HISTORIA DE L "",' . . , I{I~VOLIJCION FR}N CES_A_ POR ...
}

HISTORIA
DE L\


"",' .


.


,


I{I~VOLIJCION
FR}\N CES_A_


POR


DE r .. \ ACADEl\1Ii\ FRANCESA.


TUADUCIDA y ANOTAD,\


POR


nON SEBASTIAN ~IIÑANO
nn L~ \CADElIIfA l.lJ': LA H1STORlA.


TO}\l10 QU1NTO.


,,",A N SEBASTIAN


1m pl'enla de lGNACIO RAIUON HAHOJA.


18' .. 0.




... -


• •




lIISTORli\
DE LA


IlEVOI~UCION F1IANCESA.


CAPITLLO PHI.\lEBOc


;':'~SL;¡hlc(,¡llliClll() de la I ° "Ú.l¡'/}/I di: sfllar! pú/J!¡'C(l.-- AlIIl)(;II¡a~(~
la ilTi{(\('ioll de lo:, p;¡l'{idn~ ('Il Paris. H.rllllioll demagógica
en el palacio ('pi~('opal; pl'()~'ectos (le petíciollcs inccndia-
l'ias.- Renovacion de la lucha ('nLre los dos lados opues-
tos de la asamhlea.-- DisclIrso y acusacíon de RoLespierl'c
coutra los cómplices de DUmOlll'iez y los ¡;irondinos.- Res-
puesta de Vergniauu.- Decreto de aClIsacion contra Marat
y su entrega al trihunal I'cyolucionario.- Pcticion de las
secciones de Paris pidi('llllo la expulsion de !)'2 miembros de
la convellcioll.- Re:::Ístencia del ayuntamiento a la autori-
(lad de la asamblea. A.umento ue sus facultaucs.- A.bsuél-
vese á Marat y le llevan en triuufo.- Estado de las opinio-
nes y pl'ogl'esos de la revolllcion en las provincias, Disposi-.
<'iOlH'S dt' las lwinci¡,alrs cindad('s LYOlI, l\I:wseIla , Bu/'-




REYOLUCION FRANCESA.


tI(lOS y RolLlIl. - Situncion particular de la Rl'etaíla y el
Venc!e¡".-, Dcscl'ipcion oe aCItlcllas comarcas; cansas qne
ocasionaron y mantuvicron la gncrl'a civi1. Primeros triun-
fos dI' l()~ h:lhítant('~ rlel Vcndeé; sus gc[es principalcs.


La defcccion tic Dllmouricz, junta con el mal
estado de nuestros ejércitos y los peligros emi-
nentes á que se hallaha espuesta la revolucion y el
territorio, hicieron necesarias las providencias vio-
lentas, de que acabamos de hablar, y ohlig;aron á
la convencion el ocuparse en fin del proyecto tan-
tas veces renoyado de dar mas fuerza á la accion
el el gobierno reconcentrándole en la asamblea. Dcs-"
pues de oir diferentes planes, se cOllyino en for-
mar una con1ision de salud pública compuesta de
nueve mielnbros, la cual dehia deliherar en secre-
to y estaha encargada de vigilar y acelerar 1a ac-
cion del poder ejecutivo, pudiendo suspender sus
deterrüinaciones cuando las considerase contrarias
al interes general, con tal que de ello se diese
cuenta á la convencion. Estaha autorizalla á tomar
en circunstancias urgentes, n1edidas de defensa in-
terior y ester:or, y sus decretos firmados por la
lnayoria de sus individuos, debian ser inmedia-
tan1ente obedecidos por el poder ejecutivo. No se
instituyó lnas que para un mes en la sesion del 6
de a hril y no podia dictar mandamientos de pri-
~ion sino contra los agentes de ejecucion.




CO~VENCION NACIONAL (1793). ~)
Designáronsc para componerla á los individuos


siguientes: Barrere, Delmas, l. Breard, 2 Cambon,
Juan Debry, . Danton, Guithon-lVIorveaux, 3 TL'ci-
lIard, Lacroix del Eure y Loira y se les agregaron
otros tres suplentes, que fueron Roberto Lindet,
lsnard y Cambacéres. Aunque aquella comision no
reunia todavia todos los poderes era con todo i n-
menso su influjo, porque correspondia con los eo--
misarios de la convellcion, les daba sus instl'llC~
ciones y podia sustituir r. las providencias de los
ministros todas las que se le antojaha ton1ar. Dis-
ponia de la hacienda por medio de Canlbon, y
por el de Danton debia adquirir la audácja y el
influjo de aquel poderoso gefe de partido; y asi á
medida que iban creciendo los peligos se iha 111a1'-
chando hacia la dicladura.


Pasa(\o ya el susto que les habia causado la de-
Sel'CiOll de DllJllOUl'iez, pensaban ahol'a los parti-
dos en in1putarse l11útu:unente la cOll1plicidad has-
ta (1 ue el nlaS fuerte aui'l uilase al débil. Ya t0111a-
ron la iniciativa las secciones y sociedades popu-
lares, que es por donde principiaban ol'dinaria-
lnente todos los desórdenes, para denunciar á los
girondinos por nlcdio de peticiones y nlensages.


Habiase formado, COniOl'll1e á una de las doctri-
llas de lUal'at, una nueva reunion todavia mas vio~
lenta (Iue todas las demas? porque decía aquel tri-
huno fIHC hasta el dia no se hacia hecho mas que




REYüLUCION FllANCESft.


rhar/ar sobre la soheranÍa del pueblo, y <{tIC cad.-f
seccion era soberana en la estcllsioll de su COfilarca
y podia á cada instante revocar los poderes que
hubiese conferido. ApoyadJs en esta máxima los
TIlaS furiosos agitadores, pl'etendian que ellos eran
los venhderos diputados de las secciones para vi-
gilar sobre el uso que se hacia de los mandatos y
cuidar de la salvacion de la causa púhlica. Se reu-
nieron en el palacio episcopal y dijeron que esta-
ban autorizados para corresponder con todas las
nlunici palidades de la república y así se pusieron
á sí mismos el nombre de comision central de salud
pública. De allí era donde salían las proposiciones
mas incendiarias y resolvieron ir en cuerpo á la
convencion para preguntarla si: se sentía con fuer-
zas para salvar la patria. Esta reunion habia fijado
las miradas de la asamhlea y llamó tarrJbien la
atcncion <.Iel ayuntamiento y de Jos jacohinos, cn
términos ([ue Hobcspierre, que deseaba el resul-
-~ado de la insurreccion pero recelaha que se elll-
prendiese por aquel medio y Sienlpl'e teulblaha
la víspera de cualquier nl0vimiento, se )evantú
para hablar contra las resolucioncs violcntas que
se hubiesen discutido en aquel1as reuniones jn[(~­
riore5 y persistió en su política Glvol'ita, ({Uf' con-
sistia en disfamar ú los diputados llaJn~ldo~ infie-
]('~ para desacl'('ditarl('~ f'11 la opinion antes dI' ('Ill~
rIfar cont ra ellos nI nguna 011';1 llH'd ¡(la. Ellamn~




CONVENCION NACIONAL (1793). 7
rado de todo lo que era acusacion, tenlÍa el uso
de la fuerza, y preferia ú las insurrecciones las
contiendas de tri buna en que no había peligro y
de que reportaba todo el honor. Marat, que tanl-
bien tenia algunas veces la vanidad de ser mo-
derado como los delllas, denunció la sociedad del
obispado, á pesar de haher sido él quien sunúnis-
tro los principios hajo ({ue se habia establecido.
Enviáronse comisionados para in[ol'1uar de si los
miembros que la componian eran hOluhres de celo
exagerado ó solo inslrurnelllos asalariados; y des-
pues que se con \'PUCiCl'OIl de que eran unos pa-
triotas fogosos, deLenlli nú la sociedad de los jaco-
binos no esduirlos, corno se ha},ia propuesto de
su seno, sino fOl'll1ul' una lista de sus llomln'es pa-
ra poder vigilar sobre ellos, y soLo propuso una
pública desaprohacion de su conducta, porque se-
gun su dietánleIl no dehia 113her otro centro de sa-
lud pública que ellos lnismos. De la misrna mane-
ra se habia preparado y criticádose anticipadamen-
te la ins urreccion del 10 de agosto, porque todos
los que no tienen la audácia necesaria para ohrar
y sienten qne otros se les anticipen, desapruehan
las prinleras tentativas, aunque deseen su resul-
tado. El único que guardaba silencio sobre aque~
llos movimientos era Danton, sin aprohar ni des-
aprohar á los agitadores sll])alternos. No era su
fuerte triunf~ll' en la tribuna con largas acusacio-




8 REVOLUCION FRANCESA.·
nes, sino que preferia los medios de accÍon que
estaban en sus manos y eran inmensos, porque
tenia ti su disposicion todo lo mas inmoral y tur-
bulento que encerraba París. Sin embargo no se
sabe si estaba obrando secretamente ,pero es lo
cierto que g'uardaha un silencio amenazador.


Hubo nluchas secciones que condenaron la reu-
nion del obispado y en particular la del Mallo hi-
zo sohre ella una representacion enérg'ica á la
convencion. Por el contrario la de Bonne Nouve-
He vino á leer una representacion en que se acu-
saha conlO cómplices de Dmllouriez á Brissat,
Vergniaud, Guadet, Gensonné & pidiendo que ca-
yese sohre ellos la cuchilla de la ley. Despues de
muchas agitaciones en contrarios sentidos se dis-
pensaron á los peticionarios los honores de la se-
sion ,pero se declaró que en adelante no escu-
dIaria la convencion acusacion alg'una contra sus
individuos, y que toda denuncia de este género se
remitiría á la cOlnision de salud pública.


La seccion de la Alhondiga, que era una de las
TIlaS acaloradas, hizo otra peticion bajo la presi-
dencia de Marat y la presentó en los jacobinos,
en las secciones y en el ayuntamiento solicitando
su aprobacion , y que sancionada por todas estas
autoridades de la capital, se presentase á la con-
vencion por manos del corregidor Pache. Fue lle-
vada la tal peticion por todos los sitios públicos




CO~YENCION NACIONAL (1793). f')
para recoger firmas, de suerte que todO' el mundo
saLia su contenido, y se reducia á decir que una
parte de la convencion estaba corrompida y cons-
piraba con los acaparadores; que era cónlplice de
DUlIlOuriez y por tanto indispensable remplazarla
por los suplentes. Mientras que esta peticion anda-
ba circulando el dia 10 de abril de seccion en sec-
cioll, indignado Petion pidio la palabra para una
mocion de órden , y con una vehemencia que no
era natural en él se esplicó contra las cahunnias
que se propalaban contra una parte de la conven-
cion ,solicitando que se reprimiese con algunas
providencias. Por el contrario Danton reclalnó que
se hiciese una mencion honrosa de aquella en fa-
vor de la peticion que se preparaba, lo cual oido
por Petion dijo que debia remitirse á sus autores
al tribunal revolucionario. A esto respondió Dan-
ton que los verdaderos representantes ú quienes
no remordia la conciencia, no debian temer la
cahunnia que es inevitable en una república, y
que fuera de eso no hahiéndose rechazado á los
Austriacos ni [ornlado la constitucion, era muy
dudoso que la convencion hubiese nlerecido elo-
gios. Luego insistió porque se dejaran de ocupar
de quejas individuales y que los que se tuviesen
por ofendidos podían acudir á los tribunales. De-
jóse pues la cuestion á un lado, pero F onfrecle la
suscitó de nuevo y de nuevo volvieron á abando--




10 UEVOLUCION FRANC,ESjt.
narIa, hasta que Robespierre , que se mOr1é.l por
disputas personales, volvió sobre ella y pidió que
se acabase de rasgar el velo. Concediéronle la pala-
bra y principió á declamar contra los girondinos
la mas amarga y atroz disfamacion que jamas se
hubiese pronunciado hasta entonces. Es preciso
pararse un poco en este discurso, que basta para
pintar de que modo se presentaba la conducta de
sus enemigos en su sombria inteligencia.


Segun él, existia por bajo de aquella aristocra-
cía que habia sido desposeida en 1789 otra aristo-
cracia digamoslo asi aldeana, tan vana y tan dcspó-
tica como la precedente, cuyas traiciones habian
tomado por norte las de la nobleza. A esta no la
convenía una franca revolucion, sino que necesi-
taba un rey con la constitucion de 179 L para ase-
gurar su dominio y los gefes de ella eran los giron-
dinos. En tienlpo de la lp,gislati va se Jwl,iall "po--
derado de los ministerios por me(lio de Holand,
Claviere y Servan; luego que los perdicl'on, inten-
taron vengarse por mcdio del 20 de junio, y en
la víspera misma del 10 de ag'osto estaban tTatan-
do con la corte y la ofrecian la paz con tal que se
les restituyese el poder. Aun en aquel mismo dia
se contentaban con suspender al rey sin aholir la
nl011arquia y proponian un ayo para el príncipe
real. Despues del 10 de agosto todavia sc apodc-
raron de los n1illi~;tcrios \' calumniahan al avun-




CONVENClON NACiONAL. (1793). 11
lamÍento para arruina e su influjo yasegurarse un
(lominio esdusivo. Cuando se formó la conven-
eion invadieeon las comisiones· y continuaban ca-
lumniando á Paris, pintándole como el foco de to-
dos los crimenes , pervil,tiendo la opinion pública
por medio de sus diarios y de las inmensas sumas
fIue Roland empleaba en la distribucion de los mas
pérfidos escritos. Ultimamente en enero se oponian
á la muerte del tirano, no por interes de su per-
sona sino en favor de la monarquía. ( Esa faccion,
continuó Robespierre, es la única causa de la de-
« sastrosa guerra que estamos sosteniendo ahora:
« ella es quien la ha provocado para esponernos
«ú la invasion del Austria, que prometia un con-
«( greso con la constitucion de 1791 : ella la ha di-
( rigido con perfidia y despues de servirse de La-
« fayette ha empleado al traidor Dunl0uriez para
« con.'iegllir el ohjeto que se propuso hace lllllCho
« tielllpo. A los principios fingiú estaL' l'eüida con
« Dllffiouriez, pero la l'llla no el'a séria, porque
« en otro tiempo le elevó al JllillistCl'io pOI' llletliu
« de su amig'o Gensonllé, y le hizo dar sej:; JuiUu-
« Hes de francos para gastos secretos. DumOlll'iez
« de acuerdo con esta facciollsalvó úlos Austriacos
« CIl la Argona cuando hubiera podido ani(luilar-
« los, y si en Bélgica ganó una gran v idoria , era
« porque necesitaba cierto brillo para ohtener la
(1. contian/.a pública, y <lespucs (pIe la consiguió HO




12 REVOLUCION FRANCESA.
«ha hecho mas que abusar de Iuil lUallel'as. No
« ha invadido la Holanda, que hubiera podido ocu-
({ par desde la primera canlpaña; ha impedido la
« reunion á la Francia de los paises conquistados,
({ y la comision diplomática de acuerdo con él , no
( ha perdonado medio para disuadir á los diputa-
({ dos belgas que solicitaban su reunion. Esos en-
e¡: viados del poder ejecutivo, á quienes trató tan
({ mal Dumouriez porque vejaban á los Belgas, to-
« dos fueron elegidos por los girondinos y estaban
C[ de acuerdo para enviar allí desorganizadores con-
«tra quienes poder ejercer cierta severidad en pú-
e< hlico á fin de deshonrar la causa republicana.
« Despues de haber atacado Dumouricz tardiamen-
« tc á la Holanda, vuelve á Bélgica, pierdc la ba-
« talla de Neerwinde y es precisamente Miranda,
« el amigo de Petion y criatura suya, quien deci-
({ de la pérdida de la batalla con su retirada. En-
« tonces se replega DUlnouriez y enarhola el pen-
a: don de la rehelion en el monlcllto mislllo en que
« la faccion estaba escitando los alborotos del Oes-
« te. Todo pues estaba preparado para aquel mo-
« mento. Un ministro pérfido ocupaba la secreta-
c( ria de la g'uerra en aquella circunstancia inl-
« portante, sin que hiciese nada para prevenir ta-
« les peligros, la comision de seguridad general,
«compuesta toda de girondinos, csceplo siete ú
({ ocho diputados fieles quc ni siquiera asistian.




CO~YENCION ~ACIONÁL (j 793). 1:3
«( Asi nada se había omitido pal'a el éxi to de la
« conspiracion. Era necesario un rey, pero todos
dos generales pertenecian á Egalite, y la familia
<r de este se hallaba junto á Dumouriez; sus hijos,
« su hija y hasta la intrigante Silleryestaban al re ..
«dedo!' de él. Principia Dunl0uriez por echar ma ..
({ nifiestos ¿, y qué dice en ellos? Lo mismo que
({ los oradores y escritores de la faccion decian en
« la tribuna y en los diarios; que la convencion
({ está compuesta de pícaros, menos una pequeña
( porcion sana; que Paris es el foco de todos los
tI crímenes; que los jacohinos son unos desorgani-
({ zadores que ocasionan alborotos y la guerra ci-
«( vil etc. })


Asi era como Robespierre esplicaba la defeccion
de DU1110Uriez y la oposicion de los girondinos ,
y despues de haber desenvuelto largamente aquel
artificioso tejido de calumnias, propuso que se so-
metiesen al trihunal revolucionario todos los cÓln-
plices de Dumouriez , todos los de la familia de
Orleans y todos sus alnigos, diciendo; ( en cuan-
( to á los diputados Guadet, Gensonné, Vergniaud
« etc. seria una especie de ironia, un sacrile-
({ gio acusar á unas gentes tan honradas, y co-
({ mo yo conozco mi impotencia respecto de ellos,
« me remito á la prudencia de la asamblea. »


Las tribunas y la Montaña aplaudieron á su
t1irtuoso orador, y los girondinos estaban indig"na-




14 REYOLt"CION FRANCESA
tlos de un sistema tan pérfido, en el cual lellÍ¡l
tanta parte un odio inlplacable ,COlItO la descon-
Jial'lza natural de su carácter., porque se notaba
en aquel un artificio singular para agrupar los he-
chos, y prevenil' las objecciones, y Robespierre
hahia 1110strado en aquella cobard e acusacion mas
vcrdadero ta lento que en todas sus declamaciones
ordinarias. Dirigióse Vergniaud á la tribuna con el
corazon oprinlido,y pidió la palabra con tal instan-
cia, vivéza y resolucion que al momento se la
concedieron y las mismas tribunas y ]a monta-
lía acaharon por escucharle en silencio. A l estu-
diado discurso de Robcspierre opuso una inlpro-
,isacion con el fuego propio del nw.s elocuente
orador y del mas inocente de los hombres.


« Yo me atreveré, dijo., á responder al Sr. 1\0-
« bespierre y no enlplearé ni artificio ni tiempo
« para contestarle , pues para ello no necesita
« nadie sino de su propia conciencia. No hahlaré
( ciertamente por lui, porque se que en tien1pos de
« revolucion se agita la hez de las naciones y do-
q mina por un instante á los hombres de bien, si-
« no para ilustrar á la Francia. Mi voz que mas de
« una vez ha esparcido el terror por este palacio,
«de donde ha contribuido á precipitar la tirania ,
« tambien le esparcirá en el alnla de los perver-
( sos que quieren sustituir la suya propia á la ti-
( rania de los reyes. »




CONVENCION NACIONAL (1793). 15
Entonces respOllllió una á una á todas las incul-


paciones de RODespierre, lo que cualquiera puede
responder sin mas que el simple conocimiento
de los hechos. El rué quien propuso en su discurso
del mes de Julio la deposicion del rey é indicó un
poco antes del 10 de agosto, sin saber todavia si
se verificaría , á un enviado de la corte lo que se
debía hacer para reconciliarse con la llacion y sal-
var la patria. El dia 10 vino á la asamhlea en medio
del estrépito del callOn, nlientras el Seiior Robes-
píerre estaba escondido en una bodega. Cuando
llÍzo que se declarase la deposicion no fué por-
que creyese dudoso el combate y si propuso un
ayo pal'a el del fin fué porque en el caso de que se
hubiese mantenido la monarquia, la buena edu-
cacion que se diese al jóven príncipe aseguraba el
porvenir de la Francia. El y sus amigos influyeron
en la declaracion de la guerra ponlue ya se estaha
haciendo de hecho y valia mas declararla abierta-
mente y defenderse, que no sufrirla sin contrarres-
tarla.EI y sus anligos fuerollllombrados para elll1i-
llisterio y las comisiones por la pública opÍnion, y
en la de los 21 de la asanlblea legislativa se opu-
sieron á que se abandonase á Paris y prepararon
los lnedios que la Francia desplegó en la Argona.
En la de seguridad general de la convencion,
han trabajado constantemente y á la faz de sus
cóJegas que podian asistir á sus tareas, mientras




16 REVOLUCION FRANCESA.
que Robespierre desertó de la comision y no vol-
vió á poner en ella los pies. Ellos no han caluln-
niado á Paris, sino combatido á los asesinos que
usurpaban ell10mhre de los Parisienses al mislno
tienlpo que deshonraban á la capital y ú la repú-
hlica. Ellos no han pervertido la opinion públi-,
ca, porque por su parte á lo menos no ha es-
crito ni una sola carta y lo que ha publicado Ro-
land está á la vista de todo el mundo. El y sus ami-
gos propusieron la apelacion al puehlo en el Pl'O-
ceso de Luis XVI, porque no creian qae en una
cuestion tan inlportante pudiera cIudirse el COIl-
sentinliento nacional. POI' lo <pIe hace á él perso-
nalmente apenas conoce á Dumouriez y no le ha
visto mas que dos veces; la prilnera á su vuelta de
la Argona y la segunda á la vuelta de Bélgica ,
lnientras que Danton y Santerre le veian, le feli-
citahan y le colmaban de caricias, convidándole á
comer todos los días, En cuanto á Egalité le suce-
de lo mismo, y no solo los Montañeses le han co-
nocido y tratado sino que fueron defensores suyos
cuando le atacaban los girondinos. ¿ Que es pues lo
que se puede echar en cara á él ni á sus anligos?
¿ tal vez el ser alborotadores é intrigantes'! Pero
ellos no andan de seccion en seccion para agitarlas
y conmoverlas: ellos no se agolpan á las tribunas
para arrancar decretos por lnedio del terror: ellos
no han intentado jalnas <[ue se elijan los minis-




LO~YEXClO~ ~ACI.o~AL. 1.1793). 17
tros cn las asambleas de <[uc cran nliclnhl'os. ¿Que
son JllOderados"! Pues ú le que no lo fueron el dia
,10 de ag"osto, CllalHlo andaban escondidos l\Iarat
y Hohespierrc; lo fucroll si en setielnhre cuando se
asesinaba á los pJ'('~()""; y ~(~ rohaha d Guarda
lllueLles


« Bicn sabcis, dijo VCl'gniaud al conclui!', si he
í( dcvorado cn silcncio todas las amarguras con que
« sc 111C estú atol'll1cntanuo hace seis 111eses, y si
« he sabido sacrificar en obsequio de l11í patria los
« filas justos rcscntinlienlos; sabeis sobre todo si
« hc podido dispcnsal'll1c de sacar á plaza las iln-
({ posturas y lllaligllidad dC' Bohespicrre , sopcna
« dc pasar lH)l' un cubartlc, de confcsal'lne yo
« miS1110 culpahle y de comprolneter el poco hien
( que todavia rne es pCl'lnititlo haccr. Plcgue á
( Dios (Iue este tlia sea el último que pcrdalll0s en
« disputas cscandalosas. » ]~n seguida solicitó Yerg-
niaud quc se citase ú la scccion de la Alhondiga y
sc 111alldascll tracr sus libros de registro.


Hasta los 111isnl0S cnelnigos de Vergniaud que-
daron cautivados dc su talento, huena fe y per-
suas'¡va elocucncia, intcl'cs{lI1aosc por él la inlllen-
sa 11layoria de la asamblea y prodigándole de to-
das partes los Illas vivos aplausos. Inn1ediatau1cn-
te dcspues pidió la palabra Guadet, pcro ú su vis-
ta se COIUllovió la scdiciosa lllontaiía y principió {t
IJal' gritos espantosos, en ténninos quc huho de


v.


, ," ~


".


I ' ..




18 ItEYOLUCION I~RAXCESA
suspenderse la sesion, y no le rUt~ posihle hasta el
1~! obtenel' la ülcultad de respondcr ú Robespier-
re, y lo hizo de manera que cscitó las pasiones
con mayor viveza que Vergniaud. Ninguno, se-
gun él, llahia conspirado; pero las apariencias,
si es que las hahia, estahan lllucho n1as en contra
de los lUontalleses y Jacobinos que tan relaciona-
dos se hallaban con DU1l10uriez y con Egalité , que
no contra los Girondinos que estahan reñidos con
ambos. ( ¿, Quien era, dijo Guadet , el que se ha-
e( llaba al lado de Dumouriez en los jacobinos y
<l: en los teatl'os! vuestro Danton. » •••••• (( Ah tu me
ce acusas, replicó este; i pero que poco conoces mi
« fuerza! b


Se reservó para el dia siguiente el fin del dis-
curso de Guadet y continuó achacando ú los 1\Ion-
talleses toda la conspiracion , si es qne la hahia, y
al concluir citó una representacioll (PIC como la
de la Alhóndiga, estaha firmada pOl' Mara t. Era
de los jacobinos y Marat la habia {irn1ado como
presidente, en la cual se estalnpahan las siguien-
tes palahras que Guadet leyó á la asamblea: Ciu-
dadanos, armémonos ¡ La contrarevolllcion está en el mis-
mo gobierno y en el seno de la cOl/vene/on. Ciudadanos
vamos allá, 'vamos.


« Sí, STitó lUarat desde su sitio, sí lnarchemos. »
Al oírlo la asamblea se suhleva toda y pide un de-
n'clo de acusacion contra Marat. Opúsosc Danton




f.O~\'E:\CION ~AClO~AL (1793). 1 H
tliciendo <tll(~ d(~ los dos lados de la. as:unblea pa-·
recian estúl' todo . ..; Cou{(H'llleS cn acusar ú la Gllni-
1 ia de Orleans ~ y asi cra prcciso someterla ú los
tribunales; pero ({lte no se podia acusar á l\Iarat
por un silnplr gl'J lo (~ . .;capado en una discusion
tempestuosa. Se le l'e . .;pondió qlLP Jos de Orleans
no deJJian ser juzh'allos cn Paris sino cn :,larsella.,
y alUl(pte quiso JJahlar otra \'CZ, no se le cscuchú
y sc di() la pt'imacia al decreto de acnsacioll con-
tra Marat, solieitando Lacl'oix (Iue s(~ le al'restase
desde el instante IniSll1o. « Supuesto que nús ene-
(,( lnigos, di jo 'Jarat, han perdido todo pudor, yo no


« pido lnas qne lIlla cosa ~r e.'\ que C0l110 este de-
« (Teto puedc escitar algun 1110Yimiento., vayan
« aCOlupafiúndoll1e dos gell(larn1as á los jacohinos
{( para que yo pucda 1'ecOlnendarles la paz. » Sin
escuchar aqucllas 1'1clknlas haladronatlas se le pu-
so en c.'ilado de arrcsto y se mandú quc al dia si-
guiente (. rl1cdio dia. c~{lJYicse rc{lactado d dccre-
to de acusacioll.


Echó Cl t'oJ'rcl' Rohe:;piel'l'c Ú los jacohinos á es-
peesal' su indignacion ~ celebl',u' la energia de Dan-
ton., la modcracion de l\larat, y recOll1endarles
{Jue se estuviesen quietos, ú fin de que no pudie-
ra decirsc que se J.ahia suhlcvaoo )al'is por defcll-
(1('t' á un jacobino.


Al dia siguiellte se leyó y aprohó por la asam-
hIpa el tlect'eto de acus;wiOll tantas veces lwopues-




20 REYOLUCION FRANCESA.
ta conll'a Maral y enlabIada por fin con seriedad
ante el tribunal revolucionario.


Aunque el origen de aquellas violentas esplica-
ciones habia sido el proyecto de una peticion con-
tra los girondinos, no se deternlinó nada sobre ell~
ni podia deterl11inarse en efecto, supuesto que la
asamblea no tenia fuerza para contener los mo ....
vimientos que producian las peticiones. Se conti-
nuó con actividad el proyecto de una representa-
cion general de todas las secciones y se convino
en una redaccion uniforme, de suerte que de 43
secciones ya habian adherido 35, Y habiéndola
aprobado el consejo general del ayuntamiento, vi-
nieron el dia 15 de abril ú la barra de la conven-
cion con el corregidor Pache á su cabeza. Este era
en cierto modo un nlanifiesto por el cual decla-
raba el ayuntamiento de llaris: sus intenciones y
al11enazaba con la insurrccion en caso de negativa:
así lo habia ejecutado antes del 10 de agosto y así
lo practicaba antes del 31 de nlayo. Al fin leyó la
peticion el orador de la di putacion Rousselin ll, Y
despues de trazar la conducta criminal de un cierto
nÚl11erO de diputados, concluia por solicitar su ex-
pulsion de la asall1hlca, n0l11brúndolos uno des-
pues de otro, y eran los 22 siguientes; Brissot,
Guadct , Vergniaud, Gensonné, Gl'ang'c-neuve,
Buzot, Barbaroux, Salles, lliroteau ;;, Pontecou-
lant, Petion, l .. anjui nais , V:dazp ~ Hardy () , Lou-




CONVENCION NACIONAL. (1793). 21
vet, Lehardy, Gorsas , l;'auchct i Lanthellas 7 i La-
source, Valady 8 y Chamhon.


Al oir aquellos nonlbres las ,tribunas elupeza-
ron á dar a plausos, y el presidente les dijo [l los
peticionarios que tenian obligacion de firmar la re-
pl'esentacion, lo cual hicieron il1lnediatanlente lo-
dos ellos, menos Pachc, (Iue queriendo prolongar
su sistema de neutralitlad dijo (Iue no era peLÍ-'
cionario, sino encargado únicamente de vcnir aCOln-
palIando á la diputacion por encargo del consejo
general. Pero habil~ndole estrechado á que lo hi-
ciera, se acercó. y Linnó la pelicion, lo cual aplau·-
dieron lllucho las trihunas.


Inmediatamcnte se pl'(~sentó BOyCl'-Foll í'l'cde en
la tribuna y dijo que si la 11lodestia no fuese una
ohligacion en -él, solicitaria que se añadiese su
nombre á la gloriosa lista de los veinte y dos di-
putados; yal oírlo Ja llwyoria de la asamLlea es-
clamó trasportada de adrnil'acion por' aquel ge-
neroso lllovilniento : « que nos inscriban á todos. »
E innledia.t:ullente se acercaron ú los designados y
les dieron las muestras lllas tiernas dc interes ,
abrazándolos y no permitiendo que continuase la
discusion que se difirió hasta el dia siguiente.


Volvió á principiar en efccto á la hora señalada
y tornaron á principial' las justificaciones en los
dos lados de la asaluhlea. Los diputados del centro
aproycchúndosc de algunas ca.rtas (1ue ha])ian lle~




>j~)
--


RE\ OLUCIO:\ '''llA:\CESA.·


gado de' Los <'jércitos, propusieron ocuparse d."c fu~
intereses generales de la repúhlica .Y (llle se dejú-
1'an de disputas p:.U'ticulal'es , en lo cual se consin-
lió, pero el 18 volvió otra nueva pellclon contra
el lado derecho y no pudo luenos (te rcco'rdarsc
la de las 3.) sccciones~ AL lnismo tiempo se denun-
ciaron diferentes actos- del ayuntam ¡ento, por uno
tle los cuales se declaraba en estado de revolu-
«,ion perlnanente , y por otro establecía en su seno-
un centro de correspondencia con todas las mu-
nicipalidades del reino. En efecto hacia ya mucho
tiempo que trataba tIc dar á su autoridad, que
era puralllcnte local, cierto carácter de g~llerali­
(lad que le permitiese toular el nOlllbre de la Fran-
f~ia V rivalizar con la convencion. Lo mismo había_
intentado hacer la comision ó club tlel obispado,
disuelto por dictúmen de los jacobinos, con el ob-
jeto de poner ú París en comunicacion di/'ccta.
t~on las demas cillllades , y ahora el a.yuntamienlo
(IHeria suplir á la otra organizando la correspon-
dencia en su propio nombre. TOlllando la pala-
bra Vergniaud, comhatió ú un mismo tielnpo la.
peticion de las :~.) secciones, las actas <pIe se im-
putaban al ayuntamiento y los proyectos <pIe in-
dicaba su conducta, y pidió (Iue la pcticion se
tledarase cahunniosa ~. que se obligase ú la muni-
f'ipalidad á traer el lihro (le sus aelas para salw~'
las drterrninaciolles que hubiese LOlllado. Aprohá-




CONVENCION NAUONAI. \ t 793). 23
l'onse a<luellas proposiciones ú pesar de las tribu-
nas y del lado iZf{uiet'do, de suerte que en ae¡ ud
nlomellto principiaba ya el lado derecho, apoya-
do por la llanura, á prevalecer en todas las decisio-
nes. Habia conseg'uitlo que se nomhrase presiden-
le!Í Lélsoorce, qlle e/él ano de 5US mielllbros fUél."
acalorados, y tenia aden1as en su fclV01' la mayo-
ria de la leg'alidad, recurso muy débil contra la
fuerza y que solo suele sel'vir pal~a ilTitarla mas.


Los individuos del ayuntamiento á quienes s('
habia citado á la barra, vinieron con nlucha osa-
día á pl'esentar los reg,jstros de sus deliheraciOlH's
y parece que solo esperaban la aprobacion de sus
acuerdos, en los cuales se leía; 1.0, que el consejo
general se declaraba en estado de revolucion lllÍell-
tt'as que no estuviesen aseguradas las subsistencias;
2.° que la comision de correspondencia con las
,~.,~. lnil lnullicipalidades se compondria de nucyp
nliembros y se pondría al instante' en actividad;
3.0 que se imprimirian y distribuirian por él do-
ce Illil ejemplares de la peticion contra los veinte
y dos diputados; /".0 Y último, que el consejo ge-
neral se miraria con10 ofendido en el caso que algu-
no de sus llliembros, ó el presidente ó el secre-
tario de cualquier scccion ó club fuese perseguido
por sus opiniones. Este últiIllO acuerdo habia sido
añadido con el objeto de defender á Marat, que
se hallaba en estado de acusarion por haber fi1'-




RESOU'C.lON FlUSCl1S.\:


mado en cali(la(l de presidente (le ~ecci()n una re··
prescntacion sediciosa.


"Era pues notorio que el" ayuntamiento resistía
palmo" á" palmo á la autoridad de la asmnhlea, y
que" sobre cada punto tomaba una resolucÍon con-
traria á la suya. Si se trataba de subsistencias, se
constituia en revolucion en caso de reusarse los
recu 1'sos. Si se trataba de lUarat, le cubría con su
('scudo. Si de los veinte y dos, apelaba á las 1 .. 4
n1il municipalidades y se ponia en corrcsponden-
(·ía con eUas para pedirlas en cierto n10do sus po ..
deres generales contra la con vencían: por lnanel'a
que la oposicion era completa en todos los pun-
tos, y ademas estaba aco1l1pañada de prcparati,-
''os de insurrecciono


Apenas se concluyó la lectura de los acuerdos
cuando Rohespierre el jóvcn pidió que se conce-
diesen los honores de la sesion á los individuos
111ulúcipales, )r aunque se opuso el lado derecho,
cn1pezó á dudar la llanura diciendo que tal vez
seria peligroso desairar unos magistrados á la vis-
ta del puehlo si se les reusaba un honor tan co'-
mun, que no se reusaba sifllúera ú los simples pe-
ticionarios. Con estos tun1ultuosos dehates se pro-
longó la ses ion hasta las once de la noche ~ ú cu-
ya hora se retiraron d lado derecho y la LlallllL'a
quedándose solos t~·:3 111iembl'os de la J\lontalla
rara admitir ú la luunici palidad pal'i:úcllSC Ú LU's




~ONn~NClON NACIONAL. (1793). 25
honores de la sesiün. Desde aquel dia ,'iéndüse
declarada calumniadüra, desechada pür la mayü-
pia, y admitida á los hünores de la sesiün sülü pür
la l\Iüntalla y las trihunas, nO' pudO' menüs de ir-
ritarse prüfundamente y hacerse' puntO' de reuniün
de tüdüs lüs que intentaban destruir la autO'ridad
de la convencion.


PO'r fin hahía sidO' denunciadO' 1\larat al tribunal
revO'lucionariO', habiéndO'se decidi dO' su acusaciO'n
pür la energía del ladO" derecho que arrastró tras
de sí á la Llanura, y este mO'vimiento', cO'mO' tO'-
düs lüs que sün verdaderamente enérgicos, hünra
sienlpre á un partidO' 'que tiene que luchar cO'ntra
O'trü müvimientü superiO'r; perO' tambien acelera
su ruina. Cün perseguir 10'5 giründinüs tan animü-
samente á Murat nO' hahían hechO' otra cosa que
f)repararle un triunfo, porque el acta decia en sus-
tancia que hahiendü provocadO' ThJaL>at en sus pa-
peles al asesinatO', las matanzas, al envilecimientO'
y disO'luciün de la cO'llyencíün naciünal y al esta-.
hlecimientü de un pO'der destructür de la lihertad,
se le acusaba y denunci,lba al tribunal revolucio-
J1ario. Lüs jacobinos y fl'anciscanos y todos los agi-
tadO'res de París se hahian puestO' en 1110vinliento
para defender aquel filóso{o austero, {armado, segun
decian, en la adversidad y la medilacion, que reunia
á una alma toda de {uego, un pro{undo conocimient'o
del cQra~Qn hutllq¡w !J que sabía perseguir á los traido-




26 REVOLUCION FIL\NCESA.
res en su carro de triunfo, mientras que el e~lúpidu vul-
go les estaba incensando todavia! Los traidores, gritaban,
los traidores pasarán y la reputacíon de ~larat principia
ahora.


Aunque el tribunal revolucionario no estuviese
cOlnpuesto entonces de la lnanera que llo estuvo
despues, era sin elllbargo imposible que fuese
condenado Marat, y asi la discusioll no dul'ó mas
que algunos minutos, quedando absuelto el acu-
sado por unanimidad con aplauso de una lnulti-
tud numerosa que hahia acudido á presenciar el
juicio. Sucedia esto el día 24 de abril, y al ins-
tante se vió rodeado de una conlitiva numerosa
compuesta de mugcrcs , de dcscanlisados con pi-
cas y de destacamentos de las secciones arnladas,
que se apoderaron de él y le llevaron á la conven-
cion para restituirle á su silla de diputado. Dos
individuos del ayuntamiento rOlnpian la lnal'cha ,
y Marat sostenido en los hrazos de algunos zapa-
dores con la fi'el1te ceiiida de hojas de encina fue
llevado en triunfo en medio de la sala. Uno de los
zapadores se apartó de la comitiva y presentán-
dose en la barra dijo: «Ciudadano presidente, os
« tl'aelnOS al valiente 1\1arat. 1\1arat ha sido sielnpre
« el amigo del pueblo y el pueblo será siempre
( mnigo de Marat. Si es preciso que caiga la cabeza
« de Marat, antes caera la del zapador.» y al de-
('ir estas palabras el horrible arengador, agitaba






..


j
j
j


j
j


j
j


j
j
j
j
j
j
j


j
j
j
j
j
j
j


j
j
j
j


j
j


j
j
j




CONVE~"CIO~" NACIONAL (( 793"/. 27
el llacha (Iue tl'aia en las manos y las tribuna~
aplaudían con espantoso tUlllultO. El n1Ísmo soli-
t~itó para la conlÍtiva el permiso de desfilar por la
sala. - Voy á consultar á la asamblea, respondió
el presidente Lasource , consternado de una esce-
na tan llcdionda. Pero sin esperal' éí que consulta-
se se precipita de todas partes la multitud en la
sala y las mugeres y los. hombres s.e derralnan por
lo interior 'j se sientan en los bancos de los dipu.-
tados que se habian ido huyendo de semejante
espectáculo. Llega por fin Mara t conducido de
hrazo cn J}I'aZO y cubierto de aplausos, saliendo ú
recibirle sus amigos de la llIontaua quc le estre-
{,han en sus pechos y dan filil sCllales de gozo. Mas.
él procurando dcsasirse dc sus cólegas, va cor-
riendo á la tribuna y declara á los legisladores
fIue viene {1 oft'ecerles un corazon puro y un non1-
hre jnsti ticado y fll1C eslú pronto ú morir por de-
fender la libertad y los derechos del pueblo.


Otros nuevos honores le ag'uanlaban en los ja-
eobinos, donde las nlugeres habían preparado
una gran cantidad de coronas, y el presidente le
presentó una: un niño de cuatro arlOS que estaba
subido en una n1esa ~ lE, puso otra en la cabeza;
pero l\Iarat apartando las coronas con insolente
desden ~ les dijo: « Ciudadanos j indignado de ver
« <'1 una faccion inicua hacer traicion á la l'epúbli-
« ca, he ([Herido (luilarla la Dlilscara y ponerla la




28 llEVOLUCION FRA~CESA ••
« cuerda en el pescuezo, pero ella se lnc ha resistidÜ'
« atacándome con un decreto de acusacion de que
« he' salido' victm'ioso'. La faccion est{t humillada,
« pero no l\er::.truic\a, y a~i no os ocupeis en. l\istri-
({ huir' triunfos sino en defenderos con entusiasmo ..
« Yo deposito en la ll1csa las dos coronas que aca-
{( hais de ofrecenne y suplico á nlis conciudadanos
( que aguarden el fin de mi carrera pa l'a dccidirse.»·


Su impudente IIlOdestia arrancó nUlnerosos
aplausos, estando prcsente Robespierre en aquel
triunfo, que sin duda desderiaha por parecerle de-
lnasiado bajo y popular; mas no por eso dejó de
sufrir conlO cualquiera otro los efectos de la vani-
dad del triunfador. Concluido el regocijo, se die-
ron prisa á volver {l la discusion ordinaria, es de-
cir, á los medios de purgar el gobierno y echar
de él á los traidores, los rolandistas, los brisotis-
tas etc ... Para ello se propuso C0l11pOnCl' ulla li~la
de enlpleados de todas las adlninistl'ilciones y de-
signar los que lnereeian ser despedidos. « l:nviad-
« nle esa lista, dijo Marat, y yo haré la deccion de
« los que es preciso despedil' Ó conseryar y se la i 11-
({ timaré á los lninistros.» Uobespiene hizo una
ohservacion, 'diciendo que los n1Ínistros erall casi
todos cGlnplices de los cu1 pa]'les , y no escu-
charian á la sociedad; que' valia lnás dirigil'se
á la cOlnision de salud pública, flue era pm' Sll~
funciones sup~rior al consejo ejecutivo? y (pIe




CONVENCION NACIONAL (t 193). 29
udcmas no podia Ja sociedad sin comprOlllelerse
'Colllunicar. con unos nlinistros prevaricadores.
'( Esas razones son muy frivolas, replicó lUarat
t( con desden; un patriota tan puro como yo po-
er dria comunicar hasta con el nu·slno diablo; yo me
( dirigiré á )os ministros y les intinlaré qne nos
«satisfagan en nomhre de la sociedad.»


Gozaha de una consideracion respectuosa el vir-
tuoso y elocuente Rohespierre, pero la audacia y ci-
vismo insolente 'de lUarat admiraLan yarrehata-
ban aquellas cahezas acaloradas. Ademas habia sa-
bido ganarse á fuerza de grosera familiaridad al-
gunos hombrones de las plazuelas, que se tenian
por muy honrados con aquella intÍlnidad del wni-
go del ptteblo y estaban prontos ú prestar á su lni-
serable persona el auxilio de sus hrazos y de su
influjo en las plazas públicas..


Provenía la cólera de la lUontaiía de los obstá-
culos que encontraba, pero estos obstáculos eran
todavia mayores en las provincias que .en Paris ,
y no tanlaria en llegar ú su colIno la irritacion
con las contrariedades que iban á esperimentar
en su marcha los comisarios 1100nbrados para acti ya r
el alistan1Íento. Todas las provincias estaban perfec-
tamente dispuestas para la revolucion,pero no todas
la habían abrazado con igual ardor,ní se habían se-
ñalado con tantos escesos como la ciudad de Paris.
En general las primeras que se alistan en las re-




30 R'EVOLUCION I"HANCESA.
yolucioncs son las anlbiciollCS ociosas, las imagí-
naciones acaloradas y los talcntos supc.riores, cu-
yas tres clases abundan mas en una capital que
en las provincias por ser el punto dc reunion de
todos los que por independencia ú ambicion aban-
(lonan su pais, su profesion y las tradiciones de
sus padres. Estando adelnas situada ú corta dis-
tancia de las fronteras y siendo el principal obje-
to de los tiros del enelnigo , habia corrido ll1as pe-
ligros aquella ciudad que ninguI?-a otra de Francia.
:Era ademas residencia de las autoridades y habia
visto agitarse en su seno todas las grandes cues-
tiones, y asi se habian reunido el peligro y el es-
píritu de disputa para producir en ella la irl'ita-
cion y los escesos. No estando las provincias suge-
tas á los nlislnos influjos, hahian n1irado con es-
panto aquellos escesos y participaban de las opi-
niones y sentinúentos del latIo derecho y la Lla-
nura. Estaban sobre todo muy descontentas del
l11al tratanlÍento que se habia dado ú los di puta-
dos y creían ver en la capital ademas de la exa-
geracion revolucionaria, la an1hicion de dominar
á la Francia, COll10 Roma habia dOl11inado [1 las
provincias conquistadas. Tal era la opinion que te-
nia la ll1asa sosegada, industriosa y moderada de
los departall1entos respecto de los revolucionario~
de Paris; pero estas disposiciones eran l11as Ó lnc-
nos pronunciadas segun las circullstancias locales,




CO~VE~CION N,\CrON.\L (t 793). 31
porque cada provi ncia y cada ciudad tenian talnbien
sus revolucionarios acalorados, conlO que en todas
partes se encuentran de esos espíritus inquietos y
de esos carácteres aventureros. Casi todos los hOIT1-
hres de esta especie se habian apoderado de las mu-
nicipalidades, aprovechándose de la renovacion
general de autoridades mandada por la legislativa
despues del t O de agosto. La n1~sa inactiva y n10-
derada cede siempre el paso á los 111as solícitos y
era muy natural que los mas violentos se apode-
rnsen de las funcioncs municipales, que son las
mas díticilcs de lodas y exigen 11layor celo y
actividad. tos ciudadanos pacíficos, que sienlpre
son en mayor número, se habian retirado á las
secciones, donde iban algunas veces á dar su YO-
to y ejercer los derechos civiles. Los en1pleos de-
partamentales se hahian conferido á los notables
mas ricos y considerarlos,.v por lo 11lisn10 eran
los n1enos activos y eni~"gicos de cada provincia.
Así todos los rcvolucionarios de pril11el' órden
se hahian atrincherado en los ayuntamientos,
11lientras que la n1aS~1. Inedia y aCOlnodada ocu-
paba las secciones y los empleos departan1en-
tales.


Conociendo esta situacion el ayuntalniento de
París, habia intentado ponerse en corresponden-
cia con todos los del reino, mas como ya he1110s
visto se lo hahia estorbado la convencion. Pero ha-




REVOLUCJON FftA.NCESA..


hia suplido esta Ctlta la sociedad JuaLriz de los ja-
cohinos con su propia correspondencia, y la rc-
lacion que no hahia podido existir de Hlunicipa-
lidad á municipalidad existia de club ácluh , lo
cual venia á ser lo 111ismo, porque los nlislnos
homhres que deliberaban en los clubs jacobinos
ihan luego á los consejos generales ·de los ayunta-
lnientos. De este nlOdo todo el partido jacohi no
de Francia que e,;;taha reunido en los clubs y e 11
los ayuntmnientos', corres.po\1(li{~ndose desde un
.cstrenlO á otro, estaba digánl0s1o asi fOrInado en
batalla en frente de la clase nwdia , que era una
111asa inlncnsa pero diyj(lida en una nlulLitud de
secciones., sin ejercer ninguna ltLl1cion activa, sin
correspondencia de ciudad [t ciudad, formando
.aqui y aculla algunos cluhs nl0derados, y reunién_
dose algunas veces en las secciones ó en los COll-
~


sejos de departamento para dar un voto tímido é
incierto.


Esta diferencia de situacion es la que podia ha-
cer esperar á los revolucionarios el dominio sobre
toda la masa de la pohlacion, que deseaha la re-
pública, pero que la queria pura de todo esceso
y en aquel mOlnento era la dominante en todas
las provincias. Luego que las nlunicipalidades ar-
Inadas con una policia terrible y con f~tcultad pa-
ra hacer visitas donlÍciliarias, de inquirir la con-
ducta de los estl'angeros y deSUl'll1Ul' Ú los sospe-




COXVE~·r.fON NACTO~AT, (1193). 33
cl.H1SOS lludiel'on vejar á los ciudadanos 1) acttlcos,
procuraron resistir las scc<:iones y se reunieron
para imponer respeto á las nlullicipalidades. En
casi todas las ciudades de Francia habían reco-
hrado un poco de ánimo, estaban en armas, re-
sistian á los ayuntamientos, se sublevaban contra
su polic.ía inquisitorial., apoyaban el lado derecho
y reclamaban COIlIO él el órden, la paz y el res-
peto á las personas y propiedades. Por el contra-
rio las ayuntamientos y los clubs solicitaban nue-
v.as luedidas de policía y la creacion de tribuna-
les revolucionarios para las provincias, llegando
en algunos pueblos á venir el las ffian{)S sGbre es-
hls cuestiones. Sin elnharg~, eran tan fuertes las
secciones por el núnlero , que dOlninaban la ener-
gía de los ayuntanlientos ,y los diputados monta-
¡"'¡eses que se habian nombrado para activar los alis-
tamientos y reanilnar el celo revolucionario, se
arredraban con aquella resistencia y alarmaban á
París con sus cartas.


Tal era la situacion ,de casi toda Francia y el
modo como estaba dividida. La lucha era mas Ó
menos viva y los partidos mas ó menos acalora-
dos y amenazadores segun la situacion y peligros
de cada ciudad, de suerte que donde parecían ser
mayores los riesgos de la revolucion, aUí los ja-
cobinos se inclinaban á eluplear medios Inas vio-
lentos y por consecuencia la lllasa nl0derada csta-


')
.J




34 REVOJ.l'CIO~ FRA~CESA.
La 11las tlispuesta ú resistirles. Pero lo qne nla$
exasperaha las pasiones era el peligro de las trai-
ciones interiores aun rnas que )a guerra cstrangc-
ra; y asi en la frontera del norte, que cstaba ame-
nazada por los ejércitos cnclnigos y poco agitada
por las intrigas, rcinaha luejor acuerdo y se reu-
nian los ánimos para la defensa comun, por 11la-
nera que los comisarios que fueron desdc Lille
hasta Lyon dieron los informes 11las satisfactorios
á la convenciOll. Pero en esta últiIna ciudad donde
las intrigas secretas concurrian con su situacion
geográfica y militar para que fnesf' mayor el pe-
ligro, se levantaron ig'uales tOl'Jl1f'nlas y tan terri-
bles COlll0 en París. Así por eslal' situada al Este
COlllO por su inlnedia<:ion all)ianlonle hahía sido
Lyon un punto de ,'ista para la contral'rcyolucion,
y tal que la primera enligl'acion tle Tm'in quiso
hacer sobre ella un 1110vinlienLo en 17~)O y f'J1vial'
aUi un príncipe frances. Talnhien Mil'ab('au llahia
formado sobre cIJa un plan á su nlanCl'a, y (les-
pues que la gran emigracion se hahía trasladado
á Coblentz, quedó en Suiza un agente para corres-
ponder con Lyon, y por su medio con el campo
de Jalés y los fanáticos del medio dia. Aquellas in-
trigas provocaron una reaccion (le los jacohinos,en
términos que los realistas fueron los que crearon
en Lyon á los 11lontaiirses. Ocupahan estos un cluh
lIan1ado central compuesto de los enviados de to-




CO~YE~ClO~ NAf.IOX.\I. (t 193). 3;}
,aos los cluhs de ('ada harrio, y eslaba ú su f¡'ente
nJl PiamonLes, cuya natural inquietud le habift
1(10 llevando de nacloll en lIa('ion V últilllamellt(~
se habia cstablecj(lo e11 Lyon, donde (l f'uel'za de
ardor revolucionario se habia lu'dlO 110111 bnn' in-
"dividuo del ayuntalllienLo y pl'('síd(~nü~ tlpl tribu-
11al civil. LJamúbase ('llO!¡,T, 9 ~r empicaba un ](,ll~
guage tal CI1 d (,I/lb ('f'J/{ral (jllP aun PJ) los misBl0s
jacohinos de Pal'lS l(~ hllIJicj'~i aensado :\Ial'at de
que intentaha trastornarlo todo ~- (':,;taha paga~
{lo pOl' Jos est l'angel'Os. A,lenlas de aqllel cluh
tenian los l\follf.aí'Íes('-" de L,\'Oil toda la 11lHnicipa-
lidad por Sll~!a, (~\ceplo al ('OITf'g'idol' \iYi('r<~ H),
amigo y (lisci pu lo de Holand y Fpf(> dd partido
girondíno de L~'OlI. Call'iadn d(~ tantas tormentas,
hahia Nivicrc rr:nullciado su destino corno Petion,
V como (. Pr:tion lamhirll 1e volVieron :'t f'le~'ir las
.l , •


secciones ~, mas poderosas :r f'1l(:l'gicas en L,volJ
que en todo el rr:sto dr: Francia. De J J Inl) vo-
tantes, n mil habian ohligado á Niviere á volver
á tOlnar el corregimiento (Y. la nota de su nom-
hre '); pero se habia desistido de nuevo y entonces
('onsigHif) la muni('ipalidad monlaflf'sa complet:H'se


Cuillado que ('~ta s('ll1ej;¡nza de ~iYicrc con Pelion IW
debe recaer mas que ('1) la ('irclIllst;¡llCia de haher sido reele-
gidos para el cOrl'cgillli(ll)to, }l!\('S ('t) todo lo dCl1Ias no HOS per-


... lonaria la familia de Nivi('l'(, 'lile' t(' rOll1partísemos COIl r[
JJnmhl'l' d('1 20 d,'> junio. /X. dd T.




36 REYOLUCION FRA.NCESA.
con un corregi(lor de su eleccion. En aquel enton-
ces ya habian venido á las manos, y la juventud
de las secciones habia echado á Chalier del Club
tentral y desmantelado la sala donde aquel exha-
laba su fanatismo. Asustado el departamento, ha-
hia apelado de los comisarios de la convencion,
que habiéndose declarado al principio contl'a las
secciones y despues contra los excesos del ayunta·
miento, desagradaron á todo~ los partidos y solo
lograron que los denunciasen los jacobinos y los
mandase volver la convencÍon. Su tarea se había
limitado á reorganizar el club central, afiliándole
á los jacobinos, conservándole toda su energía,
pero libertándole de algunos nliembros delnasiado
impuros. En el mes de lnayo llegó la irritacion al
mas alto grado, .porque por un lado el ayunta-
miento, compuesto enteramente de jacohinos , y
el club ceRtral presidido por Chalier, pedian que se
estableciese en Lyon un tribunal revolucionario y
paseaban por las calles públicas una guillotina que
les hahian enviado de Paris y se esponia á los ojos
del público para amedrentar á los traidores y á
los aristócratas etc; por el otro las secciones arma-
das estaban dispuestas á reprimir al ayuntamiento
é impedir que se estableciese un tribunal sangui.
nario que los girondinos no habian podido evitar
en Paris. En aquel estado de cosas los agentes secre·
tos del realismo esparcidos pOl' Lyon esperaban el




CONVENCION NACIONAL (t 793). 37
mOlllento favorable para aprovecharse de la in-
dignacion general de los Lyoneses, que estaba pró-
xima á cstallar.


En todo lo restante del mediodia hasta Marsella
reinaba el espíritu republicano model'ado de un mo-
do mas igual y los girondinos gozahan,del afccto gene-
ral de la comarca. Marsella, q uc tenia sus ri valida-
des contra la suprelnacia de Paris estaba irritada" con
los ultrages hechos á su diputado querido Barba-
l'OUX, y pronta á sublevarse contra la. convencion
si se atacaba la representacion nacional. Aunque
era rica, no estaba favorablelllente situada para
los contl'al'evolucionarios de fuera, porque no te-
nia contacto lllas que con la Italia donde no se tra-
maba nada y su puerto nO' interesaba á los Ingle ..
ses como el de Tolon. Por tantO' las intrigas secre-
tas no habian todavia' irritado los ánimos, como
en Lyon y Paris, y el ayuntamiento débil yame-
nazado estaba próxilllú á ser destituid.o por las sec-
ciones que eran todo poderO'sas. El. diputado Moi-
ses Baile que habiél sido bastante mal recibido, ha ..
hia encontrado alli muchO' ardor para el alista-
miento, perO' un apego general absoluto al par-
tido de la Gironda.


Ig'uales disposiciones ,'manifesmban cincuenta ó
sesenta departamentos, partiendo desde el Róda-
no y desde el Este al Oeste hasta las orillas del
Ol'cano ,y lo que es en Burdeos la _adesion el'a


/.




HE\'OLCCION FflA~(ESr".


¡[ompleta. Allí las seccioncs, el ayuntamiento, ef
duh principal y finalnlCnte todo el mundo estaha
de concierto para combatir la \' iolencia lllontañe-
sa y sostener aquella gloriosa di putacion de la Gi-
ronda que tenia vanidad en haber elegido. El par-
tido contrario no había encontrado asilo mas que'
en una sola seccion , y fuera de ella era impoten-
te y se veía reducido al silencio. Burdeos no pe-
dia ni tasa, ni géneros, ni tribunal revoluciona-
rio , y solo preparaba peticiones contra el ay unta-
Juiento de Pal'is y batallones }1ara el sf'rvicio de
la repúhlica.


Pero hacia las costa~ del Occano , tirando des-
dc la Gironda al Loil'él y desde este ú las bocas del
Sena j se presentaban opiniones 111uy diferentes y


. peligl'os lTIueho lnayores. Allí la inlplacable Mon-
taüa no solo encontraba eJ oht;túculo de un repu-
blicanismo dCJnenLc y generosO', cual era el de
los girolHlil1o~, sino el realismo constitucional de
H9 (lue repe! ia la república como ilegal, y el f:l-
nalislno (lp, los tiempos feudales que estaba anna-
do contra la n~volllcion dI' 93, contra la de 89 y
no rccollocia mas autoridad temporal que]a de
los palacio:~ ni oll'a f'spirilllal ([ue la de las jglesjas~


En la :\onnandja~' parlicularmente (~n Rohan.
/


tpl(~ era su prill('j pul ciudad, se habia manircsta~
{lo mucho app~o ú Luis XYI y la consLitncion dp
! 7~)O Labia reuuido todas las opiniones y tlc~('o <,




CO~YENCION NACIONAL (1793). 39
que se fornlaban por la libertad y el trono. Desde
que se abolió la monarquia y la constitucion de
90, es decir, desde ellO de agosto, reinaba en
Normandia un silencio de dcsaprobacion y all1e-
naza. llero toda v ia eran ll1as hostiles las disposi-
ciones de la Bretaña, porque el pueblo estaba do-
Jninado por el inllujo de los clérigos y de los Se-
ñores , y algo lnas cerca de las orillas del Loira
aquel apego llegaba hasta la iusurreccion, á punto
de que en la orilla izquierda dc aquel rio era la
insurl'eccion completa y estaban en campaña ejér-
citos de diez .Y de ycin le 1l1il homhres.


Este nos parece el lugar correspondiente para
dar ú conocer ~l(plel singular pais ocupado por una
poblacion tan obstillatla, tan heróÍca, tan des-
graciada y tan fatal á la Francia, que estuvo para
perderla pOI' una funesta diversion, y cuyos 111a-
les agravó irritando hasta el último grado la dic-


1 1" lil( ura reVOlUCIOnaria.
En las dos orillas del Loira habia el pueblo con-


servado SUIlla inclinacion á su antiguo nlodo de
vivir, y particulannente á sus clérigos y su culto,
de suerte que cuando por efecto de la constitncion
civil se hallaron divididos los l11ielllbros del cle-
ro , se formó allí un yerdadero cisma. El pueblo
dió la preferencia á los curas que reusahan SOll1C-
terse á la nuc"a circunscri pcion de las iglesias y (t
la pre:;tacion del juranlcnlo ; y cuando tlcsposci-




dos de sus t:uratos se vieron obligados ú rctira)~sl'l,
los paisanos les fueron siguiendo á los montes y
se nlirahan ellos mismos como petseguidos igual-
mente que el culto. Fuéronse reuniendo en peque-
ñas bandas, persiguieron á los curas constitucio~
nales COlno á intrusos y cometieron contra ellas
los lnas graves excesos. En la Bretarla yen las cer.:..
canias de Rennes huh'Ü revueltas nlas generales y
COlnpactas que tenian su origen en la carestia de
los víveres y en las alnenazas hechas por Cambon
de de~truir el culto con aquellas: palabras de que;
el que quiera misa que la pague. Sin em-bal~go el go-
bierno habia llegada ú a pa<.iguar aquellos movi-
nlientos parciales de la orilla derecha del Loira ,
y no tenia que teIner sino su comunicacion á la
izquienla , donde se- hahia formado< la gran insur-


.


rcct:lOll.
I~n aquella orilla izquierda, en el ¡\ojou y en


d alto y bajo Poitou es donde habia principiado
la falnosa guerra del V endée, que es precisamen-
te la porcion de Francia donde se habia hecho
sentir lnenos el influjo del tiempo y sufrido me-
nor alteracion las costunlbres. Allí el rég"inlen feu-
dal habia inlpreso· un carúcter enteramente pa-
triarcal y lejos de producir la revolucion una refo.r-
ma útil para a(Iucl pais , no- hahia het:ho mas que
contt'ariar las t:ostumbres mas suaves y por tanto
fue .rccibida como una persccuciOll. El Bocage' y




CO~VE"NCION NACfONAL (1793). .4 f
el ~Ial'ais forman un pais muy singular que se ne-
cesita descrihir para poderse cOlllprender sus cos-
tumbres y la especie de sociedad que habia llega.-
do á formarse. Saliendo de Nantes y Saumur, y
estendiéndose desde el Loira hasta Sables de 01011.-
ne, Luzon, Fontenay y Niort se encuentra un ter-
];'eno desigual, lllovedizo, cortado de colinas y
atravesado por una lllultitud de vallados que sir-
ven de seto vivo á las heredades y han dado el
nombre de Bocage á toda aquella conlarca. Acercán-
dose un poco nlas al mar, va bajando el terreno
}lasta que tCl'mina en unos pantanos salados que
se hallan cortados por un sin 1in de azequias cu-
yo acceso es casi iOlposihle: esto es lo que se lla-
ma elll1arais ó como si digeramos las lllarismas.
Los únicos productos que allí abundan son los
pastos y por consecuencia el ganado, pero por lo
que hace al trigo solo se Siélnbl'a el necesario pa-
l'a el consumo, y con el producto de sus' rebaños
adquieren toda lo deolas. Ya se sabe {Iue no hay
gentes Inas sencillas que las que se mantienen
con este género de industria, y asi hay poquisi-
mas ciudades en aquellas comarcas, sin que se en-
cuentren Illas que algunos lugares grandes, que el
(Iue mas no pasa de tres mil almas. Entre los dos
caminos reales que conducen el uno desde Tours
á Poitiers y el otro desde Nantes á la Rochela se
cs-ticndc un espacio de 30 legnas de anchura don-




4-2 HEVOLUCION FllANCESA.
de no habia entonces mas que caluilloS de trave-
sia que iban á parar á las aldeas ó á las cabañas,
estando divididas las tierras en pequciios cortijos
de 500 , á 600 francos de renta, cada uno de los
cuales estaba arrendado á una sola familia que ó
pagaba en dinero, ó partia con el <tmo el produc-
to de los rebaños. Por medio de esta di"ision te-
nian los seiíores que tratar con cada una de cstas
familias y mantenian con todas ellas continuas y
benévolas relaciones. En los castillos ó quintas rei-
naba la mayor sencillez de v ida, sin otra di ver-
sion f{Ue la caza, que es elli ahundantÍsÍJna, y ge
neralmente iban ú ella juntos los sellOres y los pai-
sanos siendo celehrados unos y otros por su destl'cza
y vigor. Los clérigos observaban unas costulllbl'es
purísinlas y ejercian un nlinistcl'io enteramente
paternal, sin que la riqueza huhiese coerompido
su carácter ni provocado la crítica cOlllra ellos.
Se aguantaba la autoridad del scñor,se creía en las
palabras del cura porque ni en una ni en otras ha-
hia opresion ni escúndalo. Antes (lue la lUlluanidad
se engolfe en el call1ino de la civilizacion hay para
ella una época de sencillez, ignorancia y pureza,
de la cual se querria que no saliese si no litera su
destino caminar por 111Cdio del nlal hácia todos
los géneros de perfecciono


Cuando la revolucion, tan hcn/'fica para otras
partes, llegó á ,Hlucl país con su nivel de hierro




eON\'ENt:lON NACIONAL (1793). 43
('ausú en él una perturbacion profunda; y hubiera
f'onvenido que se modificase pero no era posible.
Los que la han hecho el cargo de que no se adap-
tó á las localidades ni se modificó con ellas, no
llan comprendido la inlposibilidad de las escep-
ciones y la necesidad de una regla uniforme y ab-
soluta en las grandes reformas sociales. No se sa-
hia pues en aquellos campos casi nada de la re-
volucion, y solo se echaba de ver por el descon-
t.ento de los señores y de los curas. * Por mas que


Perdóncuos 1\11'. Thiers si en este y en algunos otros
pu ntos no somos de su parecer. Precisamente las gr a ndes re-
formas sociales, por lo mismo (]ue su ensayo es tan peligroso,
llecesitan hacerse con mayor miramiento á los pueblos en don-
de pueden uo ser útiles ó tal vez perniciosas.En el dia está dall~
do la España un ejemplo que merece citarse y citar<:l la his-
toria con elogio, (IUC es el de las provincias bascongadas.
Pocos hombres illstruidos dudan de la ncccsi(Lld ó por lo
menos cOllycniencia de la centralizarían de la administracion
en un pais tan cstcnso, tan pobre y que está destinado por
la naturaleza ¿( ser tan rico; pel'o con todo eso sufren las
cortes y ('1 gohierno <JI\(' se suspenda por un tiempo in<lcfi"
nido esta gr,m reforma social; y hacen lnl1y biel} en sufrirlo
por evitar los graves incOlwenientes que podria (¡('asionar c~e
nivel dI! hierro, que talllbien COIl permiso de lUr. Thiers , no
fue el nivel (le la l'('volucion sino el de un partido, que ja-
mas ha sabido ni sabd hacer nada bueno en Francia ni en
llinguna parte, "Lo (lile se disputaba en la ('poca que recuerda
4'sle lugar de la historia /lO el'a el trÍulIfo de la revolucioll 111
dc la~ gram1es refollllils i sino la f'1'(:domillanda del popula-




REYOLUClO~ FRA~CES,l.


estuviesen abolidos los derechos feudales, no se
ceso de pagarlos. }'ue necesario reunirse para ele-
gir corregidores, y asi se hizo suplicando á los se ....
ñores que lo fuesen. Pero cuando la destitucion
de los clérigos nü juramentadosprivó álos paisanos
de los curas en quienes tenian su confianza, se irri-
taron estraordinariamente y á imitacionde la Breta-
jia corrieron á los montes y se fueron á gt'andes dis-
tancias para asistir á las ceremonias del único culto
que pasaha por verdadero á sus ojos. Desde aquel
lnomellto se encendió en las ahnas un ódio violen-
to contra todo lo que perturhaha su creencia y los
clérigos no Olnitieron l11edio de encenderle mas y
l11as. A esto se agregó la venida de lnuchos nobles
del pais de resultas del 10 de agosto, yel 21 de ene-
ro acabó de colnlar su indignacion, que comunica.-
ron á cuantos les rodeahan. l\Ias no por eso se crea
que conspiraron, como se ha dicho generalmen te:
lo que hubo fue que el conocimiento de las dis-
posiciones en que se hallaba el país inspiró á mu-
chos de fuera proyectos de conspiracion. Hubo si
una en la Bretaiía, pero no en el Bocage, donde


eho de Pal'is sobre todas las ciudades y provincias de Fra n-
cia, y esto en nombre de una igualdad, qne por no sel' l'i-
gUl'osamente legal habia pas,\do á <;er ridícula é inmunda. Esta,
esta sola fue la que inundó de sangre los felicísimos campl)s
v los todavía ÍnoccnlÍ:iimo::; habitalllt'~ dd Vender:.
"


,'Y. rl~l r. I
\ "




f.O~TE~CIO~ !,(AClmU.T •• (1793).
no habia ningun plan concertado, antes Lien se
dejaban mortificar cuanto se queria, hasta que la
leva de los 300 mil hombres escitó en el mes de
marzo una suhlevacion general. Poco les importa-
ba en el fondo á los paisanos del bajo Poitou lo que
pasaha en el l'esto de Francia, pero eso de dis-
persarles su cléro y sobre todo la obligacion de
marchar al ejército les exasperó mucho. En el an-
tiguo régimen se llenaba y con sobras el contin-
gente del pais con aquellos que por inquietud na-
tural deseaban salir de su tierra, pero en el dia
la ley obligaba á tod6s, cualesquiera que fuesen
sus inclinaciones personales; y una vez que se les
precisaba á batirse,preferian hacerlo mas bien con-
ti'a la república que en favor de ella. Casi allnis-
liO tiempo, es decir, á principios de marzo ocasio-
nó el alistamiento una asonada en el alto Bocage
y en el lUarais, porque habiendo tocado el dia 10
llacer el sorteo en S. Floren te , cerca de Ancenis
en el Anjou, se resistieron los mozos, y habiendo
intentado obligarles la guardia, mandó el coman-
dant*! apuntar con una pieza de artillería y dis-
parar sobre los amotinados. Entonces se lanzaron
ellos con sus palos, se apoderaron de la pieza, des-
armaron la guardia y se quedaron admirados de
su propia temeridad. Cuando supo esta noticia un
carruagero Halnado Cathelineau 11, hombre muy
valiente y muy querido en la comarca, abandonó


/


r.
. -'


..




REYOT.UCI0N l' n.\NCESA.


á su muger y se vino con ellos animándolos, reu-
niéndolos y dando consistencia á una insurreccion
que supo sostener. En a(luc\ luism.o dia quiso ata~
cal' un puesto republicano compuesto de 80 hom~
bres y los paisanos le sig'uieron con sus palos y fu-
siles y despues de hacer la prinlera descarga sin
errar tiro, como que todos eran buenos tiradores,
se arrojaron sobre el puesto, le desarmaron y se
hicieron dueños de la posiciono Al dia siguiente
marchó Cathelineau á Chel11illé y se apoderó de él
á pesar de 200 republicanos que tenían tl'f'S ca-
ñones para su defensa. Olras dus partidas se lJél-
Lian formado en aflue1l05 dias, la (Illíl pOl'un g'uar-
tIa caza del castillo de l\IaulcYl'icr, llamado Sto-
filet 12 , Y la otra por un jÚyell de la aldea de Chan-
zeau, que reunieron bastante número de paisanos
y vinieron á reunirse con Cathelincau, el cual se
atrevió á concebir el proyecto de atacar á CholJet,
fIue era la ciudad I113S considerahle del pais, ca-
beza de su partido y estaba guardada por [lOO re-
publicanos. Su Inanera de cOlnhatir fue la Inisma
que en los ataques precedentes, esto es aprove-
charse de los vallados y desigualdades del tel'reno~
rodear al batallon enenligo y ponerse á tirotear
<lesde cubierto y á golpe seguro. Luego que atur-
dian á los republicanos con aquel terrible fueg'o,
se aprovechaban del primer monlcnto de vacila-
cion que observaban y cayendo de golpe sohre ello,




CO~YENClO~ ~ACIO~AL (J 793'1. 41
con gTandes gritos, l'OJupian las filas, les deSal'll1a-
han y les nl01ian Ú palos. Esta fue la táctica que
siguieron siempre despues, conlO indicada por la
naturaleza y perfectamente aCOlnodada á la situa-
cion del pais. l,as tropas que el10s atacaban esta-
ban nluy puestas en filas y á cuerpo descuhierto,
recibiendo un fuego á que les era ilnposiblc cor-
responder. porque ni podian hacer uso de su arti-
llería ni cargar á la bayoneta contra enenligos que
estaban dispersos. En selllejante situacion si las
tropas no eran lnuy veteranas eú la guerra, no po-
dian 11lellOS de desorganizarse con un fuego tan
continuo y certero, que no aclInite conlparacion
con el de las tropas de línea. Sobre todo cuando es-
tas veían venir sobre sí aquellos furiosos, dando ta ...
les gritos, era dificil que no se intimidasen y dejá-
ran romper, en cuyo caso eran perdidas porque
aun la llllida, que era tan fácil para 103 del pais
era impracticable para las tropas de línea. Hubie-
ra sido necesario para resistir á tantas desventajas
los soldados lnas intrépidos del mundo, y preci-
samente los que principiaron aquella guerra con-
tra los rebeldes eran guardias nacionales de la
n,ueva leva que se iban sacando de los lugares,
casi todos muy republicanos á quienes su celo lle ...
vaba por prilnera vez al conlbate.


Entró pues en Chollet la tropa victoriosa de Ca-
thelineau, y se apoderó de todas las arInas que pu-




nEVOLUCIO~ FRANCES~.


do enconh'ar , haciendo cartuchos de fusil con l~s
mismos de los cañones y este lile el único Illedio
con que adquirieron municiones los del;V endee.
Sus derrotas no le producian nada al enemigo
porque no tenian mas que un fusil y un palo que
llevahan á campo traviesa, y cada victoria les va-
lia un material considerable de guerra. Victorio-
sos los insurgentes, celebraron sus triunfos con el
dinero que encontraron y luego 'queularon todos
los papeles de las administraciones, en quienes
veian un instrumento de tirania, volviéndose des-
pues á sus aldeas y cortijos ,de donde nunca se
querian apartar por largo tiempo.


Otra revuelta mucho Illas general habia estalla-
do en el Marais y departamento del Vendee, con
ocasion del alistamiento en Machecoul y en Cha-
Hans. Un peluquero llamado Gaston dió llluerte á
un oficial, tomó su uniforme, se puso al frente de
los descontentos y se apoderó prinlcl'O de Challans
y despues de l\Iachecoul, donde su tropa quenló
todos los papeles de las administraciones y conletió
asesinatos de que no se habia dado ejemplo en el
llocage. Trescientos republicanos fueron fusilados


de veinte en veinte y de treinta en treinta, nléln-
dándoles confesar ante todas cosas y luego los lle-
vaban al borde de un foso donde los mataban sin
que hubiese necesidad de darles sepultura. Inme-
diatamente se enviaron algunas tropas de Nantes á




eONVENCION NACIONAL (1793). 49
San I;'iliherlo ; pero sabiendo que talubiell habia
movimientos en Savenay , se las mandó retirar y
quedaron los insurgentes de l\Iachecoul dueños del
terreno conquistado.


En el departanlento del Vendee, es decir ha-
cia el medio di a del teatro de esta guerra, tomó
mucho nlayor consistencia la insurrecion. Las
guardias nacionales de Fontenay, que habian sa-
lido para marchar contra Chantonnay fueron re-
chazadas y batidas habiéndose saqueado este últi-
lno puehlo. Luego que supo esta derrota el gene-
ral VerteuiJ, :11, que lnandaba la undécima divi-
sion núlital', envió al generallUarcé 14 con lnil y
doscientos hOlnhl'es', parte de linea y parte guar-
dias nacionales, con los que rechazó á los rebel-
des, y pudo aumentar su pequeño ejército con
otra tanta gente y con nueve piezas de artillería.
~fas llabicndo marchado sobre S. Fulgencio, en-
contró de nuevo ú los realistas que estaban en el
valle y tuvo que detenerse para conlponel' un
puente que aquellos habian cortado, y á eso de
las cuatro de la tarde del 18 de marzo vinieron á
atacarle con su métodtl acostumbrado de tirar de-
tras de los vallados, en térn1Ínos que se vió en
imposibilidad de defenderse, y viéndole titubear
los enemig'os, se arrojaron á él, le cogieron la ar-
tilleria, las lnuniciones y sobre todo las arITIas que
tit'aban los soldados para huir con nlas ligereza.


v. 4




50 REV8LUCION FRANCESA.
Estas grandes ventajas conseguidas pUl'licular"-'


lllente en el Vendée propiamente <{icho, fll~ Jo
que les dió el nombre de Vendenses con que fueron
conocidos despues y lo son todavía en ]a :hi~'toria :
asi como los escesos cometidos en el Marais les va-
lieron el titulo de bergantes, aunque la mayor par-
te de ellos estuviera muy lejos de merecer seme-
jante injuria. La insurreccion se cstendia por el
l\larais desde las inmediaciOl'lcs de Nantes hasta
Sables, y por el Anjou y el Poitotl hasta las cerca-
nías de Vihiers y de Parthenay. El verdadero ori-
gen de las victorias de los Vendenses consistia en el
país, en su configuracion, yen la destreza y yalo!'
para aprovecharse de aquellas ventajas naturales, ~r
últimamente en la inesperiencia y ardor impru-
dente de las tropas republicanas que apenas aca-
hahan de alistarse, venian á atacarlos precipi la-
tlamente y á proporcionarles victorias con todas
sus consecuencias, es decir, municiones, confian-
za y valor.


Con la festividad de la pascua se retiraron todos
103 insurgentes á sus casas, de donde nunca se
alejaban por mucho tiempo, y asi la guerra era
para ellos una especie de cazeria de algunos dias ,
adonde llevaban el pan que necesitahan y volvian
luego á entusiasmar á sus vecinos con sus relacio-
nes. Se les dió cita para el mes de ahril y en tonees
~'a la insurreccion se hizo general y se cstendió por




CONVENCI0N NACION,\I.. (1793). 5 t
trocla la supcrllcie dcl pais, pudicnllo compl'cllller-
se todo el teatro de la guerra cn una linea que se
tirase desde Nantes, pasando l~or Pornie, la isla
de Noirnloutiers , Sables Luzon, Parthcnay, y
dando la vuelta por Airvault, Thouars, Doué y San
Florentc hasta el Loira. Dió principio por algunos
hOlllhrcs que no tenían otra superioridad sobre
los otros sino sus calidades naturales, pero no tar-
dó en continuat'se por hombres de gerarquia su-
pel'ior. Ihan los paisanos á las Quintas y obligaban
á los nobles á ponerse á su frente, hahiendo exi-
g-ido todo el l\larais que los mandase Charette 15.
Pertenecia este á una hUllilia de arlnadores de
Nantes y habia servido en la marina hasta el gra-
do de teniente de navio, y se retiró al hacerse la
paz, á una casa de campo de un tio suyo, donde
pasaba la vida en cazar. Su complexion era tan débil
y delicada que parecia IllUy poco á propó~ito pa-
ra las fatigas de la guerra, pero acostumhrado á
vivir en los montes, donde pasah~ meses enteros
~lurmiendo en el suelo con los cazadores, se habia
rohustecido, y adquirido los hábitos del pais,
dándose á conocer de sus paisanos pOL' su destreza
y valor. A los principios dudó de aceptar el man-
do pintando á los insurg"entes los peligros de la
em presa; pero al fin se rindió á sus instancias, y
dejándolos cometer toda clase de escesos , les
comprometió y enganchó irreyocablenlente Ú su


_ .... ~ ......... -


~/ ~ ...... '"". :" ~ ~ ..


.....


'j.
,"


.::




HErOU;-CION FUANCRSA.


~f'n lnO. POI' lo lllj~11l0 qtW Pl'ét tall diestro comu
astuto y de un C<ll'úcter duro" tenaz, llegó [. Sf'J'
el ~efc Uias tClll\hle de los del \' clldée y todo el
Marais no solo le obedecia ciegalnente, sino que
llegó á a menazar ron 15 y aun con 20 nlil hom-
hres á Sables y ú Xantes. Apenas huho reunido su
gente cuando se apoderó de la isla de Noirmou-
tiers, punto nluy ilnportante, de ({ue podia ser-
virse conlO de plaza de guerra y punto de cOlnuni-
cacion con los lnt;deses.


c'


En el Bocag'e se dirigieron los paisanos á los se-
ñores de Bonchamps 16, {l'Elhee ti y Lal'ochejac-
quelein 18 y ¡ps sacaron de sus quintas para po-
nerlos á su frenle, i\Ir. de Bonchamps habia sel'vi-
do con el altnirante SnfTi'ell y se habia hecho un
oficial de capacidad, que reunia á un carácter in-
trépido un géllio nohle y elevado. Este mandaba
todos los reheldes del A Iljnll y de las orillas del
Loira. lUr. d'Elhee habia servido tamhien, yade-
lTIJS de la devocion t(,llia un carácter ohstinado y
sunla inteligencia en este género de guerra, sien-
do en aquel tiernpo el gefe rnas acreditado de aque-
lla parte del Boeage. Este Inandaba las parroquias
que estan al rededor de Chollet y de Beaupreau.
Cathelineau y Stofflet C01Jsel'varon el mando que
debian á la confianza que habian inspirado y se
reunieron á los sellores Bonchamps y Elbee pa-
ra marchar sobre Rressuil'e, donde estaba el ge-




-~.






CO~VENCIO~ ~AC.TO~U,. (1 79:3',' ~:)
lleral Quetineau 19. Este hahia Inandado sorpren-


. del' y sacar del castillo de Clisson á la familia
de Lescurrc 20, sospechando que conspiraba y la
tenia presa en Bresuirc. Estaba entonces en su casa
el jóven ]~nrique Larochejacqnclein que en otro
tiempo habia servido en la gua rdia real y ahora
estaha retil'ado en el Hocagc. Se escapó como pu-
do V file Ú sublevar ú Anbiers donde habia naci-


,1


do, y todas las parroquias de la:~ cCITanias de Cha-
tillon, reuniéndose hl{'g-O con los demas gefes, con
cFIienes forzó al general Quetineau ú alejarse de
BressuÍre. ElItonces quedó libre la fa'milia de Les-
cure, que era un jóven de la lnisma edad que La-
rochejacquelein j pacífico, prudente y valiente ft
toda prueba, uniendo á estas prendas una admi-
rable rectitud. Su primo Enriqne era l{)goso
hasta la Iwroicidad" p~ro tan entn~jasta COlno ge-
neroso. EntolH'C,'i ~(> p!l~O Le:H:m'(' al f¡Tntf' d{~ SU:-i
paisanos qw~ yilllpL'on á iuntal's{~ con (~l, Y todos
juntos se dirigieron ú Bressuire para lnarchal' so-
hre Thouar3. Las mug'eres de todos aquellos gefes
distribuian escarapelas y handeras, y se cantaban
canciones como si ~)e fuese á una clTlzada. El e;éL'-;
cito no lIevaha hagages ., sino que como los paisa-
nos no querian estar mucho tiempo ausentes ~ lle-
vahan consigo' el pan necesario para lo que hu-
hiese (k durar la f-"pedirÍon j ~. pn los casos p.'Ilra-
nnlinarios las parroquias ('jrnUl\ ceillas prepara-




REVOLCCto~- FRANCESA.


han los-vívcl'es pat'a los que carecían de ellos. COJll-
poníase aquel ejército de cerca de 30 mil. hOJn-
bres y este es el que se titulaha el gran ejército
real y católico-, que estaba en frente de Angers,
SaUI111lr, Doué, Thouars y Parthenay. Entre este
ej~rcito- y el del lUat'ais, que mandaba Charette,
habia- diferentes- grupos intermedios, el pt'iilCipal
de los cuales estaba- bajo - las órdenes de lUr. de
Royand 21-, y podía aseender á diez ó doce mil
hOlnbres.


El día 3 de mayo llegó delante de Thouars la
gran reunion mandada por los sefíoresllonchamps"
Elbee, Lescure, Larochejaquelein, CaLhelil1cau, y
Stofflet y se preparó á atacar desde ellnismo dia 4,
pOI' la mañana. Era necesario atravesar 01 Thoué
que rodea aquella ciudad casi por todas partes, á
pesar de que el general Quetineau habia Inanda-
do defender todos los pasos. Los del Vendee prin-
cipiaron ú callOnear algun tiempo con la artillería
cogida á los republicanos y empezaron un_ tiroteo
á las orillas del rio consu acierto acostumbrado,
con el cual queriendo Leseure decidir el paso, se
adelantó entre una nuhe de Lalas que acribillaron
sus vestidos sin conseguir que le siguiera ningu-
no de los paisanos. Pero echó á correr Laroche-
jacquelein y le siguieron todos los suyos; pasaron
el puente, y los republicanos fueron rechazados
ha'lta la plaza. Era necesario alu'il'bl'cf'ha, pel'o.




CONVENCION NACIONAL (1793). ,J.}
Halahan los medios necesarios y le ocurrió ú· La-
l!ochejacquelein subirse sobre los honlhros de sus
soldados para alcanzar á las murallas. Elbee por su
lado atacó con intrepidez, de modo que viendo
Quetineau que le era imposible resistir, se decidió
á rendirse por evitar el saqueo de la ciudad. Gra-
cias á sus gefes, se condujeron los del Vendée COIl
lnoderacion y no se COlllCtió esceso alguno contra
los habitantes, contentándose con quellléu' el ár-
hol de la libertad y los papeles de las adminis-
tl'aciones. El generoso Lescure guardó á Quetineau
las mislnas consideraciones que habia recibido de
él durante su pl'ision en Bressuire y quiso persua-
dirle á que se quedase en el ejército realista para
sustraerle de la severidad del gobiel'llo, que sin
que le sirviese de escusa la imposibilidad de la
resistencia, le castigaria solo por haherse rendido.
QUf'linean no quiso aceptal' la oferla y se volvió
á los republicanos solicitando que se le f0l'111a~e
liBelO.




1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


, .


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1


1




PEHTENECIENTES A L CA PITliLO PRIMERO ..


PAGiNA ;).


f J. F. H. He/mas antiguo oficial d(~ milicias ~- ayu~
dantc mayor de la guardia nacional de Tolosa, fue dipu-
tado á la legislativa, donde observó un justo medio en-o
tre los moderados y los terroristas, dedicándose espe-
cialmenteá los puntos de organizacion militar. Pero des-
pues que le eligieron para la convencion se hizo un ja-
cobino desatado, y no solo votó la muerte del rey, sino
que diariamente atacaba en la tribuna á todo lo que tenia
sombra de moderacion. Su cond ucta en la comision de
salud pública ya se echad de ver en el curso de esta
obra; mas cuando se acercó la re"olucion de thermidor,
fue uno de los seis adjuntos que se le dieron á Barras pa-
m dirigir la fuerza armada contra los partidarios de Ro-
bespiel're. En seguida volvió á la comision de salud pú-
hlica y le nomhraron presidente de los jacobinos, á cuya
frente amenazó segunda vez á los thermidoria nos y á to-
dos los que se inclinaban á que fuese completa la reae-
don. Pero no tardó en acomodarse al nuevo espíritu qtW
predominaba en la asamblea, y pasó algun tiempo des-
pues al consejo de los Ancianos, del que fue secretario y
presidente. Aunque no fuese hombre de calidades bri-
Ilantes, no puede 'negarse que gozaba de mucha consi-
deracion entre sus cólegas, como lo prueban sus fre--
cuentes y repetidos nombramientos. Pero á poco de ha-
ber sido reelegido para el consejo de los Ancianos, em-
pezó á dar señales visibles de demencia, cuyos síntomas
se habian notado ya ,-arias ,'eces en sus incoherentes dis-
(;tIrsos, y el año de 1798 fueron de tal naturaleza que se
t:onsideró indispensable encerrarle en un hospital, don.


~';: " . '.~
I ~ .
. ~. ~.




