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DERECHO POLITICO-CONSTITUCIO~AL


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DERECHO
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,DE ESPAÑA,
POR DON ANTOLlN ESPIRON,


COoellot. tu. F~~pt,¡"¡)el~a,, éUo~",¡)o ()eC ~w~",e ~oee~;o ¡)e
cót", ootU. ~a:tc¡)",~~w ¡)e ~u.óh,t~ ¡)e óC~,IUti)a" elWcl1"'ll-
za" ttGo~",i)o fóe.x-C i)e ~e¡X,~a" eOlw;ew p'(,J..,~t(~~c.;e
:t' ttCc",ei:lc ~o"""c:l"~¡)O'" f1'c ~a, ó~¡)o. sóc~o ¡)e 1I(,~t~to ¡)c~
J",ót;ruto Sóp"'iWC, ec.;,\;c¡)t';;,k-co i)ef ttteltco¡ ~~..,;,i)uo ¡)",
Ca, tte¡X,¡)ent-;a, '¡)g r'(,~;)pu"i)cu~ :t' ec~e(X,C~O(", i)e f¡X, oo·
~C()M ecOU.~IU~ea- lt,,¡X,b~t"áe, ~ ¡)e ob",¡X,o CO"'pO"''''~Oll~Ó
c~mt1~ea:ó :t' rLU"'M~a,ó.


MADRlD.-1854.
Or;at¡lcrlBIJí1tllDij ID. ¿)(!)~~ Q, !).(!.Q)Il'lSlD,


Calle de Valvel'de, 5.






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, ;


PROLOGO.
)


LAS varias obras de derecho político que se conocen,
ora tratados especiales, ora lecciones dadas en. el Ate-.
neo~e esta, córte, á pesar de la importancia y mérit9
que tengan, carecen de una condicion esencial, de ser,
las teorías que se esplanan, aplicadas á la, Constitucion
política de nuestra Monarquía. de ser UM eSfilicacion
de ella; de formar I en fin, un ~urso ,de derecho político
espafíol.


Notando esta fdlta que el plan de estudios observa-
ba tambien en los libros de text9 para aquella asignatu-
ra en las Universidades, por lo cual no señalaba ningun
a~tor, me he propuesto llenar este vacío, haciendo de mi
parte todos los esfuerzos posibles para obtener feliz éxL
to, si bien reconozco que la empre$a es superior á mi




VI PRÓLOGO.
corta capacidad. No obstante me daré por contento si
consigo alentar á otrol escritores que con mas entendi-
miento y recurSOi que yo, puedan redactar sobre esta
misma materia una obra que esté á la altura que recla-
man las circunstancias de la nacion espafiola y el esta"-
do de la civilizacion del siglo en que vivimos.


Enojosa tarea, y sobre enojosa desconsoladora es-
cribir los principios de lereaho· político. Las naciones
pasan á veces pór épocas nefastas y desventuradas qUtl
son su martirio. En medio de tanta inmoralidad. tanto
cinismo. los dogmas, las leyes son quebrantados eon un
descaro sin límiLes. y solo sirven para amedrentar al
débil y al desvalido, y de risa al magnate y al poderoso.
La juventud viene á un mundo que carece de esa buena
fé, esa probidad, ese eléctrico entusiasmo que alienta
y encanta á los hombres en períodos de regeneracion,
de legalidad, de patriotismo • de porvenir. Viene á un
mundo donde se aspira un ambiente apestado ~. y dónde
no encuentra en el horizonte y enUlla atmósfera benig-
day salutíff'ra, el águila altanera que se cierne mages-
(ü()samente con su· vmili por los espacios inconmensu-
rabtes; sino que se ve rodeada de fétidas lagunas en que
pululan y se apifian asquerosog insec~ol que medran en
la podredumbre. La juventud no viene al mundQ como'
en f789 ~ com'o en t.808, como en fS20, eomo en
:1855. Viene, si, con el cotazon marchito y seco á fuer-
za de amargos desengaños: de él Si desprendieron y&
:la,s esperanzas.y las ilusiones , cual la niebla al 'proxi-
!lla,,~ el sol, cual el humo que se disuelve en los aires,;
:~~ I~Jl~~que. t'ac del ál'bol y es ambatab¡¡ por el




PRÓLOGO. VII
viento. En su lugar imperan la duda .. la desconfian-
za: t dI s/lrcasmo ,el escepticísmoque devoran la éxis-
tencia i la eón vierten en una' agonía lenta y desespera-
da. En rCligion la indiferencia, el deísmo. En filosofía
el panteísfua ,el racionalismo .. En política la incerti-
dumbre), la btlrla. le ironia:, la' descreencia. En lo de-
mas y siempre el sórdido Interés, el frio egoismo, el
cálculo impasible y glacial.


No obstante tras1e noche tormentosa I surge un
bello dlil de primaver~ tras del naufragio, la hospita-
lidad, el cariño y el amor. Esta oacioo tan ,grande que
rué el terror del capitolio, de la media luna y del capi-
tan del siglo. Que duenta ton recursos en sus virtudes
y digtinguida~ pl'cJ:ldas, se levantará: bajo todos aspectos
á la altura á que ra I1amlj su destino, por mas queac:-
cidente~ pasajeros pugnen: por retátdar su marcha.


De'bemos propalar y pre(Joniiar los principios á me~
dídaque seaú :mell')s respetadQs ; así en la borrasGa· se
invocan :la disci'plina y elarte~ pára libertarse deLpeli-
gro y al~jarlbetl lo sucesivo. Esfoasf, . .ora nasespcFe
la corona del triunfo, ora la palma funeral dela víctima.


A los qne tachen mi atrevimiento,contest.aré; que
si hay ulgl1n atrevimiento disculpable. es en punto' á
ci~nciáS , por la buena ltltencion que nos conduce: ,que
segun Cervante~ • nunca :nospare.cerr f!:loS loghijo~;del
entendimiento; y que mi.pa$ion al e$ludio me ha in-
durido á reunir en un cuerpo: de doctrina. ideas y pen-
s8.lnientas entlm~iii1.Jo$, CIil dHer'(!nH~s folletos, artículos
de periódicos y en cátedra., del Ateneo


A .pesar de lo que va. espresado " la juventud nq debe




ViII PI\ÓLOGO.
desalentarse. El. estudio es uno de los principales debe,..
res del hombre ~ es laperfeccion de su talento, lailus.
tracion de su conciencia: ; por él 'se coloca en primer
término en lacscala de la creacion y ejerce su supre-
macía sobre el :universo .• El estud!o es el mejor amigo;
nunca se incomoda, nun.ca se cansa de nosotros; está
díspuesto á entretenernos. á resolver nuestras dudas y
dificulrades. y por medio de él conversamos (!on l()~
hombres mas esr:larecidos de todos los siglos y países.
Yo quiero el estudio. porque me sucede en mi oscuri-
dad y retiro, lo que al Sr. Martinez d~ la Rosa. quien
de,cla en un discurso pronunciado en el Instituto histó.
rico de Fraocia-« el estudio es el consuelo y la felici-
dad de mi vida. Yo quiero el estudio porque mientras
permanezco entregado á los trabajos intelectuale,s .Y á
los placeres de la imaginacion, se me figura recrearme
en un delicioso vergel donde gozo del murmullo y fres·
cura de las aguas y del perfume de las flores. Y siem-
pre siento salir de este encanto para entrar eD la vida
comun y diaria, henchida de pequeñeces) intrigas, am-
biciones y miserias. Estoy persuadido de que la parcia~
lidad, el espiritu de pandilla, la injusticia podrán en-
cumbrar al ente nias despreciable. y colmarle de títu-
los, riquezas y honores. Mas ni todos los gobiernos, ni
todos 108 potentados de la tierra serán capaces de hacer
de cualquiera favorecido ,- un Sócrates, un Miguel An-
gel, un Cristóbal Colon, un Mirllbeau. Argumento con-
tundente en defensa del génio, de la ciencia y del es-
tudio.


La juventud tiene que cumplir una mision espinosa,




pn6I.OGo. IX
deiicadísilJla, sacrosanta: proclamar una cm ue estric-
ta moralidad de que el pai:; está hambriento, y ahuyen-
tar lás nubes corruptoras que envuelven y ofuscan á la
generacion que va pasando por nuestro horizonte.


Debo hacer aquí una franca manifestacion. Esta
obra no es de oposicion, ni de ministerialismo. Empe-
zada bajo un Gabinete, continuada bajo otros varios, no
sé bajo cual aparecerá impresa. Además hasta ahora no
he figurado de ningun modo en las diferentes fracciones
ó partidos politicos militantes. Segun se encuentra la po-
lítica y segun las inspiraciones de mi carácter, cuando
las circunstancias me llamen, no rehuiré el puesto que
me corresponda; mientras tanto sigo resignado en la
oscuridad de fa vida privada.




v .


• ~ l •. :




INTROD·UCCION.


INúTIL me parece hacer grandes disertaciones acerca
del origen de la sociedad y de los gobiernos. El hom·
bre ha nacido para vivil' en union con sus semejantes':
SU eiencia misma, sus necesidades, sus aspiraciones lo
demuestran de un modo incontestable. Un esrado na-'
lui'al anterior al de sociedad y diverso de él, JJO S6 con·
eibe, Cómo fampoeo un estado sálvage. Hechos estraor-
dinarios y aislados nada prueban. Rousseau ha propa-
lado sobré estos puntos ideas muy estrañas y hoy dia
desaeréditadas. Aquel escritor aventajado fué infeliz
durante toda su existencia, ya por temperamento, ya
por fa adversidad de que fué siempre víctima; en tal
aituaeÍ{)n el talento y el ánimo sufren una influencia si-
niestra que nos arrastra á lapar~doja y al delirio.




XII INTRODUCCION.


El origen de los pueblos es por lo regll lar incierto y
aparece rodeado de fábulas y oscuridad. Lo que se pue-
de asegurar es, que el hombre nace E?n sociedad ó la
busca desJe que se le ofrece, bien sea una tribu nóma-
de, bien una ranchería, un aduar ó cualquiera otra co-
munidad. Ji:sto se halla averiguado por la historia, como
tambien que los hombres que viven casi en un grado
igual de cuIt'¡.rra:ó'dé íg~oÍ'ap.cia·yat¡iaso'. presentan va-
rios puntos de contacto y semejanza. UIl germano en
medio de sus bosques, se parecía á uno de los primiti-
vos habitantes del Canadá, ó de la Península ibérica, ó
de la Polignesia , á pes8P de la distancia de tiempos y
de paises; así como un ciudadano tle París en la actua-
lidad tiene algo del ateniense de la época de Pericles y
del romano de Augusto.


Supuesta la necesidad de gobierno mas ó menos im-
perfecto. 6)ste nace en unos pueblos pOI' derecho de
conquista; en otros por la ¡;upremac[a que la fuerza ó
el valor de una persona ejerce sobre los demás; aquí
poblaciones errantes eligen á su manera á un gefe. ó
caudillo en quien depositan su confianza; allá es una,
familia distinguida á la cual se adj udica la prerogativa
del mando; mas allá es un génio que revestido con el
carácter de sacerdote, ó de bardo,. ó de enviado del cie-
lo. se arroga el privilegio de dominar á sus compañe-
ros. quienes se humillan y prosternan en su presencia.
Jllmás se ha visto el fenómeno de un pueblo sin religion
y sin gobierno .: los hubo en la antigüedad ma5 remota
del Asia; los hubo en América cuando 'se verificó su
descu~rimieIJ.lo; los hubo bajo la dictadura de Sila en




HiTRODUCCION. 1111


Rama, y los hubo en Francia en el.períotlo mas .. san-
griento de su revolucion :laDiósaRazoll' y 'el régimen
de] terror.


La formacion de todo gobierno en virtud de un pac-
to social está desmentí,da por la historia ydatradí()ion.
Lo que hay .decierto reilpecto d.el particulat' es que't en
mUCllas ocasiones una naci.on varia de siswma de $0 '.
merno t ó.se da ~l que mejor .le parece ,'despues de una;
tra~f()npacion ó viqisitud pülític~: ej~mplo la Dinam.u ....
ca á mediados, del siglo XVII; lnglí¡l.ter¡a en.f668 ¡los
E»tados-U,nidos de América cl/ando se separaron .de la,
metrópoli. .


Algunos creen que el gobierno con todas ~us~on­
secuencias y aplicdciones dimana de .la soberanía nacio~
nal, dogma sagrado é in~spugnable para unos, absurdo
insostenible y perjudicial .para otros? y que yo no esti-
mo de ninguno de ambos modos, sin preciarme de ser
ecléctico. La soberanía nacional es algo , es mucho, si
por ,ell~ se elltiende que radie tiene en el mundo el de-
recho de manuar tí los. demás, por ningun título. ni mo-
tivo que no sea la voluntad terminan:te ó"implícita de
sus siIbordinados~ Que ese prctendÜo derecho divino
de lo's reyes, prescindiendo de todo antecedente y con-


. . .. ;;, . ,


sideracion. humanos; que esa teocrach. avasallando el
poder civil '1 destruyendo la independencia de las. J,lacio~
nes; que esa daminacion !fbitraria y ca,prichosa sjp l~a­
has nI miramientos; que los pUyblo~ tenganque htlmill~r
su frente delante de un tirano, de un déspota sin mas re-
medio ni porvenir; que touo 'e~to y cuanto s,e d.e~pren­
de, es una burla y un sarcas.mo; estoy confofIlle. PepJ




XIV }t;TRODUCCION.
persuadirse de que la soberanía nacional lo es todo;
única fuente '! legitimidad de los derechos y de los
acontecimientos políticos; que todos los habitantes de
UD pais concurran solo por serlo, á la conatilucion del
poder público, pues que el sufragio univernl eS inde-
fectible; que se ~tiendan esclusivámente los intereses
del pueblo sioponerlos· en armon!a con otros tambien
caros y respetables, esponiéndose á perder ese equili-
brio que afianza el órden y la libertad; santificar cua-
lesquiera hechos, hasta los crímenes mas n;ecrable.
porque son del pueblo; no ver sino la voluntad antepo-
niéndúla siempr~ á Ja inteligencia y á la justicia; esto
no es menos cen!nrablCJ y peligroso. Pues qué • ¿tiene
una ·naeion dtrecho para despojarse de sus preeminen-
cias y regalias y entregarse en manos de un rey á quien
se hace voluníariamente mas absoluto y temible que los
E-mperadoresde ,la China? Los partidarios mas ardien-
tes de la soberanía nacional se oponen á esta teoría que
sin embar.go es 'lÓgíCIl, y que fué realizada en un pais
de Eúropa en J:660. Pues qué, ¿ habrá quien aplauda
las proscripciones de Mario ~ las venganzas de los triun-
viros, los atentados del comité de salud pública, por
mas que fuesen cometidos en tiempo que se entonaban
con entusiasmo himnos á la libertad ó se hacia alarde
tIe vivir bajo él amparo de un gobierno popular? ¿Pues
qué hemos de condenar á Tiberio y absolver á Robes-
pienle. como si el nombre de las personas ó de las co·
sas cambiase su ~encia?


. Antes y á la par que la soberanfa nacional está la
jugticia, lainleligencia, el deber: reyes ó naciones que




INfR&&tJctlOri. ' :1..-
se *Cpa"&R ·de Iá verdad~á senda~ 'sUfrid:rt ~\I :(4)odig-
nQ ,ca~tigo. HOO\~ vió sus mO(rum~lilo! profanatlospor
la'S;ho~s ·deAtH! !f Alaric&, Fraooia Vióá :sus legis~
laOOro8'airNljtldos lÍ ctilala~&8' ~. Ulsalade ¡lall·sésiofl6S.
Luis ){¡I· muereoo:tre- temoJfdiroient&s OJloole8y ti· MiO Y"
las im&'ld+ciones de slls'Vasatlot. 01 .. 101 I espiró 6D -el
cadalso. La sooor-anía deheooolSe halla J(listI'H~uida en- ,
tre los ~eres''P\Íblicos lJW!. impaban la mn.quina:so ..
cial ;w. ,oberanfa de dereobo:6slá en la justicia., es UI1'
destello de la di vinidad. La ..coDstituciQO de :i SU pro- .
clama_qul ~~ soooraltía l'e$idt\ 6D·le. tH\eipn:'~nadl1
mas acertado en aquel tiempo en que ~l ~Mooa ~- ,
mla' ,taJ'¡erfa extnol!:lJ:ft. la rmcion,e ft.abia lon.nudo
en melsa para defenderle ,. iguaimentteque l~, patria. la .
religWÍlyJa; ind~peDdellcia;. y además Eernsndo V U
y. &u padrt habi® abdioado tlua denecoosá lá eQrena.
España llo,podia 'ser patr.imoniOl6f> 'nad~; '$6 def~djú,
ge :aItlv9'),l 8~; ,gobernó. ~. ~i pr~pia,. . Br,iUa~ ~p~rya
émula de Sagunto y de Numancía. . .


. .El il.ustxe .Marqués de Vald~garoa¡¡,c&facteri~aba la
soberanía Mcip~al de il~§ic.a. y..apsur,<4,. Yo, 110 lo creo
así ;:.lé!. historiapresellta intlniLos .qjemplos ,de esa SQbe-
r~j,a ,ejevoida paladiqa y., so~mnomen~"Los ConciliQ$
deponian á los reyes: los obispo~~prQcJI\~lb.ím abierta-
ml.m~ las- iQsutreceion~s populares, y .. ' c,~locaban á
IU cabeza para derribar los poderes estableQi~QS.


Luis iil .Benigno I rey:de FJ:alloia ,de Ja·raza: -Cl\flwiin •
. gia, es (}Ogidopl'isioll~I'.o por ,algl.HJos deliuSI~bdUQS
que se habian sublevauo contra su autoridad ,protegi-
dos por el sacerdocio. Se le conJuce al monasterio ,qf)




XVI INrRO»UC~()N.


San',Medardo de Soisson_,y allí. postrado, d~ rodjUas ante
ún Concilio p,re:s-idido ppr ,Eb}Jpn , arzobispo de Reims.
se cDnfiesa óle obligan á: ~ollfe,sar culpable'de habe~ vio,-
lado sus juran'lentos. de no haber e.scQchado losconse·
jos de celo,ospl'tricios en p-tó de sus súbditos; de ha-
ber armado unos contra. otros. y de haber ordenado .e9-
pedicione,Hin el consentimiento de la nac'ion. El castigo
impuesto á :estos delitos verdaderos ó supuestos. fué
arranearJe la corona y el manto régio, y vestirle en el
aeto elsáyal de la penitencia.


Un Concilio destItuye á un monarca en nombre de
la soberanía':del;pueblo~


,-,: Lotarid U:, rey de Lorena:¡ ena!Jlorado de Waldra-
da y. desea¡ndó 'hacerla a<;cender al trono. repudia á su
muger Teutberga. Un Concilio aprueba su conducta; ,
pero Nicolás'} anula el acuerdo, y declara que es licito
resistir á 10$ reyes cuando no góbiernan segun jNsticia.


'Un ,Sumo'-Pontifice ,proclama el derecho de insur-
reccion.


, Unóde' los partidarios mas ardientes y fanáticos
de la liga en 'Francia, Boucher. publicó con la aproo
baclon de la facuitad de teología, un libro titulado (De.
justa'Heni'icidertii afJdicatíone., En este escrito se ven
las máximas siguientes:


«El derecho de deponer los-reyes'pertenece al pue·
blo y al ·Papa.
-.' ¡El' pueblo M el que hace los reyes, y en su con'se-


cuenda el que puede despojarlos de su autoridad.
. El derecho del pueblo es inalienable y superior á


cualquiera ótro.




INTIlODUCCION.


La monarquía no es mas que un contrato.
El pueblo tiene sobre los reyes el derecho de vida


y muerte.'
Bucher, J. J. Rlusseau, Barbes y otros de la mis-


ma escuela no dijeron mas. No obstante la facuH,ad de
teología de París dice en el privilegio concedido ásu'Ji~
bro, que este estaba lleno de piedad y devncion , y que
era útil para la instruccion y 6di~cacion de los pueblos.


Guillermo Roseen otro libro de justa republic(8
christianre in reges impt"os auctoritate, dirigido contra el
rey. de Navana, consigna sin rodeos el principio del
derecho popular. Dice que la nacion y la república eH ..
jen su gobierno que puede ser' monárquico, aristocráti-
co ó popular. En virtud de este principio que el autor
declara inspirado por la razon, el pueblo puede modi-
ficar el gobierno establecido segun los tiempos, los' ] u..;
gares y las circunstancias. El derecho de los pueblos no
sufre interrupcion ,aun durante el ejercicio del poder
real. Despues de cálificar de muy clemente á Cá' l,Js JX,
y de llamar accion Hena de justicia .y honradez la ma-
tanza de San Bartolomé; dice que la razon y la j uslicia
aconsejan el tiranicidio. Pide henchido de santa ira,
muerte para los reyes heréticos. _


Otro de los dogmas que h~m agitado el mundo f es
la igualdad. No reconozco otra igualdad sino ante la ley
que viene á ser la justicia. Cualquiera otra es una qui-
mera. El génio de Miguel Angel que lanza á los aires
la cúpula de San Pedro, no es el simple operario que
maneja la escuadra y el compás. Las creaciones de Mil-
ton y del Tasso son diferentes de las copias de un pen-


2




Vlih
dolista. EI:am~~¡:q\Íe;'re'p'1M:ímuetl~mmit~'~iJb)"6!\a kom·
bhi ldeluDa pEilibera ~ DI)' ti@D~ lOO¡~BS'linto3(,ni ¡lal ;at:tivi-
dad de Platonque recorre el Egipto y la InJ.4a'{lll'busCII;
M1a: sábiduríil;: ¡de Pii:rüóí qlJI} perecé~ en el Ve5.übió ~ara
qUefér:indagiÍnlu:i:eliusas; del:baron pe ·IdtnilboltLffue
ISUbtrá':lacimarde, lu~ Andes para arrancar á latiérralos
stqre~osde l3.\ge(}lbgía~~i .. pasllm'oS'. ,al órdcn ma\1eJ'tlll¡
la. mitum\~1!I.: uds 'brindá, por .donde- quiera' eon lúla, va ...
liedlidpr-odig.i~1l'.:J untó; :áuo iH;ofundO' ,abi~Hno! hay, una
bttnl0Sa; ilolie,gta~, El.acera'de la"etlpada deL.Gt;all. capi ....
bÍl nó:p9,eLq~ formapart.e deJtn ~I:tefaclo; v.ú[gliN;:IU
Bilírm~l '. 'de: '€arrarasirY~lpar~ ; JevllQtal,' ,!:l~tpas . áJ lus
Mroos ~ ~ inieJlltrás ¡q!Ue la cllb-lñad~l, p,st0f¡ ~:cJ)mpQDe
de una:piedr,.a wlnilde y,olvidada~. . '¡ ;,.
-i: (¡jedo' Il1f61a.,dguI.\1~d, legal. eS~~fjl8ig ... ildJad;mi "el


f<muo ~ b.asta:Ja:petlc'l de muette'nd:6s'igoal :plwlloS'.de ..
lincuentes~ MAs··ésta.depende ue ique' :Iluestra.s drsposj..;
cjo'ne$ y :adehiotos=,n!o pueden ser- ab~uluta¡Qlontepel'ft;e.
too ~ yí se NEiéntan de II;l impoteneiúle núestro¡; medios;
-, .Aotig-uimuntli ~s(eUl181iiuéion.ei; de<los Estados se
hadan Ipoi' c~oS:(M~eB ó¡príndp¡;g·:.,que ;se hallaban ;ásti
cabeza',;~yque sedúciunlá . los ;pu.eblos ·haCiéhJ¡)les ,creer.
que su obra era inspil'adapor alguna'deidád favorahle"
23 Otras. v.eécs:un· fiWil'OJfO ,uq sáhiodistinguido, eta el


e1leargado de. formular Jei 16y poHtica t ,á laque .todo-s se
sOlIl;etian. En la actual~dat.{ co6pera.ti ordinai'hmente ~
la formaciQo de esos, pe:queño$ Códigos, . lo&' reyes ,y los
pueplos·, ,pqr l:ncuio de las Asambleas deliberan.tes. '
·:i¡.EQ·otl'o tiempo;" Iio muy lejano, ¡jna CousWucion
oqmpnendia, u~ sin, número. de .arUculo.s,. preceptos
~




II\TR'JDUt:CION. XIX


abstractos puramente morales ó &in aplicacion; princi-
pios desarrollados cuyo lugar seria oportuno en leyes
orgánicas: de estos defectos adolece la ConstitucioQ
francesa de 179t y la mayor parte de cuantas se redac-
taron por aquel modelo, inclu$a la nuestra de 1812.-


Ahora por el contrario, . las constituciones hablan
solamente de .los derechos políticos de los ciudadanos,
espresando quienes son estos; de los poderes públicos~
sus facuILades, sus relaciones. las hases de todo esto,
como tambien las re ht tí vas á los deberes de loseiuda ....
danos y á sus garilntiás en sus derechos civil'es, en estilo
claro, lacónico y dejando su desenvolvimiento para' la
ley electoral y las secundarias.


En este espiritu está espresadala Conslitucion que·
rige en la monarquÍil. Antes de entrar en su exámen,
procuraré jU5tificar el título que doy á mi libro.


El derecho en su acepcion mas lata yeomo sinóni-
mode legislacion positiva., se· 'divide en público y' pl'i-
vado. El derecho público no tiene entre nosotros la mis'-
ma signifieacion' que en Roma; sÍno qUe abarca todas
las relaciones entre el Estado independiente y los pode-
res que giran en la órbita de los intereses colectivos an
mayor ó menor escala, pero sin descender á cuestiones
ni á hechos de individuo á individuo. Así que toma di-
ferentes denominaciones segun la materia á que se apH-
ca ó refiere. Derecho de gentps, internacional, diplomá-
tico el que habla de las rdaciones entre las potencias
sobre asuntos que respectivamente les conciernen. De-
ruho públt"co eclesiástico el que establece las facultades
del soberano en lo que toca á la Iglesia en loternlloral




zn: INTRODUCClON.


y;eHímlt~que 'la~se¡)ara de las autoridades, eelesiásti-
eas~ 'Derecho público administrativo , {\l que' designa las
prerogalivas y obligaciones del gobierno como custodio
y,:promovedor' de la riqueza y, del' bienestar de los aso-
ciados, 'los deberes recíprocos acerca; de es,te punto, .y
:crea lbs medios conducentes para llevar á efectod6s ti-
,nes de laadministracion; la conscrvacion; la: mejora;
el. prog¡'eso_ Derecho pollttco. ó derecho público po{#ico,
.óderecho pulílico constitucional, el queeslatuye sobre
el e.q,uilibrio de los poderes, sus compromisos y garan ...
ti¡ls, las de' los ciudadanos y demás incidentes de que
,~a hecho mérito con motívo de la Censtitucion, Se le
llama constitucional porq,ueaquellaes el conj!lllto -ó ,la
sínle,sis de esa especie de derecho. Llamo astá mi obra,
y añado ,~de ,España,- porque mi objeto es contraer-
me á nu~slra p~tr¡a. esplicar iU historiapol~tica, segun
que la oportunj!.lau ,lo exija, e~planando á la par~lgu­
.!las teorías, generales y citando suceso~, que c9rrolJoren
mis opiniones. I


Prescindo de mas preliminares, porque supongo que
los cursantes de esta asignatura han estudiado el dere-
~ho CIvil éon sus prolegóm'enos..' '
, ,Mi objeto es ser de algun modo útil á la juventud.
Locura era pensar mas allá, ni en otra cosa. Escrito-
.res de primera nula, publicistas de renombre, ora-
dores justamente reputados entre nosotros han <lado
á luz obras que juzgaban maestras. frutos de largos
años y elucubraciones; salieron patrocinadas con un
prestigio seductor y ,con una aureola de gloria. No obs-
tante cruzaron por delante do la generaliJad sin que




INTRODUCCION. XXI


Jas .saluda3e; sin que apenas se haya alojado' alguno
que otro ejemplar en la biblioteca dél erudito y del bi\;
bliófilo : pasaron, en suma', silenciosas y solitarias sin
hacer :ruicloni eco. briílllando 'ásustaumaturgoscon
un desengaño desgarrador . Si esto acontece á Jos sa..;
~erdotes ,á los' heraldos. á los escritores clásicos -de
nuestra literatura , ¿ qué. hemos de esperar los que pi ... '
samos noveles éinespettos ~ esta senda árida y esca-
brosa? Bossuetcon sus Variaciones, Chaleaubriand con
su GénÍO del cristianiSmo causan \lna reaccion.profun'i
da en las ideas y en los' animoso Ya se me alcanza la
razon de esta inflencia: en el primer caso habia el en-
tusiasmo religioso; en el segundo el enlusiasmo revo-
Juciimario 'no se habia apagado todavía. Ahora descue-
lla y preside el entusiasmo del dinero, de los intereses
materiales. del epicureismo y del sibaritismo. Difícil
sino imposible que un libro húmano haga un colegio cle
vestales, de un burdel de prostitutas .


. Coslumhre.col'I'ientees, qtiecaJa escritor diga que
va á llenar un 'Jado que dejaron cuantos' le han ·llevlIJo·.
delantera sobre el propio asunto, y para demostrarlo,
repasa las obIlas de fJue tiene noticia. Yo aunqt.:.c h~s­
til siempre á la rutina, no me pare(;e aquí fuera de
propósito.


Las l~ccior;es de derecho pohtico constituGiona/, de.
/J. Ramon ~atas ,están calcaJas sobre la ley fundamen-
tal de t8b! ; carecen del competente desarrollo de la
h.istoria patrIa, y de la esperiencia que de elltonces va
atesorando la Europa en tantos vaiycnes y vicisitudes
que la trabajan y enseñan.




INTRO DUCClON.


. Las leccioneJ ded8f'echo poUtico con'titucional #. de
D¡ Antonio Alcalá Galt'ano, abundantes en curiosas no-
ticias, en picantes pormenores, en especialidad acerca
de .las costumbres políticas de Ingl~erra y su Parla~
mento,y de F'rancia: comprensivas. cuantas cuestio-
nes promueven Jo.s tratadistas, y resueltas con esa faci.
Iidad de lenguaje" y ésa sinceridad que le distinguen;
no fueron impresas para servir de texto ~ siilo que flle-
ron pronuÍlejada~ en el Ateneo; son mejor paI'á oidall.
y forman· discursos separados sobre las. materias ,que
abrazan; 'sin intercillar los artículos de la Constitucion
vigente ..


Las lecciones de derecho polhico constituci.onal, . de
D. Joaquin Francisco Pacheco', redactada¡ con la lógi.
ca inflexible, con la exactitud matemática que caraete"'"
rizan á tan irustrado y eminente escritor; con bastan-
les citas y alusionés á la historia nacional; han quedado
incompletas; solo hay publicado un tomo.


Las lecciones de derecho plJtltico por D. Jllian Dono_
so Cortés, son un brillante poema, mas bien que una
composicion didáctica. Lenguaje ~ublime , estilo pindá.
rico, pmposiGÍones temerarias rayaBdo ura tanto en la·
JH\radoja. Opúsculo copioso en erudicion histórica y ti-
I08M.ca, y matizado de los arrebatos de un ingenio es-
plendente; es mas propio que de escolares, de personas
sesudas que analizan y critican con aplomo y desapa-
sionamiento.


V lirios catecismos políticos, aplicados algunos á Ja
Constitucion, é impresos en Madrid, en Valencia, fll
Barcelona, con nombre de autor y tambien anónimo.&;,




lNTIODU'CCfOl'(. un.
Mt~ati8rac~rlla~r!"e'XJ¡jetlcÍlHr 'de un :liDI O',de ,eJlSeñanI8:.
por su pel'{neñez, su ligereza en e:mmJnÍlr,las tlúes.t.iQ;.
nf1~ 'l1la~ tlldi<ialt'S't rub eQtMúbJit'aftlfra'ld-e'.estudiabteS de
u"h~si.d<1J,;:'poflr'mas' que(. plJad~n~ prestarse ,j; ; ()tr<:ls
USOS. ,,,1/·.; :.' ¡r;·;·;,' ¡, "í:.: i
":; Mlm'llbs,tlla:tados:ac,,'ca'd~. 'lJUnlos(de ;der(!cho:~lí­
líci;)'constitucion~1 de E§'pañá> ,; son:de;relevat:lte:;Oll.é:l'i~o,
ell's'd lírica', debida.~ a'ja :pluma 'QleMariana,' SCllrpere,c
Manlltll" ellni$ooo:. Ol)~rrso Cortés;" :Lá'. f'agra y: otros;,
peroi l}(); :correspO'fuhm ·comp¡etátÍilin.te :al 'objeto; .
. : nta. &p(J8?'cfoo. i/e'Jos. arded/vsde: 'ffl¡ Constitltf;i{)'IJ, dfJ.
1837 , por D. ElldalJo Jaunwnudreu. ,:': (
,. i:' lJ3~ ii)e~'Jtlcio'lliJ8.: lkl 'd¡irrchtrijJábhto'\constirucirmol y
eSJkcialm6rite: 'dJI .af!!.Hspañ'al, . pur id) / :Pedro· : CarriRo, 'Y
Slidcllez. ' ).


Ell)erecJio po}1tiák general;, español y eUfOp,i!O,por
n. Juan Miguel de los Bios.:!', , ' ,


Los Elementos de derecho público, por D. Plácido
María Orouea.


Los Elementos de derecho público español, por Don
Antonio Hodriguez de Cepeda.


La Historia constitucional de lct monarquía espafio B
la, por Victor Duhamel.


La Historia po{ltica dI' la España moderna, por Mar-
lia n i.


La Ciencia constitucional y polltica, por D. Camilo
Alonso Valdcspino.


l.a lrfonill'qllirl constil uciOl1al , por D. Tomás Bertl'an
Soler.


Vicios de la teorla de los gobiernos fl'publicanos y de




XXIV IlU'nODU!.:C10N.


los mixtoS', desee la mal f'emo'aantigüedad, por Don
Manuel Ruiz del Cerro.


Todas estas obras á vueltas de la erudicion y ven-
tajas que ofrecen, y que deben ser consultadas, no son
las mas á propósito para libros de texto.


Respecto á los franceses. poco allrecio hacen de
nuestras Constituciones; defecto en que, como todos
lms compatriotas; incurren Laferriere I Macarel; Fou-
ca.rdy 01ros publioistas de cuenta, cuya lectura es pro-
vechosa é instructiva. Este poco aprecio hácia nosollO!,
relativllmente á este asunto, dala de Montesquieu, cuan.
do menos.


Otro tanto eabe afirmar por lo que atafie á los in-
gleses. Además iDelo]me. B1ackstone. Bentham, etc.,
no escribieron un curso de derecho político. si bieH
han ilustrado importantes materias que le conciernen
mas ó menos próximamente.




DE LOS ESPAÑOLES.


ANTES de eonsignar los derechos que corresponden
á los habitanks de un pais, es necesario decir qué
circunstancias han de concurrir en estos. La Constitu-
cion las declara en su articulo t. "-,Son españoles to-
das las personas nacidas en los dominios de España.
Los hijos de padre y madre espafioles J aunque hayan
nacido tuera de ella. Los extranjeros que hayan obte~
nido carta de naturaleza. Los que sin ella hayan gana-
do vecindad en cU11quiera pueblo de la monarquía. J


Un hijo de un francés, si nace en España puede ser
español. Por el Código civil de Francia puede ser francés
un extranjero nacido en sus dominios. Esto no envuel-
ve contradiCcion, porque lo mismo en una que en otra
nacion, el sugeto que se encuentre en este caso no por
eso tS ciudadano aquí y allá, sino que puede optar por




26 DE LOS ESPAÑOLES.
la nacionalidad que mejor le convenga y hacer esplfci.
ta manifestacion. despues de lo cual su cualidad que-
da fijada definitiyamente. y sujeto á sus consecuencias.
Esta regla se aplica á los hijos de madre ó padre espa-
fioles, nacidos en el extranjero. Sobre negocios mer-
cantiles, sobre quintas, sobre cargas generales y loca-
les: sobre pol~1l¡o/\~~W~J~~a:y }5.0~re: PHas particu-
larIdades. gfu.ge'li híúclías 'dudas'y controversias, para
cuya resolucion hay el Código de comercio, los trata-
dos diplomáticos, los decretos y reglamentos. la ley
de reemplazos con sus aclaraciones y todo lo demás res-
pectivo. y que no es de este lugar. Tampoco lo es la
enumeracion de los derechos civiles, pues aquí solo se
trata de los políticos. No qbstante. yo no comprendo
bien exactamente la diferencia de unos y otros. Los *1.
tim,~ ~Oll1Potell:~ilda m.a,sqfl~ á: los. Giu~~an,w; " ,y, Íos
primeros' á top.os,:~eme.j a,Tlte. ~optrina: es falsa." D~echo
poHtico ~~lQ.sivam~nl.e ~ ¡~s,.ei:dt'l e~c}'~,b.~r"y:p~~Jjcf).,rSJl~
i!leas 'por,. .me~io d.et~, ~ni~,j s~n:,~ll}~!lrgo lo ~jerce
.e~a;l~llier-a·,:has~It¡,iJn,.~eIlDf de' aJad fiunprOcesa~9,
un:, €ltranjero .. Dereeb? politicQ, es, el de; Ilirjgir, .p't}ti~lo·­
nes'porescrito á, las. C6r~.esJ; al Rey; igual, atQ3sa:an:
terio,r. COIltr<lyén~ooos al derecho electoral:; ~e~i vo' (J
pa.siYD~ al -dI¡) 'ser admisible: á todoslQs empl~os ycar-
gos públioos segun su 111érit¡> y. :capacidad, la' cuestion


. varia mucho. U~ extranjero camete un 'críme~. tiene
derúoho á s~r encausado por sus. j~e.'CI?l1, naturales l' por
el: fuer.o militar, y pqr leyes'preexiste.ntes; sie'Ho.nde-
·nado á una pena. no puede ser la de confisca<;ion. Su
:ca'~~ n? pued~se~ alI.aJla~a. 'sino cu.ndo y con ,las for-




DE L~ f:8P.A ÑOLES ¡,
maHdadés que esta 'presorito, Oéooñiijguiente. goza 'en
España de' algunas garantías: y dereob~s políticos. ta
oUAlidad de españ()1 ¡ diooel IlrtíctllQ, 'oitag(l, se'pierde
por adquirir naturaleza en' pais ¡tfJtranjero:~ y por ad-
mitjr empleo de otro gobierno 5iu licencia~eIRey¡ ,En-
tre los,variosderech08 que la Constit\lcion e~p~cifica.
uno .ffilly imporlante e's qlle..--todfl,e~pll;Úol'plledeim­
prJftllr y publicar libremente ;$'us:tiP¡frS ~:sin pré'if8;, cen ...
aura. cÜ'o sujecipn á las: leyes.-J-4l ~mpf!}n,la~s:uQq,Qe;
l{)s dereebos mas preciosos y ,envid4a,bles,; :e~ ,el :pálq~
diúf'h de las libertade,s de la nacian;: ~elescudp:~J)fl"")
tra Ja tiranfa .v lausurpaeion delpQder,; es el símholp:
y. ,el estandarte de los pueblas mÚtQs :ycivjli~ad9s; el
faro que ilumina por entr~ lastem~s'8,~s :que l~ ,so-
ciedad pasa; el centinela avanzado que: hace pre\íenir·
nos contra ~odo género de ataques ; la brújula que nos
guia'por el mar inmensurable de intereses opuestos y
Aveces hostiles; el heraldo que ahuyenta la ignorapcia
y. el err('}r ;,es. en suma, el ejercic~oma~ noble '; pro-;
\!echos o y fe'cUrido de1 pensamiento-" y ,<¡U€diendepo-;
derosamente á la realizacioll de aquellas grandiosas y.
sublimes palabras : -diJ,~pUfS de /)io~ , elhombr6 es' por¡
su inteligencia el Re.'! del univer$tJ.-Jamás ~e ha; apli--
cado á; ningnna- revolucion política f filosófica ó- social el
dicho célebre: ella dará la vueltu al mundo:-con tanta
verdad, como á la itnprenta.


Incimtrastable es su excelencia, se entie~'de, cuan..:
_ do cumple con su mision, cuando Mliresponde á~u ob,,:
jeto -, cuando tiene el decoro debido y está dirigida por
hombres eminentes. La p1'6nsa;jllglcsa es,lin dechadq




i8 DE LOS ESPAñOLEs.
dicrno de imitarse; Verdad es que lás leyes escritas so-


o
breella, 'aunque sin uso, son rigurosas al esceso.
Verdades que huM épócaque dió motivo á ,notables
acusaciónes.: TomásPayne y Lepelletier • Verdad esql1e
se muestra dUra , agresiva, criminal contra algunas na-'
ciones. y personas'reates 'extranjeras. Pero al mismo
tiempo su ilttst:racion, su autdridad. el origen remolo
de sus periódicos y revistas .. el estilo imparcial y seve-
ro que emplean .en 'sús apreciaciones, su miramiento
hácía'la vida priváda de los' personages políticos; iodí ...
can que en ése pueblo singular, la tradicion 'y los :há..l
bitóssuplen con ventaja á las prescripciones legales.


Este asunto es uno de los que dividen mas anchll.';
, ment'e á los publicistas y en el que es mas difícil la
conformidad de ideas. Hay quien sostiene que la publi-
cacion de nuestro modo de peniar, debe ser completa,
absoluta, si bien quedando sujeta á la responsabilidad
subsiguiente, como acontece en cualquiera especie de
infracciones en las que la policía no evita, sino que el'
poder judiCial castiga, consumado ya el hecho. La pri:m-,
sa es un instrumento, un medio de delinquir como lo
es el, brazo, la lengua: en las heridas, en el homici-
dio, en las calumnias, hay campo abierto, ninguna
traba material se opone alque piensa perpetrarlos. Por
tanto es injusto todo requisito, tóda cortapisa que im ...
pida ó entorpezca la publicidad. De lo conlrario, pre-
ferible es que la prévia censura se estienda á los ma-
nuscritos, al original que se lleva á la imprenta para
llenar las planas; pues así no se perdian el tiempo y los
gastos de impresion, caso de prohibirse la circulacion




DE WS ESPAÑOLES.


de, una ,obra á periódico., A esw contes:tan otrD-S, que
en los delitos de, la prensa tiene .que haber represion
prévia, porque circulado un escrito no era fácil reco-
gerloni atajar el daño que pj,leda hacer. desde luego
en la !lloral y en el entendimiento. En. verdad que esta
argumentacioll es bien fútil. El ·castigo. inmediato seria
la s¡mciop, el correctivo, el ejflmplo saludable. el es-
cannieDto. Si tanto daño se causase de repent.e •. prueba
seria de que la opinion: pútllica ,abundaba en las ideas
del iqlpreso denunciado. Los granues escritores quehi-
cieron una revolucion acaso .con un pequeño folleto, es
porque los ánimos estaban preparados ,y no faltaba sino
UD motivo., ,una oeasion, el momento .oportuno.Asi
Lutero, Voltaire, Becaria produjeroll profundas alteí'a-
ciones ·en la religion, en la filosofía, en la legislacton
penal.respeclivamente. Asi t¡¡mbien Pedro el Ermitaño ..
Descártes y 9tros infinitQs apóstoles de pensamientos
nuevos ó fecundos. Es la chispa que incendia un alma ...
cen de pólvora ..


De lodos modos la ley de 1845, los decretos de
J 844 Y 1845, de 185;) y las restanlesdisposiciones
sobre la imprenta no satisfacen á las necesidades del
estado actual de la nacion.


Yo descara algunas reformas nunca ensayadas hasta'
ahora en España y que -á mi juicio, no carecen de apo-
yo y solidez. Para ser catedrJ.tico se exijen varios re-
quisitos que acrediten ciencia y moralidad; pues que
lo demandan el sagrado ministerio de la enseñanza y la
educacion de la juventud. El aula del profe50r contie-
ne solamente unos cuantos discípulos; ningunas otras




30 111 LoS I:SPAÑOLEi.
persnnas oyen la voz de' aqüeJ. Para ser eseritorpúbli-
ea j para arrogarse el pl'ivilegio de llevar la palabra en


. nombre del pueblo y representar la opio ion pública,
para examinar todli clase de cuestiones ycensural'las á
su placer!, para lanzaret vituperio ó la alabanza., para
pÍ'oclarn,1I' el a¡loteosis ó la .condenacion por el horizon-
te del mwndocívilizado, no se piden títulos, antece-
dentes:" ni garantías. Un escolar que fué echadú delco-
legiopor iMpUtad ó inmorafidlld', UlI militar :que huyó
ci>'bal'd~mente Ó ql1ehizo traicion á la patria, un·meri.
torio cesante qije mmca ha tenido erudicion ni talento,
el pretemlicflte apurado de recm~sos que se procura la
subsistencia moviendo Sil pluma por las sugestiones de
fluien le ampara, escritorzuelos noveles y adocenadas,
scerigen por su ptopia voltintad en hiepófantas y pro.
palad:o~es,de toilas.lllS·máx.lm~ cJ.elarte de gobernar, y
á mallera- de :orá:'mtos eriu,llcian enigmas indescifrables
6reoónditos Arcanos. 1.


Se dice que la prensa es un poder. La c(JllsElcuencia
eS. que debe constituirse con fuertes garantías. No basta
tiue haya editores responsabl'es, que haya depósitos, et~.
Esto'es para cuando se penan los deUtos. Pero antes de
este suceso, hay precision de. otras seguridades, que nos
·prometan instruccion, enseñan~a, genuina traduccion
de las ideas del público, inteligencia, buenafé. Intem-
pestivo fuera qetallar esta innovaoion, que pertenece
á los arUQulos de una ley de imprenta.


Hay quien sostiene que aquella es un mal, un arie-
te'uélioo que destruye en vez de afirmar las institucio-
Res :socÍJales. Esos ilusos partidarios de rancias pr.eocu-




flacioOOBJes.tán 1uly de; tCldd puhtl'r,d€Sa(}r~dlt!liIbS~ :EHos
son los que reniegan asimismo :dfda diseUsio" , :~i'b
q 11ícr~1'111lf{)fBrirfrascs ,1;f::tri¡i1les: ,y que I 'nIJí t.engan répli-
ca ,i ieUiM ¡sLfuéséll' la ;.Pitoqisa" '{)el' teinpl(v:dé Apolo.
Ellos renñegaB' de laP.reflSR',::p(Jf():quie~en'esbampAr¡coll
hol@ucasus añejas fórn:lulas y, sus esMntticas prefen-
siones j. :ydlacer callar á liQsantagonistas con la senten"
cia de los, Aris~otélicos;EU.os.¡'eri fin, :incinren' 'á 'cad'a
paso (ffl,amornaliías paJpitautes y en contJladicciont!~ de.)
piol'al)les.,¡¡¡ \l':;.~, ';:: (,'! '
.: _ Otr~ ,derecho de los. esp3fioles~~dfrlgir ip~ticlones
por,ct\&Urioo:á lasiCórtes y:ia¡l1\~y 'coÍn'(j,'dc1ermiimn: ta~
leyes. ,,{i)too" ...... ser ~admif!ible ,á tO~'Qs: ¡los' eltlpltos y Car~
goslpúqlicQS seglúl,su mérito y cllpaddad.-Llf Consti·
'uaion fraileasa de :1..791 estaba precedida de unapom"
-posa: declaraci9nde los del'echos delhem.pre,y del ciu-
dadaqo! a .cuj'a publicaoiofl cooperó Lafayette.' que que~
ria imitar á:la Constitucionarnericana deWasington;
:y ,porqll~ ála sazonera de moda hacet' solemnes declil·
Faoiones;der esa e~e6iejYa en IhglaterÍl'alGespues,del
desh'{)ná~ientode'Jacolio 11 se'vió eI'Mtlof'r,igTits;:'que
rorma.partemuy ,intel'esante d~ su Constitucion. Mucho
de.spues',en :1854, en,Espáña los p!ocu~adores á córteS
pedian ,-á la cororia: la aprobaGÍon de ~erechos runda ..
me"tales consignados formalmente. Mas, no se aCOl'da~
ban,de, hacer declaraciones dB~deberes. L~ ConstitucioD
.de 1812 manda que los españoles sean justos y belléfi.¡
~os. Symejantcs preceplo.s~' s~m!,j.allte metafísica, y moral,
son ~Ilas de unai cun~tituciot1 política :eú,l:i éPoca jan
q,ijeviY~mos; solo corl'esponde intercalnr losartíclllos




32 D&L6S ESPAÑOLES.
que tiendan directamente á la práetica" y cuya in-
fraccion haya de castigarse.


'.' No se impondrá jamás la pena de confiscacion .•
E-sta pena, inventada por la insaciable codicia de


los empel'adores romanos que esplotaban los delitos como
una mina en provecho propio; prodigad! desmesur~­
damente en nuestros Crdigos, sobre todo en la NovÍ-
sima Recopilacion, sirviendo de renta para la corona;
esa pena se ha atraido el anatema de los sábios y de
los estadistas. Uno hay muy respetable que.la defen.
dió en su obra de legislacion, el ilustre CayetaiJo Fi-
langieri. Ese escritor que pill~a con negros colores el
feudalismo y la inquisicion, qUe persigue denodada~
mente al' ab~olutism,'}, que se proclama campeon. de
mejoras y réfor'mas', muchils de las cuales fueron tra-
uucidas en leyes eri los Códigos de Europa; ese escri-
tor aventajado defiende con decisiori esa pena. Repase-
1110S sú~ argumentos, La confiscacion como cualquiera -
otro castigoatacil desde luego al delincuente y'en se'"
guida á S3 farpilia, á los que de él dependen da' muer.
~e civil, la mUerte dada por el .verdugo, suprimen al
hombre más Ó menos y privan de su auxilio á cuantos
le rodean. Las penas pecuniarias de cuota fija y no ar-
reglauas á la riqueza del reo, se equiparan á veces á la
confiscacion ~ puesto que producen igual efecto, lapér-
di da de toda propiedad. Si es justo que el legislador ar-
ranque á un criminal la libertad por el resto de su vida
y le condene a trabajos perpétuos ó á reclusion perpé-
tua, ¿ será injusto que le arranque toda su propiedad,
todos sus. bienes raices, especialmente si han sido aUe·




DE. LOS ESPAÑOLE". Jl,~
gados á la sombra dci hecho punible que motiva I~,mis ..
ma confiscaclon? Además hay pago de costas en a.suQ-
tos civiles que absorben la fortuna de un litigante qu~
acaso no tiene el privilegio de competencia. ¿qué es
esto sino una confiscacion? Se dice que estadañq á per-
sonas inocentes: falso: los hijos de un condenado.á
muerte,se darian por contentos e~ redimh' el s~pJici9
de su padre por medio de la confiscacion de sushaei.en-
das: en el primer caso pierden para siempre alaulQr
de sus dias, en el s{(gundo les queJa sano y salvo" 8,i
bien falto ,de bienes territoriales, ,pues el dinero, IJl~
alhajas y aun los demás bienes muebles dificilmeMe Il~­
.rian ah9ra. presa de fiscalizacion. Los ,abusos de'¡,as pu,:'-
nidones legales t cual en lo demás acontece I 'se g~ilD­
jean impugnadores y enemigos. mas no su esencia , s~
genuina y prudente aplicacion. Se ha echado [J1a(ltl de
esta pena como de una segur, para arrabatar el peculio
ft los súbditos por los delitos ma~ inconexos ,por las
infracciones mas ligera&; el ojo avizor del gobierno aler-
ta siempre para acudir con su rapacidad al menor des-


• cuido. Hoy dia no se puede emplear ]a amputaciou de
miembros, los azotes, hs mordazas. ni otros recursos
.co~tra los malvados: hoy dia quedan enla mayor par-
te las represiones contra la libertad y la propiedad; si
los actos criminosos no disminuyen sino que quizá au-
mentan, ¿se pretende que el legislador se ate las m,a-,
nos desentendiéndose de penas muy análogas, equita-
tivas y convenientes para ciertos delitos? La confiscaci,on
puede reformarse, puede repararse, como la in habHi~
tacion perpétua :en ella cabe pertion I caLe amnistía,


3




DE tos E~PAÑOLES.
hasta 'ClÍ.be dfvisibmdad imponiéndola por determinado
número de años: Si uÍl ciudadano c+)metc :un estcliontt-
tó ~ un peculá-do, si de cualquiera otro modo se apode-
ra de fondos' públicos destinados á un fin 'indeclinable,
si con descaro' é irílptidehciá convierte la fortuná 'de
muchas familias en su propio cngraI1dcCimiento y bich-
estár; si, en suma , 'CUanto posee es conseeuenciá del
robO',¡de la esfafa ,del cohecho,'¿ por qué no se le ha
i:le anonadar con la confiscaCion, reduciendo las' cosas
al antiguo estadoé irld~mnizando á los defraudados?
¡,llor qué uniJ: multla fuerte que abarca toda 111 riqueza
del ladran que· nos ocupa, noba de Hamarseconflsca-
ción?Pues si Hna 'Pena es divisible, repárábfe '~; análo-
gaá ci'ertogénero de delitos ,algo tiene de bueno'; no
procede proscribida Í'otundamente.


E.,t<rs razónes y otra.s, esplanadas por el juriscon-
sulto napolitano y sus partidarios no han con vencido á
los gobernantes 'de E'lpaña y de otras naciones. No es-
toy lampo:o por la coMiscacion. Sin 'embargo, esta es
una cuesti.0i1 mas qaepfllHica, de 4ereClho civil y pe-
nal> y meréceque;se la estudiecOli detenimiento y ~
profundidad; Las reacciones suelen' ser descaminadas
con frecuencia. Los filósofos del· siglo XVIII liahiendó
examinado los suceSos' de los Reyes ylos atentados que
!'le ejecutal'ÓIiCOn el escudo de la religion, proclama-
ron la guerra á los cetros y al culto. Así es en todo.


cNingun español- será privado de su propiedad sino
por causa de utilidad comun , pl'évia la corresliondiente


- indemnizacion .•
El comunismo que se funda en la desaparicion deja




propiedad es una utopía jamás rc;tlizable. Lapro¡#4a<i
es una institucion que existe con el hombre desde la
noche de los tiempos. De propiedad eran esas maravi-
llas, esos monumentos casi fabulos~s de las! primitjva,s
monarquias del Asia. La propiedad :varia ,en sus ficc¡-
dentes en la I)érie de las cdaJes., Lil prppiedad de cas-
tas, es diferente d~ la quirit~ria,esta)o es de Ílfe,u~
dal, y esta10 es de la propiedad libre ,contemporánea;
Despues de leer ~ Táci,to referir las costumbres de ~os
germanos, todavía ~ deduce que; estos tenian, p,ropie ...
dad; la, tenia n en s!lsjaveliuas y en s,uspieles:: la t~r:­
ritorial no les hacia falta. El derecho de prop,ie,iaq e~
muy sagrado; sin étno hay libertad ni justieia.)a 80-
ciedadscria, el caos, ó seria; lo que no es dable figl},mr-
nos. Una ley de f 836 espres~ ,los trámites que han de
seguirse en la espropiacion forzosa. .


«Ningun español podrá ser detenido, ni preso • ni
separado de su dOI~ieilio, niaHanadasll casa, sino .en
lGscasos y en la forrnaque las leyes· prcscriban. JI


¡Cuántas desgraeias, cuántas tropclías se hubieran
evitado con la estricta ob~ervancia ,de este precepto! El .
Habeas corpus es en Inglaterra el baluarte de las liber-
tades. Hemos visto á gobernadores de provincia. dete ....
ner y arrestar p"r causa de elecciones; hasta con lujo
de arbitrariedau y escá¡Hlalo circundando de solJado~ á
un elector del~nte del local en que se eelebrahan '!as
elecciones, para ,hacer mas irritante y sarcástico el ¡aten-
tado, así como el infame V crres, pretor de SiciFa, man:-
dó Clavar en una cruz á un ciudadano romano, precisa-
menle en un sitio desde uonu.c. pCl'cibia ,el suelo de




DE LOS ESPAÑOLES. '
Roma, pa.ra hacer su situacion mas angustiosli: á mi-
nistros de la CDrona, á autoridades subalternas abu-
sar' de sus facultades en desJüro y vilipendió de la se·
guridad y libertad individuales.


t Cuando las circunstancias lo exijan l podrá sus~
penderse temporalmente en toda la monarquía ó parte
de ella. lo dispuesto anteriormente .•
, De esta manera se concilian la defensa· del E-,;.tado
con las garantías de los parfioulares. El año {8id d go-
bierno propuso á las Córtes la suspension citada, en
atencion á los acontecimientos políticos dO' la vecina
república. .


(UnDS mismos Códigos regirán en toda la monar-
quía, sin que haya mas que un solo fuero para todos
los españoles en los juicioco~unes, civiles y crimi-
nales. t


Ya desde Fernando 111 surgió la feliz idea de uni-
formar la lcgis-Iacion. Obra colosal que el hijo de aquel
gran Rey no puJo conseguir tampoco, no obstante se
avanzó un pas;') gigantesco con las Partidas. IS1 beU dió
otro paso con las leyes de Toro; y el Código penal vi-
genté es observado en toJa la España peninsular. los
fueros locales-van desapareciendo ódecayendo en auto-
ridad. Todo conspira á este efecto: la lengua nacional
que va desterrando al olvido los dialectos provinciales y
los idiomas que aun se hablan en la nacion ; el gobier-
no central; las Córtes generales; las con tribuciones
idénticas. eseepta en una muy pequeña parcion de ter-
ritorio; las quintas; las relaciones de comercio y de
sociabilidad; la mezcla de intereses; las comunicacio-




DE LOS ESPAÑOLES.
Dt',s mas activas y frecuentes; el ejemplo de p~eblos
que van delante en el camino de la civilizacion ; la .ten-
dencia del siglo décimo nono. El décimo quinto fué el
preliminar de la honda fusion que se está consumando
ah'Óra. Entonces los estados se. agrandan y redondean;
los tronos se afirman y robustecen ; des-puntan los albo-
res de cada nacionalidad que progresivamentesp. desta-
ca con vivo colorido y marcadas proporciones ; conclu-
ye el feudalismo, el prurito -de localidad, el fracciona-
miento del poder; en tanto que van ensanchándose la
oontralizacion política y administrativa, la homogenei-
dad, la compactibílidad.


La -ejecucion empero del articulo en controversia
está muy lejana todavía. Muchas. centurias cue~tan: )(¡S
fueros de Aragon, de Navarra, de Cataluña, de las
Provincias- Vascongadas. No se erradican en un instan-
te instituciones que tan hondamente han penetrado en
el suelo de un pais, á no ser por la fuerza de la espa-
da. Francia antes de i 789 mostraba en su legislacion
y jurisprudencia un desól'den incomprensible, mucho
mas que en España indudablemente. Napoleon 1 some·
tió tanta divergencia á una pasmosa uniformidad. Ese
hombre estraordinario hizo mas beneficios á la Francia,
como legislador que como guerrero. En medio de Cam-
baceres, Merlin y demás Consejeros de Estado, redactó
unos Códigos que son la pauta de 103 puehlos modernos:
al lado de Desaix, Lanes, Massena. Soult, Ney y otros
v~1ientes generales, ha echado sohre la Francia en úl·
timo término, el ba!don de los tratados de Viena.


En España no aparece ese génio que aBane todas




DgtOS' ESPAÑOLES.


las difieilltades: b(¡y por hoy estamos -condenados á ser
pigmeos;. ,


'En muchas disp0sidónes civ¡'¡esv~o in'Superabledi-
ficuHad en éla existencia de un solo Código, por las éos ...
tumbres. t~s inecesi:dades, ladiStribueiondela propie-'
dad y deinásrique7.a ~T por 'otras !razones.


Respecto, alfuel'o únjco en los negocios civiles y
m'iminatés. es rnasfáo'il tal vez. Algo 'pudiera' 'haberse,
hecho ya~ El mHltar retirado 'y que para liuestro caso
es lb mismo que un paisano ,¿ porqué siendO deman-
dildotiene que incoatSe y. sustanciarse la demanda
ante ~t juzgado de la capitanía general'del distrittO, ,que
á v-écesdisttl tr~intaó; cuarenta leguas del domicilio del
a"Ctot1¿, Por ;qu.~nóllnteeljlJez de prImera ~nsta[lc'ia?
Lo mhnjo' cuando se abre la testamentaría de un mili-
tnr retirado y aun del que se halla en activo servicio.
Ya es liempo de introducir algunas novedades, acer-
cándose á reátizar' el contenido de ese arHculo ; p6f lo
demás es una letrá 'muerta; es la enunciaeioll de U11
büeh deseo. Intempestivo fuera estenderme aquí enul-
tcriores consideraciones, que compelen aellenoá un
tratado de derecho civi1.


e Todo español está 'obligado á contribuir en propor-
cion de sus háber~s para los gastos del Estado: y está
igllalmeFlte obiigado á defender la patria con Jasarmas,
cuando sea llalnado por la ley.)


lUtlChos siglos pasaTon antes de que se pusiesen ~n
planta estos dogmas de eterna justicia. En la edad media
solo el fe'stado llano pagaba los impuestos; los 'pecheros
iffraíl ,ljcrtirnt'ls cde una :suciedad ¡leonina. La mobleza 1ejos




DE LOS ESPAÑOLzg~ 39<
desaHsfacer' niqgu!l gas~o , por el. contrariq e~~> de
s~s. ,vasallos~f,ya p()rcon,qesi,on rég!a, ya por jnvasi99 ~
uS\1rp&Gion,tribu10s ygaQela¡;, $ohre terrenQs propios; y. >
aun del :p~bUí:;@.¡,La noblezl,l < tan PFoQt¡l ái0primir :11,1 pue-
blo~omQ, á lev,antarse"cpntra eLspUo, no lo <es.t~a
menos p~a qer~flller s}ls inmunidl;id.e;s .y fraJ;lquicias.
Durante el\ siti1} de Cuenca se resis~ió: acau,dill.adapor
lostur,bulentos Laras, á conGurrira las espepSllS que
ocasioD,9tft~erco. 'C~ando perpetrabanun delito enor~e; <
era.n pel1a:dos conJaconfiscac¡on. ·Esta diferencia mons-
truflsa :llevada ,en Francia al mas <\Itó punto y que <cons-
titma u~ rasgo de! f,e,ijd~lismo, er¡l,in,cOl11petiblecon cual- ,
q.uier8.gpbieu~o regularmente orga,nizado, era ut) gérmen
de constante antagonismp,y,enemiga, yuoa ré.morapara
los progresos de la administracion. Todo el que disfru-
te de las vent:,jas y de las favores de la sociedad. tie-
Oi que sostenerla .en proporcion á sus haberes les una.
m~xima que nos revela el instinto .• y el sentido coqlUn .


. Si bien pudo acaecer di),;ersamenle cüando apenas. habia
gastos públicos, pues t(Hl0 tenia·ur~ sello y un .earáeter
de localidad; cuando los Reyes eran mas:bien caudillos
militares; ahora seria una desigualdad insultante; un
absurdo, un imposihle.


