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nON SEBAsrrlAN MIÑAN"O
1). LA AQADBlIIU.IUI I.A B1STORh.


TOMO DECIMO.


SAN SEBASTIAN


Imprenta de IGNACIO RAMON BARMA.
(At'1I'Ctft'a .le l.~ de LAUI\MT el DE BURNlf tk PlIris.


1841.




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HISTORI.Á
DE J...\


11EVOLUCION FllA.NCESA.


DIREcrrORIO.


CAPITULO PIHlUERO"


Campaña de 1 i9G. Conquista del Piamonte y de la Lombar-
día por el general Bonaparte. Batallas de Montenotte, Mi .
Uesimo. Paso del Puente de Lody. - Establecimiento y
política de los Franceses en Italia, - Operaciones militares
en el Norte. Paso del Rhin por los generales J ourdan y
Morean. Batallas de Rastadt y de Ettlingen. - El ejército
de Italia ucupa sus posiciones en el Adige yen el Danubio.


Iba á darse principio á la quinta campaña de la
Iibertad y precisamente se abria en los mas mag-
níficos teatros de Europa, así como en los mas
variados por sus obstáculos y accidentes del ter-
reno y en sus líneas de defensa y de at aqueo Por
una parte era en el estenso valle del Rhin y en IOi




IlSYOLUClOl't FRA.N(:BSA.


dos trasversales del Mein y del Necker; por la
otra eran los Alpes, el Pó , Yla Lombardia. A_l
mismo tiempo los ejércitos que iban á entrar en
lid eran los mas. aguerridos que jamas hubiesen
tomado las armas y tan numerosos que podian
muy bien ocupal' el terreno en que iban á desple-
garse, aunque no tanto que llegasen á ser inúti-
les sus combinaciones y reducir la guerra á una
sim ple invasion. Los generales que las mandaban
eran unos guerreros jóvenes, exentos de todo espí-
ritu de rutina, libres de toda preocupacion tradi-
cional y á pesar de eso instruidos y exaltados con
la vista de tan grandes sucesos. Todo lo cual se
reunia para que la lucha fuese mas tenaz, mas va-
riada, mas fecunda en combinaciones y digna de
la atencion de los hombres.


Ya hemos dicho que el proyecto del gohierno
Francés consistia en invadir la Alemania para
mantener sus ejércitos á costa del pais enemigo;
separar á los príncipes del imperio, investir á1\la-
guncia y amenazar los estados hereditarios del
emperador. Al mismo tiempo se proponia aventu-
rar una tentativa osada en la Italia con el objeto
de mantener en ella sus ejércitos y arrancar de
las manos del Austria aquella rica comarca.


Se habian confiado á'dos ilustres guerreros en el
,Rhin dos ejércitos de setenta á ochenta mil hom-
bres cada uno y unos treinta mil soldados ham-




D1RECTOlno (1796).
hrientos se habían puesto bajo la direcoion de un
jóven casi desconocido, pero osado para tentar la
fortuna del otro lado de los Alpes.


Llegó Bonaparte á su cuartel gencl'al de Niza el
dia 6 de gel'minal año IV (26 de marzo }, en mo-
mentos en que todo se hallaba en un estado de-
plorable , porque las tl'opas estaban reducidas á la
última miseria , sin vestuario, sin zapatos, sin
paga y algunas veces hasta sin víveres y con todo
eso aguantaban todas aquellas privaciones con un
valor admirable. Gracias á aquel espíritu indus-
trioso que caracteriza al soldado frunces habían con-
seguido organizar el merodeo y bajaban alterna-
tivamente en partidas sueltas á las campifias del
Piamonte en busca de víveres. No habia absoluta-
mente cahallos para la arti Heria, y porque la ca-
balleria no se muriese de hambre habia sido ne-
cesario trasladarla á las orillas del Ródano. Toda-
vía no habia sido posible sacar aq uel caLallo de
cada treinta quc hahia mandado el dircctol'io á
causa de los alborotos del Mediodia ni tampoco el
préstamo forzoso, y to-los los recursos que se con-
cedieron al general Bonaparte para tan gTandes
eDlpresas se redujeron á dos mil luises de oro en
(linero y un millón de francos en letras que algu-
nas de ellas fueron protestada_s, .y para suplir á
lo mucho que faltaba, se entró en negociacio-
nes con el gobierno genoves para obtener de él




nEVOfXCIO~ FIL\~CESr\


algu nos SOCOlTOS. Todahia no scvhahiu recibido.
, satisfaccion alguna del atentado cometido en la


fragata llodesta y paraconseguir alguna reparación
(lt~- haber violado aquella neutralidad se le pedía
al senado de- Génova (fue consi n tiese en un em-
préstito y entregase á los Franceses la fortaleza de
G'avi que domina el camino de Génova á 1\1ilan.
TamLien se le exigió que levantara el destierro de
las familias genovesas <lne habiau sido espulsadas
por su adesion á la Francia, y á esto se reducía fa
situación del ejél'cito cuando Bonaparte llegó allí.


Pol' lo respectivoá los hombres presentaba muy
diferente aspecto, po re¡ ue la mayor parle eran sol-
dados que habian acudido á los ejércitos en la
época de la leva, en nlasa, instruidos, . jóvenes
aeostumlu-ados á privaciones y aguerridos en a<lue-
Ilos combates de gigantes en los Pir'iucos y en los
Alpes. Las mismas prendas que fos soldados te-
nian los generales de los cuales eran Jos pl'incipa-
les lUasjcna, jóven. natura] de Niza, con un en-
tendimiento poco cultivado- p~l'O recto y perspi-
caz en medio ele los peligros y sobre todo dotado,
de una tenacidad indomable; Augel'cau antiguo
maestro de csgrinla ,que pOl' su mucho valor y
destreza en inflamar ir sus soldados habia ascendi-
do á los primeros grados; La Harpe , que era un
Suizo expatriado, tan instruido corno valiente, y
últimamente Berthier , cuya actividad, exactitud




DIRBCTORIO (t 796). 7;
en todos los pormenores de la guerra, sus c()~oci­
mientos geogl'áficos, y su facilidad para medir á
simple vista la estension de un terreno ó la fuerza
numérica de una columna, le constituian uno de
los oficiales mas útiles para el empleo de gefe de es-
tado mayor.


Tenia aquel ejército sus depósitos en la Proven-
za , y estaba situado á lo largo" de la cordillera de
los Alpes, uniéndose por su izquierda con el de
Kellermann, guardando el collado de Tende y es-
tendiéndose hacia el Apenino. A lo mas que as-
cendia el ejército activo era á 36 mil hombres,
de los cuales la división de Serrurier estaba en
Garession, del otro lado del Apenino , para obser-
var los Piamonteses en su campo ~atrincherado de
Ceva, y las divisiones de Augereau , l\Iassena y La
Harpe , que componian una masa como de 30 mil
hombres, estaban del lado acá del Apenino,


Los Piamonteses en número de 20 á 22 mil
á las órdenes de Colli acampaban en 'Ceva en las-
faldas de los montes; y los Austriacos en número
de 36 á 38 mil se iban ade antando por Iss cami-
nos de la Lomhardia hacia Génova. Su genel~al en
gefe Beaulieu se había distinguido mucho en los
Paises Bajos y ciertamente el~a un anciano con to-
das las calidades y ardor propios de un jóven;
de suerte que podia oponer el enemigo cerca de
60 mil soldados á los 30 mil que Bonaparte podia


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presentar en HUM; bien que no estaban IDUY de-
acuerdo los Austriacos y Piamonteses. Segun el
antiguo plan quería Colli cubrir' el Piamonte,
mientras que Beaulieu deseaba mantenerse en co-
municacion con Génova y con 106 Ingleses.


Tal era la situacion respectiva de los dos pal'-
tidos , y aunque Bonapurte se había dado ya á co-
nocer en el ejército de Italia , le tenían por dem a-
siado jóven pal'a mandarle ; á lo que se agregaba
el ser de pequeña estatura, flaco, sin ninguna
apuriencia IDas que la de tener facciones romanas
y mucha viveza en los ojos, sin que en sustancia
hubiese en su persona ni en su vida pasada cosa
(lue pudiera imponer respeto á los hombres. Se le
recibió con cierta frialdad , y Massena no le que-
ría mucho po-r haberse apoderado del ánimo del
freneral Durnerhion en 1794. Dirigió Bonaparte
una proclama enérgica á las tropas diciéndolas;
« Soldados estais mal mantenidos y casi desnudos.
Elgobierno os debe mucho pel'o no puede hace!' na-
da por vosotros. Vuestru paciencia y valor os hon-
ran sin duda alguna, pero ni os dan utilidad ni
gloria. Yo os voy á llevar it las llanuras mas férti-
les del mundo, donde encontraréis grandes ciu-
dades y ricas provincias que os proporcionarán ho-
nor , gloria y riquezas. Soldados de Italia , ¿ os
faltará el valor? 1) Escuchó el ejército aquel len-
güage con sumo placer, y tanto los .generales jó-




DIRECTORIO (1796). 9
venes que deseaban hacer su fortuna, como los
soldados aventureros y pobres , ansiaban por ir á
ver aquellas ricas comarcas que se les anunciaba.
Hizo Bonaparte una contrata con uno de los pro-
veedores para pag'ar á sus soldados una parte del
pré que tenian atrasado, y distribuvó á cada uno
de sus generales 4 luises de oro, lo cual sirve
para dar una idea del estado de pobreza en que
todos estaban. Luego trasladó su cuartel general á
Albenga y mandó que todas las administraciones
siguiesen par la ovilla del mar á pesar del fuego
de las cañoneras inglesas.


El plan que tenia que seguir era el mismo que
se habia presentado el a110 anterior en la batalla
de Loano , esto es, penetrar por la garganta mas
baja del Apenino ,separar á los Piamonteses de
los Austriacos apoyándose fuertemente sobre su
centro, y á esto se redujo la sencilla idea que con-
cibió Bonaparte luego que vió por sí nlÍS1110 los si-
tios. Principiaba con tanta anticipaciou sus ope-
raciones, esperando sorprender á los enemigos y
ponerlos en desorden ; pero no lo pudo conseguir,
pues antes que él llegase ya había marchado el
general Cervoni 1 sobre Voltri, cerca de Génova,
para intimidar al senado de aquella ciudad y
obligarle á que consintiera en los pedidos del di-
rectorio. Temiendo Beaulieu el resultado de aque-
lla marcha, se dió prisa á entrar en accion y con-




to REVOLUCION FRANCESA.
dujo su ejército á Génova parte en una de las ver-o
tientes del Apenino , y parte en la otra, con lo
cual si bien no era ya posible sorprender á los
Austriacos, á lo menos se podia realizar el plan
de Bonaparte. Habia muchos caminos que condu-
cian desde la vertiente del Apenino hacia la falda
que miraba al mar, pues ademas del que conduce
pOI' la Bocchetta á Génova hay el de Acqui y Dego,
que atraviesa el Apenino por el collado de Mon-
tenotte , y desemboca en el valle de Savona. Dejó
Beaulieu su ala derec'i a en Dego y condujo su
centro, bajo las órdenes de Argenteau al collado
de Montenotte , y él en persona con su izquierda se
dil'igió por la Boccheta y Génova sobre volu-í por
la oi-illa del mal.. Asi, su posicion era la misma
de Dewins en Loano ,y se encontraba una parte
del ejército Austr-iaco entre el Apenino y el mar;
estando el centro bajo las órdenes de Ál'genteauen
la misma cima del Apenino y collado de Montenot-
te, comunicándose con los Piamonteses que esta-
ban acampados en Ceva del otro lado de los montes.


Puestos al mismo tiempo en movimiento los dos
ejércitos, se encontraron en el camino el dia 1t
de abril, y BauLieu atacó á la orilla del mar la
vanguardia de la división La Harpe que se dirigia
á Voltri para inquietar á Génova y 1a rechazó. Ar-
genteau con el centro atrvesó el collado de Mon-
tenoUe para venir á caer sobre el centro delejér-




DIRECTORIO (1796). t 1
cito frances en Savona durante su fingida marcha
hácia Génova. No encontró en l\'Iontenotte mas que
al coronel Rampon 2 , al frente de 1200 hombres
y le obligó á replegarse al antiguo reducto de
Montelegino, que cerraba el camino de Monte-
notte. Conociendo aquel valiente coronel la im-
portancia de su posicion , se encerró en el reducto
y resistió con tenacidad á todos los esfuerzos de
los Austriacos. Tres veces le atacaron con toda su
infanteria y tres veces la rechazó, haciendo ju-
rar a sus soldados en lo mas cr-itico del fuego,
que morii-inn primero todos en el reducto antes
que abandonarle. Así lo jural'on los soldados y
permanecieron toda la noche sobre las arrnas ,
cuyo acto de valor salvó los planes del general
Bonaparte y tal vez el éxito de la campaña.


En aquel momento se hallaba Bonaparte en Sa-
vona y no habia mandado atrincherar el collado
de Montenotte pol'([ue nadie se atrinchera cuan-
do está decidido á tomar la ofensiva. Supo lo que
habia pasado en la jornada de Montelegino y Vol-
tri y al momento conoció fIlie habia llegado el
instante crítico de poner su pla n en egecucion y
maniobró en consecuencia de él. Desde la misma
noche replegó su derecha formada por la division
de La Harpe , que se estaba batiendo con Beaulieu
á la orilla del mal' y la llevó por el camino de
Montenotte al frente de Argenteau. Hácia el mis-




12 IlBVOUJCION FHA!JCB8A.
roo punto dirigió la división de Augereau , para
sostener la de La Harpe, y finalmente mandó
marchar la division de Massena por un camino de
rodeo, del otro lado del Apenino , situándola á la
espalda misma del cuerpo de Argenteau. El día
12 de abril por la mañana estaban ya todas sus
columnas en movimiento , y situado el mismo en
una altura, veia á la Harpe y !Augªreau , marchar
contra Argenteau ,y tambien á lUassena que se en-
caminaba rodeando hácia sus espaldas. Resistió
con mucho valor la infanteria austriaca ~ pero vién-
dose envuelta por todas partes por fuerzas supe-
riores se puso en derrota dejando 2000 prisione-
ros y muchos centenares de muertes , y echó á
huir en desórden hácia Dego ,:donde estaba el res-
to del ejército.


Así Bouaparte , á quien Beaulieu suponia la in-
tencion de desfilar pOl' la orilla del mal' hácia Gé-
nova, se le habia obscurecido de repente, y diri-
giéndose por el camino que atraviesa el Apenino,
habia arrollado al centro enemigo y desembocado
victoriosamente del otro lado de los montes.


Mas todavia se le figuraba que no habia hecho
nada con arrollar el centro si no conseguia defini-
tivamente separar para siempre á los Austriacos
de los Piamonteses, y así desde el mismo dia, que
era el 23 de germinal (12 de abril) , se fue á Car-
eara para tomar una posicion mas central entre los




mnscroaro (1796). t3
dos ejercitos coligados. Se hallaba en el valle del
Bormida que corre hácia Italia, y mas abajo de-
lante de él en el centro del valle estaban los Aus-
triacos que se habian reunido en Dego para guar-
dar el camino de Acqui á Lornbardia. A su iz-
quierda estaban las gargantas del lUillesimo que
cercan el valle del Bormida , donde se encontra-
han los Piamonteses defendiendo el camino de Ce-
va para el Piamonte, Por tanto era indispensable
que al mismo tiempo que forzaba las gargantas del
Millesimo para hacerse dueño del camino del Pia-
monte, se apoderase por su frente de Dego para
abrirse paso por el de Acqui á Lombardia, Dueño
entonces de ambos caminos, separaba para siem-
pre á i10s coligados, y podia cuando se le antojase
caer sobre los unos ó los otros. Al dia siguiente 13
de abril por la mañana, llevó adelante su ejército
enviando á Augereau hácia su izquierda para ata-
car á ltlillesimo, y las divisiones de Massena y
La Harpe al frente por el valle á fin de apode-
rarse de Dego. Acometió el impetuoso Augereau
con tal viveza las gargantas de Millesimo , que no
solo penetró por ellas, sino que llegó hasta el es-
tremo antes que el general Provera 3, que estaba
situado en una altura tuviese tiempo para reple-
garse. Quiso este defenderse en las ruinas del anti-
guo castillo de Cossaria donde estaba apostado,
pero le rodeó Augereau y le intimó la rendicion,




14 BBVOLUCION FRANCESA.
QUiS0 parlamentar Provera , pero no era cosa de
perder el tiempo en este ostáculo y suben los Fran-
ceses al asalto de la posiciono Arrojaban los P·ia-
monteses un diluvio de piedras que arrollaban
lineas enteras, pero á pesar de eso el valiente
Joubert la anima á sus soldados y suhe el primero á
la altura, pero apenas llegó á cierta distancia ca-
yó herido de una "ala. Al ver esto los soldados se
replegan de repente y fue preciso acampar por Ia
noche al pie de la altura cubriéndose con una por-
cion de árboles que cortaron, y velando la noche
entera para impedir que huyese Provera, Las otras
divisiones encargadas de maniobrar en el valle del
Bormida se apoderaron de todas las inmediacio-
nes de Dego , de suerte que al dia siguiente debía
ser la jornada decisiva. Efectivamente el dia t 4 de
abril volvió á generalizal'se el ataque en todos los
puntos y Augereau ya comprometido en las gal'-
gantas del l\'Iillesimo rechazó todos los esfuerzos
que estaba haciendo Colli para libertar á Provera ,
le estuvo batiendo todo el dia y redujo al otro á la
última desesperacion , acabando por hacerle ren-
dir las armas al frente de 1500 hombres. La Har-
pe y Massena acometieron por su parte á Dego ,
donde se habia reforzado el ejército austriaco du-
rante los días 22 y 23 con los cuerpos que habían
traído de Génova. Fue terrible el ataque, y des-
pues de muchos asaltos tomaron por fin á Dego




DIUECTOIUO. (1796). 15
perdiendo los Austriacos una' parte de su ar-
tilleria y 4000 prisioneros, entre ellos 24 ofi-
ciales.


Durante aquella accion habia observado Bona-
parte á un oficial jóven llamado Lannes 5 que car-
gaba con estraordinario valor y le hizo coronel en
el mismo campo de batalla.


Estaban batiéndose despues de cuatro días y
necesitaban descanso, pues apenas se echaban un
rato los soldados cuando el ruido de las armas les
obligaba á levantarse de nuevo. Cargan 6000 grana-
deros enemigos sobre Dego, entran en él y nos des-
pojan de aquella posicion que habia costado tantos
esfuerzos; pero como este era uno de los cuerpos
Austriacos que habian quedado en la vertiente
marítima del Apenino y volvia á repasar los mon-
tes, se encontró aquel cuerpo sin saber cómo en
medio del ejército Frances, y el valiente Wuckas-
sowich 6 que mandaba aquellos 6000 granaderos,
intentó escaparse con un rasgo de audacia y se
apoderó de Dego. Fue 'pues necesario vol ver á
principal' la batalla y renovar los esfuerzos del dia
anterior; por lo cual corriendo Bonaparte á galo-
pe reunió sus columnas y las lanzó sobre Dego.
Salieron á contenerlas los gl'anadel'os Austriacos ,
pero volvieron á la carga, y animadas en fin por
el ayudante general Lanusse '1 que puso su som-
brero en la punta .de la espada , volvieron á en-




t 6 IlEVOLUCION FRANCBSi..
trar en Deg'o y recobraron su conquista haciendo
algunos centenares de prisioneros.


Así quedó Bonaparte dueño del valle del Bor-
mida, huyendo los Austriacos hácia Acqui por el
camino de Milan, mientras que los Piamonteses
despues de haber perdido las g~rf;ant~{s de Mille~
simo se retiraban sobre' Ceva y Mondovi. Era due-
ño (:e todos los caminos, habia cogido 9000 pri-
sioneros y causaba el mayor sspanto , pues con so-
Jo manejar diestramente la masa de sus fuerzas V, .,
conduciéndola tan pronto á Montenotte como á
Millesimo y á Dego había aniquilado en todas par-
les al enemigo haciéndose superior á él sobre ca-
da punto. Aquel era el momento de tomar una
gran determinación ,pues aunque el plan de Car-
not le mandaba que no hiciera caso de los Pia-
monteses sino que carg'ara sobre los A.ustriacos ,
conocia Bonaparte que no debía dejar á sus es-
paldas el ejército piamontes y como ya no nece-
sitaba mas que darle un nuevo golpe para acabar
de destruirle, tuvo por mas prudente consumar
la ruina de los Piamonteses. Lejos de internarse
en el valle del Borrnida para caer sobre el Pó de-
tras de los Austriacos , tomó á la izquierda y se
metió en las gargantas de l\'Iillesimo siguiendo el
camino del Piamonte, sin dejar mas que á la di-
visión La Harpe en el campo de San Benedetto
para dominar el curso del Belbo '1 observar it loa




"DIRECTORIO (1796). J7
Austriacos. Estaban rendidos de cansancio los sol-
dados, corno que se habian Latido el 22 V 23 en
Montenotte, el 2'.. y 25 en Millesimo y en Dego ,
habian perdido y vuelto á conquistar á Dego el
26 , solo habian descansado el 27 Y caminaban el
28 sobre Mondovt. En medio de aquellas marchas
tan rápidas no se habian podido hacer distribu-
ciones regulares de víveres, y careciendo de todo,
se entreg-aron ú alg-unos saqueos. Indignado Bo-
naparte, castigó con g-ran I'ig-Ol' á los ladronzue-
los y mostró tanta energia en restablecer el órden
como en perseguir al enemigo. En pocos dias ha-
hia adquirido Bonaparte la confianza de sus sol-
dados y la sumisión de sus generales de division ,
que principiaban á escuchar no solo con aprecio
sino con admiracion aquellenguage esacto y figu-
rado del jóven general. Al Ilegal' á las alturas de
Monle-Zemoto, que es preciso pasar para llegar ú
Ceva, divisó el ejército las hermosas Ilanuras del
Piamonte y de Italia, viendo correr á sus pies el
Tánaro , el Stura , el Pó y todos aquellos rios que
van á desaguar al Adriático, y allá en PI fondo los
grandes Alpes cubiertos de nieve. Al contemplar
aquellas hermosas llanuras que segun la espresion
de Bonaparte , eran la tierra prometida; estaba este
al frente de sus soldados, y lleno de entusiasmo
les dijo: «Anibal pasó los Alpes, y nosotros les
e hemos flanqucado.» Esta palabra bastaba para


x.




18 REYOLUCION FRANCESA.
esplicar la campaña á todo el que tuviese alguna
inteligencia del arte, y con ella se abrieron para
nosotros los mas brillantes destinos.


Colli no defendió el campo atrincherado de Ce-
va mas que el tiempo necesario para contener la
rapidez de nuestra marcha , habiendo sabido aquel
escelente oficial reanimar á sus soldados y sostc-
ner su valor. Ya no contaba con batir á su temi-
ble enemigo, pero queria retirarse palmo ú palmo
y dar tiempo á los Austriacos para venir á su so-
corro por medio de alguna marcha de flanco se-
gun le habian prometido. Se detuvo de tras del
Cursaglia delante de lUondovi; pero Serrurier á
quien al principio de la campaña habian mandado
quedarse en Garessio para observar ji ¡Colli, aca-
baba de reunirse con el ejército, y así ,tenia este
una di vision mas. Estaba cubierto Colli por el CUL'-
saglia, que es un rio muy hondo y rápido que
desemboca en el Tanaro, pero intentó Joubert pa-
sarle sobre su derecha y estuvo para ahogarse en
la intentona sin poderla conseguir. l\'Ias queriendo
atravesar el rio por el puente de San Miguel, le
dejó Colli adelantarse, y cayendo sobre él de im-
proviso con sus mejores tropas le replegó hácia el
puente y le obligó á repasarle en desórden. No
dejaba de ser espuesta la situacion del ejército,
porque tenia á sus espaldas á Beaulieu que se es-
taba reorganizando , y era de toda necesidad aca-




mRECTORIO (1796). 19
bar con Colli lo mas pronto posible. Sin embar-
go tampoco se podia tornar la posicion en caso
de ser bien defendida, y así mandó Bonaparte dar
otro nuevo ataque al dia siguiente. Pusiéronse en
marcha hácia el Cursaglia el día 2 defloreal (21
de abril), cuando encontraron abandonados los
puentes, pues toda la resistencia que habia hecho
Colli la víspera no tuvo otro ohjeto que hacer me-
nos rápida su retirada. Le encontraron en linea
en l\Iondovi , donde Serrurier decidió de la victo-
ria OOD 'la toma del reducto principal ,que era el
de la Bicoca, y dejó Colli en el campo 3000 muer-
tos" ó piisinneros continuando su retirada. Llegó
Bonaparte á Cherasco ,que era una plaza mal de-
fendida pero importante por su posicion en el con-
fluente del Stura y del Tánaro , y fácil de armar
con la artillería cogida al enemigo. Estaba ya Bo-
naparte á veinte leguas de Savona que era el pun-
to de donde habia emprendido su marcha, á diez
leguas de Turin y á quince de Alejandria.


Reinaba la mayor confusion en la corte de Tu-
rin , porque el rey que ·era muy tenaz, no quería
ceder, y los ministros de Inglaterra y de Austria
no le dejaban en paz con sus consejos j instándole
á que se encerrase en Turin y enviase su ejército
del otro lado del Pó , imitando los grandes egem-
plos de sus abuelos. El principal argumento con
que procurahan asustarle era el grande influjo




20 R.EVOLUCTON FllANCESA.
que iban á ejercer los Franceses en el Piamonte y
pedian que se pusiesen á disposicion de Beaulieu
las tres plazas de Tortona , Alejandria y Valenza
á fin de que pudiera fortificarse y defenderse en
ellas en aquel triángulo que forman en las orillas
del pó. Esto era lo que mas repugnaba al rey del
Piamonte porque no podia soportar la idea de ce-
der tres puntos tan importantes á su temible ve-
cino y rival en la Lombardia. El cardenal Costa
fue quien le decidió á echarse en manos de los
Franceses persuadiéndole de la imposibilidad de
resistir á un vencedor tan precipitado haciéndole
ver el peligro que habia en excitar su irritacion, por
una larga resistencia y precisándole tal vez áque re-
volucíonára todo el Piamonte , sin otro fruto que
servir á una potencia estrangera ó mas bien enemi-
ga cual era el Austria. Cedió el ['ey á estos consejos y
mandó á Colli que abriese negociaciones con el ge-
neral Bonaparte. Llegaron estas á Cherasco el 4 de
florea] (13 de abril) , pero Bonaparte no tenia los
poderes necesarios pal'a firmar la paz aunque es-
taba en su mano admitir un armisticio á lo cual
se decidió. Se habia separado del plan del direc-
torio , por acabar con los Piarnonteses , pero no
habia entrado en sus miras conquistar el Piamon-
te, sino únicamente asegurar su espalda. Para ha-
cer la conquista de 'aquel reino era necesario to-
mar á Turin y para eso ni tenia el material nece-




DIR.ECTORIO (1796). 21-
sario ni suficiente número de tropas para dejar
un cuerpo de bloqueo y quedarse con un ejército
activo, fuera de que ya entonces la campaña se
reducia á solo un sitio, en lugar de que enten-
diéndose con el Piarnonte bajo las garantias nece-
sarias podia con seguridad cargar contra los Aus-
triacos y echarlos ·de Italia. Se susurraba en su
cuartel general que no convenia escuchar condi-
cion alguna, sino que era indispensable destl'o-
nar á un rey pariente de los Borbones' y esparcir
por el Piamonte la revolución francesa. Estaba es-
ta opinion bastante generalizada no solo entre los
generales y oliciales , sino también entre los luis-
mos soldados, y p.u-ticularmente era el dictámen
de Augereau ~ quien como nacido en el arrabal de
San Antonio participaba de sus mismas opiniones.
Pero no pensaba así el jóven Bonaparte que cono-
cia la dificultad de revolucionar toda una rnonar-
quia ,que era la única militar de Italia, y donde
mejor se habian conservado las antiguas costUIU-
bres. No debia ciertamente suscitar nuevos obstá-
culos á su marcha pues se proponía hacer rápida-
mente la conquista de Italia, que solo dependia de
la destrucción de los Austriacos y de su espulsion
del otro ludo de los Alpes; por tanto no quería
hacer nada que pudiese complicar su situacion y
detener su marcha.


En consecuencia 'de todo esto dió su consenti-




HEVOLUCION FUANC~SA.


miento para un armisticio, pero añadió al con-
cederle que en el estado respectivo en que se ha-
llaban los ejércitos nopodia menos de sede funesto
si no se le daban gal~antias'segur3spara todo cuan-
to quedaba á su espalda, en consecuencia pidió'
que se le entregaran las kBS plazas de Coni, Tor-
tona y Alejandría con todos los almacenes que ha-
hia en ellas para el uso de su ejército sin perjui-
cio de llevar cuenta despues ccn ~~ república: que
quedasen abiertos para. los Franceses todos los ca-
minos del Piamonte lo cual facilitaba mucho su
marcha por las orillas del Pó ; que se preparase un
servicio de etapa en etapa pal'a las tropas francesas
que pasasen por ellos; y últimamente que el ejér-
cito sardo quedase dispersado en las plazas, de
modo que [no pudiese inspirar recelo alguno al
ejército frances , cuyas condiciones fueron acepta-
das y se firmó el armisticio en Cherasco el dia 9 de
florea] (~8 de abril) entre el coronel Lacoste y el
conde Latour.


Se acordó que saliesen inmediatamente para
Paris los pIeni potenciarios á fin de tratar de la paz
definitiva y~se le eutregaron las tres plazas que
habia pedido con almacenes inmensos. Desde en-
tonces ya tenia cubierta el ejército su línea de
operaciones con las tres plazas fuertes del Piamon-
te, asegurados unos caminos cómodos y mucho mas
cortos que los que pasaban por la rivera de Géno-




DIRECTORIO (1796). 23
va, y víveres"en abundancia; se iba reforzando con
un gTan número de soldados, que al ruido de la
victoria salian de los hospitales; poseia una nume-
rosa artilleria tomada en Cherasco y en otras pla-
zas, con gl'all número de caballos, y últimamerr-
te estaba surtido de todo habiéndose cumplido las
prOluesas del general. Verdad es que en los pi-i-
meros dias de su entrada en el Piamonte habia sa-
queado alg'una cosa por no haber recibido distri-
bucion alguna durante aquellas marchas tan rá-
pidas; pero una vez apaciguada el hambre se res-
tableció inmediatamente el órden. El conde de
San lUarsan ministro del Piamonte visitó á Bona-
parte y supo agradarle tanto, que hasta el mismo
hijo del rey quiso ver al jó,-en vencedor y le
prodigó las mayores atenciones , que no solo le
dejaron ohligado, mas tambien les correspondió
con la mayor finura tranquilizándolos acerca de
las intenciones del directorio y sobre el peligro
de las revoluciones. Eran sinceras sus protestas
porqeeya bullia en él ¡un pensamiento 1ue no
disimuló en aquellas conversaciones, y era el de
que habiendo cometido el Piamonte un gl'ave er-
ror en ligal'se con el Austria ,debia pOl' el con-
trario hacer amistad con la Francia, que era su
natural aliada, pOl' lo mismo que separada de
él pUl' los Alpes, no podia pensar en conquistarle
sino mas bien en defenderle contra el Austria, y




RRVüLUCION FRANCESA.


tal vez proporcionarle aumentos de territorio. No
podia suponer Bonaparte que el directorio consin-
tiese eu ceder al Piamonte porción alg'una de la
Lombardia , pOl'<¡ue no estaba todavia conquistada
ni queria conquistarla sino para formar un equi-
valente, á los Paises-Bajos; pel'o con aquella vaga
esperanza de engrandecimiento podía disponerse
elf'iamonte á hacer una alianza con la Francia.cosa
que nos habria valido un refuerzo de 20,O()0 horn-
bres de escelentes tropas. No prometió nada defini-
tivamente, pero supo escitar la amhicion y espe-
ranzas del gabinete de Turin,


Como Bonaparte reunia á un entendimiento tan
capaz una imaginacion viva y fuerte, que gustaba
de conmover los ánimos, quiso anunciar sus victo-
rias de un modo nuevo é imponente ,y así envió
ú su ayudante de campo Murat para que presen-
tase solemnemente al directorio 2 t banderas co-
gidas al enernigo, y luego dirigió á sus soldados
la si~'uiel1te proclama:


« Soldados, haheis g':tnado en J5 dias seis victo-
« rias , ~og·id.o 2 t banderas , 55 :píezas de artille-
« ria , muchas plazas fuertes, y conquistado la mas
« rica porción del Piamonto ; haheis hecho 15,000
( prisioneros ", muerte ú herido mas de 10,000
« hombres; os habeis estado hatiendo hasta aquí


No eran mas que diez <i.once mil,




DIRECTORIO (1796). 25
«por unas rocas estériles, ilustradas por vuestro
« valor pero inútiles á la patria ; y hoyos jgualais
« por vuestros servicios al ejército de Holanda y
« del Rhin.Estando desnudos de todo, habeis sa-
« hido suplir á todo. Habeis g'anado Latallas sin
«: artilleria , atravesado rios sin puentes, ejecuta-
« do marchas forzadas sin zapatos ,1 bivacado sin
« aguardiente y muchas veces sin pan. Solo las fa-
« lanaes republicanas, y los soldados de la libertad
«eran capaces de sufrir lo que habeis sufrido y
« mereceis que se os den las mayores gracias. La
« patria reconocida os deberá su prosperidad, y si
«cuando vencisteis en Tolon presagiásteis la in-
« mortal campaña de 1793, vuestras actuales vic-
« torias anuncian otra mucho mas bella. Los dos
«ejércitos que hace poco os atacaban con osa-
e dia, huyen asustados de vuestra presencia y los
« hombres perversos que se reian de vuestra des-
e nudez ,regocijándose interiormente de los "'triun-
ti' fos de vuestros enemigos, quedan confundidos y
« trémulos. Pero soldados, estad persuadidos á
« que no habeis hecho nada mientras os queda al-
« go que hacer. Ni Turm , ni Milan son todavia
« vuestros, y las cenizas de los vencedores de Tar-
«: quino se ven holladas todavia por los asesinos de
ce Basseville. Se dice que hay entre vosotros [algu-
« nos cuyo valor flaquea y que preferirian volver-
«se á las cimas del Apenino y de los Alpes. No,




26 llEVOLUClON FRANCESA.
« yo no puedo creerlo, pOl'que los vencedores de
« Montenotte , de Millesimo, de Dego y de Mon-
e: dovi arden en deseos de llevar adelante la gloria
« del pueblo francés, })


Fue estraordinario el gozo que causaron en Pa-
ris estas noticias, banderas y proclamas que fue-
ron llegando sucesivamente, pues si el primer dia
era una victoria que abria el Apenino y daba de
sí dos mil prisioneros, el segundo ya era una mas
decisiva que separaba á los Piamonteses de los
Austriacos y contaba seis mil prisioneros. Los si-
guientes llevaban nuevas de maYol'es ventajas, co-
mo la destruccion del ejército Piamontés en Mon-
dovi , la sumisión del Piamonte en Cherasco y la
certeza de una paz próxima, que servia de presa-
gio á otras muchas. Asi la rapidez de los sucesos
como el número de los prisioneros escedia ácuan-
to se habia viste hasta entonces, y el lenguage
mismo de las prcclarxas recordaba la an tigüeclad
y sorprendía los ánimcs , preguntándose unos á
otros quien era aquel general, cuyo nombre,


·d 1 1 • r: desconociapreCIa o ele ?~gueos !n::'el~ger:.~es pero esc ci-
do en Francia ::"~so~dx. "1)(\1' la r~r:mera vez. Toda-


../. .JI


via no le ?pronundaban siquiera correctamente,
y solo se alegraban de e~ue :2. república veia todos
los dias sobresalir nuevos talentos para ilustrarla
y defenderla. Por tres veces declararon los conse-
jos que el ejército de Italia habia merecido bien.




DIRECTORIO (1796). 27
de la patria y decretaron una fiesta á la victoria
para celebrar el feliz principio de la campaña. Pre-
sentó el edecan que habia enviado Bonaparte las
banderas al,directorio 'j se celebré una funcion


'magnífica, á que asistieren muchos embajadores
cstranjeros , y el gobierno se vió rodeado de ma-
yor consideracion,


Ya sometido el Piamonte, no tenia el general
Bonaparte mas que marchar en persecucion de los
Austriacos y correr á la conquista de Italia, pues
la noticia de las victorias de los Franceses habia
hecho estraordinaria impresión en los pueblos de
aquellas comarcas, y se necesitaba que el que iba
á penetrar por ellas fuese tan profundo político
como gl'an capitán para conducirse con prudencia.
Sabido es el cuadro que fl'esenta la Italia al que
desemboca en ella por el i~penino, donde los Al-
pes, que son las mas altas montañas de nuestra
Europa, después de hacer (:e~crito un vasto semi-
círculo hácia el Poniente en que abrazan la Alta
Italia, se replegan de reper..te formando una linea
oblicua hácia el Mediodía, que comprende la lar-
ga península bañada por el A.driático y el Medi-
terraneo. Habiendo llegado Bonaparte desde el
Poniente, y atravesado la cordillera por el punto
mas bajo, que con el nombre de Apenino contri-
buye á formar la península, tenia en frente de sí
el hermoso semicírculo de la Alta Italia, y á su




i8 REVOLUCION FRANCESA.
derecha aquella 'península estrecha y profunda
que forma la ItaLia inferior. Está dividida esta co-
marca en una multitud de estados pequeños que
siempre suspiran por la unidad, sin la cual no
hay que esperar ninguna gl'an existencia nacional.


Acababa Bonaparte de atravesar el estado de
Génova, situado del lado acá del Apenino y tam-
bien el Piamonte que está del otro lado. La anti-
gua república de Génova constituida por Doria ,
era la única que habia conservado verdadera encr-
gia entre todos los :gobiernos iitalianos, porque
situada despues de cuatro años entre los dos ejér-
citos beligerantes, habia sabido mantener su neu-
tralidad y proporcionarse todas las ventajas del
comercio. Contaba entre su capital y el territorio
litoral al rededor de 100 mil habitantes, y man-
tenia por lo comun de tres á cuatro mil hombres
de tropas, pudiendo en caso de necesidad armar
á ¡todos los paisanos del Apenino y formar con
ellos una escelente milicia pues tenia muy buenas
rentas. Estaba dividida en dos partidos, de los cua-
les tenia la prirnacia el que era contrario á la
Francia y habia espulsado de allí á muchas fami-
liase No pudo menos el directorio de exigir que
se las permitiese venir inmediatamente y que se
pagara una indemnizacion por el atentado come-
tido con la fragata Modesta.


Saliendo de Génova y engolfándose á la dere-




DIRECTORIO (1796). 29
cha en la península por las faldas meridionales
del Apenino se presentaba por de pronto la feliz
Toscana, situada sobre las dos orillas del Arno ha-
jo el clima mas suave y en uno de los sitios mas
abrigados de la Italia. Compone una porcion de
esta península la pequeña república ,de Luca con
140 mil almas de población , y lo restante lo for-
D1a el gran ducado de Toscana, últimamente go-
bernado por el archiduque Leopoldo y despu es
por el archiduque Fernando. Como aquel pais es
el mas civilizado de Italia, habia fermentado en
él suavemente la filosofia del ~iglo XVIII, Y
Leopoldo habia podido plantear las mas bellas
reformas legislativas é intentado las esperiencias
mas honrosas para la humanidad. Allí habia prin-
cipiado el obispo de Pistoya una especie de refor-
ma religiosa propagando las doctrinas jan~enis­
tas , y aunque la revolucion no dejó de asustar á
los hombres pacíficos y tímidos de la Toscana, sin
embargo abundaban allí mas que en otra parte
los apreciadores y amigos de la Francia. A pesar
de ser austriaco el archiduque fue uno de los pri-
meros príncipes de Europa que reconoció nuestra
república, y no dejaba de tener un millon de súb-
ditos, 6 mil hombres de tropas y unas rentas de
15 millones de francos pero por desgracia era la
Toscana entre todos los principados italianos el
mas incapaz de defenderse.




30 REVOLUCION FRANCESA.
Despu es de la Toscana se seguia el estado de la


Iglesia, cuyas provincias sujetas al papa se es-
tienden pOl" las dos vertientes del Apenino, del
lado del Adriático y del Mediterraneo, y eran
las peor administradas de Europa. Solo tenian
aquella bien entendida agricultura que por tra-
dicion de las edades. remotas es comun á toda
la Italia y suple á las riquezas de la industria, que
desde largo tiempo estaba desterrada de su seno.
Esceptuando las legaciones de Bolonia y Ferrara ,
donde reinaba un desprecio profundo del gobiel"-
no sacerdotal, y en Roma que es el antiguo de-
pósito del saber y de las artes, donde algunos se-
ñores habian tornado cierto barniz de la filosofía
como todos los personages de Europa, el comun
de las gentes yacia en la mas vergonzosa barbarie.
Casi toda la poblacion compuesta de dos millones
y medio de súbditos, constaba de un pueblo su-
persticioso é ignorante y de unos frailes holgaza-
nes que nadaban en la abundancia. El ejército no
pasaba de cuatro á cinco mil soldados que no go-
zan de gran reputacion , y el papa que era un
príncipe vano, ostentoso, celoso de su autoridad
y de la de la Santa Silla aborrecía profundamente
la filosofía del siglo XVIII *, y esperaba restituir


,.. Si en estas decisivas de M. Thiérs no viéramos una ver-
dadera falta de lógica, solo las considerariamos como una de
las declamaciones comunes á muchos escritores franceses qne




DIRECTORIO (1796). 31
á la cátedra de San Pedro una parte de su influjo,
con solo desplegar una gran pompa y mandar eje-
cutar trabajos útiles á las artes. Contando con la
suelen con igual ligereza y tono dogm,\tico desaprobar todo
10 que no es perfectamente conforme á lo que pasa en Sil pais;
y que contribuye y ha contribuido mas de lo que ellos pien-
san á entretener en Europa un ódio profundo á su domina-
cion (~ influjo en las diversas comarcas á donde llevaron sus
armas y su administracion y principios. Pero aqui no solo pa-
rece que intenta estigmatiza,' el gobierno papal, que conve-
nimos en que era y es todavia bastante defectuoso, sino tarn-
bien el car.ícter personal de pio VI, príncipe ilustrado y mag-
nánimo y sumamente tolerante dentro de los límites y condi-
ciones de su autoridad temporal y espiritual. Cuando toda la
Europa no pudiese suministrar repetidas pruebas de que aquel
sumo pontífice procuraba estudiar y seguir, ya que no anti-
ciparse al espíritu del siglo, hastarian las que puede sumi-
nistrar la España donde no se necesitó mas que una simple
i ntimacion de 511 gohierno, para que el papa Pio VI consin-
tiese en menoscabar las tres granues barreras que mantenian
el influjo de la corte de Roma en aquel la nacion. A pio VI se
debieron las primeras abolicioues de la amortizacion religio-
sa por medio de las ventas de inumerahles capcllanias y otras
fundaciones piadosas: la aplicacion de grandes porciones del
diezmo á usos y neceeidadcs temporales, y por último la no-
table disminucion de la autoridad iuquisitorial , que casi
quedó reducida á una mera comision del gobierno civil
único autor de los abusos (lue pudieron todavia notarse
durante aquel pontificado. Por tanto lejos de ser odiosa á la
verdadera filosofía la memoria de aquel papa, no se la puede
nebar sin injusticia un gran tributo de admiracion y gratitud.
¿Se querría tal vez que el gefe supremo de la iglesia se decla-




REYOLUCION FRANCESA.


magestad de su persona y con la persuasión de su
palabra, que no dejaha de ser suhlime, hahia em-
prendido hace tiempo U)) viage para visitar á Jo-
sé TI, con el fin de atraerle hácia las doctrinas de
la iglesia y conjurar á la filosofía que parecía ha-
cer progresos en el ánimo de aquel príncipe. No
fue feliz aquel viage, y el pontífice lleno de hor-
rol' contra la revolucion francesa, habia lanzado
anatemas contra ella, y predicado una cruzada;
tolerando en Roma hasta el asesinato del agente
frances Basseville. Escitados por los frailes, pal'-
ticiparon todos sus súbditos del odio que profesa-
ba á la Francia y se enfurecieron fanáticamente
al saber las victorias de nuestras armas,


Ocupan la estrernidad de la península, el reino
de Nápoles y la Sicilia, que es el estado mas po-
deroso de Italia y el mas análogo por su ignoran-
cia y barbarie con el de Roma, y peor gobel'nado
si es posible. Allí reinaba un Borbon , príncipe
pacífico, imbecil y entregado á una sola atencion
que era la de la pesca, en que pasaba todo el dia
y entretanto quedaha abandonado el gobierno del
reino á su muger, que era una princesa austria-


rase partidario de las doctrinas del siglo XVIII y mandase
reimprimir en Roma las obras de Volraire y otros filósofos?
¿ O se estrañará que no enviase sus bulas de arzobispo de Pa-
ris al apóstata Cabe! y á los dcmas apóstoles del culto de
la Razon P (N. del T.)




DlREr.TOR10 \ 179m. 33
ca, hermana de la reina de Francia María-Anto-
neta. Esta princesa caprichosa y de pasiones des-
ordenadas, tenia un favorito vendido ú los ingle-
ses, que era el ministro Acton 8 el cual m unejaha
los negocios de un 1110do insensato. Como la polí-
tica. inglesa consistió siempre en tornar pie en el
continente dominando á los pequeños estados que
rodean el litoral, habia procurado enseñorearse
de Nápoles, como lo hahia hecho de Portugal y
de Holanda. Ellos escitaban el odio de la reina
contra la Francia , suscitando la idea ambiciosa de
dominar la Italia. Constaba la poblacion del rei-
no de Nápoles de 6 millones de habitantes, y el
ejército de 60 mil hombres; pero muy diferentes
estos soldados napolitanos de los bravos piumou-
teses, eran una especie de lazarones, sin aire mi-
litar, sin disciplina, y con aquella cohardia pro-
pia de los ejércitos desorganizados. Siempre ha-
bia estado prometiendo Nápoles reunir 30 mil
hombres al ejél'cito de Dewins , pero solo hahia
enviarlo 2400 hombres de caballeria bastante bue-
na y bien montada.


Tales eran los principales estados situados en la
península á la derecha de Bonaparte; y á su fren-
te , en el semicírculo de la Alta Italia, se encon-
traba, primero en la pendiente del Apenino, el
ducado de Parrna , Plasencia y Gustala , que com-
prenden 500 mil hahitantes , 3000 hombres de


x. 3




nEVOI.UCION FR.ANCESA.


tropas, 4 millones de francos de rentas, y esta-
. han gobernados por un príncipe español, que


á pesar de haber sido discípulo de Condillac y re-
cihido una buena educacion , habia caido bajo el
)'ugo de los frailes y de los clérigos. Un poco mas
á la derecha, siempre en la pendiente del Apeni-
no, se hallaba el ducado de Modena , Regg'io y la
Mil'andola, poblado de 400 mil habitantes, con
6000 homhres de tropas y gobernado pOI' la auto-
ridad del último descendiente de la ilustre casa de
Est. Este príncipe desconfiado se hallaba tan so-
hrecogido de temor del espíritu del siglo, que Ile-
gó á hacerse profecta de puro miedo , y hahia pre-
visto la revolución , citándose sus profecias. Preo-
cupado de terror, lo primero en que pensó fue en
ponerse al abrigo de la suerte juntando inmensas
riquezas, esprimiendo sus estados; y como avaro
y tímido que era, le despreciaban sus súbditos
que son los IDas listos' y maliciosos de Italia, así
COB10 los mas dispuestos á abrazar las nuevas
ideas. Algo mas lejos, del otro lado del Pó estaba la
Lombardia gobernada por un archiduque de Aus-
tria, cuya hermosa y fertil llanura situada entre
las aguas de los Alpes que la fecundan, y las del
Adriático que la llevan las .riquezas del Oriente,
cubierta de trigos, arroz, pastos y rebaños, y
rica mas que ninguna otra provincia del mundo,
estaba descontenta con la dorni uacion estl'ange-




DIRECTORIO (} 7961.\ .
l'a, y permanecia guelfa, á pesal' de su larga es-
clavitud. Tenia sobre un millon V doscientos mil


.1


habitantes, cuya capital Milun fue en todos tiem-
pos una de las ciudades mas civilizadas de Ital ia ;
pues aunque menos Iavorecidn de las artes que
Florencia y noma, sc acercaba mas [t las luces del
NOI'te y poseia gran número de hombres que desea-
han la I'(~generacion civil y política de los pueblos.


Ultimamente en el estremo de la Alta Italia se
hallaba la antigua república de Venezia, que á
pesar de sn antigua aristocracia inscrita en el li-
JJl'O de 01'0, su inq uisicion de estado, su silencio
y su política descon fiada y cautelosa, no era ya
una potencia temible ni para sus súbditos ni para
sus vecinos. Contando sus provincias de Tierra-
Firme situadas al pie del Tirol y las de la Ilii-ia ,
apenas llegaba á 3 millones de habitantes, y podia
levantar hasta 50 mil Esclavones huenos soldados
porque estaban bien disciplinados, mantenidos y
pagados. Era rica pOI' su antigua riqueza, pero
nadie ignora que después de dos siglos habia pa-
sado su comercio al Océano y trasladado sus teso-
ros á los insulares del Atlántico. Apenas conserva-
ba algunos navios , y estaban casi cegados los ca-
nales de sus lagunas; pero en medio ele todo era
poderosa todavía por sus rentas. Consistia su po~
lítica en tener adormecidos á los pueblos con el
reposo y, las diversiones, y en observar la mas e:s-




36 REVOJ~UCION FRANCESA.
tricta neutralidad respecto de las potencias; pera
'ton lodo los nohles de Tierra-Firme estaban lnuy
envidiosos del libro de oro y sufrian con impa-
ciencia el yugo de la nobleza que estaba atrinche-
rada en las lagunas. En la misma Venezia prin-
ei piaba ya á reflexionar la clase media, que era
bastante rica, pues en 1793 habia forzado la
coalicion al senado á pronunciarse contra la Fran-
cia yhahia tenido flue 'ceder; pero no tardó en
volver á su política neutral, luego que principió
Ú negociar con la república francesa. Ya digimos
antes corno se dió igual prisa que la Prusia y la
Toscana á enviar un embajador á Paris; y ahora
cediendo á las instancias del directorio , acababa
de intimar al gefe de la casa de Borbon Luis XVIII
que saliese de Verona. :Marchó efectivamente este
príncipe, pero declarando que exigia se le resti-
tuyese una ¡armadura regalada al senado por su
abuelo Enrique IV , Y que se borrase ;el nombre
de su familia de las páginas del libro de oro.


Tal era entonces la Italia, donde habia p'enetra-
do el espíritu general del siglo é inflamado mu-
chas cabezas. No todos los habitantes deseaban
allí una revolucion, ni menos aquellos que se acor-
daban de las espantosas escenas que habian en-
sangrentado la nuestra : pero todos aunque en di-
ferente grado apetecían una reforma, y sobre todo
no habia eorazon alguno que no' latiese con la




DIRECTORIO (t 796'1 37
idea de independencia y unidad de la patriu ita-
liana. Aquel pueblo de agTicultores, artesanos ,
artistas y nobles, esceptuando los clérigos que no
conocian mas patria que la iglesia, se entusias-
maban con la esperanza de iver ú todas las por-
ciones del pais reunidas en una sola, bajo un
gobierno republicano ó monárquico, pero italiunoe
Ciertamente que una poblacion de 20 urilloues de
almas con buenas costas, un tci-ritorio admirable,
grand~s puel'tos y ruagmficas ciuclarles , podía
componer un estado fuerte y poderoso. Solo le
faltaba un ejército, por<JuP- solo el Piamonte , casi
siempre comprometido en las guerras del conti-
nente, tenia tropas valientes y disciplinadas. No
porque la naturaleza hubiese reusado el valor na-
tural ú las demas pal'tes de la Italia; pCl'O esto
sirve de muy poco, cuando no hay una buena 010 -
ganizacion militar y la Italia no tenia ni siquiera
un regimiento que pudiese sostener ~ta presencia
{le las ha vorietas francesas () austriacas.


"


Apellas se acercaron los Franceses cuando se
llenaron de espantu los enemigos de la reforma
política , mientras que sus partidarios estaban
trasportados de gozo. Lo que es la masa general
estaba perpleja con ciertos presentimientos vagos
(~ inciertos, sin saber lo que debia temer Ó esperar.


Al entrar Bonaparte en Italia tenia el proyecto
y la órden de echar de alli él los Austriacos; pero




ya hemos dicho que su gohiel'llo solo intentaba:
proporciou.n-se la pal ,y si ({I.l~ria c01Hl uista r la
Lombardia , solo era con el ánimo de volvérsela,
al Austria en cambio de los Paisos Bajos. No po-
dia pues Bonaparte pensal~ en emuncipar la lta-
lía 1 ni mucho menos coucchir un gran proyecto
j\OlíLico con poco mas de 30 mil hombres; pero-
con todo, una' vez, echados 10:; Austviacos del otr-o
lado de los Alpes y habiendo asentado su poder ,
podiilcjeTcer un grande influjo, y continuando los
sucesos, intentar grandes cosas. POI' ejemplo si ba-
tidos los Austr-iacos en todas partes, cn el Pó, en
el Hhiu y cn el Danuhio , se veian precisados á
ceder hasta la Lomhardia ; y si los pueblos vcrda-
deramentc inílumarlos por la Iihertad se pl'oaun-
ciaban en su f<1VOl' al acercarse los ejércitos frallce-
ses, entonces podian abrirse grandes destinos á la
Italia. NI,lii entre tanto no dehia Bonaparte nlani-
festar mira alguna política para no irritar á los
príncipes ({ue dcjaba á sus espuldns , pOi' lo cual
formó la intcncio n de no dar ú entender proyecto
alguno rcvuluuiouario , aunque sin contrariur tam-
poco el impulso de la., imaginaciones, aguardan-
do los efectos de la presencia de los Franceses en
el pueblo italiano.