58, NOTAS
de se terminaron ú un tiempo SlL vida políti<;a y la n~­
tural.


PAGINA 5.


2 Juan Jacobo BI'eard era un propietario dé 1\I3ren-
nes y p'l'esidente del departamento de la Charanta infe-
rior cuando ·le eiigieron para la legislativa, donde habló
siempre de matcrias puramente políticas. En la conven-
cíon abrazó la cnusa de los de la Montaña y votó la muer-
te del. rey, y con motivo del' asesinato de Miguel Lepelle-
tier ocul'l'ido en el misma dia, propuso las visitas domi-
ciliarias .. Cuando le nombra{'on miembl'o de la comision
de salud pública, empezó por perseguir á los eoinisiona-
dos de Sto. Domingo Polverel y Santonax y pOI' defender
á Marat, diciendo. que· era puro aunque alucinado. Llevó á
tal exceso su frenesi revolucionario que propuso el 23 de
julio de· 95 que todo< cilld~l(lano que viajase á las ciuda-
d es rebeldes, LYOll, Marsella cte. fuese tratado como
emigrado y que se arrestase á todos los estrangeros. COIl
todo eso cuando le enviaron á Brest para ol'ganizar la
eseuadt:a , se condujo con bastante model'acion. Despues
de la reaecion de thel'midor volvió {l la comision de salud
pública é hizo poner en libertad á los comisionados dg
Sto. Domingo, ú quienes él mismo hahia mandado en·-
careelal', y no paró hasta que logró se decretase una ties-
ta anual en honor de los gjrondillos, de quienes habia
sido un acérrimo perseguidor. Parece increíble la m lllti-
tud de estos caracteres falsos y bajos (lHe se cncuentran
en la historia de la revolucion fl'aneesa, lo cllal si no
prueba la es trema ligereza de caráctel' que \Ulgal'lllcnte
se atribuye ú esta naCÍon , por lo menos dellluC'stra qlW
la mayor parte cuando no todos los que lllallirl'sLalJall Z<'-
lo exagerado por la revoluCÍon, eran unos pC!'Yf'I'SOS con-
sumados, tan hipócritas ue líberta(} como Otl'OS lo SOll de
devocíon. Despues pasó Brean} al consejo de los Aneia-
nos, donue fue seCl'etal'Ío d(~sdc el dia mismo de su fol'-
macioll, y últimamente partidal'io d(~ BOllapartl' COIl igu~ll
siucel'idad (l'le lo habia sido ¡l«. la l'('p,'lblic~L Hombre"




IJEL TIlADUCTOU. 59
ele' csU' temple dan hasco cuando se e&cribe su "ida.


I)AGINA 5.


5 L. B. Guithon-1\1Ol'V-eal1X habia sido tlscal del par-
lam entoue Dijon, de donue era natural y cuyo distrito
representó en la asamblea legislatíva. En eHu, se dedicó
especialmente á matel'Ías de bacienda y fue unode los di-
putauos que fueron á palacio el dia 20 de junio para
acompañal' al rey, de quien no se separó hasta que es-
tUYO sosegado- el tumulto. Sin embargo sus opiniones
fueron siempre muy acaloradas ,- como lo manifestó com-
batiendo con, fl~ecuencia contra Lafayette y los suyos .. Ele-
gido miembro de la convencion votó la muerte del rey y
se opuso á que se sometiese la sentencia á las asambleas
primadas. Despncs de su nomhramiento para la comision
tie salud pública, en que le reeligieron segunda vez, le
envió la convencían al ejército- del Mosella con encargo
de dirijit' los globos ael'eostáticos, y se dejó ver en la ha-
talla de Fleurus, monlado en uno de ellos detras del
ejél'cito. Despues de la I'evolucion de thermidor volvió á
sel' elegido tercera vez para la comision de saluu púb lka
y defendió ú sus eompaüel'os atacados vivamente porSie-
yeso Elaño de !J:) presentó varios iul'ol'lues sobre objetos
de invencioll y de artes y cÍeudas. Lo mismo hizo en el
consejo de los t}OO pl'olUoY¡eflllo cuanto pudo la u:lYCga-
don interior y las matel'i.asuc hacienda ú que el'a muy incli-
nado. En 1800 le nombraron administl'auor de la casa de
moneda, director de la escuela politécnica y últimamente
oticial de la legion de honol' eH 1801. Fue micmhl'O del
instituto y de llluchas sociedades clentílicas ,. literarias
de EUl'Ol;~\. Esel'ihió unos Ensayos de tísica : química é
historia natural; UIlOS Elc/IIl'Jl(os de química teórica y
práctica, y un dicionario de quimíca : lUuchos discul'sos
,jlll'idicos y tamhien poesias sucltas que cualldo no indi-
quen un gran poeta, si('IlIIH'(~ prul'l¡:l1l qlle era hOll1hr(~
d(~ vastos y llluy ":triados (·OllOcÍlllieTllos. L .. dehe la hu-
manidad el illlpOl'tanl(' descubrimiento de desiufcslal' el





60 NOTAS
ail'e por medio del acido muriútico redncido :i vapol'. Ha-
bia nacido en t 757 Y murió de 78 años.


PAGlNA 20 .


.4 O. C. A. Rouselin nació en Paris en 1775, era li-
terato y uno de los miembros mas influyentes de los ja-
cobinos. Fue por largo tiempo juez en el tribunal revo-
lucionario, y siendo todavia muy jóven, pues no tenia
mas que 20 años y con buena edllcacioll, se dejó persua-
dir de D~nton para echarse en brazos del partido ultl':l
revolucionario. En noviembre de H5 le cnviar0n de co-
misionado á Troyes para qne propagúra aquel mismo es-
píritu, lo cual hizo de muy buena fe y suscitó contra él
una multitud de denuncias. Pero todos sus sel'Yieios no
pudieron preservarle del ódio de HolJcsriel'l'c, que le
hizo espelerde los jacobinos el 23 de mayo 17H4 bajo pre-
testo de que defendia :í Danton. Inmediatamente dcspues
le arrestaron, pero le absolvió el uihunal. Con todo eso
volvió :í prendérsele por ól'den de Robespierre y eslúndo-
sele formando la causa ocurrió el 9 thermidor y recobró
la libertad. Despues le empleó Bernadotte en el ministe-
rio de la gueTTa, y dejó el destino cuando removieron
aquel ministro. Es aulor de la vida de Hache en 2 tomos,
y de las noticias históricas sobre la vida de los generales
Cherin~ y .~farbot. En 1804 le nombraron cónsul de Da-
mieta y marchó :í Tolon p~H'a embarcarse, pel'o no ha-
biéndoselo permitido 10slingleses , se volvió :í París don-
de murió.


PAGINA 20.


f) Juan Bautista Biroteau nalm'al dn Perpiñan dehió
su principal desgl'acia á habel' sido uno de los encarga~
dos de examinar los papeles de la comision de vigilancia
el 50 de setiembre de 92, Y habel' infonnado que de
ellos resultaba haber perecido muchos iuocf'ntes en las
matanzas hechas en los primel'Os días de ~Hluel mes.
Tamhien añadió ql1f~ ('j (·Oll<.;f·jo (lel :I\'unt:nni('nto pstab:1




HEI. TUAIHicrOlt. 61
\',()¡lIPII('sto d(~ intl'igantl's ~. concluyó pl'opolliclldo que
se créase un:l guardia departamcntal para defensa de ]a
convencion. Esto y el haber propuesto que la sentencia
contra Luis XVi s(' sometiese á la aprohacion del pueblo
fueron dos crímenes que no podían perdonarle los jaco-
binos, porque jamas p(~nlolla el malvado. En efecto des-
pues dc las ('secnas que determinaron la l'uina de su par-
tido, logró escaparse del gcuual'ma que le guardaba y
se fue á Lyon ú esparcir los pl'iIneros gérmenes de la in-
surreccion que estalló poco tiempo despues. En conse-
cuencia le dedararon traidol' Ú la patl'Ía , y se puso sitio
á la ciudad, durante el cual pudo escaparse hacia Bur-
deos, donde no encontl'ó asilo Jespues del decreto que
amenazaba de muerte ú los que le concediesen á los
proscl'iptos y Tallien le entregó al tl'ibunal ('evoluciona-
rio y :11 cad:dso p) ~·1 de octuhre 1793.


PAGI.\A 20.


ti A. F. H;mly , médico y diputado del Sena infe-
rior, ,'Oló pOI' la redusion del rey y su destierro á la paz.
Tuvo la buena suerte de escapar de la persecucion diriji-
da contra él y d('IIl:1S gil'Olldinos , y yohió ú la conYen-
cion dcspues d(' b (':lida de la lHolllaúa. Allí deslució su
caractcl' pidiendo la muerte HO solo de los antiguos
miembros de la comisioIl de salud pública, sino tamhien
contra Roherto Limld, sin cmbargo de confesar que es-
te último hahia salvado [\ toda su familia que estaba pros-
cripta COBlO d. Durante la escasez de víveres de 1795
propuso que se declarara lwopiedad del estado toda la
próxima cusecha , y se castigase de muerte al que reusa-
ra Yenuel' ulla medida de trigo por cualquier cantidad
que le ofreciesen en asignados. En la discusion de los
artículos constitucionales relativos á las colonias, propu-
so que se hiciera otra I1lH'Sa division de la isla de Sto.
Domingo, aüadiendo: (( que no se debia dejar á aquella
« isla el nomhre del ma)'ol' picaro que habia ex.istido en
(( el un iyerso. l) Igual rcncor (JlIe á Sto. Domingo y á los




62
Montañeses, cons('rvó contl'a las secciones dePal'Ís,
mandando suspender su permancncia eOlllo~ miembro filie
el'a de la comisioll de segul'hlad general )' daIHlo autos de
pI"ision contra los gefes de la insulTeccion. Se dcclarú
enemigo ilTeconciliable de los clél'igos no jnramenta(los,
diciendo que primero que á aquellos se dehia conceder la
amnistía á todo el ejército de Condé. Elegido despues pa-
ra el consejo de los 500, pcrsiglli6 cuanto pudo á los pe-
riodistas, diciendo que las potencias estrangel'as ya que
no podian vencer á la Francia con las amias Pl'ocul'aban
;corl'omperla con los diados, y que todos estaban paga-
Idos por la cOlltl'arevolucion. Gl'an pal'lidario del Dil'ec-
torio, procuró sedo tamhien de llonaparte y despues
de haber sido miembro del cuerpo legislativo hasta '1803,
se retil'ó Ú ejercer la medicina en Pat'is, (londe murió
tranquilamente. -


PAGISA 21.


7 F. Lanthenas, otro médico (le los que votaron la
muerte de Luis XVI y que comprendido en la proscrip-
cion de los gil'ondinos le hizo honar su condiscipulo Ma-
rat por pobre de espírittt, que no merecía que nadie se
ocupase de (jI. Siguió pues en la COllv(~lIcioll ,y enll'Ó
despues en el consejo de los ~OO donde estuvo hasta ti!)i.
Hahia escrito ulla ohl'a sobre la lihel'ta<l illdcliniua de
;imprenta y la trauuccion de la teoria de lus derechos del
.hombre, de Tomas Payne.


PAGINA 21.


8 J. G. D. Izarn de Valadv oficial ue guardias fran-
'cesas, cargauo de ueudas y de desórdenes, abrazó mu-
cho antes ue la revolucion la carrera de los alborotos en
el palacio real sicndo partiual'io de fiU duello el uuque ue
Orleans. Mas no parece que esta conducla fuese efecto de
mal corazon sino de ulla especie (le 1l10nomania que se le
haLia metido en la cabeza, crcyélldosc destinado á rege-
nerar que se )'0 qne mosolla pitagórica , que le hizo ha-




])E[ TRADUCTOR. G3
rCl' mil locUI'as , )"a en Gínehra , Ja eH Inglaterra. Bien
que los que le conocieron y U'atal'on de cel'ca dicen que
la locura había procedido en el de ínmol'alidad y no la in-
moralidad dc la locura. Sea de ello lo que se quiera, su
onducta fue un tejido de contl'adicciolles porque persi-


guió y defendió ú Luís XYI , sinió y acusó nI duque de
Ol'leans , sin dejarse llevar para lo uno ó para lo otro mas
que de un entusiasmo momentaneo é irreflexivo. En se-
tiembre de 92 le nombraron para la conyencion y alli se
alistó en el pal'tido de la Gironda ~. atacó frecuentemente
á los jacobinos, sohre todo cuando llpgó el proceso del rey,
habiendo sido su voto pOl'que se le conservase preso en
Saumur con toda su familia hasta que fuese reconoeida la
república y que se dotase por cuenta del estado á 1\lada-
ma Isabel y se la dejase en libertad de seguir á su hel'-
mano ó salil' de Francia. Estas opiniones tan contrarias
ú las de los jacobinos cansaron su pérdida, pues Ú COIl-
secuencia de lo que refiere el texto de e~ta historia, fue
pl'oscl'ipto el 28 de julio de 93 y despnes de andar erran-
te algun tiempo le arl'estal'on en Perigucnx J fue gnílloti-
nado el ti de diciem))l'e del año siguiente.


PAGINA 3;',.


9 1\1. J. Chaliel' nació el año de 1747 en Breantar ell
el Delfinado de ulla familia piamontesa que le llevó muy
lóven á su país donde recibió algulla educacíon. Abrazó
)l'imcl'o el estado eclesiástico y le echaron del reino al


. ;abo de algun tiempo por sus muchos desórdenes, te-
niendo que marchar Ú Portugal. Alli estln'ieron para
"ahorcarle y se escapó ú Núpoles, de donde tambien salió
ú uña de caballo y se vino á Lyon, donde": se acomodó
de a)o en casa de un comerciante, y despues de haber
estado dos años diciendo misa, se metió á comerciar y
juntó un caudaíito bast::mte considerable. Luego que
principió la re,"olucion se declaró por ella con tal entu-
siasmo, que se acercaba ú la 10cUl'a, y se rué ú Paris Ú
estudiar la rlocueucia de Marat ~. apl'oH'charsc de sus




6l
leeciolles y egemplo. Cuando volvió á Lyon, distr'ibuy6
su rctl'ato al populacho con esta ínseripcion ; (( Chaliel',
( famoso patriota, que ha pasado seis meses en Par'is
« para solo admirar á la l\lontaña y :í Mal'at. )) En 17H2
le nombraron individuo del ayuntamiento con otl'OS de su
misma laya é hizo meter en ia careel á mil y doscientos
ciudadanos. Mas no pudiendo lograr que se les condenase
i. '-\."\,,,""J~t\'., "'()\',\\\(', S(', \\\l(',\:\\~\\\'ó. <tl ~()\,\'<t~\(\.~\' N\'(t<tl'c., co-
mo dice el texto, se presentó un dia en el club con un
puñal en la mano y se empeüó en llev:ll' consigo ú los só-
cios á que degollasen siquiel'a novecientos ú imitacion y
en la misma forma que se hahia hecho en Paris en se-
tiembre, El corregidor pudo l'eunil' algu'na fuerza arma-
da y muchos vecinos honrados, que impidieron aquella
carniceria y se llcyal'On presos á muchos clubistas. Tam-
poco pudo juzgarse á estos porque Chalier era presiden-
te del tribunal y los sahó ú fuerza ue nuevos cc'ímenes.
Estos, y no el soñado realismo de que hahla el historia-
dor, fue lo que suscitó el levantamiento de Lyon contra
la convencion y contra su lirano, el cual fue entregado
entonces al propio tribunal de que habia sido presidente
y le condenó ú muerte el dia 17 de julio 179:5. Despues
de la loma de la ciudad por los (,(\pllhlicallos se paseó
en tl'Íunfo su bnsto, sus cellizas ftu'ron llevarlas iaI Pan-
theon en UIla caja de plata, hasta qlle cuando tl'iunfó la
model'acion se extrageroll de allí.


PAGINA 35.


10 Niviere Chol era un ciudadano de los mas estima-
dos en Lyon y en prueba de ello solo aüadiremos á lo que
dice el texto y á lo que contiene la nota de Chalicr, qlH'
cansado de batallar' con las continuas intrigas de los revo-
lucionarios despues de salvar' al pueblo de los asesinatos
en masa que meditaban, hizo dimision de su destino. Pe-
ro inmediatamente le reeligieron por 7500 votos de 7800
que eran los electores ; mas el se encerl'Ó en no volver á
p,jí"I'(,f'1' tal destino poI' los continuos disguSlO~ que le rla-




nm. TRAfitrCTOlL


h:.m los 1'0.1wescnbules Bazir('. L('g('lltll't' y H,o\'t;!'c. Bu
l':lIIte el teJ"l'OI' LIIYO ({l10 t'scapal' d(~ Lyoll y no "o!viú has
la la caida de I:t mOlllaña \' r.nton(~('s I(~ nomhraron rp,c! .
hidol' gener':.1 del df>pal't:u;wllto dd H/)Ibno. t'IJya pian
·renunció en favor d(~ su hijo CH 1 :-;_H.


P,\CL\.\ 1.\,


11 Calhclincall no Na C:ll'fU:lj('I'() . romo diCt' <'l !.px-
lo , sino tnjt'doJ' t'll Pill-d¡~-Jlallg(~. 1,1 ('tu! d('~pUt,;; de'
e~las pl'inwl'as wlltajas dí~qtW llahla :\11'. Thi"I'S, Sl~
unió con h)s Spiíores de Elht;p. Stol'l1rt \' Bi'raJ'd v tu\'()


. .


genn parte en todas las oprr:l('ioIlPs. Ik~;pu('s d(~ la toma
de SamnUl' en jnnio de H:-i 1(, pl'oí'L;mal'Oll g(~n(,i·~:Hsim()
de las tropas tlPl Vpndn(~ qllP al.;\(',:\l'on ú Nantl's ('1 29 df'
ftqllel !Hes y le rechnal'on con Ulla pi'J'dida cons:d8rablc· ..
y habicll(lo I'(~eihido Hila J¡Pl'ida ¡Wligf'0Sa f'B (·1 úhimtl
ataql1~ ,l~ IJ':1SpoJ't:\l'()Jl :'. San Flol','nw donde mm'}ó el
10 ele julio illlll~(iialo. CO!110 (~J';l tanta la ('olllianza qU('
inspiJ'aba Ú SllS paisanos, HO S(~ pll~dp duda!' qm' su mUt'r
te influyo ínllllito , no sol() en quP sr. ahandonas(~ el ata ..
(PW ds N:ll1t<'s , sino t:1mhi('ll (,Il los J'(,\'(,SPS pnstf'l'iol'(·s.


1 ~ ~i('(1las Slof¡'Jf'I, g('llel':tl I'JI nrft'd(' los ('JPl'ciw,.,
r{'alistas dd Y(~lld(~(~, lla<'Íú ('11 LUlJe\illl', Y despues de
habel' sido soltbdo 1 G :.l!IOS eutl'ú dr guarda caza dd
conde (k Mall\eVl'icl', y ú ('jemplo de Catlwliurau lcyan
tó 60 mozos, la mayor pal'te ferrollrs y se ¡,('{mió COH él.
D('spues dp la lOma de Chollet S(' ill(:ol'pOI'Ú COIl Laroclw
Jaequcl('in, L('s('III'(' rt(~. , qlW f'1H'I'OIl otl'OS tautos gefl~~
eOIl qui('IH's hizo la glJ(~I'I':1 f'll (,1 ;)!to Po:¡OU, Batió dit(~
rf'ntes WCt'S Ú los rqmhlic:l110S y sq~HIl estos mismos
Hrgó ú adquiril' lll11cllOS ('OJl(H'illlj(~ntos militares. Cuando
pasó el Loil':l h~ nOmhl':lJ'oll mayo!' g'PIl('I':\l , y ú la muer
te de Lal'o!'lw-.Taeql1clcin I'IH' Hno de In::; lI'ps g{'llf~/'ale,>
qllt~ mandaron las tropas '\(" r{,lldel', EII t 7~);) ('sl:IflOV


v.




6G NOTAS
los I'eali:;tas muy escasos de dilwro, Slofflct que lí~lfla
Hila impn'llta ú su disposicioll, mandó f~lbl'Ícar bonos de
COI1lí'ITio que no inspil'al'on la IlU'llOI' confianza. En tal
aplll'o tUYO que tratal' con los republicanos, como lo ha-
Lian hecho ChalTette y Sapinaud, y fil'mó en San 1i'lo-
rente una esprcie de armisticio (llle demal'có la época de
la decadencia de su p~lI'lido. Mas ,'iendo que lIoche ha-
cia en un mes mas mal ú los ('('alistas con la astucia y la
11l0deracion, que hubiera podido haeerles en seis con"las
armas en la mano, yolvió Ú pl'incipiar la gllel'l'3 en el mes
de diciembl'e, pero ya no pudo reunil' fuerzas suficientes
por haber cambiado el espíl'itu del pais con la suaye con ...
ducta de Hoche. Vendido pOI' los habitantes dc Sallgl'e-
niere, á quienes habia ycnido á insurreccionar, le hizo
prisionero un destacamento de 200 gr'anadel'os y 23 ca-
ballos y le lleval'on Ú Angel's, donde se le fusiló el 23
de febrero 1796 á la edad de ,j,1 allOS. Se cuenta que en
solos dos años se habia ('HeOIl tl'ado en 150 combates con-
ll'a los repuhlicanos.


PAGINA 4·9.


1:; El COllde de Vel't<,uil teniente general de los rea-
les pj(~l'citos , dCSpUC8 de haber hecho COIl d istillcioll la
gucl'I'a de siete al108 abrazó el partido de la l'eyolllcion
v mandó muy poco tiempo contra los rcalistas del Vrn-
{lec, cntl'e (lUienes estaba su pI'opio hijo. El caso os que
muchos indi,'idnos de su familia y entl'e Otl'OS su herma-
na fueron victimas del telTOl' revolucional'Ío, sin que les
valiesen para nada los senieios de su lw I'Ina n o , que mu-
rió:t poco til'mpo de pl'sadumhl'c.


I)\GIY .\ A,<) • ...'1. ·1,.


14 L. H. F. 1Ial'cé nació en Chinon y <'I'a ya mal'lS-
.. :\1 rlt~ campo cnando prinripió la rcvolucion, y estuvo
r mph"~ido dlll':luLC los años!H )' 92 en los departamentos




nEr. l'RAnUC"l'On. 01
~lel Dordoüa y la (~it'ollda, {WI'O con motivo Je esk'\
derl'ota que slIl','iú ('1 atw de !):'i pOI' 1m; I'('alistas le depu-
sie¡'on ud mando , S(~ le paso l)/'(~sO ('11 la Hodwla ,y COH-
duciuo dcspues ú París l(~ cOlld(~llÚ el tl'ilmual á -UJW'l'tIJ
el 2H de Enero t 7~J 1-,


15 Fl'ancisco At:\II:\sio Charctte dI' la COlltl'le dcs-
c~endia ue I/l1a /:lIl1ilia nohle mlly antigua qll(~ se pretcndia
ol'igi naría de los d aq ues soheranos de Bl'etaña, Sus pa ~
<Ires no el'an ricos , pel'~ le qllCl'ia mucho Sil tio Chal'et-
te de la Gaschcl'ie q ne le adoptó pOI' hijo suyo, y costeó
su educacioll. Sil',ió en la marina 1 como dice muy hiell
lUl', Thiel's , y se ¡'Nil'ó Pll noviembre de ! 7nO, c:lsúndo-
se dcspnes con la viuda de uno de sus parientes l\Iada-
ma Chal'ctte de Boís -Foueaud ,(lUO Cl'a loica aUllfJuc de
mas edad que (\1. No ('staba cnll,(·telliJo en b caza, como
dice el autol' de la histol'ia en la époea del le';anlamienlo
del llocage , sino que haLia y:\ Chal'(~tle t'lmigl'auo á. Co-
bleutz ,doude le l'astiuió mucho la fatuidad y falta de
plan de los nobles emigl'ados y todavia mas una conside-
rable pt'l'dida que hizo al jurgo , la cual le determinó á
yolvel' á Fl'ancÍa y espera l' mejores tiempos, Fue bien red-
Lido en Pal'is y admitido (~n la gU~lI'd¡a nacional de su
distrito, habiendo pCl'luanecido eo ella hasta despncs d('l
10 de agosto en que se vol'vió :1 su casa de Fonteclause
cerca de l\Ilchecout. AHi se estuvo hasta que ya la insur-
l'eccion hahia hecho muchos progresos, qne fue cuando
le rogat'ou los paisano~ que fuese gefe suyo .. Así se lo pro-
metió despues de algunas dificultades ~ pero con la con-
diciou de que si no le obedecían les castigaria con severi-
dall. Estahan persuadidos lo~ paisanos á que sus enellligo~)
110 3gual'daban mas que un:\ ocasiou para pasarse :í ellos,
pero se equiYocal'on completamente, por~l1e apenas ha-
hra ejemplo de ninguna guelTa civil en el mundo en qt1(~
menos descl'eiones se viesen, sobre todo del campo repll-
'JliJ'flJw. CharNt(~ ('staha lluas VN'CS ~\l frente de ocho ú




68 NOTAS
Jiez mil hOlUbl'('~ y ú veces 110 podia COJlt:u' COi} CJUlQI~n­
tos y ('s(os arIllados COIl palos, fusiles, llOzes Ó ('on ch\'o-s
lHH'SlOs ú la punta de liBa V;1ra. Estaha demasiado acos-
lumbrado ti salwr lo que es la g\H'IT:\ para tener la menor
nmtiallza ('11 la permanencia de aquel entusiasmo, y solo
fTeia qne poul'ia dade solitlcz la pl'cscneia de algun pl'Ín-
dpe de la sangre; pero tal pl'Íllcipc no pareció, asi co-
mo tampoco el auxiiio de nillgull cuerpo cstrangero y los
llaturales solos y sus gr('cs se hallal'D1l en los combates.
El caraCler del que ahol'a nos ocupa el'a duro y no lejano
de la crueldad, pOI' 10 que sicmpl'ecstuvo llIal con los
demas generales realistas. Cada uno de ellos obraha con
cierta indepenuencia á pesar de haber un generalísimo y
Charette no perdonú medio paea que "iniera un príncipe
á quien todos jurasen obedecer. Por' fin se nnunció un
desembarco numeroso de tropas en las costas ue Bl'eta-
ña; pero se interpuso una especie de amnistia ó armisti-
cio por el cual acudieron á Nantes Charette y otros ge-
fes bretones para conferenciar con los comisarios de la
conyencion. Firmóse la paz como si debiese ser perpetua,
pero no fue mas que una tregua mOlllentanea. Llegó la
prometida espedícion á las costas de QUÍ\'el'on con el con-
de de Artois á su bordo, pel'o solo descmbarcaron Jos
emigrados ú quienes aguardaban Chal'cttc );OlrOS gefcs del
Vendee con sus partidas, y entónces se alejan los buques
ingleses y el príncipe con ellos, dej{llldo}os solos y aban-
donados á la discrecion del general lIoche, que tenia bien
defendidas todas aquellas costas. Su l'rsultado puede y
elebe leerse en el cuerpo de esta historia. Entónccs indig-
nado Charette se dice que escribió á Luis XVIII la si-
guiente carta: c( Señor: la cohardía de vuestro hermano
« lo ha echauo)odo á perder, y no podia en efecto pre-
" seJltarse en estas costas sino pal'3 prl'dedo Ú ganarlo
«( todo. Su "ueIta á Inglatert'a ha (lccidido de nuestra
" suerte y dentro de poco no me queda mas que perecer
(f inútilmente por Yuestt'o srl'yieio. - Soi COll respeto de
V. M. Charrtle.


Esta pl'cYision no tardó í'n Yf'l'i fi(,~U'Sí' porqlH' rn eree-




DEI. TlL\.IlUCTOR. 69
to deSplH\~ del dcsastl'e de QuivPl'on no mal'chú mas ''lUC
de dcsastre en d(~sastre hasta q He mandando dispersar á
su tl'opa tl'ató de del'enucl' su pel'sona como hombl'c y
aguardar la mucrtc corno c!'istiatlo. Perseguido v cercado


v <. •


por todas partes, herido en la cabeza de un tiro y en la
mano dc un sablazo, cayú bailado ('H sangre en un bos-
quecillo dc la Chabotel'ie , donde le cogieron y conduje-
ron al general TI'abot, que le llevó ~i Nantes donde !I.J
fusilaron.


16 Carlos Melehor, marques de Bonehalllps, naclO
el año de 1760 en la qu,inta del CmcifJjo, provincia de
Anjou y sirvió en la Imlia ha.jo el Allllir'ante Sufft'cn, y á
su vuelta habiendo caído enfenno, le acometió un letar--
go tan profundo, que estuvieJ'on ~'a pal'a cchade al mar,
y solo'les detuvo para hacerlo el pesar y las lágrimas de
su criado que pidió se dilatase ~- esto le salvó la "ida.
Era capitan cId regimiento de Aquilania cuando princi-
pio la l'evolucion y d~jó el servicio por no pl'estar el ju-
ramento que se exigia á los militares, desde cuyo tiem-
po ,'ivió retirado hasta la muerte de Luis XVI. Entonces
ocurI'ió lo que dice esta historia <18 habor rell8·ado los
mozos de San Florente el ·viejo concurrir al alistamiento
y le obligaron á que los capitanease. Hízolo yasí y tl'iun-
fó á los principios con los suyos en Thoual's, FOlltenay
ete. Cuando se- malogró la empl'esa sob,'o Nantes y fue
muerto Cathelineau, se creyó que hubiesen nombrado
generalísimo á Bonchamps, pero fue preferido EIJJée, y
él no tuvo reparo en ponerse bajo sus órdenes. Est:.md()
llel'ido en un combate se apoderó de C!nmptocé y dcei--
dió la ,'ietoría en Todon, Herido otra vez mortal nwnte
en Chollet, le tl'anspoI'taron á S. l,'lol'cllte,dollCle sus últi-
mas palab¡'as fUCl'OIl pal'a imp(~tlil' las repl'esaliassaugrientas
que se preparab:lll,porque habia:~ mil prisioneros republi-
canos encerrados en la Abadia y los del Y¡'udt>c iban :t
Ycngar en ellos la muerte del genel'al, cuando el 1110l'Íhllll-
do empezó ~ ~I'itt\l' perdof1 perd01~: Bunclwpl1ls os lo 17lall-


--~--_. -


,/<'- - :,;..; ,
/ .... ~.I., *¿


,/ .-t>~' .
<.:,


"




~h iu


da. Este gl·ito hastó paJ'U C011l,cuéJ> Ú los asesiuo's y rr.we(~tr
que debía haber servido pal'a {llW se respetase su cadú-
ver, pero no- fUQ asi porque le descntcl1'aron despucs lo~
republicanos y Hevaron en triunfo S1}- cabcT~ {l la con-
-vencion como un trofeo, diciendo los rppl'esentantes que
la mtwrte de aquel hombre era una victoria para ellos, y
asi era la verdad, pero tambicn era un elogio. Su res-
petable viuda que estaba presa en Nantes é iba á ser juz-
gad~ pOI' la comision militar, recogió á 10 menos el fruto-
de la clemencia de su mar'ido, pues se mandó sobrescr-
en el proceso por órden de la convencíon. Hay una calle
en S. Florente con el nombre de Bonchamps , en el sitio.
~lismo donde el salyó la vida á Jos prisioneros.


PAGINA 52.


11 í. Gigot J'Elbec, gnneralísimo de los realistas dd
Vendee , era de nna familia noble del Poitou y habia na-
dao el} Drcsde en 1 í52, hahiendo pasado su prime/>a ju-
,'entud en Sajonia. Vino despues á )1~rancia donde le hj-
deron teniente de cabaUm'ia del Delfin, pero [;e l'etiró
antes de haber llegado á capitan. Cuando le obligaron :i
tomar p::lrt~ en la gUé'IT:l civil yn habia tiempo qne esta
('staba IH'ineipiada y fue tanto ('1 talellto qlle lllallif(~SLÓ
~n clla, qHC todos eOlnicnen en que fue el mejor capitall
tille hubo entre cuantos la dirigieron. Sus planes cl'an
muy vastos, sobre todo despucs de las primer'as victorias,
pues intentaba llevar la gnerra por todo el medio día,
que estaba perfectamente dispucsto ; pero se opusieron
Charette v Talmont. Era hom)we muv suave en su tl'ato


. .


y se esplicaba con admirahle facilidad, variando el tono
y las formas del lengnage segun se prcsentahan las cir-
(:unsl:tneias. El fun quien aconsejó á los realistas que se
}msiesen bajo las órdenes de Cathelineau , p:u'a gobernar
pn su nomlH'e; pero ú la muerte de este le llombl'al'on
generalísimo. Llegó á juntar hasta 50 mil hombres, pe-
l'O este nÍlmero se J'f'llllia con dificultad. Se apoderó de
Saurlltll' y de Angers : batió al gcn~ral L~· ComtQ: junto




DEL TitAD UCTOR. 71
áChafllolla~-~' le cogió 29 piezas y todos sus bagages. Lo-
mismo hizo ~on el general Santel're y con Duhoux., hasta
que cl'eyellllo los del Vendee que )'a no 111bia mlS ene-
migos que combati¡' , se volvie¡'on á sus C:lsas. Entonces'
aprovechándose los republicanos de aquclla imprudente
segUl'idad, atacaron ú Chatillon y l\'Iortagllc y sc pl'eseu-
t:uon delante de Chollet donde se defendió Elbee con vi-
gOl', pero fne mortalmr.nte herido. Asi COtllO est'lba I~
lleval'on á Noil'lllOUlier, dondc le cogió el gnneral Tlm-
rean y le hizo condcnar á muel'tc y fusilado al pie del al'--
hol de la libel'tad, á la edad de 42 años. Su pohre Illll-
ger sufrió la misma suerte.


PAGINA 52.


18 El conde dc Larochc Jacquelien era un hidal~l)
del POitOll, que tenia solo 21 años cuando los paísullos
le hicieron ponerse á su fl'ente. Estaba domieiliado CIl S.
Aubin de Beabigué, cerca de Chatillon. Habiéndole pues-
to preso los jacobinos pOI' sospechoso en las cárcel es
de Ul'essuil'e, le libcl,tó Stoftlet y desde entonces P¡'iIH.:i-
pió á hacer la guclTa, Nombrado general, batió á los re-
publicanos en l\IarLi¡;Il(~ y contribuyó mucho á la batalla
de S:lIl111U¡', qlle dlll'ú 36 hOI'as, y el} que perdiel'oll
aquellos cerca dc 2;; mil hOllli)l'cS entre mllel'tus y pri-
sioneros y 14,0 piezas dc 3l,tillcl'ia. En esta dcnota fue
.Jonde Larochc Jacquelein persiguió al gene('al lUenon
durante trcs leguas y le hirió de un pistoletazo, Ya se'
iran refiricndo en esta historia algunas dc sus proezas que
llosotl'OS omitimos pOI' obsequio á la bl'cvedad, pero que
,-j"il':1n etCl'llamente en la historia , asi mientt'as Sil'yió
haio las ónlencs c,le Lescure ~ como des~ues que ~O\' la
l1lUel'te de este otituvo el mando en gefe de las trop:ls
realistas, Mas asi como batió muchas veces a los l'epubri-
canos, tambien lo fue por ellos en varias ocasiones pa l'-
ticulal'menle en las illmediaciones de Angers y Mans. En-
tónces tuvo q\le l'ctil'arse con pocos de los suyos al alto
Poi ton y en el mes de ll1~H'ZO de 1794 ya habia reunido




1Z NOTAS
4tl'O pf'(fueúo ('jél'Cito; pero fUt, tamhil'1I hatido en Gestt~ 'f
donde le mató lIU soldado rqlUblicano que le pel'seguia~
Sin sel' COlllp~\I'able en talenlO' C011 Elbee ni con Bon-
champs, ha mel'('lcido el renoml.H'e del héroe del Vendee
(lile le conscnan las canciones PUP\tl'J!'{~S de aquel pais.


PAGE~A ¡i3.


t g Pedro Quetíneau era criatura de Dumouriez y
drjó el ejército de aquel general para pasar al Vendee,
donde lJUly pronto dió pruebas de una completa incapa-
cidad. Casi siempre le batiel'oll los ¡n8U1'gentes y aun se
dijo que había entregado á Thouars. Lo cierto es que
nunca se le pel·donó esta' del'rota, ni menos el haber es.-
('rito á Tallien , que estaba aHi de rept'csentante, que los
llamados insUI'gentes se hatian mejor' y con m:lS órden
que los republicanos, De sus resultas se le llevó pt"eso á
la Abadia v el tribunal rcvolueionario de Paris le conde-


o!


nó Ú llwerte el dia 16 de marzo 1794. Habia nacido en
Puy de Dome y estaba en la ed·ad de 57 años.


PAGINA 53.


20 Luis Mal'ia , marques de LesclIl'c nació en el Poi-
ton el '13 de octulH'c 17G6,y uesde su mas tierna infancia
mostró un ca¡'úctei' suaye, reflexivo y amigo del órden 7
siendo sm:namente esaeto en rl cumplimiento de sus obli-
gaciones, cosa tanto mas laudable cuanto ni su padre ni
ayo le daLan los mejores ejemplos, Como desde luego se
le destinó ú la carpe!'a de las armas, entró á los t 5 años
en la escnela militar, y am mostró la misma delicadeza
de selltimientv,<; y pureza de costllrnlJres que tenm de mas
niño. Salió do ella tí los 16 con motiyo de la muerte de
su padre, q:ie le d{~jó, es ,'cI'dad 80 mil fr:lIlcos de ren-
ta ~ pero eon la obligaeion de. pagar 800 mil de deudas,
que en efeeto pagó religiosamente al cabo de pocos años.
Sin olr'as distl'aceiont's que el estudio dd arte militar,
l1 P gó Ú l)()~eer gl'alld('~ conocimientos en la fortificacion y




IJEL TRADUCTOR. 73
aprenuió val'Íos idiomas. A los 25 años se casó con su
prima la señorita Lonnissan, que con el tiempo llegó á
ser madama Laroche-Jacquelein. Al principio de la revo-
IUclon quiso emigrar, pero vino antes á Paris y la reina
Mal'Ía Antoneta le disuadió de ello, diciéndole que no


. saliese de :Fl'ancia. AlIi pCI'maneció has~a despues del ,10
dp, agosto en que corrió grandes peli$l'os y despues se
,'olvió con su esposa al Poitou, dond~ á poco tiempo !e
prendieron, como dice el texto, y le libertaron los del
Vendee de resultas de sus victorias. Inmediatamente le
nombraron aqneUos general suyo y llegó á juntar hasta
23 mil hombres. En aquella, que Napoleon llamaba
guerra de gigantes desplegó grandes calidades que no se
uesmintieron jamas. Habiéndole un dia disparado un tit·o
á quema ropa un soldado republicano, se contentó con
decir, que retiren á ese homltre. Hizo que se cuidase de
Jos enfermos y heridos como si todos hubiesen servido
bajo la misma bandera, y con esta conducta se adquirió
el renombre de el Santo del Poitou,. En la toma de Thouaes
hizo prodigios de ,'alor : en Fontenay entró solo en una
batena de 6 piezas, y en Saumur combatió como un gra-
nadero. El'an necsal'ias estas pruebas en el Vendee , don-
de todos el'an yoluntados ú quienes era preciso flCrsua-
dir con el ejemplo; pero le repitió tantas vCi:es, que al
fin recibió un balazo en la cabeza en el combate de la
Tremblaie, de cOY:'lS resultas murió cerca de Fougeres,
el 9 de noviembre 1793.


PAGiNA 54.


21 RO~Tand Ó Boyaran, que era su verdadero ape-
Ilido, fOl'lllÓ este ejél'cito llamado realista del centl'O de
que fue general, y se reunió luego con Elbee. Asistió
con ,'alor á la mayor parte de los combates que se dieron
en aquella época y fue muerto en la derl'ota de Mans.


,






CONVENCIGN NACIONAL (1793). 75


CAPITULO SEGUNDO.


Leva de un cjél'cito parisicnse de 12 mil hombl'es; empl'ésti-
to forzoso; nuevas providencias revolucionarias contra los
sospcchosos.- Efcrvescencia progresiva de los jacobinos ¡.
consecuencia de los alborotos de los departamentos. --
Nómbrase general á Custine del ejército del nortc.- ACll-
5aciones y amenazas de los jacobinos; violenta lucha entre
los dos lados de la conycncioll.- Creacion de una comision
de doce miembros destinatla ;\ examinar las actas del ayun-
tamiento. - A.samblea insurreccional en el corregimiento.
Mociones é intrigas contra la mayoria de la convencion y
contra la vida de los diputados girondinos; igualcs proyec-
tos en el club de los franciscanos. - Toma la convencion
medidas para su seguridad. - Arresto de Hebert , sus-
tituto de procurador síndico del ayuntamieuto.- Peticio-
nes imperiosas del ayuutamiento. Tumulto y escenas dc
desorden en todas las seccioncs.- Sucesos pl'incipales de
los dias 28, 29 Y 30 de mayo IJ91. Ultima lucha de los
Montañeses y Girondinos.- Jomatlas del 31 de mayo y 2
de jünio. POl'mcnores y circunstancias de la insnrl'eccio 11
llamada de 31 de mayo.- Pónese en al'resto á 29 represell-
tantes girondinos.- Cari\cter y resultados políticos de aque-
lla joruada. Ojeada sobre la marcha de la revoluciono .J ni-
do sobre los girondinos.


Aunlentóse grandemente la fermentacion con
las noticias que llegaron del Vendée al misulo
tielnpo que del norte, en que se anunciaban




76 REVOLUCJON FRANCESA.
los reveses de Dampierre, y las del m'cdio d:ia en
que se contaha que los espaii.oles amenazaban por
los Pirineos, añadiéndose otros mil avisos ~ de las
malas disposiciones que se manifestahan en varías
provincias. Muchos departamentos inmediatos al
Vendee, al saber las victorias de los insurgentes,
se creyeron autorizados á enviar tropas para com'-
batirlos. El solo departamento del Herault levan-
tó seis mil homhres y aprontó seis millones de
francos, escribiendo una representacion á Paris
para que se hiciese lo mismo. Aprobó la conven-
cion aquel rasgo de entusiasmo y autorizó con ello
á todos los ayuntamientos de Francia para ejercer
actos de soberania haciendo levas de hombres y
dinero.


No era natural que se quedase atras el de París,
antes 1)ien pretendia que le tocaba al pueblo pa-
risiense ser el salvador del reino y así determinó
probar su zelo y desplegar su autoridad levantan-
do un ejército. Por tanto decretó que supuesta la
aprobacion solemne que habia dado la convencion al de-
partamento del lJerault , se org'anizal'ia en el casco
de París un ejército de doce mil hornbres para
D1archar contra el Vendée. Siguiendo tamLien :el
ejemplo de la convencÍon , nOlllbró cOlllisal'ios de
su consejo general que aCOlllpartaSen al ejército;
debiendo sacarse }os doce mil de las cOlnpañias
de las secciones armadas, á razon de 14 hombres




CO~VENCION NACIO~AT. (t 793). 71
por cada 126. Segun el uso revolucionario, go-
zaba la COlllision de cada seccion de un poder dic-
tatorial para designar los sujetos que debian l~ar­
chal' con menos inconveniente del servicio, y « en
« consecuencia, decía el acuerdo; todos los enl-
cr pleados solteros de las oficinas de Paris escepto
c( los gefes y seg'undos; los pasantes de notarios,
« abog'ados, luancehos de banqueros, COll1ercian-
c( tes, mercaderes y criados de las secretarias etc.
([ podl'án ser ali~tados con arreglo á las propm.'cio-
c( nes siguientes: de cada dos ha de lnarchar uno;
el de cada tres dos; de cada cuatro dos; de cada
([ cinco tres; de cada seis tres; de cada siete cua-
e: t1'O ; de cada ocho cuatro, y así sucesÍvalnente.
cr Los empleados de oficina á quienes tóque salir
« disfrutarán su plaza y la tercera parte de su suel-
« do , sin que ninguno pueda escusarse de la mar-
e¡ chao Los ciudadanos desiglléldos para ella 111ani-
c: festarán á la cOlnÍsion de su seccion las piezas de
( equi po que les falten y se les darán inlnediata-
C( fuente ; asi conlo ellos se reunirán tamhien sin
«pérdida de tiempo para elegir sus oficiales y es-
ce tarán prontos á sus órdenes. ),)


Pero no bastaba levantar un ejército y for111ar-
le con aquella violencia, sino que se necesitaba
pensar en ellllodo de mantenerle, y para ello des-
de luego se pensó en dirigirse á los l'icos. Estos
tales, se decía, no quieren hacer nada en defensa




78 IlEYOLUCION FRANCESA.
del pais y de la revolucion, sino que viven en
una completa ociositlad y dejan al pobre pueblo
que derrame su sangre por la patria; es menes-
ter obligarles á que á lo menos contribuyan con
sus riquezas á la salvacion COlnun. Para eso se dis-
currió un préstamo forzoso sohre los ciudadanos
de Paris , segun la cantidad de sus rentas. Desde
mil francos hasta cincuenta mil tenia que cotltl'i-
huir en la proporcion desde 30 francos hasta 20
mil ; y los que pasaban de 50 luil fi'ancos de ren-
ta habían de reservarse para sí treinta mil y aban-
donar todo lo demas al público. Si alguno ú al-
gunos se resistiesen á pagar esta cuota, no solo
quedarian en secuestro sus bienes muebles é in-
muebles á disposicion de la comision ,sino que
pl'ocederia á su venta y quedarian sus personas
en clase de sospechosas.


Ya se deja discurrir que semejantes providen-
cias encontrarian una fuerte resistencia en las sec-
ciones , como que atacaban á todo el mundo, á
unos en sus personas obligándoles á tomar las ar-
mas y á los demas en sus bienes: tanto mas cuan-
to segun ya hetllOS visto, estaban mas ó menos
agitadas segun ahundaba ó no en ellas el hajo
pueblo. En algunas, como en la de los Quince-
vingts, en la de Gl'aviIliers y en la de la Alhondi-
ga se declaró que ninguno marcharia mientras
pel'maneciesen en Paris confederados y tt'opas de li-




CONVENCION NACIONAL. (1793). 79
nea, que solo sel'vian como de guardias de corps de
la convencion. La resistencia de estas era por espí-
ritu de jacobinismo, pero en otras muchas era por
un espíritu diametralmente contrario, y ademas
acudieron á todas ellas los pasantes, mancebos y
empleados, haciendo una terrible oposicion á los
dos decretos del ayuntamiento. A ellos se reunieron
los criados antiguos de la aristocracia emigrada que
no dejaban de meter ruido en Paris y se juntaban
en corrillos por las calles y plazas públicas gritan-
do mneran losjacobinos, muera la Montaña, de suerte
que en aquel entonces se notaban en Paris los mis-
mos obstúculos que se advertian en las provincias.


Esta fué la señal de un gl'Íto general contra la
aristocracia de las secciones, diciendo Marat que
los Señores especieros, procuradores y mancebos
conspiraban con los Señores del lado derecho, y
con los Señores ricos para conlbatir á la revolu-
cion , y era preciso arrestarlos á todos como sos-
pCdlOSOS y red uci dos á la clase de descamisados,
sú, dejarles siqU'l~era con que taparse el ...•


El procurador sindico Chaumette hizo un largo
discurso en que deploró las desgracias de la pa-
tria, que en su sentÍr provenían de la perfidia de
los gobernantes, del egoismo de los ricos , de la
ignorancia del pueblo y del cansancio y disgusto
de muchos ciudadanos por la causa pública. Pro-
puso pues y logró que se decretase pedir á la con-




80 llEVOLUCION FRANCESA.
vencion 111cdios de instruccion púLlica, Inedios
para vencer el egoísmo de los ricos y de socorrer
á los pobres; que se fonnase una junta compues-
ta de los presidentes de las comisiones revolucio-
narias de las secciones y diputados de todos los
cuerpos administrativos; que esta junta se reu-
niese todos los domingos y los jueves en el ayun ..
tanliento para preservar la causa pública de los
peligl'os que la rodeahan; y últimamente que se
invitase á todos los buenos ciudadanos á asistir á
las asambleas de cada secc~on para hacer prevale-
cer en eHas su patriotismo.


COlno Danton estaha sienlpre pronto á inventar
recursos en los mOlnentos dificilcs, pensó en COln-
componer dos ejércitos de desclmisados, de los
cuales el uno hahia de lnarchar contra el Vende e ,
y el otro permanecer en Paris para contener á la
aristocracia; que mnhos fuesen pagatlos á costa de
los ricos , y últinlamente , para asegul'ar la lna-
yoria en las secciones, propuso que se señalase un
salario á los ciudadanos que perdian el tielnpo
en asistir á las sesiones. Apoderándose de estaidea
Robespierre , la desarrolló en los jacobinos, y pro-
puso adenlas formar nuevas categorias de sospe-
chosos sin limitarse á los antiguos nohles y á los
clérigos, sino estcndiéndose á todos los ciudada-
nos que de cualquiel' nlOdo huhiesen dado prue-
bas de incivismo; que se les encerrase hasta fa




COXVExcrON X,\CTONAI. (1793). 'S I
paz; (IHe se acelerase la accion del trihunal revo-
lucionario y que se contrapusiese el influjo de los
1nalos diarios con otros nledios de comunicacion.
Con todos estos recursos dijo que se podia resistir
ú las intrigas del lado derccllo si n acud ir á mf'dios
ilegales ni violar las leyes.


Bien se ye que todas estas ideas sc dirigian ha-
cia un ohjeto, (PIC cra el de arJnar al pueblo lle-
vando á fuera una parte de él y dejando otra den-
tro para dominarlo todo; equipade á costa de los
ricos, hacerle asistir, tambien. á su costa, á las
asanlbleas deliherantes, encerrar á todos los ene-
migos de la revolucion bajo c1 1l0lnhrc de sospe-
chosos, dúndole una acepcion nlllt~ho Inas lata que
hasta entonces? estahlecer un nlcdio de cor1'e5-
l)ondencia entre el a yuntmniento y las secciones,
y crear para ello una nueva asanlhlea revolucio-
naria que adoptase un nuevo nledio de salvacion,
es decir la insurrecciono Para este objeto esta ha
destinada aquella asalnblea del palacio episcopal
anteriormente disuelta y renoyada. ahOl'él á pro-
puesta de Chaumette.


De) 8 altO de nlayo ocurrieron nuevas inquie-
tudes, porque se decia que D:ullpiel're habia sido
nluerto en el ejército del Norte; que en 10 interior
continuaban sublevándose las proyincias; que la
Normandia entera estaba pronta á unirse con la
fll'dalla: que los i Ilsul'gentcs del Vend(.e se ha-


(j




82 REVOJXCION }\~RA~CESA
Lian ullelallLalto desde Thoual's Ú Low.lun y AIon-
lt'euil, y tOlnado aquellas dos ciudades llegando
casi á las orillas del Loira ; que los ingleses desem-
barcando en las costas de BretaIla iban á reunirse
con ellos y atacar en su celltro á la repúhlica: que
los ciudadanos de Burdeos indignados de las acu-
saciones hechas contl'a sus diputatlos, y en acti-
tud amenazadol'a, hahían desarnlado á la única
seccion en q~e se reunian los jacobinos; que en
~farsella estahan las secciones en plena insurrec-
cion; que ofendidas de los escesos cometidos hajo
pretesto de dcsannar á los sospechosos, se 11aJJian
reunido y destituido al ayuntalnicllto, trasferido
sus facultades á una COlllision llamada central de
las secciones, é instituido un tribunal popular
para indagar los autol'es de las muertes y saqueos;
que despues de hahcl'se conducido así en su ciu-
dad habian enviado diputados á las secciones de
Aix y se esforzaban en propagar su ejemplo pOl'
todo el departamento; que sin respeto aJg'uno á
los conlisarios ,de la convencion, se habian a po-
derado de sus papeles y les habian mandado reti-
rarse; que en Lyon era iguahnente grave el peli-
gro; que los cuerpos adnlillistrativos unidos con
los jacobinos, habian dispuesto, á imitacion de
Pari~, una leva de seis millones, y seis mil honl·
bl'es, habiendo intentado ademas el desarmamien~
to de los sospechosos y la cl'eacion de un tl'ibunal




CONYE~CTON NACIONAl. (1793). 8:1
T~\'olL1cion:H·jo contra d cual se habian sublevado
·las secciones y estélban IH'ontas á venir á las nUl-
nos contra el ayuntalniento. De este 1l10do mien-
tras que el enenligo se adelantaha por el norte, po-
tlia la insurreccion saliendo de la Bl'etaiia y el Ven ..
(¡lee y sostenida por los ing·leses , dar la vuelta de
Francia por Burdeos, Rohan , Nantes, ~'1arsella y
.L yon. Todas estas noticias llegaron una (lcspues
(le otra en elintérvalo del 12 al 15 de 11la)'O ycau-
saron la filas siniestra ilnpresion en el ániuI0 de
los Montarleses y oe los Jacobinos. Volvieron á re-
Iw,"ar con mayor fu rOl' laspl'oposiciones ya he~
ellas, y se quiso que todos los nlOZOS de caf(~ y de
fonda y todos loscl'iados lual'chasen innletliata-
mente; que las sociedades populal'es en masa se
pusiesen en camino; que se presentasen inconti-
nenti cornisarios de la asamblea en las secciones
para decidirlas á aprontar sus contigent€s, y qLIC
saliesen en posta 30 lnil hOlnbres en coches de Iu ..
jo ; quecontl'ibuyesen los ricos sin dilaciollcon la
{lécilna parte de su caudal; que se encerrase á los
sospecltosos y se les tuviese en -rehenes; que se cxa-
lninára la conducta de los ministros; que se encarga-
se á la conlision de salud pública redactar una ins-
Íl'uccion para los ciudadanos cuya opinion estaba
eslt'aviada ; que se suspendiesen todos los negocios
cÍyiles ,se cerraran los teatros y que se disparase el
i{~allon de alarma y se tocase la campana de rebalo~




REVOLUCION FRANCESA.


Con el objeto de calmar un poco aquella c[ér-
"esccncia general hizo Danton uos observaciones ~
á sabel', que no se detuviese el alistamiento por
temor de que no quedarían en Paris bastantes ciu-
dadanos rectos para cuidar de su seguridad, por-
que siempre existirían allí ciento y cincuenta mil
hombres prontos á levantarse y esterminar á los
aristócratas que se atrevieran á presentarse; y se-
gunda , que la agitacion de las guerras civiles le-
jos de ser motivo de esperanza para los enemigos
esteriores, no era por el contrario mas que una
ocasion de terror, « porque segun había observa-
« do l\Iontesquieu hablando de los Romanos, un
« pueblo cuyos brazos están todos armados y eier-
e: citados, cuyos ánimos están aguerridos y exalta-
« dos y las pasiones convertidas hacia el furor de
«los combates ; ese pueblo no tiene nada que ie-
e: mer del valor frio y 111ercenario de los soldados
« estrang·eros. Hasta el 111as débil de los partidos
« beligerantes tendria sohraua fuerza para aniqui-
( lar aquellos autómatas, cuya disciplína no su-
«pie la falta de vida y entusiasmo. l>


lUandóse al instante que fuesen 96 comisarios á
las secciones para recla01ar el contingente y que
la comision de salud pública continuase sus fun-
ciones durante otro 111eS mas. ¡<'ue no01hrado Cus-
tine general del ejército del NOl'te y lIouchard I


",del del Rhin. Se hizo la disLri hueion de los ejé!'-




CONVENCION NACIONAL (1793). 8:>
~ítos al rededor de las fronteras, y Canlbon pre-
sentó un proyecto de préstamo forzoso de mil mi-
llones que habian de cubrir los ricos y se hipo-
tecaria sobre los bienes de los emigL'ados.- « Este
([ es un medio, dijo, para obligar á los ricos á to-
« mar parte en la revolucion, reduciéndolos á ad-
({ quirie una parte de bienes nacionales si quieren
« pagarse de su crédito con la misma prenda. »


El ayuntamiento por su parte acordó que se for-
mase en Paris un segundo ejército de descamisados
para contener á la aristocracia, mientras que el
primero marchaba contra los rehcldes': que se hi-
ciese un cncarcelamiento general de todos los sos-
pechosos, y que la asamhlea central de las ~cccio­
nes,compuesta de las autoridades a(hninistrativas,
de los presidentes de seccion y de lniembl'os de
las comisiones revolucionarias, se reuniera lo lna3
pronto posible para h::tcer la reparticion del pl'és-


. tatuo forzoso, formar las listas de los sospecho-
sos etc.


La:confusion habia llegado á su colmo, pue.s por
una parte se decia que los aristócratas de fuera y
dentro estaban de acuerdo; que los conspiradores
de Marsella, el Vendee y la N ornlaudia oh faba II de
concierto entre si ; que los nlÍenlbros del lado de-
recho dirigian aquella vasta conjuracion y que el
tumulto de las secciones no era mas que un resul-
tado de sus intrigas en Paris. Por la otra se pro-
~'-"-'"
,"'~ ; BL~.


,. O ... ~ .
. oc·


" ..


. 4>-
.....


'/~~i~~~'"




palaha que tOllo nacía d(l los psccsos de la l\Ionür--
ña cometidos en todas partes, y la imputaban el
proyecto de tl'astornar la Francia y asesinar á 22
diputados. Por ambas partes se andaha preguntan-
do como se' saldl'ia de aquel peligl'o y que es lo que'
se haria para salvar la república: Lo~d.jputados del
lacIo derecho se escitahan unosú oteos á tener valor
y dar algun golpe de grande energia, estando
apoyados por las secciones del Mallo, la de la Butte
des l\Io111ins y muchas otras, que reusaban enviar
comisarios á la asamblea central que se hahia for-
mado en el corre~iJnjento. Tambien reusaban sus-
crihir al }1l'éstamo forzoso diciel1lfo que ellas pro-
veerian al ll'lanten}lniento de sus vuluntarios , y se
oponían á las nuevas listas de sQspechosos di-
ciendq que sohraba su eonlÍsion revolueionaria
para hacer la policia de su distrito. POl~ el conh'a-
rio los montañeses ~ los jacohinos y fl'<lllciscanos y
los individuos de avuntamiento no cesahan de
gritar que había traicÍon , repitiendo en todas pal'~
tes qne era necesario acahélr de' una vez c(tJl ella
uniéndoscJ entendiéndose para salvar la república
de la conspiracion de los veinte y dos. En Jos fran-
ciscanos se dl~l'~a ahiertamcntl' que era indispen-
sahle cogerlos y dq.(ol1ados, y en ulla asamblea
donde s,~ reunían mw·ha.'\ tnllgercs furiosas se pro-
puso aprrJYcchar la oC(l:-;ioll (!PI prjm(~l' tumulto en
1¡~ cOH.vcncioll y <.ltl,'lcs de pllñabda~. Estas liJria~




R7
ITevahau pllilalcs consigo y todos los días hacia n
mucho est répi to en las tribunas dicicndo qne ellas
solas salvarian la rcpública. En todas partes se ha-
blaba del númCl'O de puilales quc habia fabricado
por centenares UIl solo armero del arl'ahal de S.
Antonio. UIJO y otro partido e:,taba Clnnado y con
tOllos los medios de defensa y de ataqlle , y aun-
que todavía no había un plan convenido j habian
las pasiones llegado ú tal punto de cxaltacion, (lile
el menor acontecilnienlo bastaha pal'a producir la
esplosion. Se decia que las acusaciones presentadas
por el ayuntaJuienLo contra los veinte y dos no 1('.'1
impedian tomar asiento todavja, y ([UC por con-
siguiente el'a indispensable un acto de f'llcl'gia po-
pulal' ; que los ciudadanos destinados al V cI1l1(~c
no debian ponerse en cami no antes de habel' sal-
vado la patria; qne solo el pueblo podia salval'1a,
pcro que era necesario indicarle los lllCdios de
llacerlo y que paea eso sc habia dc nOlnbrar una
comision de cinco 111ienlhl'os, el (luicn la sociedad
permitia gllal'dal' secl'etos hasta con ella nlisma.
Replicaban otros fine todo debia decirse en la so-
ciedad y que era inútil querer ocultar nada, pues
era tielnpo de ob1'al' al descubierto. Robespierrc,
á quien incomodahan aqncllas inlprudentes de-
claraciones, se oponía a los nlcdios ilegales, y
prcguntaha si Sí' habian ag"olado y él todos los rc-
cursos, úliles y mas s('g"nros qne hahía propuesto.




( ;,JIabcis organizado, les (leeja, vuestro ejércíto'
« revolucionario '{ ;,Habeis hedlO lo que conveni:.t
« para pagar á los s(lnsctllottes llamados á las a1'-
« lnas Ó deliberando en las secciones'? ¿ Haheis ar-
« restado á los sospechosos'! ;, Habcis cubiel'to vues-
« tra~ plazas púhlicas de fraguas y talleres'? No,
« no ha beis todayia empleado ning'una de las me~
~{didas prudentes y naturales que no comprOllle-
« terian á los patriotas, y sufris que unos hombres
« que no entienden una palahra de los negocios-
« públicos os· propongan providencias que son
« causa de todas las calumnias que se esparcen
« contra vosotros. Solo cuando se han apurado to-
« dos los recursos leg'ales es cuando se puede acu-
« dir á los violentos, y aun estos no se deben
« proponer en una sociedad que tlehe ser pruden-
« te y política. Yo s{~, í.li'i.adia Rohc~picrre, que nle
« acusarán de IJwderant¡"slIlo, pero ya nle conocen lo
« hastantc para que yo pueda temer tales impu-
« taciones. »


En esta ocasion, como en la de 10 de agosto,
se sentia la necesidad de tomar un partido y se
andaba errante de proyecto en proyecto, con de-
seos de tener algun sitio en que poder entenderse.
Estaba: ya formada la junta del corregimiento,
pero filltaha en eJ]a el departamento, de quien
solo se habia presentado uno de los lllienlhros.
filIe era el jacohino Dufonrn)! 2 ; talllhien Etltabau




CONVENCION NACIONAL. (1793). SU·
n1ucl.as secciones, y ni siquiera habia parecida
por ella el corregidor, por lo (iue habian diferido.
bjunta hasta el domingo 19 de mayo, en que
se oeuparian del objeto de la reunion. Aunque
en la apariencia fuese hastante circunscrito este
ohjeto contenido en el acuerdo del ayuntamiento,
se habian tocado alli convel'saciones que se tenian
cn todas partes y se habia dicho que era indis-
pensable otro 10 de agosto. Sin clllbargo no ha-
hia pasado de simple conversacion y de exagera-
ciones de cluh, habiendo estado mezcladas mu-
elws lnugel'es con los hOlnhres, sin que ofreciese
aquella reunion ttUl1ultuosa sino el mismo desór-
den de ideas y lenguage que ofrecian todos los si-
tios públicos.


El 15, 16 Y 17 de mayo se pasaron en agita-
ciones, y cada cosa que ocurria era una nueva
ocasion de disputas y tWllulto en la asanlLlea.
Enviaron los Bordeleses una representacion, en la
cual anunciahan que iban á levantarse para de-
fender ú. sus diputados, y declaraban que una
parle de ellos lnarcharia hacia el VClldée contra
los reheldes, luientras que la otra iria á I>aris pa-
ra estel'lnillar ú los anarquistas que se aLreviesen
ú atentar contra la rcpresentacioll nacional. Otra
carLa de Marsella anunció fIue las secciones de
aquella ciudad persistian en su resistencia, y por
últinlo una pcticion de LyOll reclamaba auxilio,s




REVOLUCION FRANCESA'.


para 1,'100 presos que estaban encerrados bajoer
~oncepto de sospecho s y amenazados de tener un'
tribunal re'lolucionario por Chalier y los jacobi-
nos. Estas represelltacione:; escital'on un tumulto'
espantoso, y tanto en la asmuhlea como en las tri-,
hunas parecian estar prontos á venir á las manos.
Sin elnbargo, animado el lado derecho por el
peligro mismo, cOIl1unicó su" valor á la llanura y
se decidió· por una gran. mayoria que la peticion,
de los Bordeleses era un modelo de patriotismo;
se anuló todo tribunal revolucional'io que hubie-'
se sido creado pOl' autoridades locales y se auto-
rizó á todos los ciwIadanos ú quienes se intentase'
sugetar á él para rechazar la fuerza con la fuerza.
Estas decisi()ues exaltaron á un tiempo la indi-
gnacion de la ~Ionta[la y el valor del lado dere-
cho, llegando el dia 18 la irritacion á su colmo.
l)ri vada la Montaña de un gl'an o.q niunero de sus
Juicmbr()s que habían ido de di putados:ú los de-
partamentos y ú los ejércitos, se quejó de que es ta-
ha opriluida, y al instante pidió la palabra Guadet
para hacel' una aplicacion histórica á las eircunstan-
cias presentes, y (lue parece profetizar de un modo
espantoso el destino de los partidos. « Cuando en In-
( glaterra, dijo, una generosa lnayoria quisoresistir
ti: á los fUl'ores~de una núnoria filcciosa, (l(luella rni-
« noria gritaha fILIe estaba oprimida' y ll('~ó con cs-
{( te STito á oprimir la mayoría misma. Llamó á si




(ONVENc:IO~ NACIONAL (t 793). ~j;
~ ft los patriotas pOI' cs<.:clen<.:ia, que asi se caliLi-
« caba una nlultitud estraviada, á quien habian
« prometido el saqueo y reparticion de tierras.
«Esta contÍnua apc1acion á los patriotas por es-
« celcncia contra la opresion de la mayoria pro-
« dujo aquel atentado conocido con el nOlubre de
« expltrgacion del parlamento, atentado de que fue
c( autoe y geí(~ a(Iuel fanloso Pride, que de carnice-
« ro habia as<.:endido á coronel. Ciento y <.:incuen-
« la diputatlos fueron echados del parlamento, y
«la minoria que constaba de cincuenta ó sesenta
«mielnbros quedó siendo duelta del estado.


« 1, Pero qué sucedió y Aquellos patt'iotas por es-
(( celencia, que no' eran nlas que instrumentos de
« CrOlllwell, á quienes bizo hacer locuras sobre
«locuras, fueron expelidos á su vez, y sus Pl'O-
({ pios crÍnlenes sirvieron de pl'etesto al usurpa-
f( dor.» AqUÍ Guadet sellaJantlo á Lcgendre, á
Danton, á Lacroix y ú otros diputados conocidos
por sus malas coshuuhres y dilapidaciones, alIa-
do : « CrOlllwell entró un dia en el parlal11ento y
«dirigiéndose á afluellos mislllos 111iembros, que
« solos creian podel' salvar el estado, les echó de
« alli diciendo al uno: tu eres un ladron ; al olro,
« tu eres un horradlO ; á este, tu has sustraido los
( fondos públicos; al de mas hallú , tu eres un li-
a: hertino y un jugador. H uitl pues de a(plÍ, les
(( dijo á todos y ceded el puesto á los hOlnhres de




REVOLUClON FRANCESA


« hien. Ellos le cedieron y Cromwell le ocupó. m
Esta grande y terrible alusion comnovió profun-.


damente á la asamblea que se qu_edó silenciosa, y
continuando Guadet con el objeto de evitar aquel
espurgo pridiano, propuso diferentes medios de po-
licia que adoptó la asalnblea en medio de los mur-o
mullos. Pero al tiempo que se volvia á su puesto
ocurri¿l una escena escandalosa en las tribunas.
U na nluger queria sacar de ellas á un hombre pa-
l'a ponerle fuera de la sala y todas la prestan su
apoyo, de modo que el desgraciado que se resis-
tia estuvo á pique de ser ahogado por todo el po-
pulacho de las tribunas. Hizo la guardia vanos es-
fuerzos para restahlecer ]a tranquilidad, y 1\1arat
principió á gritar diciendo que aquel hOlnbre era
un aristócrata .... Indignóse la asamblea contra
1\larat, porque aumentaha su peligro y le esponia
ú ser asesinado; pero él replicó que no estaria con-
tento hasta que se viera lihre de los aristócratas,
de los cónlplices de Dumouriez y de los hombres de
estado, asi llmnaba él á los del lado derecho á cau-
sa de su reputacion de homhres de talento.


Innlediatamente se descuhrió el presidente
Isnard para hacer una declaracion inlportante, y
todos escucharon con el nlayor silencio las siguien-
tes palabras que pronunció con el acento de un
profundo dolor: « l\Ie han revelado un proyecto de
« la Inglaterra que debo dar ú conocer. El ohjeto




CON\"ENCION NACIONAL. (1793). 93
f(\ de Piu es arn1ar á la pohlacion una contra otra
«empefiúndola en la insurreccion, y esta debe


-« principiar por las nlugeres dirigiéndose contra
,« muchos diputados, á quienes se ha de degollar
« y disolver la representacion nacional, en cuyo
q momento se hará un desen1barco en nuestras
.« costas. Esta es, dijo Isnard, la declaracion que
« debia hacer á mi país. »


La luayoria aplaudió á Isnard y se luandó im-
primir la declaracion decretando aden1as que no
se separasen los diputados y que todos los riesgos
fuesen comunes. Luego elnpeZarol1 á esplicarse
acerca del tunntlto de las trihunas , y se dijo que
las n1ugercs (Iue le ocasionaban pertenecian todas
á una sociedad llatuada de la fraternidad , y venian
á ocupar la sala y escluir de ella á los estrangeros,
á los federados (le los departanlentos y turbar las
deliberaciones con sus murnlullos. Estos principia-
ron de nuevo apenas se trató de las sociedades po-
pulares , y Marat que no habia cesado de recorrer
los corredores y pasar de un banco á otro hablan-
do siempre de los homhres de estado, designó á
uno de los nlielubros del lado derecho diciéndole:
tu tambien eres ww de ellos, pero el pueblo hará iustl:cia
de ti y de los dentas. Lanzóse entonces Guadet á la
trihuna para provocar en nledio del peligro una
detenninacion aniluosa , y recordó todos los albo-
rotos 'Vcrificados en París, las convcrsaciones teni-




REYOI~UCION FRANCESA.


{las en las asulllbleas populal'cs, los horriLles dls-
CUl'SOS pronunciados en los jacohinos, los proyec-
tos anunciados enlaasamLlea reunida en el cor-
reginliento, y dijo que el tumulto actual no tenia
ott'o ohjeto que provocar alguna escena de confu-
sion á cuya sOlnb.'a deLian ejecutarse los asesinatos
{Jue se meditaban. A pesar de que leinterrumpian á
~ada instante consiguió que le oyeranllasta el ca-
.bo y propuso dos lnedidas heroicamenteenél'gieas
:peroimposibles.


([Todo el mal, dijo, está en las autoridades
« anárquicas de ·Paris , y yo os propongo que las
.« revoqueis y pongais en su lug-ar á los presiden-
~ tes de las secciones..


ce COlno la convencion 110 cstá en libertad, es
-'1 preciso reunil' 6tra asamhlea en oh 'a parte y de-
({ cretar que todos los suplentes se reunan en Dour-
-<t ges , y esten prontos á constituirse en convencion
( á la prilnera serial que les deis, ó al primer avi-
(t so que reciban de haberse disuelto la convcll-
~


III ClOno »


Apenas se oyeron estas dos proposiciones se ar-
mó un desórden espantoso en la asamblea, levan-
tándose todos los miembros de la dcrecha y gl'itán-
do que este era el único nledio de salvacion , dan-
do QTacias al atrevido genio de Guadet fIne habria
sabido descubrirle. La izquierda por su parte se
levantó tambien arncnazan<.lo á sus adversarios y




t:O~YE:\'CION NACIO:\'AL (1793). 9;)
"gritando ú su vez que ya estaba por fin descuLier-
ta la conspiracíon , pues los conjurados mismos no
podian disimular sus proyectos contt'a la unidad
de la república. Quiso Danton subir á la tri-
huna, pero le contienen y la ocupa en su lugar
Barrerc, en nOll1bre de la comision de salud pú-
111 ica.


Este con su melosidad insinuante y su tono
conciliador dijo que si le hubiesen dejado hablal'
hace llluchos dias., hubiera revelado varios hechos
concernientes al estado de la Fl'ancia, y refirió
(pIe en tod<ls partes se estaba hablando de un pro-
yecto de di sol ver la convencion, y que el presiden-
te de su seccioll le habia oido allnismo ChaulnetLe
ciertas especies que denotahan aquella intellcion.
Que allá en el antiguo palacio del obispo y en
otra junta del corregirniento se habia tratado de
lo mismo, y que para conseguir este ohjeto se pen-
saba en provocar un tumulto por medio de las
mugel'es y acabar con'veinte y dos diputados á favor
del desót,den. Añadió Bal'rere que el ministro de
negocios estrangeros y el del ini erior no podian
menos de saber algo de esto y convendria oirles.
Pasando luego á las medidas que acababan de pro-
ponerse, dijo que era del miSlllO dictámen de Gua-
det en cuanto á las autoridades de Paris, porque
no veia mas que un departalllento débil, unas sec-
ciones (Iue estaban obrando como si fuesen sohe-




96 REVOLUCTON FRÁNCESA.
ranas, un ayuntanliento propenso ú tOllos los tlc-
sórdenes escitado por Chaunlcttc ~ que era un cx-
fraile y tan sospcchoso como todos los antiguos
clérígos y nobles; pero ú pesar de eso tcnia por nluy
ayenturada la renoyacion de aquc]]as autoridades,
ponple produci ría un tumulto an:'u'Cfuico. En
euanlo ú la reunion de los suplentes en Bourges,
esta no salvaría la convencion ni 11lucho ll1enos
podría suplirla, pero que en su dict:'unen hahia
un lnedio de oponerse á todos los verdaderos pe-
ligros que arnenazahan sin esponerse ú tan gravcs
inconvenientes, y seria el de nomhrar una COllÚ-
sion conlpuesta (le doce individuos, que se encar-
gase dc avcriguar los acuerdus tomados por c1
ayuntaIniento de un ll1es á esta parte, indagar las
traInas que se han fraguado en lo interior de la
república y los proyectos que se hayan fOrInado
contra la representacion nacional; tOlnar las noti-
cias que necesite en todas las cOluisiones, los mi-
nisterios y del11aS autoridades, yúltinlanlellte dis-
poner de todos los nledios necesarios ·para asegu-
rarse de las personas de los conspiradores.


Pasado ya el prinler impulso de entusiasnlo y
yalor, se tuvo la mayoria por ll1Uy feliz en adop-
tar aquel 111edio conciliador de Barrere ~ y como
no habia cosa 111aS COlnun que nOlnbrar comisio-
nes, pues á cada snceso, á cada peligro y á cada
necesidad se nombraba una, nu hubo dificulLad




COXYEXCIOX X.\CION.\L. (179:l). 91
en nomhrar t~lln"ien e."la, con lo cual inlnrdiata-
luente qne quedaban elegidos ciertos individuos
para ejecutar una cosa·, ya se pel'suadia la aSaH.l-
hlea que el'a negocio concluido y que la comision
representaria su pl'opia energia, sus propias lu-
ces y sus propias fuerzas. No debia carecer esta
última de aquellas calidades pues esta ha COlnpues-
ta casi toda de indi vidllos del lado derccho , entre
quienes se :contaball Royer-Fonfredc, Rabaut Se
Etienne, Kervelegan y Enrique Lal'iviel'e, que e.fall
girondinos. Pero esta lnisma energia de la comi-
sion iba á serIes nHIi funesta? porque instituida
para poner ú cuhiertoft la cOllyenciell tIc los 1110-
"imientos de los jacohi 11-0 S , iba llecesal'iaIncnte á
irri tarles 1nas y aUUlentar el peligTo que estaba
destinada [l remover. Habian aUlenazaclo los jaco-
binos ú los giron(linos con sus gritos diarios, y
estos les yoIyian las tornas n01nhl'ando una co-
nlision , ú la cual iban ú contestar aquellos con
un golpe f~ltal en las jornadas ([el 31 de lnayo y 2
de junio.


No hien se instituyó la tal cmuisioll cuando las
sociedades populares y las secciones cmpezaron á
grital', segun cOStUlllbl'c, que les ponian la inqui-
sicion y la ley ll1arcial. La junta del corregimiento
que estaha citada. para el donlingo 1~) se reunlO
en efecto y fue lllas numerosa qne en las prece-·
¡.lentes sesiones, aunque lalnpoco la presidió el


v.




llEVOLlJCION FRANCESA


t:ol'i'cgidol' sino un conlisal'io de policia. Faltal'ol't
ú la cita algunas secciones y solo unas lt'einta
y t:lnco habian en "iado comisionados suyos. El
ti lulo tie esla j unta era el de comision central re-
l'Uluclunaria, y desde luego se convino en no eseri-
Lir nada en ella, ni llevar registro de acuerdos,
prohibiendo que nadie se retirase hasta que se
t:onduyera cada sesion. Despues se trató de fi-
jar los· objetos de que habian de ocuparse, sien-
do el único que estaha oficialmente anunciado
el del préstamo y la lista de los sospechosos. Pero
sin embargo, desde las priulel'as palabras se prin-
ci pió á decir que los patriotas de la convencion
eran ilupotentes para sal val' la causa pública y era
necesario suplir su insuficiencia indagando quie-
lles eran los sospechosos, tanto en las administra-
ciones COlUO en las secciones y en la convencion
n1Íslua , y echarles la nlano para ponerlos en im-
posibilidad de hacer dai'lO. U no de los n1Íernbros
dijo con frialdad y lentitud que no conocia otros
sospechosos que la convencion y que allí era ne-
cesario dar el golpe, para lo cual propuso un me-
dio nluy sencillo, cual era el de coger á yeinte y
dos diputados y trasladarlos ú una casa de los ar-
rabales, donde se les degollaria y luego se fingi-
rian algunas cartas para hacer creer que hahian
clnigrado. « No es decil' (lHe lo ejenllelllOs nosotros
« nlÍslll0s , ai'tadió, sino qHe paganllo, nos sel'ú (;t-




CONYE~CIO~ ~AClO:\'AL (t 703) 9H
(( clI encontar C'jecutOl·C'S. » Otro núembl'o replicó
al instante fIHe aquella medida era inejecutable y
convenia esperar ú que Marat y RobespielTe pro-
pusieran en los jacohínos los medios de insurrec-
cion, que sin duda serian los 111aS acertados.- Si-
lencio, gritaron muchos á un tiempo, no se debe
nombrar á nadie.- Ot1'O tercer miembro, que era
,diputado de la seccion de 92, representó que no
~onvenia tampoco asesina1' á nadie, pues para eso
habia tribunales que juzgasen á los enel11igos de la
revoluciono Al oir esto se suscitó un gran tUl11ul-
to contra la doctrina del que acababa de hahlar,
diciendo que alli no se debían (1(bnitil' sino hOlll-
hres que estuviesen á la altura de las circunstan-
cias y fuesen capaces de denuneiar á su vecino si
sospechahan de su falta de energia, y sin l1laS ni
mas echaron de la asamhlea al que se hal,ia atTe-
"ido á hablar de leyes 'y de tribunales. Obsen'a-
ron al mismo tiempo quC' un l11Íell1hro de la sec-
(~ion de la Fraternidad, la cual no era nluy adicta
á lo~ jacobinos estaba tomando apuntes y al mo-
lnento le echaron fuera cmuo al anterior. Por el
n1Íslno estilo continuaron ocupándose de la pl'OS-
cri pcion dc los diputados, del sitio que hahia de
escogerse rara su scptcmbn:zacion 'Y rara el encar-
celamiento de los deluas sospechosos, fuesen del
aynnlanliento ó de las secciones. Otro mif'mbro
(jlliso que la ejccucion se verilicase aquella mi:ml:l




too HE\'OLt;ClON ntAXCES,\.
noche, y halJiéntlole di cllo ({ue no era posihle,;
replicó que habia hombres que estaban prontos,
arladiendo qne Coligny se encontraba á media
noche en la corte, y á la una ya estaLa difunto.


Entretanto se pasaba el tiempo y remitieron
para el día siguiente el exúmen de estos diferentes
objetos, conviniendo en ocuparse de tres cosas:
1.a de apoderarse de los diputados; 2.a de la lista
de los sospechosos ; 3. a de la epuracion de todas
las oficinas y comisiones. Quedaron citados para el
dia siguiente á las seis de la tarde.


Al inmediato, que era el lunes 20 se reunió de
nuevo la junta, estando presente Pache, y se le
presentaron muchas listas con toda especie de
nombres; pero él observó que no debian nomhrar-
se de otro ¡uodo que listas de sospechosos, que era
el único legal, supuesto que se habia Inandado
hacerlas. Digeron algunos q He no convenia estu-
viesen escritas de mano de ninguno de los miem-
bros, y que asi era necesario lnandarlas copiar.
Otros decian que los republicanos no debian temer
nada, y Pache añadió que [t él le importaba muy
poco que se supiese que él tenia las listas, porque
estas concernian á la policia de Paris que estaba
á su cargo. En nada se deslnilltió el carácter astuto
y reservado de Pache , procurando siempre hacer
y'ue entrase en el círculo dc las leyes y de sus
funciones todo cuanto se ex.igia de l~l.




CONVENCION NACIONAL. (179:J). 10 t
Observando un n1Íembro aqucllas precauciones,


le dijo que sin duda no estaba enterado de lo que
habia pasado el dia anterior j y que si no tenia
noticia del órden de las cuestiones era preciso
enterarle de él, empezando por la primera que
era sobre el Inodo de apoderarse de los veinte y
dos diputados. Entónces dijo Pache que las pel'so-
nas de todos los diputados estaban confiadas á la
ciudad de Paris, y que atentar á su seglu'idad seria
€Olnprometer á la capital con los departamentos y
provocar la guerra civil. Entónces le preguntaron
que COlno era que había finnado la pe tic ion pre-
sentada el dia 13 de abril en 1l0lnbre de las'i,8
secciones de Pal'Ís contra los veinte y dos. A lo que
respondió Pache que entónces habia hecho su de-
ber firmanllo una peticion que estaba encargado
de presentar; pero que la cuestion que hoy se pro-
ponia no era de las atrihuciones de la asanlblea,
reunida únicamente para ocuparse del empréstito
y de los sospechosos, y que se veria precisado á cer-
rar la sesion si continuaba ocupándose de senlC-
jantes discusiones. A tal obser\'acion sc levantó un
murmullo general, y conlO vieron qne no se podia
hacer nada en presencia de Pache y ellos no te-
nian gana de ocuparse de las silnples listas de sos-
pechos os , se separaron sin designar dia fijo para


.


nueva reunlOn.
El_martes 21 no se juntaron mas que doccmieln-




102 REYOLUCro~ Fn.ANCES',~.
hros., rorífu~ unos no querían acudir ú una rCli'-
nion tan tumultuosa y violenta, y otros veian que
110 era posible deliberar en ella con la energia que
deseaban.


Pero el siguiente' dia 22 fue á descargar en los
franciscanos todo el furor de los conjurados, pror-
rUlnpÍendo hombres y nlugeres en gátos furibun-
tlos. Lo que se necesitaba era una pronta insurrec-
cÍon, sin que bastase el sacrificio de los 22 dipu-
tados ., sino el de trescientos. lIahlando una mu-
gel' con la exaltacion propia de su sexo propusO'
reunir á todos los ciudadanos en la plaza de la
Revolucioll, y que fuescn en cuerpo ú presentar
11na peticion á la convencÍon y no salíl' de alli
hasta haber arrancado los decretos indispensa-
bles para la salud de la patria. El jóven Varlét 'j
tIUC siempre se hallaba en todos los tumultos .,
presentó en pocos artículos un proyecto de in-
sul'reccion, (Ine consistía en ir á la convencion
llevando los derechos del hombre cubiertos
con un crespon., sacar de alli á todos los dipu-
tados que hubiesen pertenecido á las asanlbleas-
legislativa y constituyente., deponer á todos los
ministros., destruir lo que ya (jllCdaha de la fa-
111ilia de los Borhones etc. Diósc prisa LegendL'e ú
suplantarle en la tribuna para oponerse á tales
proposiciones, y ar{~llaS pUllo loda la fuel'za de su
~Ol. cubrir los grilos y la bc1il (lile se levantó con-~




CONVENCION NACIONAL (1793). t O~~
fra él, Y le costó el mayor traba jo COIllbat ir las
mociones incendiarias del jóven YarIét. Sin ern-
hargo se queria señalar un tél'nlino 1i jo para la Ín-
surreccion y tomar dia para il' á exijir de la eOll-
vencion lo que se desea ha ; pero conlO ya estaha
muy adelantada la noche, todo~ se fueron J'ptj"an-
do sin tomar decision alguna.


Todo París estaha ya instruido de cuanto se haI¡ía
dicho, asi en las dos reuniones del corregimiento
en los días 19 y 20 , como en la ses ion de 103 fl'an-
ciscanos del 22, porque una multitud de miem-
bros de la comision central revolucionaria hahian df'-
nunciado ellos misnl0s las especies que alli se ha-
hian proferido, las proposiciones que se habían
sentado, y estaba esparcida la voz de una conspi-
racÍon contra un gran número de ciudadanos y
diputados. Ya estaba informada de ello la comi-
sion de los doce con todos los 'pormenores y se
preparaba á obrar contra los autores designados
de las proposiciones 1nas violentas.


La seccion de la Fraternidad las denunció fo1'-
malnlente el dia 2,\, en una represcntacion á la
convencion, en (Iue se refería todo cuanto se hahi<l
dicho y hecho en la junta del corregimiento, acu-
sando altamente al corrgidor por haber asistido
á ella. El lado derecho cubrió de aplausos aque-
lla animosa denuncia y pidió que se citase á Pa-·
che á la barra. Respondió Marat que los mieHl.,-'




HH REYOLUCION [flLlNCESX.
!Jros dd lado derecho erall Jos únicos cOllspil'atlo-
l.'es, que Yalazé, en cuya casa se reunian diaria-
lnente, les hahia aconsejado que anduviesen ar-
mados y habian asistido ú la cOl1vencion con pis-
tolas. -Sí, replicó Vabzé, yo he dado este con-
sejo, porque era necesario defender nuestras vi-
das y ciertamente las hubiérarnos vendido cal'as.
- Si, si, gritaron cnél'g-icamente todos los mienl-
hros de la derecha. - Aüadió Lasource un hech@
de los 111as grayes y rué que los conjurados, cre-
y¿ndo sin duda alguna que estaba fijada la ejecu-
cíon para la noche anterior, hahían ido á su casa
para llevúrselc.


En aquel instante se supo (lue la cOluision de, los
lloce tenia todos los datos necesarios para descu,""
brl).' la conspiracion y pet'seguir á sus autores y. se
anunció un informe suyo para el dia siguiente; y
entretanto declaró la con vencíon (Iue la seccion
tIc la fi'atcl'nidad hahia lnerecido bien de la patria.


En la tarde de aquel nlismo dia hubo gran tu-
multo en la lnullicipalidad contra la seccion de la
}'raternidad, de quien se decia que habia calum-
niado al corregidor y ú los patriotas, suponiendo
(pIe querian degollar á la representacion' nacional.
Que este no hahia sido nlas que un proyecto
cOlnbatido por el corregidor, de lo cual inferian
Chaumelte y el ayuntamiento que era una calulu-
nía suponer una conspiracion real. Sin duda que




CONYENCION NACIONÁL (1793). 1'0.;
no lo era, rigurosamente hahlando, esto es, no
era una de afIucHas traIllas profunda y secreta-
mente urdidas, cuales se acostumbran en los pa-
lacios, pero no se puede negar que era una ver"'-
dad era conspiracion de la clase de aqu,ellas que
forma la multitud en las ciudades populosas; era
un principio de a(Iuella clase de nlovilnientos po-
pulares tumultuosamente propuestos y tml1ultuo-
sanlente ejecutados por la multitud estraviada ,
como el del 14 de julio y el del 10 de agosto. En
este sentido era una verdadera conspiracion , pe-
ro de afIueHas que es inútil quererlas contener,
porque no sorprenden á las autoridades ig'noran-
tes ó dormidas, sino que arrebatan abiertaIl1ente
con ellas por nlas prevenidas y alerta que estén.