Por lo que hace al servicio de las armas ~ las cosas
han tomado nuevo aspecto. El Fuero Juzgo autoriza al
monar.ca para llamar á las armas á todos sus súbditos.
Cauil magnate tenía queprestmLarsecon determinado
número de gentes de.á pié Y de á caballo que p,eleaban
-_':~ ca,pit.1ncadas po-,'él y en torno de su pend.Dn. E.3ta en-


sefia ~ra peculiar uf;lIosnobJes Ue pritnl,!):a clase que s~




40' bE "Los ESPAÑOLES.
denomfuaron :"ico8.hómb~es y era emblema de la prero-
giiiva de allegar hombres para la hueste. Las ciudades
tambientuvieron sus mesnadas; especie de tropa irregu-
lar de aqtiellos tiempos. Alfonso XI creó la Hermandad
dé Bkrgos que flIé C;)ffiO una compañia militar cuyo ob-
jeto era perseglIir salteadores y bandidos. En el si-
glo XV se formó por los diputados de Castilla congrega'
dos en Madrigal. en Cigales y Oueñas, y con el propio
objeto. la Sánla Hermandad. Los Reyes Católicos le
dierOn ensanche y proteccion. En otras provincias se
establecieron asimismo Hermandades. Esta institucion
llegó á ser poderosa y formidable. Por fin los Reyes ci·
tados lUs suprimi.eron y en su lugar hicieron un alista-
miento de tl'Opas 'para infantería y caballería, que fué el
precursor de los ejércitos permanentes. El cardenal Cis-
neros liió cima á esta empresa, comenzando asi una
era en el sistema militar. moderno en nuestra patria.
Felipe V creó las milicias provinciales; posteriormente
nacieron otras clases de armas, y este elemento fué ad·
quiriendo un predominio acaso escesivo y perjudicial
en la gobernacion.


El órden !.le llamamientos para el servicio fué vario:
hubo la ordenanza de HFO; la ley de 2 de noviembre
de 1837, y la vigente de 185i : las esenciones infunda-
das han ido mlnorando y concluyendo, hasta que se ha
proclamado el principio de que va hecho mérito, que
sufre tan solo las modificaciones inLlispensables recla-
madas por otros intereses tambien atendibles.


Todavía estamos muy atrasados. No soy amigo de
quimeras ni utopias. No creo que el mundo sea nunca




DE LOS ESPAÑOUS:
un edcn encantado, . ni q~e vu'elva el siglo de ~ro del os
poetas, si es que alguna vez ha venido. No' crCQ que el
Congreso de la Paz obtenga, andandg. el tiempo ,los re-
sultados que se promele. Mas á la par estoy persuadido'
de que nuestro sistema militar adolece de graves defec-
tos que tienen un remedio bJen asequible. Ese exorbi-
tante número de so!dad()~ que ,consumen improductiva-,
mente los recurs.os de la nacion; que. se estátien las
guarniciones haciendo guardias y centinelas; esos bra':"
zas esetrilizados para la agricultura, las artes y el co-
mercio " que salen de su casa cuando empezaban á
aprender y vuelven á ella cuando ya han olvida'do su
oficio y no les gusta el trabajo del ~ampo ni del taller;
esas plazas fuertes que incomodan á los vecinos con'd~­
ficuItades para entrar y salir por las puertas de la ciu":'
dad á cualquiera hom, para edificar, para reconstruir,.
y que entorpecen los buenos oficios de la policía urba-
na; esas otras plazas fuertes que solo sirven en épocas
bonancibles y tranquilas; ese abrumador presupuesto
dc la guerra que es la plaga de los pueblos. Para esto
no hay refo~mag, ni prevenciones para el porvenir; no
h:lysino la rutina, ellaisser (aire. lailser aller. La ru-
tina es la muerte de las ideas felices y atrevidas, dé los
portentosos de~cubrim¡entos. Los presuntuosos y estú-
pidos doctores de Salamanca despreciaron los proyectos
del gran piloto genovés: Galileo se vió perseguido por
sostener su luminosa y sorprendente teoría: los mas cé-
lebres químicos y naturalistas fueron el blanco de las
invectivas de los llamados sábios y de las iras po-
pulares.




.i DE. LO~ ~1j:~PAÑOLiS~:
La obligacion de deren.d~r I!1 patda, con las armas~


no signi(Ica qoo'sé haya de cOQv'ertir ~ada dudadano e~
solda~~. L~ milicia' ll~cional h~·Aadoh~i1¡á}l tes' ~jas de
gloria ({q,~. npseolyi,4~á~ iarnás ; hi,l d~rri\Ina.4H su san-
gre por l~ .c~u.sa ~e la H~~rtad. de,la Reina, ,de. las ins-
ti,tucion.es repr~$~ntativ.a~ ~ ,Qge 9ranJa ,causa ~~l, siglo,
quelQárch¡l 'y . de.I'e!;lpírit,u humano que se desarrolla.


• • <, f, ,-, ."


En rec~os combates campales, en sitios empeñados, en
e!1cuentros repetidos ha batallado en unio.n. con las tro-
p~s del 'ejercito 90n igual sh~9 con mayor denuedo y bi-
zarría 1ye:1 ~róno qe Isabél Halgo de,be á esas falanges
Jiberalc$. 'Solo )()s' ~eptad~s de las rancjas ideas y de in~
veterarlÍls preocupaciones ,~ los' .q~, militi,ln"v.ergonzosa- .
ri!~n,ú~ bajo las banderas, de) absQluu'smo, c:!enuestan é'
inJ~rian á la ,miJici~ nacional neg,.1udo s,U~ .eminentes
servic.ios y reputándola como un Jo,co peFmanente de
motines. y rev.ol\¡lciones.


. Si ,eQ. ab;;fr,~e.to y l,lbsoluta\U.ente hahlando·tt:ll1g0 .. este.
modo de pensar, con~l'etiíndof!os á la s~tUl)cion actual,
miopinionyaria unjanto. Un pueblo pued.eser libre,
il).~ependiente, bien .constituido y gohernado, acometer
y fin¡¡.lizar empresas colosales, sin tener mílicia nacio-
nal: ejemplos, la Gran Bretaña; la Bélgica, los Esta-
dos-Utllidos de América. El síntoma y la prueba de la
verdadera libertad es la obedien<;ia á la ley, ,el respeto
al magistrado ,la poca Ó ¡{liaguna.ipterve.ocion del brll-
zomilitar :ea :el.gobierno ;interi.or ~ f.'ll e¡;caso número de
uniformes qtl\lC frecuen!laO las avenitlas de las poblaeio-
nes; porqlle en el es,t.ado normal de la socieda,d, que
es la paz, el poder es esencialmente civil; este es la cabe-




DE LOS-ESP4ÑOLES,. ,


7:) ,. ila fuerza armada (e$ Ja ,mano q!le ejecpta. HQy]a es~
cuelaradicaJrí1ente libeTuI secontradiria clamando por el
renacimiento oe esa institl;ldon de tan,honrosa memoria.
l\1r. CoMen; Mr. Girardin, Josescr.~tores. 'los publicistas
que Son hoy los apóstoles de la libertad de comel:cio, de
la libertad mas ámplia en política yde toda, clase de li-
bertades, aunan sus esfuerzos para difundir y acreditar
Iaab()ljcionde los 'f'j~c~tos p~rmanent;es. 'la ,dys~pari~
cion de las'bayonetas. de en medio,delas .ciudades, la
proclall1aeion dél imperio de la _ril~on, y ,de 'la ¡ciencia:
¿Dómo se compadece esta aspirapi@n elevada con la, mi~


, ¡


licia ciu~adana? La milicia d,udadana que dislrae:4~
su~ ófj-cios y ¡fábricas á los artis~as y jOl'Oaier08; que en-
gendra hábitos de holganza en las gual'diasy 1~~macio,,,..,
nes; que inocula instintos deagresion y de .guem:l; qu~
tiende á legitimar la continuaci-on de las tropas . .regi-
memtadas ,pa.ra oponerlascomo genízaros del p'pderá
I1s -huestes i:nv-asoras dc la democracia, La milicia ciu-·
dadufia, 'pues, no debe serllln 'principio que ~p~ga su
asiento en un Código 'con.:;titucional; cuando las cir-
cunstancias la ·ilcmanJen, una ley la organizará con".
vetiientcmcnte. Cortina, Madoz y otros hombros polí~
túros 'nt) 1pie 11 san en la actuaHdadacerpadc la ;ffiHicia
comopcnsaban quizá uapelllguno,s afios. Ne porque
ellos hayan ,cambiado, SiDQ porq.ue la generacion d(~
los sucesos y ,las fases que rcúorreu las naciones, les
infunden nuevas ide.'l.S ,las rec Li'fi can , las moderan.
¿Oontra q.ué enemigos tenemos que pelear? ¿ Qué fin
se propondria el legislador? {" Tal vez resucitar el ~a­
rác!er bélioode los espartanos? ¿ Tal vez ;conyef~r, la,~




u DE LOS ESPAÑOLES.
oficinas y y tallereS en legiones romanas? Cuando sue-
ne la hora. del peiigro ,y el suelo español sea hollado
por la profana planta de un extranjero audaz; cuando
la tea de la discordia encienda la guerra civil entre nos-
otros; esta nácion valiente, cabaJlerúsa,vencedora


" ,


conquistará trofeos y laureles y aterrará á sus enemigos,'
recordando' con org':1110 á Zaragoza, Bailen', á Cádiz, al
7 de Julio, . á . Bilbao, Morella y tantas otras jornadas
m'emorablesque forman su gloria inmarcesible. Que to-
que el clarin guerrero, que retumbe la voz de alarma
en pró de una santa' causa. surgirán soldados de todas
partés COnio supone la. mitologia que Deucalion y Pir-
ra despues del diluvio. tiraban piedÍ'ashácia atrás y
nacían hombres. Si la milicia ciudadana no es necesa-
ria en' momentos dados, viene á ser perjudicial. Las
continuas elecciones, tos manejos. las intrigas, los
Mios y. rencores que se trasmiten por familias, las am-
biciones que se escitan y despliegan, las injusticias que
se cometell .. Un patriota por gritar mucho, acaso sin
conciencia ni convencimiento de lo que hace, se cree
merecedor de escalar un alto puesto á donde llega sin
mérito ni motivo. Yo condeno toda uSUlpacion, sobre
todo contra derechos de tercero. Condeno lo que pasa-
ba en eslc particular, como que un diputado sin mas
antecedentes que dos ó tres' discursos compuestos en
prolongadas elucubraciones suyas ó agenas, sea nom-
brado para destinos de grave importancia saltando gra-
dos y escalafones; como que un oficial del Ministerio
de la Guerra se plante desde su despacho á mandar un
regimiento ó una division, sin haber oiuo una bala, ni




DE LOS ESPAÑOLES. .45
,haherestado en ninguna accion. ni saber aun mandar
á sus subordinados. Mas esto ya no incumbe á mi pro~
pósito. Quiero, pues, la milicia en términos generales'.
Llegado el instante de hacerla revivir, ,se discutirá la
manera y forma de verificarlo. Desde luegc rechazo la
milicia del tiempo de 13: Asamblea legislativa, de la Con-
venciony del Directorio : debe ser una garantía delór-
den, de la libertad, de la seguridad. Los p'retorianos
elegían El1werador de Roma, pero tambien le derrum-
.baban para sustituir un nuevo ídolo Y despedazar al
pri,nero.


,La nacion se obliga á mantener álos ministros de
la religion católica, apostólica, romana que profesari los
españoles.» ..


La Constitucion de 1812 daba principio con una fór-
mula propia del encabezo de un testamento :6 codicilo:
En ~I nombre de Dios Todopoderoso ..... En uno de sus
artículos decia que aquella religion es esclusi vamente
la de lo~ españoles, la única verdadera, y prohibia el
ejercicio de cualquiera otra. Realmente ,esto no está mal
en otro lugar, pera no en un Código semejan!e: Jo que
es ab~lutam{)nte buenQ, puede no ser oportuno, y la
oportunidad es Un:l de las cualidades mas apetecibles.
Sin dudaq\le todCl depende de la vo!untad d"e Dios; nlas
si no rellexionamos acerca de las causas segundas, por
demás están las ciencias y las artes, y entonces se en-
tronizarian la indolencia, la ignorancia y la supersti'-
don. Una Asamblea política en <{S12 no era un Conci-
lio de Toledo en tiempo de los godos" ni un Concilio
eeuménico para hacer tales declaraciones; la Asamblea




46 DE LOS ESPAÑOLES'.
política puede sentar uri hecho cierto y partir de él para
arreglar su~ obligaciones.


La libertad de cultos ha sido debatida ancha y prO'-
(usamente de m~l' modos; 10 ha sido mas ó menos culÍn-
do se trata de redactar una ley fundamental, lo ha sido
especial:nflnfe Clúindo se discutía la de i 837. El Sr. OM-
,zaga y ,otros adalides 'del progreso pronunciaron ruagnífi-
c.os discursos én'pró de la intolerancia, Ó mas bien contl'a
esa Hbertad. Dudoso es resolver cuál de las dos ha hecho


'derrámar- mas sangre'al género humano; Nos estremece-
mos de ,horror y espanto al traer á la imaginacion los
crueles tormentos de los primeros cristianos que pasaban
de las catacu'mbás á ser devorados por las fieras sirviendo
de espectáculo en ,el eirco: esa era de los mártires, una
de 'las massaiJgrientas de fa hisll1ria: sobre todo la lu-
cha de dos crtienc'ias opuestas, una que espira entreel
fango y la pÓdtp,', otra que nace' con la inJcencia, la
bondad,' las esperanzas yel porvenir de la edadinfan-
ti! ; una qué prédica la paz , la mansedumbre, la aus'-
téridad, la resignacion; otra que enseña sus falsos dog-
mas' con elálfange y el esterminio y que relaja los
vínculos sociales con los placeres y la voluptuosIdad.
Por eso toda cuestion política es en el fondo una eues-
tion religiosa, según el marqués de Váldegatnas: á esto
añado que al presente cuestior.es en apariencia religio-
sas , son' de divel'so carácter y se defienún por otr()s
motivos. Al nleditar sobre esta materia, un pensamien-
to deseon'soladot' nos asalta y melancoliza: la religion
que tan~cenaltece al hombre, le sublima y le asemeja


, á la' divinidad, que tanto le ha'ce abandonar y desprc-




'47
ciar ros bienesmUlHanos, ellamisrl"la amorítona estra!.
'gos, infortunios, calamidades sin cuento. Est:o prueba
'su importancia y 'su grandezá. Nuestra patria puede
vanagloriarse en eslepuntó. Durante 'oC:llOb:rentos anos
batalIóconperseveranciá, con entusiasmo 'éontta las
hllesteságúenas ; para hacerlriunfantes la religión y la
:indel'eridén:da: del pueblo espíiñol ; 'lo: cual no rué' rndi~
cio yeomprohaHte áe apatia,' comO' espresa,Clliteáu-
'briand, sino deconslancia indomable yv.alor'héróico;
h~ mbntañas de lá Peni'nsula fueron aného sepulcro de
10s adeptos 'de Mahoma y . el bdl~arte <tue Hnp!jdió su
uesbordnmiento po~ el resto de Europa. En el' decurso
de tantas -centul'ias ,: no es d:e' estrañár que los senti·
mientos de réligion y de naci~nalida:dsegrnbllSen hon-
damente en la inteligencia J el dorazon de nuestros bra-,
vos pro:;enítorcs. De ahí el fanatismo' fetoz, la sañu
mortal contra los moros, judíos y herejes; la persecu-
don, 'la proscripcion de ~antas familias industriosas y
comercilintes', la intolerancia furUiundlí. y salvaje con-
tra los religionarios de otros cultos: San I'~ernaddo lleva
la leña para quemar los herejes. Los Reyes Católicos
establecen la Inquisicion; Cárlos 1 y Felipe 11 se pohcp
á la cabeza del catolicismo contra el protes.tanti~mo;
Felipe 111 arroja á la morisma mas allá de la froiÚérris
de España .


. Esta fué teatro mas que ninguna ótra 'tiácionde Eu-
ropa, de la lucha á muerte enf.re dos religbnes rival~s
é irreconciliables. Tuvci ocho siglos d'e cruzadas,intet-
rumpidas con ligeras treguas. Verdad es que San Luis de
Franoia no trataba l'llejor Hos herejes. Verdad es que la




48 DE LOS ESPAÑOLES.
reform(l de Lutero ha sublevado los á,nimos y las con-
ciencias, desde l\,lego en Alemania ha acarreado trastor-
nos deplorables desde la Dieta de. Worms hasta el tra-
tado deWes~falia. pero con particularidad dq.rante la
desastrosa guerra de Jos treinta años. Jamás vió el orbe
tantas profanaciones, tan los sacrilegios enhombres que
combatían por sus respectivas religiones; tampoco vió
tanta irreligioo. como cuando los soldados del religioso
Cárlos V, entraban á saco en Roma comandados por el
duque de Barban y aprisionaron al Pontífice de la Iglesia
católica. Jamás se vió en Inglaterra ta.nta impudencia,
tanto cinismo. como cuando el astuto é hipócrita En-
rique VIII , despues de lanzar un libelo contr.lla refor-
ma tlel aUllaz fraile de Witemberg, por vergonzosas é
inmundag pasiones se precouiza núcleo y gefe de la liga
contra la Sede Apostólica y. el catolicismo.


La España es un pueblo esencialmente uno en su
~rce~cia, en su doctrina ortodoxa, en su culto. Aquí
no se siente la necesidad de la libertad de conciencia;
natlie la pretende; ¿ á qué admitirla? ¿ Para complicar
mas las cuestiones políticas y di~lomáticas? ¿ Para sem-
,bral' la discusion, el antagonismo, la discordia entre
'los cl'eyente:5? ¿Para reenceder la apagada enemiga con-
tra·IQs discípulos del Coran , del Talmud, y de: Lutero
con sus variantes coníinuadores?


La Constitucion vigente no prescribe la intolerancia,
solo dice cuál es la religion que profesan los españoles.
En rigor no desecha la libertad de conciencia. que es
diferente de la de cultos. A nadie se permite construir
un~ sinagoga, un templo protestapte, celebrar públi-




DE LOS ESPAÑOLES. '9
camente las solemnidades ó el culto de esas religionés;'
mas á la vez no se incomoda, no se molesta á ninguna·
persana porque piense de esta 6 de la otra m~el'a, por.'
que cumpla ó no con los preceptos de la Iglesia, ni con
Jos mandamientos del decálogo, mientras no perjudique
á tercero, 6 no cometa algun delito ~ mientras no proceda
la accion social y por illteresessoCiales. Ridículo seria
que una injuria contra un ministro del allar en· elacto
de celebrar los divinos oficios, que un .atentado de irre-
verencia ~ que una bla~femia quedasen impunes, pues
el Estado, el gobierno tienen un deber de proteger la'
religion, que es la base de la moral y de todo órden
político. De hoy mas no se practicaran esas pesquisicio-
nes oscuras y tenebrosas con que se turbaba el rep'oso
del hogar doméstico, con que se entregaba á la hogue-
ra á tanttls víctimas inocentes, con que se vejaba á los
varones mas piadosos y' venerables, como Fr. Luis de
Leon y Mariana. La Inquisicion pereció para no resuci-
tal' jamás: hay cosas que no se repiten en la prolonga-
da sucesion de las edades. .


El clero español fué inmensamente rico; de siglo en
siglo aumentaba sus posesiones, sus regalías: los He-
yes • los próceres. todos los fieles competian en hacer
donaciones á favor de las iglesias, en erigir capillas y
santuarios con sus bienes correspondientes: el arzobispo:
de Toledo fué un potentado: los mitrados, los canónigos
de todas las catedrales fueron gmndcs señores; los curas
lo eran punto menos. El clero gQzaba la exencion de
los impuestos, aunque no siempre ha podido sostener-
la contra los mandatos del soberano y las e~¡gcncias de


. 4




5Q 1)¡ LOS lSllAÑOlES.
~a justicia. La, amortizacion eclesiástica elimÍnába de la'
dirculacion ulla enorme masa de propiedad territorial.
Contra este abuso clamaron ya desde los primeros albo-,
res de la, monarquía gDda. EtFuero Juzgopnes,cribe re~
glas en obsequio ála, exi,stencia de las manos muertas"
hasta con respecto á las invasiones de los obispos. Pos~,
teriormente se levantó, igual. clamoreo, eOIl insistencia.,
Campomanes ,ases.tóen el siglo pasado' un golpe fuerte
á la amortizacion , y po~ fin, s,e hundió al plailtearse las,
nuevas instituciones. Entonees i).ingunaJey podia pro....,
meter manutenGion :aL clero;, al cílntr:ario, el Estado
percibia parté de sus rentas , del diezmo, para, ocurrir,
á ,las atenciones publicas. La ley de 2c de setiembre,
de t8H desposeyó al clel'O secular de' sus dominios,
cargándose eL Tesoro con la obligacion de atender á su
sustentacion, decorosa. A este efecto se, fOl'maron varios
proyectós, s:e,pnom¡¡!garon varias resoluciones legisla-
üvas; hasta 18-4;5, en que se devolvieron los bienes
incaptado~ por laLnacion, comprometiéndose esta á sa-
tisfacer el esceso para el un enunciado, y el Con corda •
to reciente r~anda que se enagenen esos bienes, com-
prando con su producto papel de la deuda del Estado.


No .sucede aquí lo que en otros paises, en que ó no
se paga á. los ministros de ningun culto" ó se paga á
los de todos los cultos, ó se paga solo el culto oficial, ó
los que profesan las diferentes religiones permitidas
pagan á. sus respectivos sacerdotes ó. padres sin que el
gobiel'llo intervenga ..


Puesto que se trata en este capítulo de los derechos
de los españ~'\es, no será ajena una digresion á los de-




DE
C


LOS BSPAÑOLES. 51"
rechos de los aragoneses, segun· sus antiguos fuel'os~
Jáctese en· buen hora la lnglatel'fa de rem~lar su gó:...·
bierno representativo al siglo XIII , Y aun los mas de-
mocrátas vislumbrar la intervencion del pueblo en los
famosos Wittenagemots. Jáctese de su venerandoPárla-
mento, de su Carta Magna y de sus tradiciones.' En
nuestra Península hubo un pueblo superior al inglés en
muchos conceptos. En la Gran Bretaña la cOIÍvocacion
de los Comunes al Consejo nacional rué ~n su origen una
concesion del' monarca, quien nombraba entonces los
representantes de las ciudades, villas y lugare·s. Una'
vez posesionados los· Comunes de la prerogativa de en',
vial' s_us 'diputados al Parlamento, no tuvIeron sino voz
cdnsulfiva'; hacían peticiones, elevaban quejas al tfe'-
lio, y este las otorgaba en estos términos:-Concedido
ror el Rey y los señores espirituales y temporales' á las
humildes súplicas de los Comunes. La Cámara de estos
no disfrutó del poder legislhtivo hasta mediados del si-
glo XIV.


Comparemos ahora. En Aragon se conyocaban CÓf-
les generales todos los años, y siempre que el reiilO lo
considerase preciso, segun práctica antigua confirmada
en el siglo Xlii por el privilegio genera} de Pedro 111.
Desde el nacimiento de la monaI'quía aragonesa el esta-
do llano apareció en las Córtes antes que en el 'resto de
Europa y anteS que el clero. Los derechos de los súbdi- .
tos eran los siguientes. El dé t'lianífestacion ,p0f el ella 1
recurrían al JusUcia, quien los protegia y anlparaba;
resolviendo despues lo que fuese procedente, y repa- ,
rando los desmanes y desafueros. El de Hl'ma, que eon-'




DE LOS ESPAÑOLES.
sislia en poder presentar al Justicia, un escríto de es-
tar á qerecho, para no ser molestados en sus personas
y bjenes, no siendo á consecuencia de la accion judi-
cial. El de la U rtion , en virtud del' cual apelaban .á las
armas contra sus. Reyes. cuandosu autoridaddejenera-
ba en tiranía. Además el monarca no podia pOI' !;\Í, solo
declarar la guerra, promulgar leyes, imponer contribu-
ciones, ni decidir' nada de grande interés públicQ: El
Justicia mayor era como un dictador, pero de funciones
continuas y permanentes; custodio de las leyes, acusador
y perseguidor de todos los abusos. El espresaba esta fór-
mula en la, <lorOnacioD de los Reyes :-Nos, que somos
tanto coma vos, os facemos Rey, á condiciondtJ guardar,
n.uestros fueros y libertades, é si non, non. El rompió
alguna vez las puertas de una cárcel para arrancar de a1l í
á UD sugeto arrestado injustamente. El era tambien tribu-
no y estaba revestido de facultaues que contrastaban en
ocasiones las del monarca. Sin embargo, tenia una
cortapisa, e3taha sujeto al Tribuna1 de los Quince, que
juzgaba sin apelacion de los agravios que cometiese, y
de las diferencias promovidas entre él y el Rey. Estos
fueros hcridos de mucrte por Felipe 11 , fueron de3Lrui-
dos. por Felipe V. Mas no en valde se arraigan las ins-


,,' tituciones por espacio de prolongadas centurias; insen.
siblcmente van engeí1drando y vigorizando el caráctcr y
las tradiciopes, que son omnipotentes en circunstancias
solemnes, á Jespccho de la fucI'zay de "la violencia.
Aragon que puede estar ufano con una larga série de
Reyes valerosos, sáhiosy emprentletlorcs. Magon
que tant? cooperó á los timbres y á los lrillnf~s de la




DE LOS ESPAÑOLES.
PenÍ11sula. Aragon ostentó á la faz del mund() absorto,
ese carácter indomable, esa altivez caballerosa; ese ar-
rojo ;heróico, en' los eternamente inolvidables y famo-
sos sitios de Zarago1.a. ¡ Lástilria que esas gloriósas
acciones no se perpetúen en monumentosdet arte,
eÍl estátuas, en columnas, . en . obeliscos! I Triste es
que tal suceda .cuando se lleva en.triunfo á las canta-
trices y bailarinas; y no falta quien intenta tributar-
les el apoteosis, estampando sus proezas coreográficas ~,
y filarmónicas ,'en los mármoles y en 'los bron-
cesl!!!....· ,


. Cuando 'se trata de asimilar y confundir todas las na·
ciones del globo. Cuando se pr'econiza que á la virtud l
al valor, al talento, al mérito están: confiados Jos desti-
nos y la ventura de la humanidad. Cuando se asienta
que ninguna ra1.a, ninguna persona nace á la lu1. tra-
yendo sobre su frente un lema de servidumbre. Cuando
se escribe un tratado de derecho político, justo y con-
gruente será examinar la esclavitud de los negros, que
es uno de los feos lunares que mancha la civilizaéion
del siglo; uno de los nefandos crímenes que se come-
ten contra la humanidad. Nada tendria de censurable
quizá en Grecia ó Roma; en esas naciones tenia la
esclavitud un origen - y unos motivos mas escusabJes,
mas atendibles: el derecho de la guerra y de la con~
quista con sus consecuencias. Verdad que Aristóteles
creia haber hombres naturalmente esclavos, y nacidcs
par-a ser ludibrio de los d~más. La política de Aristóte-
les como la de Platon contienen máximas que ahora se
miran cual absurdos. cual insulto y Sarcasmo á nues·




54 DE,Lo.s ESPAÑOLES.
~ra ,especie enA\t~cida ~ sublimada por ]0$ d\>grnas d~l
cristianismo. .


L.a hipocr.e~ía~fliI'e1inada :ha ¡pro.c.urad9.si. no ;l~gi -
timar, coh9\lestar la venta de los negros! sus argumen -
~os l\(il 'de.sdir.i;an4:~ la¡l1lojigatezde :unjesuita. Nosotros
di,cen ~ abql'damos á las plp.yas a!dcaÍlas con.el objeto {}e
al'fancar á ellOS infelices del.estado salvaje. y de.ense-
ñarJes la verdadera teligion , Jas artes, -las lelI;as, :in-
dustrills y oficios. En su albergue viven punto menos
que ·fieras; en nuestras posesiones se hace.n hombres
civilizados. Les brindamos con incalculables ben.eficios:
bue q.lié ,pueden quejarse? ¿Que causa hay para reprcn-
<;lcrno:s? bPOI' ,q~prohibir esta conducta?


Mas ,franco'y paladino :fuera decir: arra&trad.os por
una sónlida codicia arribamos á las costas del Africa.
Poniendo en juego el engaño, la seduccion y la fuerza
lll'l'ebatamos á .esos desventurados habitantes, ,de su ho-
gar, de su filmilia, de su país, para convertirlos en
seres abyectos é inmundos. mas dignos de lástima que
los irracionales de carga; los aseguramos con cadenas,
los e najenamos por un precio exorbitante aunque vil;
sirven despucs para aumentar la opulencia de ,unos
CUi\ntos fúcar,es y capitalistas que los eptregllll .á la fe,
rociclad de un Gómitre que tiene constantemCPlte el lA-
ligo levantado sobre su cabeza. Todo para que se ".e.o,-
dllncon mas :barat,ura unos cuantos articulos de consu-
mo. de lujo la mayor parte; mientras que fle hace tanto
alarde de la liber~~4, de la seguridad y de las de!l)A$
garantías pers.onales. Al observar esos sem('j!l.n~e,s nues-
tros .h<\cinados en las oscuras I;od~gas de un buque, y




DE LO~ ESPAÑOLES.
respirando un ambiente infestado :al observa:r que soto
la diferencia 'de co1ar ábre un abismo 'ehlre el amo 'Y 'él
siervo, nos acordamos de la ex.actitud ;de aquellas pa-
labras desconsoladoras de: Larra : «'iasociedad 'es 'una
reunlan de: p'er's(ma's que se aborteiYeh ftltítuamente " que
se pe'rsiglil!'/1sin, cesar; y BnU''fl quíe'nts no,hay mas vlncu-
108 'que li9sdel :.r:ntl3rés y del egóis1nv:.' ,y de aquelJas 'Otras
del mismo autDr: .pueblusé individuos J víctimas ó
fJerdugos. » '


:Los filantrópicos adalides de esa esclavitud anacro-
hioa iy ()probiosa,' 'Centinúan;Sin ella nos veríaruos pri-
vados de muchos géneros yartícúlos que solo los negros
pueden elaborar, pÚe"3 nádie resiste 'ese calor intenso
del clima J de las fábricas y de las' operllciones , 'con
tanta per~everancia y fijeza.
Contesla~ porsu..6rden. El pretendido derecho que


se arrogan las naciones de ir a eu::eñar á otras lejanas,
es un taMo ridículo. Cada ciudad ó villa podria hacerlo
respecto de las demás; iguaimente cada vecino con su
vecino. Aun así, la moral prescribe qué enseñemos,
mas no que por esto hayilmos de reducir á la esclavitud
al que aprende. Sube de punto esta teoría tratándose de
inocular la verdadera religion. Los, apóstoles, los pri··
mili vos obispos, los modernos misioneros no fueron ni
van á predicar el Evangelio, llevando €l hierro y el
fuego á los idólatras, á los ateos, á los incrédulos, tí
los disidentes. sr algun dia vinrese la jóven Atüédca á
conquis!ar'y 'cosefíar á la virjil Europa, ¿ con qué doe-
recho se habria de rechazar álos invasores' Con el de
la fuerza: con la misma lucharon los vasallos de M<>te-




DJ :T;OS E~PA ÑOLES.
Juma :~i hubiesen triunfado, hubieran tenido razon, y
Heroan ·Corté~·ct)n ~us tropas hubieran sido unos espe-
dicionariQs aventureros.


La Inglaterra .deba.tió la primera' la cuestion de la.
esclavitud deJos negros' en el .último tercio del si-
glo XVIII. MI'. Pitt pronunció coo este motivo uno de
sus mas profundos-y acallados discursos. Recuerdo uno
de sus pensamientos: • El Senado romano reputaba como
ineptos. estúpidos é indignos de la libertad á los anti-
guos Bretones. á los pobladores de estas islas cuando
la conquista de las águilas romanas. Pues esos Bretones
son ahora.. los modernos ingleses. No será imposible que
los negros lleguen algun dia á demostrarnos que son ca-
paces de comprender ]a civilizacion.)


Mucho se ha hablado sobre la fisiognomia de La-
vaLler, la crancoscopia de Gall • la frenologia de Cubi,
y el ángulo facial, deduciendo de aquí las predisposi-
ciones de los hombres y de las razas para las ciencias,
las artes l' así como sus defectos. pasiones y demás. Yo
no niego que haya verdad en e!'tas teorías y observa-
ciones. Pero abrigo una completa confianza en el poder,
en la perseverancia, en la tenaoidad del hombre. Buffon
.decia que el génio es la paciencia. Comprendo que la
educacion, en su sentido mas ámplio y complexo, amol-
. da al niño, le dirige, le forma, constituye al adulto, le
fortifica, desarrolla en él talent03 Ó los destruye ó mo-
difica: no en vano se sienta que la educacion es una se-
gu.nda naturaleza. Los músculos se aumentan y se dis-
ponen á ejercer su influjo, y funciones. á medida que
se ejercitan; así tambien á medida que se ejercita un




órgano que corresponde á una protubcl'anciadcl cera-
brtl ; esta adquirirá mas volúmen' y se· hace mas per'-
ceptible. Hombres que con un ángulo facial muy abicl''''''
to., .con órganos cerebrales, prominentes .yrelativos á'
grandes cualidades, ilunca han descollado, ó porque la
educaciolino ha cooperado al fin " ó porque las circuns-
tancias han :sidocontrariás ó por '. cualquiera otro acci-
dehte. Hombres oscuros y sin ningun mérito ni porve·
nir en su juventud,. hao desempeñado un papel impor-
tante en la virilidad y en la vejez. Hombres que en: sus
primeros 'años prometian ser de una cabeza privilegia.
da, fueron personas vulgares sin hacerse nolar por niR-
gun concepto. Sisto V.. nacido de baja estráccion y vi-
viendo' escéntrico y misántropo durante largo' tiempo,'
hubiera pasado' desapercibido á no haberobteilido la
tiara. CI'omwelI hubiera acaso continuado siendo le h~­
bereau, caballero de lugar, si no hubiese acaecido la
revolucion del siglo XViI. Napoleon hubiera sido sim-
plemente Bonaparte, oficial de artillería, si hubiese
muerto en el sitio de Tolon ó en las calles de Paris ba-
tiéndose contra las Secciones el 15 vendimiario. No sa-
bemos á dónde llegaría Dessaix si no hubiese recibido
un gol pe. mortal en Marengo.


Dígase cuanto se quiera del' ángulo facial, no sabe-
mos tampoco si el negro competirá con el blanco reci-
biendo igual educacion. Cuando la sangrienta revolu-
cion de la isla de Santo Domingo, un negro, el gefe de
ella, escribia á Napo)eon diciendo: ,El primero de los
negros al primero de los blancos:» en verdad no era un
hombre comun. El Emperador Soulouque imita en su




DE LOS ESPAÑOLES.
gUirdia, pllacios, y costumbres á las principales Córtes
europeas" Negros ha habido buenos botánicos, médi-
CflS ,cind'llstriales;ffiuchos son estima<i:03como domés-
tico~]Jlwa diferentes destinos et\paises en. que hay es-
cla vitud .: y SUB affi,Qsno los cambiarián por el mejflr
criado ó dependiente dcotra raza. Es necesario que se
demuestre qlle .son inferiores á nosotros ~ que son' in'~
susceptibles 'deculturn y ciencia, despues de llevados
á otros climas ydespucs de frecuentar colegios y uni-
versidades: es neceSaria ad1:lmás que se demuestre que
es impasible establecer en las regiones que habitan, los
elementos y las artes de la civilizacion.


El. hombre es cosmopolita, y la fuerza, el poder,
las ciencias, nOBon patrimonio exclusivo (Je ninguna
parte del globo~ :aunque parezcan caminar en SU mar-
cha, de Oriente á O~cidente. Esas playas salvajes de
los Escitas, son ahora éostas y puertos concurridos y
animados. Esos bosques impenetrables de la Get'ffi'ani~,
son ahora campos fértiles y' ciudades opulentas. Esas
pampíts de América , son n0y emporios de comercio é
indllstria. La humitde Lutecia es ya la Atenas del pre-
sente siglo. Por el contrario, ¿ dónde está Babilonia,
Tiro, Sidon", Persépolis, Palmira, Tébas, Corinto y
tantas otras? Algunas desaparecieron completamente de
la sobrehat de la tierra cual ténue arista arrebatada por
el huracan. Algunas conservan restos de su apagado eS-
plendor y de su pasado poderío: bajo las arcadas de un
templo suntuoso, duerme con sus camellos el errante
beduino: en los sitios en que 5C decidieron los destinos
del mundo, reposa con indiferencia el turco indo~ente;




69
en tanto que el viajero se embriaga en rtristes :rqnexio-
rres ar ¡a~rlivesar. es()s a'ora'Sados ·arenalea , o al acercallSc
á· esas l'iberasen otm -tiempo álegres' y OtlUiciosas, aho~
ra aballdonadlls 'y 'Solitarias ;donde-no se 'Úye .sino el si.
niestro' graznido de aves agorerasó e'l mela.ncólico mur ..
mullo de las olas queb~fiali la desiert~ arena.


No hay n¡'nguna raza que goze deilraroopf'ivUegio- d:e
relldiry avásúllar iá lJas demás. cEsam,m áMbe tan tloP
re-eierite -'CIlÍl ~og' Abdel'l'hamanes y Almar!~dre¡;¡, cstli hoy
d~f1 é impOtente. El poder de ~a media· hIOa tan ,@rgú.,.
Hoso y treméndo conSelim 1 y 'StlJUmaIl elAbgnific@,
está hoy amenazado de una muerie{leshonrosa. Los sal".
vajes d~IMisSlÍssipf, ahora á nadie oeden en c(l)merdo~
induStria y progreso. Para sostener ;que la 1M3 megr:a"
incapaz' de civ'ilizacion, forzOSJ es proba:r que Ulmoo
hiln estado mas adelantados que ahora; que ,todos soan
ig;till'~s ·á dos que cogen en las costas; que :Stl i:flteligen.
cía solo ,puede desarrollarse hasta ci.erto límite; y que
está descubierto ya cuanto encierra el interior"dd Afd.
ca, lo cual aun no se ha verifieado , y si aigun día tie-
ne dugllr, arrojará mucha luz' sobre puntos muy con-
tl1fwertidoo, así como Iils antígüedades y ruin38 del Yu~
catan y otras regiones de Ultramar di$ipal'on ".muchás
dudlls acerca de la primitiva cívilizacion americana,


Tocante á la imposibilidad de que el trabajo de los
negros sea sustituido por blancos, me parece no tener
exactitud. Quien aguanta dias tns días, meses tras me·
ses en el estío, cavando la tierra con el azadan y en
otras labores campesinas. bajo el SJI ardiente de Casti·
Ha y la Mancha y provincias meridionales de la Penín-




60 DE LOS [SP' Ñ OLES,
sula: 'quien aguanta el calor infernal al pié de los hor.
nos de vidrio y cristal durante la' operacion de dar
forinaá las vasijas : quien aguanta el aire que se respi.
ra en las minas de azogue 'y de otros minerales: .bien
aguantaria:por el cebo de la ganancia el trabajo que
hacen los negros. La dif¡~re8cia estaria en que se pa-
gasen fuertes'jornales,. en que se exigieran menos ho-
ras de tarea, en que no se hiciesen tan ricos los due-
ños y propietarios, en que se vendiesen mas caros los
géneros ,! en que el aumento de todo esto cargase sobre
el consumidor. '40 reales cuesta la fanega de sal entre
nosotros, precio' exorbitan te, porque así pI ugo á los
gobiernos monopolizar la espendicion de Un artículo de
primera necesidad para el hombre; no se estrañaria;
pues, que el azúcar, el tabaco, etc., fueren un poco
mas caros.


Por consiguiente, el comercio de los negros en prin.
cipio, en teoría, en moral, en fisiologia, en filosofía,
en derecho, esun absurdo, u.n Facrilegio, un insulto
procaz é irritante; sin que obste su barbárie, su fero··
cidad, su salvajez: cierto que no eran muy humanos,
ni muy instruidos, ni muy civilizados los soldados de
Atila, y sin embargo; eran blancos.




DEL PODER.


SI la sociedad es natural y necesaria. no lo es menos el.
poder. El es la sancion de las leyes; su ejecutor, su
guardian: sin él solo hay anarquía. y rigurosamente
hasta en la anarquía hay poder, porque hay gobierno
cualquiera que sea: un estado completamente 'acéfalo ó
sin cabeza, es punto menos que una quimera.


El poder así considerado es uno. omnímodo, oni-'
versal. Mas ejercido por una sola persona # seria una
tiranía y aeaso un imposible; se divide, pues ,en gran-
des partes ó secciones. Esta division y el equilibrio de
los poderes ya separados, son el hondoprobleina de los'
estadistas; el caballo de batalla; el palenque donde lu:-
chan las teorias discordarites y los bandos hostiles. Cada
nacion , cada gobierno, cada período histórico cree á su '




62 DEL PODnn.
vez resolverla: y verdaderamente no lo está; y los pue-
blos se remueven y agitan sin cesar; parecidos á en-
fermos que mudan de posicion buscando aJivio á sus do-
lores. No siempI'e son estos el móvil: tambien lo son el
ánimo descontentadizo, el espíritu de revueltas, la amo'
bicion desmesurada, la venganza y otras pasiones ig-
nobles.


Los publicistas. hacen diferentes divisiones ó clasifi-
caciones de los poderes públicos. Quién entiende que
son tres, el legislativo, el ejecutivo y eljlldiciaI. Quién
aflrma que son mas, contando tambien el real, el par-
lamentario, el administrativo, el municipal. Quién llama
á la prensa, el cuarto poder. Me parece acertado lo que
espoDe Diaz Argúelles en la introduccion de un folleto
sohre los consejos provincia!es:-El poder ejecutivo. por
los diferentes intereses sociales que cstán á su cargo y
¡:¡Ol\, eIdistintoOPQd(),conque los dirige, se divide tn
tres poder~~"diferentes. Cuando arregla lós·inttreses y
relaciones deliE~tqd() con las· naelones' extral:ljeras, y
en ,el, ~nteriO;f1 e~hleoe la! marcha general de los nego-
C¡os públicos j, golHerna. Cuando por reglamentos de
policía prolOurll la 'seguridad ,personal y garantiza el li-
bre uSQ,de las·cosas públicas; cuando cuida ,de la for-
tuna del E~\ado.. vigIla la gestioo de los intereses co·
lectivos y prepara ,y hace ejeéutar las medidas de .ca-
rácter geneml tadministra. Cuanoo aplica las leyes'del
doel'echo civilycdlllinal á Jas- cuestiones entre patticu-
lar~s y: á 'las, trasgresiones ó violaciones de la ley, juz-
ga. Así, pues, el poder ejecutivo. triple en la materia
~~su"competenciá les ll'iplé ,tambien;en'su mision, es




DEL P01>&U.-


pouer gubernamental , p~der administrativo y poder ju-
dicial. »


Al, hablar en la. série de esta Qbra, de algunos de
esos poderes, me detendré en pGrmenores; ahora haré
observaciones generales. Para- mí el poder feal es elmis-
mo ejecutivo. E\. poder parlamentario es; en mi juicio;
,,1 conjunto de facultades y pretogati'Jas> que competen
al Parlamento, y: de lasque 110 debe' ser despojado por
lel gobierno" ni aun por casion pr-opia. No c6mprendG
que ,awance á 'poder derogar ó alterar la ley fundamen.-
tató. constituoional, por una simple mayoría quizá de
un solo v.oto· y sin Qtros antecedentes. ni autorizacion.
La <i::onstituciondebe ser comoda arca santa entre los'
israelitas, á la que hay que aproximarse ó tocar con
mucha necesidad' y requisitos; y no ser el blanco de la
volubilidad de los partidos. Tampoco comprendo la ab-
dicacion· de las tareas legislativas á pretesto de que río
pueden desempeñarse cual corresponde por las Cama-
ra&, por las dilaciones, entorpecimi-entos, etc. El car;...
go del legislador es delicado, grave, eSBinoso; no de
recreG, dD conveniencia, de goce.


El· poder administrativo, ó la administracion. óse(l
la parte del poder ejecutivo cuyO' objeto es administrm',
representa hoy un papel distinguido; va eI1sanchantlo
su esfera á espensas de otros poderes, de otras átI'ibu-
ciones,' de otras' ciencias, que hacen' como los hombt~s, ,
aspiran á ensancharse, á engtandecerse. ta admini~- .
trficion en el sentido mas lalo de esta palabra, es; tódo
eI'poder público', toda la sociedilJ desarrollándose, mar~
chando al fin de sus destinos.




64 DEL 1'0DER.
En efecto , la administracion vela por el hombre,


por el cilÍdadano, aun antes de que salga del cláustro
materno, evitando y castigando los abortos; ofreciendo
subsistencia á la madre y auxitios en el parto en las ca·
sas. deIJ)aternidad~ • Si la suerte infausta le arroja al'
mund~ ; solo Y aba~don(ldo; si los autores de sus dias
le niegan el indispensable alimento y le esponen y des-
e{lhan d,esnaturalizados; la administracion se apresura á
reeógel'le" , á lact!1rle, á pl'Oporcionarle la educacion é
ipstrucCion conducentes, y le hace un miembro útil y
morigerado. En todo caso toma acta de las. épocas mas no-
t~bles, el nacimiento,' el matrimonio, la defuncion; ofre-
ciéndole tj:l,Stimonios y prueba~, de su filiacion y estado.
Si ¡as enfermedades " los achaques, la edad senecla, ,la
pérdi,da de parientes y recursos le reducen á la mendi-
cidad y á ,la impotencia, la administracion le abre asi-
los, donde el infetiz recibe subsistencia y reposo. Si dis-
frutamos de ambiente puro en jardines y alamedas; si
QOS paseamos por calles cómodas y espaciosas; si esta-
mo~reaguardados d-e toda clase de miasmas pútridos
é infectos; si hasta la muerte tiene su morada en medio
de florestas y vergeles. todo se debe á la administracion.
Si salimos de nuestra patria para ir á buscar fortuna á
tierras lejanas. allí encontramos la protecciol1 de nues-
tra bandera y tenemos seguras nuestras personas y pro-
piedades; y. si, el infortunio nos sepuJ[a entre las olas
embraveci4as zozobrando en el naufragio. quizá un bu-
que que guarda y defiende nuestro comereio y honor,
~os arr,mca de la a30níay nos conduce á salvo á las
playas' del pais nat~l.




DEL PODER.


La administracion como cÍencia es moderna: como
poder, como medidas de gobierno es coetánea del al-
bor de las sociedades. Lo mismo sucede á la economía
política. Antes que se conoeie~e la diplomácia hubo re-
laciones y tratados entre los pueblos; aSÍ como antes
que tinnco hubiese clasificado las plantas, y Cuvier es-
tudiado los fósiles, y Blumembach descrito las razas hu-
R1anas, unas y otros existían disemíoados en nuestro
planela.


Sin embargo, ]a admínistracion es diferente de la
política propiamente dicha, si bien está subordinada á
esta, de ella parte y toma su colorido y á ella vllel ve.
Tampoco es enteramente el poder ejecutivo, aunque 10
sea en mucl,a parte.


Para algunos el poder judicial es de todo punto di-
verso del ejecutivo; para otros aquel no merece el nom ~
hre de poder, sino el de 6rden, siendo una rama del
poder ejecutivo.


El poder munidpal no se concilia con la actual or-
ganizacion de la administracion local, provincial y mu-
nicipal.


El cuarto poder del Estado, la prensa, fué llamado
así en Francia. Mr. Canning decia:-Cuando está pre-
sente el Parlamento, gobernamos con él; pero esto dura
seis meses; y los otros seis pasa el gobierno á]a pren-
sa.1 Cierto cuando una nacion tiene opinion pública,
que no siempre existe; cuando habiéndola, puede ser ('s-
presada libremente; cuando son órganos autorizados los
que la trasmiten; cuando el gobierno obra con la me-
sura y decoró debidos. En el caso contrario la prensa


1)




66 DEL PODER.
no es el cuarto poder, ni el sétimo, ni otro alguno; es
un ítlolo escarnecido, sin prestigio, sin atributos y sin
culto.


Se dice que la administracion se ejerce por mediD
de tres operaciones. deliberacion, accion, juicio. Que
tiene. por tan.to una especie de poder judicial, aun cuan-
do no igual al que hemos visto, sino mas limitado y de
otra índole. Despues de haber leido á Cormenin, Fou-
card, Degerando y otros escritores de administracion y
derecho administrativo, no me convenzo de la necesi-
dad de ese poder judicial, mixto y anómalo. La trami-
tacion adoptada á la naturaleza de los negocios, segun
su importancia, urgencia J etc" la misma independen-
cia de los jueces ordinarios, la exigencia de mas ó me-
nos estudios, de lales ó cuales conocimientos son bas-
tantes para hacer inútiles esos tribunales no bien justi-
ficados h'asta ahora como una rucua mas en la máquin:l
administrativa. Mas esto ya va estralimitándose del ra-
dío que debemos trazamos.


El poder públicb como sinónimo de influencia, como
seminario ó plantel de hombres de gobierno, como ele-
mento de mando perteneció á ciertas clases, familias,
castas, ó bien es ejercido indistÍÓtamente por las per-
sonas m'as aptas y dignas, prescindiendo de las dcmás
consideraciones personales, En Egipto, pais misterioso,
civilizacion á la par estacionaria, progresiva y colosal,
simbolizada por esas famosas pirámides del Cairo J los
sacerdotefll eran los dueños y depositarios del poder; los
que comprendian y descifraban los geroglíficos, enig-
máticos para la multitud. Prevalecia el régimen de cas-




DEL PODER. 67
tas lo mismo que en la India. En Grecia la elocuencia
rué una formidable palanca, un poder. ¡ Magnífico es-
pectáculo , Los ciuuadanos que prestaban servicios emi·
nentes á la patria, se tcnian suficientemente recom-
pensados con una rama de olivo, una corolla de yedra
ó de laurel. La elocuencia era una profesion , un sacer-·
docio, la inidacion para ascender á los puestos mas bri.
lIant~s. Por eso el discípulo de Aspasia de ~IiIeto pedia
á los Dioses antes de hablar al pueblo, que no saliese
de sus labios una palabra inconveniente. Por eso el ri.
val de Esquines se adiestraba para los combates de la
oratoria perorandQ á las orillas de] mal' turbulento; y
llamaba á Focion el hacha de sus discursos. Espléndido
~iglo aquel en que uno de los mas grandes oradores del
mundo supeditaba con su voz á la arrogante democracia
de Atenas, en tanto que el cincel de Fidias legaba á las
generaciones venideús el Parthenon. la estátua de Mi·
nerva y otros soberbios monumentos de la civilizacion
antigua. Lucha titánica aquella en que Demóstenes de-
fendía con la energía de su palabra. la independencia de
la república ya degenerada y moribunda. ¡ Cuánto han
variddo los hombres. las costumbres y las instíLucio-
nes , La elocuencia política actual no es aquella matro-
na severa y magestuosa que aparecía rodeada de en·
cantos y veneracÍon en el Agora. Es un juego de pa-
labras, un pasatiempo. Elocuencia impotente; ancia-
na decrépita, prostituida, abrumada de melancólicos
recuerdos de su pasada grandeza y sin ningun° género
de porven~r. Elocuencia que se entretiene con el tanto
por ciento y el azúcar de remolacha. como dice Mr. Ti·




68 DEL. PODER.
mOD. ¡ Infortunada mendiga I Cuando quiere hacer va-
ler sus fueros y p~eeminenc¡as, se halla COn una mOf-
daza en la boca: ataJa cual una pupila demen e que es
arnarra4a 'á una argolla: vilipenuiada cual irn púdica ra-
Qlera ó desenfrenada vacante: tímida, úbseq uiosa. ar-
rulladora del poder cual flexible cortesana. No obstante
de vez ,en cuando se oyen los acentos de la verdadera,
d{} la prepotente elocuencia, á semejanza del trueno ó
del cañon .que retumban en las llanuras inconmcnsura-
btes del OCéUllQ. De vez en cuando estallan arranques
de noble independencia, -de santa cólera, de abnega-
cion ejemplar, de patriotismo acrisolado. Pero eslos es-
plendentes destellos se desvanecen prestamente; así
una exhalacion luminosa hiende con rapidez el espacio
en una noche de oscuridad y tormenta, para luego su-
mirnos en mas profundas y horrorosas tinieblas. En
Roma pelean por el poder patricios y plebeyos: tal fué
su historia desde sus primeros tiempos hasta la eorrup·
cion de la república: despues la república era un ca-
dáver y. el imperio una casa de prostitucion, al decir
del marqués de Valdegamas. En la monarquía goda el
poder se vincula en los magnates y en el clero, sobre
todo .en el clero que era entonces el prototipo de los mi·
nistros del Altísimo en los siglos de un crL.;tianismo
acendrado y perfecto. En la edad media el poder fué de
laarislocracia de sangre, que era superior á las res-
tantes clases de la sociedad. Mas adelante los privados,
los favoritos, los principales ministros y consejeros fue·
ron de lasclasas medias; los 1 unas, los Cuevas, los
Perez, los CalUerones, los Ensenadas, los Campo-




DEL PODER. 69
manes, los Jovcllanos, los Godoyes, etc., etc., etc.


Por lo que hace al presente, en este siglo del hier·
ro y en estas sociedades de lodo, el metálico es el amu-
leto que levan ta al pináculo del poder y de la influen-
cia. El 01'0, precioso y envidiable, infame y corruptor
á la par, hace de un hombre estólido un encumbrado
personage, una potencia, como ahora se dice. Cuando
esto es corriente, no deben pasmarnos tantas estafas,
tantos robos; tantos delitos incluso el asesinato, como
medios para enriquecerse, á que el Código penal, por
mucho mejor que fuese, no podria poner coto.


No es fácil prefijar con todo rigor los límiles de al-
gunos poderes; por ejemplo, del legislativo y del eje-
cuti va. Eso depende de las ideas reinantes, las tradi.
ciones, la oportunidad, hasta las preocLlpaciones. Hoy
se cree que la de~laraeion de guerra pertenece al legis-
Iativo, mañana que al ejeclltivn. Aquí todos ios emplea.
dos p'íblicos son nombrados por éste; allá solo son al~
gunos, ó solo dejan de serlo algunos, ó lo son por las
Cámaras ó por eleccion del pueblo, pura ó mixta. Otro
tanto puede enunciarse respecto á la ratificacion de los
tratados de aUanza ofensiva, de subsidios, ue comer-
cio, la enseñanza pública, las ordenanzas para el ejér-
cito y la armada.






DE LA LEY.


LA jurisprudencia romana reconocia seis especies de
leyes: plebiscito, senado-consulto, etc. Nue8tro anti-
guo régimen reconocia tambien varias clases de leyes;
pragmáticas-sancioues, autos acordados, reales cédu-
las, etc. En el moderno régimen se ha hecho incolllpren-
sllJle la índole de la ley. Hay leyes de Córtes, decretos
de Córtes, decretos del gobierno con autorizacion de
las Córtes; idem con ratificacion ó aprobacion de las
Córtes ; idem sin una cosa ni otra, y no obstante tienen
fuerza de ley, con la cláusula sacramental :-se dará
cuenta á las Córtes: los ciudadanos no pueden resistir
la obediencia á las leyes que carezcan de la prévia auto-
rizacion é intel'vencion de las Cort.es, como pueden ha-
cerlo relativamente á los decretos ó reales ordenes· sin




72 LA LEY.
firma del ministro: además hay decretos del poder eje-
cutivo que derogan leyes terminantes.


Los que ondean el pendon de la soberanía nacional,
definen la ley: - La espresion de la voluntad general.
Rousseau así la esplica: la Constitucion de 1791 inteI'-
caló esa definicion en sus artículos: tanta era la influen-
cia de aquel formidable heraldo del siglo XVIII.


Los teteranos :servidores del absolutismo entienden
por ley: - el precepto del sumo imperante; sin mas
cortopisas ni restricciones.


Los adictos á la monarquía templada, añaden requi-
sitos Ala ley para que merezca este nombre.


Cualc¡uiera sabe que la leyes para ser ejecutada
desde luego, desde su promulgacion. Los trámites de la
formacion de las leyes están detallados en los reglamen-
tos de las Cámaras, y los de la promulgacion son del re-
sorte del código civil. Esa noticia tan comun no siempre
es cierta: leyes sábias quedan arrumbadas á poco de!!lu
nacimiento; otras se cumplen ad livitum y por tempora-
das, otras tienen el destino de componer galerías teó-
ricas y galerías de antigüedades.


Las leyes son fundamentales, orgánicas, secunda-
rias: estas últimas se subdividen en civiles y crimina-
les. Esta subdivision admite otras. No debe detencrno!\
esto, porque supongo estará al alcancc de cualquiera
lector. Mucho se ha escrito acerca de la aceion recípro-
ca de las leyes y las costumbres. Yo tengo para mí que
las leyes tienen mas fuerza que las costumbres, las creaó,
las modifican, las dirigen, las Cllfrt'OIm. El homhre que
en el mundo malerial acorta las distancias, aproxima los




LA LEY.


paises, mitiga los climas, aplana montañas altísimas,
atraviesa precipicios horrorosos, penetra por debajo de
las aguas para apoderarse de tesoros perdidos. trasfor-
ma los' áridos desiertos en amenas campiñas, y los bos-
ques solitarios en populosas capitales. Que no satisfe-
cho todavía con sondear los abismos del Océano, con
trasmitir el pensamiento y la palabra con la celeridad
del relámpa~o, osa vagar por los inconmensurables ho-
rizontes arrehat:wJo al águila el cetro de los aires: 'ese
hombre tiene tambien sobre el mundo moral una fuerza
colosal, prodigiosa. Pero no la tiene cualquiera hombre:
únicamente ciertos genios privilegiados. Pedro de Mos·
covia se empeñó en arrancar á sus súbditos de la igno-
rancia y salvagez ; su obra es coronada con el mas prós-
pero suceso, si no enteramente, en lo pl'incipal, marca
el derrotero á sus dignos suce:,ores. Esas hordas semi-
bárbaras son hoy un imperio de límites desmesurados,
donde viven esos bárbaros civilizados y emprendedores.
Federico Il, -de Prusia, eleva su pequeño E"t!ldo, á una
potencia de primer órden, y la hace valiente yaguerri-
da. Todo conjunto de hombres, colegio, universidad,
corporacion , regimiento, pueblo, repúb!ic::l, serán lo
que sea el gefe que manda, si este gefe tiene cualidades
de predominio, y sobre todo si presenta el ejemplo de
su conducta como la palanca mas poderosa: por eso 19s
naciones ofrecen peripecias y súbitas trasformacionf's
cual si fuesen cuadros esr¿nicos. Roma es ab~'ccta, d(\'-
gradada con Tiberio. es'} mónstruo de iniquidAd, e:5e
inmundo reptil que se revuelca en los lodazales de la
¡,la de Caprea, y á quien el Senado erige una estátua.




7,. DE LA. LET.
Roma participa de las dotes que distinguen y analtecen
á Trajano y al Gran Teodosio. España es inmoral, cor-
rompida, desacreditada con Enrique IV, Y es austera,
rígida, valerosa, henchida de prestigio y orlada de tim-
bres gloriosos con Isabel I. La España de Carlos Il es
un atleta debilitado por sus vicios y padecimientos, pos-
tradó en el lecho del dolor y escitando la compasion de
cuantos le contemplan. La España de Felipe V, Fer-
nando VI, Cárlos In, es el ,atleta robusto, pujante, qua
~erriba y destruye á sus adversarios en la arena, y se
atrae la 'admiracion y los aplausos de los espectadores,


Ya se me alcanza asimismo que Solon dijo a los ate-
nienses : os doy, no las mejores leyes, sino las mejores
leyes posibles. Era una máxima en la antigüedad: dad-
me buenas costumbres, yo os daré buenas leyes •


. '




DEL GOBIERNO.


GOBIERNO es el sistema por que se rige una nacion y la
forma con que se ejercen los poderes públicos. Gobier-
no es el conjunto de teorías que ilustran y enseñan so-
brd el modo de distribuir y desempeñar la autoridad.
Gobierno es el gefe supremo del Estado con sus minis-
tros y todos los demás agentes de la administracion, en
la acepcion mas lata de csta palabra. Gobierno es el mis-
mo gefe con sus consejeros responsable~. Gobierno es
el ministerio solo. Gobierno es el modo de mandar y
las cualidades de los que mandan. Gobierno es la ac-
cion de que están revestidos los depositarios del poder
para cu~plir con su mision; el bienestar general, la
mejora, el progreso de la sociedad, la perfeecion del
individuo, bajo todos conceptos. Gobierno es el mismo




76 DEL GOBIERNO.
poder de un país frente á frente de los demás gobiernos,
tocante á la política extranjera.


Comunmente se enliende el gobierno en la !Sígnifi-
cilcion ó cldinieion penúltima, y entonces es sinónimo
dc administracion. Es decir, se descarta el poder judi":'
cial y el legislativo, quedando el ejecutivo en toda ¡;u
estension y desarrollo.


Segun Alcalá Galiano, los caracteres indispensables
de todo gobierno, son amparar y reprimir: todos sus
actos se refieren á uno de estos estremos.


Nosotros tomamos aquí al gobi(~rno por lo que hace
á su forma conslitutiva y á la division de poderes. En
este se'nlido cada autor elasifira 103 gobiernos á su mo-
do. Yo comprendo dos: mrnarquías y repúblicas. La
monarquía es despótica, Ó ahsoluta, ó templada. La re-
pública es oligárquica, ó democrática. ·La república.
puede degenerar en oclocnícia; cn demagógia, en anar-
quía. Todo gobierno pue.de ser usurpauor ó usurpado,
y tiránico. En todo gobierno' puede figurar mas ó me-
nos la mesocrácia. De todos estos gobiernos ruede re-
sultar el mixto, en el que preponderen estos ó los otros
elementos que se desenvuelven en toda su magnitud en
cualquiera de los demás gobiernos.


Me parece supériluo acumular definiciones siendo
los términos tan conocidos y hasta vulgarizados. Ade-
más, las esplicaciones del catedr;;ítico y el dominio so-
bre el asunto facilitan uefiniciones instantáneas: hago
esta advertencia una vez por todas. Los tilanos de Ate-
nas mandaban en UT1a república: Dionisio de' ~hcusa
fué rey: Cromwell fué protector, rouNel!.: tic Uf.l{j opu-




DEL GOBIERNO. 77
lenta aristocrácia. Muchos emperadores romanos, mu-
chos reyes godos fueron tiranos, protervos y brutales,
sin embargo, no fueron usurpadores: el pueblo hacia
la e!eccion, y en virtud de ella ocupaban él sóHo; su
derecho de gobernar era legítimo. José 1, hermano de
Napoleon. usurpó el trono español, se intrusó en él;
mas no fué un tirano. En Francia la clase media ha sido
y es la influyente en sus destinos, en el primer consu-
lado, en el primer imperio, en la I'estauracion, en la
monarquía de julio, en la segunja república, en el se-
gundo consulado, en el segundo imperio. Presumo .bas-
tante justificada cualquiera innovacion que pudiera ser
á alguien, chocante en mis clasificaciones.


Los gobiernos que llevan igual nombre, no por eso
son iguales en su índole esencial, en sus cualidades in-
trlnsecas. La república de Venecia, en la edad media,
no es la república de los estados Anglo-americanos: la
de Tebas no es la francesa de 1793. En un mismo país
la república de los Cincinatos y Camilos, no es la de
los Marios, Silas y Julios César. La monarquía templa-
da de España no es como ia 1 nglesa, ni como la de Bél·
gica. El despotismo de Husia no es el despotismo de la
China ni !lel Gran Sultan.


Para saber cuál es la bondad de un gob!erno. no
basta deslumbrarse con la forma esterior que le adorna,
preciso se hace analizar sus tradiciones, sus hábitos,
sus tenJencias, su espíritu. Esto es verdaderamen te el
gobierno.


