esas crisis son debidas á la ambicion de víctimade la rivalidad v lucha de ambiciones
un muy reducido número de hombres que estériles, introduciríamos el funesto sistema
se creen con derecho á perturbar el Estado 1I de que la habilidaddel monarcahaya de con-
por la decisiva razon de que ha pasado ya sistir en jugar con dos o tres capacidades,
demasiadotiempo sin que se hayan sahorea-jl Sat.rificando a~t~rnalivarne~te la unaá l,a otra;
do en los goces del mando, y que ha Ilega- I falto de estahilidad el gnbJerno no sena po-
do ya la época de frUe á toda costa derriben 11 sihle llevar adelante ninguna clase de mejo-
a sus rivales, como estos Ú su vez los derri- ras, y manteniéndose al país en una agita-
haron á ellos. Miserables luchas de amor l' cion sorda, efecto de los manejos del que
propio, donde no entra para nada el interés ¡ quisiera escalar el poder,corrchamos el
de la nacion, donde los grandes negocios I riesgo de nuevas insurrecciones en que la




Madl'i1 1. ...de mn)'o de t8H.


SOBRE LA ADMINISTRACIOff


- 219-
nacio,n y el trono quedaran espuestos a 1'01'-/\1 ¿ Dónde estan aquellos poderes á.la sa. ZOIl
midables azares. ) tan robustos, aquellos hombres tan influyen-


¿y no es una vergüenza para un pueblo 1/ tes, tan necesarios, que sin ellos no era posi-
(l"e en algo estime su dignidad, el que á ble gobernar, ni era dable que la España
menudo se haya de encontrar largo tiempo I continuase existiendo? Espartero esta pros-
sin gobierno, á causa de que dos Ótres in- ¡ crito , Olózaga fugitivo, Lopezoculto, Corti-
dividuos no aciertan á convenirse, y tienen I na en la cárcel. Hé aquí demostrado con he-
un interés en suscitar obstáculos á la com- ichos lo que valen esas máximas, esas prác-
hinacion mi.nisterj.al, se~un l.as prácticas 11 ti.cas de reci.ent~ importacion. S!n arrai$~,
parlamentarias? SI camanilas tienen los re- ¡1 sin apoyo, sm simpatías en el pals, se disi-
ves , ¿, no las tienen tambienesos demócratas ]1' pan al primer soplo; y solo entrañan la fuer-
que con distintos nombres y con mentidos: za que les dan la ilusion y la timidez de los
títulos se erigen en tiranos de la sociedad'? ;1 mismos que las aborrecen. _~ si en unanoche
En crisis espinosas, ¿no guardan tambien I tenebrosa parécenos ver en lontananza un
ellos una afectada reserva que salve su res- fantasma gigantesco que no existe sino en
ponsabilidad y no dalle á su reputación de nuestra imaginacion, el vestiglo se disipa
hombres de estado, mientras sus satélites en tan pronto como nos acercamos á él Ynos
la tribuna y en la prensa hacen declaraoio- I cercioramos que no hay nada.
nes mas Ó menos esplicitas, que revelan el
pensamiento del personaje que ha unido á
sus facultades tribunicias la magestad é ir-
responsabilidad de un monarca?


Todavía recordamosque cuando los,puri-
tunos constitucionales se proponían resistir {J)~~ ~m~ ~&mm8~~{!1~
a la ambician y al sablede Espartero con el l'
impenetrable escudo de las prácticas parla- I
mentarías, mientras la naciónestaba mirando ¡j
con zozobra q.ue peligraba el trono, que pe- il
ligraha la Religion, que peligraba la inde- ir Muchos son los elogios qne ha recibido
pendencia, se nos precisaba á esperar largos 1I de ciertos periódicos el Sr. Carrasco, de
días una combinacion ministerial que habia ji suerte que si la opinion por ellos ruaniles-
de dar Cnml)li,da solucion al complicado pro-III tada hubiese estado fundada en hechos, se
blema; y al gran pueblo que en los tiempos habria podido concebir la esperanza de que
antiguos y modernos se ha complacido en '1 nuestra hacienda iba á salir del estado de
batallasde gigantes, venciendo el islamismo, 1I abatimiento y embrollo á que la ha condu-
conquistando un mundo, intimidando á la 1I cido una dilatada serie de errores, malda-
Europa y derrocando á Napoleón , se le obli- il des y desaciertos. Grande hubiera sido la
gaha á asistir á juegos de niños, á farsas de 11 gloria del Sr, Carrasco si hubiese conseguí-
pigmeos. y se le contaba como un suceso de li do un objeto tan árduo é importante; pero
importancia, como una prenda de lisonjero I desgraciadamente , segun las apariencias,
porvenir, como esperanza de remedio, el II no llevan las cosas el mejor camino, y ras
que á tal ó cual hora habia sido llamado á 1I ilusiones, si algunas se han tenido, comien-
Bueua-Vista este ó aquel individuo, y que '1 zan á disiparse.•
Olózaga y Cortina habían pasado de bracero I Sabido es que todos los altos empleados,


llar la p.uert« del 801. Saliérannos al rostro 1
I y muy particularmente los del vidrioso ra-


os colores, si no recordásemosque la nacion mo de hacienda" suelen ser el blanco de la
tuvo .otr? medio .mas wa~d~oso y ef:caz para I1 maledicencia, y que c~n mucha facilidad
dar fin a una srtuacíon mjusta , VIOlenta y '1 se les achaca que no evitan cual deben la
perniciosa; si no recordásemos que los pue- I malversacion de las rentas públicas, si es
hlos formaron una coalición que valióy pudo 11 que no se les imputan otros cargos mas gra-
algo mas que la de Olózaga y Cortina; si no 1I ves. El clamor de que se hacen contratas
recordásemos aquel magnífico levantamiento ,1 ruinosas está casi siempre. á la órden del
(lne hizo trizas tanta iniqllida.d y miseria, y i dia , COIllO suele decirse, y apenas se co-
que hunrlió en polvo, redujo ¡Í la nada á los I¡ mienza á hacer la oposicion á un ministro
que se atrevieron á insultar á la nacion. ~ de Hacienda, cuando ya se le echa en cara




6.000,000 en delegaciones de azogues
que se espidieron ante-
riormente.


iO.OOO,OOO en pagarés del tesoro que
se habrán de satisfacer
en el tercer plazo el e la
antlcipaciondel contrato
de tabacos.


Total. 20.000,000


»Por otra condicion se establece, que si
el gobierno llegase á contratar algun em-
préstito, los efectossobre aduanas, azogues
y tabacos arriba citados serán recibidos en
parte de pago de dichoempréstito como me-
tálico efectivo.


»)¿Es verdad tambien que se han hecho
muchos contratos, tan onerosos y tan clan-
destinos, en iguales términos con corta di-
ferencia'? ¿Es cierto que de resultas de ello
estan empeñadas las rentas de aduanas,
puertas, tahacos , Cruzada y otras de no
menor importancia por mnchos meses, y en
muchas provincias por todo lo que queda
del afio?


»)¿ Es verdad que después de este des-
pilfarro es imposible que nadie pueda go-
bernar?


»Contesten los periódicos ministeriales lo
que gusten.))


Hasta aqui El Tiempo; y por cierto que
retando tan osadamente á los periódicos mi-
nisteriales á que contesten lo que gusten,
no le debe ser negada la contestacion, dado
que en ello se interesa el honor del ministro
y el decoro de los que le han defendido.


Cuandola guerra civil apremiaba, cuan-
do de no ser satisfecha una atencion peren-
toria podia resultar la insuhordinacion en el
ejército, la pérdida de una provincia ó de
una posicion importante" entonces se con-
cibe muy bien que vinieran casos en que
fueren necesarios dolorosos sacrificios, en
que con grave perjuicio del Erario se hu-
biese de ceder á las exigencias de un pres-
tamista que hacia un anticipo. Pero ahora,
¿dónde estan los motivos que puedan ni le-
gitimar ni escusar contratos tan ruinosos?
Mucho dudamos que sea este el camino de
levantar el crédito, y de realizar las espe-
ranzas con que se nos viene halagando de
tres meses á esta parte.


El arriendo de tabacos, cuyas ventajas
tanto se nos han encarecido, ha sido tam-
bien objeto de una série de artículos en el


Recibir(í D. N.


D. N. entl'egarrí


Tola!. 20.000,000


R". t'lI. 4.000,000 en libranzas sobre la ren-
ta de aduanas arlnJisi-
bies en pago de dere-
chos de las mismas.


Rs. vn. 10.000,000 en metálico, comprobán-
dolo en el .tesoro con
cartas de pago de la pa-
gaduría militar.


10.000,000 en cupones no llegados á
capitalizar, después de
cobrados los valores qne
reciba en pago.


- 220
la dilapidacion del Erario por su escesiva
condescendeucia con insaciables agiotistas.
Por lo mismo no estrañaríamos que se veri-
íicase lo mismo con el Sr. Carrasco, ya que
siendo ministro de Hacienda no podia evitar
los inconvenientes que estan anejos á la
apetecida silla. Qui cum honoribu«, et one-
ribus.


Pero nos ha llamado muy particularmente
la atencion el que un periódico redactado
por personas entendidas, y que desde un
principio se ha declarado en oposicion al
gabinete, haya formulado sus cargos con
tal precision y tal tono de seguridad, que
no parece abrigue recelos de que pueda ser
desmentido. Bien necesario seria que el
ministro de Hacienda deshiciese la equivo-
cacion , si es que existe, asi como tambien
pareceria regular que los.periódicos que han
encomiado la administracion del señor Car-
rasco saliesen, ó á defender al seflor mi-
nistro si podian hacerlo con datos que le
justificasen, o á exigirleesplicacioncs por
no continuar en ser apologistas de quien no
lo mereciese.


«Yaque se nos provocaimprudentemente,
dice El Tiempo en su número de 2,) de este
mes, v se nos llama á un terreno donde la
victoria ha de ser seguramente nuestra, nos
proponemos hacer á los diarios del gobierno
algunas prcguntas , la primera de las cuales
es la siguiente:


«¿Es verdad que en el ministerio de Ha-
'cienda se ha hecho el dia 14 del corriente
el contrato siguiente para la construccion de
unos vapores de guerra?




y


Madrid 8 de' m3)'O de 1844.


LA INCERTIDmIBRE DE IjA SITllACION.,:


La debilidad de que se ha sentido atacado
el ministerio Gonzalez Brabo apenas cense-


I
guido el triunfo, la profunda división que se


I
ha introducido entre sus antiguos sostenedo-
res tan pronto como se hailarondesembara-
zados de sus rivales los progresistas, los
gritos de alarma que resuenan conunuamen-
te por la supuesta alianza que se apellida
carlo-ayacucha, no sonciertamente fenóme-
nos estraños á los ojosde quien fijasu aten-:
cion en la raiz de nuestros males; pero de-
bieran ser un desengaño para- los incautos
que esperaban de buena fe la inauguracion
de una época regular y bonancible, desde la
hora en que se hubiese ohtenido.el triunfo so-
bre los rebeldes de Alicante yCartagena.


Se ha dicho que el ministerio no habia
comprendido su posicion , que la culpa no
ha sido de las cosas. sino de los hombres, y
que estos habian desaprovechado una situa-
cionque de suyo estaba guiando por: el buen
sendero, si no hubiese habido el empeñode
apartarse de él. Tampoco creemos que el
gobierno haya seguido el camino mas acer-
tado, aunque loscargos que por este motivo


102.496,050rs. 33 mrs.
'109.708,916 4
120.771,225 9
fl6.524.,Of9 2111'2
101).292,246 re
~ 00.2!H ,968 ~ 9


Eri 1795 .
1796 .
097.'.
f798.
1799.
fROO.


Producto líquido de la renta de tabacos en
los años que se espresan.


- 221 -
citado periódico. En ellos se alegan pode- Deseamos vivamente que el Sr. Carrasco
rosas razones, que cuando menos hacen y sus defensores contesten á estos argu-
muy dudoso el provecho que de semejante mentos de una manera satisfactoria; porque
contrato puede reportar al Erario. Se dijo el desprecio y el silencio asientan muy bien
entonces como cosa que no' sufria contra- cuando se trata de insultos ó de vanas de-
diccion , que jamás esta renta habiaprodu- clamaciones, mas cuando el que hace la
cido líquidos mas allá de cincuenta millo- oposicion se funda en datos numéricos,
nes; esta asercion fue ya desmentida en cuando estan de por medio gravísimos inte-
aquellos dias , pues no es exacto lo que afir- reses, de cuya buena administracion tiene
ma El Tiempo de que todos los periódicos' el pais un incontestable derecho á cercio-
que á la saZO\I existianaprobasen el arríen- rarse , preciso es que no se huya el cuerpo-
do. De los diarios, El Jllundo lo combatió; á la dificultad, que no se esquive la lucha,
y en el nuestro, siempre se mostró una sino que ó se manifieste lo equivocado de
prudente desconíianza. En el número 28 de los datos en que se funda el adversario, {¡
febrero, en la seccion que lleva por título se indique cuáles son los motivos que han
Jfarc!la del gobierno, solo se admitia el influido para que se creyese conveniente
citado arriendo como un ensayo, en el su- obrar de aquella manera, con tan notable
puesto, empero, de que el gobierno hubiese perjuicio de los intereses públicos.
reflexionado sobre los trascendentales abu-
sos que enel particular caben, y calc,ulado
tarnbien con la exactitud posible los produc:..
tos de la renta. Yen el número de 3 de
abril, lejos de participar del entusiasmo y
alborozo que manifestaron algunos periódi-
cos por el remate de los ,1 '10,040,000 rea-
les, lejos de admitircomo cierto el dato de
que esta renta 110 hubiese escedido nunca
de cincuenta millones de reales, se obser-
vaha que el remate era ventajoso si se te- I
nian en cuenta las especies vertidas por al-
gunos, de que la hacienda, administrando
por sí esta renta, no percihia la mitad de
la cantidad en que se la habia adjudicado;
y en seguida se recordaba que en la Me-
moria leida en el Estamento de Próceres
en 28 de setiembre de18;Hi, constaba que
babia afio en que la espresada renta babia
escedido de cien millones.


Como quiera, siempre es muy interesan-
te el estado que presenta el citado periódico
en su número del 26, Y que demuestra de
una manera irrefragable lo que fue aquella
operacion que se nos quiso ofrecercomo un
acontecimiento de la mayor importancia.




- 221it-
Ig dirigiríamosserian de distinto género que sombra iban desapareciendo las antiguas de-
los de otros escritores; pero no podemos ne- nominaciones, reemplazándose con la única
gar, que á mas de la culpa de los hombres que debiera existir, la de españoles.
ha habidola culpa de las cosas; que el pési- ¿Qué vino á ser el cambio de 1832 á pe-
mo estado de estas era bastante á inutilizar S3rde haberse inaugurado con una amnistía?
todas las medidas que no llegasen á la raiz El predominiode los liberales sobre los rea-
del mal; que asi como se ha desgastado este listas; la predileccion para los primeros; el
ministerio se desgastarán los sucesivos si desvío, la desconfianza para los segundos;
continuamos corno hasta aqui, si no hacen para aquellos el favor, para estos la perse-
los gobernantes un esfuerzo para crear un cucion. Hasta algunos de los hombres que ó
nuevo orden de cosas, que no adolezca de estaban dudosos en la cuestion de legitimi-
la incertidumbre y fluctuacion que han tra- dad, ó no tenian bastante resolueion para
bajado todos los sistemas que hemos tenido tomar las armas contra el gobil\rno de 1sa-
en los últimos años. bel , se arrojaron después á este estremo


El carácter de nuestro gobierno de mucho I hostigados por sus enemigos: huhiéranse
tiempo á esta parte, es que no manda el po- '1' sometido sin dificultad al cetro de la hija de'
del' sino un partido; de lo que resulta, que Fernando, mas no querian sufrir el altivo
lo que impera no es laley sino la voluntad de I mandode un rival que á nombre de la Rei-
los hombres. El espíritu de insubordinacion na los oprimía y ultrajaba.
y de resistencia encuentra aqui un poderoso Entre las fracciones en que se ha dividido
fomento, porque nadie se avergüenza ni in- el partido liberal, se ha podido observar el
digna de estar bajo el mando de un poder á mismo' fenómeno; los caidos no han visto en
quien reconoce por superior, pero no hay I el gohierno á delegados del monarca sino á
quien tolere con calma el vivir bajo la domi- enemigos que, habiendo salido vencedores
nacion de un igual. El progresista, el mode- por la intriga ó la fuerza, se habían consti-
rado, el carlista se acomodarán con un go- tuido en ministerio, en trihunales, en ern-
bierno que no lleve ninguno de estos nom- pleados de todas las clases: es decir, una
hres; de lo contrario, el gobierno solo tendrá junta suprema que se hahia establecidoá las
de su parte á los de su denominacion , y esto gradas del trono, y que habia estendido su
mientras les contente sirviéndoles de instru- imperio por el ámbito de la nacion.
mento: COrtina obedeciera á un monarca, á Reeórranse todas las épocas desde -1833,
Gonzalez Brabo jamás. . pónganse la mano sobre el p,ccho los horn-


y adviértase ,que al hacer estas observa- bres honrados de todos los diferentes parti-
ciones no nos limitamos á las épocas de go- dos, v digan si han visto jamás en el poder
bierno representativo; abarcamos tambicn un verdadero superior, si le han considera-
las del absoluto desde ·18'14. Tanto en aque- do con otro carácter que el de un rival que
na época como en la de 1823, el monarca por un momento prevalecía, y á quien era
no acertó á empuñar con mano fuerte el ti- preciso derribar á toda costa. De aqui ha di-
mon del Estado, como cumplia á la dignidad manado-que la legalidad ha sidouna palabra
del trono y al bien del pais ; en ambas dejó vana ; que si la han invocado asi Jos vence-
que los caidosno viesen solo al monarca, si- dores como los veucidos, la iuvocacion ha
no á personas'que tomaban Sil nombre; en sido una hipocresía, pues en realidad ni
ambas consintió que la monarquía anduviese unos ni otros han reconocido otro fallo lnape-
acompañada de la demagogia: porque tam- lahle que el de la fuerza.
bien hay demagogia que grita viva el re!l. ¿Hasta cuándo duró la legalidad de M;¡r-


Asi es de notar que pasados los primeros I tinez de la Rosar del conde de Toreno?
momentos de calor, efecto natural de la I Hasta que el ensayo de la casa de Correos
reacción provocada por los desmanes de l. a I pudo hacerse en mayor escala en el levanta-
demagogia liberal, á medida que el poder miento de agosto de 183,'>. l.Quépudo la le-
monárquico se iba emancipando de las exi- I[ galidad de la revisión del Estatuto contra el
gencias que le apremiaban , 'el trono se pre- I sable de los sargentos de la Granja? ¿Qúé
sentaba mas afirmado, mas robusto; su ac- : la legalidadde Calatravay ñlendizahal contra
cion, sin ser menos fuerte, era mas templada il las nianifestacionesde Aravaca? ¿.Qué la lega-
y suave; los hombres de todas las opiniones 11 Iidad de la regencia de Cristina y de las COI'-
se avenian mejor con un gobierno á cuya :1 tes de 1840 contra un general que queria




~ 2'2B ~
usurpar aquella y dispersar á estas, teniendo Si tamaña mudanza se ha verificado con
para ellola decisiva razon de cien mil bayo- respecto á los hombres, no es menor la que
netas? ¿Y cuántoduró á su vez la legalidadde se ha realizado en las ideas; y nos absten-
Espartero? Tanto cuanto le sostuvo la fuerza. dremos de probarlo aquí, supuesto que en
No cayóen '184.1 porque la fuerza 110 le aban- la reseña que llevamos hecha de los partidos
donó; cayó en ,184.3 porque la fuerza se pu- I lo hemos dejado fuera de duda.
so de parte del pronunciamiento. La legali- Inferimos de estas consideraciones, que
dad del ministerio Lopez triunfo de los ceu- ha sonado la hora de crear una situacion en-
tralistas á cañonazos, y la de (ionzalezBraho teramente nueva, de aprovecharse de esta
se ha sancionado con el sable de Roncali. descomposicion de los partidos, la que es
¿Cómo entendian la legalidad los que se preciso fomentar y acelerar para que llegue
proponían cambiar Ja situaciónen Madrid'? presto á su tino No pretendemos que se íun-
Con una descarga á quema-ropa sobre Nar- de un gobiernosobre alianzas ni coaliciones,
vaez. ¿Cómo ha sostenido su legalidad el porque á un edificio sólido no le deseamos
gobierno atacado? Suspendiendo la Consti- cimiento de arena. No nos alucina el que en
tucion, desarmando la milicia, y declarando momentos de calor los partidos se mezcfen v
en estado de sitio á la nacionentera. confundan; por esto no han perdido su na-


¿Hay algo que responder á estos hechos? turaleza: pasado el calor volverán á su es-
;.Los hemos por ventura exagerado o desfi- tado; los metales espuestos á un fuego ar-
gurado ? ¿Y qué arrojan ellos de si ,sino diente se derriten y se dejan conducir mien-
la triste verdad de que en los, últimos diez tras conservan la fluidez, pero en enfriando-
afias ha desaparecido el imperio de la ley? i'l se recobran su primitiva dureza.
Esto es triste ciertamente, es descenso- i. Asi no queremos esas fusiones facticías,
lador, pero incontestahle: y asi se debió li que por necesidad han de ser pasageras:
prever desde que se 'lió enervada la monar- !¡ cuando se quieren mantener en fusion dos
quia con la cuestion dinástica y la accionde ¡ cuerpos que se repelen, es necesario, para
losprincipios revolucionarios. Faltó el poder evitar la scparacion , mi tercero que preva-
regulador, y los elementos que antes vivian lezca sohre la accion de ambos v los absor-
en paz y armonía, se entregaron á la lucha; ha, y absorbiéndolos los una. 'Hé aquí la
desapareció la ley, sucediérnnse las armas; imágen de un poder fuerte; hasta que lo
los hombres y los partidos se encontraron consigamos, la union será una palabra vana:
encarados unos con otros, y obedecieron al habrá alianzas para derribar, mas no comhi-
instinto de conservacion , oponiendo la fuer- nacion para edificar. Mediten estas verdades
za á la fuerza. los que estén encargados de conducir los ne-


La continuacion de la lucha ha traido la gocios públicos, y cuantos se hallen intere-
modificacion , cuando no la disolucion de los sados en el establecimiento de un órden de
partidos que la sostenian : por manera que cosas satisfactorio y estable.
e~ la actualidad la situacion es total.ment.e ~Ias por poder fuerte. no entendernos !a
diferente, no solo de lo que era en 1833, Sl- arhitraricdad , no un gohlerno sostenidoÚUl-
no tambien en épocas posteriores. Muchos camente por las bayonetas, sino un poder
de losque se hatian encarnizadamente en las que despues de haber resueIto todas las
provincias del Norte se hallan confundidos cuestiones pendientes, despues de haher di-
en un mismo ejército, bajouna misma han- sipado ese cúmulo de esperanzas y temores
dera : y por lo tocante á las fracciones del que trabajan las entrañas del pais, se asien-
partido liberal ,se han visto ya tantas defec- te sobre una basa anchurosa y firme ,no te-
ciones, existen tantas posiciones dudosas, se nicndo otro lema que justicia y ley.
han modificado de tal suerte las opiniones, ¿Quereis matar la revolución? Quitad de
que ya es imposible reconocer en los parti- en medio las cuestionesque le sirven de pá-
dos militantes á los mismos que se hicieron bulo.~, Quereis alejar el temor de reaccio-
cruda gl:lel'l'<l en los años anteriores. Los nes? Haced que caiga un fallo definitivo so-
hombres antiguos cstan poco menos que ar- bre los negocios que pudieran promoverlas.
rumbados totalmente , y se pueden tener No hay país que pueda estar tranquilo hajo
por dichosos si los que Jos han reemplazado las condiciones en que se encuentra el nues-
les permiten ocupar un puesto en las filas tro, Aqui todo es provisional, todo incierto;
que antes acaudillaran. vemos lo que pasa hoy, nada sabemos de lo




- 224-
que pasará mañana. Ni haymonarquía ab- 1I indica que no está olvidada la cuestión de las
soluta, ni gobierno representativo, ni die- formas políticas. Se clama sin cesar contra
tadura militar, ni previa censura, ni líber- los proyectos de los carlistas, y esto indica
tad de imprenta, sino una confusa mesco- que no falta quien piensaen la cuestion di-
lanza, una situacion indefinible, monstruosa nástica, Se habla de lasexigencias del clero,
en que no prevalece ningun principio fijo, de la revocacion de 'la venta de los bienes,
en que no gobierna ninguna regla. Es impo- de que se quiere ó no se quiere un arreglo
sible continuar asi: no hay organizacipn so- definitivo; y esto demuestra que está toda-
cial que resista á tamaño conjunto de insti- vía en pie la cuestión religiosa, Continuamos
tuciones falseadas, de doctrinas proclamadas incomunicados con la mayorparte de Euro-
y noa,Plicadas, de ausenciade toda ley, has- '1' pa, se pinta de diferentes maneras la dispo-
ta de toda voluntad firme y decidida. Vivi- sicion de estos o aquellos gabinetes; con lo
mos como aquellos hombres despilfarrados cual se echa de ver que existe como años
que estan siempre á la merced de la pasion atrás la cuestionde las relaciones internacio-
ó necesidad del momento; que gastan en un nalés. Un pais que se halla en semejante es-
dia las rentas de muchos meses; que consu- tado es imposible que disfrute de calma; no
men estéril ó funestamente sus fuerzas flsi-. es estrañoque nos agitemos en febril males-
cas y morales; que se duermen tranquilos tar ; lo estraño es que no estemos continua-
en medio de losriesgos mas graves; que 80- mente entregadosá convulsiones horrorosas.
lose ponen en actitud de defensa cuandoso- Con la incertidumbre es incompatible la cal-
breviene un trance de vida ó de muerte; que ma; no es posible que estemos tranquilos
estan proyectando continuamente un siste- hoy si tememos la suerte que nos puede to-
ma, un arreglo, un órdenque no llegajamás. car mañana. ¿, Quién duerme sosegado al


¿Cuánto no esperaban algunos, de los horde de un precipicio? ¡,Quién no cstiende
cambios verificados en los últimos meses? la vista por el horizonte al oir que retumba
j Cómo saludaban alborozados la venida del en lontananza la voz de la tempestad?
siglo de oro! Y sin embargo continúa la in- Es pues indispensable, urgente, que los
certidumbre, el malestar, la zozobra. hombres llamados á gobernar el pais lleguen


Una esperiencia harto triste ha venido á á la raiz del mal y no se contenten con va-
demostrarcuán ligeramente pensabanlos in- nos paliativos; es preciso que resuelvan lo
cantos que veian en la declaracion de la que esté por resolver, y que corten lo que
mayoria de la Reina el término de todas las sea insoluhle; es necesario que se quiten de
discordias, el remedio de todos los males. en medio tantos motivos de discordia, tan-
Sin duda que fue un acontecimiento felicísi- tos protestosde revuelta; es necesario Crear
mo la declaracion de la mayor edad de lsa- un órden de cosas enteramente nuevo, á
hel ; sin duda que con él ha mejorado mu- cnya sombra puedan acojerse todos los inte-
eho la situacion del pais, y que el poder ha reses legítimos, todas las opiniones razona-
manifestado una fuerza que hasta el presen- bles : es necesario que sepa la nacion á qué
te le hahia faltado; pero no es menos cierto debe atenerse en adelante, y que no vea la
que se ha visto con toda claridad que varias continuacion del funesto sistema en que so-
de las causas de nuestro malestar hahian lo se trata de salir del din de hoy, sin pen-
quedadointactas, y que por lo mismo el por- sar en el porvenir; es necesario que hayaal-
venir de la nacion está muv lejos de presen- go mas que una situacion, es menester un
tarse despejado y placentero.' La lucha de estado; la naciones como las familias no se
los partidos continúa; los elementos de dis- I contentan con situarse, desean establecerse.
cordia bullen todavía en este suelo desven- '
turado; la monarquía tiene en su favor gran-
des probabilidades de triunfo; mas' estas no
son tales que quiten todo temor de nuevas
revueltas, y que dejen completamente tran-
quilos á los que se interesan sinceramente
por la suerte del tronoy la conservación del
órden público, Se nos alarma contlnuamente
con los peligros que corre la Constitucion
de 4837: sea de esto loque fuere, al menos




'27


EN sus RELACIONES



Madrid '~ .l. mayo de 184',


LAS INSTITUCIONES POLlTICAS
- 225 ~


no-que ha de ejecutar el mal no la quere-
mos fuerte; si el poder no ha de ser otra
cosa que el instrumento de vuestras ideas é
intereses, abominamos de su robustez y


(j}1j\1':'\ .rsn ~"".."'~,lDru ~(J)~~~~~ fijeza; lo preterimos tlaco y movedizo; la
~I:I\Y i.;¡\;lo i.;¡~ i¡ (,I,l paz y la calma con que nos brindais seria la


calma y la paz de los calahozos y de las,
tumbas; mas queremos la vida agitada y
turbulenta de un sistema de libertad.»


y cuenta que al proceder asi los partidos
¿Quién desea en España el gobierno ah- no serian inconsecuentes: no harian mas


soluto? Si se esplorase sobre este particu- I que sacrificar doctrinas secundarias á prin-
lar la voluntad de los hombres de todos los cipios fundamentales; que subordinar los
partidos, ¿qué resultado se obtendría? No medios al tino
es tan fácil adivinarlo como á primera vista Para comprender á fondo esta verdad es
pudiera parecer; sin embargo, es muy preciso recordar, que en todos los grandes
probable que en vez de recibir unarespuesta hechos políticos viene envuelto un interés
categórica nos hallásemos interpelados con social; las formas, políticas son UD instru-
(*3. pr~gu!1ta,. y segun á ella contestase- mento para conseguirlo ; y asi es que se las
mos,podna suceder muy bien que algunos aprueba, ó se las rechaza, ó se las modifica
de los conocidos porliberales se trocasen en de' diferentes maneras, segun requiere la
absolutistas, y que al, contrario , no .pocos variedadde circunstancias, siempre con re-
de estos ,D,OS sorprendiesen con el grIto de lacional objeto á que se.las destina.
vil)a la libertad. I Algunos ejemplos aclararány confirmarán¿y cuál seria esa nueva'p~egunta? Héla esta verdad. ¿Porqué los revolucionarios de
aquí. ¿Quiénes serán los mmistros del mo- Francia simpatizaron mas con Napoleon que
narca absoluto? ¿Qué sistema se propon- con la rama primogénita de los Borbones
drán seguir? Si proclamais la monarquía no obstante que bajo el imperio de aquel no
pura. y colocáis al frente de los negocios á habia mas ley que su espada vencedora, y
hombres imbuidos en los principios de la bajo el de'esios estaba en vigor el sistema
revolucion., interesados en ?onservar 1.0 que i represen~ativo? Porque,Napoleon era la per-
esta ha creado, en dejar sin reparacion lo , soniñcacion del nuevo orden de cosascrea-
que ha destruido y en continuar un sistema do por la revolucion de 1789 l era el brazo
de gobierno que en nombre del rey consti- que le defendia y aseguraba para en ade-
tuya á la ~spaña en el .estado s~clal á. que lante , y la rama de los Borbones llevaba
la revolucion se proponia conducirla, mnu- consigo el recuerdo. de la orgamzacion anu-
merables serán los liberales, au~ entre los gua, pudiend? supo~érs.el~ inclinacion á
mas progresístas , que se pondrán de vues- restablecerla SI le hubiera SIdo posible.
tro lado l y que aceptarán alborozados el ¿Por qué los católicos belgasse interesa-
8,u¡riliq del poderoso brazo de la monarquía ron tanvivamente en larevolucion que eman-
1Wl}.dar fin á la obra porcuya consumacron cipo á su patria del poder de Holanda.? Por-
e.s\l.lD. suspirando , y en la cual repetida~ que creyeronque, constituida independiente
veces senaU, estrellado. Y entonces ¿que la Bélgica, tenían mas garantías en favor
p~rtidq, tomarán los realistasJ Es muy sen- de su religion J y mas ~iberta.d par~ apli-
cill(). «~I()S proponeis oprumrnos, esclama- carla como mejor entendiesen a. las institu-r~.Q 1 deJ~~q9:¡¡ por lo me~os el dere.cho ciones sociales.
<le protestar ;dejadnos la libertad de nn- ¿Cuál es la causa de que en Inglaterra
prenta para que podamos intluir en-la opi- é Irlanda sean. los católicos los mas ardien-
nion pública: dejad abierto el parlamento, tes.defensores de la causa de la -libertad?
donde t,al vez habrá algunode nosotros que Porque el protestantismo está apoderado del
levílntl,lm la voz contra vuestros desmanes; mando l y está atrincherado en las institu-
dejadnos,COl). ministros que puedan ser re- ciones aristoeráticas, y no es posible des..,
sidenciados por los cuerpos colegisladores.. truir su monopolio en no promoviendo en
porque al h:!enos la instabilidad ministerial el pais las ideas y las instituciones demo-
nos. ofre.cerá·~peranzas de remedio; la ma- cráticas. .




-'- 226 -
¿eómn 'es-que en Francia los católicos, I


'eon el episcopadoá la cabeza, reclaman la
mas amplia libertad de enseñanza? Porque
la incredulidad y la indiferencia están ejer-
eiendoel monopolio, y no es 'posible de-:
fender lareligion sino con el auxilio de la
libertad.


¿ Por qué motivo los católicos de Polonia
estan suspirando por un cambio político?
Porque el despotismo ruso pesa sobre ellos
con mano de hierro; porque estan viendo
tIue si la Providencia 110 hace un milagro,
á la vuelta de algunos años habrá conseguido
el gabinete de San Petersburgodescatolizar
á gran parte de los súbditos de su imperio.


Cuando gobernaba Espartero con minis-
tros corno Becerra y Alonso, ¿habia en Es-
paña un solo hombre religioso que no se
alegrase de que hubiera libertad de impren-


.ta para .protestar contra los proyectos, de
cisma, y tantos desmanes comose cometían
contra la Iglesia? No por cierto. Nos ale-
grábamos todos de que el brazo levantado
para herir se hallase detenido por mil ohs-
táculos ; que se sintiese enervado por el
clamor de la prensa y la oposicion de la tri-
buna.


Cambiad estas condiciones v vereis cómo
la política se muda. Suponed que en Francia
el clero está apoderadoesclusivamentede la
universidad; niCousin, niVillemain, ni nin-
guno .de todos sus secuaces sostendrán por
cierto ese monopolio universitario; demanda-
rán enaIta voz la libertad de enseñanza, el
.eumplimiento de las promesas de la Carta
de JI 830. Suponed que en Inglaterra la aris-
tocracia es católica y el pueblo irlandés que
gime en la opresión es protestante, por
cierto que los sostenedores del sistema es-
tablecido no serán los partidarios de la Igle-
sia reformada, antes al contrario, ellos echa-
rán en cara á los católicos el monopolio re-
ligioso y político, é imitando á O'Connell
pedirán la mejora social de sus hermanos,
invocando un órden de rosas mas demo-
crático , y combatirán contra la aristocracia
católica apellidando libertad.


Antes de la revolucion francesa, cuando
la mayor parte de los monarcas de Europa


:S.eprestaban dócilmente á las inspiraciones
de la escuela que se proponía un cambio
religioso y social, se oyeron las mas ras-
treras adulaciones á los reyes; su poder
era encare.cido con una exageracion intole-
rahle ; el monarca lo era todo; la voz de los


pueblos, la Voz de la Iglesia, todó era
nada en presencia de la autoridad del Sobe-
rano; y esto ¿ por qué? Porque el soberano
era un escclcntc instrumento para lograr el
objeto que se deseaba;Jl~IT{ue el pod~ro~
brazo del monarca allanaba todos los obstá-
culos y triunfaha de todas las resistencias.
Cambiáronse las cirtuustancias ; los .reyes,
amaestrados por la csperiencia mostrárones-
píritu de resistencia á ciertas inncraciones,
y desde entonces se enfrió el entusiasmo
realista de los que las deseaban.


En esto no hay contradiccion , no hay in-
consecuencia, hay sí á veces falta de buena
fe , de franqueza 'en confesar la verdadera
causa que impele á defender un determina-
do sistema político, ó al menos una ilusion
que por elmomento no deja advertir distin-
tamente el móvil principal aun al mismo
que obedece á su impulso.


Por la reseña que hemos presentado se
echa de ver que no esceptuamos de esta re-
gla general ninguna clase de opiniones: en:
todas los hombres son los mismos; jamás sa:'
criticarán lo principal á lo accesorio. Y en
efecto, se comprende fácilmente' el apego á
los bienes de fortuna, que satisfacen contí-
nuamente nuestras necesidades, y nos pro-
porcionan comodidad y regalo; se compren-
de el deseo de vivir bajo un sistema en que
se.disfrute completa libertad de pensary de
hacer lo.que bien parezca, con tal que no se
falte al respeto debido á las leyes; secom-
prende el anhelo de ver prosperar la riqueza
y la inteligencia del pais en que habitamos,
porque en ello se interesan el amor de la
patria y el propio; en fin, se, comprende él
apego á todo aquello que nos afecta incesan-
temente, que está en íntima y perpétua re-
lacion con nuestras ideas y sentimientos ty
por lo mismo se comprende el entusiasmo
porla religion, la aficion á conservar yau-
mentar nuestros bienes, el afan de alcanzar
gloria, de asegurar nuestra dicha; mas no
se comprendetan fácilmente ese entusiasmo
ni apego tratándose de formas políticas,desde
el momentoenque cesande estar unidas con
alguna idea ó sentimiento de grande influen-
cia sobre nuestra alma, y mucho menos
desde que estas formas contrarían lo que nos
es mas caro. Asi un hombre católico se hará
moná!q,uico si ve.qu~ la ~l?nar~uía faYore~e
la religion ; y se inclinará a la libertad polí-
tica, ó tal vez como en Irlanda y Bélgica se
convertirá en ardiente partidario de la de-




-!27 -
mocracia, si solo en esta encontrare garan- pecto á las represalias , publicó por 1!Ií r ank
tías de la conservacion y prosperidad. de la sí leyes de la mayor trascendencia, y sin
religion que acata. El protestante proclama- embargo encontraba numerosossostenedores
rá la repúbliea, si con ella puede sustraerse aun entre los mismos que de constituciona-
á la severidad de Felipe Uy rigores del du- les blasonaban.. «Esto es triste, se decía, pe-
que de Alba; y predicará contra ella si ocu- ro es necesario; es·precisoprescindir de lor-
pa el trono un Enrique VIII ó una Isabel de mas, la cuestion es de vida ó muerte; las
Inglaterra. circunstancias son tan críticas... pasadas que


En el fondo de las revueltas que nosagi- sean se podrá entrar de nuevo en el órden
tan de treinta años á esta parte, i.predomi- legal, ..)) El ministerio, segun parecia , po-
na por ventura la cuestion política? No, es dia contar con un bill de indemnidad, si no
cierto que no. Lo que predomina es la cues- con un votode gracias. Sobre todoel gabinete
tion social, que afecta á un tiempo la reli- Braho-Carrasco contaba entusiastas amigo);
gion y los intereses materiales. Nadie ha ol- 11 entre los que se ocupan de materias de ha-
vidado queen 18,12 n.i la convocacion decor-I cienda ; y con la voz de estos, casi casi se
tes constituyentes, m aun la publicacion de ahogaban los rumores de los que se atrevían
la Constitucionfueronmalmiradaspor la ge- á murmurar contra la prolougaciou del esta-
neralidaddel puebloespañolhastaque sepal- do de sitio aun despues de rendida Cartage-
paronlasmudanzasque se trataba de introdu- na. El ministerio, á pesar de haber obser-
cir á la sombra del nuevo sistema; muchos vado la conducta mas absolutista de que hay
hombres hasta de lospertenecientes á las cla- ejemplo, era no obstante liberal, patriota";
ses mas perjudicadas, se espresaban á la sa- en sus manos estaban seguras las institucio-
zon de una manera que si honraba poco su nes; el pais podia vivir tranquilo, y era
comprensión política, manifestaba labuena fe preciso convencerse de que estábamos atra-
con que se hubieran prestado a tales inno- vesando un breve espacio, que no seria mas
vaciones si estas no se hubiesen encaminado que un instantáneo eclipse en los resplando-
á destruir la organizacion socialantigua. Pe- res de la libertad. Se habla de si terminada
ro desde que se vió con toda claridad que en la crisis habrá modificacion, tal vez mudan-
la cuestion política iba envuelta la vida ó la za ministerial; esto escita mas ó menos dis-
muerte del clero regular, la conservacion ó gustos, mas no provoca irritacion. Llega el
pérdida de todos los bienes y demas medios momento decisivo, se esp.arce la voz de qU¡¡
de subsistencia del secúlar, la pureza de la la crisis es provocada por el negocio de los
fe ó su alteración con las malas doctrinas,. la bienes del clero; dícese que Carrasco es víc-
integridad de la disciplina ó ilegítimasy tras- tima de su afande vender, que los ministros
cendentales mudanzas, las cuestiones de caen porque se resisten á la medida de la
diezmos, señoríos y rnayoraegcs que afecta- suspension; hasta se añade, j qué horror!
han tantas otras clasés, y por añadidura un que se trata de volver la vista atrás, que se
cambio total de empleados-en que habían de intenta ulgun arreglo sobre los bienes va
quedar sin destino cuantos no simpatizasen vendidos; .entonces hay una esplosion de ce-
con las nuevas ideas, desde entonces toda lo, de entusiasmo por las instituciones libe-
innovación política quedó condenada irremi- rales; la libertad peligra, el fanatismo nos
siblemente, y mirado como altamente pcli- va á devorar, D. Cárlos está á las puertas,
groso cuanto tendiese á modificar en lo mas ¡,quién sabe si mañana despertaremos con un
mínimo el antiguo régimen, ministerio compuesto de obispos, y si ten-


¿Qué mas? ahora mismo acabamos de pal- dremos una reaccion tan espantosa como las
par esta verdad; ahora mismo acabamos de de18H y 18231 ¡Alarma! ¡alarma! es pre-
ver lo poco que valen á los ojos de los hom- eiso aprestarse á la lid; es necesario estre-
bres las formas políticas. Dellpues de la cai- chal' la falange; tal vez sea preciso verter
da de Olózaga subió. al poder un ministerio sangre, se verterá; tal vez sean indispen-
que suspendió la Constitucion , desarmó la sables nuevos ostracismos , se aplicarán; en
milicia, declaró la nacion entera en estado fin los murmullos no bastaban, eran preci-
de sitio; encarceló á los hombres mas influ- sas terribles amenazas, que hubieran asus-
yentes del partido progresista, fusiló con la : tado á no andar acompañadas de indudable
simple identificacion de personas, puso en ¡impotencia. ¿Y de dónde tanta exaltación?
boca de S. M. palabrasformidables con res- De que se creia que peligraban algunasaa-




- 228-
quisiciones , que deben de haberse hecho á reflexiones que no consienten respuesta.
condiciones bastante favorables, cuando se ¿ Cómo es que cabalmente todos loshoro:.
muestratanto celo por la validez del contra- bres de ciertas opiniones sociales y políticas
too ¿A qué estaba reducidala cuestion políti- viesen la cuestion legalde una-misma mane-
ca, de instituciones, de libertad? Triste es ra , y todos sus adversarios de otra? Esto,
decirlo: á cuestion de dinero. Mientras el ¿no indica mas clara que la luzdel dia, que
ministro de Hacienda impulsaba la venta, pocos pensabanen el derecho, sino en el re-
todo marchaba mny bien, la libertad no pe- sultado de ocuparel trono Isabel óD. Cárlos?
ligraba; se trata de la suspension , entonces Otra reflexiono Supongamos que D. Cár-
se desborda el celo por la causa de la líber- los, en vez de ser un príncipe profundamen-
tad. La libertad puesno era, ni la imprenta te religioso, decidido enemigo de todaclase
suspendida,ni lascortescerradas,ni la Cons- de innovaciones que pudiesen traer algún
titucion infringida, ni la milicia desarmada, peligro á la antigua organizacion, hubiese
ni el derecho de legislar invadido por el go- sido conocido por su escepticismo en materia
bierno , ni la inviolabilidad de los diputados de religion, por su espíritu amigo de refor-
encarcelados, ni las garantíasconstituciona- mas en todos géneros, por su aversion al
les anonadadas con el estado de sitio; eran clero, por sus tendencias liberales; y que al
las fincas compradas y por comprar, era el contrario, la Reina viuda hubiese estado ín-
interés individual en SR espresion mas mez- timamente ligadacon el clero, y se hubiese
quina. Hé aquí Jo que valen las instituciones distinguido por su odio á los constituciona-
políticas cuando se las compara con otros les, por un carácter inflexible, incapaz de
objetos que afectan con mas intimidad y efi- transacciones de ninguna especie, de suer-
cacia. te que bajo su regencia no hubiese habido


Diferentes veces hemos reflexionado so- la menoresperanza de innovar; ¿quéhabria
bre la cuestiondinástica que se ha agitado sucedido? Para nosotros es evidente' que se
en España desde 1832, Ybuscado la causa hubierantrocado lospapeles, losliberales se
de la afiliacion de los partidos bajo las dife- hubieran apiñado en torno de D. Cárlos, y
rentes banderas, y siempre nos ha parecido los realistas en derredor de la cuna de Isa-
que de elloresultaba en claro la verdadque bel. Y cuenta, que por esto no les achaca-
estamos demostrando. En general los libera- mos malafe ni á unos ni á otros;no decimos
les, y todos los partidarios de reformas mas que sostuviesen como legítimo lo que creian
Ó menos latas, estuvieronpor la legitimidad ilegítimo: la mayorparte de los hombres son
de Isabel; asi como gran parte de los rea- incapaces ni aun de estudiar esa clase de
listas, de los que temian por la religion v cuestiones: entre los que á elJo se dedican
las instituciones antiguas, se decidieron por son poquísimos' los que las comprenden á
la de D. Cárlos. Respetamos como el que fondo; y entre loscapaces de tanto, son tam-
mas las convicciones de los que de una y bien muy raros los que se sobreponen á la
otra parte se entregaron á un detenido y influencia del vehemente deseo de encontrar
profundo exámcn de la cucstionbajo el as- la verdad del lado que conviene. Asi , por
pecto legal; confesamos que no faltarian es:"" imitacion , por espíritu de proselitismo, por
cepciones honrosas en que la severidad de instinto de conservacion , por pasion se for-
principios no permitiria sacrificar. la justicia man las opiniones sobre los puntosmas gra-
ala conveniencia; pero creemos que puede ves; y en habiéndose llegado á las armas,
asegurarse sin temor de errar, que lo que en habiéndose puestoá loque se cree verdad
prevaleció en el ánimo de la inmensamayo- el sello de la sangre, ya no se examina na-
ría, aun entre los que no pertenecen al vul- da mas, ya solo se trata de sostenerlo asen-
go, no fueron las razones legales, sino las tado; quien lo combate es iluso, cuando no
sociales y políticas. ¿Se escandalizan tal vez traidor; porque en los libros y en los hechos
los que sostuvieron á Isabel, y protestan encontramos, no lo que hay, sino 10 que que-
que profundizaron la cuestion bajoel punto remos.
de vista legal, sin gozarse en la convenien- Estas son verdades ciertas, evidentes,
cia , sino despues de haberse asegurado de palpables, fundadas en la razon , en lá histe-
la justicia? ¿Seescandalizan tambien loscar- ria , en la esperiencia , y sobre todo en el
listas, y alegan igualmotivo que sus adver- carácter del espíritu humano. Jamás, sobre
sarios? Pues bien, vamos á presentar dos todo en mediando algunas razones , por po-




- 229-
co plausibles que sean, jamás serán sosteni-
das ni una dinastía ni una institucion política
que se crean incompatibles con las ideas que
se'profesen con viva fe, con los sentimientos
mas poderosos deloorazon , con grandesin-
teresesque se quieran conservar óusurpar.
Se'eludirán las leyes, se falsearánlas doctri-
nas, de un modo ú otro no faltarán efugios
para obrar conforme á lo que conviene, á lo
que se mira como de mas alta importancia
que las formas políticas y las dinastías.


Volviendo , pues, al puntode donde par-
timos, es preciso convencerse de que en Es:'
paña la cuestion dominante no es la de for-
mas políticas; que sobre ella descuella la de
creencias é intereses. Poned sobre el trono
á un Rey impío, y los hombres religiosos
protestarán contrael absolutismo é invocarán
ardientemente la libertad. Suponed unas
Córtesdonde dominen loshombres enemigos
de la revolucion , que se propongan reparar
las grandes injusticias que se han cometido;
suponed que está en contradiccion con ellas
un Rey reformador, enemigo de volver la
vista atrás, y todos losrealistas estarán en
favor de las Cortes, y buena parte de los li-
berales á favor delJ\ey~


El prisíonsrode Bourges no creemos que
tenga ga\1lls de imitar á José de Austriaó á
D. Pedróde Portugal; peroestamos seguros
deque'si á elloseresolviese, labolsarebosa-
ria dé entusiasmo por D. Cárlos y su dinas-
tía; que si entonces Isabel se empeñase en
combatir la obra de la revolucion, en no res-
petar los hechos consumados, bien pronto se
echarian en olvido los antecedentes del her-
mano de Fernando, v se le lIamaria con los
brazos abiertos para" salvar la libertad, es
decir, los intereses.


y entonces, ¿creeis que no ménguaria el
celo de losque pelearonen Navarra, en Ara-
gon y Cataluña 't' ¿ Creeis que D. Cárlos im-
pío seria mirado como D. Cárlos religioso?
Si hay qnientenga tanta fe en las conviccio-
nes fundadas en la ley de Felipe V, crea
enhorabuena que no habría mudanza; con
respecto á nosotros, sería vano el empeño
de convencernos .de que ni en favor de DQn
Cárlos ni de Isabel pudiese llegar á tanto la
constancia legitimista.


Conviene sin duda atender mucho ála na-
turaleza de las instituciones políticas; im-
porta sobremanera conservar el principio de
legitimidad como una de las mas sólidas ga-
rantías.de estabilidad y de órden ; pero tamo


bien es'pr~iso noolvidarque las creencias;
Jos sentimíentos poderosos, losgrandes inte-
reses, ejercen sobre la sociedad una influen-
cia mas eficaz, y que 00 comenzando la lu-
chano es dudosa la victoria. -


. En el gran drama que de treinta años á
esta parte se está representando etr nuestro
pais, se han visto notables ejemplos de es":
tas verdades: no las olviden loshombres que-
hayan de dirigir los negocios púhlicos ,en
los actos que todavía nos falta presenciaran-
tes que lleguemos al desenlace. .


-~-'CI~'UlCCiCIII_---


EL NUEVO MINISTERIO.


Madrid 13 de mayo de, 18...


Cayóel ministerio Gonzalez Brabo " ocu-
pó su puesto el ministerio Narvaez. Se igno-
tan el motivo y el objeto; pero lo que no es
dudoso hasta ahora es la nulidad del resul-
tado. Afuer de gabinete español se ha en--
tregado á unatranquilainaccion ;'diríase que
le ha sobrecogido esa somnolencia insepa-
rable de las poltronas ministeriales, somno-
lenciade que no se han librado sus inmedia-
tos antecesores, esceptocuandose ha trata-
do de sofocarlos pronunciamientos de Ali-
cante y Cartagena. Sin embargo, á lo que
parece el sueño no es del todo tranquilo,
pues que segun rumores no todas las sillas
estanseguras: no puede ser de otra manera
en terreno tan mal nivelado.


Contando los días trascurridos desde la
formacion del ministerio, y comparándolos
con el poco camino andado, recordamos que
casi no se necesitó mas tiempo para ir desde
Valencia á Torrejon, y esto dando la vuelta
por Teruel. ¿ De donde la diferencia? Es
muy sencillo. Entonces el gefe delejército
espedicionario decia: «me voy á socorrer la
ciudad situada,» y la ciudad fue socorrida;
despues añadia: «el ~ 4.estaré á las puertas
de !Iadrid,» y no faltó á la cita; en seguida
añadia-: «me voy-á batir á Seoane y Zurba-.
no, y luego vuelvo. 'Y entro en la capital, » y
Seoane quedó prisionero, y su ejército in-
corporado al vencedor, y se abrieron -las
puertas de Madrid. Narvaez sabia 1 pues: á
punto fijo lo quequeria y debia hacer, lo
cual contribuía no poco á que su aecion fue-
se rápida, precisa, certera. Al subir al mi-




- 230-
nisterio ¿le ha sucedido lo, mismo? Si hubie- abandonarán, cuando no esperen ni honores
se tenido,que da!," un parte¿ hubiera podido ni oro ; la nacion.no abaadonará á losgober-
decir con la mismafijeza: ese es miobjeto, nantes que emprendan con aliento y briola
esos,los medios que pienso emplear? Lodu- árdua tarea de salvarla. Perola salvaciónno
damos; y asi el presidente del Consejo no es el órden del momento, el solo órdcn ma-
ha obradocomo el vencedor de Torrejon. Se terial; es el órden estable, permanente,
dirá que no es lo mismo la guerra que la po.., asegurado sobre sólidos cimientos , cerradas
lítica: ciertamente; pero asi como en aque- las vias por donde se introducen los que se
l.Ia el secreto de la victoria está muchas Ye- proponen minarle. Nada se adelanta con
ces en las piernas, asi en esta, consiste á prenderá un individuo, conahuyentar á.otro;
menudoen el talentode aprovechar oportu- nada se adelanta con una energía violenta
nidades que pasan con la velocidad del re- quemas bien se parezca á las convulsiones
lámpago. Tambien en política como en guer- de un delirante que á la accion de un hom-
ra es fatal la indecision ; tamhien en política bre robusto: no hay órden, no hay socie-
como en guerra conviene á veces envolver dad" mientras los pueblos no saben qué
al e.~~Jli~oap~~ que.pueda desplegar ~us leyes los gobiernan, y en lugar de estas
columnas: esta táctica bien la sabe el gene- no ven otra cosa que la voluntad de los
ral Narvaez. que mandan. Ni el talento ni la voluntad


En España todo-ministerio, por solo ser- individual son suficientes garantías ,por
lo, pierde cada ~i~ sus fuerzas ~n cr~ci~a mas que supusiéramos á aquel m'.lY claroy
cantidad: es un VIVIente espuestoa un sl,nnu- elevado, y a esta muy recta, desinteresada
mero de influencias mortíferas; el recibirlas y firme. La España no sabe bajo qué régi-
en la inaccion es aumentar su malignidad y men vive; ignora el porvenir que le ha de
esponerseá mayores peligros: tal corriente caber, y desea vivamente salir de incerti-
de aire que sería muy dañosa si nos encon- dumbre. Y en verdad que es muy razonable
tease sentados, no lo"es hallándonos en mo- semejante exigencia: para hacerla tienela
vimiento. Dícese que todo se aplaza para naeion un derecho que nadie le puede con-
despues del viaje de S. M. Dificilmente se testar. !
creerá que esto proceda de pereza; en cir- un ministro hay en el gabinete en quien
cunstancias tan críticas, revela ó timidez ó serian escusables algunos momentos de va-
incertidumbre: ambos estremos son fatales. cilacion , de quien no puede reclamarsé que
¿ Qué se habrá adelantado de aquí á tres siga desde luego una marcha decidida, y
meses? Se habrán aumentado la division en- que ciertamente es digno de_i!lgw(a consi-
tre los' vencedores y el encono y aliento de deracion por no decir de-eompasion , aten-
los vencidos;el gobierno se hahrá desacre- dido el caos que ha de desembrollar, el
ditado profundamente, siendodíficil rehabi- vacío que ha de llenar, el abismo que ha de
litarlo en la opinion del pais , que si bien no cerrar: este ministro es el de Hacienda.
se adherirá á sus adversarios, al menos le Alarmantes rumoreshan circulado sobre es-
habrá espedido un título de insuficiencia. I te particular, sentidas quejas han hecho


¿Por qué tanto recelo en encararse con' resonar periódicos de todasopiniones: sien-
las grandes cuestionespendientes? ¿Por qué do lo peor el que habiéndose atacado alan-
esa vacilacion que á nadie satisface, que á terior ministro no con simples declaraciones
todos descontenta, que entibia á los amigos, sino con guarismos, y provocado á él Yá
envalentona á los enemigos , y convierte en sus panegiristas á que entráran en la lid;
desvío la indiferencia? Esto revela cuán des- el público no ha recibido las esplícaeiones
conocido se tiene el pais que se ha de gober- que tenia derecho á esperar.
nar , lo que es por sí solo una calamidad in- • Se ha dicho que el Sr. Mon se inclinaba á
mensa. No espereis indulgencia de vuestros dejar la cartera de Hacienda ,y tomar la de
enemigos; no conteis con el apoyo de vues- Estado.en caso que el marqués de Yiluma
tros aduladores; contad sí con el apoyo de no aceptase: no sabemos hasta quéipunte
lanacion, fatigada de revoluciones, sedien- será fundada esta noticia, pero diremos
ta de justicia, Vuestros enemigos no os han francamente que semejante paso nos parece
de perdonar; vuestros aduladores pueden indigno de un hombre de las cualidades del
abandonaros, que algunos hay que saben 1)' Sr. Mon. Nadie. le disputa inte~ig~ncia. en el
volver las espaldas ,y .es seguro que os ,. ramo, y sus mismos adverserios políticos le




-~ 2,'H -
reconocen honradez; ¿cómo podría,' pues,
justificarseá los ojos del pais , si despues de
haber aceptado el difícil cargo, no pudiendo
ignorar el verdadero estado de la Hacienda,
pasaseáotra sillamascómoda, dejando intac-
tos los males quedebia remediar? Lo que
todo el mundo sabia no' se le ocultaba por
cierto al Sr. Mon; ypOI' Jo mismo, al entrar
en el ministerio debió llevar en cuenta las
dificultades de que se veria rodeado. Se dirá
que la sima es mas honda de )0 que se habia
creídn.porque se han visto daños de que no
se tenia noticia; pero nosotros replicaremos,
que por lo conocido no era difícil conjeturar
lo desconocido. Ademas, ¿tiene esperanza
el Sr.Mon de desembrollar el caos? Si la
tiene, ¿por qué abandonar el puesto?Si no-
la tieíie, ¿por qué no manifiesta á la Reina,
pero de manera que lo vea tambien lana':
cion, el verdadero estado de la hacienda?
Esto es lo que debiera hacer cl·Sf. Mon ó
cualquier ministro que le-suceda: ya que
tanto se ensalza lapüblicidad , aplíquesela
francamente á la "materia mas delicada, y
que más'se presta á la codicia y mala fe. No
creemos que á esto puedan oponerse con-
sideraciones bastante graves para impedirlo
sean cuales fueren las personas sobre quie-
nes recayese la culpa. Si son inocentes, bri-
lle su inocencia; si culpables, que sufran el
verse á la vergüenza pública. Desgraciada-
mente pocas esperanzas abrigamos de que
asi se verifique: cuando la'nacion se resigna
á pagar y callar, no son muchos los' que
arrostranel desagrado de los interesados en
que no se disipen las tinieblas. Ninguno de
los ministros ni empleados anterioresó exis-
tentespudiera quejarse de que viesenla luz
pública los contratos quese han hechoúlti-
mantente; porque si sonequitativos y prove-
chosos ~lpais, sus. autores alcanzarán mu- j
cha glona. Porel mismo hechode empeñarse
enocultar , nace la sospecha de que hay en
ellos algo que efectivamente es dignode ser
ocultado; y'asi á nadie mas que á los que
han intervenido en el negocio conviene el
que sea examinado á la luz del dia.


A la publicación de los contratos debiera
también acompañar la de los artículos adi-
cionales , porque segun noticias en el pende-
rado arriendo de 16s tabacos, que ya en sí
mismo no parecía digno de tan entusiastas
encomios, van á convertirse en nominales I
los valores que ha de recibir la hacien-
da, merced al reglamento del 29 de abril.


.Asi lo' asegura' un periódico que pareee
bien informado , y que adenias inserta al-
gunosartículos del reglamento que se pres-
tan muy bien, á comentarles 'nada satisfacto-
rios: siendo de notar que hostiga de nuevo
á unode éSUS antagonistas diciéndoleqiie to-
davía queda mucho que ver y decir, Este
tono de seguridad indica que se cuenta con
datos: fuera mucho de desear que, asi en el
punto de los tabacos como en losdemas , se
entrase de lleno en la contienda. Por lo que
á nosotros toca la instruccion adicional no
nos ha sorprendido , porque en los mismos
días de laesplosion de entusiasmo en favor
del ministro contratante, oimos de bocade
persona muy entendida que el contrato'no
eraun mal negocio si, como era de temer,
no ,quedaban en reserva interpretaciones
podo favorables al Erario: lossucesos confir-
man la prevision. ' .


El ministerio actual ha encontrado elpais
en situacion difíCil ,'péI'O en cambio noson
pocos los obstáculos removidos porel ante:'
rior. La renovacionde .aynntamientos re!
desarme de lamilicia nacional sondosmedidas
que allanan sobremanerael terreno : los go-
bernantes pueden aprovecharse' de ellas'sin
cargarconla responsabilidad. Sonhechoscon-
sumados. ¿Comprenderá elgabinete su ver-
dadera posicion? La modestia de sus -.pri-
meros pasos no indica ambicion de hacer
grandes cosas: bien que á decir verdad no
se puede fiar mucho del modo con que co-
mienza, habiendo visto que su predecesor
principió por esfuerzos hercúleos y acabó por
dormirse. El país está esperando: hombres á
quienes pueda levantar estátuas:por ahora
no se presentan candidatos. ' . i


REFORIA DE IJi\. CONSTITUCiÓN.'
ÁRTICULO 1.
M.dri~ n, lit¡mar d. 18U-,


En los periódicos y en Jos círculos poHti-
eos se ha hablado 'de proyectos de reformar
la Constltueioil; estas voces se propagaron
muy particularmente en los últimos días del
ministerio Gonzalez Brabo, nofaltando quien
atribnia semejantedesignio á los gobernan-
tes de entonces, mientras otros le achaca-
ban.á los que, segunse decía, trabajabanpor




-232 -
derribarle. Comoquiera,este es un punto de Luego se puede afirmar con toda segun-
la mas alta importancia, que debe ser some- dad, sin ninguna clase de riesgo pecunia-
tido á una discusión detenida y profunda. rio, que existe el derecho de reformar la.


Ofréeensé en esta 'materia las cuatrocues- Constitucion política de la monarquía espa-
tiones siguientes: 1.a ¿Existe el derecho de ñolade 1837.
reformar la Constitucion?2.a ¿ Quién lo La existencia de un derecho supone per-
tiene?3.a ¿Conviene reformarla? 4.a ¿Cuál sona ócorporacion en quien resida; luego
debe ser la reforma? . si existe el de reformar la Constitucion, al-


Antes de examinar las cuatro cuestiones guien lo ha de tener, y no se falta á la ley
que preceden, resolveremos otra preliminar determinando quién es el que de él está
que no deja tambien de entrañar mediana investido.
importancia, por sus relaciones con el depó- Quien posee un derecho, es dueño tam-
sito de 120,000 rs. Las cuatro cuestiones bien de examinar si le conviene ejercerle
que preceden ¿estan bajo el dominio de la ó no, y cómo y cuándo; y asi será licito
prensa'?' . manifestarle que le conviene ejercerlo, y


En el decreto de imprenta de 10 de abril' ejercerlo de esta ó aQ,uella manera, á no
del corriente año, título5, artículo 35, don- ser que se quiera prohibir una obra de I~i­
de se determina cuáles son los impresos sericordia , que es dar consejos á qUIen
subversivos, se leeque lo son 2.° Los los hava menester. Luego las cuatro cues-
que se dirijan á destruir la ley fundamental tiones'arriba estahlecidas , á saher, si exis-
del Estado. te el derecho de reforma, en quién,si existe


Ninguna de las cuatrocuestiones se dirige la conveniencia y en qué. sentido, estan
á destruir 'la lev fundamental del Estado, plenamente bajo. el dominio de la pren~a;
porque es evidente que el decreto de im- siendo de advertir que la prImera es preciso
prenta habla de los escritos que ataquen la resolverla afirmativamente; y asi no es lí-
Constitucion escitando á medios violentos citodiscutir sobreellasinoparailustrarlama-
é injustos. La palabra destruccion es muy teria ,ó como si dijéramos argüendi gratia.
diferente de la de reforma legal. Libres, pues, del temor del jurado, y


Ademas, que si tan estrictamente se qui- libres tambien de escrúpulos constituciona-
síe~ entender el artículo del decreto, opon- les, entremos en un examen sosegado de
dríamos el mismo considerando que precede las cuatro cuestiones. ,
á la ,Constitucion de 1837, que dice asi: No hay pueblo en el mundo que no haya
«Siendo la voluntad de la nacion revisar, mudado repetidas veces su constitucion po-
en uso de su sob~ranía, laConstitucion po- lítica, ó á quien no se la hayan mudado, ó
lítica promulgada en Cadizel 19d1}marzo en quien no se haya mudado ellamisma.
de 1EH 2. las, Córtes generalescongregadas Leed los fastos de la historia, recorred todo
á este fin decretan y sancionan Josiguiente: el ámbito de latierrªJJ1ecÍlinos si hay un
Constitucion política de la monarquía espa- puebloque se'haya eXimido de esta ley. La
ñola.» En este mismo preámbulo se esta- mudanza, pues, de las constituciones es
blece de la manera mas terminante que la uno de tantos hechos, efecto de la instabili-
naf:io'/J, en uso de su sobpranía, tiene el de- dad de las cosashumanas; y asi los que se
recho ;de;r.~visarlas constituciones políticas; empeñasen en sostener que el derecho de
luego tanto dista de que tienda á destruir mudar no.existe, proclamarian una doctrina
la Constitucion de 1837, el examinar la que por buena que fuese, habría tenido la
cuestion de si existe. el derecho de refor- desgraciade no haber sidoobservadajamás,
marIa y resolver por la afirmativa, que an- y que no debiera esperar el serloen ade-
tes bien atacaria la basa misma en que ella lante,
se funda jquien sostuviese la negativa. Por En nuestra época seria incomprensible la
manera que , con arreglo 4 la ley funda- duda sobre la instabilidad de las constitu-
mental vigente, debería ser acusado de sub- ciones políticas, cuando son innumerables
versivo elescrito dondetal doctrina se en- las que han nacido y muerto en Europa en
.señase. Véase, pues. si caminamos fuera el decurso de medio siglo. En Franela, en
<\el terreno legal,cuando nuestros adversa- el espacio de 25 años, se sucedieron nada
rjosn() podrían combatirnos sinhacerse dig- menos que diez constituciones, .10 que da
nos d~ ser, llevados ante el jurado. por término medio dos añosy seis meses de




vida para cada una; esto manifiesta bien á I
las claras que los fabricantes de constitucio-
nes estaban muy lejos de poder esclamar
aqueliode monumentumrere perennius.


En España desde 1808 hemos tenido la
monarquía absoluta antigua, la Constitucion
de 1812, la monarquía de Fernando, otra
vez'la Constitucion de 1812, otra la monar-
quía de Fernando, en seguida el Estatuto
real, luego el ~statuto en suspenso y sujeto
á revision , despues laConstitucion de 1812,
y por fin"la de 1837. SumaIJ.d.tMostérmillQ~L
de la série, resultan ochomudanzas de le-
yes fundamentales: otro ejemplo de la ins-
tabilidad de las constituciones políticas,


Las constituyentes de Cadiz se empeña-
ron en luchar con los hados, disponiendo
en el artículo 375 que hasta pasados ocho
años despees de hallarse puesta.en práctica
la Constitucion en todas sus partes, no se
pudiese proponer alteracion , adicion ni re-
forma en ningunode sus artículos. Los ocho
años equivalian á medio siglo, mediando la
condicion aquella de haber de contarse des-
pues de hallarse puesta en práctica la Cons-
tltucionen todas sus partes; esto, aun pres-
cindiendo de que se hubiese puesto en
práctica el artículo 6.o, por el cual todos
los españoles debian ser justos y benéficos,
lo quepara cumplirse en todas sus partes
hubiera exigido ciertamente un plazo algo
mas largo.


Las Cortesde Cádiz manifestaron en este
punto tanto celo por la libertad, que qui-
sieron.encadenar á los venideros, en fuerza
de la soberanía nacional; no se contentaron
con dar una Coastitucion , se empeñaron en
hacerla in,violable por. eS'p~cio de muchos
años, olvidando el prlllclplO que estable-
ereranen el articulo 3.0 : «La soberanía re-
side esencialmente en la nacion, y por lo
mismo pertenece á esta esclusivamente el
derecho de establecer sus leyesfundamenta-
les.» ¿Con qué justicia, pues, le vedabais
el ejercicio de este derecho por el tiempo
que bien os parecía?


Asi procedieron las Córtes de Cadiz, pero
los acontecimientos vinieron luego á burlar-
se de tamañas precauciones: Esa obra, á la
cual se queria imprimir el sello de la inmor-
talidad, no parece sino que ha sido desti-
nada á ser el juguete de los caprichos de la
fortuna. Apenas nacida, murió de mano ai-
rada; resucitada en '1820, otra vez, y en
breve I pereció de muerte violenta; y cuando


volvió á resucitar en 1836 , ya no fue para
vivir sino para demandar los honores de la
sepultura, que efectivamente le fueron
otorgados con la condicion espresa de que
se habia de morir dentro de pocos meses,
~ien que llevándose el consuelo degu~ de-
Jaba heredera en la de 1837. Tanta insta-
bilidad en lo que se suponia imperecedero,
nos recuerda aquellos versosdel ilustrepoe-
ta á quien le ha cabido tambien una parte
de los infortunios constitucionales. .


y las obras que eternas juzga el hombre
Con un soplo deshace.


Ya hemos visto que en el preámbulo de
la de 1837 está consignado el derecho de
reformar las leyes fundamentales segun la
variedad de tiempos y paises; entre los pu-
blicistas puede haber disputassobrelas per-
sonas Ó corporaciones en quienes él resida,
peto con respecto á su existencia no cabe
duda. De lo contrario, seria preciso decir
que las naciones quedan para siempre con...
denadas á sufrir los vicios de sus leyes fun-
damentales sin esperanza de curación. Las
instituciones políticas son un medio para
hacer la felicidad pública; cuando este me-
dio contrarie 6 no llene su objeto) ¿por qué
no ha de haber el derechode corregir la im-
potencia 6 el mal? Este es un punto en que
han de convenir asi los mas absolutistas
como los mas exagerados demócratas. Las
leyes fundamentales, ó han dimanado del
rey solo, ódel pueblo solo, ·ó de ambos á
un tiempo; perola autoridad soberana no
ha muerto, existe hasta con respecto á las
leves fundamentales: asi por ejemplo en
España, donde el monarca era reconocido
como absoluto, bien que no con facultades
para mudar por sí solo la ley de sucesion
y otras fundamentales; no obstante, en
union con las Cortes podia hacer las re-
'formas que pareciesen necesarias ó conve-
nientes.


Es claro que á la España, con resnecto á
la Constitucion actual, no se la puede apli-
car la doctrina de inmovilidad, que algu-
nos hacen radicar en el derecho de conquis-
ta, de suerte que lo establecido por el con-
quistador nadie tenga derecho á mudarlo.
No podemos persuadirnos que se quiera mi-
rar como conquistadores á los sargentos de
la Granja. Ademas, que la opinion que
acabamos de recordar nos parece) por de-


28




-1>.3i -
ciriode paso,muydestituidade fundamento, co entraremosen cuestione:'! sobre los dere- .
y"no poco depresivade la dignidad.humana. chos que hubieran podido tener las Cortes
Ninguna nacion del mundoes.propiedad del revisoras del Estatuto Real si hubiesen He-
que la gobierna. El conquistador, si la con- gado á reunirse, supuesto que su convoca-'
quista es legitima, lo que adquiere es el I cion para este objeto había sido motivada
derecho de gobernar, no un dominio pro- por la insurreccion de 1835.1\.demas, que7
piamente dicho. El considerar al conquista- I remosalejarnos de estas _cuestiones, porque •
dar como un fundador de un mayorazgo, es si en ellas nos empeiiásemos, nos veríamos
confundir los principios de derecho público insensiblemente conducidos á examinar tam-
con los del privado, que á no dudarlo son bien hasta qué punto la Reina Gobernadora
muy diferentes. El derecho del gober- podia dar el Estatuto como ley fundamental.
'nante es muy diverso del de un propietario: Losconstitucionales sostendrian que noha-
el dueño de una finca puede disponer de bia á la sazon otro camino legal que resuci-
ella como mejor le parezca, el -gobernante I tal' la obra de las constituyentes de Cádiz,
no; la finca es para el propietario, la nacían como luego lo exigió la revolucion de 1836;
no es para el gobierno, el gobierno es para . v por otro lado los realistas afirmarian que
la nación, desde el presidente de la repú- ni el mismo monarca, cuanto menos un re-
blica mas democrática hasta el monarca mas gente, tenia derecho á modificar laley Iun-
absoluto. damental.Que si se les contestaseque aque-


Queda, pues, demostrado que en toda 110 no fue mas que- resucitar las leyes anti-
sociedad civil hay el derecho de reformar guas, compararian la monarquía del Estatuto
la ley fundamental; este derecho residirá con la de Fernando VII, Carlos IV, Cár-
en el gobierno ó en el pueblo, ó en ambos los III y sus ascendientes hasta Carlos V Ó
reunidos; pero en una ú otra parte se halla; mas arriba, si se quiere, y el contraste re-
es un derecho que no puede perecer. Luego sultaria chocante por dernas, Los partidarios
existe en la actualidad en España; los que del Estatuto ohservarian que habia habido
no se avengan con lo que asienta el preám- usurpaciones que no podían prescribir; que
bulo de la Constitucion de! 837, lo bus- hahia inobservancia de leyes que se halla-
carán en otro lugar, mas no negarán, su han en nuestroscódigos, hasta en la Nueva
existencia. Recopilacion ; pero los realistas replicarían,


¿Quién lo tiene? Esta es la segunda de que el modo de deshacer estas usurpaciones
las cuestiones propuestas. Para resolverla y de restablecer la observancia de ciertas
cumplidamente, haciéndose cargo de todas leyes, no era negocio sujeto al fallo de una
las opiniones, seria menester engolfarse en regencia, sin oir á ninguno de los cuerpos
una discusion dilatadísima que ni cabe en que, por mas que hubiesen perdido su in-
los límites de este escrito, ni tampoco fuera fluencia y prestigio, no dejaban de tener
muy oportuna.En efecto: ateniéndonos á las consignadas sus prerogativas en nuestros
doctrinas de los partidos militantes, fraccio- mismos códigos, tributándoseles todavía un
nes mas ó menos avanzadas del liberal, solo 11 homenage en las fórmulas de las pragmáti-
cabe encontrar los poderesconstituyentes, ó cas , consultándolas en las mudanzas de la
en las Cortesjunto con el monarca, es decir, I ley de sucesion, y llamándolas á la jura ele
en los poderes legislativos creados por la los reyes.
Constitucion, ó en una ó mas asambleas re- No sabemos si á los lectores les habrá su-
unidas ad ¡IOC, con poderes especiales de los cedido lo que á nosotros: al apartarnos de
comitentes. Pero saliendo de este círculo, esas cuestiones, nos 4a parecido que huía-
seria dable encontrar hombres que recor- mos de precipicios tremendos, de abismos
riendo la cadena de los acontecimientos, re- insondables. No pudiendo menos de echaíies
montándose hastaí 833, opinasen que hay 1


1


una mirada al1Ja.:so que/nos desviábamos de
nulidades que no se pueden subsanar. Como i su orilla, la cabeza ~~/nos iba desvanecien-
en este lugar nos proponernos esquivar ese li do, todo daba vuéltas en nuestro alrededor,
linage de cuestiones tan trascendentales, 1


1
faltaba el suelo á nuestros pi_es, y tendíamos


tan delicadas y vidriosas, nos abstendremos ! en vano nuestros brazos convulsivos para
de examinar el origen de la Constitucion ac- :1' asirnos de un punto fijo y no derrumbarnos.
tual, formada por las constituyentes, naci- I Tomaremos, pues, la situacion actualco-;
das á su vez del motin deja Granja. Tampo- 1 mo es en sí, prescindiendo de su origen y




- 235-
antecedentes. Dos poderes existen segun 1I titucion; el movimiento es general, las pre-
la Constitucion : uno fijo, otro variable; uno tensiones son varias, las cuestiones por re-
perpétuo, otro temporal; uno constante, Isolver sumam~nte trascendentales; no. ha!,
otro intermitente: el Rey y las Cortes. Que pues otro medio que consultar la voluntad de
en estosdospoderes reunidos reside la facul- la nacion , levantada contra el regente y re-
tad de reformar la Constitucion, los defen- presentada en las juntas. Tomemos por mo-
sores de la soheranía parlamentaria no pue- delo un precedente de gloriosa memoria,
den ponerlo en duda; y en cuanto á los li- cuando el alzamiento contra Napoleon , y
berales de doctrinas mas avanzadas ,que una nueva Junta Central absorba todos los
creen ser esta una atribucion esclusiva de poderes y decida de la suerte de España.
unas Cortes constituyentes, lo mas que po- Quien se apodere del mando lo usurpa: no
drán exigir es que los senadores y diputados puede cubrirse con ninguna ley: el ministe-
traigan espresos poderes para la reforma. rio Lopez se aclamó en un principio, mas
A.teniéndose á los principios constitucionales, ahora las cosas han ido mas allá ; no se ha
no sabe,lJ.los qué otra condici~n pudieran im-I tratado de ~n simple cambio de mi~1Í~teri~;
poner, a no-ser__que sostuviesen que para I se ha derribado la regencia. El minísteno
este objeto era preciso. remover de nuevo Lopez solo puede servir de un punto céntri-
profundamente el pais , buscando su volun- co ea, torno del cualse agrupe el pais; pero
tad por medio de elecciones muylatas, ó de no; puede deliberar nada sin consultar á los
juntas populares investidas de facultades quele han delegado el mando: no represen-
omnímodas para espresar por sí, ó por me- -ta el poder monárquico, sino el de las jun-
dio de sus diputados, el voto de la sobera-. tas: á ellasdebe oir, y no decidirse á dar un
nía nacional. paso de importancia sin el consentimiento


Esta medida seria renovarel pensamiento de ellas, obtenido de una manera franca y
de loscentralistas; y dado que la ocasión se solemne.» .
brind,a, diremos dospalabras sobreeste pun- I Este modo de discurrir no estaba desti-
to , que se ventiló á cañonazos, qeeno dejó tuido de fundamento; pero sucedió en esto
de costar sangre, incendio y ruinas, y que lo que en la proclamacion de todos los prin-
losdisturbios que tal vez nos amagan en el cipios liberales en España: tan luego como
porvenir podrian muy bienresucitar. se los ha enunciado, se trabaja por falsear-


¿Qué pretendian los centralistas? ¿Cómo los. Si el pais debía ser-representado en una
cabia dar á su causa una apariencia de JUS- junta central, era preciso que esta nose for-
ticia? Atendida la situacion del paisdespues mase únicamente de los diputados de las
de la caída de Espartero, podian espresarse provinciales queseconstituyenen momentos
de esta manera. «Toda legalidad ha desapa- de crisis, de-exaltacion y peligro, sin nin-
reciclo; no hay monarquía en ejercicio, por- gun trámite, que garantice el acierto, tal
que el monarca es menor de edad; no hay vez en las plazas públicas, tal vez por acla-
regencia, porque el regente está fugitivo; no macion de fuerza armada, sin mas objeto
hay Cortes, porque estan disueltas: no hay que el de hacer frente al poder combatido,
ministerio, porque el que babia ha corrido que el de servir de núcleo para la insurrec-
la suerte de Espartero; no hay facultad de I cion. Cuando se trataba, pues, de cuestio-
nombrarlo ,porque esta sole existe ó en el f nes importantes, esas junta." no tenian mi-
regente ó en el rey; no hay quien pueda ' sion de nadie; eran arma de lospueblos, no,
convocar .Cortes , perque este derecho cor- urna de sus votos; si se quería estender sus
responde al regente Óa1 rey,; no puede re- facultades, era preciso hacer una eleccion
conocerse laconvecaeioa quehicieraelregen- verdaderamente popular en, cuanto fuese
te, porque desde que el¡aisse levantó, para posible; no pretender un monopolio. ¿Hicie-
derribarle, su autorida éstá desconocida; ron esto los centralistas? ¿Se pusieron en
los artículos 1J7 y 58de laConstitucion rela- eomunieacioú conel pais , brindándole á una
tivos al nombramiento de regencia no'tienen: elecciou nuevacsnjetáudose á recleccion 105-.
lugar por falta de Cortes que elijan, y ade- nombrados ¡ y negándose á continuar si no
mas por la ausencia de la Madre de la Reina; recibianesta investidura? Hablen loshechos;
la situacion es pues estraordinaria, fuera del yesos hechos manifestarán que se asentaba
alcance de las leyes, sohre las reglas oomu- el principio popular para falsearle desde lue-
nes, no prevista por los autores de la Cons- go , para esplotarle en provecho de un par-




- 236-
tido ;y asi es. que la nacion , óIes resistió pueblo español no es el pueblo de los t6ro--
abiertamente ó losabandonó á lostrancesde lucionarios, seguros de que.la inmensa ma-
la suerte en su lucha con el podcr militar. yoría de la nacion está acorde en reprobar el
. Otro hubiera sido el resultado de la con- desórden y la anarquía que nos están ator-
tiendasi, en vez de gastar el tiempo en in- mentando, para la resolucion de las grandes
trigal para apropiarse la victoria, poniendo- cuestiones no temeríamos el voto popular
se en desacuerdo con las ideas y sentimien- por lato que fuese; sin embargo, no vemos
tos nacionales. hubiesentrabajado las juntas ninguna necesidad de que existiendo un go-
partidarias de la central en organizarse de biernose ponga otra vez á la nacion entera
otra manera, llamando á su seno á loshom- en ese estado de escitacion febrilSi nuevos
bres mas influyentes , y proclamando un sis- motines , si nuevas tentativas contra el trono
tema de reorganizacion que se hubiese ade- pusiesen la España en peligro de caer en
lantado á las medidas del ministerio Lopez. otra revolucion cuyas últimas consecuencias
Este que increpó á, la de Bilbao, y que es- I no se alcanzan, entonces el pais debierade-
taba en oposicion con la de Valencia en al- cidir si'le conviene entregarse tranquilamen-
gun punto muy importante, hubiera tenido te á manos de sus enemigos ó hacer uso de
que superar mayores dificultades para apo- su fuerza y energía. Mas por ahora,creemos
derarse de la situacion, de las que se le que seria bastante que el trono tomase la
ofrecieron cuando la causa centralista se iniciativa, que publicase su pensamiento y
confundió con la ultra-revolucionaria. voluutad , y que en seguida se obtuviese la


Como quiera, de la junta central hubiera adhesión de la nacion, llamando alrededor
resultado una conflagracion; conflagracion del monarca á unas cortes que fuesen una
sinembargo , v no se escandalicen nuestros rerdad v no una evidente mentira como has-
Iectores , conflagracion, repetimos, que no ta aqui ha sucedido; y en las que se halla-
nos atrevemos á decir que hubiera sido da- sen representados todos los grandes princi-
ñosa. Sin la conflagracion de junio todavia pios é intereses de la sociedad.
nos hallaríamos con Espartero, y estaríamos Es preciso convencerse de que, en el
condenados á oir la eterna cantinela de re- punto á que han llegado las cosas, es impo-
gencia del duque de la Victoria hasta el 10 sihle salir del paso sino por medios estraor-
de octubrede ,1 84·'¡' ; hubo pues una confla- dinarios; solo con loestraordinario se evita-
gracion provechosa, ya que nadie puede rá lo violento. Para derribar á Espartero fue
dudar que el país ha reportado de ella gran- preciso salir de los trámites comunes; para
des beneficios. ¿Adónde nos hubiera llevado salvar la situacion que vino despues de él fue
la otra? No lo sahemos, perosi el movimien- preciso pasar por encima de la ley funda-
topopular se hubiese desenvuelto completa- mental; para defenderel trono contra la in-
mente, habiasíntomasgraves que no hacian surreccion de Alicante y Cartagena ha sido
por cierto presagiar que el resultado hubiese necesario apelar á medios de que no se ha-
de.ser la república, Lasgrandes enfermeda- bia echado mano hasta ahora; v aun en la
des se curan tal vez con el advenimiento de actualidad, los que no desean ei triunfo de
crisis formidables; y ya que tanto se procla- la revolucion, seguramente noquisieran que
ma la soberanía popular, quizás hubiera si- se deshiciesen los hechos mas trascendenta-
do de desear que se hubiese puesto en mo- les del ministerio Gonzalez Brabo, como por
vimiento al verdaderopueblo: si esto se ve- ejemplo, la renovaciou de arunta~ientos y
rificara , lacausade la revolucion no hubiera el desarme de la milicia naclOnal., _
salido gananciosa. Para dejar demostrado hasta la última


La digresion no ha sido inoportuna, por- evidencia que el gobierno no puede entrar
que se trata de saber si, en caso de inten- francamente en un estado estrictamente le-
tarse la reforma de la Constitucion, se de- gal , haremos una suposicion , y es quecon-
heria proceder por los trámites ordinarios, vocadas las Cortes actuales, ó disueltas y
convocando simplemente las Cortes, ó si se reemplazadas por otras, haya unamayoría
habria de tener en cuenta la opinion de los tal que dé un voto de censura al ministerio
qíie porconviccion ú conveniencia, se incli- por no haber deshecho las ilegalidades de su
naran á otros medios en que se agitase viva- antecesor, v se empeñe en no reconocerna-'
mente el elemento popular. da de lo que no se ha verificado con arreglo
Pr9furidar~eute convencidos de que el á la Constitucion. En taleaso los únicos




'- 237-
miaistros posibles serian los progresistas, y ¿Cómo se puede contestará estos hechos?
el trono se veria precisadoá aceptará Cor- ¿Estan por ventura pintados con algun espí-
tina, Lopez ú Olézaga. ¿Los aceptaría? No. ritu de partido? ¿No se ha manifestado la,
¿Lo permitirian los'hombres influyentes de medalla por ambas caras?¿Quién puede neo
la situación? No. ¿Qué, sucedería pues? gar que ninguno de los partidos militant~s
Nueva disolucion , nuevas elecciones, nue- puede someterse francamente á .la legali-
va agitacion., quizás nuevos transtornos. dad constitucional? En tiempos en ·quee¡¡
Luego cuando los hombres comprometidos tan rara la virtud, ¿se la exigireis .á los
en el actual orden de cosas hablan de es- 1, hombres en grado heroico? ¿Les exigireis
tricta legalidad constitucional, de gobierno 11 que por respeto á una ley escrita, se resig-.:
parlamentario con todas sus consecuencias, ¡I nen á perder sus empleos, sus honores,
no lo entienden sino en el supuesto de que :1 muchos su patria y algunos tal vez su vida?
la mavoría de las Córtes les hava de ser fa- 1I La situacion es, pues, radicalmente falsa,
vorable. Yno se crea que en esto les dirigi- 1 altamente viciosa, y el mal no es precisa-
mos un cargo; pues no exigimos de elfos mente de ahora, data ya de mucho tiempo.
que se suiciden, que se condenen á la emi- Cien vecesse destruye locxistcnte , J' otras
gracion, y algunos probablemente al cadal- tantas se reproduce con diversa forma. Ln
_so~; solo hacemos estas observaciones para partido sobre otro; unos hombres sobre
evidenciarles la pendiente en que se en- otros; los de abajo atacando, los de arriba
cuentran: junto á ellos hay troncos robustos defendiéndose; el grito de legalidad mien-
de que pueden asirse para no caer, y colo- tras no hay fuerza para vencer; laconspi- ,
earseen terrenoseguro: desdéñenlossiquie- racion en las tinieblas mientrasno es posible:
renr'á sus pies está el horrendo precipicio. pelear en las calles. Mediten sobreestos .


,Triste condicion de los partidos y de las hechos los hombres juiciosos de todos los
naciones, cuando todas las contiendas se partidos,y vean sino es necesarioy urgen-
dirimen en el terrenode la fuerza; entonces, te salir de'tan funesto estado; si no es pre-
si alguna vez se invoca la legalidad, es por cisopensaren Crear alguna cosa nueva,
necesidad indeclinable una legalidad men- dondeel poder alcance mas fuerza efectiva,
tida , hipócrita, que será hecha pedazos tan independiente del apoyode este ó de aquel
pronto-como se oponga al objeto principal. partido, y que siendo mas robusto y pode-
Bespuesdelpronunciamiento de 1S40, ¿qué roso que todos, los obligue á doblegarse-
significaron las elecciones y las Cortes que hajoel imperio de la ley. Ya no es solo cues-
de ellas salieron? Es cierto que solo acudie- tion de formas políticas', es cuestión de
ron á las urnas lospartidarios de la revolu- existencia de la sociedad: todos los que ten-
cion de setiembre: pero si hubiesenacudido gan algo que perder, todos los que puedan
osros , si hubiese salido uua mayoría que esperar un porvenir, todos los que por sus
condenara la conducta de Espartero y sus luces y demas circunstancias puedanpro-
fautores, ni aquel ni estos ¿se hubieran de- meterse el ser en algo útiles á su patria,
tenido por el obstáculo legal? ¿ No hubieran estaninteresados en que no continuemos en-
sido- disueltas.una, dos y mas veces si fue- semejante malestar; todos estan interesados
ra 'menester, Ó mejor diremos, no se las en que se establezca unnuevo sistema, en
hubieraultrajado primero, y luego descor- que no se vean alternativamenteen la dura
tesmente despedido como á las de 18.\.O? Y I necesidad de ser vencedores é vencidos,
síéespues del pronunciamiento contra Es-. opresores ú oprimidos. .
p~rtero, la, Córtesnuevamente elegidas hu-Ahora hay un gobiemoreconocídoy ohe-
hiesentenide una mayoría esparterista que decido en todo el ámbito de la nacion: aho-
se hubiera empeñado en-rehabilitar ¡al ex- fa no existe milicianaciomil; ahora los
regente, ¿sehahrian tolerado los efectos ayuntamientos están compuestos "de hom-
de semejante legalidad? Todavía mas: si los bres pacíficos; ahora hay un ejército fiel á
progresistas por medio de una revotucion se su Reina y decidido á defenderla contra toda
apoderasen nuevamente del mando, ¿deja- clase de enemigos; ahoraJa reciente victo-
nan en completa libertad á los electores, ria sobre las facciones revolucionarías rodea
resignándose á aceptar un gobierno mode- al poder de fuerza y prestigio; ahora los
rada, si moderada saliera la mayoría de las Ipueblos tienen todavia esperanza, y no ca-
Córtes? recen de aliento y brio para apoyar 'á quien,




ARTICULO n.


Ifadrid 29 de mayo de 1844.


REFORMA DE LA CONSTITUCION.


- 238-
de veras se proponga asegurarles orden y las leyes; y el gobierno ha suspendido pe-
sosiego: si dejais pasar tan bella oportuni- riódicos cuando bienle ha parecido; y un ca-
dad, día vendrá en que os arrepentiréis. pitan general como Seoane en Barcelona,
¿Contais con la fuerza de vuestro brazo, y los ha prohibido por los dias que ha creído
por esto mirais impávidos que se acerque el conveniente; en los últimos acontecimientos.
momento del peligro? Enhorabuena; pero se ha verificado lo mismo por parte de otras
noolvideis que son inciertos los trances de autoridades; y finalmente, no se .podia pu-
las armas, y muy veleidosa la fortuna; no . blicar ninguno sin permiso del gefe político.
olvideis sobre todo que una nacion no es una El artículo 7.0 establece que nopuedeser
arena de combate, sino una familia de her- detenido, ni preso, ni separado de su domi-
manos. cilio ningun español, ni allanada su casasi-


no en loscasosy en la forma que las leyes
prescriban. Siete años llevamos de Constitu-
cion, y durante este período se ha visto
prender con arbitrariedad á personas de to-
das clases, atreviéndose ti. ello desde los ca-
pitanes generales hasta los comandantes de
armas de graduacion de tenientes, desde los
mas altos gobernantes civiles hasta el alcal-
de constitucional de la mas ínlima aldea.


El artículo 8." prescribe, que si la segu-
ridad del Estado exigiere en circunstancias
estraordinarias la suspension temporal en
toda la monarquía ó en parte de ella, de lo
dispuesto en el artículo anterior, se deter-
minará por una ley: y véase por qué ley se
ha determinado la suspension con respecte}
ni á la parte ni al todo. _..


El artículo 9.° ordenaque ningun español
puede ser procesado ni sentenciado sino por
el juez ó tribunal competente, en virtud de
leves anteriores al delito v en la forma que
estas prescriban. Dejemos aparte las atroci-
dades que se cometicron durante la guerra,
y fijémonos en lo acontecido desde f 840.
Zurbano en Bilbao y Cataluña no creemos
que observase muy" exactamente el citado
artículo, v esto á la vista del gobierno, sin'
que los elamores de la prensa pudiesen ata-
jar el horrible escándalo; y finalmente;
aquello 'de la identidad de las personas tam-
poco estaba muy arreglado á las formas le-
gales.


martículo f Odice que no se impondrá
jamás la pena de confiscacion de bienes, y
que ningun español será privado de su pro-
piedad sino por causa justificada de utilidad
comun p'révia la correspondiente indernniza-
cion. Testigos de la fiel observancia de este.
artículo son los partícipes legos de diezmos;
testigo el clero pereciendo de hambre mien-
tras se estan vendiendo sus bienes.


Por el artículo 11 la nacion se obliga á
mantener el culto y Jos ministros de la reli-


i gion católica que profesan los españoles.


¿Conviene reformar la Constitucion de
1837? Creemos que, á mas de la cuestion
sobre.la bondad intrínseca de ella, hay una
verdad en la que han de estar de acuerdo
todos los hombres sinceros y leales, sean
cuales fueren sus opiniones políticas, á sa-
ber, que es sumamente dañoso proclamar
vigente una ley que de contínuo se tiene sin
observancia. Esto es un escándalo perma-
nente ; es acostumbrar á los pueblos y á los
gobiernos al menosprecio de las leyes ¡ es
establecer los hábitos de un mando pura-
mente discrecional y de una obedlencia for-
zosa; Jo que equivale á asegurar al país el
vivirde contínuo condespotismo ó anarquía.
Asentar por principio que la sociedad ha de
ser regida por la voluntad del hombre y no
por la ley, es estableceruna máxima de don-
de-nacepor precision la arbitrariedad, y es
precisono olvidar que el hacer una cosa re-
petidas veces, el tenerla habitualmente por
regla de conducta. equivale á decir á- los
pueblos: esto es lo único bueno, ó al menos
lo único posible. .


Hé aquí lo que está sucediendo con la
Constitucion de -1837. Se la proclama como
ley fundamental, y sin embargo, nadie se
atiene á cita; todavía mas, se sostiene pala-
dinamente que no es posible obrar de otro
modo, que el infringirla es una necesidad,
triste, dolorosa, sí; pero verdadera, inde-
clinable, '


El artículo 2"•• dice que todos los españo-
les pueden imprimir y publicar libremente
sus Ideassin prévia censura, con sujecion á




- 239-
Hablen los hechos; óigase ese clamor que tres mil reales anuales de contribucion por
se levanta de todaspartes contraun abando- subsidio de comercio, Desearíamos saber de
no tan culpable. qué medios se echa mano para asegurarse


Por el artículo 12 la potestad de hacer de los requisitos legales del candidato cuan-
las leves reside en las Cortes con el Rey. do se confeccionan las candidaturas, ni del
El gobierao , sin el concurso de las Córtes, elegido cuando le ha sido .favorable el re-
se ha tomado la libertad de hacer leyes de sultado de las urnas. ¿Se exigen documen-
la mayor trascendencia. Enhorabuena que tos justificativos? ¿Se acompañan con las
no se las llanta siuo leyes provisionales ó actas '! La ley electoral no anduvo tan eS-
decretos, ó que en el preámbulo se diga crupulosa en esta parte, y no creyó conve-
que hasta que se.reunan las Córtes, y otras niente adoptar medidas de precaucion para
cosas por este tenor, ó que se use el nom- evitar el que se la falsease.
bre de decreto en lugar del de ley; el efecto El artículo 19 prescribe, que cada vez
es el mismo, y si á tan pocacosta se puede que se haga eleccion general de diputados
barrenar la Constitucion,con mucha verdad por haber espirado el término de su encar-
se habrá dicho que no era mas que un pe- go ó por haber sidodisueltoel Congreso, se
dazo de papel. Todavía mas: el gobierno renovará por orden de antigüedad la tercera
sin las Cortes hace leyes: y por el estremo parte de los senadores. _Un simple decreto
opuesto, el rey ni aun con las Córtesno tie- del ministerio Lopez echó por tierra al Se-
ne derecho á hacerlas. En 1840 la Corona nado entero, cuidándose muy poco de que
sancionó una ley votada por las Córtes; por la Constitucion debiesen quedar las
no le pareció bien la sancion al general de dos terceras 'partes.
los ejércitos reunidos y á unoshombres que Segun el artículo 20, cuando se disuelva
se apellidaron pueblo; pues bien, la ley el Congreso de diputados hay la obligacion
sancionada no se di6 por buena; vinieron I de convocar otras Cortes v reunirlas dentro
en seguida sucesos trascendentales, y en . de tres meses: el ministerio-regencianoes-
pos unas Cortesque legalizaron la situa- crupulizó en alargar el plazo hasta cinco.
con. I Fclicísimo acontecimiento fue para el pais


El artículo 13 afirma que las Cortes se la decIaracion de la mayoría de S. M.; sin
componen de dos cuerpos colegisladores embargo, ya que estamos enumerando in-
iguales en facultades; el Senado y el Con- fracciones, preciso es hacer notar que en el
greso de diputados. Todos saben á qué se' primer caso que se ha ofrecido no ha sido
reduce la igualdad-consignada aquí; y ade- posible observar el artículo 56: «El Reyes
mas este artículo está en fragante contra- menor de edad hasta cumplircatorce años..
dicción con el 37, donde se establece que Por el artículo 60, será tutor del Rey me-
las leyes sobre las contribuciones y crédito nor la persona que en su testamento hubiese
público se prsentarán primero al Congreso nombrado el Rey difunto, 6. el padre 6 la
de losdiputados, y si en el Senado sufrie- madre mientras permanezcan viudos; la
ren alguna alteración que aquel no admita Reina madre fue sin embargo despojada de
despues , pasará á la sancion real lo que los la tutela.
diputados aprobasen definitivamente. Esde- El artículo 66 dice que ningun magistra-
cir, que lotocante ácontribuciones y crédito do ó juez podrá ser depuesto de su destino
público quedaá discrecion del Congreso de temporal ó perpétuo sino por sentencia eje-
diputados; y asi la votacion de los impues- cutoriada, ni suspendido sino por auto j'u-
tos, mirada como arma v escudo de lasasarn- dicial, ó en virtud de orden del rey, cuan-
bJeas legislativas en losgobiernos represen- do [este, con motivos fundados, le mande
tativos, se entrega al Congreso, dejando al juzgar por el tribunal competente. El cum-
Senado inerme é indefenso. plimiento de este artículo se halla demos-


El artículo 17 exige para ser senador el trado en las columnas de la Gaceta. atesta-
ser español, mayor de cuarenta años , y das de decretos, y esto en todas épocas, en
tener los medios de subsistencia V las demas que se trasladan, se ponen y se quitan los
circunstancias que determine la iey electo- jueces y magistrados como piezas de aje-
ral, Segun esta, el elegido ha de poseer drez.
una renta propia ó un sueldoque no baje de En el artículo 69 se diceque en cada pro-
treinta mil reales vellon al afio, ó pagar vinciahabrá una diputacion provincial, com-




- 240-
puesta del número de individuos que de- de los caudales, ¿ no han sido, y esto' en
termine la :Iey , nombrados por los mismos confesion d~ todos los partidos, una impu-
electores que losdiputados á Córtes; yen dente mentira , unultraje hecho á la nacion
el 70; qué-para el gobierno interior de los un medio para arrebatarle sus tesoros, os~
pueblos habrá ayuntamientos nombrados cureciéndole la vista con la polvareda de los
porlosvecinos á quienes la ley conceda este 1 motines, ó tapándole los ojos con el velo de
derecho. Pues bien, el gobierno y sus de- ¡la libertad '1 .
legados han nombrado diputaciones yayun- En el artículo 76 está, prescrito que las
tamientos como v cuando lo han creido con- Córtes fijarán todos losaños, á propuesta del
veniente, á pesar de la eleccion popular rey, la fuerza permanente de mar v tierra.
exigida por la ley fundamenta!. . ¿Qué gobierno ha observado esta prescrip-


Por el artículo 7f la ley determinará la cion? ¿No se procede en esta parte con el
organizacion y funciones de lasdiputaciones mismo desembarazo que en Viena, Berlin ó
provinciales y de los ayuntamientos; el go- San Petersburgo?
bierno no ha reparado en hacer en una ley Conforme al artículo 77y último, habrá
Ias modificaciones que bien le han parecido. en cada provincia cuerpos de milicia nacio-


Llegamos por fin ála parte en que resalta nal, cuya organizacion y servicio se arre-
de una maneraescandalosa el engaño de que glará por una ley especial. UItimamente el
ha sidovíctima el pais, Se habia declamado gobierno ha desarmado toda la milicia na-
tanto contra los despilfarros de los tiempos cional d~ España; y por ciertoque no le ha
anteriores, se habia pintado con colores tan hecho 1lI le hace mella lo mandado en la
negros la dilapidacion que se hiciera de los' ley fundamental.
caudalespúblicos , que no pocos incautos En la reseña anterior hemos prescindido
creyeron que semejantes males, ó se ataja- de la necesidad ó utilidad que pudieran ha-
riandel todo ó se remediarian en gran parte, , ber motivado las infracciones; no hemos he-
viendo consignado en la Constitucion que cho mas que tomar acta de ellas para que
todos los años el gobierno dehia presentar se palpase que la Constitucion de f 8~7 era
á las Córtes el presupuesto general de los hasta ahora una solemne mentira, que no
gastos del Estadopara el año siguiente" y había-tenido ni tenia aplicaeion en el pais,
el plan de las contribuciones y medios para pues que se la ha quebrantado y se la está
llenarlos ; como asimismo las cuentas de la quebrantando en sus partes mas esenciales.
reeaudacion é inversión de loscaudalespú- Sidecís que parael bien del pais ha sido
blieos para su examen y aprobacion (artícu- necesario proceder de esta manera, os pre-
lo 72); que no podria imponerse ni cobrarse guntaremos si puede ser conveniente una
ninguna contribucion ni arbitrio que no es- Constitucion cuya observancia sea incom-
tuviese autorizado por la ley de presupues- patihle con el bien público; si añadís que la
tos ú otra especial (73); que igual autoriza- causa ha sido la guerra, os recordaremos
cion se necesitaba para disponer de las pro- que esta concluyó en 184-0; si achacais á
piedades del Estado, y para tomar caudales Espartero la cuipa, os haremos notar que
á préstamo sobreel.créditodela nacion (74). Espartero desapareció de la escena en julio
¿ Se ha observado nada de esto? ¿ No se ha de '1843; si atribuís el mal á la minoría, os
visto repetidas veces cobrarse las contribu- replicaremos que los escándalos mas estric-
ciones no votadas? ¿ Cuándo se han exami- tamente constitucionales se han visto des-
nado con detencion y pulso los presupues- pues de la declaracion de la mayoría, pues
tos? ¿ No se han sucedido unas á otras las comenzaron nada menos que en el presi-
autorizaciones abdicando las Córtes el de- dente del consejo salido del parlamento, y
recho de examen? ¿Ha habido épocaen que en las Córtes donde se hizo la apología de
se hayan verificado en masabundancia con- quien ultrajara á S. M.
tratos' clandestinos y ruinosos, en que se Basta tener sentido comun para conocer
hayan levantado mas descaradamente for- que el vicio está en la raiz, y que alli es
tunas colosales, insultando al exhausto Era- preciso aplicar el remedio. tos que no quie-
rio y á la miseria pública? ¿Todos esos ar- I ran confesarlo será preciso que sostengan
tículos relativos á contribuciones, todos esos la conveniencia de vivir bajo una ley con-
derechos de vigilancia otorgados al pais, to- 11 tínuamente infringida, á lo que ciertamente
das esas precauciones contra la dilapidacion ~ fuera preferible la ausencia de toda-ley.




- 2H-
Los que hablan de las leyes orgánicas co-


mo de una panacea, no advierten la con--
tradiccion en que incurren. Dos son las opi-
niones sobre el particular: unos creen que
es preciso organizar el pais gubernativa-
mente, sin contar para nada conlas Cortes,
proponiendo á lo mas el pedirles con el
tiempo -un bill de iudcmnidad , corno si di-
jéramos usurpar con esperanza de coudo-
nacion; mientras otros, reconociendo la im-
posibilidad de organizar con la intervencion
de lasCórtes , quieren que se las tribute nn
homenage, obteniendo de ellas la autoriza-
cion competente. Ambas opiniones están de
acuerdo en que es imposible organizar el
país observando la Constitucion: ambas
convienen, pues, en que para plantearla es
necesario comenzar infringiéndola. Los par-
tidariosde las autorizaciones opondrán el
que ellos no la iníringen; pero nosotros les
haremos observar que suelusíon equivale
á una infracciou. En efecto: el articulo 12
prescribe que la potestad de hacer las le-
yes reside en las Córtes con el rey; y el
hacer no es lo mismo que autorizar pa-
ra hacer. Direis que salvais la letra, pues
que el gobierno es un delegado de quien
tiene la potestad; pero ¿cómo se hace esta
delegacion? IIélo aquí traducido en caste-
llano. «Cortes formadas con la Constitucion,
con vosotras es imposible hacer nada; el
pais necesita leyes; vosotras debierais ha-
cerlas, pero no tenéis bastante juicio para
ejecutarlo, y sobre lodo no sois capaces de
sobreponeros á [as pasiones que os traba-
jan, para verificarlo en el breve espacio
que se necesita. Si vuestra mayoría es anar-
quista, las leyes saldrian anárquicas; y si
no lo es, la mayoría carecerá de medios
para vencer los entorpecimientos que le
opondrá la minoría. Conoced VUestra tlaque-·
za é impotencia, y revestidme á mí de un
poder que vosotras ejerceriais tan mal. De-
clarad que necesitais un tutor, y encargad-
me á mí de la tutela.» Digase si esto no es
un insulto que merecería que el ministerio
fuese acusado en el acto como reo de ultraje
á los cuerpos colegisladores. Pues bien,
á esto- se reduce el sistema de las autoriza-
ciones: por manera que el hipócrita home-
nage es un verdadero vilipendio. Mucha
mas franqueza hay ciertamente en la opi-
nion contraria: ella tamhicn afirma que con
las Córtes no se pueden confeccionar las
leyes que ha menester el pais; pero al me-


nos no viene á pedir.á las Córtes una auto-
rizacion que equivale áuna declararion de
impotencia.


Ademas, las Córtes ¿ concederán esta
autorizacion? ¿Sí óno? Si no la conceden,
¿ qué resta por hacer? ¿Serápreciso conde-
narse á una serie de calamidades sin ,térmi-
no, por motivo de la negativa? Sise ba
de pasar por.encima de la voluntad de la!"!
Córtes, ¿con qué objeto se la esplora ?Pero
estamos seguros que la concederán, y en
este supuesto obramos. Entonces decid
francamente: si no nos la concedieran, tam-
bien nos la tomaríamos; no gastemos pues
el tiempo en vano, ya que de todos modos
estamos resueltos á seguir una misma con-
ducta.


¿y qué leyes son esas de que se trata?
Nada menos que la de ayuntamientos, di-
putaciones provinciales, milicia nacional,
libertad de imprenta, ley electoral: es de-
cir, la aplicacion de la Constitucion en sus
puntos principales. Sin esto no puede vivir,
y en esto no puede ella tomar parte; ¿ qué
institucion será esa que ante todo debe
guardarse de sí misma"! ¿Cuál será su na-
turaleza, cuando su existencia es incompa-
tibIe con el desarrollo de los principios qm~
entraña? ¿Sabeis lo que decís'? ¿ No veis
que camparais vuestro ídolo á aquellos rep-
tiles que se matan conel veneno de su pro-
pia picadura?


LA ESPAÑA Y IJA FRANCIA.
Madrid 22 de mayo de 18H.


La Revistade ambos mundos, dandocuen-
ta del último cambio ministerial ocurridoen
España, y hablando de los señores Mon y
Pidal , se espresa del modo siguiente:


«Intimamente unidos por parentesco ó
simpatías con el difunto conde de Toreno y
con el señor Martinez de la Rosa los princi-
pales agentes del nuevo gahinete, han se-
guido constantemente la fortuna de ese gran
partido que es, ahora mas que nunca, el
verdadero ¡artido nacional. La monarquía
de Isabel I y la libertad constitucional, la
aplicacion de las máximas francesas y la
alianza con Francia; tal es el punto fijo ha-
cia el cual ha gravitado la España durante


29




- 24SJ -
esta crisis dedoce anos. Siempreque elpais, mueve convuisivamente el corazón como
abandonado á si propio, ha podido significar con descargas' eléctricas y emisiones galvá-
su verdadera voluntad, ha confiado el poder nicas. Nuestro estado social será, pues, muy
á los hombres cuyas creencias políticas se diferente del de Francia; nuestras necesida-
reasumen en esta doble fórmula: siempre ha des muy distintas; las máximas qué entre
apoyado á los señores l\Iartinez de la Bosa, nosotros han de regir, nada pueden tener
Toreno, Ofalia , Isturíz, etc. Sucesos funes- de semejante con las que dominan en París.
tos 1 ayudados por intrigas estrangeras, son Tan distantes estamos de creer que pue-
los únicos que han podido destruir en ciertos da sernos conveniente el consejo de la Re-
períodos estas influencias , que cuentan en vista, que antes bienestamos profundamen-
su favor con la adhesion de la gran mayoría te convencidos de que los hombres del par-
naeional.» tido moderado que pretendanalcanzar gloria


Asi comprende la Revistade ambos mun- haciendo el bien de su patria, han de tra-
dos las necesidades de España ; así formula bajar.por despojarse mas y mas cada dia de
el sistema que ha de labrar nuestra dicha; : las simpatías que pudieran tener por el sis-
asi cuenta como parte esencial del gobierno tema francés. Los verdaderos hombres de
de los moderados la oplicacio» de las máxi- Estado no se dejan deslumbrar por la bri-
mas francesas y la alianza con la Francia. llantez de las orillasdel Sena, ni por la corn-
, Nos abstendremos por el momento de de-. pasada regularidad de una adniinistracion
cidir hasta qué punto sea verdad lo que la bien ordenada, sino que estienden mas allá
Revistaatribuve á los moderados 1 limitán- su vista; calan con ojo escudriüador en las
danos á espresar nuestra opinion sobre lo entrañas de las sociedades , examinan dete-
funesto de semejante sistema. nidamente su íntima estructura, procuran


¿Qué son las máximas francesas? Es el conocer las leyes y las condiciones necesa-
predominio de una clase que no puede pre- rias de su existenciay felicidad, y aprecian-
dominar en España , por la sencillarazon de do en su justo valor lo que han visto- en el
que es tan reducida que bien puede contar- estrangero, se guardan de introducirlo cie-
se por nula. En efecto, no tenemos aqui esa gamente en su país á guisa de modistas.
democracia culta y rica, pero caprichosa y Creemos que estarán convencidos de es-
mudable, por prescindirde otras caliticaeio- tas verdades algunos de los hombres de
Hes, que se ha estado formando en Francia quienes hablamos; y los que conservasen
durante el último siglo, que ha continuado todavia preocupaciones francesas, los que
desenvolviéndose en el seno de la rovolu- se imaginasen que es posible plantear en
cion, y que ha acabado por triunfar definiti- España la política interior del reino vecino,
vamente en 1830, avasallando complota- y que con esto cabe asegurar el órden y ha-
mente al pueblo bajo y á los restos de la cer la felicidad de la nacion , deseamos ar-
antigua nobleza; la propiedad no ha sufrido dicntemente que se abstengan de la proteo-
entre nosotros esa mudanza profunda que ha sion de gobernarnos;que en ello se interesa
esperimentado en el vecino reinodesde ;1789; la tranquilidadpública y el porvenir de nues-
las costumbres españolas , si bien notable- tra patria. Bien pronto hemos de ver si será
mente alteradas, no han pasado por una sé- este el camino que se emprenda; en tal ca-
rie de trastornos tan colosales, ni han esta- so preparémonos para nuevos disturbios: una
do amasadas y amoldadas por la mano férrea y mil veces se mudará la decoracion para
de un gran capitan; la Religion no ha estado representar la misma pieza; nuestra polltica
espuesta á un siglo de Voltaire ,y á otro interior será la tela de Penelope (1).
medio siglo de incesantes ataques; no han En cuantoá la alianza conla Francia, con-
cundido por la generalidad del pueblo los cehimos muy bien que pueda convenir á es-
libros donde se vierten las doctrinas innova- ta nacion el estar aliada con nosotros, pero
doras; no han descendido hasta las ínfimas no vemos tan bien el que pueda interesar-
clasesconindecible profusión, los periódicos, nos á nosotros el estar aliados con ella. ¿Pa.
Jos folletos, los escritos de todos géneros, en ra qué nos hemos de aliar'? Toda alianza
que bajo las formas mas variadas y escitan- tiene un objeto, y no alcanzamos cuál será
tes, se siembra la incredulidad y el escepti-
cismo, se corrompen las costumbres, se
exalta la fantasía hasta el frenesi, y se con- (l) Ya se ha visto.




~!43 -
este, mirando la cuestión en el sentido del I con una política cuerda que asegure el ór-
interés español. A nadie hemos de-hacer la den en lo interior, que conserve y fomento
guerra; de nadie nos. hemos de defender; nuestra nacionalidad, enlazándose lo nuevo
las desavenencias y hasta las guerras euro- con lo antiguo; no abdicando.los gloriosos
peas nada tienen que ver con nosotros que recuerdos de nuestra historia, antes bien
no poseemos ya provincias en Flandes ni en alimentándolos sin cesar con el espl'endor de
Italia; ea todos los eventos lo que nos coa- la Ileligiony de lamonarquía;con una política
viene es la mas estricta neutralidad. Ya que prudente y llena de dignidad, que 'no escite
la Europa ha tenido serenidad bastante para rivalidades en lo esterior , y que nes mani-
contemplar cómo nos degollábamos por es- íieste resueltos á sostener á todo tranca
pacio de siete años , cual los pueblos anti- nuestra independencia; con un acertado sis-
guos asistían al espectáculo de combates tema restrictivo, que proteja debidamente
sangrientos, cuando á la Europa le toque el nuestra industria, sin negarse tampocoá las'
turno de las calamidades de la guena, no reformascuva necesidad vava demostrando
permitamos que corra la nohle sangre espa- el tiempo; con una sabia administracion en
ñola, ni para favorecer á los potentados del las colonias, que prevenga las revoluciones
Norte, ni rara sostener á los descendientes y aumente la prosperidad y dicha de aque-
de lossoldados de Napoleon. Recordemos que Hos ricos, florones de la diadema española:
después de haber salvadoá la Europa con un asi debemos luchar con la Inglaterra; con
heroísmo sin ejemplo, no se contó para nada esa lucha pacífica, incruenta, honrosa, que
con nosotros en los congresos europeos, y al propio tiempo que nos conciliará elapre-
que han rivalizado en tratarnos con desden, cio de nuestros adversarios, nos pondrá á
así los franceses como los diplomáticos de cubierto de peligrosos azares, en que pudié-
las altas potencias. j Los franceses que se ramos perder lo que nos resta de las anti...
dejaron imponer la ley por los ejércitos alía- guas posesiones, y envolvernos de nuevo en
dos, los diplomáticos del Norte que tembla- espantosos trastornos.
han al oir el nombre de Napoleón y le pe..; Las naciones como los individuos deben
dian de rodillas la paz, á la Espaüa , que siempre contar con sus propias fuerzas mas
juró salvar su independencia sobre los cadá- que con el auxilio ageno; de otra manera se
veres ensangrentados de Daoiz y de Velar- desaprovechan los mas abundantes recursos,
de, que vengó con el heroísmo de Bailen las no se despliega energía, y esperándolo todo
crueldades del Prado, y que fue á pedir de los demas se cae en aquella postración
cuenta de la villana invasion de 180S pa- que, comenzando por emperezar la accion,
seando su estandarte vencedor por el medio- acaba por estinguir la vida.
dia de la Francia! Ademas, que en caso de un conflicto con


En lo tocante á la política estrangera, la la Inglaterra , ¿créese por ventura que la
alianzacon la Francia seria un medio segu- Francia nos sacaría sanos y salvos del peli-
ro para escitar la rivalidad, los celos y has- gro? La Francia, ya por su estado social y
ta la indignacion de la Inglaterra : y por político, ya por su situacion con.respecto a
otro lado nos produeiria tambien el desvío las demás potencias, no quiere ni puede
de las demas potencias de Europa. En el es- aventurarse á los trances de una guerra: los
tado actual de la Francia, cuando ha aban- I belgas le ofrecieron una corona y no se atre-
donado á la Polonia y á Mehomet-Al¡ ,cuan- i vió á tomarla; no quiere el matrimonio de
do las grandes cuestiones se resuelven con uno de sus príncipes con la reina de España
ella si accede á la resoluciou, sin ella si se por no arrostrar J:ompmrnisos. Y aun cuando
niega , contra' ella si se resiste, ¿qué venta- se decidiese en nuestro favor, '¿.qué conseguí-
jas pudiera acarrearnosIaalianze francesa? riamos? Si la Inglaterra intentase dañamos
¿No tenemos bastante complicacion interior, con la fuerza, no lo haria con ejércitos sino
y demasiadasatenciones con respectoá nues- con armadas; v en esta arena la Francia es-
tras colonias, para que hayamos de espo- tá muy lejos de poder competir con el colo-
nernos á sufrir las azarosas consecuencias de so británico. Este es un hecho ya muy sabi-
una revolución en París, o de una guerra en do , pero que se ha confirmado recientemen-
el Rhin? . I te en un escrito del príncipe de Joinvilla


No hemos de guardarnos de la Inglaterra I sobre la marina francesa. El joven marino,
llar medio de alianzas con la Francia, sino . después de haber comparado las fuerzas na-




- 2U-
vales dé su país con ·Ias de Inglaterra, se
espresa de esta suerte: «Penoso meha sido,
en todo el curso de este pequeño escrito el
hacer sufrir á mi pais un aflictivo paran/Jan
con otro que tanto le adelanta (r¡ui le devan-
ee de si [oin) en la cienciade sus intereses'
penoso me ha sidoel descubrir el secreto d~
nuestra flaqueza en presencia del cuadro del
poderde la Gran Bretaña; pero tendria á di-
cha si con la sincera confesion de estas tris-
tes verdades, pudiese disipar la ilusion en
que se hallan tantoshombres juiciosos sobre
el estado real y positivo de nuestras fuerzas
navales, y decidirlos á unir su voz á la mia
para demandar las saludables reformas que
puede dar á nuestra marina una nueva era
de pujanzay gloria.» Asi habla un hijo del
~ey de los franceses; id ahora, españoles
Ilusos, y despues de haber perturbado vues-
tra patria con la aplicacion de máximas di-
solventes, por el prurito de imitar,unidvues-
tra suerte con la de una nacion que está
amenaza?~ sobreel Rhin por los ejércitos de
una coalicion europea, y que de la otra par-
te del ~anal de la Mancha contempla inquie-
ta las mmensas flotas de la Gran Bretaña.
y que por boca del hijode su rev confiesa el
secreto de su flaque::a en presencia del cua-
dro delpoderío de su rival.


Entonces, con la confesion del secreto de
la flaqueza, esplicado está el secreto de la
condescendencia de M. Guizot, v de sus de-
seos de íntima cordialidad con"el gabinete
de San James. Bien sabe el ministro que las
bravatas de la prensa parisiense no cerrarian
un solo pasodeIRhin, ni aprestarianuna ve-
la ni un vapor. Entiéndanlo nuestros hom-
bres de Estado; y ya que algunos de nues-
tros literatos se han propuesto regenerar
nuestra religion , costumbres v literatura
con las producciones de las márgenes del
Sena, sobre todo con las del famoso Euge-
nio Sue , y las de la célebre Jorge Sand,
esa muger cuyo delirante entendimiento ri-
valizacon las aventuras de su vida v la en-
fermedad de su corazon , sepan al menos co-
nocer nuestros gobernantes que, asi en la
paz como en la guerra, necesitan las nacio-
nes algo mas que el auxilio de vaporosos
discursos, de sueños brillantes y de alardes
impotentes, Recuerdenque mientraslaf'ran-
eia está presenciando la estéril lucha de sus
oradores, como si tuviese tiempo de sobra
para asistir á combates académicos, el Aus-
tria sofoca en tres dias las revoluciones de


I Italia, la Rusia lleva á cabo sus proyectos
en Orientey Occidente, y la Inglaterra que-
branta el poderde Mehemet-Alí á la vistade
los almirantes franceses, v derriba á cañona-
zos las barreras que tiene cerradas el impe-
rio de la China al comercio europeo. Esto
sin duda es algo mas elocuente que un artí-
culo dellhario de los Debates,' y de un efec-
to algo masgrande que las nerviosas convul- .
sienes de un lance de novela.


REFORMA OE LA CONSTITUCION.


AJlTICl'LO nr.


Madrid 5 dejunio de 18.f.4..


¿. euál es la mejorforma de gobierno? Mu-
chos son los que contestan rotundamente á
semejante pregunta; mas no creemos que
esto sea lo mas acertado. Parécenos que la
respuesta debiera ser otra pregunta: j, de
qué pueblo se trata? En efecto, nadiepodrá
sostener que una misma forma sea la que
conviene á todos los paises, pues que la ra-
zon, la historia y la esperiencia demuestran
lo contrario.


tos que defienden la república como el
bello ideal én este género, debieran decir-
nos si es posible establecerla ni en Turquía
ni en. Rusia: habrán de confesar que sería
un delirio, y que si por un momento se rea-
lizara, produciría espantosas catástrofes, de
las que nacería el despotismo. 1.0 mismo se
veriticaria de los pueblos de Asia y de Afri-
ca. Con respecto á loscivilizados de Europa,
no hay hombre de juicio que pueda negar la
imposibilidad de plantear definitivamente el
sistema republicano, y las terribles calami-
dades que de solo ensayarlo habían de rtl-
sultar. ¿. Dónde está, pues, el bello ideal?
Se dirá que el estado social lo hace imposi-
ble , cierto; mas ¿ por venturapodemos for-
mar á los hombres como nosotros los desea-
mos?Precisoes tomar las cosas como son en
sí ; de otra suerte, dígase que se trata de
dar rienda suelta á la fantasía, no de escogí-
tal' formas de gobierno aplicables y útiles.


Aunsuponiendo pueblos en que sea posi-
ble la república, nada habremos adelantado
para establecer una tésis general. Esta for-


I ma de gobierno es susceptible de infinitasgradaciones, desde el mando de una aristo-




- 245-
craeia escogida y poco numerosa, hasta el con mas Ó menos latitud. Tenemos, pues,
predominio de la mas íntima plebe. Atenas, que en una gran parte del mundo civilizado
Oartago, Roma, Venecia, Suiza, Estados- el absolutismo es imposible. ¿Qué nos que-
Unidos, son nombres de repúblicas famosas; da, pues. de las teorías en que se le esta-
y no obstante, ¿nos recuerdan acaso una hlezca como lo mejor'! Lo será para ciertos
misma forma de gobierno? No : algunas de paises, mas no para otros; I,JUes en cosas
ellas quizás disten mas entre sí que decier- que de ben reducirse á lapráctica, lo imprac-
tas monarquías. ¿Qué tenia de semejante la ticable no es lo mejor ni lo bueno.
república de Venecia con la de los Estados- La cuestión de las formas políticas es un
Unidos '? escelente tema para discursos académicos:
,Los que opinan cn favor de la monarquía en pro ó en contra de estas ó de aquellas
tampoco pueden asentar sus doctrinas sin las pueden campear á sus anchuras la erudicion
correspondientes limitaciones; pues á mas yel talento, pero las generalidades sirven
de que la palabra monarquía es sumamente de poco cuando se trata de la aplicacion.
vaga por encerrar muchos y muy diferentes Encontrar la mejor forma de gobierno para
significados, no es verdad, aun limitando- un país es un problema complioadísimo, v
nos á uno determinado, qne sea posible se- ningun problema puede resolverse sin tene"r
ñalarletal que sea el mas conveniente á,to- á la vista los datos necesarios. Salid de la
dos los paises. Monarca es Luis Felipe,·y academia con ideas republicanas, Ó monár-
monarcaera Luis XIV; monarca es la Reina quicas; puras ó representativas, r echad una
Victoria, y monarca es el autócrata de las ojeada sobre el mundo: ¿ hallareis por ven-
Ilusias : monarcaes Isabel II, Ymonarcaera tura los hombres y las cosas tales como las
Carlos IH; y sin embargoesas monarquías no haheis supuesto'? Infinita variedad, profun-
son nada semejantes. Aun concretándonos á das diferencias en religion, en costumbres,
la absoluta, aparte el despotismo y los go- en carácter, en instruccion; mil y mil con-
biernos representativos, se puede asegurar diciones de que en la discusion no os hacíais
que hay entre ellos diferencias profundas. cargo y dc que no podéis prescindir en la
Absoluto era Fernando VII y lo fueron tam- práctica. Corno profesor teníais una libertad
bien.sus antecesores: pero la monarquía de que no tendreis como hombre de estado.
Fernando VIl no era la de Cárlos Ill. Pres- I Por estas consideraciones, á las que en
cindiendo de varias circunstancias que la nuestro juicio no se puede objetar nada só-
modificaban y la sujetaban á condiciones lido, no comprendemos los sistemas inflexi-
muy diferentes, basta considerar que habia bles en pro de esta ó aquella forma: no al-
la nueva institucion de losvoluntarios realis- I canzamos cómo se puede invocar sobre la
tas : lo que en nuestro concepto es de tanta , humanidad el esclusivo predominio de nin-
trascendencia, que afecta profundamente la I gun principio político j asi comono conoibié-
misma forma de gobierno, asi como es cosa ramos que pudiera sostenerse la necesidad
muy distinta la Constituciou con milicia na- de construir en todos los climas las habita-
cional ó sin ella. ciones por un mismo estilo, y vestirse de la


Pero demos que á la monarquía absoluta misma manera. Dénse el clima, la ocupa-
se le dé una acepcion fija, ahstraccion he- cion, la riqueza, las costumbres de los ha-
cha de las modificaciones indicadas; ni aun bitantes , y entonces se podrá decir algo so-
asies verdad que sea para todos los paises hre el albergue y el trage.que les conviene;
la mejor fosma de gobierno. l,Os atreveríais de lo contrario corremos peligro de vestir
á ensavarlaen los Estados-Unidos'? Es im- 1 con delgadas y ligeras telas al habitante de
posible. Pues si es imposible, no es allí lo los hielos del Norte, yde sofocar con tupido
mcjor, ni lo bueno 'siquiera. En Inglaterra paño á los moradores del Trópico.
no hay fuerzas humanas capacesde estable- Mas de la propia suerte que en matemá-
cer el absolutismo; luego para allíno es lo ticas no se pueden resolver los problemas
mejor, ni aun lo bueno. Dc la Francia, Bél- particulares sin los datos particulares, y es-
gicay Holanda se verifica otro tanto; y no to sin embargo no impide que á veces se
es facil decir lo que sucedería si se intenta':" tenga una fórmula gcneral aplicable á los di-
se lo mismo en Suecia, Noruega, Baviera, ferentes casos, con la simple traduceion de
.Sajonia , Hannover y otros paises de Alema- I las cantidades generales en cantidades par-
niadonde existe el gobierno representativo ' ticulares, y con las modificaciones que la na-




- 24.~-
turaleza del objeto exige, asi tambien en cial diria que esta malaplomado por incli-
política no dejan de existir ciertos principios narse tan visiblemente hácia la aristocracia:
que pueden guiar mucho en la práctica, con y sin embargo; su larga duracion manifiesta
tal que quien de ellos se vale posea los CO-1 Sil solidez; y la razon demuestra que es
nocimientos y el tino necesarios para apli-· preciso que continúe de la misma manera,
carlos debidamente. hasta que una mudanza verificada en la so-


El gobierno no es un ser abstracto que ciedad traiga consigo la mudanza política.
pueda prescindir de la realidad de las cosas; Asi es, que habiéndose modilicado el estado
ni es tampoco de tal naturaleza que le sea social por el progresoindustrial y mercantil.
dable existir sin el concurso de la sociedad la posicion del edificio político se ha modifi;..
gobernada. De ella saca sus fuerzas, de ella cadotambiensobremanera. El sistemainglés
vive; si ella no le presta su auxilio muere sería actualmente imposible en Francia, á
de debilidad; si ella le ataca perece. No hay I causa de la estroma división de la propiedad
gobierno que pueda subsistir si está en con- y de la preponderancia de la clase media.
tradiccion con los principios é intereses que I Apliquemos á la España estos principios,
dominan en la sociedad: todo gobierno que considerándola nocomo fue, no como debie-
dura (yen esta materia la duracion no se I ca ser, sino como es.
cuenta por breve temporada), indica que ¿Es posible el absolutismo en toda la es-
los tiene en su apoyo; y este es el sentido tension de la palabra? ¡.Tendria en su apoyo
racional y verdadero que debiera haberse los principios é intereses dominantes en el
dado á la palabra soberanía nacional; es I país? ¿Sería esta forma la verdadera espre-
decir, el dominio en el orden político de la sion de las fuerzas sociales?
que domina en la sociedad. Cuando veis un El absolutismo en España puede ser de
gobiernosólidamente establecido, estad se- dos maneras: para mayor claridad y evitar
guros de que tiene en su favor el voto del largas esplicaciones , lo personificaremos en
pais, que está sostenido por los principios é dosreinados: el de Cárlos Ill , Yel de Fer-
intereses dominantes en la sociedad; ann nando VII; ó si se quiere de otro modo, y
cuando veais una monarquía absoluta no di- hablando el lenguaje de nuestra epoca, el
gais que hay opresion , contad que el sobe- despotismo ilustrado de Cea Bermudez y el
rallo no representa un poder abstracto; COIl- absolutismo de Don Carlos.
tad que tiene algo mas que sus títulos de El absolutismo de Fernando VII se con-
nacimiento; si la diadema está firme sobre cibesi hubiese reinado su hermano; pero
su cabeza, es que la nacion se la sostiene; ocupando el tronoIsabel TI, es un absurdo.
si su cetro es fuerte ,señal es'que ha reci- Las condiciones de existencia del trono de
birlo el temple en las entrañas del pais. El esta Princesa están en contradiccion con se-
Rey reina sobre la nacion , pero la nación mejante sistema; desde el momento en que
obedececontenta porque reina con su Rey. ella lo estableciese; saldria de la boca de


Determinar, pues, la forma de gobierno todos los partidos esta pregunta: ¿Qué ob-
mas conveniente para un pais, es encontrar jeto ha tenido una guerra de siete afios'? El
el medio de hacer concurrir en un punto to- difunto Sr. Argüelles dijo en la sesion de 9
das las fuerzas sociales; es hallar el centro de agosto de ,1837 unas palabras que levan-
de gravedad de una gran masapara ponerla taron gran polvareda y escitaron vivas recla-
en equilibrio. Y es de notar, que asi como maciones, pero que sin embargo entrañaban
sucede confrecuencia en los cuerpos físicos una verdad política de mucha trascendencia:
que este centro de gravedad no coincide con en ellas estaba espresadalacausade la guer·
el centro geométrico por estar formados de ra , en ellas venia formulada la cuestion poli-
partes heterogéneas, y por consiguiente en tica que se babia querido involucrar con la
desigual proporción las masas, asi tambien cuestionde legitimidad. «Absoluto por abso-
en los morales el gobierno á vecesse incli- luto, decia, para mi es mejorD. Carlos que
na masáun ladoque á otro, y admite en su doña Isabel, porque aquel tiene simpatías
seno mas elementos de una clase que de de otra naturaleza, pues es un déspota que
otra, á causa de que estos se hallan distri- tiene la edad en que está libre de pasiones,
huidos también desigualmente en la misma tiene asegurada su descendencia, y profesa
sociedad. Al contemplar el edilicio político ideas en que estan imbuidos una gran parte
de la Gran Bretaña ; un observador superfi- de habitantes, de los cuales muchos perte-




- 24,1-
necen á unaclase distinguida.» Las palabras I la humillacion acaharia por el ostracismo; si
eran duras, mas no sabernos lo que á ellas á la Princesa ¡ noes tanfácil señalar el desen-
pudieracontestarun hombre de Estado. Tra- lace; pero en uno y otro caso es bien segu-
tar , pues, de establecer bajo el reinado de ro que' el drama costana angustias é infor-
Isabel II el absolutismo que hubieraestable- ·tunios á las Reales Personas y grandes cala-
cido D. Cárlos, es cambiar radicalmente las midades á la nacion.
condiciones de la existencia del trono: los Como quiera, aun cuando una série de
seres morales .como los físicos necesitande acontecimientos estraordinarios colocase la
cierto elemento, fuera del cual no pueden corona en las sienes del mismo D.Cárlos,
vivir. creemos que serian impotentes y funestos


La monarquía de Fernando, tal como la los esfuerzos para establecer el mismo siste-
habian hecho los desmanes demagógicos ma que sin dificultad se hubiera planteado
de 1812 y 1820, Y los desaciertos def8H cn 1833. Una revolución que ha permaneci-
y 1823, era muy diferente de la antigua. El do once años sobre un pais, deja huellasde-
rey era naturalmente el gefe de un partido, masiado profundaspara que puedan ser hor-
el trono estaba sostenido por una democra- radas de un golpe: el decreto de 'l. o de octu-
cia realista. Este hecho se presenta bien bre de ,1823 puede muy bien ocurrir en un
claro en los actos de aquella época, y se momento de exaltacion á un espíritu irre-
manifiesta de bulto en la institucion de los .flexivo ; pero la fuerza de las cosas vendria
Voluntarios realistas ; verdadera fuerza ciu- á manifestar que no está en mano del hom-


,dadana que á su modo era unemblema de hre parar el tiempo en su carrera, cuanto
la soberaníapopular, que rechazaba el siste- I menos hacerle volver atrás. Estas convic-
ma constitucional y adamaba al rey absolu- . ciones creemos que las abrigan muchos qU?
too Una vez aceptado este papel no le era 1i en otras épocas las rechazaron; mas no sera
posible al mismo Monarca dejar de represen- •. dañoso recordarlas, y procurar que se arrai-
tarJe; su emancipacion dehia ser obra del guen en los ánimos, pues que podrá muy
tiempo, el cual efectivamente iba modifican- bien suceder que sea necesario no olvidarlas
do la situacion , dejando al soberano que en alguna de las grandes crisis que al pare-
obrase enregion maselevadafueradel alean- cer entraña todavíalaoscuridad del porvenir.
cede las pasiones populares.El tronode lsabel ¿En qué consiste el otro sistema de abso-
se levantó y se sostuvo contra loselementos lutismo, que se ha llamado despotismo ilus-:
que apoyaban el de su augusto padre: véa- tnui«, intentado por-Cea Bermudez, yen que
se , pues, si le seria posible cambiar de un tal vez no faltaquien haya pensado dcspues?
golpe la naturaleza de las cosas. Estas con- Si no nos engañamos consiste en una monar-
sideraciones manifiestan hasta la evidencia quía ejerciendo su accion fuerte y desem-
la sinrazon con que algunos ban clamado harazada por todo el ámbito del reino, sin
contra las soñadas reacciones , contra la re- trabas de ninguna clase, obrando con inde-
peticion de acontecimientos semejantes á los pendencia de las ideas del partido realista y
de 1814· y 1823: los flue levantan el grito en un sentido esencialmente reformador.
de alarma, si es que proceden de Jmena fe, Mas de Una vez hemos manifestado nuestra
habrán sin duda cerrado los ojos para no ver opinion sobre el famoso manifiesto de Cea
la luz del sol en medio del dia. Bermudez, mirándole comouna sagaz medi-


Aun suponiendo que se verificase el casa- da de circunstancias, muy á propósito para
miento con el hijo de D. Cárlos, no fuera desbaratar al enemigo,ó dejarle siquiera en
P?sible á los dos jóvenes esposo~ adoptar ~l I indecision algunos~l?ment?s; ~om.en!.os llue
SIstema de sus padres: el matrimonio sena en tan tremenda crISIS equivalían a anos. El
evidentemente una transaccion ; -ambos lIe- sistema de Cea Berrnudez inaugurado en Sil
varían su dote, ambos ganarían algo, y al- manifiesto, no era bueno, por la sencilla
go tambien debieran ceder. La transaccion razon de que era irrealizable; pero fue una
en la Real' familia traería por necesidad'la escalente arma para defender el trono de
transaccion en el pais: no es concebible lo Isabel en los primeros momentos de comba-
uno s,in lo otro. Si un principio político pre- te. Y aprovechamos esta ocasion para hacer
valeciese de una manera esclusiva, uno de notar, que si hay quien nos haya creído
los régiosesposos quedaría sumido en la hu- amigos del sistema de Cea se ha equivocado
millacion: si esta suerte cupiese al Príncipe, sobremanera: nuestra opiuionsobre el par-




- 248-
tieular está fijada desde mucho tiempo atrás, 11


1


cesarlo manifestar con cuáles se lasdehe
v desde 18,40 latenemos consignada per es- I reemplazar, diremos nuestraopinion con.sin-
cl'ito. Ya entonces calificamos el manifiesto, I eeridad y llaneza.
no como buen sistema de gobierno, sino co- La Constitucion de 183i, como la mayor
mosagaz estratagema (1 ). mayor parte de las modernas, adolece del


El sistema de Cea tenia el gravísimo in..., vicio de.querer arreglarlo todo fijando loque
convenientede haber de estar comprimiendo de suyo es variable, resolviendo anticipada-
con la mano del rey las fuerzas realistas; y mente problemas sin tener los datos corres-
por otro lado se veía precisado á luchar con pondientes. Fundándonos en esta considera-
los liberales, á causa de que no satisfacía cion , desearíamos que la ley fundamental,
sus deseos con la forma de monarquía ahso- contuviese solo el menor número posible de
luta. Verdad es que los partidos no son aho- artículos : y en nuestro concepto debería
ra lo que en '1833; pero tambien es cierto relegarse á las leyes secundarias, sin hablar-
que la revolucion , si biendebilitada por una se una palabra en la fundamental, todo lo
parte, se ha fortalecido por otra, creando relativo á imprenta, derecho de. peticiou,
pingües intereses y arraigando en el pais uniformidad de códigos, tribunales, ayunta-
ciertos hábitos, cuya fuerza se sentiría si se mientos , diputaciones, ejército y milicia na-
tratase de estirparlos de una vez. La mo- cional. Es verdad queconesto viene al suelo
narquía absoluta no existe ni ha existido en lallamada fabla de derechos; pero enla actúa-
ningun pais sin un conjuntode instituciones lidad nos parece que serán pocos los que no
que la rodeen para ilustrarla y escudarla, y esten convencidos de que la verdadera fabla
en España han desaparecido todas esas ins- debe estarenleyessecundarias bien formadas
tituciones: no hay influencia de la nobleza, y mejor observadas, y sobre todo en las cos-
no hay influencia política del clero, no hay tumbres de gobernantes y gobernados ..MlI-
consejos, no hay nada, sino una augusta chos años. llevarnos de declaraciones de de-
Huérfana de 13 años. Declarar, pues, el rcchos, y no obstante, hasta ahora solo se
absolutismo sería decir á la nacion : tu go- conoce el sistemade violencia en el gobierno
bierno, queda á merced de cualquiera intriga y pronunciamentos en el pueblo.
cortesana. ¿,Sabeis lo que esto produciría Todo lo que puedan entrañar de útil los
naturalmente? El predominio del poder mili- sistemas representativos se reduce: 1,0 á
tal'. De un lado los realistas protestarian que la nacion intervenga en la votación de
contra las tendencias del gobierno, de otro los impuestos. 2.o A que tenga órganos legí-
los liberales trabajarían contra la forma; to- timos y respetables, por donde pueda inlluir
do quedaria reducidoá ver si se podia ganar en el gobierno. Estos dos principios no
algun general encargado de un puesto im- son nuevos, son tan antiguos como la civili-
portante, ó seducir algunos batallones. Esta. zacion europea; se los encuentra proclama-
es la suerte de todo pais donde no hay un dos y observados antes del siglo XV1 en
poder fuerte constituido: nuestras antiguas Inglaterra, Francia, Alemania y muy parti-
colonias de América ofrecen de ello un ejem- culannente en España, No son, pues, in-
piar doloroso. vencion moderna: la' escuela revolucionaria


Interesa al pais, interesa á los mismos no puede gloriarse de haberlos engendrado,
hombres que mas se aventajan en los dife- pero sí de haberlos estropeado y falseado,
rentes partidos políticos, el que se rompa En la España actual, lo que sea menos
para siempre esa funesta cadena de revuel- que esto, perecerá; lo que sea mas, per-
tas que nos trabajan hace ya tantos años : v : turbará. Los reyes se han perdido por que-
para esto es indispensable que la nacion est~ ! rer menos; los revolucionarios noshan tras-
constituida de otro modo; es preciso que el tornado exigiendo mas. El poder real no
poder sea mas robusto, y que hablando un puede desconocer estos principios; los pue-
poco menos de libertad, la disfrutemos mu- blos no pueden exagerarlos; el mejor co-
cho mas verdadera. mentario , asi para los reyes como para los


y dado que en estas materias no basta pueblos, es el testo de nuestras leyes.
combatir las obras agenas, sino que es nc- Se ha padecido hasta ahora la equivoca-
_____________.___ cion de que era posible fijar definitiva é in'-


variablemente la organizacion de las Córtes;
(1) V. p, \!), ninguu ensayoha salido hien: sería mejor,




- 249 -
pues, que, sa. lvo el principio fundamental.,
lo demas fuese de la jurisdiccion de leyes
secundarias. Es preciso no olvidar que estas
cosas solo puede enseñarlas la esperiencia.


Antes de pasar á otro punto conviene de-
jar asentado que los motines no tienen de-
recho á mudar la ley fundamental, y que
tampoco lo tienen los reyes. La soberanía de
estos está cimentada en las mismas leyes
fundamentales del pais ; el Rey nada puede
contra ellas. Esta doctrina ha sido reconoci-
da en España hasta por los mas ardientes
partidarios de la monarquía absoluta: duran-
te la última guerra, una de las razones que
alegaban los defensores de D. Carlos era
que el Bey no podia alterar la ley de suee-
sion sin observar los requisitos debidos. Asi
es que nosotros no admitimos el sistema de
las cartas etorqtulos , entendiéndose que el
monarca pueda por sí solo variar la ley fun-
damental. Si las leyes ó costumbresdel pais
le facultan para organizar de diferentes ma-
neras los cuerpos representantes de la na-
cion , podrá dar reglamentos con este objeto
y llamarlos si se quiere cartas otorgadas;
mas de ninguna manera se debe entender
que pueda á su voluntad convertir el go-
hierno absoluto en representativo ó el repre-
sentativo en absoluto, Semejante doctrina,
al parecer tan monárquica, es en el fondo
muy revolucionaria.


Hace ya mas de treinta años que estamos
confeccionando constituciones, v no se ha
querido ver que para tener un h~ena cons-
titucion bastaba una declaracion, ó mejor
diremosun recuerdo.


A propósito de la votacion de los impues-
tos se halla en la ~ueva Recopilacion la ley
siguiente:


Los reyes nuestros progenitores establecie-
ron por leyes y ordenanzas lechas en Cortes,
que no se echasen, ni repartiesen ningunos
pechos, ser'vicios, pedidos, ni monedas, ni
otros tributos nuevos, especial ni generalmen-
te, en todos nuestros reinos, sin que primera-
mente sean llamacIos á Córtes los procurtulc-
resde todas las ciudades y villas de nuestros
reinos , .1J sean otorgados por los dichos
procuradores que á las Córtes oinieren,
(Ley ,1 , tít. 7, lib. 6. )


Con respecto á la influencia de la nacion
en el gobierno se halla esta ley.


Porque en los hechos árduos de nuestros
reinos esnecesario consejo de nuestros súbdi-
tos y naturales, especialmente de los pI'OC/l- 11


radares de las nuestras ciudades, 1,illas y lu-
gares de los nuestros reinos, por ende orde-
namos y mandamos qUB sobre los tales[eclio«
grandes y árduos sehayan de ayuntar Cár-
fes, y se (aga con consejo de los tres estados
de nuestros reinos, segun que lo ficiertm los
reyes nuestros progenitores. (Ley 2 , ib.)


[\0 nos cansaremos de repetirlo: todas
nuestras leyes, y nada mas que nuestras le-
yes; suobservancia es necesaria, peroella bas-
ta. Los autores de la Constituciondel aflo12
tuvieron la peregrina pretension de que su
ohm era el restablecimiento de nuestras le-
yes, cuando hacían de la monarquía una es-
peeie de repúhlica. El Estatuto Real se nos
ofreció también como un simple restableci-
miento, cuando en él había innovaciones de
la mayor trascendencia. Si se le hubiese pu-
blicado como ley orgánica y sujeta á varia-
ciones interinas, podía pasar; mas como lev
fundamental, no. La autoridaddela regencia
no llegaba á tanto: los ministros la aconse-
jaron mal.


La demasiada estension que ha tornado el
artículo nos obliga á reservar para el número
inmediato el desarrollo de nuestro sistema,
y muchas de las razones e,n que se apoya;
entretanto procuraremos lormular nuestro
pensamiento con la mayal' precision y laco-
nismoposibles.


En Francia no han faltado artistas que han
hecho un esfuerzo para escribir toda la Car-
ta en la tapa de una caja de rapé; á los es-
IJanoles quisiéramos ahorrarles este trabajo,iaciendo de manera que la Constitucion pu-
diese estar contenida en las dos caras de
nuestra moneda, con pocas mas letras de
las que esta lleva en la actualidad. En la una
está el nombre y la efigie del Soherano; he
aquí el poder real: en la otra podrían estar
las garantías populares en un solo artículo.
La nacíon en Cártes otorga los tributos éin-
teroiene .en los ne.gocios ártluos.


Bien se echa de ver que no tratamos de
fatigar la memoria de los que gustan de
aprender el testo de las eonstituciones; y
para que no se diga que nuestro proyecto
carece de articulos , cosa indispensable en
la materia segun la corriente usanza, no
tendremos ineonveniente en dárselos, pre-
sentando formulado de la manera siguien-
te el
Proyecto,le ConstUucion de la mo-


nat'quia espaiiola.
ART. '1. 0 El Reyes Soberano.


3')




.ARTICULO IV.


\13drjd·1.2 de junio de 1844.


- 250-
ART. '2.. La nacion en Cértes otorga los 1'1 po muestre convenientes en ia misma orga-


tribulcs é interviene en los neqocios árduos. nizacion de las Córtes; lo que deberá eje-
¿Qué fecha se le pondrá? Ninguna: tam- I1 cutar el monarca con el auxilio de estas,


.poco la tiene la monarquía. . ¡' por ser indudablemente semejantes negocios
No fuera mucho el trabajo de la lmprenta de aquellos que en nuestras leyes estan ca-


Nacional aun cuando se quisiesen tirar mi- liíicados de grandes y IÍrduos. Verdad es
llenes de ejemplares: mas nosotros no esta- que el trono adquiere de esta suerte' un
mos por las constituciones de papel, y por poder mucho mayor del que tiene en la ac-
esto la deseamos en dinero; lo que bien se tualidad ; pero estamos en la profunda con-
alcanza que no carece de significado. ¿Qué viccion de que sin este aumento no hay para
mas quisieran los pueblos que una Constitu- la España esperanza alguna de tranquilidad
cion en plata y oro? Todo lo demas es papel, y hienestar. Adenias es preciso no olvidar
y de deuda sin interés. i Ah, la nacion está que si este poder no S(~ le confierenal trono
desengañada! ¿ Como queréis que se aficio- las leyes, él se Jo tomará muchas veces
-ne á esos legajos de títulos que nada le pro- por sí mismo, pues á ello le conducirán los
ducen , que la embrollan, y que tan cruel- hahitos de largos siglos, el sentimiento de
mente la perjudican con los pingües honora- su fuerza por ser las ideas y costumhrcs de
ríos que ha de pagar á los agentes que de los españoles altamente monárquicas, el
contlnuo los andan negociando, y siempre instinto de su conservación contra los con-
sin provecho para el dueño? Deseamos una tinuados embates de las facciones , y sobre
operacion definitiva, y aunque sea con una todo el imperioso deber de salvarse á si
pérdida de noventa por ciento sobre el valor propio y á la sociedad, en las grandes crisis
nominal" no qllel'l'mOS mas papel, queremos que acarreará la misma naturaleza de las
metálico sonante. formas políticas.


La España está habituada al poder mo-
nárquico, y vcrá , no con desagrado sino
con mucho placer.rque el rey ejerza la so-
beranía: todas las declamaciones no serán
cal~aees de hacer popular una revolucion
contra el uso de semejante poder: solo el


1


abuso, solo el carácter de los actos que por
• él se ejecutasen, podria dar lugar á la in-


dignncion que produjese nuevas revueltas.
Este abuso no se evitará atándole al monar-


Dijimos en el artículo anterior que con- ca las manos, amenazando <Í los ministerios
venia relegar á la parte reglamentaria IIlU- con votos de censura, negándose á la vota-
cho de lo que ahora se encuentra en la ley cion de los impuestos: todos estos medios
fundamental; y en esto tuvimos la mira de se hall ensayado ya, ningun efecto han pro-
que, salvándose los principios que deben, elucido; los gobiernos no han retrocedido en
servir de basa al sistema político, se le de-1 vista de las Córtes, se han mantenido en
jase la elasticidad qne ha menester para sus ternas hasta que los ha derribado un
acomodarse á lo que vaya aconsejando la I pronunciamiento. Yase ha visto al Congreso
razón, y mas que la razon la espcriencia'j de diputados exhortar á los pueblos á no
De esta manera se consigue que no sea pagar las contribuciones no votadas; ¿y qué
preciso quebraIlt~r á cada paso la ley .flln- I cas~ han hcc~o? Si los ~otines facticios no
damental , cosa siempre muy funesta a los I hubiesen venido a auxiliar al Congreso, su
gobiernos y á los pueblos: y ademas se 10- Ivoz se hubiera perdido entre la muchedum-
gra enlazar 10 nuevo con lo antiguo, pues 1I 'hre com~) la de un simple p~rjodista.
que no se establecen otras leyes que las I1 Los SIstemas de desconlianza , de celos,
mismas que se hallan desde largos siglos I de amenazas, mantienen en el seno del
en nuestros códigos, y so.lo se las recuerda l. pais una .fennentacion irritante, que solo
de una manera particular para que la inob- I sirve á enconar los ánimos, levantar las
servancia no acarree el olvido. Ateni(;ndose I malas pasiones y engendrar encarnizados
ti estos principios ,será posible andar ha- 1I bandos; solo sirve á remover la hez de la
eiondo aquellas modiflcaciones <¡llr el ticm- nacion , ú hacerla tornar parte en los nego-




- ~51 -
cios púhlicos, alzando sobre los hombros de l' jante bandera veria reunirse en su alrede-
una turba de miserables, mas dignos de dar á todos los hombres honrados, inclusos
lástima que de odio, á los que por su ca-lmllchOS de los que figuran en partidos po-'
rácter osado, su ingenio travieso y escasez I líticos mas Ó menos distantes entre sí. Estos
de moralidad, se arrojan á la arena política 1 l' 'hombres lo que desean vivamente es noverse
sedientos lilas bien de oro y vanidosos dís- 11 humillados hajo la mano de sus enemigos
tintivos 1 que de gloria sólida y durable. 1I personales, es no tener que someterse á las


Lo que interesa á la España es que, sin i órdenes del primer mandarin que se prc-
debilitar el poder del trono ni rebajar su !I senta á oprimir en nombre de la libertad, y
prestigio, se establezca una, cumunicacion I á satisfacer sus caprichos con el manto de
franca, tranquila, suave, entre el gobierno las leyes: desde que se levante, un gobierno
y los pueblos; de suerte que á estos .no se 1I que se sobreponga á esas miserias, á esas
les haga pesado elyugo de la ohediencin, se-I pequeñeces de Imnderia , á ese espíritu de
guros de que no se malversarán los cauda- 11 favoritismo ql'e encierra todos los honores
les públicos, de que en nombredel menar- 11' y emolumentos en un círculo de pandilla,
ca no se les arrancará por manos villanas el ' dejando á todoel resto de los españoles, aun
Luto de sus sudores, de que no se impon-Ilos mas señalados JJOI' su mérito, sin recurso
dráu nuevos tributos sin que sus yen,lade- ni esperanza, se ablandarían poco á poco
ros representantes losoturguen, de ¡¡He no , esos corazones endurecidos con largos años
se rcsolverún los nezocios arduos sin oir I de encono, se disiparla esa sed de venganza
sobre el particular el dietámen de la nacion. " que está continuamenteamenazando con es-
ConYoc~ndo el monarca la~ primeras ~:ór- !II pantosos desastres, y se prepararia lenta y


tes en la forma que le pareciese convemen- 1 suavemente una fusion en un mismo partido
te (lo que podria muy bien hacer sin abro- ¡; de todos los hombres leales v honrados: ú
garse mas de lo que le han otorgado no po- ¡l mejor diremos, se aniquilarían los partidos,
cos que se preciande constitucionales puros, 1I v se colocaría de nuevo la nacion á la som-
que es una reforma de la ley electoral), y 111 hra del trono y bajo el imperio de las leyes.
manifestando de antemano su firme volun- I Pero no debe lograrse, no, tan plausible
tad de no plegarse á exigencias de ninguna I¡ resultado conestériles luchasde parlamento,
clase que pudiesen acarrear nuevas pertur- I1 en que se satisfaga la vanidad oratoria de
hacioues ; diciéndole entretanto ú la naciOl,i 1I unos, en que se desahogue la cólera (le lo~'
la verdad entera, haciendo una franca v j otros, se dé lugar á la curiosidad de Jos
íiel narraciun de los hechos sucedidos desd~ 1: ociosos, y se fa'stidie á la nacion con farsas
la muerte del rey, y prescntáudole un CUH- '¡ y escándalos: sino con la aecion de un gu-
dro exacto, claro, vivo, de la situacion es~ 'j bicrno central, robusto, enérgico, v que
traordinaria á que nos ha conducido la fuerza 1 al presentarse á las Córtcs con los" pro-
de los acontecimicntos , nu seria difícil salir I yectos que crea convenientes, no se en-
del paso de una manera honrosa; y si no i: cuentre con pretendientes y aventureros, si-
fuera estrictamente legal, conforme ú las il no con hombres notables por su saber, por
mezquinas y mentidas legalidades que cor- 1'1 su sensatez, por su completa independencia"
ren en estos tiempos, al menos se echaría I afianzada en grandes propiedades: un go-
de ver que no se ha procedido despreciando 1I hierno cuvos individuos nu se havan de verel voto del p~is, y con (~(Iuel aire insultante I como reos que sufren el interrogatorio de
en que se señala por umca razon la volun- 1\ los jueces y esperan temblandosu fallo, sino
tad, mostrando en una mano la órden v como dignos consejeros de la corona, que
blandiendo con la otra cllátigo de un des~ I respeten y se hagan respetar.
purismo brutal. ¿,A quién creéis satisfaser con vuestra:


Tal vez nos cngañemos, mas en el estado legalidad constitucional'?' ¿ Os prometéis
á qU!l han llegado las cosas, un proceder I acallar el clamorde vuestros adversarios po-
atrevido peru franco, sin ningun género de líticos~ ¿No veis que ya comienzan dando
hipocresía ni de reticencias, la inaugura- de nulidad cuanto se ha hecho y cuanto se
cion de un sistema puramente espaüol , no haga'? Nulos declaran los avuntamientos,
de vanos artículos de ley sino de altos pen- nulas las diputaciones provinciales, nulas
samientos de gohierno, escitaria simpatías ¡las operacionespara nuevas elecciones, nu-
generales; y la mano que levantase serne- las las Cortes que de ellas salgan: quitado




- 2,)~ -
os han de antemano toda esperanza: si os los exaltados, á todos los realistas partida-
hiciereis ilusiones, no podreis quejaros de rios del sistema de Cea Bermudez, y ir la
que no os hayan hahlado con franqueza y inmensa masa de los carlistas. ¿ Qué repre-
con muchaantieipaeion. sentaban las constituventes de '1836'? A una


Nulo por nulo, converulria obrar con des- pequeña fraccion que tenia contra sí al par-
embarazo; y ya que no sea posible conquis- tido moderado en masa, á los amantes del
tal' la voluntad de unos pocos, al menos llamado despotismo ilustrado, y á todos los
atraerse las simpatías de la nacion entera. adictos á D. Carlos. ¿ Qué representaron las
La ley con que se' convocasen las Cortes no Cortes de 1838? Lo mismo á poca diferen-
debiera de ningun modo publicarse ,1 la cia que las del Estatuto. ¿Qué las de :IS3!)'?
manera del Estatuto, y como fundamental, Lo mismo á poca diferencia que las consti-
sino como orgánica, como un reglamento tuyentes de ,1836. ¿Qué las de 18.\.O? Lo
que acompañase la real convocatoria, di-' mismo que lasde 38 y 34. ¿Qué las del 8,¡.H
ciendo sin rodeos que la Reina se reserva 1.0 mismo que las de :J6. ¿Qué las de mayo
consultar conlas Cortes y ponerse de acuer- ue1843? una informe amalgama, donde no
do con ellas, sobre el sistema que convenga hahin mas pensamiento que el de sostener ó
seguir en adelante, introduciendo las modi- derribar á la pandilla de Buena-Vista, es-
ficaciones que la razon y la esperiencia an- cluido empero con. rara escepcion el par-
duviesen aconsejando. tido moderado, v enteramente , como se su-


Ya hemos indicado, y lo repetiremos pone, el realista, ¿QU(l las nacidas del pro-
aquí, que aun suponiendoestablecida como nunciamiento? La declaracion de la mayoría
clave del edificio político la soberanía del 1


'


de la Reina , y despues sálvese quien pueda.
Monarca, no es posible acertar desde luego ¡ ¿Dónde estamos? ¿Es esto representar la
en la organizacion de las Cortes mas con- I1 nacion? ¿Es esto esplorar la voluntad del
veniente : la historia de nuestros ensayos il pais? Catorce millones de españoles han de
es bastante á demostrado, observándose I1 decirse representados por un número tan
que han sentido la misma dificultad todos I escaso de hombres, sacados siempre de las
losdemas paises. ¿Por cuántas organizacio- fracciones de un partido que ha tenido que
nes legislativas no ha pasado la Francia dcs-Iluchar con resistencias terrihles , proceden-
de ,1 789? ¿De qué sirve el sentar tal ó cual I tes de la aversion ó indiferencia del pais , y
principio en la ley fundamental, si luego se 1 que se ha visto precisado á pelear por espil-
le ha de violar? La misma latitud que dejan 1 cio de muchos años con tantos millares de
ú la ley electoral las constituciones moder- I vascongados, navarros, aragoneses, catala-
nas,. ¡,no es e\ i.dente prueha de que se ha '


1


nes j! de gran par.te de las demas provincias'.r
sentido la necesidad de hacer nuevos ensa- Concíhesc muy bien que mientras se trataba
yos y tanteos para acertar en el verdadero solamente de vencer, el mismo partido que
plinto? 11 luchaba en el campo de batalla se constitn-


Los plazos de la reunion de las Cortes, el 1 ~(',e en reprcseutacion nacional, y al CO!l-
tiempo por el cual se han de votar los im- 11 junto de sus adictos lo llamase la nacion;
fmestos , la ohligacion de convocar otras en pero alcanzada la paz, obedecida Isabel enireve espacio en caso de disoluciou , la nc- todo el ámhito de la monarquía, no es posi-
cesidad de una publicidad continua, nada hle continuar en una mentira legal tan evi-
de esto debe resolverse con prccipitacion: dente; ni el partido parlamentario ni el pro-
es preciso no olvidar que la dificultad que gresísta tienen derecho ú llamarse la nacion
ya de suyo entrañan siempre semejantes ni á pretender flue la representan, cuando
materias, es mucho mayor en España , don- solo se representan á sí mismos: la nacion
de casi nada se sabe sobre ellas, á causa de, es algo mas que cada uno de ellos, y aun
que los ensayos hechos hasta aqui nos dicen que los dos juntos. .
poco que pueda tomarse como la verdadera Conviene no perder de vista semejantes
espresion del voto del pais. Desde q\W tene- consideraciones para no encerrarse en un
mos gobierno representativo, jamás, sin círculo demasiado estrecho cuando se pro-
escepcion de ninguna época, jamás ha exis- yccte una convocatoria; para que no se es-
tido verdadera representacion, ¿Qué repre- trihe en el supuestode (¡ue no hay mas que
sentaban las Cortes del Estatuto? [na pe- ciertos homhres , y (lile solo con ellos es
quena fraccion CIuC tenia contra sí ti todos preciso entenderse. Admítaselos segun ten-




- 253-
gan derecho, y resp~teselos por lo q~e val- ii cos. para el ar~eglo .de la administración y
gan , mas no se consienta el monopolio, sea l' hacienda , y satIsfacClon de los deseos y ne-
cual fuere el título con que secubra. cesidades de los pueblos.


Yaque de ley electoral hablamos, es dig- i Vamos á formarel Congreso. El artículon
no de notarse , que habiendo opinado algu-li de la Constitucion dice, que para ser dipu-
nos organos del partido parlamentario que : tado se requiere ser español, del estado se-
lo estraordinario de las circunstancias auto-I' glar, haber cumplido 25 años, y tener las
rizaba al gobierno para hacer las leyes orgá- ! demos circunstancias que exija la ley electo-
nicas , inclusa la electoral, se sigue que el i ral. Hágase esta de manera que las demos
gobierno tal vez podría salvar las diticulta- ii circunstancias sean treinta ó cuarenta mil
des v los escrúpulos con una medida acerta- '¡ reales de renta propia de bienes raices , sin
da sobre este particular. En efecto, si tanto I admitirse sueldo del Estado ni cosa que lo
fuese el respeto á la legalidad constitucional I parezca, y resultará un Congreso de diputa-
que no se .quisiere .ha?er nada mas .cIu~ lo '1 dos que represe.ntará al pais algo mejor qu~
que han Juzgado indispensable periódicos [1 lo que ha sucedido hasta ahora, y hablara
p,or otra parte IllUY adictos al régimen par-II poco menos y trabajará un poco mas.
lamentario , el gobierno tiene á la mano el Segun el articulo 15 y 22 , la elección asi
medio de hacer, la reforma electoral de tal I de senad?res C~~lO de diputados l~a de ~?r
suerte qne las Cortes salgan mas conserva- por el metodo directo: y en España la diíi-
dorascon la Constitucion de 1837 de lo que cultad está en que los electores quieran
pudiera esperarse de otras convocadas con acudir, y en que la pereza no deje falsear
arreglo al Estatuto ú otro sistema semejante. el voto público. Efectivamente, tienen sobra-
Como es tanto el temor que inspiran ciertos da razon los pueblos en estar fastidiados de
fantasmas, es preciso indicar varios medios tantas elecciones, todas ó funestas Ó,estéri-
para salir de la situacion; aun cuando se les; y no bastaría que cada ministro echase
crea que el miedo no tenga mas fundado un sermon á los dependientes dc su ramo
motivo que el de los niños ú las sombrías para que en el circule de sus respectivas
figuras de una pantalla. Veamos, pues, si atribuciones escitasen el celo de los que tu-
sin tocar al sagrado de la Constitucion se vieran derecho á votar. Ademas , ¿quién no
puede hacer algo de provecho. De los que se atolondra al solo pensamiento de que he-
han otorgado al gohierno la facultad de dar mas de pasar por dos meses de barahunda
la ley electoral, tal vez no todos hayan cal- electoral , en que la nacion entera se parece
culado la estension de su indulgencia. Nos- por el ruido á una plaza de toros, prescn-
otros, que no tenemos interés en ocultarlo, ciándosc en todas partes las escenas mas es-
y que desearnos decirle al país la verdad ell- travagantes? Los ministros pasan circulares
tera , no disimularemos lo que se puede ha- en que escitan el celo y encargan la obser-
cer con una concesion tan bondadosa. vancia de las leyes, y1a proteccion.de la li-


Comencemos por el Senado. Elartículo ,17 hertad (Ir las urnas, salvo empero el derecho
de la Constitucion dice , .que para ser sena- de remover. y poner, y cambiar todos los
dor se requiere ser español, mayor de CU<l- empleadosdel reino, y de enviar agentes, y
renta años y tener los medios dc subsistencia de urdir intrigas, y de gastar algunos mara-
y demas circunstancias que determine la ley vcdises ; los gefcs políticos predican como
electoral. Si en esta se exigiese que los mc- misioneros en cuaresma ponderando los be-
dios de subsistencia :ti demos circunstancias neficios de la libertad ó del órden , ó de am-
fuesen doscientos ó trescientos mil rs. de has cosas juntas, segun el modo con que
renta o mas todavía, de los cuales la mitad ha entonado sus peroratas el ministerio; los
cuando menos fuese en bienes raices , y si alcaldes constitucionales echan tambien su
se. admitiesen Ohispos poniendo la añadidura correspondiente sermonconforme á sus opi-
de no bastar el ser electos, resultaria que niones, deseos, intereses o necesidades; los
con una mediana discrecion en la eleecion partidos se coligan, o forman diferentes
de la terna, se podría reunir un Senado -campos, publicando los manifiestos de cere-
ejemplar por lo pacífico y sesudo, que ade- monia, acompañados de su correspondiente
mas representaría grandes intereses del país, programa; los candidatos hacen sus proI'e-
y reuniríaun caudal de conocimientos prác- siones de fé por escrito o de palabra, ciando
ticus, (Iue nos convienen mas que los teóri- un paso adelante ó atrás segull el viento que




senadores. El Rev eleairia de entre las ter-
nas de la provincia lo~ que correspondan á
ella, segun el censo de la poblacion, con
arreglo al tipo de la ley electoral vigente.


5. a La formación del colegio electoral
del distrito se podria tal vez hacer de esta
manera. En lodos los pueblos que tengan
avuntamiento serian electores un cierto nú-:
mero de vecinos mayores contribuyentes.
Varios tipos se podrian tomar: para no de-
jar la indicacion sin ejemplo propondremos-
el siguiente:


G." El alcalde de cada pueblo debiera
pasar un oficio á cada uno de los compren-
didos en esta clase, espresando el cupo y
especie de las contrihnciones que le ponen
entre el número de los mavores contribu-
yentes, y avisando los dias en que se habría
de verificar la eleccion en la capital del
distrito.


7.a E1 elector debiera tener derecho á
votar desde su pueblo, lo que podría hacer-
se entregando al alcalde su voto en pliego
cerrado, para que este con la certificaciou
correspondiente lo remitiese á la cabeza del
distrito.


S.a El ejercicio del derecho electoral
debiera ser una obligacicn , cuyo cumpli-
miento se podria exigir por medios suaves,
pero suficientes para el mayor número. .


9.a En todo distrito en que no votasen
la mitad mas uno de los electores debiera
darse por nula la eleceion, sin derecho á otra
por aquella vez.


,10. Los elegidos debieran serlo por la
mitad mas uno de los votantes,


,1 '1. La votacion debiera ser secreta.
'12. La mesa electoral se podria formar


del alcalde de la cabeza de distrito en cali-
dad de presidente, y de los diez mayores
contribuyentes vecinos del mismo pueblo, ó


corre, echando fieros si la atmósfera arde; ósi ,
hay influencias demasiado retrógradasyreac-
cionarias, abjurandopasadoserrores, y mos-
trándose mas compungidos y humildes que
herege en auto de fé ; Y por encima de este
conjuntodescuellalaprensa consus artículos
tremebundos, sus elogios exagerados, sus
virulentas invectivas, sus ataques furiosos,
sus crueles sátiras, sus desapiadadas carica-
turas, en que las narices largas se convierten
en trompas de elefante, las bocas en hoyos
de sepulcros, las cabezas grandes en des-. i
medidascalabazas, los pequeños de estatura '
en enanos, los altos en gigantes, los barri- I
gudos en toneles y los delgados se adelgazan
corno hilos de metal.
~. Ciertamente que un espectáculo semejan-
te es capaz de arredrar á cualquiera, aun
cuando sea visto solo en el porvenir, como
en perspectiva; pero tambien habria medio
de disminuir mucho el mido, aceptando la i
indulgente autorizacion de dar la ley elec- 11
toral.


Para salvar á un tiempo los inconvenien-
tes de tamaña perturhacion, y hacer que los I
llamados á elegir fuesen mas celosos en el
ejercicio de su derecho, podrian adoptarse
las hases siguientes: 1.a reducir mucho el
número de electores; 2.a hacer la eleccion
por distritos. Con lo primero los trabajos
electorales serían mas rápidos y pacíficos;
con lo segundo se obtendria mayor esponta-
neidad, mayor libertad y conocimiento de
los electores, y por lo mismo mas afieion á
usar de su derecho y mejor acierto en el
ejercicio.


¿ Qué sistema deberia seguirse en la C!ec-
cion? Quizás se podria hacer un ensayo
conforme á las bases siguientes:


1.a A cada provincia se le podría seña-
lar el mismo número de diputados propie-
tarios que le corresponden segun la lev
electoral vigente. •


2.a Dividircada provincia en tantos dis-
tritos cuantos diputados le tocan, tomando
por base, en cuanto fuera posible, la pobla-
cían, pero conciliándolo con la comodidad
de los electores. '


3.a Cada distrito elegiria un diputado
propietario y otro en calidad de suplente.
En 11)8 votos no se debieran espresar estas
diferencias, siendo propietario el que re-
uniese mayor número de votos, y quedando
de suplente el otro.


i. a Cada distrito formaría una terna de


Poblncicu.


De °hasta 100.
De 100 á 250..
De 250 á 500..
De 500 ál ,000.
Dei ,000 á 10,000..
De 10,000 á 25,000.
De 25,000 á 50,000.
De IjO,OOO Ú 100,000.
De 100,000 arriba...


Elceturcs.


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2
4
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12t'!
2;>$;




ARTICULO v,


'ladrid 19 de jnnio de 1800.


REFOP.HA om LI.CONSTITiJCIOlf.


- 255-
del radio de Si solo se hubiese de juzgar de la vida de


un ser por lo esterno , pudiéramos decir que
la Constitucion nació cadáver, pues que no
ha dado señales de movimiento; pero como
esto no es posible creerlo, deberemos incli-
narnos á pensar que su inmovilidad depende
de loestraordinario de las circunstancias;
cual si dijéramosque se halla en mala atmós-
fera y está asfixiada, Como quiera, lo cier-
to es que su semblante y postura son de un
verdadero difunto. Todos los partidos cons-
titucionalesquicrcn estar. en torno de ella,
empeñados en encargarse esclusivamcnte de
su custodia, l{ es sumamente curioso el cua-
dro que alternativamente nos ofrecen en es-
ta lucha de gloriosa rivalidad y ardentísimo
celo. Unos, naturalmente alegres y bullicio-
sos, llevan en andas la momia por calles y
plazas, y la saludan alborozados, y cantan
hininosde triunfo, y administran palos ó sa-
hlazos á quien se rie de la procesion, y aca-
han por distribuírselos entre sí; sucediendo
lo que en muchas fiestas populares, que
comienzan por música y merienda y termi-
nan por cuchilladas. Otros, de suyo mas
pacatos y señoriles, toman el cuerpo del
ídolo, lo envuelven en magnífico ropage, lo
perfuman con fragantes aromas y lo entier-
ran. «i Habeis asesinado la Constituoion!...


i les claman sus adversarios. No, que ahí está
sana y salva. Pues entonces, i bárbaros! ...
¿por qué la habéis enterrado? ¿Ka oís que
con voz ronca implora nuestro auxilio, y
golpea con la frente la tapa del ataud" »


y tienen'razan estos señores, eso es horri-
ble; menos cruel es matar á un hombre que
enterrarle vivo.


t1e otros domiciliados dentro
tres leguas.


-18. Para comprobar si los elegidos po-
seen la renta y demas cualidades exigidas
por la lev , se podria formar una junta COTll-
puesta de los individuos de la mesa electo-
ral, y de otros 40 mayores contribuyentes
del distrito. Esta debiera librar el certificado
de aptitud legal, sin cuyo requisito no se
daría por válida la eleccion. En favor de la
aptitud debieran haber votado las cuatro
quintas partes de los concurrentes, firman-
do el documento los CJue opinasen en este
sentido, y notando los nombres y apellidos
que hubiesen votado en contra. Conesto era
muy dificil que el elegido careciese de las
circunstancias prescritas en la ley, y se
ahorrarin mucho tiempo en el examen de
las actas.


1L Como en estas bases no se deja lu-
gar á las puras capacidades, si se conociese
útil admitirlas se podria poner un artículo
en que no se exigiera ninguna renta al di-
putado elegido, con tal que en la elecciou
hubiese obtenido las nueve décimas de los
votos. Asi, el hombre que de una manera
tan señalada mereciese la confianza de UIl
distrito, tendria en su favor la gravísima
presunción de que está dotadode cualidades
de mas valor que la garantía de la renta.


Claro es que cuando se tratase de estén-
-der y formular la ley electoral sería preciso
cuidar de muchos pormenores de que se
prescinde aqui ; mas téngase presente que
solo nos hemos propuesto asentar bases ge-
nerales, ya para lograr que la eleccion no
se falsease, ya para hacer las elecciones
menos turbulentas, ya tambien para asegu-
rar la independencia, asi de los senadores
como de los diputados.


Hemos indicado estas bases con dos obje-
tos: '\.° Para el caso de que faltara la reso-
lucion de obrar con mas franqueza y desem-
barazo,cual cumpleal bien. del pais.2.o Para
demostrar hasta donde seestendian las
consecuencias de la autorizacion concedida
por algunos parlamentarios, evidenciando El principio fundamental de nuestra le-
de esta suerte la falsedad del sistema cons- gislacion con respecto á las Córtes , consist~
tituoional con el apéndice de las autoriza- en que en ellas esten represel~tadas todas
cienes esprcsas ó presuntas. las clases; que seragacor~ consejo l!e los tres


Con la Constitucion no teneis órden, con estados; es decir, que la mtervencion en los
órden no teneis Constitucion; ¿.qué sistema es negocios árduos no se limite á ninguna c\a-
ese en que el poder ha de. optar entre el des- Se determinada, sino que todas disfruten el
órden y la infraccion ele la ley; ó en otrostér- I1 derecho de hacer llegar hasta el trono de
minos, entre la anarquía y la arbitrariedad? una manera legal, respetable y respetuosa,




- 256-
sus necesidades, opiniones y deseos.. Ver- 1


1
1
1


fracciones muy reducidas. No hablemos de
dad es que al tratarse del otorgamiento de lo sucedido con la Constitucion de 1837,
los tributos se habla únicamente de los pro- I puesto que con respecto á ella lo que acaba-
curadores de las villas y ciudades; pero es I mos de decir es mas claroque la luzdel dia;
preciso no olvidar que la desaparicion de los pero ni el Estatuto satisfizo semejantencce-
privilegios de que gozaban ciertas clases ha sidad. En aquellas circunstancias era ahso-
cambiado las circunstancins. Cuando mu- lutamente imposible obtener una represen-
chos estaban exentos, natural era que no se tacion verdadera; en vano se hablaba de la
atendiese tanto á un votoen que tenian poco nacion, no hahia mas que un partido.
ó ningun interés; pero cuando todos contri- Temen algunos que se intenterestablecer
huyen, es equitativoque todos intervengan. el Estatuto, y quizás no serán pocos los que


Puesto que la ocasion se brinda, haremos crean que esta ley seria lo mas conveniente
notar-un gmvisimo defecto de la Constitucion para aliar en Españn el urden con la Ilber-
de 1837, Y que combinado con las disposi- tad : por cuyo motivo no será inútil entrar
ciones de la ley electoral llega á ser estrava- en algunasconsideraciones sobreeste objeto,
gante. En efecto, salta á los ojos que quien ya que semejantes cuestiones son actual-
mas paga será quien mas se interese en el mente de la mayor importancia, pues.con-
negocio de las contrihuciones , y que por lo viniendo los hombres juiciosos en que es
mismo la equidad y la conveniencia pública 1


1


imposible continuar en la situación presente,
exigen que no se le posponga al que paga I no todos estan de acuerdo con respecto á la
menos: pues bien, nuestra Constitucion dis- I nueva que se dehe formar
pone locontrario, y viene en su aY:lda la ley 11 Aun prescindiendo de las observaciones
electoral para aumentar el desacierto. Los que mas adelante iremos esponiendo ,el res-
senadores deben poseer una renta de sescn- I tablecimiento del Estatuto tiene en contraun
ta mil reales; los diputados ninguna; por lo I! gravísimo inconveniente, cual es, la preven-
cual es evidente. que en el Senado hahrá l' cion con que es mirado por hombres de dis-
naturalmente hombres mas acaudalados que I tintas opiniones. Plantcóse aquella ley en
en el Congreso. Y esto no embargante, el I circunstancias sumamente criticas, en que
artículo B? de la Constitucion prescribe que las pasiones estaban en el colmo de la exas-
las leyes sohre contribuciones y créditopú- peracion, y corrian en diversos sentidos
blico se presentarán primero al Congreso de doctrinas muy exageradas: en tal caso,
diputados, y si en el Senado sufrierenalgu- quien se coloca en medio puede estar segu-
na modificacion que aquel no admita des- . ro de quedar mal con todos. Ademas , el
pues, pasrá á la sancion real lo que los ¡ Estatuto es poco menos que la personifica-
diputados aprobaren definitivamente. Por ' cion de un hombre; v esto, por respetable
manera que podría muy bien suceder, que que se le suponga, es un inconveniente de
un Congreso formado de sugetos de ninguna mucha trascendencia. El Sr. Martinez de la
responsabilidad estuviese en oposicion con Rosa tuvola desgracia de ser el primero que
un Senado compuesto de hombres riquísi- luchó, y la primera impresion es la mas
mos, y estos se hubiesen de resignar el su- viva V duradera. Asi es digno de notarse,
frir que aquellos otorgasen al gobierno COll- que sVi bien no se le ha podido acusardecier-
tribucionesgravosas. tas fealdades con que otros se han mancha-


En esta parte el espíritu democrático ha do, se le ha tratado no obstante conla mayor
procurado aprovecharse de Jas leyes v cos- dureza. Pocos son los hombres públicos
tumbres de otras épocas, cuando lasvclases á quienes hayamos oido atacar con mas
altas no pechaban y los tributos caian sobre virulencia, cscepto CIlIo relativo á la pureza
el estado llano; olvidando injustamente el de administracion. No falta ciertamente
profundo cambio realizado en la sociedad, V I quien ponga en el tiella balanza, no en.tre~
la muy diferente organizacion de los cuer- gándose ni á exagerados elogios ni á dosme-
pos políticos modernos. I didos vituperios; mas en general puede


Hasta ahora, y á pesar de los diferentes . asegurarse quelosque fueron susadversarios
ensayos que se han hecho, no S,l) ha logrado en 1834, con nadie se muestran mas seve-


. entre nosotros una fiel representación de las ros que con él. Asi en España como en el
clases en las Cortes: ni el Congreso ni el estrangero se han puhlicado varias hiogra-
Senado han sido mas que la csprcsion de fías de este célebre personaje; nos inclina-




- 257-
mos á creer que todavía'se podrian escribir to que produce en ellector juicioso el artí-
algunas páginas no escasas de interés y no- culo 3.o se lo destruye el 4.0 , donde se es-
vedad. tablece que «bastará ser Arzobispo ú Obispo


Volviendo al punto principal, del que in- electo ó auxiliar para poder ser elegido.ien
sensiblemente nosíhamosdistrayendo, siem- clase de tal, y tornar asiento en el Estamento
pre es una fatalidad que una ley que ha de Próceres del reino., Un Obispo electo no
de ser poco menos. que fundamental, sea es un Obispo; es un'eclesiástico masó me-
mirada como -la espresion de un hombre nos respetable, con esperanzas de serijh
que, habiendo corrido en las visicitudespo- pastor de la Iglesia, pero que no lo es toda-
ltticaslos azares de muy varia fortuna, y vía, q~e no .lo será hasta que haya recibido
ocupado en diversas y dificilísimas épocas la confirmacion, v se le haya comunicado el
los mas altos puestos del Estado, ha de ser augustucarácter' de tan elevada dignidad.
precisamentepara muchos ohjetode deseen- Hasta que se hayan cumplido las debidas
'fianza, resentimientos, envidia ó rencor. condiciones, mientras permanece enlaciase
En materia de legislacion es preciso no 01- de electo, lo mas que hay en su favores una
vidar un principio de alta trascendencia presuncion del mérito, la. esperanza de un
por sus íntimas relaciones con el orgullo, y alto destino; pero ·no tiene ninguna autori-
es la necesidadde que en el mandato no se dad sobre la Iglesia que se.le ha señalado,
vea la persona de quien manda, sino-la re- no lleva el eayado de pastor,' no es uno de
presentacion de un ser superior, ódeuna los puestos por el EsptrituSanto para regir
verdad muy elevada, ó de un interés-muy laIglesia.de Dios. ,.
legítimo, poderoso y universal. El hombre Sobrenolograrse con los Obíspes-electes
obedece de buena gana á Dios ó Ú sus repre- el fin de hacer mas respetable el-Estamento
seutantes , se somete sin dificultad á las de Próceres, por no concurrir las circuns-
exigencias de la razon, se presta á lo que tancias necesarias para imponer respeto,. y
reclama el bien de la sociedad; pero suje- obtener de los pueblos acatamiento y vene-
tarse al simple pensamientode otro hombre, ración, se' comete con el espresado'artículo
á.su voluntad, eso no lopuede sufrir: el 01'- una gravísima imprudencia, que repetidas
gnllo se siente herido, y el corazon se irrita. veces pudiera poner al trono y.ú la .nacion


Es tanta la parte que el amor propiotoma en penosos conflictos, y sujetar al agraciado
aun en losnegocios de la mayor importancia, á dolorosas humillaciones. Vamos .á demos-
que á veces se hacen con gusto sacrificios trarlo.
mil veces mas dolorosos que los exigidos Segun el artículo 7. 0 la dignidad de pro-
por un acto en que se le ultraje ó mortifique. cer es vitalicia, y segun e18. o se pierde úni-
Asi no dudamos qne muchos progresistas camente por incapacidad legal, en virtud de
recibirian con mas indignacionel Estatuto . sentencia por la que se haya impuesto pena
que otra ley cualquiera, aun cuando fuese. infamatoria. Supongamos, pues, que elRey,
mucho mas monárquica: esto no es muy ¡ á quien por el mismo artículo 7.o compete
.légico en el orden de las ideas, pero es muy elegir y nombrarlos próceres ¡],O herédita-
natural en el érden de los hechos.. rios, escoge para esta dignidad á.un Obispo


A. masde estas consideraciones, es preciso l' electo, que este toma asiento en el Estall1e.n-
no olvidar que el Estatuto adolece de defec- , to, y que en seguida el Papa le niega las
tos muy graves. Examinémosle rápidamente 11: bulas. ¿Qué se hace en tal.caso? Recurrir de
con.ienzando por el Bstamentode Próceres.. \1 nuevo á Romaé instar para que el interesado


Los. primeros que se señalan.para compo- l.nosuíra, tamaño desaire. ¿Y si el Papa se
ne.r1e son los~uy reverendos Ar~obispos. y 1Iman....tiene.firm~ en la ne~~tiva, indicandoo los
reverendos Obispos. A primera VIsta la ley I motivos o callándolos? Ciertamente que, 1lI
en esta parte es muy juiciosa. lo mas á pro- ' aun miEada -la cosa con los solos ojos de la
pósito para introducir enla.cámara alta el . política, un hombre sea quien fuere, novale
elemento religioso, y por consiguiente.ha- I-tanlo para-qae.porconslderacton á él, se
eerla veneranda a los.ojos.de .los puehlos.i]. promueva un cisma, ni siquiera contestacio-
obviándose ademasgravísimos .inconveaien- nes desagradables. Será preciso, pue-s, ele-
tes que pudiera traer el estar sia represen- gil' otro; y entonces ¿qué se hace del nuevo
tantes legales los intereses de clases muy .prócer? Si le arrojáis del Estamento le abo-
.Ilcspetables é influyentes. Pero el buen efec-chornais terriblemente. pues se ve'igualado


. ~1




- 258 -
-eon los que pierden su dignidad por senten- del momento los intereses de un largo por-
cia en que se haya impuesto pena infamato- venir.
ria, única incapacidad legal que habéis se- Por lo tocante á los grandes á quienes
ñalado. Podeis ciertamente confirmarle en su declara el Eskltuto próceres natos y con de-
dignidad de prócer por otros títulos, pero recho hereditario, hay dosinconvenientes:
entonces ya no hay el Obisposino el parti- poca edad y escasa renta. -Veinte y cinco
cular ; entonces haheis hecho sentar en el afias nodebieran bastar paratomarasiento.en
Estamento á un hombre por un titulo del¡ un Estamento que ha de señalarse por su
{;UaI la autoridad competente le ha declarado I juicio y madurez; asi como 200,000 reales
,jnd.igno; y lejos de alcanzar el objeto de la I tampoco parecen suficientes para el espíen-
ley, producis un efecto directamente opues-dor que cumple á una casa en la cual está
to, causando en el ánimo de los pueblos una vinculada la dignidad de prócer por derecho
impresion sumamente desfavorable. hereditario. La Constitucion de Bayona exi-


Ademas, seria muy posibleque no reunie- gia 20,000 pesos fuertes, no obstante el,
se el candidato las circunstancias prescritas ser electiva ladignidad de Grande de Cortes.
-en los párrafos i. 9 , 5.o y 6.o del artículo 3.o, Verdad es que desde aquella época han
y entonces tendreis que darle un pingüe , menguado las rentas, pero esto á lo mas
destino para que llegue su reuta ó sueldo á significa que el número de grandes que
los 60,000 reales, tendreis que asiros del reuniesen dicha circunstancia sería menor,
párrafo 6. 0 , levantarle el testimonio de que pero no que sea menos necesario sostener
se ha adquirido gran renombre y celebridad su rango con el esplendor correspondiente,
-eultivando las ciencias y las letras, aunque ni que sean suficientes 200,000 reales para
en toda su vida no se haya pronunciado su lograr este objeto. La Constitucion de 1837
apellido en otra parte que en la iglesia á que Iexige para los senadores 40 afias de edad;
estaba adicto. En fin, todo el mundo estará en esto es mas juiciosa que el Estatuto, por-
viendo-con sus ojos que tratais de una com- que es preciso tener presente que la riqueza
pensacion, de una indemnizacion, yel triste I no se toma como una huena cualidad para
próc~r se presentará al Estamento abatido r ser legislador, sino com?un ~i!Jno q~e hace
humillado, cubierto de lodo como hombre a presumir huena educacion, instruccíon re-
quien se ha sacado á duras penas de un ter- guIar, independenciay sosiego en el juicio.
reno pantanoso en que se hundiera hasta I Por lo cual, aunque se tome por base la ri-
la boca. . queza, es indispensable no olvidarotras con-


Preciso es confesar que hay en esta parte diciones , cuando estas son por lo comun
una ind.isculpahle imprevisiou, si es que. no Illldl."SpenSahles para lograr el objeto que se
hubo una escesiva prevision. Ambos estre- ! desea.
mos són sensibles. Nos esplicaremos. Sabido I Lo propio que de los grandes puede de-
es que en 1834 la complicacion de las cues- I cirse de los títulos de Castilla, á quienes
tíones p~lí~ica .~ ~inás.tica trai~ I~~ ánimos I solo se ~xigen 25 años y 8?,000 reale~ de
niuy divididos e inquietos: añadiéndose a . r~nta: bien que en cuant.o a estos media la
-es. lo el aspecto. alarmante que comenzaban I crrcunstancra de ser electívos , y por lo mis-
á presentar los negocios religiosos, cra na- mono es probable que el rey los eleve á
tural que se temiese, ó no encontrar el nú- tan alta dignidad hasta que se hayan seña-
mero suticiente de Obispos que se prestasen lado muy ventajosamente en sus respectivas
á entrar en el Estamento de Próceres, ó no carreras, ó inspiren por su edad gran-een-
hallarlos bastaute flexibles para obtener un fianza de que poseen juicio y madurez.
voto favorable en los trascendentales proyec· Sin embargo; ya que para ser procurador
tos que en diversos sentidos se meditaban. de reino se exigian 30 años cumplidos, pa-
Tal vez la previsión de este obstáculo indujo rece que no debió ser menor la edad de los
ú introducir en el artículo 4.o una modifica- próceres, pues que hasta conrespecto á los
cion tan notable del 3. 0 Si fue así, tendría- electivos es conveniente que las facultades
mos un nuevo motivo de deplorar el planteo de la corona tengan un límite aconsejado por


-de leyes sobre puntos muy importantes: en la prudencia.La Constitucion de 1837, tan
'circunstancias escepcionalesy apremiadoras, lata y democrática, no reparó en prescribir
-di&~ilmer'lte se sobreponeel legislador ála in- á los pueblosel de40 años: porque es eviden-
é'.cpeia de ellas, y suele sacrificaral interés te que esta disposicion no. puede producir




- 259-
nin~nmal; pero sí impe~irlos muy graves, , bierno representativo no h~ ~e ser otra casa
El mconvemente que podria resultar sena el que los gobernantes constituidos en repre-
que un joven de muy altas y precoces cua- sentacion nacional, entonces no se los debe
lidades no entrase en el Estamento; pero llamar con este nombre: dígase que el go-
casos semejantes son siempre muy raros, y bierno , necesitando engañar á los pueblos,
ademas, no es entre los próceres donde de- toma la máscara de .representante de ellos,
be prestar mas servicios un hombre de estas yen nombre de los mismos da con una ma-
dotes. Abundan los elevados puestos en que no las contribuciones que él propiorecibe
puede servir al Estado; sus luces, si tan con la otra.
estraordinarias fuesen, llegarían también Si bien se observa, de la irrupcion de los
hasta los próceres aun cuando no fuera uno empleados en los cuerpos llamados represen-
de ellos: y señalándose por firmeza de ca- tativos se descubre la causa en la estrerna
rácter , elevacíon de miras é índole activa y movilidad y latitud que se ha dado á esas
emprendedora, tal vez sería malograrle [as- formas de gobierno, pues que siendo tan
timosamente el enterrarle en el ilustre preponderante el influjode las asambleas, se
panteon. ha conocido que no era posible gobernar, á


El ser vitalicia la dignidad de prócer es no ser que estas se compusieran en gran
un elemento de estabilidad que no debe parte de los mismos dependientes del gobier-
desecharse en [a formacion.de la alta cáma- no. Con formas mucho menos latas, en que
ra; sin embargo, con las bases asentadas no fuera tan. decisiva la influencia de los
en el Estatuto, semejante disposición podía cuerpos representativos, no seria tan peli-
acarrear muchos inconvenientes.' Segun el groso eliminar á todos ó casi todos los em-
párrafo 4.0 del artículo 3. o debian formar picados; y [os pueblos reportarian mas ven-
parte del Estamento de Próceres un número tajas positivas, mayormente en lo relativo á
indeterminado de españoles, elevados en la economía de los. presupuestos.
dignidad é ilustres por sus servicios en las Los revolucionarios de todos los paises
varias carreras: y que sean ó hayan sido se- suelen declamar contra la admision de los
cretarios del despacho, procuradores. del empleados en los cuerpos colegisladores,
reino, consejeros de Estado, embajadores ó tomando esto como un medio de ensanchar
ministros plenipotenciarios, generales de [os límites de la libertad política y enflaque-
mar ó de tierra, ó ministrosde los tribunales cer el poder ejecutivo. En nuestro concepto
supremos; y fácilmente se echa de ver que las cosas son al revés de lo que ellos las pre-
estas categorías abrazan muchísimos indivi- sentan : solo se podrá establecer que no se
duos, mavorrnente en los tiempos presentes admitan empleados cuando el poder central
en que se han prodigado de tal modo los sea muy fuerte, y las asambleas no tengan
grados y empleos. Por manera que un mi- influencia predominante; de lo contrario una
nisterio que hubiese hecho con mala inten- inevitable necesidad conducirá á falsear el
cion lo que suele llamarse una hornada de sistema, y la latitud de las formas se com-
próceres, podia comprometerel porvenir del pensará con el auxilio de los dependientes
pais , pues que con la cualidad de vitalicios del gobierno. Las naciones mal constituidas.
nos proveía del ilustre género para medio son como las personas de salud enfermiza ó
siglo. delicada; han menester andar siempre con


El efecto natural del párrafo precedente mucho cuidado, observar un régimen muy
era llenar de empleados el Estamento de severo, no permitirseningunesceso, y has-
Próceres , y esto es falsear por su hasa la re- ta guardarse de ejerciciosó trabajos á que
presentacion. Lamennaisha dicho, que el los robustos se entregan sin correr peligro
gobierno representativo era larepresentacion alguno, antes disfrutando gran placer y
de un gobierno; y ciertamente que tal como acrecentando sus fuerzas. En el antiguo ré-
está montado en Francia, y se va montando gimen era mucha la laxitud de nuestra ad-
entre nosotros, vendria al fin á reducirse á ministracion; esto era un mal, pero indica-
una lucha parlamentaria de empleados, der- ha un gran bien, á saber, lo fuertemente
ribándose alternativamente unos á otros,ha- que la nacían seliallaha constituida sobre la-
ciendo pagar al pueblo, de quien se apelli- Religiony la monarquía.
dan representantes, -los gastos de la función Por los párrafos 5.o y 6.o del mismo arti-
y pingues.sueldos para los actores. Si el go- I culo 3.o debe tambien componerse el Esta-




- 260
mento de Próceres de. lospropietariosterri- 11
toriales ó dueños de fáhricas , manufacturas I
ó establecimientos mercantiles, que reunan I
á.su 'mérito personal y á sus circunstancias I
relevantes, el poseer una renta anual,de' !
sesenta mil rs., y el haber sidoanteriormen- 1


1


,


ta procuradores del reino ; y ademas , de los
que en la enseñanza pública, ó cultivando I
las ciencias ó las letras, hayan adquirido
gran renombre y celebridad, con tal.que dis-
fruten una renta anualde sesenta mil rs, ,va
provenga de bienes propios, ya de sueldo
cobrado del Erario. llférito personal y cir-
cunstancias relevantes, son palabras de sig~
nificacion tan elástica que bien se podrian
ahorrar, á no ser que por buen gusto se las
deje en el marco como una especie de do-
rado. No queda, pues, en limpio otra garan-
tía que la de los sesenta milrs., lo que cier-
tamente es demasiado poco para tan alta
dignidad. Añádase á esto que en la renta
anual no sabemos, si se pudieran contar los
sueldos, pues en la ley no se espresa, y re-
sultará la prenda tan escasa que no merecía
un párrafo aparte, La limitaeion de haber
sido procuradordel reino significa también
muy poco . mayormente cuandose iba .intro-
duciendo la costumbre de no andar con mu-
cbo escrúpulo en el exámen de las actas,
Nadie ha olvidado que el Sr. Argücllescon-
fesó en el mismo Estamentode procuradores
que hahia entrado por trampa. Tocante á lo
del gran renombre y celebridad en el cultivo
de las ciencias ó letras, vale á 'corta diferen-
cia Jo mismo que lo del mérito personal y
circunstancias relevantes. El gran renombre
cuando en realidad es grande, es mas evi-
dente que la 'luz del dia, y á él se puede
aplicar aquello de .Napoleon: el sol para ser
sol no necesita del reconocimiento de nadie;
pero cuando la palabra no se toma con tanto
rigor, entran en la benemérita clase de los
grandemente renombrados modestísimas me-
dianías, que para nada bacen falta en el alto
cuerpo, pues que enellas no tiene lugar la
enérgica espresion de Mirabeau: «El silen-
ciode Sieyes es una calamidad pública.»


lo~-oc>-C>o+.....--


En la rápida ojeada que dimos sobre el
Estamento de Próceres, tal como lo habia
formado el Estatuto, indicarnos varios de-
fectos de que en nuestro concepto adolecia
en esta parte aquella ley, y procuramos
combatir la opinion de. losque juzgasen con-
veniente su rostahlecimiento , fundándonos
á mas de las razones generales en otras
particulares, que hacían sensibles los daños
que nos pudieran traer. Fieles al sistema
que en nuestros artículos hemos seguido,
de manifestar la opinion propia después de
combatida la agena, espondremos nuestras
ideas sohre el modo conque se podria cons-
tituir en España un alto cuerpo, que con
este ó aquel nombre llenase el objeto á que
se le destina.


Cuando en las constituciones modernas se
ha querido establecer la cámara alta, se ha,
recordado el ejemplo de la de Inglaterra,
pero la práctica no ha correspondido á la
teoría. En aquella nacion la cámara de los
lores tiene una influencia poderosa y predo-
minante; y eu las imitaciones , el alto cuer-
po no ha sido mas que un consejo muy nu-
meroso. En las leyes fundamentales estan
escritos sus derechos iguales á los del cuer-
po popular; mas en realidad su voto es de
escasa importancia comparado con el de
este. Se ha querido crear un cuerpo legis-
lativo, y no ha resultado mas que consul-·
tivo; se intentaba formar un poder, y se
ha establecido un consejo.


La razon de tamaña anomalía está en que.
se ha pretendido aplicar á esta materia el
erróneo principio, mejor diremos la vana
presuncion que tantosmales está producien-
do desde fines del pasado siglo: la omnipo-
tencia de la voluntad del hombre. No se ha
reflexionado-que nuestra voluntad no tiene
fuerza creadora, que no nos bastadecir que
queremos formar una institución fuerte y
rodeada de prestigio, si en la sociedad no
hay los elementos de donde sacar ese pres-
tigio y esa fuerza. Ahora en Inglaterra,y
antiguamente en casi todas las naciones de
Europa, se han visto altos cuerpos, uno ó
mas, con poderosa influencia en el gobier-:




- 261 -
no, y prestando grandes serviciosá la causa han grabado en el eorazon de la sociedad
llúlllica. «Formémosle.': tambien nosotros, francesa.
han dicho los aficionados á fabricar consti- La España se halla ciertamente en un es-
tuciones , y nuestra cámara hará el mismo tado muy diferente; pero no deja tambien
efecto que la de los lores de la Gran Breta- tic ofrecer gravísimas dificultades para que
üa,y que los estados ó brazos de nobles y en eslesentido sea dable estableceralgoque
eclesiásticos-de los siglos anteriores.» pueda echar raíces en nuestro suelo y pro-


mabatimiento en que vive la nueva ins- ducir buen fruto. Entre nosotros no hay el
titucion está burlando las esperanzas; ha- espíritu democrático francés, que encierra
Ilándase la razonde ello, en que asi en ln- algo de la irreligiosidad de Voltaire ,de la
glaterra CQ.lllO en la antigua Europa los altos fiera arrogancia de Bousscauy de la inde-
cuerpos son la espresion de clases suma- pendencia individual ilimitada, hijadel des-
mente poderosas en sí mismas, indepeudien- arrollo de la industria v comercio j pero en
temente de toda organizacion política. Por cambio tenernos esos hábitos de igualdad,'
manera, que al verlas formando una cáma- que (sea dicho con perdon de los que se
ra ó un hrazo , no debernos considerar la horrorizan de nuestro antiguo despotismo)
institucion política sino como una especie se anduvieron formando durante los tresúl-
de regularizacion de lo. que ya existe, no timos siglos, desde que reducida la aristo-
una creacion del simple pensamiento del cracia á los salones de la corte se vió nive-
hombre: Aaemas, es preciso advertir que lada con las demas clases, y obligada no
aun esa misma regularizacion ha sido obra pocas veces á prestar homenage á ministros
de la lentaaccion del tiempo, y que ningun y privados salidosde humilde cuna.El único
hombre puede gloriarsede habérsela dado. gluten, por decirloasí, que mantenia unida


Estas verdades se han perdido de vista y compacta esta sociedad; erael principio re-
en la formación de las constituciones mo- ligioso , pues que la misma monarquía hu-
dernas, por cuyo motivo estamos presen· hiera perdido su fuerza cuando le hubiese
ciando la nulidad á que estan reducidos los faltado el auxilio de la religión. Por 10 de-
altos cuerpos. ¿Qué significa en Francia la mas, esta desenvuelto entre nosotros el
cámarade los pares, á pesar de todoslos espíritu de igualdad de una manera estraor-
artículos de la Carta? ¿ Quereis saberlo? dinaria; espíritu que se manifiesta en todas
Suponed que. se halla en oposición con la las relaciones sociales, y que llega á causar
de los diputados en un punto de alguna im- estraüeza á los que nos visitan por primera
portancia; aquella sucumbe y esta triunfa. vez viniendo de paises aristocráticos. Es
Se podráapelar á la disolucion, cierto; pero preciso no olvidar esta observacion: de la
si la nueva eleccion es en el mismo sentido que resulta que si se llega á debilitar mucho
que la anterior, la cámara de los pares ten- la religion en España, no habrá nacion mas'
drá que someterse y disfrazardel mejor mo- difícil de gobernar.
do posible la humillante retirada. Y esto, Como quiera, examinemos hasta qué
¿, porqué? Porque la cámra alta representa punto será dable formar un alto cuerpo, de
una especie de privilegio, y en Francia no suerte que sea algo mas que un nombrees"
le hay; porque la cámara alta dehe con- crito,ó una reunion que tenga todos los'
tener en su seno clases distinguidas, y en inconvenientes de una cámara yde un con-
Francia el uivel ha pasado sobre todas las sejo , y no ofrezcaninguna de 'las ventajas
cabezas'; porque si,encierra respetables in- de aquella ni de este.
dividuos de, la clase media ,de'estos se ha- A la primera.ojeadase echa de verque .
Han muchos en la cámara popular; porque han de entrar en la cámara alta losArzobís-
si aquella cuenta notahilidadespon susaber Ó pos y Obispos, Asi se ha reconocido en In-
riqueza, riqueza y saber cuenta tamhienla glaterra, asisehalla establecido en las an-
otra; yen/in, porque los mismos elementos' tiguasCórtes.rbien que formando en estas
que darianfuerzaála cámaraeíectivasonsu- un cuerpo separado, ·En todos los paises
mamente débilesen lavitalicia,á causadeque donde las Constituciones no han nacido de
en el orígende la una se ve la sombra 'del una revolución súbita y preñada de elemen-
privilegio y la voluntad del soberano, y en la tos- disolventes, la religion representada por
otra se ve el símbolo de la igualdad y de la Isus ministros, ejerce una poderosa influen-
soberanía popular, que tan hondamente se cia ; yen Francia, donde esto no se verifi-




- !6~-
ea, se lamentan de tamaña falta los hombres I la sociedad instituciones escelentes; 10 que
de estado. Véase lo que decia Mr-. Guizot falta es su desarrollo genuino; porque la
en la sesion de la cámara de los pares flaqueza y la maldad del hombre abusan de
de 2t de mayo. «Yo no soyde aquellos que lo mejor, inutilizan las cosas mas fecundas
quisieran reducir y disminuir la influencia y convierten en nocivas las mas provecho-
social del clero; él debe ocuparen la socie- sas. El problema con respecto al objetoque
dad el puesto que le corresponde, y lejos nos ocupa es: cómo se puede lograr que el .
de negarle una parte legítima de influencia banco de losObispos no: sea un nombre va-
estoy profundamente convencido de que si no, y que siendo provechoso bajo muchos
en el Consejo real hubiese un eclesiástico, aspectos a la Iglesia y al Estado, no dañe
y en esta cámara un banco de Obispos, la en ningun sentido ni al Estado ni á la
mayor parte de los embarazos conque ahora Iglesia.
nos encontramos no existirian. Estahlecié- En el número anterior dijimos lo suficiente
rase entonces una saludable alianza entre la para evidenciar lo perjudicial que podia ser
influencia religiosa y la influencia política; la admision de los electos, y por lo mismo
una fusion, una avenencia de que se apro- nos abstendremos de insistir aquí sobre la
vecharian igualmente la Iglesiay el Estado. necesidad de que los Obispos que asistan á
Porque no creo yo qué el Estado salga ga- las Cortes sean verdaderos Obispos, es de-
nancioso aislándose del clero; y en mi con- cir , confirmados y consagrados.
cepto,todo .10 que pudiera hacer cesar este En este supuesto, queda la duda de cuán-
aislamiento seria conducente al bien públi- tos han de acudir y quién los ha de desig-
co y al progreso de la educaciou moral y I nar. Segun el Estatuto real, el nombramien-
religiosa. Pero, señores, hay en ciertas épo- l' to de los Obispos próceresquedaba a volun-
cas necesidades que es preciso reconocer y , tad del rey, asi en cuanto á la eleccion de
sufrir, aun sin resignarse á ellas; hay cir- los individuos como á su número.. Obraba
cunstancias bajo cuyo yugo es menesterin- en esto la mira de asegurar al trono una in-
clinarse por de pronto, trabajando empero fluencia sobre el Estamento, pues en él
con ardor para corregir en lo venidero los podia introducir á las personas que fuesen
errores que actualmente sufrimos.» de su agrado. Ademas , se aplicaba á los


Esto dice un protestante, y con respecto Obispos la misma regla que á las otras cla-
á una nacion corno la Francia', donde la re- ses, de las cuales podia el rey escoger los
ligion ha recibido heridas tan anchas y pro- individuos que le pareciesen mas á propó-
fundas; ¿qué sera , pues, si hablamos de sito para que la máquina de los poderes pú-
España, donde el catolicismo se conserva blicos ejerciese sus funciones de una mane-
arraigado en el corazon de los pueblos; don- ra provechosa.
de el pestilente aliento de las doctrinas irre- A primera vista no se creeríaque hubiese
ligiosas solo ha llegado á inficionar á un mucho que oponer á este modo de mirar los
círculo muy reducido; donde los prelados objetos; y antes parece que se procura con-
son objetode la mayor veneracion, donde ciliar el respeto debido á la clase con el li-
la noticia del alzamiento del destierro de los bre y desembarazado ejercicio de las pre-
Obispos produjo un alborozo universal; don- rogativas de la corona. Siendo el alto cuerpo
de los ilustres proscritos al regresar á sus una institucion moderadora, conviniendo so-
sillas son obsequiados y vitoreados con un bremanera que el monarca pueda prevenir
entusiasmo de que sin verlo no es posible los choques , buscando elementos armóni-
formarse idea? La necesidad, pues, de un cos, J. qué inconveniente hay en que se deje
banco de Obispos en la cámara alta es en a la discrecion del rey la eleccion de los
España de una necesidad indisputable: si en Obispos y el númerode los que hande COll-
este cuerpo se ha de reunir lo mas respeta- currir ? Muchos y muy graves. Vamos á
ble é influyente del pais, seria una ceguera probarlo.
inesplicable el no dar cabida álos Obispos. En primer lugar, con semejante sistema


La dificultad está en lograr que una ins- se introducen privilegios y distinciones en
titucion tan provechosa no se falsee, lIegan-


1


favor de personas de una misma clase, lo
do-el bancode los Obispos á ser un caput que siempre es un mal; porque manifestan-
mortuum, como se ha dicho del de Ingla- do predileccion por partedel que eligepuede
terra, Generalmente hablando, no faltan en dar ocasion á desagrado por parte de losno




- 203-
favorecidos: y acarreando á los agraciados Hasta por lo tocante á la independencia
honor ú otras ventajas, seda posible que de la Iglesia no dejaria semejantesistemade
hubiese rivalidad entre loscandidatos. Cuan- acarrearalgunos inconvenientes. El banco de
do una clase es lIlUY numerosa, porejemplo los Obispos, formado de hombres que ohtu-
la de los nobles, entonces no se siente tanto viesen su puestode unamanera inadmisible,
la diíerencia ; pero.¿ cómo dejaráde hacerse produciría naturalmente el que pocos Obis-
muy notable no siendo el número de los ele, pos1 siempre los mismos , adquiriesen mu-
gibíes mas que treinta ó cuarenta? Por el cha influencia en los negocios eclesiásticos;
mismo Estatuto son próceres natos todos los y es menester no olvidar que'esos Obispos
grandes que reunen las condiciones que estarían en circunstancias muy diferentes de
allí se prescriben, que son únicamente las las del resto de sus hermanos. La historia,
que se han considerado necesarias para ase- maestra de la verdad, depósito de lo pasado
gurar la independencia y dignidad del ran- y presagiadora dal porvenir, nos enseña
go :si siendo pocos los grandes que reunen que en circunstancias críticas para la Iglc-
lascondiciones espresadas, se hubiesedejado sia, algunos Obispos débiles ó malos, han
ála voluntad del rey el elegirde entre ellos I causado grandes desgracias, y contribuido
un número determinado, los no agraciados á sumir á los pueblos en los horrores del'
hubieran creído que sufrian úna especie de I cisma. Tambien se ha visto otras veces, que
desaire. Parécenosque en 'el caso presente no llegándose á una abierta ruptura de la
milita la misma raZ0I1, pues que á todo Ohís- unidadde la Iglesia, ciertos Obispos. han to-
po por el solo hecho de serlo,se ha de su:- lerado , óconsentido , ó fomentado, que la
ponerque reune las circunstancias precisas potestad temporal estendiese sus facultades
para ocupar un puesto en la cámaraalta. mas allá de lo justo; que entrase en el mis-


Dejando la eleccion al rey sin sujeción á mo santuario; que allí dominase como señn-
ninguna regla, probablemente sucedería que ra : emhelesados con los encantosde la cor-
los Obispos nombrados fuesen los amigos te, nadando en la opulencia, abrumados de
personales de este ó aquel ministro, losque distinciónes , se adormecían al hechicero
tuvieran muchas relaciones enla córte, los I lenguaje de la lisonja, y no advertian que
aficionados á vivir en ella, y que por lo entretanto la potestadcivil les arrebataba el
mismo pusiesen en movimiento los conve- cayado y demás augustas insignias de su
nientes resortespara alcanzar la gracia de- cargo pastoral.
seada. De esta suerte' resultaría que unas En un hombre acostumbrado á la muelle
cuantas iglesias quedarian privadas por lar-¡ vida de la corte, apegado ya á los honores
gos años de sus pastores, y estos corrieran y consideraciones , envuelto en una red de
tal vezel peligro de aflojar un tantoen aquel relaciones altas y lisonjeras, hallan muchos
elevado temple, que si bien se hermana ad- mas flancos débiles el engañoy la seduceion
mirablemente con la circunspeccion y la que en quien viveentre las sombrasdel san-
prudencia, es uno de los caracteres en que tuario, dirigiendo con frecuencia palabras
mas deben sobresalir los que sirven de mu- gravesy severas á los fieles, sujeto á un te-
ro al pueblo de Israel., nor de vida que le está recordando de con-


Diremos francamente nuestra opinion: tínuo la altura de su mision y la estrechez
diez ó doce Obispos nombrados próceres vi- de sus deberes. Esto contribuye á formar
talicios, y por consiguiente no relevables, aquel carácter austero para sí mismo, suave
nos parecenmal; porque vemos diez ó doce para los -demas , pero del todo, inflexible
iglesias condenadas á no ver nunca ó muy cuando está de por medio la causa de la Ite-
rara vez á su prelado; porquevemos el aUl- ligion, y se llega al caso de optar entre la
biente maléfico de los salones de la corte obediencia aDios yla obediencia á loshom-
obrando de continuosobre personajes que, bres, [Puede tanto una insinuacion vana y
por su elevada dignidad, no dejan de estar lisonjera de un alto funcionario con quien se
espuestos á las miserias humanas; porque tienen íntimas relaciones, de quien se reci-
vemos que el gobierno podria muy bien sa- ben todos los dias finísimos obsequios! ... '.
crilicar la causa de la Iglesia y del Estado a j Puede tanto una proposicion que lleva por
sus designios particulares, nombrando, no delante largo preámbulo de lisonja, en que
á los mas sabios y virtuosos sino á los mas se ensalzala prudencia, la ilustrada piedad
flexibles. del personaje á quien se tantea, en que Sil




- 264,-
indica cuál es la voluntad de mas altas re- la verdadera situacion de los pueblos. 4,. ~ Co~
giones, y la complacencia con que seria mi- mo todos los Obispos serían llamados alter-
rado todo lo que contrihuyesc á allanar difi- nativamente , en el trascurso de algunos
cultades; en .que al propio tiempo que se añosno quedaría ninguno sin consultar; y
protesta la mas' profunda vencracíon á los por tanto, ningun paísde Españapor retira-
cánones de la Iglesia, se hacen resaltar las do que fuera é insignificante (IUC pareciese,
prerogativas de la corona, que en un caso estaría sin tener á las inmediaciones dcl gÚ":'
estremo, los gobernantes sahrian defender hierno un órgano tan respetable C0Il10, el de
coa-dignidad ;es tanto el embarazoy con- un Obispo. 5.° De esta suerte seharia mu-
flicto de quien tal vez tiene pendiente una cho mas fácil el formar la estadística, mejo-
pretension de ascenso propio, ó de un pa- rar el sistema tributario, reformar los demas
riente óamigo, quien tal vez acaba de re- ramos de adrninistracion , pues que el go'-
cibir del alto empicado uua solicitud despa- hierno no podría escogitar un .rnedo con que
chada favorablemente, v que mira en sus recibiese las noticias de las necesidades de
manos el papel, Iragautetestimonio del víu- los pueblospor un conducto mas juicioso y
culo de gratitud que le somete al mismo á desinteresado. 6,0 Insensihlemente se iria
quien debiera dar la negativa!..•. consiguiendo que varias mejoras se introdu-


El cuerpo del Episcopado apoyado en la jesenpor un camino suave, y al propio tiem-
cátedra de Pedro es la verdadera garantía de po no infectado' de impiedad y corrupcion.
la indepeadeneia de la Iglesia: y los gobier- '7.o Se remediaría poco á poco esa profunda
nos que por satisfacer un capricho, una pa~ desconfianza de los gobernados con respecto
sión ó un interés pasajero, buscan auxiliares á los gobernantes, lo qll(~ es una de las gran-
en este o-aquel prelado á quien hayan logra- des calamidades que trabajan las entrañas
do alucinar ó corromper, creen haber ohteni- de nuestro país. ¿Qué fuerza no adquiriría
do un triunfoque robustece su fuerza y es- sobre el ánimo de los pueblos una ley á cu-
tiende ellirnite de sus facultades, cuandoen ya votacion contribuyeran los Obispos?
realidad solo alcanzan debilitar la influencia Bastan estas indicaciones para demostrar
de la Ileligion sobre el ánimo de los pueblos la importancia de lo que proponemos; pero
y sascitarse embarazos, Quizás se llevan las repetiremos todavía, que sise han de con-
cosas á puntos estremos, de los cnales no es seguir tan halagüeños resultados' ha de ser
pesihle retroceder sin confesiones dolorosas promoviendo el desarf()lIo genuinodelains-
al 'orgullo. dado caso que no se quisiera titucion,no falseándola por miras aviesa~ ó
saltar la valla y arrojarse desatentadamente intereses de momento. El bancode los Obls-
por un sendero de precipicios. pos en el alto cuerpo puede ser un áncora


Creemos" pues, que para evitar tan graves del' Estado, ó una cosa inútil, cuando no
peligros, y supuesto'que. atendido el espíritu dañosa: todo depende del modo con que se
de la época, si se quisiese que el gobierno realizase esta idea política; tododepende de
consultase á todo e) Episcopado, prohahle- si se buscarian dignos y celosos defensores
mente se conseguiría que no lo consultase v promovedores del hien de la Iglesia y del
nunca, seria conveniente que se declarase Estado, ó flexibles instrumentos para hacer-
qué tsdos los Arzobispos y Obispos sonrniem- los obrar del modo que se quisiese sobre el
hros natos del alto cuerpo, y que el Rey Estado y la Iglesia.
pud:iesedesignar en cada: convocatoria un
cierto número de ellos para que acudiesen á
'las Córtes. Asi se conseguiria: 1.0 Que las
iglesias de los Obispos convocados no esta-
rian largo tiempo sin pastores, pues que
sabiendo estos que son llamados únicamente
para aquella vez, sabrian que cerradas las
Córtes'debenvolverse ásus diócesis. 2.. 0 No
se establecerían distinciones que siempre
traen:consigoalgo de odioso, 3.0 El voto de
los:o.bispos.:en materias civiles sería mucho
masIlustrado ysólido , como fundado en da-j
los po~itiVOS, 'en conocimientos prácticos de




ARTICULO VII.


REFOmlA DE LA CONSTITUCION. cer su beneñcenciaen diferentes partespara acaudillar empresas, para figurar en
los primeros puestos de las asociaciones que
tengan por objeto acarrear beneficios; en
una palabra, es precisó que la casa del


Madrid 3 de julio de 18\~. grande hereditario represente por sí sola
,. i muchos intereses, que el voto del prócer


La formacion de un banco de próce~es 11 sea por sí bastantepoderoso para atraer nu-
hereditarios envuelve ciertamente una mira I merosas voluntades, y que de esta su.e.rt.6
de profunda política, porque en general las familias en que esten vinculadas las dig-
puede asegurarse que es provechoso á la nidades hereditarias sean como otros tantos
tranquilidad y bienestar de los estados el puntos céntricos, desde los cuales partan
crear instituciones que reprcsenten g~andes muchas ramificaciones qlW envuelvan en su
intereses del país, y sean al mismo tiempo red una porción considerable del país. En
independientes de la voluntad de los hom- no lográndose este objeto, la institucion sc-
bres. Todo lo que está encomendado. á la rá una cosa efímera; figurará en los artícu-
libre discrecion hnmana adolece de Cierta los de una ley, mas no influirá eficazmente
instabilidad , que ni le consiente echar hon- sobre la sociedad. Doscientos mil reales no
das raices ni ejercer su accion de una ma- alcanzan deseguroparatan vastasatenciones:
nera regular y saludable. Esta verdad se el grande cuya renta no esceda de dicha
aplica no solo á los pueblos sino tambien á cantidad podrá vivir en la corte con decoró,
los. gobiernos: reyes hemos visto que cega- mas no' le será dado derramar por los pue~
dos por su orgullo, ó engañados por.pérfi- blos notable~ beneficios , ni le sobrarán ca-
dos aduladores, ó conducidos por 1Il~ldIOSOS pitales para Impulsar y fomentarel.desarro-
consejeros, han hecho un uso malísimo de 110 de los intereses materiales.
sus prerogativas , dañando ú la nacion á cu~ Cuando en el Estatuto se fijó la renta
yo frente se hallaban, y zapando el mismo mencionada, tal vez se, tuvo en cuenta la
trono que se proponían engrandecer. consideracíon de que habiendo meuguado


Asi nada tenemos que objetar á la insti- mucho la renta de los grandes, y llevando
tucion de los próceres hereditarios conside- camino de menguar cada dia mas, si se hu-
rada en sí misma, pero abrigamos algun re- biese asignadouna renta mayorhabrian sido
celode que tal como se estableció en el Es- muy pocas las casasque hubieran disfrutado
tatuto , no había de llenar el alto objeto á del honroso privilegio. En el exámen de los
que se la destinaba. Ya indicamos en el ar- I documentos presentadosá la comision de ac-
tículo anterior que doscientos mil reales de 1 tas del Estamento de Próceres, se echó de
renta nos parecían poco para tan elevada I ver que era bastante dificil la justificacion
dignidad, pues que no se trata únicamente de 'la renta espresada, y ciertamente que en
de sostener con decoro el rango de grande lo sucesivo debiera serlo mucho mas, ya.
y de prócer, ni de asegurar la indcpenden- I por los quebrantos sufridos en medio de 'la
ciadel individuo, sino de introducir en el : guerra civil y vaivenes de la revolucion, va
alto cuerpo elementos de mucho prestigioé tamhien por las innovaciones hechas en'la
influencia, de otorgar influencia política á legislación de mayorazgos. ,
quien ya la tiene real y efectiva indepen- Todo esto significa la suma dificultad de
diente de las leyes políticas , de hacer que crear semejante institución de una manera
obre de una manera regular y permanente que pueda produciral pais beneficios positi-
en la esfera del gobierno lo que por fuerza I vos, é inspira el temor de que si no se to-
propia está ya obrando sobre la sociedad. masen muchas precauciones, fuera esta ley
Para que reunan estascircunstancias lospró- como otras tantasde España', que en los có-
ceres hereditarios es preciso que haya una digos lo son todo y en la realidad no son
razónparticularísima que motive y justifique nada. Añádase á esto el abatimiento en que
una distincion tan señalada; y por lo mismo !¡. han cai~o.las clases altas, n? solo po~ efecto
no basta queel grande pueda'sostener su po- de los últimos trastornos, sino también por
sicion con decoro y dignidad, ni que su ca- la accion debilitante que sobre ellas ha ejer-
sa ostente un lujo deslumbrador; es preciso 1'1 eido por mucho tiempo la monarquía, que
que le sobrenabundantescaudalespara ejer- lejos de sostenerlas como estaba en su inte-


52




-266 -
rés y en el de la nacion , ha trabajado por Imuy útil á la patria y el alcanzar éít :,lIa
'enflaquecerlas, v resultará ser muy dificil 1 elevada distincion son cosas casi siempre
el plantear en este sentido una institucion I inseparables. Asi, cuando se ve que una
que sea algo mas que un ensayo, y no se la I clase se ha levantadoá mucha altura sobre
pueda llevar el viento al primer soplo. Como 1 las demas , desde luego se puede inferir que
todas las plantas débiles, no podria soste- 11 ó por su inteligencia ó por sus virtudes, h~
nerse y levantarse sino con el ap~yo ~e otra '11 ejercido influencia muy provechosa; y .ul
mas robusta y encumbrada; y asi , siempre I contrano , cuando se nota que desciende de
que se intentase a!,go en este sentido s~ria II Sil rango, que va, perdi,endo el prestigio,. y
menester enlazar fuertemente la nueva ins- , los honores' y consideraciones que antes dis-
titucion con el trono, y no pensar en plan- ! frutaba, es de sospechar que se ha dejado
tearla sino en el supuesto de establecer nna arrebatar el cetro de la inteligencia o la pal-
constitucion muy monárquica. Lisonjearse ma de la virtud por las demas que á su lado
de que con una ley fundamental formada á se encumbran. En la sociedad como en la
semejanza de las constituciones modernas, naturaleza nada sucede sin causa; no hay
seria posible arraigar la institucion de pro- anomalías propiamente dichas: si pudiese-
ceres hereditarios, fuera no conocer la Es- mas penetrar en el seno de todos los objetos
paña , noconocer el espíritu del siglo, que y descubrir las' íntimas relaciones que los
ya de suyo tiende con vivísimo impulso á enlazan, hallaríamos que acontecimientos á
derribar cuanto se distinga por una sombra primera vista muy fortuitos, tienen causas
de privilegio, y abatir las eminencias que muy naturales y profundas; y que un orden
esceden del nivel que la democracia se em- d~ cosas raro y estravagante en la aparien-
peña en tirar sobre todas las cabezas. era ,no es mas que el desarrollo espontáneo


Hemos querido presentar con toda clari- de efectos íntimamente enlazados con sus
dad este importantísimo plinto de vista, por- causas, y sometido á una regularidad ad-
que creemos que' las naciones como los in- mirahle,
dividuos han menester que se les diga la Hubo un tiempo en que una apostura ga-
verdad, que se les haga comprender su si- !larda, un brazo de hierro y un corazon va-
tuacion, que no se les permitan ilusiones, liente y emprendedor, bastaban para ase-
que no se les deje meciéndose en vanas es- gurar á una clase poderosoaséendiente; v
peranzas. La España es comoaque!los enfer- esto, ¿, por qué? Porque sometida la socie-
mos que adolecen de graves y rebeldes do- dad á la dura ley de la fuerza, ó precisada
.Iencias; es preciso señalarle dónde está el por las circunstancias á emplearla de contí-
mal, fijar su carácter, indicarle Jos remedios, nuo para rechazar la invasión salvando las
mas no consentirle que se alucine , que se haciendas y las vidas de los ciudadanos, se
entregue con sobrada confianza á esta ó buscaba' naturalmente aquello que era de
aquella medicina; es necesario que no olvi- una necesidad lilas imprescindible y urgen-
de la necesidad de atender al mismo tiempo te. Por lo mismo el mas valiente debía ser
.á muchos objetos; es indispensable incul- el mas noble; las insignias de los blasones
carle , que si bien urge muchísimo su recr- debian contarse por los trofeos de las victo-
ganizacion política, esta no es suficiente, I rias; la influencia sobre losnegocios públicos
pues que cualquiera reforma que se intente, graduarse por la pujanza del brazo que sos-
cualquiera institucion que se plantee, cual- tener pudiera en el campo de batalla el die-
quiera ley que se establezca, ha de resentir- támen emitido en el consejo. A medida que
se inevitablemente de las circunstancias, y anduvieron variando las circunstancias, y
ha de llevar en su seno muchos gérmenes de que la sociedad, si bien de vez en cuando
destruccion, merced á la disolvente atmós- necesitaba combatir , habia menester mu-
fera en que habrá de nacer y vivir. cho mas la protecciony direcciou de un po-


La clase que en un sentido cualquiera der dotado de grande inteligencia y energía
obtenga el mencionado privilegio, es preciso moral, el trono que satisfacia cumplidamen-
que se convenzade la imposibilidad de con- te estas condiciones, adquirió decidida pre-
servarle si no hace grandes esfuerzos para ponderancia sobre todas las instituciones
pagar con beneficios al pais las prerogativas poltticas. En este caso las clases que quisie-
que ~e o~orguen las leyes. La historia y la I ran conservar su antiguo ascendiente dehian
espenencia estan enseñando, que el ser I colocarse alrededor del monarca, pero de




- 267 ~-
tal manera que no trocasen sus prerogativas )i el deber'y la necesidadde ser civilizadoras;
aristocráticas por lasdistinciones cortesanas. : y que cuando se olviden de su mision caerán
Este objeto no se podialograr sin que la cla- 111 irremisiblemente. Su caida se.rá un efecto
se privilegiada marchase al frente de la so- I natural del curso de las cosas, y ademas un
?iedad, adelantándose á las .r~formas ~;Ille- 1I cas:igo ~e ~a.Prov¡del~Gia. . .
Joras demandadas por el esptruu del siglo,y ii El pnnclplO enunciado se verifica de di-
procurando defender su elevacion, justifi- l' versas maneras segun la diferencia de los
cándolacon la superioridad de la inteligen- i estados sociales: p'~ro ohservando atenta-
cia y con la energía de accion en pro de los ! mente lasdistintas fases (lue nos presenta la
intereses comunales. Preciso es confesar 'l· historia del liuagc humano, le vemos siem-
que en España no sehizo asi: ora. señalemos I pre realizado de un Diodo admirable.
por causa la política de Jos reyes, ora las La sociedad actual, tan desenvuelta en
condiciones de nuestro estado social. ora el I! todos sentidos, exige grandes esfuerzos de
descuido de Jos mismos nobles, Jo cierto es 1 quien desee colocarse á su cabeza. Tres son
que el efecto ha sido eJ mismo. La aristocra- I! las necesidades cuya satistaccicn forma el
cia que mejor ha comprendido su verdadera I objeto de su anhelo : el desarrollo de la in-
posicion ha sido la inglesa; los lores no se ir teligencia , el afianzamiento y estension de
han contentado condisfrutarpingües rentas; la moralidad, y el progreso de los intereses
con adornar su pecho con cruces y bandas, materiales , conciliado con el bienestar ge-
con obtenerel favor de sus reyes, conintri- neral : tres puntos en que debe tener fija su
gar en los salones de palacio, sino que han vista toda clase que se proponga conservar
cuidado siempre de acaudillar los ejércitos y ú obtener eonsideracion y ascendiente.
las armadas, de ocupar los mas elevados En otras épocas bastáhale al militar saber
puestosdel Estado, dedirigir la diplomacia, I las materias de su profesion , al eclesiástico
de impulsar el desarrollo de los intereses I conocer las correspondientes á su sagrado
industriales y mercantiles, de señalarse por ministerio, al magistrado las que le eran
sus vastos conocimientos en todos géneros, necesarias para la recta administracion de
de \lO consentirque ninguna otra clase los justicia; y asi, encajonados los individuos y
aventajara cuando se tratase, ya del mérito las clases en sus respectivascarreras, quien
individual, ya de celoy desprendimiento en se aventajase en la propia, por mas que sus
beneficio de la prosperidad y grandeza de sur conocimientos no se cstendiesen á otros ob-
patria. Todavía mas; conociendo que conel jetos, podia estar seguro de pasar plaza de
trascurso de los siglos las razas se debilitan I sabio y merecer las consideraciones que co-


• y se estinguen, y que algunos individuos mo tal le eran debidas. Mas ahorano basta
de las clases medias y hasta de las íntimas, poseer á fondo una ciencia, es necesario
á fuerza de talento y laboriosidad se levan- adenias tener alguna noticia de todas, por-
tan sobre el nivel en que los constituyera que atendido el carácter de generalidad y
su nacimiento, ha procurado la aristocracia trascendencia que se ha comunicado á todos
inglesa atraerse v asimilarse los elementos los ramos del humano saber, atendida la
nuevos que pudieran darle fuerza y presti- irrupcion que por decirlo asi hacen de con-
gio, y que dejados en otra esfera, larde ó tinuo las unas ciencias en el terreno de las
temprano hubieran podido formar clases po- demas, atendida la estension y variedad de
derosas que contrapesasensu influencia. aplicaciones que á toda clase de objetos está


No ignoramos que instituciones semejan- haciendo la actividad del siglo, no es dable
tes no se improvisan; sabemos que el espí- tomar parte en las discusiones científicas, ni
ritu del siglo, de suyo tan democrático y participar de la accion que se ejerce en la
nivelador, se opone de una manera irresis- práctica de los conocimientos, sin poseel
tible á que en ningún pais del mundo se instruecion vasta, y amenizada de tal suerte
forme en la actualidad una aristocracia que á lo útil y. grave se una lo agradable y
semejante á la de la Gran Bretaña; mas esto lo bello.
no veda que en lo presente como en lo ve- La desmoralizacion que rápidamente va
nidero, se haya de verificar nn principio cundiendo, merced á las disolventes doctri-
social de eterna verdad, á saber, que todas nas de incredulidad y escepticismo, produce
las clases civilizadoras llegarán á ser clases tarnhien en la sociedad actualun sentimien-
altas, asi como todas las clases altas tienen to vivo de la necesidad de atajar el daño,




ARTICULO VIII.


Madl'id t o de julio de 184'0.


- ~()8 -
:est~~leciendo el imperio de la sana,moral é I v.e un nombre ilustre, de nad~ cuantiosas
impidiendo que los adelantos sociales se I nqnezas , de nada una larga sen e de distin-
vean amen~~ado~ en el rorven!r á causa de I guidas condecoraciones, de nada,el ocupa~
la ,d~s~paflclOn o amoruguamíento de los I por las leyes un alto puesto del Estado, SI
p:IIlClpl~S morales, sm los.que no puede vi- el per~onaje no figura por sus conocumen-
VII' el genero humano: aSI notamos que los! tos, SI no-se ha señalado por su celo en pro
hombres mas aventajados en la ciencia diri- 1


11


de las mejoras de la situacion moral y mate-
ge~ muy partícUla1'l1.1e~te su atención á este rial de los pueblos, si no ha impulsado gran-
objeto , y ~anto los gobiernos como los pue- , des empresas. La sociedad quiere palpar los
hlos ?~ apltan por resolver el problemade la I1 beneficios que le produce; no se deja des-
conciliacion de la buena moral con el desar- I¡lumbrar ni por brillante oropel, ni por esté-
rollo de la inteligencia y el cultivode los in- I riles riquezas: mide á la persona y ti la clase
tereses materiales, I no por lo que aparentan sinopor loque valen,


El fom?nto de estos. intereses es otra de no por lo que deslumbran sino por lo que
las necesidades de la epoca presente. Vano aprovechan.
fuera el empeño de detener el movimiento; I
lo que.conviene es dirigirle, regularizarle y I
quitarle en cuanto sea posible lo que tenga
de dañoso. En una nacion donde se formase I REFOmIA DE' LA CONSTITUCION.
el insensato empello de oponerse á ese irre- I
sistible impulsohacia las mejoras materiales, I
que es uno de los caracteres que mas diS-¡
tinguen á nuestro siglo, sobrevendrían por
necesidad complicaciones gravísimas , y sin
obtenerse mas resultado que acarrear al país :1
muchos retrasos é inmensos perjuicios, la! A mas de los Obispos y de los grandes,
mano imprudente que hubiera intentado pa- I pueden entrar en la ?ámara alta otras perso-
rar el tiempo en su carrera, sería hechape- nas que reunan lascircunstancrasnecesarias
dazos, Así no basta hablar con desden de las para darle prestigio é intluencia. Verdad es
luces del siglo, no basta lamentarse de los I flue antiguamente no suce~ia asi, pero no
males que acarrea el desarrollo de la indus- deja de haber algunos motivos para seme-
tria y comercio, no hasta volver Jos ojos há- jante mudanza. Cuando las clases privile-
cía ti~mpos que pasaron, y ponderar las giadas eran las únicas poderosas, y l~s
ventajas que llevaban al presente; es preci- demas no se les acercahan con mucho en 1'1-
so tomar las cosas tales como son, no como queza, ni en saber, ni en ascendiente sobre
se quisiera lIue fuesen: en cada época los el ánimo de los pueblos, ni en abundancia
hombres que han de dirigir la sociedad es de medios para influir en los negocios púhli-
necesario que comprendan cuál es el espíritu cos , era natural que al formarse un cuerpo
que la anima, cuáles son sus tendencias; v político privilegiado solo le constituyesen
en vez de empeñarse temerariamente en lu'- ellas, negándose la entrada á todas las otras;
chal' con la naturaleza de las cosas, deben pero habiendo menguado considerahlernen-
tratar de remediarlas en lo que tengan de te, cuando no desaparecido, las riquezas de
malo, de aprovechar y fomentar lo q'Ue en- aquellas clases, habiendo perdido mucho de
cierren de bueno, todo con accion lenta, su influencia antigua, viéndose igualadas y
suave, acomodada al siglo en que viven, á veces escedidas por las industriales y mer-
dejando siempre una larga parte á uno de cantiles, y hasta por las científicas y litera-
los principales agentes en la formacion de rias, habiendo adquirido grandes propiedades
las grandes obras: el tiempo. territoriales familias plebeyas, claroes que la


Quien desee, pues, acaudillar la sociedad aristocracia se ha modificado profundamente,
del siglo XlX es indispensable que procure y del camhio que se ha realizado en la socie-
aventajarse á los demas en la ciencia, que dad es preciso que se resientan las institu-
trabaje en restaurar, arraigar y estender la ciones políticas.
moralidad, en mejorar la situacion de las De esto ha dimanado que se introduzcan
clases numerosas, y en impulsar el desarro- en el alto cuerpo aristócratas de nueva crea-
lo de los prúgresos materiales De nada sir- cion, ora lo sean por sus muchas riquezas,




- 2~9 -
ora por su saber, ó por ros puestos que ha- cansa pública una hornadade próceres des-
yan obtenido en el Estado. Pero este prin- acertada? ¿, Cuántos embarazos no pueden
cipio se le ha llevado hasta la exageracion, suscitarse al trono, cuántas complicaciones
mayormente cuando se ha añadido la mira no pueden acarrcarse al país? En vista
de dar al poder real grande influencia en el I de estas consideraciones espondremos sen-
alto cuerpo por medio de la facultad de I cillamente de qué manera se podria cons-
hacernombramientos de un número ilimitado :1 truir en nuestro concepto la cámara alta.
de individuos, para vencer con el auxilio de I 1.0 Todos los Arzobispos y Obispos de-
estos recien venidos la resistencia que enlos j hieran ser miembros natos, dejándose al
antiguos pudiera encontrar, ó dar asientoen '1 monarca la libertad de convocar un cierto
los escaños de los legisladores á los perso- ji número de ellos. -
najes que mas fueran de su agrado. No di- 2.o Podria admitirse lo asentado en el
remos que este principio no sea altamente Estatuto de serlo tambien todos los grandes
político ,pero es preciso no olvidar que sino de España , pero debieran disfrutar á lo me-
se le aplica con mucha parsimonia puede nos 300,000 reales de renta.
atacar el alto cuerpo por su basa haciendo 3.o Debieran entrar algunos propieta-
muy precaria su independencia. Asi creemos rios que disfrutasen una renta en bienes rai-
que seríamuy conveniente que la eleccion ces de 150,000 reales; y parece que sería
del monarca estuviese sujeta á la limitación bueno determinarun cierto número del cual
de una gran propiedad, y que si para dejar no pudieran bajar.
al trono cierta latitud y desembarazo se juz- , 4.o Si se admitiesen otras clases, de-
gara útil rebajar en ciertos casos la renta 1


1


heria exigirse al mismo tiempo una renta
del elegible, esa parte móvil de la cámara de 100,000 reales, de loscuales la mitad al
alta se encontrase con un número fijo de menos fuese en bienes raíces; y si se cono-
grandes propietarios, y por lo mismo su ciera útil dar cabidaá algunos empleados de
preponderancia no pudiese ser demasiada, las mas altas categorías, convendria poner-
y solo sirviese para restablecer el equilibrio les muchas limitaciones de edad, de añosde
que las circunstancias hubieran alterado. servicios, y cuando pudiese contribuirá dar


En otro artículo hicimos algunas observa- alguna garantía de acierto.
ciones sobre la latitud del Estatuto Real en Manifestada nuestra opinion sobre la cá-
esta parte, haciendo notar que pudiendo ser mara alta, vamos á decir en dos palabras lo
nombrados próceres todos los que hubiesen que pensamos sobre la popular. En nuestro
sidosecretarios del despacho, procuradores concepto no debiera entrar nadie que no
del reino, consejeros de Estado, embajada- disfrutase una renta en bienes raices, cuan-
res ó ministros plenipotenciarios, generales do menos de 20,000 reales; y aun en este
de mar ó de tierra ó ministros de los tribu- caso sería precisa tomarlas debidasprecau-
nales supremos, y ademas los que en la en- ciones para que no se falsease la ley. En el
señanza pública, ó cultivando las ciencias ó Estatutose exigian 12,000, Yademas hubo
las letras, hubiesen adquirido gran renom- el inconveniente de -que con la latitud que se
bre y celebridad, se abria tan ancha puerta i concedió en el examendeactas, éntraron di-
para entraren el Estamento, que apenas se I putadosque no reunian la condicion exigida;
escluia ninguna persona de alguna distin- pero esto se podria evitar muy facilmente,
cion. Por esta causa sería muy conveniente ya sea conalgunas precauciones que se con-
que se limitase el círculo de los elegibles, signasen en la misma ley fundamental, ya
ya exigiéndoles mayorrenta de la que en el con otras que se renovasen para la elec-
Estatuto se exigia, ó bien otras condiciones tora!.
{¡ue se reuniesen en menor número de indi- I Vamos ahora á examinar rápidamente los
viduos. Es preciso considerar que una divi- I dernas puntos que debieran tenerse presen-
nidad vitalicia, y que tanto influjo puede tes en la formacion de la nueva ley. El Esta-
ejercer en los grandes negocios del Estado, tuto previene en el artículo 33 que para la
no puede quedar abandonada á merced de formacion de las leyes se requiere la aproba-
un ministro; y á merced de un ministro que- cion de uno y otro Estamento y la sancion
da si no son muchisímas las dificultades de del rey. A primera vista esta doctrina pare-
que se rodee el círculo de los elegibles. ce muy corriente; sin embargo, ora aterida-
¿Cuántos inconvenientes no puede traer á la mos á la antigua legislacion de España, ora




- ~70-
á la facilidad de ejecutarse lo que en el artí- siguientes palabrasque espresan claramente
culo se prescribe, no dejan de ofrecerse el poder legislativo: «y mandamos que se
muchas dificultades. No queremos decir que guarden, cumplan y ejecuten las leyes que
las Córtesno intervengan en [a formación de van en este libro, y se juzguen y deterrni-
las leyes, pero sí creemos que es algo aven- nen por ellas todos los pleitos y negocios
turado el establecer en g-eneral que los mo- que en estos reinos ocurrieren, aunque al-
n~rcas por sí s?los nopl~eda~ hacer ninguna, gunas de ellas sean nuevamente hechas, y
DI aun con carácter (~e mterma. tos autores ordena~as, y aunque no hayan sido publi-
del Estatuto pretendieron no hacer mas que '1 cadas m pregonadas, y aunque sean dife-
restahl:c(~r las antiguas leves fundamenta- i rentes ó c?~trarias á las ?t:ras leyes y Cftpí-
les, y sinernbarzo.en estas se encuentra que ' tules de Cortes y praqmátieae que antes de
los monarcas tenian el poder legislativo. «La :1 ahora ha habido en estos reinos: las cuales
facultad .dehacer ll1~evas leyes, dice Marina, :1 qu~remos que de a~(lJi ,adelante no ten.'lan
de .sanclOna~, modificar y aun renovar las ¡i autandad al.'luna III se Juzgue por ellas sino
antiguas habiendo ~azon y justicia para ello, ¡i solmllen~e Val' las de este lihro.»
fue una prerogativa tan característica de '1' ,Pre,scllldlendo del pun~o de vista legal é
nuestra monarquía, como propia de los va-I' histórico , aten~amos únicamente á la con-
sallos respetarlas v obedecerlas.» I veruencra política. ¿No pueden venir mu-
. y no ~orque Marina intentase negar la . cho~ casos en que sea necesaria la promul-
íntervencion de las Córtes, ó no encontrase gacion de una ley, y por otra parte no esté
diferencia entre las leves que se hacian en en el interés del Estado la ccnvocacion de
ellas y las que emanaban de la sola volun- las Cortes? ¿ Por qué se deberá negar al
tad del monarca. Hé aquí cómo se esplica monar,ca la fac?ltad, de hacerla, ~iquieI'a con
sobre este punto. «Porque las leyes de los el carácter de ~ntefl,na, y someh,éndola des-
prineines. dice , aunque no necesitan para r~l~es a su debido tIell~po al, examen de las
su valor el consentimiento de los vasallos, Cortes? ¿No estamos viendoa cada paso que
y deben ser obedecidas solamente rol' el el gobierno se toma esta libertad, á pesar
hecho de dimanar de la voluntad del sobe- de lo prevenido espresamente en la Consti-
rano, con todo eso jamás se reputaron por tucíon? lo Por qué no habia de ser mejor el
leves perpétuas é inalterables sino las que otorgarle francamente este derecho, que el
se' puhlicahan en Cortes. Las que carecian s~ljetar~e á,un,a prohibicion de que se desen-
de esta solemnidad debían ser cumplidas y tiende lllr~lllglendo la ley? ,
obedecidas en calidad de pragmáticas, 01'- Es p~e?lso no perder de vista que nn,es-
denanzas, provisiones, cartas ó cédulas rea- tros hábitos, nU,estras Ideas monarqurcas
les. que no siendo por su naturaleza inva- n.os llevan a considerar al trono como auto-
riables, podianser reformadas. dispensadas fld~d soberana, no s~lo en cu~nto á la eje-
y revocadas por el monarca reinante v sus CUClOn de las leyes, sino tamhien en cuanto
sucesores.» .• á su formacion. El gobierno que recibiendo


El poder le~isliltivo de nuestros sebera- las !nspiracione.s de la sociedad, parti~ipa de
nos es cosa siempre snpuesta en nuestros las Ideas y habitas de los pueblos, siente la
códigos, (Ordenamos v mandamos dice fuerza del poder real tan pronto como co-
Felipe n. que cuando S'fl tratare en n;wstra mienza á emplearla; yasi es que no se de-
conseJo de hacer alqll'/1a ley nuera Ó '(Ita.'l- ti~ne por el débil reparo d~ un articulo es-
mática. ó de deroqar ó dispensar con alguna cnto cuando se trata de. ejercer actos pa~a
leu, havan de concurrir v concurran en un los cuales se cree autorizado por las anu-
voto todoslos del consejoque se hallaren pre- guas leyes, y por las ideas, sentimientos y
sentes en el consejo. ó por lo menos las dos costumbres de la inmensa mayoría del pue-
prates , y nos lo consulten para que pmlJea- blo español.
mnsen ello lo que convenga á nuestro ser- En el artículo :H del Estatuto se dice,
vicioy al bien público denuestrns reinos.» que con arreglo á la lcvI.", tít. 7, libro6 de
(Nov,·Recop, , lib. '2, 111. 1 . ley 8,) la. Nov. Recopilacion,·no se exigirán tribu-


La pragmática que precede a', citadocódi- tos ni contribuciones de ninguna clase sin
go, en el cual seconservan todavia nuestras que á propuesta del rey loshayan votado las
antiguas leyes, fue hecha y promulgada por Cór~es; y en el 3,ij s,e añade que las contri-
el mismo monarca, y en ella se notan las buciones no podran Imponerse, cuandomas,




- 2'j~ '-
siao..por término de dos años, antes de cu-
yo plazo deberán votarse de nuevo por las
Córtes. Preciso es confesar qué en este
punto se hizo una innovacion de la mayor
trascendencia en nuestras antiguas leyes.
Vamos á demostraría. La ley á que se refie-
re el articulo citado es la siguiente: «Los
reyes nuestros progenitores establecieron
pOI' leyes y ordenanzas fechas en Cortes,
que no se echasen ni repartiesen ningunos
pechos, servicios. pedidos, ni monedas, ni
otros tributos nuevos, especial ni general-
mente en todos nuestrosreinos, sin que pri-
meramente sean llamados á Cortes los pro-
curadores de todas las ciudades v villas de
nuestros reinos, v sean otorgados'por los di-
chosprocuradores que á las Cortesvinieren.»


Por el testo de la ley anterior se echa de
ver que las antiguas Córtes debían símter-
venir cuando se trataba de imponer nuevas
contribuciones ,pero no era necesario s,u
consentimiento para cohrar las ya establecí-
das; y sin duda que el principio de gobier-
no entendido de esta manera, entraña ma-
yor sabiduría que los artículos de las cons-
tituciones modernas. Porque ¿cual es el
objeto de la intervencion de los pueblos por
medio de las Córtes en la imposición de los
tributos'? Esel evitar que se bagan pedidos
injustos y arbitrarios, y precaverse contra
la codicia de unos malos gobernantes que
quisieran chupar la sangre de la nacion;y
paraesto.j.esnecesario acasoque las Cortes
anden examinando de continuo cada año ó
cada dos años los presupuestos) y que otor-
guen al gohümlO la facultad de cobrar ó se
la nieguen? No ciertamente: lo que se .n.e-
cesita es que cuando se impone una contri-
bucion se averigüe con mucho detenimiento
cuál es el objeto á que se la destina) exa-
minando al propiotiemposi encierra alg? de
injusto ófalto de equidad, si es demasiado
gravosa á los pueblos, si, tanto con respecto
á la cantidad como á las bases con arreglo
á las' cuales se la distribuye, adolece de
algun defecto. Por lo dcmas, tanto dista de
ser prudente el examinar todas las contri-
buciones cada afio ó cada dos años,que ha-
brá muchas sobre las que un tiempo seme-
jante será insuficiente del todo para que se
pueda formar juicio de ella.
, A primera vista nada mas atractivo y se-
ductor que el artículo en que se previene
que antes de votar las Cortes las contribu-
ciones que hayan de imponerse, se les pre-


sente por los' respectivos secretarios del
despacho una esposicion en que se mani-
fieste el estado que tengan las varios ramos
de administracion pública, debiendo des-
pues el miuistro de Hacienda presentar á
las Córtes el presupuesto de gastos vde los
medios de satisíacerlos; pero en la realidad
todo esto no ha sido para el puebloespañol
mas que una ilusion cruel, si es que en su
inmensa mavoría ilusión haya tenido. Mas
de diez aftas llevamos ya de este sistema,
¿y qué ha sucedido? El gohiernoha cobra-
do las contribuciones sin el consentimiento
de las Cortes, cómo y cuando le ha parecido
bien. Si alguna vez no ha creído conveniente
hacerlo de esta manera, ha pedido una au-
torizacion, y las Cortes, que tan celosas de-
bieran ser en este punto ,la han otorgado
sin dificultad; Cuando se han llegado á exa-
minar los presupuestos, la diScusion ha
presentado dos fases. ¿ Se trataba de algun
punto que se rozase con la política,' con las
pasiones del momento'? j Oh! entonces el
celo de los representantes de la nación no .
reconocia límites. Tanto era el ardor con
que entraban en la disputa; que por lo co-
mun se olvidaban de la cuestion; traíanse á
cuento las miserias de los partidos y de los
individuos, encrudecíase la lucha, los áni-
mos se exaltaban con el choque, y lo que
era asunto de una pequeña asignacion daba
pie á una sesion estrepitosa. Menudeaban
entonces las interpelaciones, los terribles
cargos al ministerio, las palabras amenaza-
doras, los siniestros recuerdos de la omino-
sa década .Tos aciagos anuncios del porve-
nir. Pero si los artículos del presupuesto no
eran de tal naturaleza que pudiesen servir
para levantar por, medio de ellos pasiones
políticas, ó bien los directores de las tem-
pestades no creian que fuese aquel el 'mo-
mento oportuno para atronar el cielo- y la
tierra, entonces la discusion de' los presu-
puestos , por grandes que fuesen las canti-
dades de que se tratase, por dificultades
que ofreciera la materia, por mas que pu-
diesen campear en la arena parlamentaria
las altas capacidades económicas y ren-
tísticas', entonces, repetimos, y á pesar de
estímulos tan poderosos, el celo de los re-
presentantes se enfriaba, las sesiones eran
fastidiosas á muchos de ellos, la discusión
se arrastraba con languidez como enfermo
moribundo, hasta que al fin se estinguia
cual fuego sin pábulo.




- ~72-
Díganlo los españoles todos, diganlo.con 1hombres masnulos, mas perversos é infames


la mano puesta sobre el corazon, si el.cua- que se vieran jamás, todo por la sencilla é
dI'O que acabamos de trazar no es exacta- inocentísima razon de que se quiere derribar
mente fiel. Digansi, no obstante los artícu- I al ministerio y los candidatos del nuevo son
l~s escritos, ,han visto disminui~ sus cargas; I,os oposi,t~res, ¿ qué necesidad hay de dejar
digan SI Jamas tuvieron un gobierne peor y I a la ambicien tan anchurosapuerta, de suer-
mas caro. te que pueda acechar el momento oportuno


El objeto de estas prevenciones suspica- en que se acaba el plazo de las contribucio-
ces que se consignan en las leyes funda- ¡nes votadas por las Córtes, y suscitar adre-
mentales modernas, es tener lo que se llama I de una complicacion, que ó derribe al mi-
una arma contra el poder para esgrimirla nisterio I Ó le ponga en la necesidad de
siempre que se crea necesario ó conveniente. infringir la ley cobrando contribuciones no
Hé aquí cómo discurren las escuelas revolu- votadas? r
cionarias: sin voto de, Cortes no hay contri- ¿ Sabeis lo que significa el decir á un go-
buciones , sin contribuciones no hay dinero, bierno «no cobrarás ningun tributo, » y al '
sin dinero ningu~ gobierno vive; cuando Ipu~blo , « n.o ~~bes pagarlo á los que te .10
queramos, pues, Imponerle respeto o ame- exijan?» Significa nada menos que decir:
drentarle , ó forzarle á algun paso que le sea « sociedad, quedas sin gobierno, el poder
costoso, le diremos: « tú eres muy libre que te. regía ha caducado por cierto tiempo,
para hacer lo que quieras, pero si nos dis- no vale nada hasta que nosotros le rehabili-
gustas firmaremos tu sentencia de muerte; temos; durante el interregno defiende tus in-
el suplicioserá cruel, perecerás de hambre.» tereses como mejor entiendas. » Significa lo
Este discurso es recibido como cosa muy mismo que decir: «ejército, deja las armas


, corriente, muy juiciosa; y sin embargo, en y vete adonde quieras. Armada, recoge las
otra época en que no se hallen atacadas de . velas, interrumpe todas las espediciones,
vértigo las cabezas de muchos que se pre- ! abandona los apostaderos, y deja que los
tenden publicistas, será mirado como cosa I cascos se pudran en el primer puerto adon-
estravagante é insensata. de puedan arribar. Magistrados que adminis-


Vamos á demostrarlo de una manera muy trais justicia, cerrad vuestros tribunales y
sencilla. O el gobierno en cuestion habrá dejad que el ratero, elladron, el asesino,
llevado su arbitrariedad y tiranía hasta tal el falsario, el incendiario campeen á sus an-
punto que haya traído sobre su cabeza la in- churas. Empleados todos que en un sentido
dignacion de los pueblos, ó no. Si lo primero, cualquiera I'ormais parte de la administración
ni él se detendrá por los ohstáculos que le pública, que protejeis ó fomentais grandes
oponga la ley fundamental, ni por mas que mtereses , vuestra mision se concluyó, nada
las Córtes le hayan condenado á morir de teneis que hacer. Alcaides que guardais á
hambre, dejará de tomarse el alimento por ' los presos, directores de los cstahlecimien-
sí mismo con la punta de la espada, ni es tos de penados, abandonad vuestro puesto,
probableque el negocio se detenga en votos abrid las puertas de los calabozos, quitad las
de Cortes, pues que en casos tan estremos cadenas á los presidiarios; estos infelices de-
la historia y la esperiencia nos enseñan que heríanmorir de hambre, porque el gobierno
las pasiones y los intereses de los pueblos no tiene un cuarto con que sostenerlos, y
suelen tener órganos algo mas eficaces que pena de muerte no se la han señalado las le-
los oradores parlamentarios. Cuando ha lIe- yes, y si tal fuera, no sería de hambre. Es-
gado el sufrimiento á agotarse, cuando nada tablecimientos de beneficencia, todos losque
han podido los ruegos, las esposiciones de- dependéis del gobierno, van á perecer Jos
corosas, las reclamaciones vivas, las protes- niños espósitos, los enfermos, los ancianos
tas enérgicas, entonces llega para las desvalidos. Embajadores de la nacion que
naciones una de aquellas crisis formidables , sosteneis su honor y representais su digni-
en que comienzan á dar rugidos las entrañas I dad en las cuatro partes del globo, recoged
de la tierra, sobreviniendo al instante Una 1I el pahellon que ondea orgulloso sobre vues-
esplosion espantosa. Si el gobierno no ha I tras casas, y á quien os pregunte la causa,
llegado á tal estrerno , si solo ha tenido la 1 decid, que no es otra que la miseria. ))
desgracia de malquistarse con algunos di- 11 « Este cuadro, replicareis, está muy re-
putados que tienen á los ministros por los cargado.» Pues nosotros pretendemos. que




- !73 -
no hemos hecho mas que situarle á la luz
correspondiente para que pudiera ser visto
tal como cs. En efecto, vuestro artículo
constitucional será una verdad ó no: si loes,
el cuadro es fídelísimo : si no lo es, ¿eómo
podeis defender con lanza en ristre lo que
reconoceis mentira? Mentira será porque el I
gobierno no se ha de resignar á morir de
inanicion por no quebrantar la ley; y si vos-
otros para aleccionarle le derribais, de nada
habrá servido el artículo tan decantado: en
el primer caso reinará la arbitrariedad, en
el otro la anarquía, la ley en ninguno.


SOBRE LA UIjTnIA CRISIS.
Escrito en Barcelona en 10 de julio de 1BH, Ypublicado en M:uJrid


el 17 del mismo mes.


La nación acaha de atravesar una crisis
gravísima que ha producido muchos males,
pero que no dejará de acarrear algunos bie-
nes. Muchos males, como sonla incertidum-
bre de la marcha política, la ausencia de
todo sistema, la desorganizacion de todos
los ramos administrativos, la desconfianza
de los ánimos, la exaltacion de las pasiones,
el fomento de las esperanzasde lospartidos,
que todavía no han renunciado á perturbar
el pais. Algunos bienes, como son el dar á
conocer á los hombres, poner en claro la
yerdadera situación en que nosencontramos,
y aumentar asi mas y mas el caudal de es-
periencia que todos los días va atesorando
la nacion. Este es un bien, un bien de mu-
chísima importancia, porque los pueblos co-
molos individuos no han adelantado poco
para encontrar el remedio de sus dolencias,
cuando han conocido cuál es el mal que pa-
decen , y saben á punto tija cuál es el orí-
gen de que dimana.


Con la caída delministerio Gonzalez Bra-
bo se organizó el presente, del cual el pais
ten, ia derecho á esperar que imprimiria á los I
negocios una marcha firme y decisiva : des-
graciadamcnte solo ha tenido ocasion de co-
nocer de qué modo se le gobierna, y con
cuán inescusahle lijereza se conducen en
España los grandes negocios del Estado.
Uno de los miembros mas importantesdel
nuevo gabinete. no solo por la cartera que
seleencomendaha, sino tamlnen por su po-


sicion particular y por la elevada rnision que
acababa de recibir de S. M. la Reina, se ha-
llaba ausente, en camino para Londres,
cuya embajada se le habia encargado. Era.
de suponer que al llamarle de nuevo para
ocupar una silla en el consejo de ministros,
se habrian tenido en cuenta sus opiniones,
no ignoradas de cuantos le conocian; y que
por lo mismo estarian los nuevos ministros
dispuestos á seguirlas. Proceder de otra ma-
nera parecía impropio de hombres de Esta-
do, pues que la uniformidad de opiniones es
una condicion indispensable para formar un
ministerio compacto.


Tal era el aspecto que los negocios pre-
sentaban mirados de lejos; pero los que ha-
bian tenido ocasionde adquirir algunos da-
tos sobre la verdadera situacionde las cosas,
V cuantos no olvidaban que aqui se marcha
~ la aventura 'sin darse mucha pena hoy por
lo que pueda suceder mañana, sospechaban
con harto fundamento quc la uniformidad
ministerial seria una palabra vana, que un..,.
daria algun tiempo en las columnas de los
periódicos hasta que los hechos viniesen á
desmcntirla.


La salida de Lóndres del marqués de Vi-
luma dirigiéndose á España para encargarse
de la secretaría de Estado, significaba mu-
cho para los que ignoraban que el marqués
obedeciaá una insinuación de aquellasá que
no puede resistir un caballero. pero que no
quitan la libertad de seguir el dictamen de
la conciencia cuandollegue el momento de-
cisivo de obrar como ministro, convirtiendo
en actos públicos las opiniones particulares.


Tan pronto como hubo llegado á Barcelo-
na el marqués de Viluma , comenzaron á
circular rumores muy graves sobre diver~
gencias de los ministros en puntos de ,lama-
yor trascendencia. tos periódicos de la opo-
sicion principiaron haciendo indicaciones
sobre peligros de la Constitucion y planes
reaccionarios en diversos sentidos. La pren-
sa llamada de la situacionprocurabaatenuar
el efecto producido por las palabras de sus
adversarios, y se esforzaba en persuadir
que los ministros estaban en el mejoracuer-
do . y que si alguna disidencia podia existir
entre ellos, debia de versar sobre objetos


,de escasa importancia. Vano empeño: la opi-
nion pública daba á los espresados rumores
toda la gravedadque se merecian; y á pesar
de las protestas de ciertos órganos de la
prensa, no hahia quien no_S!"eyese que es-,


,')')




-- 214-
tábamos en UM crisis cuvo desenlace habia
de ser, ó la salida de "un ministro, ó un
cambio en la direccion de los negocios.


Andúvose aclarando cada dia la situacion,
los rumores circulaban mas' acreditados v
circunstanciados, era mas vivo en unos el
grito de alarma, menos fuertes en otros las
denegaciones; hasta que al fin, con la sali-,
da de Madrid de tos cuatro ministros" para
Barcelona, y con las indicaciones de los
mismos periódicos que mas se habian empe-
üado en atenuar á los ojos del público la
gravedad de la crisis, no pudo quedar nin-
gun género de duda de que esta era muy
trascendental, y de que las disensiones el1-
tre los individuos del gabinete versaban so-
hre objetos de la mas elevada importancia,


En negocios de esta clase, de suyo reser-
vados, y que en la parte que se deja traslu-
cir estan demasiado sujetos al influjo de en-
contrados intereses y opuestas opiniones,
para que puedan menos de envo!verlos en
una nube de coufusion, que puede hacer
incurrir en numerosas ygrnves inexactitu-
des, es sobremanera dificil emitir un juicio
tlue tenga las debidas prendas de acierto; y
aconseja la prudencia el no formarle, ni mu-
cho menos manifestarle, sino estribando en
suposiciones de cuya verdad no responda el
escritor, dejando á la discrecion del público
el que les dé el valor que se merezcan, se-
gun las noticias que hayan circulado y el
carácter de los acontecimientos que hayan
ocurrido, Estas consideraciones procurare-
mos no olvidarlas en el presente artículo.


En primer lugar, parece fuera de duda
que la disension entre los miembros del ga-
binete ha versado sobre puntos de la mayor
trascendencia: de otra suerte no fuera da-
ble esplicarla retirada de un homhreá quien
se hace venir del estrangero, abandonando
una embajada importante para la cual se le
acahaba de nornhrar , teniendo al país por
espacio de dos meses sin ningun sistema de
gobierno, solo por esperar el votodel espre-
sado individuo, Vano seria el empeño de
persuadir otra cosa á la nacion, vano seria
el empeño de hacerle creer que la disidencia
ministerial ha tenido por objeto cuestiones
secundarias: los rumores han sido demasia-
do acreditados, los hechos sobrado ruidosos,
f1ra que nadie pueda hacerse, ilusiones so-
Me la gravedad de los motivos que han
producido la escisión ministerial y la retira"
d-ad'J marqués de Viluma.


¿ Cuáles han sido estas cuestiones"? Al
responder á esta pregunta ya es precisoan-
dar con mas tiento; sin embargo, por lo
que puede inferirse de las noticias de la
prensa periódica, de las que se han difundi-
do en los altos círculos políticos estendién-
dose despues por toda la nacion, parece que
el marqués de Viluma tenia concebido un
plan sobre la resolución de las grandes cues-
tiones políticas y religiosas , que lo ha pro-
puesto á sus colegas corno condicion indis-
pensable pura continuar él ocupando su
puesto, y lJue no habiéndose estos confor-
mado con las opinioues del mnrqués, ha
presentado resueltameute Sil dimision , nc-
bálH.1ose á toda transaecionque pudiese des-
virtuar su sistema; y que al fin, en vista
de la imposibilidadde traerle á otro camino,
la dimision ha sido aceptada.


Segun parece el Sr. de Vilumn se propo-
nia organizar completamente el país por
medio tic decretos, iutroduciendo hasta en
la Constitucinn misma aquellas mudanzas
que la esperiencia ha rnaui.estadonecesarias.
Si esto es verdad, bien merece que nos
ocupemos un 1l101I\('n[o ea asunto tan impor-
tante, examinando la cucstion bajo-los pun-
tos ~e vista de couvenieucia pública, de
legalidad , de posibilidad, de oportunidad.


Conveniencia pública. Nadie duda ni du-
dar puede de la profunda desorganizacion
política en que nos enccntramos ; nadie duda
ni dudar puede de que mientras no salgamos
de semejante situaciou , es imposible dar un
paso en la carrera del bien. Organicemos la
hacienda, dicen unos; ordenemos la admi-
nistracion , dicen otros; y ambos nos pare-
cen comparables á quien 'hablase de tal o
cual régimen de vida á un enfermo atacado
de una dolencia mortal, sin pensar ante todo
en acudir al remedio de ella. Mientras la
nacion continúe en el estado político actual,
en esa anarquía que devora sus entrañas , v
que por no manifestarse ahora en las calles
y en las plazas no deja de producir grandes
males, es imposible hacer nada bueno: en-
sáyese cuanto se quiera, todo nacerá enfer-
mizo, todo perecerá en breve. En este punto
estau de acuerdo los hombres de todas las
opiniones; y por lo que toca á la Ir~y funda-
mental, que es lo que podria ofrecer mayo-
res dificultades, repetiremos aqui lo que
!1~1I10S dicho ya una y mil veces , que es
mjusto , que es daüoso, que es funesto, que
es dar al pais una Ieccion de inmoralidad el




- 275-
proclamar vigente una ley que tan sin mira- l' vantára y hundiera los ministerios anterio-
miento se ha infringido, el apellidar sagrado 11 res? El sable de Espartero, del general de
lo que se conculcacon desprecio, el empe- los ejércitos reunidos. ¿De dónde nació la
ñarse en llamar ley fundamental un código 1 Coustitucion de 118371 De fas Cortes consti-
cuyos artículos no"existen sino en el papel. JI tuyentes , convacadas por la violenciahecha
POI' la Constitucion debiera haber milicia, y ¡ á la Reina en su misma oámara en el palacio
110 hay milicia; por la Constitucion no debie- i de la Granja. jLegalidad}... ¿Con qué lega-
ran cobrarse contribuciones no votadas en :¡ lidad se dcstruveron los conventos'! Con el
Cortes, y las contribuciones se cobran; flor 11 puüalv la tea~ ¿.Con qué legalidad se han
la Constitucion la corona por sí sola no Plle-j arrebatado á las monjas sus hienes , despo-
de hac~r le~es, y la coron~ ha hecho leyes; I jándolas ~lasta de !a dote que recihicra~ de
¿ pero a que cansarnos'! En otros artículos ., sus familias , y dejándolas perecer de nnse-
hemos manifestado hasta la última evidencia, ,r ria en la soledad de los claustros? ¿Con qué
en una reseña de los hechos cotejados con ,1 legalidad se deja el culto y clero ea el mayor
los artículos de la Consiitucion , que esta en ii abandono, mientras que con sus bienes se
realidad noexiste, que es una palabra vana, il estan improvisandocolosales fortunas? ¿Con
un pedazo de papel, una mentira con que I qué legalidad se ha dejado á los partícipes
se procura engañar impudentemente á los 1 legos de los diezmos sin ninguna indemni-
puehlos , q~lCricndo hacerles creer. que dis- 1


I


1
z.aciO!1 por los gra!ldes p~rjuicio~ que se.le~


frutan una libertad que Jamashan disfrutado, han irrogado? ¿Gou que legalidad se esta
<Iue no disfrutan ahora ni disfrutarán en : permitiendo- hace ya tantos años , que insa-
adelante. Esto es un insulto á la nacion, 11 ciables agioLisLas se enriquezcan mas y mas
pues es decirle que tiene delante de sus ¡ con los sudores de los pueblos? ¿Con qué
ojos lo que ella no ve en ninguna parte, que il legalidad se ha consentido que los uiinistros
palpa lo que no palpa, que goza lo que no l' y hasta los últimosdependientes del gobier-
goza. I no hayan obrado con la mayor arbitrariedad,


Legalidad. «¿No os escandaliza, dirán I sin sujeción á la ley, sin ninguna clase de
los adversarios, esa usurpacion de las atri- , miramientos? ¿Con qué legalidad se está con-
buciones de las ~órtes? ¿No os espanta e~a 1I s!nLiendo todavía que la Constitución siga
esLenSI~1D ele las facultades de la corona"? ¿No 11 Slll obser;~l11c'~ e~ pun~os de la ~nayor gra-
ternhlais al solo nombre de golpesde estado'! I vedad? ¿ 1eneis mtencion de sujetaros es-
¿Nadasignifica la palabra legalidad?» Con- trictamente á la legalidad para en adelante?
fesaremos francamente 9ue cada vez que I S.i las ~:?rtes saliesen progresista~, ¿.?s re-
ounos pronunciarla por ciertos homhres, le- li signanars al fallo de las urnas? .'\0. SI sale
vanta la indiFnacion nuestro pecho si I~O 11 una mayoría á ~uestro favor, pero elllbara-
asoma la sonnsa a nuestros labios. iLcgali- !¡ zada por una mmona numerosa que no os
dad1. ... ¡.l)onde está la ley? Desde que fa- ¡' IIDje andar por el camino que descais , ú
lleció el última monarca, ¿hemos visto mas i ponga en peligro vuestra conscrvacion en el
que el imperio de la fuerza'? Fuerza contra I porler , ¿os somctereis á vuestra suerte por
las leyes antiguas, fuerza contra los intere- l' amor á la legalidad, por respeto á las prác-
ses Il1'1S sagrados, fuerza contra las institu- I ticasconstitucionales? No. Cuando, pues, ha-
cienes mas venerandas, fuerza contra el i hlais de legalidad, no os esplicais con fran-
pueblo, fuerza contra la rcligion , fuerza III queza; entendéis la legalidad á vuestro mo-
contra el trono, fuerza contra todo poder, do, el acatamiento á la autoridad de las
fuerza contra las personas mas augustas, 1, Córtes es un homenage hipócrita: si se pres-
fuerza en las calles, fuerza en las plazas, f t~n ~ serviros de instrumento , las dcjnreis
fuerza en Jos campos, fuerza en los estrados I ejerciendo sus funciones en paz; cuanuo no.
de los tribunales para intimidar á los minis- ! las hareis pedazos. '
tros de la justicia, fuerza en los altosconse- Pocos meses faltan para que se vea COIJ-
jos, fuerza en la cámara misma del monarca. firmado lo que estamos diciendo; cuando os
¡Legalidad! ... ¿D:indc está la ley"? ¿De dóu- presentareis á las Córtes , {¡ pesar de toda
de ha salido la situacion actual? De una re- vuestra legalidad, no dejareis de volver la
volucion pl~ilUlar. ,d)e dónde hahia salido el I vista hácia el presidenLe del Consejo, no
poder de Espartero? De una msurreccion Jnra aseguraros de que lleva en la mano la
militar combinada con un motin. ¿Quién le- Constitución dc! 837, sino por ver si tiene




- 276-
ceñida todavía la espada de Torrejon de Ar- I1 robusto fluctuareis entre la anarquía y ~I
doz, ycercioraros de si en el último estremo il despotismo, tendreis que entregaros, o en
podeis contarcon la legalidad deun acero de ! brazos de la revolucion , ó colocaros en un
buen temple. Esta e.s la.verdadera situ.acion : cuad~o cercado de bayonetas. Dadle.á la
de las cosas, cl~ra, limpia, espresada sin 1'0- [1


1


cuesuon todas las vueltas que os parecrere,
deos; no queréis dar mas robustez al trono, I no la encontrareis otra salida; á esto queda-
quereis continuar mimando de una parte á la 11 rá reducida vuestradecantada legalidad..
revolucion mientras de otra la habeis irrita- ¡Posibilidad. ¿ Era posible que el trono
do terriblemente'; queréis continuar en una' organizase por sí mismo el Estado? ¿ Tenia
legalidad que bien sabeis lo que significa, fuerza suficiente para llevará cabo semejan-
quereis proseguir en esa situacion provisio- te proyecto? Ciertamente que si se juzga de
nal; aislados de los partidos que encierran la situacion de Españapor los fieros que han
la fuerza del pais, os proclamais los solos estado echando periódicos de diferentes cc-
inteligentes, los hombres de mano robusta lores, debiéramos creer que al publicarse
para empu.ñar las riendas del Estado y ase- los decretos de la nuevaorganizacion hubie-
gurar el triunfo de la ley; y entretanto solo ra estallado una revolucion espantosa, se
podeis subsistir porque os apoya el poder hubieran repetido los jornadas de julio de
militar, no por aficion á vuestros principios, París, hundiéndose el trono y pereciendo
sino porque el ejército os ve al lado del tro- los insensatos consejeros que hubiesen aten-
no , y el ejército es leal á su Reina. El dia tado contra la libertad. ¿Qué hubiera podido
que el ejército, sin hostilizaros, sin ponerse el ejército con acreditados generales ti la
del ladode vuestros adversarios, os dejase cabeza, cuando se habria visto acometido
solos en lucha con los progresistas ó con los por una nube de patriotas de formidable bar-
realistas, aquel dia desapareciérais de la es- ba, luengos bigotes, ojos fulminantes 'Y voz
cena como leve paja arrebatadapor el viento. estentórea, gritando: viva la libertad? ¿Qué


Cuando las naciones han llegado ti una si- hubiera podido, ni el mando de la Reina,
tuacion crítica como la actual de España, la ni el apoyo y el contento de la inmensa ma-,
verdadera legalidad está en aquellas medi- yoría de los pueblos, ni la lealtad y resolu-
das que salvan el pais matando la anarquía, cion de un ejército numeroso, cuando tal
afianzando el órden y asegurando para en vez la falange de la patria se hubiera visto
adelante el imperio de la ley. Y cuando los reforzada por algunos grupos de hombres
poderes han desaparecido, cuando todas las habitualmente pacatos, que si bien formaran
leyes se han conculcado, cuando todas las en las filas donde no se oyeranotras palabras
instituciones yacen por el suelo, cuando no que las de ó'I'den y ley, no hubieran podido
hay principios fijos de gobierno" cuandohay sufrirque se les arrebatasen los derechos I
un desórden profundo en la administracion, conquista preciosa de largos años de sacriti-
y solo medranJos intereses ilegítimos, y so- cios y de sang'l'e? Por nuestra parte estamos
lo campean las malas pasiones, y solo pre- tan convencidos de la impotencia de la revo-
valecen los intrigantes, y el horizonte se lucion en España, aun cuando quieran ali-
anubla, y el porvenir se carga de tormentas liarse abiertamente en ella algunos que se
y corre riesgo la nave del Estado de zozo- pretenden sus enemigos, que si el trono
brar en breve, entonces, si la Providencia hubiese dado un paso atrevido para salvar
ha conservado un poder, bien que desman- el puis, creemos que para mantener la tran-
tclado, todavía fuerte, todavía acatado por quilidad pública bastahan la vigilancia y pre-
los pueblos, este poder tiene el derecho, venciones del servicio ordinario, sin que
tiene el deber imprescindible de hacer un hubiera sido preciso ni aun reforzar loscuer-
esfuerzo por salvarse á sí propio, por salvar pos de guardia. En prueba de esta verdad
á la nacion que le está encomendada. Esta recordaremos un hecho que basta y sobra
es la verdadera legalidad en España; este para el objeto que nos proponemos. Habia
poderera el trono; andad buscando la lega- en España una milicia nacional muy nume-
lidad en otra parte, no la encontrareis. Lo rosa, que era el espanto de todos los go-
que hareis será prolongar el malestar del biernos, el apoyo de todas las revoluciones,
pais, esponerlo á nuevos disturbios, á com- y que al parecer podía anonadar al ejército
plicaciones sin cuento, tal vez,á catástrofes el día que creyese conveniente ejecutarlo.
espantosas; y huyendo de crear un poder Estalla la revolucion de Alicante; hallábase




- 277-
al frente del ministerio un hombre práctico
en la materia, que segun noticias allá en
tiempos no muy remotos anduviera en moti-
nes v pronunciamientos; conocedor el señor
Gonzalez Brabo de lo que vale la revolucion I
en España, y de la fuerza de esas bayonetas
de la milicia nacional, capaces de conquis-
tar el mundo, dijo con la mayor serenidad:
«Vengan todas esas armas.» Y esas armas
fueron entregadas, y la España. se vió sin
milicia, pudiendo apenas creer Ciertos hom-
bres lo que estaban viendo con sus ojos. El
Sr. Gonzalez Brabo habia aprendido en me-
dio de la revolucion lo que la revolucionva-
lia; y con este acto de su gobierno ha ma-
nifestado hasta la última evidencia Jo que el I
poder real es capaz de hacer cnEspana
cuando quiere.


Oportunidad. No falta quien opine que la
ocasión no era oportuna; que lo que se po-
dia hacer en marzo no era ya posible en ju-
nio; que mientras la insurreccion de Alicante
v Cartagena estaba dando motivos para obrar
con energía, entonces se dehia aprovechar
la covuntura , tomar por pretesto lo estraor-
dinario de las circunstancias. v dar de un
golpe al pais la organizacion ·conveniente.
¡Miserable. discurrir! ¿ Existe la necesidad'!
Sí Ó.no : S\ no existe , ¿ por que dar un gol-
pe de estado'! Si existe, ¿porqué no satisfa-
cerla ahora? ¿ Pues que, acaso las grandes
cuestiones de Estado deben resolverse por
pretestos, por sorpresa, á manera de ,despi- .
que pueril, ó por espíritu. de venganza? Si
se hubiesen resuelto estas cuestiones en me-
dio del estrépito del canon, ¿no se habria
podido decir qu~ ~l g?bierno obraba por li-
jereza , con prec.pitacron , cegado por lo pe-
ligroso de las circunstancias? J, No se hubie-
ra podido decir que echaba al incendio
nuevos combustibles, escitando.las pasiones I
y confirmando con sus actos el grito de alar-
ma de los rebeldesque procuraban legitimar
la insurreccion con el pretesto de que estaba
amenazada la libertad? ¿No. era mas juicioso,
mas sabio, mas político, mas aceptable á los
ojos de la nacion y de la Europa, el inaugu-
rar un sistema nuevo despues de asegurada
la tranquilidad en todo el ámbito del reino,
pasados Lodos los peligros, trascurrido el
tiempo necesario para que hubiese podido
ventilarse el negocioen los consejosde S. M.
con todo el pulso, detenimiento y madurez
que demanda un asunto de esta clase? Y si
110 es oportuno ahora, ¿ cuando lo será? El


orden reina en todas partes, el trono es aca-
tado por los pueblos, el ejército está decidi-
do á combatir á la revolucion , el curso mis-
mo de los acontecimientos había creado una
situacion estraordinaria , que reclamabauna
solucion estraordinaria tambien; la nacion
está sedienta de paz; de que se. afiance so-
bre hasa sólida el orden que mira malsegu-
ro; los ensayos que el poder real ha hecho
así en el desarme de la milicia nacional co-
mo en la puhlicacion de leyes y en el cobro
de contribuciones no votadas por las Curtes,
han manifestado que no encontraría resisten-
cia en cuanto intentare para salval' el país;
¿ qué mas se podia desear? ¿Podía ofrecerse
ocasion mas oportuna'l Quiera Dios que po-.
cos meses no basten para alterar una com-
binación de circunstancias favorahles , que
cuando se quiera emprender el buen camino
no sea ya tarde, y que la nacion no pague
comosiemprelos desaciertos de los hombres.


Cuestion religiosa. Las intencionesque se
han atribuido al marqués de Viluma con res-
pecto áella, eran, las de suspender desde lue-
gola venta de todos los bienes del clero se-
~lllar y regular, de devolver los no vendidos
á los legítimos dueños que existieren, y to-
mar las debidas providencias para que en
todo lo domas se pusiese de acuerdo el go-
bierno con la Santa Sede, para que se pu-
diese asegurar una subsistencia independien-
te para el culto y clero, y se resolviesen
todas las cuestiones de una manera justa y
decorosa. Tenemos motivos para creer que
estas noticias no estaban destituidas de fun-
damento, y que tales eran en efecto las in-
tenciones del Sr. marqués de Viluma. Aun
cuando no hubiese mediado la cuestion po-
lítica, bastaba que el ministro abrigase
semejante proyecto con voluntad firme de
llevarlo á cabo, para que se le suscitasen
numerosos obstáculos. Se quiere suspender
la venta de los bienes del clero, pero la sus-
pension será cuando esten ya vendidostodos;
se quieren conservar loshechos consumados,
y por lo mismo se activa la ounsumacion de
las ventas; se quiere asegurar al clero una
subsistencia independiente, pero se trabaja
infatigablemente para hacer la independen-
cia imposible; se quiere obtener un arreglo
con Roma, pero con la-condicion de que el
Papa no intervenga para otra cosa sino para
sancionar todos los despojos, y tranquilizar
las conciencias de los mismos que han com-,
prado y están comprando conesta esperanza;




Escrito en Barcelona PI 17 ele julio de 1S ~.~, y. publicado en :'.I::tllt·id
el 2 '. del mismo mes.


iC1jl'no eatatnos! ¡Qué CORltlucltJ de-
',en seguí,- los IWlnln-es allUl'41es
de su jUJ,,-ia!


Es necesario no alucinarse; hemos lle-
gado ú una situacinn sumamente grave,
dificil, peligrosa. Apenas salidos de una
crisis, vamos á entrar en otra de no menos
trascendencia; segun el modo con que la
resolvamos, dentro de poco:; meses podrá
encontrarse la naeion ó considerablemente
mejorada, ó sumida de nuevo en los horro-
res de la anarquía. Los españoles serian ó


-- 278 -
se apresura la consumacíon de todo lo que·1 muy ne,ci?s Ó ,muy olvidadizos. si pudiesen
es menester para que muy en breve se pue- dar crédito a las engañosas palabras de
da decir al Papa: « Beatísimo Padre, nos- ciertos hombres, que por sus miras particu-
otros somos profundamente católicos, anhe- lares procuran difundir el engaño de que
lamos reconciliarnos con el Vicario de está asegurado el órden, de que nada puede
Jesucristo, deseamos que la España no con- I la revolucion para turbar de nuevo.la tran-
tinúe por mas tiempocomo rebaño sin pastor; '1 quilidad pública, de que los pueblos estan
mirad" casi todas las igles. ia.s estánsin 0.his- [ contentos y satisfechos con la .situaeion,ac-
pos, las funciones del Sagrado ministerio tual , de que llegado el momento del peligro
apena~ pueden ejer~erse por. falta de sacer- [1 les bastará á los gobernantes dar con el pie
dotes a causa de la ínterrupcion de las orde- en el suelo, para que nazcan por todas par-
naciones y de la suspensión de provisiones tes numerosos defensores de sus utopías é
de prebendas y curatos, el clero no tiene de intereses. Preciso fuera cerrar los ojos á la
que eomer, pero nosotros le aseguraremos luz de la verdad para dejarse a!ucinar con
una dotaeion del Erario; no nos pidais nada vanas palabras, que estau en evidente con-
sobre los antiguos bienes de la Iglesia, la tradiccion con hechos que vemos con nues-
revolucion los ha devorado, se han creado tros ojos y palpamos con nuestras manos;
ya intereses que es imposible destruir, Sa- preciso fuera, para mecerse en tan mentidas
cerdote Supremo entre los sacerdotes de un esperanzas, haber olvidado los acontecí-
Diosde paz, no nos preciseis á una guerra mientos de los diez años que acaban de
decid que todo lo hecho por bien hecho s~ transcurrir; preciso fuera no recordar que
queda; y nuestros amigos, y quizás quizás e~l épocas re.cientes tambien se ent.onaban
algunos de nosotros, os bendecirán al con- himnos de triunfo, que luego se convuueron
templar las magníficas posesiones que tan en gemidos de dolor y en gritos de desespe-
f~c.i\mente.han adquirido, y.al ver la adqui- racioo.: también se decía en tono de completa
srcionsancionadacon laautoridad apostólica.. segundad, tratando desdeñosamente a los


Entretanto, bueno será continuar man- que se atrevían á dudarlo, que la alianza
dando personajes á Roma con protestas v del órden con la libertad estaba asegurada
ofertas: cuando los hechos hablan mas alto para siempre; que el trono constitucional
que todas las palabras, inútilesson las tenta- estaba asentado sobre basa anchurosa y
tivas. Pero , ¿ qué les importa á ciertos hom- firme; que en adelante serian una verdad
hres la suerte del país? i Desaraciada na- las prerogativas de la corona y las garantías
cion ! ¡Muy irritada estará contra tí 111. Pro- populares; que imperaría la ley, y solo la
videncia, cuando no ha sonado todavía la ley, en todoel ámbito de la monarquía; que
hora de libertarte de manosde quienes sobre la Espaüu iba á entrar en una época de
el daño añaden la mentira y la burla!... reorganizacion social, de mejoras de ha-


, cienda , de reformas administrativas, de
~f~'I~- progreso industrial y mercantil; que íbamos


ú ser de Huevo admitidos en la couiunion
europea; que las potencias del Norte ,que
hasta ahora se habian abstenido de recono-
cer á Doña Isabel 1I, iban á verificarlo en
breve, persuadidas de que se había esta-
blecido un gohierno sólido, cstahle , juicioso,
con quien se podia tratar con esperanzas de
que sería bastante fuerte para cumplir lo que
Ilegára á prometer; tamhien otras veces
hemos oído (¡ue la España alcanzaria pronto
ese conjunto tan deseado, y que entraría á
no tardar en un verdadero siglo de oro,
merced á la inteligencia, á la rectitud, á la
lealtad, al celo, al patriotismo, al desinterés
de loshombresque estaban á la cabeza dela
nacion, oque deseahan dcrrihar á los gober-
nantes conel santo fin de colocarse ellos en




- 279-
el puesto de los caídos. ¿Qué se ha realizado
de tan halagüeñasesperanzas? Recordemos,
españoles, la acontecido en '1835, en :39,
en 40: resonaban todavía esas palabras de
vanidad v de mentira, v ya el huraeau de la
revolucion bramaba en'todos los puntos de
la Península ; y los hombres que se lison-
jeáran de contenerla con su débil mano, que


. rechazaran con insultante desdén el apoyo
de otros mas numerosos y mas fuertes q;¡P
ellos, se veían dispersados como granos de
arena en la inmensidad del desierto.


Pero ¿á qué recordar Jo pasado'? ¿ J\o
hasta dar una mirada ú jo presente? ¿J\o
basta volver los ojos en rededor para ver
que la revolucion está á la puerta , que no
hay otro medio de salvar el trono y prevenir


·Ios horrores de la anarquía que poner en
movimiento y accionaquelloselementos que
entrañan un caudal de fuerza propia, que
encierran una vida no facticia , no depen-
diente de circunstancias pasaaeras , sino
hija de principios que no IlPrecen, de senti-
mientos que no se estinguen? ¿l~s posihle
que una persona juiciosa pueda hacerse la
ilusion de que el sistema á medias de vanos
paliativos, de hipocresía y engaño, que al-
gunos intentan seguir, ha de ser bastante
para. remediar Jos males que padecemos,
prevenir los grandes peligros que nos ame-
nazan, v crear un orden de cosas beneficioso
yduradero? ¿l~f>posible quehaya quien sealu-
cine hasta el punto, que crea sostenible por
mucho tiempo loque cuenta tantos adversa-
rios, y qlle los va contando cada dia en mayor
número? ¿Es posible que haya quien se per-
suada que dejando sin resolver todas las
cuestiones políticas y religiosas, desconten-
tando por una parte á losrevolucionarios y
por otra á los hombres amantes de la Reli-
gion y de la monarquía, haciendo todo lo
bastante para irritar y exasperar á la revo-
lucion, y no tomando ninguna medida que
pueda matarla, dando de continuo esperan-
zas de que se repararán las grandes injus-
ticias, y promoviendo sin cesar la consuma-
cían de lo mas injusto y escandaloso que
cOl~enzara la anarquía; es posible, repeti-
mos, que haya quien no vea que un sistema
semejante no es mas que un anchuroso cami-
no de perdicion, que conduce á un abismo
á la naci~n entera y á los que se empeñan
en acaudillarla? ¿Que haya quien no vea
que se estan amontonando combustiblespara
uno de esos días formidables que con tanta


li frecuencia se repiten en nuestra desventu-
Ii rada patria, uno de esos días en que truena
I horrorosa tempestad destruyendo todo lo
I existente, y dejando en pos de sí largo ras-
I tro de trastornos v calamidades?


j
'l ¿Cuándo será 'esto? ¿Quién será el pri-


1 mero que se atreverá á proyecto tan cul-


j
i pable é insensato? lo Cuál será la ocasión
1


1


' que aprovechen los perturbadores? ¿, Cuál
1 pretesto tomarán? ¿, euál será la hande-
i ra enarbolada'? ¿Cuáles los medios de queI dispongnn para sostenerla? ¿e uál la táctica
I


que emplearán para destruir la combinacion
de circunstanciasque favorecen la situación


1


1


presente, y hacen fácil el tráns,ito á un esta-
do de cosas mas seguro y satisfactorio? Es-
to no nos lo pregunteis á nosotros; interro-


I gad á la historia, consultad la cspericncia,
'1 atended á lo que estais presenciando, á los


síntomas que se os ofrecen en todas direc-
1: ciones; que si tal hiciereis concehireis justos


1


1, tcmorcs , ~e .de~\'a,necerán vu~stras espcran-
Izas, y recibiréis severas lecciones de pru-


Ir dencia y cordura. A nosotros nos basta saber
., que ningun gobierno puede sostenerse por
¡I mucho tiempo, si se empeña en aislarse de
1 los grandes principios é intereses que tienen
I en la sociedad una fuerza real v efectiva;
1 • •


! nos basta saber que losgohIernos deben es-
I tribal' en basa sólida y anchurosa, asentada
! en terreno íirme , y que son indignos de


llamarse hombres de Estado los que pre-
tenden seguir un sistema de equilibrios
imposibles á manera de volatines, ora
inclinándose á la derecha, ora á la iz-
quierda, ora hacia adelante, luego hácia
atrás, gastando inutilmente las - fuerzas
en conservar actitudes violentas, haciendo
contorsiones estravagantes , y presentando
á los ojos de los pueblos una miserable far-
sa, capaz únicamente de escitar la risa y el
desprecio, en vez de la gravedad, del aplo-
mo, de la dignidad severa y magestuosa
que deben caracterizar á los hombres llama-
dos á regir los destinos de una nacion gran-
de y generosa.


Para formarnos ideas claras v exactas so-
bre la verdadera situacion delas cosas, v
conjeturar con algunas probabilidades de
acierto sobre el porvenir, echemos una mi-
rada á lospartidosy al poder. Los progresis-
tas, que durante el tiempo de su mando se
habían dividido en varias fracciones, se han
unido de nuevo y forman un cuerpo compac-
to. Ya no se conocen esparteristas , ayacu-




- 280 -
ellOS, progresistas purhs, republicanos ni cies, á las filas contrarias al trono de Isabel,
otras denominaciones semejantes; porahora sostuvo porespacio de siete años una guer-
no hay sino enemigos del gobierno actual, y ra sangrienta, imposible de terminar con
la diferencia de opiniones é intereses la ocul- las armas, y á la que se vuso fin por medios
tan por el momento, reservándose manifes- de nadie ignorados. Viendo perdida su causa
tarla para cuando hayan obtenido el triunfo. por la astucia de los unos y la defeccion de
Poco importa saber si Espartero y Olózaga los otros, ó se resignó á la emigracion,· Ó
se han reconciliado efectivamente ó no; lo se entregó de nuevo a las ocupaciones do-
cierto es que los partidarios de uno y otro es- méstícas, no queriendo continuar un derra-
tan coligados, ya que no reconciliados, y mamienlo de sangre que por el momento veía
que todos trabajan de consuno para derri- estéril para el logro del objeto deseado. Los
bar al gohierno existente, cambiando radi- inmensos recursos con que contara este par-
calmente la situación políticade España. Si tido , sus ramificaciones vastas y profundas,
hemos de juzgar de las intenciones de este : el apoyo decidido que encontraba en todas
partido por ellengnaje que estan empleando ' partes, bien lo manifiesta el-haber sostenido
sus órganos mas autorizados,precisoesconfe- la lucha durante siete años, el haber llegado
sar que los revolucionarios someterian á una I á equilibrar sus fuerzas con las del gobierno,
espiacion tremenda á 'los que. obligaron á i á pesar de haber tenido que vencer las difi-
emigrar o sumicron cn oscuros calabozos á ! cuJtades que' siempre presenta un levanta-
los principales caudillos progresistas; precí- ; miento contra un poder establecido; bien 10
so es confesar que no se contentarían con ' manifiesta el carácter de Jos acontecimientos
una venganza de momento, sino que harian I de la guerra, el sistema de las operaciones
esfuerzos estraordinarios para asegurar por I y maniobras ú que estaban respectivamente
algun tiempoel resultado de la victoria; pre- i' sometidos Jos ejércitos de D. Carlos y los de
eiso. es temer qu.e la revolu.cion, exasperada li: Isabel; la facilidad con que un.a espedicion
y recelosa de una nueva caída, llevaria su : carlista atravesaba toda la España, y con
osada mano, á re.gion:s muy e~lc~lmbradas, y I que los cue.rp~s ejecutaban.sus n.lOvirJll~ntos
que la monarqulc.,a España quizas presenc¡a-II en las provnicias de su residencia habitual;
ra lo que jamas presenció; quizás la revolu- el que ellos podian marchar y maniobrar en
cion dijera en alta voz lo que murmura entre todas las unidades, el ejército entero, las
dientes; quizás en su furor y corage se atre- I divisiones, los batallones, las compañías,
viera contra personas augustas; y la nacion, I hasta los individuos, mientras las tropas de
consternada y abatida, se deberia cubrir la la Reina no podiandar un paso sino en gran-
cabeza con unvelo en señalde espantoy luto, l' des cuerpos, con abundantes convoyes, con
para no ver las gradas del trono regadas con . muchos puntos fortificados que les sirviesen
la sangre 'de sus leales servidores y la dia- l' de apoyo, y aun asi no podían evitar fre-
dema de Castilla cubierta de lodo. No, no ,1 cuentes descalabros, debidosno pocas veces
hemos recargado el cuadro; Dios aleje de l. á la falta de noticias en que estaban con res-
nuestra patria este dia terrihle ; la revolu- " pecto á la situacion y marchas del enemigo,
cion no ha muerto aun; teneis hincado el l. á causa del aislamiento en que el pais deja-
pie sobre su cerviz, pero resuella todavía 1: ha á las tropas, mientras favorecia por todos
con el estertor de la descsperacion, y cuan-I: los medios posibles á los defensores de Don
tos la miran de cerca contemplan con' espan- : Carlos. Esta es una verdad reconocida por
to cuál amenaza á sus enemigos con sus ojos 1, cuantos tomaronparte en la guerra ó pudie-
de llama. li ron verla de cerca, ó siguieron conmediana


Hay en España un partido numeroso que li observacion el curso de los acontecimientos;
en diferentes circunstancias ha dado prue- " una verdadque lamentaron todos los genera-
bas de lo mucho que vale: sus principios 1; les de la Hcina, todos los geres de operacio-
sociales son los únicos que, aplicados con :, nes, un hecho contra el cual estaban toman-
discrecion y oportunidad, pueden cerrar el ',: do continuas medidas, todas con ninguno Ó
cráterde las revoluciones yrestablecer latran- , escaso resultado. ¿,Y qué revelaeste hecho?
quilidad y sosiego de que tanto necesita esta li Revela el bando arraigo que tienen en las
nacion desventurada. Arrojado en gran parte i entrañas delpais losprincipiosdefendidos por
por sus convicciones, por la imprudencia de I1 este partido.
sus enemigos y la fuerza de las circunstan- ~ ¿Creis por ventura que por haber cesadu




-~R1 -
el estrépito de las armas estos principios ha- i, partido que intentalevantarse con el mando,
brán perecido, pasándose sus defensores á i que antes bien opinamos que seguirán de
vuestras filas? 'No abandonanasi los hom- I buena gana otra bandera que ofrezca mas
bres lo que aprendieron en la infancia, lo garantías de acierto en la marchapolítica, y
queprofesaron durante'su vida, lo que se- que sobre todo se presente con mas sinceri-
liaron con su sangre. ¿Y qué es lo que po- dad y franqueza. Lejos, pues, de rechazar
dria habercausado una mudanza semejante? 'j! á esosmoderados, anhelamos su union conel
,Si depuestas las armas? si acatado el. trono i partido carlista.' y creemos firmemente que
de Isabel en todos los ángulos del remo, y ,; solo conesta uniónpuedesalvarse la España.
'en ámplia libertad los vencedores para ensa-: 11 Para que se entienda sin riesgo de equi-
yar sus teorías y sistemas, hubiesen logrado '1 vocacion cuáles son los moderados cuya
e.stablecer un gobierno sólido, que huhiese ti alianza. rechazamos por inútil y daflOsa,. di-
satisfechoIas necesidades de la nacion y re- I remos con toda claridad de quiénes habla-
mediado sus males; si hubiesen procurado Jmos. Hablamos de aquellos que, habiendo
contentar á los caidos haciéndoles olvidar su ponderado hasta el fastidio la necesidadde
triste suerte á fuerza de proteccion, de paz robustecer el poder real, nada hacen ni
:y; de tranquilidad, entonces esos hombres quieren hacer en,este sentido, aceptan toda
hubieran podido decir: «Tal vez nos euga- la'obra de la revolucion, y dejan el trono
ñáhamos, tal vez exagel!ábamoslos males abandonado á merced de la anarquía; ha-
que amenazaban á la España, tal vezacha- hlamos de,aquellos que aplauden el desar-
cáhamos anuestros adversarios cargos injus- .me de la milicia nacional ysu continuacion
tos, cuandososteníamos quecon sus princi- en este estado, y no-quieren permitir que
pios no era posible establecer en Españaun nadie toque el articulo constitucional en que
gobierno.» Pero cuando los hechos han veni- se garantiza la existenciade la milicia; ha-
do á confirmar sus pronósticos; cuando des- blarnos de aquellos que en materia de leves
puesde terminada la guerra ha sido víctima y de contribuciones se declaran losadalides
la España de una serie de trastornos y cala- de los derechos constitucionales, y sin llIu:",
midades inauditas; ~uando l~ anarquía ha I hargo ace,plan y aplauden que.se infrinja la
campeado masdesenfrenada SI cabe que du- Constitucion en todos estospuntos:hablamos
rante los años de la guerra, ¿cómo quereis de aquellos que en la práctica hacen de la
que estos hombres hayan abandonado sus Constitucion el usoquebienlesparece, yaña-
principióS? ¿No veis que por necesidad se den, y quitan, y modiíican segun á ellos les
habrán atiaazado'mas.en ellos, agregándose- conviene, y sin embargo tienen laperegri-
les muchos otros que antes no les pertene- na pretension de llamarse los constituciona-
cian?Es preciso no olvidar que la guerra les puros, los parlamentarios; hablamos de
civil de España era mas bien de principios aquellos que estan pronunciando continua-
que de dinastía; ¿y q~é ~l~jor prueba de la mente las palabras de ley y legalidad, y
falsedad de vuestros prlllClplOs, que lostras- que no saben ni pueden sostenerse niman-
'torsosy calamidades que con elloshabeis dar de otra manera sino con la espada de
acarreado á la nacion? los militares; de aquellos que han estado


Entre estos dos partidos se hallael mode- declamando largos años contralosat~tad{)s
rado; pero se equivoca quiencreyere que á y. despojos de la revolucion, que han estado
él pertenecen todos los que, no son progre- protestando contra la vent~ dé loshienes
sistas Ó. carlistas. Ya dijimos en uno; de los del clero, y que sin embargo ,se 'han apI'é-
artículos anteriores, que se aplica esta,'de-~urad() á venderlos mas que lesmismos.pro-
nominacion á muchísimos, hombres cuyas gresistas..de aquellos. que han estadopon-
opiniones se parecen"poco ó nada; y que derandola necesidad de .reconciliarse con la
el partido moderado, tomando esta palabra Santa Sede, y. que para allanar el camino
con'la acostumbrada generalidad, era Una de la eeconoiliaoion han continuado despo-
especie de terreno neutralsumamente vasto, jando á la Iglesia de-una manera escanda-
donde se colocaban los hombres á quienes losa; de aquellos que, fieles á su sistema
noseencontrabaafiJiados entre los progrese- de cubrir la realidad con mentidas aparien-
tas ó carlistas. Tan lejos estamos de' creer Icias, han llamado algunos Obispos, pero de-
que muchos de los que se distinguen con.el li jándoles las manos atadas en el ejercicio de
nombre 'de moderados apoyen al pequeño W su.ministerio dela.misma suerte que se en:'


34




- ~8Sl -
contraban antes; de aquellos que pagan al 1 paña, esta horano se hará esperar mucho.
clero, al culto, á los esclaustrados , á las Tercero, entregarse á discrecion del par-
monjas con palabras halagüeñas. con pro- tido dominante, votar docilmente las can-
mesas seductoras, con protestas fervientes, didaturas que él proponga, y creyendo á
sin perjuicio de permitir que estén á punto ciegas que realizará buenamente cuanto
de cerrarse las primeras catedrales del rei- prometa en sus pomposos programas: esto
no y que perezcan de hambre los eselaus- podrá aceptarlo quien no tenga reparo en
trados , las monjas y el clero; de aquellos servir de instrumento á miras agenas; mas
que en vez de fomentar la reconciliacion de no podrán resignarse á semejante papel los
-todos los españoles, tratan con insufrible 1


1


hombres de pensamiento propio y voluntad
desden á todo lo que no es ellos, y creen independiente, que tengan intereses que
-haber resuelto todas las cuestiones con lla- salvar y principios que defender. El ensayo
mar á los unos anarquistas y revoluciona- se ha hecho ya repetidas veces; sobrada
rios , y alos otros reaccionarios, ignoran- docilidad ha tenido el pais; empeñarse en
tes, fanáticos. De esosmoderados hablamos, otro con la esperanza de que saliese mejor
-no de los otros. que los anteriores, seria gastar inútilmente


Esta es la verdaderasituacionde las cosas. el tiempo, y reproducir escenas que harto
Ahora bien, el partido realista y la mayo- hemos presenciado. Ya sabemos de antema-
ría de los moderados, á quienes no se pue- no quiénes serán los candidatos que se nos
-den achacar los cargos que hemos hecho á propongan; las mismas notabilidades, la
una pequeña fraceion que se apellida con misma política de miedo, el mismo sistema
este .nombre , tienen un gran problema que de tira y afloja, la misma esterilidad de
resolver, cual es la actitud que deben Lo- resultados.
mar en las próximas elecciones. El proble- Cuarto, levantar una bandera propia y
ma pueden resolverle de cuatro maneras. formar una candidatura de hombres capaces


Primero, retirándose completamente de de sostenerla: es decir, trabajar de su cuen-
la arena electoral. Esto tiene gravísimos in- ta, de una manera independiente de 'los
eonvenientes, porque ó precisará á valerse progresistas y de los hombres de la situa-
de medios muy violentos, ó espondrá al cion. Este es el camino que en nuestro con-
pais a que ganen los progresistas las elec- cepto debiera seguirse; ycomo para lograr


-ciones en muchos puntos. La fraccion mo- nn objeto es necesario saber á punto fijo en
derada que acabarnos de describir es cortí-! qué consiste y cuáles son los medios que se
sima en todas partes; si se encuentra aban- han de emplear, seria muy conveniente que
donada á sus propias fuerzas en lucha con el se formase un programa, no de vagasgene-
partido progresista, en lacapital perderá in- ralidades, sino biencircunstanciado, dicien-
dudablernente las elecciones, yel triunfo de do con toda claridad: «Tal es el puntoá que
Madrid no será el único. deseamos llegar, tal es el camino que- nos


Segundo, aliarse con los progresistas; proponemos seguir.» .
esto seria funestisimo , inmoral J escandalo- En nuestra opinion , el programa debiera
so, bastante á desacreditar al partido que i reducirse á lo siguiente:
de tal modo prostituyese sus principios. 4.o Afirmar y robustecer el poder real;
Cuando se trata de derribar á un adversario lo que se ha de lograr cambiando profunda-
es preciso hacerlocon nobleza, con digni- mente las instituciones políticas por los me-
dad, con decoro, sin sacrificarlas convic- dios que se juzguen mas legítimos y adap-
cienes propias al espíritu ,de venganza ó al tados , restableciendo en cuanto sea posi-
mezquino afan de acelerar el momento de ble las antiguas leyes de la monarquía
la victoria. Todo partido que profesa prin- española , que no consienten ni el despo-
cipios imperecederos, y que representa tismo ministerial, ni el despotismo de
grandes intereses, debe saber esperar, cui- los privados, ni el militar, ni el rcvolucio-
dando de no suicidarse por una pueril im- nario, ni el parlamentario: el rey conla sc-
paciencia, ó por un ardor demasiado impe- beranía, como se la reconocen todos nues-
tuoso. Concalma, condignidad, confirmeza, , tros códigos; la nacion con el derecho de
con imperturbable constancia, tiene asegu-II intervenir por medio de las Córtesen l.a im-
rado el triunfo: tarde Ó temprano sonará su ,¡ posición de los tributos y en los negocios
hora; y atendidas las circunstancias de Es- lárduos. Esas Córtes, no formadas deem-




- !!83 -
pleados, no de aventureros, sino de los meditarle, y dejad á los otros que' lo medi-
representantes de los grandes principios é ten.» Creemos que no se nos podrá tachar
intereses de la sociedad. de los hombres ni oc poco razonables ni de sobrado exigen-
mas granados y selectos del pais; pero sin tes. Una indicación haremos porqueá ellonos
el derecho revolucionario de votar cada año obliga una couviccion profunda: el dia que
los impuestos, pudiendo negar al gobierno viésemos resuelta la cuestiondel matrimonio
aun los recursos masnecesarios para la con- de la manera que desean ciertos hombres,
servacion del Estado; sin obligaral monar- esdecir, sentado alladodel trono un prínci-
ca á convocarlas en plazos demasiado bre- pe débil, que no representase nada, que no
ves, sobre todo cuando se las haya disuelto; fuesemas que un simple marido de la Reina,
sin necesidad de que todas las sesiones ha- aqueldia'perdiéramos la esperanzade alean-
van de ser públicas, antes dejando al rey zar mejores tiempos; aquel dia consideraría-
fa facultad de señalar todas las que juzgue masla desventuradaEspañacondenada á vi-
conveniente que se celebren en secreto. El I vil'en la incertidumbre, en la agitacion, en
exámen de las actas sujeto á reglas fijas, no el abatimiento, á sufrir alternativamente la
al juicio ó capricho de los primeros que se tiranía de las facciones; á pasar de la anar-
reunen; la formacion de los reglamentos y quía al despotismo militar y del despotismo-
la eleccion de presidentesy vice-presiden- militar á la anarquía; aquel dia se nos ofre-
tes todo encomendado al monarca. eiera la España como bajel desmantelado'


2.o Atendida la corta edad de nuestra que corre sm rumbo fijo á merced de es-
Reina, la necesidad de mejorar y robuste- pantosa tormenta; aquel dia no viéramos
eer su preciosa salud, y otras circunstan- puerto de salvacion en niaguna parte, no
cias que fácilmente conocerá todo hombre se nos ofrecerian mas que'bajíos y escollos,
pensadorque haya reflexionado algunos mo- ni creeriamos que hubiese otra esperanza
mentos sobre la situación actual de España, que un milagro de la Providencia.
conviene aplazarpor ahora la cuestion del 3.o Procurar la reoonelliacion sincera de
enlace de S. M. , dejar que el horizonte se todos los españoles, comenzando por una
despeje algo mas; pero procurando impedir 1 amnistía tan ámplia cemosea compatible con
por todos los medios legítimos que este im- Ila tranquilidad pública, comprendiendo en
portantísimo problenla,. del cual está pen- ~ ella á losrevo.\uciona.rios, pero no escluyen-
diente el porvenirde la nacion, se resuelva do tampoco á los carlistas, como se ha he-
precipitadamente y, por miras interesadas, I cho hasta ahora, pues no parece sino que-
trayéndonos nn príncipeestrangero que no i¡ los liberales han tenido formada una socie-
represente ningun principio ni interés, que 1I dad de seguros mútuos para monopolizar
no tenga el apoyo de ningunpartido, y que l' entre ellos el derecho de conspirar y de su-
solosea á propósito para servir. de instru- I blevarse sin demasiado peligro de sus vidas,
mento á intrigas' estrangeras y de juguete á 1'1 haciendas ni aun de sus comodidades. ¿Có-
los partidos interiores, que desean un poder mo es posible, se nos dirá, que con vues-
tlaco, i.ncapaz de reprimirlos, y un rey de I tros prmcip!os deseeis .un.a am.nistía tan .lata
puro nombre, para que puedanellos medrar i para los mismos revolucionarios? Es muy ,
y mandar á la sombra del trono. Lasopinio- sencillo: nosotros queremos aplicarel reme-
nes sobreeste particular podrian ser dife- I dio á las cosas, y dejar en paz y favorecer
rentes, pero todos los hombres juiciosos han en cuanto.posible sea á las personas; nos-
de convenir, en que el asunto es grave, su- otros creemosque un poder fuerte, robusto,
mamente trascendental, digno de ser medi- apoyado en la inmensamayoría de la nacion,
tado profundamente, de no ser ahandonado podria consentir sin peligro, mirar sin nin-
al capricho de unos pocos; y de que es al- guna clase de recelo, que unos cuantos in-
lamente político, equitativo y justo, el que dividuos de ideas mas ó merios exageradas,
se combine de una manera razonable la li-' de antecedentes mas ó menos satisfactorios,
hertad de la Reina con la voluntad y los in- volviesen al seno de sus familias; y que al
tereses de la nacion. Bien se echa de ver contrarioun gobierno débil y vacilante no se
que no tratamos de imponer á nadie estas ó fortalece ni se solida deportando ó desterran-
aquellas opiniones; que no queremos pre- do á 20 ó 30 personas, porque entoncesellos
cipitar nada ni violentarnada; s~lo decimos: I1 conspiran desde fuera y sus am!gos censpi-
«El negocro es grave, tomaosuempo para r ran dentro, y los unos se' eonsideraa.eomo




- 284-
mártires, y los otros se llaman oprimidos; y dad y de justicia,reconocido'entodosiloS;
como todosconocenta flaquezadel gobierno, códigos del mundo, que nadie debe enrique-
todos abrigancesperanzas de derribarle en cerse á costa agena..¿Qué pueden alegar en
breve, y.selo piensan en evitar un golpe su favor? ¿.Lascantidades'que han satísíecho?
mientras estau acechando la ocasion opor- Lesserán devueltas. ¿.Las complicaciones que
tuna, Todos los partidos han encarcelado, esto traeria consigo?Todo es objeto de ulfa
han desterrado, han deportado, han fusila- liquidacion ; ningun negoeio se queda Sl~
do, han hecho derramar sangre y lágrimas arreglar por semejante obstáculo; en España
con entrañas de tigre; y ¿,quó han consc- abundan todavía los hombres que saben
guido? La opresion ha producido la exaspe- aritmética. ¿Los derechos adquiridos'? Estos
racion , las persecuciones han hecho mas ar- supuestos derechos son de ayer, y los del
diente la sed de venganza, la. sangre ha clero llevan largos siglosde duracion,y es-
clamadopor nueva sangre, los verdugos se tan garantizados por todas las leyes. ¿El vo-
han convertido en víctimas y las víctimasen to de las Cortes?Sobre ese voto está un ar-.
verdugos. Pensad algo mas en las cosas, y tículo espreso de la Constitucion que prohibe
algo menos en los hombres; estended la vis- el despojar de su propiedad á ningun ciuda-
ta á un círculomas dilatado, levantaos sobre dano; sobre esevotoestan el derecho escri-
esa polvaredaque anubla vuestros ojos; en- to, el derecho natural" las costumbresde to-
tonces llegareis á ser hombres de estado v dos los pueblos civilizados. ¡;]<;I ser'un hecho
dejareis de ser hombres de partido, y nO- consumado? La consumncion de un hecho, si
confundireis.los pensamientos de alta políti- es injusto, no quita la injusticia, antesbien.la
ca coala zozobra de vuestros intereses ame- aumenta; si es dañosono disminuve el daño..
nazadosy de vuestro mandoen peligro ni con antes bien le agrava: quien intenta un incen-
las inspiraciones de vuestro corazonulcerado, dio no hace tanto malcomoelque.lo intentay
por agravios, que por injustos 'lile havan lo consuma; el conatodelroho no es tan malo
sido nada tienen que ver con 105 grandes"in- como el robo mismo: la consumacion, pues,
tereses de la nacioll. de un hecho ni le hace justo ni conveniente"


:í-. o Fuera del todo la milicia nacional. sino que lo deja en su naturaleza propia.
IJ,o Arreglo de la imprenta de tal suerte, Ademas, si se tratase únicamentede SU8-~


que, sin embarazar el desarrollo intelectual, pender la venta' de los bienes ,'V devolver.
evite el que se consuma en luchasesté-, los.no vendidos, ¿con qué equidad, conque
riles la inteligencia del. pais, se insulte sin justicia se quedan poseyendolos unos y de,s-
cesar al gobierno,se alarmen contínuamen- pojados los otros'? ¿.Se ha reflexionado sobre
te los ánimos poniendoen.peligro la tranqui-. el desórden y confusion que semejante des-
lidad pública, se olendala'religiony la moral; igualdad ha de traer en cualquierarreglo que
se ataquen las reputaciones mas. bien senta- se intente?
das, v se. estienda la difamaciun hasta el Se nos hablaráde peligros, de revolucion ,
sagradodel hogar doméstico. de grandes intereses amenazados, de ene-


Q.o Quitar la exorbitante contribucion migas que se crearía elgohierno; mas nos-
del culto y clero, que tantos sacrificios exige otros opondremos los amigos que se atraería,
de los pueblos, y tan estéril es para el sa- la satisfaccion con que verian los pueblos la
grado objeto cuyo nombre lleva. Asegurar la i reparacion de tamaña injusticia; recordare-
subsistencia de la Iglesia de una manera I mos que no son los compradores las persu-
independiente del Erario, mediandoen todo nas mas influyentes del pais; que se han
lo que sea menester la autoridad del Sumo abstenido de semejantes compras losprinci-
Pontífice; devolver á los compradores. de los pales propietarios, los capitalistas que no
bienes del clero secular .y de las monjas lo han querido atraerse el odio de los pueblos,
que hayan satisfecho, y restituir á sus Jegí- v escitaremos á que se consulte á estoscómo
timos dueños las propiedades de que-se los se han verificado esas compras y ventas,
ba despojado. Los compradores, si proceden cuáles las ventajas que. han reportado .los'
de buena fe, no pueden exigir mas que el colonos, cuál el desarrollo de lariqueza pú-
reintegro de lo que hayan desembolsado; los blica 'I,ue del cambio ha resultado, qué es
que se opong¡m á ello, los que clamen, que lo que piensan sobre esas fortuaes.improvi-
~riten , señal.es que han hecho un negocio sadas que se han levantado en los últlimos
-dllmasJado bueno;'y es un principiode equi- años; y entonces nadie dudará que un minis-




~-,j'


,NUESTROS PRlNC1PIOS~ ~t:GOBlERNO n~'GLoBO ..
.; . -"_! - - ':, '."


, .., .


Eeento ,p-u.Bp.rc~J9I\~ en ~3 de julio~e. f 84:4, J puhlicade ea Madl'ül
.,;:, cT';:JJ'del mismo mes.


"


·Cuando es(¡r:ib~mos los artículos sobre III
reforma de la. Constitucion ,no andaba guia-.
da nuestra plumapor el.vano prurito de·cri-·
ticar lo existente, ni de haceral gobierno una'
oposícíon sistemática. Nosotros creemosque


- 285-
tro de intenciones rectas 'y. de un, carácter 1 se todos los hombres ~cleseár~:u sincera-
firme ,podria tomar esta medida sin ningun l' mente el bien de.su patria, que no se hU7
peligro, .bien seguro de. que los murmullos biesen enriquecido coalos bienes de la Igle-
de los descontentos qUed.arianahogados en- !I sia, que no qUiSiera.n m.edrar en losdistl.irhios
tre los aplausoade la naoion entera. Es políticos bajo ningún título, Creemos (lue
preciso convencerse, y harto lo está dicíen- i nadie podrá negar la necesidadde robustecer
do la esperiencia, de que la avidez de cier- 1I el tronode una manera real y efectiva, yen
tas gentes no conoce límites: que cuanto 11 el progra~la ~e pmpone este robustec.im¡.e~-,
mas se las co~cede ma~ codician ; y que es ¡I to , Y ~e lI1~llca el mo.do de con.seglllrl? Sl,ll
de la mayerímpertancia el dar al pais una iI violencias m exageraciones; nadie podrádu-
leccionde moralidad, para que.si en nuevos 11 dar de que urge la reconciliacion sincera de
trastornos se trata de consumar nuevas in-Il todos losespañoles , el levantar á la Iglesia
justicias y de atacar nuevas propiedades, se 11' de la postración en que se encuentra, elres-.
diga: «No hay que fiarse de circunstancias i tahlecer las relaciones con la Sede Apostóli-
pasageras, pues que las épocas anteriores 1I ca,' e.I ataj.ar esa inmora.lidad, esa codi.cia
hll:ll' enseñadoque tarde,ótemprano llega el insaciable que, está devorando propiedades
dia de la justicia. ». l' I sagradas y el Erario público; nadie podrá
,'1,.0 Suspender desde luego laventa de \ dudar de la urgencia de poner freno á los
los bienes del clero regular, atajando la es- escesos de la prensa, de quitar para siem-
candalosa dilapidaoion que hasta ahora se ha p¡;e el peligl'O d~1 paisannge .armado , ins-
hecho,y entrando en negociaciones con, la I trumento el m.as á proP.ó,sito p.,.ar.a embara.zaf ..,
Santa Sedepara tomarlas.medidas mas equi- la acciondelgobierno H:troJllQver disturbios,'
tativas y convenientes. de salir de una vez de,estadl:lAan:pf(~carj~,


8.° Dejar á' la Iglesia en la debida li~ I en que todo depende de .la lealtad de Ios
bertad , asi con. respecto á la ordenación ¡ militares , y en queestos se ven precisados,
como en todo Jo concerniente.al ejercicio de á estar de continuo sobre las armas para,
su sagrado ministerio, alzándose prohihicio- sostener el trono y conservarla tranquilidad
nes que, á mas de ser anticanónicas é ile~ pública. De estos estremos no nos hemos
gales.acarrean ala Iglesia v.al Estadoma- olvidado en el.programa; en todo hemos.
les de la mayortrascendcncra. sido tan esplícitos como era posihle ; y si en


9.° Procurar por-los medies convenien- puntos delicados hemos preferido un apla-
tes y canónicos, que en las diócesis donde la zamiento , ha sido porque no '. tratamos de,
jurisdicción eclesiástica sea ilegítima ó du- precipitar nada, de sorprender á nadie : el.
dosa, se establezca la legitimidad ó se.quite I curso de los acontecimientos , la ;fuerza de.


-Ia duda. i las circunstancias, señalarán el rverdadero
1O.Con estos antecedentes quedarán camino. Creemos.haher pintado la situación-


allanadas en buena parte las dificultades que del país.tal como. se halla en la realidad:.
impiden el restablecimiento de las.relaciones hemos consignado hechos, y de ellos dedu-.
con laSanta Sede: entonces se convencerá cido consecuencias y reglas de conducta;'
al Sutno Pontífice de que el' gobierno espa- los hombres sensatos juzgarán si nos hemos
ñol procede de buena fe, y es de esperar equivocado.
que lasnegociaciones-que se establecen Ile-
garáRá: un resultado satisfactorio. Pero
hablar de una maneray obrar de otra; ha...
ce~ muchas.prcmesas y.necumplir ninguna,
exrgrr que el Papa ceda en todo.sin ceder el
gobierno en nada, y hacer .consistir .todo el
espíritude concíliaoion por pal'te de laautori-
dad civil en pedir á Bema.Iasaucion-de
todo lo hecho, esquerer humdlaralYicario
de Jesucristo, es querer tratar á la 'cabeza
de la Iglesia católica de la manera con que
no se trata al último de ·Ios soberanos.


Tal es en' nuestro concepto el.programa
que debiera adoptarse: á él podrianadherir-




- 286-
lapolítica debe estarssubordinada á la moral, mal mezclado con el bien. la verdad con el
y que de semejante ley no puede tampoco error. el acierto con el yerro; los hombres
eximirse la prensa que se ocupa de les ne- mas rectos tal vez pagan su tributo á la fra-
gocíos públicos. Servirse de las ideas y de gilidad inherente á nuestra naturaleza, v se
las doctrinas, no por lo que entrañan de olvidan por un momento de sus deberes; los
verdad ó de error sino por lo que conducen mas criminales no siempre obedecen al im-
á este ó aquel fin, ó en otros términos, apli- I pulso de sus malos hábitos; noes raro verlos
car al órden intelectual el principio utilitario, ejercer acciones muy loables guiados por
nos parece no solo inmoral sino tambien al- una de aquellas inspiraciones virtuosas que
tamente dañoso á los progresos de la ciencia. con frecuencia se sienten en el fondo delal-
Esta se olvida de su propiadignidad. se en- ma aun en medio de los mayores estrávíos;
vilece cuando se prostituye á intereses de- el sabio. por masjuicioso y discreto que sea
terminados, cuando se hace flexible en ma- I no siempre tiene la fortuna de descubrir la
nos de quien fa quiere emplear para el logro I verdad, y el ignorante y necio tal vez dará
de un objeto. Y no es que opinemos que una I con ella por una casualidad feliz ;- el tacto
conviccion ilustrada y profunda, armada de mas delicado y fino no está siempre seguro
severa lógica. embellecida y realzada conla de guiar atinadamente al que lo posee, y
brillantez del talento, no pueda venir en quizás un hombre petulante y atolondrado
apoyo de un sistema político determinado; encontrará la debida solucion á un negocio
esto equivaldría á decir que la ciencia no grave r espinoso. Tal es el mundo, tal es la
puede combinar un orden de cosasaplicable humanidad ; asi no concebimos como puede
al gobierno. Cuando un sistema contiene los haber lugar perpetuamente para la alabanza
mismos principios de la ciencia, y reduce á Ió el vituperio: lo que significa que no com-
la práctica en oportunas aplicaciones las prendemos la oposicionni la defensa sistemá-
consecuencias que ella ha sacado, no hay ' ticas , que en tratándose de un órden de co-
inconveniente en que los hombres de laos sas ó de un gobierno establecido, loencuen-
ideas apoyen á los hombres de los hechos. tran por necesidad ó todo bueno o todo
Creer que el bufete del escritor sea por ne- malo. ,
cesidad el despacho del hombre-- de .Estado, Con estas doctrinasclaro es que no podia
es no conocer las diferentes atribuciones de caber en nuestro-intento el proponer la re-
ambos, es no llevar en cuenta las muchas forma de .la Constitucion de 1837 criticando


_ca~sas que pueden impedir semejante con- severamente sus defectos por espíritu de
fusión Ó alianza. Pero empeñarse en que ha oposicion al gobierno; nuestras palabras
de haber un perpetuo divorcio entre los es- eran hijas de la profunda conviccion de que
critores y los gobernantes, es asentar por aquella ley no satisfacia ni podia satisfacer
principio que los hechos no pueden andar las necesidades del pais, que estaba en des-
acordes Con las ideas, es dar por supuestoó acuerdo con las ideas v costumbres dominan-
que la cienciano hace masque desbarrar, ó tes en España,que era vano -el empeño de
que los hombresde Estado obran sin pensar: sostener intacto un ser débil, raquítico,
ambos estremos ofrecerian una idea bien que iba muriendo de consuncion entre la in-
triste de la sociedad v de la humanidad diferencia ó el desprecio de gobernantes y
misma. • gobernados.


Estas consideraciones manifiestan cómo Afianzados en los hechos, v seguros de
entendemos nosotros la oposicion : no com- que las protestas de palabra y por escrito
prendemos cómo puede hacerse esta ni en nada podian contra la irresistible fuerza de
los límites de la buena moral, ni en los de las cosas, íbamos siguiendo nuestro camino,
la honradez y del decoro, á no ser concien- I dejando que otros se solazasen con el nom-
zuda; es decir, á no emanar de las convic- hre de la Constitución de 1837 conservada
ciones de quien la hace. Lo propio que de la intacta. Si procedian de malafe , nada tenia-
oposicion, decimos de la defensa del gobier- mas que decirles; y si eran tan cándidos que-
no. Así confesaremos ingenuamente que no creyesen buenamente lo (lue afirmaban, en-
sabríamos cómo escribir si siempre huhiése- vidiábamos su corazon , mas no su compren-
mos de encontrar malo ó bueno todo lo que sion política, y conceptuábamos que el me-
este hiciese. En la instabilidad y variedad jor remedio de su ceg-uera babia de ser el
de las cosas humanas anda casi siempre el que trascurriesen algunos meses. Poco nos.




- Sl87 -
importaban aquellas fatídicas palabras, nimas
ni menos, asi como nos habíamos reido al-
gun tiempo antes de aquellas otras, no mas
revoluciones, no mas reacciones: asi como
allá en la époea de las glorias y de la omni-
potencia de Olózaga nos habíamos atrevido
á dudar de los 'futuros prodigios de su go-
bierno, aunque-urrostrásemos la indigna-
cion ó el desden de muchos progresistas y
no pocos parlamentarios; asi como-tuvimos
por una farsa la coalicion para todo lo que
no fuese destruir, y mucho antes del famoso
documento de la comision electoral parla-
mentaria, ese documento de los abrazos,
del rnútuo desengaño , del sello de amistad
eterna, de los pronósticos de perene ven-
tura y bienandanza, de paz, de fraternidad
y de amor, y sobre tododeórden público,
de prosperidad nacional , de temible pujan-
za y fiera independencia, escribíamos á
primeros de juliode 1843 loque pordesgra-
cia una triste esperiencia ha venido á con-
firmar (1).


Asi no es estrañoque nonoshiciese mella
ese terrible ni mas ni menos; ese bastan las
leyes orgánicas; ese la Ikmstitucio» esel lí-
mite de todos los partidos; esos y otros te-
mas semejantes que con tan enfática seguri-
dad se pronunciaban: Para hablarcontra la
Constitucion nos fundábamos en un hecho
muysencillo, á saber, que la Constitucion
noexistía sino en un li-bro; pedíamos que se
nos la mostrase en la sociedad, y nadie lo
hacia; lanavese habia hundido, solo se des-
eubria la estremidad del mástil, v no falta-
ban buenas gentes empeñadas en sostener
que la embarcacionmarchaba viento en popa;
y asi se exigia que lo creyésemos los que
estábamos presenciando la catástrofe.


Por lin hemos salido de la incertidumbre;
por fin se ha cejado en el empeño de obli-
garnos á confesar que veíamos lo que no
veíamos, que palpábamos lo que nopalpá-
bamos, que era una vana iíusion , un capri-
cho de nuestra fantasía lo que estábamos
viendo con nuestros ojos y tocando con
nuestras manos. El ministerio, ese ministe-
rio eminentemente parlamentario y escrupu-
losamente legal, que diz ha impedido una
reaccion tremenda, la. cual segun losperiódi-
cos progresistas, comenzando por un golpe


(f) Véase pá¡in:d 12.


de estado, quizás quizás acabára por llevar'
á .~. Carlos á Madrid con Balmaseda por
mínístrn de la Guerra y Cabrera de capitan
general, amen del restablecimiento de todos
los conventos, del degüello de todos-los li-
berales, que con las terribles noticias anda-
ban as~z revuel.tos é irritados, al ver que
sus antiguos amigos tratabande entregarlos
á los voluntarios realistas; ese ministerio
repetimos, que consu anómala legalidad v~
á traernos el siglo de orode laste~rías cons-
titucionales, ha venido á declarar formal-
mente en la esposicion que precede al de-
creto de. disolucion y convocacion de Cortes
que «el tiempo ba llegado ya de introduci:
el arreglo y el buen concierto en losdiferen-
tes r~mos de la administracion del Estado,
de dictar las leyes necesarias para atianzar
de un modo sólido y estable I¡;I tranquilidad
y el órdenpúblico, y de llevar la reforma y
la mejora á la mismaConstitucion del Esta-
d.o , ~especto de aquellas partes que la espe-
nencia ha demostrado de un modo PALPABLE
que. ni estan en consonanciacon la verda":
dera índole ~e~ ;égimen representativo, ni
tienen la flexibilidad necesaria para acomo-


1


I
darse á las variadas exigencias de esta clase
de gobieraos , y que todas estas reformas el
pais las reclama CON ANSIA Y AVIDEZ.))


Aceptamos desdeluego tamaña confesion,
y nos aprovecharemos de ella para decir
cuatro palabras al Globo, en contestacion á
su artículo del 28 de junio y á un período de -
su número del 29 del propio mes. Ya puede
conocer nuestro colega que no hablamos por


I despique ni espíritu de venganza; que cuan-
do tales motivos obran en elánimo, suele la
contestac~on ser enérgica, viva y sobre todo
pronta, sm que trascurra un mes enteroen- .
tre el cargo y la defensa. ':


No podemos persuadirnos que el Globo al
estamparsu artículo abrigase la intención de
que se pusiera en peligro el depósito del
Banco; porque si bien clamaba porque se nos
impusiese silencio, todavía creemos que ese
clamor. ~as bien era un aviso severo para
quecejásemos en nuestraempresa de refor-
mar la Constitucion, que no una escitacion
formal dirigida á los señores fiscales. Deotra
suerte debiéramos decir que estos eran mas
tolerantes que los ilustrados redactores de
aquel periódico.


Aparte, pues, la cuestionde intenciones.
que creemos indulgentes ycaballerosasen~
traremos en lade principios, en lacualp~ede _




- 288-
hablarse cónniasdesembarazo, y se encier- establecido" y que en general debe estar
ra mucha mayór importancia. fuera de ía.jurisdiccion.de la- prensa la ley


Despues detl1lberse lamentado .el citado fundamental ~el Estado. Pero reconociendo
periódico de que durante,la regencia de Es- estos pnncrpios creern~ qu~ no anda acer-
partero, y aun en los últimos años de la de tado eiGlobo en la aplicacion que de ellos
la Reina doñaMaría Cristina" ciertos, órga- hace en la ,cues~ion presente. El estar prohi-
nos de la 'prensa abogasen todos los días por bida un~ discusion sobre unobjeto suponela
la república, poniendo asi en discusion la ley existenciade este, y no comoquiera sinode
fundamental del Estado, y aun llegase á un modo real y fectivo , y ademas conjustos
darse el escándalo de que la Gaceta, el ór- títul~s que le hagan sagrado é inviolable á
gano olicial del gobierno, entrase con ellos ~os ojos de los pueblos. De otra suerte sería
en polémica sobre laescelencia del gobierno irracional la prohibicion de discutir sobreél,
repuhlicat~o, dice que hoy n?, ~xiste ,por cuando,este derech? -se ~torga con respecto
fortuna ninguno de estos periódicos , pero a todo 10 demás. ASI por ejemplo, en, un pue-
que en cambio se publican otros que? Ó pro- hlo qu~ en,su ,inmensa.mayoría sehubiese
claman abiertamente la monarquia , o ponen hecho unpie, o que hubiera cambiado de re-
en tela de juicio y discuteuy critican los hgJO~,.se entendería que habiacaducado la
artículos de'la Constituoíon. Entra luego en ley CIVIl que prohibiera la discusion sobre
el examen'dé si estas polémicas son confor- las antiguas creencias. Preguntaremos aho-
mesá Ja índole del gobierno representativo, ra allitobo, si cuando nosotros hemos escri-
y si llega hasta,este punto ~a libertad de l?s I to ~os artículos sobre..reforma de Constitución
escritores; y afirma , qne SI bien ama la JI'- exisua esta real y eíectrvamente., y SI tanto
hre-discusion , sin embargo conoce que la por los gobernantes como p'or los gobernados
necesidad v la libertad de ella tienen suslí- era respetada como sagrada é inviolable.
mites, quenadie debe traspasar impunemen- I Creemos que la ilustrae~on de dicho periódi-
te; y esplicando su pensamiento añade: « En co n~s ahorrara el trabajo de citar hech~s y
los gobiernos representativos todo puede de ofrecer todo Image de pruebas. Precisa-
discutirse v censurarse, escepto aquellas mente una de las razones principales en que
doctrinas é 'instituciones que son la base deluos apoyábamos para sostenerlanecesidaude
mismo gobierno y de la sO,ciedad política. La II(l;{el~n~a"era que la Constitución de '1837
religion, donde ,no hay' libertad de cultos, no cxisua SIllO enel papel; .y uno de nues-
el1::ono y laConstitucion, s.on las tres !nsti- tros.arttculos fue dedicado esclusivamente á
tucíonespor cuya virtud e"'~sten las~cledad este objeto, comparando el testo de la ley
y,el gobierno, y son el lí~lte de la libertad fundamental co~ j~s hechos r~esentes, y con
política. Cuando la ley dice que no tolera muchosacontecuníentos verificados desde la
mas religion que la Católica, prohibe al mis- promulgaeiou de aquel código. Cuandose
motiempo todo acto que tenga por objeto I quiere probar que una ley existe no basta
destruirla 6 desacreditarla para poner otra mostrar un impreso donde se hallen sus .ar-
en.su .'uga~? cua~d? la Constit.u.cion declara tículos ; no hasta alegar que no se la ha de-
la IllvlOl.abiltdad. e lfl'esponsablllda~ ~el, mo- rogado espres~rnente en otra ley posterior;
narca , ju~ga ~nmen todo acto hacia el, de I que SI estovaliera, sería menesterdecir que
reconvencion o censura; y cuando existe se hallanvigentes muchas leves de códices
una ley fundamental qu~ ~sta~)lece una 101'- antiguosen cuya observancia nadie pien~a.
ma de gobierno, no es lícitomngunactoque Para demostrar hasta la evidencia la sin-
tenga po.r objeto, sustituirla, c,on ot~'~. Asi, I razon,c0n que n?s ataca el Globo, atenién-
pues, quten rredlCa u~a ,rehglO? diferente dose a una legalidad que por darle la cali-
de la establecida como umca; quien censura ficacion mas suave solo llamaremos nímia
los actos del monarca ; guie~ proclama otra supóngase que el fiscal, sintiendo avivad~
forma de gobierno que la existente, contra- su celo por las escitaciones del mencionado
viene á las leyes y falta á las condiciones periódico, se. hubiese resuelto á la denun-
del régimen representativo, » cia de nuestros artículos: cabalmente el ar7


Admitimos conel Globo que la libertad de tículo 8,° y último sobre reforma de Cons-
la discusíon tiene sus límites, y que node- titucion salia á luz en Madrid en el núme-
beestenderse ála religion donde no hay li- ro 23, correspondiente al dia 10 del corriente
bertadde cultos, ni al trono donde se halle julio, y en este mismo dia un ministerioque




289 -
se Jlreciade altamentelegal', de parlamen- to de la Nacimí v sobre todo á la Jlonar-
tano , V CUYO sistema merece sin duda mas quía, órganos delpartido contra-revolucio-
las simpatías del Gloúo que las nuestras, nario , es decir, revolucionario también,
publicaba en la capital el decreto de disolu- aunque en sentido opuesto á los progresis-
cion de Córtes v .oonvocacion de otras nue- tas y republicanos.sPerdónenos el Globo si
vas, precedido de una esposicion en que se le decimos que no creíamos haber merecido
decía que había llegado el tiempo de llevar semejantes palabras: nosotros no escribimos
la reforma á la Constuucion del Estado, que para alarmar ni á los lectores crédulos ni á
esta contenia partes que la esperiencia ha-· los incrédulos; no andamos á caza de noticias
tia demostrado de un modo palpalJle que tlue puedan producir semejante efecto; y
no estaban en consonancia con la verdadera por el sistema que seguimos en esta
índole del régimen representativo, ni tenian partc , bien se deja entender que, lejos de
la Ilexibilidad necesaria para acomodarse á querer producir impresiones de momen-
las variadas exigencias de esta clase de go- to , solo tratamos de recoger y como
bicrnos , y que estas reformas el país las archivar los actos del gobierno y los he-
reclamaba con ansia y avidez. Bl Pensamien- chos mas notables que estan sucediendo en
to de la Noeion hubiera podido defenderse el pais. Por lo tocante á discursos, en cuanto
de una manera muy sencilla, diciendo: «yo cabe en nuestros alcances cuidamos que
he sostenido que la reforma de la Constitu- abunden mas de lógica que de declamacion;
don eranecesaria , y el gobierno lo afirma si el Globo se ha tomado la pena de leerlos
tambien; yo he sostenido que sus vicios todos, en todos habrá podido notar este ca-
eran evidentes, y el gobierno afirma que rácter ; y si algunos hay en que nos haya-
son palpables; yo he apelado á la esperien- mas esmerado en.emplear raciocinin sólido
cia para probar este aserto, y el gohierno : y severo, fundado. en hechos evidentes y
afirma que la esperiencia lo ha demostrado; I palpables, son los.. qu~ versan sobre la Te-
yo he sostenido que la reforma era oportu- forma de la Constitucion, los que precisa-
na, y el gobierno aíirrna que el tiempo ha ' mente han cscandalrzado al Globo.
llegado ya; yo he sostenido que el pais asi I Tocante al título de contra-revoluciona-
Jo deseaba, y el gobierno afirmaque el pais 11 rios , ó como el llama revolucionarios tam-
lo reclama con ansia y acidez: lisca[, 110 os ti hien , aunque en sentido opuesto á los pro-
dirijais , pues, contra mí, dirijíos contra los 1I gresistas y republicanos, si asile plaee ape-
firmantes del documento á que nos referi- i llidarnos porque deseamos que se robustezca
mos; que si no recordais sus nombres, son 11 de una manera positiva y dicaz el trono,
D. Ilamon María Narvaez, D. Luis 11ayans, 11 porque ansiamos que salga de la tutela y de
D. Francisco Armero, D..Pedro José Pidal, lila opresión de los partidos y pandillas, por-
D. Alejandro Mon.») ji que queremos que el monarca sea verda-
llieneel~ará de ver ~I Gl?bo que el papel I d~ramente ~onal'c~ y no ejecut?r de desig-


del señor fiscal no huhiera SIdo muy airoso, I rnos contrarios al bien de la nacion , porque
y que tampoco era muy grata la posición I suspiramos por el dia en que el cetro y la
de quien con sus ~scjt~ciones hu.biese pro- I diadema de San Fernando se "Can liI~res del
voeado la denuncia. El Pensamiento de la I polvo con que los empaña la revolución con
J'racion hubiera podido contemplar con algo 11 distintos nombres; si. le place apellidamos
I~as que pla~er la e~cena en que se.l~uhiera 1I asi porque rechazamos esa mentid~ libertadVIsto ~~nunClada. al-jurado la esposlclOn de I con que de largos años_ atrás tic. Viene en,-
los numstros amigos de la legalidad , y co- I gaüando al pueblo español , esa libertad que
mo tales sostenidos ardientemente por los ha producido tan dilatada sériede.calamida-
periódicos de la situacion. des y desastres, que repetidas veces ha


Aquí pondríamos tin á la polémica con el manchado con lodo la diadema de Castilla,
Globo, si no tuviésemos que contestar, ya I y nos ha conducido eénsecutivamente del
que se presenta ocasióntan oportuna, á un I despotismo de unos pocos á la anarquía, y
párrafo del número 29, en que hablando de de la anarquía al despotismo, esalibertad
las preguntas hechas por el Eco á la prensa que aUD ahora mismo derribaría el trono si
periódica moderada dice: «Para alarmar a ¡no estuviese escudado porel valiente ejér-
suscrédulos lectores,' los periódicos pro- I cito y rodeado de sus bayonetas ;si le place
gresistas tienen que recurrir al Pensamien-: 1I apellidamos asi porque deseamos que se


35




y LIS


LA SITUACION


-!90 -
reslítn~a su Iu.st.re Y,esPlendo.r á la religion 11 polios de pandillas , fuera ese esclusivismo
católica profesada pOI' lanacion entera, en- I con que se condena á la nulidad política,
lazada con todas nuestras glorias y, Úlli-¡ al abatimiento y á la humiliaeion á partidos
ca esperanza de esta sociedad desventu- i numerosos, con que se priva á la nacion de
rada: .si le placeapellidamos asi porque cla- , los serviciosque pudieranprestarle hombres
mamospara que, se ponga coto á esa codicia I de distinguidas calidades, por soloel motivo
escandalosa que va improvisando colosales de no pertenecer al partido dominante;
fortunas en medio del estupor de los pue- I aprovechar todaslas inteligencias, hacer que
~)Ios, que n? cone.iben CÓ!110 hay qui.en lo l' concurran al bien público todas las virtu-
eonsienta ; SI por estos motivos , repetimos. des, esplotur y servirse de las dotes de
le place apellidarnos asi , nos honramos por todos Jos hombres sean cuales fueren sus
haberle dacio ocasion, y le daremos muchas opiniones políticas, sujetar á tocios los es-
otras en adelante. Pero si se nos llama con- paüoles á la lcv y á nada lilas que á la lev
tra-rcvolucionarios como representantes de y no al capricho de nadie: estas son las
un sistema de insurreccion, de violencias v venganzas, las violencias, las reacciones,
de venganzas, entonces rechazamos con la cuntra-revolucinn que predicamos; ahí
energía~Ia calumnia. están nuestros escritos desde que comenza-


Lejos de ser partidarios de la insurrec- mos á dar á Juz algunos en 1840; quienen-
cion, deseamos que se establezca un go- cuentre en ellos un párrafo que no esté con-
hierno sólido y fuerte que las acabe para forme con la proíesion que acabamos de
siempre v las haga del todo imposibles: le- hacer que Jo cite.
jos de ser amigós de viol~n~ias, clamamos i
contínuamento por el dominio de la ley, y :
si nos declaramos en oposicinn con la actual, ,1
es porque conocemos no ser mas que un l'
nombre vano, escelente para servir de ins- !
trumento á las pasiones y partidos, é inca- i
paz de asegurar el órden público, cuanto i ~~~~~UlD~lD~j ~~~ ~~a~.
menos hacer la prosperidad de la nacion; i
lejos de aconsejar persecuciones y atrope- i . '
Ilamientos , repetimos una v mil veces que I! Escrito en Burcelunu en 1,' dt' nposto d. 1844, Ypublicado en Madrid


di d d .... .. 1; -t 7 del mismo mes.
estos me lOS. na a pr~ .ucen, SIllO que aVI- ·1 ...
van mas y mas el espíntu de rencor y venv : tos hombres de la situacion han creído
ganza ,que es preciso aplicar el remedio á . resolver de una manera satisfactoria la últi-
las cosas, y que en ellas mas bien que en I ma crisis disolviendo las Córtes y convocan-
las personas está el origen del mal. lndul- '1 do otras nuevas, con la esplícita promesa de
gell(~ía para el estravío , benignidad COIl el ,llevar. la reforma y la mejora á la misma
culpable cuya culpa dimane de circunstan- 11 Constitucion del Estado. De esta suerte han
cias estraordinarias, de cxaltacion del mo- I procurado aparentar qU(~ estaban resueltos á
mento, de errores mas ó menos escusahles; 1I satisfacer una necesidad urgente, reconocí-
pero justicia con el crimen, severidad infle- 1; da por todas las personas sensatas. Que el
xil.lle con los hombres de intención perversa '11 sistema político de Es.paüa no puede conti-
y (le corazón dañiuo; transaccion entre los i nuar tal como ahora se encuentra, es una
mtereses op~est?~ respec,to á todo cuanto 1


I1
v~rdad que salt~ ~I la ~ista con tanta eviden-


entrañen de jusucia y equidad , pero no per- 1 cia , que el numsteno. no ha reparado en
mitir el escándalo de que el robo y la dila- I1 afirmar que era palpable, y que la esperien-
pidaoion se cubran con la égida de la ley, I cia hnhia venido á demostrarla. Mas como
dando al país una leceion de inmoralidad 1I quiera que los hombres de la situacion no
con el funesto ejemplo de declarar legitimes estan cimentados en principios sólidos, an-
todos los atentados con tal que hayan llegado tes marchan á merced de las circunstancias,
á, consumarse. Profundorespeto á la propie- son aficionados á imitar, v como partidarios
dad; consideracion á las personas, olvido del justo medio se esfuerzanpor plantear un
de todas las: dehilidades, hasta perdon de I sistema que noestá sobrantede osadíay fran-
todos los delitos políticos, sincera reconci- I queza. Porestoha salidoá luz una esposicion
liacion di todos los españoles; fuera mono- en que nada se dice que pueda dar una idea




-- 2\lf -
clara yexactade lo que se intenta hacer, pues 1) palacio de la Granj.a..La diferencia es.tá "U
el programa es tal que con él la Constitución I que vosotros quisiérais hacerlo de una ma-
podrá quedar tan viciosaeomo ahOI:a , obien :1 nera brusca r violenta, y.nosotro~ I~ hare-
curada de muchos de sus males; siendo re- 1, mas por medios legales, sm sacudimientos,
guIar qu: salga una de estas dos cosas, se- 11 sin golpes de Estado,. cual clln:ple ,á .homl?res
gun el viento que corra alla en el mes de 1 conocedores del espíritu.del.siglo , imbuidos
noviembre. Las palabras de tndole del I'efli- 1/ en las doctrinas de los publicistas mas ade-
filen represmtativo y de flexibilidad necesaria Ilantados, y que han estudiado de cerca un
para acomodarse á las variables e'úf/e1lcias modelo en eu~'a iuiitacion cifran su gloria Yo
de esta clase de gobiernos, son tan flexibles la prosperidad de España. Por lo demas, si.
qlle bien pueden acomodarse á toda clase de I en las Cortes se ofrecieren dificultades, si
proyectos. 1 esos incorregibles progresistas nos vienen


Por manera, que si fuese posible que se I allá alarmando al público con fogosas pero-
c.onsintie.ra en las Cortes una mayoría pro- ratas, embarazándouos y no dejándonos
gresista , el ministerio, Jo que es por lo to- labrar, entonces quedará de nuestra cuenta
cante al programa, pudiera muy bien cn- , el desharemos de ellos y de las CÚl'les y-
tenderse con ella, presentando cualquier plantear vuestro sistema, que se presentará
proyecto al que por uno ú otro motivo se le mucho IBas plausible habiéndose demostrado
pudiese atribuir (lue contiene medidas á con el nuevo ensayo que no es posible des-
proposilo para dar flexibilidad. Y si pOi' el atar el nudo y que es preciso cortado. » .
contrario saliese una 'mayoría compuesta de Espresamos la realidad y nada mas que la
monárquicos y de moderados de los no per- realidad de los hechos. Que en último es-
tenecientes á la fraccion dominante, tamhien tremo exista el designio de prescindir de
pudiera el ministerio presentarse á las Cór- costumbres parlamentarias y de formas es-
tes con un proyecto en que la reforma de la trictamentc legales, opinamos que no es
Constitucion fuese como la reforma de los aventurado el decirlo, si se ha de juz'gar por
frailes, que comenzó por proyectos llIuy lo qne hemos visto no ha muchos, meses: en
suaves é hipócritas y acabó por destruirlos cuanto á ser mas ó menos valientes los Jlo~
á todos. líticos todo dependerá de las mayores Úme-


Así los hombres de la situacion se han co- nares simpatías de los militares. Asi es que
locada en una posícion de justo medio, hello en todo esedecantado constitucionalismo , el
ideal de sus teorías y blanco de todas sus voto del presidente del Consejo ha de pesar
comhinnciones. Encaradoscon los progresis- mucho, porque es hombre que puede y sahe
tas pueden decirles: « Si soisconstitucionn- sostener con la espada lo que ofrece ó pro-
les, nosotros Jo somosmasque vosotros; las mete. Cuando coste llegue aconvencerse de
reformas que querernos hacer en la COnSli-¡ que se le lleva por un camino que podría
tucion servirán á robustecerla y afianzarla: muy bien inutilizar lo conseguido en 1'01'1'0-
no creais que soñamos ni en absolutismo ni I jon de Ardo», será posible que muchos otros
en formas demasiado rigurosas; yen prueba I varíen de rumbe.
de esto vedcomo queremos una Constitucion !ji Ya que de militares estamos hablando,no
fiexilJle, v como no nos hemos olvidado de 1I será fuera del caso advertir que se alucínan
la espresion eminentemente liberal: índole I mucho los parlamentarios .si c.reenque el
del gobierno representativo.)) Yal contrario, I ejército los sostiene por identidad de prinei-
cunndohayan de dirigirse á los monárquicos pios y de miras. El ejército obedece ala Ilei-
y a. los moderados que. fueron un dia sus na, sostiene á los rarlamentarios porque Jos
anugos , y que han dejado de serlo ~or la ve aliado de la Rema, esto es lo l}lte-hay.y
sencilla razon de que se han cansado.deser- nada mas, pues dado que el ejército no pue-
vil'de instrumento, podrán decirles: «¿Que- de tener aficion á las farsas rovoluoioaarias,
reis robustecer la monarquia? Pues nosotros es muy probable que.sus simpatías y su en-
loqueremos mas que vosotros; vereis cómo, tusiasmo sean en favor del trono, de esa ins-
sale mal parada de nuestras manosla Cons- titucion de catorce siglos, '! no en favor de
titucion ; vereis cómo á fuer de monárquicos esas obras de un dia que nacen hoy para mo-
la hacemos trizas con el pretesto de réfor- rir mañana,que en los breves momentos
marla, siquiera por vengar el ultraje hecho que llevan de existencia estan mudandoeon-
á la Reina por una demagogia feroz en el unuamente de forma, y acarrean entretau-.