Al dia siguiente 24 otras dos secciones, que
fueron las de TullerÍas y de la Uutte-des Moulins *
se reunieron ú la de la Fraternidad para denun-
ciar los mismos hechos, diciendo esta últilna:
« Si la razon no puede prevalecer, debcis ape-
« lar á los huenos ciudadanos de Paris, y des-
e< de luego podemos aseguraros que nuestra sec-
«cion no contribuirá menos que otra á sepul-
« tal' en el polvo á los realistas disfrazados que con
« tanta insolencia tom.an el título de descanlÍsa-
« dos. » Aquel mismo dia escribió el corregidor á la


,. Ll'Ullábase a:,i la :'t'Ccion de la ilIoulaña. (N. del 1~,




106 REVOLUCIO~ FRAXCESA.
asanlhlea para esplicarla lo que hahia pasado en-
el corregimiento, y decia: «No ha sido una cons .. ·
( piracion sino una sinlple deliberacion acerca del
ce modo con que se habian de hacer las listas de
« los sosp~chosos. V el~dad es que algunos malas ca-
({ bezas: interrumpieron la [deliberacíon :con ciertas
q proposiciones descabelladas, pero él había lIa-
« lnado al órden á los que se separaban de él y
« aquellos arrebatos de la imaginacion no hahian
( tenido consecuencia.» I1izose poco caso de la
carta de Pache, y se prestó atencion á la comision
de los doce que se presentó para proponer un de-
creto de seguridad general. Por él se ponia la re-
presentacion nacional y los depósitos del tesoro
público bajo tIa salvaguardia de los buenos ciu-
dadanos, los cuales debian acudiL' todos apenas
oyesen los toques de llamada al sitio de reunion
de la cOlnpaüia del cuartel y lnarchar Ú la prilne-
]'a seüal que se le diese. Ninguno podia faltar á la
cita, y entretanto que se nOlnbraha un cOlnandan-
te general en lugar de Santerre, que estaba en el
Vendée, debia ejercer el,Jnando superior el gefe
mas antiguo de cada legion. Las aSal11blcas Ó jun-
tas de seccion debian estar cerradas á las 10 de la
noche, y los presidentes que"daban responsables
de la ejecucion de este articulo. Adoptóse el decreto
en su totalidad, á pesar de algunas discnsiones ,
y sobre todo á pesar de Danlon , (lue dijo que eso




tONVENCION NACIONAL. (1793). '.07
de poner á la asaulblea y los cstablecinlientos pú-
blicos bajo la salvagurdia de los ciudadanos de
Paris era lo mismo que decretar el miedo.


Inmediatamente despnes de haber propuesto
aquel decreto, hizo la conlÍsion de los doce que
se arrestase á los llanlados lUarino 3 y l\'Iichel lt ,
comisarios y tesoreros de policia , acusados de ha-
ber hecho en el corregimiento las proposiciones
que llleticron tanto ruido. Mandóse talnbien ar-
restar á Hebert, que era procurador síndico del
ayuntamiento, y escribia bajo el nombre de Pa-
dre Duchésne un papel todavia mas inmundo que
el de Marat, y por su lenguage bajo y hedion~
do estaba al alcance de la canalla. En aquel pa-
pel estampaha I1cbert abiertanlente todo lo que
verbalmente hahian propuesto en la junta 1\la-
rino y Michel, y por tanto creyó la comision
deber perseguir ú un luismo tiempo á los que
predicaban y á los que querian ejecutar la nue-
va insurrecciono No Lien se hubo lanzado el
mandamiento de prision contra Bebert, cuau-
lIo echó á correr al ay untalniento para anunciar
lo que pasaba y l11ost1'a1' al consejo general el de-
creto espedido contra él. Se lne aparta, decía, de
nlÍs funciones, pero cs preciso ohedecer. Verdad
es que el ayulItainiento no deberia olvidal' aquel
juramento que hizo en otro ticlnpo de lniral'sc
rOTI10 ofendido en la persona de cualquiera de SUb


. ~t


.:~ .. '-
'" .. ")~'




108 REVOLUCION FUANCESA..
luielubros , y aunque él no lo recordaba pOI' in-
teres propio, pues estaba pronto á entregar su
cabeza en un cadalso, consideraba que los de-
mas ciudadanos quedaban espuestos á igual ul-
trage. Recibieronlé con estrepitosos ~plausos, y
le dió un abrazo Chaumette como procurador y
el presidente un beso en nombre de todo el
consejo. Se declaró la sesion en permanencia
hasta que se' tuviesen noticias de Hebert y los
miembros del consejo fueroll escitados á llevar
consuelos y socorros á las mugeres é hijos de los
que estaban ó fuesen en adelante arrestados.


De hora en hora se estaban enviando recados á
la comision de los doce para preguntar por el ma·
gistrado , á quien se decia que habian arrancado
de sus funciones, y á las dos y media de la noche
se supo que le estaban haciendo un interrogatorio
y que tambien hahia sido arrestado Varlét. A las
cuatro se anunció que se habia trasladado á Be-
bert á la Abadia en estado de arresto, y á las cin ..
co se fue á verle Chaumette, pero no le dejal'on
entrar. Por la mañana escribió el consejo una pe-
ticion á]a convencion, é hizo que la lleval'an
unos soldados de á caballo á las secciones para re-
cibil' su adhesion. Mas en casi todas ellas se estaban
disputando y batiéndose sobre canlbiar á cada ins-
tante las oficinas y los presidentes, arrestar ó inl-
pedir que se arrestase á nadie, adherir ú oponerse




'CON\rE~CION NACIONAL (1793). 109
-al sistema del ayuntallliento y firmar ó desechar la
peticion que se proponia. Ultimamente ,despues de
aprobada por un gran número de secciones se pre-
sentó el dia 25 á la convencion , quejándose la di-
putacion del ayuntamiento de las calunlnias espar-
cidas contra los magistrados del pueblo, y pidien-
do que se entregára al acusador público la peti-
cion de la seccion de Fraternidad para que fuesen
castigados los culpables, si los habia, ó sino, que
lo fuesen los calulllniadores. Ultimalllente pedia
justicia contra la comision de los doce por haher
cOllletido un atentado contra la persona de un nla-
gístrado del pueblo arrehatándole de sus funcio-
nes y encerrándole en h Abadía. Presidia Isnard
en aquel momento, y le tocaba responder á la di-
putacion y la dijo con tono grave y severo: « ~Ia­
( gistrados del pueblo, es muy urgente que oigais
c( verdades importantes. La Francia ha confiado sus
« representantes tÍ la ciudad de Paris y quiere que
« estén en ella con seguridad. Si la representacion
« nacional fuese violada por una de esas conspira-
c( ciones de que estamos amenazados desde el 10
« de marzo, y de que los magistrados han sido
« los últimos á prevenirnos, yo daclaro en nombre
c( de la república que Paris sufrirá la venganza de
ce la Francia y será borrada de la lista de las ciu-
« dades. » Esta solemne y magnifica respuesta pro-
dujo una profunda imprcsion en la asamblea, pi-




"t10 "RnVOLUCTON FRANCESA.
diendo una nlultitud de voces que se imprimirse,
Danton por el contt'ario opinó que solo serviria
para aumentar la division que principiaba á ma-
nifestarse entre Paris y los departame~tos, y era
necesario evitar todo cuanto pudiese contt'ibuir á
esta desgracia. La convenciOll creyendo que era
bastante con la energia de la respuesta y la de la
comisíon de los doce, pasó á la orden del dia
sin Inandar la impresion propuesta.


Despidióse pues á los diputados del ayunta-
miento sin haber obtenido nada, y todo lo res-
tante del 25 Y el dia entero 26 se pasaron en es-
cenas tunllIltuosas de las secciones. En todas par-
tes se disputaba y las dos opiniones tenian alterna-
tivamente la superioridad, segun la hora del día
y segun el número variable de los individuos de
cada partido. El ayuntamiento continuaba en-
viando diputados para inquirir el estado de Ue-
bert, y unas veces le encontrahan reposando, y
otras suplicaha al ayuntamiento que no se inquie-
tase por él. Se quejaban mucho de que estuviese
sohre un miserable jergon, y unas secciones le
tomahan bajo su proteccion, otras se preparaban
á pedir de nuevo su libertad y con l11as energia
que lo hahia hecho el ayuntalniento ; últimaulen-
te algunas mugeres corriendo los hanios con una
bandera, querian llevar al pueblo ú la Abadia
para libertar á su lllagistrado quel·ido.




CONVENCION NACIONAL (1793). 111
El 27 llegó ú su colmo el tUIUUltO y se fueron


tle una seccion á otra paea decidir la ventaja ha-
tiéndose á silletazos: últimamente á la tal'decilIa
ya habian acudido 28 secciones á emitir el voto
de la libertad de Hebel't y redactar una peticion
imperativa á la convencion. Viendo la cOlnision
de los doce el desórden que se preparaba le habia
intimado al comandante de servicio que requirie-
se la fuerza anuada de las tres secciones de Butte-
des Moulius , Lepelletier y ell\Iallo que eran las
mas decididas por el lado derecho y estaban pron-
tas á batirse por él. Todas tl'~S se apresuraron á venir
y se colocaron á cosa de las 1'0 de la noche del 27
de mayo en el patio del palacio nacional por el lado
del Carrousel con sus arn1as y callOnes con nle-
cha encendida, de suerte que com ponian una fuer-
za imponente y capaz de proteger á la represcnta-
cion nacional. Pero la lllUltitud que se agolpaba á
sus filas y á las diferentes puertas del palacio, el
tumulto que reinaba y la dilicultad que habia pa-
ra penetrar en la sala daban á aquella escena las
apariencias de un sitio. Algunos diputados que
habian tenido Iuil trabajos para entrar y aun ha-
bian sufrido muchos insultos en medio de aquel
populacho,aumentaron la turbacion de la asamblea
diciendo que estaba sitiada. No habia ciertamente
nada de eso porque aunque las puertas estuviesen
obstruidas no estaban interceptadas; pero bastaban




112 1tEVOLUCION FB.AN"CESA.
las apariencias para turbar unas itnaginaclones ir-
ritadas y reinaha gran clesórden en la asamhlea,
presidida por Isnanl. Presentóse la seccion de la
Cité y pidió la libertad de su presidente Dohsen á ,
arrestado porórden de la conlision de los doce por
haber reusado Inanifestar el libro de registros de
su secciono Pidió ademas la libertad de los dernas
presos, la supresion de ·dicha comision de los do-
ce y que se pusiese en estado de acusacion á los
mienlhros que la componian. « La convencion,
« respondio lsnard, os perdona en favor de vues-
« tra juyentud, y no pernlitirá que influya en
q ella ninguna porcion del puehlo.» Aprobó la
convencion esta respuesta, á pesar de que quiso
Uohespierre que se desaprobase, pero cllado de-
recho lo tomó con l11ucho em pello y se armó una
disputa de las lnas acaloradas, de suerte que en-
t!'e el bullicio de fi.Iera y de dentl'o hahia un tunlul-


.;


to espantoso. Entónces llegaron ú la barra el cor-
regidor y el ministro del interior, creyendo COIUO
se decia por Paris , que estaba sitiada la conven-
cÍon. Al ver al ministro del interior se levantó un
grito general pidiéndole cuenta del estado de l}a-
ris y de las inluediaciones de la sala, y no dejaha
de ser apurada la situacion de Garat, porque ne-
cesitaba decidirse por uno de los dos partidos, Jo
cual no con venia de ningun nlodo Ú la flexibilidad
de su carácter ni á su escepticismo político. Mas




\:.","YE~C'()" ~.\CI0~.\T. (179:1). 11-:1
como c3te no pl'oYcn ia lnas quc <le una YCl'dadcl'a
imparcialidad tIc únimo, hubiera sido una fortu-
na en aquel nlonlento que lmhiesen podido escu-
charle y comprenderl{'. Tomó la palabra yse pu-
so á escudl'iñar las causas de las turhulencias,
siendo la primel'a en su dictámen , la YOZ que se
llabia esparcido de nn conciliábulo celelJl'ado en
el corregimiento para intrigar contra la represen-
tacion nacionaL Entónces repitio Garat, por lo que
le habia dicho Pache, que aquel conciliábul::> lH')
era una reunion de conspil'adorcs, sino una junta
legal que tenia un objeto conocido; que si en au-
s~ncia del corregidol' algunos ]10luhre3 fogosos
hahian hccho proposiciones culpables, estas fue-
ron rechazadas con indignacion cuando el corre-
gidor estaba presente y no habia tenido resultado,
ni mudlO lUCilOS podia verse en ellas una. yerda-
llera conspiracioll; que por consecuencia la insti-
tucion de la comision de los doce para perseguíl'
aquella soñada conspiracion y los arrestos decre-
tados por ella hahian venido á sel' causa del ac-
tual tumulto; que él no conocía á Hehert, pero
que nadie le habia dicho nada contra él; que so-
lo sabia ser autor de unos escritos despreciables
sin duda, pero no peligrosos; que la constitu-
yente y la legislativa siempre habian despreciad.o
tos papeles innlU111los que se esparcian contl'a ellas,
y por eso se hahia estraiíado el l'1g'or de.;;wmdo


v. 3




t t 4 l\EVOLUCION FItANCESA.
eie1'cido contra Hebert,y aun tal vez inlelnpestivo~
y que la comision de los doce, aunque compuesta
{.\e hOlUbl'es (\e llien 'Y esce\entes -patriotas esta-
ha muy prevenida y animada del deseo de os-
tentar una gran energía. - Estas palabras fue-
ron muy aplaudidas por el lado izquierdo y la
Montaña. - Viniendo despues Garat á la situa-
cíon presente, aseguró que la convencion no cor-
ria ningun peligro, y que los ciudadanos que la
rodeaban la tenian el mayor l'espeto. -Al oir
esto dijo un diputado que á él le habían insul-
tado. - «Así será, replicó Garat ,y yo no debo
«responder de lo qne pueda suceder á un indi-
«viduo en 111edio de una Il1ultitud donde hay hom-
« bres de toda especie, pero que se presente á la
« puerta la convencion entera, y yo respondo por
({ ella que todo el pueblo abl'irá calle" con el mayor
1{ l'espeto,saludarú su presencia y ohedecerásu voz. »


Terminó Gal'at propor;.iendo algunos medios
conciliatorios, é indicando con la mayor finura
posible que el empeño de reprimir las violencias
tIe los jacobinos no servia para otra cosa que para
il'ritados mas. Tenia razon sin duda Garat, por-
que no hay nada que tanto irrite á los partidos
como ponerse en defensa contra ellos; pero cuan-
do es inevitable la lucha ¿se les ha de ceder sin
resistencia? .... Pues esta era la situacion de los
girondinos; puede muy bien que la institucion de




COXVENCION ~ÁClOl'(AL. (1793). t 15
los doce fuese una imprudencia, pero iOlpruden-
cía inevitable y generosa.


Luego que concluyó Garat se fue á sentar no-
hlelnente en el lado derecho que se creia estar
en peligro y la convencÍon voló que se itnp'rilnie-
se y distribuyese su infonne. Luego fue escucha-
do Pache, y dijo poco mas Ó nlenos lo Inislno que
el otro, aliadiendo que la asalnblea estaba guar-
dada p01' tres secciones convocadas espl'eSaU1Cn te
por la nlisma comision de los doce, é indicó que
en esto se hahia escedido de sus ü\.cultades por-
que no tenia ningun derecho para requerir la
fuerza armada, y últi:nanlentc añadió que se ha-
bia puesto un fuerte dcstacanlellto en las cárceles
de la Abadía para ponerlas al abrigo de cualquie-
ra infraccion de las leyes, que estaba disipado to-
do peligro y que la asaluhlea podía considerarse
como ahsolutanlcutc se~Ul'a. Solicitó al concluir


ce


que se dignase la convencion oil' á los ciudadanos
que pedían la libertad de los arrestados.


Estas últimas palabras causaron bastante ru-
Inor en la asamblea y empezaron á gL'ital' en el la-
do derecho que eran ya las dicy. y dehia el pre-
sidente levantar la scsion. --- No, no respondian
los de la izquierda, debe escucharse á los peti-
cionarios.- Se obstinó Enrique Lariviere en ocu-
par la tribuna y dijo. Si habeis de escuchar á al-
guno~, justo es que oigais á vuestra comision de




'11 G REVOLUCION FRA~CESA.
los doce, que se ve aqui acusada nada menos ({ue
de tirania y dehe daros cuenta de sus aclos para
que esteis en el caso de apreciarlos.-Nuevos
lnUl'nlUllos principiaron á cubrir su voz, y no pu-
diendq lsnard contener aquel desón{en, dejó el
asiento y le reemplazó Herault Sechelles 6 con
gTan aplauso de las tribunas. Este consultó á la
asamblea, quien obligada de las amenazas y del
ruido, decretó que continuase la sesion.


Intt'odujeron á los oradores en la barra, segui-
dos de una nube de esponentes y solicitaron
aisladamente la supresion de una comision odio-
sa y tiránica, la libertad de los presos y el triunfo
de la virtud. Ciudadanos, les respondió Herault de
Sechelles, la fiterza de la razon y la fuerza del pueblo
son 'Una misma cosa.-Grandes aplausos mereció es-
te dogmático absurdo. -Vosotros pedis justicia,
añadió, es nuestra obligacion hacerla y se os hará.


Sucedieron otros muchos solicitantes á los an-
teriores y fuéronse siguiendo unos oradores á otros
hasta que se redactó un proyecto de decreto, por
el cual se mandaba que fuesen puestos en libel'-
tad los ciudadanos que habian sido encarcelados
por la cOlnision de los doce y que se examinase su
conducta por la de seguridad general. Estaba ya
muy adelantada la noche y eran tantos los ciu-
dadanos que se habian introducido, que nadie
podia moverse en la sala, de lnodo que la noche,




CON'-ENCION NACIONAL. (t 793)' 1 t 7
los gritos, el tumulto y la Inultidud , todo contt'i-
huia á aumentar la confusion. Púsose á votos el
decreto y se publicó sin que se supiese si se habia
votado: unos decían que no se habia oido al pre-
sid.ente , otros, que no habia los votos suficientes
y otros, que los solicitantes habian ocupado los
puestos de los ausentes y que el decreto era nulo.
Sin embargo de tod.o , se publicó, y tanto las tri--
bunas como los interesados echaron á correr ha-
cia el ayuntamiento, á las secciones, á los jacohi-
nos y franciscanos anunciando que los arrestados
estaban libres y la comision anulada.


Mucho gozo popular causó aquella noticia, que
restableció algun tanto la caltna en Paris, tanto
que hasta el semblante mismo del corregidor in-
dicaba cierto contentamiento de que se hubiesen
apaciguado las turbulencias. Sin embargo, como
los girondinos estaban resueltos á cornhatir corno
desesperados y no cedel' la y ictoria á sus ad y(:'1'-
sarios, se reunieron al dia siguiente con la In3S
ardiente indignacion. Sobre todo Lanj ni nais, que
no hahia tomado parte alg'una en los odios org-u-
lIosos que tenian di vielidos los dos lados de la con-
vencion , y á ({uien pCL'donalnl1 su tenacidad por-
que no parecia provenil' de ningun resentimiento
personal, se presentó 111uy acalorado y resuelto á
avergonzar á la asamblea por la debilidad de la
víspera. A penas pidió O . ,sclin la lecLul'a del dc-




118 n.EVOLUCION FRA~CESA.
Cl'eto y su redaccion definitiva, pal'a poder po-
ner en libertad ú los presos, cuando Lanjuinais se
sube ú la tribuna y pide la palabra para probar
que selnejante decreto es nulo y que nunca se
habia espedido. Al instante le intenumpieron con
violentos murmullos: pero volviéndose hacia la
izquierda les dijo: «Concededme vucstro silencio,
( porque vengo resuelto á no moverme de aqui
( hasta que me hayais escuchado. » No querían oir-
le de ningun modo, sino sohre la reclaccion del
decreto, pero con todo despues de muchas prue-
has dudosas se decidió que se le oyera. Entonces
esplicó y sostuvo que la cuestion que se agitaba
era de las lnas importantcs para la seguridad ge-
neral y dijo: « Mas de jo lnil ciudadanos han si-
(l do encerrados en Francia por vuestros comisio-
({ nados , de tuodo que se llan hccho mas prisiones
C{ arbitrarias en un mes, que las que sc hacian en
({ un siglo en el antiguo régiulcn ¿,y ahora os que-
« jais de que se haya arrestado á dos ó tres horn-
o.: hres que están predicando la nluertc y la anar-
({ quia á dos cuartos el pliego? Vuestros conlisio-
« nados son otros tantos pl'ocónsulcs que estan ac-
e: tuando lejos de YtlC3ll'a vista y ú quicncs dejais
({ que hagan cuanto se les an toje, mientras que
« una comisÍon que está ú vuestro lado, bajo vues-
« tra vigilancia in111Cdiata, os desconHais de ella
el y la supl'imis. El últitno domingo, sin ir mas le-




CONVENCION NACIONAL (1793). 119
a: jos se propuso en la jacobineria hacer una ma-
(( tanza en Paris y esta tarde se vuelve á principiar
({ la misma deliberacion en el palacio episcopal de
<t lo cual se os suministran pruebas, se os estan
« ofreciendo y vosotros las desechais. ¡ Estais prote-
« giendo á unos hombres sanguinarios! }) - Gran
alboroto de todas partes cuhrió la voz de Lanjui-
nais y entre otros dijo Chambon que no se podia
deliberar y no quedaba otro recurso sino retirar-
se cada cual á su departamento. - Estan sitiadas
vuestras puertas, replicó Lanjuinais. -Es falso,
gritaron desde la izquierda. - Ayer no eran li-
bres, esclamó el otro con todas sus fuerzas, sino
que os dominaban los predicadores de asesinatos.
- Entonces levantando la voz desde su asiento
dijo Legendl'e; yo declaro que si Lanjuinais con-
tinua Inintiendo iré á echarle de la tribuna aba-
jo. --Al oir esta escandalosa amenaza se sublevó
la asamblea, y las tribunas prorrumpieron en
aplausos. Intnediatamente pidió Guadet que se
copiasen en el acta las palabras de Legendre, á
fin de que fuesen sabidas de toda Francia y no
la quede duela de corno se trata á sus di putados.
Continuando Lanjuinais, sostuvo que el decreto
de la vísper'a era COino si no se hubiese espedido,
porque los lnislnos solicitantes de él habían vo-
tado con los di putados , y que en caso de consi-
dpl'al'se válido, se debia l'(~vocar por falta ele li-




REVOLVC(O~ FRA~CES&.


j)ertad en la asanlhlea. - Cuando vosotros estaÍs
liLres no acostumLrais á votar la impunidad del
crÍmenO'-Afirmaron los del lallo izquierdo que
Lanjuinais alteraha los- hechos; que era falso que
hubiesen votado los lntslll03 que solicitaban, sino
que se habian retirado á los corredores. Los del de-
l'echo asegura han tOt.io lo contrario y sin poder en-
tenderse sobre el particular, se puso á votos la re-
vocacion del decreto. En efecto se revocó por una.
nlayoria de 51 votos y entonces dijo Danton:
( Habeis hecho un gran acto de justicia y espe-
«ro que se repetirá antes del fin de la sesion;
« pero si la cOlnision que os empeiiais en reinte-
« grar conserva sus poderes tiránicos.y si los ma-
n gistrados del pueblo no son restituidos á la li-
e: Lertad y á sus funciones, entonces yo os asegu-
« ro que despuesde l!aber probado que escedeulos
<l á nuestros enemigos en prudencia y nl0deracion,.
<l les probarémos lambien que les escedellws en au,dacia y
« en vigor revoIttcioRario.» Púsose entonces á votos.
la libertad de los arrestados y se decidió por una-
ninlÍdad. Quiso despues hahIal' Uabaut St. Etiell-
ne en nonlbl'e de la cOlui:;ion de los doce invo-
cando en el de salud pública la atcncioll de la
asalnblea; pero ,-ieullo (llle no qllerian escuchal'le,
dió su dilnision.


lIahiendo sido rcvocado el decreto dellllodo CIne
dejanlos dicho y l'cstituítlose la llla yoria al lado




CONrE~·GW~ NAClO~AL (1793). t2f
(lel'cdlO, parecia evidente que los decretos no de-
pendian del lado izquierdo sino en algunos mo-
mentos de debilidad. Por mas que los ffiilgistrados
en cuyo favor se reclamaba hubiesen sido puestos
en libertad y Hehert restituido al ayuntamiento
donde recibiria coronas triunfales, no por eso dejó
de irritar todas las pasiones la revocacion del
decreto y aquella tempestad que parecia haberse
disipado por un instante, iha á rugir de nuevo
de un modo mas terrible.


En aquel mislno dia la junta que se hahia reu-
nido en el corregilniento y suspendió sus se-
siones por haber prohibido el corregidor aquellas
propuestas llamadas de salud pública, se renovó en
el palacio episcopal y en el club electoral donde
algunas veces concurrian los electores. Estaba
compuesta de comisionados de las secciones elegi-
dos entee los miembros de la de vigilancia, co-
misarios del ayuntamiento, del departamento y
de los diferentes clubs. Hasta las mugeres estuvie-
ron tambien representadas, como que entre 500
personas se contaban 100 mugeres á cuya frente
estaba una nluy fanlosa por sus delirios políticos
y elocuencia popular. El prilner dia no se pre-
sentaron en la junta mas que los enviados tle 36
secciones, de suerte que quedaban doce que l}O
habian nOlnbrado conúsarios y asi se las dirigió
otra nueva convocarion. En seguida se ocuparon




122 REVOLUCION FRANCESA.
en non1brar una comision de seis individuos en-
cargada de discurrir y presentar al dia siguiente
providencias de salud pública, y concluida esta
operacion se separaron, quedando citados para el
siguiente dia 29.


Hubo aquella noche mucho tumulto en las sec-
ciones, y á pesar del decreto que lnandaba se cer-
rasen á las diez, se prolongaron hasta mucho
mas tarde y se constituyeron en aquella hora en
sociedades patrióticas, con cuyo nuevo título conti-
nuaron su sesion la mayor parte de la noche. En
una se preparaban nuevas representaciones con-
tra la comision de los doce; en otras se hacian
peticiones á la asamblea pidiendo una esplicacion
de las palabras de Isnal'd: Paris será borrado de la
lista de las ciudades.


En el ayuntmniento pronunció un largo discur-
so Chaumette sobre la conspiracion evidente que
se tramaba contra la libertad, sobre los ministros,
sobre el lado derecho etc. Entonces llegó JIebert
y contando su arresto le pusieron una corona,
que él colocó sobre el busto de J. J. Rousseau, y
se volvió inn1ediatamente á su seccion acompaña-
do de los con1Ísionados del ayuntamiento que lle-
vaban en triunfo al magistrado ya libre de sus
prISIOnes.


Al dia siguiente 29 se afligió mucho la conven-
cion con las fatales noticias que la llegaron de los




CONVENCION NACIONAL (1793). 123
dos puntos militares mas importantes, que eran el
Norte y el Vendée. Aquel ejército habia sido re-
chazado entt'e Bouchain y Cambray, quedando
cortada la comunicacíon entre este último pueblo
y Valenciennes. En Fontenay habían sido com-
pletamente batidas las tropas republicanas por
Lescure, que se habia apoderado del pueblo. Unas
nuevas· semejantes causaron la mayor consterna-
nacion é hicieron mas peligrosa la situacion de
los moderados. Ibanse sucediendo las secciones
con sus banderas en que llevaban escrito; Resis-
tencia á la opresion.Unas pedian, como habian anun-
ciado la vispera , la esplicacion de las palabras de
Isnard: otras declaraban que no habia otra invio-
labilidad que la del pueblo y por consecuencia,
que los diputados que habian tratado de armar á
los departamentos contra Paris, debían ser pues-
tos en estado de aCllsacíon, que se debia suprimir
la cOlnision de Jos doce y organizar un ejército
revolucionario etc.


En los jacobinos no era menos significativa la
sesion, porque por todas partes se decía que había
llegado por fin ellllolnento de sa1>.'a1' al puehlo ,
y apenas se presentaha un lnienlbro para discurrir
sobre los medios que debian elnplearse, se le re-
mitia á la cOlnision de los seis que se habia non1-
brado encl club central. E~ta,deciall, es la que está
encargada de proveer á todo y de inquirir los l'C-




12í REYOLUCION FRANCESA.
cursos que exige la salud pública. Queriendo es-
plicarse Legendre acerca de los peligros del dia, y
necesidad de apurar todos los medios legales,antes
de recurrir á los estremos, le trataron de pastelero.
Robespierre sin esplicarse dijo que al ayuntamien-
to le tocaba unirse intúnalnente con el pueblo, y que en
cuanto á él, se tenia por incapaz de dictar los nle-
dios de ejecucion que no eran dados nlas que á un
solo hombre y á él menos que á ninguno por es-
tar arruinado con cuatro años de revolucion y una
fievre lenta y mortal.


Estas palabras del tribuno produgeron un gran
efecto y escÍtaron nlucllOS aplausos, porque indi-
caban hien claramente que se conformaba como
todo el Inundo á lo que hicieran las autoridades
lnunicipales en el palacio episcopal. Habiase reu-
nido esta junta, y lo nlismo que el día anterior
estaba concurrida de 11luchas 11lug'ercs. Ücupóse al
princi pio de tranquilizar á los propietarios juran-
do respeto á las propiedades, porque habiéndose
respetado el dia 10 de agosto y 1l .. de julio es Jne-
nester respetarlas tanlhien el 31 ,de mayo de 1793.
Despues de lo cual Dufourny , que era de la ('0-
misio n de los seis dijo, que sin un cOll1andanle
general de la gual'dia nacional era imposible res-
ponder de ningun resultado, y se debia pedil' al
ayuntanliento que llOJnhrase uno al instanle. To-
mó la palabra una Illugcr, (pIe fue la célehre La-




CO~\'E"CION NACIONAL (1793). 125
comhe 7, é insistiendo en la proposicion de Du-
fourny, declaró que era imposible salvarse sin
medidas prontas y vigorosas. Inmediatalnente se
enviaron comisarios al a yuntanliento y contestó,
á la manera de Pache , que estando fijado por de-
creto de la convencion el 1110tlo de nonlorar eo-
Inal'ldante general en que se le prohibia hacer tal
1l0moranlÍento, tenia que lifiitarse solo á formar
deseos sobre este punto. Esto era lo mislno que in-
citar al club á que pusiese este nornhL'anliento en
el número de las lnedidas estraordinarias de salud
pública de que debía encargarse. En seguida re-
solvió la junta escitar á todos los distritos del de-
partanlento á unirse á ella y envió diputados á
Versalles. Solicilóse en 1100nbre de los seis una
ciega confianza y se exigió la proolesa de ejecutar
sin exanlCn todo cuanto ellos prescribiesen. Igual ..
lnente se encargó el secreto en lo que concernía á
la gran cuestion de los medios y se difirió para dos
djas despues por la mañana á las nueve princi piar
una sesion permanente, que seria la decisiva.


Todo cuanto pasaba lo habia sabido la comi-
sion de los doce desde aquella nlisma noche y lo
luismo la sucedia á la de salud púLlica, quien sos-
pechó ademas por un pasquin que se ~ imprimió
aquel dia que habia conciliábulos en Charenton,
donde se hallaban Dan ton, Robespierre y l\Iarat.
Aprovechándose esla últinla comision del mo-




126 REVOI.UCION FRANCESA.
luento en que Danton· estaba ausente de su seno,
mandó al ministro del interior que hiciese las pes-
quisas mas activas para descubrir aquel secreto
conciliábulo; pero no se descubrió nada y solo se
sacó en limpio que todo arlueHo era falso. Parece ser
que todo se nlanejaha en la junta del ayuntamien-
to, y aunque RoLespierre deseaba con ansia una
revoluccion abiertaluente dirigida contra sus an-
tagonistas los girondillos , no tenia gana de com-
prometerse para producirla, sino que le hastaba
no oponerse á ella cOlno habia hecho ¡nuchas ve-
ces durante el mes de mayo. EfectivanlenLe aquel
discurso suyo á los jacobinos en que dijo que el
ayuntan1Íento debia unirse con el pueblo y bus-
car los medios (¡UC élllo pOllia atcanzar~ era un ver-
dadero consentinúento en la insurrecion * ,y basta-
ba esta aprobacion cuando por otra parte sobl'a-
ha el ardor revolucionario en el club central. Por
lo que hace á 1\1arat, facilitaba el movinlÍellto con
sus papeles y sus escenas diarias en la convencÍon,
pero no pertenecia á la comision de los seis, que
era la verdadera encargada de lwomoverla. El uni-
co de quien se puede creer que fuese director
oculto de tal movimiento era Danton; pero esta-
ba indeciso y solo deseaba la aholicion de la cmuí-
sion de los doce, no que se tocase por ahora á ]a


... Vease la nota l. n al fin del tomo.




CONVENCION NACIONAL (1793). 127
repl'esentacion nacional. Encontrándole aquel dia
lUeilhan 8 en la comision de salud pública, se
acercó á él amistosamente y le dió á entender la
diferencia que hacian los girondinos entre él y
Robespiert'e y cuanta consideracion tenian por su
talento; concluyendo por decirle que podia hacer
un papel brillante usando de su influjo en prove-
cho del bien y apoyo de los hombres de bien. Pe-
ro Danton, á quien conmovian estas palabras, le
dijo levantando la cabeza. - Sus girondinos de
V m. no tienen confianza en mi.-Quiso insistir de
nuevo l\Ieilhan.- No, repitió Danton , no tienen
confianza, y se apartó sin querer seguir la conver-
sacion. Estas palabras pintan cuales eran las
disposiciones de aquel hombre. El despreciaba sin
duda aquel populacho municipal y no le gustaban
ni Robespierre, ni Marat; hubiera preferido po-
nerse á la cabeza de los girondinos, pero estos no
tenian ninguna confianza en él. Era muy distinta
su conduela y principios, fuera de que no creia
Danton que tuviesen bastante energia de carácter
ni de opinion para sacar adelante á la revolucion,
que era el grande objeto que preferia á todo. Sien-
do indiferente en cuanto á las personas , solo
procuraba distinguir cual de los dos partidos
podia asegurar á la revolucion los progresos mas
ciertos y rápidos, y como era dueño de los
franciscanos y de la comision de los seis , es de


/ -., .. -,-, "'! . .. .. )¡"
/~ O


I ,/.
. f',


. ,., ~ .


.,
' .




128 REYOLUCrON FRAXCES1.
presunlir (Iue tuvo lnuclta parte en el movimicntó
(Iue se preparaba y parece que por de pronto qui-
so echar ahajo la comision de los do<:e , salvo el
11leditar luego lo que habia de hacerse respecto de
los girondi nos.


Ultimamente quedó acordado el proyecto de io-
surreccion en la cabeza de los conjurados del club
central revolucionario, y segun su propia espre-
sion no querian hacer una insurreccion fisi-ca sino
'moral respetando las personas y propiedades y vio-
lando con el mayor órden posible las leyes y la li-
bertad de la convencion. Su ohjeto era constituir
al ayuntalniento en insureccion, convocar en su
nombre la fueL'za armada, cuando solo tenia facul-
tades para requerirla, rodear con ella la con vencion
y presentarla una súplica, que solo lo fuese en la
apariencia, mas que en la realidad seria una ,'el'
dadera órden; en una palabra suplicar con una
pistola á los pechos.


En efecto el dia 30 se reunieron los comisarios
de las secciones en el palacio episcopal y formaron
lo que ellos llamaban la unt'on republicana. Revesti-
dos con los plenos poderes de todas las secciones
se declararon en insurreccion para sal val' la causa
pública alnenazada por la (accion aristocrática y opre-
siva de la libertad. Continuando el corregidor en
sus ordinarios paliativos, hizo algunas observacio-
nes sobre el carácter de aquella lnedida y se opu-




eONYENCJON NACIONAL (1793). 129
so suavcnlcnte á cllá, concluyendo por obcdecer
á los insurgentes que le mandaban ir al ayunta-
miento para anunciar lo que acahaban de decidir.
Despues se resolvió que se reunirian las 1~8 seccio-
nes para emitir su yoto afIuel misnlO dia sobre la
insurreccion y que inmediamente despucs se to-
caria á rebato, se cerrarian las barreras y hatiría
la generala por las calles. J untáronse en efccto las
secciones y se pasó todo aquel dia recogiendo tu-
multuariamente votos en fayor de la insurrecciono
La comision dc salud púhlica y la de los doce cita-
ron á las autoridades para tomar informes, y el
corregidor las cOlnunicó con afectado dolor el plan
acordado en el obispado. El procurador del de-
partamento L'Huilier 9 declaró abiertamente y con
la mayor frescura el proyecto de una insurreccion
puramente moral y se retiró tranquilamente á don-
de le espcraban sus cólcgas.


Asi terminó aquel dia y desde que empezó la
noche se tocó la generala y la campana de reba-
to, se cerraron las barreras y los ciudadanos ad-
nlÍrados se preguntahan unos á otros si iba á ensan-
grentarse la capital con nuevas matanzas. Todos
los diputados de la Gironda y los nlinistros que
estaban mncnazados pasaron la noche fuera de sus
domicilios, yendo Roland á ocultarse en casa de
un amigo; Buzot, Louvet, Barbaroux, Guadet,
13crgoint \0 y Rabaud Sto Etienne se atrincheraron


v. 9




130 REVOLUCION FRANCESA.
en un cual'to retirado ~ provistos de Luenas aL'JllUS y
prontos á defenderse en caso de ataque hasta der-
ramar toda su sangre. A las cinco de la mañana
salieron para irse á la convencion , donde á la luz
del dia principiaban á reunirse algunos miembros
llamados por la campana. Hiciéronse respetar con
las arn1as que llevaban al descubierto de vario~
grupos que encontraron y llegaron á la asamblea
donde estaban ya varios n10ntaiíescs y Danton en
conversacion con Garat. ¿No ves, le dijo Louvet á
Guadet, que horrible esperanza está brillando en
sus senlblantes?- Si, respondió Guadct, hoyes
cuando Clodio destierra á Ciccron. -Por su parte
Garat atlmirado de ver tan de Illaiíana á Danton
en la asalllblea , le observaba con atencion y le di-
jo ¿ porqué es ese ruido, qué es lo que se preten-
dc? - Eso no será nada, respondió Danton ; es ne-
cesario dejarlos que hagan pedazos algunas im-
prentas y des pues , que se vayan á sus casas.- Es-
taban presentes 28 diputados, y Fermont 11 tomó
provisionalmente la presidencia ~ nlientras que
Guadet se sentó con l11ucho ánimo en el puesto de
los secretarios. Poco despues se fne aumentando
el número de los diputados, esperando el momen-
to de abril' la sesion.


Entre tanto se estaba consumando la insurrec-
cion en el ayuntamiento. En él se presentaron los
ellYiados de la COlllisioll ccntral revolucionaria te-




CO~TENCTO~ ~:\CIONAI. (1793). 131
utendo al frenLr. :l Sil presidente Dobsen con sus
plenos poderes revolucionarios. TOluó la palabra
c,;;te último y declaró al consejo general que el pue~
bIo de Paris menoscabado en sus del'ecllOs acaba-
ha de deponer á toda'i las autoridades constitui-
das. Quiso el vice-presidente del consejo que se le
mostraran los poderes de la comision , y habién-
dolos reconocido y visto espresos los deseos de 33
secciones de Paris, declal'ó que la lnayoria de es-
tas anulaba las autoridades constituidas. En con-
secuencia se retiraron el consejo general y las ofi-
cinas, y Dobsen con los cornisarios ocupó las pla-
zas vacantes con aclamaciones de viva la república.
Inmediatamente COllSU!t¡') . ú la llueva asanlblea y
la propuso reintegrar ú la lnunicipalidad y conse-
jo general en sus funciones, en atel1cion á que am-
hos habian cumplido siempre hien sus ohligacio-
ncs para con el pueblo. Elcctivanlente se les vol-
,'ió á poner en posesion en Inedio de los nlas vivos
aplauso3. Todas estas aparentes fornlalidades no
tenian otro ohjeto que renovar los poderes lnuni-
cipales , haciendo que fuesen ilimitados y sufi-
cientes para la insurrecciono Innlediatamente des-
pues se desig'nú un nuevo comandante general
pl'ovisiona 1, que fue el llamado Hcnriot 12 , hom-
bre '6rosero ") cnlrc~R<-tG ~\\ ·.\.Ju\\.\:&.n\.~~nt~ "j C~TI\.an­
dante del batalion de descmuisados. Despues para
asegurar el apoyo lId puehlo y lnanlenerle soLre




132 REVOLUCION FHANCESA.
las arOlas Jurante aquella agitacion, se determ~-­
nó que se diesen dos pesetas diarias á cada ciuda-
dano pobre que estuviese de servicio, las cuale·
se tomarian inmediatamente del producto del
préstamo forzoso sobre los ricos. Este era un me-
dio seguro de atraer al partido del ayuntamiento
contra la gente acomodada de las secciones á to-
dos los obreros, que preferian ganar,.j dos pesetas
alborotando, á los seis reales que cuando mas po-
dian ganar con su trabajo. *


Mientras que se tomaban estas disposiciones en
el ayuntamiento, iban reuniéndose los ciudada-
nos de la capital al toque de rebato, y se presen-
taban armados al rededor de una ban(\era que e:-:.-
taba colocada á la puerta de cada capitao de sec···
cion. l\Iuchos de ellos se hallaban indecisos sin sa",
her que pensar de aquellos movimientos y se pre-
guntaban unos á otros para que se les reunía, co-
mo que ignoraban las providencias tomadas aque-
lla noche así en las secciones como en el ayunta-
miento. En esta indecision era imposible que
obrasen ni resistiesen á nada de cuanto se hiciera
contrario á su opinion, y por mas que repugnasen
la insurreccion, no podian menos de ayudar á ella


,.. Lo gracioso es que algunos escritores y aun oradOl'e5
de tr~bunll f>ne\en h:mt\7.¡u' ~'iita ~Qrdida ~~pe(;u{acion con l:'{ ti-
tulo de patriótica r Iteróica. (N. del T.)




eONVENCION NACIONAL (1793). 133
con sola su presencia. Mas de 80 mil hombres re-


o corrían las calles de Paris con el mayor sosiego, y
se dejaban conducir con docilidad por la autori-
dad atrevida que habia tomado el mando. Las úni-
cas secciones que estaban dispuestas á resistir eran
las de la Butte-des l\1oulins , laidel Mallo y de los
Campos Elíseos, que lUUy de ante mano se habian
declarado contra el ayuntamiento y la Montaña,
y contaban con el apoyo de los girondinos, en
cuyo peligl'o no dejaban de tener pal'te. Estas se
reunieron tambien armadas y esperaban el éxito
en actitud de quien se vé amenazado y está pron-
to á defenderse. Asustados con estas disposiciones
los jacobinos y los descamisados y exagerándose el
peligro, corrian por el arrabal de S. Antonio di-
ciendo que aquellas secciones rebeldes iban á
enarbolar la escarapela y bandera blancas, y que
era indispensable acudir al centro de Paris pa-
ra contener una esplosion de los realistas. Para
que el movimiento fuese mas general, se quiso
disparar el cañon de alarnla, que estaba en el
puente nuevo, á pesar de que habia pena de
JlIUerte contra el que le disparase sin previo de-
creto de la convencion. Henriot había mandado
que se disparase, pero el comandante del puesto
no quiso obedecer la órden y pidió que se le mos-
ti'ase el decl'eto; pel'O volviendo con fuerza los
(>Jlviados por Henriot velwiel'on la 1'('sislencia del




J34 REVOLUCION FIL\.Nt:ESA.
puesto y al 1110mento pl ea\\O\\(\1.O de alanna ,·infr
á aumentar el estrépito l\C la l:ampana y t\c los
tamhores de genct'ala. '


v


Ya dijimos como la convencion se habia reuni-
do desde por la mañana, y desde luego mandó
convocar á todas las autoridades para saber cual
era la situacion de Paris. El primero que snbió á
la tribuna fue Garat, que estaba presente, y ocu-
pado en observar á Danton , el cual refirió lo que
ya sabia todo el mundo, y era que una junta reu-
nida en el palacio del obispo pedía repal'acion de
las injurias hechas ú París y la abolicion tle la
comision de los doce. Apenas hubo acahado de ha-
hlar Garat , cuando unos comisionados, que se
daban el título de adnúnistracion del departa-
mento del Sena, se presentan en la barra y decla-
ran que no se trata lnas que de una insurrecion
puramente moral, cuyo objeto es la reparacion de
los ultrajes hechos á la ciudad de París. Añadieron
que se habia observado el mayor órden, que to-
dos los ciudadanos habian jurado respetar las
personas y propiedades, que las secciones arma-
das recorrían la ciudad con sosiego, y quc todas
las autoridades reunidas ycndrian aquel dia á la
convencion para presentarla sus súplicas y su
profcsion de fé.


Inlnediatamentc leyó el presidente Mallarmé 13
un parte del comandante del puesto del Puente




CONVErtCION NACIONAL. (1793). 13;:)
Nuevo en que referia la contestacion que había
dado cuando le mandaron disparar el caiion llc
alarma, y en seguida requirió Dufriche-V alazé
que se averiguase quienes eran los autores de aquel
movimiento, asi como quienes habian mandado
tocar la campana de rebato, y que se arrestase al
comandante general que se habia atrevido á dis-
parar el caflOn sin órden de la cOllvencion. Al oi!'
tal delnanda empezaron á dar gritos las tribunas
y el lado izquierdo; pero Valazé no se desanilnó ,
sino dijo (Iue nada le haria desmentir su carácter
y que siendo representante de 25 millones de
hOlnbres, haria su deLer hasta el último eslrenlO;
últimamente pidió que se oyera sin dilacion á la
comision de los doce tan calumniada y se escu-
chase su informe, supuesto que todo cuanto esta-
ba pasando era una prueba de las intrigas que
ella no habia cesado de denunciar. Quiso Thuriot
contestar á Valazé y entonces principiaron la lu-
cha y el tumulto. Procuraron interponerse como
lnediadores Mathieu 111 y Canlbon , quienes recla-
11laron el silencio de las tribunas y la 11loderacion
de los oradores de la derecha, esforzándose por
persuadir á que en el Ill0Inento actual un cOlnha-
te en la capital seria mortal para la causa de la
l'evolucion; que el único medio de mantener la
dignidMl de la convencion era la calma,unico 1l1e-
dio de hacerse respetar de los malévolos. COIHC




136 REVOLUCION FRANCESA.
Vergniaud estaba dispuesto, igualmente que IUa-
thieu y Cambon á emplear medios conciliatorios;
dijo que miraba tambien como mortal para la li-
bertad y la revolucion el combate que iba á prin-
cipiarse, y asi se limitó á reconvenir con mode-
racion á Thuriot por haber agravado los peligros
de la comision de los doce pintándola como Ulla
plaga de la Francia, sobre todo en el momento en
que todas las pasiones populares estaban dirigi-
das contra ella. Su opinion· era que se la debia
disolver si habia cometido actos arbitrarios, pero
despues de haberla oido y no antes; nlas como
necesarianlente su informe habia de escitar las
pasiones, pidió que sedifiriese la lectura de él y
su discusion para otro dia de menos alboroto. Este
era en su dictamen el único medio de mantener la
dignidad de la asamblea y probar su libertad; mas
ante todas cosas importaba saber quien había da-
do la órden en Paris para tocar á rebato y dispa-
rar el cañon de alarma, y asi no se podia escusar
de llamar á la barra al comandante general provi-
sional. ({ Os repito, dijo Vergniaud al concluir,
« que cualquiera que sea el éxito de este combate,
« ha de ocasionar la pérdida de la libertad , y asi
« juremos permanecer fieles á nuestro deber y mo-
« rir todos en nuestro puesto antes que abando-
( nar la causa pública. ») Al instante se levantaron.
con aclaulaciones y se prestó el juramenlo pro-




CONVENCION NACIONAL (1793). t 37
puesto por Vergniaud. Luego se disputó sobre la
otra proposicion de enviar á llamar á la barra al
comandante general, y subió Danton á la tribuna
estando clavadas en él las miradas de todos, como
si girondinos y montañeses le preguntáran si era
él el autor de los movimientos de aquel dia y asi le
escucharon con profunda atencion y dijo: «Lo
« que se necesita ante todas cosas es suprimir la
« conlision de los doce, lo cual importa mucho mas
«que llamar á la barra al comandante general.
({ Hablo á los hombres que tienen algunas ideas
«políticas; porque de nada servirá para el actual
( estado de cosas citar á Henriot, no debiendo no-
« sotros dirijirnos al instrumento sino á la causa de
( las. turbulencias. La causa es la susodicha conli-
( sion , cuya conducta y actos yo no me mezclo en
( calificar, porque no son los arrestos arbitrarios
« los que me hacen desear su supresion sino lo
« impolítico de su existencia.- ¡ Impolitico! grita-
el ron á una voz los de la derecha, no comprende-
« mos eso.- Ustedes no lo comprenden, replicó
« Danton; pues yo voy á esplicárselo. Esa comision
(l. no se creó mas que para reprimir la energia po-
c( pular, ni fue concebida sino en ese espíritu de
c( moderantismo que perderá á la revolucion y á la
(( Francia. Ella se ha empeñado en perseguir á
C( unos nlagistrados enérgicos, cuyo único defecto
« es que encienden el ardor popular. Yo no pl'e~




13'8 REVOLUClON l"RANCESk.
« tendo examinar ahora si en estas persecuciones.
« se ha dejado llevar de resentinlientos persona--
ti: les pero á lo menos ha manifestado disposicio-
« nes que en el dia debemos desaprobar. Vosotros
({ mismos al oir el infonne de vuestro ministro del
ti: interior, cuyo carácter es tan suave y cuyo jui-
« cio es tan imparcial y claro, habeís puesto en
« libertad á los hombres á quienes la COlllision ha-
ti: bia encerrado. ¿ Que debeis pues hacer con la
« comision supuesto que anulais sus actos? Ha re-
<r tumbado el cañon y sublevádose el pueblo, es
(e verdad; pero debemos darle gracias por su
{( energía en el interes mismo de la causa que de-
« fendemos, y si sois legisladores políticos, vosotros
« mismos aplaudireis su ardor, reformareis vues-
« tros propios errores, y abolireis la comision. Re-
<r pito que no me dirijo mas que á los hombres
« que tienen alguna inteligencia de nuestra situa-
« cion, y no á esos seres estúpidos, que en los
« grandes movimientos no saben escuchar Inas que
« sus pasiones. No vacileis en satisfacer al pueblo .... »)
- ¿ Que pueblo? gritaron á la derecha. - « l=se
«( pueblo, respondió Danton , ese pueblo inmenso,
« que es nuestra centinela avanzada, que aborre-
« ce la tirania y el cobarde moderantismo que ha dp
«producirla. Apresuraos á satisfacerle, salvmllc
« de los aristócratas, salvadle de su propia cóle-
« ra; y si cuando e:jté satisfecho, algunos hOlnbrcs




CO~VENt:lON NAt:!ONAL (1793). 13'~:f
¡( perversos, de cualquier partido que
« tentasen prolongar un moviluiento
«mismo Paris los reducirá á la nada. })


.


sean, In-
inutil, el


Quiso Rabaud de Sto Etienne justificar á la co-
n1ision de los doce bajo el aspecto polít ico, é in-
tentó probar que nada lo era tanto conlO crear una
cOluision para descubrir las tramas de Pitt y del
Austria que son los que pagan todos los desórde-
nes que afligen á la Francia.- Abajo, gTitaron;
quítese la palabra á Rabaud. -No, gritó Bazire,
dejad hahlar á ese impostor; yo probaré que su
comision ha organizado la g'uel'ra civil en Paris.--
Quiso continuar Uabaud; pero pitlió l\1a1'at que se
diese entrada á una diputacion del ayuntaluiento.
- Dejadme concluir, dijo Rahaud.- El ayunta-
Jniento , el ayuntamiento, el ayuntamiento, gri-
taron en las tribunas y en la montaiia. - Yo justi-
ficaré, replicó Uabaud, que cuando quise decir la
verdad me habeis interrumpido.·-Pues bien con-
cluid de una vez, le dijeron,y al fin acabó Rabautl
por pedir que se suprimiese la comision si se que-
ria, pero que se encargase á la de salud pública
que continuara las pesquisiciones que aquella ha-
bia principiado.


Dióse entrada á la diputacion del ayuntalniento-
y (\ijo: «\J na gran traIna estaba formalla pero por
« fortuna está ya descuhierta. El pueblo que se Ie-
t y an tó el 1~· de i uIio y eli O de agosto para tlCl'-




140 REYOLUCION FUANCESA.
« rocar la tirania, se levanta de nuevo para cOllte-
Cl ner la contrarrevolucion. Nos enviael consejo ge-
« neral á que os demos parte de las providencias
« que ha tomado, y de las cuales ha sido la pri-
({' mera poner las propiedades bajo la salvaguardia
( de los republicanos; la segunda dar dos pesetas
({' diarias á los que esten sobre las armas; la terce-
( ra formar ¡llna comision que esté en correspon-
« dencia coiÍ. la convencion en estos momentos de
« turbulencia. El consejo general os pide que se-
« ñaleis á esta comision una sala inmediata á la
« vuestra, donde pueda reunirse y concertarse con
(l vosotros. »)


Apenas hubo cesado de hablar la diputacion
cuando se presentó Guadet para responder á sus
demandas y cierto que no era este el mas apropó-
sito entre los girondinos para calmar las pasiones.
« El ayuntamiento, dijo, al pretender que ha des-
« cubierto una trama, no se ha equivocado mas
« que en una palabra, y es que el mismo es quien
« la ha fraguado y ejecutado.» Interrumpiéronle
los gritos de las tribunas, y pidio Vergniaud que
se mandasen evacuar, pero creció el tun1ulto y la
griteria en términos que no se podia oir nada. En
vano repetia el presidente lUallaro1e que si no se
respetaba á la convencion usaría de la facultad
que le daba la ley, pues aunque Guadet no des-
amparó la tribuna, solo podia conseguir que se )('-




CüNYENCION NACIONAL (1793). 1/ .. t
oyera alguna que otra frase en los cortos intérva-
los que dejaba el tumulto. Ultimamente pidió que
la convencion interrumpiese sus deliberacione s
hasta que se le dej ára en libertad; y se encargára
á la comision de los doce perseguir inmediata-
mente á los que habian tocado á rebato y dispa-
rado el caiíon de alarma. Esta proposicion era lUuy
poco acomodada para sosegar el tumulto y asi


. quiso Vergniaud volver á la tribuna para restahle-
cer algun tanto el sosiego, pero otra nueva dipu-
tacion se presentó á reproducir las reclamaciones
ya hechas, yentónces la convencion estrechada de
nuevo, no pudo resistir mas y decretó que los obre-
ros á quienes se hahia convocado para vigilar en
que se respetase el órden público y las propieda-
des , recibirian dos pesetas diarias, y que se de-
signaria una pieza, donde los comisionados de las
autoridades de Paris se concertasen con la comi-
sion de salud pública.


Despues de este decreto quiso responder Cout-
hon 15 á Guadet, y todo el resto del dia, que estaba
ya muy avanzado se paso en discusiones sin resulta-
do. Toda la poblacion de Paris reunida sobre las ar-
mas continuó recorriendo la ciudad con el mayor
órden y en la misma incertidumbre, mientras
que el ayuntamieuto se ocupó en redactar nuevas
representaciones relativas á la comision de los doce
y la asamblea no cesó de agitarse enpró ú en con-




142 1tEVOLUCION FRANCESA
tra de la comisiono Salió un rato de la saja VCl'g-
niaud, y admirándose de aquel raro espectúculo
de una poblacion ~ntera que no sabia el partido
que debia tomar y obedecia ciegamente á la pri-
luera autoridad que queria nlandarla, creyó que
convenía aprovecharse de aquellas disposiciones é
llÍzo una mocion , cuyo objeto era hacee una di s-
tincion f,ntee los agitadores y el pueblo de Paris ,
peocurando atraer á este con alguna denl0stracion
de confianza, ydijo á la asamblea: «Estoy muy
« distante de acusar á la mayoria ni á la luinoria
(l: de los habitantes de la capital, antes bien ceeo
« que este dia nos hará ver á todos lo mucho que
« Paris aprecia la libertad. Basta recorrer las calles
({ y ver el órden que reina en ellas y las numero-
<t sas patrullas que circulan; basta ver ese hermo-
( so espectáculo para decretar que Paris ha mere-
( cido hien de la patria. » Al oir estas palahras se
levantó toda la aSaIublea y declaró por aclamacion
flue Paris era henenlérito de la patria, aplaudi(~n­
dolo la montaría y l~s tribunas , sorprendidas de
oir una proposicion semejante salir de hoca de
Vergniaud. Era sin duda 11lUy oportuna aquella
mocion , pero no bastaba un testimonjo lisonjero
para despertar el celo de las secciones, reunir las
que desaprolJaban la conducta del ayuntamiento
y c01uunicarlas el valor y un ion necesarias para
resistir á la insurrecciono




CO~YE~CION NACIONAL (1793). 143
En aquel instante la seccion del arrabal de S.


Antonio escitada por los ernisarios que habian ve-
nido á decirla que en la Butte-des l\:loulins se ha-
bia enarbolado la bandera blanca, bajó al inte-
rior de Paris con sus caiíones y se paró en la plaza
,del palacio real donde estaba atrincherada la otra
secciono Esta que se hallaba fornlada en batalla
en el jardín, habia cerrado las rejas y estaba pron-
ta con su artilleria á sostener un sitio en caso de
ataque. Por fuera continuaba esparciéndose la voz
de que tenia bandera y escarapelas blancas y no
cesaban de escitar á la del arrabal para que la aco-
metiese. Sin enlLargo algunos oficiales de esta úl-
tima representaron flue antes de venir á las nla-
uos era preciso cerciorarse del hecho y procurar
entenderse. En efecto se acercaron á las rejas y pi-
dieron haLlar con los oficiales de la Butte-des
l\IouJins ; se le5 aurió la puerta y no encontraron
en todas partes mas que los colores nacionales.
Entonces principiaron á esplicarse y á darse abra-
zos unos á oLros, continuando las dos secciones en
recorrer las calles de Paris. De este rnodo la su-
lnision se generalizó mucho mas y dejaron al nue-
vo ayuntamiento continuar sus debates con la
convencion. En aquel instante Barrere, que siem-
pre estaba pronto á proponer términos medios,
propuso en nOlllbre de la comision de salud pú-
blica que se aboliese la de los doce, pero que al




UEVOLUCION FIlANCESA.


misll10 tiempo se pusiese la fuerza armada á la
tlisposicion de la convencion.-lUientras que des-
envolvia su proyecto, otra nueva diputacion vino
por tercera vez á espresar sus últimas intenciones
á la asamblea, en nombre del departamento, de
]a municipalidad y de los comisionados de las
secciones estraordinariamente reunidas en el pa-
lacio episcopal.


Llevó la palabra el procurador síndico del ayun-
tamiento l'Huillier y dijo; « Legisladores, hace
( mucho tiempo que la ciudad y el departamento
« de Paris son calun1niados á los ojos del univer-
« so. Los mismos hombres que han intentado des-
( acreditar á Paris en la opinion pública son los
« fautores de las matanzas del V endée ,y los que
({ adulan y entretienen las esperanzas de nuestros
{( enemigos; ellos son los que envilecen á las au-
« toridades constituidas,los que procuran estraviar
« al pueblo para tener derecho de quejarse, y los
( que os denuncian tramas imaginarias para urdir
« las verdaderas; y ellos son los que han solicita-
« do la comision de los doce para oprimir la liber-
({ tad del pueblo, y últimamente los que por lne-
« dio de una fermentacion criminal, por el de re-
« presentaciones fingidas y por sus corresponden-
« cias privadas mantienen odios y divisiones en
{( vuestro seno y privan á la patria del mayor
(( de todos los beneficios , que es una buena




CONVENCION NACIONAl. (J 793). 1 ~.)
<constitucion comprada ft costa de tantos sacri-
« licios. J)


Despues de un apóstrofe tan vehemente, de-
nunció Huillier los proyectos de federalismo, de-
claró que la ciudad de Paris estaba dispuesta á
perecer por el sosten de la unidad republicana, y
pidió justicia de las palabras famosas de Isnard,
Paris -será borrada de la lista de las ciudades.


« Legisladores, gritó, ¡, será verdad que esté
([ forInado el proyecto de destruir á Paris? Quer-
er reis disolver este depósito sagL'ado de las artes y
«conocin1Íentos humanos'?» Despues de estos
afectados lamentos pidió venganza contra Isnard,
conlt'a los doce, y contra otros nluchos culpables
como Brissot, Guadet, V ergniaud -, Gensonné, Bu-
zot, Barbaroux, Roland, Lehrun, Claviere etc.


El lado derecho guardó silencio,perú el izquier-
do y las tribunas aplaudieron. Contestó Gregoire á
Huillier con elogios enfáticos de Paris y convidó
á la diputacion á los honores de la sesion , estan-
do mezclados con los peticionarios una porcion de
gentes del pueblo, que no pudiendo caber en la
hana, se fueron colocando al lado de la :Montaña
que los hizo lugar con nlil amores. Entoncesse es-
parció por la sala una nlultitud desconocida que se
confundió con la asamhlea, ~T las trihunas pror-
rumpieron en aplausos al ver aquel e,.,pectáculo
de fratenúdad entre los representantes y el pnehlo.


Y. lO




1'cG REVOLUCIOX FR.\:\'CESA.
Al instante pidió Osselin <{ue se imprimiera la pe.,
ticion y se tleliherase sobre su contenido, redac-
tado en forma de proyecto por Barrere.-Presi-
dente, gritó Vel'gniaud, consultad á la asalnblea
para saber si quiere deliberar en el estado en que
se encuentra.- Que se vote el proyecto de Barre-
re, gritaron desde la jzquierda.- Nosotros protes-
tamos contra toda deliberacion , se dijo á la dere-
cha.- La convencion no es libre, dijo Doulcet 16.
-Pues hien, añadió LevasseuL',17 , que los del la-
do izquierdo pasen al derecho y entonces la cOll-
vencion estará separada de los peticionarios y po-
drá deliherar. Al oi!' e. to se dió prisa la Montaña
ú pasar al lado derecho, quedando por un 1110-
mento confundidos los dos lados y :enteramente
abandonados los bancos de la Montaña á los peti-
cionarios. Pónese á votos la impresion de la súpli-
ca y queda decretada.- Que se vote el proyecto
de Barrere, gl'itaban unos.- Que se nos deje en
libertad, gritaban otros; pero Vergniaud propuso
que fuese la convencion ú reunirse con la fuerza
armada que estaba en los alrededores para buscar
proteccion en ella contra la violencia que sufría.
Al acabar estas palalll'as"le siguió un gran nllll1e-
ro de sus cólegas y la montalia y las tribunas em-
pezaron á hacer hurla de la saljda del lado dere-
cho? núentras la Llanura se (l ued/) indecisa y
asustada. Entonces dijo Cllalwt: « que se pase lista




Cl>NYENCroN NACIONAL ( t 7Y3). 147
(\ nominal ú fin dc que conste quicnes son los que
« han desel'l<ulo de su puesto. )) Volvieron á entrar
y crgniaud y los que le hahian seguido con un ai-
re apesadulnhrado y COlno penetrados de dolor,
porque aquel paso que podia ser subliIne si hu-
hiera sido imitado, venia ú convertirse en mez-
quino y aun ridículo no lo siendo. Intentó hablar
Vergniaud pero no quiso cederle la tribuna Ro-
hespierre 'que la ocupal)a, reclamando lnedidas
prontas y enérgicas para satisfacer al pueblo; en-
tre ellas pidió que no solo se suprimiese la 'comi-
8ion de los dooe sino que se castigase severamen··
te á sus mienlbros, y luego se estendió larganlen-
te sobre el proyecto de Barrere, y se opuso al ar-
ticulo de que se dejase la fuerza anuada á disposi-
cíon de la convencion.- « Acabe V ill. de una vez,
« le dijo Verg'niaud con impaciencia.- Si, respon-
( dió Uobcspierre, voy á concluir y contra V ill.
{( Contra V m., que despues de la revolucion del
« 1 O de agosto ha querido conducir al cadalso á
{( los que la hicieron; contra Vnl .. que no ha ce-
~ sado de provocar la destruccion de París: con-
{( tra V In. que quiso sal val' al tirano; contra V nI.
« que ha conspirado con Dumouriez ...... Mi conclu-
« siol1 es el decreto de aCllsacion contra todo.s los
« cÓlnplices de DumourÍez y contra los que han
«designado los peticionarios.»


Despucs (.le largos y numerosos aplausos se re-




148 ItEVOLUOON l"llANCESA.
dactó uil decreto, se puso á votos y se adoptó en
med.io de un tumulto que apenas permitia distin-
guir si se habia reunido suficiente número de vo-
tos. Decia en sustancia: que quedaba suprimida
la comision de los doce; que serían ocupados sus
papeles para infonuar sobre ellos dentro de tres
dias; que la fuerza armada quedaba en requisi-
cion permanente; que las autoridades constitui-
das diesen cuenta á la convencion de los medios
que hubiesen tomado para asegurar la tranquili-
dad pública; que se persiguiese á los autores de las
tramas que se habian denunciado, y se hiciese una
proclama para dar á la Francia una justa idea de
aquella jornada, que sin duda procurarian desfi-
gurar los malévolos.


Eran las diez de la noche y ya los jacobinos y
el ayuntamiento se quejaban de que se habia pa-
sado el dia sin resultado alguno; pero no dejaban
de celebrar que aun cuando el decreto no decidia
nada sobre las personas de los girondinos, era
una primera ventaja solo haber obligado á la
convencion á mostrar cierto aire de regocijo en
su misma opresion. Mandó al instante el ~ayunta­
miento que se iluminára toda la ciudad y se dis-
puso un paseo !público con hachas, en "que ib3n
mezcladas las secciones de S. Antonio con las de la
Butte y la del Mallo. Se precisó á los diputados
de la Montaña y al presidente á que concurrieran




CO~\'ENClON NACIONAL. (1793). 149'
á aquella fiesta, y estos obligaron por su pal'te á
los vencidos á que viniesen ellos mismos á cele-
bt'ar la v ictol'ia.


Demasiado evidente era el carácter de la jorna-
da, en que los insurgentes quisieron hacerlo todo
observando las fonnas, lo cual probaba que no
querian disolver la convencion, sino obtener
cuanto deseaban sin que pareciese que la faltaban
al respeto. Los débiles lniemhros de la Llanura
se pl'estaban con gusto á esta farsa dil'igida á ha-
cerles parecel' todavia libres, mientras que efec-
ti vamente no hacia n mas que obedecer. Se habia
abolido ya la comision de los doce y remitido el
examen de su conducta para dentro' de tres días
á fin de que no apareciese que se cedia. Al mis-
Ino tiempo se habia negado á la cOl1vencion que
dispusiese de la fuerza armada, pero con condi-
cion de darla cuenta de las medidas que se toma,
sen á fin de conservar las apariencias de soberania,
y últÍlnanlente se echaba una pl'oclama para re-
petil' oficialrnente que la convencion no tenia mie-
do y estaba perfectamente libre.


A la mafianasiguiente se le encargó á Banere
que redactase la pl'oclama , y disfrazó los sucesos
del 31 de lnayo con aquella rara habilidad que
hacia que siempre le buscasen cuando se trataba
de dar á los débiles un pl'etesto honroso para ce-
der á los fuertes. Decia que algunas providencias




150' REV01:.UCION FnANCES~'.
demasiado rigurosas hal .. ian est:itatlu el tlcst:onfcIf-
to del pueblo elcual se habia sublcvatlo con ener-
gía pero con dignidad, y pl'esenLúdosc con armas
durante todo el dia, proclalnando el re3peto á las
propiedades, á la lihertad de la convencion y á
la vida de todos sus miembros, pidiendo justicia
la cual se les había hecho inlnediatamente. Asi
es como esplicaha Barrere la aholicion de aquella
comision que él mismo habia propuesto.


ELLo de junio estaha todavia nluy distante de
:vestablecerse la tranquilidad, y la reunion de casa
del ,obispo continuaba sus deliberaciones; el de--
partamento y la municipalidad, convocados es-
tt'aordinariamente, estaban en sesion; no cesa-
ha el ruido en las secciones, y pOl' todas par-
tes se decia que no se habia conseguida mas que
la mitad de lo que se deseaba, supuesto que los
veinte y dos diputados asistian todavia á la con-
vencion. Reinaba pues el mismo alboroto en Pa-
ris y se aguardaban nuevas escenas para el si-o
guiente dia 2 de junio que era domingo.


Toda la fuerza positiva y material residia en la
l'eullion insurreccional del palacio del obispo, y
la fuerza legal en la comision de salud pública
que tenia todos los poderes estl'aorclinarios de la
conv~ncion. Se hahia designado una sala el dia 31
para que las autoridades constituidas VInIesen á
concertarse con la comision de salud pública ¡ y




CONVENCION NACIO~AL (1793 L l.j 1
durante todo el tIia 1.0 de junio no cesó esla de
preguntar á los mien1bros de la junta insurrec-
cional que es lo que pretendia todayia aquel ayun-
tamiento sublevado. Lo 'que pretendia era bien
claro: el arresto ó la destitucion de los diputados
que se le hahian resistido con tanto valor. Todos 1.os
individuos de la conlision estahan consternados
con tal proyecto ~ y particularmente Dclrnas, Tl'(~i­
llard y Breal'd. Hasta el n1Ísll10 Canlhon , que era
gran partidario, segun decia, del poder revoluciona-
rio , pero adicto it la legalidad, se indignaha de
los intentos del ayuntamiento y le decia ú Bu-
4::hotte, sucesor de Beurnol1ville y tan complaLicn-
te con los jacobinos C0l110 Pache: cr Ministro de
« la guert'a, aquí no- somos ciegos; yo veo rnuchos
({ de los empleados de vuestro nlinisterio entre los
(( corifeos y alLorotadores de todo esto. }) Tanlbien
llal'rere , en n1edio de sus acostull1hrados enlplas-
tos, principiaba á indignarse y decir: « Ya ven~­
« lnos en este trIste dia si es el ayuntamiento de
(P aris ó la convencIon quien representa á la re-
« pública francesa.}) El jacobino Lacroix , que era
amigo y teniente de Danton , se avergollzalla en
presencia de sus compaiieros del atentado (lue
se preparaba contra las leyes y la representaLion
nacional; y aun Danton que se habia lilnitado á
desear con ansia la alJolicion de la COlllision de
los doce por flne se le oponia flue se pusiesen tr~l'




L')2 UEYOLUCION FR,\NCESA.
has á la energia popular, hubiera querido que se'
respetase la representacion nacional; pel~o preveia
que los girondinos darian nuevas campanadas y
harian nuevas resistencias· á la marcha de la re-
volucion , 'por lo que era de opinion que se bus-o
case un medio de alejarlos sin proscrihidos. Este'
Inedio se le propuso Garat y él se apresuró á apro-
vecharle estando presentes todos los ministros.
Como Garat estaba afligido' de la situacion en que
se hallaban unos respecto de otros los gefes de la
revolucion, concibió una idea generosa que hu-
biera podido restablecer la concordia y les dijo
á los Jnielnhros de la comision y particularmente'
á Danton: « Acuérdense ustedes de las disputas
<t entre Temistocles y Aristides , de la obstinacion
C' del uno en rechazar todo lo que proponia el otro,
( y los peligros que hicieron correr á su patria.
({ Acuérdense de la generosidad de Aristides , que
({ profundamente conmovido de' los males que'
({ ambos causaban al pais:' tuvo la magnanimidad,
« de decir: Oh Atenienses, vosotros no podreis es-
CI tal' sosegados y ser felices sino cuando lhayais
cr arrojado al Báratro á Temistodes y á mí. Pues
({ bien, añadió Garat, que los corifeos de los dos
({ lados de Ja asamblea repitan las palabras de'
({ Aristides y se destierren voluntariamente y en
« igual número de Ja asamblea. Desde aquel día
« calmarán las dist.'Ordias , y quedarán en ella so-




CONVENClON NACIONAL (t79'3). 153:
«hrados genios capaces de salvar la causa públi-
«ca, y la patria bendecirá en su magnífico ostra--
~ cismo á los hombres que se hayan ohscurecido á sr
«mismos por darla la paz. » Al escuchar aquella ge-
nerosaidea se conmovieron todos los luiembros de 1<1'
comision aprobándola muy particularmente Del-
lnas, Barrcre yel fogoso Cambon; y Danton ,que
habia de ser el primero en el sacrificio, se levan-
tó y dijo á :Garat con lágrimas en los ojos: ( tiene
« V m. razon y voy ahora mismo á la asamblea á
« proponel' esta idea y lue ofreceré á ir el prime-
« ro á Burdeos á constituirme en rehenes.» Sepa-
ráronse todos empapados en aquel noble proyecto
para ir á comunicársele á los gefes de los dos par-
tidos. El principal á quien tenian que dirigirse era
á Robespierre , al cual de ningun modo podia con-
venir '5emejante ahnegacion, y respondió que aquel
no era mas que un ardid que se tendía á la Mon-
taña para apartar de ella sus mas animosos defen-
sores , y solo quedó de aquel proyecto una parte
ejecutable que era el destierro voluntario de los
girondinos, supuesto que lo reusaban los montañe-
ses. Se dió encargo á Barrere por la comision de
salud 'pública de proponer á los unos el sacrificio
que los otros no tenian la generosidad de aceptar,
y este redactó un proyecto proponiendo á los veint
y dos y á los miemhros de la comision de los doce
fIue renunciasen voluntariamente sus funciones.


~ .... 1


r~" /'
;., ' .. "~ ." t




En aquel mismo instante estaba acordúndose-
en la junta de casa del ohispo el proyecto defini-
tivo de la segunda insul'reccion , y ;tanto alli co-
mo en los jacobinos se quejaban (le que se habia
entiviado la energia de Danton despues de la abo-
licion de los doce. Proponia lUarat que se fuese ú
la convencion á exigil' la acusacion de los veinte
y dos y aconsejaba que se exigiese por fuerza, tan-
to que ya se estaba redactando una peticion corta
y enérgica para el objeto .. No se concertaba el
plan de insurreccion en la asalnblea, sino en la
comision de ejecucion, que era la encargada de
lo que llamaban entonces recursos de salud pública,
compuesta de Varlet, DoLsen, Guzman y deluas
gavilla de túnos que estaban en agitacion con-
tinua desde el 21 de enero. Decidió aquella
cuadl'illa que se rodease ú la convencion de la
fuerza armada y no se dejase salil' á nillgun di-
putado de la sala hasta que hubiesen espec1i(lo
el decreto que se pedia. Para esto era menester l1a-
]l1ar á Paris los batallones que estaban destinados
al Vendée ,á quienes se habia detenido con di-
versos prete~tos en los cual'teles de Courbevoie.
Hicieron cuenta de que podrian obtener de aque-
llos batallones y algunos otros con quienes conta-
ban lo que tal vez no hubieran conseguido de la
guardia de las secciones. Con rodear el palacio
nacional de aquellos hOlllhrcs decididos y Jnan-




CO~VE~CIO~ NACIONAL. (1793). 155
tener, C01no el dia 31 tIc lnayO' lO' restante de la
filCl'za armada en docilidad é ignorancia, era CO'-
sa muy facil vencer la resistencia de la cO'nvenciO'n.
lIenriO't estuvo tamhien encargadO' de Inandar las-
trO'pas que estaciO'naban al rededor del palaciO'
naciO'nal..


EstO' era lo cO'nvenido para el día siguiente 2 de
uniO', perO' se quisO' saber la vispera pO'r la tarde"


si bastaria con otra tentativa y con ensayar algu-
nas intimaciO'nes. Efectivmnente se tocó la genera-
la y el rehato , y la comision de salud pública se
dió prisa ú convocar la convenciO'n para que se
reuniera en lnediO' de aquella nueva tempestad.


HallúLanse entO'nces los girondinO's reunidO's pO'r
la última vez y cO'miendO' juntO's para cO'nsulta!'
entre ellO's S()hL'e lo que todavia restaba que hacel'.
NO' les quedaba la nlenO'r duda de que la insul'-
l'ecciO'n actual no tenia pO'r O'bjetO' únicO' hacer peda-
zos algunas imprentas , cO'n}() hahia dicho DalltO'n, ni
suprimir una comisiO'n, sino que se trataba defini-
tivamente de sus personas. AcO'nsejaban unO's per-
manecer firmes en sus puestos y 11lO'rir en su silla
cUful defendiendo hasta el calw el carácteL' de
que se hallaban revestidO's. De esta lnagnánima
O'piniO'n eran PetiO'n , BuzO't y GensO'né. BaharO'ux,
CO'lnO' mas acaloradO' y sin hacer O'tros cúlculO's que
las inspiraciO'nes de su áni,nO' heróico, queria que
fuesen á desafiar á sus cnenligO's con su presencia




156 IlEVOLUCION FllANCESA
y valor. Otros y particularmente Lou vct, propo-
nian abandonae inmediatamente la convencion
donde no podian hacer ya nada que fuese útil,
donde la Llanura no tenia el valor suficiente para
dar su voto y donde la Montaña y las tribunas es-
taban resueltas á cubrir sus voces con silvidos.
Querian retirarse á sus departanlel1tos, fomentar
la insurreccion que ya empezaba á declararse y
vol ver con fuerzas á Paris á vengar las leyes y la
representacion nacional. Cada cual defendia su
dictámen y no sabian en que fijarse, cuando el
ruido del rebato y la generala obligaron á los in-
felices convidados á dejar su mesa é ir á buscar
un asilo antes de haber tOlnado ninguna resolu-
cion. Fuéronse por el pronto á casa de uno de
ellos, menos cOlnprometido que los dernas, pues
no estaba comprendido en la famosa lista, que era
l\Ieilhan , el cual ya los habia recibido otra vez en
la casa que habitaba calle de los ~Iolinos, donde
podian reunirse armados. Acudieron allí á toda
prisa, escepto algunos que tenian otros medios de
ponerse á cubierto.


Reunióse la convencion al son del rehato y es-
tahan presentes muy pocos miembros, pues fal-
taba todo el lado derecho. Solo Lanjuinais que ha-
cia fi'ente á todos los riesgos, fue el que se presen-
tó para denunciar la insurreccion que á nadie le
cogia de nuevo, y despues de una sesion bastan-




CONYENCION NA.CIONA.L (1793). 15'1
le tempestuosa, respondió la convencion á los
solicitantes del palacio, que visto el decreto en
que se mandaba á la convencion de salud pública
dar un informe sobre los veinte y dos., no habia
nada que deterlninar sohre la nueva demanda del
ayuntamiento. Separáronse con mucho desorden
y los conjurados difirieron para el dia siguiente
la ejecucion definitiva de su proyecto.


Toda la noche del sábado al dOlningo no cesa-
ron ni la campana ni los tambores y por la ma-
ñana se oyó el estruendo del caiionazo de alarma
que hizo poner en pie á toda la poblacion de Pa-
rís desde el romper del dia. Cerca de 80 mil hom-
bresestahan en filas al rededor de la convencion .,
pero mas de 75 mil no tonlaban parte alguna en
'el suceso y se contentaban con asistir á él con el
fusil al hombro. Varios batallones decididos de
artilleria ocupaban los alrededores del palacio na-
·cional bajo las órdenes de Henriot, y tenian 163
·bocas de fuego con sus cajas y hornillos para bala
roja, mechas encendidas y todo el aparato mili-
tar capaz de imponer á la imaginacion. Habian he-
cho entrar en París desde muy de mañana los ba-
tallones destinados al Vendée y procurado irritar-
les persuadíéndoles á que se habían descubierto
tramas, cuyos corifeos estaban en la convencion y
era forzoso arrancarlos de allí. Se dice que ademas
de estas razones se les distribuyó á cada uno un






158 REVOLUCION FRANCESA
asignado de á duro; pero fuese ó no cierto, los
tales hatallones lnarcharon desde los campos Elí-
seos á la Madalen~, y desde esta por el baluarte á
la plaza de Carrousel, muy dispuestos ft ejecutar
cuanto les mandasen los conjurados.


De este nlodo la convencÍon, que no estaba
cercada mas que por algunos miles de alborota-
<los, parecia estarlo por 80 mil hombres; pero
por nlas que no estuviese realmente sitiada no de-
jaba de corl'er peligro, porque los pocos que la ro-
deaban estaban dispuestos á CODIeter contra ella
todo género de escesos.


Todos los diputados de los dos lados se hallaban
en la sesíon, ocupando sus puestos la Montaiia,
la Llanura y el lado derecho. Los diputados pros-
criptos estaban reunidos en gran parte en casa de
Meilhan donde habian pasado la noche y querian
ir á su puesto, haciendo Buzot esfuerzos contra
los que le impedían ir á espirar en el seno mismo
de la convencion. Sin embargo habían conseguido
estorhárselo , y solo Barbaroux fue el que pudien-
do escaparse vino á la asamblea á manifestar en
aquel dia el mas sublime valor. A los demas se les
forzó á que pernlaneciescn quietos en su asilo
aguardando el éxito de aquella terrible sesion.


Principióse esta pidiendo la palabra Lanjuinais
resuelto á no perdonar los últimos esfuerzos para
hacer que se respetase la representacion nacional




co~rENCION NACIO~AL (1793). 159
Y sIn inlinlidal'se ni por la 1110ntaña, ni por las
tribunas, ni por la inminencia del peligro. Ape-
nas la pidió cuando resonaron los gritos y mur-
mullos lnas violentos y dijo: ( Vengo á ocui)aros
« de los medios que se dehen tomar para contener
( los nuevos movimientos qne os amenazan. »-
« Abajo, abajo, clnpiezan á gritar, ese viene á
{( traernos la guerra civil.-Mientras me sea pel~­
{( mitido hacer que se oiga nlÍ voz en este sitio no
« pernlitiré que se envilezca en InÍ persona el ca-
« rácterde representante del puehlo. Hasta aqui no
( ha beis hecho nada y lo habeis aguantado todo,
ce sancionando cuanto se cxig'ia de vosott'os. Se reu-
í( ne una junta insul'recional y nOlnbra una comi-
« sion encargada de preparar la reLelion, y un
« comandante general para que mande á los revol-
({ tosos , y vosotros sufris esa junta, esa comision y
( ese c0111andante. ») Arlnase nueva griteria á cada
instanle pal'a intet'rumpir las palabras de Lanjui-
naÍs, hasta que llega ya á tal grado la cólera que
inspira, que muchos diputados de la ,Montaña,
como Drouet, Robespierre menor, Julien 18 y Le-
gendre se levantan de sus bancos, van corriendo
á la tribuna y quieren arrancarle de ella. Pero Lan-
juinais se resiste y se agarra con todas sus fuerzas,
creciendo el desórden y los rugidos de las tribu-
nas en ténninos que jamas se habia visto una es-
cena 1l1aS espantosa. Cubrióse el presidente y pu-




~6(} REVOLUCION FRANCESA.
lIo hacer que se escuchase su voz diciendo. c( La
.« escena que acabamos de presenciar es de las
{{ nlas aflictivas, y si contlnuais conduciéndoos de
« esta manera la libertad perecerá; os HaIno pues
"(e al órden á vosotros los que habeis venido á asal-
« tal' la tribuna.}) Se restableció algun tanto la cal-
ma, y Lanjuinais que no temia hacer proposicio-
nes quiméricas con tal que fuesen valientes, pidió
que se apease á las autoridades revolucionarias de
Paris., ó lo que es lo mismo, que los que estaban
desarmados sé mostrasen severos (:ontra los que es-
taban con armas. A penas hubo (:onduido cuando se
presentan de nuevo los demandantes del ayunta-
miento y se espresan con un lenguage lnas con-
ciso y enérgico que nunca. Hace cuatro dias que los
ciudadanos de Paris no han dejado las armas. Hace cua-
tro d1"as que reclaman de sus mandatarios , sus ·derechos
indignamente violados., y hace cuatro dias que sus man-
datarios se rien dé su padencia y de su inaccion ...... E s
prec1"so que se ponga á los conspiradores .en .estado de
arresto provisional: es preciso que se salve al pueblo 'I."n-
mediatamente ó si no vá á salvarse el mismo. -Apenas
acabaron de hablar los esponeI1tes cuando Ta-
lIien y Billaud-Varenes piden que se infornle so-
bre esta peticion en la sesion misma y otros en
gran número reclamaban la órden del dia. Ultima-
lllente la aSaIllblea en medio del hunulto y ani-
luada con el peligromisnlo, se levanta y pro-




(O:'>iYEN<:ION NACIO:'>iAL (17~);l1. 1 G1
nuneia la ()I'dcn del día lnotivada en que ~'a
tenia lnandado Ú la cOlnision de salud pública
que infonnasc dentro de tres dias. Al oir esta
decision salen los de la pcticion dando gritos, ha-
ciendo mnenazas yenscfianiln las annas que lle-
vaban ocultas. Todos los h0111bres que estaban
en las tribunas se reliran de ellas cO!no en aire
de ir á ejecutar un proyecto y se quedan solas las
lnugeres. Oyose un ~ran ruido allá fuera. y se gri-
taba á las armas, con lo cual algunos diputados in-
tentaron hacer presente á la asaulblca que era im-
prudente la dcterminacion que habia tornado y se
necesitaba poner fin ú la pe1igl'osa crisis conce-
diendo lo que se pedia y poniendo en arresto pro-
visional á los veinte y dos diputados acusados.
« Todos irémos á la prision , todos, » gritó Lare-
veillere-Lcpeaux 19; pero anunció Cambon que
dentro de Inedia hora daria su infol'll1C la comi-
sion de salud pública. Aunque este illfornle no se
habia pedido hasta dentro de tres di as , la urg"en-
cia del peligro habia detenninado á la comision á
acelerarle, y en efecto se presentó Ban'ere en la
tl'ibulla y propuso aquella lnisma idea de GaL'at
que tanto habia conmovido ú todos Jos mielnbl'os
de b comision , que Danton hahia abrazado con
entusiasmo y que nobespi~lTe no habia quel'ido
admitir. No pudiendo Bal'l'erC prOpOnél'5ela á los
de la Montaña, se la propuso á los 22 girondinos,


v. J I




1H2 REVOT.UCION FRANCESA.


tlici(~ndoles: « La cOlnision no ha tenido tiempo
« de averiguar ningun hecho, ni oir á ningun tes-
« Ligo, pero yisLo el estado moral y político de la
« eonvencion , cree que la suspension voluntaria
« de los diputados designados produciria el mas
« feliz efecto y sal varia la república de una crisis
« funesta, cuyo éxito es espantoso de prever. )


Apenas hubo acabado de hablar cuando Isnanl
se dirijió á la tribuna y dijo que desde el punto
en que se pusiesen en la balanza un hombre y la
patria, él no tendl'ia jamas la menor duda., y así
no solo renunciaba á sus funciones, sino aun á la
vida IDisma , si se necesitaha. Lanthenas imitó el
ejemplo de Isnard y abdicó las suyas. Fallchet
ofreció su dimision y su vida á la república, pe-
ro Lanjuinais, que estaba persuadido á que no
se dehía ceder, se presentó á la tribuna y dijo:
( Yo creo que hasta este 1110mento he lllostrado
« bastante energía para que no debais esperar de
« mi ni suspension ni dimisíon ... }) A estas paLt-
bras principiaron otra vez los gritos en la asan1-
blea , mas él tendiendo la vista sobre los que le
interrumpian, continuó: ( cuando el sacrit-icauor
( llevaba en otro tiempo la victinla al altar la cu-
« bria con flores y banderolas, pero no la insulta-
( ha .... Se quiere el sacrificio de nuestros pode-
( res, pero los sacrificios dehen ser libres y noso-
« tros no lo somos, supuesto que no se puede sa-




CO~VENCION ~ACfONAT, (1793). 1 (j3
,(,lil' de aqui ni asomal'se á las venlanas y que los
« cai'ioncs cstan apuntados: asi ya que no sc puc-
( de emitir ningun voto, hahré de callarme.» Su-
cedió á Lanjuinais Barhal'oux y reusó con el lnis-
nVl valor la dilnision que se le pedia, diciendo;
« Si la convencion Inanda que haga mi dimision
(l' nle SOllleteré, ,: pero COlno puedo yo renunciar
'~ á mis poderes cuando 11le cscl~iben una multi-
«tud de depal'talllentos asegurándollle que he
«usado bien de ellosé instándoDle á que prosi-
( ga? Yo he jurado morir en mi puesto y cumpli-
~ ré mi juralnento.» DusauIx ofreció su dimision.
« ¿ Y qué, dijo Marat, se les 'ha de dejar á unos
({ culpables el h0l101' del sacrificio? Para eso era
({ necesario estár ,puros á los ojos de la patria ; yo,
~ que soy un verdadero Inartir, puedo IllUy bien
( sacrificarme y de hecho ofrezco mi dimision
«desde el punto en que decreteis el arresto de
«los diymtados aeusados. Pero, añadió, esa lista
«está lnal hecha, en lugar del viejo chocho de
« Dusaulx, y del p6bre de espÍl'itu Lanthenas y
({ Ducos 20, que solo es culpahle de algunas opi-
« niones erroneas, se dehe poner á Fermont y
« V alazé, que Dlerecen estár en ella y no están.»