Asi que es deplo!\,ble, y en ocasiones risibk, la
imilacion rutinera de la~ formas de un gobierno e¡¡lra-




78 DEL GOBIERNO.
ño, creyendo que la oportunidad y las ventajas del mo-
(lelo se trasplantan y aclimatan en otras regiones. Este
error pudiera compl'obarse con numerosos ejemplos. So-
lo citaré los'Uil'ondinos. Esos hombres de talento, de
buena fé, de elocuencia, de patriotismo. de influencia,
murieron víctimas de sus concepciones metafísicas, de
su prurito de inaugurar en Francia una república ai es-
tilo de las antiguas.


¿ Cuál es el mejor gobierno? algunos contestan
prestamente: el que es bueno y barato. Otros se per-
saaden de que el mejor es el que halaga sus instin tos y
pretensiones. Otros piensan que ninguno es absoluta-
mente malo ni bueno: cada uno se satisface como si
resol viese el problema. El gobierno bueno y barato
puede ser precario, sin garantías para el porvenir, sin
firmeza en las instituciones independientemente de la
vida de un hombre. ¿ Quién asegura que tras un Cár-
los IIJ, no vendrá un Cárlos IV, una Maria LlIi3a y un
D. Manuel Godoy? No basta que un gobierno sea bueno:
debe además dar garantías de que no dejará de serlo,
de que lo serán los quo le sucedan. Un gobierno bao
rato puede ser malo: el período de f 823 á 33 se deno-
mina década ominosa J y no obstante, el presupuesto de
la nalJion era mucho menor que ahora. Un gobiernl) ca·
ro puede realizar vastos planes, y figurar en primera lí-
nea: la Gran Bretaña: allí todo es gigantesco. ¿ Quel'eis
un monumento grandioso, incomparable en la moderna
arquitectura? Ahí teneis la nueva casa, ltouse, del Par·
lamento. ¿ Quereis un monumento de inspil'acion y su-
blimidau religiosa? Ahí te neis la catedral de S. Pablo .•




DEL GOBIERNO. 79
¿ Quereis un monumento de las invenciones, de los ade-
lantos, de la civilizaeion , en fin, del siglo XIX ?Ahí
teneis la esposicion universal de la industria dentro del
palacio de cristal. Actualmente hay -cuatro pueblos gran-
des en la tierra: el alcman, el inglés, el norte-ameri-
cano, el ruso. El primero es el pueblo profundamente
pensador, dado á las ciencias tllosóficas, que son la ha-
se de cuanto se habla y escribe: la AleRlania es el vas-
tI) laboratorio de la Inteligencia: ella es el punto de
apoyo de esa tremenda palanca de las revolucioncs que
conmueven y sacuden el continente europeo. El segun-
do es el pueblo de la ciencia del gobierno que se arro-
ga la supremacía sobre cuanto existe: el pabellon bri-
tánico gallardea en todos los mares y su orguilo está en
relieve. en su himno Rule Britannia: Pitt aniquiló al
vencedor de Austerlitz, El tercero es el pueblo de la
osadía y de la esplotaeion mas arrogante y victoriosa
contra la naturaleza. Él construye buques de vapor que
son los mayores que surcan el Océano: él conslruye
teatros flotantes sobre esos rios dilatados y magníficos: él


\ construye ferro-carriles, y los multiplica con Ulla pron-
titud pasmosa: él construye fábricas de unas dimensiones
increibles, donde trabajan poblaciones enteras: él se so-
brepone á las cataratas mas aterradoras, á los montes
mas. descollantes, á las simas, á los precipicios; nad!!
le detiene en su marcha masestuosa. El cuarl.o es el
puehlo de una ambicion desmesurada; que se propote
á todo trance cumplir el testa~cnto de su gran {unda-
dor; que créce, se desarrolla, se estiende, in vade,
domina, consolida COil una ee!eridad fabulosa. E~ puc 4




80 DEL GOBIERNO.
blo que con uno de sus brazos toca á las regiones de
América y coa otro á la China. Sus escuadras se pasean
por el gUlf0 de Finlandia, por el de Bosnia, por 103 ma-
res del Norte, por el Caspio, por el Negro, sin sepa-
rarse de sus posesiones. POI' el tmtado de Neustad ad-
quiere mas de la mitad de Suecia. Por las particiones
de Polonia aumenta su territorio con una porcion igual
á todo el imperio d'e Austria. Por el tratado de Kaig-
nardi y otros se hizo dueño de una estension·de terreno
no menor que los dominios del turco en Europa. A prin-
cipios de este siglo obtuvo en Persia ulla área tan gran-
de como toda Inglaterra. Ya pretende apoderarse de los
principados del Danubio, y tiende con perseverancia
á estacionarse en los Dardanelos y en Constantino-
pla. Ya cuenta con mas de setenta millones de hahi-
taQtcs desparramados en diversos y lejanos climas, y
pertenecientes á mas razas cual no se encuentran en
ninguna otra nacion de Europa. Alií hay rusos, árabes,
turcos, greco-latinos. circasIanos. armenios, kalmucos,
persas, samoyedos. bollemios y otros infinitos. San
Petersburgo, esas antiguas lagunas abandonadasydesier-
tas, es la ciudad á donde concul'fen todos los sábios y
artistas del mundo civilizado; á donde concurren 105
militares facultativos de apartados paises para v~· el
estado de las artes de la guerra; á donde concurren to·
nos los elementos de la cultura. lo Quién sabe si
andando el tiempo vendrán los descendientes del Czar
Pedro. robustos, a~uerridos y v~Jien tes. á realizar
una incursion sobre e¡' Mediodia, á semejanza del
cataciismo del quinto siglo_ de Ilucslra era; del Me-




En GODlERNO. 81
diodia donde puluLm gentes débíl~s,' degeneradas, :go~
hietnoS desautorizados, impotentes; efímeros, 'qUe rfé::'¡
cesitan una trasformacion radical; un' cruzamie1'HO efC;
razas, y una tremenda 'sacudida que los arranque del
letargo ,del marasmo, 'de ia podre' y de la felidc'z' en'
que sé 'revuelcan? ¿ Quién sabe' si el soberbioParis
volverá ser la humilde'Lutecia;?' ¿ Quiéri sabe ,'en :fin:~
si M cumplirá un tanto la'profeci~del prisionéro'de
Santa Elena; y si será cierto el' pensamiento de DohosÓ'
Cortés: -por las armas se va' á la civilizacion y' Iíof
las, letras se' va ála barbárie ?' " " ,.: " ,


Mariana dice en ~u historia de España :i-No l;ay
sino que eIgobíerno de uno, que }Iarhamos riÍonarqu'ta,


, se aventaja á las demás :maneras'de prhicipados Y' seño-
rios. Va tnas conforme'á L1s :Wyes de la natural~za;,que
tiene un prímer movedor del ciclo, Y un supren'logo-
bcrnaJor del mundo, no muchos; traza que abrazaron
los prime.ros y mas antiguos' hombres, gente mas a,ti-
nada en sus uelel'minaCÍones, como losquccaian más
cerca del primer principio, y mejor origen del mundo;
y por el mismo caso tenian cierto resabio de divinidad,'
y entenuian con mas claridad la verdad y lo que pedia
la naturaleza. Las otras formas de gobierno, el tiempo
las introdujo y las invenló , y la mllicia tIc los hombres.
De que procedieron aqliellag palabras y sentencia Vlr~­
gar: (No es bueno que haya muchos gobiernos; sulo
uno sea el rey.


LaPartida2.a, quefué nuestro derecho público dl/_
rante algunos días, se cspresa en sustancia en estos
términos. Los monarcas son vjcarios de Dios; pues así


6




82 DEL GOBIERNO.
~o dicen los santos " 10:3 pro(etas y Jos sábios. A veces
l.9s paise~ caen en poder de tiranos. Confunde estos con
¡os psurpadores. Los tiranos son malos de tres ma-
neras distintas: cuanJ~ han llegado á apoderarse del
mando '. procuran que sus súbditos sean necios ~, igno-
rantes t para que nó conoican ni Jes echen en cara su
falta de derecho" que,tengan -desamor'entre sí, para
que estando divi~idos pueda~ menflS contra ellos, y por
razon parecida que sean pobres y desgraciados. Cuatro
son 'las ~an,eras de adqui~ir el gobierno. supremc;> :' he-
rencia, eJeccion, casamiento y otorgamiento del ~mpe­
rador.Además hay grandes y honrados señores' que no
son e~pel'~dores ni reyes. que son Jos duques:, con.;..
des.' marqueses; y vizcondes que tienen señorío por
heredamiento de privilegio: son tambien nobles y hon-
r,ados señores los que se llaman infanzones, Jos cuales
no tienen señorío.


Justo es que nos contraigamos al gobierno represen-
tativ-O Puesto que está de moda, y además es el nues-
tro, le consideraremos con alguna detencion ¿ Cuándo
ó dónde ha nacido? Respondo sin vacilar, en los bos-
ques de la Ger!l)ania. Esos hombres rudos, guerreros,
invasores, infundieron en Europa su individualismo, su
amor á la independencia. sus usos y costumbre~. El
gel'mano se presentaba con sus armas en la asambl~a,
en que se ventilaban los negocios que le concernian.
Tambien infundieron el gérmen del jurado. Y nosotros
les pagamos con el predicamento de bárbaros, por ha-
ber recibido de ellos, instituciones de que se jactan los
paises mas cultos. Nuestros venideros nos adjudicarán




DEL GOBIERNO. 83
ese predicamento, quizá con tanto ó mayor motivo.· :EI
consejo de los anfictiones de Grecia no es un ,remedo
siquiera del.gobierno representativo. Los godos insta"':
laron nuestra monarquía que fué ya un gobierno de esta
espeeíe; si bien imperfecto, en embrion despues de la
reconquista: euando las ciudades y villas empézáron
á enviar sus procuradores á las: códes';da un paso .. -y
las vicisitudes le hacen avanzar ó retroceder en su x!oni ...
titucion definitiva. La :revolucion ' francesa abre ,ancho
campo á la discusion de todas las materias poUticas~;
Nuestras córtes de 1-81O importan muchas i'deas;: de
aquella revolucion y establecen el g9bitlrnp repfe~imta~
tivo en virtud de la soberanía nacional, 'ejerci,tadaen
uno de los momentos mas solemnes :,' mas augustos;:
mas terrible3. Inglaterra había echado los gérmenes de,
ese mismo gobierno en el siglo XlII, en tiempo de Juan
sin tierra, á quien se hizoot01'gar la carta magna( lába-
ro de las libertades anglicanas. Aumentada sucesiva-
mente por estatutos y costumbre» venerandas,· tomó
una forma mas decisiva en II revolucion de 1668, tari
admirable, tan gloriosa. La historia de Europa of¡'cce
puntos de contacto en diferentes naciones: hubo época
de feudalismo: época de absolutismo: época de trans}-,
cion t en fin, época de gobierno representativo. Este
es mixto, es monárquico-arista-democrático. General·
mente prevalece la mesocracia ó tienue á prevalecer en
las naciones coetáneas. .


La clase media apareció en Europa con la signin.
cae ion y engrandecimiento de los comunes, con el es- .
plendor de las repúblicas de Alemania é Italia, con s'u'




DEL GOBIERNO.


intervencion en las asambleas políticas, con su riqueza
en el comercio. En Inglaterra la clase media es menos
influyente; sin embargo ,cada dia va hriciendG conqu~s­
tal.; cada dia la nobleya va plirdiendo terrenO. En Fran"
cia ;la clase media .se. reconstituyó en la revolucipn
de:J7-95; es unpodef formidable, tangible; En.Espa-
ña fueron de la clase 'media los caudillos de las comu ...
nidades" cllya'~antacausa pereció en las llanuras de
Villalar; eran de la clase media muchos, eSforzados nj-
liLarés que combatieron en Lepanto; fueron de la clase
media Ensenada, Campomanes, Jovellanos y tantos
otros qu~ cooperaron eficazmente á la regeneración Je
nuestra patria: ,de lacJase media han sidQ y:soncasi todos
lOS ministros de la cor{)oa en España yen Francia que
de algufloslliglos vienen rigiendo los destinos de ambos
paises. La clase media no se halla aquí tan bien Jeslinda-
da como .eñ el r6ino vecino; aquí" no existe una verda-
dera bourgeoisie..


:, ¡, El gobierno representativo es el mai conveniente,
el que m~jor resuelve~loB problemas sociales, el non plus
ultra de la inteligencia, de la pe.rfeccion humana? Al-
gunos creen Ó, creianque es una panacéa. Para el mar-.
qués de Valdega:nas es un gobierno de bases falsas, que
no tiene. porvenir, que nos conduceirtemisiblemente
alabismo. P,ara Montesquieu no habia mejor gobierno que
el de Inglaterra ; el tipo, el modelo, la pallta de todos
los gobiernos; el aut.or del esplritu de las I~yes se extll-
si~ ante ese sistema que reputa inmejorable. Para Hob-
bes no hay sino el absolutismo con negros colores; él
no vé en el mundo sino la guelTa, cual un genio posei-




DEL GOBIERNO', 85
do'de un escepticismo morUfero ó de una rabiosa me-
lanc01ía,


Pata Tocqueville nadaháy preferible á la demo-
cracia norte-americana': se goza en analizar sus' re-
sortes y su mecanilmo, Para Güizot nada hay superior
al doctI'inarismo. Para Proudhom no se conoce ningun
gobierno ~ su órden es el desgobierno, la anarquía sis-
tematizada y normaliiada' .


El gobierno representativo en teoría y en !Su genui-
na y verídica aplicacíon es agradable, hermoso, satis-
factorio , seductor. Un rey colocado 'en una esfera inac-
cesible á los tiros, á las pasiones y á las miradas de los
demás hombres: que está impedido de hacer mal y solo
puede hacer bien; que con su éjemplo. su magestad
simboliza el estado de su nacion, Unos ministros res-
ponsables que aconsejan al monarca y quedan compro.-
metidos por sus actos; ejercen el poder ejecutivo; eli-
jt:'n á todos los funcionarios públicos buscando las per-
lonas mas aptas y dignas, se esmeran, se sacrifican·
por los med¡'os, el progreso y la felicidad de sus con-
ciudadanos; que no tienen otro guia, otro móvil que'
estos mi~mos ohj etos ; que entran en el poder y salen de
él con la conciencia pura y tranquila, con los recuerdos
mas halagüeños, con las bendiciones de los pueblos.
Unas córte!5 elegidas libremente por los ciudadanos;
que representan las opiniones, las necesidades del pais;
que están animadas del m3S ardiente patríotismo y del


. mas generoso desinterés; que se muestran con decoro,
con severidad en el desempei'ío de su cargo ; que son
rectas é imparciales con el ministerio; que de consuno




n'EL GOBIERNO.


con él atienden esclusi'vamente al bien público. La ma·
gistratura tlasta cierto punto independiente de las in~i­
dias- y :corrupcibll,(Iel ¡poder, dmribuy.ela justicia con
rigor inex.orable,cerrando.Ios ojos' á toda inOu.encia;
las :pasiones.lll.<'liévúlas seanonádan á las puertas del san·'
tuario'de la tl'Íbuna forense, eúnio las olas de -la mar' se
es:tr.ellan ,eont.l'a .las rocas, convirtiendo ~u furo!' en es-
p~ma im'potente. Una adminislracion sábia, protectora
que; aV~l}Zi ,(hq6~ ;oaminaen 'la senda de ¡os atlelanta-
mi,en~os ,~t.GtI~;e.spepie. ifue fuerte y segura en su
conductA entregt} SU!! actos á l~dilucidacion y á la cn-
tiea' mas miO!1f3ioS'as. Este gobierno representativo no
se~i(l U-lTa perfecdon sobrehumana; es factible, es prac·
ticable; 4~ ~ste, modo es el mejor, porque brinda con
mas garantíasc¡y daparl,icipacion en la soberanía al .ma'
yor número.


, Hé. aquí ,el gobierno representativo cual se practica
en España J. en Bélgica J etc., produciendo buenos re-
sultados .


. Pero veamos ahora el I'€verao de la medalla:.. Un go·
bierna cuyos fundamentos y principios se hacen nulos,
aéreos; son otros tantos sarcasmos de que se valen
ciertos hombrea favorecidos para esplotar la credulidad
pública. Unaa elecciones viciosas, adulteradas ~ candi-
datos haciendo antesala en los palacios ministel1iales,
pretendiendo la investidura, cual miserables mendigos,
no de la voluntad de sus conciudadanos, sino de la om-
nipoEencia caprichosa, ilegal y bastarda de un orgulloso
mandarin. El derecho electoral prostituido, escarueci-
do, :vilipcndiado: primcra mentira de donde se derivan




D'EL GOBIERNO.


todas ras démás. Un congresode diputlld'os que no S()R
producto de fa espresion nacional, que carecen de ¡ni-;.
ciativa, de' espontaneidad, de dignidad; que votan obe.'
deciendo laiMdellés ó fas irisió.uaci'ones' de sus amos a.'
quienes de.ben sus credenciales; que aplauden en coro
los desaciertos, los desbaríos y ¡as tropelías del gobier-'
no. Un congreso déspres'!igiado ,complaciente, servil;
caya presencia y autoridad son acaso inútiles é indife-
rentes :- segundd mentira. Ministerios que nacen, pasan,
mueren sin saber por qué; ni para qué; que salen como
parto infando de combinaciones tenebrosas; árrastran
una existencia raquíticl, moribunda, desaparecen sin
motivo aparente, sin que haya disidencia con las Cór-'
tes, ni sus individuos entrtl sí mismos, en tanto que
estas no tienen in ter'vencion alguná, ni aun saben lo
que sucede. Ministerios de crisis incesantes, crisis anó-
malas, diversas d~ las que .Octlrrcn en otros paises:
tercer mentira. Un gobierno confeccionado bajo infaustos
auspicios; de hombres que ayer eran completamªnte
desconocidos. Ó indignos de semejante cargo, ó que es-
tán sus an teeedentes en abíerta contradiccion con sus
flamantes programas, programas generalmente descon-
ceptuados, rutinarios y risibles; de hombres que tnl
"ez aJgullo no mereceria ejercer ni siquiera el mas Inti-
mo destino. Un gobierno q1le legisla con impudencia y
dispone de la fortuna pública y privada á pal' que los
diputados nomhran los funcionarios de la· administra-
cion I cambiaudo indecoros!imente los papeles, Un go-
bierno de profu:iion y despilfarro 1 que nada emprelJde
que no Sea envuelto en la inmoralidad mas escandalosa,




DEL GOBIERNO.


qqe. no maMe y emponzoñe con su mefítico.a~iento. Un
gobierno que se, rodea de, las personas mas abyectas é
iop,ecenles ,las protege, las ensalza ~ en tanto que re-
le.ga al abandono, y al desprecio ,al'hombre de bien, de
tillento. de virtu4es. de: servicios prestados á la patria,
porque este no Stl doblega á exigencias criminales de
s:us.gefe~. Una soéjed{l~ en que. progresan y se enrique.
cen)o~; aduladores, los intrigantes, losestafatlores. los
ladrones Y: otros consagrados á ocupaciones que no pue-
den .enumerarse aqllÍ, porque 10 impiden la decencia y
Jamaral; a~ paso que ,la ciencia. el mérito. las prendas
recomqndables son palabras vacías de sentido que acar·
rean terribles lecciones y amargos desengaños: cuarta
mentira. En suma, un gobierno en el cual las mayo-
rj~s, que se dice ser su base, son siempre supeditadas
por las minorías, e;n el'recinto electoral, en los bancos de
Jas Cámaras, en la constitucion del ministerio, etc., etc.,
hasta en la votacion de las leyes.


Asi • pues. el gobierno representativo en su mayor
ahuso, en descomposicion, en estado morboso, perrní ta-
seme este término; es el peor ue todos los gobiernos,
pues ~ los males de los demás , añ!1de una hipocresía
cáustica, irritante. En buen hora sepan los 'lue viven bajo
el manllo de un monarca absúluto, que no hay mas ley
que el preccpto del sumo imperante, ó la veleidad de un
Scyano, un D. Alvaro de Luna, una Madame de Pompa-
dour. En huen hora el infeliz asiático sepa que era for-
zoso ahorcarse con el dogal que le envia el Sultan. A lo
menos no se hace alarde de legillidarl, hilcicndo una
burla procaz; á lo menos es una verdad. si bien cruel;




DEL GOnrER~O. 89
masA nadie se engaña, á nadie se tienden asechanzas.
La pantera hambrienta que se lanza sobre su presa. la
arrebata y desgarra prorrumpiendo en espantosos rugi~
dos; inspira menos horror que la serpiente que la fas-
cina en silencio, la atrae con su m~gnetismo mortífero,
la desangra paulatinamente, la enlaza con sus eslabona-
dos repliegues, la siente palpitar á sus sangrientas mor-
deduras, y se goza con 103 dolores y con los impoten-
tes esfuer7.os de una prolongada agonía.


El gobierno representativo n uevoen la combinacion
de sus elementos y en su forma, aunque no en su fon-
do ó esencia, es detraido y calumniado por los gendar-
mes del absolutismo, Su lógica es peregrina, Comparan
un gobiern0 de pocos años de existencia y en interva-
los, con otro que cuenta por siglos no interrumpidos su
"tlsallage esclusivo. Comparan los abusos y desvaríos
del primero con esos reinados de bonanzi y prosperidad
en que refleja por un momento su luz purísima un as-
tro benéfico, por mas que á seguida nos envuelvan es-
pantosas tinieblas. Recueruan, hacienuo hincapié. los
alborotos y turbulencias de la ~ibel'lad y de los de mago
gos, y se deslizan ligeramente sobre las cadenas de
despotismo y de la til'anía, Un ejemplo palpitante, in-
contrarrestable de la bondad del gobierno representati-
vo, es la Bélgica. Esa nacion de solos cuatro miUone
de habitantes, es unmcdelo. Separad.a poco há de la Ho
landa, mantiene su independencia á pesar de su vecin
dad con Francia y Alemania, Su territorio está cruzado
dé caminos de hierro, proporcionalmente mas que nin-
gun otro pais de Europa, de carreteras y canales que




90 DEL GOBIERNO.
envi'diarian púeblos poderosos. Sus fábricas y manu-
factuJ'as figuran en primer término en todas partes. Sus
arIefactos de hierro. sobré todo de las fundiciones de
Lieja, compiten eón los de Glasgoiw, Manchestcr y
Leeds. Su administracion es <ligua de un estUdio con-:
cienzudo: suseslablecÍmientGs de párvulos. de ciegos,
d'e dementes, de imposibilitíldos, etc.: sus escuelas y
colegios nada dejan que desear. Un compatriDta, el
Sr. D. Rarnon de La Sagra, á quien España no aprecia
ni ensalza comÓ debiera, y mucho menos la provincia
que tiene el honol' de ser la suya,-ha descrito millu-
ciosamente esa parte del gobierno belga, que es un so·
lemne mentís á los partidarios del antiguo -régimen. Su
Rey Leopoldo es el paradigma de los Reyes. El com-
prende su mision en medio de las corrientes ideas del
siglo; él asocia constantemente las libertades de la pa-
tria con los derechos de la monarquía. El ataja y ahoga
las revoluciones anticipándose á pr-oponcr y consolidar
las reformas adecuadas y prudentes. El marcha seguro
y querido entre sus súbditos, sin que la mano del ase-
sino se levante contra su pecho. El vé á su alrededor á
una familia respetada por donde quiera por los sobera-
nos: el duque de Bravante, su primogénito, se enlaza
con una archiduquesa de Austria; la princesa Carlota,
su hija, se destina al heredero del trono de Inglaterra,


¡ Qué contraste el imperio turco' Con su atraso, su
despotismo ,ha ido menguando de dia en dia. Sus es-
tandartes tremofaron en lo.s confines de Europa; ahora
arrinconado, abatido, amagado de un ff~rarti'ri¡>nlo
deshonroso ó de una dominacion extranjera y IW:3lil.




DEL GOnrr.RNO. 9.
Suntuoso palacio anteriormente , pero en la actualidad
cu.arteado, minoso, próximo á desmoronarse al menor
aceideote •.


Sin embargo se abre un ancho porvenir. En los
mismos instantes en que la formidable· escuadra del
nuevo Nelson zarpab:\ por el Báltico, y los regimientos
espedicionarios franceses se embarcaban en el muelle
tle Tolon, los embajadores de Francia é Io-glaterra con-
cluían con el gobierno de Abdul-Mejid un tralado de
alianza. cuyo art. 5.0 , asegura á los súbditos de la su·
blime Puerta, sin distincion de religiones, la igualdad'
ante la ley, y la admision á todos los empleos y car-
gos públicos segun el mérito y capacidad. Van unidos
á este con vecio varios protocolos pOJ' los cuales se esta-
blecen tribunale:3 mixtos en todo el territorio del Sul-
tan, se regúlariza el sistema de impuestos y se suprime
el harach.


Este inmenso acontecimiento que abre las puertas
del Asia á la civilizacion europea', cambiará por com-
pleto la situacion inLerior de Turquía. La monarquía de
la media luna; el imperio atrnsado y estacionario de
las oligarquías', de las exenciones, de la desigualdad,
va á trasformarse súbitamente en una nacion de ciuda-
danog iguales ante la ley. El pais tan intoierantey tan fa·
nático, acaba de borrar 10da3 las diferencias civiles en-
tre cristianos y musulmanes. Los privilegios de raza, de
familia, de religion, esas viejas bastillas de la tiranía,
han venido á suelo al simple anuncio de la gu~rra.


Los que se titulan defensores de antiguas doctrinas
y que abogan por la couservacion de fueros y privile·




9l DEL GOBIERNO.
gios, motejan con el epHeto de innovadores á los que
encomian las ventaja5 del. gobier.no representivo; y no
contentos todavía con esa palabra que se ha querido
hacer, sinónima'de ·trastornos, confusion y desórden, les
dan nuevamente m 'qe parlamentarios, que parece se
aplica como inj,uriosa. Si los que así o:bran hubieran leido
con det{lnimiento nu~s[;ra historia, seconvencerian has-
ta la.evidencia ; que los que sostienen nuevas doctrinas
son ellos mismos, los que rechazan ,el parlamento, y los
q~tl: olvidan las costumhres !le aquellos tiempos en que
tantaee!ebl'idad alcanzara la España.


Entkm:pos muy remotos se observa ya la reunion
de magnates del reino para la decision de asuntos de
importancia para el gobierno de la monarquía. Reinan-
dQ Alonso II el Casto, se reunieron para declarar por
sucesor en el trono á su sobrino D. Ramiro: y olro l{a-
miro, elH, los llamó tambien para comunicarles la re-
soluciun de marchar contra los infieles; y célebre fué.
asimismo, la junta Je962 en .Leon, á que fué llamado
el conde Fernan Gonzalez.


Cuando ya estaba mas constituida nuestra sociedad;
cuando las municipalidade5 habian adquirido mas dere-
chos , se reunian las Córtes: examinados los cuadernos
que contienen las peticiones que entonces se hacian,
no pudrá menos de confesarse que disfrutaban las es-
pañoles de esa libertad que tanto asusta á los monár-
quicos absolutos, ó puros, como ellos se denominan.
En la junta de Carrion se pusieron al infante D. Feli-
pe, tutor de Alonso XI, ciertas concJieiotles quP de-
muestran la energía de los repre:ielllantes, tl respeto




DEL GOBiEnNO. 93
que se tenia á las ciudades y la inmunidad de los dere-
chos de los españoles.


Llegó la dominaeicn de la casa de Austria, en cuya
época ut:bcn fijarse nuestros impugnadores porque, esa
dinastía fu6 la que empezó á coartal' los derechos del
pueblo, á centralizar el poder, y á manifestar tenuen-
cias muy marcadas á ese modo de gobernar que tanto
preconizan nuestros adversarios. Mas, á pesar de su
omnipotencia gubernamental y de sus in,.;tintos despó-
ticos , no pudieron los Reyes de la dinastía austriaca
destruir el Parlamento, porque hacia siglos que habia
echado raíces en nuestro suelo.


El dia que se abrian las Córtes, á cuya ceremonia
asistia el Rey, leia un secretariJ las proposiciones, que
eran un discurso firmado por el monarca en que se daba
cuenta de lo que habia acontecido en la última rcunion.
Se esponia el estado del reino, se daba cuenta de I~s
gastos que habia que verificar, y de la inversion dc las
rentas, concluyendo con peJir los recursos que se ne-
cesitaban. Dcspues de esto empezaba la discusion entre


'los procuradores: se redactaban á seguida las peticiones
al monarca, que eran contestadas tlicicndo, ó por aho-
ra no conviene, ó es juSlo la q/w me pedis. En el otor-
gamiento del scrvício se fijaban la forma y p]¡lZO de las
recaudaciones, y se aseguraba el mayor beneficio de
lDs pueblos. Hay, pues, la mas grande analogía entre
la proposieion y el discurso de la corona, entre la dis-
cllsion antigua y moderna, y entre el veto que ahora
conocemos y la contcstac:on que antes se daba á las pe-
ticiones.






DE LAS CORTES ..
.!


ESPAÑA puede envanecerse de sus Córtes, cual ningu-
na otra nacion de Europa. Los Concilios de Toledo pro-
mulgaban leyes justas y sábias, á tiempo que otros
pueblos yacian en la mas grosera ignorancia. El clero'
era el elemento mas ilustrado é influyente en agu~lIas
Asambleas á la vez canónicas y civiles. El Fuero Juzgo
es un Código que no tuvo igual en aquellos siglos ni en
muchos posteriores; aun hoy dia nos admiran sus dis-
posiciones. Convertidos los Concilios en verdaderas
Córtes, aumentado el poder de las municipalidades, los
procuradores de las villas y ciudades tuvieron entrada
en la representacion nacional antes que en ningun otro
pais. En los períodos calamitosos, en medio de las tur-
bulencias y trastornos las Córtes mostraban su solicitud,
su patriotismo, su independencia; hacían peticiones




96 DE LAS CÓRTES.
sobre todo género de mejoras y necesidaues. como que
la coleccion de sus cuadernos y actas son un compen-
dio selecto de nuestra historia política, económica y
administrativa. Nuestras antiguas Córtes hablaban á los
monarcas, con dignidad y mesura, pero con energía en
reclamacion de sus fueros y libertades; de la modera-
cion de los gastos de .la casa r~al; en 9posicion á dona-
cion~s • empl'é3iitos,' tbbela43 y otras med;das ren tísti-
cas ruinosas. Mas la sociedad fui corrompiéndose. el
Gobierne se propasó á ejer.cer una. influencia siniestra
y deletérea en las elecciones, hasta el punto que Juan II
nombraba uesue su C3mara lús diputados; estos fueron
prestándose á las exigencias y abusos de la CÓl'te; los
pueblos se envilecieron. Cárlos V destruyó el santuario
de las 'leyes de'lpues de alguna resistencia y rasgo de
valol'civicojpostrel'os resplandores de una antúrcna
que,'se apaga. Por fin,en el infeliz reinado de Cárlos n
todo per.ece'. y cuando la entronizacion de la ditlasEa
Borhónica, las Córles quedaron reducidas á un mero
simulacro.
. Materia tan irnportante merece algun detenimiento.
, Los publicistas han disputado sr esos cuerpos deli-


berantes eran ó no legislaLivos. En nii concepto lo·el'an
porCJue en punto á subsidios eran árbiti:as y soberanas;
el poderejccutivo dí'a quien pedia esponiéndose á la ne-
gativa ó modificacion de sus demandas. Cierto que á di-
ferencia de las actuales, no decretahan, sinomanifes-
tab:ln al monarca las atenciones y los deseos de la naCÍon
sóliéitanuo su cumplimiento y el remedio de los males.
CiertO que en Castilla no tenían término fijo para su




DE LAS CÓRTES. 97
convocacion, si bien las de Navarra y Aragon se reu-
nian primero cada año, y des pues cada dos. Cierto que
los Iteyes concedian ó rechazaban las pretensiones de
los diputados. No obstanle, yo no desisto de mi opiniun,
pues además de lo espuesto, los Reyes acudian á ellas
en las cuestiones graves y espinosas, y aun á veces
confesaron que era esto su deber. En Castilla se compo-
nian de prelados, ricos homes, maestres de las órde-
nes militares, caballeros, escuderos, procuradores de
las ciudades y villas. En Navarra la adstocracia era mas
fuerte. En Aragon habia un brazo ó estamento mas que
en las otras. habia cuatro: la nobleza mas organizada
y gerárquica. enviaba á las Cclrtes dos brazos. üno
compuesto de los ricos homes t otro de infanzones ó slm~
pIes eaLlalleros.


Veamos algunas peticione3 notables. En las Córtes
de Valladolid de 13:25:-(en ateneioná que latie.raes
astragada é yerma. é las rentas menguadas, que el
Rey tenna manera é ordenamiento,en la costa é faéien-
da de su easa.-Otrosi á lo que me pidieron por mer-
ced que los eastiellos y las fortalessas t y las aldeas y
términos que están tomadas de las mis cíbdades, villa!!
y lugares. ó se alzaron contra las cibdades ó villas
donde eran, que gelas mande tornar. y entregar lue-
go .... A esto respondo .... que mindolas tornar,.


Las de Toro de t37 1 piden á Enrique II que-
«guarde para él y para su corona de los sus reinos" to-
das las cibdades é villas é lugares é" fortalessas • é (fue
non se las de á alguno, é que si las ha- dado. las lorne
ti su corona. J


7




98 .DE LAS CÓRTE~.
Las de Valladolid de Ui.7 decian al Rey-eque


non demandase ningunas cuantías de maravedises, por-
que non pudiénose soportar tales pedidos é moned.ls~ se
iban los vasallos á poblar otras tienas é reinos. J


En el capítulo de economías procedieron con tanta
rigidez y .franqueza t hasta el estremo de. señalar al Rey
para su yantar. ya 600 y 500 maravedises únicamente.


No dehemos pasar en silencio las diferencias que
mas resaltan entre aquellas Córtes y las presentes. A
las primeras asistia personalmente el monarca que pre-
sidia las sesiones; práctica conforme á los principios
que entonces prevalecian : él era el símbolo y el repre-
sentante dela sociedad y del Estado, y el dueño y de-
positario del poder público. A las segundas no puede
asistir el Rey, solo el dia de la apertura solemne y para
leer el discurso. inaugural, ocupando el solio. Se cree
que su presencia produciria coaccion moral en los
miembros de las Cámaras y no les pel'mitiria toda la se·
veridad y entereza, que en momentos son precisas I y
en todo caso podria s0specharse si discutían y votaban
con bastante libertad y siguiendo las inspiraciones de
su conciencia.


Aquellas secomponian del clero que se sentaba á la
derecha. del trono. de la nobleza que sestlntaba á la iz-
quierda., del pueblo que sesenlaba. en frente. En Ara-
gon dos brazosó estamentos se sentaban á un mismo
lado. y votaban los 'cuatro separadamente. No existian
dos cuerpos coJ~gisladores, sino uno solo en la forma
descrita. En estas se recon'}een el Senado y el Congl'e~
so independientes entre sí, de origen y consli!ucion di·




DE LAS CÓRTES. 99
ferentes, pero iguales en facultades, escepto lo relati~
vo á contribuciones, á la acusacion de los ministros y
Ji los casos en que S0 trata de ciertas clases de delitQs
Ilue incumben á la Cámara alta como tribunal. Los
í~clesiásticos están prohibidos de tomm' asiento en los
escaños del Congreso, si bien las dignidade~ superiores
de la Iglesia pueden ser senadores., A diferencia de Ara"
gon, no hay estamentos ni votaciones aparte, sino vo-
taciones generales en que todos participan indistint~ ...
mente, Las categorías están confundidas, y un Grande
de España elegido diputado ocupa un puesto inmeJ.iato
al del artesano que se halle en el mismo recinto; se
verán distantes quizá por los partidos ó fracciones á que
pertenezcan.


En aquellas el sitio de su reunion no era fijo, va-
riaba con gran facilidad: la5 guerras contínuas y la
córte ambulante así lo exigian: ora se celebraban en
Búrgos, en Briviescfl, en Medina, etc. Sin embargo,
cuando Cárlos V las convocó para Compostela de GaJi-
cia, hubo tenaz oposicion de otras ciudades y villas,
qu.e querian se ccle!Jrasen en otro punto. Los procura-
dores de Tolédo no concurrieron y sí dos diputados á
fin de protestar. Los procuradores de Salamanca sc ne-
garon á prcstar el juramento de fidelidad. aU:1que todo
fué itl útil. En estas la capital de la monarquía es la; l()-~
calidad designada al efecto, sin que dé motivo á ninguH
altercauo.


No obstante, en nuestro siglo las Córtes se traslada-
ron de la capital á los puertos. de la costa, en uos épo-
cas para siempre memorables, t'''lwci,'llmellte la prime




400 DE LAS CÓRTES.
ra. En la isla Gaditana, entrc el estampido uel caiíon
enemigo, los aplausos y la grita del entusiasmo patrio,
los legisladores de f812 decretaban una Conslitucion,
que á pesar de sus defectos, es un vellerando monu-
mento de nuestra nacionalidad: monumento creado en
medio de azares é infortunios, y quc debió ser modiflca·
do, y no destruido por Fernando V 1I, si Fernando VII
no hubiese sido uno de los Reyes mas ingrato~. Hepito
aquí el dicho de Voltail'e :-01/, doit au vivans des égards
el au.morts [u. vérité.


La composieion ue las Córtes • de dos cuerpos ó cá-
maras. como cuestion de derecho constituido está re-
sueIta entre nosotros: como cuestion de derecho cons-
tituyente, como cueation de filosofía, ha ocupado mucho
la inteligencia de grandes estadistas y oradores, espe-
cialmente al comienzo de la revolucion francesa de 1789.
al discutir la Constitucion de 1812 y la de 1837, Y en
la república vecina despues de los sucesos de 1848. Lá
tribuna. la prensa. los libros, los folletos han Jebatido
largamente este tema que cuenta por una yolra parte
numerosos defensores. Uno de los discurws mas orillan-
tes de Lamartine en la última 6poca que he menciona-
do, fué el que pronunció sobre una Asamblea única.
-Desde luego me declaro decididamente por las dos
cámaras, porque me lo dictan la razon y la esperiencia.
Los partidarios de las itleas mas liberales piensan que
solo el sistema opuesto es compatible con eUas, lo cual
es un error_La republica de los EstaJos Anglo -ame-
ricanos es la mas democrútica del nuevo mundo; la
Bélgica es el gobierno mas democrátic;o Je Europa; en




DE LAS c6nns. f 04
ambos existen dos cámaras si bien de procedencia po-
pular. Lo mismo sucede en Inglaterra, en Francia bajo
el directorio. en varios principados de Alemania, en
Holanda, en Nápoles , en Portugal y en casi todas las
naciones donde hay gobierno' representátivo. Algo sig-
nifica un hecho realizado constantemente y con tanta
armonía. Pero concedamos buenamente que la inmensa
mayoría de los hombres se haya engañado; y que hay
errores que atraviesan los siglos, reve~tidos de una apa-
rieneia de verdad que fascina y subyuga , mientras que
no venga la ciencia á disipar las nieblas que nos circun-
dan, por ejemplo, las teorías de Copérnico y Galileo,
el descubrimiento de Colon, los juicios de Dios, el tor-
mento, etc .• etc. Si antes de la guerra de las Comuni-
dades, la nobleza y el pueblo se hubiesen acercado y
entendido haciendo causa comnn contra los flamencos
avaros y rapaces. contra la arrogancifl de un fley ex-
tranjero y mal aconsejado, contra los abusos mas cul-
minantes cediendo unos y otros en vez de acometerse y
perjndicarse; y si hubiesen procurado crear dos cáma-
ras una de las cuaje" reprc!'wntaRe los intereses de la
aristocracia; qniz~ el eardcn;¡l Cisneros no la hubiera
humillado, y bajaria al sepulcro augllr~ndo)a un por-
venir ma~ estable mezclada un tanto con el estado llano.
Quizá no hubiera acaecido la derrota de Villalar que fué
el preludio de grandes pérdidas y desastres. Quizá la
nohleza df, Castilla no se hubiera visto arrojada del seno


.de la eórte . pasando de señora y prepotente. á ser pa-
laciega y aduladora en medio de su nulidad. Quizá, en
fin. esa l'cpresentacion del pu:blo J de un manantial tan




DE LAS CÓnTES.
puro, de unaascentlencia tan ilustre J de unos títulos
tan sólidos:'y autorizadds, no se hubiera contemplado
raquítica. miserable,' arrastrando una vida ,vergonzosa
á nlerced 'de Reyes déspotas ó imbéciles.
Cu~m(b en Francia se congregaron los Estados-ge-


nerales ¿ quién Silbe si convenidos Luis XVI, la Córte,
l..afayette, Mirabeáu. Sieyes y otros individuos de pri-
mera nota, en fuñdar un gobierno al estilo de Inglater-
ra, d;mdo cabiJa á la nobleza, despojándose esta de sus
privilegios mas odiosos. no abandonando el pais sino
permaneciendo firme sosten del trono, hubieran con~
jurado la tormenta revolucionaria que trasformó la na-
cion en un lago de sllllgre? Si cuando la invasion fran-
cesa en la Península, los autores de la Constitucion de
f8'12 huhieran dado participacion á la nobleza y á las
clases ele\'aJas en el 'poder público, organizantlo una
segunda cámara como queria Jovellanos, indivitluo de
la junta central y empeííando á sugetos y familias de ri-
queza y valía en el afianzamiento del nuevo órden de
cosas, ¿quién sabe si Fern:lndo VII á su vuelta de Va-
lenzay Illlhiera lanzado el tristemente celebre manifiesto
de 4- de Mayo?


A pesar de esto no estoy conforme con los que
piensan que una cámara alta es necesaria para mediar
en las diferencias entre el Rey y la otra cámara, y pnra
dar mayor estabilidad á las instituciones yal órden. No
puedo creerlo así. En la marcha ordinaria y normal de
la sociedad, recursos h,1Y legales al efecto preseindieT'do
de ese. Cuanllo rU;jcn lIS t('mpestilucS !l0]¡lie(1s. de poro
Ó nada sirven aquellas corporaciones. ¿Acaso la Cámara




DE US CÓRTES. 403
de los Lores arrancó del patíbulo á Cárlos Estuardo?
¿Acaso el Consejo de los Quinientos evitó ó impidió la
catástrofe del 18 Brumario? ¿ Acaso el estamento de los
Proceres atajó el motin de la Granja y el movimiento
general que le siguió? ¿ Acaso el Senado se anticipó á
desarmar los pronunciamientos de f.840 y i 845?


De todos modos, una segunda cámara es una ga-
rantía de mas tino y acierto en la formacion de las le-
yes, para lo cual nunca sobrarán la il ustracion y la
prudencia de las principales lumbreras de un pais. Es
una garantía mas para los intereses de los pueblos; una
especie de honor y galardon á los grandes talentos, ser-
vicios ó virtudes: el representante de la calma y cir-
cunspeccion de la anCianidad; com1 decia un escritor
notable,-Ia razon severa, impasible al lado de la vi-
veza, de la imaginacion propias de la cámara popular.
Un des;.¡hogo para las ambiciones justas y atendibles.
Un contentivo á resoluciones dictadas por pasiones de
esclusivisrno y de hostilidad. La Asamhleaconstitllyen-
te, la legislativa, la Convencion nacional se abismaron
por no tener un dique que se opusiera á su torrente;
solo tuvieron los cluhs: el Comité de salud pública y
la guillotina se anticipaban á todas las medidas.






DEL SENADO.


OTRA cuestion surge inmediatamente. ¿ De qué modo
ha de componerse la cámara alta? ¿ Por eleccion popu·
lar sola, ó mixta con la corona; por derecho vitalicio
de los nombrados por la corona sin intervencion de los
ciudadanos; por derecho hereditario de ciertas familias
ó categorías, ó mixtos tambien de vitalicios y heredita-
rios? Mucho se ha hablado acerca de estos puntos. Se-
gun mis ideas, para que el Senado, ó como quiera)la-
mársele, 'corresponda á su destino, debe componerse
de miembros que se sienten en él porrazon de herencia,
por razon de posicion social y por razon de unll cuali-
dad elevada, y por eJercion del monarca: magistrados
de los tribunales supremos, grlndes propietarios, títu-
los de Castilla, Grandes, Capitanes generales del ejér-




DEL SENADO.


cito j Arzobispos, y tambien por la del pueblo, etc.
Así se reunirán la ciencia, la práctica dc los negocios,
la riqueza j el prestigio con las seguridades consi-
guientes.


Un Senado de eleccion parcial ó totalmente popula¡'
es casi la continuacíon de una sola cámara, que pu-
diera dividit'se en dos brazos. El Senado de nombra-
miento esclusívo del Rey, no tiene la independencia
suficiente, pues algo es la gratitud. El fenado de clases
nobles únicamente, podria ser hasta ridículo no admi-
tiendo á las grandes. capacidades y á las demás aristo-
cracias.


Cierto que la nobleza española di3ta mucho da ser
como la inglesa, por su opulencia y saber; no es mi
ánimo lisongear ni deprimir á nadie. Cierto que respec-
to á las franquicias de la nacion no tiene los méritos y
antecedentes de aquella. Cierto que el poder de una
cJase 110 se crea ni improvisa por un decreto, sino que
existe latante en la sociedad, y se desarrolla por sí es-
tendiéndose por la política porque tiene su base y su
realidad. Sin embargo la nobleza española es descen-
diente de los que pelearon con tanta bizarría contra los
sarracenos; cuenta entre sus progenítores á los Caslros.
los Laras, los Albas, los Bazanes, los Girones. En la
actualidad algunos de ella figuran como escritores yora-
dores de nombradía, y jóvenes de instruccion y porve-
nir se dan á conocer ventajosamente en las academias
científicas de la córte y van entrando en la senda que
hoy concsponde seguir á la aristocracia de sangre {, na·
cimiento.




DEL SE:'iADO. 107
Quiero pues, que una parte de la alta cámara sea


de miernbl'Os de aquella: otra por eleccion del Rey, otra
por la del pueblo. No por esto quiero los mayorazgos ni
otro género de vínculaci(\nes para sostenerse; se sos-
tendrán por el interés individual; si por cualquiera mo-
tivo dejaren de tener las cualidades requeridas, perde-
rian el carácter de senadores, como se verifica ahora.


Durante la rcvolueion de 180S la juntl central de-
terminó que hubiese dos cámaras, una popular y otra
privílegiada: el decreto que lo con tenia no se publicó:
solo se hizo una indicacion pasajera en una nota de la
convocacion á Córtes, de cuya nota no hicieron caso
las juntas de provincia. Mas aconteció que salieron ele-
gidos varios sugetos de los que por sus circunstancias
podrian pertenecer á la alta cámara. La regencia, dando
á la cuestion la importancia que se merece, consultó
con todas las corporaciones y personas notables del pais.
Laopinion estaba decillida <'i preponderante por la for ...
macion de una sola Asamblea. Las categorías, los pri-
vilegios, los torreones, los castillos feudales líabian
desaparecído ; la nacion estaba agitada por unos mis-
mos sentimientos que asimilaban y confundian á todas
las clases. Hasta los enemigos de las reformas se pro-
nunciaban por este m0do de pensar. Riquelme y Caro
que habían impugnado la reunion de Córtes; Hualde,
hostil á toda innovaclon ; todos estuvieron porque no se
estableciese la cámara de dignidades. Jovellanos y Ga-
ray sostuvieron lo contrario por mas que eran mas avan-
zados en iJeas. Cuando la discusion de este artículo,
Al'güelles, el conde Toreno y Giraldo lo defendieron,




408 DEL SEN1DO.
teniendo por principales contendientes Borrull, Inguan-
zo y Cañedo. El conde Toreno decia :-¿Esta cámara
se ha de componer de todos los nobles ó de solo los
grandes ~ Si es con igualdad en todas las provincias ¿no
se tend¡'án por agraviadas las del Norte, que abrigaú
un nümero infinitamente mayor de nobles qVe las del-
Mediodia? Si al contrario se les dá á aqllellas represen-
tacion con arreglo á la nobleza que tienen ¿no se que-
jarán estas de la preponderancia que necesariamente
han de tener las otras en la cámara alta? Además ¿cómo
ha de verificarse la eleccion? ¿ Cómo se ha de apnar
los que son nobles y los que no lo son? ... Si la repre-
sentacion no se compone sino de grandes, ¿ dónde han
de ser representados los demás nobles? No en la cáma-
ra baja, que deb3 componerse de gente de la pIe he,
segun los señores preopinantes; tampoco en la alta,
pues entonces les está prohibida la enlrada. ¿ Y qué de-
lito han cometido para esta nulidad política? lo Y qué
representacion cabrá á la A mérica si la cámara es solo
de grandes? Ya sabemos que allí apenas se conocen.


La Constitucion de 1837 introdujo la cámara alta,
el Senado, compuesto de personas elegidas por Jos mis-
mos que elegian los diputados. Pero el puehlo presen-
taba los electos al Hey en lisIas triples, y éste nombra-
ha al que mejor le pareciese. Se exigia cierta renta ó
sueldo que no pudiese peruerse para ser senador: no se
exigian categorías, ni era de clases pri viJcghdas : era
casi una edicion del Congreso con pequt'ñas difereneias
en las cualidades de clcgibilidíld , y de c1eccio!l mixlíl.


La Constitucion reformaJa ell 1tH5 ill::;tiluJó el Se-




DEl SE:'\AOO. JO!}
nado sohre nuevas bases. Solo podrán ser nombrados
senadores, los espaiíoles que además de tener treiD ta
años cnmpliuos, pertenezcan á las clases siguientes:
presidente de alguno de los cuerpos colegisladol'es: se-
nadores ó uiputados aumitiLlos tres veces en las Córtes:
ministros de la corona: consejero;; de Estallo: arzobis-
pos: ohispos: gmndes de España: capitanes gene-
rales: tenientes gencrales del ejército y armada: em-
hajadores: ministros plenipotenciarios: presidentes de los
tribunales supremos: ministros y fiscales de los mismos.


Los comprendidos en las categorías anteriores debe-
rán además disfrutar 30,000 rs. de renta, procedentes
de bienes propios, ó de sueldos ó "empleos que no pue-
dan peruerse sino por causa legalmente probada~ ó de
jubiJaeion, retiro ó cesantía.


Títulos de Castilla que disfruten 60,000 r8. de renta.
Los que paguen ton un año de antelacion 8,000 rs.


de contribuciones directa;;, y hayan sido senadores ó
diputados á Córles, ó diputados provinciales, ó alcaldes
cn los pueblos de 50,000 almas, ó presidentes de jun-
tas ó tribunales de comercio.


El cargo de senador es vitalicio: el número de se-
nadores es ilimitado; su nombramiento pertenece al Rey.


Además de las facultades legislativas, corresponde
al Senado: LO Juzgar á los ministros cuando fueren
acusados por el Congreso de los diputados: 2.° Conocer
dc los delitos graves contra la persona ó dignidad del
Rey, 6 contra la scguriJad del Estado: 5.° Juzgar á los
individuos de su SCLO en los casos y en la forma que
determinaren las leyes.






DEL CONGRESO.


PARA ser· diputado se requiere ser español, del estado
seglar. habel' cumplido veinte y cinco años y tener las
demás circunstancias que exige la ley electoral.


Al discutirse la Constitucion de i837 se debatió la.
tamente sobre la conveniencia de admitir á los ecle-
siásticos en el Congreso. Era una novedad que fué
resuelta negati Vilmente y con mucha justicia. Aun de-
seara yo que estuviesen impedidos de ser diputados pro-
vinciales. Su sagrado ministerio es ageno é incompati-
ble con estos cargos. en que se da tanto pábulo á toda
clase de pa5iones. He observado que en las corporacio-
neS políticas donde entra un clérigo, suele ser el mayor
intrigante, el que ejerce mayor influencia, y no siem-
pre por su sabiduría.




DEL CONGHESO.


Los 12,000 I'S. de renta, ó los 1,000 de contribu-
cion directa, es una innovacion que á mi entender no
produce Ilingun efecto. Se ha pretendido que los dipu-
tados tengan mas independencia, sean mas inaccesiLles
á la corrupcion. La esperiencia si no demuestra lo con-
trario, tampoco es favorable. El conocimiento del hom-
bre tampoco nos promete mejores resultados. Quien po-
see una renta de 12,000 rs. no rechaza los empleos, los
quiere de mas sueldo y categoría que si no tuviese nada
por su casa. Supongamos á un sugeto que no pide des-
tino para sí, ¿ no puede pedirlos para sus parientes?
¿ no puede tener contratas con el gobierno, jugar á la
bolsa, Lener parte en diversas empresas, necesitar, en
suma, del ministerio p3ra sus negocios, y prestarse en
cambio á cualquiera votacion que se le exija '? ¿ No ve-
mos diariamente y por desgracia á hombres reputados
corno independientes, atendida su posicion , y que no
obstante se hallan de todo punto sumisos y humillados
al gobierno? La vel'dadera independencia se encuenlra
en el temperamento, en el genío, en la moralidad. Eu
esta época de indecoro y cinismo, todavía hay ejemplos
de una conciencia recta, de un patriotismo puro que
resisten á la seduccion, á la promesa, á la amenaza.
La práctica nos enseña además que esa circunstancia
de elegibilidad se pasa desapercibida ó se suplanta fá-
cilmente. Congreso hubo en que muchos individuos ca-
recian de renta y no pagaban ni un maravedí al Tesoro.


El Parlamento de la Gran Bretaña tan rígido en sus
hábitos reglamentados no vaciló en admitir en su seno
á Burke, que hubia recibido del marqués de Rockin·




DEL CONGRESO. H3;
gham una propiedad en contrato simulado; la cual le hao:
cía elegible. Cuando Sheridam entl:ú allí tambien, 'solo
tenia de peculio una accion en el teatro de Drury-lane; .
con la que hizo un arreglo c@u otra clase de propiedad,
y no halló inconveniente.


Mí opinion es, garantías completas en los eleclores,
amplia libertad para ejercitar su derecho: ninguna rene:
ta ni pago de contribucion en los elegibles, y si loúl-
timo, una pequeña cuota.


Los que militan en las filas ,con trarias, incurl'enen
una chocante anomalía. En el siglo que se proclama
de las luces y de la civilizacion ; en que desempeñan el
primer papel la inteligencia y el saber, ¿se han de. pos-
poner estas dote::; eminentes á. la propiedad, al dinero?
Pues que, ¿ si hoy viviese Cervantes, estaria imposibi-
litado de sentarse en los escaños del Congreso, mien-
tras que podia verificarlo UIl artesano, un menestral, un
hombre falto enteramente de capacidad, solo porque tu-
viese tanto Ó cuanto de emolumentos de sus fiucas, ó
satisfaciese esta ó la otra cantidad por subsidio ó por
contribucion tenitorial? El hombre de talento privile-
giado puede ser pobre é infeliz, como lo fueron el in -
morlal autor del Quijote, el Tasso, Camoens y lantos
otros: ¡ triste es la suerte del genio! Esa antorcha que
aparece de vez en cuando para iluminar al munuo, se
desvanece rápidamente, dejando en pos de sí una mi-
serable pavesa y el doloroso recuerdo de su pasagero
resplandor.


Los diputados son elegidos {lor distrltos y por el
3islema directo. No me parece bien b eJeccion po\' tlis-


8




1U n.lL CONGRESO.
trito; prefiero la que se hace por proviueíafi , ~omo ao"
tes: de l845.Lá elecc.ion por djstritos acarrea muchos
inconvenientes. ,Perpetúa los óJio~y reneoi'es e.ntre :los
fanÍrliai ~ especialmente en las pobJacionesde. :1'e\1 uoido
vecindario. Convierte al diputado ea agente tón.:pro· "
curador de cada localidad. Comunica.á las cuestiones
mas generales y colectivas un carácter: munici.paL" ,lÍ!
través de cuyo prisma se debate y se resuelve. Cáda
elector se cree con derecho á ser indemnizado .de ¡su'
servicio, molestando á su representante' :con todo géne-
ro de solicitudes y pretensiones ... El diputado, se yé'
obligarlo á frecuentar los ministerios y-oficinas: para
complacer á.sus i amigos y protectores. Su, pos~cion no
es bastante independiente, colocado entre la benevo-
lencia del gobierno que en parte le atrae, lá de alguflos .
electores, y el decoro, la reputacion, la opínionpúhli.
C~, su propia conciencia. Cada di.:;trito tiene menos
Illildios de resisteucia al candidato ministerial y. menos
recursos para sostener al suyo, sino place al poder. Al
mismo tiempo favorece lag ambiciones de celebridades
de lugar, quc:aun siendo verdílderasJlulidades suelen
acaparar votos desplegando su accion sobre sus colo-
nos y apadrinados de la ,comarca, pues hay diferencia
de ser elegido por ciento ó doscientos individuos que,
serlo por diez y seis 6 veinte mil en toda una pro'Vin-
cía; Ciertos personages políticos no disponen á veces·'
de un distrito y se quedan sin entrada en el Congd~A0;
ó tienen que mendigar el allxilil) del gobierno, qu~en'
los presenta por uno, cuyo nomul'e jamis había llega-
do á oidos, del mismo candidato y cuya posicion en rI




DEL CONGRESO.


mapa.de Espafiatouavía ig.n.ora,~iniondo 1Í s<t\· lo:qu8,
vulgarmente se llaman diputados Cttnero$; y iS'tl.d.!'~rlj..)
LO un bourkpotlrri.. ,,::;1. l,~


No niego que la; ·eleccion por provincias no tengaJ
vicios y'anomalíu;pero en¡ todlls laso,bras humanas,y
mas aun en la: polític3n0!'/e tr-atadtf·arribar á la pcrfuo;.·
cíon-; ·sin\}4 In menos millo Ní;!(Hnas~&eq¡ühlai: : 11'1 IlL
cuadra aquel dicho ,-lo mejor es en-emigoidcJlo.lnt-tno.,:...


Una novedad quisiera yo ver en nuestras leyes y
costumbre.; pomicas: la elcccion de diputadDS, entéra~
lí1entepú.bli(Ja.A~i se hace en Inglaterra ¡delector
emite su void públicamente; cada uno sabe á qllien;vo .. ~
tan los demás ; tOdo es abierto, ,franco, paJ;adinOt;: Et,
candidato habla á sus conciudadanós ,ásus' paisan@!(¡¡
á sus amigos en uno Ó en mas meetings, se COHllluioa,.,
se identifica con ellos, se da á conocer por su talbnto.·
su elocuencia; su persona, sus modales. Los electores
oyen, discurren, comparan j eligen con la, conciencia
ilustrada, hahlan tarilbien, replican, objetan. ap}~u ..
den, censuran, reprueban, hay espansion. reciprdai.
dad.¿ Por qué no se imita esta conductá ? No veríamos
candidatos y diputados, personas de todo punto deseo ....
nocidas de los volantes. No veríamos en algunos pad~'eil
tIe la patria" muchas cuaiidadesde· padrastros para lit.
localidad que les hadado su investidllra, y solo padres,
para si mismos y sus parientes, sin dárseles t.l1mpneo
gran cosa po: los intereses púf¡:1icOs ,como 'no' :Haya:
grangería. No verhlm03 en algnnas épocas tantas',wli.¡
dades, celebre, brillantemente estúpidas usurpm< los;
puc~tos qne si"llo deben ser asignados al ingcni(j.'Y'·al¡




DEL CONGRESO.


mérito. No veríamospl'ohombres improvisados que re·-
ciben una proteccion enigmática. incomprcnsible y no
siempre conciliable con la decencia. No veríamos elec-
ciones ridículamente unánimes á favor de unpreten-
d~ente de quien jamás se haoido en un distrito ó pro:-
vincia, y cuyo nombre pasaba desapercibido C9mo el
de un insecto que se oculta entre la yerba que pisamos
c~m planta indiferente.


¿ Se temen los ódios, las venganzas de candidatos
_ sin feliz éxito contra los que dieron el sufragio á sus
antagonistas? Lo mismo puede ser ahora. pues que sin
publicarse los nombres de los electores, bien se sabe
quién - vota á quién. como se saben los engaños. los
chascos, etc. Ninguna ley electoral es capaz de evitar los
amaños, los juegos de cubiletes, las suplantaciones é
infinitos otros ardides para atacar la verdad en esos ac-
tos. Siendo la eleccion. pública. serian menos las pro-
testas; las que se presentasen tendrian mas fundamen-
to, y la voluntad de los ciudadanos no seria alterada tan
fácilmente.


En suma, hé aquí las bases de mi sistema, corres-
pondienJo el completo desenvolvimiento á otro lugar.
Cada elcctol' escribe por su puño la papeleta en la que
manifiesta el nombre y apellido del canJidato : esta pa-
peleta será firmada y rubricada por el mismo elector; y
se leerán toJas ellas íntegras en el acto de la eleccion:
Señahr un t¿rmino dentro del cual todo ciudaJano ticne
que aprender á escribir si quiere ejercer este derecho
políticu. El gobierno represeutali vo en el siglo XiX PI o-
cede con deplorable inconsecuencia, permitiendo ser




DEL CONGflES(). 4 t1
ehictor y diplitado al hombre máS i~,iorante y estúpido
qiHl ni aun' sepa escribir',' y cerrando las puertas del
Parlárnt'nt6 al genio masemÍn-ente si por desgracia es
pobre. Hoydiacualql1ier habitante de España debe' te':"
ner eflpeditos los medios para recibir la instruccion
primaria, c'uando menos la elemental. Cadaelector debe
tener derecho de informarse, aproximándose á la 'pre;."
sidencia, de lá exactitud de la lectura de su propia pa~
pelet:\ ó de la de otro elector, durante la eleccion del
diputado.


La autoridad ó' funcÍonario' que incluyese ó esclu-
yesó indebidamente á níngun' individuo en las listas
elcctoráles. deberia ser procesado como falsificador á
instancia departe y de oficio; sinnecesi'dad de pré-
vialicencia del gobierno. En este caso semejante re ...
quisito es una tabla de slJI vacionpara escudarse de
toda ilegalidad. El poder judicial no es hostil al gobier-
no cuando este procede en la esfera que le está trazada.
La independencia de 'la administracion no debe estre~
m;¡rse hasta cubrir á un delincuente con el manto de la
impunidad en perjuicio asignable de un tercero, y de
la sociedad.