- 2~J2 -
1) ú la uacron quebrantos y desastres sin 'i! los peligros del trono, de la flaqueza de las


cuento. ¡ instituciones, de la dificultad de fundar un
A propósitode la flexibilidad que se quie- i' gohierno, está en que por efectode la guer-


re dar á la Constitucion, observaremos que ¡i¡ ra dinástica, política y religiosa, y del.des-
no es la~nflexibilidad el defecto d: que ado- I ?nlace que ella 1.1a tenido ,se halla fuera de
lece ; y SI de sus dotes hemos de Juzgar por 1 juego una masa mmensa en qne lIO solo hay
los efectosque ha producido desde '1837, es-j'l número sino tambien grandes principios -é
tamos'por decir que se achaca á la Constitu- ! intereses; y por lo mismo-todas las comhi-
cionprecisamente lo contrario de lo que se ¡I naciones que se hacen para establecer un
debiera culparla. Es comolos gobiernos que l! sistema político sólido y duradero se limitan
se han sucedido desde la muerte del último :! á un círculomuy reducido: todo se circuns-
monarca, á quienes se ha llamado tiránicos 1I cribe á lIll bando político que, dividido en
y usurpadores de los der.ec~os del pueblo, li dos fracciones que se al~orrecen de muerte
cuando en general su principal defecto ha y que han sellado su odio con sangre, no
consistido en ser débiles, en olvidarse de pueden servir de hasa para Iundar un go-
su propia dignidad, humillándose vergonzo- hierno.
samente ante todas las exigencias revolucio- Lo hemos dicho varias veces y lo repeti...
narias. remos aquí: en no haciendo' entrar como


Desde ,1837, las. Cortes formadas con elemento de gobierno á ese partido á quien
arreglo á la nueva Constitucion han maní- se desdeña, es imposible , absolutamente
festado opiniones tan diferentes y correspon- imposible, establecer en España nada sólido
dido a tan contrarios designios, que al menos y duradero. tos hombres superficiales á de
'por gratitud no las debiera llamar inflexi- mala fé andarán discutiendo sobre si es par,..
hles ninguno de los partidos liberales. Las tido legal 'Ó no, sobre si ha abandonada sus
de 1838 distaban inmensamente de las de antiguos principios ó no; y le ofrecerán una
'1837, Y las de ,1839 no se parecian en nada especie de perdón de los pasados estravios
á sus predecesoras, asi como no tenian se- si se arrodilla á sus plantas, abjura sus er-
mejanza con aquellas las de '18iO. ¿Dónde rores y promete en adelante portarse como
está la inflexibilidad o?,Vino Espartero y quiso verdadero liberal. Y con este modo tan: sin-
unas Cortes que le hiciesen regente: y re- gular de poner fin á las discordias civiles
gente salió; y si no hubiera andado tan tor- pretenderán quizás haber hecho una obra
pe en comprender su verdadera posicion y maestra de política. ¿,Asi cumprendeisel co-
los muchos medios que podía emplear para razon del hombre? ¿Asi haheis estudiado la
sostenerse y aun encumbrarse mas, y hubie- historia? ¿Asi habeis consultado la espe-
se deseado unas Córtes que le apoyáran en ricncia? l,Asi esperáis convertir y hacer
sus planes, hahia flexibilidad en la Consti- creer á vuestros adversarios que pueden
tucion, no solo para proclamarle á él sino darse por contentos con un indulto y con
tambien al mismo bajá de Egipto. La dificul- una mirada de protectora.benevolencia? Los
tad no hubiera consistido en obtener una verdaderos hombres deEstado mirarán cier-
votación favorable, sino en que el pueblo se tamente la cosa con ojos muy diferentes:
hubiese resignado á las consecuencias. ellos saben que cuando obran en el fondo


No esta el mal de la Constitucionen su de un gran partido principios que no pere-
inflexibilidad, pues se halla muy distante cen , cuando se combinan con poderososin-
de tenerla, sino en su flexibilidad escesiva; tereses , no hay otro medio que transigir"
lo que hace que pueda prestarse á todo, V que atraer á ese partido. haciéndole conce-
que sea un escelente instrumento para el siones que le pongan en igual rango que ,á
partido que llega á apoderarse de ella, ma- los demas , que darle puntos de apoyo en
yormente si no escrupuliza en prescindir que vea garantido el cumplimiento de las
de algunos de los artículos cuando se opo- promesas; en una palabra hacerle entrar
nen á la voluntad del que manda. Mas dire- de una manera real y efectivacomoelemento
mos, el mal no esta todo en la misma Cons- de gobierno. .
titucien ,:ni se pondrá el remedio á nuestros Si esto no se hace en España con el par-
males con un mero cambio de ley funda- tido carlista, vanos son torlos los esfuerzos:
mental; Sea este el que fuere: una de las para' asegurar la tranquilidadpúhlica Y' la-
causas- principales de nuestro malestar, de hrar la prosperidad deIanacion: aun SU~-




- 293-
niendo que él no intente nada, que se man- aquel estado por medio de un cambio com-
tenga del todo inofensivo, totalmente pací- pleto que llegue á la raíz del mal, aun á
tico, le hasta dejar á sus adversarios solos trueque de hacerle pasar por una crisis.
en la arena para que estos se combatan in- Al propio tiempo que se proclama un sis-
cesantemente yse arrebaten alternativa- tema de mayorías, se ha formado el empe-
mente el poder, turbando de contínuo el ño de gobernar con minorías, y esto pro-
país y conduciéndole áun estremo de des- duce la dehilidad del gobierno yel males-
quiciamiento y anarquía. • tal' de la nacion. Si fuera posible quedos


Ya sabemos que en la política que nnda diferentes bandos del partido liberal vivie.+-
hoy. válida en ciertos círculos y á los ojos sen en perfecta armonía, y aunados cen-
de Ies.publicistas de la sitnacion, estas re- tribuyesen á fortalecer el gohierno y con-
ílexiones han de ser miradas como peligro- solidar unas instituciones, todavía fuera
sas ,como de tendencias reaccionarias, co- verdad que los que mandaran se apoyarian
mo sueños eb delirante: pero firmes en en una minoría, porque la mayoría de la
nuestras convicciones, firmes en la ense- nacion es á no dudarlo monárquicc-religio-
üanza de lo pasado y de lopresente , .arros- sa ; de suerte que aun en tal caso seria es-
tramos serenos ese desden, que con desden tremamente difícil que un sistema cualquiera
rechazamos, apelando al fallo del porvenir. pudiese durar algunosaüos. ¿Qué será, pues,
Esas impositii!i"dndes de que contíuuameutc ahora,cuando lejos de existir semejante
se nns estáhahlando, se harón posibles; esas union, hay la discordiamas enconada que
monstruosidades absurdas se trocarán en se puede imaginar"? ¿Cu(lo.do asiprogresista¡¡
combinaciones muv razonables: esos fantas- como moderados no han escrupulizado en.
musdcrcacoion qllC Sf' nos" pintan con los recurrirá vias de hecho para derribará sus
ojoslanzando fuego y las manos goteando :. euernigos, cuando unos-y- otros han sellado
sangre, se cOllve.ytirán.en. una.ilusioll a~ra-: 1'1 su victoria con ejecuciones. sangrientas,
dable; y la nacion se tendrá 'por feliz SI I cuando en losintervalos en que uno de los
puede realizarla. Os dejaremos que rocha- !I contendientes se halla esclusivamente due-
ceis ese imposible, con la seguridad ele que I fío del campo se desahoga el otro en la tri.,..
vosotroscuidareis de hacerlo necesario. 11 huua V en la prensa con mas 'virulenta saña
,;.,8entado, pues, que el origen de nuestros 11 de la (lile jamás emplearon contra los mis-
males no esta todo en los vicios de la lev I 11l0S carlistas'r Existen ahora, es verdad., el
fundamental, es preciso que los hombres :1 Espectador, el Clamor Público, el 1:.'co del
juiciosos y honrados no se lisonjeen con la I Comercio, v sus artículos terribles v fulmi-
esperanza de que una reforma mas o menos '1 nantes dan "frecuentes ocasiones de queja á
radical de la Constitucion ha de poner tér- I¡ los partidarios de la situaciun . actual ; pero
mino á .dichos. males; es pr~ciso estender 1I en calU.hio nadie se l.~a ~lvidado tod.aví~ ~.e.l.
mas alla las miradas\ es preciso pensar en lenguaje de los periódicos de la o¡:wslelo.u.
un cambio mas profundo; es preciso un con- durante el mando de. los progresistas; y
junto de medidas trasc..endentalesque des-¡II ciertamente que sise hubiese.de.. Pdiudica.[';
truvan para siempre ese monopolio guher- I la palma al mal' duro, mas acre, mas.vio-,
nativo, que con diferentes nombres se está lIento y mas alarmaute , .no.. -saben...10S .CUál.dc.'
haciendo desde i 833; Quien haya tenido los dos pudiera ofrecer .títulos mas .propios
oeasion de conocer á los hombres y de ver I para merecer la distincion..
de cerca las C05ás, quien haya observado Resulta de esto, que lejosde contribuir los
el desórden: la imn~l'ali~ad; la dilapidacion '1 hand?s ·.libel.'ale.~ á,cons.ol.id.aI:Ullg,Gh.ierno,
(Ille se han introducido ala somhra de los trabajan alternativamente cuanto les es dable
vaivenes revolucionarios, comprende c v.ó para hacerloimposible; por manera que mien-
mejor diremos, siente con viveza la necesi- tras continuemos en.este sistema, mientras.
dad 'de esa mudanza: parécele,que esta nose hagaentrar.álos mopárquicoscomouD:
viendo IIn enfermo atacado de dolencia mor- i ~ elemento de .gobderno, mientras se les ~enga
tal,. que cuidado por médicos tímidos {¡ in- I escluidosde la esfera política.ya sea"por me-
hálllle.s, se halla sometido á un régimen que diosviolentos;ya con una conducta que, des-
solo sirve para agravar sus males y avivar airandosus principios éintereses, losconser-
sus padecimientos: parécele que está vien- vefrios é indiferentes ya que ·no indignados.,
do la,imprescindible necesidad de sacarle de el.gobierno tendrá Contrasi: l." á un bando




- 2nt-
del partidoliberal; 2'.0 á la inmensa masa del á esa instituciondel apoyo de los intereses y .
partido monárquico. Su apoyo será lo que principios que se habían inclinado en f¡l\'Gr
resta, que por mas que quiera abultarse, de otra causa; lo que no es dable conseguir
siempre ha de ser cosa muy pequeña é in- sin ofrecerles algunas garantías que los de-
significante. jen satisfechos por lo que toca á lo presente


Todavía mas: cuando triunfa un partido y seguros para lo venidero.
cualquiera, á poco tiempo de conseguida la Este es un laberinto que no tiene otra sa-
victoria se pueden contar como separados lidn: en vano se cavilara, en vano se ensa-
de él yen oposicion mas ó menos viva, mas yará , en vano se multiplicarán las tentativas
ó menos abierta. á mochosde los que antes para encontrar otros senderos: la necesidad.
le pertenecían. Esto procede, ya (te la im- la inl1exible necesidad está ahí con su mano
posibilidadde satisfacertodas las ambiciones de hierro. Preciso es plegarse á ella; v si
que en semejantescasossedesarrollan ó bro- por algun medio se quisiese escapar de 'sus
tan de nuevo, ya del desagrado que natural- manos é imposibilitar lo que ella pide, esa
mente engendra la injusticia de los vencedo- necesidad, esa inflexible necesidad no haria
res en todos aquellos que quisieran aliar la mas que dar algunos pasos, tomar UIHl posi-
razon, la equidad y la tolerancia, conel pre- cion nueva, creándose de esta suerte una
dominio de las doctrinasque han obtenido el . situación tan dificil, tan espinosa, que qui-
triunfo. La masa de la nacion, de suyo poco zás á poco tiempo confesarian el yerro sus
aficionada á tomarparte en los negociospú- propios autores, é invocarían 1In lluevo úr-
blicosde una manera eficaz v enérgica, suele den de cosas con el acento de la desespe-
representar el papel de espcctado;á, solo fa- raciono
voreciendo ó dañandocon muestras de azra- Si la España no ocupase una situacion
do ó desagrado. Asi , hien mirada la cosa, IJeninsular, si á semejanza de la Polonia se
todo viene á reducirse á una guerra de po- rallase rodeada de poderosas nacionesamhi-
cos , en la cual nada tiene que ver el bien ciosas de estender su dominio. fuera de ,te-
publico. y en la que se mantiene casi siem- mer que siguiendo el desastroso caminoen
pre indiferente la nacion , verificándose con que estamos empeñados de rnuchns años á
suma exactitud aquel célebre dicho: «La na- esta parte, lIegariamos á perder laindepen-
cion es una bestia de carga que cada partido dencia , viéndose destrozada la monarquía
monta á su vez.» de Fernando é Isabel como 10 ha sido la de


Apelamos á la conciencia de todoslos hom- Sohieski. Mas ahora esto es imposihle: la
hres honrados, sea cual fuere la opinion España no puede perder su nacionalidad; y
que profesen y el matiz político á que perte- continuando nacion, preciso le es ser gober-
nezcan, para que con la mano puesta sobre nada; y debiendo ser gobernada no puede
eleorazon nos digan si no es esta la realidad serlo por una fraecion que está en minoría:
de las cosas, si el cuadro que hemos pre- es necesario que se pongan en accion otros
sentado no es exactamente fiel. si es algo elementos, es necesario (Iue el poder busque
mas que un simple traslado de lo que esta-¡ otros puntos de apoyo, que procure. ensan-
mos presencian.do todos los días; y dcspues chal' la basa de sustentacion para que el me-
de haber apelado á sn conciencia, invocamos nor impulso no saque fuera de esta e! centro
el fallo de su buen juicio para que nos digan, de gravedad, y el cuerpo de! Estado no
si es posible continuar de esta manera., si no .• !I amenace de continuo estrepitosa ruina.
es necesario hacer un vivo esfuerzo para sa- f Creen algunos qu\:', en España se pueden
cal' á la naciónde semejante estado. Nopro- 11 ya descuidar importantísimos problemas; que
clamamos la guerra de los partidos, antes ': no es peligroso dejar perjudicarlos grandes
al contrario insistimos en que es necesaria ~I intereses; que nada importa el que se man -
la reconciliacion del monárquico con (~l mo- '1' tengan ofendo idos ó irritados muchos ánimos,
derado tal como 10 hemos descrito, es decir, , porque ninguno de estos inconvenientes
con aqur;lla pa.rte que n.o quiere convert~rse 1


1
puede llegar á tal punto qlte encien~la l1~a


en pandll'a, y que hubiera deseado realizar nueva guerra. Estos hombres que aSI se 11-
en el gobierno los mismos principios que . sonjcan se fundan en una razón muyespe-
sostuvo mientras se hallaba en la oposicion. I ciosa, cual es el que la nacion está fatigada,
Pero semejante alianza no puede realizarse I rendida, después de tantos esfuerzos como
sin dar mayor robustez al trono , sin rodear ~ ha hecho, despues de tantas luchas comoha




- 295-
sostenido en el espacio de algunos años. nacionesse cansen de tal suerte que sin al-
Nosotros en esta parte profesamos una doc- canzar el debido equilibrio , sin que predo-
trina muy diferente; y si bien reconocernos minen en ellas los principios y los intereses
que hay en las naciones como en los indivi- que pueden alegar justos títulospara el man-


.dnos un estado en que se hallanabatidas las do, ó se hagan transacciones.entre los qlle
fuerzas, loque seapellida cansancio, creemos puedan ofrecerlos iguales, sea posible esta-
sin embargo que el cansancio no es garantía hlecer una paz sólida y duradera. Los hechos
de sosiegosino por,un intervalo brevísimo,y que hemos recordado en, la rápida .reseüa
estamos convencidos de que una nacion se llue acabarnos de presentar, manifiestan
agita siempre hasta que puede recobrar su I hasta la última evidencia que para cansar á
verdadero aplomo: asi el péndulo oscila has- ¡ las naciones no bastan diez, veinte, cin-
ta haberse colocado en la vertical; asi el cuenta años de guerras y trastornos; no
flúido ondula hasta haber alcanzado su nivel; basta un siglo, no bastan muchos siglos.
asi el enfermo se desazona, v se mueve, y Mientras hay intereses contrarios, luchan;
sufre hasta haber restablecido su salud Ó mientras hay'principiosopuestos, combaten;
haber perecido. Todos los seres deben vivir la postracion que sigue á los grandes esfuer-
sujetos a una ley: cuando estan fuera de zos dura por breve tiempo, mas solo sirve
ella la buscan sin cesar, y la buscarian eter- para tomar aliento y brio , para recobrar las
nameute hasta haberla encontrado. fuerzas perdidas y volver á la pelea con mas


El hacerse ilusiones con el cansancio de arranque y denuedo. ¿Veis á ese enfermo
la nacion, el prometerse por ello que ya son I tan abatido que parece estar próximo á ex-
imposibles nuevas guerras , á mas de ser un JI halar el último suspiro, que no levanta un
olvido de los principios de sana 1iIosona que 11 brazo, no mueve la cabeza, no abre los
acabamos de esponer , es desconocer com- 11 ojos y qlle no da mas señal de vida que su
pletamente la historia antigua y moderna. I fatigoso estertor? Es que acaba de . sufrir
Naci?nes ~e hal~ visto consum!éndose en d.i- convulsio~es ~spantosas, que ~caba de salir
sensroues mtesunas por espucro de muchísi- de una agítacion , de un frenesí en que ape-
1ll0S años, sin .cesarlos disturbios, las pros- 1I nas podían sujet.arle las fuerzas de todos los
cripciones , el derramamiento de sangre, circunstantes. ¡.Creeis que este reposo que
hasta que cesó'la causa que producía estos ¡ahora disfruta ,esa calma en que está sumi-
males, 6 que los pueblos turbados perdie- i do, ha de durar para siempre? Si la enfer-
ron su isdependencia. ¡,Cuando cesaron las I medad continúa, si existe todavía la causa
discordias civiles de la Grecia? Cuando la de sus anteriores padecimientos, estos se
Grecia dejó de existir. ¿Cuándo las de Jos reproducirán sin duda alguna; si aguardais
últimos tiempos de la república romana'? algunos instantes tal vez tendreis que asis-
Cuandola dictadura de los emperadores curó tir á una escena tan angustiosa como la que
el mal en su raiz ahogando la libertad. os ataban de referir.
¿Cuándo cesaron los trastornos de la Euro- ¿Y qué? ¿No hemos visto este fenómeno
pa despues de la irrupcion de los bár!Jaros'?en España despues de terminada la guerra
Cuando bajotilla Ú otra forma se constituye- civil"? «Ya se acabaron los trastornos, decian
ron unos poderes (]1w desembrollaron el los hombres cándidos; la nacionestá fatiga-
caos. ¡,Cuándo cesaron las guerras entre los da, los partidos se hallan con las fuerzas
señores feudales y los vasallos '? Cuando se exhaustas: faltando el incentivo de una lucha
acabó el feudalismo. ¿ Cuándo cesó la guer- fratricida, ya no será posible alterar de nue-
ra en España entre la medialuna y el estan- vo la tranquilidad pública. » ¡,Y qué es lo que
darte de la cruz'? Cuando el cristianismo hemos presenciado? El motin de Barcelona
triunfante arrojó al islamismo á las costas de 18 de julio; el pronunciamiento de se-
de Africa. ¡.Cuándo cesaron las guerras re- tiembre con todas sus consecuencias; la in-
Iigiosas en Europa '? Despucs que se hicieron surreccion de octubre en Pamplona, Vitoria,
transacciones que permitieron á los conten- Zaragozay Madrid; la junta de vigilancia de
dientes vivir en paz y armonía. ¿ CuándoGe- Barcelona; la revolucion de noviembre de la
saron las revoluciones de Inglaterra v de misma capital y su desastroso bombarderr
Francia? Despues que la dictadura mIlitar en 184-2; el general alzamiento de junio
mató á la demagogia, allanando el camino de 1843; la revolucion centralista en Barce-
de la restauracion. Es falso, pues, que las lona, Zaragoza, Leon y Vigo; las nuevas




Escrito en Barcelona en () de agosto de 18H,)' publicado en l\b~l'ijJ
el J!t lid mismo IlWS.


SJIlAY ALGUNA POSIBLE YPROVE'CHOSA.


Dijimos en el número anterior que una de
las causas del malestar de España, de la de-
bilidad de su gobi~rno y de la imposibilidad
de establecer un sistema regular y durade-
ro ,era el que por un funesto conjunto de
circunstancias, se habia creado una sitúa-
cion en que el poder se apoyaba únicamente
en una pequeña minoría. Claro es, y si no
lo convenciera la razon lo patentizaría la
esperiencia , que ningun go\¡ierno que no
tenga en Iavor suyo la mayoría de la nacíon
puede sostenerse. por mucho tiempo, veri-
ncándose esto, seacual fuere su forma, desde
el lilas duro despotismo hasta la mas amplia
libertad. La soberanía nacional, tal como la
esplican.ciertos Iilósofos , ó es una palabra
sin sentido o un absurdo inconcehihre ; asi
como en las aplicaciones que de ella hacen
los demagogos, es una impudente mentira
paraalucinar á losincautosv medrar entre .los
disturbios Ji trastornos¡ perusise entendiese
por soherauía nacional el que ha de perecer
todogobierno que tenga contra sí la mayo-
ría de la naciou , J (lue tarde ó temprano' se
verá la inutilidad de los esfuerzos que se
hagan para contrariar esa fuerza irresistible,
la soberanía nacional-sería una verdad en-
señada por la razon y escrita en todas las
púginas de la historia, frecuentemente con
caracteres de sangre. En el propio sentido
puede entenderse muy razonablemente el
sistema de las mayorías; siendo indudable
que aun en las formas mas absolutas, gohier-
uan en cierto modo las mayorías, yes impo-
sible todo sistema que sea contra los princi-
pios é intereses de ellas.


En todas las épocas de régimen constitu-
cional ha tenido la España la desgracia de
que, al paso que se proclamaha un sistema
de mavorías , han dominado esclusivamente
las miras é intereses de minorías insignifi-
cantes; y de aquí ha dimanado que ese ré-
gimen haya traído siempre consigo guerra
civil sostenida con encarnizamiento, y ade-
mas insurrecciones revolucionarias repetí-
das sin cesar. Yes que los vencidos, cono-


- ~96
tentativas: de 'insurreccionen Zaragoza á
prihcipios,de"f844 ; los pronuneiamientos de
Alicante y Cartagena: y los nuevos síntomas
que en la actualidad obligan.á otras declara-
ciones daestados de sitio. ¿Qué significa,
pues, esecansancir, de la nacion1;, Qué va-
le para poner término á nuestras calamida-
des? Estos hechos prueban, hacen palpable
la verdad que hemos asentado, á saber: que
no hay paz posible hasta que se restituya á
la España su equilibrio, y que se agita y
agitará eternamente hasta haberlo encon-
trado,


Ya sabernosque á todos estos males se les I
señalarán sus causas, que se recordarán la
amhicion de este, los· yerros de aquel, la
perfidia de unos, la necedad de otros, y que
se nos observará.que sebubiera hecho esto
si rw' hubiera, mediado aquello;. que se ha-
hria logrado ta-l fin, ]Jero que lo impidió tal
obstáculo; .mas nosotros replicaremos que
después de un si no vendra otro si no, que
despues de un pero vendrá otro pero, porque
despues de unas ambiciones vendrán otras
ambiciones, y despues de unos yerros otros
yerros, y de unas perfidias otras perfidias,
y de unas necedades otras necedades, Por-
que mientras hay aguas estancadas y cor-
rompidas, exhalan miasmas pestilentes;
mientras hay inmundos lodazales, secnian V
hormiguean' repugnantes insectos y aS(IUl\~
rosos reptiles. Ji:¡ corazon del hombre es bas-
tante inclinado al mal para que deje de dar
sus frutos de muerte cuando se le-deja es- i
puesto á una seduccion perpétua, cuando se i
leponen 'delante' fuertes incentivos que le !
arrastran por la carrera del crimen.
Mirad~ii os place las cosas superficialmen-


te; contentaos con vanos paliativos; tapaos
los ojos para no ver el mal; dejad que cam-
pee la codicia, que se hinche la ambicion,
que continúen en juego las malas pasiones:
tra.s de unos criminales vendrán otros crilIli-l'
nales ,y no podreis cegar el tremendo ma-
nantial, ni multiplicando los destierros ni
cortando á millares las cabezas. 1I


Si deseáis sinceramente la felicidad de la
patria, meditad sobre estas verdades; que I
verdades son y no pueden menos de serlo, I
cuando no son mas que un cuadro fiel de
hechosconsignados en todas las páginas de
la historia, v confirmados á cada momento
por las dolorosas lecciones de terrible espe-
riencia.




dendo que los vencedores. son en .poco
número, y que con su apoyo J1l se constituye
ni se puedeconstituir un gobierno verdade-
ramente nacional , no han vacilado en ata-
carlos con la esperanza de, colocarse en el
puesto de los caidos; asi como los gober-
nantes por su parte, sintiendo de un lado
su debilidad y de otro los peligros que les
amenazaban, no han sabido escogitar otro
'sistema que el de una chocante alternativa
de violencias v debilidades, de lujo de ar-
hitrariedad y •de concesiones vergonzosas.


En este supuesto, ya que todos los hom-
bres juiciosos habrán de convenir por nece-
sidad en la verdad v exactitud de cuanto
acabamos de decir \ es precisopensar seria-
mente en seguir otro camino, discurriendo
si sería posible establecer un gobiernoy un
orden de cosas que tuviesen realmente en
su apoyo la mayoría de la n~ci~~. Y ante
todo advertiremos. que nada significa el de=
cir que en tal ó cual sistema hay grandes
inconvenientes, que puede producir muchos
males, que se atravesarán gravísimas difi-
cultades siempre que se trate de plantearle:
por lo mismo que hay dificultades son nece-
sarios los esfuerzos; y por Jo que toca á los
inconvenientesv á los males, no se trata de
saber si los hay', sino donde son menores.
En el estado á que se ve reducida la nacion,
mas bien puede decirse que se trata de es=
coger entre malo y peor que entre buen? y
mejor. Nada vale tampoco el manifestar Hl-r-
diferencia por el sistema político que en
adelante se siga, alegando como alegan al-
gunos, que habiendosido infructuoso lo que
se ha hecho hasta ahora, es probable que lo
sea tambien lo que se haga en lo venidero;
que es preciso olvidarse de la políticadejan-
do que lascosas sigan su curso, limitándose
al cuidado de los negocios domésticos y
abandonando los públicos á merced de los
que dé ellos quieran ocuparse.. Esto podría
ser juicioso si se tratára de cosas que no
afectasen tambien los intereses particulares;
si las cuestiones politicasque en 1<1 actuali-
dad se agitan, no tuviesen" como en otras
épocas, mas trascendencia que el prevalecí-
miento ó la caída de este Ó aquel privado,
el nombramiento ó la destitucion de 'este ó
aquel ministro: pero cuando se trata del
trono, de la religion, del órden público;
cuando se trata de evitar que se pongan en
peligro como tantas veces se han puesto las
haciendas y las vidas de los particulares,


entonces, quien tenga Una convicción que
sostener ó mi interés que defender, ¿cómo
podrá mirar con indiferencia el curso de los
negocios públicos? ¿ Es posible olvidarse
de lo que nos toca tan de cerca '? ¿ Es posi-
ble que no procuremos todos remediar un
mal que á todos nos daña? ¿Es posible que
no nos esforcemos todos por conseguir un
bien del cual todos nos hemos de aprove-
char'? No hav una familia, no hay un indi-
viduo que p·ueda decir con verdad: «nada
me importa que las cosas públicas vayan de
esta ó aquella maneru.» El mas rico potenta-
do como el mas infeliz trabajador, el pro-
pietario, el colono, el magistrado, el militar,
el eclesiástico, todas las clases, todas las
categorías sociales tienen un interés directo;
inmediato, en la política, porque ahora la
pohtica lo encierra todo.


Vamos, pues, á ver si es posible fundar
un gobierno apoyado en la mayoría de la
nacion, y de qué manera se ha de lograr
este objeto. Para mayor claridad, analizaré-
mos sucesivamente lo que pueden dar de sí
los diferentes partidos, ya gobernando solos,
ya combinándose con otros, por fusion ú
por simple alianza.


¡.Qué se puede esperar de los progresis-
tas? Para contestar á semejante pregunta
sería preciso determinar qué principios pro-
fesan; y diremos ingénuamente que no nos
atrevemos á determinarlo. Vemos en dicho
partido una mezcla de las doctrinas de los
filósofos del siglo pasado \ con algunas en-
miendas de los publicistas del presente; ve-
mos los instintos formidables de la revolu-
cion francesa, templados por la timidez, as-
tucia y miramientos que inspira una nacion
cuya inmensa mayoría se opone á las ideas
en cuyo nombre se realizaron aquellos tras-
tomos; vernos una profunda debilidad que
no les deja cimentar ningun gobierno, al la-
do de las protestas y aun de ciertos conatos
de llevar á cabo tamaña empresa; vemos un
impulso terrible para derribar el poder y
todas las instituciones existentes, un senti-
miento profundo, vivo, que produce una
union admirable cuando se trata de destruir,
cuando en vez de invocar las ideas solo se
apela á las pasiones revolucionarias, y una
disolucion espantosa luego que se consigue
el triunfo, luego que se proponen realizar ó
aparentar que realizan las promesas quehi-
cieron antes de subir al mando; vemos. en
fin, un informe conjunto de todas las ideas,


35 '




- 298-
Ya que el partido progresista no puede


gobernar solo, ¿será posible que In realice
unido con otro? ¿Y cuál será este? Si es el
llamado parlamentario Ó moderado, supo-
niendo que no haya confusion sino alianza,
entonces volvemos á los tiempos ele la fa-
mos~ coalicion , cuya duracion hemos prc-
senciado, y cuyosresultados estamospalpan-
do. Olvidar quisiéramos aquella época, si-
quiera por respeto á algunos homhres , cuya
fe en la posibilidad y buenos efectos de la
coalicion aun no hemos acertado á osplicar-
nos: tanta es la estraücza que nos causa.
Todavía recordamos aquella época en que
para saber hasta que punto se observaba el
pacto coalicionista, se anotaban con mucho
cuidado los hombres y el matiz político de
los empleados que se nombraban: este era
elharómelro que determinaba el estado de
la coalicion, lo qlW por si solo basta para
hac~~ria ridícula e,n cuanto tenia pretensiones
de fundar un gobierno. Para destruir pueden
~nuy bien colígarse opiniones encontradas é
intereses opuestos, no siendo menester pa-
ra ellootracosa sino qU(~ nsi estos como aque-
Has esten en lucha con lo que se intenta
derribar; pero lisonjearse de establecer un
gobierno con principios contrarios, con inte-
reses iuconcilrahles; empeñarse en sostener
una situacion eu un íatigoso equilibrio, su-
jetándose á la necesidad de nomhrar un em-
pleado moderado para cada otro que se
nombrase exaltado, habiéndose de dar el
grito de alarma y de clamar que está en pe-
ligro la nacion si por ejemplo á cincuenta
nombrauiientos de exaltadoscorrespondiesen
sesenta moderados ó viceversa, esto es in-
conccbihlc , esto no pudiera creerse si no lo
hubierainos visto con nuestros ojos, si no


.huhiéramos leido en los periódicos disputas
sobre el particular sostenidas con una gra-
vedad asombrosa, y si, lo que es mas es-
traño, no hubiéramos oido de boca de un
ministro defender la sinceridad de sus in-
tencionescoaliciouistas , apelando al sistema
de estricta alternativa que seguia en Jos


I
1nombramientos. ¿Qué debian de pensar los


hombres de estado de Europa? El tiempo ha
hecho justicia á semejantes miserias, y por
cierto (lue no nos ha hecho esperar su fallo.


Hablar de una alianza de los progresistas
con los monárquicos y cierta clase de mode-
rados, fuera todavía mucho mas estraño : los
unos quieren un trono robusto, los otros fla-
co; los unos quieren instituciones muy de-(1) Y. pág, 206,


de todas las pasiones , de todos los instintos
de la revolaeion ; yen ese conjunto, quie-
ran Ó no xjuieran los progresistas, han de
entrar en crecitlonúmero muchos homhres
de miras torcidas, d(l inclinaciones aviesas,
de designios criminales, hombres de cabeza'
volcánica, de entendimiento estraviado, de
-eorazou pervertido; porque la revolución no
anda escogiendo acá y acullá, admite en su
seno todo lo que puede comunicarle fuerza
v energía; no cuida de examinar ni antece-
ilentes', ni las intenciones sobre lo venidero,
necesita calor, fuego , impetuosidad: poco
le importa que estas calidades le vengan por
conducto de un jóven inesperto , alucinado
por teorías brillantes y arrastrado por el en-
tusiasmo, ó de un criminal cuyas manos
chorrean sangre ,y cuyos ojos giran bus-
cando nuevas víctimas.


Inútiles serán todos los esfuerzos de este
'IÍ aquel caudillo progresista para oponerse á
las consecuencias de un conjunto de circuns-
tanelas semejantes: ó resignarse á una suerte
tan triste, ó renunciar al papel de represen-
tantes de la revolucion. Mientras dicho par-
tido no quiera abdicar su carácter rcvclu-
cionario , se verificará de él lo que en otro
artículo deciamos, que no puede vivir sino
en la agitacion y de laagitacion; que la
calma será para él un estado de resistencia
aSlIS mas fuertes inclinaciones, la ahnega-
cion de sí mismo, la muerte; que necesitará
desbordamiento en la prensa, tormentas en
el .parlomento, asonadas en las calles; que
habrá menestar devorar un gobierno cada
seis meses, cambiar con mucha frecuencia
la situacion política, destruir poderes, ensa-
var nuevas Iorrnas; y que legítimo heredero
de'. los primeros autores de la revolucion, se
le habrá de mantener fiel, conservando co-
rno un precioso depósito los principios, los
hábitos, los instintos revolucionarios.


y si renunciase el partido progresista á
ser el representante de la rcvoluoion, ¿qué
sucederia? No lo repetiremos estensamente
aqui , porque lo dijimos en uno de los artí-
culos anteriores (1), Bastará recordar lo que
en el citado fugar demostramos hasta la úl-
tima evidencia, á saber, que entonces de-
jaria de ser lo que es, y se confundiría
enteramente con otro cuyo orígen, carac-
ter y tendencias hemos descrito repetidas
veces.




- 'z9n -
mocruticas , los otros muy monárquicas; .u:s [1 q.ués de V¡llll~la es ~rogresist~ ni carlista , y
unos qmeren asentar por basa del edificio I SI se propoma realizar un sistema qlle JlO
político la soberanía del pueblo, los otros la !! contase con el apoyo de nadie: semejante
soberanía del rey; los unos aborrecen todo ir proyecto no puede suponerse, !la diremos en
lo antiguo, los otros quieren cnnservarlo en i' un hombre de «stado , pero m aun en una
cuantosea posible atendidas las necesidades 1 persona dotada de sentido comun. Es claro,
de la época; los unos quieren la Iglesia ele- pues, que los hechos y los diferentes oon-
pendiente del Estallo, los otros la quieren i duetos por los cuales se manifiesta la npi-
independiente; . los UIlOS la quieren. pobre ir niun púhlica , han pate~l~jzado que una wan
V sostenida unícarnente por el Erario, los l' parte del antizuo parttoo moderado quiere
otros quieren que no falte, asi á Jos mi- j, seguir un sistema diferente del de los hom-
nistros como al culto, lo necesariopara que !i hres de la situacion; y que estas señales son
la religion de nuestros padres pueda conti- I hastaute dccisix as para que los hombres
nuar con lustre y esplendor. LCómo será li públicos puedan tomarlas como indicio se-
posible aliar semejantes estremns? ¿Cómo Ili guro de que sus planes encontrarán un apo-
será dable amalgamar tan opuestos' princi- 1yo respetable.
píos, y formar de ellos un cimiento para es-li Pero esos moderados de quienes estamos
iablecer un gohierno sólido"? Toda alianza i hahlando , ú quienes con mas gusto y quizás
entre semejantes estremos no podria ser sino ,1 con mas propiedad aplicaríamos el título de
ron el ohjeto de destruir; consumada la obra :1 monárquicos, i.pódrian gobernar solos? Es-
de destruccion, lejos de empezarse una re- l' tamos convencidos de que no; pues no es
construcción se trabarla encarnizada lucha . dable fundar un gobiernosobre una minoría,
sobre las mismas ruinas que se acabaran de 1, y minoría fuera la que no contase ni con los
amontonar. 11 progresistas, ni con el partido dominante, ni


Inútil fuera detenernos en manifestar In 1/ con el carlista. Mas diremos; ni es de supo-
imposibilidad de que gobiernen solos los 1, ner que tales fueran los intentos de esos
hombres del partido moderado, empellados I


1
hombres nuevos y los mismos principios


en aislarse de muchos de sus amigos y en " que proclaman son una garantía de que se'
rechazar desdeiíosamente á los monárquicos, . proponen reunir en derredor del trono todos
á no ser que estos se resignen humildemen- ]0.5 elementos huenos que encierra la nacinn.
te á la abdicación de sus principios y á mi- Si quieren acabar para siempre con las far-
litar bajo nuevas banderas, en las que no se sas revolucionarias, sea cual fuere el nom~
inscriba ni una solapalabra, nise veallingun hre con que se disfraccn , en esto pueden
símbolo en pro de las doctrinas 1\ intereses contar con el apoyo decidido, no solo di:
qne han defendido. tos hombres del partido cuantos sostuvieron á Isahel sin ser amigos
dominante lo I~an dicho con bastantl: clari- 11~e 12,s innovaciones (1U~ á su sombra se handad: sus doctrinas y no otras, sus sistemas ¡ introducido, SIllO tamhien con el de los car-
y no otros; á quien'no se conforme con se- i¡listas; si quieren matar ese bastardo princi-
mejanteprograma, se le obligará á entrar en 'I'¡ pío de la soller.anía del pueblo, instrumentó
razon por medios constitucionales ó anticons- ! de los d(~lllag-ogos y perpetuo gérmen de
titucionales, que esta diferencia dehe de im- 1I disturbios y desastres , sastituvéndole el de
portar muy poco, si juzgamos por lo sucedí- 1: la soberanía del Bey, pueden contar con el
do desde la caída de Ulózaga. ji apoyo de todos los amantes de la monarquía


A mas de estos- moderados hay otros que ! sea cual fuere el individuo en quien la vean
se apellidan con el mismo nombre por la 1


1


personificada; si quieren levantarla religion.
sencilla razón de que todavía no se ha en- católica del abatimiento en que se ;halla,
oontrado el verdadero que se les debiera I restituyéndole su ascendiente, .y reparando
aplicar ; y como no pertenecen, propiamen- I en cuanto cabe las injusticias de que hu sido
te hablando, ni á los progresistas ni á los , víctima, si quieren asegurar la subsistencia
carlistas, estan en una especie de depósito, 1I independiente afculto y clero,. dejar á la
hasta que entrando en servicio activo, sus. Iglesia en la debidalibertad y tratar séria-
actos ill(!iq.uen .cuál es el título c.on qu~ se l' mente de l:e.stahlecer las re!acione.scon h.l
deben distinguir. Que este partido existe, Sede Apostólica , calmando asi la ansiedad de
aunque no e~té. organizado como o.tros, no /r las. c?Ilciencias y ~hriendoel c~mino para
cabe duda; 0:;1 no preguntaremos SI el mar- u satisfacer las necesidades de los flejes, pue-




- 300 -
deu contar con el apoyo de todos los aman- sin cegar uno de sus mas caudalosos ma-
tes de la religion , sea cual fuere el partido nantiales, cual es esa anchurosa puerta que
á que pertenezcan. se ha dejado á todas las ambiciones. Con los


Resulta, pues, que un sistema que estri- ministros que hemos visto, ¿quién no pue-
hase en estos principios estaría sostenido de esperar ser ministro '? Sipara encumbrar-
por toda la nacion, esecpto el partidoprogre- se á las codiciadas sillas no han sido obsta-
sista y una pequeña fraccion del moderado; culo ni los pocosaños, ni la corta instruccion,
y es evidente que á pesar de semejante de- ni la escasez del talento , ni la humildad del
duccion quedaria sosteniendo al gobierno rango social, ni antecedentes poco satisfac-
uua inmensa mayoría. Y si además se ad- .1 torios, ni... , pero tendamosun velo sobre lo
vierte que un gohierno que se siente con! que hemos prescnciado; si los mas elevados
fuerza para anonadar á sus enemigos pucde !I puestos, las mas honrosas condecoraciones,
ser generoso con ellos, tendremos que en tal 1¡IOS emolumentos mas pingües, todo ha que-
caso no habría inconveniente en conceder I dado á merced del primero que ha tenido la
una amnistía muy lata, que comprendiese 11 audacia de pretenderlo, t. cómo es posible
tambien á los revolucionaríos ; asi muchos I! que no esten desvanecidas muchas cabezas
de estos se reconciliarian en cuanto cabe 1 v no se desvanezcan otras en adelante?
con el nuevo sistema, y desesperanzados de • Lejos pues de que el dejar sin esperanza
derrif!arle· y temerososde comprometerse en á las ambiciones que ahora fermentan, y
otras revueltas, ahandonarian su oficio con- que contribuyen muchísimo á nuestras cala-
virtiéndose en ciudadanos pacíficos. midadcs, fuera un paso peligroso ante el


Todavía mas: un gobierno semejante no cual debiera arredrarse un hombre de esta-
se vería precisado á un mezquino eselusivis- do, sería al contrario un pensamiento alta-
mo, porque habiendo aplicado el remedio á mente social y político, cuyos provechosos
las cosas pudiera prescindir mas de los hom- resultados se esperimentarian en breve. Y
hres ; no se viera obligado á satisfacer las téngase entendido, y sépalo la nacion si es
exigencias de esta ó aquella pandilla, mo- que ignorarlo pueda, que esas ambiciones,
nopolizando en pro de unos pocos todos los unas indebidamente satisfechas, otras con
honores y emolumentosque resultan del ser- fundadas esperanzas de satisfacerse, son un
viciopúblico; tampoco tendria que alarmarse obstáculo á todo arreglo de los negocios pú-
de que tal ó cual empleado profesase como hlicos; porque no quieren que se pongan en
particular opiniones mas ó menos conformes movimiento otros elementos en quienes ven
con el sistema vigente, porque estaria rivales temibles; no quieren que cese el es-
seguro de tener sobradas fuerzas para ha- clusivismo que lo mantiene todo limitado á
cede entrar en razon tan pronto como se un número muy escaso de personas; no
olvidase de los deberes de funcionario del quieren que se atienda á hombres respeta-
gobierno. Asi es que se podrían aprovechar- blcs ó por sus antiguos servicios ó por s.u
en los destinos públicos las dotes de hom- mérito particular; no quieren que se resu-
bres de todos los partidos; solo que el que tuva el legítimo ascendiente á ciertas clases
únicamente las poseyera para ser buen in- cu'ya influencia no han podido destruir todos
tendente no pudiera á su capricho meterse a los esfuerzos de la revolucion; no quieren.
candidato de ministro de Hacienda; el que mas principios que los de esta; defienden
solo' sirviese para gefe político no podría como sagrados los interesescreados por ella,
pensar tan fácilmente en encaramarse á la aun aquellos cuya injusticia é ilegitimidad
silla de la Gohernacion; y un modesto abo- son tan repugnantes que no pueden soste-
gado ó un magistrado de tribunales inferio- nerse sin una osadía que por no emplear
res, sabría que pafa tomar la cartera de ciertos nombres nos abstenemos de calificar:
Gracia y Justicia son necesarias otras cali-: no quieren que se vuelva la vista atrás so-
dades. i bre nada ni para nada; hombres que se pre-
, Esto será duro para ciertos homhres , pero I cian de defensores de la libertad. de amantes
la verdad suele serlo con mucha frecuencia. I de la humanidad, de idólatras de la razon y
No hay orden ni goDiefllo posibles, no. hay 1


1
de la ley, no saben proclamar otro principio


esperanza de cerrar el cráter de las reVOIU-j de derecho que el hecho. «Es respetable,
ciones; ni de disipar esa nube de intrigas, I dicen, es sagrado todo Jo que ha llegado á
de inmoralidady de miseria en que vivimos 1 consumarse; atentar contra ello esreaccion,




- 301 -
es injusticia.: ¡Oh! esa lógica no podemos
comprenderla; esa moral para nosotros es
absurda; esas razones de estado, esosmoti-
vosde conveniencia pública son lecciones
de inmoralidad, cuyas tremendas consecuen-
cias cuidaráde desenvolver el porvenir.


Tocante á la alianza entre todos los hom-
bres monárquicos, seacual fuere la hande-
ra que hayan seguido en la última guerra,
no solo la consideramos posible sino tam-
bien necesaria; y si dudas nos ocurrieran
sobre su posibilidad, las disiparía en nuestro
animo la evidencia de la necesidad. Dejando
aparte todas las cuestiones sobre lo que
hubiera sucedido ó hubiera podido suceder
en caso de haber triunfado D. Carlos ; pres-
cindiendo de la mayor ó menor estabilidad
del sistema que entoncesse hahriaplanteado
ú se hubieraintentado plantear; prescindien-
do de cuanto podria decirse sobrelas ven-
tajas ó los inconvenientes de la antigua 01'-
ganizacion de la sociedad española, y de
los males que ha producido su ruina; pres-
cindiendo de si hubiera sido provechoso ó
nocivo á la nacion el predominio esclusivo
de ciertosprincipios, y que hubiesenentrado
sin resistencia en el mando determinadas
personas; es evidente á los ojos de todo
hombre pensador y sensato, que las cosas
han llegado á tal punto, que son tantas las
ruinas que se han amontonado, tantos los
trastornos que se han sucedido, tantos y
tan varios los compromisos de personas de
todas clases, tantas las divisiones y subdivi-
siones de partidosque antes eran muy com-
pactos; tanta la modificacion que han sufrido
las opiniones, que la sociedad española de
18U está sometida á consideraciones muy
distintas de las de Ir 833; que no es posible
tirar ahora las líneas divisorias que entonces
habia; que es necesario aprovechar todo lo
bueno que se encuentre sea cual fuere el
nombre que lleve; que es preciso que hom-
hres antes divididos y tal vez funestamente
encarnizados unos contra otros, por impre-
vision ó mejor diremos por un fatal conjunto
de circunstancias, se acerquen, se hablen,
se entiendan, poniéndose de acuerdo sobre
las principaiescuestionesde cuya resolucion
pende la suerte del pais; es necesario que
se convenzan, que la distancia entre sus
opiniones y sus deseos e~ mucho menos de
lo que creen; es necesario fIue adelanten y
consumen la obra, empezada ya con gran-
des esperanzas de toda la nacion.


Con la union de esos hombres I v solocon
ella, se puede formar una mayoría'verdade-
ramente nacional, que encierre todo lo se-
lecto, todo lo granado de Espaüa , y que
cuente con el apoyo de verdaderas masas,
de masas cuva sola mirada, cuanto mas su
accion , sea capaz de aniquilar á las faccio-
nes turbulentas y desorganizadoras. Que si
esto se ejecuta, aun cuando no entren en
la alianza algunos hombres distinguidos que
por ilusion ú otras causas prefieran ser con-
tados entre los refractarios, al fin se irán
acercando, impulsados IJor el desengaño y
por los saludablesefectos del nuevo sistema,
hasta que pediránser inscritos tamhien en
el número de los reconciliados.


Mas para lograr tan grande objetoson in-
dispensables la buena té, la elevación de
miras, el sincero deseo de labrar la prospe-
ridad del pais, el olvido de todo lo pasado,
v bastante grandeza de ánimo para renun-
ciar á todo espíritu de venganza, á todo
rocuerdoque engendrar pudiera ódio , ren-
cor ó desvío. Recuérdese que los enemigos
comunes están hablando contínuamente de
las reacciones sanguinarias, de las perse-
cuciones inicuas , de la insufrible intoleran-
cia que los monárquicos seguirían tan
pronto como llegasen á mandar:y cuando vi-,
niere este caso,es preciso contestar á las
acusaciones con hechos; es preciso manifes-
tarles con las obras que en vezde loco frenesí
hay mucha prudencia y cordura. Ko deseo-
nocemos que en todas partes hay pasiones,
ha'! algunos mal intencionados, hay intri-
gantes que no pueden vivir sino de'la des-
unión de sus mismos amigos; pero no cabe
duda en que los .dos partidos cuya unien
ansiamos, están formados en su inmensa
mayoría de hombres que nada esperan del
gobierno, que solo desean orden , traIllluili-
dad y proteccion de los intereses legítimos
para' que puedan vivir sosegadamente en el
seno de sus familias, sin la continuazozobra
en que se hallan de muchos años á esta par-
te. Y semejante consideración basta para
animar sobremanera, para afianzar y avivar
la conviccion de qlle hay aqui algo mas que
un hermoso sueño, y fomentar mas y mas
las esperanzas de que este sueño llegará á
realizarse.




Escrito en Barcelona el 1'" d,! ~lF:osto de 1R'Í-.f, )' publicado en Madrid
el 17 Jet mismu mes.


30~ -


I
del gobierno actual no satisface las necesi-
dades de la nacion y producirá gravísimos
danos, envolviéndonos tal vez en nuevos
trastornos, por mas que los gobernantes
procuren evitarlo.
~{o falta quien hayamanifestado estrafleza,


de que un partido que tiene lloca aficion- á
las formas constituciounles, hava mostrado
deseo de tomar parte en las próximas elec-
ciones: y por cierto que semejante estraüe-
za es poco razonable. Este partido, y otros
que COII él tienen mas ó menos afinidad, de
seguro que no han renunciado á su calidad
de espaüolcs ; y preciándose de tales, no al-
canzamos por qué se habrian de mantener
indiferentes en la ocasiun presente. Ella es.
v esto.lo confirma la misma comisión central
de elecciones, la mas solemne y decisiva,
de tal suerte que «ninguna ha podido haber
oue tanto reclame los esfuerzos de celo v
\:crdatlcro patriotismo por parte de los elec~
torcs y de los clegidos , pues qne las Cortes
convocadas tienen como principal la altísima
y sagrada misión de amparar y fortalecer la
monarquía al salir zozohrunte del peligro en
qac la pusieran la guerra civil y la revo-
lucion simultáneamente descncadenadas.»
~,¡omírqui('os, ¿cómo pudieran dejar de acu-
dir al amparo y robustecimiento de la mo-
narquía? Amantes de su patria, ¿cómo po-
drian no hacer los esfuerzos de celo que esta
les demanda?


Se nos dirá que ellos no profesan los prin-
cipios constitucionales, que los rechazan co-
mo dañosos al pais , que condenan el gobier-
no representativo tal como se ha aplicado
hasta ahora en España , y como aplicarle in-
tentan en lo venidero los hombres de la
situacion , y que por lo mismodehieran abs-
tenerse de entrar en la arena electoral, á no
ser que antes abjurasen sus principios adop-
tando los de sus adversarios: mas nosotros
haremos observar que desde (:1 momentoque
el gobiel'l1o ha dicho lisa y llanamente que
las prnxirnas Cortes eran llamadas á intro-
ducir la reforma en la misma Constitucion
del Estado, empleando palabras tan vagas
que se pueden prestar á IIl\lY varias acep-
ciones; desde el momento qne el gobierno
ha proclamado con este hecho la soberanía
de los poderes parlamentarios, asentando
que será [irme y valedero loque ellos deter-
minen y nada mas que Jo que ellos determi-
nen, resulta que la Cnnstitucion queda en-
teramente ú discrccion de las futuras Cor-


SOBRE EL ~IANIFlESTO DE I.A COj¡ISIO:'l CENTRAL
. DEL PAIITIDO !JONiRQUICO-CONSTlTUCrONAL ,í. LOS


ELECTORES.


El Manifiesto de la comision central de
elecciones del partido monárquioo-constitu-:
ciciutl á los electores, es un documento so-
bremanera digno de llamar la atenciou, no
solo por la elevada categoría y el renombre
de algunos de los firmantes, sino tamhien
por las doctrinas que en él se profesan y los
designios que se indican.


Desde luego aplaudimos la modestia con
que empieza la cornisionsu manifiesto. ase-
gurando que está lejos de su ánimo atribuir-
se ningun género de superioridad en In di-
reccion de las próximas elecciones, y que
únicamente se propone prestar á los electo-
res que profesan ideas conservadoras toda
la cooperacion que le sea posible , á fin de
combinarlos comunes esfuerzos v procllrnr
la union , que ofrecerá como seguro resul-
tado el triunfo de sus principios. Fuera de
desear qne el gobierno, cuvo sistema está
abiertamente sostenido por.la comision cen-
tral de elecciones, siguiese una línea de
conducta semejante en cuanto lo consienten
sus atribuciones. No querernos decir que
haya de descuidar la conservacion del ór-
dert alrededor de las urnas ,que no haya de
vigilar á SllS dependientes para que se 'aten-
gan á lo prescrito en la ley, v ni por 110ie-
dad ni. por celo prescindan de los límites
por ella señalados ; tampocoqueremos cxi-
gil' de él qne no procure dar cierta unidad á
los esfuerzos de los electores que profesen
las ideas que al mismo se atribuyen, y que
por medios legítimos no traha]e para obtener
un triunfo definitivo: pero sí nos atrevemos á
indicar la necesidad de dejar á les electores
en libertad completa, de no arrogarse la
superioridad en la dirección. de suerte que
impida ó embarace la circulacion de candi-
daturas que no sean de su agrado, de que
ni directa ni indirectamente haga que se
coarte en lo mas mínimo el derecho de votar;


-que no permita que sus subalternos se de-
jen llevar por un escesivo celo de apovarle
hasta el punto de vejar á hombres honrarlos
que en su leal entender creen que el sistema




- 303-
tes con el Rey; y que por tanto queda ú jui- I venir en el momento supremo con su san-
cio y voluntad de dichos poderes el lijar I cion Ó resolución soberana, el gobierno, ha-
hasta qué punto debe llegar la reforma y en i jo su responsabilidadconstitucional, anuncia
qué sentidoconvienerealizarla. POi" manera, I al pais qne el tiempo ha llegado ya de llevar
'jue si los monárquicos creyesen que deben ¡lla mejora y reforma á la misma Constitucion
llesap~'ece¡: la !Dayor parte_ de los articulas 11 del Esta~lo , ~'especto de aqu?Ilas partes que
de la Constituciun de ilsar, y ]lrDcurascil lila espenencia na demostrado de un modo
que las Cortes venideras consumárnn esta palpable. (iHe ni estan en consonancia con
o,bra, 110 se les podria achacar que dan á las l' l~ \'erJ~d~)ra índole d(:,1 .r~gi!~1en repn:senta-
Cortes facultades que lIO las h;lya rcconocr- I [lVO, III tienen la Ilexihilidadneccsana para
do cspresamente el gobierno: con lo cual se 1


1


acomodarse á las variadas exigencias de es-
echa de ver que entrando ellos en la arena ta clase de gobiernos.» Estraño es que no
electoral no se pondrían en lucha con sus I hava ocurrido á los autores del 'manifiesto la
principios, sino que emplearían un medio ! dificultadde que, si hien en apariencia que-'
que les han proporcionado la ley y el mismo I dan intactas las prcrogativnsde In corona
gobierno cuyas ideas se propondrinu contra- ! tales como las establece la Constitucion
riar, CUilIuJO este dice abiertamente que el ! de '1831, no obstante el gobierno, por el
tiempo ha llegado ya de llevar la reforma y 1


1


mismo hecho de convocar Cortes que deben
la mejora ú la misma Coustitucion del Esta- reformarla, ha puesto en cuestion las dichas
do, ¿no es justo, no es consecuente que prerogativas, Estas se hallan consignadas
trabajen por reformarla y mejorarla, losque I en la ley fundamental lo mismo que las atri-
años há esían diciendo que debe ser refur- 1, huciones de las Cortes; y claro es qu~ la re-
mada? I! forma de la Constitucion ha de tocar mas ó


Se replicará que ellos entenderán la rc~ l/menos á estos puntos. "
forma y la mejora en un sentido diferente I1 Es probable y casi cierto que se trata, no
del en que lo entiende el gobicrno : cierta- de restringir las prerogativas de la corona,
mente, pero ¿ acaso es este el juez en la li sino de cstenderlas ; lilas esto mismo prueba
cuestion? Si es menester acomodarse del Ir que ellas van á ser puestas en discusion en
todo á sus ideas, si no es lícito ir mas ade- las próximas Cortes. Asi como pudiera su-
lanteni mas atrás de Jo que ellas señalan, ceder que unos intentasen ensancharlas mas
entonces inútil fuera convocar las Curtes; de lo que desea el gohierno, otros pudieran
inútil proclamar la supremacía de los Jlode- tratar de coartadas. El ministerio al decir
res parlamentarios; inútil afirmar que la co- que hahia llegado el tiempo de reformar la
rona por si sola era incompetente para re- Constj,tucion, ha puesto la Constitucion en-
formar la Constitucion; inútil dar á la (Tisis tera bajo la jurisdiccion de las Cortes: no le
ministerial la solucionque hemos presencia- basta el haber añadido aquello de la conso-
do, y cuyas causas nadie puede ignorar. nancia con la verdadera índole del nJgimen


Es menester no alucinarse: las Cortes representativo, ni lo de IlexiIJilidad necesar~a
convocadas para el dia 10 de octubre son para acomodarse á las variadas exigencias
Cortesconstituyentes, porquecoustituyentes de esta clase de qobiernos ; semejantes pala-
son las que constituyen al.país alterando su liras cada cual las entiende á su modo, por-
ley fundamental, Paréccnosque la comision que es imposible determinar á,punto fijo lo
central de elecciones no ha llamado bastante quesignificaníndole y flexibilidad de un re-
la atenciou sobre un punto de tal gravedad gimen. Gobierno representativo baycn Por-
é importancia, pues que no parece SiLlO que tugal, en Inglaterra ,en Francia, en Bélgi-
considera el acto de reformar la Constitucion ca, en Holanda,en varios paises de Alema-
como un ejercicio de las facultades ordina- nia , en Suecia y Noruega; y sin emhargn,
rías de las Cortes. llé aquí sus palabras. «El ¿en qué se parecen las formas políticas de
gobierno de S. M. abraza la idea general estas naciones? ¿No podría muy bien suce-
que se acaba de enunciar en laesposicion del' que en las próximas Cortes unos opina-
que precede al real decreto de convocatoria sen que .conviene ensanchar mucho mas el
de las nueras Córtos , y dejando íntegras é sistema político, tomando, si algo nos falta,
intactas las prerogativas de la corona, muy 11 lo mas democrático que se encuentre eu la
atenta si á nuestros debates, pero colocada constitucion belga, y que otros sostuviesen
siempre en la cúspide social para solo inler- ser necesario imitar el régimen de Suecia,




- 304 ~
adoptando la distrihucion de las Córtes por mos ingenuamente que no hemos podido
brazos, y restableciéndolas tales como se descubrir en el manifiesto esta franqueza v
hallaban en los tiempos de los Reves Cató- esplicaciou. Si las hay, es con respecto a
licos? - aceptar el proyecto de la reforma constitu-


El gobierno, pues, provocando la refor- cional, pues por lo tocante á la naturaleza
ma de la Constitucion, ha hecho mas que del proyecto \ ni aun con relacionalas dis-
un simple acto constitucional. Inútil es el posiciones mas capitales que debiera conte-
empeño de disimular la inmensa trascenden- ner , la comisión se muestra sumamente
cia de tal paso; sea enhorabuena que el reservada. Afirma que en materia tan impor-
gobierno haya tenido la intencion de dejar tante «no cahe silencio, ni seríapermitidala
intactas las prerogativas de la corona, y que ambigüedad dcllenguaje, porque la amhi-
haya adoptado la medida de convocar Cór- güedad ó el silencio darían motivo á que se
tes constituyentes bajo su responsabilidad prejuzgase la cuestion contra la legitimidad
constitucional; peroel hecho es que la Cons- o la conveniencia de la reforma, á lo cual
titucion ha pasado á ser cuestionable, y que no podría darse ocasión sin mengua de la
es un problemareconocido y planteado, so- fortaleza y dignidad que deben siempre
metido al fallo de las Córtes , el siguiente, mostrar los hombres púhlicos.» Lo que, si
«tCuál es la Constitucisn que conviene á la no comprendemos mal el sentido de las pa-
España?» El hecho es que el plantear-un pro- labras, significa que la comision cree legí-
hlema semejante no es masni menosque re- I tima y conveniente la reforma. Mas por lo
producir lasituacion de ,1 R36,cuandodespués mismo parece que hubiera sido muy oportu-
depublicada la Constitucionde 1Rl2 se con- no el indicar en pocos y bien pensados tér~
vocaron Cortes para reformarla, convirtién- minos, en qué sentido debe verilicarse, y
dola en la que se halla vigente en la actua- cuál es el objeto que en ella deben propo-
lidad. En el discurso pronunciado por S. M. Inerse las Cortes. Sin esta circunstancia no
la Reina Gobernadoraen la solemneapertura saben los electores de qué se trata; la comi-
de las Córtes constituyentes también se de- sion no los ilustra debidamente, y los deja
eia: «venís á reoisar la Constitucion.» y que anden á tientas al depositar su voto en
mas abajo: «vais á perfeccionar la ohra en- las urnas.
tonces comenzada.. Y despues: «siendo Si después de leido el manifiesto se pre-
tambien voluntad nacional que esta ley sea gunta un elector á si mismo «á quién debe
,-evisaila y corregida, para que responda nombrar para que la reforma de la Constitu-
mejor á los tines á que se ordenó, convoqué cion se haga del modo conveniente,» ¿qué
inmediatamente las Córtes que habían de luz le habrá suministrado el documento dc
deliberar sobre tan saludable reforma..» Des- la comisión? Ninguna. Se le habla de paz,
de la convocatoria de Cortes la Constitucion, de libertad legal, de órden público, pero
que antes tenia el carácter de perpétua , ha estas palabras las emplean todos los partidos
pasado á ser interina, porque interino es lo y las harán entrar todos los candidatosen la
que solo sirve por algun tiempo, pasado el profesión de su fe política. Se le habla de
cual ha de ser reemplazado por otra cosa. Y amparar y fortalecer la monarquía, pero to-
la Constitucion reformada, sea cual fuere la dos los partidos tienen la pretensión de que
latitud de la reforma, va no será la Consti- I consus principios y sus actos contribuyen á
tucion actual; que á quien se empeñase en esta obra, y achacan á sus adversarios el
sostener la identidad, podríamos objetarle que la comprometen y la ponen en peligro.
que del mismo modose debiera decir que la Los monárquicos echan en cara á los parla-
de 1837 es la de 18,12, porque aquella se mentarios y á los progresistas el que con
hizo con la reforma de esta; y si se añadiese sus teorías y formas revolucionarias rebajan
que las disposiciones principales serán las la dignidad de la corona y asientan el trono
mismas en la reformada que en la actual, sobre el cráter de un volean; v á su vez los
entonces replicaríamos que se prejuzga la progresistas y los parlamentarios achacan á
cuestión de la reforma anticipándose al fallo los monárquicos el que exagerandolas facul-
de los representantes del pais. tades del soberano y no queriendo limitarlas


La comisión central de eleccionesprotes- por medio de instituciones representativas,
ta que quiere ser franca y esplícita sobre un provocan las revoluciones y preparan el hun-
punto de tanta trascendencia; pero confesa- dimieuto de la monarquía. Los moderados




- 305-
culpen á los progresistas de que-con sus jcon el sistema.generalde lasIeyés princi-
ideas y costumbres anárquicas ponen en pe- pales y con laseostumbres públicas. Aquí
Iigro.: el trono; y los progresistas á su vez' hay una verdad, y verdadprofunda , que re-
rechazan el cargo ylo al'rojansobre los acu- trata fielmente lasituacion de España. In-
sadores , diciéndoles queellos son los que novaciones se han hechoencontradiccion con
comprometen el trono' haciéndole inclinar los principios verdaderamente constitutivos
demasiado al absolutismo ,y falseando el de la sociedad española; y estos, arrojados
gobierno representativo: 'con el prevalecí- 11 de la escena política, se han retiradoal ho-
miento del peder military el influjo de las \ gar doméstico, y se albergan en el seno
camariUasdle lo que resulta que estas pa- de las familias, y resisten desde allí las vio-
labras generales no determinan nada, no lentas trasformaciones, y acabarán por mo-
enseñan nada; y que la eomision central, si dificaria segun el espíritu nacional. En esto
quería que se combinasen los comunes es- dice bien la oomision ; tiene razon, razon
fuerzos'Yprocurar Iaunion de que resultase sobrada, mas tal vez de lo que ella cree, y
el triunfo, debia ser mas esplícita. de lo que conviene al conjunto del maniíies-


Se-dirá tal vez que titulándose la comisión to. Pero donde está curiosa la comision,
monárquico-constitucional, ya da por su- donde seespresa con una franqueza que no
puesto que son conocidassus ideas; pero era de esperar,es cuando, al hablardel prin-
¿no hay por ventura division, y división eipio 'verdaderamente constitutivo de una so-
profunda, entre los que seapellidan con es- eiedad, 'añade: «Ese.principio,· en el cual
te nombre? El título de monárquioo-consti- tienentan grande parte el elementotradicio-
tucional se inventó cuando nadie trataba de nal y'cltemperamentode'cadanacion ,se
reformatla'Constitucion de 1837; en su halla en la, naciollespañola personificado en
orígen sígnifíeaha ; pues, el intento de sos- nuestra au,q'usta reina; centro ;dé unidad é
teaer la monarquíacon la misma Constitu- independencia , sin lo cual no 'hay Estado
cien. ¿ Qué espresapues ahora?¿ Cuándo se con vida interior yesterior; símbolo de paz
ha declarado abiertamente que ha de ser v de alianza, sagrado vínculo entre lo pasa-
reformada? El partido monárquico-constitu- doy 10' futuro, el trono es al mismo tiempo
cional , (,es constitucional con arreglo á la la garantía inviolable del órden eonstitucio-
Constítucion vigente, ó á la futura? Esta, na\. «Tenemos, pues, que segun las doc-
¿cuál ha de ser?La .reforma ¿ha de ser trinas de la cornision , el principioverdade-
grandeé pequeña? Semejantes estremos no ramente constitutivo de la sociedad española
debieran ignorarlos los electores para en- es el trono;y entonces ¿á qué se reduce la
viar á las Córtes á los hombres masá propó- soberanía popular? Algunos meses há está-
sito para el logrodel fin deseado. Porque el i bamos diciendo que era necesario reformar
decir que·Ios elegidos deben ser de propie-I la Constitucion, y queja nacion deseaba
dad conocida ó capacidad notoria, una y con ansia dicha reforma'; y no faltó quien
otra realzadas por el desinterés' privado y se enojase contranosotros', sosteniendo que
amor'al;bien público, solo sirve para llenar no se nosdebia permitir semejante desacató
un 'párrafo cea-hermosas palabras. En la á la ley fundamental, y quelos límites de
confusion a· 'que hemos venido á parar, la íibértad oe la discusiou no debíamos.tras-
¿ quién distingue entre' las capacidades no~ pasarlos impunemente. 'Por fortunalÍ':JO!\
totill"S"! 'las:;qnenolo -son? ¿,Quién no se pocos-días el gobierno,';éi>'nli5lOO gobierno
preciade d~ififurés privado-yamor al bien 1 defendido por el' periodico"qlJé nos censu-
público?- ,'1 • . ,'raba,-satió declarando' qué :era''necesario


Una doctrina asienta la osmision , digna reformar. kt· Constitucion¡deIEstado, y por
sobremanera'd~ 'W0ta~~, ?uando afim1aque lomis~o'j~stiti~andó' plenamen~elas doctri-
« no raras veces'el prinCIpia vetdaderamente nas del P~nsamttnte de: la NaclOn. Despues
constitutivo de una sociedad'~e'letiril. atho:.l et mismo·Pen8amie~to cometió la falta de
gar doméstico y se albeJia -en ehenóde' las ~ir:f «c,ando losipedereshan desapareci-·
familias, r resiste desde alli ta:s 'violentM do, caasdo todas.lasleees Se han concnl-·
trans~.ormacio. nes, ac,.abando por m.oditkarJ.Ss."' Icad:.o"cuandó todas las instituciones yacen
segun el espíritu nacional.»Esto lo dice la por'el-suelo , cuando no hay principios fijos
comisión central hablando de Bspaña y de Ide goblcrnorcuando hay un desórden pro-
las relac~dne¡¡,de;la Constitncion del Estado fundo en laadministracion , y solo medran


37




- 306-
1.os intereses i1eglti.mos, y 6010 campean las 11 petarseá si mismo I de.be respetar al públi-
malas pasiones, Y solo prevalecen los in- co, y-debe respetar á los mismos adversa.
trigantes., yel horizonte se anubla, y el rios , aun cuandoestos se permitan emplear


. porvenir secarga de tormentas, y corre ries- espresionespoco templadas.. .
go la nave del Estado de zozobrar en breve, Pero volvamos al manifiesto. Las ideas de
entonces, si la 'Providencia ha conservado la comisión con respecto á otros puntos pa-
un poder, bien que desmantelado todavia recen ser respetar los hechos consumad()s.
fuerte, todaviaacatado pOr los pueblos, este Asi lo patentizan aquellas palabra-s de que
poder tiene el derecho, tiene el deber im- se inaugure la era de reconstruecion r de
prescindible de hacer un esfuerzo por sal- justa reparacion, conciliando los intereses
varse á sí propio, porsalvar á lanacion que antiguos con los nuevamente creados, in-
le está encomendada. Esta es la verdadera demnizando leal y cumplidamente á los
legalidad en España ; este poder esel trono: que han sufrido pérdida o menoscabo en sus
andad buscando la legalidad en otra parte, derechos legítimos, al mismo tiempo que
no la encontrareis.')! Pues estas palabras le respetando los adquiridos bajo la garantía
fueron criticadas al Pensamiento de la Na- de las leyes recientes. Es decir, que todo lo
cion como una especie de blasfemia política; adquirido bajo la garantía de las leyes re-
y eón esta ocasion se recordaron al trono cientes debe quedar tal como se halla: lo
español en contra de los consejos del Pen- vendido por vendido debe quedar. Permita-
samienlo de la Nacion las severas lecciones nos la comision que le preguntemos si cree
de -1688 y4 830, afirmando que si prestase imposible indemnizar leal y cumplidamente
oídos á ellos no tardario en sufrir la misIIJ3 á los que han sufrido pérdida o menoscabo
suerte. Al fin, lacomision central deelec- en sus derechos legítimos. Entre las firmas
ciones de)" partido monárquico-constitucio- hay algunas que recuerdan hombres versa-
nal ha dichoque el principio »erdadcramen- dos en asuntos de administnacion v de ha-
te constituti'vo de la nacion española se halla cienda, y esta circunstancia nos dispensa
personificado en nuestra augusta Reina: de- de aducir pruebas que dejarían fuera de
jamas al juicio de nuestros impugnadores el toda duda, que respetando todo lo adquiri-
decidirsi.esto no es avanzar mucho mas de do por las leyes recientes, la indemnizacion
lo que había dichoel Pensamiento de la Na- i leal y cumplida de que se nos habla esdo
don; si esto no es echar por tierra el prin-. todo, punto. imposible. ¿Como se asegura
cipio de la soberanía nacional; si esto no leal y cumplidamente la subsistencia de las
es digno de censura, si de censura fuédignc monjas cual la tenian garantida con los bie-
lonuestro. ,nes de que se las ha despojado? ¿Como se


Esta confesion nos ha consolado, porque llena el vacío que en la manutencion del
hemos visto que el ser tratados con mas ó culto y ministros ha dejado la venta de las
menos duresa no impedia el triunfo de la propiedades del clero secular? ¿;Es creíble
verdad; y que esta se presentaba tanto mas que personas tan ilustradas como las que
resplandeciente y pura cuanto salia de la lirmanel manifiesto se .hagan la ilusion de
boca de aquellos mismos hombresá quienes que, respetando todo lo hecho es posible
nuestros adversarios se glorian de sostener. indemnizar leal y cumplidamen te á los que
Otras verdades hemos dicho, otras declara- han sufrido pérdida o menoscabo en sus de-
ciones y otcoshcchos vendrán á confirmar- rechos legítimos'? .No alcanzamos á persua-
las; no nos arredra el que se nos supongan dirnoslo ; y si esto no espresa mas que un
injustamente intenciones y designios políti- buen deseo, ¿se satisfacen acaso con buc-
eos que no abrigarnos, el que se desfiguren nos deseos la razon y.la justicia? ¿ Bastan
y exageren nuestras doctrinas: á razones los buenos deseos pararaganizar un país,
contestaremos con. razones, a hechos con para.reparar los males causados porla revo-
hechos; cuando con aquellas y con estos se lucion y ordenar unamonarquta trastorna-
nos demuestre que nos hemos equivocado, da,?¿Bastan los buenos deseos para bor-
lo confesaremos francamente; pero á todo rar las leyes v las costumbres que mi-
lo que sea ataques declarados ó insi.nuaciO-I ran como sagrada la proPi.ed.ad '. pa.. "r.a. borrar
nes mas u-menos maliciosas contra la clase ¡el artículo de la Constitucion vigente en
á que noshonramas de pertenecer, poco que se prohibe despojar de su propiedad
~ntestl1remos, porque el escritordebe res- á ningun ciudadano sin indemnizacion pré-




r..crita en Barcelona eu 2' de agostode faH y puhlleadn en l\fa-
'drid en '~8 dei mismo mes.


Lo, que no se q1dere. y lo que ee
qulere;y do. palabras al Globo y al


Tiempo.


Se ha formado en el senodel país una opi-
nion que cadadia va estendiéndose y rohus-
teciéndose mas y mas, y que tarde ó tem-
prano acabará por dominar. Esta opinion no
es ni la revolucionaria, ni la parlamentaria,
ni tampoco encierra nada de exagerado en
ning¡m sentido. Lasituacion actual, lo grave
y espinoso de las circunstancias, lo crítico
y fugaz de los momentos, demandan impe-
riosamente que se aclare , que se indique á
punto fijo en qué consiste la espresada opi-
nion, y que no se consientan los errores y
hasta las calumnias que sobre ella propalan
hombres interesados en perpetuar los males
de la patria; Hasta nos inducen á eHo moti-
vosparticulares, porquehabiéndose alterado
y desfigurado de una manera increíble las
ideas del Pensamiento de la N acion, habién-
doseíeateihúidódoctrinas que no profesa v
tendencias que rechaza, es preciso restable"-
cer la verdad en supuesto , no por el vano
prurito de sostener polémicas estériles, sino
por el deseo de prevenir el engaño con que
se pretende alucinar y estraviar á hombres
de recta intencion y buen juicio ,pero no
bastante conocedores de lo que, abrigarse
suele bajo títulos muy respetables. El Pen-
samiento de la Nacion cree, no dirigir, pe·
ro sí espresar esa opiuion que cada dia se va
estendiendo y robusteciendo; y por lo mis-
mo le. interesa que desfigurando sus princi-


- 307-
via?¡.'f serán menos que los demasciuda- 1pios y sus mirasnose cause an daño al bien
danos los ministros delSeiior ? ¿Y no me- público, inclinando á algunos incautos it
recerán igual'proteccion que los demás ciu- reprobar aquello mismo que ellos piensan y
dadanos las vírgenes del claustro que no que con ansia desean ver-realizado.
tienen mas armas que la oracíon y el SUfri-¡ En la opinion que nos ocupazbay dos par-
miento? tes, la una puede apellidarse negativa; y la


Pero este artículova tomando demasiada otra positiva; la primera espresa lo que no
estension, y,es preciso ponerle término: he- se quiere , la segunda lo qne Se quiere;
mos examinado el manifiesto de la comision aquella lo que se intenta quitar, esta lo
central con'el detenimiento que reclama la que se pretende sustituir, En ambas cosas
importancia de su objeto; el apreciar el seremostan esplícitos como tenemos de cos-
peso de nuestras razones corresponde á los tumbre.
quedeben depositar su voto en las urnas. La esperiencia de diez anosha manifesta-


do que es imposible gobernar, ni con el sis~
I temaproclamado por los progresistas, ni por


el de los parlamentarios ; no se quiere, pues,
el sistema de los unos ni el de los otros.


La esperiencia ha demostrado que mien-
tras continúe monopolizado el mando en las
pandillas que alternativamente han goher~
nadoel pais , es de todo punto' imposible el
labrar su prosperidad, ni .el maatenerle si-
quiera tranquilo por algun fiempe : no se
quiere, pues, el monopolio de las pandillas,


La esperiencia ha demostrado que los
cambios verificados hasta ahora no han cu-
rado los males de la nacion, y que no han
servido á mas que hacer turnar en el go-
bierno á un escaso número de hombres, di- -
vididos entre sí mas bien por intereses par-
ticulares que por grandes principios: no se
quiere, pues, que los cambios que eu


¡ adelante se verifiquen sean una simple repe-
ticionde dicho turno.


La esperiencia ha demostrado que la
alianza'del órden con la libertad legal, tal
como entienden esta libertad loshombres de
la situación, es una palabra,vana, y que si
algoespresa no significa mas que unsiste-
ma muy á próposito para abrir la puerta ú
motines y trastornos, sumiéndonos de nuevo
en la anarquía: no se quiere, pues, confiar
en esa mentida'alianza, nitampocoentender
la libertad legal en el sentido que se le ha
dado hasta ahora y algunos pretenden darle
en lo sucesivo.
'Laesperiencm ha demostrado-que es alta-
mente impolítico el fundaresclusivamente UI1
sistema de gobierno sobre lalealtad o deci-
sionde estosó aquellos hombres: no se quie-
re, pues, que continuemos asi, ni que el tro-
no para conservarse haya de estar mirando
á estas; ó aquellaspersonas, sinoque elevado
sobre todas, protector de todas, uo necesite-:
en particular de nadie.




- 30S -
. La esperiencia ha demostrado que el go- tratan de hacer sunegocio ,de,,15atisfacersu


bieruo no: pU6Qe Alonllolidarse mientras no orgullo yde humillar á sus rivales; . esto á
c~ente ~on el 'apoyo de.la mayoría de la na- pesar de sus protestas de .desinterés, de de-
Cl?n; mientras haya vencedores y vencidos; seo de la prosperidad de España : no se quie-
mientras un 'partido que representa grandes re ,pues, la influencia estrangera; no se
principiosé intereses se vea desdeñado, es- quiere que el gobierno español paradecidir-
cluidode toda participacion e11 los negocios se, consulte lo que sera mas del agrado del
públicos, y condenado á formar una especie gabinete de San James ni de las Tullerías.
de raza distinta; mientras no se borren las Despues de haber dichocon todaclaridad
huellas, y si posible fuera hasta el recuerdo y del modo masfranco y esplícito que espo-
de la guerra civil:nose quiere, pues, que se sihle, lo que no se quiere, veamos ahora lo
plantee un orden de cosasen que uninmenso que se quiere.
número de españoles dejen de ser mirados La monarquía es una necesidad de los
como tales. pueblos europeos, y muy particularmente de


La esperienciaha demostrado que á la España: está en las ideas, en las costumbres,
sombra de.Iarevolucion, óde gobiernos en- en los intereses de la nacion: en los demas
deblesque la temen, la halagan,v que hasta paises la revolucion.ha volcado abiertamente
la fomentan mientrasno se presente con es- el.trono., en España jamás se ha atrevido á
trépito en calles y plazas, se crean colosales tanto; y conociendo la fuerza de esta grande
fortunas á costadel Erario público y de inte- institución, ha preferido esclavizarla de dis-
reses legítimos y sagrados por muchos títu- tintas manerasy hacerla servir á sus inten-
I?s: no se quiere, pues, que bajo el velo de tos. Pero la monarquía que á Españaconvie-
libertad continúe la dilapidacion y el consi- 1 ne no es la-monarquía inglesam la francesa,
guienteengrandecimiento de la riqueza de I porque la sociedad españolaes muy diferen-
unos pocos. I te de la de Francia é Inglaterra. La España


La esperiencia ha demostrado que mien-¡ necesitauna monarquía puramenteespañola.
tras el pais esté agitado por la discordia re- El monarca español no ha sido en los tiem-
Jigiosa, es imposible restablecer la tranquili- pos antiguos ni en los'modernos un rey de
dad de los ánimos y asegurar sobre firme puro nombre, sino un rey soberano.Se quie-
hasa el órden público: no se quiere, pues, re, pues, mayormente ahora que el gobierno
el cismabajo ninguna forma, no se quiere la quiere reformar la Constitucion del Estado,
turbacion de las conciencias en ningun sen- que el trono recobre su poder, que no se
tido, no se quiere el aislamiento en que nos haga violencia á la opinion, á la voluntad, á
hallamos con respecto á la Sede Apostólica. los intereses nacionales, y quedesconocien-


La esperiencia ha demostrado ,que todos do lo que enseñan la razon.,laesperienciay
los medios escogitados'hasta ahora para ase- el buen sentido. no se continúe con las ilu-
gurar la subsistenciaal culto y cleroson ilu- siones y las farsas, bien costosas por cierto,
sorios, que el pueblo paga lv la Iglesia no con que se nos ha entretenido hasta ahora;
cobra: no se quiere, pues, ef sistemaque en se quiere que con velos monárquico-consti-
esta parte rige, ni otro que se le parezca. I tucionales no se verifiqueaquelJo de que se


La esperiencia ha demostrado que la ven- lamenta la comision central de elecciones del
ta de los bienes del clero, ni ha aliviado á I partido monárquu'o-constitucional, á saber,
los pueblos, ni ha enriquecido el erario, ni ' que «no raras' veces el principio verdadera-
afianzado el crédito, ni desarrollado la rique- mente constitutivo de una sociedad seretira
za pública; que lo mas, selecto, lo mas gra- al hogar doméstico, se albergaen el senode
nado del pais se ha abstenido de comprar, las familias, y resiste desdealli las violentas
y qu~ en ml~chos puntos hay sin empleo transformaci0n.es, ac~bando ~r modificarlas
cuantiosos capitales, cuyosdueñosprefieren segun el espíritu nacional.: Se quiere 'que
conservarlos improducti~os á invertirlos en 11 no.se olvide la saludable Ieccion que .e!1'se":"
dichascompras: no se QUIere, pues, quecon-¡ guida encontramos en el mismo manifiesto,
tin úe la venta.· . asaber: «que ese principio constitutivo, en
. La esperiencia ha demostrado que las na- el cual tienen tan grande parte 'elelemento


cionesque pretenden tener derecho á mez- tradicional yel temperamentode"eada· na~
clarsejnas ómenosubiertamente , mas ó cion, se halla en la nacíon españolaperso-
menos directamente en nuestrosasuntos, solo niñeado en nuestra augusta ,Reina, y que el




- 309-
tl'onp en Españaes centro de unidad é inde- madas de hombres.desinteresados, de hom-
pendencia, sin locual-no hay estado con vida bres pata quienes sea: un verdadero sacrifi-
interior y esterior, símbolo de paz y alían- cio elacudir al llamamiento de la corona; y
za , sagrado vínculo entre lo pasado y lo fu- hágase todo sin rebajar el prestigioyla dig-
turo.» Se. quiere que no se olvide cuál es nidad de esta, sin embarazar nienflaquecer
el elemento tradicional.y el temperamento la accion de su gobierno, sin ¡los alborotos
de la nacion española, y de que si se desea , de esa tribuna pública, que solo sirven para
que el.trono sea la garantía inviolable del I alentar á los ambiciosos y turbulentos é in~
órden constitucional, como añade la espre- timidar á los hombres de bien; hágasedé
sada comision, no se pierda de vista que la manera 'que las.cuestiones mas graves de
Constitucion conforme al elemento tradicio- hacienda no hayan de servir de instrumento
nal yal temperamento de España, no-será á las pasionespolíticas, á los designios de los
una Constitucion de soberanía popular, de que ansían derribar al ministerio, no con
cuerpos dominadores del trono, de imprenta ninguna mira de.interés público, sino con la
desbocada, de turbas armadas, de cuerpos única de colocarse ellos en SU tugar.En una
populares sin freno, sino una Constitucion palabra, procúrese que la intervencion del
que, «acomodándose al espíritu del siglo, pais en la votacion 'de las contribuciones sea
haga reflorecer el elemento .tradicional espa.. unaverdad; que intervengan losque pagan,
ñol, le asegure influencia y preponderancia no los que cobran. Esto se quiere, esto quie-
en la esfera política, y no. contraríe el tem- ré la opinionpúhlica.iesto quiere la nacion;
ptramento de. lanacion española. ,,' , . y por cierto 'queal» quejarse de quehasli:l'


Se quiere i pues, un trono robusto, 'con ahora se la ha engañado,; de-que se' le han
bastante fuerza para no dejarse dominarpor atribuido derechos qúe:'uo' disfruta, y que
lospartidas, y rodeado de instituciones en lejos de acarrearle ningua benetíeio ''llD. ílio
armonía connuestras antiguas leyes funda- agravando cada día mas su.situaciony la'del'
mentales; leyes que bien entendidas y apli- Erario, no se queja sin causa, no-sineviden-
cadas bastan para precavernos contra el des- te justicia. Apelamos al juiciode todos los
potismo revolucionario, contra el militar" el hombres honrados para que nos digan si hay
parlamentario, el ministerial y el de los pri- esperanza de remediar este mal mientras
vados. continuemos con el sistema presente ni' otros


Se'quiere.que las Córtes sean una reunion que se le parezcan. . . '
de lo massabio, masjuicioso, mas influvente ¿De qué servirá, por ejemplo,que se for-
del país, y no un conjunto de hombres que me una cámara alta vitalicia ,si se deja el
se propongan medrar sin otro mérito ni tf- cuerpo popular con los mismos defectos que
tulo que el de algunas peroratas. Se quiere ahora, y si se conserva un conjunto de ins-
que la votacion de los impuestos no sea UD' titucionesen 'que se encierren abundantes Y'
medio para hostilizar al gobiernoy provocar poderosos gérmenes de desérden.yanarquía?
revoluciones, sin ningun resultado para la ¿Por ventura ha tenido ekSenado la culpa
nacion , ni producir'mas que el aumento de de nuestras calamidades y trastornos?Dificil
las, cargas públicas. Consúltese enhorabuena ha de ser encontrar-altoscuerpos mas paca-
de vez en cuando á las personas de mas ar- tos, mas dóciles, mas flexibles, mas cpnd~s':'
raigo, probidad y conocimientos prácticos cendientes con todo cuanto ha exigiddó el
de sus respectivas provincias; véase cuál es poder, ó la revolucion, ó cualquier otra cosa
el sistema tributario que mejor conviene; que bajo uno ú otro título 'haya ejercido-el
qué resultadosha dado esteó'aquel ensayo, mando; y esto no obstante, no ha sido posi-
cómo seria recibido por los pueblos;qué bie- I ble prevenir Ios ~hoques, l~ discordia,"los'.
nes , qué males podríaacarrear tal ó cual rompimientos entre el trono o el mnusterro y-
innovacíon.; índáguese cuálessonlos'abusos' la cámara popular,Si'elSenado se convierte
antiguos o que se hanintroducido denuevo, en vítalicio.rquedando la eleccion encomen"--
cuáles los medios mas á propósito para'ate- dada á la'cotona, mayormente si esta elec-
nuarlos ,ó,. estirparlos: averigüese eómose cíen la puede aconsejar un ministerioparla-«
portanlosdependientes del gobierno;.oígan~) mentario, desde luego es fácil conjeturar-
setodas iás esposieíoncs.Jasrecíameeéaesn quiéues-serám-los agraciados; y cualquiera
las quejas, las protestas de los'que se crean! I que¡:!enga' algun conocimiento de las perso-
vejados; mas todoestohágase en CÓlltes· fur- nas, ;pUdiera formarsín temor deetiuivoearse




--.:. ~1o -
mucho, .la listade los senadores; pares ó pro- II reorganizar la bacien'dá, enpromover la rí....
ceres vitalicios. Habráoiertamente entre ellos queza pública, fomentando el desarrollo de
sugetos deilustraeion, de sanasintenciones, la agricultura, de la industria y del comer-
de distinguida carrera, y sobre todo de. res .: cio, en conciliar los intereses encontrados,
petables c~nas; pero' si la máquina política en templar elesplr,itu de rencor y?e ven-
ha .de cnnunuar montada como hasta ahora, ganza que devora a los bandos polltices , en
vendrá un cuerpo popularbrioso, lleno de armonizar la sociedad nueva conla sociedad
fuego , .donde prevalecerá una mayoría mo- vieja ; si será posible pensar siquiera en me-
derada ó exaltada, perodonde en cualquier jorar el estado material y moral de las clases
supuesto campearán la ambicion .~ la dis- mas numerosas, en difundir la ilustracion;
cordia: el ministerio será atacado por los si será posible concebir la esperanza dé que
unos y defendido por los otros; la tribu- dejemos de ser 'el juguete de las naciones
na pública aplaudirá ti silbará, la prensa irá estrangeras, de que eonstituyénrlonos ~ or-
atizando el fuego y echándole de continuo ganizándonos fuertemente en lo interior nos
combustibles: entretanto las provincias co- hagamos respetables en lo csterior; si sepo-
menzarán á tomar· parte en las contiendas de drá concebir la esperanza de que se inter-
la corte, irán y vendrán emisarios ,el go- rumpa la cadena de trastornos colosales, de
hierno.amenazará con disoluciones, y los di- destituciones en masa de empleados, de per-
sueltos ó por disolver areenazarán con pro- secuciones de destierros, de fusilamientos,
nunciamientos., y sobrevendránestos, óá lo de bombardeos, y nos hagamos dignos de
menos elecciones tempestuosas ,tanto mas figurar entre las naciones civilizadas. Deci-
cuanto retirándose de ellas la parte sensata mos esto con la conviccion mas profunda:
de la nacion, solo quedaránfigurando los.al- nohay. esperanza de remedio si no se muda
borotadores de las distintas'banderías: y du- de camino, si no se verifica un cambio muy
nante esa agitacion ¿quién se acordará de radical, si dejándonos de vanos paliativos no
la alta cámara vitalicia? Todo el mundo se buscamos el orígen de nuestros males,.y no
habrá olvidado de ella, como nos íbamos ol~ aplicamos á ellos el remedio conmano audaz
vidando nosotros mismos al escribirestocon ¿Y quién no ha tenido tiempo y razon
la sola idea de lo que habia de suceder, Los para formarse una conviceion igualmente
respetables próceres habrán ido discutiendo profunda? Prescindiendo de los desastresqne
sosegadamente algun proyecto de ley, y sus presenciamos durante-la guerracivil, ¿quién
trabajos se hallaráná 10 mejorinterrumpidos no habrá reflexionado sériarnente sobre lo
por una suspension ó disolución de Córtes, que hemos visto desde ·18401 ¿,A quiénno le
Ó una crisis, interregno, ó mudanza miuis- habrá sugerido pensamientos tristes y des~
terial .icuando.no por un pronunciamiento; consoladores el observar que ahorapor una
resultando que el alto cuerpo,á pesar de to- causa, despues por otra, ora en manos de
das,las modificaciones y mejoras de la refor- unos hombres, ora de otros,con razón ó sin
ma: constitucional, producirá los mismos ella, por necesidad ó por capricho, que en
mismísimos efectos que el antiguoEstamen- estas cuestiones no entramos, la artillería
to de los. próceres del Eslatulo, ó el Senado española ha ido sembrando el espanto, el
de la Constitucionde 1837. incendio, la ruina y la muerte por las prin-


Esto para nosotros no es una conjetura cipales ciudades españolas? ¿Qué nosim-
aventurada, no es un pronóstico mas P me- porta el que se nos diga que lajusticia ó la
nos fundado; esun hecho, bien que futuro; injusticia, la consideracion ó la crueldad, la
cierto, evidente, del cual estamos tan se- provocacion ó la pacienciaestuvieron de es-
guros como si lo estuviéramos viendo con te ó aquel lado, si por esto no deja de ser
nuestros ojos. Y seguros han de estar de él verdad que han sufrido grand.es catástrofes
cuantos hayanreflexionado un instante sobre Pamplona, y Barcelona, y Sevilla, y Teruel,
lasituaciou del país y de los partidos 'y han- y Reus, y Figueras , y Gerona , y Zaragoza,
derías que le destrozan, sobre el carácter de v Cartagena?
la naeionespañola, sobre las ideas v costum- • Se quiere una sincera reconciliacion de
bresdominantcs. •. todos los españoles, entrando los realistas


Y dígasenos de huena fe si continuando también como un elemento de gobierno; es-
de esta manera será posible. ni aun pensar lo lo hemos dicho varias veces,;ylo repetí-
en dar órdeD. y vigor a la.administracion, en remos aquí, aun áriesgo de que un perió..




- 3H-
dicodela situacíon altere nuestro pensamien- á una vigilancia y sujecíon opresívas.r.sé
to atribuyéndonos lo que no hemos dicho. quiere que al tratarse de la organizacion po-
No es lo mismo afirmar que es necesaria la lítica na se olvide la influencia que el clero
reconciliacion de los hombres de bien de to- tiene en el pais , la veneraeion 'con que los
dos los partidos, sosteniendo que el gobierno pueblos miran á los Obispos ; pero no hemos
no será fuerte en España hasta que se atrai- dicholo que nos atribuye el mismo periódico,
ga el apoyode los.carlistas , que el decir lo El Tiempo, de que se eleve ai'"cleroá una
que tan gratuitamente nos achaca nuestro I especie de dictadura social: idea peregrina,
'colega, á saber, que el modo de asegurar que no sabemos en qué lugar de nuestro-pe-
la situacion y conella la felicidad de la pa- riódico 'haya podido descubrirla el defensor
tri« sea entregar elpoder al ,partido cartis- de la situacion.
tao Con esto se intenta persuadir que predi- Se quiere que se suspendan las ventas de
camas una reaccion , no solo contra las cosas Jos bienes del clero, y que además se res-
sino tambien contra todos los hombres que tituyan al secular y á las monjas las propie-
se han abrigadobajo el trono de Isabel: in- I dades de que se les ha despojado; pero con
signe falsedad que no atribuimos á mala fe, la.añadidura de devolver á los compradores
pero sí á la ligereza con que dehro de leer lo que hayan satisfecho. Asi lo consignamos
nuestro- escritoel artieúlistaá quien nos re- espresamente en el párrafo 6.o delprograma
Ierirnos. Cómo entendemos esareeoncíliacion publicado en el número25 de nuestroperiodi-
de todos los españoles y los motivos en que \ co, correspondientealdiast del pasadojulio.
fundamos su necesidad, repetidas veces lo Creemos que quedándose cada cual con lo
hemos esplicado. que le pertenece,deshaciéndosesimplemen-


Ahora que la oportunidad se brinda, hare- te lo que se ha hecho, no predicamos una
mos observar que se nos llama amigos de injusticia tan horrenda como le pareció al
reacciones y de un sistemade persecucion y Globo, cuando en su númerodel I. o de agos-
de venganza; y con una inconsecuencia y todecia: «El Pensamiento de leNoeio«, en
contradiccion incomprensibles se nos critica fin, pide ya á voz en grito que se desposea
el que pidamos unaatnni~tía tan lata como I de sus bienes á los .comp~adores de los d~l
sea posible, y se' nos dice que queremos clero secular y de las monjas, que se lesprl-
traer 'inmediatamente á Espartero y á Ca- . ve de su propiedad, y que se devuelvanestos
brem.dados det brazo. Nosotros hemos dicho bienes á sus antiguos poseedores.» E" Globo
que se debia comenzar la reeonciliacion por se olvidó de añadir que nosotros pedíamos
una amnistía, añadiendo que debia ser ám- que se devolviese tambiéná loscompradores
plia, pero con el correctivo de que fuese lo que hubiesen satisfecho.
compatible con la tranquilidad pública. El Nos atreveremos á rogar á 19s periódicos
periódico á que nos referimos'no debió de que de tal suerte nos atacan, qne lean con
creer conveniente comunicar á sus lectores ateaciou nuestros artículos, y que euandose
mas..que la mitad de nuestropensamiento; propongandar cuenta de, nuestras ideas lo
sin duda porque se figuró que nn lefavore- hagan con mayorcuidado. Llaman alPmsa-
cían mucllo las palabras que completaban el miento de la Nacioln periódico carlistarasi el
sen~do>Enapuro nos deja con su tácticaet Tiempo como el Globo, bien que esteültimo
rneuciéaadoperiódico , porque siclamásemos '1 añadeque el Pensamiento «no hasoltadoto-
contra.laemaistíaó aconsejásemos que fuera davia Sil máscara como su hermaao :mÍlyór
muyestreOOl!.~s llamariavengativos;cuan'- el,Católico,» y que es carlista vergonzante
do la pedimos ámplia'os presenta como'per~ con su poco de barnizde liberalismo. AfOi'tu-
turbadores.. ¿Que,hllremos en tal.conflicto? eadameste Ilt'Globo, quedebe.de.tener la
Seguir nuestro, caminar-apelar al-fallo del vístamuy-peaenanté, há descubierto que
público; en_eo~endar·.lapr.uebaalcursb~e .hajo d.el~,~scara hay Uil~ fisonomia horn-
los acontecimientos. ,', ;.i! " b[e~ dlabóltca~'lque hace.erizar los cabellos.


Se quiere que la religión sm respetada, «Pronto,-cselama;si,Dios no pone remedie,
que el culto yel clero tengan.asegurada una y·si·t+iJobierflo nomuestra una granener-
subsistencia independiente ,que -los minis- 'gtia, el PtmsamientotM' la Nacian y susce-
tros de la Iglesia seanconsiderados'comoregaspediránávoz en grito que se renueve
verdaderos ciudadanos, y no como'hombres en 18U ·laobra de.despojo 'Y: de imquidad
sospechoses á quieeessea preciso condenar . consumada por D;;Yictor Saeaen 482.~.7) De-




Escrito en Barcelona en 29" de agosto de 18 ... 4-, y publicado en Ma-
drid el .+ de setiembre del mismo mes.


Sobre el decreto de la .,ulpe...ion
de la tienta del,.s biene. 'del clero
secular gde las monja••


Durante muchos días la prensa de todos
colores se ha ocupado detenidamente del
real decreto en que se suspende la venta de
Jos bienes del clero secular y de las comuni-
dades religiosas de monjas, "hasta que el
gobierno; de acuerdo.con las Cortes ,deter-
mine lo que convenga, .y se aplican los pro-
ductos en' renta de dichos bienes, desde
luego íntegros, al mantenimiento del clero
secular y. de las religiosas. Cuando otras
razones no 10 indicaran, el interés y. calor
con que la prensa ha discutido ·este asunto
bastarian para manifestar su alta importan-
cia. Un periódico defensor de la situacion.
el Tiempo, combatiendo .las. doctrinas'del
nuestro. decía: «Puro entiéndase que'para
nosotros lacuestion de los hienas d~l'clero
es la cuestion del gobierno representative.»
Esto no es verdad, pero sí que podria de-


I cirse que la cuestionde los bienes del clero
es la cuestion del sistema revolucionario.
Tal es 'su trascendencia religiosa, social,
política y económica, de tal modo luchan en
ella la religion con la impiedad, la justicia'
con la injusticia; el vigor gubernativo' y el
orden rentístico con la anarquía y ladila-
pidacion , que por conocimiento y .hasta por


I i~stinto todos.echamos de ver que la cue~­
non de los bienes del clero'esueaespecie
de barómetro para determiaarcon exactitud


- 3-t2-
jamos á laepnsídésaoion de nuestros Iecto- hres.de la-situacioa, contra todo lo que no
re~ si .es DIl1JY';~eJÍerOl'o eleseitar aJ, gobierno sea el sistema de loshombres del progreso?
'.qué. mues.tre;~qranumergía, mayormente ¿Y qué caso ha hecho-la nacion , quéimpor-
cuando otro periódico contra el cualelmis- tancia daá lafalseéad, qué mérito hace de
IDQ,Ofoóo,habiaescitado tamhien la energía exageracíones.desmedidas , cómo correspon-
dcl :gobierno,; noolvidando ya entonces al de á-los clamores irritantes'? Atendiendo á los
Pe:fl,samientode la Neeio»; acaba.de sufrir hechos, y juzgando á los hoinbtes~' á las
una.multa def40,OOo reales; con ótrosper- cosas.tales como son en sí, y no porla pin-
carees que habrán dejado.mal.parada. ála I tura dejos periódicos: Recuerden: el:Globo
empresa. Esde suponer que el Globo se ha- yel Tiempoque las armasque novalennada
hrá compadecido de la desgracia, pero nos- en manos de sus adversarios, tampoco val-
otros no queremos darle estemotivo.de com- drán en las suyas. "
pasion. '.'


No llevamos máscara, decimosfranoamen-
te lo que pensamos.; y por ciertoque'losar-
tículos que venimos publicando-dé algunos
días á esta parte no adolecen. de achaque de
verganzantes: quizás hayan sido mas esplí-
citos de lu que muchos habrían querido. Y*
propósito de máscara, tal vez consista nues-
tra culpa en que la hemos quitado á otros;
esto nosproponiamos, y creemos haber 10-
grado, el objeto.


Volviendo á lo de reaccionarios, y.abso-
lutistas, y carlistas, le dejamos al.Globoque
nos llame. tales con máscara ó sin ella, por-
que ,á los órganos de los partidos que se
sienten débiles, y que se-vanenflaqueciendo
eada dia mas, es preciso tolerarlesel desaho-
ge.de su indignacien, Pero viva seguro que
á cuantés hayan .leidouuestro periódico-no
UegJ:l¡tá á persuadirles que proclamamos una
.reaccioa. de despojo y de iniquidad; que
aconsejamos un insensatosistema de perse-
.cuci0il y de venganza; que desconocemos
del tod<l: el:t;spíritudelsiglo;quenoquere,.
mosateaden en nadaá la modificacion que la
aceioo del tiempo haintroducidóen las ideas
y en las costumbres. Ahíestan todos los.nú-
.meros :del Pensamiento de la Nacion, en to-
dos 'ellos hay estensos artículos en que .se
examina bajo diferentesaspectos la situación
(le España : por ellos juzgará el público, no
por lo que tan gratuitamente nos atribuyen
el. Globo r el Tiempo. .


La nación española comienza ya á com-
prender lo quevalenciertosgritosde alarma:
algunas palabras de un periódico-no bastan
para.infundir espanto; y por mas. que el Glo-
,Ix¡' se empeñe en persuadir que tras del Pen-
samiento de la NaC'ion está asomando la ca~
heza, una reaccion formidable, no lo hará
creer,i. nadie. ¿Qué 'no han dicho, qué no
\tstan· .diciendo cada dia los periódicos pro-
pesistll1f':contra el gobierno, contra loshom-




- 813-
el estado de la atmósfera política, En ella se I actual está decidido á impedir la devohicion
descubrenlas doctrinas y las intenciones de de los bienes vendidos del clero secular !
los hombres y de los partidos, los sistemas y de las monjas bajo cualquiera condicion y
las tendencias de los gobiernos. en cualquier supuesto; y es preciso además


No somos nosotros de los que no quieren no perder de vista, qué al hacer el señor
recibir de sus adversarios políticos ni aun el ministro de Hacienda la declaracion espresa-
bien quemas desean, y que ansiando el des- da no habla ya en nombre propio sino en
crédito de estos, sienten un verdadero pesar nombre del gobierno, lo que deja fuera de
cuando los ven cejar un paso en el camino duda que estan de acuerdo con el Sr. Mon
del mal; muy al contrario, nos hemos ale- todos sus compañeros de ministerio.
gradosinceramente de la publicacion del es- Vamos á entrar francamente en la cues-
presado decreto, y á pesar de lo mucho que tion, advirtiendo de antemano que daremos
sobre él, y muy particularmente sobre la escasa importancia á los títulos de reaccio--
esposieion que le precede, tenemos que de- nario, de retrógrado y hasta de revolucio-
cir , creemos que la medida es un bien, que narioconque se nosquiera favorecer. Toda-
se ha dado un paso de no escasa trascen- viareeordamos lo que se decía del Sr. Mon
denbia contra la revolucion , y que esta al y del Sr. Pidal en los.Córtes de 1840, cuan-
clamar, al enfurecerse, no ha obedecido úni- dodefendian las propiedades del clerosecu-
camente al pruritode hacerla oposicional lar, y condenaban la abolicion del diezmo;
gobierno .actual , sino que en realidad se ha todavia recordamos , ya que un periódico de
sentido herida. Quela intenciondel ministé- la'situacion nos ha llamadohasta revolucio-
rio haya sido o noel darle esa herida poco narios , que ea las Córtes de 1838 el Sr. Pi-
importa ; hay hechos que entrañanuna fuer- dal se vioohligadoádefenderse de un ataque
zapropia , independiente de la voluntad de del Sr. Madoz ,en que este le achacaba' que
los hombres. sus doctrinas eran anárquicas y revolueio-


Ni el decreto ni la esposicion nos han SOl·...., narías; mas todavia, cuando se hagan alu-
pren¡lido: estábamos seguros de que no se siones á la clase á que nos honramos de
baria mas, pero hubiéramos deseado que el pertenecer, cuando se quiera echar sobre
señor ministro de Hacienda huhieraandado nuestras doctrinas el descrédito y ridiculi-
mascautoen la esposicion , que huhiera te- zarJas por ser de un eclesiástico, observa-
nido mas cuenta de las doctrinas en otros remos que en las mismas Cortes de 1838
tiempos tansostenidas por él y uno de sus I el Sr. Olózaga intentó lo mismo contra el
compañeros de ministerio el Sr. D. Pedro Sr. Pidal , actual ministro, de la Goberna-
José Pidal en las Córtes de ,1838 y 184,0. cioni echándole en cara que sostenía los
Díccnos el seiíor ministro de Hacienda que á principios de un célebre abate. Después de
la realizacion del proyecto de suspension de haber 'contestado el Sr. Pidalcumplidamente
laventa.de los bienesdel clerosecular y de al Sr. Olózaga , y de haberle probado de
las!'10njas se oponían dos dificultades, cuya una manera irrefragableque ~o eran solos
gravedad. nose le ocultaba, el temor de in- los abates los defensores del diezmo , le de-
fundir el mas mínimo recelo á losposeedores cía irónicamente: «Con que ya verá el se-
de.Ios bienes que la nacion ha enagenado, ñor Olózaga CÓmo, va creciendo el número
y el ,de perjudicar á losacreedores del Esta- de abates que sustentan lo mismo que ~'d
do ,disminuyendo el fondo destinado a la sustento.. .,', '
amorsieacion de sus créditos. Por loque toca Al hacer estos recuerdos debemos protes-
á lo pritnero ,asegura el Sr. Mon que el tal' que.no es nuestro ánimo-herir á personas
gobiernÓ"d'e S.'M. esta detididó'y con vo- qpe apreciames y respetamos como mere-
Juntad firme y resuelta á respetaryhacerque cen, pero ya que cqJ), tan- 'negros colores se
todos respeten 1 como de todo puntornviola- quieren pintar nuestras doctrinas, creemos
bles, las propiedades adquiridasproceden- que eS'UIia', defensa muy legítima y muy
tes de Jos'hicncs del-clero regular y secú.ra'~ süave.el ~x¡gir de los hombres y de los
que han sido enagenados en estos' últimos partidos que tengan memoria. Cuando es-
años con arreglo á las leyes que en ellos cribimos no nos tomamos jamás la libertad
mismos se dieron., .' de desfigurar las doctrinas agenas, pero


En estepasage se declara de la manera. tamhienprocuramos no olvidarlas; y quere-
mas esplícita y solemne, que el gobierno mos que la nacion... , comparando los hechos


.18




seedor comparaüvamenta al caso de un parttulat..
Tiene por Iq tanto que modificarse la propiedad, Y,j1il
se ha hecho, no en su perjuicio sino eri suap.¿YOj
porque la existencia d'e UO,I corporacion uoes tao
pasajera y fugaz como la del hombre sobre la tierra,
y de ahí proceden las modificaciones que Se han he-
cho en el derecho de la propiedad,


"DiJOel otro dia el Sr: Tejada en su cscelénte dis-
curso, que hahia una diferencia entre la propiedad
de Ios partleulares }' la de las corporaciones. Esta
diferencia es exactisima. Las corporaciones pueden
dejar de existir, puede destruirlas la ley: y como
cuerpo moral, cII)'a existencia puede desaparecer
por la ley, el Estado entonces, de una manel'3legal
y legítima, adquiere sus propiedades, Este es un
prlucipío cierto: pero el Sr. Tejada enel ímpetu de
su vehemente íurprovisarion , olvidó una reflexíoa
importantísima que se deriva de su mismo principio:
no es menester sino dar un paso mas allá. ,


"Cuando las corporaciones son de tal naturaleza
que no tienen mas existencia que la que les da la
ley, entonces es claro qlle si la ley les priva de su.
existencb perecen, y en el mero hecho de perecer
las hereda el Estado. Esto es' evidente, Asi , pues,
una vez abolida una coruoraelon , por ejemplo, la
suprcsíou de los jesuitas, el SI'. D. Cárlos I\len uso
del derecho de su potestad pudo decir: «A la na-
cion 110 conviene est:i sociedad;" y entonces legítí-
-mamente lodos los bienes los adquirió la nacion: asi,
por ejemplo, estingnidas las órdenes regulares (sin
que JO entre á hacer la apología ni la censura del
modo y forma como se suprimieron }, claro es que
la nacían adquirió legililmmellle sus bienes. y ha
podido traspasarlos ~ los acreedores del Estado, cu-
yo. titules yo respeto.


"Señores: ¿no se ve ya presentarse una reftexiou
de gravisíma cueuta? ¿ Es por ventura el clero
una corporacion pendiente de lá ley civil? ¿ Es una
corporaelou que' puede desaparecer, quc puede es-
tlnguirse por el voto de los íegjsladores? •.• No; y
esta circunstancia es particular, única tal vez, La
existencia del clero uo está anuestra merced; á tan-
to uo alcanzan nuestras facultades: en el mero hecho
de que la Constltncion del Estado, la ley fundamental
estaolece el principio de la necesidad de mantener el
culto y el cleru; en el mero hecho di, que justísima-
ment-ha asentado la religión como la piedra angular
del Milicia social; en el mero hechode que laConsti-
tucíou ha consagrado el principio de la religion cató-
lica , la nacion española '110 puede quedar sin culto y
sin ministros del suntuario. El clero, pues, no es una
corporacion qne puede estinguirse corno los jesuitas
y los regulares; está fuera del alcance de las leyes su
exis tencia.


»Asi es, señores, que respecto del derecho del
clero sohre sus bienes hay la propiedad cornun reso-
nocida por las leyes. ú quien estas mismas dan el
derecho de poseer el producto de sus fincas; hay la
propiedad modificada por la índolay naturaleza de
la corporaclon , circuustaucia única de esta corpora-l
cion , que es una iustirueion indestructihle , perpé-
tua , arraigada en la uaciun misma, pues que no
existe meramente en los códigos sino en los corazo-
nes de los españoles. Estos profesan la religion ca_o
tólica : la rehgion necesita culto y el culto minístros;
sin eso no hay religión ni nada. Derivase de aquí,
señores, que si bien la sociedad puede tener el. de-
recho por causa de utilidad pública de privar al c1e-
1'0 de sus propíedades , y soto por causa de utilidad


"No puedo, sin erabarga , dejar de hacer una
reflexíon que me parece ue suma gravedad, y es
que todos los que han hablado han reconocido que
el derecho del clero :í sus tincas , :í. los predios rús-
ticos y urhanos que posee, es una propiedad en todo
el rigor de la palabra, Se ha dudado si merece ese
titulo , y aun se ha negado ese derecho :í la presta-
cion en Irutos al diezmo ; pero respecto á los predios
rústicos y milanos de las fincas que ha adquirido el
clero con titulas los mas logitímos , por los medios
reeonocídos ¡JOr las leyes, por ·Ios eódigos , porla
voluntad de los monarcas , por la aquiescencia de
los puehlos , por todos cuantos medios hay para
asentar la propiedad, esta cucstiou se puede decir
que está decidida ya. Unicamente , señores, que
cuando esta propiedad se contrae al caso especial del
clero sufre algunas cortapisas, que la misma legis-
lacion .civil ha puesto, no en perjuicio del clero
sino por 'Ia diversa iudule ó naturaleza del 1'0-


-"BU -
con laspalabras , , forineeabal juicio de los
hombres y de las-oosas, y decida con cono-
cimiento de'causa'entre nosotros y nuestros
adversarios.


Tocante á 'la devolucion de los bienes
vendidos del clero secular y de las monjas
hay dos cuestiones; la de justicia y la de
conveniencia. Examinaremos brevemente la
una y la otra.. •


Ouestior: de justicia. En esta 'parte no
nos dirigimos á los progresistas: leyes, cá-
nones, usos y costumbres, Y' cuanto sobre
el particular podríamos 'alegar; de nadaser-
virian contra gentes que; afianzadas en el
principio de quela s9'100 'del pueblo, es la
suprema ley, y-aferradas en que esta. salud
es lo que, ellos quieren yuada masque lo
que ellosquieren, están empeñados.eu.ées-
truir todo 10 nntiguo.sin.cuidársemucho del
modo de reemplasarlo; hablamos si can el
gobierno, con el partido que Jo sostiene', ya
que en ellos hay hombres distinguidos por
sus luees , que sostuvieron un dia la causa
de la verdad y de la justicia, arrostrando
tambien los dictados de ¡reaccionarios, de
retrógrados y hasta de ultramontanos. La
cnestion de justicia envuelve otras dos.


•. a ¿Habia derecho para despojar de sus
hienes al clero y á las monjas?


2. a . Si este derecho no existia, el hecho
¿ha venido á crearle?


Por lo que toca á la primera de estas dos
cuestiones otros se encargarán de resolver-
las, otros que por cierto no podrán ser no-


'tados de profesar doctrinas de reaecíony
ultramontanismo. El Sr. Mal'tinez de la Ro-
sa en la sesion del día i 5 dejulio de 1840
decia:




- :H5-
ce ía indemnízacion prévia , porque así 10'
aconseja la razon y 10 mandil la ley del Es-
tado; pero que nuncahay razon para decir:


1


I
«vengantodossus bien.es ,este.n..donde esten
V consistan en 10 que consistaa.. y mucho


I ~nenos cuando la espropiaeion 'se hace COll1()un despojo violento, sin inderenizacion. pré-
I vía.solo con una promesade indemnizarque


nunca se cumple. .
Bastará haber recordado las sesiones de
18~0 ltara que cualquiera pueda informarse


, por sí mismo de que en el Congreso, cuya
1 mayoría era moderada, dominabala opinión
: de que la naci?n no tenia derech:o de apode-


1


1 rarse de los bienes del cl~r?, SICnd~ soste-
nida esta doctrina con solidos y Imllantes
discursos que no deben ser olvidados. Tan
arraigada estaba dicha conviccion,que
puesta á votación la primera parte del artí-
cule-en-que se dispeaia que el clero quedase
con la' posesiónde sus,bienes fue aprobada
por 125 votos contra U.. . . . ..


Si este derecho no exístia , ¿ ha. podidn
crearse con el hecho? A primera ojeadala


! cuestión se presenta estraña y repugnante
1 á la sana moral: tanto es lo que choca con


la razon y con el sentido comun el que un
simple hecho Laste á crear un derecho. Los
principales caudillos del partido moderado
aseguraban en '184·0 que no babia derecho
para privar al clero de sus bienes sin indern-
nizacion prévia , sosteniendo el Sr. Pidal
qne ni aunque precediese la indemnización;
luego en la opinion de los espresados seiuwes
la lév ó decreto en que se haya tomado ó se
tome" semejante d~sposicion no es el ejerciCi()
de un derecho sino el abuso de la fuerza.
una violencia inescusable, y que por tanto-
no puede producir ningun efecto legal por
ser nulo de toda nulidad; luego el hecho no
ha creado el derecho; luego segun la opi~
nion de dichos señOl'es las ventasson.nuiasá
los ojos de la ley, luego-'segun lamismaopi:...
nion el clero no ha.pcrdid.o'-el derecho qv.e á
suspropiedades tenia, lu~gfl4teniéndonosá
la misma autoridad los compradores no han
adquiridoderechoniegunejluego no podrán
quejarse de queseles despoja, y solo pue~
den reclamarque .se les devuelva lo que han
desembolsado. . .


'Estos compradores estaban avisados de
ántemauo : y cuando lo decimos no habla-
mosde los cánones. de tantos concilies inclu-


I so el de Trento , que tan terminante y es-preso está en esta parte; no' hablamos de


Por el notable pasage que acabamos de'
insertar se echa de ver que el Sr. l\Iartinez
de la llosa, quien ciertamente no puede ser
tachado de ultramontanismo, sostenia que
sin indemnizacion previa el clero no podia
ser .privado de sus propiedades, que es-
to sería un despojo, y que tal derecho no
lo tenían ni las Córtes de 1837, ni las
de 184,0, ni ningunas otras; tales son sus
palabras. _ .


.Pasaremos por alto el. notable discurso
del.Sr. Moncuandoen 1~40 defendía el voto
del Sr, Tejadaen favor del diezmo; y para no
estendernos demasiado estractaremos lo que
decia en las mismas Córtesel Sr, Pidal en la
sesion del 17 de junio. Afirmaba que era in-
justo el privaral clero desusbienes , porque
nunca hay derecho para despojar, .no á las
corporaciones pero ni aun á los particulares,
de todos sus bienes, aunque se les ofrezca
indemnizacion: que alguna vez se puede
privar á un particular de una finca ú otra
cosa, cuando lo exige la necesidad y se ha-


flúblic1h nunca puede !meerlo. sin cumplir notes con
Una obligacion cousíguada en la Coustituclon misma,
en un código mas antiguo que todas las Constitucio-
nes del mundo; en los prinCipios eternos de justicia.
Sin indemnizacion prévia no se puede p,.,vr/l" al
clero de sus propiedades, no j sin indemnizadon es
un despojo.


"Asi es , señores, que sin entrar en la eur-stion de
si era ó uo llegado el caso de poneral clere español
Ó aplicarle ta ley de espropiacion furzosa por causa
de utilidad pública, que puede recaer sohre él lo'
mismo. que sobre tos particulares., dehe preceder
siempre la indemnizacíon correspoíldi"ute, Y sin du-
daese fue elobleto de las Córtes eonstituyeutes al
decretar la venta de Jos bienes del 1'11'1'0 secular
en 18:57,dejándola para el año de 1!HO; porque era
preciso empezar parla i.Ieuinizucion IH't',via , y, uo
habla medios en aquel momento de efecluarla, LVi
aquellas Cortes que decretaron la venta de estos
bi~nes por sestas partes , ni estas, ~ti rtitlguna.l
otras pueden disponer de esta propiedad, sm que
preceda la correspondiente inrlemnizacíon.


"Los legisladores actuales han visto que no podía
veriücarse la venta de esos bienes sin grande dañn
del Estado, sin quedar sin dotacion el clero ,y tal
vez sin poderse sostener el cutto ; )' ha~· un principio,
señores, qne \.lO sepuede desatender nunca. el de
indemnizacion prévía y competente•.


..No he hecho más que apuntar estas ideas, por-
• que conviene que se asienten tales como son; y al


mismo tiempo. que se deje toda la amplitud y an-
chura á las fucultades de los legisladores , que se
les recuerde que estas mismas facultades tienen un
limite en la Constitución MI Estado, en los princi-
pios mas antiguos que las decretnles de los Pontill-
ces y que los decretos de los reyes, porque estan
grabrrdos por la mano de Dios en el corazon de los
hambresD .




¿Qué mas? El Sr. Mendizaba}, el mismo
Sr. Mendizabal reconocía la verdad del
principio, pues que en la sesion del 15de
junio de 1840 afirmaba que las Córtescons-
tituyentes que decretaron la incorporación
de los bienes del clero al.Erario, aplazaron
su enagcnacion para el .año 1840, dejando
aquel espacio de tres años,paraque dentrode
él se decretase lo conveniente á indemnizar
al clero de la parte de propiedad de que se
iba á disponer en favor de la nacion. EI.mis,-
mo Sr. Mendizabal confesaba que ya que en
el año 40 no se habia podido realizar la in-
demnizacion, era justo que la enagenacion
no comenzase hasta el año 42 ó 43 mientras
que se establecia la contribución para dotar
correspondientemente al culto y clero; V
proponiéndose la dificultad de lo que se de:
beria hacer en caso que en el año 43 no se
hubiese podido lograr este objeto, afirmaba
que las Cortes respetarían los derechos del
clero con estas notables palabras. «Se me
dirá, señores, ¿pero y si en estos dos ó tres
años no se llega á dotar al cultoy clero con
todo lo que necesita? Estas mismas Cortes
en otra legislatura ti otras que pueden venir
lo tendrán presente, de la misma manera
que nosotros lo tenemos ahora, y respeta-
rán los derechos adquiridos antes de la ley
de 29 de julio de 1837.» , '


¿Podían darse avisos mas claros, mases-
plícitos de que la venta de los bienes era
injusta? ¿ Quién será capaz de alegar igno-
rancia? ¿ Podrá nadie decir que el clero ha
recibido su indemnizacion ni antes ni des-
pues? La nueva contrihucion llamada del
culto y clero ¿proporciona decentey decoro-
rosa subsistencia al culto v á sus ministros?
No, mil vecesno: elclero lo sabe consus su-
frimientos, las Iglesias lo estandiciendo con
su pobrezay abandono, la nacien to vé y lo
contempla afligida y escandalizada, y el se-
ñor ministro de Hacienda lo reconoce V COIl-
tiesa con una lealtad que le .honreEnla


--..: 3i6 -
los decretos Pontificios, ni de las declaracio-
nes del Papa actual Gregorio XVI; no ha-
blamos de la.·Iey i .a, título i.o del Fuero
Juzgo, donde se lee que «sean siempre fir-
mes los bienes de las Iglesias en poder de
estas o no hablamos de la le'y i. a, título5.o
del Fuero Real, donde se establece el mismo
principio; no de las leyes de la NuevaBeco-
pilacion, ni de la Novísima, donde se reco-
noce y se respeta tan profundamente el pa-
trimonio de la Iglesia; no de la Constitucion
de i 812, que declaró inviolable la propiedad
de todos los ciudadanos; no de la de '1837,
que consignó el mismo principio; hablamos
sí de un artículo de un periódico publicado
despues del pronunciamento de setiembre,
cuando se trató de enagenar las fincas del
clero secular, en d cual se declaró de la
manera mas esplícita y solemne, eu nombre
del partido moderado, que si bien se reco-
nocerian las ventas de los bienes del clero
regular, no se haria lo mismo de los bienes
del clero secular (1); hablamos si.de los elo-
cuentes avisos que en sus discursos dejaron
los oradores de que hemos hablado cuando
decían en alta TOZ con tan profunda eonvic-
cion, que el privar al clero de sus bienes
era una injusticia, un despojo.


(1) El periódico de que hablamos es el Correo
Nacional en Sil número de 2:) de julio de 1811.


"Para los que crean que el tiempo no amenaza el
poder ni la obra de los hombres del oía , nada deben
significar nuestras palabras, Mas á los que 110 vivan
en la confianza de que el reiuado de la víulenta , in-
tolerante y dominadora minoría que avasalla á la 1]3-
cio no ha de ser eterno, á esos debemos advertir, I
que el partido eonservadoe , si llega corriendo el '
tiempo al poder, al paso que procurará nacer' reco-
nocer y legalizar 1'01' la córte <le Roma la enngena-
cíon de los bienes de los regulares , JAMAS RECO-
NOCERÁ NI SANCIO~ABA EL Dl::SPOJO DEL PA·
TRIMONIO DE LAS CATEDRALES, COLEGIATAS Y
I'ARROQUIAS DEL REINO; NUNCA MIRAUA COMO
UN HECHO CONS.UMADO, UIIacto de ira , de rencor,
de \'ellgan~, como etquese "a :í cometer; 00 se cree-
rá ligado por NlNGUN Mm'AMIENTO á respetar lo
que ahora DECLARA en la forma gue puede ,ilegal,
espoliador, marcado con el sello de la mas dura y
evidente usurpación y despojo. CO\l lo completo <le su actual triunfo. No han ido tan


"TI\NGAN,SELO PUES POR DICHO los que de hue- allá como Crourwel ní la Couvencíon , y á la revolu-
na fe, y guiados por el ejemplo de lo pasado, piensen ciun Inglesa siguió la restauraclou de CAnLOS ll,.y
que los intereses que comprometan en la compra de á la de Francia una época de nrudeure reparacion ,
bienes de las catedrales y demas iglesias tendrán la justa tolerancia, que aun subsiste ~ pesar de la revo-
misma garanHa que los lnverttdos "n adquisiciones Iucion de julio.
de bienes r"gulares. Ó IlE.lARÁ DE SER POSIBLE "El delirio, pues, do ,losque hoy mandan 1)0 do;
QUE UN GOBIER.~IO ~IONA.IIQUlf:O VUELVA A.RE- [[ be arrasirur á ,la r..nasa de 1111('511'(" c.onci.lldi)(lauo.s,
GIR ENES~A~A, Ó LA INIQUIDAD QUE SE INTEN- ni hacerlos CmJPLlCES DE UN DESPOJO de qu~
fA TENORA SU DEBIDA REPARACION. mas tarde () lilas IplJlprauo Tl<~NDRIAN QUR RES-


.Y q"~ no se engrían los hombres de setiembre PONDER CON IJAl\ODE SUS INTERESES.» ;.




- 817-
citada esposlcion á S. M. dice: (cAl. esta- orígen se pierde en la .oscuridad de Jossi-
blecer los medios actuales 'Con. que 'se ha glos? Hay aquí un trastorno de ideas que
querido atender á tan preferente objeto, no se concibe, pues mejor se hubiera dicho
fueron va muy fáciles de prever las diticul- asegurando que no se.queria por este medio
tades iñsuperables'que se opondrian á la hacer estable la sociedad sino hacerla móvil,
ejecucion de semejanteley; pero la esperien- fluctuante, ofreciendo cebo á todas las pa-
cia havenido á demostrar que aquellas difi- siones en contra de los intereses mas.legtti-
cultades eran aun mucho mayores de lo que mos y sagrados. Asi como se han vendido
se hahia previsto. Asi es, que por mas celo los bienes del clero secular, pudierasuoe-
que han desplegado los ministros de V. M. der , como ha sucedido en otros paises, que
hasta el presente, la imposicion conocida se vendieran los de muchos particulares; y


. con el nombre de culto v clero ha sido in- entonces si los amigos del Sr. Mon que an-
fructuosa en algunas partes , en otras se ha duvieron perseguidos y emigrados despues


• resistido su ejecucion, y en muchas los cla- del pronunciamiento de setiembre hubiesen
mores del clero han venido á aumentar los sufrido este despojo, ¿tambien les.hubiera
apuros del Tesoro público y á afligir el lÍni- contestado' que no se les podian devolverlos
mo de V, 11'[.» bienes porque la estabilidad es la primera


J. Qué se contesta á hechos semejantes? necesidad de los pueblos'?
l.Cómo se rechaza una doctrina apoyada en Si se tratase de ventas cuya fecha fuese
las mismas palabras de 105 que la impug- va de 15 ó 20 años atrás, entonces habria
nan '?¿, Puede llevarse á mas alto punto la mas dificultades para la devolucion ,en-
demostración de la injusticia cometida y tonces sería menos estraño que se em7""
de la justicia de .la reparacion que se re- please la palabraestabitidad; peruahera,
clama? Estamos seguros que los hombresde I cuando muchas de estas ventas acaban de
quienes hemos hablado no serán capaces de I hacerse, cuando muchos de los comprado-
abjurar sus principios, y que son demasiado 11 res no han desembolsado mas que peque-
leales para defender hoy lo que condenaron ñas cantidades, cuando la misma deseen-
ayer; estamos seguros de que en su interior [' fianza que acompañaba lacompra debe haber
convendrán con nosotros en que en el tribu- hecho que el compradorno haya comprome-
nal de la justicia la causa está fallada, qUJ tido en ella notables intereses, ¿qué incon-
no es ni ha podido ser dudosa. Mas diremos, I venientes puede haber en la devolución? Es
por lo tocante á este punto la esposicion del negocio de arreglar unas cuentas y nada
señor ministro de Hacienda nos ha parecido 11' mas,
redactada con mucbo liento: el Sr. Mon yel I Añade el señor ministroque «esta medida
Sr. Pida! no podían olvidar sus doctrinas I quizás contribuya á disipar ,infundadas prJ'l-
con respecto á este particular; y asi es que 1I venciones, que nada puede ya justificar, ..~
si bien se observa, la esposicion, al paso '1 discernir y deslindar cuestiones que ni tie-


.que manifiesta la voluntad firme y resuelta 11
1


nen ni deben tener entre sí ninguna deN.11.-
del gobierno de respetar y hacer que todos i dencia ni enlace ,yen fin, á aproximar.el
respeten las propiedades adquiridas por di- 1) tiempo en que la Iglesia española vuelva-al
chas veutas, esquiva'siempre la cuestion de ' estado ordinario de sus relaciones naturales,
justicia.y s~ atiene úni?amente á razonesde I sin menoscabo de los incues~ionables dere-
convenrencra ; no se usa la palabra dere- . chos de S. M.yde las regalías de la .eoro-
cho, se trata-únicamente de hechos que en na.» Mucho dudamos .que,se,.c,umplan, las
concepto del ministerio conviene respetar. lisonjeras esperanzas ~ekrn·inis~ro~. el de-


¿y es verdad que sea conveniente no de- creto por sí solo hubiera podido,dejar en. in-
volver los bienes vendidosal clero? «La es,. certidumbre sobre las intencionesulteriores,
tabilídad , dice el Sr. Mon, es la primera hubiérase .podid~ creer que el gobierno ba~
necesidad de los pueblos.» Nosotros creía- cía todo lo que .podiapor ahora; encornen-
mos que la primera necesidad de lospueblos dando lo demas á la prudencia y al tiempo;
no era la estabilidad sino la justicia: y creía- pero la esposicionque le precede ha venido
mos además que sin justicia era imposible á quitar toda. esperanza; en ella se sanciona
la estabilidad. ¡,Cómo es posible qne se nos del modo mas solemne la obra de la revolu-
hable de estabilidad en defen~a de intereses I c!on; en ella se ~eclaran de t?~O punto in-
que se crearon ayer contra intereses cuyo P violables.las propiedades adquiridas de nue-




- lU8 --'-
vo, procedentes 'de los bienes del clero dosa slquiera, aunateniéndonos ú~i(Jantenre
secular y regular; en ella se consigna qué á la autoridad de losmismosá,quienesestll...!
la hipoteca ni se distrae ni se enagena con mos impugnando,y examinada en el terre-
esta medida; y preciso es confesar que' se- no de la conveniencia pública, tambien es
mejante conjunto, lejos de contribuir á disi- mas claro que la luz del dia no ser mas que
par infundadas prevenciones que nada puede vanos 'fantasmas los obstáculos y peligros
ya jtlstificar, quizás, quizás contribuya á con que se quiere intimidar al gobierno.
justificar fundadas prevenciones que nada Se nos habla de intereses creados, de de-
puede ya disipar. rechos adquiridos, y esto nos recuerda que


Ya hemosvisto en algun periódico emiti- los mismos mismísimos argumentos objetaba
da la idea de que tal vez podria ser conve- el seflor Mendizabal á los moderados en18q.O,
niente devolver al clero los bienes no vendí- y recordamos tambien que el señor Pidalle
dos, si esta devolucion hubiese de contribuir contestaba briosamente: «Si el seiiorMen-
á sancionar y asegurar las ventas hechas dizabalcree que se debe atender á los inte-
hasta ahora; ¿podria ser esta la intencion reses de las familias interesadas en el cré-
del señor ministro de' Hacienda'? Nos asbten- dito, tambien debe tener presente que no
dremos de afirmarlo ; pero si asi fuere, si se podemos desentendernos de los derechos y
quisiese tener suspenso al clero y al Papa la justicia que asiste á otras clases benemé-
corno diciéndoles: «Si aprobáis lo hecho ritas, como son el clero, las religiosas, los
hasta ahora, devuelvo lo que queda por esclaustrados, yesos partícipes legos á
vender; si os empeñáis en sostener vuestro quienes se quiere privar de loque justamen-
derechoacabo de venderlo todo: ó en otros te les corresponde porque lo heredaron de
términos, ó me das lo que me he tomado, ó sus antepasados.»
me tomo lorestante:» si asifuere, repetimos, Pero dejad á un lado, se nos dirá, las ra-
no acertarémos.á calificar semejante proce- zonesde justicia; dejad á un lado la mayor
del': á la ilustracion y honradez del señor ó menor exasperacion que una medida se-
ministro de Hacienda corresponde apreciar mejante podriaproducir en el ánimo de los
como merece tal conducta. I unos, y la gratitud y benevolencia que po-


Una de las razones de conveniencia pú- : dria inspirar á los otros; dejadlo todo á un
blica que se suelen alegar en contra de la lado, aquí hay una consideracion grave,
devolueion de los bienes del clero es que trascendental, que debe anteponerse á las
deshaciendo las ventas se crearia el gobierno demás. "La cuestion de los bienes del clero,
gran número de enemigos; mas nosotros como ha dicho el Tiempo, es la cuestion del
sostenemos que estos son nada en compara- gobierno representativo (número del 31 de
cion de los amigos que se atraería. Por de julio). En las contínuas sacudidas á que un
pronto se conciliaria la amistad de todo el sistema reciente de gobierno está espuesto,
clero, y esta amistadno es de escasa impor- so-lo la creacion de grandes intereses mate-
tancia, sobre todo en España; se concilia- riales v políticos pueden sostenerle..... los
ría la buena voluntad de todos los adictos al ! bienes'del cleroson losmayores intereses en
clero, y estos en España son muy numero- quedescansael sistemaconstitucional (núme-
sos; se conciliaria la buena voluntad de los ro del 17 de agosto).» ¡Qué eonfesion! ¿Lo
pueblos, que miran de malojo esas fortunas habéis oido, pueblos? ¿llabeis oído á qué se
improvisadas á tan poca costa, cuando ellos reduce el sistema constitucional y el sistema
para ganar el pan de sus hijos tienen que representativo, tales como lo entienden esos
regar los surcos de la tierra con el sudor de hombres que acusan el Pensamiento de la
su rostro; de los pueblos que miran escan- N ocio« de atraer sobre España una reaccian
dalizados el triunfo de la injusticia y de la espantosa? ¿Lo habéis oido? Para ellos la
dilapidacion, y que viendoinaugurar el rei- cuestión de los bienes del clero es la cues-
nadodel orden y de la justicia, abrigarian tion del gobierno representativo; para ellos
alguna esperanza de que se los aliviase los intereses del sistema constitucional, se
algun tanto la pesada carga de la nueva confunden con los intereses de los compra-
contrihucion, tan gravosa para ellos como dores de losbienes del clero; ved, pues, si
inútil para el culto y clero, esos intereses son los vuestros, ved si sois


Resulta, pues, que colocada la cuestión 11 vosotros losque habeis ganado con la venta
en el terreno de la justicia no puede ser du- ~ de esos bienes, y ved en consecuencia si es




--.........~.-;;>-i''''...~~-.---


Ojeadallobre ta lIi1uaciou, IIU. cau~
lIall y porvenir.
~


Ha sido desgraciada España en no apro-
vechar las numerosascoyunturas que se han
ofrecido para establecer un órden de cosas
regular y duradero, con el cualestuviésemos
á cubierto de las revoluciones y reacciones
que de muchos años acá desgarran las en-
trañas de este país desventurado. En 1814
no compreD;dió el;rey los inte~esl1s del tr?~o
y de la nacion, dandose lugar con una serie
de desaciertos al trastorno de 1820 : los
constitucionales por su parte hicieron,todos
los esfuerzos posibles para encender la dis-
cordia y aumentar el desórden ; y cuando la
rcstauracion de 1823 debia manifestar que
no había olvidado las lecciones de una fu-
nesta esperiencia , se mostró tarnhien muy
distante de aquella cordura V prevision que
las circunstancias reclamaban. El curso de
algunos aflosvino á corregir los errores,
creando una situacion que segun todas las
aparienciashubiera sido muy estable á no
sobrevenirprimero la enfermedady después
la muerte del rey: acontecimientos aciagos
que desencadenaron sobre la España lahor-.
rihle tempestad cuyo término aun no se di-
visa. Desde aquella época se ha~riapodid(),
dudar muchas veces si los hombres infl~.
yentes en los grandes negocios <tel Estado
se hallaban en su sano juicio, si desgracia-,
damente la historia y la esperiencia no nos
enseñaran que en tiempos agitadosyrevuel-
tos las pasiones y los intereses le,vant;In una
espesa polvareda, bastante. á cegar los en-
tendimientos mas.claros. .


Era deesperar .que despues de tan largos
sufrimientos, de~puesde los peligros que-ha
,corrido el trono, sobrejodo desde el pronun-
ciamiento desetiembre, el desengaño había
de ser completo, comprendiéndose cuálcs.
son las verdaderas necesidades del pais y IO¡J
medios mas á propósito para satisfacerlas;
parecia que los hombres sinceramente ene -


~ 3i9-
el Pen,~a~¡iento de la, NaGion quien defiende 11 huiríamos. del ruinoso edificio creyendo que
vuestrosintereses, o aquellos.para quienes I resuenan en sus concavidades aquellas fatí-
el int~rés, de España es el, interés ~elsi~tema • dicaspalabras: Los dioses se van de aquí....
constitucional, y para quienes el mteres del . .
sistema constitucional es el interés de los
compradores de los bienes del clero: contad
entre vosotros cuantos son los compradores
de bienes del clero, y juzgad si ellos son
la mayoría, ó si no son mas que un número
ínsigniticante,y decidid entonces quién tie-
ne consigo la mayoría de los españoles, si i Escrito en Barcelona el 8 de setiembre de 1844 ypublicado en
el Pensamiento de la Necio» ó sus adver- Madrid el 11 del miento me'.
sarios,


No, no puede admitir estas doctrinas la
mayoría del partido moderado; porque esa
inmensa mayoría no ha comprado bienes del
clero, ni ha medrado en las revueltas, ni
sacado mas provecho (¡ue perder grandes
intereses, costándole ciertamentebien caras
las ilusiones que un diahubiera abrigado:
no, esa inmensa mayoría no querrá arros-
trar la responsabilidad de que sus doctrinas
y sistemas se confunden conlosintereses de
unos pocos; intereses adquiridos en fuerza
de actos que lo mas selecto del espresado
partido calJlicó en época IllUY reciente de
injusticia y despojo.


¡Tristecausa la que no pudiera sostenerse
sino por semejantes medios! Aqui estaria la
demostracion mas convincente de que no
tiene á su favor el derecho, pues que no
puede sostenersesino conelhecho ; de que
está contraellala inmensa mayoría de la na.,
cion, pues que para resistirla ha menester
mendigar el apoyo de unos pocos, ase-
gurándoles pingües fortunas! ¡Tristesiste-
mael que no puede sacar su vida de grandes
principios, de intereses.legítimos , de insti-
tuciones respetables, de la opinion y buena
voluntad de los pueblos! [Triste sistemaque
necesitára.busear puntales como esos ha-
cléndolosestrihar en lainjusticia!Si nos cu-
piese la desgracia de: que la fuerza de la
verdad nos arrancase una confesion seme-
jante, no-. nos detendríamos á impugnar á
nuestros adversarios , .no nos atreveríamos á
consignar en nuestrosescritos que «el par-
tido absolutista se ha presentado tambien
con una frescura que pasma á defender sus
doctrinas ;» muy al contrario, huiríamos del
ruinoso edifício , pareceríanos que iba á
desplomarse sobre nuestras cabezas desde el
momento que hubiésemos reconocido que
sus; apoyos principales son, no la verdad y
a justicia, sinoalgunos intereses materiales;




- S2i) ~
migos de la revoluolon , como lo dejaba su.... 1 situacion tan tritlca ! espinosa era necesario
poner el que en otro tiempo la habían con- I un pensamiento fijo que sirviese de bandera
denadocon todas sus fuerzas y presentádola '1 á todos los hombres honrados, ¿ Dónde está
á los ojos del público con los masnegros co- ese pensamiento? "Qué ha dicho el ministe-
lores asi en la tribuna como en la prensa, ¡: rio á la nacion'? En un pais trabajado pOI'
tomarian decididamente el partido de aho- 1: tanta discordia, por tan dilatada cadena de
garhrde una vez, ya que la oportunidad los 11 trastornos y desastres 1 convocar unas cortes
brindaba tan cumplidamente. Por desgracia 11 para reformar la Constitucion del Estado, es
no ha sucedido asi; y después de un año de l' decir , unas cortes constituyentes, yesto sin
incertidumbre y de revueltas la nacion no 11 determinar cuál era la reforma que se debía
ha podido conseguir todavía el resultadoque i hacer, con: vagas indicaciones que dejasen á
esperaba de su levantamiento contra Espar- ¡] los partidos ancho campo para esperar el
tero.. Con vanas esp.e~'anz~s de e;obernar por 1; triun,fo de SI~S respectivos principio~, es P(}-o
medio de unacoalicion imposible , con un I ner a la nacion al borde de un abismo j es
sistema escepcional provocado por los suce-I amontonar combustibles para una de esas
sos de Alicante y Cartagena, con una larga conflagraciones de que ha sido víctima tantas
crisis ministerial, efecto del desacuerdo en- I veces,
tre el marqués de Viluma y sus colegas', y 11 Es imposible que haya concierto , que ha-
portineon la última temporada trascurrida 11 ya unidad, cuando no se sabe á punto fijo
desde la convocacion de cortes constituyen- 1I lo que se ha hacer: los pueblos como 10s
tes ó reformadoras, se ha dejadopasar nada I individuos tienen mucho adelantado cuando
menos que un año sin resolver ninguna de I ven cl punto á que han de dirigir sus pasos,
las grandes cuestiones quc la revolución ha i cuando se les marca el sendero que han de
dejadopendientes.En vano lamentablestras- I seguir, y los que han de servir de guia se
tornos han venido amonestando sobre el pe- ji colocan delante, Nada de esto se ha hecho:
Jigro de continuar en semejante cstado; en Ii se ha hablado de reformar la Oonstitueion;
vano la zozobra del público Ylas noticias de I[ y el pais, que tenia derecho á esperar ele-
nuevas conspiraciones han indicado quc nos I1 vados pensamientos de gobierno. ha oido
halláha.mos sobre elc.rát~r.d.e un volean i en !¡I¡laS ll.alabrasdeft~xibil.idad, de ín~oledel sis-
vano todos los hombres JUICIOSOS y prevrso- tema representativoy otras semejantes, que
res han clamado para que saliéramos de una mas bien le habrán parecido manzana de
situacion tan angustiosa y arriesgada: los' nuevas discordias que el término de ellas.
que podian salvar el país no han alcanzado Tocante á las demas cuestiones, ni una sola
á conocer ,el verdadero camino. Y á ceguera se ha resuelto satisfactoriamente; siendo no-
debe atribuirse mas bien que á espreso de- table que el decreto sobre la suspension de
signio, dado que si la naciónhubiesede pa-¡I los bienes del clero secular, medida que en


. Sal' por nue.vos trast?rI,IOS, ellos fueran sin concepto del ministerio dehia pro~lucir.los re~
duda .Ias. PrIme.ras víctimas de la venganza l' sultados mas halagü.eños, ha disgustado a
revolucionaria. Como quiera, lociertoes que I todos loshombres sinceramente religiosos y
las circunstanoias estan muy lejos de pre- ] enemigos de la injusticia revolucionaria, tan
sentarse sa.tisfactorias; la.diferencia y varie-¡Iisonjeada en la esposicion del ministro; ha
dad de opiniones es cada dia mayor; la di- irritado á la revolucion, que ha temido no se
vision de los ánimos se va haciendo mas I le arrebatase su presa, siendo insuficiente á
profunda; el encono de los partidosse mues- I calmar la inquietud y ansiedad de los com-
tra cada dia mas alarmante; la inquietud y pradores que no ignoran cuánta es en Espa-
la zozobra se aumentan; y fluctuando loses- I ña la instabilidad ministerial, y cuán poco
píritus en medio de esa incertidumbre que i valen lasprotestas y lavoluntad de un minis-
no se ha' querido quitar ni aun disminuir, I terio aun cuando sea firme y decidida.
no hay temorespor exagerados que sean que I De esa incertidumbre, de esa vacilacion
no puedan tener su fundamento, no hay cs- i de que ha adolecido el sistema del gobierno,
peranzas, aun las mas insensatas y crimina- 11 ha participado la nacion entera; bastando
les, que no puedan campear, enardeciendo 11 para convencerse de ello el aspecto que han
las .maI3.sp.a.sion~s. y pon~en.do en inminente ~ presentado las el.ecciones, no obstante el.n.o
peligro la tranquilidadpública. haber comparecido en la arena el partido


No se ha querido comprenderque en una progresista. En otras épocas, si no hahia




-~f -
verdadera unidad de pensamientos encabe- I ocasion muy oportuna de salvar al pais, v de
zábanse los programas con ciertos nombres I que sin necesidad de ninguna clase se'han
que, aunque por locomun encerraban mas I dado rodeos peligrosos, queriendo evitar
apariencia que realidad, servian no obstante quizás el llegar á un puntoal que por preci-
de bandera, facilitaban la reunion de los sionse habrá de llegar. Han creido algunos
hombres de unas mismas opiniones y la tran- que se formulaba un sistema de gobierno
saccion entre los que las profesaban diferen- con decir (mi los progresistas ni los absolu-
tes; pero ahora cada cual ha andado por su I tistas;» pero si bien. se mira, este no es
camino: quién ha creido que la reforma de I mas que un pensannento negatrvo , y de
la Constitucion había de dejar intacta su pensamientos negativos no vive la sociedad.
esencia; quién ha opinado que la variación I No basta saber loque no se quiere, es nece-
habia de ser profunda; quién se ha persua- I sario saber lo que se quiere.
dido que las próximas Cortes eran llamadas I Se nos dirá que loque se quiere es orden;
á inaugurar una época enteramente nueva; pero este órden , ¿cómo se afianza? Todos
quién se ha imaginado que solo eran convo- los gobiernos, inclusos los revolucionarios,
cadas para consolidar loexistente y asegurar inculcanla necesidad del órden , porque sin
como suele decirse la situación. él no hay obediencia, y el que manda desea


Aun entre los mismos partidarios del go- ser obedecido: la diferencia entre los gohier-
hierno, v que hacen franca profesión de ser nosdignos de este nombre y los revolucio-
sus defensores, se ha notado la misma indc- narios consiste en que estos mantienen una
cision, la misma incertidumbre: unos quie- sorda agitacion en la sociedad para levantar
ren ir un poco mas allá, otros quedarse mas cuando les convenga una tempestad que
acá; por manera, que aun cuando suponga- abrume á susenemigos, al pasoque aquellos
mos que el gobierno alcance un triunfo com- procuran conciliar todos los intereses y opi-
pleto, es probable que en el seno de las niones qne caben en 'el círculo de la ley,
Cortes estallará una division tan profunda, calmar la exasperacion de los ánimos, enea-
que no será dable ponerse de acuerdo en donar las pasiones violentas, no proponién-
los puntos mas capitales, sin muchísimo tra- dose únicamente la conservacion del orden
bajo. mientras á ellos les interese, sino haciendo
, Como el gobierno no ha dicho lo que se imposible para mas adelante superturbacion.


proponía hacer y no ha formulado ningun I Este es el camino que debia seguirse, v
sistema, los esfuerzos que hayan hecho asi , para elloeranecesario resolver de una vez fa
él corno sus partidarios para alcanzar el I cuestion política, y preparar con medidas
triunfo electoral, habrán debido limitarse á atinadas y reparadoras la solucion de la reli-
indicaciones relativas á personas; y esto, al giosa. Aun cuando no se hubiese logrado
paso que coarta en cierto modo la libertad otro efecto que ahorrarle ala nacion esa in-
de los electores, daña no pocas veces á la I .certidumbre y zozobra en que ha vivido y
misma causaque se trata de defender. Cada está viviendo, y el proporcionar al gobierno
provincia tiene sus miras, sus afecciones, el tiempo y sosiego que ha menester para
sus pasiones, sus intereses, y no es fácil reorganizar la administracion y la Hacienda.
que al designarse los candidatos se proceda ya era de mucha importancia el resultado;
con el conocimiento y tino necesarios para ¿qué será , pues, si consideramos que no so-
no herir la susceptibilidad de muchos elec- lo no se ha obtenido esto, sinoque se han
tores; cuando por el contrario si las escita- multiplicado los peligros hasta un punto en
ciones que se les dirigen se refieren única- que no es posible pensar sin que el corazon
mente á la salvacion de un sistema el cual se contriste? Mucho dudamos de que á la
saben en qué consiste, y se tiene la reserva \ vista de las fatales consecuencias que ha
convenientepara no entrometerse demasiado traido el actual sistemano se·hayan arrep.en-
en la cuestion personal, el pais forma mejor tido mas de una vez los gobernantesde ha-
concepto del gobierno y del partido que an- herle: seguido; y mucho tememos que las
hela el triunfo, porque se oculta en cuanto lecciones que en breve tiempo van á recibir
cabe el interés de las personas y se mani- les hagan "Volver 105 ojos hácia el punto en
fiesta únicamente el de las cosas. que tornaron la escabrosa senda, cuando les


Cada dia se va robusteciendo nuestra con- era tan fácil entrar en un camino llano y
viecion de que se ha desaprovechado una desembarazado.


59




- 32~ --
Entre 105 partidarins de la situacion y los tad. Bajoel aspecto político, pues, la enes-


del sistema que se atrihuia al marqués de tion estaba entre el trono y la revolución, y
Vilumav.no hahia en sentir de algunos mas los que contrariaron aquel sistema, por mas
diferencia de opiniones que en lo relativo á enemigos que sean de ella, pueden estar se-
la oportunidad. Al decir de estos, el objeto ! guros de que sin pensarlo sostuvierón la
era el mismo, soloque unos se proponían al~ I causa revolucionaria. Suspendiendo la venta
canzarle por medios constitucionales, mien- de todoslos bienes del clero secular y regu-
tras-los otros creían que era mas hacedero, lar, se manifestaba la voluntad decidida de
y sobre todo mas pronto y eficaz con el ejer- atajar las injusticias de la revolución ,de re-
cicio de la autoridad real. Esto no obstante parar en cuanto fuera posible los quebrantos
nosotros creemos, y lo hemos creido siem- de la Iglesia, y de apoyarse, no en los inte-
pre y asl lo hemos consignado en diferentes reses creados por la revolucion , sino en la
escritos, que el asunto entrañaba algo mas razon , en la justicia, en las ideas y senti-
que una simplecuestion de oportunidad, y mientesnacionales; y con este paso se ponia,
que por mas que quisiera disimularse habia es verdad, en desacuerdo con la revolucion
en el fondo una verdadera cucstion de prin- y mostraba deseos de acabar con ella pa-
cipios. Difícil es decir hasta qué punto esta ra siempre, pero en cambio se atraia á todos
cuestion se presentaba á los ojos de los mi- los hombres que profesan sinceramente las
nistros: pero puede asegurarse que indepen- creencias religiosas, y aun aquellos que no
dientemente de la opinion y voluntad de profesándolas no quieren medrar en los dis-
ellos, la cuestion existia , si no entablada en turbios, y temen que si se repiten corran
el consejo de ministros, entrañada por la peligro sus fortunas y sus vidas. Bajo este
misma naturaleza de las cosas. Es evidente aspecto, pues, la cuestion estaba entre la
prueba de lo que estamos diciendo, el que revolucion y la religion; y por mas que los
desde la retirada del marqués de Viluma, y que contrariaron el mencionado sistema ha-
tan pronto como circularon sobre este suceso van protestado que deseaban reparar losma-
noticias mas ó menos exactas, pero cuyo fes de la Iglesia, atender á la manutencion
fondo era indudablemente verdadero, se han del culto y clero y entablar negociaciones
manifestado en el pais las mas vivas simpa- con Roma, la opinion pública ha mirado la
tías en favordel sistema del ex-ministro; v cosa con otros ojos, r será dificilque pueda
por un instinto que en tales casos suele se"r persuadirse la en sentido contrarío.
muy certero, se han puesto de su parte to- Tanta verdad es lo que estamos indican-
dos loshombres que deseanacabar conla re- do, que en la division manifestada en las
volucion de unavez para siempre. Sea enho- '1 candidaturas, el nombre del marqués de Vi-
rahucna que los ministros v sus partidarios se I luma ha figurado como el emblema de los
hayan proclamado en alta voz enemigos de I principios monárquicos y religiosos. En vano
la revolucion y protestado que desean tam- los sostenedores del actual sistema se han
bien matarlaen las próximasCórtes; nosotros empeñado en pintar con los mas negros co-
prescindimos de las intenciones, querernos lores las doctrinas reparadoras; en vano han
dar por supuesto que se hable de buena fe, ponderado los peligros de una reaccion es-
y que se abrigue el designio de ejecutar lo pantosa, procurando alarmar los ánimos con
prometido; pero lo cierto es que las cosas, imaginarios temores, con anuncios de pro-
maspoderosasquelos hombres, estan indican- , yectos insensatos: los hombres sinceramen-
dolo contrario, y que la nacion, acostumbra- I te adictos al trono y amantes de un órden de
da á desconfiar de palabras y á juzgar por cosas estable y duradero, se han sonreido
los hechos, conoce muy á las claras el pun- de esos fantasmas con que se les quería
to á que se la conduce. amedrentar, y no han querido persuadirse


En España no hay otro medio de asegu- de que fuera imposible la union de todas
rar el órden que robustecer de una manera las opiniones monárquicas y religiosas, sea
real y efectiva el poder monárquico; y el cual fuere la division que en los afias ante-
trono, organizando el país de su propia auto- riores se hubiese introducido.
ridad.recobraha de golpe su antiguo presti- Cuando esto escribimos ignoramos el re-
gio, y se mostraba á los ojos de la nacion sultado de las elecciones, y estamos«listan-
con.toda la fuerza que todavía posee, y para tes de lisonjeamos con la esperanza del
cuyo ejercicio no necesita mas que volun- I triunfo: sabemos loque en tales casos puede




- 823-
un igobierno , no ignoramos la fuerza y el ranas promesas, y no atenerse á mas que á
influjo de una situacioncreada, por poco nu- los hechos.
merosos que sean sus partidarios, y tampo- Para prepararse debidamente á los gran-
co desconocemos las dificultades con que des acontecimientos de que segun todas las
ha de luchar un partido ; que si hien cuenta probahilidades ha de ser teatro el pais , ha-
con el apoyo de la inmensa mayoría de la . brá influido no poco ese movimiento electo-
nacion , IH~ ha tenido el tiempo' necesario ¡ ral, que por escaso resultado que produzca
para. Organizar.se cual conviene, mayormen- 11 tocante á las urnas, habrá hecho que se
te cuando esa organizacion no quiere obte-j aproximen y se entiendan hombres cuyas
nerla por medios clandestinos é ilegítimos, , opiniones distan muy poco entre sí, y que
sino á la luz del dia y á la sombrade la ley. i! tiempo ha debieran militar bajo una misma
Por estas causas creemos podrá darse por bandera, si los interesados en prolongar
muy satisfecho si logra que tomen asiento losmales de lapatria no hubiesenprocurado
en los escaños de las Cortes algunos ham- ocultar la verdad, fomentando una discordia
bres de bastante energía para levantar la que solo pudiera estar sostenida por una
voz y decirle á la nacion la verdad toda mala inteligencia.
entera: esto es lo que importa; las cuestio- ¿Qué quieren todos los hombres que no
pes se resolverán mas ó menos bien, á gus- se proponen medrar á costa del público, y
to de la legalidad dominante, pero la nacion I que no se han enriquecido en medio de los
sabrá la verdad, y después de unas leyes I disturbios, sea cual fuere la bandera políti-
vienen otras leyes. . ea y diná.stica bajo la cual hayan militado'!


Lo hemos dicho otras veces vlo repetire- Todos quieren el trono bastante robusto pa-
mosaquí: en política conviene saber esperar; i ra dominar a los partidos y mantenerlos en
la firmeza de las convicciones, la generosi- I1 el terreno de la ley; todos quieren la reli-
tlad de los sentimientos, la energía de la 11' gion acatada y el culto y los ministros man-
voluntad no se oponen á una conducta pru- 1 tenidos con el decoro que cumple á una na-
dente, llena de dignidad y de calma. La cion eminentemente católica; todos estan
precipitacion para aprovechar coyunturas I profundamente persuadidos de la esterilidad
fugaces puede ser necesaria á los partidos y hasta de 10 dañoso de las teorías ensaya-
débiles que no pueden apoderarse del man- I das en los últimos años , todos ven con sus
do sino con la sorpresa y la violencia, pero ojosy palpan con sus manos que con los
los que cuentan con el voto nacional, los I1 sistemas seguidos hasta ahora son víctimas
que entrañan una fuerza propia, hija de I de un escaso número de hombres, verdade-
intereses legítimos, de principios impereCc-¡l


r
ros traficantes en revoluciones, quecsplotan


deros , esos deben saber esperar, porque i la candidez de los unos y la debilidad de los
el hacerlo no puede arrehatarles la vic- !I otros de una manera escandalosa. Claro es
toria, que tienen segura en un cercano por- ¡ pues que la divergencia entre ellos no pue~
venir. . ! de ser mucha, y lo que les interesa es aso-


En el breve tiempo que se está ensayando i ciarse para robustecer el trono y la religion,
el sistema de la legahdad parlamentaria se i afianzar el órden , é impedir que se repitan
ba visto ya bien á las claras qne la revolu- 1I los trastornos revolucionarios, y se prolon-
cion no abandona sus designios, que no se guen demasiado esa ansiedad é incertidum-
tia por satisfecha conla seguridad de que no I bre en que nos estamos agitando, seguros
se le arrebatará la presa, con tal que se 1


1


de que no es imposible una transacción legí-
abstenga de devorar á les que se la ceden; tima y prudente entre opiniones é intereses
y á la vuelta de algunos meses se habrá que se han pretendido irreconciliables.
visto todavía mas claroquelos hombres de El tema favorito de los que: se empeñanen
la situación no pueden sostenersecontra el sostener la discordia, es qu~ siel partido
empuje revolucionario, sino llamando en su monárquico Hega á libertarse de la opresión
"poyo á esa inmensa mayoría que con solo en que seleha tenido, se arrojará sobre sus
removerse un instante derrocó á Espartero, adversarios sin distinguir entre los· que le
hundiendo con élá cuantos le sostenian. I hicieron resistencia y los que , rocenciliados
Entonces. cuando qUiÚIS se invoquen nue- 11 con él, le habrian auxiliado. Proeúrase pin-
vas coaliciones, será presiso no contentarse '1.11 tal' con los mas horrihles colores la reaccion
con estipulaciones de palahra, no fiarse de que amenaza, y no parece sino que se la.




ll:adrid 1! de setiembre de 181.4.


La revolucion española acaba de presen-
tar una nueva fase, cuya importancia se ha
de calcular, no tanto por lo que es en sí,


lJna nueva (tltI~ de la rel'olueion.
Intolerancia de cierto. /.on.brell.
Qu¡élu~. lIon lo. verdade"oll ami-
gOIl de' tr-ono;


- 324.-
vantan ya cadalsosy se encienden hogueras Iquisiéramos que reflexionasen los hombres
para todos los que no han militado bajo las juiciosos. ¿Se ha pensado bastante en que a
banderas de D. Cárlos. Si estos afectados fuerza de declamarcontra la reaccion , v de
temores no escitasen la risa producirían la apellidar reaccionarios á cuantos trabajan en
indiguacion , porque á los ojos de todohom- I defensa de la causa de la razon y de la jus-
hre observador es claro que la reaccion con ticia , sería posible que andando el tiempo
que se amenaza es de todo punto imposible. se provocasen acontecimientos cuyo deseu-


¿Acaso no dejan huella , y huella profun- lace nadie puede adivinar? «I.Qué queréis
da, asi en las ideas como en los hechos significar con esto?» se nos dirá. Una cosa
once años de revolucion? ¿Es verdad acaso muy sencilla: vosotros herís con una mano
que con tan largo tiempo Jos hombres y los la revolucion y con la otra la dais el alimen-
partidos no hayan aprendido nada.? Para for- to necesario para fIue no perezca; es decir,
mar juicio de las cosas ¿ debe atenderse por que la manteneis viva pero irritada, bien
ventura á las palabrasmas ó menos exagera- que sujeta con una cadena. ¿Estais seguros
das deeste ode aquel individuo de pocos co- de que noflaqueará algunode loseslabones,
nocimientos , de ninguna posicion social, y I Yde que algun dia no os encontréis con queq~e nunca podrá influir en los negoci?s pú-Ila fiera se ha soltado, y que ~e arr?ja sobre
bIICOS? ¿No debe atenderse mas bien al ! vosotros bramando de rabia? Entonces.
curso general de las ideas, á la opinion de ¿qué se hace'? ¿Estais seguros de que el
las personasrespetables por su saber y cate- levantamiento de una bandera no podría de
goría, y sobre todoá lairresistible fuerza de rechazo provocar el levantamiento de otra'!
las cosas, mas poderosa que los hombres'! ¿Creeis que partidos mas fuertes que vos-
Una reaccion como se nos pinta no hay par- otros se resignarían tranquilos á perecer con
tido que pueda realizarla, no hay gobierno vosotros á manos de la rcvolucion? ¿Creois
que pueda fomentarla; el simple ensayo de imposible que os dijeran: « ya que vosotros
una idea semejante supondria una aberra- habeis sido bastante insensatos para dejar
cion que bien pronto levantaria contra sí á con vida á la revolución y ahora sois doma-
los mismos ti quienes se quisiera halagar; y siado débiles para resistirla, nosotros nos
no creemos que haya en España ningun encargamos de salvar el trono, y el órden.
hombre medianamente instruido y juicioso público, y la sociedad, pero será trabajando
que no conociese lo absurdo y funesto de tal de nuestra cuenta, y estableciendo en el
empresa. país el sistema político que mas bien nos


Si se tratase de un cambio de sistema po- parezca?» En los vaivenes de una nueva
lítico obtenido por la fuerza de las armas, la guerra civil, levantadas las pasiones, encc-
reaccion mas ó menos fuerte sería posible y nados los ánimos con la efusión de sangre,
por de pronto inevitable; pero aun el mismo ¿adúnde iríamos á parar? Lo que ahora no
gobierno triunfador se 'feria en la imperiosa I queréis conceder á las negociaciones, quizás
necesidad de atajarla en su carrera, repri- I lo habríais de conceder ti la fuerza.de las
miendo con vigor los elementos que por su ¡armas; quizás aceptarlo como un beneficio,
violencia y acritud comprometiesen la dura- agradeciendo la generosidad de quicn lo
cien del sistema que parecían apoyar. :Mas dispensase. ¡Qué sueños! direis ; i pero he-
ahora no se trata ni tratarse puede de un mos visto realizados tantos y tantos......... t
cambio á mano armada: lo que se puede
hacer con la pluma no se debe hacer con el
sable; y de todas las cuestiones, aun las
mas graves, no hay ninguna que no sea ca-
paz de una solucion pacílica 1 con tal que Jos
encargados de obtenerla procedan con tino
y habilidad, y sobre todo con buena fe, con
miras elevadas, superiores á los intereses de
miserablespandillas.


Ya que tanto se nos habla de reacciones
violentas, ya que tanto se nos achaca que
tratamos de provocarlas connuestras doctri-
nas, haremos una indicacion, sobre la cual




- 321'i-
como por lo que espresa y anuncia. Espresa volucion, tanto la que grita en las calles 1
profunda mudanza en la opinion pública, y en las plazas, como laque se pavonea en el
anuncia acontecimientos de la mayor tras- parlamento; esto podian decir, repetimos,
cendencia. Por primera vez el partido que porque desde el momentoquehaya llegadoá
se apellida monárquico-constitucional, ósea sazon el partido cuya íormacion comienza,
parlamentario, ha encontrado en la arena I alcanzando la organizacion que ha menester
electoral una oposicion que no es la de los y que conalguna constancia no le serádifícil
progresistas. Hasta aquí en las urnas no se adquirir, la revolución habrá muerto, sea
había entablado mas lucha que entre los cual fuere el nombre que tome ó el disfraz
progresistas y los moderados; ahora aquellos con que se oculte.
se han abstenido de votar, y sin embargo Se ha logrado aclarar lo que significan
ha continuado tambien la lucha; pero ha si- ciertos nombres, se ha logrado quitar dis-
do entre hombres que, ó habian estado fraces; la nacion ve ya las cosas tales como
acordes, ó solo habían resuelto sus contien- son en si, no al través de engañosas apa-
das en el terreno de los hechos. ricncias : este es el primer paso que se ha-


La oposicion al partido dominante se ha bia de dar en el camino del bien, y este pa-
formado de la comhinacion de dos elemen- so está dado va.
tos: la mayoría de los antiguos moderados Hay ciertos hombres á quienes la opinion
que, no deseando mas que órden y buen públicaacusa de inconsecuentes, y esta in-
gobierno se han penetrado profundamente consecuencia se ha manifestado en las últi-
de la necesidad de emprender otro camino mas elecciones de una manera tan clara y
muy diferente del que se ha seguido, y el tan palpableque justifica plenamenteel car-
partido monárquico. Esto indica la descom- go que de mucho tiempoantes se les dirigie-
posición del antiguo partido moderado que ra. Hayciertoshombres que en medio de sus
tanta influencia ha ejercido desde ,1833 y alardes de liberalismo y tolerancia sonacusa-
anuncia la aparicion de otro enteramente dosde esclusivos é intolerantes; y esa intole-
nuevo, sometido á condiciones desconocidas rancia vese esclusivismose han manifestado
hasta ahora. En los últimos diez años si los últimamente de tal suerte , que ha dañado
monárquicos acudieron una que otra vez á muchísimo á la causa que se proponiansos-
Ias urnas fue, ó para derribar á los progre- tener. El gobierno ha tenido defensores lllUY
sistas ó para detenerlos: nunca habían pro- celosos por cierto, pero Illuy poco atinados:
cedido de otra manera que como simples hay amigos mas temiblcsque los adversarios.
auxiliares de los moderádos, y esto en un Cuando se trató de derribar á los progre-
órden muy secundario: mas ahora en su I sistas ó de contenerlos, los hombres á quie-
alianzacon Jos moderados no parlamentarios, [1 nes aludimos escitaron á los monárquicos á
han obrado conforme á sus principios; y si I qr:e acudiesen á las urnas electorales, y
han transigido en algo, ha sido tratando de defendieron contra los progresistas el dere-
igual á igual, no de inferior á superior: han IChO de aquellos á votar, y ponderaron la
cesado de ser instrumento. conveniencia y la necesidad. de que este de-


La gravedad de este suceso la han com- recbo se ejerciese, y culparon laintoleran-prendido.lo~defensores de la situacion ac-I cia , y el esclusivismo , y.el falso liberalismo
tual, y SI bien es verdad que al empeñarse de los que á ello se opoman , y se bonraron
en contrariar un hecho cuyas consecuencias 1 de su alianza con los hombres adictos á los
preveían, han procedido con poco acierto, principios monárquico-religiosos, y los ani-
acrecentando lo mismo que se proponían I maron á que despreciaran las diatribas de
disminuir; su yerro ha dimanado de la im-l sus adversarios , y se mofaron de los apodos
presión en ellos causada por la aparición de de ahsolutistas , de reaccionarios, de cariis-
un adversario con quien conocencuán difícil Itas, y dijeron que el sistema representativo
les será medir sus fuerzas con esperanza l' era sistema.de mayorías, y que era preciso
de buen resultado. Han clamado que ame- buscar estas mayorías donde estuviesen, y
nazaba una reaccion espantosa, y su misma que todos, todos los ciudadanos, cualesquie-
exageracion ha hecho que nadie se asustara ra que fuesen sus opiniones, podían acudir
por el peligro anunciado. Lo que podian de- á depositar su voto en las urnas, contal que
cir, y con mucha verdad, era que el hecho 1/ reuniesen las condiciones exigidas por la
de que se lamentahan tendia á matar la re- ley; y les inculcaron á todos, á todos sin




- 326-
distincion , que asno hicieran, pues á ello Al comparar épocas con épocas, y hacer
estaban obligadospor un imperioso deber, á resaltar la inconsecuencia de ciertos hom-
ello hahia de impulsarlos un grande interés, bres , indignación causa el verlos olvidados
cual era el de salvar el trono, la religion, la I de sus doctrinas, y lo que es mas , de sus
sociedad entera. ¡Qué mudanza tan profun- . procedimientos, y todo con una frescnm que
da! ¡Qué inconsecuencia mas palpable! Ilom- I pasma. Que esa frescura, capaz de pasmar
bres que ayer podian y dehian votar procu- I1 á un periódico de la situacion, la mostrasen
randa influir en los negocios públicos como 1I1I los homhres á quienes ataca, nada tendría
mejor entendiesen, hoy son tachados, mo- de estraño , pues quien sostiene hoy lo que
tejados, porque quieren ejercer este dere-


II
.· sostuvo ayer puede h,acerlo á cara descu-


cho; hoy se escita á personas respetables á I hierta, .espresándose sin rodeos, manifes-
que manifiesten públicamente que no porte- tanda lisa y llanamente su opinión y que-
necen á la opinion que las propone, á que li dándose luego tan tranquilo y tan fresco ....
rechacen una alianza que se pinta pocome- I como decimos en castellano; la frescura
nos que vergonzosa. ¿Dónde estamos? ¿Y que no puede concebirse es la de los hom-
asi se habla en nomhre de la libertad y de la hres que rechazan tan desdcñosamente á
tolerancia? ¿. Así, con un esclusivismo tan aquellos mismos cuyo auxilio invocaban po-
real y tan chocante se quiere ponderar un eo antes, de aquellos que entienden su li-
esclusivismo imaginario? ¿. Así, en nombre heralismo del modo siguiente: «quien no
de la paz y de la tranquilidad de España en piensa y no obra como nosotros es ó un
el porvenir, se fomenta y atiza la discordia? I anarquista ó un necio.»
¿Así en nombre de un sistema de mayorías Malsistema, malísimo sistema para defen-
se quiere perpetuar el monopolio? ¡.Así en del' una situacionel de herir tan desapiada-
nombre de la igualdad se quiere ,que un damcnte el amor propiode grandes partidos,
inmenso número de españoles dejen de con- I el pintar á Sus hombres como de escaso va-
tarse como tales, y nopuedan ejercer nin- i ler , ya que se afirmaque no pueden aliarse
gun derecho político, á no ser que sacriíi- I COD ellos hombres de mucho valer; malo,
quen sus convicciones mas íntimas, á no ser malísimo sistema que desacredita á la situa-
que se constituyan en instrumentos de quien cion en cuya defensa se emplea, dado que
si le sirven los halaga, si no le sirven los no suelen usarlo sino los partidos moribun-
insulta? dos y las situaciones desesperadas; malo,


No, no es culpable en esta parte la in- malísimo sistema que nos recuerda otras
mensa mayoría del partido moderado; no, épocas y otros cambios ; tristes monumentos
no quiere ni querer puede echar sobre sí la (le la vanidad de lospensamientos del. hom-
responsabilidad de tanta inconsecuencia, de bre , de la cortedad de su prevísion y de la
tanto esclusivismo, de tanta intolerancia: y I instahilidad de las cosas humanas.
al oir que se rechaza con tanto horrqr la Para desacreditar al partido que se ha
alianza con los absolutistas, que se declama presentado á luchar en la arena electoral
contra las reacciones, que se agotan los apo- hasta se ha querido alarmar á los sostenerlo:"
dos, qne se derraman con tanta abundancia fes del trono de Isabel, manifestando que
los dictadosde fanáticos, furibundos, apostó- las tendencias de ese movimiento á nada
licos, teocráticos,absolutistas, carlistas, rcac- menos se dirigían que á volcarle. Es cierto
cionarios , ignorantes, contrarios al espíritu que en los programas publicados no se ha'
de! siglo, incapaces de aprender ni de olvi- visto una sola palabra que indicase seme-
dar ,.amantes dcl despotismo, de la inquisi- jante designio; es cierto que en las candida-
cion, de las persecuciones de todas clases; turas monárquicas han figurado homhres de
al oirque estos dictados se acumulan, y que muchos compromisos por el trono de Isa-
tan briosos y fieros se echan contra lo (fue se bel Il ; es cierto que la situacion no permite
apellidaretroceso; al oir todoesto, repetimos, ni aun soñar en un acontecimiento semejan-
les ha de ocurrir por necesidad que hace te; es cierto que no hay un hombre armado
muy poco tiempo se les apellidaba á ellos en contra de Isahel 11, pero todo esto, ¿qué
retrógr-ados jovellanistas,v lo quees todavía importa? Basta que se hayan defendido con
peor, horrorícense nuestros lectores, aliados calor los principios monárquicos y religiosos,
con los carlistas, llamándolos carlo-mode- hasta que se hayan manifestado algunos de-
rado«, carlo-cristino«, . seos de un arreglo que facilitase la recon-




- ~27-
ciliaeioll de todos los españoles , para que 11 se habian distinguido á la cabeza de los .
se diga que el trono de Isahel es~á en pcli- ,1 ejércitos.' y que se despojase á la Iglesia de
gro, y que se provoca una reaccmn en que i sus propiedades , que amenazase el CIsma,
habría de hundirse. Felizmente el trono sa- il que se trastornase toda nuestra legislacion,
he Jo <¡He puede esperar de la revolucion v. y no se respetasen las instituciones, obra
de sus partidarios; sabe los efectos que le i de largos siglos; y tuvo que sufrir la ingra-
produce el apoyo de los hombres que no 1 titud de un soldado, que no contento con
quieren estribar en los dos grandes princi- imponer al gobierno la ley por espacio de
pios, única esperanza de salvación para la largo tiempo, se mancomunó con los hom-
España: la rcligion y la monarquía: sahe lo hres de la revolución para despojar de
que valen en boca de ciertos hombres las la regencia y arrojar á paises estraños á
palabras de libertad y de patriotismo, y lo la misma Princesa que en ,j 832 les abrís-
sahe por esperiencia, bien costosa por cier- ra las puertas de la patria, levantando-
too Han trascurrir/o cerca de doce años desde los después del polvo en que yacian y Be-
que la Beina Cristina, entonces regente por nandolos de honores, de condecoraciones y
la enfermedad de Fernando, concedió la mas . de emplos; y para colmar la medida, des-
amplia amnistía que jamás concedieran los i pues de haber sido despojada de la tutela
reyes, halagándose en el decretoaun á aque- de sus cscelsas Hijas, después de haher vis-
llos mismos que no podían ser comprendidos to ultrajada su memoria y poco menos que
en él, pues se manifestaba el pesar de ha- prohibido el mentar su nomhre, y cuando
her de esceptuar á los que hahian tenido la se podia ya lisonjear con la esperanza de
desgracia de Iirrnar la destitucion del rev en que Jos desmanes habian llegado ya á su
Sevilla. Nocabe espresarso en lenguaje mas término arrojado del suelo español el ex-re-
clemente, o mejor diremos mas humilde; no gente, todavía le llegó la noticia infausta de
cabia lisonjear mas cumplidamente á los de- que Sil escelsa Hija, Reina, y Reina niña
magogos de! último período de la época de trece años, habia sufrido en su misma
constitucional; no cabia escusar mas bonda- cámara un gravísimo desacato del presiden-
dosamente el celo por la libertad: ¿y qué le de su consejo de ministros, y que al re-
frutos recogióla augusta señora qne firmaba ferir ella, la Reina, la Reina misma, lo que
el decreto? A poco de la muerte del menar- le habia sucedido, al dar cuenta de ello á
ca, lejos de encontrar cl apoyo que esperar las Cortes y á la nacion, se ponian en duda
debia en amparo de su viudez, se halló sus palabras , mejor diremos, se aseguraba
con exigencias á las que le fue preciso ce- que eran una impostura, una calumnia. Es-
del', y en pos de unas vinieron otras, v tos son los frutos que ha producido al trono
luego otras mayores, y tuvoque contemplar el halagar á la revolucion: estas lecciones
desde su palacio el desenfreno de la anar- son duras, y siéndolo no pueden ser perdi-
quía, y la prnfanacion dc los templos, y el das; y perdidas fueran si se diesen oidosá
degüello de los ministros del Señor, V re- los que declaman sin cesar contra los mo-
signarse á sufrir un dia y otro dia e1leJIg'ua- nárquicos y religiosos, á los que sepropo-
Je altanero con que se hablaba al trono asi nen espantar con el fantasma de reacciones
en la prensa corno en la tribuna, y tuvo que imposibles, á los que se empeñan en, man-
mirar c?rno ~e iba encrespando la tormenta t~ner al trono separadode los únicos princi-
revolucionaria, y cómo sus oleadas batían plOS que pueden apovarle y defenderle. ;
I~s rnur~s del régio alcazar; y tuvo que oir Decís que el trono de Isabel está .corrien-
corno calan las puertas, y cómo una solda- do peligros, y por desgracia decís una v~r­
desea desbocada hacia resonar con destem- dad harto evidente, solo que esos peligros
plados gl'ltos los salones del palacio , verla vienen de la parte directamente opuesta á
penet~'ar hasta la misma cámara, y con la que vosotros señalais ; vienen, no .de los
l~audlta avilantez exigir un decreto ála hombres monárquicos y religiosos, sino de
VIUda de un rey, á la madre de una Reina; esa revolueion que vosotros anatematizáis
y.tuvo que resignarse á sufrir que la revolú- tambien., alpaso que con incomprensiblein-
cion se desencadenase con mas furor que consecuencia defendeis los principios que
nunca i y que'~ntonces como antes cayeran le dan vida y los intereses que la ~ortale~cn,
sus leales servidores víetimasde puñal ale- halagais las pasionesque le comunicanalien-
ve, y que pereciesen losgenerales. que mas toy hrio.Vuestras palahras , que parecen de-




IIatlri.l 18 de setiembre de lSH.


~'1 W(3fll~'1ID~.
SOBRE LOS BIENES DEL CJ1ERO.


- ~28
cir á la Reina: «Señora, vuestro trono está
en peligro si no se respetan los intereses
creados por la revolucion , si no se conser-
van en toda su pureza, sin menoscabo de
ninguna clase, las formas revolucionarias,
si se concede participacion en el gobierno á
los hambres que no quieren transigir con
ella y que se proponen matarla de una vez El Ilerald» en su número del 1~ del ccr-
oponiendo la verdad al error, la lealtad á la riente se empeña en demostrar que no exis-
deslealtad, la franqueza á la hipocresía, la te contradiccion alguna entré sus doctrinas
justicia a la injusticia, la acción de nn gCl- actuales v las sustentadas en el Correo .NQ-
bierno fuerte y templado á las alternativas cional con respecto a los bienes del clero
de despotimoy de anarquía, » hien podrían secular, y pl"Ocura sincerarse del cargo qne
traducirse de otra manera, diciendo: ((Se- resulta del articulo que insertamosen el nú-
ñora, cobijad con vuestro régio manto á la mero 3·1 de nuestro periódico, por el cual se
hidra revolucionaria, á esa hidra que insulta ve que,el partido moderado declaró que ja-
todos losdias la memoriade vuestro augusto mas nnrana como Ull hecho consumado el
padre, que condenó al ostracismo á vuestra despojo del patrimonio de las catedrales,
augusta madre, que ha derribado é incen- parroquiales y colegiatasdel reino. Confesa-
diado los templos, que ha degollado á los mos ingénuamente, que habiendo leido con
sacerdotes, que ha echado por el suelo las mucha atención la defensa del Heraldo, no
instituciones mas 'Venerandas, que ha turba- hemos podido alcanzar cómo lograsu objeto:
do el sueno de vuestra cuna con alaridos si mal no hemos cnmprendido al ilustrado
brutales, que en vuestra infancia y orfan- articulista, todo cuanto alega en su defensa
dad os condenó al mas triste desamparo se reduce á que el artículo en cuestion no
haciéndoos derramar amargas lágrimas, y era mas que una amenaza; « creímos de
que al principio de vuestro reinado hizo qne nuestro deber, dice, oponer una amenaza
se os faltara al acatamiento debido a la ma- como dique al torrente devastador de las
gestad, y se negara la fe á la régia palabra; pasiones revoíuciouarias ;» pelo que en la
á esa hidra que ha sembrado la discordiaen situacion actual «la medida que antes pudo
vuestros pueblos, que los mantiene inquie- ser reparadora llevaría un sello odioso é in-
tos y desasosegados, recordando con dolor deleble de reaccion y de violento despojo.»
los pasados desastres, y temblando á la vis- A esta contestación nosotros replicaremos Jo
ta de un negro porvenir.» siguiente.


Esa hidra no puede vivir en España el dia .El Correo Nacional, cuando decía en
que el trono la arroje lejos de sí; y el trono nombre del partido moderado lo que nos-
puede hacerlo, porque si hien desmantelado otros hemosrecordado¿decia lo que pensaba,
y enflaquecido,conservatodavíamucha fuer- ó no'? ¿ Hablaba con conocimiento de la opi-
za , fuerza que saca de las convicciones y nion de los hombres de su partido, ó no'?
sentimientos de la inmensa mayoríadel pue- ¿Estaha autorizado para la declaracion , Ó
bJoespañol, de las ideas religiosas dominan- no"? La honradez y la caballerosidad de los
tes en nuestra sociedad, de los recuerdos redactores del Ilerahl« no permiten sospe-
de nuestra gloria y grandeza, de esa gran- chal', ni de que hablasen contra lo que pen-
deza, y glorias simbolizadas en la sublime I sahan, ni de que tomasen el nombre de un
institucion rodeada de las augustas somhras partido sin estar autorizados de la manera
de los Alonsos, de los Fernandus, de los que era posible Ó al menos sin estar seguros
Cárlos y Felipes. ' de que tal era la opinion de su inmensa ma-


voría. Ahora bien: ¿tenemos nosotros la cul-
pa de que nos haya parecido algo mas que
una simple amenaza una declaracion tan
solemne concebida en términos tan claros,
tan esplícitos, tan enérgicos como la siguien-
te? «Debemos advertir que elpartido con-
servador, si Jlega corriendo el tiempo al po-
del', al paso que procurará hacer reconocer




- 329-
y legalizar por la cortede Romala enagena-
cionde los bienes de los regulares, jamás
reconocerá ni sancionará el despojo delpatri-
monio de las catedrales, parroquias y cole-
giatas del reino, nunca l~~irarlÍ como un he-
chaconsumado un acto de ira, de rencor, de
venganza, como el que se- va á cometer; no
se creerá ligado por ningun miramiento á
respetar .lo que ahora declara en la forma
que puede, ilegal, espoluulor, marcado con
el sello de la mas duray evidente usurpacio»
!I despojo.» No es nuestra la culpa si consi-
deramos como algo mas que una simple
amenaza lo que se decía á los que compro-
metieran sus interesesen la compra de los
bienes de la Iglesia: «ó dejará de ser.posibíe
que un gobierno monárquico »ueloa á l'egir
en España, ó la iniquidad que se inte~ta
tendrá su debida reparacion.» Y es preciso
advertir , que conestas palabrasse habladel
hecho en la suposición de haberse consuma-
do, no de la simple formacion de la ley de
despojo: abierta y terminantemente se afia-
dia que los cómplices del despojo; mas tarde
{) mas temprano, tendrían que responder con
daño desusintereses.


Juzgueel público adonde vamos á parar si
se admite el principio de que se pueden ha-
cer declaraciones semejantes, y luego pres-
cindir 'de ellas diciendo que esto era una
amenaza. ,Estamos seguros que los ilustra-
dos redactores dellleraldo no han advertido
las funestas consecuencias de la csplicacion
que acaban de dar. ¿Qué sería entonces de
la veracidad l de la moralidad, si quien dice
1iD ceamecere , no sancionaré, nunca, por
ni-ngun miramiento, lo que se hace; esto es
un despojo , es una iniquidad; los cómplices
serlÍn responsables con daño de sus intereses,
puede después salir diciendo que sostendrá
con todas sus fuerzas loque antes condena-
ra, y que loreconoce y sanciona, y queel
deshacer lo que antes llamaba iniquidad lIe-
varia un sello odioso é indel"eble de reaccion
y de violento despojo?(. Yaqui se afirma
que no hay contradiccion? ¿Y se cree babel'
resuelto todas las dificultades respondiendo
que esto era amenaza? Medítenlo los redac-
tores-del Heraldo.


«Al cabo de tres años, dice el citadope-
riódico, sería preciso trastornar tantas for-
tunas legítimas, é inquietar á un número tan
considerable de poseedores legales )
~,Cómo es posible que llame legal y legítimo
lo que antes apellidára despoja, iniquidad,


é iniquidad tan grande que se debia reparar
sopena de caer la monarquía? «O dejará de
serposible queun gobierno' monárquico vuel-
va á regir en Bspaña, ó la iniquidad que se
intenta tendrá su debida reparacion.» Si la
leyera inícua ¿cómo puede ser legítimo lo
que se hizo en fuerza de ella? Que la ley
era inicua vosotros lo decís; ¿y os atreve"
ríais á sostener que la legitimidad pueda
fundarse en la iniquidad? ¿ Ignora el Herid·
do que las leyes inicuas no son leyes?


¿Mas será por ventura que el Heraldo
haya dejado de mirar como inicua la venta
de los bienes del clero'! No, en esta parte
es consecuente el citado periódico: con fe-
cha muy reciente en su número del 6 de ju-
lio del presente año decia: «Combatimos la
venta inicua de los bienes del clero secular
cuando era tiempo todavía ,» echandoen ca-
raá los progresistas el que ellos hubiesen
llevado la mejor parte de dichos bienes.
«Nuestro colega no ignora; decia al órgano
del progreso, que los hombres de su partido
son los que han llevado la mejor parte de
ese bárbaro despojo. » Lo diremos ingénua-
mente, no concebimos cómo se puede sos-
tener por válido, por legítimo, por legal, lo
que todavía se apellida despojo, iniquidad,
barbaridad.


Sieste es undespojo, los que le combatimos
defendemos los sagradosderechos de la pro-
piedad;si esto es una iniquidad, los que la
combatimos defendemos la causa de la justi-
cia; si esto es una barbaridad, los que la
combatimos defendemos la causa de la civi-
lizacion : y todavía se nos llama ingratos y
reacciouarios , y no falta quien anda buscan-
do negros eolores para pintarnos á los ojos
del público como obstinados en llevar la'Es-
pana por un camino de perdicion! El público
juzgará si tales calificaciones merecemos los
que, segun los principios y la confesion de
nuestros mismos adversarios, defendemos la
causa de las leyes, de la moral, de lajusti-
cia 1 de la civilizacion.


Se habla de tres años de posesion , como
si época tan corta representase muchoá los
ojos del derechoni de la política. l.Qué son
tres años en la vida de una nacion ? ¿, Qué
son tres años para-el derecho de prescrip-
cion?¿Yqué condiciones existenque puedan
producirle en el presente caso? Ademas,
¿cuántos son los poseedores que cuentan
tres años de posesion? Estos años los cuenta
la ley, no las compras. Y lo que es masseu-


40




Madrid !~ de i<!tiembre d. 18H.


ENTRADA


- 33'6 -
sible, lo quehace mas patente la inconse.:..1 donde tales negocios se ventilan no le es fu-
cuenciay la contradiccien de ciertos hom- cil saber si el nuevo ministro de Estado ha
bres , es que en tres años huy uno en que cedido á la repeticion y fervor de las instan-
ellos han dominado, v en él se han hecho cias y súplicas, ó si le han determinado ra-
muchísimas ventas. ¿ Cómo se puede decir zones de política apoyadas en datos de que
que el partido ha hecho lo que' podia para antes careciera, ó afianzadas en condiciones
contener el mal? lo No vimos al Sr. Carrasco q.ue ~ntes no se le otorgaran; lo primero .se-
impulsando la venta tanto ó mas que nmgu- na digno de un corazon bondadoso y con-
no de sus antecesores? ¿,No hemos visto con- descendiente , lo segundo fuera mas propio
tribuir á ello y con ardor á los periódicos de un hombrede estado, porque losegundo
moderados? ¿Seránresponsables los progre- se refiere á la cabeza y lo primero al cora-
slstas de lo que se ba hechodesde que Oló- zon, y el corazon de un hombre de estado
zaga se hallaba en la emigracion , Lopez íu- debe estar en la cabeza.
gitivo, Madoz y Cortina en la cárcel? ¿No Nos abstendremos de resolver nada sobre
se podia suspender antes la venta? Si ahora el particular hasta que el curso de los acon-
el Sr. Mon ha creido justa, conveniente y tecunientos venga á suministrar alguna luz;
legal la suspension ; esa legalidad, esa con- y á pesar de las esplicaciones dadas por los
venieucia, esa justicia, ¿ no existian tam- periódicos de la siLuacion, todavia en honor
bien antes? ¿ Por qué pues lejos de levantar del Sr. .41artinez de la Rosa nos creemos
la voz para que esto se hiciera, se impulsa- obligados adudar de que haya cedido ame-
ba la venLa? ras Instancias y súplicas.


No , mil veces no; á estos hechos no se ·EI Heraldo en su número del 17 del cor-
contestaioan vanas palabras. riente comunicaba á sus lectoresesta noticia


en los siguientes términos: « Como verán
nuest~os lectores en la parte oficial, elseñor
~lart¡¡¡ez de la Rosa es ministro de Estado.
Hace unos dias dijimos que nuestroembaja-
dor en París venia tesuelto á no acepta¡: el
cargo con que S. M. le honraba; pero las
repetidas instancias de una persona augusta
y las apelaciones hechas al patriotismo v
lealtad del ilustre orador granadino, le han
obligado á variar de propósito, cediendo á
unas persuasiones á que ningun buenespa-
ñol debe resistir.» El Tiempo del mismo dia
se cspresaba de esta manera: «El Sr. Jlar-
l~ne% ~e la Rosa ha aceptado por fin el mi-
nisteno de Estado. Seguramente no ha sido
un cálculo de ambicien en un hombre como
el Sr. Martinez, que á su eminente posicion
P?lítica. ~lasta reunia ahora la alta posición
diplomática de la embajada de España en
París, el aceptar la responsabilidad del po-
der en estas circunstancias. Las instancias
que se le han hecho han sido sin embargo
tales "Y tantas, que el ilustrey antiguopresi-
dente del consejo de ministros en 1834 y
en 1822, ha creido cumplir conun grande-
ber resolviéndose á ser ministro.»


Para apreciar debidamente la conducta
del Sr. 1/artjnez de la llosa en la acepta-
cion del ministerio, seria menestersaber los
motivos de la anterior resistencia. Porque


I si estos se limitaban al mal estado de salud,al cansancio de los negocios públicos, á las


La inesperada aceptacien del Sr. ~Iarti-
nez de la.Rosa ha llamado sobremanera la
atención pública,Jdispertado como es na-
tural la curiosida de sabe-r cuáles son los
motivosque han inclinado el ánimo de S. E.
después de una resistencia tan larga y poco
menos que obstinada. Luego de aceptada la
dimisioa-del Sr. marqués de Viluma, parece
que elembajador de S. M. en París fue in-
vitadoá ocupar la'Vacante; y si esto es asi,
como segun noticias .muy fidedigaas no es
permitido dudar, el Sr. Jlartinez de la Rosa
ha resistido cerca de tres meses sinque ha-
ya pedido conseguirque cesasen los ruegos,
lo que indica la mucha necesidadque el mi-
nisterio tenia de él, v manifiesta la convic-


I cion en que estaba S: E. del mal estado de
los negocios públicos , y de las dificultades
que para remediado habia de encontrar.


A quien yive...apartado de las regiones




- 33i
dificultosas circunstancias de la situacion, contradiccion con las cosas. La verdadera
tan á propósito para sinsabores y pesares, presidencia del consejo debe considerarla el
la aceplacion habrá sido un sacrificio de la Sr. Jfartinez de la Rosa bajo otro aspecto;
persona, siempre honroso á la generesidad es decir, llevando al ministerio un pensa-
de quien á tanto se resigna. Pero si los mo- miento de gobierno, grande, -tijo, sostenido
tivos eran discordancia de principios, di- con talento y dignidad.
ferencia de opinion sobre el sistema que El Tiempo al anunciar la subida delseñor
conviene seguir, entonces la aceptacion Martinez de la Rosa decia: «La entrada de]
presentaria otro aspecto, y solo seria sus- Sr. itIartinez es desde luego una gran des-
eeptible de favorable esplicacion suponiendo gracia para S. E. y una gran"for.tuna para et
que los demas ministros han hecho al señor ministerio. El tiempo ha de- decirnos lo qua
Martinez de la llosa las concesiones necesa- será para el pais.» Efectivamente, si-el se-
rias hasta ponerse de acuerdo con él, ó que ñorJIartinezde la Rosa noha hecho masque
le ha sido prometida una reorganizacion mi- admitir, si se ha logrado que' se resignase
nisterial, bastante á dejar satisfecha la ente- á llenar simplemente el hueco, entonces es
reta de convicciones, delicadeza de conducta gran desgraciapara S. E., que devorará por
y severidad de carácterque deben adornar una temporada- sinsabores y pesares sin


á un hombre público. El Sr. Martínez de la cuento, que se verá acometido terriblemente
Rosa no se habrá desentendido de estos porla preese , que será. culpado de todo 11'


llfincipios ; no abrigamos sobre el particulár malo que sehaga y se haya hecho, que se-a menor duda: habrá cedido si se quiere á hallará' constituido blanco de todoslos tiros,
repetidas ínstaacias.perosinsacrificar á ellas mientras otros' o no vistos ú olvidados se
su conviecion, aun cuando, como diceel He- gua-recerán á su espalda; gran desgracia


. rald«, estas instancias hayan sido de una para S. E., que tendráque contemplar como
persona augusta; porque augustoes también en i 83cÍ, cuál se embravece-la revolución,
el deber de no obrar jamás contra lo que cuál se enconan los ánimos, euál se insulta
dicta la couciencia. Repetimos que no abri- á los hombres de bien, cuál se oponen de-
gamos sobre esto la menor duda; creemos nuestos á las razones, ficcion á la realidad;
que el Sr -Ós:tIartinez de la llosa al aceptar gran fortuna para el ministerio que al fin
el ministerio, ó habrá estado conforme con habrá salido de apuros, encontrando un mi-
la marcha seguida hasta aquí, ó habrá ohte- nistro de Estado, no continuando el\' ofre-
nido la promesa de modificarla como él haya cerse incompleto á los ojos del pais cuando
considerado conveniente: no es concebible mas necesidad había del concurso de todas
que s~ haya obrado de otra manera, pues las luces y esfuerzos; gran fortuna para el
{Iue ninguna augusta. persona era capaz de ministerio, que al presentarse en las Córtes
exigirlo, ni el Sr. ilJartinez de la Rosa era podrá contar con un orador esclarecido para
capazde concederlo. A un súbdito fiel y ge- sostener la lucha parlamentaria.
nereso se le puede pedir el sacrificio de su Pero en la altura á que se halla colocado
~ort~na y de su vida, el de su conciencia I el Sr. Jlartinez de la llosa. creemos que
lamas. está en el caso de concebir un sistema y


Nunca hemos podido figurarnos que fare-I exigir que se ejecute: llenar simplemente
sistencia det Sr. Martinez de la llosa fuese un hueco, á esto no debe resignarse el nue-
motivada por el deseo de alcanzar la presi- ·1 vo ministro de Estado. .
denciadel consejo y la imposibilidad de oh- ¿Qué sucederá? ¡.Qué camino tomará el
tenerla, lo que ha venido á confirmarse con I Sr. JIm'tinez de la llosa? Dificil es decirlo:
la noticia de que el generalNarraez se la ha ojalá vea las cosastales como son, y no co-
ofrecido repetidas veces. Este hubiera sido 1I moprocuraránpintárselas los interesados en
unapuerilidad indigna del Sr. jIartinez de Iestraviarle.
la Rosa; hubiera sido tener la vanidad del Dos cuestiones se ofrecen desde luego, la
título, no la ambición del mando: porque es I política y la religiosa: en ambas puede carn-
bien claro que por la combinacion de cir- pear el talento, en ambas pueden manifes-
cunstancias que constituyen la presente si- tarse el tino y la energía que deben carac-
tuacion, el general Narvaez es el presidente terizar á un hombre de estado. Unaobserva-
nato del ministerio de que forma parte, y cion haremos, que deseariamos no olvidase
poco valen los nombres cuando estan en el señor ministro , ~ es que á la revelucioa




- 332-
no la satisfacen las concesiones, y que se quicos miraríacomo una calamidad inmensa:
hace tanto mas.exigente cuanto mas se le el que se encendiese de nuevo la guerra
otorga. En,1S:H Se publicaba el Estatuto civil, de que los hombres influyentes de es-
Real: á los pocos meses su autor era acusa- te partido estan. dispuestos á la reconcilia-
do de déspote-y.servil , .y perseguido hasta cion , se horrorizan á la sola idea del derra-
su casa por el puñal asesino. Y es preciso mamiento de sangre, y que tendrán mas
no olvidar que la revolucion se reviste de cordura, mas paciencia, mas amor patrio
distintas formas, que no siempre levanta que sus imprudentes provocadores.
banderas republicanas ó muy democráticas: Que si se deja engallar por relaciones
es revolucion todo lo qllC no es justicia, todo I mentidas ó exageradas, si identifica su cau-
lo que es medrar á costa del Estado, todo III sa con los que á nombre de defender el g9-
que es enriquecerse á la sombrade leyes ini- ! bierno v el trono de Isabel estan insultando
cuas, todo 10 que está en oposicion con los I todos los dias á los hombres que profesan
principios tutelares de la sociedad. los principios de la inmensa mayoría de la


Hubo un tiempo en que se culpó y se ri- nacion, que agotan el diccionario de losapo-
diculizo y .desprcció la fusio;n del Sr. Jllctrti- dos, que reproducen con inconcebible ce-
ne: de la Rosa; semejante fusion era enton- guedad las mismas páginas que se leyeron á
ces imposible, porque la Providencia en sus principios de la guerra civil, y que no poco
tremendos arcanos habia permitido que se contribuyeron á embravecerla; no serán
desencadenase el espíritu de discordia en bastantes sus intenciones para sincerarse á
nuestra desventurada patria, y que peleasen los ojos del público, y la nacion le hará res-
encarnizadamente hermanos con hermanos. pensable de las calamidades que se preparan
Afortunadamente se ha restañado la sangre al pais. Oiga, no precisamente á los intere-
que á raudales corria; y la fusion, es decir, sados en alucinarle, sino á los que por su
la union sincera de todos los hombres de posicionsocial y ·demas circunstancias trai-
bien, de todos los que no quieren medrar en gan consigo una garantía de entereza é irn-
los disturbios, de todos los que ó poseen la parcialidad; y si de las graves cuestiones
independencia necesaria ó se sienten con la que se han agitado en la prensa quiere en-
bastante fuerza y resignacion para vivir de terarse por la misma prensa, si quiere Ior-
su trabajo y no del tesoroni de los agiotages, mar juicio cabal. sobre la que ha levantado
esta fusión, repetimos, es posible, es útil, es mas polvareda, soloIe rogamos que lea y
necesaria, es el único mediode salvacionque juzgue.
le queda á la desventurada España. Esta fu- Se le pintará al clero como intratable, co-
sion se iba haciendo lentamente, y ya en el mo exigente, sin consideracion alguna, co-
pronunciamiento de ,184.3 manifestó lo que mo fanático y perturbador: pero sepa que
podia ser un dia; pero la re volucion se ha 11 su perturhacion consiste en haberse presen-
alarmado á la vista de un adversario que l tado á usar de su derecho electoral en uno
acabaría por matarla; y por esto ha formado ¡i que otro punto; su fanatismo no es otro que
el empeño de impedirlo, y por esto se fin- ji el empeño de sostener la independencia de
jen proyectos de conspiración en ,que nad!e 1I l~ Iqlesia; sus e:xigenc!as ~~ limitan á pe?ir
sueüa ; por esto se clama que esta en peli- I siquiera un poco de justicia y reparación
gro el trono de Isabel II; por esto, y des- despues de tantos años de injusticia, despo-
pues de lo que todo el mundo ha visto y I jos y atropellamientos; y que su intratahili-
palpado, por esto, repetimos, se asegura que I dad está en sufrir con paciencia los apodos
los absolutistas se han escedido., y han co- I conque diar.iamcnte se le moteja, arrastrando
metido escesos , y han rroclamado princi- por el polvo de los partidos nombres augus-
pios incompatiblescon e trono de la Reina. l tos. Vea S. E. cómo ha renacidoel nomhrede
y se escita al gobiernoá medidas de rigor, y I apostólicos, que de muchotiempoatrásseahs-
se alarma á la nacion cual si estuviéramos tenían de emplear ciertoshombres; vea cómo
en vísperasde una nueva guerra. Que no se se trabaja para que la división de los partí-
deje envolver en esta red el Sr. Afartinez 11 dos vuelva al mismo estado en que se halla-
ck la Rosa; que viva seguro de que los pe- ' ha á principios de 1834; y reflexione sí le
ligros estan precisamente en el lado opuesto ir será posiblegobernar teniendoen contra, por
al que se le indica: que viva seguro de que 1I un lado á la revolucinn y por otro á la inmen-
la inmensa mayoría de los hombres monár- sa mayoría de los pueblos, denostada con




- 333-
los irritantes títulos de fanática y servil. Re-
cuerde S. E. que tambien entonces le ofre-
cian su apoyo los que se .llamaban partida-
rios del orden enlazado con la libertad;
tambien entonces los -periódicos le lisonjea-
ban encomiando sus conocimientos literarios
y sus dotes, oratorias: pero recuerde tam-
bien cuán tristes realidades sucedieron á las
ilusiones; sangre en las calles,sangre en los
~~\\\\'I~~, ~'ll.\\.~"'~ \',\\ \\)~ \"'\\\\'I\\)~, \'1\)'1 \\)~~~
partes calamidad y desolacion , y para S. E.
ingratitud, denuestos, mofa, puñales ase-
sinos.


Hay senderos tan angostos por donde es
imposible caminar: un gobierno no debe ha-
cer esfuerzos inútiles para mantenerse en
un equilibrio imposible; húyaseenhorabuena
de los escesos del despotismo y de los de la
libertad, pero recuérdese que hay despotis-
mo ó licencia siempre que el gobierno bus-
ca su apoyo en otra parte que en los princi-
pios verdaderamente nacionales, siempre
que se empeña en sostenerse solo con el
apoyo de estos ó aquellos hombres, por mas
que para el efecto los halague y favorezca
con lodo linage de consideraciones v emo-
lumentos. •


Es digna de notarse la infaustasuerte que
ha cabido á los que incautamente sin duda
abrieron las puertas á la revolucion , v la
halagaron esperando domesticarla. Conocí-
dos sonlosnombres de los dos militares que
dieron el primer pasoen tan funesta carrera:
nada bastó á librarlos de ser víctimas del
monstruo quecontantaimprevision contribu-
yeron á desencadenar; nada bastó, ni pro-
testas de amor á la libertad, ni la mayor
dureza contralosque eran apellidados dcícn-
sores del despotismo. Todavía no se ha olvi-
dado el sangriento desenlace de Ilortaleza:
todavía 'recordamos los horribles mueras que
por largotiempo resonaron á los oidos de los
catalanes, después que sacriticada una víc-
tima en lugar de otra, esta habia logrado
salvarse á duras penas ibuscanrlo un asilo
en paises estraños, Esta leccion no la pier-
dan de vista los militares. El ministro trata-
do por la revolución con mas insultante des-
den, el ministro contra quien se dirigen con
particularísima complacencia los mas acer-
bos tiros, es el ministro que publicó el Es-
tatuto, el que procuró nutrir las esperanzas
de los trihunos diciéndoles; « el cimiento
está echado , levantad el edificio;)) el que
en sus elocuentes improvisaciones se abste-


nia cuidadosamente de herir en lo mas mí-
nimo la susceptibilidad de los padres dé ~a
revolucion, y mostraba la mayor tolerancia
y paciencia con los adeptos noveles, que
apenas salidos del colegio atacaban al presi-
dente'de] Consejo tan.hrusca y osadamente.
Esta lección no la olviden los hombres pú-
blicos.


(,Qué mas? (,1\.0 hay un nombreaugusto
\)1l~ '1~t\)~'1~'d \'d 1\)'d<¡' 'dli'\j)\\'i\ 'dli'\iY:;\l'd \}\le
concedieran los reyes, que recuerda la aper-
tura de las Córtcs, que recuerda los mayo-
res beneficios dispensados al partido liberal'?
Pues bien, este nombre augusto recuerda


J tamhien la mas negra ingratitud de los favo-
recidos, recuerda los mas grandes infortu-
nios de una Reina v de una madre, recuer-
da los insultos mas"crueles, y es objeto lo-
dos los dias de alusiones.....M~s ¿por qué
traer á la memoria lo que está afligiendo á
cuantos quisieran que ni del trono. ni de
cuantose le acercase hablasejamás sino con
profundo acatamiento? Esta leccionno la 01'-
vidarán los reveso ~


Al resignarse á aceptar el ministerio ha
debido comprender el Sr. flfartinez de la
llosa todo lo dificil y peligroso de su situa-
cion; v la resistencia tan tenaz que ha
opuesto indica bien á las claras que no se
hacia ilusiones sobre el particular, que no
olvidaba esta dificultad y estos peligros. Y es
preciso que se convenza de, que la respon-
sabilidad del gobierno pesa principalmente
sobre él; que á él se le achacarán los males
que resulten de un errado sistema, atrihu-
véndosele adamas todos los anteriores, asi
como va hemos visto que se le quiere ha-
cer responsahle de los actos del ministerio
Gonzalez Braho v fusilamientos de Alicante.
Esta es su posicion ; asi lo traen sus antece-
dentes, asi su nombradía; pero en cambio,
suya fuera tambien la gloria si , elevándose
801)re la atmósfera de las pasiones y desha-
ciéndose de preocupaciones fatales, diese á
los negocios públicosuna marcha juiciosa y
acertada. Yel aciertoyel buen juicio no es-
tan en contemporizar con todos sino en ha-
cer justicia á todos; asi como la firmeza
gubernativa no consiste en circulares que
prohijen las vulgaridades de la prensa) con.
juren tempestades que no amenazan y ata-
quen á enemigos que no existen, sino en
asirse fuertemente de Jos principios tutela-
res de la sociedad: en adoptar un sistema ({
apoyado en las ideas, sentimientos é inte- r: ~5~


t
1";.:.;.




reses nacionales; en colocarse á la cabeza
de la España, node miserables pandillas.
Que si por halagar intereses bastardos, si
por .c~m{llacer á desmedidas ambiciones, si
por intimidarse con la gritería de unos pocos,
se cometen losyerros de otras veces, el efec-
ro será el mismo, el escarmiento no se hará
esperar. A la prueba del tiempo abandona-
mos nuestros pronósticos; y el artículo que
acabamos de escribir deseamos que sea leido
de nuevo de aquí <Í. seis-meses.


SOBRE LAS PROXIIUAS CORTES.


Madrid" de octubre de 1SU.


Estamos muy lejos de creer, que ni las
próximas Cortes ni otras que les sucedan
hayan de ser bastantes á sacar á la España
del funesto estado en que se encuentra: la
organlzacion y el impulso regenerador de
este pais desventurado han de salir de una
cabeza sola, han de ejecutarse por una ma-
n~ sola; y lo mas que pueden hacer las
Cortes es aprobar y aceptar lo que se haya
concebido y planteado, y contribuir luego
á que se arraigue y afirme. Sin embargo, á
pesar de ser tal nuestra opinion, no desco-
cemos la alta importancia de las próximas
Cortes dado que no existiendo esa cabeza y
esa manode que acabamos de hablar, yagi-
tándonos todavía con los sacudimientos re-
volucionarios, preciso es confesar que las
Córtes podrian hacer muchos bienes y evi-
tar grandes males. Y cuando esto decimos,
n~ entendemos que puedan fundar un go-
bierno , pero sí allanar el terreno para que
se establezca. ¿Se verificará esto en las pró-
ximas Córtes llamadas nada menos que á
reformar la Constitucion del Estado, y á re-
solver otras importantísimas cuestiones so-
ciales, políticas y económicas?


Al fijar la vista en las Córtes ¡llIe van á
abrirse el próximo f Ode octubre, la prime-
ra duda que asalta es sobre la naturaleza de I
los elementos de que estarán compuestas.
Mirada la cosa superficialmente, se podria
creer , que celebrando los homhres de la
situacion el completo triunfo que en su con-
eept» acaban de alcanzar en la lucha elec-
toral, los diputados y senadores se presta- I


rán dóciles á todo cuanto Se les quiera.
inspirar ó exigir; y que así las discusiones I
como las votaciones de ambos cuerpos no
serán mas que la aclaracion v la sancion de
las doctrinas y proyectos que sostiene la
prensa partidaria del gobierno. Sobre este
particular permitido es abrigar algunas du-
das, que no solo sugiere el modo de pensar
de algunas personas elegidas, sinotambienlo
acontecido en las cortes de f838 y 184-0.


En las candidaturas monárquico-consti-
tucionales figuran nombrespor cierto pocoá
propósito para inspirar confianza á los parla-
mentarios; y es probable' que algunos, de-
quienes no se puede juzgar porque nose han
dado á conocer bastante en la arena política,
sean enemigos del sistema qtle se quiere
plantear. En las córtes del año 18as y en
las de 18W, el partido moderado propuso,
sin eontradiccion ninguna de parte de los
monárquicos, los candidatos que lJieR le pa-
recieron , v esto no obstante se manifesta-
ron opiniones y se emitieron votos que
estaban muy lejos de hallarse en armonía
con los principios y sistemas defendidos por
los hombres de la situacion actual.


Generalmente hablando, así los morlera-
dos como los progresistas en sus alternativas
de dominio, han padecido la ilusión de
'creerse árbitros de los que militaban en las
respectivas mas, ó que habían sido inscritos
en ellas sin consultarse previamente su opi-
nion v voluntad. Un reducido uúmero de
hombres establecidos en la capital, ocupnn-
do los puestos mas elevados y disponiendo
de los inferiores para repartirlos entre sus
adictos, han creído que ellos representaban
la masa del partido, y que serian dueños de
comunicarle la direccion qne juzgasen con-
veniente. Repctidas esperieucias han venido
á demostrar cuán equivocado era semejante
cálculo, v mas de una vez han tenido que
humillarse los orgullosos caudillos en pre-
sencia de briosos subalternos que les dispu-
taban el mando.


Loque otras veces se ha visto, esprobable
se vea también ahora; y desde luego se
puede conjeturar que la llusencia riel pprü-
do progresista no impedirá que en las próxi-
mas cortes se formen derecha, izquierda y
centro. Es muy probable que el gobierno se
situará en este último lugar, procurando
atraer desde él á los disidentes de los dos
estremos, Decimos que es probable, pero
no nos ntreveriamos á asegurarlo, supuesto




- 335 -
que el ministerio anda tan recatada en for- d.eseosos de que la r~rorma sea la ~enor po-
mular su pensamiento político, y solo le de- sible, y de que se inaugure en ESI)8ña el
ja entreverde una manera tan confusa que sistema de gobierno tal romo lo había con-
puede dar lugar á graves equivocaciones. cebido la famosa coalicion ; es decir, recha-
Verdad es que ~i se hubiese de juzgar de la zando las instituciones antiguas, respetando
marcha del gobierno por lo que en tiempos Y conservando liel y escrupulosamente la
anteriores han sostenido algunos de los in- obra revolucionaria, desechando toda alían-
dividuos que le componen, no seria difícil za con los monárquicos, condenándolos á
adivinarla; pero como variando los tiempos servir de meros instrumentos ó á una com-
se modifican tambien las opiniones, creyén- pleta nulidad. Los que asi piensan, natural


.dose que loque antes era muy fácil ahora se es que combatan la suspension de la venta
ha hecho imposible, es necesario atenerse á I de los bienes del clero secular, aun cuando
conjeturas, sin darles mas importancia de la no sea con otro objeto que para asegurar la
que merecen en realidad, atendido lo vago conservacion de los que se llaman intereses
de los indicios y lo que de sí arrojan las creados; natural es que procuren atraer al
anomalías individuales que con demasiada gobierno á medidas fuertes para aterrar á
frecuencia estamos presenciando. los monárquicos, que le culpen por haber


Tenemos una prueba muyconvincente de tratado con~ureza á los progresistas, pues
! lo que acabamos de decir en 10 acontecido les parecera que los hombres del progreso
con respecto al ministerio de Estado; lo que han de ser con el tiempo los aliados de los
si bien se considera, casi revela ausenciade parlamentarios rígidos; y que por lo mismo
un pensamiento político, y deja sospechar se lamenten de que en los escaños del Con-
que se camina al acaso, mas bienponiendo- greso no se siente ninguna de las netabili-
se á merced de los acontecimientos que no dades que en un tiempo impulsaran y diri-
tratando de dirigirlos. Desde la caida del gieran la revolucion ; natural es que se
ministerio Gonzalez Braho han sidollamados opongan á que se quiten de la Constitucion
á ocupar la sillil de Estado dos personages, de 1~37 los artículos relativos á libertad
ambos de opiniones bien conocidas, y sin de imprenta, á jurados, á miliéia nacional;
embargo el ministerio haintentado avenirse que no quieran cámarahereditaria, y tal vez
con ellos, y segun voz y fama pública en algunos ni aun vitalacia , que no admitan la
amhas epocas se han empleado los medios condicion de una renta propiapara ser dipu-
lilas eficaces para inducir al primero,á no tado; en una palabra, que procuren dejar las
r~~unclar y al segundo á aceptar. Esto .sig- cosas tales como se hallan en la actualidad,
niíica que en el gabinete hahia bastante y. quieran que prosiga campeando la revolu-
flexibilidad para hacer concesiones á uno y cion , único elemento que les brinda conilu-
otro, supuesto que no de otra manera se siones y esperanzas. Si, como indican todas
comprende el que se formase empeñode que las apariencias, se forma el lado izquierdo
tos nombrados se encargasen deíinitivamen- de que estamos hablando, los principios que
te de la mencionada cartera: El-señor mar- sostenga serán á corta diferencia los que
ques de Viluma se negó á continuar en el acabamos de mencionar. Estos serán como si
ministerio; la misma conducta ha seguidoel dijéramos los nuevos progresistas, siendo
señor Martinez de la Rosa durante muchos probableque nofaltarán algunosqueambicio-
dias ; la aceptacion de este último ¿ hasta nen llenar á su manera los puestos que ha
qué punto habrá contribuido á formar ó mo- dejado vacíos la ausencia de Olózaga, Lopez,
diticar el pensamiento del gobierno'? El Madoz,y Cortina.
tiempo 10 ha de revelar. Esto se podria remediarmuy bien si fue-


Cuando el ministerio ha tenido tanta diíi- ra posible crear nuevas secretarias de Esta-
cultad en completarse, fácil es conjeturar .do, ó cuandomenos elevados destinosdonde
que estaba muy lejos de poseer un pensa- colocar á todos los oradores que se mostra-
miento político claro, lijo, poderoso, has- sen disidentes y amenazasen con un rompí-
tante á dominar las fracciones que se mani- mientode hostilidades; masdesgraciadamcn-
festáran en las Cortes. Entre los parlamen- te para la situacion, este espediente, si bien
tarios figuran celosospartidariosde la venta muy elástico, no carece de límites; los
de todos los bienes de la Iglesia, enemigos puestos muy honrosos y lucrativos nunca
de quesealtere la esenciade la Constitución, puedenser en gran número: tocante á las




- 336.-
secretarias del despacho no son mas que
seis, y por mas que se cavilase solo sería
dable aumentarlas hasta siete ú ocho, nú-
mero insuficiente para .llenar el insondable 1
abismo que en los' corazones ha abierto la
ambicion revolucionaria.


Mucho pueden dar que entender al gJ-
bierno los hombres á quienes aludimos, si
por medio de alguna maniobra, Ó quizás de
una sorpresa, no alcanzaá conjurar á tiem-
po el inminente peligro; quizás por este
motivo se habla de obtener una autoriza-
cion , y de resolver con la posible brevedad
las cuestiones de mas trascendencia.


No es difícil adivinar quiénes serán los
que se inscriban en las filas del centro,
siendo natural que asi lo hagan los que es-
tán identificados con la situacion, y que por
necesidad hayan de correr la misma suerte
del ministerio. No' es esto decir que entre
los hombres del centro hayan de faltar con-
vicciones y solo tengan cabida los intereses,
pues por lo mismo que se han identificado
con lasituacion, se deja entender que creen
al sistema dominante el mejor de los siste-
mas, ó cuando menosel únicoposible.


No es fácil decir hasta qué punto será nu-
meroso el lado derecho, ni si estarán muy
acordes en sus opiniones los individuos que
le compongan. Es probable que habrá tam-
bien en él diferentes matices, que no falta-
rán ambiciones, y que la tendencia hacia los
principios monárquicos y religiosos, asi co-
mo el odio á la revolucion y á sus obras,
existirán en gradaciones muy diferentes.


Sería de la mayor importancia para el
bien del pais que los hombres del lado dere-
cho, sean cuales fueren sus divergencias
sobre este ó aquel punto, tuviesen concebi-
do de antemano un pensamiento socialy po-
lítico, comprensivo de las bases en que
todos pudieran estar acordes, eliminando
con el silencio o aplazando espresamente,
aquellas cuestiones que, por ofrecer mayo-
res dificultades, no pudiesen recabar la una-
nimidad. De esta suerte se conseguiria
que las transacciones no dañasen á la entere-
za de los principios; pues que cuando se
creyera que estos pueden quedar compro-
metidos con tal ó cual solucion de este ó
aquel problema, quedaría espedito el cami-
no para poner en salvo la delicadeza de las
convicciones, callando ó aplazando hasta que
el curso de losacontecimientos viniese á pre-
sentarla oportunidad de tratar las cuestio-


nes ahora mas espinosas, facilitando.sumas
acertada resolucion.


Todavía, despues de la tremenda victoria
electoral alcanzada por los parlamentarios
con la estricta legalidad que la ,prensa nos
ha pintado; todavía, despues de la vergon-
zosa derrota que han sufrido esos pobres
monárquicos que se han atrevido á hacer al-
gunos esfuerzos, olvidándose de que la na-
cionentera está por los parlamentarios, to-
davía es posible organizar en las Córtes
alguna cosa que turbe el sueño á losengreí-
dos vencedores: V cuando de turbación
hablamos, téngase presente que hablamos de
turbar el sueño, lo que es cosa muy distinta
de la turbacion delórden en las calles y en
los campos. Que todas estas advertencias
son necesarias cuando no falta quien se em-
peña en sostener que el movimiento electo-
ral de los monárquicos es poco menos que un
preludio de la guerra civil. Nos hallamos
convencidos tan profundamente de que la in-
mensa mayoría del pueblo español está en
favor de las ideas monárquicasy religiosas y
en contra de la revolucion, sea cual fuere la
forma que tome ó disfraz con que se oculte,
que paraque la revolucion mueranojuzgamos
necesaria una nueva guerra, y creemos bas-
tante la fuerza de la opinion pública, con tal
que se la dirija delmodoconveniente, y nose
cometan imprudencias queriendo acelerar
demasiado el curso de las cosas y precipitar
los acontecimientos.


La clave de la política de ese gran partido,
cuyo solo principio tanto alarma á los parti-
darios de la revolucion , está en desmentir
con sus palabras y su conducta las inculpa-
cienes que le hacen sus adversarios. Se le
acusa de tender á una reaceionespantosa,
de encaminarse á un sistema de intolerancia
y de persecucion, y se procura de esta suer-
te intimidar á cuantos han sostenido el trono
de Isabel, v han contribuido mas ó menos
al triunfo de las ideas liberales. Se quiere
persuadir que no hay avenencia posible en-
tre losque siempre han sido enemigos de la
revolución, y los que en otro tiempo la hala-


I garon y fomentaron incautamente, por mas
que ahora, disipada la ilusion con las duras
lecciones del escarmiento, la aborrezcanV
detesten. Se quiere persuadir, que desde el
momento que salgamos del sistema de con-
temporizaciones, y tratemos seriamente, no
solo de enfrenar la revolución sino de acabar
con ella para siempre, caeremos en una




- 337-
reaccion formidable, donde reinará el mas llanamente lo que se le debiera sustituir.
intolerante esclusivísmo, viéndose perseguí- Si esto se hace, si hay la debida premedi-
dos de muerte cuantos no pertenezcan al tacion, si hay todo el concierto que en seme-
bando mas exagerado de los quese levanta- [antes casos es indispensable, por mas
rian con el dominio. Estas ideas, bien que reducida que sea esa fraccion de las córtes,
se hallen en contradiccion con el espíritu del ejercerá poderosa influencia en la nacion v
siglo, con la situacion de España, y aunque en el gobierno mismo. Todavia recordamos
su realizacion sea im{>osible á causa de la el efectoeléctricoproducido poralgunos dis-
profunda descomposicion sufrida por loshan- cursos pronunciados en las cortes de 1-838 y
dos políticos que antes existieran, no dejan 184.0; Yesto indica lo que sucederá en la
de ser esplotadas de contínuo por los intere- actualidad cuando no resuena el estrépitode
sados en Impedir esa uniontandeseada, que las armas, y por lo mismo se atiende mas á
seria la señalde la inauguracion de unaépo- la discusion , trasladados los esfuerzos para
ca de pazy de gobierno. Adisiparsemejante el triunfo, del terreno de la violencia al de
engañodebendirigirselosesfuerzos de todos las ideas. Mucho deseamos que los hombres
los enemigos de la revolucion, sean cuales que se sientan con bastante talento y ener-
fueren susopiniones particulares sobre pun- gía para ocupar los primeros puestos en el
tos que ahora no conviene discutir. En las partidoque indicamos, com~rendan plena-
cortes se debiera dar el ejemplo de esa (,Qr- mente su situacio"" los beneficios que pue-
dura y templanza, acercándose y entendién- de dispensar al pais, y el 'inmarcesible lauro
dose loshombres que deseansinceramente la I que le es dableconquistar. Mucho deseamos
fdicidad de su patria, y que abrigan la pro- '1 que no imiten el ejemplo de otros que, no
fundaconviccion de que nohay esperanza de sabemos si víctimas de una ilusionincom-
pazy de sosiego paraestepaisdesventurado, I prensibleó impulsados por otras causas, no
sinosalimos deunavez de las farsas revolu- han llenado ni conmucho lasesperanzasque
cionarias de que la inmensa mayoria de la habianhecho concebir, no logrando mas con
nacion es víctima, pero no cómplice. No du- su conducta ambigua que disgustar á los
damos que de esas convicciones las habrá hombres que antes los aplaudian, sin que
aun entre los mismos que el partido conser- por esto hayan conseguido disminuirel odio
vador'ha propuesto para candidatos: de al- que les profesa la revolucion, ni conjurar
gunos bien se sabe, de otros se conjetura. los peligrosque les amenazan si aquella al-


Seaenborabuena que la mayoría del Con- canzase el triunfo.
greso no participe de semejantes ideas; sea Hay aquí una mina de gloria que esplo-
enhorabuena que los alborotadores de la tri- tar; gloria tanto mas sólida y duradera,


. buna pública aplaudan á unos oradores é in- cuanto que no se fundara en la aprobacion
terrumpan á otroscon murmullos y silbidos; de pandillas y en el favor dispensado por
sea enhorabuena que las votaciones vengan mezquinos intereses, sino en ideas y sentí-
á inutilizar los mejoresproyectos, todo esto mientes verdaderamente nacionales.
no importa tanto como á primera vista pu- Pero se nos dirá: estandoen minoría ¿qué
diera parecer: lo que importa sí es que la conseguimos con nuestros esfuerzos? Siel
nacion sepa la verdad, y la verdad toda en- resultado de las votaciones ha de inutilizar
tera , de boca de algunos diputados y sena- nuestros discursos, ¿qué adelantamos con
dores; lo que importa sies que haya algunos hablar? ¿ Noseria mejormantenerse en. si-
bombres de bastante resolucion y entereza leneioy dejarque losacontecimientos siguie..
para señalar con una mano el abismo, y con sen su camino, confiando el desenlace á la
la otra el camino llano y desembarazado que fuerza misma de las cosas? Mucho se ade-
conduce á la salvacion del país: loqtte im- lantará , replicaremos nosotros: se. adelan-
porta sí es que se vea un pensamiento de tará el que con vuestros discursos se atian-
gobierno, completo en todas sus partes en .zarán convicciones vacilantes. y se crearán
cuanto las circunstancias lo consienten; que otras nuevas; y se introducirá la division y
se vea algomas que un pruritode oposicien, . el desconcierto. en las filas de losadversarios.
algo mas que una fraccion descontenta \,. Con vuestros discursos se alentarán los lí-
solo deseosa de entorpecer; que se vean midos al ver que la contienda se entabla,
hombres capaces de gobernar, y que al paso no en el terreno de la fuerza sino en el de
que condenen lo que hay, muestren lisa y la discusion , y que por lo mismo no se cor-


41




~- 338
re nin5ulq)eli~ro en manifestarse '.abi.e~ta- parará después de haber sufrido la accion
mente partidario' de los buenos prInCIpIOS. disolvente de una temporada de.cortes? S~­
Con vuestros discursos sequita á los adver- rán tantas las dificultades, las exigencias,
sarios-el arma que comienzan á manejar, los apuros de que se verá rodeado,. queél
achacando áloshomhres del partido monár- mismo, sin que nadieleempuje , se resig-
quico-religioso proyectos de de una .insur- nará á abdicar el mando, invocando tal .VGZ
reccion en que nadie piensa. Con vuestros' el auxilio de los que ahoradesdeña, llaman-
discursos puede desenvolverse completarnen- dolos á salvar el trono comprometido por
te el sistema de gobierno que. se intenta imprudentes consejos. .,...
sustituir á las farsas revolucionarias; puede i A pesar de lo que acabarnos de decirof V
rechazarse laacusacion de que se intenta su- I no obstante la conviccion que abrigamos de
miraos en una reaccion espantosai puede que entre los hombres monárquico--religiosQs
manifestarseprácticamente que no es impo- no se piensa en conspiraciones 'ni levanta-
sible la union de hombres que antes milita- mientos , creemos que es muy grave impru-
rau bajo opuestas banderas. Verdad es que dencia la de los órganos de la situacion.
todo esto puede decirse en la prensa, y se cuandoponen el grito en el cielo por temo-
ha dicho ya repetidas voces; pero un dipu- res. que nada justifica. Lo que se logra-con
tado.é un senador , con la inviolabilidad que esto es esparcir la alarma, y la alarma es
su puesto le ,garantiza y con el ascendiente siempre una semilla.1llUY funesta. Lo quese
que disfruta por lo mismo de representar una logra. es que las autoridades. subalternas se
provincia, tiene á la mano mayor abundan- entreguen á la arbitrariedad y vejen á ciu-
cía de medios-para.ilustrar la opinion pública dadanos inocentes, todo para manifestar SQ-
y conmover los ánimos, escitando los senti- breabundancia de celo y congraciarse con
mientos nacionales, v poniendo en accionlas sus patronos; y la arbitrariedad y lasvejacio-
pasionesnobles y.generosas. . Ines son tambien una semilla muy.funesta,


Procúrese que sepa la Corona, que sepa sobre todo en un país tan profundamente re-
el país, que hay hombres dispuestos á ma-· movido, y que con tanta frecuencia ha' sido
tal' la revolución sin reacciones injustas, sin víctima de vaivenes y trastornos. Lo que se
trastornos, sin violencias de ninguna clase; logra es desviarse mas y masde la legalidad
y cuando se hava logrado que el país v Ia que se predica, y fortaíecer.Ia conviccion,
~orona se convenzan de ello, déjense" las harto estendida ya, de que ciertos.hombres
votaciones para los parlamentarios. Permita- proclamanla ley.cuando les convieae, yla
seles queso gocen en sus triunfos de me- infringen y.menosprecian cuandolos emha-
mento; que se lisonjeen con la esperanza, raza. Lo que se logra es apartarlas cuestio-.
con la seguridad si les place, de que es su- nes del terreno de ladiscusion pacífica,
yo i enteramente-suyo el porvenir: despues acercarlas al de los hechos, enconarlos áni-
de unas cortes vienen otras córtes, despues , mos, despertar y avivar añejos rencores,
de unas leyes vienen otras, leyes; deS-j agitar malas pasiones, amontonando de esta
pues de unos ministerios vienen otros mi- I suerte combustibles para una conJ1agracion,
nisterios, . ' . li de que esperarnos que la' Providencia pre-
. , Cuando los sucesos se' van precipitando I servará á esta nacion desventurada. Esto es
con tanta rapidez; cuando la descomposicion 1¡1(){Jue se logra ; y por cierto es bien estra-
del partido dominante se va mostrando ca- . ño quelos hombres de la situacion , amaes-
da dia mas clara y palpable; cuando no solo I trados en laescuela del escarmiento; se
ha manifestado su impotencia gubernativa, dejen cegar de tal manera por el espíritu de
sino que hasta ha llegado á presentarse casi partido y no Vean lo que está viendo todo el
incapaz de constituir un ministerio, pues mundo menos ellos.
tanta ha sido la diticultad que ha tenido en
hallar un ministro de' Estado, yerro torpe ! i
fuera lo.que él achaca asus adversarios de r'
pretender derribarle con la fuerza de·las ar- i lQl·~
mas. ¿'Tanto es su arraigo, tanta es su po- i .
pularidad, que sea precisoapelar á medios 1:
tan estremos? Pocosmeses lleva de gobier- 1:
DQ I Yvéase á que está reducido, ¿Adónde :¡




AL '!I\TÍCULG'


.


irIadri(l 2 de octubre de 18H.


Ca_TESTACIOR
!i


359 -


11


nos su palabra para que creamos ~i~ ningun
género de duda que espresó su opmion par-


I ticular, sin consultar á los demas redactores
ni esplorar la de'Ios hombres infhIy.entes del
partido. Pero no podemos' 'persuadirnos que
un escritor grave y concienzrldó como el se-
ñor Borrego, apoyase su opiaionenflacos
fundamentos, ni se atreviese á tomar el nom-
bre de un partido, ya que no esplorarrdo di-


Con mucho gusto hemos insertado el ar- rectamente cuál era el modo de pensar de
ticulo que nos ha dirigido. el Sr. D..And~és los gefes, al menos sin atender á lo que era
Borrego: jamás hemos huidode la discusión de esperar de sus antecedentes, de sus doc:"
de nuestras opiniones, 'y muchomenos c~an' trinas religiosas y políticas, ~ del. aspecto
doelcontrincante es persona tan entendida, bajo el cual miraban los hechos que iba con-
yse espresa en lenguaje tan templado y de- I sumando la revolucion desetíemhre. En
ceroso. contra de esto nada prueba cuanto aduce el


Creemos que en este asunto hay dos cues- Sr. Borrego sobre el carácter é influencia de
ti{¡hes, una que se refiere al giro que ha to- los periódicos, porque esto se refiere, no á
mado la discusion, y otra que versa sobre ~I la naturaleza de semejantes publicaciones,
verdadero fondo de ias cosas: una y otra eXI- sino'ála entereza v moralidad de quien las
gen algunas aC,larac,ion~s , que haremos CO,n 1


1
r,edácta: ,Claro e~ qii{~!1,o sepodia exigir que


la mayor breve'dad posible. I un paruuo estuviese ligado por las declara-
,'En primer lugar no es exacto lo que afir-/ I ciones de un periódico " pero el mismo se,


ma-el Sr. Borrego, que el Pensamiento de la I ñor Borrego conviene en que semejantes pa-
Naáon dirigiese cargos al Heraldo por el ,1, labras en boca del Correo Ndcional líe-
primer artículo d(d Correo Nacional. Se c~~ 1I vahan consigo el peso, la consideracíon,
pia, ron, los parrafas mas notables, p(:ro stn ¡la ill llue,ncia que se suponía e,n personas quedecir sobre quién pesaba la responsabilidad. con riesgo v perseverancia habian formulado
El Heraldo contestó; y al Pensasnieuto de la , los principios y defendido los intereses del
Nacían preciso le fue replicar: desde enton- I partido monárquico-constitucional. Ni es es-
eescomenzóla cuestion con el Heraldo. Por ! traño qIIe crevera el Sr. Borrego, «que la


J
Jarte de nosotros no estuvo la ofensiva en ,: influencia V ai':eptaeion de que gozaha entre
o que pudiera 'p~rtencee,r á determinadas Ill~S hombres de su opinirm sohrcviviria a I?s


personas, ni periódicos. Léanse nuestros ar- I días de amargura v de prueha , y le pernll-
tículos, y se verá cuán exacto es lo que aca- i tiria sostener mas tarde lo que entonces
hamos de decir. - 1I aconsejaba guiado de la mas íntima y sincera


Agrádanos sobre manera la caballerosa '1 conviccion;» no es estraño.repetimos, cuan-
Irenqueza con' que el Sr. Borrego conviene do sobre la cuestion de' justicia y convenien-
err¡qtte' las palabras copiadas por el Pense- ' cía de la venta-de los bienes del clero se ha-
mftnford,e la Nacio« tienen un significado híanespresade con tanta energia enlascórtes
clat'tf, preciso, terminasüe , que fueron es- los hombres mas señalados del partirlo, y
tampádás~; coni'lltirna con¡¡iccion, 11 con el cuando, como observa muy oportunamente
pt"opO~itodl11u.ese les diera en su-cspiritu y el Sr. Borrego, ningunórgano suyo se levan-
esetltíath.len'tido material que de su contes- tópara contradecir a lo que asentaba el ar-
to 'se: deduce. EIHocuaLechamosde ver que ticulodel Cor1'eo ;Vacional.'
no si,n motivo llamaron la atencion , j que Pasa el Sr: Borrego ti eX'alliinar si existe
no deben dé sertan reacoionarias nuestras la contradiccion que nosotroshemos 'hecho
doctrinas , cuando en el fondo estamos de notar,y 110,S han llamadola' atencion las- pa-
acoel'flo con lo que pensaba á la sazon un labras eon que la cuestión se plantea, «Resta
publicista tan distinguido, uno de-los mas únicamente, dice, poner en claro el último
hrillantes escritores del partido conservador, 'punto, á saber:' él dé si existe contradieeion
v que en aquella época le estaba prestando jentrehaher amenazado de nulidad la venta
servicios importantes. de los bienes del clero secühir, ynomostrar-


. Poco tenemos que decir sobre 10 que es seahorapartidarios acérrimas dé la de-l~olll­
puramente personal del Sr. Borrego; hásta- cio» 'inmediata de los bienes vendidos.» Lo




- :J~o -
confesaremos ingenuamente: si nos hubiese- y las restricciones, por cierto bien espresas
mos hallado en la posición de nuestros ad- y significativas', conque plantea la cuestiono
versarios en la presente cuestion y hubiese dicen demasiado para que debamos insistir
tomado. parte en ella un escritor como el en comentarlas.
Sr. Borrego ,planteándola en los términos Unargumento de analogia aduce el señor
que acabamos de ver, le hubiéramos pedido Borrego, que á primera vista alucina pero
esplicaciones para saber si estaba con nos- que en realidad es muydefectuoso: compara
otros ó contra nosotros. En efecto: los órga- la situacion del gobierno actualen el asunto
nos de la situación, no solo no han sidoahora de los bienes del clero, con la en que se en-
partidarios acérrimos de la devolucion inme- contrariaun gobierno reparadorconrespecto
dlata , sino que han sido al contrario parti- á un tratado de alianza esterior que se hu-
darios acérrimos de que la devolucion no se hiera concluido en tiempos de revolucion.
se hiciera nunca. Estas son cosas muy dife- Permítanos el ilustrado articulistaque le ha-
rentes: razones de polttica podian influir en gamosnotar una diferencia muy capital que
ser partidario acérrimo ó templado, en que destruye por su basa el argumento. Está
la devolucion fuese mediata ó inmediata; , reconocido el derechoque tiene un gobierno
pero de esto á ser enemigo acérrimo de la de estipular con los estraños del modo que
devolucion, tanto inmediata como mediata, juzgue conveniente, y solo podria ser decla-
hay una distancia inmensa. El Sr. Borrego rado nulo el tratado, ó por la lesion enorme
se coloca en el primer caso, otros se han si- que hubiese sufrido la naeion perjudicada, ó
tuadoen el segundo: el lenguaje del Sr. Bor- por la ilegitimidad del poder contratante:
rego deja esperanzas, el de otros no; el se- pero en el caso presente había otra nulidad
ñor Borrego se muestra conciliador, otros radical, reconocida por los principales cau-
hancreidoconvenientemostrarsedesdeñosos dillos delpartidoconservador, pues que estos
hasta el estremo , rechazando nuestras opi- habían sostenido que ningun gobierno, ni
niones y achacándoles tendencias que no te- aun el mas legítimo, tenia derecho de quitar
nian ; el Sr. Borrego no se avergüenza de I los bienes al clero, declarando que esto, á
confesar que la devolucion estaba entonces mas de ser perjudicial á la nacion, era una
en su convicción sincera eíntima, yahora injusticia, una usurpacion , un despojo. La
no la retracta, solo discute sobre el mMio diferencia está clara, pero todavía se puede
de dar suave solucion á tan grave dificultad; ilustrar con una paridad. Supongamos que
pero está nwy lejos de tachar de reacciona- el gobierno. de.Espartero hubiese hecho con
rios, ni fanáticos, ni intolerantes á los que la Inglaterra un tratado de comercio que
piensen de diferente manera. hubiese afectado de una manera notable el


Ya que la oportunidad se brinda, haremos sistema de las contribuciones existentes, y
notar que en los primeros tiempos despues que esto lo hubiera hecho sin consultará las
de la caida de los progresistas, las esposicio- 1 Cortes, á quienes por laConstitucion de1837
nes de los pueblos y las reclamaciones de I corresponde el intervenir en todo lo relativo
la prensa se limitaban á pedir la suspension á impuestos. Claro es que este tratado hu-
de la venta, pero se rechazaron como reac- biera podido ser declarado nulo, no solo pOI'
cionarios semejantes clamores, se instó al la lesion si la hubiese habido, no solo por la
gobiernoá que continuase y activase la ven- I falta de legitimidad del poder contratante,
ta , se le alabó cuando adelantaba en este sino, y muy principalmente, por la ilegali-
camino, se le increpó cuando se paraba ó se I dad con que se habia procedido en el trata-
temia que aflojase: ¡,quién tiene la culpa de I do. En la cuestion de bienes del clero había
que la dificultad se haya agravado vendién- en opinion de los gefes del partidoeonser-
dose muchísimas fincas del clero secular des- ,i vador , la lesion de la nacion y del erario,
de que no mandan los progresistas, y ha- ! pues miraban la enagenacion como antí-eco-
ciéndose ahora la suspension una medida ,1


1


nómica; habia la falla de legitimidad del
insuficiente? i poder levantado por la violencia; y hahia


Nótese bien: el Sr. Borrego aclara lo que! sobre todo la injusticia intrínseca que los
ha creido conveniente, carga lealmente con 11 mismos señores tanto habian evidenciado.
la responsabilidad que ha juzgado suya, pero :1 Los argumentos en que fundamos el cargo
no acepta tampoco la cuestion en el terreno il de inconsecuencia no fueron simplemente
en que la han colocado. sus antiguos amigos; ~ las palabras del Correo Aacional, recientes




Madrid' deeembre de I SU.


---<1'_11tJ-O-O-o(>-~--


lIepef1Ciotle. .obre el ftllllf!.'"'' IIe
E.pllfi", .... ca...". " re...e"'.....


l.
I La España es muy á propósito para ser


bien gobernada: lo que nos faltano son ele-
mentes gobernables, sino elementos gober-
flantes; y sobre todo falta un centro, un
punto de' apoyo para la máquina política:
pasta que le aieancemos, todo será ó malo
ómuy pasagero. Arquimides para levantar el
mundo no pedia masque un punto de apoyo:
para mover á la España del modo que se
quisiera tampoco seria menester otra cosa
que un punto, y no seria necesario un Ar-
quimides.
, ¿ Cómo es posible, se dice, que en este
pais nadie alcance á fundar un gobierno?
¿Será que el Africa comience realmente en
el Pirineo? Nuestra raza ¿ es por ventura di-
ferente de las demas de Europa? Para ma-
nifestarla sinrazón de cuestionessemejantes,
tan ofensivas al carácter español, haremos
algunas suposiciones. Demos que en Francia
muere Luis Felipe, y queda encomendado
el gobierno á la viudadel duque de Orleans,
v que uno de los príncipes de la Real fami-
Ijll, creyéndose con derecho á la CoroRa,


- 341 -
se haga la'devolucíon de los bienes vendidos,
ni ahora ni nunca.»


El Sr. Borrego dice: «Yo sosteniaque se
debia hacer la devolucion, pero ahoranocreo
contradecirme si no soy partidario acérrimo
de la devolucion inmediata.» Si con esto se
creen los hombres de la situacion vindicados
de la inconsecuencia, y autorizados para ser
enemigos acérrimos de la devolucíon tanto
inmediata como mediata, los dejaremos que
disfruten de su ilusion tan lisonjera. A nos-
otros nos parece que el artículo del Sr. Bor-
rego está escrito con mucha entereza en lo
tocante á cargar con la responsabilidad pro-
pia, pero con no menor sagacidad para no
abrumarse con la agena. Aplaudimos since-
ramente la honradez del bombre y la perlr
picacia del escritor: otros han de decir si
quedan satisfechos del abogado. Si asi no
fuere, no culpen á este sino á-su causa.


Sonnuestros artlculos, nadie habrá olvidado
as citas y los nombres.


Concluye el Sr. Borrego escitándonos á
que, supuesto que recome ndamos su siste-
ma, lo aceptemos en todas sus partes; y nos
aconseja no nos mostremos enemigos de
los medios de reconciliacion que á la sazon
indicaba. Como el Sr. Borrego habla de la I
autoridadde la Silla Apostólica, declaramos
desde luego que si el gobierno alcanza del
Sumo Pontífice la sancion de lo hecho, nos-
otros seremos los primeros en callar ante su
fallo inapelable. Deseamos sinceramenteque
se encuentren medios de conciliacion para
evitar conflictos desastrosos; ansiamos por
el dia en que la Esraña vea restablecidas
sus relaciones con e Vicario de Jesucristo,
y en que la voz del Supremo Pastor de la
Iglesia designe el camino que\debemos se-
guir; pero hastaque esto se verifique, falta-
riamos á un deber sagrado si sostuviésemos
otra doctrina que la que hallamos consigna-
da en los sagrados cáuones , en las leyes de
nuestros códigos antiguos y modernos, en la
misma Constitucion de 1837, en los discur-
sos de nuestros antagonistas mas distingui-
dos, proclamando con nosotros la injusticia
de lo que se hizoy la justicia de que se re-
pare.


Creemos que con las reflexiones que pre-
~eden queda en su puesto la verdad; y que
a pesar del artículo del Sr. Borrego queda
en pie cuanto hemos sostenido sobre los bie-
nes del clero. Habíamos dicho que se come-
tió una grande injusticia, que asi lo habian
reconocido los periódicos y los caudillos del
partido-moderado; habíamos dicho que entre
lasdoctrinas y las protestas de otros tiempos
y las doctrinas y los hechos. de ahora se no-
taba una contradiccion chocante: nada de
esto se deshace con el artículo del Sr. Bor-
rego, quien ademas tampoco parecehaberse
propuesto objeto semejante. Hé aquí en po-
cas palabras á qué está reducida la situacion
respectiva de los que han tomado parte en
la contienda.


Nosotros deciamos á los hombres de la
situacion: «Clamasteis que el quitar los bie-
nes al clero era una injusticia,una usurpa-
eíon, un despojo. ¿Con qué consecuencia
sancioaais tamaña injusticia, y habeis apre-
surado su consumacion por espacio de mu-
chos meses?»


Los hombres de la situacion dicen: «Nos
opondremos contodasnuestras fuerzas á que I




H.


el empleode medios mas eficacespara sacar
al pais de las angustias en que se encuen-
tra. Por desgracia bay pocos de estos que
carezcan de compromisos: compromisos que
tal vez influyanen el curso de los acontecí-
mientos inas que laspreocupaciones. El ca-


I mino se ve, pero ¿quién se atreveá seguir-
I le, después de haberse empeñado en otros


'1 con tanta imprudencia? '


- 34.~-
apela á las armas, .y.se enciende una guer-
ra civil que dura largos años, equilibrándose
las fuerzas beligerantes, y ocupando'res-
pectivamente posicionesinespugnables; ¿qué
sucederá? El desencadenamiento de laspa-
sienes , y el choque de los partidos 'fueran
incomparablemente mas terribles de lo que
han sido entre nosotros; y en medio de tan
recios embates, no hubiera quien fuese ca-
paz, ni de fundar un gobierno, ni de salvar
siquiera la monarquía. Esto es evidente para
quien conozca la situacionde la Francia.


Pero continuemos la suposicion.' Demos Siempre desconfiamos del siglo de oro
que de un modo ú otro hubiese terminado la que se nos prometia con la mavoredad de la
guerra cívil, y que sin haber perecido del Reina; nunca esperamos nadao de los mila-
todo el principio monárquico,'estuviese re- gros de la coalicion ; nada esperamos tam~
presentado por-una augusta huerfanu·de 13 poco de los medios que ahora se emplean.
años;801a entre las pasiones agitadas ,entre El partido conservador está soloen el parla-
la lucha de grandes intereses, entre amo mento, no le embarazan ni los absolutistas
hiciones desmedidas, entre sociedades se- ni los progresistas: en sus manos está la na-
cretas, entre intrigas estrangeras; con la cien entera , desde las gradas del trono has-
administracion desconcertada, la hacienda ta el mas íntimo 'destino; ¿qué sistema podrá
hundida, la ley fundamental sujeta á contí- establecer capaz de resistir ú la prueha , no
nuas.mudenzas ,.Josb~bitos de insur.re.ccj@ diremos de largos años , pero ni aun de hre-
arl'tlitJ;ados con-el-tiempo ,·Ia disciplina del vísimo tiempo"? En nuestra opinión ninguno:
ejército minada por los perturbadores; con y mucho dndamosque los mismos que pare-
una infinidad de descontentos de Jos cuales cen intentarlo, abriguen firme espenlnza de
muchos lo son por la razón poderosa de ca- conseguirlo.
recer de pan; si esta combinacion de cir- En Espaüa antes oc la rcvolucion hahia
cunstancias hul~¡ese en Francia, ¿, qué sobrada estabilidad; después de la revolu-
sucederia ? Para nosotrosno es dudoso: pues cion hay 'demasiaduiustabilidnd: el escoso
bien,' esto 'se verifica en España; asl lo de la eshbilidad podia acarrear los perjuicios
ha querido la Providencia. Lo inesplicable, de un atraso, pero la presente instabilidad,
pues,' no está en la dificultad-deforrnnr un si no se remedia, traera consigo la disolu-
gobierno', sino' en-que-baya 'niuna sombra cion, v con ella nuevas catástrofes.
de él , en'qÍJe lainmeñsa mayoría se resig- En °todas las situaciones se oyen quejas
ne áobedecer Yllagar. contra determinadas personas, murmullos


Biense echará de ver que al escribir es- contra la preponderancia de este ó aquel po-
taslíneas no anda guiada nuestrapluma por Idel'; las personas de.saparecen, el poder
el espír] t~l de partido: consignamos hechos odiado se hunde, yen pos vienen otro poder
que' nadie puede desconocer; nos lamenta-I y otras personas, objeto de las mismas re-
mos de infortunios de que la nacion es vic- convenciones, de cargos parecidos: lasitua-
tima, sin que entremos en cuestiones sobre cien vuelve á presentarse la misma; salvas
qliién tiene: la culpa, Hay aqui mucho de I ligeras modificaciones que HO alteran la
providencial, estraordinario: los errores y los esencia de las cosas.
delitosde los hombres no dejan' por .esto de ¿ Y es posible que los hombres de estado
existir; pero nadie,puede negar que ha 11a- no se convenzan de que la raiz del mal es
bido en la naturaleza de las cosas algo su- muy honda, que no bastarán á curarle mu-
perior á los' pensamientos v esfuerzos hu- danzas de personas, ni un poco lilas Ó menos
manos. .. de latituden las 'instituciones? ¿Esposibtc


Esta consideracion descorazona, pero que se resuelvan a gobernar no mas quepa-
convida á meditar: convida áelevar las cues- I ra salir del paso lo menos mal que' puedan,
ti(ltíe~sobr~ la atmósfera de las pasiones é sin meditar siquiera si habría iilgun medio
intéreses demomentó , cual elevarlas dehe ! de cegar para siempre el fúnesto: manantial
e{l'fi/6!,l()fu: y aconseja al hombre deest.ado Udc nuestras dcsventurasv !\osomosutopis-




IV.


- 3U--
nada semejante, ni 'hay apariencias de que
lo haya. El soldado..de fortuna que se en-
contró ;enla posicioa mas favorable para
representar masó menos cu.mplidamente se-
mejante papel, se mostró muy . inferior á la
altura en que.le habian colocatlolas.eircuns-
tanelas:el general en gefe de.lpsejéroitos
reunidos. elevado á la regencia con él apoyo
de cien mil bayonetas, tuvo la-estrena Qcur-
renciade meterse á rev constituoional.,, .«,
Esto no necesita comentarios. Bienpngn.sc
merecido. En pos de Espartero se han crea-
do nuevas situaciones; nos abstenemos de
comparar hombres con hombres, partidos
con partidos, pandillas con pandillas; el
tiempo se encargará de parangones que no
podemos hacer nosotros.


tas , no nOS hacemos ilusiones sobre la difi-
cultad de las circunstancias , . sobre los
obstáculos que ha de encontrar todo gohier--:
no, -sea cual fuere la direceion que' quisiere
tomar; pero todavía.creamosque si nuestros
hombres públicosfuesen menos hombres de.
partido, si .hiciesen un esfuerzo para olvi-
darse de antecedentes que los desconciertan
y estravian, todavía creemosque,el remedio
no fuera imposible.. ,


Para nosotros es tan claro que nada de lo
que se hace ni se intenta hacer es bastante
para consolidar en España un gobierno, que
no.alcanzamos cómo hay hombres de buena
fé que puedan abrigar .semejantes ilusiones.
Para disiparlas no es necesario en nuestro
concepto alta penetracion.política, bastar
debiera el sentido comun. En un pais tan
profundamente conmovido ,víctima, por es-
pacio.de doce anos de guerra civil Ydere-
volucion , que no tiene mas poder que la
augusta Huérfana.que todavía noha cumpli-
do los 14 años: en un país de Europa que
está aislado de las principales potencias eu-
ropeas:. en un país religioso, que tiene
pendientes gravísimas cuestiones religiosas,
en un país católico, que tiene interrumpidas
sus relaciones con el Papa; en un país mo-
nárquico plagado .dc ensayos democráticos;
en ese' pais , ver á hombres de estado cre-
yendo' que todo puede rcmediarse con bata-
llaselectorales, con un poco mas ó menos
de latitud en las institucioues , con enviar
acá y acullá algunos agentes á dar esperan-
zas ,á esplorar terrenos, con halagar á este
ó aquel partido, ó mejor, á estas ó aqnellas
personas,todo sin plan, sin concierto, sin
nada que se eleve á la altura suficiente so-
bre laspasiones y los intereses del momento,
esto es desconsolador.


Es notable el contraste que ofrece el ano
de 1844 conel de 1834,: en ambos se halla
en' tela de jui~i(} la coastitueion del Estado;
en ambos se quiere hacer-la lransiGion,por:
medios suaves; en ambosesministro elseñor
J['artioez de l a Rosa. Pero hay la diferencia,
que entoncesfbamosdela monarquia á la
revolucion, ahora estamos ya de vuelta.. y
nos vamos de la revolucion á la monarquía.
Entonces el Sr. 1~[artinez de la Rosa fue
escogido. para designar el punto en que de-
biamos paramos, alí:ora se ha hecho lo mis-
mo: los esfuerzos del ministrode Estado no
bastaron á detener el impulso que estaba da-
do en una direccion , no sabemos si serán
suficientes á detener-el impulso actual, ,que
lleva una direccion opuesta. . '._


Entre dos ejércitos que se disputasen el
paso de un puente', sería posicienmuy pelir-,
grosa la de quien se, sitease. en!el.puente
mismo para detener ir unos y' á otrosrno.es,


UI. dificil adivinar la suerte que letocaria :esla
,'; misma suerte le ha" de- ·caber irremisible-


Cuando .reñexionamos sobre el curso es- mente á quien; en España 00 se-proeureel
traño que van siguiendo los acontecimientos, apoyo, ó de los.monárquices .ó.de.lcsprogre-
parécenos que la Providencia conduce á la. sistas. " .:
nacionpor caminos ignoradosdel.débil hom- I .,
hre , áalgun desenlacesorprendente, seme-. I .j V:.·
jante á tantos otros como hemos.presen- ".1
.ciado. Porque en las denlasrevolucioDes,'¡" Creemos queeonvíeneaplazar la cuestion
cuando han llegado á su término, fatigadas I del-enlace de. laBeinavquelas circunstancias
de sus propios esfuerzos y desangradas coa.] presentes-oponeu-ínsuperables obstáculos á
las heridas que ellas mismas se abren, se . la acertada resolucion de este gravísimo ne-.
levanta algun hombre que acaba de matarlas gocio ; pero no podemos menos de hacer no-
y las sepulta y hereda. Aqui no ha habido tal' que hasta aquella época no so alcanzará




-- 314-
la terminacion de nuestras complicaciones
socialesypolíticas. Betóquense unay mil ve- .
ces las institucíoues fundamentales t. resuél-
vansecomo se quiera los innumerables pro-
blemas pendientes en el pais; las esperanzas
y los temores .se nutrirán con el nuevo po~­
venir que pudieramaugurarse con el matn:-
monio de la Rema; hasta que se sepa cual
será el príncipe que se coloc~r~ al Iado de
la augusta Isabel, todo sera mtermo; se
habrá construido una bóveda, pero le faltará
la clave.


VI.


El partido progresista ¿puede gobernar
solo'! ¿Encierra en sí loselementos necesa-
rios para establecer un órden de cosas tra~­
quilo y duradero? No. Así nos 10 est~n
diciendo las doctrinas que proclama, los SIS-
temasque quiere ensayar, y mas que todo
su historia.
. El partido moderado, combatido por los
progresistas v los monárquicos, ¿puede go-
bernar? No. Una minoría tan reducida, sea
eual fuere la inteligencia que crea poseer,
no es bastanteá dominar tantos y tan pode-
rosos adversarios.


El partidomonárquico, si ~e empeñase ~n
gobernar con un sistema VIOlento, y sin
atender al nuevo curso que han tomado las
ideas á la alteracion que han sufrido lascostu~bres, al. conjunto de circunstancias
que constituyen lo que se llama necesld~~e,s
de la época, ¿podria gobernar? ~o. Dificil
fuera alcanzarel mando consemejantes con-
diciones conservarlo imposible.


Un te~ero, ó mejordiremos cu~rto par:
tido que ni quisiese á los progresrstas , ni
á los' moderados, ni á losmonárquicos y que
se empeñase en gobernar sin el. apoyo de
ninguna de las fuerzasque dan Vida a estos
tres, ¿podria gobernar? No.~~ra nosotros es
.tan evidentecomo la imposibilidad de andar
largo trecho y al aire libre, por.una maro-
ma soplando con furia encontrados vientos.iPueden formarse coaliciones de diferen-
ses partidos y con ellas fundar y conserva~
am gobIerno'! No. Y es~e gobierno n? sera
posible.hastaquese~~nslga q~e unos u.otros
lfenunClen a sus opmlOnes, a sus pasiones,
.á sus intereses, ó que vivan en paz y armo-
nía elementos que naturalmente se re-
chazan.


Luego ningun partido por sí solo puede


gobernar; y además es imposible que se
reunan diferentes partidos para lograrlo,
Luego es imposible el mando de lospartidos.
y fuera de lospartidos, ¿quéhay? ¿Existe '
en España alguna porciou de hombres que
no puedan calificarse deprogresistas , ó mo-
derados, ó monárquicos , ó medios entre
unos ú otros? No. Pues esos tales serian
hombres sin ideas y sin deseos; es decir,
sin entendimiento ni voluntad.


«Luego, se nos dirá, es imposible en Es-
paña el gohierno.» Esto no es verdad, y de
los antecedentes que acabamos de asentar
deducimos nosotros otra consecuencia. En
España, como en Francia, como en Ingla-
terra , como en todos los paises del mundo,
es imposible un gobierno de partidos propia-
mente dicho, tranquilo y duradero: consúl-
tese la razon, léase la historia> atiéndase á
la esperiencia , y se echará de ver el fenó-
meno social y político que acabamos de in-
dicar. En las monarquías , en las repúblicas,
en los gobiernos mistos, se verá siempre un
pensamiento superior a los partidos, ora
personificado en un hombre, ora en nnacor-
poracion , ora en una clase muy reducida;
pero siempre hay algo que'se levanta sobre
la atmósfera de los partidos, y que cuando
no los mata, los precisa a mantenerse en
ciertos límites, y á que empleen sus fuer-
zas alrededor de un punto determinado del
cual no pueden prescindir.


¿ Existe en España este pensamiento?
Claro es que no: lo que existe es una insti-
tucion veneranda, y por todos venerada;
pero la Providencia ha querido que esa ins-
titucion quedase sin pensamiento propio, y
lo que es mas sensible, que no pudiera te-
nerle en mucho tiempo. Aqui no hay un
consejo, no hay una corporacion , no hay
nada que llene el vacío} de lo cual resulta
esa asombrosa instabilidad que el mando de
lospartidos trae consigo. Ellos gobiernan sin
estar sujetos á otra cosa que á sus inspira-
ciones propias, sin mas objeto que su con-
servacion, sin mas reglas que sus ilusiones,
pasiones é intereses: de lo que dimana esa
fiebre que los devora, y que atrae sobre el
pais calamidades sin cuento.


Ciertos periódicos han hablado de cama-
rillas, de poderes invisibles y otras cosas
semejantes; sea de esto lo que fuere, lo
cierto es que ajuzgar p'0r los efectos no ve-
mOS'Cll ninguna parte fijeza de pensamiento,
unidad de miras, concierto de plan; no ve-




mos mas que individualidades que se agitan,
se atacan, se derrihan sucesivamente, sin
mas resultado que mudanzas de empleados
y estériles ensayos de sistemas.


En España, de once años á esta parte, se
ha estadoaplicando mas que en ningun pnis
la máxima de que el Rey reina y no [J~biel'­
fl:a: V esto ha sucedido tanto con la existen-
cía de las Cortes como sin ellas. Los minis-
terios han sido esprcsion de combinaciones
de prohombres de partido, sin sujecion á
una regla, sin sumision á una voluntad. El
partido convertido en gobierno. de esta ma-
nera tan deplorable, no ha podido gobernar
sino como tal; para esto ha necesitado aleo-
del' mucho á los hombres, y poco ó nada ú
las cosas; no ha podido satisfacer todas las
ambiciones y exigencias , y por lo mismo ha
dado lugar ú numerosas deserciones. Lo que
al subir al gobierno era un partido, ha de-
generado en pandilla, que aislada y descon-
Hada de sus antiguos amigos, los ha ido tro-
cando en adversarios, y de ahí la profunda
debilidad, el esclusivismo , la célera de la
intolernncia , el delirio de un moribundo.
Esta escena se ha repetido en España varias
veces; y se repetirá otras muchas , y siem-
pre , hasta que en la elevada regíon del po~
del' haya un pensamiento propio-, al cual se
hayan de someter los partidos que se apode-
ren del mando.


Sin esta condicion es imposible todo !:,o-
hierno; no dura ninguno qlle no lo pos!'a;
mientras él faite, no hay esperanza de otro
sistema que el actual de nuestras antiguas
colonias, que con algunas modificaciones,
hijas de la diferencia de situacion , es el
mismo que desde la muerte de Fernando YII
estamos presenciando en España,


Sobre el discurso pronunciado por
.\'. }f'. en la ..oleJrlue al,er,ura de


las Córles.


J\.J:tdri.1 16 do ortuhr-e J!! 1s1t.


La Ileina ha cumplido los catorce Mios; la
mayoría, que la fuerza de Jos acontecimien-
tos' V el voto de las Cortes hahian va decla-
rado hace muchos meses, ha llegado ahora
aun para los que no han querido reconocer
mas legalidad que la consignada en el ar-


tículo ;j6dela Constitucion de 1837. Se han
ahierto solemnemente las Córtes; la nacion
disfruta de tranquilidad; la autoridad de la
Reina es obedecida en todo el ámbito de 1"
monarquía; no hayninguna cuestion estran-
gera que pueda turbar la paz ni poner en
conflicto al gobierno; v en estas circunstan-
cias se halla dueño delpoder el partido que,
en su concepto, es el único capaz de cica-
trizar las llagas abiertas por la revolucion,
y aprovechar los bienes que la misma haya
producido; de contener, así á los que inten-
ten sumirnos en los desastres de la anarquía,
como á los que se propusieren llevarnos á
las violentas reacciones del despotismo.Due-
ño del ministerio, solo en las córtes , en po-
sesion de todos los empleos, árbitro de los
destinos de la nacion, el partido conserva-
dor ha visto llegar el momento supremo en
que puede manifestar lo que quiere, lo que
puede, Jo que vale, lo que es, disipando con
hechos y no con meras palabras las cquivo-
cacíones en que hayamos incurrido los que
no hemos augurado bien de su mando. Asi
lo reconocen sus principales órganos; ellos
convienen en que, si ahora no organiza el
pais y no crea un gobierno que satisfaga las
necesidades de la nacion, se hunde, v se
hunde para siempre, Las ventajas de la 'pre-
sente situacion respecto al partidodueño del
mando las reconocia francamente ellfera[.-
do en su número de '11' del corriente, con-
minando á su partido con el descrédito y la
ruina si no dota al pais de las leyes qne con
urgencia necesita, asi en jo político (OIIlO en
io administrativo y económico (1 l.


(1) «Jamás, desde que el gobierno representati-
vo se restableció por tercera vez en nuestra patria, se
han ahierto las Cortes de la nacion bajo coudícío-
nes tan favorablps y ventajosas corno las en que
3C~II13 de vet ifícarse este graude acto.


Concluida hace cinco años la guerra civil, y
sin temores de que pueda volver a leto·fiar si 11OS-
otros no la provocamos con nuesl"as itnprudelJcia~;
vencida en todos los campos y 'bajo todas sus fase,
la revolucíon: arrojado por el voto público á tier-
ra' estrangera el soldado temerario é ingratu qlW
osó interponerse como un obstáculo entre las ins-
tituciones y el trono: protegido este por la inocen-
cia misma del angel que lo ocupa, amado del .nue-
blo, fuerte ya por la ley, rodeado de los mas vallen-
tes y de los mas leales, y funcionando en casi todas
las esferas de la gobemacion aquellos que un inte-
rés cornun de órden y libertad unió para defpnder
y salvar tan preciosos objetos, merecerianws la I'e-
])robacion de la Eu.ropa • !J '10 deherirnnos llamar-


42




"' ""- ~)·l,U-


El discurso pronunciado por S. M. en la
solemne apertura de las cortes es el primer
programa de gobierno que ha presentado al
pais ()1 ministerio actual. y asi es necesario
detenerse algun tanto en su examen.


Poco tenemos que decir sobre los dos pár-
rafos en que se habla de las relaciones con
las potencias estrangeras : estando reducidos
á las frases generales qU0 en semejantes
casos sc acostumhran , v á dar cuenta de la
embajada de la Suhlimc'llllcrta y de la ter-
minacion de las desavenencias con el impe-
rio de Marl'llecos , carecen de interés por
versar sobre negocios· va conocidos del pú-
blico. •


Sin embargo, dos cosas son notables en
los párrafos mencionados: el absoluto silen-
CIO sobre el reconocimiento de las dernas
poten?ias, y l~n paréntesis lisonjero para la
Francia, Lo pnrnero no lo cstrañauios, antes
creemos que esta es la conducta que se de-
bía seguir, porque no hay necesidad de ha-
cer concebir esperanzas "que no se puedan
cumplir, ni de emplear ostentosas frases de
independencia y dignidad nacional ,cuando
no estan atacadas ni amenazadas la dignidad
ni la independcnc~.


Tocante al paréntesis diremos francamente
que nos ha parecido algo inoportuno, v un si
es no es oficioso: cuando todos sabemos que
I~s Jornadas de Isly, Tánger y Mogador han
Sido hechos de armas felices pero muy pe-
queüos , parece que en boca de una Reina
de España , y hablando á la nacion en cór-
tes, no sienta bien lo de tanta celeridad 11
qloria, cuando no había necesidad de hablar
de la terminacion de la guerra entre Francia
y Marruecos, y mucho menos de calificarla.


Para abstenerse de esto todavía mediaba
otra consideracion, que seria de mucho peso
si se tratase de las desavenencias de la Fran-
cia con una nacion europea, pero que tam-
poco debia ser desatendida aun tratándose
de Marruecos, donde no es probable quc se
ocupen mucho del análisis de los discursos
de apertura de cortes. Esta consideraciones


nos partid" politico, sino impotente y raquitica ban-
(ier¡~. movida por pequeñus pasiones y desprecia-
bies Intereses, si tumnien esta vez se nos escapase
ti gobernalle del Estado sin que :\ lo menos hubié-
semos dotado al país de aquellas leyes ímportautes,
necesarias, urgentislmas, 'lile uxi en lo i,olílieo como


"én lo adrninistratiYo y 'económico l'pe!am:l S1I deplo-
'rable situacíon».


la de no herir la susceptibilidad de 105 ven-
cidos, cn el mismo párrafo donde se dice
que tanto se desea conservar la paz conelim-
perlo de 3Jal'ruecos, y cuando se da la noti-
cia de que se hallan ya convenidas las ha-
ses de un tratado en cuya virtud obtendrá
España la satisfaceiun que de justicia se- le
debe. y que no se halla todavia ratificado
el tratado en el modo y forma convenientes.


Se comprende muybien que en Francia
se procuren agrandar las dimensiones de la
campaña de ~lalTuec:()s; que con la mira de
dar presti,:;Ío al joven príncipe vice-almiran-
te v (Ll entretener la vanidad nacional, se
presenten los trofeos de las pequeñas bata-
llas , ya que no es pnsihleofrecerlas granlÍes
como las de Marengo y Austerlitz ; pero en
Espalia debemos dar á los [lechos cl valor
que tengan y nada mas: en un discurso del
Rcv á las cámaras francesas hubieran senta-
do' bien semejantes palabras, en el de la
Reina de Espafla, no,


Estas observaciones no son hechas con
espíritu de criticar; son dietadas por la ra-
zon , por el deseo di) que en documentos de
esta clase lIO se caiga en faltas tan repara-o
hles: [litas ú que es probable no se atienda
en Marruecos, pero que no es regular que
pasen desapercibidas en Londres y en otras
partes.


Con razón ó sin ella se ha acusado á los
hombres de la situacion de estar muy incli-
nados en favor de la Fraucia , y de escuchar
demasiado sus consejos: y asi" fuera de de-
sear que se evitasen cuidadosamente todas
las ocasiones que pudiesen dar pie á seme-
jantes sospechas. El embajador inglés en
Sevilla ha dado una leccion útil á los que
deseen aprender .la reserva necesaria en
asuntos diplomáticos cuando hay algun pe-
ligro de cscrtar rivalidades, ó de indicar
con imprudencias que se propende en de-
masía hacia uno de los Indos.


En Espalw , toda política que no procure
con muchísimo cuidado, con escrupulosidad,
mantenerse en equilibrio entre la Francia y
la Inglaterrn , es ti na política errada y su-
mamente dañosa al país: con la Francia se
puede contrapesar a la Inglaterra, con la
Inglaterra á la Francia; y cuando hayamos
podido anudar las relaciones con las poten-
cias dcl Norte, con el peso de estas podre-
mos equilibrar la preponderancia de aquellas.
No nos cansaremos de repetirlo: buenas re-
Iacinnrs con lodos, intimidad con nadie ; la




- :j\..7-
España en su estado actual no sacará otro dianías V nulidades; -donde se hace tan rá-
fruto de la intimidad con las grandes nació- pidamente la carrera para encumbrarse á los
ríes de Europa que lo que saca el débil aso- primeros puestos del Estado; donde se ha-
ciado con el fuerte: para aquel el trabajo Han tantos incentivos para desvanecer las ea-
y lospeligros, para este la gloria y el pro- hozas con ambicien insensata; donde sc
vecho. consumen inútilmente las fuerzas del poder


1'\0 olvidemos que á pesar dc nuestra de- y de los pueblos; donde se malogran tantos
hilidad todavía tenemos muchoselementos de I talcntos, que encarrilados en ocupacioncs
independencia: cl carácter nacional, nues- científicas v artísticas nodrian ser al pais de
tra POSiClOll peninsular y en el último confin alguna mayor utilidad'de la c¡ue le son aho-
de Europa, v particularmente la misma I'i- ra , poniendo en peligro el orden público,
validad de la~ nacionesempeñadas en influir entorpeciendo la marcha del gohierno, ha-
en nuestros destinos. En la divisinn agena ciendo imnosible la estabilidad.
pose~mos nu csceleute medio de fuerza ¿.Pero ~ÓUlo sc cierra cl campo de las dis-
propta, cusiones pohticas? ¿. Se conseguirá este oh-


Ha llamado sobremanera la ateneion pú- jeio con un senado vitalicio ó hereditario, si
hlica el párrafo relativo á la reforma de la no se hace que la ley fundamental cierre la
Constitución, porque estaban los ánimos muy entrada'del Congresoá todoslosque no posean
suspensos é inquietos con los' rumores que una propiedad respetable, si no se hace que
hahian ciroulado estos últimos dias sobre el el poder tenga mas fuerza , y no se vean á
proyecto de aplazar la indicada ref:orma. Es- cada paso precisados los gohernantes á com-
te aplazamiento en las crrcunstancras actua- parecer delante del gran jurado, compuesto
les podia ser muy largo y hasta indefinido, de pretendientes que deseen colocacion, de
mayormente atendidas las vicisitudes que en empleados que ambicionen ascenso, de ce':"
España suelen correr las Córtes , en las que santos que anhelen venganza, de agiotistas
todavía no hemos visto un ejemplo de muer- que busquen encubridores o cómplices? ¿Se
te natural, pues qne hasta ahora todas han cerrará el campo de las discusiones políticas
pe,recido ab irato , y algunas en la cuna si no se remedian los abusos de la imprenta,
misma. i si se deja subsistente el principio constitu-


El gobierno en esta parte ha-sido esplíci- i cional de la fuerza ciudadana'? lo Se cerrará
to á mas no poder, anunciando que el pro- I el campo de las 'discusiones políticas si no se
vecto de reforma constitucional seria prescu- I piensa algo mas seriamente que hasta ahora
tado,.1J en lasprimeras sesiones, calificándole 1


1


en la solución de los grande,>s problemas pen-
de punto esencialisimo , euya gravedad no dientes en el pais , que le tienen inquieto, y
podía ocultarse á la ilnsuncion y patriotismo ! que mientras existan le agitarán de nuevo,
de las Córtes , y d(~ tanta urgencia que la i y le arrojarán por necesidad al terreno de la
menor dilacion podría acarrear perjuicios in- 1\, p~)lítiea, por n,](1s esfuerzos que haga el go-
calculables, ¡ hierno para evitarla?


Tal vez nos equivoquemos, pero nos ha '1 Contiene el discurso algunas genernlida-
parecido descubrir en la reduccion del dicho 1, dcs sobre reformas de administracion V ha-
párrafo un esfuerzo por manifestar la YOlurr-11 cienda y restablecimiento del crédito:' estos
tad decidida de llevar á cabo la espresada re- puntos son ciertamente de la mayor impor-
forma con la mavor brevedad..Esto contrasta ., tancia; pero es preciso no olvidar que rnien-
de una manera particular con las voces que '! tras continúe tan incierta y azarosa la situa-
habian circulado, v las indicaciones de un i cion política, poco o nada se adelantará en
periódico que no suele esíar faltode noticias. I ninguno de dichos ramos. Buena parte de


El g-obierno dice una gran verdad, y emi- 1 las pasiones políticas no son mas en la actua-
te al propio tiempo un pensamiento político ¡lidad que pasiones comunes; hay mas bien
muy juicioso, cuando afirma que la nación \ codicia que ambicion ; no se procura dejar
anhela ver cerrado cuanto antes el campode I al pais un recuerdo inmortal con buenas le-
las discusiones políticas. Repetida,s veccs\1 yes ó instituciones,' , se ¡,lrefiere deslumbrarle
hemos sostenido la ur,gente necesidad de sa- ~ con suntuosos palacios y magníficascarrozas;
!ir del terreno de la política; de ese terreno y asi es que la administracion , la hacienda
ardiente donde callen todas las malas pasio- I y el crédito se hallan con frecuencia á mer-
nes ; donde medran tan I',\ci\¡nente las mc- ced de la llamada politir.a , 'l\1(~ en muchos




- 3.\,3-
casos no es mas que un velo, bien poco tu" ciertamente. y es que no hemos llegado to-
pido por cierto, con que se encubren los que davía al punto en que se pueda disminuirsin
van labrando fortunas escandalosas. j Cuán- peligro la fuerza del ejército, á causa del
tos y cuántas hemos visto levantar en los úl- desorden de la administracion y del no suli-
timos diez años! ¿Y con qué titulas? ¿Ha ciento vigor de la autoridad civil: es decir,
sido por ventura dispensando grandes hene- que se consigna como una necesidad para la
~cios al p~is, .despleg,an?o elevados talentos I ~utorj~ad civil la pujanza de lo. autoridad mi-
o estraordinaria laboriosidad? ¿ Son muchas 1¡IItar. Esta es una verdad muy triste, pero es
de esas fortu~as.l~ que debe ser la riqueza urJa. verdad: t'J! es la dura condicion de las
en buenos prmclplOs de moral y de econo- '1 nacmnes en qtle se quebranta la fuerza de
mía política, la recomp.e~Si\ de~ trabai?, el I las lr:y~s y s.~ (!ebi~it:.H~ ó se destruyen los
premIO de grandes scrvicros t SI se debieran i prmcipros y las msütuciones que dominaban
representar en blasones los títulos de algu- : ú los pueblos COi1 su influencia eficaz v sua-
nos que se han levantado á la cumbre social, i ve: las soeiedudes no pueden vivir sin fre-
¿ cuál es el timbre que pudieran adoptar"? I no; cuando falta la fuerza moral es preciso


Por estos motivos, que hacen mas nece- 1 emplear la física.
sario cerrar el campode la política, por eS-:


1


Creemos sin embargo que la conservacion
tos mismos motivos será mas dificil que se \' de la tranquilidad pública no depende de al-
cierre. Todavía hay muchas ambiciones que I gunos batallones mas ó menos; depende sí
satisfacer: y tras de estas ya desarrolladas, 1, de que para el Trono no sea una necesidad


, ya prontas á alcanzar el objeto deseado na- il nadie; de que la personificacion de la fuerza
cen ya otras, y en pos de ellas vendrán 1I pública sea el Monarca, y nadie mas que el
otras, hasta que una voz firme diga, basta. ! Monarca; asi como el l\Jonarca y solo el Mo-


Tocante á los acreedores del Estado, el ii narca es la personificacion de la lev. A estas
discurso asienta el principio de que «el ór- ¡"I condiciones deben someterse todos los súh-
den en la hacienda y la buena fe del gobier- " ditos de una monarquía hien ordenada: nada
no les ofrecerán la mejor garantía.» Verdad i! los dispensa ni puede dispensarlos de ello,
económica de la mas alta importancia, cuyo :: ni elevada categoría, ni talento, ni servicios;
olvido pOT cierto bien voluntario, ha hecho ii toda políticaque se desvie deeste camino,es
que SI) procurasen infundir grandes espe~ li funesta, funesta para el trono, funesta para
ranzas de mejorar el crédito en la designa- !i la nacion, funesta para los. mismos que en
eiou de hipotecas .especiaie~, ellando, una :1


1


~1I0 se empeüareu. La disciplina ?S .una ca-
dolorosa espenencia ha vellido a confirmar j, nena que ha de comenzar en el último sol-
<fue la fuerza del crédito estaba poco menos II dado y deh:' terminar en el rey: el primer
que en razon inversa del aumento de las hi- li eslahon ha de estar prendido del cetro; de
potecas, No, no ha sido la mejora del crédito 1! otra suerte nacen la ambician, la rivalidad,
lo que se ha buscadocon la incorporaoion de: la envidia, y en pos de ellas las intrigas, la
los bienes de la Iglesia al Erario: si fuese . insuhordinnciun , y al Jiu ¡,1S insurrecciones
posihle descorrer el velo de lo que se ha es- , y el trastorno del Estado. Ejemplos terribles
tado haciendosobre el particular por espacio ,1 hemos visto en la dominación de Espartero:
de algunos años; la naciónvería horrorizada .1 este general tUYO la imprudenciade minar la
las dilapidaciones y los escándalos que se 11 disciplina en provecho propio; en 184.01 es-
han ocultado con los nombres de fomento de !¡ perimentó que no faltaban otros generales
la prosperidad pública, desarrollo de la ri- :: que sabían sublevar las tropas, y en 13~3
queza, circulacion de capitales, rohusteci- 1: sufrió en el puerto de Santa María una dig-
miento de crédito. ¡[ na espiacion de los escándalos de Barcelona


La Reina, dcspucs de haber dicho que il y Valencia.
tenia la mas viva satisfaocion en anunciar ] El discurso termina con la espresion del
que el ejército ofrece en la actualidad un es- ,¡ deseo de crear una marina poderosa, y re-
tado admirable de disciplina, ha añadidoque ¡i formarfundamentalmente laadministracion de
la fuerza de este se podrá disminir sin peli - 11 justicia, sin haber hahladounapalabrasohreel
gro en cuanto se robustezca la accion de las I clero ni sobre las relaciones con la Santa Se-
leyes por medio del arreglo de la adrninis- :1 de. ¿ Será olvido"? Es imposible. ¿ Será des-
tracíon y del vigor de la autoridad civil. ,1 pique? Esto fuera demasiado pueril; no po-
Hayaqui la confesion de una verdad triste [i demos creerlo. ;. Será reserva diplomática'?




Rápida ojeada .obre elproyeelo de
reforma f!on.'i'ucional.


- :'149 -
Esta no era incompatible con alguna de si los gobiernos no deben satisfacer una cu-
aquellas frases generales que en nada com- riosidad impertinente, tampoco deben sin
prometen, y que mas bien son miradas co- graves motivos escitar una curiosidad tan
mo una espresion de cortesía. Las esplica- justa, como es la que se funda en una no-
ciones terminantes á evasivas queel gobierno vedad de tal trascendencia. .
se proponga dar en las Cártes, ¿, qué incon- Un recuerdo de Religion, tal como hubie-
vertiente hahia de indicarlas.en el discurso? ra sabido espresarlo el ilustre literato que
En la realidad, para nada nos hacen falta ocupa el ministerio de Estado, no hubiera
las cláusulas que se echan de menos: pues sentado mal en boca de una Ileina Niña, en
difícilmente nos hubieran infundido esperan- el día de su cumpleaños, en el acto de abrir
zas, ni disipadotemores; pero esto no impide las Córtes, de dirigir la voz a sus pueblos.
que participemos de la curiosidad general, Es cierto que los discursos de la Corona no
que ansía saber ó columbrar los motivosque deben ser un trozo de poesía: es cierto que
hayan podido producir un silencio que inter- han de distinguirse por su severa concision
rumpe una costumbre tan constante. ¿, Qué y rnagestuosa sencillez; pero también es
consideraciones habrán tenido presentes los cierto que sobre un trono sostenidocon rau-
secretarios del Despacho para que en el pri- dales de sangre y de lágrimas, hien se po-
iner discurso qne ha salido de los labiosde la dia permitir que en un momento tan solemne
augusta Nieta de San Fernando, no se hava descendiese una inspiración que se espresa-
ni siquiera mentado la Religion ; en las pri- se siquiera con un rasgo de consuelo y es-
meras palabras solemnes que se han puesto peranza.
en boca de la Reina Católica no hava mere- Al findel discurso se habla del auxilio de
cido ni el mas leve recuerdo la- Iglesia Ca- la Divina Providencia; y cierto que 110 se
tólica? podía hacer menos, si no se quería inaugu-


La política, la adrninistracion, la hacienda, rar el reinado de la /ley atea. Pero esto no
el ejército, la marina, los códigos, de todo basta; esto se parece á aquellos saludosfríos
se ha hablado en eldiscurso; y se ha gllar- que se dirigen en último lugar y por mera
dado el mas profundo silencio sohre los ne- cortesía. Algo mas reclamaban en nuestro
¡joeios eclesiásticos. cuando las cuestiones concepto, algo mas reclamaban lo triste y
religiosas estan entre nosotros íntimamente tremendo de los recuerdos y la negrura del
enlazadas con las políticas, cuando el asunto porvenir; algo mas reclamaban tiempos tan
de los bienes de la Iglesia tiene tantos PUlI- azarosos, momentos tan críticos y acto tan
tos d~ contado con la hacienda, cuando la solemne para el lenguaje de la augusta per-
dotacion del culto y clero afecta tan profun- sona , en quien se reunían el candor de la
damente el sistema de contribuciones. Repe- inocencia, la dehilidad del sexo, el des-
tl.1130S que esto es para nosotros incomprcn- amparo de la orfandad y la magestaddel
sible : y como suponemos que antes de :' solio.
decidirse á adoptar semejante conducta el 1\'0 hubiéramos querido en UJl discurso de
Consejo discutiria este negocio con la madu- la Corona ni 'lenguaje de sermon , ni afectos
rez que requiere su gravedad, y como ade- de jaculatoria, ni sentimientos de novela;
J~as era muy fácil encontrar algunas espre- pero sí deseábamos que con dignidad y me-
srones generales que para nada hubiesen sura se enlazara la Religion con la política,
comprometido al gohierno , ni con respecto á y se hiciera librar esa cuerda misteriosa,
los bl8ne~ del clero, ni á su dotacion, ni á que tan delicada está en el corazón de la in-
las relaciones con Roma; nos inclinamos mensa mayoría de los españoles, .y tantos
a sospechar que ha habido algo mas que recuerdos escita de nacionalidad y de gloria.
una simple ornision , que un mero deseo de .
no ar~'ostr;lI: compromisos, de no prejuzgar ~
cuestiones importantes, de no revelar secre-
tos, de no ent.orpecer negociaciones: sospe-
chamos.que haya habido algo mas que un
pen.saml~nto puramente negativo, sino que H.,lrid'3 de octubre de 1814.
el sllencl? esp.rese algo que quizás nos reve- El gobierno, cumpliendo con lo que habia
len las dISCUSIOnes de las Córtes. Si asi no prometido en el discurso de la corona, de
fuere, bueno sería recordar al ministerio,que P que presentaria á las Cortes en las primeras




Para demostrar la necesidad de la reforma
se apoya el gobierno en un hecho muy sen-
cilla, cual es el que hasta ahora la Coustitu-
cion no ha podido ser observada por ningun
ministerio de nilJg'un partido poJitico, Este
es el ar~ume[]to capital de que nos hemos
servido en todos los discursos donde hemos
propuesto la misma medida: la Constitución
no se ha observado ni en ticnmo de guerra,
ni en tiempo de paz, ni duraute la r~gerrcia
de la reina madre, ni en la de Espartero, ni
tampoco desde la dcclaracion de .la mayor
edad de Dona Isahel H; una ley que !lO se
ohservn, leios (le Iavorecer daña : es necesa-
rio !H!f'S, (; quitaria , ó variarla de manera
que sea observable. K-te ha sido el argu-
mento con que IH)IllOS cnmhatido ú jos unti-
reformistas; argumento concluyente, porque
se funda en un hecho que ha estado y está
todavla patente ú los ojos de todos.


« Ello es, dice el gobierno, (!'llC habiendo-
se sucedido varios ministcrios , distintos en
opiniones y aun en opuestos principios polí-
ticos, todos han lw1iado lilas Ó menos obs-
táculos nara gohernar dentro de los límites
de 1;: C¿l1stiÚI(~¡on, y han tenido qlli~ violar
fll~un(1s de sus d¡~¡}o~:ieioncs por el ric;-;g;o de
dejar indefensa !;". autoridad del gohie;'no y
cspucsta á alteraciones y peligros la tntll-
quilidad del Estado.» En el articuloS." sobre
reforma de la Cnnstitucion , correspondiente
al número ¡l7 de nuestro periódico, demos-
tramos con una reseña de hechos inncaahles
que se habian infringido los arlíeulo's 2,",
7.°,8,°,9,°,10, H,I'2, 'i:l,17, 1!J, 20,
06, GO, es, 69, 71, 73, 73, 'a, 7G,77;
siendo notable que en estos artículos están
contenidos los relativos ú libertad de impren-
ta, a la seguridad individual, almodoconque
se debe suspender la Constitucion , á la ad-
ministracion de justicia, Ú la propiedad, á la
religión, á la potestad legislativa de las Cór-
tes, á la igualdad de facultades de los cuer-
pos colcgisladores, al plazo d:~ convocacion
de Cortes, á la menor edad del Itcv, á la tu-
tela, á los ayuntamientos y diputaciones pro-
vinciales , á la imposicion y rccandarion de
contribuciones, al modo de íiiar la fuerza
militar permanente de mar y. tierra, á la
milicia nacional: es dJ)l'ir. que en los ar-
tículos infrinaidos está la Constitucion toda
entera; por manera qlle se han quebrantado
por el mismo hecho los dumas. Ú no .ser al-
{'linos que se han olvidado -por su escasa
importancia, ú no se ha advertido su infrac-


350
sesiones el provecto de reforma de la Cons-
tiLuc.ion, lo h,{ ejecutado el dia 18 del cor-
riente, es decir, en la nrimera sesion des-
pues de constituido el Congreso, satisfacien-
do la viva r general nnfied"d con que se
esperaba el sentido que el ministerio en ten-
dia dar á las palabras de inconvocatoria don-
de decía: «que el tiemno hnbia ¡¡es~ado ya
de llevar la reforma hasta la misma 'CO!lsli-
tucion delEstado , respecto de aaueHas par-
tes que la esperieucia ha clemost~'ado de un
modo palpable, que ni estan en consonancia
con la verdadera índole del g'obierno repre-
sentativo, ni tienen la flexibilidad necesf!ria
para acomodarse á las variadas exigencias de
esta clase de gobierno.)) .Menester es confe-
sar que el proyecto encierra modificaciones
importantes, y que si liega á ser aprobado
pOI' las Córtes, la Constitucíon de 1844 se
diferenciará mucho de la de 1837 . I~ I go-
hierno, recelando sin duda que las noveda-
des que se proponía introdueir en el código
fundamentalhiriesen demasiado la suscepti-
bilidad de los coustitucionales asi jll'ogre-
sistas corno parlamentarios , ha procurado
disminuir'la impresion tributando hmm~na!rc
á la obra de las constituvsntes de H;:li. di-
ciendo que por lo general estaba fundada en
sanos principies de derecho público, que se
dió en ella un paso I1lÍlY adelantado hacia el
buen régimen de la munarqnia, :' mus si se
compara con la Constitucion de ~ 8;12 que se
pretendía reformar. Conocemos muy bien la
falsa y dificilísima posición en que se halla
constituido-e] ministerio en cuanto se refiere
á robustecer el trono, á cansa del desvio que
ha manifestado á los monárquicos; conoce-
mos que supuesta la conducta qm~ se ha oh-
servado en las elecciones y el resultado que
se ha procurado sacar de las urnas electora-
les, era un paso muy arriesgado el presen-
tar á las Cortes un proyecto que pusiera
dique bastante á contener las irrupciones
democráticas; y por lo mismo no nos sor-
prende ver que el gobierno trata de disimu-
lar aigun tanto la gravedad de las variaciones
(Iue introduce en la Constitucion , y se cm-
peña en sostener que la nueva obra esta-
rá basada en los mismos principios <lll(' la
de ,1837. Aun asi y todo, y quizás haciendo
algunas concesiones, le ha de ser muy cos-
toso sacar triunfante su proyeeto : :;egun
todas-las apariencias encontrará una oposi-


,e ion muy fuerte, tanto en la prcll~~a como en
la tribuna.




- 35f -
cion por ser puramente doctrinales ó genera- 11 negocio; pero era de desear que el gobierno
lidades vagas de que nadie se acuerda. Cuan- ~ ya con una nueva ley electoral, ya obrando
do se afirma , pues, filie la Constitución ha IJ con ,n.Hls imparcialidad y des.de una region
existidodurante los siete últimos años, y que rl[ superior a los partidos , hubiese procurado
ha resistido ú tos vaivenes de la guerra civil 1 que en las Cortes llamadas á reformar la
v de los prouunciamientos, se asienta un he-I Coustitucion estuvieran algo mejor repre-
cho evirl~nt:;rnellte falso: [Jorque una ley que I sentados todos Jos graneles principios, todos
de continuo se infringe por gobernantes y I los intereses legítimos y poderosos que ejer-
gobenwdos no existe sino en el papel; y ! cen en la sociedad una influencia efectiva,empe¡¡~rse en probar su robustez porque se 1I independiente de las instituciones políticas.
ha conservado de esta manera, es jo mismo I Solo de esta suerte se forman leyes sabias,
que inferir la robustez de una columna sobre 11 acy1ll?Jadas á las necesidades de ~os pueh!o?;
la cual se había de le..antar un arando editi- ii HIlO ue esta suerte se las rodea del presugro
cio, yen la que sin erubargo nose ha hecho li que han menester para alcanzar obediencia
estrivar nada, sino que antes al contrario, 1[' v veneracion.
cuantos han pasado por sus inmediaciones, I • Pero dejando aparte estas consideraciones,
si les ha servido de estorbo, le han dado un ti mirando.el \)reámhulo ~al como ~s en sí, y
puntapié y la han echado a rodar: esta es l' prescindiendo de las crrcunstancras que 'le
la existencia miserable que ha cabido á la ' rodea:1, diremos francamente que nos ha
Constitución de 1837, y es curioso el oir có- parecido encerrar las buenas doctrinas de
1\10 se contentan con elio los constitucionales derecho público. En primer lugar Se hace
puritanos. intervenir, v aun s," dá la iniciativa al tro-


Asentado pues que es necesario, de toda 1, no; y adeniils se trata, no de fOfl~ar una
necesidad, reformar la Constitucion, veamos I! nueva ley, sino « de re,rjulari:ar y poneren
cómo intenta hacerlo el gobierno. I consonancia con las necesidades actuales del


En el nuevo proyecto modifica el preám- 1; E~tado Jus antiguos [ueros y liberta~es de
hu!o d(~ una manera importante. En ia Cons- 1'1' es,os,rcmos, y la interceucion qm,') sus Cortes
tituciou de ·1837 se dccia: «siendo la volun- han tenuio en tudos tiempos en los ne.qocios
tad de la nacion revisar en uso de su sObera-!i yraces de la monarqnia, modificando al efec-
nía, 1,1 Constitucion política promulgada en I to la Constitucion promulgada cnl S de junio
Cadiz en Hhle marzo de '1812, las Cortes 1


11


de 1837.»
gencrall:s, congregadas á este íin, decretan lEste prcámhulo, repetimos que encierra
y sancionan la siguiente Constitucion.» Aqui ,1 las buenas doctrinas de derecho público es
no entra para nada 1<1 corona; la nacion es '! esencialmente enemigo de la rel"oluciOi{; y
soberana; ella decreta y sanciona, v el mo- I casi declara, bien que con alguna reserva',
uarca no hace mas que aceptar: «(sabed que I por nulo y de n;ngun valor cuanto se ha he-
las Cortes generales han decretado y saucio- IChO por los tlle~ios revolucionarios , i~clusa
nado, y Nos de conformidad acepuuio , lo la obra de las Córtes constuuventcs. "amos
siguientc.» La Reina, pues, no solo nodaba á demostraría. •
la Constitucion, pero niaun tenia parte en ror-II La revolucion hahia consignado el princi-
maria; las Cortes la habian hecho v se la I1 pío de ,la soherauía nacional; es.t~ principio
imponían, la Reina la aceptaha: y es iíreciso es rccaazace , se le escluve del nuevo
advertir que cstaaccptacion no podia negar- I preámbulo. Aquí la soberanía' pertenece á la
la, porque la ley estaba ya decretada y san- I Ileina auxiliada por 1::5 Cortes. La revolución
cionada porun poder soberano. El ministerio hacia sentado el principio de que la forma-
ha creido que dcbia cambiarse este preám- ciou de las constituciones pertenecia á la na-
huio , « juzgando inoportuno, si es que no ciou , y de que al monarca solo le tocaha
p~ligr()so, eJ principio que ~n él ,se anun- aceptar; aquí se establece que la formacion .
Ciaba. » de las constituciones pertenece á los )lcdc-


,Sabido es,que segun nuestras ~octrinas el ! res constituidos , .en cuya cumbre .figura el
soncrano, m aun en las monarquias absolu- trono. La revolucion, para cousuuur, no ne-
tas, no tiene derecho ele variar por sí solo cesitaba hablar de leyes antiguas sino de su
las leyes fuudamcntnlcs del Estado; asi es I soberanía; partía de este principio general,
que no h,uhiér:~mos reprobado el,ql~e se die- , y d~: él sacaha tod~IS la~:.cm.lscCUe¡¡eias.; y si
ra a las Cortes l¡lll1terrenclOll deiJ¡¡¡a en este .1 tenia presente la Constitucion de ed!z era




-- :t.í2 -
porquéasi qneria , no porque la nacion sobe- 1


1


"1 primir y publicar libremente sus ideas sin
rana no hubiera podido hacerla de otra ma- previa censura, con sujecion á las leyes. Es
uera: ahora se trata de modificar la Consti- preciso confesar, que desapareciendo el ju-
tucion de 1837, ¿ y para qué? ((Alyfecto de r~do, la libertad de imprenta recibe una he-
regularizar y poner en consonancia con las rida muy grave. Ademas , segun la interpre-
necesidades actuales del Estado,los antiguos tacion que hasta ahora se ha dado á dicho
fueros y libertades de estos reinos, y la in- párrafo, seria posible adelantar mucho con
tervencion que susCorteshan tenido en todos una nueva ley de imprenta, porque asi como
tiempos en los negocios graves de la monar- la generalidad de las palabras de la Consti-
quía.» Nótese pues bien, y no se pierda de tuoion no impide que en la actualidad se su-
vista, que con esto se condena la obra revo- jeten Ú previa censura algunosescritos con
lucionaria; que la Reina y las Cortes al for- arreglo ú lo prevenido en el título 14 del
mar la Constitucion solo tratanderegularizar decreto de 10 de abril del presente afio.
lo antiguo, de ponerlo en consonancia con lo tamhien pudiera suceder que el gobierno
nuevo, y que por tanto declaran implícita- abrigase la intencion de hacer estensiva la
mente que la única legitimidad es la de las aplicacion á otros casos. Parece, segun se
instituciones antiguas, es la de nuestros an- desprende de la esposicion que precede al
tiguos códigos, y que si algo vale la Consti- proyecto, que no se trata de abolir desde
tucion de 1837, no es por el principio de la luegoel jurado, y sí únicamente de ver «si
soberaníanacional, sino por lo que pueda semalogra el ensayoque de dicha institucion
encerrar de lo contenido en nuestras anti- se está haciendo.» Por cierto que si losuce-
guas leyes. dido hasta ahora no es suficiente para apre-


Infiérese de esto que la Constitucion de ciar el ensayo, no sabemos lo que será me-
"844 no será hija de la de 1837: esta lo era nesíer: como quiera, si se quiere mayor
de la de "8,12, por razon de que en ambas dcmostracion creemos que han de bastar
se consignaba el principio de la soberanía pocos meses, quizás dias; de tal suerte se
nacional; pero la que ahora está en proyecto van encendiendo las pasiones y complicando
rechaza esta doctrina en que ellas se npoya- las circunstancias, que mucho dudamos pue-
han, y busca su fuerza en la voluntad de la dan conservarsepor largotiempo niel jurado
Reina, en la interveneion de las Cortes, en ni la libertad de imprenta en materias polí-
los antiguos fueros y libertades de estos rei- ticas , aun cuando se la someta á los tribu-
nos, los cuales no quiere trastornar ni mu- nales ordinarios. "
dar, sino únicamente reqularizar y poneren En el artículo 1,o se añade que los ecle-
consonancia con las necesidades actuales. siásticos y militares seguirán disfrutando de
Nótese adenias que las Cortes no sancionan su fuero especial en los términos que las Ic-
ni decretan: la corona es quien decreta y yes determinan ó en adelante determinaren;
sanciona en union y de acuerdo con las y con esto se deroga el principio de comple-
Cortes. ta igualdad en los juiciosciviles y criminales


Nos hemos detenidoen el análisisdel nue- establecido por la Constitucion de 1837. No
vo preámhulo, para que en las observaciones podemos menos de aplaudir sinceramente la
que presentaremos sobre los diferentes ar- muestra de respeto á la religion que conesta
tículos se vea que nos fundamos en losmis- disposicion ha dado el gobierno. Los estre·,
mos principios consignados en él, Yque los chos límites'á que nos es necesario ceñirnos
argumentos en que las apoyaremos estriban no nos permiten desenvolver hoy con la es...,
en la misma doctrina del gobierno. Pasare- tensión debida la oportunidad y necesidad
mos pues en revista las alteraciones pro- de esta moditicacion ; observaremos no ohs-
puestas. tante que, sea cual fuere la doctrina que se


En la nuevaConstitucion se suprime el profese sobre el origen de la inmunidad per-
párrafo 2.° de la actual, en que se dice que sonal y de la conveniencia de su mavor Ó
la califícacion de losdelitos de imprentacor- menorlatitud , está fuerade dudapara todos
responde esclusivamente á los jurados. Sa- los hombres instruidos y juiciosos, que dicho
bido es que nuestra opinion en' esta parte privilegio no puede ofrecer ningun peligro
está de acuerdo con la modificacion espresa- á la seguridad del Estado, mayormente
da. Queda subsistente el párrafo ,l.o, en que cuando es bien sabido que los Sumos Pontí-
se dice qne todos los españoles pueden im- frces no se han negado jamás á las modifica-




- ·353 -
cienes que reclamaba la variedad depaises, embargo, fe nota que el gobierno, poco se-
tiempos y circunstancias. guro de haber acertado en la materia, ha


En el artículo 44 de la Constitucion de querido presentar esta institucion como un
4837 habia un vacío que habian sentido mu- ensayo, pues que añade que las condiciones
cho todos los católicos: en él no se consig- necesarias para poder ser nombrado Senador
naba que la religion de lanacion española podrán variarse por una ley. Mas para esto
fuese la Católica, Apostolica , Romana; se es preciso que el gobierno no se apresure á
distinguia entre la nacion y los españoles, es nombrar muchos Senadorcs-; que proceda en
decir que se esquivaba el declararla religion este particular con muchísima parsimonia;
católica como religion nacional: en el pro- porque siendo vitalicia la dignidady no sien-
yecto se dice que la religion de la nacion do dablecorregirse los errores sinoconnom-
española es la Católica, Apostólica, Roma- bramientos nuevos, podria suceder que en
na, y que el Estado se obliga á mantener el pocos años nos hallásemos con un ejército
culto y sus ministros. En esta parte se aven- de Senadores.
taja á la de 1837, pero se queda atrás con Con respecto al Congreso de Diputados
respecto á la de 1812; en esta se prohihia no se hace mas innovación que la de prolon-
espresamente el ejercicio de todo culto que gar la duracióndel Congreso porcincoaños,
no fuese el católico. . Parécenos que aquí se manifiesta con toda


.!Iucho tendríamos que'decir sobre la nue- evidencia lo que dijimos al principio sobre la
va organizacion del Senado, pero exigiendo posicion embarazosa que se ha creadoel go-
esto un artículo aparte nos contentaremosbierno por su conductaen las últimas elec-
con breves observaciones. El hacer vitalicio, ciones. Es claro que los Diputados actuales
de nombramiento real y de número ilimitado no es probable que consintiesen encerrarse
el alto cuerpo colegislador, es sin duda una á sí propios las puertas del Congreso en lo
mejorade mucha importancia. Jambica ve- sucesivo; y como segun tenemos enten-
mas que admitiéndose arzobispos Yobispos, dido muchos de ellos no poseenlas condicio-
no se ha adoptado el principio consignado en ncs que se debieran exigir en la reforma,
el artículo 4.0 del Estatuto Real, segun el este será el motivo por el cual el gobierno
cual bastaba ser electo arzobispo ú obispo se habrá abstenido de proponerlas.
para poder ser elegido Prócer del reino. En Se nos dirá que todo esto se reserva para
los artículos sobre la reforma de Constitucion la ley electoral; ¿pero cómo es que el go-
demostramos hasta la última evidencia lo bienio en ninguna parte deja entrever la
desacertado de una disposicion semejante; voluntad de reformar la vigente 1 á pesar de
aSI es que hemos visto conmucho gusto que que todoel mundo está de acuerdosobre sus
en la nueva organizacion del Senado se ha- defectos monstruosos? ¿ Cómo es que el go-
bla únicamente de arzobispos v obispos, v bierno, al paso que pide la autorizacion para
para ser arzobispo ú obispo 110 basta ser arreglar la legislacion relativa á los ayunta-
electo. Pero ni aun asi nos quedamos satis- mientas, diputaciones provinciales, gobier-
fechos del todo; en nuestro concepto el ser nos políticos y consejos provinciales de ad-
los arzobispos ú obispos elegidos Senadores ministracion, no la pide para la ley electoral?
por el Rey lo mismo que los demás, es da- ¿Se reforman todas las leyes inclusa la Cons-
ñoso á la Iglesia, perjudicial al Estado, y titucion, y no se trata de una de lasmas im-
falsea el principio de la ley fundamental. '. portantes; de una de las mas vitales; d~ una
Largamente demostramos esto mismo en Icuya bondady cuyos defectos sonesenciales
~l· ar.tículo 6.o sobre la refor?1a de la Cons- en la aplicación de la f~ndamental; de un,a
ntucíon (f). Tal vez otro dia volveremos á que puede hacerlo todoo provechoso ó noci-
trat~r de! mismo asunto , si se ofrece laopor- vo,y f~l~ear por Su base todas las institucio-
tunidad y lo consiente la abundancia denes políticas? (,Se reforman las diputacio-
materias. nes provinciales, se deja intacto el art. 69


Tocante á las demas condiciones, parece- de la Constitucion de .37, en el cual se pre-
nos que se abre puerta muy ancha para I viene que los individuos de la diput~cion
que el Senado se llene de empleados: sin . provincial serán nombrados por los mIsmo,'


.electeres que los diputados á Cortes, y no se
_.~-_.._------------ piensa en reformar esta eleccion, que puedo


(t) V. pá~. 260. falsear la reforma que se introduzca en lal
4i'í




- 3t14 -
diputaciones prevtneíales t Yéase , pues, con ha sido en esta parte la intencion del minis-
cuánta verdad hemos observado que el 'go- terio? El tiempo lo ha de revelar; sin em-
bierno no se habia atrevido en esta parte á hargo sospechamos que tal vez se dará á sus
proponer todo su pensamiento. Véase cómo, intenciones una trascendencia que no en-
temiendo la oposicion del Congreso, se ha cierran.
abstenido de reformar aquelloque mas ncce- Imposible nos es examinar con la deten-
sitaba de reforma. cion correspondiente las modificaciones que


Sube de punto el fundamento de nuestra se hacen en los títulos 7.o y 8.o sobre su-
conjetura si advertimosque unode losmiem- cesion á la corona, menor edad del Rey r
bros mas influyentes del gabinete, el señor regencia; asi nos reservamos para otros ar-
Martine« de la Rosa, tiene consignada su tículos el entrar en la discusion de estas
opinion sobre el particular de una manera puntos, contentándonos por ahora con ob-
solemne: en el Estatuto Real se exigia para servar que las modificaciones son en un sen-
ser Procurador del reino estar en posesion tido monárquico y que mejoran mucho la
de una renta propia anual de 12,000 rs.; y Constitucion de 37.
es seguro .que desde entonces se ha demos- En el título 12 no s~ hace ninguna inno-
trado todavía mas y mas la necesidad de exi- vacion, y sin embargo debia hacerse, no pa-
gir rgarantías á los que hubiesen de ocupar ra quitar á las Cortes la intervencion en ma-
un lugar en los escaños del Congreso. Si teria de impuestos , pero si para libertar al
entonces se creyó necesario consignar en la gobierno de la obligacion de presentar todos
ley fundamental la garantía de la propiedad, los años el presupuesto general de todos los
lo porqué no se ha hecho tambien ahora? La gastos del Estado para el año siguiente, y
razon la hemos ya señalado; el gobierno no el plan de las contribuciones y medios para
se ha atrevido á luchar con los elementos llenarlos, como asimismo las cuentas de la
que abundan cn el Congreso. Falta ahora recaudacion é inversion de los caudales pú-
saber si esta reserva, ó mejor diremos si esta hlicos para su exámen y aprobación , con-
eonsideracion, será bastante á evitar un gra- forme se previene en el artículo 72 de la
ve conflicto. Constitucion vigente: ni la esencia del go-


En el título 5.0 se hacen variaciones illl- bierno representativo, ni la buena recauda-
portantes; pero se omite la principal que es cion á inversion de los caudales publicos,
la que debia introducirse en el artículo 26. 11 reclaman semejantedisposieion. Lo que sí
lo Qué necesidad hay de que las Córtes se I


1


vemos es que hasta ahora, queriéndose ha-
reunan todos los años? ¿Noseria mejor dejar cer esto todos los años, no se ha hecho nill-
á voluntad d.el monarca esta convoeacion, gltno : jamás la hacienda se habia visto en
señalándoseSI se quiere e! límitede dosaños? igual despilfarro; el desorden ha sido mu-


El artículo 37 de la Constitucion actual en cho mayor desde que dominan las leyes en
que se disponia que las leyes sobre contri- que se 'toma esa precaucion imaginaria pa-
buciones_y crédito público se presentasen ra garantizar el huen órden.
primero al Congreso de diputados, y que si Yá que se trata de regularizar y poner en
e~ el Senado sufriesen alguna alteracion que consonancia con lasnecesidadesactualesdel
aquel no admitiera despues, pasase á la san- Estado los antiguos fueros y libertades de
cion Real lo que los diputados hubiesen apro- estos reinos, era necesario no olvidar que
hado definitivamente, desnivelaba la maqui- en' nuestras leyes no habia ninguna disposi-
na política, aumentando escesivamente las cion por la cual el gobierno estuviese obli-
facultades del Congreso, y contradiciendo gado á consultar tocios los años á las Córtes
cl principio de igualdad de los cuerpos co- sobre In imposicion y recaudacion de las
legisladores. Por estos motivos lo habíamos contribuciones. El resultado necesario de
impugnadoen los artículos sobre reforma de semejante artículoes hacer imposible la ob-
Constitucion, y asi nos alegramos de que se servancia de la ley, es decir, matarla, y
haya suprimido. ademas, prolongar esa fiebre política que


Mucho ha llamado la atencion la reforma nos devora, tener en continua agitacion á
del párrafo5.o del artículo 48 relativo al ma- los pueblos, en movimiento las pasiones,
trimonio del Rey, Natural es que así suceda, provocando conflictos entre las Cortes y el
acercándose á pasos agigantados la impor- gobierno. Los que tanto se interesan por el
tan-re {'.aestion del enlace de la Reina. ¿Cuál sistema representativo, deben recordar que




-- 355 -
ei mejor medio de acelerar su muerte esde- il mental. Desde entonces' no hemos madade
jar en suseno loselementos disolventes que 11 de opinion ni la hemos modificado siquiera.
en tanta abundancia contiene. La existen- j Supresion del preámbulo ,en que se con-
cia de las Córtes estará tanto mejor asegu- fi signaba la soberanía nacional en un sentido
rada cuanto menos embarace la accion del ] eminentemente revolucionario y ofensivo á
gobierno y menos comprometa la tranquili- JI la dignidad de la corona; abolicion del ju-
dad y sosiego que la nacion necesita. 1


1
rada; reconocimiento del fuero eclesiástico;


En el título 13 se suprime el articulo 77, '1 declaracion de que la Religion de la nacían
relativo á la milicia nacional: esto es elevar! española es la Católica, Apostólica, Roma-
á derecho lo que existia de hecho, porque ji na; Senado vitalicio de nombramiento Real;
cr.a. c~ocan~e que habiéndose desarmado ~a !\ y con muchas ~as garant~as en. los elegi-
milicia nacional en todo el remo como peli- :1 bles ; prolongacion de la diputación porcm-
grasa á la tranquilidad pública, continuase! co años; desaparicion de las reuniones 01'-
con~ig~áda.en la Constitucion como una de ,1 dinari~s y estraordinarias de las Cortes sin
las msutuciones fundamentales. J' necesidad de convocatona; rnavor libertad


Tamhien es lIIuy digna de alabanza la su- 11 concedida al Rey en lo tocante á contraer
presión del artículo ,l.o adicional, en que:1 matrimonio , considerables mejoras en lo re-
se decíaque las leyes determinarían laépo- 11 lativo á la regencia; supresion del artículo
ca en que se habia de establecer el juicio ;,\1 sobre milicia nací,onal, y del de aplicacion
por jurados para toda clase de delitos. Solo • del jurado á toda clase de delitos, forma
el vértigo revolucionario pudo introducir en [1 ciertamente un conjunto que indica la vo-
la ley fundamental un artículo cuya ejecu- ¡Iluntad de no hacer una reforma puramente
cion hubiera acarreado á la sociedad males :1 nominal: pero no exigir ninguna garantía
de trascendencia incalculable. Basta recor- ¡! para ser elegido diputado, no mentarsiquie-
dar los frutos que ha producido el jurado 1: ra la necesidad de una nueva ley' electoral,
aplicado á la imprenta, para conjeturar el dejar la obligacion de reunir las Córtes to-
abismo á que se nos conducía aplicándole á dos los afias para examinar y votar los pre-
los delitos comunes. supuestos; no poner ninguna limitacion que


En vano se dirá que con esta mirase de- disminuya algun tanto los inconvenientes de
jaba' á la prudencia de loslegisladores el de- la publicidad; consentir que el Congreso
terminar la época; nosotros creemosque es- disfrute derechos omnímodos sobre aproha-
ta época no llegará, y que en semejantema- cion de actas, esponiéndose de esta suerte á
teria nunca puede ser preferible el sistema falsear la mejor ley electoral, esto forma un
de los jurados al de los tribunales. Adeuias, contraste que no se esplica sino recordando
siendo altamente funesta semejante institu- la posicion anómala y difícil en que se en-
eion en España en las actuales circunstan- cuentra el ministerio. Así es notable que en
cias, fue imperdonable imprudencia dejar algunos puntos ha sido mas monárquico de
consignado el principio en la ley funda- lo que era de esperar, y no ha vacilado en'
mental, llevar su mano á las instituciones que en.la


Necesario ha sidohacer esta reseña muy ciencia constitucional se consideran poco
someramente, porque es poco menos que menos que inseparables del gobierno re-
imposible encerrar en un artículo de pocas presentativo, mientras que en otros no se
páginas el análisis de una Constitucion. y atreve á consignar los principios reconocí-
de una Constitucion se trata, porque refor- dos como indispensables para el buen ór-
maria es hacerla, así como el reformar la den, aun en los paisesmasapegados y acos-
de ~ 812 convirtiéndola en la de ,1837 fue tumbrados al sistema de libertad política.
hacer otra nueva. A los lectores del Pense- Este es el grave inconveniente de asen-
miento de la Nacion les habrá bastado esta tal' un principio y desenvolverle luego con
rápida ojeadapara que sepan cuál es nues- timidez, de una maneraincompleta. Se hie-
tra opinion en este punto; mejor diremos, ren las mismas susceptibilidades que seque-
ni esto era necesario, cuando enlosocho ar- rian respetar, no se satisfacen las exigen-
tículos que publicamos algunos meses atrás cias que apremian, ni se enfrenan las pasio-
sobre reforma de Constitucion, emitimos nes que amenazan- La Constitucion tal co-
nuestro humilde parecer sobre todos los mo se la deja, exaspera á los progresistas,
puntos que encerrar debe :una ley funda- porque ven mutilada su obra; no contenta á




- 31>6-
los monárquicos, pOl'que ven abierta todavía sino á la fuerza.tntima de la sociedad, á 101
anchurosa puerta para que se desenfrene la sentimientos monárquicos y religiosos , que
anarquía; ni tampoco es posible que satisfa- en nada se oponen á una libertad bien en-
ga á los parlamentarios, pues la supresion tendida, ni al progreso que consigo trae el
del jurado y algunas otras modificaciones espíritu del siglo. Conviene pensar algomas
no pueden menos de tenerlos en alarma. En en las instituciones y algo menos enloshom-
estos casos suele suceder, que quien desea ji bres; conviene pensar en cómo se robustece
contemporizar con todos, se indispone con I1 el trono de una manera positiva j en cómo se
todos. . I logra que funcione con accion poderosa y


Era pues preciso no atender á la voluntad fecunda esa grande institucion, que abora
de estos ó de aquellos, sino á la convenien - I circnnstancias infaustas tienen enervada y
cia pública; fijar lisa y llanamente la cues- poco menos que paralítica.
tion, determinar cuál era la necesidad que I Sin esto serán estériles todas las reformas
se habia de satisíacer, y satis~acerla sin 1'0-1 constitucionales; con.tinuare!U0s del .mismo
deos. ~~as el. nlllllste~'IO no podía hacerlo así I modo que antes; s,e disputará sobre ~I ha d~
por la situacron que el propIO se ha creado: I ser un poco mas o menos; sobre SI esto o
de aquí la contradiccion ; de aquí un sistema l' aquello ataca la esencia del gobierno repre-
á medias; de aquí el empeño de detener el _ sentativo, ó solo afecta sus accidentes; yen
curso de los acoutecimientos , de violentar medio de esas disputas podrán sobrevenir
la naturaleza de las cosas. acontecimientos de vida ó de muerte, que


Sea como fuere, el impulso está dado: lo pongan en peligro el trono v en combustion
que había está dislocado ya; nadie es ca- la sociedad. •
paz de asentarlo de nuevosobresólida basa.¡
O volveremos á la revolucion , ó llegaremos ---=>101<:--
al punto á que se ba de llegar: este punto
no será el mismo de partida, porque es imo , StJbre el di6cur6tJ prtJnunciado por
posible volver al año 1832; pero está co- elSr. lIartinez de la ROlla en la se-
locado sí mucho masallá de lo que preten- .ion del Senado del ~4 de octubre.
de fijarle el ministerio en su proyecto de re- 1


I
I !ladrid 30 de octubre de 1844.


forma. I
y cuenta que si pasamos de nuevo por la Al hablar del artículode la reforma cons-


revolucion, nadie es capaz de calcular la I titucional, en que se concede al rey mayor
trascendencia de los acontecimientos: por libertad para contraer ma~ri~ollio, decíamos
de pronto espantosas catástrofes; luego...... que probablemente se atribuían al mmrsterro
solo Dios lo sabe. intenciones que estaba muy lejosde abrigar.


Medttenlo los hombres de la situacion; Claro es que aludíamos al enlace de la
echen unamirada á esehorizonte .que se en- Reina con el hijo de D. Carlos; porque es
negrece; atiendan á Jos síntomas 'lue esta- I bien sabido que algunos se alarmaron con
mos presenciando; no olviden la amenaza aquella modificacion , recelando que el go-
que les acaba de dirigir el emigrado de bicrno quisiera revestir al Trono de amplias
Londres. Vean si les conviene quedarse so- facultades para llevar á cabo dicho enlace.
los; si basta el decir: «me sobran fuerzas; Los antecedentes de los ministros, y su con-
ese es un hombre gastado: sus secuacesson ducta desde que tienen la honra de aeonse-
impotentes; deseo que hagan una tentativa jar á S. M. , nos inclinahan á creer que se-
para escarmentarlos.» Lo mismo decía Es- mejantes recelos eran infundados; ó mejor
partero, y cuantos han sucumbido han di- diremos, estábamosen la conviccion , de que
cho lo mismo. Es preciso, es indispensable, los individuos que componen el actual gal;li-
es urgente buscar apoyos firmes, no contar nete, no solo no serían partidarios de dicho
en las bayonetas solas, ni en la policía, ni proyecto, sino que se opondríaná la realiza-
en el temor de los castigos. Desgraciada- ciondel mismo con todas sus fuerzas. Nonos
mente tenemos la esperiencia que la sangre hemos engañado ; y la prisa que ha llevado
no produce mas que sangre; la muerte de el ministerio en sacar de su ilusiorr á los que
las víctimas que perecieron aver no espanta pudieran haberla padecido, y los términos
á los que seesponen á serlo'mañana. Apé- en que ha hecho su declaración ~olemne
lese, no á medios transitorios J violentos, han venido á confirmar nuestra opuuon, y á




Si venciera cual héroe le aclamaran.
y vencido traidor le apellidaran .


tanta nombradla,no hubieran sonado las pa-
labras de astucia, de entrada furtiva y otras
todavía peores, refiriéndose sin duda á la
propuesta de negociaciones de que se habló
en las cámaras inglesas, y no sabernos si á
otras que posteriormente hayan podido te-
ner lugar. El Sr. ltlartinez de la Rosa podia
decir, si asi lo creia necesario óconveniente,
que el gobierno estaba decidido á no e&-
cuchar'Proposiciones de ninguna clase en fa-
vor de D. Carlos ó de sus hijos; podía de--:
clarar á los partidarios de este príncipe que
depusiesentoda esperanza de que el gobier-
no se prestase en este punto á concesiones
de ningun género; todo esto podia decirse
con firmeza, con energía si se quiere, pero
evitando al propio tiempopalabrasduras que
irritan á millaresde españoles. La desgracia,
y esto no lo ignorael Sr. J.llartinez de la Ro-
sa, la desgracia es muy sagrada; las convic-
ciones son muy respetables; y un hombre
de estado, un hombre que debe colocarse en
situacion elevada. examinando con impar-
cialidad el carácter y las causas de las dis-
cordias civiles, debe siempre recordar la
diferencia que va de los delitos comunes á
los delitos políticos; y aun cuando defienda
con energía el partido que ha abrazado, no
debe perder de vista que en las guerras ci-
viles lo que para unos es crimen para otros
es virtud, lo que para unos es rebeldía para
otroses cumplimiento del deber, lo que pa-
ra unos es traicion para otros es heroismo.
~~e~?s que nadi~ deberia olvidar el autor de /~
la huela de PadIlla que / <$,t;
I~Q
, ......


l~
\


El orador conoció sin duda el estremo á .
que se había dejado llevar por el calor de la
impruvisacion.y asi es que, volviendo en si,
protestó que no era su ánimo insultm'á un
partido vencido, lo que era en cierto modo
confesarque sus palabras habian sido dema-


I
siado fuertes; «pero, añadió, cuando olvida
tantas lecciones y tantosescarmientos; cuan-


I do olvida que por su causa ha corrido lasan-
. gre española por espacio de siete años;
cuando trata de alcanzar de una manera tor-
tuos« 10 que no ha podido conseguirpeieeo-
do, es menester que esto se diga en alta voz
para que no quede duda ni dentro ni fuera
de España.» Permítanos S. E. que hagamos
notar una contradiccion de su discurso: aca-


- 3l>7 -
manifestar que el ministerio, muy lejos de
proyectarel espresado enlace, siente sobre-
maneraque ni por un instante pueda su po-
lítica ser objeto de esta sospecha.


El Sr. ministro de Estado, aprovechando
la primera ocasion que se le ofrecia, pro-
nunció en el Senado en.lasesion del 24 de
octubre un discurso notable bajo distintos
aspectos; pero sobre todo muy esplícito en
todo lo que dice relacion á D. Cárlos y su
familia: y no solo fue esplicito sino que an-
duvo acompañado de tal acritud, que con-
trastaba con la habitual templanza. que es
una de las cualidades características del se-
ñor J.llartinez de la Rosa, No se contentócon
sostener la legitimidad de doüa IsabelIl , lo
que era muy natural en un ministro de la
corona; no con asegurar que D. Carlos no
solo no tenia derecho, pero ni aun pretesto,
pues que segun el señor ministro de Estado
no hay en el mundo un monarca que reuna
mas títulos de legitimidad.que la augusta
Sellora que se sienta en el trono, sino que
apellidando á D. Carlos una y otra vez prín-
cipe rebelde, y tratando á sus partidarios
con dureza singular, se propuso quitarles
todaesperanza á conseguirnada ni para don
Carlos ni para sus hijos, ni por la via de
las armas ni por la via de las negociaciones.
(Que se vea, dijo, que el partidoque levan-
ta la bandera del príncipe rebelde, no solo
ha sido vencido en los campos de batalla, no
solo sucumbió en los campos de Vergara,
donde los que antes peleaban como enemi-
gos se abrazabancomo hermanos, sino ql'e
se desvanezca toda esperanza de lograr por
astucia Jo que no se consiguió por la fuerza,
entrando fur'tivaménle en el palacio de nucs-


. tros reyes los que no consiguieron conquis-
tarle por la via de las armas.»


Nada estraño era que el Sr. 111'artinez de
la Rosa hubieraconsignado su opinion, noso-
lo sobre la cuestión dinástica, sino tambien
sobre la no conveniencia de verificar el es-
presado enlace; no era estraño, repetirnos,
por que asilo esperabancuantos habianrefle-
xionado sobre sus antecedentes v principios:
pero hubiera sidode desear que esta declara-
cion,aunque esplícita, no fuera dura, irritan-
te, empleando términospoco decorosos cuan-
dose trataba de un príncipe infortunado, y de
un partido respetable por sus convicciones y
porel denuedo conquesostuvo su causa enel
campo de batalla. Era de desear que en boca
de un ministro de Estado, de un orador de




-- 358 -
ba de ~firinar que-eseepartido. quiere lograr Ique el gobie~no tenia e~ las ma~os el hilo'de
su objeto por astúeia , de una manera tor- la trama urdida contra la segundad del Es-
tuosa lo que no pudo lograr por la fuerza, y tado, y que se hallaba prevenidopara impe-
-que los que ,no consiguieron conquistar el I dir que se realizasen los designios de tras-
palacio de nuestros reyes por la via de las tornos y de revolucion que «por todas partes
armas, quieren entrar en él furtivamente. Si asoman,» procuró templar la impresion que
esto es asi , ¿cómo es que habia dicho antes I causar pudieran semejantescargos, culpando
que el .gobiernono ignoraba que los que han á los carlistas de la maneraque hemosvisto,
sostenido por espacio de siete años la causa y cayendo en una contradiccion tan palpable,
de aquel príncipe intentan apelar de nuevo á diciendo que estos trataban de lograrpor as-
las armas? «¿Ignora el gobierno, dijo, que tucia lo que roo habian podido por la fuerza,
los que han sostenido por espacio de .siete cuando acababa de afirmar que intentaban
años la causa de un príncipe cuyos derechos encender de nuevo la guerra civil. ¿Qué nos
ha perdido por su conducta, intentanencen- indica esto? ¿ Cómo es que hablando de los
derde nu:JVo la guerra civil? ¿Notiene prue- progresistas no cayó el Sr. ministro en una
basde que no desisten desu malpropósito?» contradiccion semejante? No es dificil adivi-
La contradiccion es palpable. En un lugar narlo; es que al hablar de los proyectos en
se dice que se quiere apelar á la guerra, en sentido revolucionario hablaba con los he-
otro que se quiere conseguir por astucia lo chos á la vista, con esos hechos que todos
que por la fuerza no se pudo lograr. Si la en- estamos presenciando, sobre los cuales ten-
trada ha de ser furtiva, no podrá encomen- dra el gobierno muchos datos, y los órga-
darse á los cañones ; si la manera ha de ser nos mismos de cierto colorcuidan muy poco
tortuosa, no podrá hacerse por medio de la de ocultar; pero al hablar de los carlistas se
guerra, q~e por lo comun es poco amante espresaria. si~ d~l?a con referencia á noticias
de tortuosidades y suele andar por lineas vagas, o insigniíicantes, y por esto no ad-
rectas. vertiria que sus acusaciones eran contradic-


Ha llamado muchola atencion la diferencia torias,
de lenguage que ha empleadoelSr. ~Iartinez Con este proceder se alcanzan sin duda
de la Rosa con respecto á los carlistas v á algunos aplausos, pero no se desarma la re-
los progresistas. Contra aquellos se ha cs- volucion, que cada dia se ensaña mas y mas
presado con dureza, con acritud; contra es- I contra la misma persona que pretendiera ha-
tos no se ha permitido una sola palabra que I lagarla. Si el Sr. Jiartinez.de la Rosa tuvie-
pudiera ofenderlos. A pesar del famoso ma- ra tiempo de leer los periódicos, hubiera
nifiesto de Lóndres, dellenguage de ciertos podido ver que el insulto, que el sarcasmo,
órganos de la prensa, de las tentativas de la (.ne el escarnio no se lo prodigan los hombres
frontera, de los clamores de los órganos de 1I de las ideas monárquicas, de cuya comunionla situacion, de las declaraciones del gobier- se aparta tan cuidadosamente cual si temie-
no, de las medidas de precaucion que se es- ra contagiarse; hubiera podido ver 'cuál es
tan tomando; á pesar de tanta seguridad co- el fruto de esa imparcialidad tan parcial y
mo se muestra tener de la existencia de las que se reproduce ent 844 la misma escenade
conspiraciones en un sentido revolucionario, 1834. Protestando que no quería insultar á
y de la proximidad de un estallido, no se un partido vencido, le ha achacado miras
permitió el orador ninguna palabra fuerte, tortuosas, echándole en cara la sangre espa-
ningun término irritante: y tal fue el giro de ñola derramada por espacio de siete años.
su discurso, tanto lo que insistió sobre los. Pues qué ¿el partido carlista es el solo
carlistas, que casi pudiera creerse que estos responsable del derramamiento de sangre?
eranlosque mas de cerca amenazaban el tro- Pues qué, ¿ se han olvidado los horriblesde-
node Isabel lI. Se conoce que elSr. ministro gücllos de Madrid, de Barcelona y de otras
se proponía congraciarse con el partido libe- ciudades? Las imprudencias del gobierno,
ral, fueran cuales fueran sus matices, laván- los desmanes de la revolucion, los despojos,
dose cuidadosamente de la mancha que cre- los atropellamientos y persecuciones de días
yera llevar si se le suponia inclinado al par- de funesta memoria, ¿ no contribuyeron á
tido contrario. Por esto, si bien se encontró que se enardeciese mas y mas la guerraci-
en .la necesidad de hablar de los revolucio- vil, á que corriese en mas abundantes rau-
naries, si bien se vió precisado á confesar dales la sangre española? ¿Tambien caerá




Madrid 30 de octubre de 1844.
,


Sobre el discurso del IIr. E/;aña '"
el Congreso de Diputados.


La discusion que ha tenido lugar en el
Congreso con motivo del dictámen de laco-
mision relativo á las actas electorales de la
provincia 'de Navarra no ha contribuido á
que se ilustrase la opinion pública, ni con
respecto al curso que babia seguido el ne-
gocio, ni al objeto que se propusieron los
que en él han intervenido, La prensa y
otras noticias particulares habían ofrecido
ya suficientes datos para ,que se pudiera
juzgar con conocimiento de causa: la epi-
nion públicahabía pronunciado su fallo: to-
dos sabian á qué debian atenerse sobre lo
que se habia dicho de coacciony de Su ori-
gen. Pero siempre ha sido muy, importante
que este juicio emanase.de un diputado
que á, este carácter reune el nohabe;
pertenecido nunca á I~s, filas del partido
carlista, y que antes al contrario ha sido
contado siempre como uno de los miembros
mas distinguidos del partido moderado. El .
Sr. Egañaha necesitado ciertamente- estar
\\~ud\\do, de \\ro{uud\\ com\cc\ou, 'j \\O\;"'-"'-l:
ademas mucha firmeza de carácter, para
elevar su voz en el sentido en que lo ba he-


- 359-
sobre él partido carlista la responsabilidad Los hombres que profesan principios monár-
de tantoscombustibles como se arrojaron en quicos y religiosos no quieren el bien por el
las hogueras de la discordia civil pormuchos camino del mal; no se aliarán con los que
de los que apellidaban libertad y trono de abriguen designios trastornadores dela tran-
IsabelIl? quilidad pública; aunque tratados con tanto


Permítanos el Sr. Martinezde laRosa que desden y acusados contamaña-injusticia, no
le digamos nó ser este el momento oportu- desmentirán ahora ni nunca que ante todo
no de hacer semejantes recuerdos, encen- son españoles, y no pueden gozarse en el
diendo pasiones que se iban amortiguando, espectáculo de ver entregada su patria á
V retirando desdeñosamente la manocuando manos de la anarquía por la esperanzade
antiguos adversarios la tendían congenero- que los escesos de esta les preparen el
sidad. Enhorabuena que cl gobierno, como triunfo.
dice el Sr. Jlfartinez de la Rosa, muestre la Hemos sentido mucho vernos en la triste
impasibilidad que le infunde cl sentimiento necesidad de juzgar severamenteel discurso
de su fuerza; pero no creemos que esafuer- del Sr. ilfartinez de la Rosa, y no podiamos
za sea tanta que sea prudente privarse del menos de sentirlo, cuando somos los prime-
apoyo de un partido tan numeroso, y que] ros en recuonocer las distinguidas cualida-
tantas pruebas tiene (ladas de no ser cobar- des de este personage; pero en el terreno
de. Cuando la revolucion está á las puertas; -de la discusion pública hay penosos deberes
cuando Espartero está ofreciéndole su espa-_ que cumplir: la defensa de la verdad, man-
da; cuando se atenta contra la vidadel Pre- teniéndose en los límites debidos, no dismi-
sidente del Consejo; cuando la espectacion nuye en nada la consideracion á las perso-
pública se halla en tan terrible ansiedad con nas que son objeto de una censura.
respecto á desastrosos acontecimientos, que '
segun todas las apariencias. se preparan, y ~
que el mismo orador ha presentado como
inminentes; cuando si la revolucion triunfa,
aunque no sea sino por brevísimo tiempo,
hemos de presenciar horrendas catástrofes,
en 'que se hundierael partido dominante, y
las gradasdel trono se salpicarían con san-
gre de sus defensores, y correrian formida-
hles azares personas augustas; cuando la
imaginacion se pierde al considerar las con-
secuencias de semejante trastorno, entonces
un ministro de la corona, un hombre de la I
reputacion deJ Sr. JJfartinez de la Rosa, ha-
blar de una manera tan acre contra un par-
tidopacifico, y echarle en cara que por su
causaha corrido la sangre española , y acu-
sarle de astucia, de tortuosidad, de proyec-
tos de entradas furtivas en el Real Palacio,
y no contentarse conquitarle toda esperan-
za, esto es incomprensible, es necesario
verlo pata creerlo, '


Semejante conducta es tanto mas estraña
cuando se acaban de desmentir de una ma-
nera solemne la noticias de los proyectos.de
insurreccion que se habian achacado á los
habitantes de Navarra; cuando la esperien-
cia demuestra ]0 calumnioso de las acusa-
ciones en que se afirmaba que Jos carlistas
'{ demasmonárC\ll\cos no carlistas se unirian
con los revolucionarios para derrocar al go-
bierno. No, estonoha sucedido ni sucederá.




360 -
eho, cuándo esta vot debía ser la primeray nuneiarlo á la opiníon pública, el hecho,no
la única, y sonar de una manera tan des- merecía menos,.pues qlleenlgravísimo. No
agradable á los oídos de algunos de suscom- era el gobierno representativo lo que salia
pañeros. Anduvo muy atinado el Sr. Egaña bien parado del sistema que se.segnia, plles
cuando desde el principio de su discurso I á poco que se repitiese ese hecho acabaría en
procuró esquivar la discusion sobre las aC-I! Espa'ña con el crédito y la verdad del go-
tas; pues que esto, á mas de empeñarle en bierno representativo. La ley le concedia-el
uhexámen tan prolijo como estéril, le hu- I derecho al partido monárquico, él se apres-
hiera apartado del punto de vista á que se il taba á acudir á los colegios electorales; pero
proponía elevar la cuestiono Su objeto era 1, no lo ha podiddo ejercer, retraído ó atemori-
aprovechar la oeasion natural que se [cofre-lit zado por la calumnia y la persecucion. Con
cia de protestar contra un hecho que la mucha razon ha dicho un Sr. Diputado que
prensa de la situacion habia negado, y que I1 semejantes palabras tendrían eco en el Con-
el Sr. Egaña ha consignado con una caha- .11 greso y fuera de él: sí, lo tendrán en toda
Ilerosidad que le honra. i España, que verá complacida un generoso


Desde que comenzaron las elecciones, y I é imparcial defensorde una verdad que ella
tan pronto como se -vió que el partido mo-I ya sabia; en Europa, que tal vez se habría
nárquico se proponiatomar parte en la lu- podido alucinar con falsas apariencias.


.cha, levantaron ciertos periódicos un grito I Recientes son las acusaciones que se han
de iudígnacion , por cierto no justificado ni I hecho durante el tiempo de la lucha electo-
por los programas ni por los nombres de las I raí á cuantos se han atrevido á aconsejar
candidaturas que se suponian en mas ó me- 1] candidaturas distintas de las que presenta-


,nos oposic!~n con .el partido dom,lllant? Lo li ban los órganos de la situación. No !mpor-
que sucedió en vanos puntos nadie lo rgno- ! taba que en lbs programas no se diera el
ra, En vano lo han desmentido algunos pe- 1: menor pretesto á cargos semejantes.Laacu-
riódicos ; el testimonio de la prensa que lo ji sacion continuaba, viéndose claroen el ,em-
habia denunciado, acaba de encontrar una ,1 peño de que á fuerza de repetir lo mismo se
conlirmacion solemne en las palabras de uno I creyese que la inculpacion era una verdad.
de los mas señalados individuos del partido Dé aquí cómo se espresa el Sr. Egaña.
moderado. «He pedido la palabra, dice. el «Carlistas, señores, carlistas se ha estado
Sr. Egañ(¿, solamente porque esta ocasion llamando, todo el tiempo que ha durado la
me ha parecido la mas natural de protestar presente eleccion, á súbditossumisos y obe-
contra un .hecho gravísimo que ha ocurrido dientes de la Reina Doña Isabel 11 que creen
durante las últimas elecciones en algunas 1


1


encontrar por distintos caminos delosseguí-
provincias del reino, sob.re el cual no s..e ha dos por nosotros ,hasta ah.ora el afianzamien-
levantado todavía una voz en este recinto, to de la actual dinastía y la paz y prospcn-
y que sin embargo en mi humilde opinion, dad de la nacion. Carlista se la ha llamado á
á poco que se repitiese acabaría en Jispaña voz en grito á una candidatura de Santan-
con el crédito y la verdaddel gobierno re- del'; carlista á otra de Salamanca; carlistaá
presentativo. Hablo, señores, de un género otra de Sevilla, en las cnales se encontra-
de coaccion muy distintodel quehan conde- han sin embargo figurando en primertérmi-
nado en sus discursos los Sres. Diputados no personas respetables y dignísimas , que
que me han precedido en la palabra. Hablo toda su vida han pertenecido á la comunion
de la coaccion moral, de la especie de inti- liberal, alguna de las cuales tiene la al-
midacion que se ha empleado recientemente ta honra de aconsejar á la corona, y otras
en algunas provincias con un partidonume- se sientan con mucho gusto y honra nues-
roso, que se aprestaba á acudir á los cole- tra en los escaños de este Congreso. Seme-
gios electorales á hacer uso de un derecho [ante modo de proceder, señores, una into-
que le concede la ley, y que no ha podido terancia tal, no esni política, ni liberal, ni
ejercer, retraido ó atemorizado por la ca- jnsta.» Muy bien dice el Sr. Bgaña; una
lumrtia y la perseeucion.¡ No era pues una intolerancia tal no es ni política, ni liberal,
ficcion de la prensa monárquico-religiosa la ni justa, Ko es justa, porque injusticia es
eoaccion que se estaba ejerciendo. , era un .~. llamar carlistas á los que no han manifesta-
kec/w; no caia en exageraeion esta prensa 1 do semejantes opiniones, y que toda su vi-
"Cuando levantaba muy alto su voz para de- da han pertenecido, como observa el st-




- 3()1 -
ñor Egaña, á la comuniun liberal. No es li- ¡' impedirselo, á no ser que se quiera acabar
beral esa intolerancia, porque aun cuando ¡ en España con el crédito y la verdad del go~
entre loselectores hubiese pocos ó muchos l' hierno representativo. ¿,Y porve,nturalos car-
que abrigasen opiniones favorables áD. Cár- listas apelaron á la fuerza '? ¿,A qué se han
l?s, y que hasta hubiesen peleado .en sus II r~rlucido las tremendas. conspir~ciones .de
íilas , nadie tiene derecho de pedir a un l' Navarra , los amagos de msurreccion tan In-
elector su opinion particular cuandova á ue- ¡I! minente que reclamaba con urgencia la mar-
positar su voto en la urna en usode lo~ de- I1 cha, de nUl;1erosus batallones ~ ¿, Q,ué ha~
rechos que le otorga la ley. Pues que, los 1: tenido que nacer las tropas enviadas? ¿ Que
hombres que militaron hajo la haudera de 1I enemigoshan encontrado? El nuevo capitán
D. Carlos o se le manifestaron afectos, ¿han ¡ general, ¿qué medidas fuertes se ha visto
de quedar para siempre cscluidos de la clase 'precisado á tomar? Todo se ha reducido á
de ciudadanos, JIU siendo considerados e~ 1I na~l~. La tranquilidad, !a mas comp!eta tran-
utra categona que en la de los penestas o '1 quilidad rema en el pals ; las autoridades no
ilotas? ¿A dónde iriamos á parar si se esta-¡I han tenido que apelar á ninguna medida es-
bleciese el principio de que los derechos ¡ traordinaria para sostenerel orden; se hapal-
electorales quedan restringidos por las opi- I pado que el terrible movimiento se habia li-
Iliones del elector"! Con este sistema lOS ii mitadoá lo indispensable para depositar el
Dl~derados podri.an escluir á losprogresist~s, 'Ii vot~ en las urnas; y la exagerac~oncon qu~ se
y a los monarqurcos , y aun a los de su,nus- I había procurado alarmar al gobierno ha SIdo
ma comunión que uo tueran de un matizen- 1\ desmentida, no solo llor la evidencia de los"
terarnente idéntico con el dominante; y otro : hechos, sino tambien por la confesion es-
tanto pudieran hacer los monárquicos y pro· 1plícita de los periódicos de la situacion, El
grcsistas cuando les llegase el tumo de i llera Ido, preciso es hacerle esta justicia, El
mandar. (Que estoshayan militado antes en i Heraldo tuvo la lealtad de publicar en sus
las huestes del Pretendiente ó en las lilas ¡ columnas una carta en que se defendia á los
constitucionales, dice el Sr. ElJwía; que 1: habitantes de Navarra de los cargos que se
hayan sido consejeros ó junteros en una Ó ii les hahian hecho, y en que se pintaban los
en otra parte; 4ue en el santuariodesu con- !' sucesos de una manera á propósito para
ciencia abriguen este o el otro recuerdo, li tranquilizar al gobierno, ~i suficiente á des-
tengan esta o la otra opinion, todo ello es ii engañar á los que estuviesen alucinados por
indüerente para el caso. Desde el momento I1 el alarmante clamoreo de las pasiones é in~
que prestaron sumisión á la Reina son SÚÍJ-: ¡ tereses.
nitos españolas como todos los demas ; y si ] El señor Egañaal pronunciarsudiscursono
rcsjJetal~ las leyes, si obe,decen á.las, autori- 1


1


I qui?o limi~arse á una protesta: se co~o?e quedudes, sino turban el reposopúblico, acree- ! tema la nura de señalar UllO de los VICIOS ra-
d~res son comonoso~ros a la protcccion so- 11, dicales de qU? adolece la presen,te situacion,
eral, y nadie tiene facultad de impedirles, : y que no sera nada provechoso a la reforma'
emharazarles ó coartarles el ejercicio de 1': de la ley fundamental.' Nosotros habiamosiu-
aquellos derechos que les concede y asegu- 1I dicado también la necesidad de que, tratan-
ra la ley.» II dose de un asunto tan grave y de tamaña


Decían los órganos de la situación que trascendencia, estuvi,ese.n representados, en
muchos de los carlistas no hahiau abjura- las Cortes todos los grandes principios, to-
do sus opiniones dinásticas ni políticas; y al dos los grandes intereses que ejercen en la
decirlo tal vez no andaban desacertados, sociedad española una influencia real y efec-
pues que no tan faeilmente se despoja el tiva, Los hombres de la situación no lo ere-
hombre de su modo de pensar cuando lo ha yeron así; se alarmaron escesivamenteal ver
sellado con su sangre; pero esto, como ob- que se presentaban en la arena opiniones
serva lllUY bien el señor Bgaña, era indi- distintas de las suyas, creyendo que habían
Ierente para el caso. No se trataba de cons- de ser obstáculo para gohernar bien los que
pirar sino de elegir; no de pelear en elcampo hubieran sido el-mas firme apoyo del poder.
de batalla, sino de disputar la victoria en el Asi es que, merced á su-conducta , la refor-
pacifico terreno de los colegioselectorales; y ma de la ley fundamental noserá un trabajo
mientras á él se limitasen los carlistas, na- nacional como ha dicho el Sr. Egaña, sino
die, absolutamente nadie, tenia derecho de un trabajo de partido. «Esta coartacion es


41




-M2 -
todavía mas irregular y !Iensibl~ en los mo- 11 permitaTa ley, entonces? en lugar de creer
mentos solemnes en.que el pais es llamado que habla hecho un mal a su pais, pensaria
á reformar su.lev fundamental. Por muchas haber- contribuido á rendirle uninmenso ser-
razones de justicia, de conveniencia y de ViCIO, haciendo que el gohierno representa-
politicacorrespondia que este no fuese un tivo fuese un~ verdad. Bien dió á entender
trabajo de partido, sino, en cuanto fuera po- con esta réplica el Sr. Egaiia que no le ha-
sible, un trabafo nacional;. u.na obra á la hia hecho mell~ laoposicion de sus adversa-
que concurriesen todas lasopnnoues , desde ~IOS, r que l\l siquiera le habia cogido de
la mas monárquica hasta la mas avanzadaen ll~lprovlso: cU,ando tomó la palabra conoceria
progreso, yen que tuviesen representacion Slll duda que Iba a ponerel dedo en una lla-
todos los intereses. Así las disposiciones que ga, y que esto no podía menos de causaruna
tomásemos, así la reforma que hiciésemos sensacion dolorosa. En cambio puede estar
saldria mas autorizada, y su cumplimiento cierto de la buena acogida <¡ue su frauqueza
se.ía mas fácil v sencillo. Pordesgracia, se- y lealtad han encontrado entre los hombres
'fiares, no han p"asado las cosas deestamane- de.tedas las.opiniones, y de haher hecho al
ra. A estos bancos no -ha venido mas que pals un servicio muy señalado , consignando
una comunion política, la comunion mode- gener?samente!a verdad en un negocio de
rada, á la cual tengo hace muchos años la tanta unportancra. Necesitábamos una vindi-
honra de pertenecer. La conocida con el ~acion ; y esta nos ha venido de un hombre
nombre de progresistaha sido libre de yotal'; imparcrat y.rectóque se honra de pertenecer
no ha queridohacerlo, y no puede quejarse. a la cornumon moderada, en cuyo nombre.
.4. otras parcialidades se las Ita espantado á se nos habla anatematizado. Bien deciamos
[uerza de invectivas y calificacionesinfustas, nosotros, cuando en nuestros discursos afir-
porque injustas son siempre las cosasexage- mábarnos que no era posible que el partido
radas. Quiera Dios que este aislamiento no moderado aprobase la exageracion y dureza
nossea algun die perjudicial y tal Dez lunes- con que nos trataban algunos escritores que
to.» Esto se llama hablar como publicista se apellidaban sus órganos. Jamás pudimos
entendido, como hombre que profesa since- creerlo, porque jamás pudimos persuadirnos
rarnente principios de conciliacion y toleran- ~e que hombres que se preciaban de conci-
eia. Esto se llama prever atinadamente las hado.r~s y tolerantes no pudiesen sufrir una
funestas consecuencias de la exageraciony OposlclOn que se limitaba á consignar he-
del esclusivismo. El pronóstico con que ter- chos, que hacia las escepciones debidas, y
mina el señor E,qaña lo hacen con él todos q~e lejos de prescindi~ del espíritu del siglo,
los hombres pensadores.. leJ.os de pre~lcar reacciones violentas, acon-


Las palahras de este Sr. Diputado causa- sejaba la union de todos losespañoles , la re-
ron como era natural una sensación profun- forma constitucional que ahora se reconoce
da en el Congreso. A pesar de andar acom- tan necesaria, indicando los mer'iis que
pañadas de toda la mesura que exigia la creiamas á propósito para enlazar Jo nuevo
gravedad del negocioy delicadísima posicion con lo antiguo, el hecho con el derecho. No,
del orador, se echó de ver desde luego la no era posible que muchos de los hombres
trascendencia que consigo llevaban. Los se- que se llaman moderados, J que estan muy
ñores Collomtes , Nocedal y Llorente se en- lejos de la intolerancia y del esclusivismo,
cargaron de disminuir el efecto producido viesencon disgusto la espresion de opiniones
por el dis.curso del Sr. Bgaña , indicando la I <¡ue, si no eran conformes con las suyas, de-
gravedad del cargo y de sus consecuencias. bieron parecerles respetables, supuestoque
El Sr. Egaña replicó modestamente, que no no pedian otro terreno para lidiar que el
creia que sus pocas palabras encerrasen la campo de1a discusion y el de las urnaselec-
alta importancia que se les habia atribuido; torales.
pero, añadió, que si con efecto esas pocas
palabras produjesen el resultado de que to-
das las opiniones se respetáran , que se tu-
viera con todas ellas la mas completa tole- - ---'I>*I>.~~.""~~-_
rancia, que se reconociese el derecho de
concurrir libremente á las urnas electorales
á todos aquellos ciudadanos á quienes se lo




sentir en gran manera que el Sr. Pastor
Dio: le :dirigiera estas terribles palabras:


"Por ese, señores, hay una esü pulacion san-
ta de todos los partidos, hay una cosa sobre la cual
han transigido todos y han dicho: de aqu; no pasa-
remos; esto lo respetaremos todos, de aqui ntuliesal :
drá. El S,'. Bravo Morillu sin duda no consideró le-
gales estas razones porque los poderes eoustituyen-
tes no tienen tribunales, porque no hay fuerza que
mande sobre ellos. Es verdad. señores; por eso las
leyes son santas; por eso, como no hay poder en es-
te mundo sobre esos poderes, nosotros ponemos por
testigo al cielo; por eso está ahí ese Crucifijo; pOI'
eso se jura, y la sancion queda en el fondo de la con-
ciencia intima; por eso los reyes ponen la mano so--
bre los Evangelios; por eso los representantes de los
pueblos se hincan de rodillas delante de todos; por
eso decimos que cuando traspasemos esos límites
Dios nos confunda y por eso Dios nos cunfunde; por-
que la Providencia, que es la lógica y el orden eter-


-110, poro castiqar las infraceiones de la moral-idad
t ¡ene verdugos encargados de la justicia, y estos
verdugos son las reacciones- y los trastornos de lo.
pueblos,»


Esas palabras salidas de boca de un ora~
dor que tanta consideracion merece en el
partidomoderado, eran terribles y envol-
vian una amenaza tanto mas formidable,
cuanto no se invocaba la venganza de un
miserable motin, sino del castigo de la Pro-
videncia manifestado en las reacciones v
trastornos. Si estas palabras lashubiese pro-
ferido un monárquico puro hubieran levan-
tado estrepitosamente la indignación del
Congreso; pero siendo el Sr. Pastor Dios
quien las pronunciaba era preciso devo-
rarlas en silencio, en toda su dureza,
en toda su amargura, sufriendo aque-
lla opresion dolorosa y desesperante que
causan los pesares que no consienten des-
ahogo, y se concentran en el COraZOIl. Pocos
dias antes el Sr. Egañahabiaapesadumbra-
do tambien á sus antiguos amigos con un
discurso lleno de verdad y de nobleza: fal-
tábales esa estocadadel Sr. Pastor,paraque
pudiesenesclamar como César: «¿ Y tú tam-
bien, mi. amado Uruto? ... ,.»


Verdaderamente el Sr. Pastor estaba elo-
cuente en algunos pasages, pero su elo-
cuencia era sin misericordia: como si no
bastára la tremenda invectiva que acaba-
mas de insertar, complacíase en abrumar á
sus adversarios conrecuerdosingratos. Des-
pues de citar aquel dicho del Sr. Olano: «lo
que prometo á los enemigos cuando estau


- 363-


I
IMadri.d 4 de noviembre de 184$.


Nobre la di.eHfliot. del párrafo re-
lativo á la refor,na de la CONflti-
lucion.


La discusion promovida en el Congreso
de diputados con ocasion delpárrafo del pro-
yectode contestacion al discurso de la coro-
na sobre la reforma de la Constitucion, ha
sido en estremo curiosa é interesante. La
importancia de los principios ventilados, el
grandordel objeto, lo crítico de las circuns-
tancias bastaban ciertamente para que la es-
presada discusion llamase vivamente la
atencion pública; pero el pertenecer á un
mismo partido casi todos losseñoresdiputa-
dosha hecho que los discursos delCongreso
tengan un interés particular de que quizás
hubieran carecido, si hechas las elecciones
en otras circunstancias y de otra-manera,
hubiesen figurado en las'Córtes, aunque en
minoría, al menos en número respetable, los
progresistas y los monárquicos puros. Los
hechos consignados, los principios asenta-
dos, los recuerdos echados en cara, los pro-
nósticos sobre el resultado de lo que están
haciendo las actuales Córtes sonmucho mas
de notar, y tienen tanta masfuerza para he- I
rir al partido moderado, cuantosalen de ho- :'
ca de hombres que han militado bajo lamis-
ma bandera.


Al examinar la conducta que el partido
dominante está siguiendo con respecto á la
reforma de la ley fundamental, se le han di-
rigido graves inculpaciones fundadas en los
compromisos que le ligaban á no tocar á la
Constitucion de 1837. La prensa progresis-
ta, que para hacer la guerra á la situacion
actual agota el Diccionario de la lengua en
busca de las palabras mas terribles y mas
negras, apellida á los moderados pérfidos,
perjuros, traidores; mientras otros que
no pueden adoptar semejante lenguaje los
culpan de inconsecuencia, y esfuerzan es-
te cargo así en la prensa como en la tri-
huna.


El partido moderado daria ciertamente
poca importancia á los cargos de la prensa
progresista; la costumbre de oir ciertas de-
nominaciones en materias políticas va em-
botando la susceptibilidad de [os que sonob-
jeto de ellas; pero no podria menos de




- 364
garal hombre público, y al hombre privado;
despuesde haber recordadolas protestas del
año 38, del 39, del 40,del 43;despues de ha-
hercitado las palabras del gencralNarvaezal
salir al ejércitoen 12 de setiembrede '1837, Y
las del Sr. Jla1'Iine3 de In Rosa en la sesión
del IGde noviembre de 18:38; después de ha-
ber hecho observar que dos partidos gran-
des, numerosos, que tienen ideas y un por-
venir, estan escluidos de los bancos del Con-
greso, y quc la reformaconstitucional se hará
solo en el sentido del partido que esclusi-
vamente se halla representado en ellos, se
hace cargo de las contestaciones que se dan
á estas objeciones, y añade:


"Las cnntestaciones que dan, señores, sou
dignas de a\guu casuista , ó de algun escrilor de uio-
ral de hace uno ó dos siglos; no contestaciones que
puedan hacer mella alguna en el ánimo dolos seño-
res diputados, ni 1\1),'1'''1' la irnjresion que han de pro-
dueir uecesarinmente en un coruznn ret[() las palabras
que eu airo tiempo pruferinn , comparadas CQlI las
obras, con ilb hechos de ahora. Dicen por descargo
que hubi.m juradn los fundamentos y no toda la le)';
es decir, y sépalo {,l país ... y sien Lo que se me baya
escapado esta palalu-a, porque nu se crea que hago
apelacion á una fuerza (~:-:.terinr que detesLo siempre,
puesto que no admi to COIllO legítima sino la que nace
de la discusion y el ónlcn 1<'g:d: "IIl'1lI0S votado, di-
cen, solamente lo« funduueutos de I:t Coustitucion,»
lo que á ellos les parecia que era funilameutal ; de
modo que podrá ser que venga un absoíutista , un
hombre que crea que reside perpetuamcute en el
trono y pur Sil uaturaleza misma la suberauiu nacio-
nal, y al jurar la Coustltucluu dirá: ((yo juro lo !!ue
creo, que sou lns fundumeutos, y para mí es la 1110-


Dcspues de las brillantes cargas del se- 1 narquia;» verulr« un repuhlicanu Ydír:l: yojuro de lafiar Pastor, despues de haber sufrido las rc- I'Con~liL1leioll dl'I,Estado, S~)Janll'lIle la p:¡rt? que es~á
I con [OlIlle eon HUS pnncqnos de 13 soberanía del pais


convenciones de uno de sus individuos mas !¡ rep¡'PSl'lltada en estos cuerpos; pero no jnro serflel
scüalados , poca mella podian hacer al COll- ; :í aquellos articulos que c-tub'cceu la corona heredi-
greso lo ataques del Sr, Posada, que por sus l. tariu, que marc"rl 1"sucvsiou, y que lijan sus prero-


d ' . I 1l !i g:1lIY3S. Esta ~cr:i I:t cuusccuencin do lates doeuinas;antece entes y opmiones se la a en muy li .reticencias nu.utalus en el juramento, Esto, seño-
distinto caso que el Sr. Pastor: se había pa- 1 res, creo que nu puede pasar entre españoles caballe-
decido lo mas, y asi no era ya tan difícil so- i rosos.»
portar lo menos. Sin emhargo, no dejó el 1ISr. Posada de agravar la situacion, y el car-'¡ ¿Es fundado el cargo de inconsecuencia?
go de inconsecuencia resaltó en su discurso \! ¿Cuál es su alcance?¿Cuúlla lección que de
de una manera notable. 11él se puede recoger? Hé aquí lns tres cues-


Esforzó el mismo argumento del Sr, 1'as- 11 tiones a que da Jugar la disensión presente.
tor Iriaz; y después de haber echado en ea- i Tocante á Jo primero nosotros creemos
ra tamaüainconsecuencia, despues de haber que sí: en las palabras yen los escritosque
dicho que el acto de reformar la Constitucion I se recuerdan al partirlo moderado, vernos la
es un acto de alta inmoralidad política, y que aceptacioll espHc¡ta, franca de la Consti-
los que lo haten faltan ú sus antecedentes, t uf~iJn dei 8i31, Yemos [¡He se la toma
faltan ~ susdoctrinas, faltan á sus compromi- como bandera lep,al , que se la reconoce
sos, faltaná sus juramenfos, faltanen Jin á lo como término de ln revolucion política, como
mas sagrado que puede ligar á los hombres base de la organizacioll del país, como
en la sociedad, álomassagrado que puedc lí- punto de partida para inaugurar la nuc-


«Todavía, si rlespues de aquellos sucesos hu-
hieran pasado muchos años; todavía si se hubieran
modificado las condiciones de la sociedad; todavía si
se hubieran pasado otras revolueiones ; todavía si
hubiera otro reinado; todavía si hubiera otras cir-
cunstancias que hicieran indispensable y necesaria
la reforma; si se uubíeran variado las hases del esta-
do .social, todavía podía ponerse en discuslou si era
útil la reforma de aquella ley que tomamos por ban-
dera. iPero si hace diez meses nada mas; si resuenan
todavía las palabras del manlflesto del Sr. Pidal,
palabras que leyó el otrn di3 el Sr, Posada Herrera:
si resuena aquí en estas hóvedas la gra"e, la elocuen-
te V07. del Sr. Jl'Iartinez de la Rosa, que dijo que to-
do lo que era mas allá de la Constitucion de '183i,
que todo lo que era menos de la CoustiLucion uel83i
era un crimen! Hubo después uu movimiento centra-
lista con, objeto de reformarta Cousütueíon: ¿con qué
se combatió? Con la leyfundumental, con la ley acepo
tada por todos, cuu la Constitucion de 183i. El pro-
yecto de la junta centralista era reformar la Consti-
tuciou del Estado, y por eso era faccioso. Si, señores,
110 era ese el medio de eonsegulr!o; hien lo rl'COUOZ-
(~U; pero sin embargo, lus homhres que fuerou á ha-
cer la guerra :í esos facciosos, pues fuccíosos eran,
¿qué invocaban? La Cunstitucion de 183i. A los que
íbau á combatirlos, que eran sus propios amigos. se
les dijo espresamcntc, se les prometió que 1'0 se ha-
ria alteración en la Constltuciun de 1S3i, Se hicicie-
ron solemnes estipulaciones, solemnes promesas. Los
que combatierou Ias sublevaciones centralistas, y al-
gunos estan á mi lado y votan conmigo, combatieron
por la Coustitucíou de 183i. Todavia hubo sangre
para santificar la Conslitucion de 1837.Tod3via hubo
víctimas, y todavía salió ilesa de ese ataque.»


con las armas en la mano, no dejo decum-
plirlo cuando estan desarmados,» conti-
uuaba:




- 865-
va époea en la que se había de enla-JI falta quien opine, que en semejante casolos
zar el orden con la libertad. Este es el sen- escritores públicos,mayormente en materias
tido genuino, claro, evidente de Las palabras I políticas, debieran preferir la censura.
de los principales caudillos del partido mo- La Constitucion se reforma pues real y
derado: no acertamos á verles otro. Todas I verdaderamente; y en esta parte la opiniou
las contestaciones que se han dado hasta ·1 del Sr. Alealá Galiano está desechada por
ahora para hacer frente á esta objeción han el gobierno, que así lo dijo en la convocato-
sido insuficientes; y elSr. Posada en el Pár-II ria, que así lo ha dicho en el discurso de la
rafa que acabamos de insertar reduce á pol- corona, que así lo dice en el proyectopre-
vo las cavilaciones de sus adversarios. sentado alas Córtes ; lo está por el mismo


1'\0 basta decir que no se trata de destruir 1I Congreso de diputados que asi lo espresa en
la Constitucion, sino de mejorarla; lo mis- lila contestacion al discurso del trono, bien
mo podrían oponerlos progresistas si la con-I que añadiendo que sera para mejorarla, por-
virtiesen en otra muysemejanteá lade 1812; que es claro que no hahia de deeir para
y los monárquicos si-la trasformasenen una empeorarla; lo está por la prensa entera, por
carta muy parecida á la mcnarquía ¡Jura. Se I cllenguaje comun, que al tratar de este
ha dichoque se conservaban las bases de la 1 asunto emplea continuamente la palabra re-
Constitucion , y que estas eran el trono y las forma; lo está por el mismo discurso del
asambleas; pero no se ha reparado en que I Sr. AlcalúGaliano que no ha podido menos
con este principio se dejaba tanta latitud á de acomodarse á usarla.
las reformas constitucionales para lo venido- Hay' pues verdadera inconsecuencia. S~
ro, que con la misma regla se podrían esta- contestará una y mil veces á este cargo,
hlecer todos los sistemas imaginables, co- pero siempre sin fruto. Cuandose quiere, á
menzando por una Constitución mucho mas I1 todo se contesta, todose esplica; no hay dis-
democrática que la de 11:\12, y acahandopor .' curso á que no pueda oponerse otro disour-
la monarquía española de los tres últimos .1 so; no hay dificultad á que no se puedares-
siglos. Trono y asambleas son dos institu- ! ponder con una cavilación mas ó menos es-
cienes que se encuentran en todo el espacio 11 peciosa: pero sobre todoslos discursos y so-
cOl.npr,en~ido entre la república y la menar- 1.