E5tO fue lo que le decidió á no an imar á los
descontentos del Piamonte , porque veia que el
pueblo era dificil de revolucionar , que el ~ohie.l~-




DIRECTORIO (1796). 39
no era fuerte, y (¡He podia sede IllUY útil la alian-
za del ejército.


Apenas se hahia firmado el armisticio de Che-
rasco cuando se puso en camino, por mas que
muchos de su ejército desaprobaban aquella mar-
cha diciendo: ({ ¡Qué, no somos ITlaS treinta y tan-
tos mil hombres que no hemos revolucionado el
Piamonte, ni Génova dejando á nuestra espalda
estos dos gobiel'nos, enemigos nuestros y vamos
á intentar el paso de un rio tan grande como
el Pó , lanzarnos en la Lombardia , y tal vez deci-
dir con nuestra presencia á la república de Vcne-
zia á que añada el peso de 50 mil hombres en la
halanza l » Bonaparte tenia órden de adelantarse,
y no era hombre para hacer menos de lo ({He se
le preveuia , tanto mas cuanto aquella' órdcn era
muy de su aprobacion , y tenia pal'a aprobarla ra-
zones lnuy poderosas. Una de ellas era decir que
el Piamontc y (J·énova nos embarazarian mucho
mas si estuviesen en revolución '- en lugar de que,
gl'<lcias al arm isticio tenemos un camino asegm:a-
do con tres plazes fuertes. Adernas , tollo." los go-
hiernos de Italia se someterán si logra¡nos echar á
los Austriacos del otro lado de los Al pes; Venezia
temblará si somos victoriosos en sus costas, y el so-
nido de nuestra artillcria la decidi l'{l á unirse con
nosotros; y así es preciso avanzar no solo del otro
lado del Pó, sino también del Adela, del Mincio y




ftEYOl.UL:WX FJU~CESA.


hasta la escelente línea del Adig'c, donde si tiare-:
1110S Ú lUanlua y haremos temblar ú toda-la Italia
que estará detras de nosotros. Iba inflamándose
la cabeza del jóven geneL'al segun iba marchando .,
y concebia proyectos mucho mas gigantescos que
los que confesaba al ejército, pues quería después
de haber aniquilado á Beaulieu, meterse en el Ti-
rol, volver á pasar otra vez los Alpes y echarse en
el valle del Danubio para reunirse con los ejércitos
que habian salido de las orillas del Hhin. Aquel
proyecto tan colosal como imprudente era un tri-
buto que un entedimiento tan vasto como el suyo
no podia menos de pagar á la doble presuncion de
la juventud y de la victoria; y asi escribió á su
g-obierno ;)idiendfl la autorizacion para ejecutarle.


Habia entrado en campaña el 20 de germinal
t 9 de abril), V se terminó la sumision del Piamon-
, .-


te por el armisticio de Cherasco en 9 de florea!
(28 del abril), es decir que habia empleado en to-
do 18 dias, Púsose inmediatamente en camino para
perseguir Ú Beaulieu , habiendo esti pulado con el
Piamonte que le entregasen ú Valenza par'a pasaL'
el Pó: pero esta coudicion no era mas que una as·-
uu.. , porque no tenia intenciones de pasar por


allí aquel rio. Apenas- supo Beaulieu el armist icio
cuando pensó en apoderarse POL' sorpresa de las
tres plazas de Tortona , Valenza y ALejandria , pero
no pudo sorprender mas que á Valenz a donde si-




DlHECTomo (1796). 4. f
[liÓ Ú los Napolitanos, y viendo que Bonaparte se
adelanta ha rápidamente, se dió prisa á repasar el
Pó pal'a interponer aquel rio entre él y el ejército
frances. Fue á acarn pal' en Valeggio en el confluen-
te del Pó y del Tesino en el vértice del ángulo que
forman estos dos rios , donde levantó algunas ha-
terias para consolidar su posición y oponerse al
paso del ejército reances. Al salir Bonaparte de los
estados del rey del Piamonte y entrar en los del du-
que de Parrna , se encontró con los enviados de es-
te príncipe que venian á implorar la clemencia del
vencedor. Era el duque de Parrna pariente de la
familin de España y convenía guardar con él cier-
tas consideraciones que pOI' otea parte entraban en
los proyectos del general; pero esto no impedia
ejercer con él alg'unos de los derechos de la gucl'l'a.
Recibió Bonaparte á sus enviados en el paso del
Trebbia y fin[~ió cierto eufarlo de que el duque
no hubiese aprovechado para hacer la paz el rno-
mento en que la Espuña negociaba con la repú-
blica francesa. Luego le concedió un armisticio
exigiendo un tributo de dos millones de fran-
cos en dinero , de que tenia gran necesidad la ca-
ja del ejército; 1600 caballos indispensables para
la artilleria y bagajes, gTan cantidad de tl'igo y
avena; la facultad de atravesar el ducado'y esta-
hlecer varios hospitales para sus enfermos á costa
del príncipe. No se limitó ú esto el general, sino




42 RFVOUJCIOXFRANCESA.
que siendo aficionado é inteligente en las artes,
como buen italiano, sabia cuanto esplendor aña-
den á un irnperio , y el efecto moral que produ-
cen en la imaginaciou de los hombres: y asi exi-
gió 20 cuadros á eleccion de los comisionados fran-
ceses para trasladarlos á Paris. Los enviados del
duque se tuvieron PO[' muy felices en desarmar POl'
aquel precio la cólera del genel'al, y consintiendo
en todo, se dieron prisa á ejecutaL' las condiciones
del armisticio. Sin embargo ofrecian un millon de
francos porque se les dejase el cuadro de San Ge-
róuimo , y Bonaparte le dijo al ejél'cito : (\' ese mi-
llon no turduriamos en gastarle, y podemos con-
quistar otros muchos, pero una obra maestra es
eterna y adornará nuestra patria», y fue reusado J
el millon.


Después de haber urlquj rido Bonaparte todas las
ventajas de una conquista.sin los peligros de ella,
continuó su camino, dando diveccion á las prin-
ci pules columnas francesas húcia Valenza que es-
taba indicada en el 'armisticio de Cherasco corno
punto en que se hahia de emprender el paso del
Pó , de suerte que se creyó que iba á intentarle
en sus inmediaciones. Pero mientras que estaba
reunido el grueso de su ejército en el punto don-
de esperaba Bcaulieu que iba á pasarle , cogió el
17 de floreal (6 de mayo) un cuerpo de 3500 gra-
naderos, su caballería y 24 piezas, y echó úandar




DIRECTORIO (1796). .4·3
por la orina del Pá, llegando el18 pOl' la mañana
Ú Plasencia despues de una marcha de 36 horas en
fIue hizo 16 leguas, y cogiendo en el camino todas
las barcas que estaban á la orilla del rio , se las llevó.
consigo, así como una gran cantidad de forrages y
labotica del ejército austriaco. Pasó el coronel Lan-
nes el rio CH u na barca de pasage con la. vanguar·
día, ya penas se viódel otro lado cuando cargó aquel
oficial con sus granaderos sobre algunos destaca-
mentos austriacos que estaban apostados en la ori-
lla izquierda del Pó y consiguió dispersarlos, rnien-
tras que el resto de la columna le pasó sucesivtl-
mcntc , y principió ú construir un puente para el
paso de todo el ejércite , á quien habia dejado
órden de que bajase hácia Plasencia , y así con un
ardid y una marcha rápida se encontró Bonapar-
te del otro lado del Pó y con la ventaja de haber
flanqueado el Tesino, Efectivamente si hubiera pa-
sado por mas arriba, no solo hubiera tenido Ia
dificultad de hacerlo en presencia de Beaulieu,
sino que tamhien tenia que efectuar otro paso del
Tesino ,cuyo inconveuiente no existia ya por estar
reunido al Pó,


El. dia 18 de floreal (7 de mayo) ;advertida la
di visio n del general austriaco Li ptai de que el ene-
llligo estaba, cerca, se dirijió á Fornbio ,cuyo pue-
bloestá á corta distancia de la orilla en el camino
de Piz1...ig:hitone; mas no queriendo Bonaparte d~-:




44 REVOLOCION FRANCESX.
jade fortificarse en una posicion donde iba á reu-
nirse muy pronto todo el ejél'cito austriaco, que'
Ie obligaría á batirse teniendo el Pó á las espal-
das, se dió prisa á desalojarle con las pocas fuer-
zas que tenia consigo. Cayó sobre la division que
estaba retrincherada, y no solo la echó de allí
después de un sangriento combate, sino que la
hizo 2,000 prisioneros y el resto echó á correr por
el camino de Pizzighitone á encerrarse en aquella
plaza.


En la tarde de aquel mismo dia avisado Beau-
líen del paso del Pó en Plasencia llegaba ;al so-
corro de la división Liptai , mas ignorando el de-
sastre que babia ocurrido, dió con las avanzadas
francesas que le recibieron á balazos, y le obliga-
ron á replegarse mas que de prisa. Desgraciada-
mente fué muerto por sus propios soldados en la-
obscuridad de la noche el valiente general La
Harpe que era tan útil al ejército pOL' su inteli-
gencia y valor, y todos sintieron mucho la pér-
dida de aquel escelente suizo, á quien la tirani a
de Berna habia conducido á Francia,


Una vez pasado el Pó , flanqueado el Tesino y
batido Beaulieu en términos de no poder conti-
nuar la campaña , quedaba abierto el camino de
Milan , y era muy natural que un vencedor de
26 años estuviese impaciente por entrar en aque-
lla capital. Pero ántes de todo deseaba Bonaparte




DIRECTORIO (1796). ,45
acabar ·de destruir :í Beaulieu , y para ello no se
contentaba con batirle , sino que intentaba flan-
.quearle , cortarle la retirada y si era posible obli-
garle á rendir las armas. A fin de conseguir este
objeto era indispensable prevenirle en el paso de
los rios , que son muchos los que bajan de los Al-
pes y atraviesan la Lombardiacon direccion al
.pó úal Adriático. Después del Pó y del Tesino
se siguen el Adda j el Oglio , el Mincio , el Adige
y otros muchos. El primero que tenia Bonaparte
á la vista era el Adda que no habia podido flan-
quear como el Tesiuo porque hubiera sido pre-
ciso atravesar el Pó en Crernona ; y aunque se pasa
-el Addapor Pizzighitone , acababan de llegar allí
los restos de la división de Liptai. Diose prisa Bo-
na parte á remontar el Adda por el puente de Lo-
di, pero ya habia llegado allí Beaulien y no se le
podia prevenir en el paso de aquel rio. .Mas no
tenia Beaulieu en aquel pronto mas que 12,000
hombres y 4,000 caballos porque las otras dos di-
visiones de Colli y Vuckassowick habian tomado
un rodeo por Milán para poner guarnicion en el
castillo y debian volver luego sobre el Adda en
Lodi para pasarle por Cassano , mucho mas arri-
ha de Lodi. Intentando pues atravesar el Adda
por Lodi á pesar de la presencia de Bcaulieu , se
podia llegar á la otra orilla ántes que hubiesen
concluido su movimiento las dos divisiones que




4G J\EVOLUCIO~ FRAilfCE5A.
debían pasar por Cassano, y por consecuencia ha-
hia esperanza de cortarlas.


Se encontró Bonaparte delante de Lodi el día
20 de floreal (9 de mayo). Está situada esta ciu-
dad en la misma orilla por donde llegaba el ejér-
cito frances , y sin detenerse un intante mandó
atacarla y se apoderó de ella á pesar de los Aus-
triacos. Estos abandonan la ciudad y se retiran
por el puente para reunirse con el ejército en la
otra orilla, que era precisamente el pnnlo por
donde habia que pasar para travesar el Adela. Es-
taban formados en batalla en la orilla opuesta
12,000 hombres de infanteria y 4,000 caballos con
20 piezas de artilleria asestadas sobre el puente
y una nuhe de tiradores en guerrilla dispuestos
á hacer fuego contra todos los puntos. No era co-
mun en la guerra acometer sememejantes empre-
sas porque se tenia por insuperable el paso de un
puente defendido por 16,000 hombres y 20 pie-
zas de artilleria, Todo el ejército frances procura-
ba ponerse al abrigo detras de los muros de Lodi
esperando las órdenes del general; pero saliendo
este de la ciudad se pone á recorrer las orj llas del
rio en medio del horrible granizo de metralla y
luego que formó su plan se volvió á Lodi para
mandarle ejecutar. Dió órden á su caballeria de
que remontase el Adda para intentar pasarle por
algun vado mas arriba del puente. Mandó después




DIREf.TORlO (1796). 47
formar' una columna cerrada de 6000 gl~anaderos
y sin cesar de recorrer las filas procuró animarlas
con su presencia y palabras, y hecho esto ordenó
que desembocasen por la puerta que daba sobre el
puente y se precipitasen sobre él corriendo. Ha-
hia calculado lnuy bien que con la rapidez del
movimiento no tendria la columna tiempo: para
sufrir mucho. Y en efecto estrecha la columna sus
filas y desemboca á carrera sobre el puente donde
se halló con un fuego espantoso que vomitaba so-
bre su masa derribando todo el frente de la colum-
na. Mas sin ernbargo avanza de nuevo y al llegar
á la mitad del puente empieza á titubear , pero
los generales la sostienen con su voz y ejemplo
y habiéndose rehecho, marcha adelante, llega
á los cañones y mata á los artilleros que que-
rian defenderlos. En aquel instante se acerca la in-
fanteria austriaca para sostener á 'su artilleria pe-
ro una vez pasado aquel enorme riesgo ya la co-
lumna no temia á las bayonetas y asi cayó sobre
la infanteria en el momento mismo en que nues-
tra caballeria que habia podido encontrar un vado
amenazaba su flanco; los atropella, los derrota y
los hace dos mil prisioneros.


Un rasgo tan estraordinario de audacia babia
llenado de asombro á los Austriacos pero desgra-
ciadamente venia á queda.' inutilizada, porque
Colli y Wuck assowick hahian conseguido apode-




48 REVOLUCION FRANCESA.
rarse de la calzada de Brescia y no era posible cor-
tarles; IDas aunque no se hubiese conseguido el
resultado por lo menos quedaba vencida la linea
del Adda, habia llegado el valor de los soldados
al mayor grado de exaltación y ya no tenia lÍJni-
tes su entusiasmo en favor del general.


Hahian aquellos adoptado en sus ratos de bro-
ma un uso que no deja de pintar bien el carácter
nacional y fue reunirse un día los soldados mas
antiguos y viendo que su general era demasiado
jóven determinaron hacerle pasar por todos los
grados y con mucha formalidad le nombraron ca-
ho de escuadra en Lodi ~' cuando se presentó en
el campo le hicieron el saludo que llegó á ser lue-
go tan célebre de elpequeño cabo de e.scuadra (le peti:
caporal) ; ya veremos mas adelante como fue
conquistando otros ascensos spgun los iba Inere-
ciendo.


Tenia el ejército austriaco segura su retirud a
por el Tirol, y era del todo inútil seguirle , por
lo que determinó Bonaparte caer sobre la Lorn-
bardia para tomar posesion de ella y organizarla.
Pero como los restos de la division Liptai se habian
atrincherado en Pizzighitone y podian hacer de él
una plaza fuerte, se dirigió allí para desaloj arios,
y envió en seguida á Massena para ocupar úMilan ,
mientras que Augereau retrocedió para ocupar
á Pavia. Queria imponer respeto á aquella gran




DI RECTOHIO ~1796j. ~9
'ciudad, célebre por su universidad , y hacerla ver
una de las mas hermosas divisiones de su ejército.
Las de Serruvier y La Harpe quedarnn enPizúg'-
hitone, Lodi, Cremona y Cassano para guardar el
Adda.


Por último pensó dil'igirse Honaparteá MiLan
de donde habian huido al acercarse el ejército
francés todos los partidarios del Austria y cuantos
se asustaban de la fama de nuestros soldados que
pasaban pOI' tan harbaros como valientes, y es-
taban cubiertos los caminos de Brescia v del Ti 1'01.


,;


También habia huido el archiduque derramando
lágrimas al tener que abandonar su hermosa ca-
.pital; pera la mayor parte de los Milaneses se en-
tregaban á la esperanza y aguardaban nuestro ejér-
cito con las disposiciones mas favorables. Cuando
recibieron la primera division mandada por Mas-
sena y vieron aquellos soldados de tan mala repu-
tacion respetar las propiedades, considerar á las
personas y manifestar la benevolencia natura] de
su caracter , se llenaron de entusiasmo y les colma-
ron de atenciones. Los patriotas' que habian acu-
didode diferentes partes de Italia, aguardaban al
jóven vencedor ; cuyas hazañas eran tan rápidas
y cuyo nombre italiano era tan suave de pl'onun-
ciar. Inmediatamente enviaron al conde de Mel-
zi 9 á (lue saliese á recibir á Bonapartc y prome-
terle obediencia. Se formó una guardia nacional


x. 4




50 RKVOI.UCIO~ FR.\NCESA.
vistiéndola de los tres colores verde, encarnado y
blanco , y se dió el mando de ella al duque de
Serbelloni. 10 Levantaron un arco de tr-iunfo pal'a
recibir al general francés , cuya entrada se verifi-
có el dia 26 de íloreal (15 de mayo) , un mes des-
pues de la apertul'a de la campaña. Salió á reci-
birle toda la poblaciou de la capital con la g'ual'-
dia nacional sobre las armas y el ayuntamiento le
presentó las llaves de la ciudad. Fueron sig-uién-
dole las aclamaciones durante toda 6U marcha has-
ta el palacio de Serbelloni donde estaba prepara-
do su alojamiento; de modo que habiéndose gl'an-
geado la admiración de los Italianos y el entu-
siasmo de su ejército podia ya obrar con su fuerza
moral tanto como con la física.


No entraba en sus miras detenerse en Milnn mas
de lo que lo lrabia hecho en Cherasco des pues de
la sumisión del Piamonte, pero queria permane-
cer lo necesario para organizar provisionalmente
la provincia, sacar de ella los recursos necesarios
á su ejército y dejarlo arreglado todo á sus espal-
das. Despues continuaha en el proyecto de m31'-
chal' al Adige y á l\Ian~ua , y si le era posible has-
ta el Tirol y al otro lado de los Alpes.


Habían dejado los Austriacos dos mil hombres
en el castillo de lUilan y mandó Bonaparte embes-
tirle inmediatamente, conviniendo ántes con el
comandante de él en que no disparase contra la




DIREECTOItIO (1796).51
ciudad pOI' ser propiedad austriaca, qu.e ne tenia
intcres ~n destruir ; y se principiaron desd.e luego
los trabajos del sitio.


Sin comprometerse demasiado el general con los
Milaneses , ni prometerles una independencia (Ille
no les podia asegul'm', no dejó de darles algunas
esperanzas para excitar su patriotismo'y empleó
con ellos un lenguage enél'gico diciéndoles que
para conseguir la 1ibertad era necesario merecer-
la ayudándole á libertar para siempre á la I talia
del Austria. Instituyó provisionalmente una acl-
rninistracion municipal y mandó formar gual'dias
nacionales en todas pal·tes, á fin de dar principio .
ala organizacíon militar de la Lornbardia. Des-
pues se O€UPó de las necesidades de su ejército y
se vió precisado á imponer sobre todo el l\filanes
una contribucion de 20 millones de francos, cuya
providencia sintió mucho tener que tomar porque
no podía menos de entibiar el espíritu público; pero
sin embargo no fue muy mal recibida y sobre todo
era indispensable. Gracias á los almacenes que se
encontraron en el Piamonte y á los trigos que dió
el duque deParma, se hallaba el ejército en gran
abundancia de vi"eres y los soldados engordaban
comiendo buen pan, buena carne , y bebiendo
escelente vino , con lo cual estaban muy conten-
tos y principiahan á observar una exacta disci-
plina. Solo faltaba vestieles , pOl'que como habian




Rn-VOLUCION FRANCES-1.


pasado los Alpes con sus uniformes viejos, esta.....
han desarropados y solo inspiraban respeto por
su reputacion , actitud marcial y buena disciplina,
No tardó Bonaparte en -encontrar nuevos recursos
porque el duque de Modena cuyos estados bor-
deaban el Pó mas ahajo de los de Parma , le des-
pachó unos enviados solicitando iguales condicio-
nes que las del duque de Parma , mientras que
aquel príncipe viejo y avaro, al ver realizadas to ..
das sus predicciones, se habia escapado á Venezia
con sus tesoros, abandonando el -'gobierno de su
estado á una regencia. Mas como á pesar de eso na
queria perderlos solicitó negociar, y ya que Bo-
naparte no pudiese concederle la paz, acordó con
él un armisticio corno los anteriores , con los cua-
les se hacia dueñ« de todas las existencias de Ita-
lia. Le exigió diez millones de francos, víveres de
toda especie, caballos y cuadros.


Con estos recursos obtenidos en el país estable-
ció en las orillas del Pó grandes almacenes, hos-
pitales surtidos de efectos para 15,000 enfermos , y
llenó todas las cajas del ejército. Viéndose tan ri-
co, encaminó por Génova algunos millones para
el directorio, y como ademas sabia que el ejército
del Rhin carecia de fondos, por lo cual se retar-
daba su entrada en campaña, envió por la Suiza
un millon de francos á Morean, cuyo rasgo de
buen camarada, al mismo tiempo que le era hon-




DIHECTOlllO (1796). 53
roso era también rnuy útil, porque importaba que
entrase Moreau en campaña pal·a impedir que los
Austriacos cargasen en fuerza sobre la Italia.


Al ver todas estas cosas, se confirmaba todavia
Olas Bonaparte en sus proyectos, diciendo que no
era necesario marchar contra los príncipes de Ita-
llia , sino contra los Austriacos, porque mientras
(Iue se resistiese á estos y se les impidiese su vuel-
ta á Lombardia, todos los estados italianos se so-
meterían temblando al ascendiente del ejército
frances uno despues de otro. Parrna y Módena lo
habian hecho va', y no tardarían en hacerlo Roma
y Nápoles si se continuaba siendo dueño de las
puertas de Italia. Además era necesario estar en
espectativa {le lo que hacian los pueblo, y sin tras-
tornar sus g'obiernos , aguanlar á que los súbditos
se sublevasen por sí luismos.


Pero en medio de unas ideas tan csactas y de
unos trabajos tan vastos, le sobrevino una contra-
riedad de las mas incómodas , y fue que aunque
el directorio estuviese loco de contento de sus ser-
vicios se escamó Carnot al leer sus cartas escritas
con tanta energia y precision , de unos planes tan
g·igantescos. Observaba y con razon ti ue querer
atra vesar el Tirol y pasal' segunda vez los Alpes
era un proyecto demasiado estraordinario y aun irn-
posible; pero en cambio, y como pal'a corregir el
plan del joven capitán, discurrió él otro mucho mas




peligroso. Segun ('~I, era necesario después (le con.
quistada la Lombardia replegal'5C á la península- é
ji' á castigar al pa pa y á los Borbones de Nápoles ,
echando á los Ingleses de Liorna, donde les dejaha
donlinar el gTan duque de Toscana. Para eso man-
daba Cal'llOt en nombre del directorio dividir en
rlos el ej{~rcito de Italia, deja r una parte en la
Lornbardia bajo las órdenes de Kellermaun y ha-
cer que marchase la otra. sobre Roma y Nápoles
bajo las de Bonaparte, Este desastroso pl'oyecto
equivalia á renovar la falta cometida siempre por
los Franceses de internarse en la península antes
dE; ser dueños de la- Alta Italia. No era ciertarnen-
fe al papa ni al rey de Nápoles á quien debia dis-
J)ut.arsc la Italia sino á los Austriacos, y en tal ca-
so la línea de operaciones 110 debia ser el Tiher
sino e.I Adig-e , pero la impaciencia de poseer nos
Ilevó siempre :1 Roma y á Nápolcs, y mientras que
anrlábamos correteando por la península, se nos
eortuha siempre el camino de ella. EI'a muy natu-
ral (tlW los republicanos quisieran tratar mal al
pa pa y ti un Ilorbon, pero cometían la misma falta
~lue cometieron los antiguos reyes de Francia.


Era el proyecto de Bonaparte arrojarse al va-
lle del Danubio no veia mas objeto que los Aus-
triacos, y esto era también exageral' un principio
cierto, cosa nluy propia de un entendimiento
claro pero jóven, cuya convicción bastaba para




DIJ\ECTORIO (t 796). S~
impedirle que consintiera en marchar á la penín-
sula. Fuera de eso conociendo la im portancia de la
unidad de dirección en una conquista queexigia
tanta política como conocimiento militar ,no po-
dia soportal' la idea de repartir el mando con un
antiguo genel'al valiente pero adocenado y lleno de
amor propio. Esta especie de eg'oismo era mUJr dis-
culpable y aun leg-ítima en un g-enio superior que
quiere desempeñar solo su tarea porque conoce
que es capaz de ejecutada. Se condujo en este ca-
so como en un c<:mpo de batalla, es decir que
aventuró t.odo su porvenir ofreciendo su dimisíon
pOI' medio de una carta tan firme como respetuo-
sa. Sabia nluy bien que no se la admitirían, pero
tambien es cierto que prefería renunciar á obede-
cm' , porque no podia consentir en perder su glo-
ria y su ejército ejecutando uu mal plan.


Habiendo opuesto razones nluy luminosas á los
errores del director Carnot , \li;o que era necesa-
rio siempre hacer frente á los Austriacos y ocu pal'-
se de ellos solos, y que una simple division que
se escalonase destrns del Pó y en Ancona , bastaria
para asustar [l la pcnínsula y obligal' á Roma y
Nápoles ú pedir cuartel. Se dispuso iumediutamen-
te á salir de Milán para el Adige y ponel' sitio á
Mantua, donde se proponía eSpel'al' las nuevas ór-
denes del directorio y la respuesta :á sus pliegos.


Publicó una nueva 'proclama á sus soldados, que




llEVOLUCroN FRANCESA.


debia hacer grande impresión en sus imaginacio--
nes , y producir al mismo tiempo mucho efecto en-
las del papa y el I'ey de Nápoles.


« Soldados, os habeis precipitado como un t01'-
« rente desde lo alto delApeninoarrollando y dis-
({ persando cuanto se oponia á vuestra marcha. Li- .
« bertando el Piamonte dela tirania austriaca, ha:
«- vuelto á sus naturales sentimientos de paz y
«amistad con la Francia. l\1ilanes vuestro yel pa-
« bellon republicano ondea en toda la Lombardia•.
«Los duques de Parma y Modena solo deben á
({ vuestra generosidad su existencia política. El
« ejército que os amenazaba con tanto orgullo no
«encuentea ya barrera que le tranquilice contra
« vuestro valor; el Pó, el Tesino y el Adda no han


--« podido deteneros siquiera un dia, siendo insufi-
« cien tes esos ponderados baluartes de la Italia,
« pues los habeis pasado tan rápidamente como el
«Apenino. Tantas victorias reunidas han colmado
« de g:ozo á nuestra patr-ia ,y vuestros represen-
« tantes han decretad-o una tiesta dedicada á vues--
« tras victorias , :que se han de celebrar en todos
« los ayunt~lnientos de la república. Allí vuestros
« padres, madres , esposas, hermanas y enamora-
« das se regocijan con vuestros triunfos y se' en va-
« necen de perteneceros. Sí, soldados, vosotros
« habéis hecho mucho .... ¿ pero no ,os queda ya,
«nada (¡ne hacer '1 •••• ¿Se dirá de nosotros que




DIRECTORIO (1796).. ,y;
(f. habemos sabido vencel', pero no aprovecharnos
edela victoria'? ¿Tendrá que reconveniros la pos-
e teridad de haber encontrado vuestra Capua en la
({ Lombardia '? Pero no , que ya os veo COITer á las
«armas .... Purtarnos, Todavia tenemos que hacer
« marchas forzadas , vencer enemigos ,recog'er lau-
« relés y vengal' injurias. Que tiemblen aquellos
«que han aguzado los puñales de la guerra civil
({ en Francia, que han asesinado cobardemente á
({ nuestros ministros é incendiado nuestros navios
ce en Tolon. Ya sonó la hora de la venganza; pero
« que estén sosegados los pueblos, porque nosotros
Il somos amigos de todos ellos y mas particular-
« mente de los descendientes de Bruto, de Scipion
({ y de los grande3 hombres á quienes hemos toma-
(t do pOI' modelos. El fruto de nuestras victorias
« será restablecer el Capitolio y colocar en él con
« honor las estatuas de los heroes que le hicieron
«tan céleLre. Nuestras victorias harán época en la
« posteridad y vosotros tendréis la gloria inmortal
ce de cambiar la faz de la 111aS bella porcion de Eu-
« ¡'opa. El pueblo frances libre y respetado del
ce Inundo entero, dará á .la Europa una paz. glo-
« riosa que le iudem .izará de todos los sacrificios
« que está haciendo despues de seis años. Enton-
« ces volvereis á vuestros hogares, y vuestros con-
« ciudadanos cuando hablen de vosotros dirán; ese
(. era del ejército de Italia. »




REVOLGflO~ FllA~CES¡\.


No pel'maneció mas que 8 días en Milcan, de
donde salió eldia 2 de prerial (21 de mayo) para
il~ it Lodi y adelantarse hácia el Adigl'.


Pero mientras que Bonaparte proseguia su ma-
cha , ocurrió un suceso inesperado que le llamó de
repente á Milan, y fue que los nobles, los frailes,
los criados de las familias fugitivas, y una multi-
tud de creaturas del gobierno austriaco prepara-
ban allí una revuelta contra el ejército francos, Es-
parcieron la voz de que habiendo sido reforzado
BeauJieu ,venia con 60 mil hornbres , y que el
princi pe de Conrl« desembocaba por la Suiza á la
espalda de los republicanos que iban á ser perdi-
dos. Los clérigos valiéndose' del influjo que tenian
con algunos paisanos qne habian sufrido en el pa-
so del ejército, les esci taron á tomar las armas, y
como Bonaparte hahiu salido de l\filan, creyeron
que era el momento favorable para emprender la
rebelion y sublevar toda la Norrnandia á espaldas
suyas. Di» la señal por medio de una salida la guar-
nicion del castillo de lUilan v al instante se tocó á


.J


rebato en todas las campiñas de las inmediacio-
nes, dil'igi(;n<1ose á la ciudad muchos paisanos ar-
mados con intencion de apoderarse de ella. Pero
la división que Bonaparte habia dejado allí blo-
queando el castillo volvió á encer-rar á la guarni-
cion dentro de sus mUI~OS y r echázó á los paisa-
nos que se presentaron. :Mas no sucedió así en Pavia




bUtECTORIO (1796). 59
donde los revoltosos consiguieron la ventaja de
entrar en la ciudad y apoderarse de los 300 hom-
bres que Bouaparte habia dejado allí de guarni-
cion. Aquellos infelices cansados ó enfermos se en-
cerraron en un fuerte para no ser sacrificados, y
un gener¿ll frances que pasaba en aquel momento
por Pavía fue rodeado y cogido y obligado con el
puñal al pecho á firmar una órden pal~a que la
g'uarnicion abriese sus puertas, la cual fue 61'ma-
da y ejecutada. *


Aquella revuelta podia tener gTaves consecuen-
cias y tal vez provocar una insurreccion general
y con ella la pérdida del ejército frances , porque
el espíritu público está siempre mas adelantado en
las ciudades qne en las campiñas y pueblos COI'-
tos. Mientl'as que la poblacion dc las ciudades de
ltalia se declaraba en nuestro [avo r los aldeanos
escitados por los frailes y vejados con el paso dc
los ejércitos, se hallaban muy mal dispuestos. Es-
taha Bonaparte en Lodi cuando supo el 23 de ma-
)70 los sucesos de Milan y de Pavia , y al momento


,. Estas repentinas revueltas indican que llO era tan c ie r >
la ni tan sincera como parece quiere persuadirnosMr. Thie rs
aquella alegria y entusiasmo que manifestaban los pueblos de
Italia ¡i la vista del ejército francos ni tan generalizados como
se pretendeindicar los principios de la libertad republicana.
En esto como en todo se ha exagerado y se cxagera:cooflln.::.
diendo los deseos con las realidades. ( N. del T,)




60 REVOLUCION FRANCESz\.
torció el camino con 300 caballos, un batallón de'
granaderos y 6 piezas de artillería pero ya estaba
restablecido el órden en Milan. Continuó su mar-
cha hacia Pavía haciendo que le precediese el ar-
zobispo de Milan; y como los insurgentes hubie-
sen adelantado su vanguardia hasta el pueblecito-
de Binaseo , tuvo que dispersarla Lannes. Mas co-
nociendo Bonaparte que era indispensable corre--
gil' el mal en su origen mandó poner fuego allu-
gar con el fin de asustar á Pavia con la vista de las
llamas, y cuando llegó á la vista de la ciudad se
detuvo, porque encerraba dentro de sí una pobla-
cion de 30 mil almas, estaba rodeada de un anti-
guo muro y ocupada por siete á ocho mil paisanos
sublevados. Habian cerrado las puertas y subído-
se á las murallas, de suerte que no era facil to--
marla con 300 caballos y un solo batallon; pero
sin embargo no convenía perder tiempo, porque
el ejército estaba ya en las orillas del Oglio y le
hacia falta la presencia de su general. Durante la
noche mandó fijar Bonaparte una proclama ame-
nazadora en las puertas de Pavía, en la cual se de-
cía que una multitud estraviada y sin medios de
resistencia se empeñaba en desafiar á un ejército
que habia triunfado de los reyes y quevia perder al
pueblo italiano; que continuando en su propósito
de no hacer guerra á los pueblos, desde luego les
perdonaba este delirio y queria dejar una puerta




lHRE€TORIO (1796). 61
abierta al arrepentimiento; pero que si no depo-
nian las armas al instante serian tratados corno re-
beldes y todas sus aldeas incendiadas. Que ya po-
dian servirles de leccion las llamas de Binasco ; mas
continuando los paisanos que dorninaban ien la
ciudad en no querer rendirse, mandó Bonaparte
desembarazar los muros con la metralla y los obu-
ses, y que los granaderos se acercasen á las puer-
tas y las derribasen á hachazos. Penetraron efec-
tivamente á la ciudad y tuvieron que sostener un
'combate en medio de las calles; pero no fue lar-
ga la resistencia porque los paisanos echaron á
huir y dejaron á la desgraciada Pavia entregada al
furor del vencedor. Pedian los soldados á gritos el
saqueo, y Bonaparte para dar un ejemplo de se-
veridad se le concedió por tres horas, IDas -co me
apenas llegaban á 1000 hornhres , no podiancausar
grandes desastres en una ciudad tan considerable
como aquella. Cargaron sobre las platerias y se
apoderaron de muchas alhajas, pero el saqueo
mas reprehensible fue el del monte de piedad.,
aunque por fortuna este y los demasde Italia ,
donde h~y tantos señores pobres y vanidosos , es-
taban llenos de objetos que pertenecian á las cla-
ses mas elevadas. Fueron preservadas POl' los ofi-
ciales las casas de los ilustres sabios Spallanzani 11
y Volta 12 cuyo ejemplo fue tan honroso para la
Francia como para Italia.




62 IlEVOLUCION FRANCESA.
En seguida destacó Bonaparte á la campiña sus


300 caballos que dieron de sablazos á una gl'all
cantidad de rebeldes, cuyo pronto castigo produ-
jo la sumisión general é impuso respeto al par-
tido que en Italia era opuesto áIa Iibertad y á la
Francia, Triste cosa es verse precisado á emplear
semejantes medios, peto no podia evitarlos llona-
parte sopena de sacrificar su ejército y los desti-
nos de Italia. Tembló el partido monacal y se exa-
geraron las desgracias de Pavia pasando de boca
en boca, con lo que recolJró el ejército su formi-
dable reputacion.
1eYll~\nauaüllue\\a espeulóon , torero 'mrneiúa-


tamente Bonaparte el camino para reunirse con
el ejército que estaba en las orillas del Oglio, é
iha fa pasal' á territorio Veneciano.


Al acercarse el e;él'cito f\'ances volvió el senado
de Venezia á discutir la antigua cuestion , del pal'-
tido que se babia de tomar entre el Austria J la
Francia; y algunos viejos oligarcas que habian
conservado energia deseaban que sin dudar se
declarase pOi' el Austria, protectora natural de to-
dos los rancios despotismos; pel'O se recelaba pal'a
lo futuro la ambición .austriaca , y para lo presente
los rayos del ejército francesa Por: otra parte era
necesario tomar las armas y esta resolución era
muy dura para un gobierno flojo y enervado. Al-
gunos oligarcas. jóvenes, igualmente enérgicos,




DIRECTomo (t 796). 63
pero menos obstinados que 10\5 ancianos, propo-
nian que se hiciese un armamento formidable
aunque con solo el objeto de.conservar la neutra-
lidad, y amenazar con 5H mil hombres á cual-
quiera de las dos potencias que violase el ter-rito-
río Veneziano. Esta resolucion era demasiado fuer-
te para ser adoptada, mucho mas cuando otros
hombres prudentes proponian un tercer partido
que era el de la alianza con la Francia. El senador
Bataglia 13 hombre astuto y moderado, hizo al-
gunas reflexiones que con el tiempo se han con-
vertido en profecias diciendo, que en su dictúmen
la neutralidad armada era la pero determinacion
que se podia tomar, porque no se pod rja hacer
respetal' pOi' sí misma , cu~lquiera que fuese la
fuerza que desplegara , y no teniendo ningun par-
tido en su favor serian sacrificados tarde ó tenl-
pl'ano pOI' ambos. Que era indispensable decidirse
ó por el Austria ó por la Francia; pero que estarr-
do aquella pOI' ahora espulsada de Italia, y aun
suponiéndola los medios de volver allí, nunca po-
dria hacerlo en menos de dos meses; tiempo so-
brado para que el ejército frauces acabara con la
república; fuera de eso la ambicion del Austcia
era siembre la mas temible para Venezi(~ porque
envidiando sus provincias de la Iliria y la alta
Italia, se aprovecharia de la primera ocasion pal'a
arrebatárselas. La única garantia contra esta am-.





REVOLUCION FRANCESA.


-bicion era el poder de la Francia, la cual, no tenien-
-do nada que envidiar á Venezia siempre estaría
dispuesta á defenderla. Es verdad que la Francia
profesaba principios que repugnaban á la nobleza
veneziana pero ya era tiem po de resignarse á cier-
tos sacrificios indispensables al espíritu del siglo y
de que los nobles de Tieri-a-Firme hiciesen ciertas
'concesiones que únicamente podian reconciliarles
con la república y con el libro de oro. Con algunas
Iijeras modificaciones de la antigua constitución
se podia satisfacer la ambicion de todas las clases
de los súbditos venezianos y ganar el afecto de la
Francia, y si á eso se aíiadia el tomar las armas
en favor de ella, era de esperar tal vez en recom-
pensa de los servicios hechos que se la diesen los
despojos del Austria en Lornbardia: en todo caso,
repetia el senador Bataglia , la neutralidad era el
peor de todos los partidos.


Este dictamen , cuya prudencia, ha confirmado
el tiempo , hería profundamente el orgullo de la
antigua aristocracia veneziana pal'a que pudiera
ser aprobado , y es menester hacerse cargo de que
no se contaba mucho con la duracion de la pre-
ponderancia francesa en Italia pill'a poder reunir-
se á ella. Habia un antiguo proverbio italiano que
decia : que la Italia era el sepulcro de los Franceses, y
temian verse luego espuestos sin defensa alguna
al furor del Austria.




DIRECTOIUO (1796). 65
Entre estas tres diferentes opiniones se prefirió


la que era mas cómoda y conforme con la rutina
y 11101icie de aquel rancio gobierno, que fue la
neutralidad desarmada. En consecuencia se de-
terminó enviar proveedores al encuentro del ejér-
cito frances para que protestasen de la intencion
en que se hallaba la república de permanecer neu-
tral y reclamar el respeto que merecia el territo-
rio y los súbditos venecianos. Era mucho el miedo
que tenian de los Franceses pero se sabia que
eran hombres que se ahlandaban fácilmente con
el buen trato y así se dió órden á todos los agen-
tes del gobierno para que los recibieran con la
mayor atencion y que cortejasen á los oficiales y
generales con el fin de captarles la voluntad.


Al llegar Bonaparte al territorio de Venezia ne-
cesitaba usar de tanta prudencia como ella misma,
porque aquella potencia aunque decaída por su
111al gobierno, era todavía grande y se necesitaba
cuidar de no indisponerse con. ella hasta el punto
de obligarla á que armase , porque en tal caso era
imposible sostenerse en la Alta Italia; pero con
todo era preciso que al mismo tiempo que se res-
petase su neutralidad se la obligara á aguantar
nuestra presencia en su territorio, y que pudiéra-
mos batirnos en él, Yaun alimentarnos si era pre-
ciso. Ella habia dado paso á los Austriacos y esta
era la razon que debia hacerse valer para atrever-


x. 5




66 REVOLUCION FRANCESA
se á exigirlo todo dentro de los límites de la neu-
tralidad.


Cuando entró Bonaparte en Brescia publicó una
proclama en la cual decia que al atravesar el ter-
ritorio veneziano en persecucion del ejército im-
perial, que habia obtenido permiso para pasar por
él, respetaría el territorio y los habitan tes de la
república de Venezia; que haría observar la mas
esacta disciplina á su ejército, que pag'aria todo
cuanto tomase y de ningun modo olvidaria los an-
tiguos vínculos que unian á las dos repúblicas.
Fué muy bien recibido por el proveedor venezia-
no de Brescia y continuó su marcha, habiendo pa-
sado el Oglio que corre cerca del Adda, y pre-
sentádose á orillas dellUincio , que sale del lago
de Garda, circula por la llanura del lUantuanó y
luego forma al cabo de algunas leguas un nuevo
lago, en medio del cual está situada Mantua , y
vá á desembocar en el Pó. Reforzado Beaulieu con
10,000 hombres, se habia situado en la linea del
Mincio para defenderla , y puesto una vanguardia
de 4,000 infantes y 2,000 caballos á la orilla del
rio en la aldea de Borghetto. El grueso del ejér-
cito estaba colocado del otro lado del Mincio en la
posicion de Valeggio y la reserva un poco mas
atras en Villafranca,mientras que algunos cuerpos
sueltos defendian el curso dellUincio por mas arri-
ha y mas abajo de Valeggio. La ciudad veneziana




lSInECTOmO (1796). 67
de Pescara está situada á orillas del Mincio en su
salida del lago de Garda , y queriendo Beaulieu
conservar esta plaza para apoyar mas sólidamente
la derecha de su linea, engañó á los Venezianos,
y conpretesto de obtener paso para 50 homhres ,
sorprendió la ciudad y puso en ella una fuerte
guarnícion , estando adcmas cercada con un muro
y sus correspondientes torres y SO piezas de al'....
tillerÍa.


Adelantándose Bonaparte pOi' esta linea, des-
cuidó enteramente á Mantua que estaba á su de-
recha, y no era tiempo todavía de bloquearla,
apoyándose sobre su izquierda hácia Pescara. Te-
nia el proyecto de pasar ellUincio por Borghetto y
Valegg'io, mas pal'a eso necesitaba engañar á Beau-
lieu y se valió de la misma treta que en el paso
del Pó , que fue dirigir un cuerpo sobre Pescara
y otro sobre Lonato, de modo que inquietase á
Beaulieu en el Alto lUincio, dándole á entender
que pensaba pasar por Pescara ó rodear el "lago
de Garda. Al mismo tiempo dirigió su verdadero
ataque por Borghetto , cuya aldea situada, como
ya hemos dicho delante del Mincio , estaba defen-
dida por !~,OOO infantes y 2,000 caballos. Empezó
Bonaparte la accion el 28 de nlayo , y siempre le
babia costado mucho trabajo hacer que se batiese
su caballería, poco acostumbrada á cargar porque
antiguamente no se hacia gran uso de ella, y ade-




68 REVOLUCION F1L\.NCESA.
111as estaba intimidada con la gran reputación de
la caballcria alemana. 1\las se empeñó á cualquier
precio en hacer que se batiera, porque daba mu-
cha importancia á los servicios que podia hacerle;
y así avanzando sobre Borghetto distribuyó sus
granadel'os y carabineros tÍ derecha é izquierda de
su caballeria y detras de ella la artillería para te-
nerla encerrada, y de este modo la llevó al ene-
migo. Sostenida pOI' todos lados y conducida por
el fogoso :Murat, hizo prodigios de valor y puso
en huida los escuadrones austriacos, y acometien-
do inmediatamente la infantería la aldea de Borg-
hetto se apoderó de ella. Al retirarse los Austria-
cos por el puente que conduce desde Borghetto á
Valeggio ,intentaron romperle y en efecto logra-
ron destruir uno de los arcos; pero algunos gra-
naderos conducidos por el general Ganlanne Ha se
arrojaron á las aguas del Mincio , que era vadeable
.en algunos sitios, y le pasaron llevando sus armas
sobre las cabezas y arrostrando el fuego de las al-
turas opuestas. Creyeron los Austriacos ver ya so-
bre sí la columna de Lodi, y se retiraron sin des-
truir el puente, con lo cual apenas se restauró el
arco roto , pudo pasar todo el ejército. Inmedia-
tamente echó á andar Bonaparte agua arriba del
lV1incio con la division Augereau á fin de dar ca-
za á los Austriacos pero estos reusaron el combate
durante todo el día. Entonces dejó á la division




DIRECTORIO (l796). tH)
de AugeL'can quc continuase la persecucion y se
volvió á Valegg-io, donde se encontraba la divisiou
de l\Jassena, que principiaba á hacer el rancho.
De repente suena el toque de c~H'ga y se precipi-
tan los húsares austriacos en medio del pueblo
sin que Bonaparte tuviese apenas tiempo de sal-
var su pcrsona. Montó á caballo y no tardó en re-
conocer que era lll10 de los cuel'pos enemigos que
habian quedado guardando el bajo Mincio y re-
montaban el rio para venir á reunirse con Beau-
lieu en su retirada hácia las montañas. Acudió ti
las armas la división de Massena y se puso á dal'-
les caza, pero no pudo impedirles f[Ue se junta-
ran con Beaulieu.


Estaba pues ya atravesado el Mincio y det:idió
por seg'unda vez Bonaparte la retirada de los im-
periales, que definitivamente ec dirigian al Ti-
1'01. Habia conseguido una gran ventaja con solo
hacer que se hutiesc su caballeria, ohl igúndola
ú que perdiese el miedo ti la de los Austriucos. Esto
es lo que él mi raba como mas importante, por-
que aunque hasta su tiempo se hacia poco uso de
la caballeriu , concibió que se podia sacar un gran
partido de ella empleándola en cubrir la artillc-
ria. Habia calculado que sabiéndose servil' á í ieru-
po de la artilleria ligera y de la caballeriu , po-
diau hacer el mismo efecto ({ue unu masa de in-
fanteria diez veces mas fuerte. Ya queriu 111ud.lO




10 UE'·01..UCION F'nA~CESX.
al jóven MÚl'at porque sabia hacer que se batié...r
sen sus escuadrones, cuvo mérito miraba él en-o


o)


tonces como muy raro' entre los oficiales de aque;..
Ha arma : y habiendo estado su persona en peli-
gro con la sorpl'csa que acabamos de referir, le
ocurrió otea idea, que fue la de formar un cuer-
po escogido que con el nombre de guias debía
acompañarle á todas partes. No era en verdad la
seguridad personal el principal motivo de aque-
lla provrüencia , puesto que siempre fue este un
objetó secundario á sus ojos, pero sí el tener la
ventaja de tener á su vista un cuerpo decidido
y capaz de las acciones mas atrevidas. En efecto
ya le veremos decidir gl'andes cosas con solo lan....
zar 25 hombres de aquellos valientes. Nombró
para mandarles á un oficial intrépido .Y lnuy se-
reno que ha sido 111UY conocido despncs con el
J10mlJre de Bessieres. 15


Habia evacuado Beaulieu á Pescara para subir
lrácin el Ti rol, hahióudose trabado un combate
entre la retaguardia austriaca y el cj(~rcito frau-
ces, el cual no pudo entrar en la ci udad sino des-
pues de una accion bastante viva; mas una vez
qnr los Venezianos no habian podido preservarla
de Beaulien, ya hahia dejado de ser ciudad ncu-
tral y estaban autorizados los Franceses para ocu...
parla. Sabia lnuy bien Bouaparte que Jos Vene...
zi auos hahian sido engañados por Bcaulicu , pero




DIllECTOIUO. (1796). 71
resolvió aprovecharse de aquel suceso para obte-
ner de ellos todo cuanto deseaba. Necesitaba la
línea del Adige y particularmente la importante
ciudad de Vcrona que domina el rio , y sobre todo
queria que le mantuviese su ejército.


Estaba encargado el proveedor FoscareIli , que
era un antiguo oligarca vencziano muy obstinado
en sus Pl'cocupaciones y que aborrecia mucho á
la Francia, de presentarse en el cuartel general de
Bonaparte ., y le habian hecho creer que este es-
taha furioso con lo ocurrido en Pescara y que era
lllUY de temer su disgusto como lo probaban Bi-
nasco y Pavia , asi COll10 no podia dudarsc de su
mucho poder al ver los dos ejércitos destruidos y
la Italia conquistada. Llegó el proveedor á Pesca-
ra lleno de terror , y al salir escribió á su gobier-
no diciendo: quiera Dios recibirme en holocausto.
Consistia su principal comision en impedir á los
franceses entrar en Verona ., y como esta ciudad
habia dado asilo al pretendiente., se halhba en la
mayo!' ansiedad. El jóven Bonaparte , que en efec-
to solia ser violento en su cólcra , pero que nlU-
chas veces sabia tarnbien fingirla., hizo cuanto
pudo para aumentar el susto del proveedor. Prin-
cipió por hacer esclamacioues terribles contra el
gobierno veueziano que pretendia ser neutral y
dejaba á los Austriacos apoderarse de Pescara, es-
poniendo al ejército frances á perder un gran nú-




72 REVOLUl:ION HlANCESA.


mero de valientes delante de aquella plaza. DijO'
fIue la sangre de sus compañeros de armas pedia
venganza, y que la necesitaba ejemplar; el lo cua
el proveedor trató de disculpar mucho el las auto-
ridades venezianas , y luego habló del objeto esen-
cial, que era Verona ,pretendiendo que tenia ór-
den de impedír la entrada á las dos potencias be-
ligerantes. A esto le respondió Bonaparte que ya
110 era tiempo, pues l\fassena babia entrado ya
en ella y que probablemente habria en aquel ins-
tante pegado fuego á la ciudad para castigarla de
la insolencia de haberse podido mirar pOl' un
instante como capital del imperio frunces. Volvió
á renovar sus súplicas el proveedor, y fingiendo
Bonaparte que se ablandaba un poco, respondió
que lo mas que podria hacer, en caso de que
l\Iassena no hubiese entrado ya á viva fuerza, se-
ria conceder 24 horas de término para rendirse,
pasado el cual emplearia las bombas y los ca-
ñoues.


Retirose el proveedor consternado y se volvió á
Verona donde anunció que era preciso recibir ú
los Franceses. Al aproximarse estos echaron á huir
los habitantes mas ricos, creyendo que no se les
perdonaria la permanencia del pretendiente en su
ciudad, y se fueron al Tirol llvándose consigo
lo mus precioso que tenian. Sin embargo 110 tarda-
:ron en tranquilizarse los Veroneses al ver á los




DIRECTORIO (1796). 73
Franceses , persuadiéndose por sus propios ojos,
de que aquellos republicanos no eran tan bárba-
ros COll10 lo publicaba la fama.


Otros dos enviados venezianos llegaron á Vero-
na pal~a ver á Bonaparte , que fueron los dos sena-
llores Erizzo y Bataglia. Este último de quien he-
mos ya hecho mencion , se inclinaba á la alianza
con Francia, y esperaban en Venezia que aquellos
dos nuevos embajadores tendrian mas fortuna que
Foscarelli para sosegal' al generaL En efecto les,
recibió este mucho mejor que al otro, y ya que
había conseguido el objeto de sus deseos, fingiÓ'
apaciguarse y que consentía en escuchar razones.
Lo que deseaba para lo futuro eran vi veres,y si era
posible una alianza de Venezia con la Francia,
imponiendo y seduciendo á un tiempo, cosa que
consiguió perfectamente. Díjoles que la primera
ley del hombre era la de comer para vivir y aun-
que él deseaba evitar á la república la penalidad
de mantener su ejército, ya que el destino de la
guerra le habia obligado á Ilegal' hasta allí, no
podia evitar mantenerse en el pais en que se en-
contraba. Que la república de Venezia suministra-
se á sus soldados cuanto necesitasen y que pusiese
la cuenta ú la republicu francesa. Se convino en
que un asentista judio proporcionaría al ejército
todo lo necesario, y que Venezia le pagaria se-
cretamente para que no apareciese que violaba la




74 IlEVotUCION FRANCESA.
neutralidad alimentando á los Franceses. Luego to-
'có Bonaparte la cuestion de una alianza y dijo: yo
acabo de ocupar el Adige ,y lo he hecho porq ue
necesito una línea, pOl'que esta es la mejor, y por-
que vuestro gobierno no puede defenderla. Que
trate de armar 50 mil hombres, los coloque sobre
el Adige, y entonces le volveré inmediatamenle
sus plazas de Verona y Porto-Legnago. POl' lo de-
mas, añadió, ustedes deben mirarnos como amigos
pues todo cuanto me ha mandado hacer el gobier-
no de Francia es en favor de Venezia. Yo vengo á
echar á los Austriacos del otro lado de los Alpes,
y acaso á constituir la Lornbardiu en estado in-
dependiente, que es lo mas ventajoso que puede
ocurrir para vuestra república. Si esta quisiera
unirse con nosotros tal vez recihiria un gran pre-
mio por este servicio, porque nosotros no hace-
mos la guerra á ningun gohiern(), sino que somos
amigos de todos los que nos ayuden á encerrar
dentro de sus límites la potencia austriaca.