En las ideas modernas y en opinion de puhlicistas
de nombradia, no es admisible el otorgamiento de po'"-
(h~res por liarte de los colegios electorales á favol' d~
los diputauos electos, estableciendo así un compromiso
solemne de que unos y otros no podian apartarse sin mú-
tuo disenso. Esos poderes solian contener el voto, anti~
éipado de los rt'presentantes del pais, sobre cuestiones
capitales intercaladas en dichos documentos y cuya dis-




t.a DU~aONGniS!h,
ellsiliD se redamab{ilícOmo urgenle. Notables, fueron ,los


J , ,


poderes' ot.orgados;állo-s. ,individuos elegidi>$- en, .Francia
paraJa,eelebraoiqn;-de ;loS'IEstado~generales, en :1789.'
En' laselecoionél; ,v eJ>Ífi eadá s , !en ~paña ¡en { 81 Q, en
esa ''épooa; dc dan i flil-mare"6sible glol'ia ;" en.esa bFilla~te
ep'o~'CY'ai'déh k.ér61sIh:()·españel) se dieron f'ooeres á los
elegillOf~ ¡lUtori~áhdólm;. para ,tratar,' no solo lo que se'
in:aicrib¡» "ffi}' labonv.ocatbria áCMtes; sido, cuahto se
prbpu~iese'eil'e5tas ;con plena, 'franca, libre 'yfJimetaJ
facultad, sin que por falta de poder dejasen de nacer
CÓ~áJ:'áfg\llla, pues todo' el que neceki~al;e¡ide' :oonfe'rian
hfsdleé'tdres J s~n 'cseepcioir' ni limitacion r 'atgunai., taS'
éircunsfa~Ciás dificile~ y 'esti'aOI'dinarláS de' aquelpélrío-
do" :de ftads~d~Íl ~'{)e 1lrcha, ae regenerácion, de '¡nespe-
rertclh,ha'éÍ1l'n precisos, 6 cuando no así, disculpables
esosdócumentos. Hoy por hoy se conceptúan pocO' de-
cÓrOS0S. Una vez revestido el diputadócon la confianza
de sus comitentes; al juicio, á la probidad, lila i1us-
trácion de él debe Someterse el fallo de las cuestiones
(¡'\lO s'é' t,fllmuévanen el decurso de )¡B l~gisraturas .
.Acas!) unincid'chtelnopinaJo, mía razon luminosa trai-
da al debate, cualquiera otra contingencia h~ri'1t :varic1r
d'el~af~der al'repre.sentante; Hgado ya con:una decision
fOl'za'da ;' y ptW {taMo' sin lil iihertad suficiehÍte "párá 'd'(\f
cima 'a 'sú fui-sUi¡}; Lo' q tie se practicá y es j I1sfó ¡es' la
espresiM de 16s 'deseos,: de las necesidades de losdee":
toresj: 'enviaHaaI' diputatIopara'páúta suya; pero sin nio-
.gun' víhC'uló de·c~tlfrato'. _:
';!: "N'fíI'Wa es¡(arún por cleínás 'I:~Jantl1" pr\:cl1iü\10n¡'S~m
10mM¡~aro idrir' decoray dlgriitlad al ParI<i(1)0tllo,Cúcnta




DEL CONGRESO.


-que á.,su desprestigio sesigtren:su"nu1idad'~ su impo ..
,tencia y .la' ól uerte' de las instituoio.nes;, ¡ Entonces ~s
cuando tilis'XlV pronuncia la arrogante yaespótida
,frase .el Est'adfJ.'$0Y yOi y eonel iátigo en la mano di ...
suolve ;JdS Estados.~enef'ales. ,Entonces es cuando Crom-
well arréja de su recinto. á'los,legisladores y estampa
en iá:puerta' del palaci:o cesla casa' rse 'alquila. a Cuenta
que l.lli'Parlamento 'debé decir siempre con la: gravedad
de Sieyescsomos hoy lo que éramos ayer .•


Un C/lSO puede darse en que los electores enuncien
sú tCl'rr\irrante'vbluntad á los diputados ;en el de que;'
r~dánactÓh'que se altere ó mocl'ifiquela cartaconsti'-
tudonaL 00


La Constitucion de {SU marcaba los trámites que
habían "deobscFvarse en la's Córtes para aquél efecto, y no
podian verificarlo las ordinarias. La Constitucion vigente
rada dice sobré el particular .Dé algun tiempo. acá córre
\'áliJa; Mtre algunos, que cualesquieraCórtes orúlnari as
están facultadas para hllcelvenla ley fundamental las
innovaciones que juzguen oportunas y p'roccdiendo -de
mismo modo que para las demás leyes. o No creo que se
halle esto acorde con los principio.s del derecho público. o
Los representantes del pais forman el poder legislativo
en virtud de unaConstitucíon que han jurado sostener
y defender, así en Su Cónjunto como en cada: una de su s
partes. Párthllldo de ellá y Jentro de ella están autoÍ'i-
zados para hacer tadas las refol;másque 'estimen condll':
centes al bien general. Mas el derrbear la base de su
'poder, el faltar al juramento solemnemente prestado, es
un contnu;entido. un perjurio, y un desacierto de fa-:




420 DEL COl\:G!\ESO,
tales consecuencias. La nacion es la que en lales mo ..
mentosesla árbitra, de sus destinos; la que. penetrada'
.dfisqs .oecesitlades ;Ia que siendo ind~pendiente para
·dárse. la~, mejor f(~rma de gobierno que le convenga~
·busca á sus procuradores,.á sus delegados para que rea-
l:cen:su pensamiento. ;Aun 'así preciso es marchar con
suma; parsimqtlia. Los pueblos que constantemente se
inquietan; se agitan , llevan á cabo revoluciones con
pequeñas treguas, que ha~en y deshacen..constituciones,
que giran en un circulo perpéLuo de gobiernos diferen-
tesi son una triste prueba de un carácter voltario, in-
consecuente, ingobernable; ó de que existen hondas
y latentes, funestas semillas de mal estar, descontento
y tumulto.


Ningun ioconvenienle habria en no señalar ó exigir
edad para ser diputado. Para se abogado basta 17 años.
Antes de los 25 Alejandro-Magno mandó sus numero-
sos ejércitos. fué superior á sus famosos capitanes y
llevó á feliz término conquistas prodigiosas. Antes de
los 25 Julio César se puso al frente de las legiones ro-
manas. hizo grandes proezas y se distinguió como ora~
dor muy notable.' Antes de los 25 Pnmpeyo obtuvo el
mando de lastropas y llamó la atencion del imperio ro-
mano. Antes de los 25 Ciceron defentlió causas graves
en el foro granjeándose una reputacion sólida é impere-
cedera. Antes de los 25 D. Juan de Austria venció en
la batalla de Lepanto á los bajeles y á las armas del Se-
ñor de la media luna. Antes de los 25 Bias Pascal ad-
miró al'mundo con su genio e~Jraordinario y ~u preco-
cidad intelrcLual. Antes de los ~5 el PI íncipc Eugenio




DEL CONGRESO. 4~f
se cifió )a faja y se acreditó de valiente y gran militar.
Antes de los 25 Pitt y Fox soslenian importantísimoS
dehates parlamentarios en Inglaterra, desplegando to-
dos los recursos de) talento y una' elocuencia aunque
diversa J grandiosa, fecunda, incomparable, crecíén·
dose ambos con una rivalidad gigante .. Antes de los 25
el conde TOl'eno pronunció en las Córtes de t 810 á .
'18t t dí.scursos ile alguna valía. Verdad que estos he-
chos son muy pocos, 'se me dirá. No es exacto: hoy dia
los jóvenes se forman mas pronto que en otras épocas;
en el siglo del vapor y de la telegrafía eléctrica. todo
camina rápidamente. Conocemos generales que lo han
siilo á los 2t ailos de edad: estudiantes qlle antes de
concluir su carrera, y siendo muy jóvenes escriben ar-
tículos de fondos en periódicos de política, hacen mag-
níficas defensas en el jurado, en los tribunales y en las
academias. Verdad que se mc dirá tambien ; alguna vez
que ocuna ser electo diputado un hombre de tan temo
pranas disposiciones y sorprendentes talentos, se puede
hacer una dispensa por via de escepcion. 1Idejor e5 dejar
espedita la entrada por lo que haya lugar en lo sucesi-
vo, antes que infringir un artículo constitucional. Cier-
to que para todo cargo público se requiere la edad de
~5 años. Pero este cargo es de una índole especial, re-
posa absolutamente en la confianza de los electores y
en las prendas dcl interesado. Esos jóvenes que apare-
ciesen en el Congreso serian sobresalientes, degrandes
esperanzag y porvenir. La causa del ord€n y de la Ji-
bél'tad nada perderia en ello. Pierde, sí, con otro~ que
tambien jóvenes todavía y poseyendo los requisitos ne-




c€slÜ'ios, subcnalntemplo!deilas,'leyes coil :e:l í aOl&1.0B
mandnntID:y,de.silulüónado t OOJí; la u@t\c.lene1a '~no, muy
rectan/k imp~r01al ~ igas~(Íd0s jnt~loolufll:t)1lmfDrpl!lli?Dtej
qu~ !Tllirrun su :pClsi(Jiou !Como un obj et(), de-vauitlad 'y,do
lucimientq 'p,úctiÍljíí'qtieí nodlev,ao'l o.tl~asroirus ,sino, ,su
pl'opiQ engr:allde'cimieoto'j tlatlo ¡que I~ara Icollse~tlJirIQ(se
progtitbyah toryle y ;serv.iltmmlo:;: jó\lenes 'que naeen y
muéren'paIWha ~ida' política'con la indiferencia ghuliaI,
eoneLi:lul'o 'egoigmo, ,codla,burlona incredulidad 'qúe
!le adx¡uiet'eJ1 lb-ajo;hinOuenciade: una' atffiÓsfer.i icor-
rómpidny: !destruiltora ; 'Y' que cada dial va!.ca'rgándose
ma,g de-miasmas lleletéreos." ' ~" i!" ;';I:>¡ l(!·¡r:·
" I{lfurtuna~~tlncnte' en' cier~aSépocas ,no es ,dé ardí-


nario el· mérito; el qilO' asciende:á eiel'los personages;;)<;s
la adulacion vrhy rastrera qúese pr0diga.á· medida 'que
se siente;efvaefó de las cULlljdatlespel's()nales-~ :ta'adu-
lacian que es, Jü'mejor' carta comenclaticiaen épóoasdo-
gradadas ymerefrriccs.Laadulaéion, queasimilaá'lo~
hómbres álos répti:les asq'uero$os q'tre se: deslizim $11'el1-
cioslÍmente ,á; 'lanzarsesohre slÍ ;pr6$U ¡para· engallarse
y enorgullecerse de~1JUes de, saciadllls, La adl1!iwion, en
&urna, .que :consigue mas ttue~el tiderito y la! virtud.; y
qllees el'lali:sman qUG: arrariéa al :sel',mas :Oscuro éin'"
significanto, ud re.tiro,y de la nada.; para :stl:bHl'Baf1l~ 'al
apogeo 'de !la fuma y de.l<a~cel€bridad."" '! j',-


,Los' dipufadosy iog' 'scnadO're$' son inviolable:s por
!>U~ opipi'0nes:-Y" votos . en' el ejeroicio 'de :su 'encargo. No
significa 'e8'1 ()':que'pltédln~ irm;u! ülI'.hupnnrtnénfe áI cU':H·;
quiera,4ue enuncien' üld,.; y 'm:iximilH· qlle ·(Íf'niln¡i' á
destruir laslJases esent(~I(l.lHlc 'llliesl!iu gUbiernu ¡ ;(!,ue'




DEL CONGRESO.


se,valgan idecse esctldopara ·cometer e$ceSos,y Ilbu~O&,
por ;mefliode la palabra, 'dando márgen á compromisos
deticádos y que' ,desprestigian á los . Parlamentos. 80]0
significa 'que dentro del círculo de sus .eoDviccione.s y
dehercs:á nadie tienen que responder. pDcnadie'$er mo·
lestado.· Es una garantía de' inde¡>endancia' como tam-
hien lo es la siguiente; Los sAnadores y dipu.tado~ no
pueden' ser procesados: ni arreslatlosdl:l;ran te las, sesiones,
sin:pertniso del respectivo cuel'pocolegislador.;ii ~oser:
hallados in fraga:oti; péro en este: caso y eL de ser pl'o·~
cesados ó! arrestados cuando: 'estuvies'eneer.rad&s· las.
Córtes,' se' deberá dar 'Cuenta lo mélS. pronW posible. al;
respectivo cuerpo para -su . eánoeimiento y resolueion.


Si los representanles deJa nadon no Se ,vie,sen gua-
recidos con es'ta égidrr , serian IUIlS de uná vez tI blanco,
de los ataques de un gobierne> de intenciones siniestras.
Los miembros de b oposicion Re verian sacrificados por
defender con cntereza· sus opiniones y ériticar ·lorj des,..
aciertos de los gobernantes.' l,os }laderes poH~ioos no
gozarían la independencia que necesitan raFa. fUDGiQI.l4r
sin ser absorbidos recíprocamente. ' ¡'


. Llegamos á un asunto de grave trasct'ndenma; las
ir compatibilidades parl'ament-arias. No hablaré aquj de.
wd,üdás' que se conocen genepalme'Ilte ,piteS que ¡ pawa,
eso hay}a ley erectora} y la especial- sohre la materia.:
Me circunscribiréáun punto capital. ¿tos empIcados
públicos deben estar impedidos de ser á la. vez d~puta-'
80S ~ ¿E>:;ta iJi-;posicio1debe alterarse respecto á cier:....
tós funcionarios' de alt~l clase' residenfescen'lacórte'?·
¿Es conveniente que los d.iputados no puedam.,admiijr~




DEL CONGRESO.


ningun destino 1 Siguiendo la teoria contraria ¿ habrá
medios sufici~ntes para evitar los malas con<;ecuencias?


Los autores de la Constitucion francesa de i791
fueron tan delicados y generosos que prohibierori su
misma reeleccion para la Asamblea leg'islativa, Impru-
dr,ncia funesta" que privó á la rcvolueion de la saludable
influencia deciiIdadanos de talento y valía", y que en-
tregó su obra apenas concluida en manos de gente lnes-
perta, advenediia é impaciente de marchar mucho mas
adelante Los padres de la r.onstitucion de 1812 pres-
cribieron, que los diplltadns no pudiesen" durante el
tiempo de la dipufacion, admitir para sí, ni solicitar
para otro, empIco al'guno de provision real ni aun ascen-
so, como no fuese de escala, etc. En aquella época de
gloria y entusiasmo estaba por demás dicho artículo:
no se comerciaha torpe é indecfmtemente con los senti-
mientos y los sufragios. La Constitucion vigente creyó
zanjada la dificultad, mand,lOUO que los que admitan
del gohierno ó de la 'casa real, pension que no sea ue
escala en su respectiva carrera, comision con sueldo,
honores ó ctlndecoraeiones , Iluedan sujetos á reeleccion.


Fijémonos en algunas consiueraciones. Prohibir ab-
!lolutament~ que un representante pueda ser nombrado
para los destinos públicos, trae grandes anomalías'é in-
justicias. El PaJ'larnento es el estadio donde descupllan
los ingenios, las felices predispo~icioncs ; donde brillan
los oradores, los estadistas. l, Si ocurre un negocio di-
plomático, si hay que apelar á un hacendiMa, etc., por.
que no valerse de la~ notabiliuades de fama di~namente
ganada en la arena de la discu~ion? b Por qué reilUir




DEL COl\GRESO.


J.os ausiJios precisamente de las personas mas apta~ y
calificadas? ¿ Por qué desentende¡'se de un conjunto de
ciudadanos que son probablemente de Jos mas instrui-
dos. de los mas competentes? Se dirá .que el nombra-
do para un empleo, que deje de ser diputado. Dura al-
ternativa que en algunos casos podrá perjudicar al Es-
tado; además ese mismo hombre serviria de mucho
tambien como representante, por sus conocimientos
prácticos ó de otro modo.


Prohibir que ningun empleado pueda ser elegido,
esto es, que opte entre la diputacion ó el destino, es
hacer á estos ciudadanos de peor condicion que los mi-
litares, que los clérigos, que ios ingenieros civiles y
otras clases que son asimismo empleados para el objeto,
y que sin embargo no tienen cerradas las puertas del
Congreso ó del Senado. Se carecerian de los recursos
que dan los hábitós de manejar espedientes, de enten-
der en los diversos ramos de la auministracion. Alejar
del Congreso á los militares, y demús, fuera un mono-
polio, como lo es igualmente admitir solo á los direc-
tores generales, subsecretarios y otros de primera ca-
tegoría que viven en la córte.


Se replica que los empleados se prevalen de su po-
sicion para medrar en su carrera, poniéndose siempre
del lado del gobierno. ¿ Y no hay otros infinitos medios
de ser apadrinado del gobierno, medios clandestinos,
ilegales, ignorados y por tanto mas difíciles de apre-
ciarse y de sel' divuIgatlos y condenados por la prensa?


Los remetlios que ellcuentro á estos males, son los
sióuientes. El gobierno debe limitarse en las elecciones




DEL CONGAESO.


á/ilustrar ,á,dirigirel criteriQ'Y los,deseos de, los ,vo-¡
tín~té's; ¡J~más! ()sten ta'rse: ón' el palenque ftwhlHldo á bra-'
zO 'partido'Mnlos'cithladános' inermes. Jdl11ás prost.i-
tuyendóla !fuer~1l ¡.a! i láS' s'educciones· del, ilrriUll propio,
~I (wgúllo, ,de' I.¡¡. enemiga. Jamás'acunll¡tandoJsu, saña
conll'á,I()S·hombp{fsj\lil'tqo~os;y valientes: que han, con-
trasfíado lasdúnaslusl y: 4"'8 desaftilJrosdesdela tribuna.
Imifu~¡á;la;ill1glaterr<l;:,alli hay convenio ,hay oorrup-
cion entre el candidato y el. elector: en hora buena,
mientras no se d~n escándalos que hagan intel~venir al
poder jUdioial.EI g0biemo Mes,el juez:e,n est.'contien- '
da;esuna:part>€q elflueblb decide ,quién, tiene razon:
sobre tÓd'oesta; d'9(ltl'i1l3 es; aplicableooando se· cierra
la diput~iooj anteSdéllérmino prefijad€). '


Los gl)bjetnosdeben per~uadirse á la par, de que ¡;US
subordinadoS que se'hallan en los escaños de las cáma-
ras, pueden emitir francamente su dictámen sin temor
á OOsAntí&.Est:o sube de punto con referencia á los ma·
gísti'ado5'Y á,olr08 cuyas atrihuciolles giran en una es-
fera cl'istante de la política activa. Aun en los que tienen
respecto de ~lIa mancomunidad con el gobierno, ¿por
qué un consejero real, por, ejemplo,. no ha de oponerse
en el COflgres&;a 1asmedidas imprudentes j Jqqe :noha-
bien{lo:antes '5Í:OOi:SO}notidas al cuerpo consuHh'ó á que
pertenece·, sean pel'ju<lici;iles al pai:-l? ¿ La oposicion no
es ewtah~g 'situac4~nel3 como un CDnseJo 6 ,parecer que
se d~al gohierh~; i'am·con'duéide por el camino recto?
De cO'tlsiguiente el empleado no tiene para qué renu.n·
chr su destino antes de ingresar en las filas de la opo-
Slcion: puede esperar tranquilo el golpe de las iras mi·


/"




DEL CONGRESO. 127
nisteriales: si él obra con una conciencia pura, ninguna
culpa tiene, ninguna mancha ennegrecerá su rostro.


Así desaparecerán los obstáculos y desgMcias que
se temen. Que la eleccion se acerque cuanto pueda á la
verdad. Ella será el correctivo á los halagos del poder
húcia los representantes del pueblo. Este disfrutará se-
guridades positivas. El gobierno será una realidad, y no
una representacion como sinónimo de farsa. Un edificio
de base poco sólida, vacila á cada instante y no tarda
en desmoronarse. Amontonar órdenes y decretos para no
tener cumplimiento, es un tanto semejante al general
qué mandaba disparar mas de un cañonazo contra una
plaza, porque oyó que el primero no habia alcanzado.


La Constitucion de i 812 á imitacion de las secula-
res instituciones aragonesas, creó la diputacion perma-
nente de Córtes, un tanto semejante sobre ciertas fun-
ciones, el Senaclo conservador de la Constitucion con-
sular del año VIII, dada por Bonaparte. La diputacion
permanente vigilaha sobre la ohservancia de ta Consti-
tucion , y convocaba á Córtes estraordinarias en vacante
de la corona, abJicacion ó imposibilidad del Rey ó al-
gun accidente inesperado.


En el imperio de Napoleon 1 hubo un cuerpo legis-
lativo, que se le llamaba mudo de sobre nombre. No
discutia, no hablaba; solo oía á los consejeros de Esta·
do, á los miembros dé! tribunal0, á los encargauos del
gobierno. En medio dc las po!\Smicas sustentadas de una
y otra parte, el cuerpo legishtivo representaba el papel
de un magistrada quc pcrrn:l!''\ece atento, in móvil, impasi-
hle, durante la contienda, para luego pronunciar su fallo.






DE LA CELEBRACION


y facultades de las Córtes.


ANTES de pasar adelante, conviene indicar aqui lo que
ha podido hacerse en otra parte, que el gobierno repre-
sentativo se funda en la desconfianza, por mas que di-
gan en contra los ilusos ó los hipócritas. Por eso se li-
mitan y equilibran los poderes. Por eso á cada facullad
que se concede, se pone á continuacion el contentivo.
Por eso se tropieza á cada momento con los temores del
esceso, del abuso, de la mala fé. Puede afirm~ll'se que
una Constitucion es un conjunto de diques y conecti-
vos á los desmanes y tropelías que muestra la historia,
han sido ejecutados en la série de los siglos, ya por los
Reyes, ya por los puehlos. Mil ejemplos se presenlan
en tropel. ¿ Por qué se prohibe al manarea que enagene
las propiedades ó tt)l'I'itorios que pertenecen á la nacion?
Porque hemos visto en Leen y Castilla, mliones y des-


9




~30 DE-LAS FACULTADES DE LAS C6RTES.
membraciones. dotes y repartimientos <.le estos Estados
al capricho de quien se sentaba en el trono. Y hemos
visto al Portugal separado <.le la Península, porque plu-
go á Alfonso VI hacer á su hija natural Teresa un regalo
de boda. Porque hemos visto donaciones escandalosas á
favor de privados y favo"ritas.


El testamento del miserable Cárlos II hubiera t;ido
un vano cartapel • y la guerra de sucesion no hubiera
asolado nuestra patria, si las r.órtes hubiesen decla-
rado quién habia de ser el sucesor de la corona.


La comprobacion de -mis asertos va saliendo al en-
cuentro en los artículos que iremos examinando. (Las
Córtes se l'eunen todos las años: corresponde al Rey
convocarlas, suspenderlas, cerrar sus sesiones, y di-
solver el Congreso <.le los diputados; pero con la obliga-
cion en este último caso de convocar otras Cór!es y reu-
nirlas dentro de tres meses.»


El Hey puede abusar no queriendo abrir las Córtes:
remedio, la reuAion necesaria de estas. L'ls Córtes pue-
den abusar congregál'ldose ó disolviéndose tumultuaria-
mente, ó por la siniestm inll uencia de pérfidos corifeos
ó de viciosas pasiones, ó permanecer reunidas faccIosa-
mente: remedio, el Bey convoca, proroga y disuelve.


Mas los abusos nacen todos los dias; los gobernantes
no menos que los particulares pueden discurrir c()nst~n­
temcnte el modo dp, eludir la ley. Las Córtes se abren to~
dos los años; pero está cumplido con cerrarla .. á los dos
dias ó quizá al dia siguiente. Verdad que esto aun tiene
un remedio: la votacion de log presupuestos y de la
fuerza del ejército, que dehe vcrifit'arse calla niío, ~.¡ilS




DE LAS FACrLTADES DE LAS CÓnTES. '~1
t3mbien se pueJe abusar Je este otro artículo: los presu-
puestos se plantean por medio de una autorizacion y lo
mismo el levantamiento de tropas; ese recurso de la
:.lUtorizacion, triste, estéril, destructor, puede ponerse
en boga en mengua de los principios mas sagrados. To-
davía hay una áncora de salvacion: la responsabilidad
ministerial. Mas adelante diré lo poco que esta vale.
Cuando los gobiernos llegan al estremo de sobreponerse
á touo, se aproximan al borde del abismo. El mar en
una bella tarde de estío aparece tranquilo y sereno; sus
ondas caprichosas lamen blandamente las arenas de la
playa J y su tersa y azulada superficie brilla con los ra·
YO'3 del sol en su ocaso. Empero súbit!lmente se encres-
pan las olas, se estrellan con estrépito contra las to-
cas J se levantan cual montañas; el cielo se ennegrece,
ruge el humean, estalla el trueno, fulguran el relám-
pago y el rayo, ostentándose por donde quiera un es-
pectáculo aterrador. El mar es el emblema del pueblo.
El pueblo calla, sufre, se resigna entre sus padeci-
mientos y dolores. hasta que se toca al término de su
paciencia. Entonces es formidable y tremendo, derrum-
ba los tronos y lleva en pos de sí el terror y el ester-
minio.


«Las Córtes se reunirán estraordinariamente luego
que vacare la corona, Ó que el Hey se imposibilitare de
cualfJuiera modo para el gobierno.»


«El Hey abre y cierra las. CÓl'tes en persona Ó por
medio de su~ ministros. J


«No puede estar reunido uno de los cuerpos colc-
gisladores sin qnc lo esté el otro; escepto el caso en




432 DE LAS FACULTADES DE LAS cónTES.
que el Senado se reuna como tribunal para juzgar á los
ministros. ,


«Los cuerpos colegislaclores no puellen deliberar
juntos ni en presencia del !tey. J


Acerca de estos artículos he manifeslallo algunas ob-
servaciones anteriormente.


( Las sesiones del Senado y del Congreso serán pú-
blicas, y solo en los éasos que exijan reserva, pOtlrá
celebrarse sesion secreta.)


Es sorprendente que en la época que vivimos haya
quien sostenga que las sesiones deben tenerse á puerta
cerrada siempre. Lo mas estraño es que digan esto per-
sonas que se han dallo á conocer en la trihuna parla-
mentaria, sin la cual vegetarian acaso oscurcciJos en
el rincon de una provincia ó en la humilJe cabaña de
su aldea. Personas que reniegan de su m,Hlre, la rJiscu-
sion. j La discusion 1 que es el alma de los gobit~rnos
libres. y el faro que alumbra á le,s que na\'egan por las
regiones del poder; es el palwHum de los ciudadanos;
es el crisol que depura las verdades, y aun los errores
y los delirios; es el distintivo ele los pueblos cultos; C~
el estandarte ele la civilizacion del siglo XIX; el cum .
plimiento tIe la voluntad de Di0s; Deus lraddidil mun-
dum. disputatione homz'num.


Esas personas en el desvanecimiento de su orgullo
se tienen por de una raza predilecta é incomparable.
Pretenden que sus palabras resuenen en nuestros oidos
como oráculos ele la Sibila de Cúmas, ó de la Sacerdotisa
de Apolo. Pasó ya la época ele marJisler d!xi!: en materias
políticas no hay autoridaLl, hay la rélzon antes que todo.




DE r.A~ FACULTADES DE LAS CÓRTES. f33
, Una Asamblea con sesiones secretas seria un COn-


trasentido; u'n tribunal inquisitorial; una caverna ro-
deada del silencio y del misterio; un cuerpo sin anima-
cion ni movimiento, un tanto semejante á la estátua de
Mcmnon entre 105 antiguos egipcios, á la que las som-
bras de la noche hacian prorrumpi!' en quegidos lasti-
me!'os, esperando la venida de la aurora que le brinda-
ba con nueva luz y alegria.


«El Rey y cada uno de los cuerp os colegisladores
tienen la iniciativa de las leyes,»


Nada mas natural: el reglamento interior de las res-
pectivas cámaras preceptúa la manera de usar de este
derecho.


«Las leyes sot,re contribuciones y crédito público
se presentarán primero al Congreso de los diputados; y
si en el Senauo sufriesen alguna alteracion que aC¡llel
no admitiese despues, pasará á la saneion re,11 lo q'le
los diputados aprobaren definitivamente.»


Se da como razon de esto, que los diputados repre-
sen tan al pueblo que es la totalidad de los contribuyen-
tes. No me parece bastante satisfactorio. El Senado tam-
bien representa clases que por sus destinos y riquezas
pagan gruesas sumas de contribucion; los mismos in-
dividuos de la cámara concurren al Erario con grandes
canlidades. Por tanto no creo bastante justificada esa
preferencia; mucho mas si entrase en el Senado el ele-
mento popular cual yo apunté en otro capítulo; y mu-


. ehísimo menos, si fuese elegido enteramente por los ciu-
dadanos, ó prescHlados en terna para designacion de
la COfona.




13i- DE LAS FACULTADES DE LAS CORTES.
«Si uno de los cuerpos colegisladores desechase al-


gun proyecto de I~y ó le negase su sancion el Rey. no
podrá volverse á proponer ningun proyecto de ley sobre
el mismo objeto en aquella legislatura.»


La cuestion del veto ha ocupado la pluma de los.
mas ilustres publicistas. Uno de los Jiscursos mas elo-
cuentes de Mirabeau, fué sobre este asunto. Algunos
piensan que el veto absoluto destruye completamente la
representacion nacional y las bases del gobierno libe-
ral. Otros piensan que el veto suspensivo e3 inútil y ri-
diculo. Se me figura que el voto absoluto del monarca
no tiene los inconvenientes que se temen, ni es tan oca-
sionado á males. Cuando las C6rtes proponen medidas,
que sean intempestivas ó dañosas en sentir del monar-
ca, este recurre á la suspension, á la disolucion de 1
Congreso. Si el nuevamente formad!) abrigase los mis-
m0S pensamientos, hay todavía el Senado como inter-
medio.rio y tambien con su veto. Si la pugna fuese
abierta entre ambas cámaras de un lado, y de otro la
corona, esta deberia retirar su confianza al ministerio.
Si la escision no tuviese este desenlace. un Rey pru-
tIente y amaute de su nacion, debe retlexionúr que no
se engañan con tanta facilitIad algunos miles tIe hom-
bres llamados á elegir, á discutir, á votar sobre sus
propios intereses, ya directa ya indirectamente.


En tales situaciones la conducta vacilante ó sospe-
chosa del gefe del Estado, acarrea consecuencias funes-
tas, aun procediendo con buena fé. Ejemplo el des-
graciado Luis XYI cuando el yeto ú los decretos sohre
los emigrados, sohrc la Conslitucioll civil del clero, ele.;




DE LAS FACULTADES DE LAS CÓRTE'. 485·
víctima de estrañas y pérfidas sugestiones. fué por úl-
timo á esplrar en la guillotina la maldad, los des&fueros
y las iniquidades de varios de sus antecesores.


Segun l~ Constitucion de 18'12 el Rey podia rehu-
sar su sanrion á cualquiera proyecto de las Córles hasta
la tercera vez; pero á la tercera pasaba la ley como si
la hubiera recibido: era el vete suspensivo .. Cuando la
discusion el conde de Toreno impugnó fuertemente el
veto absoluto, diciendo entre otras razones :-La pro-
babilidad de que el Rey no insistirá, no le quitaba la fa-
cultad de negar la sanciono Si tenia pOI' objeto prevenir
los males que pudiera ocasionar la precipítacion en la
promlllgacion de las leyes, bastaba fijar cierto espacio
de tiempo entre la discusion y la aprobacion. POrLlue
habia mas probabilidades de que el Rey propendiese al
ahsolutismo que las Córtes á la democracia. ¿ De qué
tenrmos mas ejemplo~l en España? ¿ De qué acahamos
nosotros de ser víctimas? No es posible que una nacinfl
donde no hay espíritu público, donde el Rey concede
los emplcos, tiene á su disposicion la fuerza armada, y
en su favor todo lo que obliga á los hombres á aluci-
narse y rendirse ar!te su poder, pueda abusar con mas
facilidad y dar al traves con la libertad? ¿ Por ventura
la historia no corrobora este aserto en todas las nacio-
nes antiguas y modernas? ¿ Cómo acabó en Aragon y
como' feneció en Castilla?


f Además de la potestad de hacer las leyes que ejer-
ce.n las Córtes con el Rey J les perlénecen las facultades
siguientes: 1: Recibír al Huy, al inmeJiato sucesor
lk 1 ¡ ((i!lilLl • Y ú la regencia ú regente del reino, el




136' D~ÜS FACIJLTADES DE L\S CÓRTES.
juramento de guardar la Constitucion y las leyes. ~.' Re-
solver cualquiera duda de hecho ó de derecho que ocur-
ra en órden á la sucesion de la corona. 3;" Elegir re-
gente ó regencia del reino y nombrar tutor al Rey
menor cuando lo previene la Conslitucion. 4.& Hacér
efectiva la responsahilidad de los ministros, los cuales
serári acusados por el Congreso y juzgados por el Se-
nado ••


Las cámara~ legislativas han ejercido, bien quc en
muy raras ocasiones, un derecho ó un abuso fatal con-
tra la preeminencia de los diputados: la espulsion de
alguno de estos del sen.o dc la Asamblea: tal sucedió
cuando los comunes de 1 ng!aterra espulsaron al famoso
Wilkcs, uno de los hombres mas descocados y proca-
ces que han ocupado los escaños parlamentados. Ta
sllceJió asimismo euanJo los JiputaJos de la restaura-
cion espulsaron á Manuel, interrumpiénJolc su Jiseur-
so y lanzándole con ignominia del local. Las palabras
que aquel pronunció con ese motivo, su digniJad, su
elcvacion, su serenidad, su valor, le grangeal'on aura
p¡)pular y la aprobaeion ue la gente sensata: el delito
de ese representante de la Francia, fué esponer sus
iJea., con noble independencia, ideas que no agradaban
á los realistas y serviles. Actos (!e este linage siempre
daa asa ti escándalos y escesos que deben cvitan;~: di-
ficil si no imposible que la justicia presida á tan vio-
lcntas resoluciones, que no están ni pueden estar en
ninglln Código político, en ninguna ley.


El tiempo que dura la diputacion no es indiferente.
Conviene ante todo cspliear algunas yoces (Iue pudieran




DE LAS FACULTADES DE LAS cónn:s, 137
equivocarse cvn las correlativas en francés, puesto que
sobrado cnmlln es importar palabras y modismo de esa
lengua, S8ance significa el espacio de c~da re union
de individuos que componen una Asamblea ó co\'-
poracion. Sessions todo el período de unas mismas Cór-
tes mientras no se disuelvan, aunque estén cerradas.
La clót 11 re , es la clausura, es decir, el acto y el efecto
de suspender las sesiones hasta otra legislatura; que se
llama disolllcion cuando sc convoca á nuevas Córtes,
pl'évias las competentes elecciones. Séance corresponde
al sitting de los inglrses.


El tiempo, pues, que dura cada diputacion, <í lo
que es igual, la legislatura ó legislaturas que compren-
de, (~jerce alguna influencia. Si cse tiempo es corto, los
diputados apenas sr, enteran de los negocios pendientes
y apenas llevan á CJbo nada de lo que propongan, con-
tando con las dilaciones indeclinables del reglamento.
La eleccion repetirla molesta y cansa á los pueblos, les
desvi"a de sus labores y faenas, á bien que las autori-
dades celosas suelen ahorrarles el trabajo de votar, pues
no es el primer rjernplo de votantes ausentes y aun
mucrtos. Por el contrario, si la diputacion permanece
largamente, la opinian pública no se renueva, la re-
presentacion se cstanca, se debilita, tiende á mono po-
!izarse: los puehlos van mimndo con indiferencia un
derecho que se practica de larde en t:1I'de y se predi¡:;p o-
nen á penlerlc él á desvirtnarle. La C:onstituei¡)n de f tll2


. prescribía, C[ue la diputacion durase dos años: la de
18:17, r¡¡W durase [res: la c1cI81·5, que dure cinco.
nara vez alcanza Ulla dipu tacion fan proyecta existenci a.




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DEL REY.


EL Reyes el primer magi:itrado, el gefe. el represen-
tante de la nacion. El da nombre y carácter al gobier-
no; todos los actüs de este se ejecutan en su nombre.


Hablando de este punto Mr. Guizot en sus lecciones
de la civilizacion europea, dice que esta institucion es
de un ol'Ígen que se pierde en las mas remotél.S edades;
es de todos los climas y paises; se adapta á opuestos
hábitos y costumbres; es la que ha disfrutado siempre
ue mayor duracion en medio de las vicisitudes y tras-
tornos de las sociedades.


No niego que sea así, pero debe entenderse con al·
gunas limitaciones. Los hebreos tuvieron su república;
la de Roma dur{¡ qllinientos'-años; la dc los Cantones
suizos Ilcva algunos siglos, y mas de medio la ang!o-




HO DEL Rf'y.
americana sin que haya esperanza de que varíe. Ade-
más los Heyes de Esparta, no eran lo mismo que los de
Macedonia: el emperaJor del Japon no es como un Hey
de Inglaterra. Los antiguo", Reyes de AragOll con sus
CórLes, su célebre juramento, el justicia mayor, el pri- .
vilegio de la union. distab~n mucho de los Reyes de
Ca~tilla en la propia época. Cárlos V y Felipe 11 tuvieron
mas poder y facultades que Enrique 1II y Juan n. La
monarquía va tomando diferente índole en los periodos
históricos que recorre; además de las cualidades de la
persona y de las circunstancias qne la rvdeatÍ, hay las
exigencias de la civilizacion moderna. A pesar de la
inmoralidad flue tanto se desbordl'l, ¿se aguantarian
hoy los inauditos escándalos de un Neron. de un Calí·
gula? ¿ Pasarian desapercibidas las desmesuradas y ab-
surdas pretensiones del derecho divino de los Reyes?
Por el contrario, Leopoldo de B'~!gir,a, modelo de Reyes
en el siglo XIX, evitó con su prevision. con su com-
portamiento que la revolucion de Francia de i8i8 pe-
netrase en sus Estados, como indudahlemente hubiera
sucedido con otro monarca, que se \,(~l'ia forzado á
abandonar su puesto buscando un asilo en tielTa ex-
tranjera, como á tantos otros cupo entonces esta in-
fausta suerte.


Las instituciones humanas tienen que amoldarse
necesariamente á la5 nuevas ideas, á las nuevas crea-
ciones, al nuevo espíritu en fin que predomina Así
por mas que subsistan en la esencia, cambian los necio
dentes. Propicdull hubo siempre: mas la propi('dnd qui-
ritaria no fué la propiedad feudal; la prolJieua:J feudal




DEL REt.


no fué como actualmente se reconoce. La patria potes-
tad de las doce labias rué muy diversa de la que se es·
tableció por el Digesto.


Los pueblos contemporáneos que marcban' al frente
de la cultura y del saber, ponen cortapisa~ al poder de
los monarcas. Nuestra Constitucion tambien se rige por
estos principios.


e La persona del Reyes sagrada é inviolable, y no
est:l sujeta á responsabilidad; los ministros son los res-
ponsahles. »


L os gobiernos mas absolutos no han podido inven-
taruna teoría que mas ensalce y sublime la dignidad de
un Rey. Segun ella el primer funcionario del poder eje-


. cutivo es impecable, no hace sino el bien; se halla co-
locado en una altura á donde no llegan los tiros ni aun
las miradas de los demás hombres. Benjamin Constant
le atrihuye un poder m.ldcrador que interviene en las
contiendas suscitadas entre los demás para mantenerlos
en perfecto equilibrio. La magestad real goza de todo el
hrillo, todo el pl'cstigío que corresponden á su elevada
esfera: jamás desceOllerá legalmente al hanco de Jos
crimini!~es ni suhirá las gradas del cadalso. Es en fin un
géJ:¡o benéfico que cruza por el horizonte de los pueblos.


El5a absoluta indemnidad fuera inconcebible y fu-
nesta á no ir acompañada de la responsabilidad de 105
minbtros. Sin embargo esa responsabilidad tan decan-
tad" es para algunos una hella r¡llimera~ una falaz i1u-
sion, un sueño dorado, como decia D. Joaquin María Lo-
p'~z en Su m;¡gilÍflco d¡"curso :;obre la regencia e,nt84.1.
L~. cspcricncia nos cn::;día que los ministws de ,algunos




142 DEL REY.
paises van abusando paula~namente de su podrr, hacen
cómplices á gran número de representantes del pais, se
arrogan facultades legislativas, engendran graves con·
flictos, y P(')f último se ponen en salvo viendo á larga
distancia el horrible desenlace de sus maquinaciones, ó
sino son inmolados en las áras de una revolucion. Ver-
dad que dentro y fuera de España hubo mini:3tros que
murieron en el patíbulo y sufrieron otras penas. Sir
Strafford en Inglaterra; Antonio Perez, D. Rodrigo Cal-
deron en nuestra patria, Polignac y sus compañel'os
fueron aprisionados en Francia. En estos casos y otros
'no fué una verdadeta ácusacion, una verdadera senten-
cia. Generalmente esta clase de procedimientos comien-
z:m con mucho interés ~ mas una vez caidos los acusa·'
dos de su eld'acion y sentados en su lugar los adver-
sarios, se ponen en juego mil ardides para vel'ificaruna
transaccion y correr un velo sobre lo pasado, La res-
ponsabilidad existe de lleno tocante á los ataques de la
prensa. á las interpelaciones y cargos de las cámaras.
Por lo demás solo se vera estampada en el papel, nun-
ca ó rarísima vez en la ejecucion. Todavía una ley
de este género está erizada dc dificultades: quien de-
fiende que basta al efecto el Código penal comun, es-
pecialmente en lo relatj vo á los delitos de traicion y
contra el derecho de gentes ~ quien defiende que es i n-
dispensable una ley escIusiva para los actos punihles
que puedan perpetrar los ministros, y una tramitacion
particul.ar siempre. l, Qué Ilcciones deben ser repula-
das como crímenes? ¿ Cómo se separa el límite de la
mala fé en personas que disponen de tan inmensos re-




DEL REY.


cursos de obrar y de defenderse? ¿ Cómo admitir las
pruebas á los reos, que podrán, en alguna ocasion reve-
lar secretos de Estado ó comprometer el decoro de éste?


Los publicistas han formulauo otra teoría en íntima
relacion con la precedente: el Rey reina y no gobierna.
Para unos es la gran panacea, para otros es una vul-
garidad. En la discusion agitada en el Senado en abril
de i 855, con motivo de una esposicion de Narvaez,
qijo el general Pezuela, que el Rey reina y gobierna.


El Sr. Benavidcs entonces minb1ro de la Goberna-
cion, dijo que esa frase nada significa y que filé inve'n-
taua por Mr. Thiers como un arma deoposicion célntra
los doctrinarios.


Despues de tanlo que se ha discutido acerca de esta
controversia, estoy persuadido de que los Reyes de ta-
lento, de actividau, ora tengan buenas intenciones,
ora malas, reinarán y gobernarán! los Reyes ignoran-
tes, tontos, ni reinarán ni gobernarán en realidad, es-
tarán á merced de intrigantes, favoritos y cortesanos.
Reinó y gobernó Cúrlos 1 de Inglaterra, produciendo
disensiones contra el Parlamento; persiguiendo encar-
nizadamentc á los infelices puritanos que eran el sím-
bolo de las ideas dominantes de la época; enarholando
el estandarte de la guerra; sitiando á Lóndres; y s'ien-
do la causa de los desastres que le entregaron al ver-
dugo. Reinó y gobernó en Francia Luis Felipe de 01'-
Icans oyendo primeramente á sus consejeros y resol-
,viendo despues segun su interés lo dictaba; atendiendo
por donde quiera al engrandceimiento de su familia~
sin olvidar á la vez el de la nacion ; contrastando la so ...




au , . DEL REY.
}emne espresion de pensamientos que le disgustaban;
negán~ose á lasdemanuas de la opinion pública que
diesen otro rumho á la política; hasta el estremo de
hundirse su trono y huir él precipitadamente á menui·
gar hospitalidad en tierra extranjera. Reinó y gobernó
en España Fernando VII faltando con negra ingratitud
á los compromisos con su pueblo y trayendo 100,000
bayonetas del pais vecino en apoyo de su alevosía. De-
sengañémonos: hombres .como Fernando III, FernaQ-
do V , Enrique VIII, Luis XIV reinarán y gobernaráil
con cualquiera forma de gobicrno: no así hombres como
Enrique el Impotente , Felipe IV y el marido de María
Luisa.


El Reyes el depositario del poder ejecutivo. cuyo
ejercicio es de los ministros. Segun la Constitucion
cotl1p~te al Rey sancionar y promulgar las leyes. Espe.
dir los decretos, reglamentos é instrucciones para su
ejecucion. Cuidar de que en toJo el reino se administre
pronta y cumplidamente justicia. Indultal' á los delin-
cuentes con arreglo á las leyes. Declarar la guerra y
hacer ratificar la paz dando despues cuenta documenta·
da á las Córtes. Disponer de la fuerza armada distribu-
yéndola como mas convenga. Dirigir las relaciones di-
plomáticCls y comerciales con las demás potencias. Cui·
dar ue la fabricacion de la moheda, en la que se pondrá
su busto y nombre. Decretar la inversion de los fondos
destinados á ·cada lino de los ramos de la administl'acion
pública. ~oll1bral' á todos los empleados públicos, y con-
ceder honores y distinciones de todas clases COl! arreglo á
Jas leyes. Nombrar y separar libremente á los ministros.»




DEL REY. U5
En las Córles de Zamora de t 274 Alfonso el Sábio


prometió dar audiencia tres veces á la semana, lunes,
miércoles y viernes, para las causas que era costum-
bre ventilar ante él. En aquellos siglos era el atributo
mas precioso del monarca, juzgar á sus súbditos. Ahora
las funciones del poder ejecutivo son incompatibles con
las del judicial: ahora las causas civiles y criminales se
incoan y terminan en los tribunales, sin que nadie ni
el gobierno pueda entrometerse en su conocimiento, ni
aun unos tribunales respecto de otros, ni siquiera los
superiores respecto de los inferiores, no siendo en los
casos previstos por las leyes.


El derecho de indulto ha sido impugnado fuerte-
mente por respetables jurisconsultos. Se fundan en que
si las leyes son buenas, no deben dejarse ilusorias,
nunca su aplicacion ha de ser indeclinable. Esa gracia
mina la legislacion y alienta á los malvadoil. La clemen-
cia no siempre es conciliable con la justicia.


Otros no menos respetables piensan de otra manera
y yo estoy con ellos. Hay circunstancias y situaciones
en que es preciso mitigar el rigor ó la severidad de la
ley: la equidad es compañera inseparable de la justicia.


La ueclaracion de gucrra, en concepto de algunos
publicistas, dcbc ser de la incumbencia de las Córtes,
debe ser un acto legislativo. La nacion surre todas las
consecuencias, licue que sufragar los inmcnsos g'lstos,
y la gloria y el vituperio recaen sobre ella para siempre.
En la Asamblea constituyente se debatió esa cuestion
. eslensamente , en que tornaron parte Mirabeau, Barnave
y oLros muchos oradores. Las razones que militnll por


W




146 DEL REY.
la opinion opuesta son mas atendibles. El Rey y su go.
bierno están al alcance de todos los recursos con que
cuenta el pab. El dirige las rellleiones diplomáticas ha-
llándose iniciado con los secretos de la política. El está
ligado á la suerte de sús pueblos. El no puede entregar.
se á guerras caprichosas sugeridas por su vanidad ó su
amor propio, pues encuentra un obstáculo en los sub·
sidios que tiene que pedir á las Córtes y en los ejérci-
tos de que haya de valerse. El se ve rodeado de trabas
de varia índole que ponen coto á su desmedida am-
bicion.


Los Reyes de CasUlla constantemente han gozado el
derecho de acuñar moneda, que- no han compartido con
nadie aun en tiempo del apogeo del feudalismo; los que
gozaron de aquella regalí:l, era por concesion suya.


Enrique 1I promulgó en las Córtes de Toro de 137 i
su ordenamiento para la administradon de justicia, en
el cual trata de las facultades de los adelantados, jue·
ces, merinos, alcaldes y alguaciles de las provincias y
ciudades," notarios mayores, etc. Entonces el monarca
solo nombraba los oidores y alcaldes de la Córte, y los
gefes superiores de cada ramo en el óruen judicial, es
decir, los adelantados mayores y los merinos mayores,
el alguacil mayor y los notarios mayores. Los adelanta-
dos 6 merinos mayores elegian á los merinos, el algua.
cil mayor nombraba á los alguaciles, y el notario ma-
yor los notarios. En los antiguos Parlamentos de Francia
se compraban las plazas de la magistratura; práctica
muy intachable para un escritor como Montcs'luieu, sin
duda porque él tenia una por üfi:lCl título.




DEL REY • Hl7
. El nombramiento y separacion de los mInistros, si


bien es una prerogativa libre y amplia de la corona, se
halla no obstante sujeta á ciertas reglas en los paises
regidos constitucionalmente. En la Gran Bretaña no sube
al poder un hombre desconocido, que lal vez no ha pi-
sado los escaños del Parlamento. Allí son ministros los
que se han acreditado brillantemente en la prensa, en
la tribuna, como hacendistas, como políticos. como
adalides de los partidos que figuran en la nacian y que
por tanto son las personas autorizadas que marchan á
la vanguardia de la opinion pública. En diciembre
de 1852 se formó un gabinete compuesto de notabilida-
des de varias fracciones rivales, con la mayor abnega-
cion, con la mejor buena fé, con el mas laudable pa-
triotismo. En este punto no menos que en otros muchos
es un modelo e'sa Isla, que vió á PiU Y á Fox en edad
temprana descollar como oradores de fama universal;
que vió al primero arrancar á su patria del abatimiento
en que yacia; y lanzarse á contender con el Gran Ca-
pitan de los tiempos modernos que habia aterrado á toda
Europa. Que vió á tantos personages célebres darle lus-
tre y renombre en una de sus épocas mas gloriosas para
la elocuencia. Bolingbl'oke, North. Chatham, Sheri-
dam. Burke, Grey.


Desgraciado pueblo aflue! en que los ministros su-
ben y bajan sin saber por qué ni para qué; que pasan
por un reducido horizonte rápidamente cual una exhala~
cion nocturna, sin dejar rastro ni huella; que la mayor
parte dc ellos se profundizan á seguida en la sima uc
la nada, ó bajo la tumba del olvido para no aparecer




148 DEL REY.
jamás no siendo de un modo ridfculo; pueblo en que
Jas crisis mini3teriales empiezan por combinaciones
ocultas y tenebrosas y concluyen por un desenlace i1ro·
pinado y estravagante, en todo lo cual nunca se tiene
en cuenta su interés; pueblo en que el ministerio rara
vez reprellenta á la nacion saliendo de la mayoría de las
cámaras, sino qUe representa á una minoría insignifi-
cante, quizá á individuales siniestras y maléficas. Un
pueblo tal ó está azotado por una causa perenne y dele-
térea que todo lo bastardea é ¡nficiona, ó no está edu.
cado todavía para las prácticas parlamentarias; acaso
coexistan una y otra calamidad.


e El Rey necesita estar autorizado por una ley espe-
cial para lo siguiente •


• Para enagenar, ceder ó permutar cualquiera parte
del territorio español.


»Para admitir tropas extranjeras en el reino.
,Para ralificar los tratados de alianza ofensiva, los


especiales de comercio, y 10$ que estipulen dar subsi-
dios á alguna potencia extranjera. .


J Para ausentarse del reino .
• Para contraer matrimonio y para permitir que lo


contraigan las personas que sean súbditos suyos, y es-
tén llamadas por la Constitucion á suceder en el trono.


J Para abdicar la corona en su inmediato sucesor. J
En la edad media los Reyes de España miraban el


territorio de su mando como propiedades de que dispo-
nian de varios modos, por donacion, por via de dote,
por testamento. Sancho el Mayor fué Rey de Navarra,
AragoD y Castilla: repartió SU3 Estados entre sus seis




DEL RET. 1&9
hijos: á cada uno de los tres primeros dió un reino, al
cuarto la Vizcaya, al quinto Sobrarve y Rivagorza, al
sesto algunos castillos. Su hijo Fernando á quien cupo
en hijuela el condado de Castilla que convirtió en reino,
á imitacion de su padre dividió su herencia entre sus
cineo hijos, tres varones y dos hembras. Estas uniones
y separaciones sucesivas retardaron la formacion de la
nacionalidad española, y engendraron guerras civiles
fratricidas, sirviéndoles tambien de rémora en las con~
quistas sobre los árabes.


Otro mal deplorable de aquellos tiempos. Las pre:-
tensiones, las revueltas de la nobleza, los servicios
prestados en varias espediciones. las intrigas, las fac-
ciones, obligaron á los Reyes á conceder á aquella no
solo prerogativas de la soberanía, sino aun rentas y ri~
quezas propias. Esta prodigalidad que tuvo principio
antes del siglo XIII, fué tomando incremento á conse-
cuencia de las luchas de Pedro y Enrique 1I. Este <lila-
pidú el patrimonio real con lujosos donativos,. conti-
nuando esta conducta Juan II y Enrique IV. Semejante
desórdcn fué tan increible y e'lpantoso que Enrique IJI
no tuvo una noche para comprar la cena, y el mismo
Entique IV enagcnó las rentas de la corona para aten~
der á su subsistencia. Las Córtes reclamaban enérgica-
mente contra tamaños escesos (segun hemos visto en
otro capítulo); por de "pronto se ofrecia enmienda, pero
en vano. Causas particulares favorccian el comporta-
miento de los Reyes. Ellos además de los derechos de
que disfrutaban en calidad de scÍlores feudales, tenlnn
elros. El dominio sobre todos los terrenos que se iban




DEL REY.


conquistando y sobre los de la nacion. todavía no some-
tidos á ningun dueño. El dominio pleno que se habian
reservado de territorios, pueblos y villas que componian
su patrimonio. El dominio direeto y los censos enfitéu-
ticos de los terrenos que habian entregado con esta eon-
dieion. Entonees no estaban separados como ahora los
bienes privados del Rey y los de la naeion cuyo usu-
fructo les pertenece. Esta sÍtuacion anómala era el gér-
men de los abusos que nos oeupan. Asi se desmembra-
ron algunas flores de la curana de Castilla para premiar
espléndidamente á servidores, á favoritos, á palaciegos.


Si cuando los soldados de Napoleon pisaron el suelo
español, hubiera sidQ neeesaria la licencia de las Cór-
tes para la abdicacion. acaso este funesto suceso no se
hubiera verificado. acaso un Rey intruso no hubiera
profanado el alcázar de los descenJientrs de CárIos IIJ,
cn medio de la perfidia y la infamia, acaso no hubiera
tenido lugar la heróicamente sangrienta jornada del 2
de mayo con la guerra nacional que hizo su magnifico
cortejo. lIé aquí porque cual he anunciado antes, cada
artículo constitucional, es una necesaria garantía y el
resultado de Iccciones terribles y (}')\orosas.


La ratificacion de los tratados de alianza ofensiva,
los especiales de comercio, los que estipulen dar subsi-
dios á una potencia extranjera, pueden comprometer
hondos intereses y además reclamar mas ó mpnos leja-
namente el levantamiento de tropas ó la exaccÍon de
impuestos.


Lti salida del rdno, hecha por e\ montll'ca, puede
ser causa ó efecto de grandes disturbios. Cuando Cár-




DEL REY. 151
los V trataba de realizar su viaje con el objeto de coro-
"narse emperador, la mayor parte de las ciudades de
España veian con repugnancia la predileccion que tenia
¡¡quel por Alemania y su salida de la Península, y al
efl:cto le enviaron diputados. Cuando los Reyes eran
mas hien caudillos militares, y se ponian á [a cabeza de
sus huestes, y variaban de córte segun las circunstan-
cias lo exigian. Cuando acometian lejanas empresas
acompañados de sus principales vasallos. Cuando los
Reyes son los únicos árbitros de los destinos de sus
súbditos, quienes no pueden escudarse con ninguna
resistencia; entonces esa prohibicion fuera inoportuna.
Ahora todo ha cambiado. con los gobiernos representa-
tivos en especialidad. La capital de cada Estad o tiene
un asiento permanente: el monarca no viste la arma-
dnra y no rompe lanzas con los enemigos: las rclacio-
nes y protocolos diplomtílicos evitan muchas gucrras, á
lo cual tambíen conducen los intereseE del comerC'Ío:
los Reyes son para los pueblos y no viceversa cual acon-
tecia en otras edades. Los Reyes se casaban segun su
conveniencia y capricho no atendiendo en nada á los
intereses de la nacion: príncipes estraños venian á
compartir legal ó estralegalmente la soberanía, y dinas-
tías agenas de todo punto hasta á las costumbres v á la
lengua de nuestro pais fueron mas de una vez un azote y
una calamidad. Ex.tranjrros codiciosos y avaros, ora fmn'
ceses, ora flamencos, ora italianos se apoderaban de los
mas pingües destinos y esplctahan la España cual si fuese
una mina entregada á ~u rapacidad. Estos escándalos
fuer~n una de las causas que irritaron á las comunina-




152 DEL REl.
des de Castilla en el siglo XVI; la dignidad y la hidal-
guia castellanas protestaron siempre contra esa inmora-
lidad deseo.cada.


La abdicaeion del cetro es un acto que interesa á
todo el cuerpo social y no meramente al individuo ó á
la familia. Sin embargo en tiempo de Alfonso IV se cues-
tionó por la primera vez sobre si el monarca que abdi-
caba, podia volver á manejar el timon del Estado. Ra-
miro 11 cortó el nudo gordidno, mandando encerrar á
su' hermano Alfonso, quien le habia dejado la coro-
na para hacerse monge y queria volverse atrás de lo
pactado. Hamiro II abdicó á favor de su hijo Ordo-
ño 111. Cárlos V estando en BI'Uí'elas cede la España y
olros territorios á Felipe 1I, Y Felipe V entrega las
riendas del gobierno á Luis l. aun jóven. Este crde en
su testamellto el derecho de reinar á su padre, el cual
ocupa de n nevo el solio.


1 La dotacion del Rey y de ~u familia se fijará por
las Cortes al principio de cada reinado.»


En otras épocas los Reyes de Espafia cobraban tri-
bll tos ó derechos feudales, en consideraeion á sus fun·
ciones supremas. Aquellos eran valías: los yanlares,la
martiniega, la marzaga. la r¡ui n ta parte de lo que se
robare en las batallas, las 'I1wñ,·1'Ías. la auóana. la mo·
reria, los treinta dineros, portazgos. pontazgos, bar-
cages, montazgos J peages, la multa, la conftscacion. En
Aragon y Cataluña hubo las cenas, el carnerage, la pe-
cha J el maravedí, el bobage solo en Cataluña. Hoy dia el
patrimonio real está completamente separado del Tesoro
público y de los Lieues y estahlecimientos IJalllaucs ,k la




DEL REY. 153
nacion. Las donaciolies Enriqueñas no son fáciles como
cuando toJo se hallaba confundido en una masa comun.


Al hablar la PartiJa segunda del Rey, enumera la-
t!imentp. sus deheres como hombre p¡jblico y privaJo.
Dice que debe conocer, amar y temer á Dios: no Jebe
codiciar grandes honras ni riquezas, ni ser muy vici/)-
so; vestir apuestamente ; saber cazar; tener buen con·
tinente. Dice además cómo ha de portarse con su muger
y ella con él; Y como debe ser con sus hijos, parientes,
con sus oficiales, dependientes, elc.


HablanJo del Rq, dice el Fuero Juzgo: f€X eris,
si reclé frlcies; el si reclé 1/,011, facies, non eris rex.


De toJos nuestros Códigos se deduce que el Rry
eslah:l ohligaJo á cumplir las leyes, y los vasallos y
subdilos con derecho para resistir llls infraccione3.


Marian:l.en su libro Di? ege el Rl!ljis institutione, que
tanta celebridad adquirió en el siglo XVI ,ora pOI' las
agitaciones religiosas y políticas de Europa, ora por el
mérito y novedad de sus teorías, sobre todo en un miem-
bro de la compañía de Jesus, dice :-que el príncipe
está sujeto á las leyes. Que es bueno Inya en el Estado
instituciones qlle limiten el poder real. Quc es lícito
matar al tirano. Que no es permitiJo envenenarle, pues
esto ~eria obligarle á que se diese la muerte él mismo.
Defiende el tiranicidio y rebate las razones contrarias y
lo dispuesto por el Concilio Jc Constanza.


Digamos algo del feudalismo, que limitó el poder
rral pn la erlarl media.


El ill1perio ro r11 él 110 , como todos 11lS poJercs de la tier-
ra .. llegndo al ap0geo ue su engrandecimiento, se dc-




15i DEL REY.
bilita, se destruye, desaparece. Coloso formidable, sus
restos y fl'acmentos van á componer otras obras. Roma~
la princesa y la insolente depredadora del mundo, ex-
pió sus crímenes, viéndose hollada por la arrogante
planta de las hordas de Atila y de Alarieo.


Los pueblos, como los individuos, sufren su con-
digno castIgo y su cruel remr;rdirÍlier,to.
~in embargo la ciudad del Tiber ha ejercido cons-


tantemente desde su orígen, una dominacion absolu-
ta, ora por las armas, ora por el saber, ora por la con-
ciencia; su destino es providencial; continúa, en ciert6
modo, siendo toda vía el pueblo-rey.


Las falanjes del Norte, compuestas de guerreros de
indómita frente, se laman sobre el féretro del imperio
y se reparten sus sangrientos despojos, á semejanza de
aves de rapiña que sacian su apetito devol:ador en los
cadáveres tendidos "obre un campo de batalla. Despues
de irI'upcionés espantosas. luchas encarnizadas, cala·
midades y trastornos sin cuento, se establecen en dife-
rentes paises, y erigen los reinos indrpendientes de la
Europa. Al período de la conquista, sigue el período de
la lcgislaeion, el ue la organizacion social; el cruza-
miento de las razas y el c:uácter pronunciado de cada
nacionalidad.


Mas los instintos, los sentimientos de los puehlos
ger-mánicos eran de todo punto contrarios á los que ha-
Lian prevalecido anteriormente. El romano estaba de-
gl'adado, envilecido; sin valor, sin patriotismo; la cs--
clavituu era su derecho público y privildo; la mll~cr
vivia en una injuriosa lutela y sus prerogati\us eran




DEL REY. 155
muy limifadas; el sJcialismo, en la acepcion que aquí
corresponde, anonadaba al individuo.


El germano, el hombre de Septentrion, era libre,
valeroso, fuertc; el individualismo imponía la ley á la
sociedad: la muger era compañera, era igual del ma-
rido; era honesta, virtuosa, le seguia á la guerra,
comp1rtiendo con él los triunfos, y gozaba de grandes
consideraciones y preeminencias. Por tanto, durante
algunas cen turias, hasta la décima quizá, no se verifi-
có enteramente la fusion de costumbres bárbaras y ro-
manas; ó tal vez la desaparicion de las primeras para
ceder el puesto á otras nuevas y diversas.


Esos conquistadores audaces que asistian armados
á sus grandes Asambleas donde se ventilaban los nego-
cios mas importantes y que miraban en su gefe á un
eompañero; esparcidos por diferentes territorios lle-
varon estos principios, que eran la norma de su con-
ducta, á las leyes que des pues promulgaron y á los há-
bitos que fueron inoculando á los conquistados. Cuando
ganaban tierras á los enemigos, se hacían dueños de
todo, personas y propiedades, sobre las que ejercian
luego su predominio omnímodo, si. bien reconociendo
cierta superioridad en su caudillo. Hé aquí, segun al-
gunos J el orígen remoto J el albor de los feudos.


V camas lo que dice Tácito, que es el mas grave
historiador de la antigüedad. ~ Entre los germanos los
Reyes no tienen un poder ilimitado ni arbitrario J y los
generales mandan maS que con la autoridad, con el
ejemplo. Hán~e vi~to ejércitos vacilantes ó medio ven-
cidos que volvian al ataque por los obstinados ruegos de




156 DEL REY.
las mugeres, que presentaban el pecho á los fugitivos,
haciéndoles ver que tenia n delante el cautiverio. Los
germanos creen que en las mugeres hay algo de divino
y profético; por cuyo nlotivo no se desdeñan de seguir
sus co'lSejos • y haceo gran caso de sus vaticinios. Los
negocios de poca importancia están sujetos á la deli-
beracion de los gefes, y 10i árduos á la de todos. Los
germanos no ventilan ningun negocio público r.i priva-
do sin estar armados.»