1


bre. todas las cavilaciones, estan los hecho.s,
quia de Carlos IU. i estan los documentos que hablanen voz muy


EISr. Alcalá Galiano ha dicho que en su l' alta, muy clara é inteligible: el público oye
entender la Constitucion no se reformaba, y y juzga.
que únicamente se pensaba en alterar algu- 11I En cuanto al alcance de este cargo cree-nos. de sus artículos. Respetando C~lllO es 11 mas gue no llega sino á los homhres,. y no
deludo el talento .de su .seiíona, diremos i'¡ toca a la naturalezade las cosas. ASI,hablo
francamente que no hemos podido alcanzar I muy bien el Sr. ministro de laGobernacion,
lo que significa semejante sutileza: porque cuando antes de defenderse de él dijo, que
si el quitar unos articulas v el moditicarcon- I bien podian ser inconsecuentes los hom-
siderahlemente otros no es reformar, no sa- I hres, y ser sin embargo provechosay útil la
hemos lo que significa la palabra reforma. 1


1


medida que propusieran.
Añadió su señoría, que solopodianreformar- I La inconsecuencia no es un delito, y no
se las leyes secundarias, que no son vcrda- !I'I sabemos por qué se insiste tanto en vindi-
dera Constitucion , y á estas leyes secunda- carse de ella, cuando es bien sabido aquello
rias reíirió sinduda los.artículos reformados de sapientis .est mutare ccnsilium: Tal, vez
en el proyecto del gobierno. Estraño es que, se adelantaria mucho mas confesando frau-
un publicista tan entendido corno el Sr. Al- I camente que en realidad en tal ó cual época
calá (laliano dé tan escasa importanciaá la no se pensaba como ahora; que se conside-
supresion de! jurado en materiasde impren- raba la Constitucion de 1837, si no perfecta
ta, y de la lUjlicia Nacional , cuandoes bien' del todo, al menos suficiente para gober-
sabido que la imprenta y la Milicia han sido, nar ; pero que el curso ele los acouteci-
consideradas siempre como cosas d~mllcha 11 mientas ha venido á deshacer el engaño, de-
importancia en esta f(:rma de,gobierno. ":er- 1, mostrando la necesidad de alt~rar .algu~lO:'>
dad es que no se quitu la Iihertnd de llll- i de sus articulas. En esto no habria III delito,
prenta, pero destruido el jurado, se la sorne- li ninecedad, ni torpeza; podriahaberunaprue-
te á condiciones totalmente nuevas; y uo ~ ha de la flaqueza de la previsión humana;




- ;~66 -
flaqueza por desgracia demasiado comun, y I de ser depresiva de la dignidad real, en ra-
que se escusa, y hasta cierto punto se her- rios artículos, de contener otros incompati-
mosea, 'cuando hay la generosa lealtad de bIes con el orden público, proclamando que
reconocerla y confesarla. con ella es imposible el gobierno, y decla-


Las lecciones que dc esto se pueden sa- randa que durante su breve existencia no ha
cal' son de modestia, de tolerancia, de cau-¡ estado propiamente en posesion del pais,
tela. De modestia, porque cuando los he- i pues que no ha estado nunca en observancia.
chos vienen á desmentir de una manera tan 1I Cuando se ha dicho todo esto de una lev , v
.amarga nuestras previsiones, cuando nos I lo ha dicho un cuerpo legislativo, y lo ha di:
ve':l0s precisados á retractar hoylo que sos- I1 cho.el mismo gobierno, esa ley es ya im-
tuvimos ayer, justo es que no confiemos de- 11 posible: aun cuando antes no hubiera sido
masiado en nosotros mismos, que seamosal- 11 necesario reformarla, desde entonces lo es;
go menos petulantes, algo menos confía- i por manera que la causa de los antireformis-
dos en nuestra ciencia, y que al emitir l' tas ha perdido mucho con el simple hecho
nuestras opiniones, y hasta convicciones: de la discusion, sean cuales fueren los argu-
profundas, lo hagamos con aquella pru- I mentos empleados para probar que la Cons-
dente timidez. fruto de crueles desenga-I titucion no debia ser alterada. Los hombres
ños. De tolerancia, porque cuando hemos que han manifestado que consideraban ver-
sido víctimas una y otra vez de nuestras I gonzoso el orígen de la ley fnndamental vi-
ilusiones, justo es que seamos indulgentes I gente, que reputaban por peligroso el prin-
con lo que creemos ilusiones de losdemas; " cipio en que se apoyaba, y que ademásla
que mal puede negar á otros la indulgencia 11' miraban como insuficiente para gobernar, y
quien ha de comenzar por implorada. De I á propósito para embarazar la accion del po-
cautela, porque ya que es tan débil nuestra del' y trastornar la sociedad, estos hombres,
prevision, deb~mos andar con mu.cho tiento 11 repetimos, no podrian sin l~ reforma conti-
en no pronuncrar las palabrasde siempre, de nuar a la cabeza de la nacion, so pena de
jamás, qne por desgracia se sueltan con de- ser con justicia tachados de lila l intenciona-
masiada frecuencia, y que luego se han de nados ó incapaces. ¿ Quién puede resignarse
recoger con rubor. Los hombres de Estado á gobernar con un sistema que ha reconocí-
sobre todo, debieran aprovechar esa leceion do por inútil y dañoso? La reforma pues de
para no prejuzgar imprudentemente cuestio- la Constitucion es ya algo mas que una enes-
nes de alta importancia; para no quemar, tion de gabinete, es cuestión en que va eu-
por decirlo así, las naves tan pronto como se vuelta la continuacion del partido moderado
ha desembarcado en una playa desconocida: en el mando: retroceder sería suicidarse.
que los acentos de la presuncion y del ren- En la discusión promovida en el Congre-
COI' y las puerilidades del amor propio, nada so se han dicho cosas á que nadie se hubiera
tienen que ver con los arranques del genio, atrevido hasta ahora impnnemente. y esto
y en vez de llevar á cima la conquista de un sin embargo era verdad antes que se dijese.
nuevo mundo, no acarrean mas que irrisión j Triste condición de los tiempos de agitacio-
y vergüenza. nes políticasen que hoyes inocente lo que


Dejando aparte la cucstion de loshombres I ayer eraculpable ; en que hasta un intervalo
y entrando en la de las cosas, es preciso! de pocos días para cambiar la moralidad de
confesar que con la c1iseusion actual, lejosde 1 las cosas! Ea la discusion actual se han di-
darse fuerza á la Constitucion .del Estado, se ij eho cosas qne vuelve uno á leer para asegu-
mata la que hay, se inocula el gérmen de I rarse lb que han salido de boca de ministros
graves dolencias al embrion de la nueva, se 1, y diputatlos que se apellidan defensores del
hace que nazca enfermiza y moribunda, y 1


1


1 sistema constltllcional., ql~C habian aceptado
sobre todo se enseña el modo con que se ha francamentc la Constitución de 1837, y que
de proceder cuando convenga cometer un I todavía se proclaman sns partidarios, salvas
legicidio fundamental, sin incurrir en las algunas modificacioues , qne segun ellos no
penas señaladas en el código criminal par- llegan ¡¡, la esencia de la ley. ¿Qué castigo
lamentario. _ 11 o se hubiera impuesto ú quien hubiese con-


Se mata la que hay, recordando {¡ cada pa- signado los hechos siguientes: la Constitu-
so-su vergonzoso origen, anatematizando el cion de lS:n no vale porque es hija de la
píifté1pio teórico en que estriha , acusándola violeucia , y no de una violencia como quie-




- 36i-
ra , sino de un insulto hecho á la Magestad 11 nuev? cuando todavía no está mas que en
Real en su propioalcázar; no vale por el mo-I emhrion. Con efecto, ¿de dónde procede
do con que se formó, porque no concurrió á I esta? De las Córtes de acuerdo con el Trono.
las Cortesconstituyentes sino un partidopo- ¿ Yqué Córtes son estas"? Son las Córtes de
lítico, y por consiguiente se falseó el mismo ¡ la Constituoion de 1837; ella les da el nom-
principio de la soberanía nacional que se to- hre, ella determina sus facultades, ella se-
maba como cimiento; no vale por estribar ñala las relaciones de los diferentes poderes
en un error, porque supone, y asi lo esta- dcl Estado ; y con arreglo á ella ejercen es-
blece en su preámbulo, que la soberanía re- tos sus funciones. ¿ Dónde está cl cimiento?
sirle en ta vnacion , aun prescindiendo del ¿Cómo no haheis visto que atacando la lega-
trono; no vale por no haber concurrido el lidad de la Constitucion actual, al decir co-
poder Real, que en España se ha conside- mo el Sr. Galiana que el sentimiento de
rado siempre como la principalparte del po- horror y de repugnancio que se apodera de
del' constituyente, que segun nuestra histo- todo pecho noble y bien nacido al pensar enel
ria , corno ha dicho un Sr. ministro, está horroroso suceso de que fue hija, responde
sobrc la misma Constitucion; no vale porque acerca de su origen; que al decir un ministro
de los dos grandes elementos de que se ha que estando la Reina Ntra, Sra. en su menor
compuesto en España el poder púbtico, tro- edad, una ley que debla ser hecha de
no y asambleas, el principal, el mas esta- consuno entre el trono y el pueblo para que
hle, el trono, no representó en 1837 ningun fuese duradera y respetable, pecaba por no
papel, y quedó reducido á aceptar; no vale, haber tenido parte en su formacion uno de
porque aun cuando hubiese concurridoel tro- los lados contratantes; que al calificar de
no, la menor edad de la Reina quitaba la perjudicial el principio teórico en que estriba.
validez de la aceptacion; es dañosa porque de horroroso y repugnante su origen y al
contiene'artículos que, en el estado actual llamarla contrato en que no ha tenido parte
de las ideas y costumbres de España, son uno de los contratantes, cómo no haheis
por necesidad perturbadores del orden públi- pensadoque echabais por el suelo la base en
co, como el jurado en los delitos de impren- que os apoyábais , que se hundia el terreno
ta y la milicia nacional; es insostenib'e en un en que sentabais vuestras plantas? ¿ Creeis
paísmonárquico, porque algunos de sus ar- que los pueblos no tienen oidos, ó que te-
tículosson depresivos de la dignidad del mo- niéndolos no aprecian en su valor semejantes
narca; es inútil y aun funesta para el buen doctrinas, y no deducen de ellas las conse-
gobierno, porque ata las manos del poder y cuencias que tan obviasse ofrecen? lo Creeis
le deja espuesto á ser víctimade los trastor- que puede ser sólida y duradera la obra que
nos;compromete el porvenirde lanación, por- mtentais presentarles diciéndoles: «aquello
que canija solamenteá las Cortesciertas atri- que era nulo, que era vergonzoso, que era
huciones en las que debe intervenir el Rev. injusto, ahí lo teneis enmendado, enmenda-
Todo esto se ha dicho en el Congreso, y por do nada mas, y para hacer estas enmiendas:
cierto que uo dijo mas Viciar Saez en su fa- nos hemos fundado en eso mismo que era 'in-
moso manifiesto, cuaudo al calificarla Cons- justo, vergonzosoy nulo?» Lo decimos con
titucion de 1812 la llamó nula ensu origen, profunda conviccion : era preciso, ó hacer
ileg(t/ ensu [ormacion ,infusta en su conte- . mas ó decir meuos ; ya que no se quería cu-
nido. Ahora se ha dicho algomas, v todo es- rar el mal en su raiz, no parecía prudente
to era verdad desde que la Constitucion descubrir el vicio radical y presentarlo con
existe, y no podia decirse sin un crimen: colores tan repugnantes. Aqui sí que hay in-
aprendamosesta leccion de tolerancia para consecuencia, aqui hay imprevision, aqui
en adelante, y reflexionemos sobre laurgen- hay una ceguedad inconcebible.
te necesidad de curar radicalmente ese esta- Otra consideracion hay de mucha grave-
do de vicisitudes, de revoluciones profundas dad, y es el haber sentado que lo que aho-
en las ideas y en las instituciones; que no ' ra se está haciendo es una transaccion entre
dejan de ser profundas esas revoluciones, ya el trono y el pueblo l y entre los diferentes.
sea que dimanen de una insurreccion ó pro- partidos que dividen á ese mismo pueblo. Si
cedan de un poder constituido. . se ha de transigir, lo dónde estan las partes


Pero lo sensible es que á mas de matarse que transigen? ¿, Quién las representa? Y si
In Constitucion existente ,se daüa ya á la no tienen representación ¿cómo podrá hacer..




- 368-
se el contrato faltando alguna de las partes ~ innovaciones, despojándose á la ley funda-
contratantes? ¿Quién ha investidoal partido 1


1
mental de la estabilidad que,tanto necesita


moderado de poderes tan amplios para reprc- I para que puedan asegurarse sobre ella el ór-
sentarlos á todos? ¿Quién ha hecho que los I den y la tranquilidad del Estado. Si hoy nos-
otr~s partidos no acudiesen? Si \s I~ perse- Otl:OS reformamos.' han dicho, mañana ven~'
cucion y la calumnia, COlÍlO afirmo el se- I drán otros que lo III tentaran a su vez, y con
ñor Ega~a en ~u discurso hablando de los igual derecho que nosotros, ya que asenta-
monárquicos , si estos hombres tuvieron que mas el principio de que esta facultad reside
retirarse atemorizados, como dijoeste Sr. di- en las Cortes ordinarias con el Rey. De esta
putadc , y no pudieron ejercer el derecho suerte no saldremos jamás de las discusiones
que les concedía la ley, ¿ cómo se podrá sobre la Constitucion , y no estará jamás
afirmarque se transige con ellos? ¿Por qué bien asegurada la organizacion de los pode-
no tendrán derecho de protestar en su con- res públicos. No lo hacemos conun golpe de
ciencia contra lo que se hace en nombre de Estado; no lo hace la corona, revistiéndose
ellos, pero sin ellos? A las palabras del de un poder dictatorial legitimado ó escusa-
Sr. Galiana en que les aconseja que atien- do por la ruina de todos los demás poderes,
dan al espíritu del siglo, y que cedan algun por el trastorno de la sociedad, por la ne~
tanto de sus principios, i no le podrán con. cesidadde salvarla, saltando 1101' encima de
testar que bien hubieran podido hacerlo si todas las leyes y de todas las reformas. Re-
fueran llamados, ó si siéndolo hubieran po- formarnos la Constitucion con el simple ejer-
dido obrar con toda libertad? cirio de las facultades legislativas; la retor-


Se nos replicará que esta libertad existió, mamas por los trámites ordinarios, y no en
por mas que hayan dicho ciertos periódicos, una ocasion estranrdinaria en que e~ orden
por mas que se haya defendido lo contrario público se halle subvertido, sino en circuns-
en la misma tribuna del Congreso; pero el tancias tales que el gobierno proclama que
hecho es que este partido carece de repre- tiene fuerza suficiente para anonadar con la
sentantes: si estoes contra su voluntad se le leven la mano á cuantos intenten perturbar
escluye de la transaccion; si es por su 1"0- lasociedad. Con semejante antecedente la
luntad , él se retrae de la transaccion; en mudanza de la Constitucion , que á mudanza
amboscasos falta uno de los contratantes.Si equivale la reforma, estará sujeta á co~tí­
la causa de esto es la violencia, lo invalida uuas vicisitudes; bastará la voz de un slm-
todo; si es la libre .voluntad do quien se pie diputado, de un senador, ó el capricho
abstiene, entonces es señal que la sociedad de un ministerio para que se ponga en enes-
española se halla en una posicion falsa, pues tion la ley fundamental.
que partidos muy numerosos se abstienen Por estos motivos , que ciertamente son
de tomar parte en les negocios públicos, y de mucho peso, y otras razones que en dlS-
de tan alta importancia como son los que se tintos números de nuestro periódico hemos
refieren á la Constitucinn del Estado. Estas indicado, creíamos que la reforma de la
consideraciones, fundadas en hechos consig- Constitución debía hacerse de otra ma-
nades-en la misma discusion, hacen temblar nera. Supuesto que los hombres de la
para el porvenir. Si son verdad muchas de situación opinaban que la ley fundamental
las cosas que se han dicho en el Congreso vigente adolecíade tantos defectos, ~si en
( y demasiado lo son por desgrnoia ), si son lo tocante á su origen como á su legalidad y
verdad, ¿ dónde estamos? Si' lo que hay no contenido; supuesto que opinaban que al
sirve y perece, y lo que va á sustituírsele llegar la Reina á la mayor edad no debla
está sujeto á tan terribles objeciones que continuar una Constitllcioll en cuya forma-
brotan de la misma discusion, ¿dónde esta- cionel trono no habia tomado parte, y que
mos '? ¿De qué se asirá esta sociedad des- antes al contrario le hahia silla impuesta por
venturada'! ¿Qué vértigo es este qne nos unas Cortes nacidas de un pronunciamiento:
agita, y ~os precipita de abismo en abismo? supuesto que se había (ledecir Cl~ alta voz,
¡A~! .temblemente espían sus estravíos los como se ha dicho, que le que había era no
individuos y las naciones! solo dañoso sino ilegal, por ser un contrato


Uno de los ~rgume~tos que mas han es- al cual no habia dado S~l voto una de las
forzado los antlre~Ol'mlstas ha sido el que con partes contratantes; hllhlera~lOs seguido un
la reforma se ahria ancha puerta á continuas camino IllUY diferente : hubiéramos hecho




- ,369 -
que'eHrono tomase de su cuenta /Mel dar¡necesidad "p(}f~objeto la convenienoia PÍl-
una Coustitucion, que á tanto ennnestrocon- blica. Entonces la ,Reina de. España no vein
ceptono llegan sus.faeultade~, sino el aplh en su alrededor ·m'a.s que, español~s; ~nton­
cal' álas actuales cmm~sti~nCil\s la letra y el ces no'se podia decir que "aC~nstItuClOn del
espíritu de nuestresanugaas leyes, procu- Estado fuese ?hra de,un:partldo, ento~ces
rando no poner mas-dcsu'parteque lo pre- no se podíaobjctar , m queeltrono hubiese
eisamente necesario para que empezasen á abdicado susprerogativas , ni que las hubie-
ejercer sus funciones los'poderes púbhcos, se ensanchado, Estableciendo por,principio


, Paradar este paso,ymanilestar losmotivos la soberanía del rey, nada nuevo-se estable:"
que áél nosimpulsaban, hubiéramosconsig- cia;pues que asi se ha admitido en todos
nadoctinio'nechos lainobservancia de laCons- tiempos en España como un principio incon-
titueionvi~ente; la anarquíap~rpétuaen que cuso; y reconociendo el ~erecho de las Cór-
á su: sombra se hallaba el pals;, la certeza tes en votar los nuevos tributos y en mter-
para muchos, y la duda para todos, de que venir en los negocios árduos , tampoco se
dicha Constitución no ent,rañabala legitimi-¡ hacia mas que recordar lo que está, espresa-
dad que era de desear; el.derecho y el de:' mente consignado en nuestros códig-os, y de-
berque tenia la Reina; al llegar á su mayor clararlo terminantemente para que en ade-
edad, de pedir.cuenta de la herencia de sus lante ese precioso derecho no cayera endes-
mayores; el prestigio, el ascendientedel uso y luego en olvido.' '
trono en España por las ideas y 'costnmbres Convocadas eatonces unasCórtes donde
de los pueblos t; ~a ruina de todo podlJÍ' 'que hubiesentenido: susrepresentantes todos los
noesel trono; la fuerza que tiene cuanto de I grandes principies, todos los grandes inte-
él -emána; la instabilidad á que está sujeto lo . reses de. la sociedad, todo lo que en ella es
que no se-apoya en él; el indisputable dere- poderoso iadependieritementede "a polítiea;
cho, 'el deber; el sagradodeber del menar- viéndose lanacionverdaderamente repro-
ca de salvarla sociedad cuando perece, de sentada, no por funeionartosdetgobierno,
saea,rl,a?el caos en que se ha hun.dido; y sino por-las p~rsonas~as ~icas) mas intlu-
partiendode estos hechos claros; evidentes, yentesJdelpms", mas'ú-eublertc de la mas
pal?~blés ;~os"~lt,bjéram.o~ ~do de,l.a 1egi'-' li~~a,s?s~,C'hao'de'que 'pudiesen ,pl~ga:se á
timld'a4; de la-única le:g;rtlmnfad pohtl'Ca que exrgencrss ócondeseender con las msmna-
llfj:puete·set por nadiedisputada, cuaL esta cienes.denadíe ,se hubierapodido ofrece!'
d~ nuéstros·veI1eM\ldos'códi:gos ,comoobra á losejosde:la-:nacion algo mas digno, mas
santionadavor efotrascurso delés 3iglbS;y grandi(}8()J¡AhuSt'espetabldieloque podrá
h.tlbietamos 'Organiz~d~deUIú\m~netli :seá- pre~elltlrst~é:'akMa .':]!l~tonces;no hubiera
ct1ta los poderes públicos, oonsignandoen . hll.h~o 'fkctstuadde deeir-que el-trono esta-
hrevísimas 'pá'l~·bras las dosbases de nnes-: bal'sohre.la't1onstituciorr ,porque en esa
trá'S'iil1ititl1ciónes ahtig-üas: la soberanía d~ Gonstituci~ 'estaba el mismo trono; va que
Rey, la interveaoiotr de las Górtesen Ja>evo- eDa se 'reduciará lns dos principios deusobe-
tacion de los impuestos y en loSnegocl'O~át:'ranía del R~r é inbervencion de [as CÓl'tes
duos del Estado. en! la'votac!on;;'de los nuevos tributos r en
'·Por ciertoqueuu sistema semejante era! los.negocios árduosqTasi el-trono ero tina


muy preíeribPe,al- que, se ha seguido. Ese parteesencia! de la misma Constit~l:Ill; y
p,óde~';¡queu~:tn,irlistro h.a dicho era Sllp~- esta no era mas que lo-~tl0hll~ sido,sietn-
nllt ll:i~a COtnltltuclon', haeia.uso de Iaplem- pre desde la cnnadefh monarfluiu 7 Sobretú.d!d(rSílS'~éI11taae!l'patatin objetotansan> esa Constitucien antigua ,solife esa'(;oIl's~i­
to coil1IH~S'el -\;acaf á la sociedad demanos tucion nacida de las ideas v costumbres es-
de la anarquia. tY'Mmo Hacia este uso? No paüolas, y del conjunto de hechos amontona-
atrQpeltand(') las~leye~ anlígu'as!; 1l00'hl.lc;rendfl dospor el trascurso de -los siglos, sobre esa
P,edazos el cet~~..y arrojando á.la¡;aHe'!.Jos Con~!itucion no e~tá el trono, ,antes el trono
tlMllnes de la'.díadema ;nd' ha(Mlidó '3 \>afde 6Idi~.~~IIu:' Efitrono-estást sobre esas
d~!rin:despo~i!'¡n~¡n;sutta'rJté"qu6'st,1l~·e\'lÍl": : consiituciones-;)ft'Milóbra de la mano de los
slha'nd~('fureMSY'fibettáde's' dé.IIÍ,n¡¡éi(jI1~" ' hombres; sobre esasconstituciones que na-
nodándopreferencia 'iil:!ste ó./lfl'iel parg!\k>; ,cep y~,mueren ~omo lasexhalacio.nes atmos-
á estos ó aquellos hombres, !,!lnO I'eCOiloelen~ fér.I(~li's)oo·ln:s horas de la telnpestad;' sobre
do por única base el derecho, por motivo la . eSM'col1stitucionesquc seatreghin por la


4i)




Vadrid 13d. no.iembre de 18~~.