Salieron los dos venezianos enamorados del ta-
lento de aquel jóven , que unas veces con anlena-
nazas y otras con caricias , ya imperioso y ya astu-
to , hablando de todos los objetos militares y polí-
ticoscon tanta profundidad COIno elocuencia anun-
ciaba que en él era tan precoz el hombre de es-
tado como el guerrero; y asi decian escribiendo
á Venezia con fecha 5 de junio 1796: este hom-




])IRECTORIO (1796). 75
bre tendrá algun día el mayor influjo en su patria.


Era por fin Bonaparte dueño de la línea del
Adige , á la cual daba toda la importancia que s
merecia , porque atribuia él todas las faltas que se
habian cometido en las antiguas campañas de los
Franceses <Í la mala eleccion de su línea de defen-
sa. Son muchas las que hay en la Alta Italia por
ser tantos los rios que corren desde los Alpes has-
ta el mar, de las cuales la mayor y mas célebre
es la línea del Pó, que atraviesa toda la Lombar-
dia, y por lo mismo le parccia muy mala por ser
demasiado estensa. En su concepto no podia un
ejército gUéu'tbr bien 50 leguas de curso, pues
bastaba cualquier ardid para facilitar el paso de
un gran rio , como Lo habia ejecutado el mismo
it pocas leguas de Beaulieu. Los mismos inconve-
nientes tenian los demas rios como el Tesino , el
Adda y el Oglio que se incorporan con el Pó,
Y todavia lnayor es el Mincio que como ya he-


mos dicho es vadeable y tambicn entra en el Pó,
Solo el Adige es quien cubre toda la Italia salien-
do del Tirol para el mar y estaba cubierto con dos
plazas que son Verona y Porto-Leanago , muy
inmediatas una á otra y que sin poderse llamar
fuertes, bastan para resistir un primer ataque. Al
salir de Legnago atravesaba por marismas intransi-
tables que defendian la parle inferior de su curso.
Los rios que mas se adelantan hácia la Alta Italia,




76 REVOLUCIO~ FRANCES'\.
corno el Brenta , el Piavia y el Tagliamento eran
vadeables y les flanqueaba el camino real del Tirol
que pasaba por detras de ellos, mientras que el Adi-
ge tenia la ventaja de estar situado en la desembo-
cadura de este camino que pasa por su propio valle.


Estas fueron las razones que decidieron á Bo-
naparte en favor de aquella línea, y una campaña
inmortal ha demostrado la exactitud de su juicio.
Ocupada aquella línea era ya preciso pensar en
el sitio de Mantua, cuya plaza situada á orillas del
MincioC, estaba detras del Adige y defendida por
aquel rio. Era mirada aquella plaza como el baluar-
te de la Italia, porque fundada en medio de un
lago que forman las aguas del Mincio, se comuni-
caba con la tierra firme por medio de cinco diques.
Mas á pesar de su reputaciou tenia aquella plaza
varios inconvenientes que disminuian ¡su fuerza
real, y son que estando metida entre las exalacio-
nes de 103 pántanos era muy espuesta á calentu-
ras; y ademas una vez tomadas las cabezas de las
calzadas quedaban encerrados los sitiados en la
plaza, y podia ser bloqueada pOl'un cuerpo muy
inferior á su guarniciono Contaba Bonaparte con
tomarla antes que un nuevo ejército pudiera venir
al socorro de Italia; y asi el t 5 de prerial (3 de
junio) , mandó atacar las cabezas de las calzadas ,
una de las cuales la formaba el arrabal de San Jor-
ge, y se apoderó de él. Desde aquel instante pudo




DIRECTORIO (1796). 77
ya bloquear Serrurier con 8000 hombres una
guarnicion que se componia de 14,000, de los cua-
les 10 estaban sobre las armas y 4000 en los hos-
pitales. Mandó Bonaparte principiar las obras del
sitio, y poner toda la linea del Adige en estado de
defensa. A~i en menos de dos meses habia con-
quistado la Italia y trataba de conservarla; pel~o
esto es lo que dudaban muchos que pudiera con-
seguir, y la prueba que aun necesitaban para juz-
gar de aquel jóven geneL'a1.


Acababa de responder el directorio á las obser-
vaciones hechas por Bonaparte sobre el proyecto
de dividir el ejército y marchar á la península,
las cuales eran demasiado esactas para que no hi-
ciesen impresión en el ánimo de Carnot , y dema-
siado brillantes sus servicios para que se pudiera
admitir su dimision, Se apresuró el directorio á
escribirle aprobando sus proyectos y confil'mán-
do le el mando de todas las fuerzas de Italia, con
las Inayores seg'uridades de la confianza del go-
bierno. Si aquellos magistrados de la república
hubiesen tenido el don de profecia , no hahrian
hecho mal en'admitir la dimisión de aquel jóven,
por mas fundado que fuese su dictámen y por mas
que su retirada le obligase á perder un gl'an capi-
tan y tal vez la Italia; pero en aquel momento
no se echaba de ver en él mas que juventud, in-
genio, victoria, y no podia resistirse al interés




78 ItEVOLUCION FRANCESA.
y consideraciones que inspiran todas estas cosas.


Solo imponia el directorio á Bonaparte una
condicion , y era que hiciese sentir á Roma y á
Nápoles cual era el poder de la repúhlica, por-
que asi lo deseahan todos los patriotas sinceros
flue habia en Francia. El papaque la hahia desco-
mulgado y predicado una cruzada contra ella,
dejando asesinará nuestro embajador en su pro-
pia capital, merecia ciertamente un castiao : y
Bonaparte , libre ya para obrar como le pareciese
conveniente, creia poder imponérsele sin aban-
donar la línea del Adige. Mientras que una parte
del ejército estaba gual'dándola ,y la otra sitiaba
a lUantua yel castillo de :Milan intentaba con una
simple división escalonada detrás del Pó , hacer
temblar á toda la península, y ohligar al papa y
á la reina de Nápoles á que implorasen la clemen-
cia republicana. Se estaba anunciando entonces
la proximidad de un gran ejército destacado del
Rh in, que venia á 'disputar la Italia á sus vence-
dores; pero como tenia que atravesar la Selva ne-
gra ,el Voralyergo y el Tirol, no era posible que
llegase antes de un mes; y asi 'tenia Bonaparte
tiempo para terminarlo todo á sus espaldas sin
apartarse demasiado de la línea del Adige , de mo-
do que pudiese con una simple marcha retró-
gl'ada volverse á encontrar al frente del enemigo,


En efecto ya era tiempo de (Iue pensase en el




'DIRECTORIO (1796). 79
resto de Italia, donde la presencia del ejército
frances desarrollaba las opiniones con estraordi-
naria rapidez. No podian ya sufrir las provincias
venezianas el yugo aristocrático; la ciudad de
Brescia manifestaba mucha tendencia á la rehe-
lion; en toda la Lombardia y particularmente en
lUilan hacía i-á pidas progresos el espíritu públi-
ca, y los ducados de Módena y Reggio, así como
las legaciones de Bolonia y Ferrara ,estaban des-
contentísimas con su duque y con el papa. En
cambio de eso iba haciéndose mas hostil el parti-
do contrario, porque la aristocracia genovesa se
hallaba nlUY mal dispuesta y meditaba proyectos
á nuestra espalda, siendo el ministro austriaco Ge-
rola el instigador secreto de todos aquellos proyec-
tos. Estaba lleno el estado genoves de feudos de-
pendientes del imperio, y los señores que los po-
seian iban reuniendo desertores, bandidos y pri-
sioneros austriacos que habian logrado escaparse,
como tambien los soldados piamonteses que se ha-
bian licenciado, y formaban con ellos bandas de
partidarios conocidos con el nombre de Barbetos.
Tenian infestado el Apenino por donde habia en-
trado el ejército frnnces y detenian los correos,
saqueaban los convoyes y asesinaban á los desta-
camentos franceses cuando no tenían fuerza para
defenderse, llenando de inquietud todo el camino
de Francia. En la Toscana se habian hecho los In-




80 REVOLUClON FRA.NCESA.
gles~s dueños de Liorna, gracias á la proteccion
del gobernador, y allí era tratado como enemigo
el comercio francés. Ultimamente Roma hacía pre-
parativos hostiles habiéndola ofrecido la Ingla-
terra algunos miles de hornhres ; y Nápoles ~iem­
pre agitado por los caprichos de una reina turbu- .
lenta, anunciaba un armamento formidable. Has-
ta el mismo rey en medio de su debilidad haLia
suspendido por algun tiempo su diversión favori-
ta de la pesca para implorar publicamente la asis-
tencia del cielo, despojándose de sus reales insig-
nias y poniéndolas al pie de los altares. Todo el
populacho Napolitano habia quedado edificado
con aquella ceremonia , y aplaudido con grandes
gritos la Real deterrninacion y una porción de pi-
llos incapaces de manejar un fusil ni de fijar la
vista en una bayoneta francesa, pedian que les
diesen armas para marchar contra nuestro ejér-
cito.


Por mas que estos movimientos no debiesen in-
quietar mucho á Bouaparte con tal que pudiese
disponer de 6000 hombres , no dehia perder tiem-
po en reprimirlos antes que lIegaea el nuevo ejér-
cito austriaco que requeria la presencia de todas
nuestras fuerzas en el Adige. Principiaba Bona-
parte á recibir algunos refuerzos del ej(~rcito de
los Alpes con los cuales podia destinar 15 mil
hombres al bloqueo de l\1alltua )' del castillo de




DIRECTORIO (1'196). 81
Milan ; 20 mil~ á la custodia de la linea del Adige
y llevar además una división al Pó para egCcutar
sus proyectos ea el Mediodía de Italia.


Pasó inmediatamente á Milan para hacer abrir
la trinchera al rededor del castillo y acelerar su
rendición. Dió órdcn á Augereau , que estaba so-
bre el Mincio , muy cerca del Pó para que pasase
aquel rio en Borgo-Forte y se dirigiera á Bolonia;
tambien mandó á Vaubois que se encaminase des-
de Tortona á Módena con cuatro ó cinco mil hom-
bres que llegaban de los Alpes, y de esta manera
podia aproximar á Bolo~ia y Ferrára unos ocho á
nueve mil hombres ,am~nazando desde allí á to-
da la península.


Estuvo esperando durante algunos dias el fin de
las inundaciones en el Bajo Pó ántes de poner en
movimiento su columna. Pero la corte de Nápo-
les tan débil corno violenta, habia pasado des-
de el furor al abatimiento, pues apenas su-
po nuestras últimas victorias en la Alta Italia
cuando destacó al príncipe de Belmonte-Pigna-
telli 16 ,para que hiciese su sumisión al vencedor.
Bonaparte se refirió en cuanto á la paz á la de-
cision del directorio, pero no tuvo inconvenien-
te en conceder un armisticio. No le convenía en
manera alguna adelantarse hasta Napoles con
tan poca gente, sobre todo estando aguantan-
do la llegada de los Austriacos y pOI' el momen-


x, 6




()~o z REVOLUCIOrf "nANCES!.


to le bastaba con desarmar aquella 'potencia
quitando á Roma este apoyo y poniéndola mal
con la coalicion. No era posible hncer con ella lo
que con los demas principuchos que se habian
encontrado hasta entonces, en cuanto á eso de
imponer contrihuciones , pero se comprometió á
abrir todos sus puertos á los Franceses, retirar de
manos de la Inglaterra cinco navios y muchas
fl'agatas que tenia puestas á su disposición y úl-
timamente privar al ejército austriaco de 2,'..00
soldados de acaballo que servian en sus filas. Aquel
cuerpo de caballeria hahia de quedar en estado de
secuestro á la disposicion de Bonaparte con fclcul-
tad pm~a declararle prisionero ú la primera vio-
lacion del armisticio. No igno!'aha Bonaparte que
semejantes condiciones no serian del agTado del
gohicl'l1o, pero lo que le importaba sobre todo
era tener sosegadas sus espaldas y se guardaba
muy hien de exigir lo que pensaba poder alcan-
za!'. Una vez sometido el rey de Nápoles, no po-
dia oponer ninguna resistencia el Papa, y en tal
caso toda la espedicion á la derecha del Pó que-
daba reducida, segun su deseo á una espedicion
de pocos dias y volverse dcspues al Adige.


Firmó el armisticio y marchó inmediatamente
para pasar el iPó y ponerse á la cabeza de las dos
columnas que dirigia al Estado de lal Iglesia, esto
es la de Vaubois que llegaba de los Alpes para re-




DIRECTORIO (j 796). 83
forzarle y la de Augereall que retrocedía del Min-
cio hácia el Pó, Daba mucha importancia cija si-
tuacion de Génova ~ porque estaba situada en uno
de los caminos que conducían ú Francia, y pOL'
<Iue su senado hahia mostrado siempre bastante
energía, conociendo que hubiera sido i ndispen-
sable pedirle la esclusion de veinte familias feu-
datarías del Austria y de Nápoles para asegurar
el dominio de Francia ; pero no tenia órden para
ello, y además temía revolucional'cl país. Así
se contentó con escl,íbil' una carta al senado ~ en


I


la cual pedía, que fuese castigado egemplanncn-
te el gobernadol' de Novi, que hahia protegido á
los bandidos, y que fuese espulsado de Génoya el
ministro austriaco; después de lo cual pidió una
esplicacion categórica diciendo: «¿ podeis ó nó
podeis desi nfestar de asesinos vuestro terr-itorio '1
Si no podeis tornar las medidas necesarias, yo las
tornaré en vuestro nombre, mandando quemar
las ciudades y aldeas en que se cometa algun ase-
sinato, igualmente que las casas que den asilo á
los asesinos, y castigar egemplarmeute á los ma-
gistrados que los toleren; porque es indispensa-
ble que la muerte de un francés cause la desgra-
cia total de los pueblos que no la hayan impedi-
do.» Como conocia las lentitudes diplomáticas ,
despachó á su edecan Murat para que llevase
aquella carta al senado y se la leyese el mismo,




84 l\EYOLUCION FRANCESA.
porque segun escribió al ministro Faypoult t: era
necesario un género de comunicaeion que elec-
trizase á aquellos señores.» Al mismo tiempo
mandó á Lannesque pasase con 1200 hombres á
éastigar los feudos imperiales, y en efecto fue
quemado el palacio de Agustin Spinola, que era
el principal instigador de la rebelion. Todos los
Barbetas cogidos con las armas en la mano sufrie..
ron irremisiblemente la pena de muerte, con lo
cual asustado el senado de Génova, destituyó al
gobernador de Novi, despidió al ministro Gerola
y prometió hacer que se custodiasen los cami-
nos por sus propias tropas. Envió á Paris al Sr.
Vicente Spinola para que se entendiese con el
directorio acerca de todos los objetos que estaban
en litigio, sobre la indemnizacion debida por la
fragata Modesta, sobre la espulsion de las familias
feudatarias, y sobre volver á llamar á las que es-
taban desterradas.


Despues se encaminó Bonaparte hacia Módena,
donde llegó el primero de messidor (19 de junio),
mientras que Augereau entraba en Bolonia aquel
mismo dia. Fue estraordinario el entusiasmo de
los Modenéses , que le salieron á recibir al camino
y le enviaron una diputacion para cumplimentar-
le , suplicándole los principales de entre ellos que
los libertara del yugo de su duque que se habia
llevado todos sus despojos á Venezia, Pero no le




DlRECTOIUO (1796). .. 85
era posible satisfacer aquellos deseos, ya porque la
regencia qlle habia dejado el duque habia cumpli-
do lealmente las condiciones del armisticio y no
habia motivo para tratarla como un conquistador,
ya porque la política exigid diferí r algun tiempo
aquella cuestiono Se contentó con darles esperan-
zas y aconsejarles el sosiego, y se marchó para
Bolonia, Se encontraba en el camino el fuerte de
Urhino, que era la primera plaza perteneciente al
papa, y apenas se la hizo la intimacion, cuando
se rindió el castillo, que encerraba 60 piezas de
gnleso calibre con algunos centenares de hombres,
Mandó Bonaparte llevar aquella artillería gruesa
á l\fantua. para que sirviese en el sitio, y él llegó
á Bolonia , donde ya le habia precedido la divi-
sion de Augereau. Fue vivísima la alegria de los
habitantes en una ciudad que consta de 50 mil al-
mas, magníLicamente edificada, y célebre por sus
artistas, sus sabios y su uní versidad. Eran allí es-
tremados así el amor á la Francia] Como el ódio á
la Santa silla, y en consecuencia no temió Bona-
parte dar libre curso á los sentimientos de liber-
tad, ponlue se hallaba en terr-itorio de un enemigo
declarado cual era el papa, y le era permitido ejer-
cer allí elderecho de conquista. Las dos legaciones
<le Ferrara y~Bolonia le ostigaron con Sus diputados,
y él las concedió una independencia provisional,
prometiéndolas hacer que se reconociese á la paz.




Estaba inquieto el vaticano y almomento envió
un negociador que intercediese en favor suyo, eli-
giendo pal~a elfo al emhajador de España Azara 17
hien conocido por' sn talento y afición á la Fl~an­
cia. Ya habia negociado en nombre del duque de
Parma , y cuando llegó r. Bolouin puso la tiara á
Íos pies de la república victoriosa. Pero Bonaparte
fiel á su pfan de no destruir ni edificar nada to-
davía ,exigió por de contado que quedasen inde-
pendientes las legaciones de Bolonia y Ferrara ,
{Jue se admitiese gllal'nicion francesa en la ciudad
de Ancona , q!le f'otrrgase el papa 2 I millones de
írnncos , tI'igas , ganados, y 100 cuadros ó esta-
tuas, cuyas condiciones fueron inmediatamente
aceptadas. Habló mucho con el ministro Azara ,
á quien dejó admirudo y lleno de eutusiusmo y es-
(Tibió un. carla al celebre astrónomo Otiani en
nombre de la república solicitando vede, y aquel
modesto subio se quedó cortado en presencia del
vencedor rindieudo!e homenagc con su misma
ro rted.ul. No de.scuidaha nada BOllaparte pal'a
honrar it la Italia y despertar su orgullo y patrio-
.tisrno , porque no era un conquistador bárbaro
(pIe venia á arrasada , sino un héroe de la liber-
tad que qucria reanimar la antorcha del ingenio
en la antigua patria de la civilización. Dejó alh á
Monge , Berthollet 18 y á los hermanos Thouin que
acababa de enviarle el directorio para que esco-




urascroaro (j 796). 81
giesen los objetos destinados ú los Museos de Paris.


El dia 8 de messidor (26 de junio) pasó el Ape-
nino con la division de Vaubois y entró en Tosca-
na, con lo cual asustado el duque le envió á su mi-
nistro l\Ionfredini á quien trunquilizó Bonaparte
acerca de SIl; intenciones, y le dejó otras secretas.
Durante aquel tiempo caminó su columna á mar-
chas forzadas snhre Liorna, donde entró de repen-
te y se apoderó de la factoría inglesa, habiendo
cogido al gobernadol' Spannochi , ú quien nlelie-
ron en una silla de posta y se If~ envió al gran
duque' COIl una carta en que le esplicaha los mo-
tivos de aquel acto de hosti lidad cometido en
una potencia amiga, diciéndole al gran duque
(Ine su goberlladnr habia faltado á tod..s las leyes
de la neutralidad, oprimieudo el comercio fran-
ces, dando asilo á los emigrados .Y Ú todos los
enemigos de la repúlica , y añadiendo que por
respeto ú su autoridad se le dejaba el cuidado de
castigar por sí mismo á un ministro infiel. Aquel
acto de vigor nrobaha á todf)~: los estados neu-
~ 1 .


trales que el general francos Lc.ria en ellos la po-
licía, si no sabían hacerla; y ya que no pudo co-
g-el' todos los navíos de los ing'leses, no dejó de
ocasionar grandes pérdidas á su comercio, Dejó Bo-
naparte guarnicion en Liorna y nombró unos co-
misarios para que se encargasen de ocupal' todo
cuanto pertenecia á los Ingleses, Austriacos y




88 REVOLUCION FRANCESA:.
Rusos. Desde allí marchó en pel'sona ft Floren-
cia , donde el gl'an duque le hizo un recibimiento
magnífico y despues de haber permanecido allí
algunos dias, volvió á pasar elPó pal'a restituirse
á su cuartel general de Hoverbella cerca de Man-
tUR. Asi en solo 20 dias y con una división es-
calonada en la derecha del Pó hahia tenido lo su-
ticiente para imponer respeto á las potencias de
Italia y asegurar ~su quietud durante- las nuevas
luchas que le quedaban por sostener con el po-
del' austriaco.


Mientras que el ejército de Italia desempeñaba
con tanta gloria la tarea que se le hahia impues-
to en el plan general de ca,mpaña, no habian po-
dido todavía ponerse en movimiento los ejércitos
de Alemania , sino que tuvieron que permane-
cer en inaccion por falta de almacenes y caballos.
El Austria por su parte, aunque parece debia
tener el n1ayor interés en tomar la iniciativa,
habia andado lentísima en hacer los preparati-
vos, y no se habia puesto en diposicion de prin-
cipiar las hostilidades basta priucipios de junio.
Estaban sus ejércitos en un pie formidable y muy
su perior á los nuestros; pero las victorins de Ita-
lia la habían obligado á separar á Wurmser con
:30,000 hombres de las mejores tropas del Rhin
para ji' á recoger y reorganizar los restos de
Beaulieu. Asi además de sus conquistas, hacia el




DIRECTORIO (1796). Sg,
ejército de Italia el importante servicio' de des-
guarnecer los ejércitos de Alemania. Por mas que.
el consejo áulico hubiese resuelto tomar la ofen-
siva y hacer de nuestras provincias el teatro de la
guerra, tuvo que contentarse desde entonces con
guardar la defensiva y oponerse á nuestra inva-
sion ; llegando á tanto, que hubiera deseado con-
tinuar en el arrnisticio , pero estaba ya denuncia-
do, y debian principiar las hostilidades el 31 de.
mayo.


Ya hemos dado una idea del teatro de la guer-
ra, y se reduce á que el Rhin y el Danubio, que
nacen el uno en los grandes Alpes, y el otro en
los Alpes de Suavia , despues de haberse aproxi-
mado en las inmediaciones del lago de Constanza ,
se separan para ir el primero hácia el Norte y el
otro hácía el Oriente de Europa. Dos valles tras-
versales y casi paralelos, que son el del Mcin y del
Necker forman en cierto modo dos desembocadu-
ras para ir por entre lo mas, espeso de los Alpes de
Suavia al valle del Danubio, ó pal'a venir desde
este al del Rhin.


No eran entonces tan conocidos como son aho-
ra, gracias á los grandes ejemplos, ni aque 1teatro
de la guerra ni las operaciones que podian ejecu-
tarse en él. Carnot , que era quien dirigia nues-
tros planes, se habia formado una teoria conforme
á la célebre campaña de t 794 que tanta gloria le




90 1\EVOLUCIO~ FRANCESA.
habia dado en Europa. En aquella época no era
posible atacar al centro del enemigo que se habia
retrincherado en el bosque de lUol'male, pero se
habia procurado desfilar por sus dos alas, y pués-
tole en precisión de retirarse. Como Carnot se acor-
daba de aquel ejemplo, y no dejaba de ser siste-
mático en medio de su mucho talento, habia dis-
currido una teoria semejante á aquella campaña
y se le habia metido en la cabeza que siempre era
necesario obrar á un tiempo contra las dos alas de
los ejércitos y procural' constantemente flanqueal'-
los. Los mil itarcs han mirarlo esta idea como un
verdadero progreso y como muy preferible al sis-
tema de los cordones que se dirigian á atacar al
enemigo en todos los puntos, mas en Carnot ha-
hia pasado á SCI' una idea tija y nluy peligrosa.
Tambien contribuian á confirrnnrle en ella las cir-
cunstancias particulares de los ejél'Citos, porque
el del Samhra y Mosa y el .del nhi n y el lUosella
estaban situados ambos á orillas del H.hin en pun-
tos lnuy distantes uno de otro, y desde estos pun-
tos arrancaban dos valles que llegaban hasta el
Danubio, y estos motivos eran mas que suficien-
tes para que Carnot formase Ú los Franceses en
dos columnas, una de las cuales subiendo pOI' el
~lein, y otra pOI~ el Necker irían á flanquea!' las
alas de los ejércitos imperiales y obligarlos á re-
troceder hácia el Danubio. Por tanto mandó á los




J)IRECTOIllO (1796). 9t
g-eneralcs Jourd. n y Moreau que marchasen , el
primero desde Dusseldorf', y el segundo desde
Strashurgo para internarse aisladamente en Ale-
mania. Esto era lo misrno , segun la opinion de
un gl'a'l1 capitán y un gran crítico, y segun lo han
demostrado después los hechos, que dar al ene-
migo la facultad y sugerirle la idea de concentrar-
se y caer con toda la masa de sus fuerzas sobre el
11110 Ó el otro de aquellos dos cuerpos. Ya Cler-
fayt habia hecho una maniobra semejante en la
campaña anterior cuando rechazó primero á Jour-
dan hácia el hajo Rhin para venir luego á echar-
se sobre las líneas de Maguncia; y asi aun cuan-
do el genel'al enemigo no fuese un hombre supe-
rior, se le obl igaba en cierto modo á segui r aquel
plan y se le sugeria un pensamiento si su ingenio
no se le inspiraba.


Se concertó la invasion con un plan vicioso, y
tan malos como él eran los medios de ejecucion
que se hahian imaginado. La línea que separaba á
los ej(~rcitos suhia a) lado del Rhin desde Dussel-
dorf hasta Bingen , y después descrihia un arco de
círculo desde este último hasta 1Uanheim por el
pie de los Vosgos, y vol via á juntal'3e con el Rhin
hasta Basilea. Queria Carnot que desembocando
el ejército de Jourdan pOI' Dusseldorf y por la ca-
beza del puente de Neuwied, se dirigiese en nú-
mero de 40 mil hombres por la orilla derecha á




92 R.EVOLUCION FRANCESA.
fin de atraer al enemigo; que el resto de aquel ejér-
cito, en fuerza de 25 mil hombres, partiendo des-
de Maguncia bajo las órdenes de Marceau subiese
por el Rhin y corriéndose por la espalda de l\'lol'eau
fuese á pasar clandestinamente el rio en las inme-
diaciones de Strasburgo. Tanto Jourdan como Mo-
reau acudieron al directorio para esponerle los in-
convenientes de semejante proyecto, porque re-
ducid.o Jourdan á iO mil hombres en el Bajo-Rhin,
podia fácilmente ser destruido mientras que el
resto de su ejército perderia un tiempo considera-
ble en subir desde l\'Iaguncia á Strasburgo. Era
mucho mas natural mandar ejecutar un paso
junto á Strasburgo por la estrema derecha de
Moreau, cuya maniobra podia hacerse tan secre-
tamente como la otra, y no se perdia un tiem-
po tan precioso para los ejércitos. Se aprobó aque-
lla modificacion , y aprovechándose :Joul'dan de
las dos cabezas de puente que tenia en Dussel-
dorf y Neuwied, tuvo que pasar el primero para
llamar la atencion del enemigo mientras que Mo~
reau tenia que hacer el paso á viva fuerza.


Convenidos en este plan, se preparó todo para
ponerlo en ejecucion siendo los dos ejércitos casi
iguales en fuerza. Después que se marchó W urm-
ser tenian)os Austriacos algo mas de 150 mil hom-
bres acantonados desde Basilea hasta las inmedia-
ciones de Dusseldorf; y los Franceses tenian otros




DIRECTORIO (1196). 93
tantos sin contar los 40 mil que estaban destina-
dos á la custodia de Holanda y mantenidos á :su
costa. Pero sin embargo habia una [diferencia en-
tre los dos ejércitos, porque en los 150 mil hom-
bres de losAustriacos se contaban unos 38 mil ca-
ballos y 115 mil infantes, mientras que los Fran-
ceses tenían mas de t30 mil infantes y solo de 15
á 18 mil caballos á lo mas. Esta superioridad en
caballeria daba mucha ventaja á los Austriacos
particularmente en las retiradas, añadiéndose la
de no tener mas que un solo general á quien obe-
decer. Despues de la salida dcWurmser estaban
ambos ejércitos imperiales bajo las órdenes del
archiduque Carlos, que ya se habia distinguido
en Turcoin y daban muchas espel'anzas su talento
y buenas disposiciones. Los Franceses tenian dos
escelentes genel'ales, pero que obraban separada-
mente, á mucha distancia uno de otro, y bajo la
direccion de un gabinete que se hallaba á¡ 200 le-
guas del teatro de la guelTa.


Espiraba el armisticio el dia 11 de prerial (30
de mayo) y principiaron las hostilidades por un
reconocimiento general de las avanzadas. Ya hemos
dicho que el ejército de Jourdan se estendia des-
de las inmediaciones de Maguncia hasta Dussel-
dorf, donde tenia una cabeza de puente para
pasar á la orilla derecha, y podia subir luego
entre la linea de neutralidad prusiana y el Rhin




REVOLUClON FRANCESA.


hasta las orillas del Lahn para dirigirse hácia el
Mein. Tenian los Austriacos de 15 á 20 mil hom-
bres diseminados desde Maguncia á Dusseldorf,
bajo las órdenes del príncipe de ,Vurtemberg,
Mandó Jourdan á Kléber que saliese de Dusseldorf
con 25 mil hornbres , y este g'eneral batió á los
Austriacos el 4 de funio en Altenkil'chen , y subió
por la orilla derecha entre la linea de neutralidad
y el Mein. Luego que llegó á la altura de Neu-.
wied y cubrió aquel desembocadero, aprovechan-
dose Jourdan del puente que tenia en aquel punto,
pasó el rio con una parte de sus tropas y fué á reu-
nirse con Kléber en la orilla derecha. Asi se en-
contró con 45 mil hombres sobre el Lahn el dia 5
de junio, despues de dejar á Marceau con 30 mil
delante de Maguncia. Apenas supo el archiduque
Carlos que se hallaba en aquellas inmediaciones,
que los Franceses volvian á princi piar la escursion
del año precedente, é insistian en desembocar
por Dusseldorf y Neuwied, se dirigió con una pal'-
te de sus fuerzas hácia la orilla derecha para opo-
nerse á su marcha. Se proponia Jourdan atacar el
cuerpo del príncipe de Wurternberg , antes que
fuese reforzado, pero habiendo tenido que dila-
tarlo un dia , perdió aquella ocasion y fue ataca-
do el mismo en Wetzlar el día 7 de junio. Anda-
ba bordeando el Lahn teniendo á su derecha el
Rhin y á su izquierda el Wetzlar cuando cayendo




DIRECTORIO (1796). 9;3
el archiduque con la masa de sus fuerzas sobre
este último, batió su ala izquierda, formada por
la division Lefebvre y le obligó á replegarse. Bati-
do Jourdan en su izquierda se veia precisado á apo-
yarse en su derecha que :tocaha con el Rhin y se
veia estrechado hácia aquel rio , por ]0 cual tenia
necesidad de atacar al archiduque y aventurar
una batalla con el rio á las espaldas, siendo muy
dificil que en caso de una derrota pudiese llegar
á los puentes de Neuwied y Dusseldorf Viendo
pues que ademas del peligro de la batalla era inu-
til esta, supuesto que habia llenado su objeto
atrayendo así al enemigo y disminuyendo las fuer-
zas austriacas en el Alto Rliin, ;,tuvo P-Ol' conve-
niente replegarse y ordenó la retirada, que se hi-
zo con tranquilidad y firmeza. Volvió á pasae el
r'io en Neuwied y mandó á Kléber que hiciese lo
mismo en Dusseldorf para volverse á la :orilla iz-
quierda , ellcargúndole que caminase lentamente
aunque sin comprometel' ninguna accion seria.
:Mas como Kléher se viese demasiado estrechado
en Ukerath y llevado de su instinto guerrero, vol-
vió caras de repente y dió á su enemigo un golpe
vigoroso aunque inutil , después de lo cual volvió
á entrar en su campo atrincherado de Dusseldorf.
Esta operacion de Jourdan de adelantarse pal'a
luego retroceder, era bastante ingrata de suyo, pe-
rO necesaria para el ejército del Hhin , pOI' 111a5




.96 RFVOLUCION FRANCESA.
'que las gentes poco enteradas pudiesen mirar
aquella maniobra como una derrota; mas el celo
de aquel valiente general no separaba en ningu-
na clase de sacrificios, y estaba esperando para
volver á tomar la ofensiva á que el ejercito del
Rhin se hubiese aprovechado de la diversión que
acababa dehacer en su favor.


MOl:eau que en todas las operaciones de que es-
tuvo encargado en el NorLe había mostrado, una
firmeza y serenidad estraordinarias estaba dispo-
niéndolo todo pal'a desempeñar dignamente su
encargo y resuelto á pasar el Rhin por Strashurgo,
por ser aquella plaza un escelente punto de mar-
cha. Alli podia reunir una gran cantidad de bar-
cascon muchos víveres y tropas siendo ademas
una circunstancia muy favorable para el paso las
frondosas islas que cortan el curso del Rhin por
aquella parte. No era dificil sorprender el fuerte
de Kehl que defiende la orilla derecha y si se lo-
graba ocuparle era muy facil hacer en él algu-
nas reparaciones y aprovecharle para proteger el
puente que habia que echar en frente de Stras-
hurgo.


Todo estaba preparado para aquel objeto y ha-
llándose dividida la atencion del enemigo hácia el
Bajo Rhin , mandó Moreau el dia 14 de junio dar
un ataque genel'al contra el campo retrincherado
de_Manheim. El objeto de aquel ataque no era otro




DIRECTORIO (1796). 97
-que llamar allí la atencion del general Latour que
mandaba las tropas del Alto Rhin , bajo las órde-
nes del archiduque Carlos y estrechar á los Aus-
u-iacos en sus propias lineas. Habiendo sido di-
rig'ido este ataque con destreza y vigor tuvo un re-
sultado completo; é inmediatamente después di-
rigió Morean una parte de sus tropas hácia Stras-
,burgo donde se hizo correr la voz de que mar-
.chaban á Italia á reforzar aquel ejército y se man-
,dó preparar los víveres por todo el Franco-Condado
para dar 'mayor consistencia á la especie. Otras
tropas se pusieron en marcha desde las inmedia-
ciones de Huninga para bajar hasta Strasburgo y
de estas se esparció la voz de que iban de guarni-
cion á W orrns. Se concertaron los movimientos de
estas tropas en términos ,que todas ellas llegaron
á los puntos determinados el dia 23 de junio.
Efectivamente se encontraron aquel dia 28 mil
hombres reunidos yá en el polígono de Strasbur-
g'o ,yá en las inmediaciones bajo el mando del ge-
neral Dessaix. DeLian pasar 10 mil hombres por
mas abajo de Strasburgo á las inmediaciones de
Gambsheim; otros 15 mildebian pasar desde Stras-
burgo á Kehl, y el dia 23 de junio por la noche
se mandaron cerrar las puertas de Strasburgo pa-
ra que nadie pudiera dar aviso al enemigo. Du-
rante aquella misma noche se pusieron en movi-
miento las tropas con el mayor silencio hácia el


x.' 7




98 REVOtUCION FRANCESA.
rio y se aprontaron las barcas en el brazo de Ma-
hile y desde él hasta el Rhin. Presentaba suma fa-
cilidad para el paso la isla mayor de Ehrlen-Rhin
y desembarcaron en ella 2,600 hombres, los cua-
les no queriendo llamar la atencion con la esplo-
sion de sus armas de fuego cargaron ji la bayone-
ta contra las tropas que estaban esparcidas por la
isla persiguiéndolas y no dándolas tiem po para
cortar los puentecillos que dan paso desde aquella
isla á la orilla derecha, pasándolos detras de ellas,
aunque la artilleria ni la caballeria no pudiesen
seguirlos, se atrevieron á presentarse solos en la
gran llanura de la orilla y se acercaron á Kehl. A
poca distancia de allí estaba acantonado el contin-
gente de los Suavos en el pueblo de Wilstelt y los
destacamentos que iban llegando tobre todo los
de caballeria hacian peligrosísirna la situacion de
la infanteria francesa que habia tenido aquel atre-
vimiento. Mas sin embargo no se dudó un instan-
te en despachar las barcas que les habian trans-
portado comprometiendo su retirada para ir á bus-
carles socorros. Llegaron en efecto otras tropas y se
avanzó sobre KehL acometiendo y tomando los
atrincheramientos á la bayoneta. Aquella misma
artilleria que se encontró en el fuerte disparó al
instante contra los enemigos que llegaban de Wils-
tett y sirvió para rechazarlos, é inmediatamente
se echó un puente entre Strashurgo y Kehl, que




DIllECTOR10 (1796). 99
quedó concluido en la mañana siguiente 25 y por
~ll~asó todo el ej.ércit6. Aquellos 10 mil hombres
.que se habian enviado á Gambsheim no habian
podido intentar el paso á causa de la crecida de
las aguas, y tuvieron-que subir áStrasburgo y
pasar el rio por el puente que se acababa de
echar,


Fue egecutada toda aquella operación con el
mayor secreto , esactitud y osadia; bien es verdad
que disminuia mucho su dificultad y mérito la
circunstancia de estár diseminadas las tropas aus-
t1'iacas desde Basilea hasta l\'Ianheim., pues el
príncipe de Condé se hallaba con 3,800 hombres
llacia el alto Rhin en Brissac : el contingente de
Suavia , en número de 7,500 hácia el Wilstett, á
la altura de Strasburgo ; y al rededor de 8,000
hombres bajo las órdenes de Starai acampaban
desde Strasburgo hasta Manheim. No habia pues
mucho que temer de las fuerzas enemigas en
aquel punto, :pero esta misma ventaja era debida
al secreto con que se ejecutó el paso, y esteá la
prudencia con que se habia preparado.


Una situacion semejante facilitaba la ocasión
para los mayores triunfos, y si Moreau hubiese
obrado con la rapidez del vencedor de Monte....
notte, hubiera podido caer sobre todos aquellos
cuerpos que estaban diseminados por la orilla
del rio , destruirlos uno despuesde otro, y aun




100 UEVOLUCION FRANCESA.
aniquilar á Latour que volvía entonces de Ma-
nheim á la orilla derecha, y contaba ji lo mas
con 36 mil hombres. Así hubiera podido poner
fuera de combate á todo el ejército del alto Rhin
antes que el archiduque Carlos pudiese volver
desde las orillas del Lahn. La historia nos enseña
cuan esencial es la rapidez en la guerra, pues
dando golpe sobre golpe no dá tiempo de volver
en si , se desmoraliza el enemigo, se le atolondra
y se le quita hasta el valor. Pero esa rapidez de
que acabamos de ver tales ejemplos en los Alpes
y en el Pó , supone algo mas que la simple activi-
dad, porque se necesita una gl'an capacidad y un
grande objeto, acompañados de grandes pasiones
para acometerle. Nada grande se hace en el mun-
do sino con grandes pasiones, que son las que
comunican al pensamiento el ardor y la necesaria
osadia. Moreau tenia ciertamente un entendi-
miento claro y firme, pero le faltaba aquel fuego
que tanto en la tribuna como en la guena y en
todas las situaciones arrebata á los hombresy les
conduce á pesar suyo á las grandes empresas.


Empleó Moreau el intérvalo desde el 25 al 28
de junio en reunir sus divisiones en la 'orilla de-
recha del Rhin , y ya iba llegando á marchas for-
zadas la de Saint-Cyr que habia dejado en Ma-
nheim. Mientras esperaba aquella division tenia
consigo 53 mil hombres y otros 20 mil disemina-




DIUECTORIO (1796). 101
dos á su alrededor. El dia 28 (le junio mandó ata-
car á 10 mil Austriacos que estaban atrincherados
en Renchcn, los ,hatió y los hizo 800 prisioneros
replegándose los restos de aquel cuerpo sobre La-
tour que iba subiendo por la orilla derecha. El
dia 30 habiendo ya llegado Saint-Cyr se encontró
todo el ejército del otro lado del río en número
de 63 mil hombres de infanteria, 6,000 caballos,
y comprendido todo ascendían á 71 mil hombres.
Confió la derecha á Ferino t , el centro á Sain t-
ey r y la izquierda ú Dessaix, estando todos al
pie de LIs Selvas Negras.


Forman los Alpes de Suavia una especie de pro-
montorio (pIe empuja el Danubio hácia el Oriente
y el Rhin hácia el Norte, atravesando por él el
Necker y el Meiu quc van á desaguar en el Rhin.
Son aquellas montañas de mediana altura, cu-
biertas de b05({ ues y llenas de desfiladeros cstre-
chos , estando separado el valle del Rhin del de
el Necker pOl' uua cordillera, á quien dan el
nombre de Selva Negra, y como se hallaba Mo-
reau ú su pie, tenia flue atravesarla para salir al
valle de Necker, Estaban encargados de defender
sus pasos superiores el contingente de los Suavos
y el príncipe de Conc.lé, con sus respectivos cucr-
pos, mientras que Latour vol via de Manhcirn con
el cuerpo principal pal'a defender los pasos infe-
riores por Rastadt , Ettlingen y Pforzheim. Podia




102'


muy bien l\IOl~eau sin gl~an inconveniente nacer
poco caso de los destacamentos que se retiraban
hacia la Suiza y dil'jgiT5e con toda fa. masa de sus.
fuerzas contra Latour y á quien hubiera destruido
infaliblemente. Entonces hubiera podido presen-
tarse como vencedor en el valle del Necker antes
que el archiduque Carlos; pero corno prudente
general confió á Ferino el encargo de seguir con
su derecha los cuerpos destacados de los Suavos y
de Condé , y dirigió á Saint-Cyr con el eentro, di-
rectamente hácia las montañas para ocupal~ cier-
tas alteras desolando el mismo por su pie para
bajar á Rastadt al encuentro de Latour. Esta
marcha no solo era el resultado de su propia
circunspeccion , sino también del plan de Ca l~­
not , tqueriendo cnhrirse por todas partes, y al
mismo tiempo estender su línea hácia la Suiza
pal'a estar pronto á sostener por los Alpes el
ejército de Italia. Púsose en movimiento el dia
30 de junio, marchando entre el Rhin y las
montañas por- un terreno desigual cortado de
montes y torrentes; y como caminaba con (il'-
cunspeccion , no llegó á Rastadt hasta el dia 3 de
julio. Todavía habia tiempo pal~a aniquilar á La-
tour, con quien no se habia reunido el archidu-
que Carlos, por mas que luego que supo el paso
estaba haciendo marchas forzadas con 25 mil hom-
hres de refuerzo. Babia dejado 36 mil en el Lahn




muacromo (1796). 103
Y 27 mil delante de Maguncia pal'a hacer frente á
Jourdan , todos bajo las órdenes de 'Vartensle-
hen, Se daba toda la prisa que podia, pero aun
estaban muy distantes sus cabezas de columna, y
Latour después de haber dejado guarnicion en
Manheim, todo lo mas que podia contar era con
36 mil hombres. Procuró fortificarse á orillas del
Murg que es uno de los afluentes del Rhin, te-
niendo á su izquierda á Gersnbach en las monta-
üas, su centro al pie de ellas hácia Kuppenheim algo
delante del MUl'g, su derecha en la Ilanura junto
á los montes de Niederb ulh , que se estienden á
orillas del nhin y su reserva en Rastadt. Era mu-
cha imprudencia en Latour comprometerse antes
de la llegada del archiduque, pero fiado en su po-
sicion , queria resistir pal'a cubrir el camino real
que desde Rastadt va á salir al Necker.


No tenia Moreau consigo mas que su izquierda,
ponIue el centro que mandaba Saint-Uvr , se habia
quedado atras para apoderarse de alg'unos pues-
tos en la Selva Negra, cuya circunstancia hacia
(Iue fuesen casi iguales sus fuerzas. Atacó á La-
tour el día 5 de julio y se condugeron sus tl'opas
con gran valor apoderándose de la posición de
Gernsbach sobre el Alto-Mul'g y penetraron á Kup-
penbeim hácia el centro de la posición enemiga.
Pero en la llanura tuvieron mucho trabajo sus di-
visiones para desembocar bajo el fuego de la ar-




104 REVOLUCION- f'IlANCESA.
tilleria, y en presencia de la cabaIleria austriaca,
A pesal' de e50 llegal'on á Niederbulh y Hastadt ,y
consiguieron hacerse dueños de todos los punt os-
del Murg con un millar de prisioneros.


Se d.etu vo Moreau en el cam-po de batalla si n
quel'el' perseguir al enemigo, á quien hubiera po-
dido aniquilar por no haber llegado todavia el ar-
chiduque Carlos; pero estaban sumamente fatiga-
das sus ti'opas, y conocia la necesidad de Hamar
á Saint-Cyr para obrar con mayor masa de fuer-
zas, y así le esperó hasta el dia 9 de julio ántes
de dar nuevo ataque. En este intérvalo de 4 dias
pudo llegur el archiduque con un refuerzo de 2;),
mil hombres, y habia que combatir al enemigo
con fuerzas iguales.


Tamhien lo eran sobre poco mas ó menos las
posiciones respectivas de los dos ejércitos, pues
ambos estaban en linea perpendicular al Rhin,
con una ala en las montañas, el centro al pie de
ellas y la izquierda en la llanura arbolada y pan-
tanosa de las orillas del rio.. Morean que se ente-
raba lentamente, pero siempre á tiempo porque
conservaha la calma necesaria para rectificar sus
errores, habia conocido al combatir en Ilastadt , la
JIJ) portancia de hacer el principal esfuerzo en las
montañas , porque en efecto el que fuese dueño de
ellas lo seria tambien de los desembocaderos del
valle del Necker que era el objeto principal de la




mRECTORIO (1796). 105;
disputa , y ademas podia adelantarse á su adver-
sario y empujarle hacia el Rhin. Fuera de eso te-
nia Moreau un motivo particular para combatir en
las montañas, cual era la superioridad de su in-
fanteria y su inferioridad en caballeriu. No dejaba:
tampoco el archiduque de conocer como él la im-
portancia de apoderarse de ellas, pero sus num e-
rosos escuadrones eran tambien una razon para
atenerse á la llanura. Rectificó la posicion que'
habia tomado Latour , enviando á los Sajones á
las montañas para que se anticipasen á Moreau;
mandó reforzar la meseta de Rothensol, en 'que
se apoyaba su izquierda; desplegó su centro al
pie de las montañas delante de lUalsch, y su caba-
lleria en la llanura, proponiéndose atacar el dia 10
de julio, pero le previno Moreau atacándole el
dia 9.


:EI general Saint-Cy r que ya se habia reunido á
lUol'eau formando su ala derecha, atacó la meseta
de Rothensol y desplegó allí aquella precision y
esactitud en las maniobras que tanto le distin-
guieron durante su brillante carrera. No pudiendo,
desalojar al enemigo de una posicion tan fornli-
dable, la rodeó de tiradores, después procuró dar
una carga contra ella, y últimamente fingir una
huida para obligar á los Austriacos á que abando-
nasen la posicion y se echasen á perseguir á 105
Franceses. Esta maniobra le salió perfectamente,


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106 REVOLUCION FRANCESA.
porque al ver los Austriacos que los Franceses se
adelantaban y luego huían en desórden, echaron
á correr tras de ellos; mas el general Saint-Cyr
que tenia tl'opas preparadas, las mandó cargal' so-
bre los Austriacos que habian abandonado su po-
sicion y se hizo dueño de la meseta. Entonces se
adelantó, intimidó á los Sajones que debian salir al
encuentro á nuestra derecha y les obligó á retirarse.
Dessaix se comprometió vivamente con los Aus-
triacos en el centro junto á l\Ialsch, tomando y
perdiendo aquella aldea, y terminando la jorna-
da con dirijirse á las últimas alturas que están al
pie de las Sierras. En la llanura no habia tomado
pal'te nuestra caballería, porque Morcau la habia
tenido reservada á la orilla de los bosques.


Estaba pues indecisa la batalla escepto en las
montarlas, que eran el punto importante porque
continuando sus ventajas, podia Moreau estender
su ala derecha al rededor del archiduque , ¡qui-
tarle los desembocaderos del valle del Necker' y
forzarle hácia el Rhin. Verdad es qrJe también el
achiduque , sí perdia las montañas que le servian
de base, podia hacer perder á Moreau , la suya
que era el Rhin, renovar sus esfuerzos en la lla-
nura , batir á Dessaix, y adelantándose por la ori-
lla del Rhin dejar á Moreau sin apoyo alguno.
En semejantes ocasiones el menos atrevido es el
que mas se compromete, y el que se considera




DIRECTORIO (1796) t07
cortado ese es el que lo está en efecto. Creyó de-
her retirarse el archiduque pal'a no comprometer
con un movimiento aventurado la monarquía aus-
triaca que no tenia mas apoyo que el ejército; y
aunque es verdad que se ha hablado muy mal de
aquella resolucion de retirar los ejércitos imperia-
les, dejando espuesta la Alemania á una invasion,
no pOi' eso deberá decirse que siempre hayan de
tomarse aquellas sublimes resoluciones de aventu-
rarlo todo á costa de los mayores peligros, aunque
alguna Ve'L tengan felices resultados. La verdade-
ra leyes la de la prudencia en una situacion como
en la (Iue se encontraba el archiduque , y no se le
puede reconvenir de haberse retirado para ade-
lantarse á lUOl'eau en el valle del Necker y prote-
jel' asi los estados hereditarios, En efecto inme-
diatamente formó la Iresolucion de aLandonar la
Alemania, á quien no podia cuhrir con línea al-
guna , y dirigirse subiendo por ellVIeill y el Nec-
ker ú la gran línea de los estados hereditarios que
es la del Danubio. Cubierto aquel rio con las dos
plazas de Ulrn y Hatisbona era el mas seguro ba-
luarte de1 Austria y concentrando allí sus fuerzas
el archiduque se hallaba pOI' decirlo así en su ca-
sa , siendo dueño de un g['an rio , con fuerzas
iguales á las del enemigo, con la facultad de ma-
niohrar en sus dos orillas y aun de aniquilar á cual-
quie de los dos ejércitos que tratasen de inva-




108 REVOLUCION FRANCES,t.
dirle, Por de contado el enemigo se hallaba á una
distancia inmensa de su base, sin la superioridad
de fuerzas que puede equilibrar el peligro de la
distancia, con la desventaja de tene r que atrave-
sal' un país malísimo, tanto para invadir como pa-
ra volverse ; y últimamente con el inconveniente
de hallarse di vidido en dos cuel'pos y mandado
por dos generales. Asi los imperiales ganaban en
acercarse al Danubio todo lo que perdian los Fran-
ceses; pero para asegurar todas estas ventajas ne-
cesitaba el archiduque llegar allí sin derrota, y
para ello era preciso que se retirase con firmeza,


. / . .pero SIn esponel'se a nIngun compl'omIso.
Después de haber dejado guarnicion en Magun-


cia, en Ehrembreitsteim, en Cassel y en Manheim,
mandó á Wartenslehen que se retirase palmo á
palmo por el valle del Mein y que llegase al Da-
nuhio, aventurándose todos los di as lo bastante
para sostener el ánimo de sus tropas, pero sin
comprometerse en ninguna accion ¡general. Esto
mismo hizo él con las suyas dirigiéndolas desde
Pforzheim al valle del Necker, sin detenerse mas
que d tiempo necesario para reunir sus parques
y darles lugar á retirarse. Llevaba consigo War-
tensleben 30 mil infantes y t 5 mil caballos, y el
archiduque 45 mil hombres de infanteria , y í 8
mil de caballería, componiendo entre los dos un
total de j 03 mil hombres. Lo restante estaba en




DIRECTORIO (1796)-. 109
las plazas, ó habia desfilado por el alto Rhin á
la Suiza, al encuentro del general Ferino t.J:ue
mandaba la derecha de Moreau.


Luego que este último precisó á los Austriacos
á retirarse, pasó de nuevo el Rhin el ejército de
Jourdan pOi' Dusseldorf y y Neuwied maniobran-
do como siempre, y se dirigió al Lahn para de-
sembocar luego en el valle del Mein. Continua-
ron avanzando los ejércitos franceses en dos co-
lumnas por las: 'orillas del Mein y del Necker en
seguimiento de los imperiales que hacian una
bella retirada, cubriéndola sus numeres escuadro-
nes , con su enorme masa" é inutilizando nuestros
esfuerzos para inquietarla. Como Moreau no habia
tenido que guarnecer plaza alguna, marchaba con
71 mil hombres; pero Jourdan que se habia visto
en precision de destinar 27 mil al bloqueo de
Maguncia, Cassel y Ehrembreitstein, no llevaba
consigo mas que 46 mil ycasi no era superior á
Wartensleben.