El baron de Koff en su historia de Alemania, dice:
(Ese amor. ese respeto profundo, esa continua" vene-
racion por las mugeres • eran un ral'lgo distintivo de las
diversas tribus de la Germanía, y durante muchos si-
glos se con~ervó en una de ellas, que fué la de los
Francos, que mas tarde conquistaron la Galia, acaudi-
llados por Clodoveo. Las instituciones políticas de los
germanos contenian los mas preciosos gérmenes de li-
bertad, y así es que los pl'ínci pC8 S0]O eran ejecutores
de la voluntad del pueblo reunido en Asambleas deli.
berativas: de suerte que en opini0n de algunos publi-
cistas, el orígen representativo t~lVOSU CUIla en los
bosques de la Germania.»


Es un problema hist<5rieo larga y vivamente deba-
tido: -cuándo y de qué modo comenzó el régimen feu-
dal en Europa. Boulanvilliers, Dubas, Montesquieu.
Mably y otros escritores no están acordes sobre este
punto. Unos hacen remontar los feudos á los romanos,
y pretenden hallar una iJea oc Ills deberes de vasallo
en los de cliente con respe<Jto al patrono. Olros los ha-
cen derivar de los Lombardos. Dumoulin YC su ilf,úgen




DEL nEY. 157
en la djsbribucion de tierras que los Emperadores ha-
cian á los veteranos imponiéndoles la condicion de to-
mar las armag en defensa del imperio.


La época del nacimiento de esa instilucion es bas-
tante oscura. Lo que puede asegurarse es ~ que desde
el siglo Xl la Europa era completamente feudal, aun-
que no todos los paises lo eran de la misma índole y
forma. En Inglaterra. Alemania, Polonia y otras na-
ciones. el feudalismo no tuvo tanta influencia ni gra-
vitó con tanta dureza como en Francia. Esta fué el
asiento de la verdadera feudalidad. E'itablecida allí
probablemente desde los últimos Reyes de la segunda
raza, llegó á disfrutar de tal ascemliente .y prestigio,
que los derechos mas apreciables como los mas insigni-
ficantes, todo quedó sometido al feudo.


El poseedilr de este, díce MI'_ Guizot, se hallaba en
su distrito con todos los dCI'echos de la soberanía sobre
los hombres que lo habitaban, por ser inherentes al do-
minio y materia de la propiedad particular. Los que
llamamos hoy derechos públicos, eran entonces dere-
chos privados. La fuerza era bajo el régimen feudal, la
garantía verJaaera y habitual del derecho. El feudalis-
mo dejaba en manos de cada señor toda la porcion de
gobierno y soberanía que podia conservarse, sin conce-
der al soberano ó á la Asamblea de los barones, mas
que la menor porcion posible de poder, y tan solo en
los casos en que era absolutamente necesario. J


Los que han escrito tle la historia de España, dis-
putan acerca de la cx:is!.cncia dcl régimen feudal en la
corona tle Castilla.




158 DEL RElT.


Veamos 10 que era el feudo entre nosotros, Segun
las leyes de Partida, era una especie de beneficio que
daba uno á otro para que se hiciese su vasallo. Se co-
nocian varias clases de feudos: propio, impropio, de
realengo, simple, ligio, eclesiástico, hereditario, etc,'


Moron en sus lecciones de la civilizacion española,
dice:~Lo general ha sido considerar el feudalismo bajo
~l aspecto de la aristocracia> y así se ha definido por la
reunion de señOl'es independientes y de vasallos gerár-
quicamente subordinados. Se ha dicho tambien que el
feudalismo era la amalgama, la union de la propiedad
y de la justicia; de la riqueza territorial y del poder
público, Estas definiciones presentan uno de los carac-
téres mas m:ll'cados del feudalismo, pero son incomple.
tos. Para mí, aquel es el fraccionamiento del poder pú-
blico, y la posesion de este por los indí viduos Ó corpo-
raciones»


Tapia en la historia de la civilizacion española,
dice:-Nada de lo que constituia el feudalismo, existía
en Cas:tilla, El monarca gozaba la suprema jurisdiccion
ci vil y criminal; ejercia en toda suplenitlld el poder
ejccuti vo, el derccho de acuñar moneda, el de convo-
car las Córtes • á las que concurrian los magnates. no
como soberanos inferiores llamados por un superior,
sino como súbditos. Los señores no disfrutaban dere-
chos de soberanía propiamente tales, á no ser por pl'i-
vilegio ó concesion del Rey. El e,'tado en que se halla-
ban á la sazon las monarquías cristianas de España,
era incompatible COl~ el régimen feudal europeo. por-
que la guerra continua con los árabes, obligaha á reu-




DEL REY. 159
nírse bajo una misll!a bandera. No podian ·Ios barones
vivir largo tiempo encastillados, cual aconteci-a en el
reslo de Europa; á esto se oponian las leyes y costum-
hres del pais, y las incesantes invasiones de los enemi-
gos. Tampoco los selÍores recibían las tierras y los pue-
blos que les tocaban en ~epartimiento J con aquellas altas
atribuciones de la soberania.)


MI'. Hallam en su historia de la edad media, ase-
gura; que en Castilla no existió el i'eudalismo como
en otras naciones y especialmente en Francia .•


Lafuente en su historia de España, sostiene que la
nobleza leonesa y castellana no alcanzó la in¡;]ependencia
y el poder que obtuvo en Alemania, Francia é lngla-
~erra, ni se conoció aquí la rig:.uosa instituciongerár-
quica del feudalismo, ni los condes y señores de Casti-
!la tuvieron el derecho de batir moneda, ni el tribunal
de los Pares, ni las ayudas pecuniarias, ni otros. N o
hubo verdaderos feudos sino en el condado de Barcelo-
na, donde los introdujeron los Francos; fundadores de
arluel Estado, de sus leyes, usos y costumbres. La no-
hleza catalana orgaflizaua gerál'quicamente como la fran-
cesa y diviuida en condes,-potestades segun-los Usa-
gres,-vizcondcs, etc., tenia Ulla jurisdiccion privile-
giada para sus causas, administraba jll~tieia por sí ó
por sus bailes: existian para ellos los juicios de los Pa-
res: Jos ~bal'ones eran sentenciados en su córte por Jos
harones, los caballeros de un escudo por los de igual
categoría, etc. Y aunque los derechos de los príncipes
fueron en Cataluña mayores que en otros paises feuda-
)es, los de cada señor ~obre sus vasallos, plebeyos ó




160 DEL REY.
payeses, eran' absolutos, y algunos hasta inmorales y
repugnantes. El vasallo no podia repartir el feudo entre
sus hijos sin permiso del seiíor. El payes que recibiese
daño en su cuerpo, honor ó haber, debla reclamar al
señor y estar en un todo á su justicia.


El marqués de Pidal, en un discurso leido en la
Academia de la Historia, se espresó en estos términos.
-Estas desmedidas atribuciones de las ciudades, han
hecho pensar á algunos de nue:S1ros escritores, que el
sistema feudal no fué conocido en Castilla: la deduccion
contraria hubiera sido en mi sentir. la mas acertada.
Uno de los caractércs mas distintivos del régimen feu-
dal. era el fraccionamiento de la sociedad, la debilidad
consiguiente del gobierno central, y la constitucion de:"
pOllcl'cS escéntl'icos y locales. Donde quiera que existe
el gobierno feudal, hállanse al lado del baron el conce-
jo; al lado de los señoríos las ci udades ; al lado del caso
tillo y torreon del fijo-dalgo, lo~ muros y adarves del
municipio. Así existió el feudalismo en Francia y en
Italia, en Inglaterra y Alemania, donde si bien fueron
escesivos y exorbitantes los derechos de los grandes y
barones, no 10 fueron menos los de los comunes y ciu-
dades. El concejo era pues en Castilla como lo fué en
todas partes, una pieza de la máquina feudal, y figu.
raba y IHJmbreaba al lado dd rico hombre, del prelado
y del maestre de las órJencs militares, como una parte
integrante, como un miembro vivo de aquella organiza.
cíon singular. ~


Para algunos historiadr¡res, el único señorío feudal
conocido cn los reinos ¡le Castilla y Lean, filé el de




DEL REY. 161~.
Portugal, que con título de condado dió el Rey D.AI-
fonso VI á D. Enrique de Besanzon, casado con su hij.a
natural Doña Teresa. .


En Aragon existió una especie de feudo denomina-
do de honor.


En Catalufia las cosas pasaron diferentemente. Esa
porcion de la Península fué del imperio de Carlomagrio,
del que importó sus hábitos. leyes y costumbres de que
va hecho mérito. En Cataluña hubo verdadero feudalis-
mo. El Abad del monasterio de. Poblet fué un señllr reu~
dal; como tambien algunas ciudades entre ellas la ae~
tual Tortosa, aptiguamente Dertu~a y despuesDertosa¡ ,
Esla ejercia el mero y misto imperio,; su veger y palwfs"
corregidor y coneejaJes- estabJecian diferentes castigns
hasta la pena capital. La pahería, concejo, era un pe~
queño soberano. En el archivo del ayuntamiento de esta
ciudad obran varios pergaminos que acreditan aquellas
aseveraciones: uno de ellos es un requerimiento de Ji •.
ehos veger ó vicarius y pahers, delsigloXIIl en el
reinado de D. Jaime el Conquistador. $obre el abuso que
habia cometido el Bailío del lugar de Amposta. hacien-
do ahorcar á un vecino de Lérida , en mengua de Jil ju·
risdiceion de la repetida Dertosa: este pergamino está
escrilo en latin bastante correcto. Además del c(ndado
de Barcelona que fué un señorío feudal y superior á
los restantes de la Gothia ; hubo los de Rosellon, Cel',
deña. Pallas, Ampurias, Besalú; Urgel, y Tarra-
gona, y vizcondados y baronías de mayor ó menor i!ll-
portancia.


Varias poblaciones (eujan el derecho de acuñai' mQ-
11




162' DEL REY.
neda: DetLósa. Gerona, Cervera, Vich, Granollers,
Tagamancnt, Vil/afranca del Paáaués y otras m:Uchas.
tos condes de Catalufía tuvieron asi(lni5010 eSa :regali:L


En vista de estos antec~delltes , ffi&oréO élut'o!'Ízado
para afirmas dos cosas. PrimeÍ'a: El verdadefofeudali~·,
fiO,. su esenoia constitutiva, era; la nulidad del poder
real ante los baron-es, la prepotencia deeslós, el ejer-
cicio de todas lás prerogati vas de la sobérarrÍa en sus
respectivos, territorios: la acuñacion de móneda; la'
cx.acciuíi de gabelas'} tributos; la jurisdiccion civil y
criminal; la tegalia dé iler juzgados solo por 'sus pares;
el de' formar en ciel'tos casos la grand~ Asamblea; ade- .
más otras i[)'deMfosas, infam€s, opuestas ala razon y
al sentido cornun. Segunda: En Castilla hubo durante
a1gunos siglos un gobierno que merece la calificacion
de feudal, aun cuando no Jo haya sido en el mismo
gra¡}o yen teramé1lt.e, cual se hallaba, asen tado en otros
paises. Repó'blica hubo en España como en Roma, como
la hay actualmente en la Amét'ica del Norte; no obstan-
te la diferencia de estas repúblicas, es inmensa, pro-
funda. Monarquia absoluta hubo en casi toda Europa en
Jos siglos XVI y XVII, sill embargo la divcljencia salta
a los ojos desde luego. En la historia de nuestro conti-
nente es digno de notarse un hecho capital: Jos gran-
des acontecimientos que la constituyen y caracterizan,
son general~s; mas ó menos hán tenido lugar en todas
partes; rórmiu'l incidentes ó fracciones de un pensa ~
miento fecundo, gigantesco, univcrsal; contribuyen, en
fin, á que pueda trazarse á rasgos colcctivos, la lisono-
míaexacta yespreEiva de nuestra civilizacion. EjclIl-




DEL REY.


plos: la incursion de los pueblos, del Nor,le; las here-
gías mas famosas; las cr\.lzadas ; la sucesiva prepotencia
de los Reyes; el dccaimento progresivo de la nobleia;
la inquisicion; la reforma reJigiosa; el renacimiento; la
revolucion política ,eíe., cte. Así e.l feudalismo filé UD
hecho complejo, [lil~íti(orme, que se eslendió pOI' donde
,qui~r~ con mayor fuerza y vigor, segun las eircuDs-
taneias y lá$ituacion de las diversas localidades. '


Del exámen de iufi~itos documentos de concesiones
otorgadas por el monarca á los particulares, á las cor-
poraciones así ci vi,lescomo religiosas; de la Partida
segunpa que, ; hAbla ~yl .qere?ho pú~lico nacional; del
F~ro ,viejo de C(j.sli!!a que trata dc, las preemine~ldas
oe los nobtes ;de 10$ fueros mUI~icipj11es queCQmpren-
deo las inmunidades y exenCÍoMs del estado llano; de
los escritores de nuestra historia, no menos regnícolas
que extranjeros, y de otras Vllrias pruebas, se d~uucc:
que el gobierno de la corona de Castilla durante algu-
nos siglos ,desde .el XI al X~V , que es cuando se des-
arrolló y floreció el feu,dalismo, f!Jé una monarquía re-
,ducida y limitada; que aquel ejerció allí su parte de
influencia, pero fué un feudalismo moderado, de me-
nos pretensiones. de menor poder legal y sociaÍ que
en otras regiones. La UTistocracia castellana ~ si bien ar-
rogante y bulliciosa, lo fué mucho menos que la ingle-
sa y la francesa; muchísimo menos que la primera, la
cual uesenvainaha la espada delante de sus reyes, di-
cien do: Hé aquÍ los títulos de nuestras posesiones y
rcgalias; les arnllcaba pactos y compromisos con Yen-
taja del procomunal ; los procesaba y hacia subir al eu-




16~ DEL REY.
dalso. En España, por el contrario, el amor á los Re-
yes fué siempre constante, sincero, profundo por lo
general y e'n el p'eríodo á que me refiero.


,Veamos ahora cuál fu~ el intl ujo del feudalismo en
el Estado. Antes de todo no será fuera de propóiiito ha-
cer una esp.licacion. Respecto de los hechos que se van
realizando en'el decurso de las edades, hay quien los
apre,cii:f en sí mismos absolutamente, sin tener en cuen-
ta las tradiciones, los antecedentes. las exigencias de
las éplJcas, el encadenamiento de esos propios hechos
á largas distancias • y constituyendo el tegido de la his-
toria. Juzgan á los hombres Llesiglos remotos, cual si
fuesen contemporáneos; y fallos de luz y acierto estig-
man ,y condenan todo. Hay quien siguiendo una con-
duétá inversa, aplaude y alaba cuanto se ejecutó en
apartauas centurias, sin mas datos ni análisis, creyen-
do qtle cualquiera suceso que existe y se consuma,
lleva consigo la razon suficiente de su conveniencia y
utilidad. Así que estos pensauores no vacilan en deren-
'der los crímcnea mas execrables y las revoluciones mas
sangrientas; tal discurrir pertenece á la escuela fata-
lista.


Me persuado de que paraexistimar cual importa
los accidentes histódcos, es inuispensable desde luego
la imparcialidad, hija de la huena fé; además trasladar-
se á la escena que se describe; respirar por un momenlo
en aquella atmósfera; vestirse con aquellos trajes, aco-
modarse á áquelJas condiciones; tomar un papel para
ser actor entre los pel'sGnages con quienes pretendernos
identificarnos.




DEL REY. 161$
El feudalismo puede y debe ser considerado b.ajo


dos conceptos; en su relacion con el órden político, y
en su relacion con el órden moraJ y social. Por lo que
toca á lo primero, el feudalismo dividió. dehilitó el po-
der público. Hizo muy difícil. si no inasequible un
sistema regular y est3ble de gobierno, á la par que fo~
mentó la independencia de ciertos vasallos y las pasio-
nes rebeldes y anárquicas de los magnates. Orígen, fun-
damento y escudo de innumerables vejaciones y trope-
lías de estos sobre los pecheros y villanos, jamás pudo
conciliar intereses hostiles, jamás pudo conseguir que
los oprimidos y las víctimas hiciesen causa comun con
los opresores y llegasen á comprenderse y armonizar-
se. Fué una institucion enemiga de toda· libertad y de
toda igualdad l@gal. Aumentaba la soberbia, la insolen-
cia, la crueldad de los unos; rebajaba, deprimia, ani·
quilaba á los otros. Creaba derechos de todo punto in-
compatibles con la moral, que eran un semillero de
escesos y abusos. Guerras sin descanso por motivos li-
geros, y sostenidas por la vanidad y los odios. Las·
atrocidades mas inauditas quedan impunes con solo tras-
pasar los límiles de un alfoz y guarecerse en él de otra
ciudad ó villa. Nada de comunicaciones internacionales,
no siendo para un fin dado yen ocasiones raras .. Escasa
indastria, reducido comercio, si bien con notables es-
cepciones : ningun asnmo de nacionalidad: la ignoran-
cia. esparciendo por donde quiera su negro manto. El
desórden, la confusion , el porvenir mas sombrío: todo
se presentaba de suerte que las gentes supersticiosas
creyeron mas de una vez: cercano el fin del mundo.




166 DE!. REY.
-Relátivamente al órdenmoral y social. el feudalis·


mo elevó al hombre librej creó en ciertó' modo la subli-
m'e pasion de111Onor; esciló poderosamente los senti-
mIentos de lealtad. Í\indiÓ' culto poético y ca,>i divino á
la muger; hizo el amor ~l'hello sexo. cabaHeroso y he-
róicoj fué la ha~e'de 'la''clh111ería andante y de todás las
grardes acciones 'y a'venhmis~ El siervo 6 colorio adicto
á la g1eba fué de mejor condicion que e1 esclavo rtilríá~
no j 'tenia mas seglJridad y dcfensa; aunque era reputa-
do COltlO parte'i,)iegrante d.e las tierras, no podiJ ser
ven'diJo solo. no podia ser maltratado ni hel'ido' irripu o
netriente; no era tenido por c!)sa , sino que d¡'sfrufab"
de unl p~rsonatidad ásu modo; era, en fió • unlltl'an-
sicion para lleglr á ser par'cero y hombre libre. Elfo'-
mance espaíif;¡" progresó y se perfeccionó; los trobado '.
res acuJian á los castillos donde hallaha!n acogida y
pl'oteccio}1, y donde cantaban las proezas y las glorias
de los Cab:l!l8ros. El valor á toda prueba; lá hidalguía y
el honor castellanos; la constancia y sufrimiento en los
pelig'ros mas inminentes; la bizarria y la apostura.


ToJo esto fué debido mas ó menos á ese feudalismo
qu~' se aclimató en Castilla, allnr¡u0 I1n tanto diversn
del que en otras naciones produjo análogos 6 idéntico,>
efectos, por esa ley de asi milacion que preside ti los
,destinOs de toda Europa. -


El feudalismo desde su nacimiento hasta su primel'a
dcsaparieion, ocupa la edad media. Esa edad tan ensáI~
zacla pOI' U!1OS. tan denigracla por otros, y C{ucdesp'ues
de todo. es objeto de admirncion y Clllusia~mo, Porql1i>
durante esa cvolucion de siglos, y no oIJ"laÍlle lo que




DEL REY. 167
va .espresado , vivieron un San Isidoro. un San Agustin,
-un Alcuino de York ,un Gregario aeToUl's ,un P:edro
A belardo, el Dante, el Petrarca , é infinitos otros vapo-
Des preclaros y celebérrimos',· que ilustraron con su 5a·
ber alarbe, parecidos á esos faros luminosos que guian
al navegante en la inmensidad de Jos mares. Porque se


·éonstruyeron esas catedrales magníficas de Leon, BlIr,.
gos, Colonia, Milan y otras muchas que sorprenden
además de su elegancia y mages~!ld, por la inteligencia
y el atrevimiento delartifice; á,tiempo que se populari-
zó la arquitectura gótica, grandiosa, colosal, que con
sus ogivas, sus agujas y pirámides y su austera sevc.'"
rillad, elevan el alma á la. contemplacion del Omni-
potente y de las regiones celestiales. Porque tuvo le-
gisladores como Carlomagno, Alonso X; guerreros como
Aloi1so VIII, Rodrigo Diaz del Vivar, Pedro Oayardo;
ganamos batallas los españoles, como las de Covadoll-
ga, Navas de Tolosa, y el Salado; y ondeamos nues-
tros pendones en los muros de Toledo ,de Sevilla y de
Granada. Porque de entonces dimanan el sistema repre-
sentativo. el juicio por jurados de que tanto alarde ha-
cen hoy los puehlos cultas. Aparecieron los poemas de
OssÍéln, el del Cill , 105 Níbelungem, los EJ'zalungem,
los can los y poesías de los Mi nnesangeJ's y de los l\1eis·
tersrenger3, monumentos de literatura; lus cai1itulares
de Francia, las Siete Partidas, monumentos de legisla.
cion. Al paso que haho artistas eminentes; la ciudad de
Colonia poseia una escuela de pintura; Iloreció la de
sobre el vidrio; famosos arr[uitectos legaron á la postc-
¡¡liad obras mal!stras que suponen profundos conoci-




HJ8 DEL nET.
rrii~n~os de estátiC<} y mecánica. Al paso que las córtes
dtiamof'y.los:juegos.florales eran un foco y un certá-
mM de buen- gústo en las bellas . letras y en la gaya cien-
cia. Se inauguraron las cé1ebres universidades de Paris,
:Bolonia, SalamilOca. Los ál'ahes invental'On cierta clase
de guarismos. perfeccionaron la aritmética y el álgebra;
cultivaron la mediéina con los ramos auxiliares, la as-
h'onomía y la poesía; erigieron la biblioteca de Córdo-
ba, la AlhalUbra, el Generalife, lils suntuosas mezqui-
ta5, convertidas algunas en templos católicos; y los
fantástieos .alcázares. pensiles y maravillas de Zara,que
desaparecieron hasta en sus ruinas cual ténue arisla
arrebatada por el huracan.


La elLlll media que dá principio con granues saCll-
dimiento3, y concluye bienco!l Guttemberg. bien con
Lulero, ora con el renacimiento. ora con la conquis-
la de la América; la euau media es. en suma, un do-
cuente paréntesis, un período gigantesco. una brillante
epopeya en la historia de España, de Europa y de
mundo.


Hemos visto el orígen •. el crecimiento y el apogeo
del feudalismo, ahora veremos 8U decaLlencia, su des-
aparicion. Espondremos las causas de esa trasfonnacion
social.


Coelác.eamente el feudalismo nació y llegó á su ma-
yOI' altura, un poder ri val; el de las ci uJades. En las
Córtes ó Concilio de Leon de 10.20, aparece su Concejo
con privilegios ó leyes especiales; costumbre comen-
zada ya en el reino de los godos; aparecen lambien
constituiLlas las llehelriase en las qlle las j untas los




bEL REY, f69
vecinos elegian al señor que habia de gobernarlos. Muy
pronto los concejos obtuvieron la faculfadde nombrar
á los que habían de jU1-garlos. y la de elegirlos anual-
mente ent.re sus vecinos. De la misma manera obtuvie-
ron casi todas las demás atribuciones que gozaba la alta
aristocracia: imponian pechos y derramas. levant.aban
saldados J se lig;tban y confederaban entre 'si en las her-
mandades tan célebres en nuestra historia. Tenian el
anárquico derecho, tan cuidádosamente defendido por
los fijosdalgo de Castilla," de hacer la guerra por su
éuenta contra otros concejos y contra los ricos.hdmcs;
enviaban á la hueSte del Rey á sus vecinos acaudilla-
dos por cabos de su eieccion. bajo su estandarté.


La e5tral)rdin;¡ria espedicion de las Cruzadas produjo
efectos de trascendencia incal~ulable J si bien Jos espa-
ñoles concurrieron á ar¡III~lIa en corto número. pues
crnz;:¡das tenían tambien en el interior de su nacion.
AlgullGS señores tuvieron que enagenar sus propiedad.es
plua sostenerse durante esa empl'esa; otros daban liber-
tad á los esclavos. Con tan largos viajes y con el con-
tactG de apartados y diversos paises; con la instruccion
adquirida á vista del resto de Europa y del Asia", las
relaciones se estrecharon, los pensamientos generales y
uniformes empiezan á asomar, nuevos descubrimientos
y saher son importados de vuelta de,Jerusalen. Las re-
públicas de Italia estaban florecientes, siendo dueñas
del comercio del Mediterráneo. Las ciudades anseáticas
de Alemania. ligadas por íntimos intereses, eran un
emporio y un elemrnto de riqueza y poderío.


Los Heyes ciñen su frente con el laurel dc la '"icto-




~70 DEL REY.
ria e,n Jos eIlCIJ~ntros y ¡oombates eOIl los árabes. La co-
fOna de Castilla ensancha sus límites y procura contras-
tar las deBmesul'adas exigencias de los magnates; con-
,dueta que siguieron desde AlfonsoVIlI hasta Cárlos V,
queaniquil4roola nobleva casteilana. así como sucedió
en F¡'ancia desde Felipe el Hermoso hasta Richelieu. La
creacion de la clase media, con deseos deinstruccioD y
con aspiracioi1es al mando. La entrada de las villas y
caudales en las córtes y por derecho propio, viéndose
alli frente á frente con la aristocracia. '


L(\s Reyes Católicos plantan la cruz' en los muros de
la mansion de Boabdil, y lanzan al Africa lcisrestos de
la morisma; se cubren con el manto de las órdenes mi-
litares, obligan á los sefiores á que abandonen sus cas-
tiilos y fortalezas; es~ienden sus rel.1ciones internacio-
nales.


Se inaugura la diplomacia y la política de los tra-
tados y transacciones. Las guerras toman un carácter
nacional. Los poderes locales y escéntricos se resuel-
ven en poder central. Se descubre la brújula, la ¡m··
prenta. Colon se atreve a sujetar las olas del Océano.
Se apodera de los hombres el prurito de lejanas y aven-
turadas esploraciones. Vi pólvora da fin al antiguo arle
militar: crea diferente tá.ctica y estrategia; el valor per-
sonal decrece en importancia; la espada del noble cede
su puesto al fusil del plebeyo; el ariete bélico y la ca-
tapulta son sustituidos por el cañon. La toma de Cons·
tantinopla por los tu reos, fuerza á los griegos á refu'·
giarsc á Italia, donde esparcen los códices, 10'\ cUIH!rM,


-las obras • y dcnüs creaciDnes del genio de la anliolk.




/JEL REY; 1,7+


dlld. Las ciencias y las artes reforzadas COO, est.as pre-
ciosidades, rejuvenecen y progresan, amoJdánuose á la
forma clásica; de aquí el renacimiento. Los ejércitos
pérmanentcs robw~teccn la üignidad real y ,cooperan á
sus designios ,al paso que dan prestigio al estado llano
minando así el monopolio de {os próceres en ,el manejo
y superioridad de las armas.


: Torfo, en suma, muda de aspecto, y: conspira para,
(':()ncluir conl:.t nobleza feudal , y para agrMdar y 81'1 al "
teeú á sus formidahles competidol'es, los Reyes, quie"
ne~ sehaéerl túnibl(~s y prcpoterites, cualrnar hmenr
slírable que recibe las aguas de ,los caudalosos riosque
en él' desemboetúl.


Los' ültimos' reSlos del r.eudalismoexi~l¡eron ,en
Francia hasta la revolucion de t 789, yen España bas~a
el siglo presente.


El feud:llismb cumplió su mision; ahora yace fU la
tumba. Tal es la suerte que alcanza á los hechos his.tó-
ricos que agitan al mundo por dilatadas centurias. No
es pnsible la reaparicion de una época feudal: hay en·
tidades que no se reproducen jamás en el discurso de la
vida social. No me persuado de que la suerte de la hu·
manidad sea girar en UIl círculo inflexible y eterno,
segun la doctrina de Vico, plles esto seria la parodia
del tormento de S¡sifo ó de hion. Creo que á cada pe·
rÍodo evolutivo, eh ·cada série de siglos y al través de
mil 'obstáculos y confrariedades > la humanidad va 3Van·
7:l1nl!o ('(H)s!antemenle en la senda de la civilizacíon,
aunr¡ue á n~r('s (~ll Ap¡'¡ri¡\I1cia retrograda ó 'se p;'lraliz:l.
"iajero infalió:lhle recorre valles, montafias, desieroos;




172 DEL REY.
sufre riesgos y naufragios j pero siempre acercándose al
término de su carrera; en I,anto que las generaciones
presentes legan a las venideras, los arcanos y adelan·
mientos qllehan heredado de las anteriores. aumenta-
dos con el tesoro de "su propia sabiduría y sus incesan-
tes tareas y elucubraciones.


No injuriemos. pues. al feudalismo. En su. tiempo
rué un progreso, 6 cuando menos, el gobierno que po-
dia baher; el antemural "de la barbárie; el gérmen de ac-
ciones generosas y her6icas; el punLo de partida de los
medros y del vUelo que rué tomando la sociedad europea.


"El feudalismo llevaba una ventaja á nuestra actual
sociedad. Alli habia pundonor. creencias, religiosidad.
virtudes cívicas. eri medio de cierta grosería y de la
supersticion ."


El feudalismo está muerto; pero de sus cenizas sur-
gió la nobleza actual. sobre t:>do la grandeza de Espa-
ña. Ella se envanece con las heroicidades y los perga-
minos de sus ilustres progenitores. Ella tiene ,'ecuerdos
y timbres inmarcesibles. Ella existe yes un hecho en
la historia contemporánea. Por tanto. no es justo ni
prudente abandonarla ni destl'Uirla. Por el contrario, el
ponerla de acuerdo con las necesidadrs de nuestra so-
ciedad , considerando su propiedad territorial. su in-
fluencia, S:.l prestigio como elementos de órden. como
paladium de las libertades públicas, y de las institucio-
1H'S políticas. es el hondo problema que todavía está
p~r resolver, no obstante que su resolllcion es urgrnlf',
y de ella penden en no pequeña parLe el hieneslar y el
porvenir de nuestra pah'ia.




DE LA SUCESION A LA CORONA.


LA monarquía goda fué electiva en sus primeros
tiempos, y soliascr el gefe ó caudillo el que mas se dis-
tinguia en la guerra : cosa natural en un gobierno mi-
litar y en las eircunstancias que le circundaban. La
elcccion, como ordinariamente acontece, era un foco
de intrigas, á veces ocasionaba motines y tumultos. De~­
de Recaredo el clero ejerció grande influencia'- y alián-
dose con la aristocracia monopolizaron la eleccion, al
paso que se empezó á exigir ciertas cualidades á los
pretendiel)tes : una de ellas em ser católico. .Mas ade-
lante se concedió al Rey la facultad de nombrar su-
cesores. mas debia este acto ser confirmado por los
electores; hasta que al fin, antes de Pelayo. la elcc-
cíon quedó casÍ reducida á una mera fórmula. pues el
sistema de la monanl~ía hereJitaria iba grangeándose
pl'oséli los en touas partes.




17," DE LA SUCESION A LA CORONA.
El gobierno de los godos es una prueba mas de las


consecuencias desastrosas de un reino electivo. Aque-
I10s R~yes. unos fueron destronados, otros asesinados,
estos víctimas de negras traiéiones, aquellos objdo de
sarcasmo. Parecía quecl imperio romano.de Neron y
~rp¡eip.Ílq $elepresen~b~en los Teudiselos; Vittrieoil y
Witizas. La desgraciada suerte de Polonia se debió en
mucha parte á las eleccic:wes de sus monarcas. La Rusia
tomó un pretesto para intervenir como amiga, deseosa
de ~ostener la tranquilidad y el órden, y obrando á me-
dida de' su artera política. hasta que concertados tres
vecinos prepotentes y ambiciosos, dividieron aquella
nacion valiente y generosa, que tantos servicios habia
prestado á la cristiandad cuando los turcos in\"udirron la
U ngi-ia:,: yaHmp'erio de Austria cuando un !ligIo desp.ues
sitiaron á Viena: y no obstante ese mismo imperio de
Austria se aprcsnrabaen 177i. á despedazar á la Pvlo-
nia, fraccio'nada, débil é indefensa. ¡ Tan cierto es que
la historia es una continua série de ingratitudes san-
grientas ! . .


Donde quiera que hay una monarquía electiva, se
tiende insensiblemente al'principio hereditario ;es una
especie de gravitacion indeclinable. Sin duda que abso-
lutamente y en la regio n de las teorías· será choeante
que un niño herede el derecho de reinar á millones tle
hombres, que ese niño venga con el funesto cortejo ue
una regenéiamásó mcnos prolongada, de que .Duestra
patria conserva recuerdos bien desconsoladores; y, que
ese niño sea mas adelante una persona acaso ,estúpida,
jnmoraf, c1epra\'ada. Pero mi1'emos el cUll¡}m pOI' ti re-




DE LA SUCESWN ALA CORONA.. 175 .
verso :.¿cuántos imbéciles, cuántos malvados,oprobio
de -la humanidad, no han sido proclamados por.lasco~
hertes pretorianas 1¿ Cuántos tiranos, cu4ntos usurpa ....
dores no (ueron elegidos por 'las repúblicas :mas libres
de la antigüedad, que se jactabáfi, de ir en' esto eomoen
todo, á fa vanguardia de la civilizacion? No üf:videmos
que los pal'tidos políticos, las amnistías )el ostracismo,
y otros nombres que usamos modernamente tienen su
origen en las revueltas y perseúuC'iones de la,GI'ecia,
escilada por sus diferentes eteccio~es al mando yal po-
der.Además en Jos gobiernos- re~esentativos en que
hayd;ecoro·y hOMI', los reyégn()pueden~cer :el mal¡
Stno el bien Hoy., dia el espíritu públiCú "la Ü'pimon pu-
dlica, es algo, es mucho ~ es t.,do: semejante á los'
miasmas que causan las epidemias y las muertes re-
pentinas, por mas que nadie los vea ni toque; -esa
opinion púbHca no toleraria que se repitiese el atentado
de Caiígula nombrando cónsul á su caballo. Sea esto di-
cho en justicia üe nuestras sociedades.


Retirados á las montañas de Asturias Jos'principales
restos de la monarquía goda. y rindicndo culto aquellos
heróicos Mpaiiolesá las leyes y costumures vigenles antes
de la invasion de l:Os árabes ,sucedió á Pelayo su hijo
Favila, y habiendo~ido muerto por un oso en una cace-
rla fué elegido para sucederle Alfonso, duque de Canta-'
bria, cuñado y yemo de Pelayo, que dejó el reino á su
hijo Frucla, En tiempo de Alonso 11· tuvo lugar por
la primera vez, la cuestion de si era preferible para he-
redar eltróno, el hermaLH) en competencia con su sobrio
no, hijo del anlcJ'Íol' monarca. El hiJO quedó triunfante




n6 DE LA. SUCESlO" A LA CORONA.
Y lo mismo Alfonso IV ,contra quien tuvo lugar por
segunda vez la indicada cuestion ,pue~ .Fruela Il pre-
tendía .ser antepuesto al prÍmogénito de su hermano ma-
yor Orrloño n. Tercera vez con D. Sancho y Ordoño IU •.
A la muerte de Alonso X el sabio se resolvió de hecho
otra cuestion que habj~ocupado ya al gran legislador:
á saber: si su hijo D.: Sancho IV segundo-génito era
preferible en la. sucesion al infante D. Alonso de la
Cerda, hijo de D. Fernando, primogénito este del Rey
sabio y muerloant.es quesu padre, ó lo que equivale á
esto: si el.nieto tenia mejor derecho .para. suceder en
la corona á su abuelo, en. competencia con un tio her-
mano de su padre difuato á la sazono Las opiniol'tes es-
tán uivergenL~I'.: yo ',presumo que Sancho IV no rué
usurpador.)~ino sucesor legítimo. En los casos prece-
dentes se discutia sobre el derecho del pariente mas
crecatlo. si lo era el hijo ó el hermano del último Hey;
aquí .se trilla del uerecho de representacion de un hijo
en el sitio de su padre escJuyendo á los. hermanos de
este. La3 Pa¡'Lidas establecieron el modo de suceder como
en un mayorazgo regular, prefiriendo siempre el nieto
al tio, hermano del fallecido. Mas antes de la pulJlica-
cion ue las Partidas la costumbre era contraria á esa
disposicion. Este código no fué publicado solemnemen-
te hasta 1;H.3, cuando se celebraron las Córtes de Alcd-
lá bajo Alfonso Xl. Cierto que iball adquiriendo autori-
dad y prestigio entre los jurisconsultos y los doctos,
mas no eran una ley vigente; ¿y cómo habian de ser si
Alonso X no pudo conseguir el planteamienlo del Fue-
ro Redl CJn que se propuso uniformar la legislaCÍol1,.




DE LA. SUCESION· A . LA', CUMN! :61
porque atacaba los fueros é inmunidades' dé la nobleza,
que; se ÍnsUl'fcccionó en. la: villa de Lerma •. conducta
que obligó al Rey á dejar sin fuerza dicho fuero? ¿Cómp
era posible prorilU'lgar las Partidas como un código ati~
téntico-, estando Heno de ideas y preceptos que se ale-
jabaninmensamente de las tradiciones y -háhitos :dfHos
castéllan.os ?, Por otra parte el repetido Alonso &,dook-
ra en' su tO'StameÍlto que haLili' preferido ásu hijo Don
Sanchó, por con formarse, con la costumbre antigua : . ...;.,..
y 110S catando el derecho antiguo y la ley de ralOD se-
gun el' fuúo dé España, iotorgamosenioncesá D. San;"
eno'-nuestro ~ijG que le hubiese en lugar: de D. Feman-
doqueera mas llegado por via derecha que. los . nuestrOs
nietos. Y aunque con posteridadie deshetedósu padre,
no citó' al efecto las)eyes' de Partidas, sino las tropei-
lías y desmanes cometidos i motivo que no era bastante
para privarle de la corona, sin una disposicion es presa


, y terminante .. No empece tampoco el razonamiento de
. Don Juan 1 en lasC.órles de Segov-ia:de.1586. Este Rey
sostuvo a]gun tiempo la guerra contra el duque:de Alen-
C$ter de Inglaterra. con motivO' de las coronasdeCas-
tilla,· Leon y Galicia. El duque inglés fundaba sus .pre-
tensiones en el derecho de su esposa Doña Constanza.
como parienta de la línea de D. SaI1chlj -IV ; por .tanw
convenia que este pasase por un usurpador; á los ojos
de D. Juan I.


El código alfonsino admite á las mujeres á la suee-
5ion de la corona en igual grádo que 'los ba~ones. y á
faltadeestos: tambien las admite para regentes~,du·
rante la, minoría de los Reyes, Antes Y'despues de aquel


12




'.~~ DE- LA SUCE~ION A LA CORONA.
,eódigo hi haLidoReinas y regentes que hangoberna-
'do elpais ; ,&fia Berengtrela, Doña M.de Molina; Boña
'Isubel la caiólicia:. ,Doña Juana~ Nunca se habia admitj-
-do: la,Jey s!H~aíqull 'constAntemente- rigió. en Frf\neia.
·ASí como ¡eIfclhglaterpL,dondeenalteciéron el. sálio de
-Isabel 'y, :Ana:; 'aSÍ como :enRusia, dondeJo8 .grahdios.os
pénsllmientos:de ·Petlrl? 1 se dese~volvierQn'_ cOllp:róspe~
'fO' . su..ceso 'con -las doS" Ciltallnas ; asícocno en Suecia,
"ilende ádmiró á sus contemporáneos la . famosa Gdstina;
-asi como en la, naciones antiguas hubo esas mujeres
'incomparables de que hablanJas santas Esorill1tas, ,esas
-Reinas del Asia: aSí,también no se ha querido ,escluir
dela,dignidad¡reaJ al belfo sello¡queenyerdadhapro-


,digadodiasde gloria y de :ventura despues de los desas-
trososreinadosdeJuanlIy Enrique IV, ycuando,em-
puM his riendas:dedagobernacion la esclarecida prin-
cesa que yoa mafldaba forrriar una compilacion de, leyes,
ya sedospojaba, de sus alhajas para secundar 'las vr~­
'fundas mirás de CriStóbal Colon, ya vestiala -armadu-
'radel Guetr~bjpara lanzar á Boabdil de la última trin-
'choca del imperio sarraceno , y enarbo,lar el eslandal'te
-de .Ia,crui en las almenas de Granada:. Felipe V que, no
menog que' sh~ompetido:r ála corona de Espafia" deri-


-taba Sil dúebhodeuna hembra,:introdujo una novedad
d~rogatoria de la ley de 'Partida y de la costumbre in-
memorial. Hizo en 1715 una ley que n()~ era precisa-
mante lo mismo que la' sálica" si bien en los efectos
se asemejaba. Prescribiaque la sucesion á 'la corona
fuese por agnacion rigurosa; y solo llamaba á las mu-


,·jer0S:t faUa de. varan ,agnafio leg'ítimo descendiente




DE 'LA SUCESIO~ A ,LA -COROl'fA,. 4(1{1¡
suyO. pues entonces en trari~n á reinar ,las -, hijas "del:
~llimo de aquellos~ Semejant~ alt~r~cion enc~n~q -~~:t- '


,. , e


resistencia decidid3,: Plas al fin,~: ca.r;~-ppr¡ fli~~za,j,(}.t:q,9r!
el carácter de ley y el Consejq de, Castilla_ l~regi~~ró ¡
entre sus autos aCQrdadps. No fué iijsertaq¡lj,eJ;l -njogun:


, , ¡


Código, ,y; pocas- pers~)Jlas tuv.erO,ll UQtj,eia d~. su ,exis-
tencia. Nadie se .aC()fdó ,IIl&$ de eU~hasf,a la JQr~ , dj:l,
FerQando VII como,príncipe de Astur,ias. Reupida&J3&:
Córtes. en {789 .' y. habie,otlo: resuelto el gobierno :qero".
garla,' pidieron formalmente su derogacion ,q4ese ,ve;';';
rificó con toda¡ legalidad. Mas esté acuerdo DO sepu~­
blieó pór J,uoti\!os. ,bien insignificantes. permanecien~o;
como' oscurecido y secreto. el espediente por· csrecer. dé!
esa 'Circunstancia esenciaL : Ll~gó á:divulgarse dllai1dd
la princesa del Brasil pidió la regencia,óla, .sueesion,.:á'
consecuencia de la cautividad que Fernando y sus ,her ....
manos padecian en Francia y en la eventualidad de que,
no volviellan~ Pero tampoco se publicó solemnemente.
Poco: tiempo despues la ConstitucionrltU18U tijó.:el
derecho de-sucesion regular así ,dehembrascomo:ide
varones, sin oposicion ni contrariedád. Así las cosas,
ocurre el estado interesante de Doña María Cristina, y
previendo Iacasllalidad de que diese á luz. una hemc.J'á,
se hizo la promidgacion en, 29 de,~arz~ de' i830:; con
el asentimiento y aplauso de la gran mayoría de -:!¡l.Jl:ar
cion. Los enemigos de las reformas'que columbraban
el porvenh' , arraücaroná Fernando VII un derlretQ' au-
torizado por Calornarde, que abrogaba la ley 'promllP
gaéla en {830, llamaba para ,'sncederle á '.suhermana
Cárlos. Restablecido el monarca espidió ótro' decretó de-




.'80 DR LA 'SUCESION A LA conONA.
jaudo sinéfecto el anterior.' Las Córtes convocadas para
jurar como princesa de'Ast'urias y heredera, del trono á
nuestra a'ctuaf'Reina'Ooña IsabellI (Q. D. G;),sb-
Jemnh,ar{)neste aetó en elseno-de las mismas C(!)fi toda
pompá y óstéÍltaéÍ~ni ~I liw:ile jUhi:01def835. , .•
, ,; ,:La Reiha tégíii'rna·de las Españas es Doña lSahell iI'


dé BorbOIÍo tá¡sucesion al trono"será segun el ór{len;re'.;
gllfarde:ptimogéldtura y derepriesentacion;' prefiriieAdo
siempre:111 Haeaanterior á las posteriores; 'en la miSma '
Hnea,; el grado mas próxi mo' al mas remotg : 'en el mis-
mogrado·el,varon á la hembra; y en el mismo sexo
laperso.na'de mas edad á la deinenos.) Estinguid;aslas
lineas de ]os descendientes legítimos de' Doña Isabel 11
de Bor.bon ,!¡ticederán por el ó'rdenque queda estable-
cido stihermana y los tios hermanós de su padre así
varones como hembras y sus legitimos' descendientes si
no estuviesen escluidos.)
~Si llegasen á extingui.rse todas las líneas que se


sefíatan, las: Córtesharán nuevos llamamientos',' i::egun
convenga á la,oaéion:.J ¡ "Las Córtes deberanesclilir de
la,sucesion aquella;; personas' que sean incapaces para
gobernar;.o háyari hecho cosa porque mérezcan perder
el d,;erecho á':la-corona.~, (Cuando reine una hembra, su
marid<k nó tendrá parte' alguna en el gobierno 'del
reino:,


Hay momentos decisivos en la vida de, Jos ,Estados
'en que .lasoberluifa· nacionaLes mucho, es todo. Los
Estados libres boson de propiedad de peí'sonas, casta~
nidinastías: 'son de sí mismos. P.or eso ,; eitinguidas
las lineas.de los sucesores ,In nacion, ¡por meJiode




DE U SUCESION A LA CORO NA. 48 f
sus comitentes elige á quien cree mas digno de cargar
sobre sus hombros el peso del gobierno. Fué indecorosa
é insultante la actitud de algunas potencias hácia Espa-
ña: concluida la casa reinante, vienen á disputarse aquí
como en un bg5ique de Bolonia, sus dudosos derechos,
y la nacion se agrupa ~n torno ya de uno ya de otro
bando; pero el poder legislativo, el poder de las Cór·
tes no existe y una nueva dinastía se sienta debajo del re-
gio dosel, en virtud del testamento de un Rey afemi-
nado, endeble, estúpido que siquiera fué hombre; y
en virtud de las armas y maquinaciones de Luis XIV
que aspiraba á convertir la España en un departamento
de su fantástiea monarquía universal.


En tiempo de Fernando V y Felipe el hermoso, no
estaba bien marcada la posicion del marido de la Reinn:
cuya incertidumbre era un manantial de controversias
y altercados. Hoy no puede estar mas clara.




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De la menor edad' del,reyy de la ..
regencia


e El Reyes menor de edad hasta cumplir 14 afios;
y cuando el Rey se imposibilitare para ejercer su auto-
ridad ó vacare la corona siendo de menor edad el inme-
diato sucesor, nombrarán las Córtes, para gobernar el
reino una regencia compuesta de una,. tres ó cinco pero'
sonas. »


; Hasta que las Córles nombren la regencia, será'
gobernado el reino provisionalmente por el padre óla
madre del Rey, y en su defecto por el Consejo de Mi-
nistros. »


»La regencia ejercerá toda Jaautoridad del Rey, en
cuyo nombre, se publicarán los actos del gobierno .•


)Será tutor del Rey la persona que el Rey difunto
hubiese nombrado en su testamento: si BO lo huhiese




f8~ DE LA MENOR EDAD DEL REY.
nombrado, será tutor el padre ó la madre mientlas per-
manezcan viudos: en su defecto le nombrarán las Cór.
tes. Pero no podrán estar reunidos los cargos de regente
y de tutor del Rey, sino en el padre ó la madre de
este. t


Epocas de revueltas, banderías y guerra civil fue-
ron,las ~inorid~des q~e pfligierpn á nuestra nacion,; sin.
gM&rn;etrte'!a dé: ;AqrJfMf VIII, ~n ·ra' Iqlie' éslallt> :és1Í
profunda y sangrienta rivalidad entre los Célstros y los
Laras, sobre quién hJ~Ia-" de' gob~rnar , qué casa habla
de ejercer preponderancia eclipsando á la otra, sin que
esa aristocracia turbulenta defelldiese las franquicias del
puehlo, sino sus fueros y conveniencia. Al mismo liem-
po el Rey de Leon toma las armas contra Castilla, Don
Sancho de Navarra la acomele por 011'0 lado. Las mi-
norías que hubo posteriormente no ofrecen un cuadro
halagueño; de suyo ocasionadas á rencores el eslado de
la sociedad era un ihcentivo mas para:íliment'ar viciosas
pasiones.


En todos eSM períodos, veinos que el padre nDm-
bra en testamento tutor del niño y regente del reino para
despues uo su muerte. Sancho 111 al tiem po de su fa-
lleciiniento liombl'U para tutor yayo de su hijo n. AI-
fónso , á Rliizde Castro. Sa.ncho IV drja el gobier-
no «eCasUíla én manos de su viuda, durante la menor
euad de Fernando IV. Enric{ue JII dispuso que en la
minoridad de su hijo !úán 11, se pusiesen al frente del
reino su viuda y el infante O. Fernando, prohibiendo
Cfue nadie se mezdase en IflS asuntos del gobierno. Fe·
lipe IV er.i sus postreros días' creó un consejo ele gnb!cl'o




D2 LA. MENOR EDAD D1U.. BEY. ~&5,
no compuesto de seis personas que 'debian auxiliar' á la
Reinaviúda en el manejo de los. negocios. LasCórtes
lambieu ejercieron :alguna'vez ese.derecho-: 'en iM.3
acordaron que el Rey niño Alfonso XI quedase en poder
de su abuela Doña María, y que el gobierno corriese á
cargo de los dos iofantes;D.'Juan y D. Pedro ... Varias
ciudades mostraron su desconto', yen su cpn~eeu~~1cia
las 'Górtesde Búr.go'5 de' t;) B .establecieron una junta .
en la que habiá de residir la 'ul1toridad suprema, yeoa-
fiaron parte de la gobérnacion'á los infantes espresadbs.


Alfonso VIlI fué proclamado R:ey á los once años
por algunos grandes I'evoltosós é insurrectos. qüe se'
apoderaron de él. Entró en la mayor, edad para re~:"'.
nar á los quince se~lIn habia' mandado su padre: mao ....
da lo que fué corroborado por las Córtes de Búrgos,
en 1 -1'70. El Código de las siete Partidas designa los
diez y ocho años como la conclusion de la menor edad
de los Reyes, pero antes y despues los conflictos, las
necesidades y las discordias hicieron adelantar el tér-
mino prefijado.


En el siglo actual Y' no hace muchos años hemos
presenciado las catá;;trofes de las minorías, los parti-
dos irreconciliables y encarnizados, la guerra civil fra-
tric:ida Y de esterdlinio. la sangre española derramán-
dose á torrentes, la devastacion Y la muerte dejandO
abandonados y uesiertos, paises hermosos Y feraces, y
tantos caudales invertidos en máquinal'l de destrucciol1:
cauJales que debieran emplearse en obras fecundas Y
ue trascendencia.


Hemos presenciado á la par esclusion de la suce-




186 DE LA II1l:1'iOnEDAD :DEL REl.
sion á la corona, nombrarniento de regel1cias, de tulor,
mayor edad antes del límite prescrito en la Constitucion,
miÍlis.'tros6 :gobiernos con la plehi! ud del poder. eje ....
cutÍvo. .


En. la sesion del' Congreso, dé 8 de 'noviembre
de 18(5" el'Sr. Mal'tinezde 'la Hasa dccia Jo siguiente:


• Er Sr. DonosóCortés, al contestar ayer en su elo-
cuente discutsoál Sr. Obejcro, hizo una especie de com-
paraeion entre la ley política y la ley civil, tratando de
comparada, una á lao.Lra, Siguiendo yo las mismas hue-
llas, voy á, decir aun mas y. á hacer algunas reflexiones
que me parecen de gran fuerza en la cuestion presente.
¿En qué consistc qne en' cas-i todas las naciones empe-
zando por España, el derecho civil fija cierta edad para
la libte:administracion de los bienes en los particulares,
y que en casi todas las monarquías, empezando por Es-
pafia, el derecho político exige menor edad en lús prín-
cipes para gobernar que la de cualquiera particular para
administrar ,~u hacienda? ¿No pa~ece esto un absurdo?
I Pues qué, 1a ley pcsa en una balanza la capacidad del
indiyj'duo; espera á que la razon adqúiera su madurez
completa para administrar los bienes de 1,In particular;
y cuando se trata del porvenir de un, ,Estado, encarga á
manos inespertas el gobierno de un reino cuando apenas
ha lucido el primer aibor del entendimiento! ¿En qué
consiste esto? Consiste, señores, en la fuerza de las co-
sas, mas imperiosa que la voluntad de fos hombres': se
fun'da en' el 'IÍlismo principiomo'nárquico; en el derecho
hereditario que hace que los pueblos elijan este medio
porno esponerse á los perjuicios y azares de la eJeccion.


Pero hay rnas~ señores: s,iguiendo esta misma sen-
da, el derecho político ha fijado una edad menor para
que puedan ejercer el gobierno los príneipes que p:ll'a
que los particulares puedan administrar sus hif'nes: pe-




DE LA MENOR EDAD DEL ;n~Y. ,4&7
ro resulta que, tal es la: fuerza de las co:sas, qllegeneral~
mente este plazo se ha acortado, y rara vez ó ilUnca se
ha ejecutado la ley, bQué vale el derecho constletudina-
rio (dice el Sr. Crooke) cuando hay una ley escrita? ~Qué
vale? Lo que ha valido siempre en ~spañapara no ob-
servarsela ley de Partida que :fijaba la edad de la, mayo-
da de los reyes.


'Lo que no vale nada es una ley contra el torrente de
la conveniencia, contra la voluntad de los'plleblos,con-
tra la ley imperio~a de la necesidad. Un monarca sábio,
sapientísimo (que este renombre mereció) fijó en la ley
la edad de 20 años, y segun otros códices la de 16 afios
para entrar á reinar los príncipes menores: y pregunto yo
al Sr. Crooke: ¿ha habido ni un solo egcmplo en que s{j
haya espemdo á esta edad?'Nj uno solo. Pues qué,seño-
res, cuando vemos en una nacion donde ha habido tan-
tasminorías, tantas páginas( manchadas de sangre, que
constantemente las minadas han sido turbulentas; cuan-
do vemos que los pueblos han clamado siempre porque se
adelante .1 plazó que la ley fija para que entren á reinar
sus principes; ·cuando vemos que todas las cór~es han
acudido á este medio, ¿por qué no hemos de seguir CQn
confianza esta senda que conduce á· un térmi.no di-
choso?


Se dirá acaso: no han acabado todos los males de las
naciones por declarar m(l¡yor~~s á sus reyes. Es cierto,
sejores; pero qué ¿venimos aquí á manerade.empíricos
á decir á lanacion que vamos á hacer cesar t~dos sus
males? No: esto no saria digno de legisladores, no sería
digno de diputados españoles; pero sí esperamos produ-
cir un efecto igual ó semejante al que esta misma decla-
racion' ha . producido en otras épocas. ¿Y cuál es este?
El hab"er hecho ces:u las pretensiones ambicÍDsas de
mando por la volunfad de la nacían, }i"el haber impues-
to ~ilencio á los partidos, si bien ha qucd~do luego cicr-




188 DE LA MEftOR EDAD DEL REY.
la marejada sorda ,cierto zumbido de Jos vientos que
ho han podido todavitt enfrenarse.
~Es 'tan cietto esto, señores, yalguua vez ha sido tal
la necesidad de 'adelantar las mayor fas deJos príncipes,
que ha hallido MQnarcll. Alfonso VIII, poi' ejemplo. que
á~'losdóce ~j¡f)S !lel~ hll,vhto,tomarlas riendas del Es!a·
do. En Aragon ¿no principió á ostentarse Rey O~ Jai-
mel,apen:as'salido'dti'la infancia hasta que despues fUé
reconocIda 'plenamente su autoridad en, las CÓ1'tes de
Tarrag(jOa y de Lérida? ¿No ha habido Monarca como
D. 'Enrique el :Doliente, que faltándole algunos meses
para cumplir los catorces años,.tl mismose declaró ma
yor de edad, y luego convocó las cúrtes de Madrid que
'le reconocieran como tal, celebrando al par que la nacion
su fausto advenimiento?


No trato de entrar de lleno en la cuestion de legalidad,
pero no puedo menos de decir dos palabras acerca de
ella. Lo); argumentos que generalmente se han presenta-
do van girando sobre un supuesto falso. Casi todos ellos se
refieren á la constitucion del año de 1'8 t 2, Y no á la de
1837, cuyas bases50n diferentes y distintas, y cuyo es-
píritu no tiene ni E'cmejanza ni amilogia. Y cuenta. se:-
ñores, que al espresarme asi, no trato de mancillar la
memoria de los que formaron la Constitueion de i 812,
en cuya formacion no tuve ninguna parte.


Seria sobrada ingratitud no respetar á aquellos varones
que rodearlos de enemigos por todas partes,ycayéndn las
bomhas sobre el techo del edificio donde celebraban sus
sesiones,abrieron los cimientos de la libertad de su pa-
tria. (Pero al mismo liem po es necesario conocel' que


. seria un desvarío querer resucitar aquellos principios,
un crimen tratar de restablecer un código que la espe-
riencia ha condenado varias veces, así en la propia nacíon
como en las esttllñas.


Dijo ayer el Sr. Floran, si mi memoria no mE' es in·




JlE LA JIENOfiEDADDEL lIBY.. t89
fiel, lJue nuestros poderes no nospermitian variar un 3 r-.
ticulo Constitucional. Señores, segun la.Constitucion ac-
tual no se dan poderes á los dip]tados; los podere~se da-
ban cuando existia la Constitueion de 18t;~, pucsasi se
mandaba un uno desus artículos; y en aquellos mismos
poderes se cspresaha de un rnoJó leNnipDnle que nD se
pudresealterm ni variar ningun artículo ue la Constitu-
cion.En la ümstitucion actual. ¿se h.a,bJ~ al.go de pode-
res? No. ¿Nos dan algunos poderes los pucblos cuao9P
veniolOB á este sitio? Tampoco: nos bas.lalas aptas,de
nuestro nombramiento; puc's -pon el adelantamiento de:
la ciencia política se ha visto que no deben püner!leesas
trabas, que son inútiles. Es m eIlester decirlo en al ta voz:.
querer con trabas y formalidades estampadas en una
ConstituCÍon impedir un suceso que trae el peso de las
,cesas, es como poner una hoja de papel para impedir
que caiga. una inmensa mole.


Los autores de la Constitucion de J 837 que nos rige
hicieron la mejora de suprimir en ella todo lo concernien-
te al modo de refurmarla; y seguramente no fue un ol-
vido, ni nacido del acaso. Los autores del actual Cons-
títucíon tuvieron, por el corltrario, bien presente el duro
trance en r¡ue se vieron los legisladores que les. antece-
dieron por la imposibilidad de raltill' al juramento que te-
nian prestado de no hacer ni aun la mas mínima variácion
én la Constitueioll del Estado. Este trance de amargura,
de angustias, de apremio, en quc aquellos se vieron, les
hizo mas prcvisorefl y precavidos; porque las esperien-
cía, señores, es el gran libro en que aprenden las nacio-
nes á fuerza de desengaños y escarmient.os. No se trata,
pues, aqui de omnipotencia parlamentaria, ni hay para
qlJe entrar en esta teoría; pero si diré una cosa sumamen-
te sencilla, yes: que en toda nacion regularmente cons-


. tituida debe existir una autoridad legal, capaz de acudir
á todas las necesidades en que pueda verse, para que la




~ 90 bE LA: MENOR EJ)A{) DEL REV.
nacion logre superar todos los obstáculos que á su pros-
peridad se opongan, lejos de suicidarse. Y lo mas absur-
do, á mi parecer, esque 10s que mas liberales se m ues-
transean los que sostienen ulla opinion contraria. Seria,
si\al se püdiesesCistener ,lo. mismo que establecer una
especíé de;'m&n~p6lio ó arnayol'azgamienl1:iI de la voluntad
naciOAáfelque por. tllnto número de afíos no pudiese OO"
carsé á llÍ CODstitución, aúnque se hundiera el Estado y
pereciese. '.


'¿Eh quéprincipios:pudiera sostenerse esto? ¿En los de
}~;razon?-Es un absurdo; ¿En los: de la esperiencia? Esta
nos diCe todo 16 ciontrario. Y nótese, señores, que en las
naciones mas civilizadas y que nos preceden en la carre-
ra deja libe!'tad, tales como la Francia ,y la Inglaterra,
se ha llevado~el sistema contrario á tal punto que Jas
cuestiones de mayoda y de regencia ni siquiera son coos-,
titucionales. En la constitucioninglesa, formaua como
tos terrenos de aluvion por la corl"iente de los tiempos,
se ha tratado de evitar el comprometer á las generacio-
nes venideras: yasí es que segun la variedad de los he-
chos, la conveniencia pública y las cireunstancias que
se presentan,'se deciden las cuestiones de mayoría y de
regencia.


·¿QUéM ha hecho en Francia? Por muüho tiempo es-
tuvo vigente la pragmática de Cdrlos V., en que se fijaba
la mayol'Ía deltey en los calorce años, á cuya edad em-
puñaronel cetm un número notable de monarcas. Así se
llegó hasta los años de 89 y de 91, en que cundió tan-
to laínanía de reducirlo todo á sistema escrito, en que
se estableCió otra edad y otras reglas, así como despues
se hizo en la Con3titucion imperial. Vi no la revoluci(\n
dei85o., yaqu:eHa ;nacion culta, amaestrada por la es-
periencia, no puso capítulo de mayoría ni de regencia en
JaConstitucion reformada; v cuando acaeció un suceso
]amentabl~, que cubrió de 'íuto á una é\llgusta familíl' ,




••• ~.()r


DE LA ÁlENOR EDAD, llEL RE\' .191
Y 'árnenazó la suerte futura del pais, la necestdad hizo
acudir á remediar este vacío.


Entonces las Cámaras francesas hicieron tina ley ~en­
cilla para solo el caro de que se trataba. En su discusiotl
hubo tambien clamores sobre que se alteraba la COllstitu-
cion; hubO' tambienapeladohal pais y al sufragio Uni-
>fersal; pero.la nacion los acalló todos acatandola·léy que
hicieron lasCám!lras y quetu,voel asenthniento general
porqueqóitaba muchas zozobras .que pudieran temerse
pára el porvenir. . .


y qué, señores, aUIl cuando e.n Auestra Omstitucion
se prohibiera tocar á un artículo'¡ si hubiese una necesi-
dad de ello ¿no lo hariamos? Es \lila ¡lusion que debe


'desvane'cerse. Dos naciones ha ;babido en nuestra época
Portugal y Brasil; que se han hallado en -circunstancias
análogas.· " .
'J~n Portugal (cuya causa es tan parecida á la de Es-


paña, que casi puéde llamarse gemela), existiauna Cons-
titucion en que 'se habían pue:>to mil trabas para cuando
hubiese de variarse algun artículo, fijándose al mismo
tiempo en ella que ell'ey no era mayor de edad hasta los
lB años. C¿Y qué sucedió? De repente un golpe funesto
amenazó la . vida del emperador D. ~edro; la naclon vió
que iba á quedar DOGa MudaIl, huérfan~; yaunque ha-
hiauna princesa ilustre que podia desem.peñar interina-
mente el supremo cargo, 10. nacíon en los mismos momen·
tos de agonía del emperador, antes que este'cerrase SÜg
ojos, reunida en Cól'tesa~ord6 (á pesar de fattar tres 'años
á la reina y no pocos meses,. com.o entre nosotros) que
fuese mayor de edad y empuñase las ri~ndas del Estado.
Todo el.mundo lo aplaudió y aun creo que las Cámaras
lo uecilllerón por unémimidad; y si Se disputó la conve-
niencia, nadie puso en duda que las Cám:aras estuviesen


. autorizadas para hacer esa declaracion corno lo hicieron
el ,1 B de setiembre de t834.




1Q~ DE LA MENOR EDAD DEL REY.
POCOS afios despues sucedió. lo mismo en el Brasil: y


habia una Constitucion que exigia muchoil afios para al-
terar algo de sus: ar~ículos. siendo \lno de ellos que el
emperador no fuese mayor de edad hasta los H~ años .