;;~;~~!'WOll del Congreso d.e diputados ha
~~~,~mctámellsobreel ,¡lroyecto de


- 370-
mañana con los apuntes enla noche recogí- reforma de iaConstítucion , conAlrmándo~
dos de libros. folletos , y modelos de cons- con el gobierno en "casi todos los puntos, J.
tituciones estrangeras: sobre esas obras está poniéndose de acuerdo con, él en las. modiñ-
el trono: instituciou elevada, poderosa,'de caciones ó adiciones que ha creido conve-
profundo arraigoen el corazon de la socie- niente introducir. La esposiciondelos moti-
dad y en los hábitos de los pueblos; institu- I vosen que se Funda el dictamen, se atrihuve
cionnecesaria, como centro de todos' los generalmente al secretario de la comision el
poderes legítimos, símbolo y lazode la uni- Sr. D. Juan Donoso Cortés, escritor venta-
dad nacional, personificacion de los grandes josamente conocido del público por su bri-
hechos de nuestra historia, áncora de salva- liante imaginacion , originalidad dé estilo!
cion en lo presente , única esperanza para el riquezade lenguaje. LosescritosdelSr. Do-
porvenir. Pero si quereis que el trono no sea noso no necesitan Ji rma; el carácter es muy
mas que la obra de vuestras manos ;si hoy marcado. No entraremosen detenido exámen
le limitais una prerogativa , y .mañana se la del mérito literariodel documento á que nos


• ensanchais, para volvérsela á estrechar el refcrimos, esto sería impropio de un artículo
dia siguiente, entonces vuestro trono no es de política;solo sí observaremos que las ga-
el trono de la monarquía española• este tro- las del estilo y de la diccion , tales como las
no antiguo, grande, venerado, no estará en haempleado el Sr. Donoso, quizásesten es-
vuestra Constitucion, estará fuera de ella, puestasá que se les aplique aquello de Hora-
pero sobre ella: sí, sobre ella, y en esto se cio: sed non erat hic locus. Tambicn en
ha dicho una verdad profunda, tal vez mas algunos pasages se echa de menos la natu-
profunda de lo que se ha creido; estará so- ralidad, notándose.que no se verifica ut sibi
breella con las funciones suspensas, mas no quivis speret idem, Los documentos de esta
con las fuerzas destruidas, esperando que el clase no escluyen ciertamente los adornos,
curso de losacontecimientos le permita; quí- pero solo los admiten con mucha mesura: y
zás le precise, á emplearlas.. es preferible que pequen por severos y frios,


Que no. ha perecido, no, el trono en Es- á que se muestren demasiado galanos.y. os-
paña por hallarse ocupado por una Huérfana tentosos, El carácter de ellos nace desu ob-
inocente, por estar espuesto á los empujes jeto y circunstancias, Son.p¡rlabfllsdirigidas
del vendabal revolucionario: la institucioa á un cuerpolegisladcrpor.índivlduoe delmis-
existe, conuna fuerza propia, íntima, inde- mo, y sobre un punto gravísimo de legisla-
pendiente de la voluntad y de los designios cion:es necesario pues que sobre la imagi-
de loshombres. Esa institueion tlotará toda- nacion y los sentimientos descuelle una
vía por.algun tiempo á merced de las .elas, razon imparcial, exacta, austera, cual con-
como un navíodesmantelado ; pero la ¡asti-viene á quien trata de fijar la suerte de un
tucion no perecerá, porque en la sociedad gran pueblo, estableciendo las bases sobre
española es necesaria la monarquía; yno.la que ha de estar constituido. Estas observa-
monarquía flaca, endeble,instrumento de cienes no se oponen á qoo reconozcamos en
ambiciosos y de habladores, siao una mo- el trabajo del Sr. Donoso el mérito literario
narquía robusta, fuerte, bastante á levan- que encierre: un escritor puede ser eminen-
tarse en medio de los pueblos como un po- té, Yno ser muyá propósito para redactar
der tutelar de todos los intereses legítimos, dictámenes de comisiones del Congreso.
dique á las pasiones desenfrenadas, centro Ya que la forma del dictámen no nos sa-
fecundo de órden y de vida. Esta es la nece- tisfacia del todo, hubiéramos deseado no en-
sidad de la España; y esto vendrá, porque centrar en el fondo nada digno de censura;
\0 necesario viene. desgraciadamente no es así, ylo que tene-


mos que decir contra el fondo es por cierto
mucho mas de lo que hemos criticado en la
forma. '.


Sobre el dit!tánaen de 'A t!oIJIi ••o.. La comisión divide su dictamen en .dos
del Co"gre.~. \)\\rt~'&:. ~\\. \a \)~ime~\\ tralade \a le@ia\idad,


o-porlullidad y urgencia de la referma; .en la
segunda intenta manifestar la. consecueqcia
de lo que propone.




374
mos podido resolvernos á admitir COlU9
verdadera su enseñanza.


:¿Por qué habrá dicho esto lacomision?
¿Cómo ha'podido aventurarse á una afirma-
cio~ tan gr~tu~~~? Es I~uy sencillo: ahora
esta como SI dijéramos ala:órden' del día,
que es necesario mantenerse eonprecisíon y
exactituden equilibrio: es necesario no ma-
nifestarse revolucionario, pero tampoco reac-
cion'ario;y asi es eondicion indeclinable que
en habiendo> pronunciado la palabra revolu-
cion, corresponda como un eco reaccion; en
hablando de anarquía no se olvide nunca el
despotismo; en clamando contralas conspi-
raciones de losprogresistas ,no se pusen en
silencio las de los carlistas; y en ponderan-
do la necesidad de precaverse contra las ma-
quinaciones del emigrado de Lóndres , tam-
poco se deje sin obsequiar con algun apodo
á los infortunados príncipesde Bourges. Asi,
elevadalaeuestion á mayoraltura, era pre-
ciso en cuanto lo consintiese la materia ne
dejar de emplearel antítesi.s : y~ que se re-
cordaba que unos se opoman a la reforma-
apoyados en la soberanía del ptteblo, , era-
necesario añadir que otros la resistian fun-
dados en el derecho divino. -


Al ver tanta inoportnnidatl, ! sobre todo'
tanta falsedad enel antítesis1 at procurar es-
plicarnos esa anomalía, que Bada hacia ne-
cesaria, no podíamos menos de recaerir á la
atmósfera en que trabajaba la comision; y
de la propia suerte que el aut'ol'OOI dictamen
para escusas á las constituyentes, repetía-
mosinteriormente aquellas solemnes pala-
bras: «00 hay entendimiesto tan levantado,
ni voluntad tan firme, ni alma tan resguar-
daday dueña de sí, qne no deje libre alguna
puerta per donde' se abran paso las cosas
que estan en otros entendimientos, en otras
voluntades y en todas las almas.:


Muy acertadaanduvo la conlision cuando
creyó que no, erapropio de ella entrar en
contieadas sobre metansiClll eonstitueional,
«ni llevar la,mí! d~' la diseusion á tan escou-


1didas ! lóbsegas ~e<~BeSt»· Por'ciertoque si
. otra luz no 'hubiesepodido llevar que el es-


caso conocirniehío que manifestó conrespec-
-toá'lt\:dootrina del derecho divino, escondi-
das y lóbregas se quedaráp las regieses,
_. ,Noee de'estrañar que en un periódico
_io,. donde los' artículos se escriben con
,preclpHatiooy muchas veces con premura,
se toquenconIigerezacuestiones gravísimas,
y para redondear la frase ó llenar un hueco


l.


TocaBle á la legalidad afirma la comision,
que la reforma cuenta por adversarios á 'los
que no reconocen en las Córtescon el rey la
potestad de hacer en las constituciones polí-
ticas aquellas mudanzas y correcciones que
aconsejan á veces la variedad de los tiempos
y las conveniencias del Estado; y dice que
son de dos especies, la de aquellos que ha-
cen venirdel cielo la soberanía y la asientan
en el-trono', y la de los que la hacen venir
del puebloy la asientan en una congrega-
cion de sus representantes, Ignorábamos
nosotros que los que profesan la doctrina del
derecho divino sostuviesen que no se podian
reformar las constituciones de los Estados;
creíamos que la historia de largos siglos en
que estuvo dominante dicha doctrina, atesti:.
guaba que se habían reformado muchas
constituciones; no sabíamos que el derecho
divino encadenase á los pueblos conla Cons-
titueion qlte'una vez hubiesen llegado á te-
n01', sin que valiese nada la variedad de los
tiempos y las conveniencias de los estados;
opinábamos que, aun cuando se diese por
supuesto (lo que es falso) que el derecho di-
vino ponga en el trono el único poder COIJS-
tituyente, era claroque si el poderconstitu-
yente era el rey, babia un verdaderopoder
constituyente tambien si el rey obraba de
acuerdo con las Córtes; no habíamos notado
que ninguno de losórganos de laprensa que
se suponen partidarios del derecho divino-
hubiese negado la existencia de un poder
constituyente sobre la tierra, antes parecía-
nos al contrario, que alguno de ellos lo' ha-
bia reconocido espresamente ; y todos, si al ~
gnn obstáculohabiansuscitado á los medios
empleados en la sítuacion , apelaban á la ne-
cesidadde que el país estuviese legítima-
mente representado, y de 'que si se hacia
entrar en aecion la potestad real fuese de
maneraquenide lejosse pudiera s?spechar
queallusasell de su nombre los partidos: re-
cor'dábanlOs que los' mismos carlistas no ad.-
mitian que el rey'fuese el único poder cons-
tituyente ,COlindo 'negaban qlle el monarca
tuviese facultad para alttlrar por: si solola
ley de sucesion f tanto que en esta razon.se
fundaban para sostener los derechos que
ellos creian corresponderá D.Cárlos ~est~
y otras cosas pensábamos, opinábamos y re.-
cordábamos , pero la comision noshaense-
fiado locoatrario, bien que ·todavía no he-




~ ~7i -'
se eche mano de una palabra ó se uecuerde mas que uua fuerza destructora, ó sumida
una doctrina, sin cuidarse mucho: de-Ja en insolente ociosidad, Ó entregada á tiranía
exactitud v-huen juicio.' Pero endecureentos implacable? l.N0fueJamp.oéomas,!amotar-
tangraves y qua se dirigertá ua.Congeeso quía. de Luis. XlV,? ¿Nofueron, ,m38 1061 ioair
de legisladores; que.versan nada menos .que nades de uaotos-esclareeidss ,monarea$¡ duro
sobre la Ilt'Y fundamental de .un Estado"'iY rante el tiempo en que, segun 'nos :dice:e~
que llevan la firma dedistinguidospublicis... dictámen, era el derecho diviDOilel,i"lRda....
tas, sería de desear que, ó se prescindiese mento.tlekderechopúbllco? ¿Sethabwidado
de las doctrinas. ó se las tratase.preparan- la «omision de loqueell.amism~no¡;,oonfier
dosecon mas' estudio ymeditacion.•Y'Ili me- sa, que nuestros reyes han .gobernadQcon
ditacion ni estudio ha podido habereón res- un imperio justo y COn un cetro dichQso1w)"
pecto. al derecho divino en. quien 11} ha ¿ Se ha olvidado de-que sin embargo ¡esos
aplicado tan desacertadamente ála.ecforma reyes.creian que el propio. oficio de/xcr IJs
de la Constituciou ; quien.le ha atribuido t:ohacer juicio y justicia, PORQUE'DE LA
que él no establece; quien, refiriéndose á las CELESTIALMAGESTAD RECIBE El¡ PO·
potestades fundadas en dichopriucipio , no DERIO TEMPORAL? (Nuev . Becop. , lib;2,
ha reparado en decir ; «lospueblos.se resis- tiL2, ley 1.) . i
tiran síempre.á reconocerla potestad en ,la Sentimos vernos obligados á ,dirigin"tan
inacción yJu legitimidad en esta.fusrza des- graves reconvenciones á personas cuyo mé-
tructora; y. estas potestades, ociosas á un rito apreciamos COmO es debido; pero no.pe-
mismo-tiempo y terribles, no se muestran á demos prescindir .de ello cuando se atraviesa
las naciones sino como implacables. tiranos, la verdad histórica, el decoro del. supremo
ni.ponen.término: á sus tiralúassino para ell~ poder de la sociedad ; y .las doctrinas. augus-
trar ~n un repeso absoluto y en otra ociosi- tas del cristianismo. Siel autor dddictárne;f
dad insaleate.»:C.,;,,,, . , . . ; hubiese estudiado á fondo la ·ma.teria" ~


,AlIeer.-este. pasage ..hubiéramos.deseado biera.enconerado que el derecliodivino,;tal
que no fuese verdad lo que se ha dicho., que comoloentiende la Heligion.ieatólic« D;Q¡'se
le-haeia.escrito.el Sr, lJon,f)so ().Qrtis; hu- I opone á lafelicidad niá laverdadera.lihertad
biéramosdeseado Mvcr,alpie;:(}e seUle1~nte dejos pueblos; que no se opone áq~IPQf,JQtl
documento ni 5uj¡~ma ni-la de ·~IlS.~,09111pa". trámites legítimos.se fe'fornll'p la;sd.eyes,(U9.r
fieros. AntOs de la falsedad:tilosóflCa é,)lÍs';' damentales, cuándoasí lo reclamanla,:varie-
\úrica queeueierran :s€\mejantespalabras," dad de los tiempos. y la conveniencia deloses-
¿.qué lenguaje es este en que de tal suerte tados; ,hubiera visto que conel dereoho.diviao
se maltrata á tantos ilustres monarcas ¡ en I oe se pretende que descienda del cielo una
que asíse arrastran peeel-suélo tan.hrillan- , bula sobre-el solio de losreyes; que este de-
tes. diad.~n~a~? Pues que .I.el principi~ del 1 reeho divino cobija bajo sils.o.mbra,I!O;t~n.so.,.
derecho divino no eúgendra.masque mac- lo el tronodelosmonarcassinotambien á toda
cion, ~uer~a. ~estructora, terrible ~lter~ati-I potestad st!prema, sea cual fl~e,r.~ "in.c1us~¡l1l
va de uranía Implacable y de OCIOSIdad mso- I de lospresidentesde una repúhliea ; hub\~~
lente? En una nación monárquica, una co- 1I visto que el principio santoiauguste.ide q;l¡lemision del Congreso hace sonar tan terribles I «no hay poderque no venga de Dios,,>Je~tá
palabras á los oidos de una asamblea de le~ i¡ consignado espresamente en lasagradaEscri-
gislador.~s que se pc.oponendar fuer.za y .es- 1: tina; n.o es t.ln ,est;rerJ!o de quehuya;la~\et'd.ad,
lllendor a lap~test~d del monarca? ¿Eso se : c~mo dlceel~l?tame~,n~ perte.neee~ ~as:r~lama ser monárquico? ¿Eso puede leer en g.wnes metaftSIWs, sino a las dogmáticas.y
el Congreso, en nombre de una comisión, prácticas; y está reconocido espresauiente en
un diputado que tiene la alta honra de ser nuestros códigos; y que al paso que asienta
secretario particular de S. M. la Reina Do- sobreflrmtsima basa átodopoder .legítimo
ña Isabel 111 Pues qué, ¿la augusta Huérfa- sea-cual fuere,ahsolutoó republicana, pone
na, la heredera del trono de los Becaredos y en salvolosderechosde IDs pueblos, es ,Willa!-
Fernandos desciende de potestades destruc- ludablefreno contra los desmanes del-poden
toras, .insolentes, en la ociosidad, implaca- y deja á las formas de go~ierno l~'fl.ex¡bU~dad
bles en el ejercicio de su tiranía? El .tremo necesaria para ,que puedanmodl~cafsed~ la
de las Bspañas, que por tantos siglosse ha manera conveniente al estado socialy poh~b­
mirado. .co.mo de derecho .divino , ¿no fueco.de las naciones. De estasuene, su ~sj)l'lto




-~,-
no adoleciera de la.falsedad ,Y' li~eza nada se hal1abal); .en,lt:~QIUiti~.l(,l¡onprjncipios.q~e
estrañas enescritores ignor.an'eS\~peto ínes- 'nQhabiatuido ,hechfJ;l,¡,ara eS~f, juntos, y
ensables ea.peesonastan.entendidas, en el qu~nUis-¡])jen·qtlepar~u.jusladas en .sí de
aclo,solemne de dirigirse á las Córtes,y -en un aompuellto.r.e€iqlar;er~fPielas .perdüllW
un asunto tan.grave, COD,lO, la.refóena 'de la de diversas constituciones, ,.Pij~8l.í1S .alli.per
ley fundamental del Estado.' el legislador caprichosammt(l· .y..al'(4c~I}.. 'fe-


Despuesde haber: desechado como oríO'e~ MlllOsya contradicciones. rcaprilJÜQs! .ellffl
nes del:poder, asi la '. soberanía del-I'treblo Constitucion; tratándose .de.Ulla '..ley"wpda-:-
como el derecho divino, se contenta la 00- mental ereemos que. lascon\;fadideiQnestY
mision cea hablamos-de poderes que ejerzan 1 caprichos SQll, algo masque, lunares;,may»rt-
unaaccion-benéfióa ; y en estohace estribar mente cuando erancosas tan de bulto~. que
la ,potestad constituyente de las, Cortes con después de, I planteada.ila Constitucion IQ
el Rey.;",¿Yqué,contestaria lacomision echaron de ver ,como i dice eídictámen,
éunndonos presenta portítulo de legitimidad hasta los ingenios mas rudos, " .
la heneficencia ; qué contestaríik á quien . ).. pesar de tan graves defectos, queaien
le exigiese el ULulo y á quien le re- podrian calificarse con otro nombre , afir~ll\l
cordase lo. que se ha dichoenfa prensa; y la comision que la obra'fue nlírada'YOll.reli.:
lo que, es masen el mismo Congreso; sobre giosa.· revenmcia por .los. hombres •de buená
la absoluta esterjli.dad de Ias .Córtes en los' Iv(}luntad:.~ buena Yol~n~d pod~ian. serlos
últimos diez años? .Convengaesos.ea que,;.ef de lareligiosa rl},v,e.rencli3.·y:pepo fl¡S\lS,¡n,ge.-:-
hacerbienes deher.eniospcderespúbhceé, ~ios:l¡ls.Mce,de, segurO@pGO!h611m-ihl.;¡JQU)ie-
una condiciou indispensable para grongearSesiQl).i~.eLConyeso:, .cuamlo eSponilltQ~¡I%
lavnlulltadde.~f)s,pueblos;'per(j) guardémo- incoavenieeíesde lQS.;prjnllipi()S'G0B:sigBa~9J
nos de-na'feconocerotras fuentes de legiti- en.Ia Constitucion los llama,: de" ,tQd.opy,nt~
midadque la beneficencia , porqueen otro incompatibles'con laJfanquílidad ~rn~ane~t­
Qé\S0; podermalo y poder estéril serian.sino- ,te del Estado; cuando-nes hablll¡~eJa,irlsurt­
nimosde pode¡'ileg.itirno, y eatonces.¡ ay de fr¡JooioncWi1Jc.rticla en.de.Techo~, y .(\e.li.~~~
muchas. pedenesl... :. -. . "'.:' . ·Uefa,n'QQ en las,.puntas.ilitJa6 .baY1.lP-lYtalhd
-;'Ewcbncepto do la'C()lilisitJfi; .la-chradé ,!ílcll)Qriul-.dcsus,agravios.;cufl-l'lQ.o, n~6Jii®
.lasooristituy.entes de 4.837flleempr.esa.glo,qua;la Coastit~iQIl ea a)gllIJa$jle,l1Us.·pa.r.t~s
,!iostdle"lildadHJentufOlS'Qrl'emate;, elluscon- ¡ofn1C\Lun.. ollJHáéll~invqij(;.ible. al. ~~za!­
sagrwron, los. grandes prin'Cipios"flel 6rden mientodelésden y á -la comp)e~Qfga-l1iza,
social,rlcvantoronel trono á un!' region'at- cisnde laadm¡nistraciQ~:pública;..«\1ando
tisima , y abrieron laszanjas y,,:écharolllos nos habla delas máxifflas'.,cond~~wdas, !-l1~jo
cimientos dela libertad.española. Por estas ,cu~'.() imperio el érdea.uo puede existir, siao
causas la Constitucion fue recibidacoWiúbi- como escepe:i.onfle la anarquía; cuaudo.ob-
louniversalpor todos, los partidos I':Y el'010- serva que si hoy tenemos órden lo debemos
derado vió con, .as@mbm consignados en al concurso de circunstancias prodigiosas y
aquel. códi-go fundamental. algunos de. 108 á un favor especial de la Providencia; cuan-
grandes prmripios'.cn· cuyo nombre y por , dopara penderar IaJurgenéiadcíhtl1~l.\}rma
cUY¡1,. glQriil,habia,,:pcleado y perdido-tan de.laConstitueion , de esa Constitucm·:ll~
graadte8/ ba~a"a8. Este es unClogioeumpli- giada r nos advierte queJa nacioQ~¡p~ar~
dQ ,.á ~$3f ide,quc;se conñesa.qoe la Gons-vantar,Gll edificio tan. firme:qutípiladllohq..;.
titWi\ion,t~.ja"qq.wi,y "alli ai:gltnos lUi1at'e6 cense fuer.te ee é~ .contra>el. empuj6,,:Qe las
que afeaban· Bn.hermosura.. ¡¿No mas.que:lu- .revolucioues~;:no ,tiene,mas¡que. ~in~'(IDt(s {iJi-
nares ?Dígal<t· el gdbiernbo',- dígan10·1a$ disto .gitiflQS;;·,que:eLtiempQ).es nmy.¡breNe.¡ino
cllsio~es. ddICo~~l1lBo,Fydíg~l~ sohre¡ k>d~. m.a-s'<tue.~Li~t~rY'alQ,:im,6t]cry,tibkqilehay
la lmsma:. eomrsion. .:que, bren ,¡pront(t .ise i}~It1ielas' 1fJd$¡mas,,._rq:uttasy ,1u,. :anar-
in~emniza'Y ~onusurado¡Suga8td dé ~co-- q~íal, llltrtr.é,uit pr-íllfUpÍl)!)"SUll eoúse~u~n~
rnlOS; .y:,cou1!lerte, Iosluriares!til.lkformtda- -CIIlS,U"tur11MS. ~QIt~':S6lhlzode mrehglO&i-
deshofftlndas, en mOlilstruosilJades' espantaot- re\l6renclá:de: klsMmbres d(}buenilli~lua::"
sas; BastacüntinuarleyeI1do'paraf1on'Vencerse aaddiácia,uuarobrlüqlle, "si;n(}, se, enmienda
de qúeIn clllDÍsion prodigaba J~s elogios ,sin pt'onto Y'ffi_Y pronto; en'.eSe tiernHo:'bt'eve¡
per.iuicio de desquita rse. . .,\': : ", ;" -6n,~6SQS ins~ntellfugit¡vos,..serán·:tantQ$
.t..Gómienzá.la comision' por hacer: notall'quenuestrósmalesy tantánúe8trá oulpaque eJl




- 37i -
'yal1o.tatig~~mos,Qla· \iérra'con lamenta-
tionesinútile'syaloielo con estériles'plega-
rías , perque: DO" encontraremos gracia ni en
el tribunal de Dios, ni en el de la naeion ; ni
en' el dela historia?»


tOhl Entonces, de muy buena voluntad
debieron de ser, á no dudarlo" los 'que con
nügiosa revere'ncia acataronun ídolo seme-
jante. Si los principios consignados en la \
Constitucion de 1837 eran tan fanestos como
Jos pinta el Sr. Donoso Cortés, el culto que
le rindieran esos hombres de buena volun-
tad se parece al· tributado por los pueblo! I
idólatras á las divinidades maléficas.


Ahorabien, -esas contradicciones tan pal-
pables enel-intervalo de pocas líneas, l.qué
prueban? Nada pruebanciertamente en con-
tra de la galanalmaginacion y otrasbrillan-
tescualidades de. un escritor comoel señor
Donoso; nada prueban contra su merito in-
disputable ¡pero prueban sí cuánto pierde
el talento', por elevado que sea, cuando se
coloca en posicion falsa, cuando se empeña
en afectar que anda por terrenofirme, mien-
tras siente muy bien que el suelo se hunde
bajo sus plantas;' prueban sí la verdad de'
aquel dicho, que na hay peor abuso que el
que sehacede 1.. mejor, Unescritor vulgar se
Jiubiera contentado con trazar un cuadro sin
colory sin vida; y como nadiehubiera fijádo
Ja atencion en él , nadie hubiera notado la
deformidad de Jo que representaba: el se-
fiar Donoso se empeñóen rasguear con ga-
llardía y en avivar el colorido , sin reparar
'que en vez de un magnifico retrato no hacia
mas que una escelente caricatura.


11.
El lugar nos Calla para examinar deteni-


damente la parte del dictámen en que la co-
mísion desenvuelve lo tocante á la conve-
niencia de la reforma propuesta: pero esto
es menos necesario ) cuando en otrosartícu-
los hemos manifestado va nuestra opinion
sobre los puntos quela comision examina.
Una adición propone de alta trascendencia,
y es la 'que versa sobre el matrimonio del
rey, sobre lo cual 'Vamos á decir 'Hsa y \Ia-
Bamente nuestro parecer; manifestandóan .....
tes I~ ~stra~eza que nos ha causado el que la
CODllSJOD diga que andaba. tan temerosa en
toear al proyecto del gobierno, y que rece-
IIba>tr~spasarsus facultades; y que se esou-
... _ talÍta· humildad por 10 que ella llama


su atrevi'lMfnto, al~audo. que lIi ,atgÓlh M+
tocado haside porque asi lo exigia su;.
tJiceion, peto que-no 10hahechoisin~Herta
timidez j que no teniaotro 6tt que élpOllfJt
mas de bulto la propia idea del·go6ierno j' '!
que aun asi y todo no ha creído conveniente
llevar á cabo estas enmiendas sino cuandfl el
gobierno mismo las hahecho suyas. ¡Jot'.. .re~
cirio asi , despues de un examen 'deienido y
de una deliberacion reposada. Con: mGeha
razon se quejó el 81-. Perpiñádesemejalll~
lenguaje: si la comision no hacia mas qoe
usar de su derechoy-espresar su conviceion,
¿ á qué hablar de atrevimiento, á qué tanta
timide.z,i qué tantas escusas? El gobierno
podiaes1tr muy satisfecho. quizás demasia-
do: el Congreso no tanto. El 81-. PerpiñaH
hecho la merecida justiciaal modesto pasaje:
modestia que debe chocar á las asambleas
populares,' tan llenas, segun se espresa el
dictámen, despues de las discordias cit1iles.,
desoberbia y de pujanza.


La adieion sobre el casamiento consiste
en prohibiral Rey y á su inmediato sucesor
elcontraer matrimonio con personaescluida
de la sucesion á la corona. La única razon
que en su apoyo se puede señalar es la que
la comision indica. á saber: la conveniencia
'de poner en la debida consonancia los artí-
culosaná,logos; consonancia ({ue' la .comisiou
opina no existir eatre el articulo del matri-
monioyotros que se ponen enlos títulos
7.o y 8;o que tratan de la regencia del reino
y la sucesion á la corona.


Los partidarios de la adicion argumenta-
rán de'esta manera: en el Ululo 7.o, artícu-
lo 04, está prevenido que las personas que
sean incapaces para gobernar, ó que hayan
hecho cosaporquemerezcan perder el dere-
cho á lacorona, serán escluidas de la suce-
sion por una ley; Si no se prohibe al rey
contraer matrimonio con esas personas es"-
cluidas f podrá falsearse en gran parte el ob-
jeto de la ley de esclusion , porque entonces
la persona escluida, mayormente si es varón,
podrá ejercer muchainfluencia en los nego-
eios públicos, y aun dado cierto carácter v
circunstancias, podrá ser el verdadero rey:
si no de derecho al menos de hecho.


Ademas',colocada esta persona en,el mis-
mo tálamo real, serán muchos los medios de
que disponga para hacer anular la ley: y de
consiguiente podrá abusar de la ·admision y
usurpar el trono. '


Tcdavtamas.enelarttculc 57 del titulo8.0




- S7~-
se establece: que cuando el rey fuere.me- reprobacion que- sin duda se maníjestaríen
nor de edad, el padre ó la madre.del'rey, y en lasCórtes siel matrimonio fuese contra-
en.sudefecto el pariente mas,próximo ásu-> rio al bien público; quiere-censignar espre-
ceder en la corona, entrará desde luego á samente esta garantta.iy.aada.menosque.en
ejercer la regencia¡, ,y la ejercerá todo el la Constitucion, no reparasdo queasídeja en
tiempo de la menor edad del rey. Si el rey, la ley fundamental un moaumeatode la des-
pues, se casa con persona escluida, podrá confianza entre las Córtes y el Rey, y que
sucederque esta, muriendo su consorte,sea esto equivale á declarar que el monarca.p~
regente; y por tanto, á pesarde ser esclui- de tener intencionescontrarias al biea.del
da de, la corona por su incapacidad ú otras Estado,
causas, ejercerá toda la autoridad del rey. Senos contestará que no se desconfiadel


Creemos haber presentado la cuestion Ie- Rey sinode los malos consejeros; pero aquí
gal en su verdadero punto de vista, y no se puede hacer una réplica concluvente: ó
haber debilitado en nada las razones en que considerais el matrimonio como simpleenes-
se pretende apoyar la adieion: vamos ahora tion de gobierne Óno; si lo primerosois in-
á examinar si es ó no admisible, y aprecie- consecuentes cuando no dejais este negocio
mos el valorde los argumentos' en que es- sujeto á una leyj como lo hacia la Constitu..,
triba. . cionde 1837:si lo segundo, no hableis de


¿Cuál es el motivo de variar el párrafob." consejeros buenes-émaíes.porque desdeque
del artículoi8 de la Constitucionde i837, habláis de esto easraisde nuevo enlascues-
donde se previene que el Rey para contraer tiones-de gobierno. Si. suponéiss . coosti~1!­
matrimonio necesitaestar autorizado por una cionalmentehablandocque el Reyes ~~
ley especial? Sin duda no es otro que el ha- cable, por lo mismo que le dejais libre en
berle creidoofensivo á la dignidad de la co- cuanto al matrimonio suponéis que es Una
rona, y el que se ha de suponer que el mo-· cuestion de familia, y que por las -relacio-
narca no contraerá un matrimonio que sea nes que pueda tener con los negocios del
dañoso á los interesesdel Estado. Es decir, Estado nunca la resolverá el monarca en un
que elartículo dela Constitucionde 4837su- sentido contrarioal bien público'.
ponia Ia desconfianza contrala cual se preca- Mas breve: ¿os fundáis en la descon6an-
via la soberania popular: y en la reformada sa, ó no? Si asentáis el principio dela des-
ROse quiere dejar ni la huellade esa descon- confianza, sacad de él sus consecueDciasna-
fianza, ni la sujecion del Rey á la voluntad turales; sino desconfíais nopongaís adiciones
de las Cortes. El gobierno anduvo en esto que la manifiestan. Si haoeis una conce-
muy atinado, y tuvo presentes las sanas sion á la corona, hacédsela bien·; no ab~
máximas de política y los verdaderos princi- chorneisá la Magestad Real otorgándole una
píos de derecho público. Mostrando respeto facultad acompañada de una cor~pisa inde-
al trono, quiso manifestárselo completo, y no corosa.
quiso designarle ninguna clase de personas Ademas; que si se pretende evitar lesin-
con las cuales le fuese vedado el contraer convenientes que se alegan, la adiciones in-
metrimenie, porque dió por supuesto que el suficiente: ó no se la deberia poner" ésería
Rey nn abusaría nunca de una facultad que preciso ponerla mas lata, pue~ que, ha-
leotorgabanlas leyes, Pero viene la comi- blando únicamente del Rey yde Ilu"inme-
sion, y mas recelosa que el gobierno, suscita diato sucesorpodrá suceder quemueran'8m-
la eue~twude deseonhanza, y dice: «vo es- hos, y entonces entreá.reinae-une q~,.aD­
toy deacuerdo en ensanchar Ias.facultades tes de ser sucesor hilnediato.y siendo. tal
del Rey, peroquiero.una garantía de que no vez remoto, se haya casado l».n :UDa persona
abusará de ellas, y así le prohibo espresa- escluida de la.socesion.. Luego-ó -no se ha
mente contraer matrimonio con las' personas de poner b:'adicion,·ó 110 ha00establecer en
escluidas de la sucesión á.lacorona.» No le otros términos;dimeil00, «que queda priva-
basta á la comision que eIReY;llDtésdeeon~ durel dereeho:desuceder.á lacorona e! que
traer matrimonio, lo haya deponereneono- secase; 000 .persol¡tesclujda de dicha suce-
cimiento de las Cortes, conforme lopreviene sion;» Aquí noháy·réplicá,: ó la adicion ha
el articulo48de la reforma, y que lo, :mismo I de ser-desechada; ó ba de llegar á este PUl)-
se baya de. verificar con respecto alinme- to; si se quiere la consonancia de que DOS
diatosucesor; no le basta el desagradoy.la I hahlala sucesion, soloasí se-logra, '




- 37&-
,Esta ¡'enexione8ilt1i.tY'ob~ílj ystn embar- I cunstanclas ~nlohce~ lIeenvllelvene",ellallo§:


goalparecer lacomisionno la ha 'tenido . 1'.a, ¿C()rl.vieneintrodllcir en una'levfunda-'
presente; y'e~rqlleeUa examinaba lacues-' mootal,y que por-lomisme' ha de: icnel' 'un
tion,'1tobajó el punto de ' vista censmueio- carácter de perpetuidad, lo-que'e8i transite->
MI, sino qué.lamiraba como cuestiou 'de' rio?2. a ¿CorrvienevO:lard~nuevo la esclu-«
c1rounsluncia:s; Poresto solo pensaba e,n: el sion' de-10'5 hijos de 'D'.Cárlos·~, .:
Re)' y en'su inmediatukucesos , 'forquee~ Tocante á la primera de Iasdoscueetiones,
Rtly(ab~Nres la ReinaDóñ<rIsabe.-lt, y el creemos que todo el mundoestaráacerdeen
ltltnedí-3to 'Sucesor es su augusta' hermana la' que se.hade 'resolvernegati..amente.Porque
Infanta; yen la mente de la comisionlaadi- silaopinion general señala. como un-deíecto
~i'én' que dice: «ni el Reyni eiillff}ooialO su- el). lasecnstitueiones clquecontenganrsas
eesor á }Q corona puedencontraer matrimo-' de' lo estrictamente necesario:', ¿quién 'no
nio con persona quepor la ley estéeseluida echa de ver quees desacertadointroducir en
de lasucesion á la corOna;l) 'se traduce 'así: elll!' cosas' de circunslancias'?Lasconstilueio~
«ni la.' Reina' Dóil~Isahei 'I{)'\i su .augusta nes han de ser; notan-solo para cuando el
hermana1kInfuntll'pueden, contraer -matri-' Rey.'S~a varen'ó hembra;: y sea de. pocaó de:
monio,conni'iJgut\ hijÜ' de D.'CárIQS.») ,Esta mucha.edad, i ,haya.,tenido'disputada la co-
es la 'veMad'pural, ' 'sin 'redeos .ni embozo) rona ó la hayaposeidosincontradiceion, sino
astf'lo:ha':éfiténdidú',t8.'prenM,3'Sí lo'ha-en- para todos losreyes y todos los tiempos, pro-
tendido:;el' público, asílo:entendcrá, la- Euro- curando sacarla en 'Cuanto sea dabledel ter,..
pái.iSi á mas-de- la Infanta hubiese 'habido reno donde pueda perder algo de su duro-
ofi'íl 'hemhra :Con álguna prohabilidaddesu- cioné invariabilidad, Soloasise-ooneiteuna
bir al-trono, como por'ejemplo, .si el Infante ley fundamental estable: lo demas es preci-
Dl 'Francisco no hubiese tenido hijos,varo- sarseásujetarlaá continuas mudanzas. Si
nes ; etrtonces la comision no se huhieraoon- adnlitís la adicienno le pongais la fecha del
tentado cenimponer esta ley al sucesor in~ reinado, que-los venideros no tendrán'mu-
niedíaló;:la:hllbiera impuesto: tambien á los chotaabájoen 'adivinarla; al encontrarsecon
demas. La adiéion; pues; 'llll'venido'á'mani~ la adiciéwdirlÍ.lldesde h1ago'loSanliwarioa;
fe!Jtar'qtle'~e'~ralaba' (le-' 'a:lgQ ;mus" qmjEde que:est!t'Const~tlre\on'; idehi4 "haclJrse antes
una' siloplei~QnSdiíudcj¡t:,t""CQmisi6nl'no .16 deproihediaJ'i;et, s.i~tO¡:iJU~,ji;:;pM:aqweHQs
bií'replwa'do;'1'orqnli ·~s .fádi I:~decer'llis~rae. tiemptis :dw ~úrh,ik:f0~reli:qll~ Tein8'ba' Jln'E~
Cio\\é~'euaiIdo'M eSé1Jbe¡dollllllado .po1":ull'á pafítt'llOO ,NIila}l; qurendisputabalehrOIf{ltfIti
ide!rde i~itcm1§tanti3'Í3, y¡ 'se,tjuief6; ll\()str~ prínclpe llamado D. ;C'árlosjb].cublt~nia:~
líi'itnpasil)jlfddd 'de~quie-D selomirala eues- rios hijos. ¡Triste fechn lade disoordiasci-
t~ '~:n:§qoolfu! iaittirh"dondé! mi ;Hegall'el vilesy de 'sangre de hermanos! ... ". 1I
aH~líl(jdelaspasiones yill!S'exigencias de La segúndacnestienes muy sencilla .: La
los partidos. , csclusion que se hizo.en 183.\. fueijtlsta{)irt~
;;iSj'8etonsidera, pU$'j laadicion en el solo justar-si fueinjusta no se debe-repetir una


terreno de-la ley, y prescindiendo de cir- injusticia; si fue justa fue valida,ypor'tan~
cutl5tanCias particuláres,es' inadmisible, to no habránecesidad de ratificarla. Encl'ral-
porque manifiesta uúa-desconfieaza que re- quiera de los dos SUpullstosno se debe ad-
tJáj'a'ladignidadi\aJ treno. ,', " mitir la adicion: en'un caso porinleua ,'en
"'Siiá'plJsar deesto se-Ia quiere admitir, el otro por inútil. . , ,1
~Jitonces nOies.suficiente;y . para lograr el 1 Creemos baberdemcstrado Jovque nos
objeto'osterisible de la.eomision , la C'ÓflSO~ proponíamos, sin haber entrado en ninguna
flá,n,Cia"",se",'deberian esclu,irde, lasuces~on ,á \'] cuestion din,a,'.slic~,. ni tmnpo.coen el e,xa,hlen
cuantosse.easasen cou-personaseseluídas. de las' ventajas-o ínconvenientes '/le- este '0
Pormatréraque si' en laactualidlu'lse veri.. aquel enlace de S. M. No sabemos ',Jo que
fiéas~: un'enlace'del'lf'lindi.viduo deja; fmni.. I .sobré el particular opinarán lasCóttie'S:' nO
fia:t1e:'}J);\;á'f!os con-uno-de la,de: 1); WanT' '1 nossorprenderá el que la 'adicil)n sea '\'ot'll1l"
c1Sffll'Óide 'la éasade' Nápoles;;~íiJ()tro-cual- ell'<3mbos 'cuerpos··colegisladores! ~ 'v':qü.e I,ti
frtiieftlr'9~ien tal hi~iese. 'deberi~'p~~e~ ;tffi I acept~'.eL :gah,ie'rrto; sea <tomo.~u.ere>r :séll.fioS'
d@~bbM)a,la' surleslOfi St "ostuviera; :omca~, pe:rmltl¡j() Itacer unaobscrvamon. 'Eh ,estoS'
JHfGi~ pirra'adquirirlos. ' ¡, negocios, que dependen 'deht'fuetza M:Jas~


Si se coo$idet>a la cuestion como de cir..:. aconteeime'ntos t jnf.lll~e :'floetl Ilnavo1fleioif




Madrid 20 de noviembre de 1844.


El discurso del seiím' Tejarla, y el
del señor6'artinez de la Rosa.


Con razon han dicho a1gnnos periódicos
que el discurso del señor Tejada habia sido
algo mas que un simple d scurso; porque
aun prescindiendo de las intenciones del di-
putado por Logroño , no está en su mano
evitar que su discurso haya tenido mucha
importancia, y que hasta cierto punto se
haya podido decir con razon qne hahia sido
un acontecimiento. Valor y profnnda convic-
cion se necesitaba para decir lo que dijo el
Sr. Tejada, mayormente cuando no podía


- 377-
mas ó menos: lo que es imposible no se ha- ignorar que se dlrigia á un Congreso donde
ce, aun cuandono lo veden las leyes; y cuan- sus opiniones hahian de encontrar escasa:'!
do causas graves han preparado un suceso, simpatías: por este motivo no falta quien ha
el suceso se verifica á [lesar de las leyes. Si indicado ~lne el S~·. Tejada se haliia pro-
hubiese algun dia la combinacion política puesto qllll:as otro Iin , y que hahia aproYc-
que ahora'queréis prewnir. y encontrase c'iado la tribuna del parlamento para desde
acogida en las regiones del porlcr , ;,crer:is allí lanzar un folleto.
que vuestro voto pesaria mucho en 1<1 halan- No vernos inconveniente en que un ora-
za? Lo que pesnria fueran las (~spadas con ciar, segnl'o de que sus palabras no han de
con que contóseis y el apoyo que lJildit'scis encontrar eco en el recinto del cuerpo cole-
encontrar en las fuerzas t!l~ algun partido. !-~is¡ador á que pertenece, procure decir á


Sisois fuertes noIw('csitais hacer ese vano este la verdad tal como él la concibe. con
alarde: si Iuércís déhilcs : no os hastaría el el desi~nio de que la oiga la nacion, y pue-
hacerlo: dejad pues de valeros de esos me- da asi fructll¡cal'C'cn el tiempo. Creemos que
dios, cuvos menores incoll\cnicntes 50B d para esto es tamhicn la publicidad de la tri-
escil~lr rl'cuerdos ingratos, el fomentar pa- huna. Es cierto qUJ un diputado no debe
sienes, el azraviar de nuevo un partido nu- nronunciar ni leer discursos que luego es-


">--- ~ • ,1 '1 • 1 '
mcroso , y el mnnifestar nue os amenaza paremos por ra nacion pr()( uzcan estravío
ese peligro, ya qne con tanta ansiedad tra- de ideas ó inflamen las pasiones; pero no
tais deprevenirle. . creemos que a esta clase pertenezca el del


Hasta media aquí una consideración de 81'. Te,jada; y si esto se ha querido decir
decoro, y es, que no habiendo necesidad ni cuando se le ha llamado [olleto , parécenos
conveniencia, no inaugure Dona Isabel su que la calilicacion es injusta. Basta leerle
reinado rauficando una medida tan severa para, echar de ver que no tiene de ninguna
contra príncipes que, por ser desgraciados, manera el carácter de folleto en el se;¡tido
no dejan de ser tio y primos de S, '\1. 1\0 malicioso que pudiera rnuv hien encerrar
se haaa intervenir el nombre de la inocente esta palahra. Escrito con dignidml v en mu-
Isahcr en nuestras infaustas discordias; nose chos pasages con el nervio que' siempre
haga que' ponga una firma para condenar de acompaña á la conviccionesprofundas y sin-
nuevo á eterno destierro á parientes tan cero ?eseo del hien público, no se distingue
cercanos con toda su descendencia: ya que por nmguno de aquellos rasgos que emplear-
e! aliento de nuestros odioslo ha maricil\¡ido se suelen cuando re trata de acalorar los
todo, déjese puro un nombre augusto, que ánimos ó de escitar malas pasiones de nin-
resguardado p~r la inocencia no ha podido guna clase. Nada de pretensiones oratorias
empanarse. ni literarias. nada de incisivo y picante; la


verdad en su sencillez, el lenguaje castizo,
pero natural y 11 a110 , sin ninguu cuidado de
buscar adornos; nada que pueda manifestar
una elaboración muy lenta y esmerada, y
antes bien en algunas partes, con algun le-
ve desaliño que muestra al hombre ocupado
profundamente de las ideas y de las cosas,
y que no repara mucho en el giro de la es-
presion , ni en la eleccion de las palabras.
Bajo este concepto, pues, el discurso del
Sr. Te,jada no merece de ninguna manera
la caliticacion de un folleto.


Si la forma del escrito no tiene esta cali-
dad, mucho menos se la encuentra en el
fondo. No empleando ninguna de aquellas
exageraciones tan á propósitopara conmover
las masas, juzgando severamente los esce-
sos de unos y de otros, no adulando ningu-
na pasion , ninguna preocupacion, antes
espresando sus ideas sin consideraciones de
~()




"""".JQ
- 01" -


ninguna clase, el Sr. Tejada ha leido un !!f;Oi'l'~i(fda lo hizo de una manera que honra
discurso cuvo conjunto solo pueden apreciar 11 ni diputado por Logroño , porque dijo que
verdaderamente los hombres entendidos. v t pertenecia a la escuela llamada histárica;
que no es nada á propósito para arrancar 11 esto era confesar qlle no se había apelado á
vivos aplausos en las turbas de ninguno de ,! vanas toarías, cosa tan comun en esta épo-
I,os bandos.que han dividir!o y dividen todavía ;1 ca, sino á hechos: este era el elog-io mas
a esta nacion desventurada. 1I cumplido que podia desear el Sr, 'Tejada.


Un discurso como el del Sr. Tejtul« re- !: Sin embargo, el Sr. jiartillez de la llosa
clamaba la contestación de un orador emi- ti aiJadió que esa escuela tampoco estaba
nente , y asi á nadie sorprendía que tornase :1 exenta de peligros cuando se estreman sus
la palabra el Sr. 1IJartinez de la Ileso. Loque !I principios y se traen á la aplicacion ; que no
se estraüó si, y lo que llevaron con impa-i se ha de estudiar la historia solamente en los
ciencia, asi algunos miembros del Congreso .! nrrhivos sino tambicn en el tiempo prcsen-
como algunos de los órganos de la situacion, ,1 te; que no se han de consultar solo los Ji-,
fue que el señor ministro de Estado no con- '11 hros y los códices, sino quc es preciso ver
testase desde Juego al Sr. Tejada, sino l' los hechos que están á nuestra vista. Afirmó
que consumiese las horas de la sesión pero- ¡I que de este defecto adolccia el discurso del
raudo enérgicamente contra los desmanes '1 Sr. Tejada, que tal vez hubiera sentado
revolucionarios, y vindicando al partido de 1 bien en Jos tiempos de Carlos HL, cuando el
su señoría de las inculpaciones que le diri- 1I mayo!' suceso que amenazó ú aquel monarca
gen los progresistas: creyer?n no pocos que I1 fue el motin de Esquilache. No alcanzamos
el hablar contra la revolucion despues del I! á concebir cómo el señor ministro de Estado
discurso que acababa de leer el Sr. Teja- !¡ pudo hacer semejante cargo al diputado por
da era cuando menos inoportuno, pero qui- !, Logroüo: cabahnente el SI'. Tejada, lejos
zás no repararon en (lue en esa inoportuni- l' de andarse con archivos y códices y discu-
dad habia mucha sazacidad. El SI'. ñlar- 1 sionus legales sobre las'instituciorles anti-
tinez de lrt llosa no pudo menos de conocer 1I guas, se e hizo cargo espwsa/llente de lii si-
toda la importancia del discurso á que se 11 tuacion actual, de las lluevas ideas, de los
proponia contestar, y estando incierto por 11 nuevos intereses, de las nuevas necesidades;
otra parte de que pudiera llenar su objeto ,1 lejos de hablar corno pudiera hablarse en
de una manera satisfactoria, quiso hacer una :1 tiempo de Cárlos IH , llevaba en cuenta la
distraccion, procurando disminuir la sensa- I1 situacion inquieta, azarosa, desordenada á
cion producida por el discurso del diputado 11 que nos han traido los trastornos políticos y
por Logroüo, y ganando tiempo para meditar I1 sociales; recordaba (lile todos los elcmcnto's
el puntode vista bajo elcualcorrvenia presen- 1\ del gobierno estan en turlmcion aqitada y
tal' la cuestion, á finde que si la respuesta no 1: l)/,(i/anda,. aconsejaba una grallue alianza de
pudiese ser satisfactoria , fuese cuando menos " las ideas , de lossentimientos, de 10,1' intere-
especio.sa. El elocuente. irn,provisado,r sabia !I ses," de los,det:ecllOs anhguos, .con las ideas,
muy bien que contestaciones como las que I COil los sentinuentos , con los intereses, con
necesitaba el discurso del Sr. T~jada no se l. lo,l' dcrechcs denuestro tiempo; reconueiaque
improvisan. Obrando con lentitud y si se I1 el cSjlll'ltu del siglo ha influido poderosam.en-
quiere con inoportunidad, y no dejándose! le en Espuüa ; dcseaha que para reorganizar
llevar por la impaciencia de otros, se parecía II la monarquía se partiese de ciertos teoremas
á aquellos generales entendidos y cuerdos, i: politicos y sociales que la madurez de los
que habiendo conocido la ventajosa posicion I1 tiempos, jos desengaños de las revoluciones,
de un enemigo, prefieren gastar el tiempoen !! y las necesidades de órden , de seguridad y
ligeras escaramuzas, no atacan decidida- !' de sólido progreso han hecho ya incontro-
meute , y dejan que vaya viniendo la noche i vertibles en las altas regiones de la sana po-
para tener tiempo de combinar y prepararse. i lítica en los reinos del mediodía de Europa,


Continuó su discurso el Sr. J.lfartinez! tan agitados y revueltos. ¿Con qué justicia,
de la Rosa en la siguiente sesion , y en ella I pnes, con qué verdad se puede decir que el
no se. apartó.hasta cierto pun,t~ de la táctica '1 d~scurs,o del .Sr. Tejada, hubiese sent~do
del dia anterior : el mayor mento de Sil con- i bien en los tiempos de Carlos IH? Quien
testacion consistió en esquivar el darla. I1 reconoce de tal suerte la magnitud de [as


Proponiéndose calificar el discurso del se- Ü revoluciones modernasy sus profundosefec-




- 3i9-
tos en las ideas, costumbres é intereses de 11 tal como lo hemos tenido en Espaüa , no está
los pueblos, ¿pnede con razon ser tachado 1


1


en que. sea representativo , sino en que no lo
de que no ve lo que pasa á sus ojos, y de I ha sido nunca . pues que jamás ha represen-
que desconoce los grandes acontecimientos? ! lado ni las ideas ni jos intereses de la na-
El Sr. Jfartinez de la llosa decia al señor li cien, Otras indicaciones se han hecho contrn
Tejada que las naciones caminan, y que es :1 el Sr. Tejada que podian ser de alguna
pre:ciso seguirlas en ~n marcha; y el ~eñor 1I gr.avedarl. si la contestacion noestuviese en el
Tejada habla reconocido que en las socieda- ,1 rmsmo discurso. Hace ya algun tiempo que
des modernas hav un progreso rápido, una 11 se ha adoptado el sistema de achacar á los
civilizacion [ecutui«, que para desarrollarse 11 hombres que defienden ciertas opiniones, el
solo necesita orden y ~egl~rida~l; y clalilab~ :1 designio de atacar el trono de Isabel I~, ó al
para que sc sacara a la Espaün del estéril 1 menos de ofrecer armas a los que lo mten-
campo de la política, y se la hiciese entrar :1 ten; este es un recurso muy cómodo, y de
en ese camino de pro~~reso intelectual y ma- ¡ que no cstrañarnos eche mano la revolución,
terial en que estan ya otras naciones. 1I que sintiendo su flaqueza busca un escudo


El Sr, JI «ctine: de la liosa no quiere ji en el trono mismo; pero la comodidad y la
que se tribute á Iris ir,lSl,ituciones antigu~s Ifutilidad no son,l~ .razon y ia justicia , yes
de España un respeto Idolatra; pero el dl-Iun modo muy oehll y poco franco de soltar
putada por Logroño hahía estado ~nu'y .lejos 1,\ las d.ificultade~ '. cuando al q~IC las ~ropone
de hacerlo asi , pues desde el pnncipro de I se le da por umca contestacion el titulo de
su discurso babia asentado que aquellas ins- !I curlistao de inclinado al carlismo. El señor'
titu.cíonc~ «no podian ni dohian sl!hsisti~' en 11' l:ejada no insLJ~tó ciertamente á los ~arlistas,
su integridad : » por lo flemas. tocante a los !: dIJO que el gobieruo del rey no debla entre-
elogios de las antiguas instituciones de Es- :1 garse á ningun partido esclusivo; que era
paüa , diíicilmente podían hacerse .Il~ayores JI necesario. trabajar en l:econcilia~los. ~ todos
de los que se hicieron en la esposlclOn que l' en lo posible , por las vias de la jusucia y de
preced: al !~'stal¡¡,l() Real. Nadie.qU? conu7,- 1/ l~ prudc~cia; .dijo que háci~ esta reconcilia-
ea la historia de España se hace IlUSIOnes :'0- I cion debia dirigirse el gobierno en toda su
hre este particular. 1\0se trata de restahlc- l conducta c.on grandes ejemplos de imparcia-
cer todo lo antiguo , y sí únicamente de ver li Iidad, de desinterés y de justicia; dio lam-
si ensu espíritu hahia algunos principios IIlUY :1 bien una leecion severa. advirtiendo la ne-
conducentes para asegurar sobre firme basa ¡i cesidad de evitar las públicas rcrriminaciu-
el orden y la bien el.\lendida libertad; de. si '1' nes impropias de la elevacion Ud. poder, y
es. ~}Qsible partir de ella~ como de un orí~en I! que frecuentemente escitan los odios y anti-
legitimo que todos d~hJall reeonocer..l. Son I patias , y ulceran los c0;razones de muchos
por ventura otras las ideas que se consigna- 11 espaüoles ; pero al manifestar ese pralundo
ron en l~ esposicionque preced~ al.Es~alll- II respeto á todos lo~ partidos, al mostrarse to-
fu Real? -En alabanza de las insutucroncs ¡¡ lerante con las opmioncs que HG son las su-
¡,dijo mas el Sr. Tejtula de lo que está [1 yas, consignó espresamente las que profesa
consignado en aquel famosodocumento? [1 sobre la legitimidad de la Iíeina , cuyos de-


Observó el Sr. jJlartinez de la Roso, que '! rechos había sostenido en una ocasión so-
en el fondo del discurso del señor Tcuula se 1I lemne.
encontraba una grave cuestion, á sali~r: si lal El Sr. Tejada ha consignado, que en la
España se halla ó no preparada para el régi- II cuestión dinóstica opina que la razon no es-
men representativo. La palabra representati- I taba de parte de los defensores de D. Carlos;
t'O es muy elástica, .es susceptible por lo I pero no se ha permitido ninguna de esas du-
mismo de sentidos muy varios, y asi no es 1, ras recriminaciones qne asientan tan.mal en
estraño que se apelliden defensores del go- !I hoca de personas elevadas, y que tan poeo
hierno representativo hombres de opiniones !I á propósito son para borrar la huella de nues-
muy diferentes. El señor Te}ada dijo que se j, tras discordias. Nohay adversario razonable
podia y dehia estahlecer en España un go- 1I que no sufra qne se le'diga: «yo creo que V.
!)ierno. repres:..~n la t.i \'0; pero J~~.<e~hó como 11 ~e ha equivocado;. yocreo defenc1crYIl. ¡~ c.ansa
insuhsistentn y dañoso lo que aqlll se llama] justa, y por lo nusmo creo que la jusucia no
gobierno representativo parlamentario; yen ¡i está de parte. de y.;» pero difieilment: se
verdad, el mal de esta clase de G'OhJefU', " sufre con pncrencra el que S(~ diga: «V. no




- 380-
procede engañado, sino que obra con perfi- il cuando arrollado en todas direcciones el
dia ~ V. es un hombre de malas intenciones; I1 ejército de la Reina abandonaba á los ven-
usted no es iluso, sino un traidor.. 1; cedores las provincias del Norte y se reple-


Desgraciadamente la conducta del seiíorl ~aba sobre el Ehro,y se hallaba en aquella
Tejada no la imitó el Sr. ilIartine:. de In:1 situaciou angustiosu que tan vivamente nos
Rosa en su discurso. Desatóse de una mane-II hn pinlado en su [',1I1Iosa Jl.l.emorict el ~(~neral
ra violenta contra el partido realista, dieien- I Córdoba ~ y en la (Iue el ¡;abinete de ~13drjd .
do que después de com'pro~eter el trono, e.n I


1


I pcdia la mtervencron estrangern,.. El general
la hora del peligro se habia ocultado, había J\arval'Z y otros que estaban escuchando al
desaparecido. Esto es muy duro para dicho I señor ministro de Estado se sonreirian sin
de un partido, y hubiera sido de desear que I duda cuandole o~'eran asegurar que los rea-
no se dejase llevar á tal estrerno el señor mi- I listasen el momento del peligro se ocultaban
nistro de Estado. Esto de afirmar que solo I y desaparecían: esos generales que habían
los constitucionales habian salvado el trono, visto de cerca á loscarlistas, que habian der-
y que los realistas solo servian para compro- I ramado su sang-re por la Reina en el campo
me.terle y luego abandonarle, creemos que I de batalla, qne tanto habian tenido que tra-
sobre ser impolítico es falso. bajar para detener á los ejércitos de D. Cár-


En los seis años de la guerra de la indc- los de las provincias Vascongadas, de Ara-
pendencia se peleó por la religion y por el I gon y de Cataluüa , esos generales, repeti-.
rey, y la nación heroica era entonces realis- mos, se sonreirían al oir que se trataba de
ta; los que se levantaron en tiempo de la I tal suerte ú los realistas , al oir que en el
Constitucion en la época del año 20 al 23 no 11 momento del peligro se ocultaban y desapa-
escaseaban su sangre en defensa de la causa I recian. Sus grados y sus cruces no quisie-
que creian identificada con la del rey. Estra- j ran ellos que se dijese qne las habian gana-
110 es ql\(~ se haya dicho que los realistas no ! do batiéndose con cobardes.
se movieron cnando la revolución impuso su I No concebimos qué ohjeto puede propo-
voluntad al monarca en '1820, siendo bien '; ncrse un ministro de Estado eutregándose á
sahido que el rey cedió á una insurrección I


1


I recriminaciones tan duras y tan injustas.
militar, y que al partido realista no le quedo·1 ¿Qué importa el decir luego que 110 se quie-
p.orde pronto otro medio que obedecer, sino I re hacer pasar á los pa.rtidos bajo las horcas
á lo que le mandaba el monarca, á lo que I candinas , cuando se les acahan de hacer
se le mandabaen nombre del monarca. Pero 1 cargos tan ignominiosos? ¿.Se cree por vcntu-
tan luego como se echó de ver el curso que 11 ra que es otra cosa que tinas horcas caudi-
seguían los acontecimientos, tan pronto eo- ! nascldecirlcs: «nosotros losconstitucionales,
mo se echó de ver que aquel sistema no se ;[ solo nosotros somos los que hemos dcfen-
sostenía sino por la violencia de la revolu- 11 dido el trono; vosotros 110 servís mas que
cion y la debilidad del rey, Jos realistas no ir para comprnmcterle , para ocultaros y des-
se ocultaron, no desaparecieron, sino que: aparecer en el morucnto del peligro?» Ah!
tornaron las arruas retando á sus advcrsanos ] no eran solos los carlistas los que hubieran
en el campode batalla. Y cuando después de .i podido contestar al Sr. ilfarfinez de la Ro-
la muerte de Fernando VI[ muchos de los ,1 sa; si hubiesen podido levantarse de los
realistas creyeron que el derecho estaha en JI eampos de Navarra, de Aragon y de Cata-
favor de D. Cárlos ; no se ocultaron, no des- ¡lluiía muchos valientes que perecieron en
aparecieron, y dieron por cierto irrecusables ! defensa del trono de la lldua, ¡¡\~ks al ju-
pruebas de (llIe no eran cobaEdes. ,;.Qué [1 rameuto (!u~~.hahlan prcsl::do, diri,an sin du-
penSal'liln de las palabras del senor muustro :1


1


da que tamíncn dos profesaban Ideas rca-
los militares que le estahan escuchando? ! listas. que crcian verter su sangre por la
¡,l~llüs, qU;~ habian peleado, aun en las lilas :1 hija de Fernando y no por lnrevoiucion: que
de la Itcinn , hajo las órdenes de gelwrales :•. ·1' creian defender la orfandad y la inocencia,
realistas, qUé) habíanmandado tamhien á ge-: pero no formar causa comun con los tras-
fes de opiniones rcnlistas , y qne se hahian ] tornadqres de la monarqnía, con los qtle en
batido con real..istas? 1\0 eran .c~)bardes por '1 nomb.re de !a libertad in.cellciiaron los lem-
CIerto los que poman en tan terrible compro· : plos y asesinaron los nunrstros del Señor, y
miso al S1". lliartinez de la Rosa, presi- '1 con los que enriquecidos con el despojo de
dente del consejo de ministros en f 8:3.'), I las iglesias. y con lasdilapaciones del tesoro,




-_"'__"',~"'d')><!¿""__=__-


LA OnGAMZACIO~ DEL SENADO.


- 381 -
despues de haber hecho fortunas escandalo- no es responsable de lo que se hizo en otras
sas con el sudor y la sañgrc de los pueblos, épocas, pues que cuando S. S. entró en el
piensan comentarlos v satisfacerlos arrojan- ministerio ya estaba dado el decreto de sus-
doles un pedazo de p¡lpel donde está escrita peusion: no pueden decir lo mismosus com-
la palabra libertad. "'o lo entendían asi, mu- pañeros: e.n e,nyo t!CIIl!lO, duran.te los meses
ehos de los realistas que se comprometieron de mayo, Junio y julio se vendieron tantas
por Isabel Il; muchos que no se ocultaron y tantas íincas , como si se hubiesen querido
ni desaparecieron en los IllOll1e.nto~ de peli~ destruir C~l gran par,te los efectos del decre-
gro; muchos que no eran constitucionales llt to que se Iba a publicar.
lo hubieran sido nunca.


La cuestion de los bienes del clero figuró
como era natural en esta importante discu-
sion, El Sr. Tejada dijo que era justo y ur-
gente que desde luego se devolviesen á la
Iglesia los bienes no vendidos de que fue
despojada con escándalo de esta nacion ca- Madrid'7 de noviembre de 1,844.
tólica , y ultrajando las leyes mas sagradas; La formacion del alto cuerpo colegislador
añadiendo en cuanto á los vcncidos , que si tiene divididas las opiniones: el mismo go-
en política se creyese necesario sostener la hierno no está segu-ro del acierto en lo que
venta, era preciso tratar de legitimarla, y propone; y asi hasta cierto punto.deja en su
que para esto era indispensable obtener el proyecto el medio pam enmendarle, consig-
consentimiento del Sumo Pouuíice como ca- nando en el mismo que las condiciones pa-
heza de la Iglesia propietaria: que solo asi ra ser senador podrán ser variadas por una
podrian sostenerse como legitimas las ad- ley. 1\0es de estraüar que haya esa incertí-
quisiciones : que solo así porlria hacerse dumhre : el problema es de diticil resolucion.
que cesasen la inquietudes y trastornos á Nada mns fácil que presentar mil proyectos
que están sujetas; que este es el medioúni- de organizacion de un Senado; hasta para
co jcs!«. esto tener á la vista'los ejemplos de otros


El Sr. ministro de Estado procuró tran- paises y los ensayos del nuestro; pero nada'
quilizará los compradores, diciendo que el mas diticil que un proyecto de aplicación
gobicl'I1o había empeñado su palahra , que sencilla. útil v duradera. Vamos á manifes-
esta palabra era sagrada, y que la sostendria. tal' nuestra 0IJinion en la materia, no lison-
En este pasage 'del discurso hemos notado jeúndonos del acierto, pero sí muy deseosos
con placer que el Sr. Jllarline~ de la Rosa de alcanzarle.
DO hahla ya de derechos adquiridos, sino de ¿. Qué condiciones se han de satisfacer pa-
intereses que no quiere trastornar: hemos ra constituir un hucn Senado '! No se trata
notado que el gobierno está muy lejos de de formar un mero consejo: si de esto úni-
sostener doctrinas que puedan herir en lo camcnte se tratara. hastaria buscar la inte-
rnas mínimo á la Santa Sede, pero qlleve los liqenciu , la probidad y la práctica de los
liecbos 11 ve los males que se" sequirian si se neqocios, En tal caso deberían buscarse la
tratcse dedeslruirlos; <¡ue no se quiere exi- mayor parte de los individuos en lo mas se-
gil' el reconocimiento de la Santa Sede como Iecto de los altos empleados.
un acto de [usticia, sino impetrar su con- Se trata de constituir un poder político,
sentimiento como un efecto de inciu!qencia que escude el trono contra las injustas exi-.
y benignidad, y solo por evitar ma!Jores gencias de la democracia , ,y que le detenga
mares y periuicios. Este lenguaje le com- cuando los malos consejeros le conduzcan ál
prendemos, mm en hombres que hayan sos- abuso de sul'uerza.Este cuerpo, pues, de-
tenido que la venta hahia sido un despojo, he ser tal que ni esté á merced de la demo-
pormre entonces se traslada la cuestion del cracia ni del rev; que inspire respeto á
tefl'~no de lajusticia al de la conveniencia; aquella y á este;'y <¡ue no escite la descon-
yen cuanto á la conveniencia podrá haber fianza de ninguno de los dos.
variedad de opiniones, en cuanto á la justi- Bajo este concepto, es preciso buscar in-
cia no. Este lenguaje le comprendemos mas dependencia é influjo positivo; es preciso
en el Sr, fllartine~ de, la Rosa, quien de sí qlJ(~ la enmara alta no esprese ni la voluntad
puede decir con verdad en este punto que a del rey ni la de la democracia; y es además




- 382 -
necesario que no se funde en privilegiosque electores. De esta suerte el banco de los
ofendan ni en recuerdos que se hayan disi- obispos no escederia nunca de 114 ó 115; Y
pado. Conviene atender á lo que existe, no descontando los que no podrian asistir por
á lo que existió; conviene organizar la alta enfermedad 11 otras causas se puede conjetu-
cámara, no como una escepcion en favor de rur que por lo comun no pasaría de 10 el
ciertas clases, sino como una institucion número de los presentes. El sistemade clec- ~
esclusivamentc consagrada á la lelicídad pú- cien podria ser el voto escrito remitido. al
hlica. metropolitano, y habiendo de reunir el ele-


De esto se infiere que el Senado no debe gido mayoría absoluta. Siendo tan escaso el
ser de eleccion popular, pero que tampoco número de electores, no sería dilicil ponerse
debe ser de sola elección real. La Constitu- de acuerdo porescrito. La eleecion debería
cion de 1837 adolecía del primer defecto; el hacerse cada cinco años. El elegido debería
proyecto del gobierno y el de la comisinn poder ser reeie;ádo. Con este sistema irian
adolecen del segundo. al Senado obispos de todos los puntos de


¿,Dónde estan los individuos que gozan de España , representarian verdaderamente al
independencia y de un influjo dicaz, que cuerpo episcopal, no quedarían sin el pastor
pueda ejercerse á un mismo tiempo sohre el 18s iglesias sino por breve tiempo , ~ solo
poder real y sobre la nacion? turnando, pues es claro que la e¡'ecciou iria


Al tratar de recoger estas influencias, ela- variando naturalmente.
ro es que se han de considerar dosorígenes, En cuanto á la grandeza, supuesto que se
uno moral y otro material: asi es que en to- rechaza el derecho hereditario, nu parece
dos los proyectos figuran la religion y la 11181 el sistema indicadoya de que los indivi-
riqueza; lodos admiten obispos y grandes duos fuesen elegidos porlosmismos g-randes.
propietarios.. Las condiciones que se podriau exigir serian


¡, Convendrá que Jos obispos sean senado- 30 afio'; y i300,OOO reales de renta. La dig-
res por eleccion real? No. Si esto se admite, nidad podria ser dccenal , pasado cuyo' ter-
se falsea el principio: muchas veces no re- mino la grandeza repetiría la c1CCCJOIl. Asi
presentará el senador la verdadera influencia salvaba esta elevada ciase el derecho que le
episcopal, sino la intriga cortesana. i~l hacer pertenece, y se ohviahaulos inconvenientes


. ú los obispos senadores vitalicios de eleccion que se objetan al sistema hereditario.
real, llevará consigo el perpetuo ahandona El número de los elegidos podria ser
de algunas iglesias, y no traerá á las regio- de 25.
nes del gobierno lo que este necesita para el En cuanto á la gran propiedad, ya perte-
bien de los pueblos, ú saber: conocimiento nezca á la nobleza ó á otras clases, seria
práctico de las necesidades del pais , y alto muy conveniente que estuviese representada
prestigio á los ojos del clero y del pueblo. Es de [lila manera independiente de la voluntad
decir, ni luz para formar la ley, ni [uerz« de los ministros. Para lograrlo sería preciso
para ejecutarla, limitar mucho la facultad de elegir, exigien-


No es posible ni conveniente que vayan al do que en la cámara hubiese siempre un
Senado todos los obispos: ni que los que va- cierto número de grandes propietarios, ClI-
yan sean elegidos por el rey, ni por el pue- yas rentas fuesen muy crecidas, y radicadas
blo , ni por el clero. ¿ Cómo se verificará en las provincias á las cuales la elcccion
pues el nombramiento? O dejándolo al orden correspondiese ; pues no sería nada ofensivo
de antigüedad, ó , lo que seria masacertado, á la magestad real, el que habiéndose de
concediendo aJos mismos obispos el derecho buscar los grandes elementos de conserva-
de elegir entre ellos á los que dehiesen re- cion , estabilidad (\ influencia, se procurara
presentarlos, Pero ¿ qué sistema electoral se recogerlos <le todos los puntos del reino.
podria adoptar? No sería dificil escogitar va- La facultad del rey para elegir no debiera
rios; hé aquí UIIO IllUY sencillo, ser ilimitada: tal vez no convendría fijarle el


Los cuerpos electorales debieran ser tan- número, pero sí el tiempo..\:-i, para impe-
tos como las metrópolis; el número de los dir que desde luego se HOS provea de senil-
elegidos, 'uno al menos en todas las metrú- dores para largos años, y prevenir al abuso
polis; dos en llegando {¡ cinco los dceio¡'es; de los ministros, se podria establecer un li-
tres en llegando á diez; habiendo de perte- mite al número de senadores de la primera
necer siempre el elegido al número de los hornada, que much» tememos ha de ser nu-




Emnlenda del Sr. Eguizabal relall-
t.a á la atl,nision de los eclesiásti-
cos en el COllfJreso de Diputados.


- 383-
mcrosa : y un medio semejante se podría 11 terio , siquiera para mostrar desprendimien-
adoptar para las sucesivas. Si esto no se ha- [1 to, hubiera debido manifestarse menos celo-
ce, desde luego se puede asegurar que en 11 so del derecho esclusivo de constituir el
brevísimo tiempo se habrá hucho alllplísjrn~ ' Senado como ¡~leior le agrade. Esto fuera
uso de las facultades de la corona; y sera r desconsolador SI no recordáramos que aSI el
preciso resignarse, Ó á multiplicar indefini-I Estamento de Próceres como los Senados de
damente los senadores, Ó ú sufrirlos tales i la Coustitucion, todos obra de las manos de
como nos los depare la buena voluntad de ¡i los hombres, son de ayer y ya han desapa-
cualquier ministro. I recido. Con mucha probabilidad de acierto


j<;¡ hacer vitalicia la dif2;ni¡lad de todos los! pudo pronosticar el SI'. Pel'piiiá que su vi-
senadores y de sola cleocion rca] , no produ- :¡ da seria mas larga que la de la Constitucion
cirú en España Jos resultados ql1eLlgunos se ¡i reformada. Presentes estaban los autores de
prometel,\. Tendremos lIB cuerpo donde ha- II OU-.IS c~mslitllci(~nes, que han tenido el des-
lira hombres lIluy respetables por el saber, " consuelo de venas perecer.
p,ar la prohidad , por las canas; pero entra- I Entretanto consignemos los hechos si-
rán en el muchísimos empleados favoritos de I guientes : la grandeza ni la gran propiedad
miuistros , no pocos pcrsonagcs á quienes se 11 de ninguna clase no entrarán en el Senado
desean.l obsequin~, y no sabiendo como ha- ,1


1


po. r derec}lO propio ~ y lo mjs~no. s~ aplica á
cedo sm gastos m comprornrsos , se los hon- i Jos arzobisposy obispos, Los individuos son
rará con la dignidad de senador, De esta I admitidos, las clases no, Verdad es que se
suerte no se forma un poder político, solo se I hace espresa mencion de obisposy grandes,
logra crear una cosa que ni es consejo ni es ] pero esto es un puro cumplimiento. Claro es
poder, y no desempeña las funciones de i que no era posible escluirlos cuando queda
uno ni de otro. Es preciso no perder de vista I abierta la puerta á tantos otros: asi la Cons-
que todo cuanto se hace no es mas que un I titucion reformada se muestra urbana sin
ensayo, y por lo mismo es inútil empeño el mucho sacrilicin. Estos individuos si quie-
aspirar á la perpetuidad. Esta es una de las il ren disfrutar tan alto honor- será menestor
razones que nos induciau á proponer que en I que procuren congraciarse con los ministros
la Constitucionhubiese todos los menos ar- presentes ó futuros, pues que de los ministros
tículos posibles; y cada dia nos vamos per-¡ dependerá csclusivauiente el adquirir la dig-
suadieudode que no andábamos tan desea- nidad solicitada. Con esto, con la ley electo-
minados cuando le ciábamos solo eros. Pocos 11 ral vigente, las prácticas adoptadas con
mas serian menester: todo lo demas es for- ,1 huen éxito en las últimas elecciones , la rá"""'
mar re;~'lilment()s. 'Ir pida estincion de los mayorazgos, el cumple-


En ia discusion se ha podido notar una i to despojo del clero, y un paso de alta
marcada tendencia de muchos diputados á li trascendencia que se está combinando y
limitar la facultad electoral del rey. Y con- il acelerando, quedará la situacion asegurada
viene aUve¡:lir, 911e r,ro ha sido .esto con mi- ¡ definitivamente y la ~spafla feliz.
ras revolucionarias sino mas bien conserva- '
doras, pues que se ve hien claro (¡l/e el no
poner un coto á esta facultad, rnavormente
tratándose de un Senado vitulicio , "equivale
ú constituir un Senado á gusto de seis hom-
hres : es decir, á fundar uno de los' mas al-
tos poderes del Estado sobre el frágil cimien-
to de opiniones muy reducidas y csclusivas, Madi';'] 27 de noviembre de 184>.•
de miras de partido y de afecciones perso- En Jos artículos que publicamos sobre la
nales. Por manera que en' esta discusion los reforma de Constitucion mucho tiempo an-
verdaderos conservadores, los amantes de tes (lue el gobierno manifestase su deseo de
un orden menos mudable ya que no comple- reformarla, emitimos nuestra opinion sobre
tnmentc sólido, han sido los que trataban de j los puntos mas importantes de ella así con
limitar la facultad electoral del monarca. Y 1 respecto á las prerogativas del He; como á
en.verd~d quesalt¡! á j.o:~ ojos con demasiada I la or0anizacion y facultades del Senado y
evidencia lo que signilicará esa facultad en Idel Congreso: pero al tratar de este último
el estado actual. y paréccnos <jl1e el minis- esquivamoscon premeditado designio el en-




- 384.-
trar en la cuestion de si convenía que los 1


I
I resistencia, puessoloresistiendo de unaparte


eclesiásticos pudiesen ser elegidos. Los mo- i á las invasiones del poder y de otra al ím:...
ti.vos de s~mejante conducta, que á prill1.era li Jletu de la oleada popular, llenará el objeto
vista pudiera parecer estraña, cranel evitar li a que se le destina en el juego de la maqui-
que se dijese que nos llevaba á la reforma 1I na política. Ahora bien: sabido es que se le- -,
un espíritu de clase, y el considerar que, :, vantan y se exasperan las pasiones cuando \
atendidas las presentes circunstancias 1 poco ' encuentran resistencia, y entoncesel blanco
podía influir el qué entrasen ó dejasen de de sus iras es naturalmente aquello qucsir-
entrar en el Congreso algunos eclesiásticos. ve de obstáculo. LUCrO ei argumento indi-
El negocio por de pronto no nos parecía de cado lilas arriba adolece del defecto de pro-
bastante importnncia para que sobre él de- IJardemasiado, y por consiguiente no prue-
biéramos entablar una lucha sobre tantas ha nada. (Juod niinis proiJat nihil probat.
otras como estábamos sosteniendo. Pero ::;u- Pero Jo curioso que lwy en este particu-
puesto que el Sr. Equizaba! ha SUSCitado es- lar es la contrudiccion en que se ha incurrí-
ta cuesuon, presentando una enmienda para do. Se escluv« á los eclesiásticos de uncuer-
que en el articnío 23 se suprimiesen las pa- po en que no debieran hacer mas que con-
labras del estado seqlar, es nuestro deber currir a la formacion de las leyes y á la vo-
manifestar lo que upinamos, así sobre la en- tacion de los impuestos, y se admite á los
miendacomo sobre el modo con que la ha .obispos y demás eclesiastices en otro donde
descebado el Con¿reso. deberán ejercer las mismas funciones 1 y


¿Por qué se cscluye á los eclesiásticos'? ademas otras importanusimas, Íntimamente
Porque se cree necesario separar alclero de enlazadas con las contiendas políticas, yque
las contiendas políticas. Asilo ha dichola co- en muchos casos pndriun ser ageuas de su
misiou por 1I1~r11O del Sr, Bertran de Lis, y Jo carócter de pnz y mausedumhre , á saber,
mismo alegan tipoca drtcrencialos penorncos juziJar a los ministros, como y tamhien á los
parlamentunos. Pero entonces ¿porllué sead- ueuncuentcs ruutra la segnrídad del Rey ó
miten obisposy hasta otroseclesrásuccs eu el contra la seguridad del Estado, En all1-
Senado"? Todas las leyes han de pasar por hos casos hahria de ser mucha por nece-
uno y otro cuerpo; no es posible que haya sidad la exaltacion oc las pasiones , en
en el pais ninguna contienda puhtica(le lIIU- ambos se encontrarla el Senado envuelto en
cha cunsideracion en que no torne parle el lo lilas ardiente de la refriega política: ¿có-
Senado; si no repugnará á la diguidad de mo se salvaba el que los obisposy los demas
un obispo ':l de un arzobispo el manifestar eclesiásticos que hubiese no tomasen en la
en el alto cuerpo su opinion sobre el ncgo- contienda una parte indecorosa, ú no con-
cio que se venlile, ¿.porqué había de repug- curriesen al fallo en (p)() {ni vez se impllsie-
nar a la de un simple eclesiástico?Sí se tra- ra la pena de muerte"! Esto qucdaria á dis-
ta de formar leyes, concurre así el Senado crecion de los interesados se nos, dirá: en-
como el Congreso; si de volar contribucio- horabucna, pero confesad al menos que en
nes, las vota el Senadocomo el Congreso; si último resultado no descansaríais en la ins-
de una desavenencia con el ministerio, la !: titucicn política sino cn la prudencia de las
puede tener el Senado como elCong(eso: si li personas. La paridad es igual con respecto
nada de es~o está e~ contradicción con el li


l
al Congreso: tarnbien (.l.~ed~ria ú discreción .


decoro debido a la alta dignidad episcopal, I de las diputados eclesiásticos el conocer
¿.cómo podrá estarlo con el que corresponde ¡Ihasta qué punto cumplía á su decoro el to-
á una clase inferior? 'l. mar parte en una discusión mas ó menos


Uno de losmotivosmas poderosos paraes- I acalorada, y el acertar en el verdadero pun-
cluir al clero del Congreso será el que en II to en que les' convenia colocarse. Pero esta
nin~un caso puedan concitarse contra ellas 1 prudencia, se nos replicará, no la tendrían:
pasiones populares, por efecto oel choque 11 pernntasenos ante tollo qne agradezcamos la
í:\1:í:\n~u\\\) ~m \í:\\',I:\l~'5'\,\m\~\'I \1(j\\Ü\',l\5', ve,\} S\ '(., coües\\\l\(\ o.e \\~iell asi ,cp\icare , \le,o \le~­
esta razon"ale algo, probaremos que tampoco \1 mítasenos también dudar de la competencia
debe estar laIglesia representada en el Sena- 1'. <le quien así. lo afirmare. He,cordamos muy
do:.porque siendo el alto cuerpo una IllSI1tU- I !llell. que I!alllando de tos artlcul?s del Pe.n-
cionde suyo mediadora, ha de ser por nece- li Salli:lento ele la Nacion un periódico, les hIZO
sidad en muchísimos casos una institución de u el onscqmo de encontrarles aquella falta de




- 385-
tino que segun él se notaba en loseclesiásti-
cos cuando se mezclabanen cosas políticas;
mas de esta sentencia creyó buenamente el
que esto escribe que cabía apelacion al tri-
bunal de la opinion pública.


No se quiere que los eclesiásticos se mez-
clen en negocios políticos; sea asi , pero de-
seamosque se nos responda á una pregunta:
¿loseclesiásticos, podrány deberán mezclar-
seen cosasde laIglesia? Creemosque nadie
les disputará semejante derecho, ni losescu-
sará de este deber. Es asi que en España
con las cuestiones políticas van unidas las
eclesiásticas, luego se exige una cosa injus-
ta cuando se pretende que los eclesiásticos
nose mezclen en la política. El gobierno civil
se ha-entrometido hasta en las materias de
órdenes, impidiendo á los prelados el ejer-
cicio de conferirlas; se ha entrometido en
las de jurisdiccion poniendoá muchas Igle-
sias en los mayores conflictos y acarreando
el cisma; el gobierno civil ha despojado á la
Iglesia de sus privilegios, de SllS bienes, de
todo; de los cambios de gobierno ha depen-
dido que fuese mas Ú menos perseguida, que
estuviese mas Ú menos oprimida, masÓ me-
llOS vejada; ¿cómo era posible prescindir de
esas formas y de esoshombres?Ahora hahabi-
docuestionesde jurisdiccion; ¿se queria que
el clero callase? Las hav sobre Jos hienes
que antes poseia, sobre el sistema de dota-
cíon , sobre su independenciahasta (',11 lo es-
piritual, sobre seminarios, y sobre mil asun-
tosdiferentes: ¿se quiere que el clero calle?
"Es evidente que segun el curso que sigan
las cosas políticas, segun los hombres que
manden, se verá la Iglesia en mayores o
menores conflictos; ¿se quiere tambien que
el clero calle, y que no piense en esas cosas
políticas de que pende su suerte y en cierto
modo la de la religión? ¿Se querrá que se
muestre tan indiferenteal que destierre á los
obispos como al que los restituya á sus dió-
cesis? ¿Desearia el señor lJlayans ser mira-
do por el clero con la misma desconfianza
que Becerra y Alonso? Y si se encontrasen
ministros que remediasen mejor las cosas de
lo que lo hacen los actuales, 1. pueden éstes
esperar qne el clero no simpatizase mas con
los nuevos"? Esto está en el corazon del
hombre,en la naturaleza misma de las cosas:
separad si podcis la política de la religión,
haced que las vicisitudes de aquella no afee-
ten á esta, y vereis como el clero no se
mezcla en política; pero J):)sta que con-


sigáis separarla, el clero habrá de ocupar-
se de ella. No sale el clero de los templos
para presentarse en el foro, los hombres
del foro son los que penetran en los tem-
plos; ¿ y se pretende que el clero no vuel-
va ni siquiera la cabeza para contestar á
los que le interpelan, ni dé señales de vi-
da para oponerse á los que le despojan y le
ligan? ¿Quién ha hecho figurar mas enel
campo de la políticaá la Religion, á la: Igle-
sia, al clero, que el partido moderado? To-
davía recordamos con placer los elocuentes
artículos que se publicaron en algunos pe-
riódicos, y que no eran ciertamente los que
menos contribuian á hacer bambolear el po-
der de Espartero. Los eclesiásticos ¿no po-
drán hacer en pro de la Iglesia lo que hacian
los seglares? ¿Cur tam varie? .


Es singular sistema el que se quiere apli-
car al clero. Se trata de pagar una contrihu-
cion: el apremiado alegaque eseclesiástico:
«esto no vale; pague V.; por ser ecle-
siástico no deja de ser ciudadano.» Se recla-
ma el goce. de un privilegio cualquiera: «no
señor, el tiempo de los privilegios ya pasó;
es preciso atenerse al derecho comun; us-
ted por ser eclesiástico no deja de ser ciuda-
dano.» Pero se trata de un derecho: «(yo soy
ciudadano.eeCierto , pero V. es eclesiásti-
cO.=El ser eclesiástico no quita el ser ciu-
dadano.=Es verdad, pero V. á masde ciu-
dadano, es tambien eclesiástico.. Por ma-
nera que con ser ciudadano se pierden los
p,rivi!egios d.e eclesiástico, y con ser ccle-
siastrco se pierden los derechos de ciudada-
no. El derecho comun vale para destruir los
privilegios, mas no para proteger los que el
derecho..... Logica.singular; peregrina apli-
cacion de los principios de igualdad.


Con 25 años y ser español, puede ser di-
putado el mas oscurodependiente de oficina,
el calavera mas perdido, en una palabra,
cualquiera; la ley no le escluye, aunque
haya ej~rcido las funciones mas bajas y
despreciables ; le basta ser español y te-
ner 25 años, para ser legislador\ disponer
de las haciendas pe los españoles en la vota-
cion de los impuestos, y hacer si viene la
ocasion, que se le humillo, el gobierno; y
si en el mismopueblo viviese por casualidad
un eclesiástico tan político corno Cisneros ó
Richelieu, y tan sabio y elocuente como
Bossuet, este hombre no podria ser diputa-
do.... Todo se hace por el decoro del mismo
clero, lo quién lo duda?


.47




-386 -
Ciertamenre.que pocos se harian la ilusion I Las tentativas '·evol"~io"aMa,,,111.


de que la enmienda del 81". E,igl1i:abal fuese, . t,ilttli~a~¡on de los mo"tirq..i~os.
no diremos aprobada, pero ni aun tornada __+~ ,
en .consideracion ; pero en ~amhio tampoco I
serian muchos los que se figurasen que al I Un,],,;,)', de-lk-lcmbre de 1n,L
hablar del clero, el Congreso había de ofre-
cer la escena que ofreció. Era de esperar! El gobierno ha triunfado completamente
mas tolerancia, mas disimulo, mas pruden-I', de los esfuerzos de la revolucion. A pesar
eia: no, sucedió, asi. El clero hUb"iera p,odido de la energía, de la audacia, de las, combina-
ser eseluido, pero merecía ser tratado con I ciones , del dinero, han tenido que sucum-
alguna consideracion , '6 atención cuandome- I hir cuantos hall levantado la bandera de
nos. Véase si esta consideracion se tuvo por: insurreccion; y han sido desbaratados los
lo que resulta de la descricion hecha por I planes de los que se proponían enarbolarla.
los mismos periódicos de la situacion. Segun todas las apariencias, si la revolucion


Comenzó el Sr. B,q!tizabal diciendo: «La hubiese vencido, la catástrofehabría sidoes-
enmienda que he tenido la honra de presen- pantosa : los ánimos estallan de tal suerte
tal' es de tanta 'importancia.... »)(Muchos se- enconados, que probablemente los vencedo-
llores diputadossalen del salon; la confusion res no hubieran tenido la discrecion nece-
yel ruido que promueve este movimiento saria para abstenerse de ciertos actos que
obligan al orador á suspender por algunos hubieran podido comprometer su triunfo;
momentos su discnrsn.] Esto es algo mas quizás hubieran, como suele decirse, juga-
-que indiferencia y desden. Pero el Sr, B!J1Ii- I do el todopor el todo; quizás presenciara-
Z<hbal habló de que ocuparan los escaños del mos escenas formidables de que los últimos
'Congreso personas beneméritas... ,. (Mur- años no nos han ofrecido ejemplo todavía.
mullos, Jos pocos señores diputados que per- I No entraremos en la dicusion sostenida por
rnan~ce~. ,en s.us asientos hablan entre sí.) Ij' los periódicos progresistas Y,'parlarnenl<lI'ios
Proslgmo manifestando su estrañeza de que 1, de SI lossublevados de la Riojaproclamaban
el gobierno y la comision se hubiesen hasta ó no á Isabel II; sea de esto 10 que fuere, lo
tal punto olvidado de que babia necesidad cierto es que aun cuando se hubiese con-
de hacer una reparación solemne, iguaJan- servado, elyono, su.exist~ncia al menos
do esta clase benemérita á los demas indivi- , por algun tiempo, hubiera Sido puramente
duosde la familia espaiío,la, y reintegrándO-¡1 nominal, pues qu~ Jos nuev?s poderes crea-
la completame~lte en sus derechos. (Salen d,os por la reyoluclon le hub,lCran por nece-
mas señores -diputados : en el hanco de los I sidad ahsorhido, ;.Quepodria ser Doña Isa-
ministros solo queda el SI'. llfartinez de la ! hellI desde el momento en que entraran en
Rosa.) El Sr. Bguizabalno desistió, pero le i ~'Iadrid Espartero y Olózaga , y subieran las
fue preciso continuar sufriendo los rumores [! gradas <!el régio alcázar en hrazos de los
y murmullos. Y para Cjne no se pudiese du- 11 pronunciados? Creemos que para, conven-
dar de la causa, tan pronto como se termi- '1' ccrse de esta verdad no se necesita cono-
nó el discurso e~ favor de~ clero y comenzó I cer; hastasenti~ la lucrzn de una situacion.
la contcstacion a el, volvieron a entrar en i No creemossm embargo que los Tevolu-
el salon muchos señores diputados quc ha- :1 cionarios hubiesen aholido solemnemente la
hian salido. Asi se trata al clero; asi se ven- 1I monarquía, ni aun que hubiesen destituido
tilan los. mas graves negocios ; ese desden 11 á Isabel ll: estos escesos pasan ~m momen-
se permiten muchosdiputadosy algunos mí- 1: to por cabezas acaloradas; y qlllzas en los
nistros : sépalo la nación. 11 primeros arranques de los hombres de ac-


11 cion que llevan la delantera en la acometi-
1I da, se dan al intento algunos pasos; pero


j
'í bien pr,onto se apoderan del mando los mas
~~____ previsores , y calmando <Í dirigiendo las


pasiones populares, se esfuerzan por consti-


I
tuir una situación que, aunque mal cimen-


I tada, les deje saborear los placeres del
11 mando, y aprovecharse de sus ventajas.
J ASI, parécenos (lile escepto en los prtmeros




- 387-
ímpetus, y con tal que estos no hubiesen '¡Ii puesto su triunfo hubiera sido mucho mas
llegado á ciertos estrernos,de los cuales es efímero todavia. El único medio que tenia
poco menos que imposible retroceder para de vivir por algun tiempo, era conservar el
entrar de nuevo en la senda de la templanza, '1 nombre del trono de Isabel, crear á su.sorn-
el trono de Isabel hubiera sido conservado ; bra un poder con un título cualquiera, que
?om~ un medio de recabar obediencia en lo li esto poco importa, r aparenta.r ~ .los ojos de
intenor , v de no sembrar demasiado la 1 Europa que el cambio no habla SIdo tan.ra-
alarma enlo esterior : los principales cau- 1I dical comose pudiera creer. De esta suerte
dillos progresistas no son tan tontos que no ,1 continuaba por algun tiempo la minoría de
conozcan la imposihilidad de establecer en I¡ la Reina, aun sin despojarla csprcsamente.
Espaüala república , y los insuperables ohs- I¡ de la mayoría, y se dejaba que entretanto
táculos que se oponen á un repentino cam- , los acontecimientos se desenvolvieran, indi-
bio de dinastía. Continuando, pues, nomi- \ cando el camino que eonvenia seguir, Algu-
nalrnente el trono de lsahel Il, la revolucion Has víctimas, Un cambiototal de empicados,
huhiera mandadoen su nombre, siendo [>1'0- una ernigracion numerosa, abundantes pro-
hahle que si las principales cabezas de los mociones civiles y militares, improvisacion
progresistas huhiesen llegado á tiempo, y de algunas fortunas y rehabilitacíon de otras,
tenido bastante firmeza y habilidad para desgobierno general, asonadas allá y acullá,
contener la revolucion , esta hubiera scgui- festines patrióticos, oposicion de los vencí-
á poca diferencia las mismas rases que en dos, nuevas conspiraciones, inquietud per-
otras ocasiones, desacreditándose primero manente, nuevas insurrecciones ,m¡evos
por sus esccsos, debilitándose JuegopOl' falta pronunciamientos, nuevas calamidades de
de pábulo , y desapareciendo después al pri- todas clases, ningun provecho para la na":
mer golpe que le hubiera descargado una cion; hé aquí los resultados. Estas cosas
mano atrevida, auxiliada por la inmensa estan ya sujetas á reglas tijas , se calcula su
mayoría de los pueblos. marcha como la de los planetas en su ór-


.Es preciso descngaüarsc ; aqui es imposi- bita: hasta que obren en el sistema político
ble la repeticiónde loscolosalessacudimicn- y social otras fuerzas; las revoluciones pe-
tos de la revolucion francesa: el pueblo riódicasdc España serán las mismas. El
español se halla en situaciou muy diferente; pretesto la libertad y dicha de los pueblos,
sus ideas y costumbres estan en opusicion la nacion siempre la víctima.
con los principios y sistemas revoluciona- Esta nueva tentativa muy dolorosa por la
rios; y la revolucion misma carece entre sangre española que se ha derramado,ha:
nosotros de aquel entusiasmo que en la na- producido no obstante un bien de alguna
cion vecina degeneró en el horrible fanatis- consideracion,aclarando la respectiva posi-
mode la Cortvencion, acarreando aquellos cion de los partidos, y dando la medida del
formidables acontecimientos que hicieron valor de las palabras y anuncios de ciertos
temblar á la Europa y estremecer la huma- hombres. No habrán olvidado nuestros lec-,
aidad entera. En España la revolución está tores, que algunos órganos de la .situacíon.
en la superficie, en cierta capa que sobrena- habían afirmado que existía una alianza-en-
da, y'que puede hacer muy poco si no -la tre los progresistas y los carlistas, trabajen-
remueve el mismo gobierno: sí entre nos- do todos de consuno para derribar.talgo-.
otros se hubiese de verificar un gran movi- hierno, sin perjuicio de disputarse 'después
miento nacional, sería á no dudarlo en un el provecho de la victoria. Estos cargos no
sentido directamente opuesto. El mayor que fueron ligeras indicaciones que se.permitie-
se ha visto desde 1M8 fue el que derribó á se algun periódico; las conspiraciones: de
Espartero, al representante de la revoluciono los carlistas eran cosa averiguada para los


Estas conjeturas no nos impiden el reco- mismos consejeros de la corona. Tantos y,
nocer que el pronunciamiento de· 18Hhu- tan positivos eran los datos, que autorizaron
hiera podido dar resultados mas graves .que para tronar desde 10 alto de la tribuna con-
los anteriores, y que si la revolucion hubie- tra loscriminales, confirmando asi las. insi-,
se podido desahogar su venganza en altos. nuaciones que se había permitido, un secre-
personajes, tal vez se hubiera visto empu- tario del despacho en una circular motivada
jada por sus propios esccsos mas allá de lo por las elecciones. El movimiento que en
que le interesaba; pelo en este último su- estas había comenzado era el anuncio de




- 388-
otros acontecimientos; el calor electoral no I1 narias providencias que indicaban lo grave
era mas que la primera chispa del fuego de l' é inminente del peligro, en ningun puutode
la nueva guerra, cuyos combustibles esta- España, repetin.lOS, sehaencontrado á l?slJ10-
han amontonados, esperando el momento nárquicos mezclados en la trama; en mngun
oportuno para producir una espantosa con- I punto de España se ha visto el menor indi-
flagracíon que redujera á cenizas el trono cio de que los carlistas se hubiesen coligado
de Isabeln. con los revolucionarios, en todas partes .se


Estalla la insurreccion de Zurbano; por hanencontrado estossolos, enteramente so-
algunos momentos se alarmael pais vecino, los,sin que Ics prestasenlospueblos elmenor
en espectativa de las combinaciones conque auxilio, antes dejando que las tropaslosdis-
podra contar el caudillo dc los sublevados; persasen y prendiesen, y lascomisiones mi-
la Navarra, las provincias Vascongadas es- litares los condenasen á muerte. Las provin-
tan alli, á un paso, pueden oir el tiroteoque cías mas calumniadas, las que mas justo mo-
el partidario de Espartero sostenga con las tivo tenian de estar resentidas hancontinua-
tropas de la Reina; y sin embargo las pro- do enlacalma mas profunda. .
vincias Yascongadasy la Navarra, aquellas Sin embargo, ¡cosa notable! un periódico
provincias que por espacio de seis años sos- de la situación, en estos últimos días, nada
tuvieron la lucha con un ejército de, mas de menos que el 29 de noviembre, en elmismo
cien mil hombres, permanecen tranquilas; número en que se insertaban las noticias
no aprovechan la oportunidad, la favorable mas satisfactorias sobre la tranquilidad de
coyuntura; prosiguen sumisas á las autori- todos los puntos de la península, nos trae
dades, dejan á las tropas que dispersen á una correspondencia de París, donde se nos
Zurhano, y ellas continúan entregadas á sus informa de las iras del emperador de Rusia
tareas, sin dar la mas ligera señal de que se por la alianza que ha tratado de haceren Es-
propongan perturbar la paz de que dis- paña el partidocarlista con el exaltado. Hay
frutan. . cosas que el mejor modo de impugnarlas es


Casi al mismo tiempo invaden los valles transcribirlas. «Si hubo un tiempo, dicela car-
del alto Aragon algunos gefes revoluciona- ta, enque elemperador de Rusiasemostró fa-
rios, desarman á lossoldados v carabineros vorableá lacausadeD. Cárlos , es menester
que encuentran en Hecho y Ansó, instalan hacerle lajusticia dequefue únicamente por-
una junta, esparcen las mas estupendas no- que porconviccion ha detestado siempre las
ticias. ¿Qué ocasion mas oportuna para le- revoluciones yel radicalismo. Al saberque los
yantar el grito loscarlistas del pais, Ó hacer absolutistas españolespretenden hacercausa
una irrupcion los de Francia, si en efecto comun con Espartero, el emperador ni quie-
existían las conspiraciones, si en realidad se re oir ya hablar ni de D. Carlos ni de sus
había combinado la coalición? ¿Qué coyun- I partídarios.» Este importante descubrimiento
tura mas favorable paraponeren comhustion ' sobre los motivos de la hucnadisposicion de
esa Navarra, y levantar el estandarte de la ánimo del Autócrata, anda acompañado en la
guerra civil'? Y sin embargo, el capitán ge- susodicha correspondencia dc otro no menos
neral de aquella provincia no se ha visto curioso. En clla han influido mas que razo-
obligado á tomar ninguna medida; ha podido ' nes de política; ha mediado un sentimiento
disponer de las tropas para dirigirlas contra I del corazon; al emperador de Rusiaque an-
los re~olucionari?s, y ~I mismo en persona [1 t~s no.se interesab~ por nada que pertene-
ha dejado la capital y se ha puesto a la ca- eiese a la España liberal, le ha vellido este
beza de las columnas. ¿Qué indica todo es- interés por un camino estraordinario.
to? ¡,Qué se contesta á semejantes hechos? La muertede su amada, hija Ic ha hecho
¿Aqué se reducen las calumnias tantas ve- sentir el dolor que en semejantepérdida es-
ces repetidas? _ perimenta el corazon de un padre; de aquí


Los hombres de la situacion, y cl gobicr-, ha inferido que estas pérdidastambién serán
no.que para hien suy~ han recibido u~ tan \ muy dolorosas cuando , aunque s(!lo se~n
feliz desengaño, debieran aprender a ser temporales, son causadas por la vlO~e~cla:
mas cautosen adelante. En ningun punto con esto ha comprendido lo que senuna, lo
de España, en mcdio delas chispasque han I que debió de sufrir la Reina Maria Cristina
saltado en diferentes partes, en medio de la I al abandonar á sus dos escelsas hijasen Va-
alarma general, en medio de las estraordi- I lencia; y he aquí que la muerte de la amada




hija ha producido el interés por Cristina; de
esto ha venido el interesarse por Isabel, y
comosi dijéramos de rechazo, deberá de ve-
nir el interés por la situacion.


¿.Creerán nuestros lectores que fingimos?
Pues nada de eso; no hacemos mas que co-
mentar. Despues de haber comunicado el
corresponsal de París lo que mas arriba in-
sertamos sobre la indignaciou del Czar, v
antes de anunciarnos ql~e si se ha de juzgar
por la atencion con que este sigue losaconte-
cimientos actualesde España, podemos infe-
rir que no se halla muy distante de recono-
cer el trono de la Reina Isahel, dice conuna
seriedad verdaderamente asombrosa: «Por
lo demas, el Czar desde la muerte de su
amada hija comprende todo lo que la Reina
Maria Cristina ha dehido sufrir al ver á sus
dos augustas hijas entregadas á la ambicien
insaciable del gefe de losayacuchos .. ,) Los
carlistas no necesitan otra vindicacion, por-
que el ridículo vindica de una manerncruel.
Al ver esto en una carta que tiene preten-
siones de política y diplomática, volvimos Ú
leer por si nos cngaüábamos, ó si el corres-
ponsal lo decía por chanza: desgraciadamen-
te no era así, y entonces sospechamos que
la carta habria pasado del correo á la impren-
ta sin leerla los redactores del Heraldo,
pues de otra manera no podíamos imaginar
que no se hubiese suprimido el peregrino
pasage.


- 389-
mas que la .reforma.. Ponderando S. S. la
gravedad y trascendencia de esta discusion
sobre el matrimonio dela Reina esclamaba:
« Una sola cosa nos queda en mediodel des-
crédito de las teorías y de la impotencia de
los partidos, !lna sola esperanza, y de .ella
vamos á tratar.» Tiene razon el Sr. Rocade
Togores; despues del descrédito de las teo-
rías y de la impotencia de los partidos, esta
es la única esperanza que nos queda: si.en
esto se comete un error; 'si en esto 'somos
víctimas de miras particulares ó de intrigas
estrangeras: si esta cuestión vital se resuel-
ve desde el punto de vista de un partido, y
Jo (¡uefuera peor aun, de una reducida pan-
dilla; si esta cuestion no se resuelve desde
un punto de vista grande, nacional, de go-
bierno, de porvenir, el daño será irrepara-
ble, no veríamos el remedio en ninguna par-
te; la nacion estaria condenada á sufrir, no
uno, no diez años, sino que debería contem-
plar con desesperacion , que poi- satisfacer
exigencias injustas se habria comprometido
su porvenir quizás para siempre.


El Sr. lloca de Togores, despucs de hacer
una reseña del interés que en su concepto
dchian tener en esta cuestion las potencias
europeas, se detuvo muy particularmente en
la Francia e Inglaterra, y deslindando la
política respectiva de estas dos naciones, y
notando que cada una de ellas habia en cier-
tas épocaspresentado un candidato, el cual
había tenido mas ó menos prohahilidad de
buen éxito segun la influenciaque una ú otra
de estas naciones habia ejercido en la nues-


DiscwJimt del articulo ,'elativo al 1
I


tra por medio de sus respectivos gobiernos,
matrimonio tlel Rey. añadió estas notahilísimas palabras. «He-


I
cientes acontecimientos han hecho que cada


'! ' I cual de estas dos naciones abandone su pen~
JI adrid r,. de dir'iembrc de 18!"~.


sarniento primero, que cada cual de.estas dos
La discusion del Congreso de diputados I naciones obre mas por negar la mayor ó me-


sobre el articulo relativo al matrimonio del I nor influencia de su rival, compañera, aliada
Rey ha sidosobremanera interesante: en ella I ó como se quiera decir, porque de todo-hay
se han asentado principios, se han manifes- aquí, que por renunciar á la suya; y queosi
tado sentimientos, se han hecho indicacio- hayan presentado usus terceru persona, lo.
nes, se han dado esplicaciones qne conviene I cual es CIERTO, EXACTISIMO.)
consignar y aclarar, A-brióse ladiscusioncon Llamamos la atención sobre estas palabras
un .discurso muy notable delSr, Roca deTO-¡ del Sr. diputado: no se dice que una cosa es
gores en defensa de su enmienda,en quese cierta, eaactisima, cuando no se tienen datos
elevó la cucstion ú la debida altura, asi con I en que fundar la certeza y exactiLud. Esto
respecto á lo interior como á loestenor, ma-I confirma los rumores que han circulado tan
nifestándose que su resolucionno era de par- válidos en todos los círculos políticos; esto
tido sino nacional, y hasta cierto punto eu- I1 confirma lo que bien claro ha dicho la pren-
ropea; y que era este ei artículo mas impor- ¡sa, de que se estaba trabajando vivamente
tanto de la reforma, «la reforma misma, algo, parullevar á caha un casamiento quc re cha-




- 390 -
zan los progresistas, que rechazan los mo-il tomado parte en la cuestion, este punto'es
nárquicos, que rechazan losmoderados, Me- I mas que la reforma. Yo tengo motivo para-
nester es hacer justicia en este puntoá todos 1


I1


sospechar que efectivamente, como creen al-
los partidos: apenas se ha tratado de esta gunos, el objeto de la rcformaes el casa-
cuestion verdaderamente nacional, en todos I[ miento de la" Reina, cuando he visto que el
se ha dispertado y exaltadoel sentimiento de i gobierno en el preámbulo de la reforma no
nacionalidad; antes lIue hombres de partido, l. habla una palabra de este punto. Yono pue-
los hombresde todos los partirlos han querido ,1 do traducir este silencio sino creyendo que
ser españoles, Estan sin dudaen mucha dis- [11 se trata de ver si pudiera pas(('f' rlesapenibi-
cordancia con respecto al candidato que á la I do, ó bien si podia hacerse 'creer que nin-
España conviene, pero conociendo la gra- 1I glln interés tiene, ninguna mira en la varia-
vedad é importancia del negocio, tan pronto I cion que se hace en este lugar.»
como se ha traslucido que se trabajaba en 1


I
Estas indicaciones del Sr. Perpiñá , que


secreto para precipitarle, para resolverle en continuó desenvolviendo hasta el íin de su
un sentido que no es nada nacional, todos l' discurso, escitarou reclamaciones de parte
han protestado, todos han levantado su I de un diputado y tamhien del ministerio.
frente erguida, todos han dicho con el señor tos ministros procuraron sincerarse de todo
Roca de Togores, que el interés de los ga- :1 cargo de segundas intenciones; protestaron
binetes por un candidato no era bastante pa- i[ de sus deseos de que, salvo el decoro de la
ra que los españoles debieran darle cabida. Jr corona, no se negase á las Cortes la ¡nter-


Losministros han asegurado que el go- [: vencion en este grave negocio. A los ojos del
hierno no tenia ningun compromiso, que no i ministerio la reforma de la Constitución en
se habian recibido notas: les creemos sobre 1


1


este punto era una cuestion , 110 de circuns-
su palabra, pero séanos permitido observar, . tancias sino de principios, de decoro de la
que estas comunicaciones no siempre se ha- i magestad real; y asi los diputados debian
cen por notas oficiales, y (Iue sin tener el l. quedar tranquilos sobre las intenciones. del
g?bierno ninguu cOII.lpl'Omiso,. pudria m.uy :[ gobiern.o. ~~I Sr. n,lÍnistro de Hacienda en fa
bien suceder que hubiesen mediadonegocIa'- i sesronsrguicnteesforzó hastatal puntolaaser-
ciones de mucha importancia. Es posible :1 cion, sobre la ninguna malicia ministerial en
que los ministros hayan dicho lealmente la . este punto, que llegó á decir: «¡.Qué tienen
verdad en sus aseveraCiones., y que si.n cm- '1 que ver [as circunstancias en la rcsolucion
hargo no dejen de ser muy fundadas las 50S- de este artículo'? Yo aseguro al Congreso
pechas yla desconfianza de la opinion pú- que el articulo que se discute [ue acaso el
hlica : es posible que en la secretaría de ! último en (Iue pensó el gobierno al tratar de
Estado no obrase ningun documento, y sin I la reforma de la Cunstitucion.» ralo ven
embargo se hubiesen hecho indicacionesque nuestros lectores: no es posible llevar mas
tuvieran un carácter demasiado grave y orí- allá la inocencia ministerial... Pues bien, re-
gen demasiado alto para '{ue pudieran ser plicarcruos nosotros, si cu él se trataba delde-
despreciadas. coro de la magestad, ¿ es posible que fuera


El Sr. Perpiñá , con la sinceridad y Iran- , esto lo último en lIue pensó el gobierno? ¿No
queza que le son propias, dió al debate un haheis dicho vosotros mismos que la reforma
vivo interés cuando, al ponderar la nccesi- en este punto era necesaria para librar al tro-
dad de que' la nacion tuviese alguna inter- no de una humillación? ¿ Y esta humillncion
vencion en este gravísimo negocio, ya que era lo último de que os acordábais? Tanto
la pretendian tener las potencias estrange- protestar, tanto manifestar que no se abrí-
ras, dijo: «Tanto mas creo necesario este gaban segundas intenciones, casi pecaría
correctivo, cuanto que hablandoclaramente, por exageracion ; dígase enhorabuena que el
porque es preciso y(t hablar claro segun Jo gobierno no tiene designios ocultos; pero
importante de este asunto, la reforma ó pro- para negar la existencia de estos designios
yecto de reforma, señores, se va clareando. no se llegue al estremo de asegurar que es-
Yo no lo estraño después de tantos dias que te punto (!e la reforma era poco importante,
le tenemos entre manos; pero el resultado el menos Importante de todos, pues que fue
es que se clarea, y clareándose se 've allá lo último en qne el gohierno pensó. Esa in-
en cierto términoel casamiento de lit Reina; diferencia misma podría escitar sospechasen
y como ha dicho uno de los oradores que ha gente cavilosa, flue nunca falta en este




- 39f -
mundo: y no creemos que estas esplicacio-jl está en el órden de las cosas imposibles; se
nes del Sr. Mon fuesen las mas á propósito [ evitará , repetimos, una sorpresa que pu-
para calmar la inquietud que pudieran ha- 11 diera herir comoun rayo á los pueblos, acar-
her sembrado las palabras del Sr. Perpiñá, 1: reando en seguida males incalculables. Pa-
cuando fundó sus sospechas en el mismo si- 1I Ia cuando venga este caso, cuando lleguelencio del gobierno. ¡Sobre un punto tan I este momento supremo que ha de decidir de
importante, silencio! i Y sobre el silencio, I la suerte de la nacían, ya se ha convenido
poc.o menos que indiferenciaL... ¿A dónde 1


1


en que es necesaria la publicidad: esa. pu-
vamos á parar? hlicidad que, como ha dicho el Sr. ministro


Estas esplicaciones serán tan sinceras y i de Estado, «mata todas las intrigas, todas
leales como se quiera, pero los ministros no las tramas, asi propias como estrañas.»
podrán negar la existencia, la consistencia, Con esta discusion del Congreso habrá
la gravedad de ciertos rumores; los minis- ganarlo no poco la nacion : en esta discusion
tros no podrán negar que la reforma del ar- se ha manifestado de una manera solemne
tículo sobre el casamiento era mirada como que el sentimiento de dignidad está muy vi-
cosa de altísima importancia; que en ciertas vo en el corazon de los españoles: que no
regiones, que no indicaremos, el triunfo del quieren ser .patrimonio de nadie; que no
proyecto del gobierno y de la comisión me- ~ quieren ser juguete de intereses transitorios
recia una consideracion que no se da á cosas ' y de intrigas estrangeras ; que comprenden
indiferentes, y en que no se tenga un vivísi- . toda la gravedad, toda la importancia, toda
mo interés: esto no lo podrán negar los mi- ! la trascendencia del enlace de Isabel U:
nistros; esto no lo'pueden ignorar los minis- : cuanto se ha dicho sobre esto en el Congre-
tros; en esto nada tienen que ver su lealtad /1 so, ha encontrado simpatías en la prensa,
ni sus intenciones, pues sucede con doma- I simpatías en la capital, y las encontrará en
siada frecuencia, que con mucha lealtad v 1, toda la nacion. Y con este saludable freno,
con las mejores intenciones del mundo se ¡II así lo esperamos, con este saludable freno
hacen ó se dejan hacer cosas no conve- ,1 se procederá en adelante con cuidado, con
nientes. l' mucho miramiento; no se darán pasos preci-


.Lo c.iertoes que la des?onfianza no des- I pitados, no se urdirán intrig;as imprudentes;
apareciódel todo, y. ql!e a pesar de t~ntos 1I se tendrá a la vista la. nac.JOn, esa lla.clOu
esfuerzos, .votaron a favor de la enmienda 1que para aterrar a qmen intente ultrajaría
del Sr. Roca d~ Togorcs diput~do~ que de I no necesita mas que lanzarle una mirada
.seguro no quenan rebajar la dignidad del 1 severa. '
,trollO ni csponcrleá ultrajesde ninguna cla- I No, no habrá sido inútil á la España esta
se: otras consideraciones tendrian presentes, discusionsolemne: se ha consignadoun prin-
y estas serian sin duda los peligros de un Ir cipio, es verdad; se ha hecho una rnanifes-
desacierto. Nose puede inferir de esto (Iue ~'. tacion de que se ql~eria r~alzar el prestigio
estuviesen exentos del recelo todos los que I del trono; pero al unsrno tiempo se ha pro-
vot?roll la enmienda; unos y otros pudieron .! testado contra el abuso que de semejante
abrigarle ; pero tal vez los unos crcerian que 1


1


prerogativa pi.id.. ieran hacer malos consejeros.
er~ menester sacrificarlo todo al rigor de un Si alguna vez se intentara una sorpresa" si·
principio, mi'entrasotros opinarian que el 11 hubiese quien crevera haber cumplido con
prin~ipio no perdia nada poniéndole un cor- 110 que se debe á la"ley, y mas que á laley
rec.t~vo que nos pusiese á cubierto de even- '1 á la nacion, anunciando á las Cortes que se
tualidades funestas. I iba á realizar el matrimonio y ejecutándolo


A pe?ar de todas las divergencias se ha I en seguida, sin dejar tiempo á que se mani-
convenido en una cosa, á .saber : la necesi- festase la opioionpública, sobre élrecacrian
dad de que antes de verificarse el casamicn- las elocuentes palabras del Sr. Martinez de
to,de la Reina tengan de él noticia las Cór- la Rosa. «Señores, si hubiera un pais en el
tes, que la tenga lanacion, yanticipadamente, mundo, si hubiera un ministerio tan suma-
lo bastante para que pueda manifestarse de mente procaz é insolente, porqlll~ es menes-
una manera decorosa pero inequívoca, si el I t.er llamarlo asi , que h.ipócritamente acatan-
enlace proyectado reune ó no las simpatías Ido la ley diera cuenta á las Cortes de que el
de los pueblos. De esta suerte se evitará matrimonio se iba á verificar, y sin esperar
una sorpresa, que por lilas que se diga no Ila contestación ni siquiera de quedar ente-




· - 392 -
rado (porque esta es la espresion qne ha 1 del artículo, peroen esta votacion ocurrieron
usado el Sr. Perpiñá); si fuera posible que, particularidades notables, votando en con-o
sin esperar la contestacion que se da al mas tra diputados que habían desechado la en-
simple oficio, autorizase el matrimonio, ese mienda del Sr. Roca de Togores y no to-
ministerio, seüores , no habría palabras con mando parte otros,que indudablemente hu-
que calificarle. ¿. Cómo es posible suponer hieran deseado consignar su voto favorable
que haya un ministerio tan desatentado, que á cuanto puede realzar la dignidad de la
despreciando la opinion pública, contrarian- corona. ¿ Cuál es la causa de esta anomalía'?
do los deseos de la nacían, porque eso No es dificil esplicarla. El artículo que se
quiere decir despreciar su voto, tenga el ponia en votaciou contenía dos parles, una
descaro de venir un cuarto de hora antes de que eximia al monarca de necesitar la auto-
celebrarse el matrimonio? ¿ Puede haber rizacion de las Cortes para contraer matri-.
nunca un rey que mande eso á sns minis- monio; otra añadida por la comision y acep-
tros? ¿ Hahria ministros que lo ejecutaran? tada por el gobierno, en qne se decia que
¿ Lb consentiria la nacion? Señores, la na- ni el rey ni el inmediato sucesor á la corona
cion que sufriera ese desprecio seria digna podrá contraer matrimonio con persona que
de los hierros por todaunaeternidad.» . por la ley esté escluida de la sucesion á la


Nosotros creemos que podría caber ese corona. Claro es que esto último considera-
desprecio, aun cuandono se ponga el caso do como un principio, no podia encontrar
tan estremo de un cuarto de hora; creemos mucha oposicion; y que si alguna sufriera,
quepueden venir combinaciones en que de hahia de ser por considerarseinútil el espre-
otra manera se desprecieelvoto dela nacion, sal' una cosa que saltaba á los ojos. ¿C?-
y se pisoteensu dignidadé intereses: por es- mo puede suponerse que el rey contral-
to deseamos qne la nacion , sin culpar las ga matrimonio con quien está declarado in-
intenciones de nadie, no pierda de vista es- digno de ocupar el trono? Añadir esto era
te negocio grave, gravísimo, del cual dc- manifestar desconfianza, v cabalmente la
pende su porvenir. reforma del artículo se haéia para horrar la


Desechada la enmienda del Sr. Roea de huella de la desconfianza. Bajo este aspecto,
Togores y las domas lJue tenían una tenden- pues, se hubiera podido impugnar la adi-
cia mas ó menos scmejante , claro es que no cion cuando fuera dahle prescindir de las
podia ser dudoso el triunfo del gobierno: circunstancias de queestáhamos en España,
triunfo que no sentimos, porque en realidad de que ocupaba el trono Isabel II, dé que
creemos que la reforma con que se libra al este trono hahia sido disputado en una
monarca de la necesidad de estar autorizado guerra civil muv porfiada, v de que duraute
por una ley para contraer matrimonio es la refriega. y cuando TIlas encendidos esta-
una reforma justa, decorosa, cual cumple á han los ánimos, se habia hecho una ley por
una nacion que lleva á tan alto punto su res· la cual se escluia de la sucesion a la corona
peto al trono y su amor y homenage á los re- á D. Carlos v á toda su descendencia.
yeso En esta parle opinamos (Iue el gohierno Este punto necesita algunas aclaraciones.
tenia razan , sin que por esto culpemos á los Sabido es que tan luego como se tuvo noti-
que por motivo de las circunstancias no cre- cia de la adición relativa á las personas
yeforl conveniente apoyar semejante refor- escluidas, la prensa y la opinion públicaen-
ma. No dudamos que si la cuestión se hu- tendieron que esta adición era hija de las
hiera podido elevar á la esfera de losprinci- I circunstancias, que significaba algomas que
pios de tal suerte que se prescindiera la simple consignacion de un principio, al-
completamente de la situacion particular, go mas que el establecimiento de una regla
sumamente crítica, en que la nación se en- general. Se crevó ver en esto nn nuevo vo-
cnentra, la votacion hubiera sido iinánime. y to de esclusion ·contra D. Cárlos v su farni-
tal vez no hubiera habido ni siquiera discu- lia , una precallcion para que la Reina no se
sion. Desgraciadamente , por II1ns que se enlazara con ninguno de Jos hijos de este
formara empeño de prescindir de las circuns- príncipe: y esto se confirmaba mas y mas,
tancias , era imposible perderlas de vista, o al recordar que muy recientemente el señor
mejor diremos, era imposible no tener la ministro de Estado hahia acusado á los car-
vista fija en ellas. listas de que pretendian lograr por astucia


Triunfó pues el gobierno en la votacion lo (lile no habían podido alcanzar con la fuer-




- 393-
za de las armas. Bajo este coucepto, todos
los que no creyeran conveniente adherirse
á semejante esclusion , nu era regular que
se adhiriesen á lo que la comision proponía.
Habia un medio muy-sencillo para salir del
paso, vera el votar el artículo por partes:
de esta suerte se conseguíaen favor del tro-
no el voto de losdiputados dispuestos á darle,
y no se los precisaba á aprobar lo que ellos
creiaa que no debía aprobarse. ¿Por qué no
se adoptó este medio? ¿Qué necesidad ha-
hia de votar el artículo por entero, cuando
en él se contenían cosas tan distintas? Aten-
didas las esplicaciones del gobierno y de la.
comision, de que solo se trataba de consig-
nar una regla general, y que de ninguna
manera se hacia referencia á los príncipes
desterrados, concebimos muy bien que mu-
chosde los que votaron en favor del artícu-
lo, no tuviesen ni lamasremota idea de vo-
tar una nueva esclusion ; pero esto no quita
que los que votaronen contra ó se abstuvie-
ron, no pudiesentamhien alegar razones que
justificasen su conducta. El Sr. Egaña es-
plicó los motivos de semejante conducta con
suma franqueza y lucidez.


(y á este propósito, dijo, séame lícito res-
pender con antlcípacion á un argumento en cierta
manera personal, que podrá hacérseme en el cur-
so de este debate. Pues si tan malo te parece el
principio de la desconfianza llevado al csceso, se
me dirá: ¿cómo es que ayer diste un no al die-
tárnen de la comision sobre el cusamíento? Preci-
samen te por eso, señores, voté ayer no , por el
mismo principio que me ha obligado á presentar
esta eumienda. La defiendo hoy guiado por los
mismos motivos que me impulsaron ayer á de-
sechar el dletámen de la ilustrada, de la respetable
comisiono Yo voté contra ese díctámen , porque
su primera parte, ó es insuficiente, ó descansa en
el principi? de. lo suspicacia ; porque su última
parte la considero perjudicial é indecorosa al tro-
no (dejo siempre á salvo las intenciones de la co-
mísíon). Voté contra ese dictánen, porque en mi
concepto las Constituciones no deben ser índices
espurga/orlos, donde se escriban los errores, las
pasiones ó 1M preocupaciones pasajeras de los
partidos. Voté contra ese dictámen, porque es
mi opinion que los hombres de Estado no deben
cerrar ningnna puerta al porvenir, pudiendo ma-
ñana ser conveniente y aun necesario lo que hoy
se nos presenta como peligroso y aun funesto. Vo-
té finalmente contra el dictámcn, porque la en-
mienda que al proyecto del gobierno hizo la comi-
sion es de ningnn efecto, es completamente ilu-
soria, completamente nula, como demostró ayer
el Sr. Bravo Murillo, pudiéndose una ley destruir


por otra ley; y por lo tanto solo ha podido tener
por objeto ese dictámen responder á una exigencia
de partido, satisfacer á una de esas preocupacio-
nes fugaces de la opinion que no deben ser escu-
chadas por Jos legisladores, mucho mas si su re-
sultado ha de ser humillar y descontentar sin ne-
cesidad á una parte numerosa de la rpoblacion,
pacífica, laboriosa, amante de la monarquía, que
es mejor convertir poco á poco á nuestra fe, que
no exasperar, proscribir y seguir manteniendo en
el ilotismo, condición degradante, que no sufre
por mucho tiempo ningun pueblo, y mucho menos
el nol.le , el valiente , el pundonoroso pueblo es-
pañol.»


Se ve, pues, que en concepto de algunos
señores diputados, la adicion entrañaba des-
confianza sobre un objeto determinado, y se
refería de algun modo á D. Carlos y su fa-
milia. El Sr. Sartorius, contestando al señor
Egaña , afirmó que «la comision no se habia
acordado del príncipe desgraciado que está
desterrado del reino, ))v en el mismo senti-
do hablaronlos señores Bravo }Iurillo y Gon-
zalez Romero; pero segun parece no alcan-
zaron á convencer á todos los diputados de
que la adicion no fuese mas que la consig-
nacionde un principio. y que en ella se pres-
cindiese enteramente de las circunstancias.


y á la verdad. no era esto tan fácil recor-
dando loque se había indicado en las sesio-
nes precedentes, y aun las esplicaciones del
Sr. ministro de Estado en la del dia anterior.
Difícilmente se podia decir de una manera
mas esplícita y terminante que la adicion no
era un simple principio general, sino que
nacia de las circunstancias. Hé aqui sus pa...;
labras:


«Paso, señores, á espllcar , aunque brevemen-
te, la .adicion que ha hecho' la comísíon , y por
qué el gobierno no la propuso. El gobierno de
S. M. creyó, guiado del espíritu de parsimonia
que le ha conducido en todo el proyecto de re-
forma, que bastaba sentar en este articulo el
principio de que antes de concluirse el matri-
monio debiadarse cuenta á las Córtes, y de-
bian estas aprobar la parte de las capitulacio-
nes matrimoniales que versase ó fuese objeto de
una ley. Después la comísion ha propuesto lo si-
guiente: «Ni el rey ni el inmediato sucesor á la
corona pueden contraer matrimonio con persona
que por la ley esté escluída de la sucesion de la ca- '
rona.» Desde luego se echa de ver, señores,
que estaadícion nace precisamente dé las círcuns-


48




. La adición pues, segun el Sr. Martinez
de la Rosa, nace precisamente de lascircuos-
tancias de los tiempos presentes, y por lo
mismo juzgaron muy bien los señores dipu-
tados que creyeron ver en ella algo mas que
un principio.


Desde luego se dejaba conjeturar que la
comision habia enmendado en esta parte el
proyecto del gobierno, para calmar la in-
quietud que en algunos hahia producido el
(lnc se dejase á la Reina en libertad para
contraer matrimonio sin autorizacion de las
Cortes: pero esto, que en un principio pudo
ser una conjetura, se elevó en el curso de
la discusioná completa certeza. Despues de
haberesplicado el Sr. Martinez de la Rosa
los motivos que indicaron al gobierno la nin-
guna necesidad de hablar de los príncipes
escluidos, continúa: «La adicion que ha
propuesto la comision se reduce á que no
pueda contraer matrimonio la Reina ó Ilev
con las personas que esten escluidas de Ja
corona; pero las que lo esten ha de seren
virtud de una ley, no constitucional sino
particular, secundaria, digámoslo asi , pero
vigente. Ninguna fuerza añade por consi-
guiente lo que se propone por la comision,
y esta fue la razon para no proponerlodesde
luego el gobierno; perocuando se escító la
menor duda, la menor sospecha de que pu-
diera interpretarse de otro modo, duda na-
c!da en unos por celo, en otros por suspica-
CJU, yen. otros tal vez por espíritu de parti-
do, en cuanto se escitó la menor sospecha
de que pudiera creerse había el menor de-
signio en no cspresarlo en el artículo, el
gobierno ~e la manera mas libre y espontá-
nea , conV1l10 en que S6 espresase.:


Aclarando este mismo punto el Sr. minis-
tro de la Gohernaciou, dijo: «Porque debo
~acer.p.resente una cosa que ya ha dicho.el
Sr. muustro de Estado: el gobierno no cre-
yó necesario poner la cláusula que la comi-
sion ha añadido, porque, como ha dicho
muy bien el Sr. ministro de Estado, el obje-
to principal estaba conseguido por una ley
secundaria. Asi que, si hubiera sido esta
sola .Ia razon que se hubiese alegado para
añadir esa cláusula, el gobierno no hubiera
áccedido.» Luego era esta una de las razo-
nes que se alegaban ,.aunque no fuera sola;


- 39\\ -
·lantias de Ios.·tiempos presmte«; es decir, el go· luego habia unobjetoprineipal, que en:el
hierno no la creyó necesaria pOI' las razones que conseguido por la ley secundaria; luego se
\:1. á esponer.. hahia tenido presente al príncipedesterrado,


y por lo mismo comprendieron muy bien el
espíritu de la adicion el Sr. Egaila y sus
compañeros. •


Un carácter particular ha ofrecido la pre-
sente' discusiou , y es que el Congreso ha
dado al gobierno una lecciou de política y
templanza. Todos los señores tliputadosque
han tomado parte en ella se han espresado
con suma uioderucion con respecto á perso-
nas y partidos; ninguno de ellos se ha per-
mitido espresiones duras contra D. Carlos;
ninguno de ellosha creido que debiera hacer
alarde de su adhesión á lsanel 11 denostando
al infortunio. Esto se ha notado tanto mas,
cuanto que habiendo descendido el impulso
de lo alto, debía al parecer aumentarse la
violencia en llegando á la region donde es
mas natural que campeen las pasiones, y no
pesen en tan alto grado las razonespoJíticas
y la consideración á las personas enlazadas
con la Reina por vínculos de sangre.


En este caso ha sucedido en cierto modo
lo que en tiempo de Espartero, cuando las
mismas Cortes nacidas de la revolucíon fue-
ron menos revolucionarias que el gobierno,
despreciando proyectos que este lanzaba so-
hre el pais como una tea incendiaria. Ahora
el gobierno habia comenzado también insul-
tando á los monárquicos, y concitando con-
tra ellos la indignacion, pues que se los su-
ponia conspirando contra el trono de la Rei-
na para traer á D. Carlos ó á sus hijos por
la fuerza ó por la intriga. El gobierno hacia
alarde de patriotismo recordando el abismo
abierto entre los partidos; pero el Congreso,
masjuicioso, menos rencoroso, mas templa-
do, maspolítico, mas conocedorde la necesi-
dad de echar un velo sobre nuestras discor-
dias, ha escuchadoeusilencio las impruden-
tes declamaciones, esperando laoportunidad
de manifestar consu ejemplo que este lengua-
je era unanacronismo, que demasiadasangre
se había derramado, y que en España no
debía haber mas que españoles.


El gobierno, que hahia dado tan mal tono
y que se hahia ~nostrado tan poco á propósi-
to para dar lecciones de templanza, al me-
nos, v esto es consolador 1 ha manifestado
capacidad para aprenderlas. Asies que aho-
ra se ha cspresado tarnhien con muy distinto
lenguaje; ha sido tamhien mesurado en sus
palnhras , no se ha dirigido contra nadie, ha




M:u.lritl 2.:1 de diclemhre de 1SH.


--~~-


~a situacion, SUS antecedentetl ti tlU
porve,.ir.


Los que se hahian hecho la ilusionde que
con la caída de Espartero se quitaban todos
los obstáculos que impedían á la España
el entrar en una época de verdadera paz,
verdadero orden V verdadera libertad, han
podido rectificar ·su juicio, v conocer la
vanidad de sus esperanzas. Espartero era
sin duda un grande obstáculo, mas no el
único; con Espartero no se podiaobtener el I
bien que se deseaba, pero sin Espartero
podían continuar muchos de los males que J
nos anigi;m. Si la razon no huhiera sido I
bastante á demostrarlo , la esperiencia se ha
encargado de hacerlo palpar. I


Una coalicion derribó al ex-regente, pero I
esta coalicion tuvo en Madrid un caracter 11
muy diferente que en las provincias. En I
Madrid la coalicion fue por cálculo, en las i
provincias por sentimiento; en Madrid se 1I
pesaron las prohahilidades de alcanzar un I
ministerio ú otra posicion elevada, en las I
provincias obraron el amor al trono y á la
religion , el celo de la independencia nacio-
nal , el anhelo vivo y ardiente de una recen-
ciliacion sincera, fraternal, de todos los es-
pañoles. Asi , el movimiento fue grande,
nacional, mientras los pueblos hablaron y
ejecutaron abandonados á su generoso im-
pulso; vel'o tan pronto como el pronuncia-
miento dominó la capital1 tan pronto como
se dijo á los pueblos basta, encargándose
algunos individuos de llevarla voz de la na-
cion 1 la inmensa órbitase fue achicando rá-
pidamente 1 y aquel vasto movimiento en
cuyo confuso torbellino se veian agitar
las grandes ideas, los elevados sentimien-
tos nacionales, se limitó á una reducida es-
fera, donde no cabian masque interesespar-
ticulares, rivalidades mezquinas, resentí-
mientos , desconfianzas, miserias de amor
propio.


- j!Hí --
tratado de principios y ll? de par~i~os ni ~Igunos progresistas creyeron con un.a
personas, lo que prueba feliz disposición pa- seriedad admirable,que habiendo sucumbí-
ra aprender en esta materia: bueno es que do el héroe de setiembredc ,1 s~o podian
si el Congreso ha tenido mal maestro,pue- continuar dominando los mismos principios
da al menos tener un discípulo aprovechado. y los mismos hombres que le hahian en-'


cumbrado ; pero el partido que sucumbió
entonces1 y que posteriormente habia he-
cho un esfuerzo desgraciado en octubre de
,1 8,í1, creyó conveniente advertir á su ad-
versario que se equivocaha ; y que los des-
tituidos y los desterrados por la revolucion
de setiembre eran los verdaderos vencedo-
res, y que á ellos v no á otros tocabacuidar
de la distribución del fruto de la victoria.La
nacion no lo habia entendido asi: la nacion
no queria el esclusivismo de unos ni de
otros; la nacion sabialo que podiaesperar del
mando monopoJizadoen cualquierade losdos
partidos. Desdeluegofuemuyfácil columbrar
el desenlace; el triunfo debia quedar por el
que contara con el apoyo del ejército. Una
sola bayoneta es capaz de rasgar muchas
tablas de derechos: encircunstanciasseme-
jantes vale mas que todos los discursos una.
compañia dé granaderos.


Si al poco tiempo de laentrada de lospro-
nunciados en ~Iadrid hubiera sidoposible re-
troceder, ¡ay, cuántosy cuántosprogresistas
hubieran retrocedido! ... ¡Cuántos y cuántos
se hubieran unido á sus adversarios, apelli-
dados á la sazon ayacuchos! ... Pero era ne-
cesarioseguir adelante; los hombres no de....;
tienen á su voluntad el curso de los aconte-
cimientos; la prensa clamaba, algunos mas
osados levantaban la bandera de la junta
central; [vanos esfuerzos! ¡No era posible
retroceder! El navío se babia dado á la vela,
y se dirigia rápido al punto señalado; los
progresistas que se hahian embarcado en él
tendían sus brazos convulsivos, esclamando
¿á dónde nos llevan'? Y el piloto se-sonreia
con sonrisa mofadora, y los ayacuchos, que
veían cumplidos sus pronósticos, se alegra-
ban de ver envueltos en su propia .ruina II
los que habían contribuido á causarla, Era
necesario seguir adelante y; declarar la ma~
yoria de la Reina; la mayoría /le declaró.


Apenas constituidoeligabiuetc Olozaga,
la noticia de un acontecimiento cimas es-
traño de que haya recuerdoen los fastos de
la historia, sorprende á lacapital; á la Espa-
ña, á la Europa: [triste iuauguracion de una
época que se nos anunciaba como la aurora
de tranquilidad-y ventura! ¡Saludable leccion,
que indicaba bien clara no haberse tenai-




- 396-
nado aun la cadena de nuestros infortu- fensa del trono? ¿IQuién, cubrirle con. su
nios!... Al escándalo del hecho siguió el es- pecho para que nole alcanzaran los tiros de
cándalo de la discusion; desde entonces se las pasiones? ¿Quien encargarsede la direc-
vió con todaevidencia que le esperaban al cion de los negocios públicos para hacer
trono .grandes peligros, y á la nacion dias frente á la terrible crisis, y conducir á la
amargos. Al decoro del trono le importaba nacion por el buen camino? Sin duda que
mucho ciertamente que quedase enbuenlu- debian ser los hombres mas conocidos porsu
gar la palabra de la Reina; mas para conje- adhesion al trono de Isabel, mas señala-
turar sobre el porvenir era indiferente el dospor su elevada posicion, mas ilustres
juicio sobre aquel asunto. A un hombre por sus talentos y servicios, mas influyentes
pensadorle debia ocurrir este dilema: ó es por el prestigio que disfrutaran en el partido
verdad ó es mentira; si es verdad, ¿qué si- que iba á predominar. Asi debia esperarlo
tuacion es la de un país donde se comete la España, asi debia esperarlo la Europa,
semejante atentado, y el criminal es defen- y sin embargo no sucedió asi. El presiden.
dido por un partido numeroso á la faz del te del nuevo consejo de ministros fue un
mundo?Si es mentira,¿cabe mayorinfamia? diputado sumamente jóven , sin maspo-.


Por manera que el dilema no consiente sicion social que la de abogado, sin mas
salida: hiere en uno y otro supuesto; ora fama en el mundo poluico que algunos
se abrazase la causa de los progresistas,ora discursos en el Congreso y algunos es'-
la de los moderados, el trono recibia una critos nada monárquicos. ¿Qué nacion es
herida profunda; en un caso ultraje, en otro esta? debió decir la Europa. ¿Tan falta
degradacion: y heridas profundas son para está la España de hombres? Se trata del
los lronos así la degradacion como el ultra- trono mismo y no se presentan...... Si
je. Bajoeste aspecto debió mirarlo la diplo- existen y no se atreven, lo dónde está
macia europea; este solo suceso bastabapa- su valor? Si existen y no pueden, ¿qué
fa alejar Un reconocimiento. El efecto de la obstáculos se lo impiden? Si existen y
deeíaracion de la mayoría de la Reina se no quieren ¿dónde está su patriotismo?
destruia con el escándalo que inauguraba la Un hombre nuevo, inesperto, quien si-
nueva época: un pais donde pasan tales co- quiera reune la cualidad que en seme-
sas ofrece pocas garantías de estabilidad; jantes casos vale tanto, cual es el ser
han trascurrido catorce meses, y la Europa militar, ¿este hombre se ha de encargar de .
todavía nos deja en nuestro aislamiento. salvar el trono y el órden público? Si es él


La caida de OIózaga arrastraba irremisi- quien lo salva, ¿comono rivalizanporalcan-
bJemente la de todo su partido; y este con zar tan alto prez los hombres masdistingui-
su conducta se envolvió jnas y mas en esta dos? Si no es él quien lo salva, si otros se
ruina, aceptando en cierto modola respon - encargan de dirigirle, si él no hace masque
sabilidad del ex-presidente del consejo, y aceptar la responsabilidad, [desgraciada na-
aprovechando aquella ocasión para desple- cion donde los hombres mas elevados rehu-
gar un ataque general contra sus adversa- san la responsabilidad de salvarla; donde el
rios. sostenimiento del órden y la salvacion de'


En nuestro concepto los hombres á cuyas trono se han de lograr por medio de un edi:-
manosquedaba por necesidad encomendada tor responsable!
la direccion de los negocios públicos, se Si aquel desenlace manifestó unerror im-
mostraron á la sazon muy inferiores á la al- perdonable ó una impotencia lastimosa,
tura de las circunstancias: la España y la aquel ministerio hizo sin duda cosas de la
Europa debieron comprender por el desea- mayor trascendencia; mostró una energía
lace inmediato loque se podía esperar en hasta entonces no vista, una osadia al nivel
lo sucesivo. ¿No habio sido ultrajada.lama- de los peligros, un brio proporcionado á lo
gestad Real'? ¿No corriael trono nuevos pe- árduo de la empresa. Tal vez fue una fortu-
ligros?¿No se rompian de nuevo las hostili- na que no tomase las riendas del mando al-
dades de los partidos? ¿No se encontraba la guna de tantas ilnstres nulidades como pu-
nacion en circunstancias enteramente nue- pulan entre nosotros, y que conservan el
vas, sumamente críticas? Sí: pues entonces, honroso título de notabilidades, con tal que
¿quién debia lavar la mancha? ¿ Quién tengan la prudencia de no ponerse de ma-
veagar el ultraje? ¿Quién acudir á la de- nifiesto ; pero esto no quita la fuerza á las




- 397-
observaciones que se han presentado, ni ha-I evidente que el proyecto por de pronto era
ce que el ministerio de aquella épocapudie- realizable, que en la autoridad real habia
se ofrecer á la España y á la Europa otra fuerza suficiente para llevarle á cabo, y que
cualidad que la energía. Y la energía no hubiera sido acogido conjúbiloporla inmen-
bastapara fundar un gobierno, para cicatri- sa mayoría de la nacion. Pero un buen prin-
zar las llagas de las naciones, para gran- cipio no es lo mismo que un buen término,
gearse el amor de los pueblos y atraerse el y este término hubiera sido mas ó menos
respeto de los estraños. La energíano basta, feliz segun lo mas ó menos completo del.sis-
es necesario un sistema lleno de razon, de tema, segun la mayor ó menor firmeza con
justicia, de miras elevadas; es necesario algo que se le hubiese llevado á cabo.
mas que un atleta que luchapor defenderse; I Si el marqués de Viluma no se hubiese
es precisoun gobierno sabio en la direccion, ' contentado con dar los primeros decretos,
justo en el castigo, firme en el mando; es sino que estoshubiesen formado parte de un
necesario el esplendor de altos conocimien- plan vasto en el cual estuviesen resueltas
tos, de elevados caracteres, de almas todas las cuestiones sociales y políticas que
grandes. pesan sobre la nacion; si hubiese contado


Como quiera, se creó entonces lo que se con algo mas que con el ejércitoy la policía,
llama la situacion ; y habiendo terminado y se hubiese apoyado en las ideas, sentí..
8U cometido el ministerio Gonzalez Brabo, mientas é intereses que predominan en la
cayó. En su época se manifestó con toda sociedad española, la felicidad del término
claridad lo que puede todavía en España la I habría correspondido á la del principio; en
autoridad real por sí sola; y que noseria tan 1 otro caso, no. .
difícil como algunoscreen fundar un gobier- No sahemos lo que hubiera acontecido en
no sólido y fuerte, si luego de pasada una aquella suposicion, mas por desgracia pal-
de esas crisis violentas que con tanta fre- pamos lo que ha sucedido en la otra. Todo
cuencia atravesamos, se trabajase en crear se está como se estaba, escepto lo que se
un verdadero estado civil, contentándose los ha empeorado. Despucs de tantos meses to-
hombres de influencia con ejercerlaun poco I davianos hallamos envueltosen la discusion
menos esclusiva , á trueque de disfrutarla de la reforma constitucional, el país sin 01'-
mas segura, y sobre todo mas beneficiosa ganizar , la administraciou y la hacienda tan
al pais. Desgraciadamente no se ha encon- desordenadas como siempre, sin haber 10-
trado todavía quien haya comprendido esta grado el reconocimiento de una potencia,
verdad, que tantas y tan duras lecciones sin haber adelantado en las negociaciones
habría podido enseñar. El ministerio Gon- con Roma; con el clero á merced de un pro-
zalezBrabo triunfó de la revolución con el yecto como el del Sr. l/on; sin haber dado
apoyo que le prestó la buena voluntad del un paso en la reconciliacion de los ánimos;
país: pero un escaso número de homhresse con la division de los partidos cada dia mas
creyó con derecho á desentenderse de sus profunda; sin esperanza de un verdadero
auxiliares, aprovechándose ellos solos del estado civil: con la necesidadcadadia ero-
resultado de la victoria. . ciente de apoyarse solo en el poder militar,


Nombrado el actual ministerio, y antes . y de defender el órden público por medio
de constituirse definitivamente, sobrevino I de destierros v de fusilamientos. Esta es la
otra crisis, motivada segun se ha dicho por I obra de loshombres de la situacion ; góeen-
el desacuerdo de los consejeros de la coro- se en ella.
na, con respecto á la marcha política que Señálese un hecho, un solo hechoque in-
convenía emprender. Segun parece, el dique haber la España adelantado algo para
marqués de Viluma queria organizar y aun tener verdadero gobierno, 'y ser admitida de
constituir el país por medio de decretos; los nuevo en la comunion política de Europa;
demás opinaron en sentido contrario, y re- señálese la resolucion de un solo problema
tirándose del ministerio el marqués de Vi- que simplifique la complicacion de nuestros
luma, comenzó la nueva era que todaviano negocios; dígase si se ve otra cosa que el
ha concluido. trono defendido á duras penas de los ata-


¿Cuál seria á. estas horas la suerte de ques de la revolucion. Yesto ¿cómo? ¿Aca-
España si el dictámen del marqués de Vilu-j, 110 por la fuerza de fas leyes, por la robus-
ma hubiese prevalecido? Para nosotros es .1 tez de la organizacion interior, por la union




- 898-
de las grandes ideas é intereses nacionales? Es menester no hacerse ilusiones; es,pre-
No, nada de esto vemos, lo quc vemos sí, ciso atreverse á mirarlas cosas cara á cara
es un ejército leal que está siempre sobre para 'verlas como son en si; lodernas son pa-
las armas. labras vanas, declamaciones sin sentido,


¿.Yesto se llamacrear un gobierno? Las vulgaridades de que se rien. todos los hom-
naciones -i; son por ventura un campamento? bres juiciosos, lugares comunes para llenar
¿El palacio de los reyes es acaso una forta- papel, para engaüar al público yengailar-se
leza? En el mismo discurso de la corona, en quizásá si mismo. Y lo repetirnos: esto es
la apertura de las Cortes actuales, se seña- una triste necesidad, emanada de la falsa
Jaba este mal. y se anunciaba la esperanza posicion en que nos encontramos; derriba-
de! remedio; ¿ dóndeestá el cumplimiento dos los que ahora dominan, les sucederian
de esta esperanza? Y es lo pcor que la raiz otrns que se verían sujetos á condiciones se-
de este mal no está en el carácter de este o mejantes, j Triste necesidad la de proscribir
aquel hombre, sino en la naturaleza misma ó ser proscritos, fusilar ó ser fusilados!
de las cosas; en la falsa situacion en que se Un periódico progresista, el Clamor PÚ-
encuentra-esta sociedad y el poder encarga- blico . ha insertadouna nota de los fusilados
do de regirla. Si el general Narcaes hubiese por delitos políticos desde que subieron al
sucumbido á la alevosía de sus asesinos, poder los moderados; los periódicos de la
otro ú otros le hubieran reemplazado: por- situacion han procurado atenuar el efecto de
que mientras no se haga un esfuerzo para esa horrible estadística; p'ero no se puede
constituirel poder bajo las condiciones que negar que, sean cuales fueren las conside-


.pueden darle estabilidad y fuerza propias. raciones quc con cste objeto se bagan, hay
iutrínsecas, independientes, necesario será en el fondo una· verdad que desgarra el eo-
que la busqueen los militares. Estos milita- razono Doscientos catorce hombres fusilados
res serán uno ó muchos, se llamarán lfar- en el espacio de un año, es un guarismo que
vaez ó conotro nomhre ; tendrán un carácter estremece. Nosotros no queremos descono-
mas ó menos resuelto, miras mas ó menos cer la crítica situacion en que se ha encon-
ambiciosas; pero el hecho será cl mismo: no trado el gobierno, no queremos olvidar lo
habrá poder civil, y sí únicamente poder agitado y revuelto de los tiempos; pero no
militar. . podemos menos de lamentarnos de que en


Es curiosa la seriedad con que se nos ha- el siglo XIX: una nacion de Europa haya de
bla de parlame~to, de Constitucion y de li- ofrecer semejantes horrores.
hertad. ¿ Queréis saber lo que todo eso vale? Los que han defendido á los hombres de
Haceos las siguientes preguntas. ¿ Puede la situacion han encomiado la humanidad de
subsistir un ministerio que esté en oposicion los gobernantes: se" enhorahuena : si salvais
con Narvaez? ¿Pueden sostenerse unas Cór- á los hombres tanto peor para la situación:
tes que esten en lucha con el gcnerallfar- porque si siendo humanos han tenido que
vaez? Esto en el centro del gobierno. Y en fusilar á tantos, ¿ qué hahrian hechosiendo
las provincias: ¿ puede seguir en su puesto rigurosos? ¿ Qué sitnacion es esta, donde á
un gefe político en desacuerdoconel capitan pesar de [a humanidad de los gohernantes
general? ¿ Puede co.ntinuar una diput.acion l' es.necesario hacer tantas víctimas? Si yindi-:
en. lucha con el capitán general? ¿Pucde cais a los hombres condenais la srtuacion: SI
sostenerse un periódico que no quiera con- " vindicáis la situacion condenaisúloshombres:
sentir un capitán general? Resol ved estas escojcd [o que menos os desagrade, que
cuestiones como mejor os parezca; la opi- ninguno de los estrcmos puede agradaros
nion pública. mejor diremos los hechos, las mucho. ,
han resucito de antemano. Que si opusiereis I ¿Qué habremos adelantado con la refor-
razones y efugios, os preguntaremos si os ma de la Constitucion'? Bien pronto lo va~os
atrevcríais. á un ensayo, .trasladando el Eco 11 á esperillle'.ltar: cs probahle quela situacion
del Comercio, ni aun otro periódico de continuará lo mismo con la Constitucion re.c
oposicions menos fuerte, á ciertas v ciertas I formada que con la Constitucion sin refor-
c.aPit.ales .que nos abstenemos de nombrar: y Im.al'. El gobierno seguirá observándola en lo
sin embargo alli estaría de una parte el po- que no le sirva de obstáculo, prescindirá de
der militar, de otra vosotros con la Consti- ella cuando lo crea conveniente, el poder
tucion'enla mano. militar se encargará de sostener el orden, y




-- 399 -
la nacion continuará en la misma incerti-
dumbre, en la misma zozobra que hasta
aqui. Con este sistema tanto sirve la Cons-
titucion de ,1837 como la de 1812. Si fuese
posible hacer la prueba y plantear poralgu-
nos meses este último código, pero conser-
vándose la situación del pais bajo las mismas
condiciones que ahora, no resultaría ningun
cambio notable. La imprenta clamaria ; tam-
bien dama ahora: en la Constitución habría
la milicia nacional; en lanacion no la habría.
No existiría mas que una cámara, y esta, no
contrapesada por la otra, podria escerlerse y
amenazar al trono.... Nosotros creemosque
si ahora al Congreso de los diputados se
le ocurriese estralimitarse , quien le deten-
dria no fuera el Senado. Mandando Narcaex
sería curioso ver á la cámara única atrever-
se contra el poder.


No tendremos el imperio de las leyes has-
ta que haya un poder civil, superior á todos
loshombres y á todos los partidos; y este no
es posible en España sino en el regio alcá-
zar. Fuera de allino se encontrarán masque
ambiciones y rivalidades, eternos manantia-
les de trastornos. Hasta que veamos que el
trono tiene bastante fuerza, no solo legal si-
no efectiva, para depositar ó retirar su con-
fianza en quien mejor le parezca; hasta que
lassituaciones no se personifiquen en ningun
súbdito; hasta. que del 1'ey abajo ninguno
deba ser considerado como una necesidad,
no alcanzará la nacion la estabilidad que ne-
cesita.


La verdadera supremacía del monarca no
escluye la debida consideracion al mérito y
servicios, antes la garantiza; no destruvelas
categorías, antes las consolida y afianza. Si
los hombres que en diferentes épocas se han
encumbrado en España hubiesensido mas
previsores, si hubiesen reflexionado que en
España no cabe perpetuidad para ningun
poderque no sea el trono, hubieran sido des-
prendidos hasta por interés propio, modes-
tos hasta por ambicion; porque hubieran
comprendido que era mejor algomenos V se-
guro, que algo mas y poco durable. H'uhíe-
ran comprendido que el bien del pais y el
suyo propio reclamaban que se sirviesen de
su elcvacion y de su influencia para salir de
una situacion y pasar á un estado, adqui-
riendo la gloria de haber realizado una tran-
sicion que les grangeara sólido renombre de
buenos españoles y grandes políticos.


Despues de una guerra civil y de una re-


volucion , semejantes' empresas eorrespon-
den principalmente á los militares, porque
ellos tienen la fuerza á su disposicion; en
estas épocas de nada sirve lacabeza sin bra-
zo. Enhorabuena que algunos hubiesen 'am-
bicionado conservarse en posiciones eleva-
das ejerciendo grande influencia en la mar-
cha de los negocios, pero estas cosas era
menester subordinarlas á un poder superior,
no solo dc derecho sino tambien de hecho.
Soult en Francia y WeUington en Inglater-
ra ¿no ocupan elevado puesto,no ejercen in-
l1uencia política? Y sin embargo Soult y
'Vellington entran en el ministerio y salen
de él, sin que por esto peligre el orden pú-
blico. Se los tiene por hombres importantes,
mas no por hombres necesarios. Esta es la
gloria que deben ambicionar los militares en
España; fuera de aqui no hay sino peligros
para el país y para ellos.


Un militar que se encuentre eh la alta po-
sicion que hemos indicado, debiera masbien
atender á los peligros de ella que á las ven-
tajas; debiera trabajar por crear una situa-
cion en que no fuese necesario , previendo
que la necesidad de un tiempo suele acar-
real' la imposibilidad de otro; debiera con-
servar en sus manos todo el poder de que
necesitasen su Reina y su patria, pero pl'O'-
curando incesantemente Ilegal' á un punto
en que, sin compromcter tan sagradosobje-
tos, le fuera dable deshacerse de la parte de
poder que le sobra para conservar solamente
la parte que le conviene. Y csto ¿cómo lo-
grarlo.? ¿Cómo? Haciéndose cargo con-so-
siego, concalma, conimparcialidad, con ele-
vacion de miras, del estado del pais , desu
posición con respecto á las potencias de Eu-
ropa, planteándose sin rodeos y sin rlisimu-
lo á sus propios ojos los grandes problemas
pendientes.sobre la España, y cuya resolu....
cion ha de decidirde su suerte; estendiendo
la .vista mas allá del dia de hoy; no dando
oidos á los que , con unos cuantos temas
obligados de reforma, de administraeion y
hacienda. vigor guhernativo , 'alianzas de
orden v libertad, y otras frases por este te-
nor, allanan todas las dificultades y halagan
con esperanzas de lisonjero porvenir; sino
pensando sériay concienzudamente sobre los
elementos de gobierno, sobrelos que faltan;
sobre el modo de atraerlosy combinarlos pa-
ra dar al poder supremo 'independencia y
fucrza , que no estribe únicamente en la ·fi~
delidad de algunos hombres y en artículos




Madrid!3 de diciembre de 184-4-.


Se.ion del '11, y renuncia de varioll
lIeñorea dipu'ado••


- ¡OO-
de ley. Deberia, no solo trabajar para des-\ del Sr. jUon llevaría las cosas á alguna es-
baratar las conspiraciones y vencer las insur- tremidad : no faltaba quien se lo hahia ad-
recciones, sino para hacer imposibles las re- vertido muy espresamente á un alto perso-
voluciones; recordando que va mucha dife- naje. Nadie se ha olvidado de que el señor
rencia de una conjuraeion á una revolución, Burgos, á pesar de sus canas y mucho sa-
y que no siempre se ha triunfado delas revo- ber , fue tratado con bastante dureza; que
lucionescuando se han sofocado las conspi- el Sr. Egana tuvo que recordar con viveza
raciones. y severidad al Sr. 1JI'on el respeto debido á


los Sres. diputados; y en fin , nadie dejaba
de notar que la seguridad del apoyo de la
mayoría, el carácter personal y quizás otros
motivos, parecían dar á ciertas discusiones
un tono nada conveniente, que á la bora me-
nos pensada podia producir un conflicto. El
Sr. ministro de Hacienda se apresuró á pro-


Los graves sucesos de la sesion del 21 en vocarle , diciendo que la enmienda firmada
el Congresode diputados causarán profunda por el S1'. marqués de Viluma en union con
impresion en toda España; y 'por la ci~c~ns- otrosdiputados, habiasidointroducidade una
tancia agravante de haber Sido un muustro manera ratera.
de la corona quien los provocara, no dejarán Un proyectil que estalla en medio de un
de llamar la atencion de Europa. Es en va- concurso no produce una sensacion mas vi-
no que la Europa quiera distraerse de pen- va y repentina: un grito de indignacion se
sal' en nosotros, ya que con tanta frecuen- levantó en el Congreso; pidieron la palabra
cia la hacemos volver hácia acá sus miradas muchos diputados, otros reclamaron que se
á fuerza.de acontecimientos, dolorosos unos, escribiese la espresion del ministro, y este
estraños otros, r ruidosos y grav.es ~odos. procuró esplicar su idea, diciendo que 110 se
Motines en las ciudades , pronunciarmentos refería á las personas, y que solo hablaba
en toda la nacion, coaliciones y rompirnien- de la teoría de presentar de ese modo los
tos, insurrecciones y suplicios, ultrajes he- proyectos de ley. Esta esplicacion equivalia
chos al monarca en su palacio, escándalos á lo siguiente: «yo 00 hago caer la ratería
en el parlamento, hé aqui las escenas que sobre vuestras personas, pero os digo que
estamos ofreciendo á la Europa, aun des- habeis hecho una cosa de una manera rate-
pues de concluida la guerra civil. Como si Ira.» Necesario es confesar que la esplicacion
temiéramos que las nacionesestrangeras Im- I podia ser algo mas satisíactoria, y que el
dieran creer que hemos entrado en un cami- honor de las personas se salvaba no sin mu-
no de órden y sosiego, nos encargamos de cha sutileza. El papel no se habia escrito
recordarles nuestra situacion irregular y por sí mismo, no se hahia ido á la mesa por
mal segura; cuando algunos días de calma sí solo; el papel era inocente de la ratería;
podrian inducirlas á esperar que ha llegado I la manera no era una cosa abstracta, sepa-
el término de nuestra agitacion, les presenta- rada ni separable, de las personas: estas ha-
mos un suceso estraordinariocomo diciendo- bian escogitado y empleado la manera; si
les, todavia no. pues hubo ratería esta caia sobre las perso-


Este es el país de las anomalías, se oye nas. Ni vale decir que se hablaba de la teo-
á cada paso; mas esto no es verdad: aqui ría, pues el caso era práctico y presente, y
como en todaspartes existe el enlace de los objeto de la misma mismísima discusion; y
efectos con sus causas; no estamos fuera de si fuera admisihle la esplicacion del Sr. mi-
las leyes de la humanidad; los sucesos no nistro, siempre que nos viniese en talante
proceden del acaso. Pero los estrangeros que de emplear una espresion galana, podría-
nos contemplan suelen prescindir de los an- mos salir del mal paso diciendo: «caballero,
tecedentes, y por esto se sorprenden al ver esverdad que yo he dicho quelamanera con
ciertos sucesos en cuya preparacion no ha- I que V. se conduce es ratera, ó insolente, Ó
bian reparado. Asi, en el caso que nos ocu- estúpida, etc., etc. , pero yo no me refiero
pa son varios los que no se han admirado '1 áV., habloen teoría.» Esta esuna ficcion que
del ruidoso escándalo de la sesion del 21; no no se comprende muy bien; es una especie
faltaba quien habia previsto que el lenguaje , de postliminio de honra sutil por demas,




- 4,01 -
Sin embargo, el Congresose <lió por sa-


tisfecho, los agraviados no. ¿ Tenia razón el
Congreso en darse por satisfecho? Parece-
nos que no. ¿ Pues qué se queria mas? Una
cosa muy sencilla; lo mismo que despues de
la votacion crevé necesario ó conveniente el
mismo señor ministro: ofrecerse á dar mas
esplicaciones y hasta ~ retirar la palabra.
El Sr. J!on al dar gracias al Congreso cum-
plía con un deber, porque el Congreso en
verdad le había favorecido demasiado; pero
al propio tiempo, y sin advertirlo segura-
mente, acusaba al Congreso de demasiado
indulgente, pues que añadía satisfacciones
nuevas, enteramente nuevas. ¿ Qué cosa
mas natural que al instante de oírse las re-
clamaciones contra la malhadada espresion
decir el ministro: «señores, esta palabra se
me ha escapado en el calor de la improvisa-
cion ; no ha sido ni podia ser mi ánimooíen-
del' á nadie; desde luego la retiro '()) En tal
caso no habia quien pudiese dejar de darse
por satisfecho; el decoro del ministro tam-
poco sufria nada, porque no se rebaja el de-
coro de una persona que en el calor de una
improvisaciou suelta una esprcsion mal so-
nante, pero que luego tiene la generosidad
de confesar su desliz,y de repararle reti-
rando Ia palabra. El Congreso en este aSIHI-
to debióser mas mirado que si laofensa se le ¡¡
hubiese hecho á él, pues sí cuando se trata :1
de cosa propiapodemos ser mas ó menos in- i¡
dulgentes , no así cuando está de por medio il
la agena. Los ofendidos eran una minoría,
muy reducida, y esta circunstancia aconse- i¡
iab.a que se procediese con mas COnSirl."cra- i¡'
cion, sobre todo en un negocio de honor. i


El asunto era tanto mas delicado. v [!1 sa- I
tisfaccion debia ser tanto mas cU"B1;))ída, 1I
cuanto que la espresion manera rater« no :1
parecía en el discurso una palabra suelta, si- 1'1'
no una fórmula breve y dura en que se COl1l- :
pendiaban el sentido y el tono del discurso.. '11
Habiaya hablado el sr. ministro del principio 11
del progreso mas rápido, y del sistema de J


. I d,lreaccum mas espantosa, en o qa(~ se po la .1
sospechar no sin fundamento 'luC iba en- i
vuelta una caliñcacion de la enmienda; ha- I
hia liah!ado de la necesidad de evitar que se 1


1


votasen las leyes por sorpresa; de que la
discusion exigía trámites, y que cuando no
se quieren trámites no se quiere la verdad; I
hahia observado que la cuestion era de bUe-¡
na fe, de franquez'a, achacando falta de am-
bas cosas al modo de introducir la enmien-


da; habia repetido que convenia presentarse
con franqueza, y no querer arrancar por
sorpresa una resolucum ; y despucs de todo
eso viene al fin la calificacion de manera 1't1-
tera, que espresaba de un modo claro, mas
terminante, mas rudo, ese intento de sor-
prender, esa falta de franqueza, de bue-
na fe. .


Estas observacionesmanifiestan que laca-
lificacion causadora del tumulto no era una
de aquellas palabras que ocurren en un mo-
mento de calurosa vivacidady qne mas bien
espresan la agitacionde ánimo que una idea,
sinoque significaba un pensamiento que es-
taba en la cabeza del ministro hacia mu-
cho rato, pensamiento que se iba presen-
tando bajo diferentes Ionnas , pero qlle al
fin tuvo la desventura de tomaruna tan gro-
sera y repugnante. que levantó la indigna-
cion de todos los aventes. Asi renetimos que
habia necesidad de" una declaraci'on muv es-
plícita , y que el Congreso hubiera hecho
bien en exigírsela al ministro en el acto,
pues habiendo precedido la declaracion del
Congreso era de temer que los diputados re-
sentidos, si quedaran satisfechos con las úl-
timas esplicacioncs del ministro no lo que-
daran de la resolucion del Congreso, y asi
considerasen conveniente renunciar el car-
go de diputados.


Entre la declaración del Congreso y las
últimas satisfacciones del Sr. Idon había
mediado ya un grave incidente, cual era ha-
ber estendido en el acto y presentado la re-
nuncia de sus cargos'los señores marqués de
Viluma, Bguizabal, y creemos tambien el
Sr. duque de .4.brantes; y era de temer que
los seguirian sus demas compañeros, siquie-
ra por el generoso sentimiento de compartir
en todo la misma suerte. La renuncia de
esos diputados era un golpe recio para el
ministerio, y tampoco era favorable al Con-
greso; y la mayor prueba de que no exage-
ramos la importancia de este paso, se halla
en los estraordinarios esfuerzos que para
evitar las renuncias han hecho el ministerio
y sus amigos,


Hay todavía otras circunstancias que ha-
cen mas indisculpable la conductadel minis-
tro. Si este se hubiese encontradoen una de
aquellas situaciones en que se han vistotan-
tos ministros, atacados, agobiados, casi in-
sultados por -Ia oposícion ; en uno de aque-
llos momentos en que el hombre. acometido
por sus adversarios sin consideracion nlf'una,


,19




- 4·0~ -
se halla precisado á rechazar , po~ decirlo
asi , la fuerza con la fuerza, no hubiera sido
tan de estrañar que su discurso hubiese si-
do duro, violento, y aun era concebibleque
en el calor de la improvisacion se le escapa-
ran, palabras que luego debiese retirar; pero
nada de esto sucedia, no habia precedido
discurso de ninguna clase, el ministro era
quien abria la discusion, y esta discusion
no se entablaba todavía sobre el fondo del I
negocio, sino sobre los trámites que este
debia seguir. i En una cuestion de trámites,
en una cuestion de reglamentos acalorarse
tanto, dejarse llevar á tales estremos, dar
lugar á tamaños conflictos, yesto por un mi-
nistro! i Qué dirá la España! j Qué dirá la
Europa r


Aun mas; también hubiera sido menos
chocante ese estravío, si la minoría que pro-
ponia la enmienda hubiese sido una minoría
turbulenta, facciosa, que solo hubiese tra-
tado durante las sesiones de entorpecer la
marcha del gobierno y de las Córtes, y que
hubiese apeladoá las pasiones, que se hu-
biese mostrado dispuesta á esplotar todos los
recursos para dañar al ministro; pero nada
de esto ha sucedido: esa minoría apenas ha
desplegado sus labios una que otra vez; en
ciertas ocasiones ha disentidodel ministerio,
pero en otras ha votadocon él. No se ha vis-
to oposicion sistemática, ni siquiera aquella
organizacion que en semejantes casos nunca
descuidan las minorías.


Si los hombres de la situación hubiesen
comprendido sus intereses, si hubiesen es-
tado animados de espíritu de reconciliacion,
si no hubiesen querido llevar tan lejos ese
esclusivismoque los conduce por un camino
altamente peligroso, habrían conocido que
una minoríacomo esa les convenía, porque
con ella podían manifestar que eran toleran-
tes, y esa tolerancia les costaba por cierto
poca cosa; con ella pedían manifestarque en
el Congreso no estaba un partido tan solo
como se habia querido suponer , pues que
una 'parte de él, aunque pequeña, profesaba
ideas muv diferentes de la mavoría; con ella
hubieran"podidocubrir algun lantolos defec-
tos que al origen de [as Córtes actuales ha
achacado la prensa, la opinion pública, y
que en el seno mismo del Congreso procla-
n~ó tan francamente el Sr. Egaña; con ella
tenían una apariencia de oposicion , y de
consiguiente algun velo para disfrazar el es-
clusivismo y la estrechez de la situación


presente. Pero nada de esto han comprendi-
do; se han engreído con una mayoría tan
numerosa, han creido que podian tratar con
dureza á la minoría, que podían levantar al-
to, muv alto v recio la voz, cuandoesos di-
sidentes se aticvicscn á proponer nn pensa-
miento propioen oposicion con el ministerio.
y solo han visto que su conducta era errada,
cuando esa minoría se ha manifestado incli-
nada á renunciar. Entonces han sentido el
vacío que les dejaba la ausencia de esos
hombres independientes, no empleados, v
que si en algunos puntos les habrian hecho
la oposicion , se habrían puesto de parte del
gobierno siempre que se tratase del orden,
del trono, del bien del país.


La espresion de manera ratera no podía
convenir de ningun modo á esas enmiendas;
en ellas no habia nada de sorpresa; no ha-
bia nada de clandestinidad: todo era públi-
ca, todo ú la luz del dia. ¿ Por qué pues,
tanta indignacion? j. Saheis por que? Por-
que fácilmente se indigna quien no .uene la
razon de su parte; porque al Sr. ministro no
le podía gustar que se suscitase la cuestion
de la dcvolucion de los bienes no vendidos,
ni que se le exigiese algo mas de lo que él
proponía para la subsistencia decorosaé in-
dependiente del clero. El ministro presentí-
ria el ahogo en que se había de ver, cuando
losdiputados de la minoría le dijesen: [(VOS,
que condenábais por injusto el despojo del
clero, ¿. por qué no restituís lo que teneis
todavía en las manos? Vos que os lameutais
del despojo de las religiosas, ¿ por qué no
les restituís lo que queda en vuestro poder'!
Vos que con tanto alarde de interés por el
clero) con tantas promesas rechazasteis las
enmiendas que poniamos á la contestacion
al discurso de la corona v á la reformade la
Constitucion, para asegurar al clero una
subsistencia decorosaé independiente, ¿tlué
habeis hecho de vuestro interés, qué de
vuestras promesas? 1, fado vuestro celo,
toda vuestra habilidad había de reasumirse
en ese proyecto incalificable que acabais de
presentamos ?))


Esto lo presentía el Sr. ilIon; por eso se
indignaba: no queríasin duda ofenderá na-
die ; pero si su causa era tan mala, ¿. qué
podia hacer sino enfadarse y hacer alarde de
desear discusion, no solo de la devolucion
de los bienes no vendidos, sino también de
(mular lasventas, no solo.del 3 por '100 si-
no tamhicn del 4-? Por esto, llevando laexa-




Madrid t ." de cuero de 18!~5.


---."'ilCIIII:lI*Q~CII_---


RENUNCIAS DE ALGliNOS DIPlTADOS.


Los esfuerzos del ministerio y de sus
amigos para obtener que los diputados ofen-
didos retirasen sus renuncias han sido ma-
yores de lo que era de esperar; habiéndose
visto en este caso la contirmacion de aque-
lla regla, de que los arrogantes con los hu-
mildes son humildes con los arrogantes.
Mientras la minoría calló y sufrió, era de ver
cómo levantaba su voz el ministerio; y con
el camino que llevaban las cosas bien pron-
to quizás se huhieran visto en el Congreso


- .i.03-
geracion al mas alto punto esclamaba : «¿Se IdOS haucos , uno destinado á el.lseflllr, y
trata de que se restablezca el diezmo, NO cuando fuese necesario á regañar, votroá es-
UNOSINO TRES? ¿Tambien entrará en su ¡'CUChar y aprender, y recibir sumisamente las
discusion'i» ¡Qué manera de hablar , qué reconvenciones por mas agrias que fuesen.
acaloramiento! ¿Asi debe espresarse un mi- Pero hé aqui que á algunos diputados esto
nistro de la corona? ¿Asi se espresan los no les ha gustarlo, y han dicho para sí:
hombres de Estado? ¿ Esto es discutir con «quién es ese que levanta tan alto la voz?
calma y mesura? Y no crean nuestros lecto- ¿Es por ventura el monarca? ¿Es algun
res quc'hay en esto equivocecioa ; el nouno hombre cstrnoráumrio á quien los pueblos
SillO tres se halla, no en los estrados de los hayan levantado estatuas ? ¡,Quién es pues?
periódicos, sino en el Diario de las Sesiones. ¿En nombre de quién se permite ese aire do-


Tocante á la cuestion de si los proyectos minador? ¿En nombre del monarca? No.
de la minoría podian ser considerados como que el monarca no quiere ni puede querer
enmiendas, rogarnos á nuestros lectores que que se aje á los diputados ni al mas oscuro
se tomen la pena de leer el escelente discur- de sus súbditos. ¿En nombre de la ley? La
so del Sr. Perpiñá sobre este punto en la ley manda, mas no humilla. ¿En nombre de
misma sesion. Noes dable presentar la cues- la"superioridad de su puesto? Ese puesto
tion con mayor claridad, ni resolverla con' hace mas estrecho v grave el deber de hablar
mascopia de datos v reflexiones. y proceder con decoro, con circunspeccion


Sea como fuere" lo cierto es que el mi- y mesura. Si pues ni es el monarca, ni ha-
nístro no se esforzaba, no se acaloraba tanto bla en nombre del monarca; si no es la ley,
por una simple cuestion reglamentaria; el ni habla en nombre de la ley; si no le da tal
fondo del negocio era lo que le atormentaba, derecho el puesto que ocupa, y antes al con-
solo que tuvo la ligereza de precipitarse, de trario con este proceder está faltando a lo
darlo á entender intempestivamente, olvi- que debe á su puesto, ¿quién es ese que
dándose de que una de las primeras cuali- asi se engrie , que asi nos aja, que asi nos
dades de un hombre de Estado es una gran desdeña, y que sin embargo obtiene un voto
firmeza de carácter, pero que esta firmeza favorable del Congreso? Retirémonos de la
no consiste en hacer alarde de valor, en tra- asamblea, ya que llevarnos al hogar domes-
tal' con dureza á cuantos se le oponen, y tico la conciencia tranquila y el honor sin
que antesal contrario nunca el hombre mues- mancha:» y esto ha bastado para que todo
tra mas firmeza que cuando se sobrepone á cambiase, para que se diesen pasos para
las inspiraciones de la vanidad, al deslum- evitarlo, y se instase y se rogase.
bramiento de una elevada posicion , á los Sobre la falta de miramiento, una falta en
ímpetus de la cólera. Para dominar á los de- política; porque una vez provocada la esci-
mas es necesario dominarse á sí mismo. sion, y ya que el Congreso apoyaba al mi-


nistro, era necesario que el ministerio y
sus amigos fuesen muy parcos en gestionar,
porque las gestiones manifestaban una ver-
dad que por cierto ya está medianamente
manitiesta , y es la debilidad de esa peque-
ña fraccion del partido moderado, que en
momentos de ilusion casi cree mandar por
fuerza propia, cuando la razon de que se
sostenga, si no en el verdadero mando al
menos en sus 'apariencias, depende de cau-
sas independientes de los hombres y de los
principios que forman lo que se llama la
situacion. Y no se diga que instancias no
se han hecho: ¿quién las ignora en Ma-
drid? Y no se replique que han sido en
bien de los interesados, en favor de los
principios que estos defendian: el creer en
ese cariño , en ese celo improvisados, seria
un esccsivo candor. Se han sentido muchs




- W4.-
las renuncias, digase lo que se quiera: se ha 1:\ confesarla. Y las gestiones que se han he-
esperado lograr que se retirasen, y con este Icho equivalen á confesiones. Porque aun
~hj~to s~ difirió el dar cuenta de. ellas á su 1


1
prescindiendo de otras cosas que son públi-


debido tiempo, como era regular: yeste sen-I cas en los círculos políticos , ¿puede darse
timiento ha_ sido, P?rque se co~oce que en i\ mayor pru~ba del em~eflo que e~ no darse
esta pequena mmona esta la nacion; que esa] cuenta de las renuncias en la sesIon del 23,
minoría en el asunto del culto y clero daba .1 cuando algunas estaban ya presentadas des-
uI ministerio una leccion severa, que será ,1 de el 2,1 ? ¿Qué significa esto? ¿Qué razón
aplaudida por la nación. "1 ha tenido el presidente para no darlesel de-


A un partido grande, poderoso, que se I bido curso? ¿No hahia un motivo especial
halle en posesion del mando, ¿ qué le pue- cuando seguian cuatro dias sin sesion? Pero
de importar la retirada de "8 ó 20 hombres, cabalmente esos cuatro días eran losque se
muchos de ellos enteramente nuevos en la trataba de aprovechar: en cuatro dias y sin
carrera política? En el ministerio y en el sesion, pueden darse muchospasos, pueden
parlamento quedan las notabilidades de la tenerse muchas reuniones amistosas; con
situación; pues que ni una sola se retira del cuatro elias hay también bastante tiempopa-
parlamento, el ministerio dehe de conservar ra que disminuya el calor de la sangre.
fuerza sobrante, y la renuncia de algunos Cabalmente el Sr. Jlon ha tenido la des-
diputados no puede traer mas ineonvenien- gracia de estrellarse en uno de los puntos
tes que la molestia de proceder á segundas mas importantes y delicados; delicadeza é
elecciones. Que sean reelegidos los dimisio- importancia que él mismo babia hecho re-
narios bien sabrá impedirlo el ministerio, á saltar en sus documentos oficiales, y quelos
quien se le alcanza bastante de achaque de demas ministros han encarecido repetidas
elecciones; y además los ex-diputados en su veces. Aquí ha sido donde ha manifestado
mayor número son personas que se han ocu- temer mas el ataque, pues tan bruscamente
pado poco de revolver, y por lo mismo es se ha adelantado á prevenirle, Se hace una
probable que lejos de trabajar para ser rc- enmienda con este objeto al proyecto de
elegidos se dedicarán á susnegocios doméstí- contestación al discurso de la corona; esa
cos; y si por solaz quieren distraerse con la enmienda la rechaza el ministerio por in-
política, se confundirán con esos 1,¡. millones oportuna. Se presenta otra á un artículo de
de españoles que con los brazos cruzados la Constitueion; yen concepto del ministe-
estan asistiendo á las curiosas escenas del rio no es la Constitucion el lugar á pro-
Congreso de sus representantes. pósito para consignar el principio de unasub-


Mediando estas circunstancias es inespli- sistencia decorosa é independiente; v adcmas,
cable que esa fraceion del partido moderado esa enmienda no contiene sino palabras va-
que con tanta seriedad se llama á sí misma cios. Viene el proyecto del Sr. IIJon, tan lle-
la nacion, se alarme tanto por un suceso in- no de palabras vacías como ha vistoel públi-
significante; esto seria lo mismo que si un co, y al proponerse algunos diputados acu-
grande ejército creyese ver una defeccion dir al remedio, el ministro se oponecon to-
en la desercion dc algunos individuos ó la das sus fuerzas, con la mayor indignación, á
renuncia de algun subalterno. Sin embargo que los proyectos diferentes del suyo sean
ello es que la alarma ha existido por sola la considerados como enmiendas; quiere que
dimisión: y elloes tambienque algodebe de se sometan á todos los trámites de verdade-
haber aquí, pues que noson necios loshom- ros proyectos, por la sencilla razón de que
bres de [a situacion para hacer sacrificios de en este caso habian de llegar á la discusion
amor propio y en contra de su propio inte- mas tarde que el del gobierno, y entonces
res. Interés debió de haber en que las renun- este tenia en su manoel emplear un argu-
cias no se consumasen; daño debia de haber mento muy sencillo, y era que el Congreso
para la situacion en que los dimisionarios habia dado ya su voto y no debia contrade-
llevasen á cabo su propósito. Por esto decia- cirse. Esto hubiera sucedido adoptándoselo
mos mas arriba, que á falta de miramiento que proponía el Sr. ,Von. Pues bieu , ahora
se habia añadido un yerro en política; por- puede estar muy satisfecho; ni el Congreso
que yerro es y yerro grande, cuando la de- ni el ministerio se habrán de dar mucho tra-
bilidad de una situacinn va haciéndose ma- I bajo por este negocio, habiendo renunciado
nifiesta, 'el hacerla resaltar mas y mas, el I el cargo de diputados la mayor parte de los




Matlrid 8 de enero de 18~~.


LOS PROGRESISTAS YtOS MODERADOS.


pues que si los ministros gobiernan, si son
ministros, lo han de deber á la voluntad del
parlamento, considerándose como una comi-
sion de este, no nombrada pero sí indicadade
una manera clara , terminante é irresis-
tibie. En esa soberanía es inconcebible que
no se hayan hecho entrar y procurado con-
servar todos loselementos sociales, pues que
no hay ninguna razón para que el privilegio
que en las demasmaterias anda tan decaído,
se establezca únicamente en favor de ciertos
hombres.


Este aislamiento fuera menosestrañoy de
consecuencias menos fatales, si en la ac-
tualidad hubiesen de limitarse el gohierno
v las Cortes á medidas de escasa trascen-
dencia. En tal caso el apoyo, siempre nece-
sario, no lo fuera tanto como ahora, y por
lo mismo pudiera ser descuidado ó desdeña-
do con menos inconvenientes. Pero cuando
se trata nada menos que de la reforma de la
ley fundamental, del planteo de lasleyes or-
gánicas, del arreglo de la hacienda, de la
dotacion del culto y clero; en una palabra,
cuandotodoestá por hacer, y todo lointentan
hacer los homhrcs que dominan, couvenia
que esa situación se ensanchara, que entra-
sen en ella el mayor número de elemen-
tos posibles, y ya que se decide de la suer-
te de la nacion, no se decidiese sin ser antes
consultada la nacion.


- 405 -
firmantes de ia enmienda, que envolvía me-
didas mas trascendentales.


Por manera que desembarazadoelgobier-
no'de esa pequeña minoría , y con el cons-
tante apoyo del Congreso, puede caminar
con entera'Iibertad por eso que se apellida
sendero de la ley, y tomar las medidas que
mas le agraden para reorganizar el país. ]\0
sin razonse han estremecido de tanta pros-
peridad los'hombres de lasituación, pensan-
do sin duda que en la instahilidad de.las co-
sas humanas no conviene demasiada felicidad
aquí en la tierra. Que si esta consideración
no mediara, ;.se ha "Visto jamás partido algu-
no en situacion mas á propósito para en-
greirse? ¿Dónde están esos progresistas que
ayer eran dueños del ministerio, y del par-
lamento y de todos los destinos de la na-
cion?Noestan. ¿Dónde esosmonárquicos que
se atrevieron á tomar parte en las eleccio-
nes? No estan. ¿Dóndeesa Iraccion del par-
tido moderado, que cuenta entre sus filas
hombres muy comprometidos en favor de
Isabel Il, pero que han tenido la desgracia
de contagiarse COIl laparticipacion de las
ideas monárquicas y religiosas, entendidas
en sentido diferente del que les da la situa-
cion'i No estan : estaban y acaban de salir.
¿Quién representa puesá la nación?¿No hay
enella ni progresistas, ni monárquicos puros,
ni monárquicos entre los puros y los consti-
tucionales? ¿No ha~' mas que parlamenta-
rios? ¿ta nacion entera se ha hecho parla-
mentaria? ¿,Y de cuando acá? ¿Cómo se ha
logrado una conversión tan estupenda? Y si


'esto no es así,¿dóndeestá la l'epresentacion? 1
y si no hay representacion , ¿dónde está el I
gobierno representativo?


Verdades tristes, desconsoladoras, capa- Las varias fases que van presentando los
ces de amargar el placer-de verse enteramen- partidos, las modificaciones que sufren, las
te dueños de todo, absolutamente de todo, combinaciones en que entran, la mayor ó
sin adversario ni rival. Verdades que han menor influencia que ejercen , los diferentes
comprendido bien, perfectamente, algunos medios que emplean para estender sus prin-
ministros en elmomento de llegarles lanoti- cipios, aplicar sus sistemas, lograr sus fines,
cia de lasrenuncias, Ellos veian qne enton- son objetos de la mayor importancia en la
ces la cosa se mostrabademasiado de bulto, observacion de las revoluciones ; y hasta po-
que no quedaba ningun medio de hacer ilu- dria quizás añadirse que ese estudio es el
sion, y por esto se lamentaban de ser dema- estudio de la revolucion entera. Se dirá que
siado felices, de permanecerdueños del cam- para comprender á fondo una revolución es
po de una manera tan csclusiva. Que ese necesario estudiar la nacion en que sucede,
esclusivismo podía escusarse en hombres de y en la nacion hay algo que no está en los
otras opiniones, en hombresque defendiesen 11 partidos; pero si bien esto es verdad toma-
la soberanía del rey, y no considerasen las dos los partidos en su vida activa y militan-
Córtes sino como un consejo, mas no en los tes no lo es considerándolos como fenóme-
que proclaman la soberanía del parlamento, . no, nacidos de otros hechos latentes, como




- iOG -
inflamaciones que se muestran en determi- \ cesion , é identificando su causa con una
nados puntos, pero que suponen sin em- dinastía.
hargo una sobreabundancia de calor en Ia ] tos hombres pensadores del partido pro-
masade la sangre. En el mundo moral como gresista no debianolvidar esta verdad, esta
en el físico nada sucede sin causa: los par- circunstancia que encierra todos los sucesos
tidos, las facciones, las pandillas mismas no de los últimos 11 años;y sinemhárgo la han
nacen sin algun principio de fermentación. perdido de vista. tos progresistas cometie-
Esta fermentacion trae consigo la vida ó la ron un grande error indisponiéndose de un
múerte , la vegetacion lozana ó la corrupcion I modo tan estrepitoso con una persona que
asquerosa, segun los elementos que estan tarde ó temprano había de ejercer influencia
en combinacion y las circunstancias en que en España: aquello fue quemar las naves, y
se hallan: pero huena ó mala, existe sienr- estos arrebatos no siempre salen bien. Pero
pre anteriormente al nacimiento de lospartí- agravaronel error indisponiéndose personal-
dos, de las facciones y pandillas. De aqui es mente tambien con la misma Isabel en la
que estudiado eso á fondo, queda estudiada I cuestion de Olózaga. Quien dice á un sobe-
la sociedad. rano que miente, se hace incompatible con


El partidoque en España ha figurado á la él ; Yesa incompatibilidad es terrible para el
cabeza de la revolución es el llamado pro- porvenirde un partido. ¿No habia otros me-
gresista. lo Cuáles son sus principios y siste- dios de salir del paso y de lograr el mismo
mas, cuál su situacion'? Encontramos Sil CII- objeto y noarrostrar tamañas consecuencias?
na en la escuela del siglo XVIII; hallamos Decian muchos que de las dos fracciones en
su tipo social y político en la asamblea cons- que se dividieron los progresistas estaban
tituyente. Guerra á todas las ideas antiguas, i entre los avacuchos los homhres de menos
guerra á todos loshechos: Argüelles v Men- capacidad: es posible que sea asi, hien que
dizal. Argüelles ha consumido 30 anos en estas cosasno es tan fácil determinarlas; pe-
declamar contra el antiguo despotismo, con- ro hemos pensado varias veces que la famo-
tra el clero, contra Roma: lo qué pensamien- sa coalicion y el giro dado al asunto de Oló-
to de gobierno, de organizacion social se ha zaga eran bastantes á desacreditar, en lo to-
encontrado en la redundante envoltura de cante á previsión política, á hombres que
sus palabras? Ninguno. Mendizabal ha he- rayaran mas alto que Olózaga, Cortina y
cho su nombre proverbial en materia de Lopez. tos llamados ayacuchos quedaron
destrnccion: triste celehridad , que tam- vengados hasta en la cuestión de amorpro-
hienambicionaba el incendiario del templo de pio. A los biógrafos de dichos personajes
Diana. les dejaríamos que encomiasen sus talentos


La mision pues del partido progresista, políticos, su prevision, su tacto; solo pedi-
que mision tienen y misión. tremenda los riamos que no olvidasen dos hechos: entra-
partidos revolucionarios, ha sido amontonar ron en la eoalicion, y se compremetieron
ruinas, y lo ha cumplido; ahí estan. Ahora I personalmente con la Reina.
clama que se intenta restaurar lo que él Quizás nos engañemos; quizás estoshe-
derribó, su sed de destruir le engaña; sue- chos no tengan la importancia que les da-
ña que ve grandes edificios, y no hay mas mos: pero desearíamos que se consignasen,
que montones de ruinas; y si deseaba aven- I apelando al juicio de los hombres pensado-
tarlas , otros se han encargadode esta tarea. : res. En nuestro concepto, no cabia error


Tal es el carácter del partido progresista I mas inconcebible en gefesdel partido pro-
bajo el aspecto social: mas por las circuns- gresista. O no hacer la revolución de 1840,
tancias particulares de Españaha estado su- ó llevarla á sus últimas consecuencias. Yes-
jeto á condiciones tambien particulares. En tas consecuencias iban muy lejos. O no en-
Francia la revolución lo derribó todo á la pri- trar en la coalioion , Ó hacer todos los esfuer-
mera arremetida; en España han sido nece- zos imaginables para mantenerse en el
sarias tres, la de 18,12, de 1820 y de 1834. terreno legal, no querer ver adonde se iba,
Dos vecesla revolucion atravesó Ía frontera, conservarse coligado, amigo porfuerza, espe-
dos veces le fue precisorepasarla. A. la ter- randa ocasión mas oportuna para dérribar,á
cera ha triunfado, pero mintiéndose en cier- los parlamentarios.
to modo á sí misma> escudándose conel tro- El partido progresista en 1840, sintiendo-
no, aprovechándose de una guerra de su- se débil, buscó un apoyo, identiíicó su suer-




- - 407 -
te con la de un soldado: error fatal, casi na; entonces veríamos á Espartero, y á
siempre sin remedio. La fuerza vive' de la Olozaga, y al trono y á la Reina.
fuerza, v muere á manos de la fuerza, y En otro lugar esplicamos el origen, ca-
cuando ella se ha entronizado,· las doctrinas rácter y tendencias delpartidomoderado,co-
de un partido han cesado de ejercer accion mo y tambien los muy diversos elementos
vital, sus sistemas han caducado:en lIe- de que se compone, y distinguimos enton-
gando á este punto, no suele haber otro re- ces como distinguimos ahora, entre unos
curso que abrazarse con el ídolo para vivir cuantos que se apropian este nombre y un
o morir con él. Espartero era sin duda de considerable número de ciudadanos, respe-
escasa comprension política; pero aun asi y tables por muchos títulos, que habiéndose
todo, era una necesidad para el partido que adherido sinceramente al trono de Isabel n
le había decretado ovaciones y encumbrá- y deseado reformas, no quieren que el
dolo á la regencia. Los progresistas de la trono sirva de bandera á la injusticia, ni que
coalicion dijeron para sí: «nosotros somos el se cobijen á la sombra de él pasiones é in-
pedestal del coloso; retirémonos, y el coloso tereses que nada tienen que ver ni con la
caerá y se hará pedazos.» Pero no advir- cuestión dinástica, ni con el esplendor de la
tieron que esos pedazos los aplastarían corona, ni con la felicidad de la nacion.
á ellos. Así, las observaciones que hagamos se re-


A fuerza de imprudencias han logrado los fieren mas bien á una pequeñísima fraecion
prohombres progresistas, no solo bundir á del partido que no al partidomismo.
su partido, sino ponerle en una situacion El carácter de ese partido ha sido el tener
sumamente crítica con respecto al trono: no un pensamiento revolucionario, combinado
diremosque le hayan hecho enemigo de la con la timidez: deseo de lograr un fin, pero
dinastía reinante , pero sí que le han colo- falta de audacia para emplear los medios. El
cado en cierta actitud que la fuerza de los se encargó de abrir las puertas á la revo-
acontecimientos pudiera convertir en abier- lucion, y él se encarga de legalizada. No
ta hostilldad. Si volviesen los progresistas al mató á los frailes, ni incendió los conven-
poder, ¿qué fraccion gobernaria ? ¿Los lJa- tos, pero dejó incendiar y matar, y no se
mudos ayacuchos? Entonces Espartero era ha encontrado mal con que otros le desem-
regente , ó protector, ó presidente nato del barazasen de conventos v de frailes. Node-
consejo de ministros, que tanto importa lo cretó la supresion del diezmo, pero ya que
uno como lo otro. Andarían los años , Do- otros lo hicieron, ha acogido con placer la
ña Isabel Il iria adelantando en edad, po- supresion, y la defenderia con ardor si ne-
dría contraer matrimonio, podria querer cesarlo fuese. No despojó á la Iglesia de sus
mandar por sí misma con un mando cíccu- bienes, pero supuesto que otros la despoja-
vo, y entonces ¿ qué le quedaba á Esparte- ron él ha acelerado la venta cuanto le ha
1'0'( Habiendo de optar por el ostracismoó el sidoposible, ha aceptado el hecho que lla-
mando supremo, pocos se hallarán que op- ma consumado, pero en cuya consumacion
ten por el ostracismo. Si se apoderasen del no le ha cabido escasa parte; y si bien ha
gobierno los hombresde la coalicion, Olóza- suspendido la venta de lo poco que quedaba
ga era el ministro indicado, ó cuando menos ['1 por no poder resistir mas á. la fuerza de la
el personaje inlluyente de la época; y des- opinion públicay á sus recientes compro-
pues de las famosas denegaciones, los nom-I' miso.s, no ha sidopara una restitucion, sino
bres de Olózaga y de la Reina, ¿no dicen I conservando la prenda para legalizar por
mas que todos los discursos? A estos nom- medio de ella toda la obra revolucionaria.
hres sí que podria esplicárseles el famoso di- Injustos han sido los progresistas cuando en
cho de Mirabeau. este punto han llamado reaccionarios á los


.Se nos observará que si se reconciliaran hombres de la situacion, siendo tan fácil de
los dos bandos, no habria necesidad del pre- ver que esa apariencia de reacción no era
dominio escJusivo ni de los esparteristas ni toda contra la revolucion, sino en algun mo-
de los coalicionistas: enhorabuena, pero do en' favor de la revolucion; no para des-
tanto peor para el partido. Con el predomi- truir sus hechos, sino para consolidarlos,
nio de uno hahia una incompatibilidad; con poniéndoles un sello inviolable. .
la fusion resultarian dos. Antes veíamos á El talento de esplotacion lo h~ tenido ese
Espartero y el trono, ó á Olózaga y la Rei- partido de una manera cstraordinaria , por-




- 408 -
que es escelente esplotador quien sabe con-
ducirse de tal manera que alcance mucho y
á .poca costa. Asi es que mientras los pro-
gresistas se han indispuesto con el trono y
comprometido las ventajas que á la revolu-
cion resultan de aliarse con la corona para
servirse de ella como instrumento, los mo-
derados han seguido una conducta diame-
metralmente opuesta. Ahora mismo estan
esplotando la cucstion dinástica con una ha-
bilidad singular. A los monárquicos los re-
chazan por sus hechos antidinásticos, á los
progresistas por sus intenciones antidinásti-
cas; á los antiguos moderados que no per-
tenecen ala situacion tampoco los quieren
por sus tendencias antidinásticas. A los pri-
meros les dicen: «vosotros no cabeis aqui,
pues nos traeríais á D. Carlos.: A los se-
gundos: «vosotros tampoco, porque apoya-
ríais á Espartero para una usurpación: l) y
a los últimos: «vosotros.tampoco, porque
inocentemente sin duda os vais á Bourges,
Os habeis colocado en una pendiente en cu-
yo fondo está D. Carlos.»
• Esto es lo que se llama beneficiar un ne-
gocio : bien se conoce que andan en la tarea
hombres acostumbrados á hacer muy pro-
ductivo un pequeño capital haciéndole ga-
nar un! 00 por 1100. No era fácil creer que
á la cuestion dinástica se le pudiesen dar
tantas vueltas, todas favorables á la situa-
cion , todas mortíferas para lo que' no está
en la situacion.


Esto en lo dinástico; no es menor su ha-
bilidad en lo político. Orden y libertad son'
dos palabras que les sirven admirablemente,
espada de dos tilos con que hieren á cuantos
se les acercan. Adelantan los progresistas,
atrás á nombre del órden; vienen los mo-
nárquicos atrás, á nombre de la libertad,
Por manera que la situacion podría compa·
rarse á un edificio de dos puertas, en [a una
está de centinela el órden, en la otra la Ii-
hertad ; los progresistas van á la puerta del
orden y oyen el terrible atrás, los monár-
quicos van á,la puerta de la libertad atrás,
tambien; y si los progresistas reclaman que
se les confie al menos la puerta de la liber-
tad y los monárquicos la del órden , se les
contesta á los últimos: «vosotros con las
exageraciones monárquicas comprometeríais
el órden;» y á los primeros: «vosotros con
el entusiasmopatriótico pondríais en peligro
la libertad. Nosotros somos los únicos bue-
nos guardianes de lo uno y de lo otro:


I ¿pues qué, no es bastante que os dejemos
tranquilos por estas inmediaciones, y que
por la parte de afuera asistais al brillante
espectáculo de nuestro triunfo 1)


Comparados estos partidos, lo por cuál op-
taríamos encaso de eleccion? Desde luego
supondránlos parlamentarios-que, llevados
por elespíritu de hacerles la guerra, diremos
que ellosson peores que losprogresistas,que
estos son francos , y que es mejor tratarcon
enemigos descubiertos que con embozados;
pero se engañan, nosotros no conocemos
esa oposicion ciega que no ve los.hechos
mas patentes, que no palpa lo que tiene en
sus manos. Aun con nuestros adversarios
deseamos ser justos. Desde luego conve-
nimos en que los progresistas son mas
francos; pero esa franqueza es algo ruda,
descarga golpes á diestro y siniestro, y la
franqueza de dar golpes no nos gusta, lo
confesamos tambien francamente. El señor
J.lfayans no ha hecho todo lo que podia ha-
cer, pero aun asi y todo, en caso de haber
de optar entre él y Alonso y Becerra, ¿qué
católico sería tan ciego que optase por es-
tos dos últimos? El Sr. frIan en el famoso
proyecto sobre la dotacion de culto y clero,
casi casi se ha elevado á la altura de flfen-
dizabat; mas ni por_ ello optaríamos por es-
te último, quien sin duda no hahria suspen-
dido la venta, y habría llevado á término
con toda rapidez la. obra de la revolucion.
A.lgunos dicen: «ó todo ó nada .. parecenos
mas prudente otra regla: «sino todo, algo.»
El Sr. ministro de Estado no ha emprendi-
do el mejor sendero para llevarÚ cabo una
reconciliacion con la Santa Sede; nero al
menos se ocupa de esto, habla con'mucho
respeto de la cabeza de la Iglesia, lo que
si no es bastante, siempre es muy diferente
de publicar manifiestos en qne se insulte
groseramente al Papa, como se hizo en
tiempo de Espartero. El ministerio de la
Guerra y sus dependencias no siempre se
atienen á las estrictas prescripciones consti-
tucionales; sin embargo, aunque el mando
de los militares sea algo Guro, es preferible
á las continuasasonadas, en que se desaho-
gaban con frecuencia la milicia nacional y
los ayuntamientos de la época-


Como en este modo de ver las' cosas
creemos tener numerosos compañeros ,po-
demos inferir que la alianza de los monár-
quicos y progresistas, que en ciertas crisis
han dado por hecha los periódicos de la si-




. ';i¡j


MaJrid u de enero .dc '18'4-5-..


Si á la muerte de Fernando VIlla Provi-
dencia hubiese querido que el hijo y.here-
dero del Rey fuese un príncipe de25 años v
no unaniñadetres, hubiéraseevitado la';';'uei.
ra civil, nohabríamos sufridolascalamidades
de una minoría, y lenta, justa y ordena-
damente se habrían introducido las refor-
mas que reclamaban de consuno el estado
de nuestra sociedad y el espíritu de la épo-
ca. En tal caso, lejos de haber necesidad de
que se organizasen partidos, hubiera sido
hasta criminal la idea de hacerlos nacer; v
sometida la España al imperio vigoroso y
blando delcetro del monarca,habria camina-
do por.la ~enda del bien, sin esas convulsio-
Bes ~-catástrofe~. en que se 'halla envuelta
.tan a menudo, SlO verse precisada a ningu-
no de esosesfuerzos qlle tancaro le cuestan,
y tan pocas ventajas le producen. Desgra-
ciadamente no ha sucedidoasí: tuvini.os una
larga minoría, tuvimos una guerra de suée-
sion, tuvimos una revolucion ; y esa revolu-
cion, y esa guerra de sucesion , y, esa mino-
ría), han acarreado resultados trascendenta-
les, que esperimentamos todavía y que es-
perimentaremos por largo tiempo, muy lar-
go. La revolucion no campeaen las calles y
plazas, pero sí en las instituciones, en las
leyes, en los hombres; la guerra de sucesion
ha terminado, pero aun se siente en las en-
trañas de la sociedad aquel malestar que
,siempredimana de tantas opiniones contra-
riadas ,de tantos sentimientos heridosl~e
.tantos intereses vulnerados', detantas,espe-
ranzas fallidas, y de esa línea divisoria,e~tre
vencedores y vencidos, ó entre ~ominado­
res y dominados; línea divisorlllque. en ca-
sos semejantes, si no se borra CO.I;I u"ua, alian-
za, solo desaparece cuando ha descendido al
sepulcro toda la generacion que,~a)mnado
parte en los acontecnmentos. LaminOri&¡ legal
ha tocado á su fin, pero es. necesarioesperar
la lenta, la lentísima marcha, del tiempo, pa-


, I ra que la augusta Isabel adquiera aquel co-
nocimiento de las cosasr de los hombres
que solo resulta de esperiencia muy dilata-
da.Lenta, lentísima llamamos á esa marcha
deltiempo, porque el tiempo, que vuela pa-
ra los diehosos.éearrastraconla pesadezdel
plomo sobre la cabeza de Jos .desventúrados.


50


-,409-
tuacion , y aun ahora tratan-de resucitar, U NACION Y LOS.·GOBlERNOS.
bien que con algunas Unritaci<>nes,:es.un
absurdoque nocabe en cabezas-bien erga-
nizadas, y una inmoralidad' de queno se
haría culpable ningún hombre.honrado.
¿Cómo .se forma la alianza ? ¿.Cediendo los
progresistas de sus principios,cI.mviniendo
en el casamiento de la Reina con el hijo de
~. Carlosj-Entoncesdejaríande ser progre-
sistas; y a Juzgar por sus órganos; no están
dispuestos á tanto sacrificio. ¿Se haria con I
la ideade acarrear un trastorno ,atrayendo
por algun tiempo sobre el paísel mando de
la revolucíon, para que á la mas espantosa
anarquía pudiese seguir una restauracion
completa? La religion enseña que no se ha
de hacer el mal para obtener el bien; la re·
ligion condena ia funesta máxima de que el .
fin legitima los medios; y por último la' es-
periencia ha demostrado, q,ue despaesde
repetirse los males una V otra vez, :nlfha
venido el bien. ¿Quiénprovoca un malcier-
to por :una esperanza tan incierta? .'
~bflg~mos la profunda conviccion de que


la srtuacíon presente es muv transitoria co-
mosumamente falsa; es mi' edificio lev~nta­
~o sobre a~ena , que si no cae por el empu-
je de los v~entos, se hundirá por su propio
peso; y asi creemos tambien que los.parti-
dos que cuenten con elementos de vida y
de fuerza deben prepararse para los mo-
mentos.eríticos ,,cuyo plazonadiepuede de-
termmar, pero' cuya venida nadie puede
desconocer. Mas esta preparacion na ha de
hacerse con alianzas inmorales con coali-c!~nes mentidas, en que enemigos irrecon-
Clhables se abracen para hacer la guerra á
su ?omun adversario, y despedazarse luego
rectprocamente en el mismo término de la
victoria. No, no es este el camino: no, no
es. este el cámino señalado por la moral,
por la prudencia, por la politica. ¿ Cuál es
pues? Mas de una vez lo hemos dicho' sin
embargo, en obsequio de la importanci~ del
resultado esplanaremos mas nuestras ideas
en otro artículo.




- !.fO-
Pero en la carrera de la vidalas naciones en privar; noen ser valido, sino en valer,


como los individuos han de resignarse á los aquella ambicion que no limita sn vistaáun
designios de la Providencia, que dispone de salon de cortesanos y torpes aduladores, si-
la suerte de los imperios: es preciso tomar no que se considera en espectáculo á los
los hechos, no como se quisieran, sino como ojos de la nacion, de la Europa, del mundo,
son. Es necedadel mecerse en vanas espe- de la posteridad; aquella ambicion que al
ramas, es temeridadquerer estrellarse con- pensar, al hablar, al ejecutar,no atiende al
tra la fuerza de las cosas, es cobardía el juiciode una bandería ó de una camarilla,
abatirse en presencia del infortunio, y pos- I sino al bien del pais ; que no. se pregunta
trarse y llorar. La España se salvará si ella I qué diran tal ó cual individuo, tal ó cual
propia se salva; si no, no: la España reco- magnate, tal ó cual intrigante, tal ó cual
brará su aplomo si ella trabaja por recobrar- privado, sino qué dirá la nacion, la Europa,
le; si no, no: la España tendrá gobierno si el mundo, la posteridad. Que en las .gran-
ella emplea sus medios para que se funde,y des crisis de los pueblos, en esos momentos
se afirme, y se arraigue; si no, no: la Es- solemnes en que la sociedad se trasforma, y
paña verácesar ese sisteJ!la gue ya lleva'al- saliendo de un caos espantoso demanda un
gunos años de gobernar intrigando, y per- nuevo elemento para recobrar sus fuerzas,
turbando, y esplotando , si ella procura efi- para vivir, indignos serán de acaudillarla
cazmente que cese; si no, no: Y lo repetí- quienes piensenen otra cosaque en el gran-
mos, si no, no; si la España no piensaen sí de objeto en que se envuelve la suerte de
misma, si no recuerda lo pasado, si no atien- millones de sus semejantes; quien busque
de á lo presente, si no mira al porvenir, si el incienso de la adulacionen vez de laglo-
descuidada como la buena fé, y floja como el ria ; quien prefieralos melosos acentos de la
cansancio, deja que unos pocos lo digan y lo lisonja al atronador estrépito de los aplausos
hagan todo á nombre de ella, aunque sea de los pueblos.
contra ella, entonces ni tendrá gobierno, ni Nos estraviamos quizá de nuestro objeto,
paz, ni sosiego, ni esperanzade prosperidad, pero nada nos importa; ¿hay acaso estravío
y será victima de turbulentas pandillas, de mas disculpable que el nacido de una indig-
camarillas miserables, de intrigas estrange- nacion justa? Y con justicia se indigna el
ras; será la befa y el escarnio de las demas que siente correr en sus venas sangre espa-
naciones; se la verá apenas en una estremi- ñola, al pensar en elinfortunio, enelinmen-
dad de Europa, como aquellas plantasmus- so infortunio de esta nacion, grande en sí
tias y descoloridas que vegetan en una roca misma,y achicada, y abatida, y perdidapor
junto á un lozano jardin. . . los que la han gobernado. Yes lo peor, que


¡Ah! No es el puebloespañol quien se fal- el infortunio no es de ayer: - está ennuestra
ta tí sí mismo; no es ese pueblo, siempredó- época, pero está tambien ennuestrahistoria.
cil para obedecer, siempre resignado -para La nacion de los Reyes Católicos, de Cár-
sufrir, siempre altivo cuando se trata de su los V, de Felipe II, pasa por las manos de
dignídad é independencia, siempre her6ico Felipe III y Felipe IV, Yva á parar al des-
cuando se le piden sus intereses, y su san- mayado cetro de Cárlos n.Se enciende la
gre,y su vida para ofrecerlo en holocausto guerra de sucesión, todavia hay brio en 'el
en las aras de la patria. Loque le faltan son pueblo español: la diademahacesado de hri-
hombres que le comprendan, que le guien, llar, todo se ha estinguido alrededor del
que tengan ambicion grande: aquellaambi- débil monarca , como en una noche dilatada
cion que no se cuidani de honores, ni de se apagan las antorchas que alumbran un
condecoraciones, ni de carrozas, ni de pala- féretro: pero la nacion vive aun, y se agita,
cios, ni de festines; aquella ambicion que se y se levanta, y pelea, y con la subidaal tro-
abriga en los ~echos generosos, en lasc~~e-_ no de una nueva dinastía espera que se la
zas donde OSCIla el gemo; aquella ambicien conduzca por el camino de la prosperidad y
que no se alimenta de un retazo de cinta, ni de la gloria. El siglose adelanta; la nacion
de una placa, ni de tantas vanidades pueri- va recobrando su vida; si no le han cabido
lesCOn que los hombres vulgares satisfacen en suerte grandes reyes, al menos los tiene
sii pequeño amor propio; aquella ambician menos descuidados, mas activos, mas ansi0-
que se complace en mandar, no en la osten- sos deimpulsarla en Felipe V,FernandoVIy
tacion del mando, en influir eficazmente no, I Cárlos 1lI; pero bien pronto había de espiar




-.\-11 -
esos días de esperanza bajo el reiaadode l' tccimicutos tristes, esoshábitosfunestos, de-
Cárlos IV. Tendamos un velo sobre aquel jan huella profunda que no se borra sino
infausto período; cubramos su oprobio yver- conmucho trabajo, coninvencible constancia,
güenza; vergüenza y oprobio que no caían condilatado tiempo. Y asi es que hemos vis-
sobre la nacion española', y que arrojaha.á lo entre nosotros una revolucion bastarda,
los pueblos á un acto de desesperaeion en' raquítica, mezquina, que ha hecho el mal
los sucesos de Aranjuez. mintiendo á sus principios, que ha socavado


Las huestes del vencedor de Europa es- el, trono fingiéndose monárquica, que ha
tan en la capital del reino, se hallanapode-, abiertoprofundas llagasá la religionprocla-
radas de nuestras fortalezas, y nos atacan mándose religiosa, que ha chupado la san-
villanamente por la espalda, mientras borra- gre de los pueblos apellidándose humanita-
mosla afrentadel trono derribando á un mi- ria, que ha oprimido á nombre de la liber-
serableque consu presenciaultraja el régio tad, y ha improvisado inmensas fortunas en
alcázar; el leon se vuelve con la velocidad nombre de la igualdad; y á esa revolucion la
del relámpago, se encara con el coloso, lu- hemos vistocon todos los males de su espe-
cha, y cae una y otra vez bañado en su san- cie, y con todos los vicios que ella exagera-
gre, y se alza de nuevo, y combate, y ven- ba y condenaba en el antiguo régimen. Si
te. ¿Con qué resultado? ¡Ah! Para ser trata- antes habiadespotismo ministerial, despotis-
dos con desden en el Congreso desobera- moministerial ha habido en la últimaépoca,
nos sobre cuyas cabezasbabiamossestenido y-llevado al mas alto punto; si antes habia
una corona vacilante, y. á cuyas capitales despotismo militar, despotismo. militar ha
habian dado humillantes lecciones Gerona-y habido; si .antes habia dilapidacion, dilapi-
Zaragoza. ¿Con qué resultado? Para dividir- dacion ha habidoen un grado espantoso; si
nos los liberales con sus doctrinas disolven- antes había intrigas, intrigas ha habido; si
tes, y perdernos el Rey con supocaprevision anteshabia camarillas,camarillas ha habido;
y sus imprudencias. ¿Conqué resultado?Pa- si antes hahia privanzas, privanzas hahabi-
ra tener seisañosdeun gobierno moribundo, do; si.... pero salgamos corriendo de ese ter-
tres años de canciones patrióticas, peroratas, reno quC' abrasa t- de esa atmósfera que
asonadas, guerra civil, y una restauracion ahoga.
que,cuando se amansaba y era ya un verda- Todos los males antiguos con la añadidu-
dero gobierno, nos lega una minoría, una na de los nuevos: el desorden revoluciona-
guerra de sücesion, ySuinfalible conseeuen- rio, el despotismo gubernativo, el desden de
cia, larevolucion, ...Seenciende la guerraci- IDs nuevos aristócratas, el espíritu de pan-
vil;de unoy otroladopeleancomo españoles, dillage, de intriga, de oscuridad , de mise-
es decir, como héroes; sangre, ruiaas.incen- rias, hé aqui lo que hemos. presenciado en
dio, desolación; ¿y con qué resultado?' Para estos años; peronada de verdadero gobier-
entronizar á Espartero. El prestigioso gi- no, nada;' de administracion vigorosa y tem-
gante es un pigmeo á los ojos de la nación, piada, siempre deun eseesoáotro, deuna
y un pigmeo descomedido: otro esfuerzo; la energíadespótica á una'vergonzosa flojedad.
nacion se levanta,el gigante llega hasta,Al~ Hay en España muchos elementos d'e vi-
bacete, y allíqueda sobrecogido de estupor; da; hay impulso, hay rnovimientó, hayfuer-
y se dirige á las Andalucias, al pasar arroja tes tendencias hácia el progreso· intelectual
bombas á Sevilla y huye. Y entretanto¿.qué y material; pero este se halla, no en las re-
sucede? Lanacion lleva en brazos hasta las giones. del poder sino en la sociedad: de esta
puertas de Madrid á 108 generales emigra- nace el bien:, de aquellas el entorpecimien-
dos, entran en el régiealeázar yse apode- to, cuandono el mak Y por eso, porque es-
ran del gobierno; ¿con qué Tcsultado?¿No \ tamos profundamente convencidos de esta
se. prometían mas los pueblos que presenciar verdad; porqueestamosprofundamente con-
festines y escuchar discursos parlamenta- vencidos de lastristes condiciones á que es-
ríos? . tásu,jetoelpodcr;porque tememos quesiese


Doloroso es este euadro; es preciso tra~ poder.se quedase enteramente solo, abando-
zarlo á g~andes rasgos y apartar luego: la nadoá sí mismo, seria capaz de acarreamos
vista de el, porque desgarra e}' eorazon,! males mayores que los que ahora sufrimos,
lodesgarracruelmente, no tantocon recuer- y de reproducir los inconvenientes del des-
dos como con presagios. Porque; esos acon- potismo ministerial de fines del último siglo.




- 4.12-
Yprincipios del presente, poresohemos de- I ver al.menarca víctima de un engaño,suple-
seado, no que desapareciera enteramente la sendejaral tiempo.el-remedio del mal, y
institucion de Jas:'Córtes, sino que se reíor- volver á decir lo mismo.casndo se presenta-
mase, haciéndolo de manera que sindismi-' se la oportunidad, retirándose al hogar do-
nuirla fuerza de la autoridad Real la tem- mestice conla frenteserenay la conciencia
plase con la concurrencia de las lucesv del tranquila. .
apoyo de lo masselecto del país, No hemos y esto se conseguiria en España.. el día
querido Córtes ni perturbadoras ni esclavas que la nacion estuviese representada en las
de los ministros, porque loprimero traecon- Cortes con verdad: y entonces habría espe-
sigo la anarquía, y lo segundo falsea la ins- rauza de que seremediasen- esos vicios del
titucion; pues que en vezde templar fortale- gobierno tan difíciles de curar por lo invete-
ce el despotismo ministerial, rodeándole de rados; entonceshahria.esperanza quesubiese
una apariencia de representacion , y acos- hasta las regiones del poder esa abundante
tumbra á la corrupcion y á la villanía. y fecunda sávia que existe en la sociedad


En los ocho artículos sobre reforma de la española; y le vivificase, y le robusteciese,
Constitucionespusimos nuestras ideaspolíti- y le comunicase el espíritu nacional de que
cas sobre este.punto, . indicando cuál. era la tanto necesita; entonces habríaesperanza de
forma que en nuestro concepto debia tener que losnegocios del Estado se tratasen con
enEspaña la institución de las Cortes. Sea elevaciony dignidad, y no como de mucho
lo que fuere 'del acierto en aplicacion, nues- tiempo se ha hecho, cual si la nacion fuera
tra idea era encontrarun medio para reunir el patrimonio de pocas personas, y á veces
en un fococomun la inteligencia, la rnorali- tan.oscuras, tan insignificantes, tan incapa-
dad, la riqueza del pais, y hacerlas influir ces de entender en materias de gobierno,
porintervalos, y de una manera suave yefi~ quena se hubieran atrevido á mostrarse en
caz, en la esfera del gobierno. Para 'mejor público como influyentes,· temerosas de in-
lograr este objeto deseábamos que el monar- dignar la altivez castellana.
ca nada tuvieseque temer de lasCórtesen Pero nada de esto se conseguirá si los
sentido anárquico, pues asi notrabajaria por hombres independientes por, su carácter y
destruirlas, y se complacería en llamarlas á por su posicionno procuran tomar enlosne-
su lado; deseábamos que las Córtes se com- gocios públicos la parteque lescorresponde;
pusieran de elementos del todo independien- si.unosserecatan .por descuido, otrospor
tes, para que cuando fuese necesario se ha- exagerados temores.¿Pues qué?¿Esconce-
llasen en ellas hombres de carácter bastan- bibleel. descuido cuando se trata de todos
te firmoe para hacer llegar á losOid.os del.so- 110.s principios, d.e todos los intereses que
berano las :quejas de lospueblos., no solo existen en el seno de la sociedad? ¿ Temo-
contra autoridades subalternas' sino contra I res? ¿Y de qué? ¿No hay medios legales? Y
losmismos ministros'; deseábamos una res- habiendo estos y no empleando otros ¿qué
ponsabilidad ministerial algomasefectiva de se had-e temer?=Pero será ,dable que las
la que se logra conlas constituciones de mo- leyes sean atropclladas.=Cierto;¿pero sa-
da; deseábamos que cuando la opinion públi- beis cuándo? Cuando procuren influir los
ca acusase á un ministro, cuando la con- menos y callen y se oscurezcan los mas;
ciencia pública estuviera escandalizada. se cuando no haya suticienteentereza parama-
encontrasen hombres que se atreviesen á nifestar lisa y llanamente las convicciones
decir al monarca : «Señor, teneis á vuestro propias, todas, enteramente todas, sinocul-
lado un ministro que abusa de vuestra con- I tar ninguna, pero nosucederá si en lapren-
fianza; que dilapida los caudales públicos; Isa, si en la tribuna, si en los círculos poli-
que se ha enriquecido rápidamente con el II ticos, sien unas elecciones generales hay
sudor y las lágrimas de vuestros pueblos; resolucion,hayarrojoparadecir: «cstopensa-
que rodeado de villanos satélitesreparte en- mos, esto queremos, esto sostenemos, porel
tre elloslas condecoraciones, los empleos, triunfo deestotrahajamos.. Yno como quiera,
eloro , como elbotin de unavictoria.» Ilom- sino abrazando todas las grandes cuestiones
bNS que tuviesen valor para sostenersu pa- pendientes en el país, y dirigiendo con res-
labra, para hacer frente á la cólera del acu- pecto á ellas la opinion pública, rectificando
sado, para arrostrar con dignidad y calma el I los errores, templando las exageraciones,
mismo .desagrado del ReJ' ;'hombres que al ! alentando la timidez, y desenvolviendo, y




- itS -
enlazando, y uniformando tantos elementos
de órden, de gobierno, de porvenir como se
hallan desparramados en esta sociedad des-
veuturada,que solo está esperando una voz
poderosa que la llamepara: emprender con
aliento y brio el caminode la prosperidad.
~.~"!oE03<l"~~~


EXAMEN
DE LA


DE LA


REINA DOÑA ISABEL 11.
le.Ad~mas, señores 1 . yo creo que' -no-es


hI~t~;i~~ r:~d~e~tio~:~ dl:s9~~e~~~ess3:I~ri'
terJllillal~ pOI'.WI9> batal\Qi:pel'o .les de pre-
tension , señores , no hah solido termiuaraa
nunca hasta que lo," derecñoe 3C oon. {un;. i <
(Udo.))-(El Sr. Marqués de Miraflores, eH. la
selJÍimdddiuH) de enCl'O de ,184~. Diario
de la..esioees, pago 187.)


ARTICULO ~ . O
Maurid 29 de enero de 18~¡;.


Al examinar la gravisima cuestiondel en-o
lace de la Reina, no influyen en nuestro
ánimo miras de partido> ni interés por nin-
guna familia, ni afecto á ninguna persona;
el negocio' es demasiado grave, demasiado
trascendental, para que un hombre de in-
tencion recta y descoso de la felicidad de su
patriano procure apartar de su mentecuan-
to pudiera desviarledelobjetoprincipal; me-
jor diremos único, que debe tener presente
en esta cuestion: un porvenir de paz y
prosperidad para la nacion esraiiola. Y el
prescindir de todo linaje de consideraciones,
Ó torcidas ,óinconducentes ,ó secundarias,
será.tanto mas fácil al autor de estos artí-
culos cuanto que no le ligan con niagun
partido, con ninguna familia, con ninguna
personacompromisos de ningnna clase. 'Du-
rante la guerra civil no salió de la oscuri-
dad de la vida privada', entregado á ocupa-
ciones inofensivas; y si bien desde 1840 en
que comenzó á defenderlas doctrinas. y sis-
temas quecree conformes ála verdady-con-
venientes á la dichade su patria no ha cesa-
do de escribirmanifestando srlopinion-sobre
lospuntos masimportantesasireligiososcomo
políticos , .abrigala conviccion de haber des-
empeñado su tarea sin mostrarse ciego par-
tidario de ninguno de los bandos que han


destrozado con'sus discoooias á esta nación
infortunada. En todos' sus escrííes :hasidC\
consecuente; y no te·sería·difktilpr0bár que
loque escribe hoy noes mas. que la conti-
nuaciony el desarrollode lo-que .e¡;tribióy~
en ~ 840; pero laconsecueaeia. so esla ter-
quedad, ni la conviccion el fanatisJhQ~f:l ;¡:,


No habrán: sido inopestunos estos recllclI.....
dos al entrar en una cuestion que-tan fllerte
y vivamente preocupa-los, áutInos.lln,tliféh
rentes sentidos; y ciertamente nosm razon,
pues que su gravedad es tanta., sus.resul-
tados inmensos ; seguros y estables si: son.
buenos, irremediahles si son mll\Qs;, Becla-
mamospues la átencióá,latoleraneia; la
indulgencia de todos los hombres ,pensado"
res y honrados; les.rogamqsque: se despo-
jen de toda prevenoion faverable.ó eon'raria
á .esta ó 'aquella resolucion.; que.depengan


. suspreocupaoinnes-Jque.tambíen las tienen
muchas veces en: abundancia- las. :dábezas
pensadoras; que hagan.~~ ·¡;aetificio r;deLsus
resentimientos, que tambien:sélalbetgaD: eu
los corazones honrados. No, hay. esfuerzo
que no se deba hacer, no haY'sacrilici()¡qlle
no se deba arrostrar ouando.seiateresa, en
ello el porvenir de siglosde.tantos ·milhmes
de hombres; y mas todavía :'0Üa-OOO -estos
hombres son nuestros eompatricios, aliando
el pais que ha de salir .favorecidoó dañado
es nuestra patria, esa patriaen que .viínosla
luzprimera,yque guardará uuestrasecnízas.


j Nuestrascenizas}. .... 1!A.h !¡¿¡Quién',so1-
be.si las guardará? ¡Tantos, espanolespse
han encontrado privados. deeslXlúltimo con·
suelo.1... ;. i¡Yace,n en tierr9d~sttangéralas
cenizasde tantospf0sél1itoHícthIlas de.aues-
tras lamentables diseordias'!.. .'J ,Si, M'prOffit-
ramos contodo esfuerzo ¡cerrar~,m[lllaa'ial
infausto', ¿ quién puede,-lisonjearse.de-que
no será arrebatado por :algunR·d.e!:~sas't.em­
pestades q'uehan llevade.eaconíuse t1tlr~­
Jlino desde el-cetro deLrtl(ffl,armr hastBíla·ylt-
radel úkimoempleadc., ;que·baJl.';¡u~ad9'.á
paises estraños 'desde -las.familias j mas,rhur
mildes.hastalas generlÍci9neiS..~e prnñtipes?
Proscritos han; estado IOB ,hombreS';mas dis-
tinguidosqueñguran 'aolulahnente· en la es-
cena militar·y política t )1:.algunosde , ellos
condenados átnuerte;'proscritosestan los
hombres masseñaleüos .eh tiempo deEspar-
tero; proscrito está: Espartero'; proscrito
D.Carlos,proscrita ha 'estadola reina,Cris-
tina::¿Cuándú pondremos jiR:~'ll\Sainiau8­
ta cadena? Y si noprocuríunos:tel1mmal'-




-414-
la, ¿quiénes serán los nuevos proscritos? dad en España. En efecto: si tuviéramos
¿.euálel personaje que arrastrará á otrosen ahora un gobierno absoluto, sometido 'á
sliruinaflHayseguridad.... ¿No la tuvie- ciertas reglas fijas de política 'interior y es-
roo otros? Hay abundancia de medios.... terior, fuera mucho mas fácil que el enlace
¿No -latnvieron.otros? Hay resolucion..... de la Reina no las .alterase ,y que la na...
¿No latsvíeron otros? Hay organizacion de cion y su gobierno prosiguiesen en su mar.
un partido..... ¿ No la tuvieron otros? Ele- cha con paso tranquilo. Pero cuando las pa-
vémonos sobre la atmósfera de las pasiones, siones están removidas y exaltadas, por
de los intereses pasageros; olvidémonos del efecto de esa misma publicidad que cada
dia de hoy para pensar en el de mañana; 110 dia las remueve y exalta de nuevo, enton-
nos hagamosilusiones sobre lo presente; no ces un casamiento desacertado puede pro-
nos-lisonjeemos demasiado sobre el porve- ducir choques mas vivos, variacinnesrde
venir, que para conjeturar la diferencia que rumbo mas repentinas, y acarrear resulta-
puede ir, queirá , del dia de mañana al de dos de mayor trascendencia. La observa-
hoy, nos basta considerar lo que· va del de cion del Sr. ministro de Estado seria admi-
hoy ahkaytlr. sible si se tratase de un país como la Ingla-


ES0 porvenir pende delenlace de la Bei- terra, donde se verifica que el rey reina y
na : nada de lo que se ha hecho, nadade lo no gobierna; donde hay un pensamiento de
qaeisehaee, nada de lo que se hará, re- gobierno fijo, constante, independiente de
cibira un sello indeleble que garantice su la voluntad de los monarcas , y en cierto
estabífidad y duracion, hasta que sepamos modo hasta de los mismos ministros. Pero
cuál hade' ser el príncipe que obtenga la en España l, qué arraigo tiene el gobierno
manode Isabel n. representativo? ¿Dónde está ese pensamien-


Esta es la clave de todo edificio que se to político superior á los partidos y á los re-
levante: porque es necesario no compren- yes? ¿Quién lo tiene? ¿Dónde está una
del' la situacion de España para hacerse la aristocracia semejante á la inglesa? ¿Dende
ilusionde que el enlace de S. M. podrá ser la riqueza y la instruccion de las clases me-
un acoatecimicntocomun., que se encajone días? ¿En cuál, de las regiones del poder,
en el cauce de los sucesos ordinarios de tal loshábitos de órdeu , de buen gobierno, de
modo, que ni temple ni acelere el ímpetu administracion templada y firme?
de ellos, ni tuerza ó modifique su corriente. La verdad de lo que estamos diciendo se


Tales la situacion de España 1 talla de puede confirmar con un ejemplo muy sen-
Europa ,tales'las condiciones á que está cilio, parangonando dos paises distintos de
sujeto en la actualidad el tronoocupado por España, y de los cuales el uno vive bajo el
una Reina huérfana.y niña, que es im- gobierno absoluto y el otro bajo el repre-
posihle " de todo punto imposible, que el sentativo: Austriay Francia. Si suponemos
enlacede S.M. no influyapoderosamente en que los tronos de estas dos naciones esten
nuestra políticainterior, y en nuestra posi- ocurados por una niñade pocos años, l,en
cionconrespectoá las potenciasestrangeras. cuá de los dos tendrá mas importancia el


Pensar que el matrimonio de la Reina de matrimonio de la Reina? ¿En cuál de las
España ha de asemejarse al de la Beina de dos naciones habrá mas probabilidad de
'Inglaterra , esto es, que no ha de influir en que el enlace de la soberana acarree modi-
bien ni en mal en los destinos de la nacion, hcaciones? No dudamos que en Francia; y
es-una aberracion tan torpe que por fortuna es bien cierto que en tal caso los partidos
padecerán muy pocos. En la discusion que lucharían desesperadamente para obtener
ha tenido, lugar en los cuerpos colegislado- cada cual el candidato que mas le convinie-
res sobre el artículo de la reforma constitu- se. La nacion entera se pondría en especta-
eional relativo al matrimonio del rey, todos tiva, en movimiento, cuando en Austria el


-los. oradores han estado conformes en la negocio se discutiria tan solo en los altos
<gravedad y trascendencia de este negocio; consejos, solo jugarian en él las combina":'
y:sibien el Sr. Martinez de la Rosa obser- cionesdiplomáticas, y prohablemente se lle-
vó-que. esta gravedad no era tanta en los varia á cabo sin ninguna mudanza en la
,gobiernos representativos como en los ahso- política interior, y á lo mas conalguna rno-
Iuro.s\:nosotros creemos que esta misma cir- dificacion en el sistema de las relaciones es-
~\JIIStaDCia' ·Ie hace de mucha mayor grave- teriores.




- UIJ-
Véase pues cómo la asercion del Sr. mi- clamaciones de los interesados en rerpetuar


nistro de Estado, muy exacta tratándose de nuestros infortunios. Sise logra e aplaza-
Inglaterra y otros paises que se encuentren miento esperamos que al fin la razon triun....
en circunstancias parecidas, no es aplicable fará de las pasiones, la verdad del error, .la
á la simple diferencia de las formas repre- política nacional de las influencias estrange-
sentativasó absolutas. El ser de masó me- ras, el interés general de los intereses par-
nosimportancia enlaces semejantes no nace ticulares, los designios grandicses.y'de por-
de las formas políticas, sino de la situacion venir, de las miras mezquinas y de. las 'com-
en que se encuentran las naciones: cuando binaciones transitorias,
estas se hallan en su estado normal, enton- Hasta ahora la prensa, con escasasescep-
ces el matrimonio es de menor importancia, ciones, ha manifestado cierto recelo de en-
y aun puede carecer de ella; pero cuando trar de lleno en esta cuestion; su mismo
no disfrutan de este bien, cuando viven agi- grandor imponia respeto; y viendo cada
tadas y revueltas, en transicion, entonces la cual en la resolucion de ella el triunfo ó la
importancia es mucha, seanlas formas abso- ruina de sus esperanzas, ó la realizacion ó
lutas ó representativas; siendo notable que desaparicion de sus temores, parece que se
en tal caso la misma esencia de las repre- deseaba no remover este negocio, pretirien-
sentativas trae consigo muchos mas azares do las angustias de la incertidumbre á dar
que las absolutas, y por consiguiente au- un paso del cual no era posible volver
menta en gran manera la importancia del atrás.
enlace. Pero en esta última temporada las cir-


No lo dudemos, de la resolucion de este cunstancias han variado; los .partidos han
negocio depende en gran parte la suerte del descubierto ó creído descubrir que sieHos
pais, y por lo mismo es necesario que este dormian habia quien velaba; que mientras
se interése en él de una manera particular, ellos no se aprestaban para resolver acerta-
meditándole conel debidodetenimiento, for- damente este negocio, quizás no faltaba
mándose sobre él una opinion juiciosa, y quien iba trabajando para resolverle siD
manifestándola por los medios legales que anuencia de ellos, de su propia cuenta. El
estan en su mano. Emitiremos nuestra opi- efecto de esta sospecha ha sido sorprenden-
nionlisa y llanamente, pero no tratamos M te: la opinion pública se ha manifestado de
imponerla á los demás: comprendemos muy una manera muy viva; y si bien la prensa
bien cuán natural es que haya en este pun- de la situacion se ha mostrado.en general
to muchadiscordancia; que unos reputen fá- poco inquieta, no ha sucedido lo mismo en el
cilio que otros miren imposible, que unos Coagreso, á pesar del triunfo del ministerio
califiquen de provechoso lo que otros consi- en las elecciones; no ha sidolo mismoen ·Ia
deren como funesto. Lejos de desear que se nacion, que se ha sobresaltado con la-sola
sorprenda al público con un enlace repenti- idea de que fuera posible una sorpresa,sim-
no,lejosde pretender que se ahogueóse me- patizando vivamente con los diputadosque
nosprecie la opinien nacional, solo esperamos han dado desde la tribuna la voz de alerta.
de esta misma opinion el triunfo de [a nues- No negaremos la conveniencia de diferir
tra; yen esto damos una pruebainequívoca, por algun tiempo la resolucion detinitiva de
de que si anduviésemos errados al menos este negocio, pero tambien esindudable.que
habremos sido sinceros. Nada de intri- es necesario prepararla; y el mejormodo.de
gas tenebrosas, nada de violencias, nadade obtenerlo es ilustrar sobre ella' la .opinion
amaños indignos: publicidad y mas publici- pública. Es cierto tambiea que ~aRéinade"­
dad, hé aquí loque deseamos en este nego- be quedar en la mas completa libertad en la
cio; publicidad y mas publicidad para evitar eleccionde su esposo,.puesque ni lareli-
una sorpresa: aplacemos la resolucion, pero gionni la moral permiten que en este caso
entretanto meditemos cuál será la mas con- se haga la menor violencia ni á un simple
veniente. particular, cuanto menos á una reina; pero


Sí, meditémosla, examinémosla , aunque tambien es cierto que los príncipes ,por la
sea por largo tiempo; que no es menester misma elevacion de su categoríay por las
poco si se ha de presentar la verdad á los altas consideraciones que han de tener pre-
ojos de' muchos estrañamente preocupados sentes en sus enlaces, disfrutanpor la mis:"
por el inflnjc de las circunstancias, y las dé- ma fuerza de las cosas de mucha menos




- 416-
turas.nadie, absolutamente nadie será bas-
tante atrevido para .eomprometer con'u.u
paso imprudente el porvenir del trono de Isa-
bellI y de los pueblos que:le estan enco-
mendados.


Queno lo olvidela nacion, Su voto en es-
ta materia es de un peso incontrastable;no \
queremos que se empeñe en darle desde
luego, pero sí que muestre su deseo de ser
consultadadela maneraconveniente. Queno
lo olvide la nacion: siempre que ellaha ma-
nifestado su voluntad sobre un punto, nadie
ha sido capaz de contrariaría. Que no 10 ol-
viden los hombres de Estado: si por algun
tiempo la nacionse ha mostrado romo ador-
mecida, si se ha resignado á sufrir, á tole-
rar, manifestando aquellalonganimidad que
distingue á la cordura, durante, este tiempo
se ha conservado un abuso, ha continuado
una ofensa; pero siempre que cansada de
sufrir ha dicho basta, el abuso ha cesado y
la ofensa se ha lavado. •


Se ha dicho que la cuestion del' enlace
de S. M, es cuestion europea; convenimos
en ello, en cuanto se quiera espresar que
afecta intereses europeos, y que por lo mis-
mo las potencias de Europa procurarán in-
fluir en esta resolucion del modo que res-
pectivamente les convengajpercel.primero,
elgrande impulso en uno ú otro sentido no
debe venir de la Europa sino de la España;
que indigna fuera del nombre de nacion si
manifestándose indiferente, aceptase lo que
fe impusieran los estrangeros. No se de~­
precien enhorabuena las combinaciones di-
plomáticas, aprovéchense cual convrene las
influencias que puedan contribuir. al buen
éxito de una maneradecorosa: que no, ata-
que nuestra independencia ni ofenda nues-
tradignidad; pero siendo el negocio emi-
nentemente español, trabajemos en él los
españoles, y sepa la Europa que hay aquí
un pueblo que sabe lo que vale, y que no
se olvida de su porvenir. Sépalo la Europa,
y entonces andarán con mas tiento las po-
tencias que de algunos años á esta parte se


'1' han acostumbrado á mirarnos como 'pupilos
i que no podemos emanciparnos de su tutela.
! y entonces, si hubiere entre nosotros espa-


ñoles bastante degenerados para olvidarse
de lo que deben á su patria Y, hacerla un
dañoirreparable, retrocede,na, la vista de
I~ ?pinion nacional:yorque no se desprecia
livianamente la opllllOn de esta.nacíoa gran-
de Ygenerosa, que venció al oapitan del si-


latitu4,eq su eleeeíon, siendo muycontadas
las.perso..asentée Ias cuales pueden esco-
geni .tamhien.es.cíerto.i.que si, en el peque-
00númerode! estas personas se halla alguna
que.rmereeea.de unamanera particular las
sirspatíes.del. pueblo español, y que traiga
graedesweatajas á la causa del huno y de la
naciOR',es muy probable-que en igualdad
de circunstancias merecerá-tambien la pre-
Iereaoiac.de la augusta Isabel;·tambietl es
cierto', que amante como es S.lLde la fe-
lieidad de sus pueblos, atenderá de una ma-
nera muysolícita á conciliar las afecciones
de su cerazon eonlos intereses de la Espa-
ña; tambíencs'ciertoque en la tierna edad
de la Reina, cuandono es ,posible que abri- I
gue.otros sentimientos, que el vivo anhelo
de.hacer.la 'dichade sus súbditos\ ejercerá
poderose.áscendiente -sobre .su ánimo can-
doroso el consejo de quien, señalándole una
persona en,la que se reunan todas las cir-
ennstancias que cumplen al esposo de la
,ae¡'na:delas Españas., le diga: «Señora, es-
-te es-el eaíace.que convendría á V. M.y á
la:naeiongobernada por vuestro cetro..
".;No es .pues dañoso, no es impropio, no
~S ofensivo al decoro de la magestad el que
fu opinion pública se' manifieste sobre este
negoeio : .la España tiene en él Un interés
-demasiadn. grande para que no tome una
parte Iegítima y: decorosa; tiene en él un
'interés demasiado vital para que pueda fiar
;su:resoluGion. ,al acaso: que fiarle .al acaso
sería el dejarle encomendado esclusivamen-
te¡á·oscunas cembiuaciones quepodrían muy
·bien tener otro objetoquela felicidad de, la
nacion. No, lo que interesa á la España no
puede ser indecoroso, al trono; y á la Espa-
ña le interesa influir con su opinion en la
,resolucion .acertada de tan importante ne-
gocio;
~f'Mstre .Ia-nacion ieste interés de una


man.era decorosa perosignificativa, por me-
,dio de las, Cortes, por medio de la prensa, y
por cuantos conductos legales esten en su
mano', que si asi lo hiciere; nadie, absoluta-
mente nadie se atreverá á disponer de la
suertede España por una miserable intriga;
'nadie, absolutamente nadie será bastante
osado .pára precipitar este suceso ,pospo-
;niendo los. grandes intereses nacionales á
-particulares designios, á intrigas estrange-
ra-s; nadie "absolutarpente nadie será has-
tante,;resueltopara condenarnos á medio
-sigle.de.postracion de desórden y desven-




(1) Vúasc p:íg. 83.


AR.TICULO 2. 0


.lauJ'id ~ de febrero de 1848.


- 447-
tra la España es inútil decirlo: harto lo sa-
ben lospueblos por sus padecimientos; harto
lo sabe el trono por los repetidos ultrajes
que ha recibido y los riesgos que de conti-
nuo corre; harto lo sabe la Europa por los
escándalos y catástrofes que ha presenciado.


¿Se han acabado nuestros males con la
mayoría de la Reina? Ahí estan los acontecí-
mientos desde la solemne declaracion; ahí
está la situaciónactualconsu incertidumbre,
con sus zozobras, sus peligros; ahí estan las
insurrecciones incesantes, ahí losfusilamien-
tos. Todas las cuestiones, todos los proble-
mas estan en pie: la Constitucion del Estado
sujeta á discusiones y mudanzas; lo poco
que resta de las antiguas instituciones so-
ciales amenazado cada dia, y las obras le-
vantadas por la rcvolucion, mal seguras, va-
cilantes, temiendo á cada instante por su
existencia; ni una sola de las grandes po-
tenciasha reconocido de nuevo; ningun re-
sultado se ha visto de las negociaciones con


Mirado el enlace de la Reinacon respecto I la Santa Sede; poco se adelanta en la orga-
á la conveniencia pública, ofrece desde lue- nizacion interior; nada se obtienepara ocu-
go una cuestion de la cual dependen lasde- par mas digno puesto en lo esterior; al-
mas: en el príncipe que obtenga la mano de ternativas de anarquía y de despotismo,
Isabel ¿deberábuscarse alguna importancia aislamiento de la comunion europea; hé aquí
política, ya en sus cualidades personales, ya la España. Si estono es verdad, que se nos
en su procedencia, ó hien se deberáprocurar contradiga. Nosotros para defender lo que
traer alIado del trono á unoque nosea mas hemos dicho hablaremos muy poco: señala-
que simple marido de la Reina'! remos con el dedo los hechos, esos hechos,


Para nosotros esta cuestion se enlaza y unos muy recientes, de ayer, otros presen-
casi se identifica con esta otra: en el estado tes todavia. Y de todas las declamaciones,
actual de España, ¿es el trono bastante 1'0- de todaslas ponderaciones, de todas las va-
busto para que no sea necesario robustecer- nas palabras, de todas las engañosas apa-
le nías? Si el trono es bastante robusto; si rienciaspara alucinar á los incautos, apela-
el poder es bastante fuerte para regir la so- remos al tribunal de la opinion pública; les
ciedad ; si en el alcázar de nuestros reyes diremos á los pueblos: «hablad, hablad vos-
hay un pensamiento de gobierno conrespec- otros; decid si no es esto lo que veis, lo
to á los negocios interiores y estcriores; si que palpais; decid si á vosotros ni á nos-
hay una mano firme para dirigir las riendas otros nos es posible el confesar que no ve-
de la monarquía, entonces convendremos en mos lo que vemos, que no palpamos lo que
que basta un príncipe mas: pero si no hay palpamos.»
nada de todo eso; si la edad y el sexo de ¿Qué inferiremos de aquí? Una conse-
nuestra augustaSoberana han menester un cuencia muy sencilla: que todo el mal no
consejero atinado y un brazo fuerte, que la , estaba en la minoría pues con la mayoría no
ayuden en la árdua tarea de regir los des- '1 se ha remediado.
tinos de esta nacion desquiciada; .si de esta, Esto pa~a nosotros no es nuevo; lo tenia-
verdad tenemos una prueba convincente en mos previsto (t).
la esperiencia , entonces será preciso decir 1 Las sentidas palabras del 81'. lIfon son
que es necesario buscarpara el régio tálamo bastante significativas. A la verdad este es
un príncipe de importancia política, un prín- un hechoque nadie desconoce; pero siern-
cipe que sea algo mas que simple marido de
la Reina.


En cuál de lasdos situaciones se encuen-


glo, y que recientemente, por sola la sos-
pecha de que se trataba de prolongar la
minoría de la Reina, arrojó á Espartero
y á todos sus adictos, como el soplo del hu- I
racan arranca los arbustos y los lanza á dis-
tancia inmensa. I


Hablando el Sr. Martinez de la Rosa del I
ultraje que en este puntopudiera hacerse á
la nacion por un ministerio, dijo quela na-
cion que lo sufriera seríadigna de los hier-
rospor toda la eternidad. Pues bien, la na-
cion española no es digna de ellos cierta-
mente; bien probado lo tiene; cuantos han I
intentado ponérselos han aprendido por es-
periencia que esos hierros ella los quebran-
ta, como el leon las flacas ligaduras con
que intentara sujetarle la mano de un niño.


5t




- 4.18-
pre es bueno oirle de boca de un ministro, ~ Nuestros lectores entenderán fácilmente
yen el mismo Congreso. «Una reina jóven 11 que semejante objeciou nos coloca en una
por quien tienen que pasar todas las cosas, 11 posicion embarazosa y delicada, y que solo
sin poder manifestar decididamente su vo- i nos habremos decidido á hacernos cargo de
[untad, pues por fuerte que sea es de 14, 11 ella para proceder con entera franqueza V
años., Asi hablaba el Sr. J.lfon ,. yen estas 11 lealtaden la gravísima cuestion que nos ocu-
palabras, tal vez no muy diplomáticas para I pa. Desearíamos agotarla, si á estoalcanza-
dichas por un ministro en las Córtes, se en- I sen nuestras fuerzas; y quisiéramos qne
C1CIT(\ no obstante un hechoen que se halla I cuantos disientan dc la opinion quedefendc-
el origen de la mayor parte de nuestros ma- . remos no pudiesen echarnos en cara que he-
les. Si, de la mayor parte, porque á esta so- I mas procedido con reserva, que no hemos
ciedad abundante de elementos de órden, á presentadosinoel ladoquefavorecia á nuestro
esta sociedad de suyo resignada y ohcdien- intento, que liemos omitido algun dato no-
te, le bastaría un monarca de ao anos para tableo Solo estas consideraciones hanpodido
disipar los elementos que la perturban. Yno decidirnos á tocar un punto de que, considc-
se necesitaría ciertamente un genio estraor- randa la cuestion en el terreno legal v os-
'linaria; bastariaun talento regular y un ca- tensible, hubiéramos podido prescindir. Pe-
racter firme. ro como abrigamos la conviccion de que en la


«Vuestras observaciones son muy funda- resolucion de esta clase de problemas es ne-
das, se nos dirá; no negamos que la augusta cesariano echar en olvida ningún dato que
Isabel, por eminentes que fueran sus cuali- aunque no legal ni ostensible, tenua sin cm-
dades personales, al fin está sujeta á la con- bargo una importancia real y efectivn , he-
dicion de la humanidad, que tiene señaladas mas creído conveniente y hasta cierto punto
sus épocas de desarrollo intelectual y moral, necesario, no prescindir del que acabamos
y ella no tiene mas que 14 años.. No nega- de indicar, mayormente cuando, por delica-
mas que en tiempos tan agitados y revuel- das relaciones (lile ofrezca este punto, no
tos h! inocencia es débil arma para oponerse creemos imposible tratarle con el decoro y
al crimen,el candor no es lo mas á propósi- las altas consideraciones que no deben nun-
to para sorprender y atajar á la malicia en ca olvidarse en cuanto tiene algunarelacion
sus tenebrosos senderos, y la flaqueza del con el acatamiento debido al trono y el res-
sexo no es muy adaptada para resistir á la peto á la régia familia.
osadía de las pasiones feroces, que ó hraman Hacemos á la augusta madre de la Reina
en los motines de las calles , ó rugen en las la justicia de' creerla incapaz de abrigar
entrañas de la tierra anunciando esplosiones otros deseos en política que laseguridad y el
terribles; nada de esto negamos, y si posi- esplendor del trono de su augusta hija do-
ble fuera añadir á la segunda Isabel14 años, ña Isabel H y la felicidad de la nacion; no
v darle de repente la esperiencia, el talento cabe suponer otra cosa en el corazón de una
claro, el carácter varonil, que distinguían á madre y de una princesa que ocupó un dia
la Isabel primera en los mejores dias de su el tálamo del monarca de las Españas, Si
glorio5o reinado, lo haríamos desde luego, desde el fallecimiento de Fernando VII se
lo miraríamos como un singular beneficio de han cometido desaciertos, si se han acar-
la Providencia, y la nacion entera derrama- reado á nuestra desventurada patria calami-
ria lágrimas de consuelo, saltaría de conten- dades de la mayor traseendencia, loscargos
to, embriagada de gozo y de esperanza. Pe- dehen dirigirse contra los gobiernos respon-
ro va que esto no es posible; ya que esto no sables: ni en la prensa ni en la tribuna debe
es mas que un hermoso ensueño que nosdis- ser permitido elevarlos mas alto; de la res-
trae uu instante de una realidadangustiosa; ponsabilidad que en tales casos pudiera pe-
yaque es necesarioaguardaren mediado esa sal' sohre cabezas augustas solo Dios es
triste realidad el lento trascurso del tiempo el juez.
y el desarrollo de los acontecimientos, in- Los hombres monárquicos y religiosos,
ciertos, azarosos, quizás formidables, ,justo los que menos blasonan de amor á las teo-
es también advertir que la inoceute Isabel rías constitucionales, son los que han res-
cuenta eon un consejero natural, sincero, petadocon escrupulosidad mas severa la in,
que no puede menos de desear el esplendor violahilidad del rey consignada en la Cons-
del trono y la f\~licid[ld de la nacion.J) titucion : ellos la teniau consignada en otra




- HH ---
parte mas segura, en su conciencia. Asi es, !I raleza de las cosas UM fuerza superior á las
que mientras la revolucion se ha desatado cualidades personales: fuerza indestructible
en diferentes épocas en terribles invectivas porque se funda en hechos indestructibles
contra la reina Cristina, ellos han callado, tambien.
no se han permitido insultarla ni zaherirla, I Asi es que no sería un pensamiento lllUY
ápesar de que mas de una vezse les oprimia político el que contase con perpetuar ó ha-
y vejabaen nombre, bien que sin dudacontra: cer duradera por muchos años una influen-
la voluntad, de aquella augusta señora. Ha- cia semejante, por justa, por razonable, por
ce mucho tiempo que la prensa monárquica desinteresada, por saludable que se la su-
se halla empeñada en vivos debates, se ha pusiera. Y largos años han de pasar, muy
visto hostilizada de mil maneras, tratadacon largos años, antes que la augusta Isabel ¡
notable rigor, provocada con apodos, inci- con su corazón cándido é inocente, haya
tada en cierto modo á descender á persona- aprendido á conocer la doblez y la perfidia
lidades, pero nunca se ha creído autorizada de los hombres; antes que haya aprendido
para prescindir de las elevadas considera- con los desengaños y escarmientos del man-
ciones que sus principios y sentimientos le do á rasgar con osadía y magestad el denso
imponen; nunca ha hecho causa comun con velo que á los ojos de los reyes tender sue-
la revolucion en lo que pudiese ofender na- len la lisonja, la ambiciou y otras pasiones
da dé cuanto se aproxima al trono; y acu- todavía mas ruines; largos años han de pa-
sada de complicidad con los revolucionarios, sal' antes que la augusta niña adquiera con
no ha faltado á un deber de que á buen se- la edad y la reflexion aquella gravedad ma-
guro prescindiera si la guiaran la maja fe ó gestuosa, severa, imponente, que tan bien
el espíritu de partido. asienta en el monarca en ciertas ocasiones


Nosotros pues, al sostener, como soste- críticas; gravedad que contiene en el límite
nemos, que el porvenir de la nacion no de- del deber á los mas elevados personajes, y
be afianzarse en Jos solos consejos de la que no permite ni aun á un presidente del
reina Cristina, no andamosguiados por nin- consejo el pedir una firma, no diremos con
guna mira hostil á esta augusta señora; violencia, no con exigencia desmandada,
nuestra opinion se funda en consideraciones mas ni aun con importunidad. Nadie se ha-
políticas que vamos á esponer. brá olvidado del suceso de Olózaga. Hasta


Por mas respetable que sea una influen- que llegue pues este tiempo conviene que
cia, no es suficiente para la felicidad de un la augusta huérfana tenga á su lado un con-
país desde que es repugnada por partidos sejero natural, inviolable, un defensor nato
numerosos, y tiene contra sí prevenciones á quien pueda volver los ojos en todas las
nacidas de la historia de largos años de circunstancias difíciles, de quien pueda re-
guerra civily de trastornos revolucionarios. clamar la cooperacion en las .crisis graves,
La persona que ha ejercido la regencia en de quien pueda prometerse socorro en caso
las épocas de la discordia mas viva y de la de peligro., .
guerra civil mas sangrienta, que ha puesto La debilidad del sexo, la instabilidad de
su firmaen todos los decretos que han cam- la posioion, acompañada ademas de la.pre-
biado radicalmente la organizacion social y vencion de los partidos, no son circunstan-
política del pais; la persona que ha sido oh- cias á propósito para semejante objeto: solo
jeto de la cólera de un partido, y que en puede lograrse con la presencia de un varon
consecuencia se vió echada del reino, des- esposo de la Reina. Este será de suyo una
pojada de la tutela, privada de su asigna- persona inviolable, inamovible de su puesto,
cion, y tratada como proscrita y aun éomo que no podrá caer sin que caiga tamhien el
enemiga de la tranquilidad pública, esta trono mismo. Esta será una influencia que
persona ha de tener por necesidad fuertes nadie podrá contrariar, que nadie se atreve-
prevenciones contra sí, su influencia ha de rá á combatir, que se identificará en cierto
ser mal mirada por muchos, á su nombre modocon la persona del monarca. 1'\0 habrá
.han debido de vincularse recuerdos, ma- partido que pueda prometerse que la Reina
nantial perpetuo de resentimientos, de no ha de consultará su esposo, no habrá mi-
odios, de venganza. Supóngase á la perso- nístroque lleve á tanto su exigencia; y sean
na tan inocente, tan generosa, tan de miras cuales fueren las prescripciones de la ley
elevadas como se quisiera; hay en la natu- fundamental, no quitarán que el marido de




- 4,20-
la Reina ejerza una poderosa influencia en sidad debuscarle. Esta necesidad es evíden-
los grandes negocios del reino, que se vea te, porque evidente es que nada de lo que
rodeado v respetado de todos los hombres hay basta: quien esto no vea, ó procede de
notables "del pais, que su voto sea de un mala fé ó está ciego.
gran peso en todos los consejos, y que en Al regresar de su espatriacion la Reina·
casode peligro sea el primero en salir á la Madre dijimos francamente, que en la tierna
defensa de los derechos de la corona, de la i edad y en el desamparo de Isabel Il, su in-
tranquilidad interior contra losperturbado- fluencia era natural, necesaria, mientras
res, de la independencia contra losestran- aquella augusta Señora viviese aliado de su
geros. Estas son verdades de bulto, palpa- escelsa Hija; mas esta situacion es pasajera;
bies para todos; verdades indestructibles, y solo puede servir como un medio de tran-
como fundadas en lossentimientos mas ínti- sicion á un estado de cosassólido y perma-
mos del corazon humano, en los vínculos nente. Nadie mas interesado enhaeer sábia-
mas sagrados de la religion, en el curso na- mente esta transicion que la misma Madre
tural y necesario de las cosas, en la situa- de la Reina, pues aun cuando supongamos
cien en que se encuentra la España y en que prescinde totalmente de las ventajasque
que se ha de encontraren adelante. puede acarrearle un porvenir de la nacion


Hé aqui por qué respetando como el que tranquilo y próspero, y de los formidables
mas á la persona de la ReinaMadre, qUiSlé- azares á que la espondria un trastorno; aun
ramos buscar en otra parte un consejo y un cuando supongamos que se olvida de toda
apoyo permanentes. Es preciso convencerse consideracion personal, nunca es permitido
de la necesidad de salir de interinidades, de imaginar qne pierda de vista lo que exige la
situaciones transitorias; es preciso buscar seguridad y esplendor del trono de su escel-
puntosde apoyo sólidos, estables, fijos, no sa Ilija y la felicidad de la España.
sujetos á oscilaciones deninguna clase. Esas La influencia de personas muy elevadas,
interinidades matan á todo gohierno, hacen si ha de ser útil es necesario que pueda ser
imposible todo sistema. Mientras hayaeven- desembarazada, abierta, sin consideracion á
tualidades que puedan traer' la caidade esta otras influencias de un órden inferior y que
ó aquella persona, se alimentarán esperan- á menudo pueden sobreponerse, haciendo
zas insensatas, se sucederán unas á otraslas servir de instrumento lo que debiera ser
conspiraciones, los proyectos de trastorno; causa principal. De otra suerte, á los ojos
estará perturbada ó mal segura la tranqui- de la opinion pública suele caer sobre las
lidadde la nacion. Por esto conviene, es ne- mas altas regiones toda la responsabilidad
cesario , es urgente que se cierre la puerta moral de los males, y no siempre se les atri-
ú locas esperanzas, que no se vea la posibi- buye todo el bien que de ellas dimana: los
lidadde destruir lo que hoy existe con las pueblos, inclinados de suyo á estremos, se
eventualidades del diade mañana; es urgen- dejan llevar por las sugestiones de la cólera
te que todos los partidos vean un hechode- como por las inspiraciones del entusiasmo,
Iinitivo con el cual les sea imposible luchar, y el entusiasmo y la cólera siempre exage-
sometiéndose todos á la necesidadde no sos- ran. Asi estamos leyendo todos losdías insi-
tener otras lides que las que quepan en el nuaciones sobre la influencia deuna augusta
terreno de la ley. persona, declamaciones contra las tenden-


Creemos haber demostrado hasta la evi- cias reaccionarias; y sin embargo, para
dencia lo que al principio nos propusimos, quien haya seguido con atencion la marcha
v haberlohecho sin faltar al decoro debido á de los acontecimientos hay fuertes indicios
unaaugustapersona,ateniéndonosúnicamen- para creer que esa influencia ha sido mucho
te á razonesde conveniencia política, y pres- menos eficaz de lo que era de esperar. No
cindiendo absolutamente de todo cuanto se negaremos que se le hayan debido algunas
refiera á cualidades personales. Abrigamos medidas reparadoras, peroes cierto que es-
la conviccion profunda de quetodos loshom- tas sonde un órden subalterno, y que cuan-
hres juiciosos y honrados convendrán en la to se ha hecho en las materias mas graves
exactitud de las observaciones que prece- ha resultado mas bien de la fuerza misma
den: podrá haber discorrlnncia en señalar el de las cosas, del curso irresistible de lossu-
punto donde se ha de encontrar el apoyo y cesos, del peso de la opinion pública, de la
el consejo, mas no en lo que toca á la nece- situacion en que se han encontrado los hom-




Demostrada en el artículo anterior la ne-
cesidad del enlace de Isabel con un príncipe
de importancia política, y probado por con-
siguiente que sería un gra vísimo desacierto
el prescindir de esta consideracion, resul-
tan desechadas algunas combinaciones en
las que es evidente no encontrarse mas que
un simple marido de la Reina. Para nos-
otros son personas muy respetables losprín-
cipes de diferentes familias en que se ha
pensado ó se podria pensar en adelante;
hástanos que pertenezcan á regia alcurnia, y
algunos de ellos estén emparentados con la
actual dinastía; mas esto no nos impide el
conocer, qne colocado uno cualquiera de
esos príncipes al lado del trono no represen-
taria nada que pudiese darle fuerza en lo in-
terior , ni prestigio é importancia á los ojos
de Europa. El infortunado príncipe, pues
infortunado sería en realidad, se encontra-
ria odiado del numeroso partido monárqui-
ca, y probablemente del progresista, sin
merecer á los hombres de la situacion mas
consideraciones que las de etiqueta debidas
á su rango. Quien no cuenta con medios
para hacerse respetar no es respetado, .y
mal puede protejer á los otros quien necesi-
ta invocar la protección agena. En este caso
se hallaria el príncipe que no representase
ningun interés, ningun principio. Estas in-
dicaciones nos dispensan de citar nombres
propios; el lector hará fácilmente las apli-
caciones. Quien hubiese abrigado ó abriga-
ra semejantes designios, no debe olvidar lo
acontecido con respecto á las noticias que
circularon hace poco sobre la probahilidad
de un enlace con un príncipe italiano; todos
los partidos se han mostrado acordes en re-
chazar este proyecto; ha habido en la opi-
nion pública una verdadera esplosionde im-
popularidad.


Los periódicos han hablado de un enlace
que pudiera unir la corona de España con
la de Portugal: este pensamiento conside-
rado en abstracto encierra grande importan-
cia política, pero en la realidad es impracti-
cable. Prescindiendo de la diferencia de
edad, lo que, estando el esceso de parte de
la muger, es grave inconveniente, la In-
glaterra no consentiria jamás este matrimo-
nio , y quizás se opondrían á él otras poten-


- HH
hres q~le se apoderaron del mando á la caida ~
de Olózaga. I


¿Se debieron por ventura á elevadas in-
fluencias el ministerioGonzalezDraba, la de-
claracion en estado de sitio de la nacion en-
tera, el desarme de la milicia nacional, la
prision de los caudillos del partido progre-
sista y los fusilamientos de Alicante? Algu-
nos de estos 8uce50S nacieron de lo apre-
miante de las circunstancias, y no fue posi-
hle que con respecto á ellos existiese com-·
hinacion ni aun previsión. La suspension
misma de la venta de los bienes del clero,
contra la cual tanto se ha declamado, iPodian
dejar de decretarla los hombres de la situa-
cion, al menos despues de algun tiempo de
hallarse en el poder? Y este tiempo ¿podia
llegar mas allá que á agosto de 18H? En po-
lítica ¿nose han establecido las mismas for-
mas con escasas modificaciones, planteadas
en otra época por el partido moderado?Si no
se ha dejado en pie el sistema progresista,
tampoco se ha permitido que se entronizase
el opuesto. Por manera que los hombres de
la situacion han hecho con la combatida in-
fluencia lomismo poco mas ó menos que ha-
hrian hechosin ella.


Esto no sucederia conla influenciadelma-
rido de la Reina: cuando existiese sería efi- i
caz,y no hahria ministrosque pudiesencon-
trariarla. Con una posicion desembarazaday
perpetua, con poderoso ascendiente en el
ánimo de su esposa y sobre todo con el ca-
rácter varonil, de suyo mas fuerte, mas
enérgico y por consiguiente mas respetado,
es bien seguro que no se agitaran tantas
ambiciones, ó que al menos serian mas mo-
destas. Es bien seguro que se emprendería
una marcha política mas firme, mas constan-
te, y que. la nacion no andaria contínuamen-
te de unas manos á otras, pagando con su
dinero, con sus padecimientos, zozobras v
á menudo consangre, la incapacidad de los
unos, la codicia de otros y los desaciertos
de tódos. No conviene pues traer al lado de
S. M. á un príncipe que no sea mas que
simple marido de la Reina; esto seria pro-
longar indefinidamente el malestar de la
nacion, dejar que medrasen á la sombra del
trono pandillas que solo sirven para hacer
imposible todo sistema de buen gobierno.
Conviene un príncipeinfluyente, conviene-un
príncipe cuyo voto pese en el consejo, y CU-I'
ya manoempuñe la espada. ¿Cuálserá este'!
Loexaminaremos en los artículos siguientes.


ARTICULO 3. u


Madl'i~l t 2 de febrero de 1841S.




- 42~ -
cias, .Malhadada comhinacion , que hahria
de comenzar por vencer resistencia tan po-
derosa como la de la Gran Bretaña.


El espíritu de la nacionalidad portuguesa
sería tambien un obstáculo poco menos que
insuperable; y este espíritu no deja de con-
servarse muy vivo, á pesar de la postra-
cion en que yace el reino lusitano. Todas
las estipulaciones no podrían evitar que ve-
rificada la union dejase el Portugal de ser
un reino y pasase á ser una provinciade Es-
paiia; y esto es siempre muy doloroso á los
pueblos que han disfrutado por largos siglos
una existencia independiente. La breve in-
terrupcion de nacionalidadacaecida en tiem-
po de Felipe Il fue mas bien á propósito
para fortalecerla que para debilitarla.


La union del Portugal con España es por
ahora y será por mucho tiempo una hermosa
ilusion , que halagará á los hombres que
piensen en un porvenir de prosperidad y
pujanza de la pentnsula ihérica , pero queno
podrá ocupar sériamcnte á un homhre de
estado que no se contente con medir la po-
sibilidad y conveniencia en política, por lo
que de sí arroja la contemplacion del mapa.
No basta que la naturaleza haya formado la
península de tal suerte que parezca necesa-
riamente destinada á vivir bajo un mismo
imperio; las lecciones de la historia nos en-
señan que los límites de las naciones no
siempre se acomodan á las dimensiones to-
pográficas. La espresion fronteras naturales
es muy vaga, como casi todas las de este
género: la notada anomalía no solo se echa
de ver en la península ibérica, existe en to-
da Europa. Dejando aparte á otras naciones,
ahí estan la Italia, la Alemania, la misma
Francia presentándonos muy de bulto esta
verdad.


Ademas, que para que una nacion pueda
engrandecerse, absorbiendo por decirlo asi
á otra, son necesarias circunstancias dife-
rentes de las en que se encuentra la España.
El orden interior y la fuerza y prestigio en
lo esterior , son condiciones indispensables;
y nosotros no poseemos ninguna de ellas.
Si fuese posible hacer el ensayo agregando
de repente el Portugal á España, se vería
el gobierno tan emharazado con la nueva
adquisicion, que hien pronto se arrepentiría
de su fortuna. Cuando no se alcanza á sa-
tisfacer las necesidades mas urgentes de las
antiguas provincias, ¿ qué sucedería con la
nueva? Se estenderia el territorio, pero ne


se aumentarian los recursos. S"erfan mas al:
latadas nuestras costas, poseeríamos nuevas
colonias, pero por lo mismo se harta sentir
mas la falta de una marina. Tendríamos
nuevas capitales; lo que signilica que serían
en mayor número los pronunciamientos.
Dejémonos pues de vanas ilusiones, q.ue
aun cuando no fueran imposibles no harían
mas que añadir desorden á desorden, fla-
queza á flaqueza. Si, como ha dicho un cé-
lebre publicista, la reuníon de toda la pe-
nínsula bajo un mismo cetro está en el
porvenir, este porvenir no se halla cercano,
ni nos es dado aproximarle con impotentes
esfuerzos.


Un príncipe aleman de familia poco im-
portante adoleceriadel mismo inconveniente
que mas arriba hemos indicado; y si por
sus relaciones de parentesco con alguna de
las dinastías de las grandes potencias repre-
sentase una influencia que pesase algo en la
política europea, no lo consentirían las na-
ciones á quienes dañase la falta de equili-
brio. Con esta prevision ha declarado el
gabinete de las Tullcrías Sil resolucion de
no permitir que el trono de España salga de
la familia de los Borbones; Jo cual , aunque
no mediaran otros obstáculos, sería bastan-
te á crearlos gravísímos. Ademas, es preci-
so no perder de vista que en el estado actual
de las costumbres y de la diplomacia curo-
pea, y.en la situacion de España separada
del resto de Europa por el reino ele Francia,
la influencia de una de las grandes poten-
cias del Norte sería mucho menos eficaz de
lo que algunos se figuran. Ni tampoco nos
convendría que lo fuese, pues que el resul-
tado natural sería envolvernos en complica-
ciones europeas de que podemos y debernos
prescindir. No ganaríamos pues, ni fuerza
del poder en lo interior, ni importancia cs-
terior , pero sí nos espondríamos á que las
afecciones de familia nos empeñasen en con-
tiendas, que sin interesar fin nada á nues-
tra felicidad, nos acarrearían sacrificios
costosísimos y quizás calamidadessin cuen-
to. La política esterior del gabinete de .Ma-
drid del siglo XIX no es ni puede ser la. de
los siglos anteriores: antes podía convenir-
nos el mezclarnos en ciertas cuestiones eu-
ropeas ; ahora, todo se combina para acon-
sejarnos la neutralidad. Esta neutralidad es
para la España una de las mas sólidas ga-
rantías de independencia y sosiego.


No han faltado temporadas en que ha




- 423-
circulado válida la noticia de que se trataba 1 ficara su enlace con un príncipe, que por
del enlace de nuestra Reina con un príncipe una ú otra causa, repugnara á las poten-
de la dinastía de Orleans; añadiéndose con cías europeas. Salta á los ojos la verdad de
mas ó menos fundamento, que este era el esta aserción si dicha repugnancia llegase
deseo de Luis Felipe. Las declaraciones hasta el punto de escitar reclamaciones v
hechas por MI'. Guizot en la cámara, y la protestas; pues que en tal caso podríamos
política tímida del gabinete dc las Tullerías, hallarnos envueltos en un conflicto europeo
hacen creer que este deseo no pasará de que no tenemos necesidad de provocar, v
tal, y que serian necesarios sucesos que que á no dudarlo nos acarrearia consecuen-
modificasen profundamente las circunstan- cias desastrosas. Pero aun cuando la repug-
cias para que se pensase en entablar seria- nancia no llegase á tal estrerno, aun cuando
mente una negociacion encaminada á dicho se limitase á quejas mas ó mcnos agrias, á
objeto. Sin embargo, como la instabilidad muestras de desagrado mas ó menos fucr-
dc las cosas humanas, y muy particular. tes, á cierta oposicion mas ó menos dccidi-
mente la situacionde España y Francia, po- da, siempre sería una imprudencia imper-
drian traer acontecimientos imprevistos y donable el indisponernos con la Europa en
con ellos resucitar el pensamiento de este un negocio que, por su perpetuidad, no da
enlace, será bien examinar si podría ser lugar á retroceder.
conveniente al trono de la Reina, y al so- Ahora bien: es cierto, ccrtísimo, que la
siego y felicidad de nuestra patria. Europa miraría cuando menos con mucha


Importa sobremanera ilustrar cumplida- repugnancia, el enlace de la Reina de Es-
mente la opinion pública sobre este punto, paña con un hijo de Luis Felipe; y quizás
ya que no falta quien se empeña en consi- I sería de temer que protestase abiertamente
derar esta comhinacion como un bello ideal, I y tomase sérias medidaspara impedirlo. Na-
á que solo se debe renunciar por atravesar- da vale el decir que las naciones estrange-
se la imposibilidad. No lo dudemos: si su- ras no tienen derecho á mezclarse en nues-
cesos imprevistos viniesen á dar mas brio á tros negocios; ellas alegarán que la Francia
la política del gabinete francés, ó si esta se y la España tampoco tienen derecho á rom-
hiciese un tanto atrevida y belicosa con la per ó poner en peligro de romperse el equi-
regencia del duque de Nemours; si entou- librio europeo; que siempre se ha visto que
ces se creyese en las Tullerías que convie- la libertad de los príncipes en contraer ma-
ne no guardar tantas consideraciones ni á la trimoniosufre aquellas limitaciones que les
Inglaterra ni á las potencias de allende el impone el país "que rigen y las relaciones
Rhin, y que para esto es necesario tener la con las demas potencias; y que asi como la
audacia de continuar abiertamente la obra Francia ha declarado que se opondria á to-
de Luis XIV, no Ialtarian en España hom- do enlace de Isabel Il con príncipe que no
hresque apoyasendecididamenteel matrimo- fuese de la familia de Borbon, tambien la
nio de la Reina conun príncipe de la casa de Europa tiene derecho á oponerse á que el
Orleans, lo que en nuestro juicio sería para elegido pertenezca á Ia casa de Orleans.
la España una gran calamidad. De todos modos, es lo cierto que las po-


Si bien es cierto que á Doña Isabel II no tencias europeas no escrupulizarian por mo-
tiene derecho la Europa ni nadie á obligarla tivos de derecho en materia de intervención:
á contraer matrimonio con determinada per- si creyesen que un hijo de Luis Felipe no
sona, pues que esto repugnaría no tan solo les conviene en el trono de España (y no
á la dignidadReal sino tambiéná aquella li- les conviene sin duda), se opondrian al en-
hertad que por derecho natural, y por el di- ¡lace por los medios que considerasen mas
vinoy el humano,posee en.est.e puntoel mas ,1 a,dec~ados;, y si, resultase un conflicto, la
oscuro de los hombres; SI bien es verdad '1 España sena la victuna,
que la independencia y cl decoro de la na- Que no les conviene, decimos, no cabe
cion exigen que la resolucion de este nego- I duda, porque salta á los ojos que á pesar de
cio sea una cosa nacional en cuanto sea I todos los artículos constitucionales existen-
posible, y no arreglada y mucho menos 1 tes y por existir, el príncipe marido de la
prescrita por los estrangeros , tambien es '11 Reina ha de ejercer influencia en los nego-
cierto.que no conviene, y que sería U1~ I! cios, á no ser que Iuera algun imbécil , e.n
calamidad para la España el que S. M. VCI'I- U cuyo caso no se hallan los hiJOS de LUIS




Felipe. Y aun suponiendo á ese príncipe
poca capacidad, bastaría el ser francés para
que el gabinete de las Tullerías fuese el
mentor de nuestro gobierno, pues es bien
claro que aquel gabinete no ha renunciado
todavía á las pretensiones que comenzaron
en tiempo de Luis XIV.


Esas' pretensiones, inauguradas con una
guerra de sucesion que inundóde sangre la
Europa durante largos años, no podrian
menos deencontrarresistenciaahora, cuando
á pesar de la cordial inteligencia con el ga-
hineto de San James todavia existe viva ri-
validad entre las dos potencias; cuando la
Francia posee á Argel; cuando brotan á ca-
da paso cuestiones que escitan é irritan
susceptibilidades antiguas; cuando un prín-
cipe francés echa mano hasta de la prensa
para dispertar el espíritu de nacionalidad en
favor de la marina, indicando los medios
que conviene adoptar para hacer frente al
poderío de la Gran Bretaña, y aun para rea-
lizar en caso necesario la invasion que no
(ludo lleva'!' á caha el emperador; cuando
la agitacion de la Irlanda es cada dia mas
imponente, y los oradores irlandeses anun-
cian los apuros en que podria hallarse la
Inglaterra en caso de una guerra COIl la
Francia; cuandono se ha olvidado la espe-
dicion de Hache; cuandoel monarca que re-
presenta una política pacífica pasa ya de 72
afias; cuando la Francia está en peligro de
sufrir una larga minoría; cuando existe to-
davía la cuestioa dinástica; cuandoel es-
tado social de aquella nacion inspira tan
serios temores para ~I porvenir; cuando por
consiguiente nadie es capaz de prever los
acontecimientos que pudieran realizarse en
el espacio de poco tiempo, con la combina-
cion de tantas, tan graves y tan azarosas
circunstancias. Los hombresde estado de la
Gran Bretaña no quieren, no pueden que-
'rer , que á la vista de tamañas eventualida-
des esté ligada la suerte de España con la
de Francia por estrechos vínculos de familia;
muy al contrario, si les fuera dado separar
estas dos naciones pl)r un ahismo, lo harían
sin duda.


¿y qué diremos de las demas potencias?
Si no hubieran consentido semejante matri-
monio, aunque hubiese continuado en el
trono de Francia la rama primogénita, ¿qué
sucederia ahora, cuando no ha sido sufi-
ciente el trascurso de ,1 4 años para 10-
grar que depongan los recelos concebidos I


con la revolucion de 1830, que derribó' una
dinastía, alteró las instituciones, y modificó
profundamente asi en lo interior como en lo
esterior , la situacion creada por la diploma-
cia europea en 18'15?


Pero, se nos dirá, sea lo que fuere del
desagrado de las altas potencias, lo cierto
es que si fuera posible realizar este enlace,
con él lograria la España un objeto políti-
co de la mas elevada importancia: estrechar
y asegurar la alianza de las dos naciones.
Esta es una idea qne acogen con suma fa-
cilidad algunas cabezas, en nuestro concep-
to no IIlUY aventajadas en política. ¡La
alianza francesa de elevada importancia pa-
ra la España.... ! ¿ Sabéis lo que ha signifi-
cado siempre, lo que significa ahora, loque
significaría en adelante? IIace mucho tiem-
po que abrigamos sobre este particular una
conviccion profunda en abierta repugnancia
con la opinion anterior: al combatir ahora
esa alianza no nos guian consideraciones :de
momento, ni tampoco espíritu de hostilidad
contra los hombres de la situacion, á quie-
nes con fundamento ó sin él se ba culpado
de partidarios de la alianza francesa; y en
prueba de esto puede verse lo que escribía-
mos estando en el poderEspartero, en mayo
de 184.3, en un artículo titulado Alianza
con la Francia (1).


Lo mismo que entonces, opinamos ahora,
y cada dia que pasa nos confirma en esta
opinion. El casamiento de la Reina con un
príncipe de la familia de ürleans sería pues
para la España un gran desacierto; podría
provocar un contlicto en Europa, y lejos de
acarrear á la nacíon los hienes que algunos
se prometen, leproduciría males gravísimos.
_~&3'~~==-. __


ARTICmO 4.•0


lbdl'it119 de febrero de 18~3.


Al entrar en el examen de si conviene ó
no el casamiento de la Reina con el hijo de
D. Carlos, debemos advertir qne prescindi-
mos absolutamente de toda cuestion dinás-
tica bajo el punto de vista del derecho: esta
nada tiene que ver con el matrimonio; y si
atendemos á ella, es únicamente conside-
rándola como un hecho que han de admitir
los que creen que el derecho de la Hija de
Fernando es incontestable, hasta el puutode


(1) Vt\a,c pi:g. lOO.




- 425-
no consentir niaun asomo de duda. Que las nientes gravisimos: que esta alianza es el
razonesalegadas por los carlistas fuesenmas medio mas á propósito para restituirá la na-
ó menos sólidas, mas ó menos fútiles, lo cion su tranquilidad, y asegurarla un porve-
ciertoes que la cuestion ha existido, y que nir venturoso. No podemos ser mas francos:
por ella se han derramado torrentes de san- el lector podrá encontrar en nuestro escrito
gre. Esto es un hecho, y este hecho nos error, ilusiones, mas no perfidia ni disimulo.
basta. Téngase pues entendidoqueal hablar Ahoranoscreemoscon derechoárogarle que
de cuestión dinástica; solo hablaremos de un no juzgue nuestra opinion sin haber visto to-
hecho: nada mas. Sea cual fuere el juicio das las razones en que se apoya.
que sobre él se forme en sus relaciones con Seha dicho que laúltimaguerrahasidomas
el derecho, es imposible no tenerle presen- bien de principios que de sucesion , lo que
te cuando se examina la situacion social y es mucha verdad, y así lo hemos sostenido
política de España, las causas que la han mas de una vez; pero esto no quita que la
traído, y los acontecimientos que puedenso- cuestion de sucesion no haya estado real-
brevenir. Involucrar con una cuestion emi- mente envuelta con la de principios, A la
nentemente política las cuestiones legales, muerte de FernandoVII, y aun algun tiem-
sería perjudicar 'á la acertada resolucion de po antes, influyeron sin duda mucho los
aquella sin adelantar nada en estas. Profun- principios para inclinar á unos á favor de
damente penetrados de esta verdadcuidare- D. Cárlos y á otros en favor de Isabel; pero
mos de no perderla de vista. como loshombres viven tanto de ilusiones,y


No, al entrar en esa cuestion gravísima no difícilmente dejan de persuadirseque el de-
vemos á una persona, no vemos á una fami- recho está de laparte de donde miran la sal-
lin, no á una dinastía; vemos únicamente á I vaeion de lo mas conforme á sus ideasy mas
la España trabajada por las discordias civi- grato á su corazon; al fin los partidarios de
les, desquiciada, sin saber cómo encontrar Isabel como los de D. Cárlos acabaron por
un medio que le restituya su aplomo, y le creer sinceramente que el derecho dinástico
asegure, ya que no prosperidad, al menos estaba de la parte que les hacia esperar el
sosiego. triunfo de los respectivos principios.


A nadie cedemos en respeto á los miem- Los lectores del Pensamienio de Nacio«
bros de la Real familia, y en interés por el no habrán olvidado lo que dijimos en el nú-
infortunio; pero ninguna de estas conside- mero 15 (1). En ellose manifiesta bien claro
raciones sería capaz de inducirnos á dar un que no nos hacemos ilusiones de ningun gé-
consejo que creyésemos habia de acarrear nero sobre las causas de la guerra civil; y
calamidades á nuestra patria. Si así fuese, que si bien reconocemos la existencia de la
si nos pareciera que la Providencia en sus ' cuestion dinástica, vemos lo que ha habido
inescrutables designios ha hechoincompati- de capital en el fondo de ella: una cuestion
ble la felicidad de España con la de alguna social v política.
jamilia, al paso que nos compadeceriamos.\ Poro sea lo que fuere, no cabe duda que
de,la suerte de ~sta, diríamos sin vacilar: Imuchos espailole~ creyeron que el derecho
«cúmplase el destino.: . I estaba por D. Carlos, y en este sentido se


Para que se sepa de antemano cuál es I peleó por espacio de siete años. La guerra
nuestra opinion sobre este punto, comenza-¡ fue sangrienta, tenaz, duradera. lo que in-
mos por declarar francamente que en nues- dica que el partido de D. Cárlos era muy
tro juicio el casamiento de la Reina con el poderoso. La guerra no pudo terminarse
hijode D. Carlos no es un absurdo como se por la fuerza de las armas, á pesar .deque
ha dicho, sinoun sucesomuyrealizable; que el partido de Isabel tenia en su favor las
no es incompatible con la tranquilidad de la ventajas de. un gobierno establecido, que
España, sino muy conducente para ella; que sonmuygrandes; tenia elapoyo de todas las
haY'medios de evitar las reaccionestemidas, potencias vecinas, Portugal, Inglaterra y
y de hacerlas poe? menos que imposibles; F~ancia.Esto.indica· que el partido de Don
que entre los candidatos para la manode la Carlos era muy numeroso. En esta verdad
Reina el hijo de D. Carlos es preferible á '.
todos los dernas; que este matrimonio .esel
que mas le conviene á la España: que todas,
lasotrascombinaciones adolecende inconve- i (1) Véase pág. 2~8.
5~




-- 426 -
convienentodoslos hombres que 80 quieren
cerrar los ojosá la evidencia deJos hechos.
Asi es que el Sr. mai'qwés de Jlim/lores,
contestando al Sr. JlJartinez de la Rosa en
la sesion del Sellado del dia 10 de enero,
decia á este propósito con mucha oportuni-
dad: (S. S. me ha recordado tamhienlo que
vo en otro de mis discursos he dicho y re·
pito hoy, y en lo que estoy de acuerdo
completamente conS. S.; que la cuestion de
nuestros disturbios no es cuestion solo de
sucesión sinode principios políticos. Mas yo
á mi vez debo recordar con este motivo
á S. S. lo que dije no ha muchos días en
este sitio, que seria cosa muy curiosa hacer
la estadística de todos los partulos. Cuidado,
señores, cuandose habla delanacíonentera,
porque hecha laesttulistica de los partidos,
podria dato resultados enojosos. Esto sirva
solo'de indicacion.. (Sesion del dia 10 de
enerode 1845, Diario de las Sesiones, pági-
na189.) No necesitaba el Sr. rnarquésdesen-
volver esaindicacion: el país la comprende.


Ese partido tan numeroso ¿ha desapare-
cido? Ciertamente que no. El mal éxito de
una guerra nomuda la conviccion y afeccio-
nes de los que sucumben; puede sí darles
opinion mas ómcnos exactade sus fuerzas y
de lasenemigas, mas nocambiar sus ideas y
sentimientos con respectoá loprincipal de su
causa. Hasta el modo con que terminó la
guerra civil era muy á propósito para que
no atribuyeran su desgraciaá la inferioridad
de fuerzas: si Esparterohubiesehecholo de
Maroto, entregando el ejército de la Reina
al general de D. Carlos y sometiéndose á
su obediencia, de seguro que losdefensores
de Isabel no se habrian considerado venci-
dos. Hubieran calificado con mas ó menos
severidad la conducta del general en gefe,
pero nnnca habrian podido creer que la cau-
sa pereciera por debilidad. .


El suceso de Vergara no fue una transac-
cion dinástica ni política sino un convenio
militar debido á circunstancias particulares,
v que probablemente fue precipitado por la
falsa y peligrosasituacion en que se hallaba
Maroto. No se resolvió pues ninguna cues-
tion, no hubo mas que un hecho que des-
truyó otro hecho: un arreglo del geíe de las
armas carlistasque dió un golpe irreparable
á las fuerzas de D. Cárlos. Es necesario
pues no hacerse ilusiones: las causas que
habian promovido y sostenido la guerra ci-
vil continuaron intactas; loscarlistas se vie-


ron porentoncesperdidos, mas no se dieron
por vencidos, ni por convencidos, ni por sa-
tisfcchos. ~I reconocimiento de los grados
no fue considerado como una concesion he-
cha á un principio, sino como una recom-
pensa personal; solo que 'se hizocon mu-
chos á un tiempo, lo que también se hiciera
aisladamente. ¿Quién duda que si antes se
hubiese presentado un gefeconsu fuerza se
le hubiera conservado el grado en atencion
á su servicio? Aumentad el número v teneis
el suceso de Vcrgara. •


Es necesariono perder de vista estos he-
chos para comprender bien el desenlace de
la guerra civil, y.el efecto moral y político
que pudo producir en los que sucumbieron.
Es una vulgaridad indignade hombres pen-
sadores el creer que los que defendían á
D..Carlos y los principios monárquicos y
religiosos, tales como ellos los entendían
se convirtiesen de repente, y se .dieran po;
satisfechos con Doña Isabel [[ y.la Constitu-
cion de 1837. Aquel grito de paz, paz, que
resonaba ~n algunos puntos del pais, no es-
presaha ~I POdlU esp~esal' otra cosa que l'e-
conciliacion por medio de una transacoion:
Marola, el mism? ~Iaroto, cuando empezó ti
entrar en .negocmcrones, es muy probable
que no vela el temuno a que llegó. Pero
con Espartero apremiando, con D. Cárlos
alarmado, con algunos batallones subleva-
dos en Vera,. qué situacion podía ser la de
quien se habla empeilado tanto sin censen-
timiento ni noticia de su principal? No le
quedaba masalternativa quefugarse, ó unir-
se conEspartero, ó ser fusilado por D. Cár-
los. El suceso de Vcrgara, pues, nada tuvo
de dinástico ni político, fue puramente mi....
litar, con buena parte de personal, con mu-
chndeprecipitacion, y no poco de imprevisto
en cuanto á su término; no pudo por consi-
guiente producir efectos políticos para mo-
dificar ideas y sentimientos: su resultado
fue .por decirlo así material, su apreciacion
debla hacerse por lo que de si arrojaron los
inventariosmilitares.


En conñrmacion del juicio que emitimos
sobre el suceso de Vergara, véase lo que
decía en el Senado en la sesion del 20 de
diciembre de 18H el Sr. marqués de JJim-
/lores. «Un gran proyecto de transaccion,
repito, t.uvo origen en los campos de Verga-
ra; yo pienso, señores; que esteactocélebre
no se ha examinado todavía con toda la li-


, losofla y detenimiento que exige su impor-




- 4~7 -
tanela, Digo esto. porque veo dos 'Cosas en
la transaccion de Yergara: las proposiciones
hechas en Miravalles, que fueron base de
la convencion , y la convencion misma. La
transaccion de Vergara propuesta en Mira-
valles fue indudablemente una gran tran-
saccion. Los gefes del partido carlistapro-
ponian la transacción de la cuestion política
desechando la Constitucion y subrogándola
con Cortes por Estamentos. Proponían la
transaccion en Iacuestion de sucesión, ¿y
cómo? Con el matrimonio de la Reina con
el hijo primogénlro deD.Cárlos,debiendoen
un mismo dia salir del territorio español la
reina Gobernadora V el mismo D. Carlos. Y
se propuso por último la transacción entre los
individuos, es decir, que se reconociesen los
grados, honores, condecoraciones, etc.: tales
fueron la proposiciones hechas enMiravaUes
por el gefe del ejércitocarlista, y que pare-
cia aceptar la inmensa mayoría del partido
carlista que entonceshabia Ilegado á su
apogeo.»


Asi hablaba el Sr. marqués, con lo cual
se confirma lo que dijimos de que los suce-
sos se precipitaron, llevandolas cosas á un
punto en que no pensaban los mismos que
conducian la negociacion.


Si el éxito de la guerra no hizo desapa-
recer el partido carlista, <.habrán obtenido
este;resultado los sucesos de losañosposte-
nnres? ~lucbo dudamos .que la dominación
de Espartero y la série de calamidades de
que ha sido víctima la nacion desde la ter-
minacion de la guerra civil, hayan sido á
propósito para mudar las conviceienes de
los que opinaban contra' el órden de cosas
inaugurado poco después del fallecimiento
del Rey. Hahia aqoídos cuestiones, ladinás-
ticay la política: tocante á la primera, no se
ha presentado níngun argumento nuevo que
no se hubieserepetido muchas veces duran-
te la guerra ; en cuanto á la segunda, los
vaticinios de los que auguraban mal de los
sistemas ensayados, se han cumplido de
la manera que lodos sabemos. Aunlos mis-
mos que estan empeñados en pintarlo todo
con colores halagüeños, no pueden negar
que la situacion de España dista mucho de
ser satisfactoria. '


No han transcurrido cinco años desde la
terminación de la guerra civil, y en tan
breve plazo se han verificado los aconteci-
mientos siguientes. Pronunciamiento de se-
tiembrede 184-0 contra la Reina Goberna-


dora, apoyado yf{)lllCnlado por ei general
engcfe de los ejércitos rcunidos.e-Iusnr-
reccionde octubre de 18401 en Madrid ven
las provincias contra el Begente.e-Levau-
tamiento de Barcelona contra Espartero
en noviembre de 18~2.=Alzamiento de la
nacíon para espulsar al Regente en junio
de .¡ 843.=Sublevacion de los centralistas
contra el gobierno provisional en setiemhre
del mismo año, en Barcelona, Zaragoza y
otros puntos.eeBebelion de Alieante y Car-
tagena, en enero de 1844-, contra el gobier-
nodela Reinadeclararla yamayordeedad.=
Insurreccíon de Zurhano eo la Bieja, y su-
blevacion de los valles de Hechc v Ansó en
noviembre del mismo afio. Enumeramos tan
sololosprincipales acontecimientos, para que


; con la mano puesta sobre el corazon se nos
diga si esto es para una nación un vivir :i-
sonjero: si esto es capaz de convertir á mu-
chos de los qUll opinaban contra mudanzas
violentas. ¿Qué será si fijan la atencion so-
bre los horribles pormenores de esos cuatro
años? Si miramos á la Reina Cristina.pros-
crita, conlargo séquitode emigrados, y con
una destitución universal de los empleados
públicos; á Borso , á Montes de Oca, á Leen
y á tantosotros cayendo bajo las descargas
de sus antiguos compañeros; á Pamplona
bombardeada por O'Dounell; á la junta de
yigilanda de Barcelona _desplegando 11l1:1
energía febril, que recordaba los dins del
terror de la revolucion francesa: á la misma
infortunada ciudad viendo á sus hijos pe-
lear cuerpo á cuerpo con la tropa en las
plazas, en las calles, en Ias casas, y luego
entregada á los horrores del bombardeo de
Monjuich; á los infelices condenados á
muerte por la comision militar y fusilados
en la Esplanada; á la misma capital, estre-
chadapor los apremios de la eroqacio« de
los 1'2 millones, insultando y apedreando á
lossoldados v borrandohasta los rótulos de
las calles y ¡nimeros de las casas para au-
mentar la confusion de los enviados por
la autoridad; á la misma en los sucesos
de junio de 18i3, amenazada una y otra
vez' dabombardeo ,primero por el capi-
tan- generaly lucgo por las órdenes de
Zurhano encerrado en 'Igualada; al infor-
tunado Camacho muriendo asesinado en
Valencia; á Teruel sufriendo el cañoneo
de F~nj¡a';á Sevilla el bombardeo de Es-
partero; á Madrid entregada á la anar-
quía atizadapor la zozobra, la ira, la dcses-


('i ,~ ;~.-~




- t.28 -
peracion; á Zaragoza, Barcelona, Gerona, dónde están los carlistas. 'No os aluoiaeis
Figueras, recibiendo cuando los centralis- con lo que os decís unos á otros en vuestras
tas el hierro y el fuego de los cañones espa- reuniones, ni con lo que escriben vuestros
ñoles; á Narvaez sufriendo descargas á que- amigos; tended la vistapor la nacion.
maropa en las calles de la capital; á Alicante En la sesion del 20 de diciembre de 18U
viendo andanas de arcabuoeadosjal maes- el Sr. marqués de Miraílores, hablando de
trazgo bañado en sangre; á Barcelona pre- los dos partidos que al decir vulgar sede-
senciando nuevos suplicios; á loshabitantes nominan moderado y exaltado, dijo termi-
de Hecho y Ansó, muchos emigradosy otros nantemente: la mayor'ía dela nacían na la
fusilados; á la Ilioja contemplando el ester- componen losdos porüdo« queacabo de citar.
minio de la familia de .Zurbano. )Cuánto in- .Pero este partido, se nos dirá, l..n<t,ha
fortunio! [Cuántaslágrimas!¡Cuanta sangre! sufridoninguna modificacion? l.Exije lo mis-
Decidlo, sí, decidlo con la .mauo puesta so- JllO que durante la guerra civil? Esta va es
bre el corazon: estos sucesos ¿son adecua- cuestion muy diferente; fieles al sistema de
dos para convencer de que. la.España .ne 110 ocultar ninguna dificultad, de presentar
está profundamente desquiciada? ¿Son pro- la cuestion .hajotodos los aspectos que al-
pios para persuadir que se ha seguido el caneemos, vamos á decir lisa y llanamente
buen camino? lo que opinamos sobre este particular.


Supuesto que no hay efecto sin causa, y No es lo mismo lo que los hombres qui-
no encontramos ninguna que haya podido sieron ylo que quieren: convenimos desde
mudar el entendimiento y el corazón de los luego en que si los sucesos no les huhie-
carlistas, claro es que el partido que 80Stu- ran sido adversos y las cosas no hubiesen
vo la guerra civil existe todavia: no está llegado al punto en que estan, los carlistas
ciertamente con las armas en la mano, ni habrían querido el trono. de D. Cárlos. Es-
abriga deseos de nuevo derramamientode to no admite duda: poeD. Carlos peleaban,
sangre, pero existe en la sociedad. Este es y por consiguiente á. D, Carlos querian.
un hecho que nadie pondrá en duda. Pero habiendo sucumbido la causa de Dan


Hay hombres tan ocupados de lo que ven, Carlos, estando Isabel JI en pacífica po...
y.tan distraidos de todo lo que no 10s hiere sesiondel trono que se le disputó ,. siendo
VIvamente, que en no oyendo el fuego del tantos los.compromisos é intereses agrupa-
cañon ó el bramido de tempestad muy cer- dos en rededor de la hija de Fernando, el
cana, se lisonjean facilmcnte con la idea de pensamiento dominante de los hombres jui-:-
que todo está en profundacalma, de que no ciososdel partido carlista, ¿es ni puede ser
hay en el mundo nada, sino lo que bulle y el derribar á Isabel, elarrojarladeEspaña, el
alborota. «Dónde estan, dicen,esos partidos traerá D. Carlosá Madrid dela propia suerte
tan numerosos que no pertenecen á la si- que se habría hechoen 1837? Creemos que
tuacion? ¿Qué señ-ales dan de sus fuerzas? no. En el estado á que han llegado las cosas
¿Dónde estan? ¿Dónde los veis?» ¿Dónde? esto es imposible. Decimos que esto es
Cuando mandaba Espartero y los progresis- imposible; pero hablarnos asi refiriéndonos
tas también se podía preguntar dónde esta- únicamente al curso ordinario de los suce-
han , fuera de la prensa, sus enemigos. sos, pues nadie es capaz de leer en el por-
Ejército, nacionales, autoridades, paisanage, venir; nadie salle los acontecimientos que
todoresonaba con las voces de progreso y se verificarán en Europa en el término de
Duque de la Victoria; ¿dónde estahan sus pocos años, y nadie sabe tampoco si estos
enemigos? No costó mucho hallarlos: y aho- acontecimientos serán tales que modifiquen
ra se puede preguntar: ¡.dónde estan Es- la situacioa de Europa, é influyan podero-
partero y los progresistas'! Para conocer si samente en los asuntos de España. Y esta
un partido existe no preguntéis dónde está, indicacion desearíamos no la perdieran de
no atendais al poco ruido que mete; recor- vista los que se oponen á una conciliacion:
dad si le habéis visto con vida y fuerza, y conviene aprovechar las oportunidades; á
meditad si han existido causas que le ha- veces el mejor modo de asegurar losresul-
yan destruido, si ha bajado al sepulcro la tados de una victoria es dejar al enemigo
generacion que le formaba. Si no olvidais la en una posición desahogada, no reducirle á
situación de España antes del suceso de la desesperación.
Vergara, notendreis necesidad de preguntar Parécenos pues que el deseo natural del




- .29 -
partido carlista, ha de ser el de un enlace: á Y si se pudiera lograr que desapareciese
esto consideramos limitada su ambicion , es- enteramente el peligro de reproducirse la
ta es su esperanza. lucha, ¿no sería esto un bien inéstimable?


¿ Es posible satisfacerla? ¿Es convenien- Mas de medio siglo habia pasado desde la
te '? l.Cuáles son las ventajas de semejante espulsion de los Estuardos, y todavía se
matrimonio? ¿Cuáles sus inconvenientes, derramaba sangre en la Gran Bretaña por
sus peligros? Todas estas cuestiones nos motivo de las pretensiones á la corona.
proponemos examinar; si no lo hacemos ¿ Quién es capaz de calcular las mil y mil
con acierto ; no se nos podrá culpar de combinaciones que pueden dar ocasion á
que no hayamos procedido con franqueza. encenderse en España una guerra por cau-


Al enlrar en esta cuesuon nos atrevemos sas semejantes'? D. Carlos tiene hijos varo-
á rogar al lector que se despoje de sus pre- nes: si no se hace un casamiento que quite
venciones contrarias ó favorables; que toda ocasion de una nueva guerra, es pro~
atienda á los hechos y á las razones, y á bable que durante un siglo.existirán prínci-
nada mas; que tenga por objeto, por único pes que se creerán con derecho á la corona,
objeto, la felicidad de España. Si le ocurre que contarán con partidarios, que estarán
alguna dificultad al leer este artículo y los dispuestos á emplear los medios de que dis-
que seguirán; no se precipitecreyendo, que pongan para lograr un cambio dinástico.
ó nos hemos olvidado de ella, ó la hemos i Qué porvenirtan triste! iCuántaseventuali-
ocultado adrede. Es probable que conti- dadesdesastrosasl [Cuáuto riesgodequecor-
Ruando la lectura encontrará que nos hace- ra de nuevo á torrentes la sangre española!
mos cargo de la misma: podrá no hallarla 2.o El casamiento de la Reina conelhijo
soltada, pero al menos la verá presentada deD. Carlosaseguranuestra independencia.
con sinceridad, con entera buena fe. Existiendo la cuestion dinástica, no po-


El partido carlista es muy numeroso, y demos romper con ninguna potencia sin es-
ademas profesa principios que entrañan de ponernos á grandes peligros. Supongamos
suyo una gran fuerza. l.Conviene á una na- que este rompimiento es con la Francia,
cion tener descontento á un partido por tan- ¿qué camino tomará esta nacionpara debí-
tos títulosrespetable? ¿Conviene dejarlesin litarnosy vencernos? Es muy sencillo : no
ninguna esperanza de alcanzar por medios necesitará introducir hasta el corazónde Es-
pacíficos siquiera una parte de lo que dis- paña grandes ejércitos; le bastará hacer
putó largo tiempo con las armas en la ma- entender á D. Carlos ó á sus hijos que pue-
no?- En nuestro concepto esto equivale á den contar con la proteccion de la Francia
preguntar si.conviene quehaya en la socie- para 'dinero, armas y demas recursos, yque
dad un germen de discordia, de irritacion, toda la frontera está á su disposicion pa-
si conviene debilitar' el trono manteniendo ra organizar cuerpos, establecer depósi-
lejosde él á un crecidisimo número de súh- tos, etc. ¿Qué resultará? No nos hagamos
ditos; equivale á preguntar si conviene bor- ilusiones; se encenderá de lluevo la guerra
rar la huellade losodios civiles, v fomen- civil; y laFrancia , qu~ para combatircon
tar la reconcíliacion de todos los españoles. la, España hubiera necesitadocentenares de'


Para fijar mejor las ideas euumerare- miles de hombres y caudales inmensos em-
mos las ventajas y los inconvenientes; asi prendiendo una lucha semejante á la de
no podrá decirse que noslimitamos á 'gene- 1808, ahora no habría menester mas que
ralidades. ¡aprontar algunos millones de francos, y po-


1. 0 El casamiento de III Reina conel hi- ner ádisposicionde loscarlistasuna pequeña
jo de D. Carlos ahoga para siempre la cues- parte de lo mucho sobrante desusalmacenes.
tion dinástica. . - Ni siquiera le será preciso derramar una


No solo los -.publicistas entendidos, si- gota de sangre francesa; los españoles ver-
no-tambien todos los hombres de alguu tiendo la propia le permitirán mantenerse
juicio han de convenir en que esta ven- simple espectadora del combate. Pero ¿qué
taja es muy importante. La historia na- sería si-la Francia, quisiera aprestar un ejér-
cional yestrangera estan atestiguando los cito'de 5(1.000 hombres para reserva de las
males que acarrea á los pueblos el tener un divisiones carlistas? A nuestros ojos es evi-
trono disputado. La última guerra civil lo dente, evidentísimo, lo que resultaría. Es
ha dejado escrito en caractéres de sangre. fácil echar bravatas, desafiarlo todo; pero




-- i30 -
el buen juicio, el simplesentide eomun las
reducen it su verdadero valor. Y si no es
asi , ¿ cómo es que se da tanta importancia
al arresto de D. Carlos, aun ahora, cuando
la Francia no es hostil al gobierno español,
antes al contrario su amiga y aliada?


¿;Quereis apreciar lo exacto de estas ob~
servaciones? Suponed un momento lo si-
guiente. Por la muerte de Luis Felipe, por
un conflicto europeo,ó por'otra circunstan-
cia , se indisponen entre sí los gabinetes de
Madrid y de las Tullerías y se declaran la
guerra. El gobierno francés comunica á
D. Carlos y á su familiaque quedan libres
para trasladarse al punto de Francia ó del
estrangero que mejor les parezcainclusa la
Espaüa: les 'autoriza para señalar dónde
prefieren la reunion de todos los adictos á
su causa, y que quieran organizarse en
cuerpos para penetrar en España ; les sumi-
nistra todos los fondos necesarios al equipo
de sus divisiones; permite la libre salida y
entrada de los cspedicionarios por todos los
puntos de la frontera; y les asegura apo-
yarlos con un ejército de ¡W,OOO hombres,
que se adelantará mas ó menos conforme lo
exijan las circunstancias. l.Qué sucederá?
Suponed por un instante que esta noticia
llega á Madrid, lo repetimos ¿qne suce-
derá?


y sin embargo, es bien claro que en ca-
so de una guerra con España estos sacrifi-
cios serían hien pequeños para la Francia,
y podria hacerlos desahogadamente, aun
cuando la supengamoscombatieodueon la
Europa á-las márgenes del Rhín;Este es el
resultado de dejar pendiente tamaña enes-
tion: durante mas de medio siglo estaremos
condenados á no poder indisponernos con la
Francia, aun interesándose en nuestro ho-
noré independencia: que si nos atrevemos,
la Francia nos vencerá cuando quiera, ins-
tantáneamente, y á poca costa.


y es lo peor, que no será sola Francia
quien tendrá á la mano este medio; serán
tamhien las demas potencias de Europa.
l,Qué no podria hacer la Inglaterra si ponia
á disposicion de D. Carlos y sus hijos, hom-
bres, armas y dinero? Bastaríale desembar-
car espediciones carlistas aeá y y acullá, y
formar un núcleo respetable á las inmedia-
ciones de Gibraltar , para causar al gobierno
español Iguales conflictos. ¿ Cómo se encen-
derialaguerra civil el diaen que en las cos-
tasde las provincias del Norte, en las de


Valencia,en las de Cataluña se presentasen
las escuadras inglesas, trayendo á bordo las
unas á Villareal , Eguia, Zariátegui, las
otras á Cabrera? l,Qué conflagracion no ha-
bria en las Andalucias cuando se dijese que
se adelanta sobre Sevilla un cuerpo espedi-
cionario español, llevando á su cabeza- -á
un príncipe, v apoyado en un ejército in-
glés establecido en los alrededores de Gi-
braltar?


Todavía hay otras suposiciones que ma-
nifiestan el mismo peligro. Las potencias
del Norte durante la guerra civilse conten-
taron con favorecer la causa de D. Carlos
con simpatías mas ó menos encubiertas, y
conalgunos recursos pecuniarios. Imaginé-
monos que por motivo de una guerra con la
Francia les conviene provocar una conflagra-
cion en Espaiía; ¿qué debieran hacer? Con-
vertir las simpatías en apoyo decidido;
procurar que en Italia y otras partes se es-
tableciesen los centros de accion para en-
cender la guerra civil; proporcionar algu-
nas legiones; apoyar con sus escuadras.
¡,Qué sería entonces de la España? Solo
pudiera neutralizarse algun tanto el daño
decidiéndose por nosotros la Inglaterra. lle-
ro á mas de que esto no impediriala guerra
civil, ¿quién asegura que la Inglaterra se
decidiría por la España? l.Quién asegura
que no creeriaconveniente permanecer neu-
tral? ¿Quién asegura que no estaría contra
la España por una alianza con las potencias
del Norte en la guerra europea?


Este sería el resultado, el triste pero ine-
vitahle resultado de no prestarse á una re-
concialiacion. Nuestra debilidad con respec-
to á las demas potencias; la imposibilidad
de echar nunca el guante á ninguna de ellas,
ni de recogerle si se nos echa. La joven
Reina puede vivir mas de medio siglo; sus
primos cuentan pocos años tamhien: y du-
rante esas vidas, y años despues, será pre-
ciso continuar siempre en esta posicion; la
potencia que se nos presente altiva yacom-
pañando sus exigencias con una amenaza
séria, logrará lo que exija. ¿Y es política, y
es prevision, y es discurrir como hombre de
estado el no pensar en prevenir tamaños ji!>-
convenientes? ¿Es esto trabajar por la in-
dependencia nacional?


Volved los ojos á esa Franciaedonde es
bien seguro que la rama proscrita no cuenta
ni con mucho con tantos adictos como en
España la de D. Carlos; y no obstante,




- 4~i -
¡qué g'érmen de mal estar! i.Qué ev~nt~a- carácter belicoso que distingue á esta na-
lidades en el porvenir! ¡Que complicacion cion; con los hábitos guerreros que han
no añade á las cuestiones sociales y políli- creadoen España t 6 añosde combates que
cas la pretensión dinástica I Si el hombre ya llevamos en este siglo. COIl aquel temple
previsor que ocupa el trono de Era~cia tu- enérgico que queda en los ánimos de los
viese á mano un medio tan espedito como naturales de un país después de haberse
nosotros, sin duda que lo adoptariasin va- acostumbrado á vivir peleando en guerra á
cilar. Pero alli los hijos del rey son varones, muerte, la Francia, no solo no seatreveria
y el rival es también varen. Alediten sobre contra la España, sino que en caso de tener
estas reflexiones los hombres de todos los ella una guerra en elRhin haríatodos los sa-
partidos; vean si en ellashay algo que pe- orificios imaginables, ó para adquirir nues-
se en el juicio de un hombre de estado; tra alianza, ó, si esto no le fuera posi-
vean si desatenderlas no es comprometer ble, para lograr que permaneciésemos neu-
muestro grandor é independencia hasta un trales.
l1luy lejano porvenir. . No nos cansaremos.de repetirlo: mediten


Si la cuestion dinástica se ahogacomple- sobreestasreflexioues loshombresdeestado,
lamente la posicion de Españaqueda eu el los hombres de juicio, los sinceros amantes
mayordl;sembarazo con resrecto á las po- desu patria. Estas suposiciones no son ab-
tencias estrangeras. Ya no llenen un resor- surdas; son posibles, mas que posibles la
te para mover los partidos, ya no l~s queda realizaeion de unaÚ otrade ellas es muy pro-
el recurso de vencer a los españoles por bable. El statu quo de la Europa se hallasu-
medio de españoles. Seremos mas Ó menos jeto á mil azares; pueden sobrevenir, y es
déhiles mas ó menos fuertes, pero no ten- muy probable que sobrevengan. mil y mil
dremos' nl debilidad que dimana de la divi- complicaciones; mil y mil conflictos, y en
sion: tendremos la fuerza que nace de la cualquiera de estoscasosla Españaseveria
union. Nada habremos de temer de una en loscompromisos mas graves. Ved las mu-
desavenencia con las potencias del Norte, danzas, los trastornos que ha sufrido la Eu-
que no pueden llevar sus ejércitos ~.Ia pe:- ropa en medio siglo, y calculad las que pue-
nínsnla por tierra, que con mucha dlf¡~ult~d de sufrir, las que .sin duda sufrirá en lo ve-
podrian hostilizar nuestros puertos, y JUt~as nidero.
intentar el desembarco de una espeul.clOn I ¿ Podeis olvidar la instabilidad de las co-
para penetrar en lo mtenor del país SIU la , sas humanas? ¿ Podeis olvidar las lecciones
seguridad de verla perecer. de la historia y de la espericncia de cada


La Inalaterra podrá masque nosotros- en dia? Y en tal caso, ¿ es posible que deseo-
él mar ,[Jero sus ventajas en los puer~os de nozcais lo grave, lo inminente de los peli-
la península y de las colonias habria de gros que acabamos de indicar? La previsión
comprarlas con sangre ingl~~a ¡ y antes de humana es ciertamente muy limitada, muy
aventurarse á internar un ejercito en el co- mezquina; pero aun asi ¿ no estan á lavista
razón de España, no olvidaria las lecciones los hechos que hacen conjeturar las muchas
que á presencia de sus ejércitos recibieron tormentas que abriga el porvenir de Euro-
los franceses en la guerra de la Indcpen- pa? Cuáles serán esas, en qué sentido, con
dencia. qué resultado, no lo sabemos; pero sabe-


y no existiendo la division entre los es- mos sí que si no se resuelve con acierto la
paüoles , ¿, qué podria intentar la Francia" cuestion del enlace de la Reina,,sean cuales
Esté unida la España, y franquéense cuan- fueren las vicisitudes europeas, sea cual
do se quiera á los ejércitos franceses las fuere el sentido en que se realicen, sea
gargantas del Pirineo. Ellos, que conservun cual fuere su resultado, la España se ha de
vivo el recuerdo de la invasion de Bonapar- ver en 'grandes conflictos.
te; ellos, que han visto de cerca lalu.eha t Queréis que se señalen algunos de esos
de Navarra, Aragon y Cataluña en los siete hechos que entrañan la incertidumbre del
años de la guerra civil; ellos, que habrán porvenir'! Ahí está la avanzada edad de Luis
podido conocer de cuánto son capaces los Felipe, de ese hombre que tanto ha contri-
españoles aun estando divididos, se guarda- buido á sostener la pazde Europa: cercano
rian muy bien de introducir un ejército en ¡i descender al sepulcro, deja á la Franol3
la península si nos viesen unidos. Con el una minoría y una regencia, quizás no sin




Las razones alegadas con respecto á la
política estrangera podrán servirhastacier-
to puntopara la interior, porque no de otra
manera hemos probado la debilidad de
nue,s.tra posicion en Europa en caso de no
verificarse el enlace, quc manifestando el
resorte que las demas naciones tendrian á
mano para trastornarnos cuando bien les
pareciese. Ese resorte era nuestra división
intestina, la existencia de un elemento de
discordia; y no merece el título de hombre
de. gobierno, ni siquiera de recto juicio,
q1.!len desconozca que una de las primeras
miras de una sana política interior es el
procurar que desaparezcan los motivos de
di.scor~ia entre los hijos de una misma pa-
tna. Sin embargo, todavía creemos posible
de,senvolv.cr mas el pensamiento; y con esta
rmra continuaremos enumerando las venta-
jas que en la política interior resultarian
del enlace de la Reina con el hijo de don
Carlos.


Ya hemos visto que con este matrimonio
se ahogaria la cuestion dinástica, cuyaexis-
tenciaes siempre perjudicial á una monar-
quía, y que por lo mismo-nos evita el ocu-
par con respecto á las demas potencias una
posicion sumamente peligrosa. Estos bienes
son sin duda de alta Importancia; pero hay
además otro, sobre el cual llamamos la
atención de todos los hombres enemigos de
trastornos y deseosos del sosiego y tranqui-
lidad de su patria.


El enlace de la Reina con el hijo de don
Carlos hace imposible el triunfo de la re-
volucion.


Los gobiernos que hemos tenido desde la
muerte de Fernandohan sido todos muydé-
biles, por la sencilla razon de que no tenían
en su apoyo mas que una pequeña minoría,
contando por adversarios á dos de los tres
partidos en que ha estado dividida la nacion.
Cuando han gobernado los progresistas han
tenidocontra sí á los carlistas y á los mode-
rados; cuando han gobernado Ios moderados
han tenido contra sí á los carlistas y á los
progresistas. Bxagérese cuanto se quiera el
número de una de las fracciones liberales,
siempre resultará que la otra sumada con
tos carlistas forma la mayoría de la nacion.


- 439
rivales: deja una oposíeion dinástica que
cuenta con simpatías en las potencias del
Norte; deja una nacion en cuvas entrañas
se abrigan sociedades monstruosas, V en
e,uyas venas ,circ1.!lan la irreligion y el espí-
ritu revolucionario. Ahí estan la rivalidad
entre la Francia y la Gran Bretaña; ahí es-
tan las cuestiones sobre el tráfico de negros
y el derechode visita; ahí está la cuestion
de Oriente, que va en 1840 puso en inmi-
nente peligro la paz europea; ahí está la
ambicion de la Rusia, con su inmenso po-
derío: y nosotros somos limítrofes de la
Francia,; ,Y á la Fr~ncia pertenece Argel,
9ue esta ~ ~uestra vista, y poseemos islas
importantísimas en el Mediterráneo y en
el Océano las Canarias, las Antillas ~ Fili-
pinas; y tenemos sin resolver el problema
de .la esclavitud en las colonias' ahí está
Gibraltarocupado por los ingleses: y Portu-
gal sometido á la influencia de la Gran Bre-
taña; ahí están otras muchas circunstancias
que pueden. envolvernos en las complicacio-
nes y conflictos que por cualquier moti vo
sobrevenganen Europa.


Inconcebible se hace pues que no procu-
remos por todos los medios fortalecer nues-
tra nacionalidad, borrar las huellas de la
d!scordia, y estirpar los elementos que pu-
dieran reproducir la guerra civil. No lo 01-
v!d~m?s: el ahogar pa~a .siempre la cuestion
dmas,t1~a es una. c.ondlclOn necesaria para
adquirir ~na posicion fuerte en Europa, y
no 'ser Juguete de las demas potencias.
Creemos haberlo demostrado hasta la evi-
dencia; y por cierto, que los adversarios
del enlace de la Reina conel hijo de D.Car-
los no podrán desconocer la solidez de las
razones con que hemos probado esta impor-
tante ve.rda~. Para sostener su opinion no
escogeran SID. duda el te~reno. de la política
estrangera , SIDO el de la mtenor: puesbien
en todos admitiremos Ialucha, '


No desconocemos las preocupaciones que
oscurecen en esta parte la luz de la verdad,
per? tampoco descenfíamos de que llegue á
abrirse paso. Como quiera, en Ios artículos
siguientes continuaremos ventilando la enes-
tion bajo todoslosaspectos.


ARTICULO 5.°


Madrid!6 de Ieheero de 18.\:1.




- 4-33 -
Asi es imposible, absolutamente imposible dos y aun á. los progresistas de la coalición,
que ningun gobierno sea fuerte, porque si tomaron viva parte en el pronunciamiento.
hien el sistema de las mayorías parlamenta- y el pronunciamiento fue verdaderamente
rias es muchas veces un nombre vano con- nacional: no hay ejemplo de otro movimien-
siderado como base de gobierno, no es lo to mas grande desde '180S.
mismo con respecto á. las mayorías naciona- Derribado Espartero y creada otra situa-
les. NinguIl gobierno, sea republicano, re- cion, se comenzó por agriar á los carlistas,
presentativo ó absoluto, que tenga en con- recordando denominaciones que comenzaban
tra de sí la mayoría de la nacion , puede á ser olvidadas; se los alejó de las eleccio-
hacer la felicidad del pais , ni aun es capaz I nes; se les dijo á. voz en grito que no abri-
de conservar por largo tiempo la tranquili- gasen esperanzas; que solo se los admitiría
dad pública. Asi lo enseña la razon, asi la renunciando á todos sus principios, abju-
historia , asi la esperiencia. Los gobiernos rando sus doctrinas, ahandonando todas sus
viven de la vida de la sociedad: cuando la pretensiones; que no se hiciesen ilusiones
sociedad está contraellos, deja de comuni- con la perspectiva de una transaccion; que
caries esa vida, y entonces perecen. Es in- no se meciesen en sueños insensatos; y por
diferente que mueran de mano airada 6 de añadidura se estnvo alarmando el público
cónsuneion: de todos modos perecen por con noticias de conspiraciones, de proyec-
necesidad, por indeclinable necesidad. tos de insurreccion; noticias que la espe-


El partido carlista mientras se halle en el riencia ha venidoá desmentir de la manera
estado de vencido, mientras no vea en re- mas solemne. Los carlistas se han vengado
gioalcazar otroemblema que el de sus ad- de sus adversarios de una maneraeficaz con
versarios , podrá. no conspirar, podrá man- solo decirles: «os alargábamos la mano en
tenerse pacifico, pero jamás será amigo del señal de reconciliacion , y vosotros retiráis
gobierno; y el menor mal que le hará será la vuestra con desdén; sea enhorabuena, no
mostrársele indiferente, y abandonarle cuan- os combatiremos con las armas, pero sí en
do le vea combatido. ¿Que hacia durante la la opinion; y en todo caso, ya que tan malos
guerra civil aquella parte de los carlistas é inútiles somos, ya que asi rechazais una
que lo eran solo de opinion no habiendo to- transaccion, no conteis con nuestro apoyo,
mado las armas? Cuando el gobierno de la salid de vuestros apuros como mejor enten-
Reina se veia atacado por la revolucion ,los dais; por nuestra parte, retirados en el ho-
carlistas decian para sí: «á nosotros no nos gar doméstico nos constituiremos en meros
quieren ni los unosni los otros; ambos llOS espectadores de los acontecimientos, con la
llaman rebeldes: ambos nos vigilan; ambos firme esperanza de que el tiempo nos hará
nos miran como enemigos; dejémoslos que justicia.»
se combatan y se destruyan; retirémonos¿ Yqué ha resultado·? Que el gobierno se
á nuestras casas, y esperemos el dia del halla en la misma posioionque . sus prede-
triunfo del príncipe á quien reconocemos.» cesores desde 1833; entre dos adversarios
y en la posicioa de los carlistas este discur- poderosos. Cuenta, es verdad, con la fuerza
so era lógico. ¿Qué hicieron en 1840, cuan- del ejército; cuenta con los muchos me~ios
do Espartero derribó de la regencia á la Ilei- de que siemprepuede disponer un gobíer-
na Gobernadora? Lo mismo que antes. Don no establecido; pero ¿qué son esa fuerza,
Carlos y todos sus defensores acababan de I qué son esos. medios para resistir á lauc-
ser espulsados ; no era pues de esperar que cion lenta pero eficaz de la opiuion de una
el partido carlista se opusiese á que tocara inmensamayoría. Los progresistasno reco-
la misma suerte á la princesa que hahia ser- nocenal poder.sino como un poderde fuer-
vido de bandera á los enemigos de ese par- za, á causa segun dicen de sus actus anti-
tido. ¿Qué hicieron en 18M? Lo mismo: la constitucionales; v ,los carlistas echan de
cuestionera entre los nioderados y los pro- menos en el ÓlismOlma represcutacion dI'!
gresistas: los carlistas nada tenian qti~ ver principio .en ,quien creyeron que estaba la
~n ello. Pero llegó el ai.1O de 184:3: los'·éar.!.; \ le~itimidá~: ¿Qué porvenir le espera á una
listas creyeron con mas ó menos fundamen- nadon que no'tiene un poder sinceramente
to qll~ derribado el regente se ofre.ceria una I reconocido y aceptado por la mnyona de los
combinación oportuna para una reconcilia- pueblos? Este es un hecho proclamado to-
cion, se unieron de huella fe 11 los modera- dos los días en la p:e~sa. y que ha sido


r},)




- 434.-
proclamado tamhien en la tribuna: llámese- lila respuesta.no es dudosa: la situacion ha-
le hechomalo, ilegítimo, todo loque sequie- 11 liria muerto. Imaginémonos que en vez de
raxpero es UII heeho, (Iue 110se destruye /1 los pa.rtes favorables que rápidamente se su-
con invectivas, ni se deshace con predicar cedieron, hubiese llegado á Madrid la no-
á lospartidos y decirles cuatro vulgaridades ~ ticia de que el ejército habia hecho defec-
sobre la necesidad de agruparse alrededor l' cion , y que un cuerpo de 20,000 hombres
del trono de Isabel II, Yaceptar el sistema avanzaba sobre la capital; era temible que
dominante, y esperar el triunfo legal, y el I no pasaran muchas horas sin estallar un
dia en que les tocará el turno de entrar en movimiento, y sin que el gobierno se viera
el poder á medida que vaya dando vuelta en el mayor compromiso. Los realistas de
la rueda parlamentaria. Todas estas perora- Madrid y alrededores ¿hubieran tomado
tas serán muy buenas si se quiere, muy parte en contener, ni á los revolucionarios
edificantes, muy saludables, pero ladesgra- de dentro, ni al ejército de fuera? No cier-
cia está en que nadie las escucha. Lo mis- lamente. En las provincias el partido car-
mo han dicho en todos tiempos los defen- I lista ¿se habria levantado para defenderal
sores de los gobiernos establecidos des- I gobierno? No, ciertamente. Si el trastorno
de1833, Ysin embargo el auditorio no se ha en que la nacion se hubiera encontrado en-
mostrado muy dócil, y mas de una vez ha vuelta hubiese producido un a.lJalllil(l,\~o, es
sucedido que el orador ha tenido que sus- bien seguro que no fuera en defensa de la
pender su plática á lo mejor, para cuidar de situación. ¿Y quién podrá lisonjearse de
cosasque tocaban de cerca á su persona. que los carlistasse entusiasmasen de repen-


El enlace de la Reina con el hijode don te porun órden de cosas en que para nada
Carlos curaría radicalmente este mal: des- se contaba conellos, por una situacion que
de entonces se hallariansinceramenteadhe- los rechazaba?
ridos al trono todos los defensores de Isabel Pero supongamos que verificado el enlace
no interesados en nuevos trastornos, y ade- de la Reina con el hijo de D. Carlos hay un
mas todo el partido carlista. Y cuando esto general traidor que arrastra á una rebelion
se hubiese logrado, ¿ quién era capaz de un cuerpo del ejército proclamando á Es-
derribar el gobierno? ¿ Qué esperanzas le partero ú otra bandera masó menos revolú-
quedaban á la revolucion? ¿ Proclamaria á cionaria. Contra elejércitoinsurgente estará
Isabel? Isabel estaria en el trono. ¿Se le- el ejército leal; ylaiealtad será invencible
vantaria contra el hijo de D. Carlos? El hi- porque tendrá en su apoyo la inmensa ma-
jo de D. Carlos estaria unido con Isabel con yoría de la nacion. Figuraossi quereis todas
vínculo indisoluble. No seria posible echar las ventajas imaginables. en favor de los re-
al uno sin echar al otro: la revolucion había beldes; suponed que en los primeros en-
de resignarse á reconocer el poder estable- cuentros vencen; ahí está desparramada por
cido, so pena de arrojarse al loco empeño todo el ámbito de la península esa masa in-
de cambiar la dinastía, y en España esto no mensa que constituye el partido realista,
es posible: ahí estarian para oponerse á que formaba el sostén de las espediciones
ello todoslos que han defendido con lealtad dc D. Carlos: el ejército revolucionario en
el trono de Isabel II; ahí estarían todos los medio de sus triunfos se hallará con las co-
que han defendido á D. Carlos; y á estas municaciones interceptadas, falto de vive-
fuerzas unidasnada resiste; con ellas no po- res, luchando en todas partes con el espíritu
dria luchar la rebelion ni aun por brevísimo del pais; tropezará con las dificultades con
tiempo. que mas ó menos tropezaban durante la


Para hacer sentir mas y mas la fuerza de guerra civil los ejércitosde la Reina; y esas
estas verdadesecharemos mano de dos su- dificultades serán todavía mucho mayores,
posiciones que evidencian la fuerza del go- porque contribuirá á aumentarlas la unión
biernoverificado dichoenlace, y sudebilidad de los defensores de Isabel con los de don
faltando esta condiciono Demos que Zurha- Carlos. El ejército revolucionario perecería
no hubiese logrado arrastrar á la insur- á pesar de sus victorias.
reccion una gran parte del ejército, y que Pero llevemos masalláJasuposicion: demos
asi como este último continuó fiel á sus de- que los revolucionarios se apoderan de la
beres, se hubiese pasado á las filas enemi- misma capital, que las Reales Personas han
gas; ¿qué hubiera sucedido? Para nosotros tenido que abandonar su palacio y salvarse




- 43/5 --
anchurosa, cuando los rebeldes no tuviesen
otro porvenirque un severo castigo, cuando
sublevarse equivaliese á declararse enemi-
go, no de un partido sino del mismo trono,
es bien seguro que lo pensaria muchas ve-
ces un militarantes de faltará sus deberes,
y el que á tanto se atreviese se veria aban-
donado por sus compañeros.


En pueha de lo que decimos véase lo que
ha sucedido en estos últimos tiempos. Des-
graciadamente los militares han sufrido el
funesto ejemplo deque el rebelarse contrael
gobierno producia grados y condecoracio-
nes; y no obstante, cuando ha- venido el
caso de pronunciarse han vacilado mucho,
aun en la época de Espartero. Recuérdense
los sucesos de octubre dé 1841; recuérdense
los de Barcelona en noviembre de 1842; re-
cuérdese la resistencia que opuso el ejército


l
en Barcelona en junio de 1843, no querien-
do apartarse del gobierno á pesar de .una
esplosion sin igual de la opinion pública;
recuérdeuse las numerosas fuerzas que si-
guieron áZurbano y á Seoane hasta el últi-
moestremo, y los cuerposqueno abandona-
ron á Espartero hasta el momento de su
fuga. ¿Qué indica esto? Que el ejército de
suyo no tiende á la defecciou, que no la ha-
ce sin impulsarle á ello circunstancias muy
favorables; y en confirmacion de esto se
puede notar quese ha mantenido sordo á las
instigaciones de los revolucionarios, cuando
los sucesos de Alicante y Cartagena y laten-
tativa de Zurbano en la Rioja.


Constituid un poder que tenga en suapo-
yo la inmensa mayoría de la nacion, y el
ejército no le abandonará; pero si este po-
der se apoya en una escasa minoría; si las
situaciones se afianzan ell solo este ó aquel
hombre; si el descontento cunde; si parti-
dos numerosos se ven sin esperanza de ser
atendidos en nada, entonces temed' que los
escándalos de losaños anterioresnoproduz-
can suresultado natural; temed que no bu-
llan en diferentes cabezas proyectos de all1-
bicion; temed que esa.ambicion no seexaltc
con la rivalidad,.eon elresentimiento,quizás
con la envidia; temed que algun dia esa
ambicien no dé en torno de sí una escudri-


I ñadora mirada para asegurarse de que el
pais no está en favor del gobierno, y que
asegurada de ello, notengamos que llorar


¡ lo malesque tantas y tantas veces nos hanafligido.
I Aun los mas severos acusadores del par-


con la fuga. Ahí estan las provincias del Nor-
te, esas provincias que por sí solas hicieron
frente dnrante seis años á un ejército de
~ 00,000 hombres; ahí está el reino de Va-
lencia; ahí está el bajo Aragon; ahíestan las
montañas de Cataluña , que -con tal brio y
tenacidad sostuvieron la guerra: ¿á qué es-
tremidad se verá reducido en )fadrid el go-
hierno revolucionario, rodeado por todas
partes de enemigos, teniendo que habérse-
las enteramente solo, abandonado á sí mis-
mo, con adversarios á quien no pudo veu-
cer cuando se escudaba con el trono? ¿Qué
podrá hacer cuando ese trono está contraél,
y se han confundido en un solo partido los
que antes peleaban en campos opuestos?
¿Qué hará teniendo á sus inmediaciones esa
Mancha, esas llanuras de Castilla donde eran
tantoslospartidarios de D. Carlos,donde es-
tallaba luego de la muerte de Fernando un
movimiento colosal, que no hundió el trono
de la Reina porqueD. Carlos no se halló en
el lugar de la insurreccion?De las manos se
les caerían las armas aun á losmas denoda-
dos, cuando viesen que habian de luchar
con tantos y tan poderosos enemigos; cuan-
do viesenque. tenian contra si todo lo que I
durante la guerra favorecia á D. Cárlos, y
casi todo lo que sostenia á la Reina.


Todavía permitiremos que se llevemas allá
la suposicion; que no solo se apoderen los
rebeldes de Madrid, sino también de las
Reales Personas. ¿Qué sucederá? Si la re-
volucion se arroja á las últimas estremida-
des, perecerá en breve por sus propios es-
cesos; sus enemigos serán los mismos, y el
gefe de esos enemigos se hallará en el mis-
mopalacio. Se impondrán tal vez condicio-
nes, se harán amenazas, pero es en vano
luchar con la fuerza de las cosas; tanto IS3-
bel como el hijo de D. Carlos volverán la
vista á sus leales servidores, reclamarán su
auxilio por uno ú otro medio, y lo. que ha-
brá preparado la fuerza de laopinion locon-
sumará un golpe de mano.


No se dirá que no hemos hecho todas las
suposiciones favorables álosadversarios; pe-
ro aun con ellas serla imposible el triunfo
de la revolucion. Mas estas suposiciones no
se convertirían en realidades, porque el
ejército,si bienha sidoarrastradoá lasinsur-
recciones; esto se ha debido á'las circuns-
tancias, y sobre todo á la opinion de debili-
dad en que se hallaba el gobierno. Cuando
este gobierno estribase sobre una base tan




- t36-
tidocarlista no podrán negar que abrigaba l' lo otro perturben, que ni 1.0 uno ni 10;Q~ro
en su seno un gran caudal de convicciones I tengan unaproponderanciaesclusiva yopre-
monárquicas y religiosas; que era pordecir- sora, y que ambos se combinen de la mane-
lo asi el depositario del antiguo espíritu na- ra conveniente para que lo nuevo pueda
cional. El grito de Rey y Religion que reso- servir, por decirlo así, de impulsador, mien-
naba en el campo carlista podrá parecer á tras lo antiguo sirva de moderador, estable-
ciertoshombres fanático ó lo que se quiera; ciendo de esta suerte un movimiento suave
pero lo cierto es que ese mismo era el grito sin violencias ni sacudimientos.
que se dió en tiempo de la Constitucion, y En nuestro concepto este resultado se
ese mismo era el grito que se oiaen todo el conseguiría con el casamiento indicado; de
ámbito de le península enla inmortal lucha otra suerte no. Porque no bastadecir al par-
de la independencia. A los ojos de la razón tido carlista que se le quiere proteger; esta
y de la imparcialidad esto significa que lo proteccion será ineficaz las mas veces, y
que ha luchado en España en esta última , siempre algo humillante como lo indica el
guerra ha sido la I sociedad antigua con la I mismo nombre. Para que I,In partido de-
sociedad nueva; la sociedad de las creen- I senvuelva en el seno de la sociedad y en
cias y costumbres religiosas, de los hábitos sosten del poderpúblico los elementos de
y sentimientos monárquicos, conla sociedad ij vida que encierra, no hasta llamarle. no
de las innovaciones, del desarrollo de los in- !, basta exhortarle, es necesario que vea al-
tereses materiales, del espíritu comunicado 11 guna garantíapositiva, quese satisfaga enal-
á cierta parte de la nacion por el aliento del , gun modo su amor propio, que no se vea
siglo. Siempre que en una sociedad se veri- 11 precisado á entrar en la esfera política como
íica esta lucha, puede asegurarse que estan '1 por gracia é indulto, sino que se considere
por lo antiguoun inmenso número de cle- igualado á los demas , respetándose sus
mentos de honradez y de patriotismo; ele- I principios, y dándoscles cabidaen el círcu-
mentos verdaderamente conservadores y ! lo del gobierno. Estono se verificará sin el
que no pueden despreciarse, que es ne-II casamiento; sin este paso resonarán con
cesario hac.er entrar en accion, s~ se quiere I frecuencia los. clamo.res contr.a l.os. enemi-.
un contrapeso contra las tendencias desor- I bOs de la Rema, contra los conspiradores
ganizadoras de los elementos nuevos. 11 en favor de D. Cárlos; será una tacha-masó


Hasta haber reflexionado un momento so- l' menos negra, pero muy visible, el haber si~
bre la historia de España, ó haber atendido do carlista. Esto es un germen perpetuo de
á lossucesos colosales quehemos presencia- parcialidad y de desaire, y por consiguiente
do, para convencerse de que el elemento de resentimientos y de rencor, Ya no hay
antiguoes en Españamuy poderoso y está quien desconozca la conveniencia , ó mejor
muy arraigado; y que el gobierno que se diremos, la necesidad de buscarel apoyo de
halle en oposicion con él se condena á una los principios monárquicos y religiosos: pues
lucha mas ó menos violenta, pero siempre I bien, de esos una gran parte estaban hajo
muy viva, por espacio de largos auos. La la bandera de D. Carlos, con la que se han.
transformacion de una sociedad por muyac- unido con razon ó sin ella; y será nccesa-


.


tivas que sean las causasque en ello inter-II rio que la generacion presente desaparezca
vengan, es obra de dilatado tiempo; y en I para que la accion del tiempo borre la me-
España lo será mucho mas, siendo tan es- I1 moria de esta alianza. Con razón ó sin ella
casos los mecli~s que e~isten p,a'ra que.lle- 11 hemos dicho, pues aquí no.tratamos de de-
gue a sus entrañas el VJfJ.lS de incredulidad 11 rcchos SIllO de hechos, y SI sobre los dcre-
e indiferencia que corroe á otras naciones ]1 chos cabe disputa, sobre los hechos no,
de Europa. Esel mayorde losyerros, es una Hs de todo punto imposible que el trono
ceguera inconcebible el empeñarse en lu- , vea agrupados en rededor de sí á todos los
char con dicho elemento; es mostrarse in-I españoles en no realizándose un enlace sírn-
digno del titulo de hombre de estado el no I bolo de la union, de la fusion de todos los
comprender toda la importancia, toda la ne- ! derechos y pretcnsiones; enlace que sin hu-
cesidad de aprovecharse de él para dar fuer- millar á ninguno de los partidos en quc ha
za al gohierno; el no pensar seriamente en estado dividida la nacíon, permitiese á 105
si hay alg,un mcdio de conciliar, lo nuev~ I h?mbres de t?das las opiniones, adherirse
con lo antiguo, de suerte que III lo lino III ," smcera y cordialmente al poder sm abjurar




IUBdrld 5de marzo de 184",.


AnT!CULO 6.°


,


- i37 ~
ningun principio, sin ponerse encontradic- zarle sin ciertosincenvenientes 1 la posicion
cion con sus antecedentes. De este modo se de España serÚl..~,fu~rte en lo esterior, la
borraria esa línea que divide todavia .á los tranquilidad estada mas.oimeatada en lo in-
españoles en dinásticos y antidinásticos; terior; queel porvenirsena.mas seguro, y
caeria ese muro de separación que los im- estaría mas á cubierto de,,¡~ventualidades
pide acercarse, entenderse, unirse para for- funestas; que apoyado el gollienQ -en la in~
mar un gobierno verdaderamente nacional. mensamayoría de la nacion, asentado sobre
Si este medio no se adopta, sino aprovecha- unabasa.tanfinne como anchurosa, serem-
mosesa áncora que nos ha deparaJo la Pro- peria esa cadenade insurrecciones militares,
videncia en mediode nuestros infortunios, de asonadas, de prounnciamieutos, de cam-
si no comprendemos todo lo que vale esa bios de política, de destituciones en masa,
circunstancia de que la edad y la variedad de persecuciones y venganzas que dealgu-
del sexo se presten á una transaccion , 1\0- nos años acá trastornan el pais 'y escandali-
rará la España por largos años la ceguerade zan á la Europaj. no se nos oculta que es
los encargados de dirigirla; y quie.ra Dios 1 una ventaja inmensa el borrar esa líneadi-
queen el porvenirno nos'espere larepeticion visoriaque.impide la formacion de una ver-
de las horribles catástrofes que hemos pre- daderanacionalidad , y.el no tener que en-
senciado. cargar áIa lentísima accion del tiempo el


Pero se nos dirá: en compensacion de estirpar elgérmen de discordia.que de otra
tantas ventajas. ¿no haytamhien gravíslmos suerte .corroerá .las entrañas de la nacion,
inconvenientes? ¿Podeis olvidar lo queha por espacio demedio.siglo ;ta.mbien desea-
sucedido, y no llevar en cuenta lo que pu- ríamos concurrir al gr~nde .espectáculo de
dierasuceder? ¿Creeis que esos proyectos un pueblo qnejdespues de haber peleado
tan favorables ála independencia nacional, con guerra á muerte dividido en.encarniza-
á la precaucion contra las disensiones intes- dcshandos, se. abraza alrededor del trono
tinas, no traigan en su seno nuevosclemen- en que se reconcilia. la Real, familia; pero
tos de discordia, que la enciendan y aviven ¿es posíhle..hacer.esto sin gravísimos incon-
en lugar de apagarla? ¿No es temible que venientes7 ¿Esposib\e verificar el enlace sin
el matrimonio de la Reinaconel hijo de Don queresulte .una reaecionhHe aqui la diti-
Carlos, produjese una reaccion violenta? cultad mas grave, mejor diremos, la única;
Creemos que no, y que hay medio de evi- resolvedla , y el problema está resuelto.
tarlay de hacerla poco menos que imposi- Estamos seguros de haber presentadocon
ble. En qué se funda nuestra opinion .y cuá- fidelfsima exactitud las ideas y sentimientos


. les sean esos medios lo esplicaremos en el de .muchos.hombres .comprometidos por el
artículo siguiente. trono de IsabelIl :nos.otros convenimos con


ellos eh queestaeS)p. ,Jllas grave, Ó mejor
direlllOs:Iª única difi~ul~ad; l}.ll. es\~ JC'Sda~
mosuna.prueba de qlle:procedemGsde bue-
na fe.; y qujsiéramqsqiie Se convenciesen
profundamentede esta verdad todoslos car-
Iistas, si algunoshay que.noesten coaveu-


No dudamos que todos los hombres de cidos' de ella, para, qué en eHa .tuviesen
sana razon y buen juicio habrán mirado co'-I siempre.fija su vista, y en consecuencia de
mo-no despreciables las consideraciones que ella, arreglarar¡.,w conducta.
en los artículos anteriores hemos presenta- Si nosotrosb.\lbi~lllfnlosquerido deslum-
do; y los que á pesar de ellas no se hayan hrar.; si.u,Qs h\llti~~em?s P,fOpu~sto tratar es-
convencido de la conveniencia de dicho en- tac~estlOJ1~olo~J,l,d'eQa.()al interés de \IR
Iace , estarán detenidos seguramente por pantido • .ynQ aUDteres.llacioAaI ;. si hubie-
una dificultad, en cuyo examen vamos, á ra~ido,nl!-es.ir~,~~mo,~educir en vez decon-
entrar,con tod~ f~·anqueza. w,nqe.~,,:[h~bl~~&i4M procurado disimular
Parece.no~ 011' a es.tos hombres hablar de la esta dl~cul~~411 ó p¡tsado sobre ella muy so-


manera siguiente: «No negamos quelas razo- mecamente , ó habríamos dicho que podía
Des ale~~das en favor del enlace de la Reina 1


1
venir ~l ,hijo de p;" Carlos cual otro prtncípe


conel hijodeD. Carlos sean de mucho peso; C"arqUlera, y a'b/;tlln~rse de influir en los
no dejamos de ver que si fuese posible reali- 1 n:e'g9Cío's públicos ; ~l;e de esta manera S(}




- 438-
aseguraba ~I que :no"bubiese' reacoion , y
otras vulgandadespor:estetenor: pero nos-
otros hemos queflldo Ser francos; no' hemos'
querido -amaiIOs indign~s;' donde hay una
dlficllltad,h~mos confesado qucIa había,
Beconocemos ??n nuestros adversariosque
SI VIDJeSe el hijo de D. Carlos tendría una
influencia muypositiva ~nel goblerno ; y no
solo.10 reconocemos, SIllO que llevamos ya
manifestada la conveniencia, la necesidad de
que fuera asi, para robustecer el trono v
amparar la debilidad.de la augustaHuérfa-
na, qu.e en edad tan temprana empuña en
sus dehc.adas manos la~riendas de tan vasta I
y trabajada monarquía. Cuando entramos'
p~es á examinar 'si es posible.. ~Yitar la t~- 1:
mida reaccionlo hacemos admltIendoJadis-
cusion en el mismo terreno eh que la han I
colocado los adversarios: es!o es/supo:' I
nieudo 9ue aquelprlnclpe tuviese una ver-
dadera influencia en los negocios del, gobier- 1/
no. No podemos ser mas esplrcitos. I
,. Para may?r claridad comenzaremos por I


fijar el sentido de la palabra reacción; ,10 I
que es tanto mas necesa,f1o, cuanto que esta 1'1
es una de aquellas palabras que empleadas
unas veces con 'indiscreción 'otras con ma-
licia y casi siempre con poca exactitud,
ofrecen al espíritu una idea "a ITa: de despo-
.tos, de. persecuciones, deho~rores, Jnuy
a propósito para embrollar la cuestionenea-
ñando á los incautos, aterrando á los, tíilii-
dos, y alarmando á lossuspicaces .." '


Hay en esta materia f~ettes prevenciones,
formadas durante la'guerra civrl', y que al-
gunos aplican sin'lasutiéi~nte &s·crecion á
las circunstancias actuales. Estos hombres
consideran el matrimonio de la' Reina con el
hijo de D. Carlos como el triunfo del mismo
D. Carlos, Sin duda que solo en este sentido
ha podido permitirse el Eco del Comercio
la libertad de decir que 'el'Pensamiento de la
Nacion proclamaba á D. Carlos; pues de
otra manera deberíamos contestarle. que
Ó no ha procedido con bastantebuena fe, ó
no se ha tomado la mblesthrde leernues-
tros artículos. Cabalmente bemos ' estado
tan lejos de decir lo que'nos' achaca el Eco
del Comercio, que en el primerodelos' ar-:-
tículos sobre el matrimonio de la' Reina con
el hijo deD.Carlos, manifestamos terminan-
temente, que esceptuandouno de aquellos
sucesos. estraordinarios que no alcanza el
hombreá prever, el subir D. Carlosal trono
de España era imposible. .


Comoquiera, con esta confusion de ideas
y circunstancias se estravía la opinion de
muchos incautos, haciéndoles ver las cosas
de una manera 'muy diversa de lo que son
en realidad. .


Si el año 37 cuando se presentó D. Car-
loscon su ejército á las puertasde Madrid,
hubiese tenido en su favor la suerte de las
armas ; claro es que la reaccion se habría
verilicado. Niaun entonces hubiera sido. tan'
fácil como algunos se imaginan el reponer
todas las cosas en el estado en que se halla-
ban á la muerte del rey, porque la: revolú-
cion habia campeado demasiado tiempo con
sobrada libertad para que pudiera repararse
todo lo queella había destruido. Sin embar-
go, menester es confesar que atendidas las-
ideas religiosas y políticas de algunos de los
consejeros de D. Carlos, se hubiera intenta-
do mucho para borrar la huella de la revo-
lucion, ya que no se hubiese podido ejecu-
tarlo, No es 'fácil decir hasta qué punto
habrian llegadolas cosas, pero desde luego
se puede asegurar que hubieran ido muy
lejos, Es verdad que ya desde entonces ha-
bia en el campo de D. Carlos hombres que
opinaban por una transaccíon , creyendoque
hab'ia llegado el caso de ceder en algo para
no esponerse á perderlo todo; pero á la sa-
zoÍl estos hombres habrian sido, arrastrados
por la fuerza de las cosas, y almenasen la
primera temporada, su opinion no hubiera
prevalecido. Pero las circunstancias Son
esencialmente diferentes: el confundirlas es
olvidar lo pasado, es no atender á lo que te-
nemosá la vista.


La reaccion que se teme debería ser con-
tra las personas ó contra las cosas, ó contra
uno y otro, es decir , que del matrimonio
deberia resultar cambio en las cosas, ó
desaires v persecuciones á las personas.
Examinaremos con detencion ambos puntos.


Las cosas que mas ocasion prestarian á
mudanzasserían los asuntosreligiosos, ¿Qué
temcrian sobre ellas algunos de los que se
oponen á dicho matrimonio'? La destruccion
de los hechos consumados y la restauracion
de lo antiguo. En la destrucción de los he-
chos consumados está la ruina de los inte-
reses creados por la revolucion, la devolu-
cion de todos sus bienes á la Iglesia; en
la restauración de lo antiguo está el poner
las -cosas eclesiásticas en el estado en que
se hallaban á la muerte del rey. Creemos
haber espresado fielmente las ideas- de los




- 439-
que temen la reaccion en este punto, sin exigenciasd.~ UIlOJl¡.~ de otros ,tendria siem-
ocultar, ni disminuir, ni alterar nada. preá Illll~O:una"r~~pUl;I~a muv sencilla v


Repetidas veces hemos insistido sobre la satiSif~ctoria:~Hall m.tWWldQ antes de mi ve"-
fuerza que en España conserva el elemento nida estipulacion~sohHJI~á que el go-
religioso, y asi mal podríamos desconocer i bierno no puede faltar.;.l<l' suprema autori-
la importancia de cuanto tiene relación con I dad de la Iglesia ha interv;emdo, 'en-ello ; yo
él. Todavía mas: en el número5 deIPen$a- '1 no .he-entradc aquí parai8fringit las.leyes y
miento de la N acion (1)hicimos observar-que romper pactos augustos, sino para .proeurar
ese elemento, por razón de sus costumbres! en.cuauto.esté de miparte que las leyes se
V hazañas antiguas y modernas, era de suyo 1 observen y 10$ pactos se cumplan.»
belicoso,,é, inclinado por consiguiente á s,a-: 1,\ E,soo.,;a,rr¡Jglo p,révio lo consideramos n,ece-
lir del terreno de la discusion apelando á ! sario, si no.se quiere que el hijo de D.. Car-
las armas. P~r lo mismo convenimos en qu~ ¡[loS, i, Luego de haber e,ntrad? en,Esp,aña, sea
aun ahora, SI no s~ tomase ninguna pr~c~~- I acusaQ,oporl~~ UJlo~defloJoy por los otros
cion, yel resorte a duras penas comprimido : de duro, Dé otra. .suerte la culpa de todo lo
se soltarade repente, podrían muy bien ve- ! que se hiciera..se haría recaer sobre él, v
nir al suelo los hechos consumados, é inten- i habriamuch9,peligrode que no pudiendo
tarse una. restauracion. de. lo :antiguo,. si no conttlntarple!l~menl¡e,á to®s, los unos-dije-
completa, porqueesto lo consideramos unpo- Se!l,que, era IQ,gr,ato;:y los abandonaba, v
sihle,almenos aproximada. Concebimos pues otrosclamasenque se-inauguraba una era de
lo fundado de los temores de los interesados r~cc¡qp., de.persecucionea.y venganzas.
en ciertos hechos; temoresfundados, repeti- Meditensobni laimportaneia de estas ver-
mos, porquenacen del sentimientode ladehi- darles todas los hombres t>ensodores, todos
lidadintrínsecade los hechos mismos y de su losque.desean undesenlace pacífico de aues-
evidenteoposicion conlasideasysentimientos trae cempliceda situación. Proceder de otra
de la inmensa mayoría del pueblo español. manera sería provocar un,conflicto que pu-
¿Qué remedio hay á eso?Vamos á esplicarlo. dieracornprometerla reconciliacion deseada.


Sabido es que hemos hecho la guerra á Esta medida prévi« la reclaman el interés
los hechos consumados; que ni los hemos del trono,elinterés del.mismo Príncipe, el in-
admitido ni consentido; y hemos dicho. una terés delas ideas monárquicas y religiosas,
y otra vez que nos mantendremos en la mis- que no conviene se desacrediten con exage-
ma Itnea de conducta hasta que intervenga raciones-y.violencias; fa reclama el interés
la autoridad que á nosotros y á todos los ca- de la-paz y tranquilidad de lanacion. En las
tólicos ,nos impondría silencio. P,ues bien; circunstaaciasactualcs, con la exasperacion
sea cual fuere el resultado que estos nego- de los ánimos sostenida y fomentada por la
cios hayande tener, sea cual fuere la suer- lucha y .Ia ,ip.c~l,'tidumbi:e de grandes intere-
te que haya de caber á los hechos consuma- ses ,!'l~ríil ,suIm\mente, dificil evitar; un'con-
dos, orase hayan de conservar como están, flieto,que podr~ llegar á ser muy grave por
ora se hayan de destruir; ora se hayan poco que,se llegase.aL terreno.de la violen-
de moditicar , creemos que el medio de evi~ cia. No deseamos esto, porque no deseamos
tal' trastornos, de evitar el que el hijo de que scperturbela.traaquijiéadpúbhce, por~
D,Carlos luego de entraren España se que noaconsejames el enlace como un me-
viese estrechadoen sentidos opuestos, y dio de llevar á caboreacciones violentas, si-
precaver que se resuelva por las vías de he- ll(}COlU.O una reconeitíacisn-de todos 105e8-
cho lo que se ha de resolver por el conducto pañoles., inaugllr~day. aseguradacon la
justo, legítimo, pacHicoy suave de la auto- reconciliacionde laReill faniilia.,
ridad competente. sería que antes de entrar NofjllhlqÍlien,imputaal~lero laindigna idea
dichopríncipe en Españase hallasenresuel- de subordínar lo espiti4ua1 á 10 temporal, de
tos "en todas sus partes estosgravísimcsj; sostenerle primef<o·o~Ulolm.edio de lograr lo
delicados negocios; que de fijo .supiese el segundo, y .deno.retroceder ante el horri-
clero, supiesen los compradores de bienes hle.esp~ct~qulo.c;leunainueva guerra civil con
de la Iglesia á qué deben atenerse. Enton- tal,·qm: la 19les¡ac pudiese recobrar los bie-
ces, si el príncipe se viese apremiado por nes perdidos. ¿,Qué. pruebas hay para acusa-


._-'- cion semejante? ¿Qué ha resultado de los
(1) V. p:'tg. 1i2. procesos y espedientes que se han instruido




- 44.0-
paraaveriguar lo'que'hay de verdad sobre poner silencio'á los católicos. Noles convie-
las espresionesql1e's~ suponen haberse pro- ne suscitar embarazos á las negociaciones
ferido en elpúlllit{} contra los compradores llamando la atencion de Roma con violentas
de bieneseselesiásticos? ¿ Dónde estan esas invectivascontraelclero,y manifestando que
tentativas de: perturbación universal contra hay peligro de que se reproduzcan las es-
las que tanto se ha declamado? ¿Qué hadicho cenas de los primeros años de la revolucion;
la prensa religiosa? «Mi conciencia , ha re- la palabra guerra) que ha sonado en los lá-
petido una y otra vez, no me permite reco- '1 bios de algunos compradores de bienes de
nocer como legítimo un hecho contrario al la Iglesia, es sobre injusta, impolítica.
derecho natural, á los sagrados cánonescá ¿Qué pudiera perder el clere en esa guerra?
las leyes civiles,: á la misma Constitucion ¿Los bienes'? Tiempo ha que los perdió. ¿La
del Estado. Este hechoesá misojos como esperanza de recobrar lo poco no vendido?
á los vuestros un despojo ; vosotroslo habeis Estono forma una sestaparte desu dotacion.
dicho: pero hay unmediode atajar reclama- ¿No percibir las asignaciones del Erario?
cienes y de asegurar-en suposesion ú los Ocasion ha tenido de acostumbrarse á ello.
compradores; impetrad la indulgencia del ¿Posirionpolítica? Nodisfrutaninguna.¿Con-
SumoPontHice"y para nosotros-la causa es- sideracion social'? La única que le resta es
tá terminada.» ¿Podríahablar de'otra: suerte la que se funda en las creencias, y estas no
la prensa religiosa sin faltar á sus deberes se destruyen con un decreto. ¿Seguridad
mas sagrados, sin desmentirse á sí misma? personal? ¿Y por qué medio la perdería?
¿ Qué calificacion mereceria una prensa que ¿,Por los tribunales'? Recordad losucedido en
seapeltida católica, y despreciase las pres- tiempo de Espartero. ¿Por los motmes?¡Ah!
cripciones de tantos concilios incluso el de Por ahora es bien cierto que no habrá quien
Trento? Sin embargo, niesto Seha querido se atreva ádesencadenarlos. Cadacosatiene
oir, procediendo segun nos parece con,po- su época; y ademas, conviene no olvidar
ca habilidad los que han tomado el partido que si un dia se salpicaron de sangreloscon-
de alarmar y exasperarvCuaudo estan pen- ventos, tambiénmurieronasesinados Cante-
dientes las negociaciones con Roma; no es rac , Bassa, Quesada, Sant Just; Donadio;
prudente irritar los ánimos y dar una triste Mendez Vigo, Sarstield, Escaleray Estellel',
ideade la situacion del gohierno, defendién- y por' mas que algunos compradores es~re­
dole con calor, al paso que se prodigabanal chasen algeneralNarvaespara que les dejase
clero las calificaciones mas duras é insultan- soltar por breves horas la fiera para destro-
tes. No, no es prudente semejante conducta, zar clérigos, estamos seguros que no alean-
y á tales amigos bien pudiera el ministerio zaria otra repuesta sino: » ¿creeis que me
preferir- sus sdversariesv « , , ",' he ohidado de los trabucazos que se me


Como quiera, consideramos-lapresente dispararon, y de la muerte del infortuna-
incertidumbre COmo un poderoso elemento do Baseti?»
de discordia, como una semilla de incesante Dejémonos pues de llevar la resolucion de
agitación. Esos nuevos intereses que tienen este negocio al terreno de la fuerza que pa-
la concienciade su propiadebilidad, se alar- ra nada se necesita: ya quehaymedios para
man por el menor asomo de peligro'; aun resolverla pacíficamente, aprovéchense por
cuandoel peligro no exista piensande contí- (¡uien debe conocerlos; y SI el Sumo Pontí-
nuo en él, Y temen del clero, temen del fice creyese que en consideracion á los acon-
pueblo, temen del Gobierno, temen de otras tecimientos pasados, yen obsequio de la
regiones, se espantan de su propiasombra. '1 tranquilidad de la España, conviene que
Por eso alarman, y gritan, y culpan, y exi- cesen de una vez para siempre las reclama-
gen continuas seguridades, declaraciones cienes contra el despojo, y que ha llegado
esplícitas del ministerio, como si las pala- el caso de escudar con su autoridadá losac-
bras de un hombre mudaran la naturaleza tuales poseedores, el clero callará, dando un
de las cosas. Pero lorepetimos,'esos compra- ejemplo de desinterés á los que poseyendo
dores y los que los defienden' han tomado los bienesque él poseia, le llaman codicioso.
mal camino, muy malo. Nadie mas intere- El clero manifestará á la faz del mundo que
sado que ~lI~s en que ~odo se ~ermine por en su conducta no anda guiado por otra re-
~na ·liego~laclon, por v~as pacíhcas,. con la gla que por el deber. Pero hasta que dicha
RitervenclOn de la autoridad que puede im- condición se cumpla, no habrá esclestástico




- U1-
que pueda reconocerlo hecho; cuando no le " vando como prenda unos bienes que era
sea dable protestar en alta voz, lo hará en i mas prudente devolverpor un acto espon-
su conciencia. Y un verdadero católico, un I táneo de justicia que cediendo á una exi-
católico que esté instruido dé lo que pres- I gencia. .
cri.ben sobre este punto los cánones de la Como quiera, en tratándose de la recon-
Iglesia, no podrá jamás condenar la con- ciliacion con la Santa Sede nos olvidamos
ducta de los ésclesiásticos que asi procedan, enteramente de las personasque la realicen;
por no. faltar á una obligacion sagrada, por solo pensamos en que se la lleve á término
no querer menospreciar corno ministros de de la manera conveniente para bien de la
la Iglesia lo que no solo ellos, sino todos los Iglesia y del Estado. Ytocante á la necesidad
cristianos deben r-espetar. y urgencia de llegar á esta reconciliacion tan


Algunos órganos de la situacion parecen deseada, estamos profundamente convencí-
creer que se le suscitan al gobierno toda dos de que con la dilación sufre muchísimo
clase de obstáculos para que no pueda lIe- la Iglesia española. Porque no es el que-
gar á una reconciliación con la Santa Sede; branto principal de la Iglesia la pérdida de
á cuantos defendemos las buenas doctrinas, sus bienes, no es el tener mas ó menos i:l-
á cuantos sostenemos hoy lo que sostenía- fluencia política; es sí el estar privada de
mos ay~r , s~ nos trata como si deseáramos sus pastores, el esta~ por consiguiente muy
la continuácion del estado actual de cosas descuidada 1& formacion del clero; es el que
eclesiásticas para tener en la manoun medio van faltando los eclesiásticos distinguidos
de perturbar las concieacias , de alarmar los por su virtud y ciencia, sin que veamos
áuimos , de preparar otra guerra civil; como de dónde se sacarán en lo sucesivo los que
si nos valiéramos de los motivos religiosos les hayan de reemplazar. Por estas y otras
solo como de una palancaá propósito para semejantes causas deseamos ardientemente
producir un cambio político. Y lo mas seo- que se verifique la reconciliacion con la San-
sihle que en esto hay es, que el mismo go- ta Sede; y por lo mismo sentimos que una
hierno, que por su elevada posicion debería política errada, que una desconfianza esce-
vivir sobre la atmósfera de las pasiones y no siva, que el espíritu de partido susciten
dejar,salir de sus labios sino palabras muy esos obstáculos que luego se achacaná otros,
medidas, suele aprovechar las ocasiones llamando agresores á los vejados , perturba-
que se le ofrecen para adoptar tambien el dores á los insultados.
lenguaje de cierta parte de la prensa, para He aquí cómo no deseamos el matrimonio
hablar tambien de .ingratitud, de espíritu de la Reina con el bijo de D. Carlos como
rcaccionario , y sobre todo de conspiracio- un medio para llevar á cabo reacciones vio-
nes. Si estais continuamente diciendoque se' lentas: IDUY al contrario, para evitar con-
conspira contrael gobiernoen opuestossen- flictos al gobierno, Yquizás peligros á la
tidos, ¿qué idea de vuestra situacion dareis tranquilidad pública1 deseamos que antes
á la Europa? ¿ Qué confianza inspiraréis á de realizarse el enlace se verifique el arre-
Romapara tratar con vosotros, cuando pin- glo con la Santa Sede. Y esta opinion no la
táadole.los peligros que decis os amenazan, profesamos de nuevo; hace mucho tiempo
le manifestais el riesgo que hay de que no que creemos muy conveniente separar en
podreiscumplir lo que le prometiéreis? No, cuanto sea posible lacuestion religiosa de
los hombres religiosos no son ciegos como la política, trabajaren resolver aquella aun
se empeñan en decir vuestros amigos; si os cuando no sea dable resolver esta, y por
es dable llegará un arreglo éonel Sumo medio del arreglo 'de los negocios religio-
Pontífice, llegad enhorebuena ; pero si se sos preparar un arreglo suave á los ne-
atraviesan dificultades nacidas de la misma gocios políticos. En f8i3)!ublicamos en la
gravedad y complicacion del negocio, no Sociedad dos estemos articulos sobre la ur-
~ulpeis á los que estan inocentes; culpad sí gente'MC6sidatt'de m Concordato, y en ellos
a los 12 años qlJe llevamos de trastornos, desenvolvimos largamente las ideas que
culpad a lo desgracia~o dclas circunstan- aqui ~lremos heehomas que apuntar..
eras a que ~os han traído tina larga cadena I ~ no 'Somos, no, soñadores utopistas,
de suce~os infaustos, y culpaostal vezá vos- que lo subordinemos todo á una sola idea,
otros ~Ismos, que por una diplomacia mal que nos propongamos encerrarlo todo en un
entendida habeis querido esperar, conser- sistema inflexible, y remediar de golpe te-


54




- U~-
dos los males, ó dejarlos todos sin remedio. gion: ella, que sojuzgando al hombre ente-
En .Ia .complicacion á que han llegado en ro v vivificándole en lo mas íntimo de su
España los negocios públicos es menester ser', le hace capaz de acometer y llevar á
irlos desenmarañando como se pueda ,y .cabo las mayores empresas.
aunque sea de uno en uno. Con un golpe de Permítasenos lo que haya de digresioncn
estado se cambia una situacion, pero no se lospárrafos anteriores. que no es del todo
plantea todo un sistema, y mucho menos se inoportuna cuando de tal modo se procura


.borr.an de repente las huellas de largosaños I1 e.straviar I~ opinion e~ contrade l,os que sos-
de trastornos, Por lo mismo no hemos per- : tienen las Ideas religiosas, Recuerdese que
tenecido jamás á los que dicen'todo ó mida; I tratábamos del hijo de D. Carlos, y que pa-
juzgamos llIa~ prudente otra regla: « si no r~ al!?unos este n.ombrees poco me~os que
todo, algo; » Jamas tampoco hemos profesa- smommo de fanatismo , de vpersecucion de
do el principio de las oposicio.nes ciegas que I venganzas; y entonces se comprenderá que
dicen; « de los adversarios, no queremos no sin razon nos hemos detenido algun tan-
ni el bien; de los amigos aplaudimos hasta I to en esplanar loque pensamos sobre la ma-
elmal. » Nosotros consideramos estas reglas teria , y presentar los objetos bajo su ver-
como insensatas y sobre todo como inmo- dadero puntode vista.
rales; el bien lo aplaudimos hasta de losad- Reconciliado el gobierno español con la
versarios , el mal loreprobamos hasta en los Santa Sede, y arregladas todas las cuestio-
amigos. Si el ministerio actual ú otro cual- nes eclesiásticas, tanto las relativas á lo es-
quiera pudiese llevará buen término las ne- , piritual como á lo temporal, sería imposible
gociaciones con Roma en un sentido favora-' que la venida del hijo de D. Carlos produje-
bleá la Iglesiay al Estado, nosalegraríamos se una reaccion por motivos, religiosos. El
sinceramente, aun cuando su triunfo que- cleroespañol , cuya adhesion á la Santa Se-
brantase un tanto la fuerza de un principio de ha resistido á ladura prueba de las per-
polí-tico que nos mereciese mas simpatías. secuciones, sería el primero en acatar las
Sobre el interés de los partidos está el inte- disposiciones del Sumo Pontifice, y se re-
rés de la nacion ; sobre la política está la signaría tranquilo á cuanto se resolviera y
Religion; sobre lasmirasde momento está el estableciera de acuerdo con el Vicario de
porvenir de los pueblos ; sobre lo que pasa Jesucristo. Este es un medio seguro, infa-
como un sueño está lo que se.liga con los lihle., de evitar las temidas reacciones; y
grandes destinos ae la humanidad en la para esto no se necesita masque seguir con
tierra, y la suerte del hombre mas. allá del prudenciay tino el senderode la justicia.
sepulcro. En este supuesto, lejos de ser temible la


¿Es esto serreaccionaríesz ;.Pensaisque venida del hijo de D. Carlos, tendrían inte-
no esperamos el triunfo de la Religionsino rés en ella los que hubiesen salido favore-
de la violencia? ¿A qué viene-que nos cidos en el arreglo de los negocios con
estéis diciendo de continuo que no en va- I Roma. ¿Sabeis por qué? Porquecon el ma-
no pasan los años? ¿ Creeis por ventura trimonio entraba el hijo de D. Carlos some-
que no distinguimos entre hombres y hom- tiéndase á los convenios que hubiesen pre-
bres, entre circunstancias y circunstancias, cedido entre la Santa Sede y el gobierno, y
entre tiempos y tiempos? El espíritu de la se obligaria á respetarlos por el mismo he-
épocarechaza el empleo de los medios ma- cho de transigir él propio en las cuestiones
teriales para lograr. el triunfo de las ideas; dinásticas, Pero si el matrimonio. no se ve-
pues bien , la Religion para nada Ios.neoe- rilica , si se deja á la rama de D. Carlos sie
sita: el presente sigloes siglo de discusión: esperanza de ninguna cIase, entonces hay
la Religion no la teme:se necesitanpara al- las eventualidades del porvenir, hay las
canzar victoria, luz en el entendimiento, complicaciones que consigo traerla el falle-
energía en la voluntad, constancia en el cimiento de dos personas augustas; y si por
trabajo, sufrimiento en las desgracias, un sucesosestraordinarios llegase algun dia á
brioso aliento ú la prueba tic todos los re- lograr sus deseos la ramaproscrita, no fue-
veses y contrauempos ; yesal' cualidades en ra improbable que el representante de ella
ninguna doctrina se cimentan mejor que en se negase á reconocer Jo que se habría tra-
·Ia Ileligiou, ningun sentimiento, ningun in- I tado con el gohierno de su rival.
terés las producen tan bien como la Reli- t A todo esto es necesario atender, porque




- U:3-
nada deesto se halla fuera del órden de ·10
posible. Reflexionen los interesadosen. ello,
si en nuestras conjeturas é indicaciones an-
damos tan descaminados, que no sean dig-
nas cuando menos de ser tomadas en censi-
deracien. Convénzanse de esta verdad los
asustadizos; no tratamos de engañarlos;
deseamos á todas las dificultades una solu-
cion legal ~Y pacifica. l.Temen una reacción
con el arreglo? Pues háganlo antes. ¿ Pue-
den exigir mas?


A tal punto' de complicacion han llegado
las cosas eclesiásticas, que ya no es posible
arreglarlas por una restauración completa;
es absolutamente necesaria la intervencion.
de la autoridad pontificia. Intervenga' pues'
esa autoridad, y lo que de acuerdo con ella:
se establezca, quedará por bien establecido.
Entonces elmatrimoniocon elhijoden. Gar-
los, lejos de amenazar lo existente; le daria'
n~eva fuerza; y sobre todo lopondtiaácu-
bierto 'de eventualidades, que los favoreci-
dos con el arregloestan interesados enpre-
venir. Creemos pues haber disipado comple-
tamente los motivos que pudieran dar lugar
á temer una reaecion religiosa, señalando
un medio segurode evitarla; en lo sucesivo
trataremos de la reaccion polftica y contra
las personas, También en esta partebay
preocupacion: no desesperamos de' poder
desvanecerla.


Para lograr nuestro objeto nos basta la
discusion : discnsion queremos, no fuerza.
Que por mas que no falte quien nos crea
preocupados, cada día se aumenta nuestra
conviccion de que la justicia y -la verdad es-
tan de nuestra parte; y la verdad y la jus-
ticia ganan en ser discutidas. ¿No estamos
bajo un gobierno de discusion? Discutamos
pues; ventilemos nuestras opiniones ála
lu~ ~l dia;llevémoslas al tribunal que en
último recurso habrá de fallar: la opinion
pública,


"A~T~C~LÓ 7.?
Mndi'ldU de maesede.I~I.,


En el númeroanterior examinamos la,par-
te mas delicada y dificil de' lapresenteenes-
tion; la posibilidad de evitarque .el matrimo-
niode la Reinacon el hijo deD. Carlos acar-
rease una .reacoion por motivos religiosos, y
creemos haber demostrado hasta la eviden-


cía que hay un medio justo, legítimo. sua-
ve, para obtener tan importante resultado.
No contentos con laindicacion del medio,
manifestamos francamente que en nuestra
opinion era no solo útil, sino necesario el
ado~tarle. Con est~ contestamos á los que
temieran una reaccion en las cosaseclesiás-
ticas: ,vamos ahora á examinar si seráposi-
ble evitarla en las políticas,


A decir verdad este punto no es el-que
mas nos arredra, ya por las muchas razones
que se pueden alegaren contra de exagera-
dos temores, ya tambien porque no creemos
que el entusiasmo por algunos grados mas
ó menos de latitud en las formas políticas
sea tan ardiente que llegue ni conmucho al
que inspiranlos intereses creados, Aquí está
laverdadera dificultad: en lo dcmas no es
tan costoso 'el dejarse convencer. Que el
Rey tenga tal ó cual prerogativa; que en el
Senado entre en mayor Ó menor cantidad el
elementoari,stocratico.; que las bases pa-
ra la eleccion de diputados sean mas Ó
menos populares, todo esto y otras cosas
análogas no interesan tanto como el vivir
holgadamente con su familia, y alternar sin
desventaja cou lo mas opulento de la socie-
dad, mercedal pingüe producto de algunas
fincas adquiridasa precios nada gravosos,


En todos los grandes trastornos de la so-
ciedad, el establecimiento ó laruina de cier-
tas fon~las políticas es siempre un ohjetosc-
cundario, por mas que á menudo se prescn-
te como el principal. No contentándose con
mirar la superficie de los hechos, se descu-
bren en el fondo las cuestiones sociales en-
vueltaspor las políticas; pudiendoasegurar-
se que las segundas andan siempre suhor-
dinadas á las primeras. La formap~lítica no
es masqueuninstrumento:cuando sirvese le
alaba, se le encarece, se le defiende con vi·
gor; cuando es inútil se le descuida ó abane..
dona; cuando daña se le rompe. Vesta regla
es tan general, que de ella no se esceptúan
ni los monárquicos, ni losmoderados, ni los
progresistas, ni losrepulilicanos; el); ningun
tiempo, :eqningun país -delmuudo. .Este
hecho le acr-editan de consuno.la razon , la
historiayla esperiencia,


¿Qué es lo. que.interesa vivamente alhom-
bre, lo que le mueve; 16 que le incita á po-
nerenaccion sus facultades? El deseo-de
ser feliz él, ,y de hacer la felicidad de losob-
jetos que ama. En esto entran lasatisfaccion
de las'necesidades de la vida, el ocupar en




- Ul-
\a sociedad la conveniente posicion segun ! resignasse á mudanzas en lo lilas ÍIlt"~Q(l
as ideas, los gustos, la ambicion ó los ca- la vida, á trastornarel sistelllade relaciones
prichosdel individuo; y cuando la miradase de esta vida eoa .la Qtra., del hombre COIl
estiende mas allá de la tierra entrándose en Dios.
el órden moral y religioso, el deseo de ¿Qué le importa al hornbl'e un derecho
cumplircon sus deberes, de ejercerlasprác- político si este derecho le arruina'? ¿Qué le
ticas de su culto, de 1)0 ver menospreciados importa la mayor estension de las preroga-
los objetos de su veneracion. Estas son las tivas de un monarca, si este abusa de ellas
cosas que inspiran al hombre vivo interés, para oprimirle, para dañar SQS intereses y
porque le afectan de continuo la mas íntimo contrariar sus costumbres '? La libertad.es
de su corazon; porque estan ligadas con to- para él un mal presente, cuando vé porlas
dos los períodos, con todos los momentos de cuotas de las contribuciones que le cuesta
su existencia; porque estan en perene con- cara, ó si esperimenta de continuo que con
tacto con sus ideas, sus deseos, sus necesi- el ruido de los motines patrióticos es pertur-
dades. bado en su tranquilidad doméstica; y por el


Nada de esto sucede con la política; el contrario si el absolutismo le empobrece. le
elector vota una vez. al año, y á veces cada molesta ó le atropella, el mismo poder y es-
dos ó tres años, si es t]ue no sigue la cor- plendor de un trononoseránmasparaél que
riente general de que lo arreglen como el siniestro fulgor y temible pujanza de una
quieran los que gusten de ello;pero vive de deidad maléfica. Cuando los liberales eran
contínuo con su familia, vive con sus nego- encarcelados y apaleados el año 23, en vano
cios domésticos, vive con sus ocupaciones les hablariais de la bondad paternal del so-
ordinarias, vive con su posicion social, vive herano v de las dulzuras de su cetro; á los
con su re!igion: contrariadle en estas cosas realistas encarcelados y apaleadoselaño 34,
en nombre de cualquier forma política, y era inútil que les ponderáraisla dicha de un
esta forma para él será mala; favorecedle, y I régimen de libertad; á los moderados desti-
la forma política para él será buena; dejad- tuidos y desterrados el año 40 difícilmente
le en el mismo estado bajodiversas formas, se les inspirará entusiasmo PQr el triunfo
y para él esas formas serán indiferentes. del progreso; y losprogresistasque tambien


Así es que en todos tiempos y en todos han tenidosu turno, 00 ereemes que tampo-:
los paisesdel mundo. bajo todas las formas co esten dispuestos á encariñarse por la
políticas, yen cualquier grado de la escala alianza del órden con la libertad v el siste-
sOCJaI en que se hayan encontrado lospue- maparlamentario, tales como loshan enten-
blos, ha habido una medida siempre íecun- dido Gonzalez Braho y Narvaez. .
da en descontento, en odio á la autoridad, En Irlanda los protestantes propenden ála
v con frecuencia en insurreccionessangrien- aristocracia porque esta es su elemento de
jas: el aumentode contribuciones. ¿ Y por vida, y los católicos á la democracia poruna
qué? Porque el hombre puede cuidar tan razón opuesta;en Francia los liberales com-
poco como se quiera de las formas que pre- baten la libertltd de enseñanza porque de
valecen y de loshombres que mandan; pero ella temen el menoscabo de sus sistemas y
cuando se llega á pedirle una parte de lo el progreso de la religion; y el cleroy sus
que le sirve para satisfacer sus necesidades amigos, y los partidarios de la rama caída
y sus gustos, no le es dable ser indiferente, proclaman esa libertad porque en ella con-
no le es dable dejar de notar la diferencia fian para el triunfo de las ideas religiosas.
que va de lo nuevo á lo antiguo; de sentir- En España los hombres religiosos han sido
lasi le perjudica, de quejarse de ella, y de generalmente muy monárguicos porque han
contrariarla en cuanto le sea posible. IIay creído ver en la monarqma un apoyo de la
otra causa que jamás pasa sobre los pueblos religion; que si asi no,hubiera sido, si en
sin rastro de sangre: el cambio de religion. vez de una libertad volteriana hubiéramos
¿Y por qué? Porque entonces se hace nece- tenido un monarca de las ideas de Euri-
sario menospreciar lo que se veneraba, y que VIII , de Federico ó ?el emperador Jo-
acatar loque antesó sedetestaba ó no se co-¡ sé, naturalmente se hubiera combinado el
uncia; sehaceuecesariomirarcomosaludable Ielemen~o religioso ~on el liber~l, viéndose
loque se tema por dañoso, y como dañoso, l' un fenomeno mas o menos analopo al de
lo que se tenia por saludable; es necesario Bélgica é Irlanda.




- U",-
¿Porqué Napoleon ha sido y es todavia


el 10010 de los que en Europa haa blasona-
do mas de liberales? Porque en él estaba
personificada la revolueion; porque bajo la
forma política mas dura, el despotismo mi-
litar, veían- las conquistasde la revolueioe
aseguradas y triunfantes.


Jamás ninguna escuela, ningun partido,
ningun pueblo sacrifica á los sistemas polt-
ticos los sociales: desdeel momento que los
ve en contradiccioli se decide por la salva-
cion de estos últimos. S¡ en su entendi-
miento ó en los hechos loshabía unidocon
muchafuerza, procura ante todo falsear los
primeros; si esto no basta infringe lo que
ellos prescriben; sini aun estoes suficiente,
los.abandona, los abjura.


Esta es la historia de los partidos entodas.
las rev.oluci.ones, y esta es la razón por que
el partido liberal en España, comprendidos
sus varios matices, jamas bapodidoplaateee
la libertad·: Sus ideas sociales estaban en
oposicion con la mayoría nacional; y para
realizarlas, nunca ha podido dejarla libre,
seha visto precisado á oprimirla. Y por esto
las urnas electorales han dado siempre lo
que ha querido el partidodominante: mode-
radossolos, progresistas solos, combinacion
en distintas proporciones , segun que el
respectivo partido dominaba mas ó menos
esclusivamente; pero jamás monárquicos
solos, ni en mayoría, ni aun en minoría al-
go considerable. ¿Qué indica este hecho?
Que la libertad ha sido un nombre sin sen-
tido, v la eJeccion popular todo lo ha repre-
sentado menos el pueblo.


Por manera que los partidos liberales, ta-
les como hanestado constituidos hasta aho-
ra, y estan aun en eldía, se ven condenados
á emplear una forma de gobierno que por
necesidad han de falsear; teniendo en esto
masculpalas cosas que los hombres. Y en
verdad que seria mucho exigir el que un
partido se suicidase; y se suicidaría cual-
quiera de ellos-el dia que dejase á los pae-
blos en eompleta libertad. Ved al partí...
do progresista solo en las Córtesdurante
la dominacion de Espartero; ved tambiell
solo al partido moderade durante el mándo
de Narvaez: ved á ese gobierno que refor-
ma la Constitucion para escudarse contralo!
progresistas, y que ha dudado en publicar
la reformada, y hacer la ley ektoral, y di-
solver las Cónes, receloso delascendiente
de los partidos que le combaten.


Estas esusas han hechoque el gobierno
representativo, tal como se ha visto en Es-
paña hasta ahora, tenga pocos entusiastas;
aun los que mas eoavencidos se hallan de
quehay necesidadde conservarle deseanqlll~
sea enadelante una cosa muv diferente de
10 que ha sido hasta aquf." . ,


Por mas doloroso que les sea á los-que.
han trabajado por plantear y aclimatar en
Bspaña las innovaciones poltticas , han de
confesar que las formas representativas han
sido una decepcion: con respecto á los tielR~
pos anteriores nadie lo duda; por lo que'
toca al presente recordamos á nuestros
lectores el notable artículo delTiempo sobre
las tres influencias. Prescindiremos de las
observaciones con que este periódico acom-
paña el-hecho que consigna, pero·no cabe
ningunadudaenqueresultaincontestable una
verdad, y es que de todo ha habido eseepto
gobierno propiamente parlamentario. ¿Cómo
se quiere pues que las instituciones seacre-
ditenyarraiguen'? ¿Cómo se quiereevitar-que
los pueblos no veanclaroal través dela nie-
bla conquese pretendeoscurecerla atmósfe-
ra política? Todos los hombres pensadores y
sinceros se van convenciendo de que esto
no puede continuar así; de que es menester
tomar otro camino; de 9ue es necesarioen-
sancharla basa del gobierno , dándole nue-
vos puntos de apoyo en las ideas y costum-
bres de la inmensa mayoría nacional. Si ha
de haber gobierno representativo no sea al
menos un monopolio de unos pocos, que al-
ternativamente se sirvan de élpara disponer
en 'provecho propio de los destinos de la
nacion.


Equivocados andan cuantos creen que si
el hijo de D. Carlos llegase á entrar en Es-
paña tendria un interés en el restableci~.
miento del gobierno absoluto, ni que hubie-
sen de incitarle á ello los consejos de sus
adictos. La necesidad de unas Cortes que
seanverdaderamente dignasde. este nombre
está generalmente reconocída; yen contra-
riar esta necesidad ningun interéstendrian
los partidariosdel hijode Do Cárlos. Cuan-
do estuviesenfuera del poder, ó notuviesen
en él toda la parte que desearan, su interés
exigiría que no les faltasen los medios de
oposicion que suministran las nuevas for-
mas; y de que se carece totalmente en las
absolutas; y cuando llegasen al mando y ne-
cesitasen encontrar mayoría en las Cortes,
es bien seguro que contarían coamas pro-




-U6-
de los destruirlos el hijo de D. Carlos. Adem~s,


que habiéndose ya verificado la revolueion
social, hecbotambien e1arreglo con la San-
ta Sede, y fijadas las bases sobreque debe-
ria estar planteada la nueva organizacion,
los hechos políticos no tendrianya la im-
portancia que antes; no ofrecerían aquel
encarnizamiento, con que los hemos visto
hasta ahora; y la accion de los poderes se-
guiria la direccion de la opinion pública,
apartándose del terreno de la política; yen·
caminándose en busca de los medios para
mejorar el estado intelectual, moral y mate-
rial de los pueblos. Habiendo desaparecido
las dos cuestiones religiosa y dinástica, esos
dos gérmenes de discordia é irritacion , la
política se encontraría sin gran-parte del pá-
bulo que ha .fomeotado y fomenta todavía
susfurores ; v si no se evitasen todas las
desavenencias porque esto es imposible en-
tre hombres, al menos se lograria que se
discutiesen y resolviesen por medios pacífi-


.cos y legales.
La sobreabundancia de fuerza que enton-


ces tendría el poder real por·haberse con-
fundido las pretensiones dinásticas, lejos de
ser un elemento de tiranía lo sería de sua-
vidad, porque losgobiernos tiránicos no son
los fuertes sino los débiles. Cuando el po-
der es flaco.; cuaedo Conoce que la basa
en que se apoya es estrecha y deleznable,
cuando se mira rodeado de enemigos que
acechanel momento oportuno para derribar-
le, cuandove delante de sí otro poder caido
prontoá reemplazarle, entonces es asustadi-
zo, desconfiado, suspicaz; entonces se humi-
Jlaindignamente ante los que le tienden la
mano para sostenerle, coutempla con hosca
y azorada faz á cuantosno protestande con-
tinuo adhesión y fidelidad, corrompe con el
oro, trafica con los empleos públicos, des-
pliega en vasta escala un villano sistema
de espionage, y cuando esto no le basta,
confina, encarcela, mata.


.Esta es la historia de todos los tiempos y
paises: los poderes que han temido por su
existencia han sido corruptores y tiránicos,
los que nada· han tenido que temer han eco-
nomizado la fuerza de que abundaban, ó
mas bien la han empleado en proporcionar
beneficios á los pueblos, rigiéndolos con
justicia y blandura..


Ved un ejemplo bien reciente en ~ues1ro
pais, Cuando después de la reacción de
1823 el rey se fue convenciendo de que


habilidad de lograrla -que: ninguno
otros partidos.


El parti'do monárquico del afio .\.5 dista
ya mucho-delpartido monárquico del año23;


, no pasa en vano sobre los partidos la cuarta
parte de un siglo·; no pasa en vano la espe-
riencia de 10 años de mando; no pasan en
vano 7 añosde guerra; y sobre: todo no pa-
san en vano 13 años de infortunio. Tiempo
han tenido los monárquicos para -aprender
que no todo se hace con las armas, que el
espíritu del siglo exige ·que se procure
triunfar en la lucha de Jas-ideas.: En este
terreno se les ofrece á, los hombres monár-
quicos y religiosos UQ. campo inmenso don-
de- desplegar su actividad y ~nergía. Hay
aun en España mucha vida ea el elemento
monérquíeo-rehgioso: solo falta agitarlepa-
ciñoamente , desenvolverle, v de esta ma-
nera hacerle capazde entrar con vcntaja en
elmovimiento polltico.


El partido monárquico en 1823 y en
1832,vela en el gobierno del rey absoluto
el único medio de conservar la antigua or~
ganizacion social; en 18.\.5 sabe que aquella
organización ha desaparecido, y que no es-
ta en la mano del hombre restaurarla tal co'-
mose hallaba ~ la. muerte de Fernando;
en 184,5 sabe que no puede aspirar á aquel
objeto, y sí únicamente á consolidar el po·
der real, y á sostener-yfomentar el elemen-
to religioso de la manera conveniente para
que satisfaga las necesidades de .la sociedad
española, antiguasy-modernas. El-siglo XIX
no es el siglo XeVI ;Ia Bspaña despues.de
una revoluciondef S .años no es.la España
del tiempo del rey; la política que .se
habria de seguir ahora no es la política
de 1823. Esto lo saben los.monárquicos, y
lo saben, no solo por la reflexion sino por
efecto de esa -influencia que está ejerciendo
sobre los hombres de . todos los partidos el
aliento del siglo. Véase en prueba de esto
cómo los monárquicos que han figurado en
latribuna en los últimcstiemposno se es-
presan como lo hubieran hecho-los de otras
épocas; véase cómo la prensa -monárquica
de ahora dista mucho, muchísimo, de la
prensa de 1814 V 1823.


Estos hechos·son mas bien sociales que
polítieos : no dependen de esta ó aquella
rey, de esta ó aquella institucion , estan ra-
dieados.enIas ideas v.en lascostumbres, y
por lo mismo no se 'destruyen con un de-
ercto;yestos hechos noquerria ni podria




-447 -
su poder estaba seguro, se fue inclinando ··11 op~esto ~ y,si obtenida la,.reforma y las au-
naturahnente áunsistemade suavidadtIne en tol'1Za~ione,s coa.tanta u.rgencia solic.itadas
los últimos años iba contenta.ndo á loscons- I hacr.eldo conveniente no.haoer usode ellas,
titueionales; y solo se veían reproducidas I no le ha hecho. , .. . .
las medidas rigurosas cuando las conspira- .' Esta esperieucía , unida á lo sucedido en
cienes y las invasiones de los emigrados ha- tiempode GonzalezBraho"prueha evidente-
cían creer. al gobierno que le amenazaban temente que el gobierno en Esp3üa,puede
nuevos peligros. todo lo que quiere ; que al nombre, del,UlO-


¿Cómo queréis que sea blando y suaveun no nada se resiste" y por \.o mismodemues-
gobierno que se ve continuamente en riesgo tra.t~mbien , que SI resueltas las cuestiones
de perecer á manos de sus enemigos? ¿Y religiosasy ahogada la dinástica, se constí-


, Cómo podrá ser violento el que no encuen- tuyese en Espailaun gohierno, este gobier~
tra con quien combatir" Todo gobierno tie- I no no; deberla temer la presencia de las
ne el in.stintode su propia conservacion., .y i Córtes p~ra la formacíun de algunas Ieyes ~.
esta exrge que no se haga nuevos enemi- I la, V?taclOll de los, Impuestos. Ese espín tu
gos: el gobierno/pues que se encuentra en público que se ha dispertado á fuerza de des-
una situacion fuerte y desembarazada tien- g~acllls, lejos de contrariar la accion del go-
de de suyo á grangearse voluntades; Si esto bIC~ÍlO ,Jaauxiliaria ; .la institución de, :las
es verdad en todos tiempos', ¿ qué será tra- Córtes no serviría para, debilitar el .poder
tándose del sigloXIX, en que tanto desar- real" sino parafcrtalecerle. . ' ..
rollo ha tomado la suavidadde costumbres, E~ unerrer el creer..que la mayoría del
desacreditándose cada dia maslos medios de partido .eal"1ista ,se hubiese de arrojar por
pura fuerza? . ese camillo de violencias que tanto semani-
: El hijo de D. Carlosno se inclinarla pues, fiesta temer: si aun durante la .guerra se
como temen algunos, á sistemas esclusivos formó en el mismo.campo de D., Carlos un
y violentos : para nada los necesitaría, y p~rtido numeroso que deseaba la transac-
por lomismo no quema emplearlos. ¿ Teme- cion, aunque no la entrega que se hizoen
ria por ventura que las Córtesdesairasen su Vergara: sien este-partido iransaccionísia
persona cuando en ellas se habría revocado quedeseaba el matrimonio y el restablecí-
su proscripcion? ¿Becelaria bochornos sien- miento de las Cortes Iíguraban , segun se
do ya marido de Isabel? ¿Temeria ver pos- asegura, los hombres mas distinguidos así
tergados á sus adictos, cuando tendria tan- e~ la guerra como en el consejo,¿ sería po-
tos medios de darles entrada enlas Cortes? sible que despues de largos años en que la
j. Temería la ruina de la antigua or.ganiz¡¡:" esperieeciaha venido á confirmarsu previ.,..
cion, cuando esta ya no existe? l.Temcl'ili !llOIl, ,en. .que los hechos han,demostrado
invasiones de las Córtes en las atribuciones euán.bien pens~b~n'QS' quecrei'liL<¡ue.no
del poder real, cuandoeste sería mucho mas se.podia exigir lodo", y.que: exigiéndolo to-
fuerte, cuando no existe milicia nacional, do no se lograria nada ~ sería pusible., r~pe.,.
cuando el jurado no está va ni en la Cons- timos, <lue, se empeñasen ea.laadesateáta-
titucion reformada-por lo"s mismos parla- das pretensiones quealgunosseobstinan en
mentarios, cuando se ha trasladado al atribuirles: . '.
g~~íer!!omucha parte d~1 poder de I~s n~u- Las rfOr~l.l.das.modi.fic~cione.s sufridas por
nioipalidades, cuando a mas del ejército el partido liberal nos indícauJas que habrá
hay la policía y la guardia civil ?'Pues qué, esperimentado el carlista. Yolvamos los
i,no se ha visto en la última temporada,y ojos á los años 33y34,¡; recordemos 10 que
no vemos todavla, lo que puede un gobier- Ipensaban, lo que decían,¡ lo que hacian
no ??n cimentado en.e,strechrsima ba~(J, per- muchos, ~e los hombres, que ahora figuran
SO~lhClld? en un militar-, 'y combatido por I en el pa,rtido maderado, y algunos todavía
'adversarios numerosos? ¿No hemos visto lo I mas atraso Sus.Ilusiones se han disipada,
ql~e es loa revoluci~n, 10'9ue son las mismas aquellas teorías -tal~ sublim.es les parecen.
Cortes. en presencia de él '? Ha propuesto la ahora. sueños de delirante; aquellasesperan-
reforma de la Constitucíon, se ha reforma- zas tan halagüeñas.se han.. trocado en un
do; ha pedido autorizaciones, se le han con-I amargo-desengaño , cuando no en tedio, en
ced,ido; ha qu.erido prescindir de la Consti- abatimiento, en desesperacion de alcanzar
tucron en vanos puntos, nadie se le ha liada bueno por el canuno que antes mira-




- U8-
han como el único para la prosperidad de la pues de este modo se manifestaria á la Es-
nacion. Si esto ha sucedido á losque han paña y á la Europa cuán crecido era el nú-
obtenido el triunfo, ¿por qué no se habrá mero de los adictos á su causa.
verificado en loscaidos? Ysi esto noes asi, Dejad al gobiernodébil , buscad á la Rei-
¿cómo es que aun entre los que han defen- na un maridu que 'no atraiga alrededor del
dido á D. Carlos con las armas en la mano, trono á todos los españoles, constituid asi
ya solo se piensa en una reconciliacion, mas un poder que por indeclinable necesidad
no en el triunfo del mismo príncipe por I haya de luchar con partidos numerosos,
quien vertieron su sangre? l,Se propone al- desairad á los que desean una reconcilia-
gUDO de ellos lo que intentaba en f 8:16? cion y quitadles todaesperanza, y entonces
En cuantos medios se ofrecen para conocer vereis lo que resulta en favor de esa misma
su opinion, ¿no se descubre esa tendencia libertad por la cual mostráis tamaño eatu-
á una reconciliacion general, á la repara- siasmo.
cion en lo que sea posible, á borrar esa Ií- ¿ Sabeis lo que resultará? Hélo aqui.
nea que separa.á españoles de españoles, Combatido el gobierno por adversarios po-
ahermanos de hermanos? ' derosos , de una parte por la revolucion , de


Dígase Jo 'que se quiera, lo repetiremos otra porlos monárquicos, veráse continua-
unay otra vez,no pasan en vanolos años; no mente rodeado de peligros, sospechará de
pasan en vano tantos padecimientos ; todo cuantos le miren con desvío, y viviendo sin
se ablanda y modifica con la accion de cesar en agitacion y zozobra propenderá
causas tan poderosas. En ningunaparte, por por necesidad á la tiranía. Mal sistema para
mas que lo miremos, no alcanzamos á ver asegurar la libertad el no afianzar el po-
esos elementos de tremenda reaccion contra del' sobre sólida base: por esta razon la li-
la que tanto se declama. Un solo punto ha- bertad no ha sido hasta ahora mas que una
bia capaz de prestar á ella motivos, y en el mentira. cuando no un sarcasmo que los'
artículo anteriorhemos indicado el remedio. opresores han dirigido á los oprimidos. Si
Quítese este elemento de irritacion , que Jo no curais el mal en su raiz, sucederá en
es por rozarse con los interesescreados V los adelante lo que ha sucedido en losaños an-
sentimientos religiosos de la mayoría de la teriores : las mismas causas producen los
nacion, y todo lodemas noofrece las diñcul- mismos efectos. De los motines al despotis-
tades que tanto empeño hay en abultar. mo militar. del despotismo militar á los mo-


El' príncipe no abrigaria los deseos de tines: esta.es la suerte de las naciones en
reacción politica .que algunos temen, consi- que el poder está mal afianzado. Si no tem-
derando que para tener alrededor del trono hlais de preparar á la nacion un porvenir
Córtesenqu~ viesemuchos partidariossu- tan. triste. sobre ella caerán Jos infortunios,
yos ,le b*staflla procurar que la representa- pero sobre vosotros una tremenda respon-
cien nacional fuese una verdad. Estarán sabilidad.
cO'llvencidos de la exactitud de esta obser- Si el príncipe que trajéreis aliado del tro-
\'aei&Bcuantosconozcanel estado de la opi- no es débil; si, con un carácter tímido é
nionpública. Es una ilusion el creer que el índole pacífica, no es ~ propó~ito para to-
príncipe tuviese interés particular en que mar parte en los negocios públicos y enfre-
no se convocasen las Córtes , por temor de nar á los bandos con la espada en la mano,
verse combatido Ó desairado por ellas; si en entonces pensadcontínuamente en el mili-
las presentes, á pesar de ser formadas bajo tal' que haya de llenar el vacío; peroeuton-
las influencias que todos sabemos , ha sido ces ni) culpéisá este ó aquel hombre, que
tratada con tanta consideración la familia cuandoel uno caiga, seguirá una conducta
deD. Carlos, asi en el Senado como en el semejante el que loreemplace. Quese llame
Congres.o, COII muyrarasescepciones, ¿qué INarvaez ó no, tan pronto com,o le ~abrei~
sucederiadespuesdereahzado el matrimo- colocado en el mando se vera precisado a
nio , y desvanecidas esas vulgaridades con defenderse; y la defensa no se hace en ta-
que se ha presentado á la familia de D. Car- les casos con el papel y los discursos sino
los como raza de monstruos. Lo repetimos: con la espada. Cuando hableis. recio en el
tal vez lejos de convenir al príncipe recien parlamento él hablará mas recio que vos-
venido que no se reunieran las Córtes, po- I otros; v?sotros pod~~i~ desahoga~os con ~I~
dria interesarte mucho que se reunieran, Run articulo de periódico , pero el segmra




Madrid 19 de ma1'ZO de 1g.;·li.


ABTICULO 8. 0 y ÚLTtMO"


Vamos á examinar el peligro de reaccion
con respecto á las personas. Temen algu-
nos que el hijo de D. Cárlos, siadquiriese
influencia en el gobierno, se ensañaría
contra los que han defendido el trono de
Isabel; pero los que asi piensan son vícti-
mas de una ilusion que concibieron durante
la guerra, y que aplican á circunstan-
cias totalmente diferentes. Si en setiembre


- 4.49-
su camino, comprendiendo bien que la si./ de ,1837 hubiese entrado D. Carlos en Ma-
tuacion es situacion de fuerza, y que la drid, hubiera habido reaccion contra lasper-
fuerza no la teneis vosotros, sino él. sonas: esto era inevitable, porque estaba en


Pero si el príncipe es hombre de entendi- la misma fuerza de las cosas. Pero l.serian
miento claro y corazon brioso; sisu carácter estas las circunstancias delmatrimonioj No
es demasiado altivo para someterse á las ciertamente. Entonces D. Cárlos triunfaba
voluntades de un súbdito de su regia espo- y el trono de Isabel sucumbia; ahora Isabel
sa; si es de ánimo bastante esforzado para se enlazaría con el hijo de D. Cárlos; por
arrostrar la cólera de un militar y las ame- una parte permaneciera sentada en el trono
nazas de lospartidos; si sabe tomar aseen- la hija de Fernando, y por otra se.ahogaran
diente sobre los soldados, haciéndose de con la alianza de la Real familia todas las
derecho ó de hecho el gefe de las armas, cuestiones y pretensiones dinásticas. Enton-
entonces su inclinación natural, naturaltsi- ces el triunfo se debía á la fuerza; ahora, no
ma, viéndose al frente de un gobierno tan el triunfo sinolas ventajas, las debia el hijo
combatido en sentidos tan varios, será el de D. Carlos á negociaciones pacificas, á
absolutismo: porque solo en el absolutismo medios legales, al influjo de la opinion pú-
verála esperanza de imponer silencio á los blica, al deseo de una reconciliaeion gene-
descontentos y de quitar el pábulo á los re- ral, á la desaparicion de muchaspreocupa-
voltosos; porque solo en el absolutismo ve- ciones, á la estincion de los rencores aati-
rá la esperanza de impedir que por una par- guos. Entonces se encontrabaD.Carlos solo
te se desenvuelva el elemento revoluciona- en medio de sus sostenedores, quepodian
rio,y por otra adquiera importancia un decirle: «nosotros hemos conquistado para
partidonumeroso, que no podrá menos de ti el trono-con el precio de nuestra sangre,
mirarle, ya que no con odio al menos con no puedes olvidarte de atendernos, y de
desagrado, al ver en él un perene recuer- prestarte á lo que te pedimos;» ahora el
do de la esclusion y proscripcion del prínci- hijo de D. Carlos se encontraria al lado de
pe por quien se interesara. su augusta Prima, que está ocupando el


Entonces podria muy bien suceder que trono hace ya largos años, yen medio de
se viera el cumplimiento de unas palabras una.nacion compuesta dehombres de varios
del Sr.. Peña y Aguayo en el Congreso de partidos, cuya conducta conciliadora al apo-
diputados, que pasaronpoco menos que des- yar el enlace, le estaria indicando el sistema
apercibidas,y que sin embargo encerraban tamhien.conciliador que en adelante conve-
una gran verdad. «¿Pero es solo el hijo de ma seguir. .
D. Carlos por quien pueden peligrar las ¿Quién no ve la inmensa diferencia que
instituciones? ¿ No hay otros príncipes que va de una situacion á otra? No es el padre,
podri~n 'pon~r en mayor peligro ~~n nues- sino. el hijo; no se destru~e el trono de ~sa­
tras instituciones? Al cabo el hIJO de don bel, se le afirma y consolida con una alian-
Carlos podria tener algunas ventajas, pero za; no es triunfo de guerra siao de paz; no
los otrQ$ ninguna.» (El Sr. Peña y Agua- es una victoria, es un abrazo; no es un par-
yoen lrl86sionde128 de noviembre de f SU.) tido que derroca á ;un partido, es la fusion


de los partidosen un sistema nacional; no
hay competencia de las naciones estrañas,
haya lo mas amistosamediacion, hay con-
venios de buena inteligencia; y todo esto,
habiendo trascurrido ya largo tiempo desde
la termioacion de la guerra civil, cuandose
han'apagado losodios, cuando han caido en
desuso denominaciones irritantes, cuandose
ha generalizado elespíritu de tolerancia v
fraternidad, cuando se ha arraigado prorun:
damente la eonviccion de que es dañoso,
insostenible, mortal á losque lo emprendan,
un sistema de persecuciones y venganzas;
cuando todos loshombres juiciosos estan an-
siando una reconciliacion general, y recono-


55




- .j50-
(.~en.la absoluta necesidad de cimentar el 11 carlist~s.erlUl hOl~bres como los demás y
gol)lerno sobre, una basa' anchurosa, de nadarndiguos de figurar honrosamente en:
tener IIn poder ppr todos aceptado, ácuya Ila sociedad. Esto, que.se ha verificado con
sombrapuedan hacerse honrosas transaccio- tantos y tantos como se han adherido al
nes , sin humillará ninguna de las partes, convenio, se verificaría con el matrimonio
sin conmover.el edilicio del Estado. ¿Quién y todas sus consecuencias. Pasados los pri-
no vé la diferencia ,la' inmensa-diferencia meros momentos de esquivez ,unos'y otros
que vá de estas circunstancias á-las:de un se reirian de los vanos espantajos.
triunfo de D. Carlos por medio delas armas? El crecido número de los adheridos. al
¿Qni(~n no ve, quién no sientela diferencia, convenio de Yergara simplifica sobremane-
la inmensa diferencia quevade1835 á 18q,5'? ra la cuestiondelmatrimonio conrespecto al


¡Perseguir!.. ... 'Esto fuera-jneoncebible. punto de vista de los sueldos. Las reclama-
El esposo de- Isabel ; 'lpodria perseguir á cioues.para ser rehabilitado serianen menor
los: defensores- de Isabel? Entonces¿ qué número ,pues muchos ya lo están: y P()f
sería de es~a?¿T81llbiense querrá suponer cierto que..él.aumento de gustos que-estos
que su martdo se'apQderaria esclusivamente trajeran consigo.scccmpeasariaabundante-
de las riendastdel-msnd« porviolencia.w mente con-las ventajas. Con. el solo costede
echaría á ;~Il,.esposa;}dehRea~ 'palacio, ó la las marchas de las tropas para ahogar una
obligaria:iái:consrlmitse:¡'en ,un encierro'? insurreccion ó prevenirlase-consume mucho
Estas, .cosasilt) son.deveste siglo; pasaron masque¡ el importe de esossueldos: ¿y qué
los tiempos de ~peJarrá ta~a~as violencias;· I será si atendemos al despilfarro de caudales
estamosen el SIglo XIX; vivimos en Euro- que acarrea UM solo de esos pronuncia-
pa; y si no, se quisieran conceder al hijo de mientes que anualmente sufrimos? Una me-
D. Cárlos grandes talentos, al menos no se dida grande y previsora con que se afirma-
le podrá negar sentido comun, y el sentido se sólidamente el gobierno, ¿no sería á mas
comun basta y sobra para evitar tamañas : de .política altamente económica? ¿Qué son
aberraciones; el.sentido comun basta y so- unos cuantos cesantes mas en eseabismo de
hra para guardarse de tamaños escesos. A cesantías que las vicisitudes de los partidos
fuerza de suposiciones exageradas yabsur- ahondan de continuo? ¿Qué son, unos cuan-
das no hay verdad que no pueda comba- tos grados,en esa profusion con que se der-
tirse. Si suponéis que el hijo de D. Carlos raman los grados en cada pronunciamiento,
es un imbécil, y que ademas tiene elco- en cada.crisis, en cada-peligro, en cada pre-
razon pérfido y cruel, entonces resultarán dominio de una pandilla?
todos los inconvenientes que querais ; pe-Una de las causas mas poderosas del dé-
ro con solo concederle un entendimiento ficit.cada dia creciente que trabaja nuestra
regular y uncórazón honrado, estos incoa- hacienda, y que amenaza llevarnos tarde ó
venientes son.varios sueños. temprano' á una abierta hancarrota , es el
~o~ ta~tas las cG~asque anunciadas con I tener un ejército mayor-del .q~~ permiten


antícipacron hor~orIZany (!ue realizadas-no I nuestros recursos, .SUl quelo exqan tam.po-
son nada!... Quien en 18.31 hubiera.dicho co nuestras necesidades-con respecto a lo
que se podian introduciren el ejército de la I esterior. La posicion de España después de
Reina muchísimos gefesde las filascarlistas, reducidas sus fronteras al Pirineo, y no po-
que se les podían confiar á algunos de sus seyendo estados en ningun otro pais del
generales puestos importantísimos en el continente, es la neutralidad en todas las
mando militar y civil, hubiera sido tenido complicaciones que pueden sobrevenir en
por un insensato. ¡Qué horror! se hubiera Europa. Y si algun dia ha de aspirar la Es-
esclamado, ¡Cómo es esto posible! ¡Entra \ paila á reconquistar el lugar perdido entre
semejante delirio eri cabeza bien organiza- las potencias de primer orden, su posieíon
da! Y sin embargolo estamos viendoejecu- penmsular, y la muralla del Pirineo estan
tado; y los pusilánimes han podido conven- diciendo que su fuerza principal no ha de
cerse de queaquellode bandidos, cabecillas, ser terrestre sino marítima; los recuerdos
facciosos, hordas, caribes, tigres, monstruo« que se han de evocar no son los de Pavía
sedientos desangre humana, eran cosasmuy y San Quintín, sinolos d~ Lepanto.
buenas para horripilar lá los niños y á los Necesitamos ejército sin duda I mas no
mentecatos, pero que á pesar de todo, los ni conmucho, el que ahora tenernos; y por




- 45f ~
)0 mismo 'Conviene procurar reducirle á jus- ¡ !lOlíticas, pero en cambio tamhien han sa-
ta proporcioncon nuestrosrecursos? ¿Y por I idode entre ellos las víctimas inmoladas á
qué se conserva un ejército tan numeroso, la cólera de los-vencedeées. En "8~.1 co-
á pesar de haber transcurrido cinco años menzaron los .fusilamientos de generales
desde que terminó la guerra? ¿Es acaso pa- ilustres y·Ia privacion de honores, grados y
ra hacer frente á alguna potencia que nos condecoraciones con respecto á otros; esta-
amenaza? ¿Cuál es esta? Y si nos amenaza- mos en "8MS, y la cadena de los infortunios
ra, y hubiese esperanzas de hacerla frente, para los militares no se ha roto aun. Re-
nuestro ejército aunque demasiado numero- cuérdensedecretos recientes destituyendo á
so paraEspaña, ¿estaria en alguna propor- unos, y la sangre de otros que todavía hu-
cion con los ejércitos enemigos? El motivo mea. ¿No sería mejor un ascenso menos rá-
por que desde que se concluyó la guerra no pido pero mas seguro? ¿No fuera mejorque
se ha puesto el ejército español bajo. el pie el-valiente que ha vertidosu sangre en cien
que exige el estado de paz, es porque el combates no corriera el riesgo de perecer
gobierno le necesita; es porque esta paz es en un cadalso? A todas las clases del Estado
solo material no moral: es decir.que los-áni- les interesaque entremos de una vez para
mos estan inquietos y desasosegados, . por- siempre en un órden de cosas estable y só-
que estan pendientes grandes problemas, . Iido, y entre esas clases debe ser contado
porque es incierto' y azarosoel porvenir; es el ejército. Durante los disturbios el ejérci-
porque el gobierno sabe por esperienees to tiene, es verdad, susdias de interesadas
demasiado repetidas, que para mantener el lisonjas, de exageradas alabanzas, de des-
órden público ha menester el apoyo de las medidas rec?mpe~sas; pero en último resul-
bavonetas;' tado la contmuacion de los trastornos daña


'Yde esto ¿qué resulta? Gravamen á la á muchos de sus individuos y á la institu-
riacion y daños al mismo ejército: ála na- cion misma. La revolucion hace pagar ca-
cion, .porque ha de pagar mas de lo que ros sus donesá los favorecidos: se abren las
puede; al ejército porque absorbiendo el cuentas con pródiga generosidad y se Ii-
servicio activo la mayor parte de los recur- quidan con.intolerables usuras.
sos, no queda debidamente atendida la El esclusivismo que ha dominado á los
clase pasiva; á la nacion , que se vé preci- partidos ha debido lisonjear como era natu-
sadaá añadir á las contribuciones de dine- ral á los respectivos empleados. Es un cál-
ro contribuciones desangre; al ejército que culomuy obvio el siguiente: «cuantos mas
envuelto con sobrada frecuencia en las di- sean los inhabilitados, menor será el núme-
sensiones y luchas de partido ~ sufre tam- ro de mis rivales.s Este cálculo, repetimos,
bien en su personal las vicisitudes consi- es obvio, masno exacto; hé aqui otroque le
guientes á los trastotnos políticos. Tambien .destruye: «cuantos mas esclusivismos ha-
se han visto en él encumbramientos y cai- ya, mas peligro tengo yo de ser víctima de
das, ascensos y destituciones, que en- me- alguno de ellos.» Sisecontase- el tiempo
dio de la confusion en que se verifican no que los empleados respectivos han estado
pueden menos de llevar consigo parcialidad cesantes, se vería que'queda compensado el
é injusticia, . que disfrutaron con predileccion esclusiva.


Ensánchese la basa en qu~ estriba el go- Pero si á los mismos empleados no les
bierno, quüense.los incentivos de nuevas conviene ese esclusivismo que reina de al-
discordias, atráigase alrededor del trono á gunos años;á esta parte, menos le conviene
todoslos partidos,·y.entonces la aecioa del todawaá.la.nacionc: que se.veprivada de
poder seráfuerte.no podas armas sino-por- las-luces-de muchos hombres utilísimos , Ó
la ley; entonces esas armas nohabráll'de condenadosá no 'poder 'servirla nunca, Ó
ser en tanto númerc.ipcrqueestaránconsa- á poderlobecerúnicameute 'cuando llega la
gradas á velar únicamente por la indepen- época del partido á que pertenecen. Este es
dencia y el honor nacional, Y'Ílo á estar en un.mal grave, gravísimo, que imposihilita
guarda contra las revueltas promovidas por- el buen gobierno, V que'no se remediarási-
las discordi-as de los ciudadanos. no con-un poder fu"erte, que no necesite li-


Y nótese un hecho digno de no olvidarse: sonjeará este o aquel partido.
hace algun tiempo que los militares han si- ¿Quiénpodrá negar que hay en todos los
dolos encargados de dirimir las contiendas partidos hombres muyútiles? Ni los monár-




¡52
quicos , ni los moderados, ni los progresis- podrán cambiarse los hombres mas no la
tas, ¿ se atreverán á atribuirse esclusiva- naturaleza de las cosas. En vano se acusará
mente19S conocimientos necesarios p'ara ser- á este ó aquel ministro , á este ó aquel
vir con provecho al Estadoen las diferentes empleado; la fuerza de las circunstancias
carreras del servicio público? ¿Habráquien les prescribe esta conducta; en vano inten-
se atreva á sostener que bajo el antiguo ré- taran sobreponerse á ellas.
gimen no había hombres distinguidos por Vamos á terminar este artículo con una
su saber y por su práctica en los negocios, reflexion que creemos de alguna gravedad.
y que ahora gimen en la miseria en premio 1 Noestá fuera del órden de lo posible el fa-
de Jos largos servicios hechos al Estado? llecimiento prematuro de una perscnaau-
¿Habrá tampoco quien niegue que en el ré- gusta, dejando un sucesor niño. Si por no
gimen nuevo, y en los diferentes bandos en haberse verificado el enlace que aconseja-
que se ha fraccionado el partido liberal, ha mos no se halla ahogada la cuestion dinásti-
habido hombres que han descollado venta- ca, la imaginacion se asombra y el corazón
josamente en variosramos? Pues bien,has- se acongoja al pensar en los terribles azares
ta que haya un poder bastante fuerte, que de una nueva minoría, en la nueva oportu-
sin temer á ninguno pueda servirse de to- nidadde una guerra civil, en la repeticion
dos; hasta que haya un poder que no esté de otros 14 años como losque hemos atra-
basado en principios é intereses esclusivos, vesado. Los ¡pismos que han medrado en el
como ha sucedido desde la muerte del rey, nuevo régimen, ¿no tienenun evidente in-
la nacion no podrá aprovecharse de muchos terés en precaverse contra las eventualides
de esos hombres; y aun los mas rectos y que tan aciago acontecimiento podria acar-
capaces, cuando esten en actual servicio, rear '? Esto son conjeturas, suposiciones, es
no producirán ni con mucho el bien que de cierto;mas son tantas las de este géneroque
ellos se podria esperar, si en vez de cuidar- se verifican....
se del interéspúblico, ocupándose en el ob- Pero se nos dirá: el matrimonio con elhí-
jeto de su destino, no hubiesen de estar jo de D. Carlos, ¿no da tambien Jugar á
pensando conlínuamente en apoyar los in - graves cuestiones, mayormente para el ca-
tereses políticos de la bandería que los em- so de dicho fallecimiento si fuera sin suce-
plea. sion? ¿Qué se. hace entonces?


¿Qué han sido hasta hoy los gefes polí- Esta es una dificultad grave, mas no sin
tices, ó mejor diremos, qué han podido ser? solucion: y daremos una prueba de nuestra
¿ Qué ventajas han podido proporcionar á los lealtad declarando que de ninguna manera
pueblos? ¿Cómo quereis exigir que se ocu- convendria dejarla sin resolver, y que sería
pe de mejorar la suerte de los gobernados muy importante, necesario, el resolverla
quien está sin cesar distraído por las intri- con la anticípacion debida. ¿Cómo? No
gas, las elecciones, Jos cambios de ministe- aventuraremos nuestra humilde opinion so-
rio , las mudanzas políticas, las conspiracio- bre un punto tan grave y delicado; mas pa-
nes? Este hombre no puede gobernar; lo ra que se vea que nada queremos c1andes-
que hará será defenderse, defendiendo á los tino, y como por otra parte se interesa en
que le protejen y de quienes depende su el negocio la ley de la sucesion á la corona,
suerte. Sentirá que se mina bajo sus pies, creemos que antes de verificarse el enlace
él contraminará; le amenaza la anarquía, él se habria de resolveresta cuestion para to-
obrará con despotismo; debiera hacer fren- das las eventualidades posibles: esta reso-
te á las invasiones de la autoridadmilitar, lucion debiera acordarse en Córtes, formar
perose entregará en manos de ella porque parte de loscontratos matrimoniales, para
la necesita: no se trata de administrar SIDO que no faltase una condicion necesaria en
de pelear. Y lo que ha sucedido con los ge- tales casos, que es la aceptacion de. una de
fes políticos ha sucedido con los intendentes las partes contratantes; y obtener ademas,
y con todos los empleados, y sucederá en si fuera posible, el asentimiento de la diplo-
adelante si no se aplica el remedio á la raiz macia europea, para prevenir todo hnage
del mal. El gobierno hade tener contempla- de dificultades y allanar todos Jos obstácu-
ciones á sus adictos porque los necesita; el los. Nada de clandestino, todo conla mayor
gobierno no se apoya en la nacionsino en I publicidad; nada de dudoso, todo previstoy
un {tartido: y mientras esta situación dure, lijado conanticipacion, y con todas las san-




- i53 -
cienes posibles. Es tan profunda la convic-
cion que abrigamos de la sensatezde la na-
cion española y de la honda huella de los
desengaños, que no tememos semejantedis-
cusion, antesal contrario esperaríamos mu-
cho de ella. Con esta ocasion desaparecie-
ran para siempre todas las dudas sobre la
ley de la sucesion á la corona; ningun par-
tido pudiera alegar nada contralo que sere-
solviese; todos mediarian; y por todos serian
aceptadas las modificaciones que se hicie-
sen. Esto es de una importancia inmensa pa-
ra el porvenir de España. .


Hemos llegado al término del exámen que
nos hablamos propuesto, y si bien ignora-
mos hasta qué punto habrán pesado en el
ánimo de los lectores las razones alegadas
en pro de la resolucion que nos parece mas
acertada, tenemos la conviccion de haberlas
espuesto sin parcialidad, sin odio, sin es-
presiones irritantes, sin.haber removido pa-
siones bastardas, ni haber despertado re-
sentimientos que deseamos estinguidos para
siempre.


Nos hemos hecho cargo de todas las re-
pugnancias , de todas las susceptibilidades,
sin ocultar ni disimular nada. Nu.estros ad-
versarios habrán podido encontrar las razo-
nes flacas y mal presentadas, y las dificul-
tades mal desvanecidas; pero al menos
confesarán que no las hemos eludido, y que
ademas de considerarlas en general hemos
procurado señalarmedios para evitar losin-
convenientes que de la alianza pudieran re-
sultar. . ~ ,


Por mas que otros parezcan opinar de di-
ferente modo, hemos creido llegada la
oportunidad de llevar esta cnestional ter-
reno de la discusion pública. De nada sirve
el decir que noes hora de' ejecutarlo, con
tal que sea hora de pensarlo. Este es un
asunto tan grave- y trascendental, que no
estan malempleados años enterosen prepa-
rar con respecto á él la opinion del pais. So-
bre la Constitucion del Estado se ha discu-
tido en la prensar en la tribuna, ahora "y
en los años anteriores ,con una latitud ili-
mitada; y dijo bien el Sr. Roca de Togores
en el Congreso, en la sesión del 28 de no-
viembre de 1844., que la cuestion del ma-
trimonio de la Reina era mas que la Cons-
titucion misma. En el propio discurso ob-
servó este Sr. diputado hablando de los
partidos, que la decIaracion de la mayoría
de Doña Isabel 1I era la obra de su mútuo


concurso, y el matrimonio de S. M. su co-
mun esperanza. ¿Por qué no han de exa-
minar conla debida anticipacion, conllulso v
de?oro., cuál es el objeto. con que mejor po'-
dra satisfacerse esa comun esperanza?


En cuestiones tan graves y en situacio-
nes como la de'España, ¿puede tomarse una
resolucion sin consultarpreviamente la opí-
nion pública ? ¿Y esta opinión, ¿no es la
prensa quien debe removerla, averiguarla,
sondearla, espresarla, cuando no ilustrarla
y dirigirla? Las cuestiones verdaderamente
grandes, como lo es sin duda la presente,
se agrandan todavía mas con la discusion,
porque mirándolas cada cual bajo el punto


, de vista que le conviene se manifiestan mil
relaciones, puntos de contacto, consecuen-
cias, que sin la variedad de pareceres no
se habrian descubierto.


Si parala opinion que sosteníamos hubié-
semos temido la luz, la habríamosevitado;
en vez de publicidad y discusion habríamos
deseado el silencio; no lo hemos hecho asi,
y esto prueba cuando menos la conviccion
que abrigamos de que estan de nuestra par-
te la razon y la política. '


Es en vano que no se quiera pensar en la
resolucion de este gravísimo problema, el
problema está ahí;aplazarle no esdestruirle;
apartar de él los ojos no es quitarle las di-
ficultades ni disminuir su importancia.


No olvidemos que el modo de dar á los
negocios una direccion acertada, v á las
dificultades una solucion cabal y pacifica,
es preparar la opinion de los pueblos, cuyos
intereses se han de consultar. Los gobier-
nos realizan sus medidas con' un decreto,
pero noevitansus malasconsecuencias: des-
graciada España si el negocio de que trata-
mos se resuelve por sorpresa, y solo aten-
diendo á miras particulares. Esperamos que
esto no sucederá. Lo hemos dichoal princi-
pio y lo repetiremos aqui: concebimos muy
bien que la opinion defendida en nuestros
artículos tenga muchos adversarios; conce-
bimos que se crean mas convenientes otras
combinaciones; pero lo que no concebiría-
moses que en un negocro tan trascenden-
tal, ningun ministerio, en ningun tiempo,
procediese por tenebrosas intrigas, olvidán-
dose de lo que se debe á una nacion como
la española. Todavía no se habrán olvidado
las elocuentes'palabras con que protestaba
contrasemejante conducta el Sr. Martine:
de la Rosa.




¿y será verdad que el matrimonio de la
Reinacon el hijode D. Carlos sea un absur-
do en que nadie piense, un absurdo queno
merezcaocupar á homhres deEstado, y que
ni siquiera sea digno de los honores de la
discusion? No se opina asi en Europa: no se
opina asien España. Los debates sobre la
reforma de la Constitucion, tanto en el
Congreso como en el Senado, son de esto I
una prueba evidente.


No son carlistas los que en ambos cuerpos
colegisJadores han mirado este negocio co-
momuy serio, y dignode llamar la atención
de los hombres pensadores. De los escaños
del ministerio habia salido el impulso hacia
una direceionque ni el Congreso ni el Sena-
do quisieron tomar. Menesteres hacer jus-
ticia Ú' ambos cuerpos: manifestaron mu-
cha prudencia, no queriendo prejuzgar la !
cuestionen.ningun sentido; en amhos cuer-
pos huboindividuos de nombradía que mos-
traron comprender toda la importancia del
negocio. _


«Es miopinion , deciael Sr. EGANA, que
loshombres de estadonodeben cerrarningu-
na puerta al porvenir, pudiendo mañana ser
cOntwniente y aun NECESARIO lo que hoy
se nos~)r~senta como peligroso y aun funes-
to.» (,"ieslOn del 3Ode noviembre.)


( ¿Pero es solo el hijo de D.Caflos, de-
cia el Sr. Peña yAguayo, por quien pueden
peligrar las instituciones? Pues qué, ¿no
hay otros príncipes que podrían poner en
mayor peligro aun nuestras instituciones?
AL cabo el hijo de D.Carlos podria tener al-
gunas ventajas, pero los otros ninguna.»
(Sesiondel dia. 28 de1Joviembt'e.)


El Sr:FERNANDEZ DE LA HOZ en la
sesion del 29 del propio mes dccia: «Así
nos vamos enagenando voluntades, y va-
mos por todas parles introduciendo los rece- I
los y destruyendo esperanzas.


,¡)No olvidemos, seüores, que hay en Es-
paña un. partido numeroso que espera eso; y
yo digo la verdad: ¿ysabemos si llegará un
dia en que las circunstancias varíen, y va-
ríen notablemente? » .:


«La familia á que se refiere (elpárrafo4.°)
decía el Sr.ARRAZOLA en la misma sesioa;
está juzgadava, está fuera de la Constitu-
cion. ¿Y porqué establecer un párrafo que
otros pudieran venir á alterar? Porque nas-
o/rosnofXldemosponer un clavod la ruedade· I
la fortuna: está abierto el campo electoral;
los partidos se organizan; lo que era mi-


noría ayer llega a ser mayoría mañana.»
)Las cuestiones deprelension, decia el


señor MARQUES deMIRAFLúRES en el
Senado, no han solido terminarse hasta que
los derechos se han /ll.ndido.»


Despucsde la votacionque tuvo lugar en
el Senado con motivo del párrafo sobre el
matrimonio, se levantó un Sr. senador, que
hablando en nombre de sus compañeros de
voto, declaró que ellos no habianintentado
prejuzgar ninguna cuestión particular, ni
oponerse á ningunacombínacion que pudie-
ra ser útil al pais.


Todo esto ¿qué significa? Que no hay
aqui una cuestion absurda, sino muy grave,
muy séria : y que se hacen cargo de esta
verdadmuchos que no son,carlistas.
_.~-() 0-0-<><0-0---


Diseusion del Congreso sobre la de-
"oludon de los bienes del eler-o;


.Madrid 26 de marzo de 18H.


El proyecto presentado por el gobierno
sobre la devolucion de los bienes no vendi-
dos ha suscitado en el Congreso varias cues-
tiones sumamente graves. El gobierno no
queria que se le,empujase demasiado en la
cuestion jliplomática., porque siendo él y
debiendo ser el únicosabedor del estado de
las negociaciones, no era conveniente que
la discusion girase sobre puntos de suyo re-
servados; pero al presentar su proyecto de-
bió desde luego advertir que él era quien
colocaba la cuestion en un terreno eminen-
temente diplomático. El gobierno ha consi-
derado siempre la devolucion como cuestion
de oportunidad, y la cueslion de oportuni-
dad era lacuestion diplomática. En efecto,
siempre se ha sabido de público que esta
oportunidad se referia á las negociaciones
con la SautaSede; y por tanto el ser opor-
tuna la devolución dependía, enconcepto
del ministerio , de haber llegado ó no al de-
hidovpunto .las espresadas negociaciones.
Presentar pues el proyecto de devolucion á
las. Córtes, no era solo someter á su deli-
beracion una cuestion de justicia sino de di-
plomacia. A las Córtes se les preguntaba
tamhien en cierto modo si esta oportunidad
era llegada, si existian las circunstancias
creídas necesarias para dar este paso.


Si el ministerio hubiese presentado el




- 455 -


proye~to c0!U0 .u~a simple m~dída de J~sti­
cia; SI estajusticia no la hubiese subordina-
do á la oportunidad; si ese acto de repara-
cion no le hubiese considerado como un rhe- '
dio de negociacion; si no hubiese dicho
poco menos que en alta voz , que con él se
proponia obtener la sanción de los hechos
consumados, entoncesno se hubiera podido
suscitar en el Congreso la cüestion de opor-
tunidad; entonces hubiera tenido .mucha
razon el Sr.Pidal cuando, respondiendo
al cargo del Sr. Pastor Diaz de que se que- I
ria privar á la oposicion de sus derechos,'
porque se le pedía que juzgase de una nc-
gociacion sin conocerla; decia que el ter-
reno de las negociaciones-es un terreno
vedado, que esto lo sabían todas las oposi-
ciones del mundo, Convenimos con el se"
MI' ministro de 'la Gobernaeioá en-que las
oposicioncs no tienen derechoa{lj(igir que
se revelen secretos que tal'vez-comprorae-
terian el éxito de una negociación, y que en
talescasos los gobiernos se niegan- con mu-:
cha razon á dar esplicaciones: pero repeti-
mos, que desdeel momento que el ministe-
rio colocó la cucstion en el terreno de la
oportunidad, al pedir la oposición esplica-
ciones no hacia mas que pedir' datos para
ilustrarse sobre la materia que se sometia á
su juicio. En el preámbulo del proyecto,
baciendo el ministerio unareseña de su con-
ducta sobre este negocio decia: «Comenzó
pues acordando con S. M. la suspensión de
la venta de aquellos bienes, decretada en26
de julioúltimo, y aplicó sus productos ínte-
gros al mantenimiento del culto y clero,
mientras llegaba la ocasion oportuna y con-
veniente de devolvérselos con la aprobacion
de lasCórtes, y sin los inconvenientes que
pudiera' producir esta medida tomada in-
oportunamente y sin la debida preparacion.
El gobierno tiene el intimo convencimiento
de que esta ocasion, esta oportunidad ha
Ilegádoya; que se puede hacer este acto de
justicia y de reparación. sin ninguninconvc-
niente grave, y sin producir la menor in-
quietud y receloi y que tan lejosde .habér-'-
sele mirar en la actualidad como un princi-
pio de agresion ó de amenaza contra los
poseedores de Jos hienes de la misma clase
quehayansido vendidos, debe por el con-
trano considerarse como un nuevo elemento
de estabilidad para sus propiedades , como
el anuncio de una nueva sancion y garantía
para sus derechos..


Por maneraque las Córtes podíandecirle
al gobierno: ((SI nos pides la aprohacion de
tu proyecto como un acto de justicia ,¿por.
qué esta.justicia no ha bastado para decidir-
te á tí antes de ahora? Si como un acto de
conveniencia, ,I,de qué modo se 'nos prueba
esta conveniencia? Sidices que lasnegoeía-
ciones lo exigen, ¿ cuál es elestado de estas
negociaciones? Si no puedes esplieárnoslo;
entonces ¿por qué no espresabas en el pro-
vectoque nos pedias una autorizacion, un'
voto de confianza T»


Estas observaciones son tan exactas, que
a1.lI;1 después de aprobado el proyecto se
puede asegurar que la cuestión de justicia
ha quedado intacta. Se ha aprobado el pro-
yeetode la mayoríade la cornisien, y esta en
su'preámbuledecía: «La mayoría de la (;0-
misioa...•,colWieneun1Ínime, después de
haberoido las esplícaciones del' gobierno,
en que la lerpropuesta es alta'11!f~tepoliYi­
ca y1zecesana. Esta es la cuestíon enque'
hacreido deber fijarse, porque es la: UN1CA.
presentada á su detiberaciorr,;y laUN1CA
que va á resolver el Congreso de diputa-
dos.» Se ha fallado pues sobre laeonvenien-
cia , no sobre la justicia; verdad es que la
justicia en este caso no necesitaba el voto'
del Congreso.


Es notable la gradacion que en este punto
han seguido los preámbulos. El gobiernode-
cía en el suyo: «(Esta medida es una repa-
racion justa; es ademas convenientey 0p0\'-
tuna.» La mayoría dice: «Prescindo'de la
justicia; y convengo en que es conveniente
y oportuna.: La minoríadijo: «Prescindo de
la justicia; no niego que sea conveniente
pero es peligrosa, y por lomismo.laquiero
rodear de precauciones.» El gobierno aten-
dia á la justicia, pero la subordinaba' Ha
conveniencia; la mayoría no pensaba siquie-'
ra en la justicia, solo se ocupaba de la con-
veniencia;Ia minoría'tampoco' seucordaha
dela 'justicia,: y recelaba algo.de la.eonve-
niencia. Asi, la cuestion'nose ·haJllirado
bajo el aspectoque.mashubiera ·complacido
á los hombres religiosos,\'Y'qu~"sin duda
tampoco hubiera heeho-ningundaño al huen
éxito de Iasnegociacienes:' Su-Santidad ha-
hria visto conmas agrado que se reparaba
por espíritu de justicia que no-por-miras de
conveniencia. En el primer caso habiauna
satisfaccion , en el segundo una coridicion;
en el primerohabia un desagravio; en el
segundo una especie de exigencia.




- 4..'>6 -
Sea como fuere, nos alegramos sincera- nosotros hablemos de elJo, aunque loconde-


mente de que se haya tomado esta medida, nemos, aunque digamos que fue injusto, no
y no podemos menosde aplaudir que, asi digamos que la revolucion lo hizo,sino que
en el preámbulo del proyecto como en el lo hizo una ley - '.
curso de la discusion, el gobierno haya sa- .
lidp á la defensa de los buenos principios en y repito, señores, que esto no es defender
las varias cuestiones que con este motivo se la justicia intrínseca de aquella ley; leyelt
han suscitado. Al leer sus discursos mas de hay inconvenientes, injustas."
una vez hemos reconocido con gusto á los El Sr. MartiJlez de la Rosa, contestando
hombres de ~ 838 Y 184.0. El gobierno no al S'F. Pacheco y refiriéndose al discurso del
tuvo dificultad en mirar la cuestion como de Sr. Seijas, decia: «Pasódespues el Sr. SCl-
justicia; en decir abiertamente que la devo- [as á probar que la potestadcivil podiadis-
lucion era no solo una medida conveniente poner de los bienes de la Iglesia; se detu- '
sino justa. A esta opinion del gobierno no vo algo en esta cuestion, r despues dijo:
contradijeron ahiertamente, ni aun algunos lo que es respecto á la injusticia concibo que
de los Sres. diputados que mas ó menos la hubo; pero despues volviendo en si dijo:
paladinamente se oponian á la devolucion. no fue tan injusto como parece. Yo pregun-


Pero como el pensamiento dominante del to al Sr, Seijas: ¿ por qué razon no fue tan
gobierno y del Congreso, era distinguir en- injusta aquella ley? ¿Pudo serlo mas? ¿Qué
tre los bienes vendidos y los no vendidos, razones dió S. S. para atenuar esta injusti-
al paso que se confesaba la injusticia de la cia? Y cuenta que cuando hablo de aquella
ley de i 84.~ convenia defender su validez, ley la rconozco como ley; y con estocoutes-
y de aqui nació el que se aventuraran prin- toal Sr. Paeheco ; si no fuera ley no trata-
cipios de derecho altamente favorables al riamos de derogarla ni respetaríamos los
despotismo. Sí, al despotismo, y lo vamos derechos que ella ha creado. La respetamos
á demostrar. aunque injusta, porque fue ley. porque fue


Hé aqui la doctrina que se asentó. «Una hechapor los poderes públicos del Estado;
ley, por injusta que sea, es verdadera la respetamos aunque arrancó los bienes de
ley, sus efectos son valederos, y es nece- la Iglesia (para valerme de una espresion
sario acatarla.» Esta doctrina es falsa, es feliz del Sr. Pacheco); la respetamos auuque
contraria á los principios fundamentales del fuera dada por un poder incompetente, por-
derecho, es altamente favorable á la ti- que el Sr. Pacheeo sostuvo en otro tiempo
ranía. que las Cortes eran incompetentes para dis-


¿Quién la sostuvo? Hable el Diario de se- poner de esos bienes; aqui está el discurso
siones. c(Me duele, repito, decia el Sr. Sei- del Sr. Pacheco , y á pesar de esto la t'espe-
[as , que actos que se han ejecutado ó que tamos: ¿quiere mas el Sr. Pacheco ?»
se han realizado bajolas formas establecidas El Sr. Bravo Murillo, distinguiendo en-
por la Constitucion, nosotros seamos losque tre los bienes vendidos y los no vendidos y
los califiquemos de injustos, de inícuos, en- combatiendo la idea de una reaccion decia:
volviendo el despojo, porquehasta esta pa- «Porque hasta el punto de dictarse y publi-
labra se ha dicho, como si la ley, señores, carse una ley aprobada por las Córtes y san-
pudiera despojar. El Congreso conocerá que cionada por la Corona ó por quien ejerzasus
en estas dos cuestionesvan tan íntimamente facultades, todo género de argumentos
enlazadas la de potestad y de injusticia, que pueden ser conducentes y admisibles, todo
debía resolverlas la comision en un sentido género de oposicion es permitida, y todaslas
determinado. La potestad, señores, debía razones pueden hacerse valer. Pero desde
reconocerla en el pais; la injusticia, seño- el momento en que la ley acordada por las
res , no podia desconocerla.» Córtes y sancionada por la potestad real ad-


El 81'. Pacheco , despuesde haber recor- quiere el carácter de ley, aquellas razones
dado sus trabajos y los del partidomoderado desaparecen, y nada se puede decir de la
~~aopo~erse á que se consumase la injus- ley, ni deducir consecuencias que no d~m~­