Conforme al plan vicioso de Carnot era siem-
pre indispensable adelantarse á las dos alas del
enemigo es decir, apartarse del objeto esencial,
que era la reunion de los dos ejércitos. Con ella
se hubiera podido dirigir al Danubio una masa
de 115 á 120 mil hombres, con la cual se habrian
inutilizado todos los cálculos del archiduque y
todos sus esfuerzos pára concentrarse; pues con




110 l\BVOLUCION FRANCESA.
pasar el Danubio á su vista, y tomar á Ulm , que-
daba amenazada Viena y en .gl~an peligro el tro-
no imperial. *


Pero conformándose al plan de Carnot , debia
Moreau apoyarse en el alto Rhin ó en el alto Da-
nubio y Jourdan en la Bohemia, y se hallaria otra
razon mas para que MOI~eau se apoyase sobre este
punto, que era la posibilidad de comunicarse con
el ejército de Italia por el Tirol, lo cual suponia
ya la ejecucion del plan gigantesco de Bonapai--
te, justamente desaprobado por el directorio. Co-
mo al mismo tiempo no queria Moreau separarse
demasiado de Jourdan, sino darle la mano iz-
quierda, mientras que podia alargar la derecha
al ejército de Italia se le vió ocupar en las orillas
del Necker una línea de 50 leguas. Pero Jourdan
{lue estaha encargado por su parte de adelantarse
á Wartensleben , se veia precisado á apartarse de
Moreau, y como Wartensleben , que era un gene-
ral rutinero no comprendió una palabra del pen-
samiento del archiduque, en lugar de acercarse al
Danubio, se dirigia hácia la Bohemia para cu-
brirla y pOl~ consiguiente tenia Jourdan que es-
tenderse mas para adelantársele. Asi por ambos
lados se veia á los dos ejércitos enemigos hacer


,.. Conviene leer sobre esto las reflexiones de Napoleón ,
apoyadas con tan grandes ejemplos.




DIRECTORIO (1796). 111
cada cual lo contrario de lo que hubiera debido
hacer; pero habia la diferencia entre Wartensle-
ben y Jourdan , que el primero faltaba á una ór-
den escelente, mientras que el segundo se veia
precisado á obedecer una muy mala. La falta de
Wartensleben era suya propia, y la de Jourdan
lo era del director Carnot.


Dió un combate Moreau en Canstadt para efec-
tuar el paso del Necker , y luego se metió en los
desfiladeros del Alh, que son una cordillera de
montañas que separan el Necker' del Danubio co-
mo la Selva Negl'a le separan del Rhin; y luego
que los atravesó desembocó en el valle del Danu-
bio á fines de julio despues de un mes entero de
marcha. Jourdan después de haber pasado desde
las orillas del Lahn á las del Mein y dado un com-
bate en Eriedberg , se detuvo en Francfort , ame-
nazando bombardearla si no se entregaba inme-
diatamente. No consintieron en ello los Austriacos
sino con la condicion de que se les concediese un
armisticio de dos dias , con cuya suspensión de ar-
mas tenian lo bastante para atravesar el Mein y
adquirir una ventaja considerable ; pero tambien
se salvaba una ciudad interesante, cuyos recursos
podían ser útiles al ejército, y así consintió Jour-
dan en ello. Entregóse la 'plaza el 16 de julio y
Jourdan impuso contribuciones moderadas, no con
poco disgusto del ejército al ver que se guardaban




.-
... ",


l12 RBVOLUCION FRANCESA.
-consideraciones con el pais enemigo. La fama de
la opulencia en que vivia el ejército de Italia ha-
bia acalorado las imaginaciones y querian que se
hiciese lo mismo en Alemania. En seguida con-
tinuó Jourdan subiendo por el Mein , se apoderó


- de Wurtzburgo el 25 de julio, y despues desem-
bocó mas allá de las montañas de Suavia á or-illas
del Naab que desagua en el Danubio. A llí se ha-
llaba casi á la misma altura que lUoreau y sobre
poco mas ó menos en la misma época, es decir, en
principios de agosto. La Suavia y la Sajonia habian
accedido á la neutralidad, enviado sus agentes á
Paris , y consentido en pagar contribuciones. En
consecuencia se retiraron las tropas Sajonas y Sua-
vas, debilitando el ejército austriaco en unos 12
mil hombres, poco útiles á la verdad porque no
se batian con celo.


Asi se hallaban nuestros ejércitos, á mediados
.del estio dueños de la mitad de la Alemania, pues
la habian invadido hasta el Danubio y amenaza-
ban á la Europa. Tambien habia dos meses que es-
taba sometido el Vendée , y se podian destacar de
los 100 mil hombres esparcidos por el Oeste, 50
mil por lo menos pal'a destinarlos donde se qui-
siese , con todo lo cual quedaban gloriosamente
cumplidas las promesas del directorio.




NOTAS DEL TRADUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO PRIMERO.


_líilI_


PAGINA H.


1 Este Cervoni que fue comandante de la legion de
honor, habla nacido en el Piamonte y sido sargento en
las tropas sardas cuando se pasó á los franceses en el mo-
mento que estos ocuparon el condado de Niza , y de gra-
do en grado vino á ser general de brigada al servicio de
la república, En 1795 estuvo en el sitio de Tolon, y
luego en el ejército de Italia. En 1796 le enviaron á Par-
ma á recoger las contribuciones de aquel principado. Se
señaló mucho en el paso del Lodi y al año siguiente le
nombraron gobernador de Mantua, Por úhimole dio Bo-
naparte el mando de la 8. a division militar y murió en la
retirada de Moskow,


PAG~A 11.
2 El coronel Rampon había sido en 1795 ayudante


genel'al del ejército de los Pirineos y fue hecho prisione-
ro por los españoles el 27 de mayo 1794. Luego que se
le cangeó , le enviaron á Italia con el grado de general de
brigada y se condujo en Montenotteen los términos que
dice el texto, á que añadimos nosotros que la fuerza
austriaca que le atacó no bajaba de H> mil hombres. En
noviembre de 1800 le nombraron senador', y se le dió la
senatoreria de llohan con el título de gran oficial de la
legión de honor. Mas adelante le nombró el emperador
comandante general de guardias nacionales y últimamen-
te fue {¡ morir en la batalla de la Moskowa.


x.




114 NOTAS


PAGINA 15.


5 El marqués de Provera teniente fehl-mai-iscal de
Austria y caballero de la órden de María Teresa, era
hombre de mucho valor , pero casi siempre desgraciado.
Despues de haberse rendido en este ataque de Millesi-
mo, fue mas feliz al fin de la campaña de 1796, pues
ganó una notable ven taja sobre los republicanos en el
combate de Calagniola , cerca de Suavia. Al año siguien-
te tuvo tambien que capitular el dia 16 de enero con su
division de siete mil hombres luego que pasó el Adige
para penetrar á l\1antua, y perdió toda su artilleria.
Cuando se presentó en Viena después de la batalla de ÁI'-
cole , no quiso recibirle el emperador y le dieron su reti-
ro. 1\las habiendo pedido la corte de Roma ú la de Aus-
tria que le enviase un general enviaron á Provera; pero
se opuso J08é Bonaparte que se hallaba de embajador en
Roma, é hizo revocar su nombramiento, Entonces se re-
tiró á Nápoles y no se ha vuelto á hablar de él.


PAGINA 14.


4 Bernardo Cárlos Joubert nació en Pont-de Vaux el
14 de abril ! 796 Y le destinaron sus padres al estudio de
la jurisprudencia que abandonó á la edad de 20 años
por entrar en la carrera militar. Principió de granadero
y de grado en grado llegó á general en gefe , debiendo
cada ascenso á un rasgo particular de valor ó de inteli-
gencia. Bonaparte se valió de él pal'a la conquista de Ita-
lia distinguiéndose muy particularmente ven Millesimo,
en Ceva , en Montebaldo y en Rivoli. Pero donde mas
pruebas dió de su talento militar fue en la campaña del
Tirol, que Carnot en sus memorias llama una campaña
de gigantes. Alli aislado entre aquellas montañas, ro-
deado de un pueblo aguerrido y encarnizado en su pér-
dida, supo forzar- todos los pasos y reunirse al ejército
que ~'a no contaba con él. Cuando llegó al cuartel gene-




DEI. TUADutTOR. 115
ra1t-se fue derecho al alojamiento de Bonnparte y como
el centinela le reusase la entrada porqne tenia orden
de no permitirsela ú nadie, forzó Jouhert el paso,
y á los gritos del centinela sale Bouaparte y se arroja en
sus ..brezos diciendo: ce No lo estrañen ustedes porque
el que ha sabido forzar e1 Tiról bien puede atropellar á
un centinela. » El héroe de Italia no solo estimaba sino
qu~ amaba tiernamente ú Joubert. Al salir para Egipto
les dijo á sus compañeros de armas que ternian los resul-
tados de su ausencia: ce Ahí os dejo á Joubert. 1) Mas
adelante le envió el directorio á Holanda en cireunstau-
cías dificiles y se condujo con la mayor circunspeccion y
prudencia. Hallándose de generul en gefe en Italia, reu-
só concurrir' al trastorno de la constitucion eisalpinay se
hizo dueño de Turin. Pero habiéndose empeñado en des-
truir los abusos y rapiñas que devoraban la Italia y dado
mil quejas al directorio , viendo que éste uo hacia el me-
nor caso, hizo renuncia Jet mando y se retiró á sus ho-
gares. Despues de la insurreccion del 50 de prerlal año
VIl (19 de juni-o 1799) volvieron á nombrarle general
en gefe del ejército de Italia para oponerseú :108 progl'e-
sos de los Rusos mandados por' Souwarow en el momen-
to en que acababa de casarse CDn la señorita lUontho-
Ion, hijastra -deleOluajador Semonville , pero le mata-
ron en Ül batalla de Novi el 16 de agosto 1799. Moreau
á quien había venido á reemplazar y que consintió en avu-
darle con sus consejos en aquella jornada, volvió á to-
mar inmediatamente el mando para dirigir' la retirada.
El cuerpo legislativo destinó '20 mil francos para un mo-
numento que se te ha erigido en su patria.


PAGINA. rs.


ñ Juan Lannes , Duque de 1\lontehello, mariscal del
imperio y gran cordon de la legión de honor' , nació en
Lectoure , departamento Del Gers , el ! 1 de abril 176H.
Siendo hijo de un pobre mozo de cuadra , debió á un an-
ciano clérigo Jos primeros rudimentos de educacion ~' á




116 NOTAS
los U> años sabia únicamente leer y escribir. Entonces
entró de aprendiz en casa de un tintorero de Auch lla-
mado Dulau , y allí le encontraron los primeros movi-
mientes de la revolucion ; habiéndose alistado de los
primeros salió ya de sargento para los Pirineos orienta-
les, donde no tardó en distinguirse por su intrépido va-
101'. Fué de grado en grado ascendiendo hasta gefe de
brigada en 1795 , en que el convencional Aubry le des-
tituyó , como á otros muchos oficiales , por causa de in-
capacidad. Sufrió Lannes en silencio aquel injusto desai-
re, pero no decayendo por eso ni su ánimo ni su patrio-
tismo , tomó la resolucion de engancharse corno volun-
tario en 1. 796 en el erjército de Italia. Tuvo la suerte de
ser notado por Bonaparte en el combate de Dego , como
dice el texto, y entonces se acordó de que aquel mismo
oficial había combatido como un leon el día 13 de vendi-
miado año IV, contra las secciones armadas de Paris , y
al instante le nombró gefe de una media brigada, que
entonces equivalía á coronel. Hizo prodigios de valor en
el paso del Pó yen el combate de Bassano , donde cogió
por su mano dos banderas. El fue quien dió el primer
hachazo en las puertas de Pavía , que se hahia sublevado
contra la opresion francesa. Entonces le nombró tambien
Bonaparte general de brigada , y con sus nuevas insignias
se distinguió en San Jorge, en Fombio y en Governolo ,
donde le hirieron peligrosamente. Mucho ántes de acabar
de curarse, se empeñó en combatir en Arcole, donde
recibió otras dos heridas. Cogiéroule sus soldados para
retirarle , pero oyó decir que Bonaparte reforzaba su
columna de ataque y que iba á precipitarse de nuevo so-
bre el puente, y así como estaba manda que le traigan un
caballo y todo cubierto de sangre COITe á buscar otra he-
rida. Lannes fue quien se apoderó de los au-inchera-
mientos de Imola, que decidieron la sumision de la corte
de Roma. Después que se firmó el tratado de Campo FOl'-
mio destinó el cuerpo legislativo una bandera para honrar
al ejército de Italia, y Bonaparte la puso en manos de
Lannes , como en las del mas valiente de su ejército,




DEL T1UDUCTOH.. f 17
acompañada de una carta que conserva su familia como el
mas precioso título de su gloria. Es casi imposible seguir
la historia militar del mariscal Lannes sin tener que dete-
nerse á cada paso pal'a referir algun nuevo prodigio de va-
101', que casi hace verosímiles las leyendas de los famosos
caballeros de la tabla redonda. Acompañó al general Boua-
parte á Egipto y tnmbieu ú su vuelta, pOI' supuesto acri-
billado de otras varias heridas, pues fue desgraciadísimo
en esto, pel'O le sirvió de mucho para su atrevida empre-
sa del '18 de brurnario , De sus resultas le díó el mando
de la 8. a y 10. a division militar y poco despues el de la
gl1anlia consular, que luego se convirtió en vanguardia
de aquel famoso ejército de reserva que debia ejecutar
tántos prodigios, El fue el primero que pasó el monte de
San Bernardo y arrolló á los Austriacos llevándolos hasta
los muros del castillo de Bard , tomó ú Ivrea , batió otra
vez al enemigo en Chiusella , en Castegio y en Montebe-
110 y probó en todas aquellas acciones que su inteligen-
cia no era inferior Ú su valor. Debió de ser tan encnrni-
zado aquel combate, que decía el mismo con su acos-
tumbrada energia : ( aquel dia sonaban las balas en los
« huesos de mis soldados como el gr'anizo en unas vidrie-
« l'as. »


Al principio del imperio, ya con el título de mariscal
pasó á Lisboa en calidad de plenipotenciario, pero tardó
lllUY poco tiempo en ser reemplazado por Junot, á causa
de las dificultades que OCUITierOIl sobre la preteusion de
que entrasen los buques mercantes en el Tajo sin pagal'
derechos. Desde allí emprendió la campaña de 1805 al
Irente de la vanguardia y despues de muchas batallas que
fueron otras tantas victorias, mandó el ala izquierda del
gl'ande ejército que triunfó en Austerlitz. Allí le mataron
á su lado dos edecanes suyos y dos años despues se ha-
lló al frente de sus soldados en las de Jena , Eylau y
Ericdland. De resultas de la penúltima de estas batallas
donde se habla mostrado digno de su reputación , tuvo
una escena bastante acalorada con Napoleon pOI' haber
este atribuido toda la gloria de aquella caruiceria al rey




OC ~úpoles :\lill'at. P,~I'O incomodudo Lanues , se qHC)O'
con bastante acritud al emperador diciéndole en su len-
guage franco : « Angereau y yo hemos combatido mejor
« que él , Y yo no soy hombre para dejarme quitar una'
/( palma por nndie , ni por »uatro gallito de cunado que Se'
f( viene despues de la victoria cantando el coquericó. » No le
gustó este tono al emperador; pero al día siguiente le di-
jo como para haeer las ~X\cCS : parece que se van formando
estos Rusos. Demasiado, respondió el otro , Y á fuerza de
hatirles , llegarán á ser nnestros amos.


En España mandó un cuerpo de ejército en la tmtalla
de Tudela v mas adelante lomó las ruinas de la heroica
Za1-Jgo~a. Cuando venia de París para esta espedieion de
España, dió las verdaderas muestras de lo que era su
COI'3zon , pues al pasar por Auch donde ya dijimos que
habia estado aprendiendo el oficio de tinterero , le tenía
preparado el prefecto y deums autoridades un gran con-
vitc de ceremeuia T pero Lanues le dijo: « admitiré gusto-
« so este obsequio, con tal que se- me permita presenta-
l( I'OS y disfrutarle al lado de mi antiguo maestro y ami-
«go. » Este rasgo de modestia, vale mas que una victoria
para pintar al hombre de bien. Cuando volvió á Pnris es-
taba disfrutando del reposo al lado de su lumilin en SH
casa de campo de ~i:tísons; y tuvo que eoger oera vez la
espada el año 180H pOI' haberse declarado la guel-Ta en
Alemania. Dícese qne salió con b mayor tristeza, bien
pOl'que le agl'a~1ase aquella vida tan apacible después de
una carrera tan tempestuosa ó bien pon}tw tuviese algun
presentimiento de su porvenir. Mas lo cierto es que el
enemigo no tUYO motivo pura notarlo , porque le hizo
muchísimo daño en la batalla de Ratisboum Mas en la in-
mediata de Esling, ocurrida el 22 de mayo del mismo
año dc 1809, en cl momento en que se habiau roto los
puentes iba Lanues recorriendo el frente <le su línea
cuando una bala de cuñen le llevó las dos piernas, y
Jos soldados Ic pusieron en una camilla. Apenas cl ern-
pcrador supo aquella desgracia, echó Ú correr hacia él y
precipitándose en sus brazos , ya desmayados con la pél"-




DEL TUADUCTOR. 119
dkla de la sangre y empezó ú decirle espresiones de la
mayol' ternura. Volvió en si el mariscal y habiéndole co-
nocido le dije) estas palabras. « dentro de pocas horas ha-
ce breis perdido al hombre que os amó mas. )) Llevaron
el moribundo á Viena y allí espiró el 51 del mismo mes
después de haber sufrido la amputación de las dos pier-
nas, y sus cenizas fueron trasportadas al Pantheon el dia
6 de julio 1810. Con la muerte de aquel gran guerrero
no solo p~rdió la Francia un buen capitan , sino tarn-
bien el único hombre qne supiese decir al emperador la
verdad desnuda pOI' lo mismo que fue siempre su mejor
amigo. Despues de la revolucion de julio ¡1850 se le ha
levantado una sobervia estatua de mármol en Lectoure ,
que está colocada en el paseo principal.


PAGINA ti).


6 El genel'al austriaco ,yuckassowich sirvió contra
los TlIl'cOS en 1779 como coronel de un cuerpo frauco , Ú
cuya frente se distinguió en muchas ocasiones. Despues
que le hicieron general pasó á senil' en Italia durante las
campañas de 1796 y 97 Y de resultas de las victorias de
Bonapartc tuvo que meterse en Mantua con a mil hombres
donde sostuvo muchos combates, pero hubo de sucumbir
Ú ,la capitulacion con su general en gefe Wurmser. El
continuó haciendo la guerra eu aquellos mismos parages
y acabó pOI' persuadir él mismo Ú los Piamonteses que se
sometieran.


PAGINA 1;').


7 El general Lanusse sirvió con mucha distinción en
el ejército de Italia y se lució mucho en Forubio , en Ro-
veredo y en los ataques de Primolan y del fuerte Cavello,
donde cogió 10 cañones , 15 cajas de municiones y 2 mil
prisioneros. Después acompañó á Bonnparte ú Egipto
donde después de hacer prodigios de valor al lado de Klé-
ber acabó su carrera en los últimos combates para redu-
cir de nuevo el Cairo.




120 NOTAS'·


PAGINA 55.


~ El ministro de Núpoles Acton era hijo de un médi-
co irlandés que estaba domiciliado en Besunzon. Fue ofi-
cial de marina al servicio de Francia, pero quejoso de
cierta injusticia que creia le habian hecho en sus ascen-
sos, pasó al servicio de Nápoles. Logró gamu' la confian-
za de la reina é hizo una fortuna rápida que le llevó has-
ta el ministerio. Desde luego se declaró enemigo de la
revolucion francesa y no solo empleó todo su influjo pal'a
que los Turcos se declarasen eontra ella, sino que pre·-
sidió la junta de estado en 1794 creada para perseguir á
todos los que propendiau á ella pOI' sus opiniones. He-
nuncio el ministerio en el mes de mayo 179a, de lo
cual se alegraron mucho sus enemigos; pCI'O les duró
poco aquella satisfaccion pOl'que el rey le conservó fa
dignidad de consejero de estado con la gTan CI'UZ de
San Genaro y una pensión de 4· mil ducados reversible
despues de su muerte á favor de la persona que él desig-
nase. No contento con esto, le autorizó para entenderse
por escrito con todos los ministerios y se dió órden en las
secretarias para que obedeciesen todas las que estuviesen
firmadas por él , como si Jo estuviesen de la real mano.
Despues que Nápoles hizo la paz con la república Iran-
cesa en 1797 coi-rió la voz en los periódicos de que ha-
hia incur-rido en la desgracia de la reina , pOI' haberla fir-
mado sin su pnrticipacion ; pero se vió muy pronto que no
habla perdido nada de su favor ~ y que antes al contrario
hubién dosele opuesto el marques de Gallo, se le comu-
nicó una real órden pal'a que concertuse todas sus ope-
raciones con Acton. En virtud de esta nueva autorización
prevaleció su dictamen sobre el del ministro y el del ge-
neral Mack que estaban por la continuaciou de la paz, y
volvieron á principiar las hostilidades contra los France-
ses que se hallaban entonces en los estados romanos. En
consecuencia estos declararon solemnemente la guerra en
diciembre de 1798, y esta políticade Acton espuso el tro-




J}EI. TR.ADUCTOU. 12t:
no de Nápoles :i una ruina inmediata. Mas adelante pel'-
dió el raVOI' de la reina , pCl'O siempre conservó bastante
influjo en la curte hasta su muerte.


PAGINA 49.


9 Francisco Melzv de Erie, descendiente de una lus-
o'


tre Iamila española, se había fijado muchos años antes en
Milán y se declaró partidario de los Franceses á su en-
trada en aquel pnis. Le nombraron ministro plenipoten-
ciario de la república Cisalpina al congreso de Rastadt en
fines del año 1797. Hizo un papel importante en la con-
sulta que se celebró en Lyon en i802 y le eligieron vice-
presidente del nuevo gobierno de la república italiana,
de que era presidente el primer consul. Desempeñó es-
tas funciones hasta que la tal república fue erigida en
reino y murió poco despues.


PAGINA 30.


10 El duque Galeazo de Scrbelloni , gentil hombre
de cámara del emperador de Alemania y decurión del
consejo general de Milan, fue un celoso partidario de los
principios filosóficos de la revolucion francesa y lo que
entre nosotros se llamada un afranceado; pOl'que de-
seaba que en su pais se imitasen las reformas hechas en
Francia. En 1796 pasó Ú Puris en calidad de diputado de
la municipalidad de Milan par'a felicitar' al gobierno pOI'
sus victorias. Habiéndole elegido miembro del congreso
cisalpino , le nombró Bonaparte individuo del directorio
de aquella república en 1797 , pero al fin del año re-
nunció aquel empleo pOI' el de embajador' en Francia,
donde murió cn 1802.


PAGINA 61.


11 Lázaro Spallanzani nació en 1729 en Scandiano,
cerca de Reggio, y estudió en Bolonia con el célebre




122 NOTAS
Lauro Bassi y despues se retiró á la soledad. Al cabo de
algunos años se dió á conocer al mundo literario por un
opúsculo en que trató de descubrir los errores quehabia
cometido Salvini en su traduccion de Homero. De sus re-
sultas le nombraron catedrático en Pavia y renunciando á
la literatura, se dedicó á las ciencias Iisicas , en las
cuales descubrió diferentes fenómenos que le adquirie-
ron una multitud de discípulos y admiradores. POI' medio
del microscopio hizo mil descubrimientos sobre la circu-
laciou de la sangre, la digestión , la geueracion y la res-
piracion, que le han dado derecho á la estimacion de
los sabios. En 1779 emprendió un viage científico á la
Suiza y en t 785 otro á Constantinopla y las islas de la
Grecia con su amigo el caballero Zulian, donde describió
la geologia, los volcanes apagados, las conchas y una
montaña inmensa formada, segun él , de huesos huma-
nos petrificados. Despucs de haber recorrido las minas
de Troya pasó á Viena donde recibió muchos obsequios
de José 1I y se volvió á Pavía donde le esperaban con
ansia sus muchos discípulos, que le llevaron en triunfo á
su casa. POI' fin después de otros muchos viages á Nápo-
les, Sicilia y muchas comarcas del Apenino vino á morir
de una apoplcgia el 22 de febrero 1799. Publicó muchas
obras , de las cuales solo citaremos las siguientes: Cartas
soJ)I'C el origen de las fuentes; Esperimentos sobre la re-
producción ; Esperimento sobre el Rotijero , que es un
animalito adruiruble , el cual después de tostado en nrena
sumamente caliente recobra la vida con la humedad; Me-
moria sobre la circulucion de la sangre; otra sobre la
digestión y el modo con que esta se verilicu ; medios pa-
ra fecundar artificialmente los animales etc. etc.


PAGINA 61.


12 Alejandro Volta , inventor de la pila voltánica ,
nació en Como en 1743 v recihió su cducacíon en el co-
legio de su pueblo, donde se dedicó con esmero al estu-
dio de las ciencias físicas y _en particular á la análisis de




DEL TRADUCTOR. 123
la elcctricirlad. Despucs ganó una cátedra de la universí-
dad de Pavia , donde mereció la hon rosa distincion que
hicieron ú su casa los soldados franceses, segun la rene-
re el texto. Mas adelante le llamó el instituto de París
pal'a que le diese á conocer los resultados de sus investi-
gaciones, y recompensó sus tareas con la gran medalla
de oro. Cuando Napoleón reunió la coroua de Italia á su
dignidad imperiul , le nombró senador y le colmó de
distinciones. Pero los verdaderos títulos de su gloria fue-
1'011 los instrumentos que inventó en su juventud , como
el Electróforo, el Condensador, el Electrómetro y la Lám-
para eléctrica, y sobre todo la in....encion de la Pila de su
nombre, cuyo influjo no puede ser todavia bastantemen-
te upreciudo porque á pesar de los muchos descubrimien-
tos ú que ha dado lugar , dista mucho de haber produci-
do los resultados (]ue se esperaban de ella. El origen de
su ingenioso descubrimiento fue el mismo que el de Gal-
vaui ~ esto es , los movimientos que escitaba en una rana
1In alambre de cobre que la atravesaba el cuel'po, estan-
do atado á una reja de hierro ; ó lo que es lo mismo,
el erecto del contacto de aquellos dos metales con los
músculos de un animal. Pero observando Volta que el
contacto de un solo metal con un nervio y un músculo
produciu los mismos efectos, iufirió que el contacto de
dos cuerpos hcterogeueos desarrolla una electricidad par-
ticular. Entonces inventó la caja de su nombre dividida
cu chapas metálicas unidas pOI' medio de una cadena que
es el conductor de la electricidad á que dió el nombre
de columna; con la cual hemos presenciado así en l\ladl'id
como en Paris fenómenos admirables (]ue no referiremos
pOI' no ser propios de este lugar.


PAGINA G5.


13 l\Iaximo de Batuglia era un noble veneziano , filó-
solo pOI' principios y apasionado de la revolución france-
sa ; J habiéndose hecho amigo de Bouaparte le sucedió lo




124 NOTAS
que á otros muchos que fue tener' que huir' de su puis , y
retirarse á Francia donde murió en 1803.


PAGINA 68.


14 Antonio Gardanne habia sido ya oficial de infan-
teria ántes de fa revolucion y se hallaba retirado. Pero
cuando ocurrió el sitio de Talan que se hallaba ocupado
por los Ingleses y Españoles, armó una gran porción de
paisanos y se presentó con ellos :i participar' de los tra-
bajos y peligros del sitio. Este fue el principio de su for-
tuna militar, pues habiendo notado Bonaparte , qne tan
brillante papel hizo en aquella empresa, su intrepidez é
inteligencia, no le echó en olvido cuando ocurrió la r'e-
vuelta de las secciones de Paris en el mes de vendimiario
1793 , sino que le nombró ayudante general y contríbuyó
á la derrota de las secciones. Después le empleó como
general en esta primera campaña de Italia, de que habla
el texto, y despues de su brillante paso del Milicia fue
herido en la batalla de Arcole. En 1797 se distinguió en
el Rhin por su serenidad y destreza en las maniobras ,
sobre todo en la batalla de Neuwied. En 1799 volvió al
ejército de Italia, donde defendió la ciudadela de Alejan-
dria , que tuvo que rendir despues de la desgraciada ba-
talla de la Trebia. En seguida se le empleó en el interior
y concurrió á la total destruecion de los chuanes el año
de 1800. Mas adelante volvió á Italia, y mereció un sable
de honor por su conducta en la batalla de Marengo, sien-
do ya gener'al de división. En 1805 mandó en la Liguria
y en el Mantuano, y en 1804 le llamó el emperador á
Paris y le nombró gobernador de su casa de Pages y co-
mandante de la legion de honor. En 1803 le volvió ú dar
mando en Italia y echó á los enemigos de la Veroneta.
Después continuó las campañas de Alemania y creemos
que falleció en Sajonia.




DEL TRADUCTOR.


PAGINA 70.


125


15 Juan Bautista Bessieres , duque de Istria, maris-
cal dril imperio, y coronel general de la guardia imperial
nació en Preissac , departamento del Lot , el 6 de agosto
1768. En 1790 le admitieron de soldado en la guardia
constitucional de Luis XVI, donde tuvo ocasión de sal-
var la vida tí muchos criados de la reina. En noviembre
de f 792 pasó de sargento á los cazadores de á caballo de
la Iegiou de los Piriuéos , donde á fuerza de batirse bien
ascendió al grado de capitán del regimiento n ." 22. Al-
gunos años despues le enviaron al ejército de Italia cuan-
do tomó su mando el general Bonaparte. Allí adquirió
una gl'an reputación de valor primero en el combate de
Roveredo, donde con solo seis cazadores se apoderó de
dos cañones austriacos , y otro dia se arrojó solo á una
batería enemiga y habiéndole matado el caballo, se le-
vantó y fue corriendo á pie á apoderarse de una pieza, y
cargando sobre él los artilleros estuvo parando sus gol-
pes hasta que acudiendo á su socorro algunos de sus sol-
dados se apoderó de la bateria. Estos rasgos de intrepi-
dez llamaron la atencion de su joven general y le valie-
ron el mando del escuadran de guias que fue el primer
origen de la magnífica guardia imperial. Desde entonces
siempre continuó al lado de Napoleon así ántes como des-
pues de su espedicion de Egipto. Sería demasiado prolijo
referir los muchos hechos brillantes en que se distinguió;
sobre todo en un tiempo en que aquellas altas dignidades
no se obtenian sino á fuerza de sobresalir entre los mas
valientes de los ejércitos. Volvió con él á Francia y le
ayudó mucho en su atrevida empresa del' 18 de bruma-
rio. Hizo la segunda campaña de Italia y decidió la victo-
ria de Marengo por una admirable carga de caballeria ,
En esta oeasiou se distinguió todavía mas pOI' un rasgo
de humanidad digno de los mejores tiempos de la caba-
Heria y fue que yendo cargando al frente de la guardia
consular contra la retaguardia austriaca, vió caer á un


,()
-,


.'




126 NOTAS
oficial que daba gritos para que no le pisoteasen los ca-
ballos de los soldados, y Bessieres en el calor' de la ac-
cion se pone junto á él 'y manda abrir filas diciendo :
Soldados, respetad á un valiente. Aquel jóven era hijo de
una de las principales familias ,de la Moruvia. Napoleon
le puso en la primera lista de mariscales del imperio el
19 de mayo '1804 y cuatro años des pues le confió el tÍ-
tulo de duque de Istria , dándole aquel mismo año la co-
mision de ir á la corte de ",Vurternberg á casarse en norn-
bre de su hermano el principe Gerónimo con una de las
hijas del I'Py. A pesar de estar constantemente mandan-
do la guardia imperial , le añadió varias veces el empe-
rador' el mando de un cuerpo de ejército, como lo hizo
en 1803 en el camino de Olmoutz y después en las bata-
llas de Jena, lIeixlberg y F1'Íedland ; pero sobre todo en
Eylau , donde egecutó aquella terrible carga de artilleria
que derribó 20 mil hombres de infantcria en unos loda-
zales helados. En 1808 tuvo el mando del 2. o cuervo de
ejército que en tl'Ó en España y estableció su cuartel ge-
neral en Burgos ; pero no tardó en volverse á Francia
despues de las batallas de Rioseco y Somosierra , porque
su puesto era al lado del emperado r, con quien pasó al
año siguiente á Alemania. Alli se encontró en las batallas
de Esling y Wagrnm , donde le mataron el caballo en el
momento mismo en que al emperador le mataban otro y
ambos se felicitaron de una manera caballeresca montan-
do inmediatamente en otros y prosiguiendo la victoria.
Concluida aquella nueva campaña se le dió el mando del
ejército encargado de someter á Flesinga en lugar de Ber-
nadotte , que no inspiraba ya gran confianza , y no tardó
en hacerse dueño de la plaza. No tuvo el emperador maris-
cal alguno que 1e escediese en fidelidad y amor porque
se hubia figurad o desde el principio de su carrera que
servir á Napoleon era servir á su patria, y asi no entró
jamas en él ningun cálculo personal, En 181 t volvió otra
vez á España con el mando del ejército del Norte ; pcm
tampoco tardó mucho el emperador en llamarle pal'a la
campaña de Rusia, donde le dió juntamente con el man-




DEL TRA.DUCTOR. 121
do de su guardia el de un cuerpo de caballeria. Sabido es
el fin desastroso de aquella campaña, pero no los sufri-
mientos y resignación que cada uno de estos héroes tu-
vieron que emplear para salvar los restos de aquel colo-
sal ejército. En 1815 obtuvo el mando general de la ca-
balleria ,pero la víspera de la batalla de Lutzen estando
:í pie junto al pueblo de Rippach hablando con el maris-
cal Ney esperando á que llegase su caballería , vino una
bala de cañon qne le pegó en el pecho y le dejó sin vida
el L" de mayo de 1815. Murió pobre en medio de tan-
tos ríeos y habiendo podido serlo tanto como ellos , pero
se pagaron sus funerales por el estado y el emperador
dotó á sus hijos con una pension considcrahle , y dejó al
mayor de ellos en su testamento un legado de 100 mil
francos,


PAGINA 81.


16 El príncipe Belmonte de Pignutelli file embajador
de Nápoles en España y se desgració á fines de 1791
mandándole volver de Madrid. Pero en mayo de 1792
volvieron á euiplearle en clase de brigadier y al año si--
guiente mandó como general las tropas napolitanas en
Tolon. En 1793 fue nombrado ministro estrnordinario
cerca de la corte de España. En junio de 1796 firmó el
armisticio con el general Bonaparte , dc que habla el tex-
to, y en octubre siguiente la paz definitiva con el direc-
torio frunces. En julio de 1797 pasó como ministro rc-
sidente de Sicilia cerca del Santo Padre y salió de allí en
1798 cuando los franceses invadieron aquella capital,


PAGINA 86.


17 D. José Nicolás de Azara nació en Barbuñalcs ,
provincia de Aragou en 1731 Y murió en Paris el 26 de
enero 1804. Estudió primeramente en Huesca y des-
pues en Salamanca con tanta aplicacion y aprovecamien-
to que adquirió particularfavor del ministro de Fernan-
do el VI D. Ricardo 'Vals, quien le dió :í escoger entre




128 NOTAS
las carreras de las armas, la maglstratura ó la diploma-
cia. Eligió Azara esta última y se le envió de agente ge-
neral á Roma bajo el pontificado de Clemente. XllI. Allí
tuvo mucha parte en las negociacloacs relativas á la es-
pulsion de los jesuitas y acabó pOI' suceder á Grimaldi en
aquella embajada. Cerca de 20 años estuvo disputando
al cardenal de Bernis su influjo en aquella corte, donde
contrajo estrecha amistad con los principules artistas y
yen particular con el célebre Meugs á quien protegió de-
cididameute , antes y despues de su muerte , pues impri-
mió á su costa sus obras con uua elegante relación de su
vida, Hizo una multitud de escavaciones en Tivoli , que
rué en lo antiguo la casa de campo de los Pisones, y des-
cubrió muchas cabezas antiguas, entre ellas la de Alejan -
dro , que regaló mas adelante á Napoleon, y hoy ador-
na el :Museo de París. Despucs de las victorias de Bona-
parte en Italia fue nombrado embajador en Paris , de-
jando con gran sentimieuto en Roma la magnífica colee-
cion de cuadros, medallas y camafeos antiguos que habia
reunido durante su larga permanencia en aquella capital
de las artes. Tuvo diferentes alternutivas de favor y de
desgracia pues se le quitó la embajada, se le desterró á
Barcelona, se le volvió á enviar á Paris y participó de
todas las vacilaciones anejas á las cortes y á las difíciles
circunstancias en que le tocó manejar tan graves nego-
cios. Es bien sabida su amistad con Voltaire y el articulo
que este le consagró en su diccionario filosófico ; pel'O
como nuestro propósito no es escribir propiamente lavi-
da del Sr. Azara, que requiere otra estension y otra plu-
ma mejor que la nuestra , nos contentaremos con indicar
las obras que dejó escritas en utilidad de su patria, y
como uno de los escritores mas correctos de ella. Tradu-
jo al español la vida de Ciceron pOI' 1\fidleton, que se im-
primió en Madl'id en 1790 en 4 tomos en 4.°; la historia
natural y geografia fisica de España pOI' Bowles ; el elogio
fúnebre del rey Corto» IlI. Corrigió la edición magnífica de
Horacio hecha por Bodoni en Parma ell1791 y la del poe-
ma póstumo del cardenal de Bernis intitulado La Religion




DEL TRADUCTOR. 129
vengada: en 179~ en folio. El caballero Azara dejó por
herederos ú una hermana y dos herruauos , dc los cuales
el D. Félix publicó en Parisen 1802 una obra muy sa-
bia sobre los animales del Puraguny , deudo habia residi-
do mas de 20 años. Fue sin duda uno de los-homurcs mas
apasionados ú las artes y ciencias, y cuyas virtudes han
dejado mas grata memoria así en España como en Frau-
da é Italia,


PAGiNA 8G,


18 El célebre Berthollet era natural de Suvoya ,
donde se dedicó desde muv niño al estudio de la medid-


"na. PCI'O deseando entregarse dc lleno al cultivo de las
ciencias se vino á Pnris donde hahia muchos mus medios
de adelantur cn ellas, y el duque de Orleuus le pl'OpOI'-
cionó lo que él no hubiera podido conseguir pOI' falla de
fondos. No hahia adquirido entonces la química aquella
marcha segura qne la dió luego el ingenio de Lnvoisier ,
y tardó Berthollet algunos años en desengañarse de lo
equivocado que era el sistema de Sthahl y la necesidad
de seguir los principios de Lavoisier. Desde entonces se
unió con él , con Guyten de ~forveau y con Fourcroy
para la creacion del lenguaje químico tan necesario para
el órden de los conocimientos y que se ha adoptado ge-
neralmente en el dia con muy pequeñas variaciones. No
tardó en conseguir plaza en la academia de las ciencias
en Iugar de Bucquet y poco después se le nombró direc-
tOI' de los tintes de la fábrica de los Gobelinos. El fue el
inventor del blanqueo de las telas pOI' medio del chloro ,
-de que luego se han hecho y hacen cada dia tan útiles
aplicaciones. Necesitariamos estenderuos demasiado p~ll'a
dar una idea de sus trabajos y descuhrimicntos sobre las
propiedades de los chloratos y las espantosas esplosiones
{lue producen mezclados con ('1 azufre y el carbon , liar to
superiores y mas funestas que las de la pólvora comun.
Sus observaciones sobre el 01'0 fulminante y sobre los ga-
ses hidrógenos carbonizados han dado lugar á una mul-
titud de desculnimientos químicos y de aplicaciones U3ua-


x. 9




130 NOTAS
les. Cuando Ilonaparte pasó :í Egipto se llevó consigo á
Berthollet y fue uno de los sabios que compusieron el
instituto del Cairo. Allí se dedicó muy especialmente :í
corregir la alteraciou funesta que sufre el agua largo tiem-
po contenida en los toneles y barricas y á llerthollet de-
be la marina el método de carbonizar lo interior de estos
vasos que conservan pOI' este medio la pureza del agua.
Napoleon supo apreciar estos inmensos servicios colmán-
dole de honores y rentas y confiriéndole la senatorer ia
de ~lontpemer. E\ uso que hizo de sus riquezas no fue
otro que el de proporcional' nuevos pl'Ogresos á las cien-
clUS , pues ~"\."\nü~ en o¡:,u ~uo¡:,u de, <.'..U\\\~O una. cs~ecie <le
academia con nombre de Sociedad de Arcueíl, en que
reunió un corto número de hombres distinguidos ponien-


do á su dis[Josicion un laboratorio completo para quehi-
ciesen á su costa los esperimentos necesarios para resol-
ver las cuestiones científicas. El resultado de estas tareas
se ha impreso después en tres tomos de memorias que
casi forman ellas solas la recapitulacion de la ciencia.
Berthollet no ha publicado mas que dos obras : una sobre
los tintes en que se encuentra todo cuanto hasta ahora se
sabe sobre este arte. La otra tiene por título La stática
quimica que bastaría ella sola para hacer ilustre su nom-
bre. Durante la época del terror que tan ignominiosa
fue para la Francia, dió varias muestras de valor poco
comunes entonces, y una de ellas fue que intentando los
tiranos de la época perder al asentista general de los
aguardientes para apoderarse de sus riquezas , inventa-
ron la fábula de que estaban envenenados, y dieron co-
misión á Berthollet pura que informase sobre ellos con-
minándole con pena de la vida si se dejaba cOl'I'ompel'
por el acusado, Pero él sin intimidarse, analizó el líqui-
do yestendió su informe diciendo que no hahia t31 vene-
no. ¿Estás bien seguro de ello, le preguntaron con fero-
cidad ? Segueísimo. - ¿Te atreverás á beherlo ? y por
toda respuesta tomó un vaso y se le echó á peehos.-lUu-
eho valor tienes, - No tanto, replicó Berthollet, como
cuando estendí el informe. Toda la vida de este sabio




DEL TRADrCTOn. 131
Tue uu continuo csutdio de las ciencias químicas, y fa
terminó ú la edad de 7.1· años en 1822.


PAGINA. 101.


19 El general de división Ferino no se halJia sepa-
rado nunca del ejército desde que entró ú senil' astes fh~
!a revolucion hasta que fue empleado como tal en el ejér-
cito del Ilhiu , donde mantuvo su gran reputacion de
hombre de valor. Despucs de esta hazañaen que pOI' pri-
mera 'Vez le nomhrn nuestra historia, derrotó completa-
mente el ejército de los Círculos alemanes y sostuvo vados
combates contra el príncipe de Condé que babia venido ú
atacarle. Moreau le miraba con tanta confianza mientras
le tuvo á sus ordenes , que nunca le dió otras instruccio-
nes, sino que obrase segun lo tuviese por oportuno. Ba-
tió repetidas veces á los Austriacos duran te los años 1794"
95 Y96; pero también esperimentó reveses cuando en
este último tuvo que retirarse el ejército, y tal vez su
principal mérito consiste en haber v~l['ificado él su retira-
da á costa de diez combates contra los generales Frolich .
y Klinglin y haber sin embargo lIegado:í Huninga con las
tres cuartas partes de su divisiou. A principios de 17fl7
se le encargó la defensa de esta plaza que servia de ca-
beza de puente, y en los días 28 y 29 de enero hizo una
salida tan brillante , que clavó los cañones del enemigo,
le cogió una multitud de prisioneros y destruyó todas sus
obras. En 1799 se le dió el mando de la 7.11 division mi-
litar en el interior v en 1805 se le trasladó á la 5. a V
poco despues le conlirió Bonaparte la cruz de gran of)ci;l


. de la legion de honor y le eligieron miembro del senado'
conservador.




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I




133DIRECTOHIO (1796).
o{§;g8g;:~~@~~)o


CAPITULO SEGUNDO.


Estado interior de Francia á mediado sd elaño 1796 año IV.-
Apuros económicos del gobierno. Caida de los mandatos y
del papel moneda.- Ataque del campo de Gl'enelle por
los jacobinos. Renovaciou del pacto de familia con la Espa-
ña, y proyecto de una cuad ruple alianza.- Proyecto de
una espedicion á Irlanda. - Negociaciones en Italia.-
Continuacion de las hostilidades; llegada de Wurmser al
Adige.- Victorias !de Lonato y de Castiglione. - Opera-
ciones en el Danubio; batalla de Neresheim; marcha del
archiduque Carlos contra Jourdan.- Marcha de Bonapar-
te sobre el Brenta ; Batallas de Roveredo, Bassano y San
JOI'ge; retirada de Wurrnser á Mantua.e-« Vuelta de JOUl'-
dan al Mein ; batalla de Wutzburgo ; retirada] ti-elMoreau.


Jamas se habia presentado la Francia mas po-
derosa en Europa que durante aquel verano de
1796, pero distaba mucho de corresponder su
estado interior á todo aquel brillo esterior, Era
JTIuy singular el espectáculo que presentaba París,
porque furiosos los patriotas desde el arresto de
Baboeuf', de Drouet y demas corifeos, estaban e xe-
erando del gobierno y no apreciaban las victorias




REYOl,UCION FHANCESA..


de la repúhlica solo pOl'que eran útiles al directo-
rio. Al mismo tiempo Ías negaban con obstinaciorr
los enemigos declarados de la revol ucion , y los
que estaban ya cansados de ella no apurcntaban
darlas mucho crédito. Algunos de los nuevos ricos
que debían su caudal al agio ó ú las provisiones
ostentaban un lujo desenfrenado y mostraban la
mas ingl'ata indiferencia á un órclen de cosas flue
les habia proporcionado su fortuna. Semejante
estado moral de la sociedad era un resultado in-
mediato del cansancio genel'al de la nacion , de las
pasiones inveteradas de los partidos, y de la ava-
ricia escitada pOi' una crisis económica. Pero to-
davia quedaban muchos Franceses republicanos y
eutusiastas , cuyas opiniones y sentimientos se ha-
hian conservado intactos, y cuyas almas S(~ regoci-
jaban con nuestras vir torias : los cuales lejos de
negarlas recibian con entusiasmo las nuevas que
llegahan y pronunciaban con placer y admiracion
los glO1'iosos nombres de lIoche , Jourdan , Moreau
y Bouaparte. Estos querían 'que se hiciesen nuevos
esfuerzo>; y se oblig'ase á l03 malévolos y los in-
diferentes á contribuir con todos sus recursos á
la gloria y grandeza de la república.


Para deslucir el hrillo de nuestros triunfos y
disminuir su importancia se dedicaban los parti-
dos á desacreditar los generales encarnizándose
particularmente contra el mas jóven y mas hri-




nlllECTOlUO (179m. 13::>
Hante de todos que era Bonaparte cu yo nombre se
habia cubierto de tanta glol'ia en solos dos meses.
Era mucho el miedo qne habia causado á los rea-
listas el dia 13 de vendimiario y pOl' consiguiente
no se lo perdonaban en sus diarios. Se sabia que
habia desplegado en Italia un carácter bastante
imperioso y les repugnaba el modo con que hahia
tratado á los estados de aquel pais concediendo ó
reusando los armisticios segun su voluntad que era
la dueña absoluta de la paz ó de la gucrra. No se
ignol'aba que sin valerse de la tesoreria hahia eu-
viudo directamente fondos al ejército de Rhin, y
no cesaban de repetir que era un hombre indócil
á quien era indispensable destituir. Hubiera sido
ciertamente una gran pérdida para la república la
de este g-clleral y al mismo tiem po una carrera glo..
riosa cortada de repente y pOI' eso mismo se daban
la nlayor prisa los malévolos á esparcir las voces
mas absurdas. Llegó su atrevimiento á pretender
que Hoche que se encontraba entonces en París,
iba á poncrse en camino para arrestar á Bona-
péu'te en presencia de su mismo ejército. Se apre-
suró el gobiel'no, á escribir una carta en que se
desmentian todas aquellas voces en la cual le re-
petia todas las pruebas de confianza que le habia
dado antes, cuidando de que se publicara aquella
carta en todos los diarios. El valiente Hoche , inca-
paz de concebir la mas pequeña sombra de envidia




136 asvor.ncrox FIlANCES,~.,
contra un rival que en dos meses se habia hecho'
superior á losprimeroa e euerales de la república f
se apresuró ú desmentir pOL' escrito el papel que
le designahau, y no podemos menos de citar lite-
ralmente esta carta tan honrosa para aquellos dos
heroicos jóvenes: estaba dirig'ida al ministro de
policía y se publicó en los términos siguientes.


ti: Ciudadano ministro: algunos hombres que se
« ocultaron ú oscurecieron durante los prime-
« l'OS arios de la fundacion de la república, no pa-
« rece que piensan hoy en ella sino paL'a DUSCU' los
« medios de destruirla , ni la toman en boca sino
« para calumniar á sus mas firmes defensores, es-
« pareiendo de algunos di.i s á esta parte las espe--
« cíes mas injuriosas ú los ejércitos y ú uno de los
« oficiales generales <Iue los mandan. ¿, No les-
« hasta para conseguir-lo estar en correspondencia
« abierta con la horda conspiradora que reside en
« Harnburgo, sin añadir tamhien el euvilecimieu-
« to de los g;efcj de los ejércitos para consegui r la
« proteccion de los dueños que in tentau dar á la
« Francia '! j, O piensan tal vez que aquellos son tan,
« débiles como en otro tiempo y que se dejal'illl in-
« jm-iar sin atreverse ú responder ni defenderse de
« sus acusaciones '1 ¿, Por qué es ahora Bonaparte el
« obeto especial de la furia de esos señores'! ¿ Se-
a rú porque batió á sus amigos y ú ellos mismos en
« el mes de vendimiario, ó porque deshace los.




DIREECTOmo (1796). 137'
« ejércitos de los reyes, y suministra á la repúbli-
« ca los medios de terminar gloriosamente una
( glleri'a tan honrosa? Oh valiente jóven, ¿ quien
« es el militar republicano que no arde en deseos
(f de imitarte'? ¡Animo Bonaparte , lleva nuestros
( ejércitos victoriosos ú Núpoles y á Viena; l'es-
« ponde á ;tus enemigos personales humillando á
«los reyes, dando un nuevo lustre á nuestras ar-
« mas, y déjanos á nosotros el cuidado de tu
« gloria!


« Yo no he podido menos de sonreirrne de lás-
« tima al :,ver á un hombre, que ciertamente no
« carece de talento, anunciar inquietudes que no
« tiene por las facultades concedidas á los genera-
« les Franceses. Vos le conoceis casi á todos, ciu-
« dadano ministro, ¡, y quien hay entre ellos que
« aun suponiéndole bastante influjo con su ejérci-
« to para hacerle marchar con í.ra el gobierno, se
«atreviese jamas ú hacerlo sin que sus mismos com-
«pai1eros le aniquilasen innrcdiatameute ? Apenas
« se conocen los generales ni tienen corresponden-
« cia entre sí y su mismo número basta para tran-
« quilizar acerca de los dcsign ios que se su ponen
ti: á uno de ellos. ¡, Hay quien ignore lo mucho
« que pueden con los hombres la envidia, la am-
(( hicion y aun me atrevo á añadir el amor de la
« patria y el honor? Tranquilizaos pues, model~­
( nos republicanos.




138 nEvoLUCIO~ FRANCESA.
« Algunos diarios han tenido la sandez de hacer-


el me marchar á Italia pal'a arrestar á un hombre
«á quien yo estimo y de quien el gobierno tiene
« tantos motivos de aplaudirse; pel'o bien se pue-
(( de asegurar que en el tiempo en que vi virnospo-
« cos oficiales generales se encargarían de desem-
« peñar las funciones de gendarmas, si bien hay
« muchos que estan dispuestos á combatir las ,tfac-
a: ciones y los facciosos.


« Desde que estoy en Paris he visto á hom-
« bres de todas las opiniones, y he podido apre-
« ciar algunos de ellos en su justo valor. Los
el hay que piensan que el gobierno no puede ca-
« minnr sin ellos, y solo gritan para conseguir
« em pleos. Otros, por mas que nadie se ocupe
« de ellos, creen que está jnrada su pérdida, y
ti: gritan tamLicn para hacerse interesantes. He
« visto algunos emigrados mas franceses que rea-
« listas, llorar de alegria al referirse nuestras
« victorias, y tamhien he visto algunos parisinos
« poner-las en duda. Parócerne que un partido
«ambicioso pero falto de recursos, intenta tras-
« tornar el gohicrno actual para sustituir la anar-
« quía; que otro mas peligroso y astuto, y que
ce tiene amigos en todas partes quiere trastornar
«la repúbl ica para vol VCl' Ú la Francia la consti-
« tucion defectuosa de 1791 y una guerra civil de
« 30 años , y por último otro tercer partido , que




muucromo (1796). 139
« si sahe despreciar á los otros dos y tomar sobre
« ellos el imperio que le dan las leyes, los vence-
« rá , porque está compuesto de republicanos sÍn-
« ceros, laboriosos y honrados, que tienen el recur-
« so del talento y las virtudes, y pon{lle cuentan
« en el número de sus partidarios á todos los
« buenos ciudadanos y á los ejércitos, que cierta-
« mente no habrán vencido durante cinco años
« para df'jar sllgetar Ú 311 patria. »


Estas dos cartas impusieron silencio á los ma-
lévolos y calmaron aquellas voces.