En aquel nl0111cnto se oyó un gran ruido á las
puertas' de la. sala y entró Lacroix agitado y dando
~Titos diciendo él 111islnO que no habia libertad,
pues que hahiendo querido salil' , no se lo habian




j (' ". , )1 UEYOLUCION FHANCESA.


perlllitic1o. A ullque lllontalícs y partidario del ar-
resto de los "cinte y dos, no dejaba de estár indig-
nado del alentado del ayuntamiento que t~nia
encerrados á los representantes en el palacio na-
cional. En efecto dcspues que se reusó acceder á
la pcticion insolente quc dejanlos referida, se ha-
bia dado la contraseüa ú todas las puertas para no
dejar salir á ningun diputado, y aunque n1uchos
hahían intentado CVa(lil'Se, solo Gorsas hahia po-
dido conseguirlo y se fue á buscar á los girondi-
nos que hahian quedado en casa de Meilhan ,
para decirles que se escondieran donde pudiesen
y que no se presentúran en la asamblea. Todos
los demas que intentaron salir fueron detenidos
por fuerza. Entre ellos se presentó á una puerta
Boissy-d' Ánglas 21 y le trataron tan indignamente,
que se volvió á entrar mostrando su vestido hecho
pedazos, lo cual indignó á toda la asamblea, y
aun la Montaña mislna se quedó admirada. l\'Ian-
dose citar á los autores de la tal conlrasefia y se es-
pidió un decreto ilusorio en que se llamaba á la
barra al comandante de la fuerza armada.


Tomando entonces la palahra Barrere con una
energia que le era poco habitual, dijo que la
asamblea no era libre y estaba deliberando bajo
el imperio de unos tiranos ocultos, y que en esa
comision insurreccional habia hombres de quie-
nes no se podia responder, como que eran unos




co~rE~CION NACiONAL \Í 793). 165
estrangel'os sospechosos, tales COIUO el espariol
Guzman y otros; que se estaban distribuyendo á
las puertas de la sala asignados de á duro á los
batallones destinados para el Vendee, y que era
urgente averiguar si la convencion era todavía res-
petada ó 'no. En consecuencia propuso ú la asam-
blea que se presentál'a en cuerpo en medio de la
fuerza armada á fin de asegurarse de que no te-
nia nada que temer y que se reconocía su autori-
dad. Adoptóse aquella proposicion, ya hecha el
25 de mayo por Garat y renovada por Vel'gniaud
el 31 , Y se puso de presitlente ú Herault de Se-
chelles, que era de quien se echaba IllallO en to-
das las ocasiones dificiles , levant[lI1dose para se-
guirle todo el lado derecho y la Llanura. Quedose
la Montarla sola en su puesto y entonces se vuel-
ven ú ella los últimos diputados de la derecha
preguntándola pOl'(ple no tOlnaba parte en el pe-
ligro comun. Por el contrario las tribunas hacían
señas ú los lnontarlese~ de que se estuviesen
quietos, como sí hnbiese un gran peligro allá
fuera. Sin embargo de eso, cediendo los lTIOnta-
ñeses ú un instinto de pudor se levantaron, y to-,
da la convencion se presentó en los patios del pa-
lacio nacional con su presidente al fi'ente por el
lado del Carrousel. Apártansc los centinelas y
ahren paso á la asamhlea, que llegó hasta la
prt~sencia de los artilleros, ú en ya ca hez a estaba




166 REYOLUCION FIUNCESX.
Henriot. Díjole el pl'esidenle ({ue ahl'iel'a paso' á
la asam41ea; pero el contestó (fue nadie pasaría.
sin que antes huhiesen entregado á Jos veinte y
dos.-Echad nlano á ese rebelde, dijo el presi-
dente á los soldados; lnas entonces I1enriot re-
tirando su caballo algunos pasos y dirigiéndose
á sus artilleros les gritó: artilleros, lÍ vuestras piezas.
-Agarró entones uno con fuerza el brazo de IIe-
rault Sechelles y le llevó del otro lado, dirigién-
dose hacia el jardin para renovar la misma tenta--
ti va. Hahia en él algunos grupos que gritaban
viva la nacion: otros viva la convenáon: t;iva }[aml :
muera el la~lo derecho. Otros batallones que estaban
fuera del jardín y con di vel'sas disposiciones de
los que rodeaban al Carrousel, hacian sciias á los
diputados para que fuesen á reunirse con ellos, y
en cfecto sc dirigió la convencion hacia el puen-
te tornan te , pero se encontró alli con un nuevo
hatallon que la cerró el paso,y entonces }Iarat ro-
deado de una porcion de nirlOs que gritahan viva
:rHarat, se acercó al presidente y le dijo: Yo inti-
mo á los diputados que han ahandonado su pues-
to, que se vuelvan inn1cdiatamcnte.


Con efecto la asamblca cansada de repetir prue-
bas (pIe solo serian para prolongal' su humilla-
~ion ,se yol,ió á la sala de las sesiones y cada,
cual ocupó su asiento. Suhió entonces Couthon á
la trihuna y dijo con una serenidad (IUC dejó con··




CONVENCION NACIO~.\.L (17931. 1 (j7
Cundida la asamblea: « Ya veis que sois l'cspeta-
« dos y obedeótlos del pueblo: ya veis que cstais
« libres y podcis votar sobrc la cuestion que se os
« hapropuesto; daos prisa pues á satisfacer los de-
( seos del pueblo.» Propuso Lcjenrke horral' de
la lista de los 22 á los que habian ofrecido su
dimision y csceptuar de la de los t 2 á Boyer FOIl-
frcele y Saint Mal'tin 22, que se habian opuesto ú
lo~ arrestos arbitrarios, y fue de parccer que ('11
su lugal' se pusiese á LclH'lUl1 y Cla "iere. Illsisljú
lUarat porque se bOl'l'ase Ú Lauthenas, á Ducós Y :'t
Besau!. ... , y se aiíadicse ti Fel'mont y Valazé, cuyas
pl'oposicioncs IlWJ(lll adoptadas y .va j 1)(111 Ú pasar
ú votal'. Al Gil Y al cabo, decia la Llanura inlimi-
dada, llO es un (laito tan gl'ande el que se les hará
[t los diputados con un siJllple arreslo en su casa
y de todos modos es preciso poner ténnino {t esta
escena tan terrible. El lado derecho por avergon-
zar á estos de su debilidad pcdia la votacion no-
l11inal, hasta que uno de cllos dió ú sus com pa-
fieros un medio de salil' de aqucila situ<lcion dili-
cil, diciendo: yo no voto porc{ue 110 c;:;loy libre.
A su ejemplo dijeron lo 111ismo lo;:; demas , ~T la
lUontafia sola con algunos InieJnhros suellos de-
cretó el alTesto de los diputados denlln('iado~ pOL'
el ayuntamiento.


Este fuc el célebre suceso del ;2 de junio lllas
conocido con el nombre del 31 de nlllyo , y que




j68 [tEVOLUCION FHAL\"CESA.
en realidad fue un verdadero 10 de ag'osto para la
l'epresentacion nacional, porque una vez arresta-
dos en sus casas los di Dutados no era dificil ha-


i


cedos sU]Jir al cadalso. Asi terminó una de las
épocas de la l'evolucÍon, que sirvió para preparar
la .mayor y ma:'l tel'l'~ Llc de tOllaS y (Iue es indis-


:] i • 1 ~ 1 pcnsaw.e cOnSlUCl'ar en f)T~UHle pcu'a pOl el' arre-
• 1 .


Cl,U'ül JHen._
l~n el 10 lle ago~to ,no disimulando ya la re-


volucion todas sus desconfianzas, acometió al pa-
lacio del nlonarca para libertarse de recelos que
se habian hecho ya insoportahles. ' La primera
idea que se concibió fllP la de suspender ú Luis
XVI v diferir la resolucion sobl'(~ su suerte Jlasta la


.)


próxima convencion nacional. Lila vez suspenso el
1110narCa y entregado el poder en nlatl0s de las (li-
ferentes autoridades populares, se suscitó la cucs-
tion acerca dd ~l1odo con (llW habia dp Jlacerse uso
de la autoridad; y entonces fue cuando se pro-
llunciaeon ahier[cunenlc las divisiones entre los
partidarios de la Ill0tieracion y los (Iue tenian Uila


I¡';lIorJ:mos POH1l1C ha de pc¡'sollific<li'Jc aquí la rc\"o!lI-
cion ni mucho menos di~;culpal' sus c¡'imcuc:; COl! d(~:;conriatl­
zas, la mayor parte forjadas pOI' lo:, que las promovían y
(lllC pOI' de contado cran pr()vocada~ por ellos. El lO lle agos-
totnvo un car¿lctcl' tan distill to del ['1 de jnlio,colllo fJlIe el uno
lllerece escusa eu sus autores v el otro los envilece, (N. de! 1~ >


. \'




CONVENClON NAClONAL. (1793). 169
energia inexorable. El ayuntamiento, que estaba
compuesto de todos los hombres acalorados, ata-
có á la legislativa y ]a insultó mnenazándola con
el rebato. Entonces la coalicion reanimada con el
10 de agosto, se tlió prisa á avanzar, y como se
aumentaba el peligro se aUlllcntó en proporcion la
violencia de las pasione . ., ya enconadas contra la
Il1oderacion. Cayeron en poder del enenligo Long-
wy y Verdun; y al ver aproxinlarse las cruelda-·
des de Brunswick, se anticipan á las que anun-
ciaban sus manifiestos y se esparce el terror sobre
sus encnlig'os ocultos con las espantosas jornadas
de setiembre. Salvada 111Uy pronto la Francia por
la lllagnÍtica serenidad de DUlll0uriez, tuvo tiell1po
para agitarse de nuevo sobre la gran cuestion del
uso lllOderado ó inll1oderado del poder. Setiembre
pasa ú ser el penoso texto de reconvenciones de los
lnoderados indigllaths, I1Iientl'as que los exaltados
querian que no se hablase palabra de unos ll1a-
les ({ue ellos decian ser inevitables é ilTeparaLlcs.
Estos odios de opinion se fueron aumentando con
odios personales y la discordia llegó al últinlO
grado. Entonces vino el nlOll1ento de resolver so-
Lre la suerte de Luis xvr y se hizo en su perso-
na la aplicacion de los dos sisteInas en que
fue vencido el de la 1I1Otleracion y triunfante el
de la violencia, de, 1110do que habiendo sacrifi-
cado al rey, la revolucion rOlllpió deLllliti va-




170 UEVOLUCION FRANCESA.
mente con la monarquia y con todos .. los tL'OI1O'5 ...


Vuelta á escitar \a coa\icion con c\ 2.\ l\C enero.
I


como lo habia sido por el 10 de agosto, acometió
de nuevo y nos hizo sufl'Ír reveses: en términos
que detenido Dumouriez en sus pL'ogresos por cir-
cunstancias adversas y por el desónlcn de todas
las adll1inistraciones * , se irrita contra los jacobi-
nos á ({uienes ill1puta sus reveses, sale enLonces
de su indiferencia política, se decide de repente
en favor de la 111uderacion, la C0111prOlnetc Clll-
})leando en su favor su espada y los estranjel'os , y
se estrella contra la revolucion, despues de llUhel'
puesto á la república en el lnayOL' peligro. Al
luislll0 tiempo se subleva el V cndéc, y todos ]O~
depaL'tamentosmoderados se poncn en acLilud
3ruenazadora , que fue In ayo!' peligro para la re-
volucion. Los reveses y traiciones (lan pl'clcslo ú
los jacobinos para calulllIliar ú los republicanos
moderados y un 111otivo para pedir la dictadura
judicial y ejecuLiva, proponiendo Ull ellsa~7o de
tribunal revolucionario y de cOll1ision de sa hHI
pública. Esto d{t ocasion á una disputa acalora-
da, en que los dos partidos vienen hasta los últi-
mos estremos sohre las dos cuestiones y lIf'!:!a Ú
~ u


" Dl!hiJo allí y en tollas partes á la callalla cxaocraJa de
todos 105 parLidus , porque eu todos suek haber U!la dó,i:,
llotable de exao,r('!'i\cion. ( Y. riel T'


\ ,




éONVENClON NACIONAL (1793). 17 í
ser imposible estat' en presencia uno de otro. En
el 10 de marzo.' intentan los jacobinos cargar sobre
los gefes de los gil'ondinos, pero. se ffi'alogra su ten ...
tativa por ser pl'ematura. Entonces se preparan me ..
jor, pro.vocando peticio.nes, sublevando á las sec-
eio.nes, y se insurreccionan legalmente. * Resisten
los girondinos creando. una COlllisioll encargada
de perseg'uir las tramas de sus adversario.s, y esta.
solo. con proceder co-ntra lo.s jacobinos los subleva
y es arrebatada por la tempestad. Restituida al
dia sig~iente á sus funcio.nes, es destruida de
nuevo. en la ho.rrible tormenta del 31 de mayo., y
últilnamente el 2 de junia así eUa co.mo lo.s dipu-
tados que esta]l.:'l encarg,lda de defender, so.n arre~
hatados del seno. de la representacion nacio.nal, y
de la misma manera que se habia hecho co.n Luis
XVI, se difiere la d,ecision de su suerte hasta una
épo.ca en que no. se ncccsital'ú J11aS que la vio.lencia
para conducirlos al cadalso..


A esto. se reduce el espacio. que herno.s reco.rri-
do. desde 10 de agosto. hasta el31 de mayo. siguiente,
flue vino. á sel' una larga lucha entre lo.s do.s sistemas
so.bre el mo.do. de emplear lo.s recurso.s. El aUlllen-
to. del pelígTo. lnantuvo. y envenenó lnas la dispu-


* j Legalmeule !!! Este es UIl abuso de palahras que no
dcbemos tolerar lIi aun .1 Mr. Thicl's. Nada hubo a(lui legal
~illo la l'I'eaCi~)(l tle la cOlllisitJll de los lloce. (N. del T. '. \ ,




172 REVOLUCION B\ANCESA.
ta, y la generosa diputacion de la Gil'oada cste-
Duada con sus esfuerzos por vengar los crímenes
de setiembre, por haher queri(lo impedir el del
~\. U~ en~ro, e\ \,l'lbuna\ revolucionario y la co-
mision de salud pública, tuvo que espirar cuando
el peligro hizo mas urgente la violencia y menos
admisible la moderacion. Ahora ya (luedó venci-
da toda clase de legalidad y ahogada toda recla-
lDacion con la suspension de los girondinos,y co-
IDO el peligro será mayor que nunca porque la
misma insurreccion se encargará de vengar á la
Gironda, habrá de desplegarse la violencia sin
obstáculo ni ténnino y lle~pr{l á su colIno la terri-
ble dictadura del tribunal revolucionario y de la
comision de salud pública. Aqui _principian las
escenas mas grandes y cien veces mas horribles
que todas las que indig'naron á los girondinos;
pues para ellos ya concluyó la historia, sin que
que de por afiadir mas que la relacion de su
heróica 111Uerte. Su oposicion fue peligrosa y su
indignacion impolítica * ; ellos comprolneticron la
revolucion , la libertad y la Francia, y hasta COlD-


,. Que esto lo dijese Danton, pabe ; pero fILIe lo diga lUr.
Thiel's despues de 40 ailOS de descng:l.Ílos y dl'SpllCS de haher
referido los hechos con la posible csactitud , esto es lo que no
se comprende. Tan lejos estuvieroll los girondinos de com-
prometer á la Francia, á la l'(:voluciull y mucho mellaS ;í la
libertad, que antes hieu estas tres prendas solo vivieroll y




CO~YE~CIO~ ~AClO~'\L (1793). t 73
prometieron ú la 1110deracion defendih1Clola con
acritud y se llevaron consigo al morir todo lo 111aS
generoso é ilustrado que habia en li'rancia. Sin
eUlbal'g-o ¡,quien no ~enyidiará el papel que hicie-
ron? ¿ quien· no (Iuerl'ia haher c0l11etido sus fal-
tas? * ¿ I~ra posible, en efecto, dejar correr la san-
gre sin resistencia ni indignacion?


p,)dian vivir siguiendo su sistema. El error de lVIr. Thicrs , no
fomo historiador sino como publicista, cOllsiste en la defini-
cion que da de la palabra revoluciono Esta fue obra sola y es-
clllsiva de los gil'ondinos : los demas solo produjeron los crÍ-
menes y no es lo mismo uno (lllC otro. (.N. dd T.)


Esto solo probaria que no hubo tales faltas (N. del T.)






.'
. '.


.'


j
j


j
j
j
j
j


j
j
j
j
j
j
j
j
j
j


j
j
j
j
j
j
j
j
j
j


j
j
j
j
j


j
j


j


j
j
j




NOTliS I)EL TRl\DUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO SEGUNDO.


--------Q<oQ ... _-


PAGI~A H1,.


1 José ~icol:'\s lIoucharu nació en Forhaeh ydcsue muy
'lliüo rutl'ó Ú senil' de simple soldado de caballeria y llf'gú
Ú tf'~licnte uell'egimiento de dragones de Borhon cuanuo
pl'ineipiaba la I'c,'olucion , en cuya época tuvo unos ade-
lantos rÚpiJos. En 17D2 era ya coronel de ~cazadores de
á cahallo y en esta ('aliuad fne empleado en el ejét'cito de
Cltstinc, donde di() pmeb::ls de mucho yalor en vados en-
<~uentt'os contra los Prusianos. Aunque le nombraron su-
cesor suyo en la (:pOC:1 qne dice el texto, dejó á poco
tiempo f'ste manuo pOI' ('1 dell\Iosella, y c1espues oh tuvo
el del Norte cuando se le quital'on ú Custine l~ pl'etesto
de tl'aicion. Entonces se declaró delator suyo echúnuo-
le la culpa de la p(~l'fli<la del ejél'cito de Maguncia y sien-
do illgTalo Ú Sil bif'llhf'dlol' por h::l(~f'1' la corte ú los in-
tl'igalltes de la época. Mas ('sto 110 le impiuió desplegal'
mucha acth'iuad y osadia pal'a batir á los aliados cerca de
Dunkerqlte en los (lias G y 7 dr setiembre de H3. Al si-
guiente batió de lluevo Ú los Ingleses en Ilondschoot y se
apoderó ue todas sus posieiones. Con touo eso no faltó
quien le acusase de molidc y entre oteas Hoche, que
aspiraba ú sucedede en el manuo y no tUYO eeparo en
imital' el ejemplo de disfamacion qlle habia tbuo el pri-
mero Dlllllonl'icz y ucspues signieron tantos otros. Lo
cierto es que arreslaron ú I10uehard y le llevaron ú París
al tribunal rcyolucionado, acusado de no haher socorri-
do á 1\laguncia y uc otras faltas mas ó menos probadas
que pl'ouugcron su condenacion á. muerte el t 7 de no-
yiembre 1793: la cnal sufrió con valor dcspues de habel'
intentado snicidarsl',




!7G ~OTAS


P.\GE\A ~H.


~ L. P. Dufonrnv de Villiel's nació en Pal'is J cjet'-
cia con alwecio la pl'~fesion de 3nptitccto cllando princi-
pió la re,'olucion. En abril de 17~O lwcsidia el dnh t\e
lQ'>, llere('\l.m" c{e( hml1JJr(~ ~ lt\.('~(\ C\lQ, \1\tQ,mh\'G del JQ,\,a.rt~l-
mento, tomando una p~H'le activa eH la inSlllTCccion
(,el 51 de mayo de 93. Su C3l'aeLt'l' enól'gieo y austero
le suscitó una multitud de enemigos, y atad) y flle ataca-
do por todos los partidos sucesivamente. Su riña con
Robespiel're estuvo para costade muy cal'a, pues se dc-
clal'ó contra él despucs de la Flluerte de Danton y le acu-
só de que era cómplice suyo; pero le saln') la caida del
tirano en el momento en que ya estaba acusado ante la
comision de seguridad general. Despucs ,'ohió al cluh de
los jacobinos, de cuya lista le hahían horrado antes, y
continuó defendiendo los principios revolucionarios. Mas
adelante estaba tamhien dada la ónlell para su :1l'l'esl.o,
pero murió poco tiempo dcspues de la anmistia de t7H;).


PAGINA 107 .


. 5 J. n. Marino era UB pintol' en porcelana natural
<le Sceaux., domiciliado en Paris y uno de los miembl'os
de la Ütmosa municipalidad dc J 7D2. FlH~ comisario de
policía en difel'entes barrios de la capital, y ('11 l7n;) le
em'iaron á presidir la comision temporal que se estahle-
ció en Lyon despues del sitio, cn la que se condujo co-
mo digno agente de RobcspiclTC ; pero habiendo l'('üido
con Collot d'Herhois , no tardó en ser vÍctima suya. Con
todo eso todavia le quedó tiempo para cometel' IHH"'OS
horrores en las cúrceles de Paris , dc cuya policia esluyo
encargado. Cuenta PrudhoJ1le quc siendo inspector de las
lllugel'cs públicas, arrestaba con este pretesto á cu:mlas
mugel'es le agradahan , fuesen casadas ó doncellas, y se
las llevaba para hacer la visita; de lo cual dcnunciado en
'1791 , le condenaron por IIp pronto {t estar preso hasta




DEL TRADUCTOR. 177
la 'paz ; pero habiéndole envuelto despues en la conspira-
cion llamada de los estrangeros, se le vohió á juzgar de
nuevo y rué condenado á muerte, como cómplice en el
asesinato de Collot d'Herbois y le llevaron al cadalso con
una camisa encarnada, siendo de edad de 57 años.


PAGINA 107.


4 1\Iichel era un fabricante de colorcte cn París y
cuando se le puso preso á peticion dc la comision de lo~
doce no tardó en recobrar la libertad con el tl'Íunfo del
ayunt:lllliento , y le enviaron á Lyon y departamentos in-
mediatos en calidad de comisario de seguridad general.
A su vuelta le volvieron á dar la tesorería de policia, pe-
ro habiéndole acusado en marzo de 94 de babel' robado
el depósito le quitaron el empleo, aunquc ,mas adelante
se le volvieron á dal'. Ultimamcnte fue complicado en el
atentado del 2-1, dc diciemol'c 1800 contra el pl'imcr cón-
sul , y condenado á la depo1'taci OH.


PAGINA 112.


ti C. E. Dopscnt, y no Dobsen, como dice el texto,
fue uno de los que mas cOlltrilmyeron con Protaix á ace-
lerar la insul'reccion de 31 del mayo del 95. De resultas
de ella le dieron una toga y despues del 9 de thermidor fue
presidente del tribunal re,'olucionario, pero en abril de
93 le destituyó la comision de seguridad gener'al y le tu-
vo preso algun tiempo. Despues acá "ivió siempre en la
obscuridad.


PAGINA 116.


6 1\1. P. I-Ierault de Sechelles nació en Paris en 1760
y principió su carrera siendo fiscal real en el Chatelet.
Como visitaba la casa de Madama de Polignac,le enconuó
allí un dia la reina y gustando de su conversacion le pro-
metió serIe de alguna utilidad. Ef~ctivamente, á- reco--
mendacion suya obtuvo la plaza de abogado general -en


v. 12




1'18 NOTAS
(,1 parlamento; mas romo al)\'azó con c:1101' la cansa ue la
"'i''i\)\"óQ\\ , \c nmn\w~w()n c()m\~'3.\;\() \\c\ g()~'b\(',\'n() ecrea
del trihunal de casacion y uespllcs diputauo á la }rgisla-
tiya y á la convencion nacional. Era rico, u.e buena figu-
ra y muy petrimetre, lo cual le echaban en cara sus com-
pañeros u.urante el tiempo del telTOI'. Tuyo val'Ías comi-
siones secretas y públicas: las primeras para negociacio-
nes de paz que no produjel'Oll erecto alguno: las segun-
das estuvieron para costade la yida en Colmal' , uOllde
quiso acabar con él el pueblo. En cuanto á la couducta
bastal1te pérfida que observó durante la lucha entre ja-
cobinos , puede consultarse el texto de esta historia. Des-
pues le nombraron miembro de la comision de salud pú-
blica, y.rué uno de los: autores de la l'iuícula constitucion
de 1795, hallándose tambien u.e pI'esiu.ente el 10 de
agosto de aqu<"l año en que debia promulgarse el tal có-
digo. Y se cuenta que como Itobespiel'l'e amhicionaba
presidiI' aquel dia, el mas solemne de la época, nunca
le perdonó la preferencia que habia obtenido, y esto rué
lo que principalmente le condujo al cadalso. Despues de
concluida su presidencia le enviaron á los uepal'tamentos
de Mont-Blanc y el alto Rhin , donde organizó el terror.
A su vuelta principió á perseguirle HobespielTe por S(~l'
amigo de Danton y hajo pretesto de que hahia llacido
noble y dado asilo en su casa ú un emigl'auo pOl' lo que
le condenó á muerto el tl'ilmual revolucionario el dia S
do abril 1794. Dejó escritas algunas pocsias ligcras, la
mayor parte amorosas, dil'igidas á la llluger de Camilo
Desmoulins : un viage á lJfontbart, que era el pueblo de
BufTon , y la ieoria de la ambician.


PAGINA. 125.


7 Esta señOl'ita Lacombe era una malísima cómica ,
que abandonó las tablas por la política y fue una de las
heroinas de la revoluciono Ya se habia distinguido el 10
de agosto, y e125 del mismo mes depositó en la asamblea
J egislath'a la corona chica que la hahian dado los ('onfrde-




DEI. T1L\DUCTOR. 179
í~.at1os por su valol' (~II (,1 aLaqtH~ d(~ Tullel'iJs. ~() se des-
mintió (lB e~las nsc(~nas de (IUC hacc nWllcinn el texto,
pcro al lin y postre villo á paJ';}r en 8('1' agente pagado
pOI' la polida.


~ ~leilhalt Cl':l UI! hahitaule d(~ lbyoll:l ~ diputado
pOl' los Uajos Pil'iU(~os , que yotó pOI' la reclllsioH del rey
y su deslicl'l'o Ú la paz. Era partidal'io de los giroudinos
y le declararon lI-aidol' Ú la patl'ia el dia 28 de julio dI'
H3. D('spues flW Hldto.ú aumitil' (~1I la eOIl\'elldon en
mal'zo de m, y le (~ll\'ial'Oll de I'q)['esentantt~ al ('j{~l'ciio de
.los Pirineos .occidentales. lHtimamclIle fue Illiemlwo df]
eonsf'jo dI' los 3Jwianos, dpdonde salió 1'11 'i í99 ..


PAGINA '12D.


D L'HulipJ' 1'1':1 HII silllpll' -w'úno dI' París, que por
1:ugo tiempo hizo papcl en su municipalidad hajo todas
-sus fOl'LHasy dellominaerones. Figuró en el 20 de Junio
y 10 de agosto, si(mdo despues fiscal del tribunal que se
'(!I'CÓ para juzga!' :í las \,te.timas que -ellos mismos habian
Jwcho ~ tanto aquel <lia como en los que se siguiel'on á
~H'incipios de setiemhre. Este fué el que cntJ'egó á los
asesinos la princesa uc Lamhallc. En esta ot,.a illSlIf'l'eC-
don dd 31 dc mayo puede verse lo que dice el texto,
prl'O al Hn no pudo e"ital' la til'3nia de HobespielTe que
le mandó encerral' en la cárcel de Luxemburgo y desde
ella pasó al tl'ilmnat l'evolucionado eon Danton , y se le
condenó ú estar IWCSO hasta la paz. Entonces le tJ'aslada--
ron :'tIa drc('1 dp Sta. PI'lagia, donde sp <lió d(~ puñala-
bd:1S.


PAGIX A 1 2D.


10 FI'ancis(~o BCl'goilll ('1'3 un gíl'Olldillo que votó po,'
la simple ,'cc1l1sion de Luis XVI y despnes fUI \ lIlit'lllbl'o
dp la comision de los clocc , que sil'yiú de principal pl'e-
lf'sfo :J la caiJa dc su pal'lido. Tuyo la felicidad de es-




180 NOTAS
condel'se eslando prosel'ipto y vohió ú la convenl'ioll en
mayo de 1793, con tanta oportunidad para la derrota d(~
los demagogos, que llrgó á la sala de las sesiones con
tropas. Despues pasó al consejo de los 300 y cuando
ocurrió la rcyolneioll del 18 brumario hizo su dimision.


PAGINA 150.


11 J. Dcfermont-des Chapelicres ,no Fel'mont co-
mo dice equivocadamente el texto, era fiscal del parla-
mento de Bretaña cuando le nombral'oll para los estados
generales, donde no se ocupó mas que de matel'Ías de
l1acienda. En la convencion fue quien mandó ponel' una
silla en la bana para Luis XVI durante su proceso y
quien le hizo el primer interrogatorio el dia 13 de Ji-·
ciembre de 92, Y voló pOI' su reclnsion y destierro. Des-
pues de las escenas del 31 de mayo continuó defendien-
do á los girondinos presos, lo cnal le ocasionó una acu-
sacion de Levasseur, pel'O hahiéndose sustraido á ella
con la fuga, le declararon tl'aidur Ú la patl'ia y le confis-
caron los bienes. En 1793 vohió á la convencion y per-
siguió á su vez á los que habían cometido horrores en el
Vendée y pidió que fuesen escluidos de la amnistia los
principales terl'ol'Ístas. Pasó despues al cOllsejo de los
300 , donde tambien pl'esentó varios proyectos de ha-
cienda, que le hicieron nombrar comisal'io de la tesorería.
En tiempo del consulado fue consejero de estado y últi-
mamente en el del imperio fue elegido senador y gran--
olicial de la legion de honor.


PAGINA 131.


12 F. Henri.ot, á quien otros llaman Hal'iot, era un
simple criado, que luego consiguió una plaza de guarda
de puertas y desde ella llegó á ser comandante general de
la guardia nacional de Paris. Desde el principio de la re-
"olucion fue todo de Ropespiene ú quien sil'vió en todas
las ocasiones; pero cuando se distinguió mas fué el dia 2 de




DEL TRADUCTOR. 18t
setiembre de D2 conduciendo en persona los asesinos á
la careel de los carmelitas. Tenia tal aficion á los asesi-
natos, que intentó degollar á los 94 habitantes de Nan-
tes que habia enviado Carrier á Pal'is, y no habiendo po-
dido conseguido, á pesar de haber esparcido la voz de
que ellos eomponi::m el estado mayol' de Charette , se
puso furioso contra Caniel' diciendo que eea un pícaro
pOl'que no los hahia fusilado ú todos. Unos sentimientos
tan delicauos no podian menos de grangearle cierta pre-
ponderancia en los .iaeobíllos, quiencs desde luego le
eligicl'Oll pal'a capitanear sus insolentes diputaciones á
la convencion. No queremos repctÍl' lo que dice el texto
sobee el modo con que dcsempet'íó su 'mando en esta in-
surreccion contra los gil'ondinos. Pero luego que se vel'Í-
fkó el tl'iuul'o de la canalla se desistió del mando y vol-
vió á su puesto de cOl'onel de Jos descamisados. En vano
intentó el Jado derecho qne se le pusiese en estado de acusa-
cíon; al contrario se le COil fi!'ió defi nitiyamente el mando en
gcl'ede la gual'tlia. En dhizo senieiosmuvseñalados á Ho-< < •
bespierre cuando este se quiso deshacer de Hebert y de
Danton, sin que tampoeo se desminti'ese su zelo en la
jomada de thermidOl'. Mas á pesar de sus esfuerzos aquel
dia, le agal'l'!ll'Oll cinco g~ll(larIll3s y le lIeY31'01l atado á
la comisioll de srgul'idad gl~llcl'al , donde Comnhal con
pI'ctesto de ahl'aZal'I(~ , le soltó las cuerdas con que tenia
atadas las mallos Ú la espalda, y vit~!ldose libre montú
sobre un caballo y encontrando ulla compañia de al'tillc-
ros que quiso obedecerle, yohió los eañones contra la
convencion; mas no atreviéndose á atacada COIl tan poca
gente los lle\'ó al ayuntamiento, donde no tarJó en ha-
Jlarse al fl'ente de un ('.i(~l'eilO eonsidel'~hle. Durante eSle
tiempo la cOJlyeneion declaraha fuera de la ley ú los cons-
piratlol'es , y en su \'ista la mayoria de las secciones se
declaró contra la lllunicipaliJad. Entonces se acobarda-
ron tanto Henl'Íot como Hohespierre , y Coffinhal flll'ioso
agarró al primero y l(~ tiró por Hila ventana de la cual ca-
~'ú en uu albañal, dOllde le 3l'1'eslal'on. Desde allí fue
fOlHlueido al tribunal I'pyolncional'io quP le condeuó ú




182
muerte y fue r;uillotillado ('1 dia siguiellte, ('n ('ompaDla
del monstruo ú qui('lI laBto hahia complacido. Era natural
ele Nanten'e ,. tenia 53 años cHando murió. El histol'Íadol'
Prudhome c~lCnra tales hOl'l'OfrS de la ,ida de este malva-
do, que nuestl'a pluma se resiste ú copiarlos.


PAGINA 134.


15 Francisco, Renato, Augusto l\fallaI'nHi , pl'OCllra~
dor sÍndieo del distrito de Pont-a lUonsson flJ(~ dipulado
de la lrgisIativa y despues de la fOllvellcioH, donde votó
la muc¡'te del rey. Esta presidencia que rjcreió el día de
que habla el texto 'le costó participar de la proscripcion
de los gírondinos. Dcspurs de ella no se ocupó mas que
de materias de hacienda y contrihuciones. EIJ el mes d0
~lgosto del mí~lllo año rué de },()Pl'p~f'!ltante al ('jél'cltO drl
Hhin y Mos(~lla , de donde le lIamúron muy pl'OlltO pOI'
haberse opuesto ú St. JUSI)' ] ,eb:'.s. Pero ('sto no impidió
que se le ~cllsasc de inumerables I'OUOS)' ,iolellcias co-
metidas durante su mision. El Re acogió ú la pl'oleccion
de los jacobinos, y pasado el tiempo del lC1Tor , le nom-
braron comis~H'io del Di\'(;ctOl'io en Dil(, y últimamente


.; jnrz ('n (,1 t!ibunal de :q'c!:lC10Il d{'~l:lguJ\cia donde ('l'('C-
IlIOS qHe IllUl'iú,


14, Carlos ~Jathi('u de l\1irampol fll{ ~H!ud (¡Ut> pro-
puso al ah!'i[,sí~ la cOllyencion que s(~ jurara [lor sola la
¡iwrza del iW;linlo cSlabl('c('c la lihel'tatl y la igualdad, y
(·1 qne SI' opuso Ú que se hit'¡('se (~s('q)('ioll ·algulla eH ra-
YOI' (/(. ias hijas de ¡os f'lIlig,'ados ql!(~ mhi('s(>1I ú Francia,
~ino que cOllsiguió se dC<TN:ú'a que ('\I:\I](io se ('og'iese al-
guna de edad d('11J años ~,(' la echase rltera dell'eillo y si
volvia SI' la matasf'. Ikspuí's dI: ('sta esc('na del 31 de
mayo fué de rcpl'csent:uH{l Ú BUi'(J~~()S \' la nOI'l!oüa, d('
do¡~de 1(> Ilamal'on f>:'OlllO por dCill~{~i~l!fo moderado. El!
set!('ui!,l'(' de Dl fUi; mj('mhrü de la H'oU¡ ¡chlel ¡Y'jH'ral ..,




DEL TRADUCTOH. 183
organizó la comision de administl'acion de la policia. Hizo
que se apl'ohase la conducta Cl'uel que se obsen'ó con
los hijos de Luis XV l bajo pl'etesto de flue solo habia te-
nido por objeto ascgUl'al'se de sus personas. Despues del
9 de thermidor flH~ el mayor perseguidonle los telToristas
y jacobinos. Pasó dcspnes al consejo de los 500, donde
siguió el pal'liuo del díl'cctol'io. En tiempo del consulado
entl'ó en el tribunado y despucs le IlOlllbl'31'01l admillis-
tl'adol' de los del'echos l'ctwidoi'; del departamento de la
Gil'onda.


PAGINA 141.


15 G. Couthon , ú quien llamaban Ca[o]l d uranle el
ri'gimen del torrOl', lIaeló en Ol'say en 17:,G y era abo-
gado en Clel'll1ollt y presidente del tribulIal de aquella
ciudad ctI:uHlo le 1I0mlH'al'On diputado á la l{'gislalÍ\'a v
desplles ~t la eOllvcneion. Alltes de aquella época goz:)]);.
de la repulaciulI de hOIllJ}J'e suayísiHlO , pCI'O rué tanta )a
fuga con que alJl'azó el pal'tido revolucionario, que no
tu\'iel'Oll pal'tidado mas ardiente todas las medidas san-
guinarias que se tomaron en aquel tiempo. Desde su apa-
l'icion en la legislativa empezó á manifestal' un odio im-
})laeaLlc eontr'a el gohicl'llo monúl'q nico, proponiendo ú
apoyando desaires sohre desaires ú la COI'ona. Atacó de~
sapiadadamente ú todos los ministros unos tras otros:
defendió impcl'térTito ú toJos los conspiradores y anal'-
quistas de aquella (~poca: pCl'E.iguió á los elél'igos 'refrac-
tarios y ú los cmig-l'atlos con encarnizamiento, y cuando
por su' ausencia HO podia {)\'cpal'ar el mismo las' tI'amas é
inStllTcceioncs, COlllO sucetliú eH la del 10 de ag'osto, pOI'
hallar'se tomalldo los hailOs lL~ lodu do SI. J .. Ill:tlld, c¡'a
su hahitacion de Par'is el punto de rcuuioll dn JIal'al ,
Danton, H.obespiclTe, Od(~ans y otros dn los que tl':1-
hajal'on en ella. Con tah~s id(~as es ¡!lutil deeil' qlle \'0((')
la muel'le del rey, y no solo la \'otó, sino que se opn~;o
fuertemente Ú qut' se diliriese Ili tllI illstante sn ()ir'en-
cion. Pero la époea pl'Íneilul de su inllu.lo p¡'incipiú' dl's-
I,Hes de la caida de 1015 gil'OllllillOS, de 'l'lienes :'pal'l'lItó




184 NOTAS
algun tiempo ser partidario para venderlos con mas faci-
lidad: :Mas en el mes de mayo, que es ,la época en que
nos hallamos de esta historia, es inesplicable el furor que
manifestó contra ellos y las injurias que les dijo. }i'elices·
si se hubiera eontentado eon decidas, pero no paró hasta
que fueron aseguradas sus personas. Luego le enviaron
de representante al ejército de los Alpes y al sitio de
Lyon, para el cual convocó 60 mil hombres de los de-
partamentos inmediatos, y despnes de rendida la pl3za,
presidió al suplicio de los gcfes de los rebeldes y dió
principio al bádJaro decreto que mandaba la. demolicion
de b ciudad. Se hizo llevar en un sillon á la plaza de Be-
llecollrt para dar el primer martillazo en las dos mas ma-
gnífieas fachadas por donde debia principiar la demoli-
cion. A su vuelta le nombró la eonyencioll pl'rsi(lente en
premio de sus hazaüas y solicitó y obtuvo los honores
del palltheoIl para las cenizas del infame asesino Chalier
(V. su nota). Poco despues propuso que se formase una
acusacion fiscal con tra todos los reyes y que se enviase
al tribunal de la opinion públiea, traducido en todos los
idiomas á fin, decia , que ninflun tirano encu.entre cielo que
le alumbre, ni tierra que le soporte. Hizo que sc declarara
al gobierno ingles reo de lesa humanidad, y al ministe-
rio Pitt enemigo del gónero humano. Se quejó amal'ga-
mente de la cscesiva clemencia del tl'ibunal revoluciona-
rio, diciendo que la indulgencia era atroz y la clemencia
parricida. Pero al (ln llegó el dia en que este monstl'110
encontrase su castigo por medio de otros monstruos tan
pel'versos como él. El dia 9 de thermidor le acusó Fl'eron de
que intentaba hacerse rey é inmediatamente decl'ctó la
estúpida asamblea su acusacíon y se apodel'ó de él la
fuerza armada que estaha bajo las órdplles de Col'llnhal.
Entonces viéndose perditlo , se hil'ió ligel'amclltc eon un
puñal y fingió que estaba muerto; pcro tal como estaba
le llevaron al suplicio ('11 qne sufrió horriblemente, por-
que fueron tantas las contorsiones de sus miembros, que
110 pudiendo el yel'dllgo tenderle haca abajo en la plancha
dí~ la guillotina, tnyo qnr darle la muerte de lado y ~e




..


DEL TItADUCTOR. 185
tardó 1113S en ejecutar su supncio que en el de Jos otros
siete compañeros.


PAGINA 146.


16 G. lXIulcet, marques de Pontecoulant, ñ1jo del;
mayor general de guardias de corps y subteniente en el'
mismo cuerpo, fue nombrado diputado á la convencion y
perteneció al partido moderado que votó la reclusion y
destierr@ d.el rey. Las secciones de Paris pidieron su es-
pulsion de la asamblea como cómplice de- Brissot y por-
que se opuso á que se renovára el tribunal revoluciona-
rio. Despues.de esta jornada de que habla el texto con'-
tinuó defendiendo á los girondinos yen particular á Verg;-
niaud denunciando en la asamblea á sus denunciadores.
El 50 de ocWbl'e de aquel mismo año de 95 le acusaron
y declararon fuera de la ley y debió su vida á Madama
Lejay, que era una librera que le tuvo escondido en su
casa, y con quien se easó luego en premio de tal servi-
cio. Pero antes cometió una accion bastante indecente
cual fne rehusar la defensa de Carlota Corday , la cual le
envió una esquela en que le trataba de cobarde. En 1793
se opuso á que se persiguiera á los que habian sido miem ..
bros de la comision de salud pública, ni á los cómplices
de Robespierre. En una palabra su conducta constante
durante la revolucion hasta el imperio fue la de un hon-
rado constitllcional que estaba convencido de sus princi-
pios y no los desmintió jamas. El primer consul le nom-
bró prefecto en Bruselas donde hizo muchos beneficios y
de~pues le nomhró.senador, en cuyo destino creemos que
falleció en Paris.


PAGINA 146.


17 Renato Levasseur era una cirujano que desde
luego que entró en la convendon se sentó en el lado de
la Montaña, y fue quien propuso la ley en que se man-
daba á todo propietario y arrendador que declarase los
g!'anos que tenia bajo pena de muerte. Tambien propu-




186 NOTAS
so con ocasion del asesinato de Lepelletiej' que toda casa'
en que fuese muerto violentamente un dipmado seria in--
mediatamente al'l'asada. Hizo el elogio de Mal'at en Jos
jacobinos el 28 de dicielllhre Je 05 y aun despues de la
muerte de Hobespierre no se entibió su ardol' propio de-
la :Montaña. Durante toda aquella época no cesó de per-
seguir á los dcl VenJée , ú los moderados y á los restos
de los girondinos , qucjúndose de que la convencion es-
trañase los horl'Ores de la gu.cr1'3 civil, pues deda que la
libertad los justificaba todos. UltimameIlte dijo é hizo
tantos desatinos, que al Hn fue neccsario prenderle y
se le amnistió en octubl'e de 05. Despues le emplearon
en los ejércitos en calidad de cil'ujano.


PAGINA 150.


18 Hubo varios Julien en la convencion y todos tan
malos unos como otl'OS. Este de quien se hahla aqui es el
padre que se llamaba Manuel Antonio diputado por el
departamento del Drome, el cual al votar la lllUCI'te
de Luis XVI dijo que era inspirado por su conciencia,
porque siempre habia aborrecido á los reyes. Concluida
la legislatul'a le nom))('ó el dil'ectOl'io cOlllisa¡'io de guer-
ra. Ya hablaremos en otl'O lllganlc su hi,jo J llliell.


PAGI~A lGI.


19 Lareveillere Lepcanx nació en NIolltaigu en 17;);)
é hizo sus estudios en AngcI's y luego en Paris con iutcn-
don de ser abogado; pel'o habielldo l'í'lIllllci:Hlo ú ('SIL'
proyecto se yohió á Sil pais, se dl'dicú ú la Iwl:úlira ~.
fue pl'Ofesol' de esta cieucia en Angnl's dOllde /'lIl1dú 11 n
jardin botánico. Cuaudo le nombraron pal':\ Jos estados
generales solo se lIió á conoce!' pOI' HlI illfol'lllC ('1) q nI'
dijo que el día en que la Francia no tuviese Wt rey perderia
su libertad y St¿ reposo para ser presa del despotismo de las
facciones. Sin embargo de eso, habiéndole llo111)Jl'ado des-
pues de la sesion aJ.lllilli~tl'auol' del Ut'parLllll,,'uto de




J)EL TUADUCTOR • 187
. Maille )' Loil'a , cuando )"a empezaban á rcmo,"erse los"
paisanos del VelHlec, fOl'lnó ulIa socicdad de patr"iotas


. tlUC l'ccOlTian las campiñas predicando la libertad; pera
los aldeanos que no cntendian de scmejante lihertad ,
apalearon á los tales sócios repetidas veces y estuvieron
para acaba.' con ellos. Elegido miembro de la conven-
don votó la muerte del rey y trabajó mucho cn las co-
misiones, sobre todo en la de constitucion, pero nunca
tUYO gran influjo. Aunque del partido de la Gil'onda, no
fue compl'cJH.lido en la pl'oscl'ipcion, pero renunció Slt
plaza de diputado, y entonces la comision de seguI'idad
genel'al decretó su arresto. Luego que lo supo se escon-
dió y no vohió á parecer hasta despues de la época del
t.error. Volvió ú l~ asaml)lea el 8 de marzo 1793 y
adquil'Íó en ella mas crédito que antes, pues le vemos
in/ormal' ('11 casi todos los l]egocios impOl'tantes de aquel
tiempo. Dcspues pasó al consejo Je los ancianos, y á po-
cos djas le eligicl'oll mielIlhl'O del directorio egeclItivo ,
en que fue un trabajador intatigahle para el despacho 01'-
dinal'io , a.unque por falta de carúcter no influyó en los
negocios graves. Ultimamente se ridiculizó á lo" ojos de
toda la J.;'l'ancia con la mania de haCC1'se sectal'ca y pro-
tector de los Thcofil:mtrópicos, de quienes sc prcconiza-
ba gran sacerdote. CarIlol le trata muy mal en sus mc-
mOI'ias, y no es estl'allO porque le sacrificó á Barras y ú
Ilewbell que lo malld~H'oll todo hasta que se acaLó el di-
rectorio. La Heveillel'ie se retiró entre sus plantas y sus
libros yacabó su vida pacific::uueutc el 27 de marzo 185,1-.


PAGI~A 1G3.


20 J. F. Ducos , comerciante y fitcrato eH Burdeos.
fue diputado :í la legislativa antes de serlo ú la cOllyencioll
y siguió en todo la conducta política de los demas gil'on-
dinos. Si sufrió la humillacion de que le csceptuase Ma-
rat dc)a lista, no pOl' es o debe infel'il'se que no fuese
JlOmbl'C de talento y de suficiente energia, como lo pro-
lió defl'llLliendo Ú till'i ami gos y compaücros dcspues d.e su




f88 NOTAS
desgracia, asi como les hahia imitado en la condenacion
á muerte del infeliz Luis XVI. Esta constancia en la
amistad le atrajo, como á lotros muchos, su condenacion
á muerte á la edad de 28 años. Pocos dias antes de ve-
rificarse, estando preso en la carcel de la conserjeria
compuso unos versos lindísimos, en que referia su fuga
cuando le proscribieron y el acto de su prision. Estan en
14 estrofas bastante largas y por eso no las copiamos
aqui, pero llenas de sales y de gracia poética.


PAGINA lG4.


21 Fl'andisco Antonio Boissy de Anglas nació en S.
Juan de Chambre, que es una pequeña aldea del distri--
to de Vernhoux, el 8 de diciembre 175G, de una fami-
lia protestante. Hizo sus primeros estudios en Annonai y
despues se recibió de abogado en el padamenlo de Pa-
ris, aunque jamas ejerció las funciones de tal. Habia
comprado un empleo de l\letl'Otel dcl conde de Pro-
venza, (despues Luis XVIII) que renunció al fin de la se-
sion de la asamblea constituyente. Era ya antes de la
revolucion miembro corresponsal de la academia de las
inscripciones y bcllas letras y sócio de olras muchas.
Desde las primeras sesioncs se declaró por el partido po-
pular, pero no llamó la atencion en toda aquella legisla-
tura , solo en 1790 reclamó que se tomaSCll pl'Oyidencias
pal'a disipar las reuníones del campo dc Jales, donde se
estaba organizando la guerra civiL Concluida la sesion le
nombl'aron procUl'ador sindico general del departamento
del Ardeche, y ya dió pruebas alli de la gean lJr>mcza de
su alma, pues siendo como era protestante cubrió con su
cuerpo durante muchas horas la pucela de la caeccl de
Annonai, que una fuerza mili tal' esll'angce3 al pais se em-
peñaba en romper para degollal' á una porcion de sacer-
dotes católicos que estah::\ll allí f'neelTados , y á la noche
siguiente los hizo poner en libertad. EH setiembre de 92
le nombró aquel departamento miemhro de" ~Ia corn"en-
cion. A poco tiempo le enviaron de comisionado ú Lyol1




DEL TRADUCTOR. 189
OOH algunos otl'OS "para calmar los alborotos que ocasio-
naba la escasez dc comestibles; pero sabiendo que se iba
á Yotal' la causa de Luis XVI echó á correr á Paris para
yotar por la absolucion, ó en su defecto por todas las
penas mas suayes que se pudiese. Nunca tomó la palabra
en las fUl'iosas luchas de jacobinos y girondinos, pero
voló constantemente con f~stOS últimos', y cuando fueron
sacrificaJos , escribió una carta muy enérgica al departa-
mento Jel Ardeche instándole á la resistencia, la cual
calta se imprimió pOI' órden suya y es de admirar como
110 le costó la "ida en la época del terror, pues cada
representante de los que iban al Ardeche enviaban un
ejemplar de ella á la comision de seguridad general:
pero su amigo Vouland tenia siempre cuidado de reco-
gerlas. Sin embargo uo era del todo ignorada pues un dia
en que él se prcparaba ú hablar, le dijo Chabot: e( Calla
ce bl'ibon, que ya sahemos lo que has escrito, y hace
( mucho tiempo que debias estár guillotinado. » Otro día
tamhien le insultó LegenJl'e en las Tullerias yendo con
su familia y le dijo: (e Tunante, has tenido valor para
e( decir que no eras libre y sin embargo te vienes á paseo. »
Esto basta para esplicar el prolongado silencio que guar-
dó Boissy de Anglas dur'ante aquella época, mas sin em-
bargo no dcjó ue contestal' á Legendl'e estas palabras:
( No, no estoy libl'e y la prueba és que no puedo res-
e( ponderte. » Pero despues del 9 de thermidor noperdonó
ocasion de repal'al' todas las injusticias que se habian he-
cho dUl'ante aquella horrible temporada. A poco tiempo
le nombraron miembro de la comision de salud públíca y
estuvo especialmente encargado del ramo de subsisten-
cias, en un tiempo en que el precio vil de los asigna-
Jos hacia inevitable la escasez, por lo cual el populacho
que se quejalm, le cchaba la culpa de ella. En algunos
folletos que salieron en aquel tiempo le llamaban por
apodo Boissy de la hwnbre. Con este motivo ocurrió la
ruidosa escena que por evitar repeticiones reservamos á
que se lea en el texto del siguiente tomo y que inmortalizó
el nombre de Boissy. Despues de ella pronunció muchos




190 NOTAS
discursos qne eleval'on á su apogeo la gl'an J'cpntacion
política de que justamente goza. A (~l se debiel'oll todas
las honl'adas resoluciones que se fueron tomando en los
años de 179a y siguientes de anular' las sentencias da-
das en tiempo del terror, volver los bienes que se ha-
bi:m confiscado á los condenados, indemnizal' á los Ilel'e-
deros etc. etc. Fue tal Sil I'eputacion de pUl'eza y justi-
cia que cuando concluyó la convencion y se nombeó el
consejo de los 500 le elígiel'On por dipllt:ldo 72 drpar'-
tamentos. Fue muy pronto nombI':ldo secretario ~' presi-
dente de él y su conducta fue consignien te ú la
que babia tenido antel'iormente, esto es, ú ser enemigo
de la tiránia que hasta cierto punto .,rectaba el directo-
rio como todos los poderes que se hahian iJo sucediendo:
lo cual le valió ser envuelto en la PI'OSCI'ip('ioll del 18
de fl'uctidor. Pero pudo evitar el viage ú la Gniella estan-
do escondido dos años.


Cuando el primer cónsul se :lpo(lc~I'6 dpl podel' inme-
diatamente le nombró presidelltn del tribunado y lilas
adelante senador y comandante de la legion de honol' ,
hasta el año de 18t t que le nomhl'ó gl'an oficial de ella.
En 1814 cnando los estt'angel'os invadian el tenitol'io
fl'ances, le envió el cllllwl'adol' Ú la Hoehela en calidad de
comisario estJ>aordinal'io suyo y consiguió todo lo que se
podia conseguir en aquella época, que fue el que no ca-
1'esen en poder de los J nglescs las islas de aquel departa-
mento, y que no se destruyeran los arsenales de Hoche-
fort. Consumada la restauracion, envió Boissy su ade-
8ion y Luis XVIII le nombl'ó par de Francia. A la vuelta
del emperador de la isla de Elba , ,'olvió á nombrarle co-
misario en la Gironda, las Landas y los Pirineos, hasta
que con la batalla de Waterloo fue de los muchos que no
creyeron debia confundirse la cansa nacional con la per--
sonal del emperador. En 18H, fue uno de los escluidos
de la cámara de pares, pel'O al agosto siguiente se le
volvió á nombrar, y desde entonces no dejó nunca de
propender á todas medidas de indulgencia y olvido (fIJe
por desgl'acia no siempre fueron eS(~Udlatlas. lTltimalllCIl-




DEL TRADUCTOR. 191
t~ falleció en Pal'is el 20 U<'- ()(',t\\\w~ ,\ ~'i\). ~\\~ \\\\~,,~\\­
tes escritos se han impreso en ti volúmenes en 8. 0 con
el tíliUl0 de Estudios ltterarios y politicos de un anciano.


PAGINA 167.


22 Francisco Jel'emias St. Martin fue <liputado ú los
Estados genel'ales por el sellescalato de Annonay y des-
de luego se mostl'ó ü.lvol'able á la causa de la libel'tad , y
uno de los lIlas severos cuando se arrestó al rey en Ya-
renes. Al fin de la sesion le nombraron presidente del
tribunal cl'imÍnal del Ardeche. Un año desplles le eligie-
ron para la convencion y en ella votó por la reclusion del
rey hasta la paz. Fue un partidario debil de los girondi-
nos y altnque al principio le pl'oscribieron con ellos, pu-
do escapar de la venganza de la Montaña durante el ter-
rol', y cuando volvió ú la convencion en -17U4 atacó :i los
miembros dc ella y en particular ú Pinet, que había si-
do un verdugo del Ánleche. Pasó luego al consejo de lo~
500 y cuando salió de él por turno, le hicieron juez del
tl'ibunal de casacion. Durante el consulado y el imperio
estuvo cn el cuerpo legislativo y falleció en Pal'is hace
poco tiempo.




j
j
j
j
j
j
j
j
j
j
j
j
j
j
j


j
j
j
j
j
j
j
j


j
j
j
j


j
j


j
j
j




CONVENCIGN NACIONAL (17~3). j 93
.(~~~~~~


CAPITULO TERCERO.


Proyectos de los jacobinos despues del 31 de mayo. - Reno-
vacion de las comisiones y del ministerio. -- Disposiciones
de los departamentos des pues del 31 de mayo. Los giron-
dinos proscritos van á sublevarlo:) contra la convencion. -
DeCl'etos de la convencion contra los departamentos insur-
reccionados. - Asambleas y ejércitos insurreccionales en
Bretaña y Normandia .. - Sucesos militares en el Rhin yen
el Norte. Invasion de las fronteras del Este por los coliga-
dos; retirada de Custine. Sitio de Maguncia por los Pru-
sianos.- Reveses del ejército de los Alpes. Situacion del
de los Pirineos.- Los del Vendée se apoderan de Fontenay
y Saumur.- Peligros inminentes de la república en lo inte-
rior y en el esterior.- TI'abajos admin istra tivos de la con-
vencíon; constitucion de J 793.-- Reveses de los insurgen-
tes federalistas en Evreux.- Derrota de los del Vendée de-
lante de Nantes,- Victoria contra los españoles en el Ro-
seIlon.- Es asesinado Marat por Carlota Corday ; honores
fúnebres que hicieron á su memoria; juicio y ejecucion de
CarlotaCorday.


Decia : el decreto espedido el 2 de junio contra
los veinte y dos diputados del lado derecho y con-
tra los individuos de la comision de los doce que
serian arrestados en sus casas y guardados á vis-
ta por los gendarmas. Hubo algunos que se some-


...




19!,. RlWOLUClON FRANCESA .•
LÍel'on voluntal'ialnente á él Y se constituyeron el1
estado de arresto para dar prueba de su obedien-
t:ia á la ley y provocar un juicio que demostrase
su inocencia. De este número fueron Gensonné y
Valazé, que hubieran podido muy facilmente evi-
tar la vigilancia de sus guardias, pero reusaron
constantemente buscar su salvacion en la fuga, y
asi se quedaron presos con sus cOlnpallel'os Gua-
det, Petion, Vergniaud, niroteau, Gardien 1 ,
Boileaud, Bertrand 2 , l\iollevaut 3 y GOl1llnaire f,.
Algunos otros no creyendo que debian obedien-
cia á una ley arrancada por la fuerza, ni espe-
rando tampoco justicia alguna, se alejaron de Pa-
ris ó se ocultaron allí entre tanto que podian es-
caparse. Era su proyecto dirigirse á los departa-


. n1entos para escitar un levantamiento contra la
capital, y entre los que ton1a1'on esta resolucion
se contaban Brissot, Gorsas, Salles, Louvet, Cham-
Lon, Buzot, Lydon 5, Rahaud Sto Etienne, La-


, source, Grangeneuve, Lesage G, Yig'ec 7, Larivie-
re y Berg·oint. Los dos ministros Lebrun y Clavie-
re, que fueron destituidos inlnediatanlel1te des-
pues del 2 de junio quedaron presos por órden
del ayuntamiento, aunque el prirnero de dios lo-
gró escaparse. Ig'ual providellcia se tomó contra
Roland , que aunque habia hecho su dimision el
21 de Enc!'o solicitaha en yuno rendi L' sus cuentas,
y asi tomó por mejor partido escaparse á Holun.




CO:\"VEXCION XACIO:'UL (1793) t 9.3
Su muge!', aunque igualmente perseguida, no
peHsó ntas q uc en sal val' á su lnal'ido , y ponien-
do á su hija en manos de un anúgo de confianza,
se entrégó con noble indeferencia á la comision
de su scccion y la llletiel'on CH la carcel con otra
111ultitud de victilllaS del 3 t de nlayo.


Era cstraordinario el gozo de los jacobinos,
donde se felicitaban de la energia del pueblo, de
su escelente conducta en los últimos días v del


.J


trastorno de todos los obstáculos que el lado de-
recho no habia cesado de oponer á la marcha de
la revoluciono Al mislllo tiempo se concertaron,
eomo acontece despues de ]05 grandes sucesós,
acerca del nlodo con que haLia {b pintarsc la úl-
tima insurreccion.-l~1 pueblo, dijo Robespierre,
ha confundido á todos sus calumniadores con su
conducta, porque cstarse 80 nlil hOIllbres de pie
durante cerca de una scrnana ,sin haberse violado
ning'una propiedad ni del'l'anlilrSc una gota de
sangre, es la Jlla yOl' pi'ueha de que no era su in-
tento entregarse al pillage como se queria hacer
ereer. Su insurreccion ha sido espontanea porque
era efecto de la cnl1viccion general, y la lni~ma
lUontaiía, debil y asoulbl'ada al ver aquel lnovi-
rniento, ha prohado evidentemente que ella no
habia contribuido Ú pl'oducil'le. Por tanto esta in-
surrcccion ha sido del tOllo ¡nl¡i'ol y del todo po-
pular.




196 ftEVOLUCfON FftANCESA.
Esto el'a dar á un mismo tienlpo un colorido


favorable á la insul.'reccion y hacer una censura
indirecta de la Montaña, porque mostró alguna
vacilacion el dia 2 de junio rechazar, la jdea de
conspiracion que se habia echado en cara á los
agitadores del lado izquieL'do y adulaL' agradable-
mente al partido popular que lo habia hecho to-
do y tambien por si mismo. Despues de aquella in-
terpretacion que recibieron con aplauso los jaco-
binos y despues de haberse repetido por todos los
écos del partido victorioso, se pasó á pedirle cuen-
ta á J}1arat de una palabra que metía mucho ruido,
y era que como él no sabia mas que un medio de
terminar todas las vacilaciones revolucionarias,
que era la dictadura, parece que habia dicho al
ver que todavia se tergiversaba el 2 de junio ne-
cesitamos un ge{e. Forzado á esplicar aquella espre-
sion , la justificó á su manera, y los jacobinos no
fueron difíciles en satisfacerse, bastándoles haber
probado con aquellos escrúpulos su severidad en
los principios republicanos. Tambien se presenta-
ron algunas observaciones sobre la tivieza de Dan-
ton, que parecia haberse sosegado demasiado pronto
despues de la supresion de la comision de los doce
y no habia vuelto á hablar palabra desde el 31 de
mayo hasta el2 de junio. No estaba presente Danton,
pero le defendió con ardor su amigo Camilo Des-
moulins y se apresuraron á terminar aquella es-




CONVENCION NACIONAL. (1793). 197
plicacion que respeto á un personage tan impor-
tante y por evitar discusiones demasiado delica-
das; porque aunque estuviese consumada la insur-
reccion , la faltaba mucho para merecer una apro-
bacion universal aun en el partido victorioso. En
efecto se sabia que la comision de salud pública y
muchos montañeses habian visto con espanto
aquell.a asonada popular. Asi, como ya la cosa es-
taba hecha, convenia aprovecharse de ella sin
volver á ponerla en discusion, y solo se pensó en
usar pronta y útilmente de la victoria.


Habia para esto diferentes medidas que toma r ,
como por egemplo renovar las comisiones donde
se habian colocado todos 105 partidarios del lado
derecho; apoderarse por medio de ellas de la di-
reccion de los negocios, mudar los ministros, vi-
gilar la correspondencia, interceptar en el correo
los escritos peligrosos y no dejar llegar á las pro-
vincias nlas que aquellos que se hubiesen recono-
cido por útiles; porque, decia Robespierre, la li-
bertad de la imprenta debe ser completa sin du-
da, pero no emplearla para perder la libertad;
formar inmediatamente el ejército revoluciona-
rio, que ya estaba decretado y cuya intervencion
era indispensable para hacer que se obedeciesen
en el interior los decretos de la convencion; efec-
\,'wa-y ~\ -p1~~\;aIDO <¡or.z.o~o U~ '\o~ ron ron'\.on~'S 'So-
bre los ricos: tales fueron los medios que se




198 REVOLUCION F IlANCi~SA.
propusieron y ftwl'on adoptados 11l1únimerncntc
por los jacobinos. Pero hubo .otra medida que se
consideró mas urgente que las tIernas, y era la
redaccion en el término de ocho dias de la cons-
titucÍon republicana~ ] lnportaba dar á entender
que sola la oposicion de los girondinos era quien
habia impedido el cun1plimicnto de aquella gran
obra de asentar la Francia sobrc buenas leyes y
presentarla un pacto de union á cuya sombra po-
dría unirse toda entera; y tIe este dictúlnen fue-
Ton los jacobinos, los fi'anciscanos, las secciones y
el ayuntaniento.
Obedi~rüe la convcncion á este irresistible dc--


seo, nlanifestatlo bajo tantas forn1as, renovó in-
mediatamente todas sus comisiones de seguridad
general, de hacienda ~ de guerra, de legislacion
etc. y la única que se conseryó fue la de salud
pública, así por hallarse encargada de deJl1asia-
dos negocios, como porque no se sospechaha tan-
to de ella, que se atreviesen á dcstiluir lH'usca-
mente ú todos sus miemhros. n.eemplaz:.u'on á Le-
brun por Deforgues 8 en las relaciones eSleriores,
y á Claviere en hacienda por Destournelles 9. S~
miró corno si no se hubiera escrito el proyecto de
constitucion presentado pOl' Coud()j'cet po!.' estar
concebido con{()l'ffiC Ú las ideas de los gil'ondinos,
y se mandó ú la comision de saltul públ ica que
pl'cscntaJc olro dentro de ocho dias. Para Cjlo se




CONVENCION NACIONAL (1793). 199
fa agl'egaron cinco mielnbl'os, encargándola ianl-
bien de proponer el modo de ejectttar el prés-
tamo forzoso y estender un proyccto de organiza-
cion para el ejél'cito revolucionario.


Tenían las sesiones de la convencion despue5 del
31 de mayo un aspecto absolutamente nuevo, por-
que eran silenciosas y se adoptahan los decretos
casi sin discusion , corno que no votahan ni el la-
do derecho ni una parte del centl'o , pareciendo
que protestaban con su silencio contl'a todas las
decisiones tomadas despues del 2 de junio, y quc
aguardaban noticias de los depal'talnentos. Hahia
querido l\Iarat suspenderse ú sí lui"mo de hecho
hasta que fuesen juzgados sus ad vCl'sarios los gi-
rondinos, y entretanto renunciaba, segun el decia,
á sus funciones, limitándose á ilustl'ar á la con-
vencion por medio de su periódico. Los úuicos
que rompieron el silencio en la as~unLlea fueron
los· dos diputados de RUl'deos Doulcet y Fonf¡'edc,
denunciando aquella junta insurreccional que no
habia cesado de reunirse en casa del obispo, y illta-
diendo que alll'ía las cartasdel COl'eeo y las enviaba
abiel'tas des pues de ponerlas su sello ') ({ue el'a Re-
volucion del 31 de mayo; pero la COil vencion no hizo
caso. Fonfrelle, que aunque de la comision de los
doce, habia sido esceptuado del arresto pOL' ha-
berse opuesto á las providencias de aquella cOlni-
sion , subió á la trihuna y pidió la ejecucion del




200 REVOLlJCION FRANCESA.
decreto que mandaba presentar dentro de tre~
-tIias el informe sobre los arrestos, cuya reclama-
don escitó algun tumulto. «Es preciso, dijo Fon-
e' frede , probar lo mas pronto posible la inocen-
e cia de nuestros cólegas y yo me he quedado aqui
e para defenderlos, declarándoos que una fuerza
« armada avanza desde Burdeos para vengar los
e atentados cometídos contra ellos. » Estas pala-
h.ras suscitaron gran griteria y habiendo desecha-
do su proposicion por medio de la órden del dia ,
volvieron á caer en un profundo silencio.-Estos
son, dijeron los jacobinos, los últimos gritos de lo~
sapos de los pantanos.


Sin elnhargo no era vana la amenaza que habia
hecho Fonfrede desde la tribuna, porque no solo
los Bordeleses, mas tambien los habitantes de ca-
si todos los departamentos estaban prontos á to-
mar las armas contra la convencion , y no era so-
lo por lo ocurrido en el 2 de junio, sino que prin-
cipiaron sus quejas desde las primeras disputas
entre los montañeses y girondinos. Ya se acordará
el lector de que en toda Francia estaban divi-
didas las municipalidades y las secciones, estando
aquellas y los clubs ocupados tesclusivamente por
los partidarios del sistema de la Montaña, mien-
tras que los republicanos moderados, que querian
conservar la equidad ordinaria en medio de las
crisis de la revolucion , se habian retirado todos




CONVENCION N'ACIONAL. (1793). 20t
á las secciones. Ya la lucha era abierta en mu-
chas ciudades, como en Marsella, donde las sec-
ciones habian despojado á la municipalidad de
sus facultades para trasladarlas á una comision cen-
tral, é instituido adenIas por autoridad propia un
tribunal popular destinado á juzgar á los patriotas
acusados de escesos revolucionarios. En vano anu-
laron los comisarios Bayle 10 y Boiset 11 aquella
comision y tribunal, porque fue desconocida su
autoridad y las secciones continuaron en insurrec-
cion permanente contra la municipalidad. En
Lyon habia llabido un combate sangriento ,pues
se trataba de saber si debia ejecutarse ó no un
acuerdo municipal en que se mandaba crear un
ejército revolucionario y una contribucion de
guerra sobre los ricos, con cuyo motivo se habian
declarado las secciones en permanencia, y habien-
do intentado disolverlas la municipalidad, ellas
se resistieron apoyadas por el departamento. El
dia 29 de mayo vinieron á las manos, á pesar de
la presencia de dos comisionados de la conven-
cion, que hicieron los esfuerzos posibles para im-
pedir el combate. Quedaron victoriosas las seccio-
nes y despues de haber tomado por asalto el arse-
nal y el ayuntamiento, destituyeron á este último
y cerraron el club de los jacobinos donde Chalier
alborotaba todos los días: en una palabra se apo-
deraron de la soberanía de Lyon. Habia habido




202 REVOLUCION FRANCESA.
algunos centenares de muertos en el combate, y
los representantes Nioche 12 y Gauthier 18 estuvie-
ron arrestados un día entero, hasta que puestos en
libertad se retiraron á donde estaban sus conlpa-
ñeros Albite y Dubois-Crancé, que, como ellos,
tenian una comision para los Alpes.


Tal era la situacion de Lyon y de todo el medio-
dia en los últimos dias de lllayo, sin que fuese
mas risueiío el aspecto de Burdeos, porque as] es-
ta ciudad como todas las del Oeste, de la Bretalia
y de Normandia solo aguardaban que las amena-
zas hechas á los diputados de las provincias se con-
virtiesen en realidades. Supiéronlo á fines de ma-
yo y ya desde el 27 en que por primera vez se su-
prilnió la cOlnision de los doce, se suscitó una
fuerte irritacion en todas partes y se tomaron
acuerdos en que se desaprobaba lo que pasaba en
París. Pero los dias 31 de mayo y 2 de junio col-
maron la indignacion , tanto mas cuanto ya se sa-
be cuanto se exageran los hechos en tales casos.
Dijose que habian sido nluertos 32 diputados por
el ayuntanliento ; que se habian saqueado las ca-
jas públicas y los bandidos de l\ll'is se habian
apoderado de la autoridad é iban á ponerla en
lnanos de los estrangeros, de Mal'al , ó dc Orleans.
Se juntaron para hacer peticiones y disponerse ú
tOlnar las al'mas contl'J. Ja capital, cuando lleg'a-
ron los diputados fugitivos y contaron ellos mis-




Co~;VENClON NACiONAL. (1793). 203
DlOS cllanLo habia pasado, dando mas consisten-
cia á los movimientos que hrotaban por todas
partes.


Ademas de los que se escaparon al princIpIo,
se evadieron despues otros muchos de los gendar-
lilas y :otros abandonaron la asanlblea para ir á
fomentar la insurrecciono Gensonné, Valazé y Ver-
gniaud se obstinaron en perJllaneCer diciendo que
si era bueno que algunos fuesen á despertar el ze-
lo de los dcpartaInentos, tambien convenia que
otros quedasen como rehenes en manos de sus ene-
nligos para hacer púhlica por medio de un proce-
so y aunque fuese con peligro de sus vidas, la
inocencia de todos. Unzot, que nunca habia queri-
do someterse al decreto de 2 de junio, se trasladó
ú su departamento del Eure para escitar un mo-
vlIniento de los Normandos; sig-uiole Gorsas con el


<


rnislllo intento; Bl'issot se fué á I\J ouli ns , y I\Ieil-
han, que no había sido arrestado, pero sí dado
asilo á sus cókgas en (l(!udlas noches críticas, y
Duchatel , á <púen los montalieses lLunahan el
muerlo resucitado del 21 de enero porque salió de
su cama para votar en favor de Luis XVI, aban-
donaron la convencion para ir á suhlevar la Bre-
tafia. Biroteau se escapó de los gendarmas y se fué
con Chasset Ir. á dirigí!' los nlovirnientos de los
Lyoncses. llebccqui anticipándose á Barbaroux,
(IHe e~taha tQda"ia arrestado, se rué á las Bocas




204 REVOLUCIONFRANCESA
del Ródano ; Rabaud Sto Etienne á Nimes para ha-
cer que el Languedoc concurriese al movimiento
general contra los opresores de la convencion.


Desde el13 de junio se reunió el departamento
del Eure y fué el primero que dió la :señal de la
insurreccion , diciendo que pues no estaba libre la
convencion, era una obligacion de todos los ciu-
dadanos ir á darla la libertad, y así determinó
que se levantase una fuerza de cuatro mil hom-
bres para marchar sobre Paris , y saliesen comi-
sionados á los departamentos inmediatos para de'
cidirles á imitar aquel ejemplo y concertar sus
operaciones. El departamento del Calvados que
residia en Caen mandó arrestar á los diputados
enviados por la convencion que eran Romme 15 y
Prieur de la Cote d'Or 16 , con encargo de organi-
zar el ejército de las costas de Cherburgo. Se con-
vino en que los departamentos de la N ormandia
se juntarian estraordinariamente en Caen para
confederarse; y todos los de la Bretaña, como el
de las costas del Norte, Finisterre, Morbihan , lIle
y Vilaine, Mayenne y Loira inferior tomaron las
mismas determinaciones y enviaron comisionados
á Rennes para restablecer allí la autoridad cen-
tral de la Bretaña. Los departamentos del valle
del Loira, escepto los que estaban ocupados por
las tropas del Vendée, siguieron el ejemplo gene-
ral y propusieron enviar tambien diputados á




CONYENCION NACIONAL (1793). 205
. Bourges para formar allí una convencion com-
puesta de dos diputados de cada departamento,
é ir á destruir la usurpadora ú oprimida que es-
taba en Paris.


Todavía fué mayor la sensacion que había he-
cho en Burdeos, donde todas las autOl'idades cons-
tituidas se reunieron en forma de asamblea llama-
da comision popular de salud pública y declararon que
la convencion no estaba libre y era necesario dar-
la libe.rtad ; en consecuencia acordaron que se le-
vantase al instante una fuerza armada, y entre
tanto se dirigiese una peticion á la convencion na-
cional para que se esplicase y diese á conocer la
verdad acerca de las jornadas de junio. Luego des-
pacharon comisionados á todos los departamentos
para escitarles á una coalicion general. ToIosa, la
antigua ciudad parlamentaria, donde se ocultaban
muchos partidarios del antiguo régimen con nom-
bre de girondinos, ya habia instituido una fuerza
departamental de mil hombres, y sus administra-
ciones declararon en presencia de los comisarios
que se habian enviado al ejército de los Pirineos,
que ya no reconocian á la convencion. Soltaron á
muchos individuos que estaban presos y encarce-
laron á otros acusándolos de que eran montañeses,
y anunciando abiertamente que estaban prontas á
confederarse con los departamentos del mediodia.
Losdel Tarn, Lot y Garona, Aveyron, Cantal,Puy de




206 REVOLUCION FRANCESA.
Dome y el Jlerault, inlitaron el ejemplo de Tolosa
v Burdeos. Ninles se declaró en estado de resistcn~
.'


eia ; Marsella redactó una alocucion fuertÍsima ,
vohió á poner en acti\'idad su tribunal popular,
principió una causa contra Jos asesinos y prpparú
una fuerza de seis mil honlhres. En Grcnoble se
convocaron las secciones, y reunidos sus presiden-
tps con las autoridades constiluid[ls , se apodera-
ron de todas las facultades, enviaron diputados á
}.. yon y querian poner presos á Dubois Crancé y ú
Gauthier que iban de cmnisionados de la conven-
cion al ejército de los Alpes. Igual marcha adoptó
el departamento del Ain. El de Jur:', que ya habia
levantado un cuerpo de cahalIeria, y una fuerza
departanlental de 800 hOlllbres ,protestó por su
parte contra la autoridad de la convencion. Ultima-
lnente en Lyon,donde las secciones reinalJan como
sO}Jeranas desde el conlhate de 29 de lnayo se reci-


o)


hieron y enviaron diputados para concertarse con
Marsella, Burdeos y Caen, procediendo innwdiala-
lllCnte contra Chalier, (lue era presidente del cluh
jacohino y contra otros 111uchos lllOntai'lescs. No
quedahan pues hajo la autoridad de la convencion
sino los departa111entos del norte y los que compo-
nian el valle del Sena, de suerte que habiéndose
insurreccionado de sesenta á setenta, tenia que
resistirlos París con solos quince ó veinte y ade-
J11aS continuar la guerra con la Europa.




CONVENCION NACIONAL. (1793). 207
Estaban di vitlidos los ánimos en Paris sobre el


modo de manejarse en aquel peligro, siendo de pa-
recer los miembros de la comision de salud públi-
ca Cambon, Barrére , Breard, Treilhard y l\'Iathieu,
que aunque patriotas acreditados habian desapro-
hado lo que se hizo el2 de junio, que se e'Illpleasen
los medios de conciliacion. Se necesitaba, segun
ellos ,ante todas cosas probar la libertad de la con-
yencion con providencias enérgicas contra los agi-
tadores, y en lugar de irritar á los departamentos
con decretos severos, procurar atraerles hacién-
doles ver el peligro de una guerra civil en presen-
cia de los estrangeros. Propuso Barrére en nombre
de la comis!on un proyecto de decreto concebido
en aquel mismo sentido, segun el cual, las comisio-
nes revolucionarias que se habian hecho tan temi-
bles por sus numerosos arrestos debian anularse en
toda Francia, restituirlas á su priInitiva insti-
tucion que solo habia sido la de vigilar sobre los
estrangeros sospechosos; debian reunirse en Paris
las asambleas primarias para nombrar otro co-
mandante general de la fuerza armada en lugar
de Henriot que lo habia sido por los insurgen-
tes: y últilnamente dehian enviarse 30 diputa-
dos á los depar1t\nlentos en calidad de rehenes.
Estas medidas parecian á propósito para tranqui-
lizar Il'los departamentos, y adeJnas la sola su-
presion de las cOlnisiones revolucionarias ponia




!Os I\EVOLUCION FIlANCBSA.
término á la ínquisicion ejercida contra los sos-
pechosos; la eleccion de un buen comandante ase-
guraba el órden en Paris, y los treinta diputados
que se enviasen podian servir á un tiempo de re-
henes y de conciliadores. Pero la Montaña no es-
taba de ningun modo dispuesta á negociar , sino
que usando con arrogancia de lo que ella llamaba
la autoridad nacional, desechó todos los medios
de conciliacion. Robespierre hizo que se difiriese
el proyecto de la comision, y Danton levantando
tambien su voz en aquella peligrosa circunstan-
cia , recordó las mas célebres crisis de la revolu-
cion , los peligros del mes de setiembre en el mo-
mento de la ínvasion de la Champaña y toma de
V erdun ~ los riesgos del mes de enero , antes que
se hubiese decidido la condenacion del último
rey, y últimamente los mucho mayores del mes
de abril, cuando Dumouriez marchaba sobre Pa-
ris y se sublevaba el Vendée. Segun su modo de
ver, la revolucion había vencido todos estos peli-
gros y salido victoriosa de todas las crisis, asi co-
mo saldría de esta última, y decia: ({ En los .mo-
«mentos de una gran produccion es cuando los
«cuerpos políticos, asi COlno los físicos, parece
«Ique estan amenazados de una destruccion pró-
«xima. ¿El rayo nos amenaza? Pues bien, en me-
« dio de sus estragos nacerá la grande obra de la
«felicidad de veinte y cuatro millones de habi-




CONYENCJON NACIONAL (1793). 20H
(( tantcs. » Qucria nanton que por un decreto ge-
neral á todos los departanlelltos se les rnandasc
que se retractal'an en el término preciso de yein-
te y cuatro horas, sopena de ser puestos fuera de
la ley. Aquella voz de Danton que jmnas habia
resonado En los grandes peligros sin l'caninlar el
valor de todos, produjo entonces sus cfectos acos-
tunlbrados, y aunque la convencion no attoptó
esactmnente las medidas propuestas, el lo lnenos
espidió decretos muy enérgicos. En pl'iIner lugar
declaró el 13 de junio, en cuanto á los sucesos del
:31 de rnayoy 2 de junio que el puehlo dePal'ls ha-
bia lnerecido bien de la patria con insul'reccionarse;
que los diputados que al princi pio debian solo ser
arrestados en sus casas,fuesen trasladados á una car-
cel donde estuviesen en seguridad, pues se habian
evadido lnuchos de ellos; que se hiciese una con-
vocatoria á todos 103 diputados y los que se halla-
sen ausentes sin comision ó licencia fuesen depues-
tos y l'etnplazados pOL' los suplentes; que las au-
toridades municipales ó departalnentales no pu-
diesen pasar de un pueLlo á otro ni correspon-
derse entre si, y que todos los c01nisionados en-
viados de un departamento ú otro con el objeto
de coligarse, fuesen inllledialalnente arrestados
por los huenos ciudadanos y remitidos á París (:on
escolta. Despues de estas nledidas generales, anu-
ló la cOllvencion el acuerdo del departalnento del


v.




2fO REVOLUCION FRANCESA.
]~ure, pUSO en estado de acusacion á los llliem-
bros derde C •• l"ados que habian arrestado á sus
dos conlisarios; hizo lo mismo con Buzot que
habia sido el instigador de la revuelta de los Nor-
nlandos, y mandó salir dos diputados, que fue-
ron Mathieu y Treilhard, para los departamen-
tos del Dordoña la Gironda y Lot y Garona, que
pedian esplicaciones antes de insurreccionarse.
Citó ante sí á las autoridades de Tolosa, anuló el
tribunal y comision central de :Marsella, cspidió un
decreto de prision contra Barbaroux y puso á los
patriotas que estaban encarcelados bajo la salva-
guardia de la ley. Ultimamente envió á Roberlo
Lindet á Lyon para que tomase conocimiento de
los hechos y diese un informe sobre el estado en
que se hallaba aquella ciudad.


Esta série de decretos que fueron saliendo en
todo el nles de julio hicieron titubear nll.lcho Ú los
departamentos, como poco hahituados á luchar
contra la autoridad central. Intimidados é irreso-
lutos, determinal'on esperar el ejenlplo que les
diesen los departamentos mas poderosos y empe-
ñados en la disputa.


Escitadas las administraciones de Normandia
con la presencia de los diputados que se habian
reunido á Buzot, como Barbaroux, Guadet, Lou-
vet, Salles, Petion, Bergoing', Lesage, Cussy 17, Y
I\ervelegan ,continuaron en sus mismas intencio-




CONVENCION N,\CIONAL. (1793). 2 J •
t'tes y fijaron en Caen la presidencia de una cOlni-
sion central de los departamentos, á la cual en-
viaron sus diputados el de Eure ,el de Calvados
y el Orne. Los de Bretaña que al principio se
babian confederado en Rennes" decidieron agre-
garse á la junta central de Caen y enviarla dipu-
tados. En efecto el 30 de junio los enviados del
Morhihan, de Finisterl'e, de las costas del Norte,
los de Mayenne, lIle y Villaine y Loil'a inferior,
unidos con los de Calvado", Eure y Orne se cons-
tituyeron en asamblea central de resistencia á la opre-
sion, prometiendo mantenel' la igualdad, unidad
é indivisibilidad de la república, pero juraron
ódio á los anarquistas y se comprometieron á no
usar de sus facultades mas que para asegurar el
¡'espeto de las pers(}nas y propiedades y el de la
soberania del pueblo. Despues de haberse consti-
tuido de este lnodo, decidiel'on que se apronta-
sen los contingentes de ·cada depal'tamento para
componer una fuerza armada suficiente para ir á
Paris á restablecer la representacion nacional en
toda Sll integridad. Se nombró comandante del
ejército departamental á Felix Wimpffen 18, ge-
nel'al del ejército que dehia organizarse en las
costas de Cherburgo. Aceptó y tomó desde luego
el título que acababa de recibir, y cuando le en-
vió á llamar á Paris el ministro de la. ~ue\'\'a. \'e\;-
pondió que no habia mas que un nl.edio de ha-




llEYOLUClON FRANCESA.


cer la paz, (lue era revocar todos los decretos es
pedidos despues del 31 de Mayo; y que á este
precio fraternizarian los departamentos con la
capital, pero que de lo contrario no podian ir á
Paris sino al frente de 60 nlÍI Normandos ó Bre-
tones.


Al 111ismo tiempo que ellllinistro mandaba ir
á 'Vimp ff en á Paris, daba órden al regimiento
de dragones 'de la Mancha, que estaba destacado
en Normandia para que marchase al instante á
Versalles, con cuya noticia todos los confedEra-
dos que ya estaban reunidos en Evreux se pusie-
ron en batalla unidos con la guardia nacional y
cerraron el Call1illO de Vel'salIes á los dragones.
No queriendo estos venir á las manos, prometie-
ron no marchar y fraternizaron en la apariencia
con los confederados, pero los oficiales escribie-
ron secretamente á Paris que no podian poner-
se en marcha sin dar principio á la guerra civil,
y entonces se les permitió que se quedasen.


Decidió la Junta de Caen que los batallones bre-
tones que ya habian llegado marchasen á Evreux,
como punto general de reunion de todas las fuer-
zas, y al instante se espidieron para allí víveres,
municiones y fondos tonlados de las cajas públi-
cas. Talllbien se envial'on oficiales partidarios del
federalismo y muchos realistas ocultos que acu-
dian á todas las sublevaciones y tomaban la más-




CONVENCION NACIONAL. (1793). 213
cara del republicanismo para combatir la revolu-
cion. Entre los contrarevolucionarios de esta espe-
cie estaba el llamado Puisaye 19 , que afectaba un
gran celo por la causa de los girondinos, á quien
'Vimpffen , realista disfrazado , (véase su nota y se
hará el aprecio debido de esta calificacion) nom-
bró general de hrigada y encargó el mando de la
vanguardia ya reunida en Evreux. La tal vanguar-
dia podia componerse de cinco á seis mil honlbres
y se aumentaba todos los di as con nuevos contin-
gentes, pues los valientes bretones acudian de to-
das partes y anunciaban otros batallones que de-
bian seguirlos en mayor número. Una circunstan-
c¡a les impidió acudir todos en masa y era la ne-
cesidad de guardar las costas del Oceano contra
las flotas inglesas, y enviar batallones contra el
Vendée que amenazaba ya el Loira y estaha pron-
to á pasarle. Por mas que los Bretones del canlpo
fuesen adictos al clero, los de las ciudades eran
republicanos sinceros y al mislTIo tiempo que COlTI-
batian contra París, no dejaban de continuar con
teson la guerra contra el Vendée.
]~sta era la situacion de las cosas en la Bretaña


y Normandia durante los primeros días de julio.
Mas en los departanlentos innlcdiatos al Loira se
habian entibiado nlucllO los {mimos, y los comi-
sarios de la convencion que se hallahan allí en-
tonces para dirig'i r las nuevas levas contra el VeDe


~'
lo' ",
i't
!'rf
\~


... , ~ .