lICIa, decía: ccSeñores, la revolucion lo ha- nen de la ley. Aquella ley, como se ha indi-
hia intentado, pero quien lo hizo fue una cado porotros señores, podrá ser injusta,
ley, quien lo hizo fueron los poderes legi- 11 inconveniente, INICUA, ABSURDA; pero
timos de la nacion; y razón es que cuando u no puede ser una ley ilegítima, porque lo




ilegitimo es Jo contrario á la ley; porque
ley ilegítima son dos palabras contradicto-
rias que espresan ideas inconciliables y dia--
metralmente opuestas. Asi como no puede
haber una ejecutoria en un negocio cual-
quiera, que aunque seaabsurda deje de ser'
ejecutoria y de haber decidido de una ma-
nera irrevocable los derechos que estaban
sometidos en el pleito sobre que la ejecuto-
ria recayera, del mismo modo desde el dia
que se dicta la ley, por ABSURDA que se
suponga, ella será ley y DEBER.\. cum-
plirse.


d y no combatiria una ley ni profesaria
otras doctrinas tampoco, en el caso de que
por ella, como por la de 18il se dispuso de
los bienes del clero, se hubiera dispuesto
de los bienes de otra corporacion ó indivi-
duos particulares. Yo diria q:ue aquella ley
habia sido injusta, que había arrancado los
bienes á quien era dueño de ellos, garan-
tizado por laConstitucion del Estado, pero
diria que la leyera ley, que se debia ob-
servar, y no deduciría consecuencias que
no partieran de la ley.»


Lo confesamos francamente, esas doctri-
nas nos han escandalizado; al leer en el
Diario de Sesiones lo que acabamos de
transcribir, dudábamos s, los ojos nos en-
gañaban, y dudábamos todavía mas si estas
palabras salian en efecto de la boca de ju-
risconsultos.


En efecto, no ignorábamos que se debe
profundo respeto y obediencia á las leyes;
sabíamos que no debe presumirse Iacilmen-
te su injusticia; que aun .cuandoesta exista en
ciertos casos no son los particulares los que
deben deshacerla, sino que el buen orden
de la sociedad exige que la reparacion se
haga por los mismos poderes públicos; no
se nos ocultaban los daños que podrían re-
sultar si se concediese á cualquiera el de-
recho de declarar injusta la ley, y de sus-
traerse á su observancia; pero creíamos que
todo esto distaba mucho, muchísimo, de
otorgar al legislador potestad para cometer
una injusticia, de decir que una leyera ver-
dadera ley aunque fuese la mas injusta,
aunque fuese hecha por un poder incompe-
tente ; de afirmar que podía ser verdadera
ley y debía ser observada aunque fuese in-
justa, INICUA, ABSURDA. Estas cosas no
las sabíamos nosotros, no teníamos tales
ideas ni de la ley ni de la potestad; aunque
adheridos sinceramente á la monarquía, no


creíamos que tales cosas pudieran decirse
de ningun poder.


Bitto de reconocer potestqd para cometer
injusticias; esto de dar por válido lo hecho
por un poder incompetente; esto de declarar
obligatorio lo inju~tQ,I() absftrdo,. loinicuo,
esto no lo concebíamos, no lo concebimos
todavía: contra esto protesta lo pocoque he-


I
mos leido; contra esto protesta nuestra razon
natural; contra esto protesta la augusta re-
ligion que profesamos; contra esto protestan
todas las religiones de la tierra; contra esto
protesta el derecho de todos los pueblos,
contra esto protesta el corazon sublevándose
generosamente contra semejante apoteosis
de la tiranía.·


j.Lev contra la justicia, ley inícua, ley
absurda 1.... No hablaron asi nuestros códi-
-gos cuando definieron lá ley: «La leyenda
en que yace enseñamiento, é castigo escrito,
que liga y apremia la vida del home que no
faga mal, é muestra é enseña el bien que
el home debe facer é usar.» (Ley 4, tit, 1,
Parto L)


«La ley ama y enseña las cosas que son
de Dios, y es fuente de enseñatniento, y
maestra de derecho y de justicia, y ordena-
miento de buenas costumbres, V guiamien-
to del pueblo y de su vida.» ?Rec. , ley 1,
tít. 1, L. 2.)


Nolo entendía asi San Isidoro cuando de-
cia que la ley debia ser honesta. justa, de
observancia posible, conforme á los usos del
pais , acomodada al lugar y tiempo, nece-
saria, util , no enderezada al provecho par-
ticular sino al bien comun. [Etim, , lib. 5.
cap. 2L) Y cuando en otraparte observaba
que para merecer el nombre de leyes de-
bian fundarse en la razon, quod ratione cons-
tato (L. 5, Orig. c. 26.) No lo entendian
asi los autores, cuando todos hacian entrar
en la definicion de la ley la idea.de justicia;
no lo entendia asi el venerable Palafox
cuando ,combatiendo la separacion. de las
dos ideas potestad y justicia, decía: «toda
jurisdiccion es ordenada de Dios para con-
servacion, no para destrucción de sus pue-
blos; para defensa, no para ofensa; para
derecho, no para injuria de los hombres.
los que escriben que los reyes pueden lo
que. quieren, :y:fundan en su querer su po-
der, abren III puerta á la tiranía.» (Histo-


.rfa Real Sagr,ada, lib. 1,cap. 11.)
No lo entendía asi santo Tomás de Aqui-


no cuando definía la leyreuna ordenacion de
;'í6




-¡~'8 -
. la razon enderezada 81 bien comun y pro- ~ Este derecho ademascrearia UD deber. el


mulgada por aquel que tiene el cuidado de de la obediencia; ¿y quién ha oido ques*
la COniunidl)d;;)y cuando al esplicarmas-sus l' imponga-un deber en nombre de la injus-
ideas sobre este punto decía: «pero'la '\'0- ¡¡licia'? '
IUllt.ad P.ara tener fuerza de'ley. en .Ias cosas 11I ,«Como si la ley, decia el Sr. Seijas , pu-
que se imahdan , debe estar regulada por diese despojar... ) ,¿COI} que no cabe des-
alguna raum; y de este modo se entiende ji pojo.en mediando ley? ¿conque la potestad
que la voluntad del príncipe tiene fuerza de ¡i del legisladores superior á todos los,dere-
ley: de lo contrario la voluntad ddpríncipe I1 chos? y si no ioes ; cuando usurpeun.dere-
seriamas bien INIQUIDAD QUE L'EY; alio- 1


I


1 cho ¿que hará SIllO despojar'iEntonces ¿qué
quin ooluntasprincipis rrm,qis esset iniqui· f garantla les dejáis ni aun á las propieda-
tas quam lea:» (l. 2. q. 90. -nrt, 1.) Y mas 1: des particulares'? Ninguna. La consecuencia
abajo {q. 96, arto 4.Jañadia: «Son injusUts 1: es obvia; V adamas el Sr. Braoo .llurillo ha
las leyes de dos maneras,' ó hien por ser 1I tenido cUl'dado de sacarla. S. S. cree que
contraria.s al'.bi.enC,nmun." ó. por el...lin". co_¡1 seria ley, y que se deberia observar, una
mo cuan?o alg~n ,gobierno imp0.n~leyes ¡ley en que se hubiesen tomado los bienes
onerosas a lossúbditos, y no de utilidad co- , de individuos particulares. Y cuenta qu el
mun, sino mas bien decodieia ó de arnbi- ! Sr.JJmvo.iUurillo habla del caso en que se
cion.. , vestas mas bien sou'VIOLENCIAS hubiesen tomado con injusticia, se huhie-
que LEYES.» sen arrancad» a-quien era dueño deeJlos
. No, no, jamás se puedeadmitir la funes- I GARANTIZADO POR LA CONSTITUClON
ta doctrina de que una ley injusta, una ley ! DEL ESTADO. Es verdad que el Sr: Di-
inicua sea verdadera ley; v cuando el 1: lmtado añadió , que si despues él fuese legis-
Sr. Braco lIIurilloha dicho que una'Iey ile-'; ador, al paso que defendería á los nuevos
gítima era una contradiccion, ha incurrido ¡ poseedores procurariaiudernuizar á los des-
'l'n un sofisma indigno de su claro ·talento. il pojados con mano Jiber;;:~ y generosa; pero,
Esas leyes no deben llamarse ilegítimas si- i! y si el legisladorno fuera S. S, ; Y si esta in-
no nulas; y si se replica que si son nulas 1" demnizacion. no pudiera te.ner lugar; y sobre
no.son leyes, y que no se les puede lla- I todo, si en una nueva ley se declarase que
mar tales, le diremos que los contratos nu- : no !labia ltlgar. iá indemnizar, ¿qué, se ha-
los tampoco son contratos, y que todos los 1I cill?Direis,queesto'seria injusto, pero se-
,actósque en el derecho se apellidan ~1Uloslll gun vosotros, una ley ,aunque inj~sta, esley
tampoco son tales actos, pero que habiendo [ y debe observarse. Direis que añadir a la
necesidad de designarlos con algunnombre, i¡1 .iujustieia de la ley una declaracion de que
este nombre se toma de la furmaque .ha- i. no se debe.reparar seria inicuo; pero segun
yan tenido, aun cuando en el fondo IlO sean lí' vosotros una ley inicua es ley y debe ob-
nada. Un matrimonio nulo noes matrimonio, i¡ servarse. Direisque esto sería no proceder
y sin embargo''se le Harria matrimonio, por- ti como legislador sino decretal' absurdos; pe-
que es I.nenester espresar de un' modo ú II ro segun vosotros una ley absurda es tam-
otro á qué se refiere la nulidad :de la pro- I bien ley y debe observarse.
piasuerte se puede decir ley nula, aunque II! Imposible parece que en una asamblea de
no seaverdadera ley; y sí se la quisiera :: legisladoresse hayan dicho cosas semejan-


,'IIamarley ilegítima, sería entendiendo que i: tes; imposible parece que asi se baya de-
~ra u.na cosa que tenia'pre~ensio~~s ó apa- i: clarado la olll,nipotencia del.poder, no solo
nencias de ley, mas JlO las condiciones ne- .¡·con respecto a la propiedad de las corpora-
cesarias para serlo. ¿Quécontradiccion hay: dones, sinu uatnbien de los particulares,
en eso'? . ' , ¡i aun reconociendo la injusticia. Imposible


¿Qué-quiere decir una potestad paraco- ¡l parece que se haya dicho que es ley, que
meter una injusticia? Si hahlaisdela potes- !¡ es respetable, que crea obligacion lo injus-
tad física, de esta no se trata, porque-esta I1 to , lo inicuo, lo absurdo. Con esta doctrina,
e$\~fuerza, y la fuerza tarnbien la tiene el il cuando el coloso de Oriente se hacia levan-
~seslllo q~e cJav~ d p~nal en las entrañas ¡itar estát~as.y exigía ~a a~~racion, lo~ pue-
:rsp. v~etllna. SI liablais de "a potestad mo- jibias debían adorar. Era injusto , era ialcuo,


} .,esta supone un derecho, y no ha~' ja- :1 era nbsurdo, pero era ley; se debía respe-
mas ?~cho'paraco!net(lr una injusticia. li tar, era menester hincar la rodilla. Con esta




- i~9 -
doctrina', cuando á un niandítrin legislador goos basta.qua-sea-opoder , paradeclarer'
se le antojase, como se cuentadel de Suiza, que debeser obedecido aun en aquello para
mandar que los ciudadanas' saludasen. un Io.cunl.no: es poder..¡.Se,hll. \listo; jamásta-
sombrero plantado en-medio' .dc .una .plaza, mafiaconfusionde Josi.pl"incipios'mas funda-
los ciudadanos debieran saludarle, porque mentalesdel.dereohc? Se ha v,isto jamásse-
aunque absurdo era ley, y las leyes absur- mejante apoteosis de la.fueliZa? Elpoder sin
das son leyes y deben observarse. justicia, Y" adema~ incolnPétknté·~n sus


Los pueblos deben obedecer las leyes, mandatos¡ no es mas que lafuerzamandau-
pero los legisladores deben acatar la justi- do ~ siá esto haheis de reducir la suerte de
tia; y cuaJW.o' hay injusticia evidente, los pueblos; ¿i qué hablar tanto de ¡Iiher-
cuando el legislador decreta cosas en, con- tad? EntoJilCes mas valia decir lisa y.. llana-
tradiecioncon las leyes naturales y divinas, manteque.en .la sociedad no har'mas que
no tiene derecho á exigir obediencia. Sus hechos; que losdel'eohos son una mentira;
leyes en tal caso noson leyes, son violen- q\le:,qüieoJ;nanda debe ser obedecido solo
ciás , como ha dichoel' ilustre Ilnotor que porque manda, sin.atender en qué manda
hemos citado, la voluntad del Jegisladur nó,!lLícómo manda; entonces mejorera-dejarse
es ley, sino iniquidad. '. '" dlt tablas de derechos, yde alianzas de ór-


¡Pues qué! Si se dcoeobediencia- áloin-, den eon-la.libertad; entonces era .mejor de-
justo, á lo inicuo , á lo absurdo, ¿ql1é 'peli< dI": no eonoccmos mas medio de evitar re-
saremosde los hombres ilustres que; en ,..ro- yolu~ioQesque exigie~do obedienciaciegade
das épocas se han negado Íl.cOlnete~~ una todos y en. todo;qtutar á- lospueblos todo
iniquidad, aus.cuaudo .íuese.vmandada.: por criterio que no sea la,yoz-delque :impera.
el mas poderoso legislador? ¿Se'los :llamará .¿Y de.dónde tantos errores centra .el '00-
anárquicos? No, no los han llamado con es- recho. natural-y diV'in(},contrae1: sentido
te nombre los pueblosque les han.erigido comun de la humanidad? Esto es lo mas
estátuas; no los ha llamado asi la religion triste:' todas estas cosasse han 'dicho por
colocándolos sobre los altares. Siempre , en salir al encuentro.á.una dificultad ,que sin
todos tiempos , en todos paises y mas'en los embargo no carecia de soluciono El partido
cristianos, se ha mirado como cosa santa y moderado hahia proclamado en otro tiempo
heróica el no acatar la injusticia y la' ini- queel, privar {¡ la Iglesia de sus bienes era
quidad, aunque llevasen el sello del legis- una injusticia, una violencia, un despojo; y
lador; siempre jen todos tiempos y ..paises como el argumento que naturalmente se
se ha miradocomo un herolsmoel marchar ofrecía era: «siesto deeis, deshaced pues esa
al cadalso con la frente serena antes que I injusticia, devolvedá la Iglesia sus hienes;»
obedecer. u.n mandato i~íc'Io.Cuando l~s ti- agobiados eoa es.tadili~ultad algunos de sus
ranos exigiande los fieles que ofreciesen 1 hombres haacreido salir.del apurocontes-
incienso á los ídolos, ¡,aque!lo tamhien era 11 tando': «es injusto, pero-lo injusto tambien
ley? Si á un gobierno se leantojase violen- 1


1


'.1 es ley; es inicuo, pero.lé.inícuo tambienpue-
tal' las ~onciencias de.los,españ~l~s oblig~~- desedey ;esdespojo, I)er~ el despojohecho
dooosaactos contrarios á la religion catoli- ! por una ley ya noes despojo , es un 'acto qulil
ca, ¿tambiensu mandato seria ley'? ¿Yq ué I1 debe respetarse.» Decíamos que la dificul-
mediodejabaispara decir que no', y que no I lad teniaotra.solucion, yque'paraenc<lntrar-
debía observarse ,eúéludo aseotais qUB es la.no.eranecesario deatroenr.prraeipios .d.
verdadera.leycy debe, ser observada una verdad-eterna, :Hé"aquUoi llQepodiallres~
ley injusta, inícua; absurda? . , peader ,yaque se.empeñaban en defender


Nadavaldria alegar laincompetencia: el á toda.costa.Ios nuev9süÜereses,.,(\Ha 'ha-
señor .tIartinez dela R(J~t1,hadichi};quese de- hido.injusticia"pero creernos que la injusti-
bia respetal'lodecretado. bastuporna legisla- eia ha llegadoé un,punto que puede ser,re-
dor incompetente. Pues si para eximir de la .parada.,mt\:iS:no destruida. El gobiernoy el
obligacion de observar una le! no bastan ni CQngreso, opinan que obrar de .otro modo
la injusticia, iniquidad yabsurdidad de ella; Se[¡lWtrastQ~nar .la.soeiedad , t esto no lo
ni taínpocola incompetencia del' 'fJtu~, la es- quleren"permitiri,En este Concepto, inútil
tablece, ¿qué bastará? La incompetencia de es que se,DOS heble.de una injusticia' que
un legislador para un objetoenvuelve la fal- reeoeocemos , pero en fuerza.de la cual lit
ta.depoder para dicho ohjeto; y sin'embar- han-creado intereses que consideramos Pi-




- 460-
ligroso ínquíet,ar. J) Este Ienguaje podía ta-
charse de infundado , de medroso ó lo que
Se quiera, peto al menos se le comprendía;
toda la cuestion versabaen si las eosas ha-
bian \\egadoó no a\ 'Punto que creian t\
gobierno y sus defensores.


Se comprende el lenguaje de los progre-
sistas que para oponerse á la devolueion
empiezan por rechazar la verdadde que hu-
biesedespojoni injusticia de ninguna clase; I
se comprende el lenguaje de los que dicen:
«es injusto, deshágase pues ;» se hubiera
comprendido tambienel lenguaje de los que
hubiesen dicho: « es injMto, pero indes-
tructible sin acarrear males mayores qae la
mismainjusticia.» Todoesto se comprende:
puede trabarse disputa sobre la verdad de
los principios y la gravedad de ciertos he-
chos, pero en todo esto se ve un raciocinio
semejante al que se aplica á otros casos;
mas lo que no se comprende es el decir:
u sf, es tan injusto como puede ser , la in-
justicia no pudo ser mayor,» como afirmó
el Sr. Martinez de la Rosa; y luego añadir
que es ley, que debe ser respetada, porque
fue hechapor los poderesdel Estado. Loque
no se comprende es que para cubrir algunos
intereses se diga que hay potestad para co-
meter injusticia, y que puede nacer una
obligacíon de lo injusto, de lo inicuo, de lo
absurdo; el decir que se habría de respetar
hasta la usurpacion de las propiedades par-
ticulares hecha por una ley; el decir que
contra ella no valdríala garantíade la Cons-
titucion del Estado, el decir que los despo-
jados debieran someterse sin que lossalvase
ni el alegar la injusticia de la ley, ni la in-
competencia del legislador.


Cuando así hablaban los jurisconsultos,
nada estrañoes que el general Narllaez cer-
rase la discusion , hablando también de los
derechos sagrados de los nuevos poseedo--
res, de la legitimidad de la adquisicion, de
la justieia de la posesion , de la necesidad
de acatar la ley que había decretadola ven-
ta. Indignaeioncausa oirsemejante lengua-
je en bocade los moderados. y con respec-
to á una ley hecha.durante el mando de Es-
partero; indignacion causa cuando la nacion
no habrá olvidado las palabras y los hechos
de ciertos hombres en aquella época. Ahora
todo es hablar de ley veneranda, de pode-
res .legítimos que la establecieron, cual si
no recordásemos cómo se respetaba á la sa-
Ion aquella legitimidad por ciertos hombres


del partido' moderado; como si no recordá-
semoslas proclamas de O-Donell y del in-
fortunado Montes de Oca, que es bien' se-
guro que hablaban tambiell en nombre de-
otros.


¿Qué respondieran los hombres que asíi
hablaban, SI alzándose del sepulcro las ilus-
tres sombras de hon y de MOfltesde Oca
les hubiesen dicho: «Sois vosotros los que
tanto ensalzáis la legitimidad de aquel po-
der? ¿Sois vosotros losque proclamais sa-
gradas sus leyes?¿Sois vosotros? ¿Vosotros,
cuya mano estrechamosantes de correr á la
muerte para librar á la Reinade un opresor,
á -ta patria de un tirano? ¿Sois vosotros?'
¡Ah! No levantéis tan alto la legitimidad de
aquel poder. que entonces nos declararíais
criminales á nosotros que le combatimos;
nos declararíais traidores, y traidores bien
sabeis que no lo fuimos; que no pensába-
mos ultrajar las leyes sino vengarlas; no in-
sultar á la Reina s100 salvarla. No hableis,
no, de legitimidad ,que solo de ilegitimidad
nos habláhais cuando veíais que íbamos á
vencer ó morir. Vosotros pusisteisun conse-
jo, nosotros ofrecimos poner nuestras vidas:
mirad cómo cumplimos nuestra palabra; mi-
rad estos pechos destrozados; no profaneis
nuestra memoria proclamando sagradas.las
leyes de nuestro verdugo. Y tú, general
Narvaez. que á no impedírtelo la proscrip-
cion hubieras en aquel día peleado como
nosotros, y tal vez perecido como nos-
otros, tú menos que nadie debes llamar
sagrado el sello que á sus leyes estampara
el tirano. No le llames sagrado, no, que es-
tá manchado, v manchado con nuestra san-
gre; no le liámes sagrado, no, que si
en 1843 te hubiese sido adversa la suerte
de las armas, se hubiera tambien mancha-
do con la tuya. Déjale , déjale al sofisma sus
cavilaciones, á la política sus inconsecuen-
cias, á la codicia sus intereses; tú has sido
mas afortunado que nosotros; tú has encon-
trado la cumbre de tooder, donde nosotros
hallamos un cadalso; pero un dia podría
abandonarteesa fortuna, y ser llevado co-
monosotros al tribunal establecido por tus
enemigos; y entonces ¿qué dirias en tu de-
fensa para apartar de tu cabeza el golpe fa-
tal, cuando los jueces te condenasen por.
haber derribado un poder que tú mismo de-
claraste'legítimo, y cuyas leyes proclamas-
te sagradas? ¡Ah! Guárdate. guárdate de
esas palabras con que sin querer ofendes




Madridlde abril de 1810.


---"'~K-~"',l4IiCIiIIl'!I!----
H •••obrel•• dluu.lolle. del'Con-


grello relalivall "'a devolucion «le
lo. biene. del clero.


En el número anterior combatimos alos
que tan estrañarnente lastimaron un princi-
pio fundamental de derecho público: hoy va-
mosacontinuarla misma tarea en defensa
de otros principios altamente respetables, y
que salieron no muy bien paradosde losdis-
cursos 'de algunos oradores.


En esta discusion en que se intentaba ha-
cer un grande acto de justicia, no parece
sinoque algunosde los prohombres del par-
tido moderado trataban de vengarse contra
las ideas, ya que las circunstancias los
obligaban á retroceder en los hechos. El
partido progresista no tenia en el Congreso
representantes que protestasen en nombre
de la revolucion contra un retroceso hácia
la justicia; pero de este papel se encarga-
ron-oradores moderados de no escasa nom-
bradía.


Se ha confirmado masy mas una verdad,
por cierto ya bien conocida, y es que la
única diferencia entre los progresistas y
cierta fraccion de Jos moderados consiste en
que aquellos dicen: «hágase pronto y por
cualquier medio,» y estos dicen: «hágase
lo mismo con lentitud y por medios sua-
ves.» Este hecho resaltaba tan claro en el
debate, que el Sr. Pidal no pudo menos de
llamar la atencion del Congreso sobre el gi-
ro que iba tomando la discusion. «Señores,
decía , yo confieso ingénuamente que al to-
mar la palabra en este debate pesa sobre mí
una consideracion muydolorosa, porque no
puedo 'Olvidar aquel momento cuandoen mil
ochocientos cuarenta, al debatirseuna cues-
tion enteramente análoga, enteramente se-
mejante, enteramente idénticaá la presen-
te, habiendo en el Congreso hombres de
todos matices políticos, sosteniamos los di-
putados que nos preciábamos de ideas mo-
deradas ciertos principios que se oian con
aplauso, no solo por los que pensaban co-
mo nosotros, sino por los que pensaban de
diferente modo; ¿Y qué es esto, señores?


- 46~ -
nuestra memoria, y que algun dia pudieras ¿ Estoy en -electo en.un·Congre$(J.¡deQPi...
recordar con cruelísima amargura.» niones enteramentf'lcQuervadoruQomoen


aquella época, aunque.~ : estábamos en
maroría y a~ora puede deéifseque esta1D()!t
casi en totalidad? YOj 'se~s,; :11(1 puedQ
comprender la estrañezti con':~,seQY~
aquí ciertas cosas, conque seaa$lcia;!a
emision de ciertas opiniones.» .. ;'_¡


Alabamos la franqueza del Sr. Pidal.~1p
creemosque no sea tan dificil de COUlprj>;ll-
der la novedad de que se lamenta. Entonces
el partido moderado se veia cara á caracon
la revolución, se hallabaal borde de un abis-
mo hácia el cual le empujaba-con la puntade
la espada el general en' gefe de los ejércitos
reunidos; entonces, pues, era masnecesaria
la precaucion, era mas necesariobuscar apo--
yo en otr-as partes; ahora el partidose hace
la ilusion de que ~stá seguro, y pod~ !D.is-
mo no se cree obligado á refrenar ni disimu-
lar sus instintos. Si por-desgracia. serepro-
dujesen las escenas revolacionaeiás, \;eriael
Sr, Pidal cómo revive el celo de·-4.8i/},; 4h
42 Yprincipios de 43: en esto hay el feDó~
meno de la rcpercusion: si efectivamente el
Sr. Pidal no comprende eso, no sirve-S. S.
para moderado, ha errado la vocacion,


El Sr. Pidalse distinguió ventajosamente
en la discusion de que hablamos; en general
se mantenia firme en las buenas doctrinas,
salva alguna que otra vacilacion en que pa-
recia perder su aplomo. Con copia de eru-
dicion y de razones combatia V aterraba á
los que propalaban doctrinas revolucionarias;
yen verdad.que los compradores de bienes
nacionales debieron de estarle mas de,' .llQ8
vez muy poco agradecidos. Y.no es 'que de-
jase de asegurarles de la buena'VOl\Intad
del gobierno; pero al verle cómbatirtan.ñe-
ramente á la revolucion , era de' temer que
el ejército reaccionario no asomase, desba-
ratando á unos V á otros. El Sr. ministro-de
la Gobernacion," llevado del ímpetn.qae le
caracteriza, V recordando sus bellos días de
~ 838 Y ~ 840, se complaeia eQconq,~istar
nuevos laureles con la derrota de.las' huestes
revolucionarias, y casi casi olvidaba que á
las espaldas del gobierno estaban los pobres
compradores de los bienes de la Iglesia;
abrazados con su tesoro "fahogados de an-
gustia, al eontemplar á ese gefe inconside-
rado que asi derribaba con sus manos im-
prudentes lasbarreras que contienenal ejér-
cito reaccionario. En vano se volviade vez
en cuando el Sr. Pidal diciéndoles que D6




- ¡59 -
hábin~uidn'd.o..\¡¡.t¡Í1l}' tI ie1Stab¡údlí para con- se ensu belleza , 'en su originalidad , á Ye-:
t~nel'f{fitlhf)IPtl\,'fjtl'OIl-;~n'vanoel Sr. flfar- ces algo estraña. No pertenece propiamente
ti'itez't!lt1tál¡ltójarsbHó'!Í.'consolarlos, asegu- al sistema parlamentario , es un orador cs-
t.{;ñlldles 'que ~ían dormir tranquilos bajo ccpcional, escéntrico, De vez en ruando
el,tel1h6ilfjué"!YáJÍ"adqui,idó; ¿cóm() podían aparece en el mundo político como un astro
~iÍ"1f'3lftquilus, cuando el Sr.Pidal y el errante y solitario, que recorre una 'órbita
8tñ3rIMM'.finfJ:de;~a Rosaproclanillban tan diferente de todos los demas.E" cometa
elocuentemente _-In; Injustieia rde la leven atraviesa por entre los planetas, más no-'se
q~¡s6 'rund~ü\ adquisicion? Fortuna qtle se para en el sistema; se lanzaadistancias in-
L~i'ÓJ!r~is'eüsibnconl¡¡s~n:ér9iCáS pro~~~tas j mensas donde se pierde de vista. Cercano
d~l'preSldente dd Consejo, romo SI dijera- aelevadas regiones, pudieran creer los as-
Itt~S 1ttt:e para;decitHr la báta,llá asomó en el trólogos que con su cola luminosa anuncia
riiijmelíto¡'l'íliicola,m~tillería de grueso cali- voluntades del ciclo; pero esta creencia se-
h~,:baIiri~~d?Jsini"JP.Íedad el campo y sus ría iníundada, no hay. mas que un fenóme-
aVl!nlda'S."';' "j'j" no natural. En los diferentes cataclismos del
!'i;T{tttlIH!lhlbieJ\.lp~rte'/ln la discusión el se- caos revolucionario se han desprendido ma-
ñbji¡lwJnm;J ¡li'IJ1'ti:f;l!ptomlllciando uno de sas que ahora g~l'<1n con sujeción a ciertas
Ittlll~llos d~~tttrsds I'ftle;'si no' convencen el leyes; al Sr. Donoso le ha tocado una fuer-
e~~IIMt'1nto.Cll!liIt¡vallSiemprelaatención, za de-proyeccion mayor que á otros, y por
$tlitl\41dol culJfl'lR'idad é 'interés. Cuandoel se- esto despues de brillar un momento en el
ñrwiflO1ItlS(dmtlla ,'todu13 las conversaciones sistcrnaplanetario , se arroja a la inmensi-
tesaJi){ t6dí.ls'los:otdos se aplican; porque dad de espacios desconocidos.
¡;bil d~C1Jh,~s no se paree~n, á nada que no Pero dejemos al orador y volvamos ásu
~f'Jlléll~ Qnsmos. En todo lo qne habla ó es- discurso,
~rib~l'eh~; l)(YI!OSO hav.Iozanta de imazi-. Comenzó el SI'. Donoso lamentándose de
nácíon,' hay"exuherancia de ingenio, liay de que entraba en un campo donde no 1Ia-
pompade 'llStü01, hay.énfasis y solemnidad bia flores porque todas estaban cogidas: no
ei'l'e12 tono, '80S palabras' no son nunca va- hacían falta, el orador no iba acogerlas sino
tllnrsiempre:envlTelvenun pensamiento; la á sembrarlas: donde ponesu mano alli nace
Iá¡;tirn.'aestir en que á veces este pensamien- una flor, V á veces mortífera vnra el fruto.
t9'envnelto ~n la palahra , no es mas que Al hallarse delante de la propiedad de la
urm¡irrlágenhe41ln0Sa ó la brillante chispa Iglesia, el SI'. Donoso nosaltó la valla para
qlíebr(}ta demlcontl'aste'. LaH imágenes y destruirla, pero como de paso le arrojó una
lóti!~~l-ttastes ;¡;OD'iun'á necesidadpara el ta- piedra, sosteniendo que, aun cuando la
tef1tw'deLS~¡IlJ(llW¡''l'l;., Sus: pensamientos no Iglesia sea propietaria, esta propiedad «DO
pnredetpoosent'ar.los desnudos; ha menester ha sido nunca considerada ni puede ser con-
mhgnilicos repages..Es tal la aficion que tie- siderada de derecho ni de hecho como una
ile~,~Hámagnit¡cenéia'y esplendor de las for- propiedad tan absolutamente inviolable co-
m~s[!'que;cón'frecuencia se olvida del fan- mo la de los particulares.» En este puntose
do; con; MI que el prestigioso castillo se al- separaba el Sr. Donoso del parecer del se-
ce:ct>n:' dímensionesgigantescas , nada im- fiar Iiraoo .Jtlurillo; y despues de' maniíes-
porta;qué¡;Je Iulte el cimientode la realidad. tar su sentimiento pOI' la discrepancia, trató
Por ,tI) quetoeaé.contrastes , los encuentra de apoyar su opinion. ¿Cómo? Oigamos al
tan-origináles , tan bellosy deslumbradores, orador. «Si /10, señores , yo apelo á la bue-
que-se 'bace. disculpar-la: falta de naturalidad na fe, al buen sentido de los Sres. diputa-
erq;rácia del in:g-enio. El Sr, Donoso no sa- dos; ¿en qué consiste que cuandose propo-
he q~éhacerse con una idea, por grande ne la cuestion de si el Estado en ciertas cir-
que se la snponga:, siesta sola: necesita cunstancias y de cierta manera, puede apo-
IlittQ·1J.u'e coutrasteeen simetría, No quiere derarse de todos los bienes de la Iglesia, to-
que,los"Objetos I:leguen alojo por línea rec- dos los pareceres se dividen'? ¿En qué C011-
ta:l:!!Sinoque: pasen'por, una reflexion multi- siste que si se propone la cuestion de sien
phoatial:"como"que -dispone una combina- ciertas circunstancias dadas el Estado pue-
eiUti'l{)e 68pejM para aumentar la ilusiono de apoderarse de todas las propiedades de


. I:lt(}fhdUMnS' del Sr.' Donoso nadie loses- los particulares, todos los pareceres se reu-
tlIcluPpaf:al;oon~!Q(1erse, 'Sino para recrear- - nen? Proponed t señores, la primera eues-




- iM-
tion á todas las asambleas del mundo, y en surdo que no ro baya sostenido tllg'llu 'Il~
todas habrá acaloradas discusiones, v cada sofo ; y no hay fiJosQfo,aun,elcmaiHstFaVia-t
una la resolverá de distinta manera. Propo- gante , que no hayattfnidp SlJIH'ecttl:ri1>s,,¡¡La.
ned la segunda cuestion á todas las asam- diversidad de pareceres :ru)(~uILIHles un bneQ
hleas del mundo, y no habrá cuestiones, criterio para hacervacilan.ai.Iatverdad nila
todas las resolverándel mismo modo. 'Esto certeza. Hay cosas en que;los,¡pa.teeeres. 116
prueba que la .primera es una cuestión, reunen siempre, mas esto :ij,Q:"IPH1Q)}a, q:Utl
mientras que la segunda es una verdad que aquello en cuyo favor se' ulliforOílan,~a.mas
está en la conciencia del género humano.» cierto que aquello en, que'SlL(Uv;iden.·,P,m..,
Este discurso es deslumbrador; v sin em- guutaéas las asambleas,' sitienen,;tkf~o
hargo no es mas que un sofísmeB! hecho á decapitará un Uey, 10spl\reCeres-',~lkll1111
cuque se funda es inexacto; y aun cuando dividido: preguntadlessi el rey puede<tleca;
no lo fuese. la consecuencia es ilegítima. Lo pitar á todos losdiputados , y 1m'! par~p6te~
demostraremos. Se reunen: todoslos diputados votaran ¡:por


El raciocinio del Sr. Donoso se reduce á el no tentándose la cabeza.Ysill embargo,
losiguiente; « hay uniformidad de parece- no es dudoso lo.primero,y·estamos.segi.lJ10$
res , luego hay verdad cierta: hay divergen- que tampoco lo tendrá por lahl $r,j)o'fl,Wll.
cia , luego no hay verdad cierta; cuando Preguntad á una asamblea.si conviene 'auto-
menos hay duda.» Este raciocinio es soñs- rizará un gobierno para que~;deporte,ó.Ju­
tico. El diferente grado de certeza nopue- sile por leyes escepcionaJee" los"pareceres
de medirse por semejante regla: hay mo- se dividea: preguntadle 'si'conviene ~ue~ es:"'
tivos que reunen pareceres, y hay moti- ta autorizacions-e estienda{ldep¡Gdar,ó;¡fut7
vos qUll losdividen; si estos motivos no son silar llegado el caso á :todos,lpsm~mbl1Ollde
relativos á la verdad, ni la uniformidad ni la asamblea , los parec!lresse·xeu4).~n".P;l·er
la divergencia sirventic criterio. guntad á una asamblea si para.empezar.una


Si preguntais á una asamblea si el Estado revolucion sera buenopegar fuegoiá,.J.os~{)n¡­
puede apoderarse de todas las propiedades ventes y matar los frailes, .los pareceres Se
de los particulares , es 1,0 mismo que pre- dividen; y preguntadle luego si para ,fcahar
guntartes SI todos los miembros de la asam- la revolución sería bueno pegar fuego.allo-
ntea quieren esponerse á perder la suya. cal de las sesiones y' acabar.con los diputa-
El no que resue,ne en todos los ángulos, dos, los pareceres se reunen., , :
adenias de espresion.de la verdad, será un Echase pues de ver,.ql;l¡C lareuni,on,ó;oi-
grito contrael peligro comun y propio. Si la visión de pareceres no.es un cri.te~\() tal1':ae-
pregunta versa sobre los bienes de la 1001e- guro como quiso supoeer. el Sr¡. Donoso'; 'y~ia no.hay el último motivo, hé aquíunat'ldi_ en la cuestion presente vale menos ,~I ,argu,-
ferencia , una causa de reunion de pareceres mento,purqtlenadie,ign;o¡¡¡i,q"e¡¡i.ls-Jé~/ljo\
que nada tiene que "el' con la yerdad.En en que ha sido mas cOI~1J:¡ati¡fa·l/l jprq;p~ad
la asamblea, que tal vezno contendráen su de la Iglesia, son l.a~~ilos'Pfj)t~~\l\n~~H,'r
seno á ningun.eclesiástico, la propuesta no la de los gobiernos nacidos de .la hlo~fla,4el
espantara porque no bay peligropersonal; siglo XVIII. ¿ Qué puede." ptob3$.COfl.t!'~(tlf.5
en la asamblea habrá quizás muchos que derechos de.la Iglesia los he0.J.ws desus mas
deseen adquirir a poca costa los bienes, la encarnizados enemigos? Véase ¡:\1ll:~@.mP
propuesta pues, lejos de espantar halagará; es sofistico.el discurso del Sr, J)qrJfJ/lq¡;,pM
en la asamblea, donde tal vez no faltarán la ilegitimidad de hi:. cQn¡;~cu~oo¡it.~jl\hppl
hombres que quieran quebrantar el poder haremos observar;,queiclaudi~iHwr;S\1ij)/l~~,
del clero ~ esta propuesta será bien recibida á causarle fundarse.en !l:~' lwch9 ¡f~lsó"ó
porque ofreceráun medio á propósito para cuando menos .iuex:«cto'i¡Atli\i~tq·eJ Sr, .po,-
lograr el objeto; héaquí otras diferencias, naso, que sise pregI14~bátJlll~."¡¡¡;uIl1bleá,,
he- aqu~ otr?s motivos que dividen los pare- sea la que fuere l. si eiJii~í\4(}¿t,ieQ.e,Mre¡;hj)
ceres sm ninguna relacionú la verdad. de apoderarse d~"l<tS1.b¡-~.Q~~ .de.. tQáq~ .. )~~


El que una verdad haya sido combatida, particulares, todos-110s"Pilrecllr.~.s se, te,\HWIl
el que sobre ella haya habido diversidad de para decir no: pues.nosptro$·deci.'1H'¡!",.q~e
pareceres, no quita"que sea verdad; v ver- esto e~ falso. ¿Ignora."LSr·<J)on(J§D..1a;;
dad muy cierta. No hav verdad que no ha- cuestiones que se agitansphr~ 1~)pmgi~dRd;?
'Ya sido puesta en duda, nada hay tan ah- ¿Ignora las. doclrj¡~a~: .4; ~Aí:mJW.~~~e\il·~




- 464-
socialistas? ¿lgno~lJ.ue~tasescuelas cuen-
tan con maestros' distinguidos, con obrasde
ndmbradla, cOn discípulos no escasos? Si
pues en la asamblea de que se trata hubiese
pocos ó -muchos socialistas, alproponerse la
cuestion de'propiedad los socialistas vota-
risa.contraella , aconsejariau que el Esta-
do se apoderase de los bienes de los parti-
culares"inaugurando asi el bello ideal, en
que 'ellos sueñan: la comunidad de bienes.
¿ Dónde está, pues, la uniformidad de pa-
receres de que nos habla el Sr. Donoso?
¿Es por' ventura imposible que algunos so-
cialistas.entrenen una asamblea pública? y
entonces ,el argumento de ladivision de los
pareceres~",ose volvería contra las propie-
dades pattlctttareS?
. lié -aqui á'qué se reducen ciertos argu-
mentoscuando se los examina cual se debe
á la luz de la razon. Deslumbran ,por su ori-
ginalidady por el ingenio con que se pro-
ponen, pero acercándolos á la piedra de to-
que de los hechos y de la lógica se disipan
como exhalaciones pasageras.


·EI-Sr. Donoso llevó tan adelante su em-
peño de justificará las asambleas despoja-
doras de la Iglesia, que para discuparlas en
este acto, las declaró impecables en todo.
"Creo, decia, que no hay crimen en las
asambleas numerosas que deliberan en pú-
blico, como no hay crimenen el género hu-.
mano: no creo en esoscrímenes colectivos;
¡h:rrto triste es creer en los crímenes indi-


.viduales111 Esta doctrina, ó no significa na-
da, ó es altamente inmoral; y sin embargo,
el claro talentodel Sr. Pastor Diaz tuvo la
desgracia de dejarse alucinarpor ella hasta
ponderarla con entusiasmo, esclamando:
.«bellísima, 'conso~adora doctrina, que yo
abrazo con todo nu corazon.»


¿Quése quiere decir con esto? l.Que las
asambleas como seres colectivos, haciendo
abstraccion de los individuos, no pueden
s~r ~~iminalcs? Entonces la proposicion no
signiíica vnada. Todos sabemos que una
asamblea es una coleccion de individuos;
que ella separada de ellos no es nada; que
ellano es nada distinto de ellos; que no es
masque ellos mismos reunidos. La asam-
blea, pues, como ser abstraido de los indi-
viduos , es impecable, por la sencilla razon
de 'que RO es nada; todos sabemos que en
'éuao:to se-dispersan los individuos cada cual
'pol'sutado, no queda un ser positivo que
se "pue-daltamar propiamente culpable. Los


que han de dar cuenta á Dios y á veces á
los hombres, no son las asambleas, sino los
individuos que las componen; esto lo sabe
todo el mundo; esta es una de aquellas ver-
dades que no se inculcan por lo evidentes;
quien las dice, á fuerza de decir una cosa
tan conocida viene á no decir nada. Estas
observaciones son aplicables á unaasamblea
como á una nacion; y por lo mismo el se-
ñorPastor Diaz puede estar seguro de que
nadie llevará la nacion española al piede un
confesonario, como indicó temer S. S. Po-
drán confesarse los españoles, podrán con-
fesarse los gobernantes, pero la nacion, co-
mo nacion..... como algo distinto de los
españoles..... ¿cómo se quiere que se con-
fiese?


La impecabilidad, pues, declarada por el
Sr. Donoso ha de significar otra cosa; ha de
significar, ó que las asambleas no pueden
obrar mal, Ó que del mal que hagan nadie
es responsable. El Sr. Donoso, que sin du-
da es muy monárquico, no habrá olvidado
que por sentencia de una asamblea han ro-
dado en un cadalso cabezas augustas; y se-
gun su doctrina el matar á un rey no fue
un crímen , ó si lo fue, de este crímen no
eran culpables los que votaron por la muer-
te. Escoja el Sr. Donoso el. estremo que
quiera; justifique el regicidio ó justifique á
los regicidas, en ambos casos se levantan
contraél la razon, la moral, los sentimien-
tos, generosos, la conciencia de la humani-
dad. El Sr. Donoso no escojerá , no lo du-
damos, .no escojeráninguno de los dos hor-
ribles estremos. En la alternativa de ser o
cruelmente inmoral ó inconsecuente, prefe-
rirá ser inconsecuente.


y á propósito de impecabilidad de las
asambleas, recordamos que cuando lasCór-
tes despojaron de la tutela á la Reina Cris-
tina. se levantaron voces elocuentes en la
tribuna y en la prensa contra loque se ape-
llidaba horrenda usurpacion, atentado con-
tra las leyes civiles y los derechos de la na-
turaleza. Si no estamos mal informados,
el Sr. Donoso escribió á la sazon algunas
páginas que se leyeron con el interés que
inspiran todas. sus producciones. El queesto
escribe recuerdahaberlas leido en París, V
con la creenciade que eran obra delSr. Do-
noso. ¿Dónde estaba entonces la impecabi-
lidad de la asamblea despojadora? ¿Cut'tam
varie?


Las asambleas pueden cometer, y hanco-




-i65 ~
metido en efecto, crímenes y mUYi'grandes; raciones culpables? ¿No ha derramado lá-
es decir • decretando cosas contrarias á la grimassobre las ruinasde una ciudad delin-
razon, á la justicia, á la sana moral , yor- cuente? ¿ No ha temblado á la vista de la
denando la perpetraeion de Ios actos cor- ira del Todopoderoso, vertiendo la copa de
respondientes. ¿Qué dificultad hay en esto? su terrible cólera sobre naciones inícuas, y
¿Yquiénés son entonces los culpables? Los. consumiéndolas cual leve paja con su fuego
miembros de la asambleaque votando el mal I abrasador? Esto lo habrá leido Una y..mil
se hacen cómplices.de él. Nada mas senci- : veces el 81'. Donoso, y esto debiera bastar-
110; nada mas en armonía con el buen sen- I le para comprender la verdad y sublimidad
tido de la humanidad ; nada mas conforme i ,que encierra semejante lenguaje. El señor
al mismo lenguaje que continuamente em- i Doaoso , echando á las asambleas y nacio-
pleamos. Tal ayuntamiento, se dice, ha co- I nes fuera del órden moral, eximiéndolas de
metido un robo; tal' diputacion provincial todocrimen, ha atentado, no solo contra la
ha hecho una injusticia. ¿ Quién es el culpa- rasen sino contra la poesía. Y esto un poe-
hle? Los concejales ó diputados que havan tao :.. Bien merecido lo tiene. iJgnoraba
tenido complicidad. ' • acaso que se acercaba demasiado a los inte-


Losmismos tribunales estaná veces com- reses materiales creados por la revolucion, y
puestos de varios individuos; ¿y no se dice que la.proximidad de la injusticia quema las
que ha habido' justiciaó injusticia, parciali- alasdel. genio? '
dad ó imparcialidad, integridadó cohecho? No se contentaba el orador sosteniendo


¿ y qué quiere significar, el Sr. Donoso ¡Iosintereties oreados cop. las paradojas que
cuando, al-declarar la impecabilidad, solo hemos visto; entrandoen el. terreno legal
habla: de asambleas ,numerosas qbe deliberan I se empeñaba en d.efenderlos conla ley. en. la
eu,pti,blico? ¿Cuándo se podrán decir nume- mano. Combatiendo la idea de la devolución
rosas y cuando no? l.Y porqué el número de lo vendido decía: «Puesqué. ¿no reco-
constituye privilegio '! ¿, Se nos podria seña- nocen las leyes civiles, y las eclesiásticas
lar cuántos individuos se necesitan para como lasciviles, la prescripcion? Pues qué,
completar el número que asegura la impe- ¿, aun aquellas cosas que han sido usurpa-
cabilidad? Tal vezel Sr. Pidltl haya adqui- das se devuelven ouandoha pasado cier-
rido el secreto, y por esto querrá aumentar to tiempo por ellas? ¿Yen qué consiste es-
el número de diputados. Tambienes curio- to, señores? Consiste en la virtud especial
soaquello de deliberar enpúblico. Pormane- del tiempo, para borrar los crímenes? No;
ra que si la asamblea se constituye en se- 'consiste en que cuando ha pasado mucho
sion secreta perderá'el privilegio. Este es ,tiempo se hancreado muchos intereses; V el
un argumento concluyente en favor de la mayor de todos los crímenes es introducir la
publicidad de las discusiones. ¿Quién será ¡. pertu.rbacion en los intereses creados.. Y
tan poco caritativo que quiera esponer las como quiera que á los oyentesdel &.Do-
asambleas á pecar cuando hay un espedíen- naso y aun á élmismo los habiade atormen-
te tan sencillo para evitarlo? No acierta uno tal' algo el pensamiento de que el tiempo
á adivinar de dónde la publicidad habrá sa- trascurrido en el caso presente no era m1!-
cado su virtud purificadora ó mas hien pre- cho sino muypoco, el orador, que no podia
servativa. deshacerel nudo,le cortó ;en vezde seña-


¿Encontrará tal vezcstraüo-el Sr. Done- lar una razon deslumbró conunaimágen be-
so quc se culpenasambleas , pueblos, na- llísima , que en el terreno del hecho encer-
cioues? ¿ Be parecerá quizás impropio este raba una gran verdad, pero que en el.del
lenguaje? Menos que otros deberia estra- - derecho espresaba un absurdo.
~arse de. esto el Sr. Do~oso. q~e?on su es- «Hay pues dos- maneras-de prescribir, de-
tilo manifiesta haber leido la Biblia, y -que cia el Ss; Donoso: se prescribe por el.tICID-
una que o,tra vez c0I.00 quetrata.de. ilÍl~tar!a. po que,se dilata: se prescribe por el tl~mpo
~ P~es que, no ha VIsto en la Biblia a DIOS que se condensa ;. seprescribe p~r el trem-
indignado contra las asambleas de los ma- popropiamente dicho; se prescribe por las:
los, contralospueblos prevaricadores, con- revoluciones, Asi nada han adelantado los
tra el humano linageque habia corrompido reaecionarios.s.Noes posible desconocerla
~u camino? ¿, No se ha estremecido con las hermosura y el ingenio de la imagen que
Imprecaciones de los profetas contra gene- nospresenta á las revoluciones condensando,


57




- 466-
el tiempo; esto es,haciendo en un día lo
que en épocas regulares se hariaen siglos;
pero-esta imágen, mu.y feliz y oportuna pa-
ra espresar el fenómeno social producido por
las revoluciones, ¿ prueba algo á los ojos
del derecho? Si algo prueba será-la necesi-
dad ó conveniencia de una reforma, la ne-
cesidad ó conveniencia de tener considera-
cion á este ó aquel hecbo, no por motivos
de justicia sino de política: pero aducidas
para legitimar un despojo de ayer y darle la
sancionque con la prescripciondan las le-
yes ,es trastornar todas las ideas del de-
recho. Escogitaba esta imagen el Sr. Dono-
so para convencer de que nos hallábamos
ahora conrespectoélas ventas como si hu-
biesen trascurrido largos años: consideran-
do lacuestion bajo el aspecto político no era'
tan estraña su opinion, y todo dependia de
señalar mas ó menos valor á la gravedady
arraigodel hecho; pero mirada como la qui-
so mirar bajo el aspecto de' justicia, en el
terreno legal, en el de la prescripcion , su
doctrina es insostenible, falsa, sumamente
peligrosa. '


¿Sabe el Sr. Donoso las consecuencias
que.resultan de su principio ? Vamos á indi-
carle-algunas. Cuando la revolucion arrojó
á la reina Cristina, esta señora no tenia
ningun derecho á protestar desdeMarsella
ni París. La revolución había pasado; el
tiempoestaba condensado, Espartero.era re-
gente legítimo por la prescripcion. Cuando
la revoluciondespojó de la tutela álamis...;
mareina' Cristina, esta princesa .no tenia
derecho á reclamar: la revolucion habia pa-
sado; el tiempo estaba condensado; Argiie-
lies era tutor legítimo por la prescripcion.
Cuando la revolucion privó á ciertos y cier-
tos hombres de honores, de grados, de suel-
dos, estos hombres no tenian derechoá re-
clamar ni á quejarse: no, podian esperar el
cobrode sus atrasos; la revolucion habiapa-
sado ; el tiempo estabacondensado; 10 per-
dido estaba legítimamente perdido por la
prescripcion. Si en las tentativas de los úl-
timos meses la revolucion hubiesetriunfado,
y se hubieseeonfiscado cuanto posee un al-
to personage y otros no tan altos 1 y aun
cuando se hubiesearrojado de España á la
ReinaIsabel,sentando á Espartero en su lu-
gar 'conuno ú otrotítulo, ni el alto persona-
ge ,ni los.demas, ni Isabel misma habrian
tenido derecho á reclamar: la revolucion
habríapasado; el tiempo se habria conden-


lado; el nuevo poder habria sidoleg'R~
por la prescripcion.Y si la Providencia nos'
tiene reservados nuevos infortunios; si he-..:
mosde pasar por nuevos trastornos: si los'
que mandancaen y se ven':pfecisados á con-
templar la España desde país estrangero,
entonces, como será por necesidad el se-
ñor Donoso uno de los emigrados, aplique
á los demas, aplíquese á si mismo el prm-
cipio que ahora aplica á la Iglesia. Si sabe
que se conspira para derribar al poder; si
los emigrados reunen fondos, y entablan
misteriosas correspondencias, y se influye
en el ejército, y se procura que la prensa
tome una actitud imponente, aterrando al
tirano con artículos tremebundos, entonces
no se olvide el Sr. Donoso de su doctrina;
no consienta que se diga que el nuevo po-
der es ilegítimo; no permitaqué se hableni
.de despojos ni de ultrajes al trono sino para
HorarIos.· .


No consienta que se trate de deshacer la
injusticia; observe que se han creado nue-
vos intereses sociales y polítieos , sostenga
com'o sostiene ahora,que estosintereses son
sagrados; diga como dice ahora: no los. per-
turbeis, cometeríais uncrimen, ungravecri-
men, el mayorde todos loscrímenes, puesque
elmayor de todos los crímenes es, i-ntroducir
la pertu'I'bacion en '106 ·intereses·' cre(Jdos~ Y
cuando losemigrados se indignen contra- el
despojo-de quesean víctimas, y la reina Cris-
tina reclame su posicion socia]., y la Reina
Isabel su trono, diga el Sr. Donoso: «todo
está perdido, hay prescripcion.» Y cuando
asombrados protesteny se irriten contra el
jurisconsulto áquienbastatanpoco tiempo pa-
rala prescripcion, esplíqueles su doctrina con
la misma solemnidad. que ahora la esplica á
la Iglesia. «Se prescribe por el tiempo que
se dilata; se.prescribe por el tiempo que se
condensa; se prescribe por el tiempo pro-
piamente dicho; se prescribe por las revo-
luciones. Asi nada habeis adelantado vos-
otros, emigrados, ni vos, reina Cristina, ni
vos, Reina Isabel.» ¿Diria estoel Sr. Dono-
so? ¿Lo dijo? Lo dudamos. Pues el principio
de derecho que noera verdadero ayer, que
no losería mañana, no puede serlo hoy.




ifi7 ~
cho. Con el despojo revolucionario secome-
tió una grande injusticia, es cierto; se
violaron todas las leyes civiles, inclusa la
fundamental, no puedenegarse;se conculca-
ron los cánones de la Iglesia; es evidente;
la venta se hizo sin ventaja para la nacion,
nadie lo ignora; se han improvisado fortu-
nas colosales con escándalo de la conciencia
pública, es positivo; pero á pesar de esas
injusticias , de esa violacion de todos losde-
rechos, de ese daño irrogado á la nacion,
de ese escándalo, si el Sumo Pontífice cree
que ha llegado el caso de ceder, de pronun-
ciar una palabra de indulgencia, de tender
un velo sobre lo pasado, el clero y todos los
católicos debemos acatar profundamente es-
ta resolu.cion, no solo reconociendo la po-
testad, SIllO sometiéndonos con entereza á
cuanto esta potestad resolviere. Asi lo he-
mos pensado siempre; asi lo pensamosaho-
ra: si es verdad que para Romaesté con-
cluida la causa, para nosotros lo está tam-
bien.


Será posible que la, generosidad del
Pontífice la conviertanalgunos en arma pa-
ra añadircomo tienen de costumbre afliccion
á losafligidos, gloriándose de su triunfo, y
ostentando á los ojosde los defensores de
los derechos de la Iglesia el botin cubierto
conun sello sagrado: sea asi enhorabuena;
estamos ya cansados de ver una conducta
semejante; .hernos oido llamar codiciosos á
los despojados, y esto por los despojado-
res; y asi no estrañaremos que ahora la
hondad de la Silla Apostólica la quieran
tamhien hacer servir para insultar á los que
apellidan apostólicos. Sea enhorabuena;
ellos triunfaránen nombre de los intereses,
nosotros en nombre de los principios, y ad-
quiriremosel mas honroso de los triunfos,
abandonando el campo en que antes lidiába-
mos, y abandonándole no por otra razonsi-
no porque nos encontramos con el principio
religiosopor el cual COmbatíamos. Sí, Jos
hombres religiosos deben dar el ejemplo
que mas honra y ennoblece; la resígnacion,
la victoria de sí mismos. Quédese allá para
otrosel sostener una doctrina cuando sirve,
el abandonarla cuando obsta ó yanoes útil; si
hemos proclamado la necesidad de la ínter-
vencion pontificia en este negocio, acaté-
mosla, y ni aun en apariencia nos ponga-
mos en contradíocion con un principio por
no dominar como es debido un sentimiento.


Lo que habránaufragado en este casose-


M.drid 9 de ohril do 1841.


La comunicacion del Sr. Castillo y Ayen-
sa en que anuncia el reconocimiento por
parte de su Santidadde S. ~I. la Reina Do-
ña Isabel 11 y el de la venta de los bienes
del clero, es una de aquellas noticias que
por su gravedad y trascendencia llaman vi-
vamente la atencion pública, y reclamande
la prensa un exámen detenido. Este es un
suceso de dimensiones colosales; es .mucha
su importancia intrínseca, y sus resultados
no serán menos importantes.


Diversidad de sentimientos ha debido de
producireste suceso: los partidarios de la
situacion habránesperimentado una alegría
por cierto bien fundada; los que desean
una revolucion habrán visto con disgusto la
felicidad del gobierno en un negocio de ta-
maña importancia; ylos que se han lamen-
tado de Iasealamidades con que ha sido
afligida la Iglesia, no será estrañoque con-
templen con tristeza el que se legitimen
adquisiciones con que se han enriquecido
los que no han escrupulizado en comprar,
á pesar de lo terminantes que estan en este
punto los cánones de los "Concilios y las de-


'cisiones pontificias. Concebimos muy bien
el que algunos esperimenten semejante tris-
teza , y nc lo atribuiremos por cierto, ni á
mala intencion ni á deseos deperturbar; sa-
bemos que cuando los hombres con incon- I
testable razon han sostenido un principio de
justicia, no pueden menos de sentir que es-
te principio sucumba; mas por lo mismo que
conocemos lo escusable de este sentimiento,
consideramos mas necesario el dirigir al-
gunas observaciones á los que le padezcan.


No creemos habernos quedado atrás siem-
pre que se ha tratado de combatir la injus-
ticia cometida en el despojo de la Iglesia,
pero tambien hemos dicho, que tan luego
como interviniese la autoridad Pontiticia nos
sometertatnossin vacilar álo que ella resol-
viese: En el mismo caso se hallan todos los
católicos. No debe haber dos medidas: la
autoridad del Pontífice debe ser reconocida
y acatadaen este punto, sea cual fuere el
juicio tocante á la conveniencia, de la reso.,.
lucion. Sobre la potestad no cabe duda; y
cuando se reconoce la potestad, no sería ra-
zonable estenderse demasiado en considera-
cienessobreel uso que de ella se haya he-




- Hi8-
rán los intereses, mas no el principio que 11 minemos el negocio' bajo este punto de
defendíamos, paes los mismos adversarios i vista.
con su solicitud por obtener el asentimiento i En Roma es probable que se habrá dis-
del Papa, y su alborozo por haberle obteni- I currido de esta manera. Esperamos duran-
do, han dado una prueba manifiesta de que I te la guerra civil, y ni en su, discurso ni en
mal de su grado habian de acatar en la rea- su término se mejoró la suerte.de.la Iglesia
lidad lo que combatian en teoría. Si nos- de.España; por el cont.rarioem.lpeoró, Esp.e-
otrosno teníamos .razon cuando decíamos ramos durante la dominación de, ~spatter(),
que las ventas eran insubsistentes mientras y en este tiempola suerte de la Iglesia no
les faltase el sello pontificio, ¿ á qué fati- se mejoró, antes empeoró. Esperamos des-
garse tanto por alcanzar este resultado? pues de caido Espartero, y si bien.desde
¿Para satisfacer escrúpulos? ¿De quién? aquella época la Iglesia, respiró menos es-
¿ De los compradores? Si no escrupulizaron clava y aun obtuvo algunasreparaciones, lo
en la compra, ¿ escrupulizarán en la pose- cierto. es que hace ya algun tiempo .que las
sion'? ¿Han alarmado por ventura las pere- I reparaciones cesaron, los asuntos eclesiás-
grinas apelaciones de los penite.. ntes del tri- ticos. volvieron á discutirse con calor, y los
huna! del sacerdote á las oficinas de las ge- ánimos masbien llevan camino de exaspe-
faturaspolíticas? No; el verdadero motivo rarse que de.calmarse. Si continuamos' en
no ha sido este; ha sido la opinion de la la misma conducta, esperando todavía mas,
mayoría, de la inmensa mayoría nacional, ¿qué sucederá? ¿Se devolverán á la Igle-
que decia: «no hay poder para eso; todo sia mas bienes de los que ahora se devuel-
es insubsistente; todo cuanto se ha hecho ven'? No. ¿Se quitarán á la Iglesia mas tra-
nada vale, hasta que alcanceis que inter- bas? No. ¿Hay probabilidad de que se es-
venga en favor vuestro la autoridad ponti- I tablezca armonía. entre los defensores de la
íicia.» Iglesia y los partidarios de la revolucion?


Si se quiere juzgar con acierto de la con- No. ¿Qué' probabilidades hay para uname-
veniencia mayorÓ menor del paso dado por jora si continuamos esperando? l.Qué caso
el Sumo Pontífice , es preciso atender, no á puede suponerse en que haya estas proba-
la injusticia del hecho sobre el cual recae bilidades?Solo una; ¿ y por qué no decirlo?
la indulgencia, no á la conducta del gobier- Solo una: un gran trastorno. y. entonces,
no que la alcanza, no á lo que este gobier- ¿ es cierto que haya de babel' mejora ? No.
nohadebido ó no debido, podido ó no podido ¿Es temible que las cosas se empeoren?Muy
hacer; es necesario colocarse en el punto temible. ¿Yno es muy probable que un
de vista desde el cual el negocio habrá sido trastorno en caso de ser repentino sería en
considerado por la Santa Sede. Hé aqui es- favor de la revolucion? ¿No es probable que
te punto de vista. Hace ya mas de doce si los hombres de buenas ideas se hubiesen
años que la Iglesia de España está sin con- de sobreponer, esto no se lograriasino des-
firmacion de obispos; hace tambien largos pues de una guerra? Y en tal caso, ¿ no
años que, por efectode los decretos de los es verdad que los males se agravarian, y
gobiernos y los trastornos de la revolucion, que quizás las cosas llegarian á un puntoen
la Iglesia de España se encuentra en graves que no sería posibleni aun repararlo poco
conflictos, no solo con respecto á sus me- que se repara ahora'?
dios de subsistencia sino tambien por lo que Estas son las consideraciones que en Ro-
toca al ejercicio de sus derechos mas sagra- ma se habrán tenido presentes; y por cier-
dos; hace ya largos años que por las mismas to que no es posible desconocer la gravedad
causas se hallan existentes muchos hechos de ellas. Se fundan en hechos, unos pre-
en abierta oposicion conel derecho, lo que sentes, otros muy recientes; y en cuanto á
da lugar á incertidumbre, á complicaciones, loque encierrandeconjeturas, tampoco pue-
y que podría ofrecer todavía ocasion á nue- den tacharse de aventuradas. Lo que hayal'
vascalamidades; estos males no se pueden cierto, de apremiador, es el mal; en cuanto
remediar sin la intervencion de la autoridad al bien, menester es confesar que tiene en
pontificia. La necesidad, pues, de que esta contramuchasprobabilidades , y sobre todo
autoridad intervenga no admite ningun gé- á mas de no ser cierto es muy lejano. No
nero de duda. Toda la cuestion, pues, solo ignoramos que á veces del mismo esceso
pudiera versar sobre la oportunidad: exa- del mal nace el remedio ; pero á masde que




- 469-
noes licito hacer males ni aun desearlos pa-li migus de la Religion Católica persigucn ú 111
ra que vengan bienes, lo que no puede ne- I SantaSede,manifestando queera mucha ver-
garse es que hasta ahora en España lo que dad loque decia áundiplotnático españpl un
ha nacido del mal no ha sido un bien, sino elevado personaje: «elPapaes en rehgiosode
un mal todavía mayor>¿ Sucedería lo mismo una conciencia muy estrecha, 'Y no se cui-
en adelante? Mucno fuera de temer. ¡. da nada de los bienestemporales.»


No se trataba pues de saber si las condi- El arreglo de las cosascon Boma lleva
ciones de la situacion .ofrecian las debidas consigo segun parece, el reconocimiento de
ventajas, sino de si presentaban menos in- Isabel, y esto ofrece la cuestion bajoel as-
convenientes que las anteriores ó las que pecto de la política; Faltos de datos que
podían suceder. Roma no ha tenido que op- puedan ilustrarsobre losantecedentes deeste
tal'entre bueno y mejor, sino entre malo y resultado, ya por lo tocante á las consi-
peor; Roma se ha encontrado en un caso deraciones que haya tenidopresentesla COI'''
semejante al de los hombres que desean sin- te de Roma, ya por lo que este reeonoci-
ceramente el bien desu patria, yno se ha- miento pudiera hacer conjeturar con rela-
cen ilusiones sobre el verdadero estado de cinnáIas disposiciones de otras potencias,
lascosas; estas han llegado á un punto tan nos abstendremos de emitir un juicio que
deplorable, son tantas las circunstancias 'que estaría m:uy espuestoá salir equivocado. No
se combinan en contra de una mejora radi- ehstante \ diremos francamente-que el reco-
cal en ningua' sentido,. que al; proponerse nocimiento del Papa: prestaalgun funda-
un problema' ya casi nunca es dado pensar mento á sospechar que han mejorado tam-
en cuál de los resultados es .el mejor, sino bien las disposiciones de otras-potencias,
cuál es .elmenos malo. pues no es probable que en la palie política


¿Tiene la culpa de esto el Sumo Pontífi- la cortede Roma Raya prescindido de las
ce'! ¿Tiene la culpa de que el menor núme- relaciones diplomáticas conotros gabinetes.
ro se haya sobrepuesto al mayor, y que por La causa de Isabel 11 ha ganado mucho in-
un. conjunto de circunstancias fatales, se dudablemente con el reconocimiento por
hallen las cosas'de España en situacion tap parte de Roma, ya sea que el Sumo Pontí-
triste? no por cierto; Roma habrá conside- fice como soberano temporal haya procedido
rado las cosas, no tales como debieran ser, por impulso esclusivamente propio, ya sea
sinocomo son; no tales como el gobierno que este reconocimiento se haya hecho en
las debía y podia poner, sinotales como las conformidad con el dictamen y deseos de
ha puesto; no'habráa~endido á losdeseos, otras potencias.
sino á la realidad. Esta. realidad es triste, ¿ Pero se podrá inferir que semejautepa-
desconsoladora; esta realidad, aunen lopo- so sea una confirmacion de las noticias que
eo que tiene de bueno, encierra. pocas ga- noshan dado lós periódicos estrangeros so-
rantías deduracion; pero no es esto lo que bre proyectos de enlace conalgun príncipe
se debe considerar, sino si lo que le suce- italiano? ¿ Se podrá inferir que esto indique
derá serámejor.. que los desterrados de.Bourges empiezan á


De todos modos, si la Santa Sede se ha verse abandonados, y que en los consejos
resuelto á ceder en el punto de los bienes de la Europa se considera ya toda la fami-
vendidos, no dudamos que lo habrá hecho lia de D. Carlos como condenada perpétua-,
con la esperanza de adelantar en lo espiri- mente á la suerte que le deparóel éxito de
tual lo que se perdieseen lo temporal; que la guerra civil? No lo sabemos; pero lo que
no habrá querido" se dijese que los bienes vemos sí v muy claroes , que reconocida
terrenos eran un obstáculo á una reconcilia- Isabel 11 como Reinade España por el Papa
cion; y que habráensayado este medio pa- y por las potencias del Norte; la cuestión
ra ver si podia lograr que cesase esa irrita- dinástica mudaenteramentedeaspecto á los
cionque lejos de cejar aumenta visiblemen- ojosde la diplomacia europea;lo que vemos
te. En esto habrá dado el Pontífice una sí muy claro es'; que las pretensiones de
muestra de generosidad, una prueba de D: Carlosó de sus hijos estarán colocadas
que á sus ojos son nada10S bienes te~pora- en otro t~rreno del en 'lue se han hallado
lescuando se los compara con los espírítua- basta aqui; lo que vemos sí muy claro es,
les, habrá desmentido esas calmimias de que si aun en su destierro ha recibido don
codicia y miras mundanas con que losene- Carlos consejos fundados en esperanzas con




- no -
respecto á su persona, estos consejos han I Si estos millones se han perdido, porque Su
sido muy equivocados; y que no andába- Santidad haya creído llegado el casode hacer
mos descaminados cuando decíamos que este sacrificio en obsequio de la paz, quedan
atendido el CUF80 natural de las cosas el-reí- todavía cosas mas altas que defender. Si
nado de D. Carlos era imposible. por el reconocimiento de Isabel ha sufrido


Que no se desalienten ni irriten pues los quebranto la causa de D. Carlos en lo to-
hombres que, fieles á su conciencia ;se han cante á su persona, nosotros, al sostener-la
abstenido de conculcar las leyes de la Igle- conveniencia del enlace de su hijo con la
sia; ellos no se habrán enriquecido y otros Reina Isabel, no hemos sostenido un interés
sí, es verdad; ¿pero es por ventura poco el dinástico sinoun interés nacional, y este in-
poder decirse á sí mismo: «has cumplido torés nacional existirá despues del arreglo
Con tus deberes ?» ¿Es por ventura poco el con Roma lo mismo que antes. Jamás hemos
poder mirarcara,á cara.todos los infortunios considerado la cuestiondel enlacecomo una
del clero regular-, del seculary de las mon- palanca para una reaccion; y jamás hemos
jas, y decir: «yo no he contribuido á can- deseal\o.quese prorogara el arreglo de las
sarlos; y!> no como la sustancia que era cosas elesiásticas para que la dilación contri-
vuestra; mis hijosvivende mis sudores, no buyera al enlace: llorqueno podíamos su-
de angustias agenas?» Sí, que no se des- bordinar lo religioso álo político; porque no
alienten; que no se irriten; .que no se dejen podíamos anteponer lo temporal á lo espiri-
arrastrar hasta el punto de permitirse nin- tual; y porque creíamos tambien, y asi lo
guna espresion dura contra una. medida to- dijimos terminantemente, que atendido el
mada por el "icario de Jesucristo sobre la estado de las cosas y la irritacion de los
tierra. Consideren que es muy triste el ne- ánimos ,convenia que al enlace si se había
cesitar la absolucion, y que es muy honroso de hacer, precediese el'arreglo de los asun-
el haberse abstenido del manjar vedado, á tos eclesiásticos.
pesar de tenerle por tanto tiempo á la vista. No ignoramos que la resolucion en estas
Sometámonos, sin murmurar siquiera, á lo materias no es una decision en cosas de fe;
que el Sumo Pontífice disponga; no demos á pero sabemos tambien que Jesucristo tie-
los enemigosd~ la religion el placer de que ne prometida su asistencia al SU~80~ de
nos Oigan quejarnos de la conducta de la San Pedro para que las puertas del infierno
Santa Sede; no olvidemos que somos católi- no prevalezcan contra la Iglesia; y por lo
cos, y que no haY~,atolic!smosin la autori- 1I mismo no dudamos q.ue en. un neg~CI60 .ta!l
daddel Sumo Pontñíce. SI eL Sumo Pontífice \ trascendental esta asistencia le habrá dlflg.l-
cede, será porque habrá conocido que había do. Pues qué ,l,no es acaso este negocio
llegadoel caso de ceder; .él habrá mirado las uno de los mas graves que se pu~den ofre-
cosasdesde mayoraltura de la que podemos cer al Sumo Pontífice?Las necesidades de
mirarlasnosotros: esperamos que los inconve- la Iglesia de España, ¿ no son muy gran-
nientes que resulten por una parte habrása- des? ¿No han llegado las cosas á un punto
bido compensarlos por otra. El juez, asi en en que no hay otra esperanzapara ac~rtar
cuanto al hecho como en cuanto á la opor- que la direccion de la autoridad apostólica?
tunidad , es el Sumo Pontífice, no somos No, nosotros no diremos que el Papa se.ha
nosotros. I engañado; diremossí que el Papa habrá un-


Bien se echa de ver que no hemos tra- plorado antes el auxilio de las luces celes-
tado de disminuir la alta importancia .del tiales; diremos sí que no habrán sidoestéri-
suceso comunicado por el Sr. Castillo y les las oraciones que por la Iglesia ~e
Ayensa, pero al mismo tiempo añadiremos, España se elevaron al cielo en la Iglesia
que si algunos en el desaliento de la pri- .umversal;diremos sí, que á pesar de la ma-
mera impresion han creído que de hoy en la voluntad de los hombres y ~el ~eplorab~e
adelante era ya segura la ruina de los bue- estado de lascosas, DIOS iluminará a su Vl-
nos principios, y que la tarea de los hombres cario en la tierra para 'que calme el dolory
monárquicos Yreligiosos carece de objeto, cicatrice poco á poco las heridas de.la Ig~e­
se. equivocan. No, cuando sostenemos los sia española. Firmes en estas-consideracío-
grandes principios, única esperanza de la nes que nos' inspira nuestra fe, poco de~
sociedadespañola, no sostenemos 15 millo- be importarnos nuestra opinion favorable o
nes masó U millones menos de una renta. contraria tí la oportunidad. Débiles mortales




- 471 -
que vivimos hoy y mañana moriremos, ¿nos la Nacionha- defendido una dociruu: y
toca por ventura enseñan á Jesucristo el aconsejado un MellO: la doctrina defendida
modo de dirigir su Iglesia? Ea-el espacio era que el poder civil no podia disponer
de 18 siglos, ¿no la ha sacado siempre á de los bienes de la Iglesiasíu la interven-
puerto entre un mar-de- tribulaciones y ca- oion de la autoridad Pontificia; y el hecho
tástrofes? Si alguno habla mal de la con- aconsejado era que Se devolviesen al clero
ducta del Pontífice, no participemos de ,la secular, no solo los bienes no vendidos sino
maledicencia; no-permitamos que se nos tambien los vendidos. La doctrina la defen-
pueda reconvenir con aquellas palabras: dimos como verdadera; el hecho le aconse-
« i y tú tambien , hijo mio!» Si nos parece jábamos como justo Y conveniente. Previa
que las olas levantadas amenazan sumergir esta aclaración que nos parecen necesitar
la navecilla, no dudemos, creamos; no las palabras del Tiempo, y formulado con
obremos de suerte que se nos pueda decir: limpieza el cargo que semejante recuerdo
«hombre de poca fe, ¿ porqué has du- pudiera envolver contra el Pensamiento de
dado.?» laNaeion, veamos hasta q\lé punto es ver-


dad lo~ue asienta el espresado periódico.
~ ~ ~ lo1>[0 1<il"~ ~ ~ No tiene la razon de su parte cuando
~~\:I~'¡l~~ úl(!U?úl~a~il''¡la~~~ afirma que la corte de Roma sanciona con su


'-.- beDe~ticitodoctrin8sopuestasálas nuestras;
Ml"!rid 16 de ab~il de 1805. por e contrario ,en 'el caso presente nues-


tras doctrinas estan reconocidas por el go-
bierno y sancionadas por la corte de Roma.
¿Qué sosteníamos nosotros? La : necesidad
de que- interviniese la autoridad Pontificia.
El gobierno pide esta intervencien , y se fe-
licita cuando tiene la esperanza de lograrla;
el gobierno reconoce pues nuestra doctrina.
El ,Sumo Pontilice, segun las noticias publi-
cadas, se pr.esta á iDt~!venir; y por la pri-
mera concesron , manifiesta su voluntad de
no inquietar á los compradores. Luego el
Sumo Pontífice sanciona con su conducta
nuestra doctrina ,de que la intervencion de
su autoridad es necesaria. No podemos per-
suadirnos que el Tiempo vea la cuestion de
otro modo tecanteá.ladootrina ; e( Tiempo
no se imaginasin 'duda que' el' Pontifice.ha-
ya de declarar que su autoridad no era ne-
cesaria '. para. este objete. ,El Pontificepo-
drá cemprometerse.á no inquietar á los
compradores de bienes de. la Iglesia, po-
drá ordenar que no se Jos inquiete, po-
drá usar con ellos de toda la indulgencia
que juzgue conveniente, pero. jamas di-
rá que su autoridad no era necesaria.
Ahí estan los cánones de tantosconci-
lios , incluso el de Trento, y las disposicio-
nes pontificias. El Papa-no IQ ignora; y so-
bre todo el mismo Papa nos lo ha recordado
en sus Alocuciones. Nuestras doctrinas pues
sobre este punto subsisten firmes; el Papa
no'sanciona ni sancionará nada opuesto á
ellas;'y con el Papa y nosotrosestá el gobier-
no y los partidarios de la situacion , ya que
dan tanta importancia á las noticias de Ro-:




-- ni -
~na e~ qu~ ~e.anuncia qlie' su Santidad no A.hora bien, .noSMr()&ell.e\:D.rtíclJ)o'a.~
wqtuetara a los. eempradores de bienes de se refiere el nempo, no IÍllrablJmos la~UI"h~
la Iglesia... tion bajo este punto de vista, no la conside"


Tocante al hecho que aconsejábamos, es rábamos como cuestion de la corte del\lH.
verdad que las noticias de Roma no le SOl) ma, sino como cuestion del gobierno de
favorabíes: pero á esto tenemos querespon- Madrid; y antes de sostener que era oonve-'
der, en primer lugar, que el hecho no es la niente la devolucion , decíamos queera pos¡..
doctrina; y que por consiguiente escuando hle, queriéndola el gobierno. No es delca,..
menos inexacto el Tiempo al atribuir á la. so recordar ahora las razones en que -nos,
doctrina lo que. solo corresponde al hecho. I apoyábamos: escritas estan, Ni tampoco las
Ademas , el hecho lo aconsejábamos como traemos á la memoria con otro objeto que
justo y como conveniente \ sobre.ambos as- el de aclarar el sentido de las palabras del
pectos tenemos algo que observar. . Tiempo, rectificándolas en lo que tuvieren


La justicia de la ;devolucion no ha sido de inexacto ,y manifestando también que
contrariada por Rpma-,auncuandosea cíer- no nos avergonzamos de lo que á la sazón
to el reconocimientO de las ventas. En Ro.. defendíamos. En nuestra opinion si el go-
ma se. exige-. compensaéíon , luego se cree bierno hubiese querido podia , y pudiendo
que,hay,injusticia;ltlego nada se resuelve era justo y conven.iente.bl\ceI'I0:e1,gobier-
contra el.hechode Ia.deveíncionbajo elpnn- no no ha querido, sea por el motivo que
to de .vista de ·Ia justicia. En Roma se san- fuere, y por tanto no hay el supuesto en
ciona cómo hemos probado, la doctrina de que estribábamos. Resuelva Su Santidad, y
que la autoridad civil era por sí sola incom- el negocio está concluido; nuestra sumisión
petente para privar al clero de sus bienes; será completa. El Tiempo aprueba nuestro
luego en Roma se reconoce la incompeten- modo de proceder; en adelante procurare-
cia; luego se reconoce también el vicio ra- mos no desviarnos de la misma senda. An-
dicalde la espropiaoion-por defecto de au- tes que hombres de opiniones políticas 80-
toridad. Véase, pue~, como al defender mos hombres de creencias relgiosas y' de
nosotros la justicia de la revolucion no es- principios morales; sea cual fuere la contra-
tábamos en contradíccion con lo que ahora díccionqueen peluioa. sufriésemos, para nos-
se baya resueltoen Roina ó en adelante se otros son superiéres á la p~tlica la rehgíon
resolviere. . . . y. lamóraLNoes~:iocontestar al


}las dificil parece poner en consonancia Tiemposobre'si esperábaM ó no semejan-
nuestra opinion con la determinacion de Ro- te-resultedo :.el Tiem]J9 noscree muy fal-
ma en .lo tocante ála conveniencia de la tos de noticias. Sea enhorabuena; que' Jo
devolueion , porque nosotrosdeeíamos.ique hubiésemos esperado ó no poco importa, la
la devoluéion.esaconveniente, y Rama ce- conviccion que nos domina se hubiera liO-
de sin cque se'haya hecho la devolucion. brepuesto también á un golpe inesperado.
Sin embargo bien examinada la cosa, ni aun Conrespecto á las indicaciones políticas que
en esta parte le asiste la razon al Tiempo. hace el Tiempo sobre el enlace dela Reina,
En Roma lo que se habrá tenido presente nada tenemosque responder; nuestra opi-
no habrá sido la conveniencia, sino la posi- nion es conocida; asi como hemos repetido
bilidad; el Papa no habrá considerado si es- varias veces que no subordinaríamos jamás
to era ó no conveniente, sino si era ó no la religion á la política.
posible. Al menos asílo pensamos, y como' Afúrtunadamente, la pequeña. polémica
nosotros -pensará sin duda el Tiempo: si el que acabamos de sostener conel Tiempo ha
Papa hubiese creido que se podía obtener tenido otrocarácter muy diferentede la que
la devolucion de-lovendido, no se hubiera han sostenido otros periódicos; el Pensa-
contentado con lo no vendido: seamos fran- miento de la N acion no ha sufrido los ata-
coso Yen esto el Papa procediamuy bien; quesque ellos, yaun podriadecirseque noha
asi como habrá procedido muy bien, si con- sufrido ninguno, á no ser que por tal se en-
siderando imposible otra cosa ha creido que tienda las calificaciones generales de perió-
era llegado el caso de ceder, mostrándose dices absolutistas y apostólicos. Bienpudíe-
indulgente con respecto á lo vendido, y fa suceder que en alguna de esas condena-
aceptando la compensacion que le hayaofre- ciones en globo hubiese andado envuelto
cido ó le ofreciere el gobierno, I el Pensamiento de la Nacion , mayormente




- 473-
cuando si mal no recordamos, quejándose El debate verdaderamente ruidoso ha si-
un diario del Católico, hablaba tambien de do el del Católico; el hecho es grave; no ha
los demas periódicos absolutistas: y no ha- sidoinfundadala alarma; pues segun pare-
hiendo mas que tres en Madrid y necesitán- ce, ha habido serios temores de que el Ca-
dose dos para el plural, creimos que algo tólico llegaseá escomulgar al Papa. En es-
nos llegaba. I te supuesto los periódicos de la situacion


Como quiera, no ha sido el Pensamien- han salido como era natural, á la.defensade
to de la Nacion blanco de acriminaciones la Santa Sede, para evitar á la cristiandad
como la Esperanza, y mucho menos como un grande escándalo y al Papa un disgus-
el CatQlico. Este es punto que merece exa- too Escusado es decir que los compradores
minarse. de bienes de la Iglesia se habrán tambien


Tocante á la Esperanza no alcanzamos á llenado de santa indignacion contra el Cató-
ver ese destemplado tono contra el cual se lico, aprovechando la ocasion de mostrarse
ha declamado, ni mucho menos que se des- agradecidos, pues cuando el Pontífice co-
cubra en ninguno de sus escritos ni aun mienza á pensar en librarlos á ellos de esco-
asomo de encono contra el Padre comun de muniones, ellos se han adelantado en sal-
Ios fieles, como se ha queridosuponer. Lue- varle á él de la que iba á recibir del Católi-
go de recibida la noticia, contestando en ca. No se los podrá llamar ingratos.
muy breves palabras á una insinuacion del Loque tiene una medida oportuna... Con
Heraldo , por cierto algo punzante ,no ha- sola la noticiade las.buenas disposiciones de
bló de otra cosa que de fe y de sumision; y Roma se habrán hecho ultramontanos mu-
posteriormente, si bien ha manifestado mas chos hombres que antes estaban muy lejos
ó menos desconfianza con respecto á las no- de serlo: el dia en que se publique oficial-
ticias recibidas de Roma, no se ha permití- mente ~l reconocimiento de las ventas, el
do ninguna espresion ofensiva al Pontífice ni entusiasmo por la Silla Apostólica llegará á
á la corte romana, mostrándose siempre su colmo. Esto es una felicidad que convie-
pronta á someterse á lo que el Papa deter- ne no echar á perder: y por lo mismo Ro-
minase. Si á los periódicos de ciertas opi- ma debiera andarse con mucho tiento en no
niones no les ha de ser lícito ni aun suscitar mostrarse demasiado exigente: porque si
estas cuestiones de crítica, entonces seria bien estan ahora de su parte losnuevoscon-
mejor cerrar el campo de la discusion. En vertidos, es temible que estos reunan el
esto hablamos con tanta mas imparcialidad, fervor y la instabilidad de los neófitos. Mu-
cuanto que nosotros nos hemos abstenido de cho recelamos que por poco que el Papa se
suscitar esta cuestion; pero la Esperanza es- mantenga firme en algun punto de grave-
taba en su derecho al manifestar sus dudas, dad se trocarán los papeles, y el Católico ha-
y no hemos acertado á ver en sus escritos hrá de salir á la defensa de la Santa Sede.
esa destemplanza de que se la acusa. La Es- Por esto desearíamos, que si este periódico
peranza ha hecho muy mal en no recordar está efectivamente resuelto á escomulgar al
que un artículo de oposicion, que sería mi- Papa, no lo hiciese por ahora, y se contén-
rado como un modelo de templanza si se tase con una admonicion. Entretanto se ve-
hallase en periódicos de otro color, es una rá si los neófitos se consolidan en su pro-
cosa execrable puesto en las columnas de pósito, y si es cierto ó no que de hoy en
un periódico monárquico. ¿, Tan pronto se adelante el Católico haya de encargar deti-
ha olvidado la Esperanza de la pena del ilo- nitivamente la defensa de la Silla Apostóli-
tismo con que se ha conminado reciente- ca á los compradores de los bienes de la
mente á los monárquicos? ¿ Es acaso poco Iglesia.
para los ilotasel que se aceptensus alaban- Este asunto del Catótico tiene algunos
zas? O alabe pues ó enmudezca. ¿,A dónde antecedentes que conviene recordar. Hace
iriamos á parar si los carlistas comenzasen á mucho tiempo que el citado periódico estaba
levantar demasiado alto su voz? Esto es ya inquietando á los compradores de los bie-
demasiado, y al fin será preciso ponerle un nes del clero, á pesar 'de cuanto se estaba
término; será necesario realizarla amenaza. diciendo sobre el progreso de las negocia-
Arrepiéntase á tiempo la Esperanza, que el ciones del Sr. Castillo y Ayensa. Cubierto
ilotismo está pendientede un hilo sobre la I hasta la frente con el .parapeto de los cáno-
cabeza de los'contumaces. nes de la Iglesia, y muy en particular del


58




- 474-
Concilio de Trento ,donde quiera que veía
asomar una cabeza de comprador de bienes
de la Iglesia, le disparaba un tiro; y si este
comprador era por acaso de los penitentes
apelantes le escopeteaba con mas viveza,
como para librar al confesor no absolvente
de los procedimientos de un juez de prime-
ra instancia, de las medidasgubernativas de
un gefe político, ó de un golpe-cé trato de
omnipotencia ministerial.


Cuando los famosos procesos de los ser-
mones alarmantes que 'amenazaron provocar
una conflagración ,enel Congresoy en otras
partes, el Católico tuvo la osadía de mani-
festarse partidario de los predicadores, no
embargante que los escesos de estos habian
llegado hasta el punto de tomar en boca al
Judio Errante; conlo cual el Católico infun-
dia sospechas de pertenecer á la escuela de
Rodin ó de Faringea. Esto era horrible " y
cabalmente coincidía con la locura de Vi-
llemain, causada como es claro por los anó-
nimos jesuíticos,y la agitacion antijesuítica
de esos bravos patriotas que acaban de cu-
brirse de gloria en los campos de Lucerna.


Asi las cosas, y llenada ya la medida del
. sufrimiento de las víctimas, llegaronlas no-
ticias del Sr. Castillo; y los periódicos de la
situacion al anunciarlas, no se olvidaron de
favorecer á sus adversarios con una sonrisa
burlona. El Católieose enfadó, menesteres
confesarlo; y antes de abandonar su parape-
to diria para sí: pues si el fuego ha de ce-
sar pronto, voy al menos á desahogarme
antes no llegue la órden; y cargó hasta la
boca, y disparó con un estruendo horroroso.


Losdefensores de la situaeion, que se vie-
ron correspondidos con tan galanas albri-
cias, no pudieron contenerse mas, arreme-
tieron á paso de carga como en otro tiempo
contra los bienes del clero , segun espre-
sion del Sr. Egaña, y rompiendo las fijas
de los apostólicos han hecho en ellos lo que
se llama una carnieería.
Discieti justitiam moniti el non temnere


divas.
La ineorregibíiidad del -clero ,obstinado


todavía en no preferir al 'Concilio de Trente
las leyes de Mendizabal, ni á las alocucio-
nes del Papa los artículosde los periódicos,
habrá recibido una buena leccion; y es pro-
bable que en adelante no suceda que los
compradores de hienes del clero, de suyo
tan amigos de frecuencia de sacramentos,


se vean privados de la absolucion por el
fanatismo clerical, valiéndonos de la espre-
sion empleada estos últimos dias. Como to-
davía no hemos hecho grandes adelantos en
la carrrera patriotica, apesar de que ahora
ya no hay en nuestro periódico aquello de
D..Carlos, y los frailes, y lainquisicion, y sí
únicamente elahsolutismo 1'eformado, loque
no es poco, no hemos podido llegar a com-
prender el liberalismo de ciertos periódicos
y de una que otra autoridad al hacer cargos
á los confesores no ahsolventes , cuando el
fervor de Jos no absueltos clama al cicloven-
ganza , como la sangre de Ábel contra el
fratricida Cain.


Hé aquí cómo consideramos nosotros la
presente cuestiono El catolicismo debe de
ser en España. cuando no la religion del
Estado, al menos una religion tolerada. Es
decir, que no se halla en peor condicion
que bajo los gobiernos protestantes. Ahora
bien, supongamos que en Inglaterra ó en
los Estados-Unidos un penitente aquien se
ha negado la ahsolucion se queja ante el ma-
gistrado y pide el castigo del confesor, ¿qué
se le contestará? «Esto no es de mi incum-
bencia, dirá cuerdamente el magistrado; V~
como católico se sujeta al tribunal del con-
fesor; v el confesor como ministro de la Re-
ligion 'Católica procede de la manera que
cree couveniente. Si V.no quiere confesar-
se , el confesorno le fuerza aello; si V. de-
sea buscar otro sacerdote que le absuelva,
el confesor no se lo impide: este es pues un
asunt.o de mera conciencia; las leyes no me
auto~lzan para mezclarme en él, yel buen
sentido me enseña que nada tengo que ver
con semejante desavenencia.i


Parecíanos que esta respuesta del magis-
trado era muy justa sin dejar de ser muy li-
beral; pero ya vamos entendiendo que no
debe de ser asi cuando Jo comprende de
otra manera el liberalismo español, Sinem-
bargo, á los que de esta suerte opinan nos
atrevemosá dirigirlesalgunas preguntas pa-
ra esclarecer la dificultad. Unsacerdote sen-
tado en el tribunal <le la penitencia, ¿puede
obrar contra los cánones de la Iglesia" ¿Sí
6 no'? ¿ Puede prescindirde los decretos de
los concilios, aun de los generales, aun del
de Trento , admitido y vigente en España?
¿Sí ó no? Estos concilios, y en especialel
de Trente, ¿sujetan á escomunion á losque
se hallan en el caso de que tratamos? ¿ Sí ó'
no? Un sacerdote ¿ puede dar por deroga-




- n5-
SI'. Castillo, está próximo el gobierno á ob-
tener con las negociaciones de Roma resul-
tados de tanta trascendencia, sería sin duda
mucho mas acertado. que en vez de irritar
losánimos se procurase calmarlos, y siquie-
ra por interés propio no suscitasenlos hom-
bres de la situacion cuestiones espinosas,
que no podrían menosde acarrear dificulta-
des y conflictos. No es probable que todos
los asuntos eclesiásticos se desenmarañen
instantáneamente , antes es creible que las
negociaciones durarán largo tiempo, y que
en el cursode ellas se tropezará conalgunos
obstáculos. ¿Qué necesidad hay de aumen-
tarlos? ¿ Puede ser provechoso al buen éxi-
to de lns negociaciones el ,que se persiga á
los sacerdotes por haber negado la absolu-
cion, yel que la polémica sobre los asun-
tos eclesiásticos sea apasionada y virulenta?


Exigir que el clero, que las monjas, que
cuantoshan compadecido sinceramente á las
víctimas deldespojo, no solo se sometansino
que den muestrasde alegria, de entusiasme,
porque está próxima á estinguirse la espe-
ranza de recobrar 10 perdido, es exigir de-
masiado; es empeñarse en violentar lossen-
timientos mas naturales; es querer forzar el
corazon humano á que deje de ser lo que es.
¡,No hasta la sumision ? ¿Exigirá mas el Su-
moPontífice? ¿Necesitan algo mas los com-
pradores de bienes de la Iglcsia? Y si á pe-
sar de todo, á mas del triunfo conseguido
se insulta á los despojados, y se les prodi-
gan apodos, y sátiras y sarcas~os,. ¿ será
estraüo que no todos tengan pacIencIa bas-
tante para abstenerse de contestaciones du-
ras? Era de esperar que los desengaños y IOi!
escarmientos, y sobre todo el cansancio da
las discordias civiles, inspirarian diferente
conducta. Desgraciadamente no son. solos
los anarquistas los que coaservan áficion al
himno de Riegoy á las tradiciones del ¡Trá-
gala. Por lo demas, asi como comprende-
mos el disgusto de unos, tampoco quere-
mos ineulpar la alegría de otros; ambas co-
sas son muy naturales: hace ya largos años
que alternativamente, mientras los unos es-
tan afligidos los otros echan las campanas á
vuelo: esta es la suerte de los paises donde
campea la discordia. Los hombres juiciosos
deben hacerse cargo de lo queconsigo traen
semejantes vicisitudes, y ni participar del


lenojo de los caidos, ni tomar parte en laburla con que se solazan los que triunfan;asi al menos no se atiza el fuego ,que por


dos los decretosdel. concilio.Tridentino con 1


1


.'


solo haber mediado una ley civil en contra-
dicción con ellos? lo Sí ó no ? Si pues el sa-
cerdote no puede obrar contra los cánones.
de la Iglesia, el sacerdote al obrar conforme
á ellos procede como debe, y cuanto se ba-
ga contra él es un atropellamiento, un aten-
tado contra esa misma libertad que tanto se
nos encarece.


El sacerdote no va á buscar al penitente,
este es quien busca al sacerdote; al compra-
dor de bienes de la Iglesia nadie le va á in-
quietar en su casa, ni á requerirle para que
se vaya á confesar. La España de.ahora no
es la España de otros tiempos: ahora nadie
pensaraporciertoen intentarcausas á los que
no reciban los sacramentos ni cumplan con
los demas preceptos de la Iglesia. De hecho
hay una verdadera libertad de conciencia, y
tan lata como puede haberla en los Estados-
Unidos; ¿quién no ve, pues, la sinrazon de
acusará un confesor porque se ba negado á
absolver á un penitente? Esto sería increible
si no lo estuviéramos viendo con nuestros
ojos. ¡,Y todavía se nos habla de libertad
y de tolerancia? ¿ Y esto defienden'y pro-
mueven periódicos que se llaman liberales?
No hay aquí solo cuestión religiosa, hay
cuestion de libertad: v es estraño que á
nombre de esa misma libertad se aconsejen
tamaños desafueros.


El no recibir el penitentelaabsolucion no
le priva de ningunderecho civil, ni le espo-
ne á molestias de ninguna clase; asi como
la absolucion que lediese porfuerza elconfe-
sornobastaría paratranquizarle ensuconcien-
cia. Si no quiere someterse á los resultados
del fallo de aquel tribunal, que no lleve á
él su causa; cn clla no hav mas actor ni mas
testigos que él mismo; ¿ qué derecho pues
tiene á quejarse si sale condenado? Esta .
condenacion , ¿ le acarreará por ventura al~ I
gun perjuicio en su fortuna? ¿No está ade-
masel confesor obligado al mas riguroso si-
gilo? Si pues antes de presentarse al tribu-
nal de la penitencia nadie le fuerza á ello, y
despues de presentado, la negativade la ab-
solucion no tiene ningun resultado .civil,
l,á qué apelar á los tribunales civiles? ¿ Es
inocente o es culpable? Si es inocente, tan-
to peor para el confesor; si es culpable,
¿ quién ha pensado jamás en ser absuelto
por fuerza '? Esto, sobre injusto, es dema-
siado ridículo.


Yaque al parecer, segun las noticias dcl




- ii6-
desgracia arde ya demasiado, y no queda el
remordimiento de haber contribuido á exas-
perar los partidos y agravar porconsiguien-
te los males de esta nacion infortunada. -


Sigan, pues, enhorabuena su curso las
negociaciones con Roma: nosotros tenemos
confianza en el espíritu de paz y en la pru-
dencia del Pontífice. Conel espíritu de paz
hará las concesiones que considere necesa-
sarias ó convenientes, y conla prudencia no
dejará de obtener en compensacion algunas
reparaciones para la Iglesia de España. En
Romase sabenconducir bien las negociacio-
nes : la presente es dificil, ya lo sabemos,
pero otras se han resuelto felizmente en Ro-
ma que loeran mas. No cabe duda, que el
gobierno español saldrá ganancioso en pro-
vecho de los compradores de los bienes de
la Iglesia, pero tampoco es de pensar que
un sacrificio se alcance sin algun otro sa-
crificio.


Aunbajo el aspecto politico quizás puedan
resultar de esto algunos bienes. Todo lo
que sea quitar de en medio cuestiones ir-
ritantes , todo lo que sea desvanecer incer-
tidumbres que llevanagitada la sociedad, to-
dolo que sea aumentarlas influencias legíti-
mas y anti-revolucionarias, todo puede con---
tribuir á dar á la política mejor direccion,y
á dar fin á la revolucion, que cada dia va
decavendo.


No todo lo que hacen unos hombres es en
provecho del sistema á que ellos pertenecen:
es bien seguro que cuando la coalicion con-
tra 'Espartero no pensaban los progresistas
trabajar en beneficio de sus adversarios , y
sin embargo lo hicieron; y locierto es que
ahora de un modo y dcspues de otro, aho-
ra invocando unos principios y despues
otros, desde la caida de Espartero ha sufri-
do la revolución tan recios golpes que la
han dejado malparada.


Las cosas llevan irresistiblemente un cur-
so contrario á la revolucion; y si esta no
puede conseguir muy pronto un estallido, lo
que es muy dificil, es probable que no se
detengan las cosas en el punto en que es-
tan. Se comenzó por desarmar algunos ba-
tallones de milicia, y se acabó por desarmar-
lostodos , y por quitar ademas la milicia del
cédigo fundamental. Se comenzó por disol-
ver las Córtes de la coalicion , y se acabó
por echarabajo la Constitucion de 1837. Se
comenzó por mudar algun ayuntamiento, y
se acaba por mudarlos todos y sujetarlos á


una nueva ley. Se comenzó por publicar la
ley de imprenta de Gonzalez Brabo , y se
acaba por despojar el jurado del carácter de
institucion constitucional. Se comenzó por
suspender la venta de los bienes del clero,
y se acaba por devolver lo no vendido.. Se
comenzó por quitar algunos empleados pro-
gresistas, y al fin se los ha quitado á todos.
Se comenzó por ponermal ceño á los que se
levantaban; primero hubo capitulaciones,
pero luego han seguido los fusilamientos sin
piedad. Estas cosas no le son muy saluda-
bles á la revolucion, y sin embargo se han
idohaciendo, mas bien por la fuerza de los
sucesos que por la voluntad y los planes de
los hombres. Ni muchos pensaban en desar-
mar en masa la milicia nacional, ni en
echar de los empleos á todos los progresis-
tas, ni en reformar la Constitucion de 1837,
ni en devolver al clero los bienes no vendi-
dos;y es bienseguro que si á muchos de los
que han contribuido á ello se les hubiese
dicho todo de antemano, se hubieran asus-
tado de tanta osadía. Y sin embargo se ha
hecho; y por indeclinable necesidad se ha-
rán todavía muchas otras cosas. En 18il4
nos hallábamos en el período ascendente;
hemos doblado la cumbre y estamos ya en
el descendente: unos quieren hajar mas de
prisa, otros mas despacio; unos no quieren
bajar hasta el fondo, otros sí; pero 10 cierto
es que á pesar de todas las resistencias, se
baja.


Los periódicos progresistas tienen razon
cuando claman que la libertad peligra; ellos
entienden á su modo libertad, y en este sen-
tido la libertad peligra: no van descamina-
dos. Yá estocontribuye cada cual por su
parte. Los progresistas con esa oposicion
tremenday uno que otroensayode pronun-
ciamientos, van empujando á los hombres
de la situacion hacia el sistema monárquico;
y como tampoco los monárquicos pierden
todo el tiempo, á cada paso que dan hácia
ellos los de la situacion actual les dan un
tirón, y en vez de 'un paso les hacen andar
dos. Es verdad que ellos vienen de espal-
das, como que han de dar la cara á los pro-
gresistas; vienen tambien murmurando con-
tra los que los arrastran hácia atrás: sea
como fuere ellos retroceden. El Sr. Marti-
nez de la Rosa es en política un cscelente
ingeniero de ,puentes y calzadas sin que él
se lo imagine. En 18:34, sin quererlo, cons-
truyó el puente por donde llegamos al mo-




- i77-
tin de la Granja y al pronunciamiento de 1 los padecimientos tienen poco menos que
setiembre; parécenos que ahora está cons- estinguido. Volved la vista en todas direc-
truyendo otro, y que por él hemos de lle- r ciones , y solo se os ofrecerán iglesias viu-
gar á cosas que S. E. no cree ni desea. das: si algunas no han perdido susprelados,


Con el arreglo de las cosas eclesiásticas estoscon pocas escepciones, se hallan ago-
hará el Papa sacrificios, de esto no duda- biados de años y de achaques.
mos; pero repetimos que no vemos las cosas Encaso de amenazar un trastorno político,
tan negras que ni en lo religioso ni en lo de una complicacion , de una crisis, que por
político va no nos quede ninguna esperan- tantos motivos puede sobrevenir, ¿séria
za de que la España pueda reportar venta-, poco para evitar catástrofes el contar en to-
jaso El estado de la sociedad española no es dos los puntos de la península con hombres
el de la francesa; aquí el principio religioso I revestidos de tan elevada dignidad, cuyas
tiene todavía una fuerza incalculable; es un órdenesobedece todo el clero, y cuya pala-
resorte que no han quebrantado losímpetus bra reciben COl1 acatamiento los pueblos"
de la revolucion, ni gastado los sufrimien- Una de las causasmas profundas de nues-
tos: el dia en que este principio vuelva á tro malestar es la falta de instituciones só-
ejercer sus funciones conalguna libertad, lidas é inlluyentes: la revoluciou destruyó
hará sentir sus efectos en todas partes, in- las antiguas, no ha habido tiempo de reem-
clusa la política. Porque el influir en la po- plazarlas con otras, con lo cual se halla
lítica no depende tan solo de que los ecle- España pulverizada por decirlo asi, sin nada
siásticos puedanó nopuedan ser diputados, que ligue sus diferentes partes, sin mas
nique losobispos se sienten enmayoró me- prendas de estabilidad que la fuerza del po-
nor número en los escaños del alto cuerpo del' público. Una de esas instituciones es
colegislador; hay inlluencias indirectas, sua- sin duda el episcopado; y en un pais tan
ves,continuas, que se ejercensobre lasocie- religioso como el nuestro, bien puede ase-
dad, y que tarde ó temprano llegan hasta la gurarse que esta es la primera y mas salu-
política, con tanta lilas eficacia cuanto me- dable de las instituciones sociales.
nosse han dirigido á ella. La presencia del Nuncio de su Santidad


Tomemos por ejemplo la confirmacion de en Madrid tampoco podrá menos de ser pro-
losobispos , que probablemente será uno de vechosa, y si losasuntoseclesiásticos se han
los primeros resultados del arreglo con Ro- de arreglar, lejos de considerar convenien-
ma, Prescindiendo del mayoró menor dis- te la tardanza de su venida, desearíamos
cernimiento que hasta ahora haya habido ó que estuviese en España antes de que se
en adelante hubiere en la eleccion por parte procediera á una resolucion definitiva en
del gobierno, nosotros estamos persuadidos gravísimos puntos, de que es dificil infor-
dequecsteseráunodelos puntos en que mas marse exactamente á no estar en el mismo
se fijará la atencion y el celo de Su Santi- pais de que se trata.
dad, para no colocar al frente de las muchas Después de verificado el arreglo., tambien
iglesias vacantes sino hombres de sanas podria pesar mucho su voto en negocios
doctrinas, sabios y virtuosos, cual los de- graves, contribuyendo con su influencia á
manda en todos tiempos la dignidad episco- traer al gobierno á buen camino cuando se
pal, y muy particularmente en el presente, apartase de él, Ydar al clero saludables
cuando será tan necesaria la mano del Pas- consejos cuando los hiciera necesarios lo
tor para curar los males de que encontrará crítico de las circunstancias. No ignoramos
plagadas sus ovejas. Ahora bien: si hay es- que un desmande un gobierno obliga tam-
te acierto, que debemos esperar, se hará bien á los Nuncios á ausentarse; y tenernos
sentir saludable y poderosamente la influen- demasiado cerca sucesos deplorables que
cía del cuerpo episcopal. Tocante á los nos manifiestan la posibilidad de otros pare-
asuntos espirituales no es necesario probar- cidos: sin embargo, es preciso observarque
lo; y por lo relativo á los temporales, tam- ciertas cosas no son para repetidas confre-
bien creemos que no puede menos de ha- cuencia , y que cuando no la buena inten-
cerse sentir de una manera muy provechosa cion, al menos el interés propio y el temor
la nueva aparicion de un elemento social de provocar resultados funestos obligan fre-
t~n respetahle, que tanto ha representado cuentemente á proceder con alguna cautela.
siempre en España , y que ahora losañosy Ademas es necesario tambien llevar en




- 478-
cuenta la diferencia de los tiempos; lo que sucesivas: el acento-de la indignacionpro-
se hace con facilidad al principiode una re- vacada no es la espresion de disposiciones
volucioa se convierte en imposible ó muy amenazadoras.
dificil cuando la revolucion va tocando á su Siempre habíamos dicho que en hablando
término. el Pontífice el clero se someteria ; v repetí-


Sea como fuere, cuanto mas meditamos mos lo mismo ahora, despuesde haber obser-
sobre este negocio mas nos confirmamos en vado lo que está sucediendo tan pronto co-
la opinion manifestada en el número ante- mo han llegado esas noticias. de las cuales
rior. Sin hacernos ilusiones sobre la verdade- solo una parte sabemos por conducto oficial.
ra situación de las cosas', sin desconocer Una cosa desearíamos en este asunto, v es
tampoco las ideas v las tendencias de los ¡ que el gobierno y los hombres influyentes
hombres, sin entregarnos á vanas espcran-i ] de la situación imitasen en lo que les corres-
zas sobre la suerte que ha de caber al clero, ponda la conducta del clero: es probable
nos prometemos tadavia mucho del celo que entonces no tendriamos que echarlesen
apostólico y de la consumada prudencia de cara inconsecuencias en que mucho teme-
la Santa Sede. Si hay concesiones no las mos que incurrirán. mclero sigue esta con-
habrá sin alguna compcnsacion ; repetimos ducta honrosa, y no la abandonará en ade-
que en Roma se sabe negociar, y que no lante ; los que lilas elevados se hallen en
fuera estraño que en el curso de las negocia- categoría serán los primeros en dar el buen
ciones entabladas se viese la prensa religio- ejemplo. Este es un hecho de que nos he-
sa en la necesidad de salir á la defensa de mas asegurado. Hombres distinguidos por
lo que se apellidará sin duda ambiciosas pre- su saber y sus virtudes, hombres quenocare-
tensiones de la curia romana. De todos mo- cían de motivos de resentimiento por haber
dos, asistamos con calma y dignidad al CUl'- sufrido repetidas persecuciones, estos hom-
so de los acontecimientos, recibiendo con hres son los primeros en bajar la cabeza y
entera surnision cuanto decidiere el vicario esparcir por donde quiera palabras de paz y
de Jesucristo, surnision.


POI' ningnn título, bajo ningun pretesto ¿ Yqué diremosdel Episcopado? ¿Creése
es licito debilitar el ascendiente de la rcli- por ventura que en esta circunstancia. crítica
gion; y este se debilita con cualquier resis- desmentirán los obispos aquella firmeza
tencia que se ofrezca á las disposiciones de apostólica que ha resistido á todoslos emba-
la Santa Sede. No darán, no, tan funesto tes de la revolucion, que no se ha quehran-
escándalo en España ni el clero ni el pueblo; . tado con los procesos, los destierros, las
por mas qlIe se diga, ha hahido sumision y cárceles y lodo linage de padecimientos'?
la habrá en adelante; una muestra de des- ¿No los hemos visto recientemente á aJgu-
agrado dista mucho de la resistencia; la nos de ellos renunciar generosamente á en-
aflicción causada por la pérdida de una es- carearse de la administracion de ciertos
peranza no es el encono contra el Papa, y productos , solo porque creían que con ello
una palabra de indignacion contra los coru- se mancillaba su conciencia? Sea cual fuere
pradores de los bienes de la Iglesia no es la opinion que sobre aquel particular se pro-
una insurreccion contra la autoridad Pouti- fese , ¿ uo fue edificante el ver qlle algunos-
licia. Esa resistencia ni ese encono no han prelados, al ofrecerles el gobierno la admi-
existido ni existirán. En vano se ha tomado nistracion, no se afanaban por tomarla, co-
acta de palabras pronunciadas en el calor de 1110 lo 'huhieran hecho sin duda si los guia-
los primeros momentos por personasde pro- ran miras terrenas? Lo primero que se pro-
hada buena fe, de rectitud de intenciones, cura en el mundo es poseer de un modo ó
de sanas doctrinas; en vano se ha tomado de otro, porque con la posesion se tiene
aeta, esta acta no servirá de nada: porque, adelantado para lo dernas, y sin embargo,
sea cual fuere el sentido que á primera vis- esos dignos prelados dijeron: «no queremos
ta pudieran ofrecer las palabrasque tanto se una posesión que en nuestro concepto nos-
han comentado, tenemos por seguro que su mancilla; la conciencia antes que los pro-
autor I1I) les daba significado que de ningun ductos.»
modo pudiese ofender la autoridad de la San- Los que tienen la generosidad de añadir
ta Sede; Asi lo creimos al leerlas, asi lo he- aíliccion al afligido; losque parecen gozarse
mosvisto confirmado en sus esplicaciones en insultar á los despojados; los que no




El artículo que publicamos en el número
anterior ha llamado la atencion del Heraldo,
que considerándole peligroso se propone
aplicarle el oportuno correctivo. Desempeña
el lleroldo su tarea en términos muy mesu-
rados y corteses, que no podemos menos de
agradecer; pero despues de una atenta lec-
tura de su contestacion , no hemos acertado
á convencernos de que destruyese nada de
lo que.habíamos asentado. El Heraldo se li-
mita á unas breves reflexiones sobre dos
puntos de nuestro articulo. 1.0 Los confeso-
res que no absuelven á los compradores de I
los bienes de la Iglesia. 2. 0 La tendencia 1
política de España. Tocante á lo primero, 1
el Heraldo nos ha hecho un favor al inser-
tar algunos de los párrafos en que manifes-
tábamos nuestra opinion. Nada tenemos que
añadir. Ellleraldo no combate las razones


- 479-
saben hablar de la buena disposición en que I en que nos apoyamos, y en vez de una res-
se.hallan losnegocios de Roma sin que aña- puesta nos dirige una pregunta. No le re-
dan esprcsiones ofensivas á losque ellos Ila- plicaremos nosotros con otra pregunta, sino
man apostólicos, se engañan mucho si creen con la mas esplícita respuesta.
que en España se dará un escándalo en caso Nospregunta el Heraldo: «qué califica-
que se obtengan de Roma las concesiones c!on.merecerán los infinitos sacerdotes que
de que se nos habla. La Iglesia de España siguiendo una conducta opuesta á la única
se mostrará lo que es: fiel á sus deberes, que cree justa y legítima el Pensamiento de
firme en su fe, sumisa y obediente á la ca- la Nccion, han absuelto en el tribunal de la
beza del orbe católico. Durante las persecu- penitencia á personas que les constaba es-
ciones ha sabido sufrir; cuando ha llegado tar incursas en los anatemas del conoilio?»
el caso necesario ha sabido hahlar : testigos Le negamos redondamente al Heraldo lo
los innumerables procesos que durante la que dice I que la inmensa mayoría del clero
dominacion de Espartero y mucho antes se español ha obrado en el sentido que él indi-
formaron al clero y á los prelados. Los que ca; estamos seguros de que la inmensama-
han dicho lo contrario, los que se han atre- yoría del clero español opina en contra de
vido á afirmar que el clero solohablaba aho- semejante conducta. En esta inmensa ma-
ra y que antes callaba, se olvidan sin duda yol'Ía incluimosá casi todos los obispos. No
de tantas causas como se formaron en épo- nos atreveríamos á 'afirmarlo de todos, pe-
cas no lejanas, y contra las que alguno de I ro sí que en caso de haber alguna escep-
los órganos de la situacion actual reclamó cion, esmuy rara. Los obispos no nos des-
con voz elocuente. Pues bien, ese clero que mentirán; nn lo dude el Heraldo.
supo protestar, que supo sufrir, que sabe Pretende el citado periódico que con
ahora mismo resignarse á toda clase de pri- nuestra doctrina «se ofenden los derechos v
vaciones , ese clero sabrá callar cuando el las prerogativas del poder temporal en el
Pontílice hahle, sabrá someterse de corazon; ejercicio de sus mas altas atribuciones.lJ ¿Y.
sabrá hacer un sacrificio, quizás todavía mas por qué? Los mas acérrimos regalistas ¿hall
costoso, el sacrificio de soportar con pacien- hecho llegar las prerogativas de la Corona
era y calma la irritante sonrisa de la injusti- hasta los secretos ,del tribunal de la peni-
cia triunfante. tencia? Nolo dude el Ileroulo , el medio de


tranquilizar los intereses creados no es in-
tentar procesos contra los confesores no ab-
solventes; con esto no se hace, mas que
embellecer la causa de la verdad con la au-
reola de la persecucion. No puede decir el
Heraldo que tratamos de alarmar; hace lar-
go tiempo que no habíamos tocado estas
cuestiones, pero las acusaciones' contra el
clero han sido tantas que no hemos podido
menos de levantar la voz en su favor. El
clero usaba de un derecho y cumplia con
un deber; así lo pensamos y así lo hemos


.dicho. Cuantos hayan leido nuestro articulo
se habrán convencido de esta verdad: los
penitentes apelantes son, sobreinjustos, ri-
dículos: '


El pasage relativo á las tendencias políti-
cas de España le parece mal al Heraldo,
bien que ha tenido la imparcialidad de in-
sertar sus principales párrafos: esto nos
hasta. Lo que alli consignamos son hechos,
nada mas. Estos hechos son recientes; ¿te-
nemos nosotros la culpa de que hayan exis-
tido'? Hemos prcscindído de la intencion de
los hombres; nos hemos referido única-




Madrid 30 de abril de 18!t~.


AL CLAMOR PUBLICO.


El Clamor Público insertó hace algunos
días un artículo titulado «la situacion y el
carlismo, conel epígrafe, interduos litigan-
tes tertius gaudet.» Aunque muy breve, y
en nuestro concepto poco concluyente, en-
cierra no obstante algunas indicaciones que
no podemos dejar sin contestacion , porque
en ello se interesan los principios que sus-
tentamos. Comienza el Clamor Público por
manifestar que en la polémica entablada en-
tre el Heraldo y el Pensamiento de la Na-
cion, él se divierte y goza. Esto no nos es-
traña , el Pensamiento de la Nacio« está
persuadido de la verdad de lo que dice el
Clamor Público, y tiene muy tranquila su
conciencia, no solo con respecto á la diver-
sion y gozo del periódico progresista, que
esto en sí importaría muy poco, sino tam-
bien con relacion ¡j todas las consecuencias
que á esegozo y diversion pudieran seguirse.
Hace mucho tiempo que estamos temiendo


- 480-
mente á las cosas; v esas cosas ahí estan: drá menos de notar la rapidez del descenso
nosotros no hemos hechomas que señalarlas en la gradacion: monarquía, monarca, ge-
con el dedo., nera!.


El Heraldo dice que nos hacemos ilusio- Entre el Heraldo y nosotros hay una di-
nes: sea en buen hora. Añade que no nos ferencia en juzgar de la situación: el He-
satisface el orden conseguido á tanta costa; raldo dice: <da situacion esun magnífico edi-
del órden nos alegramos, pero lo creíamos fício ;») nosotros decimos: «es una débil
posible á menorcosta. Ni lasventajas obte- tienda de campaña.» Al partido que está en
nídas, ni el vencimiento de la reoolucien: la situacion , como si dijéramos dentro de la
cabalmente copia el párrafo en que consig- tienda, le deslumbran los ricos muebles y
nábamos lo contrario. soberbias colgaduras con que la contempla


Si hubiéramos dicho que los gobernantes adornada; pero los partidos que estan fue-,
no habian hecho nada, el Heraldo se habria ra, á la inclemencia del aire, no lo ven de
quejado; decimos que han retrocedido, y este modo. Tiempo ha que esos partidos
tambien se queja. ¿Quédiremos pues'? Esto cansados ya de la intemperie, hubieran ar-
es un conflicto. remetido á la tienda y la habrian plegado,


Se lamenta el Heraldo de que defenda- enviándola sobreun bagage , camino deles.
mos la monarquía absoluta; se habrá olvi- trangero, si el hombre necesario no estu-
dado de los ocho artículos sobre la reforma viese atravesado á la puerta poniendo tan
de la Constitucion. Verdad es que el Globo mala cara. ¿Cómo se quiere que tomemos la
dijo no ba mucho tiempo, que las cortes tienda por un magnífico edificio, cuando es-
que nosotros deseábamos eran una especie tamos viendo que el hombre que la guarda
de sociedad económica; quiere decir que le levanta sobre ella toda la cabeza'? O lo que
parecen demasiado mansas: no es estraño vemos no es un palacio, ó el hombre ha de
que piense asi el Gloio, acostumbrado al ser un coloso.
ímpetu y brio de las cortes actuales.El Glo·
bo no probó lo que dijo, nada tenemos pues
que replicarle: un dicho picante no es un
argumento.


Se equivoca el Heraldo cuando nos atri-
buye deseode retroceder á tiempos que pa-
saron, llevando la España á un sistema qUfl
la escluya de la Europa culta y la relegue
al Afríca. ¿Cree el lleraldo que no hay me-
dio entre el sistema de la situacion v el del
emperador de Marruecos'? Nosotros "no so-
mos tan tímidos; creemos que fuera del sis-
tema actual, hay muchos otrosno africanos.
Todavía mas; parécenos que el sistema de
la situacion actual no tiene semejante en
Europa. Dejemos á un ladola Europa ente-
ra escepto la Inglaterra y la Francia; el sis-
tema de estas dosnaciones, ¿es el sistema
actual de España? ¿Hay allí la teoría de los
hombres necesarios? Hombre necesario es
sinónimo de situacion falsa y por tanto
débil.


En Inglaterra no hay nadie necesario,
incluso el monarca; lo que es necesario es
la monarquía, noel monarca. En Francia se
cree que hay un hombre necesario, y esto
ya es signo de flaqueza, no obstante que
este hombre es el Rey. La situacion actual
tiene por necesario á un hombre, y este
hombre es un general. El Heraldo no po-




- 481 -
qtle la erradaconducta de los hombres de la respuesta nos había dirigido una pregunta:
situacion ha de traer escenas nada gozosas, nosotros en vez de replicarcon otra pregun-
ni divertidas para todos los que desean la ta le dimos una respuesta terminante.
conservacion del orden público y reflexio- El Pensamiento de la Nacicn , ó sea el
nen sobre los funestos resultados que una periódico ultramontano, como le llama el
revolucion nos traeria por necesidad. Clamor Público, discurre en la region de


El Pensamiento de la Nacion ha insistido los principios, es cierto; y esto le da una
mas de uua vez sobre estos peligros: si Igran ventaja, así como el Heraldo y otros
bien ha combatido el sistema de la situacion qué han defendido la situacion, se encuen-
actual con lenguaje firme, se ha guardado ' tran en una posicion falsa por haber doble-
siempre de la exageración y de la destem-j gado los principios obligándolos á acomodar-
planza: lejos de concitar las pasiones ha se á los hechos. Ningun partido puede vivir
procurado calmarlas; lejos de fomentar la 1I de solos intereses; su vida necesita princi-
discordia ha indicado medios para la recon- pios, porque no hay vida sin verdad, y los
ciliacion ; lejos de aconsejar reacciones vio- : principios dignos de este nombre no son sino
lentas ha defendido el sistema que cree mas ¡i grandes verdades. Cuando hay error en los
a propósito para evitarlas. Una que otra vez 1I principios, pero hay consecuencia, y la sin-los mismos órganos de la, situación no han ceridad y el valor necesarios para sacar las
podido menos de hacerle justicia.en alguno I deducciones convenientes y conformarse con
de dichos puntos; pero en general se han ellas, hay al menos algoque suple un tanto
empeñado en ver una guerra encarnizada! la verdad, que es la consecuencia. Pero
donde quiera que no han oido el acento de 1, cuando no hay ni consecuencia ni verdad
la lisonja. El Pensamiento de la Nacionpues ¿qué es lo que resta? ¿ Cuál puede ser el
está completarnente tranquilo con respecto elemento de vida de un partido que á tal es-
a la diversion y el gozo del Clamor Público: tremo se reduzca á sí propio? ,
quiera Dios qne este gozo y diversión nopa- El partido de la situacion no ha compren-
sen de tales, y (lue porin imprevision de los dido bastante sus verdaderos intereses colo..
hombres que gobiernan las riendas del esta- cándose con respecto á loscosas eclesiásti-
do, Ó.que por una ú otra causa influyen en cas en un posicion tan incierta como la que
los negocios públicos, no hayamos de la- ¡ahora ocupa. Dos caminos tenían delante: los
mentar nuevas catástrofes. dos igualmente francos; podia escoger uno


Previa esta salvedad, nos haremos cargo I ú otro. En ambos encontraba un terreno lla-
del escrito del Clamor Público. Confiesa es- I no y desembarazado; pero ha preferido to-
te periódico que «en !tI polémica aparece el I mal' una vereda sumamente escabrosa por
Pensamiento de la' Nacion mucho mas cons- en medio de mil precipicios, precipicios de
titucional , mucho mas tolerante qne el Ile- que él mismo nos está hablando sin cesar.
reul«, y añade (da razon de esta que parece ¿Cuáleseran esos caminos"? Hélos aqui. Pri-
paradoja, se esplica fácilmente. 1~1 periódi- mero. El partido que en época no muy leja-
co ultramontano discurre en la region de los I na defendió los bienes del clero, que negó
principios, el servidor del gabinete Narvaez .á la potestad civil el derecho de privar á la
quiere razonar sin ellos.» Agradecemos la Iglesia de sus propiedades, que sostuvo la
justicia que en esta parte nos hace el Cla- necesidad de alcanzar para la espropiacion
mor Públíco; justicia, repetimos, yno favor, el beneplácito del sumo pontífice, que pon-
porque estamos seguros de haber demostra- deró los males socialespolíticos y económicos
do hasta la última evidencia que los proce- que la medida revolucionaria babia de aoar-
dimientos de la autoridad civil, contra los real', que combatió con tanta firmeza, calor-
confesores no absolventes, á mas de ser un y denuedo al gobierno progresista cuando
ultraje hecho á la religiou , son insoste- perseguia á los eclesiásticos, por motivos
nibles en el terreno de la tolerancia y de la semejantesá los que dan lugar á la presente
libertad. Los argumentos con que apoyamos polémica, que se opuso con tanta energía y
nuestra opinion en el artículo que ha dado tesan á las arbitrariedades de Espartero
lugar á la polémica, no han sido todavía contra la Iglesia, militanda por la causa de
contestados; el Heraldo mas bien los eludió la religion con las armas de la tolerancia y
que no losrefutó; ya observamos en el nú- de la libertad, este partido que á la sazon
mero anterior, que en vez de darnos una recogió gloriosos laureles, cuya hermosura


59




- 4·82 -
no somos nosotros quien trata de deslustrar, I sultar en la prensa al partido monárquico,
tenia delante de sí un medio, y era, decir I desencadenarse contra él durante las eleo-
ahora lo que decia antes, cumplir lo que ' cienes y continuar después hablando sin ce-
ofreció; y supuesto que adoptaba unos prin- sal' de conspiraciones carlistas que el ticni-
cipios, aplicarlos hasta en sus últimas con- po ha venido á desmentir.
secuencias. Esta conducta éra franca, era Por estas causas , por no haber compren-
noble; con ella no se suicidaba el partido, dido el partido moderadosu verdadera posi-
cobraba por el contrario nueva vida, se. eion , se halla en situacion sumamente des-
grangeaba el apoyo nacional, y hasta cierto vcntajosa , insostenible en la discusion á la
punto adquiría un derecho á seguir por lar- luz de Jos principios, insostenible en los he-
go tiempo dirigiendo los negocios públicos. ellos sin el auxilio de las bayonetas.
Segundo. El partido que al defender las es- Pero volvamos al Clamor pú!Jlico. Dice
presadas doctrinas se hallaba en la oposi- este periodico : (da controversia gira sobre
cion , ahora hahia subido al poder, y por lo el desecho espiritual de absolver á los peca-
mismo su situacion era muy diferente. Si dores, cuando estos se presenten contri-
despues de los acontecimientos de la época tos ante el confesor juez delegado del tribu-
revolucionaria creía que le era imposible nal de la penitencia, para redimir con esta
deshacer los hechos consumados, y por con- las transgresiones cometidascontra los rnan-
siguiente aplicar sus principios hasta las úl- damientos del Dccálogo..
timas consecuencias, podia hablar de esta «Falta saber si los comnradorcs de bienes
manera. «Yo he defendido estas doctrinas, nacionales han infringido: comprándolos, la
es verdad; pero toda doctrina para ser apli- ley de Dios: Esta hase cstahleceria la corn-
eada exige dos condiciones indispensables: petencia del confesor, y no obstante, ni el
la de ser posible su reaiizacion , y la de no Heraldo ni el Pensamien lo, hacen mérito de
acarrear mas daño que provecho.. Mirando tan indispensable. circunstancia.» Con estas
las cosas desde la altura del gobLerno veo palabras se propone el Clamor Públicoacla-
que esta posibilidad no existe; y que aun rar la dificultad suponiendo que el llerauio
cuando existiera, el provecho que resultase y el Pensamiento se han desentendido de
seria menor que el daño. Lo que voy á há- una circunstancia indispensable para .ade-
cer desde este primer instante en que me lantar la soluciono P.ermítanos este periódico
apodero de las riendas del mando, es atajar que le digamos no ser exacto lo que afirma.
el curso del mal, no consentir por ningun Losconfesores en el tribunal de la peniten-
motivo ni protesto que progrese mas; tocan- cia no absuelven solamentelas transgresiones
te á lo pasado, haré las reparaciones posi- cometidas contra los mandamientos del De-
bies tan pronto como sea dable. AYlldadme cálog.o, -sino tambien contra las leyes de la
en esta obra que la emprendo con lealtad y Ialesia , yen general toda falta contra un
decision.» Este lenguaje podia estribaren deber, sea ó no inmediatamente contra los
hechos mas ó menos exactos; pero tambieu mandamientos del Decálogo. Y decimos in-
era franco, generoso, consecuente; los mediatamente , porqne en último resultado
hombres monárquicos y religiosos podianen toda infracciou de una ohligacion cualquiera
tal caso disentir mas ó meuos sobre la con- puede decirse tamhien una transgresion de
veniencia y posihilidad de ciertas medidas; dichos mandamientos; la ohligacio!1 que
ei partido que las resistiera podía ser tacha- imponen la leyes humanas radica en la ley
do de error, mas no acusado de incense- I eterna, y en este sentido el infringirlas es
cuencia. Pero esto no se hizo: lo que se hi- .1


1


infringir la ley de Dios. to que pues faltaba
zo fue vender rapidisirnamente las fincas del . saber, era si los compradores de bienes na-
clero , dejando que trascurriesen siete meses cionalcs hahian infringido los mandamientos
desde la caída de Olózaga hasta la suspen- de la Igiesia J y por consiguiente tamhien la
sion de la venta; lo que se hizo fue apoyar ley de Dios; de esta hase no se ha desen-
¡nI' largo tiempo con calor y cou acritud la tendido el Pensomien to delallacion.
conveniencia de consumar los hechos que la La competencia de! confesor la hemos es-
revolución empezara; lo que se hizo fue re- tablecido en este raciocinio por cierto muy
chazar desdeflosamente, cuando no con in- concluvcnte. El confesor es ministro de la
dignacion , á los que reclamaron que se iglesia'eatóliea, y por consiguiente está so~
suspendiese la venta; lo (lile se hizo fue in- metido ú las leyos de esta iglesia; el peni-




- :183-
tente es católico como lo manifiesta con el
hecho de someterse al tribunal de la peni-
tencia. Si no es católico , cuando se acerca
al confesor va á burlarse del sacramento, y
si lo es, está obligado á observar las leyes
de la iglesia católica. Si no cree haber pe-
cado con la compra de los bienes ¿.por qué
se acusa? acusándose se declaraculpable, y
por tanto sujeto á las consecuencias de su
culpa. .


.El Clamor Público se entromete en la
querella, segun dice, provocada por el Pen-
samiento de la Nacían, oí quien se complace
en dirigir repetidas veces los dictados de
?tlirarnontano y de carlista. Alguna esplica-
cion pudiéramos pedirle sobre el particular;
pero nosomos tan susceptibles ni cavilosos.
.El Clamor Público repetirá cuanto quiera lo
de carlismo y ultramontanismo, sin cambiar
la naturaleza de las cosas, sin lograr que el
Pensamiento de la Iracion sea otra cosa de
lo que es: amigo de la verdad en todo.


Supone el Clamor que le hemos provoca-
do á la polémica hablandode lo mal que el
liberalismo español comprendía una cuestion
que tí mas de ser religiosa era también de
tolerancia y Iíbcrtnd. No distinguiumos en
nuestro artículo entre progresistas y mode-
rados, y de esto parece resentirse el Clamor
Público. Cornplácenos el que este periódico
aplauda la teoría del Pensamiento de la Na-
cio«; pero no comprendemos cómo puede
conciliarse con este aplauso el que á renglon
seguido parezca Inclinarse á las doctrinas
del periódico de la situación , que segun el
Clamor impugnó nuestro artículo débil y
malamente. Nosotros defendíamos ú los con-
fesores, el Heraldo censuraba su conducta;
el Clamor Público conviene en que el Pen'-
somieato de la Nacio« ha comprendido me-
jor que el JIeraldo las doctrinas de toleran-
cia V libertad. ¿ Cómo es pues que comen-
zando por apoyarnos,acabapor combatirnos?
Principia diciendo que la razón está de nues-
tra parte bajo el aspecto de la libertad v de
la tolerancia, v termina defendiendo las"doc.
trinas del Ilúaldo á pesar de la tolerancia
y de la libertad.


. Corno el Clamor Público en la impug-
nacion de nuestra doctrina está algo mas
preciso que el Heraldo ,y formula diferen-
tes cargos, es menester contestarle con al-
guna detencion. «I~1 caso, dice el Clamor
.Púbiico, que ha pro/llovido la polémica es de
abuso de autoridad y jurisdiccion del confe-


sor en puntos de conciencia, '! se halla prc·
visto y es justiciable por el derecho público
de todas las naciones ,inclusa la desventura-
da Espaüa.» Parécenos que se espresa con
demasiada generalidad este periódico al afir-
mar que el caso que ha promovido la polé-
mica es justiciable por el derecho público
de todas las naciones; nosotros creernos al
contrario que el caso presente es inaudito
en casi las demás naciones, inclusa la des-


! venturada España, si se esceptúa esta última
! época en que hemos acabado por trastornar


!I los nombres v las ideas. I I
ii Pero descendamos á los casos que fija el
! Clamor Público. Se califican de casos de


abuso en todos los paises civilizados del
mundo, sin escluir la Inglaterra ni los Esta-
dos-Unidos de América:


«1.o La usurpacion y escesos de la po-
testad eclesiástica.


«2.o La coutravenciou de las leyes y re-
glamentos del pais,


! (3. 0 La infraccion de los cánones reci-
! bidos en él.
I «4.0 El atentado contra los usos de la


I
Iglesia y sus franquicias.


«5.0 Toda tentativa de parte de los sa-


I
eerdotes ó ministros del culto que pudiera
deshonrar al .penitente, turba» ó inquietar


I
arbitrariam~nte su c0.ncien.ci~,. ó ?ege~e­
rar contra el en opresion , mjuna o escarr-
dalo..


Prescindiremos de lasvarias cuestiones de
derecho civil y canónico á que estos puntos
pudieran dar lugar, ciñéndonos únicamente
al que es objeto de este artículo. .


,1 •o El confesor que no absuelve al pem-
'tente en.el caso en cuestiou, no se hace cul-
I pable de usurpacionyescesos. Noseusurpaa


otro lo que no posee; la facultad de absol-
ver solo pertenece á la potestad eclesiásti-
ca, y por consiguiente esta potestad dando
ó negando la ahsolucion, nada usurpa á la
civil. El confesor no absolvente tampoco co-
mete esceso; no haee mas que observar los
cánones de los concilios, y en particular
del de Trento, admitido y vigente en Es-
paña.


lo Puede el confesor obrar de otra mane-
ra? No ciertamente. ¿. Puede exigir el go-
bierno otra cosa? No por cierto. Ya que de
cánones de la Iglesia hablamos, haremos
observar á losperiódicos de la situación que'
combatennuestras doctrinas, la oposición en
que se' hallan con la .espresa voluntad de la




habrían de castigar al confesor porque no ha
.absuelto, y al penitente porque se ha acusa-
do. La consecuencia rigurosa de principios
tan peregrinos es, que cuando se acercase
á los pies del confesor un penitente dicien-
do: «padre, me acuso de haber comprado
bienes de la Iglesia», el confesor debería
contestarle; «hermano, en esto no habeis
cometido pecado ninguno; pero lo estais co-
metiendo ahora, pues que suponiéndoos
culpable, os poneis en contradiccion conlas
leyes civiles; acusaos pues de la acusacion,
desechad el escrúpulo, y alegraos de queyo
esté obligadp al sigilo, pues sin él seriais
justiciable á los ojos de la lev.»


3.° El confesor noabsolvente tampoco
infringe los cánones recibidos en España;
por el contrario, absolviendo los infringiria;
de lo que' resulta, que si hay algunos con-
fesores culpables de abuso, son los que ha-
van absuelto. Abuso , dice el Clamor Públi-
bliro que hay, cuando se infringen loscáno-
nes recibidos en el pais; el concilio de
Trente está recibido en España: luego los
confesores que han absuelto, se han hecho
culpables de abuso.


4.° El confesor no absolvente, tampoco
atenta contra los usos de la Iglesia y sus
franquicias, antes biendefiende los derechos
de la Iglesia, sus franquicias, y se confor-
ma con sus usos. lo La ley del despojo fue
acaso una franquicia de la Iglesia? Estas
serían franquicias de un nuevo género. To-
cante á usos, lo de cuando acá serían usos
de la Iglesia el perder sus bienes, infringir
los cánones y absolverá losque menospre-
cian sus leves?


Bien conocia el Clamor Público que los
cuatro primeros articulas no le eran muyfa-
vorables; asi cs que se ciñeal 5.° Y último,
diciendo: «preguntaremos ahora á nuestros
colegas disputantes, ¿se halla el caso de ab-
solucion ó no absolucion á los compradores
de bienes nacionales comprendido en el 5.o
de los que dejarnos asentados? Nosotros
creemos que sÍJ) '; pues nosotros creemos to-
do lo contrario , v lo vamos á demostrar.


Si el penitente'puede quejarse de que se
le deshonra al negarle la absolucion porha-
ber comprado los bienes de la Iglesia, el
primer cargo se le debe hacer á sí propio.
¿ No temió deshonrarse comprando, y teme
deshonrarse con no ser absuelto? Si en esto
cabe deshonra, esta fue causada por la
compra, no por la negativa de la absolu-


- l84-
Reina Doña Isabel Il, cuando quieren obli-
gar á losconfesores á que dejen de observar
las leyes de la Iglesia. En la nota pasada
con fecha 20 de marzo, por el Sr. C(tstillo
y Ayensa al cardenal secretario de Estado,
se leen las siguientes palabras: «S. M. está
convencida de que dicha Constitucion ya
reformada no puede producir tales angus-
tias, tanto mas cuanto que la santaReligion
católica, apostólica y romana se profesa en
sus dominios con esclusion absoluta de cual-'
quier otro culto; sin embargo, para tranqui-
lizar plenamente dichas conciencias como
Reina que se gloria del honrosísimo títulode
católica, y como amantísima quees del bien
espiritual y de latranquilidad interiorde sus
fieles súbditos, se ha dignado mandar al in-
frascrito su ministro plenipotenciario, que
declare solemnemente en su real nombre ¡
que al exigirse de los funcionarios públicos i
y demas súbditos el mencionado juramento,
no se entiende que por él queden los mis-
mos obligados ti cosa alguna contraria á las
leyes de Dios y de la santa Iglesia.» Este
argumento, no muv fuerte contra Jos pro-
gresistas, es poderoso contra los órganos de
la situación, y concluyente de todo punto
contra el gobiernoy sus subalternos, si in-
tentasen perseguir á algunconfesor por ha-
ber negado la absolucion ti compradores de
los bienes del clero.


2.° El confesor no absolvente no con-
traviene á las leves v reglamentos del pais.
En primer lugar', porque ya hemos probado
en otros lugares lo que valen estas leyes de
despojo, fundándonos en las mismas doctri-
nas de los hombres de la situacion; y en
segundo lugar, porqueesas leves, aun su-
poniéndolas valederas, no se entremeten en
arreglar el tribunal de lapenitencia. Segun
ellas el comprador podia comprar y dejar
de comprar: era libre de seguir la conducta
que bien le pareciese. Estas leyes nada ten-
drian que ver con un seglar, que dijese:
«yono quiero comprarde esos bienes, por-
que no me lo permite mi conciencia,» y por
lo mismo nada tienen que ver tampoco con
el confesor que diga al penitente: «yo no
le absuelvo á V. , porque mi conciencia no
me lo permite.» ¿ Tendrá el penitente la
conciencia libre, y no la tendrá el confesor?
Si la doctrina de nuestros adversarios se si-
guiese rigurosamente, seria el penitentejus-
ticiable á Jos ojos de la ley lomismo que el
confesor: pormaneraquelostribunalesciviles




- rss -
cion. Si el penitente quiere, nadie sabrá si cion, rige la de 1837. Como el Clamor P'Á-
ha sido absuelto ó no; SI élquiere publicar- 1I Mico decia al comenzar su artículo que el
lo, señal es que no lo tieue á deshonra; y Pensamiento de la Nacio« habia apareci-
la autoridad civil haria muy mal en mos-II do en la polémicamuchomas constitucional,
trarse mas celosa en punto de honra que el I mucho mas tolerante que el Heraldo, creía-
mismo interesado. lo El comprador se creyó mos nosotros que la razon estaria mas de
deshonrado con la compra? lo Sí ó no ? Si se , nuestra parte en caso de regir la Constitu-
creyó .deshonrado, ¿por qué compraba? Si cion de 1837 y de .preponderar el principia
no se creyó deshonrado, ¿por qué se queja de la soberanía nacional. El Clamor Públi-
de deshonra cuando se le niega la absolu- ca no lo entiende asi, y se lisonjea de que
cion? 'El que no temió presentarse á los en el caso contrario podría darnos contesta-
ojos del públicocomo comprador ¿ qué caso clones que no admitiesen respuesta; por
hará de no haber sido absuelto por motivo consiguiente preferimos lo que hay ahora,
de la compra" ya que podemos hacer preguntas sin res-


Cuenta tarnhien el Clamor Público entre puesta y respuestas sin réplica.
los casos de abuso el dc turbar ó inquietar El Clamor Público se precia de muy li-
arbitrariamente la conciencia: lo podria de- beral , y combate al Heraldo por haberse
cirnos este periódico lo que entiende portur- opuesto á los principios de tolerancia y li-
bar ó inquietar'? ¿Sabeque esta doctrina tien- bertad, quejándose al propio tiempo de que
de nada menos que á establecer continuas 1


I1
el Pensamiento de la Naeion, al censurar


apelaciones del tribunal de la penitencia á la conducta delliberalismo español en el
Jos tribunales civiles? Por desgracia-los con-j punto en cuestion , no haya distinguidoen-
fesores se "en precisados con harta frecuell·, tre progresistas y moderados; mas por des-
cia á decir á los penitentes verdades duras, I gracia el artículo que estamos rebatiendo ha
á dirigirles advertencias que los inquietan I venido á manifestar que el Pensamiento de
y turban ¿ cómo distinguiremos entre los !, la Nacion procedia muy hien absteniéndose
casos arbitrarios y Jos que no lo son? Esta- 1I de la distinción indicada. Muy á menudo es-
hlecida la doctrina de las apelaciones, ¿ no '1111 tamos en desacuerdo con los hombres de la
podrán tambienapelarlos usureros, los agio- situacion: pero no nos hacemos ilusiones
tistas ' inmorales, los empleados malos, y :! .con respecto á los progresistas; y mal pu-
otros que acusarán de arbitrariedad la justa 1['1 diéramos hac.crnoslas, cuando los órganos
severidad del confesor? ¿Y qué quiere de- de este partido estan empleando contra el
cir el Clamor Público cuando nos habla de clero un lenguaje que no parece muy pru-
opresion, injuria ó escándalo? lo Cómo pue- 1I dente, aun cuando únicamente se atendiera
de el confesor oprimir al penitente compra- i' á los intereses de la oposicion.
dor de los bienes de la Iglesia, cuando está:1 Creíamos nosotros que á la oposicion le
en manos de este el terminar en un momen- ¡convenía aprovecharse de todos los medios
to el negocio, retirándose del confesonario? I! para hacer la guerra á los hombres de la si-
¿Qué opresion cabe en esto" ¿ Qué inju- :: tuacion , reuniendo en contra de ellos todos
ria? ¿ Qué escándalo? ¡! los elementos hostiles y guardándose de ha-
. ~iiade el Cla,!"or. Público: «si en E~paiJa li cerse enemigos nuevos. Asi I? -e~tendier,on


ngiese la Constitucion de 1837, SI en Espa- ~I los moderados durante la dominacion de Es-
ña preponderase el principio de la soberanía ¡i partero; aquella f\le una oposición dirigida
uacional , nosotros contestaríamos al Pen- 1\ con suma sagacidad; los periódicos modera-
samiento de la Nneio« de una manera que 11 dos de la época eran una.bandera que aco-
no admitiera respuesta.: No alcanzamos á !i gia dispersos de todas las tilas: bastaba ser
adivinar cuál pudiera ser esa respuesta tan ¡I enemigo de Espartero para encontrar pro-
satisfactoria que se reserva el Clamor Pú-i tecciou en la prensa moderada. Esta con-
blico, ni qué Talta puede hacer para la :¡ ducta una que otra vez podia no ser muy
presente cuestion la Constitucion de 1837, I1 concienzuda, pero siempre era muy hábil;
ni el principio de la soberanía nacional. 11 y en todo caso creemos que no es contra la
El Clamor Público podia aprovechar. esta II conciencia de la oposicion el abstenerse de
hreve temporada en que el ministerio no se ¡i herir á enemigos que no ofenden. Como
resuelve á publicar la Constitucion refor- :! quiera, la prensa progresista parece enten-
mada , pues que hasta la sancion y publica- I! derlo de otro modo; ella debe comprender




:!ILL1ritl 7 de mnyo de 18-\G.


- 4.86-
mejor sus intereses; lejos de nosotros la 1 dilación podíaacarrearperjuicios lNCALCUI.A~
presuncion de darle lecciones. Todavía mas; ELES; estaban de por medio las ESPEllA.NZAS,
su conducta hasta cierto punto ha hecho U11 I el ANHELO de la nacion, y se interesaiJa el
favor á los hombres monárquicos v religio- AFlANZA111ENTO de las instituciones; y ese
sos, porque los ha defendido de uua calum- mismo ministerio, lejos de evitar esa meno'/'
nía con que se los procurnha afear; á saber, I dilacioa tan peligrosa, la ha hecho muy
que olvidándose de sus prin?ipios se.a~.iahan I grande , ~in cuidasse de los daños incalcu-
con la revolucion para hostilizar al gnluerrlO. laotes , HI de las fsperall::as y anhelo de la
Es~o sería una il.lmoralid.ad, y d.e esta inmo- 1


1
nacion, ni del afiali3ftmiento de las institu-


ralidad se han sincerado completamente. El I orones.
campo de la rcvolucion está a inmensa dis- Han resultado de esta conducta Ienéme-
tancia del nuestro; en medio de los dos se 1 nos muy singulares. Por deprontouosbemos
halla la s~tuacion actual: y rar~ vez le diri- quedado ~in ninguna Co.ns~itucio.n; no la t~­
gen sus tiros los progresistas sm que nos al- ne~lOs, 111 reformada, TIl Sin reformar. Nocan~en á nosotro.s algullos. proyectiles. Y no ¡I e,xlstc.la ~lc H;37; porqL~e no existe una
es ciertamente por casualidad. lo que no ¡ Constitución declarada anarqurcu por el go-
fuera de estrañar , sino dirigiendo ealeula-¡1 bierno y las Cortes, y para cuyo reemplazo
damente la punterta y señalando las hande- ha p~'esentndo el mismo. gohierno otra que
ras monárquicas para que no pueda caber ha SIdo solemnemente discutida y aprobada
equivocacioa. Esto declara mucho la ver- ' por ambos cnerpos colegisladores. La Cons-
dadera situacion de las cosas v esta clari- titucion de ·1887 ha sido considerada como
dad es un gn1l1 bien. • dañosa por todos los poderes del Estado:


esto no en secreto, sino con la mayor publi-
cidad. Esta Constitueiou ha deserpor nece-
sidad sustituida VOl' la otra, á ITO ocurrir al-
guna revolucion , ó no observar el gobiernoI la conducta mas incoucehihle. Esta l:onsti-
tucion , pues, no ti:'IW yn ninguna condi-
cion de vida; murió. Es ya público que han
votado contra ella todos los poderes del Es-
tado, como contra cosa insubsistente y pe-
ligrosa; y si bieu falta la sanción de la co-
rona, á ella equivale en cierto modo el "oto
del ministcrio , qne continúa todavía mere-
ciendo In confianza de la Ilciua.


1\"0 se diga que In fórmula de la sancion
es una condiciun indispcnsahle pnl'ala dero-
gacion de una ley y el vigor de la qne le
reemplaza: esto no lo ignoramos ; H~ro tam-
hicn sabemos que estas fórmulas son meros
signos para espresar la voluntad del monar-
ca, y que cuando es público que existe esta
voluntad, la falta del signo no tiene bastan-
te fuerza para qne se ofrezca aun "igente á
los ojos de los pueblos la ley qne está por
derogar. Con esprcsa voluntad de la corona
se presentó el proyecto de reforma consti-
tucional: con espresa voluntad de la corona
le sostuvieron los ministros en ambos cuer-
pos colcgisladorcs; y lo sostuvieron no solo
en lo tocante al contenido, sino tmnbien á la
oportunidad, á la necesidad. á la urgencia;
los ministrosson losmismos; las circunstan-


el mi- cias idénticas; nada ha ocurrido qne no se
31E.'10a pudiese prever: si algo nuevo se ha prc-


«Tamuien os presentarán, y en lasprime-
ras .sesiones, el provecto de reforma consti-
tucional; punto esencialísimo , que indicó ya
nii gobierno en la convocatoria misma, y
cuya gravedad no puede ocultarse á vuestra
ilustraciony patriotismo. De él me prometo
que os c1ediqueis con celo á obra tan impor-
tante, pues la menor dilacion podria acar-
rear perjuicios incalculables, frustrando las
esperanzas de la nacion, que anue!n ver cer-
rado cuanto antes el campo de las discusio-
nes políticas, y aflanzndas para lo venidero
las instituciones que han de rcgirla.» Estas
palabras ponian los ministros en hoca de la
Reina en la apertura de las actuales cortes
el día '10 de octubre de ·18H: el proyecto
se presentó, está discutido y aprobado ha-
ce ya mucho tiernpo; y sin embargo ese
mismo gobierno tiene la serenidad de gnal'-
dar el proyecto en la cartera. Creemos que
la calilicacion mas SlWI'e que á semejante
conducta se puede aplicar, es la de incon-
sccueute.


)'.\ \)Unto era esencicilsim»; segun
msteno , la urgencia era tal qne la




- ~,87 -
sentado , ha sido mas bien en conflnnacion pueden ser combatidos con entera libertad.
de esa oportunidad, necesidad y urgencia, Por manera que la Constitucion reforma-
que no en contra de ellas: ¿qué falta pues? da, tal como está en clase de proyecto dis-


Resulta deestoque laConsutucion de ,18:37 cutido y aprobado, ha tenido toda la fuerza
no es llIa~ que un cadáver; falta por decido necesaria para matar á la de ,{837 , sin que
asi la dcclaracion juridica de su muerte, pe- por esto pueda decirse que ella vive.
ro esta falta no le da vida, Es curiosoobservar el nacimiento, la vida


La Constitucion reformada tampoco exis- v la muerte de las constituciones en España:
te por íaltarle esta fórmula, Existc , sí, en desde que tan malagüero presidió á la suerte
el pensamiento del gobierno yen la espec- de la de Cadiz, no parece sinoque las demas
tacion del pais como una ley que no larda- han heredado lascnfcruiedades de su proge-
rá en regir ; pero hasta que hnya sido san- nitorn, La de 'IHl2 nació en un ángulo deEs-
cionatla y publicada 110 puede producir nin- pana, bajo la inspiracion de la escuela revo-
gun efecto il'sal; es un \lroyecto, nada mas, lucionaria , mientras el pueblo español esta-


llabiendo pues querido mejorarla Consti-. ua peleando con inaudito heroismo por el
tucion , nos hemos quedado sin ninguna; y rey: ella llevaba en su acompaüamiento las
en vez de adoptar el principio reconocido 'doctrinas volterianas, mientras el pueblo es-


, e11 todos lospaises dcl mundo, de que Iv. ley pañol unia en sus ecos el gritode Hey con el
fundamental ha de ser acatada por todos los de Religion. Sin omhargo, en la Constitu-
ciudadanos, nos hallamos en una situacion cion de ,1812 estaba consignada la sobera-
tal, ¡¡ne todos pueden decir cuanto quieran nía popular. Esto era un sarcasmo. Hablen-
en contra de la Constitucion , sin que la au- , do perecidoel nuevo códigoá manos del rey
toridad tenga derecho á impedírselo. I entre las aclamaciones del pueblo soberano,


En efecto, supongamos que un escritor resucitó en la punta de las bayonetas de los
cualquiera a,taca,'y u~otcja, y(h~~precia, yri- I sublevados en las Cabezas de San Juan, pa-
diculiza la Constitucion de HJ:~ ¡, que leflal- I ra morir otra vez á manos de una invasión
mente nge , ¿ se podrá denunciar su escrito? ¡ estrangera , acogida también conentusiasmo
El no dirá mas de lo que Jinn dicho el go- II por la soberanía popular.
bierno y las Córtes; ya que entre ministros, ,I/! Cuando en 183L\. se entró de nuevo en el
diputadosy senadores han dicho contra la , sistema liberal, era tanto el descrédito quc
Constitucion todo lo que se puede decir. El : había caído sobre losensayosanteriores, que
acusado, pu~s, podria defe,nderse alegando [1 fue preciso tomar otro camino publicando el
que no creta fuese un delito el repetir lo il Estatuto. Sin embargo, á pesar de lo mu-:
que se ha dicho en las Cortes y que consta '1 cho que se diferenciaba de la Constitucion
en el Diario de las Sesiones y en todos los '1 de18f 2, tampoco pudo echar raices: murió
periódicos, ¿ Puede decirse mas contra una I tambien de mano airada. El interregno
J,ey. que el II~lllll\r1a anórq,uic,a" in~ecorosa il constitucional nopodía ~er tan comp\.eto 9ue
a la corona, fundada en pnnclplos disolven- '1 nos quedáramos sm nmguna Constitucion:
tes, nacida de un rt~qlleI'OS() motin, hecha I otra vez se recurrió á la panacea; se dester-
sin el concurso de los poderes legítimos. y jJ ró la momia de 1I:W2, y se la paseó triun-
por tanto radicalmente nula? Pues todo es- ! fante en hombros de, los amotinados de la
to se ha dicho en documentos celebres, y :' Granja. '
e~ las Cortes en la famosa discusion; y por I Discutida, aprobada, sancionaday solem-
~le~lo es todo tan reciente, que no hay neo .ncmente publicada y jurada la de 1837,
cesld~d. de recordar los nombresde los que vióse rodeada del amor y cariño de todos,
suscribian los documentos, ni de los ora- ¿. quién lo dijera '? de todos los liberales. Los
dores que ampliaban lo asentadoen ellos. progresistas la miraban COIl la predileccion
~hora bien: si no podría denunciarse á que los padres á sus hijos; y los modera-


q.llIen se ensangrentara contra la Constitu- dos, celosos y algo envidiosos de tanta glo-
croa de 1837, menos si cabe se podría acu- I ria, dijeron que la nueva Constitucion babia
sal' al que se permitiera la misma conducta I sido hecha, sí, por los progresistas, pej'()
con respecto á la reformada. La de 1837 con los principios del partido moderado. La
fue publicada como lev, v no ha sido dero- elasticidad es una de las leves mas fecundas
gada todavía; pero la illll~va no es mas que de la naturaleza. u •
un proyecto, y sabido es que los proyectos I Era necesario ser lince para descubrir que




- .88-
los principios de la Constitucionde 1837 eran y 45, noson masque diferentes formas toma-
los mismos que los del Estatuto; nosotros das por el espíritu que vivía en el Estatuto,
no lo habíamos advertido untes, ni hemos en la Constitucion de 1837, francamente
acertado á comprenderlo despues : pero es aceptada y lealmente jurada, y que ahora
necesario respetar los votos competentes. va á vivir en la Constitucion reformada. Por


El códigode 1837 era todavía escelenie á lo demas , es el mismo espíritu que se per-
mediados de '1843, bandera cornun de los sonificó en Martinezde la Rosa, en Ofalia,
partidos, pacto de alianza entre antiguos en Castro y en Arrazola, en Gonzalez Bra-
contendientes, prenda de reconcihacion de bo, y finalmente en el sable delgeneral Nar-
enemigos poco antes encarnizados, el sagra- vaez.
do código era el áncora de salvación, la es-' :Merced á esa multiforme aptitud, ahora
peranza de la sociedad española. Pocos me- se encuentra el partido moderado sin ningu-
ses después era la misma Constitucion un na Coustitucion, ó con dos, segun mejor le
gérmen de anarquía, un perene ultraje á parezca. Sin ninguna, porque ¿quién le po-
la magestad real, un insuperable obstáculo dria echar en cara la inobservancia de la
á todo sistema de buen gobierno, una plan- Constitucion de 1837, cuando por tantos lí-
ta tan dañina, que la menor dilaciou en ar- tulos ha dejado de existir'? Y ¿quién le po-
rancarla podiaacarrear males incalculables. dria exigir laobservancia de la Constitueion .


Cuáles serian las causas de tamaña peri- nueva, cuando todavía no ha recibido la
pecia , no es de nuestro propósito investí- sanción de la corona"? Con dos, porque
garlo: prescindiendo de los agentes motores mientras la Constitucion del 837 no esté le-
solo diremos que el fenómeno se realizó fa- galmente derogada el ministerio puede man-
cilísimamente, merced á la inestimable elas- dar con arreglo á ella; y teniendo en la car-
ticidad. tera la reformada, de un momento á otro


Asi se ha descubierto un secreto que puede publicarla, siempre que lo juzgue
[diana muchísimas dificultades. Lospartidos conveniente.
políticos suelen tener principios determina- Díjose de Olozaga que quería llevar la
dos, en fuerza de los cuales viven, y sin prerogativa real en el bolsillo; pero los mi-
los cuales perecen. Cuando se presentan en nistros actuales quieren llevar todavía mas,
la escena, ya sea en la oposicion , ya en el pues no se contentan comoOlózaga con lle-
mando, les es preciso sostener esos princi- val' un decreto de disolucion de Córtes por
pios; cuando los principios sucumben. su- breves dias, sino que por largo tiempo JIe-
cnmbe el partido; cuando los principios van la Constitucion, en la cual estan laspre-
triunfan, el partido triunfa. Mas el partido rogativas de la corona y de las Córtes.
moderado ha discurrido otro medio, V por Cuando se consigue tan insigne ventaja bien
cierto ingenioso. No se ha vinculado con se puede arrostrar el cargo de inconse-
ninguna forma; se reviste de una ó de otra cuencia.
scgun los tiempos; considerándolas to- El ministerio tiene suspendidas dos espa-
das como una especie de cuerpo mortal de das sobre la cabeza de lospartidos que no le
que es necesario despojarse cuando suena la pertenecen. En un momento puede dejar
hora. La esencia del partido está reducida á caer una sobre los progresistas publicando
UIl espíritu invisible, que tiene deseos, ins- la Constitucion reformada, yobrando en con-
tintos, tendencias; pero carece de uua 1'01'-[ secuencia: asi como en casos apurados, ¿ y
ma palpable, visible. Una que otra vez qué sabemosde lo que ha de suceder? en
muestra también su fisonomía, pero es al i casos apurados, quizás no seria imposible
través de sombras, de una maneravaga, con 11' presentar la Constitucion reformada como
rasgos mal caracterizados, como aquellas I impracticable por ahora, suscitarle algun
visiones nocturnas que aparecen en los en- i obstáculo y negarle la sanciono Entoncesve-
sueños dirigiendo palabras misteriosas. La! rian los monárquicos el alcance de la polítr-
forma palpable del espíritu moderado es . ca del ministerio, y cómo en castigo de sus
siempre una cosa muy distinta de él; hay exigencias, y sobre todo de su ingratitud,
una especie de metempsicosis, por mediode son entregados de nuevo al imperio de la
la cual pasa á vivir en un cuerpo despues Constitución de ,1 R37. ¿Qué le importa á
que ha perdido el otro. El sistema de 1834., esta Constitucion el haber muerto? ¿No tie-
el de 1836, el de 1810 , el de ~ 813 , 4844 nen todas en España la virtud de resucitar?





Madrid!8 de m.yo de 184~.


LA PRENSA.


Las luchasde la prensa periódicason una
necesidad á que deben sujetarse todos los
partidos, todas las opiniones. Que sea, co-
mo se ha dicho, la lepra de las sociedades
modcrnas, ó que se la considere como uno
de sus mas preciosos esmaltes; que se pa-
rezca, como se ha dicho tambien, á la lanza
de Aquiles curando con un estremo las he-
ridas abiertascon el otro, ó que lasdejesan-
grando, sirviendo solo á exasperarlas, lo
cierto es que la prensa es un hecho, y un
hecho indestructible. Con mas ó menos li-
bertad , reina en Francia, en Bélgica, en
Inglaterra, en losEstados-Unidos yen gran
parte del continentede América; y con mas
ó menos trabas ejerce influjo poderoso
en los demas paises donde no ha podido
conquistar todavía semejante predominio.
En Alemania, á pesar de estar aquel paisba-
jo un sistema de represión, es sin embargo
la prensa un-a verdadera potencia; pues
aparte la libertad con que se discuten las
cuestiones literarias, científicas y religiosas,


60


- 4119-
~ero en tal caso, se nos ~i~'a, .seria in- 1I repr,csentativo está completamente resuelto


evitable una mudanza de ministerio..... de I en España:de hoy en adelantequedademos-
nin~una D!aner~. Todo es cuestion de. opor- trado queCortee noes sinónimo de anarquía,
tunidad.El gobierno de ayer sostema una y por lo mismo resultan afianzadas definiti-
medida como funest~, mañ.ana puededefen- va!nente las instituciones y asegurado el
derla como nccesana , y .vl~e-~ersa: de la objeto en pos del cual suspiramos desde mu-
misma manera que la Constitucion de 1837 cho tiempo: la alianza del órden con la ¡i-
antes era muy buena, y de repente se hizo hertad.
muy mala; asi en adelante podría dejar de No se diga que no hay la verdadera in-
ser mala, y hacerse de repente muy-buena. fluencia parlamentaria, y que obran las tres
¿Quéinconveniente hayen eso'? ¿!\oestamos influencias, por cierto nada parlamentarias;
viendo que la urgencia de derogada, que la corte, el poder militar y la bolsa: esto son
existió el 10 de oc~uhrc á la apertura ~e las aprensiones del Tiempo ,que llevado de un
cortes, y que continuaba durante la discu- puritanismo exagerado no ha podido hacerse
sion, ha cesado como por encanto? No en- cargo todavía de lo que son las oportunida-
tender esa~ cosas, es no entender una pala- des. Este periódico, aunque adversario de
bra de gobierno. los progresistas y dc los monárquicos, no


,El ministerio s.e. ha encontrado con unas conoce al partido de la situacion , y asi es
Cortes de oondicion bland~ y sosegad~, que le ha hecho cargos tan duros, que á ser
que por ahora no llevan cammo d.e repetir ciertos, serian la condenacion mas solemne
la escena del. Tr~nquete; se les pide refor- que se arrojára jamás sobre un partido poIí-
mar la C0!lstl~uClOn, la reforman; se les Pl- tico, partido completamente escéptica, que
den aut?f1ZaClOnes, autonzan ; se les pide la no cree nada, nopiensaennada,que no !tie-
aprobacion de un proyecto de ley en que no ne nada ni en la cabeza ni en el corazou.
se devuelven al clerolos bienes no vendidos,
V lo aprueban; se les pide luego la devolu-
clon, y devuelven; se les pideaumentar es-
pantosamente los presupuestos, los aumen-
tan; se les pide autorizacion para el arreglo
de la deuda, y autorizan. De la autoriza-
cion para organizar el pais el ministerio usa
lentamente, ellas no le estimulan; el gobier-
no no publica la Constitucion reformada con
tanta urgencia, ellas callan. Con ese bello
ideal de Córtes españolas, ¿ podria el minis-
terio pensar en otras'?¿ No sería un delirio
aventurarse á peligrosos azares?


Los monárquicos han sufrido por cierto
un chasco cornpleto : ellos creian que con
Cortes nose podía gobernar, y las actuales
han demostrado evidentemente locontrario.
Con Córtes como las presentes se puede
gobernar holgadamente: si ellas son la es-
presion del partido moderado, este partido
encierra elementos de gobierno, es altamente
gobernable. Se dijo un dia en el Congreso
que la verdadera comision de las Córtes era
el ministerio; nosinclinamos á creer que es-
te principio de las teorías parlamentarias
tiene ahora en España una aplicacion pun-
tual : siendo tanta y tan cumplida é ilimita-
da la confianza de Ias Córtes en su comi-
sion, que solo exige la presentacion de los
espedientes como una especie de ceremonia
de. respeto, El problema pues del sistema




,


490 -
no dejan de pesar mucho en la balanza po~ I algun tanto entre nosotros. Empeñarse en
lítica la opinion,,I~s J?-0ti~ias, las deela~~- contrariarleabiertamente empleando un sis-
cienes y hasta las-indicaciones de los peno- I tema de prevencion y represion semejante
dicos. ' I al de épocasanteriores, seria esponerse- á


Vuélvase la vista en todas direcciones, y I1 conflictos, con poca esperanza de obtener
en todas partes se observará el mismo he- 1


1
lmenresultado. .


cho. Una asociacion política está incomple- 11 Iníiéresc de lo dicho de que de hov en
ta, mejor diremos desarmada, si no cuenta 1.'1 adelante, sea cual fuere la doctrina qu'e se
con un periódico que la defienda; un minis- : profese, sistemaque se defienda ópartido á
terio siente flaquear el terreno que pisa, si I que se pertenezca, es necesario resignarse á
no alcanza á tener en su apoyo algunos ór- discutir en la prensa periódica. Esta nueva
ganos de la prensa; la diplomacia no puede arena de combate abierta por las naciones
preparar y ejecutar acertadamenteuna corn- modernas sehalla abierta tambiénenEspaña.
binacion, si no posee un periódico que, se- Selapodra reducir, se la podrá sujetar á de-
gun las oportunidades, declare , indique, terminadas condiciones, se podrálijarporde-
ceda, proteste, á manera de plenipotencia- cirioasi elgénero de armas, pero de un mo-
rio sin credenciales públicas, pero de auto- do ó de otro será necesario aceptarla, entrar
ridad reconocida; por la prensa insinúa un en ella y luchar.Ladoctrina yel sistemaque
monarca sus voluntades; porla prensa se -cuenten con mejores adalides, tendrán so-
avisan los conspiradores; por la prensa se bre sus rivales gran ventaja; y los triunfos
hacen los partidos susdeclaraciones de guer- que en ella se alcancen, o las derrotas que
ra , su sella de rompimiento de hostilidades, se sufran, tarde ó tempranoproducirán sus
sus treguas, sus reconciliaciones ,sus alían- efectos en el orden social y político. A las
zas; por la prensa ataca la calumnia ó I ensangrentadas lizas han sucedido las co-
increpa la justicia; por la prensa se vindica lumnas de los periódicos, á las lanzas las
la inocencia ó desmiente sin rubor el crí- plumas; antes era necesario batirse, ahora
men desvergonzado; á la prensa acuden las' es indispensable escribir.
doctrinas disolventes y las conservadoras, Hemos indicado que las vicisitudes futu-
las venenosas y las saludables; la prcnsa se ras podrianmuy bien limitaren gran mane-
encarga de la estadística del vicio y de los ra el uso de la prensa periódica, mayor-
anales de la virtud; la prensa proclama la mente en asuntos políticos, y esto lo consi-
irreligion y la religion; de la prensa salen deramos tanto mas posible cuanto que esta
lecciones desesperantes y palabras conso- prensase halla en España muy distante de
ladoras; de la prensa brotan el amor y el haberse convertido en una verdadera nccc-
odio, la paz v la guerra, la luz y las tinie- sidad para lo general de la nacion. Se escri-
bias, la verdad y el error, el bien y el mal. .be mucho. es cicrto; y tampoco cabe duda


¿Se compensa el daño con el provecho'? que ha crecido en gran manera la aficion á
¿Se equilibran el bien y el mal? ¡prepondera leer; pero nada de esto se halla, ni con
este, ó aquel? ¿cuálde los dos? No tratamos mucho, tan arraigado como en otros paises,
de investigarlo: solo nos proponemos ave- donde sin embargo no disfruta la prensa
riguar el hecho del inmenso poderío de la mas libertad que en España. Así es que
prensa periódica, para deducir algunascon- conceptuamos, no solo posible sino también
secuencias con respecto á España. probable, que esta libertad sufra entre nos-


Sea cual fuere la suerte que en las futu- otros nuevas restricciones; el ensayo de
ras vicisitudes haya de caber á la prensa Gonzalez Brabo no será el último.
periódica de España, es lo cierto que ac- Como quiera, con mas ó menos libertad
tualmente disfruta de una libertad semejan- hahrá periódicos, y estará por tanto abier-
te á la de otros paises regidos por el siste- ta la liza á que se verán precisadas á des-
ma representativo; y que aun cuando los cender todas las opiniones.
acontecimientos viniesen á ponerla muchas J..a prensa periódica, que con este ó
trabas, y hasta sujetarla á previa censu- aquel título ha defendido la causa de la re-
ra, siempre quedaria con bastante latitud volucion , ha llenado cumplidamente la mi-
para ejercer poderosa influencia. Tal es el sion de que estaba encargada: su objeto
espíritu de las sociedades modernas, y que era destruir, y ha destruido. Pero esa ar-
no ha dejado de introducirse y aclimatarse ma tan poderos? no debia quedar esclusiva-




-- 4-91 -
mente en manos de la revolución ; y al fren-
te de la prensa revolucionaria ha comenza-
do sus trabajos la prensa reparadora , la que
sin -deseonocer el espíritu de la época sos-
tiene los grandes principios tutelares de
nuestra sociedad: la religion y la 'monar-
quía. Menester es confesar que por efecto
de diversas circunstancias no ha llegado to-
davía al punto que conviene, y que es de
esperar atendida la fuerza y vigor que pue-
de recibir de esa misma sociedad á la cual
ha de dirigir su palabra. Cuando los escri-
tores se encuentran solos, cuando notan que
sus doctrinas no hallan apoyo ni simpatía,
natural es que se desanimen; y no es estra-
ño que despues de haberse esforzado in-
útilmente durante algun tiempo, acaben por
abandonar un campo infecundo; pero cuan-
do las doctrinas estan en armonía con las de
la nacion , cuandoel escritor está seguro de
que la palabra que encomienda al papel ha-
rá vibrar dentro de poco millones de cora-
zones, entonces la conviccion propia, se-
gura de su eficacia sobre las dcmas , se es-
presa con mas calor, y las mismas resisten-
cias que pueden encontrarse al paso, sirven
para aumentar su hrio y energía. En este
caso se hallarán en España los sostenedores
de los principios monárquicos y religiosos:
mas para lograr plenamente su objeto es
menester que no desconozcan su verdadera
posicion , y no se hagan ilusiones que po-
drian ser dañosas á su causa.


En España hay espíritu monárquico; y
este espíritu es muy vivo, muy poderoso,
v solo destructible con el trascurso de mu-
chos. si.glos, si es que algun dia se haya de I
destruir. Un pueblo que como el español ha
vivido bajo el imperio monárquico durante ¡'
tantos siglos; que bajoeste imperioha com-
batidopor espacio de ochocientos afias con-
tra la media luna; que ha descuhierto nue-
vos mundos ,,y que ha sido una de las pri-
meras potencias de Europa; que ha renova-
do y viviticado su entusiasmo con el grito
de viva el rey, en una g~erra inmortal como
la de la independencia, no puede menos de
ser eminentementemonárquico. Esto es ver-
dad; verdad que no deben perder nunca de
vista los escritores púhlicos , y de la cual
puedeu sacar mucho partido Jos sostenedo-
res de las buenas doctrinas. Pero alIado de
esta verdad existen tamhicn otras verdades
que no dehen ser desatendidas.


Es necesario guardarse de un error en


que mas de una vez se ha caido, y es el
creer que la monarquía debe ser defendida
en la prensa con el mismo tono que en 1814-
y en 1823 ; cada época exige su lenguaje,
y á esta exigencia no faltan los partidos im-
punemente. Una de las armas que con mas
habilidadhan empleado los amigos de la re-
volucion , 'ha sido inculpar la exageracionde
de sus adversarios: esta arma es menester
quitársela, y el medio seguro para eso es
no ser exagerado. Cuando la exageracion no
existe en la realidad, en vano se empeñan
los adversarios en achacarla: engañan á al-
gunos incautos con huecas declamaciones;
pero el público lee y juzga : sino hayexage-
racion sino razon,el públicodice, «aquí hay
razon, y no exageracion.» Para obtener es-
ta justicia basta esperar algun tiempo: las
declamaciones cansan, la sátira se embota,
los apodos inspiran disgusto; lo que perma-
nece es la razon; quien la tiene de su par-
te, triunfa. {


La exageracion mata muchas causas, y á
esta exageracion estan sujetas aun las que
mas se distinguen por la verdad de sus
principios , la bondad de su fin y la rectitud
de sus medios. La exageracion tiene tam-
bien otro inconveniente gravísimo, y es que
á la sombra de ella se ocultan los pérfidos,
y se dan importancia los nulos. Las decla-
maciones violentas, las ponderaciones sin
tasa, las invectivas, las alabanzas hiperbó-
licas, son trabajos que desempeñan con gus-
to los que quieren perder una causa; asi
como por otro lado se encargan fácilmente
de esta tarea los nulos, por no ser cosa que
exija mucho talento. Lo que sí lo exige, y
ademas largos estudios, es el colocar las
cuestiones en su verdadero terreno, el pre-
sentarlas bajo su verdadero punto de vista,
y el encontrar,. esplicar y defender su ver-
dadera resolucion.


Esto es lo que hace mas bello, mas sólido
y seguro el triunfo de las causas; lo que las
salva cuando están en peligro, lo que hasta
las resucita despues de muertas. Una teoría
política acampafiada de buena fé , robuste-
cida con el apoyo de los hechos, desenvuel-
ta con claridady defendida confirmeza, aca-
ba por abrirse paso al través de todas las re-
sistencias, mayormente si los escritores po-
seen las cualidades de estilo y buen tono,
cuya falta achica algun tanto [as verdades
mas grandes, y deslustra las mas bellas.


Asi1 aplicando estas reglas á la defensa




~ 192-
de los principios monárquícos, se echa de dos hábiles; J el sostener una cosa en que
ver que ha de froducir escaso efecto en se sabe que no hay razon, es contrario á la
la época actual e estasiarse á cada pasopor buena fé.
la bondad paternal de los monarcas, el pin- Grande y venturoso fueel reinado de los
tar con factício entusiasmo los siglos de oro reyes católicos, grandes fueron tambien los
que nos han proporcionado, el echar á los de Carlos V y Felipe H, aunque ya no tan
novadores toda la culpa de todos nuestros venturosos; pero desde que descendió al
males, y empeñarse en que los gobiernos de sepulcro el fundador del Escorial, ¿qué se
losreyes no hicieron masque buenas obrasy hicieron el grandor y la ventura? ¿No se
milagros, el recordar de contínuo los felices echó á perder conespantosa celeridad lamas
tiempos de la escelente administracion que rica y magnífica herenciaque legara á sus
tenia las arcas repletas de oro, y en que hijos ningun monarca? En tiempo de Car-
dichosos en lo interior, poderosos en lo es- los II, ¿dónde estaba la España de los reyes
terior , respetados en todo el mnndo, éra- católicos? ¿Qué inconveniente hayenrecono-
mos los españoles la admiracion y la envidia eer estas verdades? Con negarlas ¿dejarán
de cuantos pueblos habitan la redondez de de ser verdades, v verdades tan conocidas?
la tierra. Esto no convence, porque á vuel- Esto no dalia á la institucion , pues no hay
ta de muchas verdadesencierra muchos er- institucion humana con la cual no se haya
rores; esto no convence, porque manifiesta incurrido en errores,que hayaestadoexenta
en el escritor mas pasion que conviccion; \ deabusos.
esto no convence, porque si el lector no es El escritor que desea defender con buen
muy rudo ó muy poco avisado, no podrá éxito la monarquía, es preciso que tenga la
menos de recordar lo que habrá leido en la imparcialidad y la entereza necesarias para
historia, y lo que quizás habrá visto Con sus decir la verdad á la monarquía misma. El
propios ojos. primer efecto de la adulacion es inutilizar


Defiéndase la monarquía como una insti- al escritor, previniendo contra él á los lec-
tucion necesaria en Europa, y muy partí- tores. Háblese de los monarcas difuntos con
cularmente en España; recuérdense y encó- respetuosa justicia, y de los vivientes con
miense los beneficios que ha proporcionado respetojusto; nada mas. Cuando así se pro-
á lospueblos; presénteselacomo un emble- ceda, cuando no se empleendemasiado en
ma de nuestranacionalidad é independencia; la discusion las fórmulas de la corte, ni se
tráiganse á la memoria sus gloriosas haza- arrobe á cada momento el menguado escri-
fías en las cuatro partes de la tierra; defién- tor á la vista de la elevada sabiduría v de
dasela contra las injustas acusaciones de los la bondad paternalde los soberanos, enton-
demagogos, y no se permitaque manos im- ces, al defenderlos, tendrá derecho á ser
puras profanen las cenizas de grandes mo- oido; de otra manera, no.
narcas; cotéjese la benignidad del imperio Pasen en buen hora los revolucionarios
de los reyes con la crueldad del despotismo 'del insulto á la mas villana lisonja, y de la
anárquico; hágase todo esto enhorabuena, lisonja al insulto, segun los monarcas les
que todo ~sto se puede y se debe hacer; complazcan ó les disgusten; levanten sobre
mas para ejecutarlo conbuen resultado, pa- todos los soberanos al que acaba de que-
ra desarmar á los que combaten el poder brantar su cetro para entregarle á las manos
monárquico, é inspirar confianza á los que de los demagogos, y luego cubran de lodo
desconfían de él, es necesario ser veraz, é ignominia á ese mismo soberano tan pron-
ser sincero, ser franco; no ponerse en con- to como deje de serles acepto ó necesario;
tradiccion con la evidencia de los hechos. esta es su historia, este su interés; pero los
Para rechazar con buen éxito las calumnias, .\ hombres que defienden á la monarquía por
es necesario confesar la verdad de los car- 1


1


conviccion, jamás deben llevar su respeto
gos justos; y para hacer apreciar el bien, hasta las bajas hll~i\laciones, ni su .ju~ta se-
no poner mas del que hay en la realidad: veridad hasta el Insultante atrevrrmento.
donde huho un bien, decir que le hubo, y I Casos hay en que conviene hablar, 'f en-
decirlo tal como Iné ; donde hubo un mal, ,tonces la entereza y la rectitud encuentran
confesar que le hubo: obstinarse en defen- \ siempre un lenguaje decoroso, mesurado?
der un incidente, en que por precision Se ha digno de ellas, y digno de las personas a
de salir condenado, no eS propio de aboga- quienes se dirige. Casos hay tambien en




pasiones del momento, sino meditar escri-
biendo y escribir meditando.


- 493-
que no conviene hablar, porque hay asun-
tos que no se tocan sin mancharse, ni se
miran sin rubor; y entonces nada hay mas
espresrvo que la elocuencia del silencio.


Ocasiones se le presentarán al escritor
para reprender lo que en su interior conde-
na; en todos los paises del mundo las cosas
presentes tienen semejantes en las pasadas; 1
y una pinceladavaliente yoportunasobre un Escrito en Pnns el as de ruayo de 1845 y publicadu eu Mndrid el.
pasage de la historia es fácilmente interpre- de junio.
tada por el lector como una mirada severa
contra los imitadores del mal. Despues de la revolucion que hemos atra-


Hay en la historia de las naciones épocas vesado, v que todavía no ha concluido del
desgraciadas, en que es precisoser muy mo- todo, se halla la sociedad española sujeta á
nárquico para no dejar de serlo; en que es condiciones muy diversas de las en que se
necesario t~n~r muy arraigada la monarquía encontrara en tiempo de nuestros mayores.
en las convrccrones para que no caiga del co- La España de hoy no se asemeja po~ cie~to
razon. En talescasos, no han sido los buenos ni á la Francia, ni á la Inglaterra, ni á mn-
defensores de la monarquía los que la han guno de los demas paises cuyas formas po-
defendido con lisonjas y mentiras: ¡dé- líticas ha adoptado; pero tampoco se parece
bJI escudo! ... Lo han sido, sí, los que des- ni á la España de Felipe Il , ni aun.á la de
pues de haber aconsejado á los pueblos la los primeros años del pr~sente SJ.glo. El
sumision debida, hablándoles en nombre de tiempo no corre en vano. Nuestros innova-
la .religion, de !a paz y de los intereses pú- dores han acarreado á su patria calamidades
blicos, han sabido volverse hacia los reyes sin cuento por haber concebido una España
increpando sus estravíos y desmanes con semejante á otras naciones de Europa : los
respetuosa firmeza. que se propongan remediar nuestros infor-


En todo buena fé , en todo verdad, en to- tunios han de andar con tiento en no acar-
do el valor de manifestar las convicciones rearle nuevas calamidades, figurándose la
con decoro, pero sin timidez: hé aquí las España de hoy semejante á la España anti-
primeras cualidades de la prensa sostenerlo- gua. Si tal equivocacion pade~lCsen, su
ra de.los buenos principios: la mala fé, la obra no seria duradera. Se ha dicho que el
mentrra , la adulacion, la pusilanimidad, son tiempo no respeta lo que se ha hecho si~ él;
cosas indignas de ella, son gérmenes malig- pero tampoco respeta lo que se hace , SI no
nos que esterilizan, que matan la buena se- se cuenta con nada de lo que ha hecho él.
milla que se pueda esparcir. En la vida de las sociedades como en la


El halagar las pasiones, el escribir con- de los individuos, hay diversidad.de perío-
tra lo que dicta la conciencia, por obtener dos á cuyas consecuenciases precIso some.-
el pasageroaplauso de las turbas, ó la mi- terse: la infancia, la adolescencia, la ju-
rada benévola del poderoso, es una falta ventud la veiez, el estado de salud ó de
que cuesta cara á los escritores, echando á enfermddad d~ calma ó de agitacion, exigen
perder la misma c~usa que se proponen sus- un régimen'distinto: querer aplicar el mis-
t~nt~r. QUlell; escribepara el público, debe 1110en todas las circunstancias, es esponerse
orr.sm.duda a todo el mundo para no hacer- á causar grandes males y por fin,la muerte.
se ilusiones que le oculten la realidadde las El error fundamental de los liberales ha
~osas, debe recibir con gratitud Jos cense- I consistido en querer introducir en España
J?S, no solo de los mas entendidos qu.e él, I doctrinas y sistemas que es~aban en abierta
s~no aup ,de Jos que le parezcan muy infe- I OpOSIClOll con todo lo dominante , srn que
flores a el; que de todos lospuntos se reci- \ hubiese precedido ninguna clase de dispo-
be a\gnna luz, ~. aun de \os mismos necios I siciones preparatorias. 1'01' esto la revolu-
pueden aprovecharse consejos atinados; pe-II cion ha sido siempre impopular, y se ha
ro e.l escri,tor, necesita tener. c?nvicciones , visto combatida por lo que es su. sosten.?n
propias, cntenopropto , scntmuentos pro- Ji las demas naciones: la democracia. ¿QUIen
pios; juzgar por sí mismodespues de haber 11 no vé en 1814 y en 1823 á una democracia
oído á los demas; lIO inspirarse jamás en las ,1 que grita m'va etre!!? ¿Quién no vé que eil




- ~9i -
el verdadero pueblo el que derriba las lápi- ria de' que ha de fabricar su artefecto.De
das, aplaude el decreto del rey á su vuelta la propia suerte, quien haya de gobernar
de Francia, y que despues se alista con en- la España , es necesario que á mas de la
tusiasmo en las filas de Merino y del Tru- España antigua, de la España religiosa y
pense ? ¿,No se descubre aquí la España an- monárquica, de la España de las tradicio-
tigua con sus sentimientos monárquicos y nes , de los hábitos tranquilos, de las cos-
religiosos. luchando contra los que intentan tumbres sencillas, de escasas necesidades,
transformarla á viva fuerza? De todo esto i de un carácter peculiar que la distingue de
prescindieron los liberales; no se tomaron la ' las demas nacionesde Europa, vea laEspa-
pena de atender á lo que existia , antes de ña nuevacon su incredulidad ó indiferencia,
ensayar la realizacion de lo que á ellos les su aficion á nuevas formas políticas, sus
halagaba. Comenzaron por zaherir á la reli- ideas modernas en oposicion con nuestras
gion, cuando la religion era lomas popular tradiciones, su vivacidady movimiento, sus
que habia en España: comenzaron por ata- costumbres importadas del estrangero , sus
cal' á las clases privilegiadas, y muy partí- necesidades hijas de un refinamiento de
cularmente al clero, cuando el clero se for- cultura, su amor á los placeres. su afanpor
maba del mismo pueblo, cuando losconven- el desarrollo de los intereses materiales, su
tos eran un asilo para muchos hijos del pue- prurito de imitar á las demás naciones, en
blo, cuando del pueblo salian los homhres particular á la Francia, su Fuerte tendencia
que ocupaban las mas altas dignidades de á una transformación completa que horre lo
la Iglesia, cuando el pueblo estaba en ince- que resta del sello verdaderamenteespañol,
santo contacto, en íntima relacion con la V nos haga entrar en esa asimilacion ó Fu-
Iglesia, no solo en lo tocante á lo religioso, sion llt1i~ersal, á que parece encaminarse el
lo que se enlaza con la vida entera, sino mundo.
tamhien en lo concerniente á educaeion, ins- Esta España nueva no constituye por
truccion y hasta mediosde subsistencia. Es- cierto la mayoría de la nncion , pero es su
te error lo ha pagado la nacion con treinta parte mas inquieta, que mas se agita, que
años de convulsiones, trastornos v catastro- mas suena en todos Jos negocios públicos;
fes, lo está pagando aun en nuestros días; la que hahla, la que escribe, la que viaja,
y quiera Dios que esta infausta cadena pue- la que tiene en su mano mil medios para
da terminarse con la vida de la generacion I dar circulacion á sus ideas, propagar sus
que acaba. J~stc es nue...stro deseo: no d. ire-l pasiones, defender sus intereses.; es la que
mas que sea nuestra esperanza. ha ocupado todos los puestos y todas las


En oposicion á este error, podria incur- ! avenidas del poder, la que está en relacio-
rirse en otro por parte de los hombres adic- 1


1


1 nes , en incesante contacto con el resto de
tos á los principios religiosos v monárquicos, 1 la Europa. Esta minoría pues, si hien debe
cual seria el prescindir enteramente de las i! ser dirigida, y en ciertos casos reprimida,
mudanzas sufridas por la España antigua en l.i[ nunca debe ser desatendida completamente,
sus ideas, sentimientos, costumbres é inte- 1 nunca se la debe desairar de tal modo que
reses. Por mas superficiales que se supon- 1I se la convierta en e~emigo irreconciliable,
gan las huellas dejadas en España por la i nunca debe ser escluida de toda influencia
accion revolucionaria y el espíritu del siglo, . de tal suerte que no le quede mas ~speran­
no puede negarse que estas huellas existen, za para ahrirse paso que el camino de la
y no en pequeño número. Hepruébenlas en violencia.
buen hora cuantos esten reñidos con las in- Una de las causas fiJue mas han contribui-
novaciones, pero reconozcan al menos que ! do á imposibilitar el triunfo de D. Cárlos,
existen; y en su pensamiento y en sus obras '1 1 ha sido el que se le ha creido resuelto á se-
no olviden jamás este hecho. Al resolver un 1 guir la política que acabamos de señalareo-
problema es menester hacerse cargo de tO-1 mo nociva. Si en este príncipeno se hubiese
dos los datos, de todas las circunstancias, i visto personificada otra cosa que la unidad
tanto contrarias como favorables. El maqui- I y la Fuerza del poder público y el triunfode
nista al emprender la construcción de su ii las ideas religiosas, sin oposicion decidida
máquina, no solo lleva en cuenta la fuerza 1I á cuanto aconseja ó imperiosamente exige
motriz de que puede disponer, sino tambien 1I1 el espíritu del siglo; si, conrazon ó sin ella,
las resistencias que ha de vencer y la mate- no se hubiese creido que bajo su reinado




- 4fl5 -
estaria la España sometida á una especie 11davía loshay en gran número dispersos por
de absolutismo mucho mas esc1usivo que el 1 los paises estrangeros, que prefierenarras-
de Fernando VII; si, con razon ó sin ella, trar una vida de privaciones y miserias, á
no se hubiese generalizado la opinion de I pedir ni aun recibir ni perdon ni amnistía.
que con D. Cárlos era en vano pensar en No todos los hombres son tan constantes en
reformas de ninguna clase, en transacciones I la adversidad, pero todos son igualmente
deningun género; si por lomismo esta Espa- exigentes cuando todavía se sostienen en
ñanueva, comprendiendo en ella todos sus pie, cara á cara del enemigo.
matices, no hubiese tenido tan fuerte anti- Pero volviendo al punto principal, insistj..
patia á D. Cárlos, es bien seguro que al mos en que el gobierno que se empeñase
principiar la cuestion dinástica se hubieran en prescindir enteramente de la España
hallado los ánimos en disposicion muy dife- nueva, ateniéndose únicamente á la antigua,
rente, y que durante la guerra y entre los provocaría por necesidad gravísimos conflic-
escesos de la revolucion , los partidos que tos y acabaria por sucumhir. Se contiene uu
mas Ó menos directamente resistianel triun- motm, y se domina con la fuerza á losamo-
fo de este príncipe, habrian sufrido graves tinados; se desbarata una conspiracion y se
modificaciones, que una política conciliado- ahuyenta ó se castiga á los conspiradores;
ra y sagaz pudiera aprovechar en contradel I se reprime una insurreccion militar, o se la
gobierno de Madrid. previene con cuerdas medidas y. disciplina


Pero nada de esto sucedia, porque no severa; pero el curso de las ideas, el espí-
habia en dicho sentido ninguna esperanza. ritu de la época, estas cosas se dirigen, se
A poco de comenzada la guerra, conocieron moderan, se modifican; perono se detienen
que era inevitable el desencadenamiento de con la fuerza. La mano imprudente que se
la revolucion, aun aquellos que habían sido les pone delante, ó es hecha pedazos ó es
bastante cortos de vista para no verlo antes; debilitada y descompuesta con la accion di-
muchos de ellos contemplaban con horror el solvente, con el aliento abrasador, á cuya.
abismo á que se nosconducía, miraban con influencia está sometida ella misma.En el
espanto la dilatada série de catástrofes que estado actual de las naciones modernas, en
íbamos á atravesar, y se entregahan al des- el mismo carácter de su civilizacion , se ha-
pecho y á la dcsesperacion , al considerar Ilan causas profundas, necesarias, podero-
la imposibilidad de que la nacion alcanzase sas , irresistibles, que impiden el completo
un poderdigno de este nombre mientras du- aislamiento de un puehlo , y que frustran
rasen las infaustas condiciones á que se ha- los designios que á tal objeto se dirijan, por
liaba sometida. ¡En cuántas cabezas no bu- mas bien combinados que se les suponga.
lleron pensamientos para dar á los negocios Hay la imprenta del mismo pais, que con
públicos una direccion diferente! ¡En cuán- libertad ó con prévia censura, hace partici-
tos labios no asomaron, de la manera que á par del movimiento general de los ideas;
la sazon asomar podian , las palabras de que hace conocer las nuevas teorías, aun-
conciliacion , de transaccion! ¡,Qué hubiera que sea combatiéndolas, que da noticiade
sucedido siguiéndose una política á la altu- los nuevos sistemas, aunque sea abominan-
ra del siglo, que no desconooieseIo que era do de ellos. Hay la imprenta estrangera que
evidente, que no se empeñase en obtener á pesar de todas las trabas y de las mas se-
lo inasequible, que abriese una puerta de veras prohibiciones, echa sus lihros y sus
avenimiento i de transaccion, de paz, por folletos y periódicos por encima de las adua-
la cualentrar pudieran hombres de todos los nas, haciéndolos llegar hasta el corazon del
partidos sin bajar demasiado la cabeza? Pe- paisbloqueado. Esto lohace dificil el gobier-
ro no se oyó mas que «todo Ó nada.» ¿Qué no á fuerza de precauciones, masnunca del
importaba el que una que otra vez se ha- todo imposible ; estrecha el circulo de la in-
blase de perdon? Los hombres que tienen f1uencia, mas no la destruye completamen-
las armas en la mano y que no carecen de te. IJe lo que ;pierden las nuevas ideas en
medios para hacerse respetar, querrán tal estension, se indemnizan algun tanto con
vez transigir, masno implorarperdon. Véa- laintensidad : porque Ias teorías son mas
se lo que ha sucedido con los carlistas: la I cngañosas , cuando el que las estudia con
division se introdujo en sus filas llamándolos I amorvive en Ull país dondese las rechaza y
áser convenidos, mas no perdonados. To- ni aun se permitesu exámen, y las ilusiones




- ¿96
de reformas: muy al contrario, siempre que
s~ trata de tocar á.lo que existe de muyan-
tiguo , es necesario andar con sumo tiento.
De una ley ó institucion existente se ven
Iacilmentc los defectos de que adolece los
males que ca~sa, los bienes que impide'; pe-
ro no tan fácilmente se conocen los majes
que resultarán de su ausencia, los bienes
que con ella desaparecerán, los vicios de lo
que se piensasustituirle, y ni aun si es po-
sible r~emIJlazarla c?n al.go. Es un principio
de legislacion que sin evidente necesidad no
debe el legislador apartarse de aquel dere-
cho que por mucho uempo ha sido tenido
por justo; y este principio de profunda sa-
biduría se aplica á todo lo concerniente á la
organizacion y gobierno de la sociedad.


Hay en esta materia dos opiniones estre-
mas. Los revolucionarios dicen: «En este
edificio hay algunas piezas que por mal
construidas, ó por viejas, ó porque carecen
de objeto, no sirven; arruinemos pues el
edilicio entero, y en seguida lo levantare-
mos de nueva.planta.» Los que se oponen á
toda innovacion dicen; «Cuanto hay en el
edificio es tan útil como era antes; v sobre
todo, esto existe; estamos en nuestro dere-
cho al conservarlo tal como se halla.»


Losrevolucionarios ponen manos á laobra;
si no pueden trabajar de dia, trabajan de
noche; si no pueden batir abiertamente la
muralla, penetran en las entrañasde la tier-
ra, y comienzan zapando para volar el edifi-
cio de una vez. Sus adversarios redoblan la
vigilancia; multiplican loscentinelas; hacen


¡nuevas obras, no en lo interior del edificioV en las piezas inútiles, sino en los puntos
de defensa, contraminan también para des-
baratar á los que minan; y cuando contem-
plan reparado y robustecido el muro, cuan-
do le ven coronado de numerosos baluartes,
se creen inespugnables, y se lisonjean de
estar seguros.


j Vana ilusion! Siexistenen efecto losma-
les que se señalan, si esto es evidente, la
verdad no se oculta á los mismos encarga-
dos de la defensa. La division intestina co-
mienza, el descontento cunde, el desaliento
se apodera de unos, la desconfianza de otros,
y al fin no faltan algunos que poco delica-
dos en punto de honra, abandonan el pues-
to que se les ha encomendado, y quizás
franquean la entrada á los enemigos. El «to-
do ó nada» se cumple; y un momento des-
pues no se encuentra mas en el sitio queun


son mas seductoras cuando estan á mayor
distancia de la realidad en que vive el que
las esperimenta.


y no es esto decir que se haya de aban-
donar del todo el sistemade la represión y
de las prohibiciones; antes bien creemos
que es en muchos casos útil, y en algunos
necesario: solo nos proponemos manifestar
que este sistema es por sí solo insuficiente,
que no conviene fiar demasiado en él; que
es peligroso empeñarse en emplearle con
desmedido rigor; que es no conocer el siglo
en que vivimos, ni el carácter de la civili-
zacion de las sociedades modernas, el pen-
sar que á un gobierno para dar á los pueblos
la dirección que bien le parezca le baste el
reprimir.


Bien muestran estar persuadidos de lo
contrario los gobiernos de Europa, sin es-
ceptuar ni los mas absolutos: y asi no se
han contentado con el sistema de represion,
que sin embargo no olvidan, sino que han
procurado evitar las revoluciones, haciendo
á tiempo las reformas convenientes. Cuando
en las sociedades hay una necesidad que re-
clama vivamente ser satisfecha, es preciso
satisfacerla, aunque cueste algun sacrificio
al amor propio ó á los intereses; y el modo I
de satisfacerla sin tras.pasar los límites de-
bidos, sin quebrantar los principios de jus-
ticia, es hacer por medio de las leyes lo que I
al fin se encargarian de realizar la injusticia ,
y la violencia. No basta decir; «esto que'
existe es legal; nadie tiene el derecho de
atacarlo» no basta repetimos; porque cosas
muy legales pueden entrañar algo que ca-
rezca de la conveniente equidad; cosas muy
legales pueden haberse puesto en discor-
dancia ó en oposicion con el espíritu de la
época, con ciertas ideas, con ciertas necesi-
dades, ciertas preocupaciones que dominan
la opinion pública; cosas muy legales que
pudieron ser útiles, altamente provechosas
en los siglos en que se establecieron, y aun
mucho despues, habrán quizás dejado de
serlo con el trascurso de los años, y el tiem-
po que todo lo trastorna habrá acarreado tal
vez circunstancias totalmente diferentes
cuando no diametralmente contrarias. Est~
es la condicion de las cosas humanas: si esa
instahilidad la recuerda de continuo el mo-
ralista, no debe jamás perderla de vista el
legislador.


y no queremos significar que los gobier-
nosdebanprestarse ligeramente áexigencias




- 497-
tumba de innumerables crisis violenta, quedatodavia en la sociedad


una lucha entre lo nuevo y lo antiguo, que
aunque continua, vivay hasta peligrosa pa-
ra el porvenir, no apremia al legislador con
un riesgo inminente. La Inglaterra en la
época de su revolucion no hubiera podido
seguir sin mucha dificultad la líneade con-
ducta que sigue ahora, procurando conciliar
las ideas opuestas y los intereses encontra-
dos. Hay en la vida de las sociedades mo-
mentos terribles, en que los hombres andan
arrebatados por la corriente de las cosas, y
en que para contener el torrente de las ca-
lamidades y catástrofes es necesario poco
menos que un milagro del Todopoderoso.
Pero estosmomentos pasan: son las convul-
siones y el delirio de un enfermo: llegan
tiempos menos agitados, en que si la razon
no recobra del todo el imperio perdido, al
menos lograhacerseescuchar, y ejerce al-
guna influencia en la direccion de los nego-
cíos. Entonces es cuando tiene lugar laeom-
binacion, el pulso del verdadero hombre de
estado; entonces cuando si bienno hay com-
pleta claridad, tampoco hay una polvareda
tan densa como antes, entonces puede un
ojo penetrante manifestar su fuerza para en-
contrar la verdadera línea de conducta que
preserve de recaer en las pasadas desgra-
cias, y repare cuanto sea posible las desas-
trosas censecuencias de los trastornos.


Un error en la eleccion puede acarrear
males de inmensa trascendencia. En Espa-
ña han pasado los momentos de frenesí, y
se abre una época nueva: ¿acertaremos en
el verdadero punto? Ya hemos manifestado
cuán peligrosa seria la ilusion de .quese
puede prescindir enteramente de la España
nueva; pero en cambio advertiremos que
el error fuera todavía mas grave y mas fu-
nesto, si se creyese en la conveniencia, ni
aun en la posibilidad, de prescindir entera-
mente de la Españaantigua.Esta brilla me-
nosque su antagonista, pero puede mas; no
habla tanto, pero venido el caso, sabe hacer
mas; no se agita, no bulle tanto, pero tiene
mas vida, mas robustez, mas elementos de
duracion: entiende menos en el arte de der-
ribar gobiernos, pero entraña mas elemen-
tos para rodearlos de fuerza y estabilidad.
La Españanueva se encamina á sustituir la
incredulidad á la fé, el goce á la moral, la
teoríaá la tradición, el interés privado á los
antiguos vínculos sociales, el espíritu de re-
sistencia á los hábitos de sumisión. El por-


GI


monton de ruinas,
víctimas.


La razon, la justicia, la prudencia, no se
acomodan con ninguno de estos estremos.
La sana politicaprocede de otra manera.v-
Aquí hay cosas rnalas.-Quitémoslas.-Las
hay inútiles.-Veamos sipueden servirpara
algo, arreglándolas de otra manera.-Seria
mejor arruinarlotodo , para hacerlo ente-
ramente nuevo.-No: porque en primer lu-
gar, no pueden quedarse todos los habitan-
tes á la inclemencia: ademas arruinándolo
todo de un golpe, serian innevitables mu-
chas víctimas, aun entre los mismos que se
proponen dcmoler.-Pues lo arruinaremos
nosotros.-=Estan tomadas las medidas; yel
que se empeñe en esa tarea insensata será
castigado severamente.-Pero al menos der-
ríbese desde luego lo que nosotros indica-
mos como malo ó inútil.i--ánte' todo convie-:
ne no precipitarse; y muy particularmente
no fiarse demasiado en lo que vosotros de-
cís. Tal vez llamais mala una cosa, porque
no es buena para lo que vosotros deseais;
quizás declaméis contra su inutilidad, por-
que.esmuyútil para contener vuestra impe-
tuosidad destructora. Examínese lo que hay
de verdad en vuestras aseveraciones, lo que
hayde fundado en las quejas; y con-el tiem-
po necesario, y por medios legítimos, quíte-
se 10 que se haya de quitar, destrúyase lo
que se haya de ,destruir, refórmese lo que
se haya de reformar; ~ero cuidando siem-
pre de no dejar el edificio en descubierto, I
construyendo por un lado mientras se derri- \
ba en otro; y sobre todo guardándose con
suma escrupulosidad de no tocar á los ci-
mientos,.pues el mas ligero trastorno en
ellos pudiera acarrear una catástrofe. Esta
es la conducta que debe seguir un gobierno
cuando ve delante de sí á la revolucion ame-
nazando. Contenerla, pero quitarle al mis-
mo tiempo los motivos, yhasta si es posible
los pretestos, por poco especiosos que sean.


La dificultad suele estar enecncontrar el
verdadero punto en que convine colocarse,
asi en el camino de la resistencia como en
el de las concesiones. El resistir demasiado
puede provocar la esplosion; y el conceder
mas de lo que conviniera espone á ser arre-
batado por la corriente, punto que dificil-
mente se encuentracuando suena la horade
~na gran transformacion social que suele
maugurarse con un profundo trastorno, pero
que es menos dificil hallar cuando pasada la




- 4-98 -...


"I'.··~nirdelánacil'ln,;¿pUede entregarse esc!u-I men, no .solo par~ figurar con brillo e(la
sivamente á semejantes elementos? parada, SIllO tambien para soste~er veJitIlJ?-


La EspaMn«eva se divide en dos rrac- I samente la pelea. Han transcurrido tres SI-
ciones ; unos quieren anarquía en las ~deas 1 glos de paz, per? la hora de la guerra ha
v anarquía. en loshechos; otros anarquia en 111' sonado: vano ser!a ~l d~sahogarse en q~ICJas
las ideas, despotismo legal sobrelos hechos: " e~tériles.' en recnmmacioues: la rroVld~?­
que tambien á la sombra de las leyes y por iI era ha dicho: «basta de,paz, habrá guerra:»
medio de ellas puede establecerse el despo- es neces~~lO somet~rse a s~s decretos. "
tismo mas duro. Se ha observado que no ¿Y quien sabe SI en los inescrutables ar-
hay absurdo que no lo haya dicho algun fi- canos del Eterno, ~o ~stá d.estinada esta
lósofo; y pudiera añadirse que no, har ab- ~uerra par~ producir ble~~s incalcutables?
surdo, no hay iniquidad, que la historia no El infortunio prueba, punt~ca y agranda las
nos presente con la sanción de alguna ley. almas, ~esenvuelv~ y vigoriza los sentl.nlle~-


Ambas fracciones empero convlen~n en tos,da a Jos caracteres temple y energla. En
quitar toda influencia á la España antJgu~, ¡la lucha se forman los atletas; en las épocas
solo que la una ~a quiere t?m~r á su serví- . de choque de los principi?s. han figurado en
cio, la otra la qUIere opnmrr SJl\ rodeos. P~~ la Iglesia los primeros sabios, Al frente de
ro ya sea con unos,ya sea conotros, es eVI- Arrio está S. Atanasio; de Pelagio S. Agus-
dente para todo hombre observador que_se tin; de Abelardo S. Bernardo; de Lutero,
tiende á trasformar enteramente la España: I de Calvino, de Beza, de Jurieu , Cano, Be-
unos predican en los ar!ículos, de fondo lo larmino, Petavio, Bossuet, Cuando se tra-
que los otros en el folletín. ¿Donde hay mas . han en el seno de la humanidad esas luchas
peligro? colosales, en que se dislocan las montañas,


Losespañoles que SIO, desconocer el espío y se imponen unas sobre otras, la Providcn-
ritu de la época, aman SIO embargo de ve- cía suscita gigantes. En todas las épocas de
ras la religioIl de nuestros padr~s y la rno- la historia los vernos aparecer de tiempo en
narquía , es necesari? qu~ mediten profun- tiempo, ó como genios del mal que vienen á
damente sobre esta situación de las cosa~, asolar la tierra, ó como celestesmensageros,
y que procuren hacer prevalecer las doctri- que ahuyentan á los monstruos con espada
nas verdaderamente conservadoras '. guar- de fuego.
dándose empero de toda exageracion q,ue ¿Por que no le estarian reservados tam-
pudiera comprometerlas. Por el c?ntrart~, bien á nuestra p~tria días grandesy espíen-
el mejor medio para sobreponerse a ,s~s rl~ dentes? ¿Por que d~ ese choque mismo que
vales, ó cuando menos coloca~se a Igual lamentamos no podrían surgir torrentes de
altura que ellos, es adelantarse a proponer, luz y de vida? No caigamos pues en des-
á ejecutar, cuando les sea dable, t?do lo aliento, ni nos entreguemos á escesiva con-
bueno que ence~rarse pueda en el slstem~ fianza. Para todos los grandes triunfos hay
de sus adversarios. Cuando una ~osa est~ una condicion necesaria que ningun hombre
en abierta oposición con las.necesldad~s o puededeclinar: el trabajo. Cuentenpoco las
intereses de España, no conviene empella~- buenas ideas con el apoyo de los gobiernos;
se en sostenerla; cuando una cosa es e~I- y cuenten mucho con la fuerza propia. Au-
dentementeútil, no obstmar.se en combatir- méntenla y empléenla con tino, peroconfir-
la. Es necesario maniobrar d~estramente pa!'a meza, con constancia; que tarde ó tempra-
tomar la delantera, para quitar lo que dane no el triunfo será para ellas. No esperen
ó embarace, ópara es~ablecer lo que sea mudanzas imprevistas, ni golpes mágicos
provechoso: es necesano ll~~ar al pu~to que en un momento inauguren el si~10 de
deseado antes que ellos, haciéndose el or- oro: para edificar se necesita largo tiempo,
ganoy el apoyo de todo lo bueno: en esta y restaurar es edificar. El decir «hágase» y
noble carrera, lejos de espone~se á la .v~r- . quedar hecho, solo lo puede la Omnipo-
güenza de una derrota, es preciso ambicio- tencia.
nar el lauro de la victoria.


Pasó la época eñ que ciertas ideas no te-
nían en España otro trabajo que dominar,
de hoy en adelante estan destinadas á com-
batir; es necesario que los hombres se for- .




Escelto en Paríe en L· de junio de 18.n,"'J' publicado en Maú.id
el 1t del mismo.


- .99-
DOCUMENTOS DE BOURGES. careeléros de Napoleon;vuelto: á su patria,


cae en breve con toda la familia real en
poder de los demagogos, hasta que los li-
berta en' Cádiz el ejército, francés; y des-
pues de pocos años d~ bona~za, n~ todos
bien -sosegados y satisfactorios, tiene la


D. Carlos ha desaparecido de la escena, desgraciade indisponerse con su hermano,
yen su lugar se ha colocado su hijo; esté no puede hallarsejunto á su lechoal exhalar
es un acontecimiento importante. El mani- el último suspiro, y declarándose luego en
tiesto que ha seguidoá la renuncia indica un guerra con su augusta sobrina, proclamada
notable cambio en la política; estoes todavía reina de España, sufre las mayores vicisí-
mas importante. Pocos hombres habrá que tudes, y al fin sucumbe, pa~a. ir á ser ~n­
reunan una opinion mas general y mas bien cerrado de nuevo en una prIswn, también
sentada de honor, de religiosidad, de sin- en paisestrangero. Fiaos en las grandezas
ceridad, de convicciones, de deseo del bien humanas y en !a elevacion del.nacimiento.
público que D. Carlos; pero si como hom- Pesares domésticos, pnsiones , insultos, es-
hre obtiene el aprecio y respeto universal, pectácnlos de torrentes de sangre, otra vez
tampoco puede negarse que como príncipe prisiones; hé aquí lo que encuentra en .su
era objeto de prevenciones tan fuertes , que vida un hombre que por largos años ha VIS-


. nada hubiera sido bastante á disipar. Fue- to una corona tan cercana á sus sienes; y
ran justas ó injustas, fundadas ó infundadas, en el último tercio de su carrera, proscrito
lo cierto es que existian , tratamos única- de su patria, ignora si sus cenizas podrán
mente del hecho, no de la razon en que un dia descansar en el panteón donde repo-
pueda estribar. Y en circunstancias como san sus ilustres antepasados. Puedanlosdías
las de D. Carlos, un hecho semejante no del anciano conde de Molína ser menos in-
puede ser desatendido: quien no cuenta con fortunados de lo que fueron losdeljóvenin-
fuerza material, ¿á qué queda reducido si le fante , y del que años despues numerosos y
falta la moral"? Y esta fuerza moral en un aguerridos batallones aclamaran rey en Na-
príncipe es muy diferente de su buena re- varra, Aragon y Cataluña, paseando sus
putacion como hombre particular; errados banderas por todos los ángulos de España.
consejos ó circunstancias infaustas pueden Pagado este' homenage de respeto al lll-
hacer inútil para ciertos objetos al mejor fortunio de un hijo de Recaredo, de San
hombre del mundo. En 1832 la fuerza mo- Fernando v de Felipe 11, vamos á emitir al-
ral de D. Carlos, como príncipe, era muy gunas reflexiones sobre los notables docu-
grande; los errores, las desgracias, v el mentosque han visto la luz pública.
mismo curso de los años la han consumido. Nada tenemos que observar ni sobre la
Aun entre muchos de sus mismos partida- renuncia, ni sobre las comunicaciones que
rios, el primitivo entusiasmo se habia redu- han mediado entre padre é hijo: este es un.
cido á simple adhesion y respeto. D. Carlos asunto de familia y de convicciones particu-
habrá conocido su verdadera posicion , y á culares. En los documentos se habla de-de-
su desinterés y rectitud de intenciones no le rechos, porque sus autores han crei~p te-
habrásido difícil elsacriliciodel amorpropio, nerlos; si esto no creyeran no estanan en
si amor propio haber pudiera en conservar Bourges. Nada tenernos que decir sobre es-
una posicion que debia serie' tan aflictiva. te puuto: solo haremos notar, que si algu-


Al retirarse este príncipe á la vida priva- nos fuesen tan susceptibles que ni aun este
da, si ha echadouna mirada á sus añssan- lenguaje quisieran sufrir, les preguntare-
teriores , no debe haberse alegrado de ha- mos si era de esperar que ó D. Carlos se
her nacido en régia cuna. Dificil era que en presentase al mundo diciendo que se había
una-condicion menos alta encontrase tan di- engañado, ó bien que su hijo al reempla-
Jatada serie de sinsahoresé infortunios. Pa- zarle declarase este engaño, v rechazase
sa sus primeros años á la vistade Godov, todas las pretensiones de su padre. Sea co-
compartiendo con su hermano el dolor que mo fuere, repetimos que nada tenemos que
causarle debiera un espectáculo semejante; '1 decir sobre el particular: en nuestro eon-
es luego conducido al estrangero para per-I cepto, todo lo que sea remover en un artí-
manecer durante seis años entregado á los culo la cuestión dinástica considerándola en




.....;. 500 -
otra esfera que la de un simple hecho pú-
blico y notorio, seria desviarse del 'objeto
á que deben dirigirse las mirasde quiende-
see sinceramente ahogar toda la semilla de
discordia y prevenir sus resultados para lo
venidero. Esta es la conducta que segui-
mos al escribir los ocho artículos sobre el
enlace de la Reina; esta misma conducta
pensamos seguir en adelante. No está la-Es-
paña cn el caso de debatir cuestiones histó-
ricas y legales, sino de resolver con acíer-
to un problema á que está vinculado su por-
venir. Poco importa el que el jóven príncipe
represente ó no un derecho; locierto es que
representa un grande hecho. Este hecho es
la creencia en que han estado muchos espa-
ñoles de que el derecho existia, lo que por
desgracia ha dado origen á una guerra de
siete años. Aquí está el verdadero punto de
vista para los que se precian de hombres de
estado; todo lo demases inoportuno, y has-
ta pudiera ser dañoso. tos unos defendien-
do con razones y con testos al hijo de don
Cárlos, y los otros á Isabel, espresarian
opiniones particulares, convicciones que por
sinceras y profundas que fuesen no dejarían
de tener en' contra otras opiniones, otras
convicciones diametralmente opuestas. El
hecho pues de la existencia de la cuestion
quedaria intacto. El hombre de estado debe
atender á los hechos cuando son graves, sea
cual fuere la opinion que sobre ellos abri-
gue; hombre práctico, eminentcmente po-
sitivo, no debe aferrarseá un argumento ó
un testo para dirigir su conducta, sino pro-
curar conciliar los hechos que á su pesar
existen,y evitar por medios justos y razona-
bles el que la sociedad sea víctima de cho-
ques violentos. Lo demases indigno de
un hombre de estado: es propio única-
mente dc un disputador, que al salir de
la disputa se vuelve á sus libros, sin la in-
mensa responsabilidad de la suerte presente
y venidera de catorce millones de compa-
tricios.


El manifiesto del príncipe que reemplaza
aD. Cárlos producirá en España yen EUro-
pa una impresion profunda. En él hay dig-
nidadsin altanería, hlandurasin humillacion,
indicaciones graves sin manifestaciones in-
oportunas é impropias. En breves palabras, -
sencillas como á tan alto rango cumplen,
sentidas como las inspira el infortunio, es-
tan tocados estremos tan sumamente delica-
dos.de una manera que ni rebajan al que


habla, ni hieren la susceptibilidaddenin-
guno de los que escuchan. Alas dificultades
relativas á la persona se contesta; á las que
se refieren á las cosas se deja entrever la
contestacion. Un príncipe que hiciese el ma-
nifiesto conla manoen el puño de la espada,
seria rechazado con espadas; un 'príncipe
que hablara en actitud suplicantepúesto de
rodillas, seria despreciado. Entre el ruego
y la amenaza habiaun medio: y este medio
lo ha encontrado el ilustre proscrito. '


Recorramos los principales puntos del
manifiesto. El hijo de D. CárloshabJando á
los espaiioles podia serconsíderado por al-
gunos como provocador de la guerra civil:
sus primeras palabras son una protesta de
paz,protesta que aplaudimos sinceramente,
asi bajo el punto de vista de la humanidad
como de la política. Los horrores de laúlti-
ma guerra son muy recientes, han sido de-
masiados. paraque nadie pueda abrigar sin
estremecerse la idea de encenderla de nue-
vo.¡Ay de los tronos que se levanten en
mediode un lago de sangre! La causa de la
humanidad tiene un vengadoren el ciclo.
No basta el decir: «yo reclamaba derechos
que creí me pertenecían: la sangre Se ha
vertido; yo no soy responsable de ella:» es
necesario saber si se han agotado todos los
medios pacíficos, si se han hecho todos los
sacrificios-que tienen derecho á exigir, no
diremosla vida de millares de hombres, si-
no la de uno solo. Esto no debe jamás per-
derlo de vista un príncipe, y mucho menos
un príncipe cristiano: la misma victoria no
escusa una catástrofe; las víctimas de la
ambicion ó de la imprudencia turban el sue-
ño del vencedor y emponzoñan su dicha.
No se han hecho los pueblos para los reyes;
los reyes son para lospueblos. Una dinastía
no es una familia propietaria que puededis-
poner de una nacion como de un rebaño; es
una familia consagrada a la felicidad de los
pueblos: la sangre que se vierta por su cul-
pa, la mancha horriblemente. La Providen-
cia tiene reservadas grandes espiaciones á
las familias reales que pierdan de vistaes-
tas máximas: habia en Francia un rey po-
deroso , cuyosólio brillabacontanto.esplen-
dor que sus pueblos deslumbrados eaian de
rodillas, y sus vecinos se admiraban y tem-
blaban: bajo este reinado se vertió mucha
sangre; el nieto de este rey pereció en un
cadalso, y el último vástago de esta raza
anda errante por tierra estrangera, miran-




- oO~ -
do de cerca una patria cuyo suelo no puede
pisar. Verdades terribles, pero verdades; no
las desoigan los miembros de la real familia,
ni los que se hallan en Bourgesproscritos y
prisioneros, ni los que halagados por la fot-
tuna viven entre magnificencia y poderío en
su alcázarde Madrid.


Sí, dice bien el Manifiesto, basta de san-
gre y de lágrimas; sí , basta: la nacion es-
pañola tiene derecho á ello. Esta nacion,
que con sus tesoros y su sangre rescatóá la
familia real prisionera del vencedor del mun-
do; esta nacion que recogió del suelo una
diadema que un monarca débil habiadejado
caer, y que la guardó como una reliquia
sagrada, para ponérsela de nuevo sohre la
cabeza al salir de su cautiverio; esta uacion
que en aquella lucha gigantesca se mostró
tan grande, tan leal , tan generosa como sus
ascendientes de Covadonga al levantar so-
bre sus escudos á Pelayoen la cúspide de
un monte cercado de cimitarras,esta nacion
tiene derecho, sí, á que baste de sangre y
de lágrimas. Todos los miembros de la real
familia tienen obligacion de contribuirá que
no se derrame mas sangre, cuando no fuera
por otro motivo, por unadeuda de gratitud.


Cuando el genio de las discordias quiso
lanzar entre nosotros su formidable tea, no
se dirigió á los pueblos, sino al régio alcá-
zar. lUí comenzó la division , y de allí salió
el inoendio , como la lava ardiente que se
derrama de una altura y devasta lascomar-
cas vecinas. Una escena desagradable co-
mienza en el Escorial: ¿ sabeis qué drama
la sigue ? La dilatada cadena de desastres
que principia con el levantamiento del 2 de
mayo y acabaen la batalla de Tolosa. Otra
división trabaja los salones del régioalcázar
en los últimosaños de Fernando: ¿ sabeis
sus consecuencias? Levantad con la imagi-
aacion innumerables piras, de base inmen-
sa; de altura colosal; arrojad en ellas los
tesoros, las preciosidades de la nacion , el
frutode los sudores de familias sin cuento;
haced que ardan en todos los puntos de Es-
paña; abrid en torno de ellas anchurosos
lagos y.Ilenadlos de sangre; amontonad ca-
dáveres en todas partes ; contemplad inter-
minables hileras de valientes tendidos en el
polvo, y cuando la imaginación haya hecho
tan horribles esfuerzos, todavía oshabrá es-
cedido la realidad.


Los pueblos no lo han olvidado; y por es·
t-o anhelanardientemente una reeonciliacion


que apaguepara siemprela tea de la discor-
dia; no desean que se dipute sobre quién
tuvo la culpa; desean, sí, que nadie la ten-
ga en adelante. Y por esto harán tan buen
efecto en la ópinion general unas palabras
de paz, como lo hubieran hecho malo unas
palabrasde guerra. Conrazonhabrían podi-
do esclamar: ((¿todavla mas? ¿no son to-
davía bastantes losque gimen en la miseria
víctimas de alguna catástrofe? ¿no SOn bas-
tantes todavía los que lloransobre una tum-
ba, que encierra su amor ó susesperanzas?»


Los sentimientos pacíficos del hijo de don
Carlos encontraráneco en el corazon de to-
doslos españoles, sea cual fuere la opinion
á que pertenezcan y la bandera dinástica
que hayan defendido: todos harán justicia á
esa voz de reconciliacion , la primera que
ove el público de la bocade un mdividuo de
la real familia despuesde la muerte de Fer-
nando. Es de creer que estos sentimientos
se hayan abrigado en los pechos de los que
han lidiado durante tan largos años; pero
hasta ahora no loshabianoido lospueblos de
una manera tan esplícita y solemne; siendo
de notar que esta reconciliacion se estiende
á todo, á las personas de todasclases, á las
cosas de todos géneros.


Antes de hablarse en el Manifiesto de la
reconciJiacion de la familia real, se rechaza
con nobleza y dignidad la inculpacion, la
simple sospecha de deseos de venganza.
Esta es el arma con que combaten al prínci-
pe los que se proponen cerrarle para siem-
pre las puertas de España; esta arma debia
quebrantarse antes que todo. Una tan dila-
tada serie de catástrofes deja profunda im-
presion en los hombres que recuerdan sus
compromisos; en tales casos, convienedar
completa seguridad de que no se volverá la
vista atrás, y cumplirla promesa con severo
rigor. Proceder de otra suerte es perpetuar
las calamidades públicas, y prepararse las
propias. Unanacion no puede estar dividida
en vencedores y vencidos, en leales y trai-
dores" en.fieles y sospechosos; los gobier-
nos que fundan su sistemaen clasificaciones
semejantes, al fin las encuentran realizadas
en la sociedad; quien se empeña en ver sos-
pechosos, al fin los hace; quien se empeña
en ver traidores, al fin los ve, porque los
eneuentra.En unpais no debe haber mas
clasifieacion que la de hombres que obser-
van las leyes, y hombres que las infringen.
Cuando losresentimientos particularessuben




- 56':2-
'ála regiondelpoder, lecercan deuna atmós-! nion; el público habrá juzgado si la fundá-
fera espesaymaligna, queacabaporproducir bamos en palabras ó en hechos. Declámese
una tempestad. Yen la época actual, lostro- I cuanto se quiera contra la ambicion de una
nos tienen un particularinterés enconservar familia, contra la incorregibilidad y terque-
elcielo sereno; lastormentas sondeuna nue- dad de los que han simpatizado conella: las
va especie; los rayos que descienden, sobre declamaciones no destruyen los hechos: los
los pueblos, serpentean un momento alre- hechos estan ahí. Los hombres no se con-
dedor de los monarcas, y calcinansus ce- vencen de esta manera; es preciso emplear
tros y diademas. otros medios. A un argumento oponen otro


Aquellas consoladoras palabras de no ha- argumento; á un desden otro desden; á un
brá partidos, no habrá mas que españoles, recuerdo otro recuerdo; á una realidad una
espresan algo mas que un sentimiento de esperanza. Si losdiscursos hubieranbastado
generosidad: encierran un sistema político. á mudar la naturaleza de las cosas, tiempo
En todos los partidos hay elementos que há que habrian cambiado: y sin embargo
pueden servir: quien rechace imprudente- permanecen las mismas. Los que se empe-
ciente esos elementos, perpetuará los par- ñan en ocultar la verdad dicensiempre á los
tidos; quien los aproveche concordura,aca- pueblos: las tempestades pasaron para no
hará por disolverlos partidos confundiéndo- volver; el cielo está sereno, radiantede luz;
los en un sistema nacional. En todos los mas los pueblos, al 'levantar los ojos, seña-
partidos hay un caudal de fuerza; esas lan con el dedo las negras nubes pendientes
fuerzas estan ahoraen oposicion, y su lucha sobre su cabeza.
'produce el caos; armonizadlas, y de su ar- Tiempo ha que estamos oyendo: «todo se
monía resultará una vidalozana y fecunda. acabó; no mas reacciones, no mas revolu-


Ninguno de los partidos actuales encierra ciones; ¡albricias! que se inauguramíaépo-
las condiciones necesarias, no,solo para ha- ca de paz y felicidad: ya se terminó la re-
cer la felicidad pública, mas ni aun para volucíon, ya cayóexánimela reaecíon: am-
"Sostener la tranquilidad por largo tiempo, bas carecende vida, losobjetos que les ser-
porque ningu!!,o de ellos encierra todala v!~ vian de pábulo estan reducidos ~ la nada;»
da de la SOCIedad española. SI os atenéis y despues de tanto repetir lo mismo , nos
únicamente á lo antiguo,os. aislais del mo- encontramos con que las dos grandesenes-
vimiento general de la: civilización europea, tiones que encendieron la guerra civil, la
teneis un viviente en medio de la atmósfe- cuestion religiosa y la dinástica, compare-
ra, y no quereis que respire el aire que le cen otra vez en la escena, en estos nlismos
circunda. Si abandonais todo lo antiguoyos dias , con sus dimensiones colosales. En es-
entregáis sinreserva á lo nuevo, vaisá cor- tos mismos días la opinion pública se rernue-
rer tormentosos azares, para estrellaros al ve profundamente en diferentes sentidos con
fin. La salud de las sociedades., como la de las noticias de Roma y los documentos de
los individuos, no se conserva bienen situa- Bourges. ¿Existen estos hechos? ¿ sí ó no?
clones violentas. Ni el ambiente húmedo y Pues si existen, abandónense esas declama-
frio de las tumbas, ni el polvo secante y ciones que ya no engañan sinoá muypocos.
abrasador de la plazapública. La esperanza de que por los medios seguí-


Esta grande obra de reconciliacion le es dos hasta ahora se pueda alcanzar la tran-
imposible al poder actual; no es toda la cul- quilidad, se ha perdido completamente; es-
pa de los hombres; el obstáculo está en el te es un milagro que la opinion pública lo
fondo de las cosas. Desdeque se suscitó en creerá cuando lo vea.
España la cuestion dinástica, el poder se Pero se nos dirá: «si todos los hombres
sintióenervado: norecobrarásufuerza has- de bien se uniesen sinceramente al gobier-
ta queesta cuestion se ahogue. Si esto no se no; si todos le ayudasen; si abandonasen
obtiene con un avenimiento, losañosse en- para siempre sus pretensiones particulares,
cargarán de la tarea; mas en tal caso, es aceptando de corazon el sistema y las con-
necesario que la presente generacion renun- diciones que les ofrecemos; si nadie traba-
cieá la esperanza de alcanzar días de esta- jase en contra de nosotros, veríais cómo el
hilidad y bonanza. poder se robustecey el órden se consolida.»


No hace mucho tiempo que espusimos Sea así en buen hora; pero esto equivale á
estensamente los motivos de nuestra opi- decir que si no hubiese la division, no su-




- 503-
frirlamos los resultados de ella; lo que no
es mucho descubrimiento. La dificultad está
en que la división existe, y que no se la re~
media con palabras, sino con hechos; no
con paliativos que amengüen la apariencia
de un síntoma, sino lI~ando á la raiz del
mal, y haciendo desaparecer su causa. La
dificultad está en que hace largos años los
partidos dicen alternativamente: «yo repre-
sento á la nacion; yo soyel único que tengo
derecho á gobernar; quien me combate es
un rebelde;» y en que los demas partidos
no quieren convenir en ello, y dicen que
tambien ellos existen en la nacion, y son
parte de la nacion, y para probar su exis-
tencia, cuentan en alta voz los individuos y
las clases que les pertenecen, cuandonoes-
cogen otra prueba mas peligrosa, pero mas
decisiva.


En este conflicto no hay otro remedio que
un poderque encerrando todos los títulos de
legitimidad, verdaderos o.imaginarios; atrai-
ga y asegure alrededor de sí á toda la na-
cion; un poder que todos hayande aceptar,
porque fuera de él no encuentren punto de
apoyo. Cuando los partidos se digan á sí
propios: «es preciso resignarseá 10 que hay,
ó cambiar la dinastía de Borbon, ó estable-
cer la república» , entonces las conspiracio-
nes no encontrarán elementos sino entre
UllOS pocos díscolos; podrá haber conjura-
ciones, mas no revoluciones ..


El poder que resulte de esta alianza es el
único que alcanzará la fuerza necesaria para
fundir á los partidos: esta es la situacionae-
tual de España; esta será durante muy'lar-
gos años. Es preciso no hacerse ilusiones:
las desmentidas hasta ahora pudieran cier-
tamente bastar para desvanecer las venide-
ras. De todo esto se deduce que el objeto
tan deseado de que no haya mas que espa-
ñoles, no puede realizarse sino con lacom-
binacion indicada.


Tocante á los hechos de la revolucion,
encontramos en el Manifiesto el lenguaje
que corresponde á las circnnstancias de
quien habla: el que acaba de colocarse en
el.lugar de D. Cárlos nopodia porcierto ha-
cer la apología de lo que se ha hecho, como
batiéndolo su padre; pero tampoco debia le-
vantar un grito que le presentasecomo des...
conocedor de la situacion de las cosas y de
la fuerza de los acontecimientos. Lo propio
opinamos de lo relativo á la cuestiondinás-
tica. No hay compromiso para nada; pero


tampoco se cierra la puerta á nada. l:is pa-
labras de honor, de dignidad, de concien-
cia, de interés de la familia , no hieren nin-
guna susceptibilidad: estossonsentimientos
que respetan siempre aun los adversarios
mismos.


«Este Manifiesto, se nos dirá, podrá con-
tener lo que se quiera, pero tiene la desgra-
cia de salir de la cabeza de una familia ya
olvidada; todo lo que en favor de ella se
pondere, sonexageraciones; su voz no es la
de conciliaciou, sino de la impotencía.» A
esta respuesta opondremos una réplica muy
sencilla, un hecho. Si esta familia no puede


.nada, si sus palabras no significan nada, si
su vida politica ha terminado para siempre,
¿por qué se la retiene prisionera en Bour-
ges'l ¿Por qué dan tanta importancia á esta
retencion, así el gobierno francés como el
español? Si en la cárcel no hay nada vivo;
si no hay mas que un cadáver, ábranse las
puertas, déjesele al aire libre; que el rayo
de luz que alumbrará su rostro, mostrará
las infalibles señales de la muerte; y bien
pronto el viento llevará el polvo del fantas-
ma que poco antes hacia miedo.


'>::::~>·O·EE.E'


I\IAS SOBRE LOS DOCUMENTOS DE BOURGES.


Escrito en Parte el 2 de junio de t 84tS l Y publicado en Madrid
el 18 de mismo.


La renuncia de D. Carlos y el Manifi~sto
de su hijo han producido en el públicoIa
profunda impresion que era de esperar. Al
escribir estas líneas no podemos hablar de
la que habrán causado en España, sino por
conjeturas; pero sí conocemos. I~ ,q~e han
causado en París. Todos los periódicos de
todos los colores han convenido en la alta
importancia de estos documentos, y en que
la líneade conducta que .ha comenzado con
el Manifiesto, n. puede menos de favorecer
los designios del príncipe que en .él habla.
La opinion pública está de acuerdo con la
prensa: si hubiese quien se empeñara en
mirán estos sucesos con soberano desden,
no. viendo en ellos mas que insignificantes
papeles, aplaudimos su serenidad y admira-
mos su peneiracion.


Antes de ahora, no se podia ~~cer ~i.ngu­
na indicacion en faVOl' de la familia pnsrone-




- 50l-
ra en Bourges, sin que desde luegose oyera
el alarmante grito de que se trataba de en-
tronizar á D. Cárlos espulsando á Isabel 11.
Las cosas han cambiado; D. Carlos se ha
retirado espontáneamente de todos los ne-
gocios públicos; aunque sus partidarios qui-
siesen y pudiesen colocarle en lugar de Isa-
bel, esto no se verificaría, porque. él ha re-
nunciado. Todo lo que pueda decirse de
pretensiones de D. Carlos no se refiere ya,
ni referirse puede ásu persona; D. Cárlos
no pretende ya nada para sí; él mismo se
ha colocado en la clase de un principe que
no ambiciona el cetro, sino que desea pasar
tcanquilamente el resto de sus dias en el
retiro de la vida privada: ha dejadoel nom-
bre de Cárlos V, Ytomado el modesto título
de conde de Malina. En este puntopues no
hay cuestion de ningunaclase; las declama-
ciones han de cesar, carecen hasta de pre-
testo. Cuanto se refiere á intenciones, á
ideas, á carácter personal de D. Cárlos, es
inoportuno, anada conduce, sino es asatis-
facer el encono de los que no quieran res-
petar ni la regia alcurnia, ni las virtudes
particulares, ni el infortunio, aun despues
de haber pedido asilo en la oscuridad del
hogar doméstico. No podemos persuadirnos
que sigan semejante conducta los que tan
elocuentemente combatieron á los que se
atrevian contra otro infortunio, por cierto no
tan grande ni tan duradero. Para dosobjetos
políticos no debe haber dos corazones.


El haber desaparecido este motivo ó pre-
testo, allana muchasdificultades. No todos
penetran lo que hay en el fondo de una de-
c1amacion, por insubsistenteque sea, cuan-
do ven en ella la enunciacion de un hecho
que no se puede negar y que el declamador
comenta á su manera. Mientras D. Cárlos
no habia abdicado, no existia ningun acto
público y esplícito que demostrase la posi-
bilidad de una transaccion: en intenciones,
en deseos,· en hechos mas ó menos signifi-
cativos, podía fundarse la conjetura de que
la transaccion era realizable; pero las cosas
estaban intactas, se hallaban tales como á
la muerte del rey: ó todo ó nada. Porque
en efecto, mientras D. Cárlos no desapare-
ciese de la escena, no habia mas medio que
D. Carlos sin Isabel, ó Isabel sin D. Carlos.
Puesto el bija en lugar del padre, ya no hay
esa alternativa ; el camino queda abiertopara
una reconciliacion ; las dificultades que ofrez-
cala naturaleza misma del asunto, deberán


allanarlas la. prudencia, y sobre todo la bue-
na voluntad, el sincero deseo del bien de la
nacion.


Estas dificultades no se nos ocultan: no
negamos que algunas son graves, que en el
curso de una negociacion podrán ofrecertro-
piezas; pero lo que conviene considerar es
si el trabajo que se haga por vencerlas, V
los sacrificios que se arrostren para darles
una solucion satisfactoria, no se compensa-
rán abundantemente con los buenos resulta-
dos. Si el negocio noJuera grave y dificil,
claro. es que no llamaría tan vivamente la
atencion de la España y de la Europa.


Ora se considere el punto dinástico , ora
el político, saltan á la vista los obstáculos
que se han de encontrar en el carnina de la
conciliacion; por lo mismo estamos lejos de
creer que el negocio esté adelantado. La re-
nuncia y el Manifiesto no bastan; sin el Ma-
nifiesto y la renunciano se podía hacer na-
da; este era un paso indispensable, se ha


I
dado ya; pero es necesario no hacerse ilu-
siones, creyendo que todas las dificultades
estan ya superadas. Por mas que se hable
del motivo del viaje de la reina, de coinci-
dencias de fechas y otras cosas por este te-
nor, no podemos resolvernos á dar impor-
tanciaá rumores cuyo fundamento se ignora.
El temor, la esperanza, el prurito de levan-
tarcastillos en el aire, y muchas veces la
mala fé, inventanadmirablemente una serie
de noticias y combinaciones estupendas, que
no espresan ninguna realidad.


Si esta reconciliacion se ha de verificar,
dudamos mucho que las negociaciones se
anticipen al impulso de la opinion; la fuerza
de la opinion , por el contrario, es la que
ha de producir las negociaciones. A la opi-
nion se dirige el Manifiesto, y en esto se
echa de ver que el príncipe ha creido tam-
bienque la opinion habla de ser para él un
auxiliar poderoso. La opiníon pública esta
unánime en rechazar otras combinaciones
que con mas ó menos fundamento se han
considerado como deseadas en ciertas re-
giones; por ahora no hoy ningun candidato
que pueda realmente contarconpartidarios,
sinoel hijo de D. Cárlos. Tiene adversarios
sin duda, pero tiene amigos; todos los de-
mas candidatos tienen adversarios tambien,
y no tienen ningun amigo. Estoes unaven-
taja inmensa. ¿Qué se debe hacer para que
sea decisiva? Procurar convencer á Jos ad-
versarios lJ.ue lo sean de buena fe, aislando




- M5 -
mas y mas á los que haya de mala fe; ga'- l' te; no hay otra que ofrezca iguales ven-
nar terreno en la opinion por todos los me- i tajas; este seria un medio seguro para
dios 'legales, hasta que los renitentes se l' acabar las discordias , consolidar Un gobi~r­
hallen en una zona tan estrecha o que no no y prevenir desastres para el porvenir;
puedansostenerse en pie.' mas por desgracia esto es imposible.» Si


Este terreno de la opinion debe ganarse 1 hubiese en efecto una verdadera imposibili-
asi en España como fuera; porque la opinion ,1 dad, ya no habría la conveniencia. Cuando
es como el aire, no reconoce fronteras; está 11una cosa es imposible en un pais, es por-
continuamente en flujo y reflujo, y por las i que está en.necesaria contradiccion con al-
leyes del equilibrio se precipita sobre una Igun hecho que necesariamente domina en
parte, la inunda, cuando la sobreabundancia la sociedad, y que por lo mismo el comba-
en la otra ha levantado muyaltoel desnivel. tirle no hace mas que provocarcatástrofes
Este terrenode la opinion debe conquistarse I que noproducen ningun bien. Mas entonces
en t?das. lasclases, en to~as lasregiones, al- I no,hay. solo imposibilidad de la cosaque se
tas o bajas, anchurosas o estrechas; porque ' quiere introducir: esta cosa, por huena que
no hay nada que no influya á su modo, no sea, si no hace mas que dañar, ya no es
hay nada que no participe de la influencia buena para las circunstancias en que daña.
de lo que lo rodea. En lacivilizacion de las Entonces ya no es posible ni conveniente.
sociedades modernas no sé conoce la imper- ¿Y cuál es el hecho necesariamente domi-
meabilidad. nante en España, con el cual esté el matri-


Hace algun tiempo que no se hubiera po- monio del hijode D. Cárlos en contradiccion
dido siquiera hablar de una coinbinacion se- necesaria'? Ninguno: o
mejante, por prevalecer sobre la opinion No es verdadque por prestarse á una con;'
verdadera la opinion ficticia, de tal suerte ciliacion sea necesario destruir el trono de
que ella sola se hacia oir en Europa, ella Isabel; no es verdad que el resultado de la
solo tenia la palabra para dilucidar estas entrada del hijode D, Carlos en España ha-
cuestiones, ella sola era competente para ya de producir una reaccion violenta; noes
fallar en la causa. Las cosas hancambiado, verdad que la presencia de este príncipe
y cambiarán todavia mas: este es asunto haya de acarrear la ruina de todo lo que se
de tiempo: con la dilacion se vence. Segun haya hecho durante los últimos años; no es
parece,'ya la. opinion se va formando de verdad que con ella sean incompatibles los
una manera respetable: ya no son solo. los hombres que han sostenido á la reina; nada
carlistas los que abrigan semejantes ideas: de esto es verdad. Examinémoslo.
no todos tienen el valor neeesarioipara de..... El trono de Is-abel, lejos de arruinarse,
CIrIo en publico, ni lo tendrán probablemen- se afirmaria recibiendo un auxilio tan pode-
te muchos hasta que vean mas probabilida- roso como lo es el partido carlista, y aho-
des de realizacion; pero es lo cierto quede gándose para siempre lacuestion dinástica
los que.asi piensan cada cual (o dice á su con el arreglo que se creyera conveniente.
modo, resultando de esto que la cosa no se El trono de Isabel, que desde la muerte de
presenta ya como un absurdo. En el estran- Fernando ha flotado siempre entre el esco-
gerose nota una modificacion algo parecida; llo de la revolucion y el triunfo de lacau-
el Manifiesto noha llamado solo la atencion sa de D.Cárlos, cesaria de estar espuesto
de los Iegitímistas , haciéndoles concebir es~ á ambos peligros; pues quetortalecido el
peranzas de un buen resultado para el prín- poder real con la alianza, se haria imposi-
clpe o de Bourges ,. sino que tambien otros J ble por una parte el buen éxito de las ten-
diariosDada afectos á la familia de D. Carlos, ~ tativas revolucionarias, y por otra se termí-
se han espresado en un tono, que dejaba narian todas las pretensiones que han divi-
bien entender no se trataba va de imposi- dido á los miembros de la real familia. No
bies, -sino de cosasmuyhacederas. se veria el trono en-losduros trances en que


Damos tanta importancia á. la sucesiva se ha visto hasta ahora, yen que es de te-
desaparicion de las ideas de imposibilidad, mer se vea todavía en adelante. No le forza-
porque en ellas se estribaba cuando no se rían á mudar de política contanta frecuencia
podia negar la conveniencia. Mas dé una las facciones y los partidos. No se encontra-
vez se les oye á ciertos hombres: «si, es ria en la triste condicion de buscar el apoyo
verdad. esta alianza fuera muy convenien- de este ó anuel particular, que sean quienes


• • 01 62 '




- 50ó
tueren, siempre deben estar á larga distan-
cia de la altura del monarca, si no se quiere
que los pueblos pierdan hasta la idea de la
monarquía. No, no perdería nada en poder
lsahel II; porque el poder de los reyes no
ha de ser nominal, 'ha de ser efectivo; no
ha de estar escrito solamente en el artículo
de un código, sinoque ha de ejercerse ver-
daderamente sobre la sociedad; no ha de
cifrarse en las insignias ni en los títulos, si-
no que debe hacerse sentir de una manera
positiva en la formacion y ejecucion de las
leyes. El poder de un tronono es su esplen-
dor, no es su magnificencia; magnificencia
y esplendorpuede haber, sin que el poder
exista, y el poder ha existidomuchas veces
sin esplendor ni magnificencia. Estas son
cosas muy distintas; estas son cosasque ja-
más .los reyes deben confundir. Napoleon
tenia ya un pie en las gradas del trono de
Carlomagno , y todavía no desplegaba mas
brillo que las bayonetas de sus granaderos;
Luis XVI veia aun en torno de sí la esplén-
dida corte .de Versalles, cuando ya no era
mas que un prisionero.


Los que aconsejan pues el robustecimien-
to del trono, no por medio de palabras, no
por medio de esas vulgaridades que apenas
debiera ya nadie osar proferir, tanto es el
descrédito que sobreellasha caído merced á
esperanzasfrustradas por milésima vez, si-
no los que desean robustecerle con un paso
altamente pol~ico v de resultados infalibles,
no son contrarios de Isabel II; SOn sus ver-
daderos amigos. no le preparan desgracias,
tratan sí de poner término á las que ha su-
frido hasta aquí, y de evitar las que le ame-
nazan en lo venidero.


La reacción violenta que tanto se aparen-
ta temer es tambien un fantasma vano. Es-
tas reacciones siguen naturalmente á los I
.triunfos militares, mas no á una ventaja
conseguidapor una negociacion. En los pri-I
meros momentos el negociador se encuentra
detenido por la misma fuerza de las cosas,
y por la influencia de las personas de distin-
tos partidos que han tomado parte en la
transaccion; en los primeros momentos es
poco menos que imposible arrojarse á los
estremos que algunos indican como temibles:
y cabalmente en materia de reacciones, los
primeros momentos son los que presentan
riesgo. El ímpetu de la reaccion del año
de 1823 se fue disminuyendo conel tiempo;
;¿qué hubiera sucedido.pues si en vezde ha-


cerse el cambio político pormediode, las.r-
mas, y en la couñagraeion de las pasiim.es,
hubiese comenzado por el éxito de una he-
gociacion pacífica? Cuando el enlace se rea-
lizara, ¿no se habria podido,procurarquele
precediese el arreglo de las cuestiones que
mas ocasion pudierandar á un conflicto ? ¿Y
este arreglo'noseria mas sólido, y porcon-
siguiente mas provechoso á los que saliesen
beneticiados , si se hiciera con prevision y á
las inmediaciones de la cumplida termina-
cion de la cuestion dinástica?


¿Quées loque peligrariaen política? ¿La
Constitucion? ¿La tenemos ahora? Ayer se
deroga una porque no se puede observar, y
hoy se infringe la que se le acaba de susti-
tuir.Pónganse de buena fe los hombres de
todos los partidos; no sesatisfagande vanas
palabras; digan si lo que reina en España
desde la muerte de Fernando, es un siste-
ma digno del nombre de representativo. De
la anarquía al despotismo militar, del des-
potismo militar á la anarquía; hé aquínues-
tra historia desde 1833. ¿Es esto verdad'?
¿sí ó no? ,.Estan los hechos á nuestra vista'?
¿sí ó no? Si esto pues es verdad, si los he-
chos estan delante de nuestros ojos ,¿á qué
esas declamaciones por los peligros de la
libertad.? Por mase~e~igo que s.up9~gamos
de las libertades publicas al pnSIl>l),ero de
Bourges, lo será mas de lo que 101l'im sido
otros? El por lo menos no tendria instintos
de barbarie y ferocidad; él por lo menos no
se veria precisado á estar en contínua zozo-
bra sobre la duracion de su poder, elevado
como estaria á un punto al cual no lleganin-
gun gefe departido; él por lo menos no se
atormentaria á sí mismo, y á susadversarios,
y á la nacion entera coa esas precauciones
suspicaces, esas medidas estraordinarias,
esas deportaciones y fusilamientos á que re-
curren siempre los poderes débiles, pasaje-
ros, que presintiendo su fin se entregan vio-
lentosá las convulsiones de una agonia de-
lirante; él por lo menos, seguro de su
fortuna, no codiciaria riquezas, no escan-
dalizaria á los pueblos acumulándolas en
poco tiempo; él por lo menos nacido en ré-
gia cuna, y probado ademas por un largo
infortunio, no sentiria desvanecida su cabe-
za por hallarse colocado en grandes alturas,
y no trataria á los hombres con el irritante
desden que se permiten .rnas de una vez los
poderes improvisados. Si con estas circuns-
tancias ganarian ó perderian las libertades




- 50í-
públicas, las v~rdaderas I.ibertades púb~ic.as, Imezaal órden público '.y grangear a las le-
júzguelo lanacion. Para nosotros es eviden- yes respeto y obediencia.
te que la libertad tan ponderada que tene- I El Manifiesto contesta espresamente á la
mos de algunos años á esta parte, no ha .si- vulgaridad de que se trataria de volver to-
do jamás una verdad; se la ha visto escrita das las cosas al primitivo estado, de que se
en el papel; pero desmentida por loshechos: destruiría todo lo que se ha levantado, y se
mil veces lo hemos dicho, mil veces lo he- levantaría todo lo que se ha destruido. Y no
mos demostrado; y por lo mismo no po- 1


1


solo contesta, sinoque señala la razon:·pri-
demos menos de admirarnos que se nos mero, porque esto es imposible; segundo,
hable seriamente de temores de despotis-I porqueaunque fuera posible, no es este el
mo, de pérdida de libertad. No se pierde, mejor medio de evitar las revoluciones para
]0 que no se tiene: y la libertadno consis- I en adelante. Por manera que no solo el prín-
te ni en el tumulto de las calles, ni en la cipe indica cuál es la fuerza de las cosas y
dictadurade un sable, sino en el imperio de de los acontecimientos por sí misma, sino
la ley. que señala ademas la política que aun en la


Se ha querido suponer que el hijo de don esfera de lo posible conviene seguir: no
Cárlos estableceria el gobierno absoluto, sin violencia, sino conciliacion. «Se engañan,
dejar cortes de ninguna clase, y adoptando dice el Maniliesto, los que me consideran
una forma política semejante á la del tiempo ignorante de la verdadera situacion de las
de Fernando VIl: no creemos que asi lo hi- cosasy con designios de intentar lo imposi-
ciera; y por cierto que si tal desease para la ble. Sé muy bienque el mejormedio de evi-
consolidacion de su poder, conoceria muy tal' la repeticion de' las revoluciones, no es
poco la verdadera situación del pais. Unas empeñarse en destruir cuanto ellas han le-
cortes bien formadas, en las cuales entra- vantado , ni en levantar todo lo que ellas
sen Jos debidos elementos, y que sobretodo, han destruido. Justiciasin violencias, repa-
en lo que tuviesen de- electivo, fuesen el ración sin reacciones, prudente y equitativa
producto de un voto emitido con entera li- transaccion entre todos Jos intereses, apro-
bertad, no embarazarían en nada la marcha vechar Jo mucho bueno que nos legaron
del gobierno, mucho menos contrariarian nuestrosmayores, sin contrarestar el espíri-
en nada al príncipe con resistencias ó anti- tu de la épocaen lo que encierre de saluda-
patías de ninguna clase. El partido que du- ble: hé aqui mi política.» No caben espre-
rante la guerra civil ofrecia.á D. C~rlos sol- I sienes m.as terminantespara rechazar la idea
dados por todas partes, daría porciertocre- I de reacciones VIOlentas.
cido número de votos el dia que dejase de: Tocante á la incompatibilidad de loshom-
ser considerado como raza de ilotas. Cuando 1, hres que han defendido á Isabel, tambien
al acercarse á las urnas no se lepudiese de- il nos parece que hay otra confusion de ideas,
nostar con el nombre de carlista, cuando 1


1


'1 aplicándose á una transaccion lo que habria
no se le pudiese llamar conspirador, por el sucedido en caso de una victoria. Es preci-
simple conato de usar de un derecho que le I


1
so atender que la persona no es la misma,


concede la ley, entonces veríamos por pri- I ni son las mismas las circunstancias. No es
meravezuna mejor espresion de la voluntad el padre, sino el hijo; no se arruina el trono
nacional, y no estarianreducidas lascortes á 1I de Isabel, sino que se le fortalece con una
representarun solo partido adversario de los I alianza. Desaparece pues la incompatibilidad
carlistas, y que con mucha frecuencia divi- li que nacer pudiera de la persona, y la que
dido en dos ómas fracciones esclusivas, vie- 11' podria originarse de las cosas. D.' Carlos
ne á parar á una cosa insignificante con i triunfante no hubiera echado mano de los
respecto á la generalidad de la nacion, Has- 1\ hombres que le habían combatido, y esto
ta que esta condicion se cumpla, seguire- ¡ por la sencillísima razón de que habria temi-
mos', no con gobierno representativo, sino do que le destronasen. Este temorno lo ten-
con una ficcion de él; estos ó aquellos driael hijo; porque no miraria á Isabel co-
hombres se llamarán á sí mismos.alternati- mo rival, sinocomo compañera. En la série
vamente Jos representantes del pais; pero de artículos que no ha mucho hemos publi-
el pais sabrá muy bien que no es así, y por I cado sobreesta cuestion, desvanecimos corn-
tanto carecerán de aquel ascendiente que pletamente las dilicultades que algunos
han menester para dar fuerza al trono, fir- I proponen, alegando la posibilidad de que le't-




Escrito en Parla en 14- de junio de t MtI Y publicado en Madrid
,,1 25 del mismo.


Con impaciencia esperábamos losperiodi-
cos de Madrid de fecha posterior á la llegada
de los documentos de Bourges, no porQ,ue
dejásemos de conjeturar lo que encontraría-
mos en ellos tocante al fondo de la cuestiou,
sino porque deseábamos ver á qué altura se
elevaria la discusion suscitada en presencia
deun acontecimiento tan importante. Noera
difícil preverque así de laprensa progresista
como de la moderada saldría un grito de in-
dignación contra todo proyecto de alianza


- 1>08 -
discordia renaciese en el palacio 'mismo, y misma de las cosas. Cada dia que pasa, trae
provocase una ruptura. Hay cosas que no una nueva pruebade que bajo las condieio-
son de este siglo: hay violencias que la sua- nesactuales 'el poder no alcanza á consoli-
vidad de costumbres y el espíritude la épo- darse. Quien se hubiese hecho ilusiones con
ca han hecho imposibles. Con suposiciones la situacion actual, creemos que las habrá
absurdas todo se puede probar, y todo se ido perdiendo; pues bien, una nacion no
puede combatir. Si suponemos que el hijo puede ser eterna víctima de disturbios.i. no
de D. Cárloses un imbécil, un pérfido, un puede vivirsiempreentre terribles zozobras;
cruel, un hombre que se empeña en deseo- es necesario buscar un remedio radical- á
nocer lo que importa á la nacion y á sí pro- tantos males; todos los paliativos' se baaen-
pio; si suponemos que solo se rodea de con- savado y desacreditado completamente ..La.
sejeros de las mismas circunstancias, enton- eVIdencia d" estas verdades ha convencido
ces resultará demostrada la probabilidad y va á muchos hombres; esta misma eviden-
hasta la certeza de todos los conflictos ima- cia, que el tiempo aumentará todavía, des-
ginables. Mas no se examinan asi las cues- engañará á los que continúen ilusos. k la
tiones, no se calculan asi laseventualidades hora en que escribimos estas líneas no po-
del porvenir: No se comienza calumniando demos saber todavíael efecto producido en
la intención y los sentimientos, sinocuando España IJor los documentos de Bourges; no
se quiere adelantar una calumnia contra las dudamos que se declamará. como se tiene
obras venideras. de costumbre, y que el Manifiesto tendrá


Considerar este negocio al través del ne- que resignarse á sufrir alternativas de ata-
gro prisma formado por las preocupaciones ques de ira, y de mofa y desden. Pero afor-
y las.pasiones de la guerra civil, es trastor- tunadamente la nacion no está formada de
nar lastimosamente las ideas; es formarse un unos pocos; y unospocos no son capaces de
fantasma vano, un enemigo imaginario para torcer el irresistible curso de los acontecí-
tener el gusto de combatirle. No negaremos mientos. Las pasiones se calman, las decía-
que algunos de los que hablan con arreglo maciones fatigan, las sátiras caen pronto en
á estas ilusiones, procedan de buena fé; olvido, los insultos se vuelven contra los
pero tampoco deja de haber algunos que I mismos.que insultan; pero la razony la ver-
procederían con mas franqueza si dijesen: dad permanecen: el decoro y la templanza
«no queremos una reconciliacion , porque allanan .el camino á la conviccion, y conci-
á nosotros nos va bien con la discordia; lían el aprecio. Dejemos que empleen armas
porquede esta suerte podemos ejercer me- de mala ley los que de ello gusten; tarde ó
jor un monopolio en todo; porque de es- temprano conocerán que no acertaron á de-
ta suerte tenemos un escelente medio pa- fender su propia causa.
ra poner tacha á hombres respetables,
llamándolos carlistas; porque de esta suer-
te disfrutamos la inapreciable ventaja de
clamar unas cuantas veces al año ¡COUS-
piracion! ¡planes carlistas! ¡intentonas car-
listas! ¡invasiones de emigmdos carlistas!
clamores que no dejan de servirnos, aunque
la esperiencia los haya desmentido mil ve-
ces; porque de esta suerte no se llega á
constituir un poder robusto, cosaque no nos
conviene, pues en tal caso no podriamos ju-
gar con él, y emplearle para instrumento en
la realizacion de nuestros designios.. Mas
francamente, repetimos, que hablarian al-
gunos si asi se espresasen; bien que no es
necesario que lo espresen, porque esta es
una verdad que estan viendo cuantos no es·
tan ciegos.


Sea como fuere, nosotros esperamos algo
de la sensatez de la nacion , y de la fuerza




- 009 -
cibimos un golpe recio nos volvemos instin-
tivamente en busca dela mano que lo des-
carga. i Cosa singularIA.yer no sabian nada
del suceso: se difunde un yago'rumor, pero
este rumor es considerado cómo: :d'estituido
de todo fundamento, como absurdo: y al
dia siguiente, en el momento' de-saber la
noticia con certeza, bien que sin-habervisto
todavia los documentos, se tiene ya noti..:
cia de los últimos pormenores; nadase ig-
nora sobre los lugares donde se han elabo'-
rada los documentos, j hasta se conoce la
pluma que ha escritoel manifiesto! Todo en
pocas horas: antes de llegar el correo de
Paris , se tiene una especiedeintuicionmag-
nética de todo lo que ha.pasado en París, en
Bourges, en Madrid. Todos estos fenómenos
intelectuales, quepudieran.llamarse 'áp'I'i()'I'i,
se unen, se confirman,' se .cvideaeiancon
un hecho público y notorio'.' cuya coinciden-,
cia es un argumento Mnc1úyanlé'. Prescin-
diendo deotras indicaciones, laPosdat~del2
de junio decía: «Estedocumento se dice'de
público queestá redactado porel Sr;'BMtkes,
para lo cual hace algun tiempo se dirigió á
Paris, á fin de ponerse de,acuerdo con las
personas que han aconsejado y conseguido
de D. Cárlos lo que tanto tiempo ha rehusa-
do.» Permítanos la Posdata le digamos que
ha sido mal informada, y que aseguramos
de la manera mas terminante que nuestro
viaje á Paris no ha tenido ningunobjeto po-
lítico de ninguna clase. i .


. Alargadistancia del centrodela discusion,
nos hallamos en posicion muy desventajosa
para seguir una polémica; y así,'nos ocupa-
remos muy poco en adelante'de' lo que de'
nosotros se escriba: bástanos haber consig-
nado el hecho de que el viaje ha tenidoúni-
camente motivos personales, y que es abso-


, lutamente falso cuanto en contrario se digá ..
Por lo demas , si se reflexionase algo sobre
la naturaleza y circunstancias del'suceso de
Bourges , se echaria de ver que andan-muy
equivocados los que dan importanciaen rél
á esta ó aquella persona: pasos semejantes
no los suelen dar los interesados sin mucha
rneditacion, y sin haberse asegurado antes
de cómo se piensa sobroel particularen las
regiones dedonde puedenprometerse influen-
cias favorables. Prescindiremos dela opinión
de losgabinetes de Francia é Inglaterra, los


I
que, sea dicho de paso, tampoco creemos
tan decididamente contrarios al enlacecomo
ha querido suponer un periódico de lUadrid;


dinástica: sus principios, sus antecedentes,
y hasta su situacion respectiva no permitia
otra cosa. Peroera sí de esperar que la dis-
cusion se elevaria á mayor altura de lo que
ha hecho, y quesaliendo de ciertas fórmulas
vulgares y gastadas, se examinaría el asunto
con la estension y el aplomo que su impor-
tancia reclama. Entre los hombres que com-
baten el enlace, no faltan escritores distin-
guidos y amaestrados además en la polémica
política; y hubiera sido de desear que ellos
se hubiesen encargado de la presente, que
tiene en espectacion á la España y á la Eu-
ropa. En circunstancias semejantes, en esos I
momentos solemnes y críticos, en que se
ventilan cuestiones vitales para un pais, los
estrangeros suspenden muchas veces su jui-:
cio hasta haber oido el voto de los hombres
competentes del pais mismo: mas este voto
no lo consideran respetable, cuando le ven
destituido de razones, cuando 110 ven en él
otra cosa que la espresion de antipatías,
cuando no ven mas que motivos fundados
en cuestiones de personas con respecto á
empleos, cuando, en una palabra, no ven
un examen detenido, profundo, de los an-
tecedentes de la cuestion , de sus relaciones
con la situación actual de las cosas, de su
probable influencia en el porvenir. En este
caso, lejos de considerar el voto como com-
petente , le miran como la opinion de unos
pocos; y deducen que mas bien se ha exa-
minado la materia bajo el punto de vista de
los intereses de algunos, que no del'interés
nacional. tos periódicos franceses no han
dejado de notar este vacío en los españoles;
y la Prensa; periódico que como es sabido
no suele ser contrario á la situacion , ha he-
cho ya este cargo á uno de los principales
periódicos de la situacian.


Bajo este concepto parécenos que los pe-
riódicos que se oponen á una reconciliacion
no le habránhecho gran daño en la opinion
pública: á un espíritu imparcial y que vea
claro no le servirá poco el lenguaje de los
adversarios, para inclinarse á creer que la
razon está de la parte que ellos impugnan.
La ~alta de argumentos se ha suplido con
abundancia de personalidades: afortunada-
mente, el público ya sabe que una persona-
lidad mas, suele equivaler á una razon
menos.


Como la abdicacion y el manifiesto han
cogido'de sorpresa, el primer movimiento
ha sido el de buscar los autores: cuando re-




- 510-
al lilen.os no podrá negarse que las demas ~ Francia, que tanto insiste en que esta es una
potencias de Europa, que todavía no han cuesnon puramenteespañola, que la España
reconocido á Isabel, y que en diferentes épo- debe quedar en completa libertad para resol-
casdieron. pruebas mas ó menos esplícitas verla; la Francia, que acaba de repetir' esto
de que simpatizaban con D. Carlos, mirarán mismo por hoca del ministro de negocios es-
naturalmente con mucha satisfacción el pro- trangeros en la cámara de los diputados; esa
yecto de enlace. En este supuesto, no fue-misma Francia, ¿no es la primeraque ha
ratampoco estraño que alguna de ellas hu- interpuesto su veto, declarando queno con-
biese andado en el negocio; y asi lo que sentiría ningun matrimonio que no fueracon
presentan algunoscomo obrade fracciones de un príncipede la familia de Borbon? ¿Puede
este ó aquel partido, fuese.mas bien la ma- darse un veto mas restrictivo? Héaquí pues
nifestaeion de un pensamiento de la diplo- á qué se reducen las protestas de absoluta
macia europea, y un resultado de sus con- independencia, de ilimitada libertad.
sejos. Lo que se ha dicho del cansancio de Por manera que el gabinete que mas ha
D. Cárlos, dela.pérdida de sus esperanzas, protestado en favor de la no intervención es
no satisfacepara esplicar el suceso: sabido el que en realidadha intervenido ya delmo-
es.que una de -las 'cualidades mas caracte- do mas decisivo. En efecto: ¿ se ha calcula-
rísticas de D. Cárles , es una impasible re- do bien todo lo que encierran lasdeclaracio-
signacion., que nace algun'tantode su índole nes de la Francia? ¿ Se ha calculado bien
pacifica, y se robustece con las ideas y sen- lo que limitan la libre eleccion de la Reína?


.timientos dereligion que tanto ascendiente Si la Francia hubiese dicho «escluyo tal ó
ejercen en su espíritu. cual familia,» la limitacion se habria reduci-


La cuestion del -matrimonio de la Reina no do á los miembros de ella; pero al decir «es-
es una cuestionde partido, es eminentemente cluyo á todos los que no sean de la familia
española, en cuanto encierra el porvenir de que yo señalo.. la limitacion afecta á todos
la nacion; mas por lo mismo que es tan es- Jos candidatos de todas las familias, escepto
pañola ,por lo mismo que en ella está libra- la que la Francia ha tenidoá bien esceptuar.
u() e\ \,>(),,<eU\f de \\.\ \':S\)\I.\\\I. , es t\l.\\'\\)kuuua Si esto hace la Francia, que como es bien
cuestioneuropea, no solo por el interés que sabido no tiene el brio y la audacia de la
puede tener la Europa en que se establezca Francia de Luis XIV 'i de Napoleon, ¿qué
delínitivamente ennuestra patria esteó aquel no harán las potencias que sin la Francia ':f
sistema de gobierno, sinotambienporque las contra la voluntadde la Franciasaben resol-
consecuencias del matrimonio afectarán por ver cuestiones tan importantes como la de
necesidad las' relaciones de. España con la Oriente?
política general. Segun se siente en el trono Pero 10 que hay en esto de singular es
un Borbon español ó italiano, un Orleans, que el gabinete de las Tullerias, quizás sin
un Coburgo, un príncipeaustriaco ó de otras 'pensarlo, ha allanado sohremanera el cami-
familias alemanas, se modificarán por nece- no al candidato de Bourges.Limitada la elec-
s.idad las relaciones esteriores de España: I cion á la familia de los Borbones, y escluida
esto es evidente; y por tanto es evidente la segunda rama por la Inglaterra y las po-
tambien que las potencias de Europa trata- tencias del Norte, que por cierto no verian
rán de influir, cada cual á su modo, en el con placer en el trono de Españaá un vás-
sentido qua crean convenirles. tago de Orleans,restan el conde de Trápani,


Cuando se examina la cuestion del ma- el infante de Luca, un hijo de D. Francisco
trimonio es neceserio no perder nunca de y el condede Montemolin. Parece poco me-
vista estas consideraciones, so pena de equi- nos que cierto que el gabinete de las Tulle-
vocarse en la resoluciondel problema, á rias ha pensado seriamente durante algun
causa de haber olvidado uno de sus datos tiempo en el conde de Trápani: no sabemos
mas importantes. Téngase por seguro que hasta qué punto hayan llegado las gestiones
los gabinetes europeosseguiráncon ojoaten- que con este objeto ha hecho el embajador
~o elcurso de este negocio, y que.á mas de francés en Madrid; pero no dudarJ.Ios que si
influirmientras se vaya acercandoa su reso- este diplomático ha observado la impopula-
lucion final, se opondrán manifiestamente á I ridad de semejantecombinacion, y la ha he-
ellil cuando llegue el momento decisivo, si Icho observar á su gobierno, este habrá co-
creen que es contraria á sus intereses. La nocido que el darle á la España un reyes




- 51,1 -
asunto harto mas espinoso que el nombrar
un gobernador de Argel. Un infante de Luca
tendría, á corta diferencia, la misma acogida
que el conde de' Trápani. Por mas que no
tengamos gran confianza en el acierto de los
que dirigen losnegocios públicos, no pode-
mos persuadirnos que se arrojen con tanta
temeridad á un paso que tan en lo vivo he-
riría la susceptibilidad nacional.


De esta suerte, si fuese verdad lo que ha
dicho un periódico francés, que los hijos de
D. Francisco se negarían á figurar en can-
didatura, la esclusiva puesta por la Francia
habría colocado al gobierno español en una
situacion verdaderamente singular, y no po-
co apurada: no querer al hijo de D. Cárlos
y no poder escoger otro. Asi la Francia ha-
bria hecho posible y poco menos que ne-
cesario al conde de Montemolin, haciendo
imposibles á sus rivales. Ysi á esto se aña-
de que los candidatos Borbones necesitan
dispensa de Romay que no es probable que
Roma la otorgue ligeramente, resulta claro
que el negocio está tan erizado de dificulta-
des, que bien necesitarán nuestros gober-
nantes de todos los recursos de la sagacidad.
diploma tica.


Si las dificultades son gravescon respecto
á lo esterior, no lo sonmenos en lo interior,
pudiendo asegurarse que pocas situaciones
se han visto en España mas complicadas
y peligrosas. Si los hombres de la situa-
cion se niegan resueltamente á todo ave-
nimiento conel conde de Montemolin, se se-
paran mas y mas de todo el partido carlista,
y se lo hacen masenemigo de lo que lo ha
sido nunca. Con ese [jamás! le quitan toda
esperanza. Entonces, ¿dónde buscanlafuer-
zaque han menester para dominar los en-
contrados elementos que se agitan en el
pais? ¿Noes evidente que los sucesosque se
han ido acumulando, los errores, las impru-
dencias, las discusiones de las cortes, la
prensa, y sobre todo el desastroso descala-
bro sufrido en las negociaciones de Roma,
han gastado al gobierno actual hastael pun-
{o de hacerle perder toda su fuerza moral, é
inhabilitarle para hacer frente á ninguna de
las muchas y gravísimas crisis que pueden
sobrevenir? Si esto es evidente, si es evi-
dente tambien , que no solo las personas de
losministrosson las que se han desvirtuado
sino la situacion entera, el sistema-todo,
¿dónde se regeneran, dónde encuentran un
nuevo temple, el sistema, la situación y los


hombres? ¿Qué moditicacion se introduce
.en la política para buscar esa nueva fuerza
que tan urgentemente se necesita? ¿Será
bastante por ventura algun cambio de per-
sanas? ¿Será bastante alguna declaración
enérgica en la Gaceta'? ¿ Será bastante el
convocar de nuevo las .cortes? ¿ Esto no
produciría mas bien un efecto contrario? Y
ademas, si se ha desvirtuado el gobierno,
¿no se han desvirtuado tambien las cortes,
y tal vez mas que el gobierno mismo. '


Es claro quesi la situacionrechazaalpar-
tidocarlista, y se prepara para resistirle, es
necesario que la fuerza lo vaya á buscar en
el campo opuesto, llamando en su auxilio á
103 progresistas. ¿Esto puede hacerlo? Pue-
de ciertamente,si no tiene inconveniente en
suicidarse; y como 'precisamente dice que
no quiere al conde de Montemolin, porque
quererle seria suicidarse, se sigue que la
situacion está entre dos suicidios. .


Nosotros convenimos en que la situacion
se modificaria con la combinaciou del hijo
de D. Carlos: pues la situacion, tal como
está ahora, .implica debilidad y esclusivis-
mo, dos cosas que en tal caso desaparece-
rian; pero en lo que no convenimos es en
que hubiese un suicidio tal como lo habría
aliándose la situacion con los progresistas.
Entre los progresistas y la situación hay un
abismo que no se llena en poco tiempo; hay
recientes destituciones generales, hay per-
secuciones, hay prisiones, hav calabozos,
hay deportaciones, y sobre todo, hay san-
gre, y sangre que aun humea.


No, no se llena en poco tiempo un abis-
mo semejante, no se le salva-conun puente
formado de los frágiles hilos de unanego-
ciaeion; no, mil veces no e. el. dia que .los
progresistas puedan, ese dia pedirán cuenta
del rompimiento de la coalicion; de la.des-
titucion universal de empleados; de [a pri-
sion de Madoz y Cortina; del suceso de
Olózaga; de los fusilamientos de Alicante,
Barcelona, Ilecho y Ansó; de la muerte de
Zurbano y de su familia; de las deportacio-
nes de los escritores; de la reforma de la
Constitucion; de cuanto se ha hechoen sen-
tido reparador: y los hechos serán destruí-
dos, y las cosas restablecidas en su anterior
estado, y los depuestos repuestos, y todos
losactuales empleados depuestos, y las per-
sonas de los que han acaudillado el partido
de la situación, sea en el momento de so-
breponerse á los progresistas, sea despues,




-liI2-
serán tratadas.con dureza, y algunas proba-
hlemente conalgo mas que dureza. Sí, esto
es evidente para todo hombre que no haya
olvidado.el curso de los acontecimientos,
que no desconozca el estado actual de las
cosas, y el grado de ira, de furor á que ha
llegado el partido progresistacontra el mo-
derado. Ysi esto sucede en Madrid, donde
hay,de suyo mas tolerancia, ¿qué no suce-
deria en las provincias, donde la compre-
sion ha sido todavía mayor, y donde las pa-
siones son mas enérgicas, y sobre todo,
masdirigidas contra personasdeterminadas?


Para .eombatir el matrimonio con el hijo
de D.Cárlos, se 'esfuerzan los periódicos de
la situaeion en ponderar los peligros de una
reaccíonespantosa 'contra los hombres y las
cosas; uno de ellos procuraba hacer sentir
la incompatibilidad de las dos causas, pre-
sentando en casos prácticos el absurdo, co-
mo por ejemplo, Zariátegui mandando en
Zaragoza y Concha en Barcelona. ¡Qué ab-
surdo t i Quién no se espanta al considerar-
le realizado! j Qué argumentos! Como si
no viéramos ahora mismo realizado lo que
en 1838 se hubiera podido presentar bajo
el mismo aspecto; como si no viéramos a
muchísimos oficiales de Vergara mandando
en las tilas de la Reina; como si no estuvie-
ran mas cerca que Barcelona y Zaragoza,
una capitaníageneral y su correspondiente
gefatura política, que sin embargo hemos
visto desempeñadas en Barcelona por el ha-
ron de Meerypor él general Fulgosio, sin
que por esto se haya hundido la nave del
estado.. ; , '


:,«Pero,los de Vergara, se nos dirá, han
reconocido á la Reina:» es verdad; peroesto
nada prueba en contra de lo que sostene-
mos; pues en el caso de un enlace los nue-
vos'.oticiales habrían reconocido tambien el
troao en.que verian al lado de la Reina al
sucesor de aquel que ellos acataron y de-
fendieron como rey; entonces habría" tanta
mas seguridad.en todos, cuanto no tendrian
ningun reeuerdo que pudiese inclinarlos a
otro lado, pues verían tambien su bandera
en el alcázar de Madrid; entonces no habría
tanto peligro de disensiones, pues que nada
se podria echar en cara á los que se some-
tiesen al gobierno, ya que ni unos ni otros
~b.ria~ tenido, que abjurar. sus principios,
DI Inclinarse a derecha Ó Izquierda en su
línea-de eooducta.tejos pues de haber aquí
unarontradiccion, lejoi' de haber UIl semi-


lIero de discordias, habría una reconcilia-
cionfundada en sólidos cimientos, un abra-
zo que significaría algo mas que el famoso
de Vergara, r que es probable no seria in-
grato á los mismos convenidos de Vergara,
pues que verian realizado ahora laque no
pocos de ellos creyeron entonces que. se
Iba á realizar desde luego. Muchos de ellos
no fueron causa de aquel desenlace, ni lo
previeron: solo que arrastrados por la fuer-
za de los sucesos, se encontraron en una
situacion en que les era imposible retro-
ceder.


Sea como se quiera, los periódicos que se
complacen en hacer sentir la incompatibili-
dad por medio de los contrastes personales,
debieran acudir á contrastes de otra especie
que se encuentran en lado opuesto, en el


l


Iado donde el gobierno y el partido mode-
rado deberán buscar apoyo, si rechazan to-
do avenimiento con los carlistas. Con los
actuales generales de la Reina, i.no forman
también contraste los generales que siguie-
ron á Espartero. y qne han sido confinados
ó destituidos"? Ya que se nos ha citado al
general Concha, como que no cabe en una
misma situacion con Zariátegui, ¿se cree
que cabria mejor con Vanhalen , con Rodil,
con tinaja, y sobre todo con Espartero, a
quien persiguió á escape hasta la orilla del
mar, con vivo deseo de apoderarse de su
persona? ¿Y no se hallan en el mismo caso
todos los generales comprometidos en los
sucesos de octubre de 1841, Y cuantos se
pronunciaron en 1843?


1.0 que se ha dicho de los militares es
igualmenteaplicable á los hombres políticos.


I Sea verdad ó íiccion la famosa espresion ya
es tarde. es cierto que si no se dijo, se di-
ria. Para nosotros es indudable, no admite
discusion: el dia en que los moderados lla-
men en su auxilio á los progresistas, aquel
dia ha' sonado la hora de una espíacion tre-
menda. 1.0 acontecido en setiembre de 1840
fne ya mucho,sin embargo de que no habia
antecedentes irritantes; ¿qué seria ahora?


No entraremos en discusiones sobre lo
mas Ó menos que podrían fraternizar, des-
pues del enlace, hombres que durante la
guerra han estado en campos opuestos; pe-
ro desde luego salta á los ojos una diferen-
cia capital, con respecto á las disensiones
entre moderados y progresistas, y es que en
la guerra de D. Carlos y de Isabel luchaban
una causa con una causa, no hahia encono




Escrito en París el ti de junio de t843 y pubHcado -en Madi'ld en !
dejulio.


Ha sucedido con la cuestionsuscitada por
los documentos de Bourges lo que sucede
con todas las cuestiones que encierran mu-
cha importancia: crecen con la discusion.
Los adversarios de una reconciliacion de la
familia real habian tenido un instinto muy
certero cuando hasta ahora hahian esquiva-
do el ventilar este punto. En el Congreso y
en el Senado se hicieron gravesindicaciones
sobre el particular; pero se dejaron pasar
desapercibidas :se hizo corno qu-e no se fija-


. bala atencion en ellas. Algun tiempo des-
pues el-que escribe estas líneas examinó es-
tensamente la cuestien, manifestando fran-


! camente las¡mismas opiniones .quevahora:
I pero en general la prensa que profesaba las


contrarias, se abstuvo de entrar en.polémi-
ca. Un periódico que hahia publicado un ar-
tículo ,dejando concebiresperanzas de que
iba á empezar el debate, imitóluegola con-
ducta de sus colegas, declarando que esta
era una cuestion que no merecía la pena de
discutirse. Repetimos que á esto presidia,si
no un designio premeditado, un instinto
muy certero. La discusion no puede menos
de manifestar la importancia del negocio, y
podo mismo despojarle del carácter de ab-
surdo con que se le ha querido tachar: lo
absurdo-no es importante. • .'


Aun' ahora mismo es de notarque algunos
periódicos se han empeñado en afectar cier-
to desden por Iacuestion ; considerando co-
mo poco menos que perdido el tiempo que
se gastase en ella. Todo no ha sido masque
un esfuerzo de un partido moribundo, una
prueba de impotencia, un manifiesto mas.
iVano empeñol Al traves de este desden se
ha mostrado bien clara la inquietud. La pa-
sion y la conveniencia de partidohacían que
se afectase lo que en realidad no se sentia.
El ~uen sentido del escritor se oponía á su
pasión de hombre de partido: un interés es-
taba en lucha conotro interés. No era bueno
darimportancia al hecho, pero era necesa-
rio combatirle : y asi es que se le atacaba
mientras se negaba su importancia, v se "", ,~'.
co.nsigndabal su importaAncl'ia'. chon la vivez'(ja.~7'\v~ r. ,~,\misma e os ataques. a lec a en que es .'


65 ~
,$f


- ¡jJ3
personal, porque muchos de los combatien-
tes ni aun se conocian; cuando en el otro
caso hayofensas personales que vengar, y
el deseo de venganza es mayor, por ser en-
tre antiguos camaradas, que se acusan unos
á otros de ingratitudy traiciono


Ademas, es preciso no olvidar otra cir-
cunstancia, y es que en materia de pasiones
la mas reciente es la mas fuerte: desde la
terminacion de la guerra civil han transcur-
rido cinco años; y las luchas entre las frac- t
ciones del partido liberal se han repetido in-
cesantemente en estos, y dura todavía la
discordia tan ardiente é implacable como
nunca.


El hijo de D. Cárlos, aun suponiéndole I
todos los resentimientos imaginables, supo-
niéndole rodeado de consejeros que le hicie-
sen errar en el sistema político, "jamás se
encontraria cara á cara-personalmente cOn
determinados adversarios: porque su rango
le mantendria á gran distancia de todos ellos.
Podria mirar con mas ó menos frialdad, con
mas ó menos recelo á linos óá otros; pero
jamás se entregaria á violencias, pues no
las exigiria la seguridad de su persona. Pero
suponed que en vez del hijo de D. Cárlos es
Espartero quien manda: ¿creeis que se con-
tentará-ni podrá contentarse, con frialdad,
conprecauciones de suspicacia y desconfian-
za? .Es bien ciertoque no. Algunos hombres
incompatibles conél tendrian que optar en-
tre la emigracion y el cadalso.


Cuando se examinan las cuestiones es ne-
cesario examinarlas por todas sus caras; si
no se presentan mas que por una, se las
mutila, y el resultado no puede ser la ver-
dad. Cuando esta verdad se busca de buena
fé, es preciso no limitarse á un solo punto
de vista; es preciso no colocar al observa-
dor en este punto solo, sino hacérselos re-
correr todos; de lo contrario no hay nada
que no se pueda falsear y desfigurar lasti-
mosamente: mirad una columna mny ele-
vada como la debeis mirar, y apreciareis su
verdadera altura; pero si la mirais perpen-
dicularmente á sus bases, novereís masque
un pequeño círculo.




- iH4- -
cribimos este artículo hemos visto periódicos de.otro flúido que le precisaá un movimien-
de Madrid de quince'diasdespucs de la pri- to opuesto al de su gravitacion.
mera noticia del suceso de Bourges, y las No lo dudemos: la prensa de la situacion
columnas vienen. todavía ocupadas con la no ha escrito tanto sin motivo: elJa ha com-
misma discusion. Será dilicil persuadir al prendido la importancia del suceso, tanto
público que sea un sueño, un absurdo lo Ic~m? los mon~rquic?s; la misma opinion
que tanto llama la atencion de los que asi I pública que alienta a estos, la inquieta á
lo califican. Si tanta importancia se le da I ella; la reaccion ha debido ser contraria á
diciendo que no es importante, ¿qué suce- la acciono
deriasi se la considerase importante? Asi Otro hecho hay que consignar,y es la di-
discurrirá el público. fereucia de lenguaje que se ha notado entre


y es digno de notarse ademas, que esto los monárquicos y sus adversarios. Si la
se verifica á pesar de que la mayoría de la templanza es un indicio de tener razou , el
prensa está en contra de la reconciliacion; y pú~lico habrá podido juzgar de qué parte
cuando son muy pocos los periódicos que la esta la razono
defienden; lo que manifiesta mas y mas la tos escritos son recientes: recuérdese el
importancia intrínsecadel negocio. No igno- tonode unos y de otros: el falJo no, puede
ramos que á veces la prensa hace el efecto ser dudoso.
de un microscopio, dando dimensiones co- Este lenguaje templado de la prensa mo-
losalesá un pequeñisimoinsecto; pero esto nárquica , al paso que la honraá losojos del
es cuando importa á las miras del parti- público y la defiende de las acusaciones de
do que ella representa, no en el sentido perturbadora con que mas de una vez se ha
contrario. ,Yen este negocio, el grande es- querido afearla, conduce tambien de una
tallido de indignacion no ha salido principal- manera muy particular al objeto que ellase
mente de los periódicos progresistas, á las propone. Una reconciliacion que comenzau-
que se les podia suponer interés en aprove- do en la real familia se estienda luegoá to-
char esta arma de oposicion, sino de losér- do lo que hay de reconciJiable en el país,
ganas de! partido dominante, á quienes De) es obra dificil, sumamente árdua, yque.so-
convenia que los documentos de Bourgesad- lo puede conseguirseá fuerzade constancia
quiriesenimportancia., en presentar y defender la razon, á fuerza


Es muy útil consignar estos hechos y de paciencia en esperar el curso de los
apreciarlos debidamente , porque de ellos acontecimientos. Despues de tan profundas
resultan consideraciones que facilitan el ha- -y dilatadas discordias no se improvisa la
Jlazgo de la verdad en medio de tanta pm- concordia; después de tan largos años de
vareda como se leranta paraoscurecerla. Ya despotismo anárquico, no se hace renacer
hemos indicado que nosiempre miramos la en un momento el imperio de .la ley. Este
prensa periódica como espresion de la opi- es un problema en cuya resolucion ha de
nion pública; pero creernos sin embargo; tener el tiempo una gran parte: cada dia
que esa prensa, bien observada, dice mucho que pasa, lascondiciones son mas favora-
para graduar la opinisn. La prensa no es hles á un buen éxito. Es verdadque es har-
siempre la imágende la opinion pública; to dificil contenerse en los límites de la mo-
pero aun cuando se desvía de ella, ó la con- deracion cuando el adversario no los respe-
traría directamente, presenta algunos carac- I ta; pero tamhien es un castigo terrible para
téres que guian para descubrirla. Si se nos quien se desmanda, el contestarala violen-
permite la cornparacion, diremos que la cia de sus invectivas con la razon en losla-
prensa cuando representa legítimamente la bios y la serenidad en la frente.
opinion pública, se parece á un retrato; y Claro es que cuanto se diga ha de ser
en el caso contrario se asemeja a los instru- criticado, y cuanto se haga mal interpreta-
mentos físicos, que nO'S hacen conocery do; pero tambicn hay público que juzgade
medir el estado y variaciones de la atmósfe- la interpretacion y de la critica. Al lenguaje
fa y de otres cuerpos, por ciertas señales brioso, se le llama colérico; al suave, me-
que solo significan en cuanto espresan droso; al franco, insultante; al reservado,
los efectos de una ley de la naturaleza, La I hipócrita; si se habla de fuerza propia, se
subida !le 'Un flúido" en un tubo no indica I clamará contra la amenaza; si de sumisión


"fuerza propia para subir, sino compresion ~ y obediencia , se dirá que es una conspira-




- 1)/5-
cion disfrazada. Entrad en el terreno dela ahora está ya para espirar, siendo las pala-
ley, y se os achacará que la invocáis para bras del Manifiesto como las últimas que
asesinarla impunemente; discutid, y se os articula un desauciado moribundo.
culpará de que empleais pérfidamente esta Es bien claro que hajo este punto de vis-
arma para entronizar el oscurantismo. No ta ; los documentos de Bourges tienen una
useis de los derechos políticos que os otorga altísima importancia en pro de la situación;
la ley, y so hará notar vuestro desvío como de lo que hubiese perdido conlas contrarie-
prueba de obstinacion é indicio de tramas dades de Roma, se ha reintegrado con este
criminales ; no discutais, y se os echará en I feliz acontecimiento. Yaera cosasabida que
cara que temeis la luz y que no os atrevéis el partido. carlista era débil, impotente,nulo;
á sustentar vuestras doctrinas en el palen- pero esto de confesar él mismo su debilidad,
que de la 'época. Adoptad una política dura su impotencia, su nulidad, deja fuera de du-
que no haga ninguna concesiou , y se os re- da lo que antes pudieraadmitirla. Ya se sa-
chazará cómo fanáticos que nada habéis 01- I hia que las obrasde la revolucion eran gran-
vidado ni aprendido; manifestaos inclinados I des, imperecederas; peroeste homenaje que
á transigir, y se os tacharáde inconsecuen- acabande tributarles sus m3S encarnizados
tes, de apóstatas, y sobre todo de pérfidos; enemigos, es su apologia mas elocuente, su
argüid con hechos, y se os apellidará mez- sancion mas robusta, su garantía mas esta-
quinos pensadores, incapaces de compren- ble yfirme.
del' el conjunto de un sistema y, sentir su Desgraciadamente', el objetotiene otra ca-
belleza al través de las irregularidades ; de- ra no tan risueña. ¿Que indican estosdocu-
senvolved teorías, y se os llamará utopistas I mentos? Un"a cos.a diametralmente 0I?uesta
y soñadores, á cuanto se ha dicho antes. Este partido es


. Este es el retrato fiel. de lo que estamos I incorregible, y ademas muy propenso á viyir
viendo hace ya mucho ttempo; estas son las de ilusiones absurdas, de esperanzas m-
reglasque se han aplicado á los documentos sensatas. El gobierno de la situacion ha teni-
de Bourges , y á los que han sostenido la do la imprudencia de alentarle con una serie
conveniencia y necesidad de una reconcilia- de concesiones, que, si bien solo procedían
cion. ,¿Qué indican esos documentos? ¿Qué de la innata bondad de los otorgantes, han
son en sí mismos? Veámoslo, ateniéndonos sido consideradas por el favorecido como
á la opinion manifestada por losque 'los han muestras de dibilidad, como indicios de te-
combatido. mor, como halagos para bienquistarse con


El contraste es curioso. Esos documentos el agraciado, como una súplica que sele di-
y lo que se escribe ensu defensa, indican rigia para que no emplease sus fuerzas en
fa debilidad, la impotencia del partido car- contra del bienhechor y le auxiliaseen sus
lista; nada podía hacer con las armas, y re- cuitas. ¿Y qué ha resultado? Ha resultado
curre á lasintrigas. Desacreditado enel país, , lo que debia resultar. Miradle en la prensa:
abandonado por la Europa, condenado por hace ya largo tiempo que sostiene sus doc-
el cielo, ha sentido que sus fuerzasse aca- trinas, y puhlica sus pretensiones con una
baban, que su vida se estinguia. En tama- audacia nunca vista: miradle en las eleccio-
ño conflicto, se ha despojado de su antigua I nes: su osadía llega hasta el punto de pre-
altivez , ha arrojado al suelo la espada con sentarse en las urnas, y allíalborota, y per-
que antes combatiera, y puesto en actitud turba, y comete toda clase' de ilegalidades;
de suplicante ha implorado clemencia, co- á bien que todo esto no es mas que el pre-
menzando por abjurar sus principios y pedir ludio de insurrecciones que si nunca han es-
el olvido de sus estravíos pasados. Esto es tallado, siempre han estado para estallar.
lo que revela el Manifiesto del conde de Ahora se ha creído ya bastante fuerte para
Montemolin; y asi es que él solo, cuando dar un golpe decisivo, después de tomadas
mil' otras causas no mediaran, basta para algunas precauciones se ha aventurado á
herir de muerte al mismo partido, para con- darle. Ha comenzado por reanudar sus rela-
solidar las instituciones, y demostrar hasta cionescon las potencias del Norte; ha intri-
la última evidencia, que ese partido, que gado en Roma para desbaratar las negocia-
despues de recibida la estocada de Vergara, ciones , dando lecciones de diplomacia al
se arrastró durante cinco años por paiseses- cardenal Lambruschini, y cegando al señor
trangeros , perdiendo continuamente sangre, Castillo con la misma magia que losjesuita.




- 516-
á Yillemain. Asi preparadas las cosas, ha 1 hay retractacion de principios ni insisteaeia
lanzado esosdocumentos incendiarios, que no en ellos, porque nohabianecesidad dehaeer
sonuna retraotaeion penitente, sinounainsis- ninguna.profesion cuando era claro queles
tenoia.oontumáz; no una súplica, sino una principios, es decir, las verdades en qué es-
amenaza. Al través de un lenguaje profun- triha el órden-social , se conservaban intac-
damente DOBLE é hipócrita se descubren el tas, y solo se trataba de mostrar que se co-
orgullo y la arrogancia mas irritantes. El nocia bastante la fuerza de las cosas y. el es·
partido carlista es numeroso, cuenta con el píritu de la época, para no empeñarse en
apoyo de las potencias delNorte,cuenta con cosas imposibles; no hay ni amaño seductor
el apoyo de Roma, conla mayoría del clero, I ni tea incendiaria, porque no se trataba de
con las masas ignorantes y fanáticas, con seducir, ni de promover una conflagracion,
las simpatías de unos cuantos ambiciosos, sino de escitar á la reconciliacion de una ma-
con la division de los liberales, con la espe- nera franca y decorosa; no hay miedo ni hay
ranza de apostasías nuevas, con elcansancio audacia, porque no se trataba dehuir' peli-
producido por los trastornos, con la pérdida gros ni de arrostrarlos, cuando no se habla-
del prestigio de muchos hombres que cada ha de guerra , sino de paz; ni hay pérdida
dia se van gastando: es preciso que el go- de esperanzas ni hay confianza escesiva,
biernono se duerma, que vigile, que des-porque no puede carecer de esperanzas
plegue grande energía, que no se entregue quien sabe que cuenta con muchos elemen-
á insensata confianza, que salve el trono tos favorables, ni puede abrigar escesiva
amenazado, las instituciones en peligro, los confianza quienno ignoraque ha de superar
intereses creados quetiemblan, al partidoIi- grandes obstáculos; no hay postracion, ni
heral que se estremece viendo cercana, in- hay hrio, sino la actitud sosegada y firme
minente , la pérdida de todo lo conquistado de quien se propone contribuir al órden, á
con tantos sacrificios de todas clases, con la paz, á la felicidad de un pais, con inten-
tanta sangre. cion recta, por medios legítimos, con tran-


Esos juicios contradictorios se destruyen sacciones honrosas, con el empleo de los
recíprocamente: son Como las cantidades medios morales, apelando, no á las armas,
iguales y opuestas que reducen la ecuacion sino á las razon, conciliándose el respetoca-
á.cer~. Si hay humiJ~acion, no hay ~rroqan- men~~nd? por resp~tar, procura?do la re-
era: 81 hay arrogancia, no hay humillacion. conciliacion absteniéndose de agriar, y 1e-
Si hay súplica rendida, no hay amenaza: si vantando una bandera á la cual puedenaco-
hay amenaza, no hay súplica. Si hay reco- gersetodos loshombres honrados, sin me-
nocimiento de la revolucien no hay protesta noscabo de sus intereses, ni sacrificios del
contra ella..si bay protesta,noihay recono- amor propio.
cimiento. Si bay retraetacion.de principios, Esto es 10 que comprendemos del espíritu
no hay insistencia en ellos; si hay insisten- del :Manifieslo del conde de l\'Iontemolin ; esto
cia, no hay retractacíon. Si hay amaño se- es lo que vernos esplanado en la prensa que
ductor, no hay tea incendiaria; si hay tea in- aboga por una reconciliacion ; esto es loque
cendiaria, no hay amaño seductor. Si hay comprende y vé todo hombre imparcial, que
miedo, no llay audacia; si hay audacia, no juzga los escritos y los sucesos á la luzde la
hay miedo. Si hay pérdida de esperanzas, razon , no con las pasiones é intereses de
no hay escesiva confianza; si hay escesiva partido. Esto es lo qlle habrá comprendido y
confianza, no hay pérdida de esperanzas. Si visto la inmensa mayoría de la nacíon ; esto
haypostrac~on, no hay brio; si hay brío, no es Jo que. habrán comprendido y visto hasta
hay postracíon. los mas sinceros y leales defensores del tro-


La verdad es que ni hay humillacion ni no de Isahel , que esten fatigados de.discor-
arrogancia, sinoel lenguaje de quien ni se dias , que no quieran prolongar por mas
envilece ni ofende; no haysúplicani amena- tiempo losmales de su patria, y que deseen
zasino manifestacion de disposiciones couci- dar estabilidad al mismo trono que han de-


.fiadoras; no hay nireconocimiento de la re- 'rendido, paz y seguridad c'Í la augusta nÍ/Ja
volucion ni protesta contra ella, sino un re- que le ocupa.
cuerdo de dolor por los males que ha causa- La prensa monárquica pues ha conocido
do, y la índícacion de querer repararlos en bien su posicion cuando de tal modo ha sa-
los límites de 10 posible y conveniente; no bido acomodarse al estado de las cosas. Im-




- 5f7-
portaba, é importa sobremanera, contribuir
á calmar las pasiones, en vez de exasperar-
las; dejar á los mismos adversarios tiempo
para reflexionar, y no irritarse por los des-
ahogos qlJe la indignacion se permita. Estas
son' ráfagas que pasan y desaparecen; lo
que queda es la razon, son los hechos. Yes-
ta razon se hará de cada vez mas clara, y
estos hechos se presentaránde cada vezmas
abultados.


El triunfo de las opiniones que sostene-
mos es dillcil, pero no imposible. Tenemos
en nuestro frvor un hecho necesario, en tor-
no del cual se agitarán, se debatirán, force-
jearán inútilmente nuestrosadversarios: este
hecho es la imposibilidad de consolidur un
gobierno.


Estehecho es terrible, porque una nacion
no puede vivir sin gobierno, y sin gobierno
sólido; v cuando carece de él , le busca in-
cesantemente con una inquietud incurable,
como la brújulael polo.No es necesaria, no,
la guerra, de nadasirven las conspiraciones:
la verdadera guerra, las verdaderas conspi-
raciones estan en esaimposibilidad radical de
dar á la nacion lo que ha menester, sin lo
cual nopuede vivir; loque está contenido en
un dicho célebre, pero que no ha sido hasta
ahora mas que vana ilusion: paz, orden y
justicia. Esta imposibilidad hará en adelan-
te posibles muchas cosas que parecen impo-
sibles al presente, asicomo hahecho realizar
ya algunasque antesparecían tambien impo-
sihles. Laaccion del tiempo va consumiendo
los medios que suplían este vacío, que daban
al poder una fuerza facticia, mientras le fal-
taba la verdadera; la accion del tiempo ha
hecho desaparecer esa fncilidad de una solu-
cion aparente enlas crisis mas graves, ~ de
reorganizar de un modo interino el poder
público, cuando un trastorno lo habia des-
compuesto. El orden material existe; pero
de cada vez se presenta mas difícil el resta-
blecerle el dia que se llegue á alterar. La
cornplicacion es mayor de lo que había sido
nunca: v la imaginacion se asombra alconsi-
derar lo'qlle sucediera, si ahora se repitiese
un trastorno generalcomo en 35, ~~6, ~.O y 4.3.


Al . consignar este hecho, tan contrario á
nuestros adversarios políticos, no se crea
que sentimos un placer; no: jamás puede
sernos grato el ver á nuestra patria en una
situacion tan triste; siempre mirariamos con
júbilo que estas circunstancias desaparecie- i
ran, y que se fundase en Españaun gohier- I


no, fuera cual fuese la mano á quien se de-
biera tan grande beneficio. No, no sentimos
un placer; porque bien se nos alcanza que
esa imposibilidad combinada con otras cir-
cunstancias á cual mas funestas, pueden
acarreamos males de inmensa trascenden-
dencia, y sumir la nacion en un abismo de
que le sea difícil salir. Jamás hemos podido
alegrarnos del mal, con la esperanza de que
su esceso acarreara el remedio: esto último
es dudoso; y auucuandono lofuera, tampo-
co seria bastante el deseo del bien para ha-
cernos desear eI mal.


Pero si bien no esperimentamos un placer
al consignar el hecho de la imposibilidad de
fundar un gobierno, tampoco nos es dable
dejar de consignarle, por mas aflictivo que
sea. Es necesario que la nacion sepa la ver-
dad. toda la verdad; que la contemple por
todas las caras, sea cual fuere la deformidad
que se le haya de ofrecer, y la tristeza que
el espectáculo le haya de producir; solo así
acabará de formarse esta opinion ,q1le ya-se
vaformando, deque no bastanpaliativos, que
sonnecesarios, urgentes, remedios radicales.


y hé aquí la tarea que le incumbe en esta
época á la prensa de sanas doctrinas; mani-
testar la verdad, con la simple esposicion de
los hechos. No permitir que se olviden los
pasados; no dejar que seoscurezcan lospre-
sentes; señalarlos con el dedo, bañarlos de
luz para queel público nopuedaequivocarse.
Esta es su tarea; no necesita declamar; no
escitar á rebeliones; no provocar discordias
de ninguna clase: señalar loshechos, espli-
cal' su naturaleza, inculcar las reflexiones
que ellos de suyo sugieren. Su posición es
tan fuerte como puede desear: cada página
de la historia de los últimos doce años es un
baluarte; cada dia que transcurre es una
armanueva. Emplee en buena horael sofis-
maquien carezca de razon; derrame elfuego
de su ira quien no pueda ofrecerla luz dela
verdad: nada de esto necesita quien tiene
de su parte la verdad y la razono .


Estos deben ser los medios que han de
emplear losque deseen sinceramente el bien
de su patria, y que quieren conducirla á
puerto de salvacion , sin hacerla atravesar
por entre los escollos en los cuales pudiera
zozobrar. Para nada es necesaria la violen-
cia: á nada conduciria sino á calamidades sin
cuento,y quizás tanestérilescomo las ante":'
riores, los hechos con su realidad elocuente:
la prensa como su espresion fiel; el tiempo




- 5f8-
aumentando la realidad de los hechos, y I Hay otra circunstancia que manifiesta la
conlirmando las palabras de la prensa: hay premeditacion, y que indica mas bien un
aquí nuestros auxiliares. ¿ Son facciosos es- plan que un arrebato, y es el asunto del
tos auxiliares? ¿Son ilegales en ningun sen- arresto de Cabrera. En Paris nada se sabia
tido? ¿lJay traicion , hay hipocresía en em- sobre el particular; y hé aquí que el gohier-
plearlos? lo Hay nada mas legítimo y mas I no español sin telégrafos, como los tiene el
legal en política que la verdad, la espresion fra~~és, sin la perfecta ?rganizacion de la
de la verdad, y el tiempo"? I policíaque posee el francés, sahe de-repon-


, te lo que ha pasado en Francia, cuando no
losabe el francés, y lo publica de olicio, y
~~e-- lo acompaña de una alocucion y alarma el


pais entero. Pasan breves dias, y la noticia,
CONDUCTA DEL GOBIERNO. ya poco creida en el momento de su publi-


cacion, es desmentida solemnemente; pero
E",,'ito en ¡'.,1. el ~9 de junio de j8,~, Y publicado en Madrid en el entretanto los periódicos han tenido


en 9 de julio. un pretesto para declamar contra las cons-
piraciones carlistas, contra la mala fé de los


Lafulminante real órdensalida del minis- documentos de Bourges; y sobre todo, el
terio de la Guerra en 18 del corriente junio, ministerio, apremiado por tan tremenda crí-
relativa á los documentos de Bourges, no sis , por la inminencia de la guerra civil,
lIOS ha dicho nada que no supiéramosde an- aprovecha la ocasion para hablar de real ór-
temano. En ella se consigna que el ministe- den, y manifestar voluntades severas de la
río no quiere la reconciliacion de la familia augusta é inocente niña que ocupa el trono
real ;esló nadie lo ignoraba; y si algunos de S. Fernando.
han sostenido lo contrario, es probable que La conciencia pública juzgará semejante
fingían mas temores de los que en efecto es- proceder; sí, la conciencia pública pronun-
perimentaban, En ella se espresa que el ciará el fallo merecido; sí, Jo repetimos, la
ministerio sabe fusilar; esto es harto notorio. conciencia pública. La conciencia pública
En ella se falta á las consideraciones debi- dirá, si este proceder es digno de un go-
das al infortunio y á individuos de la familia bierno; ella sabrá encontrar la palabra que
real; inmediatosparientes de la misma Reina califique esta conducta del modo debido. Es-
á-cavo nombrese habla; esto manifiesta que ta palabra no la escribiremos nosotros.
el ministerio no se para muchoen las formas El ministro que habla en la real orden,
de que no prescinde nunca un gobierno dig- reliere haberle mandado S. M. decir que
no de este nombre, lo que tampoco necesitá- no obstante hallarse penetrado su real áni-
.barnos que se nos revelase. Todo esto losa- mode que la comunicacíon de hechosrecien-
bia bien la España; pero le ha sido repetido, tes, v la lectura de los documentos que han
por si acaso quisiera olvidarlo: todo esto lo vistola luz pública, no pueden causar en
sabia tambien la Europa; mas por si acaso sus leales súbditos la sensacion que sus au-
no se hubiese parado bastante en este helIo tares quisieran, y aun cuando el acto de la
conjunto de cosas,se le ofrecen de nuevo, en pretendida abdicación de D. Carlos, que re-
una ocasionsolemne,en un asunto altamente vela la mas insigne mala té, y patentiza una
grave, en un asunto que la tiene ocupada I ciega obstinaeion de emwlver el p,ais,en nue-
hace muchos dias. Quien tuviese la opinion vas diseordias, turhando el sosiego v lapaz
verdadera, la vera confirmada; quien se hll- que afortunadamente disfruta, debe'solo ins-
~i~se equivocado en su juicio, le podrá rec- pirar menosprecio y ninguna alarma ni temor
tiíicar. . á los pueblos; como quiera que sin embargo


En el documento del ministerio rebosa la puede abrir campo a nuevas esperanzas y
ira: pero conviene no perder de vista, que arrastrar á los ilusos que todavía intentan
esa ira es calculada, que no es ira que esta- renovar días de lulo y desolacion porque el
1Ia enun momento de irreflexion. A prime- pais ha pasado, es su realvoluntad recuerde
ros del mes eran conocidos en Barcelona los Ique el rebelde D. Carlos y toda su f-an:ulJa
documentos de Bourges; y la real órden es estan fuera de la ley, estrañados delremo,
del 18. En quince días hay tiempo para con- I escluidos por la Constitución del Estado y
sultar y reflexionar. por las leyes especiales de la sncesion á la




- 519-
corona, y privados de los derechos que go-
zaron.en su calidad de infantes. Triste go-
bierno el que tales palabras poneen bocade
una reina! j Triste gobierno el que asi hace
hablar á una niña de catorce años, contra un
tio de sesenta! j Triste. gobierno el que á
una niña inocente, y niña reina, lehace echar
encara á su tio lamas ínsignemalafé,le hace
pronunciar la palabra menosprecio sobre lo
que han dicho su tio y su primo, y le hace
recordar que toda la familia está fuera de la
ley y estrañada del reino! No , no es este el
lenguaje dcla augusta Isabel; la augusta
Isabel no sabe insultar á nadie, No, no es
estesu lenguaje, la augusta Isabel tiene edu-
eacion, y la educación prohibe el deeir á na-
die que procede con insigne mala te; la au-
gusta Isabel tiene sentimientos de humani-
dad, y la humanidad prohibe abochornar al
infortunio; la augusta Isabel tiene corazon,
y elcorazon no se olvida jamás de los la-
zos de familia; la augusta Isabel tiene re-
ligion, y la religion consagra el respeto de-
bidoá Los vínculos de la naturaleza, aI,a des-
gracia y á las canas.


No, no es este el lenguaje de Isabel, no
lo es, no puedeserlo; v el impetuoso minis-
tro debiera haber recordado que no hablaba
corno un gefc militar, sinoen nombre de una
persona augusta, á la vista de la España, de
la Europa, del mundo; debiera haber medi-
do sus palabras, reflexionando que las lison-
jas de la fortuna no escusan jamás á un mi-
nistro de las consideraciones que debe al
monarca. y estas consideraciones faltan
cuan.do se le hace hablar un lenguaje im-
propIO.


El contenido de la orden es digno del
preámbulo; lo del juicio breve v sumario es
fórmula de los tiempos que corren; y son de
esperar nuevos adelantos en este género,
cuando vemos qoo se ensaya ya el sistema
de deporlacion de los escritores, sin juicio
largo ni breve, plenario ni sumario. Noes
regular que haya nadie tan insensatoque se
esponga á ser víctima: todas las conspiracio-
nes que tan graves se nos pintan, deben de
ser á, co~la diferencia como la tentativa y el
consiguiente arresto de Cabrera.


Pero dejemos el testo del documento y
esplanemos con esta ocasion algunasconside"-
racionesque su lectura nos ha sugerido.


Habíase dicho que el ministerio trataba de
publicarun manifiesto, que al propiotiempo
que esphcase su política, consignase una


protesta solemnecontra toda complicidad en
el asunto del matrimonio de la Reina con
el conde de Montemolin. De esta suerte
se procuraba desvanecer las esperanzas de
los que en tal sentido las abrigasen, y se sin-
ceraba el gobierno de los cargos que coa
este motivo le habia hecho la oposicion pro~
gresista, Aunque este paso era de mucha
trascendencia, y en nuestra opinion nada,
político, no obstante, no hubiera sido tan es-I traño en las presentes circunstancias, que.
cuando el gobierno se ve entre dos adversa-
rios tan poderosos como son por una parte
los carlistas, y por otra los progresistas, hu-
biese tratado de abatir las esperanzas de
aquellos, y templar la ira deestos, haciendo


I si era dable breves treguas con la oposicion


I
revolucionaria. Paraespresar su opinión con-
traria al matrimonio, hahia palabras resuel-
tas, pero comedidas, cuyo uso no ignoran
algunos de los individuos del gabinete. En
cuyo caso, si bien se daba importancia al ma-
nitiesto, pues que merecía nadá menos que
una contestacion del gobierno mismo, tam-
bien se obtenia la ventaja de que la España
y la Europa conocieraná puntofijo las inten-
ciones del ministerio actual, y se escusasen
así todo Jinage de proposiciones é indicacio-
nes mientras él continuase al frente' de los
negocios. Atendida la opinion de los minis-
tros, y la crítica situación en que se encuen-
tran, repetimos que un .paso semejante.no
hubiera sido de estrañar; mayormente si se
consideraque si alguna vez han de hablar
los gobiernos, no cabe hacerlo en cuestiones
mas graves y trascendentales que la presen-
te, en la cual se envuelve el interés de la
familia real, la suerte del trono y el porvenir
de la España, .


Si no se hubiera queridoadoptar la forma
de manifiesto, podia echarse mano de una
declaracion en la Gaceta, que hablando es.,.
presamente autorizada, hubiera producido
el mismo efecto que un documento firmado
por los ministros. Esto último era sin duda
lo masnatural, lo mas templado, lo mas de-
licado, lo mas conforme aldecorodel gobier-
no, vsobre todo, de la corona. Asi el minis-
terio se escusaba de hablar, sin dejar de
emitir suopiniony consignarsusintenciones;
asi no se mezclaba en nada el nombre del
monarca,quedifícilmente podiaandar en este
negocio, sinmenoscabo de su dignidad. Pero
nada de esto se ha hecho: la contestacional
Manifiesto de Bourges se ha dado en nombre




- 520 -
de la Reina y por el ministerio de la Guerra. necesita para su propio bien y el de la na-
Este hecho, á pesar de su aparente estra- cion , aquel dia serán imposibles las posicio-
vagancia, es sin embargo muy natural; es nes como la que ahora disfruta el general
la espresion de otro hecho evidente: la ab- Narvaez. Aquel día nohabráningun hombre
sorcion de todos los poderes por el poder necesario, sean cuales fueren sus cualidades
militar; la absorción de todos los ministerios personales; aquel dia saldremos de la in-
por el ministerio de la Guerra. fluencia esclusiva de las personas, y comen-


Este hecho, ya tan evidente delargotiern- zarán á valer las cosas; aqueldia tendremos
po atrás, se ha hecho mas evidente si cabe algo mas que hombres, tendremos institu-
en este negocio. No bastaba que los minis- ciones;aque1 dia habrá servidores del trono,
tros estuviesendeacuerdo en el pensamiento no protectores.
político; tratándose de cosa tan grave era Pues bien, cuando llegueel día tan desea-
necesario que lo estuviesen tambien en el do, caducarán por necesidad todos Jos po-
modo de manifestarle. En casos semejantes deres transitorios que á la sazon existan, y
las formas valen mucho; en ningun pais ci- se harán imposibles para en adelante: cuan-
vilizado se las desatiende. ¿ Yen la forma do llegue este dia, si el general Narvaez se
habrán tenido parte los demas ministros'? Si encuentra ejerciendo el poder, sentirá que
la han tenido, no les envidiamos la gloria; si la fuerza de mando que se halla en su espa-
se han resignado á no tenerla, nos admira da, la absorbeel cetro; y que á esa espada,
su sumision y desprendimiento. En ambos como á todas las demas , no les queda mas
casos, nada hay lisonjero para su amor brillo que el de la gloria adquirida en los
propio. combates mas honor que el de la lealtad,


Ya en las sesiones de cortes se había no- I mas atrih~cion que la obediencia al monar-
tado que antes de una votacion importante I ca, mas accion que la de ejecutar loque este
solia resonar la voz del general Narvaez, con I les prescribaen sostenimiento del ordenpú-
unaentonacion semejante á las voces de blico ó en defensa de la.patria.
mando en la evoluciones militares; ya se ha- Ese dia habria llegado con la reconciJia-
hia visto también que alguno para-implorar cion de la familia real; si el generalNarvaez
gracia se dirigía al general Narvaez , en vez lo ha conocido así, no se engaña , ve claro;
de echarse á los pies de la Reina; ya se ha- si tal órden de cosas no le agrada, si cree
bia visto tambien que un artículo ofensivo que le conviene alejarle, si no contrapesa lo
contra el general Narvaez se vengaba con presente con lo venidero, si solo atiende al
una infraccion de la Constitución publicada momento de ahora ,comprende su posicion
eldia anterior; faltaba que se ofreciese una del momento , y procede en consecuencia.
cuestión tan capital como la presente, para Obrar de otra manera, podria, si se quiere,
que tambien fuese quien la decidiera sin 1'0- ser muy previsor, pero en cambio exigiria
deos y con su lenguaje el general Narvaez. un gran sacrificio de amor propio. Sí, muy
¿.Y hablareis todavía de libertad, de parla- grande: porque lo es el desprenderse de un
mento, de sistema político vuestro? No, aquí poder, cual no lo ha ejercido nadie desde la
no hay mas sistema que el del general Nar- muerte de Fernando VII. Esparteroambicio-
vaez, que escribe sus mandatos con la pun- nó el título de alteza, Narvaez ha procurado
ta de la espada. I colocarse alto. Esparterose lisonjeó con que


Este general ha conocido su posicion de! su inviolabilidad seria efectiva, porque se
momento, y obra en consecuencia. Seria di- la otorgaron nominal; Narvaez ha preferido
fícil persuadírle que con una reconciliacion la responsabilidad nominal, y ha encargado
de la familia real seria compatible la pleni- á su sable el asegurarle la inviolabilidad
tud de poder que en la actualidad ejerce; y efectiva.
así la rechaza por reflexion y por instinto. Lo único que puede aguar tanta dicha es
No cree, no concibe, que un suceso scmc- la poca seguridad de la duracion. Y no nos
jante se pudiera realizar, dejando intactosu I referimos con esto á insurrecciones armadas,
mando sin límites; y en esto piensa hien, ni á conspiraciones, ni á coaliciones, ni á in-
tiene raz?n. Nosotros lejos de ocultar la ver- trigas de corte, ni mucho menos á cansan-
dad, la diremos francamente ahora como va cio del partido que le sostiene. No pensa-
la hemos dicho otras veces. El dia que -e I mos en nada de eso, al considerar la insta-
trono adqUiera en España la robustez que bilidad de la posicion del general Narvaez;




- ~21 -
no necesitamos pensar. en nada de eso; si ! dido en el espacio de veinte meses; consi-
en una vasta llanura azotada por los-huraca- dérense loshombres quehan perdidosu pres-
nes viéramos un hombre osado, de pie en tigio, las instituciones revolucionarias que
el vértice de una altísima pirámide, no pre- han desaparecido, las medidas reparadoras
guntaríamos quién le derribará, ni sabría- á que la fuerzade las circunstancias ha ohli-
mes qué responder á quien nos lo pregunta- gado, la nueva actitud que el partido monár-
se: un equilibrio semejante nos parecería quico ha podido tomar; y en presencia de
por necesidad poco duradero, presagiarín- estos hechos dedúzcase loque habrá suce-
mas una catástrofe. dido en el decurso de otrosveinte meses. La


Sea como fuere, examinando la influencia Constitucion de 18:'l7 eraun código sagrado,
del documento del ministerio de la Guerra, y este código ya no existe; todavia no hapa-
con respecto á la cuestion principal, cree- .sadoun año desde que ciertos periódicos ape-
1lI0S que será nula. Ni la opinión de España llidaban subversivo á otro periódico que re-
se modificará en un ápice. antes se afirmará clamaba la reforma; yen este año el código
mas y mas; ni la de la Europa cambiará, ha muerto despuesde haber recibido las mas
ante verá una nuevaprueba de que nos ha- duras califícaoiones así del gobierno como de
liamos en una situacion violenta; ni los he- lasCortes. Se ha publicado elnuevo, y al dia
chos dejarán de existir por e-l mal humor de siguiente se le quebrantó en unode susprin-
un ministro. Al publicarse losdocumentos de cipales artículos , como apresurándose á abrir
Bourges , dijimos que ~ste era negocio de el registrode las numerosas infracciones que
nempo , que era necesano,ponerse en espec- está amenazado de sufrir. Habia milicia na-
tativade los acontecimientos, influvendo en- cional, y no como quiera, sino corno institu-
tre tanto en la opinion pública por medios cion exigidapor la Constitucion; y la milicia
legales. La real orden de que estamos ha- no existe, ni en la realidad, ni en el código
hlando es una nueva razonpara que insista- fundamental. ITabia juradoenlaConstitucion,
mos en lo mismo; no porque creamos que no y tampoco existe en ella, y está amenazado
piensen con nosotros todos los hombres jni- de desaparecer completamente. No se podia
ciosos y que no se hacen ilusion sobre el indicar la justicia y la necesidad ni aun de
estado. de lascosas, sino porque esa actitud suspender la venta de los bienes del clero,
pacíñca la consideramos necesaria para el y la fuerza de las cosas ha precisado á sus-
triunfo. Estoes lo que temen los adversarios pender, y luego á reconocer el principio de
de la reconciliacion ; no son las conspiracio- justicia de la devolucion de lo no vendido, y
nes lo que turba su sueño, sino el peso de á decretarla, ya que no á ejecutarla. En es-
la opinion pública que se va desarrollando tas circunstancias, la situacion creia poder
cada dia mas en buen sentido, que vaapro- consolidarse sin ir mas allá; se lisonjeaba de
ximando los huenos elementos que la discor- haber reunido todos los elementos necesa-
día civil habia dispersado, que elaboralenta riospara consolidarsedefinitivamente: ya na-
pero eficazmente, la organizacion de un die se acuerda de Bourges; la cuestion re-
gran partido nacional, en el que puedan te- ligiosa toca á su término; las potencias del
ner cabida con seguridad y con honor los Norte van á reconocer; la situacion es el be-
que habían luchado en campos opuestos. Y 110 ideal de los sistemas; fuerza les será á
hé aquí por qué se declama continuamente todos los partidossometerse á ella; y hé aquí
contra.las conspiraciones; hé aquí por qué que en un momento se desvanece la ilusion;
se crean fantasmas de guerra para ejercitar el concordato no se hace; la cuestión dinás-
contra ellos una energía facticia; hé aquí tica se presenta de nuevo; las potencias del
por qué se acoge con tanta avidez la famo- Norte se muestran mas frias que nunca; los
sa noticia del arresto de Cabrera, y se espe- partidos contrarios á la situacion se robuste-
rimenta tanto placer en hablar de sangre y cen cada dia.mas; los escándalos de la bol-
de tigres. Todo el secreto de este negocio sa siembran la desolacion en las familias, y
está aqui: en la calma, en la longanimidad desacreditan á los que los miran con indife-
para saher esperar el curso de los acontecí- rencia debiendo precaverlos y corregirlos.
mientas. Tal es la fuerza'del tiempo, tal el resul-


I este tiempo es largo para la impacien- 'lado del natural desarrollo de los sucesos.
cia , pero muy corto en la realidad. Vuélvase ¿Qué hombre se hubiera atrevido á decir
la vistaatrás; reflexiónese lo que ha snce- que era bastante poderoso para provocar


64




- 52~-
tantas v tan graves mudanzas? Y na obs-
tante, 'ellas..se. han' hecho por si mismas;
quien las haya sentido no.las ha podido evi-
tar; quien las hubiese deseado, no ha teni-,
do que hacer nada de su parte, sino ·es-
perar.


Convénzanse de estas verdades los impa-
cientes, y se calmarán; todo medio violento,
sobre no ser necesario, seria dañoso; lejos
de producir el bien que se desea, soloacar-


, rearia desgracias á quien le emplease y ca-
lamidades á la nación. Se ha dicho que los
que abogan por la recouciliacion, ocultan su
ira y su sed de venganza bajo mentidas pa-
labras; dése pues una prueba solemne de
que no hay perfidia, de que no hay ira, sa-
hiendo esperar tranquilamente el desarrollo
de los acontecimientos. Y esta actitud tran-
quila no se opone á un trabajo constante
para apmvecharse de ellos, todo en los lí-
mites de la legalidad; por el contrario, con-
duce mucho á que el campo legal no sea un
campo vedado, y á que se pueda maniobrar
en él con maslibertad.y mas eventualidades
de triunfo.


Al escribir estas líneas recibimos la noti-
cia de que en :Madrid es rechazado en una
reunión el matrimonio con el conde de Trá-
pani, como el del hijo de D. Carlos ; hó aquí
un suceso que estrecha el número de los
pretendientes': ni los carlistas ni los progre-
sistas querían al príncipe napolitano; pero
ahora se sabe. de una manera positiva que
tampoco le quieren, los moderados: el hijo
de D.Carlosno ha perdido uno solo'de sus
amigos; el.conde.de Trápani tiene declara-
dos en contra suya á ledos los partidos, es
decir, á la nacion entera. Esta ha sido obra
de la accion de tiempo: el suceso de Bour-
ges ha provocado la declaracionde esclusiva
delprincipe que mas probabilidades ha te-
nido en su favor, por contar con apoyosmuy
poderosos.


En la misma reunion se ha convenido en
que se debia aplazar la resolucion del nego-
cio: este aplazamiento es favorable; todo lo
que sea .ganar tiempo, es ganar terreno.


Parece que no todos han visto con agrado
este paso de algunos diputados; a nosotros
nos parece un precedente muy útil, de que
conviene lomar acta, por si acaso pudiera
servir algun dia. Hé aquí en qué nos funda-
mos. El principal, si no el único peligro que
amenaza al acierto de la rcsolucion en tan
groveasunto, consiste en que un manejo


atrevido yoscuro .condujera rápidamente la
ucgociacion, sin escuchar el voto del país, ,
despreciando los, murmullos del público y
los clamores de la prensa, En las Cortes se
protesté, es verdad, contra tan indigna con-
ducta; pero como no sabemos ni á qué ma-
nos pueden llegarlas riendas del. gobierno,
ni las comhinnciones que las circunstancias
pudieran traer, es lnuy útil que los parti-
dos se muestren activos, solícitos del deco-
ro nacional, atentos á los sucesos que afec-
ten una resolucionde tamaña trascendencia,
yque lo manifiesten de una manera públi-'
ca y solemne, para evitar una sorpresa. Y
hé aquí otra prueba de que no procedernos
con perfidia ; demandarnos publicidad, no os-
curos manejos; pedimos que se oiga el voto
del país, no que se le desprecie; también
respetamos profundamente fa iniciativa v la
libertad que corresponden á la Reina; y'so-
lo reclamamos que con esa iniciativa v esa
libertad se combinen los intereses de I(~ na-
cion.


So1Jl'e el (!QIIUfllicado flel.tj',·. lJlar·
q"és .ole ,'llr(fIIOl'es.


Escrito en Pari. en ~ de julié de .t 841:1 Y publicado en Maí.lrill
I el t e del mismo.


Con fccha de 26 del pasado junio ha diri-
gido el 81'. marqués de Nirallores una co-
municacion al periódico El Tiempo, en que
procura esplicar el verdadero sentido de
unas palabras pronunciadas por S. S. en el
Senado, y declara «á la faz de la España y
de la Europa, que la interpretacion que se
les ha dado es violenta é inexacta.» Ase¡:;u-
ra el señor marqués que habria continu~do
callando, si no fuese provocado por el perió-
dico de París, titulado La Presse, periódico
muy leido en Europa, y no ageno á respe-
tables influencias, el cual se permite supo-
ner de una manera espllcita que la opinion
del Sr. marqués es decididamente fa vorable
á la hada que hace el objeto de sus artícu-
los. Nadie debe saber mejor el sentido en
que han sido dichas unas palabras que el
mismo que las ha pronunciado; y tratándo-
se de hombres romoel Sr. marqués de JJIim-
flores, nunca es Iici lo ni aun sospechar que
no procedan en todo con la rectitud de hom-
bres honrados, y la hidalguía de cumplidos




- 5~3 '--
caballeros. Por esta razon,·nosotros noque-' exactamente. ¡¡US palabras. para traerlas en
remos suscitar ninguna duda sobre el senti- pro de nuestra doctrina. .
do que dió á sus palabras el.Sr. marqués; su Las palabras encuestion fueron pronun-
aseveracion es bastante, 'y desde luego cree" ciadas en el Senado, en la sesióndel día 10


,mos que las dijo en el sentido en que ahora de enero de 18H¡ , y son las siguientes:
las esplica. Esta es para nosotros una cucs- «Ademas , señores , yo creo, que no es pru-
tion muv sencilla; v hasta nos hahriamos dente perder de vista las leccionesde la his-
abstenido de ocuparnos del asunto, si el se- toria. Las cuestiones de .sucesionsueíen ter-
ñor marquésno se:hubiese servidohablar del minarse por una batalla; pero las de preten-
Pensamiento dela Nacion , y nombrar al au- sien, señores, no han solido terminarse nunca
tal' de este artículo. Yno es que el Sr. mar- hasta que los derechos se han fundido.» Es-
ques nos dirija ninguna inculpacion ni nos tas palabras las pusimospor epígrafe en los
hiera con ninguna palahra ofensiva; antes cinco artículossobre el matrimonio de la Bei-'
por el contrarionos trata con una indulaen- na, en que sosteníamos la conveniencia de
cía que agradecemos, y con la caballerosidad un enlace con el hijo de D. Carlos. No las
que de tal personaje era de esperar; pero interpretarnos con violencia ni sin ella, ni
como nosotros tomamos por lema de algunos con inexactitud ni sin ella; pues no las ínter-
artículoslas indicadas palahras , no quisiera- pretamosde ningnn modo. ~i una sola re-
mos que la interpretacion violenta é inexac- flexion, niUDa mdicacion nos permitirnos
ta de que se queja el Sr. marqués pudiera sobre el sentido en .que las dijera el señor
sernas atribuida tamhien, como lo ha sido marqués: ellasexistían, last9mamos por erí-
al periódico.de Paris. Repe'timos que el se- grafe, nadamas. Usábamos de.underechoque
ñor marqués no nos hace este cargo; pero nadie nos puede disputar; observábamos una
algunos quizás podrian inferirle de sus espli- conducta que nadie pudiera increpar. La re-
caciones: y así nos creemos obligados tam- serva con que procedimos indica bienclase
bien ;í esplicarnos , poniendo la verdaden su que no obrábamos sin la dehrdacircunspec-
lugar, y no dejando que nuestra conducta , cion. El testo citado se brindaba por cierto á
en esta 'parte pueda ser interpretada en dos comentarios, peronosabstuvimos de hacerlos.
sentidos. Para el triunfo de nuestras ideas No queríamos poner al Sr'. marqués de J/i-
no queremos armas de mala ley; no son ne-I raflores en una situacion crítica, escitándole
cesarias ; q~e . s.i lo fuesen, ?nte,s que em- I con la interpretacion á dar esplicaciones: no
plearlas preíeririamos renunciar- a todaespe- nos gusta este modo de proceder, que cuan-
ranza de triunfo ..~luchas veces hemos dicho do menos es poco delicado. Respetamos las
ya que para nosotros no hay masarma en es', convicciones agcnas , cuando son, conocidas;
te negocio que la discusion; pero aun en pero jamas provocarnos á determinados in-
este terreno pacflico y legal, hemos prucu- dividuos para que las manifiesten. .
rado siempre y procuraremos en adelante, El Sr. marqués de Jliraflores no .se ha .
,no echar man.o de otros medios que de los· creido obligadoá hablar, por haberse enca-
suministrados por la razon en armonía con bezadocon suspalabraslos citados artículos;
la buena fé. El día en que viéramos una can- , y ha pensado bien. Las palabras habiansido.
sa insostenible COII dichos medios, aquel día ' dichas; nosotros'no lesdábamos ninguna in-
la abandonaríamos. Ni aun en defensa de las terpretacion ; «¿ qué me importa á mí, podía
causas mas justas debe emplearse la injusti- decir el Se marqués., quemispalabras sir- ,
eia : ni aun en apoyo de las causas mas im- van ó no para un epígrafe? Yo no las.niego;
portantes es permitido desviarse de las re- ahí están en mi discurso. Con talque nadie
glas de la moral. La máxima de que el fin las interprete en sentido diferente al que vo
justifica Jos medios, es altamente falsa é les dí, nada me importa el uso 'que de ellas
inicua. . haga este ó aquel escritor.» Asi podía con-


Uña sencilla esposicion de loshechosbas-i] tinuar en su silencio, como en efecto con-
tará á convencer que en el caso presente no I


I
tinuó. .,


has hemos apartado de estos principios ; por I "Sabido es que .al tomarse unas palabras
grato que hubiese podido sernosel tener-de '[ por epígrafe de un discurso, no siempre se
nuestra parte l~n voto.tan respe.tabl,e como el '.1 entiendeque ellas ~e ajustan.exactamente á
del Sr. marques de jlhraflores, Jamas nos ha- l. la.doctrina que en el se desenvuelve: hasta
briamos permitido interpretar violenta ó in- 1: que haya una relucían, una analogía, para




-..:. 521-
que puedanser empleadas con oportunidad. desear, para encabezar dignamentenuestros
Todos losdiasestamosviendoque sehaceuso articu/os? Lo que se nos podia exigir era
de dichos de escritores antiguos, para asun- que nos abstuviésemos de interpretar mal'
tos modernos, sin que nadie cargue al autor pero esto lo cumplimos' fielmente, no dand~
antiguo conla responsabilidad de lasopinio- interpretacion ninguna, Bien sabiamos que
nes del moderno, ni culpe al moderno por la cuestión era vidriosa, y el terreno resba-
haberse valido de lasespresiones del antiguo. ladizo. -
Al tomar nosotros las palahras del Sr. mar- . Aclara.d? lo relativo al decoro del perió-
quésde llIiraftores , de cierto que no falta- dico, emuiremos algunas reflexiones sobre
mos á dicha oportunidad. el comunicado del Sr. marqués, en lo cou-


Sosteníamos en los ditados artículos la cerniente á su opinion sobre el asunto que
conveniencia del enlace de la Reina con el nos ocupa. La importancia de la personaque
hijo de D. Cárlos; y una de las principales habla y del objeto sohre que habla, no nos
razones que aduciamos era, la utilidad de permiten dejar sin exámen algunos pasages
acabar para siempre con la cuestion dinás- del comunicado. -r:
tiea, de ahogar todo linage de pretensiones, En concepto del. Sr. marqués la opinion
de prevenir que en losucesivouo se pudiera sostenida por el Pensamiento de la Nacio«
alterar por esta causa la tranquilidad de la es «una de' tantas teoríasque, seductoras y
España, viéndose en conflictos graves moti- bellas mientras se conservan en la elevada
vados por las pretensiones de la familia de regionde la imaginacian humana, desapare-
D. Cárlos. El lector juzgará fácilmente si las cen como el humo al descender al terreno
palahras del Sr. marqués no se nos habian escahrosodelapráctica, donde la argumenta-
de presentar naturalmente como un epígrafe cionmas robusta y la lógica mas aventajada
oportunísimo. Queríamos aconsejar que se son impotentes ante la ardorosa resistencia


.pensase en el porvenir, que se recordase la de las pasiones y de los intereses humanos.»
enseñanza de la historia nacional v estran- Perosi así pensaba el Sr. marqués, si creía
gera; y hallábamos que el Sr. marqués, tra- que esto era una ilusión. permítasenos ma-
tándose del enlace de la Reina, y discutién- nifestar algunaestrañeza de que hablase de
dose lo relativo á la esclusion de la corona, la fusion de derechos, como y tambien de
decía: « Yo creo que no es prudente perder que invocase para el caso presente los re-
de vistalas lecciones de lahistoria: » Quería- cuerdos de la historia. Si era una ilusión, y
mas,hacersentir lo dificil que es el que des- en lucha impotente contra la ardorosa resis-
aparezcan semejantes cuestiones; y hallaba- tencia de las pasiones é intereses, parece
mos que el Sr. marquéshabia dicho que «las que lo mas cuerdo era no hablar de ella,
cuestiones de pretension .no han solido ter- pues así no se daba posibilidad á lo absurdo
minarse nunca hasta que los derechos se ni se provocaba la irritante lucha.
han fundido. » ¿ Qué pretension á la corona En cuestiones como esta, lo imposible es
hay en España? ¿ No es la de la familia de malo á losojos de la política, ~orque su im-
Don Carlos? ¿ de qué pais hablaba el señor posibilidad no consiste en otra cosa que en
marqués? ¿ no era de España?Luego cuan- la oposicion con hechos indestructibles; y la
do hablabade pretensiones, hablaba delafa- sana política aconseja no estrellarse contra
milia de D. Cárlos; luegocuando aconsejaba lo que no se puede destruir. Si hubiésemos
que no se perdiesende vista las lecciones de creído que el enlace era imposible, jamás
la historia, cuando hablaba de la [usicr: de hubiéramos escrito en su favor; y el dia en
derechos , cuandodecia que sin esta fusion¡'¡ que nos convenciésemos de la imposibilidad
las cuestiones de pretension no han solido, aquel dia cesariamos de hablar sohre él. De-
terminarse NUNCA, nos ofrecia para nues- masiados elementos de discordia abriga el
tros artículos un epígrafe cuando menos muy pais, para que deban aumentarse conla de-
oportuno. Al aceptarle pues no fuimos injus- fensa de ilusiones irrealizables, y al propia
tos, ni pecamos contra la oportunidad. Quien tiempo irritantes.
hablabaera uu senador, ven una discusion Afortunadamente, el noble autor del co-
s,olemne; era un hombre "de estado, que ha municado no entiende seguramente las pa-
figurado en losprimeros puestos de la diplo- labras citadas con todo el rigor que á pri-
macia, y que ocupa un lugar en la historia mera vista pudieran ofrecer. La imposibiii-
de estos últimos años. ¿ Qué mas podiamos dad no era á sus ojos absoluta; ni Jo es •




- 525 -
tampoco ahora, á pesar del desacierto, que ha dejado de existir; y si en concepto del
en su opinion acaban de cometer los dester- señor marqués era posible que esta opinion
rados de Bourges; aun ahora no es mas que tuviese exigencias, j, quién sabe si esta po-'
semi-imposible. Esta restricción nos ha pa- sibilidad continúa todavía? Cinco meses pa-
recido digna de un hombre que tiene ante- recen poca cosa para producir Aiamaña rnu-
cedentes de la historia diplomática de la danza. , '
cuestion, que conoce el estado actual de la ,El Sr. marqués de Miraflores opina que
España y de la Europa, y que no se hace los desterrados de Bourges han seguido un
ilusiones sobre el porvenir. camino errado para mejorar su situacion; y


Los periódicos de la situacion han comen- cree que el conde de Montemolin hubiera
zado á felicitarse con la declaracion del ilus- apreciado su posicion , si se hubiese postrado
tre 'diplomático; pero, después de leido con á los pies de su Reina y le hubiera dicho:
detención el documento, parécenos que la «Hé aquí el primero de tus súbditos; hé
felicitacion no puede ser bien completa. El I aquí un español obediente á su Reina, aca-
autor del comunicado no se ha limitado á la tador honrado de la Constitucion del estado
aclaración de sus palabras primeras; las ha y de las leyes que el pais y su reina se die-
acompañado de. comentarios muy útiles para 'ron para su régimeny organizacion ; yo se-
su verdadera inteligencia. Sabíamos que el ré' el apoyo del trono y de las leyes; tú, Rei-
Seiíorrnarqués de Jfirafloresno'había que- na augusta, interpon tu poderoso influjo
rido votar elarlículo de la Constitucion en> para que una llueva ley anule la fatal esclu-
que se hablaha de esclusiones; no era dificil, sion que acaso natural' y justa en los mo-
adivinar el motivo, y aun en el' discurso de mentos que se hizo, hoyes irritante y age-
la sesion,del 10 sehabia,n indicad,o las razo-"I na á la civilizacióndel siglo, pasado el peli-
nes conbastanteclaridad; masahoralo sabe- gro y en momentos de calma y reposo.» Per-
mosde una manera terminante,que nocon- mítanos el Sr. marqués que le hagamos una
sienteníngungénerodeduda, y quealpropio observacíon. Cuando se trata de poner cier-
tiempo manifiesta q\1e lacosa no era tan ab- I to lenguaje en bocade una persona, es ne-
surda como han querido suponer algunos cesarloatender á la situacion de la persona
periódicos, y que homhres graves opinahan misma: es necesario no ponerle en 'lucha
que en ciertas circunstancias el enlace po- demasiado directa con sus ideas mas arrai-
dia ser, no solo posible, sino tambien nece- gadas, con sus sentimientos mas naturales
sario para satisfacer laopinion pública. Hé i Y profundos. Apliquemos esta doctrina al
aquí sus palabras: «si aceptabala variación caso presente. D. Cár,los ha fundado la jus-
de la primera parte del artículo, rechazaba tificacion de su conductaen que está con-
la adicion introducida respectoá la esclusion vencido de que sus pretensiones son legíti-
que yo reputaba como innecesaria é inútil. mas; de que tiene un derecho indisputable
¿Y por qué no lo aprobaba yo? Porque si en á la corona de España. Tal ha sido siempre
el porvenir, por uno de los acasos hijos de su lenguaje. Su hijo, que contaba muy po-
tiempos de revueltas, que nadie puede pre- cos años al comenzar lá lucha; siguió como
ver. en épocas dominadas por el imperio de era natural la suerte de su padre. Comunes
laseventualidades, hubiese laapinion públi- han sido los halagos de la fortuna, comunes
ca de una ú otra manera provocado y aun los rigores de la suerte. ¿ Cree el Sr. mar--
exigido el enlaceque se queriaevitar, se ha- ques de Jlíraflares, que el hijo debía vol-
hia comprometido sin necesidad ninguna por- verse contra el padre, y decirle: '«vos no
una cuestion secundaria la existencia de la teneis razon: vos sois un usurpador; vos no
ConstituciondelEstado. «El Sr. marqués sois rey de España; en España no hay mas
manifiesta en este pasage que en política Reina que mi prima. Vos le habeis hecho la
es alg:o aventurada la palabra,jamás. En es- guerra; yo me postra á sus pies; vos os ha-
tos últimos dias algunos periódicos la han beis llamado su soberano, yo me llamo el
pronunciado con harta facilidad. Les reco- primero de sus súbditos; vos haheistomado
mendamos la lectura de la cláusula; y que el acento de quien manda, yo me contento
picnsen en las eventualidades que nadie con súplicas; vos habeis protestado contra
puede prever. Desde el dia 10 de enero del la esclusion vuestra y mia y la de mis her-
corriente afio, la España no ha dejado de ser manos y de toda la familia, y yo decla-
país de eventualidades, ni la opinion pública ro que esta esclusion fue acaso natural y




entran en este caso sino comocosa muv se-
cundaria. tu importancia política del enlace


. sé cifra en que con él se da fin á las preten-
siones dinásticas,v se atrae alrededor del


I trono de Isabel un 'partido numeroso. Desdeel momento en que el conde de Montem~lin
huhiese dicho: «yo no tengo nada que tran-
sigir, porque las pretensiones de mi padre
han sido enteramente .infundadas; vo no
acepto de mi padre sus derechos, porque
esos derechos son un sueño; á mí no me to-
ca negociar, solo me corresponde obedecer
á mi Heina:» desde entonces, repetirnos, el
conde de Montemolin no entraba para nada
en el asunto dinástico, no valia nada para
estinguir las pretensiones. Era un simple
particular y nada mas. Era un hijo qU? se
volvía contra su padre, y á quien su padre
hubiera declarado hijo desnaturalizado é in-
digno de sucederle : era Un hermano que se
volvía contra los hermanos, y á quien esos
hermanos habrian considerado como decaido
de su posición, ya que él propio la abdicaba
negando que le perteneciese, y á quien por
tanto se hubieran creidollamados {¡ reempla-
zar. El sacrificio pues no producía resultados
políticos: siendo de notar que losmismos que
habían sostenido con conviccion la causa de
esa familia, habrian oido con indignacion
que de tal modose los hubiese condenado
por aquel cuya Familia defendieran á costa
de tanta sangre. Entonces no habia la fusion
de derechos de que nos habla 'el Sr. mar-
qués; nada se funde por una parte, si esta
parte declara que nada tiene, que nada pue-
de poner en la fusion; y cuando el autor
del comunicado añade que este era el caso
de la verdadera, de la útil y soloposible fu-
sion de derechos dinásticos á que se refe-
ría, menester es confesar que la palabra fu-
sionde derechos dinásticos está usada en un
sentido poco exacto.


Tocante á la aceptación del condede Mon-
temolin .por los hombres que le rechazan,
tampoco es probable que se huhiese adelan-
tado mucho con la humildad v sumision.
Ahora han sonado las palabras le menospre-,
cio, de insigne mala té, de traicion, .acom-
pañadas de las amenazas correspondientes:
¿qué se hubiera dicho entonces? ¿No es
muy temible que se le hubiera llamado hi-
pócrita, hombre de mala fé, usurpador em-
bozado, y que en prueba de la poca confían- '
za con (Iue debían ser escuchadas sus pala-
bras de paz y surnision, se le hubiera echado


- tí26 -
justa en los momentos en que sehizo , y
me limito á ponerme de rodillas á los pies
de la Reina, para que interponga su podero-
so influjoen mi favor á fin de anular la ley
por medio de otra ley?» ¿Cree el Sr. mar-
qués que era natural, que era posible, que
era decoroso un tal lenguaje de un hijo á su
padre? Pues á esto y á nada menos que es-
to equivale el que le proponeel Sr. marqués
{ll conde de Montcmolin. No hasta que quien
lo propone esté profundamente convencido ,
de los derechos de DoñaIsabel I1, no basta;
es necesario atender á la situaciondela per-
sona á quien se proponeel discurso. Cuando
se trata de resolver cuestiones como la pre-
sente se pueden exigir sacrificios de distin-
tas clases; se pueden exigir concesiones
diferentes, que mortifiquen algun tanto el
amor propio; pero exigir que un hombre se
vuelva tan derechamente contra su padre,
contra toda su familia; que se despoje de
todas sus ideas, que ahogue todos sus'sen-
timientos, que niegue toda su historia, todo
su partido, que se niegue á sí mismo, v que
no haga mas que echarse de rodillas y' cla-
mar, «piedad, piedad, perdon, perdon,»
esto es exigir mucho; esto es peor que de-
cirle: «te proscribimos para siempre.»


N"o esforzaremos el argumento: para que I
sea decisivo no necesitamosmas que apelar I
al ·corazon. Comprendemos una reconcilia-
cion honrosa, comprendemos también una
discordia sin término. Comprendemos con-
cesiones y sacrificios de varias clasescom-
prendemos una terquedad que nada otorga;
pero un paso como aconseja el Sr. marqués,
y tan absoluto, con formas tan humillantes,
y que dejan la humillacion tan desnuda,
atendida la situacion y los antecedentes del ¡
conde de Montemolin, esto no lo compren-
demos. La diplomacia se encuentra tambien
á veces con los sentimientos del corazon; la
habilidad esta en ablandarle, en compri-
mirle si se, quiere algun tanto .mo en ha-
cerle pedazos.


Pero supongamos que este sacrificio se
hubiese obtenido, y que el conde de Monte-
rnolin, no hubiese encontrado dificultad en
aceptar y emplear el lenguaje que le acon-
seja el Sr. marqués; ¿qué se hubiera logra-
do?Nada, y vamos á demostrarlo.Siel enlace
del c.onde deMontemolin ti.ene a. lguna impor-I
t~ncla, no es por lo qne sea la persona en sí,
SInO por lo que representa. Las cualidades
persenales, por aventajadas que fuesen, no




- 527-
en cara la villanía con que se declaraba¡que aunque dificil ahora, no la reputa írrea-
contra su propio padre'? Lo que impide una hzable del todo. .
reconciliacion no es la mayor ó menor pru- Lamentase el .Sr. marqués del obstáculo
ciencia de estas ó aquellas palabras; no es iI que suscita á toda reconciliaeiou.Ia actitud
la actitud J~¡¡¡s.ó menos digna; e~, sí, lo m,is- i! tomada por jo~ desterrados de Bo;urges;. y
mo que ha indicado muyhicn el Sr. marques, '1'1 con esta ocasiou hace algunas observacio-
la ardorosa resistencia de las pasiones é ill- nes sobre la fuerza del partido carlista. Dice
tereses humanos. Cuando estas pasiones se li S. S. que «nunca, y mucho menos hoy, fue
hayan sosegado ó se hayan consumido en I! grande el partido llamado propiamente car-
luchas estériles. ó desastrosas; cuando esos hsta.» Es posible que sea así; pero en tal
intereses se vean asegurados ó vean medios I caso 'no comprendemos cómo pudo levantar
de asegurarse, ó se convenzan de la im- I poderosos ejércitos en Navarra, Aragon y
posibilidad de lograrlo por los medio.s que '1 Cataluña: cómo, pudo dis~minar sus ,fuerzas
ahora e!I'pleall, entonces la reslstenc~a de- I por toda la Pe~lI1sula; ~orno llego a poner
Jara pnmero de ser ardorosa, y al íin ce- I ~n peligro la nusma capital de la monarquía.
dera. ' SI no era grande, ¿cómo es que no hubo
. Otra indicacion hay .tambien sumamente 1) medio de ~encerle durante ~~a guerra de
importante en el comunicado que nos ocupa, 1, siete años, a pesar de losauxilios de Portu-
y esel recuerdo de los esfuerzos que en I(S;i911 ga.l, de FranCia é Inglaterra? ¿"cómo es que
hizo el Sr. marqués de ltlirallo1'es para 10- la guerra no pudo terminarse por una bata-
grar la fl~si~n tao deseada; siendo de notar I lla, sino p~.r la: co~ducta d~1 general Maroto,
queesta fusion, no sajo la apetecia, sinoque que se unro con Espartero! SI no es grande;
la apetece todavía y la considera sencilhsi- ¿qué quería decir el Sr. rnm'qués de Mira-
ma, asi en cuanto a cosas como á personas, llores cuando al contestar al Sr. ministro de
con tal que se haga en elmodo qUtl él indi- Estado en la misma sesion del 1O de enero
ca. «Iié aquí, dice, el caso de la verdadera, esclamaba: «Cuidado, señores, cuando se
dela útil y solo posible íusion de derechos habla de la nacion entera, porque hecha la
dinásticos á que yo me referia, Iusion qne I estadística de los partidos, podría dar resul-
apetecía y apetezco siempre, fusion de cosas tados enojosos ;¡¡ y cuando añadia con énfa-
para hacer fácil y aun scnciliisiuu» la fusion I sis para hacer sentir la fuerza de sus'pala-
de las personas, fusión que yo hice cuantos I bras: «esto sirva solo de indicaoion.i ¿No
esfue:zos cabe en lo humano para c01!1pletar I decia tambien en otr~ sesi?nqne en España
en '! 83,9, c~ando la t~ansacclOn. de\' ergara 1I sumados los ~os partidos liberales, modera-P,odia y debla haber Sido el vehículo de una I do y progresista, no cornpoman la mayoría
reconciliacion universal de todos losespaüo- nacional? ,
les monárquicos, honrados y capaces. Si no 11 Pero cree e! noblemarqués. que el,núme-
lo conseguí entonces, no amí, ala historia ro delpartidocarlista se ha dismiJl,uido has-
pertenece la esplicacion. )¡Esto unido á la I ta lo infinito, ¿Desde cuándo? ¿Desde el I O
calificacion Je semi-imposible que da el mar- 1


1
de enerodel corriente allO'?EI plazo es muy


qués al enlace, aun despues del yerro que corto. ¿Y por qué'! Lascausas de esta dis-
en su opinión se ha cometido, prueba que el minucion se señalan también-en' el.comuni-
distinguido diplomático sabe lo que se píen- , cado: «un trono acatado, una reconstruc-
sa en Europa sobre este particular, que sa- cion de la monarquía y una paz principiada,
he lo que se pensó y se hizo en la época á á asegurar, hacen probables .dias de ventu-
que se refiere; y que por tanto, á fuer de 1 ra y reposo, á la par que el desarrollo de
hombre prudente y amante de su patna , no una pros.peridad ~acien'te ?e que la ma,yoría
quiere cerrar las puertas al porvemr, no I de la nacion qUIere disfrutar tranquila.»
quiere esos jamás que tan ligeramente pro- Tocante .ú los deseos de la nadan, no nos
nuncian otros; y prueba sobre todo que en cah: ninguna duda; pero con respecto á lo
su opinion no ha merecido el pensanuento demas tenemos la desgracia de no hacernos
de un enlace la calificacion de absurdo; pues ilnsioutan lisonjera, No es tan acatado como
en ciertas épocas ha sido digno de ocuparla, debiera ser un trono que en poco tiempo ha
atencion de la diplomacia, en ciertas épocas, tenido que ahogar en sangre repetidas in-
á.pesar de la guer~'a, no cnnsideraha ~mpo- ,1 surreccioues ; no está, bien reconstruida la
SItie una transacciou, una reconciliacion, y , monarquía que' tan facilruente muda sus




BEUNION-PACHECO.


E5f'~ito m Parls el 13 de julio de 18~5 y publicado en Madrid en 23
del mismo.


La reunion-Pacheco , que á juzgar por
nuestras opiniones debia habernos produci-
do una impresion desagradable, nos causó
sin embargo una verdadera satisfaccion que
manifestamos desde luego, y que han au- .
mentado posteriormente la discusion y las
gestiones á que la declaracion ha dado lu-
gar.Este modo de mirar las cosas, que á
primer-a vista parece contradictorio á nues-


- 528-
constituciones, y en que el gobierno infrin- 11 tras opiniones, está muy conforme con ellas;
gc la nueva al día siguiente de promulgada. aunque partidarios de la candidatura del
No son probables días de ventura y reposo f conde de Montemolin , no nos disgustó una
á la sombra de la paz, cuando los partidos reunion en que se escluia al conde de Mon-
estan mas encarnizados que nunca, cuando temolin. El príncipe de Bourges no perdia
las opiniones estan mas encontradas que nada con esto; porque los que contra él se
nunca, cuando las pasiones y los intereses declaraban, declarados estaban ya de ante-
luchan tan vivamente como nunca, cuando Imano; y el conde de Trápani sufriaun con-
el gobierno y sus órganos nos estan hablan- tratiernpo (Jlle dificilmr.nte pudiera resistir.
do sin cesar de conspiraciones, de peligros No teniamos pues motivo para sentir lo pri-
de la tranquilidad pública, de medidasenér- mero, y nos asistía mucha razon al alegrar-
gicas para contener á los revoltosos. Estos nos de lo segundo. Con la declaración, en
son hechos á que no sabemos qué se pueda nada se ha disminuido la posibilidad ni la
contestar. prohabilidad del conde de Montemolin; no


Por lo demas, y sintiendo no hallarnos se le han suscitado nuevos adversarios; no
conformes con algunas opiniones del señor se han ligado contra él nuevos intereses:
marqués de Miraflores,las respetamos como no se han contraido para oponérsele nuevos
es debido, y no podemos menos de hacer comprom-isos. Que sí uno que otro de los
justicia al tono blando y cortés con que es- concurrentes quisiese con el tiempo no con-
tan emitidas. El gobierno que debiera dur siderarse ligado, ya nos ha dicho un perió-
lecciones de cordura á los particulares, se dico de la situacion que algunos declaran
halla en el caso de recibirlas. El Sr. mar- altamente que no entendieron comprometer-
ques de Miraflores ha sabido manifestar opi- se á nada. Como parece que para las esclu-
niones contrarias á los intereses de la fami- sienes no hubo votacion, ni por aclamacion,
ha de D. Cárlos, sin insultarla; ha sahido ni nominal, ni de ninguna manera; y que
declararse en oposicion con el partido carlis- para inferir la unanimidad solo se aplicó el
ta sin ultrajarle, ha sabido dar al trono de principio de quien callaotorga, podríase en
Isabel una muestra de lealtad, sin entregar- lo venidero hacer cuestionable la verdad del
se á ningun arrebato de cólera. La lealtad principio oponiéndole otro de que tambien
hacia un monarca no consiste en insultar el se hace usocon tanta frecuencia: quien ca-
infortunio de sus enemigos. Los bravos mi- lta no dice nada.
litares que hicieron prisionero á Francisco 1 La mencionada reunion no merece impor-
en la batalla de Pavía, tributaron los mas tanela por el número de votos que se emi-
rendidos homenajes al ilustre cautivo. Por tieron, ni tampoco por la unanimidad, que
absurdas que quieran reputarse las preten- es algo disputable; sino por haberse levan-
sienes de D..Cárlos, nunca se debe olvidar tado en ella una bandera contra el conde de .
su régía cima. Trápani , en el seno mismo del único parti-


do en que pudiera contar con defensores.
Sabiase que los progresistas y los carlistas
se oponian decididamente á esta combina-
cion ; sabiase tambien que el conde de Trá-
pani era bastante impopular en las filas de
los moderados; pero ignorábase si entre
estos habría algunos bastante resueltos, no
solo para mostrar desagrado, sino tambicn
para pronunciarseahiertamente ; ignoráhase
si con el espantajode la reaccion carlista no
se creerian obligados á callar, á dejar que
continuasen las nezocincioues de la cortede
las Tullerías; y si con la mira de deshacer-
se para siempre del conde de Montemolin,
se resignarían á abandonar losinteresesna-


I
cionalcs y á permitir que sucumbiesen sus
particulares opiniones; pero después de la
declaracion , ya se ha visto que no es asi;




- a~D -
ya se ha visto que no todos tienen los ojos I peño para llevar adelante una combinacion
tan tijas en Bourges que no los vuelvan á I tan desventurada, no se encuentran razones
menudo hacia Nápoles; )'a se ha visto. que ni de política interior ni esterior, ni nada
si el conde de Montemolin es rechazadocon que por necesidad no se haya de limitar á
vigor, no lo es con menos el condede Trá- un pequeñísimo círculo; no círculo'de epi-
pani; ya se ha visto que si desacordados niones , no de partido, sino de personas.
consejos impeliesená llevaradelante tan las- ¿Qué representaría el conde de Trápani
timosacombinacion , encontraria legal, pero marido de la Reina? ¿Es el símbolo de alguR
viva resistencia, no solo por parte de los interés nacional, es la personificacion de al-
carlistas J' progresistas, sinotamhiende una guna idea política, es una garantía de con-
fraccion respetable del partido moderado. servacion, es un elemento de progreso, es
Por esta causa damos importancia á la reu- un recuerdo histórico, es un emblema de
nion-Paohcco : y esta importancia es inne- gloria?
gable. ¡.De dónde viene? ¿Viene de algun reino


¿Conqué partidarios puede contar ahora poderoso que imponga con sus ejércitos,
la candidatura de Trápani?O mejordiremos: que cubra el mar con sus flotas? No: viene
¿á quién no cuenta por adversario? ¿Hayal- de Nápoles. ¿Viene de algun reino que ocu-
guna opinion política, hay algun interés pe un alto lugar en el congreso europeo,
público, hay nada de lo que pesa en seme- que influya en sus decisiones, que pueda
[antes cuestiones, que no esté en oposicion ofrecer esperanzas de <{ue podrá servirnos
con ella, que no la repugne abiertamente? I de algo en las complicaciones del porvenir?
¡,Qué es lo que resta en España, despues No: viene de.Nápoles. ¿Vienede algun pais
de quitados losprogresistas, los carlistas y quc marche á la cabeza de la civilizacion, y
una parte considerable delpartidomoderado? cuyo contacto haya de desenvolver en'Es-
¡,QUé restaen la prensa, quitadosel Eco del paria las ciencias, la agricultura, la indus-
Comercio, el Espectador, el Clamor Púbíi- tria y el comercio? No: viene de Nápoles.
ca, el Católico, la Esperanza, el Globo, el ¿Viene de algun pais cuyo solo nombre has-
Tiempo, el Espa'ñol, mayormente cuando te para producir en el animo de los españo-
los demas periódicos que no hacen la oposi- les vivo entusiasmo? No: viene de Nápoles .
cion á la candidatura, tampoco la sostienen Pero autes de venir de Nápoles , ¿ha pres-
abiertamente'? Conuna minoría tanpequeña, tado grandes servicios á su patria, ha figu-
impérceptible, que no apoyasino que calla, rado á la cabeza de losejércitos, se ha sen-
¡,habrá quien se atreva á resolver la cues- tado en los consejos de su rey, ha contribui-
tion en que se libra el porvenir de la nacion do al planteo de mejoras administrativas, á
Ydel trono? ¿Habrá quien se atreva á rea- la consolidacion de algun sistema político,
Iizar lo que hasta ahora ni un solo periódico es conocido como literato, como militar,
se ha atrevido á sostener? ¿Quién fuera tan como hombre de estado? Es un niño que
osado, tan insensato, para despreciar hasta acaba de salir de un colegio: viene de Ná-
tal punto la opinion nacional? A otrascandi- poles.
daturas se oponen muchos, á esta todos; ¿Quién le envia? ¿Es acaso algun acuer-
otras las sostienen muchos, esta nadie; la do europeo? Las potencias del Norte lo re-
realizacion de otras podriaproducir disgus- sisten; Mettcmich está disgustado con la
to en unos, pero escitaria entusiasmo en política del rey de Nápoles ; la Inglaterra
otros; esta causaría en todos, no solo dis- sonríe desdeñosamente. El gabinete de las
gusto. sino irritacion desesperante, al ver Tullerías es quien aconseja la combinacion,
que por miserables intrigas se han cornpl'o- mirándola, como se supone, desde un pun-
metido para siempre los intereses de la na- to de vista eminentemente español, y por
cion. Los que en esto pensasen, reflexionen consiguiente tratando de hacer á la España
qué el enlace de la Reinaes un pasodel que fuerte en lo interior, respetada en lo esterior
no se puede retroceder; yesos pasos no es y proporcionarle que en brevísimo tiempo
político darlos con ligereza en un pais en pueda recoger tan bellos frutoscomo los del
que con tanta frecuencia se encuentran pacto de familia, y obtener ventajas como
abismos. las de la batalla de Trafalgar.


Cuando se examinan los motivos. que Y este pensamiento del gabinete de las
pueden influiren que se muestre tanto em- Tullerías ¿es hijo de vastas combinaciones,


65




- 530-
es una idea lija, que data de muy antiguo, . tan rodeado de sinsabores, y que quizás
en que se hayan consultado en cuanto sea pudiera acarrear consecuencias tristes. Es
dable los intereses de España atendiendo verdad que probablemente se hizo el ines-
pausadamente á los inconvenientes? Nada perado reconocimiento como una especie de
de eso: se.abrigaban otros proyectos, y ha preliminar favorable, dispuesto porlaoficiosa
sido preciso abandonarlos: en otrascircuns- intervencion del gobierno francés, y con la
tanelas quizás no se hubieran visto con des- esperanza de obtener algunas ventajas en
agradocombinaciones ahora rechazadas; pero cambio de la frialdad de Mettcmich; pero
se ha dicho que la corona de Españano podia era preciso no confiar demasiado en loque
salir de la familia de los Borbones: echando hiciera esperar un gobierno que, á pesar
una ojeada sobrelos varios principes, ocurre de su buena voluntad, no siempre alcanza
el conde de- Trápani, cuya familia está muy 1 á sacar tnuulantes sus proyectos diplomáti-
emparentada con la de Orleans , y que na- coso Corno quiera, el matrimonio conel con-
turalmente ha de encontrar simpatías en el de de Trápani ha llegado á ser imposible:
palacio de Madrid. l,Se necesitaba mas para la impopularidad que le rechazó instintiva-
la decision? ¿La mano de la Reina de Espa- mente desde los primeros anuncios, se ha
ña es por ventura de tanta importancia que robustecido con la discusion, estribando en
se haya de meditar años enteros cómo se una opínion pública tan respetable, que no
dispone de ella? El gabinete de las Tulle- se contrariaría sin graves inconvenientes.
rías ¿no se quitará de delante este fastidioso Eneste concepto, al levantarse en la reu-
negocio? Ysobre todo, ¿no se asegurará de nion-Pacheco una bandera de oposicioncon-
esta manera el que no se tome en Madrid tra la candidatura napolitana. no se ha he-
una resolución importante, sin que antes cho mas que tomar un puesto en las lilas ya
vaya un cstraordiuario de Madrid á París á formadas de todos los partidos. La fracción
pedir instrucciones? ¿No se maniata para que ha protestado contra semejante combi-
siempre al gabinete español, para que nun- nacion, ha qucrido ser española. Tal vez
ca jamás pueda hacer nada ni en favor de interesesde bandería hubieran podido incli-
los carlistas, de quienes se le separa ·por I narla también á coadyuvar á una empresa
un abismo, ni de los progresistas, pcrpe- que aseguraba la esclusionde la candidata-
tuandoy haciendo necesariasciertas influen- ra de Bourges: pero si ha creidoque no era
cias que deben deenvolverrepugnancia per- conveniente el conde de Montemolin, tam-
sonal? ¿Y no es este un escelenle sistema bien ha rechazado con vigor al otro conde
para asegurar la debilidad del gobierno es- su rival: en este último ha hecho un bien, y
pañol,paraaumentarlacuantocabe y tenerle segun todas la apariencias, el momento ele-
asidependiente de otras voluntades, has- gido ha sido muy oportuno. Cuando de tal
tando levantar el dedo para que se vea 1'01'- modo se han levantado quejas, alguien tie-
zado á hincarse de rodillas? ne motivo de quejarse; cuando de tal modo


Con este prestigioeuropeo vendráel con- se ha sentido que se levantase la voz, inte-
de de Trápani: estas serian las inf1ucnciasrés dehiade haber en que continuase el si-
que le servirian como de aureola para ha- lencio.
cerle grato á los españoles, para que cele- Hasta se ha querido disputar el derecho
brasen su entrada en España conalborozo y de hacer semejantes manifestaciones. invo-
entusiasmo. Venido de una nacion de tercer cando la Constitucion del Estado v el deco-
órden, de corta edad, con prevenciones po- ro de la corona, desenvolviéndose mas y
ca favorables, conel disgusto dc la Europa, mas la idea que de mucho atrás va indicán-
y conducido por la mano de un gabinete es- i dose, de que el enlace de la Rcina es poco
trangero, ¿cómo seria recibido por el pue- i mas que un asunto de familia, y por consi-
blo español, tan amante de su dignidad, I guiente fuera de la jurisdiccion de la tribu-
tan lleno de grandes recuerdos, tan sobra- na, de la prensa, de la opiuion pública. Con
do de altivez y energía? I mas ó menos claridad se ha sostenido esta


Por cierto que si el rey de Nápoles pro- I doctrina, tan contraria á todos los buenos
cura adquirir noticias sobre la situación de 1I principios de política, tan opuesta á lo que
España y ~a disposicion de los partidos con dicta en l.as actuales. circnnstancia~ de Es-:
respecto a su hermano, no fuera estraño I paña el SImple sentido comun ; SIendo de
que se inclinase á renunciar á un proyecto notar que en este terreno se han visto ata-




-- 1.131 -
cados dos periódicos que, llevados por su '1 Europa. Al hablar pues de libertad en este
fuerte oposicion al conde de Montemolin, no caso, conviene definirla, porque esta pala-
siempre han tratado con la debida tolerancia bra tiene infinitos sentidos, segun los obje-
á los que le sostenian. Otra vez no se mues- tos á que se aplica; en ningun pais del mun-
tren tan difíciles en conceder una libertad do, bajo ninguna forma de gobierno, se ha
que tan pronto han tenido que invocar para entendido jamás que un rey fuese libre para
sí mismos. hacer lo mismo que un ciudadanocualquiera.


No: la cuestion del matrimonio de la Bei- La Reina ha de ser libre en la eleccion; fle-
na no puede ser resuelta ni tratada como ro esta libertad tiene sus límites, no im-
asunto de familia. Hay en ella una cuestion puestos por nadie, sino naturales. 1'10 se di-
nacional, una cuestion que entraña todas ce que un particular carezca de libertad
las demas cuestiones; con la resolución de porque haya de atender á lo que exige su
ella se resuelven, todos los problemas pen- conciencia, su honor, su conveniencia;
dientes en el país: si se resuelve bien, la tampoco se podrá decir que la Reina no dis-
España recobrará su tranquilidad, su aplo- frute libertad, porque el ser Reina le impon-
mo y volverá á entrar en la comunion de ga el deber de procurar la tranquilidad y el
las naciones europeas; si se resuelve mal, bienestar de la nacion que la Providenciale
se abre de nuevo sobre nuestra infortunada ha encomendado.
patria la caja de Pandora, «S. M. debe tener al menos la iniciativa,


«La Reina, se dice, debe ser libre: quien se nos dirá, y entrometiéndose la prensa en
ocupa el trono de España, no ha de carecer el negocio, baciéndose manifestaciones pú-
de un derecho de que disfruta el último de blicasde que se combatirá ó se sostendrá á
los españoles.. Aquí se sienta una verdad tal ó cual pretendiente, esta iniciativades-
indisputable, y por medio de un sofisma aparece.» A los que asi hablan les dirigire-
se deduce una consecuencia inadmisible. La rnos una pregunta. l,Es posible que errados
Reina ba de ser libre, es verdad; pero ¿se consejos hagan tambien errar á S. M. en la
entiende por esto que su eleccion en este iniciativa? Creemos que hasta ahora nadie
caso no esté mas limitidaque la del último ha atribuido á los consejos de la corona, ni
de los españoles? A medida que se elevan á la corona misma, el privilegiode la infali-
las personas en el órden social, pierden en bilidad. ¿ Qué será, pues, mas favorable
libertad lo que ganan en consideracíon v al decoro de la corona, el que las manifesta-
poderío. La libertad existe en ellos; pero ciones de la opinion pública eviten anticipa-
mas circunscrita que en los demas, La li- damente un error en la iniciativa, ó el que la
hertad de la bija de un hombre del pueblo misma opinion pública, haciendo conocerun
no reconoce mas límites que los señalados error, haga retroceder á la corona después
por la conveniencia, la moralv el honor; la de haberse equivocado en la iniciativa?Tam-
libertad de la hija de un grande, va no es bien nosparece indudable que es mas dcco-
tan lata; la de la hija de un príncipe, lo es roso no cometer un error que tener que' en-
mucho menos; y en llegando á una reina se mendarle. Luego importa sobremanera al
reduce tanto, que la elección está circuns- decoro de la corona que esta iniciativa esté
crita á muy pocas personas. ¿IIay por esto préviamente ilustrada por una discusion pú-
violencia? No. Si violencia hay, es la vio- blica : que se vean de antemano las simpa-
lencia de la posicion , de las cosas mismas: tías ó antipatías con que puede contar esta
esta violencia es, como si dijéramos, una ó aquella persona, que pudiera ser favore-
parte del peso con que oprimen al monarca cida con la iniciativa. '
el cetro y la diadema. Todas estas palabras de libertad, de deco-


La Reina debe ser libre, es cierto; pero ro, de derecho de iniciativa son muy bellas;
¿.esta lihertad se entiende en ningun senti- en algun sentido, significan tambien verda-
do como la libertad de losdemasespañoles? des indisputables; pero en otro son tambieu
No. Ved si la Reina, ahora mismo, es tan muy vagas; y segun como se tomen pueden
libre de hacer sus paseos como un simple espresar principios absurdos en teoria, yal-
particular; ved si no se levanta una gritería tamente funestos en la práctica. La cuestion
atronadora contra el viaje á las provincias libre de accesorios inútiles, y despejada da
Vascongadas; ved si podria, sin gravísimos las nubes con que se procura envolverla, so
inconvenientes, visitar diferentes cortes de reduce á lo siguiente: el enlace de la Reina




~ 532-
¿es un negocio de alta importancia para la
España? ¿Si ó no? La prensa española ¿tie-
ne derechoá ocuparse de un negocio de al-
ta importancia para la España? ¿Si ó no?
¿Es posible ocuparse del mejor modo de ha-
cer el matrimonio, sin indicar cuálesson las
personas que convienen, y cuáleslasque no
convienen? ¿ Sí ó no? Presentada la cues-
tion bajo este punto de vista, no admite dos
soluciones: no es necesario apelar á teorías
monárquicas, ni constitucionales, ni revolu-
cionarias; basta el sentido comun.


La prensa tiene ciertamente que' guardar
las consideraciones debidas á laaugusta per-
sona de que se trata; pero en el límite de
ellas puede ventilar la cuestión como mejor
entienda: para hacerlo asi le asiste un de-
recho indisputable consignado en la ley que
asegura la libertad de la prensa; y á ejer-
cer este derecho la obliga el deber de no
abandonar los intereses de la nacion en la
cuestion mas grave, mas trascendental que
ofrecersepueda á una monarquía colocada
en las circunstancias en que se halla la es -
pañola. Asi lo hemos pensado siempre, y he-
mos obrado en consecuencia: desdeque he-
mos visto á la prensa entera apoderarse de
la cuestiony examinarla estensamente, se
han disminuido losseries temores que abri-
gábamos de que con el silencio de losperió-
dicos no se tomase una resolucion de resul-
tados deplorables.


Unode los mas fuertes argumentos fra-
ternales que'pueden hacerse contra la reu-
nion-Pacheco, es elque haechadoungérmen
de division en el seno del partido moderado,
cabalmente enlos momentos críticos que mas
imperiosamente reclaman la union para ha-
cer frente á los demaspartidos, Si bienexis-
tía ya de mucho antes ese gérmen de divi-
sion, necesario es confesar que la reunion-
Pacheco ha contribuido á desenvolverle; por-
que asi como la union es mas fuertecuando
se simboliza en una persona, asi lo es la
division, cuando el motivo de ella es tam-
bien una persona. Un poco mas ó menos de
constitucionalismo , la conducta política mas
ó menos puritana, son cosas muy elásticas,
susceptibles de mil modificaciones, y que
llegado el caso pueden transigirse quizás
con una palabra. Pero esto de decir: ,«nos-
otrosno queremos al conde de Trápani,» es
tomar una posicion muy clara, muy despe-
jada, no caben ambigüedades. Quien sos-
tenga al conde de Trápani , es por el mismo


heeho un adversario político en un punto de
la mayor importancia; y quien sin sostener-
le aun, no le rechace abiertamente, es tam-
bien un adversario en política, pues no quie-
re reconocer la necesidad de una esclusion,
que se ha considerado indispensable.


Esta division tiene largas consecuencias.
i\ntes de realizarse el matrimonio, se traba-
ría una viva lucha entre las dos fracciones:
lucha que naturalmente contribuiría ádesen-
volver mas v mas los elementos de discor-
dia, y que podriaacabarcon un rompimiento
de difícil soldadura. En los diferentes movi-
mientos que durante la discusion debería
ejecutar la fraccion adversaria del conde de
Trápani , seria muy posible t¡ue algun vai-
ven loarrojase fuerade la órbitade la situa-
cion ; y que hallándose mas cercana á otro
sistema se precipitase hacia él, por efecto
de las leyes de gravitacion universal.


l Este fenómeno político se hace tanto masposible, si se considera que loscontumaces
en la oposicion se hacian imposibles por
mucho tiempo, despues de hecho el matri-
monio, y como los partidos no gustandede-
jar sin accion sus fuerzas y energia,· seria
de temer que esa energía y esas fuerzas to-
masen una dirección llueva.


La actitud tomada últimamente porlosdi-
ferentes órganos del partido moderado con
respecto á la cuestion del matrimonio, es
muy digna de observarse; no por lo que es
en si, sino por lo que indica, y por lo que
anuncia: es sintoma de una division mas
profunda de loque parece; es anuncio de lo


I que pudiera sucederconel tiempo, Hahabi-
, do por ahora una ligera escaramuza, en que


va los combatientes se han mostrado una
que otra vez animados en demasía; ¿quién.
sabe si losacontecimientos podrian empeñar-
los mas y acarrear una refriega?


En situaciones de suyo csclusivas, el mas
esclusivo es el mas lógico, y á veces el mas
previsor: y menester es confesarlo, el me-
jor medio para asegurar la esclusion y lle-
varla hasta susúltimas consecuencias, es ha-
cer el matrimonio con el conde de Trúpani.
No es cierto que el resultado correspondie-
se al buen deseo; pero es cierto que son op-
timistas de esclusion losque lo aconsejan, y
calculan sus buenos efectos en caso de rea-
lizarse. Fuera progresistas; y no como quie-
ro, sino para siempre: fuera carlistas; y no
como quiera, sino para siempre: fuera para
siempre lossospechosos, de quienes se haya




ESC1'ito en Paria á 20 de julio de 18!t5 )' publicado en Madrid en SO
del mismo.


SOBRE
REFLEXIONES


Mientras los órganos de la situacion nos
piutaban el estado del país concolores hala-
güeños, y aseguraban que la tranquilidad
no se turbarla en Cataluña, á pesar del
descontento acarreado por la quinta, corrian
camino de Madrid los estraordinarios porta-
dores de la noticia de graves desórdenes,
seguidos como es costumbre, de sangrien-
tas catástrofes. El paisanage se habia su-
hlevado, se babia batido con la tropa; y al-
gunos desgraciados habian sufrido la pena
capital no sabemos si precediendo alguna
formalidad; pero siendoen todo caso muy
breve. A los dos dias, nuevas y sangrientas
refriegas en Sahadelly Tarrasa; nuevo llan-
to para muchas familias; nuevos elementos
de discordialanzados en el seno del pais , y


I fecundados consangre. ¡,Continúantodavia
las desgracias?' La insurreccion ¿ habrá en-
contrado eco en otros puntos de España? A
la horaque escribimos estos renglones no
podemos salterio: pero aunque las cosas
hubiesen terminado asi , ¿no son bastante
tristes semejantes acontecimientos para afli-
gir profundamente á todo corazón español?
¿ Noson bastante graves para descubrir en
ellos el anuncio de otros mas graves toda-
vía? ¿No son bastante elocuentes para des-
mentir esa hueca palabrería con que se
quiere alucinar á la nacion , haciéndole
creer que ha entrado de lleno en un sistema
de paz y legalidad, cuando á cada momen-
to ve salpicar con la sangre de sus hijos sus
calles y sus rampas? ¡,Que importa saber
quién tiene la culpa? Lo que es evidente es
la existencia de un profundo malestar que
se revela de d·iferenles maneras, que aho-
ra se reviste de una apariencia, después de
otra, que hoy toma un pretesto, mañana
otro: lo que es evidente es que el 6"übierno
no se consolida, sino que bambolea sin ce-
sal'; lo que es evidente es que en semejan-
te situación el gohierno no gobierna, sino


I que se defiende; que no piensa ni puede
I pensar en la causa pública sino en la con-


1I servacion propia; lo que es evidente es que


- 533
tenido algun indicio que simpatizaban con el
conde de ~fontemolin: fuera todos los mode-
rados que se opusieron á la venida del prín-
cipe napolitano. El terreno queda muy es-
caso; pero en cambio son pocas las personas
que en él han de caber. Tienen bastante
lugar para vivir holgadamente.


y nótese bien: en aquel supuesto todas
las cuestiones politicas se transforrnarian en
dinásticas, y por consiguiente no serian sus-
ceptibles sinodeunasolucion. Los monárqui-
cos reclamarian sus derechos políticos; y
esto fueran mañas para derribar la dinastía.
Los progresistas serian objeto de iguales
sospechas; y hasta la inofensiva fraccion del
partido moderado, que se opusiera al casa-
miento, llevaría sobre su frente el anatema
de antidinástica, que mas de una vez que-
hrantaria su hrio en las cuestiones políticas
v hasta en las administrativas y financieras.
En la oposición á un ministerio, se creerla
descubrir la aversion 31 príncipe; en la 01'-
ganizacion de los ramos de la administra-
cían, se verían los hilos de un sistema para
hacerle daño; v si un dia se tratase de in-
tereses de la lista civil, ¿quién se atrevería
á levantar la voz en favor de la economía de
algunos millones en una dotacion, cuando
esta voz habria de ser considerada como un
atentado por el mero hecho de salir de la
boca de un adversario del príncipe?


En estas de~avenencias nada tenemos
que ver por ahora los que, sosteniendo el
enlace con el conde de Montemolin , somos
considerados como vitandospor unosy otros.
Bástanos esperar, y que los acontecimientos
sigansu curso. Bueno es que al mismo tiem-
po que se ha rechazado la candidatura de
Bourges , haya sidorechazada tamhien corno
iqualmente funesta laotra, que algunas per-
sonas celosas por el bien público se apresu-
raban á ofrccer ; bueno es que un periódico
liberal haya dicho ya que los sostenedores
del conde de Trápani no son mas liberales
que los que abogan por el conde de Monte-
moJin; bueno es tamhien que en mas de un
lugar se haya indicado, que quizás este úl- .
timo presentaría menos inconvenientes que
el protegido por la .Francia.




- 534,-
en tal situacion no imperan ni pueden im- I sino de los partidos estremos ; que la causa
perar las leyes; que la fuerza es el único ár- de nuestros males no se halla en la falsedad
bitro de los destinos del pais , y que los de la situacion sino en la'obstinacion de los
hombres pensadores ven que se aleja cada mismos partidos, equivale á no decir nada,
dia mas el tan suspirado momento de dar ó á confesar Jo mismo que tratamos de es-
fin al despotismo de la fuerza y á la disolu- tablecer. Una sitüacion de gohierno no es
cion de la anarquía, y de asentar sobre la ,1 ni puede ser una ahstraecion; es una reali-
ruina de ambos el ejercicio de un poder I1 dad en medio de otras realidades; un hecho
suav~ y firme, superior á l.os pal.'l.idos, ind~- en 1.1'Jio de otros hechos; un~situacio~ de
pendiente de toda proteccion militar ,reCI- gobierno no puede por lo nusmo conside-
biendo su robustez y energía de las ideas y rarse en sí sola, en los únicos elementos
costumbres del país, del asentimiento de la que entran en ella; es necesario cOllside-
inmensa n.ayoría nacional, apiñada alrede- rarla en sus relaciones con la sociedad en
dar de UIl trono que ejerza positivamente que se halla; y cuando por estas relaciones
sus funciones, sin mas voluntad que el se descubre que otros elementos muy po-
cumplimiento de las leyes, sin mas mira derosos, mas poderosos que ella, no la
que la conveniencia pública. Esto es lo evi- aceptan, ni pueden aceptarla á no dejar de
dente; esto es lo que resalta en la negrura ser lo que son, entonces es necesario con-
del cuadro; esto es lo que domina todas las venir en que la situación es falsa. Cuando
interpretaciones y tergiversaciones; esto es se examina una situación de gohierno, es
lo que ningun esfuerzo puede ocultar á los preciso antender, no solo á la cantidad de
ojos de los pueblos consternados. fuerza que posee, siro á la cantidad de re-


Mil veces lo hemos dicho, y no nos can- sistcncia que ha de encontrar ; asi como en
sarernos de repetirlo: la situación es radi- un problemase consideran á un mismo tiem-
calmente falsa; las condiciones bajo lascua- po las cantidades conducentes al objeto, y
les se quiere establecer en España un go- las que se oponen á él : positivas y negati-
bierno son insuficientes, y ojalá que no hu- vas. La situación del gobierno que se quie-
biese mas que insuficiencia en ellas, y que re sostener en Espuüa como estado detiniti-
algunas no envolviesen una necesaria con- vo, se halla en el caso de contar con dema-
tradiccion con el establecimiento de un go- siados elementos que la comhaten , y con
hierno. Los acoutecimientos vienen por pocos que la apoyan; 'y VOl' esta causa en
desgracia á confirmar nuestra opinion: no año y medio que lleva de duración, en mio
nos complacemos en ello: j bárbaro placer y medioque en la vida de las sociedades no
seria el que se recibiera de la efusion de representa mas que pocos instantes, ha te-
sangre! Pero preciso es recordar esta opi- nido que ahogar cuatro insurrecciones, yen
nion; preciso es recordar estos pronósticos, I los intervalos de paz ha vivido incesante-
por cierto nada dificiles de hacer; preciso " mente con las armas en lamano, temiendo á
es insistir en una verdad tan importante y I cada momento nuevos ataques. Si esto no
tan poco atendida, tan evidente yeun tal . prueba la falsedad de la situación, no alean-
pertinacia negada; preciso es inculcarla pa- zamos qué se necesita para probarla.
ra que la comprendan, la sientan los hom- Nada importa el que los movimientos se
bres de bien de todos los partidos, los que hagan COIl un pretesto que en realidad en-
no necesiten de esclusivismo; los que no cubra motivos y miras muy diferentes: en
hayan menester proscripcion de todo lo que todas épocas se ha vistoel mismo fenómeno:
no les sirve ó adula; los que por su fortuna cuando hay en los pueblos verdaderas cau-
independiente ó por Sil capacidad pueden sas de inquietud, los que con uno ú otrooh.:.
ocupar en la sociedad UIl puesto distingui- jeto se proponenhacerlas obrar, claroes que
do , sin que hayan de acudir al triste medio se han de aprovechar de lo que encuentran
de achicarlo todo, de anonadarlo todo para á la mano; y seria exigir demasiada morali-
que pueda parecer algo su pequeñez ó nuli- dad á los conspiradores el empeñarse en que
dad: los que no necesiten arrojar el anate- si un pretesto les sirve para realizarsus de-
ma sobre la moralidad, sohre todas las vir- signios, no hayan de emplearle cual sifuese
tudes , para desviar el anatema con que la ' un verdadero motivo. Lo que buscan ellos
coneiencia pública castiga la inmoralidad. I son medios de acción para desenvolver los


Decir que la culpa no es de la situacion l elementos de desorden que se abrigan en el




- 535-
seno de la sociedad; una vez provocado el dependiente de todos los partidos; enton-
desórden, una vez roto el vínculo que im- ces preciso es reconocer que hay en la so-
pedia el que cada elemento tomase la di- I ciedad alguna causa de malestar, grave,
reccion que le es propia, lo demas es cues- profunda, general, permanente, en cuya in-
tion de pormenores cuya resolucion importa vcstigacion deben trabajar loshombresde e~­
poco en la totalidad del problema. El modo tado, mas bien que en vanas&acusaciones,
de evitar las conspiraciones es aplicar el re- que lejos de calmar irritan, mas bien que en
medio ala raiz del mal, quitandode la socie- castigos tremendos, que esparcen la mas
dad, no á los hombres por 'medio de fusila- terrible semilla para nuevos trastornos: la
mientes, sino las cosas que la inquietan y sangre.
perturban. \ IÍasta ahora no vemos que se piense en


Se comprende muy bien que cuando un nada de eso: se sigue el mismo sistema que
país ve su tranquilidad completamente ase- en las épocas anteriores; siendo de notar
gurada, fundando la conviccion de esta se- que cambiando un nombre, emplean el mis-
guridad en la esperiencia de los largos años molenguaje lospoderescombatidos, ya sean
que vive tranquilo, si por una casualidad se progresistas, ya sean moderados. Cuando
altera el orden en uno ú otro punto, no re- mandaban los progresistas todo se esplica-
flexione el gobierno sobre la situacion del ha con la alianza de los moderados con los
país en general, no investigue si hay en él carlistas; cuando mandan los moderados
verdaderas causas de desórden , y atienda todo se esplica con la alianza de los pro-
únicamente á la localidad perturbada, no gresístas con los mismos carlistas. ¿Pue-
pensando en otro remedio que en el castigo de desearse esplicacion mas satisfactoria,
de los revoltosos. Entonces, es escusable el mas completa, mas analítica, mas pro-
que se achaque la culpaá tal ó cual persona, funda? Este es el tema obligado, asi de las
a tal ó cual bandería; que se quite el disfraz autoridades superiores corno de las subalter-
al protesto, manifestando el verdadero moti- nas: y así al leer en la proclama del general
vo, y que nose empleemascorrectivopara lo r Concha aquello de la monstruosa alianza de
presente mi precaucion para lo venidero, los republicanos con los carlistas, no hemos
que el desengañar á los incautos y el re- ¡ podido menos de sonreirnos al recordar que
primir á los díscolos con ejemplares es- lo mismo mismísimo decia el general Van-
carmientos. Pero cuando la tranquilidad se 1I Halen cuando la insurrección de Barcelona
altera no raras, sino muchísimas veces; ! en noviembre de 1842, y cuando j coinciden-
cuando los puntos en que se perturba son cía singular! el general Concha se hallaba
varios; cuando a pesar de la diversidad de emigrado, y los periódicos de la situacion de
los motivos ó pretestos siempre encuentran entonces, en queriendo dar un grito de alar-
secuaces los agitadores; cuando el carácter ma, comunicaban las estupendas noticias de
flue en definitiva toman semejantes aconte- que el general Concha debia desembarcar
cimientos, no se limita nunca á particulari- en el puerto A, y Narvaez en el puerto B, y
dades relativas á esta ó aquella provincia, el Baron de Meer y Pavía debian de entrar
sino que sea cual fuere el pretesto con que por el puerto e, todo para realizar combina-
haxan comenzad.o, siempre se dirigen á un cienes carlo-cristinasl.... Por manera que
mismo hlanco, siempre acaban por un mis- en el problema de señalar las causas de las
1110 grito, abajo el gobierno, entonces preciso perturbaciones de España tienen ambospar-
es reflexionar que efectos generales de- tidos dos cantidades, una constante y otra
hen de tener causas generales; que efec- I variable. La constante son los carlistas, la
tos constantes deben de tener causas cons- variable son los moderados para los progre-
tantes ; que sucesos repetidos en todas las sistas, los progresistas para los moderados.
provincias deben de tener un origen in- Así la fórmula es general, y sobre todo sen-
dependiente del provincialismo; que suce- cilla; bastando una ligera sustituoion, ó mas
sos provocados por muy diferentes personas bien la determinacion de un valor, para que
y clasesdeben de tener una raiz indepen- segun este sea, puedan emplearla unos y
diente de clases y personas; que sucesos en otros.
que en varias épocas han tomado parte, Asi los carlistas habrán dejado de ser un
cuando no la iniciativa, todos los parti- partido político; sus legionesserán comouna
dos, deben de tener una procedencia in- especie de suizosque se contratarán con to-




-- 536 -
dos los partidos alternativamente: claro es
que no para edificar, sino para derribar. Ig-
nórase el sueldo que á esas legiones se les
habrá señalado en las diversas épocas; y lo
estraño es que no siendo pobres los partidos
como no suelen serlo en España los que
caen del poder, continúen los carlistas en la
emigracion, sumidos en la miseria, y no os-
tentando algo de ia abundancia que deben
de haberles proporcionado alianzascon gen-
ta tan rica. Lo estraño es que todos los par-
tidos, cuando dominan, se olviden hasta tal
punto de sus antiguos aliados, v que á la
menor pretensión que les vean losacusen de
insolentes, y sobre todode ingratos.


Los interesados niegan la existencia de
semejantes alianzas; pero esto no impide el
que se continuen afirmando con imperturha-
lile serenidad. Y es de admirar, pues que
tantas y tan repetidas son las provocaciones,
es de admirar que algun cronista no se ha-
va encargado de referir lo acontecido cuan-
do la emigTacion de los moderados en Fran-
cia, á propósito de alianza con los carlistas;
es de admirarque no siendo pocos los que
saben curiosísimos pormenores, havan teni-
do los hombres insultados la prudencia de
no echarlos en cara á los hombres que los
insultan. Fortuna que el corresponsal del He-
raldo en París ha suplido la falta, á pesar de
su intencion inofensiva (1).


. (-1) Acontinuacion copiamos los párrafos
de la citada carta, insertados en el número
del Heraldo del dia 8 del corriente julio;
párrafos que llamaron la atencióndel Clamor
Público, que se ocupóde ellos en su número
del 1·1. Nosotros no los comentaremos: ape-
lamos al buen juicio del lector. Decía así el
corresponsal del Heraldo: .


. d.a actitud euérgica é imponente en que se ha
puesto el gobierno español con motiYO de las pro-
clamas de D. Cárlos y de su hijo mayor á la nacion,
ha cansado mucha impresion al partido carlista y
al Icgítímiste, que habia combinado el proyecto de
casamiento entre la Reina '1 el conde de Monte-
molin, como la cosa mas se~cilla y hacedera del
mundo, y se lisonjeaba grandemente de que ohte-
dria el apoyo de S. M. la Reina Madre.


»Y aqui creo deber aprovecharme de la ocasión
para rectificar una noticia difundida, juntamente
eon otras mnchas del mismo género, por los perió-
dicos con motivo de las supuestas simpatías que la
Reina Madre ha.bia manifestado siempre en favor I
del enlace de la Reina con el hijo mayor de Don
Cárlos. Hé aquí los hechos, segun la historia, en


Esas inculpaciones, que podrianllamarse
calumnias, si nombre tan serio merecieran
despreciables vulgaridades que solo escitan
la risa, envuelven una notable confesion de
parte de los bandos dominantes: y es, que
el partido carlista unido con una de las frac-
ciones liberales es capaz de poner en peli-
gro la tranquilidad pública. Esta conlesion,
lo repetimos, es notable, pinta nada menos
que la triste situacion de lospartidoslibera-
les, y la triste situaciónde la España , mien-
tras ellos la tengan bajo su influencia es-
elusiva. Parece cosa dernostrada , que el
mando de los progresistas escluye por ne-


toda su verdad. En la época en que la ambicion de
Espartero se encaminaba á echar por tierra todas
las instituciones monárquicas, el g'dbinete de las
Tullerias trató de promover un acomodamientoen-
tre el partido moderado y el carlista, con el desee
de que la union de ambos partidos conjurase la
tormenta que amenazaba al trono de Espafta. El
mejor medio que entonces se presentaba era el ca-
samiento, con tal que el Pretendiente abdicase
para si y para sus sucesores sus pretendidos dere
chos á la corona de España. Esta condicion dehia
proporciouar al marido de la Heinu la mismasitua-
cion en que se halla en el vccino rcino de Portugal
el de doña -'Iaria de la Gloria.


»Agradabaesta cornbinacioná las potencias del
Norte, como que veían en ella un precedente favo-
rabIe para volver á anudar sus antiguas relaciones
con España. Al propío tiempo que el casamiento,
todas las potencias habrian reconocido á S. .M., y
se habrian comprometido tácitamente á combatir
las tentativas anárquicas de los ayacuchos.


»La realizacion de este proyecto ofrecía enton-
ces la doble ventaja de acabar COIl la guerra cid],
y de coloear el trono en su lugar correspondiente
entre las nacíones de Europa.


»Un ayudante de campo del mariscal Soult pasó
eutonccs :í Bourges Jlaraentablar las negoeiacioncs
con D. Carlos, alrededor del cual se agitabandos
partidos: uno de ellos le aconsejabaque se allanase
á los deseos del gabinete de las Tullerias y rennn-
ciase á sus pretensiones en vista de las poquísimas
probabilidades de buen éxito que ofrecían; el otro,
el de la princesa de Heira, creía que dando el hijo
mayor de D. Cárlos su mano á la Reina, seria de
he~ho y de derecho rey de España.


»Este último partido se apoderó de tal manera
dcl apocado y débil espíritu de D. Cárlos, que al
poco tiempo hubo de renuncíar el diplomático al
proyectado enlace, y rompió toda negociacion con
D. Cárlos. Despucs acá no ha vuelto á dirigir al
Pretendiente proposíclon alguna directa ni indirec-
tamente, y no tengo noticia de que las que acabo
de referir hayan sido consultadas con la Reina
Crlstina.» ~




- 537-
oesidad el de los moderados'; asrcomoel ~e . es de min,oría" púede;darse por seguro que
los' moderados escluyeel de 100s progresis- no faltaran trastornos ~ existan Ó no las
tas. Quien dudase de· lo primero, recuerde alianzas. .,. .. , .. .
las destituciones en masa de 1840; quien ' ¿Qué eslo que dafuerzalÍ"u¡lgobierno?
no estuviese cierto de lo segundo, recuerde ¿Son acaso las bayonetas? No~:;Doscientos
las destituciones en .masa del tiempo de mil hombres son para España un ejército
Gonzalez Draba. Parécenos demostrado tam- escesivo, un ejército que solo én crisis muy
bien por larga esperiencia , que mientras violentas puede tener en pie: y sin'embár-
continúe la España bajo las condiciones en go,:¿qué serian doscientos mil hombresPi~:­
que se halla desde la -muerts de Fernan- ra sujetar la España? Nada. La fuerza la sa:
do VII, los carlistas serán escluidos, duran- can los' gobiernos de'la misma sociedadgo-
te el mando delos progresistas como de los bernada, y no la tienen nunca suficiente
moderados. De .10 cual se in~ere evide.n!e- par~ suj~t?r á I~misma sociedad, si no es
mente que, contmua~d? las dichas condicio- pórbrevlsl.mo tIemp?, La verdadera. f~erza
nes, el mando estará siempre en manos de de un gobierno consiste en el asentimiento
un partido liberal que tendrá contra sí al de -la SOCiedad á las ideas del gobierno, en
otro.partido liberal y al carlista. Ycomo por la adhesioude la sociedad á las medidas del
la confesionanterior, sabíamos que esa ópo- gobierno. Cuando lejos de haber asentimien-
sicion reunida es capaz de poner en peligro ro hayeoniradiccion; en vez de. adhesion
la tran9~ilidad pública; se ~~dÚé~ que esta ~ayrep~gnancia., la tranquilidad sólid* es
tranquilidad no se asegurara Jamas, que la Im¡rosible.' El malestar comienza por.produ-
tal seguridad;~s imp,0sible:y' esto es-preeí- cir de~as~siego, el,d~sa~osiego se co~v~~rp~
samente ilo,;iqueEl Pensamfento deta Na» en.agítacíon, y la agitacton ac~ba en msur-
cion sena propuesto demostrar mas de una- rección abierta. Ahógueselamil veces, se
vez, y en esto ha fundado la necesidad de repetirá otras mil, hastaquéserestablezéa
emplear medios radicales, dejándose de pa- la armoníacuya ausencia .es •. fa causa pe,r...
liativos. manente de todos los trastornos. No os en-


Aqui se nos puede hacer unaobjecion, ganen intervalos de profundo sosiego: el en-
que noconviene dejar sin respuesta. Si nos- felino ha sufrido violentas convulsiones que
otros consideramos infundados loscargos de le han rendido; pero su 'descanso de algu-
las alianzasmonstruoS'aS, se sigue en nues- nos momentos no es el sosiego de la salud;
tra opinión, que los gobiernos no tienenque en cuanto haya reparado un poco sus fuer-
temerlas, y por tanto desaparece-la princt- zas, laconviilsíon comenzara de nuevo. El
pal razon en que hacíamos estribarla impo- cails,ancío no cura'el enfermo, antes bien lé
sibilidad de que llegue. á consolidar-se 'la l!iripeora: pues bien: '.el .cansanciode fas
tranquilidad pública. A esto replicaremos, báeionestampóc()cura'sus 'e'iúermed~des;
que en.nuestra o~inion.esa imposibilidaduo las p(jstraqUiiá'S··~or·algtiri;:,tiempO,,~er6 el
se funda en la existencia de la alianza, SInO malqiredaintacto=hastaque elmaUlesapll-
en la existencia de loselementos de oposi- rezealas convulsíónes se repiten, como éféc-
cion al gobierno, que sumados sean bastante tos necesarios.'. '. " ....
fuertes para derribarle. No necesitamos are- .El partido carlista, aun sin moverse/hIr':'
lar á la alianza: basta que los-elementos ba de contínuo élsueño de lospartidos do-
e~istan; pues entonces resulta que el go.... minantes: esto revela su importancia :.esto
biernoeuenta mas elementos en contra que confirma lo que muchas veces hemos dicho
en íaver, que tiene mas enemigos que ami- de que en el seno deeste partido,porun
g?S; situacionviole~ta que jam~s puede~v~:- conjunt?de circunstancias qu~~o.~s'~p~rtu­
rurse con la cousolidaoion delorden ~ubh~ no esphcarah~ra, se han~nreumdos wa.n-
co. P~ra ~aber SI ~lgob.l{mr~ de un pars ~s~ desele~ntosd~ fuerza, y que se SUICida
táconsolidado , S.l la simacion en q'!e Vive, todo gobierno que.en vez de ap~ovecharlos,
cuenta ~o,n segunda? de lar:ga durac~, no Iqs .~ombat~'y se los haceeneiírigos. En e~
es pre~lso atender a la actItud. que' ~renen parlHlo carlista bayla Españaantigua; y se
los partidos entre sí; hastaconsiderar la que hacen una 'funesta ilusion los que se lison-
gu~rdan con respecto al gobierno, y la re- [ean'de que la España moderna por sí sola
lacion en que estan las fuerzas de este ~on cn.enta con.bastantes elementos para consti-
la suma de lasde aquellos. SI esta relación turrun gobierno. "as dosEspañas se han se-


66




- 538 -
parado en vez pe unirse, se han,combatido
en vez de ~Jix,i1iilrse ..Por .unacircunstancia
fatal para nuestro desventurado 'pais, cada
España ha ,te,nido su bandera dinaslica; y /a
existenciá deesta bandera ha imposibilitado
un desarrollo? que si bien mas lento, hahria
sido masprovechoso y seguro; ha hechoque
!as, revoluciones ocupasen e/lugar de las re-
formas ; y hacen todavia que ni la España
antigua pueda satisfacer sus necesidades
mas legítimas y moderadas, ni la España
moderna pueda consolidar ninguna de, sus
conquistas. Estamos en un campo de bata-
lla; los destrozos son muchos ; el botin es
abundante; .pero solo se'aprovechan de las
ricas-preciosidades Jos que asisten al com-
bate, no con el finde alcanzar victoria, sino
conla mira de arrebatar una parte del botín
á la s,ombra de la polvaredaque levantanlos
combatientes.


. Alguna vezse nos ha dicho al impuguar-
nos , que la cuestion de España era mas
bien de principios que de dinastía '. y que
con resolver la segunda,-nada se habia ade-
lantado en la primera. Como si no hubiéra-
mos reconocido esta verdad en casi todos
nuestros escritos; como si no hubiéramos
dicho muchas vecesque la cuestiondinásti-
ca habíasido poderosa, no por lo que ensí
era, sino por lo que representaba. Pero, al
reconocer esta verdad , tampoco hemospo-
dido dejar.enolvido otras verdades, cuales
sonél que sin lacuestion dinásticase habria
resuelto de otro modo la cuestíonde prín-
~ipios,y que.laexisteucia de. prete~iQnlls
alJrilpp era un grande obstáculo para qUe
sypudiese llegar á unasolucion definitiva.
Lo único que -puede soportar la España en
punto á organizacion social y á formas polí-
ticas, necesita otros elementos que los do-
minantes en la actualidad. El trono, condi-
cion indispensable no solopara el desarrollo
de la prosperidadpública, sino tambien pa-
ra la conservacion delórden v hasta de la
u'nidlld nacional, no,puede ser en España
un nombre, ha de ser una realidad; ha de
ejercer unainfluencia efectiva, independien-
temente de loshomhres y de los partidos.
Se habla muchas veces de que es necesaria
unaConstitucion-verdad, y mejor podría
decirse que necesitamos. un trono-verdad.


,.l. l el trono de Doña Isabel II ha sidoja-
:mas una verdad? Desde la muerte de Fer-
na:ndo;V~I,~e.s el trono, ni quien ha gober-
Il;¡¡.do, O,, quien ha decidido las cuestiones


capitales, ni quien ha inspirado su resoIu-
cion? Durante la menor edad de la :angulla
Huérfana, en tiempo de la regencia de su
madre, ¿fué jamás una verdad el poder de la
Reina Cristina? ¿Se ha olvidado nadie por
ventura de las cosas.que se han hechodecir
á esta augusta Señora en las reales órde-
nes, en los decretos, en los discursos de
aperturas de Córtes, en los manifiestos?
¿Es una verdad el poder de quien firma el
manifiesto de Cea Bermudez , promulga el
EstatutoReal, resiste hasta la últimaestre-
midad con el conde Toreno, halaga la revo-
luciou con Mendizabal, intenta la contra-
revolucion conIsturiz, resiste otra vez has-
ta el último estrémo, manda luego jurar la
Constitucionde 4812, jura y mandajurar la
de 1837 , sigue á la mercedde las intrigas
y de las bayonetas, y acaba porembarcar-
se en Valencia, para ir á lamentarse en
Marsella? ¿Fue una verdad el trono en
tiempo de Espartero, levantado en brazos de
la revolucion, obligado á servirla,y sufrien-
do luego el ostracismo por haber disgusta-
do á algunos de sus caudillos? Y desde la
declaracion de mayoredad, ¿quién gobier-
na? ¿Es nadie mas que el generalNarvaez?
Pues bien: esto.no puede seguir asi; en
Españaningun hombre puede elevarse á la
altura suficiente para reemplazar el trono:
hasta que el-trono sea por sí bastante fuer-
te.para ;lIamará gobernar á quien juzgue
P9l' conveniente, sin mas consideración
á ningunparticular que la que sugieraná
un' monarca la aptitud del llamado, y la
conveniencia pública, hasta entonces no
tendremos la tranquilidad asegurada; hasta
entonces viviremos en la misma zozobra
que ahora. Se sofocarán las insurreccio-
nes, pero estallarán otras. La institucion
de la monarquía hereditaria no produce
á los pueblos todos los beneficios que de-
he, mientras' no les asegura la estabili-
dad, cerrando la puerta á las ambiciones
desmedidas. Si colocais á un pais monár-
quico en una situación tal, que las ambicio-
nes no satisfechas puedan aspirar al poder
supremo, independientemente de la volun-
tad del monarca, iaoculais en la monarquía
hereditaria todos los males, todo el flujo
y reflujo de una monarquía electiva.




DEL


"CA.I1DIDATUBA.
539 -


hemos dicho : se', nos tenia por soñadores }ó
al menos senosllamaba tales; y ahora se vre-
ne á confesar lo mismo;' se viene á confesar
a~rrA~gm ~~mi!m!llWmQ quehay posibilidad, que hay probabilidad,


que hay mucho peligro, pues qué, con tanta
urgencia sequiere acudir á él" tomando una


Esceño en Bruselas el 23 dejuli. de 18'~ 'y publicado e" Madrid resolucion pronta que lo desvanezca', para
en 6 delsiguieD!e agosto, sIempre. , " ,"


'Llamamos la atencion pública sobreesta
No habrán olvidado nuestros lectores co- conducta de nuestros adversarios: ellos mis-


mo dos meses atrás opinaban' los órganos de mos hanfallado en nuestro favor en la gran'
la situacion, que la cuestion del matrimo- contienda que dos meses ha nos estáócn-
niode S. M. era prematura, que todadiscu- pando : nosotros decíamos: el matrimonio
sion sobreella era intempestiva, y que pro- es posible, ,Y con el tiempo se háráproba-
cediendo en consecuencia de esta opinión, hle; 'ellos contestaban: el matrimonio es im-
se abstenían de entrar en polémica, á pesar posíble, es un sueño, un absurdo. Nosotros
de repetidas invitaciones. Las cosas han afirmamos ahora lo mismo que antes; y ellos
cambiado completamente: lo que poco antes c1a~an: tememos una resolucionpronta; hay
era inoportuno y prematuro , es ahora opor- pehgro eú Ia tardanza; «los que abogan por
tunísimo y urgente: testigos' los periódicos ladilacion del matrimonio, unos sin saber-
que asi lo dicen con una claridad yfranque- lo y otros á sabiendas, abogan por la causa,
za iguales á la estremada reservaque en los, carlista.» ¿Deqtié parte estaba laraznn?'
meses anteriores habian guardado.: ~Cuál ¿De qué'lado está'la consecuencia? ' ,
ha sidola causa de una mudanza tan repen- ¿Aquién temen en este negocio lospo':"
tina? ¿ Es otra por ventura la situacion de riódicos de la situacion ?¿Temen por ventu-
España? ¿Es diferente la situacionde Eu- ra al gobierno? No ciertamente. Un minis-
ropa? La Reina Doña Isabel 11 lo ha dejado terio donde estan Narvaezy Martinez de la
deser una niña de corta edad? ¿Cuál pues Rosa no puede inspirar ningun recelo á los
será la causade la nueva actitudde algunos adversarios del conde de Montemolin. La"
periódicos? Necesario fuera estar ciegopara circular del ministerio de la Guerra es una
no ver que la verdadera' causa: se halla-en' espresion hartosignificativa de la disposícion
los documentos de, Bourges; r que la opor- de ánimo del presidente del consejo;losdis-
tunidad y la urgeáciaquede repentese ha cursos y los actos del segundo, son una fir-
presentado, no significa masquelaoportu- me garantíade que no transigirá jamás. En
nidad y la urgencia de destruir la probabi- una situacion análoga se hallan los demás
lidad y la posibilidad de un enlace conel ministros: ysi bien es verdad que no todos
conde de Montemolin. Ademas , esta espli- han contraidocompromisostan solemnes. es
cacion no es una simple conjetura, el He- de creer que profesan la misma opinionque
raldo lo ha dicho en su número del 12 de el general Narvaez y el ministro de Estado.
este mes: «Prometimos en nuestro número Tampoco es probable que se tema la in-
de ayer demostrar: primero, que estamos fluencia de una persona elevada, que natu-
abogando hace días por la pronta resolucion ralmente la ha de ejercer muy grande en el
de la cuestion del matrimonio de S. M.; Y corazon de lajóven Reina. En primer lugar,
segundo, que todos losque abogau por la no hay ningundatoen que pudieran fundar-
dilacion del matrimonio, , unos sin saberlo y se semejantes sospechas, y no-existiendo
otros á sabiendas, trábajanen favor de la datos positivos, la presuncion estáencon-
causa carlista.» Así se espresael Heraldo. tra. Ademas, como.se ha dicho queel enla-


La primera consjderacion que esta con- ce 'COI} el conde de Montemolin seria alta-
ducta nos sugiere es , que los periódicos de mente funesto al" pais, y 'que' acarrearia la
la situacion no andaban aceriados onaudo' ruina del 'trono de Isabel Il; y como se ha
decian que el matrimonio con el conde de sostenidoque estoes evidente;y que solo
Montemolin era im1!0sible. Semejante con-'¡ dejan de verlo tos carlistas, interesados en
d,.ncta, no so~o.manifiesta que, hay posib~l~dad, \' manifestarqu~ nolo ven., no es regular l:J.ue,'
smo probabilidad, y que esta probabilidad .Ia augusta senora de quien hablamos se 1U-
iriacreciendo todos losdias. Sí, nosotros lo elinase á una combinacion que tantas cala-




midades .atrajeta sobre laEspaña, y que
echariapor. tierrael trono de SU escelsa .hi-
ja. Oestono 'rS tan evidente como ha se,que-
rido suponer, óes necesario desechar ,to(iQ
temor ,todo recelo, toda sospecha M que
la madre de la Reinapu,diesejaJllásfavor~
cerelfatal matrimonio. Todavía hayotra pon-
sideracion: si los recelos los concibiesen Jos
órganos del partidoprogresista, que..segun '
rasap~rÍl(ncias 11.0. es eJ;l. ,I,allc,tu¡¡lidad muy
elltúslasta de la madreP:e la,lt~jlla,nada ha-
br¡ade estraño ~p'ero esto esimposible en el
partiqp,moderado, que asi.en la dicha como
en e1.mfortunio no se ha separado jamás de.
la reina. Cristina. Es necesario, pues, con-
cluirque cuando los periódicos de la situa,-
cion hablan de la urgencia de resolver la
cuestión delmatrimonio, sosteniendo que la
dilliCion favorece al condede Montemolin, no
piensan ni por asomo en la madrede laReina,
y antes bien deben estar convencidos que
est~'augusta señora interpondria su podero-
sa mcdiacion para que en ningun caso se hi-
ciera una alianza origen de. tamañas. catás-
trofes. .


Escusado es decirque la Reina Isabel es-
ta mucho mas que ñadie al abrigo de se-,
mejantes sospechas. Su corta edad, y los
consejos que debe de recibir, son una ga-
rantía mas que suficiente aun para los mas
desconfiados.


¿ A quiéntemen ,pues., en estenegocio
losperiódicos de la situacion? ¿Quién turba
el sueño de los adversarios del enlace con el
conde de Montemolin ?':¿ Será;tal vez el ga"
b~n~le de lasTul1erías?!~simposible;cuan­
doáestashoras qllizás n9 habrá abandona-
do..todavía ~ su candidato el conde de Trá-
pani. ¿Será la Inglaterra? Pero el gabinete
inglésno se ha manifestado favorable á late-
mida combinacion. ¿Serán las potencias del
Norte? Peroestas potencias nadapueden ha-
cer'contra la Francia, la Inglaterra y la vo-
luntad de España.


Buscando en otras partes el objeto del
temor, se puede preguntar si se temeria tal
vez una insurreccion carlista en favor del
matrimonio; pero á esta conjetura se opo-
nen muchas razones: 1.a todas las noticias
de levantamientos que en poco tiempo se
han.repetido con tanta abundancia, se han
desvanecido como el humo en presencia de
Ig,actitud profundamente pacífica de loscar-
listas, altravés de los mas graves aconteci-
ni~e.n~os; Jo que naturalmente ha debido


- 54-0-
producir li\ ~WlYJceiQll de que PQ;se'piensa
en promoverla guerracivi1. 2.a Aun cuando
los carlistas intentasen apelar á las armas,
el gobierno nos asegura , y sus amigos lo
coufirman , que tiene fuerza sobrante para
contener á los revoltosos; y añade, y por
ciertoen esta parte es digno de fe, que está
firmemente decidido á emplear sin conside-
ración de ninguna clase, y sin distinguir
categorías ,el sistema ensayado en ~l Ma~s­
trazgo , en Alicante, en la Rioja , ea Hecho
y. ,Ansó, y últimamente en Barcelena,
3.a Pues que se conviene en que la dílaeien
es favorable á loscarlistas, es evidente lJUC
estos no tienen interés en provocar sucesos
ruidosos que les destruyesen los buenos
efectos de la dilacion, y obligasen al gobier-
no.á quitarles toda esperanza; tomando por
motivo ó pretesto la insurreccion misma.


La verdadera causa de los temores no es-
tá pues ni en la Reina Isabel Il, ni en la
madre de la Reina, ni en ·elgobierno. ni en
la Francia, ni en la Inglaterra, ni en las po-
tencias del Norte, ni en las sublevaciones
carlistas; está en la fuerza misma de lasco-
sas; está en el curso natural de los aconte-
cimientos, en la elocuencia de los.sucesos
que fortalecerá en su conviccion á los con-
vencidos, que convencerá.á IQS que. dudan,
quaharádudar á-los-que niegan. Aquí está
la- verdadera causa.de los temores; aqui se
eneaentra la razon de esa. priesa que se
quiere llevar; aquiestá la esplicacion de
cómo ha podido trasformarse en urgencia
apremiadora, lo que poco antes era una co-
sa prematura é inoportuna,


Si en efecto el enlace con el conde de
Montemolin es tan antipático á'Iaopinion
pública como se ha querido suponer, ¿por
quéno dejar que esta opinion Se desenvuel-
va cada dia mas, y se fortalezca, hasta el


I
punto de evide.nciar á I.os ojos de los ilusos
la vanidad de sus deseos y esperanzas? Lo
que es verdaderamente nacional, ¿ no se
muestra mas nacional todavia, cuando ha
pasado por el crisol de una discusion solem-
ne continuada por largo tiempor¿ Los ad-
versarios del conde de Montemolin sehallan
por ventura en posicion desventajosa para
sostenerla lucha? ¿No son ellos dueños del
poder? ¿No dominan en las Córtes? ¿Noti,e-
nen muchos órganos en la prensa? ¿No dIS-
ponen de todos los empleos delpais? ¿No
tienen bajo sus órdenes u~ nu~exoso ejér-
cito? ¿Qué temen pues? Si.estáde.su parte




- 51-1-
la razon, siadernas tienen la fuerza, ¿qué' esto sin duda. Pues bien: si 00"10 haofvidll-
les falta? ¡Ah! esa razon es la que les falta; do, es,menester que 10otvi4.e; todo-esto no
y esa falta no esperan poder suplirla con la vale nada; estos principios ya no Son admi-
fuerza que les sobra. sibles: antes erancverdaées-iüconeusas;


Si bien deciamos hace algun tiempo que ahora'son escrúpulos en que n,'()~nvient'di­
habia llegado la hora de ventilar la cuestion jar la atencion: ahora no solo se puede es--
del matrimonio de S. M. , añadíamos que en cluir á quien bien parezca.sinóqué-se-puede
nuestro concepto aun UI) había llegado la de designar la persona, sin rodeos, sinningun
tomar una resolucion definitiva. Cuestiones velo, con el nombre propio, presentarla{¡:lli
como la actual se examinan largamente, se Reina, al pais , provocar las manifestacio-
meditancon madurez y profundidad, antes nes de la prensa, y decir: (este es; este,
de tomarun partido. La opinion pública ne- debe ser, este será.» ,
cesita formarse, en vistade las razones, y Lo confesamos francamente ,esta'sereni...l
en presencia de los sucesos.' Cuando se dad DOS desconcierta,no la cornprendemes. .
quiere dar un paso de inmensa trascenden- «No es de hombres de estadonide hombres
cia, y paso. tal que no consiente.retroeeder, de gobierno hacer en estos casos;' anticipa··'
es 'necesario mirar una y mil veces en qué das esclusiones de personas. », Asi 'Ilablaba
sentido se da, mavormente si del acierto ó el Heraldo' del'2 de' julio; Permítanos este
del yerro estan pendientes la felicidad 6 la periédioo que; le-pregantemos , si -eldesig..
desdicha de catorce millones de hombres. nar en estos easos á-uaa'persona .comola
l,Y lo han examinado de esta manera los mas conveniente, no'es.escluir 'á' telhuda.s
que ahora aconsejan con. instancias una re- otras; y sin embargo el Hoeraldo'designa'la
solución tan pronta? ¿Podrán persuadir al persona del infante D.EmiiqueMllúoone~
público que en efecto hayan reflexionado ra que se ha podido ver en susnúnretos:
detenidamente sobre la resolucion y sus Cuando nopuede haber mas que un,elegido
consecuencias, cuando este mismo público solo, el designarle esescluir á-todos los.pre-
los acaba de ver reservados, silenciosos ó tendientes. Si se replica que con la-designa-:
inciertos, y está presenciando con sorpresa cion no se intenta coartar la libertad-de la
esa trausíormacion tan rápida, instantánea, Reina, claro es que tampoco se intentaba
sin que haya precedido nmgun suceso capaz semejante coartacion en la rcunion-Pacheco,
de justificarla , sin que sea dable sospechar ni la intenta nadie que respete, no diremos
otroorígen que el acuerdo entre pocas per- la magestad del trono, sino los derechos de
sonas , si no la voluntad de una sola? la naturaleza: claro es que todas las -mani-


Hace muy pocos .dias que .la iniciativa festaciones que se hagan en este .óaquel
correspondia á S. M.; era necesario andar sentido han de andaracompañadas 'sithtlrte
consumo tiento en la esclusioncomoen la' de protestas, semejantes, ':y'·que¡, :éooÍltos
designacion de personas; el celode los que deseen inelinan ·elánimo'de'S.-}1"i M le,
nose conformaban con estas reglas, era es- han de hablar de otro modo, aun eneh5\i.-'·
traviado: la Constitucion , el decoro, la dig- puesto de que llevasen muy. Illlala'.rtenaci-
nidadde la corona, todo se combinaba para dad en la exigencia. En este último-~$) no
aconsejar estremada reserva. La reunion- se hallarán ciertamente los 'redactores del'
Pacheco, que se atrevió á una esclusion, Heraldo; les hacemos esta'justicia¡;;,y. solo
era un suceso muy desagradable, y que emitimos estas observaciones' para-mánifes-
hubierasido digno de severas reconvencio- tar que en este negocio de lI'ado'vaI6IJ!!cier-
nes , ano tratarse de amigos, á no compo~. las salvedades generales, que pnedeaeon-
nerse la reunionde personas en quienes se siderarse como íérmulanecesariaee.tedus
hahiade suponer cordial armonía. en el fin, las pretensiones. .,""" .: .... !:
y escasa 'bieu quedeplorable divergencia en La persona recientemell<tenfatoreoidá por
losmedios de alcanzarle. El, conde.de Trá- la prensa-de la situac¡'{JD.vnos;merec~lln
ni, á pesar de su estremada: impopularidad, profundo respeto. como- príneipe, y 'escita
casi casi había encontrado gracia en 6dioá nuestro interés como; español: nada tenemos
todo cuanto pudiera atentar en lomasmíni- que decir contrad joven marino, á quien
mo á los· principios de lanuevaConstitución, deseamos que pueda adquirir altorenombre
á la dignidad del trono ~ á la libertad de la en la noble carrera que,ha emprendido, y
Reina. El público no ha olvidado nada de no dudamos que se distinguirá porlas.bellas




- 5~2-
cualidades que en eslos últimos días han el mismo papel que ahora la reina Cristina;
encomiado los periódicos; pero todas las entonces como ahora se hablaría dél póder
prendas del jóvenin,fante no alteran en un irresponsable, del'paderoculto, del poder
ápice el estadod.e la cuestion , que por des- Usurpador de atribuciones, que le niega
graéiaes iadependiente de las personas, y espresamente .la Constitucion ; entoncesco-
sacasusgrevtsimas dificultades de la natu- moahora se hablaria contra las intrigas de
raíeza.misma de las cosas. Admitiremos que palacio y los manejos de la camarilla. Los
el príncipe fuese entendido, resuelto, pru- partidos no son tan escrupulosos que respe-
dente'; conciliador, generoso, valiente: ¿to- ten á ninguna persona, por alta que sea,
doesto destruye por ventura Jos partidos? cuando les contraría en sus designios. Para
¿,Les hace abandonar las posicienes que ocu- quien les sirve tienen siempre preparado
pan?¿tes hace despojar desus ideas y senti- un tesoro de entusiasmo y de lisonjas ; para
mientas? ¿Les satisface en'sus pretensiones? quien se les opone, un caudalde odio, des-
¿,Hace que losunos no se crean vencidos y precio é insultos. Lo que ha sucedido con
los otros, vencedores;'los unos humillados, la reina Cristina es una leccion y un escar-
los otros 'ensalzados? ¿Se borran los recuer- miento. Jamás la lisonja rayó mas alto; ja-
dos.dela guerradesueesion? ¿Noseperpe- más se prodigaron con mas profusion los
túa la dirision eti lareal famiJia? Por distin- epítetos de heróica, de celestial, de divi-
guidas , por brillantes, por eminentes que na; jamás los oradores sintieron mas inspi-
fueran las cualidades del príncipe , dejarían raeion; jamás el pecho de los vates rebosó
de existir estos hechos? con mas fuego sagrado: ¿ qué' se hicieron


Nada puestenemos que objetar á la per- aquellas 'alabanzas, aquellas adulaciones,
sona delinfante; le profesamos el respeto aquellos himnos? ¿En qué se han trocado?
cuya espresion le tributan los periódicos de ¿No se ha visto destrozada y arrojada por
Jasituacion , aunque no manifestemos tan el lodo la brillante aureola con que la re-
vivamente un entusiasmo improvisado; pero volucion ciñera las sienes de la esposa y. de
tenemos si que objetar á una combinacion la viuda del rev? ¿Qué se ha hecho de tan-
que nada resuelve, que no deshace ninguna tos laureles? ¿En qué se han convertido?
dificultad , que no es mas que un espediente En lo que se convierten 'siempre que'la re-
arbitrado para eludirlas todas. Despues del volucion alcanza poner por un momentoso-
casamiento de Isabel con el infante D. En- bre -la cabeza de un monarca el gorro en-
rique ,el trono de la Reina no contaria con carnado, y que se deje aclamar por lastur-


, un soloamigo masque losque tiene ahora;y bas restaurador de la libertad.
porconsiguientequedarian en pie todas las La historia 'de la revolucion francesa' es
di4ieuJtadesque desde la muerte de Fernan- la historia de todas las revoluciones: la his-
~ VUtrabajan:las entrañas del pais, é im- toria de Luis XVI es la historia de todos los
piden eléstablecimiento de un poder sólido reyes. La diferencia está en el tamaño de
y fuerte. ' los acontecimientos, en las modificaciones


Una ventaja esperarían quizás algunos nacidas de particulares circunstancias , en
con el proyectado matrimonio, y seria la la variedad de cualidades de las personas;
union de las dos fracciones del partido lí- pero la esencia es la misma. Y aquípres-
beral, Mas nosotros no alcanzamos á ver que cindimos de los pretestos ó motivos que se
semejante union pudiera obtenerse con solo toman para semejantes cambios; todos los
colocar al lado del trono al hijodel infante motivos, aun los mas graves, no bastan á
D. Francisco. O el príncipe permaneceria impedir que las revoluciones no decreten
enteramente ageno á los negocios, ó no: si el apoteosis á quien las sirve; ningun mo-
lo primero, todas las cosas continuarían en tivo es capaz de evitar que condenen inexo-
el mismo estado que ahora; la union de los rablemente á quien se les opone. El duque
partidos seria igualmente imposible: si lo de Orleans era un mónstruo, y Luis XVI
segundo, menester seria que se inclinase á era un modelo de virtudes; y mientras Luis
la.política moderada ó á la progresista, es era insultado atrozmente, el duque de Or-
decir, que convirtiese en enemigos persona- leans era ensalzado por los mismos que en'
les.é.á.Ios progresistas ó á los moderados. su corazon le despreciaban y detestaban. ,
FJS preciso no hacerse ilusiones: el prínci- Inagotable caudal de paciencia habrá me-o
perepresentaría entonces á corta diferencia nester el infante D. Enrique, &on~nad9 á




DE


LA IMPRENTA.


Los sucesos se desenvuelven en España
con masceleridad de loque muchssespera-
han. El gobierno está en una pendiente en
que le es dificil. pararse; y porahora.'no'hay
indicios de que piense en hacerlo. Hablando
sin cesar de libertades públicas ,lascercenli
mas y mas cada dia; iacrepandocontinaa-
mente á los amigos de las reaccionesv-él se
hace reaccionario; blasonando de defensor


I del gobierno representativo tal como 'se' en-
tiendeen lenguaje liberal, le va'escatimando


-sns propiedades y consecuencias, hastaron-
v~rtirle en un ~s9ue!etomutilado,. á q.uie.n
bien prontoserá dificil reconocer como indi-
viduo de las especies representativas de
Francia é Inglaterra. Conocidas sonen estas
materias las opiniones del Pensamiento de la
Nacion : cuando el gobierno se acerca á las
doctrinas de nuestro periódico; no podríamos
atacarle sin ser inconsecuentes. Pero la con-
secuencia de!Pensamiento de la Nacion ha-


- 5l8-
no podersepararse jamás de lospartidos li- pero es bueno no perder de vista que·Iaes-
berales': ó luchando continuamente con uno pada es masápropésito paracortarque para
de ellos, ó halagando alternativamente al desatar. Esto lo halla en: sus, instintosy has-
uno)' al otro. Al escribir estas líneas, no ta en la historia del nudo gordiano.
s~bemos que la prensa pr?g.resista haya ma- Tambi~n .nosotros deseámes-que-se des-
nifestado todavía su opllllOn; pero desde ate: y lo umco que tememos es que 'Se corte:
luego se puedeconjeturar que si el infante para evitarlo provocamos la discusioa; para
D. Enrique alcanzase la mano de la Reina el mismo fin la coutinuamos. Ventilése la
bajo la proteccion del general Narvaez y cuestion en la prensa; sepa el publico 101'
con el apoyo del partido moderado, los pro- pasos que se dan; antes de tomarse una
gresistas mirarian el enlace, si no conma- resolucion definitiva convóquense las Córtes,
nifiesta repugnancia, con muestras de vivo renovándose el Congreso de Diputados, co-
desagrado. Desde el instante de su encum- molo exige la legalidad, la política y hasta
bramiento se encontraria con adversarios la delicadeza; otórguese el tiempo neeesa-
resueltos , cuyil oposición no desarmaria si- rio á los diputados y senadores para que
nootorgándoles el poder: condicion hartodi- puedan manifestar su opiaion .de la manera
fícil de cumplir, y que no se cumpliría sin que crean conveniente; hágase de. modo
consecuencias muy trascendentales. que haya en este punto la mas completa li-


El Heraldo, al escitar al Globo y demas bertad, sin coartacion de' ningun género,
periódicos á que se uniesen con él para pe- física ni moral) y si todo esto'se haee, re-
dir la pronta resolucion de la cuestion del suélvase en buen hora la euestion : no te-
matrimonio, despues de decir que no podia memos el resultado.
creer otra cosade su buena fe, de su buen
talento, y de sus buenos deseos por la feli-
cidad del pais y el triunfo de la causa de la
libertad y del órden, advertía que se enten-
diesen bien sus palabras, que no se las die-
se una interpretacion forzada, que no se I
tergiversasen ni envenenasen. «Cuando ha-
• Iamos de pronta resolucion , añadia , no
queremos decir ,'eso-lucion precipitada,' ni
queremos decirqueesta resolucion se adop- Escrito en Bruselas en 30 de julio de t3~5, y publicado. en M.-
te en la oscuridad del misterio ni de una-in- dri,] en 13 del siguiente agnsto,
triga camarillesca. Entre la precipitación y
una dilacion funesta hay un medio, y ese
es el que nosotros pedimos. Que esta cues-
tion se promueva, que se ventile, y que se
resuelva lo mas pronto que sea posible en
bien de la augusta persona que ocupa el tro-
no, y en bien de la nacion, esos son nues-
tros ardientes deseos. Existe un nudo go/'-
dianQ; no queremos que se corte, sinoque
se desate pronta y hábilmente.»


Estas palabras calman algun tanto la in-
quietud que naturalmente inspiraban las
vivas reclamaciones de una resolucion pron-
ta, y hacen esperarque si llegase el casode
una resolueion precipitada adoptada en la
oscuridad del misterio ó de intriga camari-
llesca, como la llama el Heraldo, este pe-
riódico eombanria semejante proceder, y se
opondría con todas sus fuerzas á que los
intrigantes alcanzasen su objeto. Dice muy
bienel Heraldv, que hay aqui un nudogor-
diana que conviene desatar, mas no cortar:




- 544-
cere,~alt~r la inconsecue,DPiad,el gobierno y!gonz,ante; cuando así.pr,oced,en los partidos
sus ,def~nsor.es. ,'No, .nosotros no abandona- y los'hombres, esos hombres yesos partidos
mos nuestras-:oocLAIh'lS; aun cuandoestas se mueren en la opiuionpública; esos hombres
vuelvan ahora.centra .nosotros ; á quien ha yesos partidos no tienennHafuerza de las
defendido'c~Il8tantemente la monarquía, le doctrinas que niegan, ni.el mérito del siste-
bahía. de-sentar muy .mal el echarla de de"," ma que reprobándole ejecutañtesoshomhres
magogo; quien ha indicado una y mil veces no son ni liberales ni monárquicos; esos
el mal:y su remedio, no puede oponerse á hombres no son ni exaltados ni moderados;
que.se trate de aplicarle. Pero tampoco sienta esos hombres tienen un carácter propio, que
muy bien; á losencomiadores de laConstitu- es el que resulta de la contradiccion de las i
cion.de 1837, á Jos que dijeron que habia doctrinas con el sistema, de las palabras con
sido hecha con sus principios, á los que de- lasobras.':
clararon traidor áquienla combatiese, á los A la revolucion que proclama la soberanía
que figuraron en laJamosacoaliciou, ypu- popular, y que para escusar todos sus des-
sieron.sufirma.alpie del célebre documento manes y crímenes, tiene siempre en reser-
parlamentario, el,haber reducidolaConsti- va el principio de que la salud del pueblo
tucion al-estado en-que se encuentra ahora es la suprema ley, la comprendemos cuando
ya¡¡adi~le,todavía los apéndices del nuevo arma las turbas, desencadena la prensa,
decre~ de.imprenta, sin perjuicio de las in- convoca asambleas formidables, establece
fracciones:' arbitrarias con la deportación de comisiones de salud pública, conduce alca-
des escritores«, 'fampoco sienta muy bien á dalso víctimas augustas, trastorna de arriba.
los que se manifiestan constitucionales tan, abajo la sociedad, confisca las propiedades
puritanos, á los que proclamaron la sobera- de los ciudadanos 1 y bañada en un lago'de
nía parlamentaria, á los que se horrorizaban sangre, blande frenética su bacha mortífera
al solo nombre de obrar por sí misma la co- y se vuelve contra la Europa entera; esto lo
rona sinla interveneion de las Cortes" á los comprendemos; es el resultado natural de
quéliarí repetidó hasta la saciedadque la le- principios subversivos, decuya aplícaoiouse
galídad es sagrada, tampoco les sienta muy han encargado la demencia y la iniquidad.
bien, repetimosc.el.darIas leyes por sí mis- Comprendemos á los absolutistas puros, que