Mas en medio de toda su gloria causaba lústi-
ma el gobierno pOI' su estrernada pobreza, como
que el nuevo papel moneda solo pudo sostenerse
11lUY poco tiempo, y con su caida quedó privado
el directorio de un importante recurso. Ya se
acordará el lector de que el 26 de ventoso (16 de
marzo) se habían creado é hipotecado sobre un
valor correspondiente en bienes 2,400 millones
de mandatos, de los cuales se hahia consagrado
nna parte á retirar de la circulucion los 24 mil
millones de asignados, y la restante á hacer fren-
te á las nuevas necesidades. Venia á ser, corno ya


. dijimos, una reim prcsion del antiguo papel con
un título nuevo V un nuevo guarismo; de suerte
~ '-,


que los 2l.. mil millones de asignados se reempla-
zaLan con 800 millones de mandatos, y en luga!'
de crearse otros 4,8 mil millones de asignados, se




140 REVOLUflON FRANCESA.
creaban 1,600 millones de mandatos; y asi toda
la diferencia estaba en el título y el guarismo.
También babia alguna en la hipoteca, porque los
asignados, por efecto de las subastas, no repre-
sentaban un valor determinado de bienes, mien-
tras que por el contrario los mandatos represen-
taban esactamente la suma de 2,400 millones,
porque con ellos se habian de compral' hienes con
la simple oferta del precio que tenian en 1790.
Pero todo esto no impidió su caida que procedió
de diferentes causas. La Francia no queria ya
ningun papel moneda, y estaba bien decidida á
no creer en él por grandes que fuesen las gal'an-
tias que todos tenian por aéreas. Ademas , aunque
se hubiese reducido el guarismo era todavia de-
masiado grande, pues convirtiéndose los 24 mil
millones de asignados en 800 de mandatos, venia
á reducirse el antiguo papel á sola una 30.!lla par-
te, mientras que hubiera debido reducirse á la
200.m:1 para estar en lo cierto, como que los 24-
mil millones valian á lo mas 120. Era un verda-
dero error vol verlos á pl'esental' en la circulacion
por 800 millones convertidos en mandatos, pues
aunque es cierto que se les designaba un valor
igual en bienes, tambien lo es que una posesion
que en 1790 valía 100 mil francos, no se vend~a
hoy mas que en 30 ó en 25. Por consecuencia
aunque aquel papel con su nuevo título y guaris-




·DIRECTORIO (1796). 1/-.1
cIDO hubiera representado esactamente -los bienes,
no podia valer tanto como ellos, sino la tercera
parte del dinero. Ahora bien, querer que circulase
á la par., era lo mismo que apoyar una mentira.
Asi aun cuando hubiera sido posible volver la con-
fianza al-papel , siempre le habria hecho caer la
.exageracion de su valor , y esto bastó pal'aque á
.pesar de ser forzada la circulacion de él, no se le
pudo sostener mas que por un instante. Ya no
producían el mismo efecto aquellas medidas vio-
lentas que tanto atemorizaron en 1793, porque
ninguno contrataba mas que á dinero, ni circula-
ba otra cosa por mas que se le hubiese creido es-
condido ó en manos de los estrangeros, Lo que ha-
bia oculto salia á relucir, y lo que habia salido de
Francia volvía á entrar en ella ,encontrándose lle-
nas depesosduros de España las provincias meri-
dionales, segun ocurria la necesidad, porque el
oro y la plata acuden como todas las mercancias' á
donde las atraen los pedidos, sin otra. diferencia
que la de ser mas subido el precio hasá que ha-
ya suficiente cantidad y se hayan satisfecho las
necesidades. Todavia no dejaban de cometerse al-
gunas bribonadas con los reembolsos que se ha-
cian en mandatos , porque ¡como las leyes conce-
dian curso forzado al papel cual si fuese verdade-
ra moneda, en eso mismo permitian emplearle
en pago de escrituras anteriores; pero eran pocos




142 REVOLUCION FRANCESA.
los que se atrevian á hacerlo, y en general todas
las estipulaciones se hacian á dinero contante. En
los mercados no corria otra moneda, ni se paga-
han los salarios de otro modo , de suerte que pa-
recia que 'no habia en Francia semejante papel.
Solo se encontraban los mandatos en poder de es-
peculadores que los recihian del gobierno para
volvérselos á vender á los compradores de bienes
nacionales.


De esta manera , por mas que todavia existiese
la crisis económica para el estado, casi habia de-
saparecido para los particulares , y á beneficio de
los primeros momentos de descanso habian vuel-
to á tomar alguna actividad el comercio y la in-
dustria aprovechándose de algunas comunicacio....
nes que se habian vuelto á abrir en el continente,
y tambien por efecto de nuestras victorias.


No se crea, pOl' mas que la vanidad de algunos
gobiernos se haya empeñado en decirlo, que ne-
cesita la produccion de que se la estimule para
prosperar, pues basta con que no se la contrarie.
Ella sabe muy bien aprovecharse del primer mo-
mento para desarrollarse con maravillosa activi-
dad pero si los particulares recobraban algun des-
ahogo, el gobierno, es decir, sus gefes, sus em-
pleados , militares, administradores, ó magistra-
dos, y en una palabra sus acredores estaban re-
ducidos á la mayor miseria. Los mandatos que' se




DIRECTORIO (1796}. 1·'¡'3
les daban eran inútiles en sus manos pues no po-
dian hacer otro uso mas que el de pasarlos-á las
de especuladores en papel, que compraba 100
francos pOl' cinco ó seis y se los volvian despues á
vender á los compradores de bienes nacionales.
Asi se morian de hambre los renteros y renuncia-
ban los empleados sus empleos, viéndose entonces
lo contrario de lo que genel'a~mente acontece,
que en lugar de abundar los pretendientes solo
abundaban las renuncias. Los ejércitos de Ale-
mania é Italia vivían á costa del enemigo y no
participaban de la miseria general, pel'o los del
interior estaban en la mayor desolacion ,y Hoche
no podia mantener sus soldados sino de lo que
daban de sí los frutos recogidos en las provincias
del Oeste, por lo que se veia precisado á mante-
ner el régi,nen mili tal' solo para tener derecho de
cobrar las subsistencias en especie. Por lo que ha-
ce it los oficiales y aun el mismo no tenían con
qué vestirse, llegando la cosa á términos de que
faltó frecuentemente el servicio de las eta¡1as pa-
ra las tropas que iban de paso, porque los provee-
dores no querian adelantar nada. Los destacamen-
tos que salieron de las costas del Oceano , para re-
forzar el ejército de Italia estaban detenidos en el
camino y hubo cIue cerrar los hospitales y echar
de ellos á los infelices soldados que estaban allí
enfermos por no poder la república pagar ni los




144 REVOLUCION FRANCESA
alimentos ni las medicinas. La genllal'lneria es-
taba enteramente desorganizada, pues como no SB
la daba ni vestuario ni equipo dejaba de hacer el
servicio, y cada genclarma procuraba conservar
su caballo, pOl'que ni se le reemplazaba ni se pro-
tegian los carninos , sobradamente infestados con
los bandidos que siempre abundan dcspucs de las
guerras civiles. Estos entraban en todas las casas
de campo y hasta en las ciudades, donde C01ne-
tian robos y asesinatos con una audacia inaudita.


Tal era el estado interior de Francia, siendo el
carácter particular de aquella nueva crisis la lni-
seria en el gobierno , en medio de Ül~ retorno de
alguna lnayor comodidad en los particulares. El
directorio no vivia mas que de los restos del
papel y de ~algllnos millones que sus ejércitos le
enviaban del estrangero. EL general Bona parte le
habia enviado ya 30 millones de francos y 100
buenos caballos de coche para contribuir un poco
á su decencia.


Se trataba ahora de acabar de una vez con todo
aquel embrollo de papel moneda, y para ello era
preciso que no fuese forzado su curso, y (lue las
contribuciones se pagasen á dinero contante; pOI'
tanto se declaró el dia 28 de messidor (6 de julio)
que todo el mundo pudiese contratar de la mane-
ra que le agradase y estipular en la moneda que
fuese de su gusto, pues en adelante no serian re-




DIRECTORIO. (1796). 11.5
cibidos los mandatos sino por su valor efectivo,
y que diariamente se publicaria pOI' la tesoreria
el curso corriente. En fin se atrevieron :á declarar
que los impuestos se cobrarian en numerario Ó
en mandatos al precio del dia , sin otra escepcion
·que la de la contribución territorial. Desde la crea-
cion de este papel no habia querido cobrarse la
renta en frutos, sino en mandatos : pp.ro se con-
vencieron de que hubiera valido mas continuar
cobrándola siempre en frutos, porque no se ha-
brian esperimentado las variaciones del papel, y
por lo menos se habria contado con algo seguI'o.
POi' eso se decidió después de largas discusiones
y muchos proyectos inútiles, que en los depar-
tamentos fronterizos y en los inmediatos á los ejér-
citos se pudiese exijir la contribucion en especie.
pero que en los dernas se haria el cobro en man-
datos con arreglo al curso de los granos. Así se va-
luaba el trigo en 1790 á t O francos el quintal y
en el día se valuaba á 80 francos en mandatos;
de suerte que representando cada cuota de 10 fran-
cos un quintal de trigo, se obligaba á pagar por
ella 80 francos en mandatos. Mucho mas sencillo
hubiera sido exigir el pago en numerario ó en
.andatos al curso corriente; pero no se att'evie-
ron á hacerlo todavia y se contentaron con inten-
tar el retroceso hácia la realidad.


Tampoco se habia cobrado todavia el préstamo
x. 10




tlEVOLUCION FUANCESA.


forzoso, porque ya no tenia la autoridad aquella
energía arbitraria que solo hubiera podido asegu-
rar su egecucion. Faltaban 300 millones por cobrar
y se decidió que en pag'o del préstamo y del im-
puesto se recibiesen los mandatos á la par, y los
asignados á 100 capitales por uno; pel'o esto solo
pOI' espac io de: 15 dias , y que pasado este término
no se recibiria el papel sino al curso corriente. Es-
te era un .ne.Iio de estimular á los que habian an-
dado tardios en la paga.


Estando ya declarada la ruina de los mandatos
no era posible recibidos en pago íntegro de los
bienes nacionales que estaban designados para
ellos, y era inevitable la bancarrota que se les ha-
bia pronosticado como á los asignados. En efecto
se habia anunciado que una vez desacreditados
los mandatos que se hahian emitido por valor de
2,400 mi Ilones , y reducidos á no valer mas que
de dos <i trescientos, no querria el estado dar los
bienes que habia prometido por ellos; y si se ha-
bia sostenido lo contrario era con la espeI'anza de
que los mandatos se mantendrían á un precio re-
guIar, pero habiendo .bajado tanto, que 100 fran-
cos no valiesen IDas que cinco ó seis, no podia el
gobierno dar una tierra que valia 100 francos en
1790 , Y que aun entonces mismo valia de treinta
á cuarenta, por solo cinco ó seis francos. Esta era
la misma especie de bancarrota que habian sufri-




J)JnECTORIO (1796). J47
'(lQ los asignados, segun esplicamos anteriormen-
te, y el estado hacía entonces lo flue hoy hace una
caja deamortizacion que rescata al cUt'SO de la
plaza, y que cuando ocurre una baja estraotdi-
naria compraría tal vez por 50 lo que hubieseemi-
lido á ochenta ó noventa. En consecuencia se de-
cidió el dia 26 de julio que la última cuarta par-
te de los dominios nacionales, á que se había he-
cho postura después {1~ la ley del 26 de ventoso
(aquella en que se crearon 108 mandatos) se pagelse
'en mandatos al curso corrientey en seis plazos
iguales. Como se habian sumisionado hasta 800
millones de bienes, es claro que lacuarta parte
importaba 200 millones,


Llegaba ya pues el fin del papel moneda, y no
faltará -quien pr.egunte á qué fin se hizo aquel se-
gundo ensayo de los mandatos que tuvieron tan
poca duración y tan mal éxito; porque -en general
no se juzgan :estas medidas con presencia de IUi
circunstancias que las exigieron. No hay duda en
que contribuyó en gl'anmanct'a á lacreacion de
los mandatos el temor de que faltase el numera-
rio, y si no hubiese habido otra razón ciectamente
que no podria disculparse, porque el numerari..
no falta nunca; pero el verdadero y principalmo-
tivo fue la necesidad imperiosa de vivir á costa
de los bienes y tener que anticipar su venta. EI'a
preciso poner en circulación su precio antes de




148 REVOLUCJON FRA.NCESA.
haberle cobrado , y para ello emitirle en forma de
papel. Verdad es 'que el recurso no fue grande
supuesto que los mandatos cayeron tan pronto,
pero al fin hubo con que salir de apuros du-
rante cuatro ó cinco meses, lo cual era mucho en
aquellas circunstancias. Deben considerarse los
mandatos como un nuevo descuento de los bienes
nacionales, y como un mero espediente entre tan-
to que se conseguia venderlos. Ya verémos mas
adelante cuantos apuros tuvo que sufrir el gobier-
no ántes de poderj realiza.' su venta en nume-
rano.


No le faltaban á la tesoreria otros recursos pró-
ximamente exigibles, pero sucedia con ellos lo
que con los bienes nacionales, que era hacerlos
efectivos. Por ejemplo, tenia que recibir 300 mi-
llones del préstamo forzoso, y otros 300 de la con-
tribucion territorial de aquel año, es decir todo
su importe; 25 millones de la contribución movi-
liaria ; todo el arrendamiento de los bienes nacio-
nales y sus atrasos ,que ascendian en todo á 60
millones; diferentes contribuciones militares; el
precio del moblage de los ernigrados ; diferentes
atrasos, y últimamente 80 millones de papel so-
bre el~-estrangero.Unidos todos estos recursos á los
200 millones del último cuarto del precio de los
bienes nacionales, subian á la enorme suma de
mil y cien millones, pero era dificil de realizar.




DIRECTORlO (1796). t 49
Solo le faltaban para concluir el alío económico,
esto es, pal'a Ilegal' al primero de vendimiario 400
millones, y salia del paso si los podía cobrar in-
mediatamente á cuenta de los t 100. Para el año si-
f6uiente ya contaba con las contribuciones Ol'di-
narias , que esperaha cobrar íntegras en numera-
rio , y como ascendian á IDas de 500 millones,
cuhrian lo que se llamaba el gasto ordinario, Para
los estraordinarios de gueera , en caso de una nue-
va campaña, tenia el resto de 1100 millones,
y las nuevas posturas que se hiciesen á los bienes
nacionales; pero siernp: e existia la dificultad de
su cobranza. La renta ordinaria no se compone
nunca Olas que de los productos del año, y era
muy dificil recojerlos todos á un tiempo por me-
dio del préstamo forzoso, de la contribucion ter-
ritorial y moviljaria y de la venta de bienes; y así
se pusieron de nuevo á trabajar en el cohro de las
contribuciones, y se le dió al directorio la facul-
tad estraordinaria de hipotecar bienes belgas por
valer de 100 millones en numerario. Hasta las
rescripciones, que como dijimos eran una especie de
pagarés reales, cuyo objeto era descontar las ell-
tradas del año, habian tenido la misma suerte
que todo el papel, y no pudiendo hacer uso de
aquel recurso, pagaba el ministro á los proveedo-
res en decretos de liquidacion , que debian ser pa-
gados de las primeras entradas.




f¡O
Tales eran las miserias de aquel gobierno que


tantas glorias adquiría por fuera, sin cesar tam-
poco los partidos de agital'se interiormente. ~Ill­
cho habia disminuido las esperanzas de los realis-
tas- la sumision del Vendée, pero- pOi' lo luismo-
estaban mas satisfechos que nunca sus agentes de-
l)a:l'Í~ del mérito de su antiguo plan que consistia
en no valerse de la guerra civil sino únicamente
tratar de €OlTOmper las opiniones y procurar ha-
cerse lugar en los consejos (le las autorida-
des para lo cual se valian (le sus diarios. Por lo
(Iue hace it los patriotas estaban ya en el últi-
mo grado de indivnacion y no contentos con ha-
ber facilitado la evasion de Drouet trabajaban en
nuevas intrigas á pesar de haberse descubierto
la conspiracion de Baboeuf Muchos de los anti-
guos couveucionalcs y algunos t herrnidoi-ianos
(iue poco antes estaban unidos al gohierno for-
mado Pül' ellos mismos al dia siguiente del 13 de
veudimia rio , empezaban á estar descontentos de
a.. Habia una ley que mandaba, segun ya dijimos,
'IlIe todos los .ex-couvencionales no reelectos y to-
dos los empleados destituidos saliesen de Paris:
pero- por una equivocación de la policía se espi-
dieron cuatro mandamientos de comparecencia á
cuatro convencionales que eran miembros del
cuerpo legislativo, de lo cual se quejaron amar-
~amcnte en el consejo de 108 Quinientos. Al oir!o.




DIRECTORIO (1796). 151
Tallien, que desde el descubrimiento de la cons-
piracion de Baboeuf habia estado muy de parte
del gobierno, se esplicó con bastante aspereza con-
tra los agentes de la policia directoria] y contra la
desconfianza con que se miraba á los patriotas; á
lo cual le respondió su adversario habitual Thibau-
deau y despues de una disputa bastante acalorada
y algunas recriminaciones recíprocas cada uno se
mantuvo en sus treze , y los patriotas confundian
en su ódio general al ministro Cochon, á sus agen-
tes y á todos los espías de la policia, porqu.e eran
los primeros sobre quienes hahia recaído su vigi-
lancia especial. Por lo ciernas la marcha del gobier-
no estaba perfectamente trazada, 'pues sin dejar
de perseguir á los realistas, tam poco queria hacer
causa comun con los patriotas, entendiendo por
tales aquella porcion del partido revolucionario
fIue se empeñaba en vol ver á una república mas
democrática y motejaba a] gobierno de que no em-
pleaba bastante rigOl' contra los aristocratas. Pero
si se esceptúa el estado de la hacienda, la situa-
cion del directorio aislado de todos los partidos y
conteniéndolos con mano poderosa apoyándose en
sus admirables ejércitos, era no solo seg~Ira sino
tambien satisfactoria.


Ya habian hecho dos tentativas los patriotas,
despues de la instalacion del directorio, y ambas
habian recibido su castigo, pues cuando se empe.,.


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152 REVOLUClON FRANCESA.


ñaron en volver á abrir el club de los jacobinos en
el Pantheon vieron que el gobierno se le habia cer-
rado ; y cuando quisieron ensaya1' una trama mis-
teriosa hajo la dirección de Baboeuf , fue deseu-
bierta por la policia que les privó de sus nuevos
corifeos. :Mas sin embargo no por eso cesaban en
sus maniobras tratando: de hacer una nueva tenta-
tiva. Se aumentó mucho su cólera cuando la opo-
sicion se empeñó en combatir la ley del 3 de hru-
mario y bastó para decididosá dar un nuevo es-
cándalo. Trataron de corromper la legion de poli-
cia que habia sido disuelta y convertida en un re-
gimiento que era el 2 t de dragones, procurando
tentar su fidelidad y esperando que par su medio
se decidiria tambien todo el ejército del interior
que estaba acampado en la llanura de Grenelle. Al
mismo tiempo se proponian escitar un alboroto en
Paris disparando ti1'OS, esparciendo escarapelas
blancas pOl' las calles, y gritando viva el rey"
para hace.' creer que los realistas se armaban
para destruir la república. Entre tanto ellos se
aprovecharian de aquel pretesto para correr á
las armas , apoderarse del gobierno, y hacer que-
se declarase en su favor el campamento de Gre-
nelle.


EL día 29 de agosto, que corresponde al 12 de-
fructidor pusieron en ejecucion una parte de su
proyecto disparando cohetes y tirando escarapelas.




DIRECTORIO (t 796). t 53
por las calles , pero como la policia estaba ya pre-
venida, tomó tales disposiciones , que se vieron
reducidos á la imposibilidad de hacer ningun lTIO-
vimiento, Mas no POl' eso se desanimaron, sino
fIue pocos dias despues , el 9 de setiembre, se de-
cidieron á consumar su atentado, reuniéndosedü
de los principales en la taberna ;del Gros-Cáilloux
y resolvieron formar aquella misma noche una
reunion en el barrio de Vaugirard. COlTIO aquel
barrio está inmediato al campo de Grenelle y tie-
ne muchas huertas divididas con sus tapias, faci-
litaba poder formarse en líneas y hacer resistencia
en caso que fuesen atacados. Efectivamente aque-
lla noche se hallaron reunidos en número de siete
á ochocientos armados con escopetas, pistolas,
sables y bastones con florete. Eran estos los mas
determinados de todo el partido y se encontraban
entre ellos alguno:; oficiales destituidos con sus
uniformes y charreteras, puestos á la cabeza del
tumulto. Tambien había alg'unos ex-convenciona-


L


les en trage de representantes , y aun se dice que
estaba allí el mismo Drouet, que se habia queda-
do oculto en Paris des pues de su evasión. Estaba
patrullando en la ciudad un oficial de la guanlia
del directorio con t O soldados de á caballo cuan-
do le avisaron del motin que se habia armado en
Vaugirad y habiendo acudido allí con su corto
destacamento, le salieron á recibir con una des-




154 REYOl.UClON FUANCESA.
carga cerrada, acometiéndole 200 hombres arma--
dos que le precisaron á retirarse á toda brida. ln-
mediatamente fue á ponel' sobre las armas la guar-
dia del directorio y envió un oficial al campo de
Grenelle para dar el alarma. Tampoco se descuida-
ron los patriotas, sino que acudieron al campo al-
gunos centenares de ellos dirigiéndose hacia el
cuartel del2 t de dmgoncs, ó antigua legion de po-
licia, y procuréu'on corromperle diciendo que ve-
nian á fraternizar con él. Al momento salió de su
tienda el gefe de escuadrón Malo t que mandaba el
regimiento y montando á caballo medio vestido
reunió al rededor de sí algunos oficiales y los dra-
gones que pudo encoritrar , y cargó á sablazos
contra los fraternizadores. Aquel ejemplo decidió
á los soldados, que echando mano á sus caballos
pegaron contra el gnlpo y no tardaron en disper-
sarle matando ó hiriendo á un gran número de in-
dividuos, y cogiendo prisioneros á 132. El ruido
de aquel combate despertó á todo el campamento
que inmeciiatamente se puso sobre las armas y
conmov ió á todo Paris, Pero no tardaron en sose-
garse_ cuando se supo la locura intentada por
aquellos botarates. Mandó el directorio encerrar á
los 132 prisioneros y pidió á los consejos la auto-
rizacion para hacer visitas domiciliarias á fin de
coger á muchos sediciosos que habia ocultos en
diferentes barrios, los cuales por estár heridos no




D-IRECTORlO (1796). 155
habían podido escaparse de Paris. Como habian
hecho pallte de una reunión armada estaban suje-
tos á la jurisdicion militar, y asi se les entregó á
una comision , que principió por mandar fusilar
á unos cuantos. No estaba todavia concluida la Ol'-
ganizacion del gran tribunal nacional, y se man-
dó apresurar su instalacion para dar principio al
proceso de Baboeuf,


No se le dió á esta tentativa mas importancia
de la que, realmente merecia , y asi se la tomó por
una de aquellas imprudencias que caracterizan á
los partidos moribundos, y solo los enemigos de
la revolución fueron quienes afectaron darle algu-
na para tener ocasion de decir que se vol via al
réginlen del terror y causal' inquietudes; mas en
lo general causó poco susto, sirviendo aquel ata-
que insensato para probar mas que otros muchos el
triunfo del directorio, pues se veia establecido de-
finitivamente, y tenian que renunciar los partidos
á acabar con él por la fuerza.


Tales fueron los sucesos principales que ocur-
rieron en el interior; y mientras que se iban údar
por fuera nuevos combates, también se prepara-
ban en Europa importantes negociaciones. Estaba
en paz la república francesa con muchas potencias
pero no tenia alianza con ninguna, y los mismos
que anteriormente decian que no seria reconoci-
da por nadie, aseguraban ahoraque jamas tendria




KEVOLUCION «[UNe ESA,


un aliado. Para responder á estas insinuaciones
malévolas pensaba el directorio en renovar el pac-
to de familia con España, y proyectaba una cuá-
druple alianza entre esta, la Francia, Venezia y
la Puerta otomana , pOI' medio de la cual, como
compuesta de todas las potencias del Mediodia
contra las del Norte, dominaria el Mediterráneo
y el Oriente, daria inquietudes á la Rusia, alue-
nazaria la espalda del Austria, y suscitaría una
nueva enemiga marítima á la Inglaterra. Ademas
propcrcionaria esta alianza grandes ventajas al
ejército de Italia, asegurándole el apoyo de las es-
cuadras venezianas y 30 mil Esclavones.


Entre las potencias la mas facil de decidir era
la España, porque tenia quejas contra la Ingla-
terra que venian desde el princi pio de la guerra,
siendo la primera de estas la conducta observada
por los Ingleses en Tolon, y el secreto gllal'dado
con el almirante español cuando se pensó en la
espedicion de Córcega. Otros rnayores cargos tenia
tambien después de la paz con Francia , porque
los Ingleses habian insultado sus navios , detenido
municiones que venian para ella, violado su ter-
ritorio , ocupado puestos peligrosos en América,
quebrantado las leyes de aduanas en las colonias,
y procurado abiertamente suhlevarlas. Unidos es-
tos motivos de descontento con las ofertas brillan-
tes del directorio que la daban esperanzas de re-




DIRECTORIO (1796). 157
cobrar posesiones en Italia, donde las victorias lo
hacían creible todo, decidieron por fin á la Espa-
ña á firmar el dia 2 de fructidor (19 de agosto), un
tratado de alianza ofensiva y defensiva con Fran-
cia bajo las bases del pacto de familia. Segun él,
se garantizaban aquellas dos potencias mútuamen-
te todas sus posesiones en Europa y en las Indias
y se prometían con reciprocidad un socorro de 18
mil hombres de infanteria , 6 mil caballos, 15 na-
vios de alto bordo, 15 de 74., 6 fragatas y 4 COl'-
vetas, cuyo SOCOl'ro hahia de prestarse á la pri-
mera requisición de cualquiera de las d03 poten-
cias que estuviese en guerra.


Se enviaron instrucciones á nuestros embajado-
des para que hiciesen conocer á la Puerta y á Vene-
zia todas las ventajas que dehian seguírselas de
concurrir á semejante alianza.


No estaba pues tan aislada la república france-
sa, pue')to que había suscitado una nueva enemi-
ga á la Inglatena , y ya se esperaba que no tar-
daria en declararse la guerra entre esta última po-
tencia y la España apenas se firmase el tratado de
alianza.


Al mismo tiempo preparaba el directorio otros
obstáculos á Pitt ; pues hallándose Hoche al fren-
te de 100 mil hombres repartidos en las costas del
Oceano , y estando sometidos el Vendée y la Breta-
ña , tenia vivísimos deseos de emplear sus fuerzas




158 l\EYOLWCION FRANCE6,\.
de un modo mas digno de él, Y añadir nuevas
hazañas á las de 'Veissemburgo y Landeau. Suji-
rió al 'gobierno un proyecto que estaba meditan-
do hacia ya mucho 'tiempo , y era una espedicion
á Irlanda, diciendo que pues ya se hahia alejado
la guerra civil de las costas de Francia, era preci-
so llevársela á los Ingleses revolucionando á los
católicos de Irlanda en 'cambio de los males que
nos habian hecho sublevando á los Poitevinos y
Bretones. Era el momento de los mas favorables,
porque estaban los Irlandeses mas indispuestos que
nunca contra la opresión del gobierno ingles, y
corno el pueblo de 103 tres reinos sufria borrible-
mente con la -guerra, era natural que se exaspe-
rase muchísimo mas si á ella se agregaba una in-
vasion, Tenia Piu muchos apuros económicos y
podian seguirse grandes consecuencias de la em-
presa dieigida por lIoche, por lo cual se aprobó
inmediatamente el proyecto, y el ministro de
mar-ina Truguet, que era un escelente republicano
y hombre de capacidad le apoyó con todas sus
fuerzas. Reunió una escuadra en el puerto de Brest,
y no perdonó medio para armarla conveniente-
mente, segun lo permitia el estado de nuestra
hacienda. Procuraba Hoche juntar las mejores
tropas de su ejél'cito, y las fue aproximando á
Brest para embarcarlas, cuidando de esparcir di-
ferentes voces, ya de una espedicion _á Santo Do-




DIRECTORIO (1796). 159
mingo , ya un desembarco en Lisboa para echar á
los ingleses de Portugal de concierto con La España.


Como la Inglaterra sospechaba algo de aquellos
preparativos, estaba seriamente inquieta, y aque-
lla alianza ofensiva y defensiva entre Francia y Es-
paña la hacia presagiar otros nuevos peligros, asi
como las derrotas del Austria la inspiraban el
temor de perder muy en breve á su último y po-
deroso aliado. Sobre :todo la hacienda se hallaba




en un estado fatal, porque el banco habia disllli-
nuido sus descuentos, principiaban á escasear los
capitales, y se habia acordado un empréstito para
el emperador, con el fin de que no saliesen nue-
vos fondos de Londres. Se hallaban cerrados los
puertos de Italia para los navios ingleses, y no
tardarian en estado los de España, corno lo esta-
ban los del Oceano hasta el Texel; con todo lo
cual se veia muy amenazado el comercio de la
Gran Bretaüa. Aiiadíanse á estas dificultades las de
una eleccion general, porque el parlamento toca-
ba ya en su séptimo año, y era necesario .reele-
girle todo entero, lo cual se empezaba á hacer
entre los gritos de maldicion contra Pitt y contra
la guerra.


Casi todo el imperio .habia abandonado la cau-
sa de la coalicion, y los estados de Baden y Wur-
temberg acababan de firmar la paz definitiva per-
mitiendo á los ejércitos belig-erantes el paso pOI'




t60 REVOLUCION FRANCESA.
su territorio. Se hallaba inquieta el Austria al ver
dos ejércitos franceses en el Danubio y otro en el
Adige que parecia cerrar la ltalia, por lo cual
habia enviado á W urrnser con 30 mil hombres
pal'a recogel' muchas reservas en el Tirol y reu-
nir y organizar los restos del ejército de Beaulieu ,
y bajar á la Lombardia con ,60 mil soldados. Por
esta parte no se creia en tanto peligro , y aun has-
ta cierto punto se tenia por segura, pel'o la asus-
taba mucho la del Danubio y allí paraba toda su
atencion. Para impedir los rumores que se anda-
han esparciendo habia prohibido el consejo áuli-
co que se hablase en Viena de los sucesos políti-
cos, y organizado una leva de voluntarios sin des-
cuidarse en equipar y armar nuevas tropas. Cata-
lina que no cesaba nunca de prometer aunque
nunca cumplia, la hizo entonces un gran servicio
cual fue el de garantizar al Austria las Galitcias,
con lo cual pudo sacar de allí las tropas que te-
nia y encaminarlas hácia los Alpes y el Danubio.


Así la Francia asustaba en todas pal'tes á sus
enemigos , y se esperaba con impaciencia lo que
iba á decidir la suerte de las armas en las orillas
del Danubio y del Adige, pues en la linea in-
mensa que se estiende desde la Bohemia hasta el
Adriático iban á chocar tres ejércitos contra Otl'OS
tres y decidir los destinos de la Europa.


En Italia no se habia cesado de negociar entre




"DIREctoluo (1796). 161
tanto que volvian á principiarse llas hostilidades,
y se había concluido la paz con el Piamonte dos
meses des pues de firmado el armisticio, POI' aquel
tratado se estipuló la cesion definitiva del dueado
de Savoya y del condado de Niza á la Francia ; la
destruccion de las fortalezas de Susa V la Brunetta


.;


que estaban situadas en el 'desembocadero de los
Alpes; la ocupación durante la guel'ra de las pla-
zas de Coni , Tortona y Alejandria; el pa[o libre
de las tropas francesas POl' los es.tados del Piamon-
te durante el cual se la surtiria de todo lo nece-
sario. Hubiera deseado también el directorio, á
instancias de Bonaparte una alianza ofensiva y de-
fensiva con el rey del Piamonte, para disponer
de los diez ó quince mil hombres de su ejército;
pero en' cambio exigia aquel príncipe la Lombal'-
dia de que todavia no podia disponer la Francia ,
pues la reservaba para servir de' equivalente á los
Paises Bajos, y habiéndose reusado aquella con-
cesión , no quiso consentir el rey en la alianza.


Nada habia terminado aun el directorio con Gé-
nova, sino que continuaban las disputas sobre
volver á Ilamar á las familias desterradas , yespul-
sal' á las que eran feudatarias del Austria y de Ná-
poles , como tambien sobre la indemnizacion qne
habia de darse por la fragata Modesta.


En la Toscana eran bastante amistosas las rela-
ciones, pero con todo eso no dejaban de suscitarse
~. 11




162 RFVOLUCION FRANCESA.
algunos gérmenes de discordia con ocasion de los
medios que se habian empleado con los; comer-
ciantes de Liorna para hacerles declarar las mer-
cancias pertenecientes á los enemigos de la Fran-
cia. Nápoles y Roma habian enviado agentes á
París segun lo convenido en el armisticio, pel'o
ofrecia bastantes dificultades la negociacion de
paz", porque era evidente que las potencias agual'-
daban para concluirla ver lo que. daban de sí los
acontecimientos de la guen'a. Los pueblos de Bo-
lonia y Ferrara co"ntinuaban en su exaltacion por
la libertad que habían conseguido provisionalmen-
te. La regencia de .Módena y el duque de Parrna
pernlanecian inmóviles, y la Lombardia aguardaba
con inquietud el resultado de la campaña. Se ha-
hian hecho muchas instancias al senado dé Vene-
zia 'con el doble objeto: de hacerle concurrir al
proyecto de la cuádruple alianza, y proporcionar
un auxiliar útil al ejército de Italia. Ademas de las
insinuaciones directas que habian hecho nuestros
embajadores en Constantinopla y Madrid, hicie-
ron otras indirectas, é insistieron fuertemente con
las legaciones de Venezia para demostrar las ven-
tajas del pl'oyecto, pel'o fueron inútiles todos
aquellos pa&os, porque Venezia detestaba á los
Franceses desde que los vió en su territorio yem-
pezal'on á esparcir sus ideas en las poblaciones."


* Ni mas ni menos que en Vene~ia les ha sucedido y su-




bInECrO RIO (t 796). 163
En términos que lejos de atenerse á la neutralidad
desannada , estaba por el contrario armándose con
-actividad , y habia dado órden {¡ los comandantes


-cede á los Franceses en tedas partes, siendo lo singular que
esta nacion tan dulce, tan amable, tan civilizada y tan pro-
~wnsa á socorrer la humanidad sin distincion de opiniones ni
partidos, parece que olvida todas estas preciosas cualidades
luego quc sus ejércitos pisan cualquier territorio estrangero ,
Nosotros hemos vivido largos años en Francia y tenido mil
ocasiones de admirar las virtudes de esta nacion y de compa-
rarlas ventajosamente con las de otros pueblos; pero tambien
hemos presenciado Ó sabido de un modo cierto la funesta im-
prcsion que sus soldados han dejado universalmente en todos
los pueblos que han tenido que sufrir su yugo. No habla-
mos de la España pOI' que son demasiado recientes las llagas
que dejó abiertas su indisciplina y rapacidad; pero en esa mis-
ma Italia donde han entrado tautas vecescorrro conquistadores,
no han podido nunca consolidar su dominacion, sucedién-
doles lo mismo en la Bélgica y en casi todas sus fronteras.
Sin ernhargo de eso ¿ quien podrá decir que el soldado fran-
ces sea mas duro, ni mas exigente, ni mas cruel que otro al-
guno con sus enemigos? Al contrario , apenas se conocen otros
mas fáciles de desarmar con la vista de las desgracias, ni que
con mas facilidad se presten á frater-nizar con los vecinos de
los pueblos, Pero tienen un vicio, particularmente sus gefes
y oficiales que es el de una esclusiva insoportable por los usos
y costumbres de su pais , tratando de bárbaros á todos los que
no piensan, comen y visten como elios. Se mezclan en todas
las interioridades de las casas hasta el punto de querer man-
gonear en ellas demodo que aparezca que son los verdaderos
«lueiíos asi como de las person:ls quc las hahitnu Desprecian




164 IlEVOLUCION FRANCESA.
-de las islas para que enviasen á las lagunas 10-5
navíos y tropas disponibles que tuviesen , man-
-dando venir los regimientos esclavones de la Ili-
riav Elproveedor de Bergamo, estaba armando se-
cretamante á los paisanos supersticiosos del Berga-
masco, y se andaban rec,ogiendo á toda prisa fon-
dos asi de contribuciones como de donativos vo-
luntarios.


tuvo por conveniente Bonaparte disimular por
el momento con todos y hacer qUl~ durasen las
negociaciones sin procurar terminarlas., como si
ignorase aquellos preparativos hostiles hasta que
los próximos combates decidieran de nuestra per-
manencia ó espulsion de la Italia. Tampoco con-
venia agitar las cuestiones quehabia que deba-
tir con Génova, dejándola en la persuasion de


todo 'lo que no se asernejeó pOI' ]0 menos imite á su Paris.
Propalan demasiado sus triunfos de toda especie. Son poco
tolerantes con los que tienen la desgracia de no ser de la opi-
nion que entre ellos esté de moda, y últimamente, haciendo
tal vez muchas menos estorsiones que otros harían en igual
caso, ofenden mucho mas el amorpropio de los vencidos, y
nadie ignora que el hombre es capaz de aguantar y aun per-
donar todas las injurias menos la humillación. Muchorecela-
mos que estos defectos de carácter mas que ninguna otra cau-
sa les impedirá tambien colonizar á Argel después de haber
hecho para ello inmensos sacrificios. Inútil es decir (Jlle estos
rasgos generales, admiten un gran numero de escepciones,


(N. del T.)




D'lI1ECTORlO (1796). -165
que estábamos satisfechos con las ventajas. conse-
guidas á fin de que no se nos convirtiesen en ene-
migos en el caso de una retirada. Lo mismo habia
qne hacer con el gl'an duque de Toscana sin darse
pOI' quejosos de la conducta que observaba en
Liorna, Es evidente que Bonaparte no. creía que
conviniese dejar en aquel ducado á un hermano
del emperador, pero no convenia escamarle de
pronto; y asi habiendo espedido un acuerdo los
comisionados del directorio Garrean 2 V Salicetti
mandando salir á los emigrados Franceses de las
inmediaciones de Liorna, les esceihió una carta
Bonaparte, en que sin miramiento ~1 su dignidad
les reprendia severamente por haber infringido
sus poderes y descontentado al gran duque usur-
pando cn sus estados la autoridad soberana. Con
respecto á Venezia queria tambien conservar el
statu qua, y solo se quejaba altamente de algunos
asesinatos cometidos en los caminos y de los pre-
parativos que se hacian ti "su vista. No tenia otro
objeto en insistir en aquellas quejas, mas que el
de continuar viviendo á su "costa y mantener un
pretesto pal'a que la república les multase en al-
gunos millones si triunfaba de los Austriacos; y
así esceihia diciendo: « Si salgo vencedor, me
bastará una simple estafeta para terminar todas
las dificultades que ahora me suscitan. )


Ya babia caido en su poder el castilo de Milan,




HEyotUCJON Fl{A.~CES.I,..


rindiéndose prisionera la gual'nIClOn, y se habia
trasladarlo toda la artilleria al sitio de Mantua,
donde estaba va reunido un materral considera-


.;


bIe. Bien hubiera querido concluir el sitio de
aquella plaza antes que llegase á socorrerla el
nuevo ejército austriaco. I\Jas no se 'atrevia á em-
plear en el bloqueo sino el número de tropas< es-
trictamente necesaria por causa de las fievres que
asolaban las inm-ediaciones ; pel'O con, todo la te-
nia estrechada muy de cerca, y se proponia en::-
sayal~ una de aquellas soqJrcsas, que segun sus es-
presiones solo dependian de un ga1~SOÓ de un perro;
Olas la baja d~, las aguas impidió pasar las harcas
que debian conducir tropas disfrazidas. Desde en-
tonces renunció pOl' el pronto á hacerse dueño de
:Mantua, y además llegaba ya W Ul'IR"Cr, y era
preciso acudir á lo mas urgente.


Cuando entró el ejército en Italia constaba de
Hnos treinta y tantos mil hombres y solo habia
recibido algunos cortos refuerzas pal'a reparar sus
pérdidas, pues solo habían llegado 9000 hombres
de los Alpes , y todavia estaban en marcha las di-
visiones sacadas del ejército de Hoche. Gracias á
aquellas 9000 hombres y Ú los enfermos que iban
saliendo de los hospitales de la Provenza , y del
Var se habían reparado los efectos del fuego con
algun sobrante , de suerte que se contaban al re-
dedor de 45 mil hombres repartidos entre el Adi-




DIRECTORIO (1796). 167
ge y el sitio de Mantua cuando Bonaparte volvió
de su correria pOl' la península. Las enfermedades
que adquirieron los soldados en aquel sitio, le re-
dugeron á 40 ó 42 mil hombres poco mas Ó' me-
nos. A esto se reducia su verdadera fuerza, pues
no habia dejado Ilonaparte mas que algunos de-
pósitos en Milan, Tortona y Liorna, y con tan cor-
to número habia puesto fuera de combate dos
ejércitos, uno de Piamonteses y otro de Austria-
cos, y ahora se proponia vencer á otro mas forrni-
dable que los precedentes.


Llegaba Wurmser al frente de 60 mil homhres,
cuya mitad se componia de escelentes tropas sa-
cadas del Hhin , y la otra de los restos de Beau-
lieu y de los batallones que habian venido del in-
terior de Austria. Mas de 10 mil estaban encerra-
dos en Mantua , sin contar los en ferrnos , y asi el
ejército total escedia de 70 mil hombres. Bonapar-
te tenia tO mil al rededor de Mantua y no le que-
daban mas que unos 30 mil para oponerse á los
60 que }ban ú desembocar del 'I'irol, Siendo tan
desiguales las fuerzas , bien se necesitaba suplil'-
las coa el valor de los soldados y con un genio
Il1UY fecundo de parte de su general.


El teatro en que habia de verificarse aquella lu-
cha eru la línea del Adige áqne Bonaparte daba tan-
ta importancia , por las razones que ya dejamos es-
puestas. No tenia el Adige la estencion que el Pó





16R REVOI.UCION FRANCESA.
y los rios (lue desembocan en él, confundiendo- su
línea con la suya, sino que bajaba directamente'
al mar después de nn corto curso, y no el'a va-o
deable ni podia ser envuelto pOi' el Tirol como el
Brenta , el Piavia y los rios que se adelantan mas
hácia el e~tremo.de la Alta Italia. Ha sido testigo
este ~rio de acontecimientos tan magníficos , que
bien merece describamos su curso con algun es-
mero,


Forman las aguas del Tiro] dos lineas. que son
las del "Mincio y el Adige casi paralelas y que se
apoyan la una á la otra, Una parte de aquellas
aguas forma un lago estenso en las rnontañas, que
tiene por nombre el lago de Garda y sale de él
en Pescan. para atravesar la llanura del Mantua-
no, tomando el nombre de rio Mincio , y for-
mando luego un nuevo lago al rededor de Man-
tua , viene á reunirse con el Bajo Pó. El Adige
se forma de las aguas que caen de los altos 'Valles
del Tirol y corre mas allá de la línea precedente,
bajando por entre las montañas paralelas. al lago
de Garda , y desemboca en la llanura á las inme-
diaciones de Veroua ,desde donde corre parale-
lamente al Mincio formando un lecho profundo y
ancho hasta Legnano , dejando á las pocas leguas
de esta ciudad de estar encajonado sino que for-
ma inundaciones y pantanos intransitables, que
interceptan todo el espacio comprendido entre




DlRECTOR10 (1796). 16~
Legnano y el Adriático, Tres caminos se presen-
taban al enemigo, uno de los cuales atravesando'
el Adige á la altura de Roveredo ántes del naci-
miento del lago de Garda pasaba al rededor de
este lago y venia á pal'ar á sus espaldas en Salo,
en Gavardo y:en Brescia. Los otros dos saliendo de
Roveredo , seguian las dos orillas del Adige du-
rante su CUl'SO por las del lago de Garda. El que
pasaba por la orilla derecha, circulaba entre el
rio y el lago atravesando montañas , y venia á pa-
rar á la Ilanura entre el Mincio y el Adige. El otro
que seguia por la orilla izquierda, salia á la mis-
ma llanura junto á Verona y caia en frente de la
linea defensiva. El primero de estos tres caminos"
esto es, el que atravesaba el Adige ántes del naci--
miento del lago de Garda, ofrecía la ventaja de
flanquear á un tiempo las dos lineas del Mincio
y del Adige , pues conduce á las espaldas del ejér-
cito que las defendia; pero no era fácil de transi--
tal' sobre todo para la artilleria de montaña, y so-
lo podia servir para hacer alg'una di version, mas
no para una operacion principal. El segundo que
hajaba de las montañas entre el lago y el Adige
atravesaba el rio en Rivalta ó en Dolce en cuyos-
puntos estaba poco defendido; pel'o circulaba por
las montañas por entre posiciones faciles de defen-
derse como las de la Corona y Rivoli. Ultimamen-
te el tercero que circulaba del otro lado del rio




t70 REVOLUCIO~ FRANCESA.
hasta en medio de la llanura desembocaba este-
r iormente y venia á caer en la parte 'mejor defendi-
da de su curso, que es desde Verona á Legnano.
POI' tanto los tres caminos 'ofrecian grandes difi-
cultades; porque el primero no se podia ocupar
mas que por algun destacamento, el segundo, que
pasaba entre el lago yel r io , encontraba las posi-
ciones de la Corona y Rivoli , y el tercero se en-
centraba con el Adige, que desde Verona á Leg-
nano corre por un lecho estenso y profundo y ade-
mas está defendido por dos plazas que no distan
mas de 8 leguas una de otra.


Habia situado Bonaparte al general Sauret 3 con
3,000 hombres en Salo para guardal' el camino
que desemboca á espaldas del lago de Garda; y
lVIassena con 12,000 interceptaba el que pasa en-
tre el lago y el Adige ocupando las posicione~ de
la Corona y Ri voli. Dcspi nois lt estaba con .5,000
en las iumcdiacioues de Vcrona : Aug;ereau con
8,000 en Legnano ; y Kilmaine con 2,000 caballos
y la artilleria ligera, se hallaba en reserva en una
posicion central en :Castel-Novo. Allí fue donde
Bonaparte situó su cuartel genel'al para mante-
nerse á igual distancia de Salo, de Rivoli y de
Verona. Como miraba con suma importancia esta
última plaza que abrazaba tres puntos sobre el
Adige , y no tenia mucha confianza en las inten-
ciones de Venezia , pensó en hacer salir de allí á




DIRECTORIO (1796). t 7J
los l'egimielltos Esclavones, diciendo que estaban
en mala inteligencia con las tropas francesas, y
bajo pretesto de evitar riüas , los mandó salir de
la plaza. Obedeció el proveedor y no quedó en Ve-
rona mas que la guarnicion frances«.


Wurmser habia llevado su cuartel general á
Trento y Roveredo , y destacó 20 mil hombres ba-
jo las órdenes de Quasdanowitch para tomar el
camino que rodea el lago de Garda y vino á de-
sembocar sobre Salo. Tomó consigo 40 mil y los
distribuyó en 'los dos caminos que pasan por la
ori Ha del Adige, debiendo unos atacar- á la Coro-
na y Ri voli , y otros desembocar en Verona. De es-
ta suerte contaba con envolver al ejército frances,
{lue viéndose atacado á un tiempo pOl' el Adige
y por la espalda del lago de Garda, se veia espues-
to á ser forzado por su frente, y cortado tmn-
bien por su linea de retirada.


Era gTande la reputación de Wurrnser en toda
la Italia que aguardaba su venida, y el partido
enemigo de la independencia italiana * estaba lle-
no de gozo y osadia, Particularmente los Venezia-
nos no podian disimular su satisfaccion , y los sol-
dados esclavones andaban por las plazas públicas
dando apretones de mano á los que pasaban y pi-


,. Prevenimos al lector t.IlIe MI'. Thiers suele llamar inde-
pendencia al tránsito desde una domiuacio n é.Í otra. (N. del T.)




172' RE'VOLUCION FRANCESA.
diendo el precio de la sangl'e francesa que iban á'
derramar. En Roma fueron fnsultados los agente~
de Francia, y contando el papa con la esperanza
de una próxima restauracion, mandó retroceder
los carros que llevaban el primer pago de la con-
tribucion que se la habia impuesto, y aun volvió
á enviar su Legado á Bolonia y á Ferrara. Ultima-
mente la corte de Nápoles tan insensata como siem-
pre, olvidando las condiciones del armisticio, man..
dó salir sus tropas á las fronteras de los estados
romanos. Por el eontrario , reinaba la mayOl' in-
quietud en las ciudades adictas á la Francia y á la
libertad y esperaban con impaciencia las noti-
cias del Adige. Aquella imaginacion italiana que
todo lo abulta, habia exagerado tambien la despro-
porcion de las fuerzas, pues se decia queWurrnser
llegaba nada menos que con dos ejérc tos, el uno
de 60 y el otro de ISO mil hombres, y se pregunta-
han unos á otros como habia de componel'se aquel
puñado de Franceses pal'~l resistir á una masa tan
enorme de enemigos, repitiendo aquel famoso pro-
verbio de que la Italia era el sepulcro de los Franceses.


El dia 11 de thermidor año IV (29 de julio)
se encontraron los Austriacos en presencia de
nuestros puntos avanzados, y los sorprendieron á
todos ; y habiendo llegado á Salo el cuerpo que
vino rodeando el lago de Garda , rechazó de allí
al general Sauret. Solo se quedó el general.




'DIRECTORIO (17~l6). 173
Guyeux s con algunos centenares de hombres,
y se encerró en un antiguo edificio, de donde
reusó saljr por mas que careciese de .pan , agua y
casi de municiones. Conigual v.entaja avanzaron
los Austriacos por los dos caminos que siguen la
'orilla del Adige , y forzaron la importante posi-
cion de la Corona entre este rio y el lado de Gar-


-da : y pOl' último atravesaron tamhien el tercer
camino y vinieron á desembocar delante de Vero-
na. Bonaparte recibia todas estas noticias en su
-cuartelgeneral de Castel-Novo , sucediéndose los
correos unos á otros, y supo el 30 de julio que los
Austriacos se habian dirigido desde Salo á Bres-
-cia,cortándole su retirada á l\lilan; -que la posi-
cion de Rivoli estaba forzada como la de la Coro-
na, y que les Austriacos iban á pasal' el Adige pOI'
todos los puntos. Era dificil conservar su sereni-
dad en una situacion tan apurada habiendo per-
dido su línea de defensa y la de retirada; y co-
mo era la primer desgracia que le sucedia, bien
fuese por la enormidad del peligro, ó porque es-
tando dispuesto á tornar una resolucion temeraria
quisiese repartir su responsabilidad con sus gene-
rales, les pidió per primera vez su dictámen 1un-
tándolos en un consejo de guerra. Todos opinaron
por la retirada , porque no teniendo ningun pun-
to de apoyo y después de perdido uno de los t:a-
minos de Francia, no habia nadie que tuviese por




174 REVOLUCION FllANCESA.
prudente mantenerse allí. Solo Augereau , que en
aquellos dias críticos adquirió su mayor gloria, in..
sistió fuertemente porque se tentase la fortuna de
las armas, Era joven y fogoso y habia aprendido
bien en los arrabales el Icnguage de los campos, y
asi declaró que tenia muy buenos gTanaderos y que
estos no se retirarian sin combatir, Era poco capaz
para juzgar de Ies recursos que todavia ofrecia la
situación de los ejércitos y la naturaleza del ter-
reno, pero sin escuchar mas que su propio valor,
supo comunicar su ardor gueLTeL'O al genio de
Bonaparte. Este despidió á sus generales sin mani..
festar su opinion pero ya tenia resuelto su plan.
Por mas que estuviese forzada la línea del Adige
y flanqueadas las del Mincio y del lago de Garda ,
era tan hueno el terreno en que se hallaba, que
todavia ofrecia recursos á un hombre resuelto.


Divididos los Austriacos en dos cuerpos, baja-
ban por las dos orillas del lago de Garda, y una
vez reunidos en la punta del lago tenian 60 mil
hombres para aniquilar á 30. Pero concentrándo-
se en la dicha punta podia impedirse su reunion ,
y formando rápidamente una masa principal, se
podia destruir á los 20 mil que habian flanquea-
do el lago 'y volver inmediatamente hacia los 40
mil que habian desfilado entre el lago y el Adige.
l\fas para ocupar la punta de lago era preciso atrae r
todas las tropas del Bajo Adige y del Bajo Mincio:




DlRECTORIO (1796). 175
sacar á Augereau de Legnano y á Serrurier de
lUantua, pOl'que era imposible mantener una línea
tan estensa, No hay duda en que era un gran sa-
crificio, porque se estaba sitiando á Mantua des-
pues de dos meses, se habia llevado allí un mate-
rial inrnenso, iba á rendirse la plaza, y si se la
dejaba surtir de nuevos víveres, se perdia el fru-
to de tan largos trabajos , y una presa casi segura.
Con todo eso no vaciló Bonaparle, y entre dos oh-
jetos importantes ambos , supo elegir el que lo era
mas y sacrificar el otro: resolucion sencilla que
aunque no pinta el gran capitan, ~'p{)r lo menos
indica el hombre grande. No solamente en la guer-
ra mas tambien en política y en todas las situa-
ciones de la vida suelen presentar3e dos objetos
que se querrian poseer ambos y ambos se pierden
por lo mismo , pero Bonaparte tuvo la fuerza me-
nos comun de lo que se cree de hacer la elección
del sacrificio. Si se hubiera empellado en conser-
var todo el curso del Mincio desde la punta del la-
go de Garda hasta Mantua, indudablemente la ha-
bria penetrado el enemigo; y si se concentraba
sobre Mantua empeñándose en cuhrirla, hahria
tenido que combatir contra 70 mil hombres, esto
es contra 60 mil de frente y .contra 1o mil por la
espalda. Por eso sacrificó á Mantua y se concentró
en la punta del lago de Garda. Despachó inmedia-
tamente órden á Augereau para que saliese de Leg-




116 RHVOLUCION FRANCESA.
nano, yá Serrurier pal'a que ahandonaseá Man-
tua y viniesen á concentrarse cerca de Valeggio y
Pescara sobre el Alto Mincio , en consecuencia de
lo cual la noche misma del 31 de julio quemó Ser-
rurier sus cureñas, clavó sus cañones, enterró sus
proyectiles, yarrojó al algua la pólvora para ir á
reunirse con el ejército activo.