21/.· REVOLUCION F'llJ\NCESA.
dée, halJian decidido á los administradores á que'
aguardasen los sucesos antes de comprometerse
mas. Allí por entonces no se pensaba en otra cosa
flue en enviar diputados á Bourges y se guardaba.
en todo la mayor reserva.


En Burdeos era pernlanente y enérgica la in-
surreccion, y tanto, que á los diputadns< Treilhard
y l\lathieu se les pusieron guardas de vista desde
su llegada y se trató de arrestarlos en calidad de
rehenes; pero sin llegar á tal estrenlo, se les man-
dó compare~er ante la comision po:pular, donde
los vecinos honrados, que los miraban como á
unos emisarios maratistas, los recibieron muy
ma1. Se les preguntó acerca de lo que habia pa-
sado en Paris y despues de oirles declaró la co-
mision que por su deposicion misma se conocia
flue la convencÍon nO' habia obrado con libertad,
el dia 2 de junio, y que tampoco lo estaba en la
actualid-ad, que :ellos mismos no eran mas que
en viados de una asamblea sin caracter legal y que
en consecuencia saliesen al punto del departamen-
to. En efecto se les condujo hasta los límites, é
inmediatamente des pues se decretaron en Bur-
deos las mismas providencias que se habian tomado
en Caen. Se prepararon víveres y armas, se dispu-
so de los fondos públicos y nlarchó una vanguardia
á Langon mientras se preparaba el cuerpo prin-
cipal que hahia de march~r dentro de pocos dias ..




CONVENCION NACIONAL (1793). 2J.")
Algo menor resistencia encontraron lUathieu y


Treilhard en los departamentos del Dordoña,
Vienne y Lot y Garona , donde consiguie.roll tran-
quilizar algun tanto los ánimos, é impedil' con su
caracter conciliador que se tOlllasen medidas hos-
tiless; ganando tiempo en favor de la c~nvencion.
l\las los otros depat'tamentos :mas elevados hacia
las montañas del alto Loira, en los de Herauld,
el Gard y las Ol'illas del Ródano , la insurreccion
fue general, y en los dos primeros se pusiel'on en
marcha los batallones con direccion al Puente del
Espiritu Santo, á fin de ocupar los pasos del Ró-
dano y reunirse con los Marsellescs que debían rc-
Illontar por la orilla de aquel rio. En efecto estos
últilnos reusando la obediencia á los decretos de
]a convencion mantuvieron su tribunal, no solta-
ron á los patriotas encarcelados y aun principia-
ron á ejel'cer ejecuciones capitales. Formaron un
ejércitode 6 mil hombres que se adelantó desde
Aix á Avíñon , é incorporándose con los del Langue-
doc que estaban reunidos en el Puente del Espiritu
Santo, debia sublevar al paso las orillas del Ró-
dano, del Isere, del Droma, y coligarse últilna-
mente con los Lyoneses y con los de las lllontai'las
del Ain y del Jurá. En Grenoble estaban luchan-
do las administraciones contra Dubois Crancé y
aun amenazaban arrestarle, pero no atreviéndose
todavia á levantar tropas, habian enviado dipu-




21H REVOLUCIONFRANCESÁ


tados {\ fraternizar con Lyon. Hallúbasc DuboÍs
Crancé con el ejército desorganizado ele los Alpes
en medio de una ciudad casi l"evelada, donde se
le repetia diariamente que el Mediodia no necesi-
taha para nada del Norte, y tenia al mismo tiem-
po que conservar la Savoya , donde ya se habian
disipado aquellas ilusiones del principio en fa-
vor de la libertad y de]a dominacion fi'ancesa;
donde se quejaban amargamente de las levas y de
los asigr:.ados y no se comprendia nada en cla-
ro de una revolucion tan agitada y diferente
de lo que se habia creido al principio. Tenia ade-
I11as irunediatas las fronteras de Suiza donde los
emigrados se removian y donde Berna estaba eln-
perlada en enviar guarnicíon á Ginebra, mien-
tras que á su espalda estaba Lyon que interceptaba
su correspondencia con la cOlnision de salud pú-
blica.


En esta última ciudad habían recihido á Rober-
to Líndet, pero en su misma presencia habian
prestado el juramento federalista, á saber: "[~I­
DAD É INDIYISIBlLID,\D DE L\ REPUBLICA; ODlO Á LOS
A~ARQUISTAS y REPRESENTACION NACIONAl, ENTERA. Le-
jos de enviar á París á los patriotas arrestados, se
hahían continu:lllo las causas principiadas contra
ellos é instituido una nueva aut.oridad con el títu-
lo de comision popular y republicana de salad pública
del Ródano y del Loira , cOlllpuesta de los diputa-




CONVENCION NACIONAL (1793). 2 t 7
dos de los ayuntamientos y miembros de los cuer-
pos constituidos. Esta comision acababa de decre-
tar la organizacion de una fuerza departamental
para coligarse con sus hermanos los del J urá, del
Isere , de las Bocas del Ródano, de la Gironda, y
de Calvados. Ya estaba pronta la fuerza y manda-
do apl'ontar el subsidio, y tanto allí como en los
dernas departamentos no se esperaba Inas que la
señal para ponerse en movimiento. Luego que se
supo en el Jurá la noticia de que los dos diputa-
dos Bassal 20 y Ganier de Troyes 21, enviados para'
restablecer la obediencia á la convencion, habian
reunido en DOle 1500 hombres de línea, toma-
ron las armas mas de 14 mil montañeses y se dis-
pusieron á envolverlos.


Cuando se considera el estado de Francia en los
primeros dias de julio de 93 se adrnira uno de ver
que una colulllna, que había salido de la Bretaiía
y de la Normandia y llegado hasta Evreux, no es-
taha mas que á pocas leguas de Paris; que otra se
adelantaba desde Burdeos y podia traer en su sé-
quito todos los departamentos del valle del Loira,
que estaban muy indecisos; que seis mil nlarse-
Beses, apostados en Aviñon y esperaban á los,
del Languedoc en el puente del Espíritu Santo,
ocupado ya por 800 Nimeses, estaban en víspe-
ras de reunirse en Lyon con todos los confedera-
dos dc Grcnoble ,del Ain y del Jurá para caer 50-




218 REVOLUCION FRANCESA.
bre París atravesando la Borgoña. Mientras se ve-
rificaha ó no esta reunion general, los confedera'-
dos tomaban todos los fondos de las cajas, inter-
ceptaban los víveres y municiones que iban para
los ejércitos y volvian á poner en circulacion, se-
gun el informe de Canlbon á la comÍsion de salud
pública, los asignados que se habian amortizado
de resultas de la venta de bienes nacionales. U na
circunstancia muy notahle y que caracteriza bien
lo que es el espíritu de partido, es que ambas fac-
ciones se echaban en cara los mismos escesos y se
atribuian las mismas intenciones. El de París y la
Montaña imputaba á los confederados que querian
perder la. república di~idiénl\o\a ,y que estaban
de inteligencia con los Ingleses para nombrar un
rey, que sería el duque de Orleans ó Luis XVII ,
ó el duque de York. Los del partido dc los de-
partamentos confederados acusaban á la Montaña
de :que buscaba la contrarevolucÍon por medio
de la anarquia, y que l\farat, RobespielTc y Dan-
ton estaban vendidos á la Inglaterra ó al duquc
de Orleans; de suerte que por ambos lados se
queria salvar la república y combati!' la monar-
quia , cuyo retorno se recelaba. ¡ Deplorable y or-
dinaria ceguera de los pal,tidos !


Pero todo esto no era mas que una parte de los
peligros de nuestra desgraciada patria, porque si
parecia tan temible el cnewigo interior era priu-




CONVENCION NACIONAL. (1793) 21 ~
cipalmcnte porque el esterior est(~ba en actitud
mas imponente que nunca. Al paso que se iban
adelantando ejél'citos de Franceses desde las pro-
vincias al centro, otros ejércitos estranjeros ro-
deaban de nuevo á la Francia y la amenazaban
con una invasion casi inevitahle. Despues de la
hatalla de Nerwinde y fuga de Dumourjez sufri-
mos una espantosa série de reveses, que nos hi-
cieron perder nuestras c6nquistas y nuestra fron-
tera del Norte. Ya se acordará el lector que Dam-
pierre , luego que le nombraron general en gefe,
habia reunido el ejército bajo las lnurallas de Bou-
chain dándole con esto un poco de consistencia y
valor; y por fortuna de la revolucion los coligados,
fieles al lplan metódico que haLian acordado al
principio de la campaña, no querían hacer punta
por ningun lado, ni penetrar en Francia basta que
el rey de Prusia despues de rendida Maguncia,
pudiera adelantarse hácia el centro de nuestras
provincias. Si entre los generales de la coalicion
hubiese habido un poco de genio y \lnion, esta-
ba perdida la causa de la revolucion, pues hubie-
ran debido marchar inmediatamente despues de
In batalla de Nerwinde y no dejar un momento de
descanso á nuestro abatido ejército, / que no solo
estaba dividido mas vendido tambien, y ya qu(no
cayera prisionero por refujiarse en las plazas fuer-
tes, á lo menos quedaban las canlpiñas abiertas al




220 REVOLUCION :FIlANCESA.
enemigo victorioso. Pero los aliallos tuvieron un
congreso en Amberes para arreglar las opcracio-
nes ulteriores de la guerra y entre el duque de
y orck, y los príncipes de Cobourg y de Orange
con otros generales, decidieron lo que convenia
hacer. Se resolvió tomar á Condé y Valenciennes
para que la casa de la Austria tuviese nuevas pla-
zas fuertes en los Paises Bajos, y apodcrarse de
Dunkerque para asegurar á la Inglaterra aquel
puerto tan deseado en el continente. Hechos estos
convenios, se dió prin ci pio á las operaciones, ha-
biéndose puesto en línea los Ingleses y Holandeses.
Mandaba el duque de York 20 mil Austriacos y
Hanoverianos; el principe de Ol'ange 15 lnil Ho-
landeses; el de Cohourg tenia 45 mil Austl'iacos y
8 mil Hesseses, mientras que el de Hohenlohe
ocupaba á Namur y Luxemburgo con 30 lnil Aus-
triacos y servia de reunion del ejército coligado de
los Paises Bajos con el prusiano que estaba sitian-
do á Maguncia. Resulta pues que est3ban an1C-
nazando ochenta ó noventa mil homlJl'es.


Ya estaban los coligados hloqueando á Condé y
toda la ambicion del gohierno frances se limitaha
á levantar el bloqueo de esta plaza, pues DaIn-
pierre, á pesar de su valor no tenia confianza en
sus soldados para atacar aquellas formidables n1a-
sas. Sin embargo, á instancias de los comisarios de
la convencion, trajo nucstro ej(~rcito al campo de




CONYE~ClO~ NACIONAL. (1793).
famal's hajo los ll1uros de Valenciennes , y el 1.0
de nwyo atacó en gruesas columnas á los Austria.
cos, que estaban atrincherados en el bosque de
Viscolia y Sto Amant. El'an todavia muy timidas
las operaciones militares porque ninguno de los
dos partidos conocia aquella túctica de fornlarse
en IDasa, atacar el punto debil del el1elnio'o y caer


. o
sobre él con decision. Dampierre se arrojó con va-
lor pero en pequeií.as U1.asas sob\'e un enen').it;o qne
tambien estaba divil\ido y á quien hubiera sido
facil aniquilar en un punto; pero recihió el casti-
go de su Ellta viéndose rechazado des pues de un
sangriento comhate , volvió á principiar el ataque
el 9 de lnayo y aunque estaba nlenos dividido
aquel dia que la primera vez talnbien los enelni-
gos habian procurado reconcentrarse ~ y mientras
que el hacia esfuerzos heróicos para decidir la to-
lDa de un reducto que debia determinar la uniol1
de dos de sus coltullnas, le alcanzó una bala de
cañon que le hirió de nluerte. TOD1Ó provisional-
mente el mando el general Lamarche 22 , que tocó
retirada y volvió con el ejército al campo de Falllars.


Este calnpo, que se halla situado bajo los mu-
ros d e Valenciennes y depende de la plaza, im-
pedia que se la pusiese sitio, y asi resolvieron ata-
carle los aliados el 23 de nlayo. Esparciero.n sus
tropas segun su 111étodo acostumbrado y repartie-
ron inutilmente muchas de ellas sobre una Dlulti-




222 REVOLUCTON FRANCESA.
tud de 'Quntos <\..ue c\.\.leria. c(\nse~'la.~ la .. ~t\la.e. \\.(i~
austriaca, y 110 atacaron el campo con toda la
fuerza que hubieran podido desplegar. Un dia en-
tero les tuvo detenidos la artillería, que era la
honra del ejército fl'ances y no pasaron hasta por
la tarde de la ROlneIla que defendia el frente del
campamento, de suerte que aquella noche se re-
tiró Lamarche en buen órden y vino á apostarse al
campo de Cesar que se enlazaba con la plaza de
Buchain, como el de Famars con la de Valen cien-
nes. Tambien aqui hubieran debido perseguirnos
y dispersarnos") pero el egoismo y la lnania del
método fijaron á los aliados al rededor de Valen-
ciennes. Una parte de su ejército dispuesta en
cuerpo de observacion se situó entre Valencien-
nes y Bouchain haciendo cara al campo de Cesar,
mientras que otra division emprendió el sitio de
Valenciennes y lo restante continuó el bloqueo de
eondé, que carecia de víveres y á quien se espe-
raba reducir dentro de pocos días. Principióse
el sitio regulal~ de Valenciennes con 180 bocas
de fuego que llegaron de Viena y otras 100 de
Holanda, estando ya preparados 93 morteros.
ASt, dUl'ante los meses de junio y Julio se mata-
ba de hambre á Con dé , se incendiaba á Velen-
ciennes, y nuestros generales ocupaban el campo
de Cesar con un ejército batido y desorganizado.
Una vez rendidas Condé y Valenciennes, todo




CONVENCION NACIONAL. (1793). 223
era de tCll1er porque el peligro era inminente.


El ejército del Mosella , que mantenia la comu-
nicacion del de el Norte con el del Rhin habia
pasado á las órdenes de Ligneville 23 cuando á
Beurnonville le nombraron ministro de la guerra,
y tenia al frente al príncipe de Hohenlohe, de
quien no tenia nada que temer, porque tenien-
do aquel príncipe que atender con 30 mil hom-
bres á lo mas á la conservacion de Nanlur, Lu-
xemburgo y Tréveris y teniendo en frente las pla-
zas de Metz y Thionville no podia intentar nada
de pt·ovecho. Ademas acababan de debilitarle mu-
cho mas, sacando siete á ocho mil hombres de su
cuerpo para reforzar el ejército prusiano. En aquel
caso era mucho mas facil y conveniente reunir el
ejército activo del Mosella con el del alto Rhin
para intentar operaciones importantes.


Se había terminado la campaña anterior del
Rhin en Maguncia, y Custine despues de sus ri-
dículas demostraciones al rededor de Francfort,
se habia visto precisado á replegarse y encerrar-
se en Maguncia', donde habia reunido considera-
ble artilleria , sacada de nuestras plazas fuertes y
en particular de' Strasburgo. Allí formaba mil pro-
yectos, porque tan pronto quería tomar la ofen-
siva, tan pronto conservar la plaza y tan pronto
abandonarla. Ultimamente se resolvió á conser-
varla y contribuyó á que el poder ejecutivo to-




224 REYOLUCION FllANCESA.


Inase la nlisIna determinacion, con lo cual se VIO
el rey de Prusia en precision de sitiada, y esta
era la causa de la detencion de los coligados en
avanzar por el Norte.


Pasó el rey de Prusia el Rhin en Bacharach un
poco mas ahajo de Maguncia, mientras que 'Yurm-
ser 2ft con 15 mil Austriacos y algunos Iniles de
elnigrados de Con dé le pasó por un poco mas ar-
riha,quedando á la orilla derecha delante del arra-
bal de Cassel el cuerpo de Hesseses de Sch~n­
feld 25. No era tan fuerte el ejército prusiano co-
mo se necesitaha para cumplir los compromisos
de Federico Guillermo, porque hahiendo enviado
un cuerpo considerable á Polonia, no le quedaban
lllas que 55 Inil hombres, comprendidos todos los
contingentes de Hesse, Sajonia y Baviera. ASÍ,
contando los siete á ocho mil Austriacos sacados
del cuerpo de Hohenlohe , los 15 mil de 'Vurm-
ser, los 5 á 6 mil de Condé, y los 55 mil del rey de
Prusia, se puede regular en 80 mil soldados el ejér-
cito que amenazaba la frontera del Este. Nuestras
plazas fuertes del Rhin contenian conlO 38 lni 1
hombres de guarnicion , el ejército activo consta-
ha de 40 á 45 mil homhres, el del Mosella de 30,
Y si se hubiesen reunido estos dos bajo un mislllo
mando y con un punto de apoyo como el de 1\1a-
guncia, se huhicl'a: podido ir á buscar al nlisrno
rey de Prusia y ocupar el otro lado del Rhin.




CO~H~NCIOS NA'CIONAL (1193). 225
A lo luenos hubieran dehido entenderse los dos


.generales del Mosella y del Hhin, y ciertamente
hubiet'an podido disputar y aun impedir el paso
del rio , pel'o no hicieron nada, sino que duran-
te el mes de lnarzo atravesó inIpunem~nte el rey
de Prusia el Rhin, sin encontrar mas que :algunas
vanguardias que rechazó con sunIa facilidad. En-
tretanto, se hallaba Custine en \Vorms y no habia
tenido el nIenor cuidado ni de defender las ori-
llas del Rhin ni las faldas de los V osgos , que for-
Inahan el semicírculo de lUaguncia y hubieran po·
dido retardar la 11lat'cha de los Prusianos. Acudiú
es verdad, pero se inquietó demasiado al vel' los
reveses que sufrian sus vanguardias y creyó que
caian sobre él 150 nIil hombres, y sobre todo que
Wurmser, el cual tenia que desembocar en el
Palatinado por ciula de l\Iagullcia , estaba á sus
espaldas é iba á separarle de la Alsacia. Pidió so-
corros á Ligneville , que con iguales tenI0rcs que
él, no se atrevió á separar de sí ni siquiera un re-
gimiento ,y entonces echó á huir y se retiró de un
golpe nada menos que hasta Landau y desde allí
á 'Vissemhurgo, pensando no parar hasta poner-
se bajo el cañon de Strasburgo. Esta inconcebible
retirada dejó libres todos los pasos á Jos Prusia-
noz que vinieron á recaer sobre lUag'uncia y ]a
envistieron por las dos orill~s.


Veinte mil hombres se habian encerrado en ella
Y.




226 UEYOLUCION FUANCESA
y por lo 111isIll0 que eran Dluchos para su,(1e{ensa,
eran tambien demasiados para el consumo de vÍ-
veres, que no podian alcanzar para tan conside-
rable guarnicion, mucho mas cuando no se habia
pensado en surtida por la incertidumbre y desór-
den de nuestros planes militares. Por fortuna se
encontrahan allí dos representantes del pueblo
que eran Rewbel y el heroico Merlin de Thionvi-
He, los generales Kléber 26, Auber-Dubayet 27 ,el
ingeniero Meunier y en fin una guarnicion que
reunia todas las virtudes militares de valor, 50-
bl'iedad y constancia. Principió el ataque en abril
formando el sitio propiamente dicho el general
Kalkreuth 28 con un cuerpo prusiano, y estando
en observacion el rey de Prusia y \Vurmser al pie
de los V osgos haciendo frente á Custine. Eran fre-
cuentes las salidas de la guarnicion que estendia
bastante su defensa, y entonces el gobierno fran-


. ces conociendo al fin la falta que habia cometido
en separar los dos ejércitos del Mosella y Rhin,
los reunió bajo el mando de Custine ,de suerte que
este general disponia de 60 á 70 mil hombres.
Pero no por eso ni por estar tan esparcidos los
Prusianos y los Austriacos, ni por tener delante á
l\Iaguncia con 20 mil Franceses que estaban cla-
mando por él, le ocurrió si quiera caer sobre el
cuerpo de observac~on, dispersarle y salvar á los
sitiados. Allá á mediados de mayo, conociendo el




\:O~''ENC10N NAC10"NA1. (1793). 227
peligl'o de su i naccion ., hizo una tentativa nlflt
comhinada y peor sostenida, que se convirtió en
una completa Gen'ota. f:ntonces., segun su cos-
tumbre ., se <Iuejó de sus suhalternos y le trasla-
~laron al ejércíto del Norte para organizar y rea-
nimar las tropas que estaban atrincheradas en el
campo de ,Cesar. Por nlanera que al nlisnlo tienl-
po que la coalicion sitiaha {l Valenciennesy Ma-
'guncia podia luego que se apoderara de eHas ade~
lantarse hácia nuestro centro y -efcetuar su inva-
sion sin obstúculoso


Desde el Rhin hasta los Alpes anlenazaha la es-
palda de nuestrtl ejército una cadena de insurrec-
.ciones que intcrrunlpia todo género de comunica-
.cion. Los Vosgos., el JUl'á., la Auvernia y el Lozére
fornlan desde el Rhin ,á los Pirineos una masa ca-
ii compacta de INontaiías de diferente altura y es-
tension., siendo constante en todos sus habitantes,
por sus instituciones., húhitos y costunlbres, la
propension á conservar y no adnlitir variaciones.
Casi en todas las comarcas que hemos nomhrado
conservaba la poblacion un resto de apego á su an-
tiguo modo de vivir y aunque no fiH~SP. tan tlllá-
tica como la del Vend(~e , no dejaba de estar dis-
puesta á insurreccionarse. C0l110 los Vosgos son
medio Alemanes, influian mucho en ellos los no-
Lles y los clérigos y tomahan una actitud tallto
lna.~ a.nw,ní\1~au.\)\'a CUó\\1\O ll1as \\aco se enconlt'a}J{!




228 nEYOIXClO~ FJL\Sr.E~A.
d cjél'<:ilO del Rhin. Todo el Jurú eulero y "el .....
dadero se hahia sublevado en favor de la Gíronda,
y aunque en su rebelion aparecía algun mas espí-
ritu de libertad, no era luenos peligroso, porque
estal)an reuniéntlose (\e (luince ~\ veinte nli\ n10n-
tafleses en los alrededores de 1\Ions-le Saulnier que
se comunicaban con los rebeldes del Ain y del
Ródano. Ya hemos ,'isto el estado en que se ha-
llaba Lyon , y lo miS1110 sucedia en las lnontañas
del Lozére;, que separan el alto Loil'a del Ródano,
llenándose de insurgentes ni lllas ni InellOS que
en el Vendée. Eran ya cerca de 30 mil nlandado~
por un ex-constituyente llamado Charrier 29 ,y no
hahia quien les iIl1pidiese reunirse al Vendée por
-el Loira. A estos se agregahan los federalistas del
Mediodia ; de modo que aunque fuesen distintas
en su ohjeto y principios, siempre an1enazaban la
espalda de los ejércitos del Rhin, Jos Alpes y los
Pil'ineos unas rebeliones formidables.


Tamhien estaban armados al pie de los Alpes
los Pialnonteses que querian recuperar la Savoya
y el condado de Niza, sin haber otro obstáculo
que las nieves para principiar las ,hostilidades en
el lllOnte de San Bernardo, donde cada cual con-
servaba sus posiciones en los valles de Sallenche ,
Tarentasia y ell\Iurienne. No sucedía lo mismo en
los Alpes marítimos y en el ejército de Italia, sino
que habian principiado temprano las hostilidades




~ t:ONVENClO~ ~ . \ClO~AL () 19:1). 22H
y desdt~ el 1l1CS de lnayo se clnpezó á disputar el
importante puesto de Saorgio, (le quien dependia
la tranquila poses ion de Niza. Efectivamente, una
vez ocupado este puesto, eran los li~l'anceses due-
iíos de la garganta de Tende y tenian la llave de
la gran cordillera; por lo cual habian formado
tanto cmpeño Jos Piamonteses cn defenderle con10
nosotros en atacarle. Habia entre Savoya y Niza
·'·0 nlil hon1bl'es, reforzados con 8 mil Austriacos
auxiliares, y esta· tropas diserninadas en lnuchos
cuerpos de igual fuerza desde la garganta de Ten-
de hasta el gran S. Bernardo, habian seguido el


.


Inisl1lo sisten1a de la coalicion de defender todos
los valles. Pero el ejército fl'al1ces de Italia se ha-
llaba en el estado mas deplorahle , pues constaha
ú lo mas de 15 lnil hombres, desnudos (lel todo,
mal mandados ~r sin psperanzas de que lliciera
grandes esfilCl'ZOS. El general Hiron (¡ue le mandó
una corta temp0l'ad:l, le aUI11entó con cinco lniJ
hombres, pero 110 pudo proveerle de lo que ne-
eesitaba, por lnauera que si allí hubiese sobreve-
nido una de a(luellas grandes ideas que nos hu-
bieran penlido en el Norte, CI'a tan ciert.a nues-
tra ruina en aqucllado como en el otro. Podían
los Piamonteses al ahl'igo de los hielos (Jue parali-
zal)tlll toda accion por Jos grande.;; Alpes, trasla-
dal" todas sus f'lIP1'ZaS desde esto:; al Mcdiodía , ~.
desemhocando por \iza con lIna 11l<lSa de :10 mil




RE\'OLUCIO~ HlA:\tES.t.


honlhres, arroHa.¡· nuestro ejército ti.c ltalia~, cchar ...
le sobre nuestros departamentos sublevados, dis-
persarle enteramente, fa70recer la insurreccioll'
de las dos orillas del R&lano , adelantarse quizas
hasta Grenoble y Lyon, tomar por la espalda nues-
tro ejército< que est'aha en los vaUes de la Savoya
é invadir una gran par~e de la Francia. Pero ya
no había entre ellos un Amedeo, asi COlllO no ha-
Bía otro Eugenio' entre los Austriacos ni otro Mal-
horough entre los Ingleses y así se linlitaron á la.
defensa de Saorgio~


. Contra él babia hecbo Brunet, que sucedió al,
general Ansehne, los nlÍsmos esfuerzos fJue Dam-
pierre por el lado de Con dé , y despues de l11U-
ehos combates inútiles y sangrientos, se dió al fin.
el último el 12 de junio sufriendo una derrota
eompleta. EntOl1{\~eS luismo si el enenligo hubiese
tenido un poco de audacia para aprovecharse de
la victoria, hubiera podido dispersarnos y hacer-
nos evacuar no solo [t Niza., sino repasar el Var ..
l{el1ennan habia echado á COITer desde su cuartel
general de los Al pes, reunido su ejército en el
Glmpan1cnto de Doujoll , fijade>' sus posiciones de-
fensjvas, y nlandado que se estuviese en una ah-
soluta inaccion hasta (lue llegaran nuevas fuerzasr
OCUITió tanlbien otra circunstancia que atunellla-
}Ja el peligro de aquel ejército, y fué la apal'icion
~n el nledilerrauco del ahlliranlc ¡Uf; lc~ llood 30 ~




CONVENCION NACIONAL (1793). 231
~e ba1lia salido de Gibraltar con 37 navios, y la
('el general (\e' marina Lángara u , que con igua-
les fuerzas venia de los puertos de Espaiia. Cua-
lesquiera tropas de desembarco podian ocupar la
linea del Val' y tomar á los Franceses por la espal-
da , fuera de que la sola PI esencia de las escuadras
inlPedia el ahastecimiento por mar, 'al paso que
favorecia la rebelion del .Mediodia y aninlaha á la
Córcega para echarse en hrazos de los Ingleses.
'Mientras, tanto' nuestras flotas estahan reparando
en Tolon los darios que hahian sufrido en la des-
graciada espedicion tle Cel'deila , y apenas se atl'e-
"jan á proteger el caholage <jUC uos traía granos
de Italia. En una palabra no era nuestro ell\Iedi-
terraneo ,y todo el comercio de Levante hahia
pasado de Marsella :l filanos de los Griegos y de
los Ingleses. Por lnanera que el ejército de Italia
tenia en frente de sí ft los Pianlonteses victoriosos
en InudlOs combates y á la espalda la insurrec-
cion del .Mcdiotlia y dos escuadl'as.


En los Pirineos se habia declal'ado la guerra con
España desde el 7 de marzo á consecuencia de la
111Uel'te de Luis XVI y asi 110 estaLa nlas que
principiada por mas que de amhas partes huhie-
sen sido largos los preparativos, asi por la nlala
administracion de Espaiia COIIlO por tencr la Fnlll-
cia tantos enemi~os á (1\\<:'. alen(tc,\'. V~\ ~enc\'a\ (\\",
los Pirineos Servan habia pasado muchos mc:ses




--}'~HJ
_,_J ... rtEVOLUCION FRANCESA'.


organizando su ejército y acusando it Pachc conl
igual acritud que lo habia hecho numoul'iez. Pero'
lo rnislllo seg'uian las cosas en el ministerio de Bu'"
chotte y cuando se abrió la CampaJla estaba toda-
via quejándose el general del rninistro pOl'que le
dejaba desprovisto de todo. ComunÍcanse éHIuellos
dos paises por dos puntos que son Perpiiian y
Bayona, y en aquellos tielnpos era una tentativa
demasiado atrevida enviar ú Burdeos y Bayona un
cuerpo de invasion que tocase con el Vendée; por--
que era indispensable atravesar las Landas, el Ga-
rona y el Bordolla, cuyos riesgos huhieran bas-
tado para no ejecutar semej:lllte plan, aun cuan-
do. se hubiese pensado en él. Prefi rió la corte de
:Madrid atacar por Perpirian porque tenia en aquel
lado una hase lIlas sólida de plazas fuertes, por-
que contaba con el apoyo de los realistas del 11le-
dio dia, segun se lo habian oli'ecido los elnigra-'
dos y tamhicn porque no habia olvidado del todo
sus antiguas pretensiones al Rosellon *. Cuatro i


* Este es lIllO de los muchos juicios avcnturados que se
hacen en csta historia. La guerra que hizo la España <i la rc-
pública, no fue mas que una guerra de iudignacion contra el
regicidio, y (Llle hasta cierto puuto pudiera llamarse tina
guerra de familia. P~I'O no habd ciertamente (juieu prescn-
te ningun documento ni en el dict¿ímcll del consejo de esta-
do 111 cn les demas que se pidi(~ron :t las ullivcrsidadcs y á
Jos obispos ulla sola idea de pretensiones de all mento de
tcr!' i torio. (,V. dPl T. "




'1 ""'93' ··"'l33" CONV.E,,"UON NACiONAL (l.). ~
cinco mil hombres quedaron en custodia del Ara-
gon y UllOS quince á diez y ocho mil , la mitad de'
tropas regladas y la otra luitad de milicias, se pu-'
sieron en calupafia bajo las órdenes de Caro 32 en
los Pirineos occidentales: últimamente, el gene--
1ml Ricardos 33 con 2i núl quedó encargado seria--
mente de atacar el Roselloll.


Dos son los valles principales que se fOrInan en
la cordillera de los Pirineos y desembocan en Per-
piiian , que son el de Lech y el de Tet, fornlando
nueslt'as dos primeras líneas de defensa. Sohre el
segundo de estos se halla situada la plaza de Per-
piñan, y COU10 Ricardos conocia toda la debilidad
de nuestras fuerzas, quiso principiar la campaña
con un pensmuiento atrevido y flanqueando los
fuertes de &llegarde y de los Baños que estan si-
tuados en primera línea , avanzó bizarramente
con el ánimo de envolvel' todos nuestros destaca-
mentos esparcidos por los valles, y en efecto le
salió Lien la tentativa. El dia 15 de abril enlpren-
dió elluovimiento ,batió los destacamentos que
envió para detenerle el general Villot 3/J y causó'
un terror pánico en toda la frontera. Con solos
diez mil hombres que hubiera adelantado era due-
ño de Perpilian , pero lÍo se atrevió á tal empre-
sa por no tener prontos los preparativos necesa-
rios y dió tiCH1PO ;í los Franceses para recuperarse
flel susto.


..'" . ~~ . .(
.~~C' •


"


.. '


", .




234 REVOLUCION FRANCESA.
Pareció entonces delnasiado estenso el lnand~


del ejército de España, yasi se dividió entre Ser-
van, que tuvo el de los Pirineos Occidentales, y
Deflers 35, á quien ya hemos visto empleado en la
espedicion de Holanda, el de los Pirineos Orien-
tales. Este reunió el ejército delante de Perpiiían
en una posicion llamada el Mas de Eu y Ricardos
le atacó el 19 de mayo con sus 1$ nlÍl hombres,
siendo muy sangriento el combate. En él hizo pro-
digios de valor y de inteligencia el anciano gene-
general Dagobert 36 , olvidándose de sus años y se
mantuvo en el campo de hatalla, hasta que llegó
Deflers con 1800 hombres de reserva , que con-
tribuyeron mucho á que no fuese desalojado en
todo el dia; pero ya á la entrada de la noche, ren-
didos de cansancio nuestros soldados, abando-
nan de repente el terreno y echan á correr en
desórden hácia Perpiiían. Asustada la guarni-
cion, cierra las puertas y elnpicza á dispal'al' so-
bre nuestras tl'opas creyendo <IuC eran espallOlas.
Este huhiel'a sido el caso de arl'ojal'se solJre la
plaza y a poderal'se de ella, pues no potlia resistir,
pero Ricardos, que no habia hecho mas quc flan-
quear á Bellegardc y los BarIOs, no crcyó que de-
bia pasar Inas adelante y se volvió á sitiar a(lue-
Uos dos fuertes i de los cuales se apoderó en tines
de junio, y volvió á presentarsc cn feenle de nues-
tras tropas que estaban reunidas casi en las ruis-




CO'NVENCION NACiONAL (1793). 235-
[flaS' posiciones que anteriOt'mente. De manera que
un solo combate desgraciado, podia hacernos per-
der todo el Rosellon en el mes de julio.


N uestras calamidades se irán aumentando se'-
gun nos acerquemos á otro teatro de la guerra
mas sangriento y terl'ible que todos los que ya
hemos recorrido, pues que armado á fuego y san-
sre el Vendée se prepara á vomitar del otro lado
del Loira una. columna fOl'midable. Dejamos aque-
llos hombres entusiasmados con ventajas inespe-
radas, dueilos de-la. ciudad de Thouars que le ha-
bian tomado it Quetinau y principiando á meditar
los mas vastos proyectos .. En lugar de marchar
sobre Doué y Saumur se habian inclinado al Sur
del teatro de la guerra é intentaban despejar el
pais por el lado de Fontenay y de Niort. Los ge-
nerales Lescure y Larochejaquelein en.cargados de
esta espediciou se haLían dirigido á l:¡'ontenay el
16 de mayo, y rechazados al principio por el ge-
neral Sanelos 37, se replegaron á corta distancia;
pero aprovechándose llluy pl'onto de la ciega con-
ijanza que habia inspirado al general repuhlicano
aquella primera ventaja, volvÍeron á presentarse
en núnlero de quince á veinte mil y se apodera-
}'on de Fontenay, á pesar de los esfuerzos del jó-
ven Marcean 38 , que tanto se desplegaron aquel
día y obligaron á Chalbos 39 y Sandos. á retirarse
it Niol't en el 111 ay 01' desórden. Allí encontraron 31'-




236' REVOLUClON FllANCESA.
mas, municiones en gran cantidad y se cnrique'-
eieron con nuevos recursos, que unidos á los que
ya se habian proporcionado en Thouars, les po-
nian en estado de continuar la guerra con espe-
ranzas de nuevos triunfos. Echó Lescure una pro-
clama á los habitantes cunenazándoles con las pe-
nas mas terribles si daban socorro ú los republi-
canos, despues de lo cual se separaron los del
Vendée ,segun su costumbre, para volvcl'se á sus
ocupaciones de la cosecha, quedando citados para
el 1.° de junio en las innlediaciones de Doué.


En el bajo Vendée, donde Charétte clominabR
solo sin estar todavia en relacion de 1110vimientos
con los demas gefes , lwhian sido equilibrados los
sucesos con las pérdidas, porque Canclaux 1&0 que
mandaba en Nantes, se habia mantenido en Ma-
checoult aunque con trabajo, y el general Bou-
lard , comandante de Saintes, hahía ocupado,
gracias á sus huenas disposiciones y á la disciplina
de su ejército, todo el bajo Vendée durante dos
lneses y aun conservado puestos lnuy avanzados
hasta las cercanias de Palluau. Sin embargo de
todo eso tuvo que retirarse el 17 de lnayo á la
Motte-Achard, nluy cerca de Sables y se encon-
tt'aba en el lllayor apuro porque sus dos mejores
batallones conlpuestos de ciudadanos de Burdeos,
querian retirarse ó para vol ver á sus ocupar iones ó
por estar disgustados del ~ 1 de mayo.




CO~\'ENCI0~ NACIO:SAI. (17'93). 237
Así en el bajo eonlO en el alto Vendée se ha-


.Lia gozado de algun reposo con las ocupaciones
-can1pestres y por espacio de algunos dias fué algo _
lnenos acti ya la gu erra que se difirió hasta prin-
cipios de junio.


Habia sido reelnplazado el general Bel'l'uyer u,
que al principio n1andaba en todo el teatro de la
guerra y su Inundo estaba repartido entre l11uchos
generales: por ejemplo; Saumur, Niort y Sables
c0111ponian el ejército llamado de las costas de la
Rochela, que se confió ú Biron ; Angers , Nantes y
el Loil'a inferior formaban el llamado de las costas
de Brest\ que sc encomendó á Canclaux, y última-
mente el de las de Chcl'burgo se le dieron á Wimp-
ffen, que luego, como ya henlOs dicho, fue gene-
ral de los insurgentes de Calvados.


Trasladado Biron desde la frontera del Rhin á la
{le Italia y desde esta al Vendée, admitió con mu-
cha repugnancia el mando de aquel teatro de
crueldades :, donde no podia nIenos de perderle
su propia aversion á tomar parte en los furores
de la guerra civil. Llegó el 27 de mayo á Niort y
encontró el ejército en un espantoso desórden,
pues se hallaba cOlnpuesto de levas en masa he-
chas por fuerza ó por inlÍtacion en las comarcas
inmediatas y llevadas hácia el Vendée sin ins-
truccion , disciplina ni víveres. Compuestas por
la mayor :parte de paisanos y artesanos de las




238 REVOLUCroN FRANCESA.
ciudades que habian dejado con mucho pesar sus
ocupaciones ordinarias, estaban muy dispuestos
á dispersarse á la primera casualidad. Mas hubie-
ra valido licenciar á la mayor parte, que hacia
notable falta .en los campos y en los pueblos,que
no dejarlos anlOntonados en el pai~ rebelde don-
de no hacían otra cosa que consumir víveres, es-
parcir el desórden , y promover con sus terrores
pánicos la fuga de 103 batallones organizados, que
hubieran hecho su deber estando solos. Todas
aquellas bandadas llegahan con sus gefes elegi-
dos en los pueblos, que se titulaban generales,
hablahan de su ejército, no se prestaban á obede-
cer y contrariaban todas las disposiciones de ]os
gefes superiores. Por la parte de Ol'leans se iban
formando hatallones., conocidos en aquella guerra
con el llOlnhre de batallones de Orlea.ns, y estaban
compuestos de mancebos de tiendas, empleados
inferiores, criados y jóvenes recogidos en las sec-
ciones de París., á quienes se dió por gefe á San-
terreo Ibanles amalgamando con las tropas sacadas
del ejército del Norte á razon de 58 hombres por
batallon, pero se necesitaba asociar todos aquellos
elementos heterogeneos y sobre todo darles armas
y vestuario. l\'Ias todo faltaha absolutamente sin
que siquiera se pudiese asegurar el pré tanto
mas cuanto 110 era igual para todos, pues el de
la f ropa de linea era distinto del dp los volun-




CONVENCION NACIONAL (1793). 239
tarios, lo cual ocasionaba fl'ecuentes desazones.


I)ara organizar aquella multitud la convencion
no 1lacia mas que enviarcomis81'ios tras comisarios
Já á Tours , yá á Saumur, yá á Niort , á la Roche-
la y á Nantes, los cuales estaban opuestos entre
si y contrariaban tambien á los generales. Por otra
-parte el consejo ejecutivo destacaba tamhien sus
agentes y el ministro BouchoUe habia inundado
el pais de amigotes suyos, escogidos todos ellos
(le entre \os jacobinos y iranc"lscanos. 11slos se cru-
zaban con los representantes y creian dar pruebas
de celo arruinando el pais con requisiciones, y
acusando de tirania ó de traicion á los genel'ales
que pretendian impedir la insubordinacion de las
tropas ó poner coto á vejaciones inútiles. De todo
este conflicto de autoridades resultaba un cahos de
acusaciones y un increible desorden' en el mando,
sin que Biron pudiera hacerse obedecer ni mucho
lnenos atreverse á poner el ejél'ciLO en marclla,
temiendo que se le desbandase al primer encuen-
tro ó lo saquease todo en el camino. Este es el cua-
dro esacto (le las fuerzas que tenia la república en
aquella época en el Vendée.


Pasó J1iron á Tours , donde concertó un plan
eventual con los representantes, el cual consistia
en dirigir, luego que estuviese un poco organiza-
da aquella muhitul\, cuatro columnas de á 10 Illil
hombres cada una desde la circunferencia al cen-




-UEVOI.UCION FIlA·NCRSA •


. tt'o , debiendo partir estas de los puntes de Cé,
Saumul', Chinon y Niort. Entretanto se fué á re-
·conocer el bajo V cndée , donde suponia que fue-
se nlayor el peligro que en ninguna otra parte,
porque tenúa con nlueha razon que se hubiesen
establecido relaciones entL'e los Insurgentes fy los
Ingleses, en cuyo caso los desembarcos de muni-
·ciones y tropas en la Marisma podianhacer inter-
minable la guerra. Ya se habia avistado una es-
·cuadrilla del O velas y se sabia que los emigrados
.bretones habian recibidoórden de reunirse en las
islas de Jersey y Guernesey, de modo que todo
.jugtificaba los recelos de Bil'on y su visita al bajo
Vendée.


Mientras esto pasaba sehabian reunido los in-
surgentes elLo de junio y establecido cierta regu-
laridad entre ellos, nombrando un consejo que
'gobernára el pais ocupado por sus ejércitos. Pre-
sidia este consejo un aventurero que se hacia pa-
oSar por obispo de Agra y legado del Papa, el cual
bendecia las banderas, celebraba misas solemnes,
!escitaba el entusiaslno en el Vendée y hacia que
fuese 11luy útil su ilnpostura. Todavia no habian
elegido generalísimo, sino que cada gefe lllanda-
ba los paisanos de su comarca y estaban conve-
nidos en concertarse para todas :}as operaciones.
Habian publicado aquellos gefes una proclama en
nombre de Luis XVII y del conde de Provenza"




r:ONVENCTON NACIONAl. (t 793). 21 .. 1
regcnte de] reino durante ]a lllcnor edad del jo-
ven príncipe, y se dahan el título de comandantes
de los ejércitos reales y católicos. A los principios pro-
yectaron ocupar la linea del Loira y adelantarse
á Doué y Saunlur, empresa atrevida sin duda, pe-
ro facil de ejecutar en aquel estado de cosas. En
efecto entraron el 7 en Doué y el 9 se presentaron
delante de Saumur; mas apenas fue sahida su
lnarcha cuando el general Salolll0n, que estaha
en Thouars con tres mil homhres de buenas tro-
pas , recibió órden de lllarchar en su seg·uinliento.
Ohedeció este general pero se halló con que lle-
vaban de111asiadas fuerzas y no era posible atacar-
los sin riesgo de ser aniquilado, y asi se volvió á
Thouars y desde Thouars á Niort. Las tropas de
SaumuL' habian tomado posiciones en las cercanias
de la ciudad sobre e.l C<lll1ino de Fontehrault, en
los atl'indl{~ramielllos de Nantilly y sobre las altu-
ras d.c Rournau. Acél'canse los del Yendéc, atacan
la coJulllna de Berthier '~2, son l'cchazados pOl' la
artilleria, pero vuelven con fuerza y hacen re-
plegar á Berthier que quedó herido. Todavia resis-
tian los gend~U'n1.as de á pie j <los hataUones de 01'-
leans y los COl'azel'OS , pero' est.os pierden á su co-
ronel y entonces principia la del'rota , atropellán-
dose todos á la plaza y los insurgentes entran en
ella al mislno tietnpo. Todayia quedaba fuera el
general Conslard I,S, que Inandaba los batallones


\' 1 G




2\·2 REVOI.UC10N FUANCESA.
apostados en las alturas de BOUl'nau ,y viéndose
separado de las tropas republicanas que hahian
sido repelidas hacia Saumur, forma la atrevida
resolucion de penetrar allí tambien tomando por
la espalda á los del Vendée. Era necesario atrave-
sar un puente donde los vencedores acababan de
situar una bateria , y él sin intimidarse manda á
los corazeros que la ataquen.- ¿ A donde nos man-
dais ir? replicaron estos.- A la muerte les dijo
Constard, porque asi lo exige la salvacion de la
república. Lánzanse á ella los corazeros, pero se
desbandan los batallones de Orleans ahandonan-
do al general y á sus COl'azeros, inutilizando la co-
bardia de los unos el heroismo de los otros, y en-
tonces viendo Constard que le era inlposible entral'
en Saumur, se reLira á Angers.


El dia 9 de junio fué ocupado Saumur y al si-
guiente se rindió el castillo, quedando ducllOs los
insurgentes del curso del Loira y pudiendo nlar-
chal' á discrecion sobre Nantes, sobre la Fleche,
sobre Mans ó sobre Paris. El terror precedia 'su
marcha y todo debia ceder á su presencia, mien-
tras que Biron se hallaba en el hajo Vendée ,~don­
de creia evitar otros peligros mas graves y verda-
deros con vigilar sohre las costas.


Todos los riesgos nos amenazaban á un tiempo
pues los coligados que sitiahan á Valenciennes ,
Condé y Maguncia estaban en vísperas de tomar




l.(J~VENt:lON NACIONAL \179:1). 243
eslas plazas, que el'un el halual'te de nuestras
fi'ontel'as , nlientl'as que por otra parte los Vosgos
en movinliento y el Jurá en plena insurreccion da-
han acceso facil á la invasion por el Rhin. El ejér-
cito de Italia, rechazado por los Piamonteses, te-
nia á su espalda la insurrcc cion del l\fediodia y
las escuadras inglesas. Los Españoles en presencia
del calnpo frances junto á Perpiñan , amenazaban
tOlnal'le con un solo ataque y hacerse dueños del Ro-
sellon. Los rebeldes tIel Lozére estaban prontos á
darse la nlano con los del Vendée á la orilla del
Loira segun era el proyecto del autor mismo de
aquella revuelta, y los del Vendée hechos dueños
<le Saumur, no tenian mas que querer para eje-
cutar cuantas tentativas se les antojasen en el in-
terior , pues tenian todos los medios para ello. UI-
tinlamente los confederados marchando desde
Caen, Burdeos y Marsella se preparaban á suble-
var la Francia segun iban pasando.


Era tanto lnas desesperada nuestra situacion en
el mes de julio de 93 cuanto en cada uno de los
puntos se nos podia dar un golpe mortal. lo te-
nian que hacer otra cosa los coligados del Norte,
sino abandonar las plazas y lnarchar sobre Paris
para que la convencion echase á correr al Loira,
donde se hubiera encontrado con los del Vendée.
Los A ustriacos y Piamonteses podian hacer una in-
vasion pOI' los Alpes marítimos, aniquilar nues-




REVOLUCION FRANeHSA


tro ejército y subirse como vencedores hacia el
medio dia. Los Españoles estaban en posicion de
adelantarse por Bayona y venir á reunirse al Ven-
dée, ó si preferian el lado ~del Rosellon irse atre-
vidamente hacia el Lozére que dista poco de la
frontera á incendiar el medio dia. Ultimamente
los Ingleses·, en lugar de andar cruzando ell\fedi-
terraneo ,podian desembarcar tropas en el Ven-
dée y conducirlas desde Saumur á Paris.


Pero los enemigos esteriores é interiores de la
convencion carecian de aquello que asegura la
victoria en una guerra de revolucion: es decir,
que los coligados obraban sin union entre sÍ, y ba-
jo las apariencias de una guerra santa ocultaban
miras muy personales. Por ejemplo, los Austria-
cos querian á Valencienes; el rey de Prusia, Ma-
guncia; los Ingleses á Dunkerque; los Piamonte-
ses aspiraban á recobrar el Chambery y Niza; los
Españoles, que eran los menos interesados de to-
dos, pensaban un poquito en el RoselIon *; los In-
gleses en fin intentaban mas hien cubrir el Medi-
terraneo con sus escuadras,y adquiril' algun puer-
to,que dar socorros útiles á los del Vend ée. Ade-
mas de ese universal egoismoque impedia á los


* Ya hemos dicho que ni poco ni m Ilcho sino en vengar
la sangre indignamente derramada del virtuoso Luis XVI.


(N. del r.)




CONVENClON NACIONAL (1793). 24·5
eoligados tendel' la vista mas allá de su utilidad
inmediata, eran todos metódicos y tímidos en la
guerra y defendian con la a:ltigua rutina militar
las antiguas rutinas políticas, en cuyo favor se ha·
bian annado. Por lo que, hace á tos del Vendée ,
como su insurreccion uo era mas que la de unos
hombres sencillos ú quienes repugnaba el genio
de la rcyolucioll , se batian como tiradores valien-
tes pero lilnitados. Los confederados que estaban
esparcidos por toda Francia no podian menos de
obrar con inccrtidumbre y lentitud porque tenian
que entendersc á grandes distancias para concer-
tar sus operaciones y se echaba de ver la timidez
con que se sublevahan contra la autoridad central
y que no estaban animados de grandes !pasiones.
Fuera de eso, ellos mismos se arrepentian de COIU-
promcter á su patria con una diversion culpahle,
y no tardaron en conocer que no era nada bueno
estar discutiendo si convenia ser repuhlicano á la
Petion ó á la Vergniaud , ú la Robespierre ó á la
Danton nlientras que toda Europa amenazaba in-
vadir su patria, inclinándose á que en tales cir-
cunstancias no hahia loas que un lllodo acertado
de serlo, ({ue era serlo con energia. En efecto,
ya diferentes f~lcciones que se levantaban á su al-
rededOl' l~s iban advirtiendo de su fitlta , pues no
eran solo los constituyentes, sino los agentes de la
antigua corte, los partidarios del clero y Lodos los




REVUUJC10N FRANCES,\.


aficionados al puder ahsoluto ,siendo e"ÍtlCnlc
para todo el mundo que cualquicr género de opo-
sicion á la revolucion tornaba en provecho de los
enemigos de Loda libertad y toda nacionalidad.


Estas eran las causas porque los coligados se
mostrahan tan torpes y tan tímidos, los del Ven-
dée tan liruitados y los federalistas tan indecisos',
contribuyendo todos á asegural' el triunfo de la.
convencÍon así contra las insurrecciones como con-
t.ra la Europa. Asi rué como los :M ontallCses , ani-
lnados por una pasion fuerte y por una sola idea,
fIue era la de salvar la revolucion ,obedcciendo al
impulso de aquella exaltacion del áninlo que dcs-
cubre los medios ]11aS nuevos y nlas osados,
sin que jamas le parezcan espuestos ni costosos
con tal que sean saludables, no podian menos de
desconcertar con una defensa imprevista y subli-
l1le , á unos enemigos lentos, rutineros y desuni-
dos y apagar unas facciones que aspiraban al an-
tiguo réginlen en todos sus grados y á la revolu-
cion en todos los suyos sin tencr ni concierto ni
objeto deterlninado.


En medio de las cstraordinarias circunstancias
en que se hallaba la convencion no tuvo ni siquie-
ra un instante de vacilacion, sino que mientras
tanto que las plazas fuertes ó los campos atrinche-
rados contenian un momento á los enemigos en
las diferentes fronteras, la cOluision de salud pú-




CONYENCION NACIONAL (1793). 21. 7
blica trabajaba dia y noche en reol'ganizar l.s ejér ..
citos, en completarlos por medio de la leva de
300 mil hombres decretada en lll;U'ZO, en enviar
instrucciones á los generales y preparar fondos y
municiones. Al mismo tiempo parlamentaba con
las adluinistraciones locales que querian retener
los abastos destinados á los ejércitos en favor de
la causa federal y conseguia hacerles desistir de tal
idea por la importante consideracion de la salud
pública.


Mientras que la comision tOlllaba eslos medios
con respecto al enemigo esterior, no se descuidaba
la conveneion en tomar otros no nlenos eficaces
con el encluigo de dentro, siendo el lnejor recur-
so contra un ad versario que duda de sus derechos
el no dudar de los suyos, y asi fue como se con-
dujo aquella asamblea. Ya hemos visto los enérgi-
cos decretos que había espedido en el primer mo-
lllento de la rebelion, y aunque muchas ciudades
se resistiron á ceder, no la ocurrió siquiera transi-
jir con ninguna de las que indicahan un carácter
de verdadera resistencia. Hahiendo reusado obe-
decer los Lyoneses á la órden que S'e les dió de
remitir á Paris los patt'iotas que estaban encarce-
lados , Inandó á los comisarios que tenia cerca
del ejército de los Alpes que e~pleasen la fuerza
sin pararse en dificultades, ni en los peligros que
corrian en Grenoblc teniendo en frente á los Pia-




248 REVOLUClON FUANCESA.
monteses y ú la espalda los insurgentes del Isél'e
y del Ródallo. Dióles ónlell de (pIe hicieran cntrar
en su deber á Mal'sella: no concedió mas que tres
dias de tél'nlÍno á todas las adnlinistl'aciones para
l'evocar sus acuerdos equivocos y últinlamente en-
vió á Vernon algunos gendal'mas y algunos miles
de ciudadanos de París para someter inmediata-
nlcllte Ú los insurgentes de Calvados, que eran
los mas inlnediatos á la capital.


Talnpoco se olvidó el gran recurso de la cons-
titucion y bastaron ocho dias para concluir a(ple-
Ha obra, que mas bien era un medio de reunion
quc no un verdadero plan legislativo. El redactor
de ella hahia sido Herault de SechelIes, y s~gun
aquel proyecto, todo frances de edad de 21 años
e:-a ciudadano y podia ejercer sus derechos polí-
ticos sin ninguna condicion de caudal ni de pro-
piedad. Cada 50 nlil abnas podian nombrar un
diputado, y estos reunidos en una sola cámara,
no podian serlo lnas (PIC por un año. Entraba en
sus facultades espedir decretos sobre todo lo con-
cerniente á las necesidades urgentes del estado,.
que debian ejecutarse innlediatanlente. Podian
dictar leyes sohre todas las materias de interes
general y menos urgente, cuyas leyes no serian
sancionadas hasta que dentro de cierto término
serialado no hubiesen 'rechunado contra ellas las
aStllllbleas primarias. El dja primero de lnayo ha-




CONVENCION NACIONAL. (1793). 2:i9
hian de juntarse de derecho y sin necesidad de
convocacion las dichas asambleas para renovar la
diputacion , pudiendo pedir que se nombrasen
convenciones para modificar la acta constitucional.
Veinte y cuatro mienlbros nombrados por los elec-
tores habian de componer el poder ejecutivo, sien ..
do esta la ÍInica eleccion mediata, pues las asam-
bleas primarias nombraban los electores, estos á
los candidatos, y el cuerpo legislativo les iba eli~
minando hasta dejar solo el número de los veinte
y cuatro. Estos veinte y cuatro miembros del con-
sejo eran quienes elegian los generales, los minis-
tros, los empleados de toda especie, nombrándo-
los fuera de su seno; pero quedaban con la obli-
gacion de dirigirlos, vigilar sobre ellos y ser con-
tinuamente responsables. Todos los años se reno-
vaba el consejo ejecutivo por mitad, y por último
esta constitucion tan breve y tan democrática, en
que el gobierno venia á reducirse á una simple co-
lnisaria temporal, respetó el único vestigio del
antiguo régilnen, cual fué el de los ayuntamientos
sin alterar sus límites ni atribuciones. Esta escep-
cion la debieron á la energia que habian manifes-
tado , pues sin ella hubieran desaparecido COlno
desapareció todo lo pasado. En solos ocho dias y
casi sin di5cusion quedó aprobada, COfilO que se
habia presentado el proyecto el dia 10 Y ya se ha-
hia decretado el 2~, de junio, y apenas se aprobó




250 REVOLUCION ImANCESA.
en su totalidad cuando resonaron los cailOnazos
en Paris y hubo una alegria universal. l\Iandáron-
se tirar muchos miles de ejemplares para enviar-
los por toda I;'rancia, sin ·csperimentar l11as que
una contradiccion que fue de parte de algunos
agitallores del 31 de mayo.


Ya se acordará el lector de aquel jóven Varlet ,
que andaba perorando por las plazas públicas;
del otro Lyonés Leclerc t¡I¡, tan acalorado cn sus
discursos á los jacobinos y de cuyo escesivo entu-
siasmo sospechaba el mismo Marat; así conlO de
aquel Jacobo Roux, que tan duro se mostró con
el desgracido Luis XVI cuando este le quiso en-
tregar su testamento: pues todos estos hOlllbres
que se habian distinguido por su ferocidad en la
última insurreccion é influido tanto en la comi-
sion de la casa del obispo y en los franciscanos, se
disgustaron mucho de que en la constitucion no
se decia una palabra contra los acaparadores, y re-
dactaron una peticion que se firJnó pOt' las calles,
diciendo que la constitucion era incom pieta por-
que no contenia ninguna disposicion contra los
mayores enen1Ígos del pueblo. No contentos con
eso, fucron á sublevar el club de los franciscanos
ypor mas que Legendre quiso resistir aquel movi-
miento, le trataron de moderado y la peticion fue
adoptada por la sociedad y presentada en su nom-
bre á la cOl1vencion. Indignóse con ella toda la




CONVENCIO~ NACIONAL. (1793). 2,") 1
Montaña y Robespierre y Collot d'Herbois se fueron
furiosos á los jacobinos quejándose del peligro que
ocasionaban aquellas exajet'aciones pédidas, en
que no se intentaba ott'a cosa que estt'aviat' al pue-
hIo , ni podian menos de ser obra de gentes pa-
gadas por los enemigos de la república. ({ Esa cons-
e titucion, det:ia Rohespicrre, es la mas popular
c( que jamas ha existido, y es obra de .una asa m-
« hlea que rué en otro tiempo contrarevoluciona-
tI ria, pero que hoy está purg-ada de los hombres
c: que contrariaban su marcha y ponian obstáculo
« á sus operaciones. Esta asamblea, hoy pura, ha
« creado la obra mas bella y mas popular que nun-
( ca se haya dado á los hombres; ¡ y hay indivi-
c( tluos cubiertos con el manto del patriotismo que
c( se precien de amar al pueblo nlas que nosotros,
«connluevan [t los ciudadanos, é intenten probar
« que no les conviene una constitucion que debe
fe reunir á toda la Francia! ¡ Desconfiad de seme-
« jantes n1aniobras y sobre todo de esos antiguos
e clérigos ganados por los Austriacos, porque es
( una nueva máscara con que van á cuhrirse los
«aristócratas Yo empiezo á divisar otro nuevo cri-
« nlen en el porvenir, que acaso no está lejos de
({ estallar, pero ya le descubrirémos y aniquilaré-
(( mos á los enemigos del pueblo, cualquiera que
( sea la forma con que se presenten.» Collot de
Herbois se esplicócon no menos vehemencia que




252 REVOLUCION FRANCESÁ.
Robespierre, diciendo que los enemigos de la re-
pública se lisongeaban de poder decir á los de-
partamentos: « Ya veis como Paris aprueba ellenguaie
de Jacobo Roux.»


Ambos oradores füeron estraordinariamente
aplaudidos, y los jacobinos que se preciaban de
reunir la política con la pasion revolucionaria y la
prudencia con la energía, enviaron una diputa-
cion á los franciscanos llevando por orador á Co-
Uot d'Herbois. Estos le recibieron con la conside-
racion debida á uno de los miembros ma~ distin-
guidos de los jacobinos y de la montaiia, como
que profesaban el mayor respeto á la sociedad
que le enviaba. Fue revocada la peticion y.esclui-
dos de la asamblea J acobo Roux y Leclerc, valién-
dole á Varlet su corta edad para obtener su per-
don, aunque obligándole á que diese satisfaccion
á Legendre de las palabras inconsideradas que le
habia dicho el dia anterior. Una vez vengada la
constitucion por tales lnedios, se esparció por
toda Francia para que la sancionasen las asam-
bleas primarias.


He aqui pues COlno la convencion presentaba á
los departamentos con una nlano la constitucion
y con la otra el decreto en que no les concedía
mas que tres dias para decidirse. Aquella consti-
tucion justificaba á la montaría de todo proyecto
rle usurpacion al nlÍS1110 tiempo (Iue suministraba,




co~rENCION NACIONAl. (1793). 253
pretcsto para reunirse á una autoridad reconOCI-
da, lnientras que el decreto de los tres dias no
daba tiempo para dudar y obligaba á preferÍL' el
can1Íno de la obediencia. .


En efecto cedieron muchos de'partamentos , y
otros persistieron en su primera idea, pero con-
tentándose con enviarse acuerdos recíprocos y di-
putaciones, como si se aguardáran unos á otros
para obrar. No permitian las distancias correspon-
derse con rapidez y formar un centro de unidad,
ademas de que faltaba el génio revolucional,io que
es el único para encontrar los recursos necesa-
rios. Por bien dispuestas que se hallen las masas,
nunca están prontas á todos los sacrificios si fal-
tan homhres apasionados que las obliguen á ha-
cerlos, y se necesitaban medios violentos para
sublevar á los vecinos pacíficos de las ciudades,
hacerles marchar, contribuir y darse prisa. Mas
como los girondinos reprobaban todos aquellos me-
dios en 105 montarleses, no les era posible imi-
tarlos, y los comerciantes de Burdeos ya creian
haber hecho mucho con solo haberse esplicado
con algun calor en las secciones, aunque sin salir
de sus muros. Algo mas activos los Marselleses,
habian enviado 6 mil 11 omInes á Aviñon, pero
no eran ellos mismos los que componian aquel
pequeño ejército, sino que eran soldados pagados.
Los Lyoneses aguardaban la reunion de los Pro-






254 REvotUCroN FRANCESA.
venzales y la del Languedoc ; los NOl'IUand03 esta-
ban ya un poco fl~ios ,y solo los Bretones hahían
sido consecuentes alistándose provisionalmente
en los cuadros de sus hatallones.


No dejahan de agitarse en Caen, que era el cen·
tro principal de la insurreccion , y cuyas colum-
nas eran las primeras que tenían que encontrarse
con las tropas de la convencion, debiendo ser de
la mayor importancia aquel primer encuentro. Los
diputados descontentos y proscritos que estaban
al rededor de Wimpffen , se quejahan de su len-
titud y sospechaban que era real ista ; mas al fin
este viéndose apurado por todas partes, mandó á
Puisaye que adelantase el j 3 de julio con su van-
guardia hasta Vernon, y anunció que iba á poner·
se en marcha con todas su fuerzas. Efectivamente
el 13 avanzó Puisaye hasta Pacy , donde encontró
las levas de París acompañadas de algunos cente-
TJares de gendarlnas, y se dispararon algunos
tiros de una y otra parte en los hosques. Al dia si·
guiente ocuparon los confederados á Pacy y obtu·
vieron una ligera ventaja, pero al otro dia se pre-
sentaron las tropas de la convencion con artilleria,
y á la primera descarga se esparció el terror en las
filas de los federalistas, que se dispersaron huyen.
do hasta Evreux. Los Bretones ,como mas firmes,
se retiraron con menos desórden , pero al fin les
atropellaron los Otl'OS en su movimiento retrogra-




CONVENCION NACIONAL (1793). 255
do. Con esta noticia se llenó de consternacion el
Calvados y todas las administraciones empezaron á
arrepentirse de sus pasos inlprudentes. Luego que
se supo esta derrota en Caen, juntó Wimpffen á los
(liputados y les propuso atrincherarse en aquella
ciudad y hacer en ella una resistencia obstina-
da ; pero abriéndose luego algo mas con ellos, les
dijo que no encontraba mas que un medio eficaz
para sostener la lucha,cualera el de proporcionarse
un aliado poderoso y que si querian, él les propor-
cionaria uno, dándoles á entender que seria el
gabinete ingles. Aüadió que tenia por imposible
la república y que á sus ojos no seria una desgra-
cia volvcl' á la monarquia. Los girondinos dese-
charon selnejante propuesta y manifestaron la ma-
yor indig;nacion, llegando algunos de ellos á co-
nocel' la imprudente tentativa que habian hecho
y el peligro de levantar un estandarte cualquie-
ra, cuando todas las facciones se reunian para
echar abajo la república. Sin embargo no perdie-
ron todas las esperanzas y determinaron retirarse
á Burdeos, donde algunos creian poder escitar un
movimiento sinceran1ente republicano y n1as fe-
liz que el de Calvados y la Bretaña. Se fueron pues
con los batallones que se volvian á sus casas y
proyectaron ir á embarcarse á Brest vestidos de
soldados y confundidos en el batallon de Fines-
ten'e. Bien necesitaban ocultarse despues del re-


]>. ••
ra:
.... ,


~~:~\-




256 REYOUJCION FRANCESA
ves de Vernon, porque todas las adnlinistraciones,
ansiosas por someterse ~ y dar pruehas (le celo á la
convencion , hubieran podido nlandarles arrestar.
Así recorrieron una parte de la Normandia y de
la Bretafí.a en continuos peligros y padecilnientos
viniendo á ocultarse en las cercanias de Brest para
pasar luego á Burdeos. Componian aquella tropa
de ilustres fugitivos Petion , Barbaroux, Salles,
Louvet , Meilhan , Guadet , Rervelegan, Gorsas,
Girey Dupre lt5, colaborador de Brissot, Marchena lt6,
que era un español jóven que habia venido á Fran-
cia en husca de la libertad, y Riouffe lt7 , que se
habia unido á los girondinos pOL~ puro entusias-
lno. Todos ellos se veian perseguidos como trai-
dores á la patria, por nlas que estuviesen prontos
á sacrificarla sus vidas y por mas que estuviesen
en la persuasion de que la servian mucho mejor
al mismo tiempo que la comprometian con una
diversion tan peligrosa.


Todas las adnlinistraciones de la Bretaña, de
los departamentos del Oeste y del valle superior
del Loira , se dieron prisa á ceder para evitar que
las pusiesen fuera de la ley, y la constitucion que
iba llegando á todas partes servia de pretesto para
la sumision universal. Decian que la convencion
no trataba de eternizarse ni de acaparar el poder
supuesto que publicaba una constitucion que de-
bia terminar muy luego el reinado de las faccio-




CONVENCION NAC10NAI~ (1793). ~')7
nes y parecia constituir el gobierno mas sencillo
que se hubiese visto jamas. Durante aquel tiem-
po las municipalidades que seguian los principios
de la lUontaiia y los clubs jacobinos redoblahan su
energia, mientras que los honrados partidarios de
la Gironda cedian en presencia de una revolucion
que ellos no tenia n fuerza para combatir, ni la
hubieran tenido tampoco para defenderla. Desde
aquel mOlnento procuró Tolosa justificarse i y aun-
que los Bordeleses l11as decididos no se SOllletie-
ron formahnente , retiraron su vanguardia y ce-
saron de anunciar su lnarcha sobre Paris. Otros
dos sucesos inlportantcs contrihuyel'on ú poner
fin á los riesgos de la con n';llcion en el Oeste y
Mediodia ,que fueron la defensa de Nantes y la
dispersion de los reheldes del Lozl~re.


Dejamos ú los del Vendé e dueños de Saumur
y de todo el curso del Loira, pudiendo, si hubie-
sen calcula(\o hien su situacion , hacer una tenta-
tiva sobre París que acaso les hubiera salido bien,
porque ni en la Fleche ni en l\fans habia ningun
111edio de resistencia. El único que estendia sus
n1iras Inas allá del Vendée , ({ue era el joyen Bon-
champs, hubiera querido hacer una incUl'sion en
Bretaña para tener algun puerto del Occano y
marchar luego sohre Paris, pero ninguno de sus
compañeros de arInas tenia la capacidad necesa-
ria para comprenderle. La verdadera capital, se-


Y.




;¿58 REVOLUCION FRANCESA.
gun ellos, y la que hahia que acometer era Nan-
tes, sin que sus ánimos ni esperanzas pasasen una
linea mas allá. Y no faltaban razones para soste-
ner esta opinion ,porque al fin con Nantes se
abrian comunicaciones con el lnar, se aseguraha
la posesion de todo el pais , y nada les impedia
despues de la toma de aquella ciudad intentar
proyectos mas atrevidos. Fuera de eso, no saca-
ban á sus soldados de su propia casa, cuya con-
sideracion era muy importante con unos paisanos
que nunca querian perder de vista el canlpanario
de :su lugar. CharéUe , que era duellO de todo el
bajo Vendée, despues de haber hecho una demos-
tracion falsa contra Sables, se habia apoderado
de Machecoult y estaba á las puertas de Nantes, y
aunque punca habia querido entenderse con los
gefes del alto Vendé e , prometia por aquella vez
ponerse de acuerdo con ellos. El se ofrecía á ata-
car á Nantes por la orilla izquierda mientras que
el ejército grande atacaria por la dereclla, y pa-
recia muy dificil que pudiera resistirse á tales
medios.


Evacuaron á Saumur los del Vendée y bajaron
hacia Angers disponiéndose á marchar sobre Nan-
tes siguiendo por la orilla derecha del Loira, y
aunque su ejército estaba muy disminuido por
que muchos paisanos no habian querido compro-
nleterse en una tan larga espedicion, con todo




'CO~YENCION NACIONAL (1793). 259
eso constaba dc 30 nlit hombres poco nlas Ó me-
nos. Nonlbraron por generalísimo al carruagero
Cathelineau con objeto de adular á los aldeanos
y hacérselcs mas propicios. 1\lr. de Lescure, que
se hallaba herido, tuvo (Iue quedarse en lo inte-
rior del pais para reclutar mas gente, hacer fren-
tf~ á las tropas de Niol't é impedir que intelTunl-
piesen el sitio de Nantes.


Durante aquel tiempo estaba pidiendo auxilios
á todo el mundo la comision de representantes
que tenia sus sesiones en Tours, y le daba mucha
prisa á Biron que recol'ria la costa, para que fue-
se á tOlnar por la espalda á los del Vendée. No
contenta con llamar aquel general, InandalJa
ciertos movilnientos en su ausencia y hacia que
nlarchasen hacia Nantes todas las tropas que
se habían podido reunir en SaUlnur. IUlnedia-
talncnte contestó Biron á las instancias de la
comision, quc aproLaba el lnovinliento llccho sin
ónlcn suya, pero que se veia precisado ú tene!'
la vista Lija en Sables y la Rochela, que eran en
su sentiL' Inas importantes que Nantes; que iban
á separarse de él los mejores batallones del ejér-
eito, que eran los de la Gironda, y necesitaba re-
emplazarlos; que le era imposible poncl' su cjérci-
to en movimiento sin que al instantc se deshandara
y entregara al piUage por su actual indisciplina,
y (fue cuando mas solo podria destacar tl'C.'! mil




260 REVOLUClON FRANCESA.
hombres organizados, pero que tenia por una lo-
cura marchar sobre Saumur é internarse en el
país con tan pocas fuerzas. Al mismo tiempo es-
cribió Biron á la comision de salud pública en-
viando su dimision, supuesto que los represen-
tantes se empeñaban en abrogarse sus funciones.
Le contestó la comision que tenia mucha razon,
porque los representantes no tenian otra facultad
que la de aconsejar ó proponer algunas operacio-
nes, pero en ningun caso la de ordenarlas, sino
que á él le tocaba tomar las medidas que juzgase
convenientes para conservar á Nantes, la Rochela
y Niort. A pesar de todo esto no dejó Biron de
hacer todos sus esfuerzos para formar un pequeño
ejército mas rnovible, con que ir á socorrer la
ciudad sitiada.


En el entretanto los del Vendée salieron de An-
gers e127 y ya el 28 estaban á la vista de Nantes,
donde hicieron una intimacion amenazadora que
no fue siquiera escuchada y se prepararon al ata-
que, que habia de verificarse el dia siguiente p.or
las dos orillas del Loil'a á las dos de la lnañana.
Para defendct, un espacio tan vasto' y tan cortado
por varios brazos del rio , no tenia Callclaux mas
que cinco luil honlbres de tropas regladas y casi
igual número de guardias nacionales, bien que
tOlDó las mejores disposiciones que pudo é inspi-
ró su propio valor á la guarniciono El 29 á la




CONVENCION NACIONAL (1793). 26{,
hora convenida atacó Charette por el lado de los
puentes, pero Cathelineau que maniobraba por la
orilla derecha y tenia á su cargo lo mas dificil de
la empresa, se encontró detenido por el puesto del
Norte que hizo una resistencia heróica , y como se
retardó el ataque por aquel lado , vino á ser mas
dificil. Sin embargo los del Vendée se esparcieron
por detras de los vallados y huertas y estrecharon
muy de cerca la ciudad; pero tanto el general
en gefe Canclaux, como el comandante de la pla-
za Beysser laS mantuvieron en todas partes las tro-
pas republicanas. Cathelineau por su parte redo-
bló sus esfuerzos y ya se habia adelantado mucho
~n un arrahal, cuando vino una bala que le hirió
mortalmente, quedando consternados sus solda-
dos que le cogieron y llevaron en hombros. Desde
entonces ya fue Inas flojo el ataque y al cabo de
ocho hot'as de combate se dispersaron los del Ven-
dée y quedó lilH'e la plaza.


Todos en a({uel día habian hecho su deber ha-
hiendo rivalizado la milicia con las tropas de lí-
nea y hasta el mismo corregidor habia recibido
una herida. Al dia siguiente los paisanos sitiado-
res se metieron en las barcas y se fueron al inte-
rior de su país, quedéwdo desde entonces perdida
\,,'d.\"<\. el\o'3, \"- O("<.\.S,",,\\. d.(', ';.\.~()n\.~\'~~ ~~~,,~,~a~ ~n
p:rande ni aspira\' [\ P\e~uta\' cosa im-portante, sino
nmndo mas ocupar su propio pais. En aquel mis.




REVOLUCION FRANCESA ..


mo momento Biron que se daba prisa pOI' socorrer
á Nantes, llegaba á Angers con las tl'opas (Iue ha-
bia podido reunir, y Westermann pasaba al Ven-
dée con su legion germánica.


Apenas habia quedado libre Nantes, :cuando la
administracion que estaba muy dispuesta en filvoe
de los girondinos, quiso reunirse con los insur-
gentes de Calvados y eS"Qid.ió ~n acucnlo contra-
rio á la convencion. Pero se opuso Calldaux y con-
siguió volver al órden á los habitantes.


Estaban ya pues vencidos los principales peli-
gros por aquel lado, cuando ocurrió un suceso no
menos importante en el Lozere, cual file la sllmi-
sion de 30 mil reheldes , que hubieran potlitlo co-
municarse con los del Vendée ó con los Espaií 0-
les por el Rosellon. Por una de aquellas casualida-
des mas felices habian enviado al ejército de los-
Pirineos orientales al diputado Fabre , que se en-
contraba allí en el filomento de la revuelta, y des-
plegó aquella energia que filas tarde le jhizo bus-
car y encontrar la muerte en los Pirineos. Se apo-
deró de las administraciones, puso á toda la po-
blacion sobre las armas, atrajo [l sí toda la fuerza
de gendarmeria y tropas regladas que habia en
las inmediaciones; sublevó el Cantal, el alto Loi-
ra, el Puy-de DonlC y COfilO no dejó un momen-
to de descanso á los suhlevados, los dispersó, los
persiguió por todas partes, los oh ligó á refugial'-




CONVENCION NAClONAL. (1793). 263
se en los montes y cogió pl'isionero {l su ge(e, .que
era el ex-constituyente Charriel'. En sus papeles
encontró la prueba de que su proyecto estaba en-
lazado con la gran conspiracion descubierta seis
meses antes en la Bretaña, cuyo corifeo La Roua-
rie f&9 habia muerto sin poder realizar sus planes.
Quedaba pues no solo asegurada la tranquilidad
en las nlontañas del Centro y mediodia, sino
tambien la espalda del ejército de los Pirineos, y
ya no seveia amenazado uno de los flancos del va-
lle del Hódano por los insurgentes de las mon-
tauas.


Solo faltaba una victoria inesperada sohre los
Espaiioles en el Rosellon para acabar de asegurar
la sumision del nlediodia. Ya dejamos dicho co-
mo despues de su primera 11larcha por los valles
de Tech y de Tet retl'ocedieron con intento de to-
Inar á Bellegarde y los Baños, volviendo á colo-
carse despues delante del campo frances, el cual
estuvieron olJservantlo mucho tiempo y le ataca-
ron el 17 de iulio. Apenas tenian los Franceses
doce mil soldados visoiios, cuando los Espafioles
contaban quince ó diez y seis Inil perfectanlente
aguerridos * ; pero Ricardos con intencion de en-
volvernos habia dividido delnasiado su ataque, y
asi nuestros voluntarios sostenidos por el general


'* No sahcmos donde se huhiesen aguerrido aquellos 501-
dJdos, (IlIC casi todos eran de milicias provinciales. (N. del T.;




nE\'OLUCION FRANCESA.


Bal'bantane 50 Y el valiente Dagobert, se mantu-
vi.eron fil'llleS en sus retrincheramientos y despues
de inauditos esfuerzos decidieron retirarse los Es-
pañoles. Dagobert que no esperaba mas que aquel
mOlnellto, se precipita sohre ellos, cuando de re-
pente se desbanda uno de sus batallones y echa á
correr en desórden ; pero felizmente al verlo vie-
nen Deflel's y Barbantane al socorro de Dagoberf
y todos se lanzan con tanta violencia sobre el ene-
Inigo, que le llevan arrollado hasta muy lejos.
Este combate del 17 de julio reaninló el valor de
nuestros soldados, y segun refiel'e un historiador,
produjo el mislllo efecto en los Pirineos flue el
que habia producido Valmy en ]a Champaña el
año precedente.


Por el lad o de los Al pes se conducia Dubois-
Crancé con tanta energia como huena suerte, á
pesar de que estaba situado entre la Savoya des-
contenta, la Suiza indecisa y Gl'enoble y Lyon su-
blevados , y nlientras que 1as autoridades afectas
á las secciones prestaban á su vista el juramento
federalista, él hacia que prestasen otro j uramen-
to opuesto el club y su ej(~l'cito, aguardando el
mOlnento oportuno para ohrar. Habiéndose apo-
derado de la correspondencia de las autoridades,
encontró en eIJa la prueha de que trataban de co-
ligarse con Lyon, y entonces las denunció al pue-
hlo de Grenoble conlO culpables de que inlenta-




CONVENCION NACIONAL (1793). 2'65;
han la disolucion de la república por medio de la
guerra civil y aprovechándose de un momento de
entusiasmo\:las hizo destituir y restituyó todas las,
facultades á la municipalidad antigua. Desde en--
tonces perdiendo :toda inquietud sobre Grenoble'
se ocupó en reorganizar el ejército de los Alpes ,.
á fin de conseryar la Savoya y hacer que se ej ecu-
tasen los decretos de la convencion contra Lyon y
Marsella. Mudó todos los estados mayores, resta-
bleció el órden en los ha tallones ,incorporó los re-
dutas procedentes de la leva de los 300 mil hom-
bres, y aunque Jos departamentos del Lozére y
alto Loira huhiesen empleado sus contingentes en
apagar la rehelion de sus montañas, procuró su-
plir su falta con requisiciones. Evacuados estos,
prilneros negocios, mandó salir al general Car-
teau 51 con algunos miles de soldados de infante-
ria y la legion que se habia levantado en Savoya
con nomhre de los Alobroges , para que fuese á
Valence y ocupase el curso del Ródano impidien-
do que los Marselleses se reunieran con los Lyo-
neses. Se puso en marcha aquel general en los pri-
lueros dias de julio y llegó rápidaniente á Valence
y desde allí á Sto Esprit donde deshizo el cuerpo
de los de Nimes, dispersando á unos é incorpo-
rando á otros con el suyo, de suerte que se po-
sesionó de las dos orillas del Ródano. Inmedia-
tamente despues se echó sobre Aviñon , donrlc




266 REVOLUCIO~ FRANC ESA.
poco antes se habian establecido los Marsclleses.


:Mientras que esto pasaba en Grenoble estaba
Lyon afectando constantemente la mayor fideli-
dad á la república y prometiendo mantener su
unidad é indivisibilidad al paso que no obedecia nin-
guno de los decretos de la convencion y en parti-
cular el que mandaba transferir al trihunal revo-
lucionario- de París las causas que se l1a]Jian [01'-
Jllado á varios patriotas. Así la comision como el
estado mayor estaban compuestos de realistas ocul-
tos como que Rambaud 52, que era presidentc de la
comision y Precy 53 qne mandaba la fucrza depar-
tanlental estaban secretanlcnte dc acuerdo con la
emigracion. Estraviaelos por sug'cstiones peligrosas
iban necesariamente á comprOllleLer á los desgra-
ciados Lyoneses en una guerra abierta con la con-
vencion , la cual obedecida y victoriosa no podia
menos de descargar sobre la última ciudad revela-
da todo el castigo quc tenia reservado para el fe-
deralismo vencielo. Mas cntretanto, se ;r iban ar-
11lando en Saint-Etiennc * y reunian toda especie
de desertores, aunque disin1l1lando que estuvie-
sen en abierta insurreccion, dejaban pasar los
convoyes destinados ú las frontcras y 11landaban
poner en libertad á los diputados Noel-Pointe 51',


* Es una fábrica de fusiles (llle esl.l en las afueras de Lyon.
(N. del T.)




CO~VENCION NACIONAL (1793). 267
Santeyra y Lesterp-Beauvais 55 , que se hallaban
presos en los puehlos de las inmediaciones.


El Jurá se habia tranquilizado un poco, porque
aquellos representantes Bassal y Garnier , á quie-
nes dejamos con sus 1500 hombres rodeados por
15000, habian tomado el partido de alejar aque-
llas cortas fuerzas y entrado en negociacion con
las administraciones rebeldes, y estas se decidie-
ron por fin á terminar el movimiento aceptando
la consti tucion.


Cerca d.e dos m eses se habian pasado desde el
dos de junio cuando todavia estaban alnenazadas
Valenciennes y lUaguncia ; pero la NOl'lnandia , la
Bretaña y casi todos los departamentos del Oeste
habian vuelto á entrar en la obediencia. Nantes
se hallaba libre de los del Vendée, los Bordeleses
])0 se atrevian ú salir de sus lnuros, el Lozére es-
taba sometido , los 1> i rineos seguros por algun
tiempo, Grenoble pacificado, Marsella separada
de Lyon por los triunfos del general Cartcaux y
Lyon aunque inobediente á los decretos, no se
atrevia á declarar la guerra. Se hallaha pues la
autoridad de la convencion casi restablecida del
todo en el interior, habiendo contribuido á ello
por una parte la lentitud de los federalistas, su
falta de union y sus términos nledios, y por otra
la energia de la convencion, su situacion central,
su poscsion y costumbre del filando, y su política




268 REVOLUCION FRANCESA.


diestra y vigorosa, de modo que quedaha asegu-
rado el triunfo de la Montaña sobre aquel último
esfueL'zo de los girondinos. Bien debemos aplau-
dir semejante resultado porque en un nlomento
en que la Francia se hallaba atacada por todas
partes, solo el mas fuerte era digno de mandar * ,
y los federalistas vencidos se condenaban por su
propio dicho de que: los hombres de bien n,unca sa-
bían tener energía.


Pero mientras que estos sucumbian por todas
partes, ocurrió un suceso que contrihuyó á esci-
tar contra ellos el mas estraordinario furor. Vivia
en aquella época en el departamento de Calvados
una jóven de 25 años que reunía á su mucha her-
mosura un carácter firme é independiente. Lla-
mábase Carlota Corday de Armands 56 y aunque
de costumbres muy puras tenia un genio activo
é inquieto, como que habia abandonado la casa


Esta máxima poJd ser relativamente cierta porque se
cubre con el manto de la nacionalidaJ ; pero cuando se consi-
dera que la fuerza de la convencion no consistió en otl'a cosa
que en la impudencia <.le! crimen sobre la virtud: cuando se
ve que sus adversarios se alwesurahan tallto como ella á re-
peler al enemigo esterior y que ademas estahan de su parte
la j llsticia , la razon y las leyes, nos parece q uc lejos de aplau-
dirse el triunfo de la Montaña deberian limarle amargamente
lodos los c1migo!:i de le1 lJl/m/lllid¿IlJ y mas ;wn los de la jiJJer-
tad , asesinadas ambas por ¡jrlueHosfttertcs pero malvados.


(N.dt'IT.)