mos sobre-puntos muy graves ,sin haberse establecenla soberanía del rey, no admiten
dignadoconsultar á lasCortes que se acaban que puedaser válido nada qU6 se haga con-
de cerrar, sin haberse dignado esperar el tra el rey ó sin,el rey, y que reconocen vá-
votode las que se han de.reunir. Estotampo- lidotodo cuanto hace porsí solo el rey; com-
co sienta lIIuy bien: nosotros consignamos el prendemos á los que despuesde una revo-
hecho, Ihumwossobre él la atencion de los lucion llegan y restablecen todo lo que ella
pa~tid.o;;"dfl)anaciQn entera: y á los parti- ha derribado, y atravesándose en medio de
dos y.áAanaokllJ: les decimos: «comparad la corriente de los tiempos, dicenálosaños;
las.obras presentes con las palabras pasa- «retrocedereis ; y todo quedará como antes
das ,;,y guardaos de conjeturar sobre las que vosotros pasáseis.» Comprendemos á.lo~
obras futuras por las palabras presentes.» hombres concienzudos y prudentes, que m


.Losbombres ,y los partidos deben tener abandonan los principios que en su concien-
el valor de confesar sus convicciones, y de cia tienen por sagrados, ni se obstinan en
arreglar á ellas su conducta; pero cuando en luchar con los hechos que la prudencia les
teoría se proclama una cosa y en laprácti - señalacomo indestructibles; comprendemos
case ejecuta lo contrario; cuando se adopta á los constitucionales puritanos que yen la,
unprincipio y se rechazansusconsecuencias; soberanía en la reunion de los tres poderes
cuando se plantea un sistema y se condenan y que nada admiten por válido, si le falta el
las únicasdoctrinas que puedenjustificarle; concurso del monarca, ó de los cuerpos <:0-
cuando ó no se dice lo que se piensa, Ó se legisladores. Todo esto lo comprendemos,
l.Iluda cada dia de pensamiento; cuandose va como se comprende la verdad y el error, el
a.~n fin, no por el camino recto, sinodando bien y el mal, la discrecion y la impruden-
mil vueltas; cuan~o lejosde manifestar fran- cia: pero lo que no comprendemos ~s ~ó'.n0
camente la adhesióna un sistema, se le com- puede declararse hecha con los pnnclp~os
hateo como funesto, al propio tiempo que se propios una obra que despues se desacredita
l~¡jeJe(luta:~de una manera raquítica y ver- cual dañosa y funesta; cómo.sepuede enco-




- 5!~ -
miar el bello símbolo de la alianza del órden pues que en estas se contiene la de los re-
con la libertad, cuando despues se le en- glamentos para la ejecueion de las leyes, es
cuentra favorecedor de la licenciay destruc- burlarse del público, contradiciendo al sen-
tor del órden; cómo se puede ensalzar el tido comun. En primer lugar era necesario
pacto del Trono con los pueblos, y luego tener presente que la ley del ministerio
decir que perturba á los pueblos y de- Gonzalez Brabo no podía ser considerada


•grada el Trono; cómo se pueden ponderar sino como un decreto á causa de faltarle la
tanto los sistemas de Francia y de lnglater-- condicion necesaria para ser verdadera ley,
ra, y luego desviarsede ellos, en puntosque el concurso de las Córtes.EI haber traspa-
los publicistas consideran esenciales; cómo sado un ministerio los límites de cus atribu-
se puede asentar por principio que seria un ciones, no autoriza á otro para imitarle: de
atentado el hacer una lev sin el conseuti- lo contrario, sería menester admitir que el
miento de las Cortes, y luego hacer una ley poderministerial es absoluto en España, ya
importantísima sin oir siquieraalas Cortes; que no se puede imaginar ningun punto en
estonolocomprendemos, nicreemos que na- que uno ú otro ministerio no haya [tomado
dielocomprenda, sinocomo unacontradiccion resoluciones arbitrarias. Pero aun conce-
fragante que no admite esplicacion, ni escu- diendo que el decreto de Gonzalez Braho
sa, ai tergieerssdca de ninguna clase. hubiera sido una verdadera ley, el del ac-


Decian los ministros en la última legisla- tual ministerio jamás podria considerarse
tura que era necesario reformar la Consti- como puramente reglamentario por las ra-
tucion de 1837 , porque con ella era impo- zones arriba indicadas. No hay publicista
sihle gobernar; y apenaspublicada la actual que no esté de acuerdo sobre la diferencia
la infringen en puntos gravísimos, manifes- esencialísima entre la imprenta conjurado v
tando consu conducta que tampoco pueden la imprenta sin jurado; y muchos entre los
gobernarcon la presente. El artículo 12 de cuales se cuentan escritores amigos de la
la Constitucion dice que la potestad de ha- situación, se adelantaná decir, que sin ju-
cer las leyes resideen las Cortes conel Rey: rado no conciben la libertadde imprenta.
¿conqué derecho, pues, publican losminis- Despues de doce años de hablarnos de
tros la nueva ley de imprenta sin el concur- un gobierno representativo, no como le en-
so de' las Cortes? En todos los paises se tienden los reaccionarios y los que sueñan
considera la legislación sobre imprenta co- en resucitar un sistema imposible, sinoco-
mo uno de los puntos mas importantes; y molo esplican los liberales, los admiradores
en los que se rigen por gobiernos represen- de Francia y de Inglaterra, los que no van
tativos , se mira la libertad de la prensa co- á consultar nuestros viejos libros y códigos,
mo una parte esencial del sistema. Si el mi- sino las obras mas modernas de derecho
nisterio , pues, se arroga la facultad de ar- constitucional, y que no apartan jamás sus
reglar la Imprenta por si mismo, ¿qué es lo ojosdel admirable mecanismo de las for-
que no podráarreglar? ¿ Qué terreno le es- mas libres, ¿son esos mismos hombres los
tará vedado? ¿ Acaso querrá considerarel que destruyen el jurado, ese jurado que to-
decreto como puramente reglamentario, dos los publicistas constitucionales miran
cuandola imprentacon jurado Ó la impren- como condicion esencial de un gobierno re-
ta sin jurado son dos cosas tan diferentes presentativo? Si á esto se habia de llegar,
por reposar la primerasobreel principio po- ¿ merecia la pena de perturbarnos tan largo
pular, y la otra sobre la autoridad del go- tiempo? ¿ Merecia la pena de que seenco-
bierno? No hay en esta medida la modifi- miase tanto la Constitucion de 1837, de
cacionde un principio; hay la adopción de que se ponderasen tanto las conquistas de
un principio opuesto; en un sistema",se po- la revolucion, de que se denostase á los que
ne la represión abajo, en el otro arriba; en se atrevian á dudar de la verdad de ciertas
el primero se consulta bienÓmal la opinion teorías , y que no alcanzaban á ver la posi-
pública, en el segqndo la opinion del go- bilidad de que fuesen aplicables á España?
hierno. Un partido no cae impunemente en tamañas


Decirque no se ha hecho masque tomar inconsecuencias: la opinion pública toma
algunas disposiciones para la mejor ejecu- acta de ellas y no deja de castigarlas un dia
cion de la ley vigente, y¡que por tantoel go- coninexorable fallo.
bierno no se haescedido de sus facultades, Este sistema variable y contradictorio en67 .




- 546-
que se apela á todos los principios cuando cionario, y que el delito consistieseen haber
pueden servir para el momento, y se los sostenido que todo ministerio tenia Iacul-
desecha todos cuando embarazan, produce tad de derribar la Constitucion vigente, sus-
el gravísimo inconveniente de que el go- tituyéndole la de 1831 ó 18f 2. lié aqui el
bierno da la r~z?n á todos I()~ partidos, á I diálogo que podria mediar entre el juez yel
todas las OposIcIOnes; todos uenen razon ! acusado.
con.tra él: y él no l~lticn: contra nadie. La 1


'


1 . Jue'!'. ¿,~abeis sostenido qne todo mi-
aceren misma de la .1UStIC13, aun cuando cas- '1' msteno podía arrogarse la facultad revolu-
tigue un verdadero delito, se siente ener- i cionaria de destruir la Constitucion actual,
vada porque obra en fuerza de un principio '1 reemplazándola con otra mas democrática?
cuya verdad ha negado el legislador. Lo Acusado. Sí; pero esta facultad, si bien
aclararemos con un ejemplo tomado de las favorable á la causa deja revolucion, no es
mismas circunstancias. Sabido es que hay revolucionaria, sino legal y muy legal; el
en España revolucionarios, que creen insu-, ministerio que usase de ella, no' cometeria
ficiente é ilegítima la Constitucion actual, una usurpación, solo ejerceria un derecho.
y que desean el restablecimiento de la Juez. ¿ Ignoráis que la ConstiLucion es
de 1831, y quizás de 1812. Sabido es tam- inviolable?
bien que hay reaccionarios enemigos de la Acusado. No: pero sé que las Constitu-
libertad, y que se .,obstinan en mirar la cienes son reformables, testigo la de 1831,
Constitucion actual como impracticable. Juez. Pero vos no pedís reforma, sino
Unos y otros es bien seguro qUl~ no escru- destrucción.
pulizarian en llevar adelante sus planes si la Acusado. Yo pido que se pase de la
ocasion se les ofreciera; y no es menos cier- Constitucion actual á la de 1831; así como
to que si los revolucionnrios se apoderasen se pudo pasar de la de 1831 á la actual. Si
del mando, no esperarían el acuerdo de las en este caso hubo reformay no destrucción.
Cortes para reemplazar la Constitucion ac- lo mismo acontecería en aquel. .
tual con otra que bien les pareciese, asi co- Juez. Pero la reforma no puede hacerla
mo los reaccionarios por su parte estende- el gobiernosolo, como vos pedís; y vuestra
rian las facultades de la Corona hasta el peticion atenta contra el artículo 12 de la
punto de derribar el código vigente, y sus- Constitucion del Estado, en que se estable-
tituirle una carta otorgada, ya fuera con es- ce que la facultad de hacerlas leyes reside
te mismo nombre, ya con el del restableci- en las Cortes con el Rey.
miento de las antiguas leyes fundamentales. Acusa,.do. Esto se entiende cuando no
La existencia de estos partidos es unhecho hay urgencia.
público y notorio; y no es probable que se Juez. Esto es anárquico.
hayan arrepentido y convertido con el Acusado. Entonces será anárquico el
preámbulo que acompaña al nuevo decreto 1 tribunal que me juzga, pues que se halla
sobre la imprenta. Claro es que semejantes • establecido sin el concurso de las Cortes,
doctrinas no caben en el círculo constitucio- por sola la autoridad del gobierno, sin mas
nal actual, y que quien se atreviera asoste- escusa que la de urgencia.
nerlas incurriría en las penas señaladas por . Juez. Pero una cosa es arreglar la im-
las leyes ó decretos. El temor del castigo prenta, otra es reformar la Constitucion,
detendrá naturalmente á los contumaces; Ac,usado. La imprenta es uno de los
y en vista de la actitud del gobierno es pro- puntos principalesde todas las Constitucio-
hable que nadie se atreverá á traspasar la nes; quien arregla uno puede arreglar dos
linea prescrita. Pero como la incorregibili- ó mas. No hay ninguna diferencia en lo
dad de los partidos políticos es cosa prover- esencial, todo está en el mas ó menos. La
hial , y en España no anda escasa la osadía, facultad legislativa de las Córtes es sin du-
aun seria muy posible que se viese el go- da una parte esencialísimade la Constitu-
bierno precisadoá llevar ante los tribunales cion ; si el ministerio puede legislar sin las
á los periódicos descomedidos. Este suceso Cortes, puede bacer de todas las Constitu-
desagradable podria dar ocasion á defensas cienes la que bienle parezca.
nada agradables al gobiel'llo. Veámoslo ha- Apurado se habia de ver el juez con res-
ciendo dos suposiciones. puestas.tan lógicas; el acusado podría sufrir


Imaginemos que el acusado fuese revolu- el castigo: ¿ pero saldría el tribunal bien.




l1JL OOlfVl1J1TIO COl' ROIU.


.&acritoeD Parla en 10 de agosto de 18h I Y publicado en Madrid
, . el 'jO del mismo.


Viva indignacion ha producido en algunos
periódicos de Madrid el estr~cto del conve-
nio celebrado en 27 de abril del presente
añoentre las cortes de España y Roma? re-
presentadas la primerapor el s~ñorCastillo y
Ayensa ministro plenipotenciario de S.M. C.,
Yla segunda por el cardenal Lamhrusc!Iini,
ministro secretario de Estado de S. S. No ha
sido suficiente para eximir al gobierno de
censura la reprobacion dada por este á laconduct~ del Sr. Castillo, y la negativa de
ratificar lo que el ministr~ P!enipotenc\a~io
habia contratado: los periódicos progresis-
tas y moderados han increpado fuertcn~ente
al ministro por solo habe~ da~o ,o~aslOn a
que tal convenio se propusIera; infiriendo de
la simple propuesta, que el gO?le~nO no se
habrá conducido con aquella dignidad que


- ¡a7-
librado á los ojos de la opinion pública'? ¡:' infraccíon de las leyes, cuando es cometida


Si el atusado perteneciese á la .opinion ] por el gobierno es todavía un escándalo
opuesta, y el delito consistiese en haber ii mucho mayor que cuando las infringen las
sostenido que la corona pocha reformar la i, turbas. De estas, como que de suyo son
Constitucion actual sin el concurso de las JI violentas, no se esperan ejemplos de mode-
Cortes, tambien seria fácil su defensa ate- 11 racion y cordura. Los gobiernos no faltan
niéndose á las doctrinas practicadas por el 1I jamásal respeto debido á la ley, sin gravl-
gobierno. Si este se cree con derecho para I1 simas males para la causa pública, sin mu-
legislar por si y ante sí, sobre una materia ! cho peligro para la conservacion propia.
tan importante cual es la impre~ta , no se 1I Hace ya largos añosque en España se sigue
concibe por qué este mismo gobierno nose este camino de perdicion: para enderezar á
podría ~~eer con: fac~ltad~s para restringir i los gob!erDo~ se apela á las sublevaciones;
l~ pul~hcldad de las~IScu.sl?neS parla~lenta~ I par~ sUJ~tar a lospueblos se echa mano de la
nas, o para otras diSpOSICIOnes relativas a , arbitrariedad. Estremos funestos que se Ila-
convocacion y atribuciones de los cuerpos 11 man el uno al otro, que se tocan, y cuyos
colegisladores; no se concibe con qué razón ! inconvenientes debieran haber aprendido
pudiera ser condenado un escritor que dije- I1 por triste esperiencia los. hombres que su
se al gobierno: «lo que has hecho C'I.1 un I hallan al frente del gobierno. Desgraciada-
punto, hazlo en otros; si para lo uno has 1: mente, noparece sino que todos se olvidan
prescindido de l~s Córtes, prescinde tam- '/ del dia de ayer, y no piensan t~mpoco en el
bienen otros; aSI como para lo uno te re- de mañana; solo se trata de salir del apuro
servas dar cuenta á lasCórtes de lo que has Idel momento, solo se obra á impulso de cir-
ejecutado, resérvate lo mismo para lo otro; cunstancias pasageras;y por esto nadadura,
si en este casote has considerado confaculta- todo varia con una rapidez asombrosa, y
des para infringirun artículo de la Constitu- la España política padece un vértigo fatal
cion , no debes escrupulizar en. los domas, que contempla con asombro y compasion la
que por cierto no son mas termmantes; has Europa civilizada.
invocado la causa del Trono, invócala de
nuevo: la del órden, invócala de nuevo;
has alegado urgencia, alégalade nuevo. »)


Lo repetimos: el gobierno ha .legitimado
todaslas oposiciones aun las mas distantes
del terreno de la ley; nohay nadaque no se
pueda sostener, sin buscar otro apoyo que


, el ejemplo del mismo gobierno. Desde el
momento en que se comienza á infringir la
ley, alegando necesidad ó urgencia, ó con-
veniencia pública, se entra de [lleno en la
arbitrariedad; y conla arbitrariedadse pue-
den hacer todas las revoluciones y reaccio-
nes imaginables. La revolucion señala por
única razon de todos sus atentados el prin-
cipio de la salud del pueblo; el despotismo
pretende'legitimar todos sus demanes conla
necesidad de conservar la tranquilidad pú-
blica. En ambos casos no es la ley quien go-
bierna, es la voluntad del hombre. La so-
ciedad está en ambos casosentregada á un
poder discrecional, arbitrario; al despotis-
mo bajo diferentes formas, pero siempre al
despotismo.


Cuando no se puede observaruna ley, es
mejor no tenerla; porque no hay la protec-
cion que elladebiera dispensar, y solo hay.
el escándalo que su infraccion produce.Y la




- :S~8 -
cumple á los ministros de una nacion como
la española. Estamos seguros, que si algu-
nos lectores se han dispensado de leer los
artículos del convenio, contentándose con
juzgar de ellos por laindignacion de los pe-
riódicos. habrán creido que se trataba de
hacer á la España feudataría de la corte de
Roma, y de pagarleanualmente pingües tri-
butos, y hasta quizás de encargar las gefa-
turas políticas á los cardenales, como los
gobiernos de las provincias en los Estados
pontificios. Nosotros, que al leer por prime-
ra vez losespresados artículosno hemos po-
dido sentir tanta alarma, los hemos vuelto á
leer con detenida reflexión. por si acaso nos
habíamos engañado no alcanzando toda la
trascendencia de ellos, toda la degradacion
que hahian de causar á la España y su go-
bierno; pero ni aun despues de repetidas
lecturas hemos podido comprender la ra-
zon de tantas y tan iracundas declamacio-
nes, mejor diremos, hemos comprendido
esta razon ; pero no la hemosencontrado en
ninguna degradacion que consigo trajeran
los artículos del convenio, sino en otros mo-
tivos que no esplicaremos en este lugar.


Para conocerbien un objeto, conviene
analizarle: y el mejormétodo en el caso que
nos ocupa, es considerar por separado los
artículos del convenio. Pero ante todo ob-
scrvaremos, que no es nuestro ánimo dar al
documento publicado mas importancia de la
que en sí tenga; dejamos la responsabilidad
de su contenido al periódico de Lóndres ; y
en todo cuanto sobre él digamos, sobreen-
tenderemos siempre la condicion de la ver-
dad. Todo nuestro discurso estribará, pues,
sobre una hipótesis.


Artículo 1.0 «La religion católica será
esc1usivamente y para siempre profesada en
Jos dominios de la monarquía española.»


No parece que contraeste artículo pueda
objetarseotra cosa que el impedimento que
con él se pone al establecimiento de la li-
bertad de cultos. Sin embargo, fácil era re-
cordar que la Constitucion de 1812, emi-
nentemente liberal en sus disposiciones, y
fundada en el principio de la soberanía po-
pular, despues de declarar religion nacional
la Católica, Apostólica, Romana, decia: «la
nacion la protege por leyes sábias y justas,
y prohibe el ejercicio de cualquiera otra.i
La Constitucíon de 1812 no hacia mas que
repetir un principio reconocido por todas
nuestras leyes, y arraigado profundamente


en nuestras costumbres, La llana política
considera como un· bien de la mas alta im-
portancia la unidad de creencias en Jos pue-
blos sometidos á un.mismo imperio; jamás
se introduce division en ellassin que resul-
ten males de la mayortrascendencia. Lo que
está en nuestras ídeas, en nuestras costum-
bres, en nuestros códigos, en la Constitu-
cion mas popular que ha tenido la España,
y que ademas está en el interés mismo de
la política, ¿figuraba tan mal en el conve-
nio?¿Podia considerarse como otra cosaque
como una declaracion, una protesta, que
serviade dignoencabezamiento al convenio,
y que era un homenage de respeto tributa-
do al gefe de la iglesiacatólica,un consuelo
para el Padre comun de los fieles, conquien
anudaba de nuevo sus relaciones un gobierno
católico?


No queremosentrar en discusion sobre la
tolerancia de otros cultos en España; cree-
mos que no hay hombre de juicio, conoce-
dor del pais, que no la considere como da-
ñosa sean cuales fueren sus ideas en mate-
rias de religión. Pero no queremos dejar
este punto sin emitir una rellexion, queen
nuestro concepto no tiene réplica. No se to-
lera lo que no existe: en España no hay mas
religion que la católica. En España no hay
sino dos clases, católicos é incrédulos; los
incrédulos no tienen culto, ni necesitan tem-
plos: la tolerancia personal que pudieran de-
sear, la disfrutan tan ámplia como en Ingla-
terra ó en los Estados-Unidos. La libertad
de cultos, pues, no significa nada en Espa-
ña; 'i quien la consignase en un código no
podna decir que se propone satisfacer una
necesidad social, sino establecer un artícu-
lo á cuya sombra viniesen á perturbarnosin-
teresados aventureros de naciones estrañas.


Art. 2.0 (Para la educacion del clero se
establecerán en cada diócesis seminarios ba-
jo la direccion delos obispos, loscualesten-
drán el 'derecho esclusivo de vigilar la ins-
truccion religiosa de la juventud en las es-
cuelas públicas..


El establecimiento de seminarios está
mandado por la iglesia, mucho antes de aho-
ra; y su importancia y necesidad estan re-
conocidas por todos. La direccion de los
obispos es una circunstancia indispensable;
á losobispos corresponde velar sobre la pu-
reza de doctrina, santidad de costumbres,
y adelanto científico de los que se destin~n
á la carrera eclesiástica. Si les faltase la dl-




reecion de los seminarios, ¿ cómo podrian
ejercer este derecho, y cumplir con tan sa-
grado deber? '


Tocante á la vigilancia de la instruccion
religiosa de la juventud en lasescuelas pú-
blicas, tampoco comprendemos á quién pue-
da pertenecer, sino á los puestos por el
Espíritu Santo para regir la Iglesia de Dios.
Si se levantan dudas sobre la ortodoxia de
la instrucción religiosa en las escuelas,
¿quién deberá resolverlas sino los obispos?
¿Se querrá que este derecho corresponda al
Consejo Real, que quizás contará en su se-
no dos ó tres obispos, y tal vez ninguno?
Hablar de la posibilidad de que este ó aquel
obispo abusede sus facultades, ó se engañe
en el juicio que forme sobre determinados
puntos de enseñanza religiosa, es no decir
nada; posibilidad de abuso la hay en todas
las cosas; y si algun obispo quisiese hacer
pasar como contrario á la fé lo que en rea-
lidad no lo es, este obispo no será todopo-
deroso en España; el Episcopado español
no se dejaria arrastrar por uno de sus indí-
viduos; y además conocidos son los trámi-
tes q.ue en estos casos tiene establecidos la
Iglesia para dirimir las cuestiones. Si el go-
bierno quiere que la instruccion religiosa
en España sea sinceramente católica, que
lo sea en verdad, no en sola apariencia, no
se concibe por qué ha de temer la vigilancia
de los obispos. ¿Querrá el gobierno por
ventura introducirnos el sistema universita-
rio de Francia? ¿Nuestros publicistas se han
formado tal vez sus convicciones por la lec-
tura del Constitucional y del Diario de los
Debates? Si asi fuere, les rogaríamos. que
examinasen mas á fondo la cuestion que en
Francia se agita, que leyesen otros docu-
mentos, que consultasen á otros hombres;
y se lo rogaríamos, no por espíritu de par-
tido, sino en fuerza de una conviccion pro-
funda de los incalculables desastres que ha
de producir á la España la .introduccion del
sistema francés; se lo rogaríamos en nom-
bre de la religion, de la moral, de la paz y
ventura de la nacion.española.


Art. 3.o «Se conservarán los monaste-
rios y conventos existentes, y se restablece-
rán en tiempo oportuno los que han sido su-
primidos.»


Este artículo habrá sido sin duda uno de
losque mas alarma han escitado: examine-
mos concalmasus dos partes. La conserva-
cion de losmonasterios 'l conventosexisten-


tes, no alcanzamos en qué pudiese contra-
riar algobierno, ni á ningunode losintereses
nuevamente creados, ni tampoco á las ideas
liberales. En cuanto á los de mugeres , es
regular que el gobierno no se propone su-
primir ninguno de los que existen: un go-
bierno que se apellida reparador, no ha.de
ser mas destructor que la revolucion. Lo
que esta ha respetado, bien lo puede con-
servar el actual gobierno. Tocante á los de
hombres ,no existen otros que los de las
misiones de Ultramar, los de PP. Escola-
pios, y los de San Juan de Dios: la conser-
vacion de ellos no puede ofrecer dificultad.
La segunda parte, en que se estipula el res-
tablecimiento en tiempo opo1·tuno de los que
han sido suprimidos, trae consigo una limi-
tacíon que en nuestro concepto viene á re-
ducirle á que se levante la prohibicion de la
existencia de comunidades religiosas, y se
conceda la libertad que reclaman de comun
acuerdo la religión, la justicia, la tolerancia
que distingue al espíritu del siglo, y que
apoyan losejemplos de Francia, de Bélgica,
de Inglaterra, de los Estados-Unidos, y de
casi todos los paises civilizados. En tiempo
oportuno..... ¿qué signicaesta palabra? ¿Se
cree por ventura que en Roma se considera
posible que llegue la oportunidad del resta-
blecimiento de todos los conventos? l.Esto
que el testo parece indicar, habrá cabido en
la. mente de los que han firmado el conve-
nio? Mucho lo dudamos: y asi, solo se ha-
brá tratado de salvar el principio, condenan-
do-de paso la injusliciarevolucionaria de la
supresión, y estipulando para lo sucesivo la
libertad del establecimiento de institutos re..
ligiosos, empleando la palabra oportunidad,
de suyo tan elástica, que no ponía en nin-
gun compromiso al gobierno, que lo dejaba
todo al tiempo, á las circunstancias. . '


Para juzgar con acierto de la mente del
artículo, convendria tener á la vista algo
mas que un extracto; seria preciso ver el ar-
tículo mismo. Como quiera.Iainterpretacion
que le hemos. dado no nos parece destituida
de fundanwnto;y~a de ello lo que fuere,
lo cierto es que fa limitaeion entiempo opor-
tuno, equivalía á dejar al gobierno español
en una Jatitudtán grande, que jamás se le
podia exigir nada á que no' le fuera dable
acudir con una palabra; la oportunidad. Un
gobierno tan amigode oportunidades, no


. debia espantarse tanto por la oportunidad de
los conventos.




- :s:so -
Art. t.·.Los bienesdel clerono vendí- preliminares; obsérvese que el SantoPadre


dos serán devueltos á la Iglesia y á los es- no querrá que losbienes administradosque-
tablecimientos religiosos despojados. Hasta den en suspenso por largo tiempo, ofrecien-
tanto serán administrados por funcionarios do con la incertidumbre un cebo á la codi-
eclesiásticos.i cia; añádase que el gobierno, armado con


Sabido es que las Cortes acordaron, y la su oportunidad, no creerá llegado el caso
Reina sancionó, la devolucion al clero secu- del. restablecimiento de los conventos; y
tal' de sus hienes no vendidos: en esta parte véase si no será fácil tratar y resolver en
pues, se estipulaba lo mismo que estaba el concordato, sobre el destino definitivo de
'Consignado en una ley. Tampoco puede ha- los bienes retenidos en administracion por
ber inconveniente, ni hay lesion alguna de los funcionarios eclesiásticos.» ,
los intereses creados, con la devolucion de Así hubiéramos discurrido, dado caso de
los bienes no vendidos de las monjas, es- hallarnos en la posicion del gobierno, v si
tando además como estaba destinado su pro:" hubiésemos tenido las mismas ideas quelos
dueto para la manutencion de las mismas. ministros; el lector imparcial juzgará si en
La dificultad que presentaba el artículo con- esto hahia daño para los intereses creados,
siste en que se habla del clero en general, ni degradacíon para la España, ni desventa-
y por tanto se entienden también segun pa- . jas para la hacienda pública.
rece, los bienes del clero regular. A este Art. ti.o «El gobierno español señalará
propósito conviene observar lo siguiente: los fondos suficientes para la celebracion del
f .o Se trata únicamente de lo no vendido; culto v mantenimiento del clero.»
los compradores pues no podrán concebir Art: 6.o «Estos fondos con los bienes no
nlngun temor por sus intereses. 2.0 Como la vendidos, formarán la dotacion de la iglesia
devoluciou á las comunidades no puede ha- y pondrán á sus ministros en estado de vivir
cerse sinexistir estas, y el restablecimiento decorosa é independientemente. »
depende de la oportunidad, y esta oportuni-Para demostrar la conveniencia y justicia
dad es cierto que no la hubiera admitido el de estos dos artículos, solo haremos dospre-
gobierno, se previene que hasta tanto, se- guatas. 1.a El mantenimiento del culto y
rán administrados los bienes por funciona- clero ¿es una obligacion , es' una justísima
rios eclesiásticos. ¿Qué quiere decir esto? indemnizacíon del despojo, es una necesidad
Hé aquí cómo lo hubiéramos interpretado religiosa, social y pólítica? Sí'. 2.a El clero,
hallándonos en el lugar del gobierno. «Lo' si ha de percibir sus asignaciones del tesoro,
que se quiere en Roma es que la venta no ¿cobrará lo que se le señale? No. Ambas
continúe, y que se salve lo' que se pueda; cosasson evidentes: no cabe cuestionosobre
bastante' ha. destruido ta tevohrcion ; y ya ellas, si se quiere hablarde buenafe. Luego
que podemos contentar á Bomasin dañar á hizo prudentísimamente la Santa Sede, exi-
los intereses creados, hagámoslo; suspenda- giendo para el culto y clero una subsisten-
mos la venta de los bienes del clero regular. cia independiente; pues tales son las cir-
Estos bienes quedarán en manos de funcio- cunstancias de España, tal el estado de su
naríos eclesiásticos,'Y esto hará que el go- hacienda, que si no hay esta independencia,
bierno se quite de un ernbaraxo , y que los no habrá ni decoro, ni nada. Este es un he-
productos no se dilapiden. El presupuesto cho palpable : la razon y la esperiencia es-
del clero secular, el de los exclaustrados, el tan de acuerdo en presentarle de bulto.
de las monjas, del culto, de los seminarios, Art. 7.0 »La iglesia tendrá derecho de
de losestablecimientos de beneficencia, ofre- adquirir y poseer propiedades..
cen otros muchos abismos abiertos por la ¿ Y por qué no? ¿ No le reconoce esta
revolucion, y que el estado actual de la ha- propiedad el gobierno con la devolucion de
cienda no permite llenar. lo A qué se desti- los bienes no vendidos? Quien es capaz de
narán estos productos recogidos por los fun- poseer, ¿,por qué no será capaz de adquirir?
cionarins eclesiásticos? Claro es que á sa- Este derecho ¿no está por ventura recono-
tisfacer estas necesidades; ejecutando, pues, cido y asegurado en todos nuestros códigos?
un .acto de justicia, se hace una buena ope- ¿Teme acaso el gobierno que la iglesia vuel-
racion económica. ¿Y cuál será el destino va á su riqueza antigua? ¿Nada vale en su
final de esos bienes? Recuérdese que el concepto la diferencia de siglos? lo No salta
convenio no es el concordato, sinosus bases á los ojos que las nuevas adquisiciones han




- 5M .....,.
de ser pocas, y muy insuficientes para \le- ria en que yacen-el enllo y el clero, y pro-
nar el vacío dejado por los despojos revolu- curaseque se lossacarade semejaste estado.
cionarios ? ¿Puede sostenerse de buena fé, En este supuesto toda la dificultad estaba en
que los efectos de la amortizacion sean te- si la Santa Sede había de .liarse de simples
mibIes en el estadoactual de España,y aten- promesas, anticipándose á espedir la bula
dido el espíritu de la época? Ademas , las antes que estas promesas se hubiesen (lum-
adquisiciones que en adelante hiciese la igle- plido. Nosotros creemos que no; creemos
sia, ¿ no aliviarian al Estado de una carga, que S. S. ha procedido con rouchoüno ; y
haciendo que pudiesen destinarse á otro estamosconvencidos de que una eenducta
objeto los fondos que _el tesoro tuviese que .dtferente hubiera podido acarrear á la igle-
aprontar para la mauutencion eclesiástica. sia española gravísimos males. El gobierno


Art. 8.0 «No podrá el gobierno español habria hecho las promesas mas lisonjeras;
unir ni suprimir beneficios eclesiásticos sin el gobierno habria tratado de inspirar las-
el permisodel gobierno de la Santa Sede.» mas gratas esperanzas; pero nada se hubie-


A quien no conozca las disposiciones de ra realizado, y las cosas babrian seguido-
los sagrados cánones y la distincion de las poco mas ó menos en el mismo estado de
dos potestades, le causará novedad el ver ahora. El Papa entonces lo hubiera cedido-
que para ciertos actos necesita el gobierno todo, y la iglesiano hubiera'recibido nada.
español permiso de la Santa Sede;pero quien ¿Tiene.el gobierno voluntad y poder para
no ignore los rudimentos del derecho cané- asegurar al clero una subsistencia decorosa
nico, sabe que la union ysupresion de be- é independienje ? ¿Sí ,.ó no'? En el primer
nelicios eclesiásticos pertenece á la autori- caso, ¿qué inconveniente hay en realizarlo-
dad eclesiástica; que la potestadcivil por sí desde luego? En el segundo, ¿á quédecla-
solanada puedeen esta clase de materias, y mar contra la exigencia?
que por tanto mas bien se podria decir que Los artículos 1,1 y 12 no ofrecendíficvltad
en el art, 8.o se recuerda un derecho indis- particular, refiriéndose el 11 al envio de- un.
putable, que no que se estipula la adquisi- nuncioá Madrid, y el 12 al cange dé las ra-
sion de él. titicaciones. Así terminaremos este articulo-


Art. 9.0 « Los bienes de la iglesiaserán con un recuerdo de la condueta-seguida
considerados como inviolables.: por el PENSAMIENTO DE LA NACION en la enes-


Inviolable es, segun la Constitucion, la tion presente. Cuando las noticias comuni-
propiedad de todo ciudadano; ¿ por qué no cadas por el gobierno inducian á creer que
lo será la.propiedad de la iglesia? ¿Por qué las negociaciones con la Santa Sede se acer-
no se podrá insertar en un convenio un ar- caban á un desenlace, si ya no habian llega-
tículo en que se consigna un derecho que do á él, dijimos terminantemente que si en
el gobierno mismo ha reconocido al llamar efecto S, S. habia"cedido, nosotros nos some-
á la espropiacion eclesiástica escandaloso tíamos sin reserva, dando la causa porfalla-
despojo. da. Añadiamos ,.empero, que enRoma .se


Art. 10. « Tan luego como el gobierno sabe negociar; indicábamos que antes de juz-
español haya dotado sulicientemente á la gar el asunto, era conveniente saber qué
iglesia y al clero, S. S. espedirá una bula concesiones exigia laSantaSedeen compen-
declarando que los propietarios de los bie- I sacion del sacrificio á que se prestaba; y por
nes eclesiásticos que los hayan comprado I fin dijimos, que descansábamos tranquilos
antes del 1.0 de enero de >\ 845, no serán I en la sabiduría, prudencia y asistencia su-
molestados en su, posesión ni por S. S. ni I periorGel vicario de Jesucristo. No tenemos
por sus sucesores. » moti vos para arrepentirnos de estaconducta,


¿Qué hay de estraño, de indecoroso para antes, sí, nos felicitamos por ella; los suce-
el gobiernoea este .articulo '? S. S. ,.atendi- sos han venido á demostrar que nuestras
das las circunstancias, y-poramorde la paz, Ipalabras no eran imprudentes. Con la com-
hacia el sacrificio, que sacrificio es sin duda, pleta sumision, dábamos á nuestros adver-
de asegurar á Jos nuevos poseedores, que no 1 sarios una prueba de que la supremacía es-
serian jamás inquietados; pero en cambio ' piritual del.Sumo Pontífice no era para nos-
era natural que la iglesia recibiese alguna ~I otros una palabra vana; y al' esperar que la
iudemnizaoion por lo perdido; .era natural Santa Sede habria conducido este negocio
que-el Sumo Pontífice no olvidase la mise- en un sentido de.conciliacion combinado con




la debida firmeza, nuestra esperanza estaba
conforme con los hechos que leego se han
manifestado. Decíamos, que pudiéndose tra-
tar de una manerarazonable, era llegado el
tiempo de tratar; y en efecto en Romase
trataba; el gobierno español exageraba sus
ventajas, peroen el fondo habiauna verdad,
y era que las negociaciones estaban entabla-
das, y que lascondiciones preliminares ,para
un concordato, las del convenio, estaban
para firmarse, como en efecto se firmaron;
Roma cedia, en esto decía verdad el gobier-
no; Roma se prestaba á tranquilizar á los
compradores; cediendo Roma debian ceder
todos loscatólicos. Estos tenian razonen de-
sear que Roma exigiese algo en compensa-
ciou ; nosotros decíamos que asi era de
esperar; y en efecto Roma ha exigido: el
gobierno lo callaba; los hechos lo han de-
mostrado.


Estos sucesos son una lección para el por-
venir: conviene no alarmarse con noticias
prematuras ó incompletas; conviene no per-
der la calmaen los momentos críticos. En-
tonces es cuando sirven los principios ver-
daderamente grandes; entonces es cuando
sedeben manifestar ea todo su grandor. So-
mos católicos; lasumision, pues, ante todo.
¿Senos insulta? ¿Qué importa¿Se nos abru-
ma con imprudente algazara?Seaasí en buen
hora. Dejadque pasenalgunos días;y laalga-
zarase convierte en gritosde despecho, y los
insultos caen sobrelos mismos que los prodi-
gáran, Así ha sucedido en los negocios de
Roma. Por nuestra parte hahlamosdeellos
porque ros circunstancias nos precisan á ha-
blar; por'lo demas bien se ha podido obser-
var en este tiempo, que ni hemos insultado
la derrota de nuestros adversarios, ni siquie-
ra les hemos dirigido ninguna recriminacion.
Hemos creidoque á nosotros nos bastaba el
silencio, á ellos el recuerdo de su conducta.


LA NUEVA OPOSICION.


Escrito en Par)! el t 7 de agosto de t 843, Y publicado en Madrid
el 27 del mismo.


La oposicion al ministerio levantada en el
senomismo del partido conservador, es un
hecho sumamente grave, y que probable-
mente ac~bará por producir resultados gra-
ves.tambien. Habiendo comenzado por un


solo periódico, el TiemIXt, se ha fortalecido
con la unionde casi todos los demas, con-
tándose entre ellos Ins que mas importancia
tienen , por la estension de sus co]~mnas, la
antigüedad de su fundacion y lo dilatado de
su lectura. En casos semejantes es muy di-
fícil, y á veces imposible, el señalar- las
causas de que ha dimanado esta ó aquella
mudanza, entre estas causaspuede haberlas
graves y puramente políticas, puede haber-
las pequeñasy de diferentes especies; 'pern
el resultado viene á ser el mismo: la prensa
de la situacion está contra el ministerio de
la situacion ; los adversarios antiguos, lo
son cada dia mas,; los que ayer sostenian
con calor la política ministerial, hoy la com-
baten. Este es el hecho; esto es lo que im-
portaconsignar y apreciar.


No conviene exagerar la gravedad de este
suceso; pero tampoco se la debe disminuir:
la oposicion de la prensa no es un indicio
seguro de la oposicion del partido á quien
pretende representar; pero siempre es una
señalde que la-oposicion existe mayor de lo
que antes era , y un anuncio de que irá to-
mando creces con el tiempo. Aun cuando
DO hubiese mas causa para ello que la mis-
ma oposiciou de los periódicos, aun cuando
no contuvieran una espresion, SiDO una es-
citacion, bastarían ellos solos para producir
el efecto. Los que en estos casos quieren
hacerse ilusiones, dicen que un periódico
no representa masque su redaccion, y á ve-
ces su direccion, y por tanto unas pocas
personas, y quizás una sola; asi es fácil ha-
cer salir el cálculo, encontrando que el má-
ximumcon queseha reforzado la oposicion al
ministerio equivale á doce ó quince perso-
nas. Repetimos que estas son ilusiones; la
influencia de los periódicos no es tanta como
algunos han querido suponer; pero no deja
de ser mucha. Son en no escaso número los
lectores que no tienen ó la instruccion, ó el
talento, ó el juicio, ó el tiempo, ó la pacien-
cia que son menester para examinar los
asuntos como son en sí , y que por consi-
guiente juzgan de mucbos de ellos por 10
que leen en su periódico ordinario. De ma-
nera que todo cambio en la prensa de un
partido, á la vuelta de algunos meses,llega
á modificar, si no á mudar totalmente, la
opinion de un gran número de lectores. Es-
to, que mas o menos se esperimenta en to-
dos los paises del mundo, se verifica mas
cumplidamente en España , donde la prensa




-- M~ -
no es bastante antigua para haber embotado
la susceptibilidad de los lectores, y dondelo
crítico de las circunstancias, la lucha de los
intereses y el ardor de las pasiones políticas,
preparan de una manera particular el ánimo
del lector, para recibir las impresiones que
el periódico se proponga comunicarle.


Hemos hecho la suposicion mas favorable
al ministerio, á saber: el que la oposicion
de losperiódicos de su partido no fuese la
espresion de una oposición existente, y si
únicamente la escitacion á ella; aun en este
caso la 'oposicion seria una calamidad para
el ministerio, no por loque en sí fuera, si-
no por los resultados que hahria de produ-
cir. Pero esta soposicion tan isvoreble, es
inadmisible; está en contradiccion con he-
chos públicos muy anteriores al último rom-
pimiento de hostilidades. La oposicion ac-
tual no es mas que el desarrollo de los gér-
menes de disolucion v de muerte encerra-
dos en el seno de la ·situacion: algunos de
ellos brotaron ya desde un principio, otros
han necesitado el concurso de las circuns-
tancias; aquellos se presentahanen la su-
perJicie á pesar de la inclemencia de una
atmósfera fria y secante; estos han perma-
necido adormecidos en las entrañas de la
tierra, hasta que un sol mas vigoroso y un
ambiente II\3S propicio han venido á fecun-
darlos. Para comprender lo que está suce-
diendo, señalar sus causas y conjeturar sus
efectos, será buenoanalizar la situacion ac-
lual en su orígen y en sus vicisitudes.


La situacion ha tenido un solo principio
claro y lijo, muchos principios oscuros é in-
ciertos: todo lohueno que ha hecho, ha re-
sultado de la claridad y fijeza del primero;
los males que ha acarreado han procedido
de la oscuridad .é incertidumbre de los se-
gundos; de aquellos lafuerza,de estos la de-
bilidad; de aquellos la duracion, de estos los
peligros inminentes. Nos esplicaremos. El
principio claro y lijo ha sido el restableci-
miento y laconservaciondel órdenmaterial;
los oscuros é inciertos han sido todos los
dornas.


La revolucion contra Espartero, en lo
que- tenia de nacional, no se pareciaen na-
da á ninguna de las anteriores; era un le-
vantamiento para acabar con la anarquía.
Los que heredaron la revolución de junio
de t843 vieron su interés identificado conel
voto nacional: este voto les prescribia el
restablecimiento y la conservacion del órden


público á todacosta , ysus propios intere-
ses les exigían lo mismo. Acometieron con
resolucion esta empresa,y la llevaron á ca-
ho; no por sus talentos, nopor .su .prestigio.
no por sola su energía; no por sus fuerzas,
sino porque se hallaron 'firmeme~te apoya-
dos por hombres de todos los partidos , por
la inmensa mayoría de la nacion. Asi fueron
vencidos los centralistas, asi las insurree-
ciones de Alicante y Cartageua,asi la de
Hecho y Ansó, asi la de Zurhano , asi sehan
desconcertado todas las tentativas contra el
órden público. En esto el gobierno no ha
contado mas enemigos que Jos interesados
en el trastorno; ningun otro partido Je ha
minado, ninguno le ha puesto obstáculos:
tratáhasedel orden ó del triunfo .de la re-
volucioa, yen esta alternativa se optaba
por el orden, fuera cual fuese la opinion so-
bre la política del ministerio. En este punto
no babia division ; no había dos bandos en
el.partideduminantecuohabia fraccioa.di-
misionaria : no hahiamoderados ni .moaár-
quicos ; no habiamas que hombresque con-
templaban con horror las catástrofes de
una nueva.revolucion : el gobierno h¡¡. podi-
do llamará .todas Ias puertas seguro de en-
contrar en todas partes numerososS9§tene~
dores.


Este es un hecho sobre el cual. no.cabe
disputa. Los que habían atribuidoálós cal''''
listas una alianza con la revolucion, han po-
didodesengañarse ; en tantas insurrecciones


! revolucionarias como hanestallado , en tan-
tas.conspiraciones corno se ban descubierto,
no se ha encontrado J\Íij.Jl solo carlista; y
en la actualidad, mien,trilS el gobierno está
desbaratando en varios puntos nuevas y di-
latadas tramas, la Reina Doña .lsahelH via-
ja de noche, sin un soldado de escolta por
entre aquellas montañas y derrumbaderos,
que durante siete años resonaron con.el gri-
to de viva CárlosV. No cabe prueba.mas
concluyente de que no ha habido ni ¡haytaJ
alianza;no cabe protestamas terminante
contra calumnia tan repetida; no caberazon
mas decisiva en favordeloque estábamos
diciendo, queen punto á la. conservacion
del órdenel gobierno ha encontrado apoy\')
sincero, firme en los.hombres de todos los
partidos. .


La.conservacion del órden público es un
deber, una necesidad para todo gobierno;
sin esta condición nada es posible; la socie-
dad es un caos. Pero es un error muygra-


68




- 554.-
ve el creer que en habiendo cumplido este toridad de lacorona fuese en tales casos un
deber, un gobierno ha cumplido todos sus medio mas espedito y mas conveniente que
deberes; que en habiendo satisfecho esta ne- la discusion?Sí Yno. Sí, pues él le ha em-
cesidad, ~a satisfecho todas las necesidades. picado por entero en un asu~to gravísimo; y
A un gobierno le incumbe algo mas que su- en muchos otros ha procedido cuando me-
jetar revoltosos; esta es una de sus atribu- nos en acuerdo con la opinion de dicha con-
ciones , mas no la única; y de tal clase, que veniencia , evitando la discusion con el sis-
por sí sola no puede llenarse bien. El go- tema de las autorizaciones; no, puesque ha
bierno que solo pensase en sofocar insurrec- empleado ocho meses mortales, sepultado en
cionesy desbaratar conspiraciones, no seria lasCortes, y discutiendo sin cesar. "
mas que un brazo que lucha y un ojo que ¿QuépiensasobrelaConstitucionde 18~5?
acecha; el gobierno ha de ser algo mas que ¿ta considera como un medio de gobierno
un soldado, y un comisario de policía. ó como un obstáculo? Ambas cosas. Como


El ministerio actualha sofocado las ,insl;lr- un medio, ya que tanto la ensalzó antes de
recciones , ha desbaratado las conspiracio- aprobarse; ya que tanto la nombra, y de tal
nes; pero no ha sido tan feliz en hacer lo modo la defiende despues de haber 'él mis-
que le faltaba para gobernar. Aquies donde mo aconsejado y obtenido su sanciono Como
sus principies han sido oscuros é inciertos, un ohstáculo , pues que la quebranta al día
su conducta vacilante, sus obras ó nulas o siguiente de lapublicación, prendiendo á dos
efímeras; aquí es donde ha ido perdiendo periodistas, y reformando la legislacion de
sus antiguos amigos, donde no ha sabido imprenta. Como un obstáculo, repetimos,
bienquistarse ningun adversario, donde ha. pues que no la planteasino á medias, refor-
vistoestenderse y robustecersede dia en dia, mando el Senado sin atreverse á disolver el
ven diferentes sentidos, la oposicion que le Congreso.
abruma. Con un pie en el terreno de la re-o El sistema político que encontró estable-
volucioa , y otro en el de la reparacion ; ora cido al tomar el mando, ¿,lo creyó radical-
halagando ti esta, ora á aquella, haido des- mente vicioso? ¿ opinó enefecto que era ur-
contentando á los hombres de ambas, aca- gentereformarle, ópensó que se podia seguir
bando como los que quieren estar bien con con él'? Ambas cosas. Para convencerse de
todos, que al fin se indispone contodos. su opinion sobre los vicios y la urgencia de


¿Cuálha sidosu sistemaen política? ¿Con- que desaparecieran, basta recordar sus pa-
denó abiertamente la obra de la revolucion labras; para convencerse de locontrario, es
de la Granja'? ¿La aprobó '? No lo sabemos: suficiente su conducta. La ley electoral y la
tal vez hizo lo uno y lootro. La condeno en de Imprenta, es decir, los dos puntos mas
los preámbulos de sus proyectos, en sus dis- importantes del sistema representativo, no
cursos, en la ponderacíon de la urgencia pa- llamaron hastante su atencion para que los
ra quitarla de enmedio , en 'las duras cali- hiciera ventilar en una legislatura tan larga,
ficaciones quesepermitieron él y sus amigos. en que contaba con la mayoría mas compac-
La aprobó porque no permitió que se la des- ta que se vió jamás, y cuando las Cortes por
truyese , porque solo consintió que se la no tener otro objeto, se ocupaban de la ley
reformase, porque la tomó como punto de de vagos, ó se entregaban á dilatados inter-
partida, como base para la reforma, como valos de descanso.
eondicionde legitimidad de lospoderes cons- ¿Es amigo del jurado ó enemigo? Esto
tituyentes, como norma á que debian ate- depende de las circunstancias. Hace algu-
nerse.asi el monarca como las Cortes. nos mesesque su opinion sobre el particu-


Para hacer las reformas, necesarias ¿asen- lar no estaba completamente formada, á
tó el principio de que atendido lo crítico de pesar de ocho años de esperiencia: asi es
las circunstancias, bastase por si solo el po· que el juradodesaparecía de laConstituciou,
del' del monarca? SiYno. Sí, como lo prue- mas no de la ley de imprenta. Se han cer-
ba el haberseconformado á este principio en rado las Curtes, han comenzado los viajes; y
el arreglode un ramo tan importante como la conviccion de que el jurado era malo, ha
el de la imprenta; no, como lo manifiesta la venido por fin; y no como quiera, sino 1'0-
oposicien que segun se dijo, hiciera meses busta , irresistible, eficaz, de ejecucion ur-
airásáproyectos semejantes. gente, á pesar de un artículo de la Consti-


¿Ha creído que el ejercicio de la sola au- ~ cion que veda el legislarsin el concurso de




.- Sal) -
sas muy huenas, pero no las sabréis por
ahora; dadme el voto y dejadme hacer;» y
luego volviéndose á los reaccionarios los
amenazaba conla misma cartera, indicando
poco menos que tener encerrados en ella los
ravos del Vaticano. Pues bien, estas oscila-
ciones escusadaspor la oportunidad, se fun-
daban en datos tan seguros como hemos
presenciado. Ni ha habido reconocimiento
de la Reina, ni ratiíicncion de las ventas, ni
nada, sino sinsabores y complicaciones nue-
vas. La vacilacion con respecto á losprinci-
pios podia encubrirse algun tanto con las
exigencias de Jos hechos bien conocidos;
cuando se ha visto que no se profesaban
principios fijos, y se conocían tan mal los
hechos, ¿ qué es lo que resta?


De tales antecedentes solo podia resultar
lo que estamos viendo; que el gobierno se
indispusiera contodos los partidos, que se
colocase en el triste y peligroso aislamiento
en que ha venido á parar.


Queriendo el ministerio complacer el ele-
mento revolucionario que bajo formas par-
lamentarias abriga la situacion , se ha ena-
genado á lo que ella encerraba de hombres
verdaderamente conservadores; é inclinán-
dose hácia estos últimos ya consus palabras
ya con sus obras, ha provocado la oposicion
entre aquellos mismos que le hablan soste-
nido con mas perseverancia. Asitiene aho-
ra contra si á todo c.l partidoprogresista, á
todo el partido carlista, á todos los monár-
quicos no carlistas, á todos los que abraza-
ron la bandera de los diputados dimisiona-
rios, á la fraccion puritana representada por
el Tie'1l1po , y en fin á Jos hombres que si-
guen al Heroldo , atGlobo, ó al Español.
Hechas estas deducciones, seria curioso sa-
ber lo que queda en España. No creemos
que haya ningun partido; no puede haber
mas que individuos. Hé aqui el estado de la
oposicion actual; hé aqui sus causas. ¿Cuá-
les serán sus resultados? No lo sabemos; ni'


I
tampoco somos amígos.depsonosticar. Co-
mo quiera, las conjeturas no pueden ser
halagüeñas al ministerio.


Hay enla situaeioaactsal otro elemento
que por preeision ha de contribuir á des-
componerla;hahlamos de la alianza del po-
der militar con un partido político. Esta
alianzaes necesaria, y lo será hasta que el
tronosea bastante robusto para dominar á .
los poderes militaresy á los partidos políti-
cos; ó mejer diremos, hasta que los partí-


las Cortes; y esta conviccion ¿ ha nacido de
principios '? Segun se dijo hubo mas bien
despique que conviccion. Los periódicos
anunciaron que el salir ó no el decreto de-
pendía de la absolucion ó condenacion de un
artículo denunciado. No sabemos si esto es
verdad; pero lo cierto es que á la absolu-I
cion siguió el decreto. Las apariencias son
malas; y en tal caso ¿,dónde está el sistema,
'dónde las doctrinas? ¿Un caso mas ó menos I
basta para matar una institucion, ó hacerla
tolerar?


Las reformas administrativas. ¿cran ur-
¡.\entes, ó conscntian dilacion? Uno y otro.
Eran urgentes, y por motivo de la urgencia
se solicitaba la autorizacion , y evitaban las
discusiones en las Cortes. No eran urgen-
tes, y poresta causa se ha gu~rdado la au- I
torizacion en la cartera, y se ha procedido I
con tanta lentitud en el planteo de las nue-
vas leves.


La misma incertidumbre, la misma con-
tradiccion que en lascuestiones políticas, lo
ha manifestado el gobierno en las eclesiás-
ticas. Reconoce la injusticia revolucionaria
dcl despojo de la iglesia, y permite que la
venta continúe; suspende la venta, pcro se
niega á la devolucion; se decide al fin por
la devolucion , mas no devuelve. Pondera
la necesidad de mantener el clero, procla-
masu voluntad decidida de emplear medios
eficaces, no consiente que nadie le Ileve la I
delantera en actividad y celo; y sale al fin
con la famosa ley interina, y el contrato con
el Banco.


Lo mas y lo menos en esta materia, no IG
hace depender de principios, sino de opor-
tunidad; esta oportunidad era la guia del
gobierno, la medida de la dosis en que se
hubiese de administrar justicia. Asi , en
concepto del ministerio , la devolucion al
clero de los bienesno vendidos, era un acto
de rigurosajusticia, pues que quitándoselos
se habia cometido un despojo inicuo; pero
el proponer la devolucion era un asunto de
oportunidad, sujeto tan solo al criterio de
los ministros, únicos iniciados en el secreto
de las negociaciones. En qué fase se ha-
llaban estas, cuál era el cursoque seguían,
no se sabia de lijo, solo se dejaba conjetu-
rar ; pero lo que no se ignoraba era que to-I
caban á su término, que el resultado seria
completamente satisfactorio. El ministerio
mostraba á los amigos curiosos su cartera
cerrada; y les decía: «aqui dentro hay co-




~"


- 556-
dos políticos no tengan mas existencia q.ue I nes, con variados nombres, continuó esta
la puramente legal, ni busquen otro punto división desdeI 8!¡.Ohasta '184.3; el desen-
de apoyo que el trono mismo; hasta que no I lace es conocido; en el último acto del dra-
se hable ya del poder militar, sino de ejér- ma se llamaban coalicionistas v avacuchos.
cito ciegamente sumiso al poder del mo- La situación actual, nacidade las cenizas
narca. Esta triste necesidad de la alianza de de la de Espartero, tiene con ella mas. pun-
dos elementos que sintiéndose flacos por si tos de semejanzade lo que algunos quizás se
solos, piden á su aliado la fuerza que les I figuran. En ambas hay la alianza del poder
falta, produce males de la mayor gravedad, I militar con un partido político; En ambas
haciendo imposible la duracion y solidez de hay una fraccion que se presta á todos los
todo gobierno, por ser imposiblela solidez y sacrificios, y otra fraccion que á algunos se
duracion de la alianza enque se le pretende niega terminantemente, otros no losconsien-
fundar. ten sino á duras penas, y siempre con pro-


Si la alianza del poder militar con un par- testas. En ambas se vé la union contra el
tido político está siempre sujeta á muchos enemigo comun en el momento de peligro,
inconvenientes, suben estos de punto cuan- en ambas las nuevas hostilidades en los mo-
do el partido aliado es liberal. Un partido mentas de reposo. En ambas el lenguaje de
político por mas que varíe, por mas que se la oposicion se llama voz amiga que 31ll0-
ponga encontradiccion con sus principios, I nesta; en ambas emperoes la oposicion per-
por mas sacrificios que haga en obsequio de severantc v á veces ruda. En ambas se ove
la conservacion propia, por mas que con- defender al ministerio como único capaz de
sienta en humillarse, siempre sufre algo superar los obstáculos y salir en bien de los
de la influencia del nombre que lleva, de peligros; en ambas se le oye acusar de que
las doctrinas que proclama, de los principios con su' imprudencia multiplica los obstácu-
que le dieron origen; siempre permanecen los, y con su temeridadse espone á sí. y á la
estos allá en el fondo de su espíritu, protes- situacion á perecer en lospeligros. En aUl-
tando contra la inconsecuencia, acnsando á has se ven en la oposioion á los periódicos
los prevaricadores, tendiendo sin cesar al mas antiguos y mas aventajados del mismo
recohro de la posición perdida, v á lavar la partido. En ambas figuran en la oposición
mancha con que las condescendencias los hombres muy notables del mismo partido.
ennegrecieron. Asi es que todo partido Véase si son pocas las analogías , no dire-
liberal, aun el mas postrado, aun el mas mas que sea el mismo el desenlace.
humilde y rendido, conserva en sus ideas y Como quiera es lo cierto que en la situa-
en sus instintos algo de su primitivo espíri- ciou actual, como en la de Espartero, hay
tu de libertad. Esas ideas bullen, esos ins- una alianza insostenible, hay el esfuerzo de
tintos se agitan, se encuentran con la infle- amalgamar dos elementos que se rechazan.
xibilidaddelpoder militar, eldescontento co- Los háhitos de disciplina y las costumbres
mienza, sigue el desvío, y al lin la lucha se domocrúticas, la fuerza y la discllsion, las
traba. leyes y la espada son cosasque se repelen.


Becúerdese lo sucedidoen tiempo de Es- La fuerza militar es de suyo de tal natura-
partero. Tambien entonces se alió un parti- leza, que si no obedece ciegamente á un
do político con el poder militar; esta alianza poder superior, aspira á la dominaciun ahso-
produjo la conquista del mando por medí? luta, Por sus ideas, por sus hábitos, por Sil
de una revolucion; pero no fue bastante a posicion en la sociedad, por sus instintos,
conservarle. Apenas entronizado Espartero por su organizacion misma, está destinada
se formaron dos bandos en el mismo partido á uno de dos estrernos, Ó solo á obedecer, Ó
progresista; unos querian identificarse con á mandar sola. Esta cs su naturaleza: en ya-
Esparter?, vivire~ paz co~ él, pelear ?onél, I no ~e. la in~entaria modificar; quien le p~~e
vencer o sucumbir con el; otros miraban Iauxilio sera su esclavo. Es el caso de la la7"
con desconfianza el ascendiente del poder 1 bula: el cahallo vencerá al ciervo con el
militar, hubieran querido romper el instru- auxilio del homhre; la dificultad estará des-
me~to de nuerra una vez conseguida la vic- pues en persuadirle que se apee y que quí-
torta: las Ideas y los instintos de libertad se te el freno.
~i~n malconel predominio deun soldado. ._~
D3Jodlferentes formas, en distinta s ocasio-




307 -
EL GOBIERNO " ~a~e á cabo inmediatamenta ; sin espe~ar elI extto de las negocracrones , 1lI dar pie a que


YJ ~la ~rnl!\1~ (!)~(!)~~~~iD~," I se creyera que los motivos que le impulsa-
ban al acto de justicia, eransolo razonesdeI conveniencia. yesto que era natural y justo,


1


I era al propio tiempo muy político, pues de-
Et'cl'ito en París el 25 de agosto de H43. y publicado en 'Madrid I 1il 1 .1 l "'f d


el! 3 del inmediato setiemb n-. n Ita la ue antemano a uerza· e los argu-
1I mentes con <¡ne le combaten sus antiguos


El elemento rev~lucionario. que hajo las 1I sostenedores. SI, esto era lo mas político, y
formas parlamentarias se abriga en el seno 11 vamos a demostrarlo.
de la sit~acion, va desenvol\'iénd~se c~n I El gohierno, al l~r~sen~ar. á las Cortes el
suma rapidez, y amenazando la cxistencra 1 proyecto de devolucion , SI bien dejó traslu-
misma del partido dominante. El gobierno ¡I cir que influiau en su animo razones de con-
se ve acusado de haber hecho. traicion á II! veniencia , a.sentó no obstante con toda cla-
los principios revolucionario-conservadores, ridad, que entendia y quería hacer un acto
que al decir de algunos periódicos hahian de justicia. En los dictámenes de la comisión
de ser la anchurosa hase sobre la cual debia I se adoptó distinto lenguaje, que manifes-
levantarse el .sistema liheral , rodeado de 11 taha rrincipios diferentes de los admitidos
todos los trofeos que le ofrecieron las con- por e gobierno; diferencia que se mos-
quistas de la revoluciono Losperiódicos de la 11 tró igualmente en el curso de la discnsion;
oposicion moderada no pueden sufrir que 1


1


pero que no consiguió ni apartar al ministe-
todavia se hagan nuevas concesiones á la 1 rio de su línea de conducta, ni aun que 010-
causa de la justicia, que en su concepto 50- !I dilicára las doctrinas con que la justificaba.
lo debe ser atendida, en cuanto sirva para 1


1


1 A pesar de esto, el gobierno triunfó, y na-
asegurar la estabilidad- de la injusticia. Así, 1


1
die podía abrigar duda sobre. que luego de


no se tenia inconveniente en que se devol- I obtenida la sancion Real, el gobierno podia
vieran al clero los bienes no venrlidos , con '1 pasar á la. ejecución de la ley, sin faltar al
tal que esta devolucion no se llevase á efec- voto de las Cortes. Nadie pudo creer que el
to hasta que la corte de Roma hubiese ra- I voto de estas dependierade ninguna condi-
tiñendo la enagenacion de los vendidos; cion; pues que ni se la hahia espresado, ni
pero tan pronto como el gobierno se ha de- 1se la podia suponer implícita cuando el go-
cidido á no conformarse con tan peregrina bierno contaba en las Cortes contan grande
jurisprudencia, llueven sobre él las decla- mayoría. En vano algunos individuos de la
maciones y las burlas basta un punto que le minoría pretendían interpretar el voto: la
hacen pagar bien caro los ardientes enco- interpretacion era la espresion de sus opi-
mios con que poco antes se le obsequiára. niones , no de la mente de la ley votada. Lo
Por mas que se asegure que el gobierno no mas que se podia sospechar era que en el
hace casode semejanteoposicion, es proba- ánimo de la mayoría hubiesen inlluido las
hle que no dejará de mirarla con alguna in- razones de conveniencia como hahian influí-
quietud: y mas de una vez habrá recordado do tambien en el ánimo del gobierno, pero
aquellos dias no muy remotos, en que se I no qué el voto fuese condicional, y que no
solazaba de sus fatigas ministeriales con el ohteniéndose de Roma lo que se deseaba,
agradable incienso de los periódicos rnode- la medida de la devolución carezca de sen-
radas. ¡Instabilidad de las cosas humanas! tido, como ha dicho cierto periódico. En


Escusado es decirque nosotros aplaudí- este supuesto, ¿qué debia hacer el gobier-
mos la buena resolucion del ministerio, si no? Devol ver inmediamente. ¿Y por qué?
hicn la hubiéramos deseado mas cumplida Porque si sus esperanzas sobre las negocia-
devolviendoá cada Iglesia los bienes que le ciones de noma salían cumplidas, podía
pertenecen; pero esto no impide que haga- gloriarse de haber unido en su conducta la
mas observar como le perjudica en este habilidad con la lealtad; y si salían fallidas,
punto el sistema incierto y poco franco que no se encontraba con la ley sin ejecutar', y
repetidas veces hemos tenido ocasion de obligado, ó á poner de manifiesto que solo
censurar. Ya que el gobierno habia obteni- se guiaba por una previsión incierta que los
do de las Cortesun voto favorable á la devo- 1I sucesos hahian desmentido, ó á ejecutar la
lucion , lo natural y lo justo era que la lle- devolución á pesar de las reclamaciones de




- 558-
los enemigos de ella, exasperados por el I
desventurado desenlace de las negociacio-
nes del señor Castillo. El ministerio siguió
el camino peor; y esta es una de lascausas
del mal papel que está representando. Con
su dilacion en ejecutar la ley ha dejado creer
que solo la quería hacer servir como un me-
dio para obtener concesiones, dando lugar!
á que ahora cuando trata de ejecutarla se le
eche en cara que no cumple lo tácitamente
convenido con las Cortes, y que se humilla
ante las exigencias d~ Roma.


Si el gobiemo hubiese sido mas conse-
cuente, devolviendo lo no vendido tan luego
como obtuvode las Cortes un voto favorable
á su proyecto, ahora se hallaría en una po-
sicion muy desembarazada con respecto á
sus nuevos adversarios. «Es verdad, podria
decirles, es verdad que por ahora las nego-
ciaciones con Roma no han dado los resul-
tados que nos prometiamos , y que se han
devuelto al clero los bienes no vendidos, sin
haber obtenido la ratificacion de las ventas
hechas, pero nosotros al proponer á las Cor-
tes la devolucion , bien claro espusimos que
la medida, á mas de conveniente, era tam-
bien justa: hemos cumplido prontamente lo


.que era de justicia; dejamos al tiempo que I
acredite la couveniencia.: Este lenguaje I
era leal, era sobre todo concluyente; por-
que siempre es muy honroso haber satisfe-
cho la justicia, aun cuando no se consiga lo
quede ella se esperaba. Y no es esto decir
que el gobierno se hubiese evitado la opo-
sicion,-\0 que era poco menos que imposi-
ble; pero sí que hubiera tenido mas \llena-
mente razon contra ella; y lo peor para los \
gobiernos no está en sufrir la oposicion ; si-
no en merecerla.
. Hemos dicho que el evitar la nueva opo-


SIClOn era poco menos que imposihle; v asi
es en realidad; si no huhiese habido unmo-
tivo, se hubiera echado mano de otro; el I
gérmell estaba en el seno del partido, y pa-
ra los tiempos en que vivimos ya era dema-
siadolargo el adormecimiento que se notaba
en la discordia. Si cae el ministerio actual y
se entroniza otra fraccion del partido modé-
rado , en aquella fraccion se presentarán de
nuevo algunas subdivisiones, que poco flO-
tahles al principio \ se irán mostrando mas
claras con el decnrso de pocos meses, aca-
hando por un rompimiento tan estrepitoso
como el que estamos presenciando.


.Lo curioso que hay en la oposicion actnal


es su condíeionpuramente negativa, Es lar
la impotencia que siente de fundar un go-
bierno, que todavía no ha formulado el sis-
tema que haya de suceder al actual, ni, se
atreve á decir hasta qué punto quiere una
mudanza en el personal del ministerio. Léan-
se con reflexion los artículos, y se notará
en esta parte mucha reserva. Quizás cuando
este artículo vea la Inz pública, el lenguaje
de la oposicion habrá sido mas esplicito; pe-
ro á la fecha en que escribirnos estas líneas
todavía no hemos visto nada que nos haga
formar una idea clara y cabal de lo que se
intenta sustituir á lo que se desea derribar.


Fieles á nuestro sistema de no poner á
nadie en compromisos, exigiendo respuestas
sobre puntos determinados, nos guardare-'
mos muy biende dirigir á los periódicos de
la oposicion moderada pregun,tas sobre lo
que piensan con respecto á ciertos aspectos
de la cuestion , por cierto bien delicados;
pero estamos en nuestro derecho al dirigir-
nos esas preguntas á nosotros mismos, y
llamar sobreellas la atencion del público.


Hé aqui lo que nos preguntamos.
1.o ¡.La oposicion al ministerio tiende á


un cambio de personas? .
Parécenos qne nocabe duda en estepun-


to; y nótese bien que no usamos de la pa-
labraexige, sino tiende. Sabemos que á ve-
ces se insinúa que todavía es tiempo, que
todavía puede el gobierno reparar sus yer-
rosy lavar sus faltas; pero hablando ingé-
nuamente, estas nos parecen fórmulas de
pura cortesía. Mudar de sistema sena con-
fesar que era malo el seguido hasta aqui;
seria manifestar que esto no obstante, se le
abandona á duras penas, y solo para aca-
llar losclamores de la opinion; seria rendir
las armas á la oposicion , y decirle: «si me
lo pe,rlllit~s continuaré usando de ellas bajo
tu d¡recclOn y rnando.» Tanta humillacion
no la quisieran sufrir los hombres del go-
bierno; preferirían sin duda retirarse del
poder. Asi , aunque no se dudede la sínce-
ridad de los que afirman no desear una mu-
danza ministerial, es preciso convenir en
que la tendencia no es otra; siendo además
tan visible, que no es dado suponer que se
oculte á los ojos de los escritores. La pala-
bra pues á que viene á parar la oposicion
es esta: abajo el ministerio; esta palabra
será pronunciada condolor si se quiere; pe-
ro se pronunciará, y aun ahora mismo, lo
que se dice equivale á pronunciarla. En




- 51)9-
concepto de la oposicion moderarla, el go-
bierno deja pisar las regalías de la corona,
empaña la gloria del partido de que salió,
abusade la confianza que en él depositaron
las Cortes, se olvida de la voluntad de estas
y la contraría abiertamente, conduce con
torpeza las negociaciones, envilece al pais;
claro es que un ministerio semejante es á
los ojos de la oposicion una inmensa cala-
midad; si pues la oposicion es consecuente,
si quiere presentarse como sostenedora de
la dignidad nacional, del lustre de su parti-
do, del esplendor y pureza de sus doctrinas,
del grandor y fecundidad de su sistema, no
tiene otro medio que aspirar á un cambio
ministerial; acelerarle cuantosea posible.


Habiendo dado la primera respuesta, y
segun nos parece, de una manera satisfac-
toria, pasemos á la otra pregunta.


2.o En la ruina ministerial, ¿quiere la
oposicion que vaya envuelto tambien el ge-
neral Narvaez?


Si se hubiesede responderá esta pregun-
ta ateniéndose únicamente á los principios
del gobierno representativo y de responsa-
bilidad ministerial, no habría ninguna difi-
cultaden afirmar que la oposicion moderada !
quiere derribar al general Narvaez como á !
los demás ministros. En todos los paises
donde rige el sistema representativo la res-
ponsabilidad se estiende á todos, y aun pe-
sa de una manera particular sobre el presi-
dente del consejo. A él se atribuyen princi-
palmente asi el bien como el mal; á él le
pertenece la mayorparte de la gloria; sobre
él recae la mayor parte de los cargos. En él
se personifica el sistema; cuando él conti-
núa en el poder, se supone que el sistema
continuará el mismo; las mudanzas persona-
les que se hacen bajo el mismo presidente,
soncausadas pormotivos secundarios, ycon-
sideradas coma de poca importancia. Laopo-
sicion de la prensamoderada no se funda en
motivos secundarios; sedirigesegunasegura,
contrael sistema, errado en lo interior, de-
presivo en loesterior,absolutamenteinsoste-
nible, si no se quiere'atraer sobre la España
calamidades sin cuento. As! pues parece no
caber duda en que Jos tirosvan asestados
tambien contraelpresidentedelconsejo. Pero
corno el gobierno representativo en España
es sui generis, anómalo como nuestras co-
sas , quizás sufra escepcion aquí la regla
general, y el actualpresidente sea conside-
fado como una especiede eje, en torno del


cual se gasten Jos rninísterios , sin gastarse
él mismo. Si asi fuese, si asi pensaseel par-
tido moderado, si la oposicion moderada ad-
mitiese esa inamovilidad del presidente, á
pesar del cambio de ministerio, seria pre-
ciso decir que la irresponsabilidad en Espa-
ña se estiende á otras personas distintas del
monarca. Ademas resultaría tambien otra
consecuencia que no sabemos si podrán ad-
mitirla los parlamentarios. Como en los sis-
temas representativos se asienta la máxima
de que ei rey reina y no gobierna, se con-
cibe sin dificultad. que permaneciendo el
rey el mismo, se cambie con frecuencia el
sistema político; pero ¿cómo se podrá cam-
biar el sistema permaneciendo el mismo el
presidente? Eatonces seria menester inven-
tar otr~ máxima; «el presidente preside y
no gobierna; }) lo que, ó haria poco honorá
su inteligencia, ó le colocaría á la altura
del trono.


Estas verdades las tendria presentes el
general Narvaez cuando declaraba en las
Cortes que los ministros estaban unidos, y
que ó continuarian juntos, ó caerían juntos
en un mismo día, y por un mismo motivo.
Asi, pues, no es probable que el presidente
se haga ilusiones sobre su verdaderaposi-
cion, y que no alcance el objeto, ó cuando
menos latendenciade la oposicion moderada:
en apoyo de esta opinion viene lo que se ha
dicho estos dias de haber desoido insinuacio-
nes amistosas sobre modificacion ministerial.


Sea como fuere, no creemos que en nin-
gun evento pudiesen resultar al pais nota-
bles ventajas, si la mudanza se limitaha á
entrar en el poder otra fraccion del partido
moderado, para gobernarconel esclusivismo
que lo ha hecho la dominante. Queremos
suponer que el cambio respetase al general
Narvaez, y que á loscinco ministros desgra-
ciados les sucediesen otros de mas .() menos
puritanismo parlamentario. ¿Qué habríamos
adelantado con la mudanza 'f Abrigamos la
profunda conviccion de que á poca diferen-
ciacontinuaríamos como antes.


Se declama mucho sobre los asuntos de
Roma;' pero ¿ qué harian los hombres nue-
vos? ¿Hablarian, como ellos dicen, con fir-
mezav.con energía, con dignidad"! ¿Y qué
dirian con este lenguaje? ¿Dirian que si el
Sumo Pontífice no quiere comenzar por un
reconocimiento liso y llano de Doña Isabel II
como Reina legítima de España, y ratificar
en seguida la venta de los bienes del clero,




- 560-
el gobierno.de S. M.se verá obligadoá rom- I de la alianza, menester seria empleará pOlla
per toda negoeiacion y á retirar su plenipo- diferencia el mismo sistema que ahora.,Pro~
tenciario? En Roma se contestaría que el go- curar el triunfo en las elecciones por todas
hierno de Madrid es dueño de tomar las I los medios; conservar todo el tiempoque
disposiciones que bien le parezcan; pero que fuese posible las Cortes en que, se tuviese
el Papa á su vez es tambien dueño de ne- mayoría; refrenar la prensa como mejor se
garse á lo que se le exige, sin ninguna ga- entendiese; sofocar frecuentes insurreccio-
rantía de buen resultado. ¿Amenazarian con nes , y por consecuencia fusilar á menudo,
la continuacion de la venta '? Pero esta con- verificando aquella espresíondeunperiódico:
tinuacion no le daria á ~oma ianto cuidado «con nuestro constitucionalismo también se
como parece; cuando no ignora que el pro- fusila;» contentar del mejor modo que fue-
ducto en renta de loque existe, dificilmente ) ra dahle á los sostenedores delministerio,
llegará á la sétima parte de lo que se neceo distribuyéndolesen abundanciahonores, con-
sita para cubrir el presupuesto. ¿Indicarían decoraciones y sueldos, y prevenir que en
quizás que si Su Santidad no se presta á el seno de la misma fraccion dominante no
reanudar las relaciones, el gobierno tratara se levantase otra oposicion como la que es-
de que se provea á las iglesias vacantes por perimeuta el actual ministerio. Pero la ha-
medios estraordinarios? Pero entonces se ciemla continuaria en un estado tan deplo-
suscitan las cuestiones del tiempo de Alonso, rabie como ahora; el ejército se conservaria
se entra en un terreno en que no quisieron en el mismo pie , absorbiendo la mayorpar-
entrar unas Cortes progresistas, se provoca 11 te de los recursos; lospartidosseguirian.en-
un fuerte murm ullo en todo el ámbito de la 1 cenados como hasta aquí; los hombres caldos
nacion, searroja sobre el pais la tea del cis- ' y sus partidarios comenzarían la oposición
ma, y un gobierno pigmeo quiere acometer I contra los vencedores; y la nacion no sal-
tina empresa de que saldria mal parado un dría ni por un momento de esa inquietud, de
gobierno gigante. ese malestar que la atormentan, y los pue-


No, no irian las cosas tan allá; los gober- blos no sentirían ningun alivio en sus males,
nantes se guardarían muy bien, siquiera por y la modiñcacion ó mudanza ministerial 80-
interés propio, de conducirlas á tamaña es- 11 lo produciría un cambio de. nombresy la sao
tremidad. Lo que se haría pues en último tislaccion de algunos ambiciosos.
resultado fuera hablar un poco mas, y dejar Estamos seguros que pensarán con nos~
las cosas como se estau, salvas algunas nue- otros todos los hombres de buen juicio; to-
vas complicaciones que un lenguaje dema- dos los que no se dejen alucinar con vanas
siado altanero pudiera muy bien acarrear. palabras. Lo que acabamos de decir no son
Todas las cuestiones eclesiásticas quedarian meras conjeturas, son pronósticos tan segu-
en pie, algunas tal vez se embrollarian; de ros como el de que mañana saldrá el sol.
todos modos es cierto que los homhres nue- Si los que desean el cambio ministerial
vos no alcanzarian á resolver el problema de alcanzasen la caída del general Narvaez, los
la dotacion del clero, ni obtendrian tan fácil- resultados serian de mas tamaño, y quizás
mente como se figuran, el reconocimiento podriansobrevenir sucesos de no escasa grao
de Isabel, ni la I'atilicacion de las ventas, ni vedad. Una ohservacion les haremos a los
la confirmacion de losobispos. ¿(lué habría- que combaten al ministerio, y es, que si su
mos adelantado pues en las negociaciones objeto fuese oponer una amhicion ¡J otra am-
con Roma? Nada. ¿En qué se habrían mejo- bicion, una espada á otra espada; si espera-
rado los asuntos eclesiásticos? JJ:n nada. sen fundar un gohieruo hasado en una riva-


La mudanza ministerial, dentro de la es- lidad militar, su obra seria tan poco durade-
fera del partido moderado, no seria menos ra como la que existe, tal vez menos. Aun
estéril en política. ¿ Se procnraria una alian- suponiendo en todos los personages del dra-
za con el partido progresista? Si esto se hi- ma sumo desprendimiento, heroica lealtad,
c~e~a, bien se podia prono~ticar que en hre- moderacio~en la fo~tuna , Ó resignacion en
visuno tiempo los progresistas ocuparían de la desgracia , tendríamos un poder militar,
n~~vo el poder. La fraccion moderada que apovado en una pequeñísima fracción polí-
hiciese semejante alianza, se saldría por el ¡tica: y por consiguiente los mismos males,
~lsm.o hecho de las filas de su partido, se los mismos peligros que ahora.
ma R los progresistas, Rechazando la idea AfortunauafllPnte nuestros principios no




LA REVOIJUClON y EL GOBIERNO.


Escrito en Pólri~ en 3~ de agosto de 184¡; y publicado en Madrid
al tn de setiembre.


Todavia mas' trastornos! todavia mas san-
gre! Triste condicion la de España, ama-
necer siempre con la duda de si el día que
empieza se manchará con nuevos horrores;
triste posicion la de todo español, esperar
las noticias de su país siempre con la zozo-
bra de que el correo esperado sea portador
de nuevas desgracias1. ... ¿Cuándo se pon-
drá fin á esta situacion? ¿Cuándo acabaran
nuestros males'? ¿Cuándo acabarán los des-


- 51i1-
h.acen mas qne ,,g,anar te,rl'eno con esas divi- li aciertos que h~~ hecho tan triste el reinado
sienes.que malllhe.stan a todas luces la un- '1 de la augusta e mocente Isabel? Su cuna es
potenciagubernativa que mil veces hemos li mecida entre el estruendo del cañon , que
hechonotar. No, no se ~undará un gobierno li diezma á los hijos de una misma patria; y
por mnguno de los medios empleados hasta !! apenas sentada en el trono de-sus mayores,
aquí. Cada dia se irán convenciendo mas yi ve que ladiscordia sigue, y con ella la lu-
n;tas de esta verdad los hombres pensadores, i cha de hermanos con hermanos, yel supli-
SI es que haya algunos que no lo esten ya. I CIO de muchos españoles. Cuando tos años
Puede haber discordancia sobre el camino I hayan uumentado su retlexion y madurado
que se haya de seguir: pero es preciso con- su juicio, preciso es que al recordar la his-
fesar que este camino no es el que se sigue. toria de su reinado, al considerarla sangre
No pretendemos imponer á nadie nuestras y las lágrimas que en sosten de su trono se
opiniones; si otros creenque se pueden tan- han vertido, diga para sí: «grandes son mis
tear otros sistemas, tantéenlos en buen ho- deberes para con ese puehlo; grandes son
ra; pero abrigamos la profundaconviccion mis deberes; los que me lo habían ense-
de que al fin les será preciso venir al punto ñado en mi-infancia no me lo hablan hecho
que hemos señalado. ¿ Se quieren todavía comprender aun hasta el punto que locom-
nuevos esperimentos? ¿ Puede haberlos mas prendo ahora; sobre los deberes de Reina
decisivos que los que se han hecho; que los me ligan los deberes de gratitud.»
que se estan haciendo '? ¿Se quiereesponer Deberes, sí, deberes; que los hay y muy
al país á la inde~nida prolong~cion de su~ grandes para los reyes; dichosos si lIe-
males, ya que no ágrandes catastrofes? ASI gan á conocerlos al través del esplendor
parece; todavía se intenta aparentar que no y de la lisonja que por todas partes 'los ro-
se ha recorrido por entero el círculo fatal, dean, La voz austera de la verdad resuena
cuando hace largo tiempo que lo hemos re- muy rara vez en los artesones de los regios
corrido muchas veces; todavía hay nuevas alcázares; y por esto los males de los pue-
ambiciones porsatisfacer, y en pos de ellas blos se prolongan y Se agravan. Cuando los
se preparanotras que demandarán á su vez males han llegado áIa últimaestremidad,
ser satisfechas. La nación contempla con cuando loque antes era un sordo rumor que
desden semejantes miserias, y se indigna al no se dejaba penetrar hasta la régia mora-
ver que así se juega con ella; esperamos da, es el bramar del huracan que viene aso-
que algun dia la voz de la verdadera opi- landa la tierra, entonces los monarcas se
pion pública subirá hasta las regiones del asomau v preguntan: «qué hay,ll asombra-
trono, y que sin necesidad de nuevas revo- dos de novedad tan espantosa, en un país
luciones, se romperápara siempreesa cade- .que poco antes se les pintara ~ormido en~?s
na de infortunios. brazos de la calma y de la dicha: ¿A quien


nosdirigimosconestas: pal:abNist Al~o?iel;­
no v á cuantaspersonas' trenen ascendiente
sobre el ánimo de.S, M.; al gobierna yá
cuantos pueden influir en los destinos del
pais, á todos nos dirigimos.ipara qsevean
si la España puede prosegUl~ aSI', Dara que
consideren si hemos de contmuar-eu'ese es-
tado de febril convulsión, y si cumplenó no
con su deber, no discurriendo so.lwe los me-
dios positivos, eficaces, que pudieran sacar-
nos de un estadotan deplorable.


El O'obierno ha vencido hoy, es verdad,~ . " . ,
como venció aver,'c(¡m'o qmzas vencera ma-
ñana; peroelobjeto de un gobierno no es
la victoria; porque gobernar no es pelear.
Cuando'enUfl pafs se verifica un fenómeno
como el qne vpreseneiamos en ,e~ Ilues~ro.
señal es que se halla bajocondiciones Hn:
posiblesiasi al ponerse en un problema una


69




- 562-
condicion absurda, el calculador es conduci- jante alternativa el pais opta por el go-·
do á una cantidad imaginaria; y la imagi- hierno.
naria en materia de gobierno son el despo- Se ha dicho, y creemos con verdad, que
tismo ó la anarquía: la fuerza reunida en una en las actuales circunstancias el triunfo de
manoó desparramada por la sociedad; siem- la revolucion seria formidable; esto ha pro-
pre la fuerza. ducido el terror; y el terror que es á-ve-


Dos hechos resaltan en la situacion ac- ces buen medio de opresion, es malísimo
tual de España: la impotencia de la revolu- para la victoria, Cuando losque atacanes-
cion, y la Impopularidad del gobierno. Este cribenen su bandera ¡Ay de los vencidos! se
es un contraste; pero hay otro todavía mas aseguran una resistencia desesperada.. Con
singular: la revolución no desiste de sus esta torpeza los perturbadores ban espanta-
tentativas á pesar de su impotencia proba- do quizás á no pocos que habrian sidosus
da; el gobierno no sucumbe á pesar de su cómplices inocentes, y los arrojan al lado
impopularidad evidente. Ni la impotencia de del gobierno en el momento del peligro.
la revolucion es efecto de la fuerza del gú- Ved cómo se han apiñado en torno de él
hierno, ni la victoria del gobierno es hija de losperiódicos de la oposicion moderada, tan
su popularidad. La revolucion no desiste pronto como la tranquilidad se ha visto ame-
,porque conoce que el gobierno es débil; el nazada en Madrid. Los progresistas sonaho-
gobierno triunfa porque la revolucion es ra una especie de ejército intratable que no
mas débily mas impopular todavia: .hé aquí recibe á los desertores del campo enemigo:
por qué la revolucion repite sus tentativas á aunque los vea separarse del cuerpo y ha-
pesar de sus escarmientos, y por qué el go- cerles algunas señas, no les responde sino á
bierno vence á pesar de su flaqueza. balazos. No lo hacian asi los moderados en


La lucha entre el gobierno y la revolu- su tiempo: en la oposicion los progresistas
cien presenta otros caractéres notables. El son mas osados, los moderados mas hábiles
gobierno no se conduce como quien aguar- y menos escrupulosos. Si Espartero hubiese
da á un adversario al cual no teme, sino reñido á un tiempo con la revolucion, con
como un adalid osado y resuelto que aguar- el Papa y con el sultan, paladines habia en
da á pie firme á otro adalid poco menos el partido moderado para sostenerel Coran,
fuerte que él: tiene la esperanza de la vic- los sagrados cánones,y la declaracion de los
toria, no la seguridad. No es un gobierno derechos del hombre, y que con igualgar-
nacional, sólido y fuerte, que sofoca un mo- bo y desenvoltura hubieran llevado el tur-
tin y le castiga; es un gobierno gefe de par- hante, el bonete y el gorro encarnado.
tido que se bate con otro partido en estado Los hombres que no se han afiliado á
de insurrecciono Asi los ·actos preventivos ningun partido, tamhien contemplan con
ofrecenel carácter de las disposiciones en espanto las escenas que la revolucion nos
que un general. despliega sus fuerzas antes prepara; quisieran un remedio á los males
de la batalla; no de una autoridad que, se- del pais ; pero si este remedio ha de ser un
gura de su triunfo, trata de evitar desgra- baño de sangre, prefieren la prolongacion
cias; asi los actos que siguen á la victoria de la dolencia, y esperar en las buenasdis-
no son tampoco los de un poder que con posiciones de 1& complexion del enfermo,
calma y frialdad entrega los criminales al ayudada con el tiempo, y con la acción de
Jallo de un tribunal, sino las de un vencedor específicos suaves. Por nuestra parte apro-
.irritado que maltrata á los prisioneros. Así bamos este modo de pensar: para derribar
las asonadas parecen batallas, y la justicia al gobierno, no deseamos la revolucion; al
venganza. malestar habian de suceder las convulsiones


El momento de la crisis revolucionaria del frenesí, á los desaciertos los horrores;
ofrece ademásotra particularidad. Un mo- nosotros preferimos á los horrores los des-
mento antes, parece que el gobierno ha de aciertos, al frenesí el malestar.
sucumbir.; tal es el descontento que reina, Si bien se observa entre los adversarios
t~l el rumor que contra él se levanta. La cri- del gobierno, hay una especie de lealtad
51S llega, .y la .revolucion se encuentra sola. que no han podido hacer vacilar las iepeti-
,¿Por qué? Porque ese descontento no basta das noticias de las alianzas monstruosas.
para que se olvide lo que la revolucion ha Los progresistas y los monárquicos comba-
liIecho, lo que har.ia si triunfase; yen seme- ten algobierno ; su union parece que había




- 563-
de acelerar la ruina del adversario comun;
pero esta union noha existidoni existe.' Por
el contrario, los progresistas rechazan cons-
tantemente á los monárquicos,y losmonár-
quicos á su vez rechazan á los progresistas
con nomenor constancia. Estos partidos dis-
tan demasiado para darse la mano. Hé aquí
las ventajas de los partidos medios; con po-
coqne se ladeen se ponen en contacto con
los partidos estremos; se hacen monárqui-
cos ó revolucionarios. Si el que está arriba
es bastante incauto paradejarse estrechar la
mano cediendo a caricias y protestas, es
fácil darle un tiron, derribarle, y colocarse
con presteza en su lugar.


La revolucion ha olvidado que jamás ha
sido fuerte en España, jamás ha podido
triunfar sino cuando se ha escudado con el
trono. En 1832 estaba muerta; los conseje-
ros de la reina Cristina la hicieron resucitar:
sin el auxilio de una mano entonces tan po-
derosa, la revolucion yacería en la misma
inmovilidad en que la tenia la autoridaddel
difunto monarca. Esta alianza ha cesado en
parte; lo que se apoya ahora en el trono no
es la revoJucion de las calles, sino la de los
intereses creados; esta última vive y aque-
lla perece. Durante la guerra civil triunfaba
la revolucion de las calles, porque se le de-
cia en nombre del trono: «obra como bien
te parezca, peroayúdame contraD. Carlos;»
mas' tan pronto como terminada la guerra
civil, ha habido autoridades que han queri-
do de veras sofocar las insurrecciones, las
han sofocado. Falta saber hasta qué pun-
to se puede prolongar una situación que
tiene contra sí la revolucion de las calles,
no alcanza á reparar el daño de los intere-
ses antiguos, ni aciertaá consolidar los nue-
vos; y que cuenta en la prensa con una
oposicion progresista, una oposicion monár-
quica, y otra del mismo seno del partido
moderado. Hayla lealtad delejército, es ver-
dad; pero esto es fiar una inmensa ciudadá
discrecion de un centinela. En tiempo de
guerra puede obrarse así porque no es po-
sible otra cosa: pero en tiempo de paz una
ciudadno descansa en un centinela, sino en
la benéfica vigilancia de las autoridades y
en las disposiciones pacíficas de los ciuda-
danos. .


Las repetidas derrotas de la revolucion
manifiestan otra verdad que tampoco honra
mucho la prevision de nuestros liberales, y
es, que la institución de la milicia, que,


como recordarán nuestros lectores, fuecon-
siderada como un complemento necesario
del sistema representativo, y que en conse-
cuencia hahia llegado á figurar en los artí-
culos de la ley fundamental, era una cau-
sa permanente de disturbios y trastornos.
Desde que la milicia no existe, el gobier-
no no solo sofoca las insurrecciones sinoque
lo hace con suma facilidad. En general su
estallido es débil, Y se enflaquecen al dia
siguiente por sí mismas, aun antes de ser
atacadas, en lugar de estenderse rápida-
mente corno lo hacian en otro tiemro, Fál-
tales el pábulo para el incendio ye vehícu-
lo para la propagacion. Este hecho sugiere
una consideracion importante que sirve no
poco para conocer el verdadero espíritu de
España.


En tiempo de Fernando VII hahia los
voluntarios raalistas, que eran como si dijé-
ramos la milicia nacional del absolutismo"
Una y otra milicia tenian , no un objetoci-
vil, sino puramente político; asi los nacio-


r nales corno los realistas empuñaban las ar-
, mas para sostener un sistema político: estos


hahian sido creados para defender al ab-
solutismo contra los liberales, aquellos lo
fueron para defender al liberalismo contra
los absolutistas. La semejanza de origen y
de objetono ha sido bastante para producir
semejanza de resultados; el absolutismo pu-
do vivir hasta su última hora en medio de
los realistas; el liberalismo no ha podido vi-
vir sino desarmando á las nacionales. Una y
otra institucion producían inconvenientes
por la exageracion del mismo principio 'en
que se fundaban: los realistas querian algu-
nas veces ser mas realistas que el rey; y los
nacionales pretendian llevar su liberalismo
mas allá que los fundadores de la libertad;
pero la diferencia está en que el gobierno
del rey pudo salvar los inconvenientes, sin


I matar la institucion , y el gobierno liberalno
I ha podido preservarse de la anarquía sin
! abolir la milicia que era su obra. El año 27


bastó la presencia del monarca en Cataluña
para que. mas de treinta mil hombres rin-
diesen las armas sin disparar un tiro. Des- .
de 1830 se podia prever muy bien que el
partido realista corria peligro de ser derri-
bado del mando; y desde 1832 lo fue ya en
efecto aun en-vida del monarca. Las masas
del partido estaban armadas, desde la capi-
pital hasta la última aldea ¿se sublevaron?
No: la iasurreccion no estallóhasta que se




- 51)4.-
supo la muerte de Fernando. ¿Esto qué cion,sino en el modo con que se la había
prueba?Prueba. que en el corazon de aquel organizado.; mas entonces, ,¿por qué no, la
partido tan calumniado, habia un principio reformabais en vez de destruirla? Pero no,
poderoso que le obligaba á la obediencia, el mal no estaba en el modo sino en laesen-
aun á costade su ruina; prueba que entre cia de la cosa; el malestaba en que por el
las masas realistas y las liberales hay una estado actual de España, unafuerza popu-
diferencia profunda cuyo conocimiento ar- lar en apoyo del. liberalismo es pornecesi-
roja mucha luz para formarse una idea ca- dad un elemento de anarquía. Cuando en
bal de la verdadera situacion de España: un pais hay realmente grandes masas en
prueba que aquel gobierno tan motejado te- apoyo de una causa, se puede elegir y tp-
nia una fuerza inmensa, pues que alean- mar solo lo que convenga; pero cuando no,
zaba á triunfar del mayor peligro que se cuando por el contrario las masas están del
ofrece á todo gobierno, cual es la exagera- lado opuesto, entonces es preciso tomar lo
cion del principio en que se funda. Toda es- que hay, es preciso hacer entrar en la ins-
ta fuerza no la conoció a veces el mismo titucion elementos que contrapesen la fuer-
gobierno que la poseia ; esto le hizo no po- za enemiga, elementos que al fin acabarán
co daño. Se creía con mas peligros de los por fermentar y producír una resistencia al
que existian en realidad; podia vivir muy mismo gobierno que los emplea.
bien sin tantos sostenedores armados; y no Es esto tan claro que es bien segurono-
fue tan suave como debia , porque se con- hay un solo hombre de gobierno en España
sideró menos fuerte de lo que era. que piense en el restablecimiento de la mi-


El partido liberal, para disminuir el ru- licia ni aun reformada: el diaen que se dis-
bor del mal éxito de su ensayo, nos dirá tribuyesenlas armas, por masprecauciones
que jamás consideró la milicia sino como que se tomasen, aquel dia se asegurára el
arma de guerra, y que solo la instituyó pa- triunfo de la revolución: para conocer esto
ra hacerfrente á D. Cárlos; pero entonces no se necesita previsión política, basta el
resulta que el liberalismo de España no tie- sentido comun,
ne otros medios de defenderse sino el de Las consideraciones que preceden no son
apelar á la anarquía; preciosa confesion por estériles, conducen á un resultado impor-
cierto. La consecuencia es necesaria, inde- tante, cual es la evidente necesidad de que
clinable. Si no tuvísteis otro medio de sal- el sistema representativo, si ha decontinuar,
vacion que la milicia, y esta milicia decís se nacionalice por decirlo asi, andando en
'vosotros mismos que es incompatible con el buscade nuevos elementos que hasta ahora
orden, esta milicia es por confesion vuestra 'o ha combatido abiertamente, ó desdeñado
la anarquía organizada. Y ¿ qué resultaria en demasía. Esta es para él una condicion
de este hecho para fallar sobre los princi- no solo demejora, sino de vida; sino hay un
pios'? La deduccion es óbvia ; en tal casoel ingerto bienentendido, el árbol no produ-
principio liberal, tal como lo han entendido eirá nada; y dia vendrá en que los pueblos
nuestros novadores , estaria en profundo cansados de esperar y de sufrir, le arranca-
desacuerdo con las ideas, los sentimientos, rán de cuajo y le echarán al fuego. No bas-
los hábitos, los intereses v las necesidades ta que figuren en la lista del Senado nom-
del verdadero pais ; en tal casoel principio bres altamente respetables; no basta que
liberal no podría dominar en España sino á asi se tribute un homenage al triple con-
título de conquista, por lo que haría muy junto de la dignidad, de la virtud, y del sa-
bien en apoyarse alternativamente en los ber, y que se manifiesten deseos de buscar
motines de las calles y en el despotismo mi- la fuerza y el apoyo en los puntos donde se
litar. hallen; es necesario aplicar este sistema en


Nosotros no hacemos mas que sacarcon- mayor escala; es necesario que de la latitud
secuencias de yuestrasmismas palabras, de del Senado participe tambien el Congreso:
vuestros hechos, aplicar la lógica á los mis- es necesario que participen todas las insti-
mos datos que vosotros nos ofreceis; conde- tuciones hasta sus últimas dependencias; es
nando la milicia nacional, os condenáis á necesario queno hayados Españas, unaque
vosotros mismos. manda y otra que obedece, unaque paga


Biensabemos que no faltará quien res- y otra que cobra; es necesario que n~ haya
ponda que el mal no estaba en la institu- I mas que una España bajo un solo gobierno;




Si en agitada plebe .
sordo rumor estalla,
levanto yo la mano
y amedrentada caJla.


Ergo ubi commota [eroet plebecttlabile
Fert animus calidm [ecisse sillmtia (1¿l'bre
Majestate manus.


A pesar de tamaña seguridad, algo aven-
turaría por cierto quien saliese fiador de
que todas las empresas serán llevadas á
buen término; y de seguro ninguna es tau
ardua como la que ha cargado sobre "sus


- 565-
que .es~e no vuelva.Ia ,:ista atrás, y qu~ ba-I bienes !?'O Vend¡do~., s.on.como los j~lonesjo distintas denominaciones no continúe la del carmno que vais siguiendo. ¿Que hay
distincion del año 20 entre liberales y ser- I en la estremidad?qué ha de haber; nuestro
viles, insultando asi las convicciones mas i sistema. ¿Hasta allí no queréis lIegar?'ya
sinceras y los sentl!Ulcntos. mas nobles y I lo sabemos; pero I~ revolución- os empuJa;
generosos. Los gobiernos liberales deben j nosotros no necesitamos mas esfuerzo que
haberse convencido de que no pueden vivir! quitarobstáculos: las cosasosllevarán. Sidos
con los solos elementos del liberalismo. Es- ! años atrás se os hubiese dicho que. unmi-
tos por sí solos no engendrarán mas que la ! nisterio liberal os habia de conducir al pun-
discordia, y con la discordia la anarquía. Pa- !I to en que os hallais, no lo hubierais creido.
radividirse y subdividirse, para chocarentre 1.1 Ahora lo crecis porque lo veis: tambien
sí é inflamarse, .no han menester que los! creereis Jo demascuandovendrá. No podeis
monárqnicos les hagan la guerra; ellos se !i impedirlo sin suicidaros, entregándoos á la
bastan y sobran para destruirse recíproca- !i revolucion; y elsuicidio no lo cometeréis.
mente y derribar tO?O gobierno que los to- !.. II
me por base esclusiva, .


No es la guerra de los absolutistas lo que; ---e>el©$eee--
ha divididu á los liherales; por el contrario, 1.1 SISTEMA TRIBUTARIO.
esta guerra es lo que les ha dado, no !
la uuidad , sino la union que por breves 1,
intervalos ban disfrutado. Este partido es I Escrito en Paris el 6 de setiembre de 16.6. Y publicado en Motdl'id
como las repúblicas antiguas, que para te- en 17 del mismo.
nel,paz en lo interior necesitabanguerra en
lo esterior. Lo q."~ en elli.beral~smo e~paflol I Sí á los mas encarnizados enemigos del
entraña masactividad v vida, o es abierta- I ministerio se les hubiese dado á escoger en-
mente revolucionario ," ó propende fuerte-litre las cuestiones mas espinosas, y que mas
mente á la revolucion; lo que en el partido probabilidades ofrecieran de acarrear la.per-
liheral se halla fuera de este cí-rculo, se Ila- I turbacion del órden público, difícilmente
ma malamente liberal; es un matiz del color i habrian acertado á suscitarlas con la habili-
de la mayoría de losespañoles, que solo han! dad que el gobierno se las ha suscitado á sí
podido unir á la masa liberal circunstancias I! propio: en Cataluñalas quintas; en las pro-
pasagerasy violentas.Tan pronto como se II vincias Vascongadas los fueros; en toda la
ha terminado la guerra civil, los instintos de i nacion el sistema tributario. Esto es lo qne
unos y de otros han tomado la direccion cor- !I se llamaser valiente: y luego dirán los ha-
respondiente: asombrados se preguntanmu- 1, bladores que el gobierno es tímido; por el
chos: ¿por qué nos habiamos separado? ;1 contrario, no parece sino que ha tratado de


Cada paso que el gobierno da en este '1 hacer alarde de audacia. de ostentar sus
sentido hace un bien al pais y se lo haria á .1 fuerzas y su brio , de manifestarla concien-
sí propio, si sus insignes desaciertos no se cia de su robustez y la pujanzade su impe-
lo impidieran, y si estospasos no los diese rió sobre todos los motines. .
como de mala gana, forzado por las circuns-
tancias y siempre á medias. Afortunada-
mente las circunstancias apremian, y es
precisoseguir adelante. Cada dia que tras-
curre se abre un nuevo abismo entre el go-
biernoy el partidode la revolucion; el go-
bierno no puede pararse, se trata de ser ó no
ser. Los instintos revolucionarios .que se \
abrigan en no pequeño número en el seno
del partido dominante se alarman de vez en
cuando, y levantan gritos y protestas; es-
fuerzos vanos: ó morir en manos de la revo-
lucion, ó seguir ladireecron opuesta.Desarme
de lamilicia, reforma de laConstitución, su-
presion del jurado, devolucion al clero de los




- 566-
hombros el señor ministro de Hacienda. En cuestion en las Córtes, encierra un gran
este punto no hay provincialismo, se trata fondo de verdad, quesi no escusa comple-
de la nacionentera: no hay partidos, -pues tamente al señorMon , le deja por lo menos
en todos ellos hay contribuyentes; no hay en el mismo lugar que asus antecesores de
teorías, abstractas, está de por medio una algunosaños á esta parte. ¿Ha habido algu-
cosa.muypositiva , el dinero; no hay un no que haya podido arreglar la Hacienda,
hecho de circunstancias, sino un sistema que haya nivelado los gastos conlos ingre-
permanente; no hay una cuestion diticil de sos? Lo que han hecho todos ha sido llenar
ser comprendida, hay la cosa mas sencilla el déficit consumiendo recursos de varias
del mundo, se tra.ta de saber si quien paga-I especies, y por consiguiente disminuyendo
ha cuatro,ha de pagar seis, ú ocho, ó diez ó 1 los de sus sucesores: en tal caso, la peor
lo que sea, segun le hayacabidopeor suer- 11 situación es siempre del que vienedespues,
te en las nuevas tarifas. No cabe encontrar : porque carece de lo que sus antecesores
asunto en que pueda haber mas unanimidad i han consumido: mala es la posicion del mi-
en la rcprobacíon , ni que mas vivamente ! nistro actual, pero será peor todavía la del
escite el descontento desde el palacio del que le haya de suceder. Cuando caigael se-
magnate hasta la choza del aldeano. ñor Mon se habla:rá de nuevos planesó de


La esperiencia y la historia estan de reforma de losantiguos; tambienseponde-
acuerdo en enseñarnosque los nuevos tri- rará la necesidad de nivelar los gastos con
hutos son con harta frecuencia orígen de los ingresos; pero si no se toman medidas
motines y trastornos; quizás no se encuen- radicales, si el sistema tributariono se enla-
tra otro motivo que los haya causado en ma- za con un profundo cambio político, los mas
yor número. De esta clase de resistencia no halagüeños proyectos no remediarán nada.
se eximen las monarquías mas absolutas; el Así se puede pronosticar sin temor de equi-
aumento de un derecho de puertas úotro vocarse.
gravámen semejante, es tan á propósito pa- El mal estado de nuestra hacienda díma-
ra provocarun rnotin ahora como en tiempo na de tres causas capitales: 1.a la ruina del
de Felipe JI. sistema antiguo, íntimamente enlazado con


«Pero ¿qué se podia hacer en mi posi- el diezmo, y conotras rentas que el Estado
cion? dirá el señor ministro de Hacienda; percihia de la Iglesia. -2. a La necesidad de
¿el déficit existe? ¿sí ó no? ¿las contribucio- mantener un ejército escesivamente nume-
nes ordinarias bastan á llenarle? ¿sí ó no?Y roso. 3.a La multiplicacion de empleados.
si de todos modos era preciso hacer un es- Estas son las causas principales; las demas
fuerzo, si no sepodia consentir que las mas son muy secundarias, y todas ligadas mas
~raves y perentorias atenciones quedasen ó menos con alguna de las primeras. El mi-
desatendidas" ¿habré procedido tan mal en nistro de Hacienda que no atienda al orígen
hacer este ensayo, en arrostrar esta odiosi- del mal, no hará mas que agravarle: en
dad? ¿Dónde están los otros sistemas para materiade hacienda lospaliativos sonfatales,
reemplazar al mio? Si elantiguo nobastaba, su resultado es la bancarota.
¿dóndeestá el nuevo que pudiera plantear- La abolicion del diezmo ha privado al era-
se sin muchísimos inconvenientes? Lo que rio de una renta cuantiosa, y ha dejado en
en el fondo huy aqui, es que el aumento descubierto muchas y graves atenciones.
due~e; se clama contra la forJ!la, pero la I Los despojados se quejan, y los favorecidos,
queja es contra el aumento mismo; haced ya no recuerdan el regalo. Tal dueño de
el reparto como querais; si aliviáis á los Ipingües posesiones á quien la providencia:
unos, cargaréis á los otros; la gritería será . del Sr. l\Iendizabal alivió de una pesada: car-
la misma que ahora; podrá ser menos inteu- ga que gravitaba sobre sus tincas, ahora se
sa en unos puntos, pero en cambio lo será lamentará del aumento de la contribucion
mas en otros; este ruido atronador no se territorial, lo mismo que otro que hayaper-
puede evitar sino renunciando al aumento, I dido sus rentas procedentes del diezmo. Es-
y este aumento es necesariosi nose quieren te es el inconveniente de medidas de esta
dejar desatendidas las obligaciones mas sa- clase; se hacen descontentos y hay pocos
gradas.» Este lenguaje que el ministro em- agradecidos. Como quiera, en vez de un in-
plearia sin duda si tuviera que defenderse, greso tiene el gobierno un gasto, que aun-
y que empleará quizás cuando se ventile la que muy mal satisfecho, siempre es algo en.




- 567-
la actual penuria, aparte los embarazos que una antigua provincia cualquiera, el prin-
se suscitan algobiernopor dejar desatendida cipado de Cataluña por ejemplo, contad los
una obligacion tan sagrada. empleados que tiene ahora con sus cuatro


La venta de los bienes del clero ha pro- capitales, Barcelona, Gerona, Tarragona y
ducido otro efecto semejante: las crecidas Lérida; sumad los sueldos de. antes y com-
cantidades que con diversos títulos percibia paradlos con losde ahora; examínese el pro-
el erario, han faltado tambien; yen vez de vecho que sacabanlospueblos, y compárese
ellas está el presupuesto del clero. Por ma- con el que sacan ahora, y dtgasé de buena
.nera, que contando muy moderadamente, fé si se ha ganado en el cambio, si no ha
tiene el erario en gastos lo que antes tenia sido el mayor de los desatinos el innovar
en renta, cantidad que en un presupuesto tan repentinamente, sin preparar nada, sin
como el de España, trastorna profundamen- prever nada, acumulando losinconvenientes
te el sistemade hacienda. Este es un hecho del sistema antiguo con los del nuevo, v no
grave, gravísimo, en que es necesario fijar alcanzando los provechos de uno ni de otro.
la atencion, cuando se quieren conocer las Las antiguas provincias de Francia estan di-
verdaderas causas de las dificultades con vididas en departamentos, y ha sido ncce-
que se lucha. Las funestas consecuencias de sario subdividir tambien las de España; cn
una medida tan desatentadase previeron, se Francia hay prefectos, ha sido necesario te-
pronosticaron; los resultados han venido á ner gefes políticos; como hay en Francia
demostrar de qué parte estaban la razon y un consejo real que ha sido indispensable
la prudencia. introducir en España con escasas modili-


La necesidad de sostener un ejército es- caciones.
cesivamente numeroso es otro de los esco- Pero bien, se nos dirá, estas cosas estan
llos en que se han estrelladoy se estrellarán hechas, no se trata de vanos lamentos, sino
en adelante todos los sistemas de hacienda. de remedios; diremos pues los remedios,' es-
Mientras el presupuesto de la guerra no se tando seguros de que no se han de adoptar.
disminuya considerablemente, muy conside-' Laaboliciondel diezmo ha dejadoen des-
rablemente, no habrá medio de atajar el cubierto unagravísima atencion que pesa
déficit. Los recursos de un pais como la Es- sobre el Tesoro; la venta de los bienes del
paña, no consienten un presupuesto seme- clero ha producido el mismo efecto: quítese
jante ; cuando no hubiese otra causa que al erario esta carga con los medios si-
trabajase nuestra hacienda, esta bastaría guientes:
para Imposibilitar un arreglo. i. o Devuélvanse á cada iglesia sus hie-


El aumentode empleados contribuyetam- nes no vendidos; que asi se hará lo que es
bien poderosamente á absorber los pocos re- justo, se ahorrarán gastos de administracion
cursos de nuestro desventurado pais. Noig- y se obviará todo peligro de dilapidacieaes.
noramos que eran necesarias reformas en Hágase lo mismo devolviendo á cada CGIl-
distintos ramos de administracion; pero de vento de monjas los bienes que son suyos.
aqui á multiplicar indefinidamente las ofici- 2.o Suspéndase la venta de los bienes
nas como se está haciendo desde la muerte del clero regular; entréguese su administra-
del rey, hay una distancia muy grande. Una cion á manos eclesiásticas, y destínense sus
provincia podia no estar muy bien adminis- productos en renta á cubrir las pensiones de
trada con su capitan general, su audiencia los exclaustrados, monjas, y demas cargas
y su intendente; pero ¿lo está mucho mejor eclesiásticas que resulten pesando sobre el
ahora con su mismo capitan.general, consus Tesoro,y á cuya satisfaccion estuvieron des-
comandantes generalesde las variasprovin- tinados dichos bienes.
cias en que se ha dividido, con su multipli- 3.o Loquefalteparacubrir el presupues-
cacíon de tribunales y de intendentes, con to del culto y clero, sáquesede las mismas
sus' gefes políticos, sus diputaciones provin- tierras sujetas antes á diezmo, prescribiendo
ciales, y sus consejos de provincia?Un hom- por regla general el pago en frutos, y per-
bre de buen sentido no alcanza, cómo- se mitiéudoleen metálico en las localidades que
atreven algunos á hablar de mejoras en la asi lo prefieran, salvas las equitativas con-
administracion , cuando se recuerda lo que diciones que para el buen orden se esta-
hacia un reducido número de empleados, y blezcan.
se compara con lo que hacen ahora. Tomad Lo Grávense con un fuerte cánon las




- ;)U~ -
Ii.ncas del.c!ero. ,Ya vendi~as, y. que h.ay~n 11 ~na conlirmacion ~e nuestras previsiones.
SIdo adquiridas.á muy bajo precio, capitali- ,1 Se nos ha llamado Ilusos; seámoslo en-buen
zandola diferencia del valorsatisfecho al va- I hora; pero lo cierto es que nuestras ilu-
lor justo. Este producto, cuando no fuese ne- sienes se realizan de una manera cruel. He-
cesarie para cubrir el presupuesto del culto mos dicho que con las condiciones actuales
y clero;' nodejaria de encontrar huecos don- no se consolidaria un gobierno; si seconso-
de colocarse en el erario. Iida ó no, díganlo los sucesos que estamos


5:" Permítase redimir las cargas asi de presenciando. '
la tierras sujetas á contrihucion en frutos, ¿Y qué se deberia hacer para destruir la
como de las que sufran el cánon, estable- tercera causa, el aumento de empleados?
ciendo reglas generales para la capitaliza- Por de pronto no nombrar otros; y en se-
cion, salvas las modificaciones que la diver- guida hacer cambios profundos en la orga-
sidad de circunstancias pudiera reclamar. nizacion actual. Hemos dicho profundos, v


Con este sistema se logra lo siguiente: la palabrano se nos ha escapado; la hemos
L o Se borra del presupuesto general la escrito con plena deliberacion. Este siste-


cantidad de 159 millones destinada al culto ma francés que se nosha importado sin mas
y clero, - motivo que el pruritode imitar, no creemos


2.o Se asegura al clerouna subsistencia que puedasubsistir en España.
independiente. ¿Restahleceríais , se nos dirá, la adminis-


3.0 Seallana el camino para un arreglo tracion en el pie en que se hallaba á la
con Roma, pues se cumple una de las con- muerte de Fernando'? No, pero examina-
diciones principales del convenio; siendo riamos.
bien seguro que noma autorizaría en loque ,l.o Si el ministerio de la Gobernacion
fuese necesario para realizar las medidas puede servir para algo mas de loque ba ser-
indicadas. vido hasta ahora; y si esto fuese imposible


4.o Si con esto se obtiene la bula para Jo su¡rimiriamos. .
ratificar la venta, como se espresaha en di- 2. Si la división de las provmcras es
cho convenio, se aumentan de golpe los acomodada á las necesidades de los pueblos,
valores de todas las fincas vendidas, que tal como ahora existe; y en el caso contra-
ahora estan depreciadas por razon de la rio no la suprimiríamos, pero la moditica-
incertidumbre,-y por tanto crece la materia ríamos considerablemente.
imponible y con ella los recursos del erario. ,3. o Si las gefaturas políticas sonsuscep-


No es tan fácil señalar el medio para dis- tibles de reformar, y sobre todo de dismi-
minuir el ejército: como quiera, diremos nucionen su número, y en consecuencia las
francamente nuestra opinion. Estamos Inti- reformaríamos y reduotríamos.
maménteconvencidos de que ni el gobierno 4.0 Lo mismo haríamos con las inten-
actual, ni ninguno que le suceda, será capaz , dencias.
de hacer esta disminucion , mientras conti- (l,o No dejaríamos subsistir á un mismo
núe la España bajo las condiciones presen- tiempo diputaciones y consejos provinciales.
tes. La esperiencia Jo dirá. Un gobierno que 6.u Daríamos una ojeada escudriñadora
tiene contra sí dos partidos numerosos, ha á todos los ramos, y siri atender á las vul-:
menesterapoyarse en el ejército, y un ejér- garidades de nuestros regeneradores, DI
citopequeño no le basta. No culpeis ni á Es- hacer niugun casode axiomas, donde viera-
partero, ni á Narvaez; colocad á cualquiera ramos una oficina sobrante, la suprimiría-
en su lugar y hará lo mismo que ellos. El mas sin piedad, atacaríamos lasobrasadmi-
instinto de la propiaconservacion triunfa de nistrativas de la revolucion con la misma
las ot~as consideraciones ; nadie se resuelve I audacia que ,la revol~cioI,l ha atacadolas
á monr por miras de economía. obras de los SIglos. Ya qUIen esto hiciera le


Cuál sea en nuestro concepto el modo de bendecirian los pueblos, porque los pueblos
robustecer el poder, lo hemos dicho mil ve- con su buen sentido, y sobre todo con sus
ces, y hemos desenvuelto estensamentelas I sufrimientos, tienen muy bien formada su
razones en que nosfundamos, asi como elsis- 1I opinion sobre este impuesto que se ha ape-
temapolítico que consideramos conveniente'lllidado reformas administrativas, y que en
No hay necesidad de repetirlo;.y solo convie- I realidad es una sima ue se tr~ga los recur-
Dé hacer observar qnr cada dia qne pasn es . sos de los drsvcnturaJos españoles.




- 1)69 -
Comenzariamos :mc!!;lando la Hacienda, i cion, de constitnclon verdad, de economías,


con disminucion de gastos, nocon aumento de fiel observancia de las leyes, de órden ,
de contribuciones. Este es el verdadero sis- de libertad y otros testos comunes, con cu-
tema. ya combinacíon se han compuesto tantos y


La España no saldrá de su malestarcon tan concluyentes discursos, durante trece
vanos paliativos ; ha menester remedios he- años.
róicos. Nosotros desearíamos que estos re- "
medios los aplicase un gobierno, porque --~~.
tememos que si no lo hace un gobierno lo I U ..... ErECTO Si...... CAUSA.hará la fuerza misma de las cosas. Hav en ,..... .lo,.
todas ellas un punto de que no se pasa;'hay 11
una estrernidad donde los pueblos no pueden If ' S' did I Escrito en París el 14 de setiembre de 18..3 Y publicado enSU nr mas. e pagara mas y mas a me 1 a Mú,hid en H del mismo.
que se vayan aumentando los tributos; pe-¡I
ro al fin los contribuyentes dirán basta; se 1 Bien quisiéramos no afligir de contínuo á
dejarán desatendidas' gravísimas obligacio- I nuestros lectores con la pintura de los ma-
nes, pero al fin los interesados dirán basta; 1I les de nuestra patria, y la dificultad. de su
se multiplicarán las oficinas de empleados, remedio mientras no cambien de rumbo los
pero al fin los administrados dirán basta: se hombres que nos gobiernan; bien desearía-
ocultarácon vanos disfraces el déficit siem- mos apartarnos alguna vez, del terreno de la
pre creciente, pero al fin vendrá la banca- política del momento, y ocuparnos de otras
rota á decir 'basta; y entonces será necesa- materias menos ingratas; pero cuando los
rio un cambio profundo; entonces este cam- mas deplorables acontecimientos se suceden
bio se hará por sí mismo, quiera Dios que con tanta rapidez, cuando en pos del correo
sin nuevas catástrofes que anuncia la terminacionde una crisis, se


Quien asi no Jo vea está ciego; quien se puede pronosticar que viene otro portador
haga ilusion de que con una nueva ley de una orísis nueva, .no. es posible apartar
secundaria sobre tal ó cual punto de admi- los ojos de la política, no es posible no ha-
nistracion , con tal ó cual modificacion del hlar de política. Quien asiste á una lucha
sistema tributario, hemos de prevenir las encarnizada, natural es que no hable de otra
calamidades que nos amenazan, no com- cosa que de los azares y vicisitudes de la
prende la situacion de'España. La revolu- misma.
cion ha querido echar la España en un cri- La interminable serie de insurrecciones
sol y fundirla, cual lo hicieracon la Francia de que es teatro la España, ofrece un feno-
la convencion; pero como no habia bastante meno social y político dignode observacion,
fuego, la pieza ha salidomal y no se la pue- y al cual es necesario reconocer causas pe-
de dejar tal como esta. Son necesarios cam- culiares.' _
hiosprofundos; sin ellosnose obtendránada. Hay entre nosotros partidos; pero ¿dónde
Un solo ministerio ha habido que los aco- no los hay? Echad una ojeada por 111. Euro-
metiera ejecutando el primero y mas dificil, pa y la América, Y los veréis en. todos los
que fue el desarme de la milicia nacional; paises civilizados; y esto no obstante, no
desgraciadamente este ministerio no disfru- hay insurrecciones sino en España y en
taba del prestigio que se necesitapara lIe- nuestras antiguas colonias. ' ..
val'á cabo tan árduas empresas. Como quie- La simple existencia del gobierno repre-
fa, .loque se hizo entonces, y los buenos sentativo tampoco basta á esplicar la causa
resultados que ha producido, es una lección de las insurreceiones ; esta forma de gobier-
para en adelante. No creemos que nadie lo no existe en Francia, en Inglaterra, en Ho-
haga por ahora; pero si esperamos que an- landa, en Bélgica y en varios paisesde Ale-
dando el tiempo se hará, porque á ellolleva manía; y sin embargo nohag las insurrec-
la fuerza de las cosas. Entre tanto, es pre- ciones que en España. ,-
ciso que nos resignemos á ver emplear los La existencia pues de los partidos, ni la
paliativos, á oir largas disertaciones sobre del gobierno representativo, consideradas
el remedio de nuestros males. en las que se por sí solas, nadanos dicen para esplicar la
hable sábiamente del desarrollo del sistema causa; y si las combinarnos, permanecen
parlamentario, de reforma de administra- igualmente mudas, por~3 esta eombinacion




- 5iO -
111 vemos en los paises espresados sin el !! dia tres generaciones de reyes; no,es pro-


, efectocuya causa buscamos. l' bable que- escasee 111 el fanatismo trastorna-
El partidoque de algun tiempo acá pro- dor, ni la resolucion, ni la audacia, donde


mueve las insurrecciones es el revoluciona- i se encuentran hombres capaces de arrostrar
rio; y sin embargoeste partido no es ni con I una muerte segura para asesinar al monar-
mucho tan numeroso como en otras partes. 1


I1


ca que creen obstáculo á la ejecucion de sus
¡.Quien puede dudar que en Francia, y has- planes. _
ta en Alemania é Inglaterra, es mas crecido I ,Los,revolucionarios de España no seaven-
que en España el número de los que desean .1' tajan a sus compañeros ni de Francia ni de'
mudanzas radicales el!- poIH~ca, en r~lig!on : otros paises: en todas partes los hay capa-
y e~l todo cuantoconcierne a la orgamzacron il ces d,e. sublevarse y de corrc,r los azares de
SOCial'? . .. I su OhCIO: SI pues losde España lo hacen y


Las Ideas comunistas, tan difundidas en los demás no, señalesqueexistenen España
otros paises, son completamente desconoci- c~usas 'particulares que producen la escep-
das en España; y losrepuhlieanosque cuen- cron. Estas causas no son ni la menor edad
tan en Francia con un partido respetable, de la Rema, pues que la Reina es mavor
no significan nada entre nosotros, si es que desde 1843; ni el espíritu turbulento de'los
existen algunos.' Todo lo que es y todo lo cuerpos colegisladores, que se distinguen
que vale el partido revolucionario, lo saca por ~u Ilexibilidad y mansedumbre; ni el
principalmente de la política, pues afortu- espíritu del ejército, que antes bien sobre-
nadamente no ha llegado al corazon de sale por su espíritu de subordinaciony leal-
nuestra sociedad esa gangrena de inmorali- tad y su aversion á los revolucionarios; ni
dad é irreligión que en otras partes circulan la mala voluntad de los empleados, escogí-
hasta las clases mas ínfimas por el conducto dos como son á propósito, sinceramente adic-
de libros pestilentes, ni las masas populares tos al gobierno é identificados con él para el
en España están sujetas á las profundas cau- caso de una fortuna adversa; ni la opinion
sas de malestar que aquejan una buena par- I nacional, visiblemente enemiga de trastor-
te de las de paises mas cultos, Inos; ¿cuál será pues la verdaderacausa?


La resolución y ener~ía del gob~erno para ¿Será que en España falle el principio de
sostener el órden, en ninguna nacron ha po- que liada sucede sm razon suficientef
didoser mayorque en ~sp~ña desde ~ 843. ~ur~oso. fuera. oir la respuesta que daria
No ha habido contemponzacion con nrngu- qutenJ~mas hubiese oído hablarde España,


, na clase de insurrecciones: lejos de haber y á gUlen los partidarios de la situación le
encontrado enel camino de las revueltas, ofreciesen los datos para que adivinase lo
primero indulgencia y luegoprovecho, como que está sucediendo. Si tuvieseconocimiento
sucedía en otras épocas. los desgraciados I de las leyes á que están sujetas las socie-
que se han arrojado por el peligroso sendero dades, y se le preguntase qué es lo que
no han hallado mas que la emigracion ó la acontece entre nosotros, es cierto que diria
muerte, En este punto el gobierno está li- directamente lo contrario de lo que estarnos
bre de todo cargo de connivencia: ha dicho viendo, dado caso de recibir sus uoticias de
que se proponiacouservar el órden, y ha I las espresadas fuentes. Ensayemos la reso-
dado pruebas repetidas de la sinceridad de ' lu~io~ de dicho 'problema. busquemos a
sus palabras. pnon lo que debiera suceder si la España


¿Será que los revolucionarios de España se hallase en el estado que nos pintan los
sean de otra casta que los de otros paises? amigos de la situacion ; prescindamos por
¿Será que sean mas irreconciliables con el un momento de los hechos que estan á nues-
érden, con las vias legales? ¿Seráque esten tra vis~a, y coloquémonos en cuanto nos
poseídos de un fairatismo trastornador lilas sea posible en el lugar de quien HO supiese
violento? ¿Será que sean mas resueltos y nada de España, y se viese obligado á con-


. audaces? Pero los revolucionarios de Fran- jeturar sobre el estado del pais y la marcha
eia, por ejemplo, no han estado faltos de del gobierne. Procuraremos no alterar el
estas cualidades, y ni es probable que las lenguaje de los que en dicho supuesto de-
tengan ahora en grado inferior, cuando hace herían suministrar Jos datos; les haremos
poeosaños volcaron en breves horas un tro- hablar del misma modo que ellos hablan to~
no de catorce siglos, y proscribieron en un, dos los dias; y la diferencia entre los resul-




~ Bit -
tados que da la teoría y los que estamos es- migos, de transaccion ó avenencia para hUi
perimentando de un modo tan cruel, nos disidentes.»
conducirá á una de. las consecuencias si- Aqui naturalmente dehiapreguntar el en-
guientes: o la pintura es falsa. ó no tienen cargado de resolver el problema. «Pero al
aplicación p~ra España las leyes que rigen lado de este trono, ¿quién hay1 ¿ Cuales
todas las SOCIedades del mundo. son los hombres (lue conducen la máquina


Hé aquí cómo hablarían los encargados política? ¿ Cuúl elpartido que predomina, y
de informar. que dirige los negocios? Porque biensaheis


«Es la España un pais monárquico, don- que los mejores instrumentos se convierten
da se han introducido las ideas de libertad, en daño, si los manejan obreros malos, Ó
tal como se la entiende en los demas paises inespertos ó ignorantes.»
regidos por gobierno representativo. Para ((A propósito de hombres y de partidos,
satisfacer al espíritu monárquico hay un tro- ahora diremos lo mejor. Hay en España un
no acatado por todos Jos españoles; pura partido que reune en su seno en gradoemi-
satisfacer el espíritu de libertad hay una nente la inteligencia, la virtud y la fuerza.
Constitucion que la garantiza. Este trono En él figuranlas primeras capacidades de la
fue un dia disputado, pero ahora ya no lo nacion en diplomacia, política, milicia, ad-
e~ en otro tiempo eran bastante numero- ministracion , hacienda, ciencias, literatu-
srJ.Ilos que favorecian lás pretensiones de ra , bellas artes; de él forman parte loshom-
otra rama, masen la actualidad hay muchos bres mas distinguidos por su honradez, por
convertidos; v entre los obstinados reina su desprendimiento, por su religiosidad; y
una anarquía 'de ideas y sentimientos que para colmo de dicha, contiene tambienpoco
acarrea unadivision profunda, una discordia menos que toda la riqueza del país, en pro-
irremediable. Ultimamente, el primer vás- piedad, industria y comercio. Conocedor do
tago de la familia vencida y proscrita ha sí mismo, y no pudiendo resistir á la evi-
manifestado sus pretensiones á la mano de : dcncia de los hechos, se llamaá sí propio el
la joven Reina: pero sus palabras han sido 1


1
partido de la inteligencia y de la riqueza, á


objeto de desprecio para el pais ;y el mas I1 pesar de su modestia escesiva; y en cuanto
favorable sentimiento que han podido eSCi-¡'! á moralidad y religion, se aventaja á todos
tal' es la. compasion. La nacion en su in-¡' los demas; él es el único que en tiempos
mensamayoría rechaza como funesto seme-I azarosos ha defendido la religión y la moral
jante enlace, y todos los hombres juiciosos ultrajadas, y el único también que en la!
lo reputan absurdo. Tal es cl estado de la l' circunstancias actuales ha encontrado el es-
cuestion dinástica. Tocante á la política, las 1


1


trechosendero (Iue puedensalvar la religion
cosas se hallan tambien en una situacion l' y la moral en los peligros que corren por la
muy satisfactoria. La Constitucion de ,1845 maldad de los unos y la imprudencia de IOi
es la quinta esencia de lo que había de me-I otros.» .
jor en las de 18f 2, 1831 Yel EstatutoReal. I «l. Peroel clero y los hombres amigos de
No adolece de ninguna de las imperfeccio- , la religion, replicará el desconocido, están
nes de estos códigos, y brilla con las per- ' con el partido que estáis decribíendo1») .
fecciones de todos ellos. Preparada por los «Todos con muy raras escepciones ; cuan-
mas aventajados publicistas del partido par- lo ha-y de ilustrado, de moral, de intencion
lamentario , discutida con toda solemnidad, recta, de espíritu verdaderamente religio-
ilustrado su sentido por los mas sábios po- so, todo está conel partido; y las declama-
líticos1 realzada por los mas nombrados ora- cienes y estravios de unos pocosSO}l objeto
dores, me'ditada y madurada largamente su de dolor y de indignacion para laInmensa
sancion, ha debido presentarse á losojosdel mayoría. Este partidoes el quedomina: esta
pais rodeada de todo el prestigio á que lle- partido tiene á su favor tantos elementos co-
gar puede una Constitucion nueva, viendo mo 6S acabamos de enumerar. Al lado do
en ella los pueblos el término cumplido y I una Reina, que conforme á los sanos prin-
perfecto de las revoluciones políticas, el pac- ! cipios parlamentarios reina y no gobierna,
to de alianza entre los súbditos y el trono, dispone. este partido de toda la fuerza, de
la arena de legalidadpara todos los debates, toda la autoridad, de todo el prestigio del
el punto de reunion de todos los hombres trono; dueño de las Cortes, hace las leyes
honrados, de reconciliacion entre los ene- que mejores le parecen para la tranquilidad,




- t72-
prosperidad y ventura de la nacion; servi- milagro; y el partido que hace milagros,
do por empleados fieles, penetrados de su bien puede estar seguro de su duraeion;
mismo espíritu, imbuidos en sus máximas, bien digno es que descansen en él los pue-
animados por un mismocelo, dirigidos por hlos con plenacouíianza. Hé aqui cómo po-
idénticas intenciones, realiza sus planes de dria acabar de una vez con todas las dudas
política, de administracion, de hacienda, por de su interlocutor.
los instrumentos mas adecuados que él pro- «Hay en España unas provincias -cuyos
píose ha escogido entre lo mejor de sus fi- naturales han alcanzado nombracliauniver-
las. Con estos datos resolved el problema, sal por su carácter (irme, su actividad enér-
decidnos cuál es lasituacion de España.» gica, su apego á las costumbres quelos dis-


Como el recien venidoes hombre deseen- tinguen, su adhesion á la idea, al sistema,
fiado y circunspecto por demas , todavia no al partido que una vez han abrazado. Tales
se atreve á resolver, y exige nuevos datos. nos los presenta la historia de los tiempos
"Me habeis dicho que está con el partido do- mas remotos, tales la historia moderna, ta-
minante lo mas selecto de la milicia, lo que les la esperiencia de nuestros dias. Al tra-
puede significarque están algunos generales vés de las vicisitudes de Jos siglos han con-
de venerables canas, de acreditados cono- servado sus fueros, sus leyes, su idiomape-
cimientos, de largos servicios, de probada culiar. La España se habia trasformado, y
lealtad ; pero el ejército en lo que tiene de ellas permanecían en su estado primitivo.
más vivo, mas enérgico, mas influyente, ¿de Hace pocos años que los habitantes de aqueo
qué parte se halla?» Has provincias levantaron la bandera del


«No solo estan á disposicion del partí- príncipe que disputaba el trono á la Reina
do dominante los ancianos generales, sino Isabel; y como era de temer, la guerra fue
tamhieny muyparticularmente los jóvenes tenaz y sangrienta. Allímandaron los mejo-
muy entendidos, muy activos; generales de res generales, y fueron batidos: allí se agol-
toda confianza estan á la cabeza de todas las paron numerosos ejércitos, y fueron'arI'01Ia-
armas, al frente de todas las provincias; los dos; allí acudieron legiones estrangeras, y
gefes subalternos han sido escogidos de los, fueron destrozadas. Seis años hace , seis
mas adictos al gobierno; y la masa de los 11 años no mas, que la España y la Europa
soldadosson nuevos, y estan adenias suje- asombradas. contemplaban el espectáculo.
tos á muy severa disciplina. . Cien mil hombres cubrian la linea del Ebro


Todavía no satisfecho el descontentadizo, erizada de fortificaciones: las fuerzas nava-
pregunta por el número, el espíritu, el ca- les españolas bloqueaban la costa apoyadas
rácter de los partidos opuestos; á lo cual se por una escuadra de la Inglaterra; el telé-
le responde que <dos adversarios del partido grafo y la policía, de Francia cuidaban de
dominantese dividen en dos clases: 1.a Una impedir ó embarazar las relaciones de los
escasa porcionde díscolos mal avenidos con sitiados con sus amigos de allende el Piri-
el orden y deseososde trastorno con el solo neo; los arsenales de la mismaFrancia y de
objeto de medrar. 2.8 Unos cuantos fanáti- la Gran Bretaña estaban abiertos á los sitia-
cos, de ideas atrasadas, de sistemas raquí- dores para proveerse de cuanto necesitaran;
ticos , que sueñan imposibles, y cuyas espe- y tantos esfuerzos reunidos nada podian
ramas disipa plenamente el espíritu del si- contra aquellos naturales, que sin mas auxí-
glo yel ascendiente de la civilizacion. La lio que su valor y denuedo desbarataban las
nacion no quiere ni á unos ni á otros, y ahí mejores combinaciones estratégicas, recha-
está resuelta á defender al partido dominan- zaban sobre el Ebro, ó sobre las orillas del
te contra todos sus enemigos.» mal' á los ejércitos invasores; y seguros de


Pareciéndole que aun no está bastante sus invencibles posiciones en lo interior de
ilustrada la materia ,pregunta si quedan sus montañas, destacaban espediciones para
restos de pasadas discordias, ó si son al el resto de España, y en pos de ellas un
menos de tal naturaleza que sean dignos de 11 cuerpo de ejército que atraviesa el alto Ara-
llamar seriamente la atencion de un gobier- gon, penetra hasta el centro de Cataluña,
no. A tan~a importunidad, á tanta suspicacia [1 cruza los llanos de Urgel, ~travi~~sa al Ehr?,
y desconfianza, contestarian los órganos de I recorre las huertas .de Valencia y el hajo
lasituacion de la manera mas concluyente, 1 Aragon, derrota al general Buer~ns, y se
Dada menos que con un milagro. Si, con un presenta á las puertas de Madrid. Pues




~ 573-
.hien: en pos de estos hechos viene el mila- para el espíritu liberal teneis la libertad; si
gro. Nadase obtiene contra aquellas provin- para conciliar aquel con este teneis una
cíaspor medio de las armas; pero el general Constitucion-modelo; si cuida de aplicar es-
en gefe de sus tropas, arrastrando las fuer- ta Constitucion un partido que reune en gra-
zas que puede, se reune en Vergara con do eminente la inteligencia, la moralidad y
Espartero y decide de la suerte de la guer- la fuerza; si estan con vosotros el trono, las
ra. Los fueros son abolidos ó mutilados; el Cortes, el ejército, todos los empleados y la
príncipe á quien defendieran está proscrito; inmensa mayoría de la nacion; si vuestros
cuando hé aquí que por el solo ascendiente adversarios son en pequeño numero, y ade-
del partido dominante, aquellas l.ll·ovincias I mas, unos díscolos y otros ignorantes; si ba-
de tenacidad proverbial, abandonan sus mas I ceis milagros convirtiendo los enemigos en
caros objetos, se olvidan de todassus ideas, 1I entusiastas; si triunfais de la tenacidad ql1e
pierden SllS mas hondos sentimientos; y en ~ hahia resistido á todo desde los tiemposmas
vez de realistas que eran, se hacen parla- 11 antiguos, entonces la nacion españoladebe
mentarias; y al entusiasmo con que derra- I ser bajo vuestro imperio la mas feliz del
maron su sangre por D. Cárlos, sucede el i mundo; y hé aquí lo que en mi concepto
entusiasmo por la Reina Isabel. Si se hacen j debe suceder.
elecciones, los esfuerzos de unos pocos se I «La tranquilidad mas cumplida reina en
estrellan en el liberalismo de la inmensa I el pais. No hay jamás insurrecciones, ni si-
mayoría vasco-navarra; los parlamentarios quiera tentativas, porque no las hay cuando
triunfan. Si el hijo del príncipe desterrado es evidente que es imposible su ,triunfo, y
publica un manifiesto, las provincias 10 leen cuando ademas no hay descontento público.
con indiferencia.Antesquerian al padre con Escusado es añadir que entre vosotros, los
un entusiasmo que rayaba en frenesí; y lo del partido, no hay disensiones de ninguna
querían, no en cnmpañia de otro, sino solo; especie.
ahora noquieren al hijo, ni solo ni enlazado «La administracion debe ser sumamente
con la Reina Isabel. La joven princesa está sabia; la hacienda debe hallarse en un esta-
recoriendo las provincias: los valles, las la- do muy floreciente. .
deras, las empinadas cimas estan cubiertas «La acción del gobierno es muy hlanda:
de aquellos mismos hombres que ayer for- felices vosotros, que solo empleáis el poder
mados en batallones derramaban torrentes civil, y no el despotismo militar. Nada de
de fuegoy plomo contra los ejércitos de Isa- conflictos entre el gobierno y el pueblo; na-
hel; á los gritos de «Viva Cárlos V» han da de penas severas: nada de destierros y
sucedido los vítores á la Reina; y los ecos dIJ sangre.
que ayer retumbaran con el estampido del «Las naciones estrangeras os respetan;
cañon, hoy resuenan con cánticos de amor vuestros aliadosós acarician para que no os
y alegria. Ni un solopensamientoconsagra- enfrieis; vuestros enemigos se humillan para
do á los proscritos, ni un solorecuerdo; na- qué les admitais en vuestra amistad. Basta
die piensa en el triunfo de aquella causa, ni que envieis á una corte un plenipotenciario
siquiera en un enlace que la favorezca. Te- para que se acceda á cuanto pedís; basta una
nacidad en las ideas, tenacidad en las cos- nota en reclamacion de un derecho', para
tumbres, tenacidad en la lengua, tenacidad Ique se oshaga desde luego cun.IPlidajustic.ia.
en la paz, tenacidad en la guerra, tenacidad «Este es el resultado á que me conducen
en todo, esc.epto para resistir a,l ascendi~nte los datos qu~ me s~mi~i~trais; despues de
parlamentario. ¿. Puede concebirse un mll.a-


I
haberme o.bhgado a adivinar, des.corr.ed el


gro de mas bulto,' de mayor importancia? velo y dejadme gozar un espectáculo tan
Esto ha hecho el partido dominante: juzgad encantador.»
ahora Jo que es, lo que puede, y lo que son,
lo que pueden sus adversarios comparados
con d. Ahíestán todoslosdatos; resolved el
problema, deciduos cuál debe ser la situa-I
. dE ~~~CIOU e <spaña.}) ,


«La resolucion no puede ser dudosa: si
para el espíritu monárquico tenéis un trono
uníversalmente reconocido y acatado; si




57. -
(!~ ~~~~(! l!l.C! ~~lll(!~~~," 1 respetuoso hácia el trono? ¡,Es guardar ta-


I1 das lasconsideraciones 'que se deben á S. M"
! Una de dos: ó creiaisque el viaje era ne-


Escrito en Poris en ~t de setiembre de 18•• y publicado en M.dril ri cesarlo ó no; si lo creiais necesario, vuestra
en l." de octulre, ;! oposicion es inescusable: si no lo creíais ne-


i, cesario, suponíais un capricho úun protesto
Largo ha sido el viaje de S. l\f.; ahun- ii encubierto por la fíccion de la necesidad,


dantes é instructivas han sido las lecciones; :¡ ¿De quién era ese capricho, ese pretesto,
el que haya tenido ojos, ha podido ver. ii esa ficcion? Escoged, y responded: tomad
¡.Quién se ha opuesto al viaie? ¿Quién le Illi el dilema por donde querais ; la herida esha rodeado de sinsahores? lo Quién ha hecho ' segura. .
su principio dificil, su continuacion azarosa, II «Per«, se replicará, el viaje era peligro-
su término triste? Estas preguntas sugieren 1Iso.» ¿ y por qué? ¡.cuáles eran los peligros?reflexiones importantes. 1, ¿de quién dimanaban? ¿del ministerio'? No:


El viaje era necesario á la salud de S. M.; 1I á la sazon os merecía plena confianza, y con
y esta consideracion decisiva bajo todoscon- 11 respecto á los peligros que os espantaban,
ceptos, no bastó á impedir una oposicion vi- li os la merece aun ahora. Sidudáhais de la hi-
va, tenaz, alarmante. ¿Yquiénes se oponían? l! dalguía vasco-navarra, ahí estan los hechos
Los que mas blasonan de amor al trono, de ¡i que os confunden; si de otros, os repetiré-
lealtad á la persona de Doña Isabel I1, los 'Imos lo dicho ya: el tiro va mas alto ;. y no
que con tanta facilidad achacan á los otros i era de vuestras filas de donde debia salir.
desacato, desafecto, cuando no traiciono ' I Los monárquicos, es decir, los acusados


«Esta cousideracion, se nos dirá, siempre ácadapasode desleales ó sospechosos, fueron
fue llevada e,n cuenta; nos opusimos al via- I¡los 'lile apoyaron decididamente el viaje,
je de S. M. siempre con la condicionde que ¡ defendiendo la libertad de la Reina. ¿Era
su salud no le exigiese; pues en tal caso nos 11 por la esperanza de que seejecutase en las
resignábamos á ello, posponiendo todas las provincias el enlace con el conde de Monte-
razones de conveniencia, y aun arrostrando, ¡¡ molin? ¡,Era porque creyesen que el nezo-
si fuera menester, los mayores peligros.» Es .11 cio estaba ya dispuesto, arreglado, no fal-
verdad, asi se decia; ¿pero era esto una vana tando mas que la solemnidad? Muy escasos
fórmula. ó una protesta sincera? ¿Había la de noticias era menester suponerlqs ; muy
realidad de la condicion. ó una negativa ab- cortos de vista; muy ignorantes de la verda"·
soluta, disfrazada con'aquellas palahras cor- dera situación de las cosas. Si 1\0 hay incon-
teses con que se dicen á los reves las cosas venieute en suponerles esa falta de noticias,
duras, y se les intiman los mandatos de los esa cortedad de prevision , esa ignorancia
partidos? Jamás se dirige á·los rryes la pa-, de los negocios, entonces inferiremos otra
labra de otra manera: en los mismos tumul- consecuencia que tampoco favorece mucho á
tos populares, cuando las 'turbas han pene- los órganos de la sitnacion, y es que los pla-
trado en el palacio, el tribuno que empuja la nes, las correspondencias, los tenebrosos
puerta de la régia morada, y se presenta al proyectos que tan á menudo se achacan á
soberano para intimarle la exigencia popular, los carlistas, deben de ser palabras vanas,
se para á la vista del monarca, se descubre, declamaciones estudiadas, asercionesgratui-
y comienzasu arenga por la palabra Señor... tas, pues que nada sabían en una ocasion


Si las formas no prueban nada, veamos lo tan crítica, y se hacian una ilusion que el
que habia en el fondo. l.Quién había dicho tiempo ha desmentido,
que el viaje era necesario'? ¡.Quién lo sos- La continuaciony el fin han correspondido
tenia á pesar de la oposicion? lo Era el mi- al principio: mientras la revolucion hace
nisterio? No ciertamente. Al negar pues la desesperadas tentativas en varios puntos;
necesidad del viaje, al ponerla en duda, al mientras la capital de la monarquía está en
combatir el proyecto COTIla un capricho, co- continua zozobra: mientras caen víctimas de
mo una obstinacion peligrosa, los tiros iban la discordia, asi los revoltosos, como losciu-
á parar mas alto, pasahan sohre la cabeza de dadanos pacíficos , las provincias del Norte
los ministros, y si no daban en la misma tan calumniadas ofrecen á la Reina mil y
persona de la Reina, por lo menos le caian mil diversiones inocentes, en medio de las
muy cerca. ¿Es esto monárquico? ¿Es muy muestras mas señaladas de amor y acata-




- 5i5-
miento, sin un suceso desagradable , sin el y respeto, y olvidaba por un momento la
menor disgusto. causado. por sus habitantes, I pérdida de Ull padre, de,UIl hijo, de un her-
sin mas ruido que el de las aclamaciones, sin mano, en la misma batalla]...
mas movimiento que el del entusiasmo y de Cuando se ve tanta estrechez de miras en
las fiestas populares. quienes debieran tenerlas muy grandes;


i Qué leccion! j Qué pensamientos han tanto prurito de reanimar la tea de ladis-
debido asaltar el ánimo de S. M. y de sus cordia en quienes debieran acabar de apa-
augustas Madre y Hermana! « ¿ Estos son garla, levantase el pecho con noble indig-
los enemigos, estos son los desleales, estos nacion, y se vienen á la pluma calilicacio-
son los traidores 'l ¿Aquí esta el centro del nes severas. Pero la mejor severidad está en
fanatismo, de la crueldad'? ¿ Aquí la caver- , consignar el hecho, y someterlo al fallo del
na de tígres? ¿Aqui las hordas de handidos I buen juicio, del buen sentido, v sobre todo
para desolar el país'? ¿ Estos son los pueblos del corazon. •
que era necesario convertir en cenizas, en El general Córdova prestó grandes serví-
ruinas]» Faltaha una ocasior; para que S. M. cios al trono de Isabel, y contribuyó al triun-
pudiese convencerse por sí misma de lo que fo de la revolucion mas seguramente de lo
son aquellas provincias; esta ocasion se ha que en un principio creyera: lejos de nos-
ofrecido; y quizás, quizás, no fuera aventu- otros la idea de oponernos á que la Reina
rado el decir, que si no la prevision, alme- honre la memoria de uno de susservidores
nos el instinto de partido influia poderosa- mas esclarecidos; pero sí nos duele que el
mente para que se procurase evitar que timbre otorgado á los servicios de un gene-
S. M. presenciara lo que ha presenciado. ral sirva para perpetuar la memoria de. una
Este viaje no será estéril: no esperábamos guerra fratricida. Por lo demás, y ya que se
el cumplimiento de las vulgaridades que se queria escitar recuerdos, era necesario te-
propalahan, pero sí nos prometíamos el re- ner presente que los había muy amargos
sultado que se acaba de obtener, y es la re- para los mismos que los escitaban. Precisa-
hahilitacion del buen nomhre de aquellas. mente el nombre del general Córdova, y la
nobles provincias en el ánimo de S. 1\1. Ya batalla de Mendigorría recuerda aquella épo-
no sera tan fácil en adelante alarmar con ' ca crítica en que el gobierno de Madrid pe-
anunciosde conspiraciones; ya no será po- dia la cooperacion estrangera; aquella épo-
sible que la Reina considere como á sus ca en que habiendo recibido un no humi-
mortales enemigos á los que acaban de ha- liante, ponia todas sus esperanzas en el jó-
cerle tan cordial recibimiento ; .ya ha de ven caudillo, á quien luego se pagó con la
ser algo mascostoso inclinarel Real ánimo á, persecuciony COl\ el ostracismoque le obli-
enviar numerosos batallones para humillar gó á morir lejos 'd~ su patria. Dejad en paz
sin necesidad á los habitantes de un pais las cenizas de los muertos; no os empeñéis
donde ha podido pasearse sin escolta de no- j en repararlo que no podeis; mas vale que
che como de día. Este efecto no es político, tendáis un tupido velo sobre los años pasa-
pero es moral, que vale mucho mas que el dos, sin evocar desus tumbas 'los ensan-
político. Este efecto no se destruye fácilmen- gTentados espectros de los que con mas ar-
te, por mas que se hayan escogido estas dor defendieran el trono de la Reina. Dejad
circunstancias, y la misma permanencia de los recuerdos, que no favorecen nada vues-
la Beina en las provincias, para someter á tros sistemas y utopías: si muchos militares
su firmauna gracia que recuerda la batalla hubiesen sabido lo que la revolucion quería
de Meudigorna. ¡ Qué política! ¡qué delica- ejecutar en nuestra desventurada patria,
deza! Este esun rasgo digno de los hom- mucho antes os hubieran detenido, separan-
hres que nos gobiernan. Como si la memo- do la causa vuestra de la causa de la Reina.
ria.del ilustre general no hubiese podido ¿Y qué fruto reportaron los que mas contri-
honrarse de otra manera; como si hubiera huyeron á vuestro triunfo? Ah¡ está Bassa,
sido tanta la urgencia de echar en cara á las arrastrado por las calles de Barcelona: ahí
provincias un recuerdo de discordia. Esto es Quesada, asesinado en Hortaleza: ahí Sars-
generoso, esto es conciliador ; quizás al es- íield CIl Pamplona: .ahí Escalera.... ahí Leon
tenderse el decreto alguno de los sencillos I pasado por las armas en la misma capital,
habitantes del pais ofrecía á S. M. una de I sentenciado por liherales, conducido al pa-
tantas espresiones comoha recibidode amor tíhulo por liberales!....




- 576-
Triste cosa por cierto que la sangre de


víctimas ilustres, despues de haber aprove-
chado á unos pocos de la manera que esta-
mos presenciando, hubiesede servir en ade-
lante á levantar padrones que perpetuasen
la memoria de la guerra civil. Reserven pa-
ra si esta gloria los héroes de la política:
los generales que la merezcan verdadera,
la alcanzarán por sí mismos.


La batalla de Mendigorrta se dió en 1835;
estamos á tines de 184,i) , y ¿qué se ha lo-
grado? Ninguna de las condiciones pedidas
falta: todas se han cumplido; se ha triunfa-
do de D. Cárlos, y los favorecidos por la
fortuna no saben qué hacerse del triunfo.
Debian, sí, dehian desear la continuacion
de la guerra para salvar su reputacion; de-
bian desear que no faltase la escusa de to-
dos los errores, de todos los desaciertos, de
todos los crímenes, la guerra civil. Ya no
existe esta guerra hace mas de cinco años;
¡S qué habeis adelantado? Ya no existe la .
dominacion de Espartero; ¿ y qué habeis
adelantado? Ya no existe la minoría de la
Reina; ¿y qué habeis adelantado? Ya no
existe la Constitueion de 1837, ni el jurado,
ni la milicia; ¿y qué habeis adelantado? El
desórden en la administracion , la anarquía
en las calles, suplicios todos los dias, la zo-
zobra incesante, la exasperacion de los par-
tidos cada dia creciente, la division entre
vosotros mismos, el aislamiento en Europa,
el descoatento popular, el aumento de los
tributos, el descubierto de las atenciones
mas urgentes, el déficit cada dia mas pro-
fundo, y la bancarota encima..... Esta es
vuestra obra. Los contemporáneos os juzgan
severamente; mas severamente os juzgará
la posteridad.


Pero volvamos al viaje de la Reina. ¿Qué
efectoproducirá el regreso de S. M. á la ca-
pital? ¡,Se calmarán los ánimos? ¿Se pondrá
término á la inquietud'? ¿Se mudará de polí-
tica? ¿Esta mudanza será de alguna impor-
tancia efectiva, ó se limitará á cambio de
nombre?


Desde luego es preciso reconocer que la
presencia de la Reina en Madrid es una
garantía de órden, no solo por el respeto
que impone la persona de S. M., sino tam-
bien porque reunidos todos los ministros, la
accion del gobierno es mas uniforme, mas'
espedita, mas rápida. Separados del centro
los dos ministerios mas importantes, el de
Guerra y el de Estado, naturalmente se ha-


hia de resentir toda la máquina gubernativa,
.Ni los acuerdos se podian tomar con la de-
bida madurez, ni se podian ejecutar con la
conveniente prontitud; y asi es probable
que la presencia de S. M. contribuirá por el
momento á disminuir los peligros de tras-
tornos, y tal vez los hará cesar por algun
tiempo. En la situacion deplorable á que
habian llegado las cosas, es de aplaudir la
resolución de S. M. de regresar cuanto an-
tes á ~Iadrid; quizás se ahorren nuevas víc-
timas, y esto no debe pesar poco en el áni-
mo de un rey amante de sus pueblos.


No seria tampoco estraño que por la fuer-
za misma de las cosas, e influyendo la pre-
visión ó el espíritu de ambición é intriga,
se procurase modilicar un tanto la política
actual, sacrificando algunos ministros para
calmar la efervescencia pública. Un perió-
dico ha dicho que á la llegada de la corte
seguirán grandes acontecimientos; no sabe-
mos lo que habrá sucedido : pero si estos
acontecimientos fuesen una modilicacion ó
mudanza ministerial, muy lejos estamos de
otorgarles grandor. Y á decir verdad, si el
cambio se hubiese de ejecutar dentro de la
esfera de la oposicion moderada, diflcilmen-
te creyéramos que la nacion saliese ganan-
ciosa. Con tantos meses como han tenido
para meditar, es probable que los periódicos
de la oposicion hayan designado sus res-
pectivos candidatos; por nuestra parte es
tan escasa la diferencia que vemos entre el
sistemadel Heraldo, del Globo, del Tiempo,
v el de los hombres defendidos por la Ga-
ceta y la Posdata, que la caida de los unos
y el encumbramiento de los otros no nos
parece de ningun resultado. Y cuando ade-
mas se considera que hacer la oposicion no
es gobernar, se presenta como muy proba-
ble que á la vuelta de corto tiempo no ha-
hria entre los dos sistemas ni esa pequeña
diferencia que en los primeros días se haria
sonar mucho en programas, circulares y
artículos de periódicos.


Es de.esperar que las reclamaciones con-
tra el sistema tributario serian atendidas si
otro ministro de Hacienda remplazase al se-
iior Ifon , y esto en verdad calmaria mucho
la agitacion de los ánimos; pero la dificul-,
tad no está toda aquí: la desaparición del
presupuesto de ingresos no haría desapare-
recer el de losgastos. ¿Y estoscómo se cu-
bren? ¿Hay quien piense en emplearreme-
dios radicales? Si el nuevo ministro nopen-




7!


v naturalmente hade ser mas difIcil el co-
bro de' las contribuciónes antiguas de lo
que lo habria sidosi no se hubiese mudado
nada, De todos modos, aunque no tuvié-
ramosmas dificultades que las de hacienda,
estas bastarian paracrear una situaeion su-
mamente espinosa de que no saldrán eubien
los actuales ministros ni sus .sacesores.
¿Qué será si atendemosá .las demascues-
tiones.á cual mas graves , que se agolpan
éxigiendouna solucion pronta"? ' " !
»Cuando se reflexiona sobre el estadoá


que han.conducido la España circunstancias
infaustas; ayudadas por el empeño de ate-
aerseá.eosas im\?osibles , cuando.se ohser-
va la obstinacioD'que hay en no ver lo que
es mas claro-quela-juz del dill,y los gra-
vísimos obstácuíosque: al biense oponen,
decae á veces P()t Un momento el espíritu, y
se pregunta si quisás.estaaioscondenados á
sufrirsin.mas-esperanea-de remedio cine el
mismo' eseeso dal maL ¡Tristepensamientf1!
porque si bien: esverdad que éste-eseeso
al fin proporciona el remedió !haciendo nece..
sario lo que antes era imposible, ysom~
tiendola sociedaé á una crisis violenta para:
salvarla de la muerte; tambienes cierto que
este resultado se hace esperar largos años,
y no se adquiere sinoá costa de grandes su-
frimientos. No estaba la España en situaeion
tan desesperada, ni lo está todavía; pero
mucho tememos que se. la ponga en ella.
Grave responsabilidad ante Dios y los hom-
bres incurren los que á ello contribuyan, ó
qué pudiendo no lo eviten. Ahora es tiempo
ami. ; 'IINlfiliua' quitás i ' y~ serlÍi';tarde.. Estas
ins\ItTed.ciones ,estas c()mipirac~s que Se
suoeden isin 'cesar ,esa <lucha"permanente
entre ~l gobietlio,y'lare'Voluclon; sonun'silJ~
toma funesto, AlguMS las niiran como chis:.
pas de un fuego que se apaga ;oosottf1ste"
memos que sean centellasde un fuego que
se enciende. Esa: inquietud, esa '1o:wbra.;
esas (j(jnvulsio~tst ~flnlos restos de' una
larga enfermedad.que se hace' sentir en 'la
convalecencia? .Bien Io desearíamos: pero
nos asalta et tenu:ít"deque seau-Jas átlsias
de UIlIiioribtI'RQ.O·,' el anuncio de la descom-
posicitlIidel.eoorpó¡ social acarreada-por
tantas irnprultenciasql1e han consumido su
energía" ,r suvida, . ;.......,


. . '.A;.tP 'UlilJl:
-'-.·~º~Cll!:i.··_~- ~- •~~'


.


Ol.·'i~ t~") ~


- .5i7 -
sase en esto, se encontraria poco mas ó
menos-en el mismo caso que el actual. No
es necesario poseer grandes conocimientos
en hacienda para ver el camino.quesede-
be' seguir: bastael buen sentide de nnpa...
dre de familias; que en notando el déficitdé
sus rentasacude desde luego á la disminu-
cion de los-gastos. Desgraciadamente no se
discurre asono se quierenproporoionar tos
gastos con los ingresos, SiDO los'ingreSos
COII 108,'g~stos; :no' se dice tenemos poco,
gastemos poto; sino; gastamos mucho , exi-:
james 'mucho. Losministros de Hacienda de'
Españaparece que no llevanen cuenta ladi-
ferencia entre los capitales y los productos;
para aumentarel ingreso noreparanenma-
tar el capital; con tal que vivaneste año; na-
da les importa loquesucederá en '\0 .vení-.
dere. Este es el sistema de nuestros finan-
cieros; á bien que nadie lo había llevado
al punto que el Sr; Mon, quien parece ha,":
berse propuesto realizar la fábula delos hue-'
vos dcOro.i .. ¡,',


Si'los partidos del actual órden de cosas
han leido por casualidad el artículo quepo--
cos dias atrás escribimos sobre la hacienda
de España, es probable que nosbayan acu-
sada de reaccionarios y amigos de proyec-
tosabsurdos. Esto de t?Cár en un ápice á lo
establecido es para ciertos hombres una
idea: tandesacertada, que solo el concebir-
la pruebaunapro[unooignol'ancia del espí-
ritu del siglo y de la~ necesídades de laepo;¡
ca. La palabradetnteroses :ertados no es
solo aplicable á la posesion de los:biéftes'd~1
clero; se estiendeá. todo lo demas',in'CIuJ.
sas las esperansas. Ytienen razon ; unare':"
forma radical en materia de empleos, fa-
voreciendo á la nacion, dañaría muchos
intereses de algunos que viven .sobre ella
como tierra de conquista, y naturalmente
hade encontra~oposi!l~n, no soleen losque
ya dl~frutan,Sll10 también-en los queespe'"
ran dtsfrutl1r.'tJoo.' esperanza en este géne-
ro, esun v.~rdaderointerescreado, .


.Aun ~uandO' se aboliese entcl'ame/rte el
nuevo sis~ma' tributario, habrá produeido
ya sus efectos que M. dejarán de embarezar
mucho al nuevo ministro de Hacienda.' N'ue-
vas oficinas, nuevos eltlpleadog,nuetO"~is~
tema , est? existe ya mas ó'menos;! no ha
de ser fácil el restablecer lasensaserisU'
primitivo estado con un soló decreto. Ade-
mas lospueblos vejados con el sistema 'itc-
mal, se creerán con derechoaun desahogo;




578 -
La acusacion de perfidia se dirige muy


particularmenteá los que proponen la con-
oiliacion ; pues que los enemigos de otra
clase no guardan más sistema qlle andar á
balazos cuando la ocasion se ofrece; ser fu-
silados si sucumben, y fusilar si vencen.
Entre los dos partidos que se llaman estre-
mos hay esta diferencia: los unos" dicen
«transijamos ;» los otros «victoria Ó muer-
te.» El un estremo trata de acercarse atme-
dio, y ni aun amenaza al otro estremo; este
por el contrario, rechaza al medio, y abomi-
na de su antagonista. Aquel pide participa-
cion, este exige esclusivismo.


La actitud de los dos partidos es consi-
guiente á su objeto: los revolucionarios ape-
lan á la guerra, los monárquicos á la paz;
aquellos quieren forzar el cursode las cosas,
estos las dejan andar por sí mismas; aque-
llos no tienen paciencia para esperar el re-
sultado lento de la influencia de las doctri-
nas, estos no cuentan con mas .armas que
la discusion, y apelan al pacífico faIlo de la
opinion pública. La diferencia en el modo de
conducirse produce resultados muy diferen-
tes tambieu: mientras IO'S unos pierden con-
tínuamente en la opinion , Jos otrosadelan-
tan; mientras los unos se enagenan cada
dia voluntades, y no se grangean ni-una so-
la,los otros no sufren niaguna defeccion,y
se hallan á menudo con nuevospartidarios.
Nada importa.quedevez en cuando se .de-
clame ,y'se-<lalumnie fingiendo conspiracio-
nes.que no existen.: bastan pocos dias para
desvanecer la acusación; y .Ia opinion pú-
blica pace la justicia tanto mas cumplida,
cuanto se ha visto juguete de. indignos
amaños.


No es verdadque todos los partidos cons-
piren j pero sí lo es que todos combaten al
gobierno, .y ála pequeña fraceion que en
sus alrededores se agrupa : los que se im-
pacientan por este hecho debieran reflexio-
nar sobre la .imposibilidad de que suceda
otra cosa. Los partidos ambicionan el po-
der, todos con mas ó menos esperanzas; ¿y
quién no las puede tener en medio de tan
asombrosa instabilidad?


Esta situación tan fluctuante se ve COm-
batida por dos partidos llamados estremos: '
y es natural que asi sea: en torno de los
enfermos de peligro se agitan los herederos.
Nadie sabe de cierto lo que vendrá; haydis-
cordancia sobre lo que debe reemplazar lo
actual; pero todos convienen en que la si·


, Ma~rjd ti de octubre d. l8H.


La revolucion española ha llegado á uno,
de aquellos períodos críticos á que llegan
todas las revoluciones: la pérdida de la fe
política y la incapacidad de gobernar. Ob-
servando atentamente lo que está pasando
á nuesta vista, se notan con toda claridad
los dos caracteres espresados; de una parte
la ruina de todos los principios, la ausencia
de toda conviccion .política ; de otra, seis
hombres que se llaman gobierno, qne solo
saben defenderse, y que despues del com-
bate cruzan de nuevo los brazos, y esperan
para desplegarlos otro momento de peligro.


¿Cuáles son los principios políticos que
permanecen en pie?¿Cúal es el que no ha
sufrido rudos golpes de la mano de los mis-
mosque un dia le proclamaron como pala-
dionsocial? Recorredlos, y no encontrareis
ninguno: se niega lo que embaraza, se ad-
mite lo que sirve; se asientan principios
cuyasconsecuencias se rechazan, se adoptan
consecuencias cuyos principios se combaten:
nada constante;nada fijo.; la inconsecuencia
y la contradiccion se han hecho comunes;
y muchos de nuestros hombres públicos se
parecen á aquel' judio de Amsterdam que
del Nuevo Testamento-solo admitía .el Ap()".
calípsis, porquecreiaenccntrar ea.este libro
la piedra filosofal. . '


Lacontradieeiony la inconsecuencia re-
corren un espaciedilatadoi.pere que-no ca-
rece de limites.: tiene su máximo, y su mí-
nimo,y en llegando á uno de estos cesan el
incremento ó el decremento para aproximar-
se de nuevo al límite opuesto: estos límites
son.las líneas que señalan el confin del es-
elusivismo. De ellas no se pasa: cuando se
pone sobre las mismas el pie, se retrocede
eon espanto como quien se hallaal borde de
un derrumbadero. Con tal que no sea preci-
so salir de dichos límites, se admiten to-
das las doctrinas, se aplauden todos los sis-
temas; pero guardaosde empujar un poco á
vuestro contrincante, queriendo persuadir/e
quelos abismos solo estan en su imagina-
cion: los cabellos se erizan sobre su cabeza,
se agarra frenético de todo lo que tiene al-
rededor, y clama contra la perfidia que ha
cubierto de flores el hoqueron de una sima
sin fondó. I




- 579 -
tuacion es transitoria, y en la imposibilidad sonsin embargo muy curiosas como estadrs-
de que se prolongue por largo tiempovDe tica de sus incesantes variaciones. Los unos
un lado está la revolucion, de otro la monar- llaman á los otrosapóstatas, ex-moderados;
quia; r lospartidos que representan estos y los que en tiempos no muy remotos for-
principios se hallan enfrentede la situaeion mutábamos el mismo cargo,no sin herir
para combatirla cada cual á su modo. Por la susceptibilidades delicadas en .demasía, nos
fuerza de los acontecimientos v las modifi- hallamos ahora plenamente relevados de
caciones que consigo traen la' variedad de prueba por la confesion de la parte. El mis-
circunstancias, y sobre todo los desengaños, mo periódico y los ministros que mllllCO-
se presentan los- dos partidos combatientes munados rechazaban nuestras inculpaciones,
en actitud algodistintade la que guardaron ahora 'se las dirigen entre si; entonces se
en 'épocas anteriores. Pero hay en esta di- ayudaban alternativamente abogando los
ferencia un carácter notabilísimo, v es el unospor los otros, ahora se acusan de lo
diverso sentido en que se ha hecho "la mo- mismo de quese defendian. No cabe espec-
dificacion: los revolucionarios se han hecho táculo mas satisfactorio que el alcanzar el
mas exagerados, los monárquicos mas con- triunfo sin necesidad de combate: quería-
ciliadores: aquellosse han apartado mas y mos atacar al campo enemigo, y la gritería
mas de los otros partidos; estos se acercan, que en él-resuena nos indica que se ha tra-
no abdicando sus principios, sino templán- bado pelea de hermanos contrahermanos.
dolos en su aplicacion. Los revolucionarios Con las 'divisiones y 'subdivisiones del
creenque el mejor medio de reparar losdes" partido moderado ya'no sabeuno á qué pun-
calabros sufridos y conquistar el poder, es to asestar los tiros; si herís. al ministerio,
llevar sus doctrinas hasta las últimas conse- los tres periódicos os dirán quehabeis heri-
cuencias, en la region de las teorías como do un retrógradoque está mas bien en vues-
en la práctica; los monárquicos-opinan, por tras filas que en las moderadas; si el tiro
el contrario, que el porvenir para ellos está da enla oposicion moderada, el ministerio
en conservarse firmes en sus principios, sin os dirá que esta es semi-progresista. La si-
empeñarse en luchar con la irresistible fuer- tuacion no será puesuna embarcacion; será
za.de, las cosas. Cada cual pretende fundar un conjunto de góndolas flotantes á merced
la razon de su conducta en las lecciones do de los vientos; cuando se quieracombatir al
la esperiencia: los: unos dicen que' 'se han partido moderado, será necesario fijar una
desengañado, que para hacer triunfar la re- fraceion pequeñísima, quizás una persona, y
volucion es menester hacerla completa, y aun-esta aprovechando el tiempo, el instan-
acabar de una vez con loque obsta ó daña; te indivisible en que se halla en un punto
los otros han aprendido que esta impetuesi- dado. Siasi no se hace, habrá pasado ya;
dad arrolladora sirve para derribar; pero es menesterapuntar bien, matar al vuelo.
que las ruinas pueden costar caras al mismo Este es'otro arbitrio parahacerseinvulne-
que las amontona. No parece sino que los rable"y otra dificultad para los que 'deben
revolucionarios se imaginan que á fuerza de hacer una oposición de principios; pero en
energía anonadarán á sus adversarios, im- cambio es por sí solo una prueba evidente
pidiendo para siempre que ni monárquicos de que las ponderadas doctrinas de nuestros


, ni moderados piensen de nuevo en disputar- doctrinarios se reducen á nada. Todos los
les el poder; ni .mas ni menos que en -t 823 partidos cuyo fondo doctrinal es una-nega-
se hacían muchos realistas la ilusion de que cion, ofrecen esta dificultad para ser: comba-
conrigor se podía acabarcon el liberalismo. tidos ; en tal caso, lo que conviene no es
En este contraste que salta á los ojos de combatir' los pormenoresque al tocarlos se
todo observador, ¿de qué parte seencuen- desvanecen y toman otra forma-sino.seüalar
tra el verdadero progreso? ¿Quiéneompren- elvicio radical, decir á lospueblos: mirad
de mejor su posición respectiva? ¿Quién cuán ligeroes, los vientos se lo llevan, hay
prepara á las dificultades actuales unasolu- mucho volumen; pero está vacío.
cion mas útil, mas pacífica, mas dutadera'1Paraconv;encerse de cuán púca realidad


Las acusaciones y recriminaciones que se encierran las doctrinas de los' moderados,
dirigen en la actualidad los partidos de la basta examinar sus opiniones sobre los pun-
situacihn , bien que no muyedificantes pata tos polícicos mas-importantes xtomemos el
consolidar 5U reputacion algo descabalada, primero que se ofrece, y preguntérnosles




- 580-
quién es el depositario de.Ja soberanía. ¿Es voslEnlonces.es preciso distinguir;' sí Jos
el Rey? No; porque: la soberanía encierra la (JQtl mandan sonmoderados ,lainsurreqcion
facultad legislativa',y el Rey por sí solo no y todo.lo que no.sea oposicien rigorosamen-
puede legislar. La doctrina de la soberanía te legal, es uncrímen; si son progresistas,
dcl Rey.nola admitenlos moderados; la re- la insurreceion no es crímen, sinoheroismo.
chazaa sobre losabsolutistas á quienes ·per- Un dia de posesion hasta para-la prescripcion
teneee. ¿Es el pueblo? Tampoco; esto es en favor del partido moderado; para.la.pres-
anárquico; los' moderados no lo· admiten; i cripcion progresista no bastan dos años,
esta doctrina es propiedadde losprogresis- I Testigo Espartero. .' " .
taso ¿Quién será pues? El conjuatodelos La alianza ó coalicion de los partidos es
tres poderes, es decir, el Rey con las Cor- tambien otro punto en que resalta la ifije~il
tes. Esta respuesta en sí no tiene" nada de de doctrinas. Si el moderado está fuera del
estraüo en teoría, ni de nuevo en la prácti- poder, la libertad es muy lata; es llcitoeo-,
ca: veamos emperoCÓmo la entienden nues- ligarse todos los partidos contra el enemigo
tros moderados ,y descubriremos fácilmen- comun ;si está en el mando, la alianza de
te que con .íoscomentarios de su conducta sus enemigos es un sacrilegio.
estan muy lejos de confirmar Su doctrina. Este sistema es peor que el de los hechos'


Los poderes en cuya reuoion se encuen- .consumados. El legitimar un poder por solo
tra la soberanía, son el Rev v los dos cuer- el hechode existir, es ciertamenteuaa doc-
pos colegisladores: luego-ni "el Rey sin las trina errónea y de fatales consecuencias; pe-
Cortes,ni Ias Cortes sin el Rey, pueden ro tiende al menosá proporcionar á lasocie-
ejercer un acto.soberano. Esta consecuencia dad algunos momentos de reposo, ofrecien-
tan obvia, que mas bien es una simple do al vencedorel 'homenage de los pueblos;
aplicacion del principio, la rechazanlos mo- mas esta doctrina no es la de losmoderados;
derados: en el brevísimo tiempo que llevan para estos no basta que .el hecho sea.~onsu­
de. mando.dos ministerios han Iegislado poi: mado para que sea legítimo , es preeise.que
síy.ante sí; por donde se echa de ver que la les sea favorable á ellos. En siéndoles.eoa-
soberanía absoluta del rey combatida en te0- trario, no hay legitimidad ni justicia en el
ría, es adoptada en la práctica. De esto re- hecho, ni un siglobastaríapara causal' pres-
snlta que no domina ni el principio del po- eripcion. Por manera que noparece sinoqué
der absoluto, ni el del poder limitado; que este partid~ sec:o~side.ra .c?mouna' ~i~ra
ambosse ponenen accionsegun.las cireuus- de toque"para distieguir lo Justo de lo lDJUS-
tanelas, y que sin disfrutar las.ventajas de lo, Yque toda-la moralidad política solo de-
ninguno de ellos, se sufren los incenveniee- be estribar en su propia conveniencia.
tes. de ambos.La.moderaeion, pues, en este Tenemos de esta versatilidad una prueba
caso no signiñcatemplansa en-laaplicacion concluyente en lo sucedido con las obrasde
de un principio, sino falsifícacion de-les dos: la revoluciono Lo que esta ha hecho en el
no es limitar una consecuencia de la teoría sentido que agrada, se ha defendido con el
con arreglo á las. exigencias de la práctica escudode bronce de los hechos consumados;
sinoponerla prácticaen contradiocion abierta pero este escudo se ha vuelto de papel para
con la teoría.. salvar lo que podia comprometer al partido


La obediencia á los poderes constituidos dominante. Hecho consumado eraciertamen-
es también una doctrina muy inculcada.por te.la Constitucionde 1837, Y sin embargó
el partido moderado; hasta aqui nada hay se la ha destruido; hechos consumadoseraa
que reprender; pero examinemos el,uso que III milicia nacional y el jurado en la impren-
de ella se hace, y encontraremos mmisma ta, yilo obstantehandejado deexistir. ¿Dón-
contradiecion. ¿Setrata de los poderesanti- de .está: .la diferencia? ¿H.ay cosa mas grave
guosj l.os moderados autorizanlarevolucioa, en política que la variacion de la ley funda,..
y.no tienen escrúpulo en' asoeiarse.eon los mentitl? Si la razon de hecho consumado no
revolucionarios: la monarquía absoluta no vale en.un paato , ¿~ómo se quiere queV1lI.-
pereció tan 8010 á manos de los progresistas; gaea otro. . ,
la ~ist?ria de la formacion del primer minia- Uno de los temas favoritos de la opinion
teno hberaly de sus curiosos antecedentes, moderada en tiempo de Espartero era elini-
.es oomasiado conocida para que sea neeesa- culpar al partido progresista por haberse
rio;reeordarla.¿Se trata de los poderes nue- aliado con un poder militar: el puritanismo




- 581 -
del'Partido de la sítuacionsobre este.parti- paso del ejército para sujetar á todos los
cular noes necesarieponderarle.; á la vista pártido.s,nin~?ngeneral ad~\liriese propon-
tenemos los hechosrahí está el lenguaje de deraneiadecisiva, .,.' ..
losperiédícos mas autorizados por suanti- Las conviccionesne bastan para el triun-
guedady relaciones. Uno hay que desde un fo: una cabezasin brazo es una mera teoría.
principio se ha negado á esta alianza, y que Ademas¿dóndeestan las'oonviecíonée polni-
porl6comun la ha combatido con notable cas con que podrian contar los hombres' del
~ vigor: es el Tiempo; pero sus doctrinas no Tiempo? ¿En el partidomoderado? Sino' es-


han sido escuchadas ni por el gobierno ni tuvieran á la vista los hechos, de los CUIdes
por las Cortes, y desde luego le decimos hemos enumerado algunos 'en el artículo
que no lo serán en adelante. presente, recordaríamos las sentidas 'pala-


Heehajusticia al puritanismo del Tiempo, bras con que el mismo Tiempo se ha lamen-
diremos dos palabras sobre la fraccion qúe tado mas de una vez del abandono de todos
representa. Si no hemos comprendido mal los principios, de la falta de convicciones
los aruculos de este periódico, su pensa~ del partido moderado. Si aislado se encuen-
miento político consiste en la formacion de tra el gobierno actual, mas aislados se en-
un poderconstitucional puramente civil ,sin contrarianlos hombresdel Tíe'/ftPO; los hom-
liga del militar, eliminando todas las in- bresde la situacion se conocen débiles, v asi
fluencias que no pertenezcan at érden par- dicenal.poder-militar, «mándame.peroayú-
lamentario.Realizado este sistema, ningnn dame;» ¿cómo se pediría el auxilioá quien
general, por elevada que fuesesu categoría, se le despojase del mando?
seria pr-esidente necesario, ni aun ministro: Si ell'iemponos contestase'que sus can-
todos-los hombrespúblicosse colccarian en didatos gohernarian ennombre de laCons-
una misma fila, sin mas preferencia que la titucion y de la Reina, y que esto bastapa-
resultante de sus méritos personales yde ra obtener obediencia.no sabríamos-qué re':'
su importancia civil. El ejército no seria plicarle; invooariamosdesde ahora al buen
mas que el brazodel gobierno; ningun mili- sentido político, y apelaríamos para enade-
tarseria un poder, y si solo un instrumento lante al testimonio de los hechos. En la si-
de la suprema voluntad constitucional. tuacion actual y en cuantas se le parezcan,


Necesario es confesar" que si las teorías no hay sistema posible, ,si ~o entra cpmo
constitucionales.significan algo, es preciso uno de los elementos. prineipalesel poder
darles lasigníficaeiou que les ha dadoel militar: guiense aparte de esta regla ate-
Tiempo; pero á este periódico .qÜlf mas de niéndose.estrictamente lÍ. las-exigencias del
una vez 'nos ha llamado ilusos, bien nos se- sistema representativo, abrirá la puerta á la
rá permitido hacerle notar su ilusión. El.sis- revolucion, y perecerá. \
teJna q~e é,1 proclama n~ se h~ realizad? ni Si deseáramos que sucumbiera lasitua-
se-realizará porque es imposible : y SI no cion, sin escrupulizar en los medios, no po-
fu~'a porfas malas consecuencias que en driamos emplearlos mejores que empujarla
nuestro concepto vesultarlau, tendríamos hácia'los hombres del, Tiempo. Contra su
curiosidad de ver en el gobiernoá hombres intencionsin duda, pero por inevitable ue-
empeñados en llevarleá cabo. El partido de cesidad, serian la transicioná un gobierno
lasítuacionaliadoconun poder militar, aun- revolucionario'. Nosotros no lo deseamos; v
qne.sea contradiccion teórica, es una reali- así es que si bien el gobierno actual está:
dad práctica,una realidadque bien ó mal se muy lejos de contarnos entre susamigos,llo
sostiene; y que fusila á cuantos enemigos se quisiéramos' verle ceder supuesto áhom-
levantan contra ella; perodesearíamos saber bres cuyo sistemababria 'de acarrearmayo-
cómo gobierna ni se 'sostiene UD gobierno res males, Que 8i10's amigos del Tiempo
cemhatido.por losprogresistas; por los mI}'. hubiesen:de modiííearsus opiniones luego
nárquicos, por una fraccien c6nl¡lderable.del, de ele~·al'losal"po/k.r,éimita¡r lá conducta
partido moderado y pore}.reHe'ntimiento del de SUfl~nte(lesores, entalcaso ¿que nece-
poder militar; para. nosotros es un enigma sidadb3yfie una' variaban de personas?
IINlS indescifrahíeque el del Esfingeel,saber ¡ Hemos! 'habladi} de los 'bombrasdel Tiem-
de dóndesaoariala'fuerza un gobierno-come posía ánimo de hacer ninguna alusión per-:
este; no alcanzamos á concebir. por qué me- sonal liSOlotomando este periódico oomó
dios podría lograr que necesitando á cada el genuino representante de lo qneli'hóra




- 58~
se .llama puritanismo parlamentario. Al exa-
minar la descomposieion del partido de.la
situacion y señalar su impotencia guberna-
tiva, nos, ha, parecido oportuno decir dos
palabras sobre esta fraecion que se ofrece
como tabla en el naufragio, y que en nues-
tro concepto seria la pérdida definitiva del
partido moderado, y un anuncio. de nuevos
trastornos. La revolución no está terminada
todavia; falta un gobierno que acometa esta
grande empresa; y preciso es, convenir en
que la razon y la historianos manifiestan de
consuno, 'que tamañasempresas RO son pa..:
ra fracciones políticas tan pequeñas y des-
coloridas como laque entre nosotros se ape-
llida puritana. Insistiremos en loque hemos
dicho ya: aunque los principios fuesen bue-
nos, ¿de qué pueden servir cuando falta la
fe política? Aunque la dirección fuera esce-
lente, ¿qué se puede hacer cuando no hay
fuerza impulsiva? La situacion actual es un
período de postracion de la revolucion espa-
ñola; lo que á este sucedano puede ser otra
cosa que un fuerte retroceso hácia los bue-
nos principios :ó unaescitacion que .nos
atraiga de nuevo las convulsiones revolu-
cionarias. '


EL MATRIMONIO DE LA REINA


.~ ~~ ~a~~~~~<;la~ ..


tscrito,eu Barcelona en 18 de noviimnbre,'dé, t'84$',! publicado en
Madrid en 26 del mismo.


La cuestion del matrimonio de la Reina
absorbe de nuevola atención pública y ocu-
pa un lugar preferente en las discusiones de
la prensa periódica. Los dias pasan, el mo-
mento se aproxima, y todos los ánimos es-
tan suspensos é inquietos en la espectativa
de una solución que va á decidir para mu-
chosaños de la suerte de España , y que no
puede menos detraer en pos de sí aconte-
cimientos de la mayor trascendencia. ¿ Cuál
es el candidato 'aceptoal ministerio? No se
sabe de cierto. ¿Cuáles el preferido por la
prensa? La progresistacalla; la de la.situa-
cion vacila, y solo de vez en cuando, y co-
mo.paranoquedarse sin señalar uno, indica
.alW'ante, D, Enrique; pero esto. sin ardor,
eouescaso interés, y sobre todo sin una-


nimidad. El Español ha estado largo,tieln,..
po por un príúcipeporragués ; el Castellano
parece que duda; la Posdata no manifiesta
su opinion ;el Tiempo acepta al infante Don
Enrique, es decir, 'no le rechaza ; pero al
parecer no estaría dispuesto á romper lanzas
por esta candidatura, y venido eloaso le
sustituiria otra. sin mucha repugnancia. Su
pensamientoes mas bien negativo que po-
sitivo: ni Trápani, ni Montemolin; porloda-
mas no muestra grande empeño en favor 4e
nadie. El Heraldo mismo, que algunosme-
ses atrás sostuvo con harto calor al infante
DonEnrique, como que anda ahora un tan-
to flojo y remiso, dejándose conjeturar que
tampoco consideraría la espresada candida-
tura como condicion indispensable para su
sistema. El Cat6lico y la Esperanza conti-
núan defendiendo al conde, de Montemolin;
y últimamente han recibidoun refuerzo con
las indicaciones nada ambiguas que ha es-
tampado el Conciliador. Tocante aIPENsA-
MIENTO DE LA NACION, dicho se está que in-
siste en las ideas antiguas; y para volver á
corroborarlas solo esperaba concluir c,on el
plan de estudios, que le ha ocupado durante
seis semanas, las que por cierto era de de..
sear que hubiesen sido algunasmas.isiquie-
ra para no entrar de nuevo en.esa.arena de
pasiones, que se apellida discusionespolt-
ticas.. No se dirá que nos hemos apresurado
á tomar' parte en el debate ; pues hace mu-
cho tiempo que lo sostienen los periódicos de
todos colores,y hasta ahora el PENSAMIENTO
DE LA NACION ha callado, como para indem-
nizarsede lo mucho que habló al suscitar la
cuestion sobreel hijo deD. Carlos, y nodar
motivo á que se dijera que trataba de impo-
uer á, S. M. los deseos de un partido." Pero
todavezque lacuestion se ha agitado denue-
voy tan vivamente, queporestemótivo'el pe-
riódico ministerial reprendió con severidad á
toda la prensa, necesario es entrar de nuevo
en la discusión, no fuera caso que alguien
sospechara que consideramos desahuciado al.
conde de Montemolin.


Tan lejos estamos de semejante desalien-
to, que en nuestro juicio las probabilidades
en favor delproscrito de Bourges han aumen..
tado en los últimos meses: el matrimonio de
conciliacion se manifiesta cada dia mas ne-
cesario; y lo necesario se hace, á no ser que
haya quien se empeñe en luchar con lane;"
cesidad, lo que, usando de la espresíon mas
templada, calificaremos de poco prudente.




- 583-
A mas de esta necesidad, que bien puede
llamarse intrínseca, porque radicaen.la mis-
ma naturaleza de las cosas, hay en favor del
conde de Montemolinmuchos y fuertes apo-
yos en lo interior. Y como'quieraque enes-
tos últimos días se haya hablado con varíe- :
dad sobre la situación de este negocio con
respecto á la opinion de las potencias euro-
peas, haremos una ligera reseña sobre el
particular, sin mas pretensión en lo que di-
gamos,que el valorde las conjeturas á que
tiene derecho todo individuo, como parte in-
finitésima de la opinion pública.


¡,Qué piensan probablemente los gabine-
tes de Europa sobre el enlace de la Reina
con el conde de Montemolin? ¿Qué desean?
¿Que pueden hacer? ¿Qué harán?


Empecemos por Roma. Decir que Roma
veria con mucho placer el matrimonio de
conciliacion, es anunciar una verdad clara
como la luz del dia: poner en duda esta ver-
dad, seria desconocer la historiá delos.úl-
timos años desde la muerte de Fernando;
seria suponer que Roma está enteramente á
oscurassobre la siluaéion de España. No se-
rá,{lues, aventurado el conjeturar que la
corte de Roma considera muv conveniente
dicho enlace, y que desea ·vivamente su
realización. ¿Qué puede hacer? directamen-
te nada; indirectamente mucho. Veámoslo.
Sien Roma se opinaque el matrimonio de
cenciliacion es el único conveniente, claro
es que se consideran los demas, cuandome-
nos ,como no convenientes; y en tal caso,
¿quiénpuede disputarle el derecho de con-
ducirse de modo que en el casode necesitar-
se una dispensa, esta no venga á correo ti-
rado? Nicabe decir que esto seria subordi-
nar.lo espiritual álo temporal; toda-dispensa
se funda en un motivo; si este motivo no :
existe, y an.tes bien los hay muy graves en I
c?ntra, la dispensa se puede muy bien dife-
nr, y en caso; estremo negarse redondamen-
te. :Ksta es unajurisprudencia á la cualnada
se pu.~d~ objetar ~ajo el aspecto político ni
eclesiástíce, Precisamente el candidato mas
favorecido, en ciertas regiones, aunque nQ
muy pre~llecto delp~blico ~spañol, ha me-
nester dispensa: y he aquí como'hi. corte de
Roma podria interponer indirectamente un
veto mas decisivo que la voluntad de todas
las potencias de Europa. Que en esto' no
caben las bravatas de que se pasará ade-
lante sin el papa y contra el papa: no, á
esto nadie se.atreve; nadie se atreve con-


tra la inocencia. y la dignidad de la Reina.
Todavta.sapuedemas en Roma. Sabido


es que el gobierno español desea ardiente-
mente ver sancionadas por el papa las ven-
tas de los bienes del clerory como acceso-
rias de esta, lleva entre manos otras cues-
tiones cuva solucion favorable le causaría
nopo~a satislaccion: para lograr sus tines
necesitaque Roma se preste, y con esta
mira procura persuadirle que el gobiernode
España puede cumplir todo lo que prometa,
ya para asegurar al clero una subsistencia
decorosa é independiente , ya para poner y
conservar las cosasén el estado que se de-
termine en el nuevo arreglo. Es claro que
en la conductade la corte de Roma puede
influírmucho la opinion que tenga sobre el
valor' de'estas-garantías , y que probable-
ménte el arreglo se. aplazará hasta que se
baya llegado al convencimiento de que hay
en realidad algo mas que vanas palabras. Si
pues en Romase cree que soloes conve-
niente el matrimonio del conde de Monte-
molin, y que los demas suscitarían graves
diíicultades , ¿ seria estraño que el arreglo
se aplazase hasta que se viera el giro que
toma.la cuestion del matrimonio, y los re-
sultados que da el intentar ó ejecutar una
óornbinacion distintade la de Bourges? Esto
se puede en Roma; y estoes mucho poder;
es un no leve embarazo para el gobierno es-:-
pañol, y que andando el tiempo ejercería
nopocaintluencia. .


Decir-que se puede una cosa, no es decir
que se hará; esta es cuestionmuydiferente,
en que las conjeturasS6n nías difíciles;' aun-
que no .imposibles.. Para hacerlas-con pro-
babilidad de.acierto conviene atenderála
posición de la corte de Roma con respecto á
las grandes potencias europeas; no porque
se haya dé creer que la política de estas sea
la normade la política de Roma, sino por-
que es muy verosímil que.la corte romana
no prescindirá en sus resoluciones de ra-
zones graves á que es jústoy prudente
atender en esta clase de negocios: .


En la euestion.deí'casamiento de la Rei-
na , sé presentan desde luego las opiniones
y los intereses de los gabinetes del Norte.
Mas ó menos modificada, hay aqui todavta
la .cuestion de principios que dividió á las
potencias durante la guerra civil. Es de creer
que ni unos ni otros examinaron muy á fon-
do las razones en que las partes fundaban
su pretension á la corona, y que se fijaron




- 584. -
mas bien en el priacípio.polüicorepresenta- Iquiere apreciar ensn justo valor la noticia
do por las personas,.queen elautoacorda- del reconocimiento, é-eoajeturar sobradas
do de Felipe V, ó la pragmática sancion de simpatías de las potencias: en favor de un
Fernando VII. Hemos dichoque la cuestion 'sistema ó de una persona'l'le'demas es di~
existía mas.ó menos modificada; porque los vagarperdiendo lastimosamente el tiempo en
sucesos, y sobretodoel resultado delaguer- disputas que á nada conducen. ..,
ra, no.han podido menos de alteradas con- Juzgando por estos principios: parece que
diclones á.que habian subordinado su políti- no andan desacertados los que. orelJnique
tica las potencias del Norte; pero á pesar Metternich, de acuerdo con la Rusia.ydf!
de esta modiñcacion , claro es que 01 ronde Prusia, está decididamente en favorde\;tlla;.¡
de Montemolin siempre'ha .de tener simpa- trimonio de conciliacion , y que por tantolnQ
tías en dichos gabinetes, ya que en esto se prestan. atencion siquieraá nada de cuanto
interesa, cuando no otra0081\, su cunsecuen- se dice sobre aquiescencia del Austria')I
Cía y su amor propio. ." demas potencias con respecto á otros can-


Dificil es saber hasta qué punto trabaja- didatos.
rán por dicho enlace laspotencias del Norte; Esta opinión adquiere mas consistencia,
esto depeade de las circunsíancias.y.ade- si se consideraque losdocumentos de Bour-
masla mayor parte del trabajo quedará se- ges han creado, una posición enteramente
pultado. por algun tiempo en los'archivos nueva, y con esto han dejado el campo libre
diplomáticos ; pero desde luego se puede á las influencias diplomáticas paradesbara-
conjeturar que dichas potencias no se apre- tar las pretensiones de los rivales del conde
surarán á reanudar sus relaciones con el go· de Montemolin.
biernode la Reina, mientras dure la incer- Si D.Cárlos hubiese conservado su posi-
tidumbre sobre una resolucion tan importan- cion, óel conde de Montemolin se hubiese
te. Sea como fuere, lo cierto es que este atenido estrictamente al sistema político per-
reconocimiento senos ha anunciado innu- sonificado en su padre, habría sido posible
merables veces como un suceso próximo á que perdiendo las potencias del 1\"orte toda
realizarse, y que -nunea se realiza: ¿ esto esperanza, hubiesen tratado de cambiarde
qué prueba? prueha que las potencias no política del modo mas henrosoposible, re-
consideran terminados los negocios de Es- anudando sus relaciones con el gobi~rll6;da
pafia; que aguardan el desenlace por el, Madrid. Pero habie;ndodesaparecido Don
acontecimiento mas grave que es el.matrí- Cárlosde la arena política ,y manifestado el
monio de la Reina, y que entretanto preñe- conde de Montemolin disposiciones concilia-
ren.maatenerseenespectativa á dar un paso doras, es natural que las simpatías se ha-
de que no pudieran retroceder. yan reanimado, y que no se crea ya nece-


Muchas .eonjeturasse han hecho con mo- sario abandonar á una familia que sin estas
tivo del viaje del emperador de Rusia, y los circunstancias, corria inminente peligro de
amigos de noticias han levantado como es quedarproscrita para siempre.i.áno haberse
natural castillos en el aire; unos suponiendo realizado dichas modificaciones , no tenían
que las visitas de Génovaeran golpes deci- las potencias del Norte otro medio de fa.vo-
sivos, otros imaginándose que allí se habia recerlo, que ayudar á encender de nuevo la
aprovechado la ocasion de dar el último des- guerra civil, proyecto á que. debían estar
engaño á la familia de D. Cárlos por medio poco dispuestas, ya por-el mal resultado de
de estudiada frialdad. Aunque no conside- la anterior, ya tambien porque la diploma-
ramosni aun digna de respuesta la segunda cia europea va apartándose cada diamas del
interpretacion, parécenos tambienque no uso de la fuerza. La cuestionno está en cl
conviene atenerse á la primera con dema- terreno de las armas, sino de lasnegocia-
siadaconlianza; y mas bien nos inclinare- ciones; y esto es cabalmente lo queen todos
mos á creer que el viaje influirápocoó nada los asuntos desean los gabinetes europeos.
en.el cursodel negocio., Por estas consideraciones se puedecon-


De estas materias mas bien debe juzgarse jeturar con fundamento que las potencias
por regla~ fijas, q~e p~r noticias pas~geras; J del Norte.piensan. ~e nuevo s~riamenleen
¿,ha cambiado la situacion de España? ¿han I favorecer a la familia de D. Carlos; y que
v~riadQ; de política las potencias del Norte? pr?~UI'arán por todos los medios diplo-
He aqmlo a.ue se debe preguntar cuando se . maticos que esten a su alcance ,apoya·, la




y


EL GABI'NETE FRANCES


Escrito en Barcelona a 28 de no ziembre de 18 '-5 Y publicado en
Madrid eD 3 de diciembre.


Vamos á examinar un punto curioso yde-
licado': cuáles son ahora, cuáles pueden y
deben ser en adelante la opinion y voluntad
del gabinete francés sobre el matrimonio de
la Reina con el conde dé Montemolin. La
importancia de dicho examen no la descono-
cerá quien reflexione, que si han de mediar
en este negocio influencias diplomáticas, no
cabe prescindir de la Francia. Dificilmente
se podria hacer nada sin ella; y es poco me-
nos que imposible el hacer nada contraella.


72


- M.5-
eandidatura del conde de Monlemolin. Asi, !fuerzo, ni aun depensaren que os lossuscita.
noes creible que haya una palabrade verdad Un represent~nte de un.principio , es algo
en cuanto se ha dicho sobre que un príncipe masque un simple proscrito; esto no lo ha-
Coburgo no encontraba oposición en los ga- beis querido reconocer, y el tiempo se en-
binetes del Norte. Claroes que muchas me- cargará de enseñároslo. Ya le sea la suerte
nos simpatías ha de tener aun el conde de favorable ó cont.raria, ya sea que lleveis á
Trápani, que no representaria mas que in- cabo otra comhinacion matrimonial, ó que
fluencías poco agradables á aquellos gabi- aplaceis por largo tiempo el enlace de la
netes, Reina, las dificultades subsisten; nacen de


Resulta de esto, que el conde de Monte- las entrañas mismas del negocio, y tarde ó
molin, cuya causa quieren dar algunos por temprano, de un modo ó de otro, se harán
enteramente perdida así en lo interior como sentir. Una cuestion que para la España no
en lo esterior, cuenta probablemente con el es cuestion de partido sino nacional; una
apoyo diplomático de mas de la mitad de cuestión que no solo se roza con los intere-
Europa; apoyo que, si bien por de pronto ses de determinadas potencias, sino que
no puede dar un resultado definitivo, podría afecta profundamente á la política europea,
con el tiempo influir sobremanera, ó impri- en vano quereis reducirlaá los límites deun
mil' al curso del negocio la dirección conve- negocio comunde gobierno, ó de afecciones
niente. En la actualidad va no es poco lo de familia; á medida que se irá acercando
que se resiente el prestigio v la fuerza mo- la vereis crecer; y por grande que sea vues-
ral del gobierno español, COn verse privado tra audacia, al encontraros cara á cara con
de un reconocimiento que por mas que se ella, difícilmente os atreveréis á mirarlade
diga, es de mucha importancia; importan- frente.
cia que reconocen los mismos que de vezen La posición del conde de Montemolin con
cuando se muestran desdeñosos, pues que respecto á la diplomacia europea no debe
con tanto júbilo se apresuran á comunicar ser considerada únicamente en sus relacio-
las noticias favorables, aunque no sean mas nes con Roma y losgabinetes del Norte; es
que remotos indicios de obtenerel deseado necesario atender á la Francia y á la Ingla-
reconocimiento. terra , cuyo voto en estas materias es por lo


Pero donde se muestra mas visible el da- menos de tanto peso como el del resto de
ño es en lo tocante á la corte de Roma. El Europa. De estonos ocuparemos en otroar-
gobierno hará todos los alardes que bien le tículo.
parezcan; pero él conoce mejor que nadie
la conveniencia, la necesidad de alcanzar el
reconocimiento de Roma, y el arreglo defi-
nitivo de losnegocios eclesiásticos. Cuando
no hubiese de por medio otras cuestiones,
hav la de los bienes del clero regular v se-
cular , cuyos compradores poniéndose en
contradiccion consigo mismos, esperan con
increible ansiedad la intervencion del poder
espiritual, á pesar de que no la consideraron
necesaria alhacer las adquisiciones; y como
en España casi todala revolucion está con-
centrada en los intereses, yde estos la prin-
cipal parte se halla en los bienes del clero,
resulta que hastaque se alcance la imlulgen-
cía del Sumo Pontifice, la revoluciorr tiem-
bla , y el gobierno que la defiende está in-
quieto y mal seguro.


No desprecieis, pues, con tan desdeñosa
altanería al conde de Montemolin , ya que
á pesar de su destierro y prision os susci-
ta tamaños embarazos, sin que él por su
parte tenga necesidad de hacer ningun es-




-- 586 -
La euestion de España no es la cuestion de
Oriente; aqui el interés es mas cercano, mas
vivo; y los mediosde accion, tanto indirec-
tos como directos, son mas numerosos, mas
eficaces, y. sobre todo mas fáciles. Mucho
dudamos que en este negocio el gabinete
francés se mostrase tan irresoluto como en
otros. La Francia por sí sola no puede diri-
mir la cuestión, ni aun en terreno diplomá-
tico; pero su voto es de tal peso, que no se
puede ni despreciar ni olvidar ; ~ en cuanto
al conde de Montemolin , apenas cabe duda
de que si la Francia llega con el tiempo á
apoyarle, la cuestion está resuelta en su fa-
vor; nada resistiría al peso de la opinionna-
cional, secundada porla diplomacia europea;
y la diplomacia europea estaria toda por el
conde de Montemolin, si este pudiera obte-
ner el voto de la Francia. No esceptuamos
ni aun á la Inglaterra.


Se asegura que estas verdades no se ha-
bian escapado á la sagacidad del joven prín-
cipe; y que hace largo tiempo era de opinion
que no le convenia á su familia indisponerse
con Luis Felipe. Desde que ocupa el lugar
de su padre parece que ha cuidado de aco-
modar á estos principios su conducta; moti-
vo por el cual, la corte de las Tullerías no
se ha mostrado dura con él en cuanto lo ha
consentido la falsa actitud en que la política
ha colocado al gobierno francés. No le ha
dado libertad, es cierto; pero hay otros me-
dios de manifestar que el sistema es menos
riguroso; y ademas, todavía no se sabe si
esta libertad ha sido reclamada. Como quie-
ra, no es peco que se, hayan evitado dis-
gustos personales, que influyenen la política
mas de Jo que se cree. Los negocios no de-
ben ser mirados en abstracto, sinoen su rea-
lidad; y la Francia actual no es la Francia
'donde han reinado los Borbones con autori-
dad absoluta; no es la Francia corno la pue-
de desear UIl legitimista; sino que es la
Francia tal como ha salido de manos de la
revolucíon, y gobernada por la dinastía de
Orleans. Mucho razonanlos partidossobre la
posicion de dicha dinastía con respectoá la
Francia, y hasta qué punto se hermanan ó
contrarían los intereses de esta COIl los de
aquella; pero semejante discusion de nada
sirve para los e.strangeros en un caso prác-
tico, y de resolucion inminente; quien go-
bierna la Francia, quien influye en Europa,
RO es el duque de Burdeos, sino Luis Felipe.


Quizás no seria aventurado decir que el


monarca de julio, no obstante su prevision y
sagacidad, no ha llegado todavíaá conoeeu
bien cuáles son sus verdaderos intereses en
la cuestión española, Luis Felipe teme para
su pais dos estremos; la revolución v Jos le-
gitimistas; v se inclina mas á un lado ó á


I
otro, segun 'la necesidad de contrapesar al
partipo cuya preponderancia le inquieta. A
los progresistas españoles los considera con
razon amigos naturales de la revolución en
Francia; por esto es él su enemigo natural:
á los carlistas Jos mira como aliados de los
legitimistas franceses; por esto los trata con
dureza. Bastaría que un candidato fuese
muy acepto á los progresistas, para que en-
contrase oposicion en el gabinete de lasTu-
llenas; y si el conde de Montemolin no ha
tenido el apoyo de Luis Felipe, es porque
teme, aunque sin fundamento, que la corte
de Madrid se convirtiese en un foco de in-
trigas legitimistas.


A mas de las razones espresadas t que en
cierto modo son para la Francia de política


I interior, pues se relieren inmediatamente á


I la conservacion del órden de cosas existen-tes asi en lo tocante á formas políticas COmo
á la dinastía, hay en la cuestion del matri-
monio de la Reina de España otra conside-
racion muy grave, cual es la necesidad de
impedir qne ni el Austria ni la Inglaterra
adquieran en la Península una influencia
preponderante. Lo que se llama la obra de
Luis.XIV podrá ser mas ó menos sábia des...,
de el punto de vista de la política francesa;
pero siempre es indudable que seria una ca-
lamidad para la Francia el que se sentase al
lado del trono español un prínciperepresen-
tante de la influencia austriaca ó inglesa.
Con esta prevision la Francia ha declarado
que no consentiriaque obtuviese la mano de
la Reina un príncipe no Borbon.


La Europa pOI' su parte tampoco permi-
tiria que fuese rey de España un vástago
de la casa de Orleans; v así el círculo de la
elección ha quedado tart reducido. que solo
Jiguran como candidatos los hijosdel infante
Don Francisco, el conde de Trápani, y el de
Montemolin. Y aquí es menester confesar
que el gabinete francés ha cometido unafal-
ta. Es poco menos que cierto el interés que
ha manifestado por el conde de Trápani , es
decir, por el príncipe mas impopular en Es-
paña; lo que solopuede esplicarse suponien-
do que ha sido pésimamente informado. Es
imposible que si aquel gobierno supiesecó-




-587 -
mo es recibido en Españasemejante proyec- I procurado agrandar y ennewecer lo~ .diplo-
to, le apoyase, ni aun quisiese tener en él I maticos españoles adversarios del prisionero
ninguna participación; es imposible que cre- de Bourges.
yeserohustecersu inl1uencia en España,ase- l,Qué interés tendría el ('c nde de Monte-
gurándose la dependencia de dosó tres per- molin en unir su causa con la del duqae
senas; es imposible que no previeracuán ma- de Burdeos? Ninguno. ¿Seria tan insensato
los resultados pudiera tener en el porvenir que creyese poder atacar directa ni indr-
para la misma influencia francesa, el que se rectamente lo que respeta la Europa? Es
le atribuyese haber realizado loque r~pugna cierto que no. A mas de las relaciones que
tan vivamente, no diremos á la mayoría, si- encontraría 'establecidas entre el gobierno
no á la totalidad de la nacion española. Sépa- de Madrid y el de las Tullerías; á mas de
lo el gobierno francés; cuando se ha tra- que por el modo conciliador con que en-
tado del conde de Trápani, los partidos han traria en España le seria preciso confor-
estado acordes en mostrar antipatía; carlis- marse con lo existente; á mas de que su
tas, moderados, progresistas, todos, y por posicion adquirida por el matrimonio seria
cuantos medios tienen en su mano, han ma- diferentede otra conquistada con la fuerza
uifestado y manifiestan la masvivaoposicion. de las armas; á mas de que para lograr es-
Para adquirir influencia en un pais, ¡,es ta posicion le habria sido útil el apoyo de
prudente comenzar haciéndose impopular la misma Francia, el conde de Monterno-
en tan alto grado? Creernos que no; y en lin conocería lo que salta á los ojos del mas
España menos que en otras partes. El orgu- míope, á saben, que el gobierno de Madrid,
Ilo nacional, el espíritu de fiera independen- sean cualesfueren sus opiniones partícula-
eia, la tenacidad de carácter, todo contrihu- res, cometería una gravísima imprudencia
ye á que semejantes heridas sean entre nos- mezclándose en asuntosque no le pertene-
otros de mas dificil curacion. cen , y haciéndose el protector de causas


Tal vez haya sido ya mejor informado el demasiado abatidas para que con tan tlaco
gabinete de las Tullerías, y á esto se deba auxilio se puedan levantar; conocería que
el que, segun se dice, afloje algnn tanto en cuanto se hiciese en este sentido no produ-
su desacertado empeño; pero sin embargo ciria otro efecto que complicaciones peli-
de esta noticia que ha circulado últimamen- grosas en las relaciones conuna potencia de
te, bueno será estar prevenidos y no dejar primer órden , que por razon de vecindad
(Iue se duerma en falsa seguridad la opinion y otras circunstancias, no conviene tener
nacional. lIayen España determinados in- I por enemiga. Esto conoceria el conde de
tereses que se creerían favorecidos con la Montemolin: y por grande que se finja su
comhinacion del príncipe napolitano; no es intluencia en el gobierno, por preocupado,
probable que cejen fácilmente en el mal ca- por imprevisor que se le quiera suponer,
mino por donde se dirigen; y no fuera es- jamás la política del gabinete español iria
trañoque, para captarse el apoyo estrange- mas allá con respecto á la Franeia , de la
ro, pintasen la situacion del pais bajo un línea de conducta seguida en los últimos
punto de vistaequivocado. De todos modos, años de Fernando VII. Esto es para nos-
es de esperar que el gobierno francés no se otros evidente; y no concebimos que .otra
dejará engañar tan fácilmente, y que no se cosa sea ni aun posible. '
resolverá, sin examinarlo conmasmadurez, Los peligros, pues, para la FranciaY"para
á cargar con la responsabilidad de un suce- la misma dinastía de Orleans, no estanen
so que difícilmente pudieranolvidar en mu- el matrimonio de la Reina con el conde do
chosañoslos corazones españoles. Montemolin; se hallan mas bien en la parte


Estando en los intereses de la Francia el opuesta: en las eventualidades de jos dis-
que el trono de España no salgade la fami- turbios qnepueden con el tiempo promover
lin de los Borhones , v no conviniéndole los pretendientes á la corona. Aqui es
tampoco que la Península viva entregada á donde debieranfijar la atencion loshombres
contínuas inquietudes, claroes que la corte de estado del vecino reino: con una minoría
de las Tullerías estaría por el conde de Mon- inminente, con profunda division en los
temolin, si no temiese (Iue con este prtnci- partidos, con una inquietud social nacida
pe seria Madrid un centro de intrigas legi- del estado de las ideas y de las costumbres,
timistas. Este es el fantasma que habrán con la rivalidad de Inglaterra, con el des-




- &88-
viode las potencias del Norte, con las difí-
cultades de Argel ; con las complicaciones
que amenazan surgir en Orientey Occiden-
te, ¿ le puede convenir á la Francia que su
vecina la España esté espucsta á caer de
nuevo en la guerra civil'? ¿Le puede con-
venir el que la Inglaterra y laspotencias del
Norte tengan á la mano el arrojar sobre el
territorio español un pretendiente que la
aborreceria por considerarla como la causa
principal de su destierro y de que se haya
desgraciado laconciliacion quedeseaba'? ¿Le
puede convenir que la revolucion no en-
cuentre un freno en una monarquía fuer-
te'? ¿Le puede convenir que las facciones
turbulentas abriguen siempre esperanzas
fundadas en la eventualidad de nuevos tras-
tornos'? ¿ Le puede convenir que un partido
tan numeroso como el carlista esté, no solo
separado del trono, sino en oposicion conel
trono? Mucho dudamos que tales contingen-
cias puedan ser provechosas á la Francia;
muchoes de temer que algunas de ellas le
acarrearan graves conflictos.


El enlace de la Reina con el conde de
Montemolin acaba de una vez con estos pe-
ligros. La pretensiondinástica deja de exiS-¡
tir: el tronose robustece conel apoyo de un
partido numeroso; la revolucion pierde sus !
esperanzas; y la España, tranquila y segu-
ra, no es un vecino peligroso para nadie.
En todas las complicaciones que puedan so-
brevenir á la Europa, la España no podrá
tener interés en indisponerse conla Francia;
y lo único que pudiera hacer seria guardar
estricta neutralidad, absteniéndose de mez-
clarse en negocios que no le interesan. El
simple buen sentido basta para conocer que
esta es la política que le convendría al go-
bierno español; y esta neutralidad, digna-
mente sostenida, seria mas útil á la Francia
que todas las demas alianzas que puede con-
traer coninteresespasageros,alianzas queso-
bre ser efímeras y de ningun provecho, po-
drian conel tiempo serIe costosas. ¿Qué es-
pera la Francia de aliadostan débilesque la
obliganá un papel tan triste, tan poco conve-
niente á una nacion grande, como es el guar-
dar prisionero á un príncipe tan cercano pa-
riente de su rey? Este hecho, por si solo, ¿no
dice mas que todos los discursos'? Hace po-
cotiempo, ¿no tuvo que apelar á sus senti-
mientesde dignidad é independencia, para
desentenderse de las reclamaciones que se
oponían á la libertad de un príncipe respe-


table por su augusta prosapia, sus canasy
sus virtudes, que solo la pedía para retirar-
se á un clima mas templado, en la modesta
oscuridad de la vida privada? ¿Qué espera
la Francia de aliados tan medrosos, tan dé-
biles'? .


Si la dinastía de Orleans ha de correr
~raves peligros, no nacerán estos del parti-
do legitimista: si la Providencia la tuviese
destinada á perecer, no hay indicios de que
la destine á morir á manos de los legitimis-
tas. Lo poderoso, lo temible en Francia,
para el caso de un trastorno, no es el parti-
do del duque de Burdeos, es la revolucion;
aquel ilustre proscrito tiene por ahora esca-
sas esperanzas de reconquistar el trono que
perdiera su infortunado abuelo; y si esas
esperanzas pudieran tener jamás razonable
fundamento, seria después de profundas re-o
voluciones, despues de un largo período de
agitacíon, después de un cansancio que con-
dujese á la Francia al estado de postración
en que se hallaba en 1814. Delos dos peli-
gros temidos por la corte de las Tullerías, el
uno es leve, el otro grave; el uno remoto,
el otro inminente; el uno puede llegar por
si solo, el otro solo puede venir á remolque
del otro. No exageramos, pintamos las co-
sas tales como son. Nuestros principios, bien
conocidos, nos ponen á cubierto de las sos-
pechas de simpatías por las revoluciones;
pero ,l,de qué sirve fomentar ilusiones irrea-
lizables? Respetamos profundamente las
grandes infortunios; respetamos las convic-
ciones y la adhesion de hombres sinceros;
pero insistimos en que la causa de la conci-
liacion en España es muy diferente de la le-
gitimista francesa; qne no es prudente unir-
ra ni mezclarla con ella; y tenemos ademas
por seguro, en cuanto se puede calcular en
semejantes materias, que si el conde de
Montemolin pudiese sentarse un dia al lado
de laReina Isabel, su conducta en este ne-
gocio seria guiarla por lo que de suyo acon-
sejan los intereses de España, y reclama la
situación de la Francia y de la Europa. Pa-
saron los tiempos caballerescos; el positivis-
mo .ha llegado hasta los palacios reales,


El peso de estas consideraciones no se ha-
brá ocultado del todo al gabinete de las Tu-
llenas, aunque algunas veces las .haya per-
dido de vista. ó no las haya apreciado en su
justo valor. Indúccnnos á pensarlo. asi dos
hechos: primero, que en las esclusiones de
príncipes para la mano de Isabel, no hacom-




- 589 -
prendido nuncaal conde de Montemolin: se-I perío de Cárlos V, sino de un gabinete que
gundo, que en época no muy lejana, el ga- por principios y por intereses es enemigo
binete francés estuvo á favor de este matri- de revoluciones en Europa. Este aspecto de
monio. Ambos hechos son ciertos; y son á i la cuestion elimina todas las susceptibilida-
cual mas significativos. Ni las reminisoeri- I des de la corte de la Tullerías, ya como fran-
cias del tratado de la cuádrupla alianza, ni cesa, ya como borbónica; y reduce toda la
la antipatía á D. Cárlos, han podido hacer dificultad á la siguiente pregunta: «(¡.Hasta
que el gabinete francés esoluyese al conde qué punto le conviene al gabinete de las
de Montemolin, ni impedir que en la época Tullerías favorecer ó contrariar .las miras
indicada aceptase su matrimonio con la Rei- conservadoras y pacificas de la política de
na Isabel. Esto ¿qué prueba? Prueha que Meuernich?» .
las dillcultades que á los ojos de la Francia Tocante á las dificultades que el matrí-
se oponen al matrimonio de eonciliacion, no monio de conciliacion podria ofrecer con
solo no son insuperables, sino que son de respecto á la política interior de España, es
poca entidad. pues que ha habido época en posible tambien que se equivoque el gabi-
que se las daba por allanadas; prueba que nete francés á causa de considerar al parti-
la Francia, si hien ha apoyado otra candida- do carlista español bajo el mismo aspecto
tura, no ha querido arrostrar compromisos que mira al legitimista francés. Este es un
que la ligasen en el porvenir; prueba que error grave, gravísimo: estos dos partidos
la opinion de aquella córte no está bien tija tienen escasísimos puntos de semejanza , á
en este negocio, que vacila, que dependede pesar de que en la bandera de ambos esten
las circunstancias, y que segun como estas escritaspalabras semejantes. No entraremos
se presenten, la Francia no está dispuesta á en una discusion quenas llevaría demasiado
reñir con nadie. por motivo de un matrimo- Jejas, y que no es de este lugar; mayor-
nio que ni ofende su amor propio ni perju- mente cuando bastan á nuestropropósito las
dica sus intereses. reflexiones siguientes, capaces de impedir


Esta templanza manifiesta que el gabine- toda equivocacion. Señalaremos diferencias
te francés no desconoce las ventajasdel ma- palpables. No se trata de un triunfo, sino de
trimonio con el conde de Montemolin en el I una avenencia conciliadora: esta es posible
mismo terreno diplomático. En efecto : el I en España por la edad y el sexo; y cs im-
pensamiento dominante de aquel gahinete ' posible en Francia. :1<:1 partido legitimista no
es y dehe ser en este negocio, el impedir á cuenta con la fuerza de que ha dispuesto el
toda costa la preponderancia austriaca, y carlista .. En ~¡'rancia las masas. son mas bien
hasta se asegura que este e~ .el punto en revolucionarias que monarquicas ; en Es-
que un augusto personage se ha espresado paila por el coutrano, con lilas Ó menos
con mas energía, en el supuesto de que se modificaciones, existen' todavia las masas
intentase traer á España un príncipe ale- de '1808, 18U, 182a; de esta causa nacie-
man, que en ningun sentido representase la ron durante la guerra las dificultades de la
influencia de la corte de Viena. Desde el causa de Isabel: ahí están losgohiernos que
puntode vista español, ~ nadie reconocemos ¡ lo han confesado; ahí los hombres de estado
el derecho de coartar la libertad de la Reina r que lo han consignado en sus escritos; ahí
con determinadas esclusiones: pero es pre- las memorias y los partes de los generales
ciso confesar que si hay alguna snsceptihi- de la Heina, que lo han repetido mil veces;
lidad respetable en este punto, es la que ha ahí está una cosa que vale mas que lodo;
manifestado el gahinete francés. en todo lo los sucesos. En Francia las revoluciones se
que pudiera rehabilitar ó recordar los tiem- han hecho de ahajo arriba; en España de
pos de nuestra dinastía austriaca. Con el arriba ahajo. En Francia circularon durante
matrimonio del conde de Mcntemolin , la un siglo las doctrinas mas disolventes para
Franciasatisface á poca costa los deseos del preparar la revoluciou: en España todo se
Austria. sin menguade la dignidad nacional, ha hecho sin preparaeion alguna. En Fran-
y sin desviarse de la política de Luis XIV. cia la revolucion ha sido espontánea; en Es-
Las simpatías del Austria por el conde de pafia ha necesitado causasestrínsecas que la
Montemotin , no son dinásticas, sino políti- provocasen : una invasión estrangera ; una
cas; no tienen por objeto intereses de fami- insurreccion militar; una guerra de sucesion
lia, sino la paz europea; no vienen del im- con una minoría.




y LA CliESTION


EscrilO en Barcelona e14 de diciembre de 18H)" publicado en 1\'19.-
dt-id el 1o del mismo.


- 590-
No caben diferencias mas marcadas y pro- de esplicarse por los escrúpulos del gabine-


fundas; y si alguna duda pudiese quedar te de San James en cuanto á respetar léI
todavía sobre la poca semejanza de los dos independencia española en un negocio tan
paises en lo demas , recordaremos que en español: ni tampoco porque la Inglaterra
España falta UIl elemento para imitar al sis- haya echado en olvido las cuestiones de la
tema actual francés, y es la existencia de Península: no puede menos de seguir con
una clase media, desarrollada y poderosa. vivísimo interés el curso de losacontecimien-
Estas retlexiones, que mas bien debieran tos de España una nacion rivalde la Francia,
llamarse recuerdos del hechos evidentes, de- preponderante en Portugal, y dueña de Gi-
muestran CUÚll equivocadamente proceden braltar.
los que comparan á la España con la Fran- Esta reserva contrasta singularmentecon
cia; los que limitándose á esta desatentada el sistema abierto y atrevido que desde la
comparucion, quieren valuar la importancia muerte del rey Fernando ha observado la
respectiva de los partidos en los dos paises; Inglaterra: mientras la Francia dudaba, ella
y cuán desacertada es la política que pre- obraba: mientras la Francia apoyaba con
tende medir por la misma regla la necesidad I simpatías, ella enVia. ba sus escuadras; rnien-
Ó la conveniencia de conciliar lo nuevo con tras la Francia sostenia su inlluencia por las
lo antiguo, y calcular los resultados que un 1 gestiones de la embajada 1 ella se unia con
verro en esta parte podría producir. Creer I un partido para derribar un sistemacn 1835,
que se conoce la España porque se ha cor- un ministerio en '1836, y una Reina Gober-
rido en silla de posta desde lrun á ~Iadrid, nadara en 1840. La política inglesa es re-
yen esta capital se ha asistido á algunas servada por astucia. no por timidez: cuando'
reuniones, y se ha conversado con algunos cree llegado el momento oportuno, arroja
hombres de la situaeion. es mucho creer; y su espada á la halanza, y no retrocede ante
sin embargo no faltan algunos que asi S~ lo ninguna dificultad, por ardua que sea.
persuaden, siendo lo mns sensible el cluC es- En 'ISW consideró conveniente apoyar al
tos ilus)s contribuyen nn pocas veces á es- general Espartero, y lo hizo con una reso-
traviar la política de los gabinetes. lución que debió de avergonzar al indeciso


gabinete de las Tullerías. El motín de Bar-
celona aconteció, el 18 de julio; y el gobier-
no inglés aprovecha aquella oportunidad
para condecorar con la gran cruz de la ór-
den del Bañoal gefe del movimiento; y pre-
cisamente con fecha 11 de agosto el duque
de Sussex y lord Palmerstonle dirigen desde
Londres las palabras mas lisonjeras. Asi
procede la Inglaterra, cuya posicion desem-
barazada y fuerte, asi en lo interior como en
lo esterior , permite una conducta resuelta


En la cuestion del matrimonio de la Hei- y osada siempre que asi lo exigen sus inte-
na Isabel, ofrece la conducta de la Ingla- reses.
terra una particularidad sobremanera nota- Si la reserva de la política ing-lesa en el
hle: mientras la Francia se agita intrigando asunto del matrimonio no nace ni de escrú-


á favor de un candidato, ó protesta ~ a con- pulos, ni de descuido, ni de timidez ¿de
tra determinadas comhinaciones, solo exis- qué dimanará'?
lentes todavía en el orden de la posibilidad, JI La Inglaterra no se compromete en no
la Inglaterra se mantiene en estudiada re- I aconsejándolo raz?nes de convenicn?ia: su
s~rva, ' ~n completo apartamiento del,nego- !i penS~lIlle~1l0 dominante en la cuestion del
CIO. Se Ignora hasta el presente cual es la I1 !natl'lmo.nlO es el que no se. menoscabe su.
opinion del gahinete inglés; á nadie prote- I influencia en la Península, 111 se aumente la
ge , á nadie escluye; por nadie manifiesta I1 de otras potencias, singularmente delaFran-
interes~rs~; diríase que en este punto la di- 1


1


. c!a;.con tal que no se contrar.íe este su de-plomacl~ . Inglesa anda floja y descuidada, I sigmo , dejara que las cosa~ srgan su curso.
contradiciendo su bien sentada reputacion Hasta ahora no ha ocurrido nada que le
de activa y previsora. Esta conducta no pue- 11 ofreciese peligro; ¿ qué le importael que la




- 591 -
Francia se haya enredado en un negocio
que difícilmente podrá llevar á cabo, y de
que debe resultar la impopularidad de la in-
fluencia francesa? Esto, lejos de ser una
contrariedad, es una ventaja no desprecia-
ble, Si la Francia no lograse su intento, se
confirmaría mas y mas que el gabinete de
las Tullerías tiene muchas veleidades y po-
cas voluntades; y si lo consiguiese ) la In-
glaterra nada teme de la presencia del conde
de Trápani en Madrid. Es posible que el ga-
binete francés considere COlIJO un buen re-
presentante de su influencia en España al
príncipe napolitano; la Inglaterra no se en-
carga de despertar alos que duermen : su-
puesto que la Francia lo considera de este
modo, la Inglaterra no haria del negocio un
casus belli; la Inglaterra quiere que la in-
fluencia francesa cuente con tales apoyos.


Para apreciar debidamente la política in-
glesa en el presente negocio, conviene lIe- I
val' en cuenta otra circunstancia. La Ingla- ,
terra, en época no muy distante, ha sufrido
un desengaño, y ahora lo aprovecha siendo
mas cauta. El actual ministerio inglés se en-
contró con un legado de lord Pahnerston,
que quizás cumplió con pena, pero que cum-
plió como buen ingles. Hablamos de Jos '
compromisos en favor de Espartero, Si el
ministerio Peel hubiese estado en el poder
cuando 10Bsucesos de 1840, quizás no hu-
biera llevado tan allálas cosas como su im-
petuoso antecesor; pero de todos modos en-
contrándose ya con el compromiso, preciso
le fue no dejar desairada la política de su
uacion en presencia de la rivalidad de la
Francia. Fuera que creyese al gobierno de
Espartero robusto y popular, fuera aue ce-
diese á las exigencias de su posicion , Jo
cierto es que apoyó á Espartero, y que dejó
enlazadala influencia inglesa con la domi-
nacion del ex-regente. Atendida la inexac-
titud de las opiniones que sobre la España
tienen en general los estrangeros, sin es-
ceptuar eminentes.hombres de estado, no es
aventurado el conjeturar que el ministerio
tory participó tamhien de las ilusiones de su 1
predecesor; ó que por lo menos, no podía
concebir que el poder de su protegido fuese
tan frágil que se redujera á polvo al primer
golpe.'Como quiera es evidente que con la
caída de Espartero se vió muv contrariada v
algún tanto humillada la política inglesa",
lo que habrá influido probablemente en ha-
cerla mas circunspecta y reservada.


, Es costumbre atribuir á la influencia in....
glesa todas las revueltas de España, y como
es natural no falta quien la supone en los
esfuerzosque en sentido revolucionario se
han hecho y se estan haciendo para derri-
bar al gohiernoespaiiol: por nuestra parte
dudamos mucho de la verdad de estas con-
jeturas, y hasta nos parece que la alianza
cutre el partido progresista v la influencia
inglesa, si no está rota, anda cuando menos
muy Iria, La Inglaterra esperabaque alián-
dose con el partido de la revolucion podria
conseguir sus intentos; y menester es con-
fesar que en este punto su previsión la ha
engañado, BaJO el aspecto político, no con-
srguió cimentar su influencia; y bajo el in-
dustrial y mercantíl , no alcanzó ni tratado
de comercio, ni reformas de aranceles. En
este supuesto, ¿qué gana la Inglaterra corn-
prometiéudose de nuevo á perturbar nues-
tro país? Si triunfase Espartero, ¿podria eje-
cutar lo que no pudo en su primera domi-
nacion? Y si por un golpe de mano lo eje-
cutase, ¿seria bastante fuerte para conso-
lidar su obra? Corriendo de nuevo la Espa-
ña los azares de sangrientas revueltas, po-
dría menoscabarse la influencia francesa


, ,


es cierto ; podrían ofrecerse combinaciones
en que la Inglaterra ejerciese un ascendien-
te decisivo, es indudable; pero ¿y des-
pues? ¿y la duracion de lo adquirido? De
manos de la anarquía mezclada Con la dic-
tadura militar, ¿podria la España salir con
un gobierno regular, sujeto á la influencia
inglesa, y capaz de cumplir los compromi-
sos á cuyo precio se hubiese estipulado el
auxilio? Para nosotros es evidente que no;
y es muy probable que con el escarmiento
de '1843, no se hace el gnbinete de San Ja-
mes tan desatentadas ilusiones. Por esto
se contenta con observar y esperar; por
esto se limita á utilizar la bondad de nues-
tros ministros, ahsteniéndose de tomar en
los negocios políticos una parte demasiado
activa, y dejando que los años, y los des-
aciertos de otros gabinetés, disminuyan la
exasperación con que en 1843 era mirada
en España la influencia inglesa.


Difíciles decir hasta que punto puede
contar con las simpatías del gabinete inglés
un príncipe Coburgo, no obstante las rela-
ciones de parentesco y afecciones persona-
les que se han hecho valer en estos últimos
tiempos-entre Jos amigos de noticias; cuan-
do se juzga de la Inglaterra, es necesario




- 092-
DO olvidar que allí, mas~ que en ninguna lace, si lo facilitasen las negociaciones y
parte del mundo, está aplicada la máxima de los acontecimientos. Lo que salvó el gabi-
que el Rey reina y no gobierna. No cabe du- nete inglés, y lo que debía salvar, fue su
da, sin embargo, en que esta combinacíon posicion con respecto á Isabel como Reina
ofrece á primera vista algunas ventajas á la de Espaüa , esquivando el hacer gestiones
Inglaterra, siendo la principal el cambiar la que pudiesen comprometer sus relaciones
dinastía española, sacando de la familia de diplomáticas; pero en lo demas se quedo
los Borbones el trono de Felipe V. Resta sa- con entera libertar de obrar, segun se fue-
her hasta qué punto se mantendria firme la se presentando el aspecto del negocio. Es
Francia en sus protestas solemnes á favor de advertir tambien que en aquellas ges-
de la familia de Borbou ; y si las dernas po- tiones de D. Cárlos hubo cuando menos po-
tencias tendrían algo que objetar, aun ca habilidad.
cuando la Francia fuese tan torpe que caye- Para couocer hasta qué punto repugnaria
se en el lazo. Las ofertas secundarias he- ó agradaria á la Inglaterra el unatrnnonio
chas á tavor del duque de Montpensier, buen del condede Montemulin , se debe examinar
cuidado tendría la Inglaterra de que no se cuál es el daño ó el provecho que con él se
realizasen; si la Francia no pudiese lograr acarrearia á los intereses ingleses: nos-
que los dos enlaces se hicieran á un tiempo, otros creemos que ni provecho ni daño: y
prohablememte tendría que sufrir al prín- por esto somos de parecer que si bien el
cipe Coburgo sin obtener en recompensa la conde de Montemoliu no encontrará en la
mano de la infanta. Esta simultaneidad no Inglaterra un protector, tampoco hallaráun
la ha de permitir la Inglaterra; porque no enemigo. El compromiso de la política ingle-
puede menos de prever las eventualidades sa está salvado con haber hecho sucumbir la
á que teudria lugar una muerte temprana, causa de D. Carlos¡ triunfando la de Isabel:
la íulta de sucesion, Ú otros acontecimien- la Inzlaterra no tiene ningun compromiso
tes que no es preciso indicar. Si en Fran- para deber trabajar en q~e .el hijo de don
cía no,hubiese existido la rama segunda, Carlosquede presento para siempre.
tal vez no hahria caido la primera. Estos Precrsamente , en el punto mas delicado
ejemplosno son buenos: y en tales contlic- para la Inglaterra, cual es la influencia ~e
tos se puede encontrar un pais, que el horn- la Francia, ofrece el conde de Montemohn
hre menos ambicioso haga el sacrificio de menos inconvenientes que ningun príncipe
aceptar una corona. Adernas que un trono Borbon: el hijo del principecuyas pretensio-
tampoco es mala colocacion. nes fueroncontrariadasporlacuádruplealian-


Resulta de esto que un Coburgo seguido za, claro esque no podría ser elmejorrepre-
del duque de Montpensier no le conviene á Isentante de lainfluencia francesa enEspaña.
la Inglaterra, y que un Coburgo sin el du- Pero el conde de Moutemolin, se nos di-
que de Montpensier no le conviene á la rá , representaria la influencia de I~s pot~n­
Francia: y asi lo mejor sera, supuestas las cias del Norte, v esto no le conviene a la
dificultades de una avenencia, que la Fran- Inglaterra; consideracion bastante para que
cia se que,de sin el de Montpensier y la In- esta se oponga al matrimonio. El argumen-
glaterra sin el de Colwrgo, como probable- te no carece de apariencias de fuerza; pero
mente sucederá. examinado con detencion se desvanece co-


Estas consideraciones son para el caso de 100 el humo.
que efectivamente la Inglaterra se interese Demos por supuesto que la influencia del
por Ull Coburgo, lo que porahora carece de conde de Montemolín fuese en un sentido
fundamento. favorable á la poltuca de las potencias del


COIl respecto al conde de Montemolin , no INorte; aun en este caso el argumento no va-
hay ninguna esclusion por parte de la Ingla- le nada. Yténgase presenteque suponer no
terra. Verdad es que cuando las indicacio- I es conceder; y que es muy aventurado el
nes hechas por D. Carlos por conducto de I conjeturar lo que hará un hombre en una
lord Raleagh al gabinete inglés, este no se I posicion dada, ateniéndose á juzgarle por
mostró favorable á la combinacion matri- Icircunstancias difere.ntes. Pero no 9ueremos
mouial ; pero aquellas manifestaciones no disputar sobre conjeturas: examruemos el
envolvian esclusion, y hasta dejaban cono- 1


1
'1 hecho en sí mismo, y en el terreno mas fa-


eer que la Inglaterra no se opondria al en- vorable á nuestros adversarios.




No puede negarse que hay cierta rivali-
dad entre la influencia inglesa y la rusa;
pero la arena principal donde luchan los
dos colosos no es la España.. Es evidente
que la influencia temible I~ara la Inglaterra
en España no es la de HUSIU: para conven-
cerse de esto basta echar los ojos sobre el
mapa. La influencia de las potencias del
r\orte en Españano puede ser mas que po-
lítica, y para negocios Illuy contados; la de
la Francia, sobre ser política, y para todo,
es social. La vecindad, el conocimiento de
la lengua, la literatura, el pareqJesco de las
familias reinantes, todo contribuye á que la
influencia francesa tienda á preponderar en
España: la Inglaterra se ha podido conven-
cer en los últimos trece años de que le es !
absolutamente imposible el hacer esclusiva I
la suya, y muy difícil el neutralizar la fran-
cesa; á esta teme principalmente, y si con
alguien hubiese de compartir la que le per-
tenezca, no seria ciertamente conel gabine-
te de las Tullerias,


Hay cn contra otro argumento que tam-
poco dejaremos sin respuesta: la necesidad
de la alianza de las potencias constitucio-
nalesdel Mediodia contrael absolutismo del
Norte. Esta es una vulgaridad que se mano-
seó mucho en los primeros años de nuestra
revolucion, cuando habia el empeño de es- .
plicar el tratado de la cuádruple alianza, co- I
mo una especie deemblema de una coalicion
constitucional; peroahorava cayendo ya en
olvido, merced á la eficacia del tiempo que
hace conocer lo fútil de ciertas razones y lo
imaginario de los motivos á que se atribuyó
la resolucionde las altaspartes contratantes.
Se ha visto ya que la coálicion constitucio-
nal no tenia sentido comun á los ojos de la
diplomacia, y que la Inglaterra no tenia in-
conveniente en dejar sola á la Francia en
una cuestión como la de Oriente, donde por
cierto es,algo mastemible que en España la
influencia rusa.


Sosiéguense los asustadizos: que Jos co-
modoros ingleses no han de botnbardear
ninguna plazaen defensa de ningunateoría;
el gabinete inglés es elmas práctico de todo
el mundo. En todos los eventos posibles, lo
que procurará el ministerio inglés será ha-
cer lo bastante para que pueda responder
honrosamente á los ataques de los radicales
y de los wigs en ambas cámaras; pero tan-
to él como sus adversarios están bien con-
vencidos de que la Inglaterra no dehe alar-


marsedemasiado porque se case con la Bei-
na constitucional de España el hijo de un
príncipe amigo del absolutismo.


Hasta aqui solo hemos tenido en cuenta
lapolítica inglesaconsiderada con respecto á
sus intereses capitales, prescindiendo de
aquellas modificaciones secundarias que en
ella puede introducir el color político de los
ministros. No cabe dudaen que el gobierno
inglés tiene ciertos principios generales de
que no se apartan ni los torys ni los wigs,
mayormente en lo tocante á la política es-
trangera; pero tampoco se puede negar que
sin desviarse de estos principios, puede la
política inglesa seguir direcciones, si no
opuestas, al menos muy diferentes.Sin caer
en las exageraciones en que caen por lo co-
mun nuestros gobernantes de querer des-
truir cuantohan hecho sus antecesores, ob-
servan conducta muy varia losministros in-
gleses, segun son varias las opiniones que
de los negocios forman. Ya hemos indicado
que, en 184~ probablemente nohubiera pro:
cedido el ministerio Peel como procedió el
de Palmerston; y esta diferencia podria pre-
sentarse también en la cuestionque nosocu-
pa. Los torys, puestos en el poder no han
favorecido á D. Cárlos, esto es verdad; tam-
poco se interesarán mucho por su hijo, es lo
mas probable; pero es bien claroque á hom-
bres de las ideas de Peel, v sobre todo de
Aberdcen y Wellington, elconde de Mon-
temolin no puede serios antipático. Repeti-
mos que no es nuestro ánimo dar muchaim-
portancia á estas consideraciones; mas no
cabe duda que son dignas de atencion.


Tantoen el presente artículo como en los
dos anteriores creemos haber pintado la si-
tuacion del conde de Montemolia con res-
pécto á la diplomacia europea, sin exagera-
ciones, sin pasion de ningunaclase, con en-
tera imparcialidad. Se trataba de hechos; y
no queriamos desfigurarlos; donde hemos
visto un argumento en contra, lo hemos in-
dicado, sin despreciar tampoco los favora-
bles. Recordando ahora cuanto hemos di-
cho en pro y en contra, parécenos llegar á
un resultado que debe ser grato á todos los
amigos de la paz, y es que.el matrimonio de
la Reina con el conde - de Montemolin, he-
cho con arregLo á las leyes y por nego-
ciacionesarnistosas, á mas de ser un pode-
roso medio de reconciliacion y de paz en lo
interior, ofrece la gran ventaja de ser la
combinacion que menos inconvenientes pre-


73




CARTA
·]t:::IIl>·O·E;EE·


lIIIXISTRO DE LA GOBERNACION DE I.APENINSULA.


AL EXCMO. SEN'OR D. PEDRO JOSE PIDAL,


-::194 -
senta en 1',\ te~reno de \a diplomacia: es ti. l\.ntes de ent~ar en \a cuestión principal
un tiempo la reeonciliacion de toda la Real diré dos palabras sobre una que se pued~
familia, la base de avenencia para todos los llamar de etlq~eta, ó seareglamentaria; ha-
partidos legales, y una gran transaccion eu- hlo del tratamiento. El usted, el V. ,R. v el
ropea. vos, se m? ofrecian .á un tiempo, todos 'con


No deseamos influencias estrañas: la sus ventajas y sus Illconvenientes. El'usted
cuestión es española, y en España y por pedia ser preferido por su sencillez; pero no
españoles, se ha de conducir á suave desen- me gustaba por su llaneza; el V. E. reclama-
lace. Pero no es posible desconocer que la ha su derecho con arreglo á estricta leealí-
cuestion sobre ser española afecta profun- dad;á míno me agradabapor lo embaraz~so
damente los intereses de la Europa; yasi y no creo haber cometido un atentado des~
no es creíble, que directa ó indirectamente, oye~do sus reclamaciones y confinándole por
dejen de intervenir mediaciones diplomáti- llIedl~a cstraordinana. Quedaba el vos, que
caso ¿No ha sucedido ya esto en el interésde también hubiera desechado sin remedio por
la Francia por el conde de Trápani? ¿ Por no caer ni aun en la apariencia de imitacion
qué no podria suceder lo mismo' con otros francesa, á la que sabeis que no soy nada
gabinetes? El medio de asegurar la inde- aficionado: pero el diCCIOnario de la lengua
pendencia, ¿no es el que no haya una in- me saca de compromiso diciéndome que el
fluencia esclusiva , y que se neutralicen t1?S (~se usa hablando con personas di gran
unas á otras? Ademas, que nadie pierde su dignidad como tratamiento de respeto.: Así
independencia ni menoscaba su dignidad, he logrado conciliar la economía y la soltura
porque un vecino le dé conatenciony de- c?n las atenciones debidas á un ministro; y
corolos consejos que considere oportunos. siendo una conciliacion , dicho se está que
hab.i~ de ser preferida en laspáginasde este
periódico.


He adoptado el estilo epistolar porque me
ha parecido el mas propio habiendo de ha-
blar directay especialmente á un ministro; v
ademas, porque este género á vuelta de su's
~iticul.tades, ofrece-n? despreciables venta-
jas. Dicen los preceptistas que el estiloepis-
tolar debe ser corriente, fácil, imitando en
algun modo la ligereza de la conversacion
y por consiguiente no ha menester esmera~
do.puliment?, bastando el cuidar que nosea
flOJO v desaliñado en demasía. Esta es una
l~~eriad poco menos importante que la po-
h~lca,para los que escribimos en un perió-
dico. El tener asegurada préviamente la in-
dulgencia para algunas incorrecciones vale
tanto, que solo puede apreciarlo debidamen-
te quien ha tenido que escribir con rapidez
teniendo luego el disgusto de notar abun-
dantes incorrecciones puestas en letra de
molde. Biendebeis saberlovos, Sr. ministro,
que allá en otros tiempos escribisteis en pu-
blicaciones periódicas; y debeis esperimen-


I tarlo todavía, si es verdad lo que han ~e­
! gurado vuestros adversarios de la oposicion


moderada, que de vezen cuando dejábais la
cartera ministerial para tomar la pluma de
periodísta,honrando con vuestros trabajos á
uncólega vespertino de dimensiones peque-
ñitas. Nada juzgo, solo refiero lo que han
dicho otros: ni aun cuando el hecho fuese


Eserite en Bareelena en 10 de diciembre de t341 ''Y publicado en
Madrid.n 17 del mismo.


Sr. ministro: Si esta carta llega á vues-
tras manos , que sí llegará, creereis tal vez
que una carta, yen tal periódico, y en tales
circunstancias, es un ataque á vuestra per-
sona: os eugañais, Sr. ministro, si esto pen-
sáreis; laesperiencia debiera haberos ense-
ñado, que en vuestros adversarios políticos
los hay que al combatir la conducta del mi-
nistro no prescinden de las consideraciones
debidas al hombre. Los ataques personales,
personalísimos, allá se quedanpara vuestros
amigos " que tan desapiadadamente os han
tratado en suoposicion, sin embargo de que
no pasaba en el fondo de una desavenencia
de familia: el que escribe estas líneas no in-
ventará verbosderivados de vuestro apellido
para ridiculizarle uniéndole á la idea de un
vicio: el diccionario de las personalidades no
le conoce el que os dirige_esta carta.




- tifl5 -
averiguado, noos haria un cargo porél. Que I sólidamente fundado, que nada ~~ le pueda
los dioses, allá bajo los muros de Ylion tam- obje~ar. Para mayorclaridad deslindemos r
poco se desdeñaban de tomar parte en la analicemos.
refriega, acuchillando á diestro y á siniestro Los .defensores de I~ situacion d~c~n que
á los débiles mortales. el gobierno no debe 1lI puede pernnur que


Como quiera, lo cierto es que en estos se ataque la legitimidad de la Reina Isabel,
últimos tiempos los artículos de aquelperió- que en ningun país del mundo se t~lera co-
dico hanadquirido importancia de significa- sa semejante. TienenJazon. El gohiérno de
cion; y lo que hace mas á mi propósito, sus I un monarca, por el mero h~cho de ser tal,
insinuaciones han sidomiradas como indicios debe ser el mas fiel guardian de los dere-
de las intenciones del ministerio. Ya se deja c~os del. soberano en cuyonom.b.re .gobier~a!
suponer que con tal voz y fama pública , ha SI no quiere reconocer su legitimidad , o S1
debido leerlas con atencion quien se haya quiere' consentir que otros le ataquen, se
interesado en susconsecuencias. Ved, pues, pone en contradiccion consigo mismo, se
Señor ministro, si el PE:'ISMUENTO DE LA NA- suicida. .
CION podía dejar de concebir algunos recelos En el principio general, pues, tienenmu-
al notar que el mencionado periódico en su cha razon los periódicos del gobierno; mas
numero del primero del actual, dirigiéndose para proceder contra la prensa monárquica
á la Esperanza, le decia : «Mientras se de- no basta un principio general, es necesa-
tienda el matrimonio conel supuesto conde- rio contar con otra premisa, probando, por
cito, tenemos el derecho de asegurar que se decirlo asi ,~la menordel silogismo, á saber:
escribe contra la Constitucion: y en virtud que la prensa monárquica ataca la legitimi-
de estos datos volver á repetir nuestras pa- dad de la Reina. Esto es lo que no se ha
labras: si fuésemos gobierno, la Esperanza probado hasta ahora, ni se ha podido pro-
no se publicaria, ó mudaria de entonacion.» bar. Ni en el Católico, ni en la Esperanza
Si es la opinion de unsimple periódico, nada hemos visto jamás ataques de esta especie;
tengoq~ decir, cada cual es libre de mirar ni en todos losnúmeros del PENSAMIENTO DE
las cuestiones del modo que le parezcacon- LA NACION se hallará una solapalabra en
veniente; pero si hubiese aqui una insinua- que pueda fundarse este cargo. Tambien el
cion del gobierno, si fuese verdadloque por I Conciliador es llamado periódico absolutista,
otrosconductos se sospecha, de que el mi- v es partidario del matrimonio con ~I conde
nisterio trata de poner la mano en el nego- de Montemolin; y sin embargo, lejos de
cio, coartando la libertad de imprenta en lo atacar la legitimidad de Isabel, jamás habla
relativo al matrimonio del conde de Monte- de la Reina sino con la espresion del mas
molin, no es posible desentenderse de una profundo acatamiento.
indicacion, que aunque enderezadaá la Es- Estos son los hechos, Sr. ministro, y por
peranza, toca muy de cerca al periódico en ellos se ha de juzgar ; entrar en el terr~no
que tantos y tan largos artículos se han es- de las intenciones es cosavedada; como JU-
crito en pro de la combinacion conciliadora. risconsulto no podeis ignorar que lo que no.


La legislacion de imprenta incumbe al existe en el proceso no existe en el mundo.
ministro de la Gobernacion; y con este mo- Hablando ingenuamente, se debería con-
tivo he pensado escribiros esta carta para fesar que el motivo de la indignacion contra
proponer algunas dificultades al jurisconsul- la prensa monárquica no son los supuestos
to, ydirigir una interpelacion al ministro. ataques á la legitimidad de Isabel; es el em-


Es indudable, aun prescindiendo de las peño en sostener la candidatura del conde
indicaciones mencionadas, que de algun de Montemolin : imperdonable crimen de
tiempo á esta parte la situacion se halla que se han hecho reos el Católico , la Es-
muy mal con la prensa monárquica; siendo peranza, el Conciliador y el PENSAMIENTO
de'creer que, mas ó menos madurados, no DE LA NACION. Aqui está la vardadera difi-
faltan proyectos para destruirla. Si se trata cultad, aqui la causa de la indignacion.
de ~ias de hecho, poco hay que objetar: el Se. ha dicho que por el mero hecho de
gobierno es el mas fuerte; pero si se trata defender la candidatura del conde de Mon-
del derecho, ¿ á quién asiste la razon? va- temolin, se atacaba la Constitucion del Es-
mos á verlo. Y no espereis declamaciones, tado; no cabe asercíon mas destituida de
Sr. ministro, voy á emplear raciocinio tan fundamento. Veámoslo. La Cnnstitucion pre-




lo otro. No lo primero, porque la Constitu-
cion prescinde de personas: no lo segundo
porque declararon lo contrario la comision,
el gobierno y varios diputados y senadores
en la famosa discusion de la reforma cons-
titucional.


Hé aquí las palabras de la comision en su
dictámen: (La adición que la comisión pro-
pone al final del artículo, relativa al matri-
monio del Rey, estámotivada por eldeseo de
poneren los queson análogos la debida con·
sonancia, la cual no existía entre este al'UCU-
lo del matrimonio y otros que se ponen en
el artículo 7.0 y 8.o que tratan de la regen-
cia del reino y la sucesión á la corona.:
Nada hay aqui de esclusion personal, nada
que indique confirmacion constitucional de
la ley secundaria; por el contrario, la co-
mision se ciñe á poner en la debida conso-
nancia artículos análogos.


El señor Sartorius contestando al señor
Egaña, decía que <da comision no se habia
acordado del príncipe desgraciado que está
desterrado del reino,» v en el mismo senti-
do hablaron los señores Eraba .~[uriUo y
Gonzale: Romero.


El señor ministro de Hacienda rechazaba
con vigor la idea de que el articulo relativo
al matrimonio fuese cosa de circunstancias.
«(l, Qué tienen que ver, decia , las circuns-
tancias en la resaludan de este artículo? yo
aseguro al Congreso que el artículo que se
discute fue acaso el último enlloque pensóI el gobierno al tratar de la reforma de la
Constitucion. »


El señor Martinez de la Rosa decia: «La
adicíon que ha propuesto la comisión se re-
duce á que no pueda contraer matrimonio la
Reina ó Rev con las personas que estén es-
cluidas de fa corona; pero las que lo esten
ha de ser en virtud de una ley, no constitu-
cional sino particular, secundaria, digámos-
lo asi , pero vigente. Ninguna fuerza al'iade
por consiyuienle lo que sepropone por la co-
mision , y esta fue la razon para no propo-
nerla desde luego el gobierno.»)


En el Senadoen la sesion del 1Ode ene-
ro, contestando al Sr. Jlarqués de lJtirafio-
res, el Sr. Nartinez de la Rosa rechazaba
en tono sentido y hasta de indignación la
sospecha que el Sr. marqués habia indicado


I
de que el párrafo relativo al matrimoniase
hubiese puesto para satisfacer á una vulga-
ridad, publicando asi el padrón de nuestras
discordias. El Sr, "~f~l'lineoz de la Rosa ase-


viene que ni el Rey ni el inmediato sucesor
á la corona pueden contraer matrimonio con
persona que por la ley esté escluida de la
sucesion á la corona; D. Carlos v toda su
familia estan escluidos de la sucesión por
una ley; luego la Reina no puede contraer
matrimonio con ninguno de ellos; luego los
periódicos que aconsejan el enlace con el
conde de Montemolin atacan la Constitu-
cion del Estado. Este es el arguinento, se-
ñor ministro, ¿no es verdad? Creo no ha-
berle desfigurado ni debilitado en nada;
antes bien haberlo e~puesto con la mayor
fuerza y precrsion posibles. .


Pensareis quizás, Sr. ministro, que para
deshacerme de una dificultad tan apremian-
te, voy á entrar en largas consideraciones
sobre la ley de esclusion , época en que se
hizo y demas circunstancias; nada de eso;
es terreno resbaladizo, y yo quiero andar
en firme. Y para que os convenzais de mi
buena intencion, os dejaré suponer en este
punto todo lo que bien os parezca. ¿Quereis
que D. Cárlos fuese un traidor, un hombre
de mala fe , reo de lesa magestad? En hora
buena. ¿Queréis que fuese digno de ser
escluido de la sucesiony hasta merecedor
del cadalso? En hora buena. ¿ Quereis que
la pena del padre hubiese de estenderse á
sus inocentes hijos y á su descendencia que
está por nacer'? En hora buena. l, Qnereis
que altas razonesdeEstado aconsejasen, es-
cusasen, legitimasen, la rigurosa medida
autorizando el desentenderse de las formas
acostumbradas en los juicios comunes, y
ceñirse únicamente así en la sustancia como
en el modo, á lo que dictaba la convenien-
cia pública? En hora buena. ¿Quereis mas,
Sr. ministro? Es imposible, porque ni lo ne-
cesitais , ni hay mas que desear: pues bien,
y á pesar de todo, yo sostengo que la pren-
sa monárquica está ensu derecho al defender,
el matrimonio con el conde de Montcmolin:
sostengo que esta opinion está en el terreno
de la legalidad; tomada en el sentido mas
estricto, mas riguroso, mas severo.


Lo que acabo de asentar quedará demos-
trado, si pruebo que la prensa monárquica
no ataca ni la Constitucion, niley alguna de
ninguna clase.


En primer lugar, el conde de Montemo-
lin no está escluído de la sucesion á la coro-
na por la Constitucion, sino por una ley
secundaria. La esclusion deberia ser Ó tlS-
presa Ó sobreentendida. no es ni lo uno ni




-·!:i97 -
guraba que el gobierno era muy superior á I niencía política del matrimonio, luego la
estas miras; y que al adherirse al aruculo ! prensa tiene derecho incontestable á espli-
de la comision no habia tratado de renovar cal' y demostrar dicha conveniencia.la proscricion de una familia ya proscrita. ¿Qué se responde á esto, Sr. ministro? no


Todavía mas: en el mismo Senado, y des- se ataca ninguna ley, no se combate la le-
pues de la aprobacion del párrafo sobre el gitimidad de ningun poder, se prescinde de
matrimonio, se levantó el Sr. Santoeila pa- todo lo que no sea razones de conveniencia
ra dlelarar, que no porque él y sus amigos política; solo se dice: «tal cosa seria muy
políticos hubiesen-desechado la enmienda útil; á esto se opone un obstáculo; quítese-
del Sr. Jlfarqués de ilfira(lores, se creyese le por medios legales y la cosa se podrá
prejuzgada una cuestion illlpor~ante, y que I ejecutar.» .
si mañana se derogase pormedio de una ley Para llevar la demostración hasta la últi-
la que escluye á cierta r~lJ1~ de la sucesion ma evidencia, voy á poner un ejemplo su-
á la corona, no por eso dejarla de tener en- mamente sencillo. La Constitucion previene
tonces debido lugar la enmienda del seflor que para ser diputado se necesita ser espa-
Marqués de Miraflores. No cabe declaracion I ñol ; supongamos que á un individuo cual-
mas esplícita y solemne de que no se trata- quiera, por delitos propios ó agenos, Ó por
l]a de consignar en la ley fundamental la otros motivos, se le ha privado de los dere-
esclusion de la familia de lJ. Carlos. chos de español, siendo considerado en to-


Es evidente, pues, que el nuevo párrafo do como estrangero ; supongamos ademas
de la Const.tucion no es mas, segun confe- que esta privacion se ha hecho por una ley
sion de los mismos legisladores.tque una re- espresa ; tened la bondad de decirme, señor
gla general, y que no concierne á los hijos ministro, si este individuo fuese considera-
de D. Carlos, sino en cuanto y mientras es- do por un partido ó por un periódico corno
ten escluidos por una ley secundaria. hombre muy digno de ocupar un lugar en


Ahora bien, ¿qué es lo que pide la prensa los escaños del Congreso, ¿le seria lícitoá la
monárquica? ¡'pide la infraccion de una ley prensa el pedir que se le rehabilitase? es
secundaria? No; lo que pide es que se la evidente que sí; ¿qué os parecería de quien
derogue. ¡,Y de cuándo aca, Sr. ministro.Te discurriese de la manera que sigue? «La
está vedado á la prensa el hacer semejantes Constitución prescribe que para ser diputa-
demandas? La discusión política, casi toda do es necesario ser español: el candidato
entera, ¿no consiste en que unos periódicos está privado de los derechos de español por
sostienen la conveniencia de una ley, otros una ley; luego quien se atreve á sostener
la niegan, unos afirman que es preciso con- que este hombre es bueno para desempeñar
servarla, otros dcrogarla? ¿A qué se reduce la diputacion, y que convendría remover el
la libertad de imprenta el dia en que se pro- obstáculo que se lo impide, ataca la ley fun-
hiba la discusion sobre las leves secunda- damental de la monarquía.» Decidme, ¿no
rías? Lo que no se permite en ningun pais os parece que el argumento es no solo fú-
es que la prensa aconseje la desobediencia til, sino hasta ridículo? la paridad es exacta;
á las leyes; pero en ninguno donde se ha- si hay alguna diferencia desearía verla se-
lla establecida la lihertad de discusion, se ñalada.
prohibe pedir la derogacion ó la reforma de El ejemplo que precede no es imagina-
ellas. rio: si bien se considera, hemos visto; es-


Hacedrne el favor, Sr. ministro, de aten- tamos. viendo, y es temible que veamos to-
del' al raciocinio siguiente. Ln prensa tiene davia muchos semejantes. En medio de las
derecho á pedir la reforma ó derogacíon de vicisitudes políticas que perturban nuestro
una ley secundaria; siendo pues secundaria ' país, los partidos se proscriben alternativa-
y no fundamental la que escluye al conde mente, se privan de sus empleos, sueldos,
de-Montemolin, fa prensa tiene derecho á honores, condecoraciones; y ¿ quién ha di-
pedir que se la derogue ó reforme. cho jamás que sea ilícito el interesarse por


La prensa al usar de su derecho puede y los proscritos? Si cuando el general No»:
debe alegar la razón en que se funda; luego vaez por ejemplo, se hallaba proscrito por la
al aconsejar la d.erogacion ó reforma de la '1 influencia de Espartero desde mucho antes
ley de esclusion, puede y debe decir por qué I del pronunciamiento de setiembre, hubiese
la pide; esta razon no es otra que la conve- . pedido alguno de sus amigos en la prensa




J.JA OPOSICION.


Aseguran algunos publicistas modernos
que en los gobiernos representativos la opo-
sicion es un bien; nosotros creemos que es
un mal. La oposición es necesaria, es decir,
que dimana por precisión de las mismas
condiciones del gobierno representativo; pe-


- S98 -
que se quitasenlosobstáculosque leimpedían I de Montemolin, no quieren mas armas que
regresar á su patria, ya fuesen providencias sus plumas, ni mas arena de combate que la
judiciales ó medidasgubernativas, decidme, discusion pública; os hágo la justicia de
Sr. ministro, ¿á este amigo celoso se le hu- creeros demasiado leal para que podais des-
hiera podido acusar de que infringia la Cons- cender á villanas acusaciones, destituidas
titucion que manda obedecer al poder eje- de todo fundamento, que tienden á empeo-
cutivo y al poder judicial? ¿ Una acusacion rar la desventurada situacíon de un partido
semejante hubiera tenido, no diré funda- respetable por mil títulos, y sobre todo por
mento, pero ni siquiera sentido comun? el infortunio. En un combate de pura discu-,


El caso bajo el aspecto legal es el mismo, sion, á la lógica se debe encomendar el cuí-
absolutamente el mismo; la prensa monár- dado del triunfo: el emplear otras armas,
quica está en el mismo terreno; no ataca dejadle, señor ministro, Ó para corazones
ninguna ley, no pide nada ilegal; solo sí villanos ó para entendimientos menos claros
que por los medios legales se remueva un que el vuestro.
obstáculo que impide la ejecucion de una Suceda lo que sucediere, sea cual fuere
cosa conveuiente. la suerte que le haya de caber á la prensa


Ya veis, Sr. ministro, que he cumplido monárquica, sean cuales fueren las trabas
mis ofrecimientos; no he declamado, he pro- que se pongan para impedir la libre discu-
curado raciocinar de la manera mas severa sion sobre el matrimonio de la Reina, satis-
y escrupulosa. No sé lo que intentais sobre fecho estoy con haber dicholo que he dicho,
libertad de imprenta; no sé hasta qué pun- y particularmente con haberos escrito esta
to os proponeis entrar en el resbaladizo sen- carta. El público, que sigue el curso de es-
dero de las coartaciones injustas; comprendo tos debates con mas atencíon de la que qui-
que en vuestra oposicion al conde de Mou- zás os figllrais, juzgará vuestra conducta; y
temolin, debe de incomodaros una discusion si acaso fuere, cual no es de esperar, con-
que le sea favorable; pero si teneis fe en el traria á la razón v á la justicia temed, se-
gobierno representativo, si tencis fe en la fiar ministro, que una medida' imprudente


.Iibertad de imprenta, si teneis fe en la razón no acreciente la impopularidad del gobierno
de vuestra causa, indigna cosa fuera que de que formáis parte, Con un sistema de re-
abusando de vuestra posicion, ó echaseis presion innecesaria, no os lisonjeeis de cap-
mano de medios ilegales, ó meditaseis una taros la benevolencia ni aun de los partidos
combinacion semi-legal para encubrir la sin- contrarios al conde de l\Iontemolin; el ins-
razan de vuestro procedimiento. tinto de conservacion propia los impele á


Si el matrimonio del conde de Montcmo- condenar ciertas medirlas, aun cuando se
lin es tan impopular como aseguran vuestros descarguen sobre la cabeza de sus enemi-
amigos, si no tiene en su favor mas que un gas. En la ruina agena presienten ó preven
partido muerto y una docena de ilusos y la propia,
utopistas, ¿de dónde los temores? ¿ de dón- Interin aguardo vuestra contestacion en
de la alarma? ¿ por qué tomar medidas es- la prensa, en la tribuna, ó en los hechos,
traordinarias? y si por el contrario el rnatri- vivid seguro de mi consideracion y respeto.
monio de conciliacion tiene en su favor ra- J. B.
zones tan poderosas que no les sea posible
á sus adversarios sostener la discusión pú-
blica en el terreno de la prensa, vos, señor
ministro, ¿podriais haceros cómplice ni de
un atropellamiento, ni otra medida cualquie- I
ra que bajo uno ú otro pretesto ahogase la I
discusión é impidiese el esponer lo que in-, I Emito en Barceluna en 18 de diciembre de Is,Z y publicado en
teresa altamente á la nacion española? apelo Madrid en 2l del mismo,
á vuestra honradez y patriotismo.


Os hago la justicia de creeros demasiado
ilustrado para que desconozcáis el terreno
en que se halla la presente cuestion, para
que se os pueda ocultar que los que sostie-
nsn la conveniencia del enlace con el conde




- 599-
ro no lo es en el sentido que lo sonlas cosas alaba ó se vitupera segun los intereses del
conducentes al biende la Sociedad. Por mas que escribe, en que se encubren las defec-
que se diga, la oposicion es la voz de los ciones con el velo de la prudencia, v se jus-
partidos; cuanto mas pronunciada y organi- tifican hasta los insultos con la apariencia
zada es aquella, tanto mas pronunciados y _del celo por la causa pública: estono es ni
organizados se hallan estos; si por circuns- ministerialismo ni oposiciou: ésto sonpasio-
tancias particulares falta la correspondencia nes comunes disfrazadas con el manto de la
indicada, bien pronto aparece; si la oposi- ) política.
don no nace de los partidos, los produce; Muchas vulgaridades se escribentambien
cuando no es su efecto, es su causa; si no con los manoseados temasde paz, legalidad,
alcanza á ser ni uno ni otro, muere, porque uuion, reconciliacion, reorganizacion de los
la oposicion sin un partido flue la sostenga, partidos, avenencia de Id'!! hombres de bien
es una voz aislada en medio de la sociedad, de todas opiniones, necesidad de acatar la
y estas voces se estinguen á la vueltade po- ley asi por partedel pueblo como del gobier-
cotiempo, con tanta mayorprontitudcuan- no, v otros por este tenor: vulgaridades que
to mas se esfuerzan. La oposición es, pues, I sirvenpara llenar columnas durante los dias
inseparable de la existencia de bandos y par- críticos cuando haynegocio en cierne, cuan-
tidos; nuestros mayores llamaban á la dis- do no se sabe cuál es el astro que va á le-
cordia una calamidad pública, ahora se la vantarse en el horizonte, y conviene estar
apellida un adelanto: si no abundaban tanto preparado para rendir culto al primero que
de razon , estaban mejor dotados de buen se presente sea cual fuere la direcciono Asi
sentido; ¿á qué daremos la preferencia'? la se compaginan aquellos artículos que solo
cleccion no puede ser dudosa. ' leen los necios, y que dejan con sonrisa los


En toda oposicion se encierra un gérmen I entendidos, al acabar la segunda línea. La
de anarquía, porque toda oposiciou tiende á oposicion verdadera, la que vale algo en
destruir el poderexistente, ó á introducir en. bien ó en mal, es la que opone un sistemaá
él modificaciones profundas, Laque no tieue otro sistema. Esta es la oposicion que, corno
este objeto no merece tal nombre: o es ama- hemos dicho, encierra mas ó menos un gér-
ñada, ó es el consejo de un amigo que amo- mende anarquía, gérmenque se puede tem-
nesta con mas ¡ó menos severidad. En polí- plaró neutralizar, mas no destruir. Calarni-
tica estas amonestaciones amistosas suelen tosos tiempos aquellos en que el bien ha de
envolver ulteriores designios cubiertos con estar luchando con la tendencia necesaria
hipócrita disfraz. del mismo medio que emplea para realizarse;


Siendo preciso aceptar las cosas como son, en que la centella conservadora del fuego
no como debieran ser, es necesario resig- sagrado puede producir un incendio; cala-
narse á las condiciones de la época, y llega- mitosos tiempos; pero la centellaparano ser
do el caso, hacer la oposicion , no obstante estinguida, necesita ser agitada, l.será con-
su gérmen de anarquía. La rectitud de in- veniente ocultarlapor el temor de las chis-
tencion, la entereza de las convicciones, la pas que pueden alcanzar al combustible? si
fijeza de miras, y la firmeza y santidad de asi fuese, menester seria borrar las páginas
Jos principios, puedenneutralizar la tenden- mas brillantes de la historia.
cia funesta del gérmen é impedir su desar- A todo hombre amante del órden le es
rollo, perono matarle: La sociedad pasa di- sensible hacer la oposicion al gobierno, que
ficilmentede un estado á otro sin un perlo- por solo serlo, es depositario de grandesin-
do de anarquía; quien promueve cambios, tereses, guardian de.lo masprecioso que en-
es necesario que no retroceda por la preví- cierra la sociedad; mas si el gobierno se
sion de laseventualidades á que ellos pue· ciega y se obstina en afirmar que ve; SI tro-
dendar Jugar: si se ha de escribir, es lle- pieza á cada paso y se empeña en asegurar
cesario formar y emitir juicio sobre lascosas que anda conplanta firme; si se encamina
públicas; esto no cabe sin alabanza ó vitu- hácia un abismo y arrastra t~as sí á la socie-
perio del poder público; si hay conviccion, dad, ¿ qué remedio queda, SIllO a~onestar á
.


hay consecuencia, y esta hace constantes el Ieste gobierno, y reprenderle y vituperarle?
vituperio ó la alabanza, mientras el poder Por no esponerse á desconcertarle en su
público sigue el mismo camino. Hay un sis- desatentada marcha, ¿será necesario c?me-
tema de mentida imparcialidad en que se ter la villanía de la lisonja ó de un pusiláni-




- 600 -
me silencio? ¿ Quién será el culpable de los I curaria salvarse por otros mcdios: si no hu-
resultados posibles del gérmen de anarquía? hiese prevísion , no faltaria el instinto, guia


En España hay actualmente tres oposicio- bastante segura cuañdo en momentos críti-
nes: la progresista, la moderaday la monár- cos se trata de la conservacion propia. So-
quica. Mas ó menos conocido, ó mejor, mas I hre estos obstáculos hay los que nacen de
ó menos ostensible, todas se proponen un I la situacion misma, del carácter, antece-
cambioprofundo: ¿qué quieren los progre- I dentes y delicada posicion de algunas'de
sistas ? derribar al gobierno actual, destituir ¡las personas mas influyentes. Desde el en-
á tsdos sus empleados, armar de nuevo la , cumbramiento del ministerio Gonzalez Bra-
milicia, mudar todos Jos gefes del ejército, I bo se le dijo al partido progresista: ja-
y con uno ú otro título sustituir Espartero á má«; es imposible retroceder: á un paso de
Narvaez. ¿ Qué medios se emplean para 10- I distancia se hallaba un abismo. El partido
grar el fin? en la prensa se escrihe con vio-I progresista, ó mejor Su elemento activo y
lento calor, y cuando se puede se pelea en militante, lo conoceasi , lo siente: sahe que
las calles. No dirigirnos una inculpacion á es rechazado del palacio y del poder , y de
nadie; no queremos hacer responsahles'á todas sus avenidas, por cálculo y por ins-
unos de los mediosempleadospor otros. Sa- tinto.
hemos que en los partidos, fracciones dife- Los esfuerzos mas ó menos generales
rentes ven los negocios bajo puntos de vista que hace este partido en el terreno legal,
diferentes tambien; sahemos 'que no todos I nada prueban contra lo que acabamos de
los individuos de un partido se dan á sí pro- decir; estamos convencidos de que niugun
pios exacta cuenta de las intenciones que I gefe de la oposicion progresista se hace ilu-
abrigan los mismos con quienes silllpati-! sion sobre la verdadera situacion de las co-
zan y á quienes ayudan; sabernos que la ac- sas. Supóngase que por una combinación
cionde un partido procede de muchas y muy I de circunstancias estraordinarias , los pro-
varias causas, y que en el desarrollo de es- gresistas triunfasen en las elecciones y oh-
tas no hay siempre designios bien marcados; tuviesen mayoría en el Congreso de diputa-
que á mas de las ideas obran los sentimicn- dos; si el triunfo se lograra cien veces,


. tos; que al lado de los propósitos influven otras ciento se impedirian los efectos del
los instintos; que con los planes premedita- triunfo, ó disolviendo las Cortes ó emplean-
dos coinciden estrañas casualidades, y que do otros medios; jamás el, actual presidente
los consejos de la prudencia son frecuente- del consejo se resignaría á entregar el
mente contrariados- por una precipitacion mando á Olózaga ó Cortina, jamás lo con-
impetuosa; por esto repetimos que no incul- sentiria la corte, que en nuestro entender,
pamos á nadie; que no hacemos á los unos tiene tantas y tan buenas razones para no
responsables de los medios empleados por consentirlo como el mismo presidente del
otros, al decir que en la prensa se escribe consejo.
con violento calor, y que cuando se puede I lIé aquí por notarlo de paso, á qué se
se pelea en las calles. Los hechos son estos: reduce la tan ponderada legalidad. Si decís
unos los tenemos á la vista, otros son muy que en este caso la legalidad acarrearía un
recientes. La sangre humea. trastorno, confesais que vuestra legalidad


¿Qué quiere la oposicion monárquica? es anárquica. Si negais esto último, os con-
afirmar el trono, dar lustre á la religion, denais á vosotros mismos, pues resulta que
acabar con los principios revolucionarios, y faltariais á la legalidad, no por prevenir la
reorganizar el pais por medio de una conci- , anarquía, sino por capricho y despotismo;
liacion que comience en la real familia. si salvais las cosas, condenais las personas:


¿Qué pretende la oposicion moderada, la si salvais las personas. condenais las cosas.
que es verdadera oposición? quebrantar la Escojed.
fuerza de~ poder militar y sustituirle el par- La opinion moderada tambien es muy
lamentano. dificil que triunfe por medios legales, si no


La oposición progresista no puede aIcan- se modifica profundamente, ó por mejor
~ar ~u triunfo en el terreno de la legalidad: decir, si no deja de ser lo que es. Su pen-
Jam~s el poderconseguirá entregarse á dis- samiento culminante es destruir la prepon-
erecron de sus enemigos' si un ministerio derancia del poder militar, quitarle el man-
caminase en esta direcci¿n I el trono pro- do y reducirle á obedecer á las voluntades.




.....,.. 601 -
delparlamento representado en el gobierno. sible quizásque no deje de ser absurda la
En la situacion actual, esto es imposible; hipótesis indicada; pero, nQ se. trata de lo
si en esto se obstina la oposicion modera- queha de haber á la vueltade algunos años,
da, puede tambien estar segura de unja- sino de Io que hay ahora; las naciones no
mlÍs; se le sacrificarán individuos del mi- viven de recuerdos y de pronósticos, sino
nisterio ; su elemento militar, no: es dificil de hechos prese.nte.s; la vida de los pueblos
resolverse á un suicidio. Si mil veces alean- como la de los individuos no se sustenta ni
zára el triunfo en las Cortes la oposicion con la historia ni con el porvenir. - '.',
moderada, mil veces se destruirían sus Del examen que precede resulta la impo-
efectos: no tiene otro medio de victoria que tencia de todas las oposiciones en el terreno
aceptarcomo baseel poder militar; peroen- legal. En este conflicto ¿qué hacen? Lapro-
tonces no vence, sino que sucumbe; pier- gresista cuenta conuna revolucion; la rno-
de su carácter, desde el momentu que derada se contenta .con protestar; la monár-
vener~ como ídolo al que atacaba como ad- quica se limita a esperar. En pro dela opo-
versano. sicion progresista hay la irritacion de los


Hé aquí otra pruebade loquesignifícaIa ánimos y.elfueg« de las pasiones políticas.
legalidad; hé aquí otra ocasion para formar En pro de la oposicion moderada está el
el mismo dilema del que salen malparados testo de la ley consignado en un papel. En
ó los hombres ó las cosas. pro de la op'osicion monárquica estála fuer-


Laoposicion monárquica se halla en una za irresistible dé.Ios. acontecimientos, la
situacion semejante á la .de sus-compañeras: necesidad radicada en'lamisma naturaleza
el triunfo legalno le es posible; con verda- de las cosas. ','
dera libertadno le fuera ni aun dificil; pero La oposicion mouárquica no debe perder
y los resultados del triunfo ¿cuáles serian? nuncade vista que gran parte del secreto
Examinémoslo, que no es para menos ne- de su fuerza está en la templanza, Ataqtl~s
gocio tan grave y trasccdental. violentos, sobreser indecorosos en .S1 mis-


El punto capital de la oposicion monár- mos, y ademas poco conformes conlos prin-
quica es la cuestion del matrimonio de la cipios que se sustentan, tendrian el incon-
Reina; y á quien tenga sentido comun le veniente de estrellarse contra un poder que
preguntaremos si el general Narvaez en su si bien profundamente débil bajoel aspecto
posicionactual, consentirá jamás que venga moral, tiene suficiente fuerza física para ha-
á Españael conde de Montemolin. Para nos~ cer callar la oposicion monárquica y á to-
otros es evidente que no. Ahora. bien: no das las demas el dia que bien le parezca.
haciéndose el matrimonio, ¿qué logrará la Es preciso no hacerse ilusiones; el gobierno
oposicion monárquica? ¿ No le falta la base no hace callará la prensa toda.porque no
de la conciliacion en que estriba su sistema? quiere. y no quiere porque ,tpl~njunt~, d,e
En el punto a que han llegado las cosas ¿se· circunstancias ,partjcnliH~es ligan, en cierto
ría concehible un ministerio que no fuese modo su voluntad. En.unpais dondl;lun
progresista , ni parlamentario puritano, ni gobierno por sí y ante sí ha legislado sobre
de la fracción dominante, ni .partidario del la imprenta de la manera que ha creído
matrimonio con el hijo de don Carlos? ¿Se conveniente; donde un. ministro P9r 'ifIta
concibe lo que podrían ser un gobierno y ofensa personal ha podido deportar á 9,qs
unas Cortes que no perteneciesen á niugu- escritores; en unpais donde' es~. ,gob¡er.no
na de las fracciones enumeradas? ¿Esta hi- continúa y ese ministro le preside, .en ese
pótesis.es realizable siquiera por un mo- pais la libertad de imprenta ha desaparecí-
mento? Y si se realizase ¿uo nosdaria por do; á ese gobierno no le puede arredrarni
necesario resultadoel mas imposible de los la.falta de fuerza física ni el,remprde la
sistemas, el mas débil de los gobiernos? responsabilidadJe$G\-I;esegóbiemópuede
Para"nosotros todo esto es evidente .mas coartar ó ensanchar la J.ibertad:, de imprenta
diremos, evidente debe ser para cualquiera segun considere oportuno; y si se detiene,
que en política no esté falto de" sentido Co- si no la mata del todo1 será, lo repeumos,
mun. Con el trascurso de los ~ñGS , la fUf,\.f:- porque circunstancias particulares tendrán
za de los acontecimientos, el reemplazo de en cierto. modo ligada su voluntad, consis-
la generacion presente por otra que no ten- 11 tiendo .elligamen en que una medida abso-
ga nuestros sentimientos é ideas, será po_u luta eu este sentido tcndria ulteriores con-


74




- 60~ --
secuencias. inconvenientes de otro género. La firmeza en el fondo yla suavidad en
que al gobierno le importa precaver. ¿Cree- la-forma, son medios seguros para alcánmr
rán nuestros lectores que indicamos los ascendiente: observad lo-que sucede eIrl~
peligros de una revolucion? de'ningun mo- individuos; ideas clarasy fijas. firmeza de
do. La supresionabsolutade la imprenta no carácter y suavidadde maneras, acabanpor
causaria una revolucion en España; los en- triunfar de todas las resistencias. Esto mis-
sayos-indican bastante loque fuera una eje- mo sucede' con los partidos; y en España
cucion cumplida. solo el monárquico se halla en circunstan-


Los inconvenientes deuna medida de es- cias favorables para reunir estas tres condi-
ta clase serian de otro género. El gobierno cienes. Las ideas fijas y la templanza son
actual ha descargado sobre la revolucion imposibles á losdefensores de la revolucion;
golpes muy rudos.loshombres que le com- su fórmula es muy sencilla, «desencadene-
ponen se han distinguido en esta parte por mos las tempestades. y provocaremos un
Una violencia y un ímpetu que dificilmente cataclismo; J) ¿qué vendrá despues, un nue-
sobrepujarían Jos mas monárquicos; pero vo mundo, ó el caos'? ((POCO ímporta, esta-
golpearla y abatirla no es lo mismo que ma- »remos vengados; la venganza no preve.»
tarla del todo: el 'parricidio es un crimen La oposicion moderada puede sin duda
horrible. Exhalando la libertad deimprenta conservar templanza; bien que frecuente-
el último suspiro, 'le faltarian al gobierno mente notamos que en el ardor de la dis-
poderosos medios que en su sagacidad y. cusion, pierde ya un tanto el aplomo y san-
travesura sabe.emplear perfectamente. Con gre fria que debieran serIe naturales. Pero
sola la Gaceta de lJfadrid y las Revistas 'lo que le daña principalmente es la falta de
científicas y literarias ¿ quién le .ampararía . claridady fijeza de ideas, la incertidumbre
en trances apurados en que la intriga corte- en que no puede menos de sentirse cuando
sana minase la preponderancia de un minis- se pregunte á si propia, ¿qué harias si fue-
tro? ¿cómo se emplearia el sistema de tira ses gobierno?
y afloja que en determinadas circunstancias Semejante incertidumbre no trabaja á la
puede producir tari escelentes resultados, si oposición monárquica; en todos los grandes
de un tajo se hubiesen cortado todas. las problemas' pendientes sobre el pais tiene
cuerdas? Ya nos comprende el lector: hay opiniones fijas; sobre todos,ha manifestado
épocas en que el escritor indica y el públí- su opinión; .sobre todos ha indicado la re-
codescifra. solucion que cree mas acertada. Bajo el as-


.Pero 'lQlvamos á lo de la templanza. El pecto religioso, bajo el político, bajo el di-
interés particular de la prensa monárquica nástico, sobre todos ha formulado su siste-
está acorde en este punto con los grandes ma:bueno ó malo, realizable ó utópico, útil
intereses 'delacausaqqe defiende: un len- ó dañoso, no se trata de eso, es un sis-
guaje violento asienta bien á quien se pro- tema.
pone inflamar las pasiones para provocar El gobierno actual no tiene esta ventaja:
un trastorno, á quien está impaciente por- en cuanto á la incertidumbre, se halla en
que nada puede esperar ni de la fuerza de un caso semejante al de -Ia oposicion mo-
la razonni del cursode los sucesos, á quien derada: ¿ qué piensa en las cuestiones ecle-
desea resultados inmediatos, prontos, por- siásticas? loque las circunstancias le hagan
que la lenta accion del tiempo es su ma- pensar: ¿qué piensa en las cuestiones polí-
yor enemigo. La oposicion monárquica no ticas? lo que las circunstancias le inspiran.
se halla en este caso; puede ser templada, Tronará contra los revolucionarios ó los
porque es fuerte P(U si misma; puede ser absolutistas segun se presente el estado de
pródiga de longanimidad, porque el tiempo . las cosas; suspenderá la publicación de la
trabaja en su favor: puede ser paciente,Constitucion por largo tiempo, y luego la
aun cuando no obtenga resultados inmedia- infringirá segun le parezca bien, ó segun
tos, porque no procura el triunfo de intere- el humor dominante: ¿ qué piensa sobre el
ses mezquinos ni trata de satisfacer el amor casamiento de la Reina? probablemente
propio de gefes de banderías, sino qué tra- nada; y si algo piensa, se puede conjeturar
baja por una causa verdaderamente nacio- sin peligro de error que se inclina á Jo mas
nal, á la que está ligado para muchas gene- desacertado; pero esto de una manera in-
raciones el porvenir de España. dccisa, floja , deshaciendo quizás por la




¿DE ARRlBl ABAJO,. O DE ABAJO ARRIBU


Hacer la oposicíon por. solo el gusto de
hacerla, es indigno'de hombres bien. inten-
cionados. Toda oposícion tiendeádestruir;
mas ó menos, ya es en si mismadestructo-
ra ; y el prurito de destruir por destruir,


-- 603 -
noche lo que se teje por la mañana, dejando supone instintos maléficos que no pueden
que las cosas sigan. adelante y, procurando tener cabida en corazones bien nacidos.
no hacer nada, que es un secreto infalible Cuando se trabaja por derribar, es preciso
para no errar. estar pensando en el edificio que se ha de


La oposicion que tiene delante de sí un levantar sobre las ruinas. '.
gobierno que no sabe salir de la indecision En todas las grandes empresas se nece-
sin echarse en la violencia, ni dejar de ser sita fe : fe en la santidad del objeto, fe en
violento sin caer de nuevo en la indecisíon, su conveniencia, fe en su posibilidad: solo
tiene en su favor una gran ventaja. Pero en con estas condiciones se aguza el entendí-
el caso. presente hay otra que todavia es de miento para buscar.los medios conducentes
mayor consideracion, á saber, que esta al- al fin, y se inflama el corazon paraabra-
ternativa de indecision y de violencia, es un zarlos y ponerlos en planta. Cuando, no hay
mal irremediable porque no dimana preci- fe, hay incertldumbrery en política como
samente del carácter de las personas, sino en todo, la incertidumbrees funesta. Quien'
que nace de la misma naturaleza de las co- no.sabe ~ punto fijo lo q.ue piensa r lo que
sas. El gobierno ni resuelve ni puede resol- qurere, piensa con OSCUrIdad y quiere ilo-
ver en las grandes cuestiones que se hallan jamente; y del pensamiento oscuro y de la
sobre el pais; en sus principios, y atendida voluntad floja, resulta naturalmente una
la posicion en que se ha colocado, tropieza accion enervada.·El movimiento político. no
y no puede menos de tropezar, con dificul- es un paseo, es una marcha; no basta.an-
tades insuperables. Aparte una que otra in- dar divagando, es preciso adelantar coa
fraccion gratuita, hija de momentos de mal planta firme, por ün camino préviamente
humor, si infringela Constitucion ó la fal- señalado, hacia un punto fijo. Las dificul-
sea, será porque no encuentre otro medio tades nada deben importar: el célebre ¡qué
de defenderse; cuando está en el terreno importa! de los españoles en la guerra de,
legal, se siente indeciso; cuando sale de él la independencia, encierra el secreto para
se hace violento. No resuelve nada sobre el hacer las grandes cosas: los obstáculos, le-
matrimonio de la Reina porqueno sahe qué jos de abatir el espíritu, deben alentarle;
partido tomar; todos los candidatos ofrecen que para·Ios vastos proyectos .sonlos enten-
gravísimas dificultades; y cabalmente este dimientos elevados, y para las empresas.ár-
es un negocio en que no cabe violencia, á duas los corazones generosos.
no ser para anatematizar al, conde de Monte- Si jamás fue necesario recordar estas
molin y á todos sus amigos yal sistema de verdades, lo es sin duda en España en la
conciliacion con todos sus apéndices. Está -ocasionpresente; tantas V tan graves son las
indeciso en las cuestiones eclesiásticas, por- dificultades que les salenal paso á loshom-
que el negocio es árduoy el cardenal Lam- hres que desean robustecerc.ltrono, resti-
bruschini no se fpresta facilmente á todo lo' tuir á la Religion el esplendor perdido, y
que se pide. Por ahora no hay violencia; salvar la uacíonalidadque amenaza estin-
perono es imposible que la haya; de tal guirse ; lo es en España en la ocasión pre-
manera podrian presentarse las cosas, que sente, cuando se proclama todavía la dis-
se oyese aquel lenguaje firme y enérgico de cordiaen vez de la conciliacion , cuando se
que nos hablanlos. periódicos consabidos. quiere perpetuar una division funesta que


,en diasaciagos produjo una lucha fratrici-
da, cuando á la nacion mas briosa é'inde-
pendiente del mundo se trata .de someterla
á las influencias de un gabinete estrangero
en el negocio mas importante para ella y


Escrito en Barcelona el !6 d. diciembre de I&.~ y pnblicllllo en para el trono; cuando arrojados ya de la es-
Madl'id eu 31 del mismo. feradel gobierno todos losgrandespartidos,


como que se losquiere condenará perpétuo
ilotismo encadenados á los pies de insignifi-
cantes pandillas y miserables privanzas;
cuando despues de trece años de revolución
.y siete de guerra civil, encendidas aun las
pasiones, en lucha grandes intereses, en




hervor las ideas, en choque las opiniones
políticas, se pretende comprimir de repente
toda su energía, todo ese fuego abrasador
diciéndola á la nacion: quierasó no quieras,
verás reproducida de repente la época de
Cárlos ILNecesarias son estas reflexiones,
repetimos, y por esto las inculcamos; no
para enardecer los ánimos y arrojarlos á
medidas violentas, sino para inspirarles
aquellacalma, aquella sangre fria que tan-
to son menester en las ocasiones críticas, y
que tan bien asientan áladignidad de un
pueblo grande.


¿Pero cómo tener aliento, se nos dirá,
.cuando no hay esperanza? El gobierno en
España puede todo lo que quiere: si él
quiere lo malo, ¿quién le impide ejecutar-
lo? Un brillante escritor concuya amistad
nos' honramos , ha dicho hace muy' pocos
días, «nunca babia sido tan impotente lo
que se' llama opinion pública, nunca tan
poderoso lo que con otras condiciones pu-
diera ser gobierno. Nada'puede ohrarse de
abajo arriba, todo de arriba abajo; es de-
cir, que entre nosotros son fuertes los ele-
mentos de poder, débiles los elementos de
libertad. En la actualidad domina de hecho
el absolutismo; la suerte de España ha de-
pendido esclusivamente de los gobernantes,
y no tiene ciertamente que agradecerles la
eleccion.» (En el último número del Conci-
liador).


Estas palabras encierranuna verdad pro-
funda presentándonos uno de los caractéres
distintivosde la nacion española; 'mas no
quisiéramos quése les' diera una interpre-
taciorique á no dudarlo, estaba muy agena
de la mente de su autor; no quisiéramos
que las palabras, «nada puede obrarse de
abajo arriba, » se las quisiese hacer signiti-
car la inutilidad de la discusion en la pren-
sa y la impotencia de todos los medios le-
gales que, con más ó menos coartaciones,
nosofrece el sistema representativo. Nos-
otros nadaesperamos de arriba abajo; y es-
peramos mucho de abajo arriba. El gobier-
no es fuerte en España por las ideas domi-
nantes en la sociedad, v porque en el me~
ro hecho de serlo, se siente apoyado por la
mayoría de la nacion, hasta que el número
y el grandor de los desaciertos llenan la
medida del sufrimiento, y la nacion entera
le dice: te abandono. Las ideas y las tra-
diciones monárquicas son tan robustas, se
hallan tan arraigadas en el suelo español,


- 604. -
,


que despues.de lascrisis mas terribles, has-
ta pronunciar el nombre del trono para
constituir de nuevo la unidad gubernativa;
basta mandar en nombre del trono para re-
cabar ilimitada obediencia: esta es la histo-
ria de todos nuestros trastornos..


Señálese un buen gobierno que los-pue-
blos hayan derribado, y condenaremos á los
pueblos; señálese la resistencia que los
pueblos hayan hecho á una tentativa sa-
ludable, y loscondenaremos tambien. No se
señalará, estamos seguros de ello: motines
hemos presenciado , escenas sangrientas;
pero ¿ era la nacion su autora? ¿era la na-
cion quien tenia la culpa? ¿quién habia
encendido la guerra civil? ¿ quién desenca-
denado la revolucion ? ¿estas cosas venian
de abajo arriba, ó de arriba abajo?


No, mil veces no; jamáscondenaremos á
la nacion espaüola ; jamás lanzaremos ana-
temas sobre todos los partidos en masa; que
al fin quien en masa y á todos los condena,
á la nacion condena.


Hay en este pais desgraciado abundantes
y poderosos elementos de bien que andan
errantes á merced de las circunstancias , al
soplo de encontrados acontecimientos: es-
taban unidos en un punto. quien debie-
ra conservarlos en union y modificarlos y
combinarlos de una manera prudente, ha
influido en desconcertarlos, en ponerlos en
choque, como si se hubiesen querido hacer
todos los esfuerzos para sumirlos en un
caos semejante al de la revolución france-
sa, si posible hubiera sido tamaña calami-
dad en un pais monárquico y religioso.


No, no está muerta la nacion española;
no es un cadáver en cuyas entrañas puedan
cebarsesus enemigos; es un gigante que
sufrey que es paciente, y que puede serlo
porque es fuerte. Todavía esperamos, y lo
decimos con la sinceridad mas profunda,
todavía esperamos que la sávia , la vida,
que existe en el corazon de la sociedad, de
esa sociedad que comparada conotras mo-
dernas, mas bien que decrépita debe lla-
marse niña; sí, todavía lo esperamos, que
esta sávia y esta vida se comunicará con el
tiempo al poder, á ese poder que tantos
años hace es sinónimo de desgobierno y de
miseria; todavía esperamos que será dable
hacer,que se hará, mucho de arriba aba-
jo, despues de haberse hecho mucho de
abajo arriba. . .


No se crea que por esto vrvimos tran-




- 605-
quilas sobre el porveniru.muy al contrario, timiento y en la.emigraciou. Mediaron sin
al ver como á propósito manos imprudentes duda ambiciones personales; mediaron qui-
amontonan tempestades y como se las llama zás segundas intenciones, cuyo alcance no
y se lasatrae de todos, los puntosdel hori- vieran los mismos que las abrigaban; me-
zonte , volvemos la vista con espanto para diaran como en todo lo humano grandes
no contemplar un porvenir cada d~a mas miserias; pero en el fondo de las cosas se
azaroso y mas negro; pero en esta mcer- descubre el hecho que hemos indicado: es-
tidumbre ,ó mejoren esta zozobra, recor- cribimos de buena fé, y queremos hacer
damos que también pasa,ron otras épocas justicia á nuestros adversarios. .
críticas ,sumamente peligrosas, en que el Ahora mismo presenciamos un fenómeno
buen sentido nacional, su noble lealtad, polítieo muy digno de ser observado.: El
su ilimitada adhesión á la monarquía, saca- partido liberal está obedeciendo á un ins-
ron el trono de en mcd.o de las tormentosas tinto de nacionalidad. Dos candidatos se
oleadas á donde le arrojaran laprevision ó ofrecen á la mano de la Reina: uno de ellos
la perfidia. es el conde de Montemolin, que como es


Como no somos esclusivos, como no abrí- natural, ha de encontrar viva repugnancia
gamos rencor contra personas ni partidos, en hombres que combatieron la causa de
aun los mas opuestos á nuestras opiniones, su padre: Esta repugnancia parece debía
los consideramos á veces sin ódio ni lisonja, producir el efecto de lanzar á las fracciones
complaciéndonos en notar en todos ellos del partido liberalá unareselucion estrema,
instintos de generosidad, en medio de sus aceptando el candídatoque por oircunstan-
mayores estravtes-Euando se quieren con- cias particulares parece encontrar en la
ducir las cosas á estremos deplorables, corte decidido apoyo, y tener favorable el
cuando se quiere abusar de una posicion gobierno; esto era lo mas lógico si se hu-
ventajosa, rebajando el trono ó sacrificando biesen de dejar á un ladolos sentimientos de
la independencia del país, quien tal inten- nacionalidad: ¿sucede así? no, de ninguna
ta se encuentra abandonado hasta de sus manera. Las eventualidades del conde de
amigos, hasta de aquellos que pudieran Montemolin no han podido espantar á los
participardel botinsin mas precio que su partidos liberales hasta el punto de hacer-
complicidad. . los resignar al matrimonio del conde de


Vease lo que sucedió ep. tiempo de Es-I Tiápani; este no es rechazado con menos
partero. Con fundamento ó sin él, se dijo viveza que el mismo conde de l\Iontemolin;
que se trataba de prolongar la minoría de y aun es denotar que salva alguna escep-
la Reina, que el gobierno estaba sometido cion grosera en que no conviene fijar la
á las voluntades del gabinete inglés: medi- atencion, la prensa de todos los matices
das crueles tomadas sobre una ciudad po- trata con mas consideracion al hijode Don
pulosa confirmaron la creenciafatal: y des- Carlos que el conde de Trápani. El.conde
de aquel momento el regente vió contra sí de Montemolin es mas bien rechazado co-
aun á muchos que tenían evidente interés I mo un adversario á quien se teme, que eo-
en no provocar su ruina. En el partido mo un enemigo á quien se desprecia; esto
progresista, en ese mismo partido que en I en el terrenode la política; y si se atiende á
1840 levantára á la cumbre del poder al las personalidades de que ni aun en este
soldado de fortuna, en ese mismo partido I punto se ha eximido la prensa, basta leer
que tenia un evidentísimo interés en que los periódicos, para saber á cuál de los dos
Esparte¡o se conservase en el mando, en le ha cabido mejor parte en el desagradable
ese partido, que debía por necesidad su- ¡parangon. . ,
cumbir; en sucumbi,eudo Esp~rtero ; en ese I ,Mucho nos engañamossi esos sentimien-
partido se desarrollo con rapidez y valentía tos de nacionalidad no dan lugar en las
unformidable espíritu de resistencia. Los Cortes á debates interesantes, dado caso
instintos de libertad y de nacionalidad y que el gobierno se propongallevar á ellas
de amor al trono, le quitaron laprevision en Iª presenteIegislaturala cuestiondel ma-
de una ruina inminente; el corazoudomi- trimonio.La oposícion del Congreso parece
nó al entendimiento; y por un arranquede resueltamente, decidida á combatir el ma-
nacionalidad cometió una faUa comoparti- trimonio con el conde de Trápani; y tal es
do que ahora espíacrudamente en el aba- el ascendiente del espíritu de nacionalidad,




- 606-
que aun es dudoso si muchos ministeriales
se atreverán.en este "punto á arrostrar una
impopularidad cada dia creciente. Los que
combaten al conde de Trápanien el Congre-
so, ¿son partidarios del conde de Montemo-
lin? Algunos puede haber; probablemente
los hay; pero la mayoría de la oposicion es-
tá animada de un vivo espíritu de resisten-
cia á la combinacion del hijo de D. Cárlos.
El Tiempo, órgano de la oposicion conser-
vadora, es uno de los periódicos que menos
dejan pasar ninguna oportunidad de comba-
tir el matrimonio de conciliacion, siendo de
notar que en esta parte- se ha demostrado
quizás mas asiduoy mas impetuoso que los
mismos órganos del gobierno.


Tampoco podemos figur.arnos queen el Se-
nado, cuerpo de suyo mas sosegado y pací-
fico, deje de encontrar oposicion el príncipe
napolitano; por mas que se haya dicho con-
tra la parcialidad del gobierno en cl nom-
bramiento de senadores, mayormente en lo
que toca á .dar escesiva preponderancia á
ciertas clases, no puede negarse queha he-o
cho entrar en el Senado un número conside-
rable de hombres respetabilísimos bajotodos
conceptos. Entre ellos los hay que por sus
compromisos y otras circunstancias, estan
en oposicion con el conde de Montemolin y
quizás verian con disgusto su enlace con la
Reina; sin embargo, mucho nosengañamos
tambien, si en el Senado mismo al ofrecerse
la oportunidad, no se levantan voces que
espongan.conla mesuracorrespondiente los
males que podria acarrear una combinacíon
contra la cual estan todos los partidos, to-
das las fracciones, con unanimidad nunca
vista.


Estas consideraciones nos alientan para
esperar mucho de abajo arriba, en los peli-
gros que nos amenazan de arriba abajo; y
no porque creamosque esta oposicion con-
siderada en el orden puramente legal, como
una simple dificultad parlamentaria, arre-
dre á un gobierno acostumbrado á mayores
empresas; sino porque esta oposicion se
presentará á losojosde este mismo gobierno
como la espresion del voto del pais, espre-
sion que intimida á losmas osados y los ha-
ce retroceder. Sea cual fuere el número de
los votos, sea cual fuere el tono que seadop-
te al espresarlos, su importancia será in-
mensa: aqui se verificara con todapropiedad
lafrase vulgar de los votos que no se cuen-
tansmo que se pesan; con ellos estará la


voluntad de la nacion,.y esta voluntad es
de un peso incalculable. .


Lejos de inclinarnos á que sea convenien-
te abandonar la arena de ladiscusion,cree-
mos que jamás habia sido mas necesario
pelear en ella con resolución y denuedo; á
la nacion debe dirigirse el escritor, no para
provocarmotines, sino para confirmar todas
las ideas sanas, para dispertar y avivar los
instintos generosos, para conservar pu~a y
viva la llama de la nacionalidad que no se
ha estinguido todavia en los pechosespaño-
les. Medios legales hay para detener á los
gobiernos que se empeñan en malos cami-
nos, y de estos medios debe echarse mano
para desbaratar en caso necesario intrigas
cstrangeras y cortesanas. Esos medios no
faltará quien losemplee; nosotros deseamos
ver quiénes serán los que aspiren á tanta
gloria y tendremos un placer particular en
hacerles justicia, siquiera pértenezcaná las
filas de nuestros adversarios mas decididos.


El gobierno ha triunfado en el Congreso,
no sin dejar en manos de la oposicion algu-
nas prendas, con las cuales el triunfo no es
completo, y que son muy á propósito para
acibararle. Comparando la presente legIsla-
tura con la anterior, la fisonomía del Con-
greso ha de ser mucho mas animada', si no
engañan indicios muy pronunciados, ó no
vienen combinaciones secretas á modificar
la situacion, atrayendo'á las filas ministe-
riales oposicionistas arrepentidos. El senti-
miento de nacionalidad comienza á producir
sus efectos: en el seno del mismo partido
moderado se levanta una oposicion cada dia
mas fuerte; oposicion terrible al gobierno,
no por lo que ella es en sí, no porquela na-
cion simpatice conlas ideas que ella profesa;
sino porque todos los partidos la favorecen
en cuantoá su pensamiento dominante, que
consiste en derribar al ministerio y su siste-
ma. De abajo arriba sube el aliento que da
fuerza y brio á la oposicion ; de abajo arriba
sube lo que ella encierra de generoso; pu-
diendo asegurarse que alcanzará tanto mas
fácilmente su objeto, cuanto mas se penetre
del espíritu nacional, tanunánimente pro-
nunciado contra la intolerancia y esclusivis-
mo del gobierno.


No tomamos por barómetro seguro de la
opinion pública los medios conque quieren
apreciarla los publicistas constitucionales:
en contra de sus doctrinas hayen España un
hechosuperior á todas las razones, cual es,




Escrito en Bnrceloua el 2 de enero de 181j.6 y publicado ("11 M~lljrijl
cm 7 del mismo.


En la profunda division que trabaja el
campo de la politica, y en la irritacion cada
dia creciente á que circunstancias infaustas
y gravísimos desaciertos han conducido á los
partidos, basta que una cosa sea la obra del
actual gobierno para que se la mire condes-
den, cuando no con ojeriza. Desgraciada-
mente, esta calidad la tiene el Senado: es
obra del actual gobierno. Nosotros sin em-
bargo, aunque nada aficionados al autor.
queremos hacer justicia á la obra; si no la
ha hecho como hubiéramos deseado, ha sido
menos esclusivo é intolerante de lo que era
de temer: la importancia del objeto ha pre-
valecido en muchos nombramientos sobre el
espíritu de pandilla. A los hombres se les
puede exigir que sean justos y razonables,
pero no héroes; y el gobierno actual, aten-
dida su posicion angustiosay la estrechísima
base sobre que se apoya, si no ha sido héroe
en los nombramientos, ni aun completamen-
te justo, ha sido al menos razonable. Mu-
chos individuos cuenta el Senadode quienes
el gobierno no puede prometerse sino indi-
ferencia ú oposicion; el gobierno lo sabia
antes de nombrarlos, y sin embargo los ha
nombrado: aplaudimos su imparcialidad, sin
que baste á impedírnoslo el considerar que
semejante conducta se la han inspirado los
miramientos debidos á la opinion del pais.
En los tiempos que alcanzamos ¿es poco por
ventura, el que un gobierno sacrifique á-es-
ta opinion sus designios ó sus pasiones? ¿Es
poco el que los miramientos que ella se me-
rece. inspiren un -comportamiento justo y
razonable? ¿ No estamos viendo á cadapaso
que esta opinion es menospreciada aun en
asuntos donde no hay necesidad de ponerse
en desacuerdo con ella? Estas consideracio-
nes han hecho que no hayamos inculpado
al gobierno por motivo de[los nombramien-
tos: seamos justos: si algun partido tiene
razon de quejarse es mas bien elprogresís-
ta que el monárquico religioso...


Para no declararnos en OpOSIClOn al Se-
nado, que tambien se la puede hacer á los
cuerpos colegisladores aunque sean perpé-
tuos, hemos tenidootra razón mas grave que
las alegadas. En un pais profundamente Con-


- 607
una tan asombrosa versatilidad del signo,
que es imposible se halle en la debida con-
formidad con la cosa significada. Si existe
verdaderaopinion pública, su formacion y
sus mudanzas deben ser obra de largo tiem-
po; ó al menos no pueden estar en escala
tan movible, que se cambien todos los días,
mayormente cuando no hay razones sufi-
cientes para ello. Ni la España ha sidonun-
ca moderada toda, ni progresista toda, y
sin embargo hemos visto en muy poco tiem-
po Cortes todas progresistas ó todas mode-
radas, segun las vicisitudes de los tiempos.
En España el partido monárquico no ha des-
aparecido desde 183~; Yno obstante en mu-
chas legislaturas no ha tenido ni un solo re-


_ presentante. Decimos todo esto para mani-
festarque no nos hacemos ilusiones,ni sobre
los medios legales, ni sobre la influencia de
la opinion pública. Nosotros creemos que
hay algo mas temible para losgobiernos que
-esta opinion: algo que se parece á ella y
que no es ella; algo que es tanto mas fuer-
te cuanto se halla fuera en cierto modo de
la esfera política, y sé eleva sobre todos los
partidos; una cosaque se funda no en vanas
teorías, no en combinaciones pasageras , si-
no en los eternos principios de la razon y de
la moral; una cosa á cuya formacion contri-
buyen el sentimiento de nacionalidad y de
independencia, los instintos generosos que
agitan los corazones sin distincion de parti-
dos, el odio á la opresion, el amor de la
justicia, la adhesion al trono, la simpatía \
por las victimas de la intolerancia; una cosa
en cuyo fondo convienen todos los partidos,
y que todos reconocen como un terreno neu-
tral; una cosa inmensamente superior á la
opinión pública: la conciencia pública.


Guárdese el gobierno de ponerse en con-
tradiccíon con la conciencia pública; y si
llegase á verla contra sí , no vacileen ceder,
téngale miedo; que no es cobardía el tener-
lo á las cosas irresistibles. La opinion públi-
ca se falsea, la conciencia no; porque no
se espresa en formas legales, sino que na-
ciendo del corazon de la sociedad se derra-
ma por todaspartes como 'el aire que se res-
pira. Nohay estratagemas que la-venzan, ni
amenazas que la impongan, ni violencias
que la repriman; á sus manos perecen los
malos gobiernos; lo que ella hiere se ar-
rastra mas ó menos tiempo, pero al fin
muere.




- 608-
movido, azotadoperel huracan de las revo- funcionarios públicos de categoría mas eíe-.
luciones, dondeIa' vista no descubre sino vada, y en cierta clase.de dignidad y capa-
montones de. ruinas, donde nada de lo an- cidades, en lo cual, y no embarganteel-tes-
tiguo ha quedado en pie, y no lo ha rcem- to de la ley, quedará siempre mucho á
plazado nada nuevo, apenas se presenta á los discrecion de quien hayade nombrar. De to-
ojos un pequeño grupo qne encierre algu- do estohay en el Senado actual: coúelaiem-
nos elementos de reorganizacion, ya el co- po se pueden hacerlas mejoras contenientcs
razón se ensancha y como que dice: {( eso, con nombramientos acertados; pero desde
con el tiempo, quizáspodria llegar á ser una luego creemos que loque hay se puede apro-
institucion;» así el náufrago lanzado sobre vechar, y que bien dirigido pnede'ser un
una tabla, á merced de los vientos v de las elemento de gobierno,Prévias estas obsef-
olas, .convierte en puertos de salvación las r vaciones que manifiestan nuestro modo de
Iigerasaubecillas que se arrastran en el con- ver en este gravísimo negocio, vamos á emi-
fin del horizonte. tir algunas consideraciones sobre la delicada


la tarea de constituir en España un Se- posicion en que se encuentra el Senado.
nadoque correspondise á la altura de su ob- Ilnainstitucion política se organiza por la
jeto, era dificil en altogrado. Consignar en ley; pero no .vive de la ley. Lo que no tiene
la Constitucion las atribuciones de aquella mas existencia que lapuramente legal es una
cámara, y fijar las calidades exigidas á sus estatua inanimada: cl artista mas eminente
miembros, es. cosa harto fácil; la dificultad le dará la espresion de la ..ida, mas no la
está en encontrar en el pais los elementos vida misma. La historia y la esperiencia es-
soeialesá propósito para que de ellos pueda tan de acuerdo en demostrar esta vcrdad.
resultar una institucion política, dotada de ¡Ay de lo que no tiene mas apoyo que el
fuerza propia, y que posca una vida inde- testo de la ley! frágil columna que no evitó
pendiente de los .artículos dela ley. ¿Cómo jamás la ruina de losedilicios desmoronados:
se logra esto en un pais que lleva tres siglos caña cascada, inútil para la defensa ysolo
de régimen absoluto, y que al salir de este á propósito para lastimar la mano de quien
se ha encontrado con las alternativasde una la emplea. En toda revolucion se ve mas ó
demagogia desenfrenada y de un despotismo menos el fenómeno de una existencia legal,
militar? En tal caso se lucha siempre con luchando con una: fuerza real; si esta fuerza
dos inconvenientes opuestos; si os acercais es efectiva ynoficticia, el resultado de la
al elemento aristocrático, en vezde hombres lucha no puede ser dudoso; porque no pue-
políticos, de elevación de miras, de carácter .de serlo.el de un combate entre la robustez
firme, de actividad, de nervio, podreis tro- de grandes elementos sociales y la debilidad
pezarcon débiles cortesanos que confundan de testos escritos: poco importa que lo es-
la ambician con la vanidad, que prefieraná ten en pergaminos viejos y caracteres indes-
Iainñuenciapolítica labenévola miradade un cifrables, Ó en papelde máquina y con lujo
privado, que estimen en mas un pedazo de tipográfico.
cinta ó una placa, que cl ejercicio de la ac- El Senado actual no debe perder de vista
cion robusta que impone á los reyes y pene- las verdades que se acaban de recordar: si
tra hasta el corazon de los pueblos; si os se contenta con decir: «mi vida está en un
dirigís hacia el elemento democrático, os artículo de la Constitucion ,» su causa está
amenaza el peligro de encontraros con hom- fallada; pero si aspira á tener una vida pro-
bres díscolos y turbulentos, unos sedientos 1'1 pía, á desenvolver, á fecundar, á combinar,
de riquezas,otros confortunas improvisadas, I á organizar los elementos religiosos, socia-
sin el lustre del nacimiento, ni el hrillo de 1•.[leS y políticos que encierra; si se penetra
alta capacidad, ni mas méritos para la in- I de la altura de su mision y de lo sagradode
fluencia en los negocios del estado que una I sus deberes; si comprende sus intereses
travesura maléfica, una osadía impudente, y I mismos, entonces su existencia puede ser
una locuacidad sin límites. Hablando ingé- duradera; en las tempestades que nos ame-
nuamente, sea cual fuere el gobierno que nazau, en las hondas vicisitudes qne' sin
en adelante haya de nombrar senadores, no duda sufriremos, podria el Senado resistir á.
alcanzamos que puedabuscarlos en otra par- los vaivenes, ya sea no sucumbiendo, ya
te que en el cuerpo episcopal, en la alta no-o reapareciendo de nuevo en la superficie
bleza, en los grandes propietarios, en los 1 de la sociedad, tan pronto como se tem-




plase el ímpetu de la-primera acometida.
Cuando una institución no corresponde á


su objeto, no hay necesidad de que se la
mate; ella se muere por 'si :mismá ~ en los
momentos de 'agonía clama quizáscontra
los enemigos que-la quieren arrojar de su
puesto:¡desventúra'dal'no son enemigos,
'so.n 105 sepultureros 9:ue estan aHí paraen'-j
terrarla.No hay gobierno, no hay ley que
'pueda hacer respetar una institucion muer-
ta.no hay fuerza capaz de conservarla si-
'quiera'en su lugar pOI' mucho tiempo: por
el contrario en tales casos la ruina del pro-
tegido suele acarrear la del mismo pro-
tector:'


El senado por la índole de los elementos
que le componen, está exento de tenden-
cias rev{)luc,ionarias~ y es bien seguro que
sien esa ,direccionadelantase alguu paso,
no seria para revolver, sino para contempo-
rizar; es decir, que no lo haria nimpnlsos
de arranques tribunicios, sino por', na in-
disponerse eon'el'gobiemo.Basta ahora he-
mos:'Yisto que la cámara alta de Bspaña ha
estado completamente á discrecion del po-
der,''Siquiera se haya este empeñado en .las
medidas:masrevolucionarias. El Estamento
de 'Próceres hizo cuanto se le exigió; y el
'Senado -de la Constitucion de 1837 no fue
i(laSinll'llcá mas qae un dócil instrumento de
losgoliMernos. '¿Sucederá lo mismo conel
de la Coástitúcion de 4845?Fuerad~de"':'
searqtleno se repitiese un mal detauta
trascendencia para la importancia y aun pa-
ra la vida de la cámara alta. Si esta princi-
pia por no tener pensamientevpropio, por
centeatarse con espresar y amplificar el que
el ministerio se haya servidoinspirarle, no
oulpeá nadie 'de los contratiempos 'que las ,
revoluéiones le pudieran acarrear; si muere :
COmo sus antecesores, no morirá por asesi-
nato sino, por suicidio. No es respetadode
I()$' demas quien no se respeta á ~í propio;
no'COnl'k'rv3.SU dignidad quienno la detíen-
deoomo es,debioo;no adquiere-influencia
política quien no la' conquista; no se hace
temer quien no emplea su actividad y sus
fuerzas; Si esto es verdad en todas épocas."
lo es mucho masen tiempos .agitad~oomo ,
Jos'presentes: en ellos no bastan los títulos,
M los nombres, noel oropel: se' necesitan
hechos visibles: si estos existen, 'ÍlO'SOlí' 6el '
todoeMél'lles, pues por mas que ~id~, :
restatodavía uneierto fondo de justlcilt''yde '
M'1.tm; y de las personas y de lascorpora.L


cienes.ipuede todavia.aflrmarse:que si en.ía
esfera que les correspbade'np inflnven,es
porque,no lo.merecem i. ',¡ " •


El Senado-de '48ili't!d:b:m3oo á lomar
parte en la tesoluownr1deLgr.audes'Guestio-
nesvá evitar mUcho~;lOOles ,:á{;presenciar
colosalescacontecimientosq d6~08' 'ouales
quiera Dios no haya algunos.queiá'm gl'.MI-
de reunan lo: formidable. Trece: afiOsblJll
transcurrido-desde la muerte del último!~v
que legó.á esta desventurada, mODarquía
.tres cuestíones.capacesoada una por:slsola.·
de.lrastornar. el país .mas sosegadonla.dí-
nástiea, la religiosa y'la:política, encargan-
.do el .resolverlasála inesperiencia de una
princesa'Y ála inocencia. de su augasta.ht-
ja; treceaáes ban.eranscurrído, .",ilas -difi-
.cultades que! surgieron de oompi¡'oacioRtan
infausta, subSisten ,áun"'Ml'lsuccsOsdeN:er-
gara telmi~aronlá guerraeivil : peJf(j·¿han
cesado por· ventueatodas las prete~jones
'dinásticas'?La':r.ev.Gloci0D :destruyó la 'an.ti-
gua organizacion.rehgiosa; peto.t:haydoIt-
de asentar con sC{!iuridad el pi~rn0;estando
hecho el¡arreglo'corl'laSanta:i S:ede'~ Las
C~rtes 'de 1837 t:esolviel1otl' 'lacnestmn.po-
Ittica'ea nn sentido; las, de4iS4-5 ¡ lit! rl:JSót¡-
vieron en otro.díferente; ;u'JiJque:6sté'f8n8~
da eael terreno'legal, ¿,puede darla por ter-
minadaun.homhrarle E8ta~o"que;e~tienda
s.u vista.alporvemrde unpais dondei~:Cons­
utueren, que .selo ileva medio año de "i¡la
ha sido infringida por -el gobierno: mismo'
fortaleciéndose con el escándalo las proteS-:
tas 'de'lasfraccíoaesremlucíonaeías que no
la acept311 por su orígen:óp(jf'SQ cOJllte:i.ido?
Aparte esas cuestionesvitltlespdllque afee:..
tan.lo.mas intimo: de la sociedad, bay)a de
hacienda y la del arreglo' administra.tivo
-que si bien no son fundamentales, enten~
diendc por este nombre lo: constitucional,
son de tal gravedad en las actuales ~rOOR9­
tancias y seenlazan tan: fuertem~tMl(l"l>las
primeras, que diticilnieate ;S~ las:lJ1Odllifl.ise-
parar. Sobre t:\ot.Ol'! v'tan:tra'8ooderJtiile's ne-
gocios deberá tija;rsela.arencion.del:Srmado
en Ja-presestc-legislatara; 'Ia,dilfeosa:de¡los
intelleSCE¡d.eI¡trotlO semnfreoerá~n etasun-
todel-casamientej: ei:eN:ád1en de'lasneg'l~
1liaciones'lleDcientes con~ft:oma·mÍ' lugar:~
,importantes'debates Sóbre, lastosas eelesiás-
1i~s;'~as: cueS;t~ pohtieaS'r~vivil'ánen¡m
-discusion rolJrela 'kly' electoral; la de ha-
denda sep~tará 'en!la.reforma'del siste-
'matribuUfritl, 'y'la adrninistl'ali\t8 e1l'ltumell-


75




-6fO -
'1a,que ha.de daael.mmistro dela.Gobersa- voto, no con, arreglo ti lo que.el gobierno
-eion.deljuso queAa hecho de laauterizaeion ,inspif~isino..u Jo. que-prescriba la.:!C<lD'-
otorgada por las Córies, Pocas legislaturas, .ciencia, . . . ..;
lle,han:vlstocolllO esta.,·\londe porun.eon- i ~LSellado actual se halla en unaposicion
clitt.so,particularJ.iecirounstancias se .han de ntU(;llOma~ ventajosa que el .Estame.n~o,de


'!Ventilar,. por necesidad todos ·Ios·, grandes ,gróc.er,es,. .A.1aS<lzon ardía terrihlemeate.en-
problemas de cuya resolucicnpende.el.pon- crudecida la guerra civil; cau)pei\ua la revs-
mninle:Janaeion. españolac..Créar-que la Iucion cada ~ia mas pujanterlas pasiones


:seY'llucion está completamente terminada, y pp!ítica·s iban encendiéndoseá impulsos, de
q.útl,nos: hallamos en:lo'que'!let,apcllidauna la sangre que se vertía Yde una.discusion
situacien..normal, es vulgaridad iadigna,de todavia no gastada ; y para colmo de infor-


.un:hombre pensador: .q,,"en haya de-tomar tunio, eran en creciuo [] ÚU1cl'O los, ilusos que
parte enlos negocies, públicos; debe: comen- solo .se han desengaüadocon una. dilatada
zarpo!' penetearee profundamente de.que las série deerucles escarmientos. Valor' rilas que


.circunstancíaasoa.aumnrnente complicadas, comun se necesita para hacer frente, á la
cl1íticasy,es,trnotdinarjas,.y que estan muy c-orllbillílcion,deelcnwntos tau temibles, y
le,jDstodavia, aq,ucllos tiempos.fclices,.en que arrostrarlaimpopularidadMunastur1lasque
las ltoSas:m.amll ,hie.n.porsí,nlisrna$~sin· inaugurahan la aperLuradela¡¡¡CQrtes ccn la
neeesidadde impulso nidireecieua. .'.. ;, l1r9fan¡¡cion de losieWplo,sy,e,l:dllgiiello de
';':,f;¡QS,s~nadores~,asi'es de esperar; n6 cree- los, religiosos, y las cerrabaninsulrandoá
~rándl¡abef¡ cumplido.rcen Sl1SJ deberes-va- .uul;J,l~nistro de la coronay .asestando contra
liéedose.deeemerapsrieaeiones por la, que su pecho puñales asesinos. Las oircunstan-
se .llama:t¡vitar mayores, males:.una política cías no-son lasmismas.Xo hay guerra y por
vacilantenne-.los previene, los.amourona.y consig\liente. no hay el peligro de q-ue. un
-acde¡:a+ la: mal j~nlendida.prudenoi~bde 1·..I.eng,I,I~.íeJih.r.e.ygCllel.'OSQ. ,.pullda,se.r. a.. cusa-
.homhrssporotra.parte bien inteacionados, 49 <).e que alienta.a Jos enemigos del treno.
.puditra:produciri que vinieran sobre ,la na- 'No ,IH~Y mi!iI,;ia naó(wal; y.para,ínsultar:"á
-oiom oaíamídades siucuento.:que ellos-mis- un , senador impuncmenje , nt:! .basta _~\Jbrir-
lllos:Utlmí:can algun, diá.Cólleebimos¡)a; tem-. ·se, épll unJlnilorme.tY!~jtofear ~ Iiper,\l.d,. La
I'lanzaque: llande respírar.Iaspalahrasdaun ~~gt.l,d~~d .públíca., I\Qie~t~~Q\lo~l_ada:' á
pJlelad<lde.lá iglesia;'.pero nOfSWnFCñida :m~d¡OsJMiPh.os3§.,¡¡in~ .á ur¡,:ejército moda-
nqueHa sliu)¡lanfirU)eü~L(;Ói:l. que sape1t,~re+-' IQ!P.e.hd~syip,lillay'(j.c sumision á. las. leves.
sarse.Ias 6@lliv.i<>ciolles·profundas·, ,Iosb$ent'i- ,NQfl~ay] u.n g(jllierno que tolere jos desalue-
mien19s ,ele¡vndJ)!\i',S'táquw:setfateHie' ireli:"']'os 4~,d.as asenadas, ¡:donde .lss ha habido
(~OOP qM~'lHmtil~n¡al5ul!l;'os4eipolHiciar'Es han.sido deshechas á~a¡:¡onazos:.Nohay tam-
ltillÍ','~j"ue ~l\n¡Il(\Inhre·lperlen~ci.e:D,~e á las .p(l{;0 l,ll.lgobiernQ que.pueda. toIerarI.a!UlÍ
1)J'i'rnera~~la"IHI'41e la-sociedad por la opulea- .aun.en .s¡WiU~cro, para llaoer.,t~i,ullfarsus
'dia,;de~ forsuna y el esplendor de sunom- i(lpini(m~I>' La. conseryaciQn. del.ordenmas
bre~: .IIP;le asientabienni, d.esellcadenarselffitr}~W:IlP e~ para é!Ull, asunto de pura con-
GIJutroeLgolü61'flo 'CQIl declamaoiones viq-'V,emoocIa n, ,SInO de vida ó de muerte: el día
,lenhis;ni:.aml Itácerleoposicion sislemáti-ell.qpe;,soll,asy ~.la rcvolncion para intimidar
,oa~ ..¡k\ manera de; uudemagogb;· mas no .á. sUSadVJHSa,rios ,cometeria un suicidio.
;'C;lleenlos!;;quo-ui el: rall'g('l¡ socilI.l se 'depri- ¿,Qué ohstá~u\os, pucs" se .opondriau á que
mai' ,nL':nn-tiltlt4l·brillailté,se Ofi(Xlrezca; por los' cSCUadDfc.s manifestason fr,(lllcamunte,su
la defensa,·,de!los"pcincipjos ,méuárquicos ,opjnionen.t04a~las ,cucstione:',alln Jas,mas
,,;religiosos, ,oabogand{lpor el :iliVio,dela I delicadas, y (Üesen suyoto con ell~ela in-
;Súertedelosf:puehIQs. Ni aim losa1tosenl- depenl1e1ilci;l? '.' .
.pleado5, ;PQf ,mí\s.~onsidecac.iones· que h.a~an -, {)¡\I'a nosotr.os es poco Illcmos que incom-
dedenei' al ,gobierno dequielldependcn, ;prensibJ~,el que un homke de posici<,¡n e16-
;-deben olvidar qU'e,el. ejerciciocle las,fuu- vadaé independiente, mire al semblaptede
-ciúnes de senador. nada tiene que. ver eonunmin.istro antes, ,de dar su yoto: cuando
rils:da,$u:clUpleo respect-iv{¡:en lo.tocante iestQ¡sucedc ,s.oIo"puede cSp[icaf~e flor csa
á;6stas 50hdes'incumhe loobedieJlcía~pe~\lQStraciol1 moral, eltaode la atmó¡;iera C(}I'-


-1)},eaieU)¡mllUQÜenen !eld<el;echov la obli- ·tesannquetan fáüilllle~te ~onlagja ~á cuan-
-B80iíJJI!~ Ilu\nife~tal':su parecer y:emitirsu tos.:vj¡.len el¡. ella. Las cuestionesmas imfX'r-




tantes no, sennran CO" !(!js ojosde· unarazon
clara.edesembarazada, fuerre(srnüal través
de un prismadeniilconsideraciones secun-:
darías ,;pasajeras \ :qu.oninguna relación. ten-
drianoon elobjetoprindpal ;si con;él no'
las enlazaraun corazon-pusñámine ; incapaz
debrio y energía.rási se.sacrifica Inconve-
niencia pública á 'intereses particulares; así
se postergan grandes razones de estado por
safisfacerIaveluetaddc personagcs impor-
tantes \ . porque.iles.dan importancia almas.
apoeadasrasi se palian las defecciones. mas
vérgonzosasvelabandonode laseausas mas
santas·Fe!. olvido de losmas sagrados.debe-
res ,conda ríecesidadde.icontemporizar., do
no irr;J:al" en demasía1\ esta·.6á arfueHa i.l'I.'"
flueacia; de no atraerse la cólera de Ult:'{lrt:'
yado poderoso: yá 'esto se llama: pwden4
oia••.•:eualsi .mereciese otro-nombre que el
devi{'lana cobardía.


Afolllllnatlanlcnte\.laEspaña y:laRuropa
¡Iue 'con>témplan:aM~enado\'n(J -tcndráu que
presenciar,espéetáeuloS'tahrepugnantus::lo$
grandes ifiool'eses de lit nncion esde esperar
que serán defendidos con aqllcllu'dignid<ld y
valeuuaquecurnple á los individuos'del alto
cuerpo. Por 10 tanto se puede asegurarque
el episcopado español se mostrará digno~e
la reputaciou labrada por lossigtosj.yacen-
drada u~timamentecon'elcr¡solflelas {XlI'''''
secuéiones. Si pe:l,igra la-causa pe lauglcsie,
si el trono-se 've comprometiéo porconsejos
desaeertados, si unos pocos: quieran ¡mOHo..-
polizarel.goce de las libertadespúblicasjsí
se trata-de vejar á los puefrloscon.cargas
desmedidas, resonará, no lo dudamos, re.....
sonará' la VÚ'l de los venerables pastores;
tanto mas augusta ,ouanto mas/quebrantada
porlos años y los-sufrimientos. Esta santa
firmeza>¿podrá tener sus inconvenientes?
¿(fll\~ le importaneE\tosáquienest~ al-borde
de un sepulcro, con elcorazon en el cielo?
Nd:emas, que tatnpoco conviene 'exagerar
los. peligros; po11 nuestra parte estamospro-
fundament-e' convencidos deque en las cir-
cum~tandasactunlesJoo hay gobernante tan
osaduque se atreva áCOlheter una violen~
cía contraul1 obispo por haller manifestad(/)
sUlip¡nion en un ptllltocualquiera, sil'~ es...
eeptuar ningtlfiO ,hi auo· 1{lE> IDílsdelicados.
Hay aqllÍ algo 1nll1> que; la' inviolnbilidad
constitucional. ; hay 'Ia'inviolrrhilidad l1et mi.
rácter, v sobre tocro hay la';fuerzade:l~
cirCunstancias quedetendrian a'·Iosimpe-
lroSOS, si intentasen provocar. conflictos qu~


al.finse 'voh:erian·contra!llos misaios PW\jO~
cadores, .,.0,. ". ,,"l.; "'.:


La grandeza represéntada.en.,crecido hú",,':
mero-en'claho cuerpo,,'tarnhiffA.hCsde 'es·'
peral' quese penetra~·tl.~0'Jla~¡;:ravedad'd,e!'
sus'deberes yde la Imp~rtanllla ide su' lIJIl'"
siollJ:6 no aceptarla, ó,e~mplirW. Siqa.sinó:;
IO':hitiese ~C' condenaríaáisipropia \ 1Justi-:,
ficaria-al gobierno que nole :,quiso '(l'tor!;;w,;
elderecho hereditario, ¿Hay I peligro!> ?Mris,
grandes ··Ios -arrostrarou 'sllsma-yores: :COIlHI
quistahdo con heróicas .hazaüas los: tttulmii
qua iluswjn' á. sus ;familias., 'i'Peliglios !I:¿y"
éónde.estan.? ¿cu<1.le1! SOT,llasqué'anll~Íla,1Jani
á unccto .independiente?r:¿'se .dellOlta. 'po,:'
ventura-á los'seuadoeescomo á los'dose$~'
c~itQr.e-s:públ!cos? Diga~e lo.que se,~uifll.'a:
de la violencia rrkl'$obr8l'll'OCl\lCtuIlJ,,! sena
hacerle mucha' il'ljustici¡V~I':supol1el' ni-aun
la-posibilidad de sen~janOOg esoesos.;sies-.
tamoscendenades á; presencierlos, ;DO ven..;
deán.jamás de,lUl1gohie.¡rno1Nas6 rrnenosre..
guiar, sino Ge'¡una 's)tutlC~n;' fmucunwritd
FeYOluC'Íoolloria¡"y en esta.siteacion no ':mM"
f1arianlos homl}res d~NvllÓrá;; -antes d~llri4­
gá'l'"á .ella hubieran'tí~nidi)l'qóe: ;gal~'Bus
vidas eoudenándese ,á 'Ia: ~rn'¡grnCion¡~j ; '.. i
r .:A:.·inas' de los obispos.y.de kt"gtiande:m;
hay en el. Senado una ,esrogidu; reul).ionJ·d~
títulos'; de altos empleados ;d~ 'l1ieug"'paro~
pietarios, de hombres..distinguidos POI': su
posicion y antecedentes, eil' quienesiesde
suponerque el dictamende la conciencia y el
celo IJor el bien'públie(}~'domin'l\l'án sobre
consid..era.e...i... o.n.es parti.culares, .g'.ue. no de.ben
ser ~(e"iJiltda~ciJlJ)l~ 'iJst@.:dr.~1Ím·)WiIl1i los
intereses mas preciosos de la patria.


Nosecreaque nos proponga.mas,medir
el celo y el espíritu de' independencia por
la mayor ó menor conformidad con nuestras'
doctrinas ;.llalllilnd~ timido'y to~ido'áq'bi~n
nos 'Ia's'abrace¡y recto y !váli~nte.áqUi6h
lasdefienda ; no somos'uaR!'lnjuStos.i·Des-ea:..
mos tolerancia .para :no!lótros;;y \a)!tttoi'gli-
mos-íácilrnente á los·de1tlas;· futtmfl.mo~;tilles:-


II.trojuicio couenthaind~penáeM¡:l!¡l yM-
conocemos entosdemll.s:'ei ~r0'C;ho,de
for.marle de!lamismam~lI¡e:raj; al,disCTepár
de ;laSi opiniones agénas: lt&:lro!; ,irl'ita;íllO' lios
estraña(fll'e,l~otros;d~rfiperr de' las:nu'es-
tras. Goll{)ce1nos:muyd~n quC':enlre los se-
flaOOfes'10s habr&:en no ·tmqtteÍll)'DúilicrQ,
qU'lymiren ':Ios' negooios:haN't1lipunto.de
vistunuy:diversodeL que ndsotros\omaIIlOs;
estg "ll1ldaimp~rta;manifillstensus'MRYic-




.íl l


eiones, y obtendlláa de nosotros ya que no
el asentimiento,al menosel respeto maspro-
fundo; Lo que-combatiremos con energía no
serán-las oOD:Vllcciones ,sino las condescen-
dencias; cosas, 'muy diferentes que distin-
gue.y.deslinda muy bien la conciencia pú-
blica , por tupido que sea el velo con que
se cubra la debilidad. Si asi fuese, entonces
sietraspasar la línea fijada por las leyes, ni
faltar á los miramientos debidos á las perso-
nas ni á .las clases , teudriamos derecho á
llamar á los culpables al tribunal de la opi-
nion pública para adelantar desde ahora el
terrible fallo con que la posteridad los ha
de condenar .tendriamos derecho para de-
cirles: «vosotros fuisteis llamados por la co-
rona para ejercer junto á ella la mas impor-
tante de las funciones;y al .pesar de que la
visteis comprometida por errados consejos,
callasteis ; .en vosotrosconliaba la iglesia
p~ra que le ayudaseis á salir de su postra-
cion, y en el momento solemne enmudecis-
teis; de vosotros reclamaban ros pueblos un
aliv.io en sus cargas, esperando que eleva-
riais á los pies del trono la reverente esposi-
cion de las miserias públicas, y no lo hicis-
teis ; cuando los tiranos os pisoteen ó las
revoluciones os arrojen del santuario de las
leyes, y depriman vuestro rango, y atenten
costra vuestras propiedades, no eulpeis á
nadie; bajad los ojos s.decid: «pagamos
nuestro merecído.» .


das Con el ejercicio del libre albedrío, pro-
ducen sus efectos de manera que se los¡me~'
de prever. Creemos tambien que los hom...
bres estan sujetosá esa gran leyde espiacion
que preside á los destinos del linage huma-
no: quien comete tina falta, paga su mere-
cido tarde ó temprano, aun aquí en la tierra. ,
El proverbio: el hombre es hijo, de sus
obras, encierra una verdad profunda. Achá-
canse los infortunios al ciego capricho del
acaso, á las maquinaciones de losenemigos,
á la perfidia.de los amigos; asi procuramos
engañar nuestro amor propio para no ver la
línea de errores ,de faltas, de graves es-
travíos que'nos condujeron al abismo desde
cuyo fondo lloramos. Cuando es tiempo to-
davía,:no se escucha la voz de la razon: se
llama'importunos si.no rivales ó enemigos,
á losqueamonestan con palabrasverídicas y
severas; se inclina blandamente el oido há-
cialos halagüeños acentosde la lisonja: en-
tretanto el orgullo desvanece, el entendi-
miento se ciega, hasta que al fin se encuen-
tran los ilusosen un límite mas allá del cual
no se pasa. En vano se quiere retroceder;
allí está sentada la verdad, terrible per-
sonificacion de la fuerzade las cosas, v dice:
ya es tarde. •


Los individuos, los partidos, las nacio-


Ines, las instituciones, todo es juzgado porsus frutos y recibe segun ellos, alabanzaI ó vituperio, premio ó castigo: no de otro
medepudiera conservarse la ley de armo-
nía, sin la que todo es un caos. Para pro-
nosticar en política, no siempre es nece-
sario ser profeta: una ohservacion imparcial,
fria, severa, de los hechos, ilustra sobre el


Et.ir!\¡;enlla..CelOll.en ~ d. enero d. 1846 Y publicado en Madrid porvenir con mas seguridad de loque pu-
el 14 del mismo. diera creerse. Salvas algunas ligeras per-


turbaciones, efecto de causas estrañasv
Todo indica que caminamos á un con- casuales para nosotros que no alcanzamesá


meto. Que es inminente, nadie lo duda; la ver el conjunto de las cosas, los acontecí-
diferencia de opiniones solo puede estar en 11 mientos marchan con una regularidad ad....
que unos crean difícil y otros imposible el I mirahle: en esto se fundan los argumentos
evitado: por nuestra parte, nos inclinamos de analogía tan comunes en materias pol.íti~
mas bien á la imposibilidad que á la Jificul- cas , yque el buen sentidoreputa comOIllUY
tad: 'j á tan deplorable estremo vemos lIe- poderosos con tal que al notar semejanzas.
vades las cosasl.No somos fatalistas; por I no se olviden lasdilerencias ..Lo que elltá
el contrario, tenemos viva fé en la Provi- '1 sucediendo en España. no era difícil de pre..
dencia., en su be';lélica accion sobre. el uní- yer: estaba ya previsto: la compl.icacioo.le-t.".
verso, .y en la libertad-del hombre"; mas JOS de menguar, aumenta.cadadm,yde.cIlT
~r lomismo que creemos en la Providen- da vez se hace la crisis mas inminente , Y'6$
era, creemos tambien que el mundo moral, mas terrible un conflicto. ,; .


,á semejanzadel físico, está sometidoáeier- . Este conflicto que amenaza, ¿cuál :será?
tas J.e.y.es<, las cuales debidamente combina- ¿Cuáles serán sus resultados? ¿Qué viooi




-613-
detrás de él? No lo sabemos: lo que teme-
mos, si, es que será formidable. [Desventa-
rada nacion que parece condenada por un
terribledestino á sufrir periódicamente es-
pantosas convulsiones seguidas de cambios
profundos! Si se realizan los males cuya
prevision hace temblar á loshombres pacífi-
cos, tendremos el disgusto de haber acer-
tado en nuestros pronósticos. Mil veces lo
hemos anunciado; mil veceshemos señalado
el escollo; hemos repetido nuestros temores
con una insistencia que rayarla en importu-
nidad, si importunidad cupiese tratándose
de. un naufragio en que pueden zozobrar
ol~ieto.s sagrados. El examende la situacion I
que haremos en este artículo, es por si solo
una prueba de que por ahora no nos he-
mos equivocado: deciamos que las cosas
llegarian al punto en que se encuentran, y
han llegado ya. ¿Llegarán hasta el otro
punto que indicamos? Esta cuestion: la ha
de resolver el tiempo.


Un periódico amigo del gobierno dijo no
ha muchos días, que las cosas no podian
continuarasí, y deploraba en seguidalas ca-
tástrofes que estaba previendo; en sus pala-
bras habiaun gran fondo de razon; es ver-
dad, las cosas no podian continuar así; nos
acercamos rápidamente á una crisis, y las
crísis han menesterun desenlace,


El estado de la opinion del pais nadie lo
ignora: todos lo vemos; se disputa sobre él,
pero en el fondo de su conciencia unos y
otros han de convenir en que con justiciaó
sin ella, la impopularidad de. un gobierno
no ha sido nunca mayor; pero lo repetimos,
sobre esto se disputa, porque es de'aquellas
cosas que se ven, que se palpan, mas no se
prueban. El Sr. ministro de Estado en uno
de sus últimos discursos, apelaba al juicio
de la posteridad: hacia bien en apelar, por-
que el primer fallo hasido terrible. No obs-
tante, si no sirve de nada el hablar en ge-
neral de la opinión del pais, si á esto se
puede contestar que. las declamaciones de
los interesados en desfigurarla verdad pre-
sentan (ascosas bajo un punto de vista fal-
so, será precisoÓ quedarse sin ningun me-
dio para determinar el estadode la opinion
pública, ó dar alguna importancia á. lo que
conrazon ó sin ella, se llama órgano de di-
cha opinion, y es reconocido como tal por
los defensores de las teorías constituciona-
les. Ateniéndonos al sistema de nuestros
mismos adversarios, siguiendo las reglas


que ellos .mismos nos prescriben, vamos á
examinar lo que ahora sucede para conjetu-
rar con alguna probabilidad de acierto lo
que puede suceder en adelante.


Si la prensa no siguiticanada, ¿á qué in-
troducirla en España'? ¿A qué ponderar tan-
to sus ventajas, y no quedarse con la Gace-
ta y los diarios de avisos? Ysi algosignifica
¿cómo es que el gobierno la tiene toda con-
tra sí? Ya no estan solos los progresistas-y
absolutistas en hacer la oposicion al gobier-
no; de las filas mismas del partido-de la si-
tuacion han salido esos periódicos que tan
crudamente le combaten. ¿También estarán
solos esos periódicos? ¿Tampoco represen-
tan nada? ¿Se hallan por ventura en des-
acuerdocon laoposicion del Congreso? Decir
que hay aqui las pasiones ó las miras de es-
tos ó de aquellos hombres, sobre ser una
personalidad, no significa nada: porque aun
suponiendo que fuera indudable cuanto se
afirma, claroes que esos hombres no esta-
rán faltos de buen sentidopara comprender
lo que valenpor si solos, y que no se arro-
jarian con tal decision á una empresa, si no
contasen con el apoyo de muchos, y so-
bre todo con el profundo descontento del
pais.


La oposicion conservadora loma, de cada
dia mas, una actitud particular en que con-
viene lijar la atencion, porque sus resulta-
dos pueden ser, y probablemente serán, de
grave trascendencia.


Prescindamos de la mayor ó menor im-
portancia personal del general Narvaez,
prescindamos de la mayor ó menor legali-
dad del sistema del gobierno á cuya cabeza
se halla, prescindamos de la justicia ó injus-
ticia con que se le ataca, y contentémonos
con asentar dos hechos en los cuales debe-
rán convenir todos los hombres imparciales,
y que tampoco podrán negar los. que con
mas pasion estau lidiando en la arena po-
lítica. .


1.o La situacion actual está personifica-
da en el general Narvaez.


2.o J..os ataques de la oposicion conser-
"adora vaadirigidos principalmente contra
la existencia de esta personificaeion.


Que en el general Narv:aez está personi-
ficada la .situacionactual no lo niegan los
defensores de la-misma, y lo proclaman los
mas allegados amigos del presidente del
consejo; de milmaneras y en varias ocasio-
nes se le ha llamado el hombre necesario, y




- 61'-
eauna muy; reciente se ha insistidosdhte-e.l
particular delmod« InaS'esptícito, y hasta con 1
cierta afecta~nqt1e::p'arami~ri era menester.' I


Que la oposiei6rtdc In prensa conscrva-;' 11
dora s~ di~ig(F~J'ii1;cipalmente CO,ntraesta .
porsomficaclOll, escusado' es probarlo: ahí I
e~t~n: {os periódicos, ahí esa .polémicaque I1
dirige -tan certeramente sus I tIros contra el'¡
general Narvacz;ahf ~sta!i es~s acusaciones 11
unas vagas, otras precisas; forr'nüladas hM-I't~ con crueldad,. :~coinpafiáda~;de. insintla- I
clones quelnortIflCan el ¡amor, propio Y'qne I
lastiman algo mas ;qne~ehlmqr :proplo.EI !
público-lo ha visló; si comq'hadtcbo-nn pe-: i
riódice,' los qué asitle 'atacan:' f~\'lron un día r
íntimos amigos y,frecilérttes!coúicnshles del I1
general" laamlstád ¡'se ha ido m'ny' lejos á !
estas horas, y la franca cordialiiladdeJosl
festines se h:a'converW:lo enltichnsangricn- '1
ta, Tiempo haquy sahíarllos ;10 quev~le la ,1
llmon:se~lada con a.ora,zos en la ale.grra de '1'1
losbrindis. . . ;


Jamás nos hemos hecho ilusiones con la 11
intimida? .de.',c.jertos pe'r,s~naj,eS;S,iempÍ'l~;,h,C~ 1


1


'


moscreidoone se In hacia el general Nar-: i
vaez cont~ndomucho con ell,a; y qtle pensa- I1
ba'dem<lSIIl{lo en los hombres V sobrado po- 1I
co en las cosas: siempre hemos crcido que !!
Jos lisonjas le estraviahan , llne le 'cuhrian
los ojoscon un veto, y,nore dej,iiJnn adver-
tir el abismo que D-sus plantas seabria,
nace tres meses que lcdeciarnos verdades'
cuya realizácion está palpando, 'Yf1ue pal-
pará mastidelante,'" ,,.. .


Personinbir' tina s¡ttlaclort'~s~\'epteselltú;;
J:l:' así Niapo\eort iil rnvésti'rs~ dd con~n lado
era él representantedela sitnaciorr francesa
que encerrando inmensos intereses muchas
V varias ideas, podia sincmhargo fnrrnu-
larse de la manera siguiente: asegurarla
obra de .la-revoluétou; restablecer el úrdcn y
devolver á la Frnnciasu ascendiente en Eu-
ropa. El hombre salido del pueblorepresen-
taba la obra de la revolucion ; su mano de
hierrogarauua el órden; '! el genio de las
campañas de Italia y de Egipto aseguraba á
la Francia el recobró de su asdmdi'ente mi-
litar. Allí habia urdrombre necesario v una
personincacionco'mpleta; Yesta persoñificn-
cionera ámplia, 'grandiosa Cómo üupueblo,
fllerteen lo interior' cOmo la 'Convencion,
irrrrlon'ente y aterradora en lo' ésteriol' para'
to(}os lo!3 gabinetes que' habian comhatido ó
quisiesen-'úombatir en adelante .ú la revolu-
cidn .fr~lllcesa.


Aqaelfa'~er~(}nificacion, tan' gran~ como"
era-no: hiJbierupbdido sostenerse si '¡í cada-
instante no hubiera renovado sos titulós
si 'no seh:uhiefa hañatlo~en \118 Hauas miSfe~
riosas qae comoal hCroe'de\a fMlllla le l1a-'-
ciarr iuyulnerahle.: Es' 'IH'oclalmtdo cónsul v,
corre á vencer-en Marengd.'·Setiiie"llrdia:
demain1p(jl'¡~I; vtriunfn en Austetlitz yen
Jena. Bu sÍI coronono brillan ltis piedras
preciosas de una herenciade cat&ttesiglos;
pcro él cuida de suplir el vaCíoconlos'tto'-
feos recogidos en hatallasdegigan~cs,;¡ "


Esta es :Ia condiciort-indispénsable deto-
da personiñcaeion pnsugera ;' ft;Mv:irdecoh'.;
ttnuo-Ios tltulos ,hacerse invulnerabte UO'
diay otro-dra. Si estacomticionfaltlí;ltd'perL
sonificncion desnpárece. .,.'oo


¿Qué se 'qujel~persiJn¡llcafenEspaña?
¡.los inten'ses de larevolucion, la seguiiidad
del tronn.Taoonsohdaclon del 'ól'den,lasre-
fOl'masadministrativas, la reot!!ailiz'acion
social que ha de surgirdel cnrts?"taeslen-'
sion.de estos o'h~~tos déhieranhaberla ' me-
dido los q:ne tan facilmeutohahlan de per-
sonilicaclones v-que contal ligereza irnpro->
visan á los hombres n(~cesarios;. j O,ÁVe
imprudencia! . El partido PI'Og'ti'Ststa t~l"O
tamhiensn hú:-:"'lre nece~arí(f,y,h~eo~b
le hizo pedazos como 'Un tdoto~e ba'l'ffE'El
partido dOIHinanteha que'rilto cl'e'~r$~i tam--
hien su hOln:hrciheéesarío,y ha '&lmfirrime-
tido á estehcmhre vse ha cdmp['oin(~tido iÍ
si propio. Donde el 'trono se-conserva-, iil)
hay personificilCio[} dlirndera¡i&sihle, sino
en el tronomismo : quien. diga' lo contrario
Ó seengaña torpemente , ó 'adula.


En un discursorcciente , el ,!n~neral'Ndr'';
vaez negó la existencia lid poder ln:il'itar, y
se"esforzó en probar que su papel en el
ministerio era igual' al de sus compnñeros»
esto podrá ser muy verdadero, pero la díti.:.t
cultad está en que nadie se querrá persua-
dir de semejante Verdad. Que salga delmi-
nisterio un individuo cualquiera, ;.se altera
por esto el sistema? ¿Se creerá en 1.In 'cain:..
bio'dc política'? ¿Se considcrará la mudama
como un snceso itnportante'! Claro· é;s qiie
no : 'pero que amanezca un diaenque S~
diga: «~arvaez esta fuera del ministerio; ha
rellunciadoó há caido,» ¿el sentido fOm'¡)ll
no unirá á lanotieia, la previsionde gravi~
simasmudaÍlzas? Hay cosas en que es' in',:.
útil'insistir;v csta es' una de elJas.Querer
persuadir qu'c la pernianeneia {) salida del
general Narvaez, significa Jomismoqtie-:Iil'




- 6t:.í -
.de Q~ro miembro del gabinete, es empresa peto á otro, por-elevado que. sea surango,
t,cllwraria. ¿De esto qué n;sulta~ Es muy por distinguidos que seaüsus rnerecimien-
-s!W~.ilJo: resulta la :~xisteIl¡:iadeJap~rsoni- tos; "el corazon.late de,;orgu,llo;vla frente


iicillf.Í9.n, su evidenciapara todo el mundo, se levanta, y losejos.se fijan sobre el nue-
I} que .las :lleg(lti~as ,actuales adolecen del vo ídolo como diciendo: ¿quién es "este
.inconveuiente de estar en contradiecion con hombre? Ó, ::.. ,
.hcchosqúe se p~lpan. Los que: adulan' á las personas éolocadas


,Sinlílinviolahilidlld, la personificaciones en posicionsemejante á.la delgeI)eraINar:'"
un sueño: razon por la cual en todas las : vaezvno.Ies h~bl~nsi[lo de la-envidia de
tcoúas,constitucionales aun las mas latas, 1¡1"su.s rivales: pluslOn! HaY' aquí otro sentí-
'S,~ pope al monarca á cubierto .delos ata- I mieate mas poderoso que elde la envidia,
Hüesde)a trihuna y de .la prensa, Esta in- '1 por lQmism,Q ,que: no es innoble y no .está
.violahilidad no puede poseerla.:legalmente I reducido á estrecho. número.' En la opinión
sino ,el, Iley; y nOlwedé adquirirl» de Ipúbl¡~a no hay jamás verdadera envidia:
hecho 51110 un hombre estraordinario v colo- .unanacion no envidia nunca áun 'hombro:
tildo en cirounstnncias tamhien estúv)rdin'a- ro 'Q4e ,hay es uo. .sentimiento de dignidad
rías, queá todas horas"le ofrezcan. ocns,ionquese; opone áquenedie se levante dema-
de merecerlamas y mas, Y Iy a~~~quen rá- I.siado Sl)h~:ecl·nivelregulaf.~ á no ser que
pidan;¡, e,lI~y.á .e,onquist":lrl,,G\ en,' el t~~reno,',de :.üiTOUllstal1eiasmuy; pstir.a{)rdinarias legitimen
la ley~ dl~Sv~esdy haher)a ,~o,nqlJj!'ltadpc!n Ila elevapil1Jl"Estas:: eironnstaacias .no exis-
el.de.loshechos, c()l)heró.icasPa:zaf¡as~ ¿Pe\'- . tene~:IEspaña¡;.e1 mismo Napoléori, tenien-
I.I1it~rnada de esto .la si~u\tcio~l delJ1sRaña? Idoá;~u lado·l.tU: t1;~, no.hubiera.podido
¿Exi~ten pi tales hombresni tAle~,co~ílS? y i;ser IDLra cosa que ,un,grancapitan,.:peroja-
np~);istiendo, quien pretepda, PyrS9HifiQ!lr I m¡'¡s'¡~pcrs,'{l~i,fiea,don' de u~,,'plleblo'SaHdo
ha de estar sometido. auna. aceren disolven- de Ia nevolucwo""j;', 1, .'" .
te que mina su poder y deslusunsu perso-' ,E&t:l es una.Iey.dei-la )mmana naturaleza
na, y enOaqllece ,Sil reputaóou J le prepara !i contra.Jo cu~J es inútit luchar. Lamonarquía
uo.a,caul~.qlfe pue,desel' mas.t.an)e ú mas ¡¡,fuera imposible sr-no estuviese cubierta con
te,',llP,ran,0",' "pero 'que, e,s si,e, n-1Prfl,',·',ine,',Yita,ble. ¡ll:lI(JObIC escudo de la,' inviolabilidad de dei-~oh:)Y: hahilid~41 po )l<\y fin~1e:~ad~' carác- : reohoquele asegu ríln\as leyes ;y de-la, de
Wr."l\ü lH\y<:~l)~r.giíl d.\l ..Ull!11l0¡/Strp.!Rsp'on,-. '1 hecho que nace de :~s ideas y sentimientos
sablefme J;lu~da: ;s~s.t~nqrlrv~n i~UrlP,e,~~~\Ili¡¡- de,IDs. pueblos, Quien no pueda.levantarse á
caeion contra at~guystanl'eciQs, ~an,~¡Y9,s, I tanta, altura y sin embargo.necesite de esta
tanconstantes corno son los ~~.,Iil p(cnsa;Si I,.ínMiola\tilillad pura ejercer-las funciones que
.l~ opirtÍoupúhlico fe fue.seJaYo¡'ql\l~lJléga- '1 ,e,xige.u"a pedonilic3cloJ1 pol'fica, que 'sea
ría á volverse contra él ;cl\ap,do no fuera: ,~Igpnllls que,·1\1 ,dequ:n,IrJ,12ro ministrO'tes-


'P,OI; o,,tra, ,.qaus,~",por",c;lp, ,Iaeer d.e, míq\r:c,ai,do I pOlipa,I,)'J~, !,úl.da i eSPCl1imentad : I,avrielta!de
a;l que, Sé, v,t; mQj' [cv:all,t(\do. ~as ideas, las .pOClllie~ll)oJQ$; efectosde la ooll'ihh~' accion
.costu[};lhre.~,)aslpy.cs,.la re!¡gl(¡n". todo ~o- I a que se halla .sometide.. Una,gramle:6tIer-
hustecide por)aaccionqelliclllPR, han lle- .gía de:c<U'áGter;,podrá .lilgrarqw1.!Ís q:o~ IllS
gado á elcVilf. álp~mónarcasá una region ¡ tentativas.viol:eritas no,alcanee-n áprevaleeer,
t¡lnsupe.rior·".quelos pucblq~. esperiQlentan 'es ,decir,i.~llleel podel"lIQ's~a::riJ1o;'pero un
una especie de sentimi.ellto a'e prnfunda Ve- !,poder no solo seuompe,,;sino qu:e: tJambiell'~e
ncraciqn qpe los hace mirar'al trono·.como !;d~sipa;porl{ue cuando está'Sujdo'á: ~f1a, aec-
una., i\l~titucion .sobrehllmana, y considcr~r '11 cion continua,de,.<iestruecion, al tin se 'va
,al 'luy, ~n.. ,0.,'1 ,sc ~ie, ~ta Gom() U)l se,n~i-,d, josso,- , enllaquecÍtm~ó y adeJ!?azando pordecirlo'así,
h,r.G la tlelTa, ; na,d,.'C .s'e,.c,ree hU, m,,I.lla,d"O, .por I h"asta: uega,r a ull·:!Iml!.e, e.n,el,eual' no se
tener quetributa,I\&Us homenag~s Aun mo- I quebrantfl,sé,desvan'cce. ; i; .
naréa; el militar,enca!Wcido én JQ'~. comba- 1 Es decr,eef qB,e: e~taB'verdades no se ha-
tes,. el grande úf,aúo' M·los iítulosd~ su al- liyan ocultadodell.QdijlQLpresidente delco»:.,.
<;U1nia, el hombre dc'e:sta,do .que hadirigi-'I:' ~e:io ,yá susa~¡g(;}s,.y,:q'\'lese hayu pensado
do durante largos añl,)S las rIendas del go- '] masd,eUtlla:Vez ~n,ata.HU',:Ios pr,ogresosd,e
hierno, no tienen á menos besar la mano ¡un daño qpe qarla:di¡a.scpr,esenta mas ame-
de un régio infante clue llora en unn cuna; I¡ nazaó\lkPero i\f1uL.efltála dilicultad~Qquí sr.
pero exigidles que muestren demasiado res-: tl tl'Opiezaeon ,(¡)hstáculos insllpembles.:Suprl-




- 646-
mir del todo la prensa es cosa posible por el proclama altamente su intento de combatir
momento, pero despues¿ qué se hace? La una anomalía perjudicial, queen su coiieep-
supresiones interina ó detinitiva; en el pri- to es una calamidad párala misma situaeilín
mer caso, es una mera suspension que no V la conduce á su ruina. No solo se mantie-
hará mas que aumentar la fuerza de los re~ oe en el círculo de la legitimidad de la Reina
sortes que con violencia se habrían compri- y de la Constitucion, sinoque ni aunsalede
mido. Si es definitiva ¿ qué se hace de las la situacion misma: Narvaez es moderado,
Cortes? ¿qué de la Constitucion? ¿qué del la oposicion tambien; Narvaez contribuyó á
sistema representativo? ¿Es posible la situa- derribar á Espartero, los hombres de la
cion actual convertidaen gobierno absoluto? oposicion tamhien: Narvaez está comprome-
¿,Cuánto tiempo podrá durar? Por nuestra tido por la situacion , sin que le sea dable
parte creemos que esto fuera un centrasen- avanzar ni retroceder, loshombres dela opo-
tido, un absurdo tan grande, que estamos sicion tambicn: ¿cómo se los ataca? ¿Se los
seguros no cabe en ningun cerebro bienor- 1I11ma anarquistas? Ellos condenan la anar-
ganizado. Ademas, si ideastan descabelladas quia. ¿Se los llama carlistas? Ellos anate-
pudiesen realizarse, ¿ quién asegura que de matizan el matrimonio del conde de Monte-
este modo se consolida el poder combatido? molino ¿ Se los llamaretrógrados? Ellos cla-
¿No le amenazarían otros riesgos de nueva man contra el retroceso. ¿Qué se les achaca
especie? ¿No se veria privadode auxiliares pues? Rivalidad, imprudencia, esparcimíen-
que en determinados casos podrán no serie to de discordia en una casa de hermanos:
inútiles1 El instinto de conservacion ha de acusacion descolorida que jamás puede au-
enseñar á los interesados mas que todas las torizar las violencias; acusacion tímida ca-
reflexiones: el dia en que se pensase en una paz de desarmar el brazo de I,a.ven~anza
abolición completa de las formas represen- misma.. Y sin embargo, la OposlclGn sigue,
tativas, aquel dia se preguntarían los hom- y seguirá probablemente; y considerables
hres de todos los partidos; ¿ para esto una fondos se hallanpreparados para sostenerla;
guerra de siete años? ¿para esto tanto re- resolviendo asi el problema de si es ó nopo-
chazar á D. Carlos V á toda su familia? No sible el refrenar la prensa por un aumento
hay remedio: se ha' reducido mucho el sis- de depósito y de.multas. .'
tema de libertad; tampoco será imposible re- ¿A dónde vamos á parar? ¿Cual sera el
ducirle todavía mas, particularmente en ma- desenlace de esa cri~is que esta~os presen-
teria de imprenta: pero es necesario dejar ciando en el seno mismo de la situacion? La
algo, y este algo basta y sobra para acabar oposición no lleva camino de ceder: su blan-
CQn el. prestigio de cualquiera que no se co es el general Narvaez, y Narvaez es hom-
eleve á la altura deltrono, Un gobiernoque hre nada flexible; ¿ á dónde vamos á parar?
se fundaen un principio, por mas que pro- Súmense con estaoposicion todas lasdemas;
cure desvirtuar las consecuencias de este, añádanse los gravísimos poblemas qu~. se
se ve siempre forzado á sufrirlas en mayoró han de resolver, sin mucha tardanza; auen-
menor escala: el resultado es el mismo, si dase á la exasperación de los partidos, al
lo que falta de accion se suple conel tiempo choque de las opinio~es, no se echen en 01-
el efecto es mas tardío; pero llega.. vido los efectos del sistema tributario, nada


Senos dirá que no son necesarias ni la á propósito para calmar, y dígase si no es
supresien ni la suspensión, y que es bastan- mucha verdad loque asentábamos al comen-
tela aplicacion severa del rigor de las leyes; zar el presente artículo; todoindica que ca-
mas ¡,por qué no basta ahora1 ¿es que no minamos á un conflicto. El año 184.6 se ha
se quiere aplicar?¡ vana ilusíon! Ciñámonos inaugurado con un ruidoso manifiesto y de


.á la oposicionconservadora que es la que sienífícacion trascendental, ¿ cómo estare-
incomoda particularmente 111 gohierno , y m~s á principios de 18471 Curioso fuera des-
que no es en verdad la que le hace menos correr el velo. Considérese lo que hemos
daño: la oposicion conservadora atacando al presenciado en 1845, y calcúlese loque pu-
.general Narvaez será si se quiere dura, in- diéramos presenciar en 184-6.
grata, injusta ó lo que mas agrade llamarla;
.pero es-rigurosamente legal, porque ni ataca
aUI'ODO, ni la Constitucion del Estado, ni
la legitimidad de la misma situacion, pues




617 -
EIJ lIANU'lE8TO I en su cartera la voluntad del monarca:


I cuando el soberano se resiste es compelido
I por la amenaza; el débil cortesano cree que


IDIU llnJ.fiFJ'11'll lJ)(»EJ lll11lli.ll(l)l)J]. gobernar es servir, y confunde sus atribu-
ciones con las de un dependiente de palacio.


Escrito en Barcelona ,.¡ 1" de enero de 18.6, Y publicado en El tribuno toma la régia morada por la pla-
lladrid el 21 del mismo. za pública; el cortesa~o se llama ministro,


y no es mas que gentil-hombre.
A los ojos de una filosofía superficial, la Pero volvamos á la importancia de las fa-


monarquía hereditaria es una necedad in- millas .reales.. Ya hemos dicho que estas
comprensible; á los ojos de una filosofía no se improvisan, y que cuanto las afecta,
profunda, es una de las ideas mas grandes afecta tambien á la nacion. La historia
y mas felices de la ciencia política. El soíis- atestigua esta verdad, y la esperiencia lo
ma y las vanas cavilaciones estan por la I ha hecho sentir ti la España de una manera
primera; la historia, la esperiencia, el buen 11 cruel. A fines del siglo pasado se agitaban
sentido y el conocimiento del corazon hu- I en.el. r~al palacio lamentables pasiones; á
mano, son los argumentos en que se apoya I pnncrpios del presente se urdian intrigas
la segunda. «¿Por qué motivo se han de entre los individuos de la augusta familia:
privar 105 pueblos del derecho de elección? lo~ cortesanos .s?lo veianen todo aquello ca-
¿.por qué se han de esponer a ser goberna- prichos y ambiciones personales que no ha-
dos por un malvado ó un imbécil?» Así ha- bian de trascender al pais, negocios de cor-
bla el sofisma: y la cuerda razon le contes- . te, de los que dehia sacar cada cual el me-
ta, que todos esos males, aun llevados á la I jor partidoposible: untitulo... una pension ...
mayor exageracion, son menores que los una cruz.... una. mirada benévola .... cual-
acarreados por las fluctuaciones de una re- quiera cosa. ¡Desventurados! ¡un negocio
pública ó de una monarquía electiva. «¿Por de corte! humillacion, la independencia en
qué' al menos ·no se han de cambiar con peligro, devastacion, ruinas, torrentes de
mas frecuencia las familias en que se vin- sangre... hé aqui las consecuencias. Quin-
culan los derechos al trono?» Primero: por- ce años hace los cortesanos se contaban al
que una familia real no se improvisa: se- oido el dicho, el gesto de tal ó cual perso-
gundo, porque aun suponiéndola existente, naje; no se preguntaban qué sucederá, sino
no se hace la sustitucion sin inconvenientes qué se dice, qué se piensa en la córte : ¿veis
de mucha gravedad. Todo lo que afecta á los resultados? Mirad á los miembros de la
las familias reales, es de un interés nacio- real familia arrojados á larga distancia unos
nal ; en ellas no hay asuntos de familia pro- de otros l cual leves hojas barridas por el
piamente dichos: sus alegrias se celebran huracan; mirad sobre todo á una nacion de
con fiestas nacionales; sus duelos son \lora- catorce millones víctima de la guerra civil,
dos con luto popular: esto no es lisonja de víctima de la revolucion, víctima del mas
los pueblos; los pueblos en masa no adulan, hondo desconcierto, buscando en vanov por
es la verdad, y verdad profunda: el horós- medio de incesantesconvulsiones, el aplomo
copo de las naciones puede leerse en el al- perdido.
cazar de los reveso Quizás ahora mismo, v no obstante tan


Los hombres de estado debieran tener 'rudos escarmientos, se agitan también nue-
muy presente una verdad tan importante; vas intrigas: tampoco los cortesanos deben
no para entrometerse en negocios que no.les ! de ver otra cosa que un asunto particular á
pertenezcan, ó convertir en materias de i cuyo desenlace conviene estar preparados:
simples combinaciones políticas, objetos au- el instinto nacional juzga de otro modo: por
gustos; pero sí para no dejar que errados los sucesos se verá quién acierta.
consejos ó malas pasiones se introduzcan en Lo decimos con la convíccíon mas pro-
los palacios de Jos reyes, derramando desde funda: la situacion de la familia real de Es-
allí sobre los pueblos calamidades sin cuen- paña nos inspira grandes temores sobre el
too Desgraciadamente, muchos de los hom- porvenir, asi de ella misma como de la na-
hres que se apellidan de estado no son mas cion. La division, lejos de remediarse, se
quc tribunos ó cortesanos; estremos igual- aumenta, y todos los verdaderos amantes
mente peligrosos. El tribuno quiere llevar del trono, todos los verdaderos amantes de


76 .




- 541'1 -
su patria deben fijar la consideracion sobre l' les escarmientos; todavía creemos que si '
un objeto de tamaña trascendencia. ¿Se ha hay empeño en un mal camino, se acabará
reflexionado bastante sobre lo que está acon- por cejar, escuchando la vozde la razon, de
teeiendo y lo que puedeaeontecer? ¿Se ha la historia, de la esperiencia, de la concien-
reflexionado bastante sobre los sucesos que cia. del honor, y hasta del interés propio.
dentro de breves años pudiéramos presen- Con respecto á la division que estamos
ciar? Permítasenos insistir sobre este punto, lamentando, y cuyas consecuencias' nos
llamar sobre él la atencion de todos los es- hacen temblar, no culpamos á nadie: la
pañoles honrados, sea cual fuere el partido materia es sobrado delicada para que des-
á que pertenezcan. No provocamos una dis- cendainos a pormenores, con el objeto dé
cusion imprudente; indicamos hechos pú- deslindar la parte. de censura ó alabanza
blicos, entre los cuales figura también el que corresponda a estas ó aquellas perso-
que acaba de presenciar la España asombra- Has: no hacemos lilas (ILle señalar un he-
da, y del cual decía con razón un periódico cho para nosotros alaruiante , y decir á los
amigo del gobierno: nos alarma, demas : « ¿esto no os alarma tambien?»


¿Cuál es la situacion de la real familia? Afortunadamente ha~ aqul un campo en
Consta de tres ramas, de las cuales solo quc no tienen necesidad de dividirse los
una mora en el regio palacio, En este pala- partidos: caua cual puede conservar su
cio, donde hace poeos años se hallaban reu- opinion sobre todas las cuestiones, convi-
nidas todas. ahora solo vemos á los dos au- lUiendO eu la funesta gravedad del mal que
gustos vástagos de Fernando VIL ¿ No es deploramos. Dirlase que se olvidan por mo-
triste, no es desconsolador, no es motivo de I mentes de lo que son, para no recordarsino
funestos presagios, el ver á las dos inocen- I que son españoles: todos se bailan domina-
tes huérfanas enteramente solas, separadas dos por una desazón profunda, cual si
de los augustos parientes que la naturaleza I presintiesen acontecimientos formidables;
n.1isma está indicando eomo sus defensores'? I en la diferenciade opiniones sobre el rumbo
¿No es triste ver á una real familia, en que mas acertado, no se les oye á todos masque
se cuenta á un príncipe en -la flor de sus una voz, un gnto penetrante: «aquí hay
años con pretensiones á la corona, á dos I un escollo; nos perdéis para siempre; hay
hermanos de este, herederos de la misma . un escollo: i á donde vais !» ..... Seria in-
pretension, sirviendo en un ejército estrau- I teresante la coleccion de los sentidos acen-
gero; á un tio muy jóven aun, que despucs tos, de las siniestras profecías que este
de haber acaudillado uno de los ejércitos \ negocio ha provocado en la prensa; pero
comb~tientes. en l~ guerra civil, es~á conde- difícilmente se puede decir mas y con ma-
nado ala emigracron yen espectatíva de los I yor clandad de lo que se lee en el E5pañol
acontecimientos; á otro jóven príncipe que en su número del '2 del corriente enero:
en la capital misma, á presencia de suau- «Los que sostengan. pues, que la Reina
gusta prima, publica un jfanifi'esto, en que puede y debe casarse sin esperar á que la
se habla altamente «contra las intrigas de opinion de las Cortes le sea conocida sobre
aquellos que quisieran parodiar el reinado la eleccion de esposo, que su inesperiencia
de Carlos Il'l» ¿Dónde estamos? ¿qué si-inspire influencias no responsables ó estra-
tuaciones esta? ¿qué porvenir nos aguarda? [' ñas á lagloria y la felicidad del pais, esos se
¿Hay hombres. que lo contemplen tranqui- 11 declaran desde. ahora partidarios, sosten-e-
los? ¿Hay quien n,o p!'evea I~ que pue.de ,1 dores y.comphces dr; la boda napolitana,
resultar de la combinacion de crrcunstancras 1I delmatnmomo cuvas inmediatas consecuen-
tan infaustas? ¿Hay todavía quien ose arro- li cías necesarias son:
jar leña al combustible? ¿ Hay quien eche j'l «Debilitar el trono, dándole por sosten
sobre sí la trcmcn~a responsabiti~ad de á un ~iiío afeminado, que será forzosamen-
~omprometer los destinos de una ~aC1on, de te el mstrumento de los que le traigan.á
Jugar eon la suerte de catorce millones de I España, y el complaciente de cuantas miras
españoles, de trasmitir á las generaciones I cuadren asus protectores.
futuras \&8 catastrofesde la presente'! Toda-: «Escluir de hecho de la sucesion á la co-
vía no podemos persuadirnos qu~ á tal es- I rona.á ~os príncipes de la dinastía reinante,
tremo llegue la ceguedad; todavía espera- I conviruendo en naturales enemiqoe de la
mosqne de algoservirá el recuerdo dc crue- ~ Reina y del pais á los que conservan dere-




-- GI9 -
chos eventuales, v a quienes, íJi bien ha- los partidos. La cuestion no es de derecho,
ria plegará su deher y a lo que exige el sino de hecho; la cuestión esta en si esos
bien del reino la eleccionde un marido que partidos yesos hombres llevarán su error
añadiese fucrza y esplendor al trono, la de ósu maldad hasta un punto peligroso para
un príncipe napolitano, pobre, necesitado, la tranquilidad pública; la cuestion está en
sin prestigio, sin valor, sin prendas perso- si es prudente arrostrar. la impopularidad
nales les inspiraria despecho JI rabia y los hasta semejante estremo; la cuestion está
colocaria, a pesar suyo, lÍ lacabeza de todas en si es ó no político el hacer mas profunda
las agitaciones que el órden natural de los la division de la Real familia, y dar un pa-
sucesosy el descontento pudieranproducir.» so del cual no se pueda retroceder, dicien-


¡,Qué seria de la España si se cumplie- Jo al partido progresista, y al montemoli-
ran tan tristes pronósticos? Y atendido lo nista , v á la inmensa mavoría del modera-
que nos enseñan la historia y la esperiencia do: Jamás. •
sobre los terribles erectosde la ambician v En política es preciso tratar de las cosas,
otras pasiones del corazou humano, ¿quién no como deberian ser, no como se desean,
podrá decir que esos pronósticos sean va- sino como son. Convenimos en que el ma-
nos? Si se hiciese el casamiento con el trimonio con el conde de Trápani no seria
conde de Trápani , y sobre la enemistad peligroso si se pudiese lograr lo siguiente,
de la rama proscrita hubiese la enemistad, Persuadir al partido progresista que lo
ó la rivalidad, ó siquiera el descontento de aceptase, ya que no como una cosa buena,
la otra, tendriamos á una augusta Niña de al menos como un sacrificio.
muy pocos afIas., sin mas consejero ni sos- Persuadir al partido moderado que imita-
ten que otro ruño tambien de muy corta se á los progresistas en su resignacion , y
edad , en presencia de un crecido número que se olvidase de cuanto ha dicho en las
de adversarios de la Real familia, todos reuniones, en la prensa y en la tribuna.
varones , en la flor de sus años y de e05- Persuadir al partido del conde de Monte-
tumhrcs militares; en una nacion donde molin, que se contentase con el de Trápani,
hay un fuerte partidoque comhatió reciente- y que no se acordase mas del proscrito da
mente con las armas en la mano el trono de Bourges.
Isabel lL; donde hay otro partido ansioso Persuadir al infante D. Enrique de que no
de revolucion, osado, terrible, que solo es convenientehacer manifiestos políticos de
espera la oportunidad para dar el golpe, y ninguna clase; mucho menos 'si los han de
que se agruparía en torno de quien escri- alabar los periódicos progresistas y han de
bicse en su bandera independencia JI liber- alarmar á un periódico del gobierno; menos
lado Aun en el mismo partido moderado, todavía si se han de condenar las intrigas de
los hombres mas iníluvcntes se han com- los que quisieran parodiarel reinado deCár~


prometido de le? me?ner':; }})c15 esplíciía contra los JI.
el .cOl~de d~ ~ráp~ní; de suerte que si este Persuadir á este príncipe y demas, que se
pnncipe vuuese a Espaila tendria que lu- unan íntimamente con el conde de Trápani,
chal' con tantas y tan graves dificultades, y que sean sus mas firmessostenedores, co-
que de ellas no podría salir en bien, aun mo parientes y como amigos, en todocuauto
cu~ndo en vez de las cualidades que se le pueda ocurrir de favorable ó adverso, asi en
atnbuyc!1' y sobye las que nos abste.ndre- la corte como en el campo.
mus de Juzgar. fues~ por ,el contrano un Persuadir al conde de l\Iontemolin, que á
h?mbre de ~Ita capacidad, ue grande ener-, la edad de 27 años abandone todas sus pre-
gIa? de, carácter íirme , y de consumadaes- il tensiones, y se resigne á una emigracion
penencia. ¡\ perpetua viviendo de 10 que se sirvan dar-


De nada sirve el de,cir que estos peligros 1\ le l~s gobiernos estrangeros, ó de una mo-
nacen de los errores o.de 1a maldad de los: desta pension que se digne señalarle el go-
hO.ll1bres y de los partidos, y que [os CO\l- II bierno español.
sejeros de S. M., tanto los responsables co- I Persuadir á los hijos de D. Cárlosque sir-
ITlO los que se hallen P;I1 distinta esfera, es- 11 ven en .el ejército de Cerdeña, que se resig-
tan; en su dereel~o al inclinar el ánimo de la '11 nen d.e[ mismo modo á no pisar jamá.s el sue-
Boina en el sentido que consideren conve- l' lo de su patria, y a vivir del sueldo de coro-
mente, mal que les pese á los hombres y á neles en un ejército estrangero.




- 620-
Persuadir á D. Sebastian que se resigne 11 El cuadroque acabamos de trazar no es


á lo mismo, olvidando el tiempo de su man- ciertamente muy halagiieiio; pero es íiel,
do en las provincias, no haciendo caso de exacto hasta lo sumo. Si hay un solo hecho
que se hayan perdidoparasiempre las espe- falso, desmiéntase; si líayuna sola persona
ranzas de la causa que sostuvo, y que con traida mal á propósito, señálesela: nos he-
ella se haya hundido él y toda su familia. mos referido á los actos públicos, nada. mas;


Persuadir á todos los'gabinetes estrange- ni siquiera loshemos comentado; nos hemos
ros, y. particularmente á la Inglaterra, que contentado con esponerlos. En vista de este
nada Importa el que la Francia alcance en cuadro, ¿quién tiene razon: la oposicion
España una influencia esclusiva, pública, ó los que se empellan en eontrariar-


Persuadir á laprensa que no conviene ha- Ila? ¿Quién mira por el lustre, por la digni-
blar mas contrael conde de Trápani. I dad, por la seguridad del trono: la opinion


Persuadir al pueblo español en masa, que pública, ó sus adversarios? ¿ Quién es mas
el conde de Trápani no es tal como lo pinta político mas previsor, mas cuerdo? ¿ De
la prensa. dónde vienen las lecciones de prudencia: de


Persuadir á este mismo pueblo, que este arriba abaj~, ó de abajo arriba?
matrimonio es obra solamente española, y En semejantes materias, la gravedad del
que paranadaintervieneel gabinete francés. asunto y el temor de herir á determinadas


Persuadirá este mismo pueblo que no hay personas, imponen al escritor suma reserva
aqm otras influencias nada populares. en todo cuanto no es del dominio de la dis-


Persuadir al mismo pueblo que con este cusion pública; pero con todo el respeto que
matrimonio no se trata de perpetuar las in- ellas se merecen,no hemos podido menos de
dicadas influencias, asi en lo interior como consignar el funesto hecho de la divisionen
en lo esterior. la Real familia, y las trascendentales con-


Persuadir á los liberales que el conde de secuencias á que·pudiera dar ocasion en un
Trápani será el mas firme baluarte de la li- porvenir mas ó menos próximo. Hemos (Iue-
bertad; á los monárquicos, que será el me- rido señalar un escollo que todo el mundo
jor escudodel trono; á los hombrespacíficos ve, escepto Jos que á él dirigen su rumbo.
que será la mas valedera garantía del órden Tal vez se dirá que hemos dado á la prensa
público; á los facciosos, que será temible; á sobrada importancia; que nos alarmamos
los económicos, que será una prenda de demasiado con las profecías: quisiéramos en-
buena administracion, de ahorros y de ali- gaüarnos; quisiéramos que los males que
vios para el pueblo; á los militares, que será nos amenazan fueran meras visiones, que
emblema de valor y de gloria: á los mari- los melancólicos profetas fueran profetas fal-
'nos,queserá elorgullo delpabellonnacional. sos; pero mucho recelamos, y no perderemos


Si estas persuasiones se obtienen, no ha- este recelo sino con favorable esperiencia,
brá dificultad en el matrimonio con el conde mucho recelamos que esosprofetas falsos no
de Trápani; .pero si esto no se logra, ¿ qué lo sean á lamaneradel falso profetadel Con-
importa el que sean ó no calumnias cuanto greso , del Sr. Pacheco , que tan mal parada
se dice; el que sea ilegal lo que se haga; el dejó la prevision del Sr. ministro de Estado.
que la oposicion al condede Trápanisea una Ya que de profecías estamos hablando, no
especie de vértigoque trastorna las cabezas? es posible dejar en olvido una indicación que
No se trata de lo que dehiera ó pudiera ha- se hizoen el Senado. No la llamaremos pro-
her, sino de lo que hay; bajo este punto de fecía porqueno es probable que el señor se-
vista miraríamos el negocio, aun cuando nador tuviese intencion de hacer profecías,
fuéramos partidarios del conde de Trápani; mucho menos una tan siniestra. Aludimos á
]0 demases una política hipotética, no po- las palabras del Sr. Luzuriaga en la sesion
sitiva; es una especie de diplomacia que se del:3-1 de diciembre, replicando al señor
contenta con la verdad poética sin cuidarse ministro de la Guerra. Si en efecto fueron
de la real; que crea un hecho, una persona tales como las poneel Clamor Público ensu
con determinadas circunstancias, con el ca- número del 1.o de enero; si no hay alguna
rácter que mejor parece, y que desarrolla equivocacion, cosa muy fácil en estas mate-
los acontecimientos y las acciones en un rías, estrañamos que no hayan llamad? mas
mundo puramente ideal, que nada tiene que la atencion de la prensaamiga del gobierno.
ver con el mundo de la realidad. Héaquí las palabras del citado periódico:




- 621 -
«()Iucho nos satisfizo la dignidad con que dió 1 nero de f~tfoceso en la carrera de nuestra
una leccion al señor ministro de la Guerra, I regeneracron.:
haciéndole comprender que los hombresen- «Sea cual fuere la eleccion de mi augus-
cargados del [ejercicio de la autoridad su- ta prima, yo seré el primero en acatarla,
prema no deben pertenecer á ningun partido. persuadido de que el príncipe que merezca
asi como la energía con que rechazó la nota su preferencia estará completamente iden-
de anarquista, aplicada continuamente al tificado con la gran causa de la libertad y
partido liberal por los hombres de la situa- de la independencia española que abracé con
cion.: « Tambien dijo el Sr. Lnzuriaga: la uu entusiasmo sin límites desde mis prime-
inmensa mayoríadel parlamento francés da- ros afias, por convicciou, por simpatías, por
ha este nombre á los pocos diputados que el ejemplo de mi familia, y de que no seré
bajo el reinado de Carlos X defendian mis capaz de separarme mientras me dure la
principios, y /¡1 nacion les hizo justicia tulju- vida..
dicatulo la corona al qlte siempre los habia El significado de estas palabras es grave,
profesado.» Esperamos que los ministros gravísimo: el príncipe ha sido mal aconse-
habrán comprendido la significacion de este jada, y sus consejeros parece que tenian la
rasg-o elocuente.» intencion de comprometerle hasta un pun-


En efecto, la significacion no era dificil to en que nole fuera posible retroceder. Por
de comprender, y era de importancia tanta un lado trata á los partidarios de D. Cár-
mayor, cuanto las palabras salían de la bo- los de una manera mas dura de lo que era
ca de un hombre grave, y que no ha prohi- de esperar de un personaje de su categoría;
jada las exageraciones de muchos de su por otro se declara contra intrigas, que aun
partido. Hay aquí una coincidencia mera- cuando existan parece que no crn un pri-
mente casual, como es claro, mas que por mo de la Ileina quien debía nombrarlas y
lo mismo es muy notable, siquiera como condenarlas en un escrito público. El au-
curiosa. Con la misma fecha escrihia su nw· gusto príncipe, en la inesperiencia de sus
nifiesto el infante !J. Enrique, y lo remitia pocos años ,quizás no alcanzaría todos los
á los periódicos. En él se leen las siguientes resultados de un paso semejante: á él no
palabras: «Educad« en la escuela de la des- le hacemos ningun cargo, sino el de haber
gracia y en medio de las revueltas políticas, sido demasiado dócilal escuchar á sus con-
si algo me han hecho aprender los sucesos sejeros. Como quiera los resultados existen
con seguridad, es que los príncipes no de- y son en gran parte irremediables. El par-
ben tener predileccion porningnnpartido ni tido progresista, acogiendo con júbilo el
menos adoptar sus intereses y sus resenti- manifiesto. del infante, indica haber cam-
mientes. Los que olvidan esta máxima cau- prendido el cambio que obtiene en su po-
san á la nacion muy graves daños, se los sicion: creemos que no se equivoca. A un
hacen á si propios, comprometen la paz de partido le importa sobremanera contar con
los pueblos,y se esponen á perder su presti- nombres augustos; los dernas , por respeta-
fJio y su rliqnirlad. Obedeciendo á esa con- bIes que sean, valen muy poco en compa-
viccion arraigada en mi ánimo, he lamen- Iracion de aquellos. No queremos significar
tado amargamente los estragos de nuestras con-esto que el infante D. Enrique abrigue
discordias, derramando lágrimas sinceras le idea de capitanear ningun partido; pero
sohre la trágica suerte de cuantos españoles los partidos para nombrar capitan no sue-
ilustresse han hecho célebres por sns seroi- len pedir el consentimiento del que desean
cios al trono constitucional. . . . .» nombrar: les basta cierta combinacion de


. . . . . . . . circunstancias que den á un nombre la
«Los sacrificios qne ha prodigado el pue- oportunidad de una bandera.


hlo español para salvar la causa de Isabel II Sea lo que fuere y no obstante la Icaltad
y de las instituciones, la afirman contra las y pureza de intenciones que debemos su-
tentativas del oscurantismo y las intrigas poner al infante D. Enrique; no obstante su
de aquellos que quisieran parodiar elreinado sincera adhesion al trono constitucional de
de Cárlos J/. Ni los adelantos del siglo, ni su augusta prima, ello es cierto que su ma-
los grandes principios reconocidos por to- nifestacion no es nada conducente para la
dos los puehlos cultos, ni 1<1 dignidad de es- union de la familia Real; y que antes por el
la nacíon magnánima, consienten ningun gé- contrario, aumenta la división que la tra-




DE L\S


DISCUSIO:\ES PARLA~IE~TARL\S.


Escrito 1~1l Barcelona 'el ~9. de enero dc l8·j·G y publicado en Ma-
dr-id cl 28 rlel mismo.


- 622-
~~ja, qu~ tantos. males ha producido á ellal po~o nos ha puesto en peligro de nna revo-


mtsms ya la nsaon, y que ptobsblemcnte ) lucion : esta es una campensacion que es
nos acarrearlÍ muchos otros. Reflexionen (¡ menester ¡¡preciar. El gobíemo puede estar
sobre esta deplorah/e situacion los amantes I tranquilo.
del tronoy d? la patria. Hace pocos meses 1/ El discurso de la ,c?rona decia,: «el minis-
que se hablo en n?mhre de la Reina, del !I tena se ha por~f\do men;» y el Seuad« con-
modo que todos sallemus, contra una fami- '1 testa: (((IlUY bien se ha portado el munste-
lía proscrita; hoy vemos á un príncipe que! rio.» El di,cu~'so de la cor?na decía: «en
habla, es verdad, contra la causa de los 1I adelante lo hará meJor~ el Senado contesta:
proscritos; pero encambio condena las iniri- I¡ «mucho mejor lo hará en adelante.. Asi nos
gas de {os que qnisieran parodiar el reituulo I gusta: todoen buena paz y armonía. La na-
de C~rlos JI, que condena las predilecciones I ve, sigue un rumbo tan acertado, que lo
en favor de un partido, v da lecciones á mejor que se puede hacer es colocarse a
quien quiera recibirlas sobre el peligro {¡ remolque,
que se esponen de perder su prestiqio~ 1/ su Si se prosigue en esta línea de conducta,
dignidad los que procedan de otra manera. el Senado será indudablemente una institu-
Reflexionen sobre esta deplorable situacion , cion lllUY pacífica; hay la dificultad de si al
Jos amantes del trono y de la patria, propio tiempo se hará una institución muy


• fuerte. Esto jo dejamos al juicio de los ilus-
tres senadores. Scntiriamos (Iue se equivo-
casen; pues nosotros creemos que el Senado
vitalicio decidirá de su porvenir segun su
conducta. El Senado, institucion tutelar, no
debe ser temido, pero si respetado por el
gobierno y por los pueblos; este respeto10
tendrá , si él quiere; pero 110 es el mejor
medio para adquirirlo el dar siempre la ra-
zon al ministerio, La contcstaciou al discur-
so de la corona, el lenguaje de algunos ora-
dores, y el resultado de la votacion, nu son
muy á propósito para inspirar aliento: sin


Las Cortes se abrieron el 1:'¡ de diciem- embargo, todavía no perdemos la esperan-
hrc; estarnos á fines de cnero ; lo qué bienes za: en política, como en lo dcmas, no con-
han producido á la nacían los trabajos dc viene desesperar demasiado pronto.
sus padres ,lJ representantes? Ilno y muy Varios senadores presentaron una en-
grande: mayor. desengaño. ('\0 habia ya mienda sobre el sistema tributario; ¡habráse
hastante? Todavía no: es necesario llenar visto semejante atrevimiento! El objeto era
In medida. en mes se habrá consumido en imporiaute; la causa popular; el tuno franco
discutir las contestaciones al discurso de la hien que mesurado: ]lero estaha en peligro
corona: quisiéramos saber lo que resulta en !' la cartera del Sr. }Iun, v esto cm demasía-
limpio de útil para el pais. Que el ministerio ,1 do grave: su dimision hubiera cubierto la
secreia el mejor posible ; que bullian am- ': España de luto, lo que no se pndia permitir.
biciones; que el amor propio deseaba satis- ,1 Los firmantes retiraron la enmienda: ¡.por
Iacerse : esto ya lo sahiamos : pero, lo rc- I qué ? porrlue .Ia cucstiun tomaba un color
petimos, ¿(lué le importa todo esto al pais? ,1 polüico : respetamos la delicadeza, pero la
Mucho: atesora desengaüos , y esto al {in i' razon alegada no n05 convence ; de lo con-
producirá sus efcctos , llevando las cosas al :! trario seria menester resignarse a no pre-
punto donde deben estar. 11 sentar ninguna enmienda que no fuera del


Comencemos por el Senado, y ante ,tudo, ~grado del gohierno. ~o hay ninguna cues-
seamos Justos: cn el alto cuerpo la discu- I uon , ahsolutamente nmguua , q!le no pue-
>;[0\1 no ha sido muy larga. Con la altiva 1 da tomar un color político, y probablemente
t¡:ona de que el Senado debe ser un auxiliar I no habrá ninguna que no lo tome, Adenias,
<1:\ go\¡¡e:'lIo, el Senado ha ofrecido un m;- ~ qu~ no íUc, pr.ec'iSaIJH:lltc el general Serran.o
!)ccto nada alarmante: SI no se ha levantado qu!en llevo la enmienda al terreno de la~,alt\lra de la cámara ele los lores, tam- oposición política, fue el señor ministro, que




- 623-
la calificú de tal v la hizo cuestion de gabi- ~ mas el principio mas bien que el acto. Por
nete. Y en verdad que el señor Mon no an- lo demas ,repetimos que el efecto moral se
daba desacertado: prescindiendo de la in- consiguió: el pais pudo convencerse de la
tencion de los firmantes, lo cierto es que la rectitud de intencion y del celo de los fir-
enmienda contenía una severa censura del mantes por el alivio de los pueblos, mayor-
sistema tributario: el Sr. ~7I:[on no podia con- mente habiendo tenido ocasion de hablar
tinuar en su puesto, si la enmienda hubiese el Sr. marqués de VilUlna en pro de la en-
sido aprobada. mienda. El discurso del Sr. marqués se dis-


Como quiera , los firmantes contrajeron tinguió por la abundaucia de datos, la
mérito á los ojos del pais , protestando con- oportunidad de las comparaciones, la sen-
tra un sistema que abruma á los infelices cillez y claridad cid estilo, y la facilidad
pueblos; y el delicado sentimiento que hi- de la locucion. El orador se limitaba cuan-
zo retirar la enmienda, habrá merecido el to podía al aspecto económico; pero el
elogio, sea cual fuere la opinionque se for- mismo asunto le ofreció mas de una oca-
me sobre este paso. Hubiéramos deseado sion para hacer indicaciones políticas de
ver la eumienda sometida á votacion ; no hnstante ¡:rravcdad, Su réplica al Sr. mar-
ciertamente con la esperanza de la derrota ques de }[iraf1ores fue muy atinada , y por
del ministerio, sino por poder contar votos el justó aprecio qlH: hacemos de las distin-
y anotar nombres: en política, los datos 1'8- guidas cualidades del presidente del Sena-
tndísticos son muy preciosos, son algo mas do " sentimos vivamente que el Sr. Viluma
que una simple curiosidad. ¡,Qué habria su- tuviese que darle una leccion, que por co-
cedido? La votación en favor de la enmien- medida, no es menos severa, cuando Ic
da, ¿, hubiera sido quizás escesivamcnte di- elijo que el Senado debía apoyar alternati-
minuta? Es posible , ¡.pcro que importa'? vamente , unas veces los derechos de la co-
¿Hay nada mas noble que el mismo aisla- rona, y otras las peticiones justas de los
lamiento cuando se sostiene con serena dig- pueblos,
nidad la causa de la razou? ¿De dónde nace Los discursos de los señores Luzuriaga y
la fuerza moral de las minorías á veces muy Serrano fueron una especie de protesta del
pequeñas? partido progresista: iquién se lo dijera al


Los firmantes de la enmienda han dado general Serrano cuando era gobierno provi-
un testimonio del vivo interés que se toman sional, que dentro de tan breve plazose ve-
por el alivio de los puehlos, al propio tiem- ria reducido ú protestar! j Y sin embargo,
po que .han manifestado no estar animados no era difícil preverlo!
de espíritu hostil: sin embargo, quisiéramos La discnsion del Congreso ha sido mas
1!Ue pensasen detenidamente sobre la facili-Iarga y porfiada, aunque el partido progre-
dad de que se ofrezcan casos semejantes, y sista cuenta en él menos votos que en el
sobre cuál es la conducta que en ellos se de- I Senado. Los hombres de la situacion , libe-
he seguir. Es menester que se convenzan rales comosiempre, han querido que todos
de que todas las cuestiones, sean las que los partidos tuviesen en el Congreso sus re-
fu~ren, tomarán mas ó menos un color po- presentantes: los progresistas uno, el señor
lítico, y presentarán mas ó menos apariencia Orense; los.... _uno, el Sr. Vidaondo, ¿qué
de oposicion , siempre que se trate de no mas se quiere?
complacer al ministerio: y en esta alterna- Los restantes son moderados, divididos
tiva ¿qué se hace? ¿Se retiran todas las en- en dos campos, el ministerio y la oposicion.
miendas y todos !os proyectos '? No creemos Aqui se ofrecen varias cosas notables, yen-
que asi se baga; yen nuestro concepto, esta tre ellas lo es sin duda el brio con que el
seria una conducta muy errada. Es necesa- ministerio acomete. Generalmente hablando,
rio , pues, salvar la intencion, pero resig- los ministros en situaciones como la pre-
narse ú las consecuencias de una posicion sente , suelen estar como reos en el banco
que seni tanto mas honrosa cuanto no será de los acusados; pero ahora sucede lo con-
intentada. . 'trario: el Sr. Pacheco parece el ministro,


En lo que toca á su efecto moral, nos el Se Pidal el gefe de la oposicion. Todavía
pareee indiferente que la enmienda se re- mas estrañezas : á primera vista se creería
tirase; pero no quisiéramos que la razón que el ímpetu ministerial dehia residir en
alegada se aplicase á otros casos: combati- ! el elemento militar, y la templanza en los




- 624,-
togados; pues nada de eso: el Sr. Pidal, el prenta garantida en un artículo constitucio-
Sr. Mon, v hasta el Sr. ilIartinez de la Hosa nal, es la voluntad de la Reina que en-todo
han estado belicosos: y el general Narvaez el ámbito de la Península se disfrute la
pronunció un discurso tan sosegado, tan mismalibertad de escribirque en Madrid, v
blando , que hacia sospechar seriamente que los get'es militares en cuantos casosSe
si S. E. ambicionaba el dictado de hombre puedan ofrecer, deberán ceñirse estricta-
de parlamento. mente á lo prevenido en la Constitucion y


¿Quién tiene razon , el gobierno ó sus decretos de imprenta? Direis que nohayne-
adversarios? creemos que todos á su ma- cesidad; pero que no tendriaisinconveniente
llera; no se dirá que somos difíciles de . en ello: pues entonces, nosotros os diremos
contentar. I que á vuelta de correo recibiríais algunas


Cuestion de legalidad. La oposicion dice: dimisiones que probablemente os guarda-
haheis infringido la ley.-Es verdad, res- riais de admitir. Esto es evidente; y por
ponde el ministerio.-Con qué derecho.- mas que se diga, nadie creerá que el go-
Con el de la defensa propia.-Entonces hierno se atreviese á obligar á los capitanes
abandonáis los principios parlamentarios.- generales de Zaragoza y otros puntos, á
Antes que los principios es la vida: lo mis- que permitiesen la defensa de las doctrinas
mo haríais vosotros si os halláseis en nues- progresistas siquiera del modo que se hace
tro caso.-¿Por-qué deciais que con la Cons- en Madrid, y que se dejasen atacar perso-
titucion de 37 no se podia gobernar, y que nalmente como es atacado el general Nar-
para remediarlo queríais otra, la que tene- vaez, ¿Es esto verdad, sí ó no? Y si es ver-
mas, y t¡ue infringis?-Ya'vendrá el tiempo dadero , si es cierto , si es evidente, ¿á qué
de observarla.-¿ Cuando?-Cuando los tanto hablar de una legalidad que no puede
tiempossean ordinarios, no estraordinarios, ser observada? Si es buena, observarla; si
y lo repetimos: vosotros en nuestro lugar es mala, quitarla; si no es bastante, corn-
obraríais como nosotros. I pletarla; pero en ningun caso contradecirse


Aqui está cuanto se ha dicho en pro y en de una manera tan escandalosa: los pueblos
contra: y es menester confesar que el go- . no se gobiernan con sistemas contradicto-
hierno no va tan descaminado, cuando dis- I ríos. Nosotros creernos con el gobierno que
tingue entr~ tiempos y tiempos; lo cstraño ' si la oposicion conservadora subiese al po-
es que el mismo argumento que tanto hace der, no se atendria ni pudiera atenerse á la
valer contra la oposicion, no le conduzcaá legalidad; pero esto, en nuestro juicio, no
otros resultados: una lógica á medias no es es la disculpa del gobierno, es su condena-
lógica sino sotlsma. cion y la de sus adversarios; es la confir-


Es curioso nn gobierno que comienza macion mas terminante de nuestras doctri-
por proclamar la imposibilidad de la obser- nas; es el resultado natural de haberse co-
vanciade la ley: ¿qué ley será la que segun Jocado sobre una basa falsa, con el empeño
vosotros es imposible? Si no vale para estas de sostenerse, cual si se estribase en ter-
circunstancias, por qué la planteais '! y si reno firme.
vale, por qué la desacreditais? Estas cir- En este punto, la oposición es lógica
cunstancias ¿son,acaso de un día? trece años cuando ataca al gobierno, y el gobierno es
hace que duran; y hablad ingénuamente, lógico cuando ataca á la oposicion; ambos
con la mano puesta sobre el corazon; de- son débiles cuando se defienden, ambosson
ciduos: ¿esperais que han de terminar pron- incapaces de sincerarse del cargo de con-
to? Si así lo creyereis, desde luego se os tradiccion ó inconsecuencia. Entre las dos
puede absolver de toda carga por..... ino- fracciones del partido moderado, vemos la
centes, Si 0.0 lo creeis, ¿se juega por ventu- misma disputa que entre este y el progre-
ra con la suerte de los pueblos? sista: acusaciones de ilegalidad; hechos que


Pero la inobservancia es poca; es la es- la evidencian; escusa fundada en la necesi-
cepcion; asi decis, mas en contra estan los dad de defenderse; y por fin retorcer el ar-
hechos públicos y notorios. Lo presentare- gumento:. vosotros habeis hecho, vosotros
mas de una manera palpable con un ejem- hariais lo mismo. Asi todos tienenrazon, por
plo. ¿Os atreveriais á pasar á los capitanes I lo mismo que no la tiene ninguno.
gene.r~les una circular eficaz, en que se les Cucstion de Roma, La oposicion le ha re-
prevuuese que estando la libertad de im- II cordado al gobierno las profecías del año




- ~!5-
anterior; el gobierno no ha podido negar II[ tema mas resuello. Queriendoponerse á cu-
que se han cumplido. ¿Cómo se ha defendí- bierto de las inculpaciones de la revolucion
do pues? Muy sencillamente: diciendo que no lo ha conseguido; y al propio tiempo ha
no tenia él la culpa. Ya sabiamos que no dejado escapar ocasiones en que hubiera
había de cargar con ella. Al ponderarnos podido mejorar la situacion del clero, sin
la dificultad de semejantes negociaciones, dañar á la proUia. En la actualidad, compli-
nos ha dicho lo que sahiamos tambien; pero cadascomo están lascuestionespolíticas;ago-
la cuestion no estriba aqui, sino en si el tada la fuerza moral del gobierno, muy fá-
gobierno anduvo demasiado ligero al anun- cil es que el tiempo desvanezca las espe-
ciar sus esperanzas tan grandes y realiza- ranzas de ahora, como ha desvanecido las
hles tan pronto. No Ron pocas las que mani- de la pasada legislatura.
fiesta en la actualidad: aguardemos los Seamos justos: si no creernos que el go-
resultados; por nuestra parte dudamos de bierno llegue al término de estas negocia--
que las cosas esten en situacion tan hala- ciones tan pronto como él espera, todavia
güefta como al parecer se imagina el señor nos parece 'que ese término se habria de
Martinez de la llosa. alejar subiendo la oposicion aI poder: ya


A propósito de la cuestion de Roma, es lo hemos dicho otras veces y lo repetimos
sumamente curioso lo que sucede con el aqui. La oposicion se inclina mas á las ideas
reconocimiento: un reconocimiento de cuya revolucionarias y esta no es buena circuns-
existenciase disputa! no cabe mayor origi- tancia para alcanza.' concesionesde Roma.
nalidad. Nosotros creíamos que los recono- La oposicion quisiera mostrarse mas enér-
cimientos, cuando existian , eran hechos gica contra lo que apellida exigencias, sin
palpables, y ademas públicos y notorios: reflexionar que cuando se exige lo que es
ahora vemos que no es asi , y que tienen " justo, la exigencia es un derecho y el alla-
lugar en estas materias las limitaciones I narse un deber.
de encierto modo, hastacierto plinto, bajo Si el Papa se presta á ratiíicar las ven-
cierto aspecto. O nos engañamos mucho, ó tas de los bienes del clero, hace una conce-
estas limitaciones significan lo mismo en sion inmensa; ¡,y se quiere que lo haga sin
política que en literatura: incertidumbre ó ninguna garantía de que los despojados ob~
disimulo. tengan reparación? ¿ Qué adelanta el Sumo


Han hablado los ministros de cartas del Pontífice concediendo lisa v llanamente la
Sumo Pontífice, en que se daba á la Reina ratificacion de las ventas? ¿Tranquilizar las
el tratamiento de tal, y han querido inferir conciencias de los compradores? Cuando no
de aqui una especie de reconocimiento. En tuvieron escrúpulo en comprar, es estra-
este caso, el reconocimiento es como si dijé- ño que le tengan en retener. Mejor se diria
ramos interpretativo; pues cuando es real que no se quiere la tranquilidad de concien-
y verdadero, trae consigo otras señales que cías, sino la tranquilidad dé intereses. Sea
no han menester interpretación. Ademas como fuere, nuestros principios son cono-
que para fallar con cumplido conocimiento cidos: no podemos persuadirnos que las co-
de causa, seria menester una cosa que noes sas se hallen tan adelantadas como indicael
permitida: leer las cartas por entero. Qui- Sr. Martinez de la Rosa; pero si lo estuvie-
zás tampoco seria indiferente hacer aten- sen, si el Pontífice hablase, no desplegaría-
cion á una circunstancia, á saber, si esas mos nuestros labios sino para atestiguar
cartas del Pontífice eran contestaciones. nuestra sumisión v obediencia.


Comoquiera para concluir las negociacio-. Cuestion del matrimonio de la Reina. La
nes conRoma, se atraviesa entre otros obs- i oposicion conservadora ha tenido en este
táculos uno muy grave: la dificultad de ase- punto una resolucion que la honra, y una
gurar al clero una subsistencia decorosa é franqueza que el pais le debe agradecer. El
independiente. El Sr. ilIon ha .insistido 80· ministerioha procurado eludir la cuestion;
hre esta dificultad, que en efecto es graví- pero desgraciadamente para él, Sus adver-
sima. Las cosas se han llevado á tal punto, sarios la habian planteado de la manera
que no se alcanza cómo se podrán reme-mas terminante que cabe en asunto tan de-
dial'. No negamos que el gobierno actual licado. Las palabras del gobierno no obs-
ha hecho algo; pero hubiera podido hacer tante toda la mesura y la reserva, han de-
mucho adoptando desde un principio un sis- jado sospechar que en efectobabia una tris-


77




- 626-
te realidad en el fondo de las noticias que 11
tienen alarmada la opinion pública. El se- .
fiar ministro de Estado dijo que el gobier-
no no se degradaba hasta desmentir vulga-
ridades y calumnias: hace bien; pero tam-
poco el público es tan torpe para creer que
con un desden se destruye un hecho. El
Sr. Martinez de la Rosano debe ignorar
que no son solos los ministros los que pue-
den proporcionarse noticias en lo interior
y esterior. ¿ Se atrevería el ministerio á ase-
gurar que es falso cuanto se ha dicho sobre
el proyecto de Trápani , sobre el interés
que en él se ha tomado en ciertas regiones,
sobre las gestiones del gabinete francés?
Sí ó no; la cuestion está aquí : lo demas
son soberanos desdenes á que el pais con-
testa con un desden igualmente soberano.
La opinion y la conciencia pública valen
algo; estan mucho mas altas que los des-
denes de cualquier ministro.


El golpe que se ha dado en el Congreso I
á la candidatura de Trápani, no debe aprc- .
ciarse por el resultado de las votaciones;
en estos negocios, y cuando la impopulari-
dad ha llegado á tal estremo, la mera dis-
cusion es por sí sola un triunfo. Se habia
discutido y protestado en reuniones parti-
culares; se habia discutido y protestado en
la prensa; faltaba que esa protesta resonase
en la tribuna: esta protesta ha resonado ya;
este es el mas bello timbre de la oposicion
conservadora. No temíamos que fuese otra
su conducta; siempre creimos que en me-
dio de sus ilusiones políticas, habia una co-
sa muy verdadera y positiva: el sentimiento
de nacionalidad que se levantaba contra un
provecto en que se comprometen el porve-
nir "y la gloria de nuestra patria.


lA MANlfESTACION


Escrite en Ita-celonn en !9 de enero de 11345 'Y publicado en I
~bdl'id el 4 de febrero.


Al apreciar la importancia de los aconte-
cimientos políticos, confunden algunos el
resultado oficial con el resultado verdadero.
aplicando á este la medida que les ofrece


aquel. De aquí es el preguntar con ansre-
dad qué sucederá, cuando mas bien se de-
biera comentar lo sucedido. Hechos hay de
tal importancia intrínseca, que por sí solos
independientemente de todaslas consecuen~
cias oficial?s, producen su efecto por abso-
luta necesidad. A esta clase corresponde la
mrmí[estacion de los individuos de la mavo-
ría del Congreso sobre el conde de Trápani.
Desde que la vimos anunciada, nos parecie-
ron de escaso interés las respuestas satis-
factorias ó evasivas que pudiese dar el go-
bierno, asi Co~lO la mayor ó menor energía
con que los firmantes llevasen á cabo su
pensamiento: siempre creímos que aun en
el caso de que estos desistiesen, ó aquel se
negase á dar esplicaciones de ninguna cla-
se, el golpe estaba dado, el efecto era segu-
ro. Esta manifestacion, por solo haber exis-
tido y haber sido firmada por un número
respetable de los individuos de la mayoría
del Congreso, hacia imposible la realizacion
del matrimonio. Que si á pesar de la impo-
sibilidad hubiese quien se empeñara en lle-
varle á cabo, nosotros no nos ocupamos de
empresas imposibles: no querernos conjetu-
rar sohre los resultados: en política se veri-
fica tambien aquel principio de los dialéc-
ticos: de un imposible se sigue cualquie-
ra cosa.


Faltaba este suceso para que con mas ra-
zon se pudiese decir que España es el país
de las anomalías. No sabemos que tenga
ejemplo en la historia, el que los amigos de
un gobierno se hayan comprometido á exi-
girle formal promesa de que no autorizará
ni aconsejará un enlace de una Reina, por
estar íntimamente convencidos de que seria
funesto al paú, á las instituciones y á la
consolidacíon de la monarquía. Parece que
el ministerio quedó desconcertado á la pri-
mera noticia del acontecimiento; v en ver-
dad que con mucharazon: nosotros'creemos
que los diputados de la mayoría no intenta-
ban un voto de censura; pero le daban y
muy severo. En el asunto mas grave, mas
trascendental que pesa sobre la nación, de-
cían al gobierno lo siguiente: «Nosotros so-
mos tus amigos; te sostenemos contra to-
das las oposiciones que se levantan contra
tí; bien lo sabes; pero hay un negocio so-
hre el cual no estamos enteramente seguros
de que tu conducta será lo que clebe


v


ser.
Precisamente tememos que contribuyas á
realizar una cosa funesta al pais, rí las íns-




- 627 -
titucumes, y rí la consolidacioll de la mo-
narqu(a. Y en prueba de nuestra deseen-
fianza, te exigimos formal promesa de que
no lo autorizarás ni aconsejarás. Discurre á
qué punto habrá llegado nuestra desconfían-
za, cuando nos vernos reducidos á tamaña
estrernidad, á pesar de la union que contigo
tenemos, á pesar de los lazos de amistad,
estrechados mas V mas con los recientes v
porfiados combatesque hemos arrostrado e~
tu dclensa.»


Si esto no es voto de CI~nSUra, no alcan-
zamos en qué consisten esa clase de votos:
cuantas mas protestas se hagan de que no
se ha querido hostilizar al ministerio, tanto
peor para este; pues que resalla mas clara
la desconfianza que ha llevado las cosas á
tal estremo, no embargante la aversion á
las hostilidades. Probablemente no se ocul-
taria esta verdad al ministerio cuando mos-
traba su disgusto, cuando sus amigos de la
prensa llamabaná la manifestacion pobre ar-
did de la oposicion conservadora, y esplica-
han como un efecto de sorpresa lo que era
el fruto de madura reflexiono Desgraciada-
mente la onosicion se defendió de una ma-
nera victoriosa: v un artículo inserto en el
Castellano del 23' de enero, daba esplicacio-
nes que no debieron ser nada gratas al JIe-
raulo , Ú quien se contestaba principiando
por estas palabras: «Estamos autorizados de
la manera massolemne para manifestar, etc..
Tratándose de personas que estiman su ho-
nor, era de esperar que no les sentaria bien
el que se dijese que se les habia sorprendi-
do la firma en un negocio tan importante, y
que despues de haber dado su voto de cen-
sura no se dejarian aplicar el dictado de ino-
centes. En cuanto al pobre ardid de parti-
do, lejos dc considerar como tal el papel
suscrito, «han creido y en esa creencia per-
manecen, hacer un servicio a su patria V
cumplir un deber sagrado; y cuando tan
santo objeto se han propuesto, no pueden
temer que les sea desfavorable el juicio de
la nacion ni el fallo de la hisioria.. Seme-
jantes esplicacioncs no indicaban ni ligereza
antes de la ejecucion, ni arrepentimien-
to despues: el voto de censura era en cum-
plimiento de un deber sag,rado, y á la san-
tidad del objeto hahian de hacer justicia el
juicio de la nacion, el fallo de la historia.
La oposicion podía cscusar su defensa.


Es preciso confesar que esas mnnifesta-
ciones de amigos, no son muy á propósito


para estrechar la amistad; al fin las opo""'
siciones le dicen al gobierno: «Somos tus
adversarios: creemos que gobiernas mal;
retirate ;» pero eso de decirle: « aunque
somos tus amigos necesitamosexigirte pro-
mesa formal de que no autorizarás ni acon-
sejarás una cosa funesta al pais, á las insti-
tuciones y á la consoíidacion de la menar-
quia,» esto es nuevo, es estraño , es un
suceso propiamente español, por losingular
y anómalo. Yase deja suponer que no quere-
mos inculpar á los señores firmantes, y que
antes bien les felicitamos sinceramente por
su resolucion; solo intentamos hacer notar
esa particularidad que confirma mas y mas
la verdad siguiente: en España son tan pro-
fundos los sentimientos de honor, de noble-
za, de nacionalidad, que en llegando á un
punto en que se trate de lastimarlos, nadie
puede contar con nadie, ni aun con sus me-
jores amigos: cuando menos se piensa, hay
una esplosion de dichos sentimientos, y pro-
duce los efectos mas inesperados. Recorda-
mos á los estrangeros esta verdad para
cuando se proponganesplicar nuestras ano-
malías.


Hecha la merecida justicia á la nobleza
de sentimientos de los Sres. firmantes, nos
han de permitir que les dirijamos algunas
observaciones. Un paso de tanta gravedad
v en materia de SUYO tan delicada, no se
da sin mucha premeditacion.; y asi es de
suponer que los señores firmantes no se re-


I solverian a ejecutar su designio, sin ha-
herlo pensado con la detencion que su im-
portancia reclamaba. Ahora bien: ó los fir-
mantes desconfiaban del ministerio, ó no: si
no desconfiaban, ¿á qué exigir la formal
promesa de que no autorizaria ni aconsejaria


: un enlace funesto al pais, á las instituciones,
y á la consolidacion de la monarquíaé y si
desconfiaban, versando la desconfianza so-
bre un punto tan grave, ¿por qué sostenian
al ministerio? Se dirá que este era 'un asun-
to diferente, enhorabuena; pero jamás se
puede apoyar á un gobierno de quien se
desconfía hasta tal punto y á quien se cr~e
capaz de un atentado; pues atentado sena
y gravísimo, el hacer una cosa funesta al
pais, á las instituciones y á la consolidación
de la monarquía. El dilema no tiene contes-
tacion, y preciso es confesar que en este
punto la oposicion se halla en un terreno
menos dificil. A un ministerio á quien se
cree capaz de cosas semejantes, no se le




- 6!8--
debe sostener nunca; los diputados tienen
el deber de esforzarse en derribarle: los se~
flores firmantes le han creido capaz de ellas,
y sin embargo le han sostenido. Nosotros
apenas alcanzamos á esplicar esta nueva
anomalía, sino apelando á las inconsecuen-
cias en que incurren á menudo loshombres.


Quizás pudiera esplicarse de otro modo la
misteriosa anomalía. Sabido es que entre los
sostenedores del gobierno actual, los hay en
no escaso número que no le prestan apoyo
porque le crean bueno, sino porque conside-
ran imposible su reemplazo por otro que no
sea peor; es decir, que se resignan á él co-
mo á un mal necesario para evitar otros ma-
vores, En este caso la inconsecuenciase es-
iJlica, y aun á primera vista desaparece: ve-
mos con harta frecuencia que los hombres
sufren un mal menor para evitar otro mayor,
sin que por esto sea lícito acusar de incon-
secuencia lo que soloes efecto de previsión
y cordura. Sí á esta esplicacion se acojen los
individuos de la mayoría firmantesde la ma-
nifestacion, desde luego los damos por sin-
cerados del cargo de inconsecuencia; pero
entonces estamos en nuestro derecho alcon-
signar lo que por necesidad se inferiría de
tales antecedentes: «la situacion de España
ha llegado á .talpunto, que ya no es posible
un buen gobierno; la eleccion ha de ser en-
tre malo y menos malo, y de estos es aun el
menos malo uno de quien se recela que ha-
ga cosas funestas al pais, á las instituciones
y á la consolidacion de la monarquía.» Con-
signamos este hecho como una simple con-
secuencia; pues por nuestra parte lo recha-
zamos, no somos pesimistas, tenemos mas
esperanzas sobre el porvenir de la España,
tenemos mejor opinion del estado del pais.
Un pais en que solo fuesen posibles gobier-
nos malos, seria un pais de malvados ó de
imbéciles. Quien no quiera arrostraresasde-
ducciones, refúgiese en In inconsecuencia:
nosotrosledejamosgustososaquel triste asilo.


Como quiera, esta es una nueva fase de
la situación que no dejará de producir re-
sultados. En la fraocion que apoyaba el sis-
tema dominante se ha verificado un hecho
que manifiesta los gérmenes de division que
en su seno se abrigan. Asi, el partido mode-
rado, ya dividido en dos fracciones que se
hacen la guerra mas cruda, ha visto subdi-
vidirse una de ellas, que aunque cantidad
infinitésima can respecto á la nacion, era sin
Imbargo mayoría en el órden oficial y legal.


Se ha mostrado que en esa Iraccion hay al-
gunos hombres capacesde seguir en sü er-
rado camino, sin retroceder por la presencia
de abismos; pero que en cambio hay otros,
y en no escaso número, que en llegando á
cierto punto dicen basta. Honor á los-nobles
sentimientosque inspiransemejanteconduc-
ta; para nosotroses un placer el encontrarla
ocasion de hacer justicia á nuestros adver-
sarios. Cuando los hombres llegan al punto
de arrostrar la inconsecuencia en cumpli-
miento de un deber, no estan Jejos de conocer
el errado principio en que estriban: á veces
la falta de lógica es efecto de patriotismo;
pero en tal caso ya es mas posible que an-
dando el tiempo, el patriotismo enderece la
lógica.


Pero dejemos á los individuos de lamayo-
ría, y consideremos .la manifestación bajo
011'0 punto de vista. A todo hombre reflexi-
vo, la manifestacion de que hablamos ha de-
bido inspirarle-consideraciones hien tristes.
Despues del manifiesto del infante D. Enri-
que, los diputados amigos del gobierno se
creen en la necesidad de reprobar un pro-
yecto de enlace de la Reina, aplicándole las
calificaciones mas duras que caben en po-
lítica..... l,Dónde estamos? ¿ Qué situacion
es la nuestra, cuando presenciamos sucesos
semejan.es? ¿Dónde estamos, que hombres
graves, amantes del trono de Isabel ll, ami-
gos del gobierno, se creen obligadosá es-
presarse de tal modo, en un asunto tan deli-
cado, en que estan de por medio la persona
de la Reina y sus augustos parientes? ¿ SI}
reflexiona á dónde vamos? l.Se reflexiona lo
que son para el pais semejantes lecciones?
¿Se piensa en lo que espresan, en lo que in-
dican, en lo que anuncian? ¿Se ha hecho
atencion á todo lo que se dice, á las desapia-
dadas alusiones de la prensa'? ¿ También es
nada todo eso '1 ¿ tamhien son melancólicos
sueños de visionarios? i Ah! temblemos por
la suerte de una nacion donde tan recios
golpes sufre la monarquía; temblemos por la
suerte de una nacion que así ve deslustrado
el brillo de esa institucion tutelar, emhlema
de sus pasadas glorias, esperanza de su por-
venir; de esa institución que deja de ser
fuerte si deja de ser esplendorosa; temblemos
por la suerte de la nacion , y roguernosá la
Providencia que salve el trono de San Fer-
nando en la deshecha borrasca que le está
combatiendo hace largos años , y que ame-
nazacombatirle todavía durante muchos mas.




- 629-
Cuando al fijar los ojos sobre tan formi- males mucho mayores. Despues de tantos


dable conjunto de males y peligros vemos escarmientos, la nacion tenia derecho á es-
esas brillantes fiestas en que los magnates perar que se procediera con mas circuns-
de la corte ostentan su opulencia; cuandoal peccion, ya que no con mas celo por el bien
son de los tambores que anuncian la mar- del pais; desgraciadamente no ha sucedido
cha de un español al patíbulo, oimos res- asi : desgraciadamente se esperimenta todo
ponder la música de los conciertos y los lo contrario' i la España es bien infortunada!
bailes, nuestro corazon se estrecha de an- Momentos hay en que esperamos que, se
gustia pareciéndonos que hay en las actua- aprovecharán las lecciones de la esperiencia;
les circunstancias algo de terriblemente fati- pero hablando con ingenuidad, esta espe-
dico. Temeríamosengañarnos, si noviésemos ranza va siendo cada dia menor: comeuza-
que está con nosotros la conciencia pública. mas á temer l\1llY seriamente que no se pue-


Ya estarnos seguros de que nuestros te- da evitar á la España la triste suerte de que
mores serán acogidos con desden por los nos habla en una de sus obras un hombre de
mismos que los inspiran; esto poco importa; la situacion; que solo del esceso del mal
no nos dirigimos á ellos sino á la nacion: pueda salir el remedio. Las circunstancias
ella presencia lo que pasa, ella augura el son complicadas é infaustas, no lo negamos;
porvenir. Cada dia que trascurre nos afirma las cosas tienen mas culpa que las personas,
en nuestras convicciones y nos evidencia la es verdad; pero tarnhien creemos que las
vc'nlad de nuestras doctrinas, porque cada personas han contribuido y contribuyen mu-
dia IIOS trae una prueba de la absoluta im- cho á empeorar las cosas, y que 111 lado de
posibilidad de que las cosas sigan el camino la culpa de esta, figura en gran manera la
por donde se las quiere llevar. Hemos di- culpa de las personas.
eho que no se fundaria un gobierno, la es- A la Reina Isabel tambicn le toca una
periencia confirma nuestra opinion: la des- parte de la mala suerte que le ha cabido. á
composicion que se observa en el campo de la nacion : sobre las disensiones que prece-
la política, de que es otro ejemplo la mani- dieron á su nacimiento, la sangrienta guer-
festacion que nos ocupa, y la noticia de nue- ra que acompañó á su infancia y los profun-
vos disturbios que ha contristado el pais; hé dos trastornos con que inauguró su mayoría,
aquí los hechos; en vista de ellos dígase lo hav las dificultades, las complicaciones y los
que se quiera, la nación juzgará. sucesos un tanto revolucionarios, que como


Pero volvamos al asunto principal, por siniestros agüeros preceden.su matrimonio.
mas que la digresion no sea inoportuna. Mejor es que los pocos años de la augusta


Es de lamentar que haya sido necesario huérfana no le permitan comprender bien lo
Hegar á tales estremos , y que la provoca- crítico de su posicion y Jos azares de su reí-
cion hava venido de donde menos se debia nado; mejor es que no sepa todo lo que
esperar ~ ¿ Cómo se quiere que el pais se han sufrido, todo lo que sufren, todo lo que
tranquilice, que los ánimos se calmen, que sufrirán sus pueblos; tampoco podria reme-
el trolla se robustezca, cuando Jos que de- diario.
hieran dar ejemplo de cordura se portan de El dia en que la madurez de los años, las
TIna manera tan triste? El suceso de que' leccionesde la esperiencia y quizás los in-
hablamos seria para nosotros un motivo de fortunios, le hayan revelado las cosas que
júbilo, si solo atendiésemos á lo presente; .ahora se ocultan á su inocencia, compense
pero pensamos en el porvenir de esta nacion á los pueblos con justicia y bondad lo q1:le
desventurada ,.de ese trono tan mal aconse- los pueblos han adelantado con sufrimientos
jado,y por lo mismo nos afligeque se haya sin medida, con torrentes de sangre. Para
de llegar á semejantes escándalos; que es- entonces no le pedimos rigor contra los
cándalo es el que un pais entero haya de consejeros que la hayan engañado; le pedi-
protestar contra el matrimonio de la Reina mos indulgencia y olvido; que bien serán
con tal ó cual persona. Esto ha sido necesa- menester para que la indignacion soberana
rio , convenimos en ello; esto ha sido un no se haga sentir con mucha fuerza. No son
gran bien. lo confesamos; pero la misma solos los pueblos los qne saben decir basta;
necesidad es por si sola un escándalo; pero tambien lo dicen los reyes. Esperemos que
ese .qran bien solo puede llamarse con este á tiempos tan malos sucederán otros mejo-
nombre, porque es un mal que ha evitado res; esperemos que terminará por fin esta




DE L\ JU:iIFESTACIO"


Eso-no en Bar-eelouu el :j de felu-eroúe l846 y publicado en Madrid
el 11 del mismo.


OOlTT?1. ~~ OOl1l~m Dm TRI.?1.m.


- 630-
época de calamidad, cuyo historiador podrá \¡ mas grave y trascedental que el fingido,
comenzar como Tácito: opus adgreilior opi- 11 haga olvidar la serenidad de la mentira.
m.urn ca~ibus, ~tmT p. raliis, tliscors seditio- ~. 1\0 hay prell.s.a en E.u~opa ni. en América
nibus, tpsa etiam pace sa?vum. que en materia de notrcras este mas ahun-


, dantcmente abastecida que la de España.
! La inglesa tiene que contentarse meses y


1I años con la cuesli~n de cereales, alguna
• novedad de la India ó de los mares de la


I
China, las negociaciones sobre el derecho
de visita y los asuntos del Oregon; la fran-


I cesa se ocupa durante largo tiempo de lasI pequeñas intrigas entre Thiers y Guizot,
I de la indernnizacion Prichart, y se le dan


en vez de los boletines del imperio los par-
tes del mariscal Bougeaud anunciando tre-
mendas victorias, seguidas ya que no de
la toma de Viena, de Berlín, de Moscou,
al menos de algunas cabezas de ganado la-
nar y otras especies que largamente se de-
tallan como es de ver en el lugar corres-
pondiente. La prensa española, si bien no
puede referir los hechos heróicns que han
menudeado en la última guerra de Jos siete
años, tiene siempre ala mano acontecimien-
tos políticos de la mayor gra vedad, que por
desgracia van alternando con escenas de
sangre. :'\0 se trata en España de una mera
intriga ministerial, cuyo resultado haya de
ser un simple cambio de nombres ó una
muy ligera modilicacion en la política; la
cuestion está en si ha de haber una mudanza
profunda y ahsoluta en los hombres y en las.
cosas; si partidos enteros han de ser pros-
critos ó no; si las leves fundamentales han
de ser destruidas ó cuando menos reforma-
das; si la Reina se ha de casar ó no con es-
te ó aquel príncipe; y esto último no se tra-
ta en el terreno de la diplomacia, si no á la
faz del orbe, haciéndolocomo se dice ahora,
cuestión de recolueuni ó parlamento.


¿, y todavía se dirá que la situacion es
halagüeña; que el estado de las cosas es
satisfactorio; que caminamos á uuareorga-
nizacion, cuando ninguno, absolutamente
ninguno, de los grandes problemas pendien-
tes sobre el pais está resuelto, Ili lleva cami-
no de resolverse? ¿y se dirá que se gobier··
na, cuando despues de tantos afias de paz
material no se ha dado un paso para con-
quistar la paz moral, y es preciso estar de
continuo sobre las armas, si se quiere con-
servar el órden público? ¿.cuando los nego-
cios presentan cada dia nuevas fases yeoll1-
plicacion mas inestricahie? ¿ cuando al le-
vantarnos por la mañana suele sorprender-


El año ~ 8.1-6 promete ser fecundo en
grandes acontecimientos: apenas hahia con-
sumido las dos terceras partes del mes de
enero, y nos hahia ofrecido ya muchos su-
cesos de la mayor importancia: un mani-
fiesto de un príncipe de la real familia, una
conspiracion en Gerona, una insurreccionen
el Ampurdan, amagos de disturbios en Bar-
celona , una manifestacion de algunos indi-
viduos de la mayorla del Congreso, una
crisis ministerial, peligros de un cambio
profundo en la situación. y por fin dos so-
lemnes declaraciones del ministerio, una
por boca del Sr. ¡lfoJ1 para atestiguar á la
faz del mundo entero la cordial inteligencia
y perfecta conformidad de opiniones entre
todos los miembros del ~abinete; otra por
conducto del general iVarvaez, sobre el ma-
trimonio de la Reina. Esto es lo que se lla-
ma aprovechar el tiempo. En otras épocas,
por ejemplo en las de nuestros pacíficos ma-
yores de los reinados de Fernando VI, Cár-
los III y Cárlos IV, cada uno de estos suce-
sos, suponiéndolos posibles, hubiera ocupa-
do la atencion del gobierno y del público
durante algunos años. Ahora es tanta la cu-
riosidad pública, se la ha escitado y estra-
gado de tal modo con [a abundancia de ali-
mentos estimulantes, que á cada correo ne-
cesita un acontecimiento estraordinario , si
no ha de estar desazonada con su insaciable
voracidad. La prensa destinada á satisfacer-
la, siente todas la fuerza de esas inmensas
necesidades: si trascurren algunos dias sin
alguna novedad importante, no falta quien
la finge, con la esperanza de que bastará
esperar pocos mas para que la ficcion se
convierta en realidad, ó algun hecho todavía




- 631 -
nos alguna novedad acontecida en la noche, li la actual dcberia considerarse descompuesta
v estarnos inciertos de si trascurrirá el dia l' del todo. La division ha sidoen una cuestion
sin que nos so.rpren~a otra novedad todavía 11' de parlai1len~o, en una cuestion de g~binete,
mayor? Esa incertidumbre , esa zozobra, ~ en una cuesuon de nacionalidad: SI en un
¡,que están indicando? ¿no indican un pro- I punto como este no se halla de acuerdo la
fundo malestar, nacido de causas que alee- mayoría, ¿en cuál debería cstarlo?
tan el corazón de la sociedad española? Solo I Creemos haber demostrado en elartículo
hombres superficiales pueden desconocer !¡ anterior que la manifestacion de los indivi-
esta verdad; solo hombres que viven para :1 duos ele la mayoría era un voto de censura
el dia de hoy sin cuidar del demaiiana.ltantolllasduro.cuantomenosintentado.La
pueden contemplar tranquilos ese flujo y re- I desconfianza no podía espresarse de una ma-
flujo de acontecimientos que nos agitan y I ncra mas significanv.a; el asunto. no podía
perturban. Desengáñense nuestros hom- I ser mas grave. Los firmantes dccian : «nos-
hres de gohierno: esto es la tela de Pe- otros descontiamos;» los no firmantes ó no
nelope, se hace y se deshace de continuo; desconfiaban ó no queríau manifestar su des-
creen ir adelantando y no advierten que su confianza; si unos la abrigaban y otros no, la
movimiento es circular I y que vuelven sicm- division estalla en el fondo de los seutimien-
pre al mismo punto. tos; si todos desconfiaban, la division estaba


Atengámonos por hayal ruidoso suceso I en la necesidad de manifestarlos; en ambos
de la manifestacion de algunos individuos supuestos la division era igualmente mar-
de la mayoría sobre el matrimonio de la I cada; porque en estos casos la cuestion de
Iteina , y á la declaracion del ministerio; si se ha de manifestar la desconfianza, es por
negocio dificil, que al decir de los ministe- sí sola una gran cuestion política.
riales , ha tenido un desenlace suave y sa- Dígase lo que se quiera, la oposicion del
tisfactorio: convenimos en que esta suavi- Congreso ha salido triunfante en la cuestion
dad ha sido la mayor posible; pero á pesar del matrimonio: los individuos firmantes le
de ella, el desenlace encierra tanta grave- han dado la razon ; y el ministerio. cedien-
dad, es de tamaña trascendencia, que en do, ha confirmado el fallo de los individuos
nuestro concepto ha modificado profunda- de la mayoría.
mente la situacion, preparando otra que no ¿ Qué decía la oposicion del Congreso? Se
sabemos cuál ha de ser; pero sí que será agitan intrigas para realizar el enlace de la
muy diferente de la de ahora. Convenimos Reina con el conde de Trápani;la nacion es-
en lo suave, negarnos lo satisfactorio; á no tá inquieta, recelosa del porvenir: el provee-
ser que se entienda satisfactorio para la tado matrimonio seria funesto al pais , á las
oposicion, como diremos en su lugar. instituciones, al trono mismo; es necesario


Fijemos los hechos y examinemos sus qu~ el ministerio se esplique haciendo des-
consecuencias. Los hechos son: la división aparecer la ansiedad pública. ¿Yqué han di-
en el seno de la mayoría; la desconfianza de cho los individuos de la mayoría firmantes
una parte de esta con relación á la conducta de la manifestacion? lo mismo; ahí se la en-
del ministerio en una cuestion importantí- cuentra en todos los periódicos, sin que na-
sima; la humillacion del ministerio ante las die haya osado desmentir su contenido sus-
exigencias de la mayoría, apoyadas por el tancial, La fracción de la mayoría ha dado
voto nacional. • la razon á la minoría, y el triunfo de esta ha


La divisiónen el seno de la mayoríaes un I resaltado mas con la mismadistancia en que
hecho evidente; unos firman la ruanifesta- 11 la mayoría se ha mantenido con respecto á
cion, otros no; ¿cabe línea divisoria mejor 11· la misma. Ha habido diferencia por cierto
marcada? entre la fraccion de la mayoría y la minoría;
L~ divisio~ no versa sohre una cuestion I pero esta diferencia no. le ha sido. á esta me-


secundaria, smo sobre una de las mas gra- I nos favorable que la nnsma semejanza,
ves del pais; quizás la mas grave de todas, La semejanza entre la minoría y la frac-
porque hasta cierto punto estan pendientes I cion de la mayoría ha consistidoen que am-
de ella todas fas dornas. bas han dicho: desconfiamos; el peligro es


En cualquiera pais donde el sistema par- inminente; hablemos para prevenirle: la di-
lamentario tuviese TIlas signiíicacion de la I ferencia ha consistido en que la minoría ha
que tiene entre nosotros, una mayoría como ! dicho: ya que la cuestion es grave, ~'a que




- 632-
el peligro es inminente, ya que para preve- confianza, para desvanecer toda sospecha,