. l,. Y qué sucedió? Empeñáronse los diputados en que
debia reforro.arse.la Gonstitu<lion:, .cmpeZ,aron las (lues- .
tion~s .largas y,eternas de .COlM se debia. ha.cer: lucha-
banlos partidos; lQsescrúpulQs,creeian, y, mientras. tan-
tü;el .pueplo deseaba :pa~, y para conseguirla ,ver al em-
perador en el trono. '¿Y qué resultó al cabo? Qu~ uíüén-
dqse IPl,lchos diputados y ~ijadores, proclamaron la ma-
yoredlld qel emperador, D. Pedro H,que rige felizmen-
te aquel E~tad().:. . ..


Vemo$¡ pues, en estos últimos años adoptado eU dQs
nllcionesdistJota,s el mismo )nedio qu,e, nosbtros propo -
nemos, á pe.'lar de que la Constitucion se oponta. Lave-
mos tambicn adílptado .en E~paña por espacio de. si:glos,
á pesar de ·Ia ley de Partida; y . Jo vemos· auopta¡io, en
todas las monarquías en casos semejantes, sir.o coo un
éxito enteramente cumplido, muchas veces á Jo menos,
atajando infinitos· males. J
~ Eh 1841 ·se· debatió largamente en las Córtes la


cuestion de si la regencia debía componerse de una,
tres ó Cinco ;personas: no se debatió en la esCeradel
del'echó constituyente sino en el de la oportunidad, de
la l;ltilidad y ventajas de optar por uno· de aquellos
tres medio~designados en la ley fundamental. Con tal
motivo se esplanaron t~o1'Ías luminosas: D. Joaquín Ma-
ría Lopez pronunció lÍn discurso que por sus formas y
belleza es uno i de los mejores' de su repertorio; defendia
la regencia trina.


Entre las razones de varia índole que esplanaba con
una elocuenr,ia arrebatadora, decia: - f En mi juicio es




DE LA MENOR EDAD DELREY..98


punto menos que imposible que se encuentren unos
hombros robustos. que como los de otro Atlante pue-
dan sostener el peso entero de la máquina del gobierno.
Porque para mí es punto menos que imposible que se
encuentre un hombre cuadrado que por cualquiera par-
te que se le mire presente la misma longitud. la mis-
ma latitud. la misma profundidad. Porque es punto
menos que imposible sino imposible de todo punto, que
se encuentre un hombre omniscio que pueda dar ~ su
atencíon del mismo modo y con igual suceso á todos los
complicados negocios que por necesidad han de ocur ..
rir, y porque es mas imposible todavía que se encu~n­
t1'e un hombre solo en el mundo que goce del raro y
feliz privilegio de no ser engañado. Y piénsese, seño-
res. al fijarnos en esta idea ¡ que á proporcion que la
persona que deba ocupar la regencia linica • haya vivido
mas lejos de los enredos y de las intrigas de la córte,
que ha llamado un célebre poeta contemporáneo, pa-
dron de iniquidad y de maldades; á proporcion que esa
persona tenga un alma mas pura. un corazon mas can-
doro so. una intencion mas recta y Justificada. por esa
mi~ma razon correrá mas peligro decaer en los lazos
que llor todas partes le tenderán la malignidad y la per~
fidia. Será probablemente á la vez el instrumento y la
víctima .... Se nos dice que volverá la guerra civil y
que con la regencia trina nunca acabará. Yo me creo
en el caso y en el derecho de pedir qtle esa proposicion
se esplique. porque ha de contener necesariamente ó un
recelo ó una amenaza. Recelo, si se supone que esta-
mos tan pobres de hombres que no tenemos tres á quie-
nes confiar los destinos de la patria y que es condenar-
nos á la muerte el ponernos en sus manos. Amenllza, si
se intenta significar que ese caudillo denodado> que ese
héroe que ha cortado la cabeza á la hidra en el tiempo
de toda su fuerza y poder, no querr:'t J si ahora se dis-


1.3




jU~~L. M&NOJ,l E~!D,DEL REY.
gusta. desenvainar su espada en de ftlllsade la patria
en la hora del peligro. Yo recha~() ambas imputaciones •
. dir:ig~dia& ya $01\ ~ los .unos ya á los otros. Hombres
vütuí'lsos:y p¡¡tdo'téJS tenernos que pudieran desempe-
ñar QOfl pfov~chO genfll'a1.l.a regencia. Otro hmnbre. sin-
guLar y a,ctmir!lble qQntamQs wmbien. y ese no pqede
faltar jamás;~la. cawsa del país que tan bien ha soguído.


¿ Es lo m.i~mo la regencia; ,que la monar,¡uía. eire-
g~nte: .que el ffiQnarca? No. señores, 'y d!gase cuanto
.se quiera para probar:lo contrario. todas las SUP()SiCLO-
nes. todas 1;1S . argucias. pues yo 00 puedo dar otro
nombre á los argume:ntos que presenta el ingenio en sus
esfuerzos.óensus.delirlos, lenJrán que venir á estre-
llarse en lar,~lidad ; y la realidad es que nosotro! te.;..
nemos un{l R.einll, que :h~mmi recon'ocido á Isabel 1I,
que la hemqs Jurado. (lueel trono se halla ocupado y
,representada SU unidad en su persona, y yo no admito
.ni· trasformacioo.es ni razon alguna de congruencia,
,cuando lo~ ,bechos son diferentes, y los hechos úominan
siempre ~~ el mundo sobre todas las teorías que puede
abortar .Iai~giD;acitln en sus:ureba\os. . !:


. Habló á seguida :e1 Sr:., San Miguel de la unidad de
ace.ion en la['ege.liI~ia ydela dificultad de que tres re-
gentes pueda!); entenderse. Lo que se necesita en la re-
gencia es lJnidad de pensamiento, y este pue1e haberlo
en la trina COfl la .. ventaja de la discusion y del exá ~
men, de que está absolutamente privada la que defien-
den los ad versarÍos; no se necesita ni es realizable 'la
unidad de acclon, pues que para esto se necesitaria
destruir la teoxía de los diferentes mioisterios que hoy
conocemos. reduciendo todos los elementos de ejecu-
cíon á la unidad. Tres regentes se entenderán, porque
aunqllepudieran en algun caso ser distintas sus opinio-
nes,. tienen que someterse en último término ti un,l vo-
taeion; y un inonosilabo, un sí ó un no cortará todas




DE LA MENOR EDAIl DEL BEY,. ::1,95
las difel'encias, danuo la preponderancia á una de .las
opiniones emitidas. , '


Añadió el Sr. San Miguel que la regencia nodebó
mezclarse en ,nada J porque e,'l un principio que en los
gobiernos representativos el Rey reina y no gobieroa~
Convengo, señores.. eo que esta es una .verdad teórí..,
ca ~ perotambien esnecesado confesar que es una men-
tira prátka. ¿ Qué tiempo será el que se querrá escoger
par:a probar'esa rllra paradoja'f bSe dirá que no gober ...


"- nó Luis XVI en Francia ~ cuando cediendo 'mas á los
malos consejo~ de Drienne y' de Calonne, que áJassa-
Iudables medidas que le propol)ian Malesherbes. Mau-
repas, Neket y Turgot; cuandQ abriendo su corazon á
las inspiracio1l6sapasionadas d~ la Reina i cuando ob~
servando una conducta contradictoria que le llevaba á
jurar la Constitucion de' UIla parte J y de otra á conspi-
rar en secreto contra ella, y á procurar, abandonar el
reino dejando egcrito un manifiesto en que condenaba
y anulaba cuanto antes habia reconocido, abrió con su
proceder ese terrible drama que ha ocupado la atendon
de la Europa por cerca de la cuarta parte de un siglo?
Pues Constituoion habia jurada por el Rey en el campo
de .Marte. y ministros patriot.as.


¿Se dirá que antes de él no habia gobernado Cár-
los 1 en Inglaterra, cuando persiguiendo con encarni-
zamiento á los infelices puritanos, porque eran el em-
blema, el símbolo y la espresion del pensamiento
reformador de la época; cuando levantando el fjl'imero
el estandarte de la guerra civil; cuando disol viendo y
maltratando los Parlamentos; cuando sitiando con su
ejército á Lóndres y otros puntos, y faltando hasta á las
treguas pactadas, concitó los Mios y los l'e:iClllimien~
tos, y los llevó hasta el término horroroso qt;c la his-
toria nos presenta? Pues ministros habia y Parlamen-
tos con los cuales habian empezado las disensiones, ¿Se




~.g6 DE LA MENOR ED!D DEL REY.
dirá -qUé no gobernó en Francia Cárlos X ,cuando llevó
la depresion para el pais, el despotismo y la tiranía
hasta el punto de provocar la magnífica cuanto malo-
gradajl}rnada de julio del año 50? Pues minisLros ha-
bia responsables; y, una Constitucion aunque mezquina.
eual era la dada por la restauracion.¿ Se dira que no
gobernó en España Fernando VII. del20al 23, cuan-
do consumó ,la traicion' mas vil, pactando nuestra sel'-
-vidumbre con un' gabinete estraño, y. haciendo entrar
cien fl?U bayonetas extranjeras en apoyo de su alevosía?
Púes Constitucion habia y ministros responsables, en-
tre los cuales estaba ó habia estado el mismo Sr. San
Miguel, y yoapelQ AS. S. para que me diga sien aquel
Hempo. rein.ó:y gobernó el Rey " ó si solo hizo lo
primero. '


Este dilema no admite efugio ni contestacion, . por-
que si se Íne dijera que el ;Rey habia reinado y gober-
nado, se confesaría la justicia de mi impugnacion; y
si se supusiese que no habia hecho otra cosa que reinar,
la responsabilidad tremenda de aquella catástrofe seria
toda de los mióisLros. Yo conozco bien el ardiente y
8cendradopatriotismo de algunos que lo fueron. El
Sr. San Miguel selló con su sangre sus juramentos y
sus 'creencias; recibió con la espada en la mano y pe-
leándo ínterin tu.vo aliento. honrosas heridas, cuyas
cicatrices cubren todavía su cuerpo; quedó prisionero
y' en mi compañfa vino á buscar en un suelo extranjeró
Ja seguridad y la compasion. Ni estos ni olros esfuer-
zos bastaran á librar á la patria. ¿ Y por qué! Porque
la consp'racion del trono era viva, era incesante, era
eficaz; porque el Rey en una palabra, reinaba y gober-
naba á la vez;


Concluyamos, pues, á vista de tantos y tan decisi-
vos hechos, en que esa ingeniosa y sonora frase de que
el Rey reina y no gobierna, pudiera acaso entretener y


"




DE U. DIENOa EDAD DEL REY., 4971
alucinar á los niños, pero no detener ni fas(lióar un:
momento á los hombres que someten las . palabras
á las amargas pruebls de la esperiencia. Sí, se-
ñores: el Rey reina y gobierna J . Y no puede menos:
de· ser así.


Enlazada y como apoyo á la frase comb~ tida de que
el Rey reina y no gobierna, presentan· nue.stros auvero .
sarioslll responsabilidadministerill: esta esotra, i/u- .
sion que no debe fascinar .los entendimientos erédu-.
Jos ó .fáciles. ¿Cuándo ó en qué pais se ha hecho efee .. ·
tiva esa rfsponsabilidad tan decantada,· y que se nos
trae aquí como la mejor. como c}a única ga¡'antia?


Yo invito á cuantos me escuchan á que me se~
ñaleIl un solo caso en que esa responsabilidad ha yate-
nido justo proporcional y cumplido efecto. Me. pareCe
qtlC oigo' muy cerca de·aqui, queen Inglaterra en tiem-
po deCárlos I. No, señores, no es eso exacto. No basta
conocer ni citar la historia á buIto y confusamente; es
necesario penetrar su espíritu, poseerse de su filosofí~"
conocer el' enlace entre las causas y los efectos; de
otro modo no pueden hacerse oPQrtunas a plicaC'iones.'
¿Fué juzgado por ventura Straford en tiempo de Cár-
los 1, en virtud de la ley de responsabilidad?


No, sefíores, él fué acusado, compareció,. se. de-o
fendió por espacio de trece días contra .diez y siete de
sus Illas encarnizados impugnadores; abogó su causa.
con una fuerza de razon y de elocuencia admirables; y ¡
fué absuelto en el corazon de todos, hasta el punto que
el mismo Pim, uno de sus mayores enemigos que qui.
so replicarle, no acertó á hacer otra cosa, que á balvu -: .
cir algunas frases incoherentes que se perdieron en los
murmullos de una reprobacion universal. Entonces se
acudió al medio de la omnipotencia parlamentaria; y
fué un verdadero asesinato á la sombra de ciertas for-;
nus , lo (ille se ejecutó con aquel hombre que en medio




108' DE LA MENO" EDAD DEL REY.
de sus defecto!l no amaba desprovisto dé virtudes "J de
cualidJides brillantes.


y eil Francia.' pregunto yo ahOl'R; ¿ fueron juzga-
dos por ventura, Ó '.qu.é pena sufrieron los ministros
que irritaron la opinion y empujaron los ánimos y l~s
pasiones á: 1.in" "desenlace terrible? Perecieron los patrio-
tas de la constituyente; 'Perecieron los de la legisl&tiva¡
perecieron los de la: oonvencian, tanto de la Mon~l\fia
como de la Gironda ; parecia que habia llegado el mo-
mento de que se cumpliera aquel dicho de que, las'
revoluciones cuando se desbordan son como Saturno qu~
se tragabá á sus hijos; mas en tanto los ministros, caQ- '
sa y origen primiti vo de aquellas calamidades, . pudie-
ron escapar y presenciar á distancia el horrible resulla-
do de su obra.


Se me dirálambien que en el mismo pais los mi'"
nistros fUEron juzgados despues de la revolueiQn del
año 50. P~ro yo preguntaré; ~ fué acaso por" bacel'les
sentir una pena ó para ponerles á cubierto de la. que la
justicia y la nacion' reclamaban, pues de un lado.á Qtro
de Paris se alzaba una voz uniforine pidiendo su cabe..,
Zl? Sí • señores ~ se trató solo de favorecerles. Se les
sometió á un j nieto; empezanm á in vocarse las doctri·
nas de la abolicion de la pena de muerte; un defensor
dijo: «vais á abrír una sima, y pensad que esa sima'
no se llena con siete cabezas; 'se les conden6 al fin á
reclusion. ~pero qué pena era esta para unos hombres.
que habian heoho 'derrama!' lanta y tan preciosa san ..
gre en aquellas tres días de conflicto; para unos hom-
bres que decian al ver pasar los cañones dirigirlos con ...
tra el pueblo.» Cargad y disparad sin piedad ysif}.com~
pasion que tan buena e~ la sangria en el mes de julio
como en el de' agosto, atu(~iendo á la hOM'oro~;J ma.
tanzade San llartholomé, del tiempo de elidos IX y de
Catalina de Médicis su madre. ¿ Se ha hecho por ventu o




DE LA IIJENOR EDA.D DEL REY; HJfJ
ra sentir ~ Jaresponsabilidad ministerial sobre' algu nos' de
lo~ ministi,os de' Fernando VUdel ~ño 20 al' 25 J que'
tal vez debieron' someterse á un juicio?
. y para venir á tiempos mas cercanos ¿ qué respon-


SfIbilipadse ha exigido hasta ahora á ]os ministros de
María C:dstina quetr~s VéOes han comprometido la suerte,
del' pais corículeando todos los 'prin(:ipios. y poniendo en
conflioto todos 'los derechos y todos los intereses? No,
señores, desengañémonos de una vez; la respónsabili..,
dad minis!erial.no ha existido nunca, ni existe, ni ex,i8~
tirá en ninguna parte ~ino escrita. El Sr. Alonso la'
comparó muy bien á la ¡lusion de un niño que cerca
de uná chimenea quisiera cojer el humo con la mano,
que abriéndola despues , halla no tener nada en ella.


ta comparacion' fuéfeliz , perotodavla la ql!lisiera
yo mas exacta. A mi me parece que ,esa ¡lusicn de res-
ponsabilidad ministerial se asemeja mas bien á la necia
credulidad de un nirio que quisiera eojer la luna flue
viera reflejar sobre las cristalinas aguas 6 sobre el cuero
po de un espejo: pues pronto encontraria que ni la luna
estabaaHi, ni en sitio á dunde pudiera alcanzar su dé-
bil brazo> pues que la responsabilidad no está en ]a ley
sino aparentemente, yen, la region elevada á dbpde
podría dirigirse la vista, lejos de estar aquella J lo que
hay es el derecho de hacer gracia para cubrir con el es-
cudo de la impunidad á los ministros prevaricadores.


El Sr; San Miguel hizo á seguida un argumento con
el ejemplo del Directorio en tiempo de la l'e:volucibn
francesa, suponiendo que aquel habia perecido por faHa
de inteligencia y acuerdo entre los directores ,<y que lo
mismo sucederia entre nosotros si nornbrásemos tres
regentes.


En primer lugar contestaré á S .. S. ,que yo noad ...
mito su argumento, porque no hay entre aquel caso''Y
el nuestro ningun punto de contacto ni desemejanza.




9&0' bE·LAMENOn EDAD DEL REY.
AlIi se trataba de una república. pues que república
habia desde el tiempo de la .convencion: aqui se trata
de \ma monarquía constitucional. Alli se trataba de cin-
co directores, nosotros tratamos solo de tres regentes;
no hay, pues, ninguna analogía ni afinidad. Pero pres-
cindiendo por un· momento de esta consideracÍon. ¿ig':"
nora el'Sr. San Miguel. ,tan entendido en la historia,
que el Directorio ha sido' el mejor gobierno que ha te-
nido la Francia? 'lo Ignor¡J que cuando se nombraron los
directores el país estaba ex-hausto, no tenia sino ham-
bre y desolacion , no habia en él con qué pagar los cor-
reos ni los generales, la guerra civil ardia principal.·
mente en la Vendée, y el ejército habia sido balido en
todas partes á ia defensiva <'[ ¿ Ignora que cuando los
directores se reunieron en Luxemburgo encontraron solo
una mesa. á que le faltaba un pie carcomido, seis si-
llas malas y un peor cuadernillo de papel, sobre el cual
consignaron la atrevida resolucion de hacer frenle á to-
dos los obstáculos y de salvar la patria'! ¿ Y puede ig-
norar el Sr. San Miguel que aquellos hombres triunfa-
ron de laJas las dificultudes, pues que á poco' tiempo
renació la paz y la confianza, se sofocó la gucrra civil y
el rjércit0 tuvo tantas victorias que hasta los ingleses
tuvieron que pedir con instancia la paz?


Se dirá t.al vez que el Dh'eetorio tuvo su fin. Pero no
son desconocidas las eamas que produjeron la caida del
directorio. Cayó porque los realistas tuvieron medio de
introducirse en las cámaras ganando las elecciones del
año 97 ; cayó porque Barrax, hombre de todos los par·
tidos, que habia sido primero de la Montaña, despues
director revolucionario contra los realistas, despues di-
rector reaccionario contra los demócratas. se hizo por
último, director faccioso entrando en combinaciones V
arreglos con el pretendiente Luis XVIII; ·cayó por últi-
mo el Directorio porque Bonaparte que tanto le hahia




DE LA MINOR IDAD DELRET. 2'O'f.
protegido en el primer golpe de estado enviando' SU!J
tropas para que lo apoyasen al mando del general AIi.-
guerau, se volvió despues contra él y vino á romper el
nudo gordianocon su espada, disolviendo no solo el Di-
rectorÍo , sino tambien el consejo de los ancianos y de
los quinientos. ~ Tenemos nosotros acaso ninguno de
esos peligros ?Ciertamenté que no,


El Sr. Gonzalez ha hecho un argumento muy seme·
jante. fundado en el desacuerdo del Consulado de la re~·
volucion francesa. ¿ Pero puede desconocer S. S. que el
Consulado estaba herido de muerte, pues que se debia
al golpe de estado que se acaba de indicar'! ¿ Descono-
ce S. 5. que el célebre Síeyes, ese hombre admirable.
la mayor reputacionde su época, de quien decían sus
contemporáneos que hubiera podido salir dé su cabeza
una Constit.ucion acabada y perfecta como supone 1a
mitologia, que salió Minerva de la cabeza de Jupiter:
formó la mejor Constitucion que convenía á la Francia,
y que Napoleon la des~chó sustituyéndole otra que era.
solo una Constitucion de servidumbre'!


Desde el principio' el primer crnsu" fué dictador; y
el Sr. Gonzalez no me indicará la menor similitud entre
aquellas circunstancias y las nuestras.


Voy ahora, señores, á decir dos palabras contra-
yéndome á lo que produce la historia para satisfacer con
ello á un al'gumento que se ha presentado como muy
poderoso.


D. Enrique 1 de eastilla'quedó bajo la tutela y re-
gencia de SU madre· Doña Leonor, por cuya pronta
muerte pasó á Doña Berenguela. ¿ Y qué hizo esta?
Confiar la regencia á los Laras que dieron la direccion
al mayor de los hermanos.


Véase una regencia única en su 6rigen, convertida
muy pronto en múltiple. Se me dirá que D. Fernan-
do IV estuvo bajo la tutela y regencia de Doña María




2M' DI LA 1MBNOI'KDA.D· DSL ·ltEf.
de Molina,: pero, ae le ,discernió porque era SAl madre~ 'y
est~ l\Uo$,oo la;na.tural~za S()nmlls-poderosos y-respe.
tables; que todos: lOít I)trOSLC1:lando eIitl'ó D. AlfousCl. XI.
el Brilvo,lIanHldo.álaeóronu; no habis'dis-posicion to ..
mada pOf,aup,adre, quc'oQ:habia,hooho testamento, ni
tampoco enJos;:Códig~'."porqueaunque yacotrian las
Partidas, earecian d6'lftH~rY# ltlgal y 8010 tenían la moral
entre,Josjur¡$QOnj;~~.,¿ y.qué' su.cedió·? se reuniéron
las:Córtes,de,:l~lllfmcia; kt.' cuestion era entre la madre y
la;abuela~.y eowe,,losinfantes, D. luan y D, Pedro.
Acordósepw- últiQ1Q que estos dos tuvieran la regencia,
y hé,aqul otto: eje:w.plo contrario á la unidad que se san·
cionó cnlásCórtcs'de B~rgDsde 151!). D. Juan JI es·
tuvo, igualmente ,bajo 111:,tutela y reg.:;ncia de su .madre,
y del InfanuH};; Fernanoo su :tio. Doña Juana la Bel-
tranejatu'V(}rpOf regente al cardenal de España y al
marqués d.d Vill~nl). Si examinamos:la hist()I;ia. de Na-
vaÍ'ra hallaremos: desde el sig)C! IX que Sancho Garcia
Abarca ~uvo ·,v,ariO'S tutores'Y regentes á la vez; y si
por último venim~:á sucesos mas recientes. encontra-
remos que'Cárlos::U-estuvo bajo la direécioo\de su ma-
dré y He seisi:.:cl}-regcntes, que. con ella partieron-la
autoridad. He citado' estos ejemplos para Mnlestar al
argumento deimp@sibiJidad de la regencia multiple que
tantas veceS se nos ¡ha preSentado. La mejor prueba de
que puede 'ex:istir es demostrar, como acabo de hacer-
lo, que de hecho ha existido. :9


En ctanto que 'OIó:tllga, Sancho y otros adalides del
partido prdgre~ista {}efendii:m la única ó de uno solo.
Quien des~at;a:~úe:'estuviese en: la regencia el gener~r
Espartero': quien,iveia mai'acertado, que á su lado apa-
reciesen dos. pe~sonage~. mas .-.:unoJe ellos distingui-
dÍ3imo ciudadano, modelo de ID'oralidad aun á tiempo
en qlle esta cualidad empezaba á declinar y á ser rara.




DE LA MENOR EDAD DEL REY. 203
el llamado virtuoso por excelencia. La Constitucion da
latitud sobre este punto; situacion habrá en que un solo
hombre conducirá á puerto salvo la nave del Estado, y
situacion habrá en que tres hombres de prestigio harán
resistencia á toda fuerza malévola y hostil. Aqur como
en otro caso cualquiera,· uno solo obra con mas pron-
titud y actividad: el mayor número promete mas pru-
dencia, saber y deliberacion.


Durante la regencia á que me refiero, se suscitó
otra cuestion que alguna vez he visto promoverse en las
aulas: si el regente goza de toda irresponsabilidad, si
su persona es sagrada é inviolable como el monarca.
D. Pedro Mata escribia un periódíco de política, y en
uno de sus números principiaba un artículo con estas ó
parecidas palabras:-¿qué haceis ahí, hombre encero
rado en el palacio de Buena-vista?-En seguida habla -
ha en términos harro acres contra el Regente. Denun-
ciado el artículo y presentado en el jurado, el Sr. Mata
sostuvo que no procedia la acusacion, pues que la per-
sona del regente no era sagrada ni inviolable por mas
que lo fuese la tlel Rey; que esa representacion que
tiene la regencia, y la investidura que le autoriza para
ejercer las funciones del gefe supremo de la nacion, no
le trasmiten la completa irresponsabilidad que compete
esclusivamente al monarca por razones especiale5 y
personalísimas que no pueden concurrir jamás en nin-
gun otro individuo. Para apoyar sus asertos citaba lV~­
ehos históricos y otrns pruebas. Su discurso fué impre-
so. El artículo salió absuelto lihremente.






.~ . . ¡ .




,


DE LOS MINfSTROS ..


TODo. lo que el. Rey mandare ó dispusiere en el ejercicio
de .su autoridad deberá estar firmado por el ministro á
quien corresponda; y niDgun funcionario, público. dará
cumplimiento. á lo que ~arezca de este requisHo. J


• Los miniígtros pueden ser. senado.res.ó dip\ltados, y
to.mar parte en las discusio.nes de ambos cuerpos co.le:--
gisladores; pero solo tendrán voloen aquel áqueper-
tenezcan.J


Lacreacion de )o.s ministros no. es remota. Dajo la
dina$Ua austriaca :la administracio.n pública de Espa-
fia residia enlo.s diferentes Consejos que á la s.azon se re,..
conocían. Habia Consejo de Castilla; de Indias: de la
Guerra ¡ de Arago.n; de Flandes; de Italia; de las Or~
denes ; de la Inquisicion; de Cruzada. Felipe 11, eSe
genio estraordinario que sentado. al pié de una rústica
mesa en el fondo de UD monasterio solitario entre mon,.




206 DE LOS MINISTROS.
tañas, presidia los destinos de grandes territorios situa-
dos en tres partes del mundo: que acababa de resolver
un negocio diplomático de suma delicadeza, para re-
cordar las cualidades del último de sus funcionarios:
que interrumpia la cQrrespondencia sobre una cuestion
de que dependía la suerte de Europa, para decretar una
solicitud ins!~1f1t~~1 ~~;,~ta~:~~al?i~~~~: ese hom-
bre no necesita1)a SIDO d.e _un secretarIO ulllversal que
le auxiliase en sus trabajos gubernativos. Felipe V divi-
dió en dos la secretaría del despacho universal, en i i de
julio de t 705; una para la Guerra y Hacienda, otra
para lo restante de la Gobernacion. Mas adelante insti-
tuyó cinco secretarías del Despacho: Estado : Eclesiás-
tíco, 1 usticia, J urisdíccion de los Consejos y Tribuna;. ...
l'e~':'·Gtie~ft1rr¡Indiag)y M1ar'~nA: t'. HaciendA.!- JA~·géfe.s. &
IQS euá-tto!t*itlIetfaY:s6 t&rnal'Onseel'clarios. del Despa-
cho~ y~ d~rHtlcletld8'c~i'Hinuó llamándoseSuperintea ...
dente. <Gállo~ tU ; oreó dos ma.s . para: lndias ¡que: Jueron
S\lpfi;U.i~ ¡ pM'Í1ilrlif:; IV. ;En novierpbre 00; 18¡)~ s~ creó
erMi(¡i$l~tibLdell?bmento·~ poco deSpues trasfoimad:o en
M'iniSt'etfo.;:~~·'ID't6ril:ir/Endiciembre,dei~8Msedreó
el de la Gobernacíon de la Península. En febrero clb,i&4'i.
s.e cte6 sr. M4tlJigtel'i~' deCómereio, InstruccioD y,Obras
pub;1i&s~,lE-tIl~~~ s6'cveO él,~ FOlÍlOnto, a:l,qlle;pM~~
ron lds l 'b'égnciIldOlJ;tl-e ~Comereio; tY .Obraspúbliéas: ,y el
dei-nstt\400id.rr-: ~uü asiguatlo al (~e6rátíay Justicia. Los
antigtl~ ~crtÜllrihs;jd.el Despáélló, haa'JorWtd() la!1enQ_"
miM~ijn .d~; rn-¡histÍ'os :r&fponsab1eS,i eual icoo~ce en ·10$
deinás,gobiel'rÍDs; r~pre8énfutivos: no' son. secretafio$ del
R~yéselusivamente sino f.uncionarios de l~ naaion.




IIE LOS M'INIS1nQS.
'rod/) ,el p0l1er de aqu.el.., 'es ej:eteido ¡lodbs rnirrís.!


tros .. BenJamin Constant define un poderreatmodarador
üistintodel ejecutivo: no lo comprendQ; ta convocal()~
da á Cónes,da suspension; la disolooionde estas!, el
nombramienloydestitllcioo' del- ministerió', las resoiu"
ciones mM {llevadas da ladiplomaeia, Wdo;ba de lIe-
Val' la firma. de un mioistro.EtembajadotooffiO' el me:"
ritQfió 6 escribiente de una oficina' d'é prmncla ',,-tiene
óbligaciónde 00 cun\pHr lás órdenes etc.;quecareican
de ese requisito: aquí ha lugar á la fórmula de""':obe.i...
dézcase y no se cumpla:.
, 'La inviolabilidad del-monarca va indefeétibleIl'lettte


'Hgaml á la r~porisabilidad desú<g tninistrtlS'~ de lo Mn-
trario, seria una injusticia notoria, un absurdo. un saT~
casmo. El puede mandar cuanto quiera: el' ministro
respectivo' ha de autorizar el mandato, y por tanto se so·
mete á sus resultados. Falta esta autonzacion, . nadie se
halla obligad(}ápres~arleobediencia :si hay alguien que
la(haprest&:dd indebidamente, no tiene de que queja:rse.
,; En tiempo de Ja asamblea constituyentei ~e miraba


I con 1'lobrada desconfianza al poder real y al ejecutivo.
Impelidos aquellos'publicistas por una córriente de ideas
democrátieas, temian los abusos de la autoridad y no
los del pueblo: coartaron las facultades de Iccorona y ,
de sus cfmsejeros, y aumentaron las de las, cámáras
desmedidamenle. En la constitucion de t 79t se prohi-
bió á Jos ministros ser diputados. y solo se presenta-
ban á responder á las preguntas, interpélilCiones y car~
gos que se ,les dirigian desde la 'tribuna: aparecían ~oal
unos reos, ó cuando menos subordinados que se jus~




208 D~ LOS MINISTROS.
tifican ante sus superiore$. I Qué diferencia I Ahora
un ministro en algunos paises, desde su butaca da el
tOno á una eleccion general de diputados: elige á dos~
cientos ~e su parcialidad, y él mismo con sus compañe-
r()s del banco :negro óazul votan en las cuestiones que
toquen de cerca ~su pers.ona.Antes de cerrarse el de-
bate, qllep~ect~ prolongarse á su voluntad, usa de la
palabra siempre que le plazca, sin que consuma tur-
Jlo; el presidente de la cámara altaes hechura suya, y
aun 10.es indirectamente el de.la popular; los taquígra-
fos son dependientes suyos; las tribunas, llamadas pú-
blicas, contienen unas cuantas personas, á su antojo,
y la campanillil de la mesa suena por la int1uencia de un
magnetismo lIliJli~terial. Añádase lo referente á e!,cenas
entre pasillos .• bastidores y corredores; de antesalas y
gabinetes,· y viene á ser el puesto del ministro un lecho
de espinas, en que cualquiera puede resignarse á padecer
martirio. pn ministro de Felipe II estaba espuesto á un
rato de mal humor que le sepultase en un calabozo 6.le
subiese á 1.a horca ó garrote. Un ministro de Luis XVI
despues de la revolucion estaba espuef to á ser arrastra-
do a la guillotina. Un ministro del 20 al .23 estaba es-
puesto á la amigable llegada del duque de Angulema.
Mas un minístro de esta era de adelanto y cultura, en
algunos paises, está espuesto á ser consejero de Es-
tado, senador, embajador, magistrado de algun trilm-
nal supremo y á otros azares por el estilo.


No apruebo la disposicion de la asamblea Constitu-
yente; menos apruebo lo que entre nosotros pasa. Recor-
. demos, no obstante, con respeto y admiracion ese pe-




DE LOS MINISTROS. 909
ríodo de grandeza, de sublimidad, de entusiasmo, de
buena fé, de gloria: yesos hombres henchidos de pa-
triotismo puro, de pasiones nobles y generosas en me·
dio de báquicas orgías y de sangrientas bacanales. Esos
hOmbres no t¡'aficaban con su posicion, sino que, al de-
cir de Cormenín ~ bajaban del santuario de la elocuencia
para ir al cadalso, La asamblea Constituyente ha rege-
nerado la Francia; y algo bueno ba hecho, cuando los
gobiernos que le siguieron, de ella recibieron las bases
de los códigos políticos, deJa administracion, la divi·
sion departamental, la organizacion de Jos tribunales
y tantas otrasrefol'mas que han sido adoptadas mas Ó
menos literalmente en muchas naciones de Europa.


La Constitucion de t 81 2 modelada sobre Jade 179t
y sobre nuestras venerables costumbres y tradiciones,
instituyó igual prohibicion' relativamente á los minis-
tros.


Estos reunidos componen el consejo del mismo
nombre que'suele tener un secretario particular. Adé-
más hay la preside"ncia del ministerio que puede es tal'
sola 6 con cartera: ahora.despacha los negocios de Ul-
tramar.


En algunas cónstitúciones y pueblos existe un con-
sejo de E~tado,cuerpo esenc!almente político, que re-
dacta y discute .Ios proyectos de ley que han de some-
terse á la deliberacion ó votacion del Parlamento, que
ejerce además funciones políticas. Tal fué el famoso con-
sejo de Estado de las constituciones consular é imperial:
cuerpo para siempre memorable, compuesto de laspri-
meras capacidades y bmbrcras de Francia., en todas


14




alO DK LOS MlNISTROS.
carreras y pr.ofesiones rriaselevadas: allí sobresalían
Cambaceres, de quien decia NapoleolÍ, que le costaba
mas trabajo vencerle en sus polémicas que ganar una
batalla ~ Merlín) jurisconsulto de r.eputaeion universal:
Carnot., el gvan general, ;escritor y político: Foy, mili·
tar pundonoroso y orador brillante ,etc., etc. En aquella
asamblea de 'sAbios yestadistas se formaron .v discu-
tieron antes que en :otra parte los códigos y demás re-
formas legisJativasj que tanto prestigio dieron al hom-
bre. que á,semejanza de César, reunía el !riple génio
de guerrero ,~. 'craaor y gobernant.e. Ese Consejo de Esta-
do audiar 'poderoso de las tareas ministeriales., fué
'una .de las mas felices y fecundas concepciones del an-
tiguo alumno del colegio de Brienne.


Rellltivámenteá España no falta quien supone la
existencia de un consejo de E~tado en la monarqUía goda:
ni quien lo suponga en tiempo de S. Fernando. Lo mas
cierto es', :qm:i)uan, 1 Jué quiar. creó dicho consejo , si
bien á. medias é imp~rfectamente. Los Reyes católicos
Jo organízar~)J}.~ajo¡ una planta conocida. Antes de ellos
eonstaba de. doce- ,miembros"cuatro eran .prelados,
cuatro Grandes, y cuatro del estado llano. 1}esflues
fueron 'entrando 'por varios motivos hastaqtie el nú·
mero . llegó á sesenta. Aquellos Reyes lo redujeron á ·Ia
forma primitiva: un gobernádor prelado, doce conse-
jeros, de los cuales tres eran caballeros y ocho ó nueve
letrados.


El consejo ,de i Estado tomó el nombre de consejo de
CastiJ1a, bajo]a' dinastía· austriaca. en cuyo periodo
fuerón creados asimismo otros consejos, que eran las




DE LOS MINISTROS. Úl ..
corporaciones que estaban al frente de la administracion
en sus diferentes ramos.


Despues de 1808 fueron suprimidos todos los con-
sejos, yen la Constitucion de 1812se organizó un nue-
vo Consejo de Estado, compuesto de cuarenta miembros
inamovibles: cuatro de la nobleza, cuatro del clero, los
demás elegidos por el Rey. de una lista triple que le
presentaba el Congreso. Sus funciones no eran legisla-
tivas: eran las principales, aconsejar al Rey en todo
los asuntos graves, particularmente .paradar ó negar'
la sancion á las leyes, declarar la guerra y hacer los
tratados; prop~lller en terna para la presentaciondc be-
neficios eclesiásticos y provi~ion' de vacantes en el ramo
judicial, segun lo habian hecho las antiguas cámaras de
Castilla y de Indias.


Este consejo sufrió las alternativas y vicisitudes á
que estaba ligado con ]a ley fU,ndamenla1. A principios
de 1834- que4ó disuelto y' se constituyó el Consejo real
de España é IndÍas, di vidido en siete secciones: de
Estado: de Gracia y Justicia; de Guerra; de Marina; de
Hacienda; de Fomento y de Indias. En 1845 se le di6
nueva' forma con e] título deCorisejo real, como en la
actualidad'se conoce. . . ,


,Este consejo fué constitui,do en virtud de una ley
secundaria yoo es verdaderamente polHico. Sus atribu-
ciories vastas y varladas se refieren á informar al go-
bierno ea los casos prescritos y siempre que esie lo j uz-
gue oportuno en todos los asuntos de' la au!ninistra.
don pública. Además es tribunal contimcioso-adluinis·
trativo en segund'a instancia para todo~ lospI~itos, que




2 ~~, DE LOS :&nNISTROS.
teniendo este carácter se entablen en cualquiera. provi n-
ci~ del reino: Ádemás está encargado de resolver !!obre
las competencias suscitadas entre las corporaciones, de-
pendencias y funcionarios de la administracion con los
del órdén Ó pod'er judiéialen todas sus categorías; for·
mando sus sentencias y sus consultas, con respecto á
esta materia,'Ja práctíca y la jurisprudencia adminis-
trativa. Es Ul'l; cuerpo bajo ciertos aspectos para el
póder ejecutivo .. lo que el tribunal supremo de justicia
dentro del límite de lo judicial.


El consejo real ofrece ventajas. aunque no fuese
tribunal, aunque no se concediese io contencioso-admi-
nistrativo, ó se arreglase de otro modo. Sus atribucio-
nes y dictámenes en hondas cuestiones de derecho pú-
blico edesiastico~ en hacienda, en gobernacíon : sus vo-
cales, encane.cidospor lo gen(lral ,en las carreras mas
¡rustres y cie'ntíficas ; las circunstancias, méritos y dis-
tinciones qJe los ad~rnan, etc., hacen de este cuerpo un
recurso 'encaz', uq1Í ,sóiidá garántía para el ministro y
p'ara' fos Ciud\ld~HO,f~;Y áp~sar'de estar dependiente del
gobierno. c,pte,ét,i,v:a'é' individualmente ha dado ejemplos ,,#
saludables de !ai~nidad, patriotismo y abnegacion. '


¡ En laactualida'd el Consejo reai consta de veinte y
n,ueve indiYiduQs; Consejero$ ordilÍarips, el)tre e.llos hay
militares, a~niigu:os magistrados, y'empre~dos anterior-
mente eniniportá'ntes cargo's de la administracion; no
hay eclesiasti~o~. Presl~e ~1 Co'nsejo en pleno,. un
';ice-presidente. tas secéiones tienen sus respectivo
presidente: Esta~ son Estado y. Marina: Contencioso:
Gracia y J ustida: Hacie¿da ': Guer~a: Fomento: ,GOA


" • .,> ; .. • • , ', ,




DE LOS MINISTROS. 2'3
bernacion. Hay un secretario general y un fiscal togado.
Hay tambien consejeros estraordínarios, que pueden
asistirá las sesiones con voz y voto. _


El Consejo real conoció en un principio de los nego-
cios de Ultramar, que tenían una secciono Despues se
crearon el Consejo y la cámara de Ultramar. En ~ 1 de
setiembre de 1853, se publicó un decreto suprimien¡Jf)
dichos consejo y cámara de Ultramar, pasando sus atri-
buciones al Consejo real en pleno.




\ i




¡ . ",


DE LA FUERZA MIUTAR.'


EN otro capítulo he tratado esta materia: ahora voy á
esplanarla en ulteriores y filosóficas consideraciones.


Al ver á la humanidad presa contínua de la guena
con su funesto cortejo, nos asalta aquel pensamiento de
Cátulo:-En este valle dlJ lágri·fnas; asi como en el in-
fierno, hay una especie de queja eterna, que viene á ser
la nora obligada de las tamentactOnfs humanas,. y esta
nota se rept·te incesantemente . ..


.'


A scmejanza de los volcanes esparcidos por el globo
que lanzan de sus concavidades subterráneas, torrentes·
de fuego que dejan tras de sí cenizas y escombros; la
guerra cl)n la peste y el hambre' que la siguen, c'on-
mueve, espanta, 'estermina los pueblos ; ora en una
nacion ora en otra; bien en una bien en otra region;
ya cerca de nosotrQs: ya en remotos climas· Abrid sino'




216 DE LA FUERZA MiLiTAR.
la historia universal. y vereis cuantos son los interva-
los. cuan cortas las treguas de ese azote formidable y
tremendo.


Tan pronto hay en el mundo dos hombres, empie-
za la guerra y se consuma un fratricidio. El pueblo ele-
gido de Dios, da batallas encarnizadas contra numero-
sos y varios enemigos. Las primitivas monarquías del
Asia combaten siempre. Los fenicios llevan ·á ignotas
costas. su comercio con sus armas victoriosas. Los
griegos tuvieron. entre muchas. la guerra del Pelopo-
neso y las jornadas de Marathon. Salamina y Platea.
El hijo de Filipo siembra el terror y la muerte desde
la Macedonia hasta la India. Roma es un vasto campa-
mento; su política es la guerra; su derecho público la
conquista. Las irrupciones de los germanos y demás
septentrionale!l hacen de la Europa un lago de sangre y
un osario. El imperio de Carlomagno, una lucha sin
descanso. La edad media. una galería ensangrentada.
A porfia cada uno se esfuerza por destruir á sus seme-
jantes. Gengis-Kam ; Mahoma; correrías de Normandos;
guerras civiLes I asesinatos de príncipes. cismas, here·
gías. Descubrimiento de Amé1'Íca, indios que perecen
por el hierro de los filántropos europeos; esclavitud,
sublevaciones asoladol'Hs. Reforma de Lutero~ Revolu-
cionde Inglaterra: l'evolucitm de Francia: guerras de
Napoleon, etc., etc.


Por eso dice Lamal'tine:-l(l que mas brilla en la
historia es la sangre. t Por eso dice Hobbes:-el estadrJ
t¡atural del hombre es la gl4eTra.» Por eso dice Rurron:
-una gran parte de los animales está destinada á pe ..




DI' L .. FUERZA; ·MfLI·TA.~


r~er violentamente. '11 s/¡gim 'la, apdrientiat '!~aria
démosttars8 lo.mi,mo respecta.,del hfJflibre ... :Pol1e8,O dioe;
el conde de Maistre:- Ya nos 'remontemos ;'á la. cuna :d{J,;
las naciones, ya :deseendamo$ hasta nuestroS' d ias o ; c.on¡.;.
templemos:á, los puebl<Js 'en' todas las,' posicfones 'posiblf's
desde el estado de ~arbárie hasta efdtda mas refinada
cWili-zacJon, siempre entontrare~o$la guerr(j,~,
:Pilr esta: causa. quees:lapr.incipal, y por toUas.las,


que se le agregan, :nunca la efusion 'de' sangr.e homana
seba detenido en el mundo: unas'veces'es'menos abun-
dante en' una gran su pemcie: de terreno " 'otras ,mas en :
una mas' reducida ; pero de manera que es éasi ~ie'mpre I
constante. Yen: ótrb lugar dice el miSmo conde: ........ Co...i
munmente se dicé que Jas artes st)O amigas de'la :paz;
semejante proposicion no se demuestra de ninguna ma-'
nera. Yo no conozco nada menos pacífico que los siglos'
de Alejandro,dePericles. de Augústó, de León X, de
Francisco 1, de Luis XIV y de la 'Reina Ana. j


."Hay mas. Hombres que en eL fondo ,y para la éien-
cl'penal fueron grandes criminales. la posteridad los
emltece y glorifica con el dictado de héroes y genios,
soló porque cubrieron sus iniquidades con, la armadura
del guerrero. ¿ Acaso el autor del Koran no fué un im-
postor, un hipócrita,: un malvado? ¿ Acaso ,Mario y
Syla no fueron asesinos y bandoleros'


La cuestíon es grave y delicada. A. pesar de todo,
abrigo la con~iccion de que. vendrá :un,dia en que la,
guerra sea muy rara, se mire como un recurso aflejo.
y estéril, y se sustituya con otros en armonía con la
ci vilizacion creciente de nuestras razaS. '




218 DI LA. FUERZ!MILIUR.
Rousseau, dice qtie el ,hombre ,es naturalmente


hueno y. que la .sociedildle 'deprava. Muy' cierto si lA
sociedad se halla corrompida. Nó -obstante:,]a· distancia'
que me separa',del autor del Emilio, tengo simpatías'
hácia él ; porque fué 'desgraciado, pudiendo aplicarmé
aquel verso deOvidio:~t 'non ignara mal;, miseri,
succurr.~re disco; J y' porque hombre él de talento y de
mérito fué peJ:seguido por su arrogancia y superioridad¡
no eratampoco de los que saben adular.


Esplotando los socialistas el pensamiento de Rous-
seau, sostienen. que \ la sociedad contemporánea es de-,
testable, debe ser reformada desde lQs cimientos, para
llegar todos á ser felices en virtud de la perfectibilidad
indefinida de la especie humana. A esto tienden por di-
ferentes vias Owen, San Simon, Fourrier, Considerant,
Pierre Leroux, etc. Para De-Maistre el hombre está
condenado sobre la tierra á sufrir, á expiar sus culpas;
el inocente, 'el justo á pagar por el malvado; la huma-
nidad devorándose sin cesar y sirviendo ,de perpetuo
sacrifició de lágrimas y de sangre que la tierra ofrece al
cielo. Donoso Cortés tiene igual filosofia; solo que el,
primero espera el remedio de tantos males, de los medios
y suceSllS humanos, y el segundo, desesperanzado de
cuanto encierra nuestro planeta, acude al cielo de donde
ha de venir el alivio. Para los unos la guerra se mantiene
únicamente por las iajusticias y los desaciertos de los
que mandan y de ·los que obedecen; mas andando el
tiempo y planteadas sus teorlas, desaparecerá la guer-
ra , las pasiones se encadenarán á medida del albedrío
de los inspirados legisladores y todo será, un paraiso.




DE J,.A FUERZA UlLfTAR. ; tf9
;Para los otros. es 'o es un absurdo, un ,sacrilegio; <la
criatura se rebeló coptra el Hacedor, tieñe que llorar,
padecer y ser víctima expiatoria: la perfectibiJidad'usque
ad infinitum es una quimera; el hombre seconfundiria
con la divinidad; orgullo luzbélico de la escuela pan-
teista y racionalista. La guerra es indispensable para la
regeneracion, la purificacion de nuestra especie.


Yo discurro de otro modo. Los pueblos; comíen-
.zan por inmolar á sus semejantes ante' los ídolos á que
tributan adoracion: el, extranjero es inmolado desde
Juego; es ordinariamente enemigo. Se da un paso mas,
el extranjero ya no es inmolado, solo por aquella cua-
lidad, pero es todavia enemigo, sea 'por miedo, por
desprecio, por incultura. Mas adelante se acercan, se
imitan, se asocian, se hacen amigos y transijen sus
altercados. Guerras de l'azas, guerras sobre adquisicion
de territorios, pudieran llamarse guerras de propiedad;
guerras de religion, guerras de int~reses, de industria,
comercio, etc., etc.


Esto que se comprobaria palmariamente con la his-
toria, está acorde con nuestra naturaleza: el hombre
cuando niño conoce y quiere á los que le rodean; est1'a-
ña y aun se aleja de los desconocidos: cuando su ra-
zoÍlle ilumina, es' religioso: luego ó á la par desea po,-
seer algo, y por último hacerse rico.


Ahora bien: comparad llls guerras ~ los combates
de los antiguos con lo!; modernos. Mario mala en una
batalla doscicntos mil cimbl'ios y teutones. Mitrída·
tes pasa á cuchillo á ochenta mil romanos. En el sitio
de Jerusalcn imperando Tilo, perecieron seiscientos




DFl LA. FVERIl· MILlTAR.


,mil hombres, f Bajo '{~MstantiIi6' las" tegiones pierden
cienmil~n Ohit,soptilin¡ :Cúál'érila i mil' muriéron'én una
sedieion·de lCoóstantíMpla,' ,éá:rlds Martel estcl'mina en
Toúrs á treseienlós:mll' sa'rraeenos. Réspecto á la,mor-
tanqad " ''(, qulJ ~ valen ,Fríelal1d", Tl'afalgar, 'Zaragoza,
Bailen y'WattertOo 1 ; ."',


Probablemente Y ti no veremos guerras irÚcslinas ni
rivalidades'como entre los duques de York y de Lanca8~
ter, los de'Borgoña y Lorena, entre los Castros y Laras.


, ,:Antes' deLsiglo XV no se' coilOcia diplomacia en
Eiiopa:: :Ias disidéndás !no tenianmas aÍlelaclon que á
la 'guerra~ posteriormente los embajadores fueron evi-
tando algunos choques ; en la actualidad un protocolo
evita el derramamiento de mucIlísima sangre, erije
una potencia '6'la hunde.


Hoy dia ninguna nacion tiene por el norte de su po-
lítica la guerra J á lo menos la cohonesta y oculta: ]a
Rusia no pretende descaradamente ,ser albacea de Pedro
el Grande. '


.. sabemos que hay en Europa un congreso denorni·
nado de la Paz, compuesto de personages eminentes.
que celebra pcriódicaniente sus sesiones donde se con-
trovierten ideas innovadoras y atrevidas, donde se pro-
ponen temas para memorias y se ofrecen premios. El
químico y el naturalista no dejan pasar desapercibido
cuaICluiera fenómeno del órdeo fisico: 'el publicista no
debe dejar desápercibido cualquiera fenómeno del órden
moral y sociaL


La diaMotioa llOS enseña que de lo conocido se de:
duzca ló desconocido.




DE LA FUERZA MILITAR. 221


Por ~oDsiguiente no será arriesgado ni delirante: su-
poner y predecir, que la~ naciones, poregoismo de no
laslimal' sus intereses cruzados en todas partes con el
aumento del comercio, por Convencimiento, por como~
di dad , p~r a?piracJon á fines mas elevados y fecundos,
huirán de 'dec~ararse la guerra por ningun motivo; Sus
diferen~ía,s serán zanjadas de lodo _ punto por un gran
lllrado nomh;rado' de antemano de ~ntrelas mismas '; al
que hayan de obtemperar y someterse, s¡} 'pena . de .
atraerse la enemistad de t::>das las demás, que en tal
caso harán cumplir á la que se rebele.


Dificultades, injusticias; parcialidades, opresion de
los fuertes; convenido. Té'nto valdria optar por el.duelo
entre particulares en los pleitos y causas con preferen~.
cia á las sentencias de los tribunales. ¿Pues qué la guer-
ra de treinta años en Alemania no se concluyó con
los tratados de Munster, Osnabruck y Westfalia? ¿Pues
qué las guerras de Napoleon no concluyeron en los fra...,
tados de Viena? ¿Y lo qué se hizo despues {le tanta ca-
lamidad, y tanLa sangre vertida, no pudQ haber~e eje-'
cutado' antes con ventajas .incalculables? Allá libertad
de cultos; acá rcduccion de la Francia á sus antiguos
limites. . .


. . A los ilusos que conceptúan la guerra conveniente
y aun nece'saria para las ciencias, las artes y el comer ....
cio, replicaré: las ciencias y las artes nacen; y medran
~pesar de la guerra: la civilizacion. viime por agua;
esto es por el comercio. Lóndres se :elJgrandcce por ía
industria y el comercio sin necesidad de guerras: cuían-
do mas tuvo, era mocho m:enosqqe ahora.




DE LA FUERZA M(LITAR.
Entrado ya ese periodo, los ejércitos permanentes


variarán de índole y forma. No puede haber una nacion '
sin armas. Estas afinas serán para proteger al hombre de
bien, para perseguir al mal ciudadano; asi habráver-,
dad era polícta, verdádera: milicia, ve'rdadero progreso.


En medio de cuantó pobre, mezquino, incompleto se
ha visto en ~lgunosaños, una institucion sin embargo
se ha visto aplaudida por todos los partidos: la guardia
civil; su aumento seria una consecuencia de las refor-
mas indicadas. El vapor, la telegrafia, una libertad
prudente de comercio~ comunicaciones mas rápidas y
fáciles', el conocimiento más vulgarizado de los idiGmas,
la asimilacion de los: hábitos y costumbres, y otras va-
1'ias causa¡ irán desacreditando la guerra rcputándola
como un medio brutal y salvaje. El mismo,De Maistre
dice: -!l Bueno es que á pesar de esto tronemos cont/'a
la guerra y procuremos apartar de ella á los poderosos
que quieran provocarla; pero no demostaÍnpoco en las
utopias de Condorcet, el filósófo querido de la revolu-
cion, que empleó su vida en preparar la desgracia" de
la generacion presente ~ legando benignamente fa pe'r-
feccion á nuestros nietos. Solo hay un medio para cem·
primir el azore de la guerra, y es comprimiendo los
desórdenes queconduéen necesariamente á ,esta terri-
ble purificacion., -


¡ Si la mitologia nos representa en una misma perso-
na, la diosa de, la sabiduria y la diosa de la guerra~
MiQervaóPalas,. armada' con lanza y escudo, y rodeada
dejos atributos y simbolos de las ciencias; en cambio
nuestra reJigion nos. promete la gloria donde goza la




DE LA. FUERZA llILlTU. 223
Iglesia triunfante, en medio de lapaz y la alegria, con-
seguidas con la virtud, el sufrimiento, el infortunio y
el martirio. Por otra parte dos de los mas colosales é
incomparables acontecimientos que trastornaron la faz
-de la tierra, el cristianismo y la imprenta, se enseño-
rearon de ella yla supeditaron, sin armas, :sin vio-
,lenci-as.


Tocante á las plazas fuertes , repetité la proposicion
de uno de los afamados maestros del arte de la guerra,
que escribia é ilustraba á Bonaparte sobre sus cuestio-
nes culminantes, y que fué un caudillo de la Francia
revoluc~onaria., CarnotesLampó en una obra de su plu-
ma, las siguientes palabras:--Ninguntl plaza bien ata~
cada puede prolongar su defensa mas allá de cuarenta
·dias. J)


Lo que llevo asentadQno significa que sin guerras
no tendriamos trabajos y desventuras, y seria el mun-
do un :recreo, un placer no interrumpido, debiendo ser
un valle de lágrimas. Aun así, no huiriamos de las es-
caseces, del hambre, de los contagios, de las epide-
mias" de las muertes prematuras y repentinas, de. los
hundimientos, de las inundaciones, de las erupciones
yol<elÍnicas, y de tantos otros accidentes y cataclismos
á que se halla espuesta la mísera humanidad. .


La guerra de Rusia contra la Turquía, que e.stá prin-
cipiando, parece indicarnos que hQy tanto como en cual ..
quiera otra época son indispensables los ejércitos per-
manentes, y que están mas lejos de realizarse los de~eos
.de la paz universal.


No pertenece á la índole d~ esta obra 1 sino .á la 6:-




2:l~ DE LArUEI\ZA MILITAR', .
IOiofía' y álapoltti'ca internacional augur'ar ácerca del
resultado dé esta colosal contienda 'entre naciones tan
poderosas'. Solo dil'é que nos toca presencial' una de
esas 'grandes luchas, ~ntre' el Oriente y el Occidente:,
que la filosofía' ale~~ma: no ha ejercido todavía su com-
pleta iJifluellcia-en los, pueblos de Europa; que siendo
las revoluciones sociales hijas de las elaboraciones' fijo!'
sófic'as ~ue, pre40mipan en determinados periodos'; así
como la Jilo$ofía enciclopédica cumplió su mision, así
ta' filosofía alemana tiene que modifiGlar hondamente el
estado !de! Eu.ropa bajo todos aspectos.


-No o)istanle no creo 'en la futura y próxima prepon-
deraocia'de las razas slavas:,- ni en el papel importante
que' han de :,desempeñar ~o el mundo, segun la opil'
Ilion de Wronski; tampoco estoy porque el triunfo de
la Rusiascria; á lú H\rga el triunfo de la' democracia.
del socialismo, eFdeSideratum del panslavismo" se'gun
afirma Bruno Bauer. El panteismo social todavia raya
en el mundodc'las quimeras. '


Creo' curioso in'se~tar los siguiéntes -pan-afos d6
Mr. de, Lamartine, -en el prefacio de una historia. de la
Tarquia.'
. «El prinGipio sagrado por el cual'la FranCiá , la J n:
glaterra y lá: Turqüia corren hdy á las armas,' es el si':
guiérÍte: (¿Será: Permitido á la Rusia hacer arbitraria é
impunemente la: guerra: á todo el mundo, en un siglo
que quiere:la paz?»


, Que diga. sí, el.q\Je g:l~iera ,que se conced!! á la R usi¡l
este 'derecho de guerra arbitrario y universal co.nt~a
todo el mundo. En cuanto á nosotros decimos, no! De·
clIDOS: n6/ con todo el partido moral, civilizado é in-




DE LA FUERZA MILITAR.


dependiente de la Europa, y este no, n~sotrps fe:li<!ita~
IllOS á la Inglaterra, á la Francia y á la Turquía deque'
]0 sostengan con las armas en la mano., ,,'


Compadecemos al Austria y á la Prusia .. si, mien-
tras diciendo el no en sus conciencias, no se atreven .á
decirlo en alta voz delante de sus amigos y, delante de
¡us enemigos.


U na palabra de estas potencias deiendria la sangre
q~e va á correr. Su silencio y su inmovilidad seránfal-
tas graves delante de la Providencia, qué juzga las neU-
tralidades mismas como agresiones por reticencias.
¿Estas dos potencias son, pues~ mas amigas del Czar.
que de sus pueblos? 6La sangre de millares de hom-
bres que van á perecer, les pertenece por ventura para
Qfrecerla complacientes á la Rusia?


La amistad vertladera consiste en decir al agresor;
tú haces una iniquidad; somos tus amigos , sí; mas
tus cómplices, no I Ahora bien, permitir que se cum-
pla una iniquidad que aun se puede impedir ¿no es tam-
bien una complicidad? y, por estar inmóvil, ¿es esta
complicidad mas inocente? Entre una causa justa y una
causa injusta, no puede haber imparcialidad verdad e -
1'a, porque hay una conciencia en el género humano.
¿Qué es, pues, esta presentida neutralidad de las dos
grandes potencias germánicas? Si es deferencia por la
Husia, esta deferencia es escesiva; si es indiferencia
entfe las dos causas, esta indiferencia es imposible; si
es intimidacion ante el Czar, esta intimidaeion seria ya
la conquista de la Alemania, porque no hay peor ven-
cido que el que no osa combatir.


No, ni el Austria ni la Prusia pu~den ser indife-
rentes á la preponderancia ,de la Husia, limitrofc de
sus Estados; preponderancia muy pronto sin contrapeso
en Alemania por la poses ion moral ó militar de la Tur-
quía. ¿ La palabra, será, pues, resignacion? ¡ l.a pre-


1i)




!:26 DE U FUERZA MILITAR.
signacion de la Alemania! ... esto seria el baldon y el
fin de los alemanes. La Alemania seria entonces mas fa-
talista que la Turc(.lía.


La Rusia, que se estiende desde la Polonia hasta la
Persia y hasta la China, pesa ya infinitamente dema-
siado sobre el globo; Si se añade á este peso el de ~ien
mil leguas cuadradas del imperio otomano en Asia y
en Europa, todo equilibrio de fuerzas en el mundo se
destruye: la superficie rusa ocupa para siem?re eluni-
verso geográfico de Jos pueblos. Es necesario queescl'Í-
bámos sobre todo un emisferio y sobre la mitad.· de
otro, el famoso ~nis Polonite aplicado no solamente á la:
Sarmatia, sino á la Europa entera.'


Representémonos un Czar que recluta ya sus ejérei'"
tos entre sesenta y cinco millones de pombres; hombtes
cuya soJa di visa es, como en las hordas de Atila, de mo-
rir bien á la orden de SU amo; añádase aun, por el pen-
samiento á este poder llc leva fo.rmidable , Jos etlarenta
millones de súbditos otomanos, turcos, griegos, abases,
armenios, circasianos. kudos , árabes, llrúsos, maro-
nitas; y agréguese aun á estos los veinte y cinco millo-
n'es de persas que tiemblan yllante las vanguardills de la
Rusia! Ciento veinte millones de hombres en una mano
despótica, para oprimir otros ciento veinte millones.


Qué vendrá á ser el mar Negro, este lago de la
Europa y del Asia? No será mas que el gran dock de la
Rusia en donde sus flotas militares se construirán y se
ejercitarán en silencio, detrás de una cadena tendida
desde el Asia á Europa, hasta el dia en que estas tur-
bas innumerables se desbordaran por los Dardanelos en
el Mediterráneo, diciendo al viento como los bárharos:
,Sopla por donde quieras -; por donde quiera que tú nos
lleves, la tierra es nuestra.»


¿Qué será del Danuhio, que despues de habercorri·
do libre por espacio de seiscientas leguas á través de la




-


"DE LA FUERU MILITAR. ~27
Alemania, será encadenado á su embocadura, y encon-
trará el bloqueo moscovita á su union con los ¡nares por
donde él iba en busca del sol y las riquezas de Oriente?


¿Qué será del Adriático, en donde el Austria empe-
iabá á ejercitarse en la navegacion y comercio, por
Trieste y por Venecia, y queja Servía, el Fpiro la
Albania, en adelante I.'usás, cerrarán como un segundo
mar Negro al pabellon austriaco?


¿Qué sera de Constl1lltinopla, eslacapilal anseátita;
colocada s 'bre dos continentes, á la orilla detl'es ¡llareS
y de dos est~echos, puertas comunes, cuyas llaves debén
estar elÍ una manoééntral' amigii ó libre? Constantino-
pla será un Moscoutlel Bósforo ,cuyo Krrmlin edifica-
do en el puesto de los jUI:dihes del Serrallo, hará pasar,
éomo esclav6S, los buques de Europa bajo su cañon.


¿ En qué párará ell\lediterrán eo '? O en un lago ruso
6 en un campo de batalla de un siglo entre laS' dotas
tusas y las flotas inglesas, teniendo el comercio de Eu'-
ropa entre dos fuegos. , ,


¿Cómo quedará la Francia marítima en este mar, en
aondé' ella no posee ni Malta, ni Gibraltar, ni Corfú?
La Francia iriarítima será el "asállo subalterno de la
potencia naval preponderante sobre estos mares, la In-
glaterra, ó bien será el objeto de los insultos de la Ru-
Bia hagta en sus puertós. Cuando ]a Rusia esté en los
Dardanelos, la frontera rusa serán Marsella y ToJon.