CONYENCION NACIONAL (1793). 269
paterna por ir á vivir con ll1as libertad en la de
una de sus mnigas de Caen. Su padre se habia da-
do á conocer por algunos escritos en que reclama-
ba los privilegios de su provincia en un tiempo
en que todavia la Francia estaba reducida á pedir
privilegios para sus ciudades y provincias. Se ha-
bia entusiasmado Carlota por la causa de la revo-
lucion, como les sucedió á otras muchas mugeres
de su tiempo, y á imitacion de Madama Roland,
se habia penetrado de la idea de una república
sumisa á las leyes y fecunda en virtudes. La pa-
reció que Jos girondinos estaban destinados á rea-
lizar aquel sueño y que el único obstáculo eran
los lllOntañeses ,por lo cual apenas supo lo ocurri-
do el 31 de mayo, cuando resohió vengar á sus
oradores predilectos. Principiaba entonces la
guerra de Cal vados y se la figuró que concurrien-
do la muerte del gefe de los anarquistas con la in-
surreccion de los departamentos se aseguraria la
victoria á estos últimos, y formó la resolucion de
sacrificarse por la patria, ya que no tenia ni espo-
so , ni hijos ni familia que pudieran hacerla pre-
ciosa la vida. Procuró engañar á su P padre escri-
biéndole que supuesto que en Francia no lleva-
ban trazas de cesar los alborotos, determinaba ir
á buscar su quietud y seguridad en Inglaterra.
Mas al tiempo que escl'ibia esto, iba caminando
para París, pero antes quiso ver en Caen á los di-




270 REVOLUC10N ,;-nANCESA.
putados que eran objeto de su exaltado celo', y pa-
ra conseguirlo discurrió un prctesto cual fué el de
pedir á Barbaroux una carta de recomendacion
para el ministro del interior, de quien decia que
tenia que reclamar ciertos documentos para una
mniga suya antigua Canonesa. Barbaroux la dió
una para el diputado Duperl'et , que era amigo
de Garat, y sus cOlnparieros que la vieron como
él y la oyeron espresar su odio á los montarleses
y su entusiasmo en favol' de una república pura y
regular, quedaron tan admirados de su hernlosu-
ra como prendados de sus sentimientos; pero to-
dos ignoraban sus proyectos.


lnnlediatmnente que llegó Carlota á París, solo
pensó en elegir su víctima" y aunque Danton y
Robespierre eran bastante célebres para merecel'
la preferencia, ninguno de ellos tenia una repu-
tacion tan horrorosa en las provincias como 1\la-
rat , á quien se nlÍl'aba COlno corifeo de los anar-
quistas. Su primer proyecto fué acabar con él en
el seno nlisnlo de la l\Iontaiia, en medio de sus
amigos , pero esto no era ya posible, porque Ma-
rat no se hallaba en estado de asistir á la conven-
cion. Ya se acordará el lector que él se había sus-
pendido á sí mismo durante quince días, mas al
ver que el proceso de los girondínos no se podi::.
concluir todavia trató de poner ténnino á aquella
farsa ridícula y volvió á ocupar. su puesto. Pero




CONVENCION NACIONAL. (1793). 271
nluy pronto una de aquellas enfermedades infla-
lllatorias que en las revoluciones suelen acabar
con las existencias bulliciosas que no termina el
cadalso, le ohligó á retirarse á su casa. En ella
misma no podia contener su ardiente actividad y
pasaba una parte del dia en el haño rodeado de
papeles y de plunlas, escribiendo sin cesar, re-
dactando su diario , escribiendo cartas á la con-
vencion y quej ándose de que no se le hacia caso.
En la última que escribió decia que si no la leian
iba á hacerse conducir enfermo y todo á la tribu-
na y leerla por sí n1Ísnlo. En ella denunciaba á los
dos generales Custine y Biron ,diciendo del pri-
lllero que :"« Trasladado desde el Hhin al Norte,
« hacia lo n1Ísmo que DUlll0uriez, que era lllalde-
( cir de los anarquistas, componer los estados ma-
(( yores de las gentes que á él le acomodaban, ar-
( Illar ciertos hatalIones, desarmar otros y distri-
« huidos conforme á sus planes, que sin duda
« eran propios de un conspirador. » (Acuérdese el
lecto!' de que Custine se aprovechaba del sitio de
Valenciennes para reorganizar el ejército del Nor-
te en el campo de Cesar.) « En cuanto á Biron, no
cr era mas que un antiguo criado :de la corte, que
« afectaba gran recé lo de los Ingleses para estarse
( en el bajo Vendée y dejar al enemigo que ocu-
« pase el Vendée superior. Todo eso no es mas que
« aguardar un desemharco para reunirse con los




272 REYOLUCION ·FRANCESA.
« Ingleses y entregarles nuestro ejército. Ya debia
('( estar acabada la guena en aquel punto, y un
«hOlnbre de juicio debiel'a, despues de haber visto
« una vez como se baten los del V endée, encontrar
"luedio de acabar con ellos. Mas él, que poseia
el: tambien la ciencia militar , habia discurrido una
« lnaniobra infalible, y si su salud no se hallase
G: en tan mal estado, ya se habria trasladado á las
« orillas del Loira para ejecutar por sí mismo
« aquel plan. ·Custine y Biron eran los dos Du-
('( lnouriez del monlento , y despues de arrestarles
el: era indispens~.ble tomar la última medida que
«serviria de respuesta á todas las calumnias y
(f comprometeria definitivamente á todos los di-
c( putados con la revolucion, y era la de dar lnuer-
({ te á los Borbones que estaban presos y pregonar
« las cabezas de los ,que estaban fugitivos de aque-
o: lla familia. De este modo no se acusaría á unos
« de que destinaban el trono á Orleans y se impe-
«,diria á otros hacer la paz con la fiunilia Capeto.:o


Ya se echa de ver que no se habia disminuido
en seme.jante hombre ni la vanidad, ni el furor, ni
la precipitacion en anticiparse á los temores po-
pulares , y por tanto Cusline y Biron estaban en
turno para ser los dos objetos del furor general,
sin mas que porque lUarat aunque enfermo y 1110-


.ribundo habia tenido el honor de la iniciativa.
Se veia pues precisada Carlota para darle el




CONYENCION ~ACIONA1... (1793) 27~~
golpe á il' á buscarle á su:casa Inas, antes princi-
pió por enh'egar la carta que traia :para Duperret
y desempeñar la comision de su alniga con el mi-
nistro del interior y despues se preparó á consu-
mar su proyecto. Le preguntó á un cochero Simon
las señas de la casa de Mal'at y habiéndose presen- .
tado en ella la negaron la entrada, por lo cual to-
mó la determinacion de escribirle diciéndole que
habia venido desde Calvados para revelarle cosas
muy importantes, con lo cual era segura su intro-
duccion. :En efecto volvió á presentarse el 13 de
julio á las ocho de la tal'cle , y no dejó de ponerla
algunas dificultades el ama de Marat, muger de
unos 27 años, con quien "ivia maritalnlente ; pe-
ro habiéndolo oido l\larat que estaba en el baño,
Iuan"dó que la dejasen entral~. Luego que se quedó
sola con él, le refirió lo que habia visto en Caen,
y despues se puso á :cscucharle y á considerarle
bien antes de metel'le el puiial. Pl'eguntóla Marat
con mucha ansia el nombre de los diputados que
estaban en Caen y ella selos fué nombrando Juien-
tras él con un lapiz los iba apuntando y cuando
acahó , la dijo: « muy Lien, todos ellos iran ú la
« guillotina b --¿ A la guillotina? ..... replica la jó-
ven indignada, y sacando del pecho un cuchillo,
se le sepulta pOl' bajo de la tetilla izquierda me-
tiendósele hasta el corazon.- ¡ _..f mi, d mi, gTitó
él , querida amiga 1-Y al momento acudió su ama


v.




..


t
. ...
.•. 'l •


274 RE"OLUCIúN FIlANCESA.
con un lUOZO que estaha lllegando diarios, y a~­
hos encuentran il }larat ))a'l1ado en su sangre, y
ú la jóven Carlota muy quieta y muy serena á su
lado. El mozo la peg6 un silletazo que ]a echó por
tierra y el ama la empezó á dar de patadas y con
el ruido fue acudiendo gente, de suerte que en
un momento se alborotó todo el barrio. Carlota se
levantó y estuvo escuchando con dignidad los ul-
trages y furores de los que la rodeahan. Acudieron
al ruido unos cuantos miembros de la seccion y
admirados de su belleza y valor, y mas aun de
la serenidad con que confesaba el hecho, impi-
dieron que la hiciesen pedazos y la llevaron [t la
cárcel, donde repitió su confesion con la 11lisma
fll:~Ule'l.a.


Este asesinato, igualmente que el de Lepelle-
tier, causó un rumor estraordinario, y al momen-
to se estendió la voz de que era obra de los giron-
dinos, lo mismo que se habia dicho en el anterior
y se repetirá en todas las ocasiones semejantes.
Cuando una opinion está oprimida, casi siempre
se designa por una pUllalada , y mientras que un
solo individuo exasperado es el que concibe yeje-
cuta el acto, siempre se imputa á todos los parti-
darios de la misma opinion, con el fin de autori-
zarse para ejercer sobre ellos lluevas venganzas y
crear un martir. No se sabia como encontrar crí-
menes á los diputados presos, y aunque la insur-








CONVENCION NACIONAL (1793). 275
receion departamental sUlninistró el primerpre-
texto para sacrificarlos, la muerte de Marat sirvió
de complemento á sus supuestos delitos y tambien
á las razones que se andaban buscando para en-
viarlos al suplicio.


Grande fue el duelo que hicieron de ella la
Montaña, los jacobinos y particularmente los fran-
ciscanos que se gloriaban de haberle tenido en su
seno antes que otros yd-e estar mas en armonia con
sus ideas; y asi convinieron en que se le habia de
dar sepultura cn su jardin debajo de los arboles en
que por las tardes se leia su periódico al pueblo.
Decidió la convencion asistir en cuerpo á sus fu-
nerales y se propuso en los jacobinos hacerle unas
honras estraordinarias , hasta llevarle al Pantheon,
sin embargo de que la ley no permitia que se de-
positase allí ningun cadaver hasta veinte años des-
pues de su muerte. Se queria que toda la socie-
dad en masa asistiese al entierro, y que se com-
prasen por cuenta de ella las prensas del Amigo
del pueblo para que no cayesen en manos indignas;
que continuase el periódico con redactores capa-
ces, sino de igualarle, á lo menos de recordar Sll
energia y reluplazar su vigilancia. Pero Robes-
pierre que siempre cuid~lha de hacer mas y mas
imponentes á los jacobinos, oponiéndose á sus vi-
vezas, y que por otra parte queria llamar sobre
si la atcncion que estaba deulasiado fija en ellnar-




276 ItEVOLUCION FRANCESA.
tir, tomó la palabra con aquel motivo y les dijo ':
( Si me pongo hoy á hablaros es porque tengo de-
«recho de hacerlo, como quien sabe muy bien
c( que le aguardan los puñales y que ha sido una
( mera casualidad que Marat haya sido preferido á
«mi. Por eso me considero con derecho á interve-
« nir en la discusion y lo hago para manifestaros
cr mi sorpresa de que esteis aqui mal gastando vues-
fl tra energia en vanas declamaciones,sin pensar en
«otra cosa que en pompas. El mejor medio de
« vengar á Marat es perseguir sin piedad á sus ene-
« migos, porque la venganza que se desahoga con
« honores funebres no tarda en apaciguarse y no
fl piensa en ejercerse de un modo mas efectivo y
« y mas útil. Renunciad pues á semejantes discu-
« siónes y vengad á Marat de una manera mas dig-
« na de éL») Al momento cesó la discusion con
aquellas palahras y no se volvió á pensar en nada
de lo dicho; pero :si'n embargo los jacobinos, la
convencion, los franciscanos y todas las socieda-
des "populares, igualmente que las secciones se
prepararon á hacerle funerales magníficos. Estuvo
su cadaver espuesto al público durante muchos
dias enteraOlente descubierto para que se viese la
herida que habia recibido, y las sociedades pa-
trióticas y las secciones venian procesionalmente
á echar flores en el féretro. Cada presidente pro-
nunciaba su discurso, y habiendo sido la prime-




CONVENCION NACIONAL. (1793). 277
ra que vino la de la república, dijo su presidente:
({ j Ya murió el amigo del pueblo y ha muel~to ase-
« sinado ! ...... No pronunciemos su elogio sobre
« despojos inanimados: el mejor elogio es su pro-
« pia conducta, sus ~scritos, su sangrienta herida
({ y su muerte...... Ciudadanos, esparcid flores so-
({ bre el pálido cuerpo de Marat. Marat fue nuestro
Cl amigo, el amigo del pueblo, por el pueblo vivió
« y por el pueblo murio. » Al decir estas palabras
dieron la vuelta una porcion de niñas al rededor
del féretro y 'arrojaron flores sobre el cadaver des-
pues de lo cual continuó el orador; ( Pero basta
« ya de lamentos; escuchad al alma del difunto
({ que se despierta y os dice: Republicanos, no llo-
« reis mas ; los Republicanos no deben derramar
el mas que una lágrima y pensar despues en su pa-
c( tria. No es á mi á quien han querido asesinar,
« sino á la república: no es á mi á quien debeis
« vengar, sino á la república, al pueblo y á voso-
« tros mismos. J)


Todas las sociedades y secciones vinieron de
esta manera una despues de otra al rededor del
féretro de Marat, y si la historia recuerda tales es-
cenas, no es mas que para instruir á los hombres
y hacer que reflexionen sobre el efecto de las preo-
cupaciones del momento y mediten bien sobre sí
lnismos cuando lloran la pérdida de los poderosos
y (~uando maldicen á los vencidos del dia.




278 UEVOLUCION FRANCESA.
Entretanto, estaban instruyendo la causa de


la jóven Corday con aquella. 1'a pidez propia de las
formas revolucionarias, y habian implicado en
ella á dos diputados, uno de los cuales ¡ era Du-
perret 57 , con quien habia tenido relaciones por
haberla llevado á casa del ministro del interior;
el otro era Fauchet, en otro tiempo obispo, que se
hahia hecho sospechoso por su intimidad con el
lado derecho, y de quien dijo una muger loca ó
perversa que le habia visto en las tribunal) en
compañia de la acusada.


Conducida Carlota á presencia de sus jueces,
conservó la mayor serenidad de espíritu y leida
que fue la acusacion fiscal, se procedió al exa-
men de los testigos: mas ella sin dar tiempo á que
se esplicase el primer testigo, le interrumpió di-
ciendo: yo soyquien mató á Marat.-¿ Y quien os
indujo á ese asesinato? la preguntó el presidente.
- Sus crímenes.- ¿ Que entendeis por crímenes'?
-. Las desgracias que ha causado despues de la re-
volucion.- ¿ Quienes os han aconsejado semejan-
te accion ?-Yo sola, replicó firmemente la jóven.
Yo lo habia resuelto hace mucho tiempo y jamas
hubiera pedido consejo á nadie para ejecutarla,
porque mi intento ha sido restituir la paz á mi
pais.-Pero ¿ creis haber matado á todos los lU a-
rat?-No, respondió tristelnente la acusada, no.
Dejó luego que se esplicasen los dernas testigos, y




CONYli~CIO~ NACIONAL (1793). 279
~uando acababa SIL dcposicion cada uno de ellos,
añadia: «Es verdad, el testigo tiene raZOll.») No
se defendió mas que sobre un solo punto que fue
el de su com-plicidad con los girondinos, ni des-
mintió mas que á un solo testigo que fue á la mu-
gel' que habia complicado en la causa á Duperret
y á Fauchet; luego se volvió á sentar y escuchó lo
restante de la causa con la nlayor indiferencia.
« Ya veis, dijo por toda defensa su abogado Chau-
( veau l .. agarde , 58 que la acusada lo confiesa todo
« con il11perturbable seguridad; mas esta calma y
« abnegacioll, hajo [cierto aspecto sublimes, no
« pueden esplical'se mas que por el entusiasl1lo po-
« lítico I11as exaltado. A vosotros os toca juzgar la
« importancia de esta consideracion en la balanza
« de la justicia. »


Fue condenada á muerte Carlota Corday, sin
que se cOI1l11oviera su hermoso sel11blante y volvió
sonriéndose á la prision, donde escribió á su pa-
tIre para pedirle penlon de haber dispuesto de
su vida, y tambicn á Barbaroux contándole su vÍa-
ge y su hazalla en una carta llena de gracia, talen-
to y elevacion de ideas, en que le decia que sus ami-
gos no debian llorarIa porque una il11aginacion
viva y un corazon sensible solo pueden prometer
á quien los posee una existencia IllUy horrascosa.
Aüadió que quedaba bien vengada de Petion , el
cual en Caen habia sospechado un 1110111Cl1l0 de sus




280 ~ RE\'OLUCION FRANCESA.
opiniones políticas. Ultiulamente le suplicaba que
dijese de su parte á \Vimpffen que ella le habia
ayudado á ganar una batalla: ({ ¡ que triste pueLlo
« para fundar una república! Lo primero es ase-
« gurar la paz; el gobierno vendrá cuando Dios


. (' qUIera. »
El dia t 5 sufrió Carlota.;u sentencia con aquella


serenidad: que no la habia abandonado jamas y
correspondió á los llltrages del populacho con una
aptitud modesta y digna de la virtud. Sin embar-
go no todos la ultrajaban, mas antes cOlnpadecian
á una jóven tan linda y desinteresada en su ac-
cion y la acompañaban al cadalso con miradas las-
timeras ó con siguos no equi vocos de admiracion.


A Marat le trasladaron con gran pompa al jar-
din de los franciscanos y en el parte que se dió al
ayuntamiento se decía: ( Esta pompa ha sido tan
« sencilla como patriótica, y el pueblo reunido á
( las banderas de sus secciones le acompañó paci-
( ficamente, ofreciendo en su lnismo imponer~.te
Cl desorden el mas tierno espectáculo con su res-
Cl petuoso silencio y una consternacion general. Ha
« durado la marcha desde las seis de la tarde has-
( ta Inedia noche, compuesta de ciudadanos de
( todas las secciones, de los lniembros de la con-
( vencion, los del ayuntamiento, del departanlen-
« to, de los electores y de las sociedades popula-
« res. Luego que llegó el cadaver de Marat al jar-




CON\ENCION NACIONAL (1793). 28f
« din de los franciscanos , se: le depositó debajo de
« los árboles , cuyas hojas ligeramente agitadas
« del viento, reflejaban y multiplicaban una luz
([ suave y agradable. El pueblo silencioso rodeaba
« el féretro, y el presidente de' la convencion pro-
ce nunció un discurso elocuente, en que anunci~
« que no estaba lejano el tiempo en que seria ven-
« gado Marat; pero que no convenia dar á los ene-
« migos de la patria moti vos de alegria con accio-
« nes prematuras é inconsideradas. Añadió que la
e( libertad no podia perecer sino antes bien
({ consolidarse con la mnerte de Marat. Despues de-
« otros muchos discursos, que fueron vivamente'
(f aplaudidos se colocó el cadaver en la tumba y
« empezaron á correr las lágrimas, retirándose ca-
e( da cual á su cása con el,alma traspasada de dolor. »


Aunque su corazon fue disputado' por muchas
sociedades, se quedaron con él los franciscanos y
su busto reproducido en todas partes con el de
Lepelletier y el de Bruto, fue colocado en todas
las asamhleas y lugares públicos. Levantáronse
los sellos de su casa, y no se encontró mas caudal
que un asignado de cinco francos, cuya pobreza
fue un nuevo lnotivo de admiracion. El ama, que
segun laespresion de Chaumette habia elegido para
esposa en un dia de buen tiempo y á la faz del sol, tomó
el título de viuda suya y fue Inantenida á costa del
".stado.




UEVOLUClON FRANCESA


Tal fue el fin de aquel hombre el Illas estraor.:..
dinario de una época tan fecunda en caracteres.
Criado en la carrera de las ciencias, se empeñó en
trastornar todos los sistemas, y cuando se arrojó
á la política, concibió inmediatamente una idea
horrorosa y un pensamiento que las rev01 uciones
realizan todos los dias cuando se aUIllentan sus
peligros, pero que no confiesan jamas, cual es la
destruccion de todos sus adversarios. Viendo Marat
que á pesar de que la revolucion desaprobaha sus
consejos, no dejaba por eso de seguirlos; que to-
dos aquellos á quienes denunciaba (luedahan des-
popularizados y morian el dia que él l1abia pre-
dicho, llegó á mirarse conlO el nlayor político de
los tiempos moderno,." se llenó de orgullo y de
una audacia estraordinaria y fue objeto de horror
para sus adversarios y de estrañeza hasta para sus
mismos amigos. Su fin fue tan accidental y singu.
lar como su vida pues pereció en el momento mis-
mo en que los corifeos de la república, al paso
que se concentraban para formar un gobierno
cruel y sombrio , no podian ya sufrir un cólega
maniático, sitemático y atrevido, que hubiera
descompuesto todos sus planes con sus estra vagan-
cias. En efecto era incapaz de ser un corifeo acti-
vo é irresistible, y asi se limitó á ser el apostol
de la revolucion; mas cuando ya no se necesitaba
de apostolado, sino de energia y circunspeccion ,




CONVENClON NACIONAL. (1793). 283
el puiial de una jóvell indignada le convirtió en
lnartir, haciendo de él un santo para el pueblo
que ya estaba cansado de las antiguas imágenes
y necesitaba crear otras nuevas.






NOTAS DEL TRADUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO TERCERO"


-g-
PAGINA 194,.


1 J. F. M. Gal'dien , procurador síndico de Chatell-
Taut y diputado á la convencion nacional rué el que pre-
sentó el informe sobre los papeles secretos que se halla-
ron en el armario de hierro de Tullerias, infiriendo de
una simple carta del rey' á 1\11'. de Bouillé en que,re.felicita-
ba por su buena conducta en Nantes, que aquel prínci-
pe habia mandado las matanzas de que fué víctima aque-
lla ciudad el 51 de agosto 1790. Perteneció primero
al partido de la Montaña y luego se pasó al de los giron-
dinos quienes le eligieron para la comlsion d(los doce,
cuyo encargo le costó la vida el 51 de octubre po(el tri-
bunal revolucionario.


PAGINA 194.


2 Antonio Bertrand era un abogado de St. Flour y
luego fiscal del tribunal de aquella ciudad. No llamó la
atencion ni en la asamblea nacional ni en la convencion
mas que por hallarse su nombre entre los proscritos del
2 de junio. Debió de ocultarse en el tiempo del terror,
supuesto que .en 1798 le hallamos en el consejo de los
ancianos, y Juego fué subprefecto de Sto Flour donde
murió hacia el año 181 a.


PAGINA 194.


5 Mollevant era abogado ~en Nancy y corregidor de
aquella ciudad cuando principió la revoluciono El año de
91 le nombraron juez en el tribuual de casacion y des-




286 NOTAS
pucs diputado á la com"cncion. Eslnvo constantemente
opuesto ú los terroristas. POI' tanto le eligieron miembro
de la comision ue los doce y fué de consiguiente envuelto
en la persecucion de los girondil'los ; pero se ocultó y
volvió ú ser llamado en marzo de 9:>. Entonces clamó re-
pelidas veces contra las teorías homicidas como él llama-
ha á los frecuentes asesinatos que inspiraba la venganza.
Despues pasó al consejo de los andanos y a(~abú su vida
en el cucrpo legislatjyo.


PAGINA. 194.


4 Gommairc era diputado dc Finisterrc á la conYcn-
cion y habiéndole nombrado miembro de la comision de
los doce fué uno de los proscritos, pel'O tuvo la fortuna.
de ocultarse. Vohió á la convencion despues de la caida
de Robespierre , y trabajó en la comisioll de dccrctos.
Pasó luego al consejo de los 500 y no tenemos otra no-
tida de él sino pOI' un informe en que pl'Oponia que se
suprimiese la palabra Sm10r en las letras de cambio.


PAGINA HM.


ti n. F. Lydon, diputado del Correze, votó en la
convencion la muerte del rey, á pesar de ser como gi-
rondino gran cnemigo de RODespierre, á quien tl'ató de
faccioso y de malvado. IIabiéndole arrcstado el 2 de ju-
nio de 95 se escapó á su departamento y al momento en
que le íban á coger con Chambon , se saltó la tapa de los
sesos el dia 8 de noviembre del mismo :l1l0.


PAGINA HM.


6 Bernardo Maria Lesage participó en la cOlHcncion
de todas las fluctuaciones de los gil'olldinos. Proscrito ro-
mo ellos y puesto fuera de la ley, se ocultó de tal mane-
ra que no volvió á saberse de él hasta dcspues de la muer-
te de Robespierre. Entonces volvió á la eOllwllcioll y prl'-




DEL TRADUCTOR. 287
'Siguió de muerte ú los terroristas en la comision de sa-
lud pública, de que era :miembro. Pasó despues al con-
sejo de los 500 y murió el 9 de junio 1796.


PA.GINA 194.


7 L. F. S. Vigee , granadero del 2. 0 batallon de
Maguncia y Loira y diputado suplente á la cOIlYencion
nacíonal , dejó el ejél'cito del YelHlée , para prcscn tarse
en la asamhlea al lado de los girondinos. Era de la co-
mision de los doce y fué quien presentó el informe con-
tl'a las maniolJras de la montaña; pero le costó caro por
que el trilJunal revolucionario le condenó á muerte con
los demas girondinos, hallándose en edad de 56 años.


PAGINA 198.


8 Deforgues habia sido á los principios miembro de
aquella municipalidad que se instaló ú si misma el dia 10
de agosto de 92 y luego figuró en la comision de vigilancia
y de salud pública del ayuntamiento, durante la cual
propuso aquellas hOlTibles matanzas del mes de setiem-
})l'e en las cÚI'celes de Paris. Sin emlJargo de eso le acu-
só IIebert en los franciscanos de que era un ministro que
no se ocupalJa de los negocios y se inclinaba al partido
moderado. En consecuencia le arrestaron el dia G de
alJril de 94, poro se escapó de los furores de aquel tiempo
v recobró su libertad el U de thermidor. En 1799 obtuvo
ia emlJajada de Holanda que le quitó al instante Bonaparte,
dándole en su lugar la comisaria de policia de Nantes, de
que tambien se le privó poco despues. Ultimamente en
1804 le nomlJró el emperadol' cónsul en Nueva Orleans
y no hemos vuelto á saber nada de él.


PAGINA 198.


9 Luis Deschamps Destournelles fue tamlJien miem-
bro de la municipalidad del 10 de agost-o y uno de los




288 'NOTAS
que trataron peor á Luis XVI en su prísion del Temple.
Hallándose de ministro de hacienda en la ocas ion de que
habla el texto, fué á deponer contt'a los gil'ondinos en el
tribunal revolucionario. Pero no tardó en ser denunciado
el mismo como un ministl'O incapaz y le quitaron el des-
lino, desde cuyo tiempo no se ha vuelto á saber de el.


PAGINA 20'1.


10 Moises Bayle era un comerciante de Lyon, que
'despues de haber estado de repr'esentante en Marsella
para apaciguar lo que se llamaba la insurreccion de los
'habitan tes, tomó parte en la que hicieron sus paisanos
en Lyon c0ntra las tropas convencionales, y habiéndole
condenado á ser fusilado en octubre de 93 la comision
revolucionaria del pueblo solicitó y obtuvo su pcrdon,
pero los jacobinos le hicieron condenar de nuevo y se
ejecuó la sentencia.


,.;. ......... - --


PAGINA 201.


11 José Boisset fué diputado del departamento del
Droma á la convencion , donde votó la lllucl'te del rey y
'poco despues le enviaron á Marsella con Bayle , pero les
echaron de allí como dice el texto. A su vuelta se quejó
á los jacobinos del influjo de los ricos en las secciones y
propuso que se les echase de ellas á palos. En agosto de
93 estuvo encargado de la leva en masa de toda la Fran-
cia , pero pidió ante todas cosas que fuesen juzgados los
girondinos , lo cual se ejecutó, En febrel'O de 94 le acu-
saron los jacobinos de que habia perseguido :1 los patrio-
tas en Nimes y habia destituido del corregimiento de
aquella ciudad al famoso Courbis , llamado el Marat del
Mediodia, lo cual desaprobó mucho la convencion y re-
puso al depuesto. Despues~del 9 d(thermidor se declal'ó
protector de los nobles y puso en libel'tad á muchos, lo
cual prueba que la conducta de este y otros muchos ['e-
publicanos no nacia de conviecion sino de puro cálculo,




r
l>Ef. ThADCCT()ft.


}meslo que les 'YCIlIOS ser crueles ó gelle('oso~ segun era
el viento que soplaba hácia la fortuna. lUas adelante {ut<
miembro del consejo de los ancianos, donde no se dió á
conocer ~n ninguna cuestion notable, y úlümamente se
retiró tÍ Afonlelimarl Sll patl'Ía , donde vivÍó y murió so-
segadamente.


PAGINA 202.


12 Nioche era un abogado de Loches cuando le
nombraron para los estados generales y despues á la
convencion por el departamento dellndre y Loira. Des-
pues de este pasage de Lyon se cuenta de él que anda-
ba distribuyendo cartuchos y aguardiente á los soldados
terroristas c-ontra los seccionarios y lo peor fue que al
marcharse impuso á aquella pobl'c ciudad una contrHm-
cíon de seis millones de f['ancos. Fueron tales sus otras
crueldades que le denunciaron por ellas hasta los mismo~
jacobinos cn diciembre de 03, pero le defendió Danton y
le absohieron. Pasó despues al consejo de los ancianos
y el director'io le empleó en calidad de comisario sin que
hayamos sahido despues en que paró.


13 A. F. Gauthiel' des Ol'cieres, abogado en BOU1'-
ges, fue diputado á los estados generales y despues á la
'Conveneion, que le envió á L~'on acompañado de Nioche
para calmar las disensiones entre la municipalidad y la!';
secciones. Mas esta comision no fue mas que de paso,
porque su destino era al ejército ue Italia. Despues vol-
vió con el ejército que habia de sitial' aquella ciudau y se
le acusó de que llevaba el asedio con lent.itud , pOI' lo
cual fué llamado á Pal'is. En el mes de agosto de 95 en-
tró en la comision de seguridad general y rué uno de los
grandes enemigos de los secciouarios cuando estos se de-
cl3l'al'On contra la convencion. Por dos Vf'ees rué elegido
para el consejo de losancianos y en tiempo del emperador
ira jUf'Z Uf' 1. ~ instancia de París, en cuyo destino mnl(liÓ *


... qN.
T'. 19 '#


a:;
\~ \ ....
\ C>!




290 NOTAS


PAGINA 205.


14 C. A. Chasset era ahogado en Villefranche cuan-
do le eligieron para los estados generales en que se dis-
tinguió hablando muchas veces contra el clero y contra
sus bienes. Sobre todo se empeüó en que habia de hacer
venir á la barra al cardenal de Rohan porque tenia albo-
rotada la Alsacia. Elegido para la cOlnencion fue acérri-
mo partidario de los girondinos y proscrito como ellos;
pero se escapó nada menos que á Turquia y no volvió has-
ta despues del 9 de thermiJor. Perteneció luegoal consejo
de los 300 , donde persiguió cuanto ,udo la libertad de
imprenta, á que-él atribuia la mayor parte de los males
de la revoluciono Despues entró en el consejo de los an-
cianos , donde solo se ocupó de asuntos de hacienda; y
concluida la revolucion pasó al senado cOllservaUOl" y el
Emperador le dió la senatoreria de Metz con la cruz de
comendador de la legion de honor.


PAGINA 204.


13 Romme era un antiguo profesor de matemáticas y
agricultor en Gimeaux ,que habia nacido en Riom en
1730. Fue diputado á la legislativa y despues á la con-
venCÍon, donde votó la muerte del rey. I~n ambas legis-
laturas fue un ardiente jacobino:y no perdió oeasion de
propagar y defender los principios de la l\lontaña. El fue
quien denunció al juez de paz Lariviere , de quien ha-
blamosen el primer tomo, y quicn hizo que se cenase la
ca.sa de eduacion de St. Cir. Despucs de las esccnas de
Caen de que habla el texto y cuando volvió triunfante á
Paris, presentó el nuevo Kalendario de la rcyolucion,
que se adoptó en lugar del romano. Dió varios infol'lues
sobre instruccion pública dicienuo que la escuela Normal
era un puro charlatanismo y proponiendo su disoluciol1.
Despues de la caida de la Montaña disimuló algun tanto
sus principios, aunque no tardó en desmentidos en bre-




DEL TR.\DUCTOR. 291
\OC defendiendo al feroz Carrie!'. Luego le enviaron á Nol'-
mandia para las opcl'aciones relativas á las mercancias es-
trangel'as que habían sido confiscadas y estaban almace-
nadas hacia ya mucho tiempo. De vuelta á Paris se mos-
tró mas jacobino que nunca y capitaneó los arrabales que
se insurreccionaron contra la convencion pidiendo que
"olviera el régimen del tClTor ; pel'o habiendo sido ven-
cidas el 20 de mayo 179t) , se mandó arrestarle y el18
de junio le condenó á muerte un consejo de guerra por
reaccionista. Cuando le leyeron la sentencia se dió de pu-'
ñaladas , y creyéndole muerto no le llevaron al cadalso.
Dícese que sus amigos le recogieron y que despues de cu-
rado de sus heridas se marchó á Rusia, donde la reco-
gió el conde de Strogonoff; pero todo esto nos parece
muy obscuro y mas que dudoso. Lo verdaderamente ciel'-
to es que dejó escritas una Jlemoria en ~ue se propone
un nuevo método para determinar las longitudes en el
mar. La descripcíon del mastillage de los navíos : la del Ar-
te del velámen : del Arte de la llfarina : Observaciones pa-
ra rectificar las cartas y perfeccionar la navegacion del ca-
nal de Bahama, y un Díccionavio de la lllarina francesa.


P.\CINA 204:.


16 PI'ieur Duvel'l1ois, diputado de la Costa de Oro
era un oficial de ingenieros, que estuvo encargado de il'
á llevar al ejército del Rhin la noticia de la deposicion del
rey. Votó la muerte del monarca, yaunque casi nunca subió
á la tribuna, trabajó mucho en las comisiones, particu-
larmentc cn la de salud públiea bajo Robcspierre , que le
encargó de las fál>I'Ícas de pólvora y salitres. Despues del
9 de thermidor defendió con Carnot á los antiguos miem-
bros de salud pública. Este filé quien propuso el uso del
cálculo decimal y la unidad de pesos y medidas. En 1793
se pidió su prision por haber pertenecido al partido de la
:Monlaña , pero la convencíon no accedió á ella. Despues
pasó al consejo de los aOO , donde Sí' ocupó únicamenle




29! ~OTAS
ele pesos ~. medidas '- y no hemos podido ~n'el'igual' cuan--
do mnrió.


PAGINA 210.


17 G. de Cussy era un antiguo director de Mone-
da en Caen . que fue diputado por el estado llano á los
generales en 1789 Y solo se ocupó de materias de hacien-
da. En la convencion siguió el partido de los girondinos
y fue condenado á muerte por el tl'Íbunal revolucionario
como uno de los proscritos del 28 de julio de 95.Murió
á la edad de 54 años.


PAGINA 211.


18 Felix Wimpffen nació en un lugarcillo á la~ ori~
lIas del Rhin el año 1745 de una familia distinguida pero
pobre, y era el mas jóven de 18 hermanos, por lo que
á la edad de once años dejó la casa patel'lla.- Acogiole el
duque de Dos Puentes y le hizo alferez de un regimiento
que estaba levantando para Francia. Hizo la guerra de 7
años y se distinguió en muchas ocasiones. Luego le en-
viaron á Córcega donde ganó el gl'ado de teniente coro-
nel y la cruz de S. Luis siendo de cdad de 25 años. Despues
le confiaron el mando del regimiento de Bouillon é hizo
con él la guena de América, la de lUahon y la de Gibral-
tal', donde obtuvo el grado de brigadicl'. Cuando prin-
cipió la revolucion era mariscal de campo y le nombl'aron
para los estados generales, donde abrazó el partido po-
pular y trabajó útilmente en la comision militar. Con-
cluida la legislatul'a pasó al ejército en su clase de gene-
ral y mandó en la plaza de Thionville cuando fue sitiada
por los Austriacos y los emigrados. Le ofreció el prínci-
pe de Hohenlohe un millon de francos si queria rendir
la plaza y él respondió que no tendl'ia inconveniente en
aceptar el millon con tal que el contrato se hiciese por
ante un escribano. De resultas le declaró la asamblea le-
gislativa benemérito de la patria. Le ofrecieron el mi-
nisterio de guerra y no quiso aceptarle prefiriendo el




DEL TRADUCTOR. 293
mando del ejél'eito de las costas de Cherburgo, en cuya
época ya dice el texto la conducta que tuvo. Abandonado
de sus tropas colecticias cuando se acercaron las de la
convencíon , tuvo que echar á huir y se l'efugió en Ba-
yeux, donde estuvo oculto todo el tiempo del terror. UI-
timamente el emperador le señaló el sueldo de retiro y
estuvo hasta que murió siendo corregidor del pueblo don-
de antes habia sido Señor'


PAGI~A. ~13.


19 J. Conde de Puisa)'e , nació en Mortagne de una
familia distinguida, y le destinaron sus padres por ser el
mas jóven de sus hermanos al estado eclesiástico. Para
ello le envial'On al seminario de San Sulpicio de Paris
donde estudió bastante bien; pero á los 18 años quiso
entral' en la carrera militar' y le dieton una subtenencia
en el regimiento caballeria de Conti. Luego pasó de C3-
pitan á los dl'agones de Lanan ; mas á poco tiempo se re·-
tiró, y habiendo heredado la legítima de su padre com-
pró un empleo en palacio que le proporcionó en breve
el grado de coronel y la cruz de S. Luis. En 1788 se
casó con la hija única del marques de Menilles y se fué á
habitar con su familia en sus posesiones de Normandia.
Alli le nombraron diputado por la nobleza á los Estados
generales, donde constantemente estuvo en el lado de la
oposicion y rué de los primeros que compraron bienes
nacionales. Concluida la IQgislatura se volvio á su ha-
cienda de 1\1enilles ,donde le cogieron los sucesos de
que está hablando .el texto. De sus resultas le proscribió
la convencion y se I'efugió á Bretaña donde fOI'mó una
partida de realistas en la cual desplegó algun talento y
estraordinaria actividad para las intl'igas , á punto de lle-
gar á hacerse sospechoso á su propio partido. Hizo al-
gunos viages ú Inglatel'l'a y llegó á ser uno de los instru-
mentos de aqueUa potencia, hasta que acabó de pli'rdel'
su repntacion en la jomada de Quiberoll , que dirig'ió el
mismo hien t, ppsat' dr los f'migl'ados. Df'stl'uÍ<ias las f'S-




294
peranzas de los Chouanes, de quienes rué gefe prmcl-
pal, le concedió el gobierno ingles grandes terrellOS en
el Canada donde se fue ú formar un establecimiento tan
brillante como ventajoso, y allí le siguieron muchos de
sus oficiales. CHando se hizo la paz volvió ú Inglaterra,
donde publicó varias memorias justifiC'Jtivas de su con-
ducta, y que son un documento muy apreciable para la
historia. Debe leerse con mucha drseonlicnza lo que de
él dice el autor de esta historia halJlalHlo de la cspedi-
cion de Quiberon.


PAGINA 217.


20 Juan Bassal era antes de la revolucion miembro
de la congregacion de misioneros y en 17HO cura cons-
titucional de la parroquia de S. Luis de Versalles. En el
año siguiente le eligieron miembro de la Legislativa y se
declaró jacobino completo. En la cOllyencion votó la
muerte del rey y fue secretario de a(lucHa asamblea. Es--
te fue el qne dió asilo en su casa ú :Marat, ú quien anda-
ha buscando Lafayettc, y de resultas le nombraron pre-
sidente de los jacobinos. Despues de disuelta la conven-
cion fue secretario del grnerat Championnet en el cj((,>-
cito de Italia, ú quien siguió despucs á la conquista dr
Nápoles. En 1799 Je mandó el dil'cctoI'io juzgar por un
consejo de g-uerra por sus dilapidaciones, de cuyas re-
sultas le llevaron ú ."v'liJan , donde huhiera perecido infa-
liblemente sin la revolucion dictatorial en que cayeron
.l\Iedin, Treilhard y Reveilere Lepaux, que puso fin al
proceso. Entonces siguió de nuevo á Championnet al
pjército de los Alpes y á la muerte de este general vohió
á P~)ris donde vivió obscurecido hasta el afIO de 1802 en
que falleció. Se hahia casado en 1795 y dejó á su viuda
~in hijos.


PAGINA 217.


~l Garniel' era diputado del Auhc y uno de los n~as
fOfTosos J' acohinos como que fue el fUl1uador de yaflOS
n' . , 1 I '


':lubs, y entre ellos del de Troyes , que cometlO tm 01 ge-




DEL TRADUCTOR. 295
nero de escesos y cruehlades. Era del partido de Danton,
y cuando llegó la época del 9 de thermidor en que Ro-
bespierre queria hablar para defenderse, le gritó Garnier
desde su asiento c( Te está ahogando la sangre de Danton. ))
Fue miembro de la comision de seguridad general en 1795
y ento.nces pidió la prisíon de todos los miembros de las
antiguas comisiones. No hizo parte del consejo de los
500sino que el directorio le nombr ó comisario deguel'-
ra en su propio departamento.


PAGINA 221.


22 J. F. Lamarque era capitan de húsares antes de
la revolucion y ya en 1793 sirvió de general de division
en Flandes; pero con ocia el mismo su poca disposicion
para el mando y asi pidió que le exoneraran de éste que
I'ecayó provisionalmente en él por muerte de Dampierre,
yen efecto la convencion nombró á Cnstine. Poco tiem-
po despues se le dió el mando del ejército de Ardenas y
tambien se le cedió á Jourdan. Posteriormente fue uno
de los oficiales generales que firmaron la capitulacion de
Landrecies.


PAGINA 223.


25 Ligneville era de una familia noble y servía en el
regimiento de Condé cuando principió la revolucion , ha-
biendo llegado á cOl'Onel en 1791. Poco despues ascen-
dió á mariscal de campo y obtuvo el mando de la plaza
de Verdun, de donde pasó despues al ejérdto de Lafa-
yette, quien poco antes de su fuga le dió el mando de
lUontmedy. Tambien sir,'ió bajo las ól'denes de DUlllOU-
riez , pero en abril de 1795 le arrestaron por órden de
la comision de salud pública por complicidad con este
último y aunque tardó mucho en conseguir su libertad,
pu~o al fin retirarse de ~la peligrosa escena de la revo-
lucIOn.




NOTAS


PAGINA !!4.


24 Dagoberto Sigislllundo, conde de ,'" UI'lllser, na-
tural de la Alsacia, y feldmariscal al servicio de Austria,
habia servido algun tiempo en Francia y despues pasó
al del emperador. En 1793 le dieron el mando del ejér-
cito que debía inyadil' la Alsacía y auxiliar á los Prusia-
nos en el sitio de Maguncia hasta que capituló. Entonces
marchó adelante y despues de ocupar á Landau y Bienwal
se acantonó al pie de los Vosgos. Tuyo algunos comba-
tes sangrientos con los Franceses hasta que los hizo re-
tirar en desorden á la alta AIsacia, de donde el mismo
fue arrojado despues por aquellos, mandados por Piche-
grú. Era ya entonces muy viejo y sobre todo muy sor-
do, de modo que tenia que confiar muchas operaciones
secundarias á oficiales que no correspondieron á su !con-


fianza. De resultas de la batalla de Fl'ischweiler tuvo que
repasar el Rhin casi en derrota, en términos que sin el
buen continente de los Prusianos y de los emigrados de
Condé, que protegieron su paso, hubiera quedado pri-
soneto de los Franceses con todo su e.iército. En 1794
se fue á Viena, donde le recibió Lien el empel'adOl' á pe-
sar de sus reveses, de que se saLia no era enlpable. El
año siguiente volvió á tomar el mando del alto Rhin,
donde por una rara casualidad se apoderó de la COl'res-
pondencia que seguia Pichegl'ú con el príncipe de Condé,
de que dió parte á su COl'te , pel'o sin aprovechal'se de las
ventajas que le orl'ecia una ocurl'encia tan inesperada.
Ocupó á Manhein, que hahia abandonado Pichegrú, pe-
ro al año siguiente de 96 le echó Moreau de las posicio-
nes que habia ocupado. A tines de aquel año fue á man-
dar el ejército de Italia é intento reparal' las denotas de
Beaulieu y socorrer á Mantua; pero tenia á su frente al
jóven é intrépido Bonapal'te, que abandonando momen-
taneamente el sitio de aquella plaza, le denotó en Cas-
tiglione, en Montee hial'o y en Lódano. De resultas que-
dó tan débil, que no pudu oponerse al paso del Adige,
" acabó de den'otarle la batalla de Roycredo. Pero aun




DEL TRADlJCTOft.. !97
~n tal estl'emo hizo una maniobra muy sábia, cual fue la
de subir por la orilla del Adige con ¡) mil infantes y l¡)OO
caballos y encerrarse en Mantua, despues de hacer le-
yantar otl:a vez el sitio. El viejo W lll'IllSer hizo varias sa-
lidas v la defendió hasta el último estl'emo, pero al fin
tuvo ¡lue capitular y se le hicieron las mayores distincio-
nes. De vuelta á Viena, le dió el emperador el mando
general de Hungria con una pension de 14 mil florines y
allí murió en agosto de 1797 á la edad de 85 años. El
doctor Gall ha adquirido su cráneo, que forma parte de
su precIOsa coleccion.


PAGINA 224.


2i> Scha-nfeld general prusiano era hombre d~ un ca-
rácter muy pel'spicaz y estuvo por lo mismo empleado por
su cOI'te en 1789 para djrigir la insurreccion de los Bra-
banzones contl'a el elllperador. Mas asi como les ayudó á
sosteneda pOI' algun tiempo, asi tambien logr'ó desvane-
cerla cuando recibió instrucciones secretas pal'a hacerlo-
A principios de 92 le enviaron á Coblentz cerca de los
príncipes hermanos de Luis XVI y mandó, durante aqne-
lIa campaña una division prusiana. En 93 estuvo emplea-
do en el sitio de Maguncia y de resultas del brillante ata-
que de Kosthein le escribió su rey una carta muy lison-
gera "y le envió la cruz de la A.B'uila negra. En 1794· hizo
la guelTa en Polonia con mucho valor y actividad ~7 des-
pues participó de las tristes ,-icisitudes de la monarquía
pl'usiana despues de la célebre batalla de Jena , á la: que
sobrevivió poco tiempo ..


PAGINA 226.


26 Juan Bautista Kléber nació en Strasburgo en17 ¡)4
de uu arrendador de tierras del cardenal de Rhoan y sus
primeros estudios fueron dedicados á la arquitectura, pa-
ra lo cual pasó á Paris. De vuelta á su pueblo tuvo un
lance de honor por defender á dos caballeros B:haros,




298 NOTAS
los cuales agradecidos á su servicio, le llevaron consigo
á lUunich y le hicieron entrar en la escuela militar. No
tardó en distinguirse entre sus condicípulos y un dia ha--
biendo reparado sus escelentes dibujos el principito de
Raunitz, hijo del ministl'o de Austria, le llevó consigo á
Viena y le consiguió una subtenencia de su regimiento.
Como en el discurso de esta historia, y particularmente
en la del consulado y el imperio ,tendrémos repetidas
ocasiones de hablar de este general, habremos de limitar-
nos á un brevísimo resumen de su vida. Ocho años estu-
vo al senicio de Austria donde hizo la guelTa contra los
turc.os , pero disgustado de no adquirir los ascen~os que
el creia merecer, se yolvió á su patria y se dedicó á su pl'Í-
mitiva profesion, de suerte que -ya llevaba seis años de ins-
pector de los edificios públicos de Befort cuando princi-
pió la revoluciono Inmediatamente que amenazó la guerra
estrangera se alistó como granadero en el tercet' batallon
de voluntarios de su departamento; mas no tal'dal'On en
distinguirle sus gefes y 'Vimphen le nombró ayudante ma-
yor y luego Custine ayudante general. En cste silío de
Maguncia, de que habla el texto, dió:í conocer su intre-
pidez é inteligencia en varias salidas que indicaban ya el
puesto que le estaba destinado entre los gnel'l'eros france-
ses. Despues de la capitulacion de la plaza paso al Yen-
dée en calidad de gelleral de brigada, donde tuvo venta-
j<lS y esperirncntó reveses que le privaron del mando,
llombrando en su lugar ú Marcean. Mas este no quiso se-
pararle de su lado y siguió en todo sus conscjos que cos-
taron muy caros :í los realistas sobre todo en la batalla
de Savenai. Hizo Rleber su entrada t.riunfal en Nantes
donde le ofrecieron una corona de lalll'clcs , que él man-
dó colgar en la bandera del ejército. Como militar y va-
liente, se opuso constantemente á las crueldadcs que
mandaban los decretos de la convencion , y aunque por
sus muchos servicios no se le formó causa por su huma-
nidad , bastó esta para que la u.ejasen á un lado por mu-
cho tiempo. Despues le enviaron al ejército del Norte co- .
mo general de division, y allí á la cabeza de tres divisio-




DEL TRADUCTOR. 299
lles , decidió la victoria en la batalla de Fleurus, bajo las
órdenes de JOlll'dan. En 1795 y 96 hizo las brillantes
campañas de Alemania, de que se hablará largamente en
esta historia.


Habiendo desagradado al directorio se hallaba retira-
do en una casa de campo escribiendo sus memorias, cuan-
do se resolvió la espedicion de Egipto y Bonaparte le es-
cogió por uno de los generales divisionarios de mayor mé-
rito. Mas apenas hubo llegado allí cuando le hirieron en
el asalto de A.lejandria. Luego que se curó volvió á to-
mar el mando de su division en 1799 y rué de vanguardia
á la espedicion de Siria y se apoder'ó de Jafa. Durante el
sitio de S. Juan de Acre estuvo encargado de oponerse á
los esfuerzos de los Bajas de Naplusa y Damasco, que ha-
bian acudido al socorro de Djezzar, y con solos 2000 hombres
contuvo á 10 mil infantes y 23 mil caballos enemigos, con-
tribuyendo poderosamente al éxito de la batalla del monte
Thabor. De vuelta de Siria tambíen tuvo mucha parte en
la de Aboukit' y cuando Bonaparte se embarcó para Eu-
ropa, le eligió para quedar con el mando de la espedi-
cion. Era deplorable la situacion de aquel ejército, diez-
mado ya por las batallas y enfermedades, prívado de co-
municacíon con la madre patria y amenazado por un
ejército de 80 mil combatientes turcos. Kléber negoció
con ellos por la intervencion del comodoro ingles Sidney-
Smith para evacuar honr'osamcntc el Egipto. Pero cuando
ya estaba todo pronto y firmado, entregadas las plazas
y no faltaba mas que cmbarcat'se , recibió Sidney una
órden de su gobierno para que no pel'mitiese ninguna
capitulacion ,sino que el ejército rl'aUCeS se entregase pri-
sionero de guerra. A.I oir esto Klébcr , lleno de indigna-
cion , manda imprimit· esta protesta sin poner otras re-
flexiones que esta concisa nota; c( A semejantes insolen-
(( cias no hay mas respuesta que la victoria. Soldados
f( preparaos á combatir. » Inmediatamente marchó contra
el ejército tu!'co y le derrotó,sobre las ruinas de la antigua
Heliopolis. l)ero ya en este tiempo se habían sublevado
muchos pueblos y entre ellos el Cairo , donde habian




300 NOTAS
asesinado á todos los FI'anceses y:á cuantos les eran adic-
tos. Era pues preciso volvel' á conquistar todo el Egipto
y Kleber lo consiguió en menos de un mes, volviendo al
Cairo el 22 de abril despues de haber quemado el arra-
bal de Boulac y mandado cortal' la cabeza á 900 mame-
lncos. Impuso una fuerte contl'ibucion de 12 millones de
francos al Cairo en castigo de su rebelion ~ con la cual
pagó el sueldo de las tropas y abasteció al ejército. Solo
faltaba ya la consolidacion de esta conquista, que solo se
malogró por su muerte ocasionada por el puñal de un
fanático el dia 14 de junio. Fué cogido el ~sesino y con-
denado á ser empalado y quemada la mano derecha.


PAGINA 226.


27 Juan Bantista Anibal Aubert Dubayet fué miem-
bro de la asamblea legislativa, general de division , mi-
nistro de la guena y embajador de FI'ancia en Constan-
tinopla. Era en 1780 subteniente del regimiento de Bor-
bon , en cuya calidad hizo la guerl'a de América. Al prin-
cipio de la revolucion pareció pOI' atgun tiempo enemigo
de ella y aun escribió un folleto muy ácre contra los ju-
dios, pintando su rapacidad y el peligro que habia _ en
admitil'les á tomar parte en el gobierno; pel'O no tardó
en hacerse del pal,tido de los patriotas. Siendo nliembro
de la legislativa, defendió á los ministros del rey que se
,reian pel'seguidos por un sin número de acusaciones y
propuso que se hiciese alianza con la Ingtatel'ra y la SuÍ-
za , pero que se declarase la guerra al Austria. Defendió
tambíen á Lafayette y á Duport Dutertre cuando les per-
seguían en los jacobinos, y se opuso :.í la pretension de
los confederados que pedian la deposicion del rey. El
fue quien propuso y logró se decretase que el matri-
monio no es mas que un contrato civil disoluble por el
divorcio. En una palabra era hombl'c que, cualesquie-
ra que fuesen sus opiniones políticas, sabía acomodar su
conducta á la linea que tl'azaban las cin:unstancias. En el
año de 92 fué capitan del regimiento ele BOl'hon , tenien-




DEL T'RADUCTOR. 301
le coronel en el de Santonge y general de brigada, que
es el grado que tenia en :\\laguncia en el momento de que
habla el texto. Despues que se rindió la plaza salió un
decreto de arresto contra él, pero le defendieron Merlin
de Thionville y Thuriot. Luego le enviaron al Vend ée
con la guarnicion de Maguncia y le batieron los insur-
gentes en Clisson con pérdida de ocho mil hombres. Pe-
ro tomó la revancha en Mortagne y al tiempo mismo de
principiar el combate le llegó la noticia de su destitucion,
mas 110 por eso dejó de batirse, ,-enció y marchó á Paris
inmediatamente despues de la victOl'ia. Pusiél'Onle preso
yno obtuvo su libertad hasta el 9 de thermidor. Entonces
volvió al 'Vendée y ayudó mucho á Hoche para su pacifi-
cacion. En 1795 le nombraron general de division y ob-
tuvo el mando del ejército de las cos~as de Cherburgo , y
al fin del mismo año le hicieron ministro de la guerra.
En febrero de 96 dejó aquel empleo pOI' la embajada de
Constantinopla, llevando en su comitiva una multitud de
oficiales destinados al servicio de la Puerta. Al año si-
guiente por el mes de diciembre le acometió una calen·-
tura maligna de la cual murió el dia 1. 7 . Era hombre tan
vano, que no tenia el menor reparo en hacer de sí mis-
mo delante de gentes los mas exagerados elogios.


PAGINA 226.


28 El conde de Kalkreut, teniente general al servi-
cio de Prusia y caballero de la águila negra, habia ad-
quirído ya una reputacion brillante en las últimas guer-
ras del reinado de Federico el Grande, y en estas que
hizo contl'a los :Franceses en 1792 , 95 Y 94 mostró mu-
cho valor y habilidad, singularmente en el sitio de Ma-
guncia. Era mirado con razon como uno de los mejores ge-
nerales de aquel tiempo y como uno de los mas dcos parti-
culares de Prusia, pero tam bien como uno de los hombres
mas económicos que rara vez se encuentmn en tre lo s
militares. Despues le dieron el mando de las tropas pru
sianas en la Pomerania donde murió de enfermedad.




302 NOTAS


PAGINA 228.


29 1\1. A. Charrier era un abogado á quíen nombró
el departamento de Mende para los estados generales y
despues se puso á la cabeza de los realistas del Lozére.
Pero aunque obtuvo algunas ventajas al principio, le ba-
tieron despues, y hecho prisionero, le condenó á muer-
te el tribunal del Axeyron el dia 16 de julio 1794.


PAGINA 230.


50 Samuel Hood, Lord vizconde de este título, na-
ció en Butleigh, parroquia del condado de Sommerset,
donde su padre era ministro. Entt'ó muy jóvell en la car-
rera de la marina, y habiéndose apoderado con su chalu-
pa armada, de un navío enemigo, obtuvo en recompensa
de esta hazaüa el grado de teniente. En 1759 le hicieron
capitan, y de resultas de otro comhate en que con su
fragata la Vestal se apodel'ó de la fragata francesa Bclona
le dieron el mando delllavio Africa de66. Durante la guerra
de América le hicieron Baron y ahnit'ante, y cuando se hizo
la paz en 1783 le nombraron Par de Irlanda y rué elegido
miembI'o del parlamento. Mas por ser demasiado adicto
al ministerio se disgustal'on de él sus electores. En 1796
fué creado Vizconde de la Gran Bretaña y luego gober-
nador del hospital de Greenwich donde murió.


PAGINA 231.


5i D. Juan de Langara general de la marina española
es tan conocido por su mérito y le han dado ademas tan-
to á conocer los escritos del célehre y respetable erudito
D. 1\Iartin Fernandez de Navanete, que tenemos por ocio-
so copiar aquí su biografia. 1\Ias lo que no debemos omi-
tir por mas sabido que sea, es que este ilustre guerrero
supo representar con dignidad el cadeter español prote- .
giendo á inumerables familias de Toloneses eompl'Ometi--




DEL TRADUCTOR. 303
·<1os y destinados á la muerte por el feroz gobierno de la
convencion y reusando quemar los navios franceses al
tiempo de la retirada á pesar de las órdenes dadas por el
almirante ingles Hoou. Este y otros muchos rasgos de
generosidad verdaderamente española, honran mas que
los triunfos y forman al mismo tiempo un bellísimo con-
tl'aste con la baja crueldad de otros gefes.


PAGINA 233.


52 El general D. Ventura Caro es tan conocido en
España, que no creemos necesario hacel' su LiGgrafia,
que pueden consultar los curiosos en la de 1\11'. l\Iichaud,
de la Academia francesa, pues nuestro objeto se límita
principalmente á dar á conocer los personages que tuvie-
ron mas ó menos parte en la revolucion francesa.


PAGINA 233.


55 D. Antonio Ricardos y Carrillo conde de la Union
es igualmente demasiado conocido en Espaüa por los
grandes servicios que hizo en la guerra contra la repú-
hlic:-t f¡'3uccsa , sobre todo en la famosa batalla de Tl'U-
llas. Su temprana muerte rué tal vez el origen de las des-
gl'acias que luego sobrevinieron. V éanse sobre este gene-
ral y del Sr. D. VentUl'a C31'O los artículos que les
conciernen en la biogTatia de J111'. Michaud , que no te-


. .


nemos por necesal'lO copIar.


PAGI~A 235.


:>4 Amedeo Villot nació en San German de Laye de
una familia noble y era antes de la revolucion oficial de
la legion de 1\lillebois y f,irvió muchos años en el ejército
de los Pirineos, primero como coronel y luego como ge-
neral de brigada. Fue batido en Perpiñan y de resultas le
suspendieron por impericia; pero poco despues restable-
ció su reputacion en el ataque del campo de Luis X-IV á




304
donde penetl'ó el pl'imel'o. El 2 de junio de 9¡j tambie.
se distinguió mucho en el paso del Deva y dcspues en las
inmediaciones de Pamplona yen las de Bilbao. De resul-
tas le hicieron general de division, y cuando se hizo la
paz con España le enviaron al Vendée, donue sirvió bajo
las órdenes de Hoche , pero no t31'daron en desavenirse


. por divergencia de principios políticos, y en particular
por la falta de fé que se observó COIl Charette á quien se
babia ofrecido por su medio una honrosa capitulacíon
que luego no se quiso cumplir. Entonces se retiró del
ejército para \1' á tomal' el mando de los depal'tamentos
del Mediodia y se ocupó en reprimir á los terroristas,
tÍnicos enemigos que él veia del gobicrno y de la tl'an-
quilidad pública. En 1797 le eligicron para el consejo de
los !lOO y fué uno de los cOl'ifeos del partido de Clichy que
estuvo en perpetua guerra contra el dil'cctol'io. Esta COll-
ducta en parte justa y en parte exagcl'ada le ocasionó la
deportacion y rué conduciuo á Cayella. Mas habiéndose
escapado de la Guiana con muchos de sus compañeros de
infol'tunio el dia 5 de junio 1798, fué perfectamente re-
cibido en las colonias holandesas é inglesas y despucs en
Inglaterra. Volvió despues al continente y rué uno de los
deportados á quienes no llamó el gobiemo consular en
diciembre de 99: visto lo cual se pU80 á organizal' movj-
mien t03 realistas al abl'igo de las tropas piamontesas y
austriacas; pcro la hatalla de .Marcngo desorganizó todos
sus proyectos y tuvo que cmbarcal'se en Génova con un
cuer:po de emigl'ados tomando partido al senicio de Ingla-
terra.


PAGINA 554.


3ti EI1\lariscal de campo Dcflel's abrazó el partido
revolucionario, y en 1792 le hil'iel'on en el campamento
de Manlde. Le encargó Dumouriez el mando de Breda en
febrel'o de 95 y el 2 de Marzo entregó aquella plaza á los
aliados "V se retiró con los honores de la guerra. En el
mando ¡le los Pil'ineos contra España no hizo mas que
esper.imentar reveses y por tanto hahiéndole acusado dr




I>EL TlL\.I'H':CTOH..


1~!<t1(;1011, Il~ aIT(~sL:lI'OIl y (:oll¡}ujel'oll pl'('~U al Luxcmhlll'-
go y I(~ (~o'Hlellal'Oll Ú Blllc,'te el 22 tIc .IHli~) <le ~H.


PAGlNA 234.


3G El gencral frallces Dagobei't estuvo empleado eH
1 i92 en el ejército de Italia bajo las ól'(lcnes de Ansel-
me y de Bil'on y ltH'gO en el de los Pirilleos. Dcspnes de'
este combate delante de Pel'pilían , de que hahla fcl texto
le dieron el mando d(~ JIOllt Luis, que defendió contra
los espaüolesy uos batió el 28 de agosto y dt~spLles al
mes siguiente en Oliete, haciéndollos retiral' á Villafl':lu-


-ca y Campl'odon. Pero al Hn le echamos de allí y murió
al aüo siguiente en Urgel. La convencion mandó que se
inscribiese su nomlH'e en una columna en el Pantheoll.
Habia puhlicado en 1 if)2 uu l'úwvo método de 1nwular la
ín{anteria, s(~gun las ordflwllzas Griegas y Romanas.


PAGl\A 2;);),


:ii Sandos el'a ayudante general en el ejército del
Velldée y con tribllyl') ú la reconquista de ThOU:ll'S y FOIl-
lenay , P(~l'U 1(' depllsiel'oll muy prollto los l'cpl'csentalllt~s
del puchlo y se volvió ú Paris ú la sociedad d(~ los jaco-
hinos, donue ,'iviú y murió cn la obscuridad.


PAGI~A 230.


38 Juan Bautista Mal'cran nació en Chartl'f's en 1769
)' le destinó su padre á la cal'l'Cl'a de ahogado, pero ha-
biéndose inclinado ú la milita\', sentó plaza (,ll el regi-
miento de SayoY:l ü\l'iñan y al instante le hiciel'on sal'-


.} ...


gento. llabiendo obtenido una licencia para il' á su pue-
blo , pasó por Pal'is ell el momento de la l'eyolucion , y
se puso al frente de un destacamento para oponel'se á que
se acercaran las tropas que la cOI'Le habia mandado venir
sobre P,lI'is , lo cual le vali6 su licencia absoluta. De vuel-
ta á Chal'tl'('S se alistó en el pl'imel' hatallon del Eul'C y


v. 20




306 NOTAS
Loira y le nomlJ1'~1l4on comandante, Destinaron aquel cuer-
al cjél'cito de Lafayette y fué uno de los que arengaron á
las tropas para apartarlas del partido de aquel general.
Despues pasó al Vendée de teniente coronel de la legion
germánica y le denunció y mandó arrestar Bourgotte como
cómplice de 'Vestermann ,pero le soltaron luego, y tUYO
la fortuna mas adelante de encontrar á este mismo re-
presentante á quien lleyaban prisionero los realistas de
Saull1ur' , y cargando sobre los que le llevaban, le liber-
tó , le dió su caballo y le dijo: c( mas vale que perezca
ce un soldado como yo que no un repeesentante del pue-
« bl0. » Esta accian le valió el grado de general de bri-
gada, con el cual ganó 'la terrible hatalla de Mans. An-
tes del combate le habían entregado los repl'esentantes
del pueblo la destitucion de 'N estermann , pel'o él se la
metió en el bolsillo y despues de la victoria publicó las
oblígaciones que debia á 'Vestermann , pidió por él y lo-
gró que le conservasen. A corto rato se le presenta una
jóven y hermosa Yendeesa con lanza en mano y casco eH
la cabeza, perseguida por sus soldados y le pide que la
salve. Ella mira, la coge de la mano y la dice que se
tranquilize; pero habia una ley que castigaba de muerte
al que pe~donase á cualquiera del Yendéü cogido con las
armas ~1í' la mano, y habiendo denunciado ú Marcean
iban á conducirle al suplicio. Apenas lo supo Bourbotte,
echa á correr desde París y pudo salvarle la vida, pero
ní,su proteccion ni las lágrimas de Marceau pudieron li-
bertar á la infeliz guerrera, que fue decapitada, El resto
de su carrera fue una serie de actos de valor, inteligen-
cia y humanidad, asi en la guerra interior como en las
esteriores , hasta que estando en 1796 conteniendo á los
Austriacos para dal' tiempo al ejército franees de pasar
los desfiladeros de Altenkirchen , le dieron un balazo el
1. 7 de agosto de que murió á los pocos dias. Era tal la
admiracion que. habian causado sus virtudes entre pro-
pios y estraños , que el archiduque Carlos mandó que sus
tl'opas le hiciesen los honores militares á la hora misma
que las francesas le daban sepultura.




8'Et TltADUCTOR. 307


PAGINA .2;);';.


5~ Estc Chalbos hahia sido gcndanll:l antes de la I'e-
yoJucioll y se distinguió mucho eu la derrota de los de!
V cnd(~e en Fontenay. lUnrió ('11 JUagul;lcia en 1 R03.


GAGINA 230.


4,0 Xicolas de Canclaux era mayor tie cabaIlel'ia en
la época de la rcyolucion y se dió á estimar pOI' lo bien
Drganizado que tenia su regímiento y por lo bien quc le
administraba. I ... a emigracion le proporcionó el grado de
coronel yeu 1791 le nombró el rey mariscal de campo.
hatió muchas veces á los del Vendée, pero no por eso
dejaron de dcponerle él 8 de Octubt'e 1795. Un año des-
pues se le repuso y confirió el mando en gefe del ejérci-
to del Oe~te y concluyó una paz momentanc3 en '1795.
Luego pasó de e.mbajadol' á Nápoles, donde solo perma-
ncció un año. El cmperad(}l' le nombró inspector general
de caballcría, s-enador y gran oficial de la legion de
bonor"


PAGINA 257.


41 Juan li'rancisco Berruycr principió su carrera en
t 7¡)5 de símple soldado del regimiento infanteria de Au-
mont y se haIJaba de sargento en el sitio de 1\lahon. Fue
promovido á oficial en el campo de batalla de Souest en
Alemania por haber contenido con solos 60 hombres una
columna cnemiga en ~un desfiladero. En aquel combate
recibió seis sablazos y un tiro. En 1761 combatiendo
cuerpo á cuerpo en la rctirada de Signenéme cogió pri-
sionero al general Jm'ellel, que mandaba la vanguardia
del ejército prusiano, cuya accion le ,'alió el grado de
capitan á costa de cuatr'o heridas. Hizo la campaña de
Corcega y últimamente de grado en grado llegó basta te-
niente general en 1792. Pero á pesar de todo fué sus-
pend ido d('l mando en gefe del Vendéc en 1795 por ha-




~O,,'AS


he!' sut'l'iuo algllllos )'eveses, 110 obstautt' 11:11)(')' sido Ile--
rido en SaumuI'. D()t~pues en H4 y m) eslm'o ue inspector
de los ejercitos de los Alpes y de ltalia y pOI' fin le uie-
ron el golJíemo de los Ítnáliuos , donde murió el 17 de
;,hri l 1804·. '


PAGINA 21:·1.


42 Alejandro Bel'thiel', uno ue los gCllcI'ales mas
útilmente empleados por el empel'ador Napoleon cm na-
tur::!l de Versalles y nació el 20 de noviembre 1753. En
pocos años adquÚió los conocimientos necesarios á un
oficial de estado mayor bajo la direccion de su padl'e,que
era un ingeniero de muchomél'ito. Dibujaba con facilidad
ylímpieza, tanto que habiendo llegado Luis XVI á Yel' al-
gunas de sus pruebas le mandó llamar á su gabinete topo-
gráfico para que levantase un mapa de las cazerias, que
se conserva todavia con sus minutos corl'egidos de mano
del rey. Desde el gabinete pasó á servir en el regimiento
de dragones de Lorena mandado entonces por el príncipe
de Lambesc , que fue quien le pidió. Este regimiento
pasaba en aquella época por ser la mejor escuela de ca-
balleria , y en él se perfeccionó Berthier en el manejo de
las armas y de los caballos. Cuanuo se ueclal'ó la guerra
de América pasó al estado may~r del conde de Rocham-
heau, con quien se embarcó y se distinguió mucho en el
combate naval de Chesapcak y en el reconocimien to de
Nueva Yorck. Poco despnes le pidió para su estado ma-
Jor el general Viomesnil , con quien estuvo poco tiempo
por haberse hecho la paz en 1783.


Volvió eotoncesá Francia y despues de seguirlos cursos
de las mejores escuelas militares,se fué á los campamentos
prusianos á ver como se practicaban aquellas teol'ias tan
ponderadas en toda EUl'opa. Su entendimiento pI'eveia ya
porel movimiento genel'al de los ánimos que se acel'caua
e] tiempo en que el arte milital'seria la ciencia mas necesa-
ria, por ]a cual se elevarian los hombres sobresalientes
del siglo, y en efecto se propuso adquirir todos los co-




DEL TRA.DUCTOn. 309
noeimicnlos que ha]'ian de hacer tan neces~H'ia su eXls-
lcneia ú quien obtuyiese el mando supremo.


La reyolneion le enconteó de coronel, gcfe de estado
mayol' dc Benzenval y ú poco tiempo le nombraron co-
mandante de la guardia nacional de VersaHes , en cuyo
puesto supo mantenerse hasta que principió el reinado
del terror. Entonces pasó al ejército, primcl'O de gefe de
estado mayor de Lufayette y luego de LuckncI' , hasta
quc le enyial'on al Vendée, que es la época donde le en-
eontl'amos nomurado pOI' primera vez en el texto de
nnestl'a historia.


Pasó despues al ejército de Italia, donde lt> t~IlCOlltl'ú
Bonaparte en -179G y le tomó por gefe de su estado ma-
yor pUI'a no dejade jamas. Desde este momento ya su
vida se confunde y se mezcla con la de aquel grande
hombre, queclúndole pOI' única gloria los pormenores
de todas sus campaftas, Asi no nos es posible escribir su
vida, sino eserihimos almislllo tiempo la del gl'an gene-
ral, la del primel' consul y la del emperadoI'. Babeemos
pues de limitamos ú los sucesos que le son propios, Bo-
napal'te encontl'ó en Bel,thiel' el único hombl'e capaz de
eomprelHlel' con !weves palabras todo su pensamiento, y
así dlll'ante -1 H ailOS estil\"o ejecutando y agr:mdando d
círculo de una ciencia tan yasta ú quien habia consagl'a-
do todos sus estudios. Diez y seís campaIlas hizo Bcl'-
thier sin hahel' mandado en gcfe mas que un cucrpo de
ejército yeso solo durante las poeas semanas que prece-
dieron al segundo paso de los Alpes. Entonces orgTI-nizó
en Ginebl'a y mandó un corto tiempo el e,jé['cito Hamado
de reserva, pero siempre bajo la direccion del primer
('oflsnl , que se habia qucdado en Paris hasta el último
mOllleuto. El dil'ijiótolloslos delaIlesdela batalla de Jfaren-
yo, de que ha d(ljado una dcscripcion histórica acompaña-
da de prcciosisimas cartas, Lo mismo hizo con la espedi-
don de Egipto. Es imposihle que este hombr'e no amase
eOIl pasioll aquel géuero de estudios, cuando le vemos
si(~mpl'(' infatigahl(l (llllpl'ellUl'rlos inmediatamente dcspucs
.in las ulas rudas fat ¡gas ('11 f1 1H' sol ia ha hf'J' f'statlo :'t caballo




310 NOTAS
quince ó ,·citltc horas. Sin q\le pueda elccil'se 'que haya
~~mado batallas , pu~Jcn pasar' pm' suyas todas las del
consulado y del ímpel,ro , pues apenas h\lbo lrua en qtW
no dicse pruebas dc intrcpidcz y de una rara inteligencia.
Asi Napoleon le coTmó dc honras y dignidades: rué mi-
nistro de l:l gueITa : cmbajad01' cstraordinario una mul-
titud de veces: inspectol' general de todas las plazas fuer'-
tes: mariscal del imp'Cdo : cabuUcrizo mayor del empe-
radol' : gefc dc la primera cohorte de la legion de honor:
caballcro gran Cl'UZ de casi todas las ól'dcoes de Europa ;.
pt'Íncipe dc 'Vagram , de Nenfchatel' cte. ctc. Sin em-
bargo, la historia n'Ü' dejará de cchul'le en cara haberse
prcsentado desde el último campo de hatalla (Je' 1814 á
efrecer un jm'amento no espc/'ado á Luis XVIII que le
nombró capitan dc sus guardias. Cuando Napoleon vol-
vió de Córccga en 1813, temiendo Ber'llicl' la eÓlel'i.\ del
emperador, se retiró ú Bambcrga al palado. del pl'Íllcipe
de Baviel'cl su suegl'O , con su csposa y sus tres hijos, y
alli rué donde pocas scmanas despues terminó bien tris-
Irmente su vida el t.O' eJe juuio de 11813, 3ITojúndose ele
un balcon al ver pasar algulYos rí'gimientos que se dil'i-
gian contl'a FI'ancia.


PAGIXA 21,1.


43 A. P. Conslal'll na uu autigtw carabincro natu-
ral de Sto. Domingo, eaballel'O de la órden de S. Luís v
teniente de los mariscales de Fl'ancia cuando pl'incipiÓ
la re,·oludon. Se hallaba en Nantes, uonue le nombr'al'On
comandante de la guardia nacional y presidente del club
de jacobinos y últimamente djputac}o ú h\ legislatiY:l. Este
fue el que propuso y promovió la fonuacion de aquel"
eampamento de 20 mil hombres, cuyo decreto no quiso
saneionar el rey y que tanto contl'ibuyó á sus desgracias.
El dia 10 de Agosto de 92 en qllC se pr'ollllnció la de-
posicion del monarca estaba este diputado hablando con
S. M. en la tribuna del taquígrafo y se apal'lÓ un instan-
te para ir á yotar contl'a él. Entonces le obsenó el rey




DEL TRADt:CTOR. 311
que su voto Cl'a inconstitucional. « V erdau es, le respon-
dió Coustard, pCI'O con él os salvo la "ida. )) En seguida
le Clniaron al ejér'cito uel ~ol'te á dal' la noticia de la de-
posicion , y cuando dcspues le reeligiel'on para la COll-
,'encion ,"otó por el destierl'o de Luis XVI cuando se
hiciese la paz. Ya puede verse en el texto su heroica con-
ducta en el Vendée; pero ella no le preservó de ser acu-
sado por Marat de complicidad con los girondinos que se
habian ocultado cn la Bl'ctaüa, y habiéndole descubier-
to Caniel' ~ le clI"ió ú Pal'Ís, dondc el tl'ibunal revolucio-
nario le cOlldenó ú lllUCl'te el 7 de novicmbre 1795 jUll-
tamente con el duque de Orlealls. Tenia entonces 52
años.


I>AGINA 2;)0 .
.1,4 Jaeo!Jo Lcelel'c fue miemlH'o ue aquella municipa-


lidad que se instaló ú si misma el10 de agosto de 92 y uno
de los que habian liglll'ado en todos los precedentes albo-
rotos de la capital. Hizo snfl'Íl' mil angustias á Luis XVI y
su familia durante su lwision en el Temple. Pero despues-
le horraron de la lista de los jacobinos el 1. o de lUarzo
f 794 por habel' escrito unas cartas contrarias al espíritu
de aquella soeiedad, y poco tiempo despues le condenó
á mucrte el tribunal revolucionaI'Ío por cómplice de
Hebert.


PAGINA 2;JG.


43 J. 1\1. Gil'ey-Dupré , literato y diarista, naclO en
Paris en 17G9 °é hizo sus estudios en aquella universidad,
y cuando los concluyó á la edad de 20 años, se entregó
coI} el entusiasmo propio de la juventud á los nueves
pri ncipios oe la revolucion. Diose ú conocel' por algunas
piececitas en vel'SO, que le proporcionaron una plaza
de suuinspector de los manuscritos de la biblioteca real.
Redactó en compañia de Bl'issot el Patriota trances y fue
tanto lo que clamó contra la anarquia y el terror, que al
fin le envolvieron en la Pl'oscl'Ípcion del 31 de mayo ~
como refiere el texto. Cuando le llevaron á París y le




312 NOTAS
1Jjzo el int(~'Togatol'io el lI'ibunal I'emlllcional'io- dij{):
,({Yo juro que he conocido ú Ikissot y que "iyió como
« AristiJes y ha mucl'to romo SiJney , mal,ti .. de la liber-
«( tau. Me honro con haber sillo su amigo y me hOl1l'al'~
(( tambien ue participal' de su gloriosa muerte.)) Hahia
compuesto en la can~cl pocos di as antes de su juicio unas
coplas patriotas que fue cantanuo en la carrcta ratal. Mu-
rió el 20 de novicmbre 1793 á la edad de 25 ailOS.


PAGI~A 2~)().


4,6 D. J. l\Iarchcna era un joven muy pequcñito (h~
estatura, pero ue un talento muy grande, que sc cscapó
á Francia huyellllo lle la illqllisicion. Carecemos de noti-
das individuales de su nacimicllto y c-studios , plH'S solo
tilvinws el gusto de verle en Sil casa en Madrid pocos
dias autes ue mori,' en pl'incipios dd alío 1821. La ana-
¡ogia ue sus ideas con las ue los gil'ondillos le hizo parti-
cipal' de su suelte, aunque (Iuiso su fortuna qne soh re-
viviese al lit'ano BolJespiürrc. Cuando salió de la carcel
de resultas de la rcaccioll del9 ue thCflUiuol' (27 dejulio
1794) le dicl'on una plaza de cse l'ibicnte eH la eomisÍon
de salud pública, y empezó á tI'ahajal' en la l'edaccion
del Amigo de las Leyes. Mas como el partido thcl'IllÍdoJ'ia-
no se dividió pronto en dos fraceiones, tuvo ~Ial'cbena
la dcs3Tacia de a!icion:ll'se ú la que perdió su preponde-.
rancia en agosto ue 17m; yal installte le priY~u'on de su
cmplBo y ud sueldo que le daban en el periódico. En-
tonces se uedicó á escribir folletos, principalmente C011-
ll'a Tallien , Legcndre y :Fl'cron , los cuales fastidiados de
sus diatriv:ls , le delluncial'oll como UIIO de los agitauo-
res de las secciones ue Paris, que se rebelaron el t> de
octubre 179;') contra la COllvellciull , y uü sus rcsultas fué
proscrito Mal'chena. En J 7Di talllhien le persiguió el di-
rectorio, en virtud de la Ilucya ley llamada de 21 floreal
conU'a los eslrallgcl'os , y lc lle'·~II'on ue brigada en bl'i-
g~H1a hasta las ft'Ollteras de Suiza. Alli redamó los auxi-
lio~ de M~\(h\llla Stai'l , qlle le hahía conoeido en P~lI,js ,




DEL TRADUCTOR. 31:3
pero lIO quiso recibide. Entonces acudíó al cnel'po legis-
latiYO I'('e\amando los derechos de ciudadano fl'::mces, que
pretendia haber obtenido, y en efecto se le declaró tal y
pudo yohel' Ú Francia. Ilahia publicado muchos escritos
poco piadosos y cuando le agregal'on Ú la administraciou
de contl'ibuciones para el ejército del Rhin, dió ú luz en
Basilea un folleto, que dijo ser uu fracmento de Petró-
nio, pero que en realidad era todo inyencion suya y
de las Illas licenciosas. Volvió á París tan pobre como
cuando habia salido, lo cual no dejó de admirar sobre
todo en aquel tiempo en un perceptor de contribuciones:
fue por algun tiempo secretario de Morean y tomo mueha
parte en sus dcsgl'acias ocurridas en 1804. Desde enton-
ces permaneció en Pal'Ís ocupúndose en la literatura y
particular:Hellte eH tl'aducciones, como la que hizo de!
ingles de la Ojeada del Dr. Clarke sobre los progresos del
cornado ypoblacion de lnqlaterra. La tradnccion del Tar-
turro de illoliere; la del Emilio ele ROllsseall. etc. etc. No vol-
vió ú Espaüa hasta que se restableció la cOllstitucioll de
Cadiz en 1820 y ll1l11"ió, como ya hemos dicho, poco tiem-
po despues.


PAGINA 2tiG.


47 n. HioufT(~ era un literato de París, que como
dice muy bien 1\1i'. Thicl's , sc c:,capó COIl los girondinos
en compaüia de l\IaI'Chclla ; pCI'O Tallien ¡los mandó po-
nCI' presos en Bunlcos y los ellyió luego ú las cúrccles de
Paris , donde estuvieron hasta la caida de Robcspierre.
Publicó despues unas memorias y un cuadro ele las cárce'-
les de la capital en aquella epoca, que tuvo mucha yoga.
EIl diciembre de 99 le nombraron miembro del tribuna-
do donde escitó muchos murmullos su manía de elogiar á
Bonapalte y hacer como que tomaba su dcrensa cuando
nadie le atacaba. Escribió el elogio de Dessaix y el de los
ejércitos franceses , pl'incipalmante el del Oriente. En
tíClllpO del imperio le nomhral'on prefecto de la Costa de
01'0 , donde escribió en poema sobre la muerte del duque
d{' Brunslt'Íck , y creelllOS (pIe murió hace pocos auos.




314 NOTAS-


PAGINA 261.
48 Juan Migucl Bcyssel' nació en Ribauvillicl's, ClI'


)a Alsacia, é hizo la guelTa primero como aventUl'cI'O en
la ludia, donde llegó :í scr cirujano mayoI' y dcspues C:l-
pitan al servicio de Holanda. Cuando ,-olvió á Fl'ancia sc
decidió por el partido revolucionario y le hicieron ma-
YOI' del regimiento dc dragones dcl Oriente. En 1791
dispersó los primeros grupos de insurgcntcs 'que sc lc-
Yant:H'on en su departamcllto y sil'Vió en la Brctaña bajo
las órQenes del general Laboul'donnay contra los realis-
tas. Este suceso de Nantes, de que va hahlando nuestra
historia le valió ser nomhrauo general y comandante en
gefe del ejército de la Hochela; pero habiéndose esplica-
do contI'a el atentado dcl 31 de mayo, no le perdona-
ron, como no perdonan á nadic los revolucionarios, y
ú pesar de sus repetidos triuIlfos cOlltra los del Vendée ,
habiendo sido batído Hila vez al frcnte de Hila colulUna
de la guarnicion de Maguncia, en cuyo encnelltl'o habia
salido herido, le denunciaron al tribunal revolucionariO'
qne le condenó ú muerte el dia 15 de AIJl'il 1794. Des-
pues de condenado compuso unas caneiones y fue al su .
plicio con admirable firmeza, ú la edad de 4·0 aúos,
siendo uno lle los mejores mozos de Francia.


PACINA 2G3.
49 Armando Tuffín, mafflues de la RouaI'Íe em un


hidalgo bl'eton oficial de guardías francesas antes de la
revolucion , y paso su juventud en desórdenes y disipa--
ciones ; pero estas no le impidieron hacer con distincion
la guerra en Amel'ica hajo las ordenes de Rochambeau. Al
principio de la revolucion se declal"o pal'tidal'io de la no-
hleza y los parlamentos, y fue uno de los uoce bretones
qne viniel'on en diputacion al rey en 1788 con cuyo mo-
tivo le metieron en la Bastilla. En 1789 fue uno de los
que se resistieron á que la Bretaña cnviase diputados á
los estados generales, y desde entonces concibió un plan




DEL TRADUCTOR. 315
de asodacion hl'ctona contra los principios y progresos
de la l'evoll1cion ,con el cual se marchó ú Cohlentz, don-
oe se le aprobaron mucho, y le dieron los príncipes una
comision en regla para que le realizase. Consistia e~te
plan en insuneccionar á un tíempo la Bretaña, el Anjou
y el Poitou para hacel'se dueño de las dos ol'illas del Loi-
)'a. Con esta idea formó l'eg]amentos militares y civiles,
reunió á los c<Ylljurados en su casa de campo, dió comi-
siones de pal'te de los príncipes y se preparó á levantar
d estandarte de la insurreccioll al tiempo mísmo que las
potencias coligadas acmnetian por' el Norte. Pero hah ien-
do denunciado Ghevetel sus pl'oyectos á la comision de
segul'idad general, tuvo que ocultarse de las pesquisas de
los patriotas. Anduvo de quinta en quinta J de cabaña en
cabaña, hasta que enfénuo y cansado se refugió en el pa-
lacio de Lagnyomarais donde mUl'iú. Sus partidarios hi-
eiel'on algunos esfuerzos inútiles despues de su muerte,
y al fin fueron el nudeo de lo que se llamó despues la
Chouaneria.


PAGINA 2G1.


fiO El conde de Darbantane genel'al de division , era
COlll,IIHI:lllle de Aix. cuando ocul'rieron los allwl'Otos de
aquella ciudad con oeasion del regillliento de El'llesto , y
se condujo de tal manera que dió en que sospechal' de
que estaba de acuerdo con los revolucionarios de 3Iarse-
Jla para l:lcilital'i el desal'lllC de aquel cuerpo. De resul-
tas rué destituido y puesto de órden del rey en consejo
de guena. No se le vohió á emplear hasta 17U3 que ,,¡-
no á mandal' un cuerpo contl'a los Españoles, pero tam--
bien se le 'volvió á destituir en setiembre de aquel mismo
año y se rué ú P:lI'is, donde pasó oscuramente el resto de
la revolucion. En ,1797 sirvió de edecan al general Áu-
gereau , lo cual le valió que le reintegrasen en su grado.
Un año despues volvió el directorio ú destituirle por ter-
CCl'a vez y ,entonces desesperado de seguir una cürrera
que tan mal le probaba, se retiró á su hacienda y no se
ha 'vuclto Ú oir hablar de él.




31G NOTAS


}) \GINT \ '-)('"
.:. ~ ~ ... ),).


iH El general Carteaux. er'a hijo de un soldado dl~
dragones, que habiendo obtenido la pl'oteccion del pal'-
tido demagógico tuvo unos ascensos muy rápidos. Cuan-
do Du bois Crancé le dió la comision de que habla el
tex.to enUó en lUal'sella el 2;) de agosto y la cOllvencion
le declal'ó benemérito de la patria. En seguida le dió el
mando del ej~l'eito de Italia en fugal' tI() Bl'llllet y consi-
guió algunas yen tajas sobre los Ingleses que acababan de
desembarcar en Tolon; pCl'O no tal'flal'on en quitarle el
mando y llevarle pl'eso á la eonsel'gel'ia en ellel'O de 1794.
Restituido á la libe1'tad, obtuvo en 179;) el mando de
las costas de NOl'luandia, de donde anunció el alTesLo de
cuatro agentes ingleses. Poco tiempo despucs le destitll-
yecon i mas no por- eso dejó de ser ac(Sl'l'imo defensor de
la convencion cuando las secciones se l'ehdal'tm contl'n
ella. El gobiemo consular le nombl'ó en 1 ~O 1 dil'ecto l'
de loterias, cuya plaza conservó hasta 1801 en que le dió
el emperadol' la auministl'acion del principado tIe Piom-
hin o que solo desempeñó un año y se volvió á Pal'is, sin
necesidad de ser nuevamente cmplcado,


PAGINA 5GH.


52 P. T. Rambaud no solo 110 estaha H'ndido Ú los
emigrados, sino que fué luego diputado por (~l depal'ta-
mento del Hódano al conse;o de los 500 , donde se le
cometió el informe sobrc las I'CCOmpCllsas qll(~ se habiall
de dar á Jos defensores dc la patl'ia y siempre flH~ 1111 pl'O-
tector de la ciudad de LyOll conlra (l"i(~1l ('1 din~ctol'io
conservaba fUllestas pl'cn-llciollf'S.


,')0 Pel'l'ein de Pl'l'cy hahia sido t'Ol'onel de la guar-
dia del ,uis XVl v se hallaba [,f'lirado f'll su ";triPJlda




DEL TUADUCTOll. 317
cr.alHlo Yilliel'oll ú solicitarle los disidentes de Lyon para
que los lllatlllase (~n la resistencia que pensahan hacer á
la cOJlvencion. Preey aceptó el mando é hizo prodigios de
,-alor durante el sitio que no solo habia que sostener COll-
tl'a las tropas de fuera, mas tambien contra el populacho
de la ciudad que naturalmente se inclinaba mas á los que
le proIlletian parte en el saqueo. Sin embal'go obtuvo mu-
chas ventajas parciales; pel'o tuvo qne ceder al cabo de
70 dias de sitio y cuando ya no le quedaban lllas que dos
mil hombres. Con ellos salió de la ciudad, mas apenas
huuo llegado á la campiña cuando se halló asaltado por
todas partes y le mataron mucha gente. El fué uno de los
qtH' soure,-i,-iel'on á tal cal'niccria y pudo escapar á pais
estrangero yendo á reunil'sc con los hel'manos de Luis


< •


XYI. Estos le dieron algunas comisiones y por último se
retiró ú vivil' en un pueblo de Alemama donde probable-
mente IIloril'Ía pOI' ser ya muy anciano.


PAGl~A 2GG.


54 Noel Pointe el'a diputado del Ródano á la conven-
cíon naciollal , donde votó la muerte del rey y su ejecu-
cion inmediata. Pero pOI' mas adicto que fuese al partido
de la revolucion , f1gUl'Ó poco durante la época del ter-
ror, y solo quiso hacerla revivir cuando ya no era de mo-
da , en términos que habiendo solicitado que continuasc
la persccucion contl'a los sospechosos, el mismo Legendl'e
se rió de él "y le dijo que no recelára ni aun de las recla-
maciones que estaban haciendo contra él las autoridades
del departamento del Nievl'e, donde habia estado de re-
presentante. En efecto tomó á buen partido callal' y le
dieron una plaza de comisario.