nirle es necesariohablar, hablemos en pleno se ofrecen en garantía la hoja de servicios,
l)arlamento, ventilemos á los ojos dcl pais las vicisitudes de la vida del general Nos-o que al país interesa; valgámonos dc los .Nl~Z, los hechos comprobantes de su lealtad;
medios consignados en las instituciones que v como un recurso supletorio; se apela al
nos rigen, para prevenir un mal que á las !'allo de los que escriban la historia col). im-
instituciones afecta; hablemos oficialmente parcialidad v con calma. ¿Cahe declaracion
al gobierno de S M., puesto que se trata de mas solemne de que la minoría t~nia. razon
la suerte del tronoy delporvenirdela Ileina. al decir que los ánimos estaban inquietos y
La fraccionde la mayoría ha dicho: hablemos que era preciso calmarlos con esplicaciones
y hablemos alto para que la nacion nosoiga; francas'?
descarguemos nuestra conciencia de la res- Tres puntos contieneel discurso del ge-
ponsabilidad que pudiera pesar sobre ella; neral J.Yarvaez : 1.o que cl gobiemo no con-
sepa la nacion cuál es nuestrodictamen; sé- sentirá la esclusion de ningun príncipe:
palo el gobierno; sépalo el trono; pero no 2.0 que no se ha tratado la cuestion del ma-
promovamos en el seno del parlamento una trimonio: 3.0 que se la someterá á la discu-
cuestion que podria dividirnos. ¿Quién tie- sion de las Cortes. Diremos brevemente
ne razon, la mayoría ó la minoría"? ¿quién nuestra opinion sobre todos ellos.
es mas parlamentario? j. quién mas cense- Se ha criticado el primero, á saber: que
cuente? ¿No hay algo de singular en esa el gobierno haya dicho que noconsentiria la
division que se quiere ocultar y que se pro- esclusion de ningun príncipe; seamos .lus-
pala en alta voz? En las columnas de los tos: un gobierno no podía decir otra cosa;
periódicos ¿hay acaso menos publicidad que aun cuando en su opiuion particular hubie-
en la tribuna del pa-rlamento? ¡.No hay al- se creido que el enlace conel condede Trá-
go de original en esa union que se rasga paui era funesto al pais, no debía ponerle
cuando se quiere salvar, y se pretende sal- en el Congreso una esclusion espresa. Un
val' cuando se rasga? Cuanto mas reflexio- ministerio á cuyo juicio se someta l~ conve-
Damos sobre este suceso mas nos afirmamos niencia de un matrimonio de la Ileiua , de-
en la idea de que es uno de los mas anóma- be esponer lealmente á S. M. lo que le pa-
los que se han visto cn la historia de los rezca sobre el asunto, aun cuando sea en
parlamentos. sentido contrario tí sus augustas indicacio-


Pero es todavía mas singular que el mi- Des; si la Reina creyese conveniente insistir,
nisterio, cediendo á las exigencias de la el ministerio debe retirarse; pero jamás el
mayoría, haya acabado por dar la razón á la I gobierno de un monarca debe decir en unas
minoría. ¿Qué obtuvo el discurso del señor I Cortes que no quiere que el monarca se case
presidente del Consejo? «poner término a Icon tal o cual persona. Esto seria llevar el
la desconfianza y á laszozobras que desgra- 1 desacato á un estremo repugnante. Un mi-
ciadamente se han introducido entre nos- 1I nisterio que presentasesudimisionen el caso
otros;» por manera que lo que el Señor I supuesto, quedaría justificado á los ojos del
Martinez de la Rosa apellidaba VUlgarida-1 público, si su resistencia fuese justa: niu-
des y calumnias tí que el gobierno no con- I gun hombre de gobierno puede ir mas allá;
testaba por no degradarse, adquirió de re- I esto no se prueba, se siente.
pente tan alta importancia que produjo des-I' El general JYarvaez al espresar sus ideas
confianza y zozobras á que el gobierno sin i sobre la no esclusion , tuvo la mala suerte
degradarse, creyó conveniente y aun nece- t de caer en una de aquellas exageraciones
sario dar una solemne satisfaccion en pleno 11 de lenguaje que le son familiares á S. E.,
parlamento. Hé aqUl lo que vale la prevision il (luemanifiestan su poca práctica en mate-
humana: saludable leccion para no tratar á :1 rias de gobierno y de parlamento y un gus-
los adversarios con demasiada altivez. 1, to literario no muy esquisito; peroal través


Los motivos que arrancaban las esplica- jli de esta exageracíon, nosotros lejos de des-
ciones del presidente del consejo, eran na- ! cubrir uua reticencia en favor del conde de
da menos que «fijar dignamente la cuestion 1 Trápani, vemos una tácita protesta contraq~e nosdesm.te y evitar que nuevos distur- ,1 las interpretaciones que en este sentido se
bios vengan a embarazarde nuevo el curso :! han queridodar á sus palabras. El general
de nuestros debates.» Para calmar la des- ~. lfat't)al'; se diría á si mismo: se quiere una




- 633 --
esclusion: se trata de una esclusion; las es- las esperanzas de la nacion y de los repre-
plicaciones que voy á dar son precisamente sentantes del pueblo, sino para que los se-
para calmar la inquietud movida por el sen- ñores diputados se apoderen de ella, la dis-
timiento de oposicional conde de Trápani; cutan y digan su opinion con calma y pue-
yo, ministro de la Reina, no puedo decir dan deliberar cuanto interese al país y al
que pongo una limitacion á la voluntad de tronode la Ileina;» se prometió que «si las
la Reina: no puedo decir que juzgo indigno Cortes hubieran concluido va su mision, si
de su augusta mano á un pariente tan cer- estuviese para cerrarse la legislatura, y en
cano de la misma Reina. Si digo que no es- aquellos dias viniera la cuestion á poder de
cluyo á nadie, saldrán mañana los periódi- los ministros, prorogarian las sesiones, á
cos imputándome una reticencia favorable fin de que vieran los representantes del pue-
al conde de Trápani; ¿qué haré, pues, para blo la nobleza con que los ministros tratan
salvar la dignidad de mi posicion , y no dar esta cuestion delicada;» se prometió que
motivo de sospecha? lo qué diré para que (aun cuando el articulo de la Constitucion
despues de la no esclusion se sobreentienda no existiera tal comoexiste, aun cuando tu-
que esta no esclusion no la hago en pro del viera la Reina la facultad de casarse sin de-
conde de Trápani? saldré de la Europa y cir nada á los representantes del pueblo,
me arrojaré al centro del Africa; y entonces la Reina no usari«de esa prercqatioa, pues
será como si dijese: ya veis que no me re- bastaba que los secretarios del despacho en
fiero al país de los encantos, pues que os la legislatura anterior hubiesen aconsejado
hablo de la tierra de los negros, de los leo- que se quitase este artículo para sustituirle
nes y de los tigres.» con el que ahora está, bastaba Cjue á pro-


Esta es la única esplicacion razonable de puesta de los ministros se hubiera votado
la estraña ocurrencia de un ministro, que esa medida, para que de ninguna manerase
pone en la esfera de la posibilidad la can- aprovechasen deesa ventaja.»
didatura para la manode la Reina de cual- Es preciso confesarque algunos órganos
quier príncipe, aunque [uera de los estados de la oposicion han estado muy exigentes
ignorados del Alrica. no contentándose con las esplicaciones del


Aseguró el generallVarvaez que no exis- ministerio. ¿Qué mas se quería? ¿no es bas-
te la cuestion de casamiento; que no se ha tante humillaeion el verse precisado á dar-
tratado; es preciso dar fé á la palabra de un I las cuando á ellas se hahia resistido tan
caballero; mas esto solo prueba que el ge- fuertemente? ¿ no es bastante humillacion el
neral Narvaez no lo sabe, pero no que no protestar de una manera tan solemne, que
exista; esto soloprueba que ni de París, ni no hará nada sin someterlo ádiscusión de las
de Nápoles, ni en ~Iadrid se le ha dicho na- Cortes, que nO seaprovechará ni siquiera del
da al general Narvaez sobre la cuestion de artículo constitucional sobre las prerogati-
casamiento: un presidente del consejo á vas de la corona en el asunto del matrimo-
quien nada se dice de asuntos tan graves nio? Se dirá que esto son generalidades:
debe renunciar su cartera ..Es imposible per- ¿ pero es una generalidad el dar esplicacio-
suadirle al público que en altas regiones no nes exigidas'? ¿el darlas solo porque se exi-
se ha tratado la cuestion del matrimonio, I gen y en el momento en que se exigen?
porque es imposible persuadirle de que son I ¿Por ventura la cuestion del matrimoniose
falsos hechosque nadie ignora. Si el general ventilaba en general? En la tribuna, en la
Narvalz, hablando como representante del prensa, la mavoría y la minoría, ¿no han ha-
gobierno, quiso decir que la cuestión no se blado espresamente del conde de Trápani?
habia sometido al consejo de ministros, de- Cuando el gobierno dice: no se ba tratado
bió advertir que este sentido no era bastan- la cuestion del casamiento, y lo dice preci-
le, y que el público al recelar del estado de samente para calmar la zozobra producida
la cuestion del casamiento, no pensaba en por el casamiento con el conde de Trápani,
el estado oficial, sino en el estado oficioso.. ¿no es lo mismo que si dijese: no tcmais, no


Como quiera, la opinion nacional triunió; I
I
I hay nada de este casamiento? Asi lo inter-


mas ó menos esplícitamente se le dió una I preta el sentido comun. La España y la
satisfacción solemne, se prometió que la I Europa habrán inferidoqueel conde de Trá-
cuestión seria trai~a al parlamento, «noco- 11 pani, imposihleya deante)~lanO, se ha he-
mo algunos creen furtivamente, para burlar I cho todavía mas imposible SI cabe. En nucs-


78




- 634-
tro concepto, V sin que por esto nos entre-
guemos á una confianza escesiva ni dejemos
de vigilar, lacuestion está resuelta; el enlace
con el conde de Trápani es de todo punto
imposible; si este ahsurdo se realizase, re-
petimos lo que indicábamos en el artículo
anterior: no nos ocupamos de las conse-
cuencias; de un imposible se sigue cual-
quiera cosa.


Concluyamos: la mayoría se ha dividido
en una cuestion importantisima: esta divi-
sion tarde ó temprano producirá sus conse-
cuencias; el ministerio ha cedido á las exi-
gencias de la opinion nacional; esto ha pro-
curado á la crisis un desenlace suave; pero
ha quebrantado la fuerza del ministerio que
ha dejado llegar las cosas atamaña estremi- I
dad; la oposicion ha triunfado, y si algo fal-
ta para que su triunfo haya sido completo,
.cs el que todos sus órganos no le han com-
prendido de la misma manera, el que todosá
una voznohansabido decir: «nosotros triun-
famos, el·gobierno ha cedido, ha dado las
esplicaciones que desde su principio exigia-
mos; el triunto es tanto mas satisfactorio
cuanto ha íriuufado con nosotros la opinion .
nacional.» Bien comprendemos que puede
haber influido en esta conducta el temor de
que la pretension de realizar el proyectoim-
posible, aparezca de nuevo: tampoco lo es-
trañariamos, porque hay gentes que se com-
placen en empresas atrevidas y temerarias;
pero repetimos que en la actualidad impor-
taba aprovecharse de la. victoria haciéndola
notar, sin encarnizarse acuchillando rendi-
dos y fugitivos. El gohierno, cediendo, .se
rendía, y la oposicion conservadora que no
puede lisonjearse con la esperanza de gran-
des victorias, ni debe sentirse animada de
gran fuerza propia, debia recordar aquel
dicho que en ciertos casos es Una escelente
regla de prudencia: al que huye, puente.de
plata. .


S()BilE LI DENUNCIA· DEL INllICE.


Esn'itc en Barcelona en 3 de febrero de 18'~G y publicada en Ma-
111'1t1 fin' 1t del mismo.


La tentativa que acaba de hacerse con-
tra el PENSAMIENTO DE LA N,\CION, nos ha
manifestado una cosa que ya snhiamos , y


,1 es, que las verdades amargas desagradan,
. siquiera sean dichas sin amargura. Sea cual


fuere el juicio que de nuestro periódico ten-
gan asi amigos como adversarios, nadie ha
podido negarle la templanza en las formas;
pero-esta templanza, que ha sido bastante
para ponerle á cubierto de toda persecución
en lo tocante á Jos .nr~ículos , no ha podido
preservarle de la ojerrza que se ha mostra-
do ruidosamente con la denuncia del índice.


Dilicilmcnto se puede añadir nada á lodi-
cho por el ilustre defensor el SI'. ¡J. San tia-
(f0 de Tejada, en su discurso tan sólido como
hrillante: nos abstendremos pues de una de-
fensa que sobre ser inútil, está va agotada
por un sabio jurisconsulto. • e


Creemos que el gobierno no anduvo muy
acertado en promover la denuncia , ó que
sus delegados le sirvieron muy mal con su
misma oficiosidad. lIé aqui cómo discurrirá
el público : El PENSAMIENTO DE LA NACION
ha tratado las cuestiones mas difíciles, des-
collando entre ellas la de la reforma consti-
tucional mucho antes que el gobierno pen-
sase en reformar la Constitucion, y la del
matrimonio de la Reina COIl.el hijo de don
Cárlos , antes y después del manifiesto de
Bourges. No ha IJevado una vida oscura,
pues que no obstante el ser semanal, se han
ocupado de él con muchísima frecuencia los
periódicos diarios, con quienes ha sostenido
mas de una vez animadas polémicas v muy
especialmente con los defensores del go-
bierno. Pues bien, al PENsAmENTO DE 'LA
NACION, después de dos años de vida tan ac-
tiva, y en millares de columnas que tratan
de política, no ha sido posihLedenunciarle
una sola palabra y ahora se le denuncia.....
¿qué? ... un índice. ¿llisum teneatis?


Esto prueba dos cosas: las ganas de de-
nunciar y la imposibilidad de hacerlo. Una
denuncia semejante solo puede dimanar de
los vivosdeseos de hacer una ú.otra; el no
habet hecho otra, no obstante tan vivos de.
seos, prueba que era imposible. Si esta es
la persecucion que se nos declara. nos-
otros la tenemos por la apología mas elo-
cuente,


Como quiera, seguiremos en adelante el
mismo camino qne hasta aquí, y ohligare-
mos al gobierno tí ser justo con nosotros, á
no s~r que quiera ser Illuy injusto. Mientras
escrihamns lo haremos con la misma firme-
za y templanza que ahora, procurando des-
armar á nuestros adversarios con la sola




estado del pais, á fijar la opimon, á inspirar
reflexiones sobre la siluacion presente, que
sirvan de aviso para el porvenir. Al interés
de la curiosidad del momento, preferirnos el
interés de un exámen imparcial, y sobre to-
do útil. A la España le importan muy poco
el pensamiento y la voluntad de este ó aquel
individuo, ni la ambicion de unos, ni las in-
trigasde otros, ni las rencillas ó las avenen-
cias de las personas y banderías, en cuanto
todo esto se refiere á pasiones y miserias,
en que no se fija la vista sin pena; 10 que
le importa, si, es el formar juicio cabal y
exacto de la verdadera situacion de las co-
sas públicas, y para este objeto no deja de
ser muy provechoso que los hombres, se pre-
senten'tales como son. Mil veces habíamos
pintado la situaciou-aetuál con colores tris-
tes; los hechos manifiestan que nada exa-
gerábamos; el desenlace ha sido superior á
toda exageracion; si, se hubiese dado á es-
coger al mas decidido adversario de los
hombres del dia, el modo mas triste, mas
deplorable', mas escandalosocon que.la si-
tuacionse podiadesenlazar, difícilmente hu-
hiera acertado á. escogitarle peor del que


I
han pensado y realizado ellos .mismos.. So-
bre este particular no hay divergencia de


I pareceres: á pesar del diverso punto de vis-I ta- bajo el cual los diferentes partidos y írac-
cienes han' mirado el desenlace, todos con-
vienen en manifestar su sorpresa por tama-
ño escándalo. Vamos á los hechos.


El generalNarvaez, presidentedcl consejo
de ministros, hace dimisión de su cargo,
y la hace enteramente solo, Antes había
asegurado que todos losministros, si llegase
el caso, se retirarían juntos en un mismo
dia, por una misma causa, consignada en
un mismo documento; además el Sr. Mon
acababa de asegurar en las Cortesque todos
los ministros estaban en la mas perfecta ar-


I
monta. Prescindiremos de lo que esta con-:
tradiccion de los hechos con las palabras


;1 puede dañar á las personas de los ministros;
solo haremos notar la poca consideracion
que se manifiesta alpais, cuando de tal mo-
do se le trata. Creíamos nosotros. que si
bien las naciones deben obediencia á los
gobiernos, los gobiernos estan obligados á
tratar con mas consideración á las naciones.
No, no se diga qne hay aquí un desacato al
parlamento; hay algo mas; hay un desaca-
to á la nacion entera: los hombres que asr
obran, son dignes de severa censura.


MAS SOBRE LA ULTiMA CRISIS.


Escrito en Barcelona el J9 de febrero de ].8';'6,. y publiernlo en
3fadl'id en 25 uel mismo.


- 635 -
fuerza de la razono No hablamos á las pasio-
nes , sino al entendimiento; queremos con-
vencer, no irritar ~ que si alguna vez nos
dirigimos al corazon , no es paraescitar sen-
timientos bastardos y perturbaderes, sino
para inspirar amor á la union y fraternidad,
borrar la huella de las pasadas discordias, ó
avivarel espíritu de nacionalidad enel pecho
de todos los'españoles sin distinción de par-
tidos.


Al escnhir el artículo que se publicó en
el número delH del corriente mes, muy le-
jos estábamos de pensar que precisamente
el mismo dia en que veria la luz en Madrid,
se habin de confirmar su contenido con he-
chos tales, .como presenciaba en aquellos
momentos la capital de la monarquía. Ha-
ciendo una reseña de los graves yanómalos
sucesos del mes de enero, decíamos que el
afio de 184G prometía ser fecundo en gran-
des acontecimientos, v señalábamos la in-
certidumbre, la zozobra, la instahilidad que
trabajan las regiones de la política, como un
indicio del profundo malestar nacido de cau-
sas que afectan el corazon de la sociedad es-
pañola. Precisamente el mismo dia se rea-
Jizaban sucesos tan anómalos y tan' graves
como los anteriores; el presidente del con-
sejo dimite solo; sus compañeros se niegan
á imitarle, á pesar de las indicaciones de la
misma Reina; el ex-presidente se encarga
de nuevo de la forrnacion del ministerio; y
sus colegas permanecen en su puesto, exi-
giendo ser destituidos. Hallándose el que
esto escribe á larga distancia del teatro de
los acontecimientos, le seria imposible juz-
garlos con acierto si quisiese descender á
pormenores; tampoco le fuera dable es-
crihir nada que pudiese interesar, si se pro-
pusiera tan solo escitar la curiosidad púhli-
ca;. en épocas corno la presente, bastan
quiI?ce dias para gastar y envejecer un ne-
gocro ; pero este negocio no envejece ni se
gasta, si se le eleva sobre el terreno de las I
personas, y se atiende únicamente á las co-
sas, si se le considera no por el lado que
puede ocupar la curiosidad ó la malignidad,
sino por el que contribuya á esclarecer el




- 636 -
El general Narvaez funda su dimision en pasiones, su amorpropio; esto muestra que


la imposibilidad de continuar en el mando, en vez de gobernar se intriga.
por el mal estado de su salud: no ignora- I ¿Cuál es el hecho que resalta en esa dis-
mos que estas son fórmulas muy acostum- cordancia repentina, y manifestada de una
bradas en casos semejantes; pero fórmulas manera tan estrepitosa? Hélo aqui: la exis-
tales, que no dejan de tener ciertas restric- tencia de ese poder militar que con admi-
ciones impuestas por el buen 'sentido y por rable inocencia no querían ver los minis-
la delicadeza. Estar imposibilitado por falta tros y los ministeriales: la existencia de
de salud hasta el punto de que se haya de ese poder militar que veia la España, que
provocar una crísis , y á las pocas horas pre- veía la Europa, que á nadie se ocultaba,
sentarse en públicocompletamenterestable- sino á los mismos que mas hahian contri-
cido , y cargando con el mismo peso de la buidoá encumbrarle, á los mismos que tan
presidencia agravado todavia por las cir- resueltamenlc le sostenían, v que por este
cunstancias, esto nolo calificaremos nosotros, trabajoy por la inmediacion- dehian sentir
pero diremos que no está bien. Lo repeti- muy á menudo, y de una manera particn-
mos, el públicose merece mas considera- lar, su peso abrumador. A no existir ese
ciones , porque el público es la nacion; poder militar, ¿hubiéramos visto la retirada
y seria 'de desear que nadie se embria- de un presidente solo, y provocando un con-
gase con el poder y los honores, hasta el flicto? ¿hubiéramos visto á ese presidente
punto de creerse dispensado de semejan- llamado de nuevo á las pocas horas, y des-
tes deberes: la España no es patrimonio de tituidos á los demas ministros, y por fin no
nadie. hallar otro medio para dejarle fuera del ga-


¿Cuál fue la causa de la dimision del ge- hinete que el singular nombramiento de ge-
neral Nareaez? á la hora en que esto escri- neral en gefe? Un poder militar, corno los
bimos, lo ignoramos. Con tranquilidad en el demas poderes, nunca se improvisa; el 1'0-
pais, con mayoría en el parlamento, sin del' militar personificado en el general Nar-
ninguna cuestión política que pudiese pro- I vae:, no se improvisó en el acto de ponerse
vocal' la división en el consejo, la retirada I en el último desacuerdo con sus colegas;
del presidente carece de esplicacion satis- existia de antemano, patente á los ojos de
faetona. ¿Cuál pudiera ser el punto de disi- todo el rnundo ; solo que en el momento
dencia? acordes reformaron la Constitucion; crítico se ejerció de una manera desagrada-
acordes suprimieron el jurado; acordes es- ble y decisiva sobre los mismos que soste-
tablecieron el nuevo sistema tributario; niéndole le negaban. Entonces, v solo en-
acordes dieron la direccion a la políticainte- tonces, dijeron las víctimas: «no•queremos
rior y esterior; acordes consumaron ó túle- poder rnilitar.: ¿.Hasta entonces no se pre-
raron las ilegalidades; acordes acaban de sentó la ocasion? Cuando reflexionen los
sostener en el Congreso y en el Senado la ministros caídos, muy mortificado deben de
necesidad de sobreponerse a la ley para go- sentir su amor propio.
bernar; acordes hacen la declaracion sobre Los cinco ministros, invitadospor la mis-
el conde de Trápani; acordes niegan la exis- ma Reina á presentar su dimision, se resis-
tencia de un poder militar; acordes recha- tieron, y -no abandonaron su puesto hasta
zan la calificacion de gobierno de corte: que fueron destituidos. Esta conducta sin-
acordes piensan, acordes hablan , acordes guIar y sin ejemplo en la historia de las
gobiernan, acordes triunfan en las calles y mudanzas ministeriales, ha llamado viva-
en el parlamento; ,¿.cuál es el punto, cuál el mente la atencion pública y ha sido juzga-
orígen de la discordancia? ¿Qué ha sucedido da en opuestos sentidos. Algunos han crei-
para que se dé al pais tan grave escándalo? do ver en ella una falta de respeto al trono,
Un suceso grande ¿habra tenido causas pe- cuyas indicaciones no eran obedecidas;
queñas? j Desgraciada nacion, donde se otros han opinado que esta conducta era
husca la causa de semejantes acontecimien- I digna de caracteres nohlesv firmes. Dire~
tos y no se la descubre l i Desgraciada na- mos nuestro humilde parecer-sobre una ma-
cion! porque esto indica que las influencias teria tan delicada, procurando ser justos.
nacionales estan arrumbadas ; esto indica' Si no hemos comprendido mal el pensa-
que a ellas han sucedido las pequeñeces de Imientode loscincoex-ministros, discurrirían
algunos hombres, con sus rivalidades, sus de esta manera: « la dimisión del presidente




- 637-
equivale á una intimacion oficial para que prácticas parlamentarias? Para los demas no
renunciemos; esta intimacion oficial es la os importa que se pise la Constitucio«, y
coufirmacion de las insinuaciones ó intima- para vosotros no queréis que se prescinda
ciones oficiosas que á este fin nos había di- ni aun de las prácticas. Para los demasno
rigido. Si cedemos, sobre perder las carte- os importa el texto, ¿. y para vosotros ha de
ras, se dirá que nos hemos amilanado en ser inviolable, no solo el texto, sino tam-
presencia del general 1Varvaez, y que pu- bien el comentario?
diendo considerarse su dimisión como una Esto no tiene respuesta: losque hayan
especie de exigencia hecha á la corona con- querido halagar á los cinco ministros, les
tra nosotros, nos hemos retirado solo en habrán dicho otra cosa; pero el país ha
fuerza de esta exigencia. Si no dimitimos y visto el negocio en su verdadero punto: la
esperamos que se nos destituya, se verá que -inconsecuencia es demasiado notable, á na-
no cedemos á las exigencias del general die se ha ocultado; ya la ha consignado la
Narvaez, lo que nos hará tanto mas popu- prensa de diferentes matices; la opinion
lares, cuanto que su impopularidad ha lle- pública no se deja alucinar tan facilmente.
gado á lo sumo: ademas , provocando un Cuando la inconsecuencia es en contradel
conflicto de esta clase. le imposibilitamos inconsecuente, la indulgencia es mas ase-
para formar un ministerio de personas que quihle; pero cuando es en favor de su des-
valgan algo en el partido moderado; y de tino, cuando favorece su amhicion , enton-
esta suerte, privándole de los medios de ces todas las protestas son impotentes para
hacer la transicion de una manera suave, que no reste alguna sospecha de que en el
quizásle arrastraremos en nuestra caida.: celo por las prácticas parlamentarias algo
No sabemos si este fue á punto fijo el pen- debió entrar del amor propio herido, algo
samiento de los cinco ministros, pero es de del apego al mando, ya que este celo, tan
creer que si en nuestra versión no hubiese vivo y obstinado ahora, se hahia mantenido
completa exactitud. habrá cuando menos un amortlguado-cuando se trataba de las leyes,
gran fondo de verdad. inclusa la fundamental. .


Menester es confesar que si el hecho no Pero hay aquí otra circunstancia suma-'
tuviese sino una cara, y esta fuese la que mente grave: la Reina hahia dicho que el
tiene relacion con Naroaez , la conducta de ministerio debia considerarse disuelto, y
los ministros seria muy laudable; pues que habiaindicado la conveniencia o necesidad
en tal caso solo se tratarla de un militar á de la dimision: no creemos que en ningun
quien se daba una leccion severa, para que pais del mundo haya ministros que se re-
en adelante no continuara mudando minis- sistan á una indicación semejante. Este es
terios á su placer v declinando la responsa- un problema que nadie habia creido sus-
hilidad en que él hahia incurrido lo mismo ccptible de dossoluciones antes de la ori-
que sus cólegas, En semejantescircunstan- ginalísima que acaban de ofrecer los minis-
cías, cederes rendirse~ discrecion, y mejor tros destituidos: en las monarquias repre-
es acabar la existencia ministerial de una sentativas como en las absolutas, si se pre-
manera violenta, de mano airada, que su- gunta á un hombre de buen sentido, ¿qué
cumbir con ignominia. Desgraciadamente, debe hacer un ministro á quien su soberano
el hecho no tiene esta sola cara, no mira indica que haga dimisión? responderá: «ha-
únicamente al general Narvaez, se refiere cerla al instante.. y no considerará posible
tambien á la Reina; y ademas , no se trata otra conducta.
de un hecho aislado, ni de un hecho en En el caso actual hahia otra circunstan-
abstracto, ni de un hecho sin anteceden- cia, y era la misma publicidad que se podía
tes, sino de un hecho que termina la car- dar, como se ha dadoen efecto, á las indi-
rera ministerial de unos hombres lfUe du- caciones de la Reina. El pais hubiera sahi-
rante veinte meses han gobernado con el do que los ministros habian hecho su di-
general Norcaez y han tolerado su prepon- mision, no por temor al general Naroaes,
derancia. Este es el lado flaco del negocio; ni por deseo de complacerle. sino porque
para mantener la legalidad, para oponeros á S. M. se hahia dignado indicárselo: no cree-
un arrebato de mal humor, no os acordasteis mas que á nadie se le hubiese ocurrido acu-
de la Constitucion; v ahora, cuando se trata sarlos de debilidad.
de vuestras carteras ¿ os ocordais de las Pero se ha dicho, un ministro constitu-




- 638' -
cional ha de entrar y salir con arreglo á
las prácticas constitucionales; no es libre
de tomar ó dejar la cartera cuando á él le
parece bien: es necesario que aguarde el
fallo del parlamento; una dimision sin mo-
tivo ostensible, es una dimision ó capri-
chosa ó pusilárnine: el parlamento y el pais
tl~nen derecho á saber el por qué de call1-
hlO? semejantes; y los ministros que obran
olvidandn estos principios, incurren en gra-
ve responsabilidad.


Este es un argumento tan especioso co-
mo fútil. Convenimos en que una mudanza
ministeria.1 ha de ser motivada; pero ¿no es
a~aso mouvo mas que suficiente, la indica-
C1Ol1 del monarca'? Cuando no mediaran
otras consideraciones, ¿no hay una podero-
s~ razon de delicadeza que obliga al mi-
rustro a retirarse, siempre que el monarca
le manifiesta semejante deseo'? ¿, A qué se
r~duce el trono, si con él se ha de prescin-
dir de las consideraciones que se tienen á
un Simple particular? ¿Se ha pensado bas-
tanto en las consecuencias de una doctrina
segun la cual el monarca no podria desha:
cerse de sus ministros sino por destituciones
espresas? Yamos á señalar alzuna de estas


. "consecuencias, que no habrán visto sin duda
los miS!l10S que han sentado tan peligroso
precedente.


Supongamos que uno iJ mas ministros
que tienen mavoría en las cámaras se iudis-
ponen ?on el Rey, por una causa'agena de
la política, una palabra desabrida. un g-estol' . . <~~c InlpaCle.nclU, una antipatía de caracteres,
~¡ otro motivo cualquiera, y que el monarca,
a pesar de su empeño en no provocar una
mudanza ministerial, se manifiesta .visible-
mente disgustado siempre que está en el
despacho. ¿Qué deben hacer Jos ministros?
lo que deben hacer no se dice, se. siente.
Salvar del modo posible su reputacion, ha-
ciendo entender á sus amigos la situación
en que se hallan, preparar las cosas del
mejor modo que puedan y luego retirarse.
¿Qué seria si el monarca llegase a indicar,
ú rogar, para que presentasen la dimision?
Se nos replicará que el caso no era este;
p.ues que los, ministros,ni habian de~llle~'e-1
cidn laconfianza de S. M., ni habian lll-
currirlo en su real desagrado; pero ¿ quién
no vé que por lo mismo que S. M. indica-
l.la la necesidau. de la dimision, aunque le
lucran aceptas las personas, no le era acepto
que continuasen á su lado? Indicar á un mi-


nistro que presente su dimision, equirale re
decirle: «retírate; pero huzlo de manera que
me evites á mí un paso sensihle , y á lí 'un
bochorno; » en tal caso hay delicadeza de
parte del monarca, ¿y se creerá dispensado
el súbdito de guardar la debida correspon-
dencia? .


Si se replica que hay mucha diferencia
entre las indicaciones espontáneas y las in-
dicaciones exigidas, y que si bien es deli-
cado ceder á las primeras, es cobardíapres-
tarse á las segundas, haremos notar otra
consecuencia altamente revolucionaria. Nin-
gun partido, cuando resiste á la voluntad
soberana, suponeque esta sea libre: «el mo-
narca está preso; está violentado; esta ro-
deado de gentes que le engaüan , y no le
dejan obrar como él desea;» asi hablan todas
las facciones: ahora bien, si admitimos este
precedente, resultará que unos ministros
que cuenten con mayoría en las Cortes no
deberán retirarse jamás, no obstante las
mas esplicitas declaraciones del monarca.
Siempre tendrán á la mano el mismo re-
curso: '« si quiere que nos retiremos, que
nos destituva ; además sus indicaciones no
son espontáneas: proceden de una intriga
de corte, de manejosde una camarilla etc.»
,\si el soberano se verá en la dura alter-
nativa de continuar con 'ministros que no
quiere, ó destituirlos; asi desaparecerá una
fórmula que aunque muy fácilmente inter-
pretable, suaviza las relaciones entre el rno-


Inarca y los hombres del gobierno :asi des-
aparecerá por las doctrinas y la conducta de
hombres llamados monárquicos, una fórmu-
la, que, menester es confesarlo, respetaron
los hombres del progreso. No recordamos
que tal hiciera ningun ministerio progresis-
ta, á pesar de que algunos llevaban las doc-
trinas democráticas hasta la oxageraoion,
y se encontraron en situaciones harto críti-·
cas. Ya en otras 'cosas han dado la razon Ios
moderados a los progresistas: y es sensible
que se la den tambien en un punto que tan
de cerca puede afectar á las prerogativas y
al decoro de la magestad real.


Quere:tplos suponer que hubiese una ver';
dadera exigencia; que el monarca al hacer
las indicaciones sobre la dimision careciese
de espontaneidad; ¿se le debcnaoLligar á
destituir, resistiéndose á dimitir el ministe-
rio? No: porque entonceses humillar al mo-
narca, es decirle: «Nosotros remos que no
obras con libertad; vernos que te humiíían;




- 639-


NOMBRAMIENTO


[)~ (l\~fll\3~~~ ~fll Q}~~~~


Escrito en Barcelona el 2:s dl~ f,'lH't'ro de 18íB I Y pnhJiC:Jdo en
l\bdl'id 1'11 l. de mano.


_ Pocas mudanzash~ll ocurrido en Espa-
na que hayan producido una alegría mas
general y mas viva que la dimisión del ge-
neral Narvaez v la destitucion de sus com-
pañeros: solo el ministerio v sus contados
sostenedores ignoraban ó aparentaban igno-
rar, que su impopularidad había tocado al
límite masallá del cual no continúa minis-
terio alguno i sin graves perjuicios de la
causa pública. Asi lo debió conocer e.l ge-
neral Narvaez , cuvas convicciones eran
segun manifestó en "el Senado, que su mi:
nisterio no podía hacer la felicidad del pais,
En sentido contrario opinaban sus colegas:
v con ópinion tan bien arraigada, que par~
hacerles abandonar sus sillas no bastó ni la
dimisirm del presidente, ni la .significativa
indicacion de la Reina, sino que fue nece-
sario que los destituyera. En la variedad
de los pensamientos humanos, y en la in-
certidumbre, que lleva flotantes los planes v
resoluciones de los débiles mortales, siem:
pre es satisfactorio el ver que hay hombres
tan dotados de la conciencia de suspropias
fuerzas, que aun en las crisismaspeligrosas
creenque el menor de los males públicos
es su coutinuacion al frente del gobierno.
Como por otra parte el general Narvaez no
espresó si la conviccion de que no debía
permanecer en .el ministerio, era relativa
tan solo á la utilidadde su persona, ó si se
referia á la de sus colegas, queda la duda
siguiente: al salirdel ministerio, ¿creyó el
presidente dimisionario que la retirada de
sus compañeros habría bastadopara que él
mismo, asociado con otros ministros, pudie-
ra labrar la felicidad del país? Parece muy
probable que sí; pues que tan fácilmente y
á las pocas horas, se resignó á la penosa
tarea de reorganizar un ministerio. Así de-
bieron de comprenderlo los cinco destitui-
dos, y por esta razón permanecían en sus
secretarías, esperando respetuosamente las


I
órdenesde S. M. De todo esto parece re-
sultar, que tanto el general Narvaez como
sus compañeros, se creían capaces de hacer


pero queremos que esto conste; querernos
que la humillación sea pública, oficial, so-
lemne; no queremos que se cubra ni aun
con el trasparentevelo de una dimision for-
zosa.» En casos tan estremos, un hombre
lealdebe ofrecer á su reV su fortuna y su
vida; debe apurar todos los recursos de su I
ingenio y de su valor para libertar al mO-1
narca; pero si no puede lograrlo, y el mo-
narca cree llegadoel caso de ceder, no de-
he, no puede el ministro decir; «VO no me
me retiro hasta que me destituyan» esto es
aumentar el conflicto del soberano, y espo-
np;r á losojos dcl público su flaqueza y hu-
millacion. Lo repetimos: esto no se prueba,
se siente; nadiejamás había sospechado que
se pudiese seguir otra conducta.


Afortunadamente no habinn llegado las
cosas á estrernos tan deplorables: ni el ge-
neral Narvaez teniá sublevadas las tropas,
ni impedía á la Reina que llamase á las
personas que fuesen de sn agrado: la situa-
cien era grave, difícil, pero estaba todavía
en los limites de la legalidad. Los cinco
ministros,debian prescindir de la mayor Ó
menor influencia que ejercía en el ánimo
de S. M. la dimisión del general iYarvaez;
supuesto que la Reina se dignaba indicarles
que renunciasen, debian renunciar; si la
conducta que eilos siguieran la hubiesen
visto en un ministro progresista, es induda-
ble que la habrian calificado de revolucio-
naria. Nosotros no les suponemos ni remo-
tamente la intencion de ofender á la Reina:
estamos persuadidos que el tiro lodirigian
al general Narvaez;pero salvando la intea-
cion, no podemos menos de 'censurar el
acto V de indicar las consecueneias de un
precedente tan funesto. Todos los hombres
monárquicos deben condenar un hecho que
afecta á las prerogativas y la dignidad
del soberano; confiamos demasiado en el
huen juicio de los hombres de gobierno
{Jara temer que este hecho se repita. Mu-
cho nosengañaríamos, si aun en los paises
mas acostumbradas á las prácticas parla-
mentarias, fuese juzgada de otra manera
la conducta de 'los ministros destituidos; y
ellos' mismos, cuando hayan reflexionado
mas, cuando havan examinado con sereni-
dad todos los aspectos del negocio, se arre-
pentirán sin duda de haber llevado las co-
~IS á una exageracion tan deplorable.




- 640 ...:..
la felicidad del país; aquel sin estos; estos, " sobre su preponderancia, qu~ ya se ibandi-
con aquel ó sin aquel. Menester es confesar " fundiendo con una progresron alarmante;
que, ya sea por las ventajasde la posicion , siendode esto último lamejor p:ueba el que
ya sea por otras razones, quedaba mas I ni aun con .Ias prot~stas ha~ dejado de Clr-
airoso el general Narvaez que sus C?IÚpa- ~ cular notlcla.s mas o menos mfundadas, p~­
lleras, por \0 menos en \a parte de ~ormas. V ro que acogH\as flor \a prensa han des\,'Il'-
Si en efecto la dimision del presidente' del I tuado mucho la contianza. que se propusie!a
consejo tenia por objeto la caida de sus có- inspirar el general en gefe..Esto que daña
legas, el general Narvaez adoptaba el ca- al ex-presidente d~l conseJo, tampoco es
mino regular haciendo dimisión: á esta con- favorable al mtnl~t~no~ que inaugurado con
ducta, en su parte ostensible, nada se le apariencia de satlsl~ccJOn universal , lucha
puede objetar, Pero sus compañeros se en- ya con fuertes o,bstaculos que probahlemen-
cargaban de gobernar sin el general Nar- te se aumentaran en vez de.disminuir. El
vaez, y se resignaban á gobernar con el ge- cursomismo de las observaciones, y.el na-
neral Narvaez : siendo lo secundo mas in- tural enlace de los hechos nos lleva a exa-
comprensible que lo prim8":·o; porque si minar la situacion del ministerio Iliraflores,
en realidad pensaban que Narvaez no los sobre el cual habrán notado los lectores del.
quería á su lado, ¿quién se resigna á con-. PENSAMIENTO DE LA NACroN, que el autor
ti.nuar gobernando con él? ¿ Qué preten- I de este artículo ha guardado en su artículo
dia hacer el Sr. Martinez de la Rosa, cuan- anterior absoluto silencio.
do pedia permiso á la Reina para avistarse Advc;tiremos ante todo que nuestra re-
c?n el presidente dimisionario? Salta á los serva no era efecto de espíritu de hostili-
OJos, que lo que se. propollla era persuadir dad, ni siquiera de desvío: suponemos en
al general que coutmuase en el ministerio, el Sr. marquésde )liraflores yen sus diz-
por c':l~a razon le negaria S. M. el permi- nos compañeros, lealtad de intcncion,0y
so solicitado, Hé aquí pues á unos hombres, sineeros deseos de hacer la felicidad deJ
que ~ resa~ de (l,I:¡e. la Rein~ les dice que pais; mas diremos, nospareció que con el
el mlll1st~rJO esta disuelto, a pesar de que cambio había mas esperanzas de que mejo-
ellos creen que Narvaez no los quiere á su rase el estado de los negocios públicos. A
I~do, ellos se en~peflan en continuar de mi-, pesar de esto, no podíamos hacernos las ilu-
rustros de la Rema y de colegas del gene- siones con que otros se halagaban; parecía-
ral Narvaez, Esto es triste: y para el bien nos que la situacion era grave, diticil , peli-
de esos mismos hombres, hubiera sido de grosa,r que era muy probable no se habían
desear que. sus esplicaciones en el parla- de realizar los pronósticos de los que con
mento hubieran sido mas satisfactorias. tamaña facilidad se entregaban asueños de
Desgraciadamente los hechos han quedado oro. Por esta causa y hallándonos en la al-
en ~u desagradable aspecto; y es dificil , si ternativa de hablar contra nuestras convic-
no imposible, que pueda suavizarsejamás el ciones, ó de manifestarnos en discordancia
severo fallo de la opinion pública. con tan gratas esperanzas, preferimos ca-


La modesta actitud del general Narvaez llar sobre este puntoy atenernos á un exá-
en las sesiones del Senado, habrá quizás men imparcial de los sucesos anteriores á
persnadido á algunos que el general en flefe la organizacion del actual ministerio. No se
delejército está fatigado de las tareas gu- han necesitado muchos días para que lacon-
bernativas; y que solo pudiera resignarse á fianza general se haya enflaquecido, y la
cargar con ellas en el caso estremo de que prensa se haya hechocargo, segun costum-.
S. M. se dignase llamarle de nuevo para el bre, de rumoresde crisis, de disidencias, de
sosten del órden público y la salvacion del peligros para el órden público y demas ca-
trono. Las protestas de que estaba pronto sas indispensables en semejantes casos.
á. ir. de capitan general acualquiera pro- Ahora es ya posible decir lo que se pi~n­
V!nCla, á ponerse bajo las órdenes del ca- sa, sin peligro de hacer ningun daño al
pitan general de Madrid, y de no desde- ministerio, contrariando ó entorpeciendo
fl.arse hasta de hacer centinela en palacio, su marcha. Adcmas, que las observaciones
SI las circunstancias lo exigiesen, indica que haremos, y las opiniones que emitiré-
que el general ~arvaez estaba bien pene- mas, dejarán bienconvencidos á los scño-
trado de lanecesidad de disipar los recelos res ministros de que nuestras palabras no




-- 6il -
SOIl inspiradas por miras hostiles sino amis-
tosas.


Creemos que el Sr. marqués deMiraflo-
res con su noble resolucion de manifestar
paladinamente al general Narvaez la con-
veniencia de que este no formase parte del
nuevo ministerio, hizo un señalado servi-
cio al pais: para apreciarlo en lo que vale,
es preciso ponerse en el lugar del Sr. mar-
qués , cara á cara con el ex-presidente, ya
otra vez presidente, atareado con la reor-
ganizacion del ministerio, y en el duro
trance de decir una verdad tan amarga pa-
ra el general Narvaez , cual era la conve-
niencia ó la necesidad de que -se resignase
á quedar fuera del ministerio, ¡ y cuándo!
cuando ya su nuevo llamamiento era públi-
co, cuando sus amigos se lisonjeaban de
que bien pronto habria dado cimaá su co-.
metido, cuando el retirarse era confesar que
no querían asociársele los hombres notables
del partido moderado, cuando se daba á
entender á la España y á la Europa que el
antiguo dueño de la situación no alcanzaba
siquiera á formar un ministerio, cuando
sus enemigos se gozarian en verle envuel-
to en la ruina de sus cinco compañeros,
cuando la declaracion del Sr. marqués
equivaliera. tambien á decirle: ((yo por mi
parte, tampoco quiero entrar en el minis-
terio con V.» Lo repetimos, esto era duro:
exigía mucha resolucion; el Sr. marqués
contrajo un mérito que no podemos desco-
nocer. Por Jo mismo, no estrañamos que la
amargura de la indicacion se dulcificase
todo lo posible, que se hiciesen lisonje-
rosofrecimientos, que se mostrase empeño
en manifestar que se compensaria por un
lado loque se quitaba por otro.


Pero el conocimiento de la dificil posi-
Ilion en que se hallaba el Sr. marqués de
Miraflores , si bien nos hace indulgentes
con S. E. , no puede impedirnos el creer
que el noble marqués cometió una falta po-
líticade mucha gravedad, al pensar en el
título de generalísimo ó de general en gefe
para consolar al general Narvaez : sí , falta
política de mucha gravedad, que ya pro-
dujo 110 pocos sinsabores en las primeras
horas del ministerio antes de las esplica-
cienes dadas en el Senado V en el Congre-
so , y que quiera Diosno los produzca ma-
yores en adelante. Aquel era el momento
critico en que se debía tener el corazon en
la cabeza: aquel era el momento critico en


que convcniaaprovechar la oportunidad de
destruir no solo la realidad, sino hasta 1f1
mas remota apariencia de la preponderan-
cia militar del general Narvaez. Una nueva
condecoración , un nuevo título, cualquie-
ra cosa, antes que hablar del mando de las
armas, ni efectivo, ni nominal; el pais hu-


. hiera conocido loque significaban el título ó
¡la condecoracion; el país hubiera hecho


justicia á la delicadeza del Sr. marqués, al
aconsejar á la Reina que distinguiese con
un nuevo favor al general de cuyo puesto
se encargaba él mismo: los hombres políti-
cos hubieran aprobado quizás, que satisfa-
ciendo á la vanidad, se desarmase á la am-
bicion ; pero el mando de las armas, ni si-
quiera corno titular, recayendo en el mis-
mo ex-presidente del consejo!. ..•


La triste impresion que semejante error
nos produjo, no la disiparon del todo, ni
con mucho, las esplicaciones dadas por el
ministerio: ellas significaban que no había-
mos caldo en la sima. pero no que no estu-
viésemos al borde de ella. El título de gene-
ral en gefe no confiere ningun mando efec-
tivo : y los actosy atribuciones á que en su
caso puede dar orígen, deberán espresarse
en una real órden especial espedida por el
ministerio de la Guerra; esto basta para di-
sipar la alarma general, en que todos se pre~
gUlltahan , si el ministerio de la Guerra se-
ria inútil en adelante, y si la corona hu-
biera puesto en manos de un súbdito la
regia prerogativa de disponer de la fuerza
pública; pero no basta para sosegar la in-
quietud del buen sentido, ni los recelos de


. los hombres previsores; no basta para per-
suadir que aqui no haya mas que una sim-
ple distincion honorífica , igual á otra dis-
tincion de esta clase. Unacosa que no es
un grado en la milicia, que no es un man-
do efectivo, que no es una condecora-
cion de las conocidas; ¿qué será? ¿qué es?
¿qué significa ó debe significar á los ojosde
todos los hombres pensadores? Lo que es,
lo que significa, lo que debe significar, es
una influencia moral sobre todo el ejército,
sancionada con la aprobacion de la corona;
una importancia de un militar muy supe-
rior á la de todos los militares sancionada
con la aprobacion de la corona; una decla-
racion solemne de que este militar es el es-
cogido previamente por la corona para el
mando efectivo de toda la fuerza pública,
en caso de una guerra, de un conflicto, de


79




- 642 -
un peligro. Estoes , esto significa, estode- jar de poneral general en gefeal frente del
be significar el título de general en gefe ejército? Dejar de hacerlo, ¿no seria mos-
concedido al general Narvaez . si hay un trar desconfianza hacia él, Y ofender su
hombre político á quien esto no asuste, en- pundonor? ¿Sería posihle nombrar á otro
vidiamos su candidez. general y postergar á Narvaez? Se nos dirá


No podemos creer que esta verdad se que bien pudiera hacerlo la Reina; pero DO
oculte á la penetración y esperiencia del se trata de la potencia en abstracto; sino
Sr. marquésde ~liraflores , y de algunos de con todas las circunstancias; y en este sen-
sus cólcgas en el gabinete. No basta decir tido bien se puedeasegurar que otro 0001-
que el general Narvaez es muy leal.y hramiento noseria posible. Ademas , que si
muy caballero; no se trata de caballcrosi- la Reina puede, ¿á qué comprometer de au-
da(! , ni de lealtad, ni de ninguna calidad temario el uso de la prerogativar ¿á qué lí-
personal; no se trata de los hombres, sino garla en ciertomodo en favor de una per-
de las cosas, con su situacion , con sus cir- sona determinada"? ¡Qué conflictos! ¡Qué
constancias, con su lógica iuílexihle y tre- lecciou para meditar los pasos que pueden
menda. Las personas no entran en esto ser de grande trascendencia!
para nada; las cosas pueden mas que las Lo decimos con la conviccion mas pro-
personas; y cuando en las cosas se deja la funda: este es el mal grave, gravísimo que
raiz de grandes males, estos males sobre- devora al ministerio Mirallores desde su na-
vienen, á pesarde las personas, envolvién- cimiento: si no se logra estirparle , el mi-
dolas , arrastrándolas, perdiéndolas. nisterio perecerá. En estas materias no has-


Ya saben nuestros lectores que somos tan los paliativos: es necesario llegará la
amigos de hacer sentir las verdades por raíz. Es indispensable, urgente, que el mi-
medio de ejemplos, Supondremos (y estas nisterio no aparezca bajo la tutela ni aun
suposiciones se realizan en España con posible, del general Narvaez: todo loque
harta frecuencia) que llega á Madrid un es- no sea dejar completamente desembarazada
traordinario portador de la noticia de un la prerogativa de la corona para nombrar ó
pronunciamiento, como el de Alicante y dejar de nombrar un generalen gefe , y pa-
Cartagena, ú otrosque tan á menudo hemos fa escoger estas ó aquellas personas; todo
presenciado: desde aquel momento , ¿quién lo que no sea impedir el que un militar se
es el dueñode la situación? Conviene vigor, eleve sobre los demás por su designacion
energía, rapidez: para estas cosas es nece- previa para el mando en gefe de las armas;
saria la unidad, el generalato honorífico se todo lo que no sea esto, es dejar enervado
convierte por el mismo hecho en efectivo: el poder, es preparar su ruina, es amonto-
¿á qué está reducida en tal caso la fuerza nar tempestades sobre el pais.
del ministerio? Otra suposicion. Estalla una ¿Peroqué remedio ha~ en la actualidad?
insurrección militar en los cuarteles de Ma- Muy sencillo: cuando se ha errado no es
drid , ó uno motín en las calles: ¿quién to- mengua retroceder: el general Narvaez es
maelmando?¿noseráelgeneralen gefe? Otra demasiado delicado y pundonoroso para re-
suposicion. No hay pronunciamientos en sistirse á renunciar á la nueva dignidad,si
las provincias, ni insurrecciones ni motines llegase á sospechar que este seria el deseo
en Madrid; pero á causa de circunstancias de los consejeros de la corona; entonces
fatales, ó poralguna cuestion que conmue- aceptársela lisa y llanamente, que el hom-
ve los ánimos, hay una .agitacion sorda, bre mas condecorado no debe tener á men-
amenazadora, como estamos viendo con gua el colocarse en la misma línea del defen-
tanta frecuencia; ¿quiénes el hombre que sor de Zaragoza y del vencedor de Bailen.


o está con la mano en el puño de la espada, El general Narvaez mejorará de posicion
con el pie en el estribo para montar á ca- á los ojos del país, quitándose hasta las
bailo, dispuesto á mandar de un momento apariencias de hombre necesario, y con-
á otro toda la fuerza J)ública? ¿no será el tentándose con ser un general como todos
general en gefe? Laór en especial del mi- los demas , sin preeminencias de ninguna
nisterio de la Guerra, ¿no será reclamada clase, y solo con la noble emulacion de ser
por las circunstancias? ¿noseráaquelel 010- uno de los primeros en sacrificarse por su
mento oportuno de convertir el título hono- .patria y porsu Reina.
rítíco en mando efectivo? ¿Sería posible de- Fuera de este camino no hay sino precí-




LA PREPONDERANCIA ~nLITAR.


E!tri~o en Barcelona el 12 de marzo de t 8.¡e y publicado en ftla-
dril) el 18 del mismo.


picios: ni el ministerio actual, ni otro que
le suceda podrán hacer la felicidad del pais
sin la condición espresada. Todo lo que se
diga en favor de la lealtad y del desprendi-
miento del general Narvaez, solo servirá á
confirmarnos mas en la opinion de que es
necesario que cambie de posición, y no deje
ningun pretesto á la maledicencia y á la
calumnia. 1,0 repetimos .. no se trata de las
personas, sino de las cosas; pero estas co-
sas son tales que si el gobierno no remedia
pronto una falta, hijade la caballerosidad y
buena fe , pero que al íin es una gran falta,
se arrepentirá de su imprevision.


vos para una tercera edicion de idénticas
reclamaciones. El nombre de las personas y
de los bandos no significa nada; el hechoes
el mismo.


Desde la muerte de Fernando VII la pre-
ponderancia ha estado en el poder militar:
desde que se hicieron representaciones de-
masiado célebres, y cruelmente espiadas, el
poder civil se puso á discreción de los cuar-
teles; las Cortes y los ministerios no han
podido nada contra la fuerza de las armas.
Hay aqui sin embargo varias fasesque con-
viene recordar. Primero, la fuerza armada
estuvo á la obediencia de los generales; en-
tonces la preponderancia militar se halló en
estos; rompiéronse los lazos de la disciplina,
entonces la preponderancia militar pasó á los
soldados; restablecióse por fin la disciplina,
yentonces la preponderancia militar volvió
á los generales. En la primera época, la in-
fluencia de estos derriba un ministerio v
cambia un sistema político; en la segunda",
los generales son asesinados por la solda-
desca amotinada; en la tercera, los genera-
les vuelven á derribar ministerios v á cam-


Mucho se hahla en estos últimos tiempos 11 biar sistemas políticos. Bajo diferentes for-
de la necesidad de destruir la preponderan- mas, se descubre el mismo hecho: el impe-
cía militar para fortalecer el poder civil; I pio de la fuerza sobre el imperio de la ley.
parécenos que la cuestion se ha planteado I Este es un mal gravísimo: ¿cuál es el re-
al revés, y que mas bien debiera pensarse medio? el mas sencillo que á primera vista
en robustecer el poder civil para destruir la ocurre: es quebrantar de raiz el poder que
preponderancia militar: no creemos que el prepondera. .Mas contra esto militan dos di-
poder civil sea llaca porque el militar sea ficultades : primera, la imposibilidad de eje-
fuerte; sino que por el contrario, el poder I cutar1o; segunda, los peligrosos resultados
militar es fuerte porque el civil es lIaco. Es- de la ejecución. Cuando un poder está ar-
tas son cosas muv diferentes: el no distin- raigado en la sociedad, no se le destruye
guirias cual convlene , acarrea la confusion con pensamientos ni palabras; es necesario
de tomar el efecto por la causa, la causa oponerle otrospoderes mas fuertes que el:
por el efecto. ¿dónde están en España esos poderes? To-


Las quejas contra la preponderancia mili- cante á la conveniencia, ocurre desde luego
tal' datan ya de mucho tiempo: hace largos la duda de si quebrantándose de raiz todoel
años que las fracciones liberales se acusan poder militar, seria dable conservar el órden
unas á otras por los estados de sitio; y una público; y este órden es una necesidad tan
provincia en estado de sitio es una provin- alta, que á su conservacion deben sacrifi-
cía entregada al poder militar. 1,0 que carse las cosas secundarias.
en 183i y 1835 decian los progresistas con- En ningun pais del mundo es el poder
tra Jos moderados, dijeron los moderados civil ni una persona sola, ni una institucion
contra los progresistas en 1836 y 1837; has- sola, sino el resultado de la fuerza de un
ta 1840 les tocó á los progresistas repetir conjuntode elementos sociales que concur-
los mismos cargos, que luego reprodujeron ren en un punto, como si dijéramos en un
los moderados hasta 18i3; desde el pronun- centro de gravedad. La persona ó la institu-
ciamiento de junio de dicho año, se quejan cion que manda, 10 puede hacer, porque
otra vez los progresistas: si algun dia los reune el caudal de las fuerzas sociales, v es
moderados sucumben, es probable que los el representante y la personificacion de las
progresistas les ofrecerán abundantes moti- mismas. ¿Dónde está el centro de gravedad




- 6U-
en España? naturalmente ocurre que en ef durante muchísimos años. Sin embargo, la
trono; examinémosio. esperíencia de lo pasado aconseja al trono


El trono no es ni puede ser una institucion una conducta prudente, para que la fuerza
aislada; cuando esto le sucede deja de ser militarno se personifique en ningun indivi-
una instituoion y es una persona sola, en duo; antes por el contrario, esté como di-
cuyo casoel trono sucumbo. Afortunada- vidida entre varios gefes cuyo punto de
mente no estamos en España en un estremo reunion no sea otro que las gradas del tro-
tan deplorable: el trono conserva todavia no. Fuera de este camino no hay salvación,
no escasa fuerza: quien manda en su nom- no hay masque la ruina del trono mismo,
hre se hace obedecer. por lo menos durante y la perdicion de los individuos en quienes
algun tiempo; cuando sobreviene algunaca- se personifique esclusivamente la fuerza mi-
tástroíe poluica , se pronuncia otra vez el litar. Una personilicacion de esta clase es
nombre del trono, y los elementos de resis- imposible, en no convirtiéndose en dictadura
tencia se ablandan, los de órden dispersos bajo uno ú otro nombre; y en España la
se agrupan, los ocultos se manifiestan, y se dictadura es un absurdo, ya porque lo es
vuelve á constituir la unidad gubernativa, por necesidad mientrasel trono existe, ya
hasta que otra catástrofe política la disuelve también porque mal pudiera un particular
de nuevo. El tronono es bastantefuerte para alcanzar la personificacion que se necesita
evitar la repeticion de esas catástrofes; pero para la dictadura, cuando á esta personifi-
las hace menos frecuentes, y sobre todo cacion completa no ha podido llegar el mo-
menos terribles. Para formarnos idea de la narca mismo. Aun cuando la fuerza de las
debilidad que trabaja esta soberana institu- circunstancias fuere muy á propósito para
cion , comparemos lo que es con lo que era; un encumbramiento estracrdinario . los fa-
mas, para concebir toda su fuerza, no obs- vorecidos de la fortuna debieran manifestar
tante su postracion, imaginémonos que des- su previsión y sagacidad, no queriendo salir
aparece del todo: ¿en qué se convierte la de una region modesta; semejantes, suhi-
España? ¿Quién será capaz de constituir un das sonpeligrosas: en posde ellas vieneun
gobierno generalmente obedecido, nisiquiera descenso muy rápido, cuando no una caida
por ocho dias? Nadie. estrepitosa. •


La debilidad del tronoá mas de otras cau- Los militares que suenen en una dicta-
sas particulares, dimana de que adolece al- dura mas ó menos paliada, no debieran
gun tanto de ese aislamiento, ~ue en llc- perder de vista que para esto necesitan co-
gando á su colmo, mata la institueion. Le locarse á la cabeza de un partido político;
faltan los elementos que antiguamente le lo que en las actuales circunstancias equi-
rodeaban; le falta el asentimiento de mu- vale á labrar su propia ruina: dos hombres
chos hombres de diferentes partidos; le fal- se han hallado en posicion favorable para
tan esas instituciones que escudadas por él, acaudillar un partido; ambos lo han hecho;
le servian á su vez de escudo; le falta el ambos han caido víctimas de su propio par-
complemento de la personificacion de todos tido. Espartero se levanta en hombros de los
los' intereses, de todas las ideas, de todos progresistas, satisface las ideas de estos, sus
los sentimientos que tienen en la sociedad intereses, sus deseos y hastasus caprichos;
una fuerza efectiva, independientemente de por considerarion á ellos, olvida suposi-
lossistemasde gobierno; el tronoesfuerte por cinn y se hace demócrata; y ellos mismos
loque conserva; es flaco por Jo que le falta; comienzan por desacreditarle y acaban por
dadle esto último, y la instituciou recobrará perderle. El general Narvaez se hizo la ilu-
su esrlendor y su pujanza, á pesar de las sion de creer que su posicion estaba asegu-
modificaciones de la organizacion política. 11' rada colocándose á la cabeza del partido


En esta situacion, el trono no puede pri- parlamentario; y del seno mismo de ese
varse del apoyo militar, porque es necesa- Ipartido salió la oposicion que ha contribuido
rio suplir con la fuerza de lasarmas loque mas á enflaquecer su prestigio, y que ha
falta de fuerza moral; y asi continuará hasta tenido no escasa parte en provocar la crísis
que nuevos acontecimientos venganá des- I que acarreó la caida del ministerio; y sin
enlazar las actuales complicaciones, llevan- Iembargo no puede negarse que el partido
donos por el camino del bien, o hundiendo parlamentario le debía no poco al general
la España en una sima de que no saldrá ~ Narvaez. De esta manera se hallarán cor-




- 645-
respondidos de todos los partidos políticos; reforma, en apariencias de este ó aquel ali-
los militaresno debieran jamás 01 vidar que vio de las cargas públicas, y en tantas otras
para ellosno hay camino de salvacion, sino apariencias, que por una lastimosa confu-
conservando la severidad dela disciplina en sion de palabras, se apellidan medidas de
los subordinados, y ohedeciendo sin restric- gobierno.
cien de ninguna clase las disposiciones Hay en España un gran problema que re-
emanadas del trono: mandar obedeciendo, solver, y consiste en combinarde la mane-
y obedecer mandando. ra conveniente lo antiguo con lo moderno,


Nuestras ideas con respecto á la prepon- aproyechando de uno y otro lo que pueda
deraucia militar, las hemos manifestado va servrr para dar fuerza al poder, asegurando
varias veces, y las hemos repetido al co- el órden público y fomentando el desarrollo
menzar el artículo presente: el poder mili- de los verdaderos intereses del país. Que
tar es fuerte porque el civil es flaco; no hay entre nosotros algunas cansas profundas
tanto se debe pensar en abatir aquel como de malestar, que es necesario cimentar el .
en fortalecer á este; la fuerza del poder ci- poder público con otras condiciones de lo
vil será la ruina del poder militar, que de- que se ha hecho hasta aqui, lo evidencian
jará de ser poder y pasará áser una clase esa inquietud y zozobra en que nos halla-
como las demas del Estado. Ninguna combi- mos de oontínuo, y que se manifiestan de
nacion política puede estribar en la fuerza una manera tan lastimosa en la region poli-
militar como sobre un elemento dnradero: tica, con la instabilidad de los hombresv de
esta fuerza puede servir de instrumento las cosas. Esto no puede desconocerlo qüien
para llegar á un fin determinado, puede ser esté dotadode sentido cornun, mucho menos
un auxiliar escelente para conservar el ór- quien tenga pretensiones de homhre politi-
den, mientras los elementosde que se haya co. En España no puede prometerse verda-
de rodear el poder civil no esten reunidos dera gloria sino el que fijando la vista sobre
y desenvueltos de la manera conveniente; la raíz de los males acuda á cortarlos para
pero desde el momento en que se la consi- siempre, arrostrando la impopularidad de los
dera como un principio de gobierno, hace interesados en que continúen, y buscando
imposible todo sistema de administracion, y la verdadera gloria que le decretaría en bre-
pone en inminente peligro para un tiempo ve la gratitud nacional.
mas ó menoslejano, la misma conservacion Quien no se atenga á estos principios, in-
del órden público cuya defensa se le enco- currirá en uno de dos escollos con respecto
mondara. á la preponderancia militar: ó será su víc-


Los hombresde gobierno dignos de este tima, ó atraerá sobre el país todos los males
nombre, no pueden considerar al poder mi- de una revoluciono Será su .víctima si dejan-
litar bajo otro aspecto, ni tampoco hacerse do intacto el origen de la flaqueza del poder
la ilusión de qlIe podrán emanciparse de él civil, busca su apoyo en la fuerza militar:
con la simple voluntad: Es necesario aten- atraerá sobre el país los males de una re-
der á lo que falta de fuerza moral, para que volucion, si desconociendo las causas que
se pueda prescindir de la material; es ncce- hacen necesaria la debilidaddel poder civil,
sario examinar concienzudamente la situa- se olvida de la fuerza del poder militar, y
cion del pais para conocer cuáles son y espera desarmar á los partidos con palabras
dónde están, y de qué modo se podrían avi- blandas y con promesas de legalidad.
var y agrupar los elementos verdaderarnen- Por principios y por sentimientosestamos
te conservadores, capaces de dar al poder reñidos con la preponderancia militar; por
civil una fuerza efectiva. Mas para esto es principios, porque no creemos que las socie-
indispensable estender la vista mas allá de dades hayan de estar sometidas al régimen
los diminutos círculos de la capital; es in- de la fuerza; por sentimientos, porque nos
dispensable atender al estado de la nacion repugna la dureza de que se resienten mas
bajo muchos aspectos; es indispensable bus- ó menos todos los mandos militares, aun
ear la popularidad verdadera y desdeñar la prescindiendo del carácter personal de 10l;
facticia , la que dan unos cuantos hombres I individuos que los ejercen. Pero en la triste
que no tienen mas importancia de la que se j'l alternativa de tolerar los mandos militares. ó
les atribuye; es indispensable pensar en al- dejar abandonado el pais á merced de pasio-
¡jO mas que en apariencias de esta ó aquella nes turbulentas y proyectos insensatos, es




LA SITlJAC10N.


Escrito en Barcelona en 18 de marzo de 18!t6 y publicado en
Jludrld en es del mismo.


Tristísimo espectáculo ofrece la España,
amenazada sin cesar de cambios de política,
trabajada por ambiciones innumerables;
siempre en crisis y en grave peligro de
caer de nuevo en una disolucion que le
acarree trastornos profundos. Las personas
varían, los sistemas se modifican, y jamás
se encuentra la tranquilidad tan- deseada:
las fracciones políticas se alían y se h?stlh-


Izan, se coligan y se s.eparan;. per? 1lI s~sguerras m sus paces, m su umon ID su di-


- 646-
sea cual fuere el cambio de personas y de
sistemas, se ofreceria la alternativa de que
hemos hablado, ó subordinarse masó me-
nos al poder militar, ó abandonar el pais
á manos de fracciones turbulentas. Cuando
los hechos hablan, soninútilesllaspalabras:
si estas se hallan en contradicción con aque-
1I0s , el buen juicio del público les da el
sentido conveniente; y mejor debe señalár-
selo todavía, quien hallándose en la altura
del gobierno, debe comprender de unaojea-
da la verdadera situacion de las cosas, y
dirigir en consecuencia su conducta', no
perdiendo de vista el interés de su propia
conservacion , íntimamente enlazado con Jos
grandes intereses públicos.


Piénselo el gobierno: no se haga las ilu-
siones pueriles de que han sido víctimas
tantos otros: los obstáculos que puede en-
contrar y que probablemente ha encontrado,
no dimanan de causas transitorias, ni de
las circunstancias de esta ó aquella persona:
no fije la vista en los hombres, sino en las
cosas: que en estas mas que en aquellos se
halla la raizde nuestros males. El disminuir,
el quitar del todo la preponderancia militar,
no ha de ser un medio, sino un resultado.
Cuando se hayan reunido en torno del po-
der civil los elementos de fuerza moral que
ahora le faltan, la preponderancia militar
habrá desaparecido: no será necesario com-
batirla: se desvanecerá; porque no hay
fuerza material que resista á la accion de
la moral, cuando es tan abundante como lo
puede ser en España.


mejor resignarse á los inconvenientes que
consigo trae el mando militar, si no hayotro
medio eficaz para la conservacion del órden
públic~. No ignoramos cuál se enumeran y
se esphcan con teoríashalagüeñas los me-
diosde fortalecer el gobierno civil, haciendo
innecesaria la preponderancia militar; pero
todas esas teorías tienen el inconveniente de
estar en contradiccion con los hechos. Los
partidos políticos se han sucedido en el man-
do ; ningunode ellos ha logrado constituir
un poder civil: todos han apelado al militar:
desde que una oposicion se ha convertido
en gobierno, se ha olvidado de las teorías v I
se ha rodeado de las armas; ¿y esto qué
prueba? ¿probará acaso el espíritu de des-
potismo y tiranía de los prohombres de los
diferentes partidos? Estas son vulgaridades
que no significan nada: no hay ningun hom-
bre político que colocado en el gobierno, no
desee gobernar civilmente, si esto fuera
compatible con su conservacion en el mando
y la continuacion del sistema que ha conce-
bido y planteado. Cuando todos los hombres,
de todos matices puestos en el mismo lugar,
hacen la misma cosa, es señal infalible de
que esta conducta es independiente de las
ideas y carácter de las personas, y que re-
conoce causas profundas, á las cuales es
preciso buscar remedio mas eficaz que el de
las mudanzas personales.


Desgraciadamente no queda ahorael tris-
te recurso que tanto se esplotaha durante la
lucha civil: la necesidad de la preponderan-
cia militar motivada por la guerra que ardía
en las diferentes provincias. Los hombres
previsores dehieran conocer ya en aquella
época, que el maldimanaba de otro origen,
y que la terrninacion de la guerra civil PI'O-
duciria un cruel desengaño. Seis añoslleva-
mos de paz, y la preponderancia militar no
ha disminuido, y quizás ha ido en aumento.
Bajo un régimen llamado de libertad, los
mandos escepcionales han continuado, y los
gobiernos acusados por la infraccion de la
ley no han podido defenderse de otro modo,
sino alegando que no era dable sostener el
imperio de las leyes sino infringiéndolas.
Confesion dolorosa, y al propio tiempo muy
instructiva. En vano oposiciones de diferen-
tes clases se han negado á reconocer esta
necesidad: basta recordar los hechos para
que se conjeture lo que ellas harian á su
vez, si dejasen de ser opinion y se convir-
tiesen en gobierno. Dígase lo que se quiera.




- 647 -
vision, producen otro resultado que mante- ~ gobierno: si se ha consolidado ó no, dígalo
ner este desgraciado pais en agitacion con- 110 que estamós presenciando. El partido
tinua , impedir su reorganizacion y hacer que se llama conservador se lisonjeó un
imposible la ejecucion de todo pensamiento dia de que habia sonado la hora de plan-
de gobierno. Estos son los hechos: la diver- tear sus sistemas, de aplicar sus doctrinas,
genciade opinion puede versarsobrela cau- y de que la nacion le debcria tranquilidad
sa de los mismos, pero no sobre su existen- I y gobierno: nosotros sostuvimos lo contra-
cia: nadie los niega: cada cual procura es- ! rio; dijimos que ese partido no encerraba
plicarlos conforme á sus ideas ó interés: en los elementos necesarios para dar á la na-
el esfuerzo por la esplicacion, está su es- cionni gobierno ni tranquilidad, que mori--
preso reconocimiento. Largos años han ria á manos de IlD poder militar ó perecería
corrido desde que empezó ese estado de por disolucion; si esto se ha verificado dígalo
cosas, y los años no han remediado nada. la esperiencia.
Durante la guerra, se decia: esperemos ¿Qué le ha faltado al partido conservador
que la guerra cese; y la guerra ha cesado para dar á la España lo que tantas veces le
hace seis años, y el malestar continúa. Du- habia prometido" ¿Queria el apoyo del tro-
rante la dominacion de Espartero se decía: no? El trono le apoyó. ¿ Quería el apoyo de
esperemos la mayoría de la Reina; y Es- las Córtes? LasCórtes fueron suyas. ¿Queria
partero cayó hace tres añosy la Reina fue el apoyo de la fuerza armada? La fuerza
declarada mayor de edad. y el, malestar armada le apoyó. ¿Le embarazaba la mili-
continúa. Durante las tentativas revolucio- cia nacional? La milicia nacional desapare-
narias se decia: esperemos que la revolu- ció. ¿Le servian de obstáculo los ayunta-
cion sucumba; y la revolución sucumbió, y mientos progresistas? Desaparecieron. ¿Ne-
el gobierno triunfó cumplidamente, y el cesitaba reformar la Constitucion? La Cons-
malestar continúa. Durante el ministerio titucion se reformó. ¿No le convenia el
Narvaez, se decia: esperemos que el minis- jurado? El jurado desapareció. ¿Habia me-
terio caiga; y el ministerio cayó, y el mal- nester de trihunales especiales? Los tuvo.
estar contmúa. ¿Qué nos toca esperar aho- ¿Habia menester de policía? La tuvo. ¿Le
ra? La reorganizacion del ministerio? ¿y no podian ser útiles las simpatías de la Fran-
se han organizado y reorganizado innume- cia? Las tuvo. Dueño de la corte, dueño
rabies ministerios? ¿Unanueva.convocacion del parlamento, dueño de la fuerza, dueño
de Córtes? ¿ y no se han convocado muchas de la administracion, dueño de todo: ¿qué
otras veces, con iguales y mayores espe- mas queria? ¿qué mas quiere? lIay ten-
ramas? ¿La reinstalacion del general Nar- taiivas de insurreccion y la insurreccion
vaez al frente del poder? ¿y será entonces sucumbe; la España toda le obedece; en
menor la agitacion? ¿La salida de Narvaez el gobierno estaban unidos con el poder
de España? ¿ y no han salido antes que él militar los prohombres del partido: ¿qué
otros tan influyentes como él? Lo repetimos: mas se queriar.Y sin embargo, ¡cosa nota-
¿qué nos toca esperar ahora? Demasiado lo ble! i leccion instructiva! con tantos ele-
sabemos: lo que nos tocaesperar es la con- mentos favorables, con circunstancias tan
tinuacion indefinida de ese malestar intole- propicias, el partido conservador se ha di-
rable, si los hombres que piensany que de- suelto rápidamente, con la misma rapidez
sean de veras el bien del pais, no fijan que se agolpaban en derredor suyo los apa-
su consideracion en las causas del mal, y rentes elementos de vida. Ese partido tan
no se esfuerzan por aplicar el remedio á brioso enla oposicion , de tan bellas pala-
la raiz. bras, de tan brillantes esperanzas, de tan li-


Si gozarnos pudiéramos en el infortunio sonjeras promesas, ese partido se muere.
de nuestra patria tendríamos motivos de En su agonia, en sus lastimosas convulsio-
complacencia al ver que de tal suerte se nes, se revuelve en todos sentidos, vé som-
vancumpliendo nuestros antiguos pronósti- bras por todas partes: intrigas cortesanas,
coso Cuando las circunstancias eran menos maquinaciones estrangeras, espadas levan-
complicadas, cuando el desengaño del pú- tadaspara herirle, batallones, cañones, ejér-
blico estaba muy lejos de haber llegado al citos; y no advierte que sus enemigos no
punto en que se encuentra ahora, dijimos sonlos que él se figura, sinola debilidad de
una y mil veces que no se consolidaría un su cabeza que le da vahídos, la debilidad




- 648 ~
de sus fuerzas que ya le llega al corazon, acabó por llevarlas Con tal flojedad, que 1iii's~
donde su vida se estingue. tó á su rival un pequeño esfuerzo para ar-


Bien lo sabiamos nosotros, que para mo- rebatárselas y hundirle.
rir le bastaba el triunfar; porque tal es la ¿Qué nos indican estos hechos? Indican,
suerte de todos los partidos débiles. Mien- que es imposible fundar un gobierno mien-
tras estan caidos, mientras. se hallan en la I tras haya de estribar en la estrechabasa que
oposicion, ostentan mas vida de la que tie- I se proponen darle las dos fracciones 'del
nen en la realidad: entonces su misiones 11 partido liberal; indican que ha sonado la
destruir; tarea fácil: pero tan pronto co- hora de reconocer por fin la esterilidad de
mo se los llama á edificar, su impotencia ese esclusivismo que atormenta á la nacion
se descubre: se paran al pie de las ruinas y pierde á los mismos que le emplean para
y de los materiales amontonados para la re- consolidarse; indican que es necesario, ab-
construccion, y alli mueren. Esto le ha su- solutamcnte necesario, el tomar otro rumbo
cedido al partido moderado: su muerte es y salir de ese pequeño círculo en que nos
segura: las dificultades estan en quién le agitamos y llevar á la region del gobierno
ha de heredar; y esta es la única causa que miras mas vastas; indican que ya ningun
dilata su desaparicion del teatro político. hombre pensador puede hacerse ilusiones
Si arrastra por algunos momentos su ende- sobre los resultados de modificaciones de
ble existencia, no lo debe á la vida propia; personas ó sistemas, siendo de todo punto
es un cuerpo que no se deshace en polvo, indudable que siguiendo el camino aconse-
por la compresion que sufre de los cuerpos, jado por los dos partidos no haremos mas
que [e rodean: vendrá un empuje, cesará I que recorrer el mismo círculo que hemos
este violento equilibrio, y el cuerpo pulve- i recorrido ya tantas veces. Nuevas promesas,
rizado se disipará por el aire. nuevos programas, nuevospropósitos de se-


El partido progresista contempla con mal guir unamarchajuszu,decorosa y{irme; irre-
disimulada satisfaccion este depiorable es- vocablo resolucion de gobernar con la ley y
pectáculo ; y como que se olvida de las pro- solo porla ley; Constitucion verdad; sistema
pias cuitas de otros tiempos, al ver que no representativoconsugenuina ínterpretacion,
son menores las agenas. Tamhien el partido con sus legítimasconsecuencias; hé aqni lo
progresista tUYO una época semejante á la que tendremoscon semejantes mudanzas; pe-
de su adversario: tambien se encontró en ro todo como se supone, escrito en un papel,
posicion desembarazada para practicar sus sin nada en la realidad. Esto leeremos por lo
doctrinas, y plantear sus sistemas, y hacer pronto; pero al dia siguiente vendrá la des-
la felicidad del pais , como tantas veces ha- templada oposicion de la prensa y la sepa-
bia prometido. ¿Queria ~I auxilio del trono? racion de una fraccion, y la guerra intestina,
el hombre que colocó á su cabeza era el de- y las intrigas, y las crisis, y la disolu-
positario de la potestad real. ¿Queria elapo- cion del partido dominante, y la desespera-
yo de las Cortes'? estaba soloen ellas. ¿Que- da defensa de la pandilla que se haya
ria la amistad de una nación poderosa? ahí apoderado del mando, y la coalicion mas ó
estaba la Inglaterra. ¿Queria la cooperacion menos esplícita de las oposiciones, y al fin
de los ayuntamientos? [os ayuntamientos la ruina total de los temerarios para comen-
eran todos progresistas. ¿Quena la del ejér- zar otra vez la misma escena, sin mas dife-
cito? el ejército era progresista. ¿Queria mi- reucia que la de algunos nombres de cosas ó
licia nacional? la milicia nacional era nume- de personas. En vista de la situacion actual,
rosa. ¿Queria una Constitucion democrática'? y atendidas las lecciones de la esperiencia,
gobernaba con la mismaque él mismo había ¿hay hombre de mediano juicio que pueda
hecho. ¿Queria abatidos sus rivales? [osmo- prometerse otros resultados" Y hé aqui por
derados estaban en la mayorpostracion; con qué el pais contempla con esa indiferencia,
sus gefes proscritos, y sus partidarios en la [1 con ese desden el espectáculode tantas mi-
oscuridad. ¿Qué mas queria? lo que debia serias, y por qué acabaria por no fijar ni
querer era no triunfar; porque su triunfo siquiera la atencion en él, si pudiera pres-
era su muerte. Tampoco encerraba en su cindir de la tranquilidad que necesita y ve
seno los elementos necesariospara gobernar; siempre en peligro, y de esos sacrificios
y tan pronto como empuñó las riendas del que se le exigen para gobernar y que se
Estado, sintió que su mano flaqueaha , y consumen en el desgobierno.




- {ji.g-
Es curioso el oir cómo algunos órganos I que esos elementos no han encontrarlo toda-


de la opinión pública desahogan su pena vía el punto en que deben reunirse; estas
con sentidos lamentos sobre la ceguedad de son las causas fundamentales de nuestro
lospartidos, sobre la ambicion de los hnui- malestar; por eso las ambiciones bullen.
bres y otros ternas semejautcs : COlllO si el por eso los partidos se,agitan y se chocan;
hablar contra loshombres de todos los parti- por eso tenemos necesidadde la preponde-
dos no equivaliera á condenar las cosas en , rancia militar; por eso estamosaun inoomu-;
si mismas, va que á· todos los hacen ó les I nicados con la Europa,
permiten obrar de una mismn manera. En Abandonen pues nuestros hombres de go-
todos los paises y en todos Jos tiempos es hierno las combinaciones estériles; fijen la
precisocontar con la miseria y la maldadde vista en la raízde losmales, v traten de en-
Jos hombres; mas por eso se han constitui- mendarlos de una vez. Que no se hagan ilu~
do poderes fuertes; por eso se han planteado sienes: sucumbirán ellos, corno han sueum-
instituciones robustas; por eso se han dicta- hido sus antecesores ,corno sucumbirán los
do leyes preventivas y represivas; por eso que les sucedan. Las cosas se hallanen unes-
se han formado los cuerpos que llamamos tado en que es imposible gobernar bien: tan-
estados, con tantos vínculos para impedir la tos escarmientos debieran haberloenseñado.
disolucion , con tantos escudos para defen- Destruida la revolucion en las calles, el des-
dcrloscontra las pasioneshumanas. En todos orden se ha refugiado en las. altas regio-
tiempos y paises han abundado los hombres nes : á las turbas populares se les ha im-
inquietos y han luchado entre si grandeslll- puesto silencio, pero se les hace asistir á las
tereses , y por eso se ha reconocido la ncce- luchas que traban entre sí los hombres qu~
sidad de un poder que los protegiese á todos I debieran gobernarlas. ¡,Se creerá que esto
dominándolos á todos; nunca han faltado pueda durar mucho tiempo'? Por nuestra
hombres ambiciosos que aspiraran al mando; 1 parte lo dudamos: el desórden es contagio-
y por eso se ha reconocido la necesidad de so, y fácilmente secomunica de arribaabajo.
sacar el poder supremo de la esfera de los ¿Qué le importa al pais que vuelva al po-
puestospretendidos y. se han establecido las del' el general Narvaez , ó que triunfen sus
monarquías hereditarias. Quejarse pues de adversarios? ¿Qué harán 11110S ni otros en
los hombres, decir que las cosas irian bien . una situacion como la presente? Con todos
si conviniesen todos en cumplirsus deberes, los partidos contra sí, ¿qué puede hacer
es resolver los problemas políticos y socia- ningun hombre? Sin fuerza de que dispo-
les en uu orden puramente teórico, es ha- ner , ¿qué puede ningnn gobierno? Si se
cer utopías en vez de combinaciones politi- prescinde del sistema representativo, se \i-
caso Cuando en un país todos los goheruan- ve en perene contradiccion con la ley fun-
tes se portan mal, señal es que noson solos damental ; si se gobierna con él , la disolu-
los hombres los culpables , que lo son tam- cion de los elementospolíticos será cada dia
hien las cosas; y entonces á las .cosas debe mayor, dado que pueda serlo; si van todos
aplicarse el remedio, si se quiere que se los partidos á las Cortes, se trabará una.lu-
enmienden los hombres. cha sin ejemplo en nuestros fastos parla-


La raiz de los males de España está en la mentarios ; si va uno solo, Jos demaspro-
profunda debilidad del poder; en esa debiii- testarán, y su irritacionse difundirá por el
dad que no le permite ser suavesin ser flojo, pais ; y para colmo de desórdeu , el único
ni firme sin hacerse violento. Y el origen de partido dominantese dividiráen tantas frac-
esta debilidad profunda está en que ap~lnas ciones , cuantos sean los grupos de' seis
hemos salido de la minoría ; en que los hom- hombres que se crean capaces de formar
hres turbulentos v ambiciosos se alientan un ministerio. Si se. gohiel'l1a mal, se cla-
con la inesperieneia yet candor de la joven mara contra el gohierno; si se gobierna
Soberana; en que una parte 'muy numerosa bien , se clamará contra el gobierno; si hay
del partido monárquico está descontenta, y inaccion se le acusará de perezoso; si ener-
si permanece tranquila , tambicnestá indi- gía, de violento. Las ambiciones no se con-
ferente ; en que todos Jos elementos conser- tentarán sino con mandar, y en el mando
vadores que se hallaban alrededor del trono no caben todos; que aun cuando cupieran,
del último monarca, se dispersaronal soplo bien pronto surgirían nuevas divisiones de
de la revolucion y de la guerra dinástica; sn amor propio, para ejercer mas ó menos in-


SO




- 650
Iluencia , para dominar mas ó menos el EL NUEVO MINISTERIO.
movimiento politice, ó para satisfacer in-
tereses predilectos. Esto no son vanas con-
jeturas ; masbien que pronósticos, son re- Madrid 30 tlu mano de 18\6.
señas históricas : lo estamos presenciando
hace largos años ; y cada dia que pasa, en Antes de emitir nuestra opinion sobre el
vez de remediar estos males, los agrava lluevo ministerio, digamos algo con respec-
mas y mas. Asi se desacreditan. todas las t to á la situacion en que ha colocado á la
opiniones, pierden su valor las Ideas; las prensa el decreto de 1S de marzo. No cabe
convicciones se enflaquecen ó mueren; el duda que la prensa está ti discrecion del go-
mezquino egoísmo campea sin rivales, y el bierno: y en verdad que este ni aun hacui-
pais se va desmoralizando, haciéndose de dado de encubrir con un velo lo discreeio-
cada diamasdilicil el establecer un gobieno. nal de sus facultades; masnosotros creemos


Pero ¿se deberá desesperar de la suerte que todavía se puede escribir. El gobierno
de España? ¿Se deberá creer sea imposible ha proclamado la necesidad de dejar á un
llegarti un orden de cosas estable y regular? ladolas prescripciones legales; peronopue-
Opinamos que no: antes por el contrario, de prescindir de los límites morales: á nos-
abrigamos una profunda conviccion de que otros nos bastan estos últimos, porque pro-
acometiendo la empresa con serenidad, con poniéndonos -escribir en adelante con las
valor v sobretodo con buena fe , se podrian mismas doctrinas y en el estilo y tono que
resolver ventajosamente los grandes proble- hasta ahora, no podrá el gobierno aplicar-
mas que pesan sobre la nacion , y ponerla nos las disposiciones del decreto de 18 de
en tal estado que se fueran cicatrizando sus marzo, si no quiere desacreditarse con me-
llagas. Handesaparecido muchos obstáculos: didas violentas y despóticas. Y menester
los ministerios que hemos tenido desde la es confesar, por masque se declame en con-
caída de Espartero á medidaque han tenido trario, que cuando el escritor se mantiene
que acudir á su propia defensa, han idoaba- en ciertos límites, se hace invulnerable; en
tiendolas fuerzas revolucionarias, y acumu- la razon , en la templanza, en el respeto á
landa alrededor del trono elementos que las personas, hay una fuerza tan grande
podrán ser muy útiles, No se necesitanaho- que se sobrepone á todos los arrebatos de
ra golpes violentos; basta una política firme una cólera momentánea: ademas, el PENSA-
que marche á su objeto con ojo previsor sin MIENTO DE LA NACION tiene una ventaja, y
detenerse por la gritería de los que estan es el haber ya manifestado su opinion so-
interesados enque la discordia se eternice en bre todas las cuestiones pendientes, inclu-
España. Fortalecer el trono con una política sas las mas espinosas: la animosidad, si la
conciliadora; reunir en torno de la monar- hubo, debe de estar enfriada; el famoso
quía todos loselementos buenos de todos los ataque del índice decidió la victoria en
partidos; buscar conductos por dondese en- nuestro favor; lo ridículo no se repite. Es-
camine, dirigiéndose á objetos útiles la ac- cribiremos, pues, lo mismo que antes, sin
tividad intelectualy material que se ha des- ¡, torcernos á derecha ni izquierda, por COIl-
plegado en el pais ; resolver por losmedios 11 sideraciones de ninguna clase. Sin duda
Justos y prudentes las cuestiones que tienen , que en el ministerio actual, hay personas
en agitacion los intereses; segUl~ con las que merecen nuestra confianza; 'pero desde
opiniones políticas nnaconducta lmpa~clal que estan en el poder, no vemos á los hom-
de maneraque ningun hombrede capacidad bres, sino á los ministros; la oposicion a
y probidad puedacreerse escluido para siem- estas personassería un deber sensible, pero
pre de la posicion á que pueda pretender si fuese un deber, locumpliríamos. El de-
por sus calidades; ser justo con todos los creto prohibe inculpar las intenciones: esto
partidos , no sirviéndolos , sino dominándo- noses indiferente; jamás entramos en ellas:
los: esto es lo único que nos puede salvar. bástanos consignar los hechos; porque hace
¡.Se dará oido á los acentos de la verdad'? tiempo que estamos convencidos de que
Dificil es creerlo, consolémonos con espe- cuando un gobierno es malo, la mejor opo-
rarlo. sicion es una fiel crónica de sus actos, con
-~:;l~E~{>n+~ ! uno que otro comentario, siquiera haya de


11 ponerse á manera de glosa interlinear.




- 651 -
¿Qué significa, qué representa, qué es el \1 al efecto la sincera adhesion de los hombres


actual ministerio? Para resolver con acierto ] honrados de todos los partidos?
estas ~uestio~es consultemos la crónica de 11 . Pero volvamosá la .cuestion. ¿,Qué .Sigl.li-
los últimos días. : hca el actual ministerio?En su orgamzacion


El partido parlamentario tenia declarada !. significó la derrota de los parlamentarios y
la guerra al general Narvaez, y continuaba 1: el triunfo del general Narvaez; en la espre-
sus hostilidades, aun despues de la retirada ' sion de su pensamiento político representó
del 10 de febrero, á causa, segun decía, de un designio salvador de la monarquía con-
que el presidente dimisionario n? cesaba de tra los,ataques de la revolucion en la tribu-
ejercer influencia en altas regiones, y se na y en la prensa. .
preparaba á colocarse al frente de un nuevo El peligro del trono ¿era grave, era In-
ministerio, tan pronto como la oportunidad minente? ¿nos hallábamos en vísperas de
se ofreciese. Los parlamentarios cometieron escenas como la del trinquete? Seremosjus-
el error de llevar las hostilidades á .un ter- tos; nos parece que no. Las tendencias en-
reno donde podian sufrir algun quebranto trañaban algo de revolucionario; pero no
las prerogativas de la corona: desde aquel tanto que pudiese alarmar vivamente al ge-
momento si el general Narvaez tenia prcvi- neral Narvaez, cuyos sentimientos aunque
sion, debia llenarse de contento y esperan- sean monárquicos, tampoco deben ser tan
za: un enemigo de suyo t~n débil y que tal susceptiblescomo los de un militar ~e los
imprudencia cometia, debiera ser derrotado tiemposde CárlosUI. El ministerio ~ltraf1o­
en breve. Así fue en efecto; el general Nar- res, no obstante su posicion incierta y vaci-
vaez desembarazado ya del COllV?y parla- lante, yeso por causas bien conocidas, n~ se
mentario que meses antes le agobiaba, car- hubiera hecho cómplice de un desacato a la
gó sobre sus adversarios con ímpetu y á la corona; y en cuanto al Congreso, hay en
ligera: el resultado no podía ser dudoso; y sus antecedentes no pocas garantías de. que
ved ahí en pocas horas desbaratadas las fa- en sus modestos arrebatos no lIegaria 1lI con
lauges parlamentarias, y todas prisioneras mucho á la altura de la asamblea constitu-
á d}screcion del vencedor. " . vente. Lo que hubo fue que la si~uacionera


En la batalla de Olozaga quedo pnsronc- complicada, que los parlamentarios corne-
ro el partido progresista; y el general Nar- tieron una falta, y que el general Narvaez
vaez entregó el botín á los parlamentarios, aprovechó la oportunidad para colocarse de
reservándose para sí la mejor tienda de nuevo al frente del gobierno. En cuanto á
campaña: los parlamentarios se han olvida- la caída del ministerio Miraflorcs, nada te-
do del orígen de su encumbramiento y han nernos que añadir: se la pronosticamos des-
llevado su osadía hasta rebelarse contra su de que subió; pronóstico por cierto no muy
protector: en justo castigo se hallan ahora dificil' y hablando ingénuamente diremos
revueltos con I~s pro9fesistas y pris!oneros que t~d'avía no hemos podido comprender
como ellos. ¿,Que hará el general Narvaez cómo hombres esperimentados , cual deben
con tanto prisionero'? Despues de la victoria serlo Miraflores , Isturiz y Arrazola, se re-
los prisioneros son cosa que embaraza. solvieron.á formar parte de un ministerio


Para quien medite, esto encierra leccio- que bajo tales auspicios se inauguraha.
nes profundas sobre la flaqueza de ciertas ¿Creyeroll de buena fe que su ministeno
cosas de España: ¿qué revolución es esta pudiese durar? y si no lo creyeron, ¿. por
que sucumbe con tanta facilidad'? Se dice qué sufrir un mes de disgustos, para tener
á la milicia: rinde las armas, y las rinde; se . un fin que debia ser previsto'? Parécenos
dice al partido progresista: retírate de la 1I que lo mas prudente hubiera sido dejarle al
escena, y se retira; se dice á la imprenta: !' general Narvaez que resolviese la crisis, ya
silencio, y calla; se dice al partido parla- ¡I que él la había provocado. Nosabemos si el
mentario en la plenitud de su poder: para ',. señor marques de Miraflores se prestarin
nada te necesito, no contaré contigo para ,1 con facilidad á otra comhinacion ministerial:
nada, y se resigna: ¿qué revolucion es esa'? I en cuanto á los Sres Isturiz y Arrazolu
¿qué fuerza no tiene el trono cuando; su so- '1' creernos que lo mirarán con mas deteni-
lo nombre basta para hacer tantas cosas? '


1


miento si sobreviene otra noche de CríSIS y
¿qué no haria ese trono el dia en que se I de premura. Por lo dernas, y ya que la opor-
convenciese de lo que puede, conciliándose ' tunidad se ofrece, diremos en honor de los




- 655l-
ministros caidos, que si es verdad que se ~ de órden ó de libertad, sino en la forma
propusieronobrar con es.píritu de indepen-II que les ha merecido la preferencia; nos-
dencia , hicieron muy bien: aplaudimos su I1 otros creemos que cuando esas formas.
conducta: un ministro es un secretario del 11 absolutas ó representativas, monárquicas ó
monarca, y solo del monarca debe recibir las I democráticas, no estan combinadas de la
órdenes. i manera debida con las ideas, costumbres
. El triunfo del general Narvaez ¿es un i é intereses del pais donde rigen, no produ-


hien Ó. un mal? Diremos francamente nnes- i ccn á los pueblos los beneficios que de
tra opini.on. Si el general Narvaez se ha I ellas se les prometen. Esto es precisamen-
convencido de que Sil conducta en los dos I te lo que ha sucedido en España : las ins-
aii?s anteriores basido desacertada, su i tituciones populares no han dado ningun
reinstalacion en el mando podria producir I fruto porque se las ha empleadoen com-
alpunos hie. nes; pero si cons.'erva las ilusio- 1.1' batir las ideas, costumbres é intereses del
Hes que hasta ahora le han perdido, su nue- , pueblo: siendo notable que á proporcion
va elevacion es una calamidad. No aventu- il de lo exagerado de las doctrinas y de las
ramos est.a esprcsion: la empleamoscon ple- :¡ formas democráticas, ha sido la oposicion
no conocimiento. j á todo 10 popular, resultando de ahí que
. El primer paso del ministerio Narvaez ha 11 la mayor antipatía de los pueblos se dirige


sld.o arrogarse facultades amplias. con la' contra los que mas les han halagado conUlllC~ salveda~ de somete~ á las Córtes las '1 vm~as pal~bras, Esto es verdad con J'~spec­
medidas ya ejecutadas. Esto ¿, es un acto' to a los sistemas latos; mas con el tiempo
ais.la.do, ó ~a 1.·llaUR~racioll de un. siste- ¡II pudi~ra. acontecer io propio á los sistema.s
ma de gobierno? Si es un acto aislado, I restncuvos: a los pueblos ya no se los enga-
desde luego se puede pronosticar que su 11 ña con alardes de libertad, pero tampoco
único efecto será exasperar á los partidos v 1I se les alucina con alardes de monarquía:provocar reacciones que podrían ser san- quieren hechos, y hacen bien: cspcriencia
grientas; s.i es la inauguracion de un siste- II tan repetida y tan amarga no dehe ser des-
ma de gobierno, es precJs~ .aguar~l~r.á que I¡ ate,l:dlda. .' .
c.o~~luya su obra, para emltl~ un ./UICIO de- 1I , SI p(~r monarqura se entendiese el poderíinitivo. Por ahora, sera precIso limitarse á Idiscrecional de unos pocos hombres, rodea-
conjeturas sohre lo futuro, V á indicaciones I dos de alguna insignilicante pandilla, y
sobre lo presente, en cuanto sea permitido ó li. empleando como único medio de gobierno
tolerado. 1 el terror para con todos los partidos: si se


Las continuas protestas en favor del sis- I entendiese por monarquía la resolución
terna representativo hacen creer que el go- I de las grandes cuestiones pendientes sobre
bierno no intenta abolirle; pero el modo I el pais, en el único sentido que agradar
c.'on que bOl inaugurado su carrera deja sos-II pueda á determillada.s .persouas; si se en-
pechar que las interpretaciones serán en I tendiese por monarquía el desoir la opi-
sentido restrictivo. Sobre este particular son I nion nacional, ahogando la razon con la
conocidas nuestras opiniones, no solo en la I fuerza; si esto se entendiese por monarquía,
region de los principios, sino tambien en el el sistema monárquico seria altamente im-
terreno de las aplicaciones: al tratarse de la popular; y muy mal cornprenderian los in-
reforma constitucional, y aun mucho tiem- tereses del trono Jos que de esta manera
po antes, manifestamos nuestro modo de '1 se propusieran consolidarle; muy errada-
pensar sobre todo lo relativo á la organiza- li mente aconsejarian á la corona, los que por
cion política que consideramos mas conve- ji tal camino se propusieran conducirla. No
niente para la España. Si el gobierno se es de creer que asi entiendan su sistema
acercase á nuestra opinion, no podríamos los hombres (IUC se hallan al frente del go-
atacarle por este lado, sin caer en la incon- hierno.
secuencia. El ministerio actual debe guardarse de


Observaremos con respecto al sistema la ilusiónque causarle pudiera el feliz éxito
politico, que lo ¡Iue se-llama formas políti- de sus primeras medidas. Los que deseaban
cas, aunque dealta importancia bajo muchos tina revolución no han conseguido turbar la
aspectos, no lo son tanto como consideran tranquilidad pública, es verdad, y hasta
algunos que al parecer no vea garantías puede añadirse que no es probable lo con-




- 61];3-
sigan por ahora, Quien conozca melliana-/i cuesten caros á la nacion y al trono. Bece-
mente el estado de la opini~n no puede es- i lames que Narvaez no crea qu~ para gohcr-
pcral' otra cosa: la revolucion se. halla tan '1 nar baste el plantarse cn medio de la calle
d.esacrcditad,a, que no le es dable eneontra~'1 y decir a g~1Ísa de huén andaluz: Yol' ¡1(!1I i
snnpauas: SI en alguu punto alcanzase a 1I no pasa nadic: pero [ah! que la CIUdad tie-
levantar la cabeza. seria menester atribuir- 11 ne muchas calles, y si no se pasa por lü una
lo ~ d.escuido ~.' fl?iedad de las ¡\utoridaJes; 1I1 se pa,;;a por la otra :, y un gohiernoüo puede
flojedad y descuido que no habrá cuando estar como un centinela, y un homhre , sea
las p. rescripciones. riel gobierno s..uperior son I quien fl.lere , es poca cosa c.l.ian(lo todos .se
tan terminantes y severas, El gohierno no reunen contra él : si la energía hastsse para
ha encontrado resistencia en ninguna parte, I consolidar fin gohienw, se hahrian consoli-
ni la encontrará; porque Jos pueblos estan I dado muchos gohiernos cuyo triste fin nos
en espectativa: y aunque muy tocados de ,1 atesl¡guan la historia y la csperiencia : el
indiferencia. siempre se inclinan con pre-II secreto para conservar alta posicion social,
vencion favorable hacia quien les hable de 11 no es s?r csclusivo: .el deseo de hacerse
monarqura y de reparaCi<lll. Pero lo repe- ii ncccsano , es un cammo seguro pa.ra hacer-
timos: el I-;ohil'rno no debe hacerse ilusio- !I se imposible. .
nes; porque el dia que los hombres Sill- II


I
El peligro que amenaza al ministerio ac-


ceramcnte monárquicos y amigosdel orden I tual es el aislamiento: y seis hombres aisla-
se declaren en contra de su política, aquel dos no pueden nada, No presuma el gobier-
dia comenzará la inquietud, aquel dia co- I no que ni los progresistas ni los parlamen-
hrará hrios, la-revolucion, ~qucl dia,correrá ii t~rios se contenten con prote~la~ de libera-
nuevos peligros la tranquilidad publica. La '¡lISIllO qll(~ estan en contradiccion con el
policía y el ejército no bastan para couser- ¡, sistema inaugurado: estos partidosesperan,
val' el orden: á mas de la vigilancia y de la 1I por la sencilla razon de que no pueden hacer
fuerza material, se necesita la fuerza moral. otra cosa; pero el día en. que las circunstan-
que nace de la satisíaccion de las opiniones !l cias varíen agitándose los {mimos por alguna
razonables y de los intereses legítimos, de I1 imprudencia en cuestiones que afecten á los
la sincera adhcsion de todos los hombres '1 sentimientos de nacionalidad é inrlependen-
honrados.t de la calma de los espíritus pro- '1 cia , ó bien por el espectáculo que ofrezcan
ducida por la desaparición de los motivos ir- i


J


I miserabies intrigas, ú intereses particulares,
ritantes. " los partidos ajados volverán á su primitivilE~ la clevacion á ~úe ha llegado el gr?~e,- II actitud> haciendo quizás un.a ~Iíanza _ófe~si­
ral Narvacz , se le ofrece resolver un dificil 11 va, que todos los acontecmucntos indican
problerna , y es el siguiente: encontrar los !¡ como muy probable. El general Narvaez ha
medios á propósito para evitar Vil fin serne- i¡ triunfado de los progresistas y de los parla-
.i~l~te a,1 ?e Espadero. ¡.Lo resolverá con fe- 11' mentarios, es cíert,o; los ha humillado,. es
licidad r rene mas un prcseuunncnto , y has- ¡ verdad; los ha arrojado de la arena política,
ta una prevision no infundada, de que se ] es indudable; pe~o con esto se ha colocado
equivocará completamente. Y por cierto que 1I con respecto á ellos en una posi.cion en que
no lo deseamos. porque su er¡uivocacion ' no cabe retroceso: semejante conducta no se
podria acarrear gravísimos conflictos al pais. f¡ la perdonan ni los progresistas ni los parla-
.EI talento práctico de un hombre se mani- ¡i mcntarios: el dia en que puedan , se venga-
fiesta en el conocimiento exacto de su pro- . rano En el interregno ministerial ,se ha po-
pia posicion ; y este talento práctico mucho! dido conocer que la ruina.del poder de Nar-
tememos que le ha de fallar á Narvaez. Si I vaez, no era para los parlamentarios una
algunos instiatos buenos le impulsasen por! palabra sin. sentido: le han perseguido hasta
el camino que debiera seguir, si algunos 1I las últimas trincheras; y la derrota que aca-
arranques nobles le hiciesen divisar un ho- han de sufrir, lejosde haber cambiado sus
rizonte mas ancho del que ha descubierto I intentos, los habrá confirmado mas en ellos.
hasta ahora, no faltarán lisonjas que le des- El vencedor ha usado ampliamente de los
vanezcan y consejos interesados (lue le es- l' fueros de la victoria: esto será para los ven-
travíen ; y ese estravío y ese desvanecimien- I cidosuna nueva razon para que el día en que
to le han de costar caros ú él, Y quiera Dios I puedan prevalecer, le inutilicen completa-
que en alguna alternativa violenta no le ' mente y para siempre.




fl.lfHh'id a de abril de tS~6.


~rJ.)~'lli~'l~~~rJ.)~
A UNA EPISTOIJA DEL IIERAIJDO.


~Iuy señores mios: Con mucha razón han
creld(~ vds. que no dejaríayo de contestar
al artJ?~I~ que en forma de epístola se sir-
v.en dirigirme en su número del2 del cor-
n,ente ahril; y no porque tenga seguridad
m aun esperanza de que pueda salir airoso
en la palestra, por [as calidades que la hon-
dad de vds, me atribuyn , sino porque la
~erdad de la causa que detiendo v mi amor
a la discusion J.lle incitan de consuno á apro-
vechar la o~aslOn que se me ofrece, y que
hace largo tle~1po dese~ba ; adernas de que
cuando uno tiene la fortuna de disputar
con personas tan entendidas, la derrota no
es mengua. Otra consideracinn me alienta
tambicn , .Y es ,el que se proponen vds. en-
tablar la discusion en el terreno de la buena
e~ucacion periodística, educacion qlH: sea
liu:\\o \1: \las() , no t~\\\;() \l\wo.i"ü\\ta 0.(', \a
educacion cornun. Mis principios en esta
~al:te son muy sencillos , de aplicación muy
fácil ; creo que no se debe decir por escrito
lo que la buena educacion no permite decir
d? pal~bra en una sociedad de personas
bien criadas : mucho menos eh la discusion
periodística donde media la cravísima cir-
cunstancia de que los contendientes hablan
en público. Si entre gentes de buena socie-
dad, no se permiten ciertas espresiones,
¿cuantomenos se deberán emplearbablán,-
dose en presencia de la nación? Juzgo que
vds., señores redactores, mirarán la cosa
bajo .e! mismo 'punto de vista; por lo cual
SI quisiera quejarme de alguna que otra es-
f?rcslon que se ha deslizado en la epístola
a que contesto, no escogería otros jueces
que la finura y el buen tono de los mismos
que las han empleado.


No puedo persuadirme que mis palabrns
sudan pasar en au(orúiad {le cosa /us!lada
entre las gentes entendidas, ni que ejerzan
magisterio de ninguna clase: en LISO del
derecho que me conceden las leyes digo mi
0p,llllOn sobre los negocios de mi país: si
mis palabras encuentran a¡gun eco, la cau-
sa dehe~os buscarla no en calidades perso-
nales , silla en los hechosque tan claros se


- 6a{.
Bien prontose irán esclareciendo las som- ~


hras que c1!b~e~ el horizonte político; bien
pront~ ser~ facll conjeturar el desenlace de
es.ta sJtuaclO~ que en nuestrojuicio está muy I
ICJos .de ser lisonjera; bien pronto hemos de
ver SI el general Narvaez acierta ó verra, v
si los hombres que se ha asociado se resig:
nan á seguirle en cualquiera direcciono No
tene~os datos suficientes para juzgar con
exactitud sobre las opiniones y carácter po-
lítico de todos los ministros; pero de algunos
de ellos en quienes por sus antecedentes v
p~r su repu~acion hemos de suponer pensa-
mlen!o propioy muchoespíritu de indepen-
dencia , .no podemos creer que liguen su
suerte ni .con Narvaez ni con nadie, sino
hasta el punto que lo consientan sus convic-
ci?nes políticas y su decoro de hombres pú-
hlicos. Atrrendan en lo que ha sido de otros
que han llevado su condescendencia dema-
siado lejos; recuerden que en España ~o
h~y cosa mas aborrecida que la falta de ca-
racter ~ con~ecuencla; no olviden que una
reputación arada no se rehahilita fácilmente.
No temem?s que esto suceda: pero conie-
tnra~10S , SI, q?-e c~ la actual cOffi\llicacioa
ue circunstancias 'Y a \a vista oe \os granñes
'Problemas que estan por resolver. se han
de ofrecer ocasiones en que los homhres
puedan manifestar lo que valen. En este
punto. no cahen sorpresas; la situación es
despejada: las cosas son'conocidas: los hom-
bres lo son tambien: si se han de trabar lu-
chas, las emboscadas son imposihles
. Por nuestra parte juzgaremos al ministe-


no por su_s actos: los buenos los aplaudire-
mos, los malos los censuraremos: todo sin
p,revenclon de. ninguna especie. Ea la enes-
tion mas delicada, y ea la que ha sufrido
ataques mas fuertes el general Narvaez, nos
~bstendremos de. mostrar injusta suspicacia
o,confia~za escesiva. Esperamos que no'se-
ra precIso recordar palabras solemnemente
empeñadas en el Congreso, á la faz de la
Espaiia y de la Europa: con esta circuns-
t??cia, hay aqui .algo mas que cuestion po-
11tlca. hay cuestion de honra: tenemos por
caballero al general Nervaez , y un caballe-
~o p~e~e errar en política, pero no faltar
Jamas a su honra.




- 655-
muestran á losojosde todos. Dicen vds., se- ~
ñores redactores, que sin hacer á mi parti-
do ningun provecho, le hago al de vds. un
daño incalculable, y que aumento mi honra
á costade la deshonra de los demas: pcrmí-
taseme observar que esta es laconfesion mas
esplícita de la bondad de mi causa, no sien-
do concebible, ni que pudiese hacer al
partido que combato un daño incalculable,
ni aumentar mi honra á costa de la deshon-
ra de mis adversarios, si la verdad no estu-
viese de mi parte de una manera muy evi-
dente. Una discusion templada, sin sátiras,
sin invectivas, sin personalidades de nin-
guna clase, sostenida en un periódico sema-
nal , por un solo hombre, que ni ocupa altas
dignidades , ni toma ninguna parte en los
negocios públicos, ni tiene elevada posicion
social, que no ha figurado en las discordias
civiles. y solo conocido del público des-
de 1840, ¿es posible, señores redacto-
res, que ejerciese ninguna influencia, que
causase un daño incalculable á un partido
que dispone de la nacion entera, si los es-
critos de este periódico no supliesen lo que
les falta de mérito y prestigio del escritor,
con una sobreabundancia de verdad? O los
que me favorecen con su asentimiento están
ciegos ó yo tengo la razon de mi parte: y
ademas , señores redactores, ¿acaso estoy
soloen la prensa? Desde principios de '184·4
en quecomenzó á publicarse el PECíSAMIE~­
ro DE LA NACroN , no han dejado de lidiar
en contra de mis doctrinas escritores muy I
hábiles y muy ejercitados. Si mis artículos
hacen .un daño incalculable, ¿cómo es que
no se hava neutralizado? A mis adversarios
no les ha faltado ni instruccion, ni talento,
ni medios de publicidad, ni influencias de
todas clases; una cosa les ha faltado, que
no la dan ni la instrucción, ni cl talento, ni
los medios de publicidad, ni las influencias
mas poderosas: la razono Una cosa he teni-
do yo, que no la destruven ni el talento, ni
las bellas palabras, ni las halagüeñas teo-
rías : el testimonio de los hechos. Mi lógica
ha sido sencilla, pero fuerte; ¿y por qué?
porque me he atenido' siempreá los hechos
pasados; he consignado hechos presentes; ,
he indicado hechos venideros: los hechos
pasados nadie me los podia negar; los he-
chos presentes, yo los hacia tocar con el
dedo; y para los hechos futuros decía: «es-
perad algun tiempo,» y este tiempo ha
trascurrido y ha venido á confimar lo que yo


anunciaba. Hé aqui mi lógica, señores re-
dactores , he aquí el secreto de mi fuerza, ó
mejor; hé aquí la fuerza dela verdad.


Dicen vds., señores redactores, que desde
que ha visto la luz pública el PENSAMIENTO
DE LA NACIO~, mi esclusivo objeto ha sido
desautorizar á todos los gobiernos que se
han ido formando mas ó menos parlamen-
tariamente, y que desacredito las institucio-
nes liberales sin esponer otras doctrinas que
las puedan sustituir; que con maligno pla-
cer le repito al enfermo que se muere, y
que manifiesto el intento mas malignotoda-
via de ocultar el específico que podría ha-
cerle recuperar su existencia; y me invitan
vds, á que diga lo que quiero, ya que no
ignoro lo que vds. quieren. Confieso ingé-
nuamente, señores redactores, que semejan-
te interpelacionme ha causadosorpresa; por-
que alentablar discusionconel PENSAMIE"rO,
debia yo suponer qne se hablan vds, ente-
rado de mis doctrinas, leyendo los artículos
que llevo escritos en este periódico; pero
la pregunta que vds. me dirigen me ha
manifestado que ó solo han visto vds. al-
guno que otro articulo, ó que habrán olvi-
dado completamente los que en otro tiempo
hubiesen leido. El público sabe muy bien
que no hay en el pais una sola cuestion
grave, sobre la cual no haya dicho yo mi
opinion de la manera mas esplícita y termi-
nante. Largos y numerosos artículos tengo
dedicados á la cuestion de reforma constitu-
cional , á la del matrimonio de la Reina, á
la de dotacion del culto y clero; y no creo
que haya una sola pregunta entre las que
vds. me sirven dirigirme que no esté larga-
mente contestada. Sin embargo, no crean
vd., señores redactores , que me resisto á
contestar de nuevo; voy á hacerlo con toda
precision y con mas claridadde la que vds.
se prometen.


El público juzgará, señores redactores, si
han procedido vds. con razon al dudar por
un solo momento, de si yo intentaba conce-
der al rey una discrecion sultánica, cuando
en los ocho artículos sobre reforma consti-
tucional que se hallan en el tomo 1.o del
PENSAMIECíTO DE LA NACION, tengo esplicada
con alguna copia de razones y de hechos
históricos, la utilidad de que la forma
del poder público sea el rey con las Cór-
tes. Allí encontraran vds. mis doctrinas
sobre la potestad legislativa del monarca v
de lasCórtes, y sobre la intervención de es-




- 656-
tus en la votacion de los impuestos. En ~ cion administrativa. Otras veces lo he dicho,
cuanto ~l orígen popul~r del Congreso, en- I! pero no tengo inconeeniente en repetirlo,
centraran vds. en el mismo lugar hasta .las 11 ya que vrls. lo desean: para mi la fuerza
bases de un proyecto para una ley electo- il del poder público, no es sinónimo de cen-
ral, En ninguna parte descubrirán tenden- " tralizacion omnímoda: cuando una institu-
cías hácia la discrecion sultánica; y para ii cion ó una costuuihre se hallan muy arra i-
tranquilizar á vds. completamente, no va- i ¡.t;adas en una provincia, no deben ser toca-
cilo en afladi; qll~ si bien quiero pa.ra el 1] das sino con mucho !1'liramiento: trasladar á
rey el poder ejecutivo en toda su plenitud, : España la centralizacion francesa es un error
deseo ver el poder judicial encomendado Ili iuescusnhle en hombres que deb.iemncono-
á solo los tribunales, administrándose la i cer lo qUl~ es la España, ya que se proponen
justicia en nombre del rey, pero con entera 1 gobernarla. _
independencia del gobierno. 1I La publicidad de los actos del gobierno


Me preguntan vds. si admito la responsa- I está enlazada con la ley de imprenta, de
hilidad ministerial: sí, seíior~s, ~a admito; y :i que luego hablaré en este mismo escrito.
la deseo con alguna mas eficacia de la que :1 Entretanto 110 puedo menos de estrañar y
tiene .desde 1834., Confieso ingónuamente, :1 conmigo lo habrá estl:afla~o el público, que
que s\ yo me hubIese hallado en la situa- !. me pregunten vds, SI daria yo mas prepon-
cion de v~s: no ha~r!a traído á discusion lal derancia al poder civil que 'al militar. ¿A.
responsabilidad ministerial; porque no po - 1: mi me preguntan vds, esto, señores redac-
drán vds, negarme que jamás se habia visto 1 tares"? ¿ Sobre esto interpelan al director
la arbitrariedad é impunidad de los minis- I! del PE:'iSA}lIE:--iTO BE LA NACIO'i los redacto-
tros llevada á tan alto punto, como desde il res del Heraldo? t.Han olvidado vds, mi
q~lC se habla de ~u responsahilid~d. Echa- I re.c!ente artículo. sobre la preponderancia
ran vds. la culpa a las CIrcunstancias; sea en 1 militar? ¿Han olvidado vds. lo que he dicho
buen hora; pero el hecho es este; y no son I una y mil veces al general JVarvaez? ¿ Ig-
los progresistas ni los parlamentarios losque I noran vds. que jamás he profesado yo la
saldrán gananciosos en la opinion pública, 1: doctrina de los hombres necesarios? ¿,No se,
cuando se hable de responsabilidad minis- ¡i acuerdan vds, de que yo quiero poder real,
terial, .En ~st~ ~arte pel.. n.ítanme vds. creer 11I y no poder militar; de qlll~ yo quiero ejérci-
que '1?IS prmclplOs so~ mas severos que los Itas espa.íi.oles, !l1!\l1dados por el rey, y no
de mis adversarios: sm hablar tanto como poder militar? ¿No leyeron vds. lo que le
otros de responsabilidad, ministerial, estoy 1I1 dije ~I ministerio l\Iiraílores. sobr~ el n?lll-
profundamente convencido de que per 1011 bramicnto del general en ~ele"? SI semejan-
mero hecho de no haber sido acusados y !I te pregunta se la hubiera dirigido al lleraIdo
condenados á penas gravisimas algunos mi- 1I el PE~íSAmDTO !lE LA NACION, hubiera sido
nistros durante la época constitucional, se 1


1


mas natural. No quiero la preponderancia
ha insultado á la conciencia pública. . del poder militar, sea quien fuere el que la


.Me preguntan vds. si admito la aproha-! ejerza: no quiero mas preponderancia que
ción prévia de los presupuestos: la admito j: la del trono, obrando en el círculo de las
tan de .veras, fJl~e no puedomenos de ha- 1: !cFs. .
cedes. a vds, y a los pr~)gres¡stas un cargo li l a ven vds., señores redactores, que lJ]IS
gravlslmo por haber dejado este punto en I respuestas son categóricas, ven verdad que.
olvido, ~I propio tiempo (¡ne tanto cuidaban 11 no me ha costadoe trabajo el formularlas:
de consiguarle en U!~ papel. Sourcirse han 1mis i:~eas s~~rún erradas ó acel.tada.s, pero
los pueblos, cuando Olg~n que se habla de 1, son. hla~; SI vds. hubiesen tenido uempo y
presupuestos, y qne se mterpela sobre este I1 paciencm para lyer los artículo~ del P~I'SA­
punto a los llamados absolutistas. II mEL\'!'O DE LA !\¡AClO\, me hnhierau evitado


Tocante al ~~ámen de la cll~nta anual de I! el recordárselo. Sírvanse vds. leel',el !ndice
los gastos pU\)'ICOS, yo la admito y la deseo 1I de los tomos 1," Y2. u de este periódico , y
vivamente; pero tarnhien opino que no de- I alli encontrarán. csplicada mi opinion sobre
hian vds; re.cordado. ¿Qué cuentas anuales ,1 todos los puntos indicados, y .sohr:e ~tros
hemos VIstO? [Pobre nacionl 1: muchos que vds. no han querido indicar.


Por fin me preguntan vds, mi opiuion so- 1
I1


Aqui podria dar fin á mi contestacicn , pero
bre los hábitos provinciales y la centraliza- ! la considero suscoptihle de ampliaciones,




~ 657 -
que yoy á someter á la ilustracion de vds,


Antes de hablarde las formas del poder,
es necesario contar con un poder, y este
poder en España es el trono. A fortalecer
el trono se dirigen mis doctrinas, y no con
palabras vagas, como me achacan vds.,
sino con medios fijos. Estraño es, señores
redactores, que \lamen vds. consejo vag-o á I
este «fortalecer el trono con una política
conciluulora;» cuando es bien sabido que
esta palabra significa en el PENSj \IlE:'iTO
!lE LA NACroi'l: matrimonio de la Reinacon
el conde de l\Iontemolin. O me engalla mu-
cho, 6esto no es vago; por mi parte no al-
canzo á determinarlo mas.


Tambien acusan vds. de vagoaquello de
reunir en torno de la monarquía todos los
elementos buenos de todos los partidos. Es-
to podrá ser vago en los escritos de otros,
pero noen los de quien ha esplicado cómo
se debería hacer esta reunión: no en los de
quien se ha reido de las reconciliaciones
cimentadas en programas, abrazos y brin-
dis, mucho antes de que se publicase el
PEl\SAMIEi\TO !lE LA NACIOi\; de quien ha di-
cho una y mil veces que para aprovechar
los elementos buenos de todos los partidos
era necesario un poder fuerte, que no tu-
viese que humillarse ante ningun partido.
Podré habererrado, pero he sido esplícíto;
se concibe que vds. hubiesen combatido
mis errores, pero no que me achaquen un
lenguaje vago. Lo mismo puedo decirde los
objetos útiles á que deberia dirigirse la ac-
tividad intelectual y material que se ha des-
plegado en el pais, de los medios justos y
pnulentes para resolver las cuestiones que
tienen en agitacion los intereses; y de la
conducta imparcial que se debería seguir I
con todas las opiniones políticas: no hay
uno solo de estos puntos sobre el cual no
haya manifestado mi modo de pensar: y en
lo tocante á lo mas vago de suyo, la impar-
cialidad con todas las opiniones políticas,
ahí estanlos escritos en que he condenado
la arbitrariedad, siquiera se haya ejercido
deportando escritores progresistas.


Vean vds., señores redactores, cómo han
estado inexactos al decirme: «Vos os con-
cretais á criticar nuestros programas, pero
jamás os aventurais á presentarnos un plan
de gobierno.» ¿Querían vds. que publicase
en el periódico proyectos de ley y de reales
decretos? No se hubieran vds, reido de mí,
y con m~ razon? Pero va que vds. me


retan á que presente un programa, indicaré
rápidamente mis ideas, sobre el modo con
que deberíamos salir del caosen que nos
hallamos.


Convendrán vds, conmigo en que la si-
tuacion presente, incierta, fluctuante, con
una crisis todos los dias, no puede conti-
nuar sin gravisimos riesgos para el pais y
para el trono. En consecuencia, lo primen)
que deberia hacerse es convencer á S. M.
de la urgencia de poner pronto término á
un estado de cosastan deplorable.


La cuestion del casamiento de S. M. se
ofrece en primeralínea; yo he creido siem-
pre, y cada dia se me robustece esta con-
viccion, de que el enlaceque mas conviene
á la Reina y al pais es el del conde de Mon.
temolin. Con lasdisposiciones conciliadoras
en que se halla este príncipe, es de creer
que se allanarian todas las dificultades muy
prontamente. La reaccionque vds. temen,
yo la considero imposible. Vds. recuerdan
el famoso IIanifiesto , y no habrán olvidado
las voces alarmantes que se hicieron circu-
lar sobre las insurrecciones carlistas: ahí
están los hechos que han venido á confir-
mar la sinceridad de palabras solemnes, y
la injusticia de acusaciones apasionadas.


Condiciones indispensables para la eje-
cuciondel proyecto.


4.a La libre voluntad de S. M. la Reina.
2.a La remocion legal de los obstáculos


actuales.
3.& La observancia de los trámites lega-


lescon arreglo á lo prescrito en la Constitu-
cion.


Reunidos todos losespañoles alrededorde
un mismo trono, la acciondel poder sobe-
rano tendria toda la fuerza necesaria para
gobernar: ¿y sabenvds., señoresredactores,
cuál es en mi opio ion la idea que entonces
se debería inculcar al trono? La de que es
demasiado fuerte para que necesite ser vio-
lento; que es demasiado poderoso para que
necesite hacerse instrumento de ningunpar-
tido; y que negaria su propia fuerza, si se
rebajase hasta perseguir ni molestar á nin-
gun individuo. La inauguracion de la nue-
va era debería ser una ámplia y completa
amnistía.


La primera consecuencia de este paso
seria poder disminuir considerablemente el
presupuesto de la guerra, aligerando á un
tiempo la contribucion de sangre y de dine-
m. !'tIc preguntarán vds. cómo se conserva-


S!




- 658-
na la tranquilidad pública, y yo c.ontestaré go sin data, ó mas bien esuna autorízacion
que entonces esta se conservarla por si para cobrar, y de la que se puede abusar
misma, yque sin recelo de ninguna cla- largamente. .
se les dejaria alos hombres díscolos, fue- Al examinar los presupuestos, lo baria
ra cual fuese su clase, que se arrojasen con la idea de que se ha de castigar el de
á UBa intentona subversiva, hien seguro gastos, no aumentar el de ingresos: para
de que sin declarar á la nacían en estado de esto, señores redactores, considero absolu-
sitio, ni adoptar medidas vielentas, la fuer- tamente indispensable que se adopte el sis-
za pública y el buen espíritu de los pue- ten~a de suprimir tantas oficinas como sea
blos entregarian al culpable á la acción de posible.
los trihunales. El ministerio de la Gohernacion, con to-


m arreglo de los asuntos de Roma y el das sus dependencias, introducido en Espa-
reconocimiento de las potencias del Norte, ña desde la muerte del último monarca,
habrían coincidido con estos sucesos: yo no es clertamen~e una institucion buena; pero
lo dudo, 111 vds, tampoco: y entonces per- yo pregu~tana, :>eilorcs redactores, si hay
mítanme vds. hacer notar Jo que consigo gobernacion posible cuando se nombra mi-
traeria la nueva situación. Con un nuncio 1


1


, llIst.ros del r~mo á personas que no son es-
del Parl\en~Iadnd, con la cesacian de la ,i pcciales en el; cuando se nombran gefes
íl'ccrtii:lumhre sobre los intereses que ahora I pohtícos á hombres que jamás han pensado
se <1gitan·, 'con la desaparieion de cuestiones I en admínistracion; cuando hemos visto re-
vnorebres irritantes, con la presencia de p~t!das veces, que un gefe político era un
los embajadores de todas las potencias, ¿no militar, y que mas bien que geíe civil era
sevé. no se siente la fuerza, la inmensa un comandante auxiliar del capitan general.
fuerza que tendría el gohierno, y la impo- .. Unaleyes absolutamente necesaria, la de
tencia.Ja nulidad de las fracciones disiden- Imprenta; y vds. , señores redactores, con-
tes, fuera'oualfuesesu eolorpolitieo? ¿Quién vendrán conmigo en que no podernos canti-
na ve; quién no siente la diferencia entre nuar con esa mescolanza de libertad v de
lo de éntonce~ y lo de ahora? Se me ha Ila- 11 f~l?ullades discrecionales, que no quiero'ca-
mado iluso porque sostengo esta opinión; lilicar por vanas razones, siendo una de
pefO mi ilusión es tal, que no alcanzo cómo ellas el que no. le encuentro nombre á pro-
hombres de buen juicio pueden pensar de pos~to. Hestrínjase en buen hora la libertad
etra manera. de Imprenta; pero sepamos á qué debernos


Con un trono fuerte veo posibles las atenernos: rija la Jey., y no la voluntad de
Cortes, veo posiblela conveniente publici- los hombres,
dtirfde los'aétos del gobierno: sin esta cir- .l\a~u~·almente desearán vds. que diga yo
cunstancia no lo concibo, señores redacto- mi oplO.tOn sobre este punto: no tengo iu-
res: y para sacarme de mi ilusión no tic- conveniente en ello, y la resumiré en pocas
nen vds. otro medio que consolidar un palabras. Creo que es imposible el jurado;
gDbi.;orn~ ..¿Y está en camino de h~cerl? el 1I ~reo que no bastan los tribunales especiales;
pal:tl~o a que vds. pertenecen? No quiero I creo que no basta el sistema ~e I.as mullas
msisur sobre este punto, no sea que vds. me crecidas; creo que es necesano introducir
repitan la del doctor yel enfermo; pero I otro elementoen la legislación de imprenta;
perrnitaseme decir á los lectores: «mirad lo '1' laresponsabilidad del dueño del establecí-
que está sucediendo, y juzgad entre el di- I miento pr~vias grandes garantías; y la
rector del PEf>¡SAMlENTO DE LA NACION y los I responsabilidad personal de l~s escrito-
redactores del Heraldo,» i res, asegurada con las precauciones mas


La primera medida qne se debería sorne- 1I fuertes. Quien escribe con buena intencion,
ter á las Córtes es el arreglo del sistema tri- i n? puede temer esa responsabilidad; y si las
hutario, y acabar de una vez con ese escán- i circunstancias la hiciesen temible, debe ar-
dalo de unos presupuestos que se examinan I rostrarla ó dejar de escribir.
después de cobrados. Hasta ahora no hemos! Sea cual fuere, señores redactores, el jui-
tenido presupuestos sino pospuestos. El I cio que vds. formen de mis doctrinas, no
examende la cuenta anual de los gastos I creo puedan quejarse de que son vagas; y
púh¡'¡cos deheria SP'1' mas cscruunloso que 1: espero que en adelante no padecerán vds,
! d 1 . 1 J. ti l l· . dI'e .e .&.; presupuestos: lo I ,'ilJ:1S es un rar- :i a dtstrnccron e iacerme semejante cargo,




- 659-
el mas infundado de cuantos se me pudie-II La ejecuciou es dificil, lo confieso: y 1.:011-
ran hacer, esceptuando el de maquiavcliS-11 vengoen que lo seria mas, si no fuese ne-
mo para dividir cuando todos mis eSfllcr-1 cesaría. No creo haber heeho un daüo iucal-
zas se dirigen ~i conciliar. Estoy profunda- I c!.tl~ble conquistando la opinion d~ no pOl:OS
mente convencido de que en todos los paru- !' disidentes ; antes por el contrario creo ha-


• dos hay hombresútiles de que puede apro- 1I ber hacho algun bien, que el tiempo se en-
vecharse un gobiel'llo constituid(~ sobre una cargar~ de I:atentizar. ¿No son :ds. amantes
hasa anchurosa; pero lo estoy Igualmente, , de la dISCUSlOn? pues yo no pido otras ar-
de que ni vds, solos, ni los progresistas so- I mas: ¿exijo demasiado? Si estoy iluso., el.
los, son capaces de encontrar esa basa. La público no participará de mis ilusiones: ellas
union de dichos partidos, es imposible; y caerán por sí mismas; y mis escritos se ci-
aun cuando no lo fuera, todavía seria Illuy tarán como una muestra de esfuerzos impo-
estrecha la hasa de gohierno que de su tentes, Siga en buen hora gobernando el
unían resultase. Tarubien estoy convencido I partido de vds. ; consolid« si puede un sis-
de que un gobierno monárquico lfHC se em- II ten.a ; yo no quiero precipitar nada, na
peñaseen escluir á todos los elementos que ¡Ir quiero violentar nada ; espc~ro COl1 calma el
ahora entran en los partidos progresista y I curso de los ncontecimientos ; someto gus-
moderado, prepararía al pais nuevas.revo- I toso mis opiniones al fallo del tiempo.
luciones, y acabaría por morir a manos de I Rechazo las sospechas de tendencia á un
su propia exageración. I sistemade discrecion sultánica, como se es-


Ahi tienen vds., señores redactores , todo I presan vds.; un sistema semejante está en
mi maquiavelismo: juzgo á los partidos sin 1I


1


oposicion con mis ideas y sentimientos: e~­
rencor y sin lisonja: no tengo favores que I toy profundamente convencido de que la re-
agradecer ni agravios que vengar: si he '1 ligion y la monarquía para conservarse y
atacado con mas frecuencia al de vds., no I brillar, no necesitan oprimir. Esta no es
debe atribuirse á encono particular 1 sino á ! una protesta improvisada: tengo algun de-
que hallándose él en el poder, naturalmen- 1I recho á ser creido, cuando en todos mis
te me ha arrecido mas ocasiones de censura. i\ escritos políticos anteriores á la publicacion
Cuando ha hecho cosas huenas , las he li del Pensamiento de la Nacion , .he sostenido
aplaudido; jamás he contribuido á exaltar I siempre las mismas opiniones de ahora; y
las pasiones; no quiero llegar al bien por el I cuando en trabajos agcnos de la política, lIl!
camino del mal. No he pertenecido jamás á I desenvuelto estensamente mis doctrinas s(}-
la opinion de los que dicen «prefiero la re- l· bre las relaciones del catolicismo y <le .Lt
volucion á la situacion actual;» siempre he "\ monarquía, conel progreso de la civilizaciou,
condenado las alianzas de lospartidos estre- I bajo todos sus aspectos. Jamás, señores re-
mas, jamás he creido que se debiera com-II dactores, jamás podriayo asociarme á unsis-
batir al gobierno con otras armas que las tema de persecucion;· jamás pudiera tomar
permitidas por la moral y las leyes. Si algu- li parte en una lucha con las necesidades de la
nas veces he dicho que los moderados ha- 1I época; jamás contribuiría á una reacciou,
hian dado la razon á los progresistas, ha li cuyoresultado inevitable seríaunarevoluoion.
sido en casos dados, y ateniéndome á los I Todo lo que fuera exasperar los ánimos, ta-
hechos: ni' contra ellos ni contra vds, he I do lo que fuera impedir el desarrollo legíti-
empleado otras armas que las de una discu- I mo de la ilustracion, todo lo que fuera es-
sion razonada, agena de personalidades y 11 citar pasiones, y dispertar el esptritu .dc~
de invectivas. Con esta conducta he cense- venganza, encontraría en mí una oposicion
guido que mis artículos fuesen leidos por vigorosa. •
hombres de todasopiniones, si no con asen- I Mi conviccion es que en la época actual,
ti_miento, al ~nenos sin. irritacion ; to~os se I no hay fuerza para los gobiernos, cuando no
han convencido de la sinceridad de mis pa- 1 va acompañada de la templanza; y que el
labras, r al disentir de mis opiniones, no , secreto para que la religion prospere, \lO
han podido menos de reconocer mi espíritu I está en la violencia , sino en presentarla t~l
de imparcialidad y de justicia. como es: digna.obra deaquel que es luz ver-


ITe observado atentamente el curso de la dadera que ilumina á todo hombre, y qu~
opinion , y me he convencido mas y lilas pasó sobre la tierra haciendo lnen,
cada dia de que mi sistema no es imposible. Si vds., señoresredactores, no estuviesen




Madrid 15 de abril de JS4.6.


EL (;ENE(~AL NARVAEZ.


- 660-
convencidos de la sinceridad de mis pala- de la caida, no deberemos ocuparnos mu-
bras, no quiero vengarme de otro modo que cho de los motivos inmediatos que la hayan
acreditando mi consecuencia en las grandes provocado: semejante suceso .es todavía un
vicisitudes que le esperan á nuestra patria. '1 misterio para el público, no siendode creer
Entretanto, vivan vds. seguros de la consi- . que este se haya dejado alucinar por los
deracion con que soy su afectísimo v seguro que han esperado con envidiable candidez,
servidor Q. S. M. B. • que el general Narvaez seria mirado como


J. B. una víctima inmolada en las aras de la li-
bertad. Si no estuviera tan reciente su úl-
tima subida al poder, con sus antecedentes
v consecuentes, v su manifiesto v su decre-
to sobre la imprenta'. .. Dificil es que á na-
die pueda ocurrir idea mas original, que
la de presentar á Naroaez cual víctima de
su amor á las instituciones liberales, v de
su propósito de convertir en una verdad el
gobierno representativo, removiendo todo
Iinage de influencias cortesanas: esta es una
de aquellas salidas escéntricas que se oyen
con estupor, y á las cuales contestan los
oyentes mirándose unos á otros, manifes-
tando la comun sospresa, seguida luego de
burlona sonrisa.


Lejosde que el general Naroaez haya de
ser considerado como el mártir de la liber-
tad, es de todo punto cierto que es él quien
la ha matado. La esperiencia dirá cuánto
habrán de trabajar para resucitarla los que
acometan la dificil empresa: á tal estremo
han llegadolas cosas, que es de temer que
ni los pronunciamientos progresistas, ni los
bullicios parlamentarios alcanzarán otro fru-
to que algunas convulsiones parecidas á las
que produceel galvanismo en los miembros
de un cadáver. Menesteres confesarlo: esta
es la obra del general Narcae»: no hay
hombre que no pueda acreditarse de liberal
sucediendo á iYarvaez, siquiera sean muy
severos sus principios en materia de formas
políticas. El generaliVarvae: ha reducido á
práctica la peligrosa teoría de gobernar no
solo por reales decretos, sino por facultades
discrecionales: cualquiera que se desvíe de
este camino, y se desviará todo hombre de
algun pensamiento político, será considera-
do como mas amante de la libertad que el
general N arvae:: no es dificil concebir en
qué consiste este amor cuando el que man-
da se sobrepone á todas las leyes. •


Merced á sus errores, el general Naroae:
hahia llegado á estar solo, enteramente so-
lo, en el campo de la política: y en situa-
cion semejante no alcanzamos que ningun
hombre sea capaz de gobernar. Espartero,


despue.s en sus últimos dias, no obstante su impopu-


La caída del general N arvaez, sean cua-
les fueren las causas inmediatas que la ha-
yan producido, no ha debido sorprender
mucho á quien hubiese reflexionado sobre
la dificil y estraña posicion en que se hahia
colocado el ex-presidente del consejo. La
duda podia estar sobre la mavor ó menor
proximidad de la fecha; pero e'l suceso era
inevitable; v se habia de verificar sin tar-
danza. Halláhase el general .irarvaez en el
apogeo de su poder, con el favorde pala-
cio, con el apoyo de las Cortes, con la ,
adhesion del ejército, con bastante fuerza
para tomar por sí la providencia de dester-
Tal' escritores públicos, y con suficiente
osadía é imperiosidad para emplear en nom-
hre de la Reina un lenguaje destemplado
contra un tio y un primode la mismaReina;
yen aquellas circunstancias, cuando nada
resistía á tanto poderío y favor, el que esto
escribe publicaba en el PENSAMIENTO DE LA
NACJON un artículo fechado en París en 29
de junio de f 845, donde se lee el siguiente
pasaje: «Lo único que puede aguar tanta
dicha es la poca seguridad de la duracion.
y no nos referimos con esto á insurreccio-
nes armadas, ni á conspiraciones, ni á coa-
liciones, ni á intrigas de corte, ni mucho
menos á cansancio del partido que le sos-
tiene. No pensamos en nada de eso al con-
siderar la instabilidad de la posicion del ge-
neral Naroaez; no necesitamos pensar en
nada de eso: si en una vasta llanura azota-
da por los huracanes, viéramos un hombre
osado, de pie en el vértice de una altísima
p.intmide, no preguntaríamos quién le der-
ribará, ni sabríamos qué responder á quien
nos lo preguntase; semejante equilibrio IIOS
par~c~na por necesidadpoco duradero, pre-
sagianamos una catástrofe.»


Por donde se echa de ver que




661
laridad, contaba con el apoyo de una porcion 1I1 narqula absoluta, ni sistema representativo,
considerable del partido progresista: á su I ni previa censura, ni libertad de imprenta;
lado tenia hombres notables de dicho partí- no está abolida la votacion de lospresupues-
do, y en su defensa luchaba la milicia na- ' tos, pero los presupuestos no se votan; ri-
cional de Madrid y Zaragoza; pero iYanJacz ge la Constitucion de '1845, pero se la tiene
no contaba con nadie, no tenia en su favor, sin observancia: todos los grandes pro-
las simpatías de nadie: era obedecido por- blernas están sin resolver; el del matrimo-
que mandaba en nombre de la Reina; dis~ niode la Reina indeciso y complicado como
ponia del ejército porque era ministro de antes; los asuntos de Roma en el mismo
la Reina: tan pronto como perdió la gra- estado; los partidos mas enconados que nun-
cia de la corte, se halló lo quc era, un ca; el moderado á cuya cabeza se había
simple particular, enteramente solo: mar- puesto el ex-presidente, se halla dividido
chándose al estrangero, obedeciendo á S. M'


II


en partículas infinitésimas que se repelen re-
cumplió con su deber, es cierto; pero en cíprocarnente con vivtsima fuerza; y por fin,
el cumplimiento de este deber no hay , en prueba de lo muy consolidado que se ha-
que buscar hcroismo: hizo lo que no po- 1 liaba el órden público, en los momentos en
día menos de hacer.. Nosotros creemos I que caia el general Naroaez llegaba á )la-
que aun cuando el general XIlTvaez hu- drid un estraordinario portador de la noticia
hiese tenido á su disposicion medios de I de la insurrcccion de Lugo. ¿Es esto ver-
resistencia, su lealtad le hubiera impedido dad? ¿Sí ó no? ¿Son estos los hechos? ¿Sí ó
emplear/os; pero lo cierto es que en la ac- no? Ysi esta es la verdad, si estos son los
tualidad no los tenia: que ningun partido le hechos que estan á nuestra vista, ¿qué pen-
hubiera apoyado en su resistencia á la vo- sarernosde la política de un hombre que en
luntad soberana; que ningun hombre de va- tal estado deja el paisdespues de dos años
101' se hubiera puesto á su lado; que ningun de una dominacion omnímoda?
cuerpo de ejército le hubiera sostenido. La Esto esplica por qué al marcharse al es-
autoridad de la Reina era bastante fuerte trangero el general Naroaez no lleva consi-
para anonadar en un momento, cualquiera go las simpatíasde niugun partido ni fraccion
tentativa insensata: contra semejante tenta- política. Contra él estaban los progresistas,
tiva era una garantía segura la lealtad del los absolutistas, la minoría y la mayoría del
general caido, garantía que no podíamenos Congreso, v todas las fracciones del parti-
de robustecerse con la prevision del resul- do moderado, en las muchas divisiones y
tado, y los conscjos del interés propio. Por subdivisiones en que se halla distribuido.
estas consideraciones, no nos dejábamos Le quedarán amigos personales: sea en buen
alarmar por la pretendida inquietud de los hora, respetamos sus sentimientos; pero no
ánimos en la capital, efecto segun se indi- se trata de afecciones privadas, sino de- ad-
caba, de la caída del general N aTvaez: de hesion por ideas políticas.
otras causas podia dimanar la inquietud, si Al hacer esta triste reseña de la política
alguna hubo; que en lo tocante á la caida del general Narllaez, no es nuestro ánimo
del personaje de la situacion, creemosque acriminar sus intenciones: creemos que en-
produjo una satisfaccion general en todas tre las varias causas que han contribuido
las fracciones políticas. primero á inutilizarle y despues á perderle,


El medio seguro para apreciar en su justo ha sido una de las principales la falta de
valor el mérito de un hombre político que pensamiento político. De esto ha dimanado
acaba de caer, es tomar una especie de in- i su fluctuacion entre las tendencias absolutis-
ventario de 10 que lega á sus sucesores. ¿Y Itas y liberales; de esto el que se le haya
qué es lo que lega el general NanJaez á los visto hoy con pretensiones de hombre de
que tengan la desventura dc heredar/e? ¿Es parlamento, y mañana con sable en mano
un gohierno absoluto, es un gobierno re- en actitud amenazadora contra el mismo
presentativo, es un sistema que tengaalgun par/amento. Sus instintos, sus ideas, sus
nombre conocido? No: porque gracias á los sentimientos, sus intereses, estaban en per-
desaciertosy á la fluctuacion del ex-presi- pétua lucha; y de esta lucha debia resultar
dente del consejo , no rige en Espaüa niu- por necesidad la inutilidad dcl hombro polí-
guna de las formas de gohierno conocidas en I tico, y la ruina del ministro poderoso. Para
loa-hechos ni en los libros. No hay ni mo- ! prever este resultadoinevitable, noera necc-




- 662
sario masque el buen sentido político, exen- subir al ministerio ¿le ha sucedidolomismo?
to de las funestas impresiones á que viven Si hubiese tenidoque dar un parte, ¿hubie-
sujetos los que se han encumbrado á tama- ra podido decir con la misma fijeza, ese es
ña altura. Hombres del temple del general mi ohjeto, esos los medios que pienso em-
N arvaez , que llevan en su propio carácter • plear' Lo áudarnos; y asi el presidente del
un gérmen .de indocilidad que no les penni- j: consejo no ha obrado como el vencedor de
te sujetarse al dictamen de otros, es preciso l' Torrejon..
que se dominen á sí mismos con la fuerza de 1 Ya que' la oportunidad se hrinda, permí-
una idea fija: de lo contrario la impetuosidad j' tasenos una observacion quc nos ha ocurrí-
que les es natural, solo sirve á enfriar la 1 do muchas veces, y en que nos parece ha,-
amistad de los unos, y atraer la enemistad I hrá de convenir el mismo general JYarvaez,
de losotros, y así acahan por hallarse redu- I si por casualidad llegase á sus mauos el pre-
cidos á un aislamiento que no les deja mas sente escrito. JYarvaez ha sido un hombre
recurso que una desesperación impotente. dislocado: en su posicion nada podia hacer,


¿Cómo es posible que un hombre cuya porque era radicalmente falsa, á causa de
actividad y energía nadie niega, haya caido hallarse cn abierta contradiccion con su ca-
en tamañapostracion gubernativa? La espli- rácter personal. El general Naroaez debía
caeion de esta dificultad es para nosotros pertenecer á un partido estrerno: debía ser
sencilla: no puede ser activo y enérgico eu ó Espartero ó Cabrera. Lo repelimos, si es-
política, quien no sabe qué hacerse, quien l. te escrito llega á sus manos, su corazon le
no tiene un designio bien claro, bien lijo. 1I dirá: «es verdad.» El homhre de la Mancha,
Era en 1;) de mayo de 1844.; el general I! el hombre que se subleva en Sevilla, el
N arMez acababa de subi~' al ministerio; y ti hombre de Ardoz , el hombre que decla:~ la
nosotros señalábamos en el esos dos hom- 'Ii nación en estado de SÜIO ydesarma la milicia
bres que tan visible y tristemente se han ! nacional, el .homhre que deporta á los fIue
manifestado despues. Cuando los sucesos Ile atacan en la prensa. este hombre puesto
han venido á confir.nwr, nuestra.s conjet.u. ras, 1I á la cabeza de ,Jos parlamentarios .. en lucha
es bueno recordar lo que en aquel/a epoca I con los progresIstas y los absolutistas, con
escribiarnos , haciendo justicia á algunas de un sistema de tira y afloja, y reducido á la
las cualidades. de Aarv.'aez, é indicando el 1: estrernidad lamentable de pre.'.tender las. gIO-.
recelo de que le faltasen otras. «Cayóel mi- I rias d,e orador de parlamento; esto nos I~a
msteno Gonzalez Braho y ocupó su puesto 1 parecido siempre un contrasentirlo tan eVI-
c.I ministerio Naroaez, Se ignoran el motivo \. dente, tan palpable, que no alcanzarnos á
v el objeto, pero lo que no es dudoso hasta 1


1


concebir cómosobre los pequeños conceptos
ahora, es la nulidad del resultado. . . .. de la cabeza, no prevalecieron una v mil
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 veces los instintos dcl cnrazon. .


«Contando los días transcurridos desde la 11 y hé aquí una de las causas de la falta de
formacion de! ministerio, y comparándolos [1 fijeza de pensamiento que ha inutilizado y
con el poco caminoandado, recordamos que li perdido al general Narvaez: con su impe-
casi no se necesitó mas tiempopara ir desde li tuosidad característica dijo un jamás á todos
Valencia á Torrejon, y esto dando la vuelta 1 los partidos estremos: quemó las naves, y
por Teruel, ¿Dedónde la diferencia? Es muy " aisladoen un pequeño espacio ha consumido
sencillo. Entonces el gefe del ejército espc- l' Sll actividad en estériles convulsionos , pre-
dicionario , decía: c(?lle voy á socorrer la 1: sagio seguro de una muerte cercana, Cuan-
ciudad sitiada ,» y la ciudad fue socorrida; li do se ha visto en la última estrernidad , ha
despues continuaha : (cEI 14 estaré á las i! querido intentar un esfuerza: ya era tarde:
puertas de Madrid, y no faltó á la cita; y li el ataque fue impetuoso; subió otra vez á
en seguida añadia : (cMc voy á batir ¿j Seoa- Ila muralla; pero al llegar arriha , sus fuer-
ne y Zurbano , y luego vuelvo y entro en la i zas estaban agotadas: ni siquiera ha sido
capital ;» y Seoane quedó prisionero y su !' preciso rechazarle; no se sabe cómo ha sido;
ejército incorporado al vencedor, y se ahrie- li pero lo cierto es que ha caido en el foso,
ron las puertas de Madrid. Narcoez sabia, 1I quedando horriblemente lastimado.
pues, á punto fijo lo quc quería y dehia ha- 1:
cer , lo cual contribuia no poco á que su '11
acción fuese rápida, precisa, certera. Al I




- 66&-


EL NUEVO ~IINI8'fER(O.


:M:tdrü; ~~ de abril de 18·j.tf.


Cuando un ministerio no puede ser juz-
gado por sus actos, es preciso juzgarle por
sus principios, y estos se han de buscar en
las doctrinas y antecedentes de los indivi-
duos (Iue le componen. En tal caso, mas
bien que juicio, hay una mera conjetura:
se discurre por analogía, se calcula 10 que
será por 10 que ha sido. El ministerio ac-
tual, considerado, no como una simple agre-
gacionde individuos, sino corno un ser mo-
ral que se apellida gobierno, no ha dado
ningun paso por el cual se le pueda carac-
terizar; asi no estamos en el caso de cono-
cer á los hombres por las obras, sino de
prever las obras por los-hombres. Dificil ta-
rea la de discurrir á priori en materias po-
líticas, y muchomas en los tiemposque cor-
ren, cuando cada dia nos trae mudanzas
imprevistas, y lainconsecuencia en los hom-
bres públicos ha llegado á ser tan comun
que apenas causa sonrojo á los que incurren
en ella. ¿Qué importa saber 10 que un hom-
bre público pensaba en otros tiempos,'quizá
no muy distantes, si este conocimiento no
nosenseña nada con respecto á 10 que pien-
sa hoy"? ¿Y de qué nos serviría conocer 10
que piensa en la actualidad, si tal vez con
sus obras desmentirá bien pronto sus opi-
niones y sus palabras? Las exigencias del
momento, la variedad de circunstancias, la
imposibilidad de la aplicacion de ciertos
principios, la necesidad de contemporizar,
el embarazo opuestopor obstáculos insupe-
rables; he aqui los temas de los dircursos
con que se defiende, se escusa y hasta se
legitima la inconsecuencia: de esta suerte
son los principios una especie de seres mis-
teriosos que no pudiendo descender al ter-
reno de la realidad, no llegan á influir en
las regio.ues sublunares, y relegados á un
mundo ideal solo Sirven para comunicar
bellas inspiraciones á los escritores públi-
cos y á Jos oradores de la oposicion. Lejos
de nosotros el pensar qne estos fenómenos
se hayan de ver realizados en el ministerio
actual: pero proponiéndonos una tarea de
suyo dificil, cual es el discurrir á priori en [
materias políticas, séanos permitido hacer
notar Jo embarazoso de semejantes investí-


gsciones, y lo muy peligroso que es el aven-
turarse á pronosticas o conjeturas.


En el caso presente hay todavia otra di-
ficultad, nacida de lo heterogéneo de Jos
elementos reunidos en el ministerio actual.
Cuando se trata de conjeturar la marcha fu-
tura de un gobierno, es preciso considerar-
le como un ser uno, de un solopensamiento,
de una sola voluntad. Esta unidad minis-
t~rial resulta de la comhinacion de las opi-
menes v voluntades de los individuos mi-
nistros;' para lo cual es preciso que anterior-
mente á la cornbinacion, sea uno mismo el
pensamiento de todos v una misma la vo-
luntad, en cuyo caso 'col1vergeran todos á
un mismo punto como los cuerpos al cen-
tro; o bien que se' fundan en la combina-
cion para constituir un tercer pensamiento
y una tercera voluntad, que no identificán-
dose con ninguno de los elementos compo-
nentes, participen de todos ellos, asimilan-
doselos y convirtiéndolos en un principio de
vida y de acciono Es fama que los indivi-
duos de que se compone el ministerioactual
no piensan todos de una misma manera, y
que por el contrario, disienten en puntos
de mucha gravedad. ¿Quién cederá'? ¿Habrá
concesiones de ambas partes, ó la prepou-
derancia quedará por una sola'! Si se transi-
ge, ¿hasta qué punto llegará la transaccion?
Si los elementosse combinan, ¿resultará una
fusion verdadera ó solouna mistion que se
descompondrá cuando lo crítico de las cir-
cunstancias no mantenga la mezcla en agi-
tacion y calor? ¿ Cómo se calculan efectos
que pueden ser alterados ó totalmente des-
truidos por esa muchedumbre de concausas
que obran en sentidos diversos? Añádaseá
todo esto-la instabilidad de los ministros en
sus sillas, la mucha posibilidad de que al
salir á luz el presente ~artículo va hayamos
atravesado otra crisis que dé por resultado
la caida de todo el ministerio, ó una mo-
dificacion considerable, v véase si es dificil
el decir algo con probabilidades de acierto.


Fijando la atención sobre el ministerio ac-
tual, se echa de ver al instante que discur-
riendo por analogía, lo que debiera preva-
lecer en H, es la política del primer gabi-
nete Narvaez. Con la ausencia del ministro
de la Guerra, la mayoría del ministerio ha
estado en estos últimos dias por los anti-
guos compañeros del general cuido; y aun
despues de la llegada del Sr. Sauz, á mas
de conservar aquellos la mitad de los votos




- 664--
del consejo, es probable que consigan ha- 1 mos que puede reducirse á una fórmula
cer preponderar su política, á causa del muy sencilla: Salvar la Constitucion in-
mejor acuerdo que hemos de suponer en fringiéndola; justificar la ilegalidad de los
tres hombres que han gobernado juntos du- medios, por la legalidaddel fin. Esto es tan
rante largo tiempo. Si esto fuese así, resul- exacto, que al dar señales de vida el minis-
taria que el actual ministerio debiera ser! terio por conducto de la secretaria de la
considerado cual una nueva edicion del pri- I Gobernacion , ha proclamado su sistema
mer ministerio Narvaez, con algunas cor- predilecto en una fórmula no tan concisa
receiones y enmiendas, de las cuales sería corno la anterior; pero igualmente clara, y
la principal el cambio de la portada y del de idéntico significado. Oigamos al señor
título de la obra. ministro.


Úna buena parte del pensamiento políti- «Para conseguir tan importante y princi-
co del ministerio Narvaez, debe atribuirse á pal objeto, S. M. autoriza á V. S. para to-
los Sres. Mon y Pidal. El Sr. Mayans, ocu- mar en esa provincia todos las medidas es-
pado en los negocios de su especial incum- traordinarias que exija la couservaoion del
hencia, no parece que se ocupará mucho de órden público, inclusa la de declarar, po-
la politica, ni que su voto pesara en las de- niéndose de acuerdo con la autoridad mili-
liberaciones del consejo. Su espíritu de tran- tal', en estado escepcional las pueblos y
saccion se descubre en haber sido el único distritos en que no basten las leyes comunes
ministro que transmigró al cuerpo del mi- ó se conceptúe necesario para prevenir efi-
nisterio Narvaez después de la muerte del cazmente las maquinaciones de los malévo-
de Gonzalez Brabo, y en haberse prestado á los. Porque tan dispuesto como está el go-
ser el hilo conductor para que no se inter- bierno á encerrarse dentro de los límites de
rumpiese la continuidad del mando de Nar- la legislacion conwn y de las condiciones
vaez capitan general de Madrid, v Narvaez naturales del régimen constitucional, así
presidente del consejo. En cuanto al señor que la tranquilidad y el órden público se
Martinez de la Rosa, sabido es que no vino hallen restahlecidos , tan decidido se en-
á formar parte del ministerio hasta despues cuentra , mientras arda la rcbelion, á va-
de la resolucion de graves crisis, yde ha- lerso de toda la amplitud de las leyes es-
herse tomado la direccion que se consideró cepcionales para sofocarla, y á posponerá
conveniente. Masbien que como un elernen- la consecucion de tan privilegiado objeto,
to preponderante, debió ser mirado el señor consideraciones que, una vez levantada la
Martinez como un elemento absorbido, que bandera de la insurreccion, deben sersiempre
apenas puede hacer sentir su flacaactividad tenidas y l'epuladas como subalternas y se-
en medio de otros mas poderosos y mas cundarias. »
enérgicos. Asi resulta que el ministerio Nar- El lenguaje no puede ser mas espllcito:
vaez se hallaba personificado principalmcn- se preve el caso de que no basten las leyes
te en el hombre que le presidia, y en los comunes, y esto no solo tratándose de re-
Sres. Mon y Pidal como auxiliares; y que primir sino tambien de prevenir; el gobier-
habiendo desaparecido Narvaez de la esce- no autorizaá sus subordinados á considerar
na política, ha debido refluir en estos scño - , como subalternas y secundarias las condi-
res todo el pensamiento que hubiese en el i ciones nalurales del régimen constitucional;
antiguo gabinete. En cuanto al Sr. Armero, ¿y para qué? Para conseguir lo que desean
es probable que esté de acuerdo con estos los pueblos de tener instituciones libres
dos colegas: refuerzo que aunque no muy análogas á las de otras naci?nes cultas de
poderoso bajo el aspecto de la política, no Europa, y sofocar (das rebeliones que las
deja de ser apreciable como elemento de imposibilitan y los trastornos y revueltas
fuerza: lo que han menester los restos del que han traido á la nacionlos malesque to-
ministerio Narvaez; pues con la ausencia de davia deplorarnos.. ¿ Hasta cuando se habrá
este se nos figura un individuo á quien se de emplear este lenguaje? Ese todaoia,
han cortadolos brazos y destrozado lastimo- ¿.habrá de ser la fórmula espresiva de una
samente la cabeza. inquietud que se prolongará indefinida-
.A:hor~ bien, I; cuál ha sido la política del mente?


mm.lsleno que ha regido los destinos de la Este sistema de infringir la Constitucion
naciondurante veinte meses? nosotros cree - para salvarla, es una especie de espadade




- 665-
dos filos que sirve admirablemente en ma- tan muy lejos de constituir un programa de
nos de quien sabe blandirla. ¿~e trata de gobierno, ni aun de ofrecer clave suficiente
atacar á los absolutistas'? Se les opone la in- para descifrar el enigma. Al propio tiempo
tencion del ministerio, que no es otra que que ha sido mirado el Sr. Isturiz como
salvar la libertad. ¿Se quiere combatirá los miembro de la oposicion conservadora, no
progresistas'? Se emplea la infraccion y el falta quien le haya atribuido tendencias en
abandono de las condiciones naturales del sentido muy diverso: siendo de 'notar que
régimen constitucional. A las intenciones se hasta ahora, y en la variedad de opiniones
oponen intenciones, á los actos, actos. Co- sobre sus principios, nadie le situaba en el
mo los absolutistas estan en inaccion, v solo terreno donde al parecer se halla colocado;
dejan traslucir su intencion dañina de aca- todos le ponían ó mas acá ó mas allá. Pronto
bar con la libertad, se les opone la buena hemos de ver si se engañaba la opinion pú-
intencion del ministerio de conservarla v hlica.
defenderla á todo trance; y como los progre: A propósito del Sr. Isturiz y al oir que
sistas no se limitan á intenciones v se arro- se disculia sobre sus oponiones, mas de una
jan á la calle alzando la bandera' que bien vez hemos preguntado si era cierto que las
les parece, se les sale al encuentro pospo- tuviese bien fijas, porque mal se puede exa-
niencio al objeto privilegiado de la conser- minar lo que es una cosa si no se conoce de
vacion del orden público y del régimen positivo su existencia, Y téngase entendido
constitucional, consideraciones que deben que esta duda sobre la fijeza de opiniones
ser tenidas y reputadas como subalternas y del Sr. Isturiz , no la consideramos ofensiva
secundarias. á S. E. Situaciones'hay tan complicadas en


Para que nada falle en prueba de que se que la incertidumbre de un hombre puede
ha comunicado al nuevo ministerio el espí- ser indicio de un buen criterio y lealtad de
ritu del antiguo, tan conocido por su vio- intención. Pero séanos lícito añadir que lo
Iencia desmedida, no usa el gobierno de las que puede ser muy honroso para el hombre
espresiones que á talcaso corresponden, co- privado, puede ser muy dañoso á un presi-
mo la accion de leyes aplicadas por los tri- dente del consejo. Un simple particular es
hunales y otras semejantes; tratade «alto- libre de permanecer fluctuante entre opinio-
gnr. la rebelio« entre las.. ruinas de sus cóm- nes encontradas; pero el gefe de un gobier-
plices y [asitores.» ¡Qué lenguaje en quien nodebe saber lo que piensa, lo que quiere,
habla de orden de S. ftI. y de acuerdo con el adonde vá y por qué camino. De la incerti-
consejo de ministros! ¡Qué lenguaje para dumbre nace la inaccion, y esta por si sola
salir de la altura del gobierno, donde la fir-¡ conduce á la muerte, De la incertidumbre
meza, la severidad, la energía no deben se- puede nacer tambien una accionmultiforme,
pararse jamás de la dignidad, de la calma, inconstante, que ahora se dirija á un objeto
de la serenidad imperturbable que tan bien i y despues á otro muy diferente: y esto en-
sientan en quienes rigen Jos destinos de un 1


1


gendra la ana~quía gubernativa, ,que tam-
gran pueblo. en nombrede un monarca cu- 'l' bien conduce a la muerte irremisiblemente:
}'OS atributos deben ser la justicia, la Sabi-j'tanto en la inaccion como en la anarquía
duría, la bondad, la magestad. Este es el naufraga la reputación de un hombre públi-
lenguaje de la pasion, no de la razon: nada ca. No lo pierda de vista el Sr. lsturiz.
estraño fuera que lo emplease el presidente Se ha dicho que el gobierno, deseoso de
de una junta; pero jamás deben emplearle adquirir la fuerza que necesita, habia re-
los ministros de la Reina. suelto llamar al general Narvaez: esto nos


Con los restos del ministerio Narvaez, se : parece increíble. Precisamente, el ministe-
co~bina el Sr. Isturiz , cuya. política no han I ri? act,ual , en su mayoríay ,en. su parte ~ig­
podido conoceraun los hombres mas pene- , nificativa se compone de víctimas políticas
trantes: tanto es el misterio con que la en-II del general caido. Los Sres. Mon, Pidal v
vuelve el personaje que la profesa. En ge- Armero, sufrieron el bloqueo de que tanto
neral, la prensa ha considerado al Sr. Isturiz I se habló en aquellosdías; y el Sr. Isturiz
corno individuo de la oposicion conservado- I era individuo del gabinete Miraflores, cuan-
ra ; y asi lo dejan entender algunas de sus [ do el general Narvaez reconquistó el poder
palabras como diputado, como senador y de la manera que todos sabemos. ¿Cómo se-
como ministro; á bien que todas juntas es- ría posible que estos cuatro homhres se


82




- 6(j{) -
olvidasen hasta tal punto de lo que deben ú
su propio decoro? ¿Cómo es posible que los
unos se asociasen de nuevo con quien los
abandonó de una manera tan brusca, y que
el otro consintiese en ser ministro conquien
le derribó con tanto estrépito? En tal caso,
¡.qIl6 dirian, óal menos qué pcnsarian del
Sr. Isturiz sus antiguos compañeros degn-
hinete? Hepetimos que el hecho es increíble;
v no podernos concebir que llegue á reali-
zarse, sin que salgan del ministerio cuatro
individuos. .\"0 esta en la energía del gene-
nJt "~arvaez la única fuerza que puede sal-
var el trono: quien lega á sus sucesores
una situación tan deplorable como la actual,
DO es el homhre á propósito para consolidar
la monarquía.


LA INSURRECCION DE GALICIA.
U:Hlritl 20 de obril de 18~{j.


La situación á que ha llegado el pais des-
nucs de tres años en que se nos habla sin
:'csar de orden y reorganizacion, es tan de-
plorable , que d,licilmente se la t.la vistojgual
en ninguna de las épocas antcnores. En al-
:i.'unas de estas hahia por cierto mayor des-
orden material; pero en ninguna recorda~os
haber visto mas instabilidad gubernativa
mavor división de los partidos, mayor incer-
tidumhre sobre los acontecimientos que se
preparan en un porvenir no muy lejano.


tina insurreccion militar, anarquía en el
centro del peder , tranquilidad de los pue-
blos ,hé aquí lo que se presenta de bulto al
echar una ojeda sobre la España. Lonatural
seria que hubiese agitacionen los pueblos,
que el gohierno procurase calmarla con hue-
nos ejemplos, con la pruden~ia de Sil c~n~
oucta , V sobre todo con la unidad de accion
reprimiéndola en casos estremas por medio
de la fuerza armada; pero en este desgra-
ciado país las cosas suceden al revés: las
il'ecioncs de moderacion, de sensatez, de
¡:revision, suben de ahajo arriba; los pne-
hlos las dan á los gobiernos; y de arriba
abajo descienden continuos ejemplos de reIl-'
cores , de discordia , (k imprcvision , de mi-
serias de todas clases; y para completar la
obru, ·e}'nlecJio de la acciouque :'c habia re-


servado el gobierno, este medio en que tan-
to confiaba , se vuelve contra él y se esfuer-
za por arrastrar á los pueblos. ¿Qué puede
esperarse en un pals donde la anarquía está
en el centro del poder, v los instrumentos
de orden son los vehículos de la revolucion?
Mucho puede esperarse; porqueafortunada-
mente junto con ese espectáculo desconso-
lador, vemos que la raznn , el buen juicio, la
calma, se hallan donde era de temer que
encontrásemos estravio de ideas, exaltacion
de pasiones. Lo hemos dicho mil veces V
lo repetiremos aquí, puesto que la esperi~ñ­
cia de todos los dias esta afirmando nuestra
conviccion: en Espafla hemos tenido gobier-
nos empeñados en subvertir la sociedad, ora
con SllS hechos, ora con sus escándalos; y
hemos tenido una sociedad constantemente
empeñada en enderezar á esos gobiernos.
apartándolos de sus errados caminos. Las
revoluciones, los desastres de todas clases.
nos han venido de arriba ahajo; como era
natural, l~ naeion ha sido la víctima, por-
que el gobierno (1IH~ aquí era poderoso para
todo. lo ha sido para el mal, como hubiera
podido serlo para el bien, Sin embargo, y éÍ
pesar de tamaños desconeiertos y de tan di-


j laladO,desórden, ,no se. ha podi~o ino~u!ar ála soc!cdad ese Vl~US que trabaja y disuelve
la esfera del gohicruo. Desde arriba se les
dice a los pueblos: todavía mas ódios , toda-
vía mas rencores, todavía mas division v
subdivision de los partidos, todavía mas
obstáculos á la reconciliacion de los españo-
les, todavía nuevas denominaciones que ca-
ractericen yeternicen lasbanderías; y de aha-
jo arriba se les dice á los gobiernos: basta
de ódios , basta de rencores , hasta de pasio-
nes políticas, basta de trastornos , ansiamos
el orden , deseamos la paz; siquiera haya-


I mos de conse~v.a~· t~n preciosos oh¡etos ácosta de sacrificios insoportables , dandoos
el fruto de nuestros sudores v el pan de
nuestros hijos. ".


Las circunstancias en que ha estallado la
I insurreccion militar son dignas de atencion,


porque contienen saludables lecciones. Tres
meses habían transcurrido, durante loscua-
les era la crisis el estadohahitual del 1;0-
hierno. En este tiempo los pequeños handos
que se disputaban el poder habían ofrecido
un espectáculo dcplorable, de que no hay
ejemplo en la historia de nuestras miserias.
Una cxaltacinn de pasiones políticas total-
meute Iacticia, y al través de la cual se




- 667-
desculJ~·ian. ~a amhicion yel. interés d~ al- 11 otra,s miser:.i(~s,. unos sufrimientos despues
gunos individuos ; las acusacrones recrpro- I de otros suínmrentos. .
cas,. las invectivas mas escandalosas, las 11 La. insurrección ha. nacidodébil ,.y con
alusiones mas crueles, las personalidades ! los LIlas que lleva de VIda no ha podido ro-
mas repugnantes, dimisiones d(l ministros, 1


1


: hustccerse, debiéndose esto mas hicn que
destituciones, escenas estrepitosas en el i á la energía guhernativa, al buen espíritu
parlamento , lucha encarnizada entre los 1I de los pueblos. Si acontecimientos iJI1¡Jl'e-
mismos que mas interesados estaban en la il vistos no vienen á impulsarla, no es dificil
union, tentativa de agresiou parlamentaria, l' prever el resultadu.Emno quiera, y para te-
go.lpes de, estado ,por r~arte del gohierno, I n.er en cuenta todas las eventual~dacles,con­
cnsrs perpetua, he aqui lo qlW hemos pre- . sideremos sus desenlaces posibles. Estos
senciado durante tres meses. i.Y se tendrá I! son tres: 11,° la revolución completamente
por estrañoque los enemigos del orden ha- ! vencedora: '2.0 el gobierno completamente
yan trabajado por subvertirle , y lo hayan I vencedor: 3.0,una transacciou. Conjeture-
conseguido en alguno que otro punto? 1\0: i mos las consecuencias en estas tres supOsi-
no es estraño : lo es, sí, mucbo , es mas I cienes,
que estraño , -es admirahle , cómo una l1a-! ¿Qué significa la rcvolucion completa-
cion á quien se ofrecen tamaños escándalos, . mente vencedora? 1<1 proscripciou de! partí-
á quien el gobierno provoca al desorden con do moderado en 'masa; la anulncionde todas
el espectáculo de la mas profunda anal'-'- las reformas políticas y administrativas he-
quía, haya podido resistir á causas tan 'ac- chas desde ,184,3 en sentido conservador:
tivas y disolventes, y permanecer tran-variacion casi total en el personal del ejér-
quila, reprendiendo severamente á los go__ cito, y mediíicaciones muy trascendentales
bernantes con su actitud sosegada y digna, 'Cn suactual organizacion;reslab!l~cimient(j
con su silencio elocuente. Esto es lo admi- de la milicia nacional sobre la base masan-
rabie, este es IIn ejemplo de aquellos que churosa posible; pronta salida de España
solo se ven en España, esta ('S una prueba de la Reina Madre. Estos son los resultados
á que no resiste el orden en ninguna nacion inmediatos, ciertos, indudables, que consi-
de Europa. Sin gobierno , sin ideas fijas en go traerin la victoria de la revoluciono Pero
la corte, sin autoridad el parlamento, sub- adviértase hien que estos resultados son
dividido en mil Iraccioaes el partido domi- considerados en su espresion mas pequcf):l,
nante, contantas opiniones comoindividuos, mas suave, mas benigna; esto es el mini-
con tendencias tan diversas como varios los Tnum, lo absolutamente inevitable. ¿Cuúl
intereses, con inmensos problemas sociales seria el rnaximuTn? ¿Cuál es el resultado
y políticos de resolución inminente, con posible y muy probable? No queremos de-
discordia en la real familia, con el destierro cirio, porque nuestra pluma se resiste á
de un príncipe, con la caida y destierro del describir escenas terribles, mucho mascuan-
hombre necesario, se levanta la handera de do estan de por medio institucicnesv Fer-
la Insurrección militar, se grita abajo la ca- sonas augustas. .
morilla, abajo el sistema tributario; y los Despues del resultado inmediato ¿cuáles
pueblos que estan contemplando miserias serian las últimas consecuencias? Dificil es
deplorables, que en efecto estan agobiados señalarlas; pero desde Juego se puede 1'1'0-
por exacciones que no pueden sorportar, se nosticar con toda seguridad, que los vencc-
mantienen sordos al grito de rebelion , y íie- dores no alcanzarian á consolidar un gohicr-
les ásu deher desoyen las sugestiones de no. Su triunfo seria una tempestad: las tem-
venganza que naturalmente habían de ahri- pcstades purifican tal vez la atmósfera, asue-
gar después de tanto sufrimiento; prefieren lan el pais , pero nada producen, nada
al desorden el continuar padeciendo, porque organizan,'
quieren la ¡TaZ á toda costa, y porque en su Sobre las dificultades: inherentes á la po-
buen sentido y en su esperiencia conocen sicion de los vencedores, hahria su division
que no es la economía, no es el hienestar, profunda.isu guerra intestina, que con nin-
lo que va á resultar de estas insurrecciones gunesfuerzo podnian evitar. ¿Qué puede
militares; antes ven unas ambiciones en pos hacerse con elementos tempestuosos, y que
de otras ambiciones , unos i~Iter.eses de.pues lIara mayor i~fOl~tul]io estan, condenados-á
tle otros mtereses , unas mrsenas en pos de uchar entre SI'? lodo pensanucnto de reor-




- 668-
ganizacion, de gobierno, que surgir pudie-
ra en medío de tamaña borrasca, zozobraria
infaliblemente. Añadid á estas causas la ac-
tividad del partido moderado, constituido
otra vez en oposiclon encarnizada, y en cons-
piracion permanente; añadid la aversion de
la inmensa mayoría nacional á las ideas re-
volucionarias; y veréis que seria una espe-
ranza temeraria la de fundar un gobierno
regular y duradero. Difícilmente creeríamos
que se hagan ilusiones sobre este particular
los hombres pensadores del partido progre-
sista.


Un desenlace de transaccion que hubiera
sido imposible hallándose en el poder el
general Narvaez, condenado por sus cir-
cunstancias á vencer ó morir, no lo es del
todo ahora, si bien es menester confesar
que todavia es muy dificil. Es indudable
que una parte de la oposicion conservadora
ha manifestado tendencias nada equívocas
hácia la union con el partido progresista: en
la actualidad se oponen á la union obstácu-
los insuperables; pero estos se habrían alla-
nado en gran parte si la insurrección en
vez de limitarse á algunos puntos de Gali-
cia , hubiese podido estender su dominio
sobre poblaciones importantes de otras pro-
vincias. En tal caso no era imposible que
desenvolviéndose con mas fuerza las ideas
y los instintos de la oposicion conservadora,
oyéramos proponer como un medio de ter-
minar la discordia civil, un abrazo entre
las fracciones que se debian fundir. Repe-
timos que esto es dificil, .perono imposible;
y probahlemente es leste un pensamiento
que habrá bullido en no pocas cabezas.


¿ Cuál seria el resultado de semejante
transacción? Para nosotros no tiene duda
que le sucederia al partido moderado lomis-
mo,mismísimo, que le sucedió al progresista
en 1843; y que en la ruina general quedaria
envuelta también la oposicion conservadora;
cabiendo á sus pro-hombres idéntica suerte
que á Lopez, Olózaga y Cortina, en el rom-
pimiento de la famosa coalicion.


Desde el momento en que se diese el
abrazo á los progresistas, estos quedarían
dueños del mando: si algun obstáculo se
opusiera á que su dominacion omnímoda
fuese solemnemente reconocida, bien pron-
to lo haría desaparecer la irresistible fuerza
de los acontecimientos. Cuando oimos que
hombres del partido conservador hablan
"",,.' '"..0--'0 .101 "odo~lo,.imentode la Cons-


titucion de 1837, de la reorganizacion de
la milicia nacinal, y de la fusión conel
partido progresista, nos convencemos de
que hay todavia en el mundo un caudal in-
agotable de candidez,que porcierto creímos
se babia consumido del todo con el chasco
que sufrieron el entusiasmodel señorLopez,
la proverbial habilidad del seflor Corti-
na, y la ponderada sagacidad de Olózaga.


Veamos cuáles serán las consecuencias
de un triunfo completo del gobierno. La
primera, y que en nuestro juicio es impor-
tautisíma , será la de inutilizar al general
Narvaez , demostrando con un argumento
palpable que no es el hombre necesario
para la conservación del órden. Entonces
S. E. podria continuar su viaje á Nápoles
ó Paris; y el drama de su poder que en
ciertas ocasiones ha presentado no pocos
riesgos de tener un desenlace violento, ha-
bria terminado suavemente, desapareciendo
para siempre, ó á lo menos por larga tempo-


-rada, un obstáculo que impediría la consoli-
dacion de todo gobierno.


La otra consecuencia de la victoria del
gobierno es la rápida disolución del partido
dominante, si es que en él ha quedado algo


, por disolver. En un momento de peligro los


1


I partidos arnenazad~s. de una caida violenta
v desastrosa, espenmentan una compresron


. (IUe no permite el desarrollo de los elemen-
tos disolventes que entraflan en su seno:
esto le sucede eu la actualidad al partido
moderado; bien que dichos elementos son


I
tan poderosos, tan enérgicos, que ni aun en
tan críticas circunstancias se puede evitar
que ejerzan su accion terriblemente des-
tructora. Como quiera se ha podido conse-
guir que la crisis ministerial se aplace; pe-
ro tan dificil debió ser la avenencia, que
no se la ha podido lograr ni aun por breve
tiempo, sino con la estraña condicion de
no hacer nada, ni decir nada. Solo el señor
ministro de la Gobernacion no ha podido
contener su ímpetu; ha estendido 1Jn ins-
tante la mano amenazando á Jos enemigos;
pero ha cruzado otra vez los brazos como


¡ sus compañeros, sumiéndose de nuevoen el


I


silencio mas profundo.
Con la victoria sobre la insurreccion de


Galicia desaparecerá la compresion que á


~I dura.s penas consigue su objeto; y entoncesla oposicion , que ni por un solo instante ha. desistido de su empeño á pesar de lo críti-co de las circunstancias, desplegará un ata-




- 669 -
que mas general, mas brioso, mas tenaz, I1
que no podrá contenerse sino cediéndole una l'
parte delgobierno ..¿Y se. content~ria con
una parte? ¿ Y habría qUIen estuviese dls- I
puesto á cedérsela? ¿Son por ventura pocos I
los que se creen con derecho á presidir un:
gabinete é imprimir á los negocios públicos !I
la H!arch.a tr~zada en Sil pensami~nto? En 11
la situacion a que ha llegado la divergen- ,
cía de opiniones en puntos de la may.o. r tras- 1I


1


cendencia, la lucha de intereses, la rivali-
dad y los odios personales, ¿ es posible un
acuerdo, una reconciliacion, de donde re-
sulte una base suficiente para establecer un
gobiernodigno de este nombre? Abrigamos
la íntima conviccion de que esto no es po-
sible, de que el partido dominante está
condenado á conducir su propia disolucion
hasta el último estremo, y que no hay tér- I
minos hábiles para reorganizarle. I


Esta situacion tiene alarmados vivamente
á los hombres pensadores del partido: en
mediode esa lucha deplorable en que están
agotando sus fuerzas las fracciones que le
componen, se levanta á menudo, casi todos
los dias, alguna voz que le advierte del pe-
ligro y le aconseja medios de salvación.
¡Vanos esfuerzos! El mal está en las cosas,
y las cosas pueden mas que los hombres.


Precisamente, cuando las circunstancias
exigían mayores miramientos, se ha come-
tido la indiscrecion de llamar al gobierno
á hombres que, á mas de representar la po-
lítica del primer ministerio Narvaez , tienen
contra sí fuertes nntipalíns personales en
el seno de la oposiciou conservadora. Tan
pronto como el ministerio, vencedor de 13
insurreceion de Galicia, se vea precisado á
manifestar la direccion política que se pro-
pone seguir, se verificará una de dos cosas:
o caerán los señores Mon y Pidal, o la po-
lítica de estos dominará y absorberá la del
Sr. Isturiz. En el primer supuesto, si son
llamados al poder los hombres de la oposi-
cion conservadora, estarán condenados á
la alternativa siguiente: ó ahdicar sus prin-
cipios adoptando los de losSres. Mon y Pi-
dal, en cuvo caso su inconsecuencia levan-
taría 'contra ellos á todas' las fracciones po-
líticas; ó aplicar rigurosamente los sis-
temas que han defendido en la prensa y en
la tribuna. ¡,Cuál seria el resultado de este 1I
proceder? Lo diremos francamente: si la 1I
oposicion conservadora se atiene estricta- ij
mente á sus teorías, su mando acarreará


infaliblemente el triunfo de los progre-
sistas.


Esta idea nos sugiere una ohservacion
que nos parece muy fundada; y es que el
partido progresista, sin duda por la impa-
ciencia que le es natural, no ha mostrado
en su oposicion al actual órden de cosas,
toda la hahilidad que era de esperar de su
dilatada esperiencia; puesto que ha esta-
do muy lejosde esplotar como huhiera po-
dido, los medios que de valde le ofrecía
la oposicion conservadora. Este era el pun-
to adonde debia enderezar toda su atención:
aquí estaba el asidero para escalar de nuevo
el poder y derribar á sus adversarios. Si des-
de que surgió la oposición conservadora, y
esto se verificó muy pronto, se hubiesen los
progresistas dedicado asiduamente á impul-
sarla y esplotarla, es muy probable que á
estas horas hahrian puesto á la situacion
en mayores conflictos de lo que han logrado
con tentativas violentas. El partido progre-
sista se ha hecho la ilnsion de considerarse
demasiado fuerte para que necesitase apelar
á una conducta mañosa: ha juzgado del es-
tado de la nacion por lo que observaba en
circulos reducidos, y ha creido posible ata-
car de frente y á banderas desplegadas lo
que dehia sucumbir por efecto de una estra-
tézia hábilmente combinada, v sohremanera
pa'ciente: asi ha consumido susfucrzasen ata-
ques desastrosos, v débil v exánimeestá cer-
cano caer á los pies de susenemigos: fortuna
para él, que la postracion de su vencedor le
ofrece todavía algunas eventualidades de
triunfo, que de otro modo no pudiera espe-
rar. i Triste espectáculo el que presenta la
lucha de dos partidos cuya respectiva fuerza
se cifra en la debilidad de su adversario!


DEL


PABTIDO MOl'lABQ'UICO.
Itlndrhl 13 de mp.yo de 1846.


Se ha suscitado en la prensa una intere-
sante discusión sobre las opiniones del par-
tido monárquico con respecto al sistema
representativo; creyendo ciertos periódicos




- 670 -'
que en algun órgano de este partido se de- dujo un choque tan fuerte, tan rivo , que
jan entrever actualmente deseos menos es- despues de cuarenta años esperimentamos
elusivos que los manifestados hasta ahora. aun las oscilaciones que fueron su natural
No ha dejado de indicarse tamhien que la resultado. Esta es la elav\', \)ara espli~a\' la
Esperanza cambiaba algun tanto de rumbo; I historia de nuestras revoluciones v rcaccio-
lo que se ha pretendido inferir de algunos: nes: este es e! verdadero nunto de vista
artículos que ha publicado últimamente para I para abarcar de una ojeada ~I íntimo enlace
protestar contra la acusaciones de que habia i de tantos acontecimientos, anómalos en apa-
sido blanco, y dirigir al propio tiempo algu- I riencia , pero que en realidad han sido muy
nos consejos, en Sil concepto saludables, á I naturales.
la reorganizacion del partido moderado. Re-! La aversión á la libertad política hizo
?or~amos este hecho con la única mira de ! progresos y se arraigó profundamente en
indicar ~l motivo de .circ~nstancias que nos I Jos. ,\nimos, á m~djda que fll~ ~lI~diend~ la
impele a entrar en discusionsobre la mate-I opmron de que libertad era smonrmo de 1111-
ria; pues en cuanto a la Esperanza, tienen Ipiedad. En la última guerra civil se mezcló
'sus redactores demasiadailustración v talen- con los dernas elementos de discordia, la
to para que en ningu« caso hayan menester I cuestiun dinástica; y combinándosc un con-
ue nuestro flaco auxilio. junto de circunstancias á cual mas funestas,


Siempre hemos creido , y lo hemos dicho! se ahondó mas y mas la división entre los
repetidas veces, que en la profunda division 1 españoles, luchando con horribleencarniza-
que ha trabajado y trabaja á los españoles, I miento hermanos con hermanos. Terminada
figuran ~as formas. políticas ~omo. cuestion I la gueara civil, mas hien por.la astu~ia que
secundaria. Estudiando la historia de los l' por la fuerza, se hallo el partidocarlistaen-
primeros años de la revolucion , se echa de teramcnte privado de influencia en los ne-
ver con harta claridad, que la latitud de las I gocios públicos, sin soldados en el campo,
formas políticas no_ fue mal mirada por I~ma- 11 y con pocos defensores en la prensa; pero
yona de los españoles, hasta que pudieron 11 pudo contar desde luego con un poderoso
conocer que las innovaciones políticas acar- I1 auxiliar: la division de sus adversarios.
rearian á la religion lamentables quebrantos. 1I Vencedor el partido liberal , desenvolvieron-
Basta leer los documentos ~te' aquella époc.a i se en su seno las f?érmenes de discordia que
para convencerse de que ni las clases prrvi- i de muy atras abrigaba: la lucha entre sus
Icgiadas , ni aun el clero regular , eran de- I fracciones ha sido sangrienta: y este sello
eididos enemigos de mayor latitud en las !' es mas dificil de borrar por haber corrido la
formas políticas. El reinado doCárlos IV, 11 sangre, no en el campo de batalla, sino en
la privanza de Godoy, y las miserias de Ba- ¡110S cadalsos. El partido carlista ha podido
yana, habían dejado en los ánimos una hue- '1'1 asistir tranquilo á esas luchas; aparte los
Ha tan dolorosa y profunda , que no es es- infelices del l\Iaestrazgo, en quienes se luzo
traii? se oyese~ con gusto los pl:oyectos en- I la horri~le carnicería que ?eseamos olvidar;
caminados a evitar para lo sucesivo tamañas 11 los carlistas han permanecido estraños a to-
demasías. Por desgracia los innovadores 1I do linage de maquinaciones para subvertir
políticos mas ardientes, no anclaban guiaclos il el orden público: no se ha visto á un hom-
por el espíritu de nuestra antigua lcgislacion, I~! hre influyente del partido carlista, no dire-
y profesaban odio á nuestras venerandas 1 mas ajusticiado, pero ni siquiera encausado
costumbres: habían bebido en el cenagoso i por delitos políticos. En esta temporada los
manantial de la escuela enciclopédica, y e.n l' principios monárquicos y religiosos. han ga-
sus palabras como en sus obras, se mani- nado terreno en el campo de la discusion,
restaba el orígen de sus funestas doctrinas. I manifestando asi en la tribuna como en la
Entouces sucedió lo que no porlia menos de ! prensa, que sus recursos no se cilrahan úni-
suceder; una nacion proíúndamente religio- ! (amente en la fuerza material, y (/lle podían
sa y que todavía conservaba los idcns , las I sostenerse dignamente,coa influencias inte-
costumbres, las instituciones dd tiempo 1 lectunles v morales.
de Felipe Il , se halló de repente encarada ¡I Seis aüos de discusicn y de sufrimientos
con hombres de la escuela de Voltaire , y de i! modifican profundamente la situncion de un
la asamblea constituyente; y esto, verifica- 11 partido: ha sido necesario defender la reli-
do sin prcparacion de ninguna especie, pro- ij gion y la monarquía con las armas de la li--




- 674 -
bertad ; v es dificil no cobrar cierto cariño
á las armas que se han blandido durante
largo tiempo. El partido monárquico ha sen-
tido sus fuerzas en ese terreno, nuevo para
él ; ha tenido tiempo de contarse, y ha di-
cho: (con la tribuna y con la prensa puedo
conquistar un pUl"\{:nlr que me han nc¡.;auo
los accntccimieutos cu (: 1 turruno de la fuer-
za.» Esta conducta no es villaua , no es des-
leal , no es como se ha dicho injustamente,
el propósito de alcanzar por la astucia lo
que no se ha podido lograr con la violencia;
por el contrario, es aceptar francamente la
nueva posicion creada por los acontecimien-
tos, es apelar á medios morales, al ascen-
diente de la razou y de la justicia , para
levantarse de un abatimiento en que le su-
micra, no la fuerza ,sino la astucia. Los que
han culpado una conducta tan noble y gene-
rosa, han sido muy injustos, y han mani-
ícstado poca confianza en losmediosque ellos
mismosponderaban. Pero las cosas han 'se-
guido su curso natural: los hombres monár-
quicos han conocido de cada dia mas los
verdaderos intereses de los sagrados objetos
que se proponen salvar, y han visto que la
religion puede conservarse pura 1 y el trono
puede alcanzar de nuevo su pujanza yes-
plendor, haciendo las concesiones exigidas
por las circunstancias en que se encuentra
la España, y por el espíritu dominante en la
civilizacion europca. -


Hallábanse comprometidos por el trono de
Isabel II hombres sinceramente adictos á
los sanos principios, y·quc 'amantes de re-
formas sociales y políticas mas ó menos
avanzadas, detestaban sin embargo los es-
cesas de la revolucionque ha desolado nues-
tra patria. El infortunio del partido modera-
dodesde la revolucion de setiembre de '181.0,
pareció acelerar la fusionentre hombres que
habian estado separados en la cuestion di-
nástica: en 1843 Jos monárquicos tle ambos
partidos se unieron para derribar el poder
revolucionario; pero tan pronto comose hu-
bo logrado el objeto, los carlistas fueron
tratados con desden, siendo arrojados de las
urnaselectorales v atacados ,~ivamente en
la prensa. Entre -las varias causas que se
combinaban para hacer desventajosa la si-
tuacion del partido carlista, era el que este
no había tomado posicion , y no se hallaba
preparado para hacer frente á un acontecí-
miento (lue no era dificil prever.


Los partidos corno los individuos, no pue-


den ejercer nna accion desembarazada y
fuerte, si no aciertan á tornar la actitud que
les corresponde, y á fijar el punto hácia el
cual deben dirigir sus esfuerzos. La bande-
ra de los carlistas durante la guerra civil,
babia sido la persona de D. Cárlos; después
de los sucesos de Verg-ara, hombres fieles á
sus convicciones y compromisos de honor,
permanecieron agrupados en torno de la
misma bandera, no obstante que la veian
rasgada. El triunfo de la persona de D. Cár-
los era imposible, y una transaccion era
imposibletambien. Para tomar una actitud
fuerte, y ahrir camino á proyectos concilia-


_. dores , -era necesarioque el infortunado prín-


1


- cipe consintiese en retirarse de la escena
política, reemplazándole su hijo Carlos Luis:
con este paso tenia el partido carlista una
bandera nueva, en torno de la cual podia
agruparse sin hacer traicion á sus-principios
ni faltar á sus compromisos de honor. Des-
de entonces la conciliacion era posible, y
quedaba abierto un camino anchuroso por
donde podían andar todos los españoles con
la frente levantada y el cornzon tranquilo.
_La augusta familia de Bourges compren-


dió su posicion: el anciano príncipe se re-
tiró á la vida privada, dejando en su lugar
ú su hijo para que obrase segun le dictara
su conciencia. El primer paso del joven
príncipe fue un manifiesto altamente conci-
liador, y que solo han podido considerar
como poco esplícito los que al parecer creian
que una persrna de tan elevada categoría
habia de descender á pormeno-res como en
un artículo de periódico. LaEspaña y la Eu-
ropa comprendieron perfectamente el senti-
do de aquellas palabras: nadie ha dudado
de que con un hombre nuevo se inauguraba
una política nueva. Las palabras eran de paz,
y desde aquella época no se ha visto ni una
sola tentativa de violencia: las palabras eran
de conciliacion , acordes con el espíritu del
siglo y las necesidades de los tiempos; y


1 desde aquella época no se ha visto un solo
acto, no se ha referido una sola palabra,
que dejase sospechar en el augustoprlncipe
intentos de reacciono


Así las noticias publicadas por los perió-
dicos, como las que circulan .entrc las per-


! sanas mejor informadas, estan contestes en
I que el conde de Montemolin es un príncipeconocedor del siglo en que vive, y que bus-


ca con afan poco coruun en personas de su
elevado rango, los medios que pueden dar-




- 6i2-
le á conocer la verdadera situacion de Espa-! que no oye palabras de lisonja v que vive
ña, y la política que convendría seguir para mas bien entre amigos fieles que entre ba-
combinar los elementos de un gobierno ver- jos cortesanos, que por toda' pompa recibe
dadcramente conservador, con el espíritu les convites de las asociaciones estahlecidas


de reforma. que cerscterizs ánuestro s~.g)o. en el país con ohjetos de utñídad pública;
Creerian algunos quizás que el conde de y que en vez de diversiones á propósito para


Montemolin consumiria sus días en estériles desvanecer y disipar, acude con incansable
lamentos por la suerte que ha cabidoá las asiduidad á los ejercicios militares de las
instituciones antiguas y á la causa de su I'a- tropas del departamento; este príncipe no
milia; pero segun todas las noticias, el au- puede menos de haber concebido ideas mas
gusto príncipe, como todos loshombrespre- elevadas, sentimientos mucho masvaroniles,
visores, no se acuerna de lo pasado sino en que si hubiese vivido en el tihio y flojo am-
cuanto tiene relacion con el porvenir. Sopor- biente de los salones cortesanos. Este prín-
tando el infortunio con aquella dignidad y cipe no puede menos de ser conocedor del
fortaleza que tan hien sienta en un vástago espíritu de laépoca; y dehe estar muy lejos
de regia sangre, se ocupa incesantemente de aquella infatuacion á que estan espuestos
en el estudio de las reformas que se han los personages de su clase, y que tan caro
introducido y se estan introduciendo en Es- les cuesta á ellos, y á las naciones que les
paña , leyendo cuanto se escribe, asi en están encomendadas. '
obras corno en periódicos, inclusos los que I La conducta del príncipe de Bourges , se-
rnashostiles se han manifestado al proyecto rá naturalmente la reglfl de la conducta de
de su enlace con la Reina sus partidarios: la templanza de la cabeza


Este príncipe ha tenido la mejor educa- se hará sentir en los rniemhros ; las exage-
cion , que es la del infortunio: escelente, raciones no son posibles, cuando las ahorre-
muy escelente , ha de ser la índole que no ce la persona en cuyo nombre se pudieran
se resienta algun tanto de la lisonja de los I sostener. Ademas , ¡.qué necesidad tiene el
régios alcázares; pero habria de se~ muy I p~rtido mon,ár9uico de ser exag~rado é i~­
mala la que no se enderezase y mejorase I trigante? ¿Es el por ventura qmen necesita
mucho con una no interrumpida serie de de apelar á la violencia para influir poderosa-
desgracias. El conde de Montcmnlin , des- mente en losnegocios públicos? No por cier-
terrado de su patria desde muy tierna edad, to: lo,que necesita es libertad en las eleo-
no volvió á pisar el suelo de España sino ciones, nada mas: desde que esta libertad
para asistir en las provincias del Norte al I exista, su porvenir está asegurado. El par-
triste desenlace preparado á la causa de su ' tidomonárquico cometeria unagran torpeza
augusto padre por el general Maroto : pos- si desconfiando de sus recursos morales, de-
teriormente ha vivido en el destierro y en jase de emplearlos: estos recursos los tiene
la prision, hasta falto de medios para soste- inmensos: el dia en que los despliegue, el
ner el lustre de su categoría: honrosa cir- dia en que ponga en accion una pequeña
cunstancia para él y para toda su familia: parte de lo que acostumbran losdemas par-
as) acontece siempre á los príncipes que tidos, su posicion será muy amenudo pre-
obedeciendo solo á sentimientos elevados, I ponderante, y jamás será desairada.
no cuidan de amontonar intereses con la I No se atribuya pues á repentinas mudan-
previsión de la desgracia. zas lo que es el resultado de 'la accion del


Un príncipe que respira por espacio de tiempo, y de la influencia que no puedeme-
catorce años el aire de la civilizacion euro- nos de ejercer la conducta digna y templada
pea en los paises mas adelantados; que se de un augusto proscrito. Estas causas que
dedica continuamente á la lectura de toda van moditicando las ideas en lo que tienen
clase de escritos, aun los mas contrarios á de secundario, y suavizan lentamente las
sus opiniones y sentimientos; que vive en pasiones, continuarán ejerciendo en adelante
una modesta habitacion con la sencillez de su influencia: y esperamos que al fin la na-
un simple particular medianamente acomo- cion cogerá el fruto de un sistema cuerda-
dad?; que ve en torno de si una terrihle mente lento y de resultado seguro: los hom-
lección sob.re el abatimiento á que pueden hres amantesde la union y de la legalidad,
s~r conduclda~ por el huraoan de las revolu- deben alegrarse de ese cambio que se va
orones las familias mas poderosas é ilustres; suavemente elaborando no solo en el seno




del partidocarlista, sino tamhicn de los de~
mas. Cada dia va conquistando nuevospro-
sélitos el sistema de la reconciliacion; cada
dia van entrando en él hombres fatigados de
discordia, y convencidos de que no csposi-
bJe crear un gobierno estable, si no se le da
una basa mas anchurosa,


En los 28 meses que lleva de vida el
PENSAMIENTO DE LA NAC1O:"i , hemos tenido
que sostener empeñados debates, luchar con
preocupaciones arraigadas, y con pasiones
encendidas: momentos.ba habido en quemi-
diendo el camino que nos quedaba que au-
dar antes de conseguirel fin deseado, nece-
sitábamos de toda la fuerza de la conviccion
para que no se deslizaran en nuestro pecho
el desaliento V la desconfianza. Pero ahora
ya no es así: los hechos han venido á robus-
tecer las convicciones, v á enardecer los
sentimientos: cada díaque pasa nos trae un
~~evo motivo paraesporar que no serán in-
útiles nuestrosesfuerzos por contribuir áuna
obra tan nacional, y que rivaliza con la cau-
sa de la independencia en grandor y en re-
sultados. Se atravesarán obstáculos, se ofre-
cerán grandes dificultades; va lo sabemos:
pero ?i estas nos abruman, ni aquellos nos
desalientan; y si la Providencia apiadada de
las calamidades de esta nacion, la libra de
golpes que pudiera preparar la intriga; si
para fa resolucion de las cuestiones de que
depende el porvenir de la España es oido el
voto de los españoles; si á losmanejos oscu-
ros se los puede combatiral aire libre de la
discusion, y las tentativas violentas dejan
tiempo para oponerles el ascendiente de la
fuerza moral, llegará el dia en que acabe la
discordia entre los españoles, y en que á la
vista del Dos de1Jfayo, monumento de nues-
tra independencia, se pueda levantar otro
monumento que simbolice la reconciliacion
de todos los españoles y el término de las
guerras civiles.


LA UNION,


~J m~ il])~~W)r¡ .~l~.~
!\1adrill 6 de mavu de 18~cr.


Con motivo de la solemnidad del dos
de mayo han dedicado los periódicos de la


i capital largos y sentidos articulas á la me-
moria de aquel heróico alzamiento, lamen-
tán~ose del escaso fruto reportado por la
nacron de tanta sangre noblemente vertida.
Han deplorado algunos la triste posicion á
que hemos descendido en el rango de las
naciones europeas,y lo lastimada que se ha-
lla nuestra independencia, esa independen-
cia por la cual se levantó el pueblo de Ma-
drid, ycon él la nacionentera. Otros, esqui-
vando hábilmente el punto de la indepen-
dencia, han ponderado la necesidad de la
union entre todos los españoles; demostran-
do la imposibilidad de que acaben nuestros
males, si los partidos no deponen sus odios
y rencores en las aras de la patria.


Dos hechos indudables resaltan en el Ion-
do.de dichos es~ri!os: 1.° la profunda d~s­
umon que trabaja a los españoles: 2.° la per-
dida de nuestra independencia: triste re-
sultado de nuestro heroísmo, la guerra de
hermanos contra hermanos, y la dignidad
menoscabada á los ojos de los estrangeros.


¿Cuálesson las causas de tamaña calami-
dad? ¿,por ventura ha dejadode correr san-
gre española en los hijos de este suelo? la
generacion que ha luchado con guerra in-
testina, y que ha visto lastimar la indepen-
dencia nacional, ¿no es acaso la misma que
prodigando sus tesoros y su sangre, venció
al vencedor de Europa? las inculpaciones
recíprocas que se hacen los partidos, ¿sir-
ven acaso para señalar el origen de los ma-
~es?S! los unos lo hicieron, Lpor qué no lo
Impidieron los otros? Si aquellos eran me-
nos en número, ¿por qué se "dejaron domi-
nar los mas? ¿Diremos que la mayor parte
de los españoles se habia estraviado per-
diendo los sentimientos de nacionalidad é
independencia, que tan alto rayaron en la:
lucha inmortal contra el capitán del sigto?'
En esas declamaciones, en esas recrimina-
ciones, como entodo lo demasiallo general
y vago, se encierra una parte de verdad:
pero verdad incompleta, mezclada con mil
errores, con el olvido de unos' hechos y la
alteracion de otros; de lo cual resulta un
conjunto informe, que oscurece y estravia
el entendimiento, y no conduceá ninguna
regla de gobierno para remediar Los males
que se deploran.


Eldos de mayo es un cscelentepunto de
vistapara conocer las causas de la situación
de España; mas para aprovecharsede él, es
necesario tomarle francamente tal como es,


83




- 674-
y no comenzar alterándole con añadiduras
que estan ea evidente contradiccion con
los hechos. Alli acaba una época y comien-
za otra: traer al dos de mayo cosas que no
existían ya, ó que no existian todav~a, es
atrasar ó adelantar la fecha. Es preciso to-
mada tal como es, siquiera hayan de sa~
lir contrariados nuestros sentimientos, Ó
combatidas nuestras opiniones. La verdad,
la verdad en todo; que en la verdad está la
vida de losindividuos como de los pueblos.


Los que quieren enlazar la causa consti-
tucional de España con el levantamiento del
dos de mayo, adelantan la fecha; trasladan


-aquel grande alzamiento nacional á la triste
época de los motines y pronunciamientos.
Los que con motivo dc aquel dia recuerdan
nuestras pasadas glorias y deploran su pér-
dida, atrasan la fecha; el sentimiento de na-
cionalidad los impele á borrar de las páginas
de nuestra historia los escándalosy miserias
del reinado de Carlos IV.


No es verdad que el pueblo español se le-
vantase por una libertad política, de la cual
no tenia ni podia tener ninguna idea; pero
tampoco es verdad que la nacion española
se hallase en 1808 gloriosa y pujante; antes
por el contrario, el estallido de la indigna-
cion popular reconocia por una de sus cau-
sas principales la vista del abatimiento y de
la mengua á que nos condujera un gobierno
indigno de regir los destinos de una nacion
grande y generosa.


El corregidor de Madrid lo ha dicho con
mucha verdad en su notable alocucion: el
sentimiento de nacionalidad, el amor de los
hijos de España á su religion, á sus monar-
cas y á sus leyes: 'hé aquí las causas del
levantamiento de 1808; hé aquí el secreto
de que el pueblo de Madrid, inerme, aban-
donado á la desgracia, volviese de su letar-
go, y despreciando las falaces ofertas de fe-
licidad y de ventura de sus opresores, pues-
tos los ojosen la Providencia, se alzase va-
liente á resistir la odiosa dominación de las
bayonetas estraugeras. Estas fueron las ver-
daderas causas, las únicas causas de aquel
glorioso levantamiento: vive todavía la
generacion que tomó parte en aquella
lucha inmortal, y ella nos atestigua que la
España se lanzóala arena del combate al
mágicogrito de Religion, Rey, Patria é In-
dependencia; y aunque su testimonio no
existiera, podriarnos asegurar lo mismo;
puesto que los sagrados objetos que se in-


vocaban eran los únicos que conocian los
españoles.


Vencimos á Napoleon, salvamos la inde-
pendencia; pero las naciones no viven de
independencia ni de victorias; necesitan
un gobierno, y desgraciadamente se com-
binaron varias causas para que no le tUVIé-
ramos. Con el sacudimiento de 1808 v la
continuacion de la guerra hasta 181!¡. "nos
pusimos en comunicacion con la Eu;opa,
de la cual hablamos estado casi separados
por espacio de tres siglos: precisamente la
inmediata comunicacion fue con la Francia,
donde las doctrinas. disolventes habian sido
JIevadas hasta la últírna exageracion ; y asi
lejos de enseñársenos principios de órden y
de mejoras gubernativas, se nos inocularon
máximas de anarquía y desconcierto. Toda-
via se leen con asombro los discnrsos de las
Cortes constituyentes y los artículos de Jos
periódicos de aquella época, en que algunas
docenas de hombres alucinados de una ma-
nera deplorable, sosteníancon estraña sere-
nidad la conveniencia de la aplicacion de
doctrinas ultra-democráticas al gobierno de
la nacion mas monárquica del globo,. y que
en aquellos momentos estaba peleando con
nunca visto denuedo por su religion y por
su rcy.


La influencia de las doctrinas disolventes
debia ser contrariada por la monarquía:
desgraciadamente, la flojedad, el descon-
cierto, los malos hábitos que se habian ar-
raigado en España en los años anteriores
al de 1808, lejos de disminuir el mal, con-
tribuyeron á su aumento. No tuvimos un
monarca que supieselevantarse á laalturade
las circunstancias, que comprendiese á la
nacionque le estaba encomendada, ni á la
Europade la cual formábamos parte; ¿qué
sucedió'? [triste es decirlo! ningun pensa-
miento grande, ninguna medida nacional
una política pequeña, á merced de las in~
trigas, nunca delante, siempre á remolque
de los acontecimientos. De aquí el desgo-
bierno que tuvimos desde 181!¡. á ·1820; de
aquí la anarquía desde 1820 á '1823; de
aquí las exageraciones, el esclusivismo , la
irnprevision hasta 18:32; de aquí por fin el
triste legado de una guerra civil,de una re-
volucion, de un profundo desquiciamiento
que nos aflige todavia, y que nos afligirá
durante muchos años.


¡Se clama por la unionl...... ¿y cuándo
han estado unidos los hombres existiendo




-- 675 -
poderosas causas que producen la desunión? crificio de centenares de españoles no evi-
¿Cuándo se ha visto en paz á los pueblos tara que la discordia venga exigiendo nue-
monárquicos, cuando la discordia ha co- vas víctimas. A estas horas es probable que
menzado en el régio alcazar? Vanas decla- los que han podido salvarse de la.catá~trofe
rnaciones serán cuanto se diga contra la des- de Galicia, y sus directores en lo.Jllt~rtor y
union, si no se quitan las causas que eter- esterior atribuven á circunstancias Impre-
nizau la discordia. Los españoles no forman vistas e'¡ haberse desgraciado la insurrec-
seguramente una escepcion entre los pue- cion, y combinan de nuevo sus planes para
hlos civilizados: ni nuestras cabezas son repetir la tentativa.
mas anárquicas, ni nuestros pechos mas ¿ Se harán ilusion nuestros gobernantes
rencorosos: si hav desunion, si hay discor- con la victoria obtenida sobre los rebeldes?
dia, si se derrama sangre, es porque exis- ¿Creerán que les basta la policía y la fuerza
ten causas graves, gravisimas , que perpe- armada para Impedirlas sublcvacio~es, ó s~·
túan la divisíou entre los hijos de una mis"': focarlas si llegan á estallar? LeCClOn tern-
ma patria. ble se ha recibido con los últimos sucesos:


Poco resultado deberán de producir las por espacio de tres .años se nos ha estado
exhortacionesde union y de paz que hemos ponderandola suhordinacion y d'.sclph.na del
leido en algunos periódicos; coincide con ejército, repitiéndose l~asta el fastidio que
ellas la sangrienta batalla de Santiago en por este lado nada habla que temer; y no
que centenares de españoles han quedado obstante, cuerpos de e.iérci~o son los que se
tendidos en el campo; coinciden con el es- han levantado contra el gobierno; gefes del
tampido del cañon del Parque las descargas ejército son los que han sul:rido la pena ca-
en que son arcabuceados doce militares es- pital en espiacion de su del~t~; banderas del
pañoles: coincidenlos lamentos de muchas ejército son las q~e se cubrirán T?on un ve~o
familias cuyos hijos irán á espiar en tierras negro en la iglesia de At?~ha. NI la ~uardta
lejanas el delito de rebe/ion; coinciden las 1 civil, á pesar de las cond~clOn~s particulares
sentidas. queja~ de l?s que por sospechas ó I de su instituto, ha podido libertarse de la
precaucion habian sido presos ó desterra- seduccion. pues que se han visto algunosde
.dos en Madrid y en muchas provincias; : sus individuos tomando parte en la criminal
coincide la exasperacion con que los par- tentativa; y para que ~ada faltaseá la ne-
tidos se abandonan á violentas recrimina- grura del cuadro, se urnernn a los rebeldes
ciones; coincide la inminente resolucion en las aguas de Vigo dos guardacostas y el
de un problema de que podrá resultar el bergantin Nercio».
que se haga mas profunda que nunca la Háblesenos en adelante 'de la completa
desunionde los españoles, y el que sean pri- seguridad que tiene el gobiernode la fideli-
vados de toda influencia en los negocios I dad de sus subordinados: vaya el general
públicos losque no pertenezcan á la peque- , Narvaez á las Cortes á pronunciar sus dis-
ñísima fr~c~ion que se ~trev.a á prescindir cursos tremebundos, amenazando á los p~r­
del sentimiento de nacionalidad, va olvi- I turbadores, asegnrando que la corrupcion
dar el porvenir de quince millones de eS-1111 es imposible' en las filas de la lealtad; la
pañoles. ¿Cómo pueden encontrar eco las exageracion de semejantes palabras causaba
palabras de unión? ¿Cómo puede~ se~ otra ji una impresión desagradable en tod.os los
cosa que vocesescntas, en cuyo significado hombres cuerdos, que de mucho tiempo
no tienen fé ni esemores ni lectores? No, atrás estaban previendo 10 que podía sace-
no es posible .la ullI~n en España, mientras der y era muy temible que sucediese; pero
e~ qu~ la predica entienda por ella la obe- ahora será un recuerdo lo que antes era Ull
dICnCIa de todos los demás á lo que él se pronóstico, y los presuntuosos anuncios ele
Sirva mandarles; y el sacrificio de las opi- seguridades futuras serán desvanecidos con
uiones, de los intereses de muchos, á las la memoria de haber sido desmentidas las
opiniones é intereses de lo~ pocos: no, no es seguridades pasadas.
posible la unron, no es posible la paz mien- Esta leccion tan dolorosa, comprada con
tras para consolidarlano se empleen medios abundante efusion de sangre española, pu-
mas eficaces. La sangre vertida á torrentes diera ser de gran provecho si no se cierran
no ha podido impedir que se la vertiese de los ojos á la luz de la verdad. En todo país
nuevo en las calles de Santiago; y este sa- hay desórdenes, hay conspiraciones y su-




~b..dr id :!,lO de IllUYO rle 1MB.


INCERTIDUMBRES,


- 67&-
hlevaciones contra el gobierno, cuando este dadora recouciliacíon de todos los españo-
110 se halla cimentado en una base anchuro- les, los que tomanla palabra órden por si-
sa, y las ambiciones abrigan la esperanza nónimo de mando propio"y la de reorganí-
de que podrán satisfacerse, con tal que se zacion por equivalente á esclusivismo en
atrevan á correr los azares de una lucha. El provechode sus opiniones é intereses, cesen
escarmiento de los que perecen no contiene de hablar de union, que todos saben lo que
á los que en lo sucesivo se quieren arrojar al significa en su boca: «uníos todos, .para
mismo trance, porque el recuerdo de la vic- servirme de pedestal.» Mientras nose ahan-
toria conseguida por otros y la vista "del 1 donen tan errados caminos, condenados es-
pingüe bo~in q.ue recogieron, estim~la á Jos tamos {f pre~enciar discord!a !ncesante, que
hombres inquietos y los Impele a correr se fomentara con las recriminaciones dia-
nuevos peligros. Ni la disciplinade los ejér- I rías, y estallará en insurrecciones periódi-
citos, ni la subordinacion de los pueblos se caso La sangre vertida hasta ahora será fu-
obtienen con simples mandatos: son obra nesta semilla de la que se ha de verter en.
del tiempo, son el resultado de muchas cau- adelante: en pos de unos disturbios vendrán
sas, unas manifiestas, otras ocultas, pero to- otros disturbios, en pos de unas venganzas
das lentas, comoloson siempre las que con- vendrán otras venganzas; y la nacion de los
curren á elaborar objetos preciosos. héroes del dos de llIayo arrastrará una exis-


Si los discursos, si los decretos, si las le- tencia convulsiva, ofreciendo en medio de
yes, si los manifiestos, si las promesasy las la Europa el desolante espectáculo de las
amenazas, si los premios y los castigosbas- repúblicas de América.
tasen á restablecer el órden moral, calman-
do los ánimos, templando á los partidos,
obligando á las opiniones á encerrarse en
el terreno de la discusion, l,dónde habria
mas órden moral que en España, que cuen-
ta por centenares las medidaspara conser-
var el órden público, y las leyes represivas,
y los programas halagüeños, y los manifies-
tos estrepitosos, y la profusion de cruces,
grados y empleos de todas clases, y donde
se envían mas hombres al patíbulo por de-
litos políticos que en todas las naciones de
Europa juntas? tu misma insistencia en ex- Le ha sucedidoá la España lo que suele
hortal' á la union manifiesta que la union es acontecer al viandante que abandona el ca-
imposible, mientras no se adopten medios mino trillado y toma veredas desconocidas;
mas radicales. Las ponderaciones de la dis- después de haber andado mucho, y por
ciplina del ejército é incorruptibilidad de terreno escabroso, llega por fin á un punto
los dependientes del gobierno, indican que donde 'el camino se acaba. Es necesario to-
estas cosas no se hallan tan aseguradas co- mar nueva dirección¿cuál? Nose sabe. ¿Se
mo fuera de desear. Cuando hay completa volverá al punto de partida? ¿andaremos
seguridad, se disfruta de ella sin recordarlo, I hacia la derecha ó hácia la izquierda? Todo
ni siquiera advertirlo: nadie piensa en la es imposble. Necesidad de tomar una di-
buena salud de un hombre habitualmente reccion nueva; incertidumbre en la elección;
robusto; pero todos habla,n d~l buen sem- 11 imp~sibilidad Po! todos lados: hé aqui la si-
hIante de una persona enfermizay que por l' tuaciun de España.
circunstancias particulares se siente algun I IIace largo tiempo que nos hallamos en
tanto mejorada. Cuando un gobierno pon- , este caso; pero en la actlJali~ad ~travesa­
dera continuamente la lealtad de sus su.bor- I mos un. periodo .en q~e. !a incertidumbre,
dinados, sus protestas encierran al mismo I la necesidad y la imposibilidad se hacen sen-
tiempo una súplica y una amenaza: una sú- I tir con toda su fuerza.
plica á los fieles para .que no vacilen, una I ¿ Durará el mini~tCl:io? J\~ se sa~e ..¿Hay
amenaza á los desleales para que se de- acuerdo entre sus individuos? Es incierto.
tengan. I ¿Cuándose disolverá el Congreso y se con-


Los que se oponen á losproyectos de ver- vacará otro nuevo? Se ignora. ¿Se entrará




- 677-
de lleno en el sistemaconstitucional; con ar-
reglo á la ley de 184;J'? Es dudoso. ¿Se tra-
baja por el conde de Trápani? Asi dicen.
¿Conqué probabilidades? Ko es fácil deter-
minarlo. ¿Por qué medios? No está bastan-
te claro. ¿Se casará pronto la Reina? Es pro-
blemático. ¿Cómo están los negocios de Ro-
ma? Pendientes. ¿ Hay esperanzas? Como
siempre. ¿Hay desaliento? Segun las noti-
cias. ¿Qué se piensa hacer? Lo que acon-
sejen las circunstancias. En todo incerti-
dumbre.


Seria bueno formar un ministerio com-
pacto; pero es imposible. La union de las
fracciones del partido moderado es urgente,
si quiere continuar gobernando; pero esta
union es imposible. Seria muy conveniente
al crédito de las instituciones observar es-
trictamente la Constitucion; pero es impo-
sible. Seria útil salir de los estados escep-
cionales; pero es imposible. Seria muy im-
portante para el sosiego del pais resolver
pronto la cuestion del matrimonio de la
Reina; pero es imposible. Por otro lado y
para evitar un error de trascendencia, seria
bueno aplazar la resoIucion de este negocio;
pero tarnhien es imposible. Hay quien desea
mucho el enlace con el conde de Trápani;
pero es imposible. No falta quien piensa en
UIl Cohurgo; pero es imposible. Son cono-
cidos los partidarios del infante D. Enrique;
pero es imposible. El de MontemoliIl seria
el mejor; pero añaden que es imposible;
Urge arreglar los negocios de Roma; pero
es imposible. Muy buen efecto produciría
el reconocimiento de las potencias del Nor-
tc; pero es imposible. El honor nacional
e~ige que nos quitemos el yugo dela Fran-
cia y de la Inglaterra; pero es imposible.
El triunfo de la revolución amenaza; pero
es ya imposible. La conservacion del orden
es necesaria; pero es imposible. Importaria
mucho calmar los ánimos y reconciliar los
partidos; pero es imposible. Imposibilidad
para todo.


Las necesidadesno son menosque las im-
posibilidades y las incertidumbres: Es ne-
cesario que el gobierno abrigue un pensa-
miento claro y fijo, y que de esa claridad
y fijeza tengan conocimiento, no solo los
individuos que le componen, sino tambien
la nación. Es necesario que se entre en un
sistema legal, formando si es preciso leyes
mas severas; que por mucho que lo sean
han de ser mas tolerables que el capricho


y violencia de los hombres. Es necesaria
pensar seriamente en la cuestion del matri-
monio de S. M. Es necesario llevar por me-
jor caminoque hasta ahora las negoctaciones
con la Santa Sede. Es necesario no dejar á
la Iglesia en el deplorable estado en que se
encuentra. Es necesario procurar salir de
ese aislamiento en que nos hallamos des-
de 1833 con respecto á las potencias del
Norte. Es necesario adoptar una resolucion
sobre los elementos que han de preponderar
en la esfera política, y saber háeia cuál de
los partidos se inclina la balanza: si los mo-
nárquicos ó la oposicion llamada conserva-
dora. Todo esto es necesario; y con estas
necesidades, todas de primerorden, se com-
binan otras de altísima importancia, ínti-
mamente enlazadas con aquellas, figurando
en lugar muy preferente la reforma del sis-
tema tributario.


I Meditando á veces sobre esta situacióntan deplorable, estendemosnuestras miradas
por el campode la política en busca de una
fraccion ó de. un hombre que pueda reme-
diar los males del país, sacarle de la incer-
tidumbre, hacer posible alguna cosa buena,
y satisfaceralguna necesidad: y lo confesa-
mos ingenuamente, no parece sinoque se ha
tirado un nivel sobre todo, para que nadie
pueda levantarse sobre los demas, y condu-
cir los negociospor UIl camino acertado. Ni
para el bien ni para el mal se descubre nin-
guna eminencia: lo malo está desacreditado:
lo bueno desorganizado: lo antiguo está ca-
duco; lo nuevo en embrion; y la sociedady
la política no presentan en nuestro pais mas
que un informe conjunto de lineamentos,
unos que se van borrando, otros que se van
marcando; pero sin que sea dable determi-
nar á punto fijo cuálserá lanaturaleza, cuál
el porvenir de este ser cuyas formas se ha-
llan todavia tan malseñaladas.


Hay en los destinos de la España actual
algo de estraordinario que descubre de una
manera visible la acción de la Providencia,
conduciendo á esta nacion por caminos ig-
norados. Este carácter providencial, á veces
infunde aliento y esperanza; pero á veces
inspira un terror que hace estremecer. La
época es evidentemente de transicion, y de
transicion con mudanzas profundas: I.adón-
de vamos? ¿por qué carninas'? ¿qué objetos


! están destinados á perecer? ¿cuáles son los


1
I que la justicia divina ha marcadocon el for-


midable sellode la espiacion?No puede ~a-




- 678-
herlo el débil hombre; pero lo cierto es que
la historia de quince años á esta parte nos
presenta la accion de una mano terrible que
corta todos los hilos que. podrian conducir I
la nacion á un estado, no diremos de Ielici-
dad, pero ni aun de sosiego. Echemos una
ojeada sobre los acontecimientos.


La guerra dinástica se hubiera evitado l'
teniendo el Rey Fernando un hijo varon: no
lo tuvo.


La guerra podia aplazarse, y probable-
mente evitarse, viviendo el Rey algunos
años: el Rey muere en la flor de sus dias.


Una victoria pronta de uno de los con-I
tendientes podria evitar grandes desastres:
ambos son bastante fuertes para luchar, nin-
guno para vencer.


Descuella en las filas de D. Cárlos un
hombre de genio, que en pocos meses ar-
rolla y destroza cuanto se le opone, vence
en las Amezcoas, rechaza sobre el Ebro el
ejército de la Reina, y ataca á Bilbao para
marchar luego sobre Madrid: j vanos pensa-
nuentos del hombre! la bala que respeta á
sus granaderos, le hiere á él; á los pocos
dias se leia en todos los periódicos con
abultados caractéres : Zumalacárregui ha
muerto.


Los sucesos preparan la elevacion de un
hombre en [as filas de la Reina: la guerra
termina: este hombre e~ proclamado Regen-
te; pero carece del genro de Cromwel y Na-
poleon, y cae de una manera lastimosa.


Otro hombre le sucede: su carácter es
mas enérgico; pero su pensamiento político
no iguala á su energía; su prestigio mengua
rápidamente, y al fin cae, y tambien de ~na
manera lastimosa.


¿Por qué despues de habérsenos cerrado
todos los caminos regulares, hemos debido
ser tan infortunados que no se hava levan-
tado entre nosotros un hombre que con el
ascendiente de su genio haya justificado
sus derechos al mando? Ese por qué es un
secreto de la Providencia: nosotros vemos
el hecho: ignoramos su fin.


Otras influenciasha habido, justas, natu-
rales, y que podían suplir la falta de otras
estraordinarias; tambien se han malogrado:
y cosas que podian ser de una utilidad in-
calculable, se han convertido en obstáculos,
en origen de graves inconvenientes. ¿Será
que en épocas de aciaga recordacion se ha-
ya repetido la aparicion de la mano miste-
l'i~sa, escribiendo en la pared formidables


destinos? Muchas veces lo hemos temido, v
aun lo tememos ahora. •


Se ha dicho que nos complacíamos en
pintar cuadros sombríos: abundantes prue-
bas tenemos dadas de que este no es el gé-
nero de nuestra predileccion; pero en un
terreno que tiembla, y á la vista de un rio
de sangre, ¿quién ha pintado jamásun cua-
dro halagüeño. .


Pero vamos al objeto político. Todo
hombre de gobierno en España, debe pe-
netrarse profundamente de la situación que
hemos descrito; y que por triste y descon-
soladora, no deja de ser verdadera. La lec-
cion que de esto se debe sacar es, que nin-
gun pensamiento verdaderamente grande
dejará de encontrar gravísimas dificultades:
á todo se opondrá la terrible palabra im-
posible. Pero esta imposibilidad no es abso-
luta para lo bueno; solo espresa grandes
dificultades: en superarlas se cifra la gloria
de un hombre de miras elevadas y de alma
fuerte.


Precisamente, en esas épocas de incerti-
dumbre y de imposibilidades, es cuando se
conquistan los mas honrosos lauros : fácil
cosa es el gobernar, cuando todo camina
por los senderos regulares, y al soplo de la
prosperidad; lo difícil, lo árduo de las ta-
reas gubernativas, está en épocas como la
que estamos atravesando, cuando perdido
el rumbo y á la lucha de encontrados vientos
la tempestad arrecia:


¿Sabeis quién [tiene mas probabilidades
de triunfo en épocas de incertidumbre? El
que no la padece, el que sabe á punto fijo
lo que piensa, lo que quiere, y adónde vá:
este es el fIlIe con ánimo exento de incerti-
dumbre puede curarla en los negocios pú-
blicos; este ~es el que llega á hacer posi-
ble lo imposible, y que acaba por realizar
lo que otros llamaronabsurdo. Esto se verifi-
ca en los partidos como en los individuos:
el porvenir de España irá á parar á las ma-
nos, no de los que deseen con mas impacien-
cia apoderarse del gobierno, sino de losque
sepan prepararse para él, con pensamiento
bien formulado, v con resoluciones bien
determinadas. Esto no lo han comprendidq
losdos hombres que se han hallado en la
mejor posicion para hacer el bien del país,
'! labrar su propia grandeza, Espartero y
Narvaez. ¡,Qué se podia esperar de un ge-
neral en gefe de los ejércitos reunidos, em-
peliado en representar seriamente el papel




- 670-
de regenteconstitucional, y de un hombre
como Narvaez, aspirando á ser un caudillo
parlamentario? Afortunadamente hemos sa-
lido de la dictadura militar en el centro del
gobierno, poi' mas que esta continúe en las
provincias; ¿comprenderán sn verdadera po-
sicion los hombres políticos?
. No es raro en España el encontrar hom-
bres que tienen pretensiones al títulode
políticos, y que no abrigan un pensamiento
determinado sobre ninguna de las grandes
cuestiones que penden sobre el pais. En-
horabuena que se conozcan las dificultades,
las imposibilidades, si se quiere, que por
todas partes nos rodean; pero no se com-
prende que hombres públic'bs no se hayan
preguntado á sí propios, y no hayan resuel-
to en su interior las cuestiones siguientes:
de lodificil, ¿qué es lo menos dificil'! de lo
imposible, ¿qué es lo menos imposible? de
lo malo, ¿qué es lo menos malo? Bajo este
aspecto deben presentarse las cuestiones en
el estado actual de España; en todas las re-
soluciones hay incon venientes, dificultades,
imposibilidad; pero es precisa, es urgente
una resolucion , y por tanto el optar por lo
menos dificil, por loque consigo trae menos
ineonvenientes.


Otra consideracion se ofrece aquí, y que
es muy importante no perder de vista, Hay
resoluciones que ofrecen menos dificultades
momentáneas; pero en cambio complican
mas y mas el' porvenir: y hay otras que
presentan por el pronto mas dificultad, pero
que simplifican y aclaran lo venidero. Para
nolimitarnos á generalidades, fijémonos en
un caso determinado.


El matrimonio de la Reina con el conde
de Trápani es imposible: tales y tantas son
las prevenciones que hay en todos los parti-
dos contra el príncipe napolitano. A cada
paso se oye decir á ciertaspersonas: el ma-
trimonio de la Reina con el conde de Mon-
temolin, seria la mejor combinacion; pero
conlasprevenciones queexistentodavia, es-
te matrimonie es imposible. Igualemos im-
posibilidad con imposibilidad; ¿cuál es pre-
ferible para un hombre de gobierno? Aten-
ded al resultado. ¿QUé cuestion se resuelve
con el conde de Trápani? ninguna. Quedan
en pie las cuestiones dinásticas: quedan en
pie laspolíticas; el trono, en vez de ganar
en fuerza, pierde; los partidos en vez de
reconciliarse, se separan mas profundamen-
te. ¿Qué cuestiones se resuelven con el


conde de Montemolin? La dinástica desapa-
. rece; el trono adquiereuna fuerza inmensa;
los partidos se enlazan y se funden; los ne-
gocios de Roma son de facil terminacion; el
reconocimiento de las potencias del Norte
es seguro.


Dificultad por dificultad, ó imposibilidad
por imposibilidad, ¿cuál es preferible para
un hombre de gobierno? Para lo uno es me-
nester un esfuerzo; pero desde luego se pal-
pa el resultado; para lo otro se necesita un
esfuerzo tambien; ¿y qué hay despues? na-
da: ó mejor diremos, lo que hay son las
mismas complicaciones llevadas á un grado
insoluble; lo que hay es la pérdida de toda
esperanza de sosiego para -Ia generacion
actual.


Siel gobierno no tiene ideas bastante fijas
sobre lo que mas conviene á la España, ó no
se siente con bastante resolucion para eje-
cutarlo, puede en la actualidad ilustrar su
opinion y hacer un bien inmenso al país,
sin mas que la observancia de una lev. Las
elecciones se acercan: todos los partidos se
aprestan á lomar parle en ellas: déjelos en
ámplia libertad para trabajar en laconse-
cucion de susrespecti vos objetos, y vea si
puede obtener un congreso en que sea re-
presentada fielmente la nacion española. Si
esto se hace, habrá en las Córtes opiniones
encontradas, y en estas habrá matices mas
ó menos subidos; pero de todas maneras se
logrará algo menos esclusivo que lo que he-
mos tenido hasta ahora; y quizás de aquel
mismo choque surja algun rayo de luz que
ilumine el caos. Para esto no ha menester
el gobierno ni medidas estraordinarias, ni


'contraer compromisos de ninguna especie:
:;;010 necesita ser gobierno, haciendo que la
ley sea fielmente cumplida. Lealtad en el
gobierno, actividad en los electores, hé aqui
lo que ahora necesitamos: si aquel se con-
duce mal ó estos proceden con negligencia;
si por una cualquiera de estas causas ó por
ambas juntas, el sistema representativo ha
de ser lo que ha sidohasta ahora, no vemos
dónde está la salvacion; no la vemos ni de
arriba abajo, ni de abajo arriba: en cuyoca-
so, lo mejorserá que unos y otros dejemos
la nave abandonada á sí misma para que
flote á merced de los vientos, y aporte por
casualidad á playas felices, ó se estrelle en
una roca solitaria.




680
infringía la Constitucion en su letra y espí-
ritu. Cuando, pues, la oposición conserva-
dora dirigia esta acusacion al gobierno, su
conducta era consecuente: combatia desde
el terreno de la Constitucion al gobierno
que se habia separado de ella.


Si la inlraccion de una ley merece cen-
sura, la observancia es digna deelogio. Si-
quiera sean los mismos infractores los que
traten de observarla, no se los puede re-
prender porque se propongan reparar su


. falta. En este casose hallanalgunos de los
actuales ministros; y parece que si deesto
se quisiese tomar pretesto para hacerles la
oposicion, se debiera condenarsu conducta
pasada, poniéndola en parangon con su
conducta presente; mas no condenar su con-
ducta presente, con la cual enmiendan su
conducta pasada. Esto último es colocarlos
á ellos en un terreno ventajoso; es darles
motivo para decir: «vedcuán injustosérais
cuando nos acusabais de fallar á la Consti-
tucion porque no disolviamos el Congreso
actual: vosotros mismos os habeis encarga-
do de vindicamos: despues de tantos meses,
despues de promulgada hace largo tiempo
la ley electoral, todavía creeis quedebe reu-
nirse al actual congreso; reflexionad si tenia-
mos mas razon nosotros cuando le conserva-
hamos, habiendo transcurrido mucho menos
tiempo, y no ,habiéndose aun formado la
nueva ley electoral. O no teneis razon ahora
ó no la teniais entonces. De todas maneras,
nosotros somos por lo menos tan constitu-
cionales como vosotros; y si no osaventaja-
mos en constitucionalismo, no presentamos
por lo menos tan palpable la inconsecuen-
cia.» Esto podrian decir los ministros; y
por cierto que á sus adversarios no les seria
facil replicar de una manera satisfactoria.
Por nuestra parte creemos que en estepun-
to el gobierno ha sido hasta ahora inconsti-
tucional, pero que ahora procede conmu-
cho mas constitucionalismo que sus adver-
'sarios, negándose á reunir el actual Con-
gres~.


Preciso es confesar que las costumbres
constitucionales tienen poco arraigo' en
nuestro pais, y que todavía no hemos pod~­
do hacernos escrupulosos en la observancia
del nuevo régimen. Para saber qué ínter-
pretacion dará un partidoá un artículo de la
Constitucion, no se debe atender á lo que
está escritoen el código, ni á la mente con
que se hizo la ley, sino á los intereses de!


Madrid 27 de mayo du 18Li.


ilL 003ImRl'O! LI. Ol'OSIOI01T.


Es digna de llamar la atencion la actitud
de la oposicion conservadora con respecto
al-ministerio. Este es acusado de anti-cons-
titucional, ahora como antes; pero la acu-
saci.on se funda en un hecho nuevo, que á
decir verdad no alcanzamos con qué razón
puede ser censurado. No habrán olvidado
nuestros lectores que el primer ministerio
Narvaez fue repetidas veces acusado de fal-
tar á la Constitucion de 18~5, porque con-
servaba el Congreso de la de ,1837: este car-
go era grave, y de él no pudo sincerarse
jamás el gobierno. Habiendo cambiado las
cosas, parece que los ministros, de los cua-
les tres pertenecieron á dicho gabinete, no
tratan de reunir el actual Congreso y antes
piensan disolverle á no tardar, co~vocalldJ
Cortes con arreglo á la Constitucion y á la
llueva ley electoral; y henos aqui con la
novedad de que por esta intencion , una de
las '!lasconstitucionales que han tenido los
IDlllIs.tros.' so~ acusados tambien de' poco
constitucionalismo, y de esponer la nave del
Estado á formidables peligros. El no reunir
el Congreso actual, es un crimen de leso
parlamento; y ',lo hay palabras bastante es-
presivaspara pintar su negrura v fealdad.
Confesamos ingénuamente que no compren-
demos semejanteconducta, y que esto nos
convence mas y mas de que el puritanismo
constitucional se altera fácilmente cuando
están de por medio los intereses de partido.


¿Por qué se acusabaal gobierno de anti-
constitucional cuando no disolvia el actual
Congreso? Porque era una anomalía sobre-
manera chocante el tener unas Cortes 1'01'-
mada~ dedos cuerpos, uno con arreglo á la
Constitucion de 18~5, otro con arreglo fi la
de 1~.n; porque un Congreso que habien-
do Sido formado de este último modo habia
reformado la leyfundamental, debia desapa-
recer, cuando menos por razones de deli-
cadeza, y porque su vitalidad podia consi-
derarse estinguida desde el momento en
que habiaestablecido bases diferentes de las
que habian servido para su formacion. El
c~rg.o que se haciaal gobierno era por con-
sigurente muy Justo; y todo el tiempo que
se continuaba en situacion semejante, se




- 681 -
partido que le ha de interpretar. .\osi lo ve- el Congreso las gestiones electorales serian
IllQS actualmente: la disolucion del Congre- inoportunas, se descargan golpes y masgol-
so era una cosa exigida por la Constitución, pes sobre el gobierno, para que este repita
mientrasesta asamblea apoyaba al ministe- los escándalos electorales de "841 v ,1845.
rio que se intentaba derribar; tan pronto 1\"0 sabemos qué conducta observará e'
como se ha creído con mas ó menos funda- gobierno en las inmediatas elecciones; des-
mento, que este mismo Congreso podia ser de luego tenemos por dificil que dispense
arma de guerra contra los ministros, se le particular proteccion a los monárquicos; Jo
desea conservar y reunirle siquiera por al- . mas que nos atrevemos á esperar, y lo úni-
gunos dias. Seamos francos: en este punto; ca que deseamos, es que asegure la libertad
tambien nos inclinamos á creer que el go- de todos los electores, y no permita que las
hierno hace de la necesidad virtud: no es autoridades traten como ilotas ti los que (;00
un puritanismo constitucional loque le lleva razon ó sin ella sean llamados carlistas. El
á no reunir el Congreso, y á disolverle lue- resultado dirá quién tiene en Sil apovo la
go para convocar nuevas Cortes, sinola pre- opinion nacional. •
vision de las contrariedades que habria de Conlas inculpaciones de que es objeto el
esperirncntar en él, y de que le acarrcaria gobierno, coincide la viva polémica que al-
complicaciones y embarazos, que bastantes gunos periódicos han sostenido con la Espe-
le irá travendo el curso de las cosas, sin ranza. No parece sino que el periódico mo-
que sea menester acelerar la venida de gra- nárquico está en el banco de los acusados,
ves conflictos con el calor de las discusio - y que los jueces se han propuestomortilicar-
nes parlamentarias. No discurre tan mal el le y confundirle con interminables interro-
gobierno; y aunque en esto consulta sus gatorios. Si admite el gobierno represontati-
propios intereses, siquiera estan conformes vo, se habla de su arrepentimiento ó de sus
esta vez con los de la nacion, la cual harto mañas para alcanzarel triunfo en las elec-
sabeloque podia esperar del actual Congre- ciones; si se opone á las interpretaciones con
so de diputados. Sea disuelto en buen hora, que los parlamentarios falsean la Constitu-
que sobre ~ u tumba derramarán los pueblos cían, se le acusa de absolutista. En vano de-
bien pocas lágrimas. claraque quiere cortes, presupuestos, res-


El cargo mas grave que en la actualidad ponsabilidad ministerial, discusion etc. ele.;
se hace al ministerio es el que con su con- se lecoutestaque nada haolvidado ni aprcn-
ducta alienta á los monárquicos, y espone la dido. Desengáñese la Esperanza, no tiene
nacion á la espantable posibilidad de que otro remedio que abjurar todos los errores
estos triunfen en las elecciones.. Por mas en manos de sus adversarios, v hacer una
que discurrimos sobre los actos del gohleruo profesion de fe política que no discrepe en
y las palabras de los periódicos que le de- un ápice de las doctrinas de los periódicos
tienden, no alcanzamos á comprender por que la combaten. La dificultad está en que
qué se habrá hecho culpahle de complicidad la profesion no le será posible hacerlaá gus-
electoral en favor de los monárquicos. Es to de todos sus adversarios, yque los unos
de creer (iue los cargosque se le dirigen, llamarán todavía retrógrado lo que los otros
no tanto se refieren á lo presente, como á lo acusarán de revolucionario.
futuro; son mas bien prevenciones que acu- En buen hora que cada cual sostenga las
saciones; se le culpa de haber hecho, porque teorías políticas que mejor le parecen, y
no se quiere que haga. Se teme que el go- que procure Impugnar las de sus adversa-
hierno deje en libertad á los monárquicos, ríos como mejo~' entienda; pero la ,.justicia y
permitiéndoles que lleven al Congreso el la buena fe exigen que no se desfiguren las
número dediputados que buenanmente pue- doctrinas agcnas, y no se-acuse de pertene-
dan sacar con su concurrencia á las urnas; cer al estremo opuesto todo lo qu~ no está
y asi es que ya empiezan las consabidas de- en el punto en que nos hallamos nosotros.
clamaciones sobre lo de reaccion, retroceso, Es evidentequelas doctrinas políticas de la
y otros temas por el estilo; siendo probable Esperanza no son las del Tiempo ni las del
que á no tardar se repartirá en abundancia Espafí;ol; pero decir que el periódico monár-
el apodo de carlista. Ycomo quiera que por quico es absolutista; que es reaccionario. v
ahora el partido monárquico no se ha rnovi- que quiere cosas incompatibles con las ne::'
doaun, á causa de que no estando disuelto cesidades de la Espaüa actual y el espíritu


8i




Ibllritl 3 de junio de I S'tB.


LA REVOLUCIO~ DE PORTUGAL.


España y Portugal son dos naciones que
parecendestinadas á formar una sola. Ajuz-
gar por el !llapa, no se encuentra ninguna
razón plausible porque hayamos de vivir se-
parados.. No nos divide ninguna cordillera,
nmgun no; sus montañas son prolongacion
de las nuestras; sus rios son continuacion
de los nuestros. Ceflimos á Portugal por cl
Norte, por el Oriente, y por el Mediodía; al
con~empl~lr aquell~ zona que constituye el
vecmo remo, nadie sospecharía que fuese
un pais indepe~di.ente, antes la tendria por
una de las provlllClas españolas. Con mas fa-
cilidad se comprendiera que no pertenecie-
sen á la España las provincias Vascongadas,
la Navarra, el alto Aragon y el principado
de Cataluña: siquiera encontramos alli una
frontera natural en las márgenes del Ebro.


El gran pecado de los reinados de Feli-
pe m yFelipe IV es el no haber consolida-
do la conquis.ta de Po~'Lugal hecha por las
armas de Felipe Il baja el mando del ilus-
tre.duque de Alba: ahora estamos reducidos
á votos estériles para la consecucion del
mas grande objeto que jamás se ofreciera á
la nacionalidad de los pueblos iberos. La
imprevisión, la desidia, la flojedad del go-
b}ern? hicieron que se perdiese aquella pre-
ciosaJoya, con la cual era la península uno
dc los reinos mejor situados de Europa. El
Pirineo corno una muraHa para resguardar-
nosde las invasiones de la Francia, y como
un puente por donde pudiéramos amenazar-
la; el Océano al Norte val Poniente con es-
cclentes ventajas tanto'para la marina mili-
tar como para la mercante; al Oriente V al
MCdiodia el ~Iediterráneo para estar enco-


- 682-
de la época, no es justo: esto revela una in- y nos pareció que el artículo llevaba la
tolerancia nada favorable á la templanza de conte?tacion mascumplida ensu propiaexa-
la discusion, y al arraig(} tie las instituciones geracron.
y costumbres políticas que se quieren de- Ilé aqui las palabras literales: «Por con~
tender. Si en la línea que separa los dos es- siguiente, el editor moralmente responsable
tremes, el absolutismo y la república, no se de esos articules de los diarios absolutista,$
pueden escoger diferentes puntos, ¿á qué se es ni mas ni .menos que el gobierno mismo.);
reducirá la discusion polüica en los paises Cuando tropieza uno con exageraciones se-
regidos por gobiernos representativos? Con mejantes la sonrisa asoma en Jos labios y la
tal que no se falte á las leyes vigentes, ¿no causa queda juzgada.
será permitido sostener la conveniencia ó la
necesidad de interpretarlas en sentido mas
riguroso ó mas lato, segun los respectivos
principios de los contendientes? Y esta dis-
crepancia en la iuterpretucioo ¡,autoriza por
ventura á llamar partido ilegitimo á ningu-
no de los que toman parte en los debates?
A la víspera de unas elecciones generales,
cuando es tan reciente la memoria de los
amaños y violencias de las elecciones ante-
riores, ¿es justo, es generoso, es tolerante
el declamar contra el gobierno pOI' la soñada
proteccion á un partido ilegitimo?


Esto por estraño que sea, no nos sorpren-
de; hace mucho tiempo que hemos aprendi-
do por las lecciones de la esperiencia, lo que
valen las protestas de liberalismo, y le-
galidad y tolerancia, cuando se las pone á
prueba. Cadacual las entiende á su modo;
es decir, en cuanto le favorecen los intere-
ses de su partido: que en viéndose estos
contrariados ó en peligro de serlo, el libera-
lismo se convierte en despotismo, la legali-
dad en violencia, la tolerancia en opresion.


Atendidos los antecedentes de los hom-
bres que estan en el gobierno, recelariamos
que se dejaran asustar por estas declama-
cienes, si la exageración que en ellas rebo-
sa, no destruyese en buena parte el efecto
que se intenta producir. Al leer el artículo
del Tiempo, en su número del 2~, donde se
trata á los monárquicos con una dureza y
acritud, que por cierto no merecia el tono
templado y cortésde la Esperanza; al notar
cómo se procura afear la conducta del go-
bierno, casi tratándole de cómplice en una
reacción carlista, temiamos que algunas de
aquellas reflexiones, aunque infundadas,
pudiesen quizá ejercer inlluencia en el áni-
mo de los gobernantes, é impelerlos háciael
mal camino por donde se los quiere llevar;
'pero cuando después de tantos y tan tre-
mendos cargos, llegamos al fin del articulo
y vimos la consecuencia que se proponia
sacar el escritor, nos quedamos tranquilos,




- 683-
municacion con el Levante y el Africa: y te; fue necesario que se presentasen á la
por fin, Ceuta y Gibraltar que nos hacian cabeza de un ejército .Tunot en Lisboa, y
dueüos de las llaves del Mediterráneo v del Murat en 1ladrid.
Océano. ¡Qué diferencia entre lo que ftiimos Arrojadas de la península la huestes de
y lo que somos! Al considerar la dilatada ~apoleon, la infeliz Lusitania volvió á re-
série de errores que nos han conducido á anudar sus tradiciones de flojedad y desgo-
semejante estado, privándonos de un porve- bierno, mezclándolas torpemente con las
nrr que indudablemente hubiera debido ser ideas impías y anárquicas del siglo XVIlI.
mas poderoso y brillante que el de la Ingla- Para colmo de infortunio, se introdujo la
terra, la tristeza embarga el corazon, V es discordia en la familia real, v lucharon her-
dificil no indignarse contra los autores de manos con hermanos. La muerte del rev
tanta desgracia. Fernando sorprendió á D. Miguel y á D. Pe":..


Portugal lejosde ser una nacion poderosa dI'O peleando bajo los muros de Lisboa: bien
é independiente, está entregado por una pronto se ligaron las causas que tenian sim-
parte á la triste alternativa de la anarquía ó patías é intereses comunes: y fueron espul-
el despotismo; y por otra, gime esclava bajo sados de Portugal á un mismo tiempo don
el yugo de la Inglaterra; siendo lo mas la- Miguely D. Carlos.
tnentable, el que no puede consolarsede su Sea lo que fuere de las cualidades perso-
estado presente con la esperanza de me- nales de D. Miguel, lo cierto es que se ha-
jor porvenir. ¡Desventurado pais conde- bia agrupado alrededor suvo lo que podia
nado á ser juguete de las intrigas estrange- llamarse el Portugal antiguo"; lo que fueron
r~s y víctima de la discordia civil! ¡desgra- en España los carlistas, eran en Portugal
CIado pais, que en medio de sus males no los miguelistas: con el triunfo de doñaMa-
puede ?on~arcon aquellosreoursosque.ofrece ría de la Gloria, se vieron arrumbados todos
un territorio vastoy unapoblacion numerosa; los elementos antiguos, y quedaron losnue-
y que ha de sentir ahogados sus arranques vos esclusivamente dueños del campo. En-
de nacionalidad con la convicción de su im-· tre estos dominaba la revolucion; v no, era
potencia! dificil prever que no se dejaria ·sojuzgar


Un reino corno Portugal, solo podia con- por la voluntad de una corte levantada So-
servarse floreciente, guardando muy unida bre los paveses de la libertad. Hallóse el
y compacta su nacionalidad, esa nacionali- trono de doña María de la Gloria entre dos
dad que guió á Vasco de Gama al descubrí- enemigos formidables; hien que algunos
miento de nuevos mundos, é inspiró á Ca- homhres vanos, se hicieron la ilusion de
moens. Desde el momento en que permitia que su frágil manosería dique bastante pode-
la relajacion de los vínculos interiores, es- roso para contener el torrente que amenaza-
taba perdido para siempre; su porvenir era ba desbordarse en dos direcciones opuestas.
el de ser una colonia inglesa, si no tuviese Una solucion se ofrecia para robustecer
la fortuna de ser absorbido por la España. la nacionalidad portuguesa. y constituirun


Desgraciadamente, estas dos naciones gobierno estable y fuerte; y era una alian-
corrieron parejas en su rápida decadencia za entre lo antiguo y lo nuevo, simboliza-
en los últimos siglos. La España no acertó da en, la reconciliacion de la real familia.
á consolidar su conquista; el Portugal no se Por motivosque ahora no es del caso recor-
aprovecho de su independencia. Ambas vi- dar, no se verificó el enlace entre D. Mi-
vieron con la espalda vuelta á la Europa: I guel y doña Mariade la Gloria; y desde en-
ricas de oro v de recuerdos gloriosos se 01- tonces esta princesa contó por enemigo á
vidaron de su porvenir; y cu~ndo quisieron todo el partido monárquico, viéndose por
entrar en el movimiento europeo lo hicieron otra parte precisada á ofender al partido de
con el raquítico filosofismo del marqués de la revolucion,si quería contener algun tan-
Pomhal v del conde de Aranda. La revolu- to sus desmanes, inclinándose á los princi-
cion francesa vino bien pronto á sacudir el cipios de orden, hacia los que todo gobierno
letargo de Jos gabinetesde Madrid y Lisboa; propende por irresistible necesidad. Los
pero este era tan profundo que apenas has- unos la llamaron usurpadora; los otros opre-
taron á disiparle el espectáculo del suplicio sora é ingrata; doce aiios han transcurrido
del rey y los bramidos del volean que der- desde su completo triunfo; y la anarquía de-
ramabasu ardiente lava por todoel continen- vora todavía aquel infortunadopaís: la rene-




- 684.-
cion en posde la revolucion, la revolucion
en pos de la reaccion, hé aquí su historia.
Vedle ahora mismo sumido en el caos mas
espantoso, corriendo la sangre del pueblo y
del ejército; y el cetro y la diadema de do-
ñn Maria, juguete de las turbas en las calles
de Lisboa.


Los acontecimientos de Portugal llaman
vivamente la atencion de los hombres polí-
ticos de Espaüa; porque se ha observado
que estos dos paises nacidos para ser uno
solo, simpatizan en el hien y en el mal, se
parecen á aquellas organizaciones que una
monstruosidad ha hecho dobles; pero que
conservanun tronco comun por donde se co-
muuican recíprocamente sus afecciones v do-
lencias. Nosotros aunque no desconocemos
el peligro, nos ocupamos poco de él; mas
bien queja gravedad deJ hecho en sí mismo,
absorbe nuestra atención la triste claridad
del anuncio.
. Se ha dicho que la España y Portugal se
hallaban en una situación semejante; esto
no es exacto: Portugal se halla en la situa-
cionen que nos hallaremos irremisiblemente
nosotros, si se consuma el funesto designio
de casar á la Reina Isabel, desovendo la
opinión del pais, y no atendiendo ¡llo que
reclaman en alta voz losintereses de la na-
cion, del trono y de la dinastía reinante: en
la historia de Portugal está escrito nuestro
porvenir.


¡Coincidencia notable! losacontecimientos
del vecino reinoestallan en el momento mis-
mo en que no falta quien agita en Madrid
el proyecto del casamiento de la Reina con
un príncipe Coburgo. Parece que la Provi-
dencia ha querido que los hombres ciegos
que abrigan un designio semejante, tengan
á la vista un espectáculo del porvenir que le
preparan á la España. ¿Y quién sabe si este
pudiera ser mas triste todavía del que está
sufriendoel Portugal? IIay entre los dos pai-
ses una diferencia que importa mucho no ol-
vidar: porque en ella se puede fundar la
previsiónde que nuestro porvenir seria mu-
cho mas complicado, mucho mas terrible,
mucho mas irremediable que el de Portugal,
si se cometiese un desacierto en el matrimo-
nio de la Reina.


En Portugal no hay mas que un preten-
diente á la corona, veste se halla bastante
desconceptuado aun entre sus mismos par-
tidarios, por la conducta que observó cuan-
do los sucesos le huhian colocado en el tro-


no: es un hombre solo, y gastado por 105
acontecimientos. Muy al contrario sucede
en España. El casamiento de la Reina con
un Cohurgo equivale á un cambio de dinas-
tia: es la esclusion de toda la familia de los
Borboncs en la cual se cuentan muchos
príncipes en la flor de sus años, y que se
verían condenados á la triste alternativa de
vivir para siempre en la oscuridad ó en el
destierro, ó de perturbarel reposo rle su pa-
tria. Conlos odios, losrencores, la exaspera-
cion de los partidos, ¿qué contingencias
mas fatales no se podrian ofrecer para ten-
tar la ambicien de unos, satisfacer el resen-
timiento de otros y arrojar al pais teas in-
cendiarias que provocasen conflagraciones
espantosas? Para prever semejantes aconte-
cimientos, ¿es necesario por ventura el ser
profeta? ¿acasono bastan las lecciones de la
historia y de la esperiencia, ó el simple co-
nocimiento del corazon humano? Pero ¿qué
decimos: ¿se necesita mas que dar una mi-
rada á lo que tenemos á nuestro alrededor,
á Jo que estamos viendo ypalpando? ¿se ne-
cesita masque el aciago presentimiento de la
nacion entera?


I Esta es la leccion que debemos sacar de
I los acontecimientos de Portugal: en ellos


podemos leer nuestra historia de los años
venideros, si nose procedecon mucha cir-
cunspeccion en el negocio del enlace de la
Reina. Allí una princesa jóven, aqui una


i princesa mas jóven todavía; alli una Carta
restaurada, aqni una Constitucion reforma-
da; alli mandando un partido que se llama
de la inteligencia, del ordeny de la libertad;
aqui mandando otro partido que se engalana
con los mismos nombres; allí un gobierno
que se apellidahaenérgico en defensa del ór-
den, prudentemente activo en el -sendero de
las reformas, aquí otrosgobiernos que osten-
tan idénticas pretensiones; allí un ejército,
firmemente adherido álosgobernantes, aquí
ministerios que se han jactado de la misma
ventaja; allí el partido monárquico poster-
gado, abatido, tachado de fanático, ignoran-
te y conspirador contra el trono y las institu-
ciones, aqui otro partido monárquico, blanco
de inculpaciones semejantes; allí el partido
revolucionaria acusando de traidoral gobier-
no y á sus sostenedores, y recordando á Do-
ña Maria de la Gloria la sangrevertida por su
tronoen la guerra contra D. Miguel, aqui el
partido progresista acusando al moderado de
apóstata, deenemigo de la libertad, de trai-




~IIaJr¡J J o dI" junio de 1S"/j.


del individuo influyente


---_IliClICK..,...CCIl:llBMo----


nE LA OPOSICION CONSERVADOI\A.


- 685-
dor á las instituciones, de opresorde lospue- publicación del documento nos ha desenga-
hlos, recordando incesantemente á la Reina ñado. Quien ha de acaudillar un partido,
Isahella sangre de los patriotas derramada debe conocer los puntos flacos de 5US doc-
en la guerra contra Don Cárlos. ¿Qué falta trinas. Cuando un sistema es vago y débil
para que el parangon sea de todo punto no puede ser presentado con precision: se-
exacto, y no haya la mas ligera discre- mejante empeño hace resaltar su vaguedad
pancia? Una cosa, una sola cosa; el casa- Y pone de manifiesto su flaqueza. La oposí-
miento de la Reina Isabel con un príncipe cion conservadora ha cometido con esto una
Coburgo. Si esto se verifica, envidiamos falta; ha empeorado notablemente su situa-
la serenidad de los que osen echar al por- cion. Defendida hábilmente por dos periódi-
venir una mirada tranquila; nosotros no nos cos, sosteniendo contínuas escaramuzas,
atrevemos á mirarle siquiera: le volvemos la cambiando sin cesar de posicion , ora ata-
espalda, y preferimos levantar los ojos al cando á sus adversarios, ora rechazando los
cielo invocando sobre nuestra desventurada ataques, dejaba en el ánimo de los lectores
patria la bondad de la Providencia. cierta oscuridad y confusion, que eran su-


mamente provechosas á un partido cuyo se-
creto principal habia de ser ocultar su pro-
pia ?ehilidad. Tan vivoy sostenido ha llega-
do a ser algunas veces el fuego de pequeños
destacamentos, qne ha podido dudarse si
tras de ellos estaba un grande ejército apo-
yado en fuertes plazas é inatacables reduc-
tos: desgraciadamente, el gefe no ha com-
prendido esta posicion y ha querido presen-
tarse enprirnera línea desplegando su
bandera, " mostrando con toda claridad los
medios de" que disponía para sacarla victo-


Los periódicos de la oposicion conserva- riosa. El resultado ha sido funesto; en vez
dora han publicado una "~femoria queun in- de un programa, creemos que ha hecho UD
dividuoinpulJenfe de aquel partido seIta vis- epitafio.
lo en el caso 'de escribir. Segun parece por La Memoria se distingue por sus preten-
la solemnidad de la publicacion , y mas to- siones á la grave severidad que debe carac-
davía por las noticias que últimamente han terizar los escritos de los hombres de estado.
circulado sobre negociaciones de cambio El estilo en general es frio y desnudo: en
ministerial, el caso habrá sido grave. Corno esto tambien se ha cometido una falta: la
quiera, la antigua minoría ha tomado esta desnudez solo pueden sufrirla los conceptos
~Iernoria por un programa, con arreglo al robustos: cuando estos son débiles , convie-
cual hahrian tenido qne gobernar sus hom- ne cubrirlos mañosamente y sin afectacion,
bres , si hubiesen obtenido la confianza de con abundante ropaje de palabras.
la corona. La Memoria comienza protestando que no


Animada polémica ha suscitado en la 11 se trata de censurar ni juzgar á los ministe-prensa de la corte el documento que nos rios anteriores; y arenglon seguido falta á
ocupa, llegando algunos periódicos á mani-Ila protesta, haciéndoles losmas graves car-
restar una indignacion que no creyéramos gos que se han dirigido jamás á ministerio
debiera escitarles una cosa tan inofensiva. I alguno. Política á la vez violenta y débil,
Sea cual fuere el objeto con que la Memoria demasiado obsequiosa ante una potenciaes-
haya sido escrita y publicada, sean cuales trangera ; política que desconfia de las insti-
fueren las circunstancias que hayan dado tueiones del pais, esclusiva respecto á las
origen á un paso tan singular, estamos pro- personas, harto cuidadosa del poder minis-
fundamente convcnci-los de que sus efectos terial, bien poco interesada en 'la dignidad
serán nulos cuando menos; y aun parece del trono, inactiva para los negocios, poco
muy probable que ha de acarrear grave celosa de los intereses comunes, que ha
perjuicio á la misma oposiciónconservadora dejado eaer sobre la corona todo el mal


Hablando ingenuamente , creíamosque el consiguiente a una candidatura impopular;
autor de la )[\lmoria tenia mas habilidad: la p olltica qU(~ ha exagerado su accion hasta




- 686-
llevarnos a un verdadero peligro; política bierto , .aun despues de estar refugiada en
cuyos resultados han sido matar la fe en la el palacio de Courcelles , fuecontínuo obje-
permanencia de las instituciones, la disolu- to de violentas invectivas. El soldado de for-
ciondelpartido moderado que antesse halla- tuna que se habia cubierto con la inviolahi-
ba compacto, la actitudamenazadora de los lidad constitucional, y que ejercia las fun-
partidos estremos queanteseranimpotentes, ciones de monarca, estaba tan á cubierto
el no estar á cubierto como debieran en la como es de ver en los artículos v caricaturas
opinion pública el trono y la familia real; de los periódicos moderados de"aquella épo-
una insurreccion, la cual pudo ser muy se- cr , y como lo atestigua el haber tenido que
ria , la posibilidad de que haciendo las·elec- salvarse á bordo del _"11alabar. Por fin, des-
ciones bajo su influjo, puestas en juego de 1843 hasta el presente, el trono ha es-
las pasiones de todas clases, salga de las tado tan á cubierto como ha debido estarlo
urnas un parlamento revolucionario: por fin en una época que se inaugura con el suceso
el desaliento en todos los espíritus , el peli- de Olózaga v se cierra con el negocio de~ro en todas las conciencias; esta es la po- Trápani, En"la inauguracion , la veracidad
lítica que se atribuye alos ministerios, que de la Reina esta puesta en duda en pleno
no se trata de censurar ni de juzgar. Si esto parlamento. En el final, la Reina Madre se
no es juicio y censura. no comprendemos el vé precisada á defenderse en las columnas
significado de tales palabras. de los periódicos por medio de su secretario


El autor de la Memoria no ha echado de particularel señorD.Antonio lllaría Rubio.
ver que baio el aspecto histórico, el párrafo «Creíase que las instituciones en que el
en que se describe la verdadde la situacion, poder monárquico ocupa el lugar preferente
encierra tantas inexactitudes como palabras. hahian de ser una verdad, v hov no se tie-
No parecesino que los males de España da- ne fe en su permanencia.. Í'ambien desea-
tan solo de dos años; y que antes nos hallá- ríamossaber cuándo han sido una verdad
bamos en un estado tan normal, monárqui- las instituciones, y si es muy reciente la
co y parlamentario, como puede serlo el de falta de fe en su permanencia. Vamos á los
Inglaterra. Analicemos el párrafo en cues- hechos que es nuestro terreno favorito.
tion. La historia de las instituciones verdad, ha


«El trono v la familia real estaban á cu- sido la siguiente. El Estatuto Real se inau-
bierto , y hoy no lo están tanto como debie- guró despues de las representaciones de los
ran en la opinion pública. El estaban ¿,á qué generales Llauder v Quesada; sus cortes
época se refiere? Suponemos que no se ha- se abrieron bajo el" puñal de los asesinos
bla de la época de Fernando llamada omino- que regaron de sangre los templos y las ca-
sa: y que en este concepto la Memoria se lles de Madrid, y se cerraron bajo los mis-
limita á una parte del tiempo trascurrido mos puñales asesinos amenazando el pecho
desde la muerte del Rey. Por mas que cavi- del Sr. Martillez de la Rosa, entonces mi-
lemos no alcanzamos á recordar cuándo ha nistro de Estado y presidente del consejo;
sucedido que el trono y la familia real ha- por fin, el Estatuto cayó entre las llamas
yan estado á cubierto. Durante la goberna- de los conventos de toda España, la muertc
cion de laReinaMadre. esta augusta señora ó la fugade los religiosos, v la anarquía de
publicó tantos manifiestos como exigieron las juntas de 1835. •
las circunstancias; y tales y tan opuestas El proyecto de reforma del Estatuto na-
cosas se decían en ellos. que no eran )0 mas cióbajo la dictadura ministerial de Mendiza-
á propósito para dejar á cubierto á la real hal , tropezó con la dictadura ministerial de
persona. En su nombre habló Cea Bermu- Isturiz , y se hundió con la profanacion de
dez; en su nombre habló Martinez de la Ro- la régia cámara y el paseo por las calles de
sa ; en su nombre habló el motin de la Gran- Madrid de los miembros palpitantes del in-
[a, La augusta persona estaba tan á cubierto, fortunado Quesada.
que despues de mil catástrofes se vió echa- Aqui comienza la Constitucion del año 12;
da del reino en las playas de Valencia. I de esta nace la Constitucion de 37. rasgada
Desde 1840 hasta 1843 las personas reales en el momento de publicarse, por la espada
que permanecieron en Palacio estaban á cu- ide los oficiales de Espartero en el pueblo de
bierto, porque las resguardaba su inocencia; Aravaca.
pero la Reina Cristina lejos de estar á en- Lasinstituciones-verdad siguen su carre-




- 687 -
ra triunfante bajo la protcccion del general congadas era necesario un ejército de mas
de los ejércitos reunidos, que les presta su de cien mil hombres? ¿Era impotente el par-
apoyo con 105 manifiestos del Mas de las Ma - tido progresistacuando echabaála Reina Go-
tas y de Barcelona. bernadora, destituía á todos los empleados,


La época de 4840 á 43 realizalas.institu- dispersaba al partido moderado como un pu-
cienes-verdad comenzando porel embarque ñado de polvo, sofocaba la insurreccion de
de la ReinaGobernadora en Valencia ~ aca- octubre, hacia la revolucion centralista,
bando por el embarque del Regente en el amenazaba bajo la direccion de OJózaga, y
puertode Santa María. se levantabaen Alicante y Cartagena?¿Eran


Desde i 8i3 á 1846 las instituciones-ver- impotentes los carlistas y los progresistas,
dad, se personifican en el ministerio Lopez cuando tomaban parte en el pronunciamien-
que pisa la Constjtucion disolviendo el Se- I to de 1843, Y ayudaban á los moderados
nado y haciendo todo cuantobien le parece; I para derribar á Espartero?
en el ministerio Olozaga que da lugar á un ¿Aqué época se refiere el autor de la Me-
escandaloso acontecimiento; en el ministerio moria? ¿Dónde está ese punto de partida en
Gonzalez Brabo que se arroga la masámplia el cuál éramos tan felices, y desde donde
dictadura; en el ministerio Narvaez , modelo hemos venido á parar á ese cúmulo de des-
de templanza y legalidad; en el ministerio gracias?La verdad de la situacion está pin-
Miratlores que cae, á pesar de tener elasen- I tada en algunas partes con exactitud; pero
timiento de los cuerpos colegisladores; en el puntode partida es meramente ideal. Hay
el segundo ministerio Narvaez que publica ahora lo que ha habido siempre desde la
su famoso manifiesto suspendiendo la Cons- muerte de Fernando; y en obsequio de la
tituciony tomando por sí y ante sí cuantas imparcialidad es menester confesar, que
medidas creyó convenientes; y por fin, en con relacion á ciertos períodos anteriores,
el ministerio Isturiz que habiendo llegadoá algunos males lejos de aumentar han dismi-
un campo de tantas ruinas, se ha sentado nuido. Nuestrasituacion es triste, deplora-
en medio de ellas, y en actitud tranquila y ble , peligrosa; el autor de la Memoria tiene
silenciosa, parece que está meditando sobre razon: pero las causas no se hallan pre-
la vanidad de las cosas humanas, y muy cisamente en la conducta de estos ó de aque-
particularmente de las instituciones-verdad. llos hombres: son mas profundas, estan en


«El partido moderado se hallaba compac- la raiz de las cosas: cuando el autor de la
to y hoy se halla disuelto.i ¿Cuándo se ha- Memoria las señala tan superficiales , nos
llaba compacto? Si mal no recordamos, el parece ver á un hombre que atribuye á es-
puritanismo constitucional se ha manifestado cesosde régimen las convulsiones de un en-
en todas las épocas en que el partido mode- fermo de quien se sabe que ha tomado un
rado ha sido dueño del poder. Durante la violento veneno. ,
regencia de Espartero, el partido moderado Examinemos los principios de sistemay
se hallaba ciertamente compacto, como lo de conducta, que segun la Memoria debería
estan todos los cuerpos sometidos á una pre- adoptarel nuevo gabinete.
sion poderosa. Cuando esta ha cesado , el «Habríase antes que todo de poner ente-
partido moderado se ha disuelto por si mis- ramente á cubierto al tronoy á la real fa-
mo: la disolución estaba en su seno: no es milia. Es necesario que la responsabilidad
el gobierno quien se la ha comunicado; por de cuanto se haga pese sobre el ministerio. JI
el contrario, él es quien ha disuelto al go- ¿Cómo se hace este milagro? ¿Se trata de
bierno, y disolverá á cuantos se establezcan responsabilidad legal? Nadie pensará enexi-
esclnsivamente sobre sus hombres y doc- girla al trono y á la real familia, cuando
trinas. desde 1833 nadie la exige á los ministros,


«Los partidos estremos eran impotentes, no obstante el largo abuso que casi todos
y hoy amenazan y nos desbordan.» Lospar- han hecho de sus facultades. ¿Se trata de la
tidos estremos son el carlista y el progresis- responsabilidad moral? Entonces ¿cómo se
ta; veamos cuál fue la época de su impoten- logra que los periódicos ó la opinion públi-
cia, ¿Era impotente el partido carlista ca no la hagan pesar sobre otras personas?
cuando los destacamentos de Cabrera esta- I Para esto, dice la Memoria, es indispeusa-
ban en el centrode Castilla la Nueva, ypara iI ble que el ministerio tenga una plena con-
contener á las fuerzas de las provincias Vas- V fianza que nadie pueda poner en duda: sea




- 688 .
en buen hora, este es un deseo muy natural Muy loable es el deseo de emancipar al
en candidatos ministeriales; pero la dificul- gobierno español de las influencias estran-
tad está en realizarle, yen que ademas el geras; pero no creemos que se lleve el ca-
público le crea realizado. ¿Como se evita el mino mas acertado para conseguirlo. Dice
que se hable de poderes ocultos, de influen- la Memoria que «afortunadamente ni tene-
cia de camarilla, de real predileccion por mos en vigorningun pacto, ni nos hallarnos
estos ó aquellos ministros, este ó aquel sis- en posicion quc nos obligue á sufrir serne-
terna, de division en el seno del gabinete, jante inllueucia.» Sí, tenemos un pacto, el
de discordia entre los individuos influyentes, pacto de prolongar nuestras discordias y de
de intrigas para nuevascomhinaciones y so- perpetuar asi nuestra dehilidad. ¿Quiere el
hre todo de crísis? autor de la memoria que le presentemos


Dicela Memoria: (cAl palacio nrJ han de esta verdad muy de hulto? Héla aqui. Decis
subir sino adoraciones: » nosotros no somos que no nos hallamos en posición de sufrir
tan monárquicos. Al palacio, diriamos , no semejantes influencias; pues nosotros ase-
han de subir sino respetuosas verdades. Las guramos que la oposicion conservadora no
adoraciones van envueltas en una nube de podriahacer nada contra un veto de la Fran-
incienso que desvanece y ciega á los ído- cia: dejémonos de palabras y vamos á los
los. Las adoraciones á DIOS; á losreves la I hechos. .
verdad. • Supongamos que la oposicion conserva-


En la cuestión del matrimonio, dice la dora sube al poder, y que trata de realizar
Memoria que se ha conciliar plenamente el enlace de la Reina con un Coburgo ú otro
el real ánimo y los intereses nacionales. En príncipe que alarme con razonó sin ella, al
cuyo caso, «unido el uno y los otros, y he- gabinete de las Fullerías. ¿Qué puede hacer
cha por S. M. la eleccion oportuna, deber este? Dos cosas, y su venganza es de un re-
será del ministerio el realizarla con lealtad sultado seguro, sin declarar la guerra, ni
y con energia, sin detenerse ante obstáculo comprometer públicamente su posicion di-
alguno. La nacion y sus representantes le plomática. 1." Dejar en entera libertad; á los
ayudarán y sostendrán en ello.» Un perio- progresistas emigrados ayudarlos secreta-
dico se ha reido de este pasaje, haciendo mente conalgunos fondos; proporcionarles
observar que si todo el mundo estuviese de armas y abrirles la frontera; trabajando en
acuerdo, no habría obstáculo alguno. A esta el mismo sentidoen Paris, en Madrid y en
observacion dan lugar las palabras literales; Lisboa. ¿Qué sucedería? Lo dejamos al buen
pero nosotros no creemos tan inocente al juicio de los lectores. 2." Y esta seria por
autor de la Memoria que haya puesto la pa- cierto algo mas grave: enviarun agente se-
labra obstáculo sin mucha intencíon. Para creto á Bourges y decirle al conde de Mon-
penetrarla, conviene recordar que en estos temolin: «Príncipe I el gobierno francés os
últimos dias se hablaba de una candidatura deja libre para tomarel partido que bieuos
Coburgo, y que hace largo tiempo la Fran- parezca. Si quereis vengar el desaire que
cía ha declarado públicamente y repetidas acabais de sufrir, hacedlo; no se pondrá
veces, que no permitiria el casamiento de ningun obstáculo á vuestras miras. Comu-
la R.eina de España con un príncipe que no uicad á los depósitos las órdenes que quío
fuese de la casa de Borbon. Asi se com- siereis. Desde hovvuestros soldados v vues-
prende por qué se habla de enerqia, sin de- tros gefes quedan libres de toda vigilancia,
tenerse anteobstáculo algllno , y del auxilio y son dueños de dirigirse á los puntos que
de la nacion y sus representantes. Becuér- vos les designareis. Si carecéis de dinero,
dese ademas lo que han dicho los periódicos se os adelantaránalgunos millones de fran-
sobre la intimidad entre el Sr. Mon y el em- cos: el día en que os propongáis pasar la
bajador francés, y el apoyo de adhesio» frontera avisadlo de antemano; la 'Policía se
que desde lo alto de la tribunaacabade dis- tapará losojos para n~ conoceros, y el telé-
pensar MI'. Guizot al actual gabinete, y muy grafo os perseguirá en la direccion de Bru-
en particular al ministro de Hacienda, y se selas ó Strasburgo, mientras vos penetraréis
tendrá la clavepara esplicar un párrafo que en España por Perpiñan ó Bayona.» ¿Qué
al parecer carece de sentido ó le tiene muy sucedería? Tambien abandonamos la: I'CS-
tonto, y que sin embargo es quizás el mas puesta al buen jnicio de nuestros lectores.
significativo de todos los párrafos. ¿Es esto verdad, sí ó no? Y si esta es la




-- (i89-
verdad, evidente, palpahle , no habléis de 11 idea muy constitucional; pero nótese bien:
posiciones in,dependientes, ~o hagais ~Iarde ~ este .ensanchesolo se refier~ al partido pro-
de una fuerza que no teneis 1lI podeis le- gresrsta: en cuanto al monárquico, la Me-
ner. No hay el pacto de familia, pero hay I moria confirma tácitamente el anatema que
una discordia de familia. Aqui está la raiz, 1I1 pocos dias há le babia lanzado un periódico.
del mal. Este es el cáncer que devora las 1! declarándole ilegítimo.
entrañas del país. Si no aplicais aqui el re- 1I Es curiosa la minuciosidad con que la
medio, condcnais la nacían á una dcbilidad I! Memoriase ocupa de todo, inclusa la colo-
incurable. No habrá gohierno que se atreva ' cacion de los ministros salientes. EstraflO es
á echar el guante á una nacion poderosa, y I que el autor de la Memoria al escribir aquel
mucho menos á la Francia. Todos estarán i desventurado párrafo, no advirtiese qlW po-
condenados á vivir bajo protectorados hu- ! dia escitar la hilaridad de los lectores im-
millantes. Los sentimientos de ot'g~ll?, de ¡ par::ialcs, y provocar. l?s s~rcasmos de los
independencia, de dignidad, no serviran de i amigos del actual nunísteno.
nada; todos se estrellarán en la fuerza de 1 Ya se ha notado la contradíccion en que
las cosas, en la impotencia. incurre la Memoria al decir que «es indis-


La Constitucion inteqr«, sincera, monár- 1
1


pensable y urgente revocar el decret,o del
quica, liberalmente entenduia y practicada, Sr. Pidal, y dejar en pie el del Sr. Gonza-
no se aviene muy bien con la 'escepcion de I Iez Brabo, que puede decirse sancionado por
IIlgunasilt!galidades necesarias. La contra-Ila aquit'.scencia de las Cortes. «Desgra.ciada-
dicción es evidente. Los adversarios de la mente esta era una cuestion de fechas.
oposición conservadora la han abrumado ha- Dice la Memoria hablando de la impren-
jo el peso de una argumentacion que no tie-II ta , que ((SU mejor ley seria el no tener pre-
ne réplica. El autor de la Jlfemoria ha des- I cision de denunciarla nunca.» Est,o no seria
truido de una plumada toda la obra de su i su mejor ley, sino su perfección, su impeca-
fraccion; ha horrado la linea con (lue esta I hilidad, que harían innecesaria la levo Cuan-
pretendía separar su sistema del de los mi- '1 do á renglon seguido se lec que' «algo y
nisterios anteriores: la legalidad en princi- ,mucho de esto puede conseguirse hoy, si sr,
pio; la ilegalidad por escepcion: nunca han I verifica un cambio en sentido liberal, y se
dicho mas ni Gonzalez Braho , ni Narvaez. adopta una política de conciliacion.: pasa
Pero añade la Memoria, que la absoluta le-l uno rápidamente por encima de tamaña can-
galidad debe ser el desidemtum del gobier- didez sin gana de impugnar ni comentar.
no, que es indispensable reducir las ilegali- En cuanto á la cuestion eclesiástica, la
dades, escatimarlas, hacerlas pasar pronto, \' Memoria es sumamente circunspecta ; so
dar á entender que no se adoptan por com- 1, atiene á la aprobacion en globo de lo últi-
placencia, sino que ~e sufren so!o proyiso- 111 mam?J.ltepropuesto, y aplaza ,la resolucion
riamente y por necesultui.» ¿Que gobierno I definitiva para el año de 4.7 a 48. Esto se
ha habido ni habrá nunca que no diga lo I l/ama no precipitarse: y nos recuerda e j
mismo? Los mas intolerantes déspotas ¿han 1/1 plazo pedido por el maestro de lenguas de
dicho jamás que infringian las leyes por que nos habla la fábula.
c.omplacencia'! El ejercicio de su despotismo 1'1 En cuanto al celo y actividad con que pro-
¿no le han fundado siempre en la necesi-Imetian trabajar los nuevos ministros, desde
dad'! Desde César hasta Naooleon , desde i¡luego lo tenemos por un propósito muy loa-
Mario y Sila hasta Danton y Robespierre , I ble y sobre todo muy meritorio.
¿la necesidad no ha sido la palabra con que I! Acabemos, que ya el artículo va esten
se han escusado en sus demasías y en sus ii diéndose demasiado. La Memoria puede rc-
crímenes, todos los tribunos y todos los ¡Ii sum.irse .en los t.érminos si.guientes : « Los
tiranos? " . I1 munsterros antenore~ han SIdo muy malos;»


Eh cuanto a la neces~dad de dar estimo» 11 en esto no va descaminada. «Observaremos
cion y realce á las Cortes, observaremosque 1\ legar,ldad cuando no necesitemos infringir
no es el gobierno quien debe dársela. ¡Ay la lcy;» este es el lenguaje de todos los dés-
de semejantes instituciones cuando la esti- I potas. « Haremos qne al palacio solo suban
macion ó el realce les vienen de real órdenl ladoraciones.. asi hablan todos los cortesa-
O viven por vid-a propia ó perecen. nos. «Casaremos á la Reina consultando el


El ensanche de los partidos legales es una real ánimo y los intereses nacionales;» esto
85




y LA CAR1'A


EL COl1UNICADO DEL SEÑOR RI'BIO


- 690-
~ !nuy bueno, pero tan general que no sig- corté.s rebozo que el objeto y la ocasion re-
uiíica nada. «Superaremos todos los obsta- quenan , que la Reina Cristina ha dejado
culos;» superarlos en el papel, no es lomis- ~~cer en s~ .corazan..un odio (haine) inca-'
mo que superarlos en la realidad. «Seremos I lificahle hácia los hijos de su hermana y
independientes;» la dificultad está en que que dominada por este triste sentimiento
podais serlo. «De los decretos sohre la im- I ha ido á buscar en Nápoles al conde d~
prenta tomaremoslo que nos convienen es- Trápani para ,esposo de su .hija. Estas pa-
to puede ser muy político, pero no es muy labras de M. I'hiers han escitado la lealtad
legal ni muy consecuente, «Dotaremos á la , Yel celo del Sr. Rubio, no consintiéndole
Iglesia cuando podamos;» lo mismo han di- «tolerar por ma~ ti,empo esa injusta acusa-
cho todos los ministros. «Seremos lahorio- cion de un. sentlllll~nto mezquino y vulgar1
sos, celosos y activos.. estas son calidades hecha a quien tan distante está de merecer-
atendibles. «Nuestro gobierno dará á la na- la como Heinay como Señora..
cion felicidad y gloria;» lo mismo prometen ¿Por qué no hahia salido antes el señor
los empíricos de todas clases. Rubio á la defensa de la Reina Madre'? El


En la Memoria no se resuelve un solo autor del comunicado nos lo esplica dicien-
problema; no se enuncia una sola idea de do que «mientras el encono de los partidos
gobierno. Cosas muv comunes dichas con ha achacado á S. M. la Reina Madre en tan
escesiva gravedad; contradicciones é incon- importante asunto estas ó las otras miras
secuencias;de una parte incienso á la corte; fundadas en cálculos políticos mas ó meno~
de otra lisonjas á los progresistas; promesas prudentes, en afecciones de familia maso
ambiguas, propósitos generales que nada menos disculpables , el encomendar la res-
significan; hé aqui la Memoria. No ha satis- puesta al tiempo, el profundo silencio de
fecho á nadie; y ha descontentado á muchos; ~arte de quien con pocas palabras podiade-
el público le hará justicia, aplicándole lape- tender a tan augusta Señora habrá tenido si
na que merece: el olvido. 1


1


se quiere por grave i.n~onve~ientc el inevita-
l. ble estraviode la opinion , pero descansabaen razones atendibles de regia dianidad.»Permít,ls,e~os decir que esta esplic~cion es


poco satisfactoria. .EI encono de. los parti-
dos no se ha limitado á achacar á S. M.
la Reina Madre miras fundadas en cálcu-
los políticos mas ó menos disculpables; por
el contrano, no recordamos que en ninzu-
na época se hayan hecho á esta aug~sta
Princesa cargos mas terribles ni se la ha-
ya .insultado con alusiones m~s crueles. La
~ehca~e.za del Sr. Rubio y su acatamiento
a la regla magestad, nos relevará de prueba


La cuestion del matrimonio de S. M.que en tan desagradable negocio: á nosotros nos
siempre ocupa vivamente los ánimos, ha ad- repugna leer nuevamente losartículos donde
quirido estos últimos díasun nuevo interés ~e hallan espresionesaltamente injuriosas, y
con la publicacion de dos documentos sobre- Jamas patinamos resolvernos á insertarlos ni
manera notables. El objeto á que se refieren aun estractarlos. S~ntimos que el Sr. Rubio
y el alto personaje cuyo nombre se ha mez- no creyese conveniente romper el silencio
ciado-en ellos, les dan la mayor importancia. en aquella sazón, ya que segunnos asegura,
Hablamos del comunicado del Sr. D. Anto- :\ con pocas palabras podia defender á tan au-
nio. ~[aría Rubio, sercetario particular de la I gusta Se~ora. El motivo actual noha sido tan
Rema Madre, que va insertamos en el nú- grave, m con mucho, como el que entonces
mero anterior; v de"la carta de esta Señora I había.
dirigida á su difunta hermana Doña Luisa Confiesa el autor del comunicado que el
Carlota, desde el Real sitiodel Pardo en 23 I grave inconveniente de su silencio, era el
de enero de 1836, que verán nuestros lec- I inevitable estravio de la opinion: ¿por ven-
tores en otro lugar de este número. tura las palabras de JI. Thiers habrian he-


M. Thiers aseguró sin titubea!', y sin el 1I ello este estraviomayor ni mas inevitable'!




- (lal-
¿nose ha propuesto ahora el Sr. Rubio im- il Complace tamhien sobremanera el notar
pedir que «resucitasen con nueva fuerza! llue el autor del comunicado asienta esprc-
antiguas é injustas acusaciones hácia la I'samente que la cuestion del matrimonio de
Reina Madre'?;) ¿Por qué no trató de impedir 1: la He.ina «nopor s~r diplomática deja de ser
lo entonces? ¿por qué no se evitó el que na- li esencialmente nacional.» En esto se tiene
ciesen escusándo,se el cuidado d~ evitar q~c 1


I
una prenda, aunque indirecta, de que ~u~J?-­


resucitasen? ¿que razones atendibles de re- , do llegue la ocasIOn de resolverse deíiniti-
gia dignidad había entonces que no conti- 11vamente al asu~to del matrin~onio, la. Reina
nuen ahora? l' ~Iadre. empleara su poderosa. influencia para


Creemos que el Sr. Rubio no anduvo i' impedir qu~ ~sa grave cuestion que..« ha de
acertado en su conduela, y que hubiera sido ¡, hacer la fehcld~d personal de su .lUla, y en
mas oportuno, y sobre todo nías nacional,el I que libra el pais un largo porvenir de glo-
contestar á espa~oles que á un dip.u~ado 1: rt~,.l), se decida. por pe~uej¡as intrigas diplo-
estrangero. Españoles eran los periódicos ; mat~cds y palaciegas; " que antes por el con-
que reclamaban aclaraciones; alaunos se li trano, procurará que la cuestion sea mirada
escedieron en sus demandas ; pero"no falta- '1


1
desde el únic? 'punto d~ ~ista que conviene,


ron otros que procedieron con la circuns- ! a saber: conciliar la felicidad personal de lap,ecci~n y mesuraqu~ el negocio requería. 1I Rei~a con el verdadero interés de. la nacion.LS~~lIIo1es eran los dlp~tados, asi de la mr- I Un he~ho resulta de la com~llIcaclOn del
nona como de ~a m.ayona del Congreso, que !i S.r. R,nÚIO, y es el ma.l estado a qu~ ha ve-
deseaban esplicaciones francas, y que de ji nidn a pa~'~r la candidatura napolitana. La
diferentes modos manifestaron su voluntad. 11 responsabilidad de este negocro se declina
Españoles eran los que formahan esa inmen- : como una cosa insoportable; siendo de na-
sa opinion pública, justamente alarmada con 1I tal' que precisamente en el mismo párrafo-
las voce.s muy acreditadas de que se trataba Ir en que se defiende á la Reina Madre de
de .realIzar un enlace contrario al interés i! este cargo, yen que se promete ó se ame-
n,aclOnal: ~odo est~ no bastó para que el :1 naza, .esclarecer pro~to y solemnemente el
Sr.l!ublO interrumpiese su silencio y pro- I1 negocio, se lee~ las srgurentes palahras: «y
nuncws: las P~C((S palabras qne podian de- !, ento~lces cesara l?a.ra aquella augusta Señora
Ienderá la Rema Mad~e, y ahora bastan las 1; un singular martmo que solo se sufre junto
acusaciones de M. Thiers, de un. estra~ge- Ili ~.l trono: el de ser cal1!l~miado sin defensa.»
ro., para que se hable y se descienda a es- I (;Ha notado el Sr. Ruoi«, que la colocacion
plIcacion~s, minuciosas. Si ahora apela el 11' de la palabra calumniad~, podria hacer sos-
81':, liubio a la sensatez española, ¿por qué 1I p~char que el ~}aber tenido parte eu la can-
dejé de apelar entonces? Seremos francos: I dldatll.ra napolitana se rechaza como una ca-
esta conducta nos ha causado una impresion I ltbmnia? Esto- seria decir mucho: nonosatre-
desagradable; v desearíamos que otra vez 11 veríamos á tanto nosotros, sin embarzo de
se atendiese mi poco menos á los estrange- 1I que es conocida ~uest~a opinion, hien"poco
ros y un poco mas a los españoles. l' favorable al matnmomo del conde de Trá-


Asegura el 81' Rubio que no caben en la I pani.
ilustre Princesa « esos odios implacables de 11 .Seriade desear que el solemne esclarcci-
lluC so la acusa, y que esta Señora no sabe 1I nuonto no se hiciese esperar mucho; tanto
ahorrecer.» Nada tenemos que objetar: nos ji mas cuanto que la ambigüedadde la negati-
complacemos en creer que los sentimientos 11 va ha escitadosobremanerala curiosidad pú-
de la ReinaMadre son dignosdesu elevada I hlica.
posicion, y ademas tales-como cumplen á I Se ha querido deducir del comunicado
una princesa cristiana. Por esta razon nos ! que el asunto del matrimonio de Trapáni no
parecería injuriosa la manifestacion de la 1 había llegado á verdadera negociacion: las
mas leve sosrecha contra la verdad de lo I palabras del documento, que debemos su-
que afirma e 81'. Rubio, de que la Reina ' poner muy meditadas, y escrupulosamente
Madre «únicamente atiende y atenderá al 1\ pesadas, no autorizan para sacar esta conse-
bien del pueblo que ella tambien rigió un '1 euencia. No se dice qne la Reina Madre
dia, y solo muy altas consideraciones de in-li no haya tomado parte en el negocio de Trá-
terés público la harían apartarse de deter- Ipani; solo se espresa que Jit'. Thiers no es
minadas candidaturas.» I «mas exacto en su rotunda afinnacion de




- 692-
que la Reina Madre ha buscado con empeño las creíamos leer un párrafo de alguno de
un candidato napalitano.» Puede una per- los periódicos moderados, una de esas vul-
sana tomar parte en un negocio, desear el garidades en que ya nadie fija la atencion,
logro de un objeto, ayudar á su consecu- y que solo se repiten por costumbre. ¿Cree
cion, aun cuando no sea ella quien haya de veras el Sr. Rubio que la cuestion del
promovido el asunto. No se niega el pariici- matrimonio de Trápani haya impedido que á
par, sino el buscar; y ateniéndonos al ri- estas horas la opinion moderada hubiese ya
guroso sentido de los términos, ni aun se renunciado al nombre de partido? Cree el
niega el simple buscar, sino el buscar con Sr. Rubio que sin este incidente, el partido
empeii», Las palabras que siguen podrían moderado hahria absorbidoya en sus filas á
confirmar esta conjetura, cuando con alu- la nacion entera? Estraño ser-ía que una per-
sion bien poco rebozada por cierto, se dice: sana de entendimientoclaro hubiese llegado
«de cstrañar es que el sagaz historiador, á persuadirse que una cosa tan grande como
enterado bien á tondo de la política con- la nacion española, cabe en un recinto tan
tCIllpor;'mea,. haya venidoabuscar tan lejos pequeño. Además de quc, aun cuando esta
el origen y el apoyo de la candidatura que fuese la opiniondel escritor, tal vez habria
deplora.)) Esto equivale á decir: ¿á qué sido mas acertado no emitirla en un escrito,
huscais en Madrid lo que teneis en Paris? que conjeturas mas ó menos infundadas pa-
la corte de las Tulleríns no puede quedar drian facilmente atribuir á inspiraciones su-
lllUY satisfecha: seria curioso qne el pronto periores. Se trataba de no herir á ningun
v el solemne esclarecimientoacabasede de- partido; y no se advittió que manifestándose
jarla mal parada. Así aprenderá aquel gabi- predileccion por uno, pudieran darse por
nete á estudiar las cosas de España mejor ofendidos los otros: que también los partidos
de lo que ha hecho hasta ahora; y tal vez «se agravian, siquiera con la desconfianza.»
cejará algun tanto en su propósito de mane- En un escrito semejante hubiéramos
jarlas con tal ligereza flue solo puede escu- querido encontrar con mas frecuenoia fas
sarse con su profunda ignorancia de la ver- grandes palabras de Trono y J' acion: lo pri-
dadera situarían de nuestro país. mero era muy monárquico, lo segundo dig-


En la parte política del comunicado nota- namente popular. Tamhien nos ha de dis-
mos algunas cosas que nos hacen una im- pensar el Sr. llut.io si nos quejamos de que
presion poco agradable. Comprendemos que [1 al hablar de la larga y dolorosa esperiencia
un escritor ti quien se ha de suponer cono- Icon que ha sido amaestrada la Reina ~fadre,
cimiento exacto del pensamiento político de v de la altura en que esta augusta Señora se
la Reina Madre, y que está hablando preci- l¡ hallaba colocada asistiendo al espectáculo
samentc para defenderla, procure presentar ii de nuestras vicisitudes, solo le haya ocurri-
á esta augusta Señora en una elevacion su- 1: do la humillante espresion «asistiendo desde
perior á todos los partidos, completamente 1I tanta altura, al espectáculo de nuestras mi-
exenta de los rencores que los dividen; pero !! serias,» ¡Ay! ¿miserias? ¿nada mas que mi-
hubiéramos deseado que al darnos cuenta j' serias? ¿este punto de vista se toma cuando
de los pensamientos políticos de la Reina I se quiere apreciar el verdaderovalor de las
Madre, no hubiese dejado resentir sus espre- i doctrinas y personas de todos los partidos?
sienes de una especie de vaguedad ó escep- i Espectáculo de miserias ha habido, sí, de
ticismo político, que no asienta bien en tan: grandes miserias, no cabe duda; pero ha ha-
elevadas regiones. Precisamente, cuando se l: hido tambien espectáculo de terribles infor-
quiere ~alir de) esa vagueda,d y escepticismo, ¡: tunios, de ,qne la nacion ha. sid.o víctima'y
se tropreza y se cae. ¿Como? adulando al !. no causa. Espectáculo de rrnsenas ha hahi-
partido moderado, manifestando sentimiento !. do; pero ha habido tamhicn espectáculo de
ele quc con este grave negocio «tanto se ha- I1 heroismo, espectáculode un pueblo que der-
ya quebrantado por desgracia la necesaria 1: rama sus tesoros y vierte á torrentes su san-
union de la opinion moderada, é impedido ',: gre alrededor de un trono. Sí, espectáculo
que á estas horas hubiese renunciado al nom-'I. de heroísmo y calamidades, que no debe re-
bre de partido que necesitó en días de COI11- ¡ cardarse jamás por nadie, sin tributarle lo
hate; » estas palabras en boca de persona Ir que merece: admiracion y gratitud.
tan autorizadapor su situación particular, sc ¡I Basta del documento delSr. Rubio: o~u­
prestanáconsidcracioues bien tristes: al leer- !: pémonos hrcvemcnte de la carta de la Rema




- 693 -


DEL


l'tfadl'iJ 24 de junio lh~ 1846.


SOBRE EL ARTICULO


CONSTlTUCI01UJ DE PAUlS.


samente á los oidos de S. M. lo que mas
conviene á la seguridad y esplendor del
trono y á la paz y prosperidad de la España.


Quisiéramos que en este punto no se ha-
blase mas de la voluntad del difunto Rcv
Fernando; que si se hablase,nosotrosapelaría':.
mos á su voluntad presunta en los momen-
tos actuales, evocarinmos su sombra en la
régia cámara v le diriamos: «mirad lo qne ba
sucedido despues de vuestra muerte, mirad
lo que ha sucedido en vuestro mismo pala-
cio y en toda la nacion. El cielo apiadado de
la inocencia de vuestra escelsa hija, la ha
libertado de la conflagracion universal; su
tierna mano empuña el pesado cetro de sus
mayores; para encontrar un príncipe que le
ayude en el consejo y la defienda con la es-
pada, las opiniones estan divididas: elegid
vos su esposo.. Por nuestra parte no recu-
sariamos al augusto árbitro, y estamos se-
guros de que su cleccion no seria desacer-
tada.


Cristina á su hermana Luisa Carlota. Se ha
querido dar á este último documento una
importancia que en nuestro concepto está
muy lejos de merecer.


Se ha dicho que la Reina Cristina habia
querido en otro tiempo el enlace de sus hi-
jas con los hijos del infante don Francisco, 1:
y en esto se ha querido fundar una especie
de compromiso que ligue á esta augusta Se- 1
ñora. Por de pronto la carta lleva cerca de
diez.años de fecha: en este tiempo las cir- I
cunstancias han cambiado completamente; y
en prueba de esto notaremos que al escribir
la carta la Reina Gobernadora decia que lle-
gado el momento no dejaría de proponer es-
te matrimonio á la representacion nacional. I
¡Flacas previsiones ~elos míseros humanos! I
A la sazón, j cuan leJOS se hallaba de pensar
que llegado el momento no seria va Gober-
nadora delreino y que habriapasadotres años
de emigracion en paises estrañosl Enton-
ces deseaba que el tiempo volase para poder
ver cercano á efectuarse dicho matrimonio;
el ti.cmpo ha volado ya; pero no para reali-
zar Ideas que llamaba halagüeñas á su co-
razon, sino para llevar sobre este desgracia-
do pais tempestades espantosas y amontonar
complicaciones terribles.


¿Qué quieren significar los periódicos que
exigcn á la Reina Madreel cumplimiento de
su palabra? Esta Señora espresaba su deseo;
pero no ligaba ni podia ligar el porvenir ni El Constitucional de París, en su núme-
~e Sl~ augusta Hija ni de la nación. Los par- ro correspondiente al1 ,1 del mes actual, ha
tidarios de la soberanía popular no serian publicado un artículo que puede ser mirado
muyconsecuentes, si tratándose de un asun- como una coutestacion al comunicado del
to nacional, diesen esccsiva importancia á Sr. Rubio, secretario de la Reina Madre.
los afectuosos y privados desahogos de nna Siendo bien conocidas las relaciones de
hermana conotra hermana. I M. Thiers con dicho periódico, y distin-


Se dice en la carta que este Fue siempre. guiéndose el citado artículo por la abundan-
«un deseo: una voluntad de Fcrnando:» nos- : cía de datos á que es tan aficionado y está
otros lo creemos así; nos hasta la palabra de 11 en disposicion de adquirir el célebre ex-mi-
la princesa que lo asegura. Respetamos por nistro, se deja suponer que si no es él mis-
otra parte la voluntad de los difuntos; pero mo quien ha escrito la contestacion, habrá
es cuandodisponen de cosas propias. La vo- sido él quien la haya inspirado. Aunque
luntad del Rey l'cruando no podía compro- nosotros damos poca importancia á las pala-
meter el porvenir de la nacion. Las naciones bras de M. Thiers en todo cuanto necesita
a.unque sean gob~rnadas por reyes heredita- conocimientos especiales y positivos de la
nos, no son propiedad de nadie. La suprema verdadera situación de España , no podemos
autoridad no es un riguroso dominio. Fuera negársela en lo concerniente al curso de las
cual fuese la voluntad de Fernando en sus negociaciones diplomáticas en que ha toma-
últimos dias con respecto al matrimonio de do parte el gabinete francés. M. Thiers no
sus hijas, su voluntad no liga á estas prince- se ha limitado á una simple reseña de los
sas, libres cn este punto por derecho natu- hechos, sino que los ha acompañado de al-
ral y divino; no liga ft la nación que tiene el gunos comentarios sobremanera significan-
inconcuso derecho r!l' hacer llegar respetuo- vos; aprovechando esta oportunidad pura




- 694 -
m.anifestar su opinion sobre la conveniencia 1" verdadera causa. Ni la Inglaterra ni las po-
y probabilidades de éxito de las diferentes . tencias del Norte hubieran consentido antes.
candidaturas.! ni consentirian ahora, que un príncipe de


Se afirma en dicho artículo que la predi- la casa de Orleans se sentase en el trono de
leccion de la Reina Madre ha estado desde España. Esta es la verdadera razon de que
el principio á favor del duque de Montpen- el gabinete de las Tullerías no haya llevado
sier , pero que el gobiern? fra~cés ha :ehu- I adelante un proyecto que no podia menos
sado constantemente darCIma a esta alianza. de serIe muv grato.
Dejamos al escritor francés la responsabili-!I .Confiesa el L'onstitucional que el Illatri-
dad de lo que afirma sobre la prediíecciou 11 monio con el conde de Monternolin hahria
de la ReinaMadrc, y llamamos la atención i sido sin duda el mas conveniente, á ser po-
de nuestros lectores sobre una contradic- il sihle conciliar los partidos y borrar todos los
cion palpable en que incurre el articulista, I recuerdos de una gucrra civil; pero cree
al apreciar las razones de conveniencia de I que lejos de producir esta apetecible conci-
dicho matrimonio. Asegura que «de cierto ! Iiacion , la eleccion de un hijo de n. Carlos
habria sido popular en España:» son sus i avivaria por el contrario una porcion de
palabras literales; y luego, proponiéndose I odios aun no estinguidos en Españn. Esto no
esplicar por qué el gabinete de las Tullerías I es mas que la repeticion de un argumento
rehusó constantemente dar cima ú esta muv manoseado: el provecto es el mejor
alianza, dice que este matrimonio tendria el 1I pero es imposible. Por de pronto hay en'es~
inconveniente de introducir en España la te argumento una confcsion importante. cual
influencia francesa y de hacérsela odiosa. ; es el espreso reconocimiento de que en el
«Preciso es confesar que para estohahiauna i proyecto del hijo de D. Cárlos se abriga un
razon wave ..En un~ nacion. como ~a espaií?- I gran pensamiento p~lítico. Por lo mistJ.1o que
la sena peligroso introducir un influencia es grande. por lo mismo que es Jo mejor, se
estrangera ; y el matrimonio del duque de 1I le llama imposible: sea en buen hora; nos-
Moutpensier con la Reina Isabel tendría el 1


1
otros no nos proponemos disputarsohre la


inconveniente de introducir la influencia ' posibilidad ó imposihilidad: mil veceshemos
francesa y de hacerla odiosa á ESJiuña.» i emitido nuestra opinion; pero no podemos
Nuestros lectores pneden ocuparse en com-ti monos de apelar alhuen juicio de nuestrosprender cómo de cierto seriapoplllar en Es- . lectores para qu~ fal1~n entre n?sotros y
paila una candidatura francesa, que nos ha- 11 nuestros adversarios. Nosotros decimos: es
ria odiosa la.influencia francesa: por nues- i lo mejor y es posible. Nuestros adversarios
tra parte no lo alcanzamos, y en esto vemos : dicen: es lo mejor, pero es imposible. Nos-
otra prueba de la ligereza con que ciertos I otros decimos: es necesario acabar para
hombres que se llaman importantes, se ocu- I siempre con los gérmenes de discordia; y
pan de la política española. li esto es posible. Nuestros adversarios dicen:


Aunque el articulista del COllstitucional 11 es necesario acahar con la discordia; pero
considera. grave este motivo fundado so- I esto es i~posible, ¿Quién tiene m.as fe en
bre el carácter receloso del pueblo español, ! el porvcmr de la nacion , en el carácter ge-
cree sin cmbargo que la decision del gabi- I neroso de los españoles?
uete de lus Tullerías ha tenido otro orígen, I El articulista abriga los consabidostemo-
cual es, el horror á toda intervencion en '1 res de que volvcria á empezar la lucha, por-
España; intervencion que tarde ó temprano '1 que los fueros, el clero, elabsolutismo harían
podia resultar del matrimonio del duque de la guerra á un estado social mal afirmado
Montpensier con la Reina Isabel. Es verdad todavía, álos bienes nacionales recicntemen-
que :' gahin~te francés ha pretendido siem-!te desamortizados y al sistema COl1s.,titucio-
pre mtervernr en las cosas de España, con nal no consolidado aun por una larga espe-
tal que la intervención no fuese real y efec- I! riencia. Ignoramos cuál es la política de que
tiva, es decir, por medio de las armas; pe- i M. Thiers pensaría echar mano para afirmar
ro no es exacto que su oposicion al mencio- : el nuevo estado social, dar seguridad á los
nado proyecto dimanase de este último mo-\ compradores y consolidar el sistema; pem
tivo. El Constitucional no ha. querido decir ¡lo cierto es que los medios emeleados h.asta
en este punto todo su pensanuento , y lIeva- , ahora no pueden tener lllU~T satisfechos a los
do por espíritu de nacionalidad ha callado la li que se interesenen el resultado. La sociedad




- 695 -
está continuamente amenazada de nuevos 11 cional, algunas se refieren á sucesos públi-
trastornos; con frecuencia estallan insurrec- : cos; y probablemente uno de los pasos poco
cienes que proclaman una Constitucion po- ' meditados, es el ruidoso manifiesto del in-
lítica diferente de la actual ; y los compra- fante D. Enrique. Por respeto á las augus-
·dores de bienes recientemente desamortiza- tas personas de que se trata, nos ahstene-
dos se alarman, no sin razon, en vista de mos de entrar en discusion sobre.puntos tan
la instabilidad de las cosas públicas, y te- delicados: solo haremos notar un hecho po-
men que en algunos de los trastornos que lítico que cada dia va presentándose mas de
IIOS amenazan, sobrevengan complicaciones bulto, cual es la adhesión del partido pro-
que, acarreando cambios violentos, puedan gresista á la augusta familia del infante don
ser funestas á sus nuevas propiedades. Francisco. Queremos evitar todo comenta-


La causa del veto francés á la candidatu- rio; soloconsignamosel hecho.
ra Coburgo, la encuentra el Constitucional, La historia de la candidatura del conde
no en el temor de que prepondere entre nos- de Trápani , tal como la presenta el perió-
otros la influencia alemana, sino en que dico francés, es sobremanera interesante.
siendola casa Coburgo inglesa por sus alían- Yernos con mucho gusto que se confirma la
zas, se ha previsto que esta candidatura se- aseveraciondel Sr. Rubio relativa al orígea
ria muy impopular en España. Por manera, de la eanditatura napolitana. El Constitucio-
que ni aun en este paso atribuye el articu- nat dice espresamente , que el inventor del
lista ningun mérito á la política de las Tu- proyecto fue el gobiernu francés, y que la
llerías, ni siquiera un interés nacional ó di- Reina Madre, si bien al fin se conformó con
nástico; solo vé una medida en que á poca esta idea, no ·10 hizo sin haberle puesto
.costa se procura captar la popularidad en objeciones. «Nuestro gobierno inventaba la
España. En este punto nosotros hacemos candidatura del conde de l'rápani, á pesar
mas justicia al gobierno francés, y muy de las objeciones que la Reina J[adre opuso
particularmente á las opiniones y sentimien- á este proyecto, aunque despues se confor-
tos personales de Luis Felipe. Este monar- mó.» Preciso es confesar que esto honra á
ca no puede olvidarse de que es Borhon, y la augusta señora, y que la descarga de una
de que la circunstancia de hallarse en el buena parte de la responsabilidad que la
trono de una nacion tan poderosa, le obliga opinion pública habia hecho pesar sobre ella
de una manera particular á ser el protector por pensamiento tan funesto. Quien queda
de los intereses de esta augusta casa. Por gravemente comprometido en este negocio
cuya raz?n ~e ha opuestosiempre y se opo- es el. gobierno francés; mayormente s~ se
ne todavía, a que el trono de España salga considera que la aseveracion del Üonstitu-:
de la familia de los Barbones por el enlace cional está de acuerdo con las mesuradas,
.de la Reina; y en esto se funda la esclu- pero bien significativas indicaciones del se-
siva de los Coburgos, y se fundara la de to- cretario de la Reina Madre. No sabemos si
dos los príncipes no Borbones. el solemne esclarecimiento anunciado por


El Constitucional, aunque manifiesta sim- el Sr. Rubio, tendrá lugar con ocasion de
patias por los hijos de D. Francisco, con- las aclaraciones del Constitucional: como
tiesa sin embargo que.esta alianza ha llega- quiera, es satisfactorio el observar que el
do a ser casi tan imposible como lasdemos. asunto va poniéndose en tal situacion que
Las c~usas de esta imposibilidad las busca segun todas las apariencias, hay esperanzas
el ~enódico de París en imprudencias co- harto fundadas de que el público llegue á
metidas por la madre de los infantes, las estar perfectamente enterado del orígen V
que habían debilitado el recuerdo de auti- curso de este desventurado negocio. •
guos servicios hechos á su hermana María Es curioso por demas el tropezar con el
Cristina; y en que el gobierno francés ha Sr. Olózaga en el asunto de Trápani. Pro-
visto con disgusto que la augusta difunta bablemente el ex-presidente del consejo ha-
afiliase sus hijos en el partido progresista: brá leido con disgusto las indicaciones de1
de todo esto ha resultado en opinion del Constitucional: el ver mezclado su nombre
órgano de JIr. Thiers, que la familia del In- I en la cosa mas impopular que ha habido
fante se haya irritado doblemente, y dado desde el rey José, no habrá podido menos
algunospasos desacertados. De las indica- 11 de acibarar su desgracia. Ilé aquí las pala-
.ciones hechas por el articulista delConstitu- bras del Constitucional, «Posteriormente,




- 696 -
en los momentos en que el Sr. Olózaga iba [1 poderosos; y á tal punto llegaron las cosas
á salir de París, para ser ministro en Espa- I que quizás no faltaban hombres previsores
na, hubo en esta capital conferencias, á las I que pensasen con seriedad en evitar el ser
que asistió el rey de los belgas, en que se 1 envueltos en la oposición al futuro rcy con-
pr?nunció el nombre del conde de Trápani I1 sorte: ~l~ora todo el mundo declina la res-
é Igualmente el de su hermano conde de I ponsahilidad; y no parece sillaque el ha-
Aquila, que aun no se habia casado por I ber tom.ado parte en fa VOl' del conde de- Trá-
amor con una princesa hrasileüa.» ¿Qué I paní, es casi tan temido (;OIllO el haber sido
hay de verdad en e.stas líneas? El antiguo I1 cómplice de una especie de. crimen. ¡QU('
embajador de Paris ¡.dejarásin contestar una I desengaño para los que creyeron poderlle-
indicacion tan terminante, y que tan poco I val' á cabo este proyecto con tanta facilidad!
favor Ic hace, á él, que es uno de los pri- i En prueba de lo dicho, véase 10 que está
meros caudillos del partido progresista, y I sucediendo con el general Narvaez. Un pe-
trat~ndose de un asunto que ta~ impopular [1 riódicn conOCid~lIlll'nte. amigo, del,. ex-r.)resi-
ha Sido y es en España por vanas razones, I dente del conseja, se apresuro a mterpretar
y muy particularmente p,o~ ?u color cortesa- il de tal modo e.l comunicado del. SI'. Rubio,
no y estrangero? ¿Permltlra el Sr. Olozaga 11 que resultase Inocente su protegido.. La acu-
que le dejen envuelto en la complicidad de sacian que sobre este particular se había di-
una manera tan terrible? Las indicaciones rigido al general, era para sus defensoresla
del Constitucional no pueden ser mas ter- 11


1


mas sensible. Desgraciadamente, el articulo
minanles:o se fija el lugar, el tiempo, se uom- I del Constitucional, que el Heraldo atribuye
bran personas: la reuniónse tuvo en París, l' sin titubear á la pluma de Thiers, yen quien
precisamente cuando el Sr. Olózaga iha á i 'reconoce «al hombre del estado que está en
salir de aquella capital, para ~er ministro 1I1 posi?ion de sahcr los secretos de,la diplo-en España; uno de los personajes que.asis- '1 macia.. envuelve al Sr. Narvaez a pesar de
tieron fue nada menos que el rey de los r, todas las protestas o «El gahinete francés, di-
belgas. li ce el articulista, cometió el error de apelar


Después del Sr. Olózaga salen á la escena 1: á todos los medios que tenia para influir en
los señores Donoso Cortés y Gonzalez Bra- I1 el ánimo impresionable de Narvaez, y de ter-
bo. Segun asegura el Constitucional, se minarle en favor del condede Trápani.. Esta
inauguro en la candidatura del príncipe na- asercion tiene todas las apariencias de ver-
politano una nueva época, cuando fue á Pa- dad: por nuestra parle no dudamos que el
rís el Sr. Donoso Cortés para acompañar á ánimo impresionable de Narvacz se hahia
España á la n~i?a Madre. E~ Sr. Donoso \ d,ej,ado l. impresi?nar _en. fa rol' del conde de
quedó muy satisfecho del mento del conde I Trápani. También añadiremos que el gene-
de Trápani, que le fue muy encomiado en 1


'1


ralNarvaez, atendida su particular posiciou,
numerosas entrevistas. La cosa llegó á tal I y la estrechez del terreno en que como hom-
plinto que el Sr. Donoso debi? lI~var~e cOIf- I1 bre políti?o se ,habia colocado, no discu,rr,ia
sigo un retrato del conde de I'rápani destl- 'J"~ tan mal simpatizando con el conde de 1ra-
nado al Sr. Gonzalez Brabo, á la sazon mi- pani. Afortunadamente la opinion nacional
nistro de Estado y presidente del consejo. ! fue mas poderosa que el conde de Trápani,
¿Quién hahia de creer que en este negocio i que el embajador francés y que el general
bajo tantos aspectos desgraciado , nos hu- I1 Narvaez. ,
biésemos de encontrar con Olozaga, Dono- I Otro punto sumamente delicado toca
so Cortés, y Gonzalez Drabo? Precisamente 11 M. Thiers en su escrito, y es la popularidad
fueron estos personajes los que lucharon de los Borbones en España. «El mismo sen-
encarnizadamente cuando el ruidoso acon- !I timiento que ha hecho decir á la Francia que
tecimiento ~le Olózaga en palacio: i.serí~ po- 11 aceptaba la dinastía de O~lea~s á res~r de
sible que discordes entre SI, solo hUbl.esen 11I ser Borbon; hace que en España, SI bien la
estado de acuerdo en lo que podia dañar á I monarquía es muy popular, no lo sea mucho
la nación? Fuera de desear que todos ha- i la casa de Borbon; pero lo es todavía menos
blasen, esplicándonos la parte que á cada :1 la casa de Nápoles.» Este párrafo suscita
cual ha cabido en la impopular candidatu- :1 una cuestión importante, que vamos á exa-
ra. Hace poco tiempo que el conde de Trá-II minar con la franqueza que acostumbramos.
pani contaba con el apoyo de personajes ~ Probablemente no fallarán algunosque en




- 697-
pueden sobrevenir, y atendida la imposibi-
lidad de ejecutar repentinamente el matri-
monio con un príncipe Borbon, á causa de
que por el parentesco todos necesitan dis-
pensa del Papa, ocurren las cuestiones si-
guientes, dignas de llamar la atención de los
hombres políticos, y muy particularmente
del gabinete francés. . .


1.a Si las poteucias del Norte Hegasen á
perder toda esperanza de obtener el matri-
monio de la Reina con el conde de Montemo-
lin, ¿podria entrar en sus miras realizar el
enlace con un pr-íncipe importantede una de
las casas de Alemania, por ejemplo un archi-
duque de Austria'!


2. a Si esta idea llegase á concebirse,
¿hasta qué punto encontraria simpatías en el
gabinete inglés'?


3. a Para conseguir este objeto, ¿, seria
posible influir en los partidos españoles,
modificándolos de la manera conveniente
para que se formase un núcleo respetable
en apoyo de la nuevacandidatura'!


4. a En tal caso, ¿ hasta qué punto seria
eficaz el veto de la Francia, mavormente si
se lleva en consideracion la avanzada edad
de Luis Felipe, y las complicaciones de va-
nas clases que por necesidad debe producir
la muerte de este monarca'!


Nos limitamosa proponerestas cuestiones,
cuya resolucionabandonamos al buen juicio
del lector.


«Hoy la Reina Cristina, que tiene prisa
por casar á su hija á lin de hallarse libre
para poder salir de España, dice á nuestro
gabinete: dad al duque de lfontpensier p01'
esposo á mi llija, ó dejadme elegir unprínci-
pe Coburgo.» Asi habla el articulista del
Constitucional. Ignoramos si es verdad lo
que afirma de la Reina :Madre; pero si tene-


I mos entendido que no hace muchos dias ha
estado muy en boga la candidatura Cohurgo,
asegurándose que no era desagradahleá ele-
vadas influencias, Dejando la verdad en su
lugar, observaremosque el triunfo de la di-
plomacia francesa, que tan fácil ha sido en
estos momentos, pudiera ser mas difícil en
adelante, si sobreviniendo complicaciones
que modificasen la situación del pais, la ac-
titud de los partidos y las miras v gestiones
de la diplomacia europea, no se enlabIase la
cuestion en terreno tan estrecho, y se em-
pleasen medios mas poderosos que algunos
pasosocultos y gestiones vergonzantes.


Nos complacemos en creer que habrá al-
86


tratándose dcl matrimonio de la Reina,
crean que el ser un príncipe de la casa de
Borhon ha dc ser un título que por sí solo,
grangee cierta popularidad al marido de la
Reina, allanandomuchosobstáculos. De esta
opinión participará probablementeel gabine-
te francés. Asi es natural, que si se tropieza I
conobstáculos en uno de los príncipes Bor- I
bones se ande en busca dc otros, v se vava '
recorriendo la escala contando siempre con
la popularidad de fa augusta familia. Nos-
otros, aunque llenos de respeto por la ilus-
tre casa de los Borhones, abrigarnos algun
temor de que haya equivocacion tocante á
la opinion del paíssobre la necesidady con-
veniencia de recorrer la escala de todos los
príncipesde dicha familia. Creemos que si
no estuviesen de por medio los hijos de don
Carlos, que naturalmente han heredado las
simpatías de los partidarios de su padre, no
habría tantos inconvenientes como algunos
creen, en casar á la Ileina con un prínci-
pe no Borbon. Absteniéndonos de hablar de
los hijos del infante D. Francisco, por consi-
deraciones de delicadeza que los lectores
apreciarán en su justo valor, no tenemos re-
paro en manifestar nuestra opinion, de quesi
fuese necesario optar entre un príncipe ita-
liano Borbon y otro príncipeno Borbon, fue-
se aleman ó de otro pais, seria muy dudoso
que el primero saliese favorecido con las
simpatías de la mayoría de la nacion.


Seria de desear que cuantosintervienen en
estos negociosconsiderasenfríamente el es-
tado de las cosas, y que no se dejasen alu-
cinar por su celo en fa vor de príncipes Bor-
bones; celo que, si bien es muy justo, muy
loable, muy noble, podría no tener los re-
sultados políticos que de él se esperasen.


A propósito de esto no podemos menosde
consignar aquí una observación que nos ha
ocurrido repetidas veces. Sabido es que las
potencias del Norte simpatizan por el conde
de Montemolin, como simpatizaron por su pa-
dre; y que en la situacioná que han llegado
las cosas,el deseo de estas potencias es que
se verifique el casamiento conel príncipe de
llourges. Dado caso que este matrimonio no
pudiese verificarse, y por circunstanciasim-
previstas la familia de D. Carlos hubiese de
quedar perdida para siempre, no creemos
que dichas potencias tengan ningun interés
dinástico ni político, en que la Reina de Es-
paña se case conun príncipe Borbon. En las
muchas y gravísimas complicaciones que




)fadrid L· de julio de 181+6.


Las palabras de ]JI. Thiers en la cámara
de los diputados, el comunicado del Sr. Ru-
bio, secretario de la Reina Madre, y el ar-
tículo del Constitucional, han suscitado de
nuevo la cuestíon del matrimonio de S. M.
aumentando un interés que ya de suyo es
siempre muy grande. Con estos sucesos ha
coincidido una circunstanciamuy digna de
notarse , y es la noticia mas ó menos funda-
da, que se ha esparcido estos últimos días,
d,~ que el gobierno francés apoyaba la can-
didatura del conde de j[olltemolin. La gra-
vedad de esta nueva no la han desconocido
I~s periódicos de la corte: los que mas se
distinguen por su oposicion al matrimonio
conciliador , han dado cuenta de ella, dejan-
do entrever los recelos que les inspiraba.
Por nuestra parte dejamos á dichos periódi-
cos la responsabilidad de una noticia tan I
importanta, bien que no tenemos reparo en
decJ~ que no nos parece inverosímil.


. Ciertamente que si alguna vez ha conce-
llldo. cl gáhinete de las Tullerías algun pen-
S~ll1lento. útilá la España y á la misma Fran-
CIa., debiera contarse entre estos el de favo-
recer al coiule de iJlontemolin; estamos en la
profunda conviccion de que si no sigue este
cammo la diplomncia francesa, se verá por


- 698-
guna inexactitud ren lo que dice El Consti-· necesidad envueltaen tales conflictos que le
tuciono; sobre los,deseos de la Reina Madre. han de acarrear gravísimos disgustos. Enel
No es fácil persuadirse que 'esta augusta Se- número anterior hemos suscitado una cues-
üora, tan enterada como debe estar de la tion que consideramos digna de llamar la
verdadera,situacion del pais, y tan deseosa atencion del gabinete francés; porque en
del bien de su augusta Hija y de la felicidad nuestro concepto, es muy posible que si la
de los españoles, se haya colocado en la al- Reina no secasaconelcondede ,Montemolin,
ternativa de un príncipe francés ó un Co- se haga el matrimonio con un príncipe no
burgo. Lo que acaba de suceder con la can- Borhon. Desdeel momento en quelaspoten-
didatura del conde de Trápani, de cuya res- I cías del Norte influyesen en este sentido, la
ponsabilidad, por lo menos en cuanto al \ influencia fra~cesa en favor de ~os Borbones
origen, se va defendiendo esta augusta Se- se vena terriblemente contrariada por los
ñora, debe hacernos cautos para no dar fá- mismos hombres que durante la guerra ci-
cil asenso á nuevos cargos que se le dirijan vil le han debido á la Francia no pocos favo-
en Espaüa y en el estrangero. res. En estos últimosdias le ha sido fácil al


embajadorfrancés desbaratar el proyecto de


\
un príncipe Coburgo , que segun todas las
apariencias, llevaba camino de adelantar


\


rápidamente; pero no le seria tan fácil lograr
su objeto, si el proyecto matrimonial, en
vez de ser un pensamiento de pocas perso-


CON EL CONDE DE ~IONTEMOLIN. nas, Ysolo apoyado por influencias mas ó
menos rebozadas, hubiese tenido el sosten
de las potencias del Norte.


Esta cuestión la habiamos suscitado adre-
de, con la esperanza dc que, siendo el ne-
gocio tan grave y su resolucion tan inminen-
te, dirían su opinlon sobre el particular los
periódicos de la corte, muy especialmente
aquellosque pasan por amigosde la fraccion
de la cual se había dicho que trabajaba por
un príncipe Coburgo. La nacion no puede
menos de ganar en que la cuestion se diluci-
de bajo todos sus aspectos. Desgraciada-
mente no ha habido siempre en este punto
toda la franqueza que -era de desear; y esto
ha producido que la verdad se vayaesclare-
ciendo con mas lentitud de lo que conviene.
Háblese de los candidatos que se quiera:
pero discútase, no deseamos otra cosa. No
se dirá que intentamos traer aquí al condede
Montemolin c~n manejos tenebrosos. Lasin-


I trigas han menester de tinieblas; á las cansas, grandes, nacionales, les conviene la luz.
A propósito de estas indicaciones de que


acabamos de hablar, el Tiempo ha tenido la
ocurrencia de decir que ya pensábamos en
otro candidato. Sobre este particular el
Tiempo puede estar tranquilo; elPEl'íSAMIEl\-
ro DE LA NACION apoya y apoyaráen ade-
lante el matrimonio con el conde de hIonte-
molui como el único que puede evitar á la
España grandes calamidades y asegurar so-
bre bases sólidas su tranquilidad y su dicha.


Ocasiones tendremos de probar al Tiempo




- 69!1 -
que en este negocio, el I)E~sAmE.NTo DE LA se está haciendo de continuo el PE~S.UIJKN­
NACION no se enmienda tan fácilmente. A TO DE LA NACION, tiene una en la actualidad,
pesar de que hemos dicho no pocas cosas y es, que el aSIll~to del conde de J1ontemo-
sobre esta cuestion todavía nos quedan al- lin nunca se habla hallado en un estado tan
gunas por decir; 'y para presentarla. bajo :1 satísractodo. El Espa~ol que no suele care-
nuevos aspectos, necesitábamos discutir al- !I cer de noticras, podra t~1 ve~ sacarnos ~Ie
gun tanto sobr~ príncipes alemanes. Pe."ro il este .error; mas P?ra evitar disputas, y a.hr-
no somos tan exigentes con\os <lemas, como ~ maeiones y n~gaclOnes, \0 melor~er.a que
algunos lo han sido con nosotros; cuando I apelemos al tiempo, que como decia el se-
deseamos saber cuál es la opinion de nues- sudo escudero del héroe de la Mancha, es
tros colegas, hacemos una indicacion: la el mejor médico de estas y otras muchas
cortesía no permite llegar á preguntas, y enfermedades. .
mucho menos á exigencias. Se ha dicho que no consignábamos con


Al hablar de! Tiempo no podemos olvidar exactitud los hechos al afirmar que el ma-
lo que ha dicho el Español de que esta vez trimonio del conde de J1[ontem6~in era .re-
empleábamos un tono lánguido y descolori-I conocido por bueno, pero irrealiza.ble, 11l1-
do; que el PE'iSA1I1E;;TO DE LA NAClON no posible. Nuestros lectores recordaran cuan-
hahía tenido «aquella vigorosa energía y tas veces se nos ha objetado que esto era
aquella copia de razones que sabe sacar de una utopía galana, y nada mas. En este
los asuntos mas triviales, y que hasta falta- sentido hablábamos al decir que este matri-
ha esa solemne entonacion , esa especie de monio era tenido por bueno, pero imposible.
fatídica franqueza, que tanta importancia Lo mismo en sustancia afirmaha el Consti-
dan á sus escrites.. Permítasenos observar tucional de París; V haciéndonos cargo de
que nuestro objeto en dicho artículo, era su artículo era natural que no olvidásemos
esplanar los hechos consignados en el Cons- el argumento. A este propósito perrnltase-
titucional de París; y que hablamos del nos negar que en el artículo anterior haya-
conde de "'fonlemolin como de uno de los mos torcido las intenciones de nadie. El
varios candidatos traídos á la escena por el Tiempo no ha sido justo, dirigiéndonos esta
citadoperiódico. En tal caso, si hubiése- inculpacion. Nuestra idea era la siguiente:
mos insistido en argumentos ya muchas ve- «Existe un poderoso gérmen de discordia,
ces repelidos, se habria dicho que éramos la pretensión dinástica. Es necesario ahogar
pesados: mas queremos que se nos haya lla- este germen, lo que es posible con el m.a-
mado lánguidos y descoloridos que no in- trimonio.: Ahora hien: nuestros adversarios
oportunamente enérgicos y fogosos. Cuando convienen en que existe ese gérmen: no
se escribe para el púhlico es preciso resig- creemos que nieguen la luz del sol en me-
narse á que no todos queden contentos: por dio del dia ¿Se hacen la ilusiou de que el
nuestra parte estamos penetrados de que no partido carlista quedará satisfecho si no se
es posible evitar censuras encontradas. En hace el matrimonio con el conde de Monte-
cuanto á la solemne entonacion y á la frnn- . molin? Apelamos al buen juicio de nuestros
queza fatídica de los escritos del PENSAMIEN- adversarios. Luego,cuando poniamos en
TO, damos gracias al Español por habernos boca de estos, «es necesario acabar con los
advertido de estas cualidades; nosotros no gérmenes de discordia, pero esto es impo-
las habíamos nolado. sible,» no haciamos mas que resumir lo que


No sabemos si habrá para los publicistas estan diciendo todos los dias.
dias nefastos: esta es una cuestion astroló- Lejos de nosotros el torcer susintencio-
gica que no queremos profundizar; pero nes; lejos de nosotros el suponerles un co-
desde luego. nos inclinamos á la opinion ne- razón tan poco español, tan cruel, que no
gatira del Español, creyendo que solo hay deseasen acabar con los gérmenes de la dis-
buenos ó malos asuntos, buenas Ó malas cordia. Estraüamos que hayan comprendido
causas. Conviniendo empero en el principio, tan mal nuestras palabras. Para satisfacer-
sacamos una consecuenciadiferente. El Es- les cumplidamente les haremos hablar de
pañol quiere esplicar el fenómeno del tono nuevo) á ver si acertamos. «ta pretensión
lánguido y descolorido, por el mal estado »dinástica existe; desgraciadamente teneis
del asunto del conde de 1~[ontemolin. Errada »razon, Ahí estan los campos todavía hu-
conjetura! entre las muchas ilusiones que »meantes con la sangre vertida en la" guer-




- 700 -
»ra eivil ; ahí. está la actitud de la familia de 1\ praria con un nuevo elemento de discordia:
»Bourges, Una .pretension dinástica es un una reaccion violenta.
»poderoso germen de discordia; en esto te-' Queremos prescindir de las muchas con-
»neis razon: es tan evidente que no neccsi- I sideraciones con que otras veces hemos sol-
» ta de prueba. A esta causa se debe la exis- I tado esta dificultad, y solo nos atendremos
»tencia de un partido á quien recientemente I á una observación muy sencilla. Nuestros
»nosotros mismos hemos llamado ilegítimo, adversarios se apoyan en una conjetura 'mas
»pero grande. Esta es una prueba de nues- I ó menos fundada; la prevision de una reac-
)) tra franqueza. Deseariamos tanto como cion: nosotros nos apoyamos, no en una
)) vosotros que desapareciese todo germen pveoision , sino en un hecho palpable. El
»de discordia; pero las circunstancias se mal existe; todos lo reconocemos: el reme...
»han combinado de tal modo, las C{lSaS han dio está indicado; pero no se le quiere adop-
»llegado á tal punto y por tales medios, que ! tar porque se teme un mal mayor: fluctua-
)) es imposible acceder á las exigencias de limos pues entre la realidad de un mal y el
»partido carlista. Respecto al matrimonio temor de otro. Nosotros decimos: aplíquese
»de la Reina, no somos necios hasta el pun- el remedio sin vacilar; no hay que temer
»to de creer que este partido quedará satis- las consecuencias. Nuestros adversarios di-
»fecho si no viene á España el conde de cen: por temor á estas consecuencias deje-
))Jlontemolin; pero este es un malnecesa- I mos que el mal subsista, y que el enfermo
»rio, á que nos resignarnos para evitar otros se agite en medio de fuertes convulsiones
"mayores. Nos direis que no ahogamoseste durante largos afias. Entre un malcierto y
»elemento de discordia, es cierto; pero es un mal posible, la eleccionno debe ser du-
»para no esponernos á reacciones violentas, dosa. A estos términos se halla reducida la
)) que podrian acarrearnos discordias mas cuestiono
»peligrosas, Quede pues consignado que Nuestro sistema se funda sobre hechos
"n~sotros deseariamos .acabar con todos los 1, indudables; ~I opuesto estriba en temor~s;
»germenes de discordia: pero que esto lo 11 en nuestro sistema se cstmgue la cuesuon
»consideramus una utopía irrealizable, que I dinástica, se consigue que un partido gmn-
) es preciso dejarlo á la lenta accion del de deje de ser ilegítimo, que el trono tenga
)J tiempo, é imitar la conducta de la lnglater- por sostenedores á todos los que pelearon
»ra que en ódio á Jos Estuardos se resignó por D. Carlos. Estos son resultados positi-
)) á vivir sin sosiego, con un gran parti- vos, ciertos, evidentes; lo demas son temo-
»do antidinástico, por espacio de sesenta \1 res, conjeturas, cálculos sobre el porvenir.
»años.» Nosotros nos fundarnos en lo que es; nues-


Desearíamossaber si nuestros adversarios adversarios se fundan en lo que puede ser.
creen que hemos traducido con infidelidad 1I Con el artículo del Español, el negocio
su pensamiento: si no hemos sido felices al li del cunde de Jlontemolin ha mejorado mu-
presentarle, no es por falta de cuidado v cho: la cuestion ha salido del terreno de la
mucho menos de lealtad. Ahora, para no I posibilidad, y se ha colocado en. el de la
quedarnos sin defensa, séanos permitido conveniencia. Esta es una ventaja importan-
compendiar también nuestras ideas v some- I1 te. He aquí las palabras de dicho periódico:
terlas al juicio de los lectores imparciales. I «Nosotros creemos realizable y muyposi·


Primer hecho indudable. La existencia bleel matrimonio con el desterrado deBour-
de la pretension dinástica. ges, porque está muy lejos de hallarse en


Segundo hecho, no menos indudable.Hav l el número de las imposihilidades humanas;
un poderoso gérmen de discordia, mientras ! pero no lo creemos ni bueno, ni útil, ni
exista la pretension dinástica. conveniente. Nuestro cólega dice que por-


Tercer hecho, igualmente indudable. [a que es lo mejor debe ser posible: nosotros
alta importancia de acabar con este pode- decirnos que es posible, pero que no es bue-
roso germen de discordia. no.» Admitimos desde luego la confesion del


Consecuencia evidente. Alta importancia Español de que el matrimonio es posible, y
de acabar con la pretension dinástica. mU!J posible; esto no 10 habíamos leido hasta


Hasta aqui todos estamos acordes. ahora en ningun periódico moderado. La voz
¿Que se responde á estas razones'? Hélo de imposible está resonando hace mas de un


aquí: el ahogar la cuestion dinástica se corn- año. El Tiempo mismo en su número del26




- 701 --
se espresa así: «el enlace mas difícil por i A propósito de las seguridades que el KIf~
mas inconveniente, el que tenemos por im- i pañol desea para desvanecer los recelos que
posible, es el que algunos sostienen todavía I infunde el príncipe, no podemos menos de
á favor del conde de 11Jonlemolin.» El Cons- consignar una observacion importante. En
titucional en el artículo en cuestion, dice lo las voces que circulan, y de que se han he-
siguiente. «lle aquí como el condeáe Jfon- cho cargo Jos periódicos, sobre las gestiones
temolui , cuyo matrimonio seria aceptable de cierto gabinete acerca del proscrito de
corno medio para terminar las' pretensiones Bourges, es sumamente notable no haberse
dinásticas, es bajo todos los dernas conccp- dicho que el príncipe tuviese reparos poli-
tos un candidato imposible.. tices , ni que se manifestase contrario á los


Descartada la imposibilidad, ya solo res- principios de tolerancia. Solo se ha indica-
ta el discutir sobre la conveniencia. Esté do que la dificultad se refería á lo que el
seguro el Español, de que nos creernos ali- conde de Montenwlin cree que puede afee-
'viudos de un gran peso con su confesion de I tal' tÍ su honor y al de su familia. Esta cir-
que el matrimonio noes imposible; esta ter- cunstancia es muy importante, porque sea
rible palabra, atravesada siempre en la dis- cual fuere la ilusion en que eljóven príncipe
cusion, era un obstáculo poco menos que pueda hallarse respecto al objeto y funda-
insuperable. Los tímidos no dudaban de la mento de sus pretensiones, siempre es muy
conveniencia sino de la posibilidad. La voz honrosa á su carácter y domas cualidades
general era esta: (les muy conveniente, pe- personales una conducta que no tiene por
ro es imposible. » Si se plantea la cuestión fin satisfacer venganzas ni provocar reac-
diciendo: «es posible, pero ¿será convenien- ciones, sino únicamente salvar del modo po-
te?» la resolucion no es dudosa, sible, Jo que él considera no poder aliando-


Despucs del notable párrafo que acaba- nar del todo, sin menoscabo de su dignidad.
mos de trascribir, encontramos otro del No dudamos que en este punto le harán jus-
cual quizá podria inferirse que dadas eier- ticia sus propios enemigos: en casos seme-
tas condiciones, no seria el Español tan I jantes se prescinde de opiniones, solo se es-
intratable en este punto, como parece á cucha al corazon.
primera vista. Dice este periódico que para Pregunta el Español si conel casamiento
hacer hueno el matrimonio, «seria preciso se acallaría el partido carlista, y cree que
que adoptase otra conducta el candidato y no, porque no es del carácter de los parti-
su familia: que se buscaran medios de reali- dos estrernos el ceder con tanta facilidad
zacion antes de irse tan directamente á la ni el contentarse con tan poco. El Español
realizacíon misma; que se procurara desva- se engaña. Lo que desea el partido carlista
necer los recelos que todavia infunde el es que se constituya un estado de cosas en
príncipeque representa los principios con- I que no sea tenido por ilegítimo; y en el
tra los que se ha peleado tantos años; y que I cual pueda acomodarse sin sacrificar sus
se diesen otras garantías de olvido de lo pa- convicciones, ni faltar á sus compromisos.
sado, y de respeto para lo presente y lo Esto se lograria con el casamiento; y no le
porvenir, que las que se desprenden de un parecería tan poco al partido carlista, que
manifiesto y de unos cuantos artículos de no es esclusivo como se supone, y está muy
periódico, En esta parte el Español estaría lejos de hacerse las ilusiones que sus adver-
muv razonable, si no tuviese la desgraciade sarios se figuran.
pon'er al fin lo que dehe estar en el prinei- Ademas, y esta consideracion es impor-
pio. Antes de buscar los medios de reali- tante: el partido carlista es eminentemente
zar, es necesario ver si conviene realizar. monárquico y religioso, y por esta razon,
El Español piensa lo contrario: creyendo es el lilas manejable, cuando se encargan
equivocadamente que se va directamente á de eIJo las personas en quienes reconoce
la realizucion misma sin pensar en los me- autoridad. Ignoramos hasta qué punto se
dios. \0 se nos oculta que en esto se han prestaria el conde de Jlfontemolin á transigir
de encontrar dificultades; pero en cuanto se en las pretensiones dinásticas; pero esta-
busque seriamente esperamos que se los mos profundamente convencidos de que fue-
hallará. Pongámonos antes de acuerdo en la . ra cual fuese el curso y el resultado de las
sustancia de la cosa; luego trataremos del I negociaciones, bastaria una palabra del priu-
modo. cipo para que el partido carlista callase y




- 70':}-


SOBRE EL MATRIMONIO DE LA REINA.


Est'l'ito en Barcelona eu 9 de julio de 18,~6 l publicado e-n
MaJl'id {'JI 1(j del mismo.


obedeciese. Esta, repetimos, es una consi-
deracion importante. Las exageraciones de
los partidos monárquicos nunca son tan te-
mibles comolas de Jos partidos revoluciona-
rios; aquellos tienen un resorte con el cual
se los mueve, ó se los comprime: el princi-
pio de la autoridad; estos son una especie


. de protestantes políticos; cada cual piensa
lo que quiere, y hace lo que le viene en
talante, si no se lo impide la fuerza. De esto
se.tuvo un ejemplo en los últimos tiempos
del Rey Fernando. El partido monárquico
dueño.del gobierno, dueño del ejército, due-
ño de la administracion del pais, fuerte con
una organizacion religiosa, que disponia de
rentas considerables, y contando con iunu-
merables batallones de voluntarios realistas,
se dejó destituir y desarmar, v contempló
tranquilamente su ruina por 'no faltar al
principiode la obediencia. J\ingun partido
revolucionario es capaz de una abnegacion
tan heróica.


su resolucion pende la suerte de la Españíl'
para algunas generaciones, preocupa mas
vivamente los ánimos, y es la principal
causa de la inquietud en los momentos ac-
tuales. El lector habrá comprendido que


I aludimos al matrimonio de la Reina. No pa-
sa un dia sin que los periódicos lo recuerden
de diferentes maneras, esparciendo noticias
maso menos verosímiles, lilas Ó menos fun-
dadas; pero repetimos que la inquietud de
la prensa no llega á igualar la inquietud del
pais, y (¡ue las discusiones sobreeste asun-
to no son mas que un pálido reflejo del mo-


I
vimiento de las opiniones que con este mo-
tiv~ se desenvuelven y se agitan en,la Es-


I palla.
Es sensible que en este negocio una parte


de la prensa no 113ya comprendido, ónohaya
querido comprender, toda la gravedad de su
mision,toda la importancia de su influjo. Era
de esperar que en la cuestión mas trascen-
dental qne se ha ofrecido y puede ofrecer-
se á la nacionespañola, se haría un esfuerzo
para levantar la discusiou á la mayor altura
posible, entablándose una polémica concien-
zuda, fuerte, dilatada, en que se ventilasen
con sohreabundante copia de razones las
ventajas y los inconvenientes de esta é
aquella cornbinacion, de este ó de aquel mo-
do de ejecutarla. Ahí estaban para dar mo-
tivo á consideraciones importantes, Jos inte-


Pocas vetes, como ahora, ha sido la in- reses del trono, los de la dinastía, los del
quietud de la prensa la verdadera espresion pais en su organizacíon interior, en sus re-
de la inquietud pública. Desde 1833 se ha laciones estrangeras. No cabe cuestion en
visto con harta frecuencia que la inquietud I que los argumentos en diferentes sentidos
de la prensa escedia en mucho á la inquie- I se ofrezcan en mayor abundancia, ni en la
tud del pais; masen la actualidad bien pue- . cual puedan campear con mas desembarazo
de asegurarse que no la escede ni siquiera la erudicion y el ingenio. Aqui podían lucir
la iguala. Al decir esto, no nos referimos á su instruccion los aficionados á estudios his-
la inquietud revolucionaria, síntoma de la tóricos; aqui manifestar su previsión los
fermentacion de ideas anárquicas y pasiones hombres políticos, aqui hacer sentir la deli-
turbulentas; sino á la inquietud que nace cadeza de su tacto v la verdadera situacion
de la espectativa de grandes acontecimien- de los gabinetes de Europa, los aprove-
tos, y de una confusa mezcla de halagüeñas chados en la carrera diplomática. Esta es
esperanzas y de temores aciagos. Esta es la una cuestion que, sea cual fuera el sentido
inquietud que ahora reina en la capital como en que se la resuelva, ocupará largas pági-
en las provincias, en las ciudades populosas I nas en la historia de España por sus ante-
como en las aldeas, en todos los partidos, 1


1
cedentes y por sus resultados. El historia-


en todas las opiniones, y que no puede ser 1; dor buscará con. afan los escritos contempo-
calmada sino con el desenlace tinal de la I ráneos sobre una materia tan importante;
complicacion que nos abruma. Entre todas I y si encuentra pocos notables, si observa
las cuestiones pendientes sobre el país, des- j' que los homhres de la época han consumido
cuella una colosal, inmensa, de consecuen- , el tiempo en discusiones secundarias, olvi-
cias irremediables si son malas, y duraderas 1I dando la principal, se indignará por tamaño
si son buenas; y que por lo mismo que de Bdescuido, y se indignará con razono




- 703 -
Triste es decirlo, pero mucho tememos datos, sin presentar unopropio? No es falta


que esta conjetura se ha de realizar: ya des- de talento ni de osadía; es falta de razon;
de ahora la prensa no se libra de una grave es que la naturalezamisma de las cosas está
responsabilidad en este punto, sino se apre- indicando el candidato, únicoconvcnicnte,
sura á declinarla con una discusion mas ám- el único que puede evitar á la nacion cala-
plia y razonada de lo que ha hecho hasta midades sin cuento. La opinion pública se
el presente; sino contenta con indicaciones, ha ido formando en buen sentido y se halla
con noticias, con artículos ligeros, no puhli- en la actualidad en tal estado de robustez,
ca sobre este particular trabajos serios en que no dudamos asegurar que la nacion es-
que se vea que el autorha meditado profun- pañola en su mayoría, sí, en su inmensa
damente la cuestion, y despues de haberla mayoría, es favorable al proscrito de Bour-
mirado bajo todos sus aspectos se ha forma- ges. Está connosotros el partido carlista en
do decididamente una opinion tija que pro- masa; está con nosotros la fraccion del par-
cura hacer triunfar en la arena de la discu- tido monárquico que ha sostenido á Isabel Il;
sion pública. está connosotros un número muy considera-


(Nada de intrigas tenebrosas, nada de ble del partido moderado; y por mas que se
violencias, nada de amaños indignos; pu- diga, no se hallan tan distantes como se ha
blicidad y mas publicidad, hé aquí lo que querido suponer, los hombres pensadores
deseamos en este negocio; puhlicidad y del partido progresista. Median todavía re-
.mas publicidad , para evitar una sorpresa: celos, descontianzas, temores infundados,
aplacemos su resolucion , pero entre tanto que el tiempo acabaráde desvanecer; y por
meditemos cuál seria la mas conveniente.: poco que se aplace la resolucion de este ne-
Esto deciamos á fines de enero de '184.)) al gocio , esperamos que la opiuion llegará á
publicar nuestro primer artículo sobre la ser tan compacta que no dejaria de tomarla
cuestión del matrimonio de la Reina; asi nos en consideración la alta sabiduría de S. M.
esforzábamos por levantaren la prensa esta No exageramos, no: tenemos en favor nues-
cuestión para que se entablase sobre ella tro la inmensa mayoría de la España: la
una discusion solemne en que tomasen parte oposicion de algunos pequeños círculos de la
las plumas mas aventajadas. ¡Yanos esfuer- I capital, va encontrandose cada dia en ma-
zos! el pais presenció durante dos meses el yor aislamiento: en Madrid todavía se los
singular espectáculo de un periódico que ve; mas desde las provincias, ya se los di-
defendía una opinion contraria á la de todos visa con harto trahajo : (asolas van crecien-
.los órganos de la prensa, progresistas y mo- do, y los imperceptibles puntosdesaparece-
.derados, y á cuyas razones no se contestaba rán bien pronto bajo el nivel de las aguas.
.afectando desden de tomarlas en considera- Ninguno de los otros candidatos puede
cion. Sien tamañas cuestiones nose discute, resistir á la prueba del tiempo ; solo el conde
¿paracuándo se reservala discusión pública? de llfontemolin va triunfando de todas las
Si para casos semejantes no sirve el sistema oposiciones ,sin mas armas que la razon,
de publicidad, ¿para cuándo servirá? sin mas apoyo que Jos evidentes motivos de


Las discusiones de la prensa, tanto pro- I conveniencia pública. Hasta ahora han esta-
gresista como moderada, se han limitado , do en juego cuatro candidatos; todos han
casi siempre á la esclusion de este ó aquel ' desaparecido al primer impulso. Esta histo-
candidato, pues que apenas merecen recor- ria es digna de ser recordada porque encier-
darse los pocos y ligerísimos artículos quc ra lecciones muy instructivas.
se han escrito en favor dcl infante D. Enri- En ciertas épocas se había pensado en un
que. ((Ahajo Trápani, no queremos Monte- hijode Luis Felipe; pero á pesar de los de-
molin, fuera losCoburgos;» á esto se ha re- ! seos de altos personajes, el proyecto no so-
ducido toda la polémica, esceptuando unso- 110 nopudollegar á madurez, peroni siquie-
J:.¡ periódico que ha escrito largamente en ra á tomar el carácter de un negocio serio.
favor de un príncipe de Portugal,que tiene ¿Yporqué? porque se suponia, y conrazon,
contra si la dificultad de una imposibilidad que la Europa no habia de consentir seme-
masevidente que la luz del dia, jante enlace; y que con esto la influencia


¿Cuál es la razon de que los adversarios francesa se baria odiosa en España como lo
del conde de Jlontemolin se hayan limitado reconocía el Constitucional en su famoso
á un pensamiento negativo , á escluir candi- aruculo. Es decir, que el pensamiento polí~




-70l¡. -
tico era tan profundoe. tan acertado , ron
conciliador, que tenia contra si á propios y
estraños,


Eliminado el príncipe francés, se pensó
en el conde de Trápani, que naturalmente
debia presentarse, cuando se andaba en
busca de príncipes Borbones no españoles.
El gabinete francés apoyaba la candidatura;
la Reina Madre se resignaba segun atesti-
gua el Constitucional; la Inglaterra no se
oponia; y el hombre de la situacion se ha-
llaba ya con espada en mano, pronto á car-
gar sobre los refractarios y dar cima al ape-
tecido proyecto. ¿Qué ha sucedido, qué se
ha necesitado para disipar la obra de una
coalicion tan poderosa? La prensa protesta,
algunos diputados se comprometen á firmar
una manifestacion: la alarma y el descon-
CIerto penetran en la coálicion inespugnable,
la derrota se pronunciaen todos sentidos, y
el desastre es tan grande que en la actuali-
dad nadie quiere haber tenido la culpa, y
muy altos personajes de aquende y allende
el Pirineo , no se avergüenzan de disculpar-
se ante el tribunal de la opinion pública. ¿No
les parece á nuestros lectores que la candi-
datura debia apoyarse en fundamentos bien
sólidos, que debia de tener en su favor muy
fuertes razones de conveniencia pública,
cuando al primer impulso ha venido abajo
de una manera tan estrepitosa?
. El príncipe Coburgo no ha sido mas afor-
tunado que el conde de Trápani ; y si la re-
pulsa no ha sido tan ruidosa, es porque ha
tenido la discrecion de no adelantar dema-
siado las negociaciones. Ni siquiera se han
necesitado las protestas del pais; un emba-
jador estrangero ha dicho una palabra, y el
proyecto se ha desvanecido como el humo,
¿Que será una candidatura que no pueda
resistir al desagrado de una potencia es-
trangcra?


Recordarán nuestros lectores que habrá I
cosa de un año un periódico de la situacion
se declaró por el infante D. Enrique, con I
un entusiasmo· tan repentino, que dejó
asombrados á los que no podian atinar en la
verdadera causa. Desgraciadamente, la co-
sa se deshizo como se hizo; nació sin pre-
parativo y murió del mismo modo. Sncesos
posteriores vinieron á empeorar la. situacion I[
del infante, á la sazon va no muv agrada-
ble; y habiendo tenido la desventura de ser
apoyado por el partido progresista, será di-
ficilque pueda rehabilitarse a los ojos de


elevadas influencias, y aun de todosaquellos
que no quisieran ver en el marido de la
Reina un apoyo, no diremos probahle , pero
ni aun posible, de las ideasrevolucionarias.


Es de notar que el infante D. Enrique fue
propuesto por una fraccion del partido mode-
rado, la menos escrupulosa en puntoá 'doc-
trinas y prácticas parlamentarias, los ami-
gos del general Naroaez , y luego ha sido
apoyado por los progresistas; lo quesigni-
tica que el augusto príncipe no representa
ningun pensamiento político, y que quizás
los partidos podrían buscarle para marido de
la Reina, como instrumento de miras, á que
sin duda no se prestaría un personaje de
categoría tan elevada; pero como hechos
recientes havan dado sobradomotivo á locas
esperanzas,' el daño que se ha hecho á la
candidatura del augusto príncipe es de todo
plinto irremediable, Nien la corte, ni en la
inmensa mayoría del partido moderado, po-
drá encontrar simpatías una combinacion,
con tal entusiasmoaconsejada por el partido
progresista. Este hecho Jo dice todo.


La candidatura del conde de J.~Iontemolin
ha tenido en contra oposiciones mucho mas
fuertes que todas las indicadas. Oposicion
en el estrangero, oposicion en la corte, opo-
sicion en el gobierno, oposicion en los hom-
bres influyentesdel partido dominante, opo-
sicionconstante enla prensa; y sin embargo,
lejos de que se hayan debilitado las proba-
bilidades de 'su triunfo, se han robustecido
sobremanera v se van robusteciendo de ca-
Ja dia. Esto' ¿qué prueba? prueba que la
candidatura del príncipe de Bourges tiene
uua fuerza intrínseca, no dependiente de
las circunstancias del momento, de estas ó
aquellas intrigas, de estas ó aquellassimpa-
tías, yquees un pensamiento grande, nacio-
nal, con cuya ejccucion se pondria término á
las calamidades de nuestra patria. Se le ha
desechado mil veces, se ha dichoque el pro-
yecto era imposible, se han hecho las pin-
turas mas negras del porv enir que nos ha-
bría de traer, se ha procurado intimidar á
sus defensores, se ha tratado de confundir
una idea de conveniencia pública con un
sentimiento de deslealtad, retrayendo de
esta suerte á los pusilánimes que no pueden
soportar que se les llame carlistas; peroto-
do ha sido inútil; la candidatura del conde
de Jlontemolin no ha muerto á pesar de
tantos y tan violentos ataques, vive aun,
mas poderosa que nunca, cada dia va con-




-- 705 -
quistando nuevos partidarios: de {as oposi-
cíones , unas ceden, otras son menos ohsti-
nadas; y el pais en espectativa de este
grande acontecimiento, tiene lija su .espe-
ranza en el enlace que ha de inaugurar una
nueva época de tranquilidady ventura.


A tal puntq han llegado las cosas: tan
fuerte es la opinion que apoya al conde de
_~fontemolin, son tales los obstáculos que se
oponen á otro enlace sea el que fuere, son
de tal gravedad y trascendencia los resulta-
dos que pudiera acarrear un paso precipita-
do, que ha de ser muy dificil encontrar
hombres públicos de algun valer, que acon-
sejená S. M. un enlaceque deje desconten-
ta á la inmensa mayoría de losespañoles. Se
combinarán nuevos proyectos, se urdirán
intrigas, se tentarán nuevos medios, se
ponderará la imposibilidad del enlace con el
conde de llIontemolin, correremos quizás
nuevos peligros de una resolucion precipita-
da como en la candidaturade Trápani; pero
antes que se ejecute un proyecto funesto se
hará oir de nuevo la opinion pública, se
agitará de nuevo el sentimiento de naciena-
lidad , y los hombres públicos que quisiesen
arrojarse á UDa empresa desatentada retro-
cederán ante la voz del pais que llegará res-
petuosa á los oidos de S. )1, y le hará en-
tender lo que mas conviene al sosiego y
felicidad de sus pueblos. Sí, lo repetimos,
no hay hombre público de algun valer que
tenga. bastante resolucion para ejecutar
proyectos semejantes; no hay hO,mbre públi-
co de algun valer que se atreva a cargar con
la tremenda responsabilidad de desaprove-
char para siempre la ocasion que nos depara
la Providencia de estinguir la cuestión di-
nástica, de fundir en uno varios partidos, y
de establecer un gobierno sólido que haga
imposibles para mucho tiempo las revolucio-
nes y las reacciones, dando á España la
direccion conveniente para que entre en el
movimiento regular y progresivo de los pue-
blos europeos.


Todas las candidaturas, escepto la del
conde de Montemolin, se hallan ya tan gas-
tadas, que el traerlas de nuevo á la escena
no puede caber sino muy dificilmente en el
pensamiento de un hombre político. ¿Hay
quien pueda resucitar la candidaturade Trá-
pani, rechazada con tal esplosion de impo-
pularidad, y tan desastrosamente desbara-
tada, que declinan públicamente su respon-
sabilidad los mas elevados personages? La


sota idea á,e este proyecto. ¿no seria capar,
de hundir para siempre la reputacion del
hombre público mas acreditado? ¿Habrá
quien piense en un hijo de Luis Felipe,
cuando el mismo gobierno de las Tullerías
se niega á la. ejecucion de este proyecto,
porque á mas de ser muydifícil en su reali-
zacion , produciría á la Francia gravísimos
conflictos? Después del famoso manifiesto
del infante D. Enrique, después de las vio-
lentas rupturas que hemos presenciado, des-
pues del entusiasmo que por él está mani-
festando el partido progresista, ¿habrá quien
considere realizable semejante matrimonio?
¿No se alarmarían á mas del partido monár-
quico, la inmensa mayoría del moderado, y
tanto y mas que ambos, no debiera alar-
marse la corte"?


Bien se han conocido las dificultades que
acabamos de indicar; y por esto hace mu-
chos dias que altas influencias no piensan en
un príncipe Borbon ,y meditan un enlace
con un Coburgo, ó quizás con algun otro
príncipe de las casas de Alemania. Asi tal
vez resucitarían proyectos, que segun tene-
mos entendido, se habian concebido ya du-
rante la guerra civil; y es probable que si
los calamitosos sucesos de Portugal no hu-
biesensobrevenido encircunstancias críticas.
tal vez no hubieran producido un efecto tan


. completo y tan pronto las gestiones y pro-
testasde un diplomático estrangero. La Pres-
se de París ha publicado una carta muy no-
table sobre la política inglesa con respecto
al matrimonio: no diremos que sea exacta
en todas sus partes; pero es bien seguro
que la diplomacia francesa tiene sobrados
motivos para no estar tranquila,


Ya que hemos pronunciado los nombres
de Coburgo y de Portugal, séanos permitido
llamar de nuevo la atencion sobre el escar-
miento que nos ofrece el reino vecino. La
semejanza entre España y Portugal en lo to-
cante á la situacion política. es completa:
solo una circunstancia nos distingue, y es
que allí se ha perdido toda esperanzade re-
medio porque se ha dado el paso que algu-
nas personas están meditando en España. La
Reinade Portugal está casada con un prín-
cipeCoburgo ; la euestiondinástica subsiste;
el partido monárquico ve' imposihle toda
conciliacion; el tronode aquella infortunada
princesa se encuentra combatido por dos
partidos estremos, el revolucionario y el
miguelista; y en la capital como en las pro-


87




AL BSPANoL, AL HERALDO YAL TIEMPO.


Eerril<> "" V¡,h ea 18 de julio de 18'8 y publicado en ~I.drid e.
U: del mismo


Bien deciamos en el número anterior, que
la prensa española ten!a obligacion. de t~atar
estensamente ,la cuesnon del matnmomo de
la Reina, so pena de incurrir en una grave


- 70~ -
rineias , se halla todo en la mal! profunda ciertos aspectos pudiera ser peor que las de
disolucion, en la anarquía mas espantosa. los años 35 y 36: fuera cual fuese el resnl-
Semejante, ó mejor diremos idéntica, seria tado de la lucha, siempre es indudable que
la situacion de España si errados consejos el trono de Doña Isabel H se veria espuesto
influyesen en el ánimo de S. M.y no le de- á gravísimos riesgos; y que con la descorn-
jasen conocer lo que interesa á la felicidad posicion de los partidos, con las nuevas opi-
de sus pueblos. Pero decimos mal; la situa- niones que se han formado, con lo mucho
cionde España no seria idéntica, seria peor, que otras van modificándose, las cosas se-
porque si desgraciadamente estallase por un guirian un cursomuy diverso del de la guer-
lado la revolucion, y se levantase por otro ra anterior, y quizás se desvanecerian en
la bandera de una guerra dinástica, no seria breve las ilusiones que se forman algunos
tan fácil estinguir el incendio como pudiera I hombres preciados de políticos, y que se
serlo en el reino vecino. prometen dirigir los acontecimientos con ar-


. Portugal, nacion de muy limitado territo- reglo á sus opiniones ó intereses.
rio y poblacion escasa, difícilmente podria Sometemos estas consideraciones al juicio
colocarse en tal actitud que un esfuerzo de de loslectores imparciales; para comprender
la Inglaterra no sea bastante á dar prepon- elvalorde las mismas, basta no haber olvi-
derancia á un partido y restablecer el órden dado loque tan reciente está; la guerra civil:
material, siquiera por algun tiempo: esta basta tener ojos para ver lo que está suce-
es una esperanza para Doña ~faría de la Glo- diendo, tener oidos para oir en todas partes
ria ; este es un medio de que probablemente la espresion de la opinion pública.
se echaríamano, si las circunstancias llega- Que no se hagan ilusiones los que juzgan
sen á estremidades demasiado apuradas. La de la España por el pequeño círculo de sus
intervencion española seria tambienotro re- amigos; recuerden las que se han hecho
medio; y aunque no es posible resistiéndolo otros mas poderosos que ellos, y atiendan
la Inglaterra, lo seria indudablemente V al resultado. La fuerza de una situacion no
produciria ademas un resultado seguro, si está en algunos empleados, en algunos pe-
el gobierno de Madrid se pusiese de acuerdo riódicos mas ó menos hábiles, en el apoyo
con el de Lóndres. Ninguna de estas espe- de algunos hombros políticos mas Ó menos
ranzas tendria la España: á una nacion de influyentes, ni en el favor de algunos per-
tan dilatado territorio, de grandes recursos, sonajes mas Ómenos elevados; está en las
y de catorce millones de habitantes, no se la ideas, en los sentimientos dominantes, en
intimida con una nota amenazadora, ni se la mayoría de la nacion: cuando esta mayo-
le imponen condiciones con la presenciade ría se halla contrariada, especialmente en
algunos buques delante de Cádiz ó del Fer- tiempos tan agitados como los actuales, ¡ay
rol: durante siete años hemos presenciado de los imprudentes que amontonan combus-
una guerra civil, á pesar del tratado de la tibies y les acercan fuego! ¡ay de la nacion
cuádruple alianza: cien veces se pensó en cuya suerte estuviese encomendada á manos
intervencion armada, y otras tantas se aban- tan desatentadas! su porvenirestaria carga-
donó la idea, como peligrosa para el que do de tormentas espantosas, y no quedaria
hubiese intervenido, y de resultados muy otra esperanza que un estraordinario auxilio
dudosos paralacausaque se queria favorecer. de la Providencia.


Si por desgracia, con un pasoimprudente,
la España se pusiese en combustíon , si lle-
gasen los partidosá tomar de nuevo las ar-
mas, como está sucediendo en Portugal, es
imposible calcularel resultado. No conoce la
España, ha olvidado su historia ,no vé lo
que tiene delante de losojos, quien se haga
la ilusion de creer que seria facil apagar el
incendio. Es muy temible que desencadena-
da por un lado la revolucion , y enarbolado
por otro el estandarte de la guerra civil, se
crearia una situacion tan complicada, tan
terrible, de tan dificil remedio, que bajo




- iOi _.
responsabilidad que no le perdonaría la his- I convenientes no constituyen un imposible
toria. Emitiamos esta opinion en un artículo t moral, tan grave é invencible como el ma-
escrito en Barcelona el dia 9 del'corriente ju- yor imposible físico, entonces creeremos'ha-
lio; y precisamente en aquellos diasse publi- ber hecho una concesion importante al par-
earon en Madrid largos escritos sobre dicho tido carlista; entretanto entendemos que
asunto, lo que manifiesta que la prensa ha- nuestra franqueza ha elevado á mayor altu-
bia conocido lo mismo que. nosotros, y que ra el imposible moral que encierra el enla-
sin necesitarde nuestras indicaciones, cum- ce del conde de :Montemolin. » No hay des-
plia con lo que reclamahan las circunstan- treza que baste para sacar en bien de pasos
cias. Un motivo particular ha mediado para tan difíciles; mayormente si hay quien se
que se entablase la polémica, y es el artículo atraviese en el camino para cerrar la salida.
publicado en el PEl'iSAMIENTO DE LA NACION La esplicacion del Español se reduce á
en 1. 0 de julio en que combatíamos á nues- que no ha hecho. concesion, pues que no ha
tros adversarios conuna argumentacion que negado la imposibilidad moral, antes bien
estos han llamado hábil, pero falsa, y que la ha afirmado mas y mas, sosteniendo que
mas bien debieracalificarse de fácil y sólida. el enlace no es ni útil, ni bueno, ni conve-
Talera lafundada en tres hechos indudables. niente. Preguntaremos al Español de qué
La existencia de la pretension dinástica; la imposibilidad trataba cuando decia que el
exist.enci~ de un poderoso gér~en d~ ~is:- I matrimonio n? era imposible. Creiamos nos-
cordia mientras exista la pretension dinásti- . otros, y debieron de creerlo todos los lec-
ca; la alta importancia de acabar con esta tares no faltos de sentido comun, que solo
pretensión; de cuyos hechos resultaba una se trataba, y solo se podiatratar, de imposi-
consecuencia evidente: la conveniencia del bilidad moral. En semejantes materias no
enlace de la Reina conel conde de lIonte- cabe imposibilidad metafísica ni física; por-
molino que es evidente que no estan de por medio


Como los artículos de nuestros colegas ni la repugnancia esencial, ni el obstáculo
abrazan diversas cuestiones, será preciso de las leyes de la naturaleza. Luego cuando
deslindarlas para no confundir las ideas. se decía: el matrimonio no es imposible, se
Se ha llevado la discusion á la altura de los sobreentendia moralmeote. Cuando el Espa-
mas altos principios de derecho público, ñol otorgaba la posibilidad moral, ó sus
haciéndola despues descender al terreno de palabras debian significar esto, ó tenian un
las acusaciones á que suelen entregarse los sentido que no podemos esperar de su buen
partidos; por nuestra parte no tememos la juicio é ilustracion. Mas vale incurrir en
luz ni en la region de las teorias, ni en la contradicciones.s cosa muy fácil en una po-
de los hechos; ni en aquella se nos encou- lémica, que faltar á las reglas de sentido
trará falsos, ni en esta se nos probará que comun.
mintamos elocuentemente ante la historia y Pretende el Español que estos tres inctm-
la conciencia de los pueblos. Nuestra argu- tlenientes) esto es, el no ser ni útil, ni bue-
mentacion no se apoya nunca en mentiras no, ni conveniente, constitnyen un imposible
políticas, siquiera sean elocuentes. moral; permítasenos observarque esto no es


Antes de abrir esta nueva polémica es exacto. La utilidad, la bondad y la eonve-
necesario que procuremos no perder el ter- nieneia de una cosa, se miden por reglas
reno ganado en las anteriores. El Español muy diferentes de la posibilidad moral: pue-
hahia concedido que el matrimonio con el de una cosa no ser ni útil, ni buena, ni con-
conde de lIontemolin no era imposible: veuiente, y sin embargo ser muy posible.
aceptamos la confesion , y dedujimos las Por ejemplo el Español está muy convenci-
consecuencias legítimas y oportunas. EllIe- do de que el ministerio actual no es útil, ni
mido seduelede que se nos haya hechoesta bueno, ni conveniente, y sin embargo
caneesion que apellida inmensa; y el EcS- ¿quién negariaque es posible? Amasde que
pañol, no sin dejar traslucir algun disgusto en favor de su posibilidad, tiene el famoso
de que el llera Ido trate de enmendarle la Iprincipio: del acto á la potencia vale la con-
plana, esplica como mejor alcanza las pala- secuencia; Sil existencia, su conservacion á
hras objeto de censura. «No es imposible I pesar de la oposícion moderada, es un indi-
pero no es útil, ni bueno, ni conveniente; si cio bastante seguro de su posibilidad. Por
alguno dijere y probare que estos tres in- el contrario, una cosa puede ser útil, buena




y conveniente, y sin embargo ser imposible
moralmente. ¿Quién duda de que un go-
hierno barato seria útil, bueno y convenien-
te para España en las circunstancias actua-
les? y sin embargo, ¿quién no vé que en es-
tas circunstancias, el gobierno barato es im-
posible moralmente?


Al leer las esplicaciones del Español he-
mos creido notar que él propio sentia la fla-
queza de su discurso. El indicio lo hemos
encontrado en su misma exageracion. No so-
lo se defiende de haber hecho al partido caro
lista una concesion importante, sino que
entiende que con su franqueza ha elevado á
mayor altura el imposible moral que encier-
ra el enlace del conde de Montemolin. En
su concepto, los tres inconvenientes cons-
tituyen un imposible moral tan grave é in-I
vencible como el mayor imposible físico. El
Heraldo se queda muy atrás; el Español
vende bien caras sus concesiones del momen-
to; en adelante sabremos (lue el enlace con
el conde de Montemolin es un imposible tan
grave é invencible como el que fallen las
leyes de la naturaleza, por ejemplo la re~
f1exion de la luz, ó la gravitacion universal.
Cuando el lector haya llegado á una exage-
ración semejante, habrá meneado cuerda-
mente la cabeza, murmurando aquello de:
Qnodcnmqueostendis mihisic, ineri?dulusodi.


Previas estas aclaraciones, que son por
decirlo asi un saldo de anteriores cuentas, y
en las cuales si hay todavía alguna dificultad
esperamos que se la arreglarán amistosa-
mente el Español y el Heraldo, entremos
en el fondo de la cuestion, tratándola bajo
el aspecto en que la han presentado los ar-
tículos de los citados periódicos. Al leer las
contestaciones que el Heraldo y el Tiempo
daban á la argumentacion de los tres hechos
indudables, hemos recordado un ardid de
que á veces se echaba mallo en las escuelas,
allá en los pacíficos tiempos de las arengas
y quodlibetos, como diría el autor del Fray
(ienl1?dio. Sucedia , pues, que dos contrin-
can tes querian dejarse mal parados, siendo
la intención del argumentante no mas ino-
cente que la de su adversario. Armábase
aquel con un silogismo, que en su concepto
no dejaba salida; la mayor era á prueba de
homba , la menor se palpaba con las manos;
y la consecuencia estaba tan fuertemente
pegada á las prcmisas, como un hombre sin
ambicioná las sillas ministeriales. El susten-
tante no tenia remedio , era imposible la S8-


- 708 -
[ida; y el argumentantese saboreaba ya con
la idea de verásu adversario en forma, como
si dijéramos espuesto ála vergüenza pública.
:Mas como quiera que semejantes aprietos
no gustan á nadie que tcnga su poquito de
amor propio, el sustentante al resumir el
ingenioso silogismo, andaba discurriendo có-
mo se podía arreglar para que el lazo corre-
dizo no acabase de correrse v no le estran-
gulase lógicamente. Recordando la hazaña
del nudo Gordiano, se proponia romper á
falta de poder desatar, v cortaba, como solia
decirse, el hilo del argumento, negando
redondamentealargumentante la proposicion
que este tenia por mas indudable, y á cuya
negación se hallaba menos preparado. La
inesperada negativa solia desconcertar al
del silogismo irresistible , v no tenia mas re-
medio por de pronto que agitarse en su
asiento, toser sin sombra de catarro, v
volver la cabeza en todas direcciones, como
preguntando á los circunstantes si no se ad-
miraban de que se le hubiese negado una
verdad tan incontestable. El caso es el mis-


I mo. EL PEl'íSMIIENTO DE LA NACION habia
asentado por primer hecho indudable Ja
existencia dc la cuestion dinástica: era de
esperar que sus adversarios se defenderían
señalando medios para estirpar dicha cues-


I tion, ó neutralizar sus efectos, sin necesidad
del enlace con el conde de Montemolin; pe-
ro lejos de seguir este camino han tratado
de cortar el hilo del argumento, negando la
proposicionmas indudable. Afortunadamen-
te el PEl'íSA}I1ENTO se hallaba preparado para
semejante negativa, y para cuantas otras les
hubieran podido ocurrir á sus hábiles ad-
versarios.


El Heraldo ha dicho: «La argumentación
es hábil, pero falsa. Nosotros no reconoce-
mos la existencia de la cuestion dinástica:
resuelta por las leyes del país, por la volun-
tad del último rey, por el voto de los llUe-
blos, si aun necesitaba una sancjon mas so-
lemne, la recibió alta é indispensable en los
campos de hatalla.» Como este terreno es


, muv resbaladizo, es necesario mirar dónde
ponemos los pies. Aun cuando quisiéramos
olvidarnos de los riesgos de semejante polé-
mica, la famosa denuncia del índice nos los
recordaria elocuentemente.


Al hablar de cuestion dinástica, tomamos
la palabracuestion como un simple hecho,
y separamos de ella toda idea de derecho.
Mas claro: no queremos decir que ni don




- 709-
Cárlos ni el conde de Montemolin tuviesen
razon, motivo ni pretesto para disputar el
trono á Doña Isabel II: prescindimos abso-
1utamente del derecho, nosatenemos única-
mente al hecho, y en este sentido deciamos
y lorepetimos ahora, que existe la cuestion
dinástica. El Tiempo ha notado que en algun ,
pasaje en vez de cuestión empleábamos la I
palabra pretension: en esto tiene una prue-
ha de que al pensar en el conde de Monte-
molin no olvidábamos al fiscal de imprenta,
que podia muy bien tener la pretension de
denunciar nuestro periódico; inconveniente
que tratábamos de obviar, satisfaciendo so-
hreabundantemente todos losescrúpulos di-
násticos con usar indistintamente de las pa'-
labras cuestion y pretensión. Confesamos
ingénuamente que usamos de dicha palabra
con deliberacion plena, y con previsionde
todo lo que podia suceder. Tomada la posi-
cion conveniente, y que bajo el aspecto le-
gal consideramos inespugnable, entremos
en el exámen de la proposicion negada.


Hay cuestion mientras hay quien disputa:
las razones pueden ser masó menos sólidas,
mas ó menos fútiles, nulas si se quiere; pe-
ro mientras se disputa, hay verdadera cues-
tion. Sabido es que algunos filósofos niegan
la existencia de los cuerpos; otros se han
empeñado en probar que no hay ni puede
haber movimiento; y por este tenor se han
escogitado sistemas estravagantes , llegan- .
doseá fundar escuelas famosas que los sos-
tenían con talento digno de mejor causa. A
pesar de que estos sistemas repugnabaná la
razon v al sentido comun , jamás se ha ne-
gado que ofreciesen verdaderas cuestiones;
hasta abrir las obras de los filósofos para ver
que los dogmáticos al disputar con los es-
cépticos, no tienen ningun reparo en em-
plear la palabra cuestiono Ahora bien, ¿es
cierto ó no que el trono ha sidodisputado en
España? ¿es cierto ó no que opinaron en fa-
vor de D. Cárlos un número considerable de
españoles? ¿es cierto ó no que'por esta cau-
sa hemos sufrido una guerra sangrienta por
espacio de siete años? ¿es cierto ó no que el
hijoprimogénito de D. Cárlos con los otros
príncipes de su familia, permanecen aun en
actitud de oposicion ,absteniéndose de re-
conocer la legitimidad de Doüa Isabel II?
¿es cierto ó no que se hallen en el mismo
caso muchos generales de n Cárlos, y per-
sonas de la mas elevada categoría que des-
pues de haherservido á Fernando VI[se de-


clararon por su hermano? ¿es cierto ó no
que muchos españoles conservan en su con-
ciencia las mismas opiniones que profesaron
durante la guerra civil? A todo esto que es
cierto, que es indudable, que es mas claro
que la luz del dia, llamamos nosotros enes-
tion dinástica. Decid que estas opiniones
son erróneas, infundadas, y si quereis ab-
surdas ; decid que estas pretensiones son
injustas, irracionales, y si os placecrimina-
les y traidoras; decid cuanto os parezca
en la calilicacion del hecho; pero el hecho
existe, está aquí, á la vista de todos; ha
costado abundantes lágrimas y torrentes de
sangre, y no es imposible que en adelante
los cueste de nuevo: ¿.de qué sirve negar
lo que es evidente? Decid que la cuestion no
existe porque está resuelta por las leyes del
pais , por la voluntad del último rey, por el
voto de los pueblos; mas para el caso no
basta que vosotros lo digais: para que el
hecho lamentado desaparezca, es preciso
que lo crean asi la familia de D. Carlos y
sus defensores. Si esto no sucede, la cues-
tion continúa; y por mas que la supongamos
contraria á todo derecho, no perderá su
existencia de hecho.


En la opinion del Tiempo la frase cues-
tion dinástica carece de. sentido; la idea
política que envuelve es una mentira. Jamás
se han visto mentiras que, se tradujesen
en hechos de una manera mas formidable.
¡Frase sin sentido, lo que ha costado siete
años de guerra civil!.. frase sin sentido lo
que mantiene en inquieta espectativa á to-
dos losespañoles !... frase sin sentido, loque
hace que el trono de la Reina se halle toda-
vía sin reconocer por la mayor parte de las
potencias europeas'. .. Desearíamos no en-
contrar en un periódico grave y entendido
semejantes exageraciones; y por cierto que
no es á nosotros á quien dañan, antes por el
contrario favorecen altamente la causa que
deleudemos. ¿Pues qué, el público español,
la Europa, el mundo no tienen memoria,
carecen de sentido comun, para que á he-
chos tan graves, tan dolorosos, de tan formi-
dables peligros para el porvenir, se les
pueda llamarhechos sin importancia, men-
tiras políticas, frases sin sentido? abando-
narnos esta exageracion al buen juicio de
los lectores; ellos le impondrán la pena que
merece. -. "",.."~


»0 nada significa, dice el Tiempo, la fra- ,F":::'d\~.
se cuestio« dinástica, Ó por fuerza significa {,r ".


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- 7iO-
q.ue la dinastía actual de España, estable- de Montemolin sea llamado á compartirel
cida de hecho en el pais por la voluntad y cetro con su augusta prima; porque solo en-
P?r la fuerza del pueblo, carece de dos san- tonces el derecho divino, cuyo principio re-
orones: de la sancion del derecho considera- presenta el hijo de Don Carlos, purificará
do en abstracto, y de la sancion esterior y con su contactoel hecho popular á que debe
por decirlo así empírica, del consentimiento su advenimiento la hija de doñaMaría Cris-
de las potencias europeas.. Permítasenos tina de Borbon. » .
observar que la cuestion dinástica no signiti- Estrañamos que un periódico conserva-
ca 111 lo uno ni lo otro: significa que hay una dor quiera resolver una cuestion de derecho
rama de la familia real que se cree con dere- público, por el principio abstracto de la
chos á la corona; que hay un número consi- soberanía nacional, y que no haya advertido
derable de españoles partidariosde dicha ra- que con esta conducta hace la apología de
ma; esto significa la cuestion dinástica; don Cárlos, librándole de las notas de rebel-
para esto no es necesario elevarse á teorías; dc y traidor. En efecto, si el derecho de
se trata de un hecho, nada mas que de un doña Isabel 11 se fundase ca los esfuerzosy
hecho; lo hemos dicho mil veces, y lo repe- en la voluntad del pueblo, se seguiría que
tiremos otras mil; no permitiremos que se como en 1833 no se había podido manifes-
trastorne el estado de la cuestion, ni que se tal'de qué parte se pondrian la voluntad v
presenten las cosas bajo un aspecto falso; I los esfuerzos del pueblo, doña Isabel H no
los puntos de derecho dan lugar á disputas, tendria su título de legitimidad, y por consi-
los puntos de hechocuando este es mas cla- guiente, segun la doctrina del Tiempo, que-
ro que la luz del dia, como sucede en el ca- daria justificado don Cárlos á pesar de
so presente, se hallan fuera de discusion. haber levantado la bandera de la guerra
Para nosotros el asunto del matrimonio no civil.
tiene un interés dinástico, sino político, Otro título alega el Tiempo, y es la volun-
atendemos á consideraciones dinásticas en tad del difunto monarca, estrañando que los
cuanto son hechos de consecuencias politi- partidarios del derecho divino incurran en
cas: con tantas veces como hemos repetido tan palpable contradiccion. Si el Tiempo se
la misma idea, creiamos que se nos había I toma la molestia de examinar lo que se en-
comprendido. tiende por derecho divino, verá que no se


El Tiempo no ha pecado en este punto otorga á los reyes la facultad de alterar las
por falta dc inteligencia; quería llevar la leyes fundamentales por su sola voluntad.
cuestion á otro terreno, al del derecho divi- Precisamente en este punto los carlistas
no de los reves, v al de la sancion esterior I adoptaban un principio que el Tiempo no
de lasnaciones europeas. No tenemos incon- puede rechazar, so pena de ponerse en
veniente en seguir á nuestro adversario en abierta contradiccion con sus doctrinas libe-
esta cuestion teórica. « Es claro, dice, que rales. Esto es tanta verdad, que losque han
el partido absolutista ó legistimista español, defendido la legitimidad de doña Isabel Il
al sostener que la cuestion dinástica no se han cuidado siempre de resucitar la memo-
halla resuelta y que necesita dc las dos san- ría de las Córtcs de 1789, mirándolas como
ciones indicadas, cree y declara: primero, condicion indispensable para la validez de
que el pueblo no ha tenido un derecho per- la pragmática sancron, en que se funda el
fecto de delegar una parte de su soberanía derecho de doña Isabel 11. Estrañamos que
en Doña Isabel 11 , Reina por sus esfuerzos el Tiempo se haya olvidado de estas consi-
y su voluntad: segundo, que Fernando VII, _ deraciones. -y que al comparar la pragmáti-
Rey de derecho divino, tampoco lo tuvo pa- ca sancionde Fernando con el auto acorda-
ra alterar el órden de sucesion que llamó á do de Felipe V, no le haya ocurrido mas
su hija al trono, con preferencia á su herma- ventaja en favorde aquella que la de «haber
no: tercero. que el reconocimiento de las sido defendida, aprobada y erigida en Cons-
potencias del Norte y del Papa, constituyen iitucion. por el únioo poder legitimo y auto-
de por sí una condicion necesaria para la le- rizado en la ocasion, el poder delpais.» An-
gitímacion del hecho revolucionario que ha tes de que hubiese Constitucion, antes de
puesto la corona en las sienes de la Reina que el pais ejerciese su poder siquiera por
actual: y cuarto, en fin, que esa legitima- mediodel Estatuto, ¿dónde estaba segun las
cion no seria perfecta hasta que el conde doctrinas del Tiempo, la legitimidad de do-




-7H -
ña [sabel U?¿qué sucederíadurante el mi-II admitan [semejante derecho los partidarios.
nisteriode Cea Bermudez, y en los prime- del derecho divino; que no le han admitido
ros meses del de Martinez de la Rosa? Nos nunca, que se puede retar á quien sosten-
replicará ell'iempo que cl poderdel pais se ga lo contrario á que presente ni siquiera
manifestó con las armas, antes que se maní- un autor respetable, que haya dado seme-
fes tase con las leyes;pero ya que de hechos jante interpretacion al derechodivino. Como
se trata,deseariamos saber si los levantamien- quiera este argumento nada puede significar
tos de Castilla y de las provincias del Norte, contra el autor de este artículo que ha tra-
no figuraron también en algoen la estadisti- tado estensamente estas materias en una
ca del poder del pais : deseariamos saber si obraconocida del público. (Véase el Protes-
en esa peregrina votacion del poder del toniismo comparado con el catolicismo en sus
pais en que las bolas se convierten en balas, relaciones con la civilizacion europea desde
y las urnas en cañones, no podia figurar en el cap. 48 hasta el (9).
algo el voto de Zumalacárregui, apoderán- El trono de doña Isabel II puede estar
dose de todas las provincias del Norte, ar- agradecido al celo del Tiempo; pero nos
rojando sobre el Ebro al general Valdés, y parece que no lo puede estar igualmente al
obligando al gobierno de Madrid á pedir á modo con que se le defiende. Segun este pe-
toda prisa el socorro de la intervencion es- riódico, «Doña Isabel II es Reina por el úni-
trangera. co derecholegítimo y perfecto que existe en


No recordamos haber leido jamás en nin- la tierra, ~Iquedalavoluntadinteligente yes-
gun escrito carlista, ni haber oido de la pontánea de las naciones; porque esa vol un-
boca de nadie, la peregrina especie de que tad cuando tiene loscaractéres de la univer-
el reconocimiento de las potencias del Nor- salidad y de la uniformidad, es la razon, y
te, y el del Papa, fuesen condiciones indis- por ser la razon es la justicia, y por ser la
pensables para la firmeza del derecho dinás- justicia es el derecho en su manifestacion
tico. Si el Tiempo se forma enemigos imagi- posible y única. Fuera de ella solo hay inte-
narios, podrá salir facilmente victorioso reses parciales, error ó usurpacion, lucha
contraellos; pero los enemigos reales y ver- de la parte contra el todo y de las familias
daderos no saldrán heridos con las cuchilla- contra las sociedades.» Si algun dia quisie-
das que descargue sobre aquellos seres se don Cárlos presentarse á la barra de las
fantásticos. Córtes para defender su conducta, deberia


Estas observaciones destruyen por su tomarpor abogado el articulista del Tiempo.
basa todo el edificio del Tiempo, y así no Hé aqui en breves palabras el discurso que
hay necesidad de insistir sobre el cuarto y este debiera pronunciar ateniéndose á sus
último corolario que impugna como doctrina propias doctrinas.
de los carlistas. Estas cuestiones de derecho «Señores, el augusto acusado es inocen-
público, no se resuelven por los principios te; se le ha llamado traidor, esta es una ca-
abstractos del derecho divino, ni de la sobe- lumnia atroz; se le ha llamado rebelde, y es-
ranía nacional; lo que se debe hacer es exa- ta es otra calumnia. No hay traicion cuando
minar las leyes, las costumbres, los trata- no se debe lealtad; no hay rehelion , cuando
dos: lo demases agenode esta clase de dis- no se debe fidelidad. La lealtady la fidelidad
cusiones. no se deben á los poderes que no tienen la


Hemos defendido á los carlistas de las sancion del derecho; ó que si la tienen no la
opiniones que les atribuye el Tiempo, por- han manifestado. El único derecho legitimo
que esto era necesario para esclarecercum- y perfectoque existe en la tierra, es el dado
plidamente la cuestion actual; por lo de- por la voluntad inteligente y espontánea de
~as, hubiéra~os podido prescindir muy las naciones; por este único derecho es Rei-
bien de semejantes debates, nosotros que na doña Isabel lI. Cuando el augustoacusa-
hemos manifestado una y mil veces 'el pro- do levantó la bandera de la insurreccion, el
pósit~ d~ ceñirnos á las cuestiones políticas Rey acababa demorir; la voluntad inteligen-
prescindiendo absolutamente de las dinásti- tey espontánea de lauacion no se había po-
cas. Dice el Tiempo que no admite en los re- dido manifestar: ¿tenia la culpami augusto
yes semejante derecho de estar disponiendo defendido, si no la había podido conocer?
de la cosa pública como propia y personal; Me pareceoir á un señor diputado que dice:
ynosotros le advertiremos; que es falso que ¿por qué no deponia las armas cuando esta




contra el matrimonio de la Reina


Escrito en Vich el 23 de julio de 1846 y puhlieado en :tfaJ)'id
en ~9 del mismo,


- 7"~ -
voluntad inteligente y espontánea se Iue ma- discordia que convendría mucho estirpar.
nifestando? Señores, esta voluntad es la ra- Tampoco se duda de que el matrimonio con
Ion, y por ser la razan es la justicia, y por el conde de ~Iontemolin es el medio mas á
ser la justicia es el derecho en su manitesta- propósito, el indicado por la misma natura-
cion posible y única; pero no se crea que leza de las cosas; ni se duda, por fin, de
disfrute siempre de tan insignes prerogati- que con este enlace saldría la España del
vas: esto se verificaen un solocaso, á saber, aislamiento en que se halla respecto fl la
cuando tiene Jos caracteres de unicersoli-: mayor parte de las grandes potencias euro-
dad yuni(ormidad. Ahora bien, señores, peas; p~ro se duda de que el matrimonio
¿debemos estrañar que mi augusto defendi- sea realizable sin peligro de reaccion, sin
do,abrigase algunas dudas sobre la unioer- que se vuelva, ó se pretenda volver, á la
solidad y uniformidad de la voluntad na- epoca de ,1832; provocándose por tanto es-
cional en favor de doña Isabel Il, cuando se cenas parecidas á las de i 814 Y i 823. Este
veia rodeado de numerosos batallones de es el único argumento que bajo diferentes
voluntarios que gritaban viva Cárlos V, en formas se objeta al matrimonio del conde de
Navarra, en las provincias Vascongadas, en Montemolin ; esta es la razon que influye en
Cataluña, en Aragon, sm que hubiese pro- el animo de no pocos para que no se deci-
vinciaen España dondeno brotasen partidas dan en favor de una medida de resultados
que daban el mismo grito? Decidme, seño- tan grandes y tan palpables. 1\0 hay prc-
res, no habria por lo menos algun funda- vencion personal contra el augusto proscrito
mento para-dudar de los caracteres de uni- de Bourges: pues que ni antes ni después
oersaluuui y uniformidad?» " de haber tomado una posicion política, ha
Pr?bablement~ el defensor se veria in~er- her;ho nad~ (~ue pudies,e irritar á sus adver-


rurnpido en su discurso apoyado en tan fal- sanos , ni infundirles siquiera recelo ó des-
sos y peregrinos principios, bien que esten- confianza; ~ero hay preveucion contra Jo
dido con una lógica inflexible. Si las pasio- que el príncipe representa por ser hijo de
nes estuviesen ardiendo como sucedía en 34 D. Cárlos, y. por las doctrinas y anteceden-
y 35, no seria imposible que el defensor tes del partido que le apoya y que le da
fuese conducido á la carcel pública, si es fuerza é Importancia. Es necesario, pues,
que podia salvarse de la ira popular. Nos- examinar bajo todos susaspec.tos el argu-
otros deseamos sinceramente que no se vea mento de la reaCCIOD; es preciso acercarse
jamás en semejante aprieto: pero deseamos á ese fan,ta~ma con que se quiere aterrar á
también que cuando trate de defender el los pusilánimes, y demostrar que es una
trono de Isabel U reflexione algo mas sobre vana sombra, producto de imaginaciones
lo que estampa en el papel. acaloradas, o u~ espantajo que cuidan de


abultar los nacionales y estrangeros que
tienen un lllt~r~s. en que la Espana no salga
nunca de la división y desconcierto en que
se halla, y asi quede imposibilitada para
establecer un gobierno capaz de asentar so-
bre basa firme el orden público, y de tra-
bajar por levantarla del abatimiento, v ha-


CON EL CONDE DE MDNTEMOLlN. I cede ocupar el puesto que le corresponde
entre las naciones europeas.


Lo primero que ocurre al examinar el ar-
gumento de la reaccion, es la contradiecion
singular en que incurren los adversarios del
matrimonio del conde de Montemolin.-No
hay cuestion dinástica, esta es una frase
sin sentido; el partido carlista es impotente;
está vencido en todos los terrenos, en el dé
las leyes, en el de las armas,en el de las cos-
tumbres y espíritu del siglo; rechazado por
las tendencias de la época, está condenado


. á vivir arrastrando su existencia, sin que


Todos los argumentos que se han objeta-
do al matrimonio de la Reina con el conde
de Montemolin, pueden reducirse á uno
solo: el temor de la reacciono No se duda
seriamente de la existencia de la cuestion ó
pretension dinástica; no se duda seriamen-
te de que esto sea un poderoso gérmen de




- 7'13 -
pueda jamas suscitar al gobiei'\lo graves
compromisos; la razón que se alega en fa-
vor del matrimonio fundada en el número y
en la importancia del partido carlista, estri-
ba en falsos supuestos, es una mentira po-
lítica 1 en contradicción con hechos eviden-
tes y palpables.- Asi hablan en sustancia I
los que se proponen rebatir el argumento I
fundamental de los que apoyamos dicho en-
lace; pero su lenguaje cambia tan pronto
como quieren ponderar los inconvenientes
que a él se oponen, y que en su concepto
son una verdadera imposibilidad. Entonces i
la reacción es inminente; todos los intereses
de la revoluciou están amenazados de su-
cumbir; todas las conquistas que ella ha he-
cho en loscatorce últimos años , han de ser
destruidas por el casamiento; el partido li-
beral se suicidaríaaccediendo á la falsa con-
ciliacion que en realidad no seria otra cosa
que una violenta reacciono Si el partido car-
lista es tan debil , ¿, por qué se le teme? Si
su importancia socialy políticaes nula, ¿có-
mo podrá ejecutar sus formidables proyectos
de reacoion? Usurpar el trouo á doña Isa-
bel Il , abolir las instituciones liberales,
destruir todos los intereses creados, cambiar
todos los empleados civiles y militares, per-
seguir cruelmente á los que han defendido
á doña Isabel Il , Y por fin restablecer las
cosas en el estado que tenian en 1832, es
una empresa mas que medianamente dificil,
segun parece, y no ohstante , empresa ta-
maña creen nuestros adversarios que pudie-
ra acometer el partido carlista con fundadas
esperanzas de llevarla a cabo. Si tanto ¡me-
de un partido dehil, ¿qué harán los fuertes?
La contradiccion es demasiado chocante pa-
ra que haya podido ocultarse á los lectores
juiciosos. Nosotros nos contentamos con re-
cordarla, formulándola para mayor claridad
en el siguiente dilema: ó el partido carlista
es debil, ó es fuerte: si es débil, como á ve-
ces decís, cxagcrais al ponderar los peligros
de una reaccion: si es fuerte, como lo indi-
can vuestros temores, procedeis muy mal,
dejándole sin esperanza, arrojándole á una
estremidad que multiplica ·las fuerzas y la
energía: la desesperacion.


Ya flue de contradicciones se trata, ha-
gamos notar otra 110 menos singular. Los
periódicos mas opuestos al enlace con el
conde de Montemolin, ó al menos losque se
han señalado muy particularmente por su
perseverancia en hacer la guerra al proyec-


to conciliador, por juzgarle mortal á las ins-
tituciones libres, son los mismos que se la-
mentan incesantemente de que la conducta
reaccionaria del gobierno haya matado la li-
bertad en España. La de la imprenta ha des-
aparecido; el voto del parlamento se ve me-
nospreciado; loshombres políticos mas nota-
bles se hallan desatendidos: desde 1843 nos
ha regido la dictadura militar mas insoporta-
hle; y cuando por intrigas de corte y por me-
dios agenos del sistema constitucionalV de
laspracticasparlamentarias, cayó el dictador,
no como caen los ministros en los gobiernos
liberales, sino como caen los validos en los
gobiernos absolutos, en vez de entrar ple-
namente en las vías parlamentarias, se ha
formado un gabinete que nada representa,
que es meramente personal. « Intentemos
por última vez, decía el Tiempo en su nú-
mero del ,14 de julio , caracterizar en una
frase este ministerio indefinible. ¿Acertare-
mos diciendo que es un ministerio sin mas
significacion que la que tienen por si y ante
si, y en sus respectivas familias, los seis
hombres que lo componen? Si la idea es
exacta, nada es mas fácil que espresarla en
una palabra; es un ministerio personal.»
¿Este es el sistema parlamentario que nos
rige? ¿esto es [o que terneis que podria ser
destruido por el conde de 1Iontemolin?


En concepto de la oposicion, la libertad en
Espaiia es una mentira: ¿y se atreve sin em-
bargo a manifestar sérios temores por lo que
apellida consquistas de la revolucion en el
terreno de las instituciones? Supongamos
que el conde de Moutemolin fuese tan malo
y tan torpe que emplease toda su influencia
en hacer el gobierno lo peor posible; que
en la region de la política internacionalcom-
prometiese y complicase los intereses espa-
ñoles ; que en la region de la política inte-
rior dividiese ánimos , intereses y partidos;
que cobrase contribuciones sin intervencion
de las Cortes; que mantuviese suspendido
el parlamento y gobernase sin sujecioná las
leyes; que oprimiese la imprenta; qne ali-
mentase con sus errores las esperanzas re-
volucionarias; que conservase en medio de
la paz y al lado de los alardes de su fuerza
los estados de sitio; que con un errado plan
de hacienda produjese la anarquía fiscal;
que pagase mas soldados de Jos que hubiese
en servicio; que ademas y para colmo de
infortunio nacional, dejase al clero y á las
clases pasivas en la miseria; que nada hiere-


88




Sometemos al juicio del lector laobserva-
eion siguiente. El conde de Montemolin'con-
duciéndose lo peor posible, no podria em-
peorar las circunstancias: entonces ¿qué
peligro se corre con el matrimonio? El mal
depende ó de las personas, ó de las cosas;
si de las personas ¿por qué tanta resistencia
á echar malla de otras que al menos no han
dado pruebas de tamaña obcecacion? Side
lascosas ¿por qué se niega que hay en ellas
un vicio radical? Esos males que lamenta el
Tiempo ¿sonreales ó fingidos'! Sifuesen fin-
gidos, su oposicion seriade mala fe; si sen-
reales ¿por qué no se remedian? ¿Quién
puede remediarlos? ¿Es la corte, el parla-
mento ó el país? Si es la corte ¿porqué no
los ha remediado? Si es el parlamento ¿,por
qué se le ha impedido remediarlos? Si es el
pais ¿por qué se han puesto obstáculos á su
legítima inlluencia? Si nada teneis¿qué po-
deis perder? Si los males 'han llegado á su


(¿Cuales son los titulos del actual ministerio á
la posesiou y disfrute del poder público? su histo-
ria lo dirá. lié aqui Sil historia.


En la region de la política internacional, ó ha
comprometido, ó ha complicado los intereses es-
pañoles: la cuestion del matrimonio real y la de
Roma lo demuestran.


En la regíon de la política interior , ha dividido
ánimos, intereses y partidos.


Cobra contribuciones sin autorizacion de las
Cortes,


lJ1.anliene suspendido el parlamento y gobier-
nll sin sujecion ti las leyes.


Opl'ime In imprenta.
Alímenta con SIlS errores las esperanzas revolu-


clonarías.
Conserva en medio de la paz, y al lado de los


alardes de su fuerza, los estados de sitio.
Continúa la anarquía fiscal. producida por el


plan de Hacienda,
Se pagan 1Il111i soldados que los que hay en


servicio.
Sigue el clero y siguen las clases pasivas en Sil


miseria.
¿Se han reformado los aranceles?
I,Se han resuelto las cuestiones económicas de


que dependen el desarrollo y la perfecciou (le
nuestras industrias?


- 7'1~-
se en favor de la industria; que no cuidase ¡Se han reformado nuestras aduanas interiores
del arreglo de las aduanas interiores y ma- y las marítimas'!
rltimas; que se olvidase de la agricultura, ¿Conoce el público el movimiento de nuestro
del comercio, de la administracion de justi- comereio interior ó el del estertor?
eia , de la instruccion pública; que al inten- . ¿Quó le debe la agricultura?
tal' alzuna reforma lo hiciese tan torpemente ¿Quó la administraeion de justicia?


u ¿Puede acaso citarse como un progreso el actualque copiase sin criterio las que existiesen plan de estudios'!
en otros reinos; que se viese á los partidos ¿Se halla eSlal,lecida v en rnovimiento esa com-
legítimos perseguidos, á los ilegitimas hala- plicada máquina de la :u'lministraeion interior, eu-
gados, al partido moderado sin gefes reco- yas ruedas, multiplicadas hasta el infinito, tie-
nacidos en el poder, á Jos órganos y agentes nen un juego desconocido luista para sus auto-
de este poder estorbando hasta por los me- 1'CS , mejor diremos, para los que la han íntroduci-
dios mas repugnantes, la reconstitucion del do en nuestro sudo, copiándola sin criterio de la
partidoconservador; y que para complemen- que existe en el vecino reino?
tó las Cortes estrañas luchasen entre si para Por último: el órden , el sosiego, la confianza


pública, ¿han ganado algo con el actual ministerio?
vencernos y humillarnos, hasta el punto de (Núm. delUde julio.)
que nuestros hombres políticos escondiesen «Un ministerio extra-parlamentario; un parla-
al fin su frente por vergüenza, y se resigna- mento arrojado de la arena de la polílica y de los
sen á saber y lamentar los males que sufri- negocios; unas elecciones aplazadas para dentro
mosy los que nosaguardaran, ¿noles pare- de largo tiempo; un partido legítimo perseguido;
be á los lectores que el conde de Montemo- otropartido ilegitimo halagado; el partido mode-
lin quedaria lucido, y que cuantos hubiesen rado sin gefes reconocidos en el poder, y los órga-
aconsejado enlace tan funesto, sentirían el nos yagentes del poder estorbando hasta por IOIi
arrepentimiento mas profundo? Sin embargo medios mas repugnantes la necesaria reconstitu-


l . ciOJI del partido conservador. Para complemento dey asómbrense nuestros ectores, III aun en este diseño exacto, las Cortes estreñas Iuchandc
este caso perderíamos nada en el cambio; entre si para vencemos y bnmillarnoshasta el
aun en este casonotendríamos mas ni menos punto de qne nuestros hombres politicos esconda'/l,
de loque hemos tenidodesde 1843. El Tiem- al fin su [rente por vergüenza, y se resignen á
pO lo dice: hé aqui sus palabras: saber y lamentar los males que sufrimos y los qne


nos aguardan.
Esta situaeion podrla ser transitoria; pero de


seguro el tránsito es de lo mas terrible y peligro-
so que se puede imaginar, ) (Núm. del If de julio.)




· - 715 -
colmo, ¿por qué manifestáis tanto recelo de
que se agraven? Estais colocados en la al-
ternativa de acusaros á vosotros mismos de
mala fe, ó de reconocer la fuerza de nues-
tras razones; elegid, que en ambos casos I
la cleccion es mortal para la causa que de-
fendeis.


¿Es posible que en tres anos de paz se
haya tenido una obcecacion como la descri-
ta en los párrafos copiados? ¿Es concebible
que tal cúmulo de males se dcha simple-
mente á voluntad torcida, él á error del en-
tendimiento? La consecuencia legítima, ob-
via ¿no debe ser que hay en la Il~isllla natu-
raleza de las cosasalgun vicio radical, que
no deja desenvolver las influencias buenas,
que no permite á los poderes públicos ejer-
c~r sus funciones con regularidad, que im-
pide al gobierno el salir de la mezquina es-
fera en que se ahoga?


No, no son estos.ó aquellos homhres los
que tienen la culpa de tantos y tan graves
males; el orígen de ellos está en el punto
que nosotros hemos señalado una y mil ve-
ces: está en la flaqueza intrínseca del poder,
que ha de retroceder á la vista de los mas
pequeños obstáculos; que se ve precisado á
contemporizar con todo linagede influencias;
que se ve condenado á desbaratar continuas
intrigas y á urdirlas á su vez; que no pue-
de obrar conel desembarazo de los gobier-
nosverdaderamente nacionales, porque tiene
la conciencia de su propia debilidad.


Aqui llegábamos de nuestro articulo,cuan-
do recibimos el número del Tiempo del t S
del corriente. Antcs de contestar á las pre-
guntas que se nos dirigen, permítasenos
quejarnos de que por una sensibleequivoca-
cion, se nos haga decir todo Jo contrario de
lo que hemos dicho, achacándonos que re-
convenimos á nuestros colegas de la pobre-
za de sus ideas y de fa escasez de su inge-
nio. Precisamente dijimos todo lo contrario:
nos lamentamos, sí, de que durante mucho
tiempo, la prensa no hubiese entrado en una
polémica á que nosotros la brindábamos;
pero teniamos el cuidado de advertir que un
retraimiento tan estraño, no hahia dimana-
do de falta de ingenio, sino de falta de ra-
zon. Hogalllos á dicho periódico que vuelva


.3. leer el artículo á que se reliere; v verá
que en él no nos desviamos de aquel tono'
de cortesía y templanza, de que con estre-
mada galantería nos llamamodelo.


Tampoco es exacto que amenacemos, y


que hablemoscon cierta frujcion altjva de
las fatales consecuencias que produciria el
casamiento de la Reina con cualquiera' otro
príncipe que no sea el hijo de D. Carlos.
Mal conoce al que escribe estas líneas quien
le atribuye [ruicio« altiva por las fatales
consecuencias de un paso poco meditado;
no queremos defcndernos; el porvenir nos
juzgará á unos y á otros, y manifestará lo
que somos. .


Pero dejemos estos incidentes, y vamos
al fondo de la cuestiono El Tiempo nos invi-
ta á decir lo que sabemos ó pensamos sobre
la políticadel hijo de D. Carlos. Diremos lo
que pensamos : mal podemos decir lo que
sabemos, cuando ni directa, ni indirecta-
mente, hemos recibido del conde de Monte-
molin el encargo de esplicar su política. lié
aquí las preguntas del Tiempo.


¿Restablece el ahsolutismo?
Creemos que no: y cometeria un grande


error con solo intentarlo; y cuenta que al
decir esto, nonos referimos á la posibilidad
sino á la conveniencia. Es tal el descrédito
que á fuerza de errores y de ahusos , se ha
echado sobre las instituciones representati-
vas; es tal el cansancio en que han caido
los pueblos, que un gobierno osado podria
hacer en este sentido cuanto le pareciese:
lo que se ha hecho en tiempo de Gonzalez
Brabo y de Narvaez, indica lo que se podría
hacer en adelante. Ninguna medida en sen-
tido restrictivo, provocaría una revolución
nacional. Pero.iosistimos en que el restable-
cimiento del absolutismo no seria convenien-
te, y que el conde de Montemolin oonoceria
muy mal la situacion de España, la de Eu-
ropa, y hasta su interés propio, si acome-
tiese una empresa semejante.


Se quiere saber también qué alteraciones
ó modificaciones introduciria el conde de
~fonlemolin en fas instituciones pohticas.
No es estraño que se acuerden siempre de
alterar y modificar, los que de contínuo es-
tan modificando y alterando. Por nuestra
parte, creemos que se debe tocar á las cons-
tituciones de los pueblos todo lo menos po-
sible; que el mero hecho de ponerlas en dis-
cusion es por si solo una gran calamidad.
Lo qlle nos ha faltado hasta ahora en Espa-
ña, no han sido leyes, sino su.observancia;
por esta causa hemos tenido despotismo cu-
bierto con el nombre de libertad, y el mas
escandaloso monopolio bajo el dorado nom-
hre de igualdad completa: Lo que deberia




- 716-
hacer el conde de Montemolin seria' influir
para que las instituciones, fueran las que
fuesen, no se limitaran á estar escritas en
el papel, como ha sucedido hasta ahora.


Tiene razon el Tiempo cuando asegura
que ni el PENSAmE:'iTO ni nadie puede ne-
gar al casamiento de S. JI. con el conde de
Mcntemolin una gran signifícacion política:
precrsamente , una gran parte de esta signi-
ficacion consiste á nuestros ojos en que
desapareciendo la cuestiou dinástica v ro-
busteciéndose tan poderosamente el trono,
seria dable desenvolver en su genuino sen-
tido las libertades públicas, sin tener que
andar como hasta ahora, en la triste alter-
nativa del despotismo militar ó de una anar-
quía desenfrenada.


Se equivocan mucho los periódicos de la
oposicion si creen que no hay aqui algomas
qne cuestíou de instituciones políticas. No,
no es asi : cuando se ha luchado por espacio
de largos años ; cuando con razon ó sin ella,
se tienen compromisos de honor v de con-
ciencia; cuando se han creado i arraigado
profundas simpatías en favor de una persona
ó de una familia; cuando los hombres se
han ligado entre sí con vínculos de partido
que no pueden romper sin faltar á sus ante-
cedentes , hay algo mas que cuestion políti-
ca; hay cuestion de honra y cuestion de
amor propio. Esplicaremos la idea.


Supongamos que se dirige al partido car-
lista la siguiente propuesta. «Vendráel Con-
de de Trápani , ó un Coburgo, ú otro prínci-
pe cualquiera, y se restablecerá el absolu-
tismo;ó vendrá el conde de Montemolin v
conservará IHS instituciones representativas;
elegid.» Estamos seguros que la inmensa
mayoría respondería por aclamacion. «Ven-
ga el conde de Montemolin con las institu-
ciones representativas; no queremos á nin-
gun otro príncipe, aun cuando se quiera
establecer el absolutismo mas puro.))


Esta es la verdad, no lo dude el Tiempo;
mas de una vez ha hecho la prueba el que
escribe estas líneas, y la respuesta ha sido
unúnime, y lo que es mas, instantánea. ¡,Y
por qué? porque en estas cosas tiene mucha
parte el corazon. con él se juzga mas que
con el entendimiento.


Se dirá tal vez que estas son afecciones
de que se debe prescindir; pero la dificultad
está en lograr que los hombres prescindan;
~' supuesto que esto no es fácil ni posible,
es necesario hacerlas entrar tOIlJO datos im-


portantes en la resolucion de los problemas
políticos. Uno de los principales secretos
del arte de gobernar ¿noconsiste en templar,
en dirigir las pasiones de los hombres'?


¿Destruye los intereses creados yrestable-
ce losdestruidos?


La respuesta es muy sencilla. Si se hubie-
se hecho un arreglo con la Santa Sede, el
conde de Montemolin respetaría el convenio,
y no se pondría en oposición con lo que s,e
hubiese establecido de acuerdo con Su San-
tidad.


Si no se hubiese hecho el arreglo " esta-
mos cofivencidos de que las probabilidades
de hacerse pronto, serian mucho mayores
que ahora; entre otras razones, por la muy
sencilla de que la mayor estabilidad en las
cosas públicas, daria al Papa una garantía
segura de que el gobierno español podria
cumplir lo que prometiese.


No queremos entrar en disputas sobre
quién lo haria mejor; pero no podemos pres-
cindir de preguntar á losnuevos poseedores,
si estan contentos del órdende cosas actual,
y si creen asegurados sus intereses de la
manera que desean: es evidente que no;
luego lo único á que pueden aspirar es á un
arreglo amistoso; y lo que mas deben temer
es un trastorno profundo. ¡Ay de los intere-
ses que tanto se ostenta defender, si tuvie-
sen que correr los-azares de una nueva guer-
ra civil! que los compradores no lo duden;
son muchos los adversarios que tienen entre
los mismos sostenedores de Isabel Il ; guár-
dense de provocarnuevas escisiones conim-
prudencias y desconfianzas. Para juzgar de
su propia fuerza, no se apoyen en las pala-
bras de los periódicos; no se hagan ilusio-
nes, no se alucinen unos á otros cuando se
hallen reunidos: tienen un medio mas sen-
cilio: recuerden que están en España, y que
la España tiene catorce millones de habitan-
tes, y luego cuéntense á sí mismos.




- 717 -


EXAMI~.\[)08 COMO CRITEntoS


para COIHlCC¡' la fuerza dcl partido monárqnico.


LAS CORTES, U. PRENS,\ y EL RUIDO piJBUCO


Escrito en Vich el 28 de julio de 18.j6 1 Y publicado en M::Hll'ili
el J de ag-osto.


adversarios, no obstante todo su ingenio ".
habilidad, se ven reducidos á la estremidad
deplorable de negar redondamente hechos
mas claros que la luz del día. Hemos visto
negada la existencia de la cuestion dinásti-
ca; ahora vemos negada la fuerza del par-
tido monárquico: cuando uno de los que
discuten se ve precisado á valerse de re-
cursos tan desesperados, la discusion pue-
de darse por finida; la misma exageracion


Para el triunfo v la estabilidad de una del que niega es su refutacion mas elo-
doctrina política, es condición indispensa- cuente.
hle la fuerza del partido que la sustenta. Como aquí se trata de apreciar un hecho
No basta que la doctrina sea conducente al social de la mayor importancia, pero que
bien de la sociedad, ni que las circunstan- pertenece á la clase de los que no pueden
cias en que esta se halle reclamen imperio- espresarse en números, y por consiguiente
samente la adopción y la práctica de aque- ofrecen pretestos para cavilaciones, es pre-
Ilos principios saludables. Si por estravío de eiso examinar de antemano cuál es el cri-
las ideas, por la cxaltacion de las pasiones terio legitimo en la presente discusión.
ó por combinacion particular de intereses Estando regida la España por el sistema
preponderantes, la doctrina buena perma- representativo, parece á primera vista que
nece débil y no le es posible encontrar un la fuerza de los, partidos debe valuarse con
apoyorobusto, está condenada á vivir en la alguna aproximacion por el número de re-
region de las teorías y á esperar que el cur- presentantes que hayan tenido en las Cortes.
so de Jos acontecimientos le depare circuns- Si este criterio vale, será preciso confesar
tancias menos adversas. En la arena de la que el partido monárquico es sumamente
discusion cs preciso dcmostrar no solo que diminuto. Desde ·1834- hasta 184-4- los mo-
la razon está de nuestra parte, sino tambíen nárquicos no han tenido ninguna represen-
que disponemos de los medios necesarios tacion en las Cortes, ó si la han 'tenido no
para poner en planta las opiniones que de- I se ha manifestado. Posteriormente, dicha
Iendemos ; de lo contrario, cuando no se representacion ha sido también muy csca-
nos pudiese combatir por faltos de razon y 1I sa; y en la última temporada de las Cortes
de justicia, se nos rechazaria por débiles; actuales, la hemos visto reducida á una
pues aunque la fuerza por sí sola no da um- cantidad imperceptible. Ufanos con este he-
gun derecho, es por desgracia, con harta cho, nos dirán nuestros adversarios: «si tan
frecuencia, asi para los gobiernos corno pa- numerosos sois qne formais la mayoría de
ra los pueblos, la última razon con que fa- la nacion, ¿cómo es que tigurais por tan po-
lIan las causas. '1' co en la representacion nacionalt.


Entre los muchos ataques que todos 10s'l Un argumento que prueba demasiado. no
días está sufriendo el partido monárquico, 11 prueba nada: un criterio que conduce á re-
figura corno uno de los principales e~ ar~u- I sultados contradictorios, es un criterio falaz.
mento de debilidad: argumento que indica- 1I De estos dos defectos adolecela argumenta-do ya otras veces con aquella timidez que I cion que se funda en la representación de
consigo traen las objeciones evid~nterne.nte las Cortes.
desmentidas por los hechos, ha Sido es.lor- Si el argumento valiese, proharia que du-
zado últimamente con un tono de segundad rante diez años no ha habido monárquicos
que solo puede disculparse por la necesidad en España, y que con la muerte de Fernan-
de encubrir la flaqueza de la aseveracion do VIl desaparecieron todos como por en-
que tan gratuitamente se emitía. Examine- salmo. Si esto es verdad ó no, digalo la
mos, Jlues, con detenimiento la fuerza de guerra de los siete años, v dígalo también
tan peregrina ohjecion, desalojando á nues- :: la oposicion á las ideas revolucionarias que
tros adversarios de esta trinchera en que se li se ha manifestado en todas épocas en el se-
han refugiado. 1'1 no del mismo partido de dona lsabellI, y de


Ante todo llaganlOs notar un poderoso in- , la cual se hall lamentado muchas veces,
dicin de la razon que nos asiste. Nuestros I¡ y se lamentan aun con harta frecuencia,




- 748-
los periódicos así progresistas como' mo-
derados. Dado que admitiésemos la existen-
cia del partido monárquico, seria menes-
ter inferir que este es tan pequeüo, que
se halla en una desproporcion inmensa res-
pecto á uno cualquiera de sus adversarios.
Estos han tenido repetidas veces ó mayoría
en lasCortes, ó una minoría muynumerosa:
el partido monárquico noha llegado jamás á
este punto; sus representantes han sido
muy contados. ¿Habrá quien se atreva á
sostener que este número era la genuina
espresion de la fuerza del partido en la so-
ciedad? No lo creemos; luego este argu-
mento, por probar demasiado, no prueba
nada.


El criterio de la representacion en las
Cortes conduce á resultados contradictorios'
con él se podría probar qlle toda fa Espaii~
es progresista, y que toda es moderada; y
que la mitad es progresista, y la otra mitad
moderada; y que los progresistas estan en
mayoría y los moderados también: ¿se quie-
ren mas contradicciones? esto es .sin embar-
go lo que resulta de la historia de las Cor-
tes. En las de 34- la mayoría era moderada
I . ,os progresistas, tenian una minoría consi-
rabie. En las de 36 la minoría era modera-
~a, y la mayoría progresista. En las cons-
tituyentes ,la representacion de los modera-
dos era imperceptible. En las de 38 la ma-
yoría era moderada, y la minoría progresis-
ta. En las de 39 la minoría era moderada,
y la mayoría progresista. En las de 40 la
minoría era progresista, y la mayoría mo-
derada. En las de 4-1 la totalidad era pro-
gresista. En las de principios de 4-3 comen-
zaba á ser representada la coalicion ; en las
de fines del mismo afio esta coalicion estaba
representada tambien, pero en proporciones
muy diferentes. A fines de U, cuando los
moderados pudieron obrar á sus anchuras,
pagaron á los progresistas con la misma
moneda de 4-1. Los progresistas los habian
escluido á todos ellos; ellos escluyeron á to-
dos los progresistas: los progresistas, por
mucha generosidad, admitieron á un solo
moderado, al mas progresista de los mode-
rados, al Sr. Pacheco; los moderados pagan-
do generosidad con generosidad, admitie-
ron tambien á un solo progresista, al mas
moderado de los progresistas, al Sr. Orense.


¿Qué les parece á nuestros Icctores del
criterio dc la representacion para apreciar
en su justo valor la importancia de las opi-


niones ypartidos? ¿No se admirande I~ se-
renidad con que se aducen argumentos tan
evidentemente desmentidos por la historia
de los últimos años? ¡,Qué se puede respon-
der á una série de hechos semejantes?


Otro conducto tiene la opinion pública
en los gobiernos representativos; laprensa:
veamos qué resultados nos da en favor ó en
contra del partido monárquico. No negaré-
mos que si se hubiese de juzgar por este
criterio, cl partido monárquico seria muy
inferior á los otros: afortunadamente se
pueden oponer al criterio de la prensa las
mismas dificultades que se han objetado al
de la representacion de las Cortes. Desde
el afio 3,¡' transcurrió larga temporada sin
que hubiese ni un solo periódico monárquí-
ce: y posteriormentc , cuando variadas las
circunstancias, han visto algunos la luz pú-
blica, se han resentido mas ó menos de las
dificultades con que tenian que luchar. Si
admitiésemos, pues, el argumento, resulta-
ria que el partido monárquico es muchísimo
mas pequeño de lo que pretenden sus mis-
mos adversarios. Loque prueba demasiado,
no prueba nada.


Es necesario conocer la organizacion pe-
riodística en los diferentes paises, para for-
marse idea exacta del valor de su signilica-
do. En Inglaterra, donde las costumbres de
puhlicidad estan profundamente arraigadas,
y los partidos políticos, amaestrados por la
esperiencia, y dominados por la robustez de
la Constitucion, se mantienen estrictamente
en el terreno de la legalidad, y solo esperan
el triunfo por los medios que las leyes les
otorgan, la imprenta puede tornarse como
un barómetro bastante aproximado de la
opinion del pais, En Bélgica, donde las cos-
tumbres de publicidad son muy recientes,
ya no es posible conocer la opinion pública
Ilor el órgano de la prensa: quien juzgase
de la situacion política y religiosa de la Bél-
gica solamente por los periódicos, se equi-
vocaria grandemente,


La Francia, que IIcva ya treinta y dos
años de discusion pacííica, los que viniendo
despues de los que había tenido antes del
imperio, han debido afectar considerable-
mente las costumbres políticas, tampoco lle-
ga, ni con mucho, ú igualar á la Inglaterra.
Si juzgásemos de la opinion de la FranciaI por solos los periódicos, deberíamos inferir


11 que el partido mas pequeño, mas insignifi-
Ü cante, es el que sostiene á Luis Felipe y su




- 719 -
sistema. Entre Jos muchos.periódicos que I


1


1 es un~:. el J!eraldo. El defensor constante
se publican en París, ap~nas hay dos o.t~'es del Il11Ol.ste.rlO, es 11~0: el Imparcial. Hay
que no le. hagan al gobierno una oposicrou otro periodico enemigo de la oposicion con-
constante; y aun sobre estos periódicos Ila- servadora , pero que na defiende constante-
mados ministeriales, circulan rumores algo mente ni á Narvaez, ni al ministerio, y qne
acreditados de que enla defensa que hacen sosteniendo en general al partido moderado
del gobierno tiene no escasa parte el go- D? está afiliado á ninguna de sus fracciones:
hierno mismo. Por manera que si hubiése- S1l10 que emite su opinion particular, sezun
mos de tomar la opinion de la prensa por lo considera conveniente y oportuno: ellJo-
harómetro de la opinion pública, seria nc- pulas: Por fin, los diarios monárquicos son
cesario decir que en Francia no hay nadie dos: la Espemnza y el Católico. Este últi-
que defienda al gobierno sino el gohierno mo , si bien se ocupa siempre mas ó menos
mismo. Ahora bien: en circunstancias tan de las cosas políticas, se dedica de una ma-
-oríticas corno las que ha sufrido la Francia nera muy especial á las religiosas.
desde! 8:.10, ¿sera posible la duración de un Juzgando de las ideas en España por la
sistema que tenga contra sí á la inmensa estadística de los periódicos, seria preciso
mayoría de la nacion? ¿Es posible que no conveniren primer lugar, quela religion de
haya en Francia un núcleo muy fuerte de los pueblosestá en una decadencia espanto-
ideas é intereses, favorable al sistema de sao Si bien no negamos las profundas llagas
Luis Felipe, y bastante á servirle de apoyo, abiertas á la religion y á la moral por los
y á cubrirle contra los ataques de sus ene - desmanes de la revolucion y por las doctri-
migas? Júzguelo el sentido comun. Otra re- nas disolventes, no podemos conceder que
flexion: la mayoría de las cámaras apoya las cosas hayan llegado á una situacion tan
siempre al gobierno; la inmensa mayoríade deplorable como se nos pintaria en la es-
la prensa le combate siempre: ¿dónde está tadística de la prensa. Aunque los perió-
la legítimaespresion de la opinionnacional? dicos, ni progresistas, ni moderados, no- de-
Si en las cámaras, no en la prensa; si en la diquen por lo comun sus columnas á com-
prensa, no en las cámaras. En ambos casos batir la religion, y basta se ahstengan de
falla uno de los criterios del sistema repre- entrar en discusiones sobre el dogma y la
sentativo para conocer la opinion pública. moral, su conducta en la eleccion de los 1'0-
Tal vez habrá quien sostenga que fallan los lletines induce á creer que no es la religion
dos; esta ocurrencia parece contradictoria, su pensamiento dominante, y que llevan la
pero no lo es; antes por el contrario, está toleranciahasta la indiferenciaó elescepticis-
llena de sentido. mo. Sea cual fuere la novela, por mas que


Si esto sucede en paises acostumbrados á el escritor se entregue á todo género de ata-
la publicidad, ¿qué deberá suceder en los ques contra el dogma, contra la moral, con-
que han entrado recientemente en el nuevo tra el culto, contra todas las instituciones
sistema, inaugurándole con una sangrienta religiosas, contra el clero en general, los to-
guerra civil, y continuándole en medio de lerantes periódicos le abren las dilatadas CQ-
frecuentes y profundos trastornos? En lal lumnas de sus folletines, y hasta luchan en-
caso la prensa no tiene derecho á ser consi- tre sí con viva emulacionpara arrebatarse la
derada como espresion legítima de la opi- preferencia en ofrecer al público la seduc-