¿Qué será de Alemania? Dominada ya por espacio de
freihta años por la diplomacia, ó por la intervencion
rusá, <lúe ella podia CGntener aun, mientras queft
Czar sentia detrás el contrapeso de la Turquía, la AlcM
mania será rusa.; La confederacicn del Rhin, revisada
por Bonapartc; viene á ser una verdad despues del ano-
llaclainietito de Constantinopla por él Czar; la ¡\ lemania
grande y pequeña, vendrá á parar en una confetlera-
cion del Danubio contra la Francia.




!z8 DE LA FUERZA MILITAR.
A este precio, la Prusia conserva una tira de la Po·


lonia y las provincias del Rhin ; á este precio el Aus-
tria conserva la Italia, ysi la Italia palpita á la' voz de
Francia. un nuevo Souvarow desciende de la Iliria á
sus llanuras. con doscientos mil rusos al socorro de
doscientos mil alemanes.


La "Francia continental no puede hacer un movÍ...;
miento en sus fronteras sin dar con la Alemania, v~n­
guardia de la Rusia, ó sin hallarse con la Rusia, re-
serva de la Alemania. Los tratados de t815 destruyeron
en contra nuestra todo lo que restaba de indómito en
Oriente, de independiente en Alemania, de viviente
en Italia. No es ya la coalicion accidental y pasagera
de t 8 t5 , es la coalicion perpétua en la cual una sola
potencia, la Rusia, redactará las cláusulas y dará la
órden del dia todas las noches á la Europa entera.


La Inglaterra sola quedará invulnerable y libre, por-
que las olas y los vientos no se encadenan. Ella sufrirá
el bloqueo continental de Ilonaparte, aumentado con el
blolueo qel Oriente por la Rusia; ella ;.esperará ansiosa
la época en que una espedicion rusa, semejante á la
que se reune hoy dia sobre el Danubio, venga como la
de Alejandro. á dar un nuevo señor á los doscientos
millares de hombres que trabajan hoy dia en la India
bajo sus leyes. Hé aquí, en cuanto á los territorios y á
los mares, las consecuencias del abandono de la Tur-
quía á los rusos. En cuanto á la civilizacion del mundo,
estas consecuencias pueden escribirse en dos palabras:
despotismo y supersticion. Un Czar y un Pontífice en
un solo hombre. La fé de los pueblos conquistada con
su libertad. La esclavitud del espiritu rivalizando sobre
la tierra con la esclavitud de las razas. Una retrt)grada.
cion inmensa del génio de los pueblos modernos: teó-
logos por filósofos, y kalmucos por teólogos. J




DEL PODER JUDICIAL.


AluCHOS publicistas niegan que la magistratura sea un
poder. y la llaman el órden judicial. Otros, entre ellos
Benja~in Conslant, afirman que es un verdadero poder,
comó tambien lo es el "municipal, etc. En rigor el poder
social es uno solo, y se distribuye por necesidad y por dar
garantías á los ciudadanos; el poderlegislativo es el mas
importante" y el primero en cualquiera nacion. Mas no
debe regatearse el dictado de poder al que deciJe sobre
los intereses, el honor. la reputacion. la vida de lo~
hombres, con independencia y definitivamente. Véase
lo que vá dicho en el capítulo e Del poder.) No obstan-
te, esa independencia de que tanto se hace alarde no
es completa ~ porque nuestras obras son limitadas é
imperfectas. Los jueces son nombrados por la corona,
trasladados y destituidos, si bien para lo último debe




230 DEL PODER JUDICIAL.
preceder justa causa. Tienen ascensos en su carrera,
aunque hay decretos que marquen el modo y el derecho
de ascender segun los años de servicio en los diferentes
cal'gos de la judicatura y de la toga. En tiempo de la
l'evolucion francesa del pasado siglo y por estrema
desconfianza hácia el poder ejecutivo, los jueces eran
elegidos por sus conciudadanos, con el objeto de hacer-
lbs mas i~ldep~~dien~és: enpf de!)lol'a,bie .. <14,6 ~sponian
lo mas sagrado de la ~usticia al embate de mil pasio-
nes desbordadas. El nombramiento por las cámaras ó
por una sola ofrece tambien graves inconvenientes.
l.a independencia judicial es una verdad cuando saben
los jueces que ni por el~cciones de diputados, ni por
influencia del gobierno. ni por motivo alguno han de
ser molestad0s en sus destinos: que su imparcialida~,
su justificacion, su saber, y demás buenas cua.!iqlldes
son los títulos para adelantat·. y no el favoritismo y la
auulacion: y que por otra \lar te pende sobre su cabeza
una responsabilidad real y efectiva si se desvian del
camino recto. No siendo así, esa tan decantada ¡nde-


o • • ,


pendencia es una farsa y una mentira como tantas otras,
(A los tribunales y juzgados pertenece esclusiva-


mente la potestad de aplicar las leyes en los j~icios
civiles y crimina les, sin que puedan ejercer o.tras fun-
ciones mas que las de juz~ar y hacer que se ejecute lo
juzgado .• En la actualidad seria un absurdo que el rey
sentenciase pleitos dando audiencia judicial á las par~,
tes, seria una confusion de atribuciones y (;)l prólogo
del despotismo. En .la edad media hubiera sido una
usurpacion y una locura arrancar al monarca el dere-




DEL PíJDER JUDICIAL. 234
qIw de juzgar á sus vasallos. La política moderna apura
toda su ciencia para separar el ejercicio de los poderes
pAbJicos, para contenerlos en su jurisdiccion respectiva
y establecer, entre ellos la mejor armonía y equiiibrio.


LaConstitucion de 18.12 contenía muchas di~posi­
cionos relativas á la organizacion de los tribunales y á
sus garantías. Esto es mas propiQ de leyes secundarias
que se ocupen de espresar' cuanto convenga tí este
ramo tan esencial de la administljflcion de un Estado.
El código político solo,debe incluir algunos principios ó
b~~flS; ca}}itales •.


; ,cLos ". juicios en materias :serán públicos en la
forma q\1e: determinen las lCy~.» La oscuridad y e¡
misterio ene:;w género de negocios ,cuando la dec'en-
oia no reclam ... la sesion privada, son las armas de los
gobiernos parciales y despóticos y nos recuerdan los
om~nosos sig\Qs de :Ja inquisicion con sus pruebas se·
cretas y tenebrosas y .sus tormentos en el silencio y en
los calabozos. No es de este lugar debatir acerca del
siste~ del procedimiento oral y del escrito en lo cri-
minal. La publicidad es un gran elemento de seguri-
dad, de buena fé y dé acierto. donde quiera que se
halle establecida. ,Nadie puede ser acusado ni conde-
nado sino por leyes anteriores al delito que se le im-
puta: y no puede ser juzgado y sentenciado sino por
sus jueces naturales. J


La retroactividau en materia criminal seria la in-
justicia y el atentado mas brutal y salvaje. Nadie sa-
bria qué acciones eran permitidas, cuál prohibidas;
jamás estaría tranquilo viendo sobre su cabeza la crea-




DEL PODiR JUDICIAL.


cion de un delito á merced del poder, que dispondría'
así de las personas y vidas de los ciudadanos. Tambíen
son otras garantías los procedimientos de las causas,
que impiden la arbitrariedad y la preeipitacion: y no
lo son menos la conviceion que tiene un -procesado de
que no han de arrancarle de sus jueces competentes y
normales, ni del punto y domicilio que corresponda;
para ser entre"gaJo á tribunales instituidose"ltprofesoy
sin moLivo, que" sustancien yfaHen sin las fórmulas y
tramitacion debidas', ó que se hallen poseidos de un
espíritu incompatible con el augusto ministerio del ma."
gistrado. Nos" áterrá el modo de administrar juslicia
del r6gimen feudal, sociedad en émbrion : aquellos
jueces venales " prevaricadores, apaniaguados y" adep-
tos de los señores de quienes dependian y de quienes'
recibian sus "facultades. Aquellos delitos que quedaban
impunes por la sola voluntad de un rico li"C~bre ;6
porque el agresor habia traspasado el alfoz ó linde-¡i
donde alcanzaba el fuero. Aquellos cadáveres de perso-
nas asesinadas que interceptaban el paso al viajero, sin
que nadie se cuidase de solicitar castigo y escarmiento.


Las demás, prevenciones son del resorte de los có-
digos civiles y penales, y no ocupan lugar en los polí-
ticos. La ley orgánica de tribunales es la que arregla
la jurisdiccion de estos en sus diferenles escalas y ca-
tegorías. Solo diré aC(ui dos palabras referentes :11 jurado
para los delitos comunes. No me detendré en su ori-
gen, en su hisLoria, temas tan dilucidados y al aTcance
de todos. Me detendré, sí. en IIt'mostrar cuan desca-
minados van los que opinan por el establecimiento del




DEL PODER JUDICIAL.


jurado 'entre 'nosotros. Cierto que da buenos resultad'os
en Inglaterra donde tiene grande amplitud;: cp1e iam·
bien los da en Francia donde existe con 'menores pro-


... porciones. Esta institueion como tantil;s otras pública3,
tiene que nacer espontánéamente en el suelo de un
pais; ser un producto de sus tradiciones, sus hábitos,
su manera de vivir; no se improvisa. Supone adem~s
un pueblo ilustrado,' que ice; :que~prende. que lmita, '
que'se mejora'. aunque fas c1'ases : bajas séad,ignoran-:
tes, rudas 'y crueles. EnE~pafia el pUybJo 'no lee. 'no
aprende, no se ilustra 'j Ciúdadesimportantes apenas
tienen, periÓd!dos:; otras' en que difíc~lmente' s~, eíi'~:
cuenlraun 'ejemplar 'de' la 'Constítüdon ~ :~nl: siqU'iéra
una Guia de Forasteros. Faltan el criterio y la práctica
para apreciar los hechos criminosos y caracterizarlos
bastantemente. Por otra parte los jueces dan buenoS
resultados: la magistratura tiene la conciencia de su
deber, y ha ofrecido pruebas de su justificacion en
momea tos aciagos. Lo que conviene es un buen Có-
digo de procedimientos criminales, y el penal. que
sea mejor que el que existe. Lo q~e conviene es que
103 jueces y promotores fiscales tengan el sueldo que
compete á su rango y delicadas funciones. Es chocante
que un empleado novel, sin anteriores servicios J sin
exhibir probabilidade'! ni garantías de su aptitud, quizá
sin saber aun escribir, cobre de repente veiute mil r~a·
les 6 mas al año: en tanto que un promotor fiscal de
enlrarla tiene solo cinco mil. y un juez de la misma
clase doce mil , á pesar ele su dilalada carrera, de sus
matriculas, grados, f'xámenes. despacho de abogado




~ DE~ .. r~lU;;, IUIUCIA.L •. ,
I ,~Prf;lJ~ ¡P~~~;~fl F.P .v~rios ~rgos. NQ ~s r4~~n c~~­
~I~y,~n~,: ,q1:l~ :f1S~ ¡~ysv~»taj~ s.y compensa ~. J~ ~,t,,~
~.iij~~4 ~~,$",:i1~~in~ .ql,l~ l1Q go.za un oficini~~a ..
. ' '. ~'Hf ~vjt~~~:· 4i8r~jqp.e~? y VQIV;lOWS ~ pue&tro.
8¡SlJn~p~ ~l. ju~~d?, que s~ri.a, intempes~ivo. en. 4elitQs '
C0ill#,B~)S " 119 IQ,: ~~ri~ e¡n .I~aterj;'l de imprentll. Aq~í se
ve~~4~~ Q»e~Ü9n~seq. Iptimo contacto' cOn I¡¡. opipion
P,*W;PIl';, ~e, ~rflta de delito,s¡ po c~mtra particu~aresl
sillf1,~Qntr~<ll gq~ierllQy;~ont~a el Est<}do. La ¡¡precia ... ,
qiqn, d~l j1fr~p ~~: eQqlpeteRt~ Y s.ignifIqüiva; y si á:
1,8 llf~s8.9iI?P~~ del ;~scal, deilllprenta.· coptestase'siem.,
Pl~,PQn 1W Y<lr~d¡Otlo n~ti:vq, síntp~a infalible d~ que ..
e~ .g~p¡~rn~ ,n~ ¡b~ de. acuerdo con. eSil mi~ma .opiniQJ;l."




Del gobierno de las ·ppovineias. De
la~ dipu,ta~iones pr9vincial~s y de


. Iqsªyupt~mieDtQs ~


.. ¡.


ESPA~A., eq los primeros uem~~d6 lit ~Gminac:ion r:.q~
mana, estuvo dividida en dos grandes partes: España
cit~ior, todo el territorio al norte del' Ebro: España
ulterior, el del Sur de este rió. Posteriormente á la
deslruccion de N umancia, fué aquella repartida en diez
distritos, al frente de cada uno de los cuales habia un
Legado de Roma. Sujeta ya toda la Pen.Ín¿mla al imperio
bajo Augusto, fué dividida en tres porciones: la Tar-
raconense, la Bética y la Lusieania. Despues Constan-
tino distribuyó todas SU$ posesiones en cuatro p/ef~c­
turas o diócesis, y ent~nces nuestra nacion estuvo de-
pendiente de una de ellas, la de las Galias. á cuyo
Prefecto estaba sabordin~do un Vicario que ejercía sus
veces en esta provincia occidentaldd pueblo-rey.


España estaba á la sazon subdiYidida en provincias,
que cada una de ellas tenia á su cabeza un gobernado11,;




236 DEL GOBIERNO DE LAS PROVINCIAS, ETC.
autoridad á la par judicial y política, pues formaba par-
te de los Convemos jurldicos, que eran como audiencias
territoriales; y presidian los Concilios, especie de dipu-
-tacion provincial en ciernes, en que se deli befaba so-


, ~ ~. ,. . ...


bre, los. uegb'Ciós' económicos ,y administrativos de Jae;
corres~q~ieJlte: dem~rcaciones.; '. . .. ;': : .;'; ",


En 'la monarquía góda se .llamaron Conaes los gober-
nadores de las Ciudades. El.'Cóndl, Ho~ra; en aquellos
siglos un título hereditario, sino el nombre de un alto
funcionario de la administracion.


En la edad media el gobierno político y judicial de
los pueblos estuvo á cargo de los gobernadores, que re-
cibieron diferentes nombres, aunque mas generalmente
el de Condes, como antes. Esas autoridades tenjan á
sus' órdenes para ejecutar sus mandatos, los Sa1jones
éón un gefeó Mayorino.


En' el siglo XlII Fernando 'HI, ora por centralizar
un tanto el poder, ora por abatir los revoltosos mag-
nates, en lugar de condes riombró Adelantados Mayores,
que reunieron facultades judiciales, políticas y militares
en las provincias. Era tal su importancia y ca!egoría,
que se e8.pedian en su nombre los bandos, y en los pre-
gones se encabezaba con esta fórmula:-Manda el rey
y el Adelantado mayor, etc.


-En su orígen estos fueron escasos en número, mas'
Alónso X 10,<; aumentó, viniendo á 11aber}os, no solo en·
las provinCias fronterizas, segun fueron designados al
tiempo de suconstituciún, sino tambien en otras varias.


En el siglo XV' figuran ya los Corregidores corno
autoridades político1judicialcs que se enviaban á los




DEL GOBIERNO DE LAS PROVINCI!.S,.ETC. ~~7
pueblos. Despues de la creac;on del,Consejo d~ <:;astilla,
los .agentes políticos,de este en las provinpi~, erap los
corregidores. En: el: reinado de Felipe III los 68 cor-:-
regimientos que habia en Castilla por aquella época" ;8e.
dividieron. entre los cinco ministros de que constaba la
sala de gobierno del Cons~jo. Eu el reinado de Fe,:,,'
lipe V, se mandó,que todos ws corregillli~ntps de qas-
tilla, Ar;lgon, Va\encja,Cataluúa y ~aHorc~ se rep;lr-
tie~en en diez di.slritos, bajo la super1~tendencia d.e:
los iJ,ldividuos de la misma sala. Afines del· siglo XVIlI
se p~bHcó la Instruccion de los' Corregidp~~s ~ y estos
han llegado con alguna variacion en susatribucion~s,
hasta nuestros dia~. En el siglo actual, en medi;o de re-
petidos proyecto~, de trastornos y yiqisitudes , .hemós
tenido la org~uizacion provincial de t 808 á hU 4; des-
truccion de todo lo existente de 18 U ¡Í, 1820, Y v~elta
al antiguo úrden de cosas : resurreccion del sistema
constitucional con sus consecuencias, de 1820 á 1825:
muerte de este régimen y retroa~cion: tercera época
liberal: ley de ayuntamientos de 1840: leyesadminis-
trativas de '1845.


La ,separacion completa del p~der juuicial . de las
cuestiones políticas y auministrativas¡ es unacouquista
reciente. Antes todo se hallaba confu,ndido: ,los Capi-:
tanes Generales presidian las chancillerías y audiencias,
estas decidian gubernativamente asuntos que nada te-
nian de judiciales: los corregidorespresidjan los ayun·
tamientos, y eran alcaldes y juecf.s: los gobernadores
. militares te.nian conocimknt9 de inc¡dente~: y hechos
puramente, civiles y políticos. .




23& DEL GOBIERNO DE LAS PROVINCIAS, ETc.
La verdadera irrfluen6i~,· la verdadera signiticacion


de los pueblos dé España, radicaron en el poder muni-
cipaLPor tar1to eumináremos su historia desde las
retnotllsedades.


Los prHnHirds pT)b{adl:)i'és de nuestra patria.-:..Cel...;.
tas, . Iberó! ; hltgolos Celtihero~' por la mezcla dé ahl-
bos, y otra~ ~iirias razas y tribus diseminadas por la
superficie de la Península ihérica-vivian bajo un go-
bierno por plinto g:eneral, repubUcant>. En ciertas ciu-
dades'y ptib 1 aciotl es: menos incivilizadas y en las colo-
óhis feilierns y griegas habiá nn senado compuesto de
optimates,: espt:!cie d'e a~aníl1léa ariStocrática que eotri~
partia el poder loca} sóberano, con el concilium ó junta
del piíehlo; . eselü~iv(J en las délliás poblaciones. Por
punto genei'at iambien, los magistrados que estaban al
frente de' estas corporaciones y pequeños gobiernos,
eran electivos como los suffl!tes de Cádiz, si bien algu-
nas veces er~m hereditarios. En otras comarcas' hubo
régulos ó reyezuelos.


Oscuros y lindantes con la fáhula son pOÍ' lo: comun
los orígenes de las naciones. No podiá haber entonces
un poder central, uó pensamiento general, sino que
todo era divergente, aislado, reducido. La excentrall-
zacion es un fenómeno constante en la série de nuestrá
historitt bájJ cualquier aspecto que se considere.


El municipio era, pues, süperior á todo, ér~
omnimodo, inapelable. Tal es el periodo en que Jos
pueblos reu(ieá las condiciones de aquellas razas dis'"
persas, sin vínculo ni conexion: el poder municipal es
asimismo político: la localidad eseI estado~'el derecho




DEi. GOBIERNO DE L!~ PROVINCIAS, ETC: .t3t
de gentes , el derécho público, el deí'ectld tnunicip'al~'
todo es una sola cosa. Asi fué Róma en el álbdt de su
exi~tencill: tales son. hasta cierto pu~lo los poderes: lo-
éales y escénfricos que surgieron de improvistl en la
gloriosa l'eYolucion de 1808. .


Despues' 'de batallas sangrientas. -sitibSmemorableS',
jornadas heróicás; despues de doscientos aiíos. de guer-
ra- contlnua, Espaffil quedó sO'métidir 11'1 yugo dé la se.;
ftora del innod'o. El municipio tio desaparece con e~ta
mutacion, porque en su fondo, 'en su esencia es 'in de.:..
fectible.' España hizo lo que un rió caudaloso y re8:-
petable que aun cuando vá á deseIl1boMr al inmenso
OCéáno,conservá. ,iodllvia la señal de su cUrso 'en me-
dio de las oJas agi~a:das.El municipio gaJió, pues que
fué constitúido á' semejanza de Roma dOrlde tuvo' un
esplendor inimitable. España entró de lleno en (a era
del régimen municipal; mas desd~1tiegó no igualmente
eh todo su territorio.'


Lbs conquistados trataron -éh un principio de diver~
so modo á las ciudades' de la PerlÍnsrtla; 6t'a porque
unas habian coope-radó lisliS plimes dé invashm y cre-
cimiehtó, otras mo"strádbse indiferen tes; otr'aS sido to.:...
llladas á costa de sacrificios innumerables; ora porque;
la p'Eilíti'M' de 111 ciudad del Tiber enviaba á veeC'S
a veteranos de sus legiones á fundar á paises apar"
tado!!!, colonias militares donde motaban disfrutando
pingües privilegios; ó porqiie la poblá'cion eséésiva del
LaCio se iba: espárciendo por las prQvitlciá~ 'llevand6
éMsigo la preeminéncia' de ciudádano romano; es 'lb
cierto que se recoD,Qcieron diferentes' nombres ~ catego04




'40 DEL GOBIERNO DE LAS PROVINq!~I;E~q.
, .


rías y derechos anejos: á esas ciudad'es., Las habia libres
que gozaron ~e ,toda su sobera~ía é, i~d~pendencia ~ y
eran las mas:· r,esp,ytadas, é ,imporf4ntes' pa~a. Roma.
Las habiaaliadas ótéd~radas, que siguiendo con su
soberanía tambien, estaban ligadas con el pacto de
alianza. Las babia, que, ~rrul,mu!iicipios l' cualesquiera de
a<luellas qqtf tomaban la;ciudadania. Las ha~ia colonias
que servian de punto,6 avanzados y de baluartes del
¡m'peria. ,'L~sb~bia e~t¡pé~~iarias, 'que no posei3~ nin-
guna ven:taja,ni re~al~a, que pagaban el estipendium Ó
sueldos ~e las ~egiones; las que eran los ilotás , los pa-
rias de' la orgul,~osa matrona del capitolio.


Vespasiano ,>concedió á todas las ciudades de, Espa-
ña el jus laÚi 1; Mas adelante el municipio quedóunifor-
mey sujeto ~ las ,leyes generales de lo~ códigos ro-'
ma;n~s. i' , ( .':, ,
,,' , ~l régi'!len ~uniFjpal rué tín tras,unto del de R~ma.
'" """';' -"" ., ' En cada dudad existia un pequeño senado denominado


cttrill: l la:clJ.!lI',esta~aformada de un número fijo de de-¿~ri~1i~$;';d~s;, cQnsúl~s ó magistrados electivos, du,.uin-
ttiri. á)~ 'c~h~,z~del senado: una junta, c01feilium~ del
P\l~blo' ejerpie~do, influencia y tomando part,e en la
e.leccioJl d,~ ~os ~ágistrados" hasla que queuó anulada.
IÜ' aqdí, ú¿aJUa.rcada analogía con los actuaÍes' ayun-
tamient~s' en'.cuanto .á su constitlJcion: los duumvirO$
~¡'a~Jos al~arde~ : ,los decuriones e~an los concejal~s


.,) " .' , '. ~ ", . ~fegi,dore~:. J,a Jll\lta del pueblo "el colegio electorlll.
tif.>' o~~lag~~ 'pr~~,~di~ban dife~encias muy: hondas y
trll~cendeJ;ltale&. La, curia ,eleg.ia de su seno á los magis-
~adqs ~ admi,llistraba los interes~s comunales con suma


\._ '.: . I • r • {: ••




D~L GOBlER)iO bE LAS '~ROVINClAS, EtC; IU
latitud: tenia una representacion muy respetada y:en ...
vidiable;levantaba estát~as, acuñaba inonédasy me ..
dalias: contaba entre sus individuos los perso'nages -de
las' familias mas ilustres de España, á reyes y á, empe""
radores. Este fué el apogeo de nuestro municipio. Sus
ciudadanos fueron los, primeros mitre todas las provin-
cias del impedo que aseendieron al' Consulado y qlle
obtuvieron los honores del' triunfo •. que ocuparon el
solio. Entonces brotaban de nuestro suelo ingenios y
escritores de universaloombradía, mientras que, se po:-
,biaba de pal~ciosl pu'entes-, anfiteatroS' y otrosmagnifi-
cos monumentos, que unos subsisten en pié Y ~n 10da
m bell~za,y otrós yacen convertidoS eoruinal;' que
atestiguan nuestra pasada prepotencia, aun bajo elinan-
do extranjero. Ejemplo palpitante é, irrefutable' de ' que
los pueblos que se mueven en ancha esfera, ejercen
ampliamente sus derechos y manejan su patrimonio, se
hacen' emprendedores, sábios y : artistas. '


Mas á este período de crecimiento y esplendídez
del municipio, esperan la d~cadeacia, el envilecimiento.
Todo lo que existe, ,perece; este es el sello miserable
que la naturaleza estampa en sus creaciones. El coloso
de R6das que parecia por su firmeza y solidez desafiar
;la injuria de las edades, fué derrurnbadopor' un ter-
,remoto; y algunos siglos despues los árabes del,desier-
to. cargaron sus camellos con los restos y Jraeni~ntos
de ese gigante portentoso.


Las timidas sacerdotisas son reemplazadas por dés-
envuelhsbacantes: el trono de lo~ Césarés, se ,tra~­
forma en hedionda cloaca: Roma degenera,. Se. cor-


16




Uf lt1'Aí qOBIBl\NQ¡;M ,l..&8 IROVIN(;US,t Ji'ml.
m~ WLe~;á;'puDm tde·fl1ba.lar:~l,pO!'i\re.r aliElnt.p.,La
eoIia'~ata¡fai'al:eafr.Q>que~;de5peñadll' .. mel;'l'ópo1i.
lhs~aies¡'ti~IleÍl. quelsooiadaJ~Qdicja., los despilfarros
J~.fe.pr~o~'.del i,mper~Q-mQribundo; EJ!;acciones. tras
euc~¡; utropelíruh: desórdenes, desprestigiQ,aban~
dmJo:.tip llefsobas influyentes:; :entrada ~ei-;CrimÜlljles.y
p.,díosr'espGnsábilidad de· tributos.· prohibi~on 'de ena.
genu:5UI!:biell8lh .de seguirvarias:caneras: todo'se
t;olljWa oootddos ,miembros de lás' curias.COD$tal'ltJno
.¡as 'encontró en: el .estado; mas . deplGrable. .y procuró
rehabiü'ar}as:j infuarliéndo)es nueva vida ~oo acertadas
di8PQsj¡ciol1és.~. , . . . ' ( ;:
:.¡ji:' Desde ,muchísiino'l1Thtes los procónsules .Y' pretores
.yellian désplegando un: lujo de estorsiones y depreda-
ci~es'en laspro:vincias ,q!1e :esci,tablj,ri laindignacion
de los oradores, . quienes prornumpian - ell acusllc.\ones
ooQtrLlos . ;~al,..ad~ .í;, siendo ,célebre;- en~retocliQs~
Verres, pretorr, de ;Sicilia) objeto: de 'lasAu~-minantes
diatribás de Qioerom, Para contenertamañlls injusticias,
secr'eó ulfImevo magistradó dlUnici:pal ,1Iámado' De-
fensor icivitatis.,l -que 'Venia' á ser collÍouo :ttibúnodel
pueblo;:y .el'gérmcn J del proClu'adal' sindioo. Sus f~n­
'ciones fuelÍon mUy'6sttil1sas yYariadas~: cmidabá;de ~
. abastos ;- ~~e::ladsegln'idadiy trariquilidad p\.'tbHcas,~ lSe
·oponia: áJ 165!: des marres de' las autoridades i'Jllpe'ritlle~;
era juenln ',cffl.r'tOSI delitos 'de' púca:rnontll ;' Y'reJi algu-
nas cuestiones civiles desernpeñába:funciones: en mate-
liaJdeimpues~r!y en ~tras¡eConómicas 'Y gdnllinistrati-


-Mas. Era. elegidó¡ flot .todo¡;ooj¡ habita-Mes .de ;Jaciudad
·wn dist~ncioJlde 'clases{~ estados, ni categorías. Otra




,BL GOlHEllNO DE LAS. P:R()VIN~[.S, E¡r¡::I~j4J
-razon sobremanera atendible yefic~z: IllOUVÓ ~u, ap~~~
cjo» en la . .escena. No r:epresen~JlllrlQ Yill~ cij.ti~StJM
clases y personas del muniQipio,· por lós e~lmal~~
apuntados, fué preciso que una nueva dignidad~ una
nuevá persona loverificas~.


Duraijle ~l gobierno :godo y a~gun tiempo despuei
.de la iovasiQ/l de lo-s árabes, d municipio romano está
sufriendo una gran incubacion, para luego 'salir á lúz
adaptado á la. $o,cied~de~pañola , 'YA sobéraDIl é inde-
pendiente: 65 la pelipecia del gusano que se t&rna·
mariposa.


En el siglo. noQo se vé al Concejo, haciendo ~a. lit)
papel no despreciable. En el décim(digura el Concejo
de Búrgo& ep actos civiles. En las Mrtes dé·; -Lean
de fQ20, aparMe el Concejo de esta ciudad con pri:-


. vilegios de varia índole. El municipio mudado en Con ...
cejo va creciendo y progresando rápjda y visiblemen-
te. Y llega á punto que es una soberanía enclavada
en la monarquía, que es el lazo que la une, la piedra
angular del edificio feudal. El Concejo elige á sus jue-
ces de entre sus vecinos; cobra: tributos; allega
tropas; se confedera entre si; guerrea ásusespen-
sas contra otros concejos y contra los ricos hombres;
cnvia sus huestes con sus gefes y pendones, palla 'el
servicio del Rey, Los fueros y las cartas pueulashaQeD
de los concejos otras tantas repáblicas. oponiélvirise
por donde quiera á la unidad, á. 'la centralir ..a:cioil, a' 1á
. naciúnalidad. El Concejo y lasciu,dade¡3 tocan al colmo
de su poderío, formand() p2.l'te de ~ ·aBlmbleas'flolíti.
cas, de las córtes, por medio de representantes 'ói apo-




:~t.t. tim, GOBIERNOtlR LAS PROV1NCIAS, Fre:.
de'l'ados: animan á'los nobles y altas dignidades ápre'-
tender:las plazas de concejales;' las elecciones' popula;l
res dan Jugárá intriga;s~partidos, tumultos; lós Reyes
intervien~n ,::)y 'prev:üiéndose' de la feliz·' <loyuntura
mandan á los pueblos, corregidores y asistentes ~·se
-c1'e(\ll losregiilores Pefpéfuos; :y la pa~abra Ayunta-
miento comieMa á :tener fortuna; como mas aristOcrá-
tica' y elevada; . : ,. : " '


En el siglo XV· se . robustece el poder real, todo
tiende á la concentraeion. En el. XVI perecehlasJiber~
tades castellanas, se anonadan las Córtes y los C6hce-
jos" yen. :rriedi'o ,délnaufragio de nuestrasinsÜtudones
sobrenada el absohitfsmo. La ,dinastfaaústriaca Jué
siniestra y faral paja el Conéejo,' como bajo otros as-
.pe({tos. Cárlos ni crea el Sindico y los Dtputados del
oomun; laeleccion popular vuelve de su 'postracion.
Despues otro golpe con las facultades de las audiencias.
Por último, el ayuntamiento e$ otra vez electivo cuál
todos sabemos. . .


El carácter d~ estas ,cor.poraciones debe sel' admi-
ntstratiyo~ no! pólílicó;J lo mi"mo'Jasdipu!aciones pro-
vinciales. Mas siendo así, deseara' que tuviesen mas
facultades~ La' ley orgánica trata latamente esto, áquí
solo respecta . habla~ á grandes trazos de las bases de
aquella. Yo quiero que haya provincia , que haya mu-
nicipio, cornodecia ,en una sesion del Congreso el
Sefíor Pacheco! no quieroesacentralizacion absorbente,
aniquiladora, que agolpa toda la sangre de la sociedad
á la cabeza , predisponiendo: á la 'plétora, en tanto que
debilita 'y estenua los otrosmiem,bros y extremidades.




DEL GOBIERNO DE LAS PROYINCUS, ETC. 2U
E$a eentralizacion que ,es el inveocible ~nemigo de toda;
clase de ·eleccionlibre y espontánea; que es; el criadero
de tanto empleo en ministerios y direcciones; que atrae
á, los hombI,'es y á las cosas. á la córte , dejando las
provincias exha.ustas y exánimes.; que mata la ambi-
cion de.la localhlad para dar pábulo á otra. de malos
resultados é influencia;. que siendo tra~unto de una
legisJ,acion ex.tranjera, no se amolda á las'condiciones
de nuestro pais; esa centralizacion debe suavizarse,
como lo, sienten ya sus propios autores. Si hubiese
hahido centraJizacion en las razas hispánicas cuando la
lucha contra los rqmanos, no hubiera durado. esta dos-
cientos años: tampoco hubiera: resistido la irrupcion
sarracena; tampoco se hubiera aterraQo á los marisca-
les de Napoleon que habían vencido en Marengo, Aus-
tel'litz y Jena. Por razones contrarias, ese mismo Na-
poleon pierde la Francia, porque pierde Pari5; y des.
pues de él Cárlos X y Luis Felipe.


En el discurso leido por el marqués de Pidal en la
Academia de la Historia en contestacion al señor Seíjas
Lozano, decia con referencia á las hazañas de Viriato,
Sertorio. etc. «La E~p .. ña dividida y fraccionada, pero
llena de libertad y de energía, era como la serpiente
cuyos trozos se agiLany conservan vida aun quebranta-
dos, divididos y dispersos.~


Abrigo estas convicciones á pesar de los argumen-
tos de 1\1r. Cormenin • exornados con ese estilo. mágic'O
y deslumbrador que le distingue.


Ayuntamientos sin facultades políticas,' con, mu~;
ellas JUJS aJmini~lrativas de las que ticnen; concejales




~"6 DEI¡ GOBU~&NO 'DE líA'S PfmVII(ClNS¡ ne.
elegidos por e} 'pueblo:' éfi; rhu~básptibláéiónes alcal-
des-corregidores! nOlll.bradospor la odrOlla. Esto último
chotiará sin duda~ .


Ya se me .alcanza' que casi todós los periódicos han
aprobado la supresion dé ~OS funcionarios. No óbstan-
té, no puedodesiStír ·de mi pensamiento. Pónganse al-
caldes-corregi4ores por altas miras de admlnistrácion;
no para prestar servÍelM en las elecclOhésj no por sa-
tisfacer venganzas tii resentimientos; lio pál'a apadrinar
á un sugeto, sin motivo ni pretesto; no para éOadyu.
var á intrigas y banderíás, dé intereses locales. Pón-
ganse para ejecutar obras de utilidád, de ornato; para
resolver y decretar imparcialmente, sin afeccionM ni
compadrazgo ; para ser unos dignos ajentes 'y repre-
sentes del gobierno en esás corporaciones populares.
Cobren sus diétas ó sUeldo de los fondos generales del
Estado, y no del presupuesto municipai. YIl que son
una rueda de la máquina administrativa, es estl'año
que solo fuesen pagados por lus respectivos ayuntamien-
tos. Tanto valdl'ia que los gobernadores de provincia
cobra~en del ptesupuesto de esta; tanto valdria que la
guarnicion qüe defiende una plaza fuerte, cobrase de
esta. Es erróneo y mezquino. La nacion eS un cuerpo,
una entidad; cualquiera empleado sirve á toda ella
donde se halle desempeñando su misiono


El alcalde-corregidor supera al simple alcalde. Or-
dinariamente es de otra vecindad; ohra con mas inde-
pendencia y desapasionamiento. Snele ser hombt'e de
carrera científica; no teme la enemiga ni los ataques
de los ciudadanos lastimados con la ejecllcion de las




DEL GOBIERNO DE LAS PROVINCIAS, ETC. U1
mejoras que ejecuta; por amor propio, por orgulla,
por su porvenir acomete mas empresas; ve delante el
ascenso y el premio; no se distrae con otras ocupacio-
nes mas que las de su cargo; aprende y se ensaya con
los espedientes administrativos, para ocupar puestos
mas importantes, siendo este destino un plantel y una
escuela. La esperiencia confirma estas observaciones.
No faltan vecinos sensatos que aprontarian una adicion,
siempre pequeñísima, de contribuciones, á trueque de
eximirse de esa carga y de tener una autoridad que
proteja y fomente.


¿Se teme por la eleccion popular y por la herida
/l las tradiciones? La curia romana descansaba en el
principio hereditario; solo los magistrados eran electi-
vos: regidores hubo perpétuos; y las audiencias nomo
braron los individuos de ayuntamiento. La designacion
del alcalde.corregidor nada tiene que ver con la elec-
cion de los concejales.


Hoy no debe apellidarse poder municipal,. como
esponen Benjamin Constant y otros, el conjunto de atri-
buciones que gravitan sobre los ayuntamientos ó sus
presiden tes.




\ .


¡,




, I


. DE LAS CONTRIBUCIONES.'
. .' .' . ".' ' .


¡'


, "


Nó sienta mal en un publicista poseer algunas nocio-
nes, siquiera someras, de la Hacienda nacional; no ya
en sus detalles rentlsticos 'y de administracion, sino en
la parte histórica sin emprenderla desde vetusto origen:
si bien en algunos paises y épocas se han visto perso~
nages que por ensalmo se ponen á la cabeza de los pri-
meros destinos de la Hacienda pública I quizá siendo
noveles 6 peregriilos en este ramo ó departamento, y
quizá sospechando ellos mismos si era mentira: lo que
pasaba, remedandl> á aquél cabal1ero de una comedia
de Moliére. que hacia:muchos años estaba hablando en
prosa. sin saberlo.


. Al ocuparme del Rey enumeré los derechos é im-
puestos que percibía en la edad media para atender á
los gastos tle su persona y Estados. Al ocuparme de las'




250 DE LAS CONTRIBUCIONES.
Córtes, apunté algunas peticiones sobre hechos econó-
micos en el propio período. Comenzando pues en él,
haré una reseña de esta seccion tan culminante del go-
bierno.


Uno de los mas pingües y antiguos recursos de que
se disponia, era la porcion de los diezmos eclesiásticos,
denominlld~{t!rc,ifl.&, r~fi ,1) .$ea.n, ~P;;l nQv~nos AeJ diez-
mo; cónrl~didbs; 's~ghn I¡{lgddos: ;pór Ílonorio 'IIt\ á fa-
vor de San Fernando; segun otrGS, de procedencia mas
remota. Como quiera que sea, esta concesion fué cor-
roborada y perpetuada por los Papas sucesivos. que-
dando esta renta á disposicion absoluta del monarca.
Otro de los recursos financieros, eran los donativos de
las córtes, ó sean servicios estraordinarios. El primero
que se concedió, fué en las Córtcs de B1.rgos de 1269.
Estos servicios variaban deespéej~ :la base .de reparti...;
IIliento era la riqueza de cada contribuyente ,.teniendo
en cuenta combinasa imponible los bienes 'ralees; los.
muebles, las tentas, las soldadas y los jornales •.


Otta renta: las monedas ,que eran los repartos vo-
tados por las Cól;tes para cubrir el déficit que dejaban
aqueHas : venia á ser una especie de contribudon ter·
rUorial, pues gravaba solamente las tierras •


. 'La alcabala data del siglo XIV. Las Córtes. de Búr,¡
gos concedieron á Alonso XI el impuesto ó arbitrio de
una veiniena sobl'e todas las ventAs que 5e .celebrasen
en el reino. Creada con un objeto dado-y'tenlporalmente, i
se ha perpetuado, eual acontece por lo comunen este
punto, hastA nuestros dias, sufriendo alguna' modifi~¡
cacion en la cuantía.




DE LAS CONTJUBUCJONES. 21St
',Olrode lo~ recursos; dél i Erario, 'los 6mpré8títo~;;


Tddos ooncurrian a ellds l pues no, sterido consideradO',
como pecho. no estaban exentos los nobles;' por 'cuya'
Tazon eran muy productivos. Hubo empréStitos volun-
tarios y fo~zosos.' : '
,', Disposicionej¡ económieas de otra fnrloJe regianen·


tonces. Se' ,fij6 precio á los cereales yá otras mercan-
CÍM, se generalizó la tasa; layessuhtl1aril:is préscribian' j
los salarios, las hechura~' de )O'S vesfidos y arreos, lbS
tegidos de estos y mil otr35 ntmi'edadesque demuMtran
la ignorancia de aquellos: i~gisladores. Aloínm' X fuéel:
pl'lmero que púS'o precio á los granos. LásCÓ'riestle Na:'
llndolid decian eh B38: ,Coma' el 'Rey'como tuviere
pol' bien, paro su cUérpo. Que 'Vista el Rey cómo lu-;
viere por biené cuantos pannos él quisiere.» Son cu'"
riosísirnos. el Ordenamiento de metlestrales, del Rey
D. Pedro; la Icy de las Córtes de Toro de f36~, por la'
cual Enrique Il almotácenó las 'cosas; y los Ordena-
mientos de $aeas.


Las aduanas y aranceles fueron importaüos á Espa-
ña por los árabes. en opinion de algunos. Las priméras
leyes prohibiti vaS referentes al comercio éxtranjero da-
tan del siglo XIII. cuando menos; muchos artículos de
primera necesidad y otros de lujo. no podian ser tras-
portados mas allá de las fronteras éastellanas~ Bajo En-
rique It las Córtes de Toro le suplicaron equepusiera
buena guarda en los puertos é en las sacas, en tal ma-
nera que non sacasen fuera de los reí.nos las viandas,
ni los ganados, ni las otms cosas vedadas., y que ll()
metan en el reino moneda falsa I pues por ello estaba




DE LAS CONTRIBUCIONES •..


el reino menguado,.,.; !Ott.osÍ:que por esta fazOOl andaba
mucha moneda'falSa, y la d~l reino, ó su mayor. parte
la habian' sacado fuera. -. :. . . ,


Por esta 'bren rev'¡sta s.e colegirá el eS.tadode :las I
ciencias económicas en España durante la edad. media; .
tampoco era rhéjor en el resto: del cDntinente. europeo.
Nohabian surgido todávÍit los hechos y las coinciden-
ciasque la~ desarrollaron andando el tiempo. Tampoco
habian nacidoSmith ni, QueSJláy.


De tantos errores, <le tanto desconcierto, de guer.
ras interminables, de ,prodigalidades no justificada:), el'
Tesoro real se vió mas.de una vez pobr0 y agotado .. Un
jóven escritor y distinguido 'jurisconsulto, D. 'Fernan-
do.Cos-Gayon en una h¡storiad~ nuestra Hacienda,etc.,
que publicó .y de la que hice yo 'un análisis' y crítica
literaria en el Heraldo en {81S 3; se espresa en estos
términos:


t: Alonso X. perdió quizá la corona del impe-
rio por falta de dinero para hacer el viaje de Castilla á
Alemania. Enrique 1II. segun la conocida tradicion,
negó hasta no tener una noche para cenar. Enrique IV
vendió las rentas de su patrimonio para comer. J


Los Reyes CatQlicos dictaron algunas medidas ¡;lI1
pró de la Hacienda. Irfstituyeron las dos contadurlas
mayores, para la admin¡jstracion, cuenta y razono Ob-


. tuvo Fernando, de Julio II, la concesion de la Bula de.
la San/a Cruzada j para invertir sus productos en las
gueJ'ras con los infieles j si bien concluidas estas y en



tiempos de paz se han empleado fonJos de esla prace"
dencia, que ascienden á millones, en atenciones y




D'E LAS CONTRIBUCIllNES.


usosprofllflOS y de poca similitud coíl 'él motivo desú
otorgamiento.' ,:,


:, Durante la dinastía austriaca los antiguos servicios •
lle que' va, hecho merí tb ,:se hiéierólf anuales 'bajoláde:'
-nominaeiónde' serviúo (I'rdinaf'io.Adeniás se pagaba ,el
serviét'o eitradr'dinario ,qlIe erÍl trienal~ AdeÍnáshubo
tos' sérvicÍosde"millbnes:; nombre qliese les ádj'udicó
porltue: deSde entonces se' evaluó por milloriesde d'uCá-
dos, así como antes se hieiera! por cuentos de marave-
dises.Esta' contribtidion'gravitaba;pr,incipalmehte sobre
ciertos artículos de consumo.


, El impuesta F'v>l médidoréonsistii en "" 1'8'. en ar-
roba de vino y, otros caldos. y apareció en el siglo-XVII.
Igualmente los aguardientes,' un octavo 'del precio de
todos }QS aguardientes y licores; y el quinloy millon de
fa tlieve, dos rnaravedises en cada libra de nieve y de
hielo, yra: qüintáparte de su valur. Parecidos á estos
fueron losimpúe~tos del j-abon , sosa y barrilla. '


La renta de la poblaci01l ,consistia en 'unos censos
que percibia el Erario, de predios rústicos-y urbahos
'en~genadds 'con objeto de 'dar' vIda y' animaciorí a 'los
pueblos ylugaresexhaustbs de gente á consecuenci1tde


'laespulsion de los moriscos. '
, , La tégaUa de aposrJ~to ,1 nn 'gra~ámen sobre las cá.·
sas ae Madrid, desde Felipe n, por la gracia qU,eh'izo
á suS moradores con' elegirTo paracórte. " ",


'¡ , El Escusado fuéconcedido pbr el Papa'Pl~6 V á Fe~
lipe U. Era la p'orcion que diezmaba: ópagabá de' di~:i-
~o e~ 'mayor contribuyente de' cada' pdeblo.; , '~
:~, El papel sellado rul establecido bajo Felipe 'IV, yto




,25'.. DE L,4.8 CQf;TRIDUCItlN,t8.
mismo la m.edja 6faaf.a. que. ~ti8facilJn los enlpleadosy
los grandes títulos.


Los fuuci9n~rios y pe:pendenclas que se hallaban al
freDstedela Ha~el)da, er.n ,además delascpnt&durías
mayores, los. s~gu;i~ntes. Comisarios procurl,\dQres ere(}-
dO$ en t60~: dip/J~cio~ de rteinos: el consejo de HaT"
cien~~: CQmision p'e millones . , que bajo Felipe IV se
qo~virtió el) salade mmo-n,~sy formó pílrte del consejo.
Baje Cárlos II se. cre9~l cargp de: SU]}(3rin,(en<k,'e gene!'"'
.rol de Haci8nda ;gér,qle,n ~el minister,iQ del ramo,segun
luego veremos. .
Tamp~ell ~ qreó I~J~nt(l- fJenera,l de'co~erc;o JI mo-


nes9·· .
Laeasa de ~ustri~ .fué f~.l.DesJ..a para líl Hacien~a:e~.


pañola: laJ~Qr.anc4, el desórden , el ajio, el despiJ ...
farro tocaron al colmo. Las inagotables min,a8 de Amé-
rica. las fl04s carga,das de plata y oro que arrivaban á
Sevilla; nad.a bastaba para ,saciar al mónsÚuo que tr~",:
gaba mctáÍicp. Ar\>itrios que no ~e mencionan aquí por
no ser un trá.tado especial; juntas y mas juntas, esté.,-
riles siempr~¡ Oigamos. de nuevo al escritor citado:~
Ctténtase de :FeUpe II qu.e .mandó dar en una ocasioo á
cierto sugeto 400 rs. y que la .contaduría mayor res,...
pondió que no los habia. El misqlo monarca .escribia á
811 tesoreremayor:» I mirad lo que con razon s,entir.é
viéndomé en 48. años de e.dad 1 y el príncipe de t[e$,
dejando la Haci~d~ tan sin órden ,y demás de estp que
vejez tend~é. ~Qn}\O ver un dia con l.o· que tengo qlJe
vivir otro, ni saber como se ha de sostener lo que tanto
he menester •.... finalmente en el reinado de Cárlos JI




D.E ':LAS C&NTJ\18GCI{)~~S. ; ?i!~~
se,lIegó hast:a: el eslrem~de:~lt¡¡'f,~J;t pala{:io Ia~Qt~ca.
:y ,veIse, la Reina madreWl8, Qop-Qe; con :lpuros, p<!~a, ce;-
Ilar., .. -Dajo esteo~pectG la;condicion .de: Jleinama~re
DO era Lin apetecible y deleitosa C61ll0 ~n ,esta épopa de
las ,luces. ' " ' ;,


I Cuadro Jt1ctuoso l ~esconsQlador, 1, ,1' ~I)lseñanza pró;
vida y cruel I ~ A,este !ennaquecimjen~o ~ á estanulió4ad
vio()'ápararla'Españ.41 La Espaiia,·de Ja'qpe sedecia,
temblar, :el. !mundo al, rugidodebleoo de CastHla~ La
España estuvo á punto de 861' destr.ozad~ por potencias
amigas, como una víctima ofrecida en bolocau,s.to á la
codioia, á la:'rapacidad y á la mas brutal, violencia:.. Las
naciones tienen cOlÍltacto y semejam~ (lOO los individuos.
Un hombre róbustoy en' la flor de su wida se entrega á
pasio~l:I y eséesos desenfrenados confiando en su inyul-
'ITerable salud yen su briosa pujanza; mas de repente
.le asaltan la 'debilidad, la impotencia, lahipocon~I'ia.
el niarasmo , la muerte. No obstante ·las n¡cione~ á di:-
feremji:ade los individuos, no mueren del lÓí!o, no
.siendo' rara vez: decaen, se postran" se arra$tran. aol
ibotd6 del .abi.smG; pero un,a coyuntura inopinada. ill¡~
sacudimiento, un suceso inesperado les v.uelven la S~
via ~el ardor, y el entusiasmo. Las ñáCiones .80n ,como
.el sol; que al ace~cafl!je al oeaoo pierde su fuego yre~·
plandores~' 'para i osteritm:se el diasignienl& m~c~rp,
vivificador y refulg€nte. , ¡,:.', .;,
: i ;Felípe;V,;que '~tableció academias cienUfifl.as" hizo
construir edificios públicos y acometía con ahinco, lás
frMt1rt'Hls~, ~ n'osa !les~utd~; S(fbf'(N~ 1 partiéular:;i A. ,pocos
at;üéUei h1iher en;pUfiaelo oel óelr~ 'PlaHteó, en i 0W1uÚJ\




DE LAS'CONTRIBUCIONES.


el catastro, eontribucibn' directa' personal: en Aragon
la con'iribucion única: en v &1eacia: el :equivalénte: en Ma;.
1!ortiá'lá tbUa : impuestos de cuota fIJa. Se creÓ una te;.;.
sorería ,general para tod-os los caudales de la Hacienda.
Se dividieron en tres las dos contadurías del reino: de
vaIOre~; de distribucion;- yde millones. La admínifltra-
¿¡'Oh superidr·seól"ganitó así! superinteMentegen~ral
con mas atrjbúcion~sy (lasi cori la cpnsideracio~ de mi~
nislfo: contaduri¡)s mayores: tesoro general: consejo.
encargado tambien de lo ,judicial. ;En provincias; inten-
dentes j; contadores ,ypagador.es. ' "


, , Bajo Fernando VI, el marqués de la EnSen¡¡da hizo
mejoras, niuy' trasoendentales. Suprimió los arriendos
generales de las rentas que habia acarreado muchos ma-
les. La admi'n'istracion veritlcó desde entonces por su
cuenta. el giro de las cantidades 'en metálico que se
remitian á 'países extranjeros. La contribucion única.
directa, consistente en 2 rs. y 4 rors. por cada iOOrs.,
é imponible. sobre las utilidaues liquidas de las tierras.
ganados. etc;· Ensenada no llevó á cabo esta innovacion.
pero reunió los trabajos preparatorios y fue el verdadero
autor de ella.


Bajo Cárlos 111 se fundó el Banco nacional. llamado
desu propio nombre. Los frutos civiles • impuesto de
6 por tOo sobre los arriendos •. etc. Lajoterla.


Bajo CárIos 1 V, Pio VI concedió el noveno'. de toda
clase de diezmos .. con el til1 de estinguirla deuda pú-
blica.


DeSde iSOS 'tuvo origen la manda pia forzosa de los
testamentos. destinada al socorro de nuestros prisione.




DE LAS CONTRIBUCIONES. 257
ros, etc. Se conocieron la contribucion de patentes ; la
contribucion sobre coches; empréstito nacional vol un'"
tario, empl'éstito.de iOO millones, cO!ltribucion estraor-
dinaria de guerra, subsidio estraordinario, contribucio-
nes del culto y clero.


El año de i 845 forma época en la historia de n uestl'il
Hacienda. No discutiré si D. Alcjellldro Mon ha ejecutado
en España lo que Wiiliam Pitt en Inglaterra, lo que
Ne(;kct .en Francia, ni si ha traducido 6 creado. Solo'diré
que niugun otro antes.ni despues han hecho Jo que .él,
y que ahora entre n080tro:->, prescindo de las razones,
ql1ien sabe traducir con oportunidad y re~lizar la ira-
duccion , no tiene competidores, aunq'ue abunden los
teóricos y les aristarcos.


En 'l8 ~ 5 desapareció esa monserga inin Leligible de
contribuciones diversas, de opuesta ínuole, variables
en muchas provincias; qLle partian de bases y datos in-
conexos; Ladas se han rcf'llluido en la de bienes imnue-
bies, cultivo y gallartetÍ<]: subsidio industrial y de co-
mercio : de consumas sohre determinadas especies: y de ...
,.echo de hipotecas.


Respectivamente al personal nadie ignora que es una
tela de Penelope. Cada minisfro se cree en el comp¡-o-
miso de zapar el alcázal' ele las concepcionr:s (le SU3n~
tecesor, de granjearse repilt.:,cion de inteligente hacien-
do todo al reveso Iloy se orgmiza una Direccion general,
mañana se divide, su subdivide: luego se le asignll 'un
n.ombre flamante. A poco se unen las o'ficina~ que se
habian separado, tomando nuevo lema. Ora el rniniRtcrio
se ucsprcnde de á.'I'!f\~ far.llHnde~, r'!,.'1 las r-cnsum(lolra


17




~ 258 DE LAS CONTRJEUCI0NES.
vez. Ya se piden memorias y detalles á las provincias,
ya se les dirigen pliegos de preguntas, como si fuesen
un exámen ó una oposicion para cátedras; y sobre todo
que es lo mas lamentable, com& si los estadistas y ti-
nancieros, no atesorasen el caudal suficiente de ideas,·
datos estadísticos y demás cálculos para dar á luz sus
elucubraciones.


Mas alejémonos de esta digresion: nuestra brújula es
la política, en el terreno de la ciencia. La ley 1 . a, títu-
lo 7.e. libro 6." de la Novísima. Recopilacion manda.
que no se exijan tributos ni contribuciones de ninguna
clase ~ sin que á propuesta del Rey los hayan votado
las córtes. Práctica y tradicion constantes no solamente
en Castilla, mas asimismo en Aragon y Navarra: no me-
nos que en todo gobierno representativo, pues es una de
sus bases inalterables. En la historia de España por Don
Eduardo Chao se léen estas palabras:-La persona ele-
gida para reemplazarle (en el ministerio á J avellanos)
fué el tristemente célebre marqués de Caballero, talento
fecundo para la intriga, que asociado á un corazon de
innobles pasiones. habia logrado distinguirse en una
c6rte donde abundaban los caractéres abyectos. Era
enemigo declarado de la ilustracion y de cuantos la di-
fundian, llevando su ódio hasta un estremo de que no
son capaces sino las almas depravadas.» Este ministrO
indigno, en una edicion que mandó hacer de la Novísi-
ma RecopilacioPl , suprimió las leyes que consignaban la
potestad legislativa· de las Córtes y su intervencion en
la concesion de impuestos.)


Creen algunos seullopolíticos, ó quieren hacernos




DE LAS CONTRIBUCIONES. 259
creer, no ser posible que las cámaras legh,lativasdis-
cutan los presupuestos estensamente y antes del co-
mienzo del año en que han de regir. Cierto que á cu31-
quiera se le alcallla que reunidas las Córtes en diciem-
bre. y suspensas las sesiones á los pocos dias , no es
posible plantear los presupuestos convenientemente: de
suerte que estos se apellidan así por antífrasis, en .ri-
gor son postsupuestos. ¿Pero no se han discutido dete-
nidamente en Francia? ¿ No se' han discutido en Ingta:-
terra? Recordemos los presentados en 1853 por Mis-
ter Glasdtone, que e~an una obra maestra, merecedora
de atento estudio. Segun nuestros antagonistas IaCons-
titución de la monarquia consigna un imposible ~ y esto
aseguran quienes han sido acaso fautores de ella. Este
dilema no admite efugio ni dilacion. O es preciso ob-
servar estrictamente el precepto constitucional, ó es
preciso modificarle en términos que no sea inaplicable
é ilusorio.
E~ta intervencion prévia eb la concesion de cual-


quiera subsidio, desembolsos ó impuestos que haya de
satisfacer la nacion, ha estado siempre tan incrustada,
por decirlo así, en nuestras leyes Y hábitos , que aun á
los monarcas mas podero.~os y absolutos hablaban eoo
entereza y denuedo los diputados de las villas y ciuda~
des, como aconteció con CárIos V en repetidas ocasi~~
nes. Yesos monarcas tan orgullosos, tan infatuados con
su gr~ndeza, tenlan que oír con páciencia las réplicas.
las reclamaciones y las exigencias de los representantes
del pueblo, y pedirles, instarles, echar Rl~no de unü ;
y otros ardides para obten,el'feliz éxito en sus de:manda.:.:




~60 DE LAS CONTRlnUCIONES.
· Tan importantes son estas facultades.' que, Y9 diré


por. último, l.a bon(laddel.gobicrno rePrese~tatiyo C~)ll,.
siste en que tos presupuestos sean .una ,verdad., en
su esenciar en el Illod<) de realizarlos.


El Sr. D. Joaquin María L,opez en v.n. discllrso ,prQ~
DUf./üíado en et Senado en Ja ¡;esiQn .de U. ,de JUI)i:o de
4849, decia:


· «Yotne opongo, señores, á I~ auto: izacion que: el
Gobierno pide. Primero, porqueesautQrizaciqn, es de~
cir, porque ea una escepcion á uno de los grandes prin:
cipios sobreque está basado el Gobierno representativo,
yyo estoy siempre 'por los principios y nunca por las
escepciones. Segúhdo~ porque la autorTzacíon se dirige
á sacar, delpu~hro.I9 qu~: . abSDJ I,ltam en te no puede pa-
gar. Terceru, porq;u.e' aun sacando tan crecidos tributos
del pueblo á fuerza !le esprimirlo, vemos que no se
paga á nadie con la regularidad que se debe. Cuarto y
ultimo', porqüe 'se invierte y gasta por el Gobierno en
lo que en mí concepto no se debiera gastar ni invertir;
y aquí tiene trazado el Senado en un solo rasgo todo el
círculo queme pl'Opúngr¡ recorreI'.


He dicho en primer lugar que me opongo á la au-
torizaeion porque es' una escepcion al principio consti-
tucional; hedic~ó·.poco; es contradictorio: diré todavía
mas, lo que lllJ se átrevió á decir ayer el Sr. Galiano,
pOI'que es' altameri té inCOIYstitucional. .


· La teoría en está parte es sumamen.te ¡¡encilla. En,
Jos Gobiernos representativos el pueblo tiene, sus dere-,
ehos; pero como no puede intervenirlos ni desempeflar-
los por sí mismo. nombra sus' representantes que. 'son
los, Diputados. La Corona tIerie también sus derechos;'
pero como tampoco puede intervenirlos ni desempefía'P'"
los pot'sí mism'a, :nombra sUs 'repreSentantes quc::sbtt
losmimistrbs •. Los dipu'tadbs, pues, son el pensarnjent(}




nE LAS CONTRIBUCIONES. 2M
de l<:t' nacion: los l\Íil1istros elpbnsan:üento de ,biCorona. ;
Puestos en presencia ,estos dos eler.nentos¡ al primero
toca disciltir y elabor¡lr las leyes, al segundo ejei'iutar-
las y gobernar. Mas como la cuestio'n sobre los jmpues-
tos tOCII', y mas que ninguna otra, á los representantes
del pueblo, porque este es el qúe paga, el queltwanta'
las cargas pÍlblioas, el que sostiene sobre sUElhombros el
peso de' esta gran máquina que se llama ádministtácion,
de aquí que las CÓl'tesdeben examinar con el mayor
cuidiulo los pl'esupue'stos, analizarlos prolijamente·, pe-
net.rar en todos sus senOi! y castigarlos y corregirlos
como entiendan mas conforme y oportuno. Este es el
principio,' yes principio' de tal rigor que no admite es-
cepcion alguna.


El Gobierno insiste con tenacídad en que la cues-
tinn actual es de presupuestos mas bfenque de autori·,
zacion. Yo voy á probarle que no, refutando todós los
argumentos que en [os sesioneEl anteriores ha adu-
ciclo.


Nos dijo el primer dia el Sr. Presidente del Consejo
de Ministros: «Ahi e~t~n los presupuestos; que se acer-
que el SI'. Senador que los quiera examinar; que for-
me las enmiendas y adiciones que crea conveniente,
y que se debatan e~tas con. el cUidado y detenimiento
mas Pl·olijo., Pero S. S. me permitirá que le diga que
este exámen con qlle nos brindaba no puede arrojar
masque alguna que otra chispa de luz, quedando á gran
distancia del exámen detenido, minucioso, concienzudo
y sistemático que reclama una materia da tan grande
imp0J'fancia y de tan inmensa trascendencia.


El Sr. miuistro de Estado se ha empeñado en pro·
barnos que hay dictámen de comision, y una discusion
.ámplia que recae sobre él. Yo niego lo uno y lo otro.
La eomisioll no ha dado dictámen, puesto que nos dice
(lue no ha entrado á calificar el presupuesto, ni genclUl




DE US C'J:i!IlLBUCIONES.


ni detal1ad~m~Il~, y su. dietámen· no debia ser otra. cosa
que esa c~ijfictlcion. . .. .


Tampoco hay discusion ámplia como se supone,
puesto que todo se ha reducido á las aisladas enmien-
das que han presentado algunos Sres. Senadores, á las
cuales se ha opuesto por la comision el remedio heróico
de decir que no lasadmWa, tan pronto como sus auto-
res las han apoyado en un ligero discurso, yel Senado
las ha rechazado j.gualmente. ¿ Es estala discusionque,
demera haber,; y que sin duda hubiera habido si elne-
gocio hubiese llevado Sil curso ordinario. si se hubiera
dado un dictámen razonado sobre todas y cada una de
las partes del presupuesto, en cuyo caso se hubiera oido
á tres oradores 00 pro y á tres en contJla? Seguro es
que no, y por eso: dije que ni había dictámen ni dis-
curso. ¿ Y no es ciertamente contradictorio que cuando
el Gobierno tiene la obligacion de presentar los presu-
puestos al Senado para que los examine y discuta; cuan-
do el Senado tiene no el derecho sino la obligacion de
examinllrlos y discutirlos, se haya pasado lodo por alto,
y se quiera suplir este vacío con un voto de confianza
Ó con una autorizacion ciega? Se nos dice que esto es
mas breve; mas no se olvide que la brevedad es pocas
veces compañera del acierto.