PAGINA 267.


~5 Bernardo Lestcl'p-Bauvais era un abogado de Do-
ra.t y diputado á los estados genel'ales por el estado llano.
Luego lo rué tambien á la convencion donde votó la muer-




318 NOTAS
te del rey. Despues de la toma de Lyon pOI' los conven-
cionales se le acusó de que estando de representanlc ha-
hia dejado á los Lyoneses que sacaran muchas armas de
la fúbrica de Saint Etienne y auu tomado parte en la des-
obediencia de aquella ciudad, pOI' lo cual le condenaron
á muerte el 50 de octubre 1795 , á la edad de 45 años.


PAGINA 268.


ñ6 Mar'iana Cadota Corday-d'AI'mans C/'(l h;ja de
Juan ];--'rancisco Corday y de Carlota (~odiel' y nació en
1768 en San Saturnin-Ies-Vigneux, cerca de Seez en la
Normandia , departamento del Ome ; y la parienta en
cuya casa vivia cuando salió para París á denocal' el
monstruo, se llamaba Madama Coutelier de Bl'eteville.


Despues de lo que refiere MI'. Thiers de este hecho
tan estl'aordinal'io y lo que despnes refel'irá de su proce-
so y suplicio, lo único que resta al anotadol' es califical'
la accion en si misma y con pI'esencia de todas sus cir-
cunstancias. Lejos de nosotros la idea de querer formar
una especie de aristocracia para los crímenes, mostl'án-
donos severos para los que se llaman comunes y ordina-
rios, ó demasiado indnlgentes pal'a los que tienen por
escusa los gl'andes intcI'eses politicos. Pero por lllas que
el entendimiento se cmpeña en sujetar á una especie de
rigor lógico ciertos hechos que sobresalen en la historia,
jamas la raZOll de un homlH'e imparcial puede avenirse á
llamar asesino á Bruto el antiguo, dando la muerte á sus
hijos por mano del verdugo; ni al otro Bl'uto sacl'ifican do
á Cesar, su padre adulterino, á la libertad de su pais; ni
á l\1anlio condenando á su hijo victorioso para ejemplo de
la disciplina milit31'; ni menos á Carlota Corday , vengan-
do la ignominia con que el pueblo frances estaba sufrien-
do el yugo de un cínico insensato, que amenazaba delTi-
bar y hubiera del'ribado sin duda las 200 mil cabezas por
las cuales anelaba sin cesar. Está tan lejos esta ilustre-
yirgen de merecer, en nuestro concepto, el injusto dic-
tado de asesino como lo está de merecer el título de pa




DEI. TRADUCTOR. 319
triotismo y de ~mOl' al órdcn aquell~ estúpid a y cob~rde
obediencia dcl pueblo de Pal'is ú los Hebert ,.los :Fouqniee-
Tín"ille , los Collot d'I1cl'bois, los Marat y otros muchos
tit'anos con corazon de Tigre. No hubo ni cabia error, ni
falso pI'estigio de lihertad en aquella serie de escenas
sanguinarias y feroces que ya "an referidas en esta histo-
ria y que se seguirún refiriendo durante aquella "crgon-
zosa época en que se ve á una gencracion en tera se rvir
de espias , de delatorcs , de cortesanos, de ,'erdugos, de
guardias y de víctimas de un centenar de monstruos que
hahian logrado inspirarla miedo. Fué necesario el valor,
no el fanatismo, de una muger para lavar la fea mancha
de todo un pueblo despavorido y humillado, y Cadota
lJl'iUará en la historia de la revolucion francesa como un
astl'o resplandeciente en medio de aquella odiosa obscu-
ridad. El teatro y todas las bellas artes que se emplearán
C'Il su elogio, rcsolYcrún de un modo irrecusahle una
cucstíon quc suclc cmbl'ollal'Se cuando solo se cmplca el
l'aciocinio. Un asesino es cl que mata Ó pl'oclll'a matal' sin
riesgo y calcula sohre la impnnidad pero Carlota Corday
principia po!' renuncial' á su existencia y la sacrifica al
bicn de sn patria.


Se han escrito mil patrañas acerca de los motivos quc
dctcl'minaf'Oll su I'csolucion, y entre ellas, que tenia
un amante, tuya mucrte habia sido provocada por :l\1arat.
Hasta se ha llcgauo ú decir que era el joven Bclsunce ,de-
n u Bciado por ('1 Amigo del Pueblo y ajusticiado el día 1.1
de agosto 1780; pero se sabe á ciencia cierta que no tu-
vo parte en ella otra pasion que el entusiasmo inconside-
rado de que solo son capaces los grandes caracteres. Dos
días antes de su su plicio escl'ibió dos cartas dignas de Só-
crates; la primera ú su paurc pidiéndole perdon de ha-
her dispuesto de su "ida sin su permiso, y la scgunda á
Barbaroux cn quc le reHerc varias particularidades de su
interrogatorio, con la misma indifel'encia que si se trata-
se de otra persona. En ella se disculpa tambien de habel'
tenido que ,-a\erse de al'tilicios pal'a Ilegal' á la pel'sona de
Marat, pcro ya queda esplieado por qué no pudo darle el




320
golpc fatal cn la cima misma d(~ la Jlontall:l, como habia
sido su pI'inwl'a intcncion.
l\I~lI'chó al suplicio cubicrta con un saco encamado, ro-o


mo los asesinos, y no se obscrvó cn su semblante lllas
que una serenidad celestial sin inmutarse hasta quc el vel'-
dugo la arrancó el pañuelo de los hom]wes , que la causó
un visible rnhor. Aquel infame , CU~"O nombre era Lcgros
tuvo la cruel ])ajeza de dar dos boretadas en las mejillas
de la cabeza cOI'tada de la víctima y aquella pI'ofanaeion
indignó hasta la miserable turba de canallas qlle habian
ido illsultitndola en su caneta.


Cuando la estaban jnzga!ldo obsenó Cal'lota que la re-
trataba un dibujante, y se volvió húeia él para facilitarle
su trabajo. Aqucl dihujo quc , segun eucntan , es paree i-
dísimo, cs cl que ha sen ido para el ;prccioso elladl'o de
MI'. Scheffer, qnc tanto admil'ó cn la csposicioll dc 1832.


No dcbemos tampoco olvidar siqllier"a pOl'que sirra dc
contrastc , quc hahicndo elegido esta yirgell hcróica pOI'
defensor snyo á lUl'. Doulcct POlltccou1ant ~ (v. S11 nota)
se ncgó cobardcmcnte á este servicio que no poclia serlo
mas que dc fórmula snpnestoque estaha dcst.ínada al ca-
dalso. Pcro estc Señor es hoy cn uia Par de Francia.


VAGINA 27S.


ti7 C. ll. L. Duperl'et era un propietario y Uiptilado
de las Bocas del Ródano á la legislativa )" despucs ú la
convencion, donde votó por la reclllsion de Luis XYl.
Era girondino y gran enemigo de la montaña, cn tt"l'lni-
nos de haber sacado la espada e1\ plena asamblea contra
uno que le amenazaba con una pistola. Mas con todo eso
no fuc compl'elHlido en la lista fatal uel 51 de 111:1)"0 de
95. Aunquc escapó uc la calumnia que le lcvantaron cn
la cansa de Carlota COI'day, no tardó en ser víctima de
otra quc le costó la "ida. Habia sido !'cuactor de la famo-
sa protesta del () de junio, quc sirvió lucgo ue pl'etcsto
para :l1Tt'stal' Ú 75 diputados, (s inuH'(lialamcnh' se d('-




DEI" TRADUCTOR. 321
Cl'clú su acus;wion y tras de rIla su condenacíon á muer-
te el dia 51 dC' orlllhre d~ aquel mismo año.


PAGINA 27!).


;)8 Challveau Lagarde era un jul'isconsulto que pres-
laba oficiosamente su ministel'Ío y su elocuencia poco co-
mun á una multilud de acusados en el tribunal revolu-
cionario de Paris. Se cuentan entre sus ilusLr'es clientes
al general Miranda, lll'issot, Carlota Corday y la reina de
I;~rancia, aunque acompañado de esta última de Tronzon
de Coudray, de cuyas resultas les arrestaron á los dos
para que declarasen los secretos que hubiesen podido sa-
ber de su defendida. Mas no h3bicndo resultado nada
contl'a ellos los pusiel'On en libertad. Esluyo muchas ve-
ces Chaveau ('11 pcligl'O de pagar con la vida su ,'alor de
defender' á los dcsgr"aciados , pero salió del paso con su-
fdr repelidos alTC5!toS. Dcspues de la reaccioIl de thermi-
dor continuó hacicudo lo mismo con los que eran perse-
guídos y no salió jamas de su ilustre y modesta profesion
de abogado.


21






t-:ON\"ENClON ~.tClON.\r. (1793). :12:;


CAPI1'ULO CUAnTO.


ni.~trihllci(}n (k~ los pa-rLidos de~lmcs del 31 de rllayo , asi en
la cOIl\'CllciOI) ('01110 CIl la comisioll dc salud ptÍbli('a y I'It
el ayuutamicnto. - Divisiones cn el de la MOlllaiifl. Dcs-
cr(·dito <.le Dantoll. - Política de Robespicl'l'c. -- A.conteci-
mientos cn el Vend(~c. DCITotas de ,y cstcrmanu en Chaü-
Hon , y del general Labal'olicre en Vihiel's. - Sitio y tom:t
(le Maguncia por los Prusianos y los Austriacos. Toma de
valcncjellllcs. - Peligros cstrelllos de la 1'l'})1íblica en ¡¡gos-
lo de 1793. - Estado económico. Des('r{~dito d(~ los asig-
nados. Est,tl)lecimicnto e1,,1 lHrí,l·i'J/fllll. Pohrf'za JHíhlica.
Agio.


Sfilo quedaban ya de aquel f:unoso tl'iunvüato
Uobespiert'e y Danton; lnas para fOl'lnal' idea de
su influjo P.S indispensable que denlos una ojea-
da sobre el nlodo como estaban distribuidos los
poderes del estado y la lllareha que habian sc-
guido los [mimos (lespues de la supresion del Ja(hJ
derecho.


Aunque desdc el día nlisnl0 de su institucioll
sehabia en la rcalidad apodel'ado la convencion
de todos los poderes, no quiso conscrvarlos os-
tensiLlcluente en sus Ulanos Ú fin oe cyitar toda


; ,




aparicucja de tlespotismo, sino (llW pel'1nilió exis-
liera fuera de su seno un [;ultaslna de poder eje-
cuti YO y para eso conservó los ministros. Pero estan-
do desconlenta de su ;Hhnillistracion, cuya energia
no era proporcionada ú las circunstancias, fun-
dó innlcdiatéunente despues de la fuga de Du-
lnouriez, una cOl11ision de salud pública, que
cnlpczó sus funciones el dia 10 de abril y eger-
ció sobre el gobierno una inspeccion superior; en
térn1Ínos, que podia suspender la ejecucioll de las
providencias tOluadas por los nlinistros y suplir ú
ellas euando las consideraba insuf1cientes ó revo-
carlas cuando le parecían nocivas. Redactaha las
instrucciones de los representantes que se envia-
ban en COl11ision y era la única que podia estar
en correspondencia con ellos. De esta nlanera ha-
llúndose con autoridad superior ú la de los Ininis-
tros y los representantes, los cuales la tenian tam-
bien sobre toda clase deempleados,eradueilaabso-
luta de todo el gobierno: de suerte que aunque el
título de su autoridad n::> fuese mas que una simple
inspeccion, venia á parar en la realidad á ser la
accion misma, porque claro es que el gefe de un
es! ado nunca ejecuta nada por si misnlo, sino que
se liI11ita á tener la vista atenta sobre todas las
operaciones, elegir los empleados y dirigirlo todo.
A hora hien, con solo su derecho de inspeccion po-
dia ejecutar todo.esto la cOlnision de salud pública




f:o~YENCIO~ NACIO:s'AL. (1793). :~2t)
y así lo realizó. Ella fue quien dictó las Opcl'<H.:io-
nes rrúlüill'es, encargo \os snm"ln"ls\ros, ()\,(\~l)D \~\S
providencias de seguridad, nOlnbró los generales
y toda clase de elupleados, por manera que los
lIlinistros acobardados se daban por muy felices
de (lltitarse de encima toda responsabilidad, re-
duciéndose á desenlpefíar el papel de meros ofi-
ciales de secretaria. Los miembros que componian
la comision de salud pública, eran Barrél'e, De1-
l11as, Bl'eard, C~lll1bon, Robel'to Lindet, Danton,
Guyton-Morveau, Mathieu y Ramel '. Todos ellos
eran hombres tenidos por muy capaces y laborio-
sos, .Y aunque se sospechaba un poco de su ten-
denr.:ia á la moderacion, no tanto que se les cre-
yese, como á los girondinos cómplices de los es-
trangeros. En poco tiempo reunieron en sus lnanos
lodos los negocios del estado y aunque su 1l0nl-
Jwamienlo no era l11as que por un nles, IlO se tUYO
por conveniente interrumpirles en sus trabajos y
se les fue prol'l'og;ando de mes en mes, duran-
te los de ahril, luayo, junio y julio. Bajo las ór-
denes de esta comision egercia la alta policía la
de seguridad general, negocio importantisinlo en
tielIlpos de desconfianzas; pero esto no impedia
que la de salud púhlica fl¡eSe competente para
averiguar las conspiraciones contra la república.


Por manera rpte la C011\,('I1C1011 era ([uien por
medio ele sos ,l('('1'('lOS didaha su yolnnta<l solw-




UEVOLrt:ION FILtNCES,t.


rana, 'J quien la e}ccutaha talllhien por el lle- sus
l'cprcsentl~lltes y cOInisiollcS, y al paso (pie no (file'-
ria reunir todos los poderes en, sus' m.anos, se vi"
~onducid.a pOl' las tÚI'CUI1SlallÓas Ú f~jCl'Cerlos todos
por lnedio de sus lnieml).l·05, creyendo. que todos
]0& estraiios los- desclnpeñahan 111a.l.


l\Ias fiuIHIue la autoridad sc ejcl'Ciesc dentro de
su scno , no tom.aba otra p~wte en las operaóones
del 60bierno que la de apl'obarlas y no- discutil'-
las, porque las gl'andes cuestiones de organiza-
(:ion social estaban va resucltas f,or la constitucion. ..


.; /


que prescribia la delllocl'acia pUl'a. La otra cues-
tion dc si habí~~n¡ de empIcarse para salvada to-
(los los recursos rcyolucionarios y abandonarse t~
todo cuanto pudiera inspil'ar la pasion , tambicn
quedaba resuelta con la jornada del 31 de mayo;
y asi €stahan ya fijadas la constitucion del cstad!,)
y la Ino1'al política. Solo (luctlaban por cx;uninar
las n1edidas administl'ativas, cconónl-icas y nlili.t"!r-
res; pero por llesgl'a.cia 1'a.1'a vez acierLa una nu-
Inceosa aStunhlca Ú ~omprellllcl' los negocios de
f'"."La natlll'i-lieza y asi s!-~ al ... lndOll(l it la ,H'hitraric-
tlad de los hombres <lile tienen conocimientos es-
peciales cn ellos; y en e~tc punto:se abandonó coa
llHlcllO gusto la con\'cl1(,:ion Ú las cOlnisioncs qll~
h'l1ia 1l0lnhl'adas para cada ramo. ~illg'llna sospe-
~'ha tellia de su pl'ol>idad ni de sus luces y ('do, y
áhi se l'CdllCia ú calla\'; lnllcho lllas cllalHlo la úl.-




CONVENCION NA{:IONAL (1793). 327
tima revolucion la habia quitado el ánimo y la
ocasion de discutir. Venia á ser como una especie
de consejo de estado á donde las comisiones que'
habian preparado-Ios trabaj os venian á dar infor-
mes que siempre eran aplaudidos y proponer de-
cretos que siempre eran adoptados. Las sesiones
eran cortas, sombrias y silenciO'sas y jamas se prO'-
IO'ngaban como antes durante dias y nO'ches en-
terase.


Mientras que la cO'nvenciO'n se O'cupaba de las-
materias generales del gO'biernO', el ayuntamiento
estaba haciendo una verdadera revolucion con su'
régimen municipal. Desde el 31 de mayO' nO' pen-
saba en otra cO'sa que en cO'nspirar y servirse de'la
fuerza l{lcal de Paris contra la cO'nvencion, en,
ocuparse de la pO'licia, de las subsistencias, de'
IO's mercadO's, de lO's cultos, de los, espectáculos y
hasta de las rameras, espidiendO' acuerdos sobre
todO's estos o-bjetos de régimen interiO'r y privado,
que servían luegO' de mO'delO's para tO'da la Fran-
cia. El redactor de tO'da esta legislatura municipal
era el procurador general C.haum,ette "por medio de-
pedimentos que siempl'e eran escuchados y aplau-
didos por el pueblo. Siempre andaba buscanda.
este legisladO'r de-las plazuelas,nuevas materias que
arreglar y nuevos motivos cO'n que invadir la li-
bertad de los ciudadanO's haciéndO'se cada dia mas
importuno y temible. Pache simpre impasible le




328 REVOLUClOlIC FllA~CESA.
dejaba hacer cuanto se le antojaba á su vlsta 'f
aprobaha todas sus propuestas y le cedia los ho-
nores de la tribuna municipal.


.' Como la convencion se limitaba á aprobar cuan-
to hacian sus conlisiones y el ayuntamiento Inane-
jaba esclusivanlente todas sus atribuciones, solos
los jacobinos estaban en posesion de discutil' las
materias de gobierno y la conducta de cada em-
pleado, y lo hacian con su audacia acostumbra-
da. Habia ya mucho tiempo que habian adquiri-
do la mayor importancia por su número, ilustra-
cion y elevado rango de la mayor parte de sus
miembros, por la multitud de sociedades filiales
suyas y últimalnente por su antigüedad y dilata-
do linflujo en la revoluciono Pero cuando de re-·
suItas del 31 de mayo se habia impuesto silencio'
al lado derecho de la asamblea y prevalecido el
sistelna de una energia ilimitada, su influjo en la
opinion habia crecido de tal manera que ~e hicie-·
ron dueños esclusivos de la potencia de la pa-
labra, ahdicada en cierto modo por la conven-
cion. Ellos eran los que perseguian á las comi-
siones con una vigilancia continua, examinaban
su conducta y la de los representantes, Ininistros
y generales con aquel furor de personalidades que
les era peculial'; y de este modo ejercian sobre
todos los elllpleados una censura inexorahle, 111U-
chas veces inícua, pero sienlprc \ttil á causa del




CONrENCI0N NACIONAL. (1793) 329
ferror que inspiraba .Y pOI' el cuidado con que to-
dos tenian que vivir. Tambien las otras socieda-
des tenian su parte de libertad y de influjo, pero
sielnpre sonletitlo á la autoridad de los jacobinos,
como por ejemplo los franciscanos, que aunque
Il1aS turbulentos y dispuestos á obral', siem-
pre reconocian superioridad de razon en sus pri-
mogénitos y se dejaban conducir por sus conse-
jos cuando les sucedia anticiparse en alg'una pro-
posicion por impaciencia revolucionaria. Una de
las pruebas de esta deferencia fue la peticion de
Jacobo Roux contra la constif ucionrevocada por
los franciscanos á instancias de los jacobinos.


Tal era la distribucion de poderes y de influjos
despues del 31 de nlayo, esto es : una conlision
flue gobernaba, un ayuntamiento ocupado en re-
glamentos nlunicipales, y la sociedad de jacobi-
nos ejerciendo una censura continua y rigurosa so-
bre el gobierno.


No se habian pasado dos meses cuando ya la
opinion se elnpleaba severamente contra la admi-
nistracion actual; y asi e:-; que no podia conten-
tarse con el 31 de mayo si no que sus exigencias
pasaban mucho mas adelante pidiendo sin cesar
mayor energia ,mas prontitud y mayores resulta-
dos. En la reforlna general de las comisiones que
se habia reclamado el 2 de junio habia quedado
esceptuada la de salud pública por estar deselupe-




330- REVOLUClON- FRANCESA~
ñada. por hombres laboriosos, estraños á todos .. los.
partidos y encargados de ocupaciones que era,
peligroso inteerumpir: pero·no se habia echado,
en olvido que habían andado indecisos en los dias,
31 de mayo y 2 de junio, queriendo negociar con
los departamentos y enviarles rehenes, por lo que
se convino en que no eran aquellos los hombres.
que convenian en las circunstancias. Cl'eada aque-
lla comision en el momento mas crítico, se la
imputaban las derrotas que habian provenido de
nuestra desgraciada situacion yen que no tenia la
menor culpa. Como seevia de centeo de todas las ope-
raciones, estaba recargadísima de negocios y se la
echaba en cara que dejaba dOl'mil' los cspcdientcs ,
que no paraha su atcncion mas que en pormenores
y fIue en una palabra era gente gastada é incapaz.
Sin embargo no se podia negar que habiéndose
instituido en el momento de la desercion de Du-
lllouriez'cuando todos los ejél'citos estaban desor-
ganizados , el Vendée revuelto y la España prin-
ci piando á hacer la guerra, ella habia reorgani-
zado el ejército del Norte y del Rhin ,creado el
de los Pirineos y el Vendée, que no existían antes,
y aprovisionado 126 plazas ó fortalezas; y aunque
sin duda faltase mucho que hacer para poner nues-
tas fuerzas en el pie que se necesitaba, no eea
poco haber ejecutado tan grandes trabajos en tan
corto tiempo y en medio de los ohstáculos de la




CONVENCION NACIONAL (1-793). 231
insul'l'eccion departamental. Pero la desconfianza
públ ¡ca Sienlpl'e exijia q,ue se hiciese mas de lo
fIue se hacia y mas de lo· que se podia hacer; pOL'
{'so reclaulaba una energia tan grande y tan pro.-
porcionada al peligl'o,. Para aumentar la fuerza de
la comision y remontar su energia revolucionaria
se la habian agregado por nlienlbros á SaÍnt , J ust
Jean-Bon-Saint-Andre y Couthon , y con todo eso
TID estaban satisfechos, por que aunque decian que
los recien agregados eran excelentes ,temian que
su influjo quedase paralizado por los antiguos.


No menos severa se mostraba la opinion contra
los ministros, y aun(Iu.e el del interior, Garat,
fuese muy bien visto it los principios á causa de su
neutralidad entre los girondinos y jacobinos, ya
desde el2 de junio no era mas que un moderado.
Hallúndose encargado de redactar un escrito des-
tinado ú ilustral' á los departaInentos acerca de los
últimos sucesos, hahia formado una disertacion
})astante larga en que esplicaba y com.pensaba to-
dos los cargos con una itnparcialidad muy filosófi-
ca sin duda pero poco aCOlnodada á las disposicio-
nes actuales de los ánimos. IIabiendo presentado
á Robespierre aquel escrito tan juicioso se le des-
aprobó y no tardaron en saberlo los jacobinos
quienes le echaron en cara no haber hecho nada
para comhatil' la Inala ponzofla esparcida por Ro-
land. Lo nüsmo le sucedia al nlÍnislro de la lua-




332 REYOLUCION FRANCESA.
rina Albarade 2 , á quien acusaban de <I ue ~on­
servaba en todos los estados mayores los a 11-


.'


tiguos aristócratas, y así era la verdad que habia
conservado á nluchos, como no tardaron en de-
mostrarlo los sucesos de Tolon ; pero no se hacian
cargo de que er:lll mas difíciles estas epuraciones
en los ejércitos de mar que en los de tierra, por
que los conocimientos especiales que exige el ser-
vicio de la nlarina no dahan lugar á que se rem-
plazasen con nuevos los antiguos oficiales ni ha-
cer en seis meses de un simple paisano 11n solda-
do, un sargento ni un general. El único que ha-
bia conservado favor era el de guerra. Buchotte,
porque á ejemplo de su predecesor, habia puesto
sus oficinas á la discrecion de los jacobinos y fran-
ciscanos y calmado su desconfianza con llamarle s
el mismo á su luinisterio. Casi todos 105 generales
estaban acusados y particularluente los nobles,
pero dos de ellos habian venido á ser el espantajo
del dia que eran Custille en;el Norte y Biron en
el Oeste. Ya hemos dicho que Marat les habia de-
nunciado algunos dias antes de su muerte, y des-
de aquella acusacion no cesaban de preguntarse
unos á otros porque permanec;a Custine en el
canlpo de Cesar sin levantar el bloqueo de Valen-
ciennes, y porque Biron est:lndose sin ha~er nada
en el bajo Vendée, habia dejado t omal' á Saumur
y sitiar á ~antes.




CO~VB~ClO~ ~ACLONAL. (1793). 333
Igual desconfianza reinaha en lo interior, de suer ..


te que la cahllunia andaba vagando de cabeza en
cabeza y solia asestarse contra los mejores patrio-
tas, porque COlllO ya no habia un lado derecho á
quien echar la culpa ni talupoco un Roland , ó un
Brissot ó un Guadet á quien achacar cada dia una
traicion, era frecuente descargal' las sospechas so ......
bre los republicanos mas decididos. Reinaba ver-
dallel'o furor de sospechas y acusaciones, sin que
hastase haher sido toda su vida revolucionario pa~
ra no ser tenido el dia m.enos pensado por uno
de los luayol'cs enemigos de la república. Uno ~de
los que luas bien puestos estaban en la illlagina-
clon de aquella gente era Danton, cuya audaz
elocuencia habia sostenido las e3pel'anzas en cir-
cunstancias muy decisivas; pero este patriota no
tenia mas pasion porotl'o objeto que el de la mis-
ma revolucion, sin alinlentar odio alguno contra los
individuos y esto no bastaba, porque el espíritu re-
yolucional'io no solo exije pasion por el fin sino
tanlbien ojeriza contra todos los que pongan obs-
táculo contra él y á Danton le faltaba uno de estos
sentimientos. Es cierto que no habia Oluitido nin-
guna de las :medidas revolucionarias dirijidas á
mortificar á los ricos, poner en accion á los indi-
ferentes y desarrollar los recursos de la nacion,
discurriendo los medios mas att'evidos y violen-
tos; pero era tolerante y suave con los indi viduos




33l .. REVOLUClON FRANCESA.
y no á todos los 111iraba COI110 enel11igos, sino que
veia hOll1bres de diferente carácter ó disposicion
de ánimo, á quienes convenía ganar ó admitir ta-'
les como el'an. Nunca habia tenido á Dumouriez
por un pérfido sino por un descontento á quien se
había forzado á serlo. Nunca creyó que los giron-
dinos fuesen cónlplices de PÍU sino unos h0111bres
de bien aunque incapaces de gobernar y hubiera
deseado que se les arrinconase sin sacrificarlos.
Hasta se decia que se habia ofen(lido de)a consig-
na dada por Henriot el dia 2 de junio. No reusa-
ba su 111ano á los generales nobles, cOlnia con los
asentistas, hablaba falniliarJl1cnte con los hom-
hres de todos los partidos, gustaba de los place-
res y no se los habia escaseado durante la revolu-
cion. Nada de esto se ignoraba y corrian los ru-
mores mas equivocos acerca de su energía y pro-
bidad. Unas veces se decia que ya no concurría ti
los jacobinos; otras se murmuraba de su pereza,
de sus continuas distracciones, aiiadíendo que la
revolucion no habia sido avara de deleites para
él. Otro dia subió un jacobino á la tribuna y dijo.
( Danton se ha separado de mi para ir á dar un
« apreton de manos á un general. » Algunas ve-
ces se murmuraba de los individuos que habia
rocomendado á los ministros, y ya que no sienl-
pre se atreviesen á atacarle en persona, atacaban
á sus amigos. El carnicero Leg'enurc, (fue era com-




CONVENCION NACIONAL (1793). 335
pañero suyo en la diputacion de Paris, su teniente
en las calles y arrabales y su imitador en la
elocuencia grosera y brutal, era tratado de mo-
derado por Hebert y otros botarates de la socie-
dad de franciscanos.- <t ¡ Moderado yo, decia Le-
«gendre en los jacobinos, cuando algunas veces
o(l me reprendo á mi 11lismo de escesiva exagera-
( cion ; cuando escriben de Burdeos que he apa-
« leado á Guadet , cuando se dice en todos los dia-
( rios que cogí á Lanjuinais por los cabezones y le
({ arrastré por el suelo! » Tambien trataban de
moderado á otro amigo de Danton que era nada
menos que Camilo Desmoulins , patriota tan cono-
cido como esperimentado, y el escritor mas fran-
co , mas dramático y mas elocuente de la revolu-
cion. Camilo conocia mucho al general Dillon ,
aquel que situado por Dumouriez en el puesto de
las Isletas de la argona, habia desplegado en ellas
tanta firmeza y valor. Pero Camillo se habia con-
vencido por si mismo de que DilIon no era mas
que un yaliente sin opinion política, aunque do-
tado de un instinto guerrero y pronto á servir á
la república. Corre de pronto la voz por un efec-
to de aquella increible desconfianza que reinaba,
de que Dillon se va á poner al frente de una con s-
piracion para restablecer en el trono á Luis XVII,
y al momento le manda arrestar la comision de
salud pública. Camilo que estaba bien seguro de




:\36 RE,'OLUCIO~ F ¡tANCESA.
que senlepnte rUIno!' no era 111as que una fáhula
quiere defender' á Dillon en la ~onv('n('ion yal 1110-
n1ento empiezan á gritarle: tu comes con los al'is-
tocratas.- Billaud Varenncs cortándole la pala-
bra, esclamó que no se pcnnitiese ú Call1ilo des-
honrarse.- Parece que me cortan ]a palabra, re-
plicó Can1Ílo , pues bien acudiré al tintero; y al
mon1ento escribió un folleto intitulado Carta á D,:-
llon, lleno .de gracia y de raciocinio en que pa-
tentizaba su inocencia y decia á la conlision de sa-
lud pública; - « Vosotros haheis usurpado todos
<l los poderes y acaparado todos los negocios sin
{( evacuar ninguno. Tres estabais encargados de la
«guerra, y de ellos uno estú ausente el otro en-
« fermo y el otL'O no entiende una palabra; dejais
« al frente de nuestros ejércitos á los Custines ,
({ los Biron , los l\1enou, los Bcrthicr, todos aris-
« toc1'atas Ó fayetistas ó incapaces.» A Canlbon le
decia: « Yo no entiendo tu sistelna de hacienda, pero
'«: por lo que hace al papel que has creado ;se parece
'(e muy mucho al de Law y corre con igual prisa de
«una mano á otra.:& A Billaud Varennes le reconve-
nia diciendo: « Tu no puedes ver á Arturo Dillon
« porque cuando eras comisario:te obligó á presen-
« tarte al fuego. »-A Sai n t J ust :: {( Tu te res petas á
« ti mismo y llevas la cabeza como si fuera un Li-
( .. il :» A Breard, ú Delmas , á Barrere y á otros;
«Vosotros quisisteis hacer dimisioll el dia 2 de




e ON\ENCION NACIONAL (17~}3) 337
« junio porque no podiais Inirar esta revolueion á
« sangre fria por que os parecía feÍsinla.» Ulti-
mamente dccia, que Dillon no era nilepubliea-
no, ni federalista, ni aristócrata, sino soldado que
solo deseaba servir; que su patriotismo valía TI1aS
que toda la comision de salud pública y que to-
dos los estados mayores que se habían conservado
al frente de nuestros ejércitos; que por lo menos
era un gran lnilitar y no era poca fortuna poder
conservar algunos, pues, no era tan cierto como
creian que cualquier sargento pudiese servir pa-
ra general « Desde que un oficial desconocido;
afíadia, desde que Dumouriez triunfó en Jenl-
({ 111apeS :'l pesar suyo y tornó posesion de toda la
<l Bélgica y de Breda como un cuartel lnaestre la
({ toma de una guardia de prevencion ,nos han da-
( do tal orgullo las ventajas de la república, como
«: el que dieron las de su reinado á Luis XIV.
« Aquel escogia sus generales en su antecámara y
« nosotros creemos poder elegil' los nuestros en las
« calles; ¡hasta hernos llegado á decir que tenia-
« mos tres lnillones de generales!»


Ya se echa de ver en este lenguage y en estos
ataques cruzados, la conIusion que reinaba en la
montaña, sucediendo por lo general lo 11lisIllO á
todo partido que acaba de triunfar y estú pronto
á divi\.\il'~e, pero cuyas fraccione~ no están toclavia
bien designadas. Aun no se había formado un ntH:'~


'). ').




338 REYOLUCION FllANCESA..
vo partido entre los mismos vencedores, pues las
acusaciones de moderado ó de exagerado carga-
han sobre todos sin fijarse positivalnentc en nin-
guno. l\'Ias en medio de aquel desórden de opinio-
nes una sola reputacion permanecia inaccesible á
todo ataque y era la de Robespierre. Este no habia
sido nunca indulgente con los individuos, ni com-
padecido á ningun proscrito ni hecho migas con
ningun general, asentista ó diputado. Tampoco se
le podia acusar de haber disfrutado placer alguno
durante la revolucion, sino que vivia oscuramente
y mantenia, segun se dice, con una de sus hijas
un comercio que SP, ignora. Severo, reservado é
íntegro, parece que era y pasaba por incorrupti-
ble ,sin poderle echar en cara otro vicio que el or-
gullo, el cual no mancha como la corrupcion, pe-
ro ocasiona grandes males en las discordias civiles
y llega á ser terrible en los hornbres austeros y en
los devotos religiosos ó políticos, porque conlO es
su única pasion, suelen satisfacerla sin distrac-
cion y sin piedad.


Robespierre era el único individuo que pudiese
contener ciertos movimientos de impaciencia re-
volucionaria sin que se atribuyera su moderacion
á motivos de diversion ó de interes, y su resisten-
cia, cuando la hacía, nunca se atribuia mas que á
la razono Conocia perfectamente su situacion y en-
tonces fué cuando por primera vez principió á eri-




C-O:V,'E~CJON NACIO:V,H.. (1793). :3:19
gil'la cn sistclna: Ilasta cntoncesentl'cgado todo al
odio, no habia pensado nla3 que en descargal' la
revolucion sobre los girondinos; 111as ahora "ien-
do en el nuevo desúnlen de los ánirnos un peligro
para los patriotas, pensó que era necesal'io l11an-
tener el respeto á la convencion y á la comision
tle salud pública, POlYlue en ellas residía toda la
autoridad y no podia pasar á otras manos sin una
eonfusion espantosa. Por otra parte él se encontra-
ha en aquella convencion y no podia menos de
entrar lnuy pronto en la comision de salud públi-
ca ') y asi al tiempo mismo que defendia una au-
toridad indispensable, defendia la suya propia.
1\las COlUO toda opinion se fOl'maoa primero en
los jacobinos, pensó en hacerse dueño de ellos
cada vez mas y unirlos con la convencion y con sus
cOlnisiones, salvo á desencadenarlos despues si lo
~onsideraba necesario. Siempre asiduo á las sesio-
nes pero sin conéurrir á ningunas otras, los lison-
geaba con su presencia, y luientras que rara vez
tOlnaba la palahra en la convencion, donde, co-
Ino ya hemos dicho, no se hablaba ya casi nunca,
se le veía frecuentemente en la tribuna de los otros
y no dejaha nunca pasar cualquiera proposicíon
importante sin discutirla, modificarla ó rechazar-
la. En esto su conducta estaba mejor calculada
que la de Danlón, pore¡ uc nada -ofende IDas á los
hOlubres ni favorece los rtUll0res C{luívocos como




:V,:O UEYOLUCION fIlA~CHSA.
la ausencia. lJanton era des'cuidado., corno todos
los genios ardientes y 'apasionados, y concurria
lIHly poco Ú los jacoLinos , de suerte que cuando
se presentaba en ellos, se veia reducido á justifi-
carse y asegurar que seria siempre buen patriota
diciendo que ( si alguna vez usaba de ciertas con-
«sideraciones para atraer ú los áninlos débiles
«aunque bienintencionados, podian estar seguros
«( de que no se habia disnlinuido suenergia,y siem-
«pre velaba por los intereses de la república, que
« saldria victoriosa.) j Vanas y peligrosas escusas!
Cuando uno se ve precisado á esplicarse y justifi-
carse ya está dominado por aquellos á quienes se
dirije. Por el contrario Hobespierre estaha sielllpre
á la vista, sielIlpre pronto á rechazar las insinua-
ciones y nunca reducido á justificarse: antes hien
siempre tomaba el tono de acusador; reprendia á
sus fieles jacohinos y habia llegado al punto en
que la pasion que ha sabido inspirarse es tan
veemente que no la disminuyen sino lIlas bien la
aumentan las reprensiones severas.


Ya hemos visto de que IIlOdo trató á Jacobo Le-
Roux., que habia propuesto una peticion .::ontra el
acta constitucional, y lo lI1Ísmo hacia en cuantas
circunstancias se trataha de la convencion. Aque-
lla asamblea estaba ya depurada, decia, y no nle-
recia lIlas que respeto., y así cualquiera que dijese
mal de elh era un mal ciudadano. Verdad es ,que




CO~VENCIO~ NACIONAL (1793:. :1!d'
la cOlnision de salud pública no habia hecho toda-
via todo lo (pIe d~hia (porque aun defendiendo?
RobespielTe censuraba á los n1ismos que defendia);
pero estaba en el buen camino, y atacarla era des-
truir el centro necesario de todas las autoridades,
debilitar la energia del gohierllo y cOlnprOlneter
la república. Cuando se intentaba molestar á la
convencion ó á la comision con peticiones delna-
siado repetidas, se oponia á ello diciendo que se
malgastaba el influjo de los jacobinos y se hacia
perder el tielnpo á los depositarios del poder. Un
dia en que se pretendia que las sesiones de la co-
mision fuesen públicas, se encolerizó contra aque-
lla proposicion y dijo que habia enemigos ocultos
que con la lnáscara de patriotismo soltahan pro-
posiciones incendiarias, principiando entonces á
sostenel' que los estrangeros pagaban dos especies
de conspiradores en Ft'ancia : los exageradores que
todo lo precipitaban hacia el desórden, y los mo-
derados que todo lo querían paralizar á. fuerza de
11101ícíe.


Tres veces se habia prorrogado ya la comision
de salud pública y era necesario el dia 10 de ju-
lio volverla á prorrogar ó renovarla, sobre la cual
hubo gran sesion el dia 8 en los jacobinos. Todos
clamahan porque era indispensable mudar sus
n1Íen1bros y no hacer 10 que s{' hahia hecho tres
meses ~;¡pg·llid()~.- « Ciertanlf>ntf' ~ dijo Bourdon Ja




nEVOL(jCIO~ FIUNCES,\.


«conllSlOl1 tienc lnuy huellas i ntcllciones y no [1'a-
(-( to de cu1 parla de ni Il'g-un nlOdo, pero (~S Hila ca-
f( laluidad anexa ú la especie humalla no tener
« cnergía mas (IHe los primeros días. Los actuales·
« lnienlln'os de la cOlnÍsion han pasado ya su épo-
« ca, eslún gastados y dehenl0s mudarlos. Hoy se
«necesitan hombres rcvolucionarios-, á quienes.
« pmhunos confiar la suerte de la rcpúhlica y que
({ n03 respondan de ella con sus cahezas. »


Siguióse á Bounlon el acalorado Chahot y dijo:
«Es menester renovar la cOlnision y no pernlitir
« nueva prórroga, sin que haste agregarla algunos
«indivitluos mas por Luenos patriotas (Iue sean,
« por que la prueba la tenemos en la nlano. Cou-
« thon, SaÍnt Just y Juan Bon-St. Andre estún re-
« elucidos á la nulidad por sus compaiíel'os , y no
« ha (le permitirse tampm.:o que la renovt.1cion se
«haga por escrutinio secreto porque los n lleVOs.
« serian peores que los antiguos, que no valen un
ce pepino. Yo lnismo le he oido ú lUathieu pt'Opo-
( siciones 111uy anticívicas en la sociedad de las
« 111 ngercs l'cvolucionarias. Ramcl ha escrito á To-
« losa que solo los propietarios eran capaces de
« salvéu'la causa pública, y (Iue no se deLian po-
« ner las al'll1aS en 111a110S de los descamisados.
( Cambon es un loco ú quien todos los ohjetos pa-
« recen mas gruesos de lo q He son y se asusta á
(í rien pasos (ple los vea. Guylholl l\1orvcau es un




CO~VE~CIO~ NlCIONAL (1793). 34-3
( homhre de hien, pero una especie de Cuakero
cr que siempre está temblando. Delmás que tiene la
« conlision de nombramientos, no ha hecho siquie-
({ ra una cleccion huena y ha llenado el ejército
« de contrarevolucional'ios; últimamente esa comi-
<l sion era amiga de Lebrun y no podia ver á Bu-
«chote. »


Gran prisa se dió Uobespierre á responder á
Chabot diciendo: «En cada frase y en cada paJa-
({ bra del discurso de Chahot oigo respirar el lnas
« puro patriotismo; pero veo allnismo tiempo ese
« patriotismo exaltado que se indig'na de que todo
« no salga Ú Inedida de sus deseos, y se irrita de
«:que la cOJnision de salud pública 110 haya lle-
« gado en sus operaciones á una perfeccion l ¡m-
e: posible, que Chabot no encontrará en ninguna
({ parte.


« Estoy tan persuadido como él á que la comi-
« sion no está compuesta de hOlllhres iguahllente
« ilustrados y virtuosos, ¿ pero qué cueepo se en-
« contrará en que no suceda lo nlislno? ¿ Podrá
« ilnpedir que los hombres estén sugetos al error'!
« ¿No ha visto á la convencion, despues que vorni-
« tó de su seno á los oradores que la deshonrahan
«vol ver [t lonlar nueva energia, cierta grandeza
« que la era desconocida hasta aquel dia y un ca-
({ rácter mas augusto en su representacion? ¿ Y no
« hasta este ejemplo para probar que no siempre




REYOLUCIO~ FRANCESA.


({ es necesario destl'uir, sino <{ue muchas ve~
«ces exige la prudencia contentarse con re-
(' formar. »


«Si, sin duda, hay en la comision de salud
«pública honlbres capaces de remontar la máqui-
« na y dar nueva fuerza á sus recursos: solo se ne-
« cesita estilnularlcs á hacerlo. ¿, Quien puede ol-
er vidar los servicios que esa cOlnisioll ha hecho á
f( la causa pública, las muchas conspiraciones
({ que ha descubierto, las felices indicaciones que
« la debemos y las nlÍras tan prudentes COlTIO pro-
• fundas que ha sabido desarrollar?


( La asanlblea no creó una cOJnision de salud
« pública para que influyese en ella ni para que
« la dictase sus decretos, sino para distinguir en
«las medidas que se propusieron lo que fuese
({ hueno de lo que, por lnas seductor que aparez-
« ca en la forma, pudiera ocasionar consecuencias
«peligro~as. Pero ella es quien ha dado el primer
« impulso á lnuchas deternúnaciones esenciales
q: que tal vez han salvado la patria; ha evitado los
<t inconvenientes de una discusion penosa y nlU-
«chas veces inutil, presentando resultados posi-
( tivos aun en nlaterias que no la eran familiares
({ y que apenas conocia antes.


« Todo esto hasta para probar (IHe la comision
« de salud púhlica no ha servido de tan poco co-
« mo parece que se quiere pel'suadir. > Ha cometi-




CONVENCION NACIONAL (1793). 345
« do faltas sin duda y no soy yo quien tratará de
( disitl1ulal'las. ¡, Propenderé tal vez á la indulgen-
« cia cuando soy de los (Iue creen que no se ha he-
« cho lo hastante por la patria cuando aun falta
( que hacer alguna cosa? Si , lo repito, ha cometi-
« do faltas no tengo reparo en echárselas en cara
«IHUY dc acucrdo con vosotros; pero seria impolí-
« tico en este mOlnento promover el descontento
« del pueblo contra una comision que necesita de
« toda su confianza, como que está encargada de ~.
«grandes intereses y puede hacergTandes servicios
« Ú la patl'ia,y por mas (Iue no tenga la aprobacion
«de las ciudadanas republicanas revolucionan:as, no
« por eso la juzgo rnenos propia para sus impor-
« tan tes operaciones. »


Despues de estas reflexiones de Robespierre se
cerró la discusion y ú los dos dias se renovó la co-
mision reduciéndola ú nueve individuos como en
su principio. Los nuevos miembros fueron Barre-
re , Juan Bon SaÍnt Andre , Gasparin 3, Couthon ,
Herault Sechelles , Saint Just, Thuriot, Roherto
Lindet y Prieur de la Marne 11. Todos los que ha-
hian sido sindicados de debilidad fueron separa-
dos, luenos Barrére, á quien se perdonó lo pasa-
do en consideracion á su estI'aordinaria facilidad
para redactar los informes y á lo mucho que se ple-
gaba el las circunstancias. Todavia no tuvo entra-
da en ella Rohespierre , pero con algunos dias ma-s




346 REYOLUCIO~ FRANCESA.
y algun otro peligro en las fronteras no potlia me-
nos de pal'ar allí.


Otras muchas ocasiones tuvo tambien en que
desplegar su nueva política., pues la marina no
dejaba de causar inquietudes ni cesaban de que-
jarse de Albarad., de su pt'C deccs Ol' Monge., y del
estado 111iserable de nuestras escuadras., que ha-
biendo vuelto de Cerdeiia ú los arsenales de To-
Ion, no se reparaban y estahan mandadas por
oficiales antiguos casi todos aristocrátas. Tambien
se luurmuraba mucho de ciertos individuos nue-
vamente agregados á la secretaria de luarina., y
particularmente de un tal Peyron , á quien se lla-
hia dado el encargo de reorganizar la escuadra de
Tolon. Este no habia hecho lo que debia., segun
la voz pública, y pedian sobre ello la responsabi-
lidad del nlinistro , el cual se disculpaba con <ple
el tal 110IlloranlÍento se habia hecho á recomen-
tlacion de un gran patriota, afectando ocultar su
nombre.-Que se diga quien es, clamaron IOU-
chas voces á un tiempo.-Pues bien,dijo el denun-
ciador, este patriota célebre es Danton.-· Al oil'
estas palabras elnpezó un gran mUrIllullo , y ha-
biendo acudido Robespierre , dijo: « Suplico á la
« sociedad que concluya esta farsa y se dé principio
« á la sesion. Parece que se acusa á Alharade; yo
« no le conozco nlas que por la voz pública que lc
« proclama ministro patriota, ¿, pero que es lo <pie




CONVENCION NACIONAL. (1793). 3-l7
« se le cdla en cara? un error. Y quien hay que no
~( le padezca? lJ na clcccion suya no ha correspon-
« dillo á la esperanza general: tambien Pache y Bll-
« chotte han hecho otras muchas bastante malas y
« con todo nadie les niega que son unos verdade-
( ros repuhlicanos yalnigos sincceos de la libcr-
« tad. Basta que un hombre tenga un empleo para
({ que al punto se le call1lllnie : ¿ cuand;) hemos :dc
« dejaL' de da1' crédito á chismes ridículos ó péríi-
« dos que nos llega n de todas partes?


({ Pero veo que á esta denuncia vaga contra el
({ nlinist1'o se ailade otra particular contra Danton y
« pregunto yo ¿se tl'ata de inspil'ar sospechas con-
« Ira él? Si en lugar de desanimar á los patriotas y
« andar con tanto empello buscándoles crímenes
« donde apenas hay un ligero error, se pensara un
f( poco en los medios de facilitar sus operaciones y
« hacer que su trabajo fuese Inas fácil y Dlenos
( espinoso, creo que atlenlas de proceder con mas
« leal tad seria tanlbien mas provechoso á la patria.
({ Ya se ha desacreditado á Buchotte y se ha den un-
« ciado á Pache, porque parece está escrito que
( no han de quedar sin su denuncia los mas selec-
« tos patriotas; pero ya es tiempo de poner tér-
« mino á esas ridículas y aflictivas escenas y yo
« querria que la sociedad de los jacobinos se atu-
{( viese á controvcrtir una serie de asuntos que po-
c( dria discutir con fruto, dejando á un .lado tan-




RE"OLlJCION FRANCESA.


ti: tos otros que nos traen aqui y que por la lnayOi'
« parte son inútiles ó peligrosos. l>


De este 11l0clo conociendo Robespierre el ries-
go de un nuevo estt'avio de los ánimos, que hu-
biera podido acabar con el gobierno, se esforzaba
por restituir el afecto de los jacohinos á la con-
vencion , á las comisiones y á los antiguos patrio-
tas ,empleando en su f~lvor aquella política tan
laudable como útil. Con haceL' respetal' la autori-
dad de las comisiones preparaba la suya pl;opia ,
y con defender á los patriotas de la mislna fecha
y energia , se defendia á sí lllisnlo y estorbaba que
la opinion amontonase yíctimas ú sn alrededor,
al mismo tiempo que ponia en un rango llluy in-
ferior al suyo á todos aquellos de quienes se decla-
raba protector, y por último aumentaba su pres-
tigio en los jacobinos por su 111isma severidad y
adquiría una gran reputacion de prudencia. En
todo esto no empleaba Hobespierre otra alllhicion
que la misma que habían usado todos los corifeos
revolucionarios, que hasta entonces habian inten-
tado detener la revolucion en el punto en que se
paraban ellos mismos, y esta política, que los ha-
hia despopularizado á todos, no debia despopu-
larizarle á él, porque la revoluciol1 iba acercán~
dose al término de sus peligros y escesos.


Los diputados que estaban presos habian sido
puestos en estado <le ac;usarion inlnediatalnentr




CON,,'ENCION NACIONAL (179:3). 349
ltespues de la muerte de Marat y se estaba prepa-
rando su juicio. Ya se elupezaba á decir que era in-
dispensahle derribar las cabezas de los Borbones
que quedaban, por Inas que estas cabezas fuesen las
de dos mugeres , esposa ]a una y hermana la otra
del últinlo rey; y la del duque de Orleans, tan
adicto á ]arevolucion y que por entonces se halla-
ha preso en Marse1la en prernio de sus servicios.


Se habia dispuesto una fiesta en celebridad de
la nueva constitucion aceptada. Todas las asanl-
bleas primarias dehian enviar diputados á dar su
voto, y reunirse en el caluro de la federacion
en una funcioll solemne. Estaba seiialado no el
dia 14 de julio, sino el 10 de agosto,. porque si
hien aquel habia abolido el federalismo fué con-
servando la monarquía, mientras que este otro
habia introducido la república con la toma de
las Tunerias. Y así los republicanos y los rea-
listas constitucionales se distinguian en que los
unos celebraban el 10 de agosto y los totros el
14 de julio.


lha ya espirando el federalismo y era general
la accptacion de la constitucion : solo Burdeos
conservaba siempre la rIlayor reserva sin hacer ac-
to alguno decisivo ni de sunlision ni de hostilidad,
pero aceptaba la constitucion. Lyon continuaba
sus causas en el tribunal revolucionario, pero
aunque rebelde en este solo punto, estaba sumisa




350 nEVOLUCION FRANCESA.
en todos los demas y aceptaha tanlbien la consli-
tucion. l\farsella era la única que reusaba adherir
á ella, pero su corto ejército, ya separado del de
Languedoc, acababa de ser espelido de Aviñon en
Jos últimos dias de julio y repasado el nuranzo.
Estaba pues vencido el federalisnlo y triunfhnte la
constitucion ; pero se aUlllentaba el peligro en las
fronteras y hasta era inn1Ínente en el V cndée, en
el Rhin y en el Norte, hahiéndose lavado los del
Vendée con nuevas victorias del reves sufrido en
Nantes, 'y estando mas apuradas que nunca las
plazas de 1\1aguncia y Valenciennes.


Intel'rlunpimos nuestra narracion de los acon-
tecilnientos nlÍlitares en el nlonlcllto en que los
del Vendée, rechazados de Nantes, se volvieron á
su tierra y tambien dejamos á niron llegando á
Angers, despues de ]a libertad de Nantes y concer-
tando un plan con el general Canclaux. Durante
aquel tiempo habia ido 'Vestermann á Niort con
la legion gernlánica y conseguido de niron el per-
miso de adelantarse hacia el interior. Este 'Ves-
termann era aquel mismo alsacio que se habia
distinguido el dia 10 de agosto y decidió el éxi lo
de aquella jornada; el mismo que luego sirvió
glor~osamente con Dunlouriez, amigo suyo:y de
Danton, hasta que últimamente fué denunciado
por lUarat, á quien se dice que h,1 bia dado de pa-
los por no se que injurias. 'Era del número de




CON,'ENCION NACIONAL (1793). 351
~quellos patriotas, cuyos grandes servicios estaban
fuera de duda, pero á quienes no se perdonaba
los placeres que habian disfrutado con la revolu-
cion, y ya iban disgustando mucho porque exi-
gian disciplina en los ejércitos, conocimientos en
los oficiales, y no se empeñaban en escluir á todo
general noble ni llamar traidor á todo el que te-
nia la desgracia de ser batido. 'Yestermann haIJia
formado una legion con el nombre de germánica,
compuesta de cuatro ó cinco mil hombres entre
infanteria , caballeria y artilleria. Como todos sus
soldados le obedecian cieganlente y les hacia ob-
servar una disciplina severa, desplegó con ellos
singular audacia é hizo servicios brillan tés , yendo
con ella al Vendée ,donde la l'eorganizó de nuevo
y echó de ella á los cobardes que le habian ido á
denunciar. Mostraba el mayor desprecio de aquellos
batallones infornlcs que robaban y asolaban el
pais, con lo que y con manifestar los mismos sen-
tinlientos que Biron, estaba reputado, como él ,
por uno de los militares aristocrátas. Ya hemos
dicho que el ministro de la g'uerra Buchotte habia
esparcido por el Vendée sus agentes jacobinos y
fl'anciscanos, donde rivalizaban con los represen-
tantes y generales, autorizaban los saqueos y ve-
jaciones bajo el título de requisiciones de guerra,
lo mismo que la indisciplina bajo pretesto de pro-
tejer al soldado contra el despotisDl0 de los oficia."




kEYOLUClON }<'RANCESA


les. El oficial mayor de la secretaria de Bouchotte
.J


era Vincent 5 , franciscano joven y frenético, y la
cabeza 111as peligrosa y tUl'bulenta de la época;
mandaba enteramente al lninistro y era quien
hacia todos los nOlllbramientos y perseguia con
el mayor rigor á los generales. Tenia por amigo á
Ronsin , aquel conlisari() ordenador que le envia-
ron á DUlllouriez cuando se desnprobaron todas
sus contratas y á este fué á quien puso de gefe
p.rincipal de todos los agentes que habian ido al
Vendée, con el título de ministro adjunto. Esta-
ban bajo sus órdenes el impresor l\Iómoro 6 , el
cómico Granlmont, y otros nluchos que obraban
en el lllismo sentido y se portaban con la nlisma
violencia; mas conlO Westermann estaba ya muy
poco de acuerdo con ellos, acabó de enagenúrse-
los del todo con un acto de energia. Un tal Ho-
signo.l, de quien ya helllos hecho nlencíon en esta
historia, antiguo aprendiz de platero, que tanto
se distinguió en los alborotos del 20 de junio y
10 de agosto,era uno de los favorecidos del minis-
terio fl'anciscano y por tanto Inandaba uno de aque-
llos batallones de la fonnacion de Orleans. Estan-
do un día bebiendo con los soldados de 'Yester-
mann, se puso á decil' que los soldados no debían
ser esclavos de sus oficiales, que Biron era un
antiguo noble y un ~traidor, y que se debia echar
de sus casas á los paisanos para alojar á la tropa.




CONY'ENCION NACIONAL l t 793). :35:l
)·n nlediata nlente le lnandó arrestar 'Veslermann y
poner en n:msejo de guerra; pero le reclamó Ron-
sin y al 11l0lnento envió ú París una denuncia
contra 'Vestel'lnann.


Este sin hacel' caso del suceso, se pU:iO en mar-
cha con su legion para penetrar hasta el corazon
del Vendée, y partiendo desde cIlado opuesto al
Loil'a, cs dccir desde el Inedio dia del teatro de la
guerra, se apoderó por de pronto d.e Parthenay,
despues entró en Anlaillou y puso fuego á este úl:-
timo en represalias de lo que habia hecho Lescu-
re. Efectivamente cuando este entró en Pal,thenav


"


habia tratado con rigor á 10.3 habitantes, que pa-
saban por revolucionarios, y en céunbio cogió
Westernlann .á los vecinos de Amillon y se les en-
,'ió á los de Parthenay para que les indelllniza-
sen. Luego 111andó pcg'al' fuego al palacio de C lis-
son que pertenecia á Lescul'e y esparció por to-
das partes el terrOl' en su precipitada marcha, con
las exageradas yoces (lue corrian de sus ejecucio-
nes nlilitares. \Vestermann no era cruel, pero dió
principio á las desastrosas represalias que arruina-
ron 'J'\ las conlarcas neutrales h quienes acusalJan
alnbos partidos de que favorecian á 103 de h, par-
te contraria. Todo el ll1undo se habia puesto en
huida hasta Chatillon , donde se habian reunido
las faluilias de los gefes del V ~l1~~~_:y,.!~s, restos de
sus ej(~.l'citos.· El dia 3 ele julio,. no teniendo ya


v. 23




UErOl.UCION FRANCES:\.


'Vestcrmann recelo de penetrar hasta el centro
del pais sublevado, entró en Chalillon y echó de
allí al consejo superior yal estado mayor que re~
sidianen aquel pueblo, como en su propia ca-
pital. ~Ietió gran ruido aquella espedicion, pero
esto no ilnpedia que fuese muy aventurada la si-
tuacion de 'Vestermann, porque se habian reple~
gado los gefes del Vendée y tocando á rebato , se
estaba reuniendo un ejército considerable que se
disponia á sorprenderle por donde menos lo espe-
raba. Habia colocado un puesto en un molino si-
tuado fuera de Chatillon que dominaba todas las
avenidas; pero adelantándose muy ocultos los
del Vendée, segun su táctica ordinaria, rodean
el puesto y se ponen á asaltarle por todas par-
tes. Advertido Westermann algo tarde de 10
que pasaba, se dió prisa á socorrerle, pero los
destacamentos que salieron fueron rechazados
hasta Chatillon y principió la inquietud en el
ejército republicano, abandonando el pueblo en
desorden, y el mislno Westermann, despues de
haber hecho prodigios de valor tuvo que huir con
todos y apenas pudo salvar su persona dejándose
en el campo un sin núnlero de muertos y prisio~
neros. Este reves desalentó tanto los ánimos cuan~
to mayor habia sido la presuncion y esperanza
que habia causado la temeridad y éxito de la espe-
dicÍon.




(O~VENCION NACIO~AL (f793). 35:>
Mientras que esto pasaba en Chatillon , acababa


Biron de concertal' su plan con Canclaux, debien-
do bajar aIullos hasta Nantes, limpiar la orilla iz-
quierda del Loira , vol veL' luego hacia Machecuul,
darse la mano con Doulard 7 ,que habia de salir
de Sables, y luego que quedasen los del Vendé e
separados dellnar, dirigirse al alto Vendée para
sujetar todo el pais. No quisieron los represen-
tantes admitir este plan, sino sostuvieron que era.
necesario partir desde el punto mismo en que ~e
hallahan para penetrar en el pais y en consecuen-
-cia marchar hacia los puentes de Cé con las tro-
pas reunidas en Angers y hacer que les apoyase
por el frente una colunlna que había de adelan-
tarse de Niort. Luego que Biron vi:é esta contra-
diccion hizo renuncia del mando, pero en el mis-
mo monlento se supo la derrota deChatiHon y
-echaron de ella la culpa á Biron. Decian de él que
habia dejado sitiar ú Nantes y no habia querido
socorrer ú \V csterIuann , por lo cual á denuncia de
Ronsin y de sus agentes fue citado á la barra. Tam-
bien se le fornló causa á \Vestermann y á Rosig'-
nol se le puso en libertad inmediatamente. Esta
era la suerte de los generales en el Vendée rodea-
dos de agentes jacobinos.


Tomó el mando de las tropas que habia deja-
(lo Biron en Angers el general Labaroliere 8 , Y se
dispuso, conforme á los deseos de los l'eprcsen-




356 REYOl.UCIO.N l<'ItANCESA.
tantes á penetrar en el pais por los puentes de 'Cé"}
y despues de haber dejado 14:mil hombres en Sau-
mur y 1500 en los dichos puentes, se dirijió á
Brissac ,donde colocó un puesto para asegurar sus


. comunicaciones. Aquel ejército indisciplinado co-
metió las mas horribles vejaciones en un pais que·
era todo republicano. El 15 de julio le atacaron
en el campo de Fline 20 mil hombres del Vendée
y aunque la vanguardia, compuesta de tropas re'-
guIares resistió con vigor, ya iha á echar á correr
el cuerpo de batalla, cuando los del Vendée se re~
tiraron en desórden. Entonces mostraron algun
mayor ardor los nuevos batallones, y para ani-
marlos se les dieron elogios que solo 11lerecia la
vanguardia. El 17 se adelantaron hasta cerca de
Vihiers ,:donde otro nuevo ataque bien sostenido
por la vanguardia y con igual vacilacion de la ma-
sa del ejército fué rechazado igualmente que el
otro. Aquel 11lismo día llegaron á Vihiers, y per-
suadidos muchos generales ú que aquellos bata-
llones de Orleans estaban muy mal organizados
para poder mantener la campaña, y que con se-
mejante ejército no era posible permanecer en el
centro del país, eran de dictamen de retirarse. La-
baroliere decidió que era preciso esperar en Vi-
hiers y defenderse en caso de ser atacado. E118 se
presentaron de nuevo los del Vendée á la una y
media, y la vanguardia republicana se condujo




CONVENCION NACIONAL. (1793). 357'
con el luismo valol', pero lo demas del ejército.
titubeó á la vista del enemigo y se replegó á pe-
sar de los esfuerzos de los generales. Los batallo-
Bes de Paris que preferian gritar traicion á batir-
se, echaron á coner en desórden, y fue tan ge.-
neral la confusion , que Santerre que se habia al''''':
rojado á la pelea con el mayor valor, estuvo pa-
ra ser cogido. Igual peligro corrió el representan-
te Bourbotte 9, Y el ejército huyó tan de prisa
que en nluy pocas horas estaba ya en Saumur. Pa-
rose la division de Niort que iha á ponerse en mo-
vimiento, y el 20 se decidió que aguardaria la
reorganizacion de la cohunna de Saumur. Mas co-
mo era indispensable que alguno respondiera de
la derrota, Ronsin y sus agentes denunciaron al
gefe de estado mayor Berthier y al general lUe-
nou, que ambos pasaba n pOi' aristócratas porque
alnbos recomendaban la disciplina. Por tanto se les
citó á los dos á París, como se habia hecho con
Biron y\V estermalln.


Tal habia sido hasta aquella época la suerte de
la guerra, en que sublevándose de repente los del
Vendée en abril y mayo habian tOlnado á Thonars '>
Loudnn, Doné, y Saumur, gracias á la ulala ca-
lidad de las tropas compuestas de reclutas. Baja-
ron luego á Nantes en junio y fueron rechazados
por Canclaux , y de los Sahles por Boulard , cuyos
generales hahian sahido introducir un poco d.p




35R nEYOLUCION FllANCES.~.
ónlen y disciplina entre sus soldados.\V ester;...-
lnann fiado en su audacia y en las pocas pcro bue-
nas tropas que tenia penetró hasta ChatiUon en
prioleros de junio, pero vendido por los habitan-
tes y sorprendido por los insurgentes, habia su-
frido una derrota. Ultinlmnente la columna de
Tours queriendo penetrar en el país con los bata-
llones de Orleans habia sufrido la suerte comun
á todos los ejércitos desorganizados: de suerte que
en fines de julio donl.inaban los del Vendée toda
la estension de su telTitorio. Por lo que hace al
valiente y desgraciado Biron, á quien acusaban
de no haber estado en Nantes mientras que recor-
ria el bajo Vendée, y de no hallarse con 'Ves-
terlnann lnientras que concertaba un plan con
Canclaux ,siempre contrariado é interrumpido en
todas sus operaciones, se veia privado de su ejér-
cito sin haber tenido tielnpo de obrar y no sc habia
presentado lIlas que para ser un objeto continuo
de acusaciones. Candau x continuaba en Nantes,
pero el valiente Boulard no nlandaba ya en los Sa-
hles y los dos batallones de la Gironda acababan
de retirarse. Este era el cuadro del Venelée en el
mes de julio: derrotas de todas las colulnnas en el
pais alto; {luejas y denuncias ele los agentes ministe.
l'iales contra los generales tenidos por aristocrátas,
y quejas tambien de los generales contra los desorga-
nizadores que enviaba el nlinisterio y los jacobinos.




CONVENCION NACIONAL (1793). 359
En el Este y Norte hacian grandes progresos los


sitios de Maguncia y Valenciennes. "
La' primera de estas plazas, situada en la orilla


izquierda del Rhin por el lado de :Francia y el~
frente de la embocadura del Mein , forIna un gl'arl
arco de círculo de que el Rhin puede considerarse
la cuerda. Tiene del otro lado del rio un arrahal
considerable llamado Cassel, que se comunica con!
la plaza por un puente de barcas; pero este se ha-
lla dominado por la isla de Petersau que está mas
abajo de Maguncia, y desde su punta se pueden
batir por la espalda las defensas de la ciudad. Por
la parte del rio no está protejido :lUag"uncia 111aS
fIue por una muralla de ladrillo; pero pOl' la de
tierra ,está muy bien fortificada. Partiendo des-
de la orilla hasta la altura de la punta de Petel'-
sau está defendida por un muro y un foso por
el cual corre el. arroyo de' Zalbacli para arrojarse
en el Rhin. Al estremo de este foso está el fuerte
de Haupstain que reune la proteccion de sus fue-
gos con la de las aguas. Desde este punto conti-
núa el muro y va á reunirse con el curso supe-
y\.\)\' de\ \\\1.'\n; pel~O e\ ~OSO esta illterr"lunpiuo y
le -reemplaza un doble muro'paralelo al pl'imero.
Asi pOl' aquel lado hay dos filas de Inurallas que
exigen un doble sitio, y con la ciudadela que esL[t
enlazada con el doble muro se aumenta mudlO
111aS su fuerza.




360 REVOLucrON FnANCESA.
~ Asi estaba Maguncia en 1793 aun antes que"se'


hubiesen perfeccionado sus fortificactones. Su guar--
nicion ascendia á 20 mil hombres porque el gene-
ral Schaal que dehia retirarse con una di vis ion ,
habia sido repelido hacia la plaza y no pudo reu-
nirse con el ejército- de Custine; pero no eran pro-
porcionados los víveres á tan numerosa g·uarnicion.
En la i Ilcertidumbl'e de si se conserval'ia Ó no á
l\tlaguncia, no habia habido mucha prisa en apro-
visionada, hasta que al fin Custine habia dado la-
órden para ello. Presentáronse á hacer ofertas los-
judios pero con una contrata artificiosa, pues que-
rían que todos los convoyes cojidos por el enemigo
en el camino les fuesen abonados, y ni Rewhel ni
:lVIerlin quisieron admitir la propuesta,.rezelosos de
que los judios núsmQs hiciesen interceptar los con-
voyes. Con todo no faltaban granos, pero se te-
mia que fuesen destruitlos los molinos del rio y se
hiciese ilnposible la nl01ienda. De carnes habia muy
pocas, pero solwe todo los fOlTages eran del todO'
insuficientes para los 3 mil caballos de la guarni-
cion. Se cOlnponia la al'til1eria de 130 piezas de
bronze y 60 de hierro que se habian hallado alli
y eran porcierto muy 11lalas : los France~es habian
llevado 80 en buen estado, y asi las piezas de
11luralla estaban abundantes, pero faltaba la pól-
vora necesaria. El sabio y heroico Meunier, que
habia ejecutado los trabajos de Cherhurgo , tuvo




CONVENCION NACIONAL (1793). 361'
encargo de defender á Cassel y los puestos de la.
orilla (lerecha. Doyre 10 diriiia los tl·abajos en el
cuerpo de la plaza; Auhert-Dübayet y I{l~ber
mandaban las tropas , y los representantes "Merlín
y Rewhel animaban á la guarnicion con su pre-
sencia. Estaba esta acampada en el intérva]o de las
dos murallas y ocupaha á lo lejos puestos muy
avanzados, estando animada del mejor espíritu
porque tenia gran confianza en sus oficiales, en sus
fuerzas y en la plaza misma , y sabia que tenia.
fIue defender un punto 11lUy importante á la salud,
de la Francia.


El general Schocnfeld, que estaba acampado en
la orilla del'echa cercaba á Cassel con 10 mil
lIesseses, mientt'as que los Austriacos y Prusianos,
reunidos formaban el ataque principal de Magun-
cia. Los Austriacos ocupaban la derecha de los si-
tiadores, y en frente del doble muro formaban los
Prusianos el centro de "Marienhourg , dónde estaba
el cuartel general del rey de Prusia. La izquierda
que tamhien estaba compuesta de Prusianos ,
acampaba en frente de Haupstein y del foso inun-
dado por las aguas del arróyo Zalbach, compo-
niendose el ejército sitiador de 50 mil hombres,
poco mas Ó nIenos. Dirig'ia el sitio el anciano Kal-
kreut. Brunswick nIandaha el cuerpo de obser-
vacion por el lado de los Vosgos, donde se en-
tendia ~on \Vurmser para proteger aquella gran




362 REVOLUCION FUANCESA.
operacion. Como les faltaba gruesa artillería deo
sitio, se negoció con los estados de Holanda que
desocuparon una parte de sus arsenales para auxi-·
liar 101' progresos de sus mas temibles vecinos.


Principió á embestirse la plaza en abril, y en-
tre tanto que llegahan los convoyes de la artilleri a
tocaba la ofensiva á la guarnicion , que no dejó de
hacer salidas muy vigorosas, tanto que el dia 11
ya resol vieron nuestros generales intentar una sor-
presa contra los 10 mil Hesseses que se habian es-
tendido demasiado por la orilla derecha. Salieron
de Cassel aquella noche formados en tres colum-
nas, marchando Meunier delante sobre Hochein ,
y las otras bajaron por la orilla derecha llacia ni-
herik, pero un tiro que se escapó de repente en
la que mandaba el general Scháll esparció la con-
fusiono COlno las tropas eran todas nuevas, toda-
,ria les faltaba .aquella serenidad que no tardaron
en aprender de sus generales, y asi fue preciso re-
tirarse. I\léher con su columna protegió brava-
Inente la retirada y solo les produjo aquella sali-
da á los sitiados cuarenta cabezas de ganado ma-
yor que salaron innlediatamente.


El 16 querian los generales enenlÍgos tomar el
puesto de "Veissenau , que por estar situado cer-
ca del Rhin y á la derecha de su ataque, les in-
conlodaba nlucho ; pero los Franceses, á pesar del
incendio de la aldea j se atrincheraron en un ce-




CONYENCION NACIONAL (1793). 36:{
ffi'enlcl'io y se estuvo con ellos el representante-
Merlin , dc modo que conservaron el puesto á
fuerza de prodigios de valor.


El 26 despacharon los Prusianos un parlamen-
tario falso, que se decia enviado por el general del
ejél'cito del Rhin 'para persuadir á la guarnicion
que se rindiese; pero ni los generales, ni los re-
pre~entantes ni los mismos soldados que ya ha-
bian tomado apego á la plaza sabiendo el servicio
que hacian con detener en la fl'ontera al ejército
del Rhin , no quisieron escuchar la proposicion.
El 3 de mayo quiso el rey de Prusia ocupar un
puesto de la orilla derccha en frente de Cassel,
(Iue es el de Kosteim , pero le defendió Meunier
y ni en aquel ataque ni en el que se repitió el dia
8 con la mayor tenacidad consiguieron otra cosa
los sitiadores que perder una l11Ultitud de gente.
lUeuniel' por su pal'te intentó el ataque de las is-
las que estún á la embocadura del l\Iein y en efec-
to las tOIuÓ, aUllfjllC las volvió á perder, manifes-
tando en aquella ocasion una singular audacia.


El dia 30 de mayo intentaron los Franceses
una salida general contra Marienbourgo, donde
estaba Fcderico Guillermo, y favorecidos de la
ObScul'idad penetraron seis mil honlhres por entre
la linea enelniga, se apoderaron de los atrinche-
ramicntos y llegaron hasta el cual'tel general. Mas
('muo uo tardó en esparcirse la alarma, cargó so-




364 REVOLUCION FRANCESA
bre ellos todo el ejercito, y se volvieron á la plaza'
despues de haber perdido no pocos valientes. Al
siguiente dia irritado el rey de Prusia hizo llo~
ver fuego sobre la plaza, al mismo tienlpo que
Meunier hacia una nueva tentativa por apoderar-
se de una de las islas del Mein. Mas habiendo re-
cibido un balazo en]a rodilla, espiró, menos de
la herida que de la irritacion que le causó,verse pt'e-
cisado á abandonar los trabajos del sitio. Toda la
guarnicion asistió á sus funerales y:el rey de Prusia
mandó suspender el fuego mientras que se hacian
las últimas honras á aquel he roe y le hizo una sal-
va de artilleria. Fué depositado ~el cuerpo en la
punta del baluarte de Cassel que él habia manda-
do levantar.


Ya habian llegado los grandes convoyes de Ho-
landa y era tiempo ,de rprincipiar los trabajos del
sitio. Aconsejaba un oficial prusiano que se to-
mase la isla de Petersau, cuya punta se estendia
entre Cassel y Maguncia y estableciendo en ella
baterias, destruir el puente de harcas y los moli-
nos y dar el asalto á Cassel luego que estuviese
aislado y sin socorros de la plaza. Luego proponia
dirigirse hacia el foso por donde corria el Zalbach,
arrojarse á él bajo la proteccion de las baterias de
Petersau, que enfilarian el foso, é intentar un asal-
to por aquel frente que no tenia BUS que un mu-
ro. El proyecto era atrevido y peligroso, porque




CONVENCION NACIONAL (1793). 365
;era necesario desembarcar en Petersau, despues
-arrojarse al foso en medio de las aguas y bajo el
fuego del Haupstein; pero tambien los resultados
hubieran sido lTIUy prontos. Seprefil'ió abril'
la trinchera por el lado de la doble muralla en
frente de la ciudadela, aunque hubiese que hacer
dohle sitio.


El 16 de junio se trazó la primera paralela á
800 pasos del prinler muro. pero los sitiados les
impidieron sus trabajos y tuvieron que retroce-
der. El 18 se trazó otra lnucho mas lejos, es decir
,á 1500 pasos y af ver semejante distancia empe-
zaron á burlarse aquellos quehabian propuesto el
atrevido ataque por la isla de Petersau. Del 24 al
25 fueron acercándose y levantaron baterias á 800
pasos; pero volvieron los sitiados á interrumpit·
otra vez las obras y clavaron los cañones, aunque
al fin fueron rechazados y acribillados por un fue-
go continuo. El 18 Y 19 habia ya 200 piezas di-
rigidas contra Ja plaza y cubriéndola de toda es-
pecie de proyectiles. Establecieron tambien en el
Rhin baterías flotantes que incendiaban la ciudad
por el lado que estaba mas descubierto y causa-
ban considerable daño.


Sin embargo no estaba todavia abierta la últi-
ma paralela ni nlucho menos atravesado el primer
lTIUrO, ni la guarnicion habia perdido nada de su
entusiasmo para pensar en rendirse; por el con-




:366 REVOLUCION FRANCESJ\..
trario habia franceses que se echahan á nado en el
rio é iban á cortar los cables dc las lanchas cnc-
lnigas para inutilizar las baterias flotantes, y has-
ta se vió á uno de ellos traerse á nado una de ellas
'Cargada con 80 soldados que fueron hechos pri-
. SlOneros.


Pero la escasez habia principiado ú ser estrc-
nlada, y COlno los molinos fueron incendiados
desde los principios era necesario acudir á taho-
nas de brazo para lnoler el trigo, y aun no que-
rian los ohreros ir á trabajar en ellos porque el
cnenligo , que sabia donde estaban, no cesaba de
disparaL' sobre ellos y corrian el mayor peligro.
Fuera de que faltaba casi enteramente el trigo y
ya habia mucho tiempo que no se gastaba otra car-
ne que de caballo; los soldados cOlnian ratones é
iban á las orillas del rio á buscar los caballos
muertos que flotaban en las aguas, tanto que se-
mejante alilnento llegó á ser funesto á lnuchós de
ellos y fue preciso prohihírseIe y aun ilupedirles
que fuesen á buscarle poniendo centinelas á las
orillas de] Rhin. Un gato valia 24 reales y la carne
de caballo nluerto se vendia á nueve reales la li-
bra. A los oficiales se les trataba lo mismo que á
los soldados y un dia convidó el general Aubert-
Dubayet á comer á su estado mayor y les sirvió
por gran reg'alo un ralnoso gato rodeado de doce
ratones. Pero lo lnas doloroso para los sitiados era




CONVENCION NACIONAL. (1793). 367
'carecer absolutamente de noticias de ninguna
parte, porque estaban tan bien cortadas las co-
municaciones, que de tres meses atras se ignora-
ha lo que pasaba en Francia. Se procuró por va-
rios medios hacer saber su escasez, ya por una
sellOra que iba á viajar á Suiza, ya por un clérigo
que hahia tomado el camino de los Paises Bajos,
ya en fin porun espía que debia atravesar el campo
enemigo; pero ninguno de estos avisos llegó yeso
que presumiendo que desde el alto Rhin les en-
viarian alguna noticia por medio de Lotellas, se
tendieron redes en el rio, pero jamas se encon-
tró nada en ellas. No hubo clase de artificio que
dejaran de usar los Prusianos, hasta hacel' inl-
primir en Francfort Monitores falsos en que se de-
cia que Dumouriez habia echado abajo la conven-
cion y que reinaba Luis XVII con una regencia.
Estos Monitores se les daban á Jos soldados que
estaban en las avanzadas y causaban ]a mayor in-
quietud por el dolor de ver que tal vez se estaba
defendiendo una causa perdida. Sin embargo les
sostenia la ~speranza de que no tardaria en llegar
á su socorro el ejército del Rhin, y aun se les fi-
guraba que ya estaba allí por haber oido una no-
che un caiioneo lejano. Despertáronse muy con-
tentos, echan mano á las armas, y se preparan á
salir al encuentro con la artilleria para poner á
los enemigos entre dos fuegos. i Esperanza yana!




~68 'tlEYOLUCION l"llANCESA.
El cañO'neO' cesó y el ejércitO' libertador no volvi';
á dar señales de vida. Ultinlanlente llegó ú ser tan
insoportable la escasez ,que dos mil habitantes
solicitaron salir y les dió permiso para ello Aubel't ..
Dubayet, pero los sitiadores no quisieron admi-
tirlos ,y asi quectando entre dos fuegos perecieron
muchos de ellos al pie de las murallas de la pla-
za. Por la l11añana se les vió á los soldados traer
en sus capas á varios niños heridos.


Entre tantO' el ejércitO' del Rhin y del l\Iosella
nO' adelantaba un paso, habiéndole estado l11an-
dando Custine hasta el mes de junio; perO' humi-
llado todé:tvia de su retirada, no hal)ia hecho l11as
que vacilar durante los lnescs de abril y lnayo.
Decia que no tenia bastantes fuerzas y necesitaba
mucha caballeria para sostenerse en las llanuras
del Palatinado contra los esfuerzos de la caballe-
Tia enenúga; que carecia de forrages 'para l11ante-
ner la suya y era preciso esperar á que estuvie-
sen crecidos los centenos y entonces nlarcharia al
socorrO' de Maguncia. * Su sucesor Beauharnais 11
por estar en las misnlas dudas que el otro, perdió
la O'casion de salvar la plaza, sin emhargo de que,
conlO todO' el 111undo sabe la linea de los Vosgos
se estiende por la orilla del Rhin y concluye no
lejos de Maguncia; de suerte que ocupandO' la


* Véase el proceso de Custine.




CO!n-ENCIO~ NACIONAl. (1793). 369
eQrdi]]cra y sus principales gargantas, se goza de
una ventaja inmensa porque se puede caer húcia
el lado que se quiere y abrumar al enemigo con
lnasas reunidas. La posicion que ocupaban los
l~ranceses era esta: el ejército del Rhin se esten-
elia por la falda oriental y el de lUosella por la
occidental; Brunswick y 'Vurmser estaban dise-
minados al fin de )a cordillera formando un cor-
don muy estenso. Mas siendo dueños los dos ejér-
citos franceses de las gargantas, podian reunirse
sobre cualquiera dc las dos yertienLes y aniquilar
á Brunswick ó á 'Vurmser , cogiendo á los si tiado-
res por la espalda y sal vando á Maguncia. Beau-
harnais era valiente, pero poco clnprendedor y
no hizo mas que movimientos indecisos sin so-
correr la guarnicion.


Creyendo los representantes y los generales que
estaban encerrados en la plaza, que no convenía
llevar las cosas al cstremo, y que si se aguardaba
ocho dias mas podria ser absoluta la falta y verse
obligados á entregar prisionera la guarnicion ; y
que por el contrario se podria obtener, capitulan-
do, salir con los honores de la guerra, y conser-
var 20 núl hombres bien formados yá hajo las ór-
denes de I\léber y de Dubayet, decidieron que era
necesario rendir la plaza. Verdad es que dentro
de pocos dias podia sal varIa Bcauharnais, pero
despucs de haber estado esperando tanto tiempo


v. 'l. (\




370 REVOLUCION FRANCESA.
bien disculpable era no contar con su socorro
lnientras que las razones para rendirse eran tan
terminantes. El rey de Prusia no rué dificil en las
condiciones y concedió que saliese la guarnicion
con armas y bagages, sin imponer otra condicion
que la de no servir en un año contra los aliados.
Pero sobrados enemigos habia en el interior para
utilizar aquellos admirahles soldados á quienes se
dió despues el nombre de Maguncinos. Estaban tan
apegados á su puesto, que no querian ohedecer á
los generales cuando fue nlenester evacuar la pla-
za: i ejemplo singular del espíritu de cuerpo que
se fija en un punto por haber tenido la gloria de
defenderle algunos meses! Sin elnLargo cedió la
guarnicion, y el rey de Prusia admirado de su
valor, llamaba por su nombre á los oficiales que
mas se habian distinguido durante el sitio y les
cumplimentaba con una cortesania caballeresca.
Verificóse la evacuacion el dia 25 de julio.


Ya dijimos que los Austriacos estaban bloquean-
do á Condé y haciendo el sitio regular de Valen-
ciennes; cuyas operaciones simultaneas con las del
Rhin se acercaban á su término. Estaba haciendo
frente al campo de Cesar el príncipe de Co-
hourg 12 y mandaba el sitio el duque de Y orck 13 ,
Y aunque se proyectó primero el ataque contra la
ciudadela, luego se dirigió contra el arrabal de
Marly y la puerta de 1\lons. Presentaba este frente




CONVENCION NACIONA.L (1793). 311
mucha lnas estension y estaba menos (bfendido ,
por lo que le prefirieron los sitiadores como mas
accesible, habiendo resuelto batir las obras de dia
é incendiar la ciudad durante la noche á fin de
aunlentar la desolacion de los habitantes y hacer-
les rendir mas pronto. Se hizo la intimacion el 14
<le junio, á la que contestaron con la dignidad que
debian el general Ferrand y los representantes Co-
chon t.l& y llriest j5 , los cuales habian reunido una
guarnicion de siete mil hombres k inspiradQ bue-
nos sentimientos á los habitantes, de quienes for-
Inaron algunas cOIupañias de artillería· que hicie-
ron muy buen servicio.


Dos paralelas se abrieron sucesi vanlente en las
noches del 14 al 19, .armadas con baterías formi-
dables, que .causaron grandes estragos en la pla-
za; pero lo, habitantes y la guarnicion respon-
.. lieron con igual vigor y destruyeron muchas ve-
ces las obras de los sitiadores. Sobre todo el 25 de
junio fue terrible, porque el enemigo incendió la
plaza hasta medio dia sin Ique respondiese por su
parte; pero en aquella hora principió un fuego tal
<lesde los baluartes que derribó todas las trinche-
ras y esparció en ellas el mismo terror y muer-
tes que las que habia sufrido la plaza. El 28 de
junio f,e trazó la tercera paralela y ya empezó á
titubear la firmeza de los habitantes, por estar in-
cendiada una gran parte de la ciudad. Se habían.




REVULUCION FIlANCESA.


encerrado en Jos sutel'l'aneos los nirIOs , los \'leJos
y las mugeres, y se r aumentaba el desaliento con
lo que habia pasado en Condé que tuvo que ren-
dirse por hambre. Se habian introducido emisarios
para amedrentarles y ya se iban formando corri-
llos que solicitaban la capitulacion, estando muy
inclinada á ella la Illunicipalidad que se enten-
dia secretamente con ellos. Pero los representan-
tes y el general les respondieron con el mayor
vigor y con el auxilio de la guarnicion, cuyo va-
lor habia llegado al mas alto grado de exaltacion,
lograron disipar los grupos.


El dia 25 prepararon los sitiadores sus minas
y se dispusieron al asalto del camino cubierto, te-
niendo la fortuna de que se rebentaron tres glo-
Los de compresion en el momento mismo en que
ihan á estallar las minas de la guarnicion y des-
truir todas sus obras. Entonces se lanzaron en tres
columnas, pasaron las empalizadas y penetraron
al calnino cubierto. Al ver esto la guarnicion so-
brecogida, empezó á retirarse abandonando ya las
baterias, pero Ferrand la volvió á llevar á los ba-
luartes , y la artilleria, que durante todo el sitio
hizo prodigios, les causó tambien mucho daño
aquel dia y contuvo ú los sitiadores casi á las puer-
tas de la ciudad. Al dia siguiente 26 intimó el du-
que de Yorck al general Ferrand que se rindiese,
anunciándole gue pasado aquel día no escucharia




CON\'E"ClON NACIONAL (1793\. 373
ning'una proposicion y que los halJitantes V la
guarn icion serian pasados á cuchillo. Con esta mne-
naza volvieron á reunirsp los grupos en lnayor nú-
n1ero y rodearon á la municipalidad lnuchos h0111-
bres annados de pistolas y pufiales. Doce indivi-
duos tomaron la palabra en nombre de los demas
y requirieron formalmente que se rindiera ]a pla-
za , de suerte que se verificaha el consejo de guer-
ra en medio del tumulto, sin dejar salir á ninguno
de sus miembros hasta que huhiesen decidido la
rendicion. No era posible resistir á dos hrechas
abiertas, con los habitantes n1al dispuestos y con
un sitiador vigoroso; y asi se rindió la plaza el 2S
de julio. Salio la guarnicion con los honores de
la guerra, obligada ú rendir las armas, pero se le
permitió volver á Francia con la única condicion
de no servir durante un año contra los coligados.
,~


I~ran ya pues otros siete mil valientes (Iue podian
hacer grandes servicio,; contra los enemigos del
interior. Habia sufrido Valencienlles 41 días de
hombardeo y recibido 84 mil balas de cañon , 20
mil de obus y 48 mil bombas ; el general y la
guarnicion habian hecho su deber y la artilleria
se habia cubierto de gloria.


En aquel mOlnento se hallaba reducida la guer-
ra del federalismo á sus dos verdaderas calam ida-
des, que fueron por una parte la insurreccion de
Lyoll, y la de Marsella y Tolon por otra.




REYO'LUcrO~ FR' . \.NCESA.