nion pública; y quien para juzgar del ver- tora leyenda. No dudamos asegurarlo: si un
dadero estado del pais se atenga al número estrangero juzga de la España por la simple
y al tamaño de los periódicos, se engaña lectura de los periódicos, deberá creer que
torpemente. Esto, que desde luego se ofre- está aclimatado en nuestra patria el indife-
ce como fundado en razon, se confirma mas rentismo religioso mas completo. Sin emhar-
V mas con el testimonio de Jos hechos. go, y'á pesar del pretendido barómetro, no
• Los periódicos progresistas son tres: el es posible negar lo que vemos con nuestros
Eco del Comercio, el lsspectodor y el Cla» ojos y palpamos con nuestras manos, en la
mor Público. Los de la opinion moderada corte como en las provincias. en las.ciuda-
son dos: el Tiempo y el Español, y por es- des populosas como ~n las aldeas: la mmen-
pacio de algunos meses figuró entre ellos el sa mayoría de la nacion española se conser-
Universal. El periódico defensor del sistema va adicta á la religión católica. . . .
de Narvaez y amigo celoso de este general, Las consecuencias relativas a la opnuon




- 720-
política del pais, no serian menos estrañas. ~ riales, con el apoyo de algunos capitalistas
Desde luego salta ¡i la vista la inferioridad 11· opulentos enriquecidos con las contratas y
en que se presenta el partido monárquico, con la comprade los bienes del clero. Si de
inferioridad que por kl enorme, no se atre- I esta pita forma parte el gobierno y en ella
verán á tener por verdadera ni aun los mas coloca todos sus dependientes, la hatería
interesados en exagerarla. Prescindiendo de es poderosa, y las descargas eléctricas son
la proporcion entre el partido moderado yel capaces de hacer temblar de espanto y. ter-
progresista, se nota una anomalía chocante, rol' á quien no conozca lo inofensivo del
cual es, el que de los tres periódicos mode- aparato.
radas, mas distinguidos por su tamaño y re- Todo se reduce á ostentacion; todo es fac-
daccion, los dos pertenecen á la oposicion licio: con estos medios se obtienen los re-
conservadora: el Españoly el Tiempo. Juz- sultados que se quieren, y se obtendrán
gando por este indicio deberiamos creer otros muy diversos. Cuando los ['rogrcs.istas
que la oposicion conservadoraha conquista- mandaban, los resultados eran progresistas:
do una gran mayoría en el seno del partido I cuando cesaron de mandar, los resultados
moderado; lo que está en evidente contradic- fueron diferentes; y si perdiesen el mando
cion con las votaciones de las Cortes, v mas unos y otros, y se examinase de cerca el
todavía con lo que puede esperimentar por terreno midiendo la estension del campo
sí mismo cualquiera que interrogue con im- donde fue Troya, se descubriria bien pl'On-
parcialidad y buena fe la opinion y la volun- to que para destruirla no se necesitaba un
tad del pais. Poco faltaria, ateniéndonos al caballo tan grande como el de las fragorosas
indicio de la prensa, si ño creyésemos que cavernas.
la oposicion conservadora tiene tantos par- Será bueno que los lectores no pierdan
tidarios corno la prog-resista; y sin embargo de vista lo falaz de los tres criterios, para
es evidente para todo hombre de mediano no dejarse alucinar con vanas apariencias,
juicio, que la oposicion conservadora si lIe- perdiendo de vista la realidad de las cosas.
gase al gobierno, no podría resistir por sí En los grandes acontecimientos que se prc-
sola, ni aun por tiempo muy breve, ningun paran, en los momentos críticos en que se
ataque sério: cuando por el contrario, los resolverán los colosales problemasque abru-
progresistas, aunque muy distantes de la man al pais, no deberemos admirarnos de
popularidad con que ellos se lisonjean, son que se ponga en movimiento la España
capaces de hacer una revolucion y de dar facticia queriendo dar la ley al trono y á la
mucho que"entender á sus adversariós, si España verdadera. No embargante las pro-
pudiesen encumbrarse de nuevo al poder, testas de sumision y lealtad, y losanatemas
siquiera por ocho días. contra los enemigos del trono de doñaIsa-


A mas de la representacion en las Cortes bel 11, estamos seguros de que segun el
y de los órganos en la prensa, hay todavia curso que lleven las cosas, resonará por los
otro barómetro de la opinión pública', que cuatro ángulos de España el eco formidable
algunos tienen por muy verídico; y que en de la opinion pública, amenazando á la Bei-
nuestro conceptoes tan t:.alaz como los otros. I na, amenazando á la Espaíi.a, amenazando á
A falta de un nombre especial, le llamare- la Francia, amenazando á la Europa, si la
mas ruido público, porque consiste en cier- Europa, y la Francia, y la España, y la Ilei-
ta agitaciou que comienza en algunos circu- na no se someten humildemente al dictamen
los de la corte, se propaga á otros de las de los que estan demasiado acostumbrndos
capitales de provincia y estiende hasta las á que el suyo prevalezca siempre, merced
poblaciones mas pequeñas sus irradiaciones á la pusilanimidad de los que se asustan
vibratorias. De. ~sto. result~1 en conmocion ,1 por vano~ espantajos. Desde ahora para eh-
una España facticia, improvisada, que pre- 1I tonces, SI este caso ha de llegar, corno sena
senta fenómenos engañosos, movimientos ! muy posible, prevenimos á los lectores para
que parecen de vida, y que en realidad no I que no crean que Una resolucion firme no
son.mas que ef~ctos de u~a especie de gal- podrá llevarse adelante sin qu.e. el orbe s.e
vanismo. La pila galvánICa que produce l· venga abajo. Esta opuuon facticia, ese rUI-
efectostan s.orprelldentes, está formada de ~ do, tendrán tanta importancia como les den
algunos empleados, literatos, periodistas, los que se hallen encargados de dirigir el
candidatos á diputacion o á sillas ministc- . negocio. POI' nuestra parte estamos tan s~-




Escr-ito en Yieh el G de agosto de 1846 y publicudu en Madrid
en i:2 del mismo.


- 721 -
guros de la opinion del pais, y de que todos ~ nuestros adversarios. Por lo que toca á los
los obstáculos á una política verdaderamen- . que no lean el PEi':SA1IIEl"TO, dejamos á la
te nacional son vanos fantasmas, que á I delicadezadel Español el rectificarla opinion
no ~ediar la mas escandalosa flojedad ó la [1 ~quivo(ada que de nosotros habrian podido
mas msigue torpeza, coutanamos de seguro ¡110rmar; en cuanto a los que nos favorecen
sobre el resultado. Al tiempo apelamos, 1\ con la lectura de nuestros artículos, no ha-
que está encargado de decirnos estas y 1


1
hrán podido memos de sorprenderse al ver


muchas otras cosas; y para (lue no pueda ,1 que el Español hablandodel PE"S,\1nE'ITO DE
caber ninguna duda sobre el significado de li LA rÜCIO;>i , dice con una serenidad admira-
lo que entendemos por política verdadera- " ble: COlOS llama miserables y torpes sin ad-
mente nacional, diremos que es la que (0- vertir que la torpeza y miseria de nuestros
mienza por la reconciliacion de todos los es- argumentos son otras tantas razones contra
paüoles, inaugurada en la real familia por los suyOS;» y se habrán indignado sin duda
el enlace de la Reina con el conde de j}Jon- al notar que paraformarnos un gran capítulo
temolin, de cargos, se comienza porponer en nuestra


boca palabras que no hemos dicho y que so-
mosincapacesdedecir. ¿Quién ha visto jil-
más en nuestros escritos los dicterios de mi-
serables y torpes, 'ni otros que se le P:l-
rezcan? Si hubiésemos hecho otro tanto con
el Español, ¿no hubiera rechazado la incul-
pacion aplicándonos la denominacion cor-
respondiente? Nosotros preferimos dejar


Ha descubierto el Español que «de algu- encomendado este negocio á la conciencia
nos días á esta parte) está haciendo el PEN- del escritor y á la conciencia del público.
SAmEl'ITO DE J~A NACIOl\ esfuerzos desespera- Si el empleo de tales medios está hecho
dos para rehabilitar la causa del conde de con premeditación, la conducta es culpa-
Jllolltemolin; y que ahaudonando lamesura I ble; si es efecto de un descuido, un tal des-
y templanza que tanto le distinguieron al cuido es incomprensible. De todos modos
esponer el año pasado los supuesto~ dere- nada estraüo es que quien comienza de esta
chos de su candidato, y las ventajas mas manera continúe entregándose á declama-
supuestas aun, que el matrimonio ~on la ciones personales que nada tienen que ver
Réina nos traería, se entrega ahora a toda con el fondo de la cuestiono
la vehemencia peri?dlstica" ~ontra.la .cual \ Observa el Español que el PEl"SA}lIE:'iTO
tanto ha clarnado.: No es fácil decir SI los DE LA NACION no se circunscribe al sendero
esfuerzos dcl PE:'iSAmEl'iTO DE LA NACION I trillado de los hechos precisos y actuales, y
son desesperados ó no; pcro lo que se ruc-:- que de ellos «se desvia siempre que la me-
de afirmar es que no son de algunos d,Jas ajar defensa de Sil causa lo exige, obrando
esta parle; esta es una ?SpeClC de llIaIll~ de empero en esto con suma habilidad, y des-
que adolece de mucho tiempo airas el 1 EN- '¡lizándose sin que lo noten la magorparte de
SA}HEl'ITO DE LA ~ACION, como de un mal . los lectores, háciael terreno de otros hechos
crónico y punto menos que incurable. Como i! estemporáneos las mas veces, y fuera de
quiera, seria cosa de enfadarse contra el !1 propósito.» Bueno es que la sagacidad del
I)E?lSA~IlENTO DE LA NACIOl'i el verle abando- l' EspartOl hava notado lo que (segun él mis-
nar su acostumbrada mesura Y templanza, " mo confiesa) no notan la mayor parte de
V entregarse ahora á toda la vehemencia I! nuestros lectores; pero séanos permitidodu-
periodística, si por desgracia no !lles? de- j' dar de si es esa mayor parte quien se enga-
masiado cierto que contagiado el Españo! de [i tia, ó si es el Español. Como entre los lecto-
la misma vehemencia, impugnaartículos que l' res del PENSA)IIE;,\TO hay muchos muy ilus-
no habrá leido por entero, o ha Citado de ! trados, no puede darse por ofendido el Es-
memoria algunas palabras, confiando mas i pañol de que cuando menos pongamos en
en ella de lo que fuera menester. Los lecto- 1


1


': duda la superioridad de discernimiento que
res del Español a cuyas manos no haya lle- ; sobre ellos pretende.
gado el PE?iSAMIE?lTO DE LA NACION, habr,á~ I Para no dejarse seducir ,por los arti¡i('~os
estrañado la descortesía con que tratamos a 11 del PEl\SA1IIEl'íTO DE LA NACION, da el Es-.


89




72~
pañol una regla que desde luego admitimos ~ Español confiesa de que el PEl\MMIEriTO DE
sin restriccion alguna. «Es menester leer 11 LA NACION conoce bien á sus lectores. Sí,
con mucho detenimiento y atención hasta 11 los conoce, y sabiendo que entre ellos los
las cláusulas en apariencia masinsignifiCan-


j
l hay monárquicos, moderados y progresis-


tes de sus artículos, cuidando sobre todo tas, procura conciliarla defensa de los prin-
de no dejarse fascinar nunca por esos golpes cipios salvadores conel respetodebido á las
repentinos que casi calificariamos de teatra- I opiniones agenas: procura no herir las- per-
les, á los cuales apela con frecuencia para sanas, y hacer notar que de nuestros males
salir de los malos pasos.» Por nuestra parte les cabe una gran parte á las cosas: pro-
recomendamos eficazmente la regla del Es- cura no exasperar los ánimos que trata de
pañol; en la inteligencia de que con cuanto unir, no levantar laspasiones que desea cal-
mas detenimiento y atencion sean leidas las mar, procura persnadirles á todos de la ne-
cláusulas significantes ó insignificantes, mas cesidad de hacer algunos sacrificios para
fundadaesperanza tenemos de que el lector que la patria no se hunda de nuevo eu un
se convencerá de la conveniencia del enla- abismo de calamidades. Esa es la perspecti-
ce de la Reinacon el conde de Montemolin. va de cuadros desoladores que ofrece el
Tocante á Jos golpes repentinos que el Bs- PEriSAMIE:'iTO; ¡ah!si el porvenires halagüe-
pañol casi calificaria de teatrales, tamhien ñe ó no, dígalo la realidad presente, dígalo
creemos muy conveniente que los lectores la conciencia del lector.
no se dejen fascinar, y que recuerden la ob- A la vista dc tamaña iniquidad del PEl\-
servacion de que el autor de los artículos , SA'IIE:'íTO IJE I,A NACION, se exalta el patrio-
del PENsAmE'\TO «confunde el animo del lec- 1, tisrno del articulista del Español; y mojan-
toro poco esp~rime[!tado,. y obligándole á se- 1I do su pluma en hiel ataca cn~el~lente al di-
gUlr y admitir las inflexibles deducciones de I rector del PEl'íSA)lIENTO pintándole poco
una argumentacion viciosa en su base lolle- II menos que como una calamidad pública.
va á regionesdesconocidas: y cuandole tie- 1I En medio de su exaltacion pronostica el
ne alli sin recurso y sin salida, se complace i PE;\S.UIIE:'íTO la esterilidad de tamaños es-
en su fU~lesta habilidad y lo abruma con la 11 fuerzas '. I'ecol'dándoJ~ « la derrota y com-
perspecuva de cuadrosdesoladores, y quie- : pleta ruma que espenmentaron tantas doc-
re obligarle á quedarse, mostrándole esco- !I' trinas basadas sobre el error ó la vanidad
llos y precipicios por todas partes.: Cierta- ~ del hombre en la larga serie de las edades,
mente estas mañas dcl PENSAMIENTO DE U I y singularmente durante el último siglo. »
NACIO::'í son demasiado peligrosas para que I ¿A qué vienen esos recuerdos del Español?
el público no deba agradecer al Español el ¿qué punto de comparacion tiene el autor
haberlas descubierto; pero lo sensible es de estos artículos conlos sofistas delos si-
que el mismo Español no haya advertido que glos pasados? Oigase al Español, que des-
con sus palabras poco meditadas, hacia una pues de aquello de los cuadros desoladores
eonfesion elocuente de la impresion que y de los escollos y precipicios que caracteri-
causan en el ánimo de muchos liberales las zan la conducta del PEJ'íSAñIlEl\TO DE u
razones del PENSAlIIEJ'íTO DE LA -NAGION. NACION, dice con la mayorseriedad: «Seme-
Los lectores á quienes se abruma, á quie- jante conducta, peculiaren todos tiempos de
nes se quiere obligar á quedarse, y contra los grandes ingenios y de los grandessofis-
quienes es necesario emplear la perspectiva tas, de los hombres que aspiran á la singu-
de cuadrosdesoladores, v de escollos y pre- laridad, aunque sea á costa de la desdicha
cipicios por todas partes," deben ser amigos del género humano, y de los que poseen
del tronode Isabel Il; porque en cuantoá grandes fuerzas intelectuales á costa de to-
loscarlistas, de seguro no es necesario es- dos los sentimientos del corazon, es sin du-
pantarlos para persuadirles que se queden da muy laboriosa, pero no deja de ser muy
con el condedeMonternolin á quien quieren cómoda por losbuenos y personales resulta-
como la niña de susojos. Estopruebaque el dos de actualidad que generalmente produ-
PENSA~[IEl'ITO DE LA NACION va lograndoSil ce; pero nuncason estos duraderos, porque
objeto,queesconvencer á los amigos del tro- hay una cosa superiorá todas las mas bri-
no de doña Isabel Il de la conveniencia del llantes argucias del entendimiento humano,
enlace de esta augusta Señora con el conde y la razon aun abandonada á sus propias
de Montemolin; y confirma además looue el I fuerzas, domina tarde o temprano sobre las




i23 --
teorías de los utopistas.» Devolvemos al Es- 11 sor, sin mas armas que su lógica y su cora-
pañol el argumento; esceptuando que no le Ii lOU: sin lilas defensa que la resolucion de
hacemos la injusticia de creer que sea capaz I'i morir heroicamente. El anacronismo mo-
de aspirar á la singularidad á costa de la 1I meutúneono era de estrañar, porque no de
desdicha del qénero humano, y que al otor- t! otro modo se concibe que haya quien se es-
garle fuerzas intelectuales, no es á costa de li prese do esta manera, cuando precisamente
todos los sentimientos del corazón. A pesar !i los adversarios á quienes ataca, estan pros-
de que nos supone un corazón tan malo, no I! crites en su ~ayor parte incluso el príncipe
tenemos inconveniente en suponérselo á él 11 que los acaudilla; y han tenido que sufrir
muy bueno, siquiera tenga pretensiones de I! con harta frecue~~ia la .sepultura de las ca-
no ce~er la palma en este ¡mnt? á los gran- 1) tacumhas, los ,VIlipendIOs en el foro y los
des bienhechores de la humanidad. l' sangrientos patíbulos,


En contrade las esperanzas de triunfo con ¡l En prueba de que en la eleccion de los
que se alucinael PE:'iSA1HE''íTO, recuerda el ! medios de defensa no es muy delicado de
Español la.~onciencia. púb\!ca,' esa garan.tía : conrienci,a e~ PEl'iS:~MIEl'íTO ~~ LA l'Ü~ION,
Que concedió la Providencia a la salvacion '. nota el Espeño! la unportanttsnna vanante
de las naciones; presenta á {da mentira co.n- I~· que la memoria del fiscal nos hizo adoptar
denada á perecer auncuando bri1le por algu- I en la caliticacion del asunto dinástico; pre-
nos instantes apoyadaen la fuerza de la inte- I tension en vez ele cuestiono No alcanzamos
ligenciay e~ la fuerza .de las armas, y la ver- 11 por qué ~n esto, no habrá poca delicadeza de
dad predestinada a triunfar. aun sepultada ii concrencra: crcramos nosotros que el procu-
en las catacumbas, vilipendiada en el (oro y li rar no indisponerse con el señor fiscal era
ensangrentada en los patünüos.. Al leer eS-llllla cautela lllUY prudente; y que por otra
tas palabras, al notar esos recuerdos terri- parte la palabra preiension era tan inol'ensi-
bies, ese tono vehemente, ese conjunto de va, que no podian llevarla á mal ni la corte
s~nti~ien,tos exaltados y de filosofía de la I de l\~adr~, ni el proscrito de .Bourges. Dice
historia, a todo lo cual no puede negarse el I el Espanol que no sabe ((SI el pretendido
mérito de la oportunidad, pasaba en nuestro I Rey de EspaJia admitirá la importantísima
ánimo una escena, que vamos á referir á I variante.. nosotros creemos que el conde
nuestros lectores, siquiera corra el peligro de l\Iontemolin no se ocupará de semejantes
de ser calificada de teatral. I cavilaciones; y que si se ocupase de ello,


Cuando veíamos comparecer á los sofistas I aun conservando su posicion dinástica v po-
de. todas las.e.dades singularmente los. d~1 Ií~ica, podría deci,r s,in abjurar sus pr1nci-
último Siglo e invocada la concicncra púhli- i. PI?S: ( yo pretendo la corona de Espana..
ca, y la garantía concedida por la providen-li aSI como Doña Isabel JI podria decir tam-
cia para la salvacion de las naciones; y la I bien: ((pues yo pretendo que no es tuya si-
mentira brillando con la fuerza de la inteli- I no mia.» Pretender, segun el diccionario de
gencia y la fuerza de las armas; y la pobre 11 la lengua, es procurar ó solicitar alguna co-
verd.ad sin.m~s ~onsuelo que el estar pre- li sa haciendo las diligencias ne~sarias vara
destinada a triunlar , aun sepultada en las 1


1
su conseeucton; j'a ve el E.\panol que aqUl


catacumbas, vilipendiada en el foro y en- I se prescinde de tododerecho. Pero aun hay
sangrentadn en los patíbulos; nos creimos 1I mas; segun el mismo diccionario, la palabra
trasladados á fines del año n ó 48; supo- '111 preteusion significa tambien « el derecho
niamos verificado Ya el enlace de la Reina I bien ó mal fundado, que alguno juzga tener
con el conde de Montcmoiin, y que los pe- I sobre una cosa. »
riódicos monárquicos ohtenian todoel apoyo i El diccionario no puede estar mas esplí-
del gobierno, y que los principios \iberal~s \ cito: ((bien ó mal fundad?,»). dice: No. parece
estaban sepultados en las catacumbas, y vi- 1 silla que los Sres. Académicos previeron la
lipendiados en el foro por fiscales y jueces discusion presente, y se quisieron poner de
injustos, y ensangrentados en los patíbulos 1I parte del PEl'íSAMlENIO.
con el suplicio de millares de sus defen- 1


1


1 Aconsejamos al Español que cuandoquie-
seres; y que estábamos leyendo un artículo I ra fundar argumentos sobre el significado
de un periódico de la oposicion que arros- 1I de una palabra, tenga la bondad de abrir el
trando todos los peligros v ambicionando la li diccionario de la lengua.
aureola del martirio, atacaba al poder opre-" Dice el ESIJañol , que el Pi!.~¡¡UlI¡¡;NTO DE




- 7'24-


(
'


lA ~ACIO~ «ha tenido la [rescura de dar por A quien sustenta un dislate .
toda respuestaá tres preguntes capitales, que I Con palos se le combate;
era de mal tono el que los periódicos se in- I[ ya sabe el Español que en su lugar y tiern-
terrogasen mutuamente. olvidando sin duda I po fue largamente aplicada contra los car-
las in/i¡¡iías veces que él lo ha hecho:» i.re- I listas; pero la aplicación tuvo el inconve-
cuerdan acaso nuestros lectores esas infini- ¡ niente de que como entre los carlistas se
las veces que hemos interrogado á los perió- ¡contaban muchos hombres de brazoy-de co-
dicos ? En la colección del PE\SAmENTO 1razon , se atrevieron á oponer á la máxima
¿han visto algo en que pueda apoyarse una I de los dialécticos, otra máxima de los juris-
afirmación tan g!,atuita? ¿no les parece .que Itas, cim vi ~'eJ!ellere, rechazar la fuerza con
se n~~~es:ta una .frescura mas qu~ mediana I la fuerza, diciendo para SI.
para decir semejantes cosas? el JUICIO y la ~ Argumento <le porrazos,
ealificacion de esta conducta, lo abandona-I' Contcstacion á balazos.
mos á la sensatez v rectitud de [a concien- Desgraciadamente esa apelación á la fuer-
cia púh'ica. • I za para sostener una causa, que, á juicio


Recordando el Español lo que dijimos, del Bspañol , no merece mas consideracion
«hay cuestion mientras hay quien disput?,») ! que .Ios delirios de l?s que J?-iegan la exi~­
lo concede; pero OhSefl'8 ((que hay tsmbiet: 1I teacia de loscuerpos o la rca1Jdad del movr-
cuestiones denombre, y que la actual tiene /'1: miento, había producido tales resultados,
mucho de esto, porque si bien se disputa si I que por mucho tiempo no los olvidarán la
Jos carlistas son ó no vencidos, y si su rey 1


I
España ni la Europa. Era tanto el apoyo que


es rey ó no, todos convienen en la sustan- encontraron esos delirantes políticos, que la
cia , y solo disputan sobre el modo; unos 11 guerra civil no pudo terminarse por una vic-
quieren que sean vencidos en la propia I toria, sino por una transaccion; y con esa
acepcionde la palabra; otros solo por un ac- 11 fuerza supieron unir los carlistas tal nobleza
cidente fortuito, que I~s arrancó las armas 1I y lealtad en sus palabras y en sus hechos,de la mano; todos convienen en que el con- i que m aun en los momentos de mayoranar-
de de Montemolin no es rev; unos creen /1 quía en su campo, no se olvidaron de lo que
porque le fue adversa la fortuna: otrospor- I eran. Esto no lo dice el PENSAMIENTO DE LA
que nunca debió serlo.» El Español, con ha- I1NACIO~; acaba de decirlo, bajo su tirma, un
ber dicho esto, se cree muy generosoen ma- [1 hombre conocido por su adhesion á la Reina
teria de concesiones: pero á mas de que no I Isabel; un hombre que ha merecido la con-
alcanzamos que las haya de ninguna espe- \1 fianza I~ ca.rana '. ~iend.o nombrado min~stro
ele en no negar [o que es mas claro que la de Gracia y Justicia , y (Iue en la actualidad
luz del dia , debiera advertir que por cues- , es nada menos que intendente de palacio,
tion dinástica jamás sc ha entendido la dispu- : el Sr Egaüa. lIé aquí sus palabras:
ta sobre las causas del resultado de la guer- I (Solo dirá una cosa el que, nacido en las
ra. La cuestion dinástica no está en disputar faldas del Pirineo, no ha dejado un solo ins-
sobre si los carlistas son ó no vcncidos , sino tante de ser buen español, decidido amante
en que la rama proscrita y sus partidarios de S. M. la Reina, y consecuente en los
disputan atacando la legitimidaddel trono de principiospolíticos que profesó todasu vida,
Doña Isabel II, pretendiendo que esa legi- y es:
timidad está en la familia de D. Cárlos. En (Que la guerra civil en que se disputaba
verdad que esto no es cuestión de nombre; la corona de España, acabó nopor unaoic-
se disputa un trono, y un trono \JO es un toria, sino por uu« tronsaccion:
nombre. (Que esta transaccionse verificó hallan-


Niega el Español que mientras se dispu- dose lo mas g}'{lllado de las tropas de la Rei-
ta haya verdadera cuestion, y con una opor- na en el corazon del pais enemigo, entreq«-
tunidad que no tiene nada de humana, re- das absolutamente á la lealtad y nobleza de
cuerda aquellode las escuelas de que «cuan- sus contrarios »
do uno de los contendientes hace gala de Cuando se trata de hombres á quienes
tan estupenda terquedad, [ustibus est ar- sus adversarios politicos tributan semejante
guendunu Esta máxima que podríamos ver- homenaje, bueno seria que el Españo! no
ter al castellano diciendo: hablase de las soluciones á palos.


Como al establecer el sentido de la pala-




- 725 -
lira cuestion, hahiamos supuesto llevadaslas ~ cido , no por el ingenio de tus adversarios,
cosas al último estremo , para que luego,n,o 11 SIIlO pOi: la verdad y bondad de la causa
se nos acusase de qne atacábamos la legltl- ! que sosuenen..
mirlad del trono de Doña Isabel Il, pretende ¡ ~
el Es]wñol deducir de nuestras doctr~nas 1 -.....eeElI,gl__
que nunca puede haber nada seguro , 1lI en i
la familia ni en la sociedad, Si mientras hay ¡ VINDICI\CrON PERSON¡,\I~.
quien disputa hay cuestion, las cuestiones i
no se acabarán nunca, Jos pleitos serán in-
terminables; y aun cuando se fallen mil ve- Escrito en Viril en 13 de "·;'»10 ,le 18,\r, Y publicado en Madri,j
ces en un sentido, no quedará garantida la en 1a dd mismo
propiedad en cuvo favor se hayan dado. Es-
la es la réplica del Español; veamos lo que Por hov me han de disimular mis lectores
vale. que hable de mi persona; y que despojan-


En el artículo á que nos referimos, nos dome del plural nosotros que en las discu-
proponíamos dos cosas: primera: probar que siones políticas se ha hecho comun en el
p?dia~10s emplyar la palabra cuestion dill:ís- l' lenguaje periodístico, me valga solo del sin-
tica sm faltar a las leyes, Para esto argüia- guIar yo. Nolo hago sin razon; pues que no
mos asi: hav cuestion, fundada ó infundada; I se trata de asuntos públicos, no de opinio-
luego al decir cuestion dinástica nada signi- I nes políticas, no de intereses de partido,
íicamos en contra de la legitimidad de Doña I sino de cosas puramente personales: el sin-
Isabel 1I, pues que la palabra cuestion, , guIar s« será mas propio que el plural nos-
prescinde absolutamente de que la razon es- otros: esta distineion no es inventada por el
té ó no de parte de uno de los contendicn- , que esto escribe, sino por Chateaubriand.
tes; segunda: probar que esta cuestion era ,1 Si hubiese podido dudar alguna vez de la
una cosa que se traducia en hechos, y que ![ justicia y santidad de la causa que sustento,
por consiguiente convenia tomarla como un ! mis dudas se hahrian disipadoahora, al ver
dato importante en la resoluciun de los pro- ! las armas con que se me combate: cuando
blemas políticos. Para esto recordábamos I se echa mano del ataque contra la persona,
que la cuestion dinástica hahia costado tor- il señal es que nada se puede responder á las
rentes de sangre, y deciamos que no era !II razones del escritor. El Español, de alguuos
imposible que en adelante los costase de 1I dias á esta parte, sobresale en el empleo de
nuevo. El lector juzgará si este modo de I tan triste recurso. Ya recordarán los lecto-
discurrir puede dar lugar á las deducciones ;1 res, que en concepto de un articulista del
del Español; y si esa lógica adolece de una 1, Español, era yo un sofista, «uno de aquellos
falta garrafal como asegura nuestro culto 1I hombres que aspiran á la singularidad, aUD-
adversario, il que sea á costa de la desdicha del género


Semejantes calificaciones, y muy parti- " humano, que poseen grandes fuerzas inte-
cularmente las soluciones á palos, son las 'Ilectuales, á costa de todos los sentimientos
mejores respuestas que se pueden dar á los JI del corazon;» recordarán tambien que al
argumentos que no tienen réplica. Esto es- Ji hablar de la temeridad de los carlistas en la
plica la ca.nducta del Español; afortunada- l' cuestion dinástica, recordaba el Español
mente hay UIl público que lee y juzga, y ! aquello de las escuelas, [usiibus est ar-
que dará á carla cual su merecido. El fallo 1I gnencZmn, De todoesto m~ hice cargo en el
mas benigno qlle ohtendrá el Espa'ñol con '1 articulo del número anterior; pero entonces
sus artículos, será el siguiente: «Tú te irri- me hallabayo muy lejos de creer que en las
las, tú desciendes ú personalidades; tú ca- columnas del Español habia de tener el ar-
liticas groseramente el raciocinio de tu ad- gumento de los pillos una interpretacion tan
versario: tú exageras sin medida la sinrazon literal é inmediata, y que sin saber por qué.
de los carlistas, y comparas sus pretensiones h.abi,a de salir un corresponsal de dicho pe-
á los mayores absurdos del espíritu humano; il riódico c.on la per~gnna mvencion de que el
luego no tienes la razon de tu parte; luego ji que escI'l~e estas líneas, prob~hleme~lte por
no puedes entrar con ventaja en el fondo de I1 sus, manejos electorales, habla _sufndo una
la cuestion actual, que es la del matnmo- i paliza en un pueblo de la montanade Catalu-
nio; porque tienes 111 segllrirlad de ser Yen- ña. Al leer aquellas líneas, acompañadas de




- 726-
tanta grosería y calumnia, ! que tanta in- bitacion. Es falso, pues, que haya sido apa-
dignacion han causado á los hombres que leado en un pueblode la montaña , pues no
estiman en algo la verdad v el decoro, yo he visto ninguno, ni me he movido de Vich,
que era el ofendido, no podia indignarme: desde mi venida de Barcelona. Ni en Vich,
solo sentia una impresion desagradable, se- : ni en sus alrededores me ha sucedido no di-
mejante á la que se esperirnenta al presen- ! ré un atropello, pero ni siquiera un lance
tarso á, los ojos objetos que repugnan. Si : desagradable. Por el contrario he recibido
mi posicion, si el honor de la causa que de- 1


1\


continuamente, y de hombresde todas opi-
fíendo, si el deseo de complacer á innume- ; niones, singulares muestras de afecto y
rables amigos, no me impulsase ácontestar, \ consideracion; y deho particulares atencio-
no lo baria: :olve~ia la cabeza con desden, 11 n,e~ y ofrecimi~ntos á la .autoridad, tanto
y seguma mi camino. 11 CIVIl como militar. Mal informado está el


El público sabe muy bien que jamás he I Español; no solo no me ha sucedido, sino
llamado la atencion sobre mi persona. No ; q~e estoy seguro de que no me sucederá
se hallan en los prológosde mis obras aque- 11 nmgun atropello, ni me puede suceder.
1I0s preámbulos en que algunos hacen sa- Tanto en Vich como en toda su comarca,
her directa ó indirectamente la edad que 1I estoy en buenas relaciones con hombres de
tienen, su posicion personal, losdesvelos que 11 todas opiniones políticas; y lejos de que
les ha costado su trabajo, y otras cosas Se-¡i haya de. recelar malos tratos, coutaria con
mejantes: los cuatro tomosdel Protestantis- I vigoroso apoyo en todo lo que se pudiese
'IIW llevan dos escasas páginas de prefacio, 1' referir á la defensa de mi persona. Este es
sobre el objeto de la obra. El Criteri« salió I un país donde ignoro que tenga ni un solo
sin una linea. Los cuatro tomos de Filoso- 1 enemigo personal: adversarios políticos ten-
fía fundamental no tienen mas que una pá- dr~; enemigo personal no conozco á nin-
gtna corta de prólogo, tambien sobre el ob- guno. En un momento de peligro llarnnria
jeto de la obra; y el tomo de las Cartas á indistintamente á cualquiera puerta, y es-
un Escéptico, va precedido de una simPle¡· toy seguro de que me se abrirían todas.
advertencia de editor. mas bien que de I Dice el comunicante que ((yo hahia em-
autor. Asi hubiera continuado. y jamás bu- )' prendido hace algunos dias una mision por
hiera ocupado al público hablándole de mi lilas pueblos del distrito de Vich para hacer-
humilde persona, si no supiese que el hom- 11 les admitir la candidatura de un tal Fono-
bre ,cobcado en cierta posicíon está obliga- I ller, furioso carlist~ , que ~o ha queridoju-
do a defender su honra" siquiera le s~a ne- rar ~I :e.conocer a I.a Rema Isabel, y que
cesano decir en su abono cosasque sm este fue individuo de la Junta de Berga.. Creo
motivo no hubiera dicho nunca. que ese tal Fonoller , de quien babia con


Vamos á los hechos. El dia 1.0 de julio: tanto desden el corresponsal del Español,
salí de Madrid en la silla-correo; llegué 1'1 será el señor conde de Fonollar, pues ya en
el 4 á Barcelona; permanecí alli cinco dias, I otro periódico se había estampado la misma
lo único necesario para corregir las últimas 1


1


especie, añadiéndose entonces al señor mar-
pruebas de las Cartasá un Escéptico que se i qués de )fonistrol. Por lo que toca al mar-
acababan de imprimir, v algunas otras que I qués de Monistrol , no recuerdo haber teni-
tenia atrasadas del tomo' 3.o de la Filosofía 1 do con él ninguna relacion, y no le conozco
fundamental. Vi en Barcelona á muy pocas "ni aun de vista; y en cuanto al conde de
personas, porque deseaba marcharme pron- Fonollar, ignoro absolutamente que ni él
to para huir del calor; yel 10, tomando un haya pensado en hacerse elegir por ningun
carruaje, me fui en derechura á Vich, mi distrito de este pais, ni que los electores ha-
patria, donde no había estado hace cerca de , yan pensado en nombrarle. Mis relaciones
cinco años, y donde tengo numerosos ami- I con este caballero han sido muy pocas: pue-
gos que deseaban verme, como vo deseaba, do asegurar que he hablado con él dos vc-
tener el gusto de verlos á ellos, Llegué á I ces solamente en mi vida, porque me dis-
Vich el mismo dia, En el mes que llevo de 11' pensó la honra de visitarme en Barcelona:
permanencia en esta, no me he alejadonun- . la una fue en el pasado julio, la otra en
ca un cuarto de legua de las tapias de la 11 marzodel mismo aüo; y por lopoco que le he
ciudad, y he pasado alguna vez siete ú ocho conocido, puedo añadir que en vez de hallar
dias sin salir de las puertas de mi casa ha- " en él un hombre furioso, solo he visto un




- 7"7-
caballero muy lino, despejado. tolerante, política. Viven los testigos: en medio da
conocedor delsiglo, y que manifiesta franca- ellos escribo: que me desmientan si falto á
mente sus opiniones; pero con nobleza, con la verdad.
prudencia y mucha templanza. No le oí ni «y por esto, prosigue el corresponsal del
una sola palabra de exageracion. El señor Español, ha sido siempre muy mal mirado
conde de Fonollar tiene demasiada educa- del clero, hasta tal punto, que cuando hizo
cion para haberme encargado á mí de.pro- oposiciones á una canongia de su patria, los
pagar su supuesta candidatura; y yo conozo jueces dijeronpúblicamente, que aunque él
bastante mi posicion para encargarmc de ta- era el que habia hecho mejor oposicion , RO
les cosas. Aunque no fuese por razones de querian dársela porque era negro.»
otra clase, el decoro, y hastael amorpropio, Los lectores juiciosos comprenderán cuán
serian mas que suficientes para impedirme sensible me ha de ser el bajar á esc terreno
el que descendiese hasta haccrcorrerías por de indignas personalidades, que me hieren
los pueblos recomendando tal ó cual candi- á mí y á otros; pero se me fuerza á ello;
datura. Si no sc hubiese ofrecido la nccesi- está interesado en este negocio mi honor, y
dad de vindicarme , no hubiera ni aun cui- yo procuraré no cansar al público ~on esas
dado de desmentir estas invenciones, que cosas mas que una sola vez: lo demás lo re-
veia en algun periódico , y que leia con el mediaré con el desprecio, ó 10 castigarán
mismo desprecio con que supongo las leeria ios tribunales.
el público; pero ya que á ello se me obliga, En circunstancias semejantes, cuando un
sépase que no me mezclo en.tales pormeno- hombre ha llegado á adquirir un carácter
res; que si me mezclase en asuntos electora- público, y mucho mas si esto no [o debe á
les, seria en otra esferasuperior, desdedon- ningun empleo, sino á sus actos puramente
de pudiese influir en la opinion nacional; y personales, tiene un deber de salir á la de-
que ni aun estando aqui en Vich hablo de tensa de su persona: en esto se interesan
elecciones con nadie que no me hable de sus mismas doctrinas. Los defensores de la
ello, y esto sin salir de mi casa. Pocos me verdad se han creido siempre con derecho,
han tocado esta eonversacion ; v cuando se y á veces con obligacion , de rechazar las
ha ofrecido, he dicho francamente mi modo calumnias, diciendo en su abono propio lo
de pensar, como lo digo en mis escritos. Co- que fuese necesario para el honor de la ver-
nozco bienloque medebo á mímismo, para dad misma. Las imputaciones del corres-
andar intrigando á la manera que lo supone ponsal del BspañfJl merecen ser rechazadas
el desventurado anónimo. con un breve resúmen de mi vida: ya que


«Por lo visto, continúa cl corresponsal, el él dice que los que leen mis escritos me co-
Sr. Balmes ha soltado la máscara, y decidí- nocen poco, es preciso que yo me dé á co-
dose por los carlistas estremos. Luego va- nocer, Ó que al menos indiquelas fuentes á
yan vds. á creer en sus palabras, mansasen donde los que gusten podránadquirir todas
apariencia, dc conciliacion y olvido de todo las noticias que deseen sobre mi persona.
lo pasado, con que quiere embaucar á sus Escritores respetables me habian rogado que
lectores. Es de advertir que el SrvBalmes, les suministrase algunasnoticias para escri-
el campeon del carlismo, hahia defendido, bir mi biografía: siempreme había negado:
Ó al menos encomiado, en algunas ocasiones si fueseprecisopodria citar nombres propios.
muypúblicr!s el sistema representativo.» Fal- Agradeciendo la buena voluntad, les can-
ta á la verdad el corresponsal del Español testaba que esto no merecia la pena; pero
cuando esto asegura. Todo lo que he escri- las circunstancias han cambiado; yo la es-
to sobre política y sobre cualquieraotra ma-I cribiré , yo mismo. Quiero que el público
teria , lleva mi firma: el público lo conoce I tenga noticiadel hombre de quien habla con
todo; y sabe si soy consecuente. En cuanto ,1 tan maligno misterio ese anónimo que hiere
aotras ocasiones, he hablado en público en I con un velo en la cara, como lo hacen los
dos puntos, cn Cervera y en Vich, en ser-I aleves.
mones ó en discursos académicos; y apelo Citaré fechas, lugares y nombres propios
al testimonio de cuantos me han oido para I de personas respetables y que viven aun:
que digan si jamás, jamás, me oyeron ni I quien escribe de este modo y bajo su firma,
elogio ni vituperio del gobierno representa- Imerece algun crédito; y cuando menos su
tivo, ni una palabra que se rozase con la testimonio es preferible al de un anónimo.




- 728-
Los pormenores son precisos para que se colar era severa; había el tribunal que se
vea que no temo las noticias que de mí pue- llamaba de censum; jamás sufrí ni la mas
dan dar las personas que mas me conocen. pequeña reprension , ni amonestacion. Mu-


Nací en Vich el 28 de agosto de 1810. chos de sus miembros viven aun; unos se
Hice mis estudios de gramática latina, re- hallan en España, otros están emigrados.
tórica y filosofía en el seminario conciliar; .Mis catedráticos fueron el dominico 1). M.
estudiando alli mismo un año de teología. Barri , ya difunto, y que durante toda la
En todo este tiempo no sufrí ninguna re- carrera me dio pruebas públicas de un afee-
prensíon por mi conducta: hable la secreta- to muy especial; el doctor Caixal, canónigo
ría del colegio; hablen los profesores, de los de Tarragona , que segun creo se halla emi-
'cuales aun viven algunos; el doctor D. José grado en Francia: lo fue por breve tiempo
Aguilar, actual canónigo penitenciario de el padre dominico Xarrié , que se halla en
Gerona: el doctor Coma, actual canónigo Italia; el doctor Ricard , que se halla en Lé-
magistral de Solsona : alguna breve tempo- rida; el doctor Gali, que segun he oído se
rada el doctor D. Jaime Soler, actual cano- halla en el obispado de Salamanca. Todos
nigo magistral de Vich , y el doctor Tusell, podrían testificar si jamás les di, ni por mi
actual cura párroco de San Bov de Llusa- conducta, ni por mis opiniones, motivo de
nés, Nadie me vió en otro lugar que en mi queja.
casa, en la iglesia, en el colegio, en :Mgunas Hice mi carrera, recibi los grados de ha-
casas de los regulares con quienes tenia fre- chiller y licenciado en teología con las notas
cuentes relaciones, y en la biblioteca epis- que constan en la secretaría de la universi-
copal , donde me hallaha mientras estaba dad. Las temporadasde vacaciones las pasa-
abierta. ha en Vich , donde estaba en la hihlioteca


El año 26 , el difunto obispo de Yich el desde que se ahria hasta qne se cerraba,
señor don Pablo de lesus de Corcuera v comoes públicoen esta ciudad.
Caserta , me agració con una beca en el Concluida la carrera en! 833 , hice opo-
Real colegio de San Cárlos de la universidad sicion á una cátedra de teología en la uni-
de Cervera. Es de advertir que este señor versidad á mediados de octubre ; y á princi-
obispoera sumamente celoso, muy delicado pios de noviembre del mismo afio hice la
en materias políticas, y sobremanera vigi- oposición á la canongía magistral de la cate-
laute en todo lo concerniente al modo de dral de Vich, de que habla el anónimo del
pensar y á la conducta de los estudiantes. Español. Este asegura que (dos jueces dije-
Lo sabe toda la diócesis de Vich: lo saben ron públicamente, que aunque yo era el que
todos cuantos le conocieron en Sigüenza, hahia hecho mejor oposicion, no querían
cuando estaba de rector en el seminario; y dármela porque era negro.») De semejante
precisamente hay en Madrid una persona cargo podria yo desentenderme, porque mas
que le hahia tratado mucho y se habia for- bien hiere al cabildoque á mí; pero no quie-
mado bajo su direccíon , mi amigo el res- ro dejarlo sin respuesta. Los lectores juicio-
petable Padre Carasa , de la Compañia de sos saben lo que en tales casos sucede en
Jesus. Pongo esos pormenores para que se poblaciones de poco vecindario: estos asun-
vea que un tal nombramiento para colegial, tos llaman vivamente la atencion, v como
yeso entre muchos otros pretendientes, su- unos se interesan por uno, otros po~' otro,
pone buena reputación en el agraciado. naturalmente se habla en pro y en contra, y


Pase al colegio de San Cárlos, yempren· corren pequeños chismes, que desprecia
dí mi carrera de teología en la universidad quien tenga miras elevadas. Yo era hijo de
de Cervera. Viven aun los dos rectores que la misma ciudad; era mas joven que mis
hubo en el colegio: el doctor don Felipe contrincantes, y por esto llamaba la aten-
:Mínguell, y el doctor don Vicente POIl. El cían; y algunos se interesaban por mi hasta
primero está en Cervera ; el segundo se con calor. En este choque, no sé si alguien
halla emigrado en Francia, segun creo. Es- diría que yo era negro ó blanco, ó de otro
tos señores podrían atestiguar si tuvieron color, porque hace largo tiempo que tengo
que reprenderme ni una sola vez, ni por mi , por regla de conducta, cumplir mis deberes
conducta, ni por mis opiniones; y si por el i y despreciar vulgaridades; pero lo que pue-
contrario no me dieron repetidas pruebas de 11I do asegurar es lo siguiente;
afecto y aprecio. A la sazon la disciplina es-" 1.o Que ni entonces ni despues oí nun-




- na-
ca que ningun canónigo hubiese dicho que '1 que me entusiasmé por la Reina Gobernado-
yo era negroni blanco, ni tampoco ninguna I ra, y que le dispensé las lisonjas que á la
pala.bra que pudiese ofenderme en lo mas sazon le prodigahan otros,que ahora la. in:-
mínimo. sultán? No, no: lo que hice fue prescindir


2.o Que todos los canónigosme felicita- de todapolítica; y me ceñí á elogiar la aper-
ron con espresiones , de cuya sinceridad no tura de las universidades; y aprovechándo-
me es posible dudar. me de no sé qué providencia sobre ense-


3.0 Que posteriormente he seguido en ñanza de matemáticas, me detuve un poco
buenas relaciones con todos, y estas han en este punto, y acabé mi discurso sin ofen-
sido siempre y son ahora de íntima amistad del' ni á cristiuos ni á carlistas, porque no
con el individuo que fue agraciadocon la ca- habíahabladoni de unos ni de otros. Testigo
nongía , el señor doctor don Jaime Soler. el público y testigo muy especialmente el
Igual intimidad he tenido siempre y tengo sabio franciscano P. Pedrerol , que se halla
todavía con el otro contrincante el doctor actualmente en Igualada.
don Jaime Pasarell , actual secretario del go- Concluido el curso de 183~ á 1835, me
bierno eclesiástico y catedrático del colegio. fuí á mi casa, y no quise volver á la univer-


En cuanto á ser lo que se añade , mal sidad: la guerra y la revoluciou iban arre-
visto del clero, lo que puedo asegurar es lo ciando; y yo preferí á la carrera universi-
siguiente: tana la oscuridad de la vida doméstica. A


l. o Qne no conozco ni un solo eclesiás- fines del año 37 se planteó en Vich una cá-
tico en toda la diócesis, que se halle indis- tedra de matemáticas; y como el cálculo y
puesto conmigo. la geometría no son ni cristinos ni carlistas,


2.o Que asi antes de la épocade la opo- y por otra parte la oscuridad del puesto no
sicion, como despues, he estado en las me- llamaba la atencion, no tuve inconvenien-
jores relaciones con todas las clases del c1e- te en encargarme de dicha enseñanza que
ro, yen particular con los principales indi- continué por cuatro años. Y es de notar que
viduos del mismo, inclusoel señor goberna- habiéndose hecho una funcion solemne en
dor de la diócesis. ~ la apertura del establecimiento, yo pronun-


3.o Que lejosde sospecharsede mis doc- cié el discurso inaugural, y no hablé ni una
trinas, se me concedieron por la autoridad sola palabra de política. Los testigos viven,
competente, hace ya muchos aüos, licencias y en Vich estan. De mi comportamiento en
para leer librosprohibidos, cómo y cuando la enseñanza no soy yo quien debe hablar;
YO quise. todos los que me favorecieron con su asis-
.. Estos son los hechos; los testigos viven tencia saben que no hablé jamás una sola
aun. palabra de política. :Mas de una vez suce-


Luegode concluida la oposicion me orde-· dió que nos hallábamos interrumpidos en
né; y en esto, como en todo lo demas ,re- nuestros cálculos con las campanadas de
cihí particulares atenciones del Sr. obispo; alarma ó el toque de generala: si era posi-
por cuyoconsejo volví á la universidad, don- ble continuar, continuábamos'; ó si no, nos
de estudié cánones, desempeñando al mismo levantábamos tranquilamente, y nos íbamos.
tiempo, en calidad de sustituto, la cátedra :Mis afanes se dirigian á sacar discípulos
de Sagrada Escritura , y recibiendo el gra- aprovechados; lo que conseguí, asi en la
do de doctor, que se llamaba de pompa en parte elemental á que estaba obligado, co-
lenguaje universitario. La funcion se verificó mo en la sublime que quise enseñar , sin
el 7 de febrero de '1835; la guerra civil es- embargo de no estar contenida en la asig-
taba en su incremento; las pasionesardian; natura.
y yo, como graduando, debia, segun las Durante la guerra civil no me mezclé ja-
leves académicas, pronunciar un discurso más en nada que tuviese relacion con la po-
ell elogiodel monarca reinante: y como á la lítica. :Mis obligaciones, la biblioteca y mi
sazon era gobernadora S. M. la Reina Cris-I casa; sin masdistraccionque un rato de pa-
tilla, era preciso hablar de esta augusta se- seo que daba, ó solo, ó en compañia de un
ñora. El concurso era numeroso; las opinio- amigo, que por lo comun solia ser alguno
nes políticas muy encontradas, y se deseaba de mis discípulos. En abril de 18~O publi-
saber lo que yo pensaba de las cosas públi- qué lasobservaciones sociales politicas y eco-
caso ¿Saben mis lectores lo que hice?¿,Creen n6mica.~ sobre los bienes del Clero. La impre-


90




- 7:10 -
sien se hizo en Vich; y á pesar de la osen- li cías de la revolucion yla ambicien de Espar-
ridrnl del punto de puhlicacion y del autor, 11 tero; y hablé con toda libertad en favor de
hablaron de este escrito m.uy fa\'Orablemcn-l' los carlistas, haciendo justicia á sus convic-
té los periódicos de 'Iadrid de todos los co- j cienes y á sus intenciones; y asegurando ya
lores inclusa la Gaceta. En la Revista de 1 entonces loque sostengo ahora, que no era
Madrid se publicó también un artículo muy, posible consolidar un sistema político hasta
fnvorable , cuyas iniciales me dijeron que II que se hiciese entrar á ese gran partido co-
eran del Sr. Pidal, actual ministro de la limo un elemento de gohierno: y loscarlistas
Gobernacion. No sé si es verdad; refiero lo :: acababan de sucumbir; v la revolucion es-
que oí entonces. ¡¡ taba pujante. Quien de tal modo se conduce


Alentado con un éxito para mí muy ines- I1 ¿ será un hombre sin principios?
pcrado, continué trabajando en el Protestan- i Impreso el citado opúsculo, me volví ¡,
tism» compamdo con el Catolicismo en sus I


I
Vich, continuando en laenseñanza de mate-


reiaciones ~Oil la eioilizacion europea. E_s~ri- ! múticas, hasta mediados de 18,H. E~ton('('s
tos los pnmeros cuadernos los ensene al 1


1


me Iuí a Barcelona para comenzar la nnpre-
mencionado canónigo magistral de Vich, l sion del Protestantismo, al mismo tiempo
(¡uien despues de haberlos leido me instó 1


1
que escrihia en la Cieitisacion; revista quin-


encarecidamente para que concluyese y pu-. cenal. A fines de abril de ,1842 pasé á Pari-
hlicase la obra: anunciándome con toda se- para revisar la tradnecion de la mismaohra
guridad un éxito, de que entonces yo duda- en francés. Hice entretanto un viajo á LÚJl-
ha, y que despues me ha confirmado la es- dres, y regresé á España á principios (!;>
periencia. octubre del mismo afio. Llegado á Madrid.


En el momento de terminar la guerra ci- me persiguió la calumnia, indicándome co-
vil me fuí á Harcelona, donde en medio de mo complicado en no sé qué planes carla-
las revueltas de que era teatro aquella ca- crisiinos, á causa de ciertas relaciones que
pital, yen losmismos dias en que era asesi- se me suponian en París con varios perso-
nado y arrastrado un joven que llevaba mi najes, especialmente con el sellar Martinez
apellido. imprimí y publiqué un folleto titu- de la liosa, cop quien no había tenido otras
lado: Consideraciones politicas sobre la si- que las que naturalmente tiene un viajero
tuacion de España. con los emigrados ilustres. El gobierno de


Muchos que ahora la echan de valientes aquella época tuvo acusaciones fuertes
no se hubieran atrevido seguramente, V me- contra mí; pero debo decir en honor de
nos en Barcelona, á publicar semejante es- la verdad que nadie me atropelló, que
crito, en que condenaba terminantemente nadie me incomodó siquiera; y que ha-
la rcvolucion, yen que manifestaba franca- biéudome dirigIdo al Sr. Gefe político
mente mi opinionsobre todas las materias, I quejándome de alguna importunidad en
encerrando allí en pocas palabras toda la I un asunto del pasaporte, y esponiéndole lo
sustancia de lo que después he nesenvnel- I que habia oido que algunos decian, este ca-
to en el PE'SA'lIE \1'0 IlE LA N"ACW">¡ No te- 1 hallero me trató con la mayorconsideracion,
nía ninguna defensa; y hasta mi estado pO-lime aseguró toda su proteccion, me ofreció
dia prevenir contra mi persona: publiqué reprender al qne me habia importunado, lo
sin embargo el escrito, no obstante los con- !I que habria hecho, si yo no me hubiese ne-
sejos y hasta los ruegos de las personas (Iue 11 gado á indicarle quién había sido el impor-
mas me querian. Todos sabemos lo que su- tuno; y me añadió que podia permanecer
cedió entonces: con algunas cscepciones I en Madrid todo el tiempo que quisiese. lo
honrosas, los comprometidos huyeron cada I que no acepté porque estaba resuelto á irme
cualyor su lado. ni.en ate~tii\uado está en el :1 pronto á Bar:elona, ú donde, lIequé á fines
Manifiesto de la Rema Cristina en Marsella, I de octubre. Este caballero, a qUIen no Iw-
donde se lamenta del abandoúoen que se la i, bia visto nunca, ni he vuelto á ver, era si
dejó, Yo no defcndi á la Reina Cristina, por- 11 mal no me acuerdo, el Sr. Escalan/e. Ten-
que me ocupo muy poco de las personas; i {jo satisfacoion particular en tributar esta jus-
pero defendí los buenos principios religio- 1


I
ticia á un adversario poHtico.


sos y monárquicos; defendí la necesidad de A poco tiempo de haberregresado á Bar-
que fuese regente una persona real, no o'bs- ! celona, se reprodujeron las mismas acusa-
tante de que se veianbien claras las tendeu- ; eiones; 1)('/'0 el gohierno debidamente infor-




-- 731 -
1;


mudo, se abstuvo tumbieu de molestarme, y 1I ser un periódico.semaual , que con un solo
cuando al plantear la Sociedad se le denun-¡I ejemplar satisface la curiosidad de muchos
r ió la fundacion de esta revista como un i lectores, tenga mas suscricioues (Ille algu-
proyectopolítico de intencionessuhversivas, 111 nos diarios, y no necesite de nadie para na-
tomados nuevos iulormes, me dejo truuqu.- da'? ¿soy yo culpable de (lue por estas causas
lo, sin incomodarme en nada, gllardúndome I mi Iortunu mejore? Para la venta de mis
siernpr« la consideraciou de que vio que me obras nunca me valgo yo de la amistad que
haciadigno mi inocencia..'ti conduela pact- tengo con varios periodistas de Madrid, y
tica Cilios sucesos de ,1 84.;i, :v el haberme ! de las (lue podria proporcionarme llIuy
tenido a escribir, pudieron couíirmar á los I¡ fácilmente con todos ellos; no les pido reco-
g.obernalltes tle aquel.la ("P(h:;~ en la cO,n,vic- I mendaciones , y ni (~irecta ni ind!r~c~a.men-
cron de que no era yo !J()IIl¡Jl'l~ qne dijese te procuro hacerme favorable Sil JUICiO. Pre-
una cosa y ('iecula,,: oua. I cisarnentc en las revistas literariasdel ESjJn-


Concluí la impresion del l'rolt'.'jfanlisiiio, I ñol , es donde se han publicado artículos
;.IPrinC¡p¡Os de ,1 g¡.;~, ~ entonces Illi."' fui á 1" muy fa\'on.dl¡~s á mis obras: los .arlí~ulistas
'Uadnd, donde funde el ¡);;¡\s.l.;w:Yro HE LA I saben muy bien que yo no tema ninguna
"'. vctox, c.uya marcha conocen los ledOl'l's'/i noticia de sus favores hasta que leía sus cs·,
Ellos saben si he cumplido ó no lo qne oíre- nitos impresos.
ci en el prospecto. En cuanto á. la cense- Los periódicos hablan ó no hablan de mis
cuencia de mis doctrinas, haste decir que 1 obras, segun lo creen conveniente, ÓsegulI
no hay en el PEi\S¡\)UE',TO ninguna idea po- ¡leS place; sin embargo, ello es que todo se
lítica, inclusa la del matrimonio de la Reina I despacha. Voy a recordártelo, mi querido
con el conde de Montemolin, que no estu-I' anónimo, para que estés al corriente del
vieseindicada en mis anteriores escritos. asunto de los intereses pecuniarios, r sepas


1Ie: aqui la historia de mi vida: juzgue el que no necesitan de la política para nada,
púhiico si he nbaudonado ó no mis princi- El Protestantismo se acabó de publicar á
píos, y si merezco las palabras siguientes i principios de '18.\.1-, Yestá. ya muy adelanta-
que estampa el corresponsal del ¡Español. I da la venta de la segunda cdicion. En junio
«Para Iavar esta mancha, ó porque así con- ti de18.í5 se publico el Criterio; en pocos
viene ú sus intereses pecuninrios, ó poramhas li meses se agotó la primera cdicion , y se va
cosas á la vez, que es lo qlJe creen sus co- , despachando rápidamente la segunda. De la
nacidos, habrá emp:endido la conduc.ta que 11 Ftloso(ía !lIwlamenlal, cuyo t(!lllO tÍ." esta
esta observando.: Notengo mancha nmguna ! en prensa, se hallan ya vendidos muchos
que lavar, ni ante Jos ojos del clero, ni de 1 ejemplares; val publicar la elemcnial , qm:
nadie. Y por cierto (lue hahria seguido una i no tardaréniucho enj tener concluida, ya
conducta hien torpe saliendo á lavar - man- I verás, oh mi querido anónimo, cómo se
chas de anti-carlismo , precisamente cuando I despacha también. Yo te lo aseguro desde
los carlistas acababan de sucumbir. Un 1I ahora , y te lo aviso de antemano, á -lin de
hombre sin principios huhiera halagado á 1I que aprovechesel tiempo pnra decir al pú-
los carlistas cuando estaban pujantes yame- i blico que yo soy un monstruo salido del
nazadorcs, pero no cuando estaban desar- I averno, y que así se abstenga de leer lo que
mados, I escriba en adelante. Pero te aconsejoque no
!Ial>l~ tamhicnel CO~Te~¡lOnSal del ,Español I ~e canses; el público lo leerá. á pesar de tus


de los intereses pecunuirios. Es sensible des- : impotentes esfuerzos: ya me parete que L(~
cend:r á semejantes, pormenores; pero ya i estoy oyendo que mis intereses van mejor:
que a ello se me obliga, lo haré, procuran- ! ¿qué quieres que haga yo en esto, desven-
do no enfadarme. Ven acá, desventurado Iturada criatura? ¿acaso debo yodesear que
anónimo, ven acá, hombreenvidioso, dime: I volvamos á los tiempos en que los autores
¿soy 'yo culpable de que el pl~hlico se haya 11 se'rnorian de hambre, s.iquiera se.llalJlór~n
empeñado en comprar todasmrs obras, ago- Cervantes ó Camoens?No he acudido yo Ja-
tando asi en breve tiempo las ediciones? l' más al consejo de instruccion pública para
¿soy yo culpable de que el 11E:'I'SM HE r-:TO DE I que recomendase una obrita mia , titulad,a
LA N,\clü;', , poco t.iempo despues de funda- 11 0 lleligi.on delllosli'ad~t al al?ance de los m-
do, ya se so~tl~ viese abundantemente con I nos, y SIIl cmb.argo hete aqu~ qU,e ya, estoy
las solas suscnciones , y de que a pesar de á la tercera edición , y me inclino a creer




(1) dgnoro sien la muchedumbre de cuestio-
nes que se me han ofrecido, y que me ha sido in-
dispensable veutilar , habré resuelto algunas de un
modo poco conforme á los dogmas de la Religion
que me proponía defender; ignoro si en algun pa-
sage de la obra habré asen lado proposiciones en-ó-
neas, ó me habré espresado en términos malsonan-
tes. Anles de darla á luz la he sometido á la censura
i. la autoridad celcsiástica; y sin vacilar me hubiera


- 73~-
qu no está muy lejos la cuarta. Sí, no ten- Esta obra se ha traducido y publicado en
go mas patrimonio que mi pluma; pero mi París y Roma, y no ha sufrido ningunacen-
pl urna es para mí un patrimonio honrosísimo, sura; y apelo al testimonio de todos los se-
y muy suficiente para vivircon independen- fiares ohispos españoles, para que digan si
cia; si tú te afliges por esto, va no sé como jamás me han dirigido ninguna censura, y
remediarlo. • si antes bien no me han felicitado de pala-


«Aqui no falta, dice el anónimo, quien bra Ó por escrito casi todos ellos; el carde-
considera al Sr. Balmes en política corno el nal de Sevilla, el arzobispo de Tarragona,
Lamennais espaüol.» El pobrecito anónimo . el de Santiago, el obispo de Pamplona, el
no ha leido probablemente las obras de La- I de Palencia, el de Córdoba, el de Barcelo-
mennais , y tal vez ni las de Balmes; si se I na, el de Canarias, el de Tuy , el de Cala-
hubiese enterado de las de uno v de otro, ' horra, el de Caria, el de Salamanca, dán-
hubiera encontradoen todo diferencias pro-I dome todos especiales muestras de predi-
fundas. , leccion , y de que no les eran ingratos mis


«Dios quiera, esclama el' corresponsal, i trabajos, Igual distincion he obtenido en el
que algun día no /0 sea en materias religio- I estrangero, y debieron oirlo en Madrid de
sas.. Esto indica sin duda un celo edifican- I haca del.Sr. arzobisp~ de Burdeos, los se-
te , y merece dos palabras de contestaoron. '1 fiares obispos de Cona, Tuy y la Habana.
!odas mis obras religiosas las he sujetado 1I E.I, sabio ob!spo inglésWissema~ , me escri-
a la censura eclesiástica: nada mehan hecho l' hió en el nusmo sentido. En París y en Bru-
enmendar; pero me he mostrado siempre 11 selas he tenido ocasiones de conocer que
pronto á enmendar Jo que hubiese digno de I los Nuncios de su Santidad se hallaban muy
enmienda. tos primeros cuadernos del Pro- 1I lejosde mirarme como un hombre peligroso,
testar:tismo ~ueron ~o~letidos .á la cen~.ura 1 y ~ue a~tes bien juzgahan con benignidad
del CItado senor canorugo magistral de Vich, .1 IllIS escritos. Nadapuede prometerse el hom-
por disposicion del Gobernador eclesiástico, i bre de sus propias fuerzas; toJo puede te-
el señor canónigo don Luciano Casadevall: !! merlo de su orgullo; pero antes de que me
el censor puede decir, si no me conoció [1 sucediese semejante desgracia, espero que
siempre dispues~o á someterme á todo. Lo Ir Dios me enviará una muerte temprana (2).
restante de fa misma obra v dernas escritos 1 ~---
religiosos que he publicado en Barcelona los i! . ....ha censu a l 1 - d to R' )t ,1 prestado a su mas lígern msmuacion , enmendando,
d' . . r (O e . sel~or o~?r le~a, ca e- '11 corrigiendo ó variando, lo (Iue me huhicse señala-~atlco del Seminario conciliar y bien c0!l0- 1, do como díguo (le vnriacion , ,correccion ó enmíeu-
CI~O por~u saber y la pureza de su doct~lUa: 11 da. Esto no obstante, sujeto toda la obra al juicio '
Dichosenor nunca, me ha hecho corregir m 1


1


1 de la Igle,sia católica, apostólica romana; y desde el
una coma, pero el es tesugo de que \e he ~ momento que el Sumo Pontífice, sucesor de San
rogado varias veces que me observase lo I Pedro, y "icario de Jesucristo sobre la tierra, ha-
que fuese digno de corregir; y que en Ife- ,j hla~e ,contra alguna de mis opiniones, me apresu-
erando á un pasage dificil me ha sucedido 1I rana a declarar que la tengo por errada, y quetl ' ( o ' ' I I (T.A ~~ 'Il' o derecomendárselo especialmente, para que ceso cpro esar a.» omo 1, cap. la, u un •
examinase S· '0 halo . d J? la obra.)
.' I I ~ me . }l.a. eq~lvoca .o: .s- (2) La traduccion del Protestantismo hecha


pero 'pu.es que no se verificará el sllll~stro en Homa , y de la cual tengo en mi poder los dos
pronost.lco de. que yo sea ,como t?II1ennaIS, y l· tomos primeros, es una señal de que la obra está
q u~ en todo .event~ sabré cumplir la, decla- : acogida favorablemente en la capital del muudo
racion que hice al fin del Protestantismo (1 J. l' cristiano; mayormente si se añade que hace mas


I de dos años que recibió un ejemplar de ella el Su-
mo Pontífice Gregorio XVI.


El célebre P. Perrone, do la compañía de Jesus,
en un compendio de sus preleccioues teológicas quc
ha publicado el año pasado, y que eslá impreso en
la imprenta de la Congregacion de la Propaganda,
en el resúmen de la historia teológica comparada
con la filosófica, dice lo siguiente: «Emprendió re-
cientemente un nuevo camino el español Balmes,
cuando en un continuado paralelo entre la religion
católica y el protcstantismo , demostró solídísima-




-7:33 -
«lle escrito esto, continúa el anónimo, da. Otros motivos podrían hacerme retirar


para que Jo tengan vds. presente al formar de la polítiea: pero no los peligros, no los
juicio de los escritos de Balmes , IÍ quien insultos, no las calumnias; todo esto no es
,vds: .conocen poco, y de quien daré mas' capaz de hacerme retroceder: mientras es-
nottcias en adelante.: El corresponsal puede criba de política, cuanto masarrecie la tor-
ahora decir lo que quiera; en Madrid y en menta, mas alto levantaré la voz; asi lo he
todas partes hay personas de todas clases hecho hasta ahora; asi lo haré en adelante.
que n~e conocen y me, ha.n visto de cerca; 1I Otros por cierto y abundantes medios hu-yo mismo acabo de indicar con nombres I hiera tenido para medrar, pero no he dirigí-
propios las fuentes donde se podrán recoger ! do ninguna pretension al ministerio en pro-
las noticias que sequieran. En cuanto á mis !I vecho mio; no hesubido jamás las escaleras
intenciones actuales, al tiempo apelo para 11 del Real Palacio; no he adulado á nadie, ni
justificarme en todo. 1\"0 temo nada. Se han ! insultado á nadie; he manifestado mi opi-
hecho algnua vez indicaciones de que se re- li nion sin reparar si agradaba ó disgustaba á
velarían los manejos en favor del matrimo- 11 determinadas personas por elevadas que
nio co~ el conde de Monte.mol~n; en ~Igunas 1\ fuesen: he dicho la verdad á todos los par-
he creido ver alusiones a nu : repito que I tidos, agradable ó ingrata; no he aconsejado
tampoco en esto temo nada. En España y ; ni alabado nunca ninguna tropelía, siquiera
en el estrangero v con hombres de todas i fuese contra mis adversarios políticos mas
opiniones, he manifestado en alta voz la ! decididos; y cuandoel general Narvaez des-
mia, siempre que la ocasion se ha ofrecido. i terro á los Sres. Corradi y Perez Calvo, no
Hasta en los asuntos secretos tengo una re- II dejé pasar ocasion durante mucho tiempo,
gla muy sencilla, no hacer nada en secreto, 1I que no aprovechase para protestar contra
que si la ligereza lo revelase y la malicia lo !I semejante violencia. Mientras este general
dIfundiese, no lopudiese sostener en públi- il se hallaba en el apogeo de su poderío, le
co. Los que han amenazado repetidas ve- !r dije siempre la verdad con decoro, pero
ces. mas ó U1Cn?S embozadamente , puede.'n .:/1 con una firmeza en que nadie me escedió; y
decir lo que quieran; desde luego aseguro: todo bajo mi tirma. Con esta conducta franca
que ó mentirán, ó no dirán nada de que va ¡ y leal he conseguido influir en la opinion
me haya de arrepentir. Si contales medios !¡ pública; sí, influir; ¿,por qué no he de reco-
se cree desalentarme, muv errados andan :1 nacer lo que es un hecho mas claro que la
los que esto esperan. Cuando se. acomete i luz del dia? 1!e llegado á influir en laopi-
una grande empresa, es nccesano contar I n!9_np~hlica, y en esto, lo confieso, siento
con grandes dicultades; es necesario arros- 1I un .vivo' placer, porquenada conozco mas
trar la calumnia, de que no dejannunca de II! grato que ejercer influjo sobre los hombres
echar mano los homhres inmorales en la im- . por el ascendiente de la verdad; nada co-
potencia de su desesperacion. Sostengo una i nozco mas grato queescribir una palabra y
gran causa, y de su grandor y justicia y ¡ tener una seguridad profunda de que aque-
conveniencia abrigo una conviceion profun- i. Ha palabra dentro de pocas horas volará á


I
1


1 grandes distancias, y vibrará en millares
urente lo que aquella hizo en bien de la socíednd ·1 de espíritus para producir una conviccion
civil, y lo quosesto hizo en su daño. Noram init'it . ó escitar una simpatía, como una chispa
¡'iam haud ita pridem hi"panus Balmes , tium :1 eléctrica que saliendo de un punto' con-
catholicam religionem inlerel protesumtismum : mueve la atmósfera hasta un remoto confin.
perpelM compartüionc inslituta, quid illa in il «Lastima, continúa el corresponsal, que
civilis ipsiu$ socielalis bonum, quid iste in ejus'. tan buen talentogaste sus fuerzas de la ma-
perniciem conlulerit, solidissimi? demonstra- ! nera que lo está haciendo, cuando tanta
oit,» (Prrelectiones teotoqio», quas habebat Joan- l' gloria podría dar á España, limitándose á
nes Perrone /1 societute Jesu , ab eodem in com- . ti y?
pcndiumredacu». Romre 11lpis S. conyregalionis ¡ cosas puramente cieutí icas.: ¿ qué. ¿por
de Propaganda Fide J845. Historia leologicre 1 ventura se me puede exigir mas de lo que
mm philosophia comparata synopsis, pag. 48, i estoy haciendo en medio de mis tareas po-
partujr . 79.) I líticas? ¿Por ventura el simple anuncio de


Conservo tamhícn en mi poder los favorables ;1 las obras que se halla en la cubierta de este
juicios flue han hecho de mi obra las principales 11 periódico, no es una prueba de que si no
revistas del mundo católico. !l adelanto en las ciencias, por lo menos tra-




I PABTIDO MONABQtrICO.
I


y EL


LOS TRES CRITERIOS
- 7Si


1
bajo en ellas? En mí edad y en mi situa-
ciou: ¿ha hecho mas por ventura el corres-
ponsal del Español? Y á propósito de mis
escritos políticos, ¿no es una tarea digna
la de contribuir a dilucidar las grandes cues-
tienes que se agitan en España? ¿No estan
interesadas en eso la Ileligion , la sociedad
la ciencia misma? Si soy s~fista ¿por qué n~
se me refuta? Y si discurro bien ¿por qué se I Escrito en \;"1. en .,¡ de agosto <le ,.',6 y publicado cu
me rechaza? IJ :'\laMi(ll'1I ~ti dd rui smo .


Pero acabemos, que va esto se hace de- I
masiado"largo, y los lectores podrian fati- El al~tículo de los trescl'itel'iosyara COIlO-
garse. lo no tengo mas armas que mi con-¡ cer la IU,erza de los partidos POlItIC"OS, ha en-
ciencia y mi pl~ma, y un corazon capaz centrado mas tolerancia en los organos pro-
de ~rrostrar los msultos y un sacrificio to- gresístas que en al~uno de los moderudos:
davía lonas dolor?so: el de soportal' la calum-I aquellos ha~ combatido nuestras Ideas, o~ú­
rna. Días vendrán , y no están lejos, en que niendose fll'lne,mcnte a las consecuencias
todos cuantos hemos figurado en política '[ que nos propomamos sacar; pero entre estos
seremos puestos á prueba, Los graves acon-I no ha faltado uno que ha considerado mejor,
teci~iento.s á que es~á abocada la España 1 Y sohre, todo lilas ,hreve, el acusarnos de
por indeclinable necesl,dad, nos ofrec~~'an á 1'1 tendenc,las subversivas, y el, !Iamar cOl:tl'a
todos abundantes ocasiones para manifestar L nosotros e<to~a la animadvcrsion del p3lS y
la consecuencia de principios, la lealtad de li la mas enérgica represión de parte de las
las intenciones, la firmeza de carácter, el 1I autoridades constituidas: ) este periódico es
desprendimiento, y quizás quizás el valor 1: el Tiempo. ya sahiamos nosotros que nada
para arrostrar peligros. Entonces se verá lo ¡i mas se podia responder ú unas razones que
que todos valernos y lo que somos; porque limas biendehiéramos ¡I,amar seucilia reseña
los aC?nteclllHcntos" la prosperidad, el in- [: de los hechos; !~ energrca repr~slOn de par-
Iortunio, las rcvoluciones , no mudan á los 1,11 te de, las aulondad,es ,c?nstltUldas, e,s, ~ma
hombres, los descubren, Entretanto, si se . solucion que nada ~·lglllhca en buena lógica,
continúa calumniándorne v no me resuelvo r y á la cual en todo caso replieariamos con
á rasgar velos qu,e quizás'podria rasgar, v ¡Ii la manifestaciou de nuestra inocencia, y la
dejo á mis ~nemigos que se saboreen en 11 demostraeion de (Jue, quien se propusiese
derramar la hiel ~e su corazon, seguiré mi \'1 reprHl.1lr~os, faltaría <~ tO,das las leyes, X se
carrera compadeciéndome de los calumnia- I declararia en contradiccion con la concien-
dores y despreciando altamente sus calum- I cia pública.
nias. El anónimo corresponsal del Español II Nosotros ,no, dijimos que las Cortes y la
con sus semejantes, puede continuar dicien- 11 prcpsa no pudiesen, ser nunca hueno~ cri-
do 1.0 que bien le parezca; yo seguiré mi 11 tenas para val?ar I?!uerza de los partidos;
canuno: ese desventurado que me calumnia 11 muy al contrano, hicimos notar las difereu-
con I~ c~\ra cubierta , no me inspirará mas 1


1


1 ci~s que hay en e;;le pUB,Lo entre los varios
que lastlt~a.' SI le veo gozarse en su repug- !i paIses donde domina el sistema represen~a­
nante pusieron de arrastrarse de pecho por '! tivo ello su aeeptacron mas lat~, la Francia,
el polvo" acecharme cuando paso, y picar- la Bélgica y la,Inglaterra. Indicamos la,ra-
me el pIC. zon de estas diferencias , y concretándonos


Jaime Balmes. á España añadimos, que hasta ahora dichos
criterios no hahian significado nada. Como
el de las Cortes es el que se ofrece mas de
bulto, y presenta lilas cuerpo ala observa-
cion, nos fijamos principalmente en sus re-
sultados, haciendo ver con todaclaridad que


I
eran absolutamente contradictorios. Para


I
esto no, empleamos sutilezas, ni raciocinios
de ninguna especie; nos bastóuna mera re-


\¡ sella de las mayorías y minorías de las Cor-




- 735 -
tes desde 18H; adujimos hechos, nada mas 11 era teórica, sino práctica, era la siguiente:
que hechos; si estos son poco agradahles' "Las Cortes, la prensa, el ruido publico,
á nuestros adversarios, la culpa no es ¡.son huenos criterios para conocer la fuerza
nuestra. del partido monárquico?»
~;o obstante esa alicion á los hechos, que Si no admitís nuestros criterios se nos di-


resaltaen todos nuestros escritos, ~l Tiempo! rá: ¿cuál es el vuestro? «Fuera de estos
es de parecer que negaremos en caso nece- il criterios, dice el Tiempo, aunque tan, imper-
sario la existencia del sol: le hubiéramos I rectos,no sabemos que existan otros. Fuera
perdonado esta ocurrencia si se hubiese ser- I del parlamento, de la tribuna periódica, V
vida copiar c,u sus colu,muas los 'pár.rafos 11 de las asambleas .y reuniones particulares,
de nuestro artículo, relativos al cnteno de .1 110 hay mas, arriba, que un rey absoluto,
las Cortes, Si los lectores huhiesen tenido I ahaj.o, .que el pueblo y sus revoluciones:
el testo ú la vista, bien poeo nos hahrian ¿por cuál de estos criterios opta el PENSA-
importado semejantes comenfarios. 1


1
MIEYfO'l» Sabe nuestro adversario que cl


. El lYna'o Es¡wclarlor al hacerse c.,argode I criterio del rey absoluto es el nuestro,natu-
dicho articulo, se espresa de este modo: ' ral, y deduce que el PE~SAMIEN'fO quiere la
«una cosa hay que cstrañar en cl PE:KSA- 1 «monarquia pura sin mezcla hetorogénea de
ThIIE:'\TO DE U ¡'\ACION, y es que muchas Ve-¡i engaños y apariencias representativas.» El
ces tiene ra:on en el articulo á que conLes- Tiempo sabe todo esto; pero lo que nosotros
tamos; esto consiste en que nuestro colega ignoramos es cómo ha podido saberlo: si tu-
examina las cuestiones en la esfera de los I viese la bondad de indicarnos las palabras
hechos, debiendo examinarlas en la esfera con que hemos formulado la opinion que tan
de los principios.» Pero este periódico se I gratuitamente nos achaca, volveriamos á
olvida de que al examinar les tres criterios, I leerlas para cerciorarnos de una cosa que
n.o tra~áÍlaltl~s l!e suscitar una cnes,tion tcó-¡,.!. tanto nos estraña, 1,lasta. qne asi lo haga,
rrca, Silla practica, a saher: SI en España, y , tendremos derecho a decirle, que o ha leido
para un caso dado, podíanservirnos dichos '1 muy ligeramente nuestros artículos, ó que
criter~~)s: poco importaría que los pri.ncipios 1 ~l citar las opinionesemitidas en ellos, leha
nos dijesen en general una cosa SI cl.rcuns- 1',· fallado completamente la memoria.
tancias escepcionalesno les permitiesen CI1- r Al buscar un criterio para apreciar la res-
seüarnos en el caso presente. El Nuevo 11's- 1I pectiva importancia de los partidos, nosotros
peciador conviene en que el mal uso que 1: no nos atenemos ni al testimonio de las Cor-
hacen del sistema representati \'O los parti- I tes, ni al de la prensa, ni al de los reyes
dos conservadores de las naciones de Euro- 11 absolutos ó constitucionales: en todas estas
pa, suministra armas para combatirle á los il cosas hay mucho de circunstancias, mucho
que no conocen que solo en el abuso está el 1I facticio , porque juegan en ellas el arte, la
mal; dice (lue la obra mas fatal dcl partido 1I malicia, la ilusiónde los hombres; si el cri-
dominante, es desacreditar el sistema repre- i terio ha de ser el medio para descubrir la
sentativo presentándole como estcril , como I1 verdad, debe hallarse fuera del alcance de
ridículo y como absurdo; pero observa que j los artificios maliciosos y de las ilusiones ino-
los hechosno son nunca pruehnsahsolutas, y ! centes ; debe ser una cosa no hija de las
que los principios son los que deben servir- i circunstancias , no improvisada por este ó
nosde norma en la resolucion de todo género I aquel hombre, no inventada por la fantasía
de cuestiones. En primer lugar es digno de li del escritor, sino independiente de las fa[-
notarse que nuestro argumento no se limita- ¡i sas apariencias y superior á las cirounstan-
ha al tiempo de la dominacion del partido 11 cias, Este criterio existe, nosotros le tene-
moderado, sino que cornprendia tamhien las li mas á la vista y echamos mano continua-
épocas del progresista; ademas, como vivi- I mente del mismo cn las columnas del PEN-
mas hajo gobiernos conservadores, y hemos SAThIIENTO. ¿Sabeis cuál es? La historia del
de emplear los criterios con sumision á las I pais , en aquellos hechos que nadie puede
condicionesque ellos nos imponen, si para negar, porque todo el mundo los ve y los
el caso presente los criterios no valen, re- palpa. Este es para nosotros el verdadero
sulta demostrado lo que nos proponiamos ~.. criterio; fuera de este no hay ninguno:
demostrar. Porque, lo repetimos, la discu- aplicarnos á la política el mismo método que
sion que en dicho artículo entablamos, no á las ciencias naturales: la observacion. Oí-




- 736 -
mos esponel'~brilIantes teorías;.oímosprome- I Para evitar equivo~acioncs, fijaremos la
ter halapUellos resul!a~os; Olmos que unos I significacion de las palabras COll la mayor
señalan a los acontecimientos unas causas, exactitud posible.
otros otras; que unos se lisonjean con unos La palabra monárquico no es para nos-
efectos, otros los temen muy diversos; no- otros sinónimo de . absolutista.
tamos que los muchos callan y los pocos gri- Tampoco aplicamos la denominacion de
tan; que merced á los amaños v á las vio- monárquicos solo á los carlistas.
lencias, ahora se sobreponen unos y luego Incluimos en el partido monárquico á to-
otros; que todos invocan la opinion nacional, dos los hombres que aman sinceramente la
que todos se llaman la España verdadera; dignidad y el esplendor del trono, y que
que hoy la España se nos ofrece toda pro- desean ver ejercida la autoridad real de una
gresista , que mañana se nos presenta toda manera bastante vigorosa y suave, para que
moderada; que para unos son hombres emi- III necesite de las dictaduras militares, ni
nentes los que para otros son imbéciles; que mendigueel apoyo de los bandos revolucio-
unos apellidan héroes los que otros llaman nanas.
traidores; que unos conducen al cadalso á Al partido monárquico pertenecen los que
los que otros consideran dignos de inmor- si hien desean ver rodeado el trono de ins-
tal renombre: en medio de esa confusion, tituciones representativas, no quieren las
de ese caos, procuramos buscar la verdad, interpretaciones revolucionarias con que se
solo la verdad, v encerrándonos en nuestra puede desvirtuar el espíritu y la letra de las
conciencia , nos preguntamos tranquilamcn- mejores constituciones.
te: y bien, ¿qué dicen los hechos? Al partido monárquico pertenecen losque


Por este examen de los hechos, llegamos contemplan con profundo dolor el que la
á un sistema que no es esclusivo: los he- real familia se encuentre en una situacion
chos no lo son: los hechos no se conciben tan deplorable, que cada partido se lisonjee
apriori, á la manera de las teorías; es ne- de tener á su cabeza uno de Jos augustos
cesario tomarlos tales como se presentan: primos; el partido carlista al condede Mon-
cuando se acusa al PENSA11IEl\"TO de irlealis- tcmolin, el progresista al infante D. Enri-
mo y de esclusivismo, se le dirige la impu- que, y el de la situacion á Doña Isabel Il.
tacion menos merecida: precisamente dos Al partido monárquico pertenecen los que
de sus caracteres mas señalados son el ar- en provecho del trono y del pais , desean
gumentar siempre sobre el testimonio de los que la institucion de las Cortes no continúe
hechos, yel ensanchar el estrecho círculo ofreciendo el escandaloso esclusivismo que
en que se ahoga la políticade los partidos hemos presenciado hasta ahora, reservan-
actuales. dose cada partidosegun se lo han proporcio-


En los ataques que se dirigen al PEl\"SA- nado los motines ú otras circunstancias, to-
:llIENTO DE LA NACION , suele partirse de un dos los escaños del Congreso, dejando sin
supuesto fa lso atribuyéndosele opiniones representa-ion á los dernas, cual si nofue-
que no profesa. Esta equivocacion , ó este ran españoles.
artificio, produciria fatales resultados á nues- Al partido monárquico pertenecen los que
tra causa, si afortunadamente el PENSA11IEN- si bien desean para la emision del pensa-
To.n~) fuese muy leido por hombres de todas miento una razonable libertad, ven condis-
opmiones. Asi en el caso actual, se habla gusto, por una parte los estravíos de la
del partido monárquico como si el PEl'iSA- prensa, y por otrala incertidumbre de un
MIEl'iTO DE LA l'íACroN entendiese únicamente I sistema político que suple con medidas gu-
por tal á los carlistas, y no á los carlistas , bernativas ó con decretos interinos, el hon-
como quiera, sino á los que han tenido re- i do vacío que en tan grave materia han de-
putacion de mas exagerados. Lo mucho que I jado las leyes.
llevamos escrito so.bre todas las cuestiones I . Al partido monárquico p~rtenecen los que
graves que se agitan en España, es una. smceros amantes de la umon de todos Jos
v.ictoriosa co.ntestacion á semejantes imputa-II es~añoles, contemplan indignados 1~ mez-
Clones, que a pesar de carecer de todo Iun- quindad con que una pequeña fracción de
damento, se repiten con la piadosaintencion¡un partido ha esplotado para sí el alzamien-
de alarmar á los que no lean nuestro pe- to nacional de 184-3.
riódico. , Al partido monárquico pertenecen losque




- 737 -
en. \'i'!>ta de los hechos cada diamase\ocuen- prensa y del ruido publico, porque conslde-
tes, estánva profundamente desengañados, ra esos criterios como altamente falaces: y
y no creen"que se pueda fundar un gobier- á fin de que el de las Cortes no lo sea tam-
no mientras no se eche mano de otro siste- bien como lo ha sido tantas otras veces, de-
ma mas ámplio , mas nacional del que he- sea que las nuevas elecciones se hagan con
mos tenido hasta ahora. 1I plena libertad. En ellas no se propone sacar


Al partido monárquico pertcne¡;e~ losque ¡ una.mayoría de .diputados carlistas ni anti-
sinceros amantes de la religion católica , han carlistas; solo intenta formar una mayoría
asistido con pesar á la indigna comedia que de hombres honrados, independientes, de
se ha estado representando durante mucho opiniones y sentimientos tales como hemos
tiempo, prometiendo al clero indemnizacio- enumerado mas arriba, y que guardándose
nes que no se le han dado, ni hay aparien- de levantar las pasiones, de suscitar obs-
cias de que se le quieran dar. táculos al gobierno, de asediar á los minis-


Al partidomonárquicu pertenecen Jos que tros con exigencias interesadas, de ofender
sean cuales fueren sus opiniones políticas y Ial trono con pasos revolucionarios, alcen
dinásticas , no quieren medraren las revuel- respetuosamente su voz haciendo llegar á


. tas, ni enriquecerse apoyando ó espantando los oidos de S. M. una noticia fiel de la ver-
. gobiernos débiles, y que fatigados de tanto dadera situacion del pais, de las necesida-
desórden V miseria solo desean un poder I des que le apremian, de los males que le
fuerte que les asegure sus personas y pro- afligen, de los peligros que le amenazan;
piedades, JI no les deje espuestos á ser víc- é indicándole los medios mas conducentes
timas de un trastorno todos los meses. para apartar á la nacion y al mismo trono


Al partido monárquico pertenecen losque del borde del abismo al cual se los aproxima
sin andar por los salones de la corte, ni en- con una ceguedad inconcebible. No se trata
trar en las oficinas de los ministerios, ni ni de carlistas, ni de anticarlistas , ni de
perorar en la tribuna, ni lucirse en las con- otras denominaciones semejantes, que todos
versaciones de la sala de conferencias, ni los hombres juiciosos (}yen con fastidio, y
pretender empleos para sí y para los suyos, quisieran ver desterradas para siempre; se
tocan las cosasde cerca, en el terreno de trata solo de -hombres de bien, sin pararse
los hechos, y poniéndose en inmediato con- en sus opiniones, ni siquiera en sus actos
tacto con el pais , ven á qué se reduce toda con respecto á la cuestion dinástica.
esa complicacion- administrativa, ese cúmu- Asi entendemos nosotros el partido mo-
lo inmenso de oficinas y empleados, y oyen nárquico ; toda esa amplitud le señalamos;
los lamentos de los pueblos agobiados bajo y en este concepto estamos profundamente
enormes cargas que no pueden soportar. convencidos de que está con nosotros la in-


Al partido monárquico pertenecen losque mensa mayoría de loa rracion, de que nuestro
concilian el deseo de un poder fuerte con el pensamiento es el verdadero. PE:'ISAMIENro
respeto á las personas, con la tolerancia por DE LA NACION. Sí, la nacion está ya cansada
las opiniones agenas , y que ansían por el de tanto sufrir; mira con disgusto, con re-
momento en que levantándose un gobierno pugnancia, ese juegode intrigas, de peque-
bastante nacional para ser independiente I ñas miras, de mezquinas pasiones, de has-
de miserables pandillas. realice esos princi- 11 tardos intereses, con que se la atormentay
pios tutelares reclamados á un tiempo por se la destroza hace ya largos años; propen-
la situacion de España y por el espíritu que de visiblemente á un nuevo órden de cosas:
domina entre los pueblos civilizados. algunas divergencias puede haber en cuan-


Para llevar á cabo este pensamiento de to al modo de salir de una situacion tan an-
conciliación y de nacionalidad, cree el par- gustiosa ; pero todos los hombres juiciosos
tido monárquico que es necesario curar la· están de acuerdo en que eso no puede con-
honda herida que recibió la familia real con tinuar así. No, mil veces no.
la discordia comenzada en 4832; cree que Al hacerse cargo de nuestras opiniones y
esta herida no puede curarse sino por el argumentos, se nos repite hasta el fastidio
matrimonio de la Reina con el conde de que lostiempos son otros, que las ideas han
Montemolin; cree que este proyecto debe variado, que se han modificado profunda-
llevarse á cabo por los medios legales, á pe- mente los intereses, que la organizacion sa-
sar de la oposición de cierta parte de la cial de la España de 48"6 es muy diferente
~H




- 738-
de lo que :er.a á principios del siglo, que
soñamos en cosas imposibles cuando pensa-
mos en una restauracion completa, que nos
formamos una Esparta ideal que no se en-
cuentra en ninguna parte y que desconoce-
mos el espíritu de la época; con este modo
de argumentar, con este tejido de falsos su-
puestos, con esas imputaciones desmentidas
continuamente por la letra y espíritu de los
artículos que estamos escribiendo hace tres
años, fácil es salir airoso de la palestra ven-
ciendo gigantes Que solo existen en la ima-
ginacion de quien los combate. ¿Por ventu-
ra no ha sido el PENs.um:NTo DE LA NACION
quien ha desenvuelto en largos artículos el
cambio social que los tiempos han traido á
la España? ¿uo es el PENSAMIENTO quien ha
señalado repetidas veces el orígen de esta
mudanza y las consecuencias que no pue-
den menos de seguirla? ¿no es el PENSA-
MIENTO quien ha fundado en esto mismo la
necesidadde las correspondientes modifica-
ciones en la orgánizacion política? ¿no es el
PENSAMIENTO quie'n ha dicho repetidas veces
que losconsejerosde D. Cárlos habían dado
á la política de este príncipeuna direccion er-
rada, y que esta políticaes imposible no solo
ahora, sino que lo era tambien hace algunos
años?¿no es el PEEsAmENTo quien atenién-
dose á estos principios consignados en lar-
gos preámbulos doctrinales, ha formulado
un sistema bueno ó malo, pero que al fin es
un sistema muy diverso del que se proponía
D. Cárlos? ¿noes el PENSAMIENTO quien ha
emitido francamente estas opiniones antes
y despues del manifiesto del conde de Mon-
temolin?


Las concesiones que se hacen á las nece-
sidades y al espíritu de la época, no prue-
ban abandono de los principios; son conce-
siones hechas á la manera que lo han sido
las de los hombres de estadode todos tiem-
pos y paises. Los partidos. las naciones, las
sociedades, la humanidad entera, van su-
friendo continuamenteprofundas mudanzas:
en las cosas humanas no hay nada inmóvil,
todo camina, ora hácia la perfeccion, ora
hácia la decadencia: las concesionesson ne-
cesarias, porque lo que es muy útil hoy,
tal vez no lo será tanto mañana; y c~sas que
ayer eran provechosas, hoy se hahrian con-
rertido en funestas. La vida de las naciones
se parece á la de los individuos. Varias cau-
sas naturales y sociales forman al hombre
con particulares necesidades é inclinaciones;


pero este mismo hombre está continuamen-
te sujeto á la influencia de las circunstan-
cías ya la modificadora accion de los años;
su cuerpo, su espíritu, esperimentan en una
época necesidades que no conocieron en
otra; el régimen del adulto no puede ser el
régimen del niño ni el del anciano: ¿se- dirá
que se abandonen los buenos principios de
la higiene porque se procure dar :í. cada edad
lo que le corresponde"? La España de 1846
no es la España de 1808; no lo negarnos; y
por lo mismo deseamos modificaciones en su
administracion y en su política: ¿se cree por
ventura que los principios monárquicos y
religiosos tienen la propiedad de petrificar.
á la manera del fanatismo y despotismo de
los pueblos asiáticos? ¿It quién. deben las
naciones modernas el desarrollo de su bri-
llante civilizacion, sinoá la benéfica influen-
cia de la religion y de la monarquía? ¿Hay
algun publicista que dude de esta verdad,
escepto los atrasarlos partidarios de la ca-
duca filosofía del pasado siglo?


Los periódicos que creen ver en las con-
cesiones del partido monárquico uu abando-
no de principios, debieran recordar que los
partidos revolucionarios han hecho á su
vez las mayores concesiones, y se han ido
modificando profundamente con el discurso
del tiempo; los que arguyen de inconse-
cuencia á los monárquicos debieran volver
la vista' á los años de 1812 y 1822,1{ re-
llexionar si los partidos liberales de ahora
no son muy diferentes de los de entonces,
~a que no en sus principios 1 por lo menos
en su aplicacíon á -las formas políticas y al
gobierno del estado. Al recordar continua-
raente iosaños de 1814 y 1823, al querer·
buscar en aquellas épocas el tipo completo
del partido monárquico actual, debieran
permitirnos igualmente que buscásemos el
único tipo de los partidos liberales.en las
constituyentes de Cádiz y en los amigos de
la Constitucion de 1812, que eran todavía
muy numerosos en el trienio de 1820 á


. 182~. Antesse queria una solacámara, aho-
ra se sostiene que son necesariasdos; a!1tes
no se queria el veto real, ahora se.sostlene
que es indispensable; antes se quefl~ unsu-
fragio muy lato y poco menos.quc universal;
ahora se sostiene que es precisorestrlD!?lrle
á muv estrechos límites: antes se quena la
eleccion indirecta, ahora se quierela direc-
ta; antes se consideraba la milicia nacional
corno un baluarte de la libertad y düórden




, - i39 -
público, a~ora se la mira .como un elemento ~ cipios tutelares de toda sociedad; lo que
desnaturalizador de la libertad, y su~ver. I vosotros esperais de sola la razón, yo lo es-
SIVOdel orden; antes se nllI'al~a al t\'oblerno I pero de la razon auxiliada é ilustrada por las
supremo con la mayor desconfianza, y se I.e I creencias religiosas; lo que vosotros os pro-
ataban J~s manosen todo, ahora se centrali- ¡ meteis del hombre solo, vo me lo prometo
za la aceren gub.ern~tlva hast.a un punto á ~! del hombre conducido por la Providencia.»
que no llegaron Jamaslos gohiernos absolu-
tos: ¿de dónde han ve. nido esas concesiones"! I --~l>-I>i>*9~-~
J,no se nos dice continuamente que se han I C.ASA~nENTO DE LA RlnNA.
hecho á las necesidades y .aIespíritu de la I
epoca, a los adelantos del SIglo'? ¿ cómo es .
que no tendrán !gual derecho pa.ra hacerlas JI·d I d Escrito en Barcelona el t O de setiembre de 184-1;- ! publiio:aJ.como mejor entren an os paru os monár- en M.ct.·¡u en 16 del mismo.
quicos? l'Sí, el partido monárquico ha sufrido mo- Al escribir el dia 27 de agosto el articulo
dificaciones considerables, ¿quién Jo duda'? I perteneciente al dia 2 del actual, que por
hace ahora concesiones que no hubiera he- I razono de las circunstancias fue retirado.
cho en otras épocas: ¿quién lo niega'? pero '1 porque no creyó prudente su publicacion
en esto, lejos de abandonar sus principios el encargado de la composicion del perió-
luadamentales, da una prueba relevante- de dico, no podíamos saber que el dia 29 se
que tiene fe en su bondad intrínseca, Sll- I manifestase solemnemente la determinacion
puesto que los esponeá nuevas aplicacio- ·1 de S. M. de contraer matrimonio COR su
nes, exigidas por las circunstancias de los i augusto primo el infante D. Francisco de
tiempos. Se le ha dicho: «tus doctrinas no i Asis María, duque de Cádiz;. pero comosu-
pueden vivir sino en las tinieblas,» v él ¡I piésemosque el negocio iba adelantando rá-
contesta l/eno de aliento y hrio: «yo no "te- ¡ pidamente, queriamos resumir en pocas pá-
mo la discusion:» se Je ha dicho: «tus sis-I' ginas todo lo que habiamos dicho en largos
temas no pueden medrar sino tí III sombra v numerosos artículos en favor de la conve-
de las intrigas cortesanas;» y él contesta: ñiencia del enlace de la Reina con el conde
~yo apelo al votodel pais: » se le ha dicho: I de Jlfontemolin. El artículo se titulaba Todo
«tus intereses no pueden salvarse sino á la de una ve:; y en él comprendíamos las razo-
sombra del desgobierno amparado por: el nes en pro de la legalidad de la discusion,
despotismo y por la resistencia á tedos los las que militabanpor la conveniencia del en-
progresos de la civilizacion; ) y el contesta: lace, y por fin la solucionde las dificultades:
"yo no rechazo las reformasadministrativas, I reduciendo las pruebas á la simple ~onsig­
no me opongo á las mejoras materiales, no. nacion de una serie de hechos, y sacando
miro con recelo el desarrollode los intereses I algunas consec.,uencia6 tan obvias, que para
industriales y mercantiles, y admito gustoso i conocer su legitimidadera suficiente el.sen-
los adelantos de la civilizaeion y de la cUltu-/JI tido comun. Todavia sentimos un p6CO que
ra. En ese movimiento de las ideas modernas el articulo no se publicase, sin embarge de
en que creéis que van tí naufragar mis dOC-¡1 los peligros que podía correr en su tránsito
trinas, yo espero conseguir un triunfo seña- .1 por la gefatura pelítica: porque estaba el
lado; en esa arena que vosotros habéis es- derecho de la prensa tan evidentemente
cojido', me prometo alcanzar la victoria, 11 probado, y se usaba de este derecho con tal
probándoos con la discusion y con los he- il templanza en las,formas, que no hubiéramos
chos, que la causa de la religion, de los ¡ perdido la esperanza de que la amabilidad
poderes legitimas y de los eternos principios l' del Sr. gefepohtieo lo hubiese dejado pasar,
de justicia, no está reñida con ese moví- I siquiera por RO ponerse en eontradiccion
miento intelectual y material con que vá ¡demasiado ~notable con el testo de la levo
progresando la humanidad: lo que vosotros I Como quiera, y supuesto que. en los tiempos
queréis hacer con las revoluciones, vo quie- I que corren, no> siempre la leyes un escudo.
I.'{) ejecutarlo con la accion suave de" los gO-¡' bastante seguro, mayormentesi las circuns.
hiernos, á un tiempo obedecidos y auxilia- tancias son estraordinarias, en cuyos casos
dos por los pueblos; Jo que vosotros pedís á I no hasta la jurisprudencia que conoce los
las ideas disolventes, yo lo pido á los prin- !, derechos otorgadospor la ley que rige, sino




~- 740 -
que es necesario el pulso para tantear y I Desde luego saltan á los ojos las eventua-
apreciar debidamenteel humor que domina, lidades, por cierto nada estraordinarias, que
damos por bien ahogado el artículo antes de I en el órden de la naturaleza podrían poner
nacer, y all~ ,se quede entre los documentos 11 la corona en las, ,sienes de la augusta infanta:
que ~e aqui a muc~~s ailos. tal vez P?dran 11 ent?nces, u~ hijo del re'y de los franceses
servirnos para escribir la curiosa historia del l' sena el mando de la nema de España; y la
período que vamos atravesando. obra de Luis XIV, estaba mas consolidada


Verdad es que de la mal aventurada suer- que nunca. ¿.puede esto convenirle á la In-
tedel artículo difunto, nos hemosconsolado glaterra? ¿ Puede convenir á las potencias
mas facilmente, al ver la oportuna ocurren- del Norte? ¿Puede serie grato á ningun ga-
cia de copiar otro que escribimos hace tres binete que se interese por la conservacion
años, titulado: Todavia hay tiempos peores I del equilibrio europeo? Hecho el casamiento
que los de recoiucion ; i qué reflexiones de la infanta con el duque de Montpcnsier,
han debido ocurrir al lector! [qué [ustiíica- está pendiente dc un hilo sumamente del-
cion mas cumplida de la nueva política, que gado, un acontecimiento de inmensa tras-
hemos desenvuelto en este periódico, y que cendencia para él porvenir de la Francia y
tan constantemente hemos sostenido ser la de la Europa; y esa Europa¿estaría tan falta
única que puedc hacer la felicidad de la de previsión? Cuando tan vivamente se agi-
España! Oh! j Y cuán vivamente descamas ta la diplomacia europea por peligros mu-
quede aquí á tres años no se puedan repro- chísimo mas remotos. y de mucho meno~
uncir a su vez los artículos del PENs.unEN- gravedad, ¿,solo en este se la sorprendera
TO DE Ll NACION, y decirse, como del otro: dormida? Ni .Mr. Guizot, ni .Mr. Bresson,
«~las .hien que un pronóstico parece una deben de lisonjearse con tan gratas ilu-
historial ».... Sí, lo deseamos vivamente; sienes.
deseamos engañarnos, porque este engaño Es de notar que lo que se consolida con
no mortificaría nuestro amor propio, va que el casamiento del duque de Montpcnsier no
se hubieran evitado á la patria calamidades es simplemente la obra de Luis XIV; es algo
inmcnsas. ¡,Nos habrcmos engañado'? Que- mas; es nada menos que la obra de LuisXIV,
damos emplazados para de aquí á tres años, consolidada en la familia de Orleans; circuns-
mi estimado lector: ¡Ojalú puedas decir: «Sí, tancia gravísima, que no se ocultará á la sa-
engaño fue; los temores del PEl\SA)IIENTO DE gacidad de la diplomacia europea. Sireinase
LA NACION eran vanos; la España no ha su- en Francia la rama primogénita de los Bor-
Irido nuevas calamidades; han transcurrido bones, el casamiento de la sucesora á la co-
ya tres años; el pais ha estado tranquilo, v rona con un príncipe de la misma, si bien
adelanta por el camino de la prosperidad. ~ robustecería los lazos de las familias reinan-
Interin aguardamos el fallo del tiempo, si- tes, no envolvería las cuestiones dinásticas
gamos discutiendo la cuestion del dia. con las políticas; no prepararia nuevas com-


En el artículo anterior (1) dijimos esten- plicaciones á las muchas que va produjo v
samente nuestra opinion' sobre el enlace producirá en adelante la revolucionde -1830".
de la Reina con el infante Don Francisco, La Inglaterra, no obstante las afectadas
haciendo respecto al de la infanta con el protestas de inteligencia cordial y los víncu-
duque de Montpensier, algunas indicaciones los de la cuádruple alianza, no mirará jamás
que ahora ampliaremos. sin recelosa suspicacia el ascendiente pre-


Segun todas las noticias, parece que el ponderanle de la Francia en la corte de Ma-
matrimonio con el príncipe de la casa de dríd. Dígasc lo que se quiera; estas dos
Orleans suscita embarazos muy sérios, tan- grandes naciones están condenadas á una
to en lo interior como en lo esterior: esto rivalidad inestinguible; cuando no media-
debió preverse; ni los partidos políticos de ran otros motivos especiales, que los hay
España, escepto una fraccion insignificante, muchos y muy graves, habria el orgullo
ni la Ingl~terra; ni las potencias ~el Norte, que influy~ tan poderosamente ?~ la suerte
pueden nurar Slll recelo que un hijo de Luis de las naciones como de los individuos: dos
Felipe se case con la inmediata sucesora á potencias vccinas , separadas únicamente
la corona. por un brazo de mar, ambas ricas, pujan-


----- --- tes, con numerosos ejércitos, con grandes
(1) No se ha puhlicado. armadas, COIl tradiciones de largos años de




- H1-
ódios , rivalidades y guerras sangrientas, tíeneu la vista fija en el momento crítico


con mucha influencia en los negocios euro- del fallecimiento de Luis Felipe: que cono-
peos, la que seria inmensamente mayor en cen las trascendentales consecuencias que
cada una si no estuviese contrapesada por de este hechopueden dimanar y dimanarian
la de la otra, no se profesan ni se profesa- probablemente; que siguen con ojo atento
rán nunca esa recíproca benevolencia que el curso de los sucesos, y que no se les
Peel y Guizot nos pintaban con magníficas oculta una verdad tan clara, tan palpable,
palabras, y que casi se hubieran podido to- cual es el que en ningun evento puede ser-
mar por espresiones de cariño, si el público les útil, y que antes por el contrario nunca
fuese bastante cándido para no apreciar en puede dejar de series muy dañoso , el que
su justo- valor semejantes demostraciones. la Francia, representada por la familia de
Véase cuán fácilmente se ha enfriado esa Orleans , adquiera en España una prepon-
amistad tan ardorosa, con una simple mu- derancia decisiva.
danza ministerial; y es probable que la pér- ¿Qué harán, pues. en este caso las po-
dida de la cordial inteligencia no es mirada tencias del Norte? .Estamos lejos de creer
por el mismo Peel corno una calamidad para que por semejante motivo declaren laguer-
los negocios de su patria. ¿Quién sabe si, ra; y quizás si el asunto se precipita dema-
lejos de sentir pesadumbre, podria esperi- siado, ó conocen que la Francia ha tomado
mentar complacencia, al ver que sin com- luna resolucion irrevocable, hasta seria po-
promisos personales ha dado lugar á que sible que se abstuviesen denotas demasiado
otrosmas briosos corten el vueloá la influen- fuertes que comprometan á¡la alternativa de
cía francesa, y procuren mortificarla en los un conflicto europeo ó de una humillacion de
asuntos de la Península'! Como quiera, es los gabinetes burlados ; pero ¿les faltan aca-
indudable que con notasó sin ellas, se hará so medios para vengarse, sin que se vean
sentir la indignacion de la Gran Bretaña, si obligadas á ningun paso estrepitoso? ¿No
se lleva á cabo un enlace, cuyoefecto inme- tienen á la mano mil y mil recursos indirec-
diato es inclinar la balanza de la política es- tos para complicar la situacion de España, y
paüola hacia la influencia francesa; y cuyo acarreamos gravísimos conflictos? ¿Está el
efecto muy posible y nada cstraordinario, se- pais tan sosegado que sea dificil provocar
ría el colocar en el trono de España á los disturbios, con tal que se empleenal efecto
descendientes de la casa de Orleans. los medios á propósito, y que saltan á la


Si esto es verdad respectoá la Inglaterra, vista de los mas torpes'! ¿No es evidente que
que es indudablemente la nacion que vió podemos esperimentar dilatadas y crueles
con menos disgusto la caida de la rama pri - convulsiones, sin que haya necesidad de
rnogénita de losBarbones, ¿qué diremos de que se manifieste la manoque las instigue y
las demas potencias cuya ojeriza á la monar- . sostenga? Verdades tan obvias, ¿no se al-
quía de julio se ha hecho sentir constante- 11 canzarian á la capacidad ,de !o~ diplOln~ticos
mente, y que no pueden recordar sin des- ' europeos? ¿Se resignaran fácilmente a una
pecho que los tres dias de la revolucion mortificación de su amor propio, y á un da-
echasen porel suelo el trono restaurado con ño irreparable para sus combinaciones en lo
los ejércitos de la SantaAlianza, y rasgasen presente y en lo venidero? Es muy dudoso;
los acuerdos del congreso de Viena? Es cier- 1


1


y si esto aconteciese, tan singular fenómeno
to que la diplomacia emopea tiene miras seria digno de ocupar un lugar preferente
pacíficas, porque asi lo exige el espiritu del en los fastos de la diplomacia europea.
siglo y las circunstancias de la época; es 1 Imposible parece que á nuestros hombres
cierto que los gabinetes del Norte no sue- políticos se les haya ocultado el peligro de
ñan en invadir la Francia para restablecer semejantes complicaciones; y todavía parece
en el trono de sus mayores al duque de Bur- I mas imposible que conociéndole, se hayan
deos; es cierto tamhien que sean cuales resuelto á una medida que tantos compro-
fueren los acontecimientos que sigan á la misos puede traer á la desventurada España.
muerte del anciano monarca de julio, no se Sin embargo, ello es cierto que el matriino-
precipitarán las potencias aliadas arrostran- . nio de la infanta con el duque de Montpen-
do compromisos por el interés de la rama sier .es cosa acordada, y que si P?robstácu- ...._."."."""
proscrita; pero no es menos cierto que se los insuperables n? se llevase a cabo, no ;../ ..~ U'~"
preparan para lo que pueda suceder; que dehena la España a los hombres que ngen/.1"


, -.


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- 742 -


sus destinos el verse libres de las inmensas
calamidades que un paso imprudente le pue-
de acarrear. ¿.Qué se queria con ese matri-
monio? ¿Se trataba de complacer á la Fran-
cia en muestra de agradecimiento? ¡Ah) la
gratitud de un partido no debe pagarse con
el porvenir de una nacion. ¿Sehuscaba un
apoyo? Es probable; pero ¿cómo no se ha
ocurrido que al propio tiempo que se adqui-
ria un amigo interesado, se provocaba la ira
de enemigos poderosos'? ¿La Francia forma
por ventura la Europa? La Inglaterra, la
Prusia, el Austria, la Rusia escoltadas de
otras potencias de segundo y tercer órden,
no pesan también .mucho en la balanza eu-
ropea? En las grandes cuestiones que se'han
agitado desde 1830, ¿ha sido decisivoel' vo-
to de la Francia, cuando se ha encontrado
sola? ¿Nola hemos visto retroceder en varios
casos, y muy particularmente en 184,0·,
cuando la famosa coalición de las cuatro
potencias con motivo de losasuntos de Orien-
te? ¿No la hemos visto en la mismacuestion
española seguir una política timida, que se
hacia mas vacilante cuando mostraban algun
ceño los gabinetes del otro lado del Rhin?
iY se quiere que ahora, cuando el monarca
de julio se va acercando ásu decrepitud.
desenvaine su espada, y no satisfecho con el
modesto titulo de Napoleou de la paz, se ar-
roje á empresas belicosas'? Mucho lo duda-
mas: las palabras que se atribuyen' al em-
bajador francés serian por cierto muy formi-
'dables si ocupase el trono de Francia el
capitan del siglo; pero ahora no existe ya
el héroe de las.cien batallas, no existen sus
legionesvictoriosas:á loprimerohan sucedido'
los elocuentes dircursos de ~1. Guizot; á lo 1
segundo las tropas del mariscal Bugeaud,
que diezmadas por el clima africano y por
el hierro de los árahes , se lisonjean de ha-
ber conseguido una victoria, el dia enque se
apoderan del miserable ajuar de una tribu
y de algunas cabezas de ganado.


La aversion con que los partidos progre-
sista V carlista miran á la Francia se au-
mentará mas .Y mas con el proyectado ma-
trirnonio: el pnrnero, porque verá burladas
las esperanzas que fundára en el infante!
D. Enrique; el segundo, porque á los mu- .
chos beneficios que tiene que agradecer al
gobierno francés, se añadirá el último, el
haber trahajado para que la familia de don
Cárlos quedase proscrita para siempre, cer-
rándole todas las vías conciliadoras, La pre-


sencia del duque de Moutpensier a lag in-
mediaciones del trono )' su proximidad á
ser marido de la Reina, exasperaría los áni-
mos hasta un punto que debiera haberse
tomado en consideracion por los hombres
que han andado en este negocio, supuesto
que desean la conservacion de la tranquili-
dad pública.


El partido progresista ha hecho una de-
claracion que significa mucho, pues que,
por mas que se diga en contrario, no ha-
brá sido publicada sin consentimiento v
acuerdo de sus principales prohombres,
Acata la voluntad de la Reina manifestada
en favor del infante D. Francisco de Asís;
y ¿por qué? «considerando su eleccion en
favor del infante como un llOmenage pagado
á la opinion pública,) ¿Está satisfecho el
partido progresista del modo con que se \le-
va á cabo el enlace de la llcina? No, antes
por el contrario: « lamenta, como amante
de las instituciones liberales, que asunto
tanvital en que va Iihrada la ventura dc la
patria, no pueda obtener la sancion de to-
dos los partidos en unas.Cortes hijas de la
verdadera y legítima voluntad de los pue-
blos.» El enlace Jo acepta, porque lo mira
como el primerpaso en favor de las opinio-
nes liberales; como la inauguracion de
«una época de legalidad, de tolerancia y de
justicia, que horre las huellas de un gobier-
no de violencia y .arbitrar·iedad.»


¿,Qué garantías exige el partido progre-
sista? ( Bspera ver cumplidos sus deseos
con el enlace simultáneo de las dos hijasde
Fernando VLI y los hijos mayores del infan-
te D. Francisco;» y «como español v .como
liberal, está decidido á rechazar por cuantos
medios lícitos esten á su alcance la candi-
datura del duque de Montpensier impuesta
por el gobierno francés para la mano de la
infanta.. Como estas palabras dehen supo-
nerse escritas con mucha premeditacion, es
de notar que á la candidatura del duque de
Montpensier se la llama impuesta por el go-
hierno francés; se trata de rechazarla como
españoles y comoliberales, y al indicarse los
medios que para el efecto se emplearán, no
se usa de la palabra que naturalmente debía
ocurrir, legales, sino de otra que puedete-
ner una acepcion muy lata, mayormente
cuando se supone que se interesan en el
negocio la independencia y la libertad de la
patria; lícitos. No quisiéramos interpretar
malel sentido de la declaracion: tal vez esta




- 74,3 -
palabra no significa aqui otra cosa que le-
gales; pero como quiera, hacemos esta ob-
servacion, sin ni aun desear que se nos den
esplicaciones sohre este punto: estas son
interioridades de lospartidosen que no que-
remos entremeternos; y además, el tiempo
nos ha de sacar de dudas,


E! matrimonio de las dos hijas de Fer-
nando que debia inaugurar una épocade
conciliacion de los partidos y anudar las in-
terrumpidas relaciones con las potencias
europeas, se hace con tal habilidad, con tal I
prevision, con miras tan nacionales, que
un hecho con tanta ansia esperado se con-
vierte en un suceso triste que divide mas
profundamente á los hijos de una misma
patria, hace mas honda ladiscordia entre los
individuos de la real familia, nos indispone
COIl la Inglaterra y nos aleja las simpatías
de las potencias del Norte. ¿Adónde vamos
á parar? ¿Qué estrella tan funesta preside á
los destinos de esta nacion tan infortunada?
Divididos en lo interior, separadosirrevooa-
hlemente los individuos de la real familia y
enemistado el gobierno conlas potencias es-
trangeras, ¿qué podemos prometernos?
¿qué diasnos aguardan? Sinose quena en-
'trar por el buen camino, ¡, no se debía por
lo menos evitar, el peor?¿Es posible que se
haya escogitado la combinacion que mas
conflictos nos acarrea?


LA INFLUENCIA FRANCESA.


Esorito en Barcelona. en 17 de se tlembr-e de 18~6 y puhlieado en
Madrid en ~3 tIel rmsmu.


El proyectado enlace de la Infantaconun
príncipe francés ha dispertado vivamente el
sentimiento de nacionalidad, causando á la
inmensa mayoría del pueblo español un dis-
gusto profundo. La Infanta es la inmediata
sucesora á la corona, y esto indica bastante
lo que con harta facilidad puede suceder;
el casamiento de esta augusta princesa con
el duque de Montpensier es obracombinada
por un gabinete estrangero, y por la frac-
cion política mas flaca é impopular que hay
en España, y esto hace conjeturar el ascen-
diente que va á tomar sobre nuestrapolítica
la influencia francesa, aun cuando nollegue
á verificarse que el duque de Montpeusier


sea marido de la I\eina. Dificil era escogitar
una combinacion en que mas vivamente se
hiriera la susceptibilidad de los partidos, ya
demasiado exasperados por otras causas:
probable~ente se ha buscado un apoyo, pe-
ro en realidad lo que se ha conseguido es un
manantial de inconvenientes gravísimos.


El partido progresista, que con tanta
. propiedad ha sido llamado el partido del
movimiento, se agita mas que todos en la
presente cuestion; y constituyéndose el ór-
gano del sentimiento nacional, protesta de
muchas maneras contra la realizacion del en-
lace proyectado. Cuando los partidos pue-
den asirse de tales motivos, mejoran consi-
derablemente su causa; y la del progresista
se presentaríamucho mas plausible, si algu-
nas circunstancias no le hiciesen perder una
parte del mérito de sus esfuerzos. A mas de
que se está palpando que una de las razo-
nes poderosas de dichaoposicion , es el ver
destruidas las esperanzasfundadas en el in-
fante D. Enrique, salta á losojos la estrañe-
za de que precisamente por motivo del ca-
samiento, se haya caido en la cuenta deque
«se estáderramando por nuestro ¡Jais un tor-
rente ineasor que ~ltrándose por todas par--
tes , va matando nues:ra nacionalidad;) v
de que se alteran en sentido francés nues:
tras ideas, nuestras costumbres, nuestras
leyes, nuestros trages, nuestra lengua, co-
mo largamente es de ver en la esposicion
contra el matrimonio; salta á losojos, repe-
timos, semejante estrañeza , supuesto que
los que tales daños lamentan trabajan tan
constantemente por introducirnos la litera-
tura francesa, tan llena de ideas v senti-
mientos á propósito para matar nuestra na-
cionalidad. ¡.Qué puedencontestar á esto los
periódicos que con tanto afan se apresuran
á publicar en sus folletines las novelas fran-
cesas? Tienen razon los progresistas: nues-
tros abuelos no nosconocerian; ¿pero no son
también culpables de semejante alteracion,
y no lo serán en lo sucesivo, los quese
apresuran á dar á luz con grandes encomios,
el Judio errante y Martin el espósito? Aque-
llas ideas, aquellos sentimientos, aquel es-
tilo, ¿son acaso españoles? ¿Ignoran por
ventura los progresistas la influencia que
ejerce sobre las ideas y las costumbres de
un pueblo la literatura de que se nutre?


El único partido que en España.defiende
la verdadera nacionalidad, es el que traba-
ja por fortalecer el trono y conservar la re-.




-- 7U-
ligioucatólica; el que'combate las innova- condenados á soportar el yugo que les im~
cienes peligrosas en el orden social y políti- pone el bandodominante.
co ; el que es la continuación de la España Alemitir estas observaciones, no es nnes-
que en 180S combatió al capitán del siglo tro ánimo poner en duda los sentimientos
en nombre de la independencia. Los parti- de nacionalidad de los progresistas; solo
dos qne viven de las tradiciones de la Iiloso- hemos querido restablecer la verdad de los
fía del siglo XVIll integra ó modiíicada ; los I hechos, algo oscurecida con la polvareda
que toman por modelo á los hombres de la I del momento, y hacer notar que el camino
asamblea constituyente, esos partidos ata- que ahora siguen en la cuestión del matri-
can por su base la nacionalidad española; y monio francés está en contradiccion consu
no pueden salvarse del espíritu ~ntlllaclOnal conducta política, y que su influencia so-
sino apelando á la inconsecuencia. Los que 1 cial y literaria se emplea en un sentido
nos afrancesan no son solamente los ~iscí- contrario á esa misma nacionalidad, cuva
pulos de M. Guizot y los humildes servidores decadencia deploran. Por lo demas, si con
de Luis Felipe, son tambien los que conde- sus fuerzas pudiesen contribuir á que no
nan todo lo antiguo de España; los que ven se realizase el matrimonio de la Infanta con
en el Escorial el alcázar fundado por. la su- el duque de Moutpensier, habrían presta-
persticion y el fanatismo. \,,0 basta invocar do al pais un gran servicio, habrían contri-
el nombre de la Isabel pnmera , SI se ana- buido á una de las obras mas dignasen que
tematizan sus obras: si aquella gran Rema puedan tomar parte los hombres amantes
se levantase del sepulcro, protestaría á de la independencia de su patria. Si: el
su vez contra los que protestan en su partido progresista en su oposicion al ma-
nombre. trimonio francés, está de acuerdo con la


La nacionalidad de los puehlos no vivede opinion nacional: si triunfase por los me-
solas formas políticas; no se alimenta de dios que las leyes le proporcionan, debería
meras teorías: la religion, las costumbres, felicitarse por el triunfo: sean cuales fueren
la organizacion social, las leyes, todo con- sus miras ulteriores, habría hecho una cosa
tribuye á constituirla y conservarla .. Tamp?- escelente. Si en otros negocios hubiese
co se improvisa con decretos; se liga rnn- procedido tan de. acuerdo con la opiaion
mamente con las tradiciones antiguas; y nacional, su actual situacion no seria tan
cuando se rompe bruscamente con estas tra- triste.
dieiones , la nacionalidad desaparece. Las Firmes nosotros en los principios que
nacionescomo los individuos tienen una Vida siempre hemos sustentado, creemos tam-
sujeta á la ley decontinuidad: no se ~uede bien, y con la conviccion mas profunda,
estinguir hoy su espíritucontando "eanIma~- que el matrimonio de la Infanta con el du-
le mañana; no se puedejrasgar su orgam- que de Montpensier, contribuirá mas y mas
zacion , {lrometiéndose restablecerla co~ re- á que vaya desapareciendo ese espíritu de
medios Improvisados. Las trasfnrmaciones nacionalidad, ya bastante menoscabado por
han de ser .lentas ; es necesario proceder á la influencia francesa. AI consultar las lec-
la correccion de los vicios de que adolece cienes de la esperiencia y de la historia, nos.
la complexion del viviente, haciendo con- asombramos de que haya españoles que se
tribuir á la obra al mismo espíritu que le llaman hombres políticos, capaces de 1'0-
vivifica; ¿qué se puede esperar si para sa- mentar de ningun modo la influencia Irance-
nar al enfermo se le aplica el escalpelo al sa en España. No participamos nosotros de
corazón? No lo duden los progresistas pensa- esas antipatíasciegas que producenodioen-
dores: la nacionalidad, á la manera que tre las naciones: creemos que en Francia
ellos se la imaginan, es una nacionalidad como en todas partes hay mucho bueno y
facticia ; tal vez podrá adquirir alguna fuer- mucho malo; que hay hombres de senti-
za conla acciondel tiempo: pero. ahora, en mientes genero~os que se duelende losma-
vanocontarán con ella para derribar a sus les que sus gobiernos nos han causado; una
adversarios. Si nuevas combinaciones que I cosa no la tenemos por detestable por so-
están en la esfera de loposible, no colocan I lo ser francesa, y no queremos vengarnos
alos hombres de la situación en algun tran- ~ con el odio á una nacion, de los daños que
ce apurado, los progresistas, por mas ql;le sus gobiernos han hecho á nuestra patria.
apelen al espíritu de nacionalidad, estarán Pero tampoco podemos desconocer que las




-745 -
cosas se han ido combinando de tal suer- ja, 1\ pésar.dc lassiulpulíasde la. Francia;
te que la influencia. francesa h¡~ si(~o casi en '¡¡'¡'\.O, las simpatías de la Francia no IHl-
siempre una calamidad para la Espaüa dieron impedir cl 1.0 de setiembre, el em-


Ladinastía francesa se inauguro en Espa- barque de la Reina Cristina y el encumbra-
fía con veinte años de guerra. El famoso miento de Espartero. La caída del Regente
pacto de familia se inauguró con otra guer- fuc obra de un alzamiento nacional, en que
sa; v la paz del tratado dc Paris en 17(j3, se coligaron todos los partidos, viéndose lue-
nos .costó hien cara. La Francia contrae I go cruelmente burlados el monárquico y el
ahau.;a con las colonias inglesas sublevadas 11 progresista. Si la influencia francesa hubie-
contra la metrópoli; y la España, fiel al pac- :1 se tenido que dernhar á Espartero, es bien
to de íamilia, y consultando mas bien el '1 seguro.que el ex-Regente aun no hahria
resentimiento que el interés público, imita, salido de Madrid.
el ejemplo fatal: un rey a~s?luto, due~lO de I La con~ucta de la Francia en el asunto
inmensas colonias en América, contribuye 1I del casamiento no ha hecho mas que acar-
eticazuicnte al triunfo de los insurgentes real' conflictos: la candidatu. ra mas impopu-
americanos, fundadores de la república de 1 lar que pudohaber, la del condede Trápani.
los Estados-Unidos. ¿Quiénpuede ponderar I esta fué apoyada por la Francia. Y ahora
los desastres que nos co~tó la alianza fran- \ misrnovcuando .ac~ba de log,rar su .i~ten.to,
cesa en tiempo del Directorio'? Marina, I ¡qué pnsas, que aíanes, . que. precipttacíon
ejércitos, tesoro, todo á disposicion de la I en todo! ¿¡Quién diria que al proceder asi se
Francia y sacrilicado por la Francia!.. j y trata nada menos que del matrimonio de la
c]ué diremos de la batalla de Tratalgar, don- Reina de España y de la sucesoraá la coro-
ue la iuanna española, sacrificada á los in- na? Y ¿porqué esa conducta tan irregular?
tereses de la Francia, pereció toda entera, ¡Porque asi le conviene: porque le interesa
sin mas consuelo que el haber señalado sus i que el matrimoni? de la Infanta con el du-
últimos momentos con un valoradmirable! .. I que de Montpensier se realice pronto, muy
Iudiguaciou causa el recordar que dcspues j/ pronto 'para quecU<lll~o la Inglaterra y l~s
de tantos desastres, todavía Iban nuestros potencias del Norte quieran tomaruna acu-
ejércitos hajo el mando del marqués de la 1 tud séria, se encuentren ya con un hecho
Romana, á.pelearporla Francia eh el confin irrevocable. ¿ Qué importa la pausa que tan
de Europa; y que tanta generosidad era cor- I bien sienta en todo cuanto concierne á la
respondnla conla conducta mas aleve, de régia magestad?¿Qué importa que el voto
que hay ejemplo en los fastos de la histo- de las Cortes no sea oidoconeldetenimien-,
na! .. Indignacion causa el recordar la ocu- .to que corresponde y que tan solemnemen-
paciou traidora de nuestro territorio , de te se habíaprometido al discutirse la refor-.
nuestras plazas fuertes, y la cruel conducta ma constitucional? ¿Qué importa que el ne-
de MuraL con los héroes del dos de Mayo. gocio masgrave y trascendental que puede
Hay un monumento que recuerda nue.stra ofrecerse á la nacion española se discuta y
desdicha y nuestra gloria: y esa desdicha I resuelva en unas Cortes que tocan á su fin,
y esa glona no la han olvidado los espa- I que han consumido su fuerza moral en los
úoles, trabajos anteriores, y que sufrieronla humi-
- Cuando se levanta en el partido modera- liante suspensión impuesta por el segundo
do alguna voz contrala influencia francesa, ministerio Narvaez? Nada de esto importa:
la prensade Paris procura ahogarla, llaman- á la Francia le interesa salir pronto del ne-
do ingratos á los disidentes; y .en v~rdad gocio y acabar de una vez, y enlazar á un
quecargo semejante no podrán, oirlo sm ru- hijo de su rey con la in'tnediata sucesora á
hor losque tantas veces han implorado el la coronade España: ¡Oh sombras de Cár-
auxilio de la Francia. Sin embargo. bueno 1 los V vde Felipe II! /
-sera consignar, que ni aun ese partido, •
que MI'. GUlzoL apellidó públicamente par-
tido francés, se ha salvado nunca en SIIS \
grandes apuros con el auxilio de la Fran-
cia. En 4835, cayó bajo la mano de la re-¡
voluciou, á pesar de.lassimpatías de la Fran. .
cía; en 1~:36, sucumhio al mohode. la Gran-




Coincidencia.


Protestas Inaugurales.


El reinado de Doña Isabel JI se inauguró
con los masdecididos ofrecimientos por par-
te de la Francia. El casamiento se hace tam-
bi~n con las seguridades de la mayor inti-
midad en la alianza francesa. Los ofreci-
mientos, .cuando Il~gó un trance apurado,
se convirtíeron en srmpatías puras, en el
j~más ... de M. l\folé. ¿En qué se converti-
ran las seguridades de la intimidad actual?
El tiempo lo dirá" si los acontecimientos se
complican.


Poco antes de comenzar el reinado de Do-
ña Isabel 11 se hablaba mucho del tratado
de Utrech; poco ante~ de casarse Doña Isa-
bel JI se habla tambien mucho del mismo
tratado.


El reinado de Doña Isabel11 se inauguró
con una protestade un individuo de la fami-
Iia real. El casamiento de S. M. y A. se
inaugura tambien con una protesta de un
infante de España.


.Por los a~os de i 832 Y 1833 estaba el
pars tranquilo , pero angustioso: se sentia
una calma pesada y sufocante, como suele
sed? la de la atmósfera poco antesde IIná
terrible tempestad. En 184-6 el pais está
t~anqUllo; pero todos los periódicos, asina-
cionales como estrangeros, emplean en su
tono un no sé qué de fatidico!... Los ánimos
se hallan en una espectativa cruel... Se es-
pera con ansiedad el correo... Los diputados
en sus discursos auguran un porvenir bor-
rascoso.


Lns ofreelmlentos.


Semejanza.


OOelosldad.


El gobierno y sus amigos tienen cuidado
de hacemos saber que en todas las provin-
cias se disfrutade tranquilidad. Esta solici-
tud es laudable, pero inspira reflexiones.
Los partes de sanidad, nunca son mas fre-
cuentes quecuando haypeligro deepidemia.


Cuesllon de dereebo: constitucional.


- 716-
REI'LEXI01'lES SUELT4S. u~. día, y oyendo de boca de sus augustas


HIjas y de algun verdadero español, lo que
ha pasado desde 1833, '! loque está pasan-
do en la actualidad, ofreceria una escena
interesante. Las palabras del reyserian bien
dignas de ser escuchadas!. ..


[tirito en Bareelona el 24 de setiembre de 1S~15 ,,;publicado en
Madrid el 30 del mismo.


Fernando VII resucitado, por espacio de


La Terdadera leallad.


La voluntad de un monarca debe ser aca-
tada. Pero ¿se opone á este acatamiento el
que cuando se ha incurrido en error, y
mientras es tiempo de volver atrás, se le
advierta que ha errado? Lejos de que seme-
jante acto sea una falta de respeto, es una
prueba de amor y lealtad.


LGS csasejeros de UIl monarca pueden
engañarse. Este engaña lo pueden sufrir
tambien los consejeros no ministros. El Rey
puede engañarse tambien J siguiendo el er-
rado consejo. Un súbdito, por humilde que
sea, ¿tiene derecho á creer que en estos
errores se ha caido al concertar regios enla-
ces? Parece indudable, si nose quiere esta-
blecer la infalibilidad de los reyes 'Y de sus
consejeros.


Duda.


Conmotivo de la protesta del infante don
Enrique, se ha dicho que ningun súbdito,
por alto que sea, tiene derecho á protestar
contra la voluntad de la Reina. ¿Podria el
fiscal denunciar esta proposicion , ateniéndo-
se á las doctrinas constitucionales? Segun
estas, un rey constitucional no tiene volun-
tad conocida: los ministros son responsables
de cuanto hace el monarca ,como monarca:
ningun mandato debe ser obedecido si no va
refrendado por un ministro responsable. Su-
pongamos, pues, que un secretario del des-
pachoaconseja á S. M. una medida contraria
á laconstitucion del Estado:¿tendriaderecho
un súbdito á protestar contra semejanteme-
dida?


11na reaurreeelon.


De aqlllaquluce años.


Seria curioso saber ahora, lo que pensará
de sus consejeros presentesr pasados Doña
lsabel Il cuandohaya cumplido treinta años.
¡Quiénes capaz de decir, los acontecimien-
tos prósperos y adversos que se habrán ve-
rificado en España!




- ti7-


Contraste.


Los asesinos.


Denerti'6.


Diferencia.


saremos do una nacion que está pendiente
de la vida de un hombre?


El fallecimiento de un soberano cualquie-
ra de Europa, seria mirado como un suceso
comun; el del rey de los franceses, es con-
siderado como un suceso altamente peligro-
so. ¿De dónde la diferencia? ¿No ha refle-
xionado sobre esto el Sr. Presidente del
Senado?


No hay hombre pensador, que no tiemble
al meditar sobre el estado de las ideas y
sentimientos disolventes que pululan abun-
dantemente en Francia 1 y que amenazan
su porvenir de una manera formidable. Es-
cusamos recordar al Sr. Presidente del Se-
nado lo mucho que se ha escrito y se escri-
be sobre este particular, y por hombres de
todas opiniones: suponemos. que losabe.


¿Qué habrá en el fondo de esa sociedad
de donde surgen con tanta frecuencia asesi-
nos de su rey? Se dirá que estos hombres
son escepciones monstruosas... ,cierto; por-
que es bien claro que el ser asesino de 1111
monarca no puede ser la reglageneral. Pero
¿cómo es que nada dc esto sucede en otros
paises, sino muy rara vez?


Olra.


Indlelo,


Esee!enle eoreeeton.


SlgnlOeado.


FelicItaciones.


El Senado felicíta; el Congreso felicita;
las felioitaciones espresan deseos y esperan-
zas; cl Congreso y el Senado estan en su
derecho deseando y esperando. El dcseo, di-
cen los moralistas, se refiere á lo bueno; la
esperanzaá lo árduo.


, ¿Se acuerda el lector de ninguna época,
sea la que fuere, que no se haya inaugura-
do con felitacioncs? •


Una coleccion de las felicitaciones que se
han publicado en España desde 1808, seria
un libro escelente para meditar sobre las
cosas y los hombres.


Es muy probable que ellinal de,1846, se-
rá notable por las muchas alocuciones que
harán las autoridades; esto nos sugiere la
idea, de que tambiense podria formar otro
libro cscelente, compuesto de las alocucio-
nes de las autoridades desde 1808, Ymuy
particularmente desde 1832.


I\ledlda,


En el discurso de felicitacion dirigido á
la Reina por el Sr. Presidente del Senado
el 15 del actual, hay un párrafo notable.
El Senado al congratularse por el enlacede
la Infanta con el duque de Montpensier, no
se limitaá una simple espresion de acata-
miento á la voluntad soberana, sino que in-
dica una razon política de la conveniencia
de este matrimonio. Hablando de la Francia,
dice: «que después de haber atravesado
largos infortunios, se halla hoy en la admi-
rable prosperidad que producen siempre las
instituciones que logran hermanar la libertad
y el órden á la sombra de leyes tutelares
rigorosamente observadas.» Como debemos
suponer la mayorsinceridad al autor de este
pasaje, tomamos su.s palabras como una.me-
dida bastante aproximada de la profundidad
de sus estudios sociales y políticos, sobre
la 'situaciou de la Francia.


¿Cómo es que en España, en este país
insolentemente llamado de costumbres bru-
tales r jamás se ,ha disparado un tiro contra
un monarca? ¿Cómo es que durante la guer-
ra civil no se ha hechonunca una tentativa
de asesinato contra doña Cristina, ni don
Cárlos? ¿Cómo es que despues de termina-
da la guerra. á pesar de losvaivenes de la
revolucion , Doña Isabel 11 no ha necesitado
ni necesita escolta de seguridad, y podria
pascar tranquilamente y á pie entre carlis-
tas y progresistas, sin ningun peligro para
sa augusta persona? Estas diferencias deben
estudiarse afondó: esto enseña á conocerá
las naciones; esto hace apreciar con exacti-
tud el mérito de las alianzas. Un Senado de-


Todo el mundo tiene la vista fija sobre la be hablará su Reina con palabras mas me-
muerte de Luis Felipe , como un aconteci-¡ ditadas; debe guardarse de lugares comu-
miento que puede comprometer la tranquili- j nes 1 que solo asientan bien en un artículodad y el porvenirde la Francia: ¿qué pen- obligado de un periódico conservador.




- 7~8


La dote,


ObSel'VllelOlI.


Hay cosas que duelen porqne ajustan de-
masiado hien.


§oll¡le".


Puntales.


Pronúsl!<:o.


.El interés de la política francesa en el
matrimonio del duque de Montpensier con
la inmediata sucesora á la corona de Espa-


Cuando se trata de puntales, es menester ña, debe de ser' bien grande, cuando á él
andar en busca de cosas sólidas: para for- se sacrifica la buena inteligencia con el ga-
marse idea de las instituciones en Francia, hinete inglés, y se arrostra la indignacion
será buenooir el voto de losSres. Fonfrede, I de las potencias del Norte. Se habla de lo
C.ormeni~ y Thiers , que habrán estudiado II pingüe de la dote.... ¡Qué candidez!
la materia algo mas que nuestros senadores. i ro I .
L' l' d C' .' reve acrou.
l' on re e V ormemn en sus escntos , v I1
Thiers en' su reciente y famoso discurso, i Dice el Infante D. Enrique en su protes-
nada dejan que desear. 11 ta , que no pudo comprender el verdadero


I motivo y el objeto de sus persecuciones,
I hasta que en París, donde tan bondadosa-


Se puede asegurar sin ningun temor de mente fue recibido por el rey de los frunce-
equivocarse, que la nacion que ligue su ses, vió claramente que no se le castigaba
suerte con la Francia, esperimentará den- por haber aspirado un dia á la manode S. M.
tro de pocos anos vicisitudesprofundas. sino por no continuar en este deseo, some-


tiéndolo á cierta infllwncia , y conibinándolo
No se aeano. con cierta condicion, Cuálesserian la influen-


La revolucion de julio de 1830 no es el , cía y la ~ondicion, lo man~fiesta el ,Inl,ante
términode la revolucion francesa; es sola- ,[ cuando añade (ll/e no falto en .I'aris a los
mente una de sus fases. !I deberes que le h;.mn con su patrio y con su


:1 familia; y lo esplica mas cuando advierte
nlá";IlHl, JI que el matrimonio de la Infanta conel duque


Es peligr so lie d' '1' vi,'. n l' de l\Iontpensier descubre á la Españay a la
l


J di °t~' o, gar una lilas 13 eja co Europli lo que él comprendió durante su bre-
ma lllas la nueva. . , . idenci P' . di di visima resi .el1.CI3 en ans , m, I~a~ o que


Cnalidades personales, 1\ este descubrimiento puede ser útil a la Es~
L idari d l . . f . I paüa v a la Europa.. os parti arios e matrimonio Traucés j •


ensalzan mucho. las cualidades personales il La ¡,'¡'ancla }" la Rciaa.
del duque de Montpensier. Es posible que '1 euando la Francia estaba haciendo ges-
sean relevantes; nada sabemos sobre este • tiones serias en favor del conde de Monte-
particular. I molin, tambien oimos que la condicion exis-


Recuc¡'do histórico. I tia. Esto manifiesta que para el gabinete
i francésel problemadelmatrimonio de laReina


Durante la restauracion , las cualidades il de España estaba planteado en una ecuacion
personales de Luis Felipe eran tenidas por il donde hahia dos cantidades: una constante,relevantes. Luis Felipe es rey de los fran- ii otra variable. La constante era el duque de
ceses. h Moutpensier, que de un modo ú de otro ha-


I¡!"I' hia de ser marido de la inmediata sucesora
Otro recuerdo. á la corona. La variable era el marido de la


Guillelmo de Nassau , príncipe de Oran-II Reina. Este podia ser el conde de Trápani:
!je , tenia cualidades personales muy rele- ¡i el de Montemolin ; el Infante D. Enrique ó
vantes. Estaba casado con María Stuart, hija ir D.Francisco de Asis... Asi trata In política
de Jacoho II, rey de Inglaterra. En '1688, 1I francesa á la Reina de España!.,. Una sola
Jacobo Il fue destronado, y el prrneipe Gui- 11 condicion fija: la conveniencia de la Fran-
Ilclmo tue proe.lamado rev en lugar de su 1I cia.! y para marido de S, M. cualquiera prin-
infortunado suegro.· ti cipe , si xo el uno, el otro; el primero que


Se pondera mucho la importancia de la
combinacion francesa, para el afian:amíento,
no de la monarquía (nótese bien), sino de
la monarquía constitucional. ¿Por ventura
necesita de puntales'? ¿,Qué es esto'?




1ialor dc las notíetas.


niferenelas enu-e 4.uos y noudas,


Las noticias no deben ser recogidas sino
en cuanto contribuven á formar cabal con-
cepto de los datos: 'son por decirlo así, valo-
res intinitesimales, que deben entrar en el
cálculo, para llegar al valor integral,


Confunden muchos los datos politicos con
lasnoticias, tomadaesta última palabra en su
aceptacion maspobre.cual es laque se ·re-
fiere á intentos ó gestiones de personas de-
terminadas. Entre losque padecen semejan-
jante confusión, se cuentan no pocos que
tienen pretensiones al título de políticos y
aun de hombres de estado. La vanidad es
inseparable compañerade la necedad.


_. 74,!J--


seurriese! ... i Cómo es posible que no haya r¡ alucinarse con respecto á la estension del
en España un hombre de bastante corazón 1II horizonte, sobre el cual se quieren aventu-
para decirle ,á esta aug-usta princesa toda la rar los pronósticos; no empeñarse en deter-
verdad]. .. Sépalo la España; sépalo la Eu- , minar el modo de un suceso, cuando solose
ropa;. sépalo muy particularmente la in,ocen-I ~e puede conocer en.Sil s!ts~anci0; no Iison-
t~ HCI.na: cn. p~cos meses ha recorrido la I jcarse de caracterizarle individualmente,
l' rancia la siguiente escala: cl conde de cuando solo se le puede señalar en globo,
Trápnni, el de Montcmolin, D. Enrique, don en un conjunto que no deja ver claros los Ii-
Francisco de Asis! ,.. j y se tr~ltaba nada neamientos particulares, pero que dice 10
menos que de la suerte de la nacron espaiJo- suficiente para formar juicio de una época;
la. y de la felicidad doméstica de una augus- sobre todo, poseer la severa imparcialidad y
ta huérfana de quince aüosl. .. La indigna- el fino discernimiento que se necesitan para
cion embarga el ánimo y detiene la pluma. recoger datos, y apreciarlos de la manera
¿r todavía hay hombres, hay españoles que conveniente.
presentan como un título de lealtad y de
amor á S1l Reina el constituirse los apologis-
tas y encomiadores de la política francesa?
¿Qué pensará de esa lealtad y amor la ino-
cente princesa cuando llegue á la edad
de '.2;) años? Pero [ah! el plazo no será tan
largo: mucho antes, mucho antes. Con la
vista fija en el porvenir, escribimos estas
líneas, con una mezcla de amargura y con-
suelo: de amargura, porque vernos 11/1 cua-
dro espantoso: de consuelo, porque al rea-
lizarse nuestros pronósticos, no faltará quien
recuerde, que cuando callaban tantos que
teuian obligacíon de hablar, tuvimos bus-
tante entereza y valor para decir la verdad
ú la naciony á la Heina.


Es-ri:» l'lI Ilaecclona en I.~ dI' uctuhre de 18 .. 6 y publicado ,n
~l:lIh·;d el 7 del mismo.


i'oslbllid .. d de las lll'onústicos (lOl\l.lcos.


La Impur-elattdad.


La imparcialidad en recoger y apreciar los
datos no se obtiene con solo desearla: es un
resultado del talento, del espíritu de obser-
vacion, de la conveniente disposicion de áni-
mo, y mny especialmente de la fuerza de
carácter.


s,~ ha disputado sobre la posibilidad de la
certeza en algunas ciencias , ocupando en-
tre lasdudosas un lugar especial la política,
que por la muchedumhre de datos que ha de
tener presentes, y la variedad -y movilidad
(h~ los mismos, parece estar privada de toda
demostracion, y condenada á limitarseá me-
ras conjeturas. Aunque esto sea verdad en
muchos casos, no lo es con tanta generali-
dad como al,:unos creen: en política como en
todo. se puede calcular, unas veces con pro-
bahilidad de acierto, otras con certeza poco
menos que absoluta. Para esto es preciso te-
ner el golpe de vista bastante seguro para no


Cualidad rara.


¿Fuer:a de caracter para eso? ¿De qué
sirve la fuerza en tales casos? ... Asi habla-
rá quien no haya reflexionado que para pen-
sar bien se necesita sostener contímwmentc
batallas interiores en casi todas las materias,
pero muy particularmente en la política. Si
el corazones animoso, espera demasiado, lo
cree todo: lo que falta al hecho, se suple c~n
el caudal del valor; si es tímido, desconfía
de todo, mayormente al asomar siquiera re-
motamente algun peligro personal: las co-
sas son grandes v el miedo las achica; o
son pequeñas, y'ei miedolas agranda..




lJn pédant enívré de sa vaíue scíence,
Tout hórissé de Grec, tout bouffi d'arrogance,
Et qui de mille auteurs , reteuus mot pour mol,
Daos sa tete entassés, n'a sonvent fait qu'un sol.


Ha viajado mucho.-¿Quién mas viajero
que los coches'! .


Es muv condecorado.e-Falta saber SI ha
merecidolas condecoraciones y por qué.


En el mando se ha hecho respetar mn-
cho.-Nada mas respetable que la boca de
un cañon.


Tiene muy buenas confidencias: todo lo
sabe.-Es muy peligroso que confunda la
política con la policía. ..


Es muy vivo.-La mucha vlv.~cldad no. es
el mejor indicio de talento. ¿QUlcn mas VIVO
que una ardilla?


Es muycondescendiente: con todos pri:-
va.-Los reptiles se distinguen porsu flexi-
bilidad.


Essumamente misterioso: nadie le entien-
de.-¿Por qué huyede la luz'! Oculta, ó su
pequeñez, ó su maldad. .


Es franco en estremo: no ueue secreto,
todo lo dice.-Solo las arcas vacías pueden
estar siempre abiertas.


Es muy cumplido V puntual en todo.-
Escelente" para maestro de ceremonias.
Un en.ayo de cáleulo sobre el problema de la


concordia.


Dicen que vamos á entrar en una era de
concordia, y que merced á la profunda y
atinada combinacion que todos s~bemo3., se
han resuelto felizmente, ó aproximado a re-
solucion feliz, las grandes euesnones que
pesan sobre la España, Apart~ las pala~ras,
como valores nulos, atengamonos a los
hechos.


750 -
1 los conoce en España: no hay necesidad de


señalarlos,
Es un militar.-¿Se trata de guerra?-


Pero es impetuoso.-Tambien lo es un ca-
ballo.-Es firme.-¿Qué cosa mas firme que
una peña?


Es hombre muycallado.-No haysilencio
como el de una estatua. .


Es un escelente literato.-¿Se trata de
literatura?


Es un sabio.-¿En qué ciencia?
Ha leido v estudiado mucho.-¿Qué li-


bros'! ¿de qué modo? ¿con qué talento?
¿para qué objeto? ¿con qué resultado'! Ahora
es oportuno todo lo francés.


Crllerlo de 10& 10nIO&.


Inlélo de los hombres.


. Téngase en cuenta que solo hablamos
aquí de entendimientos c!a~o~, y de hombres
que se llaman avisados y JUICIOSOS.; pues que
si tratáramos de los tontos, semejantes oh-
servaciones estarían de mas. Estos por lo co-
mun suelen tener un criterio mas seguro:
creen todo lo que agrada, con locual se for-
man una pequeña bienaventuranza donde
viven dormitando, hasta que el edificio se
viene abajo, y losaplasta en sus rumas.


Es muy difícil el clasificar biená loshom-
bres, para apreciar debidamente el .valor de
su criterio político. Para esta operacion I cu-
yos resultados sonde mucha importancia .en .
los cálculos políticos, es necesano despojar
á loshombres juzgados, de todo loaccesono;
esto es, de todo aquello que no sirve de na-
da para la autoridad crítica. Las calidades
inconducentes y las apariencias engañan
mucho.


El hombre ocupa un alto puesto.v-No es
mala circunstancia: estando mas alto, verá
quizás mas objetos, pero tambien es posible
que los vea mas en confuso. Falta saber si
su vista es muylarga y clara.


Es anciano.-Escelente calidad: la espe-
riencia es madre de la ciencia. Pero es ne-
cesariono perder de vista. las observaci~nes
siguientes.Siha sido muyvano toda su Vida,
es peligroso que lo sea mas ahora: con los
años s~ agravan las dolencias ~orales co,?o
lasfísicas. Siendo muy vano, seramuy necio.
La vanidad dimana muchas veces de nece-
dad; pero en cambio, tambien la necedad
es hija de la vanidad. SI se tra~a .de empr~­
sas atrevidas, contad consu opnnonnegau-
va: á la timidez la llamará prudencia. LoáJ'-
duo será paraél un sinónimo. de !·mposible.


Haenvejecido en losnegocios publicos.-
Falta saber cómo los ha manejado.


Está muy metido en interioridades.e-Por
lo mismo, á vuelta de algunos conocimientos,
podrá ser muy parcial creyendo que hace
milazros mientras desbarra soberanamente.E~cortesano: en cosas de la corte está al
corriente de los últimos pormenores.-Esce-
lente para coadyuvar á. una intriga; nulo
para los negocios de gobierno, para la ver-
dadera diplomacia, para todo lo grande.


Es un fácil hablador.-Ilav cabezas que
son máquinas de puras palabras, El lector




- 751 -
.:Habr¡\ eoneordla1 ¿QUé datos tenemos para creer radas como sospechosos; ¿y quién se fiade


(IUe debemos espel'arla? sospechosos en tiempos tan malos ?-Los
Concordia de la familia real.-El infante compradores de bienes de la iglesia desean


D. Enrique, hermano del esposo de la Heina, conservar 10 adquirido; la iglesia está sin
protesta desde Gante en términos harto sig- medios de subsistir.-Los pueblos se lamen-
nificativos. El conde de Montemolio, primo tande los tributos: el gobierno es cada dia
de la Reina, se fuga de Bourges, y dirige mas exigente, y lo será tanto mas, cuanto
á los españoles un manifiesto, verdadera mayores sean lasnecesidades de la situacion.
proclama; llamando á las armas. Con él es- ¿Cuáles son pues los elementos de con-
tao unidos su padre, sus dos hermanos y cordia? No la hay en la real familia. No la
D. Sebastiano Ihay en los hombres de la situación. No la


Resultado g1'avísimo.-De siete varones hay en los partidos disidentes. No la hay en
que cuenta la familia real, en edad de figu- los intereses. ¿Dónde está?
rar en la paz ó en la guerra, los seis estan La nacion está cansada de discordia...
contra lo que se está haciendo ahora. Las ICierto; pero todos los enfermos estan can-
consecuencias en [aoor de la concordia las sados de sus enfermedades; y sin embargo
abandonamos al sentido comun. tienenque sufrirlas; algunos hasta lamuerte.


Omitimos otras circunstancias, de todos Cansancio!... ¿quién ha contado jamás el
bien sabidas, y de que hablan condemasía- cansancio como un elemento de salud y
da frecuencia los periódicos. Nada de lo re- bienestar?
lativo á personas tiene cabida en el PEJ.'íSA- Si se cuenta conel cansancio, ¿qué suce-
lUENTO DE LA NAGlON. derá cuando los discordes hayan descansado?


Concordia de lospartidospolíticos.-Los ¿Quiénha tomado la medida del tiempo ne-
progresistas estau exasperados y protestan cesario para descansar?
por cuantos medios se hallan á su alcance. Pero el cansancio, aquí, significa tambien
Los carlistas pensaráncomo se deja suponer. desengaño, escarmiento, y por consiguien-
La oposicion conservadora toma una actitud te, desconfianza de las promesas de los par-
semejanteá la progresista, en lo tocante al tidos.-Pero falta saber contra quién estan
enlace francés, y se muestra cada dia mas el desengaño y el escarmiento.-Los pue-
irreconciliable conel sistemapolítico actual. blos desean cosas positivas.-Pero si el di-


Eliminados los progresistas, los carlistas nero es cosa positiva ¿haY;!Jn escarmentador
y losconservadores, falta todavia mucho que mas positivo que el Sr. MOIl?
eliminar. No todo lo que resta es compacto. Para elementos de concordia vemos aqui,
Hay hombres que fueron partidarios del en- I no un poder fuerte) no un brazo robusto,
lace del conde de Montemolin y de un sis- I no una figura de talla gigantesca, cual nos
tema politico diferente; los hay que noque- i ofrece la historia en el fin de otras revolu-
rian ni lo unoni lo otro, pero que no esta-I ciones; sino unos cuantos hombres que di-
han acordes con la política del gobierno: cen con la voz mas alta que pueden: tiem-
testigo el Congreso; los hay que forman un 11 bien los malvados, arrepiéntanse los peca-
partido, ó mas bien una pequeña fracción, 'r dores, cedan los tercos, desengáñense los
que se llama de los amigos del general Nar- 1


1
ilusos, vengan todos aquí, y nosotros hare-


vaez; y loshay que de ningun modo querian uros el sacrificio de mandarlos.» El serrnon
á este general, como es de Ter por los su- no es malo; perola dificultad está en que si
cesas del mes de abril. nos atenemos á la historia de nuestro país


Resultado.-Los elementos de concordia en los últimos cuarenta años, el auditorio
de la nueva era son los siguientes: La ira de España es muyobstinado.
de los progresistas; la desesperacion de los El gobierno tiene fuerza ¡ recursos de to-
car/islas; la indignaclOn de los conservado- Idas clases para anonadar á los promo.ve-
res; el descontento de losque fueron monte- dores de discordia.-No se trata de esto:
molinistas; las.antipaiías personales, rivali- ' aunque sobreeste particular se podna escri-
dades y resentimientos de los demas. bir un buen artículo ¡ pero ~epetlmos que


Concordia de intereses.-Todos los em- no se trata de esto, SIOO de SI hay ó no ele-
pleados progresistas estan cesantes; sus in- mentes de concordia.
tereses no concuerdancon los empleados en .Desde luego s.e puede ~segurar que la
servicio. Los empleados carlistas serán mi- misma abundancia de medios para ahogar




- 75~ ~
momentáneamente la discordia , si no se los que los lectores de mediana inteligencia no
emplea con mucha prudencia y sobriedad, pudieran equivocarse. Volver sobre lo mis-
lejos de estinguir la tea fatal, le da mas mo seria dar ocasion á que se dijera que ha-
fuerza para Jo sucesivo. blábamos por despecho. Esperarnos tranqui-


«Non ezercitu« , neqne thesanri prresidia lamente los acontecimientos: si estosse des-
f'egni sunt , ventrn amici, 'litos 1!e'lne armis enlazan en sentido contrarioá nuestras opi-.
coyere, ne'lue auro parare queas:» «el sosten niones, en las cuales estamos ahora' mas
de un reino no son ni los ejércitos ni los te- firmes que nunca, nos alegraremos de ello,
soros, sino los amigos, que ni se hacen á la porque no puede resentirse nuestro amor
fuerza, ni se adquieren con el oro.» Esta propio cuando está de por medio la tranqui-
máxima de un escritor profundo, la han 01- lidad y el bienestar de nuestra patria.
vidado con demasía nuestros gobiernos; y Dejemos pues este terreno; no acihare-
es de temer que la olviden en adelante. Las " mos el contento y alegría que la España está
armas sirven para batir enemigos; no para I disfrutandode oficio, y vámonos en busca de
granjearse amigos. El oro sirve tarnhien pa- :1 otras materias, que si bien separadas de la
fa comprar servicios y lisonjas: pero ni los 1 arena, no se hallan tampoco .nuy distantes.
criadosni los aduladores son amigossegurosv : Se ha dicho que laEspaña es pais de anoma-


Ya se han visto medidas fuertes i »a se :! lías, y ahora debe serlo de cuestiones ru-
han oido palabras muy duras. En estas ma- !i riosas; en prueba de locual véase la q!le se
terias , todos los hombres juiciosos saben i\ ha levantado en la prensa periódica sobre si
qué pensar: nosotros" .porque no se diga '1 el partido carlista está vivo. ó muer/.o. Cui-
que improvisamos maxunas ad koc , y su - 1


I
dado con la cuesucn.c,: que por Cierto no


puesto que hemos comenzado á hablar en ¡es de puro nombre.
Iatin , recordaremos al gohierno unas pala- El PEl'iSAMlENTO DE LA KAcroN está muy
bras que estan escritas hace casi dos mil interesado en la resolucion de la duda, por-
años. « Ita in máxima, fortuna, mínima li-I que si se pudiese probar que el partidocar-
centie est; neqlle studere neque odisse , sed lista está muerto, como durante tan largo
tninime irasci debei , 'lU(J3 aptu[ alias iracun- I tiempo hemos estado predicando la conve-
dia dicitur, in imperio superbía atque Cl'U- I niencia y necesidad de la union con dicho
delitas adpetuuv».» .1 partido, resultariamos culpables de haber


__._ i¡ querido unir un vivo con un difunto, lo que
11 es· un suplicio horrible que no se usa en


'!'!l' ~ J¡e~I""O eJ¡ ';l'I'-'P'I J¡ il nuestros días. Asi es muy natural que nos
.llj,¡¡ .- .rl"~ ¡,,¡ .n..,¡¡ ".""'i¡ ocupemos de una cuestión , que si para otros


ii puede serlo de mera curiosidad, para nos-
. "1 otros es de la mavor importancia supuestoF.~(~I·lto en Barcelona el 8 de octubre Je 18~6, )' publicado en Ma- :1 l ••1 d'd


dr-id el H del mismo, ¡~ que en ello se interesa el fun amento e
:: nuestro sistema político. Si el partidoear-


.Cuando vea la luz pública el presente ar- ;i lista fuese un partido muerto, inútil habría
ticulo , es muy probable que se 'habrán ce- . sido arrostrar dificultades para el enlace de
Iebrado ya los enlaces' régios, y por lo mis- la Rcina con el conde de Montemolin.
mo consideramos inútil el insistir sobre este Ademas , que tampoco cre~mos que .Ia
punto: en semejantes materias no se puede cuestión ensí mismacarezca de importancia.
volver atrás, y buenas ó malas, es preciso El príncipe proscripto acaba de declarar en
aceptar las consecuencias. Mientrasera tiem- su proclama ó manifiesto, que plc~sa lle-
po, hemos repetido que se cotnetia un error val' al campo de bat(/~ln sus vrctcnsl.ones al
político de mucha gravedad, y que los rc- ;1 trono: buscar pues, SI el partido ca~llstaes~
sultados serian funestos para la España: no! tá muerto ó vivo, es b?s~ar ~~ el citado .do-
hemos podido evitar el mal; mucho menos I1 cumento es un papel mS.lgUlhcantc, o s/ es
seriamos capaces de aplicarle remedio. En '1 digno de llamar la atel1;c!on de Jos que_s~
tales casos, los remedios, cuando los hay, i! interesan por la tran~UIlJdad de la España.'
no son artículos de periódico. En e Jdel 2i I Tratándose de la Vida o de la muerte,de
de setiembre, que se publicó el :30, lo diji- I la :iuv~~tud ó de la vej~z, de la fuerza-ó de
mos todo: en parte, espresado con toda c1a- la debilidad de los partidos, se pueden en-'
ridad ; en parte, indicando lo bastante para I tablar disputas intnrmiuahlestpero- estas se




-- 'iy,
cortan.pronto. si se lleva la cuestiou al ver- ~ de; que esto lo haria muv dilícilmente cual-
dadero terreno: los hechos. quier otro gobierno de Éuropa ; tIue la ge-


¿Cuúl era la vida del partido carlista du- nerosidad del pueblo francés ha de verlo
rante la guerra? Esto se puede calcular te- con mucho desagrado, y que son muy jn-
niendo presentes los elementos á que resis- justos los que se han quejado y se quejan
tia. Eran Jos siguientes: aun del poco celo del gabinete de las Tulle-


Un gobierno establecido, dueño de todas rías. Esto no se prueba, se siente; porque
las capitales, de todas las plazas fuertes y hay cosas que el coruzon rechaza instintiva-
que disponía de los recursos de toda la na- mente, sin necesidad de raciocinio.
ciou. Hablad de la guerra pasada, y no halla-


La cuádruple alianza, que por mas que reis un carlista que no se lamente de la fal-
se diga, no fue estéril para el trono de la ta de recursos. Cabrera, aun en los dias de
Heina , sino muy importante, y una de las su mayor pujanza, tenia mucha gente que
principales causas de su triunfo. no podia llevar al combate, por carecer de


r eanse sus efectos. armas. En la cspedicion de Gomez, de Za-
-[na legion inglesa. ratiegui , en la de Don Cárlos , yen todas,
-L:na lcgion francesa. lo que faltaban no eran hombres, sino ar-
-Una legion portuguesa. mas. Si la Inglaterra y la Francia se las hu-
-tos almacenes de Francia y de Ingla- biesen proporcionado, ó les hubiesen permi-


terra abiertos para cuanto se necesitase. tido proporcionárselas; ¿qué habria suce-
-Las escuadras inglesas vigilando las dido? '


costas, impidiendo desembarcos de armas y La superioridad de losejércitos de la Rei-
pertrechos para los carlistas, y auxiliando na, cuando la tenian, dimanaba casi siempre
materialmente al ejército de la Reina en las Ide la mayor abundancia de recursos. Hacia
costas de Bilbao y San Sebastiano Imas de un año que los carlistas de Cataluña


-ta política francesa impidiendo largas campeaban libremente por el principado, y
temporadas '(segun el humor) la introduc- I hasta hablan obtenido ventajas de mucha
cion de armas; caballos y demas erectos de consideracion, y todavia estaban faltos de
guerra; internando y muy frecuentemente artillería, sin tener mas cañones que algu-
encarcelando a.los carlistas. nos de madera. La misma espedicion de Don


A propósito de encarcelamientos ,no po- Cárlos se estrelló en el pueblo de Sampe-
demos pasar por alto una observacion que dar, por no tener una miserable hatería pa-
uos ha ocurrido repetidas veces.Se han oido ra derribar tapias. El general Córdova , y
muchas quejas contra el gobierno francés cuantos militares han hablado de la materia,
por su ]Joco celo en el cumplimiento de la han estado .ácordes en la conveniencia y
cuúdruple alianza: estas quejas son muy necesidad de basar las operacionessobre es-
injustas. El gobierno francés se ha resigna- ta diferencia de medios, de atraer á los car-
do á un sacrificio, si no mas costoso material- listas á un terreno, donde esta falta no pu-
mente, al menos mas sensible para los cora- diese suplirse ni con el número, ni con el
zones gellcrosos: el de perseguir á los des- valor personal, ni con las simpatiasdel país.
graciadosque reclamabanun asiloen nombre En cuanto al apoyo que la causa de Don
de la hospitalidad. Se comprende que un Cárlos encontraba en muchos puntos de la
gobierno aliado no consienta que los emigra- monarquía, hé aqui algunos hechos que la
dos se organicen y reunan aprestos de justificande una manera palpable. Las tropas
guerra para invadir al país vecino; pero no de D. Carlos podian maniobrar escogiendo
se comprende cómo hay un gobierno que la unidad que bien les pareciese: un ejérci-
quiera ,encargarse de hacer la policía por to, una division, un batallen, una compañía,
otro, aun en las fronteras mas distantes, y hasta un individuo; pues que un carlista so-
que niegue á unos los pasaportes, y cucar- lo recorria con su fusil una grande csten-
cele á otros, y ponga grillos á estos, y se sion de pais, sin riesgo ninguno; cuando los
apodere de los papeles de aquellos, y re- generales de la Reina debian siempre andar
gislre equipages y rompa cerrojos , y .haga conla máyor circunspeccion en sus marchas,
en fin todo lo que podría hacerse si se trata-I si no querían esponer sus columnas sueltas á
se de una conspiraciou contra la seguridad descalabros que no siempre pudieron evitar.
propia. Repetimos (¡ue esto no 'se compren- ¡.Y qué diremos de los víveres? Lastropas


93




-7·la -
.de la Reina debían llevar consigo sus provi- 1: Claro es qHe los amigos del actual órden
-siones, sopena de morirse de hambre; y los 1: de cosas estan interesados en atenuar la gra-
.carlistas vivían en todas partes sin mas re-II vedad é inminencia de los peligros, v así
cursos que los del pais. Se dirá que los unos es muy natural que aparenten dar poc;'; irn-
vejaban y que los otros no; pero este es un 11 portancia ú loqHe ellos apellidan las impo-
vano efugio: los que sabian de.vez en cuan- tentes maquinaciones de los partidos estro-
do incendiar los pueblos y las mieses, bien I mos. Bueno será, sin embargo, que no 11('-
hahrian sabidotomarse los víveres: losescrú-I ven las cosashasta la cxageracion, teniendo
pulosde conciencia no llegaban á tanto. Las presente la sabia máxima: ne quid 11imi.~. A
razones. de es~a diferencia deben buscarse l. fuerza de sosten~r que l:~ revolucion ha
en la diferencia de relaciones que con el ¡muerto, y el carlismo también, podrían Ilc-
pais tenían los ejércitos beligerantes: ha- I gilr á persuadir á ciertos dependientes men-
hlen todos los generales que hicieron la guados,.que es lícito cebarse en la persecu-
guerra; y hable sobre todo la ~l'Iemoria dcl I cion de los partidos estremos, co.mo se ce,ban.
malogrado general Córdova, que con tanta los buitres en los cadáveres. Esto es peli
claridad ycxactitud fijó el verdadero caráe- I groso: es una máxima militar y política. el
ter de esta guerra, y cuya previsión jus- '1 que nunca se debe reducir al enemigo á la
tiíicaron tan plenamente los sucesos poste- desesperacion.Xo diremos hasta qué punto
rieres. podrán encontrar eco en los partidos, ni


un partido que resiste durante siete años las escitaciones revolucionarias, ni los IJ;¡-
á un gobiernoestablecido, y poderosamente mamientos del conde (le Monternolin ; per..
auxiliado por tres potencias; un partido cu- estamos seguros, muy seguros de una cosa.
yos soldados brotan del pais , viven en el : que enseñan de comun acuerdo la razon, li!
país, y no son nunca rechazados por el pais; I historia y la esperiencia , y es que podrá
un partido que á pesar de tantas contrarie- muy bien suceder que los mejores auxilia-
dades no puede ser vencido despues de res de la revolución y del conde de Monle-
tan encarnizada lucha, como se ha confesa- molin, sean algunos imprudentes servidores
do recientemente, y que ademas no necesita I del gobiernode la Reina. Tal miserable que
de conl'esion de nadie porque es mas claro recibirá susalariopara vigilar la conductade
que la luz del dia; este partido debía tener ciudadanos pacíficos; algun gefe deuna par-
grandes elementos de vida. tidita que estará encargado de ahogar las


Ha muerto despues , se dirá; ¿y dónde? insurrecciones en su cuua; algun comisario
¿no recordaisel significativo articulo publi- demasiado celoso y activo, que importunará
cado hace pocos días por un periódico pro- sin necesidad á hombres pundonorosos; es-
,gresista, La Opinion? ¿Por qué ha muerto? tos y otros servidores semejantes, podrán
¿Cuáles son las causas que le han reducido sembrar la alarma entre los conocidos por
.á tamaña nulidad? Decísque el príncipe en opiniones progresistas Ó carlistas; podrán
su manifiesto ha abjurado los principios del hacerles creer que no estan seguros, aunque
partido carlista, y que esto mata al parti- no conspiren , y cuando esta creencia se di-
do; j qué contradiccion! Hasta ahora se ha- fundiese, ¿qué podria suceder?
bia dicho que los partidos reaccionarios, mo- Todavía no se ha podido olvidar Jo que
rian porque no aprendian ni olvidaban, y sucedióen la última guerra civil. ¡Qué han-
ahora se dice que el partido carlista muere dos tan terribles! lapalabra de muerte se ha-
..porque aprende y olvida..... liaba escrita en todos los artículos. j Qué fu-


Un medio habia para matar el partidocar- silamientos en todas partes! ¡Quéprisiones!
lista; el massencillo: gobernar bien, hacer ¡Qué confinamientos! j Qué destierros! Y
sentir á los pueblos las ventajas de los sis- sin embargo, ¿qué se adelantó con esto?
temas innovadores. ¿Se ha hecho? nada, absolutamente nada. Lo que se hizo


Para todoslos hombresjuiciosos bastan y fue perder mucho terrcno ; y disponer de
sobran los hechosy las reflexiones q~ aca- t:'11 suerte las cosas, que si D. Carlos hu-
harnos de consignar, por lo que vamos á biese tenido consejeros mas atinados y pre-
dar otro giro al discurso; entrando en con- visores, su causa habria triunfado por los
sideraciones de un órden diverso. Llama- mismos errores de sus enemigos.
mas sobre ellas la atención de los que se in- , Recuérdese lo que sucedió en Cataluña.
teresan por la tranquilidad del pais. Todo estaba perdido; y la política del baron




- 750 -
de Meer sostuvo la causa de la Reina. ¿ Y
cómo'? con la severa disciplina en el ejérci-
to; con órdenes terminantes para que no se
insultase á nadie; con un cuidado estrerno ,
para que los pueblos no fuesen molestados; i
ron pon~r centinelas en las casas de campo, "
para evitar hasta los pequeños desmanes de I
Jos soldados durante el tránsito de una co- 11
lumna: con tratar humanamente á los pri-
sioneros; con restañar la sangre en las ciu-II
dades , ya qne por desgl'<lcia estaha corriendo
en los campos. Testigos fueron del resultado I
cuantos se hallar:on a la saw~1 en Cataluña, 1


1La exasperacron de los arumos se calmó
de una manera notabilísima. tos hombres!
mas influyentes del partido carlista conocie-
ron que les hacia mas guerra el baron de
Meer con su proceder suave, que con su
pericia militar. Sea cual fuere la opinion que
tenga el partido progresista de la conducta
qu~ con respecto á él observó este general,
es indudable que en el campo v en las po-
blaciones subalternas, los efectos. de su
comportamiento fueron altamente favorables
ti la causa de la Reina. l'


Bien sabemos lo que se dice en tales ca-
sos : que es necesario atajar el mal en sus '
principios; que conviene cortar los hilos de I
la conspiracion cuando comienza á urdirse; I
que allin, el mayor daño que puede resul- 1
tal' á los que sean inocentes, es el estar en- i
cerrados en un calahozo por algun tiempo, I
por via de precaucion, Pero este lenguaje, 1


Isobre ser el idioma de la tiranía, es el de la
irnprevision , el de la ceguera. Cuando se ¡
han encarcelado ó deportado cuatrocientas i
ti quinientas personas, no se ha llegado ál
mas que á una pequeñísima porcian de un li
partido. Los partidos, e~l tiempos agitados !l
v revueltos , son demasiado grandes para'
. 1 b '[' d 1IfllJ(~ PUCf an ca el' en una caree por vin e!i
precaucion. Loque se hace con esta conduc- ,1
tu es alarmar,. agriar, exasperar; cada in- 1I
dividuo tiene su familia, sus parientes y I
amigos; y cada cual piensa que le puede .1
suceder mañana á él mismo lo que vé que .1
está sucediendo á otros; v tal ciudadano ':
lllle viviría pacífico en su casa , podrá con- 1,
vertirse en un soldado tanto mas temible '1
cuando Ú mas de pelear en defensa de sn~ i¡
principios, huscarri en el combate la vengan- il
za de sus agravios. i


Cuando el gobierno superior lanza desde
su altura órdenes fulminantes, y que pue-
den dar origen á la arbitrariedad, no com-


prende por locomuu , lo que serán sus pro-
videncias, cuando se llegue á los pormeno-
res de la ejecución. El gobierno escribirá
las palabras de sospechosos ó desafectos, sin
considerar qlle estas palabras van á desper-
tar en el último rincon de la península todas
las malas pasiones, venganzas personales,
rivalidades mezquinas, miras codiciosas,
instintos brutales; todo se revuelve y se po-
ne en movimiento, y presenta un espectá-
culo deplorable. Tal escribiente de una ofi-
cina de policía mira con insultante desden a
una persona respetahle , y le maltrata de
palabras, y le amenaza. Tal comandante de
arrnas , un capitán por ejemplo, ú otro cual-
quiera, que salido de la oscuridad se asom-
hra de verse revestido de facultadesestraor-
dinarias, ejerce las funciones de su peque-
ño bajalato, y se creería poco activo y de-
masiado condescendiente, si no espidiera
todos los dias algun pasaporte de confina-
miento, ó no metiese en la cárcel á ciuda-
danos paoificos , remitiéndolos luego á dis-
posición de I:} superioridad; y quizá tal hom-
hre infame, hambriento de oro, acecha la
ocasionde arrojarse sobre una víctima para
obligarle á redimir la vejacion, y arrebatar-
le cruelmente el fruto de los sudores de toda
la vida, la esperanza de su familia. No, IIO
comprenden bastante los gohiernos lo llUl~
significa el entregar á los pueblos á disposi-
cion de la arbitrariedad; no comprenden
bastante en qué se convierten sus providen-
cias cuando llegan á ser ejecutadas; y por
esto se hallan á menudo con resultados dia-
metralmente opuestos á los que se hahiau
prometido; por estoven que las insurreccio-
nes en vez de atajarse progresan, y que las
pequeñas chispas se dilatan, y llegan á ser
grandes incendios.


Escrito en Ban-eluna ~I 1.'1 flwkd.H'tl'" ti,,: 18 ~6 , '! puhJicuJlJ err
l\ludrid el H del mismo.


Es costumhre antigua en las fracciones
del partido liheral , el achacar á sus adver-
sarios la coalicion ó alianza con los carlistas,
Durante la dominacion 'de Espartero se ha-
hlaba de alianza carlc-cristina. ; ahora se nos
viene hablando de alianza carlc-proqresista,
Esto parece indicar una cosa, y es, que el




-- 756 -
pllrt.i~o carlista no es.· tan dé~)Í1 COIllO se ha ~ . P~I:O dejemos esas proles.tas que nada
querido suponer ;.pues su alianzaes busca- significan , pues lo que debajo de ellas se
da, ó al menos se teme que se la busque. 1 quiere ocultar, está demasiado patente á los
Es hien curioso que á los partidos dominan- 11 ojos de todoel mundo. Al temer la coalicion
tes , siempre seles ocurra la idea de que sus 1 se obedece á un instinto de conscrvacion
adversarios tratan de aliarse con los carlis- propia; y al clamar contra ella se trata de
tas ; que á los caídos les ocurra tal.nhien la I prevenir un peligro. En ambas cosas, se
misma idea, cuando menos como una tenia- confiesa sin quererlo, la importancia de un
cio»: Enhorabuena que latencion sea recha-partido que se afecta despreciar, y se con-
zuda por la conciencia de los que la sufran; I firma plenamente la fuerza de las razones
pero ello ?s que la tentacion se presenta! y I que ~duciamos en defensa de nuestrosistema
que los interesados en que la tentacion I político. Este es un triunfo que obtenemos
no triunfe, se muestran alarmados, hasta en el terreno de la discusion , ya que no
que el mal pensamiento sehaya desvanecido. hemos podido alcanzarle enel campo de los
Este solo hechodice mas sobre la situación '1 sucesos: las victorias en los hechos son el
de España , de lo que pudiéramos decir nos- logro de lo que se desea; las victorias en la
otros con largosarticulos. No es necesario 11 discusion , consisten en demostraciones pal-
penetrar en cl secreto de las negociaciones, pables de que se discurría bien.
ni siquiera saber si han existido, ya sea I En lo interior tenemos el hecho que aca-
en 181\.2 , ya sea en 181\.6: b~sta el simple bamos de con5i!?na~·.; c~ lo esterior hallamos
hecho 1e los temor..es_ del partido donllnal.¡.te 1


1


o~ro. no menos slglllh~atlvo. Cuando laFran-
en las epocas respectivas; basta la reapan- ClU se hallabacontrariada en la corte de Ma-
cion del mismo fenómeno político, no obs-I drid , necesitó segun se dijo, echar mano de
tante la diferencia de las circunstancias. 11


1.


algunas palabras que intimidasen; el Times
Pero se nos dirá, nosotros no tememos la 1


'


en un artículo del fl de agosto, que copia-
alianza; publicamos simplemente la noticia 1


1


ron los periódicos de Madrid, refiere que
mas ó menos fundada; y al apartar á nues- 1' «la Francia hahia llevado la sin razon y la
tros adversarios de un .abismo semejante, 1: audacia hasta el punto de amenazar á los
trabajamos para su propio decoro, para su I muustros espaüoles , con llevar al conde de
porvenir, no para nuestra seguridad. Aten- I )[ontemolin á 1Iadrid á la, cabeza de los ba-
didas las pruebas de cordialidad que se han I tallones franceses, si la candidatura Trápani
dado loshombresde la situacion y los pro- I era rechazada ;» y i notable contraste! aho-
gresistas , no puede caber duda sobre la sin- ra que la Inglaterra ha sido burlada , se
ceridad de tal lenguaje: y asi , desde luego I achaca al gabinete inglés el que favorece
permitimos al lector, que si lo considera i' los proyectos belicosos del condede Monte-
justo, preste ciega fe á la peregrina protes- 11 molin , y los periódicos ingleses en sus artí-
ta, y crea de todo corazon , que cuando el 1I culos mas amenazadores, no han encontradopartido dominante procura apartar á los pro- i¡ medio mas seguro para causar impresión,
gresistas de la malhadada coalicion con los I1 que el soltar algunas palabras favorables á
carlistas, procede movido por el puro inte- 11' Cárlos Luis.
rés de sus adversarios, y solo se propone 1 Léanse los periódicos alemanes, trance-
conservar el decoro, y asegurar el porvenir ¡¡ ses, ingleses, españoles de todos los parti-
del partido progresista. Por nuestra parte, ¡I dos, yen todos ellos resalta como el mayor
y suponiendo que el lector se haya decidido i, inconveniente y el mayor poligro, el uso
á creer, todavía nos permitiremos una ob- ji que las potencias europeas, y muy particu-
servacion. Si el decoro y el porvenir del II! larmente la Inglaterra, pudieran hacer de la
partido progresista os inspiran tan vivo in- li situaciou del hijo de D. Carlos. Esto ¿qué
terés , y este porvenir y decorose sacrifican I prueba? prueba lo mismo que llevamos es-
con la coalicion supuesta; ¿cómo es que no 11'1 plicado; prueba que el partidocarlistano es
reparáis en sacrificar desde luego este mis- tan despreciable como se quiere suponer.
mo decorode los progresistas, suponiéndo- I Ese movimiento instintivo con que los partí-
los capaces de un acto que apellidais indeco- JI dos. la nacion , la Europa, vuelven la vista
roso? ¿Es cuidar del decoro de una persona il hácia la situación del conde de Montemolin,
el suponerla capaz ele hacer una accion in- 1'1 tan pronto como se presenta un peligro, es
decorosa? ¡ el testimonio mas elocuente de que no se




,"",H.-¡vi


trata de un partido muerto, y que sen'! ne- r ces. Es verdad que se ha publicado una de-
cesaría no poca habilidad para hacerfrente I claracion segun la cual parece que Espar-
á laseventualidades delporvenir, Direis, que I tero se halla tan decidido á poner fin á las
sean cuales fueren, no las temeis; sea en I esperanzas de loscarlistas como en Luchana
buen hora: esto prueba que sois valientes. y Vergara: pero la dificultad está en que la
y lo sois en verdad: que bien necesitabais I suposiciou implica el mando en gefe de los
valor para lo que habeis hecho. Para llevar I ejércitos; y este es un lugar estrecho en de-
de frente la cuestion (le fueros de las pro- I masía, donde no pueden caber dos. No hay
vincias Vascongadas; y las quintas en Ca- I ningunacontradicción en que Espartero se
taluña: y el sistema tributario; y arrostrar I halle decidido á batir las huestes del conde
la ira del partido progresista; y la desespe- de Montemolin , y en que no renuncie á re-
racion del carlista; y el disgusto de la Eu- : parar en debida forma la catástrofe delllla-
ropa; y la cólera de la Inglaterra, es ncce- I1 labar, envianda á otros á tierras estrange-
sario ser valientes, muy valientes: sí, lo :1 ras para ser á su turno acusado de coalicion
sois: este título nose os puededisputar, sois 1


1


/ con los carlistas, y defenderse con protes-
HlUY valientes. Cuidado con la exageracionl tas deque, si los dejaran, tarnhienellos aca-
de esta cualidad, que entoncesel valor toma: harian con el carlismo. Por manera que este
otro nombre. negocio, tan sencillo para cada uno de los


Se ha instado á los progresistas para que contendientes, lo hacen muy complicado los
manifestasen solemnemente que desistian de dos juntos. Los hombres de la situacion es-
apelar á la fuerza, y que solo trataban de tan resueltos á combatir á los carlistas; lo
emplear medios legales: no estrañamos la creemos: los progresistas estan resueltos
instancia, porqueen efecto, en la situacion tamhien; no lo dudamos; pero ¿con qué
actual de España es de mucho interés el sa- condiciones'? I'na muy sencilla: mandando.
her la actitud que quieren tomar los progre- Todos quieren combatir; pero es con la
sistas, Porque es evidente que el peligro no condicion de mandar; y asi no combatirán
está la en.coalicion, sino en la simultaneidad [untos á los carlistas, que es precisamente
de la accton, aunque los que obren no se lo que debiera desear el conde de Monte-
bayan coligado. Poco le importarla al go- rnolin.
hierno el que sus enemigos, si apelasen á De esto se infiere que merced á las divi-
las armas, se hubiesen coligado ó no, si tu- sienes intestinas, faltaría en caso de guerra
viese que habérselas á un mismo tiempo un elemento de resistencia y de accion que
con ,unos y otros. Las probabilidades de los contribuyó no poco á los resultados de la
carlistasestán en los campos, las de los pro- guerra anterior; y si se añade que este ele-
gresistas en algunas ciudades populosas: mento de resistencia y accion podria no so-
faltando la milicia nacional, y suponiendo lo faltar, sino obrar en sentido á propó-
que los carlistas y los progresistas apelasen sito para tener ocupadas las fuerzas del go-
á las armas, cada cual por su lado, la sitúa- hierno, habremos encontrado una diferencia
cion seria crítica, y no debiera carecer de que es un dato muy importante en el pro-
valor y de mafia quienconsiguiese salir airo- hlema de España,
so de ella. Por el contrario, si los progresis- Los progresistas se quejan mucho de
tas propusiesen enmendarse, y asegurasen Gonzalez Braho porhaber desarmado la mi-
que ni en Madrid ni en ninguna capital de licia, y dicen que con semejante acto se dió
provincia intentarán un golpe, aunque no á la libertad una herida mortal. Salva la
quede dentro de los muros de las poblacio- acepcion de la palabra libertad, de la cual
nes ningun soldado; y que por el contrario para saber si ha sido herida de muerte de-
apoyaran al gobierno, todo el ejército se po- heríamos saber si alguna vez ha vivido en
liria agolpar sobre el puntoen que estallase España, preciso es confesar que no van los
la insurreccion carlista, y ahogarla de un progresistas tan descaminados; y que si es-
golpe, ó al menos impedir que progresase. tallase una insurreccion carlista, no pocos


PQr ahora no se ha visto todavía la mani- de aquellos hombres que modifican sus con-
festacion deseada, y las palabras del pru- vicciones segun lascircunstancias, nohahian
dente senador que respondió de sus inten- de ser tan favorables como fueron al golpe
ciones , mas no de las agenas , no eran muy maestro del Sr. Gonzalez Brabo. Esceptuan-
á propósito para tranquilizar á los suspica- do las plazas fuertes, los carlistas por {lOCO




- iMl -
numerosos que fuesen, penetrarían en todas 11 inmenso: semejantes empresas son superio-
partes donde nó hubiese una columna de res á las fuerzas humanas: lo que de suyo
tropa, lo cual seria una ventaja que '110 dis- I es grande, grande permanece'; si se lo quie-
frutaron jamás en la guerra anterior y que 11 re estrechar , rebosa, .
podria tener consecuencias graves, I Para estraviar á los políticos españoles ha


Naturalmente ocurre (Iue en tal caso se mediado una causa grave: el obrar (le acucr-
armaría de nuevo la milicia y que asi r¡ue- do con' un gabiuete cuyo pensamiento irres-
daba todo remediado; pero reflexionando , pensable disfruta fama de comprension vas-
un poco, se echa de ver que la cosa no I ta y pcnctracion profunda: hay ilusiones á
es hacedera tan fácilmente, y que adornas 11 que no se sobrepone fácilmente el comunde
el nuevo armamento podría acarrear resul- los homhrcs : ]locos son los que estan bien
tados desagradables. La institucion de la I persuadidos dC,' la verdad de aquel dicho:-
miliciaera por sí sola un elemento de rcvo- anda, hijo mio, y verás con cuán poca sa-
lucion ; pero este carácter lo tendría mucho hiduría se gohierna el mundo.
lIla~ armúl~dola de n~e\·o. ~I armamento se I Se cuen~a deun augusto. personaje que
haría en circunstancias críticas, en que las en la cacsuon del matrimonio de la Rema
pasiones bullen, en que elmiedoarredra á los I de España no queria permitir de ningun
unos yel peligro exalta á los otros; todas modo que renaciese el predominio de la casa
las precauciones de prudencia para casos se- de Austria, y que en tal evento se proponía
mejantes no son mas que artículos escritos I demostrar que su espada no era de madera:
en un papel. El simple decreto de armar de preciso es confesar que aun sin este peligro
nuevo la milicia nacional seria un llama- ha manifestado en este punto una osadía que
miento á la revolucion; seria una confesion contrasta notablemente con su proverbial
I,HlI~dina de que para defe~derse e~a ncc'e-I' ~imidez. ~ín en;perador roman~ pregu,ntaba
sano soltar la cadena a la fiera v dejarla que a Apolonio que es lo que hahia causado la
campease, siquiera fuese con inminente pe- I ruina de uno de sus antecesores: «sabia
ligro de los que en otro tiempo la conde- I[ templar muy bien su arpa, respondió Apo-
naron tratándola en seguida con notable du- l' lonio; pero en cosas de /.(obierno á veces
reza. ponia las cuerdas demasiado flojas, á veces


I
demasiado tirantes.»
~--<~~- I En esto, como en muchosotros casos, 110


faltará quien repita la vulgaridad de que
LA INGLATERRA YLA FRANCIA 11\ c~ando, él lo ha hecho.' 10 hahrá. pensado


I bien : SIl\ duda; v también lo hahria pensa-
E" LA !i do bien Napolcon cuando se equivocó tan


li solemnemente en los negocios de España:~i]tf2~~~l!<!)~ 'rn~íPJl~<D~j1. !i y no lo pensó poco y mal la Inglaterra que
11, con tal habilidad, energía, y resultado, se
!! aprovechó del error del capitan del siglo


1";':"'t'J eu Barcelona 0<1 '3 d" octulu-a ,h ,"46 Y pnblicadu ¡: p,ara envolv~r1e en una red de que no salió
31adricl eu '" delmismo. '1' SlllO para la ISla de Santa Helena.I ¿.Pronostieais, se nos dirá , la ruina de la


Que el matrimonio de la Reina y el de su I dinastía de Orleans, y esto por un matrimo-
augusta Hermana era un negocio muy grave, ~ nio español? N"o; ciertamente; pero lo que
nadie lo ignoraba; pero que sus resultados afirmamos sin temor de errar, es que la di-
debieron ser de tamaña trascendencia, no I nastía de julio ha entrado en una situacion
todos lo creian. Lo que antes podia ser una ! nueva, v que el anciano monarca no bajará
conjetura mas ó menos fundada , es hoy un I al sepulcro sin pagar con crueles pesadum-
hecho incontestable: los enlaces de las dos hres la satisfaccion de un momento. La po-
princesas han cambiado la situacion diplo- 1I lítica esterior ele la monarquía de julioteniamática de Europa. Esta proposicion , no se : por uno ele sus objetos principales la con-
nos escapa iJl1pensad~n1e~lte; la establece- ~ scrvac:~o.n de la paz europ~a , .cuya Farantía
mos con plena prcmedltacl,on. . ~ mas solida era la buena lllt~]¡ge~cIa \00 la
Nu~st~os, hOIll:Jres políticos han que('l(~o I Gran Bretaña: esta buena inteligencia se


reducir a dimensiones pequeñas un uegocio ha roto de una manera estrepitosa, y para




- 759 -
restablecerla se necesitan algunos años mas '1 corona., asegurará al duque de Montpensíer,
de (os que puede prometerse de vida Luis i es decir, al gabinete de las Tullertas , una
Felipe. La Francia y /a Europa saben loque :1 m!JuC'rlew preponderante en la política es-
ha d[~do de sí ?sta bU:I~a .jnteljgenc~a, (Jlle ¡II pa~ola; L~JlW (JIl~ en las eventualidades del
mas o menos .sm.ccra e Intuna , na ~Ido una l' !.JOI venir de Espalla, por mas p~IJ'(IS y des-
prenda de la paz del mundo: nadie puede JIltcresadas que se supongan las intencionr s
saber lo que su rompimiento producirá. No ! del duque de }Iontpensier y de su auguslo
nos alucinamos soñando va en sangrientas I padre y familia, algunos hombres mal inten-
batallas entre Parker y Joinville; pero esta-/ ~iunados pudiesen pensar en hacer en Espa-
mas seguros de que ha comenzado realmen- n~ otra reoolucion de julio, introduciendo
te una nueva era diplomática, y por consi- diferencias entre rama primera y rama se-
guiente política. La nueva faz de Jos nego- ¡;u~da', lo- que adcmas , y para que no I(~
cios se manifestará mas ú menos tarde, qui- 01 viden los ingleses, tiene otro ejemplo au-
zá no muy tarde; pero de cierto se maní- terior en GuillelmO de Nassau , príncipe de
testará. ' Orange , casado con la princesa María; te-


Algunos periódicos han tenido la candi- m~ que, aun cuando no se verifique ni lo
dez de pintarnos corno muy ligera la herida p,l'lillerO ni lo lercero , y que teniendo suce-
de la inteligenciacordial entre las dos nacio- SIO~l la Reina pierda la Infanta el carácter
nes , refiriendo seriamente que la' Inglater- u.e inmediatn sucesora á la corona, las rela-
ra se contentaria con la renuncia del duque crones de familia que ya eran bastante ínu-
de Montpensier á la corona de Francia: si mas, se estrechen hasta el punto de dester-
el gahinete de las Tullerías hubiese ofrecido rar del lodo la influencia inglesa, y hagan
al de San James tan ilusoria satisfaccion, dueño esclusivo del campo al gabinete de
este hubiera tenido razon para contestarle las.Tullcrías.
que.no era prudente agravar el desaire con l'odo esto teme la Inglaterra: la hisloria
un ofrecimiento que podia tomarse como Y la esperiencia son los jueces competentes
burla. La diplomacia inglesa no debe de ha- para decidir si teme ó no con razon; asi como
her perdido el sentido cornun ,Y este hasta el buen sentido del lector deberá fallar si el
para que vea que el verdadero' peligro del motivo de semejantes temores desaparece
matrimonio no se funda en remotas evcntua- 111 aun con la renuncia de los hijos de la
lidades de llegar al duque de Montpensier Infanta á sus derechos a la corona de Espa-
la corona de Francia. ña, Esto lo exige sin duda la Inglaterra;


Se ha tratado de persuadirnos que los te- pero SI logra esta concesion inmensa, lo-
mores de la Inglaterra se referian tan solo que consideramos dificil, porque seria la
á la posible union de las coronas de Francia mayor de las humillaciones para los gabi-
y España en una misma cabeza; y que con netes de Madrid y de París, todavia la In-
tal que este peligro desapareciera, el nego- g/aterra no estará satisfecha del todo. Su
cio estaba terminado. Esto, repetimos, es amor propio quedaría vengado viendo la
un error: la Inglaterra no teme esta reunion, deshonra en la frente de quien hahia que-
porque es poco menos que imposible, aten- rido humillar el orgullo inglés; pero su pre-
didas las probabilidades de la vida humana; visión iria mas allá, é indudablemente to-
y porque si llegara este caso, aun cuando maria otras medidas de precaución.
ningun tratado lo prohihiera , lo babia de ¿Por qué se indigna la Inglaterra? Se in-
impedir el evidente interés de toda la Euro- digna porque despues de haberse lisonjea-
pa, y mas que la Europa misma, lo había do con que su influencia en la Península
de,impedir la España, que aun en su des- quedaría asegurada con la conducta que ha
gracia conserva todavia hastante nacionali- seguido desde 18:33, se halla actualmente'
dad para no resignarse á ser abiertamenfe en peor situacion que en dicha época; se
una provincia francesa. indigna porque habiendo auxiliado á la cau-


¿Qué teme pues la Inglaterra? ¿Por qué sa de la Ileina durante la guerra civil , y al-
se indigna? Teme: que un hijo de Luis Fe- go mas que la Francia, las ventajas no han
lipe por un suceso desgraciado, pero muy sido para ella, sinopara la Francia; se indig-
posible , llegue á ser rey-consorte en Espa- na porque su amor propio se siente herido.
ña ; teme que, aun sin este suceso el carác- al verse precisada á contemplar su derrota,
ter de marido de la inlllediata sucesora á la y burlados todos sus cálculos de una mane-




- 760-
ra tan singular, y en presencia de la diplo-I contribuyóal triunlo definitivo de la Ingla-
macia europea que se sonrie; se indigna terra sobre el coloso que se había propues-
porqn(l sllgun aseguran sus periódicos se le to hundir para siempre la reina de los ma-
ha faltado á una palabra solemnemente em- res. Sí: los hombres de estado de Inglaterra
peñada ; se indigna porque la Francia, que se han equivocado sobre la verdadera situa-
despues de 1R30 apenas ha osado desenten- cían de España , olvidando tradiciones anti-
derse de las indicaciones de ningun gahine- '1


1
guas, y haciéndose los paladines de no sé


te poderoso, ahora no hace casode protestas ;: qué empresas propagandistas, que no po-
formales de la Gran Bretaña. y les dá por ;1 dian producir ningun resultado, ó no podían
respuesta la inmediata ejecucion del pro-¡ tener otro que matar la nacionalidad espa-
yecto contrariado; por esto se indigna la ln- ,i ñata: y de esto, si se consu ma, ¿qué deberá
glaterra , por esto se confunden en una mis- !I resultar? Algunos ingleses habrun calculado
ma idea y en un mismo sentimiento, los! que lo que debe resultar, es la sumision á la
whigs y los torys; todos se indignan de la 1: Inglaterra; cálculo especioso, pero muy erra-
humillación que acaba de sufrir su pnis, y ;1 do; lo que debería resultar por necesidad,
se preguntan avergonzados, cómo es posi- ;¡ seria la absorcion de la España por la Frau-
ble que la cuádruple alianza les hava cou- ii cia. Y al decir esto, no hablamos de la ah-
ducido hasta el punto de ver hecha 'pedazos 1I sorciou material, reuniéndose Jos dos paises
la política de Pitt, y tan !rístemente mar- ¡'I' bajo un mismo .cet~o ; .sino ¿e la absorcion
chitados los laureles de Waterloo. I moral, que pn vana a la España de unas


«Mucho sentimos, esclamacon una indig- l' ideas propias, de unas costumbres propias,
nacion mal comprimida el órgano del ga- li de una legislación propia, de una cultura
binete inglés; mucho sentirnos que la nacion ¡ propia, y en íin, de una política propia é
inglesa haya perdido su confianza en la di- I independiente.
nasua de julio de 1830. ¿Cómo podría la! ,La Inglaterra, que' viócon placer la caída
Inglaterra en lo sucesivo dar crédito á las 1, de la restauración en Francia , se fió de-
promesas de una corte que por motivos de il masiado del nuevo orden de cosas, y ha
egoísmo ha olvidado tan pronto lo pasado'? !I tardadodiez y seis HilOS en hacer un descu-
Si la necesidad realmente nos obligara á I brimiento , que sin embargo no era tau
buscar un aliado íicl ,no seria por cierto el I difícil, si se hubiese recordado la historia
gabinete de las Tullerías donde la Inglater- de las naciones y de las familias; pero su
ra iria á encontrarlo. Un interés pasajero engaño ha sido mayor, liándose de ese nue-
bastaría entonces comoahora, para que 01- vo órden en lo tocante á la política españo-
vidase todas sus promesas,y faltase a todas la. La Inglaterra debia conocer, que la
las consideraciones debidas entre dos po- ruina de la dinastía de Luis XIV, no equi-
tencias amigas. Demos gracias á Dios por valía á la muerte de la política de Luis XiV.
haber hecho este descubrimiento en una Napoleon no la había abandonado; y no
ocasion en que la seguridad de la Inglater- era de creer que la abandonaseLuis Felipe.
ra está muy lejos de peligrar.» (Morning- Es muy seductor para un monarca francés
Chronicledel 8 setiembre.] el tener subordinada á sus miras una na-


La Inglaterra no echará en 01 vida este cion como la española: nuestra posicion to-
descubrimiento, y no dejará sin venganza pográlica, nuestras posiciones en el Medi-
tamaña humillacion; ¿pero quién tiene la terráneo y en la costa de Africa , y nuestros
culpa sino la Inglaterra misma de este mal recursos, todavía muy abundantes á pesar
paso en que se halla, y que podria costarle de nuestro abatimiento, nos indican corno
no pequeños sacriJicios?, La I,llg1aterra que I u~ aliado podcl;oso,. Ó un enemigo muy te-
debla conocer un poco a la España , pues mihle para la Ji rancia , en caso de un con-
que sus soldadospelearon durante seis'años I flicto europeo. La lengua francesa se vá
en España contra la Francia; la Inglaterra generalizandoen España; la literaturafran-
repetimos, debia conocer cuáles eran los I cesa nos inunda; las modas francesas desíi-
verdaderos elementos de fuerza de nuestra guran nuestros trajes; las costumbres fran-
nacionalidad , y meditarlo mucho antes de I cesas alteran nuestrascostumbres nacionales:
co.ntnbull· ~an poderosamente á debilitar esa , yen ese terreno del influjo social, jamás la
mls.ma naclO~ahdad, en la cual se estrelló el ¡Inglaterra podrá competir con la Francia.
capitán del siglo; esa nacionalidad que tanto , Pocos en España entienden el inglés; son




- 764 -
menos los que le hablan; la literatura, la España, se habia idoempeñando desdet 81M
religion , las costumbres inglesas son cosas hasta el punto de ligar su causa con la de la
desconocidas á la inmensa mavoría del revolucion en su sentido mas lato, sufriendo
pueblo español; ¿cómo será posible á la luego un desengaño cruel en '18,\'3 al ver
Inglaterra el competir con la Francia en in- que se disipaba como el humo un edilicio
flujo social? Su ambicion debe limitarse il que creyera muy sólido. Desde entonces ha
la influencia puramente política ó mas bien procedido con mas circunspeccion; pero la
diplomática, esto es, á la influencia. no de Francia le había tomado ya la delantera; el
sociedad sobre sociedad, sino de gohierno desenlace del drama no podia ser mas de-
sobre gobierno; yen este terreno seria siern- sastroso para la política inglesa: el casa-
pre batida por la Francia si el gobiernoespa- miento de la inmediata sucesora á la corona
ñol no fuese el representante de una nació- de España con un hijo de Luis Felipe, se
nalidad española, propiamente española, ha hecho sin el consentimiento de la Ingla-
si no fuese mas que pobre imitador de la ad- terra y á pesar de todas sus gestiones y pro-
ministracion francesa. testas.


La Inglaterra se encuentra cogida en sus '1 Los reveses, sobre todo si son humillan-
propios lazos: ya sabemos que es bastante tes, hacen meditar sobre la conducta pasada;
poderosa para romperlos de un golpe; pero y el lenguaje de los periódicos ingleses des-
mejor hubiera sido no tener que apelar á de el último desastre parece ser el de hom-
esfuerzos que nunca se hacen sin perjuicio bres que se hallan burlados y que se arre-
y sin riesgo. La revolucion de 1830 alteró I pienten de 10 que han hecho. Seria fácil
profundamente la situacion política y diPIO-1 formar una coleccion sumamente curiosa y
máticade Europa ; pero no tanto que la pa- I significativa de las graves indicaciones que
labra equilibrio europeo debiera ser en ade- 1I se han permitido los periódicos ingleses mas
lante una palabra sin sentido. En Inglaterra 11 autorizados; siendo de notar que no son ya
S(~ creyó que la cuádruple alianza podia " como en otras epocas losórganos de una pro-
contribuir á este equilibrio, cimentándolo i: paganda revolucionaria, sino que solo ha-
sobre bases nuevas; olvidando lastimosa- !: blan de los antiguos tratados, del equilibrio
mente que la política de las naciones debe ~ europeo y de la necesidad de que la Penín-
estar acorde con el estado intelectual, moral 1, sula conserve su nacionalidad para atajar
y material de los pueblos; y que los de Es- ii los progresos de la influencia francesa. ¿Se
paña y Portugal no se hallaban en la dispo- 11' habrán renovado las tradiciones de Pitt? ¿Se
sicioncorrespondiente para que se realizara. habrá recordado la importancia que daba
en ellos lo que deseaban los diplomáticos de 11 este grande hombre á la nacionalidad espa-
las conferencias de Londres. Todolo que sea '¡JI üola para libertar á la Europa'? ¿Se habrá
debilitar la genuina nacionalidadde los pue- notado que la política de lord Palmerston en
blos de la Península, debe., refluir tarde ó I1 presencia de Luis Felipe se habia desviado
temprano en provecho del ascendiente fran-I mucho de la que observó el gran ministro
cés: si Talleirand al promover la cuádruple I para hacer frente á Napoleon? Las circuns-
alianza previó este resultado, previóperfec- ,; tancias eran diferentes, es cierto; pero ¿na-
tamente. !! da babia en los actos de Pitt que pudiese


Al acometer la Inglaterra sus empresas li ilustrar á lord Palmerston? La política de la
caballerescas en favor de la propaganda li- 1I guerra, ¿no contenia ninguna leccion para
heral y consignando su resolución en trata- ¡! la política de la paz?
dos solemnes, se dejó tal vez alucinar por i] Como quiera, hé aquí una anécdota que
los recuerdos de la época de Canning y las 1I espresa fielmente el pensamiento político de
contrariedades del congresode Verona; pero '11 Pitt y que luego justificaron los sucesos de
no debla olvidar un hecho sumamente sig- 11 una manera tan satisfactoria. Era en el oto-
niíicativo, cual es .el que ~ern~ndo VII por ] ño de 1805 Yda.b3: Pitt u~a comida de ~am·
apoyarse en la antigua nacionalidad españo- i, po, a la que asistian varios de sus amigos.
la, fue bastante fuerte para emanciparse de ti Llególe entretanto un pliego en que se le
ese mismo gabinete de las Tullerías , cuyos 1I anunciaba la rendicion de Mack en Ulma
soldados le acababan de libertar. I con cuarenta mil homhres v la marcha de


Merced á ese falso punto de vista, bajo el 1I Napoleón sobre Viena. Comunicó la funesta
cual la Inglaterra ha mirado los asuntos de ' noucia a sus anugos, fllllenes al oirla es-
~lii




- 76~ -


~urito 4W: Barcelona M '9 de octubre d. 184 '! publleede en
Madrid en + de noviembre.


elamaren:- «, j Todo está perdido; ya no
hay remedio contra Napoleon!. .... Todavía
hay remedio, replicó Pitt, todavía hav ra-
medio, si consigo levantar una guerra na-
cional en Europa, y esta guerra ha de co-
menzar en Españal..... Sí, señores, añadió
despues, la España será el primer puehlo
donde se encenderá esa guerra patriótica,
la solaque puede libertar á la Europa.»


Pitt ¿habria dado su aprobacion á la polí-
tica de lord Palmerston v lord Aberdeen en
la cuestion española, no obstante la circuns-
tancia del cambio de dinastía causado por
la revolucion de julio? La ruina de la res-
tauracion yel triunfo definitivo de la revo-
lucion francesa, ¿no era mas bien una ra-
zon poderosa para que la Inglaterra desease
que la España fuese muy monárquica v por
consiguiente muy contraria de las innova-
ciones revolucionarias?


ESPA~OLA.
y LA


INTERVENCION


nes á la luz del día, antes se vé precisado á
salvar el pais por medios semejantes á los
que emplean los conspiradores, hay serios
motivos para que se alarmen los ilOmbres
sinceramente monárquicos.


En general, hay poca severidad en plinto
á manitiestos reales: en lo cual se comete
un error que cuesta muy caro á los tronos.
Cuando se cambia de política segun lascir-
cunstancias del momento, v se llama hoy
hueno, lo que ayer se apellidaba malo;
cuando se nota que á cada motin sigue una
nueva voluntad real, sancionada si es me-
nester con un juramento, y luego se muda
la primera y se quebranta el segundo, solo
porque se tienen fuerzas materiales que an-
tes no se tenian, los pueblos van perdiendo
la feen la régia palabra, y los mal avenidos
con el órden público tienen siempre la espe-
ranza de lograr su objeto, con tal que con-
sigan amedrentar al monarca con un simula-
cro de revolucion. Lapenínsula en los últi-
mos años ha ofrecido repetidos ejemplos de
tristes peripecias, siendo innumerables los
manifiestos que en Españay Portugal se han
publicado, llevando á su pie firmas augus-
tas. Se dirá que aquello recae sobre los mi-
nistros responsables; pero entonces. ¿por
qué los firma la real persona? ¿Acaso la teo-
ría constitucional se ha de exagerar hasta
tal punto que los pueblos hayan de suponer
á los reyes sin entendimiento, sin voluntad,


Al estallar la revolucion de Portugal en y suscribiendo el papel que se les pone de-
el mes de abril, llamamos la atencion de Iaute, sin saber lo que se hacen, ó sin cui-
nuestros lectores sobre la desastrosa sitúa- darse de averiguarlo? ¡Ay de la monarquía!
cion de aquel infortunado pais. Entonces si esta conviccion adquiriesen los pueblos;
indicamos que no abrigábamos ningunaes- el sentimiento monárquico se convertiria
peranza de que se remediaran las calamída- bien pronto en un sentimiento de desprecio
des del vecino reino, fundándonos en lo que y ludibrio.
de sí arrojaba la historia y la esperiencia, y Ademas de lo que padece en semejantes
el infausto conjunto de circunstancias que vicisitudes la veneracion á las reales perso-
habian creado un laberinto sin salida.AIgu- nas, hay otra circunstancia que contribuye
nos meses han trascurrido y el horizonte de poderosamente á disminuir el crédito de la
Portugal, lejos de despejarse, se encapota institucion misma. Es evidente que los gran-
masy mas: en la nueva tormenta provoca- des sacrificios que los pueblos sufren para
da por la reaccíon de Lisboa, el trono mis- el sostenimiento del esplendor monárquico,
mo está corriendo un peligro de mucha gra- deben serles compensados con un resultado
vedad; y aun cuando triunfe, no puede li- positivo: la estabilidad; perosi á los dispen-
sonjearse de quedarconfuerza bastantepara dios de un trono esplendoroso se unen los
dominar una situacion tan enmarañada. Su- trastornos de todos los años , y lasdilapida-
cesoscomo los de Lisboa, sonsiempre tris- ciones consiguientes, entonces se pregun-
tes, porque establecen antecedentes que I t.an naturalmente los pueblos, qué es loque
luego pueden otros imitaren diferente ¡ganan sufriendo á un tiempo los males de la
sentido: cuando se llega al estremo de . monarquía y de la democracia, ó de la olí-
que el poder régio no ejerce sus funcio- I garquía, sin disfrutar ninguno de sus bene-




- 76:l-
"ficios. Esto mina lentamente , pero minacon ¡'i adopta otro sistema: á los reyes caídos no


profundidad; ¿y quién ~s capaz ,d,e .dec,ir i se los mata.,. se les dá pasaporte. El ejem-
hasta dónde se puede mmar el edilicio sin I! plo ya lo dIO la Inglaterra con los Estuar-
peligro de su ruina? 11 dos; por de pronto no lo imitó la Francia;


¿Temeis la república? nos dirán sonrién- 11 pero lo adoptó despues la Suecia, y se con-
dose los que viven tranquilos sobre los ter- ,1 formó con esta práctica la revolucion de
renos volcanizados: no por cierto; no terne- 1


I
julio. Posteriormente hemos visto á Don


mos todavía la república, porque todavía Pedro, despucs de haber cedido á su hijo
conservamos el sentido comun; pero teme- J el trono del Brasil , espulsar á DonMiguel;
mos otras cosas que encuentran los pueblos ;1 y ahora ya se habla seriamente de que Doña
en su camino mucho antes de llegar á la re- ii María de la Gloria abdique en favor de su
pública. ¿.Quereis saber qué cosas son estas? ,: hijo Don Pedro V, niño de diez años. En
hélas aquí. Las revoluciones antes de des- 1I


I
cuanto á la España todos sabíamos que el


truir los tronos, cambian las instituciones I conde de Montemolin se aprestaba para en-
que rodean al trono; si entonces la menar- 1I ccnder la guerra dinástica; pero el llera Ido
quía no llena tampoco su ohjeto , se culpa á . en su número del 2,f, de este mes, nos ha
las personas, y se cambia de dinastía; y si I1 dicho que no faltaba quien había pensado
ni aun asi se logra lo que se deseaba, el '1 en una cosa todavia mas dura que la ab-
trono es arrumbado como mueble inútil, ó I! dicacion de Doña María, nada menos que
hecho. astillas como dañoso. 11 una revolución de julio en favor del infante


Difícil es conjeturar cu~l será el desenlace ii D.En!'iqu,e. He aqu~,las palabras.del I!eral-
de los actuales sucesos ac Portugal; pero ¡i do. «:'0 diremos quienes calumnian a este
aun en el caso mas favorable á .Doña 111arÚ! il príncipe, si los que sonaban con su coopera-
de la Gloria, siempre será un suceso formi- JI cien y su nombre para realizar en Españauna
dable para esta princesa, el que haya bulli-I recoluciot« de jul-io, y el Espectador debe sa-
do en algunas cabezas la idea de su destitu- bet que estepensamiento seagitaba en algu-
cion, que si se quiere llamaremos abdieacion. 1I nas cabezas ardientes de su partido... »Pres-
Hay cosascuya dilicultadestá en concebirlas l' cindiendo de la mayor ó menor exactitud de
comoposibles siquiera, y en proponerlaspor las noticiasdel Heraldo, ello es que la idea
la primera vez: lo demas es obra del tiempo I se ha concebido , é se ha creído en su con-
y de las circunstancias. Al comenzar las re-


I
cepcion; y lo repetimos, hay ideas cuya


voluciones, los sucesos se desenvuelven con sola concepción es ya de suyo una inmensa
alguna indecision, porque saliendo los pue- I calamidad.
blosde un estado de sumision y de legalidad, il En paises agitados por la revolucion es
H? conciben ni la posibilidad de cier,tas me- 1I muy p~ligroso el que lleguen á circular
didas ; pero tan pronto como arreciando la 11' pensamientos de tal naturaleza: el ardor
tempestad, se presentan hombres mas osa- I de las pasiones hace fermentar todo lo ma-
dos, S sueltan la palabra fatal, todas las li lo , y mucho mas si conduce por un cami-
barreras vienen al suelo, y no hay diques l· no mas corto al fin que desean los perturba-
bastantes para contener la oleada popular_1 dores, y les dá mayores garantías de dura-
Cuando principió la revolucion inglesa, na- cien en el mando, Las revoluciones acep-
die pensaba que el inlortumdo Carlos hubie- 11 tan á fas personas reales como instrumen-
se de morir en un cadalso; y la asamblea ,1 tos revolucionarios; desde el momento en
constituyente, en su vértigo demagógico, If que se convencen plenamente de que el ins-
nopre,veia tampocolaeatás,trofc de Lu!s XVI. 1'1 trumento~no sirve ú obsta, le hacen, peda-
La misma revolucion de Julio, considerada i zas. En España hemos palpado un ejemplo
en globo, y prescindiendo de manejos par- 1\ de esta verdad. Cuando despues de la
ticulares de estas ó aquellas personas, no 1\ muerte de Fernando, la Reina Madre se
se proponiapor objetodeterminado el cambio. prestó á seguir la corriente de las innovacio-
de dinastía, pero las cosas se empeñaron de- I nes , la revolucion aceptó con mucho gusto
masiado , el pensamiento se desenvolvió, y ¡i un apoyo tan poderoso: adelantando el tiem-
cayeron al suelo tres .lJeneraciones dereyes. 11 po se fue perdiendo la confianza recíproca,


La suavida~ de eontumbres s: va mani- I h~sta 9,ue al fin ~n vez de cambios de ~i­
festando tamhien en las revoluciones: años i\ mstenos v de sistemas, como en -t Silo y
atrás los reyes eran decapitados: ahora se !t 4836 , se"exigió una mudanza de regencia;




- 711~-
y Doña María Cristina f>ll embarcó para
Francia. Verdad es que mas Ó menos embo-
zadamente, se alegaban razones distintas
de la política, que el tiempo ha manifestado
no ser infundadas; pero Iarnhien es verdad
que elfundamentodeestasrazonesera elmis-
mo desde 18:34, y sin embargonadie quiso
reparar en ello hasta '18.\.0. Esto prueba que
con los escrúpulos de legalidad se combina-
han miras políticas, yque a estas se debió
principalmente el estrepitoso rompimiento.
. P~ro volvamos á Portugal. Las aparien-


cias indicanque la últimareaccion de Lisbea
es obra de influencias contrarias a la In-
iólaterra , siendo quizáseste uno de los pa-
sos que se habían de dar para la liga conti-
nental de que nos hablaba no ha mucho
un periódico de la situaciou. Esto, si fuese
verdad, induciria á creer que la revolucion
de Oporto y Coimbra , podrá contar con el
apoyode la Gran Bretaña; en cuyo caso po-
cas esperanzas debiera tener Doña María de
la Gloria de que su triunfo, si es que pueda
alcanzarlo, fuese muy duradero. Es preci-
so no hacerse ilusiones: en tal estado se
halla Portugal, que es inútil pensar en que
pueda conservarse un órden de cosas que
la Inglaterra se empeñase en derribar; v
me!10s que nadie podria lisonjearse con se:
mejantes esperanzas, esa débil obra de don
Pedro, planteada á duras penas, sin embar-
go de contar con el auxilio de la Francia,
Inglaterra .y España , y que tan azarosaexis-
tencia ha ido llevando desde-su fundacíon.
A los setembristas y miguelistas y á la In-
glaterra no les resiste el gobierno de Lis-
boa, siquiera tenga á su frente á Costa Ca-
hral y Saldaña , y esté apoyado por la Es-
paña y la Francia.


Es probable, y asi ló indican las gestio-
nes del gabinete de Lisboa. que los parti-
darios de la última reacción cuentan con
las simpatías de los gobiernos de Madrid y
París: ¿en qué se convertirán estas simpa-
tías? Nosotros creemos que ó no pasarán de
puras simpatías, ó si se espresan con he-
chos mas significativos, podrian muy bien
acarrear una catástrofe en Portugal y en
otras partes. Examinemos este punto, que
bien lo merece por su gravedad.


Es indudable que si el gobierno español
quiere, pone en un conflicto á los revolu-
narios portugueses en menos de ocho dias.
Las tropasacantonadas en la raya, penetran-
do en el vecino vecino, se apoderanan de las


poblaciones mas importantes y darían Jugar
á que se desenvolviesen todos los elemen-
tos favorables al sistema de Costa Cabra!.
Todas esas juntas que hacen largas procla-
mas y que desafiarán '. si es menester, al
orbe entero, no resistirían á unejército bien
organizado que fuese dirigido con mediana
inteligencia, y es probahle que los fragmen-
tos del ejército portugués disuelto por la
revolucion, se apresurarían á reunirse para
formar un núcleo respetable. Todo esto es
evidente; y si en el problema no entrasen
mas datos, el gobierno español se podria reir
muy bien de las baladronadas de las jun-
tas y de los administradores de los concejos.


Desgraciadamente el problema no es tan
sencillo. y es preciso contar con que el
ejército español podría muy bien hallarse
contrariado por la Inglaterra, que probable-
mente está ya preparada á todo evento; y
si no lo estuviese, no necesita quince dias
para trocar en crueles amarguras los goces
de nuestro gobierno en los primeros mo-
mentos de la campaña.-EI ejército español
seguiría su camino no obstante toda la opo-
sicion de de Inglaterra.-Esta respuesta no
sentaria mal en boca de una junta; pero un
gobierno, sin dejar de ser firme y enérgico,
debe guardarse de ser baladron. Pues bien;
nosotros preguntamos. no á los hombres de
estado, no á los políticos inteligentes, sino
al mero sentido comun: '¡,qué sucedería si
las escuadras de la Inglaterra se presentasen
en las aguas de los puntos mas importantes
de Portugal, apoyando decididamente á la
revolucion , so pretesto de defender la inde-
pendencia del país contra la invasion es-
trangera? ¿Qué sucederia si la Inglaterra
desembarcase algunas tropas en Oporto ú
otro punto cualquiera de Portugal, para que
sirviesen de núcleo á las fuerzas setembris-
tas y miguelistas que se organizasen para re-
sistir á los españoles? ¿Qué sucederia si la
Inglaterra nose contentasecon operar sobre
las costas portuguesas é hiciese tentativas
sobre las españolas en .el }Iediterráneo y en
el Océano?


Dejemos aparte esas Antillas, joya precio-
sa por cuya suerte temblamos desde el ma-
trimonio Montpensier; dejemos aparte las
dernas colonias, todas importantes, y que
con harta dificultad resistirian á un golpe de
manode la Inglaterra; ¿quécampo no se le
ofrece á la venganza hritánica en la Penín-
sula é islasadyacentes'?




- 765-
¿Sera necesario entrar en pormenores? 1110 nosotros; desearíamos que lo dijesen los


He aquí algunos de ellos, aun sin contar I generales que han Inandado en gefe, Ó co-
can que la Inglaterra quiera comprometerse 11 mo subaltern?s,.en ~ragon, Cataluña, Na-
en unaguerra forma!, y que prefiera el me- 1 varra y .P:-OVIllC13S Yascongadas durante la,
dio de ser vengada por españoles. Una es- I! guerra CIVIl.
cuadra inglesa recorriendo los puertos de ] Es verdad que en estoscálculos nohemos
España, provocando abiertamente pronun- 1: contado con el apoyo de la Francia, lo que
ciamientos progresistas y ofreciéndoles ar- 111 es un dato de no escasa consideracion. Va-
mas, dinero y demas auxilios, por desven-I mas, pues, á hacernos cargo de él; Y cree-
turada que fuese en sus tentativas, bien 10- I mas poder demostrarque el gobierno proce-
graria plantear cuando menos media docena 11 deria con discrecion , si antes de arrojarse
de juntas con su consiguiente manifiesto, l' á empresa tan atrevida , contaseúnicamente
su p!,ogr?ma.' su Hama~liento á I~s armas, !I con sus propios recursos. L~ Francia tend~'ia
sus iluminaciones , su himno de Riego y to- I1 dos medios de apoyaral gobierno de Madrid:
do lo ~emas á la usanza de !a tierra. Esto ii r?mper decididamente con la Ing~aterra,' ha-
por SI solo, y aunque mtnnsecamenle no Ji ciando causa suya la causa española, o au-
fuera de mucha importancia, lo seria por li xiliar á la Reina de España, contra las ten-
la situación del pais y por el apoyo de una !: tatiras de los carlistas y de los revoluciona-
nacion poderosa; sin duda obligaria al go- ¡¡ rios , orillando un rompimiento abierto.
bierno de Madrid á enviar estraordinarios '! Desde luego salta á los ojos, que en la
para que el ejército español dejase en paz i¡ situacion en que se hallael gobierno deLuis
al conde Das Antas y viniese á oponerse á 1


1


' Felipe, este monarca lo pensaria mucho an-
los amigos de Espartero. Esto ya seria un ti tes de resolverse á arrostrar una guerra,
apuro mas qne mediano, y bastaría por sí 11cuyas consecuencias no se pueden prever.
solo rara acibarar los primeros resultados 1: ~o olvidemos que la c~rte. de las Tullertas
de la mtervcneion en Por~ugaI., I! tiene delante de ~í lo siguiente:-Ar.geI.-


Pero lo peor del negocio esta en que con 1. Un pretendiente a la frontera.-La frialdad,
semejantes medidas la Inglaterra no habria l' cuandono la mala voluntad, de las poten-
echado mano todavia de la mas poderosa y : cias del Norte.v-Los poderosos elementos
terrible y fácil de sus venganzas. Si Cabré- I con que la revolucion cuenta en Francia.-
1'3 , Elio, Zaratiegui y otros gefes carlistas ITIna regencia inminente.-Es muyprobable,
han de abordar á las playasespañolas en al- I es mas que probable, es cierto, que Luis
gun barco contrabandista conescasos recur- I Felipeprocuraría evitar una guerra por to-
sas pecuniarios, sin mas fuerzas que su ar- li' dos los medios imaginables, y que se resig-
rojo personal, sin mas esperanza que las ] naria á los mayores sacrificios antes de aven-
simpatías del país donde pelearon en la otra Iturarse á un trance tan estremo.
guerra, es muypeligroso que caigan á ma- El auxiliar á la Reina de España , sin
nos de algun destacamento de tropas ó guar- 1 romper abiertamente con la Inglaterra, po-
dia civil y que la noticia de su desembarco 1I dria hacerse de dos modos: indirectamente.
llegue el mismo dia que fa de su fusilamien- 11 proporcionando armas, dinero, cerrando
too Si esto no sucede, se verán precisados 1 las fronteras y empleando otros medios se-
á andar errantes por el paisdurante largos I mejantes; ó directamente, enviando sus
meses, esperando que los pronunciamientos ejércitosy escuadras. Los medios indirectos
progre~i~tas' ú otras. circunstancias mejoren l· serian insuficientes para hacer fre~te á ta-
su posiciou y les dejen tiempo y lugar para maña borrasca, levantada y sostenida por la
organizar sus fuerzas y comenzar operacio- I Inglaterra; y los directos , no podrian em-
nes. Pero supongamos que la Inglaterra de- plearse sin provocar desde luego nn rompi-
seando vengarse del chasco del matrimonio, miento. Suponed que nna escuadra inglesa
agravado por la intervencion en Portugal, protege nn desembarco en las costas de Va-
ofrece al conde de Montemolin armas y di- lencia ó de Guipúzcoa: ¿qué hace la escua-
nero en abundanciay sus buques de guerra dra francesa? Sino trata de impedirlo, ¿de
para conducir gente y pertrechos y ahuyen- qué sirve? Y si quiere impedirlo, ¿cómo
tal' de paso algunos harcas españoles que evitar un choque con la escuadra inglesa?
pudieran hallarse en las costas; ¿qué suce- La entrada de un ejército francés no da-
deria? Loque sucederia no queremos decir- ria lugar á un conflicto material inm8dulto




- 765 -
con las fuerzas de la Inglaterra ; p~ro. falta \1 ruina de un trono, Y,licnt¡¡rS~ luego c~ él
saber bajo qué punto de vista muanaa la i para gobernar tranquile " maniobrandodies-
interveucion las potencias del Norte, Si es~ !: tramente entre las ambiciones de una doce-
tas protestasen, ó hiciesen siquie~'a un,ama- 11 na de ahogados, no entusiasma _tanto a un
go de armamento , ¿~e aventuraria LUIS Fe- 11p~eblo generoso, como las hazan,as de un
lipe á la.s consecuencias de una guerra eu- i[ heroe , q~~ surg~ de. entre la multt~ud como
ropea? Es muy probable que no. u una apanclOn nustenosa , que domina -la re-


Quizás no han faltado aduladores que ha-II v?luclOn desenfr~nada, y con cien batallas
yan hecho ~re.er al gabinete de .las Tullerías gigantescas ~ulmlla a Jos ~ona~cas mas po-
en la popularidad del matrunoruo del duque l' derosos., y sojuzgael continente.de Montpensier ; y que f':n aquel caso tr~t~- 11 Bastante sangre ..francesa,se derramaen
sen tambien de persuadirte que produciría ¡Argel; hastantes,hIJOS de la Francia perecen
un efecto maravilloso la entrada del mando li en aquel clima funesto: por un capricho de
de la infanta á la cabeza de los batallones :! la corte no se ha de verter mas sangre fran-
franceses. Si los príncipes no hubiesen in- ¡: ce~a; qu~ Sl se verti~ra, no ~eria ~3 ,C?l'le
for.mado. mejor á su augusto padre por lo que I'i (!u:en saliese ~anancIOsa. L~ Francia , SI la
han podido no~ar con sus propios ojos, el '1 agitan las p,aslOnes revnlucionarias , puede
desengaño sena cruel: ¡ay de los franceses, hacer un esfuerzo colosal: y hacer temblar
si tuviesen que luchar con un levantamiento !¡ a los gobiernos del contincntc : pero esas
del paisl jay de los franceses si penetrasen '1 pasione~ ,nolas, desencadenara Luis Fe}ipc,
en el corazon de ese pais donde hay pocos porque nien sane que con,sunlll'an a la dinas-
hombres de cincuenta años , que no se ha- t18 de Orleans , como el luego consume un
van batido con franceses en la guerra de la I puñado de estopa, .
Independencia; donde hay pocas íamilias ] !nliérese de todo esto que el gobierno es-
que no teng;¡n que llorar algun desastre, la 1) pañol hará muy prudentemente en no .cou-
casa incendiada, ó alguno de sus individuos 11tal' demasiado con el apoyo de! golJlol'lio
muerto glorios<1mente en defensa de la indo- .J francés: recuerde que un millón de simpa-
pendencia de la patria; donde son muchas 1I tías no hacen frente al mas pequeño apuro,
las fam!lias que cuentan alguno de sus hijos 1/ y que yooria muy hien suceder que, s~­
conducidos de calabozo en calahozo como i! gUleIJOO la costumbre de los poderosos, qui-
viles asesinos en esa Francia donde busca- i siese la Francia hacer lo del refrán: sacar
ron un asilo, y bajo ese mismo gobierne de I las castañas del fuego por mano agena; y
julio, á cuyas huestes podríanesperar en los I luego si la tentativa sale mal, limitarse á
desfiladeros y gargantas! 11 condolidos pésames, y á fiestas para ilustres


Pero es inútil cansarse en hacer observa- I1 emigrados en los salones de París.
cienes: la Francia no ignora el terrible qué ¡! Pero, ¡,á qué detenernos en conjeturas,
'importa! de los cspañoles , y que una vez 1I cuando lo pres.e.nte nos está dandoclara idea
empeñados en la refriega, no retroceden [¡ del porvenir? Bómpese la cordial inteligen-
por nada. El gobieruo francés lo pensarla t: cía, yal instante las escuadras de la Gran
una y mil veces antes de empeñarse en tan 1I Bretaña pasean su orgulloso pabellon por el
errado camino; y la opinion pública de aquel ! Océano y el Mediterráneo: Cádiz , Málaga,
país sena un obstáculo poderoso para la eje- 11 Cartagena, Valencia, Barcelona, todos los
cucion de semejantes proyectos. Ardieron, '1 puertos mas importantes han visto en sus
es verdad, ,nuestras aldeas, nuestras villas, 11 aguas el pabellón inglés; ¿dónde está el
nuestras Ciudades populosas; regáronse ¡II francés? Llega la escuadra inglesa á Cádiz:
nuestros campos con torrentes de sangre es- 1, y los periódicos de la situaciou anuncian al
pañola : pero ah! que la Francia pagó muy 11 mismo tiempo, que irá tambien á Cádiz el
c~ros sus esfuerzos illlpote~te~ y sus esté- 1I p.ríncip~ deJoinville; los buques de la ma-
.riles venganzas; ah! que infinitas madres ii fina británica recorren los puertos del Me-
francesas buscaron á sus hijos entre los res- ji diterráneo ; v los mismos periódicos asegu-
tos de los ejércitos que volvian de España,,! ran que pronto se dejará ver en aquellas
y sushijos no estaban!... 1: aguas la escuadra de Joinville. El mismo al-


El Napoleón de la paz no tiene sobre la :1 miraute inglés parece creerlo, y apostado
Francia el mágico ascendiente que el Na- 11 en las aguas de Gihraltar, pregunta por la
poleon de la guerra: haber, presenciado la ~ escuadra francesa. Tranquilícese el almiran-




Madrid ti de noviembre de 1S~().


LA INGLATERRA


en la cuestion espaiiola.


-- 76í -
te: la escuadra francesa, en re:/: de hacer ~ bie~ les aconsejariames la risa que la indig-
rumbo hácía Cádiz se ha metido en Tolon, 11 nacton.
y el príncipe de Joinville se ha ido á París .. 'jl Tampoco alcanzamos á comprender que
• este empeño de alucinar al lector. pueda
--+~.,.,.M"_,,*<1j}0<-_~'---- producir otro resultado que el de salir un


poco menos malde los apuros del momento,
cosa en verdad no despreciable, cuando se
vive ~ara el dia; pero atendiendo al desen-
lace Iinal , ¿de qué sirve adormecer á los
demas , y adormecerse á sí propio, con
esperanzas que el tiempo podriadisipar? Y
decimos adormecerse á sí propio, porque
opinamos que es esto mas comun de lo que
generalmente se cree; á fuerza de repetir
una cosa, y de buscar razones para apoyar-
la, y de mirar todos los hechos, solo bajo
el aspecto que conduce al fin que se desea.
se llega á formar cierta ilusión que puede
ocupar el lugar de una conviccion verda-
dera. Todos lospartidos, aun en las situa-
ciones mas apuradas, se hacen ilusiones.
que para los hombres imparciales son hasta
ridículas, y que para los interesados sonuna
cosa muy seria. Se las hicieron en la guer-
ra de la independencia los afrancesados; se
las hicieron los realistasantes de publicarse
la Constitucion en 1820; se las hicieron los
liberales, hasta en la agonía del sistema
en '1823; se las han hecho posteriormente
todos tos partidos dueños del poder hasta la
última catástrofe de Espartero en ,1843. En
lasaltas regiones políticas se vive con mas
imprevisiou , con menos plan, de lo que
creen los que no se han acercado jamás á
ellas; entre conciertos, felicitaciones, lison-
jas, opulencias, esplendor, ¿ quién se per-
suade de que puedan estar cerea grandes-
infortunios?


Lo que en la actualidad ocupaparticular-
mente á la prensa respecto á la cuestion
diplomática, sonlas noticias y conjeturasso-
bre la actitud que han tomaJo ó tomarán
las potencias del Norte. ¿Apoyarán á la In-
glaterra contra la Francia? ¿Apoyarán á la
Francia contra la Inglaterra? ¿Se manten-
drán indiferentes?


Para decir que las potencias del Norte
apoyarán á la Franciade julio, en una cues-
tion que asegurala preponderancia de esta
en España, y que puede colocar á uno de
los príncipes de la dinastía de Orleans en
el trono de Felipe V, es preciso tener to-
da la serenidad de que se hace alarde con
harta frecuencia en las discusiones pohti-


I caso Las. potencias del Congreso de Vie-


La nueva situacion diplomática que han
producido en Europa los enlaces de la Rei-
na y de su augusta hermana, sigue llaman- ,
do vivamente la atencion de la prensa es- I
paüola ; y no puede suceder de otro modo
supuesto que este es tambien uno de los
objetos preferentes de la-prensa europea.
Era natural que los partidos procurasen pre-
sentar los objetos bajo el aspecto que les
fuera mas conveniente; por desgracia vivi-
mos en una época en que las ideas y los
hechos se aprecian, no por su verdad, si-
no por su utilidad; y por consiguiente no
debecausarnos estrañeza el que se trate de
sacar de todo el mayor provecho posible:
pero hablando ingénuamente, diremos que
este sistema se exagera á veces hasta tal
punto, que produce un efecto totalmente
contrario al que se proponen los que lo I
emplean. ¿Qué no hemos leido en los dos:
últimos meses, sobre la Inglaterra y las po- I
tenciasdel Norte, respecto al enlace del du-
que de Montpensier? ¿No hemos tenido que
oir una y mil veces, que la herida de. la in-
teligencia cordial era muy ligera, que las
potencias del Norte veian sin disgusto el ma-
trimonio francés, y hasta que el gobierno
de julio tendriaen sufavor contra la Inglater- :
ra al gabinete de Berlin , á Metternich, y al I
mismo emperador Nicolás'! ¿No hemos oido I
afirmar con una serenidad admirable, que el
reconocimiento de las potencias del Norte se
babia facilitado mucho .con el matrimonio,
y que estaba á punto de terminarse el aisla-
miento en que se halla la España desde la
muerte de Fernando?Cuando estas cosas se I
escriben, señal es que se cuenta mucho,
muchísimo, con laignorancia de los lectores,
y estos tienen un indisputable derecho á
indignarse ó á reirse: por nuestra parte, mas




- 768-
na, las potencias de la Sa?ta A~ianza, las po- testa mas elocuénte i1i halla en la conducta
tencias que jamá~ han podido mirar tranqnilas que observamos desde 1833.» Esta línea de
la caida de la pl'lmera ra~a de los~orbon~s, conducta, buena o mala, es cuando menos
esas potencias apoyando a la Francia de J~- muy lógica: las potencias del Norteno de-
lio.....¿,y en qué'? en sostener la ~nfluenc~a ben prestarse Iacilmcnte á auxiliar á lord
francesa en la Península, y esta influencia I Palmerston para sacarle de un mal paso en
personificada en la dinastía de Orleans.... que tan gratuitamente se metiera él propio,
¿en qué ucasion? cua~do se acab.a de d~T y á pesar de lo que deseaban dichas poten-
el último paso con el hn de ~onsoltda~ la dl- cías. Asi, pues, si la Inglaterra no se propo-
nastía española, no reconocida todana por no otra cosa, repetimos que 10s- gabinetes
aquellas potencias: cuando se ha querido del Norte se sonreirán al ver cómo la preví-
dar el último golpe á las esperanzas de la fa- sora Inglaterra se halla envuelta en sus mis-
milia de D. Cárlos , por la cual ellas se han mas redes, y se complacerán en mirar cómo
interesado siempre..... cuando han tenido las naciones de la cuádruple alianza, en su
motivospara afirmarsemas y mas en la con- I estrepitoso rompimiento, justificanla políti-
ducta que observaron desde 1833, viendo I ca de desconfianza y espectativa,
que la cuádruple alianza acababa con un Es cosa curiosa en erecto, al ver á la In-
chasco tan terrible para la Inglaterra. glaterra con Jos escrúpulos del tratado de


Seria perder tiempo el ocuparse en am- 1 Utrech , cuando estos no se le ocurrieron
pliar las indicaciones que preceden: nos- 11M '1830, ni en ,183:3, ni al firmar el tratado
otros ql~e no nos burlamos nunca del lector, I


1
d.e la cuádrupl~ alianza: en el Norte se con-


y que siempre le respetamos, apelaremos a '1 sidera la cuestionde otro modo, yse cree
su buen juicio y esperamos tranquilamente I1 que laviolacion del tratado, si la hay ahora,
su fallo. Estamos seguros de que este falJo i. la huho mucho antes. Seamos ingéuuos: el
será el que sigue: las potencias del Norte 111 tratado de Utrech es un PI'.etesto dipl.omáti-
que no han reconocido á Doña Isabel 1I, ¡ ca de que echa mano la Inglaterra: pero sus
habrán creido tener con el matrimonio fran-¡I quejas, su indignacion, no nacen del celo
cé.s una nueva r~zon para dife!ir el reconoci- . por el tratado, sin~ del solemne c!lasco 9ue
miento de la Rema; han tenido una nueva le acaba de dar LUIS Felípe , arrojando a la
razon para continuar en la espectativa en que política inglesa de la Península, eon una
se hallan de muchos años á esta parte; aho-I negociacion atrevida, cuyo resultado (si se
ra es menos probable que nunca el que se puede consolidar) será el asegurar la. pre-
precipiten en el negocio del reconocimiento. ponderancia esclusiva de la influencia fran-
Es imposibleque- el matrimonio francés no I cesa. Esto lo conocen las potencias del Nor-
haya aumentado el recelo con que miraban '1 te; y si ven que la Inglaterra trata única-
á la dinastía de .julio , y. al nuevo órden de mente de vengar su agravio particular ha-
cosas. establecido en España; es imposible I eiéndolo de modo que no pueda trascender
que las potencias del Norte apoyen á la á la política general de Europa, lord Pal-
Francia contra la Inglaterra. l' merston encontrará frialdad en los gabinetes


¿Apoyarán á la Inglaterra contra la Fran- del Norte.
cia? Esta es otra cusstiou: para resolverla I Para no prestarse con demasiada pronti-
se necesita un dato de que carecemos: ¿cuál I tud á las insinuaciones de lord Palmerston,
es la venganza que se propone tomar la In- 1


1


tienen las potencias del Norte una razon
glaterra? Si lord Palmerston no se propone 1, particular fundada en las ventajas de su po-
mas venganza que privar á los hijos de la ., sicion yen lo dificil de la de Inglaterra. Las
duquesa de Montpensier de su~ derechos á I ~otencias del Norte esperan, y pueden con-
la corona de España, las potencias del Nor- :, tmuar esperando; la Inglaterra llene nece-
te se sonreirán, y dejando á la Inglaterra so- I1 sidad de obrar, porque la posicion en que
la, le dirán: «nosotros no tenemos nada que 11 se ha colocado respecto á la Francia y Es-
ver en este negocio; este es un incidente I1 paña , es insostenible por mucho tiempo.
que vosotros debeis .desenla~ar ¡ nosotros I1 ¿Có~no puede continuar u~a sit?acioll diplo-
'iue no hemos reconocido lo principal, bas- :; manca en que tres potencias aliadas acaban
tante se entiende que a{ortiori rechazamos II de ponerse en desacuerdo sobre la sucesion
lo accesorio; no necesitamos coligarnos con ti ála corona, sucesion que ahorapende de la
la Gran Bretaña para protestar: nuestra pro- " Vida de una sola persona, y que aun en el




- i69-
caso mas favorable dependerá de un hilo
tan débil como la vidade un recién nacido?
¿Cómo es posible mantenerse en una posi-
cion en que la Francia, la España y la In-
glaterra tengan pendiente el casus betli de
un correo estraordinario, mensagero de una
muerte? Lo repetimos: esta situaeion diplo-
mática es insostenible, y su ceutinuacion
exige por necesidad ó un rompimiento abier-
to, ó hechos trascendentales, que promovi-
dos indirectamente, equivalgan á un rompi-
miento. En estasituacion las potencias del
Norte como que dirán á la Inglaterra: tú
quieres que nosunamos contigo: no, no es
este el órden regular;masbieneres tú quien
debes unirte con nosotros: tu política ha
fracasado: ahandónala pues; la nuestra ha
salido justificada con tu derrota; ahora,
pues, menos que nunca debemos abando-
narla.


La Inglaterra podrá replicar que sin unir-
se á las potencias del Norte puede vengarse
de la Francia y de la España ; ¿pero cómo?
¡,Provocand{) una revolución? Sea en buen
hora: pero á esto se puede objetar: 1/' que
la empresa, siendo puramente revoluciona-
ría, ya no será tan fácil: 2. 0 que despues
de hecha la revolucion , la Inglaterra habrá
perturbado á la España sin ningun prove-
cho para su politiea : ó habrá tenido una
venganza ahselutamente estéril, ó habrá au-
xiliado la misma política de las potencias
del Xortc.


En efecto, supongamos que con los re-
cursos ingleses y otros medios de influencia,
se provoca una revolucion , se derriba al
partido mode,:udo y se repite con estas ó
aquellas modificaciones la escena de '184.0.¿rdespues?-Despues se convocan unas cor-
tes, v se escluve solemnemente de la suce-
sioná la corona á los hijos de la duquesa
de Montpensiel' , y la Francia queda humi-
llada, y la Inglaterra vengada.c-Clerto: pero
¿.y losmedios de consolidar la 'venganza'? Por-
que si el partido progresista no establece
entonces un gohierno sólido queimpida para
siempre el que el partido moderado recobre
el poder, sucederá que vendrán unas cortes
moderadas y declararán nula y de ningun
valor la esclusion hecha por los progresis-
tas; y la Inglaterra se quedará tau lueida
COIllO ahora, habiendo gastado millones y
puéstose en ridículo á los ojos de i~uropa.
¿Olvidará la Inglaterra el desengaño del
año 4:3"? Olvidará cómo cayó la obraque los


políticos ingleses consideraban tan fuerte?
Pues si lo olvidase, se puede asegurar que á
los dos años de su nuevo triunfo, se encono
traria en los mismos apuros de ahora, y
vería deshecha la tela que tejiera con tanto
trabajo.


La Inglaterra está condenada, ó á resig-
narse al triunfo de Luis Felipe, ó abando-
nar la política que ha seguido hasta aquí:
en esta alternativa lo. ven las potencias del
Norte; y en este terreno tan ventajoso para
ellas, tan triste para ella, la esperan tran-
quilamente, apelando al fallo de los aconte-
tecimientos.


EIJ MATRIMONIO MONTPENSIER
y L\


M3dl'iJ 29 de noviembre de 19.'dl.


La conducta de lord Normanby en París;
las notasde las cortes del Norte; la benévo-
la demostracion del Austria en favor de los
dos hijos menores de don Cárlos : las noti-
ciasde los armamentos del conde de Monte-
mol in en Lóndres, y la respuesta evasiva
dada por lord Palmerston á las reclamacio-
nes que se le han dirigido; han avivado fa
ansiedad sobre las consecuencias del matri-


, monio francés, suministrando pábuloá la po-
lémica que ha ocupado por muchos dias á
los periódicos de Madrid. Necedad fuera el
poner en duda que losacontecimientos de la
península dependerán en buena parte de la
situacion diplomática de Europa; por cuya
razon es de la mayor importancia el esclare-
cer los hechos que á dicha situación se re-
fieren, ya que no para deducir pronósticos
seguros, al menos para aventurar conjetu-
ras no infundadas.


Han creido algunosque los resultados del
matrimonio frances debían ser favorables á
los conocidos proyectos del conde de Monte-
molin; y un diario de esta corte, por cierto
no adicto á Carlos Luis, ha esforzado en es-
te sentido los argumentos hasta tal punto
que su principal adversario se ha considera-
do con derecho para echarle en cara que es-
toera poner la cuestión en el terreno carlis-


95




-·770 -
ta. Nosotros creemos que en semejantes ¡ si y el no, con respecto á un mismo punto.
cuestiones no hay terreno carlista ni anti-¡I Si se hubiese querido reflexionar sobre es-
carlista, porque se trata únicamente de he- te carácter de los escritos publicados en el
chos , los cuales no pertenecen á ningun , estrangero, si se hubiese atendido al modo
partido, y son independientes de la opinion, I con que se escriben ciertas cosas, ti los me-
intenciones y deseos de quien los espone. 11 dios de que se puede echar mano para que


En esta cuestion , como en muchas otras, salga en tal ó cual periódico una noti-cia o
se padece confusion y se cae en equivoca-I un artículo que produzca efecto siquiera por
ciones , porque no se tiene el debido cuida- I días ó por horas, á las encontradas y pode-
do de separar lo cierto de lo dudoso; porque l' rosas influencias que luchan actualmenteen
se pierden á menudo de vista los hechos, todala Europa con motivo de los asuntoses-
para entrar en el campo de las conjeturas; I pnñoles , y sobre todo, al grande interés que.
porque se juzga mas bien ateniéndose á los I puede haber frecuentemente en ocultar las
artículos y noticias de periódicos estrange- I verdaderas intenciones, acreditandorumores
ros, mas ó menosacreditados. que á loates- contrarios, imitando así la conducta de Jos
tiguado de una manera irrefragable por la que horran sus propias huellasó las compli-
historia de la diplomacia europea desde la can en sentidos diversos, hubieran sido me-
muerte de Fernando VII. nos vivos, tanto los regocijos como los sus-


},[1 época que estamos atravesando, como tos, por tal ó cual articulo, tal ó cual (;01'-
llena de esperanzas para unos, de temores rcspondeucia , que se encontrara en los
para otros, y de incertidumbre para todos, perió.licos ingleses ó alemanes. Verdad es
es muy á propósito para estraviar el juicio que se debe atender á lo que dicen los pe-
de quien no piense con mucha calma, pro- riódicos ; pero es necesario juzgarlo, no
curando sobreponerse á las inspiraciones de aisladamente, no por un correo, sino en
lospartidos. ¿Qué se adelanta con creer to- conjunto, y en un regular espacio de tiern-
do lo favorable, y con negar todo lo adver- po; llevando en cuenta la totalidad de las
so? Los hechos son .loque son, á pesar de 11 circunstancias, y separando cuidadosamente
nuestro asentimiento ó disentimiento; y lo los hechos que consignan de los comenta-
único que se logra con formarse ilusiones, ríos que les añaden.
es el ponerse en peligro de seguir una con- Para no caer en las equivocaciones que
ducta desatentada. Los individuos, los par- acabamos de censurar, separaremos lo abso-
tidos, el gobierno, el trono, la nacion , lo lutamente cierto de lo que es mas o menos
(lile necesitan es conocer la verdad; porque probable, recordando los hechos que nadie
solo en este conocimiento puede estribar el puede poner en duda.
acierto en las respectivas determinaciones. La Inglaterra ha protestado formalmente


Es notable la escesiva importancia que se contra las consecuencias del matrimonio
da á los artículos de los periódicos estran- Montpensier, y exige la renuncia de la in-
geros, cuando á rebajarla debieran haber fanta á sus derechos á la corona de España
contribuido las contradictoriasconsecuencias para sí y para sus hijos.
que de los mismos se han podidosacar. Na- Todas las ocasiones que se le han ofrecí-
die habrá olvidado, que á las primeras IlO- do antes y despues del matrimonio, la In-
ticias del matrimonio Mcntpensier , algunos glaterra las ha aprovechado para manifestar
periódicos de Lóndres miraron el acontecí- de la manera mas significativa, que no ce-
mientocomode escasa importancia, habién- jaba una línea en su opiniony exigencias.
dose distinguidopor su lenguaje templado y La Inglaterra ha hecho gestiones para
comedido, el que mas se ha señalado des- atraer á su política á los gabinetes de Viena
pues por "Su exaltaeion y virulencia contra Berlin y San Petersburgo. '
las cosasy las personas. Tocante á los perió- Las potencias del Nortenohan reconocido
dices alern~nes, tambien s.e podria formar ~ I~ Reina Isabel , ni dado ningun paso que
u.lla coleccion bastante cunosa , en que se indiquelaproximidad de este reconocimiento.
VIeran sentidos muy diferentes y hastaopues- La cuádruple alianza ha desaparecido
tos. Por manera, que quien á. ese barómetro con el matrimonio francés, pues que esta
se limite, será preciso que tenga su juicio I alianza no significa ni puedesignificar nada,
pendiente de la llegada del correo, y que. en no estando acordes la Francia v la Ingla-
se .resigne á sostenerá un mismo tiempo el ;J torra. .




- 71,f -
La cuestion de sucesion á la corona de no'empleará sus' medios materiales ni mora-


España ha sufrido un cambio profundo en les, para impedir que la tranquilidad públi-
la diplomacia europea; pues que de las dos ca se altere en España: esto seria favorecer
hijas de Fernando , la ¡¡UI}, con todossus des- la política de Luis Felipe en la cuestiou don-
cendientes , está escluida por la Inglaterra. de ha sido humillado el orgullo inglés; y


Esta esclusion parcial es favorable á los hasta tal punto no bajará la Inglaterra. Pero
enemigos del trono de doña Isabel II, asi aqui solo tenemos á la Gran Bretaña repre-
en lo interior como en lo esterior ; pues que sentando un papel negativo; ¿se contentará
la causa de cada una dc las dos augus- con esto?
tas hermanas está ligada muy íntimamente En nuestra opinion , la conducta de la
con la causa de la otra; y no hay hombre Inglaterra en la cuestion española ha de re-
de mediano juicio, que si viera rasgado en sentirse mucho de la incertidumbre en que so
parte el orden de sucesion prescrito por el hallaconrespectoá laverdadera situacíon del
testamento de Fernando, no descubriera un pais; y la venganza que se propone tomar
grave peligro de que se rasgase todo. de la Francia se limitará por algun tiempo á


Consignados estos hechos palpables, pú- maniobras embozadas, uue la dejen libertad
hlicos, entremos ahora en consideraciones de accion para todo evento. Han crcido al-
sobre los mismos. gunos que las manifestaciones en pru del


Se ha disputado y conjeturado mucho en conde de Montemolin serian inequívocas, y
España yen el estrangero , sobre la actitud I que este príncipeobtendría poco menos que
que tomará la Inglaterra en los negocios de ostensiblemente las simpatíasde la Inglater-
Espnña , respecto á las tentativas del conde Ira; este juicio es inexacto, La Inglaterra no
de Montemolin ; concibiéndose temores ó querrá esponerse á una derrota en el campo
esperanzas, s~~gIlJl las opiniones y deseos 1 de loshechos que agraven su humillación en
de los que disputan y conjeturan. Diremos 1I el terreno diplomático; aun cuando se pro-f~'llncllmente nuestra opinion sobre este par- 1


I
pusiese una venganza radical, cual lo seria


ticülar. ' I el colocar en el trono al conde de Montemo-
Desde luego tenemos por verdadero loque I lin, habria de transcurrir algun tiempo, ha-


han dicho los periódicos sobre la negativa I brian de presentarse nuevosacontecimientos,
de lord Palmerstou á impedir los armameu- ¡: para que tuviese'completa confianza en el
tos qWl se quieran hacer en Londres para il resultado de su empresa. No se abandona
encender la guerra en España; si no hay I tan fácilmente una opinion que se ha profe-
negativa formal, habrá indiferencia absolu- sado durante muchos años ; y preciso es
ta , cuhierta con respuestas evasivas, equi- confesarque la Inglaterra desde la muerte
valentes en cuanto al resultado, á una ne- de Fernando VIl, ha opinado siempre en
gativa terminante, Prescindiendo de estas ó favor de la revolución, y por consiguiente ha
aquellas noticias mas ó menos fidedignas, creído en la posibilidad del triunfo definitivo
la conducta de la Inglaterra en este negocio de la misma, Asi, pues. aun suponiendo
se puede conjeturar á priori; su interés en que la intencion de la Inglaterra fuese favo-
la cuestion española es muy diferente de lo rable á los proyectos de Carlos Luis, esta
que era, ó se creía ser, desde ,1 83:¡ has- intención se mantendria embozada, seria
ta HHO: y la Inglaterra obra con arreglo á quizás formalmente negada, mientras se
lo que cree que le interesa. Cuando un di- aguardaran los resultados de las tentativas
plomáLico inglés ha dicho que si hubiese de invasion y levantamiento. Esta es la con-
creido que ia causa de D. Carlos era mas ducta que seguiría la Inglaterra: en cuyo
favorable á la independencia de la Península caso, si el príncipe sucumbe, la Inglaterra
(se. entiende respecto á la Francia) se hu- podrá decir que nada tiene que ver en la
hiera puesto de parte de D. Cárlos, ha di- derrota: y si por la instabilidad de las cosas
cho una cosa que creemossin dificultad nin- humanas el príncipe prosperase, la Ingla-
guna. Los hombres de estado de Inglaterra terra podría preparar un cambio definitivo
no han estudiado mucho la cuestion legal de de política, fundándose en que ya no le era
la sucesion á la corona; donde vieran el in- dable prescindir de hechos consumados, cu-
terés de su naeion , allí se dirigirían, ha- , va realizacion no había podido evitar.
ciendo poco caso de escrúpulos legitimistas. • La conducta de las grandes potencias en


No cabe pues duda en que la Inglaterra ¡ semejantes negocios, se parece á la de los




- 772 -
personajes de muc~a .importancla, quienes quilidad de nu~stl'a patria. Por manera que
suelen mostrarse indiferentes hasta que los podria muy bien suceder que sin ningun
sucesos se desenvuelven lo bastante para acuerdo público, se procurase perturbar la
que se pueda calcular el resultado, ó cuan- paz en la península; y es muyde temer que
do menos sea posible maniobrar en escala . así suceda, supuesto que de este modo se
lilas dilatada: mientras una insurreccion 1


1


evite con una guerra civil española una guer-
cuenta con escaso numero, nunca se pre- ra europea j y se resuelva con sangre espa-
sentan los generales de nota; estos no se 110la una cuestion europea.
deciden hasta que hay un cuerpo respeta- En contra de estas probabilidades , solo
ble. Recuérdese en prueba de esta obser- había una esperanza infantil, que se nos ha
vacíen lo que hicieron las potencias del Nor- querido presentar corno una cosa séria : la
te durante la guerra civil. Sus simpatías en union de las potencias del Norte con la
favor de D. Carlos, no eran un misterio pa- Francia , para contrariar á la Inglaterra.
ra nadie; este príncipe recibía comunicacio- Qué candidez! Sin emhargo, y por si hu-
nes secretas, consejos, y hasta algun dine- bicso hombres bastante crédulos para devo-
ro; pero nada hicieronque pudiese compro- rar semejantes absurdos , ahí estan dos he-
~eter su posición oficia}, ni a~n en los I chos reci~ntes que hablan I~las alto que to-
trempos en que mas pujante pareció la cau- ' dos los discursos: el casamiento del duque
sa del príncipe; asi conservaron su libertad de Burdeos con la princesa de .Módena, ne-
de accion, y pudieron presenciar indiferen- gociado por el Austria; y la supresion de la
tes y sin humillación ni desdoro, los infot- república de Cracovia, acordada y realizada
tunios de su protegido. Sucede en la diplo- poy las tres grandes potencias. Con el casa-
macia y en la política lo mismo que en lag I nnento , le dice el Austria a la dinastía de
relaciones comunes: se hacen muchas cosas Orleans : «no quiero que las inquietudes
que, aunque sabidas de público, no se con- producidas por el pretendiente que tienes
íiesan nunca; fas formas por mas trunspa- á la puerta, esteu pendientes de la vida de
rentes que sean y aun ~uando dejen ver to- un hombre; .quiero que se perpetúen; y
do el fondo del negocio , merecen siempre I para darl~s rmpartancl3. enla7:~ a tu rival
~1Ucho respeto; una cortesía, una palabra I con los miembros d~ rnt familia.: C.QU la
lisonjera , una protesta de consecuencia y '1 suprcsion de la república de Cracovia, le
amista.d, no se escasean nunca entre perso- I dicen.á la Francia I~s .tres potenciase. ((de~
nas bien educadas, aunque 'ambas estén I vora ese baldan: ahí tienes una muestra del
convencidas de qu~ se abrigan intenciones I caso que hacen.lOs de tus protestas así anti-
profundamente hostiles. . '1 g.uas como recientes ; ahí una prue~lU de las


El concierto.de la Inglaterra con las PO-¡ sllllpa~las que nos mereces; ahí tienes un
tencias del Norte respecto á la cuestion es- anuncio de Jo que puedes esperar de nos-
pañola, aun cuando llegase á existir. seria otros en tus conflictos con la Inzlaterra.»
un misterio por algun tiempo, cuya mani- Si hubiese quien no comprendiera la gra~
Iestacion dependeria del curso de 'los acou- vedad de semejantes hechos,y se empeñase
tecimientos. La posicion de la Inglaterra todayía en creer posible la union de las po-
es particular; y esta posición no la deseo- teucras del Norte con la Francia en la cues-
nacerán aquellas potencias, en los esfuer- I non e~lropea, no nos tomariamos la pena
LOS que hagan por hacerla cambiar de po- ,1 de quitarle semejante ilusion: en cuestiones
lítica. Las potencias del Norte no reconocen: de sentido COIIHIll, es preciso abstenerse de
(~erechos en ninguna de las do~ hijas de disl~utas ~. s~)Ilrei~se tranquilamente. .
Fernando : la Inglaterra que hahia recono- 1\0 es fácil decir en este momento, SI la
cido los de ambas; cree ahora que una de supresión de la república de Cracovia se ha-
ellas los ha perdido con el matrimonio; esto hra hecho con prévio conocimiento, )a que
la aproxima á la política del Norte, pero no no consentimiento de la Inglaterra; pero
hace desaparecer toda la distancia. La ha- desde luego saltan ti Jos ojos dos hechos im-
hilidad de los gabinetes del Norte se cifra portantes. Primero: que con la ruptura de
ahora en maniobrar de manera que la In- la cordial inteligencia entre la Francia y la
glaterra tenga una salida honrosa; para lo Inglaterra , las potencias del Norte, lejos de
cual es evidente que se les ocurrirán los cejar en sus proyectos políticos, y aproxi-
medios, por cierto nada favorables á la tran- marso á la Francia, se creen en mejor po-




- 773 -
sicion para realizarlos con mas presteza y por repugnarlo el espíritu dominante en
menos embarazo. Segundo: que la supresión Europa, y el desarrollo de Jos intereses
de esta república, si es qlle en algo con- materiales, sino tamhien porque era muy
trariase á la Inglaterra, hiere masdirecta- dudoso el resultado. La presencia de los
mente á la Francia. M. Guizot se ha creidn ejércitosfranceses podia provocar movimien-
bastantefuerte para desviarse de la política tos revolucionarios en Alemania; el A11:,-
de Talleyrand ; y Jos efectos de su error se tria tenia que pensar en la Italia; y ninguna
113n hecho sentir muy pronto: esto no es de las tres grandes potencias podia 01 vidarse
mas que la primera escena del gran drama de que poseía una parte de la belicosa Polo-
que se va á representaren Europa. nin. ASí, pues, los gabinetes del Norte de-


La revolución de julio , que hizo peda- bian limitarse á desear la conservacion del
zas en tres dias la ohm do la Santa Alianza, stat« quo en sus respectivos dominios, á
no podia sostenerse sino bajo dos condicio- emplear medios indirectos para favorecer
nes : una de guerra, haciéndose propagan- sus miras en el Mediodia , y sobre todo á
dista; otra de paz, convirtiéndose en gn- esperar que acontecimientos imprevistos
hierno regular, y buscando una alianza po- rompiesen la alianzaanglo-francesa. La te-
derosa. La guerra tenia el inconveniente de nacidad singular con que aquellosgobiernos
esponer por una parte á grandes riesgos la se han negado al reconocimiento del nuevo
independencia de la Francia acarreando su- órden de cosas establecido por el testamcn-
cesos análogos á los de 18'14yf 815, Y de to de Fernando VII, indica un pensamiento
desencadenar en lo interior las pasiones re- HIO, una esperanza nunca perdida. Ni el
volucionarias , reproduciendo los espanto- término de la guerra civil, ni la mayoría de
sos tiempos de la convencion. tos homhres la Iteina , ni tres años de érden material, en
previsores f/ue se encargaron ele la direc- que han sido sofocadas todas las tentativas
cían de los negocios, optaron desde luego revolucionarias, nada ha sido suficiente para
por el sistema de paz, y en consencucncin '. que los gabinetes del Norte abandonasen su
dirigier?n todos sus esfuerzos á culti~ar la [1 calculado apartamiento. Es evidente .que es-
alianza inglesa. Los recuerdos de ", ater- !I peral!an ~l desenlace de la.' cuesuon dúl
loo. ya que no desaparecieron del todo, se ji matrunonro : y que la resolución de ella de-
oscurecieron algun tanto: y con este medio li hia influir en su determinacion; pero este
se obtuvo imponer respeto á los que hUbie.\¡ negocio ha sido manejado con tan poca ha-
sen querido atenerse á las tradiciones del i bilidad, que precisamente se ha hecho mu-
congreso de Viena. Unida la Francia con la 11 cho mas de lo que aquellos gabinetes pu-
Inglaterra, la Europa del Norte estaha con- I dieran prometerse: rompiéndose con tal
donada á mantenerse en espectauvu : todo i! estré)lilo la alianza inglesa, se ha mejo-
lo mas que potlia e\i;.:ir á la Francia era ¡ii 1'.<1(.10 la posicion de las potenciasdel l\"orte,
que se contentase conel triunfo de la revo- : y alejado mas y mas el reconocimiento de la
lución belga , que no trastornase la Italia, Heina.
v que no alterase las fronteras trazadas en I Esta es la verdad, la pura verdad, y no
el congreso de los soberanos vencedores de I hay sofismas ni palabras qne basten á oscu-
Napoleon. Así se hizo; la Francia accedió; 1 recerla : cuando algunos periódicos de los
v se conservó la paz europea. I mas fieles adictos al trono de doña Isabel Il
• La muerte de Fernando VIl vino á ofre- , han sostenido que el matrimonio Montpen-
ccr una ocasion á la Francia é Inglaterra, '1 sier hahia sido un suceso á propósito para
para formar una Jiga contra las potencias I alentar las esperanzas de los carlistas, han
del Norte; y con la cuádruple alianza se dicho una verdad incontestable. En el caso
desenvolvió el pensamiento que babia co- de no hacerse el matrimonio de concilia-
menzadoá plantearse en ,1830. Las poten- \ cion, si se hubiese preguntado al conde de
cias del Norte á pesar de su visible disgus- Montemolin qué es lo que deseaba que se
to, se hallaron precisadas á contemplar en la hiciese para favorec~r1e, hubiera dehido
inaccion , el movimiento del Mediodía de responder que se hiciese lo que se ha he-
Europa; no les era posible seguir otra lío cho. Este príncipe, queriendo encender la
nea de conducta mientras durase la alianza guerra contra un gobierno establecido que
anglo-francesa. Las eventualidades de una disponía de grandes recursos, y que adenias
guerra general eran muy temibles, no solo contaba con el apoyo de la Francia y de la




-714.-
Inglaterra, se hubiera visto en una situación I habia ligado con ningun compromiso; la
apuradísima, y por de pronto, no hubiera combinacion del infante don Francisco, no
tenido mas esperanza que aguardar algun era un triunfo de .Ia Francia; la Inglaterra
trastorno revolucionario que le ofreciese pues habría mirado tranquila un enlace en
ocasion de levantar su bandera, Eviden- que ni se violaban tratados, ni se faltaba a
temente, lo que le hubiera abrumado era lo compromisos, ni se contrariaba la influencia
mismo que abrumara á su padre: en la fron- inglesa; el enlace hubiera pasado como un
tera la policía francesa; en la costa las es- suceso comun y de escasa importancia á los
cuadras inglesas: ¿ cómo sobreponerse á ojos de fa Inglaterra
tanta contrariedad, á no ser con el auxilio Pero la Francia deseaba el matrimonio
de acontecimientos revolucionarios que tras- de la infanta con el duque de Montpen-
tornasen el gobierno de Madrid"? Con el ca- sier.-Cierto.-Si no se hubiesen hecho los
samiento Montpensier, la Inglaterra se ha dos matrimonios á un mismo tiempo, la
constituido cuando menos en indiferente es- Francia no habria quedado contenta.-Es


.pectadora de los acontecimientos; y es bien indudable; pero tampoco se habria creido
seguro que ni en Londres, ni en Gibraltar, ofendida; tampoco habria podido hacer otra
ni en las costas españolas, se ocuparán los cosa que uegociar en Londres y en Madrid
ingleses en impedir las tentativas carlistas. para que se le permitiese llevar á cabo los
¿Quién puede negar que esta es una in- proyectos entablados en las conferencias de
mensa ventaja, y que en su posicion es to- Eu; y está, hecho con tiempo, sin ofender
do lo que podia desear, y mas por cierto de el amor propio de la Inglaterra, esperando
lo que podía esperar el príncipe proscrito"? que la Reina tuviese sucesion, tal vez se


A esto se puede contestar con una obser- hubiera conseguido, supuesto que la diplo-
vaciou especiosa.-Es verdad que es un macia inglesa, ya de mucho tiempo atrás,
daño grave el haber perdido fa amistad de se manifestaba mas indiferente en este ne-
la Inglaterra, pero no menos grave hubiera gocio de lo que era de creer. Yen último
sido el perder la de la Francia.-Esto es resultado, ¿qué era lo peor que suceder po-
cierto: la Francia, colocada en una actitud dia? no otra cosa, sino el que la Francia no
semejante á la que ahora tiene la Inglater- pudiese realizar sus deseos; no otra cosa,
ra, podia favorecer al ronde de Montemolin sino el que triunfando la Francia en la es-
tanto como la Inglaterra: lo confesamos, y cJusion de los príncipes no Barbones, no se
aun añadiremos en prueba de nuestra im- viese tampoco humillada la lnzlatcrra .con
parcialidad, que la enemistad de la Francia el absoluto triunfo de la influencia fran-
podía dañar por de pronto de una manera cesa.
mas eficaz. v decisiva. Pero al mismo tiern- Este era el resultado natural, seguro, y
po preguntaremos si esta contestacion no se por cierto poco peligroso para el trono de
funda en un supuesto falso, cual es, el que Isabel II. Si bien la Francia no hubiera te-
hubiese necesidad de indisponerse con la nido tanto interés como ahora en oponerse
Francia. Nosotros creemos que no; y que á los proyectos del conde de Montemolin,
lo único que era necesario era el no pres- tampoco habría dejado de tenerlo muy gran-
tarse á todo lo que queria la Francia, Ya- de; y la Inglaterra, cuyos negocios esterio-
lilas á demostrado. res estaba dirigiendo precisamente lord


Sabido es que la Francia rechazaba á tu- Palmerston, hubiera seguido la misma can-
das los príncipes que no fuesen de la familia ducta que observó en la pasada guel'l'a. Y
de llorhon ; pero que no escluia á ningu- por complacer á la Francia, ¿se ha preferi-
no de los príncipes de Borbon; en el su- do á una situación tan halagüeña para el
puesto pues de hacerse el casamiento de la trono de dona Isabel I1, el correr los azares
Reina con el infante don Francisco de Asís; de ahora'?
¿.de qué se podia quejar la corte de las Tu- Se han querido resolver de un golpe to-
llenas? ¿Se infringia algun tratado? ¿Se le das las cuestiones, y lo que se ha hecho ha
irrogaba alguna injuria? ¿Se ofendía en al- sido complicadas. El nuevo orden de suce-
go la dignidad de la Franela? Es evidente sion en España tenia contra sí á una gran
que no. Ahora bien: la Inglaterra no tenia parte de la Europa; v ahora por una aber-
un empeño decidido por UIl Cohurgo; en 1 racion inconcebible, se ha conseguido que
su inclinacion al infante don Enrique no se ' entre las grandes potencias de Europa, solo




,... ........
- t t» -


M~)(1I'iJ 29 de noviembre de J8i6.


do? que se tuviese un poco mas de celo en
cerrar una frontera. Escelente negocio.


una, la Francia, admita la sucesion de las
dos hijas de Fernando. ¿Y todavía se apa-
renta despreciar este resultado? ¿No era
acaso bastante el que despues de trascurri-
dos trece años desde la muerte del Rey.
todavía estuviese aislado de la mayor parte
de Europa el trono de su hija'? ¿Y se cree
que sea bastante couipensacion a semejante
pérdida el que la Francia cierre la frontera i
con un poco mas de celo? ¿Se espera por 1:
Yen.tur~ que,la Fra.ncia h.ará algo mas? i\a- ,1 Sobre)' tuer-a,
na iluslO,n! El galJlnete, ~rances se halla a1S- i¡ En el sistema representativo, el pais está
lado en E~rop~l, y sus ejércrtos no penet,ra- ! llamado á gohernarse á sí propio, pues á es-
nan en Espall~ sm provocar un contlicto ¡ to equivale el que Jos gobiernos hayan de
general: el ga~lllete francés no teIllI~'1U para ¡ estar acordes con las mayorías parlamenta-
un ca~o semejante e.l apoyo de la Fra~cJ~, ji rias. El parlamento representa la opinion del
que. mrra e~ el matnmoylO; no un lfl~nfo ¡i pais , el ministerio dehe representar la opi-
na(:I,onal, silla un triunfo de la ~orte. S~ se il nion del parlamento, y la marcha guberna-
hubl~se tratado ~e una de esas Ideas o lllS- ¡: tiva debe ser la espresion de la opinion del
tltucl.ones. q~e eje~cen asce~dtente sobre el 11 ministerio, único responsable. El monarca
espmtu público, SI se hub,lese trat.ad~ de 1I está sobre el parlamento y el m. inisterio ; lo
rasgar alguna ~e I,as humillantes paginas I que quiere decir que está fuera de la má-
de ,1814- y 181o, SI ~e hubiese tratado de II quina gubernativa; en cuyo caso la posicion
borrar la hnea de las fronteras trazadas con i: del monarca se formula exactamente en la
I~ punta. de la espada 'por los gefes de ~a 1! famosa máxima: el rey reina v no gobierna.
Santa Alianza, el entusiasmo de la Francia 1I . ..
hubiera podido renacer, y la osadía del ga- Causa del malestar de la raza españnta,
hinete hubiera podido contar con el apoyo 1


1
Sin que sea nuestro ánimo combatir el


nacional; pero ahora, ¿se interesaria la i sistema que nos rige, podremos observar,
Francia en las complicaciones provocadas ! que aun prescindiendo de los inconvenientes
por el matrimonio? Nose han olvidado las' intrínsecos de que adolece, como todo lo
elocuentes palabras de M. de Lamartine. humano, hay en los pueblos de la península
En todo flojedad, escepto en un negocio de razones particulares para que se tropiece
familia: en todo concesiones á la lnglater- con mayores obstáculos. Ni en España ni en
ra : solo en una ouestion de familia se ha Portugal estaban los pueblos acostumbrados
pasado el Ilubicon : la Francia Jo ha visto á tomar parte en su gobierno; y asi no es
asombrada. de estraüar que al haberse puesto en sus ma-


A la corte de las TuIlerías le costará sin nos los aparatos de elecciones, impren-
duda crueles pesadumbres el asunto del ta etc., se hallen un tanto embarazados en
matrimonio; ya se las cuesta ahora mismo; el uso de los nuevos instrumentos. Sucede á
pero quien esperimentará de una manera la raza española en el continente, lo mismo
mas inmediata y mas dura los resultados que le sucede en América: los nuevos siste-
será la España. Si entre los que han contri- mas se hallan escritos en el papel, sin que
buido al matrimonio hay algunos agraciados los pueblos hayan disfrutado de sus benefi-
con grandes cruces, ha de venir un día en cios,antes sí esperimentado todossus incon-
que recordando las amarguras que á ellos y venientes. El resultado ha sido el que de-
il otros les ha de producir la accion pre- hiera ser: anarquía gubernativa perm¡¡nen-
miada, quisieranolvidar de veras el mérito te; anarquía popular intermitente; gobierno
y el premio. Su admirable operacion diplo- de 'pandillas ; esfue~zos periódicos para des-
mática ha consistido en lo siguiente: ellos truirlas ; un desgobierno conLínuo, una revo-
han dado la alianza inglesa, y cargado con lucion todos los añ?s. .
la enemistad de la nacion mas poderosa Los Estados-Unidos, aun dejando aparte
del mundo; ademas han alejado la esperan- las circunstancias especialesde clima, tcr~e­
za del reconocimiento de las potencias del no 2 costumbres, riqueza y orgaruzacion
Norte ; y en camhio, ¡,qué han reoibi- social, se formaron de pueblos mas Q menos.




- 776 -
avezados ya al manejo de los negocios pú-I Apelamos al juiciode todos los hombres hon-
hlicos; el gohierno de nuestras colonias era I rados , paraque nos digan si no es esta la
muy diverso de! de las inglesas; y esta di- historia de España desde la muerte de Fer-
Ierencia , anterior á la emancipacion , hasta- Inando VIL .
ria por sí sola para csplicar la diferencia del I Asi [¡ay una perpetua desconfianza entre
resultado en ambos puebles. Tanto en el il ~ohel'l1antes y gohernados ; y se tienen por
continente europeo como en el de América, r hipócritas las protestas que los partidos ha-
II pueblos que habian vivida largos siglos Icen de respeto á la ley; pues, ademas de
bajo la esclusiva tutela de la religion y de que la esperiencia viene á desmentirlas muy
la monarquía, se los ha querido declarar de I á menudo, están de por medio losprincipios
repente mayores de edad; resultando de 1


1


que no consienten la sinceridad de semejan-
esto que envez de los antiguos tutores, han ¡tes palabras: todoscreen tener razon ; todos
entrado en la adminisuacion de los hienes I creen que de su parte está la 'justicia; Jo
del menor, ora los demagogos, ora los in- I que unos apellidan orden, los otros llaman
trigantes. I opresion ; lo <¡ue á estos les parece libertad,


1\ 1 fu
d.


\ \
1


10 miran .aquellos como anarquía; lo que
n;><:omOIOl;parl (oses an era e a ('y. .' t 1 d
.. .. I unos acusan de alta traicion, os ~tros o e-


Los partidos dominantes cuando quieren I corun con el helio nombrede heroicalealtad.
legitimar sus arhitrariedades , suelen decir i [Triste suerte la de los paises destrozados
(Ite sus adversarios esian .ruera de la ley; 1 por la discordia civil, que asi truecan los
y en verdad que en esto ueuen mas razon ! nombres de virtud v crimen, aplicándolo a
de lo que creen ellos mismos. Lila de.las [1 una misma accion, segun el bando á que
raices de los grandes males que aflIgen á '


1


1 pertenece el que habla! [Triste suerte la de
este desventurado pais , es el que una bue- , los pluses donde hombres honrados, y que
na parte del mismo está, fu~ra de la ley; 1: todos deplo~an el comun, infortunio y todos
\l0l"(IU~ fuera de !a l,ey esta (Iulen no recouo- 11 desean el bien de la patria , se ven srn em-
ce legltmlüel prlllClplO de donde la ley e.llla- i hargo separados p,or un lago de.sangre!
na. En este caso se ,encuentran dos partidos ¡I Cuando las nal:l?neS ,llegan ~ un estado
numerosos: e! carlista y el progresrsta ; el ti tan deplorable es imposible evitar grandes
carlista por creer que la legitimidad está en 11 catástrofes: y aun despues de haberse verti-otr¡~ per~ona; el progresista por creer que ,\11 do en abundancia la sang.re ,en luchas fratri-
la suuacron actual) en su ungen y en sus cidas no hay otro remedio a sus males que
obras. e~tá. e?- oposicion con la legitimidad el tic~1po, cn cuya corriente van desapare-
de los prmclplOs en qucdes~ansa el sistema "1 ciendo ~as generaciones agriadas y con ellas
liberal, Por manera, que mientras los unos sus pasiones. Pero pasan largos años y toda-
invocan su legitimidad dinástica, los otros ~ via se ove á lo lejos el murmullo de sus re-
invocan la l~gitimid.ad de la libertad; .resul- ti criminaciones y el eco moribundo de sus
tando de aht que unos y otros consideran! últimos combates. .
ilegítimo el principio de donde dimana la I


1
En cesando la lucha material, el princi-


ley. La subida de los progresistas al poder, I pio victorioso no puede contar, durante mu-
noeuraria este mal gravísim?; porque en- !i eho tiempo) con el reconocimiento de su le-
tonce~' .Io~ moderados neganan a su tU,rno 1I gitimidad por parte de los vencidos; y solo
la legltllulctad del poder de sus adversarios, ~,' s.c van C.',icatrizandO las llagas del Estado,
sustituyendo á la palabra liberta.,d, la d~ ór- I con un gran caudal de razon y de justicia,
den, ú otra qu~ mejor les par:clcsc. ASI .te- (lue desarme á los disidentes á fuerza de be-
nemos que, mientras los partidos no varien , neficios palpables; por cuyo motivo , son
de actitud, la .legalidadserá imposible; por- ii muy afortunadas las naciones á quienes en-
que no es posible establecer verdadera,lcga- 1


1


via Dios en tales crísis , poderes dotados de
iidad, cuando no se da por reconocida. la elevación de miras, de generosidad de sen-
legitimidad. En faltando esta circunstancia, timientos de firmeza de carácter.
la legalidad es una fórmula sin un sello sa- j ,
grad~: los partidos se sujetan á la fórmula :1
mieutras la fuerza los obliga á ello ; pero en ~~~~)U~"OH"'-
cuanto se creen bastante poderosos para lu-
chal', descienden al terreno de los hechos.




777 -
I recaer sobre aquel las cualidades contrarias;


es preciso, pues, aclarar las ideas, no per-
mitiendo que ninguno de los contendientes


Madrid Hd, diciembre da 1146. se engalane con títulos que no le correspon-
No es solo el partido monárquico el que den ó se exima de la responsabilidad que de


ha sido relegado á la mansion de los muer- derecho le pertenezca.
tos; tambien al progresista le ha tocado con Hubo un tiempo en se quiso sostener que
harta frecuencia el documento fehaciente el partido moderado era el principal, si no
de su defuncion: «la revolucion ha muer- el único depositario de la inteligencia; y así
to ,» ha sido una palabra fatídica con que se naturalmente se clasifican sus adversarios,
ha hecho frente á todos los peligros; al pa- por una parte en oscurantistas ó sea los mo-
recer los progresistas como los monárquicos, nárquicos, y por otra en atrasados en las
no tenian otro recurso que. fundirse resig- teorías modernas de derecho público é ígno-
nadamenteen el partido dominante, y pe- rantes en los demas ramos, ó sean los pro-
dir perdon por sus yerros pasados. Y ta- gresistas. Creemos que en la actualidad no
les se van poniendo las cosas que en verdad habrá quien se atreva á señalar corno carác-
va vamos creyendo que los partidos han ter distintivo del partido moderado la supre-
muerto en realidad ,.pues vemos que tienen ma inteligencia; despues de tres años de
una propiedad característica de los difuntos: esclusivo predominio,se ha visto todo lo que
causar miedo. era este partido: en la tribunay en la prensa,


Dejemos por hoy á los monárquicos, y en los escritos periódicos como en obras mas
hablemos de los progresistas. En nuestra sérias , nos ha dado la medida de sus alcan-·
opinion, lejos de que este partido haya ces: sin disputarle nada de lo que justamen-
muerto, creemos que todavía dará bastante te le pertenezca, podremos decir sin ofen-
que entender a los hombres de la situacion; derle , que entre los progresistas como entre
no diremosque esté próximo á subir al po- los monárquicos, hay hombres cuya inteli-
del'; pero tampoco estraüariamos que lo gencia no cede á los que mas se aventajan
adquiriese á no tardar, aunque no tal vez entre los moderados. El carácter, pues, del
por trámites rigurosamente parlamentarios. partido progresista no estaria fijado con lla-
Merced al esclusivismo de los hombres de la I marle la parte menos inteligente del partido
situacion, el partido progresista de España ¡liberal.
tiene fuerzas bastantes para poner en con- Hombres de legalidad se han llamado
t1icto á los moderados; entre otros hechos tambien los moderados, y por consecuencia
que lo atestiguan descuella el de las últimas han sido apellidados los progresistas hom-
elecciones. Esta es la verdad. Cuando hay 11 bres de fuerza; segun esto, los primeros
en la sociedad un hecho grave, nada se ade- '1 triunfaban con la discusion, los segundos
lanta con despreciarle: por mas que sea '1 con las armas; los primeros, gobernaban
contrario á nuestras opiniones no debemos' con la ley, los segundos con las bayonetas;
negar su existencia: jamás hemos podido ','1 los primeros vivian del parlamento, los se-
comprender á qué conduce ese desden cal- I gundos de los motines. ¿Es esto verdad?
culadoy afectado, por cosas que de tal mo- i Los moderados caidos conspiraron sin es-
do se ligan con el porvenir de la nación. II crúpulo, y emplearon sin escrúpulo tambien,
:\0 obstante esas denegaciones y afectados ¡II el recurso de los pronu.nciamientos. tos
desdenes, el partido progresista va agitan- I moderados en el mando, han gobernado
dose de tal modo, que á estas horas debe I por los estados de sitio, y no han escaseado,
haber dado f ya que pensar a los hombres 11 cuando lo han creido conveniente, el legis-
que predominan: se ha despreciado a los i lar por decretos, y hasta los golpes de esta-
monárquicos como un apoyo insignificante: il do. ¿Es esto legalidad?
se ha creido que sobraban fuerzasala sitúa- i! Resulta, pues, que la diferencia caracte-
cion para triunfar de todo por sí sola; los 1I rística entre progresistas y moderados, no
hechos hablarán. 1I esta en que aquellos sean hombres de fuer-


Con la mira de alucinar y confundir, se l' za y estos de ley. Ambos han empleado la
ha procurado comparar al partido progresista li ley ó la fuerza segun las circunstancias, cre-
con el moderado, atribuyendo soloá este to- yendo probablemente que de esta manera
do lo que ennohlecc y agranda. y haciendo, se podia vivir mejor.




- 778-
La riqueza es otro de los signos que se TI tizacion eclesiástica como una de las mas


han querido señalar como distintivos, pero 1
1


II preciosas conquistas de la revolucion; y Ile-
tambien (~S muy equívoco cuando menos. Si I vadosd~l celo de desamortizar, han compra-
se habla de de la riqueza anugua , nos en- 11 do los bienes de la Iglesia. La consecuencia
contramos co,~, la masa de. los propietari~s, 1I obligaba á dar un decreto con apariencias
hombres paciuccs en su inmensa mavona; :i de reparador; pero el decreto no se publico
de estos una gran parte se hallaen el partido ji hasta pasado algun tiempo, precisamente el
monarquico, mientras otra, mucho menor, ¡¡ tiempo aquel en que se hicieron innumera-
que había simpatizado con las ideas nuevas, !i bies ventas. Los lectores no habrán olvida-
se encuentra ahora entre dos fuegos, en un !: do la viva polémicaque por este motivo sos-
laberinto del cual solo procura salir con vida ;: tuvo el PEl'iSA'lIEl'iTO DE LA NACIOl'i con los
y sin deshonra. Tocante á la riqueza nueva, it órganos del partido moderado.
ocurren dos observaciones: primera, que I


1


I Una de las diferencias mascaracterísticas
entre los progresistas hay una parte muy .! entre los progresistas y los partidarios de la
eonsiderable de esta riqueza nueva; segun- ii situacion , consiste en que aquellosson hom-
da, que de la que se halla entre Jos rnode- I1 hres de aecion revolucionaria, y estos de
rados una buena canl~da~ se ha formad.o des- [1 ~oc~ revolucionario. Ampliemos esta dis-
del84:3 , Ypor consigurente no podia ser i, uncion.
anteriormente el distintivo de Jos que toman 1[1 Cuando las revoluciones cOl11.ienzan llevan
este nombre. . en su seno sus consecuencias. Las de la re-


Creemos poder dispensarnos de hablar de I volucion en España debían ser la supresión
la sed de empleos con que en otro tiempo 1I de las órdenes religiosas, [a abolicion del
se caracterizaba á los progresistas: segun l' diezmo, el despojodel clero, el abatimiento
parece, no detestan los moderados esta fácil 11 de la influencia religiosa en el orden cid:
carrera. '1 estas conoecuencias las ha reducido á hechos


La moderacion en la conduela, cualidad 11, el partido progresista, el partido de accion
la mas consecuente al nombre del partido,: revolucionaria. Los bienes materiales que
tampoco puede tornarse como signo oaracte- 1I esta accion debía producir á unos cuantos,
rístico , en contraste de la exaltacion que II nos los ha rehusado el partido moderado, el
debe suponerse en los otros. A mas de la : del goce revolucionario.
severidad ordinaria del regiuten p.olítico y 1


1


L.a milicia nacional , organizada en grall-
administrativo, no hay partido alguno que de escala, convenia á la seguridad de la
en las circunstancias estraordinariashaya I causa: quien la armó principalmente fue el
(~erra~l~do mas sang~·e: una pequeña tenta- i partid.().d~ la accionrevolucionaria: ~sta mis-
uva hicieron los carlistas en el Maestrazgo, 11 ma milicia , pasado el peligro, ha SIdo des-
y todavía no se pueden recordar sin horror 1I armada por los moderados: porque siendo
los fusilamientos que allí hubo; muchas ten- I! esencialmente activa en sentido revolucic-
tativas han hecho los progresistas ; donde se :1


1


. nario , no permitía gozar con tranquilidad.
han levantado allí humea la sangre. A fines: No hay medio mas seguro para estcnder
de 1844 ~l ~'lamor Público contab~ ya 2·1,¡, i' el goce de los r,esult~~os de una revolucion
hombres fusilados: desde aquella epoca el :1 que aumentar indefinidamente los emplea-
guarismo fatal ha crecidaconsiderablemente. :1 dos, siquiera se hayan de aumentar en la


Respecto á los principios sociales tampo- ii misma escala los impuestos; el, partido mo-
co encontramos tanta diferencia como se ha !¡ derado nos ha favorecido con la administra-
querido suponer. Los moderados no impi- ;1 cion francesa y el sistema tributario.
dieron el incendio de los conventos v el:1 Otro medio bastante seguro para no tro-
asesinato de los religiosos; v cuando los :. pezar con inconvenientes en la carrera de la
progresistas vinieron á suprimir con decrc- !¡i felicidad, es el no mostrarse demasiado rigi-
tos lo que en realidad hahia dejado de exis- .1 do con la corte: el partido moderado ha pro-
tir , no tuvieron que luchar mucho con la li curado no ser intratable , y no se ha descui-
oposicion del partido moderado. Los progre- !I dado en hacer notar cuán intratables eran
sistas abolieron el diezmo; los moderados [, los progresistas.
han aceptado la aholicion. Los progresistas 11 El apoyo de las bayonetas es una de las
decretaron la venta de los bienes de la Igle- garantías de buen resultadoen tiempos agi-
sia ; los moderados han mirado la desamor- í tados ; el partido moderado ha sufrido du-




- 779-
rante largo tiempo los ímpetus del general I el.edificio; J,y todavia se disputa sobre el ci-
Narvacz , hacontemplado cuanto ha podido miento? ¿Toaavia es para unos sólido ves-
á los gc('es militares de las provincias, y so- pacioso , lo que otros apellidan flaco v dimi-
hre todo no ha \lcrdido jamás de vista una uuto? .iS~ántas reflexiones inspira este s010
regia muy sencilla: con tal que el ejército hecho! SI no hubiese bastante COn los escri-
sea numeroso, y esté bien pagndo , y hri- tos periódicos que lo confirman, los últimos
I/nntemente equipado, no importa que otras manitíestos electorales lo presentan tan de
erases se mueran de hambre. bulto .y con tales caracteres .de gravedad,


En la actualidad ¿qué es lo que separa á que bien merece llamar la atencion de todos
los moderados de los progresistas? Muchas los hombrespensadores.
cosas y muy graves: la distancia entre ellos El partido progresista necesita absoluta-
es mucho mayor de lo que fue durante la mente de una nueva organizacion de los
guerra civil, y aun de lo que era en ,1 S.\.3 . ayuntamientos. UII sistema de suyo inquie-


Prescindiendo de otras diferencias, hay to , ha menester de auxiliares en todos los
tres sumamente capitales. La Constitucion, puntos del reino, que trasmitan en breves
los avuntamientos , la milicia nacional. instantes hasta el último rincon de la penín-


Los progresistas se quejan todos los días sula el movuniento que arranca del centro
de que la Constitución de ,1837 ha sido rota agitador, Un gobierno progresista sin ayun-
por los moderados, no obstante el ser una lamle~tos democráticos, no puede sostener-
bandera aceptada por ambos partidos. Si los I se. ASI pues, la subida de los progresistas al
moderados no hubiesen tenido la incalifica- p~der acarrearia por necesidad uOna disolu-
hle ligereza de encomiar la Constitucion cion general en las municipalidades, vol-
de '1837, llegando á decir que habia sido viendo con poca diferencia al mismo estado
hecha con sus principios, habrían podido que tuvieron antes de 1843. Esto, no solo
contestar, que cuando llegó su turno, rom- está conforme con los principios democráti-
pieron lo que se habia hecho sin contar con cos del. partido progresista, sino tamhien
ellos; pero esta respuesta la enervan las con sus intereses ; pues que si alguna fuerza
palabras y los hechos anteriores, entre los ha de tener en el pais, precisoes que su go-
cuales descuella la famosa coalicion con su bierno de la corte deje participar de la ac-
110 menos famoso manifiesto despues de la cicnguhernativa á sus auxiliaresde las pro-
caida del Ilegente. VIUCIaS. ~.lar~ e~ que semejante mudanza


Todo indica pues que si los progresistas no se vcnncana SIU que todaslas corporacio-
subiesen al poder, unode sus primeros pa- nes populares, inclusas las diputaciones,
sos seria restaurar la Constitucion de 1837; lomasen.el ~aract~r de cuerpos políticos, y
ó repentinamente, lo que es mas probable, por consiguiente sm que se sintiese en todas
ó.por medio de una discusión parlamentaria, partes el malestar inseparable de las a"ita-
abriendo brecha en la de 18M;, por el mis- i cienes políticas. Esto es un mal de inm~nsa
1Il0 sistema que emplearon sus adversarios trascenden.cia! y que previsto por los Ime-
contra la de 1837. Por manera que las dos blos , Suscitara grandes obstáculos al triun-
fracciones del partido liberal, que algunos I fo del. partido progresista; pero hay todavia
inocentes esperan todavia ver encerradas en I otro Igualmente necesal:io al sistema del
los límites de una discusion pacífica, discrc- I progreso, y mucho mas intolerable para to-
pan entre sí nada menos que en un punto Idos tos amantes de la tranquilidad pública.
tan grave cual es la ley fundamental. Ya se habrá entendido que hablamos de


¿Dónde e..stamos? Después de trece años ¡la milicia nacional, cuya reorganizacion for-
(le guerra y de rcvolucion , ¡,todavia no se mil uno de los principales capítulos de los
ha podido conseguir que las dos fracciones I1 programas progresistas, y que seguramente
del partido liberal se pongan de acuerdo en sera una de las causas que mas antipatías
lo tocante á la Constitucion , y aceptensin- , les produzcan en la inmensa mayoría de la
cernmente este terreno para luchar única- \ nacion. Comprendemos perfectamente que,
mente con armas Jegales?Doce años han I ó el partido progresista ha de abdicar sus
trascurrido desde que en el discurso de la 1I principios, ó necesita tener en las grandes
alll;rtura de las primeras cort~s decía la , ~~itldadcs Xen todos lo~ pllp;hlos de alguna ....""",
llel~a Gohe. rnado:a, que se había echado el 1I Importancia, . masas disponibles pa:a hacer .;y.... tYzi,~,
cumcnto , y que a las cortes tocaba levantar ~ frente a una msurreccion militar o a una 111- :< .',


. .'~.


. ~ -..
l ..~.~.




- 780 -
triga de la corte; mas, aunque no negamos
la necesidad, no podemos desconocer que
esta es una de las fatalidades con que lucha
ese partido. Atendido el carácter inflamable
de nuestro pueblo, y lo turbulento de la
época que vamos atravesando, es de todo
punto imposible que la milicia nacional no
dé frecuente ocasion á graves disturbios, y
que aun en las temporadas menos inquietas
no sea una causa permanente de-agitaciony
malestar en los pueblos. Estos que llevan
ya tantos años de sufrimientos y trastorno,
no quieren ni pueden soportar la idea de
que á todas horas haya de oirse el ruido de
las armas, aun en las mansiones mas tran-
quilas; de que sus hijos, tal vez educados
con el mayor esmero, se vean mezclados á
menudo días enteros, con gentes de cos-
tumbres libres y desenvueltas; que la lle-
gada de un correo poco satisfactorio, ó qui-
zás de un agente enemigo del gobierno,
baste á poner en armas la ciudad, desbo-
cando las pasiones, y provocando graves
conllictos. Se ha dicho que en Portugal no
ha sido posible armar la milicia por la aver-
sien de los pueblos; estamos seguros de
que tampoco se reorganizaría en la genera-
lidad de España sino con mucho disgusto y
hasta con resistencia de la inmensa ma-
voría.
• La milicia nacional es un arma de guer-
ra, no una institucion de paz: 'el gobierno
la necesitó durante la lucha civil; los pro-
gresistas la necesitan tambicn ahora, por-
que su mando ha de ser una' lucha con-
tinua. I


Decimos que el gobierno de los progre-
sistas seria una lucha continua; v sobre
este particular presentaremos algunas ob-j
servaciones. Otras veces han tenido que lu-
char los gobiernos progresistas con las ideas
y sentimientos de la mayoría do la nacion,
porque estraviados por algunos utopistas se
han propuesto realizar imposibles, añadien-
do asi á las dificultades de su situación, las
que resultaban de herir convicciones pro-
fundas y sentimientos arraigados, No sabe-
mos hasta qué punto los nuevos gobiernos
progresistas se aprovecharian de las leccio-
nes de lo pasado; y si mas tolerantes y me-
nos cavilosos, prescindirian de los asuntos
que afectan á las creencias y costumbres
del pueblo español, limitándose á vigilar á
sus adversarios en el terreno de la política;
pero aun cuando supongamos que asi lo hi-


ciesen, y que por tanto desapareciesen a(-.
gunas de las causas que mas contribuyeron
ásu caida en las épocas anteriores, todavia
tropezarían con otra, indestructible por sí
misma, á no ser arrojándosea medidas cs-
tremas, que tampoco pueden producir nin-
gun resultado con garantías de duracion.
Hablarnos de la oposicion de la corte.


Esceptuando la Inglaterra, donde todo es-
tá sujeto á condiciones especiales, y propias
únicamente de aquel pueblo, en todos los
paises del mundo se puede notar que el
trono no simpatiza con los partidos políti-
cos progresistas. Véase lo que está suce-
diendo en Portugal y en Francia,' no obs-
tante el que en ambos paises los soberanos
hayan adquirido sus tronos bajo la enseña
de la libertad. No es dificil adivinar la razón
de este fenómeno político: el instinto de con-
servacion, los sentimientos mas indelebles v
mas fuertes del corazon humano, hacen y
harán siempre que los soberanos oigan con
mas gusto y confianza á quien les habla con-
tínuamente de la necesidad de fortalecer el
trono, que á quien les habla de dar ensan-
che á la libertad popular. U¡;¡ soberano pro-
gresista en política, es una idea contradic-
toria.


Hé aquí una de las grandes dificultades
del sistema progresista en iodos los paises
donde los cambios políticos afectan directa ó
indirectamente á las prerogativas de la co-
rona. Y esto es tanta verdad, que si en In-
glate.rra no hay en la corte semejantes pre-
venciones contra los wighs, es porque la au-
toridad real no percibe ninguna mudanza en
los tránsitos de uno á otro sistema, y porque
los partidos luchan á larga distancia del tro-
no, sin pretender añadirle ni quitarle nada,
ocupándose tan solo de cuestiones sociales
v administrativas, cnvas consecuencias solo
ala vuelta de mucho'tiempo pueden refluir
sohre la corona modificando alguna de sus
atribuciones.


Estas dificultades que en ningun país son
de poca monta, tienen en España una tras-
cendencia incalculable; porque en un país
tan eminentemente monárquico, es una con-
trariedad terrible, no diremos la enemistad,
sino tambien el simple desagrado del mo-
narca. La historia de los últimos años es so-
bremanera instructiva.


Dejando aparte la época desde 1820 has-
ta '1823, en que el Rey Fernando estuvo
siempre en sorda ó en abierta oposicion con




- 781 -
su gobierno, podemos observar que aun ~ versarios políticos de los progresistas, que
desde 1833, en que sobre las torres del ré- 11 ya por sus protestas de amor al órden y á la
gio alcázar se enarboló el estandarte de la I1 monarquía se aseguraban la preponderancia
libertad, se ha establecido una lucha ince-I' en la corte, adquiriesen nuevos títulos á la
sante entre el partido del progreso y el po- r gratitud de esta, y conquistasen asi una es-
del' real; lucha que se ha manifestado mas !celente posicion para destruir á sus adversa-
de una vez con estrepitosos rompimientos. lirios, el dia que pudiesen asentar el pie en
J~n ,1836, la Reina Gobernadora despues de li Esp:1Iia.
haberse resistido hasta el último momento á '1 El suceso de Olózaga en noviembre de
las exigencias de las juntas, y aun de la \' '184.;}, fue también muy fatal al partido pro-
milicia de Madrid, se vio precisada á ceder I gresista ; y esto, no solamentepor sus efec-
al motin de la Granja; y poco después ahria tos inmediatos, que por cierto fueron terri-
las cortes constituyentes con un discurso lIe- bies, ni porque inhabilitaba para siempre á
no de blandura y hasta de humildad, decla- uno de sus caudillos, sino porque el parti-
rando que como Reina nada aconsejaba, y do progresista en la alternativa de optar en-
como madre nada pedía. La revo!ucion tr.e un súbdito y la Reina, optó por el súb-
triunfante en todo el ámbito de la Penínsu- dito contra la Reina. Y al decir esto, entién-
la, fue sin emhargo bastante generosa ó has- dase bien que prescindimos absolutamente
tante previsora, para olvidar la resistencia del fondo del negocio, y que nos ahstene-
pasada, y confirmar en la regencia del reino mos de calificar la conducta, asi de OIózaga
á la madre de la Reina. como de los consejeros de S. M. ; solohace-


Corrieron los dos años siguientes en di- mosnotar que el partida progresista se colo-
versas alternativas; pero reproduciéndose có en una actitud peligrosa; y quizás no
con mas ó menos intensidad los síntomas de procedió con bastante habilidad en el mismo
desacuerdo, hasta que en 1839 comenzó á interés de su porvenir corno partido de go-
bullir en algunas cahezas un provecto formi- bierno. No se trata de las cualidades de
dable, comoúnico medio de desembarazarse Gonzalez Draba, ni de otros que mediasen
de un obstáculo permanente. La ambician y en este asunto: sea lo que fuere de todo
fortuna de un soldado favorecieron el pro- leso, estaba de por medio la palabra de la
yecto que se llevó á cabo en el pronuncia- '1 Reina. La Reina decia sí, Olózaga decia no,
miento de setiembre de 1840. Alegáronse á y el partido progresista aplaudió el no.
la sazon, aunque no oficialmente, razones Como si el partido progresista tuviese
particulares, fundadas en hechos que las re- contra sí una triste fatalidad en lo coucer-
velaciones posteriores han aclarado; pero lo niente á la corte, todavía han sobrevenido
cierto es que en el fondo de] negocio había nuevas complicaciones que han empeorado
una razon política, y que esta preponderó JI la situación de las cosas. Pronto va á cum-
sobre todas las demas. Los que dirigen los plir un año que el infante D. Enrique dió á
grandes acontecimientos políticos rara vez se . luz un manifiesto, que, con razon ó sin ella,
dejan llevar por los mismos motivos que ha- fue interpretado por algunos corno ~na de-
cen valer como poderosas palancas para con- claracion bastante favorable al partido pro-
mover á los,pueblos. gresista. Los periódicos dc este partido aco-


Los sucesos de 184.0, dejaron en mala gieron el escrito con eutusiasmo ; así como
situación al partido progresista, para que los amigos de la situacion le miraron con re-
en mucho tiempo pudiera habilitarse á los celo; hubo discursos estensos , hubo felici-
ojos de la corte : , aquel fue un paso muy taciones , y hubo por fin acontecimientos
atrevido; en hábil política, ó era preciso desagradables que no hay necesidad de rc-
evitarle á toda costa, ó arrojarse á conducir cordal'. Como S. A. mantenía relaciones
la revolución hasta sus consecuencias mas con algunos prohombres del partido progre-
lejanas y subversivas. sista , y mediaron ademas las cuestiones del


Corno si esto no fuera bastante, sobrevi- casamiento seguidas de la protesta que S. A.
nieronlos acontecimientos de ·18q.1,' yade- creyó conveniente dirigir á las Cortes, la
mas las desagradables contestaciones de Pa- l· atención pública en España y en Europa se
ris entre cl Sr. Olózaga, á la sazonemhajador ¡lijÓ durante algun tiempo sobre las relacio-
en aquella corte, y el s~er~ta:io de la Reina I nes y. simpatí~~ de este .partido con eljóven
madre. Todo esto contrihuia a que los ad- príncipe, haciéndose diferentes versiones,




- 78:2 -
que aunque agenas sin duda del ánimo del Ise á tanta altura de esplendor e inlluenci»,
infante, no dejaban de producir alguna in- por el enlace de su primogénito COII la Hei-
qUIetud en los hombres enemigos de discor- na Isabel.
dia entre los miembros de la real familia Parece que estas circunstancias son dig-
y de serias complicaciones en los negocios nas de recordarse, cuando sequieran aven--
de España. Con este motivo un periódicode turar conjeturas sobre el porvenir del partí-
la suuacion , aunque con reservas y salve- do progresista. Por nuestra parte creemos
<Iade.s, no dejó de echar en caraá los pro- que por los medios ordinarios, le ha de ser
greslstas una de aquellas intenciones gue, algo difieil subir al poder, y tambienel COII-
C~lO solo suponerlas posibles, dañan muchi- servarse en él si llegase á conquistarlo. Co-
suno á un partido para que pueda ser admiti- mo este partido, aunque no tan fuerte como
do. algun dia con plena confianza en los con- él se cree, no deja de contar en su seno po-
sejos de la corona. Esta complicaeion se ha derosos elementos de acoion , se puede ase-
des~n lazado de la manera mas triste para el gurar que no se resignara á la suerte que
p~rtldo progresista; pues que despues de los hombres de la situación le han deparado;
diez meses de interés y entusiasmo por el Y que mucho menos se le podrá persuadir
Infante O. Enrique, S. A. ha creido mas que abandonando sus principios é intereses,
conveniente dar un paso de sumision á la se someta á un régilnen que no cesa de ape-
voluntad de S. M. , retirando la protesta, v llidar ilegal y tiránico. La espcricncia ha
anulándola espresamente para lo presente y , enseñado que el partido progresista no rc-
lo ~eIllcl?ro. Ignoramos cuál sea á punto fijo I para en obstáculos, sean los que fueren, ni
la srtuaciondel partido progresista con res- i se arredra por dificultades de ninguna espe-
pecto (¡ S. A. ; pero en cuanto se puede iuz- I cic , siquiera procedan de alto origen; y asi
gar por la série de actos cuva reseña <lciiha-I debemos prepararnos á ver cosas ml.IY sin-
mos de hacer, hien cabe conjeturar que no guIares en fas evoluciones que haga este
será muy satisfactoria. 1, partido en la esfera política. El ardor con


Por manera que este partido, sin haber I que últimamente se ha arrojado <Í las elec-
sacado el menor provecho de sus delcren- i ciones, indica que está dispuesto ú trabajar
cías y simpatías h~cia el infante, se encuen- I ahora ~ant() como nunca; y es probable que
tra ahora con el disgusto dc haber arrostra- "lila sera solo el campo electoral donde etu-
do un compromiso inútil; y con la pena que il plee sus medios de accion para derribar a
naturalmente causa el verse separado de 1I sus,adversanos.. ...
pers~nas tan elevadas, cuando se las ha 1


1
En ~~tas materias es U¡[IC¡( calcular a
aco~ldo c?n e~tl~siasmo y se ha procurado l· punto fijo lo q~e sucederá ; pero como.el
escítarle en el animo de los puehlos. I partido progresista por un conjunto de clr-


Por si esto no fuera bastante, hay mas '1 cunstancias especiales se halla en una situa-
todavia. Sabido es que el partido prozresis- clan anóm~la, se puede prever qlle ha de
ta aplaudió el casamiento de la Reina con el 1I ser conducido con el tiempo á hechos mas
entonces infante D. Francisco de Asís, y ! anómalos todavia. Este es un cometa que
que se complacía en llamarle príncipe libe- I camina con demasiada velocidad para que
ral , esperando de él un carnhio político. ]'10 '! pueda ser atraído por el actual sistema, v
sabemos hasta qué punto estas esperanzas 11 sometido á un movimiento reg-ular en la 01'::"
eran fundadas; pero lo cierto es que segun 11 bita 'lllOnár~llico-consti{¡.lcion~il, c~nvirtién­
parece , se han frustrado del todo. El Rey , dose en satélite de la situacron. Sin (Iue lo
no ha dado ningun paso que acredite simpa- I intenten ahora los prohombres del partido,
tías por el triunfo de los progresistas. l' la fuerza de las cosas le irá llevando á larga


Asi pues el partido del progreso, después distancia del punto donde está, asi como la
de _haber~e in~:Iis.puesto para siempre con 1I n?i.sma fuerza le ha llevado muy lejos. (~elDalla Mana Cristina, después de haber to- ) SitIO en que estaba durante la guerra civil.
mado una actitud poco grata á la Reina en li Cuál sea este punto, y cuáles los caminos
el asunto de Olozaga, acaba de perder las II! por donde baya de lle~ar a él, Jo hall de de-
esperanzas ¡¡necon razon ó sin ella, fundaba, terminar los acontecimieutos , que por cier-
en la familia del infante D. Francisco; y esto 1, to no faltarán. y de graredad, para que los
último. prceisameute en el momento l~¡j'ill() ¡ partidos encuentren vasto espacio en que
en ijlJe esta augusta falllilia acaba de elevar- : realizar sus maniobrus.




783 -
jPOR DÓNDE SE SALE'? 11' trata de la nacion que dispone de mas me-
(, '1 dios rúblico~ y secr~tos para dafia~ á sus


, enemigos, silla también porque precisarnen-
¡I te la Inglaterra ha sido uno de los apoyos


Madrid 31 de diciembre <lo 16\6. ¡¡mas poderososdel trono de lsabcl Il.I Examinemos ahora cuáles son las proba-
Antes que la Espafía pueda prometerse '.'1 hilidades de obtener estos grandes resul-


dias tranquilos, ya que no venturosos, es I tados.
preciso que se obtenga lo siguiente: 1,'1


1.o Sumision sincera del gobierno y de !ll:mislon stnce..a II..! r,-01ll¡>,'''o y de los pa,.lidll.
los partidos al orden legal. 11 al ;jl'de" !¡'gul.


2.° Arreglo de los asuntos eclesiásticos I Un gobierno no es legal por solo querer-
mediantr, la autoridad del Sumo Pontífice. 1I lo: la legalidad exige algo mas que vol un-


a. o Reconocimiento de las potencias del 1
1


tad sincera de sujetarse á la ley; ha menes-
Norte: ter de ciertas condiciones independientes de


L o Desarmar la indignacion de la In- I los deseos y propósitos de los hombres que
gtatcrrn. I gobiernan. La conservacion propia y la del


Sin estas condiciones , ni el orden estará órden público son para los gobiernos nece-
asegurado, ni las conciencias dejarán de sidades superiores á la ley; si esta no has-
agitarse, ni el trono de Isabel gozará la ta , se suple con la fuerza. Asi lo han hecho
consideración que necesita en Europa, ni siempre los gobiernos, asi lo hacen ahora,
estará exenta de peligro la tranquilidad de asi lo harán en adelante, no solo en España,
los dominios de la monarquía en el conti- sino en todos los paises del mundo y bajo
nente y en las colonias. I cualesquiera formas políticas que se plan-


.\Iientras lGS partidos solo se sometan al I teen ó imaginen. Es pues tiempo perdido
órdcn legal, como á una necesidad de fuer- el qne se emplea en predicar á los gobiernos
za, las insurrecciones serán frecuentes como I respeto á la ley, cuando esta por sí sola
lo son en la actualidad; el orden será inter- I no se puede hacer respetar de gobernantes
mitente, y ni aun los mismos intervalos de I y gobernados: los gobiernos cuando no pue-
paz material estarán libres de inquietud y il flel1 gohernar pelean; el despotismo que en-
zozobra. La sumision del gobierno al orden I tonces se ejerce no es olra cosa que el uso
legal. es otra necesidad: es preciso poner. estralcgal de las armas que tiene en su ma-
término á ese funesto sistema que proclama I no todo poder constituido.
derechos en la ley escrita, y los infringe I De donde resulta que el primitivo origen
sin reparo en la práctica, y que es por sí I de la posibilidad de un sistema legal, no se
solo una semilla fecunda de anarquía: los ha de buscar en los gobernantes, sino en
pueblos aprenden pronto lo que les enseñan] los gohernados, porque no hay poder públi-
los gobiernos. I co posible cuando la sociedad se halla en


El arreglo de los asuntos eclesiásticos i¡ tales circunstancias que hacen imposible el
mediante la autoridad del Sumo Pontífice, , que este poder ejerza sus funciones. La
es una de las necesidades lilastra~c~ur1ent.a- !¡ fl,lCrza de.1 pod~r nunca nace del gobiel'Uo,
les, no solo para el bien de la Ileligion, silla ! sino de la sociedad, sIempre se trata de
tarnhien para el del Estado: aun cuando to-I muchoscontra pocos; y asi es que la historia
dos los domas negocios se terminasen con . y la esperiencia enseñan constantemente
felicidad, si este quedara pendiente, él solo I1 que los gobiernos muy odiados de los pue-
bastaría para provocar graves conílictos en I1 bias, caen irremisiblemente, siquiera se
lo presente, y acarrear inmensos males en li encastillen en una altura inaccesible erizada
el porvenir. i: de havonetns.


El reconocimiento de las potencias del I1 Prescindiendo del origen del poder civil,
Norte es tamhicn indispensable, si el trono :.\ y sea.cual fuere la d?ctrina que sobre este
españo! no ha de representar un papel tan I punto se adopte , siempre será necesario
desairado cual no lorepresenta niugun trono ·1' convenir en que no es posible gobernar i1
de Europa. 1un pueblo que no quiera ser gobernado:


Por fin, el desarmar la indignacionde la ! cuando losconquistadores han oprimido por
Inglaterra, es necesario, no solo porque se nlgun tiempo á un pais , 10 han hecho porque




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podian arrojar sobre este, al pueblo con- principios revolucionari~s, es siempre ,muy
quistador. Para gobernar es necesario un sospechoso: la monarquia es por esencia ,un
vínculo moral, que por una parte dé consis- elemento de órden y estabilidad; los prlll-
tencia á la fuerza material, y que supla lo cipios revolucionarios son por esencia agita-
que á esta falta; y este vínculo debe arran- dores v disolventes; no pueden umrse ; su
cal' de un punto tija: el convencimiento de union"es la muerte de uno de ellos, v á ve-
que el poder que gobierna, es legitimo; ces de ambos: el trono de Luis XVI y las
convenci'miento que se debilita cuando hay libertades francesas, se hundieron juntos
una parte que opina en contra de la legiti- I en los horrores de la convención y en la
midad. Por esta razon se ve á los gobiernos, I dictadura militar. Afortunadamente el as-
aun los nacidos de las revoluciones, correr . cendiente del espíritu monárquico, ha evi-
desalados tras el título de legítimos, procu- tado en España tamaños desastres, no per-
raudo subsanar el vicio de su origen; v es muiendo otra cosa que mezquinos remedos
que, saben que encontrarían en eso un ele- de aquellas escenas colosales y terribles;
mento de incalculable fuerza, y que lo con- pero es menester notar que el drama sigue
trario es una causa de profunda debilidad; aun, y que la revolucion española no ha lle-
es que saben que Jos pueblossufren por lar- gado todavia á su desenlace. Las nuevas
go tiempo el mal proceder de un gobierno eras pasan, y el desenlace no se vé : I~ úl-
que creen legitimo, pero no sufren sino á la tima se inaugura como estamos presencnm-
fuerza, á un gobierno que creen ilegitimo, do: en lospartidosdivision, exasperación; en
aun cuando gobierne bien. Esta ohservacion el gobierno crisis perpétua ; en el pais, ama-
es de mucha trascendencia para comprender gos de revolucion y de guerra civil; en la
la historia y la política. Europa, aislamiento V enemistades. ,


Unode los resultados mas desastrosos de Teníamos profundamente grabada la Idea
las revoluciones, es el que á fuerza de der- de que era necesario substraer el trono de
ribar y levantar gobiernos, debilitan en los Isabel Il á la necesidad de los apoyos> revo-
pueblos las ideas y sentimientos de la legi- lucionarios , que desde su elevación le han
timidad del poder; y las cuestiones dinásti- conmovido al paso (fue le sostemall:, Y,de
cas liguran entre las mayores calamidades l' que era preciso hacer entrar en comuiuacion
de un pais , porque el principio de la Iegiti- con la Espaáa nueva la España antigua, pa-
midad se divide , y el poder público pierde ra dar á la monarquía el cimiento anchuroso
en fuerza todo lo que le falta de reconocí- y sólido de las ideas y sentimientos naciona-
miento que no le prestan los disidentes. cionales , de las tradiciones españolas, ere-


En España, á lilas de la guerra dinástica, yendo que solo de esta manera podia cense-
hemos tenido la revolucion que se ha llama- guirse que subiese á las regiones del poder
do aliada del trono; y hé aquí que ahora, la savia vivificante que circula por las entra-
cuando debia haber union, siquiera entre üas de la sociedad. Mas como quiera que
los defensores de Isabel, se presenta un nú- en nuestra opinión esto no podia lograrse
mero considerable de estos reclamando el con reales órdenes, ni con artículos de
cumplimiento del pacto concertado entre el periódicos increpando á los disidentes, ni
trono y la libertad. Nacen de esto compli- con el propósito de homhres que lo desea-
caciones nuevas, que en concepto de los ran , sino con hechos positivos, grandes, de
amigos de la revolucion, afectan á la misma eficacia segura y duradera, se dijo que in-
leaitimidad de las instituciones ; v se acusa tentábamos una reaccion, que la ejecuciouin~esantemente á los consejeros de la coro- de nuestros proyectos pondria en peli~ro el
na, de haber estraviado á la autoridad real, trono de la hija de Fernando; se prefirió es-
haciéndola sancionar actos contrarios á los cuchar los consejos de la corte de las Tulle-
principios de la libertad: tales son el desar- rías, se tomaron determinaciones instantá-
me de la milicia nacional; la restriccion de neas , y se ejecutaron coninaudita prontitud.
los fueros municipales :Ia reforma de la Es de suponer que los encargados de velar
Coustitucion de 1S37 , y por fin el olvido ó por la seguridad del tronode Doña Isabel Il,
el destierro de los que figuraron en primera y la tranquilidad del pais, lo habrían pen-
línea en defensa de la revoiucion y del trono sado bien antes de tomar tan grares resolu-
de Isabel Il. ciones: sobre ellos, pues, caerá la respon-


El apoyo ofrecido á los tronos por los sabilidad, á ellos tocará la censura ó el elo-




- 785-
gio en el fallo de la posteridad1 y antes 11 nes de las corporaciones populares, y arma-
todavia, en el juicio de la generaclon pre- rian la milicia nacional; mas con esto ¿qué
sente. Sí nucstsa opinion fue errada? y de I s.e adelanta para constituir un gobierno s~­
todos modos la España puede ser prospera l¡hdO? nosotros creemos que por el contrano
y feliz, nos alegraremos: en el caso contra- resulta imposible. ¿Qué se adelanta para
rio nos consolaremos, recordando 10 que hacer entrar á los partidos en el orden le-
pensamos y sostuvimos: (magna enim con- gal'? Con tales medios, los demas partidos
solatia est , decía Ciceron, cUln recordere comenzarían inmediatamente á conspirar
eiiamsi sec/ts acciderit , te tomen recte Vefe- contra una situacion que llamarion de fuer-
que sensisse.» za : lo pasado responde del porvenir.


Dejando al ponen ir sus arcanos, lo que Varias veces hemos manifestado nuestra
sí podemos asegurar desde ahora es, que opinion sobre el mando de los conservado-
los partidos no se muestran dispuestos á en- res: ó gobernarian á poca diferencia como
trar francamente en el orden legal: la acti- los ministrosactuales, o serian, sin querer-
tud del gcfe de los carlistas es bien conoci- lo, un puente muy corto pClr el cual pasarian
da: los progresistas amontonan protestas los progresistas. ¿Dónde están esas diferen-
sobre protestas, contra todo cuanto se ha cías de sistema? nosotrosno las alcanzamos.
hecho desde ·18Q3; los conservadoresse ma- Fácil es hablar en general de legalidad, de
niliestan cada dia mas impacientes é irrita- moralidad, dc economías, de dignidad na-
dos; v los de la situación cada día mas fluc- cional , de mejoras públicas; pero la dificul-


. tuautes " como se echa de ver en la perrna- tad está en la ejecucion. ¿Rebajarían el sis-
neute crisis de su representante que es el terna tributario? En tal caso ¿cómo se cubre
ministerio. ¿Qué remedio hay para scme- el presupuesto'? El gobierno de los censor-
jantes males? otros lo sabrán quizá; nosotros vadores no tendria bastante fuerza para ha-
lo ignoramos. cer reformas radicales en el ejército y en


¿Se puede comenzar por entregar el man- todos los ramos de la administracion ; para
do á los progresistas? ,\i la corte lo quiere, esto se necesita una audacia ó restauradora
ni el partido moderado lo consiente; y sin órevolucionaria; y esta no la tienen ni la
embargo, esta es la única condicion para pueden tener los hombres que profesan esas
aplacarlos. doctrinas tibias, en que no entra el calor de


¿Se puede llamar á losconservadores?Las ningun principio poderoso; esas doctrinas
simpatías de la corte por esta fraccion , son en que la monarquía y la revolución se equi-
cuando menos muy dudosas; y ademas, la libran en finísimas balanzas; disputándose
mayoría del partido moderado se opondria largamente sobre un adarme mas ó menos
á que subiesen al poder los qne han estado de prerogativareal, ó fuerodel parlamento.
en minoria en las cortes pasadas, y lo estan ¿Modificarian notablemente el gobierno
en las presentes. de las provincias? Si no anduviesen con gran


¿Se conserva al ministerio actual, en todo tiento, muy pronto palparían el resultado.
ó en parte, ó bien se nombra otro que pro- Hay ciertos males inherentes á la situación,
fese los mismos principios y observe igual que no los curarían los conservadores, y
política? Nada habremos adelantado; durará uno de estos males es la necesidad de hacer
la situacion actual con la division, con la mucho uso de la fuerza.
irritacion, con todos los inconvenientes de ¿Armarían la milicia nacional? no: pues
ahora. entonces los progresistas se quejarian lo


¿Se hace una tentativa en sentido mas mismo que ahora. ¿Admitirianampliamenteá
monárquico? Entonces se reunen contra el los progresistas en la administracion públi-
ministerio todas las fracciones liberales; ca? Si no los admitiesen sufririan las mismas
mientras los monárquicos en su mayoría, se acusaciones de esclusivismo; si los admitie-
conservarán en su retiro, esperando los sen, el partido progresista con su número,
acontecimientos. su energía y su audacia, absorberia en poco


Ademas, ¿con qué medios de gobierno tiempoá la pequeña Iraccion conservadom
contarían los varios ministerios que acaba- que se disolveria bien pronto como un pe-
rnos de indicar? I queño grano de azúcar en un vaso de agua.


Los progresistas restablecerian la Consti- En cuanto á los medios de gobierno de
tucios del 37, cnsancharian las atribucio- que dispone un ministerio que conserve la


Di'




-- 78r- --
situación actual, probados estan; y lo peor I1 muertos en .su descanso, y á entristeceros
{.~s que no se alcanza la posibilidad de em- I con los fatídicos acent.os que de vez en cuan-
plear otros mas eficaces, atendida la falsa I do se exhala~ de las tumbas,
posicion en que la~ cosas' se.encuentran por I La revolucion ha muerto, el ca~lism~ ha
un conjunto de circunstancias sumamente muerto; todo ha muerto menos la situación:
complicadas y peligrosas. s~a en buen hora: feliz ell~ que en tal ca-


Pues qué , se nos dirá, ¿no le será POS¡-I t~strofe de muertes ha podido conservar la
hIc al p~rtido moderado ~I~mar a} pa~t¡do vida, y no como qurera , si~o con robustez,
monarquico de todas. las opmionesdinásticas, I coI.! lozan.la , con'perfecto bIen.estar , conesa
asociarle sinceramente al gobierno, y con- urllon. en su propio ~eno,que le augura lar-
tar con él, como el mas firme apoyo del I! gas Siglos de duracion y. bienandanza. En
trono de Isabel Il? Pero nosotros pregunta- I vano claman los progresistas , en vano se
remos tambien , si los partidos vien~n por 1I quejan.los monárquicos: la situación no es-
folo llamarlos;si las ideas y los sentimientos I pera ni terne nada de los que estan fuera de
se cambian con un escrito; si los temores I e.lla; y derramando gra.cias sobre cuantos la
y las ~speranzas se .deshacen cou una pala-, sirven ,.y amenazando a cu~nto.s no la arlmi-
bra : SI los compromisos se rompen porque ran , sigue su marcha triunfal entre los
otro lo aconseje.; si los ins~ltos .se olvidan I aplausos de 103 pueblos y la envidia de la
con una espresion halagüeña: SI se ruegan I Europa.
los actos de toda la vida, para acometer I 1/.
empresas inciertas en favor de losenemigos; Arreglo de los asnntos l'cll'sjastlcos, medianIl' la
si se ha olvidado la historia de 184.3; si se autor-ídad del sumo Ponllllcl'.
ignora que la generalidad de los hombres ¿Hay prohahilidad de llevar á cabo esta
prefieren vivir infortunados en fa oscuridad importante medida? ¿Cuál es la actitud mas
doméstica, á servir de pedestal á sus ad- favorable que la Santa Sede puede tornar?
versarios , y que tantas veces los desprc- No creemos que haya otra que la de exigir
ciaron. una cosa justa, justísima , á saber: que se


Si las dificultades enumeradas no son asegure al clero una subsistencia decorosa
verdaderas dificultades, convenimos en que é independiente. ¡.Hay esperanzas de que
la tentativa pudiera salir bien; pero si son I esto se haga? ¿Cuáles son? ¿En qué se fun-
dificultades grandes, entonces sígase como I dan? Si se hace una tentativa, ¿hav estahi-
hasta ahora, y sufra cada cual la situacion lidad suficiente en los homhres yen"!ascos'as
que se ha preparado, y súfrala con sus últi- para que se puedan ofrecer garantías de que
mas consecuencias, que, antes de seguir su se cumplirá lo que se prometa?
conducta pasada, bien debió pensar en su El sistema de la dependencia del erario
suerte futura. Los negocios de estado, los está juzgado por la esperiencia , como lo ha-
sistemas políticos, no son asuntos de intri- hia sido previamente por el cálculo. El de
gas particulares; los grandes negocios tie- prestaciones en frutos, no parece que ohten-
nen grandes resultados , buenos ó malos, ga , por ahora, las simpatías del gobierno,
segun la resolucion ; los principios políticos v difícilmente obtendría el de las cortes.
tienen consecuencias, buenas ó malas, se-I Cualesquiera otros medios que se escogitcn,
gun son ellos; los partidos y los hombres no tendrán contra sí el deplorable estado de
son insensibles á las heridas del pundonor; I nuestra hacienda, ti pesar de las insoporta-
la repulsa y el desprecio no son buenos me- bles cargas que abruman á los pueblos.
dios para conquistarse amigos. No creemos pues exagerar nada al decir


Se ha dicho una v mil veces, v se está que esta subsistencia decorosa é indepen-
repitiendo todos los dias, que el partido mo- . diente, no puede garantizarla la situación
nárquico, absolutista, carlista, reaccionario actual, ni otras que hemos indicado: por
ó llámese como se quicra , estaba muerto; consiguiente es harto probable que las cosas
dejadle pues en su sepulcro, no busqucis permanecerán en el mismo estado, y que
el apoyo de los muertos; su apoyo es delez- el arreglo definitivode los asuntos eclesiás-
nable como un monten de ceniza, su proxi- ticos sc aplazará todavía por aJgun tiempo.
midad contagia; permaneced en esa region En estos días se habla de la venida de un
de fuerza, de vida, de aroma, que os ha- Nuncio, y algunos creen que en realidad
beis fabricado , no vayaís á inquietar á los tiene el gohierno noticias favorables : por es-




11I.


- 787 -
to, no mudarnos de opinion : el Nuncia, si j' tr.ece afias' el lector juzgará si pensamos
viene, vendrá para examinar lo que se pue- I bien.
de hacer, y es temible que le será dificil 11 IV.
conv~ncerse de que se pueda hacer lo que D;~~ar'~a .. la. i",llgnacion de la (n¡;clarena.
cnuvrcno. En Roma no se procede con pre- I La indignacionde laInglaterra, proceden-
cipilil(;ion.; antes que la Santa. Sede dé,un pa-II


I
te del matri.monio de la .i~f.anta. ~on. el duque


so de}ll1ltlvo , ha de trascu.mr todavia II)U- de Montpensicr, se dirige principalmente
cho uempo, y po.r desgracia los sucesos en I contra la Francia, pero afecta mas profun-
España se complican de una manera nueva damente á la España. Una venganza directa
cada tres meses. contra la Francia, necesita de mas medios y


preparacion que contra la España : aquella
nacion, aunque encierre elementos de gran-


Reconocimiento de las ¡,ol.encias del NOI'te. I d li .es comp icacrones en un porvenir no muy
Al recordar este asunto ,se nos ocurre , lejano, se halla por el momento en mejores


naturalmente el repetido anuncio de que se i disposiciones para poder neutralizar las ma~
va á obtener muy pronto el deseado recono- niohras estrangeras; y además , no es tam-
cimiento. Creemosque esos anuucios se han poco posible intentar nada sobre la Francia,
hecho ya un tanto ridículos, y que seria sin que se resienta la Europa entera. Si la
hueno economizar!os en adelante. Cuando dinastía de Orleans hubiese de correr peli-
llegueel reconocimiento será bueno anun- gros algun dia , estos se prepararían en un
ciado de repente; asi la sorpresa será mas concierto europeo, tomándose anteriormen-
profunda y general, evitándose las noticias te todas las prevenciones necesarias para
anticipadas que pueden producir la sonrisa impedir que el intento de cerrar completa-
de los incrédulos y el sarcasmo de los ene- mente el cráter del volean, produjese una
migas. POI' lo demas , entregamos al buen conflagracion espantosa. Por desgracia la
juicio del lector el fallo sobre semejantes península se encuentra en posicion mny di-
esperanzas. Las potencias, que con tenaci- ferente: algunos millones empleados con
dad inaudita han permanecido apartadas y habilidad, pueden hacer peligrar la tranqui-
somhrtas durante trece aüos, á pesar de las lidad de España: y este sacrificio no es muy
gestiones del gobierno español, y de los ga- grande para naciones poderosas. euando no
binetes de Francia é Inglaterra, no es proba- se consiga otra cosa (rnC dar disgustos y te-
ble que muden repentinamente de política, mores á la Francia, p se logra en parte el
ahora, precisamente ahora, cuando cantem- objetode los que desean vengarse; y si por
plan con placer el estrepitoso rompimiento los azares de la fortuna se llega á un resul-
de la cuádruple alianza; cuando la Inglater- tado mas cumplido, se tendria adelantado
fa se opone abiertamente á la sucesion á la i no poco para !ntentar con el tiempo empre-
corona de una de las dos hijas de Fernan-! sas mas atrevidas. Nunca hemos dudado un
do VII; cuando lord Palmerston hace todo lo i¡ momento de que las desavenencias estrañas
que puede para mortificar é inquietar á la las pagariamos los espaüoles , desde que vi-
corte de las Tulleríasy á lade Madrid; cuan- mes la inconcebible cezucra de los hombres
do se da en Lóndres tal recibimientoal pnn- que disponian de la suerte de nuestra patria;
cipe fugitivo de Bourges: cuando en I'ortu- I los resultados lo van confirmando de una
gal , que es poco mas que una provincia de manera tan grave, que hubiera parecido
Espafla, ondean nada menos que tres han- increible algunos meses atrás. Asi los suce-
deras , la de Doña l\Iaría en Lisboa, la de la sos que dehian consolidar definitivamente el
revolucion en Oporto y Santaren , la de don trono y la tranquilidad pública haciendo en-
~lgl!el en Braga; cuando los partidos poli- trar de nuevo á la España en el concierto de
tlCOS de España se aprestan á avivar mas y las naciones europeas, hall venido á inaugu-
mas sus luchas dentro y fuera del parlamen- rar una nueva era de conflictos y riesgos,
to; cuando el gobierno se ve precisado á to- j cuyas últimas consecuencias no se pueden
mar providencias para hacer frente á los conjeturar.
amagos de guerra civil. Se ha cometido en España el gravísimo


En semejantescircunstancias,no creemos, error de aumentar nuestras complícacioncs
no podemos creer, que las potencias del con las agenas; de ligar nuestra dinastía
Norte otorguen lo que han negado durante todavia no bastante consolidada por efecto




- 788 -
de la guerra civil y de la revolucion, con [I¡IOS recientes favores de las escuadras ingle-
una dinastía amenazada de graves peligros ' sas prontas cn todas las costas de la penin-
en sentidos diversos; nuestro suelo tan de-I sula para sostener contra D. Carlos cl trono
seoso y necesitado de paz, se le ha abierto de Isabel ll. Esto es duro: la Inglaterra no
imprudentemente para que sirviera de pa- I está acostumbrada á semejantes tratamicn-
lenque donde luchasen con sus intrigas, sus ill tos. ¿Se acostumbrará? Es muy dificil que
mediospecuniarios, y tal vez con sus armas, i la patria de Pitt y de Nelson se prosterncn
naciones poderosas. La opinion general en 1I delante de M. Bressou y JI. Guizot.
España y en Europa trata con severidad á I Con respecto á España, hay en este par-
los españoles que tal desacierto han cometi- 1


1
ticular hechos sumamente curiosos. Para


do; la posteridad será todavia mas severa, 1
1


condenar á un tiempo la política de nuestros
porque entonces se habrán visto los resul- 1I hombres y de M. Guizot, no necesitamos
tados. Bien es verdad que la Providencia otra cosa que las palahras , las declaraciones
conduce muchas veces á las naciones por l' solemnes del mismo Guizot en las cámaras,
caminosque no alcanza el débil hombre, y á principios de 18.1·4. Si no lo tuviéramos á
asi pudiera suceder que esos mismos des- Ila vista, seria dificil creer que hombres gra-
aciertos produjesen en último resultado so- ves, con larga espericncia de los negocios,
luciones inesperadas que nadie hubiera po- procediesen con tamaña ligereza; sin cm-
dido prever. bargo , ello es asi , como verán los lectores,


De todos modos, es cierto que la ruptura con las mismas palabras del ministro francés.
de la cuádruple alianza es un suceso colosal En el discurso de apertura babia dicho el
en la diplomacia europea, siendo estraño rey de los franceses, que la sincera amistad
q~e hayan dado ocasion á esta ruptura los que le unia con los soheranos de lnzlatcr-
ll1!smos que tanto provecho sacaron de la ra , y la cordial inteligencia estahlecida en-
alianza inglesa. La dinastía de Orleans le tre sus gohiernos, infundían lisonjeras es-
debe mucho, muchísimo; el trono de Isa- peranzas con respecto á los negocios de
hel II encontró en la Inglaterra un auxilio España; y.\f. Guizot, ampliando estas in-
poderoso durante la guerra civil;y doña dicaciones del discurso de la corona, decia:
María de la Gloria no estaria sentada en el «Hemos dicho al gobierno inglés: la lucha
trono de Portugal, si la Gran Bretaña no entre [os dos paises ha cansado la desgracia
hubiese favorecido con tanta decisión al em- de España, y esta hostilidad es tambien fu-
perador D. Pedro. jY cosa singular! El es- nesta á dos naciones igualmente fuertes.
perimentado gcfc de la dinastía de Orleans Nuestro primer pensamiento ha sido ver que
da el primer paso, Isturiz y otros le sccun- era posible que cesase esa funesta rivalidad
dan en Madrid; y para que nada faltase, has- en la península apelando al juicio y honra-
ta la corte de Doña María de la Gloria se dez política del gobierno inglés.» 1'\0 cabe
atreve á poner mala cara al gabinete de la confesion mas csplícita: «la lucha de Francia
Gran Bretaña. La Inglaterra está indignada; y de Inglaterra ha causado la desgracia de
lord Palmerston no disimula su cólera; pero España.» l\I. Guizot es quien lo dice: yen-
menester es confesar que si jamás hubo cir- tonces , ¿. por qué romper con la Inglaterra,
cunstaucias que pudiesen herir el amor pro- , y de una manera tan estrepitosa, en los ne-
plO de una gran potencia, lo son ciertamen- i gocios de España? ¿Cómo habeis olvidado
te las que se han reunido para ofender á la j¡ vuestro primer pensamien lo , que fue el aca-
Inglaterra. La primera noticia que del casa- .¡: bar con esta [unest« rivalidad? Al apelar al
miento se recibe en Lón~res es la de que 1


1


b~l'n juicio ~. Ú la f¡()nI:(l~[ez política del mi-
e.. sta resuelto ya; ~I embajador protesta, pe- Illlsteno mgles. no p(J(.lwl~ entende.r que ~a
1'0 en vano; el gobiernoinglés aprueba lacon- Inglaterra debiese dejar a vuestra influencia
ducta de su embajador , y protesta de nue- I campeando sola y esclusiva en la península,
vo ,.pero en vano; la protesta llega á París, ' corno habeis intentado posteriormente. In-
y mientras se estiende la contestacion, los crcihle parece que el mismo hombre tuviese
príncipes franceses sajen para Madrid y la una conducta tan opuesta á semejantes de-
Inglaterra queda burlada. Asicorresponde la da raciones. ¿Qué respondería M. Guizot si
corte de las 'fullerías al apoyo que la Ingla- en las próximas cámaras hubiese un orador
terra ledispensara para imponer respeto á la 1, que se las recordase? ¡.Esjusto, es político,
Europa; asi corresponde Isturiz y otros á 11 es consccucnte , es siquiera susceptible de




- 789-
una esplicacion razonable, el dar tanta im-II n? habia ningnn misterio; que no se propo-
portancia á un pensamiento político, y luego ruan hacer nada oculto; que no alectaba
no solo olvidarle, sino contrariar!c tan ahier- I1 ~tinfJun interés europeo; que no tenia porob-
tamente? 1: Jeto entrometerse en lo que no les correspon-


Pero todavia "no hemos recordado mas 1: diera: ¿presentiria el ministro inglés que
que una parte del pensamiento político de 11 la Inglaterra tal vez un dia debiera acercar-
M. Guizot en aquella época; todavía falta 1I se á las potencias del Norte para poner di-
lo ~as curioso: para,discutir con el r.ninis- I! ques a la amhicion .fr~ncesa? En ~st~ caso
terio en las enmaras francesas Se podriacm- l' la han puesto los últimos acontecimientos,
pezar un escelente discurso de oposicion con y.de un modo mas apremiante de lo que pu-
las mismas palabras empleadas por Guizot I diera prever Roberto Peel: las gestiones de
en aquella époc~: hélas aquí: (<l~elllos uhor- 'l. lord Palmerston con las potencias del Norte
dado otras cucsuones mas precIsas y deli- , habrán podido encontrar apoyo en las de-
cadas , la cucstion de matrimonio, por ejem- i claraciunes del ministro tory. «Nuestra in-
plo, en la quc tiene dos intereses la Fran- 11 tencion , habrá dicho la Inglaterra, no ha
cia : el primero, que no se establezca al ji sido nunca el romper el equilibrio euro-
otro lado de los Pirineos un~ influenci~ hos- li peo en la cuestion española ; de. lo que ha
tJl y naturalmente estraña a la Francia; y li sucedido no tenemos nosotr?" la culVa; ~o
otro, que no nos comprometamos demasia- hahia en nuestra conducta mngun misterio;
do en los negocios de Españ~ po~' uno de I no queríamos hacer ~ada oculto, bien lo
esos lazos q1te estrechan ilemasuulo a las fa- sabéis: hace mucho tiempo que lo hemos
milias y á las naciones. lIemos tomado por declarado: no queríamos afectar.»uestros
regla estos hechos.» intereses : ¿y por qué, pues, esos intereses


Con el matrimonio del infante don Fran- no podrían ahora conciliarse con los nues-
ciscono se establecía aquende los Pirineos tros"!)
un influencia hostil á la Francia; quedaba No han faltado hombres cándidos que se
pues logrado el primero y principal objeto: han consolado con la idea de que esta rup-
¿á qué, pues, hacer el matrimonio del du- tura podia remediarse sacrificandoá M. Gui-
que de Montpensier con la inmediata suce- zot , y reemplazándole con Thiers o con
sora á la corona, «comprometiéndose de- Molé. Preciso es confesar que hacen muy
masiado en los negocios de España por uno tonto al gobierno inglés los que tales co-
de esos lazos que estrechan demasiado á las sas suponen. ¿Qué representa un hombre,
familias y á las nacioues?» ¿Cabe contra- por notable que sea, cuando se trata de ne-
diccion mas patente? ¿No es entrometerse gocios de tamaña importancia, y de una
demasiadoen los negocios, y ligarse con uno nacion como la Inglaterra? Tanto valdría
de esos lazos, el casamiento con la imnedia- decir que será posible detener á una colo-
ta sucesora, sin esperar que la Reina tuviese sal ballena, arrojando á sus fauces un pece-
sucesion , sin querer diferirlo ni un mo- cillo. Hay aquí una equivocacion , que es
mento, á pesar de las protestas de la Ingla- preciso desvanecer radicalmente.
terra? Hablando de una manera y obrando Los que se han entregado á suposiciones
de otra, se ha correspondido muy mal á la tan aventuradas recordaban tal vez los su-
honradez política del gabinete iuglés, tan cesos de '1840: asi se juzga en muchos ne-
encomiada por :\1. Guizol. gocios, en que se discurre por paridad; se


Ya en la época á que nos referimos la sa- ve lo mas fácil, que es la semejanza; no se
gacidad y prevision de la Inglaterra alean- nota lo mas dificil, que es la diferencia.
zaron mas allá que 111. Guizot. El discurso M. Thiers babia hecho tomar á la Francia
de la corona, aunque fino con la Francia, una actitud belicosa que amenazaba la paz
estuvo muy reservado; y sir Roberto Peel europea: Luis Felipe, nada inclinado á em-
no se mostró tan abierto como el ministro presas tan arriesgadas, sacrificó tranquila-
francés. Peel convino en que era necesario mente á 1\1. Thiers, y con la paz armada de
desechar la política de rivalidad: pero evi- M. Guizot todo quedó arreglado. ¿Por qué
tó el concretar demasiado á la cuestion es- no podria suceder ahora lo mismo? La dis-
pañola esta buena inteligencia; y dándole ; paridad salta á los ojos: entonces la Francia
un fin elevado y humanitario, declaró que 1 habia sufrido una hurnillacion, Thiers apa-
en la nueva armonía entre las dos naciones rentaba querer vengarla, y para que la Eu-




- 790-
ropa no se inquietase bastaba que la Fran- ¡ha.sta que lo viésemos con nuestros ojos.
cia abandonase su actitud hostil, lo cual se Algunos periódicos han hecho la obscr-
conseguía con un cambiode ministerio. Pero vacion de que la renuncia necesitaría la
ahora se trata de un matrimonio, y un ma- aprobacion de las cortes, y manifestado la
trirnonio no se puede deshacer. Por mas mi- esperanza de que estas no la consentirían.
nistros que se cambiasen, la infanta de Es- lngénuos en todo, lo seremos tambien en
paila, inmediata sucesora á la corona, no este punto: si por graves razones pudiese
dejaría de ser esposa del duque de Montpen- decidirse S. M., las cortes no serian unobs-
sier , hijo del rey de los franceses; y como táculo invencible, con tal que se adoptara
esto es precisamente lo que trae desasose- una teoría reciente. La teoría sentada por
gada á la Inglaterra, resulta que esta nación algunos en la cuestion de los casamientos,
no se daría por satisfecha con ningun cam- es fecunda, sencilla, y sobre todo muy pa-
hio de ministerio. Si Luis Felipe tuviese á cítica. En tales negocios se prescinde del
la mano medios tan sencillos para evitar las fondo de la cuestion , y se trata únicamente
consecuecciasde pasoserrados, seria el mo- de rendir homenage á la voluntad de la
narca mas afortunadoy poderosodel mnndo; Reina. CuandoS. M. propone una resolu-
porque pudiera acometer cuanto bien le pa- cion de estas á las cortes, solo les toca aca-
reciese en Espaüa , en Inglaterra, en Ale- tarla. Es cierto que S. M. al decir que ha
mania y en todos los puntos del globo, y tomado una resolucion, no podía menos
luego, cuando las demas naciones se conju- de recibir con benignidad las observaciones
rasen contra él, las desarmaría con una sola que con el debido acatamiento le dirigieran
palabra: cambio el ministerio. los hombres honrados y leales; pero es


La renuncia de la duquesa de Montpcn- mejor no hacer ninguna; es mejor acatar
sier á sus derechos á la corona para sí y pa-I callando, resignarse ,sosegadamente á las
fa sus hijos, es el medio que ocurre como consecuencias de lo que se haga. Asi , es
mas eficaz para terminar tamaña desavenen- I de suponer, que si bien los progresistas
cía. Sin emhargo, este medioofrece todavía quizás pronunciarían algunos discursos en
muchas y muy graves dificultades, quedan- I contra, y tal vez tarnhien los conservadores,
do además vehementes dudas sobre la segu- I la rnavorta del Congreso acataría lo pro-
ridad de su resultado. I puesto'por S. M., Y el Senado, cuerpo pa-


La primera dificultad que se presenta es I cííico por su índole y costumbres, no haria
el que la corte de las Tullerías no aconseja- una revolucion para impedir la renuncia.
rá semejante renuncia, ni la de Madrid la Esto opinamos; y con nosotros opinará el
consentirá. Despues de lo que ha mediado, lector.
la humillacion de semejante paso seria tan Permítascuos observar, que nosotros,
grande, tan vergonzosa, que, lo decimos aunque tambien muy monárquicos, no ad-
ingéuuamente , no podemos persuadirnos mitiriamos jamás semejante teoría. Cuando
que se abrigue tal proyecto en París ni en S. M. en tales casos se dirige á las cortes,
Madrid. Si estas cortes cediesen hasta tal se entiende que las consulta: y no se daria
punto, bien podria exigirles cualquiera cosa nunca por ofendida con las respetuosas con-
la Inglaterra: si la Reina de España, des- sideraciones que se dirigieran á su alta pe-
pues de autorizarel casamiento de su augus- netracion. Nosotros creemos que en ciertas
.ta hermana pudiese consentir á que esta per- posiciones, no solo hay el derecho, sino
diese por el matrimonio los derechos á la tamhien la obligacion rigurosa de esponer
corona; si el rey de los franceses, despues las consideraciones convenientes, mientras
de haber solicitado de la manode la augusta S. ~1. , aunque haya tomado una resolución,
Princesa para su hijo, pudiese, despucs no se ha dignado ejecutarla. El espíritu mo-
de logrado su intento, consentir en que por nárquico nosotros lo creemoscompatible con
este mismo enlace perdiese la Infanta sus el derecho de decir á los príncipes toda la
derechos á la sucesión ; si esto pudiese ha- verdad y siempre; el espíritu monárquico,
cerse tratándose de una niña de catorce lejos de contrariar este derecho, lo impone
años, no sabemos qué es lo que debiera como un deber.
asombrarnos en adelante: esto no puede ser; Como quiera, y aun suponiendo venci-
hay humillaciones que equivalen á una ah- das tantas dificultades, todavia creemos que
dicacion : nosotros no podriamos creerlo I la renuncia no seria bastante para apaciguar




- 791 -
completamente á la Inglaterra, Es preciso 111 guaje recíprocamente obsequioso durante
notar que la ruptura de la cuádruple alian- largo tiempo, habían llegado á crear, si no
za no ha procedido únicamente del matri-Ila realidad, al menos la apariencia de una
monio Montpensier, sino de la manera con I inteligencia cordial, y la hasa de esta era
que se le ha llevado á caho. Sabido es que la confianza recíproca de que no se daría
la nación inglesa miraba sin rece!o. .el pro- Iningu~ p.aso de ,importan,cia sin preceder
yectado enlace, con tal que se difiriese has- negocracroncs. Esta confianza era general
ta que la Reina tuviese sucesion ; asi parece ' en Inglaterra: la noticia de estar resuelto el
que se había acordado en las conferencias matrimonio Montpensier fue una verdadera
de Eu , las que divulgadas en Inglaterra, sorpresa para la nacion y el gabinete de la
no habian hecho mella en la opinion púhli- Gran Bretaña; el grito agudo que en el
ca. Aqui media algo mas que una cuestion momento de saberla de cierto, se levantó
política, hay una cuestion de amor propio, por los órganos de todas las opiniones, ma-
de dignidad nacional: tratase de saber si la nifestaba con claridad que el golpe que se
Francia, sin la Inglaterra, y á pesar de las acababa de recibir era inesperado. Uua
protestas de la Inglaterra, debia ejecutar un de las quejas que con mas acritud se repi-
proyecto de tanta trascendencia, en un ne- tieron, fue el que se habia faltado á un
gocio que puede afectar el equilibrio euro- compromiso, que se había burlado la con-
pea; y mayormente en España, ligada con fianza, que se habia abusado de la hue-
la Inglaterra por la cuádruple alianza, y na fe de la Inglaterra : una de las -pro-
cuyo trono, durante la guerra civil, recibió I testas mas acerbas y mas repetidas, fue el
del gobierno inglés auxilios tan poderosos. ,[ que jamás se restableceriala confianza' per-
Por manera que, á mas de la importancia I dida, el que jamás se contaria con la amis-
intrínseca del matrimonio con relacion á los I tad y las promesas del gobierno de julio. Y
tratados, y sohre todo á la preponderancia I á la verdad, es preciso confesar que los
que asegura desde luego á la influencia ingleses no estaban tan faltos de razon en
francesa, hay para laInglaterra el amor pro- 1


1
semejantes quejas; y las hubieran podido


pío herido, hay la dignidad nacional que se : fundar todavía mejor, si hubiesen recorda-
cree vulnerada, hay la alta razon de estado li do (lo que no sabemos que hiciesen) las pa-
que no permite jamás á una potencia de I labras de M. Guizot, copiadas mas arriba.
primer orden el consentir que otros arre- I'[ En boca del hombre que ha llevado á cabo
gIen sin ella y contra ella los negocios euro- I el matrimonio Montpensier, aquellas pala-
peas. Las naciones, como los individuos, no l' bras solemnes de apelar á la honradez polí-
SO.11 respetadas si no se hacen re~petar: y el, tica del gobierno inglés , pudieran tomarse
tribunal adonde llevan sus agravios, son sus i por una burla sangrienta.
fuerzas y demas medios para dañar á las [ Cuando la Inglaterra obtuviese la repara-
potencias ofensoras. Cuando se ha llegado ; cion que exige, miraría con insultante des-
á generalizar la conviccion de que la indig- 11 den á su humillada rival, y le diria; «Has
nacion de una potenciasolo se exhala en pa-¡i retrocedido por miedo, no por buena volun-
labras estériles sin peligro de resultado, no : tad. Burlaste mi confianza, porque creiste
hay quienno se le atreva. No causan miedo á ] que me contentaría con vanas protestas; y
nadie lasamenazas del gobiernofrancés des-¡'I solo te muestras arrepentida porque has vis-
det S:lO, porque todas sus venganzas se re- i to mi mano levantada para herir. Acepto tu
ducen á discursos elocuentes: las notas de ,1 satisfaccion , pero no te otorgo mi confían-
Napoleon no serian tan sabiasy eruditas, pero 11· za; en adelante procederé como me parezca
hacian masefecto;y las notasde la Inglaterra conveniente , pero en inteligencia cordial
se .pareeen algomasá las deNapoleon que las contigo,'jamás.))
del gobierno de julio. I Losque hablan de la renuncia de la du-


Otra consideracion. Todas las satisfaccio- quesa de Montpensier como de una cosa
nes imaginables, inclusa la renuncia, no muy sencilla, no han reflexionado cierta-
serian capaces de restablecer una cosa que mente sobre un aspecto de la cuestion , que
la Inglaterra ha perdido para siempre: la da lugar á gravísimas consideraciones. Su-
confianza en el gobierno de las Tullerías, puesta la renuncia, si la Reina Isabel falle-
Las mutuas visitas, las continuas deferen- ciese sin sucesion, se añadiríaná las com-
cias de" la Francia, la costumbre de un len- plicaciones dinásticas actuales, otras de la




- 792 -
mayor trascendencia. Llamamos sobre este 1I ternolin y la segunda hija de Fernando, sino
punto la atención de lector. . I


1
entre el conde de Montemolin y el .infante


Con la pragmática sancion de Fernan- I D. Francisco de Paula ; y hé aquí otro de
doVIIse aseguraba la sucesionásusaugustas I los inconvenientesde una resolucion prcci-
hijas, pero en defecto de las dos princesas I pitada, manifestado con claridad en la mis-
era llamada por las leyes la rama de D. Cár- ma observacion que se nos objeta. En efec-
los. Posteriormente, las cortes de ,1834 es- to, no puede negarse que la Inglaterra .haria
cluyp;ron á este príncipe con todos sus des- 11 un casus belli de la sucesion de la duquesa
cendientes de la sucesión a la corona, lIa- de Montpensier ti la corona, y que sus es-
mando á la del infanteD. FranciscodePaula. cuadras se presentarian desde luego en los
Así, la rama de D. Francisco de Paula no puertos de España con las mas terminantes
sucede ti la corona con preferencia á la de declaraciones de la Gran Bretaña, y quizás
D. Carlos por leyes antiguas, sino que tambien de las potencias del Norte. Todo
funda únicamente su derecho en la decisíon esto se hubiera evitado conno hacer el ma-
de las cortes de Hl::l4. Es evidente que en trimonio !\Iontpensier; y lo que entonces era
tal caso la familia de D. Carlos no dejaría un caso sencillo bajo el aspecto diplornáti-
de prevalerse de este argumento; y que co , podria producir ahora Ull conflicto gra-
reclamaria la corona no solo por las razones I vísimo en España y en Europa. Los que
que ahora alega, sino tambien y muy par- I tengan por exageradas semejantes observa-
ticularmente, haciendo objeciones á la ley 1


1


ciones , se convencerán fácilmente de su
de esclusion de '1 S:34. No cabe duda tam- 11 verdad y exactitud si se imaginan por un
pocoen que las potencias que no quisieron [ momento que un dia se difundiese la in-
reconocer la pragmática sanción de Fernau- il fausta noticia del fallecimiento de la augus-
do VIl, mucho menos reconocerian la ley 1I ta princesa que ocupa el trono: y vean si
hecha en cortes bajo la regencia de DOlÍa '1 aun antes de reflexionar, su corazon no se
María Cristina; y.los que en Españano apro-


I


[ conn.lueve con la inminencia y gravedad del
baron esta esclusion apoyarían en lo intc- I peligro.
rior la opinion de las. potencias estrangcras. I La Inglaterra, fuerte en lo interior y en
Por manera que, llegado aquel caso, la fa- lo estertor, habia caído en la manía de con-
milia de D. Francisco no podria alegar 'Ii traer alianza con los débiles. Débil era la
como Isabel J[ la pragmática sanción y el ; dinastía de Orleans, amenazada por la re-
testamento de un rey universalmente rcco- '\ volucion, amenazada por un pretendiente,
nocido; y el conde de Montemolin reclama- amenazada por la Europa; huscó apoyo en
ria la corona con argumentos fundados en la I la alianza inglesa y le encontró. Debil era el.
legislacion antigua y moderna, y que solo, trono de Isabel 1I, amenazado por la revo-
tendrían contra sí la ley de ,1 S:34. Este es ii lucion, combatido por don Carlos, y con-
uno de los resultados que se aproximarian .1 trariado por la mala voluntad de las poten-
con la renuncia, y que en nuestra opiuion : cias del Norte; buscó apoyoen la Inglaterra
es de gravísima trascendencia. l y lo encontró. Débil era la causa de doña


Se nos objetará tal vez que un conflicto 11 Maria de la Gloria; buscó apoyo en la In-
semejante puede también ocurrir sin la rc- I glaterra y lo encontró. Por manera que la
nuncia: pues que oponiéndose la Inglaterra 1I Gran Bretaña, olvidando sus tradiciones
á que reine en España la esposa del duque 1


1
antiguas, continuadas hasta '18Hi, sc hahia


dc Mcntpcnsier, es claro que aquella nacion [ separado de las dcmas potencias europeas,
obraría consc?uentc á ~us prot~stas si lIega- I1para formar,una !iga meridional, cuyo nú-se el caso de tallecer sm sucesión DOlÍa Isa-II deo era la Francia de 1880; y el sucesor
hel n. La observaciones fundada: pero no I de Luis XlV y de Napoleón encontraba su
destruye la nuestra; y únicamente prueba 11 principal apoyoen los sucesores de aquellos
que el conflicto puede venir sin la renuncia i mismos ingleses que en todos tiempos y pai-
y con la reuuncia; solo que con esta se Ic ! ses, en [a diplomacia, como en el campo de
reconoceria desde luego por parte de los in- ¡batalla, habian combatido sin tregua ni des-
teresados; pues que entonces quedaria sen- canso la influencia francesa.
tado ya que en caso de fallecer la Reina sin No es dificil adivinar el objeto que en sc-
hijos, las cuestiones que pudieran surgir ha- mejante cambiose propusiera la política de
bian dc debatirse, no entre el conde de 1\Ion- la Gran Bretaña. La primera rama de los




- j93-
Borbones no obtenía por varias causas las \' Pronto se manifestó la intencion de la cor-
simpatías de la Inglaterra. Con los aconte- I te de las Tullerías, con lo cual comenzó la
cimientos de 1815, Y posteriormente con I lucha entre nas influencias francesa é in-
los ue Nápoles, Piamonte y Espafla, des- I glesa; y la Gran Bretaña, que no podía su-
de 1830 hasta 1823 , la Santa Alianza habia I frir este inconveniente de su nueva política,
alcanzado preponderancia en los negocios 11' trató de combatirlo poniéndose de parte de
europeos, comu lo indica el haberse llevado '1 la revolución en su mayor ímpetu y desar-
á cabo la intervención francesa en 1823 con- I rollo, cualestaba representada en el partido
tra las protestas de Wellington y Canning. I progresista Siguieron los acontecimientos
La conquista de Argel, hecha por el gohier- : en suerte varia, bien qnc preponderando la
no de la Hestauraciun, habia tambicn alar- ¡ influencia francesa sobre la inglesa, siem-
mado á fa po/itica inglesa, la cual temía pre que los negocios podian ser dirigidos
probablemente que, disminuida su prepon- por la libre voluntad de la corte de Madrid.
derancia en el Continente, se cercenase Esta circunstancia contribuyó sin duda á
mucho su poder en el Mediterráneo, con- que el gobierno inglés viese con gusto y
virtiéndose, corno se ha dicho, en un lago apoyase con su influencia el encumbra-
francés, La Francia, haciendo parte de la miento de Espartero, desterrando asi de
Santa Alianza, corno no podia menos de ha- la Península la inlluencia francesa. Tres
cerla bajo el imperio de la Restauracíon, años consumió la política inglesa en el goce
podia contribuir considerablemente á dis- de una preponderancia que, aunque por lo
minuir la influencia inglesa, resultando de esclusiva lisonjeara su amor propio, no le
este conjunto, que el esfuerzo de la Ingla- producía ningun resultado que ofreciese ga-
terra para derribar á Napoleon y restable- rantías de duracion. Todos cuantos cono-
cer el equilibrio europeo, habia cedido en cian la verdadera situacíou de España con
beneficio de la Santa Alianza, dominada por alguna mayor exactitud que el embajador
la influencia de la Rusia. Asi se esplica, inglés, estaban previendo una crisis en que
por qué la Inglaterra vié sin disgusto, ya habia de sucumbir Espartero, verificándose
que no con placer, la caida de la primera entonces una reaccion en sentido favorable
rama de los Barbones, porque se apresuró á la influencia francesa. Así sucedió en efec-
á ofrecer su apoyo á la dinastía de Orleans, to , y el ministro de negocios estrangeros
y porque en fin, acogió gozosa el cambio de Francia no tuvo inconveniente en íelici-
ejecutado por la pragmática sancion de Fer- tarse del triunfo logrado en España por el
nando VII , Ytrabajó en España y en Por- partido [rances. Esta palabra , n!u.y indis-
tugal por establecer un orden de cosas que creta por cierto en.boca de un mimstro, era
separase á la Península de la política de la una leccion muy provechosa para la Ingla-
Santa Alianza. terra, y desde entonces pudo prever esta


No puede negarse que este cambio de I nacion la suerte que le esperaba en los ne-
política tenia en su abono aparentes moti- gocios de la península. Tres años han tras-
vosde conveniencia inglesa. Las dinastías y currido, durante los cuales el embajador in-
los sistemas que habían recibidoel apoyo de glés ha tenido que limitarse á ser simple es-
la Inglaterra en oposicion á la mala volun- pectador de lo que sucedía en España; y
tad de las potencias del Norte, dehiau per- cuando ha llegado el momento decisivo, el
manecer naturalmente bajo la influencia de gabinete de las Tullerías ha dado el golpe
la nacion protectora, lográndose asi abun- que tenia premeditado mucho tiempo antes,
dantes concesiones, ya en cambio <ie los fa- continuando con la mayor tidclidad, y tam-
vores prestados, ya con la esperanzade otros bien con no poca osadía, la política de
que pudieran recibirse. Pero la Gran Bre- Luis XIV y de Napoleón. Luis XIV colocó
tafia no debió olvidar que una vez libre de en el trono de España á Felipe V, Y dijo:
los primeros peligros la dinastía de Orleans, «Ya no hay Pirineos » Napoleon estableció
inteutaria continuar en España la política de á su hermano José en el trono de Fernan-
Luis XlV y de Napoleon; política que po- do VII; Luis Felipe ha colocado á su hijoen
dria llamarse de absorcion, porque se dirige las gradas del mismo trono. Para que el du-
á convertir la España en una provincia fran- que de Montpensier se titule rey, comoma-
cesa, bien que bajo las apariencias de na- rido de la Reina de España, solo falta que
cion independiente. se rompa un hilo tan débil como lo es siem-


98




- 79.-
pre la vida de una sola persona. El telégrafo
que llevase á Lóndres la infausta noticia del
fallecimiento de una augusta princesa, po-
dría llevársela tambien de que ha salido en
posta para Madrid el duque de Montpensíer
para tomar posesion de la herencia de su
esposa.


Este peligro ,unido á la preponderancia
que el matrimonio ya por sí solo, asegura á I
la influencia francesa, es lo que tiene alar-
mada á la Inglate rra : y estos motivos gra-
ves de por sí, estan además exaspera-
dos, por el modo con que se ha ejecutado el
proyecto de la baila. Así se comprende lo
que significa el cambiode lapolítica inglesa;
asi se comprende por qué la Inglaterra co-
noce ahora, que asi como antes con el em- I
puje contra Napoleon , habia fortalecido la
influencia del Norte, asi ahora con el empu-
je contra el Norte, ha estendido la influen-
cia de la Francia sobre la península: asi se
comprende por qué se ha manifestado tibia
en el asunto de Cracovia , y recuerda que
el tratado de Utrech, que antes olvidara,
valia mas en estas circunstancias que el tra-
tado de Viena; asi se comprende por qué
ahora conoceque la alianza francesa produ-
cia naturalmente en último resultado, la de-
bilidad ó la nulidad de la influencia inglesa
en la península, y por qué recuerda tambien
que la Francia que tiene escelentes puertos
en el Océano y el Mediterráneo, y es dueña
de la costa de Africa, es algo mas temible
para la reina de los mares, que el Austria y
la misma Rusia, si pudiese consolidar su
preponderancia en el territorio de la penín-
sula. Por esto la Inglaterra llama ahora á I
las potencias del Norte sus afectuosas alia-
das, por esto protesta contra lo de Cracovia
por pura formalidad, negándose empero á
unir su protesta con la de Francia, y tran-
quilizando de una.. parte á las potencias del I
Norte con la seguridad de que este no es
caso de guerra, declara por el conducto de I
sus periódicos mas autorizados, que el su..
ceso de Cracovia no exime á la Francia de
las obligaciones contraidas en los tratados de
Viena; por esto aprovecha una cuestion de
etiqueta, para herir la susceptibilidad de la
Francia, indicándoleque la nacionque posee
Gibraltar y Malta no puede olvidarse de la
costa de Africa , y que en caso necesario
sabrá coligarse con las potencias de Norte,
eomo en 184,0, para sostener la soberanía
de Oriente, é impedir que tome Luis Feli-


pe en Arrica el título que corresponde al
Sultan ~e Constantinopla; por esto, en fin,
obs.eqUla con las mas distinguidas conside-
raciones al principe fugado de la prision de
Bourges,. quien no olvidará tan fácilmente
el tratarllIento (Iue él, su familia y sus adic-
tos, han reClbl.do de Luis Felipe. -
. Hemos querido tratar con alguna esten-


sionel asunto de la politica inglesa, porque
creemos q~e representará un gran papel en
los_ acontecimientos que se preparan en Es-
pana yen Europa; y creemos haberlo he-
cho ~o~ cumplida imparcialidad, ateniéndo-
nos umcamente á los hechos.


v,


Oonetuston.


Por la reseña que precede se habrá podi-
do compren~e~, .que no Slll razon preguntá-
bamosal prmclplo del artículo: ¿por dónde
se s~le? En efecto: las dificultarles de la si-
tuacion actual de España son de tanta frra-
vedad, que nuestro corto alcance nao les
encuentra salida. Es de creer que no se ha-
11an en el mismo caso los homhres enea-ca-
dos de conducir la nave del estado á pue~'lo
de s~Ivaciou : nosotros nos complaceremos
en asisur como espectadores á las maniobras
en que se despliegue valor y habilidad. Am-
bas ~?t~s son menester para llevar á cabo
t~n dilicil empresa; mayormente si se con-
sidera que en la reseña hemos tocado úni-
c~mente lo mas principal, dejando aparte
dificultades qU,e bien se podrianconsiderur
e?- la mlsm.a Im~a, como por ejemplo, el
sistema tributario , y cuanto concierne al
mal parado ra!no de hacienda. Es probable
que las inmediatasdiscusiones de las Cortes
vendrán bien pronto á poner nuevos colore;
en el cuadro.


Por nuestra parte, habiendo manifestado
por espacio de t~es años lo que pensábamos
sobre las cuestioues mas importantes, con
el fin de 184,6 ponemos fin también á nues-
tra tarea periódica, agradeciendo á los lec-
tor~s las simpatías con que nos han favo-
recido,




La situación de Europa es muy crítica:
los peligros songraves, y algunos hay inmi-
nentes. No fnera imposible que dentro de
pocos años , ó el día menos pensado, sobre-
viniese un conflicto general; pero es preci-
so guardarse de pronosticarJo con demasia-
da seguridad. Limitémonos á conjeturas;
abstengámonosde profecías: no nosdejemos
alucinar por las declamaciones: recordemos
que en Europa, hay una prensa que, seme-
jante á las cien bocas de la fama, difunde
Jos sucesos verdaderos, los recarga, Jos
exagera, y que con harta frecuencia tinge;
recordemos que por esta prensa se desaho-
gan los que quisieran conservar lo presente;
los que desean restaurar lo pasado, v los
que intentan destruirlo todo: y asi no estra-
üaremos que á un tiempo se oigan fatídicos
y pavorosos acentos,cánticos de esperanza,
aseveraciones de afectada seguridad; asi,
aunque consultemos los escritos, como me-
dios de adquirir noticias, procuraremos es-
tudiar las cosas en ellas mismas. y no en
los papeles. Es aventurado, peligroso el
juzgar por impresiones de momento; con
semejante método hay una hora de aparen-
te razon para todas las opiniones, ¿cuál de
estas no se ha visto triunfante algun dia por
un golpe de correo'? ¿y cuál no se ha visto
confundida por otro golpe? Objetos que por
su naturaleza llenan una grande estension
de espacio y tiempo, no pueden ser apre-
ciados con exactitud, cuando se los quiere
mirar en un estrecho recinto, yen un pla-
zo breve. Asi resultan juicios contradictorios
y hasta ridículos, segun el punto que cada
observador escoge.


Dos cuestiones graves agitan en la actua-
lidad á la Europa, y amenazan provocar un
conflicto: la de Suiza y la de Italia; mas,
para no alarmarse demasiado, conviene re-
c?rdar que en época no muy lejana, el con-
flicto general parecía mas inminente aun, y
sin embargo no ha sobrevenido. Despues
de la revolucion francesa de f 830 t la Euro- I
pa se halló en situacion harto mas crítica
que. la actual. Los acontecimientos de julio
pornan en cornbustion, no á naciones como
Nápoles , sino á la Francia, que pocos años
antes habia trastornado el mundo. Las con-


,


POLITICA ESTRANGERA.


795 -
secuencias eran incalculables: volcado el
trono de San Luis, las condiciones políticas
v diplomáticas establecidas por la Santa
Alianza, resultaron cambiadasradicalmente:
el mal cundia con rapidez, viniendo en se-
guida la revolucion de Bélgica, la.de Polo-
nia las insurrecciones eu Brunswick, Dres-
de,' Casscl , Gotinga y la suhlevacíon de
Bolonia V otras legaciones en los Estados
Pontificios. Para que nada faltase á Jo som-
brío del cuadro, D. Pedro de Portugal me-
ditaba un ataque contra su hermano don
Miguel, lo cual traía consigouna revolucion
en el reino lusitano; V mientras los emi-
grados españoles hacían tentativas e,n la
frontera, la pragmática sancion publicada
por Fernando VII, tenia pendientes sobre
España, la guerra d.iuclstica r la revolu~io.n,
como espada prendida con lulo muy fra¡5t1,
la vida del Rey. Este conjunto era por cier-
to algo mas terrible que el actual; y sin em-
bargo la conflagracion europea no ha sobre-
venido. Catástrofes parciales hemospresen-
ciado sí v entre estas ocupa el primer lu-
gar la' d~ nuestra Península; pero la paz
general se ha conservado. Esta es una lec-
cion para no pronosticar con demasiada se-
guridad. Hav ahorauna circunstancia agra-
vante, cual"es la ancianidad de Luis Fe-
lipe, quien ha contribuido mucho I á la
conservacion de la paz; pero considérese
que asi como en 1830 no se podia prever
hasta qué punto querria , ó podria , ó sabr!a
Luis Felipe conducir la Francia por cami-
nos pacíficos , tampoco podemos prever aho-
ra. si su vida se prolongará mas de lo re-
guiar, ni tampoco si en Francia ó e,n Eu-
ropa surgirán otros hechos que eviten ó
atenúen los males. La prevision del hombre
es muv flaca: recordemos que en el año 4-2
la fogosidad de un caballo cambió la faz de
losnegociosen Francia, con la muerte del du-
que de Orleans. Estos son acontecimientos
estraordinarios; es cierto, pero laProvidencia
mezcla tanto de imprevisto en la marcha del
mundo!.. ......


La agitacion de Suiza no turbará la paz
general, por poco juicio que supongamos
á las grandes potencias. La Francia se ha
unido con los gabinetesdel Norte;y estode-
ja á la Suiza bloqueada: la Inglaterra di-
siente, es verdad; pero la accion inglesa es
débil tratándose de un pueblo que está en-
clavado entre grandes potencias continenta-
les; y ademas , ¿es cierto que la Inglaterra




- 796-
haya de llevar las cosas á tal estremo , que El Austria se prepara con sus ejércitos en el
por la cuestion suiza provoque una guer- reino Lombardo Yeneto, pero no descuida
ra europea'? no lo parece. El radicalismo los medios diplomáticos: la Francia podria
suizo, con sus atentados consigue inquie- ser un poderoso obstáculo en este negocio;
tal' á la Europa; pero á quien daña mas, y }Ietternil~h, que ve á ~1. Guizot muy COIll-
es á la Suiza misma, no solo por lo que la placiente, le corresponde bien, y procura
destroza, sino también porque pone en estrechar los vínculos de los dos gabinetes.
peligro su independencia. Ya ha producido La ininteligihle política de lord Palmerston
que de un dia á otro se pueda ver la Sui- pudiera complicar las cosas en Italia como
za sometida á un protocolo: en cuyo caso en Suiza; pero las miras de la Inglaterra en
una nacion pierde su dignidad. Este es el este punto, no se han manifestado aun con
resultado natural de esa libertad á palos, bastante claridad. ¿Es tan cierto como algu-
que quieren introducir los radicales, de esa nos suponen, que la Inglaterra desee una
independencia mentida que hacen consis- subversion general en la península italiana?
tir en que la Suiza se convierta en servil No se ve que haya datos bastantes para ele-
instrumento de la propaganda de París. Ha- yar á certeza semejante conjetura; y ademas
ce seis años que ocupándome de la Suiza, tampoco se alcanza bien que esta subver-
emitia.la opinion que verá el lector en la sien general hubiese de favorecer ú la In-
página 52 de este volúmen: nada tengo que glatcrra.
añadir: el espíritu irreligioso y anárquico Todas las naciones tienen grande interés
de los radicales suizos, continúa haciendo en que no haya semejante conflagracion:
cuanto puede para matar la nacionalidadde hace diez y ocho aftas que todas se csfuer-
la Suiza. Los que pierden el juicio necesi- zan cuanto pueden por conservar la paz: las
tan curadores. razones que las han movido hasta ahora,


La agitacion de Italia es un hecho mas son de cada dia mas poderosas. Las mismas
peligroso que la de Suiza. En el opúsculo potencias del Norte han dado pruebas de
titulado Pio IX, he manifestado mi opinion: una moderacion que en ciertos casos, bien
nada tengo que añadir ni quitar. Cuando lo hulnera podido llamarse timidez: siete años
escribí habían ocurrido ya repetidas veces estu 1'0 convertida la península española en
disturbios deplorables; los posteriores nada l' un volean revolucionario, entre torrontes de
nuevo enseñan, Los acontecimientos de Ná- sangre; y aquellas potencias lo contempla-
poles fortifican mis opiniones; el rey se ha- ron, si no del todo indiferentes, al menos
bia puesto en tal situacion, que 110 podia \1 con harta frialdad: en el decurso de los últi-
ceder sin humillarse: si en vez de una re- ,i mas aüos se han presentado variasocasiones
sistencia absoluta hubiese imitado á otros !I para neutralizar la política de la Francia é
soberanos, siguiendo el movimiento impre- 11


1


, Inglaterra; pero ellas siempre frias: atentas
so por Pío IX, no se veria en los conflictos I siempre á la conservaeion de la paz general,
actuales. En cuanto á los peligros que este I evitan todo conflicto, y hasta todo paso que
~. otros sucesos pueden acarrear, señalados I1 pudiera comprometerlas, y se contentan con
están en mi opúsculo: quien lo haya leido I mantenerse apartadas y esperar. )jas entre
lo sabe. Ilepetiré sin embargo, que con tal I! tanto la sociedad antigua de la Península ha
que no sobrevenga una revolucion en Fran- 1: ido pereciendo á manos de la revoluciou,
cia , c,l fuego de Ita.lia se puede dominar, El 1: progresi~ta ó moderada; y si trascurren. al-
Austria , por mas disgusto que espen mente II gunos anos mas, ¿que es lo que restara de
al presenciar lo que acontece en Italia, no l' lo antiguo?
deberá ser tan poco cuerda que no vea la De esto resulta una leccion Illuy prove-
conveniencia,la necesidad, de enlazar la fir-I chosa para la práctica, y es, que losgohier-
meza con la prudencia, Y"que no seria Jo nos deben procurar desenvolver en sus res-
mejor para el gabinete de Viena el que todo pectivos paises las fuerzas propias, fomen-
se hubiese de hacer con bayonetas austria- !i tanda los sanos principios, y fundando en
caso Los soberanos italianos, al emprender 11 estos un sistema de hien entendidas mfor-
las relormas, no han tenido, con respecto ji mas y legítimo progreso; pues que si se fi-
al Austria, miras de halago, pero tampoco 'I'i jan en la resistencia absoluta contando con
de ofensa: su objeto es el hien de Italia, lo Ila proteccion de altas potencias, eorren pe-
que sienta muy hien en príncipes italianos. 1, ligro de verse abandonados cuando menos




- 797-
lo piensen. En Suiza no se trataba por cierto política garantida por instituciones, que aun-
de resistencias absolutas, ni de nada seme- que restringidas, no dejan de pertenecer
jante; ¿y qué han hecho las grandes poten- al sistema representativo. En cuanto á la
cias? Ahora, cuando los radicales han consu- Prusia, sabido es que ha dado en los últi-
mado su obra de persecucion, devastación mas tiempos un paso de bastante considera-
y despojo, ahora tratan las potencias de cion, no por lo que es en si, sino por lo que
aplicar el remedio: ¿reintegrarán en SllS de- indica y por las consecuencias que puede
rechos á las víctimas? contentémonos con acarrear. Pero la política del Norte ha suje-
desearlo vivamente; pero guardémonos de tado sus condescendencias á una regla fija, y
esperarlo con demasiada confianza. constante, cual es el conservar la fuerza del


Reflexionando sobre esa impasibilidad de poder supremo; por manera que aun en esa
algunas potencias, se descubre un objeto Contederaeion Germanica, agregado de
fijo, y es, el deseo de conservar la paz ge- cuerpos tan heterogéneos, ha buscado un
neral. Este nace de la posición en que se principio de unidad que sirviese de regula-
bailan y de las circunstancias características dor, que en momentos críticos pudiese man-
de la época. Se sabe lo que ha producido la tener en sus respectivas órbitas á los estados
política de Luis Felipe, la conservaciou del que formaban parte de la confederacion , y
stat» quo, pero se ignora lo que podria re- evitase los abusos que resultaran de la li-
sultar de un conflicto europeo. La guerra bertad política que con mas Ó menos restric-
exalta las ideas , enardece las pasiones, po- cienes se disfruta en algunos de ellos: este
ne en apuro á los gobiernos haciéndolos mas principio regulador es la Dieta general.
indulgentes, aun con los malos instintos El mteres que tienen todas las potencias
ocultos enel fondo de la sociedad, con tal europeas en la conservacion de la paz, cal-
que estos los ayuden á conseguir la victoria. maria mucho los temores que inspira el por·
¿r quién es capaz de pronosticar lo que hu- venir, si en los últimos uempos no hubiese
hiera sucedido si la Francia en vez de estar 11 surgido una cuestion que si bien en la ac-
sometidaaun gobierno regular, hubiera si- I tualidad parece un tanto adormecida, es la
do lanzada á la revolución por un poder co- I mas grave, la mas dificil, la mas complica-
locado en la alternativa de perecer á manos Ida, la que mas amenaza turbar la tranqui-
de la alianza del Norte, ó de ponerse á la lidad de la Europa: hablode la desavenencia
cabeza de la propagand~ revo!ucionari~? I de la {nglat(;rra y la Franci? co~ respecto á


Ademas de estas consideraciones pclíticas, ' la sucesion a la corona de España. El seüor
hay otras de interés material, pero que marqués de :Mira~ores publicó á fines del
afectan profundamente el coruzon de la so- ano pasarlo un escnto notable titulado Juicio
ciedad, El positivismo, como se dice ahora, imparcial de la cuestion de sucesion á la co-
ó sea el desarrollo de los intereses materia- rona de Espaiia suscitada por la Inglaterra
les, es uno de los objetos predilectos de la y la Francia con motivo del casamiento de
civilizacion moderna: cuanto mas se adelan- la Serma. Sra. Infanta de España Doña
ta en este camino, mas temida es la guerra, Jfaria Luisa Feriuuula con el Sertno, Se-
porque es mayor el cúmulo dc intereses 1101' Duque de ,Montpensier. El noble Mar-
que de ella se podríanresentir. Laspotencias qués con una moderaciun qne le honra, se
del Norte han adelantado muchoen este ca- propone demostrar que es incontestable el
mino ; la compresion que en política han es- derecho de la Duquesa de Montpensier á la
tado ejerciendo sobre sus pueblos, han tra- corona de España , y que la Inglaterra no
tado de compensarla con los beneficios ma- tiene razou en sns pretensiones. Haciendo
teriales , en lo cual han dejado muy atrás I justicia á las buenas intenciones del marqués
á lu Francia. Ni tampoco es exacto que de Miraflores, séame permitido observar que
aquellas potencias hayan apoyado siempre no ha colocado la cuestion en su verdadero
el sistema de resistencia áhsoluta : la Rusia terreno que es el de la políticay diplomacia:
y el Austria qlW en política lo han adoptado no se trata de saber si la Duquesa de Mont-
para sus respectivos dominios, han sido re- pensicr tiene ó no un derecho espedito á la
formadoras en materias de administraoion: sucesión á la corona: la cuestión para el
y en lo esterior no se han opuesto á que en porvenir de España y de Europa no es de
Alemania, sobre la cual ejercen tanta in- derecho sino de hecho; esto es, si la Ingla-
fluencia, se haya cencedido cierta libertad terra se apartará de la situación en que se




- 798-
ha colocado, y si tiene ó no medios para I1e- bien; el proscripto que tiene pretensiones oí
Val' á cabo sus proyectos: esta es la cuestión: mi trono, no seria mas condescendiente que
lo demas , aunque sea mucha verdad, aun- yo: ¿qué adelantais, pues, con provocar un
que fuera una verdad mas clara que la luz conflicto general?) No se puede negar que
del dia , es, cuando menos, inconducen- este lenguaje es seductor; sin comprometer-
te. Pues bien; esta desavenencia entre la se demasiado no dejan las potencias del Nor-
Francia y la Inglaterra, repito, es la que I te de prestarle atento oido, v aun de dar
encierra m.as peligros para la tranquilidad al.gunas muestras de agrado y complacencia.
de Europa. SI las cosas hubieran continuado como hasta


En las cuestiones de Suiza y de Italia po- 1846, si no se hubiese suscitado la desave-
drian ponerse de acuerdo todas las grandes nencia entre la Francia y la Inglaterra, qui-
potencias, sin que ninguna de ellas hubiera zás quizás las potencias del Norte, precisa-
de sul'rir humillacion ni perjudicase sus in- das á optar entre las aventuras de una res-
tereses ; pero en la de España, si se deja tal tauracion, con peligros de una conflagracion
como está, es imposible un desenlace pací- revolucionaria, y esstat« qnu bajo la dinastía
tico. La Inglaterra ha dicho un jamás, y lo de Orleans, hubieran elegido loúltimo. con-
ha repetido muchas veces: ¿y cómo se con- tentándose Con dolersede la suerte del duque
serva la pazgeneral el dia enque un suceso de Burdeos, y aceptando sin cortapisas el
infausto, quiero decir, el fallecimiento de la hecho consumado. Desgraciadamente para
augusta princesa que ocupa el trono de las el gabinete de las Tullerías, el casamiento
Españas, dejase á la Inglaterra V á la Fran- español ha venido á complicar las cosas; el
cia encaradas, no en un negocio de porve- discurso de Luis Felipe á las potencias del
nir. sino de actualidad? Norte no puede limitarse á las cláusulas que


Se dirá que no está bien claro cuál seria se acaban de leer; debe ponérsele un apén-
la conducta que seguirían en tamaña crisis dice, y este apéndice es de mucha conside-
las potencias del Norte: esta réplica da lugar raciono Hé aqui , lo que se debe añadirle:
á varias consideraciones que espondré con, «A mas de lo tocante á mi dinastía en Frau-
toda imparcialidad. Es evidente que el gefe I cia, tengo que. hablaros de los asuntos de
de la dinastía de Orleans está haciendo es- España. La reina no tiene sucesiou , mi hijo
fuerzas estraordinarios por granjearse la está enlazado con la sucesora inmediata; de
buena voluntad de las potencias del Norte: un hilo tan frágil como es siempre la vida de
en Suiza se liga íntimamente con ellas; yen 1 una solapersona pende el que mi hijo se Ha-
Italia, si bien por consideraciones á la opi- me rey consorte, y mis nietos sean reyes de
nion pública de su propio pais, no puede España. ¿Por qué no podríaisuniros también
oponerse á la política reformadora de algu- I conmigo en este negocio? Es verdad que no
nos soberanos, procura manifestarse alta- habeis reconocido elnuevo orden de sucesion
mente contrario al espíritu de revolución, , estahlecido por Fernando VII; pero al fin lo
consolando en cuanto puede al gabinete de que os proponíaisevitar en la península es ya
Viena, ya que no le es posible tranquilizarle inevitable: la revolución está hecha; ¿qué
del todo. En los últimos años de su vida pa- puede hacer en España un rey, sino seguir
rece que el anciano monarca repite con mas una política conservadora que se oponga á
insistencia, si no con sus palabras, al menos la propaganda revolucionaria? Esta es la
con sus obras, el discurso que hace diez y política que seguirla precisamente mi hijo;
ocho años está dirigiendo á los soberanos del ¿por quién os interesáis? ¿por el conde de
Norte: «1Ii trono se ha levantado sobre las Montemolin? pues bien ¿no veis que en sus
ruinas de otro en medio de una revolucion, manifiestos y discursos, no solo se ha des-
pero yo me encargo de dirigirla, de enfre-I viada de la política de resistencia absoluta,
narla poco á poco, r no desespero de poder sino que se ha manifestado amigosincerode
llevar las cosas al mismo pnnto que vosotros instituciones representativas, enemigo de
deseabais bajo la rama primogénita: si ha- I reacciones, en una palabra, se ha cofocado
ceis el sacrificio de admitirme en vuestra en un punto del cual no pasaria ciertamente
comunion, si os resignáis á no suscitar di- la política de mídinastía? Es cierto que estt
íicultadcs á mi dinastía, habreis conseguido en contra de mí la Inglaterra; pero qué po-
que la revolucinn de f 830 haya sido poco 1I deis esperar de aquella potencia? Se os opo
mas que un cambio de personas: mirado !! ne en Suiza, los disgusta en Italia con Si




- 799-
política misteriosa y probablemente revolu-
cionaria : ¿no es temible que sí en un caso
estremo apoyase al conde de Montemolin , le
empujaria por vías peligrosasy que le hicie-
ra mucho mas liberal que los príncipes de
mí dinastía'? ¿Por qué no podriais pues, de-
cidiros en mí favor, ó cuando menos cerrar
los ojospara no ver lo que acontezcaen Es-
paña, y luego aceptar los hechos que se hu-
biesen consumado?»


Tambien es precisoconfesarque este len-
guaje tiene algo de seductor. ¿Seducirá sin
embargo á las potenciasdel Norte? ¿Conse-
guirá su objeto, que es separarlas comple-
tamente de la Inglaterra'? Vamos á exami-
narlo esponiendo las consideraciones que lo
hacen increíble.


Hé aqui las reflexionesque habrán debi-
do ocurrir á los gabinetes del Norte. «Nos-
otros no tenernos grande interés en una res-
tauracion de la rama caida en Francia, con
tal que logremos nuestros fines poluicos. Si
la revolución de 1830 podernos reducirla á
tan estrechos hmites que sea poco mas que
un cambio de personas, seriamos poco pru-
dentes lanzándonos á peligrosas aventuras,
que sisaliesendesgraciadas, nosabemos hasta
donde nos podrían llevar. Así es, que con
respecto á la Francia no hay inconveniente
en mantener buenas relaciones con Luis Fe-
lipe ; y despues de la muerte de este mo-
narca, lo que debemos hacer es hallarnos
preparados para losacontecimientos, y obrar
segun ellos aconsejen, pero siempre deján-
dolos venir, guardándonos de provocarlos.
Mas en lo tocante á la cuestion española se
ofrecen nuevas dificultades. Lo que se nos
pide es liada menos que abandonar nuestra
política tradicional, de la qne hemos estado
haciendo alarde durante catorce años: esto
es sensible al amor propio y pudiera pare-
cer un tanto ofensivo á nuestra dignidad:
sin embargo, no habría inconveniente en
hacer este sacrificio si los resultados lo
compensasen; pero ¿lo compensan? El que
nos da esperanzas de una política anti-revo-
lucionaria en Francia y en Espafla, es un
monarca anciano que cuenta ya 74 años,
¿Quién nos asegura de que despues de su
muerte las cosas han de seguir el curso que
él nos está prometiendo? Si cedemos, lo que
resulta de cierto es que contribuimos al en-
grandecimiento de la casa de Orleans ; ¿y
quién nos garantiza contra la ú1terior ambi-
cionde la misma casa? ¿despues de hallarse


establecida en Francia y España, no pudie-
ra pensur en el ensanche de esas fronteras
señaladas por la Santa Alianza y buscar en
los principados cercanos nuevas colocacio-


l' nes para los miembros de su familia? ¿Nopo-
I dría pensar en las orillas del Rhin, Cerdcña


y varios puntos de Italia? Para quien domi-
nase en Francia, en España yen Argel, ¿no
habriu tentaciones continuasde ensanchar el
imperio? Esta es la leccion constante, infa-
lible , con respecto á todas las casas que se
han hechomuy poderosas, La de Orleans es
conservadora en la actualidad; pero ¿quién,
nos asegura de que en lo venidero no podrá
ponerse á la cabeza de la propaganda, si es-
ta es favorable á sus designios? No podemos
olvidar que el padre del actual rey de los
franceses, fue uno de los caudillos de aque-
lla revolucion que llevó al cadalso á su in-
fortunado pariente Luis XVI. No podemos
olvidar que el trono de Lnis Felipe es obra
de una revolucion que derribó á tres gene-
raciones de sus parientes inmediatos. No
podemos olvidar que ese gabinete de las Tu-
llenas, ahora tan conservador, fue durante
cierto tiempo algo propagandista; apoyó, si-
no promovió la revolucion belga; ahora IIOS
deja tomar Cracovia, pero vió con mucho
gusto la revolución polaca; ahora se hace
conservador e~ Espaüa , pero en ,1830 deja-
ba que los emigrados se armasen en la fron-
tera y penetrasen en aquel reino para der-
rocar el sistema de Fernando VI!; ahora se
muestra circunspecto en Italia, pero en 1831
derribó las puertas de Ancona , se apoderó
de aquella plaza, la conservó á pesar de las
protestas de Gregorio XVI, enarbolando allí
la bandera tricolor como una amenaza per-
manente , de que si se le provocase, suble-
varía las legaciones. Es cierto que la Ingla-
terra sigue ahora una política inconcebible;
pero no olvidemos que esa Inglaterra tiene
una fuerte aristocracia que le dará por
largo tiempo instintos anti- revolucionarios;
que su constitucion y su dinastía no son de
ayer como las francesas; que sus costum-
bres y su lengua no son tan á propósito para
propagandistas,como las de Francia; y sobre
todo recordemos que esa misma Inglaterra,
y precisamente apoyada en esa misma Es-
pafia, salvó á la Europa de manosde Napa-
leon; sin esa Inglaterra, el emperador, la
personificacion militar de la revolucion fran-
cesa, no hubiera ido primero á la isla de
Elba y en seguida á Santa Elena. ¿Qué nc-




- 800-
eesidad tenemos nosotros de resucitar el sis-I sacion de mala fe. En esta situacion , ¿co-
lema continental en que se nos quiere com- mo impide la Inglaterra el que venga á Es-
prometer sin mas compensacion que al- pafia el duque de Montpensier? ¿cómo evita
gunas esperanzas difíciles de cumplir? I el que este príncipe adquiera aquí muchas
Ademas ¿qué será del equilibrio europeo, I relaciones y allane un tanto [as dificulta des
qué de la pazgeneral, el din en que haya un 11para el caso de subir al trono sn esposa la
rompimiento entre las potencias de,l conti- I infanta'? Asi no es.estraüo que ~a Inglaterra
nente y la Gran Bretaña'? Guardémonos, haya escogitado diferentes medios para sa-
pues, de pasos indiscretos, esperemos el lir de esta posicion incierta, que indudable-
curso de los acontecimientos como hemos mente puede contrariar mucho su polltica.
hecho hasta aqui ; aceptemosel apoyo de la Tres caminos se le ofrecían al gabinete
Francia en las cuestiones actuales: en cuan- inglés para colocarse en una posición dcs-
to á la española, dejemosque las cosas mis-¡ cmbarazada, y conseguir su ohjeto sin fal-
mas nos vayan indicando la conducta que tal'á sus tratados y compromisos: 1.o la re-
debemos seguir.» nuncia de la duquesa de Montpensier al


Estas reflexiones serán mas ó menos fun- trono de España para si y para sus deseen-
dadas, pero no puede negarse que son las dientes: 2.° provocaren España tales acon-
mas naturales. atendida /;) situacion en que tecimientos que facilitasen la reunían de
se hallan las.potencias del Norte; y á juzgar unas cortes capaces de eseluir directamente
por sn conducta aun después de los casa- á la duquesa de Montpensier de la sucesión
mientos, parece que á estas reglas han con- á la corona: 3. 0 disponer las cosas en Es-
formado sn política. La situacion de la In- paña y en Europa de tal modo, que por
glaterra es menos desemharaxada; ella lo medios legales se obtuviese una esclusion
conoce, y asi es que se está preparandocon indirecta Examinemos las ventajas y los
grandes armamentos para hacer frente á to- inconvenientes que cada uno de Jos tres me-
do linage de eventualida .es. No teme pro- dios ofrecia á la Inglaterra.
bablernente, que las potencias del Norte se I El primero, ó sea la renuncia de la du-
declaren nunca contra ella y se unan á la quesa de l\Iontpensier, [Jara sí y para sus
Francia en la cuestion española ; pero preve I descendientes, parece fue el que ocurrió
la posibilidad de que llegado el conllicto se I desde luego al gabinete inglés en los mo-
mantuvieran mas ó menos frias, ó se mos- mentas de su cólera y despecho: recor-
traran indiferentes: se arma como en las dará el lector que luego despucs de los ma-
grandes guerras del imperio, para el caso trimonios se habló mucho sobre el particu-
estremo en que ahora, como entonces, se lar. Nada tengo que añadir á lo que dije
encontrase sola; mas ahora, como entonces, entonces y quese hallaen el artículoanterior.
no retrocedería: ahora, corno entonces, to- La renuncia era imposible y lo es todavia:
mando por punto de apoyo laPenínsula, lu- los gobiernos de Francia y España no po-
charia contra la Francia con su perseveran- drian consentirlo, so pena de caer en la
cia y tenacidad características, Como quiera, mayor humillacion.
es preciso convenir en que su posicion ac- En cuanto á la esclusion directa , es de-
tual es desventajosa: ligada con tratados cir, una ley que incapacitase ala duquesa
solemnes y compromisos de toda especie, de Montpensier ya sus descendientes, co-
no puede combatir el trono de Isabel Il , y ItlO la de ,1834, incapacitó á la rama de don
entre tanto esta condenada á tolerar que la Carlos, no tenia inconvenientes para el ho-
Francia se prepare para el caso de morir la nor de la Francia, pero sí [Jara el gobierno
augusta princesa que ocupa el trono de Es- de España. La corte de las Tullerías , eleva-
paña. Digase lo que se quiera sobre la poca da á un trono en hombros de la revolucion y
escrupulosidaddel gabinete inglés, no cahe á consecuencia de la esclusion fulminada
duda en que los tratados enervan su acciono por las cámaras contra la rama primogénita,
Sucede entre las naciones lo mismo que en- la corte de las Tullertas que habia aceptado
tre los individuos, quienes por poco delica- ¡la esclusion de la rama de D. Carlos por una
dos que sean en cumplir lo pactado, se ven , ley hecha en cortes, no tenia nada que oh-
precisadosá ejecutar cosas quena quisieran, I jetar á una ley en que se hubiese escluido
o á dejar de hacer otras que desearian , por de la corona á la duquesa de Montpensier:
no arrostrar con demasiado descaro la acu- podía sentirlo, pero sin abjurar su propl-




- Mt-


jurisprudencia, no tenia derecho á protes- asi la necesidad de apelar á medios violen.
tal': asi lo conocia ella misma, pues que hay tos. 4.a Obtener de la España todo lo que
graves fundamentos para creer que tal era deseaba sin herir la susceptibilidad de na-
su opinion. Pero las cosas se complicaban die; pues que un objeto tan trascendental se
mirándolas desde el punto de vista de la po- ofrecía como el sencillo resultado de una
lítica española. ¿Qué gobierno de DoñaI~a- medida legislativa,que el gobierno y las cor-
bel I[ hubiera podido proponer la esclusion tes en sus considerandos, hubieran cuidado
directa de la hermana de la Reina'? ¿Qué de presentar como de alta política. 5. a Crear
habia hecho la inocente princesa para que en España una situacion clara para todos
se fulminase contra ella un fallo tan terrible'? los partidos, en e.l supuesto de que la Ingla-
Lo que se hizo en 1834 contra la rama de terra huhiese podido alcanzar el asentimicn-
D. Cárlos enmedio de la guerra civil. en la to de las familias interesadas. G. a Abrir una
pujanza de la revo/ucion, en la eferv~scen- puerta por donde pudieran pasar sin hum i-
cia de las pasiones, no es para repetido to- /lacion '.as potencias del Norte, pues q:le si
dos Jos dias; es un acto tan grave, tan tras- reconocran entOIJces a Dona [saIJ:)/ !l. como
cendental, que conmueve los fundamentos s.e .les aconsejaba en aquel artículo, el sacri-
del Estado, v que por sí solo, en un pais tan lIcIO se les compensaba con el triunfo de su
monárquico " es una verdadera revoluciono política ~n .el punto fundamental, que es el


La esclusion indirecta ofrecia menos difi- restablecimiento de la lev sálica. La condi-
cultades. Esta esclusion consistia en el res- cion que, como es evidente, hubieran exigi-
tablecimiento de la ley sálica, hecho por los 11 do estas potencias con respecto á la ley de
trámites legales, con todas las circunstancias I esclusion deI8:H, no era tan dificil á la In-
necesarias para alterar la ley de sucesion. I glaterra el obtenerla en el caso supuesto;
Consumado este acto, quedaba escluida la :1 ya porque en /lCIS de lo principal venia na-
duquesa de Montpeusier, como lo quedó la j turalmente lo accesorio; ya porque el ne-
familia de D. Cárlos por efecto de la prag- I garsc á lo último concediendo lo primero,
mática sanción de Fernando VU. En este e:a un contrasentido inconcebible; ya tam-
caso la hermana de la Reina no recibía un bien porque la repugnancia que á ciertos
golpe del gobierno de la Reina; solo sufría hombres hubiera podido inspirar un paso
las consecuencias necesarias de una ley que semejante, si se hubiera tratarlo de la per-
S. M. en su sabiduría habia creido conve- sona de D. Cárlos, desaparecía completa-
niente sancionar. Esto no se ocultaba á la mente cuando el conde de Montemolin en
Inglaterra; y asi parece muy verosímil que sus manifiestos, en sus discursos y en todos
ha pensado en este medio, y que ha dado los actos de su vida pública y privada , se
algunos pasos para realizarle. Prescindiendo ha esforz~~o tanto por manifestarse toleran-
de las correspondencias de los periódicos te, conciliador, sin rencores de ninguna
alemanes recientemente publicadas por la especie , conocedor (1)1 espíritu del siglo,
prensa de Madrid, fue sumamente notable enemigo de reacciones, profundamente con-
un largo artículo del hlornin,q-Chronicle, vencido de que es una empresa temeraria
órgano de 101'<1 Palrnerston , y que salió á el luchar con las necesidades de la época, y
luz en el último setiembre. El escrito pare- de que, en vezde evocar recuerdos de dis-
cia un memorándum presentado á las poten- cordia, lo que conviene es procurar, en
cias del Norte, y contenía la singular obser- cuanto sea posible, la union de todos los es-
vacion de que era necesario se iusiese un pañoles.
término á la agitacion de la Península, con- Sea lo que fuere de esos proyectos de la
trapesando la influencia anglo-francesa con Inglaterra, lo que hay aqui de cierto y evi-
la de las otras potencias. Este proyectoolre- dente, es la existencia de una complicacion
cía á la Inglaterra las ventajas siguientes: europea, que puede acarrear una catástrofe
4." Lograr su objeto capital, que es impedir á la España. Para prevenirlo, ¿qué hace el
el que la dinastía de Orleans se siente en el gobierno, en qué piensan nuestros hombres
trono de España, 2. a Salvar todos sus com- políticos del Senado y del Congreso? No se
promisos con el nuevo órden de cosas esta- trata de indicar tales ó cuales soluciones del
hlecido por la pragmática de Fernando VII. problema, sino de llamar la atencion sobre
3." Triunfar de la Francia sin humillarla, la necesidad de buscar alguna. «Aquino hay
antes dejándola una salida honrosa; y evita rcuestion , se nos dirá: ~i la Heina vive, la


99




~©G.Oii'O(M.\ UIfJ1í'~[l3a©rnQ
~-<t~


- 802
situacioa es clara; y si llegase á faltar las I
leves tienen marcado el orden de sucesion.»
Sea asi en buen hora; pero al menos, seria
bien cstraño que para el logro de este obje- I
to , no trabajaseis por prep;lral' un desenlace, Hace un año concluí mi tarea periódica,
pacífico. ¿Cómo pensáis rle,armar á la Ingla- 1, p.e:juntanJo ¿por dónde sesale? Segun pare-
terra?-Si protesta, no haremos caso; si lu- ,1 cc , no se ha encontrado aun la puerta: á
cha la vcnceremos,-¿Con qué medios?- 1I hieu que durante algun tiempo se la busca-
En lo interior , con los nacionales, en lo es- I ha por senderos harto peregrinos, No indi-
terior, con el apoyo de la Francia. -¡,Estais qUClllOS cuáles eran: dejemos á la historia
bien seguros del resultado'! y adernas , aun- l' sus ptiginas severas, y lamentémonos de
que el triunfo fuera indudahle , ¿habeis re- I que no puedan ser borradas de los fastos de
flexionado sobre la venganza que en su dc- 1


1


' España.
sesperacion tornaria la Inglaterra'? Ahí estan I Después de tristes vicisitudes y angus-
las colonia.s; si las .perdiésemos, ¿.r¡llé espe- l. tiOS~l inoertidunihr..e, el pa~tid.om,oderado ha
ranza nos queda de levantarnos de la pos- podido salvarse, con un munsteno Narvaez
tracion actual? ¿I}s pro~n~tejs que con el 1'· (te¡ce.ra e.'diCiOn). Se.ha inc~epado á Narvaez.
apoyo de la Francia pnrlriais salvar las FIII- por el modo de elevarse; a las torres muy
pinas , Puerto Rico, Cuba, Cauarius , ni si- !; altas se suele subir por escaleras angostas.
quiera las Baleares? Seria posililc ; pero an- !' Como quiera, ello es cierto que en esta co-.
tes de arrostrar tamaños pel~gros, bueno '1 1,no en otras ocasiones , Narvaez ha' hundido
fuera pensarlo mucho; bueno fuera conslll-fl a SIlS adversarios COII un golpe seguro, que
tal' á los inteligentes sobre la elicacia de los 11' intrinsecamente scni miradode diversos mo-
medios de defensa, Algunas de nuestras co- dos, pcro que en cuanto al resultado, es lo
lonias, la lng.laterra no nece~!tar¡a llsu~par- '1' que,se llama ?na burla. En la ~rónica perio-
las, le bastaría que las perdiésemos: SI por I dística de la ~~poca se hulla escrito el nombre
ejemplo, la posesion de la isla de Cuba le j de un introductor: sea lo que fuere de la
l.lUhiese de acarrear altercados con los ESla-li v,erJad de estas narraciones, locierto es que
dos-Unidos, no tendría precisión de tomarla; I SI para entrar se aceptaron sus servicios, en
pero si la rica joya se perdiese , ¡.que le im- I seguida se le despidió.
portaría á la España el nombre del sucesor'!' Narvacz vino á Madrid con aquiescencia


El buen juicio de nuestros hombrespúhli- de los puritanos y alegría de los no purita-
cos no permite sospechar que confundan una nos: en la agonía, todos convinieronen que
cuestiou europea, con las tentativas de in- " solo él podía salvar al enfermo; así se ha
surreccion en este ó aquel punto de España: Ir comprobado mas y mas, que él es el facul-
tanto vnldria confundir una enfermedad :,\,I'a- I tativo indicado, siempre que se trate de
ve con el mas leve de sus siutouias. ¿Qué I operaciones difrciles y arriesgadas. Si otra
pueden contra un gobierno establecido UIlOS 1, vez se piensa en hacerlo viajar, bueno sera
cuantos hombres aislados, por mucho que , meditarlo.
sea su arrojo, por tenaz que sea su constan- I1 La importancia de Narvaez en el partido
cia? Lo (I,I/(~ pueden es U~la sola cosa: Ill?rir, 1


1


Il!oderado, es un fenómeno dignode examen.
Pcr~ r~plto que la cuesuon n? esta aqlll: n~ I \0 se debe a grandes hechos, de a~ma,s, por-
se limitaá tan estrecho recinto ; no es ni 1'1 que este general no ha tenido III siquiera
provincial, ni española , sino europea: si I ocasion de ejecutarlos; no á conocimientos
nuestros hombres públicos no la miran des- 1 profundos; no á carrera parlamentaria , en
de esta altura, se equivocan: y esponen al l' la cual no es masque un alumno aprovecha-
paisá .quc los acontecin~ientos ,le.sorprendan" I d?; ¿á qué se debe pues'!,¿ osadia é intn.'gas
como le han sorprendido cast siempre des- dirán algunos; pero es bien estraño que en
de '1808, Desgraciadamente, mucho es de I tiempos tan ricos en osados é intrigantes,
temer que esto suceda: la desidia es una I uno prevalezca y descuelle de una manera
enfermedad crónica en nuestras regiones I


rl
tan singular. La causa es otra: el general


políticas: cuando hav un peligro, si no es ! Narvaez se distingue por la energía de ca-
del momento presente', se adopta un espe- ji rácter , y la celeridad y acierto de acciun en
diente muy sencillo: no pensar en el porve- Ir los momentoscríticos: de aqui su importan-
nir , distraerse. U cia. Este mismo hombre escasea de pensa-




- S03 -
miento político: de aquí su vacilacion en el :1 grande!-Pero, ¿quién, se nos dirá, quién-
mando , y luegosus caidas. Ve una Espailil II puede hacer nada con circunstancias tan
de salones y cuarteles: mientras está en: angustiosas comolas que vamos atravesando
ella, triunfa y domina; mas para el gOI)(~i'- il de algunos meses á esta parte"?-Quién? ..
nante hay una España fuera de los enarte- ,¡ precisamente lascircunstancias, por lomismo
les v de los salones: en ella Xarvacz vcrra: '1 que apremian, brindan; si la situación fuese
y por este error, cuando llega el caso. e,,, holgada , no debiera haber prisa para salir
vencido en los salones v no le salvan los de ella; si fuera fácil no habría mérito en
cuarteles. • desenlazarla.


Sc ha dicho que Narvaez es hombre del Se ha dicho, con fundamento o sin él, que
grande ambician; mas no parece I¡ne sea de ,1 Narvaez estaba íntimamente ligado con la
ambician grande. La amlncion, cuando es ,1 política de las Tullerías; nadie ignora que un


J .. ,) S 1, d d N-graIl(e, se encannna a cosas granues. ,0- :1 periódico inglés al saber la entra a e lar-
berhios palacios. espléndidos trenes, POIll- :'1 vaez en el ministerio, decía que Luis Felipe
posos títulos, altas condecoraciones, todo ~, no babia jugado sin grave motivo semejante
esto puede hallarse junto á una ambicien JI carta; corno quiera, si esto fuese verdad, pl'C-
grande, lilasno esel objeto de ella: sostener :1 ciso seria convenir en que este geueral, des-
el orden y conservar en equilibrio las peque- ': pues de haber errado su vocación en lo inte-
ñas fracciones de un partido pcqueüo , uun- !i rior , la ha errado no menos en lo esterior.
poco es el objeto digno de una ambieiou ,'1 Dije un din (página GGO) que Narvaez debía
grande. La esperiencia y las contrariedadcs,i babel' sido ó progresista ó monárquico, y que
parecen haber quebrantado un tanto las vio- :! alentrar en el partido moderadose hahia pues-
lencias de los ímpetus antiguos; esto es hue- :'1 te en contradicción con lo que exigía su
no; pero si el quebranto ha de producir i carácter personal; pues bien, ahora se po-
flexibilidad para plegarse á ciertas personas I dria añadir que ligado Narvaez con la politi-
y á cosas diminutas, en vez de una mejora il ca de las 'fullerías ha completado su des-
es un deterioro. La verdadera flexibilidnd, 1 acierto. La resolución con la incertidumhre:
digna de un hombre de cstudo, es el saber 11 la energía con la flojedad; la rapidez con la
plegarse ú las grandes cosas. '¡lentitud; hé aqui la alianza: fatal estrella
~:I general \f:.lrvae.z se ('onsider~rú neee- 1 para un hombre de accion , la de estar siern-


safio para la situaoron actual; qurzns otros il pro ligado con gentes timidas, qne soloestan
no.lo crean asi ; pero sea necesario en buen :.'1 á ver venir.
hora: la situaciónactual, ¿J[UÓ cimientos tic- ! El general Narvacz salió triunfante en
ne? ¿se han curado los males en su raiz? sus empresas contra Espartero, porque te-
Narvaez sabe hien que no; y no 10 saho ! nia en su apoyo á la inmensa mayorta de la
él solo. '1 nacion; ha vencido las insurrecciones mili-


.En España ha habido grnndcs hechos que :1 tares, porque no contaban con este npoyo,
podian ser un vivo incentivo para una am- :: como que representaban el principio caído
bicion grande, y los hay torlavia : dije hace l' en HI'\'3; falta saber lo que seria de esta
tiempo, que el pais desea levantar una está- II íortuna , si un dia los ar.ontecimieutos se
tu.a, pero n~ se presen.tan candidatos. A.hor a 1I complicasen de taimado que tui i~se que lu-
ll?lsm.o las.cjrcnnstan~ws son,tales, la situa- I chal' por una parte con la revolucion , y por
cion mtenor y estertor de España se hulla ,1


1


otra con el conde de Montemolin , aquella y
en una cornplicacion tan singular, y ai mis- 1",ste lanzados en abierta lucha contra el go-
ma tiempo tan susceptible d.e soluciones I bierno , aun no suponiéndolos coligados en-
posibles al talento y á la energía, que ofre- I tre sí.
cerian á una ambicien grande una tentación I1 En los graves acontecimientos que sin ne-
seductora. Puede encenderse la guerra ci- :. cesidad de mucha previsión , se divisan co-
vil, puede sobrevenir una rcvoiucion , pue- li mo harto posibles por desgracia, llegarán
de estallar por los asuntos de España una II quizás momentos críticos en que sea preciso
guerra europea, puede haber de una Ú I tomar resoluciones cstremas ; pero estas no
otra parte un triunfo que deje en el porve- ~ son mas que una nueva calamidad, si no
nir peligro.s para el victorioso.; ¿cuál es el s.on definitivas; los hombres, los sistcrnlL."
medio de prevenir tanto mal? ¡Qué pcnsa- los intereses que se creen protegidos por
miento mas digno de tentar J.l-na amhiel(\{\ N9.-~q~~7.~ ,t.o¡;!,<:\n-L").J~o:; <x...ce, ~;'~'f~_'<'>. ,""~"'-"'" te> """'-"' ...-...'




IDO ni mucho menos para lo delinitivo?
A. dos puntos puede dirigir su vistael ge-


neral Narvaez : el partido moderado y el
progresista: sobre cada uno de ellos hay
mucho que decir: de este mucho, diré algo.


La oposicion contra Narvaez en el seno
del partido moderado, si bien no deja de
existir, no podrá ser tan fuerte como en
o.tr.as ocasiones. Desde luego faltará la opo-
SIClOl1 'puntana; pues á ,lo que parece p no
es posible resnscitarla. No lile entretendré en
atacar á los caidos; pero no puedo menos
de decir que si se quiere hacer la oposicion
otr~ ve~, es preciso no adoptar la palabra
puntamsmo : despues de lo que hemos pre-
senciado , ya seria imposible que á quien la
oyese, no le sucediera lo que á Sancho,
cuando «tcnia los carrillos hinchados v la
boca llena de risa, con evidentesseñales de
querer reventar con ella..


.En cuanto á la mayoría, parece que adoc-
trillada con lospeligros de los últimos tiem-
pos,no.habria deolvidarse tanprontodequien
la ha Iibertado. Por lo menos, es preciso
aplazar la lucha para dias menos críticos,
conllevando las cosas, ya que no con gusto,
al menos con resiznacion. Cuentan las cró-
nicas que el gcnernl Narvaez , si bien pare-
ce tan dulce. tul extra, á veces entre sus
familiares poiitico-;, no deja de hacer sentir
la superioridad algo mas de lo que se de-
seana ; pero cómo ha de ser.... no pueden
reunirse todas las dichas en este valle de
lágrimas; y es harto mas soportable el su-
frir algunas vivezas, que el estar pendiente
de los caprichos de aquel, que por algun
tiempo ha tenido al partido moderado en la
angustia de un hombre á quien se hiciese
columpiar sobre un cordon de seda, en lo
TIlas alto de la torre de Santa Cruz.


Entre las terribles cargas que ha recibido
de los progresistas el general Narvaez, no
I(~ han faltado algunos, bien que pocos, ha-
lagos. En una sesion célebre, se llegó á te-
mer un abrazo, que el Sr. Arrazola procuró
impedir, no sin duda por falta de amor del
projirno, sino por recordar las escenasde 39
y setiembre de '1840, en las cuales no salió
bien parado S. E. Si sobrevienen rupturas
en~re Narvacz y la mayoría, se repetirán
quizás los halagos y los deseos de concilia-
cion por parte de algunos progresistas; sera
dificil que Narvaez caiga en la red; pero si
cae, bien pronto sabrá lo que le espera.
Seamos francos: con las actuales condicio-


nes de los dos partidos, la reconciliacion es
imposible: se harán manifestaciones afec-
tuosas, pero sin resultado; se invitarán
quizás á participar en comun del opíparo
festín de la administracion pública; pero ha
de hacerse de tal modo que la invitacion se
convierta en burla, teniendo cuidado unos y
otros de que se repita aquello de los convi-
tes entre la zorra y la cigüeña: el plato lla-
no y ta botella de cuello angosto.


Los dos partidos liberales se han acogido
al amparo de un militar, reconociendo que
esta era una condición de unidad, y por
consiguiente de fuerza. Despues de tanto
clamar contra la unidad, ahora se la exage-
ra hasta el punto de quererla, no ;solo en
el poder supremo, sino hasta en los parti-
dos: ¿ es esto consecuente? Pero lo mas es-
traüo es que esa unidad haya de ser un
militar. Se concibe que un partido político
se agrupe alrededor de un individuo de
cualidades eminentes, como oradorde opo-
sicion , y hombre de gobierno; pero un mi-
litar? por qué? Ah! la razon es clara; la
razon no es la ley de unidad, es la ley de
la guerra que busca espadas, es la ley de


lila flaqueza que ha menester de ap0.l'o.
1, Cuando un partido proclama que necesita á
:, su cabeza un militar, no debe hablar de
¡! discusion. Soult y Wellington no represen-
i tan en su país a los partidos conserva-


I dores; en política, i,qué significa Soult allado de Guizot, ni Wellington al lado de
I Peel? Enhorabuena que Wellington y Soult


!I sean considerados en su partido y asociados
I1 a los ministerios como una especie de capi-
!i teles de adorno; pero nadie dirá que aque-
I¡ Jlos militares sean condiciones necesarias


1


I
1


para la unidad y fuerza de los partidos á
que pertenecen.


I
Si Espartero se pusiera al frente del par-


li tido progresista ó de una de sus fracciones,
1: veriamos una singular campaña, sobre cu-
1 vos resultados conviene reflexionar. Para
I conjeturar con acierto lijémonos en los ca-
I ractéres de los dos personages. Espartero


se distingue por su lentitud, Narvaez por
su celeridad; de suerte que el lento acau-
dillaria á los rápidos, V el veloz á los tar-
dos. Esto es una anomalra muy favorable al
partido moderado: la lentitud del un gefe
templaría la viveza de sus subordinados; la
celeridad del otro estimularía la lentitud de
los suyos; y como precisamente hasta aho-
ra la victoria de los progresistas ha depen-




r
- 80~-


dido no poco de su energia, y la derrota de diferencia de Jos dos earaetéres? ¿Creeisquo
los moderados ha dimanado de su langui- Narvaez sea mas valiente que Espartero?
dez, trocándose los papeles serian opues- No .. aqui no se trata de valor personal; este
tos los resultados. en España es comun; se trata de la activi-


El partido progresista desde que se 50- dad, de la energia, de un hombre en alta
meta á las condiciones legales y solo trate posicion , sea para hacer la guerra á un go-
de consolidar la obra de la revo/ucion por bierno, sea para sostener/e. ¿Se quieren
medios pacíficos, deja de ser Jo queha sido hechos? recuérdeuse y compárense las su-
hasta ahora, y por de pronto se confunde bidas y caidas de Narvaez y de Espartero.
con el moderado, en cuyo caso no necesita Pero dejemos á los partidos sus preten-
tener á su frente un militar; por el contra- sienesy sus planes; ¿psto qué importa para
rio, si tratase de acabarlaobra de la revolu- el biendel pais?Encerrados en tan pequeñas
cion por los medios queocurran, sin reparar órbitas, ¿qué podrán hacer? Nada mas que
en obstáculos, en tal caso ha menester de Jo que hacen ahora: malgastar el tiempo en
la energía revolucionaria, y por tantono le recriminaciones, en las que frecuentemente
bastaria un gefe militar que le comunicaria tienen razon todos, porque todos tienen
precisamente su habitual lentitud. culpa.»


¿Yen qué fundais , se nos dirá quizás, la Madrid 11 de febrero de 484.8.




806 -


Página.


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302


02
-177


187


La Heligion en España. . . . . . . . . .
La discusion y el gobierno. . . . . . . .
Hegreso á España de S. M. la Reina Madre,


Doña María Cristina .
Polítiea estrangera. . . .. .


3 .Lu aristocracia v la democracia cn España.
Sobrc la pretendida alianza entre los exalta-


;) dos V los absolutistas. . . . . . ....
~ Orígen', carácter y fuerzas de los partidos
1) pollricos en Espaila.-Articnlo I. ....
7 El gobierno v las Cortes. . . . . . . . .
8 Origen, carácter y fuerzas de los partidos


H politícos en Espalia.--Articulo H .
-13 Política estr:mg"J'3 .
'1 ~ Origen, carácter y fuerza de los partidos
-17 políticosen Espaüa.-Artíclllo In .
20 La incertidumbre del gobierno .
22 Origen, carácter y fuerza de los partidos
2;) 1, políttcos en E~Faüa.-A{·tícllI.o IV....
27 I '1Exámen do la rnuxima e/ny rema y no rJo-
29' bierna.=ArlíclIlo I. .
;;5 El viaje de la Reina. . . . . . , , . . . .
3~ Exúmen de la máxima el rey reina y 110 fio-
716 bierna.=Artkulo 11. .
38 Sobro la admiuistracion del Sr. Carrasco..
40 La instnbilidnd miuisteriul v la iuccrtidum-


,


bre de la situacion. . '. . . ' , . . .
'- Las ius tituciones políticas eu sus relaciolH's


47 con el estado social, ." . . . . . . .
63 El lIUelO ministerio. . . . . . . . . . .
72 Heformn de la Constltuclon.c-cArticulo 1.
SO ll .
84 ! La España y la Francia. . . . . . . .
89 -lJteforma de la Constítucioll,-Artielllo 1Il.


IV.
V...
VI. .
VII.
VIII.


:Sobre la última crisis.
-132 ¿Cómo estamos'! ¡.Quéconducta deben seguir


los hombres amanles 11(' su patria? ...
Nuestros principios, el gohiel'llo,' el G!núu.
La situar-ion y las necesidades del puis.
Alianza de los partidos. Si hay alguna posi-


ble y provechosa. . . . . . . . . . . .
143 I[ Algunas reflexiones sobre el manificsto de
148 la comision central del partido monárqui-I co-r-onsütucíonal Ú los electores. . . . ~


ro que no se quiere, y lo qnc se quiere, y
v dos palabras al Gloúo y al Tiempo. . .
Sobre el decreto de la suspcnsion de la ven-


ta de ];JS bienes del clero seenlar y de las
r monjas, .


-1 ~6 (Ojead~ sobre la sítuacíon , sus causas y P0l'-
> verur , . . . . . .. . .


Lna nueva fase de la rcvolucíon. [utoleran-
cía de ciertos hombres. Quit\nes son los
verdaderos amigos del trono...


16:> Entrada del SI'. Martinez de la Rosa en el
-17 -1 ministerio.. . . . . . . . . . .


9 ,·,;)
-100
HO
123


íNDICE.


INTRODUCCION.. • • . • • . • . . . • •
Consideraciones políticas sobre la situacion


de España.
Prólogo...
Capitulo l.


n.
m
IV.
v..
VI..
VII.
VIII..
IX.
X..
XI.
XII.
XIII..
XIV..
XV..
XIV..
XVII. ,


Rápida ojeada sobre los principales aconte-
cimientos políticos de Europa, desde -1. 0
de agosto de -184-1 hasta fin del mismo año.


La religiosidad de la sociedad española.
La esterilidad de la revolueion española.
Situacion de España. , . . . . .
filas sobre la sltuaclon de España. .
La fuerza del poder y la monarquía.
Alianzas de España.-Artículo I. Alianza


con la Inglaterra. . . . . . . .
Artículo n. Alianza con la Francia.
ly despucs? . . . . . . . . . . . .
Consideraciones filosófico-politicas. .
Todavía hay tiempos peores que los de re-


volucíou. . . , . . . . . . .
Estudios polítieos.-Artículo I. El alto


euerpo eolegislador..
Artículo n. Id .
Prospecto del Pensamiento de la Xneíon. .
Equivocaciones que sobre la situacion de


España padecen nacionales y cstraugcros.
Politíca estrangera. . . . . . . . . . . .
Errado sistema que se ha seguido para re-


mediar nuestros males.-Indicaeion de
los principios que no conviene olvidar , si
se desea encontrar el verdadero. . • . .


Política estrangera. . . . . . . . . . . .
Las preocupaciones politieas y el espíritu de


partido.......•........
Contraste entre el ministerio de Gracia y


Justicia y el de Hacienda. . . . . . .
Polí tíca estrangera. . . . . . . . . . .
La monarquía y la unidad gubernativa en la


sociedad española.. . .
El gobierno y la situacion .




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443


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612
617
622


- 807-
334 ~ Reflexiones sobre la situaelon....


Candidatura del infante D. Enrique.
339 . La nueva restriccion de la imprenta.


El convenio con Roma. . . . .
La nueYa opuslcion. . . . . . .
El gobierno y la nueva oposicion.


34:) La revolucíon y el gobierno.
Sistema tributarlo. .


349 Un efecto sin causa. . . .
El viaje de la Heina. . .
Ojeada sobre los partidos.


3;)6 El matrimonio de la Reina y la diplomacia.
El gabinete francés y el (."ilde de Monte-


359 molin..... .. . .
La política inglesa y la. cuestión del matrí-


363 monio de la Reina. . . . . . .
Carta al Excmo. Sr, D. Pedro José Pídal,


ministro de la GIüernaeionde la Península.
La oposicion. ." . . . . . . . .


3 77 ,i.lle arriba abaje> , ó de abajo arriba?
381 'El Senado .


Peligros de un conflicto. . . . . . . .
El mnniücsto del infante D. Enrique.


383 Ilesultado de las discusiones parlamentarias.
La m:ulÍfBstaeion contra el conde de 'Irá-


pani. . . . . . . .. . .
Hesultado de la manifcstacion contra el con-


389 de de Trápani .
39;) Sobre la denuncia del índice.


Mas sobre la última crisis , .
Nombramiento de general en gefe.
La preponderancia militar.
La situacion. . . . . . . ..
El nuevo ministerio. . . . .
Contestacion il uua epístola del Heraldo.
El general Narvaez. . . .
El nuevo míuístcrlo. . . . . . . . . .
La insurreocion de Galicia. . . . . . . .
Ideas y sítuacíon del partido monárquico.
La union y el dos de mayo. . . .
Incertidumbres, imposibilidades y necesi-


dades. . .
449 El gohierno y la oposlcíou. . . .


La revolución de Portugal. . . .
La memoria del individuo influyente de la


oposicion conservadorn. . . '. . .
El comunicado del Sr. Rubio y la carta de


la Reina ~ladre. . . . . . . . . . . • .
Sobre el articulo del Constitncional de París.
El matrimonio de la Heina con el conde de


Montemolin. . . . .• ...•.
Sobre el matrimonio de la Reina. . . • . .
Al España! , al Heraldo y al Tiempo. . .
Examen de los argumentos contra el matrí-


monio de la Reina con el conde de Mon-
temolin. . . . . . . . . . . . . . . .


Las Cortes, la prcnsa y el ruido público exa-
minados como criterio para conocer la
fuerza del partido monárquico.


;'22 Al Esparw!.. . . . .
:528 Vindícacion personal. . . . . .


400
403
40;)
409


413
417
421
421
432
437


4:54
461
4G7
471
479
41'í0
486
48~)
493
4B!)
003
008
013
r>18


Sobre las próximas Cortes. . . . . . . .•
Contestacion al artículo del señor don An-


drés Borrego.. . . . . . . . . . . . .
Hcñexioues SODre el malestar de España,


sus causas v remedios. . . . . . . . .
Sobre el diseu~so pronunciado por S. M. en


la solemne apertura Ile las Cortes....
Hápitla ojeada sobre el proyeelo de reforma


constitucional.. . . .. .
Sobre el discurso pronunciado por el señor


\larlÍm'l. (le la Hosa en la scsion de] Se-
nado de :2i Ik oetuhr« de 'lNH. .,.


Sobre el discurso de:! Sr. Egaita, en el con-
greso (l(~ (lillLltados. . . . . . . . . . .


Sobre la discusiou del párrafo relativo :í. la
reforma de la Constitucíon .


Sobre el dícuuucn de la comisiou del con-
crl'('SO • • . . • . • . ~ •


El ~lis;'!l;:so' del Sr. Tejarla y el del Sr. Mar-
tinoz de la Hnsa. . . . . . . . . . . .


La org:luizac,on del Senado. - .
Enmicuda d.-l Sr. Eguizabal, relatíva á la


a(llllisioll (le los eclesiásticos en el cou-
gr('so de diputados .


Las tontntivas n-vclucionnrias y la vindica-
ciou Ik los monárquicos .


Discnsion del artí('lIlo relativo al matrluionlo
del HCI"•••••••••.••••••


La situaeiim , sus antecedentes y su porvenir.
Sesion del 21 de diciemb¡'c dc1814 "re-


nuncia de v.u-iosdiputados..... ~ ..
Mas sohre la rcnuuciu dI, algunos diputados.
Los progresistas y los moderados. .
La naciou y los gobiernos. . . . . . . . .
Ex.unen de la cuostion del matrimonio de la


Heina Doña lsahclll.-Artículo L
H..
m.
IV.
Y..
\1.
YII.
YIlI v último.


Discusiuu del Congreso sobre la devolucíou
dl~ los hícncs del clero.


Sobre lo mismo. . ..
Negocios de noma. .
Asuntos oelesíúsucos.
Al Heraldo. . ...
Al Clamor Publico..
La política de la situación.
La prensa...
Dos escollos. . . . . . .
Documentos de Bourgcs,
Sobre lo mismo.
Sobre lo mismo. • . .
Sobre lo mismo. . ..
Conducta del gobiel'Jlo.
Sohre el comunicado del Sr. marqués de


Miraflores. . ..
Heunion-Paeheco. . . . . . . . . . . . .




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"790
802


La Inglaterra y las poteuclu del Norte en
la cuestion española. . . . . . . . . •


El matrimonio Montpensier y la diplomacia
europea .


Reflexiones sueltas. .
El partido progresista.
¿Por dónde se sale?
Apéndice.-Politica eslrangera.
Política interior. . . . . . . .


758
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- S08-
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7lJ2


Los'res criterios! el partido monárquico.
Casan~nto de la Reina. . . . . . . . .
La Inñe-ncía francesa. . .
Heñexíoi», sueltas. . . .
Otras rclhxiones sueltas.
El partido carlista. . . . . . . .
La Inglatens y la Francia en la cuestion es-


pañola .
Portugal y la iItervencion española. . . . .