Dije· tambien que la autorizacion era inconstitucio-
nal y voy á probarlo. El artículo 75 de la Constituci{)n
dice así:


eTodos los. años presentará el Gobierno á las Córtes
I el presu puesto general de los gastos del Estado para el .
laño siguiente, y el plan de las contribuciones y me-
I dios para llenarlos, corno asimismo las cuentas de la
'recaudacion é inversion de Jos caudales públicos para
.su exámen y aprobacion .•


La primera parte del artículo impone al Gobierno··
el deber de presentar todos los años los presupuestos al




DE LAS CONTiUBUCIONES. 263
exámen y discusion de los cuerpos deliberantes. ¿Dón-
de hay. dónde se lee ni una palabra siquiera que alu-
da, cuanto menos consigne la autorizacion que hoy se
nos demanJa? En ninguna parte. La segunda del artí-
culo impone igualmente al Gobierno la obligacion de
dar cuentas, y tampoco nos las presenta. Yo hablo. se-
ñores, en esta parte con tanta mas libertad, cuanto que
recuerdo que en el año 57 en que renuncié el ministerio
de la Gobernacion • al dia siguiente de mi renuncia pre-
senté al Congreso de los Diputados la cuenta de ingre-
sos y gastos en mi respectivo departamento. En el año
43 en que tuve tambien la desgraciada honra de hallarme
al frellte del Gobierno, no se presentaron ni el presu-
puesto ni las cuentas, porque no era llegado el tiempo
en que debían [lresen tarse; pero tengo el grato recuer-
do de que en medio de la agitacion de aquella época,
de los trastornos continuos y del incesante movimiento
de tropas, ni se celebró ningun contrato, ni se levanlú
ningun empréstito, ni aumentó el prasupuesto ~ ni se
hnpuso á nadie una peseta mas de contribucion; y alu-
do á esta época, porque creo que no se podrá recusar.
puesto que toi!flS entramos en aquel movimiento; y lo
recuerdo tambien para que no se acuse tan indiscreta-
mentp- á todas las revoluciones, puesto que hay algunas
en que todos nos hemos mezclado, y para que no se
tachen algunos Gobiemos llamándoles como por baldon
Gobiernos de barricadas, puesto que aquel rué hasta cierto
punto Gobierno de barricadas, y que de barricadas fué
tambien el Gobierno de Luis Felipe, á quien tantos in-
ciensos tributan algunas personas.


Se dice por el ministerio que es imposible examinar
los presupuestos. N} digais nunca, hombres del poder,
que es imposible de cumplir un artículo constitucional;
porque desde ese momento se os dirá que es inútil, peor
fjlle inútil, porque valiera mas que no estuvierll escrito,




que no que esté en el libro y no se ejecute; se os dirá
que es absurd{), porque lo absurdo y lo imposible en la
leyes una misma cosa: vuestra escusa equivale á decir
que desaparezca, lo cual choca abicrtatm~nte con el ca-
ráetcl' de perpetuidad ó por lo menos de larga duracion
que dt~bp,n tene!' las Constituciones. ¿ Y dónde está su
irnposibilid::td? ¿ Será acaso porque se dirá que se em-
pezó tade, puesto que los presupuestos no se presenta-
ron hasta mediados de febrero. Pues yo pregunt;}ré, ¿por
qué ~1O se empezó· antes , ó se presental'on anles los pre-
supuestos que el Gobierno podia tener arabadns, su
puesto que dilató todo lo posible la reunion de las Cór~
tes? Se dirá tal vez que no ha habido tiempo: pero
¿,cómo es que no ha faltado pilra otras muchas cosas,
si !lO inútiles, de un interés mas sübalterno? ¡.,Se dirá
acaso qne ya se ha h'3cho tarje porque como malllnesta
la combion se acerca el término natural de la vida de
la legislatura. Pero quién ha Jicho que la vjda tie l:i
legislatura tiene sus pl'fÍodos mareados como la de los
individuos?


El Sr. Galiano recordó ayer con mllcha oportlmidad
que en el Estamento de P¡,ocuraunres y pj,'lc~res del
año 3' .. , empezamos las sesiones en ::!1. de ju l !(), época
en que las ocupaciones de cada individuo J, ;hn ~el'
mas apremiantes, en que el calor era mas vivo ,Y tenia-
mes por aditamento el cólera. Pero 1~lltnflres l:JJia mu-
chas cosas que aho;a fallan, y no b¡¡lJia otras filie ahora
s~Jbl'an. Entonc~s estábamos en la aurora de U;:'l revo-
lucion pura, limpia, encantada; viviamos en la inocencia
de la:> ilusiones y de las esperanzas, esperanzase ilusiones
que despues han devorad,) ei tiempo y lJS dCf:c!)g.:r:.s.
,~y no es singular, por cierto, que no se hay"r, ~;,s·


cutiJo presupuestos desde el año 45? ¡No es mas es-
traño ."1 singuhr toda "ía qtlC en diez y seis año'> de t~o·
biemo representativo [lO tiC ¡layan dbcutido sino solas




DEU~ CONTntltJCIONES. 26&
tres veces? ¿ No lo es doblemente que en todo 01 tiempo
(JlJe lleva este Cuerpo de ser vÍtalicio , no se haya OCU~
pado ni una vezsiquiern: de una materia que tanto afec~
ta los intereses del país? Y pensemos, señores, que esta
es una de las pocas garantías· que han quedado en' la
Conslitucion de 184.5, Y que por 10 tanto· es mas necr·
sario que miremos con mas celo su éumplimiento y eje.
encinn. Paso ya á ocupanne d~1 segundo estremo rela·
tivo á la exorhitancia de Jos itnpuestos.


Ya he hablando de e¡;:to ot~'a vez, y hablnréeR cuan.
fas ocasiones se pl'eseoten, porque mi prineipio es·qlle
los Gr,biernos se han establecido para procurar 13 felid-
dlldde los pueblos. y yo miro su felicidad como de
todo punto inconciliable con su miseria, al paso que
miro esta misNia como una consecuencia precisa, ne.,.
cesada é inevitable de la exorbil¡mcia de losimpuesl.os.
AVt'I' se dijo por el Sr. ministro de Estado que yo exa-
geraba la miseria del país, y en su apoyo citó la opi-
nion del Sr. Malloz. la cita de S. S, solo prohará que
el SI', Mnuoz y ~'O pensamos' en esta parte de difer('nt(~
modo, Pero ni ilIm eso es eXilcto, porque 10 quc el Sr. Ma'
doz dijo en ('1 r,ongl'eso, filé que la España estaha Ilhora
rna~ que nllnca rn el call1ir!o dc la prosperidad; mas
hllv \Ina inmpn~:l diferrncirl de ('stnr en camino á halwI'
llegado al fin de la jornada: media toda la distancia que
hay en las co~a~ ent.re su principio y su fin.


r.uando un Grhierrlü ('s como uebe ser, cuando Sll~
w'cr<;idarles son poco rlis!wndiosas, cuando colocando
los impuestos en su justo niVf'J hace que pesen sobre h
fJl'Odllceion I'eiolpelando, los cnpitaks , entoncesxlesempe.
ña el pap!:1 ele la cabeza que dirige, y del brazo que
protege y defiende; pero cuardo se invit'rte este 0.rden ,
cuando los irnpl!~sfoS to ¡:¡hsorhen tfldo, noes ya el Go~
hirf!1o In cahc'l:l que dirige :v el hmzo qm protege y Je~
fiende; es solo el vientre que dcvora.




266 oe LAS CONTJUIlJCIONES.
Y{)' me paSillO. y,o. me estremezco cuando veo esa


inmensa falange de números colocados en balalla que
forman nuest'fospresupuestos" y al vcrlfls no puedo me~
nos de recordar aqueHas palabras de Cormenin. cuando
hablando del impuesto dice: ell Noble y magnifica len·
gua la de los impuestos, lengua antigua y siempre nue-
va, lengua que nunca han podido entender Jos que pagan
y que enriquece sin cesar á los que perciben!» Es el
impuesto el, verdadero compendio de las maravillas del
mundo. La tierra y el agua, el aire y el fuego, la luz
misma, I~. que come y lo que sirve para comer, lo que
se tíloevey lo que está quieto. lo que produce la tierra
y lo que gime en sus entrañas, los hombres y los ani-
ma-Ies. todo está sujeto al impuesto. El impuesto pro-
gresa mas rápidamente que la ci vilizacion, y solo para
él deja de ser una quimera la perfectibilidad indefinida;
porque lo que paga sencillo pagará doble, y lo que no
paga hoy pagará mañana. En cada cosa que se planta vé
el impuesto poner un ramo de oro cuyo fruto recogerá.


Pero nOs dice el Sr. ministro de Hacienda que el
pueblo paga, y que esta es la prueba mas segura de que
puede pagar. I Estraña lógica por cierto la del ministe-
fio! El pueblo paga; pero es necesario saber cómo paga.
Yo he visto algunos que han tenido que cortar los oH-
vares para reducirlos á carbon y pagar con él las con-
tribuciones. Otros han tenido que vender para pagar los
tributos, la pobre cama en que descansaban de las fati-
gas y del trabajo del día. de ese trabajo productor que
sostiene el lujo y el óci'o de Madrid. Otros han vendi-
do hasta la triste mesa sobre la cual partian el pan ama-
sado con su sudor y con sus lágrimas.


Añádese á todo esto para hacer mas gravosa la im-
posicion, esa caterva inmensa de comisionados que se
envian á los pueblos, y que no hacen otra cosa por lo
comun que establecer un tráfico vergonzoso de in mora-




DE LAS CO!'(TRIBUCION'ES, 267
Jidad. ¿Esasi como se gobierna? Peroañade.el Sr •. mi·
nistro de Hacienda que sus empleados le dicen que las
contribuciones son llevaderas y muy soportables. Yo
quisiera qlle die~a nombres, para que viéramos quiénes
son esos complacientes informantes, y que en acaban-
do examináramos el padron de contribuciones y enton-
ces se veria que Son perceptores pero no contribuyentes;
('obran del Tesoro, pero que no pagan un real. Ahora
mismo tengo noticia de que se está formando una es-
tadística en una capital , notablemente exagerada, Así
se figura la riqueza de los pueblos sobre el papel;' luego
los impuestos crecen en una proporcion q'tle no está de
acuerdo con la realidad de l/ls fortunas.


Yo, señores', temo á la administl'acion actual, por •.
que no siendo económica, es demaiiado econ()m!sta; y
recuerdo las palabras de un célebre escritor qUe dice:
«guardaos y desconfiad de los hombres que son demasia-
do economistas. J Ellos cen la mejor fé dej'ándose llevar de
sus ilusiones y de sus dorados sueños, os colocarán los
números de tal suerte, que os harán creer que hay so·
brante cuando hay déficit, que se pagan las deudas cuan·
do se contraen empréstitos, y que la nacion prospera,
cuando verdaderamente se arruina.


y al fin por todo podria pasarse si cobrando tanto di·
nero de los pueblos, las clases que perciben del Estado
estuvieran bien pagadas; pero deseo que el ministerio
me señale una sola que se encuentre al corriente. ¿Está
pagado el clero? Hace poco tiempo que nos ocupamos de
su dotacion y que pudimos conocer su situacion desa-
tendida 6 angustiosa, ¿Están pagados los exclaustrado!l?
Tampoco. ¿Están pagadas las monjas, á pesar de que fi-
guran entre los activos? Tampoco. ¿Están pagados los ce-
santes de las carreras civiles"! Tampoco. Están pagados
Jos retirados de carrera militar que han encanecido en
el servicio, que han tefiido los campos con su sangre, y




2CB D~ U.S.CONTl\fBUI!HJNES.
que 'han dadodia~ ,de glor.ia al: supatr.ia? 'filffilloco. Y
aflui se ;ofrece un argumento que 00 creo de fácil solu-
cion. Cuando se'formael presupuesto se calcula totlO' l~)
qu-e se necesita: ljara pagará. todos, y. para cubrir tOd:08
los gastos. Los pueblos pugno con ptlntuaHuad, ,gracias á
lGS apremios que.escoltansiempre á la cobran~a. ¿,En.qué,
consiste, pues, que despues quedan tant0s vaci.os y que.
resu Han tantos atrasos? Esto 110 tiene mas que una con-
tcstacion; y e.s, que como dije antes, se invierte y gasta
en lo que no se debiera i nvcrtirni gastar. .


y con efecto. señores: este inmenso cúmuIQ • .de ce~ .
san tes que tanto pesan sobre el presupuesto, y que no
dehia haberlos ni Jos hlbria sí no fuera. porque domina á
la administracíon un funesto é injusto espíritu deesclusi·
vismo; ese lujo oriental de las oficinas y departamentos
del gobierno; esos frecuentes cnmbios y mudanzas de
una parte á olra con lo que se inutiliza cuanto sehabia
gastado; ese boato y osten tacion en· todo, forman un tris-
te contraste con el cuaaro de la rnisería general del pais;
¿y qué sacan llils pueblos de .todas estas profusiones? La
rabia y la desesperacion de ver que el fruto de sus tra-·
bajos y de sus :5udores de todo el año se disip1t eu el pro-
yecto insensato de un instante. El gobierno al metcrse en
estos gastos df'bicra recordar las palabras de un grande
hombre que dice: «DO fahriqueis casas de mtlrmol para
alojar en ellas estátuas y pinturas de embajadores, Mi-
nistrps y Heyes, mientras el viento y la lluvia penetren
por los agujeros de los techos de las cabafías uelpobre. »


Pero se me dirá que esto realza al poder, que le da
graLldeimportancia,. que imprime una idea ventajosa de'
nosotros . .yo resp0f)I]eré que la uti!itlad de los trabajos
no siempre está en propopcion de· eSU1S apariencias. El
Dirrctoriocn Francia se pusoal frente de Jos negocios en
la situacion mas angustiosa yde&l'sperada. CUlllldu ~;us
individ \lOS se p\'csen taran en Luxelll h ti rgo, sitiú liL: ~H:';;




1JE LAS CONTRIBUCIONES. 269
reuniones, encontraron por todo ml1chlage una mesa á
que le faltaba un pié y sin embargo sobre aquella mesa
coja pusieron un cuadernillo de papel, y sobre él fijaron
las bases de arreglo, administracion y gobierno, y salva-
ron la Francia. Véase como para hacer grandes cosas no
se necesita de grande aparato. Pero voy á descender de
generalidades á puntos muy marcados.


Unos de los gastos mas inútilcs y aun perjudiciales
que se han tenido, consiste en el funesto sistema que ha
seguido el gobierno de atraer por dinero á las facciones y
á sus gefes. ¿Es esto digno de la nacion española, cuya
buena fé y escrupulosidad en el cumplimiento de sus
empeños y de sus palabras ha pasado siempre por pro-
verhial cn el mundo? ¿Es lícito tentar las conciencias, y
digo tentar las conciencias, paque conciencia y. hasta
virtud puede haber en todos los partidos. con tal que se
sigan con buena fe y con conviccion? ¿Es lícito abrir un
mercado á estas convicciones en que se ajusten y se com-
pren, para que asi generalizándose estas ideas, el dinero
venga á ser el Dios del mundo, y los hombres se parez¡;an
á los israelistas del Sinaí que adoraban el becerro de oro?
Se me dirá acaso que era útil este medio; pero entre la
utilidad y Jajusticia hay una distancia inmensa. Yo re-
cuerdo en este momento aquel célebre pasage de la hisLo-
ria de Grecia cuando Temístocles dijo á sus conciudada-
nos que tenia un proyecto para asegurar para siempre su
dominacion, pero que no podía revelarlo mas que á una
sola persona. Nombróse al efecto á Arístidea, quien oido
el secreto de Temístocles, que consistia en incendiar la ar-
mada que deseansaba en la seguridad de la fe prometida,
dijo á sus conciuuadanos: «el proyecto de Tein!stocles no
puede ser mas útil; pero es injusto.» Pues no le quere-
mOS, gritó el pueblo á una voz. Véase el homenage que
han pagado á la ju~tícia los pueblos que se han mostrado
dignos de la libertad.»






APÉNDICE.


Rápida ojeada s()bre la historia de España á
principios del siglo décimo sesto.


PUESTO que hablamos del derecho político de España,
no- será por demás decir algo de un período histórico en
que el buen gobierno favorecido por felices circunstan-
cias elevó nuestra nacion á una inmensa altura de bien·
estar y poderío.


El siglo XVI es para nosotros grandioso, heróico~ •
incomparable. Entonces la España era mayor en terri-
torio que el antiguo imperio romano, que el de CarIo-
magno, que el de Napoleon 1. Los pendones de Casti-
lla ondeaban orgullosos en las playas americanas J en
los mares de Arriea y de la India Orierltal: nuestro idio-
ma y literatura marchaban por donde quiera con nues-
tras armas victoriosas: el mismo laurel eeñiabf:l sienes
de nuestros soldados y de nuestros poetas, y el sol re:-




212 , APE"DICE.
flejabaconstantemente sobre nucstros dominios. La Es-
paña era una potencia de primer árden; era respetada
y ternilla, era el astro en torno del cual jiraban las de-
más naciones. Isabel 1, Fernando V, Gonzalo de Córdo·
ba, el cardenal Cisn~l'Os. Cárlos 1, Antonio de Lciva.
Tambien son españoles' pki-a" riuestro asunto, Cristóbal
Colc>n, Pescara, los Co\onnas, los Dorias, los Farnesios.
Parece que los génios mas estraordinarios de nuestra
patl'iuy,los qu,y üe ell~ se h\'lcian hijos adoptivos, se ci-
taron púa iiseti~mpo., p(~r(lreali.zar en él proyectos y


, descubrimientos sorprendentes.
Vamos á entrar en un museo riquísimo, donde se


hallan reunidas las creaciones mas espontáneas y admi·
rabIes del talento y dcl arle : á calla paso llilbrcmos de
detenernos delante ele rasgos y bellezas de todo gé-
nero.


Sabillo'es el carácter distintivo del siglo XV: afre-
villa .. esplqrador, inventor: :~s la transicion de la edad
mellia quc,ct~~pareee, á la edad moderna que asoma;
e3 un precmsor, un hel'ulJo; es corno cllllagnífico pe-
ristilo que decoraha la entrada de los templos del paga,


• nismo.
Al comenzar: el siglo XVI ocupabael, tf'ono de San


Fernando Isabell. Este pcrsonage es uno de los mas gran-
des ,de Jos.mas'completns Cjue figuran en la historia del
mundo. V \Olq.o.d esqueentoftces como antes como dcs~
pues, huboJl~inas,quedirigjGroncon éxito feliz el Es~
tado, (1 ue Iy )l~varon á un alto, graJo de biene~tqr, de
prpsperidad, Ut1' esplcnJol'. Verdall que hubo ~iempre
m~jeres céjebres bajo este aspecto. no menos que bajo




APÉNDICE.
otros muchos. b Se pondrá á Isabel I .: á e~ mujer, qu~;
nos r~uerda las famosas de la Biblia,: con .. .Isabel ~e
Inglaterra, in teligenle gobernadora, pero vengatlvfJ,.
cruel, hipócrita, falaz J dísoJuta, dada á fav{)ritos como
el conde. de Licester y otros; sjn benevolencia, , sio.amiso.;;
tad,sin piedad; orgu.Hosa y envidiosa desmedidamenl""
te ; . cualidades q.ue' despLegó. en todas ocasiones; 'en
particular con'Ja :desgmciad~cua.nto interesanteMar~l)¡:
Esluaruo? b Se pondrán el1, pal.'angonCristioa deSue-.
cia, Catalina de nusla 1. ¿Iremos á la·antigüeda.Lá bl1swi
cal' á Semíramis y otI'ils,varias?I::;abelI tenia sobr.e.casi,
todas las competidoras que puedan mencionars.ej esa;ing:-J
destía, ese decoro ,: esa dignitlaJ ~ ese pródigi050 t}úm·
plimiento de sus. dehercs.:como Reioa. comQ.· madre;;!
como hermana" . como amiga. Su.s faYlilritoseran'.losf'
hombres que de cualquiera suerte contrihuian al engI·an ... ·
Uecimiento y á la gloria de la nacion. Sus:amores .e~an::
su esposo ,su familia", su país; ante .todo un hondo ,y!,
sillcc¡'o sentimiento. re~igioso, que fué .eUipo:y 'la no Ii";' ¡
ma de su cOllllucta en todas circuostancia~ y situacio~ ¡
nes. Su lujo y boato eran la sen.cillez. la. frugalidad •. el;
desprendimiento de sus alhajas para cooperar á lasgra,n~ ,
des empresas. ' ~, :!':


El esplendor del trono cOllsistia .ensu,· pérsQn~ y'!
en" su ejemplo. Ese ejemplo que en los Jl.~yes ~·:la,per!'d
version y la muerte de sus súbdito~ , ó,és,,~ ~oontellto.;¡
su .placer, su felici,dad. Estúpida>é,irritilnte:es Ja;,ft~Ae.i
con que algunos indignos 1\acerdot;es;p('~tend~n~is¡mu~;í
lar la divergencia entre sus obras y sus' W'edictl<lWnes:1l
haz lo que digo y no hagas lQ que y() hago~ 'No" ptHl~a~h~


18




AI'ÉNDICE.
El: guerrero q-uequiere infUndh1 aliento'; y valM á SUS'
tr<ipa'S, no so1ú les'arenga, sino que ,seespone él pri.
me'toá loS' peli'~tos 'm'as, inminentes.


: Oaci me und R~·i:na cúal Isabel 1, Y 111.n'a'Cion mas
atrasada.~ m.rsinm-orat, mas cercana á su ui~oJucion;
en un momento presentará un estado brillante yenvi.
di<llble: no es problema; es un hecho.. Cornparad' con
aquellos reinados de Juah 11 y Enrique IV. Lo mismo
aconlece en menor escala: dadme un general de ejér€i.
to que merezca este nombre, y la'l huestes insurrectas y
desordenadas, volverán pronto á la disci,plina y á la
obediencia.


La ilu stra heroina que vestia su armadura y peleaba
valerosamente contra los enelnigos de nuestra religion;
q:Je consolaba á los desgraciados; que en medio de ,los
gmves y complicados negoqios del Estado, tenia tiem·'
po para consagrarse á ejercicios devotos y edificantes;
que creaba I~s nospitales de campaña y ella misma asis~
tia y ctÍra.baa Ibsheddos ~ la gobernadora excelente,
la esclarecida princesa, la verdadera madre ue su
pueblo, cayó e'n los últimos años desu vida, en una me-
lancotía profunda y devoradora. No por efecto de pun-
zantes recuerdos de una existencia entrega4a á la crá-
pula y allibertinage ; no por efecto de otras pasiones
innobles y ve"gonzosas. Sus incesantes trabajos. vigi-
lias y fatigas le ·acarrearon varios padecimientos; los
infortunios de;s\l'shijós y el fanecimien lo de casi todos
la condujeron á' esa situacion do abatimiento físico;,de
postracionmorullltleJaaproximaron á láspuertas del
seipulcro; murió á IInes de't50i-.




APÉ~D¡CE. 275
La nacian española, hidalga, leal, amante de 'sÚs


Reyes, demostró en esta oCa5ioÍÍ un 'sentiinientO' des:",!
consolador. ¿ Quién no ha.bía' de nor~da pérdida de'tlnri ;.;
Reina que dificilmenté podria tener rival' en el solio?
bQuién no echaría de menos ese conjunto ~e virtutles ~
cristianas y de cualidades heróicas que constituían la '
perfeccion humana?


Los pueblos. que son algo; y la opinión pública que '
es mas todavía, que 'lo es todo','mi'rim la: tnuéi'te' deun .
buen' Rey como una dalamidad deplorable; miran éori'
indiferencia la Tllliert'é de un Rey inlítil ;rriiran' áun
Rey malvado cual un'metéoro de fuego que vi sembran!..


. ; ; ~ :. .' . , . ¡ 1" • do por donde pasa el terror y el estermimó. Los Mdr·'
gas políticoS 'Prescribirán que lbs Reyes nd est~n slljé-'
tos á ninguna responsabilidad en la tierra. ta histot'iÁ
prueba lo cont~ario; tos antiguos Reyes de Egipto es·
tuvieron sujetos á ella: el juicio de los 'muertos , el,
fallo de la posteridad. Los Reyes de la primitiva Roma •
s'l,lfrieron la responsabilidad; Tarquina el soberbio per- '
dió por ella la corona. Suena la horá tremenda de 'las,
revoluciones; el pueblo antes pacífico y tranquilo como' I
u'ñ rió manso y sosegado, 1 llego, se agita y) enfurecé·:
comó el Océano embravecido; y 'lanza á los aires los'ce~ )
tras ylos'tranos: y arroja á los nl'o'narca~ á una playá"
extranjera, para que mendí'gllen la, hOSllitali~ad y ¡la':
subsistencia; y Jos sepulta e'n 'calabozós'y mazmortas;,J
y los procesa, y sen teóCia: y les hacé trepar 'la~ :gr~das ¡
del 'cadalso; y étnpapasus pañu~lcis'en ¡la' 'sangre; de H's! i
víctimas ; yel verdugo ostenta la cabeza ensangfetltatfu1
á la muchedumbre ébria 'queap1au4tf est~pi~ós~th~nte '


:.,;,)' !.:';'} .. "¡j :~iJJ..~()'l/·




APENDICE.


y execra su .memória; y planta sobro su humilde hue-
sa uua. señal de maldicion y de oprobio .


. . Los Reyes (Í.~e al v~r estampada en el papel su com-
pleta irrespQnsabilidad, se encenagan en el fango de sus
pa$lones, relegando al.sarcasmo y al ludribrio sus dé-
beres mas sagrados~ no olviden que llega el momento de
la expiacion. Pero como la justicia humana es falible, y
como lo es muchísimo mas la que se ejerce entre el tu-
multo y el desenfreno de las revoluciones, el golpe suele
alcanzar á los inocentes, dejando ilesos á los criminales.·
Luis XVI espiró en la guillotina que no merécia, que
hubiera sido el puesto que corresponJiese á Luis onceuo.
Enrique IV, fué asesinado; y tal vez Eurique VIII, no
habia sido digno de mejor suerte.


A la muerte de Isabel 1 un mismo sentimiento rei-
naba en el eorazon de todos los españoles; el sentimien ~
to de un hijo que derrama lágrimas por la mas tierna,
la mas querida de las madres. Nobles y plebeyos, se
apresuraban á formar parte del cortejo fúnebre que llevó
el féretro desde Medina del Campo hasta la ciudad de
Granada, en un tiempo crudísirno • entre el furor de los
vientos y de la tempestad, por caminos entonces muy
malos, aun cuando en la actualidad no sean mucho
mejores. Parece que hasta la naturaleza se estremecia y
tomaba parte en el llanto yen el luto general; así creian
en otras épocas que el óbito de los famosos personages
iba acompañado de grandes sacudimientos ó sucesos es-
tupendos.


-Una hija quedaba de la reina difunta, era Doña Juana
esposa de Felipe el Hermoso. T.: na dinastía c·xtranjera vie·




APENDICE. 217
ne á sentarse en el trono de Castilla. Esta dinastía tan
fatal para España, á pesar de sus conquistas y heraici-:
dades, comienzá aqui por un medio tonto, cuando menos
no muy discreto, casado con una loca, y concluye con
un imbécil, supeditado por una mujer astuta y por un
jesuita fanático.


Felipe, Archiduque de Austria era de cortos alcan-
ces, si bien de grandes pretensiones. No obstante sus
deseos de gobernar y reinar, su reinado fU,é muy breve
é insignificante. Pero fué notable bajo un concepto; Jos
Flamencos se posesionaron de los destinos mas lucrativos
estendieron su maléfica influencia por todas partes, ir-
ritaron el carácter bondadoso y paciénte de. los espatio¡'es;
se inauguró una era de venalidad, de escán~alo; oada
bastaba para saciar la codicia y la rapacidad de esos 'Fla:-
meneos; reputaban este pais cual una fecunda mina .e8-
plotable en su beneficio esclusivamente. Esta plaga des~
truclora , estos abusos, esta inmoralidad acarrearon mas
adelante sérios y trascelllJentales co'nflictos y des.órdenes:
I Pobre España! siempre blanco y presa de extranjeros,
ávaros é hipócritas, siempre tierra de pro!llisionpara
aventureros, 01'11 franceses, ora flamencos, ola italianos
que vienen á enriquecerse traficando con nuestro honor
y nuestra felicidad!!


Fernando V, despues de varias contestaciones y
tratos con su yerno, entre quienes nunca medió inteli-
gencia ni armonía, abandonó á Castilla y Se retiró ~ sus
estados de A ragon, se casó con Doña Germana de Foi x;
descontento con la conducta de Felipe y de los castella-
nos, ahrigó el designio de separar de nuevo las dos co-




278 APENDICE.
r : . ;,: ,¡ '.! f f, ; ", ',' ; . .


ronas', que 'c}~'n,.'s:u,~riQ1,er 'matrimonio se habitin unido'.
. Era Fernando,,' h(,HIlbre de doté:$ erriln:entes. Activo,
laporioso 1 el!l'p.f~n~e~p~, 'y~Üenfe'en el ca'mpo' de batalla;


. i .) { ,~ , ' ¡ 1: , . . l' -) f" , . ,


ingepios? y, :1~: g~;aqq~:s /~.curso,s~ ',F:~;~r1ligo implacable
de los sectarios del islamismo, fanático defensol de la
f~f: Celos? ~de .. ~u !r~?:~t~~,ir~t d~ I.a ~lori~,de.'~u p~is' .. Po-
lltl?O~ sag~~~ pr.EWJsor,' ,¡\~versarIo terr.lbly d~)?- nobleza
~rrog.an~e'y r~~ld~ .. Igualmente.que sU'antetu}J' esposa,
era parc~ ',s?br¡o 1 :e(pp~ñ&do e.n~credi[ar y'metecer la
djgriidaq'régJ.~~ P9r .. s~s hec';os y ej~mplo, mas que de
!" , ... t , ; < 1 ' ", \ ~ "!' : " 1 ( '~\ • nj,,?g~n, 9,tr,o IIlo~o~ ~ia.s~ra áJa, par " ,egoísta, fala~, sin
fé'ep su' .B~la~f~ ,aupcÍ,ue pr?medi~sen t¡:at~dos sbl\~mne:5;
su conveni~nCia , s,ú inter.és Ó el de su nacion eran rre-
.: :'.- 1 • "C: ." ft f~Fiqos ,~, ,t?J~S:lil~ p~orp~~as y pactos., Irac:u~id,o,:, ,~·,engá.~
tIvo. no perdonapa medIO de acallar sus tesen'tlmlentos.


• . :' ~ j , I • \, ~ " '1' ¡ : .,' I •
Fuésin embargo uno de los Reyes mas nombrados, 'más


. ~:' ¡ '. .'.' JI u • r , ':','... • .' t
ínclitos;u~q.Ael1.osqlle m(}.s han contr,ibuido áIós me-
dros y ála grarid!li¡¡., de Espa,ñá .. Tuvo en taJas carreras
Y, proresi9;I)~~~ ¡ varones ilustres que secu!1daro~ Y pusie-
ron: ep; plant~,~lI:~, proyectos. . "


.¿En qué CO'nsisteque toJos los que se hallan al fren-
te de una nqéion, tienen' siempre quien [os co~prcnda y
los auxilie y les ofrezca brillantes resultados?


, .,


Este .hec~Q qompfoQudo por la esperiencia, se es-
plica ... :á. mi entenJ~r, bicn' fácil,mente. El grnio, el va-,
lor r'nilitar ~ cívico ,la virtud, el talento, nopcrte;1c-


. :), I ! I ~ ¡, ' . ': . ,
. c~n á ninguna region" á ningun clima. Cuando las cir-
e~~s,tancias de '~n!1 s¡o~~~dad lo exi,gen ó .per~liten,
cu~ndo el ,quela represe'nta Ó personinc~ seillrcve á
cjecutar pensamientos colosales, los hombre~ apurcen,




APENDICE. 179
sobresalen, á semejanza de aqut1l1as. piedras. tífad.~~PQJ,
Dellculiooly Pirta.despue.s del di\uv~; que svpone 1,la
mitología que' se convertian en ,habitantes del:1I\\lnM
regenerado" ,Con CárlQs 11 todo;es .peq~l.eñez, mj~~~aJ
aseo:~hasU.la,literatura se m~lea;.ha$ta la arqujtectu~
fa se tl"asÍ,armaen: ridíc~la y mOQslr:\,lOsa,: en el ,órí}en
físico no, me~os que en .el moral é iQt~lectual, ~xisteun
encadenamiento misterjoso. ¡ Con :l:a :Asamblea;,CO:OStitu~
yen te de J7Ql ,tIa elocuencia se 'ost.ent¡l org~lIosay
prepotente. Cj}D;>el,vencedor de Austerlitzy Jeoa¡p~
pueden :faltar, qapit~nes esforzados y aIl9ac~ ..


! Por la idefuncion de Felipe, el Hermoso acaecida,¡á
poco de ser proclamado Rey , entró á desempeñar, la re-
gencjaFe.rnandoV. Durante este período. mostró las
mismas cualidades y coudueta que anteriormente, si bien
mas pronunciadas por faltarle el correctivo que solia
oponer la Réina católica. Sobre todo se distinguió por
su carácter receloso, suspicaz, .. hostil á la gloria ,ele
los demás,' temiendo que le hici,esen sombra, por lo
cual les corresponllia con desaires é ingratitudes. Entre
las adqnisiciúnes que hizo la España entonces, reclama
un lug.tr preferente la toma de Oran.


, Un hombr~ oscuro, de humilde cuna, fraile franci&"
cano, luego Ar-zobispo de Toledo y Cardenal, mas tarde
regente del reino, fué predestinado para llevar áca},¡o
aquella empresa. Cisneros es una, de:las ¡figura!1 :m~
venerables, ,no solo en los anales sie' Espa,ña, :sino, de
Europa y del mundo, En un principw hl\bia sido prole·
gido por Isabel 1, de quien rué tambien conf~sor. ,LQ~
Re'ye~ de talento, y especialmente de v\rtu.des, eHgen




mempr.e,para. slÍscnnsejerb!J y' ministros á personas res-
petab]es ~ cdigQÍsim;"a's; esto ya es mucho, ya es todo:
mlerttrasí qué los Reyes que manchan el sólio con su
lOi'peza'y esMndil]os; se valeopor] lo comun para aquel
objetc¡'y para otros vados ,deeotes despreCiables é in~
flltrtés. Cisnerbs éra un modelo de vida como particular:
recatado~ .al1l~ro'j·rígMo observador de la 'frgla de:sú
Orden)ag-enorporin!§tinto á,toda clase de f,'¡votos pI a'·
iferesi'fraheo1¡':leal hástacon dureza. Además le ailor,;.
tHib'all 'gránde~ 'dates; era activo, infatigable, estudioso;
de un ingenio -61aro y penetrante; de miras profun~
das'y ttascendentafes, queponia en 'planla sin arredrar-
sejporlobsf~crolos de ningungénero. Contaba con una
salud l'úbusta, á pesar de sus cilicios y vigilias. Tan
pr&ilto edificaha á los fieles oomo prelado eclesiástieo,
cdmo una de las mas altas dignidades de la Iglesia; tan
pront.o causabaadiniracion y asombro desdé su gabine-
te, como h"mbre de gobierno "y de mando; tan pronto
peroraba á las tropas ,: ofreciéndoles victorias que hon-
rarian á los generaleS' de mayor nombradía. Patricio
desinteresado, generoso, heróico que todo lo posponía
y olvidaba ante el engrandeci mien t.o y el porvenir de su
nacion. Jamás el despecho, la envidia" la ingratitud
hallaron cabida en su alma. Los hombres verdadera-
mente grandes no conocen la envidia: tienen demasiado
orgullo para ser 'dominados por ella. Esa pasion mezr¡ui-
l1a, fllsirera; estél'il, destruc~ora , tan bien simbolizadA
por unaserpíente que se muerde á sí misma; esapa~_
sioo se queda paral(\<! inteligencias raquítiras, para los
corazones pequaños. Esos hombres privilegiados solo




APEl'(DICE. , 28f


son escitados por la emulacion : la emulacion que 'Ínter-
rumpia el sueño de Temístocles recordándole los tri un .
f03 de Alcibiades ; la emulacion que hacia derramar lá-
grimas á César al contemplarla estátua de Alejandro por
no escederle en gloria y poderío. .


Cisneros tuvo defectos cual ninguna otra criatura
está libre de ellos. Como Inquisidor general, fué perse-
guidor, cuel J atroz. Este es el defecto que se achacl¡.
iguálmente á Isabel I. No confundamos lo que es propio
{je cada persona. con lo que es propio de cada época.
El.e~ramos al tribunal Je la Inquisicion; es un borron
en las páginas de la humanidad: mas siglos aotes el
Santo Rey Fernando III ¿no llevaba él mislOO la leña
para quemar á los herejes? ¿ No ohservaba, nn compor-
tamiento análogo Felipe Augusto? Coetaneamente á
Isahel y Cisneros ¿ no se cometian barbaridades ¡nandi ..
tas en otros paises por causas idénticas? Algun . tiempo
despnes de estallar la reforma, ¿ no horrorizaron al orbe
!:ls estravagantes á par que sangrientas bacanales de
Munzer, Leiden y otros furibundos sectarios? I Triste
cosa. que las ídeas rellgiosas hayan arrastrado siempre
á guerras mas feroces, mas salvages, mas esterminado~
ras que cualesquiera otras I Si fuese posible un pUéblo
ateo, jamás sostendria una guerra por eSe conc~plo. Un
pueblo corroido por el indiferentismo religioso, admite
ó abandona sus creencias permaneciendo tranquilo.


Por eso Isabel 1 y Cisneros fueron fanáticos é intole-
rantes. Además en E~paña promediaba unaraZOD singu-
lar: aquí se habia estado luchando durante ocho siglos
contra los discípulos de Mahoma, la cuestion era religiosa




2S2 APENDICE.
y p4l1tica :á I la' vez lilla dominacion 'de: la mediá ;hma' hu-
biera1srdo la dependencia, -la esolavitudde1los eSpaiíores,
el aniquilamiento de llHestra nacion.1.Iidad. En el si-
glo XVI el'an nuestrüsantepasados ,profundamente 'reli-
giosos; en la actualidad: acaso no me 'atreva [hiereri ...
der este aserto, relativamente á España .


. Se ñom'pára á Cisnerós con 'nichelicu. Hay entre
ellos puntos (le contacto y semejanza. Ambos se propu-
siéron abatir la pnderosa:atistocracia nobiHaria, robus~
tecien'dó k'dignidad real. Ambos ocuparon· puestos ele-
vados: enula Iglesia., y se :valieron de su posicioD' é in-
fluenoia para 'ejecutar planes atrevidos. Ambos goberna-
dores eminentes, ,soldados valerosos, políticos diestros
y auu.1ces. Ambos al frente de naciOnes respecti-
vamente fuertes, témidas, de cuyos destinos eran árbi -
tros y señores. No bbstante • 'entre uno y otro hay una
diferencia bien señalada. Gisncros era severo en sus cos·
tumbres; vivia ,en; sociedad COIl la rijidez de un·· anaco-
reta, desprebiaba los goces y los deleites de la córte;
nada era capaz de quebrantar su carácter en este pun-
to. Richelrieu; por el contrario, era dado a las diversio-
nes, á las :delicias; no desdeñaba el concurrir á donde
se' hallaba el bello sexo; tenia algo de la amabiliLlad y
galantel'ia de aquellos abates piadosos' del reinado' de
tuis' X V, que fl'eauentaban los salones y el cuarto de
tocador ele las damas.Cisneros era inaccesible á la va-
nidad , á la· 'lisonja, al aura popular.' Richelieu gustaba
macho de que le alabasen como poeta, dejo que no 'es-
taba muy seguro, mas que cuando le alababan como po-
lítícO J de que tenia 111<.IS s06uriuau ; dc.scaba (Ilie los de-




APENDlCE.


más se ocupasen de su persona; no é'ra 'indiferente aira
arlulaCion y á lás peq"ueñas ptisiOhés.-Cünierosreje-tció 'ta
plenitud del poder siendo Regente del reino, y estando
raReina propietaria privada de juicio; nadie le imponía
su ~oluntad , 'nadie le eclipsaba, ni tenia tampoco que"
doblegarse á ot ras personas que le fuesen superiores.
I\ich'eHeu veía al monarca delante y en una esfera mas
b'l~vadá lA 1 d'o'ndeja'más podiaaspírar ; ;~ó'dia" ser contra·
rilÍdó': eta" s¿lo un 'Úlínis~h) / en carnbio le favoreei'a la
c¡rcurls~a'ncia "de liailar~e escudado "con' el' trono ,ren
tanto que el" regente estaba sin ninguna'défehS"a , espuég~
fO' á los tiros de los descanten tos y tidversariós.Si 'él
Ca¡:denal fran .?és era artho , hipucríta, de siniésÚas iti~
tenciones, el Cardenal español era errev'erso de la me~
dalla; 'franco' hasta la ¡ rudeza, segun va: dicho. RichelieiJ.
se espresaba en estos términos que le retratan: Cuando
. -


me dirlJ"o á un fin , no reparo en los medios, y dcspucs
cubro 'el resultado con 'mis ropas:dlf Cardenal. En la hora
'demo'rir pl'egurrtado por su confesor, si perdónabaá
sus enemigos, contestó con aire de suma candidez ,~yó
no tengo otros enemigos sino 101 de mi patria. Cisneros
tuvo en un pl'inc:pio la proteccion de Isabel. Richelien
tuvo por ineconciliables enemigos á doS mujeres" dé
poder: una, .María de Médicis, siempre violenta Y' ar-
rebatada, que sabia guardar secretos pero no ocultaí' •
sentimteotos;' Habla meditado coíno itáliana y florenti-
na, la 'venganza contra el duque eclesiástico ;' al fin:que-
dÓ véndda! Otra, Ana de'Austria; dé 'quien Il'uhéá pudo
recabar conciliacion ni merecer simpalías, no obsfánte
que estaba prendauode las gracias personales tIe, esta




28' APENDICE.
princesa. En c;lmbio Luis XII[ decía:á los diputado~
del Parlamento :-quien me quiere á mí, quiere á él.


El provincial de franciscanos hacia á pié la visita á
Jos conventos de la Orden. El ministro arrogante ,arras-
traba un boato tan deslumbrador que causabá envidia
éÍ SU mismo amo. Cisneros era honesto y casto. IUche-
lie~ no .despreciaba los amores de alguna beldad. y fué
amante de. Marion. de Lorme. La dohlez y la falacia del
diplomático francés se prueban entre varios ejemplos
con. el siguiente. Habia combatido á los protestantes de
su nacion; trataba con Gustavo, gcfc de ellos en Ale-
mania, y le envhl.ba por auxiliares, tropas del rey cris-
tianj~imo; El predicamento y la reputacion de Riche.~
lieu" la animadversion, el ódio del pueblo, eran tales
que este, furioso y amotinado, llegó hasta cometer la
profanacion de impedir sus funerales. La muerte ele
Cisneros lIynó de luto y dolor á los españoles, mucho
mas porque se esparció la noticia de que fué ocasiona-
da en parte por la ingratitud de un rey extranjero que
venia á la Península á. tomar posesion de España; de
E~paña engrandBcida y prepotente por la asiduidad,
los desvelos y el genio del ilustre personage, que al
latlo de Richelieu es mas completo, mas colosal, mas
acreedor al recuerdo, á la estimacion y a} loor de la


. posteridad.
Mas dejando este paralelo, volvamos á la con ....


quista tle Oran. Esta reseña no es una crónica, ni una
historia en que haya precisivn de seguir estrictamente
el órden cronológico.


Hoy dia, época de egoismo y de miserias, en que




·~PENDICE.
naua se hace sin interés y'sin próx.ima recompensa; en
que el termómetro del patriotismo está algunos grados
bajo cero; hoy no se comprende la espedicion de Oran,
emprendida y arabada por Cisneros. Un anciano vene~
randa, en la edad en que otros se inclinan á la tierra
como para acercarse al sepulcro que ya los reClama:
un anciano venerando se reviste con la armadura de un
guerrero, pero armadura pesada, abrumadora, que tal
vez no resistiría el jóven mas fornido, no ya de estos
tiempos de nuestra raza degenerada, débil, impotente.
De los ejercicios devotos, del silencio de los cláustros,
del manejo de los ñcgocios públicos, se lanza de im-
proviso á las costas de Africa', en una escuadra; todos
los gastos adelantados por su cuenta sin gravar aesde
luego lo mas mínimo al Erario; sin que ¿se gcfe tu-
viese que ascender en su carrera, que nunca habia
sido la milicia; sin reparar en dificultades y peligros
que surgieran. Almirante, General, sacerdote á un
tiempo arriva á las playas africanJs, desembarca.
ordena sus huestes, les arenga, les infunde entusiasmo
y denuedo, manda á Pedro Navarro que acometa, que
dé batalla á los moros, que no cese hasta enseñorearse
tle la ciudarl~- Todo se verifica con prontitud y á medida
del deseo de los españoles. Los moros son vencidos y
derrotados; la cruz y los eSÍ"lndartes de Castilla apare-
cen dentro de Oran. Esta monarquía limitada y reducida
nacida entre las montañas de Asturias, va ensanchando
sus dimensiones al través de dilatadas centurias, v va


. . .


señalando las gradaciones de su crecimiento y medros,
con acciones memorables y esplendentes: Covadonga,'




286 APE~D1CE.
las Navas, el.Salado, Toledo, Sevilla. Granada. El gi-
gante ya no cab~ en la Península y surGando los ma-
res~ si,enl~~u planta victoriQsa, en el n'ueyo> mundo: y
no cont,ellto con arroja¡' de sus dominio'j álos hijos del
Profeta, ,sal~ando el Mediterráneo. los persigue allá en
SU,S ~Qradas , y les arrebata p!a~¡ls y fortalezas, y ame-
naza el podel'de la media luna, y lava así la afrenta
que empaq~ba á los cristianos por la invasion de los


<,


s{lrr.acerlOs. Chateaubriand vé en esta pugna de ocho-
cientos áños. la indolencia característica de los espa-
ñoles: ~straño es que no hubiese visto asimismo una
constancia, un valor perseverante á toda prueb~ •.
L~ eonql~is~~ de Oran sorprende, y admira. ptrl)


qebemos s()rpreIldernos Y admirarnos mas al conside-
ra!', que ese sábio político abrigab~ ~l designio de con-
tinuar sus conquistas por Africa, de estenuer por ella
el predomtnio de la metrópoli, de hacer de España un
vasto territol'!o compacto con un gran lago en medio;
nuestra nacion seria hoy una potencia marítima y con-
tinental de primer ól'den, si fuese toda la Península,
si tuviese muchas colonias y posesión es en Africa, si
pudiese en parte decir de Gibraltar, lo que decia de los
Dardanelos el emperador Alejandro:-son la llrwe de mi
casa. Si á nuestra diplomacia pl'csid,iese algun pensa-
miento fijo y tenaz, lo que ppr desgracia no sucede hace
ya largos años; este seria el desideratum de todos nos-
otros. ta suerte empero 10 ha dispuesto de otro modo.
De.spues de agotar inmensos t~soros, despues' de sem-
brar de cadáveres las ciudades de Flandes, los campos
de Italia, las regiones de América, hemos perdido todo.




Al'END!CE.


El leon rugiente que espantaba los puehlos, los .bosques,
los desiertos, que señalaba su paso con el destxozo~ la
muerte y el triunfo, ha tenido' que replegarse á su roa ..
driguer.a, sin. fuerzas ni pujanza. y tem!endo que los
enemigos á quienes habia amagado, viniesen IÍ arran-
carle sus presas y despojos.


Cisnero51 no pudo llevar adelante.su propósito. por-
que á cons~cuencia de manejos é intrigas de Pedro
Navarro, y de la suspicacia y envidia de Fernando,
aquel respetable eclesiástico tuvo que dar ·Ia vuelta á
España.


Fernando V, fué ingrato con los hombres que tan-
to se esforzaban por el bienestar y el porvenir de la
patria. No se libertó de este contratiempo Gonzalo de
Córdoba. El sobrenombre de gran capitan que le adju-
dicaron nacionales y extranjeros, amigos y enemigos,
dice mas 'que una historia. Era de gallar.da apostura,
de noble continente, diestro cual ninguno en él juego
de las armas; leal, valiente. Era un soldado caballero,
un paladin de la edad media. Sus hechos de armas, sus
heroicidades, los rasgos sublimes ·de su alma, son el
ornamento de la humanidad; y el pueblo, dado á lo
ID'uavilloso, le ha convertido en protagonista de roman·
ces y novelas, como si ese carácter. ese tipo, escedie-
sen de lo natural, cual habia acontecido con el Cid
Campeador. La Italia fué el vasto teatro de las proezas
de Gonzalo: en aquellas tragedias sangrientas, losfran-
ceses fueron siempre las víctimas: ese pais es el cemen.
terio de la Francia. Allí desplegó. sus inagotables re·
cursos ,uno de los guerreros mas esclarecidos de los




288 APENDlCE.
tiempos antiguos y modernos. Allí se formó para Es-
paña una escuela de famosos capitanes que posteriot'~
mente fueron tambien el asombro de las naciones.,
Gonzalo de Córd-oba. no solo conquistaba el (eino de
Nápolespara añadir un floron mas á la corona de Cas-
tilla, sino que en los reveses yen las situaciones apu-
radas demostró una calma, una serenidad, una gran-
deza, que 1e haeian triunfar de todos los peligros : el
Garillano es un ejemplo.


Fernando V concibió celos .. y rivalidad contra Gon-
zalo; suponia que alentado por su prestigio, y circul!s.-.
tancias, se proclamaria inde.pendiente !ln Nápoles ó se
pusiera á disposicion de Maximiliano: veia con dis-
gusto que un súbdito le oscureciese y eclipsase. Re-
solvió reducirle al olvido, atrayénd')le de la escena en
que tanto habia sobresalido y condenarle á un destierro
disimuládo. Gonzalo. lejos ya del estrépito de las ar-
mas, retirado cn su morada en Andalucía, en Laja,
tan grande ce la adversidad como en la prosperidad,
estaba siempre obediente á los mandatos de su sobe-
rano; su espada siempre dispuesta para servir al Estado.
No era Gonzalo de Córdoba, de esos militares impacien-
tes y vengativos. que por cualquiera resentimiento,
cambian de haoderas y fomentan la guerra civil para
derribar á sus perseguidores., Era, sí, comparable al
Gran Camilo, que desterrado· de Roma por pérfidas
ingnititudes, corrió no obstan te á su defensa, al saber
que los Galos teniao sitiado el Capitolio.


'El vencedor de Nápoles, el ínclito caudillo de Ita-
lia, pasó los últimos años de su vida en el retiro y el


'.




989
siJ@~~o ~de $;U llaSIl~ Pero, visitado, QWlstaMel}1&1te; pOJO)
!I~ble~ ,e~sOIUlgffil i . :{1eJlP! aoobl pMádd Idll, bo rf)b res~uel
~PJ'~~~ r.la.,¡v irtu d Iy eh :mérito! ~ Il': medio: 'd~ 1 iil fgr,lllÜÓh
pel'lQ gQzapdo <le ;uoo, fam~ 1I1n1varsal, ".por laque'de,
v<'\l'~S í :p¡untos, 'Je.jilIl,OS,jban,;ál'vetle 'J'~, admirado .;41si,
CQm(j)-.qnllalanligü#da:d1ibán ,tl1rubiáIll,.Roma á.eon~;
á,·Tá~tj).: .. i: .J ·.i.':uy" ,¡,!i): ,,';0;:1 'lJ ",- .!",;: .. ;'¡
.: '1'Ci'erio. que, ,1$1 ',v:ir,tli~¡'··y ei IlmérÍll~)estMYt in'¡egad~1
freoueot~~nt~ ~al, abandonclY 'ál la'qscuridad. ··(¡jeItO)
Itue ,tienen 4Ueil~~h8iJ[lÍ:mtlrlUdoic(1)a).táclttos:yioow'l
uar~eda,oo.S¡>Mttsv.ie~~'uhi ,diaien¡.qi1e,se')ostpmª¡y.~:m'
tpdo su" espleUQ€},I' ' •. á j~mejaDrlá ,d~l! í 8011 :que : aparece'
hermQ.SQ, 'y' rooilllD¡te, ;en, el bodzonte ¡.altricuarido pasú:";;¡
jeralsDubes le erop~ñen por' nn motierito.La:virtud'~l
e1méritu 'salen :por: fin triul'lfantes deJos ataques de la
malcdicelLCia y: de ·la calumnia. ,AsilaSe gigantescas i
montafias .que avanzan sobre eL Océano:, subsjslen in~:
dcnoeables~ comtrastando elemh'ate' de las' olas que '~:
estfieUan á sU: pié con impotente rugido;, , '¡" ,.,
;¡'Gonzalode C6tdooo· .. Feligio'So pOl' instinto, de COS¡'I:


tumbres! 'lUras: y sev:eras, de'Gorazon .sedsibld )HwrnGI
á P'lr.que ele .espíritu fu~r.t6'; amlllde, de su ,patrla't' de·:
su, ~~..: de.sh I familia:, m~lfió como'nama vi\:ridOlt e.n",:
medio de los tmidadQs.y c.núfio de. los 'suYQ~'r 'yf 'd~¡
IQse n ea ntbsode; la ,re Iigi o n. _ Cón ' su> mtÍCilrte. dejó id ~ ¡ re·
c}tikiI:ll3s:'amal'gós I desengañoB, 'ID¡lS oruelesdecciones'
de,F.€rnando.Y,;-q;uien no tardó¡mucbo :en segúirle á"
la huesa. , ',:' ' , '1 ¡,


, Mientras los españoles se baoiaDr.duefiosr:de·«tfflil
plÍrte . de Italia, otros, espafioles '€JIlbarcados.· 00 'ynaS"


19




t90 AJ>ENDICE.
caravelas, con' uo génovés, aborJaban:á un'DooV'Ó
mupdo.'CrrslóbaNjoloq;fué'verdaderlltilenM 'l;'ió'génio:
géilio: 'de ióspiracion ,y predéstinado ¡ , de:esos' que se
creen' yenidos¡á; la;tierra pal'a verifica:r uÍl portentosQ
descubrimíen,to, ,pa,ra' formar ,época, 'púa- diJnm' paso'
gigantesco en:'lái senda/de 'la icivi!ización jn ílela'perfec:.'
tibilidad. No de esos génios semejantes á una·' exba,lai.
cion lliminos&-'iqué:,erura 'rápidainenlell:\' atmósfera,
de!jaJido . solo' en poS: de sí una' miserabler»tvesll: 'Y' el
melanoólico reouera:o 'de' su pasádo resplandor. Sinod~
esoS-. géoios ,colosal~, ' atrevidus .persev6ian tes," supe-1
riores(~ las!Durmuraciones; ,á la diatriva, aI,sarcasmo.
Génios privilegiados. ,de núestra raza que se presentan'
para arrancarla de la ignorancia en que yacia y condu-
cirla á mas fecundos y espléndidos destinos. En hora-
buena que los estúpidos doctores de Salarpanca' sebur-
lasen del proyecta de] peregririogenovés .. En ;horabtiena
que sig.1oS',antes, la' efiOOranda Inqliisicion i hiciEise re";
tractar á Galileo; 'el génerotJ\~mano ha contesladodes-'
pues, é pur simuo1M:. 'y ha tocado los tesoros de las
m.inas del-, ,PQtosi. ¡ ,Esos ,génios son los hierofantes de
los luisterios :deluniwerso ,~yde sus 'inventos y adqu~.
sidones 'puede' ,decirse., lo que Napoleón :1 de la repú~
hiica'francesa: estará ciego;quien MIos vea;;¡


, . Eldéscubrimien'to de lá América es, unOf.de los tres'
sucesos colo):'ales;,' que mas conrrlOvieron el mundOi,
segun la opinion' de, Cháleaúbriand; 'ips .otros dos fueron
el cristianismo y la imprenta. El primero, si bien l'ea~
lizadoen su comienzo á fines dél ,siglo décimo • quinto,
se agrandó, se, COÍl1pJet~! en ehIécimo sestó: Heroan:




..


lO! ' ÁJln~D1C!{
~tne8:t IVNY!sW \Tid4 es~ü~sta '~l rutbr iJe 'Il.dlllhna:lezay
trl ib'terfl1de1sUj;j f tmsm6s. t6'JÍlílp<imrok.:1p«YÁ:n, e;e,rtoo: Sil»
aqtiéllá's; ~pát"bhls~ dH ¡Jv¡~d~r1lle rae.; 'Atflinc&urt':~¿:R&
élxlsthÍ%; l~ más' 'Un J 'graf¡!)jdÍé;h()ti\bre~! fUti 'h'C}rMbre' i lus tre
sin haber sido, ser, ó haber de ser~(jbjetO'dééonmise;.
rá¿ititry' de:Tá%iitná ~JlAilty 'm'to' ~s que' elihombre distin-
gúldd, lptiedar.f>~~at'(p1>r Ih tierra sin las' dos 'pálmas del
la!tihto' ~f&m;:; y fli¡$~/l1Í~u"'a: i, , f I ; ~ ,


El que primero sentó su planta en las regionesdeg-
étiWócHIasd{i'ooo1dellfé ~'M tuvo la suer~e 'de :pónerJe su
nbmbre!'...:..Jehmre:ntíno AmériM Vespucio IOala con se-
g'Úíd6jáutH:¡uelo merMie~eJmuchd):, menos. 'No tiene
llMe~tátlla'nioito ·!li6tlUhlento en lá nórle, de SI>I patria
adoptiva: ,qú'é lo' ~epÍ'eSerlte 'siempre a la, postel'i¿¡3d:,
bIén que ese ~bmbre 'v-ate mas 'qlle UnIl 'está tUl ; pero
esta es al {¡'u, una 'histó'ria viva y palpitante, uhacons",,:
tante en~eñilma ;' tí Ii glorioso reeuertlo: ¿ qU'é ocupacion
mas digna para ~ras' bellas artes 'que rendirtrihlilto y él&-
varo ttimpllbs'~rgéIÜ6?Crlstóbat ,Colon' qJ{)~ legó monta~
ñas'de oro' á las lsuliesiv as generaCiones, 'müri<ópobre ¡
d'es\-'illiiJo ,i ües'afupárad0. ':en nredio de Jos' horrores 'd8
la ingrati tud. I [a' hist<nh 'de'lá humanidad oS' una sél'ia
contí~ua de ingl'atiiudessangrientas 11... '


> Eil'los priimeros vehüe'años, de ti décima sexta cen-
tUria, la nYuette Mrebata'á ¡{os personajes mas ilus.treS':'
á Isabel J, Cristóbal Co\<m,; Gon:zalro de Córdoba,; ferllall~
d~ V; qhedaf'elu1thno,Cisnúos. .


. 'Era'en f7 ti7.: Un joven 'educado en FlamJes,:h,i~(}:d~
Felipe ;el" H'e'I'rnOsiry de Ooiia Jutina; nieto de Maxi'mi·
lhirio, emperad()r d~ Alemania, ~e preparaba á venir á




4rtlfül.lfllt " i93
Eipaila-, áipl?OOl~mar,sqtReYi YlLojrrutr)p<?scsioo ¡de ~lJ5!dl:l+r .
mi1'liog¡J)eselmhareadQ ~n ,la 'qosta tle:Gaatábria se1 d;,rh¡
ge'ái,lacórte. Cisneros!habiasalido ,al encuE1nflro>Bnd,
caitaqua teoibede,Cárlos:¡ en la'éJue'~e iJicetque:vaya,
á déscaosar.á sl!I:.casa,i de las fa~igas:de la Tegéncia: y
del :Gobierdo" causa· Ó' contribúye á~oausar 'al ,anCiano
sacerdote unapr@nla muerte: Ese,desvío,J esa'iIigrati..;.
~ud del¡jóv.e~ extuanjero báciaquierHha la :ofrecetIeun
reinó' paeífico, . 'floreciente, opulento;. fueron: heclIbs
altamente ~en'slll'ables. Algu1llosatrihuyerbn esta m~erté
áenvenenainientO" tumor: muy comun,'en tales.ooasio ..
nes; oh'as le aSlgnabandi vorsosrnotivos. " ; "
: Así.falleció 'el ({ue s'up~ Úl frenar 1a..I}ijJj}e'Zaespañela',


el queoi'ganizó' I(')s' ejél'éi tos permanentes'; el que con-
quistó á Oran; el que fundó la L" niversidad de .Alcalí.,!
de tllntacelebridad, en elfe6to .del siglof el que; mandó
escribir é imprimir la Biblia Poliglota (.omplut'e~e~!qne
tanto debe á la sabiduría de Nebrija y sus ocho com-
paíieros; el que, en suma, fué una cabeza privilegia-
da de accion y de gobieroo~; fy que conservó la España
á la altura que hahia ten~do bajo los lleyes católicos.


En la colegiala de Alcalá de Henares, ciudad pre-
dilecta de Cisneros, existe su magnifico y suntuoso ce-
notafio, que atrae la curiosidad y la admiracion de los
extranjeros, mas conocedores y ávidos que nosotros, de
la3 preciosidades que nuestro propio suelo encierra.


Aquí se inaugura una nueva era. La España que
aparece ya poderosa como nacion independiente, yá á
ser sometida á una dinastía extranjera; vá á ser un tan~
to oscurecida por el imperio á cuyos intereses tiene que


, .. ~.




APKHDtCI.
lig8rse~ ,,¡á íá Sef.'p1Ie'stlu :pG[ll fatanjas de fta,mooco"s;fisQ1:!
briehtos dedidel!óiy a~empleos qua,Q'eudirán,'l}úatalYea
da' rapiúa: que se abltensobre 'los euruLveres' terltlidos,
en un 'campo:üe)bat~lla~ Va á' enlrónizarse'el despotis"·
mo: de 1<).. casa de ,Aust¡'¡a~;despotismo'mflilar, poHHéo~
religioso. ~ Pero -'sini' embargo, durante ~ mucho,ti(~mpo.
despotismo otIlado con la brillante aureola de la gloria ¡
despótismo,delgénio y dela grandeza; despotismo ,que'
alhaga ~ fascina, ; arrastra. Despues viene el despotismo
de entes: supeditados por pll'sioile.s, miserables; despotis"
mo del, amor propio, de'la,vanidad, de la ignorancia;
despotismo, en una palabra, de 'la hu~idad, que es' el
más1nsoportable de todos los despotismos. Durante la
dominaí¡1on a¡;¡s~riaca, nueslro:derecho político rué'lavo-
1,untad del, mdnarca.


Cuando esto sucede, no hay mas por\'enir ,que la
tir~nja"ó la: i1e"olucion~


, ,


ti
. FIN.


. r;:


,', .


,
, I


'., 1


l' i


, i






INDICE DE LOS CAPITULOS.


Páginas.


Prólogo.. . . • • • . • . . • , . • • . . . • • • 1)
Introduccion. . . . • . . . . . . • . • • . . •• 1 t
De los españoles. . . . • . • 25
Del poder.. . . . • . • . • . • . • . • . • . .. 6t
De la ley.. • • .. . . • . . . • 71
Del Gobierno.. • . • . . . . . • 75
De las Córtes. . . . . . • . . • . . . . 95
Del Senado.. . . . . . . . . . . . . . . t 05
Del Congreso.. . . . . . . . . . . . . . . . •• 129
De la celebracion y facultades de las Córtes. •. f f f
Del Rey. . • . . . . • . . . . . . . . . . . .• 439
De la sucesion á la corona.. . . . . . • . . •• t 73
De la menor edad del ltey'y de la regencia. • " t 83
De los ministros.. . . . . . . . • . . • . • . .• 205
De la fuerza militar. . • . . . . • . . . . • •• 215
Del poder judicial.. . . . . . . . • . . . . • .• 229
De las diputaciones provinciales y ayuntamientos. 235
De las contribuciones . •. -. . . • • • . . . . .. 249
APE~DICE. Rapida ojeada sobre la historia de Es-


paña á principios del siglo XV 1,. 271