Bonaparte sin perder un instante quiso mar-
char de contado contra el cuel'po enemigo que es-
taha mas adelantado y era el mas peligroso por la
posicion que habia ocupado. Era este el de los 20
mil hombres de Quasdanowich , que habia desem-
bocado por Salo, Gavardo y Brescia á espaldas del
lago de Garda., amenazando la comunicacion 'con
Milan. El dia mismo en que Serrurier abandona-
ba á Mantua, el 3 t de julio, retrocedió Bonapar-
te para ir á caer sobre Quasdanowich y volvió á
pasar el Mincio en Pescara con la mayor parte de
Sil ejército, Augereau le pasó tambien en BOl'g-
heto por aquel mismo puente que habia sido tea-
tro de una accion gloriosa en el momento de la
primera conquista. Se dejaron retaguardias para
vigilar la marcha del enemigo que habia pasado
el Adige , y mandó Bonaparte al general Sauret
que fuese á libertar al general Guyeux que estaba
encerrado en un edificio antiguo con 1,700 hom-
bres , sin pan ni agua, y eon todo se defendia he-
roicamente despues de dos di as. Resolvió marchar




DIUECTORIO (1796). 177
en perso,na sobre Lonato, donde acababa de avan-
zar Quastlanovich una división , y dió órdcn á
Augereau que' marchase á Brescia para volver á
abrir la comunicacion con Milan. Sauret pudo con-
seguir en efecto libertar á Guycux rechazando á
los Austriacos en LiS montañas y h acióndoles al-
gunos cientos de prisioneros; pero Bonaparte con
la brigada ulcmana , no tuvo tiempo para atacar ú
los Austriacos en Lonato , sino que fue prevenido
por ellos. Después de uno de los mas recios com-
bates rechazó al enemigo, entró en Lonato y les
hizo 600 prisioneros. Durante aquel tiempo mar-
chaha Augereau hácia Brescia , donde entró al dia
siguiente primero de agosto sin tirar un tiro, li-
bertó algunos prisioneros que nos habian hecho?
y forzó á los Austriacos el retroceder hácia las mon-
tanas. Quasdanovich que contaba tomar por la
espalda al ejército francés y sorprenderle , se que-
dó admirado al encontrar en todas partes tan
grandes masas que le hacian frente con tanto vi-
gOL' ; Y aunque habia perdido poca gente así en
Salo como en Lonato, tuvo por conveniente ha-
cer alto y no adelantarse mas hasta saber lo que
era de Wurrnser y de la principal masa austria-
ca , y así se detuvo allí.


Tambien Bonaparte se detuvo por su lado,
porque el tiempo era precioso, y no con venia apu-
rar un suceso mas de lo necesario. Le bastaba ha-


x. 12




178 REVOLUCION Fl\AN'CESA.
Ler impuesto respeto á Quasdanovich , y era in-
dispensable volver ahora á hacer fl'ente á Wurm-
ser. Para eso retrocedió con las. divisiones de Mas-
sena y Aug€l"eaU el dia 2 de agosto y situó la di-
vision del primero en Pont-San-l\farco y la segun-
da en lUonte-Chiaro, viniendo él ser vanguardias su-
yas las retaguardias que habia dejado en el Min-
cio. Era hien necesaria su llegada, pOl'que los 40
mil hombres de W urmser no solo habian pasado
el Adige, sino tambien el Mincio, y la division
de Bayalitsch habiendo cubierto á Pescara con un
destacamento y atravesado el Mincio iba avanzan-
do por el camino de Lonato.La division de Liptai
habia pasado el Mincio en Borghetto y rechazado
de Castiglione al general Valette 6 mientras que
Wurmser hahia ido con dos divisiones de infante-
ría y una de caballería á levantar el bloqueo de
Mantua Al ver nuestras cureñas reducidas á ceni-
za, nuestros cañones clavados, y todas las señales
de una precipitacion estremada , en lugar de sos-
pechar que pudiese ser cálculo del ingenio, lo
atribuyó á un efecto de pavor, y lleno de alegria
entró triunfante el luismo dia 2 de agosto en la
plaza que acababa de libertar.


Apenas llegó Bonaparte á Pont-San-l\Iarco y á
Monte-Chiaro, no se detuvo un instante, y aUI1-
que sus tl'opas no hubiesen cesado de andar, ni
apeádose él del caballo en todo el día, resolvió ba-




l)11U~CTORIO ('1796). 1'19
lil'se á la mañana sig-uiente. Tenia á su frente á
Bayalitsch en Lonatoy á Liptai en Castiglione~,
presentando ambos un frente de 25 mil hombres;
á los cuales era preciso atacar antes que W urrnser
volviese de Mantua. Acababa Sauret de perder se-
gunda vez á Salo, y Bonaparte volvió de nuevo á
enviar allí á Guycux pal'a que recobrase la posi-
cion y contuviese á Quasdanovich. Después de to-
madas aquellas precauciones veu su izquierda y
espalda , resolvió marchar de frente á Lonato con
Massena, y destacar á Augereau á las alturas de
'Castiglione, abandonadas la víspera par el gene-
ral Valctte, á quien destituyó en presencia del
~jército~ pal'a dar un ejemplo á sus tenientes de
que su principal obligacion era la firmeza, Al día
giguiente 3 de agosto se puso en movimiento todo
el ejército, entrando Guyeux de nuevo en Salo ,
con lo cual era mas imposible que nunca la Cf,)-
municacion de Quasdanovich con el ejército Au!-
triaco. Avanzó Bonaparte sobre Lonato pel'o fue
rechazada su vanguardia , le cogieron algunas
piezas y quedó prisionero el general Pigeon. 7 Or-
l:;'ulloso Bayalitschcon aquel suceso, se adelantó
con confianza y estendió sus alas al rededor de la
di vision francesa , en cuyo movimiento tenia dos
objetos, el uno envolver á Bona parte , y el otro
estenderse por su derecha para entrar en cemu-
nicacion con Quasc1anovich? cuyoscañOnaZ(H




180 REVOLUCION FRANCESA.
oía desde Salo. Sin asustarse Bonaparte por su es---
palda, se dejó envolver con una serenidad imper-
turbable, y enviando algunos tiradores hácia sus
alas amenazadas, tornó consigo á las dos medias
brig-adas 18. 111 :1 32. m<l , las puso en columna cerrada,
haciendo que las apoyase un regimiento de dra-
gones, y arremetió al centro del enemigo, que se
habia debilitado estendiéndose. Todo lo arrolló
con aquella valiente infanteria y penetró la línea
de los Austriacos, los cuales cortados en dos cuer-
pos perdieron el tino, y una parte de aquella di·
vision de Bayalistch se replegó apresuradamente
hácia el MilIcio, pero la otra que se habia esten-
di do para comunicarse con Quasdanovich se vió
repelida hácia Salo, donde Guyeux se encontra-
ba en aquel momento. Mandó Bonaparte perse-
guirla .sin descanso para ponerla entre dos fuegos
enviando á Junot" detras de ella con un regimien-
to de caballeria , y este se precipitó á galope, dió
muerte á seis enemigos por su propia mano, y
cayó herido de muchos sablazos. Cogida entre dos
fuegos la división fugitiva, esto es, entre el cuer-
po que :estaba en Salo y el que la seguia desde
Lonato, se desordena, se pone en denota, y deja
á cada paso millares de prisioneros. Mientras que
se terminaba aquella derrota, echa á correr Bo-
naparte hácia)a derecha dirigiéndose ú Castiglio-
ne, donde estaba batiéndose Augcreau desde por





mUECTORIO (179m t 8 t
la mañana con admirable valor. Convenia tornar
las alturas en que estaba situada la división de
Liptai , y después de un combate muy obstinado
que se principió repetidas veces, al fin se apoderó
de ellas, y cuando llegó Bonaparte encontró al
enemigo que se reti raba por todas partes, y á
esto se redujo la batalla llamada de Lonato, que
se verificó el 16 de thermidor , ó lo que es lo
mismo el dia 3 de agosto.


Eran lTIUY considerables los resultados, pues
se cogieron 20 piezas de artilleria , 3,000 prisio-
neros á la división cortada y se perseguian los res-
tos esparcidos pOi' las montañas, Tambien se co-
g"ieron de mil á mil y quinientos prisioneros en
Castiglione con 3,000 hombres muertos ó heri-
dos; causando el mayor espanto en el ánimo de
Quasdanovich, porque como veía delante de sí al
ejército frances , y al mismo tiempo estaba oyendo
el cañoneo lejano de Lonato ~ creía que eran iu-
mensas sus fuerzas y que estaban en todas partes.
También se dcsoruanizaron casi del todo las divi-


L


sienes de Bayalitsch y Liptai , que se replegaron
sobre Wurmser , el cual llegaba en aquel momen-
to con 13 mil hombres para reunir las do ... di\i~
sioncs batidas y principiaba ft estcnderse por las
llanuras de Castig"lione. Viole Bouaparte á la ma-
llana s,guicnte '.. (\e agosto 1'O\1l"\'S<' en \inca para
cspel'~r el combate ~ y determinó atacarle (le nuc-




182' RF."OU:CIO~ FnANCE~,t.
\'0 Y dar la {¡hitHa halaBa que dehia decidir (fe
la suerte de Italia. Pero para.e3o era necesario reu-
nir en Castiglione todas las tl'opns disponibles , y
así difirió para el dia siguiente dar aquella bata-
lla decisiva. Volvió corrieudo ú galope á Lonato
para activar pae sí mi smo el movimiento de sus
tropas, y reventó en pocos días cinco caballos '1
porque no fiaba Ú nadie la egecucion de sus ór-
denes, sino que queria verlo todo por sus propios-
ojos , y animal' á todo el mundo con su presencia.
Así es corno se difúnde una alma gl'antle á toda
una gníln masa de hombres y los inflama con su
fllcgo. Llegó ~ LOBato al medio dia ,dondc ya es-
taban ejec~llando sus órdenes y puestas en mal':'-
cha para CastigliollP. algunas de las tropas; las de-
mas se dirigian hácia Salo y Gnvardo. Solo queda-
ron en Lonato como UIlOS mil homhres , y apenas
entró aHí Bonaparte cuando se presentó un par-
lamentario austriaco él intimnr-le á que se rindiera.
Sorprend ido el general no podia comprender có-
uro se hallal», en presencia de los Austiiacos , pero
no lardó en caer en la cuenta de 'fue la di visión
cortadu el clia anterior en la batalla de Lonato em-
pplida húcia Salo, solo hubia sido cogida en par-
te, quedando un cuel'po de 4,000 hombres poco
mas ó menos, que anduvo errante toda la noche
por las montañas, y al ver casi abandonado á Lo-
nato procuraba penetrar en él y abrirse algun pa-




DIREC1'ORIO (1796). 183
so hácia el Mincio. Bouaparte no tenia mas que
1,000 hombres que oponerle, y sobre todo no te-
nia tiempo para dar un icombate; y así de repen-
te manda montar á caballo á cuantos oficiales
estaban á su alrededor , y que traigan á su
presencia el parlamentario y le destapen Jos
ojos. Asombrado estel al ver un estado mayor tan
numeroso, le dijo Bonaparte : «Infeliz ¿ con que
t: ignoras que estás en presencia del general en
« gefe que está aquí con todo su ejército? Ve in-
c mediatamente á decir á los que te envian que
«les concedo cinco minutos de Itiempo para ren-
« dirse , y que de lo contrario los ¡mandaré pasal'
t: á cuchillo en castigo del ultrage que han i nten-
"lt::ido hacerme.» Inmediatamente mandó acercar
su artilleria , amenazando hacer fuego sobre las
columnas que avanzaban. El parlamentario fue á
llevar la respuesta y los 4,000 hombres rindieron
las armas á solo 1,000. * Salvado Bonaparte con
aquella astucia y presencia de ánimo, espidió sus
órdenes para la lucha que iba á emprender, y
reunió nuevas tropas á las que ya se habian diri-
gido á Salo. Incorporó la división Despinois con la


,. El historiador Mr. Botta ha .pnesto ro duda est e hecho,
pero está confirmado por- una multitud de relaciones, y yo
tengo la prueba de su autenticidad con el testimonio del or-
denador en gcfe del ejército activo , l\Ir. Aubcrnon , que patló
revista .. estos q,OOO hombres.




184 UEVOLUCION FllANCESA.
de Sauret y aprovechándose ambos del ascendien-
te de la victoria, se les dió órden dc atacar ú Quas-
dannovÍch y repelerle definitivamente hácia las
montañas. Todo lo demas se lo llevó consigo á
Castiglione, á donde volvió pOI' la noche, duran-
te la cual no tornó descanso alguno, sino que des-
pues de mudar caballo, corrió al campo de bata-
lla para tornar sus disposiciones, como que aque-
lla jornada iha á decidir del destino de Italia.


Iba á darse el combate en la llanura de Casti-
glione , donde hay una série ele alturas formadas
por los últimos estribos de los Alpes, y se prolon-
gan desde la Chiesa al Mincio., por Lonato, Casti-
glionc y Solferino. Al pie de estas alturas se es-
tiende l.a llanura donde se habia de dar la bata-
lla, y los dos ejércitos se hallaban en presencia
uno de otro, perpendicularmente á la línea de las
alturas cn que ambos apoyaban una de sus alas,
Bonaparte su izquierda y Wurrnser su derecha.
Tenia ú lo mas Bonaparte 22 111il hombres y
\\Turmscr 30 mil con otra ventaja para. este último,
cual fue la de tener cubierta el ala que estaba en
la lIan u ra con un reducto situado sobre la colina
de Mcdolano , con el cual estaba apoyado por los
{los lados. Para cquilihrar las vcntajas del núme-
ro y dc la situacion , no contaha Bonaparte mas
(IUC con el ascendiente de la victoria y con sus ma-
niobras. El intento de Wurrnser debía ser el de




[}]RECTORIO (1796). 185
prolongar su derecha quc se apoyaba en las altu-
ras con el fin de abrirse comunicacion hácia Lona-
to y Salo, que es 10 mismo que habia hecho la
ante víspera Bayalitsch , pues ambos deseaban su
reunion con un destacamento tan fuerte. En lu"'-
gal' de impedirlo Bonaparte resolvió facilitar aquel
movimiento de que esperaba sacar un gran par-
tido. Tenia ahora bajo sus órdenes á la división
Serrui-ier, (1ue perseguida por W urmser desde que
habian abandonado ál\Iantua, no habia podido en
trar en línea hasta entonces, é iba llegando por Gui-
dizzolo. Mandole Bonaparte que desemLocase hácia
Cam-iana y se pusiese á espaldas deWurmser, sin
querel' principiar el combate hasta oir sus fuegos.


Desde el romper el dia principió la acción en-
tre los dos ejércitos y estando Wurmser impa-
ciente por atacar, puso en movimiento su dere-
cha al pie de las alturas y al verlo Bonaparte re-
plegó su izquierda compuesta de la división de
lUassena para :facilitar su movimiento y mantuvo
inmóvil su centro en la llanura. A poco tiemp o
oyó el fuego de Serrurjer y entonces sin (' ejar de
replegar su izquierda, mientras que Wurmser
prolongaba su derecha mandó atacar el reducto
de Medolano, contra el cual dirigió 20 piezas de
artilleria ligera y despues de haber estado caño-
neándole vivamente destacó al general Verdie-
res 9 con tres batallones de granaderos para tomar-




186 IlEVOtUCION FIlANCESA.
le. Avanzó aquel valiente general apoyado por un
regimiento de :cahalleria y se hizo dueño del re-
ducto, con lo cual quedó descubierto el flanco
izquierdo de los Austriacos y apenas se presentó
Serruvier en la Cauriana ocasionó la mayor in-
quietud en su espalda. Inmediatamente dirigió
Wurrnser una parte de su reserva hácia la iz-
quierda que se habia quedado sin apoyo y la
colocó en semicírculo para hacer frente á los
Franceses que desembocaban de l\'Iedolano. Si-
tuó lo restante de ella detrás para cubrir á
Cauriana y de este modo continuó haciendo
frente al enemigo. Pero Bonaparte aprovechándose
del momento con su acostumbrada prontitud ce-
só inmediatamente de retirar su izquierda y cen-
tro y dió á Augel'eau y el Massena la señal que
esperaban con tanta impaciencia. Este último
con la izquierrla , y el primero ton el centro car-
gan sobre la línca débil de los Austriacos y dan
sobre ella con el mayol' ímpetu. Al verse atacada
tan bruscamente por todo su frente y amenazada
por su izquierda y espaldas, principia á perder ter-
reno, lo cual redobló el esfuerzo de los Franceses
y viendo Wurrnser comprometido su ejército dió
al instante la señal de la retirada. Fueron persi-
guiéndole y haciéndole prisioneros y para poner-
le en completa derrota se necesitaba redoblar la
celeridad y empujarle en desorden hácia el Min-




DIRECTonlo (1796). t 87
eio, Pero como habia 6 dias que la tropa estaba
caminando y batiéndose sin interrupción no le
era posible avanzar y se pasó la noche en el mis-
IDO campo de batalla. Aquel dia no habia perdido
Wurrnser arriba de 2,000 hombres, pero esto no
impedía que hubiese perdido la Italia.


Al siguiente se dirigió Augereau hácia el puen-
te de Borg-llCto y l\Jassena delante de Pescara. El
primero comprometió un cañoneo al cual se si-
guió inmediatamente la retirada de los Austria-
cos y el segundo dió un combate de retaguardia
contra la división que había estado cubriendo á
Pescara, Tuvo Wurrnser que abandonar el Millcio
y volvió á tomar el camino de Rivoli entre el
Adige y el lago de Garda para volverse á entrar
en el Tirol. Fuele siguiendo Massena hasta Rivoli
y la Corona y recuperó aquellas dos posiciones.
Augereau se presentó delante de Verona donde
el proveedor Veneziano con el objeto de dar tiem-
po ú los Austriacos pal'a evacuar la ciudad y po-
ner en sal vo sus bagajes pedia dos horas de lél'-
mino antes de abrir las puertas, pero Bonaparte
la,;; mandó deri-ibar ú cañonazos. Estaban temblan-
do los Veroneses, que eran del partido del Austria
v no hahiun disimulado sus sentimientos cuando
.'


se ret.irarou de allí los Franceses , pel'O por lo
mismo hizo Bona p¿u'te que se guardasen con ellos
las mayores consideraciones.




188 UEVOLUCION FR,\NCESX.
Por la parte de Salo y Chiesa estaba Quasdano-


vich haciendo una penosa retirada por detras del
lago de Garda y quiso detenerse y defender el des-
filadero llamado Rocca-d'Aufo, pero le batieron y
perdió 1200 hombres, de suerte que en poquísi-
mo tiempo recohraron los Franceses todas sus an-
tiguas posiciones.


Habia durado 6 dias aquella campaña y en tan
corto espacio de tiempo puesto fuera de combate
á 60 mil hombres un ejército de poco mas de 30
mil. Perdió Wurrnser en aquella semana 20,000
soldados, de los cuales siete á ocho mil entre muer-
tos ó heridos y los restantes prisioneros. Se encon-
traba otra vez repelido á las montañas y reducido
á la imposibilidad de mantener el campo, que-
dando desvanecida aquella formidable espedicion
por solo un puñado de valientes, y debiéndose
unos resultados tan cstraordinarios é inauditos en
la historia á la prontitud y vigorosa resolución de
un general jóven. Mientras que los dos temibles
ejércitos cuhrian las dos orillas del lago de Garda
y cuando hatas los 111as valientes estaban ya du-
dosos, supo él reducir toda la campaña á una
sola cuestion que consistia en no permitir la reu-
nion de los dos ejércitos en la pnnta del lago , y
supo hacer un gTan sacrificio, que fue el del blo-
q neo de Mantua para concentrarse en el punto de-
cisivo, y dando alternativamente golpes terribles




·DIRECTORIO (1796). t 89
sobre cada una de las dos masas enemigas, en Sa-
lo , en Lonato y en Castiglione las habia dcsorga-
nizado sucesivamente y vuelto á echar á las mon-
tañas de donde habian salido.


Estaban llenos de asombro los Austriacos, al
paso que los Franceses trasportados de admira-
cion de su jóven genel'al, se hallan en el colmo
de su decision y confianza. Bastaba un batallon
para hacer huir á tres, y los soldados viejos que
le habian nombrado cabo de escuadra en Lodi le
ascendieron á Sargento en Castiglione. Fue muy
profunda la sensacion en Italia, y se llenaron de
gozo l\Iilan, Bolonia, Ferrara , las ciudades del du-
cado de l\Iódena y todos los amigos de la libertad"
al paso que se cubrieron de dolor los conventos y
todas las antiguas aristocracias; pero sobre todo
fue grandísimo el espanto que se propagó por los
gobiernos que habian cometido imprudencias, co-
mo Venezia, Roma y Nápoles.


Bonaparte conociendo bien su posicion, no cre-
yó que estaba terminada la lucha por mas que hu-
biese quitado á Wurrnser 20 mil hombres, por-
que todavia se retiraba aquel antiguo mariscal á
los Alpes con 40 mil ; y luego que los diese des-
canso, los reuniese y reparase sus faltas era de
presumir que volvería otra vez á caer sobre Italia.
Tambien Bonaparle habia perdido algunos miles
de hombres entre muertos, heridos y prisioneros,




190 REVOLlJCIOrf FRANCESA.
y asi creyó que todavia convenía comtcmporizar-,
tener la vista fija en el 'I'irol , los pies en el Adige,
y contentarse con imponer respeto á .las poten-
cias italianas interin llegaba el tiempo de casti-
garlas. Se limitó á manifestar á los Venezianos que
estaba instruido de sus armamentos, y continuó
manteniendo el ejército á su costa difiriendo las
negociaciones para una alianza. Habia sabido la
llegada á Forrara de un legado del papa que ha-
bia venido á tomar de nuevo posesión de las lega-
ciones, y le mandó venir á su cuartel general.
Aquel legado que era el cardenal Mattei , se arro-
jó á sus pies diciendo peccaví , y Ilonaparte le puso
arrestado en un seminario. Escribió al SI'. Azara,
que había servido de mediador en las C01'tf:S de
Roma y Nápoles, quejándose de la imbecilidad
y mala fé del gohierno pontificio, y le anunció
su intencion de dar pronto la vuelta hácia su es-
palda si le obligaban á ello. Por lo respectivo á la
corte de Roma usaba de un lenguage mas amena-
zador diciéndole á Azara: « Los Ingleses han pel'-
suadido al rey de Nápoles que es algo en el mun-
do , y yo me encargaré de probarle que no es na-
da; y como insista en tomar parte en la lucha con
desprecio del armisticio, doy mi palabra á la faz
de la Europa de 'marchar contra sus soñados 70
mi1 hombres con solo 6 mil granaderos, 4 mil ca-
ballos y 50 piezas de artilleria. )




DIRECTORIO (1796). 191
Escribió una carta atenta pero bastante firme al


duque de Toscana, que habia dejado á los Ingle-
ses ocupar á Porto-Ferajo y le dijo que la ~Francia
podría muy bien castigarle por aquella negligen-
cia ocupando sus estados, pel'o que tenia por con-
veniente no hacerlo en consideracion á una anti-
gua amistad. Mudó la guarnicion de Liorna con el
fin de asustar á la Toscana con aquel movimiento
de tropas, y no dijo una palabra sobre Génova.
Escribió una carta muy seria al rey del Piamonte
que toleraba á los Barbetos en sus estados, y man-
dó marchar una columna de 1200 hombres con
una comision militar ambulante para coger y fu-
silar á todos los que se encontrasen en los cami-
nos. Como el pueblo de Milán habia manifestado
disposiciones muy amistosas en favor de los Frau-
ceses, le dirigió una carta tan fina como llena de
dignidad dándole las gracias; y últimamente co-
mo sus últimas victorias le daban ya esperanzas
mas fundadas de conservar la Italia, creyó poder
comprometerse mas con los Lombardos, conce-
diéndoles armas y permitiéndoles levantar una le-
gion á su costa, en la cual se alistaron muchos
Italianos adictos á la lihertad, y varios Polacos
que andaban errantes pOl' Europa después de la
última partición. Manifestó Bonaparte su satisfac-
cion á los pueblos de Bolonia y Ferrara , y los de
Módena solicitaban emanciparse de la regencia que


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192 REYOLUCION FRANCESA.
habia establecido su duque, y aunque Bonapartc
tenia algunos motivos para romper el armisticio
porque la tal regencia habia hecho pasar víveres á
la gual'nicion de Mantua, no quiso todavia hacer
novedad. Pidió socorros al directorio para reparar
sus pérdidas, y se mantuvo á la entrada de las
gargantas del Tirol, dispuesto á caer sobre W urm-
ser y destruir los restos de su ejército apenas su-
piese que Morean hubiese pasado el Danubio.


Mientras que estaban ocurriendo tan graneles
sucesos en Italia, se preparaban otros en el Da-
nubio, á donde habia llegado Moreauen los pri-
meros dias de agosto despues de repeler palmo
á palmo al archiduque, mientras que Jourdan
se hallaba á orillas del Naab, que se incorpora
con este rio, La cordillera del Alb que sepal'a el
Necker del Danubio, se compone de montañas
de mediana altura que se terrn inan en mesetas
atravesadas por una rnultitud de desfiladeros
estrechos como si fuesen hendiduras de las ro-
cas. Por ellos habia salido Moreau hácia el Da-
nubio atravesando un país quebrado lleno de
barrancos y de bosques; mas el archiduque que
tenia el proyecto de concentrarse en el Danubio y
volver á fortificarse en aquella poderosa línea, for-
mó repentinamente una resolucion que estuvo pa-
ra cODlprometer sus prudentes designios. Acababa
de saber que Wartenslebeu en lugar de replegar-




DIRECTORIO (1196). 193
-se sobre él lo mas cerca que pudiese de Donna-
verth , se iba replegando hácia la Bohemia con el
necio intento de cubrirla; y temió que aprove-
chándose el ejército del Samhra y Mosa de aquel
falso movimiento que dejaba descubierto él Da-
nubio, intentase su paso, y quiso atravesarle el
mismo para correrse rápidamente por la otra ori-
Ha,é ir á hacer frente á Jourdan, Pero estaba aquel
rio lleno de almacenes suyos, y necesitaba tiem-
po para hacerlos evacuar , y ademas no quiso eje-
cutar el paso á la vista de Moreau ni .demasiado
cerca de sus tiros, por lo cual pensó- en presentar-
le la batalla con el Danubio á la espalda; pensa-
miento malísimo que se le ha echado en cara des-
pues con mucha severidad, porque le esionia Ó á
ser arrojado al rio , ó á lo menos á no poder Ilegal'
á él con todo su ejército, que era la condicion in-
dispensable pal'a el éxito de sus ulteriores pro-
yectos.


El dia 1 t de agosto se paró delante de las po-
siciones de Moreau para darle un ataque general;
mientras este se hallaba en Neresheim guardando
las posiciones de Dunstelkingen y de Dischingen
con su derecha y su centro y la de Nordlingen con
su izquierda. Queriendo el archiduque pOI' de
pronto apartarle del Danubio y cortarle despues
si era posible de las montañas por donde había
venido, y últimamente impedirle su comunica-
X~ 13




194 REVOLUCION FANCESA.
cion con Jourdan , le atacó sobre todos los puntos
á un tiempo á 6n de conseguir todos aquellos fi-
nes que se proponía. Consiguió rodear la dere-
cha de Moreau dispersando á sus flanqueadores,
y avanzó hasta Heitlenheim casi á espaldas suyas,
inquietándolas de tal modo que retrocedieron to-
dos los parques. En el centro intentó un ataque
vigoroso , pero no fue bastante decisivo; y en la
izquierda hácia Nordhingen hizo demostraciones
hostiles. No se intimidó Moreau ni por las demos-
tracioues hechas en su izquierda, ni por la es-
cursion detras de su derecha, y presumiendo, con
razón que el punto esencial era el del centro,
egecutó lo contrario de lo que hacen los generales
vulgares, que siempre se asustan cuando se les
amenaza envolver; y así debilitó sus alas fortale-
ciendo con ellas su centro. Era muy esacta su
prevision , pOl'que habiendo el archiduque redo-
blado sus esfuerzos contra el centro hacia Dunstel-
kingen, fue rechazado con pérdida, y unos y otros
durmieron en el campo de batalla.


Al dia siguiente se vió 11lUY apurado Moreau con
el movimiento retrógrado de sus parques, que le
dejaba sin municiones; pero sin embargo creyó
que era menester suplirlas á fuerza de auda-
cia, y aparentar corno que quería atacar, Mas el
archiduque presuroso de repasar el Danubio,
no tenia el menor deseo de volver á principiar el




·mllEECTOP.1O (179'6).195
combate é hizo su retirada con mucha firmeza so-
bre el rio , le volvió á pasar sin que le inquietara
Moreau, y cortó sus puentes hasta Donnaverth.
Supo allí lo que.habia ocur-rido entre los dos ejér-
citos que habian operado en el Mein, y que \Yal'-
tenslehen 'no se hahia arrojado ú la Bohemia como
él se lo estaba temiendo , sino que se hahia que-
dado en el Naab en pres-encia de Jourdan- Formó
el jóven principe 'austriaco una resolución 111UY
bella, que era la consecuencia de su larga retil'a-
da, y propia para decidir la campaña. Habia sido
su objeto al replegarse sohreel Danubio, concen-
trarse en él para esta.' en disposición de obrar con-
tra uno ú otro de los dos ejél'citos franceses con
una masa superior de fuerzas. Pudo comprometer
este plan la batalla de Neresheim, si en lugar de
quedar inciertahubiese sido desgraciada; pel'o una
vez que se habia retirado íntegro sobre el Danubio,
podia ahora aprovecharse del aislamiento de los
ejércitos franceses y caer sobreuno de ellos, En con-
secuencia resolvió dejar al general Latour para que
ocupase á ~loreau con 36 mil hombres, y marchar
en persona con 25 mil hácia Wartenslehen para
aniquilar á Jourdan con aquella reunion de fUCI'-
zas. Era el ejército de este general el mas débil de
los dos, porque encontrándose á tanta distancia de
su base, no contaba mas que con 45 mil hombres
y era evidente que no solo no podria resistir , si..




196 RBVOLUCION FRANCBSA·.
110 que iba á verse espuesto á grandes desastres.
:·Una vez hatido Jourdany obligado á volver al
'Rhin, no podia Moreau permanecer en la Babiera,
y hasta podria el archiduque dirigirse al Necker y
anticipársele en su línea de retirada. Este magní-
íico plan ha sido mirado como el mejor concebido
de todos cuantos pueden honrar á los generales
austriacos durante aquellas largas guerl'as ; asi co-
mo los que entonces distinguian al genio de Bo-
naparte en Italia eran idea propia y esclusiva de
un jóven.


Salió el archiduque de Ingolstadt el dia 16 de
agosto, cinco dias después de la batalla de Neres-
heim, y Jourdan que estaba á orillas del Naaben-
tre Naabourg y Schwandorff estaba muy distante
de esperar la tempestad que amenazaba su cabe-
za. Habia destacado al general Bernadotte 10 á Neu-
mank hácia su derecha para que estuviese en co-
municacion con Moreau, lo cual era absolutamen-
te imposible, y solo servia para comprometer inu-
tilmente un cuerpo aislado, pues era precisamen-
te el primero con quien habia de encontrarse el
archiduque al llegar del Danubio. Atacado el ge,...
neral Bernadotte por fuerzas superiores, hizo una
honrosa resistencia peto se vió obligado á repa-
sar muy de prisa las montañas por donde habia
desembocado el ejército desde el valle del Mein
al del Danubio, y se retiró á Nuremberg. El a1'-




DIRECTORiO (1796). 197
chiduque despues de haber enviado un cuerpo
en persecucion suya, se dirigió con el resto de
sus fuerzas contra Jourdan; pero este prevenido
ya de la llegada de un refuerzo, y advertido del
peligro que habia corri do Bernadotte y de su re-
tirada á Nurernberg , se dispuso á repa5ar tam-
bien las montarlas. Mas en el momento en que se
ponia en marcha, se vió atacado á un tiempo por
el archiduque y por Warstensleben y tuvo que
sostener un combate muy peligroso en Amberg,
perdiendo el camino directo de Nuremberg. Preci-
sado á entrar con sus parques, caballería é infan-
teria en caminos de travesia , corrió grandes ries-
gos , é hizo durante ocho dias una de las reti radas
mas difícil.es y honrosas tanto para él como para
sus ti'opas. El dia 29 de agosto volvió á encontrar-
se á orillas del Mein en Schweinfurt, proponién-
dose dirigirse á Wutzbul'go para hacer alto allí,
reunir sus cuerpos y tentar de nuevo la suerte de
las armas. Mientras que el archiduque egecutaba
aquel bien entendido movimiento contra el ejér-
cilo del Sarnbra y Mosa, facilitaba á Moreau la
ocasion de ejecutar otro igualmente bello y deci-
sivo. Jamas el enemigo intenta un ~ golpe atrevido
sin descubrirse y sin dar á su adversario los me- .
dios de hacer otro tanto, pues no teniendo Mo-
reau mas que 38 mil hombres á su frente, podia
aniquilarlos obrando con un poco de vigor. Aun




198 RE\,UUJCIUN FRANCESA.
podía hacer mas ,segun el dictamen de Napofeon
y del archiduque Carlos que era intentar un mo-
vimiento cuyos resultados hubieran sido, inmensos
pues debía seguir él mismo la marcha del euerni-
go, caer sobre- el archiduque lo mismo que este
caía sobre Jourdan y llegar de improviso it. su re-
taguanlia. Cogido el archiduque entre Jourdan y
1\(orean ,hubiera <-:01'1'1<10 rie~go::) incalculables;
pero p:u'a eso era preciso ejccutnr un movimiento
muy estenso , cambiar de repente su linea de ope-
raciones y pasar desde el Necker al Meiu ; pero so-
bre todo era preciso separarse de las illstl'uccio-
nes del :dircctorio (ille le mandaban apoyarse en
el Tiro] á tin de adelantarse á los Ilaneos del ene-
niÍgo y comunicar con el ejél'eiLo de Italia. El ven-
cedor de Castiglione no hubiera ciertamente du-
dado un instante en emprender aquel la atrevida
marcha , ni en cometer una desobediencia, que
hubiera decidido la campaña de un modo 'victo-
rioso; pero ?doreau era incapaz de semejante de-
terruiuucion, Estuvo muchos dias en las orillas del
Danuhiujgnorundo la marcha del archiduque, y
esplorundo lentamente un terreno que era enton-
ces poco conocido. Por último supo el rnovirnien-
to que acababa de verificarse y empezó á tener
inquietudes por Jourdan; pero no atreviéndose á
tomar ninguna deterrninaeion vigorosa, sedeci-
dió á pasar el Danubio, y adelantarse hácia la




DIRECTOIUO (1796). 199
Baviera para atraer hacia sí al archiduque sin se-
pal'al'Se en lo posible del plan del directorio, Sin
embargo era fácil de presumir que el archiduque
no dejaria á Jourdan sin haberle puesto fuera de
combate, ni se apartaría de la ejecucion de su vas-
to plan pOI' una escursion en Daviera. Mas no por
eso dejó lUol'eau de' pasar el Danubio ~iguiendo á
Latonr y se aproximó al Lech, donde Latour apa-
rentó querer disputarle el paso; pero siendo de.-
masiado estenso para sostenerse en él, se vió pre-
cisado á abandonarle después de sufrir un comhate
desgl'aciado en Fi-iedberg, Luego se acercó Moreau
á .Munich y se encontraba el primero de setiem-
bre en Dacliau , Pfaffenhofen y Geisenfeld.


Asi empezaba la fortuna á volvernos las espal-
das en Alemania pOl~ efecto de un p' an vicioso
que separando nuestros ejércitos, los esponia á
ser batidos aisladamente. Mas en la Italia se esta-
ban preparando otros resultados.


Ya hemos visto como Bonaparte despues de ha-
ber repel ido á los Austriacos hácia el "I'irol , y
vuelto á ocupar sus antiguas posiciones en el
Adige, meditaba nuevos proyectos contra Wurm-
sel~, á quien no estaba contento con haberle pri-
vado de 20 mil hombres, sino que tenia empeño
en arruinar enteramente su ejército. Era indis-
pensable aquella operacion pal~a la ejecueion de
todos sus designios en Italia, pues una vez des.•




200 R.BVOLUCIO~ FRANCESA.
truido Wurmser , podia hacer una intentona líag;--
ta Trieste, arruinar aquel puerto tan importante'
para el Austria, volver luego al Adige', dar la ley
á Venecia, á Roma y á Nápoles, cuya malevolen-
cia era visible, y dar en fin la señal de- la libertad:
en Italia constituyendo á la Lombardia , á las le-
gaciones de Bolonia y Ferrara y tal vez al mismo-
ducado de ~'[ódena en república independiente,
POI' tanto y para realizar todos aquellos proyec-
tos, resolvió subir al Tirol, estando ya seguro de
verse ayudado con la presencia. de Moreau en la
otra vertiente de los Alpes,


Mientl'as que las tropas francesas empleaban
unos 20 dias en descansar, estaba W urmser reo 1'-'
gani~ando y reforzando las suyas con nuevos des-
tacamentos llegados del Austria y con las mili-
cias tirolesas , que le aumentaron su eiército has-
ta 50 mil hombres. El consejo áulico le envió otra
gefe de estado mayor que fue el genel'al de inge-
nieros Laiier con nuevas instrucciones sobre el
plan que habia de seguirse para apoderarse de la.
línea del Adige. Debia Wurmser dejar 18 Ó20 mil
hombres bajo las órdenes de Davidowich 11 pal'a
guardar el Tirol y bajar con lo restante por el va-
lle de Brenta á las llanuras del Vicentino y del
Paduano. Toma su nacimiento el Brenta no lejos
de Trento , y se aparta del Adige formando una
eurha , que vuel ve luego á ser paralela en la lla-




D"lRECTORIO (t 796J. 20 Jf
nura y va á morir en el Adriático. Hay una cal-
zada que sale de Trento y conduce al valle del
Brenta, de donde viene á parar por Bassano á las
llanuras del Vicentino y del Paduano.. Se le man-
daba á W urmser que recorriese aquel valle pal'a
desembocar en la llanura y venir á intentar el
paso del Adige entre Verona y Legnano; siendo
todo este plan no menos perjudicial que el pre'-
cedente porque siempre tenia la desventaja de
dividir las fuerzas en dos cuerpos dejando á Bo-
na parte en medio.


Entraba Wurmser en campaña el día misma
{lue Bonaparte , quien ignoraba los proyectos de
Wurmser , pero no podia menos de presumi r con
su estraordinaria sagacidad que du..ante su eSClll'-
sion al centro- del 'I'irol era muy posible que el
enemigo viniese á tantear la línea del Adige des-
de Verona á Legnano, y asi dejó al general Kil-
maine en Verona con una reserva de cerca de 3-
mil hombres y con todos los medios para resisti r
á lo menos durante dos dias. Quedó el general
Sahuguet 12 con una division de 8,000 hombres
delante de Mantua " y Bonaparte marchó con 28
mil subiendo por los tres caminos del Tirol, es
decir, por el que circula detras del lago de Garda
y por los otros dos que siguen las orillas del Adi-
ge. El dia 3 de setiembre despues de haber circu-
lado por detras del lago de Garda la division Sau-




202 REVOLUClON FHANCIlSA
rct , que se habia incorporado con la de Vaubois
lleg'ó á Torbola , en la punta superior del lago,
no sin tener' que dar varios combates. En el mis-
mo día lleaaron delante de Seravalle las tlivisio-


c..


nes de Massena y Augcreau, que subiendo al
principio .flOl' las dos orillas del Adige, se reu-
nieron por medio del puente de Golo , y dieron
un combate de vanguardia en que hicieron alg'u-
nos prisioneros al enemigo,


Tenian entonces que subir los Franceses por un
valle estrecho y profundo, á cuya izquierda esta-
ba el Adige y ú la' derecha unas elevadas monta-
ñas , á las cuales se aproximaba demasiado el rio
en algunos puntos, formando peligrosos desfilade-
res. Hahia varios de este género antes de penetrar
en el Tiro] , pero los Franceses tan úgiles como
atrevidos, eran ig:ualmcnte apropósito pal'a aque-
lla clase de guerra que para la otra que acababan
de hacer en las estensas llanuras. del Mantuano.


Habia situudo Davidovich dos divisiones la una
en el campo de Mari, en la orilla derecha del Adi-
ge, parahacer frente á la divisio n de Vaubois que
subia nor la calzada de Salo á Roveredo porr
detras del lago de Garda , y la otra en San Marcos,
en la orilla izquierda para guanlaL' 103 destilade-
ros contra Massena y Augereau. El dia f,. de setiem-
bre se encontraron en presencia unos de otros '}
estando defendiendo el desfiladero de San Marcos





DlUECTOlllO (t 796). 203
el general Wukassovich con su division y conl-
prendiendo inmediatamente Bonnparte la clase de
táctica que convenia para aquellos sitios formó dos
cuerpos de iufanteria ligera y les distribuyó á de-
recha é izquierda en las alturas de alrededor y
des pues de haber cansado por algun tiempo á los
Au.steiacos f(JI'InÓ en columna cerrada por batallo-
nes la décima-octava media Deigada dando órden
al general Víctor 13 de atravesar con ella el desti-
ladera. Trabóse un combate sangrien to en el cual
resistieron al princi pio los Austriacos, pero llona-
ra rtc decidió la acción dando órrleu al general
Dubuis para rple cargase al frente de sus húsares.
Emprende aquel valiente general contra la ill{;ln-
teria austriaca, rompe su línea y cae atravesado
de tres balazos. Llcvaronle moribundo y antes de
espirar le dijo á Bonaparte estas memorables pa-
labras: « Dime antes de morir si somos efecti\Ta-
« mente vencedores. » Echan ú lrui r Íos Austriacos
pOI' todas partes y se retiran á Hovcrcdo situado á
una legua de San Marcos, y se les fue siguiendo
ú carrera. Está Hoveredo á bastante distancia del
Adige y Bonaparte envió ú Rampan con la Inedia
brigada n." 32 luicia el espacio que separa el rio
de la ci udad y al general Victor con la brigada
18.a con destino á la ciudad misma. Penetró es-
te último al paso de carga por la calle mayor de
Roveredo Iimpiándola de Austríacos y llega al




204 REVOl.Uf ION FRANCESA.
otro estremo de la ciudad en el instante mis-
mo en que Rampon triunfaba de los obstácu-
los esteriores. Mientras que el ejército principal
ocupaba del modo que hemos dicho á San Mar-
cos y Roveredo llegaba á esta última la division
Vaubois por la otra orilla del Adige. Se habia es-
tado disputando el paso del calnpo de MOl'i la di-
visión de Reuss 1ll pero en aquel mismo instante
acababa de superar el obstáculo Vaubois y todas
las divisiones vinieron á encontrarse reunidas á
eso de medio dia en la altura de Boveredo en las
dos orijlas del río. Pero todavia faltaba lo mas
dificil.


Habia reunido Davidovich sus dos divisiones
con la reserva en los desfiladeros de Calliano , que
eran sumamente temibles y harto mas peligrosos
que los de San Marcos ,porque en aquel punto
estrechándose el Adige hácia las montarlas no de-
jaba mas paso que el de la anchura misma de la
calzada. Estaba defendida la entrada del desfila-
dero por el castillo de la Pietra que reunia la mon-
taña con el rio y estaba coronado de artilleria.


Persistiendo Bonaparte en su táctica distribuyó
su infanteria ligera hácia la derech a por los escar-
pados de la montaña y á la izquierda sobre las
orillas del Rhin. Aquellos soldados que eran na-
turales de los departamentos del Ródano , del Se-
na y del Loira tenian tanta agilidad y osadia co-




DfRECTORIO (1796). 205
mo los cazadores de los Alpes. Los unos saltan de
roca en roca llegando basta la cima de la monta-
ña y disparan desde allí sobre el enemigo, los
'otros con no menor intrepidez se escurren por las
orillas del rio poniendo el pie en donde podian y
flanquean el castillo de la Pietra, Entonces colocó
felizmente el general Dammartin una bateria de
artilleria ligera que produjo escelente efecto y al
fin se tOD1Ó el casjillo, atravesando la infantería
por él y cayendo en columna cerrada sobre el ejér-
cito austriaco que estaba apiñado en los desfilade-
ros. Confúndense la .arrilleria, la caballeria é in-
fánteria , y echan á correr en un desorden espan-
toso, pero queriendo eljóven Lemarrois 15 ede-
can del general en gefe impedir la huida de los
Austriacos, se precipita á galope al frente de 50
húsares, atraviesa toda la masa austriaca, y vol-
viendo inmediatamente brida, hace todos sus es-
fuerzos para detener la cabeza de la columna. Fue
arrojado del caballo, pero llenó de terror á las fi-
las austriacas y dió tiempo á que acudiese la caba-
lleria, que reeogió imuchos miles de prisioneros.
Allí concluyó aquella serie de combates que va-
lieron al ejército frances los desfiladeros del Ti-
rol , la ciudad de Rovedero , toda la artilleria aus-
triaca y 4,000 prisioneros sin contar los muertos
ni los heridos. Bonaparte dió á aquella jornada el
nombre de batalla de Rovedero.




!OG REVOLUCION FRANCESA·.
Al dia siguiente 5, de setiembre entraron los


Franceses en Trento , que es la capital del Tirol
italiano. Hahia huido el obispo, y Bonaparte pa-
ra trnnquilizar á los Tiroleses, fIne eran nluy adic-
tos á la casa de 'Austria, les dirigió una proclama
en que les invitaba á deponer las armas y no co-
meter hostilidades contra su ejército, prometién-
doles que en tal caso serian respetadas sus propie-
dades y establecimientos públicos. No estaba ya
Wurrnser en Trento ,pOI' que le había sorprendi-
do Bonaparte en el instante que se ponia en mar-
cha para ejecutar su plan, y al ver á los France-
ses internarse en el Tirol para comunicar tal vez
con la Alemania , se inclinó mucho mas á bajar
por el Brenta para ocupal' el Adige durante su au-
sencia. Esperaba tambien por medio de aquel rá-
pido 'circuito que iba á llevarle á Verona , encel'-
rar á los Franceses en el alto valle del Adige, y
envolverlos y cortarles al mismo tiempo la comu-
nicacion con Mantua. Había marchado la ante vís-
pera, y dehia ya haber llegado á Bassano , por lo
cual formó inmediatamente Bonaparte una de las
mas atrevidas resoluciones, cual fue la de dejar á
Vauhois guardando el Tirol, y arrojarse por entre
la" gargantas de Brenta detras de Wurrnser. No
pudo llevar consigo mas que veinte mil hombres
mientras que el otro tenia treinta y podia encel'-
rarle entre aquellas espantosas gargantas si le hu-




DlRECTOlUO (1796). 207
hiera hecho frente, ó acaso llegar demasiado tar-
de para caer á su espalda, teniendo \Yu rmser
tiempo para forzar el Adige, todo lo cual era nluy
posible. Pero sus 20 mil hombres valian cierta-
mente por 30 , Ysi Wurrnsee se empeña en hacer-
le frente , le arrollará, y si tiene 20 leguas que
andar , las andará en dos dias y lleg-al'á á la l1anu-
rá al mismo tiempo que Wurmser. Entonces este
tendrá que echarse sobre Trieste ó sobre el Adi-
ge : si lo primero, él le perseguirá é irá á quemal'
aquel puesto delante de sus ojos; y si lo segun-
do él le encerrará entre su ejército y el Adige y
envolverá al enemigo qne pensaba encerrarle en
las gargantas del Ti rol.


Aquel jóven cuya imaginacion y voluntad eran
tan rápidas como el rayo, dá órden á Vaubois el
dia mismo de su llegada á Trento pa ra marchar
al Lavis y apoderarse de aquella posicion en la
retaguardia de Davidovich y hace que egecute
aquella operacion en presencia suya, indicando á
Vaubois la posición que habia de conservar con
sus 10 mil hombres, mientras que él con los
otros 20 echó á andar por entre las gargantas c'el
Brenta.


Se puso en marcha el dia 6 de setiembre por la
mañana y fue á dormir á Levico. Al otro dia vol-
vió á salir D1UY :temprano y llegó delante de un
nuevo desfiladero llamado de Prirnolano , donde




REVOLUCIONFRANCESA..


Wurmser habia situado una division.jlimpleó Be-
naparte las mismas maniobras que en Roveredo
enviando tiradores en las alturas y por la orilla
del Brenta , y despues mandó cargar en columna
por el mismo camino y se hizo dueño del desfila-
dero, Lo mismo le sucedió con otro pequeño fuer-
te que estaba mas adelante, rodeándole y tomán-
dole en muy corto rato. Algunos soldados intrépi-
dos echan á correr por el camino y anticipándose
á los fugitivos dieron tiempo á que llegara el ejér-
cito que hizo 3000 prisioneros. POI' la noche llega-
ron á Cismona habiendo andado 20 leguas en dos
días, y aunque Bonaparte hubiera querido andar
mas, no podian ya tenerse los soldados y el mis-
mo estaba rendido de cansancio. Como se habia
adelantado al cuartel general, no tenia ni cria-
dos ni víveres, pero cogiendo medio pan de mu-
nicion que le dió un soldado, se tendió en el sue-
lo esperando con impaciencia el amanecer,


Una marcha tan rápida é inesperada dejó atur-
dido á Wurmser , que no podia concebir que su
enemigo se hubiese arrojado á las gargantas, á
riesgo de ser encerrado en ellas, y se propuso
sacar partido de la posicion de Bassano que la-s
termina, é impedirle el paso con todo su ejérci-
to. Si conseguía detenerle, era cogido Bonaparte
en la curba de la Brenta. Habia ya enviado á la
división de Mezaros 16 para tantear á Verona : pe-




DIRECTORIO (1796). 299
ro le envió á llamar inmediatamente para luchar
allí con todas sus fuerzas, aunque no era proba-
ble que la órden pudiese llegar á ticm po. Está
situada la ciudad de Bassano en la orilla izquierda
del Hrenta y se comunica con la derecha pornle-
dio de un puente. Colocó Wurmserlas dos divi-
siones de Sehottendorff 17 y de Quasdanovich en
las dos orillas del Brenta delante de la ciudad v


.'


dispuso 6 batallones en vanguardia en los desfi--
laderos que preceden á Bassano y cierran el valle.


El día 8de setiembre por la mañana salió Bo-
naparte de Cismona y se adelantó sobre Bassano,
yendo Massena por la orilla derecha y Augereau
pOi' la izquierda, que tomaron los desfiladeros y
desembocaron en presencia del ejército enemigo
que estaba formado en las dos orillas del Brenta.
Desconcertados los soldados de Wurmser al ver
la audacia de los Franceses, no resisten con la
firmeza que en otras ocasiones sino que se desor-
denan ,rompen las filas y se entran en Bassano,
Presentóse Augereau á las puertas de la ciudad,
y al mismo tiempo Massena que estaba en la ori-
lla opuesta, quiere penetrar pOI' el puente y se
apodera de él en columna cerrada como se hizo
con el de Lodi y entró al mismo tiempo que: Au-
gereau. W urmser , cuyo cuartel general estaba to-
davia en la ciudad, no tuvo mas que el tiempo
preciso para ponerse en salvo y dejó en .<nuestro


x. 1 l.




!tO IlRVOLUCIO~ FRANCESA.
poder .i.,OOO prisioneros y un material inmenso.
Estaba pues realizado el p.lan de Bonaparte ha-
biendo desembocado en la Ilanura al mismo tiem-
po que Wurmser, y ahora solo le restaha envol-
verle y estrecharle sohre el Adige.·


En el desórden de una accion tan precipitada
se hallaba W urmser separado de los restos de la
división Quasdanovich , porque esta se habia reti-
rado hácia Frioul y él viéndose apurado por las
di visiones de Massena y Augerea u que le cerraban
el camino de Frioul y le replegaban hácia el Adi-
ge, forma la resolucion de pasar este rio á viva
fuerza, é ir á refugiarse en Mantua. Pudo reunir
consigo la division de Mezaros que acababa de ha-
cer inútiles esfuerzos por apoderarse de Verona ,
y por consiguiente no contaba mas que con 14 mil
hombres', de los cuales 6 de infanteria y 8 de es-
celente caballeria. Echa á andar por la orilla del
Adige mandando buscar paso por cualquiera par-
te, y tuvo la fortuna de que se habia trasladado á
Verona el puesto que guardaha á Legnano, y un
destacamento que debia venir á ocupar aque-
lla plaza no habia llegado todavia. Aprovechóse
Wurmser de aquella casualidad, se apoderó de
Legnano, y estando ya seguro de que podia al-
canzar á Mantua, dió algun descanso á sus tropas
que estaban rendidas de cansancio.