Ya consentía Lyon en reconocel' á la convencion
pero reusaha obedecer dos decretos que eran el
de enviar áPal'is las causas principiadas contra
los :patriotas y el que destituía á las autoridades
Y.lllcüHlaba formar otra nueva llHlnicipalidad pro·
visional. Los aristócratas que estahan allí ocultos
atenl0rizahan la ciudad con la vuelta del antiguo
ayuntmniento montalies , y á fuerza de amontonar
peligros inciertos la arrastraban á los verdaderos
peligros de una rebclionahierta. Eldia 15 de julio
hiciel'on los Lyoneses condenar á llluerte á los dos
patriotas Chalier y Riard 16, y desde aquel dia se'
declararon en estado de rebelion, retirándose los
dos girondinos Chasset y Biroteau porque veian que
sacaba la, cabeza el realismo. Sin embarga habien-
do reemplazado al presidente de la cOluision po-
pular que estaba vendido á los emigrados, las de-
terminaciones fueron mucho menos hostiles. Se
reconocia la consLÍtucion y se' ofrecia sometersc,
pero siempre con condicion de no ejecutar los dos
principales decretos. Entre tanto iban los gefes
fundiendo callOnes, acaparando municiones y se
veia que no podian ternlÍnarse las diíicultades lllas
fl ue por las armas.


'Marsella era mucho menos temible, porque con
babel' repelido Célrteaux sus batallones del otro
1ado del Duranzo, no podían oponer una larga
~\.'esistencia; pero hahia cOlnunicado á Tolon su




CONVENCION NAIONAL (1793). 375
espíritu de insurreccion, sin emhargo de ha-
her sido hasta entonces pueblo muy republicano.
Es aquel puerto uno de los primeros del mundo
y el mejor del l\lediterraneo y escitaba la envidia
de los Ingleses que andaban cruzando á su vista.
Los emisarios de Inglaterra intrigaban sordamen-
te y preparaban una traicion infame. Se habian
reunido las secciones el dia 13 de i ulio, y á ej em-
plo de lo que hahian hecho las demas del Medio-
dia destituyeron al ayuntamiento y cerraron el
.club de los jacobinos; de suerte que trasferida la
autoridad á Illanos de los federalistas, corria mu-
cho riesgo de que pasando de faccion en faccion ,
viniese á parar á las de los emigrados ó de los In-
gleses. No podia el ejército de Niza, por ser tan
corto prevenir tal desgracia y era de temer cual-
quier estremo por haherse aglomerado toda aque-
lla vasta tormenta sobre el horizonte dell\lediodia
y fijádose en los dos puntos de Lyon y Tolon.


Dos meses llabia ya que nadie podia dudar de
lo que se intentaba y aunque el peligro fuese me-
nos universal y vocinglero, estaba mas clararrwn-
te designado y era mas grave. En el Oeste seguía
la llaga enconada del Vendée; en l\larsella habia
una sedicion obstinada; en Tolon una traicion
sorda; en Lyon una resistencia abierta y un sitio.
En el Rhin y en el NOl'te habíamos perdido dos
baluartes que por tanto tiempo hahian contenido




376 REVOLUCION FRAN(;ESA.
á la coalicion é impeditl.o al enemigo su march a
sobre la capital. No hay duda que habian sido in-
minentes los peligros en setiembre de 92 , cuando
los Prusianos marchaban sobre Paris y se habian
apoderado de Longwy y de Verdun; en abril de
93, despues de la retirada de ¡Bélgica, la derrota
ue NCl'wi nde , la defeccion de DlunourÍez y la pri-
lnCl'a. suhlc\'acion l\cl V ent\{~e; en el 31 de 1113yO
de 93 , despues de la insurreccion de los depar-
tanlCl1tos, la invasion del Rosellon poe los Espa-
flOles y pérdida del canlpo de Famars; en estas
tres épocas, repetimos, que [ue muy grave el pe-
ligro, pero acaso nunca 10 fue tanto como en es-
ta cuarta época del mes de agosto 1793. Esta fue
la cnarta y últinla crisis de la revoluciono Ya la
Francia era menos ignorante y novicia en la guer-
ra que en setiembre de 92 ,lllenos asustadiza de
las traiciones que en abril de 93, Illenos apul'ada
por las insurrecciones que en 31 de 11layo y 12
de junio; pel'o aunque estuviese Illas aguerrida y
11lejor oLetlecida, tambien ahora se cncontraha
invadida por todos los puntos á un tiempo, que
eran el Norte, el Rhin , los Alpes y los llieineos.


Mas con todo, no se fonnaria idea clara dc todos
los luales que afligian entonces á la república, pa-
rando solo la vista en los cinco ó seis campos de
batalla en que se estaba derramando sangre hu-
mana, porque no era IllellOS deplorable el estado




CONVENCION NACIONAL. (1793) 377
interior. Continuaban escaseando y valiendo cari-
simos los granos, tanto que se peleaban los pobres
á la puerta de los panaderos por obtener una mó"
dica porcion de pan, y no costaba menos violen-
cia hacer que los mercaderes :admitiesen asigna-
dos por precio de los objetos de primera necesi-
dad. Era imposible sufrir mas: el pueblo se que-
jaba tle los acaparadores que acumulaban los co-
mestibles y de los agiotistas que los hacian subir
de precio desacreditando los asignados para trafi-
car con ellos. Tan desgraciado el gobierno como el
pueblo, estaba reducitlo á no tener otra moneda,
y en la precision de pagar una cantidad tres ó
cuatro veces mas considerable por los mislIlOs ser-
vicios, sin atreverse á hacer nuevas emisiones por
no envilecerlos n1as; y asi no se sabia ni como
alilllentar al pueblo ni al gobierno.


Mas no se crea que se huhiese disminuido la
produccion en lo general, pues aunque la noche
del 4 de agosto no hubiese todavia producido sus
inmensos efectos, la Francia no carecia de trigo
ni de primeras materias ni menos de géneros ela-
hOl'atlos, pero se habia hecho imposible su distri-
bucion igual y pacífica por los efectos del papel
moneda. Como la revolucion al destruir la n10-
narquia habia querido pagar todas sus deudas y
no por aboli), la venalidad de los enlpleos se ha-
hia dispensado de l'eelnbolsal' su precio á los (Iue


.,: -,




378 REVOLUCION FRANCESA.
los habian comprado, contaba paea todo esto y
para defender el nuevo estado de cosas contra to-
da Europa, con los bienes nacionales-confiscados al
clero y á los emIgrados. Para poner en circulacion
el valor de estos bienes habia imaginado los asig-
nados que le representaban, y que por lnedio de
campeas debian vol ver á ingresar en el tesoro y
quemarse. :Mas como se dudaba del triunfo de la
revolucion y de que quedasen válidas las ventas,
pocos se atrevian á comprarlos y asi permanecian
los asignados en circulacion ni mas ni menos que
una letra de cambio no aceptada y se envilecian
tanto por la duda como por la cantidad.


Solo el numerario perlnanecia corno medida
real de los valores, y nada perjudica tanto á una
moneda dudosa como la rivalidad de otra nlone-
da cierta y no contestada. La una se guarda y se-
reusa enagenar, mientras que la otra se ofrece con
abundancia y se desacredita por el solo hecho de
ofrecerse; y esto es lo que sucedia á los asignados
con respecto al numerario. lleducida la revolucion
al estremo y obligada á emplear medios violentos,
no estaba ya en su mano detenerse. Habia puesto
en circulacion (orzada el valor anticipado de los
bienes nacionales, y era necesario sostenerle por
medios tambien (orzados. El dia 11 de abril, á pe-
sar de la resistencia de los girondinos que lucha-
ban generosa é imprudentenlentc contra la fatali-




CONVENCION NACIONAL (1793). 379
dad de aquella situacion revolucionaria, habia la
€onvencion impuesto la pena de seis años de cade-
na [. cualquiera que vendiese numerario, es decir
fIue camhiase cualquiera cantidad de plata ú oro
por otra cantidad mayor de asignados. Con la mis-
ma pena amenazaha á todO' el que pidiese por las
mercancías difel'ente precio , segun la diferente
moneda que se le diese en pago, numerario ú
asignados. Pero estas penas no im pedian que exis-
tiese tal diferencia, y así fué que en el mes de j u-
nio valia un fi'anco de metal pO'r tres en asigna-
dos, y dos meses despues el mismo fi'anco valía
seis en asignados, de suerte que la proporcion
descendente que era de uno á tres se hahia aumen-
tado en tan poco tiempO' desde uno á seis.


En seulejante situacion reusaban los mercade-
l'es dar sus géneros al lDisIDO precio que otras ve-
ees fonlO que la m.ol1ccla que les ofrecian por ellos
no era mas que una quinta ó sesta parte de su va-
lor', y así se los teni3.n nluy guardados y no que-
rían venderlos. Nada hubiera ¡Inportado esta dis-
lninucion de valor en los asignados si todo el mun_
do los huhiera dado y recihido al mismo precio,
porcIue en tal caso siempre huhieran podido ser-
vir de signo para los cambios y correr en la circu-
lacion como cualquiera otra nl0neda ; pel'o los ca-
pitalistas que vivian de sus rentas, los acreedores
del estado que recibian alguna renta anual ó el




380 REYOLUCION FRANCESA.
reembolso de algun oficio, se veian precisados á
aceptar el papel por todo su valor nominal. Todos
los deudores se daban mucha prisa ú salir de sus
trampas, y los acreedores obligados á tomar en pa-
go una moneda facticia que no llegaha á la cuarta
parte ó tal vez á la sesta del capital. Ultimamen-
te el pueblo trabajador, que siempre está obligado
á ofrecer sus servicios al que quiera aceptarlos,
no sahiendo como concertar el salario por el do-
ble ó el triple segun disminuian los asignados, so-
lo recibia una parte de lo que necesitaba para
comprar los objetos de necesidad. El capitalista
medio arruinado estaba descontento y silencioso;
pero el pueblo furibundo llamaba acnparadores á
los lnercaderes que no querian venderle nada á los
precios ordinarios, y clamaba por que se les conde-
nase á la guillotina.


Tan incómoda situacion era un resultado nece-
sario de la creacion de los asignados, asi COlll0 es-
tos lo eran de la necesidad de pagar dendas anti-
guas, oficios enagenados y una guerra ruinosa i de
suerte que por las mismas causas iba muy pronto
á resultar el máximum de los propios asignados. En
efecto, de poco servia haLer creado esta 1110neda
forzada si el mercader con solo subir el precio con-
seguia sustraerse de la necesidad de recibirle; y
asi era preciso forzar talnbien el precio de los gé-
neros asi como se habia f'orzado d de la moneda.




CONVENCION NACIONAL (1793). 38 t
l.uego que la ley dijo: este papel vale seis fran-
cos, debia decir al rrlÍslllo tiempo: esta mercancia
no vale tampoco mas que seis francos, por que de
otra manera, con decir el mercader que valia doce
no tenia precision de hacer el cambio de ella.


Fué pues indispensahle , á pesar de las razones
que espusieron los girondinos, tomadas de la eco-
nomia ordinaria de las cosas, establecer el máxi-
mum del precio de los granos. La mayor pesadun1-
hre para el puehlo es la falta de pan, y 'aunque
no faltaban trigos, recelaban los cosecheros el tu-
multo de los mercados ni querian dar sus granos
al precio de los asignados y por eso los ocultaban.
Lo poco que se presentaba era al IllOlnento toma-
do por los ayuntamientos y l()s particulares que
querian surtirse para un caso de necesidad, y la
escasez se notaba n1ucho mas en Paris que en nin-
guna otra ciudad de Francia, por ser Illas difíciles
los surtidos para tan gran poblacion, los merca-
dos 111aS tumultuosos y por consiguiente mayor el
lniedo de los cosecheros. El3 y 4 de mayo no ha-
bía podido menos la convencion de espedír un de-
creto , por .el cual se precisaba á todos los cose-
cheros y comerciantes en granos á declarar los que
existian en su poder, desgranar los que tuviesen
todavia en gabil1as, llevarlos al mercado y ven-
derlos al precio medio que se fijase en cada pue-
blo , regulado por los precios anteriores desde el




382 REVOLUCION FRANCESA.
t. o de enero al 1.0 de mayo. Ninguna pel'sona po-
dia hacer mas provision que la necesaria pal'a un
nles, y los que hubiesen vcndido ó comprado á
precio superior al máximum ó faltado á la verdad
en sus declaraciones, incurrian en la confiscacion
y pagarian una multa desde 300 á 1000 francos.
Se mandaron hacer visitas domiciliarias para ave-
riguar la v€rdad y ademas se enviaba un estado
de las declaraciones en cada ayuntamiento al mi-
nisterio del interior para formar una estadistica
general de las subsistencias que había en Francia.
El ayuntalniento de Paris añadiendo sus acuerdos
de policia á los dccretos de la convencion, habia
arreglado adenlas la distribucion del pan en las
panaderias, donde nadie podia presentarse sin su
carta de seguridad. En esta, que daban las co-
misiones revolucionarias, estaba designada la can-
tidad de pan que se podia pedir, segun el núme-
ro de individuos de que constaba cada familia. Has-
ta se habia arreglado el modo con que se habian de
poner en fila á la puerta de los panad€ros, de nla-
nera que se ponia una cuerda atada al cerrojo y
cada cual la tenia cogida con la mano para no
perder el turno y evitar la confusion. Sin embar-
go algunas mugeres traviesas solian cortar la cuer-
da y entonces se armaba un tumulto espantoso
y era necesario que acudiese la fuerza armada pa-
ra restablecer el órden. Ya se deja entender á




CONYENCION NACIONAL (1793). 383
~uantas impertinencias se vé condenado un gobier-
no y qué medidas tan violentas se ve precisado á
tomar cuando necesita verlo todo por si mismo
para arreglarlo todo. Pero en aquella situacion ca·
da cosa se iba encadenando á la otra, pues por
haber forzado el curso de los asignados, fue pre-
ciso forzar los precios y hasta la cantidad, la hora
y el modo de hacer las compras, resultando del
primer hecho el último, y siendo tan inevitable
el primero como la revolucion misma.


Todas las mercancias de primera necesidad se
habian resentido del encarecimiento de los vÍ ve-
res ocasionado por el maximun: carnes, legum-
bres, frutas, especeria, combustibles, bebidas,
lienzos, paños y cueros para el calzado, todo se
habia aumentado en proporcion del descrédito de
los asignados, y el pueblo se obstinaba cada dia
mas en que eran unos acaparadores los pobres
nlercaderes cuyo delito era no querer recibir una
moneda que no tenia valor. Ya se acordará el lec-
tor de que en el mes de febrero, siguiendo el
consejo de Marat, habia saqueado á los ultrama-
rinos , pues en el mes de julio saqueó talnbien
unos harcos de jabon que venian á Paris por el
Sena, y el ayuntamiento se indignó mucho dictan-
do decretos muy severos, como que Pache man-
dó imprimir este aviso tan sencillo como lacó-
.


IUCO.




ftE\'OLCVION FRANCESA.


El corregidor Pache :t sus conciudanos.
«Paris contiene setecientos Iuil habitantes: su


(V suelo no produce nada para su alilnento, vestido y
cr demas necesario; es pues preciso que París lo re-
(ciba todo de los departamentos ó del estrangero.


«Cuando llegan géneros y 11lcrcancias á París,
ít si los habitantes las saquean cesarún de traerlas.


« Por consecuencia Paris no telldrú en adelante
([ nada que comer ni con que vestirse y proveer á
<I las demas necesidades, y así serú indispensable
( que setecientos nlil hornhres faltos de todo se
q devoren unos á otros. »


No hahia vuelto el pueblo ú saquear, pero con-
tinuaba exigiendo providencias terribles contra los
111ercaderes y ya vimos al clérigo Jaeoho Roux al-
borotar á los fi'anciscanos para que se insertase en
la constitucion un artículo relativo á los acapara-
dores. Tmnbien se desencadenaban muchG contra
los agiotistas, quienes, segun decian, eran causa
del aumento del precio especulando con los asig-
nados, el oro, la plata y el papel estrangero. La
ilnaginacion popular se creaba nlonstruos y en to-
das partes veia enelnigos encarnizados, cuando no
habia otra cosa que jugadores avaros que se apro-
vechaban del l11al, pero no le producian ni tenian
fuerzas para producirle. El envilecimiento de los
asignados provenia de una Jnultitud ;de ;causas,
que eran: su cantidad considerahle ; la incerti-




CONVENCIOl'( NACIONAL (1793). 385
dumbre de la hipoteca, que debia desaparecer si
la revolucion sucumbia; su com paracion con el
numerario que no perdía su realidad, y con las
mel'cancias que conservando su valol', reusaban
carnbiarse por una llloneda que habia perdido el
suyo. En tal estado de cosas los capitalistas no
querian reservar sus fondos bajo la forola de asig-
nados porque en ella ihan perdiendo todos los dias
y asi al principio procuraban buscar dinero, pero
al cabo de seis aüos de escasez llegaron á fastidial'
á los vendedores y compradores de nunleral'io, y
entonces pensaron en comprar mercaderias. Pero
estas solo ofrecian una colocacion pasageL'a porque.
no se podian conservar nludlO tiempo, y eran taJll-.
bien un tráli.co peligl'oso, como que el fUl'or con-.
tra los acaparadol'e:5 habia llegado á su térnú-
no. Por eso se buscaban seguridades en los paises
estl'angel'os , y cuantos tenian asignados se daban
prisa á adquirir letras sobre Londres, Alllstenlam,
Haluburgo, GineJJra y otras plazas de Europa. En
call1bio de ellas daban cantid~ldes nacionales enor-
mes, con lo que envilecian los asignados. Ademas
algunas de estas letras .de camhio que se realiza-
ban fuera de FrancÍ'a iban á parar' á InallOS de emi-
grados, conlO precio de nluebles magnítjcos restos
de su antiguo lujo, consistentes en relojes, eba-
nisteria, espejos, bronces dorados, porcelanas,
cuadros, ediciones preciosas etc. que se habian


T. 25




386 REVOLUCION FRANCESA.
convertido en guineas ó en ducados. Pero no se
procuraba realizar mas que una pequeña parte,
porque como eran buscadas por capitalistas asus-
tados que no querian emigrar sino únicamente
dar una garantia sólida á su fortuna, casi todas se
quedaban en la plaza, donde los que tenian mas
inquietud se las pasaban unos á otros. De esta
suerte formaban estas letras una masa particular
de capitales, garantidos por los estrangeros y ri-
vales de los asignados. Es de presumir que Pitt
habria instado á los banqueros ingleses á que sus-
cribiesen mucho de este papel, y aún que les ha-
bria abierto un crédito considel'able para aumen~
tar la masa y contribuir de este modo mas y mas
al descrédito de los asignados.


Tambien tenian mucha voga las acciones de las
compañias de hacienda que parecian fuera de los
alcances de la revolucion y de la contl'arevolu-
cion, al mismo tiempo que ofrecian una coloca-
cion ventajosa. Las de la compañia de descuentos
gozaban de mucho favor, pero sobre todo se busca-
han con la mayor ansia las de la compañia de In-
dias, porque descansaban en cierto modo sobre
una hipoteca inembargable conlO que consistia en
buques y almacenes diseminados en todo el globo.
En vano se las habia impuesto un fuel'te derecho
de alcabala cuando pasaban de un dueño á otro,
porque los administradores sabian eludirle estin-




f.ONVENCION N,\C!ONAL (1793). 387
guiendo las acciones y sustituyéndolas con una
simple inscripcion en los reg'istros de la COll1pa-
ñia que no necesitahan forlualidad. Asi defl'auda-
ban al est.ado en una renta considerahle porque
ascendían á muchos miles las traslllisiones que se
Ilacian diariamente, y eran inútiles las precau-
ciones tonladas para impedir el agio. En vano tanl-
bien se habia discurt'ido pa1'a disminuir el ah'ac-
tivo de las acciones imponer el cinco por ciento
sobre su producto; porque los dividendos se dis-
tribuian á los accionistas COIlIO reembolso de una
parte del capital y con esta estratagema se eludia
talnbien la ley. Así desde 600 fl'ancos suhieron las
tales acciones á 1,000, t ,200 Y aun hasta 2,000
francos; y eran otros tantos valores que se oponían
á la moneda revolucionaria y solo servian pal'a
desac l'ed i tada.


Tambien se oponian á los asignados no solo to-
das estas clases de fondos, sino talnbien algunas
porciones de la deuda pública, y aun otros asigna-
dos particulares. En efecto existían empréstitús (j,,-
mados en todas las épocas y bajo Illuchas formas,
sulJicndo algunos hasta el tlelnpo de Luis XlII, Y
entre los últimos que había contl'aído Luis XIV
los hahia de difel'entes creaciones. Generalmente
se preferian los flue eran anteriores á la monar-
quia constitucional, á los suscritos durante la l'e-
volucion, sipndo universal la repugnancia contra




388
los asignados hipotecados sobre hienes del clero
ó de los emigrados. UltimaJnente , entre los asig-
nados mislnos habia sus diferencias, porque de
cinco mil millones que se habian emitido desde
su creacion, habrian entrado mil por compras
de bienes nacionales, y quedaban cuatro mil en
circulacian, de los cuales halJia con10 unos 500
millones creados por Luis XVI, que llevaban su
efigie real. Estos últin10s decian que serian n1ej'or
admitidos en caso dc contrarevolucion á lú menos
por una parte de su valor. Por eso ganaban un le,
ó un 15 por ciento sobre los dClnas. Los asignados
republicanos, único recurso del gohierno, y úni-
ca moneda del pueblo estaban totalmente des acre ..
ditados y luchaban á un tiempo contra el nume-
rario , las mercancías, el papel estrangero, las.
acciones de las com pallías de hacienda, los cré-
ditos contra el estado y hasta contra los asignados
reales.


Eran muchos los fondos que se habían reunido
en algunas manos, ya con el reelnbolso de los ofi-
cios, ya con los pagos hechos por diferentes sumi-
nistros para la guerra, ya por la prisa de muchos
deudores para librarse de sus deudas, y por otra
parte la guerra y el temor de una revolucion ter-
rible habian interrumpido muchas operaciones
cOlnerciales ,ocasionado grandes liquidaciones y
aUlnentado todavia la masa de los capitales esta n-




CONVENCION NA.CIONAL (1793). 389
caelos , que buscaban seguridad. Estas sumas acu-
muladas de este modo eran objeto de un ag'o
perpetuo de la holsa de París y se cambiaban ya
por oro ó por plata, por géneros, por letras, por
acciones ó por antig'uos créditos contra el esta-
do etc. etc. En esto intervenian, conlO es cOStUlll-
bre, jug'adores aventureros (lue entran en toda cla-
se de opera.ciones , y especulan sohre 103 ha~al'es
del comercio, sobre el sunlinistro de víveres para
el ejército, sobre la buena fe de los gobiernos y
en fin sobre todo. Puestos en observacion en la
bolsa, se aprovechaban de todas las subidas to-
mando por base la continua baja de los asignados!,
como que esta tonlaha principio en la bolsa con
respecto al numerario y á todos los valores 1110vi-
bIes. Luego !pasaba á las mercancias que se en-
carecian en las: tiendas y mercados, pero estas no
subian tanto como el numerario por que los lner-
cados estún distantes de la bolsa y ademas no s') 11
tan sensibles las alteraciones de Jos )1l'f'cios como
que no pueden 10-; rnercaderes conven i r.se tan rú-
pidanlente como los agiotistas que estún en una
sala. Una v'ez determinada la diferencia de la bol-
sa , no se notaba fuera sino al cabo de algun tiem-
po mas ó menos largo, y así el asignado de 5 fran-
cos que no valia mas que 2 en ~la bolsa, estaba
todavia valiendo 3 en los mel'cados, y los agiotis-
tas tenian 'el tiempo net:esal'io para especular. Te-




3HO' nEYOLUCION rUANCESA.
niendo siempre fondos ú la JIlanO, tOInaLan nume'-
l'arío antes de la alza, y luego {Ille este subia con
respecto á los asignados, le cambiahan por estos
y se encontraban con Inayo!' cantidad; pasaban
luego á los mercados y como los géneros no habian
tenido tiempo de subir toda via, compraban mu-
cho mayor niBnero de ellos y luego los volvian á
vendel' cuando se habia restablecido el equilibri(J~
De nlOdo que todo su oficio consistía en ocupar el
numerario y la mercancia mientras que el uno ó
la otra se elevaban con respecto al asignado, y
sus beneficios no se cifrahan mas (Iue en la alza
eonstante de toda3las cosas sobre aquel, razon pOl'
la cual no era estraño que les aborreciesen COlllO
que su ganancia siempre estaLa fUll(\ada sobre
una calamidad pública. Estendíasc su especula-
cíon sobre la variacion de todas las especies de va-
lores, como el papel estrangero, las acciones de
las compallias ctc., y se aprovechaban de todos los
accidentes que potlian ocasionar dilerencias, co-
1110 una derrota, ulla mocion , ó una noticia L'llsa.
formaban todos estos una clase bastante conside-
rabie, porque habla banqueros estrangeros, asen-
listas, USUi'el'05 , antiguos clérigos ó nobles, gente
enriquecida {;on la revolucion y algunos diputa ....
,los, que, sea dicho en honor de la convencion,
no pasahan de cinco ó seis que tenian la pérfida
,entaja de contribuir á la variacion de los valores-




CONVENCION NACIONAL (1793). 39 t
con mociones hechas á propósito. Estos vivian ell-
golfados en los placeres con cómicas, antiguas
monjas ó condesas que desde el papel de cortesa-
nas pasaban al de corredoras de negocios. Los dos
principales diputados que estaban metidos en es-
tas intrigas fueron J ulian, el de Tolosa 17 y Delau-
nay, el de Angers, que vivian , el primero con
la condesa de Beaufort y el segundo con la cómica
Descoings. Dícese tambien que Chabot, disoluto
como buen ex-capuchino, pero que de cuando en
cuando se ocupaba de cuestiones de hacienda, an ...
daba tambien en estos agios con los dos hermanos
llamados Frey 18, espulsos de l\loravia por sus opi ..
niones revolucionarias y se habian venido á Pa-
ris á hacer el comercio en clase de banqueros.
Tambien se mezclaba un poco Fabre d'Eglantine y
aun el mismo Danton fué acusado de ello aunque
no se probó.


Pero la intriga mas vergonzosa fué la que empren-
dieron el baron de Ratz 19, banquero y economista
muy habil ,Julian ,el de Tolosa y Delaunay de An-
gers, que eran los diputados mas dispuestos á ha-
cer fortuna. Tenian el :proyecto de denunciar las
malversaciones de la compañia de Indias, hacer
bajar sus acciones, comprarlas inmediatamente,
volverlas á hacer subir con mociones menos seve-
ras y realizar asi los beneficios de la alza. Debia
suministrar los fondos aquel abate D'Espagnac




392 REVOLUCION FRANCESA.
que fué proveedor de Dumouriez en la Bélgica y
que luego tomó la empresa general de los carros,
cuyas contratas protegia Julien en la convencion.
Este pensaba tambien meter en la intriga á l .... abre
d'Eglantine , Chabot y algunos otros que podian
ser nluy útiles por ser nliembros de diferentes co·
nllSlOnes ..


La mayor parte de e~:tos eran adictos á la revo·
lucio n y no querian perjudicad:!, pero á todo even-
to les acomodaba asegUl'ar su fortuna para gozar
de los placeres. No se sabia n todas sus tramas se-
cretas; pero como especulaban sobre el descrédito
de los asignados, no dejaban de iInputarles el mal,
de que sacaban provecho. Como tenian en sus fi·
las muchos banqueros estrangeros , decian que
eran agentes d¿ Pitt y de la coalicion , figurándose
ver allí el influjo misterioso y tan temido del nli-
nistro ingles. En una palahra estaha la gente in-
dignada contra los agiotistas y acaparadores y se
pediaa contra unos y otros los mismos suplicios-.


Asi mientras que el Norte, el Rhin, el Mediodía
y el Vendée esta ban invadidos por nuestros ene'-
ll1igos , nos hallúbamos sin otros recursos econó-
núcos que una 1110neda no aceptada, cuya hipo-
teca era tan incierta como la luisma revolucion, y
.que á cada incidente di...,minuia su valol' en pro-
porcion del peligro. Era tal nuestra situacion, que
á luedida que el riesgo se aumentaba y los recur-




CONVENCION NACIONAL (1793). 393
sos debieran ser mas gl'andes , no hacian mas que
disminuirse, faltándole municiones al gobierno y
víveres al puehlo. Se necesitaba crear soldados,
armas, moneda para el estado y para el pueblo y
despues de todo asegurar victorias ..






NOTAS DEL TRADUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO CUARTO.


_0-
PAGINA 52t>.


i Ramel de Nogal'et era fiscal del tribunal de Car-
caSOJla coando principió la revolucion y estuvo de dipu-
tado en los estados generales, donde solo se ocupo de
materias de hacienda. En i 791 le enviaron de comisio-
nado á Finisterl'e con motivo de los alborotos que se sus-
citaron de resultas de la fuga de Luis XVI. En 92 le nom-
bl'aron diputado á la convencion y fué uno de los que vo-
taron la muerte del rey. En la comision de salud pública
se ocupó con Cambon del ramo de suministros para los
ejércitüs. Lo mismo hizo despues en el consejo de los 300
hasta que por fin le nombró el dir'ectorio ministro de ha-
cienda en febrero de 1796, cuyo empleo estuvo desempe-
ñando con mU(~ha capacidad hasta julio de 99. Al año si-
guiente publicó un manifiesto de su administracion y mu-
chas memorias despues sobre diferentes ramos de hacien-
da. l\'Iurió desgraciadamente en 1813.


PAGINA 552.


2 El capitan de navio Albarade fué nombrado el dia
i O de abril de 95 ministro de marina á propuesta de
Cambon y en reemplazo de Monge. Mas el 25 de julio
siguiente rué denunciada su administracion con motivo de
los movimientos revolucionarios ocurridos en Tolon y
Marsella. Lo mismo se repitió en enero de 94 con oca-
sion del nombra~iento de Truné para capitan de navio ,
á cuyo decreto no habia dado cumplimiento el ministro :
mas esto no impidió que le admitiesen en. la sociedad de
Jos jacobinos. El t. o de abril de este mismo año se re-




396 NOTAS
fundió su ministerio, como los demas en la organizacion
revolucionaria de las comisiones ejecutivas. En tiempo
del directorio estuvo de comandante de armas de LOI'ient
y con moth'o del incendio del navio llamado el t 4 de Julio
le apearon del mando por decision de un consejo de
guerra, que tuvo todas las trazas de haber juzgado bajo
las impresiones 'de la época. :Mas adelante se le volvió su
gl'3do de capitan de mnio y hasta sus mismos enemigos
convienen en que si rué un ministro mediano, era por lo
menos escelente marino.


PAGINA 545.


5 T. A. Gasparin capitan del regimiento de Picardía
rué diputado de las Bocas del Ródano á la legislativa y
despues á la convencion donde votó la muerte del rey.
A poco de halJerle nombrado miembl'O de la comision de
salud pública dió su dimision , y le nombI'aron comisio-
nado en l\1al'sella y Tolon con Salicetti , Barras y FI'el'Oll
participando de las fechudas de estos señores en aquellas
dos ciudades, hasta que murió en el departamento de
Vaucluse, donde se hallaba en comisiono Los patl'Íotas
de aquel departamento em'iaron su corazon á la conven-
cion pidiendo que se colocase en el Pantheon , pero no
se hizo caso.


PAGINA 54,3.


4 Prieur, llamado del l\Iarne, á diferencia de otro
Prieur que era diputado de la costa de oro, lo rué á los
estados generales por el estado llano y aunque no se
distinguió en ramo alguno, llamó la atencioll por sus
opiniones populares. Estuvo en guelTa abierta contra los
realistas y los realistas contra él, de suerte que cuando
encontró la suya que fué la fuga del rey, no se detuvo
en calificarle de traidor. Pero al dia siguiente le envia-
ron de comisionado á j1"'inisterre pat'a sosegar los distur-
bios que se suscitaron con aquel motivo. A fines de 91




DEL TRADUC1-0R. 397
le nombraron ,-ice presidente del tribunal' criminal de
París, y en 92 diputado por el 1\'Iarne á la cOl1\'encion,
y desde muy á los principios le enviaron de represen-
tante al ejército de Dumouriez, de quien no se separó
hast::1 que los coligados evacuaron enteramente el terri-
torio fl'ances. Votó la muerte del rey y al mes siguiente
solicitó que no se siguiese la causa contra los asesinos
del mes de setiembre. En seguida le nombraron l'epte-
sent:mte de la convencion cerca del tribunal revoluciona-
rio y poco oespucs micmbro de la comisioll de saluo pú-
blica. ElLo oc agosto de 93 le encal'gal'on de una mi-
sion á los e.iércitos del Norte, Anlenas, el lUosella y el
Rhin y por último al Vendée, donde mandó fusil:1I' á Sa-
venai y á otl'a multitud de ciudadanos; mas no por eso
rhalizó en cl'llcldad con Otl'OS procónsules que fueron á
aquel pais. Aun hay quien dice que hizo cuanto pudo para
queCal'rier suspendiese losahogamientosen Nantes, y que
este le trató de imbécil en materias oe revoluciono Des-
pues de la caida oe la Montaña volvieron á nombl'arle
miembl'o de la comision de salud pública y despues pre-
sidente de la conveneion. Mas no podia olvidarse de sus
amigos los tenodstas y asi comprometido con ellos en
la revuelta de 20 de mayo 1. 793 fue acusado por André-
DUlllont, y aunque intentó suicidarse, debió de hacerlo
de mala gana pues sc ocultó algunes meso s y al cabo se
aprovechó de la alllnistia de 1796. Despues se dedicó á
la abogacía y murió en 1812.


PAGINA 532.


5 Francisco Nicolas Vincent hijo del alcaide de una
de las cúrceles de París, y pasante de abogado cuando
pr'incipió la revolucion, tenia un caracter violento y una
imaginacion desarreglada. No ca recia de instruccion y
habia leido las obras de los oradores antiguos aunque
sin comprenderlas bien, y abrazó con entusiasmo las
ideas re,-olucianarias , principiando á darse á conocer en
f 792. En octubre de aquel año le nombró Pache oficial




398 NOTAS
de la secl'etal'ia de guerra, per'o apenas entl'Ó de mi-
nistro Beurnonville, le echó de allí en 1795, Y luego le
volvió á admitir Boucholte con el título de secretario ge-
neral, dejando á su arbitrio el nombl'amiento de los em-
pleos porque era uno de los miembros mas influyentes
del club de los franciscanos. De suerte que el tal jóven
tenia una especif1 de COl't.e é hizo nombrar genel'al del
ejército revolucionario á su amigo Ronsin, enviándole al
Vendée á dar pruebas de su ineptitud y cl'ueldad, Mas
habiéndole acusado Philipeaux de mucl13s dilapidaciones,
juntamente con Ronsin , y culpándole de las derrotas que
habia sufl'ido el ejército en el Vendée, le mandaron ar-
restar el 1. 7 de diciembre 1795, pero por influjo de los
franciscanos y en particular de Danton , se le puso en
libertad el 2 d(t febrero de 94. A pesal' de eso se agregó
á la faccion de los Hebel'listas que se empeñaba en do-
minar sola en la capital, y cuando esta faccion fue venci-
da por los jacobinos, sucumbió tambien Vincent, y el
h·jbunal revolucionario le condenó á muerte el 24 de
marzo 1794, á la edad de 27 años. Era tal la fel'ocidad
de este jóven , que dijo un dia en el club de los francis-
canos que no habia mas que un medio de salvar la Fran-
cia y era el de degollal' á la tercel'a parte de sus habitan-
tes y á todos los nobles y los clérigos, con lo cual se ase-
guraría la prosperidad de los restantes.


PAGINA 552.


6 A. F. MomOl'oera un impresor de Paris, que fi-
guró mucho desde el principio de la revolucion entre los
mas señalados socios del club de franciscanos. En 1791
le hizo arrestar Lafayette , de quien se habia declarado
enemigo irreconciliable. Despues del· 1. O de agosto de
92 entró en la comision administrativa que reemplazó al
departamento de Paris , y por dos veces le envió el con-
sejo ejecutivo de comisario al Vendée en 1795. Tenia la
mania de la ley agraria y no soñaba en otra cosa que
con la reparticion de todos los bif>nf's territoriales. Esta-




DEI. TRADUCTOR. 399
ba casado con una muger bastante fresca, segun dice M.
Prudhome, á la cual trataba con mucha dureza y la te-
nia mas bien como criada que como otra cosa; pero an-
dando el tiempo la convirtió en diosa de la Razon y desde
su cocina pasó al altar de S. Andres de los Arcos.


Cuando volvió segunda vez de su mision, publicó un
escrito sobre lo que habia observado en ella, pal'a que
le enviasen por tercera vez, pero le sucedió tan al con-
trario , que habiéndose agregado á la faccion de los He-
bertistas, incul'I'ió en la desgracia de Robespierre y de
Danton y fue condenado á muerte el 24 de marzo 1794,
á la edad de 58 años. Era natural de Besanzon y ha de-
jado un tratado elemental del arte de la imprenta que es
bastante apreciado.


PAGINA 535.


7 Enrique Francisco B0111ard nació en Paris en 1746
Y murió en la Rochela el 29 de noviembre 1795. Fue
antiguamente caballero del hábito de S. Luis, mayor del
regimiento de la Antigua Marina, y despues general de
los ejércitos republicanos y comandante general del ejél'-
cito de Sables donde díó pruebas de mucho valor y co-
noci mientos.


PAGINA 355.


8 El general Labaroliel'e, se crió en Luneville en la
casa de educacion del rey de Polonia y abrazó la carrera
militar llegando á ser teniente cOl'Onel de cazadores de á
caballo de Lorena. Sirvió en 1792 con Dumouriez v en
95 con Biron contra los del Vendee, y ya puede ;erse
en el texto cual fue la causa de su destitucion del mando.
Despues permaneció en inactividad hasta 1796 en que se
le empleó en el ejército del oeste y obtuvo el mando de
la division de Rennes , que conservó poco tiempo. En
noviembre de 1804 le dió el emperador la Cl'UZ de la le-
gion de honor pel'o no le puso en actividad.




.4.00 lWTAJ


PAGINA 557.


9 P. Bourbotte nació en Vaux, cerca de Avalon y abra~
zó la causa de la revolucion con un ardol' poco comno ,
por lo que fue nombrado diputado á la convencion. Des-
de los primeros dias empezó á pmvocal' el juicio de Luis
XVI y de su familia, pidiendo que se le citase á la
bal'ra y fue uno de los que votal'On sn muerte. El 8 de
felJl'el'o de 93 se unió con Chavot y Albine para solicitar
que no se siguiese la causa contl'a los asesinos de las pl'i-
siones. En su mision al Vendee manirestó mucho vator y
siempre marchaba al fl'ente de las columnas republica-
nas, esponiéndose al fuego como cualquiel' soldado. Pero
tambien presidio á la egecucion de las p,'o\'idencias ter-
ribles que se tomar'on contl'a aquel pais. De vuclta á Pa-
ris le envió la comision de salud pública al ejél'cito del
Rhin y el l\Iosella, donde desplegó la misma acti"idad y
valor. En la revuelta del 20 de mayo de 9;) se dee1al'ó


" por el populacho de los arrabales, que le nombraron
miembro de la comision estl'aol'din~\l'ia, que habia de
reem pi azar á la de segul'idad general y pi otestó de su
celo pOI' aquel partido. Pel'o habiéndole encontrado al
salir de lu sala los diputados del partido opuesto, )"endo
al frente de un destacamento, fue acusado pOI' Delahaye
y al momento el pl'esidentc dió ól'dcn para que uo se le
dejase salil' de la .sala y se decretó su pl'ision. LleYÚl'On-
le por de pronto con sus (,ólegas Homme, Goujon y
Soubrany al castillo de Terrean y poco despues á ser juz-
gados pOI' una cornision milital' que les condenó á muer-
te. Bourbotte se dió de puñaladas, pero no habiendo
muerto de ellas, le llevaron al dia siguiente al patíbulo
y IDw'ió arengando al pueblo.


PAGINA 56!.


tO Este general Doyre condujo en persona la famosa
salida que hizo la guarnicion de Maguncia en la nocha




DEL TRADUCTOn. 401


del 50 al 5-1 de mayo y penetró hasta lHal'iembul'go des-
pues de haber consternado al ejército sitiador. Entre él
y el diputado Merlin obtlHieron al rendir la plaza una
hOlll'osa capitulacíon ; pero con todo eso salió 4 días des-
pues un decreto de acusacion contra él, Y sino por 1\ler-
Un le hubieran guillotinado.


PAGINA 568.


1 -1 Alejand('o, vizconde de Be:mhal'l1ais era segundo
mayor de un regimiento de infanteria, cuando casó con
la señorita Josefina de la Pagerie, de una de las üuui-
lbs mas respetables de la Mal'lillica. En 1789 fue uom-
brado dipulado por la nobleza de Blois á los estados ge-
nerales ~ y su caracle!' dulce como tambi~n sus modales
finísimos le habian colocado en el rango de los cortesanos
mas amables, mucho tiempo antes que las Cil'Cullstancias
le JJ:unaseu Ú otl'O género de celcbl'id::Hl. En esta nueva
canel':l 110 tanJó en ser uno de los que mas lihertades se
permitian ú costa oel gobíerno, sustituyendo los aires de
filósofo del dia á la frivolidad del cortesano. En conse-
cuencia fue uno de los primeros nobles que se incorpo-
raron con el estado llano. El fue quien en la sesion noc-
turna de 4 oe agosto 1789 propuso la igualdad delante
de la ley y la eligibiliJad de todos los ciudadanos p:ll':l
todos los uestinos. Destinado á la comision milital' pro-
puso diferentes proyectos en su nomDre y pidió que se
apl'Obal'a la conducta de Bouillé en Nancy, lo cual le
grangeó desde entonces el ódio de los jacobinos. Mas
no por eso dejaron de ser sus opiniones siempre propen-
sas al partido popular. Se hallaba de presiden te de la
asamblea cuan do ocurrió la fuga del rey, y se condujo
en aquella circunstancia con tal calma y dignidad, que
cscitó la admiracion hasta ue sus propios enemigos. Des-
pues marchó al ejército del Norte con el grado de ayu-
dante general y mereció elogios del general en gefe Bi-
ron en la derrota de 1\lons el 29 de Abril dp. 92. Pocos
días antes del '10 de agosto le nombraron juntamente con


v :16




402 NOTAS
Custine pal'a il' á mandal' el campamento de SOiSSOllS )'
fue declarado pOI' los comisa('ios de la asamblea legisla-
tivo uno de los generales que habian permanecido fieJes
á la patria. Iguales elogios mereció del ministro Pache y
del general eustine, hasta que el 29 de mayo 1795 fue
nombrado general en gde del ejército del Rhin, y poco
tiem[lo despucs ministro dc la guelTa, cuyo destino no
quiso admitir. Por' aquel tiempo salió de la COllyencÍon
el brutal decreto en que se separaha de los ejércitos á
todos los oficiales nobles y en conscclH'J1cia dió Beauhar-
nais su dimision, que se "reusó al principio, pero que al
fin [admitieron los representantés el 21 de agosto man--
dándole que se retirara á 20 leguas de la fl'Ontera.


Ya le habia atacado aJgun tiempo an tes Vadet miem-
bro del ayuntamiento recordando su antigua asociacion
con los fuldenses, cuya denuncia le puso en el caso de
hacer algunas obsenaciones sobre el Lal decreto de la
proscripcion contra los nobles, aunque siempre protes-
tando de su afecto y fidelidad á la república. Mas esto
bastó, tal es el respeto que los exagerados ó progr'esis-
tas de todos los tiempos tienen á la libertad de opiniones,
para que se le mandase arrestar en su retiro y para que
le lle,'asen al tribunal revolucionario. Alli se le hizo car-
go de haber estado 15 dias en inaccion sin socorrer á
~Iaguncia, y en una pala))('a se buscó este pretesto para
condenarle á muerte el 23 de julio 1 nM, ú la edad de
54 años. La víspera de su suplicio escrihió ú su esposa,
que despues fue emperatriz recomendándola sus hijos,
el príncipe Eugenio y la reina Hortensia, que estaban
en tierna edad; y encargándola que hiciese rehabilitar su
memoria.


PAGINA 570.


12 Federico Jonas, duque de Sajonia Cobourg,
feld-mariscal al servicio de Austria, nació en 1757 é hi-
zo la guerra á los turcos con mucha felicidad, pues les
tomó á Bucharest y tuvo sitiado al Gl'an-Visir en Morti-
nestea. En 1793 le dieron el mando general del ejército




DEt TU ADUCTOR. 403
destinado contra los Franccses, á quicnes batió en AI-
dhcnhoycn ~ cn Ncrwinde y les tomó á Valenciennes,
Condé, Cambray y L::nnbrccies; pcro por haberse sepa-
rado dc él el duquc dc York y los ingleses quc mandaba,
suf .. ió una gran derrota cerca dc lUaubcllge, de la cual
no sc libcl'tal'On tampoco á su vez ni Clairfhit, cerca de
Tournay ni los Ingleses junto á Dunkerque. CODOU/'g re-
pasó cl Rhin, hizo su dimision)" terminó su carrcra en
su propio pais cn 181 ¡). Era tio del actual rey de los Bcl-
gas, Lcopoldo, Jorge, Cl'istiano-Federico.


PAGINA 570.


15 Federico, duque de York, hijo segundo del rey
de Inglaterra Jorge lB, nació en 16 de agosto 1765, Y
desde muy niño le nombraron obispo de Osnabl'uck, pe-
ro no tardó en declararse aficionado ú la carrera de las
al'mas. Pasó á Prusia á concluir su educacíon milital',
,"iviendo todavia Fcderico el gl'ande, á quien acompaña-
ha en sus paradas y manioh,'us, llevando siempre pues-
to el uniforme riguroso prusiano. Mes esto no impidió
que Federico le pronosticase muy luego que mejor era
para regir un obispado que un ('jército. Sin embal'go de
eso el rey Jorge le nom)wó cmnandante del primer regi-
miento de sus gual'dias, y luego que se vió comprome-
tido en la coalicion contra la república francesa, no titu-
beó eH ponerle al frente de las tropas que elH'ió á los
Paises Bajos en 1795. Unidas con el ejército austriaco del
pl'incipe de CODourg , todo caminó con felicidad hasta la
toma de Valenciennes. Pero antojado el duque de man-
dar en gefe algl1l1a operacion, se separó del príncipe
para sitiar á Dunqnel'quc, cuya posesion deseaba mucho
la Inglaterra; mas fllel'On tan fatales sus disposiciones ,
que esperirnentó Ulla completa derrota en Hondschootte,
'" desde entónces ya no sinió de nada á los Austriacos.
Puso su cuartel g~ncl'al en Tournay , donde él y sus tro-
pas se entl'egaron á los deleites, dando el duque el pri-
mer <'jemplo de cmbri::Jgarse diariamente y salir as; por




NOT . u


Ja~ calles ~. plazas de la cindad. De~de entónces no cesó
de ser batido por los Franceses, ni el de ladearse hacia
Amberes, con el objeto ,'isible de embarcarse; pero tuvo
la fortuna de que llegase ú Ostende el 101'd l\1oil'a con un
refuerzo de 10 mil hombres y este valiente oficial se
opuso ú la huida del duque y le obligó ú yolYel' á la cam-
paña. Pero todo lo que pudo cOlIs('guil' es que se fuese
á poner dctras del Mosa, bajo el cafwll de la fortaleza de
Gr~n'e. Pero ::!nll d(! ~Ilí le ('('haren muy en ])I'(:'\'c los
Franceses y tuvo que (,l1lLan'~~1' los restos de su ('jéreilo en
CuxhaH~n Ú la f'l1Jbocadura del ElIJa. Mas no impidieron
todas estas humilladones que el rey su padl'e le confirie-
se el titulo de l"eld-Mariscal y el mando de todas sus tro-
pas de tierra, de suerte que el ministro de la guerra vi-
no á ser una especie de secretario suyo. No contento con
eso, abandonó á su direecion la gl'an espedicion de Ho-
landa en 17H9 en la que hizo tantos disparates como re-
soluciones tomó, hasta VPl'se precisado despues de mu-
chas pérdidas en el norte de Holanda á firmar una capi-
tulacion vergonzo~a para poder embarcarse. Vease cual
seri:;t su situacion cuando se le hieierOll cal'gos á su Yen-
cedo!' el general Bnll1e por no habrl' hecho rendir las ar-
mas á todas las tl'opas británicas; pero tuvo qne pagar un
buen rescate al directorio y al gencl'al.


A su vuelta á Inglaterra le recibíó el pueblo con in-
dignacion, pero la ceguedad de su padre toleró que con-
tinuase en la adrninistl':lcion dc ]a gucn:l hasta fine un
miembro del parlamento denunció el sistema de corrup-
cíon que habia en aquel ramo, donde una querida del
príncipe llamada Mistris Clal'ke vendia tooos los empleos
á medias con su amante. Se siguió una ruidosa causa, en
que fue reconocida la culpahilidad de la tal señorita y
muy mal puesto el honor del duque, quien se vió pre-
cisado á dar su di misio n .


Dos allos despnes le yohió el re)" su plaza y la consel'--
vó hasta su muerte, lo cual prueba que en los paises
constitucionales se aguantan, como en otros, las mayo-
res injusticias y arbitrariedades. La única idea propia




DEL TRADL'CTOR. t05
que se le conoció durante su vida fue la íntoleraneia con
los católicos de hlanda, y esta fue probablemente la cau-
sa del estraordinario cariño que le tenia su padre. Al fin
murió de una hidroprsia (lUC 1(' iba minando hacÍ:! muchos.
años, el dia;) (le enero 1827. Era tan vicioso y desor-
denado que ú pesar de sus inmensas riquezas, se vió mu-
chas veces á sus acreedol'cs cmhargarle el coche y 108 ca-
ballos en medio de las calles de Londres; y esto e3 lo
que n se consigue sino en los paises bien constituidos,
donde reina la vel'llad(~l'a igualdad legal.


PAGlNA 3Í'J.


14 Cocho n de LaparenL habia sido consejcr'o en Fon-
tenay cuando le nombraron diputado suplente á los est.a-
dos generales, y entró en ellos por no haber querido as s-
tir Thiheaud. Hahló eH ellos muchas yeecs en el sentido
popular, y cuando el año de n~ le eligieron l1liemlwo de
la convencion , votó la muel'te del rey. Inmediatamente
despues le nombraron eomisal'io al ejército del NOl'te en
reemplazo de los que Dumoul'iez habia entl'cgado á los
Austriacos; pCI'O no pudo llegar al euartel general y tuvo
que qu(~dal'se en Valcncienes , desde donde envió agen-
tes y pl'oclamas al ejél'cilO contra él. Allí le cogió el sitio,
como dice el texto y despnes volvió á la conyrncion ,
donde hizo b ¡kfcilSa de FejT~lI1d. En 1794 fue de la
C{)Hlision de salud púhlica , y quien nombró á Dumas, á
Canclaux. y á Mouli1l5 g(~l\cl'alcs cn gefe de los ejércitos
de llrest; el Oeste y lo:., ~\lp('s. Volviel'on ú nombl'a!'le en
('ncro de n:> ]'epI'CS(lllt:Hlt:> del mismo ejPl'cito del Norte y
fue COIl (~l ú Holanda. Despues e~iltI'Ó en el consejo de los
300 dOIl(I~ se ocupó de matcrias de hacienda y de com-
batir' la injusta m:lllia de pCI'scguil' ú los ricos. En abril
de H6 le nomhró el dil'cClOl'io ministl'o de policia en lu-
gal' de Mel'lin y se condujo con mucho celo, restablecien-
do en Paris el mismo órdell y vigilancia que antes de la
vfwolucion El f1lf' ({uif'1l ({ps(,ll/wió y (lemllwió la conspi-




\06 NOTAS
racion de Babeuf arrestándole juntamente con sus cóm-
plices. Lo mismo hizo al fin de aquel alío con .la conspi-
racion del campo de Grenelle en que perecieron por dis-
posicion suya mas de 400 jacobinos. El habia jurado per-
seguíl' á todos los enemigos de la rl'pública , de cualquier
color que fuesen y pOI' consecuencia todos le acusaban
de que era parcial con los otws, como sucede siempre á
todos los hombres de bien. Cuando el Dil'cctol'Ío quiso
derribar á los {'(J¡J:;·,jos, se declaró Cochon por estos y
le quitaron el ministel'Ío; pel'o luego el empel'ador le
nombró prefecto de Yienne y últimamente de Ambe-
res, donde falleció.


PAGINA 57'1.


1 a Bl'iest era diputado del Norte á la convencion y
('ompañel'o de Cocho n en la comisaria y en el sitio de
Valenciennes. De vuelta á París denullció á la comision de
salud pública de que guardaba demasiado silencio y no
tomaba las medidas necesarias, con lo que consiguió
que le nombrasen adjunto á ella; pero Robespiene sa-
lió á la defensa y le echó en cara no habel' muel'to
en Valenciennes. Enlónces él no quiso ser adjunto y
¡'ogá á la cOlnencion que se hieirse dar cuenta de
)0 que habia p:tsado en Valenciennes y que alli es-
taba su cabeza para responder. En efecto no resultó
naJa contra él y contilluó asistiendo ú las sesiones
hasta la eaida de Robespiei'l'c , despues de la cual yolvió
al eje~'cito del Norte y el1Yió desde Bl'Uselas á la conven-
don el instrumento con que habian tcnido encauenado
al ,'eprcsentante Drouct y mudó poco dcspues de resul-
tas de su li]wrtin3ge.


PAGl0;A 374.


16 Este Ri:ud era amigo y cómplice de Chalier, que
mandó la fuerza armada del ayuntamiento jacobino contra
las secciones, pOI' lo cual se le condcnó ú muerte el mis-




DEL TRADUCTOR. \,07
mo dia queú aquel. Javogues pronunció despues su apo-
theosis igualmente que la de Chalicl'.


PAGINA ;)!)1.


1 i J. Jlllien, llamado el de Tolosa porque era dipu-
tado del alto Garona , fue uno de los que votaron la muer--
te de Luis XVI, Y poco despues le enviaron á Odeans y
al Vendée , donde prohibió la libertad de imprenta, cu-
yo decreLo fue anulado pOI' la conyencíon. Denunció la
conduetl de la compaüia de Indias y propuso que se exa-
minara por una comision, porquc dijo que habia presta-
do grandes sumas á Luis XVI para hacer la contl'arevo-
lucion. itIas á pocos tiias se le acusó de que estaba unido
con ~Ialus y Espagnac para tl'aficar en las dichas acciones
y enríquecerse á costa del estado. Salió el decreto para
su arresto, pero pudo escapal'se y le declararon fuera de
la I('y ; mas t;l se lllantUYO oculto hasta despues de la l'cac-
cion de Thcl'midol' y enLónces se presentó pidiendo que
se alzase su pl'oscripcion , en razon de haber sido dicta-
da por su odio á Robespiel'fe. No volvió á ser admitido
en el cuerpo legislativo pero si cn una tIe las municipali-
dades de Paris hasta que llegó el ,18 brllmario en (]ue
por haber querido albol'otal' Ú los jacobinos contra Ho-
napal'te , le al'l'estal'On por unos dias y luego cayó en la
obscu ridad.
PAGI~A :591.


18 Junio y Manuel l!""rey , eran unos barones alema-
nes naturales de BI'Unn en IlIoravia y domiciliados en Vie-
na , el uno de 3G años tIe edad y el otro de 2i. Habia
dos años que sc habian establecido en Paris cuando les
condenaron ú muerte el dia 5 de ahril 1 i94 por conspi-
radores y cómplices de Danton , Chabot etc. Estos fueron
unos de los muchos estrangel'os que acudieron á Fl'ancia
al olor de la l'cvolllcion y solo sil'vieron para hacerla
Illas fUllesta. Casaron á su hel'lUalla con el ex-capuchino
r:tlaboLy fUf~I'On c:ompañeros suyos en todos los alborotos




408 JWTA5
de la revolucion. Pero la verdadera causa de su muerte
fue haber falsificado una ley relativa á la compañia de las
Indias de acuerdo con Fatll'c d'Eglantinc.


PAGINA 5fH.


19 El baron de Batz , gran senescal del ducado de
Albrct, fue nombrado en 1789 diputado por la nobleza
de Kerac ú los estados genrralcs, y en ellos leyó varios
informes sobre hacienda y sobre deuda púhlica. Fue uno
de los que mas se opusieron á la emision de los asignados,
e0\\\\'l';';\".'md0\0'2, c\)\) los \)\\\etes oe l .. aw , "Y fll1a\mente
protestó contl'a todas las operaciones económicas de la
asamblea nacional. Ademas de esas intrigas de que habla
el texto, le acusaron rcpetidas y('ccs de llabcl' ofrrrido
mitIones para proporcionar la huida de la reina, pero tu-
YO la destreza de hacer arrestar á sus acusadores y que-
dal'se lil)l'c. A un corrió mucho mayOl' riesgo cuando Elias
Lacoste, miembro de la comision de srgllridad general le
acusó de ser el principal motor de la conspiracion de los
estrangeros en el mes de junio de 04, de lo cual resul-
taron 59 personas condenadas á muerte por el tl'ibu-
nal rc,·oll1ciollal'io y el haron Luyo la fortuna de salí!' ab-
suelto. "Lltimamente el 8 de octuDre 1795 llrgal'on á
prenderle pOI' otra conspiracion y se escapó de la cárcel
de Plessis marcllúnuosc ú pais estrangero.




NOTAS
T


PIEZAS JUSTIFICATIVAS


DEL TOJ\IO QUINTO.
-g-


NOTA J. a PAGINA 12.6.


Las verdaderas disposiciones de Robespierre respecto al 31
de mayo se pintan de manifiesto en los discursos qne pronun-
ció en los j:lcohinos, donde se hablaba con mucha mas liber-
tad <lile en la asamblea, y donde se conspira ha en alta voz.
Los siguientes estractos de lo que dijo en diferente épocas
impol'tantf's patPlltizadn la marcha de sus ideas en aquella
gran catástrofe, cuya primera indicacion se adviel'te ya en su
primer discurso relativo á los saqueos del mes de febl'ero.


Sc.l'ion del 25 de febrero 1793.


Robespicrrc. <l Como yo siempre he sido amante de la hu-
manidad y no he adulado nunca á nadie, yoy,! decir la ver-
dad. Esta es una trama urdida espresamcllte contra los pa-
triotas, tÍ quienes intentan perdct, los intrigantes, como que
saben que en el corazon del puehlo hay un sentimiellto ju:::,to
de indignacion. Yo he defendido en medio de las persecucio-
nes y sin apoyo de nadie, que el pueblo jamas se equivoca, y
osé proclamar esta verdad en un tiempo que a nadie le OClII'-
ria , y que luego ha demostrado la revoluciono


Son tantas las veces que ha oido el puehlo invocar la ley
por los mismos que qucrian subyugarle, que ya desconfia de
este lengllage.


El pueblo sufre y no ha recogido todavía el fruto de sus
trabajos, sino que se ve perseguido pOI' los ricos, y los ricos
50n hoy lo que siempre fueron, es decir duros y desapia-
dados. (Aplausos.1 Ve el pueblo la insolencia de los que l~ han




¡JO NOTAS
hecho traicion y las riquezas que han acu mulado en sus ma-
nos, y conoce la necesidad de tomar las medidas co u veuiell-
tes á su objeto, por lo cual siempre que se le habla el lC1I-
guage de la razon ,solo escucha:.u iudignacion contra los ri-
cos , y se deja conducir á pasos falsos por los que abusan oe
su confianza para perderle.


Dos causas contribuyen á ello, primera la natural disposi-
cion del pueblo á procurar los medios oe aliviar su miseria,
disposicion que no solo es natural sino legítima en sí misma,
porque el pueblo cree que á falta de leyes protectoras, tiene
derecho de vigilar el mismo sobre sus propias necesidades.


La segunda cansa consiste en Jos pérfidos designios de los
enemigos de la libertad y del pueblo, que esuín bien conven-
cidos de que el único medio de entregarnos á las potencias
estrangeras ,es alal'mar al pueblo en el punto rdativo á sub-
sistencias y hacerle victima de los escesos que de ello resul-
tan. Yo mismo he sido testigo de los movimientos, en los cua-
les aliado de ciudadanos muy homados se veian estrangeros
y lhombres opulentos, cubiertos con el respetable trage de
sansculotes. Yo les he oido decir que se les habia prometido
la abundancia despues de la muerte del rcy y que cran mas
desgraciados despues que aquel pobre rey no existia. Yo les
he oido declamar, no control la porcion intrigante y contra-
revolucionaria de la convencion que se sienta donde se sen-
taban los aristocrátas de la ~!"amblea constituyente, sino con-
t~·a la Montaña, contl'a la diputacion de Paris y contra los
jacobinos á quienes pintaban como acaparadores.


Yo no digo que el pueblo sea culpable en esto, ni tampoco
que sus movimientos sean un atentado, sino que cuando el
pueblo se subicva , es menester que tenga un objeto digno de
él. ¿ Pero es justo que se ocupe de unas miserables mercan-
cias? Ni siquiera se ha aprovechado de ellas, por que los pi-
lones de azucar los recogian los criados de la aristocracia, y
aun suponiendo que se aprovechase ~algo ¿ cuantos inconve-
nientes pueden resultar de aquella módica ventaja? Nuestros
adversarios se empeñan en asustar á todo el que tiene alguna
propiedad y quieren persnadirle á que nuestro sistema de li-
bertad y de igualdad es suhversivo de toJo principio de ór-
den y seguridad. El pueblo puede suhlevarse, lIO para recoger
azucar sino para aterral' á los bribones. (,1plrlllsos.) ¿ Tendré
que recordaros vuestros antiguos peligros? Estuvisteis espues-
tísilllos ,l ser presa de los Prusianos y de los Austriacos, por
que existí ... una tr:lI1saceion , y los (IIlC f'ntonccs tr:1 ficahan con




y l)IEZAS JUSTIFICATIVAS. 411
vlle~tl'a libertad son los mismos que hoy est¡Úl escitando los
actualcs alborotos. Yo no disimulo á la faz de los amigos de la
libertad y de la igualdad, asi como á la de toda la nacion,
(lue en el mcs de setiembre, despues del suceso del 10 de
agosto, estaba decidido [en Paris que los Prusianos llegarian
sin el menor ohst.lculo.


Scsioll del miercoles 8 de mayo 1793.


Rohcspicrrc. ( Tenemos (JllC combatir la guerra esterior é
interior. IJa civil está sostenida por los enemigos del interior.
El ejército del Vendée , el de Brt·taña y el de Cohlentz se di-
rigen contra París que es la ciudadela de la libertad. Pueblo
de Pal'i:;, debes tener ¡entendido que si los tiranos se arman
contra tí pOJ'que eres la porcion mas estimable de la humani-
dadl, y si las grandes potencias de Europa te hacen la guerra,
es porque se ven favorecidas por todos los hombres corrom··
pidos que hay en Francia.


« Una vez que ya conoces este vasto plan de tus enemigos,
facilmente puedes adivinat' cual es el medio de defenderte,
Yo no te dirla este secreto, p0f(l'le bien le he manifestado en
el seno de la convencion. Pero voy tÍ. revelártele , y si fuera
posihle que esta obligacion de un representante de un pue-
blo libre se considerara como un crimen, yo sabria es poner-
me <l todos )os peligros por confundil' á los tiranos y salvar
la libcl'tnd.


( E:,ta mañana dije en la convencion que los partidarios de
París saldrian al ellcuentro á todos los perversos del Vendée ,
y que incorporarian en el camino á todos sus herIr/lnos de los
departamentos, y esterminarian , sí, á todos los rebeldes á
un tiempo.


( Dije que era necesario se levantasen todos los patriotas
del interior y redujesen á la impotencia á los aristocratas del
Vendée y á los qne se disféazan con la máscara del patrio-
tismo.


«Dije que los rebeldes del Vendée tenian un j(~rcito en
Paris, y que el pueblo generoso y suhlime que está soportan-
do hace cinco años el peso de la revolucion , d,:bia tomar las
precauciones necesarias para que nuestras mugel'es y nues-
tros hijos \no fuesen entregados al cuchillo contrarevolucio-
nario de los enemigos que Pans encierra en su seno. Nadie
se atrevió á contestar este principio, y estas medidas son




412 NOTA.S
IH'cesarias é imperiosamente perentorias. Patriotas, volad al
encnentro de los vergantes del Vendée.


« No penseis que son temihles por haberse tomado la pre-
caucion de desarmar al plleblo, sino que es Ilecc~ario (Iue Pa-
rif> envie lejíones republicanas, y mientras que nosotros ha-
gamos temblar ¿i nuestros enemigos illteriores, 110 conviene
(lue nuestras muS"eres é hijos (¡ueden espuestos al fUl'or de la
aristocracia. He prop~lesto dos providencias: la primera (Iue
Paris envie dos legiones suficientes para esterlllinar á todos
los inicuos que se han atrevido á levantar el estaudarte de
la rebelion. He pedido que todos los arisloCl'atas, todos los
fuldenses v todos los modcrados fucsen esclllidos de las sec-
ciones qu~ han empollzoñado con su impuro aliento. He pro-
puesto quc se arreste á todos los ciudadanos sospechosos.


« Pedí que la calidad de clnclalhno sospechoso no fuese
simplemente limitada á la de <1!1tiguo noble, ó rro(~llrador, ó
rentista, ó comerciante, sino q\1C todos los ciudadanos que
huhiesen dado prueha de falta de civismo, fuesen encarcela-
dos hasta la conc\usion de la guerra, y que tomemos una ac-
titud imponente en presencia de nuestros enemigos. Dije que
era uecesal'io proporcional' al p!1chlo los medios de asistir' á
lassecciones sin perjudicar á su subsistencia, para lo cual
debia decretal' la convcncion que toJo <ll'tesano que vive de
su trabajo fuese asalariado durante todo el tiempo que tu-
viese precisioll de estár sobre las armas p:1ra proteger la tran-
quilidad de Paris. Pedí que se destinaran los millones necesa-
rios para fabricar al'mas y picas con que al'mar i.Í todos los
sansculotcs de Paris.


«Propuse que se estableciesen fábricas y f¡'aguas en las pla-
,;a5 públicas, á fin de que todos 103 ciudadallos fuesen testi-
gos de la fidelidad y actividad de los trabajos; y (lile todos
los empleados públícos fuesen destituidus por el pueblo.


« PI'opuse que se dejaran de poner trabas a la municipali-
dad y deparramento de París, que.tiene la confiallza del pue-
blo.


« Que los facciosos que hay en la cOlwellcion dejasen de
calumniar al pueblo de Pari!'> , y que los diarístas que per-
,'ierten la opinion pública fuesen reducidos al silencio. Todas
estas disposiciones son necc!'.arias, y para decirlo de una vez
he aqui el recibo de la deuda que he contraido eon el pueblo.


« Yo solicito que este haga un esfuerzo para esterminal' á
los aristocratas que existen en todas partes. (Aplausos.)


.. Que haya en el seno d(' la convencion lln ej(;rcito) no co-




y PIEZAS JtJSTlHL\TIYAS. 413
1lI0 el de DUllIouriez, sino un ejército popular que esté con-
tinuamente sobre las armas para amedrentar á los fuldenses
y model'ados. Este ejercito ha de estar compuesto de Sanscu-
1 ates pagados; que se asignen los millones suficientes para ar-
mar á los artesanos y a todos los huenos patriotas; que ocu-
pen estos tooos los pupstos, y que su imponente magestad
haga ponel' descoloridos á tooos los al'istocratas.


pido que desde mañana se establezcan fraguas en todas las
plazas públicas, donde se fabriquen armas pal'a el pueblo.
Que el cons('jo egccutiyo se encargue de egecutar estas dispo-
siciones bajo su responsabilidad; y si hay algunos quere-
sistall, ó li.lvorezcan á los enemigos de la libertad, que se les
eche de alli desde mañana mismo.


«pido que las autoridades constituidas queden encargadas
de vigilar en la egecl1cion de estas providencias, y que no ol-
viden que son l'l1auoatarias de una ciudad que es el baluarte de
la libertad, y cuya existencia basta para hacer imposible la
con trarevolucioll.


En este momento de crísis es obligarion de todos los pa-
triotas salvar la patria por los medios mas rigurosos: y si vo-
sotros lolerais que se degiiclle UllO á uno a los patriotas,
pronto se estinguira toda virtud en la tierra, y vosotros de-
cidireis si vuestra intcncion es salvar al genero humano.


(Todos los sócios se levantaron simultaneanwnte y agitando
sus sombreros, digeron: si, si , asi lo qucremos.)


"Todo!:> 103 perversos del mundo han formado sus planes,
en que todos los defensores de la libertad estd:n designados
como víctimas.


« Si os estoy proroniendo r¡ue vigileis por la salud de la
patria, no es por otro motivo sino porque veo que se trata
de vueslra gloria y de vliestra felicidad. Tal vez creereis que
es ne.~esario rebelaros y tomal' el aspecto de una insurrecciono
Nada de eso, sino que deheis estenninJr á vuestros enemi-
gos con la ley en la mano.


<t Es una insigne imprudencia de vuestros mandatarios in-
fieles haber querido separal' al pueblo de Paris de los depar-
tamelltos, y separar tambien al pueblo de las tribunas del
pueblo de París, como si tuviésemos nosotros la culpa, des-
pues de haber becho todos los sacrificios imaginables pam es-
tender I1uestr~s tribunas por todo el pueblo de Paris. Yo me
dirijo ,1 él toO,) entero, y si todo entero pudiera encontrar-
se en este recinto, él me oil'ia defender su causa contra Bris-
sot y BíU'haI'OllX, y no dudo 'lile se ponel ria de mi parte,




414 ~OTAS
« Ciudadanos 1 os abultan los peligros y se cOlltraponen los


ejércitos estrangeros renniuos á los rebeldes ud interior
¿ pero qué puede sus esfuerzos contra millones de intrépidos
descamisados? Y si teneis presente que un hombre libre va ~
le por cien esclavos, uebeis calcular que vuestra fuerza es
superior á la de todas las potencias reunidas.


(t En I.lS leyes teneis cuanto se necesita para esterminar le-
galmente á vuestros enemigos. Teneis al'istocratas en las sec-
ciones: echadlos de ellas. Teneis que salvar la libertad: p,'o-
c1amnd sus derechos y emplead toda vuestl'a energia. Teneis
un puehlo inmenso de descnmisados muy puros y vigorosos,
pero que no pueden abandonar sus trabajos: haced que les
paguen los ricos. Teneis una convencion nacional, en la cual
es muy posible que 110 todos sus miembros sean igualmente
amigos de la libertad é igualdad, pero cuya mayoria está
decidida á sostener los derechos del pueblo y salvar la repú-
blica. La pOl'cion acan¡;renada de la convencion 110 impedirll
que el pueblo combata á los aristocratas. ¿ C1'eis acaso que la
montaña de la convencion no tendrá bastante fuerza panl COll-
tener á todos los partidarios ·1e DumoLlI'iez, de Orlcans y de
Cohourg? Es imposible que lo creai~ nsi.


({ Si la libertad sucumbe no ser~l por culpa de los mandata-
rios sino por la del soberano. Pueblo, no olvides que tu des-
tino está en tus manos; tu debes salvar á Paris y el la huma-
nidaJ; sillo lo haces, eres culpable.


La montaña necesita del pueblo, y el plleblo se apoya en
la montaña. Procuran espantarte de todas maneras, (Iuerien.
do hacerte creer que los departamentos mel'idionales SOI1 ene-
migos de los jacobinos; pero yo te declaro que Marsella es la
eterna amiga de la montaña, y que en I .. yolJ han conseguido
los patriotas una victoria completa.


({ En resumen pido, 1.0 que las secciones levanten uu ejér-
cito suficiente para formar el nucleo de un ejército revolu-
cionario, que arrastre tras de :,í á todos los descamisados
de los departamentos para esterminar:t los rebeldes; 2.° que
se levante en Paris otro ejército de los mismos para contener
ála aristocracia; 3.° que los intrigantes peligrosos y todos los
ótristocratas sean arrestados; que sean pagados los descamisa-
dos á costa del tesoro público, el cual han de alimentar los
ricos, y que esta providencia sea estensiva á toda la repú-
blica.


({ Pido que se establezcan fragllas en todas las plazas pú-
blicas.




y PIEZAS JUSTlFICATIV AS. 415
«<}tIC d avuntamiento de Paris anime con todo su poder el


celo ~'evoluc"iouario de su pueblo.
" Que el tribunal revolucionario cumpla con su obligacion


('astigando a todos los que estos últimos días han blasfemado
contra la repáhlica.


« Que este tribunal no tarde en imponer un castigo ejem-
plal' á ciertos generales cogidos en fragante delito, y que de-
ben ser j llzgados.


« Pido que las secciones de París se reunan al ayuntamiento
y (Iue contrapongan su influjo al de los escritos pérfidos de los
diaristas pagados por las potencias estrangeras.


« Si tomais todas estas medidas sin dar ningun pretesto
para que digan que habeis violado las leyes, dareis impulso á
los departamentos, que se uniran con vosotros para salvar la
libertad.


Sesion dd Dumingo 12 de mayo 1793.


Robcspicrrc : "Nunca he podido comprender como en los
momentos críticos se encuentran tantos hombres capaces de
hacer proposiciones (ple comprometan á los amigos de la li-
bertad , mientras que ninguno apoya las que se dirigen á sal-
var la república. Ha~ta que no se me pruebe no ser necesario
armar ::( los descau)isados, y que no conviene pagarlos cuan-
do montan la guardia y aseguran la tranquílidad de Paris;
Ínterin no se me demuestre que uo es bueno convertÍl' nues-
tras plazas públicas en fábricas de armas, creeré y diré que
los que despreciando estas medidas no os proponen mas que
providencias p:uciales pOI' violentas que sean, no entienden
una palabra de los medio~ de salvar la patria, porque solo
despucs de haber apurado todas las disposiciones que no com-
prometen á la sociedad es cuanclo se debe recurrir á las me-
didas estremas , y aun estas no deben proponerse en el seno
de esta sociedad que debe ser prudente y política. No se salva
la patria con acaloramientos pasageros cuando tenernos por
enemigos 105 homhres mas astutos, que tienen a su dispm)i-
cion todos los tesoros de la república.


'( Las medidas que se han propuesto ni tendrán ni pueden
tener resultado alguno 1 sino que solo han servido para ali-
mentar la calumnia y dar pretestos a los dial'istas para que
nos pinten con los colores mas odiosos.


« Cuando se descuidan los primeros recursos que indica la
razon, sin los cuales no puede obtenerse la salvacion pública,




416 NUTAS
es evidente que !lO se esta en lo cierto; y aunqul' uo quiero
decir mas por ahora declaro que protesto contra todos los mp-
dios que solo se dirigen a comprometer la sociedad sin contri-
buir :.i la salud pública. Esta es mi profesion de fé: el pueblo
siempre podrá aterrar á la aristocracia, con tal que la socie-
dad no cometa alguna falta grosera.
~Cuando yo veo que se intenla suscitar inutilmente enemigos


b la sociedad, daudo alas á los perversos que intentan des-
truirla , me veo inclinado á creer que hay en ello ceguera ó
maJa intcl1cion.


( Propongo á la sociedad (lile se limite á las providencias
que la he indicado, y no puedo menos de mirar' como muy
culpables a los que no las mandan ejecutal', ¿ Que razon hay
para OpOIll'rile á estas medidas? ¿ Es posible que haya (Juien
desconoz.ca su necesidad? y si se conoce ¿ Porque se ti tubea
en apoyarlas y hacel' que se adopten? yo propondré á la so-
ciedad que escuche ulla discusioll :.( ct'rca de los principios
de la constitucion que se prepara pal"l Francia, porque no se
dehe olvidar ninguuo de los planes de nllestros enemigos; y
si la sociedad consigue demostrar ~u mac]uiavelismo, no ha-
brá perdido el tiempo. Solicito pucs quc dando de lado todas
l¿ls proposiciones illoportunas, me permita leerla mi trabajo
re1at;vo a la constitucion,


Sesion del Domillgo 26 de mayo 1';'93.


Robespierre « Os decia que el pueblo debe uescan:;ar en su
propia fuerza; pero cllando está oprimido y n~ducido á si
mismo, seria un cobarde el que no le aconsejara que se suble-
vase. Cuanuo estall violadas touas las leyes y el despotismo en
su apogéo, y cuando se olvidan la buella fé y el pudor, no
hay duda que debe insurreccionarse el pueblo; este es el caso
en que 005 hallamos: nuestros enemigos oprimen abiertamen-
te á los patriot,ls , y quieren en nombre de la ley "olvel' á se-
pultar al puehlo en la miseria y la esclavitud. Yo no SCl'é ja-
mas amigo de esos Ihomhres corrompidos, pOi' mas tesoros
que me ofrt'zcan. Mas quiero mori.' con los republicanos,
que triunfar con esos perversos. (Aplausos.)


Ct No conozco para ningun pueblo mas que dos mancl'as de
existir, que son ó gobernarse á si mismo, ó confi,\I' este CIl-
cargo á sus mandatarios. Nosotros, los diputados republica-
nos queremos establecer el gobierno del pueblo por sus man-
datarios , pero con responsabilidad; nuestra opillion va fun-




-y PIEZAS JL'STfFICATn'AS. 417
(lada en estos prillripios, pero frecuelltemente 110 ~e nos
(llIil~re Di.' , porque COII UII f!t'SIO ,'ápidnde Illwstro pre:.idenfe
nos despojan Jd derecho de Yotal'. Yo creo, que se viola la
_oberania del puehlo cuando sus llIandatarios confieren á sus
criaturas los empleos qne perteul'cen al pueblo; y con tales
principios no puedu menos de sentir .... ))


Internfmpió al orador el anuncio de una diputacion (tu-
multo), y gritó RobespielTe: "Voy tÍ continuar hablalldo, n9
.para los que me internllnpcn, sino para los republicanos.


«Exol'to á todo ciutladano tÍ que conserve la conciencia de
sus derechos, y ClIentt' con su fuerza y la de toda la nacion ;
Exorto al pueblo á que se presente en inslll'reccion en la con-
vencion nacional contl'a todos los diputados corrompidos.
(Aplausos.) Declaro que habiendo recibido del pueblo el de-
recho de defender los suyos, miro como opresor mio al que
me interrumpa ó me reu"e la palahra y vuelvo á declarar que
yo solo me constituyo en insulTcccion contra el presidente y
contra todos lo miembl'Os que se sientan en la convencion.
( Aplausos.) Cuando se afecte un desprecio culpable de los des-
camisados, declaro que me constituyo en insllrreccion, con-
tra los diputados corrompidos, y escito á lodos los diputa-
dos montañeses á que se reunan y combatan la aristocracia.
anunciándoles que no hay para ellos sino una alternativa: ó
resistir con todas sus fuerzas y con todo su poder los manej os
de la intriga Ó pl'esental' su dimision.


« Al mismo' tiempo es preciso que el pueLlo franees acabe
de conocer sus derechos, porque los diputados fieles nada
pueden hacel' sin la palabl'a.


1( Si la traicion llama al seno de la Francia los enemigos
estrangeros , y si cuando nuestros artilleros tienen en su ma-
no el rayo que ha de esterminar á los tiranos y sus satélites,
vemos al enemigo acercarse a nuestros muros, entonces de-
claro que castigaré por mi mismo á los traidores, y prometo
mirar a todo conspirador como enemigo mio y tratarle como
t.al.» (A pI f7USO,'i ,)


:FIN DEL TOMO {,!UIl'í'J'O.






• "


TABLA
DE LOS


CAPITULOS QUE CONTIENE ESTE TOMO.


CAPITULO PRIlUE'RO.


Establecimiento de la comision de sallld públ¿ca.- Auméntasc
la srritacion oe los partidos en Paris. Reunion demagógica.
en el palacio episcopal; proyectos de peticiones incendia-
rias. -Renovacion de la lucha entre los dos)ados opues-
tos de la asamblea. - Discurso y acusacíon de Robespierre
contra los cómplices de Dumouriez y los girondinos.- Res-
puesta oe Vergniaud. - Decreto de acusacion contra lVlarat
y su entrega al tribunal revolucionario. - Peticion de las
secciones de Paris piJiendo la expulsion de 22 miembros de
la convencíon. -ResÍstencia del ayuntamiento á la autori~
oad de la asamblea. Aumento de sus facultades.-Absuél-
vese á Marat y le llevan en triunfo. - Estado de las opinio-
nes y progresos de la revolucion en las provincias. Disposi-
ciones de las principales ciudades Lyon" Marsella, Bur-
oeos y Rohan. - Situacion l)articular oe la Bretaña y el
Vendée.-,Descripcion de aquellas comarcas; causas que
ocasionaron y mantuvieron la guerra civil. Primel'os triunfos
de los habitantes del Vendée ; sus gefes pl·incipales. pago 3,


CAPITULO n.


J~eva de un ejército parisiense de 12 mil hombres; emprésti-
to forzoso; nuevas providencias revolucionarias contra los
sospechosos. - Efervescencia progresiva de los jacobinos á
consecuencia de los alborotos de los departamentos.-
Nómbrase general á Custine del ejército del norte. - Acu-
saciones y amenazas de los jacobinos; violenta lucha entre
los dos lados de la convencion.- Creacion de una comision
de doce miembros destinada á examinar las actas del ayun-
tamiento. - Asamblea insurreccional en el corregimiento.
Mociones .é intrigas contra la mayoria de la convencion y
contra la vida de los diputados girondinos ; iguales proyec-
tos en el club de los franciscanos. - Toma la convencion
medidas para ~l\ seguridad. - Arre:;,to de Hebert , sus-




tituto tfe procur,ldor símiico <fel ayuntamiento. - Peticio-
nes imperiosas del ayulltamicnto. Tumulto y escenas de
desól,den en todas las secciones. - Sucesos principales de
los dias 28, 29 Y 30 de mayo 1793. Ultima lucha de los-
~\'Iontañeses y Girondinos. - Jornadas <lel 31 de mayo y :l
de junio. Pormenores y circunstancias de la insurreccion
llamada de 31 de mayo. - Pónesc en arresto á 29 I'epresen-
tan tes girondinos.-Cadcter y resultados políticos de aque-
lla jornada. Ojeada sobre la marcha de la revolucion. Jui-
cio sobre los girondinos . 75.


CAPITULO 111.


Proyectos de los jacohinos de~pues del 31 de mayo.-Reno-
vacÍon de las comisiones y del ministerio. -- Disposiciones
(le los departamentos drspues dl~l 31 de mayo. Los gil'on-
dinos proscritos van á suhlevar1o~ contra la convencion.-
Decretos de la convencion contra los depal'tamentos insur-
reccionados. - Asambleas y cj¿'Fcitos insurreccionales en,
liretaña y Normandia. - Sucesos militares en el Rhin yen
d Norte. Invasion de las frontel'JS del Este por los coliga-
dos; rctirada de Custine. Sitio de Maguncia por los Pru-
sianos.- Reveses del ejl't'cito de Jos Alpes. Situacíon del
de los Pil'Ínoos.- Los del Vendée se apoderan de Fontenay
y Saumnr.- Peligros inminentes de la república en lo inte-
rior y en el esteriol'.- Trabajos admin istra tivos de la con-
vcncioll ; constitllcion de 1793.- Reveses de los insurgen-
tes fedéralistas en Evrcux.- Derrota de los del V(mdre de-
Jante de Nantes.- Victoria contra los españoles en el Ro-
sellon- Es aSf'sinado lHarat pOI' Carlota Corday ; honores
fúnebres que hicicron ;í su memoria; juicio y ejecucion de
Carlota Corday . 193.


CAPITULO IV.


Di~t.l'ibucíon de los partidos despues del 31 de mayo, asi en
la convencion como en la comision de salud pública y en
d ayuntamiento. - Divisiones en el de la MOlltaña. Des-
crédito de Danton. - Política de Robespierre. -- Aconteci-
mientos ('n el Vendée. Derrotas de 'Vestermanu en Chati-
11on, y del general Labaroliere en Vihiers. - Sitio y toma
ele Maguncia por los Prusianos y los Austriacos. Toma de
Valcnclel1ucs. - Peligros estremos de la república en ~gos­
to de 1 'i!)3. - Estado cconómico. Descrédito de los asig-
nados. EstJbll'cimicllto del Má:x:imum. Pobreza pública.
Agio . 323.




I'-l'f';


INDICE DE LAS NOTAS BIOGRAFICAS'
CONTENIDAS EN ESTE TOMO.


Albarade pago
Alejandro .
Bal'ban-tane ,
Rassal .
Batz
Ballvais
Rayle.
Bergoint
Berrnycl'.
Berthier .
Bel'tralld .
Beys'i('r
Biroteau .
Boissct
Boisy de Anglas.
Bonchamps
Roulard .
llollrbottc
Breanl
ljriest. ,
Callc!:.tllx .
Carlota Corday .
Caro .
Carrillo .
Carteallx.
Cathelineall
Clwlbos
Chalicl'
CIJapclicl'l's
Charettl'
Charri('l'
Chassl'l
(:hol .
Cobolll'g .
C(lllst.1r~l.


395.
401.
315.
29 f ••
1.08.
317·
288.
179'
307.
308.
285.
314·
60.


288.
188.
69'


39g·
1,00.


58.
4oG.
307.
3 [8.
303.
303.
316.


65.
30í·
63.


180.
°7·


') J02.


?!)o.
G',.


.'¡02.


'. :' I o.


Couthon
Cussy.
Dagobert.
D efIe 1':;
Defol'gues.
Delmas
Destournelles
Dopsent .
Doulcet
Doyre.
Duhayet .
Ducos
Duperret.
Dupl'é.
Duvernois
Fl'ey
Gal'dien .
Garuicr .
Gasparin.
Gigot d'Elbee
Gommail'e
Gllitbon-Morví aux
Hadrv.
Hcnriot
Houcharcl
Rood
Izarn de V¡t1ady
Julien.
Jlllien
Kalkrcut.
Klébcr.
Labaloricre
Lacombe.
La¡;arde
Lamarql1C'


183.
2g2.
305.
304·
287.


57·
287.
177·
185.
400.
300.
187'
320.
311.
29 1 •
40'7.
285.
294·
3g6.


70 •
286.


5g.
61.


180.
175.
302.
62.


186.
4°7·
301.
2~)i •
3g!).
178.
3:11 •
'>9 5•




..




" ~. , . ..


:t~;l"'; _. • "6' ;::·~6~. Pointe'" '.
L~.~;,:'.... ~ ~ .• <' "?' PP~<?y • • •
Ll~~Ii.,. . -' ~ .' ." fW~.·t Pl.'Ie.Ur., • •
Lr'Mie Jaá¡uclin: ;,,7.1. '-Púisa'ye' ...... "
Lftclerc .. ,3XI.·~~' QLíétmeau • "


, L~péau~ • .. '.' " 't8§;'Ram~a~d:' ..• '
Lesage. .,' ,_ I •.. 286." Riard: ..
Lescure. . .. .. .. .. 72.:.,. Riouffé, _ .
Levasseur. • 4, 185. Rárnme .
L'HlIlier..~ ,', . 1 79~ ,Rouselin.
Ligneville' 395. Royaran.
l.ydon'- " 2,t)6. Sto Martin:
Mallarmé,' 182. Sandos.
:Marcé: 66. Sch~nfCld
:l\'Iarceau . 305. Sechelles.
Márchena' 312.. Stofflet
Ma;inó 176. Tüffin.
Ndlhah .. 179. Vertellil
M'icaet. . 177. Vigee.
lViir.Mnpot· ." . ~' ' ¡82. Villot.
'MoHevant' .' . 28-5. Viliiers.
Momoi'o. . , '. 3'98" Vincent
Nioche ~ . 289. W)mpffeu
:~.?g~~t·:','~: ,,'~5: WÚrmser'.
t~~~ft'1~\;':;" ~ '>1 •. .':,' ~:~~. York


r'


. '.


;. .,.


:~;~~~"': ~ ... _.",..,.


3 1 7-
316.
3g6.
293•


72 •
316.
406 .
313.
29°·


60.
73.


19 1 •
305.


. 297·
177·
65.


314,
66.


28 7.
303.
176.
397.
29 2 •
296.
403'.