Seguíale Bonaparte á carrera y se halló cruel-




DIRECTORIO (t 796). ~1t
mente chasqueado cuando supo la negligencia
que salvaba á Wurmset·, pero todavia no perdié
las esperanzas de llegar antes que el á Mantua.
Envió la división (le Masena á la otra orilla del
Adige por la barca de Ronco y la dil'igió á Sangui-
netto para cortar elcamino de Mantlla., al mis-
mo tiempo que marchaba Augereau hácia el mis-


DIO Legnano. Adelantándose la vanguardia de
Masena al cuerpo de su division , entró en Cerea el
dia t t de setiembre en el momento en que W urm-
ser llegaba allí desde Legnano con todo su cuel'-
po de ejército. Hizo aquella vanguardia de caba-
llería é Infanteria , mandadas por los generales
Murat y Pigeon una de las mas heroicas resisten-
cias, pero fue arrollada por WU1'mser que conti-
RU9 su. marcha. Llegaba en el momento mismo de
la escaramuza Bonaparte solo á galope y estuvo
pal'a ser cogido si no hubiera corrido á escape.


Paso W urmser á Sanguinetto , y sabiendo des-
pues que estaban rotos todos los puentes del Mo-
Iinella , escepto el de Villimpenta , bajó hasta él,
pasó el rio y caminé hácia l\fantua. Quiso resistir-
le el gen.eral Charlon t8 con 300 hombres forma-
dos en cuadro pero fueron achuchillados ó cogidos
la mayor parte de aquellos valientes y penetró
W urmser en Mantua el dia 13 de setiembre, Aque-
llas ligeras ventajas contribuyeren' un p.co á sua-
vizar las desgracias del anciano genel'at qué pl'OCU'"




212 REVOLUCION' FUANCESA.
ró esparcirse por las cercanias de aquella plaza y
sostener algun tiempo la campaña gracias á su nu-
merosa y brillante caballería.


Llegaba Bonaparte sin aliento y furioso contra
los oficiales descuidados que le habian privado
de una presa tan magnífica, y habiéndose apode-
rado Augereau de Legnano, y hecho prisionera
su guarnicion de 1600 hombres le mandó Bo-
naparte que fuese á Governolo sobre el alto Min-
cio, Despues dió algunos pequeños combates á
W urmser para atraerle fuera de la plaza, y en la
noche del=14 al 15 tomó una posicion á la espal-
da con el objeto de escitarle ti que saliese á la lla-
nura. En efecto engolosinado el anciano mariscal
con sus pequeñas ventajas, desplegó en batalla
fuera de Mantua entre la ciudadela y el arrabal
de San Jorge, donde le atacó Bonaparte el tercer
dia complementario del año IV, 19 de setiembre.
Viniendo de Governolo Augereau formaba su ala
izquierda; Massena que hizo lo mismo desde Due-
Castelli ,el centro, y Sahuguet con el cuerpo de
bloqueo formaba la derecha. Todavia tenia Wurm-
ser consigo 21 mil hombres en linea, pero fue
arrollado por todas partes y .precisado. á meterse
dentro de la plaza con pérdida de 2,000 y algu-
nos dias después quedó del todo encerrado en ella.
De nada le servia la numerosa caballeria que ha-
bia traido, sino de aumentar bocas inútiles y así




. DIR~CTORIO (1796). 213
mandó matar y salar los caballos, porque tenia
mas de 20 mil hombres de gual'nicion , y muchos
miles de ellos en los hospitales.


Así, aunque Bonaparte hubiese perdido algo
del fruto de su atrevida marcha sobre el Brenta ,Iy
no hubiese podido hacer rendir las armas al ma-
riscal , pOI' lo menos le habia arruinado entera-
mente y dispersado su ejército. Solo algunos mi-
les de hombres quedaban en el Tirol bajo las ór-
denes de Davidovich y otros pocos huyendo hácia
el Frioul con Quasdanowich pero 'Vurmser se habia
encerrado en Mantua con doce ó catorce mil. Ha-
bian quedado prisioneros de trece á ¡catorce mil
y seis ó siete mil muertos ó heridos; de suerte que
aquel ejército habia venido á perder otros 20 mil
hombres en solos diez dias , ademas de un mate-
rial considerable. Tambien Bonaparte habia per-
dido de siete á ocho mi l , entre los cuales: t ,600
prisioneros', y los demas muertos Ó enfermos. ASÍ,


. despues de la destruccion de los ejércitos de Colli
"'j de Reau\ieu , que se ~el'ibcó á su entrada en
Italia, era necesario añadir la de este ejército de
WUl'mser , destruido en dos veces , una en las Ha-
turas de Castiglionc y otra en las orillas del Bren-
ta , añadiéndose á los trofeos de Montenotle, de
Lodi , de Borgetto, de Lonato de Castiglione, los
de Roveredo , Bassano y San Jorge. Jamas en nin-
guna época de la historia se habian visto tan gl'an-




d-es resultados , tantos enemigos mueraos , nj tan-
tos. prisioneros , banderas y cañones cogidos. Estas"
noticias esparcieron de nuevo el g<YJ.(} en la Lom-
bardia y el terror en el centro de la península,
mientras tlue' la Francia estaba trasportada de ad·
miracion en favor del general del ejército de Italia..


No eran tan felices los nuestros en los demás
teatros de la guerra, pOl'que Moreau se habia ade-
lantado, como ya dijimos, sobre el Lech con la
espcl'anza de que sus progl'csos en Baviera atrae-
rian al archiduque y libertarían á Jourdan. Mas
era ll1UY poco fundada esta esperanza porclue se-
ria 11m' prueba de que el archiduque no habia
comprendido la importancia de su movimiento si
hubiera suspendido su ejecución para volve-r con-
tra Morcan. Toda la campaña dependia de Jo que
iba ú suceder en las orillas del Mein, porque si
era batido Jourdan y se veia obligado á volver al
Ilbin, los pntgresos de l\foreau no servian para
otra cosa que- paea comprometerle mas y hacerle
perder su línea de retirada. Se contentó pues el
archiduque con despachar al general Nauen-
dodl' t9 con dos reeirnientos de caballeria y alO"u-n . e
nos batallones para reforzar á Latour , y continuó
pel~siguiendo al ejercito del Samhra y Mosa.


Este valiente ejército se iba retirando con el
mayor disgusto por Jo mismo que conocía su pro-
pia fuerza, COIDO (lu~era el que había hecho mas




DIRECTORIO (1796). 215
grandes cosas en los primeros años de la revolu-,
cion habiendo vencido en Watignies, en Fleurus,
en las orillas del Ourthe y en las del Roer. Esti-
maba en mucho á su general y tenia gran confian-
za en sí mismo, sin que le hubiese desanimado
aquella retirada, por estar persuadido de que no
cedía mas que á Icombinaciones superiores y á la
masa de fuerzas enemigas. Pero deseaba con ansia
una ocasion de medirse con los Austriacos y resta-
hlecer el honor de su bandera, cuyo deseo parti-
cipaba tambien su general. Le escribia el directo-
rio que era indispensable mantenerse á toda costa
en Francónia sobre el Alto Mein para tornar sus
cuarteles de invierno en Alemania y sobre todo
para no dejar en descubierto á Morean que se ha-
bia adelantado hasta las puertas de Munic1J. Este
pOi' su pal'te acababa de comunicar á Jourdan con
fecha 2!l de agosto su marcha del otro lado del
Lech, las ventajas que hahia conseguido y el pro-
yecto que tenia de adelantarse todavia mas pal'a
atraer al archiduque. Todas estas razones decidie-
ron á Jourdan á tentar la suerte de las armas por
mas que tuviese tdelante de sí fuerzas superiores.
Hubiera creido faltar al honor abandonando la
Franconia sin combate, y dejando á su compañeros
en la Baviera, A esto se agregó la equivocada per-
suasion de que el movimiento del general Nauen-
dorff era que el archiduque trataba de volverse al




2J6 ItEVOLUt.:lO~ l' IU.SC:HSA.
Danubio. Por eso se detuvo en Wurtzburgo, cuya
conservación le parecia importante aunque los
Franceses no conservaban mas que la ciudadela"
Allí dió algun descanso á sus tI'opas, hizo algunas-
mudanzas en la distribución y mandos de las di-
visiones y anunció ,la intencion de combatir. Ma-
nifestó el ejército el mayor ardor para tomar todas
las posiciones que Jourdan tenia por conveniente
ocupar ántes de comprometer la batalla. Tenia
apoyada su derecha en Wurtzburgo, y lo restan-
te de su linea en una serie de posiciones que se
estienden por la orilla del Mein hasta Scbveinfurt ,
sin separarle del enemigo mas que el mismo rio.
Solo le habia atravesado una parte del ejército
austriaco , lo cual le confirmaba en la idea de que'
el archiduque se habia marchado al Danubio. De-
jó al estremo de su linea á la division Lefebvre
en Schveinfurt para asegural' su retirada sobre el
Saale y el Fulde , en caso de que la batalla le hi-
ciese perder el camino ~,de Francfort. Mas esto le
privaba de una segunda linea y cuerpo de reser-
va, pero cre-yó necesario aquel sacrificio para ase-
gural' su retirada, y se decidió á atacar el dia 3
de setiembre por la mañana.


Advertido el archiduque en la noche del 16 al
J7 del proyecto de su enemigo hizo rápidamente
pasar el resto de su ejército del otro lado del ~fein
y desplegó á la vista de Jourdan fuerzas lnuy su-




DIRECTORiO (1796). 2 t 7
peeiores. A los principios se manifestó la batalla
con ventajas en nuestro favor pero habiendo sido
asaltada nuestra caballeria en las llanuras que se
estienden por las orillas del Mein por otra mu-
cho mas formidable , fue atropellada , rehecha y
vuelta á atropellar y no pudo encontrar abrigo
sino detras del fuego bien sostenido de nuestra
infanteria. Bien hubiera podido Jourdaa alcanzar
la victoria si nuestra reserva no hubiese estado
tan distante del canlpo de batalla y aunque -en-
vió á Lefebvre algunos oficiales, no pudieron estos
atravesar los numerosos escuadrones enemigos;
pero todavia se lisongeaba con que viendo Le-
febvre que no estaba amenazado Schveinfurt acu-
diria al lugar del peligro mas en vano le estuvo
esperando y replegó su ejército para ponerle á cu-
bierto de la terrible caballeria enemiga. HÍzose la
retirada :en buen órden sobre Arnstein y vién-
dose Jourdan víctima de un plan detestable del
directorio y de su celo por apoyal' á su camara-
da, tuvo que replegarse hácia el Lahn , y conti-
nuó su marcha sin descanso alguno dando órden
á Marceau para que se retirase de Maguncia y lle-
gó el 10 de setiembre detrás del Lahn. Toda la
pérdida que habia hecho su ejército en su¡ penosa
marcha hasta las fronteras de la Bohe~ia no pa-
saba de cinco á seis mil hombres : pero la mas
sensible consistió en la del jóven general Mar-




218 REVOLUCION FRA.NCESA.
ceau que fue mortalmente herido de un balazo
por un cazador Tiroles sin poderle retirar del cam-
po de bat~lla. Mandó el archiduque que se tuvie-
se el mayor cuidado con él pet'o no tardó en dar
el último suspiro, y se le dió sepultura á aquel
jóven tan querido de los dos ejércitos con los ho-
nores de la artillerla de ambos.'


Mientras que estas cosas ocurrian en el Mein,
Moreau estaba esperando con impaciencia del otro
lado del Danubio y del Lech noticias de Jourdan,
sin que hubiese podido llegade ninguno de los
oficiales que se le despacharon. Andaba vacilante
sin atreverse á tomar ningun partido y entre tan-
to tuvo que sostener Dessaix un rudo combate en
su izquierda contra la caballeria del general La-
tour que reunida con la de Nauendorff desembocó
repentinamente pot' Langenbruck. Fueron tan
pt'ontas y bien tomadas las disposiciones de Dessaix
que logró rechazar los numerosos escuadrones ene-
migos y los dispersó en la llanura despues de ha-
berles causado una pérdida considerable, Al fin
lUol'eau des pues de haber estado indeciso por "es-
pacio de 20 dias se decidió á intentar un movi-
miento pal'a ir á la descubierta. Resolvió irse acer-
cando hácia el Danubio pal'a estender su ala iz-
quierda hasta Nurembcrg, adquirir noticias de
Jourdan ó llevarle socorros. Mandó el dia 10 de
setiembre pasal' el Danubio á su izquierda y á su







..


,\\1-"d~ ~.-.
4.···· .: •


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.:lo .....
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.~




DIRECTORIO (1796). 219
centro dejando sola su derecha del otro lado de
aquel rio hácia Zell. Se adelantó la izquierda,
mandada por Dessaix hasta Aichstett, y en aquella
singular situacion prolongaba su izquierda hácia
Jourdan que por entonces se hallaba á 60 leguas
de distancia y tenia su centro sobre el Danubio
mientras que su derecha estaba del otro lado que-
dando espuesto cada uno de estos tres cuerpos si
Latour hubiera sabido aprovecharse de su aisla-
miento. No hay militar que no haya reprobado es-
te movimiento de Moreau como uno de los mu-
chos términos medios que reunen todos los peli-
gros de las gl'andes resoluciones sin la ventaja dc
ninguna de ellas. Efectivamente, no habiéndose
aprovechado MOl'eau de la ocasion de caer rápida-
mente sobre cl archiduque cuando este iba tras
de Jourdan , solo podia comprometerse mas y mas
poniendose en espectativa sobre el Danubio.


Últimamente despues de esperar cuatro dias en
aquella singular posiciori , acabó de conocer todo
el peligro que corria , se volvió á dirigir del otro
lado del Danubio , y pensó en subir por sus ori-
llas para acercarse á su base de operaciones. En-
tonces supo la retirada forzosa de Jourdan hasta
el Lahn , y no le quedó duda de que el archidu-
que después de haber repelido al ejército del Sam-
bra y Mosa, vendria volando al Necker para cer-
rar la retirada al ejército del Rhin. También lle-




Rf:VOLUCION FRANCBSA.


gó á su noticia la tentativa que hahia hecho la
guarnicion de Manheim sobre Kehl para' destruir
el puente por donde habia pasado el ejército fran-
ces á Alemania. En tal estado de cosas no dudó
ponerse en marcha para las fronteras de Francia
porque era muy peligrosa su situacion en me-
dio de la Baviera, precisado á volver á pasar las
Selvas Negras para volverse al Rhin teniendo
á su frente á Latour con /f.O mil hombres, y
espuesto á encontrarse á su espalda al archiduque
con otros 30 mil , que podrían ponerle en el ma-
yor estremo. Pero aunque le faltaba aquella ar-
diente capacidad que estaba desplegando su rival
en Italia, tenia en cambio una alma firme é inac-
cesible á aquel susto que suele apoderarse algu-
nas veces de las almas demasiado vivas. Mandaba
un sobervio ejército de mas de 70 mil hombres
que ;no habian esperimentado derrota alguna y
tenian la mayor confianza en su g"efe ; y asi dando
todo el valor que merecía semejante reCU1'SO, no
se asustó de su situación y resolvió volver á em-
prender tranquilamente la marcha. Presumiendo
que el archiduque despues de haber replegado á
Jourdan, vendría probablemente hácia el Nec-
ker , temió hallar ya ocupado aquel rio , y asi
suhió por el valle del Danubio para ir directa-
mente al del Rhin por el camino de las poblacio-
nes de la Selva, como las mas distantes del pun-




DIRECTORIO (t796). 221-
lo en que se hallaba entonces el _archiduque y
por eso le parecieron ser el mas seguro de todos.


Se quedó del otro lado del Danubio y le subió
tranquilamente apoyando en el rio una de sus
alas, llevando delante de sí sus parques y bagajes
sin confusion, al mismo tiempo ;que diariamente
rechazaban sus retaguardias las vanguardias ene-
migas. Latour en lugar de pasar el Danubio, y
procurar anticiparse á l\'Ioreau á la entrada de los
desfiladeros, se contentaba con irle siguiendo paso
á paso sin atreverse á emprender con él. Luego que
llegó cerca del lago de Federsee; creyó Moreau
deber detenerse, mientras que Latour se habia di-_
vidido en tres cuerpos dando uno á Nauendorff
para que fuese á Tubingen, en el alto Necker, por
donde no queria pasar Moreau; él se quedó con
el segundo en Biberachcy el tercero estaba muy
distante en Schussenried. Moreau que se iba acer-
cando al valle del Infierno, por donde se proponia
retirarse, que no queria verse apurado en el paso
de aquel desfiladero, que veía á Latour aislado, y.
conocia la importancia y firmeza que adquiririan
sus tropas con una victoria para continuar su re-
tirada, se detuvo el dia 2 de octubre en las inme-
diaciones del lago de Federsee, no lejos de Bibe-
racho Era montuoso el pais , lllUY arbolado y di-
vidido en valles; y Latour ocupaba diferentes al-
turas que podían fácilmente aislarse y flanquear-




!!2 l\BVOLUCIO~ FRANC~SA.
se, con un gran barranco á su espalda, que es el
del Hiss, Acometióle Moreau por todos los puntos
y sabiendo penetrar con mucho arte POl' entre
sus posiciones, atacando de frente á las unas y
flanqueando las otras , logró arrinc¿narle hácia
el barranco, donde le precipitó y le hizo 4 mil
prisioneros. Aquella importante victoria llamada
de Viberach bastó para alejar mucho á Latour y
afirmar el moral del ejército francés. Ento-nces
volvió áemprender Mor~au su marcha y se acercó
á los desfiladeros, y habiendo pasado ya los ca-
minos que atraviesan el valle del Necker para de-
sembocar en el del Rhin, solo le faltaba el que pa..
sando por Tultlingen y Rottweil , en el nacimien-
to mismo del Necker , sigue por el valle del Kint-
zig y va á parar á Kehl ,pero Nauendorff le tenia
ya ocupado. Se le habian reunido ya á este últi-
mo los destacamentos que salieron de Manheim , y
el archiduque se iba acercando, POl' lo cual pl'efi-
rió Moreau subir un poco mas arriba y pasar por
el valle del Infierno, que atravesando la Selva Ne-
gra, formaba un rodeo mas: largo pero iba á pa-
rar á Brissach, mucho mas lejos del archiduque.
En consecuencia situó á Dessaix y á Ferino con la
izquierda y con la derecha hácia Tuttlingen y
Rottweil para' cubrirse por el lado de los desem-
bocaderos, donde estaban las principales fuerzas
austriacas, y envió el centro bajo las órdenes de'




'a


DIllECTOIUO (1796). 223
Saint Cyr para forzar el valle del Infierno. Al 'mis-
mo tiempo mandó desfilar los grandes parques
sobre Huninga pOl~ el camino de las ciudades de
la Selva; pero los Austeiacos le habian rodeado de
una nube de grut~sos destacamentos, como si tra-
taran de envolverle, sin tener en ningun punto
fuerzas ni disposición para resistirle. Apenas en-
contró Saint Cyr un destacamento en el valle del
Infierno y así pasó con la mayor facilidad á Neus-
tast y llegó á Friburgo, á donde le siguieron in-
mediatamente, y desembocaron por aquel horl'Í-
ble desfiladero al valle del Rhin , mas bien en ai-
re de un ejército victorioso, que no en el de un ejér-
cito en retirada. Llegó allí l\'Ioreau el dia 12 de
octubre, y en lugar de repasar el Rhin por el
puente de Brissach , y subir por él siguiendo la
orilla francesa hasta Strasburgo, quiso subir por
la orilla derecha hasta Ke hl en presencia de todo
el ejército enemigo. Bien sea que quisiese dar una
vuelta mas imponente, ó que fuera su proyecto
mantenerse en la derecha y cubrir á Kehl, yendo
directamente allí, lo cierto es que ninguna de las
dos razones han parecidosuficientes pal'a esponér
una batalla. Podía muy bien repasando el Bhirren
Brissach subir libremente á Strasburgo y desem-
bocar de nuevo por Kehl , supuesto que aquella
cabeza de puente podia resistir lo necesario para
darle tiempo de Ilegal'. Por el contrario , querer




REVOLUCION FR.ANCESA.


marchar en presencia del ejército enemigo que
acababa de reunirse todo entero bajo las órdenes
del archiduque" yesp(}ner asi una batalla gene-:
ral, con el Rhin á la espalda, era una imprudcn-
ocia inescusable , sobre todo no tcnieudo por moti-
vo ni el tomar la ofensiva, ni protegel· ninguna
retirada, El dia 19 de octubre se hallaron en pre-
sencia uno de otro los dos ejércitos á las orillas
del Elz, desde Valdkirch á Enmendingen ; y des-
pues de un sangriento y duduso combate, cono-
ció Moreau la imposibilidad de penetrar hasta
Kehl siguiendo la orilla derecha, y resolvió pasar
por el puente de Brissach. Pero sin embargo no
creyendo que todo el ejército podría pasar por
aquel puente sin confusion , y queriendo enviar
cuanto antes fuerzas á Kehl, mandó á Dessaix que
reparase con la izquierda por Brissach, y él se
volvió hácia Huninga con el centro y la derecha.
También esta determinación ha sido juzgada co-
mo no menos imprudente que la de combatir en
Emmendigen, porque podia MOl'eau estando aho-
ra debilitado en un tercio de su ejército verse muy
comprometido. Verdad es que contaba con una
escelente posicion , que era la de Schliengen , que
cubre el desembocadero de Huninga, sobre la cual
podia detenerse y combatir pa ra asegurar mej 01'
el paso, y en efecto se replegó á ella y se detuvo
el dia 24 de octubre en que dió un combate tenaz




DIRECTORIO (1796). 225
aunque no decisivo. Despues de dar tiempo con
aquel combate á qne pasasen sus bagajes, eva-
cuó la posición duranteIa noche, y pasó á la ori-
Ha izquierda encaminándose hácia Strasburgo,


Así terminó aquella célebre campaña y mucho
mas célebre retirada cuyo resultado indica sufi-
cientemente el vicio del plan; pues si , como lo
han demostrado Napoleon, el archiduque Cailns y
el general Jomini , en lugar de formar dos ejér-.
citos en columnas aisladas y con distintos gene-
rales con el mezqui no intento de doblar los flan-
cos del enemigo, hubiera formado el directorio
uno solo de 160 mil hombres, de los cuales un
destacamento de 50 mil hubiese sitiado á lUagun-
cia, y los otros 110 mil reunidos en un cuerpo
hubiesen invadido la Alemania pOI' el valle del
Rhin , el del Infierno y la alta Babiera , hubieran
tenido que retirarse siempre los ejércitos irnpc-
riales , sin poder concentrarse nunca ventajosa-
mente contra una masa tan superior. Entonces hu-
hiera sido imposible el escelente plan del archi-
duque, y la bandera republicana hubiera llegado
hasta Viena. Mas con el plan dado por el directo-
rio tenia Jourdan que ser una víctima indispensa-
ble , y asi su campaña , siempre desgraciada se
redu jo á una continuacion de sacrificios, bien
fuese cuando pasó el Rhin la peimera vez para lIa-
mal' á sí todas las fuerzas del archiduque, ó bien


x. 15




226 REVOLUCION FllANCESA.
cuando se adelantó hasta la Bohemia, y cuando
tuvo que combatir en Wutzburgo. Solo Moreau
con su magnífico ejército pod ia reparar en parte
los vicios de aquel plan, yá dándose prisa á des-
truir todo cuanto tenia delante cuando desembo-
có pOI' Kehl , yá cayendo sobre el archiduque en
el momento en que éste marchaba contra Jourdan.
Pero no se atrevió ó no supo hacer nada manifes-
tando que carecia de la centella del ingenio pre-
firiendo una retirada á una maniobra decisiva y
victoriosa, aunque desplegó en la egecucion de
aquella un gran carácter y una estraordinaria fir-
meza. Verdad es que se han !exagerado las difi-
cultades mas de lo que realmente fueron, pero á
lo menos la condujo de una manera imponente.


Otro de los inconvenientes que tuvo aquel vi-
cioso plan fue el de sugerir al jóven archiduque el
escelente pensamiento que egecutó con tanta pru-


- dencia , pero igualnlente que á .Moreau le faltaron
aquel ardor ,y osadia que podian haber ocasiona-
do la pérdida total del Ejército francés. ¿Hay quien
pueda calcular lo que habria sucedido si en el
uno ú en el otro lado se hubiese encontrado aquel
genio impetuoso que acababa de destruir tres ejér-
citos del otro lado de los Alpes? Si los 70 mil
hombres de .Moreau apenas desembocaron de
Kehl, ó si los imperiales en el momento en que
salieron del Danubio para caer sobre Jourdan hu-




DlREC1'ORIO (t 7961. 227
hiescn sido conducidos con el ímpetu que se des-
plegó en Italia, ciertamente que la guerra hu-
hiera concluido al instante de un modo desastro-
so para una de las dos potencias.


Aquella campaña valió al jóven archiduque una
-g~'an reputación en Europa; y en Francia se le
agradeció infinito á Morean haber traido salvo y
'sano el ejército que estaba comprometido en Ha-
hiera. Era mucha la inquietud que se tenia pOr
su suerte, sobre todo desde que tuvo que reple-
garse Jourdan, y se vió amenazado el puente de
Kehl , pues habiéndose esparcido una nube de des-
tacamentos que interceptaban las comunicaciones
por la Suavia , se ig"noraba donde estuviese y lo
que seria de él. Pero cuando despues de tantas i11-
quietudes se le vió desembocar por el 'Valle del
Ilhin en una actitud tan fiera, quedaron cn~Hno­
rados del general que con tanta fdicidad le hab ia
traido. Se pintó su retirada como una obra mae.;-
tra del arte, comparándola con la de los diez mil
y aunque no se atreviesen á ponerla en parangoa
con los hrillantes triunfos del ejército de Italia,
siempre hay hombres á quienes ofende un genio
superior y una. fortuna estraordiuaria , que quisie-
ran rebajarla elevando un mérito mas iufcrior : y
todos estos se hicieron partidarios de ~Iorcau pon--
dorando su prudencia j su habilidad consurnad.r,
prefiriéndola al genio ardiente del jóven Bonapar-




228 REVOLUCION FRANCESA.
te. Desde aquel dia tuvo en su favor Moreau á
-cuantos prefieren los talentos secundarios á las fa-
cultades estraordinarias , y es preciso confesar que
en una república se suele perdonar á estos ene-
migos del genio cuando se considera lhasta don-
de puede hacerse este culpable contra la libertad
que le ha sostenido y llevado hasta el colmo de
la gloria.




NOTi\S DEL TRADUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO SEGUNDO.


PAGINA '1:)4.


I Antes de la revolución era Malo fraile francisco v
.,


habiendo ahorcado los hábitos sentó plaza en un regi-
miento de caballerin y llegó á ser oficial al cabo de
tres años y últimamente gefc de escuadran en la época
de 1796, que es cuando te nombra el texto de nuestra
historia, Se dice que en aquel lance montó á caballo en
camisa y así fue persiguiendo á todos aquellos tunos que
no tcnian ni armas ni gefo conocido. Algo mas adelan-
te se hizo todavia mas famoso denunciando al director
Carnot la conjuracion de Lavilleheurnois, con quien es-
tuvo Ungiendo algun tiempo que estaba de acuerdo con
sus intenciones y le hizo caer en el garlito cn Sil cuar-
tel de la Escuela militar, donde tenia escondidos algu-
nos testigos detras de linos colchones. Con este motivo
le nornbraron general de brigada y se le declaró bene mé-
rito de la patria. A pesar de sus servicios se le com-
prendió cn la reforma cn '1797 y entonces sc fue dore-
cho al palacio directoria] y dijo mil desvergüenzas y ame-
nazas ú la mayoria del directorio y en particular á Lare-
vcillere ultrajáudolc indignamente. Desde entonces quedó
escluido de la carrera y volvió ú entrar en la obscuri-
dad. EI'a tan ignorante que apenas sahia Ji rrnar su nom-
b re


PAGINA JG5.


2 Pedro Alfonso Garreau era un abogado del distrito
de Liboume y diputado suplente por la Gironda en la
legislativa y luego en propiedad en la couvencion , donde
voló la muerte del rey. No era mucha su elocuencia ~




230 NOTAS
pero solia suplida COII la tuerza de sus pulmones sobre
todo cuando apoyaba providencias revolucionarias. A pe-
sa,' de ser' diputado por la Girouda file muy enemigo de
los girondiuos y defensor ardiente del máximum y de
las leyes rigurosns contra los emigrados. Cuando se creó
d consejo de los SOO renunció su plaza y le destinaron
al ejército de Italia en calidad de representante , de don-
de le retiró el gobiel'llo de resultas de este disgusto poli-
rico qlle manifestó Bouapnrte pOI su conducta en Tosca-
na. Después volvió ú ser eleg'hlo miembro del mismo
consejo de los aOO, donde acusó á Francisco de Neuf-
chatean el 21 de encl'01799 de ql1(~ malgastaha los fon-
dos de su ministerio en hacer que S(~ representasen pie-
zas coutru-revolncionarias , en prueba de lo cual citó la
opera de Adriano , En lo g(IHcl'al se uranifestó enemigo
del .lireclorio , quejándose de la policía que este egercia
contra los miembros de la rcprcscntacion nacional. Des-
pues <id '18 de hrumat-io se Ir escluyó dd cnelVo legis-
lativo, pel'o después le nombró Bouuparte subinspector'
de revistas en Brest. En 1808 le ascendió ú inspector oc
revistas en el e,iército de España, donde le destinaron
al cuerpo qlle mandaba el Mal'iseal Soult ('11 Andalucía.
Yolvió con d ú Francia en 1~12 v murió ('11 Burdeos en
l~!7 <'11 edad bastante avanzada.


P¡\Gl~A t 70.


:5 El gencral Saureilucgo que tr-nuino la campaña de
Italia pasó al cue¡'po legislativo y no volvió Ú servir en los
(jt:! citos sino ('1} el inter ior ,


P.\GINA 1ro.


{ El general Despiuois rll(~ cadete del Icgimicnto de
Il.nrois antes de la revoluciou , y las circunstancias uni-
das ú su mucho talento :\I'(,\('''úl'on sus ascensos. Sirvió
1'11 el 7\ol'll', en el l\j(\diodia }" en Italia. )' presentó Ú la
vonvcucion el dia;) de noviembre 17D4 veinte y seis




DEL TRADUCTOR. 231
ljauderus ganadas pOI' el ejército del Norte. Estando en
el ejército de los Pirineos solicitó que se escribiese en
la columna del Puutheon el nombre del general Labarre
muerto en Cataluña, y que se erigiese un mausoleo al
general Dugomrnier, muerto en el campo de batalla, En
Italia hizo señalados servicios bajo las órdenes de Bona-
parte sobre todo en la toma de Ceva y Moudovi y en la re-
presión de la revuelta de lUil.m, Pavia y Binasco. Este
fue quien mandó el sitio y: tornó el castillo de lUilan y se
distinguió en las batallas de Lonato y Castiglione. Des-
pues del 18 de hruruario le nombraron comandante de
armas de Perpiñan , desde donde pasó con igual empleo
ú Alejandria , donde permaneció muchos años y última-
mente vino á morir en la batalla de la lUoskowa.


PAGINA 1 j3.
o Este general Guyeux , ó por mejor decir Guieux ,


servia en la urtilleriu ántes de la revolución en el regi-
miento de Toul. Mostr« mucho valor é inteligencia desde
las primeras campnñas y tuvo rápidos ascensos. Ya pue-
den verse en el testo las muchas ocasiones en qlH~ se dis-
tinguió durante los primeros dias de agosto 17H6 bajo
las órdenes de Bouaparte , y mas adelante veremos lo mis-o
mo el dia 2 de noviembre en la toma de la aldea de San
IUiguel. En los unos siguientes continuó sirviendo en}ta-
liu ya corno general de división hasta que en 180S pasó
al grande ejército de Alemania y murió en la batalla de
Eylau.


PAGINA 178.


6 Este pobre general Vulcue nació en Moutuuban y
CI'a sobrino del poeta de este nomhre , amigo de Voltairc
y su maestro de matemáticas. Desde que le destituyo Bo-
naparte á presencia del ejército se obscureció y murió
en 1801 en una casa de campo que le dejó su tio , junto
á Montauban.




232 ~OTA~


PAGINA 179.


7 El gellCl'al Pigeon habia servido constantemente en-
el ejército de Italia)" se distinguió en muchas ocasiones,
particularmeute en la batalla de Boveredo al lado de 1\Ias-
sena, Tuvo la desgracia de' caer prisionero en el encueu-
tro de que babia el texto; pel'O todavía fue mayor la que'
le ocurrió casi en cl mismo sitio, esto es, juntoá Verona
en 179D , plles le' hirió de muerte una bala atacando
aquella plaza ba10 las órdenes de Scherer ,


PAGINA 180.


8 Audoquio Juuot, á quien reservaba la Iortunu
sucesivamente los grados de genel'ul de brigada, gene-
ral de división y los títulos y dignidades de gobcl'Ilador
rle Paris , gTan cordón de la lcgion de honor, eoroncl ge-
neral de húsares y últimamente el de duque de Abrantes,
pertenecia ~l una familia acomodada de Bussi-Ies Jorges ,
(~1I la costa de Oro, donde nació el 25 Je octubre 177'1.
Estaba estudiando leyes cuando principió la revoluciou , y
llevado del entusiasmo general de la época, se alistó co-
1110 gl'anadel'o en un batallón de voluntarios de su depar-
tamento. Es probable que su carrera hubiera sido tan
adocenada como la de sus compañeros sin la siguiente
casualidud. En el sitio de Tolon tuvo Bouapnrte necesi-
dad de un sargento que t.uviese buena letra y habiéndole
preseutndo á Junot se puso {, dictarle una carta y cs-
táudolu escribiendo cayó junto á él una bomba que le
Heno de polvo d vestido y el papel; y xin inmutarse :,10
mas niiuimo dijo Juuot : « voto Ú lirios qne esta borubn
" ha venido muy :¡ propósito para ahorrarme de salvado-
( dcra. )) Este dicho y al[ uella serenidad admiraron ú Bo-
uapurtc , que en el momento mismo le nombró edecán
suyo y fue el origen de su fortuna. Le llevó consigo ir
Egipto y le confió mandos importantes qne desempeñó
UIlIY ú sntislacciou de su general. Se distinguió muy pal'-




DEL TllADUCTOH.


ticularmcnte en el combate de Nazareth , donde con so'-
los 300 húsares denotó un cuerpo de diez mil turcos
dcspnes de 14: horas de resistencia. En aquella acción
cayó sobre él el sobrino del Bev Amurates con el sable
levautado , pCI'O Junot couocieudo á su terrible adversa-
rio le mató de un pistoletazo. Este lance está pintado en
un herrnoso cuadro de Gl'OS, mandado hacer por Bona-
parte. A la vuelta de Egipto le mandó que le siguiera y
de resultas del '18 de ln-nmnrio le uomhró comandante
de la plaza de Paris , y en 1801 le hizo g~neral de d ivi-
sion. Eu 1804: le conlió el gobierno de la capital y poco
después el mando de una division del ejército de In-
glatel'l'a. En enero de 1805 pasó de embajador á Por-
tugal y allí le envió el gl'an cordon de la legion de ho-
nor. Desde Lisboa le mandó venir al ejército de Alema-
uiu , donde se distinguió notablemente en la batalla de
Austerlitz. Nombrólc poco después gobernudor ge-
neral de los Estados de Parma y Plascncia , y concluida
lu campaña volvió á su embajada de Lisboa á fines de
1807. Algun tiempo después le confió Napolcon el marr-
1~0 del ejércitodc Portugal que se estaba organizando en
Bayona y sus inmediaciones. Con él se apoderó de aq uel
reino y se l(~ dió el titulo de duque de Abrantes. Gober-
nó malditamente los estados conquistados y se enngclJó
el ánimo de todos los habitantes, porque udemas de no
entender una palabra de política. era hotubre de muy
poca delicadeza pOI' no decir escesiva rapacidad. En
1808 le butieron en Yiuieiro y tuvo que capitula¡' con
todo su ejército, que 110 fue poco feliz en que se le IW1'-
mitiese embarcarse pal'a Francia en buques illg!eses. A su
vuelta le recibió mal el emperador; pero como en el lou-
do le queda mucho, le perdonó al fin y en '18'10 le con-
fió el mando del 8. o CIH'I'PO del ejército de España y no
quedó con mayol' lucimiento pues tuvo que retirarse ú
Francia igualmente que su general en gefo l\bssena. Eu
'18'12 estuvo mandando el 8. o cuerpo en la campaña de
Husia y dcspucs de la desastrosa retirada de lHoskow le
nombraron gobc/'IJadOl' general de las provincias ilíricas.




234 NOTAS
En 1815 perdió enteramente la cabeza y fue preciso l/e-
vade á casa de su anciauo padre eu Montbanl, donde
dos horas despucs de su llegada se arrojó pOI' ulla ven-
tana, se rompió una pierna , y murió el infeliz el dia 28
de julio. Se utribuyó su locura á su mucho eutusiasmo
por Napoleon y al triste aspecto que hablan tomado sus
negocios en aquella época. Aunque hnhia poseído gran-
des riquezas, dejó á su familia cási sin recursos.


PAGI~A 185


9 Jacinto Alfonso Verdieres anticuo cuardia de
, l:) v


corps del conde de Artois y después general de división
sirvió brilluntemeute en Italia como ayudante general de
Bonaparte , en su primera campaña desde el 9 de julio de
179G hasta el ~ de agosto, que es cuando le menciona
el texto. Pocos dius despncs le matarou el caballo en
que estaba montado en la batalla de Castigliollc , donde
le nombró el general en gef'e general de brigada. El ,1 t)
de noviembre del mismo aúo le hirierou en Arcole. .Fue
á la espedicion de Egipto, donde obtuvo el grado de' ge-
neral de divisiou de resultas de su brillante conducta
en el combate de 11. o de noviembre 17!)U cuando desem-
harcaro n los Turcos en Damietu. En Setiembre de 1~OO
le euvió el prime!' cónsul un sable y un diploma de ho-
1101' pOI' su conducta en Egipto. Poco despucs se le nom-
hró comandante de la plaza de París y luego siguió sil'-
viendo en el ejercito de Italia durante el imperio. Ü1J'llOt
le trata muy mal en el suplemento á sus memorias con
respecto al talento militar , pCI'O no puede menos de res-
petar su valor, de que dio tantas pruebas y por último
murió, como tantos otros en el campo del honor.


PAGINA 196.


10 Juan Bautista Ilcmndotte nació en Pau el 26 de
<'IW1'O 1764 de una familia plcbeya , y hoyes rey de Sue-
cia y de Noruega bajo el nombre de Carlos Juan XIV. Su




DEL TUADUCTOU. 235
crlucnciou fue bien poco esmerada é incompleta, como
se echa de ver en las uumerosas faltas de ortografla dp.
sus cartas autógrafas, y sobre 'todo, como es de inferir
al ver qne á los 1G años de su edad sentó plaza de sol-
dado en un regimiento de infantcria. Cuando empezó la
revolucion era ya sargento, que es lo mas á que podía
aspirar en aquel tiempo el que no había nacido noble,
)" )'a se deja dircurrir si ahrnzuria con ardor sus principios
un hombre dotado de tanta energía y ambiciono Su car-
rera militar fue rápida T pero tnmbien es verdarl que
ganó Lodos sus ascensos en el campo de batalla. En 17H2
era gefe de hutallou en el ejército de Custine ; en el de
D3 pasó ;'t gcfe de }JI'igat1a que equivaliu á coronel, y en
aquel mismo año habiendo notado Kléber no solo su va-
101', mas tumbien su mucha inteligencia, le hizo nombrar
g'cllcl'al de brigada. En 17!J4 ya mandaba una división en
la c('leJ¡I'(~ batalla de Flcurus ;~' durante todas aquellas
:o;angTicnias campañas de !H , !);'.. y HG resonó casi siem-


e . "-


pl'C su nombre cu los boletines de Alemania. En!797
pasó al ejército de Italia que mandaba Bouaparte y sirvió
en él como era de esperar, tanto que le destinó para que
fuese ú presentar al directorio los estandartes y banderas
(¡ue se hahiun cogido Cll la batalla de Ilivoli. Estaban en-
ronces sumamente acalorados los partidos )' declarada la
guerra entre los consejos y el directorio , pOI' lo cual Ber-
uadoue soltó, de órdcn de Ilouapurte algunas espresioncs
ei! el discurso de la prescutacion , que indicaban con 80-
bl':lda claridad la disposiciou en qne se hulluhn el cjérc ito
de Italia de venir al SOCO\'1'O de la autoridad contra el par-
tido faccioso que era el de los consejos. En tales circuns-
tancias no podia menos do ser aquel disClII'SO un aconte-
cimiento notable, y en electo dió ánimo al directorio p~ll'a
emprender el golpe del 18 de Iructidor. Como ya se ha-
hia firumdo el tratado de Campo Foriuio que puso tér-
mino ú la guerra de Italia, se quedó Bernadotte en Paris ,
y uuuquo el directorio le ofreció el mando en gefe del
ejército del MedioJia destinado Ú reprimir las bandas
realistas del interior , 110 (l~liso uccpturlc , y en cambio se




NOTAS


le dló la embajada de Viena, donde representó á la re-
pública con dignidad, mandando enarbola!' pOI' la prime-
ra vez la bandera tricolor en el palacio de la embajada
francesa. Este espectáculo' tan nuevo en aquella corte
sirvió de motivo ó pretesto para una asonada, de cu-
yas resultas tuvo el embajador que salí!' de Viena y en
verdad que el tal lance produjo fatales consecuencias,
como verá el lector' en el curso de esta historia. De vuel-
ta á Paris reusó el mando de la 8. a division militar (Mar-
sella) , y también la embajada de Holanda, pero aceptó
el nombramiento de general en gefe del ejército de ob-
servaclon del Bajo Rhin. Abrió la campaña con el bom-
bardeo de Fhilipsburgo y la toma de Manheim ; m3S el
directorio necesitaba para ministro de la guerra un hom-
hre que poseyese la confianza de los ejércitos y que fue-
se capaz de sostenerle en su dudosa situacion , y pOI' tan-
to llamó á Bernudotto para este destino. No anduvo aca-
so muy acertado el director Sieyes en esta eleccion , no
por'que el nuevo ministro dejase de desempeñar perfec-
tamente su cargo, sino porque era un republicano deci-
dido, y muy Íntimamente relacionado con los principales
miembros de la oposicion en ambos consejos. Efectiva-
mente, no tardó en conocer la mayoria del directorio quc
era indispensable para sus planes alejar aquel hombre de
Paris ó pOI' lo menos del ministerio, y no teniendo mo-
tivo ni acaso la fuerza de autor-idad necesaria para sepa-
rarle de él , tuvo que valerse Sieyes de una de sus astu-
cias que mas bien merecen el nombre de picardigúelas y
que no queremos anticipar' ú lo que ha de leerse en el
texto pOt' evitar repeticiones ; pel'O que se redujo en sus-
tancia á dar pOI' supuesta una dimision que el ministro II o
hahia pensado en hacer. Picado Beruadotte de esta espe-
cie de truanadu , se 10 dijo' claro á Sieyes en la contesta-
cían al oficio y pidió su retiro que se le concedió al dia
siguiente. Cuando llegó la escena del 18 de brumario
estaba va casado Bernadotte con la hermana de la mu-
gel' de jasé Bonaparte , de quien era bastante amigo ,
llamada Eugenia, Bernardina , Deseada Clar'y , y no ce-




'DEL TRADUCTOR. 237
.saba su cuñado de suplicarle que viese de ganar alge-
neral Jourdan para que se declarase en favor de su her-
mano Napoleou. ( Yo procuraré hacer lo que pueda le
« respondió Bernadotte, pero me temo -que será muy di-
(( ficil.)/ Es de advertir que esta esposa de Bernadóue ,
asi como su hermana Julia ,que fue reina de España, eran
hijas de un comerciante muy rico y honrado de Marsella
~Ir. Clary , el cual no quiso permitir que se casara con
Napoleón cuando este era un simple general de artille-
ria reformado, á pesarde que se amaban mucho los dos
novios. Esta circunstancia, poco sabida del público, con-
tribuyó mas de lo que se cree pOI' una parte á la conduc-
ta que observó Bernadotte el 18 de brumario y por otra
á la frialdad y rompimiento abierto que hubo despues
entre ·él y el emperador. Como estos y otros muchos por-
menores se han de leer despues en el texto y mas aun en
la historia que nos proponcmos publicar del consulado y
del imperio, habrémos de pasa.' ligeramente sobre ellos
para solo dar una idea de la carrera política de este ge-
neral rey. Luego que Bonaparte ascendió al trono de
Francia, se templó rapidlsimameute el ardor republi-
cano de su compariente Bernadotte, como sucedía á tan-
tos otros, y se dejó recargar de tí tu los, ríquezas y dis-
tinciones, cuya privación suele ser el verdadero republi-
canismo de los mas. Fue nombrado mariscal del imperio,
príncipe de Ponte-Cono, gran oficial de la legion de
honor, sin que por eso reinase entre ambos ni agrade-
cimiento en el uno ni verdadera benevolencia en el otro.
Despues de la campaña de Prusia le dió el emperador el
mando de un cuerpo de observación situado en el Norte
de Alemania y estableció su cuartel general en Hambur-
go donde el brillo de su nomhre , las facultades estraor-
dinarias con que se hallaba revestido y sus muchas rique-
zas dieron cierto aspecto de corte á su numeroso y bri-
llante estado mayor. Aquella ostentacion y poder que
egercia como virrey deNapoleon ya en el palacio de Ham-
burgo yá en el del buen rcy de Dinamarca no dejó de
deslumbrar la vista de los habitantes del Norte, yá fasci-




238 NOTAS
nada con los triunfos ú que él habla contribuido como
otros muchos mariscales del imperio. Quiso la casualidad
que en aquel tiempo ocurriese una de las mas singular es
revoluciones en Suecia, en la cuál fue precipitado del
trono Gustavo IV y puesto en su lugar su tia el duque dr-
Sudermania , que tomó las riendas del gobierno bajo el
nombre de Cárlos XlI!. Como este principe no había teni-
do nunca sucesiou ni se hallaba en edad de cspernrla , Iue
necesario elegirle un sucesor , y la Dieta se decidió pOI'
una inmensa mayoría en favor del príncipe Cristiano Au-
gusto de Holstein Augustemburgo , cuyas calidades eral!
muy apreciadas de la nucion y pcrtenecia ú una familia
que ya había reinado en Suecia, en Dinamarca y aun en
Rusia. Como Cárlos XllI era muy anciano, el príucipe
real era quien sosten ia el peso de la corona ; pero apenas
se habían pasado seis meses y cumulo se estaba tratando
de su boda con una de las sobrinas del ompcrarlru- de
los Franceses, murió rcpeutiua y misteriosamente yendo
desde Hclsiuburgo á ver un campamento qnc S'C hahia for-
mado en Scania. Aquella catástrofe volviu á renovar la
crisis de que apenas se había salido con la clcccion del
príncipe, y la Dicta P"OCUl'Ó salir cuanto antes de ella
procediendo Ú tilla nueva elcccion. Prnsóse generalmente
en sn hermano el duque reinante de Holstein Augustem-
burgo y parecia segu['() su nomhramicnto , cuando vino ú
coutrariarle el rey de Dinamarca proscut.inrloso de can-
didaió y empezaron ú cruzarse las intrigas. Eutouccs Iue
cuando el baron de Mmrner nombro pOI' primera vez la
persona del prlnclpe de Ponte-Corvo , y auxiliado pOI' el
haron de Wrede que se hallaba de ombajador en Paris,
se presentó á él Y le aconsejó que se declarase caudida-
to con tal que no se opusiese directamente Napoleón. Era
por cierto muy dudosa su mera aprobuciou ; mas al fin
cuando se le dió la noticia de aquella singular elección
no dijo otras palabras sino: ce Anda, que se cumplan los
ce destinos, JJ Y le regaló dos millones de francos p:lra
que se presentase en Suecia con. cierta ostcutncion. Mas
apenas fue reconocido príncipe Ilcnl , cuando abrazó co-




DEL TRADUCTOR. 239
mo era sino natural, ú lo menos político, los intereses
de su nueva patria y se opuso con todas sus fuerzas al
sistema del bloqueo continental exigido] por Napoleon,
como el único medio de acabar con la predominancia in-
glesa. La corrcspoudencia entre los dos nuevos sebera-
nos continuó siendo cada vez mas agria , hasta quc ter-
minó del todo el año 1813 despues que muchos meses an-
tes habla convenido Bcrnndouc cn hacer parte de la coa-
licion enemiga de la Francia , en la conferencia secreta
de Abo en 1812, con la condicion de que se le devol-
viese la Noruega. A este precio hizo la guerra á su ver-
dadera patria y contribuyó eficazmente á la ruina de su
bienhechor. Pero con todo dicen que reina con gloria
en Suecia.


PAGINA 200.


11 El gene¡'al austriaco Davidowich era natural de
la Servia , y despucs de haber servido con distincion
en la Bosnia contra los TLll'COS durante la gllcl'I'a de 1789
le emplearon en el Brabaute contra los Franceses. Dió
muchas muestras de inteligencia en 17D5 tanto en l\'lar-
chicnnes como en Maubeugc. En 179G le nombraron te-
niente Ield-mnriscal 'Y vino al ojército de Italia bajo las
órdenes de \V Ul'mSCI' , donde ú pesa,' de las desgracias
que sufrió este gCllcl'al ? tUYO muchas ocasiones en qué
lucir su valor y rarn inteligencia, sobre todo en la toma
de Trente ~' en los castillos de la Pietru y Bassano ).en la
batalla de Hívoli ? donde hizo prisioneros á los generales
Fiorella , Vallct. Después de la toma de Mautua pOi' los
Franceses le enviaron al ejército de Alemania bajo las Ól'-
denes del archiduque Carlos, que hizo repetidas veces
mencion honrosa de sus servicios y se retiró al mismo
tiempo que este príncipe.


PAGiNA 201.


12 El gcn~~"al Sahuguet era ya oficial úntes de la rc-
volncion , y durante ella sirvió en el ejército de los Piri-




24-0 NOTAS
neos orientales con mucha distiucion. Hecha la paz con
la España le enviaron ú Italia, y Bouaparto le destinó al
bloqueo de l\Iantua y cuando este hubo de suspenderse
pOI' las razones que dice el texto, brilló mucho Sahuguct
en diferentes combates, particularmente en la toma del
Inerte de S. Jorge y de la Favorita donde cogió muchos
cañones y prisioneros. Vuelto al mando del bloqueo , re-
chazó varias salidas de los sitiados después de algunos
combates que pudieran llamarse batallas. EII 17n7 le dio
el directorio el mando del departameuto de las Bocas Jet
Ródano, hasta que cuando Bonapartc ascendió al consu-
lado le confió el mando de las tropas que estaban en la
.Liguria , y últimamente le nombró capuau gencI'al de la
isla de Tabago , donde mudó.


PAGINA 203.


15 El general francos VicLOI' esturo cruplcndo en
1794 en el ejército de los Pirineos orientales, de donde
pasó al de Italia y sirvió en él con mucha distincion. So-
hre todo dió grandes pruebas de valor el dia G de agosto
1796 en el combate de Pescara y en los de Cerea, Leg-
nano y San JOI'ge los dias 11 , 13 v 1~ de setiembre. En
1797 'hizo gramles servicios en los· combates del 12 y 15
de enero en que tUYO que rendir las armas el general
Proveru y fue rechazado Wurrnscr hasta }Iantua. Enton-
ces le hicieron general de división y le mandó Bouuparte
que fuese :í dispersar las tropas del papa, cosa que no le
costó la mayor dificultad y un mes después se le nombró
residente cerca del papa. En 1800 sirvió de segundo de
Berthier en el ejército de reserva y se distinguió mucho
en la batalla de Marengo , de cuyas resultas le dió elpri-
mer cónsul un sable de honor. Luego fue á mandar Ú
Holanda las tropas de la espedicion , que se dijo estar
destinada á la Luisiana • pero fue tanta la oposicion de
los Ingleses que al fin no se verificó el proyecto. El COIl--
tinuo sin embargo en Holanda y se casó en el Haya en
junio de 1805. Dos años despues le nombraron ministro




DEL Tll.ADUCTO R. 241
en Dinamarca v se le dióla gran ,CI'l)Z de la legión J~
.]lOnOI' •


PAGINA 204·..


14 Enrique XV príncipe de Rcuss era general de nr-
tilleria al servicio det Austria v ántes había servido en
clase de coronel en 1795 en ~l ejército de Cobourg :al
frente :de un regimiento con quien corubatióvnrias veces
á los Franceses cerca de Bavav. De sus resultas le hi-
cieron mayor general en el mismoejército , donde con-
tinuó toda la campaña de t 794. En la de 96 pasó :'t Italia,
donde se distinguió inutilmente en la defensa del castillo
de la Pietra , donde le menciona el texto, y en el COIll-
bate de Baselga. En 1797 llegó ú ser teniente feld-maris-
cal y continuó en el mismo ejército de Italia hasta que en
t 799 Y principies de 1800 se le contlrié el mando d('1
ala Izquierda .del ejército de Kray, con el encargo espe-
cial de mantener la comunicacion de Italia y Alemania
porel Tirol y los Grisonas. En 1802 le hicieron dil'cctol'
'general de los reclutas del ejército imperial y continuó
sirviendo en las grandes campañas de Alemania hasta .qne
se retiró cuando lo hizo el archiduque Carlos.


PAGINA 203.


-ti> El general frunces Lernarois , segundo edecau dr-l
emperador Napoleón y comandante de la legion de honor.
era hijo de nnos labradores del departamentlo de la Mau-
cha y estuvo educándose en la escuela de Marte en 17!-}5
hasta que á su disolucion entró en el ejército. y llegó :'t
ser edecau del general Bonaparte. Ya vemos en el texto
cual se distinguió en la batalla de Roveredo , y lo mismo
había hecho en la de Lodi é hizo después en Arcolo. Su
general le envió el 50 de diciembre de 1797 Ú pl'escntar'
al directorio las 4 banderas que se hablan cogido ('11
aquel combate. En 1805 fue acompañando al primer eOII-
sul en su viage á Bélgica y estuvo encargado de la vigi-
lancia de las costas desde Brest ú Cancale . hasta qne


x. 16




242 NOTAS
volvieron a principiar las hostilidades y le siguió siendo
ya emperador á Alemania sin separarse de él en todas sus
campañas. Murió de general de division y gl'an oficial de
la legión de honor.


PAGINA 208.


16 El general Mezaros era un noble húngaro, que
ya con el grado de coronel habia hecho la guerra contra
los Turcos en 1789 y se distinguió mucho en la batalla
de Foksan , de cuyas resultas le nombró el emperador de
Austria general mayor. En 1793 se le destínó al ejército
de Wurrnser y fue gravemente herido en Speierbach el
dia 23 de mayo. Mandó una columna el dia 13 de octu-
bre de aquel mismo año que fue cuando se tomaron las
lineas de Wissernburgo. Durante todo aquel mes dió re-
petidos combates á los Franceses en el bosque de Brump
y salió generalmente victorioso , por lo que le premió el
emperador con la Cl'UZ de Maria Teresa. En 1794 le des-
tinaron al ejército del príncipe de Hohenlohe y volvieron
á herirle en mayo de aquel año. A principios de 1796
obtuvo el grado de teniente feld-mariscal y pasó á Italia
á las órdenes de Wurmsel', cuya vanguardia estuvo man-
dando hasta que pOI' fin cayó prisionero en Mantua con
todos los restos de aquel ejército. Al año siguiente le
nombraron comandante de una de las columnas del ejérci-
to de insurreccion de Hungría y no hemos vuelto á saber
nada de él,


PAGINA 209.


17 El genel'al austriaco Sebottendorff babia hecho
la campaña de 1792 en calidad de coronel y en febrero
de 93 le ascendieron á mayor general. En junio de aquel
mismo año mandó el cuerpo de tropas austriacas que
sitiaba á Maguncia y se condujo con valor y actividad.
En marzo de 1796 le nombraron teniente Ield-mariscal ,
con cuyo título pasó al ejército de Italia, donde partici-


-pando del disfavor que era consiguiente á las incesantes




DEL TRADI;CTOR 2'.. 3
derrotas sufridas pOI' Beaulieu y ,y urmscr , le retiraron
como á otros muchos y no volvió ú ser empleado.


PAGl~A 211.


18 jli~uel de Chartou había sido g'efe de batullon
J. ~


de la guardia nacional de Paris y couiaudante general de
ella durante un mes cuando Lafaycue cesó en aquellas
funciones. De resultas dt~ la fuga de este le pusieron PI'''-
so en las ~lagdeloHetas y no recobró su libertad hasta el
dia 9 de .thermidor. A poco tiempo le hicieron general
de brigada y sirvió en el ejército de Italia hasta que If~
mataron en el combate de Castellaro el 2D de setiem-
bre 1796,


P ,\GI;'\.T.\ (,;) II'. PI. .... 1.


19 El haron de Nnuendorff' , general austriaco , sir~
VIO en 1789 contra los Turcos con el grado de coronel
bajo las órdenes de Laudou y habiéndole mandado atacar
á un cuerpo turco que estaba atrincherado en Borecs,
no solo se apoderó de aquella posicion mas tambien de
fa de Swiuitza y fue persiguiendo al enemigo hasta Orsow.
Con este motivo le' hicieron general mayal' y pasó ú
mandar en 17~)4 la vanguardia del ejército de Cobourg,
En esta campaña fue cuando el archiduque Carlos empe-
zó ú darle su confianza que tanto se aumentó luego. En
1793 continuó sirviendo en los Paises Bajos y hatió:í
los Franceses cerca de Stetten y luego en Alsens , con cu-
yo motivo le concedió el emperador la CI'UZ de Maria Te-
resa. A principios de 179G se le empleó bajo las órdenes
de Wurrnser en Italia, poro en julio de aquel mismo
año le llamó á Franconia el archiduque Carlos , ú quien
llevó un refuerzo de tropas, con las cuales le ayudó á
rechazar á Jourduu. Luego le envió el príncipe al Danu--
bio á inq uictar la retirada de :\Ioreau. En 1797 fue
elevado al grado de teniente feld-muriscul y con él COII-
tiuuó haciendo las campañas del archiduque y luego las
del aeueml Kravtl "




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DIRBCTORIO (1796). 145
~~8888i1H.lin.8.1.'.'.'.t...


CAPITULO TERCERO.


Situaeion interior y estertor de Francia despues de la retira-
da de los ejércitos de Alemania:á principios del año V.-
Combinaciones de Pitt ; apertura de una uegociacion con el
directorio; llegada del loed Malmesbury á Paris.- Paz con
Nápoles y con Génova, negociaciones infructuosas con el
papa; deposicion del duque de Módena ; fundacion de la
repúhlica Cispadana.- Mision de Clarke á Viena.- Nue-
vos esfuerzos del -Austria en Italia, llegada de Alvinsky ,
peligros estremos del ejército frances; batalla de Arcole.


Poco lisongero era para la república el éxito que
acababa de tener la campaña de Alemania, y sus
enemigos que se obstinaban en negar sus victorias
ó en pronosticada crueles reveses de la fortuna,
veian ya realizados sus pronósticos, y triunfaban
abiertamente con ellos. Decian que aquellas rápi-
das conquistas en Alemania no habian tenido so-
lidez alguna supuesto que habian tenido tan pron-
to término en el Danubio y la habilidad del jóven
príncipe. De ello inferian que lo mismo hauía de
suceder al temerario ejército de Italia que con tan-




246 RE"OLUCION FRANLESA.
la fuerza se habia establecido en el Adjge, pues-
no faltariaquien le echase de aHí úsu vez y le re-
peliese hacia los Alpes, corno á los ejércitos de Ale-
mania hácia el Rhin. Verdad es que las conquis-
tas del general Houaparte parecían apoyadas so-
bre una base mas sólida, pues no se habia [imita...
do ú arrollar á CoHi y á Beaulieu sino que los ha-
bia destruido i ni se habia contentado con recha-
zar al nuevoejército de Wurrnser , sino que le ha-
bia desorganizado en Castiglione y aniquilado des-
pues en el Ilrenta, Por eso se tenían algunas 111as
esperallzas de permanecer en Italia (lue en Ale-
mania, pero siempre tenia u gusto en esparcir ru-
mores alarmantes, Ihan llegando seg un se decia
fuerzas numerosas de la Polonia y de la Turquia
para los Alpes , y ahora podrian los ('j{~rl'ilo:) im-
periales del Rlriu enviar nuevos dcst.rc.uucutos , y
¡l pesar de todo el gTan inaeuio del a:eneral Bona-


e .' 0


parte, al fin encontraría el término de sus victo-
rías teniendo siempre nuevos ('ncmigos qnc com-
batir, aunque no fuese ITiaS que por la estiucion
de su ejército. Era m ny natural que en aquel es-
tado de cosas se hiciesen semejantes congeturas
porque la iffiagiriaciol1 despues de haber exagerado
los triunfos dchia tam bien exagerar los reveses.


Se hahian retirado los ejércitos de Alemania sin
grandes pérdidas y ocupaban la línea del Rhin,
de modo que en esto no habia demasiada desgra-




DIIlECTOUIO (1796). 247
cia ; pel'o el ejército de Italia se encontraba sin
apoyo, y este era un inconveniente grave. Ademas
habiendo vuelto úe entrar en territorio frances nues-
tros dos principales ejércitos, iban á estár á costa
de nuestra hacienda, que continuaba en un esta-
do deplorable y este era el mayol' de los males.
Como los mandatos habian dejado de tener el
curso forzado de moneda, cayeron enteramente,
y además se habian gastado todos sin que queda-
se casi ninguno á disposición del gobierno. Esta-
ban sí en Paris en manos de algunos especulado-
res que se los vendian á los compradores de bie-
nes nacionales. Tampoco entraban los atrasos de
los créditos del estado que eran muy con sidera-
hles, y así las contribuciones como el préstamo for-
zoso se cobraban con mucha lentitud; faltaba
por pagar mucha parte de los bienes nacionales
sumisiouudos ; y los pagos que faltaban pOi' hacer
no eran todavia exigibles seg'un la ley; ni las nue-
vas posturas que se hacian alcanzaban para ali-
mentar el tesoro. Sin emhargo se iba viviendo
con aquellas sumisiones, con lo que iba entrando
del empréstito, y con las promesas de pago que
hacian los ministros. Acababa de formarse el p.'c-
supuesto pal'a el año V, dividido en gastos ordi-
narios y estraordinarios , de los cuales los pI' ime-
ros ascendian á 450 millones y los segundos á 550.
Para los gastos ordinarios debían bastar la con-


, ~~
..~/: .


. • J.




248
trjbucion tervitorial , las aduanas , el papel sellado-
y todos los productos anuales; así COlllO los 550·
millones de lo estraordinario estaban suficiente-
mente cubiertos COll el atraso de las contrjhucio-:
nes del año IV,. el préstamo ~fOl'ZOSO , y los pagos
que ü..liaban pOI' hacer de los bienes vendidos;
Adenias quedaba el recurso de los bienes que to--
davia poseía la república, pel'o era necesario rea-
lizarlos y en esto estaba siempre la dificultad,
porque los proveedores reusaban continuar sus
anticipaciones y todos los servicios se paraban á,
un tiem po, corno que los empleados públicos y
los renteros no cobraban un cuarto y se morran
de hambre.


Así pm.' una pmte el aislamiento del ejército
de Italia y pOI' otro el estado de nuestra hacienda
podian dar grandes esperanzas ú nuestros :enemi--
gos. De todo aquel pl'oyedo de cuádruple alianza-
formado: pOI' el directorio entre la Francia, la
España , la Puerta y Venezia , solo se hahia veri-
ficado con España, la cual decidida por nuestras
ofertas y por la estraorrlinaria fortuna de nues-
uas armas durante alJuel estío, se había resuelto-
ú renovar ,como ya dijimos el pacto de familia
y declarar la guel'l'a á la Gran Bretaña. Pero Ve-
nezia á pesar de las instancias de España y de la
Puerta , y tambien á pesar de las victorias de Bo..
naparte , había reusado uuirse con la república.




DIRECTORIO (1796). 249'1
En vano se la hizo ver que la Rusia ambicionaba,
sus colonias de Grecia , y el Austria sus provin-
cias de Iliria, todo lo cual quedaria asegurado con
la union de la Francia y la Puerta que no tenian
nada que envidiarla; que las repetidas victorias
de los Franceses en el Adige debian tranquilizar-
la en cuanto á la vuelta de los ejércitos austriacos
y la venganza del emperador: que el concurso de
sus fuerzas y marina harian que esta fuese mu-
cho mas imposible; que por P.1 contrario la neu-
tralidad no podia proporcionarle ni amigos ni,
protectores, y tal vez la espondria á no servil' mas
que de medio de compensacion y acomodo entre
las potencias beligerantes. Llevada de su odio con-
tra los Franceses y continuando en hacer arma-
mentos, evidentemente dirigidos contra ellos, su-
puesto que consultaba con el ministerio austriaco
para la eleccion de un general, reusó por segun-
da vez la alianza qHe se la proponia. No dejaba de
conocer el riesgo de la ambición austriaca, pel'o.
era mayor y mas urgente el que temía de los prin-
cipios franceses , y así respondió que persistia en
la neutralidad desarmada , lo cual no era verdad,
porque estaba armando en todas partes. Vacilante
la Puerta con esta negativa de Venezia y con las
sugestiones de Viena y de Inglaterra, tanlpoco ha-
bia querido acceder al proyecto de alianza; y así
se quedaban solas 1<\ Francia y la España, cuya




250 llEVOLUCION FRANCESA.
umon podia contribuir á que los Ingleses perdie-
ran el Mediterraneo, pero tambien quedaban com-
prometidas las colonias españolas. En efecto ya
pensaba Pitt en hacerlas insurreccionar contra la
Metropoli y principiaba á formar intrigas en l\Ié-
gico. TalTI poco se habian terminado las ,negocia-
ciones con Génova, porque se trataba de convenir
con ella en la suma que habia de pagal' por la fra-
gata Jfodesta y sobre la espulsion de ciertas finul-
lias y la vuelta de otras que estaban [desterradas.
No estaban mas adelantados los negocios con Ná-
poies , porque el directorio queria que pagase una
contrihucion y la reir a que obraba ya á la deses-
perada, no queria consentir en ella. No se habia
hecho la paz con Roma á causa de un artículo exi-
gido por el directorio, y era que el Santo Padre
revocase todos los hreves que habia espedido con-
tra la Francia desde el principjo de la revolucion ,
lo cual humillaba demasiado al anciano pontífi-
ce. Convocó este un consistorio de cardenales, que
decidieron no poderse ver-ificar aquella revocacion
y así se rompieron todas las negociaciones. Vol-
viéroase á abrir en Florencia, donde se reunió un
congreso, en el cual habiendo repetido los lega-
dos del papa que no era posible revocar los bre-
ves espedidos , y replicado los comisionados Fran-
ceses que aquella revocacion era una .condicion
sine qua rwn, se separaron al cabo de pocos minu-




OlRECTOIU o (1796). 251
{os de conferencia. Confiaba elpontífice en un
SOCOl'l'o' del rey de Nápoles y de la Inglaterra , y
acababa de enviar á Viena al cardenal Albani pa-
ra implorar sus auxilios y concertarse con aquella
córte para la resistencia.


Tales eran las relaciones de la Francia con el
resto de Europa, pero sus enemigos no dejaban
tarnhien de estár bastante apurados. Verdad es
que el Austria se hallaba mas tranquila con la re-
tirada de nuestros ejércitos de las orillas del Da-
nuhio , pero la daba mucho cuidado la Italia, y
hacía nuevos preparativos para recobrarla. La In-
glaterra estaba reducida á una tristc situacion,
por(IHe era IHUY precario su establecirnicnto en
Córcega y se veia es puesta á perder muy pronto
aquella isla. Se intentaba cenada todos los puer-
los de Italia, y bastaba una nueva victoria del
gcneral Bonapurte para decidir Sil total espulsion
d(~ aqllclla comarca, añadiéndose (lue la guclTa
con España iba á interdecirln el l\Iediterraneo y
amenazar el Portuaul. Tenia cerrado todo el lito-


c •


ral del Occeano hasta el Texel, y la espedicion
que noche preparaha en Bretaña no dejaba de in-
quietarla con l'espedo Ú h-lauda , á lo cual se agre-
gaha el peligro de su estado económico y el vivo
deseo que el pueblo manifestaba por la paz, co-
rno que la oposición habia llegado á ser mas
fuerte que nunca con las nuevas elecciones. Estas




252 RBVOLlJCION FRANCESA.
razones eran bastante poderosas para pensar en
la paz y aprovecharse de los últimos reveses de la
Francia para hacérsela aceptar. Pero tanto la fa-
milia real como la aristocrácia repugnaban mucho.
tratar con la Francia, porque esto equivalia , se-
gun ellos, á tratar con la révalucion. Pitt que'es-
taba mucho menos apegado á losprincipios aris-
tocráticos que á los intereses- de su país, bien hu-
hiera deseado- la paz, pero con una condicion in-
dispensable para él , é inadmisible pan la repú-
blica, que era la restitución de los Paises Bajos
al Austria. Era Pitt , como ya hemos insinuado
varias veces, un verdadero ingles, tanto en el or-
gullo como en la ambicion y en las preocupacio..
nes ,y asi el mayor delito de la revolucion no
era en su concepto haber dado nacimiento á una
república colosal, sino haber reunido á la Fran-
cia los Paises- Bajos.


Efectivamente eran estos una adquisición im-
portante para nuestra patria, pues pOl' de con-
tado la proporcionaba la posesion de las pro-
vincias mas fértiles y ricas del continente, y sobre
todo unas provincias industriosas; la daha tam-
bien la embocadura de los rios mas importantes
pal'a el comercio del Norte , que eran el Escalda,
el ~Iosa y el Rhin, un aumento considerable de
costas, y por consecuencia de marina; puertos de
la mayor importancia particularmente el de Am-




'DrBBCTORIO (179'6). 253
beres, yúltimamente una gran prolongacion de
nuestra frontera marítima en la parte mas peli-
grosa para la frontera inglesa, en frente de las
indefensas plazas de Essex, de Suffolk, de Norfolk,
y de Yorkshire. Ademas de aquella adquisicion
positiva, nosproporcionahan los Paises Bajos
otra ventaja, y era que no podia menos la Holan-
da de caer baje el influjo inmediato de la Francia,
una vez separada de las provincias austriacas. En-
tonces se estendia la línea francesa no solamente
hasta Amberes, sino tambien hasta el Texel , que-
dando envueltas las playas j nglesas por una cin-
tura de playas enemigas. Si á esto se agrega el
pacto de familia con la España, que era entonces
poderosa yhien organizada, fácilmente se forma-
rá idea de las justas inquietudes de Pitt po,r
el. poder marítimo de Inglaterra. Es efectiva-
mente una especie de axioma para todo buen
ingles que la Inglaterra debe dominar á Nápo-
les, Lisboa y Amsterdam para tener siempre
un pie en el continente, y romper la larga línea
de costas que pudieran oponérsela, Estaba tan
arraigado aquel principio en 1796, que él solo
bastaba para considerar todo daño causado á la
Francia como un bien para la Inglaterra, y en
consecuencia Pitt hubiera consentido gustoso en
una paz pasagera para :dar algun desahogo á la
hacienda pública, pero con la condicion ~de que




254 UEVOLUCION FRANCESA.
se habian de restituir los Paises Bajos al Austria'.
Pensó pues en abrir una negociacion sobre e~ta
base, por mas que estuviese qluy :lej4)s,~e espequ'
que la Francia admitiera semejante condicion ,
porque los Paises Bajos eran la .principaladquisi-
cion de i la revoJucion ,y la constitucion no .permi-
tia ¡'al directorio ni aun tratar de su enagcnacion.
,Pero Pitt.conocia poco el continente y estaba sin-
oeramente persuadido .de la ruina de laFranqia
cuando venia todos los años á::anuncifll' de .hueua
fe el desmoronamiento y ruina próxima de nues-
tra república. Pensaba él que si alguna vez .la
'Francia habia estado dispuesta á la paz, era pre-
cisamente ahora qwe .habian caido los mandatos,
y. estaban en retirada los ejél'citosde Alemania,
Por lo dernas , bien fuera que creyese ó no inad-
misible la condicion , tenía una razon poderosísi-
ma para abrir una negociacion, que era la necesi-
dad de satisfacer á la opinionpública qqe cla-
maba .porIa paz; y para conseguir Ia leva de los
;60'mil hombres de milicia y15 mil imarineros
,necesitaha probar con un hecho constante .qqe
.habia hecho .cuanto estaba en su mano ,pqra ne-
gociar. También tenia otro motivo no ,lllenos,po-
rleroso , y consistia. en que tomando él ln i nici;)ti-
va 'y abriendo.una negociacion solemne en .Paris ,


-conseauia -la ventaja de atraer áella.la discusiqn
de todos los-intereses europeos, é impedirque se




DIRECTORIO (1796). 255
abriese una negociacion particular con el Austria.
En efecto esta última potencia daba mucho menos
importancia á la recuperación de los Paises Bajos
que la misma Inglaterra tenía en hacer que se los
devolvieran; como que para ella eran una pro-
vincia lejana .demasiado separada del centro de su
imperio espuesta á las continuas invasiones de la
Francia y profundamente imbuida en las ideas
revolucionarias; provincia que ella había intenta-
do muchas veces cambiar por otras posesiones en
Alemania ó en Italia y que solo había conservado
porque la Prusia se había opuesto siempre á su
engrandecimiento en Alemania y no se habian
presentado combinaciones para que le adquiriese
tampoco en Italia. Pensaba Pitt qu eabierta una ne-
gociacion solemne en Paris por todos los aliados,
impedirla las estipulaciones particulares y evita-
ria todo acomodo relativo á los Paises Bajos. Ulti-
mamente quería tener un agente ostensible en
Francia que pudiera juzgarla de cerca y adquirir
por su medio noticias seguras acerca de la espe-
dicion que se preparaba en Brest, He aquí las ra-
zones que aun sin la esperanza de conseguir .la
paz le decidian á Pitt á dar aquel paso con .el
directorio, No se limitó como el año anterior á
dar una comision insignificante por medio de
Wickam á Barthelemy sino que pidió pasaportes
para un enviado que llevaría los poderes de la




256 REVOLUCION 'FRANCES'A.
Gran Bretaña cuyo solemne p aso de parte del ene-
migo mas implacable de la república, no dejaba
-de darla cierta gloria, pues aparecia que la aris-
·tocrácia inglesa se veia reducida á la necesidad
de pedir la paz á 'URa república regicida. Inme-
diatamente se concedieron los pasapOl~tes y eligió
¡Pitt al lord Malmesbury 1 , llamado en otro tiem-
-po Sir Harris hijo del autor de Hermés, No era
'conocido este personage cerno apasionado de la
-república., mas ántes habia contribuido á la opre-
-sion de la Holanda cuando se reveló en 1787.
Llegó á Paris con una numerosa comitiva el dia
:23 de octubre 1796.


Nombró el directorio par,. que le representase al
-ministro de negocios estrangeros Delacroix, en
cuya secretaria se hablaron los dos plenipotencia-
rios el dia 24 de aquel mes y año, y habiendo ma-
nifestado 'sus poderes el ministro frances se anun-
.eió el Iord Malmeshury en calidad de enviado de
la Gran Bretaña y de su aliados con el objeto de
tratar de la 'paz general. Mas presentando luego
.sus poderes, se vió que no estaban firmados mas
que por la Inglaterra y entonces le preguntó el
ministro frances si tenia comisión especial de los
aliados de la Gran Bretaña para negociar en Sil
nombre : á lo cual respondió el lord que inmedia-
tamente que se principiase la negociacion y admiti-
das las basas sobrc'que pudiera tratarse, estaba se-




DIRECTORIO (1796). 257
'guro el rey de la Gran Bretaña de conseguir, el
concurso de sus aliados. En seguida entregó á De-
lacroix una nota de su corte en que se anunciaba
cual debia ser la basa de la negociacion, y se reducia
al princi pio de las cornpensaciones de las conquis-
tas entre las potencias. Segun decia aquella nota
la Inglaternl habia hecho conquistas en las colo-
nias asi como la Francia las habia hecho en el
continente sobre los aliados de Inglaterra y asi pa-
rece que habia materia para que se restituyesen
de una y otra parte. Pero era indispensable ante
todas cosas convenir primero en el principio de
las compensaciones sin esplicarse acerca de los ob-
jetos sobre qué habian de recaer, en 10 cual ya se
echaba de ver que la Inglaterra evitaba espli-
carse positivamente sobre la restitucion de los Pai-
ses Bajos anunciando un principio general, solo
para no romper la negociacion desde el momento
de su apertura; y así le respondió el ministro que
Jo consultaria con el directorio.


Este no podia abandonar los Paises Bajos pOI'-
que no tenia facultades para ello, y aun cuando
las tuviese no debia hacerlo, porque la Francia
habia contraido con aquellas provincias compro-
misos de honor, y no podia espunerlas á las ven-
ganzas del Austria si se las restituia, Ademas tenia
derecho á indemnizaciones por la inicua guerl'a
que se la estaba haciendo despues de tanto tiem-


x.




REVOLUCION FRANCESA.


po , y tambien á compensaciones por los aumen-
tos que habian adquirido en Polonia, el Austria,
la Prusia y la Rusia de resultas de un atentado;
últimamente debia aspirar siempre á recobrar sus
naturales límites, por todo lo cual no debia nun-
ca renunciar á los Paises Bajos y mantener las
disposiciones de la constitucion. Bien resuelto el
directorio á cumplir con su deber en este punto,
podia romper desde luego una negociacion , cuyo
objeto evidente era proponernos el abandono de
los Paises Bajos y evitar un convenio con el Aus-
tria; pero hahria dado ocasion para que se dijese
que no queria la paz, con lo cual habría dado
gran verosimilitud á los asertos de Pitt, que para
solicitar del pueblo ingles nuevos sacrificios, siem-
pre decia que las dificultades provenian de la
Francia. Mas desde el dia siguiente respondió el
directorio que ya la Francia habia tratado aisla-
damente con la mayor parte de las potencias co-
ligadas sin que estas hubiesen invocado el conCUl'-
so de todos sus aliados; que generalizar la nego-
ciacion era lo mismo que hacerla interminable,
pues se daria lugar á cree!' que no era mas sÍnce-
ra la uegociucion actual, que la apertura hecha el
año anterior por medio del ministro Wickam. So-
bre todo el ministro ingles no traia poderes de los
aliados en cuyo nombre hablaba, yen fin el prin-
cipio de las compensaciones ,se anunciaba de un




DIRECTORIO (179~). 259
modo demasiado gencl'al y vago para que pudiera
admitirse ni desecharse, porque dependía su apli-
cacion de la naturaleza de las conquistas, y de la
fuerza que quedaba á las potencias beligerantes
para conservarlas. ASÍ, añadía el directorio, el go-
bierno frances podria dispensarse de responder,
pero pal'a probar su deseo de la paz , declara que
está pronto á escuchar todas las proposiciones, in-
mediatamente que el lord lUalmesbury se halle
investido con los poderes .de todas las potencias.,
en cuyo nombre pretende tratar.


Como el directorio no tenia nada que ocultar
en aquella negociacion , mas antes podia obrar con
absoluta franqueza, resolvió publicar la negocia-
cion , y t{ue se imprimiesen en los diarios las no-
tas del ministro ingles y las respuestas del frances ,
y-P0r consiguiente se publicó al instante la me-
moria del lord Malnlesbury y la respuesta que se
le habia dado. Este modo de manejarse no podia
menos de desconcertar un poco la política tortuo-
sa del gabinete ingles, pero no por ser agena del
uso .recihido se apartaba en manera alguna de la
urbanidad. Respondió Malmesbury que consulta-
ria con su gobierno, y no dejaba de ser estraño
ver un plenipontenciario, cuyos poderes eran tan
insuficientes, que á cada dificultad tenia que acu-
dir á su corte. Bien podia conocer el directorio
que aquello no era mas que un pasatiempo para




260 REVOLUCION FRANCESA.
aparentar que se negociaba, y sobre todo hubie-
ra podido manifestar cierto desagrado de Ta per-
manencia de un estrangero , cuyas intrigas podían
ser peligrosas, y que venia con el objeto especial
de enterarse de nuestros armamentos; pero no
manifestó el menor disgusto y permitió al lord
Malmesbury que aguardase las respuestas de su
corte , y que entre tanto observase á Paris y sus
partidos, y la fuerza de estos y la del gobierno.
Verdad es que en esto no tenia que perder nada
sino mas bien ganar.


Durante aquel tiempo se iba haciendo peligro-
sa nuestra situacion en Italia, á pesar de los re-
cientes triunfos de Roveredo, Bassano y San Jor-
ge; porque el Austria redoblaba sus esfuerzos pa-
ra reconquistar la Lombardia. Gracias á las ga-
rantias que habia dado Catalina al emperador,
para la conservación de las Galitcias, se habian
trasladado hácia los Alpes las tropas que estaban
en Polonia; y gracias tambien á la esperanza de
conservar la paz con la Puerta, habian quedado
desguarnecidas las fronteras de Turquia y traido..
se á Italia todas las reservas de la monarquía aus-
triaca. Ademas la facilitaba muchos medios de re-
poner las pérdidas su fiel y numerosa poblacion,
sin que perdonase la adrninistracion austriaca me..
dio alguno para reclutar nuevos soldados, inter-
calarlos en las tropas veteranas, armarlos yequi-




DIHECTOIUO (1796). 261
parlos. Asi se preparaba un hermoso ejército en
el Frioul con los restos de W urmser , con .las tro-
pas llegadas de Polonia y de Turquia , con los des-
tacamentos del Rhin y con los nuevos reclutas,
estando encargado de su mando el mariscal Al~
vinzy. 2 Se esperaba que aquel tercer ejército seria
mas feliz que los dos anteriores, y que acabaria
por arrebitar la Italia á su jóven conquistador.


En aquel intervalo no cesaba Bonaparte d e pe-
dir socorros y aconsejar negociaciones con las po-
tencias italianas que quedaban á su espalda, ins-
tando al directorio pal'a que negociase con Nápo-
les y con Roma, concluyese con lo de Génova, y
tratase de una alianza ofensiva v defensiva con el


.'


Piamonte, que podria proporcionarle socorros de
Italia, ya que no podian enviárselos de Francia.
Queria que se le permitiese proclamar la indepen-
dencia de la Lomhardia y de los estados dcl duque de
~Iódena , para hacerse partidarios y auxiliares muy
adictos ;i su causa. Eran esactas aquellas miras y
la escasez de su ejército legitimaba sus vivas ins-
tancias, porque con el rompimiento de las nego-
ciaciones con el papa se había mandado retroce-
der segunda vez la contribucion impuesta por el
armisticio de Bolonia , de suerte que no se habia
ejecutado mas que el primer pago. Ya estaban ago-
tadas tambicn las contribuciones echadas sobre
Parma , Módcna y Milan , así por los gastos del




262 REYOLUCION FllANCES:A.
ejército, como pOl' los envios hechos al g0bierno...
Es cierto' que Venezia surtia de víveres, pero e~
pré estaba atrasado , y los valores que habia que
cobrar del comercio estranaero en Liorna estaban
en litigio, resultando de todo que á pesal' de ha-
llarse el ejército en los mas 1. ieos paises de la tier-
ra , principiaba á sufrir pri vaciones. Pero la mayor
de~'gTacia consistia en el vacio que habia dejad o
en sus filas el cañon austriaco, pues no podian
destruirse tantos eaemiaos sin sufrir algunas pér-
didas, y solo se le habia reforzado con nueve Ó
diez mil hombres desde la apertura de la campa-
ña, flue era lo mismo que haber entrado en Italia
Hnos 50 mil franceses y solo quedaban en aquel
momento poco 'mas de 30 mil, ya POl' el fuego
ya por las enfermedades. Acababa (le llegar del
Vendée una docena de batallones }nuy disminui-
dos po~la desercion, y no venia n todavia los pro-
metidos destacamentos, porque los detenia el ge-
neral Villot que mandaba en el mediodia, aunque
estaba encargado de dirigir' muchos regimientos
á los Alpes, solopara apaciguar los alborotos que
su torpeza y mala voluntad provocaban en las pro-
vi ncias de su mando, Kellermann no podia casi
desguarnecer su línea porquetenia que estar siem-
pre pronto para contener á Lyon y sus inmediacio-
nes donde las compañias de Jesus cometian mu-
chos asesinatos. Pedia Bonaparte las brigadas 4.0· y




DIRECTORIO (1796) 263
83 que formaban al rededor de seis mil hombres
de buenas tropas, y respondia de todo con tal que
llegasen á tiempo.


Se quejaba de que no se le hubiese encargado
de negociar con Roma, porque habria esperado
para significal' el uliimauun á que se hubiese paga-
do la contribucion; y decia : « Mientras que vues-
« tro general no sea el centro de todo en Italia, no
« es posible que nada vaya bien, y aunque es facil
« que me acusen de ambicion, tengo demasiado
« honor; estoy enfermo y apenas puedo tenerme
({ á caballo, sin que me quede mas que el valor, el
({ cual no basta para el puesto que ocupo, y añadia:
«ya nos cuentan y va desapareciendo el prestigio
« de nuestras fuerzas. Que vengan tropas ó es per-
« dida la Italia. J)


Poi' último conociendo el directorio la necesi-
dad de privar á Roma del apoyo de Nápoles y ase-
gurar las espaldas de Bonaparte, concluyó su tra-
tado con la córte de las dos Sicilias. Se desistió de
todo pedido particular, y aquella córte pOl' su la-
do intimidada con nuestras últimas victorias en
el Brenta , viendo á la España hacer causa comun
con la Francia, y temiendo que los Ingleses fue-
sen espelidos dell\Iediterraneo, accedió al tratado
y se firmó la paz el dia 10 de oetubre , convinien-
do en que el rey de Nápoles retiraria toda espe-
cie de socorros á los enemigos de la Francia, y




26l llEVOLUCION FltANCESA.
cerraría sus puertos á los navios armados de-
las potencias beligerantes. En seguida concluyó el
directorio su tratado con Génova, que se aceleró
por una circunstancia particular, y fue que NeJ-
son 3 se apoderó de un navio francés á la vista de
las baterias genovesas, y aquella violacion de la
neutralidad, comprometió seriamente á la repú-
1.lica de Génova, levantando la cabeza el partido
francés ,é intimidándose el de la coalicion , por
lo que se resolvió unirse á la Francia y cerrar los
puertos á los Ingleses. Se nos dieron dos millones
de francos en indemnizacion de la fragata Modesta
y otros dos con calidad de préstamo. No se des-
terró á las familias feudatarias ,pero se llamó y
reintegró en sus bienes y empleos á los que ha-
bian sido espulsados del territorio ó del senado
por partidarios de la Francia. Se solicitó de nue-
vo del Piamonte la conclusion de un tratado de
alianza ofensiva y defensiva, con ocasion de ha-
ber muerto el rey y de saberse que su sucesor
Carlos Manuel manifestaba bastante buenas dis-
posiciones hácia la Francia, pero no se contentaba
con las ventajas ofrecidas por premio de su alian-
za ; porque se limitaba el directorio á garantir sus
estados, cosa bien inútil y cspuesla en aquella
conflagracion general, y en medio de tantas repú-
blicas como se preparaban, mientras que el nue-
YO rey quería, como su antecesor, que se le diese




DIRECTümO (1796). 26;'J
la Lombardia , lo cual no le podia ofrecer el di-
rectorio , porque, como ya hemos dicho, la reser-
vaba pal'a equivalente de los Paises Bajos cuando
tratase con el Austria. Luego permitió á Bona-
parte que renovase sus negociaciones con Roma y
le dió sus plenos poderes para ello.


Hahía enviado aquella corte á Viena al carde-
nal Albani l¡ fiándose en la de Nápoles con tanta
seguridad, que no tuvo inconveniente en desairar
hasta la legacion española que ciertamente no le
habia ofendido en nada y habiéndole salido frus-:-
trado el socorro de Nápoles, no disimuló la Espa-
ña su descontento lo cual la causó bastante in-
quietud y procuró aprovechar el momento para
reconciliarse con ella. Bonaparte lo primero que
queria era su dinero y luego aunque no le inspi-
rase recelo alguno su poder temporal, temía su
influjo moral en los pueblos. No dejaban de exas-
perarse cada dia mas los dos partidos italianos,
creados pOI' nuestra revolucion y estimulados con
la presencia de nuestros ejércitos; y mientras que
Milan, Módena, Reggio, Bolonia y Forrara eran
el foco del partido patriota, Roma lo era del par-
tido monacal y aristocrático, que podia poner en
accion los furores fanáticos y ocasionarnos graves
perjuicios, sobre todo en un momento en que to-
davía no estaba resuelta del todo la cuestion con
los ejércitos austriacos. Era Bonaparte de opinion




266 REVOLUflON FRANCESA.
que todavía convenía contemporizar , pues te-
niendo como tenia un entendimiento claro é in-
dependiente, despreciaba toda clase de fanatis-
mos que ofuscan la humana inteligencia. Pero co-
mo hombre de ejecucion, temia todas las resis-
tencias que no podian vencerse con la fuerza y
preferia eludirlas á combatirlas abiertamente. Fue-
ra de eso, pOl' mas que hubiese recibido su edu-
cacion en Francia habia nacido en medio de las
supersticiones italianas y no era de los que abor-
recian la religion católica, como se hizo de moda
entre nosotros á fines del siglo décimo octavo, ni
le repugnaba á él tanto como á los de Paris nego-
ciar con la santa silla. Trató pues de ganar tiem-
po para no tener que hacer una marcha retrógra-
da sobre la península y ahorrarse predicaciones
fanáticas y aun si era posible rescatar los 16 mi-
llones que se hahinn vuelto á llevar á Roma. En-
cal'Vó al ministro Cacault 5 que desistiese de las
exigencias del directorio en materias religiosas y
solo insistiera en las pretensiones puramell te ma-
teriales. Eligió al cardenal Mattci á quien ya di-
jimos que hahia encerrado en un convento, para
enviarle á Roma, y así le puso en libertad en-
cargándole que fuese á hablar áSu Santidad. Para
ello le escribió una carta en que le decia ; « Parece
(1 que la corte de Roma desea la guerra y yo le
« aseguro que la tendrá, pero ántcs es de mi ohliga-




DIRECTORIO (1796). 267
«cion por mi patria y por la humanidad hacer:el
« último esfuerzo vara atraer á la razón al sumo
«pontífice. Ya sabe usted, señor cardenal, cual es
«la fuerza del ejército de mi mando, y que no
ti' necesito mas que quererlo para acabar con
« todo el poder temporal del papa. Vaya usted á
«Roma, vea al Santo padre, y hágale conocer
« sus verdaderos intcrcses , haga usted lo posi-
« hle para echar de su lado á los intrigantes que
« le rodean y que parece solo intentan su pér-
« di da y la de la corte de Roma. Todavia me pel'-
« mitc el gobierno frances emplear palabras de paz
« y tocio pucde componcl'se , pues si la guerra es
« funesta á los pueblos en general, todavia son
« mucho mas terribles sus resultados para los ven..
« cidos; y así tratad de evitar al papa las mayores
« desgracias. Ya sabe usted cuanto deseo terminar
« en paz una lucha (Iue no seria gloriosa para mí
« por no ofrecerme el menor peligro.»


Mientras que se valia de estos medios para en-
gailar, segun él decia , al zorro vicjo , y preservar-
se de los furores del fanatismo, pensaba en desper-
tar el espíritu de libertad en la Alta Italia á fin
de oponer el patriotismo á la supersticion. Toda
aquella comarca era Jl1uy exaltada, así el Milanes ,
emancipado del Austria como las provincias de
Módena y Heggio que estaban impacientes por sa-
cudir el yugo del anciano y ausente duque que




268 REVOLUCJON FRANCESA.
las pesaba demasiado y últimamente las legacio-
nes de Bolonia y Ferrara, ya sustraidas del papa,
clamando todas por su independencia :y porque se
las constituyesen en república. No podia Bonapar-
te declarar la independencia de la Lombardia ,
porque todavia no habia decidido la victoria de
un modo definiti vo cual habia de ser su suerte;
pero continuaba dándola esperanzas lisongeras.
En cuanto á las provincias de Módena y Reggio es-
taban en contacto inmediatado con la espalda del
ejército y confinaban con Mantua, no faltándole
quejas de la regencia, porque sabia que habian
dejado pasar víveres para la guarnicion de aque-
lla plaza, y asi le recomendaba al directorio que
de ningun modo hiciese la paz con el duque de
Módena sino que se atuviese al armisticio para po-
der despues castigarle Iibrernente. Cada dia iban
siendo mas críticas y difíciles las circunstancias,
y así se decidió á dar un gol pe de vigor sin con-
sultar con el directorio. Era evidente que la re-
gencia habia faltado al armisticio suministrando
víveres á Wurmser y dando asilo á uno de sus des-
tacamentos , por lo cual no tuvo repal'o en decla-
rar que estaba violado el armisticio, y usando del
derecho de conquista, echó á la regencia, decla-
ró depuesto al duque de Módena , y libres sus pro-
vincias y las de Reggio. Estraordinario fue el júbi-
lo de los habitantes de ambas, y mas cuando 01'-




DIRECTORIO (1796). 269
. ganizó en ellas un gobierno municipal que admi-
nistrase provisionalmente el pais entre tanto que
se constituia. Ya lo estaban en forma de repúbli-
ca Bolonia y Ferrara , y principiaban á levantar
tropas, pero era la intencion de Bonaparte reunir
aquellas dos legaciones á los estados del duque de
Módena para formar una sola república, que por
estar toda ella del lado acá del Pó ,habia de lla-
marso república Cispadana. Estaba persuadido á que
si á la paz era necesario volver la Lombardia al
Austria, se podria evitar devolver al duque de
l\fódena y al papa ni el ducado ui las legaciones;
que tambien se podría erigir una república hija
y amiga de la Francesa del otro lado de los Alpes
donde serviria de foco de los principios franceses,
de asilo á los patriotas comprometidos y desde
donde podria la libertad estenderse algun dia á
toda la Italia. No creia que pudiera emancipar-
se aquel pais de un golpe, ni que tuviese bas-
tantes fuerzas por entonces el gobierno frances
para acometer aquella empresa; pero sí que con-
venia ir echando las semillas para ello en aque-
lla primera campaña. Para conseguirlo era nece-
sario reunir Bolonia y Ferrara á Módena y Reggio,
y aunque se oponia el espíritu de provincialismo',
esperaba ;vencer aquella oposicion por medio de
su poderoso influjo. Se fue personalmente á aque-
llas ciudades donde le recihieron con entusiasmo




270 RBVOLUCION FRANCESA.
y las decidió á que enviasen á Módena 100 dipu..-
tados de todas las comarcas :de su territorio para
formar allí una asamblea nacional, que se encar-
gase de constituir la república Cispadana, Verifi-
cóse la reunion en 1\Iódena el 16 de 'Octubre, y se
componia de abogados, propietarios y comercian-
tes, los cuales contenidos por la presencia de Do-
naparte y dirigidos por sus consejos mostraron la
mayor prudencia. En ella se votó la reunion en
una sola república de las dos legaciones y del du-
cado de Módena ; se abolió el feudalismo v se de-


.J


cretó la igualdad civil, nombrando un comisario
encargado de organizar una legion de ~"OOO hom-
bres, y quedó acordada la formacion de otra asam-
blea que habia de reunirse el 25 de diciembre
para deliberar sobre la constitucion. Mostrarou el
mayor celo los de Reggio , pues habiendo salido
de 1\lantua ¡un destacamento ausu-iaco , corrieron
á las armas, le rodearon, le hicieron prisionero y
se le presentaron á llonaparte , habiendo sido
muertos dos de los de Reggio en ,aquella escara-
muza, que fueron los dos primeros mártires de la
independencia italiana.


Estaba algo celosa la Lornhardia, é inquieta por
los favores concedidos á la Cispadana, parecién-
dola de mal agüero para ella, porque decian que
una vez que los Franceseses constituian ú las le-
g'uciones y al ducado, y no á ella, era una prue-




DIRECTORIO (1796). 271
ba de que tenian el proyecto de restituirla al Aus-
tria. Volvió Bonaparte á tranquilizar de nuevo á
los Lombardos, dándoles á conocer las dificulta-
des de su situacion , y les repitió que era indis-
pensable ganar su independencia ayudándole en
aquella terrible lucha; y asi se decidieron á au-
mentar hasta 12 mil hombres las dos leg'iones ita-
liana y polaca que habian principiado á organizar.


Asi se iba Bonaparte proporcionando gobiernos
am igos á su alrededor , que se proponian hacer
todos sus esfuerzos para apoyarle; pues aunque
ciertamente sus tropas no fuesen gl'an cosa, siem-
pre servian para conservar la polícia en el país
conquistado, quedándo disponibles los destaca-
mentes que se empleaban en ella. Tambien po-
dian estando apoyadas por algunos centenares de
Franceses, resistir á una primera tentati va del pa-
pa si tenia la locura de hacerla. Al mismo tiempo
se esforzó por tranqulizar al duque de Parrna , cu-
yos estados confinaban con la nueva república;
porque podia serie muy útil su amistad, yademas
merecia consideraciones por su parentesco con la
corte de España. Le indicó la posibilidad de ganal'
a\~\\.\\a'&·c.\.\l.ü.o.ü.~~ ~\\. me.\l\.\) \le. .u\ue.\\0.'5 \.nn()~ oaÚ\)-
nes de territorio , y asi se valia de todos los recur-
sos de la política para suplir las fuerzas que no
podia enviarle su gobierno; y en esto hacia su de-
ber tanto respecto de la Francia corno de la Italia




212 REVOLUCION FIlANC.flSA
y le desempeñaba con toda la destreza de un anti-
guo diplomático.


Acababa la Córcega de emanciparse pOI' su me-
diacion y habia reunido en Liorna los principales
refugiados dándoles armas y oficiales, con lo cua-
les envió decididamente ú la isla para que auxilia-
sen la rebelion de los habitantes contra los Ingle-
ses. Salioles perfectamente esta espedicion, que-
dando su patria libre del yugo ingles y estando
muy próximo á serlo ya tambien todo el Mediter-
raneo , pues era nluy de esperar (lue en adelante
reunidas las escuadras española y francesa, cerra-
rian el estrecho de Gibraltar á las flotas ingle-
sas y dominarian en todo el Mediterraneo.


Asi habia empleado el tiempo que pasó desde
los sucesos del Brenta en mejorar su situacion en
Italia pero por mas que se hubiesen disminuido
sus recelos de pal'te de los príncipes de aquella co-
marca no asi los peligTos por parte del Austria
que no hacía mas que aumentar sus fuerzas,
mientras que las suyas eran del todo insuficientes.
Continuaban permaneciendo en el Mediodia las
medias brigadas 40 y 83, Y tenía 12 mil hombres
en el Tirol bajo las órdenes de Vaubois acantona-
dos á orillas del Lavis delante de Trento; de 16 á
17 mil poco mas ó menos con Massena y Auge-
reau en el Brenta y el Adige ; y de 8 á 9 mil de-
lante de Mantua, formando un total de 36 á 38




DIRECTORIO (1796). 273
milhombres que componian todo su ejército. Por
el contrario, Davidovich que se habia quedado en
el Tirol después del desastre de WUI'msel' con al-
~unos miles de hombres, tenía ahora 18 mil , y
Alvinzy venía avanzando desde Frioul alPiávia
con cerca de '..o mil hombres. Era pues gTande el
compromiso de Bonaparte porque no tenía para


, resistir á60 mil hombres mas que la mitad, y
esos cansados con una triple campaña, y dismi-
nuidos diariamente con las calenturas que adqui-
J'ianen los arrozales de la Lombardia. Por eso
escribía tan tristemente al directorio diciéndole
que iba ú perder la Italia.


Viendo este el gran peligro de Bonaparte, y
que no podian llegarle tan pronto los SOCOl'I'OS,
pensó en suspender inmediatamente las hostili-
dades pOI' medio de una negociacion. Ya hemos
dicho que Mahnesbury continuaba en Paris aguar-
dando la respuesta de su gobierno á las comuni-
caciones del directorio que habia exigido la p re-
sentacion de los poderes de todas las potencias,
y que se esplicasen mas claramente acerca del
principio de las compensaciones de las conquis-
tas. Por fin al cabo de 19 días respondió el mi-
nisterio ingles con fecha 14 de noviembre dicien-
do que eran inusitadas las pretensiones de la
Francia , pues nadie impedia que un aliado soli-
citase tratar en nombre de Jos suyos antes de te-


x. .8




274- REVOl.UC10N FANCESA.


ner su autorizacion formal ; que la Inglaterra esta-
ba segura de obtenerla , pero que antes era preci-
so C\uc se eSQlicase la Fvancia clacamente ~obte d.
principio de las compensaciones, el cual era rla
única basa para que pudiera abrirse la negocia-
cion. Añadia el gabinete ingles que la respuesta
del directorio estaba llena de insinuaciones poco
decentes acerca de las intenciones de S. .M. Britá-
nica , quien se desdeñaba de responder á ellas y
no insistia por no entorpecer la negociacion. En
aquel dia mismo el director-io , que queria ser bre-
ve y categórico, respondió al 101'd MalmeElbury
que admitia el principio de las compensaciones
pero que el instante se designasen los objetos so-
bre que hahia de recaer.


Podia lnuy bien el directorio dar esta respuesta
sin comprometerse demasiado, porque aunque
reusase ceder la Bélgica y el Luxemburgo , tenia á
su disposicion la Lombardia y otros muchos esta-
dos pequeños. Por lo demas bien se echaba de ver
que aquella negociacion era ilusoria y no habia
que contar para nada con 'ella , y asi resolvió con-
traminar la astucia inglesa enviando directamente
un negociador á Viena con el encargo de concluir
un convenio particular con el emperador. La pri-
mera proposicion.que habia de hacer era la de un ar-
misticio en Alemania y en Italia que durase pOI' lo
menos 6 meses, sirviendo de linea de scparacion




mnsctnmo (t 796). 275
~le los dos ejércitos el Rhin y el Adige. Quedarian
suspendidos los sitios de Kehl y de Mantua ,don~
de se dejarian entrar diariamente los vvfveres ne-
cesarios pal'a suplir al consumo, de suerte que los
dos ejércitos se encontrasen en el mismo estado al
fin del armisticio. En esto ganaba la Francia la
couscrv acicn de Kehl, y el Austria la de Mantua.
Inmediatamente después debia abrirse una nego-
ciacion pal'a tratar de la paz., y las condiciones ofre-
cidas pOI' la Francia eran las siguien.tes : debía ce-
der el Austria á la Francia la B(~lg'ica y el LuxeUl-
burgo; la Francia restituirla al Austria la Lomhar-
dia , y el Palatinado al imperio, con lo cual re-
nunciaba sobre este último punto á la línea del
Rhin; ademas consentia pal'a indemnizar al Aus-
tria de lapérdida de los Paises Bajos "en la secu-
Iarizacion de muchos obispados del Imperio. No
había de mezclarse de DIodo alguno el emperador
'en los negocios de Francia con el papa, pero sí
mter-veuir en Alemania para proporcionar indem-
nizaciones al Stathuder. Era esta una condicion
indispensable pal'a asegurar el reposo de Holanda
y satisfacer al rey de Prusia cuya hermana era es-
posa del Stathuder. Eran nlUY moderadas aque-
llas condiciones y probaban el deseo que tenia el
directorio de hacer cesar los horrores de la guerra
y sus inquietudes sobre el ejército de Italia.


Eligió el directorio pal'a Ilevar aquellas pl'OpO-




276 .RKVOLUCION FRANCESA.
siciones al general Clarke • que estaba empleado
en la secretaria de guerrra con Carnot, y se fir-
maron sus instrucciones el dia J6 de noviembre.
Pero se necesitaba algun tiempo para ponerse en
eamino , llegar á Viena y ser recibido y escucha-
do ; y entre tanto iban marchando los sucesos con
demasiada rapidez en Italia.


Habiendo el mariscal Alvinzy cchado sus puen-
tes sobre el Piavia el primero de noviembre, se
habia adelantado hácia el Brenta siendo por en-
entonces el :plan de Jos Austriacos atacar á un
tiempo por las montañas del Tirol y pOl~ la llanu-
ra. Debia Davidovich desalojar á Vaubois de sus
posiciones y bajar por Ias dos orillas del Adige
hasta Verona ; mientras que Alvinz-y habia de pa-
sar el Piavia y el Brenta , avanzar sobre el Adige
entrar en Verona con el grueso de su ejército y
reunirse á Davidovich. Desde aquel punto debian
marchar de concierto los dos ejércitos austriacos
para levantar el bloqueo de Mantua y libertar á
Wurmser.


Despues de haber pasado el Piavia avanzó AI-
vinzy sobre el Brenta , donde estaba apostado Mas-
sena con su division , y apenas hubo reconocido la
fuerza del enemigo, se replegó, y vino Bonapar-
te ~n su a~10Yo con la division de Augereau. Al
mismo tiempo dió órden á Vaubois pal~a que con-
tuviese á Davidovich en el valle del Alto Adige ,




J)IRH~TORlO (1796). 271
Yque si era posible le tomase la posicion del La-
vis. Marchó en persona contra Al vinzy , resuelto á
atacarle impetuosamente, á pesar de la despro-
porción de sus fuerzas y romper su linea desde la
apertura misma de la nueva campaña. Llegó 'el 6
de noviembre á la vista del enemigo ,cuando los
Austriacos habían tomado posición delante del
Brent.; desde Carmignano hasta Bassano, quedan-
do sus reservas detras , del otro lado del Brenta.
Cargó Bonaparte con todas sus fuerzas, y Massena
atacó á Liptay y á Próvera delante de Carmigna-
no, mientras que Augereau atacaba á Quasdano-
vich delante de Bassano, Fue bastante sangrienta
la acciou y desplegaron las tropas un valor es-
traordinario , habiendo sido echados Liptay y Pro-
vera del otro lado del Brenta por lUassena , y re-
chazado Quasdanovich pOI' Augel'eau. Bien hubie-
\':1 querido Bunaparte entrar aquel dia luismo en
Bassano, pero se lo impidió la llegada de las reser-
vas austriacas, y fue preciso diferir el ataque has-
ta el dia siguiente. Por desgracia supo durante la
noche que Vaubois habia esperimentado un revés
en el Alto Adige , pues habiendo este general ata-
cado bravameute las posiciones de Da vidovich y
conseguido ventajas al principio, se apoderó de
sus tropas un terror pánico, á pesar de su notorio
valor y echaron á COITel' en desorden. Pudo al fin
reunirlas en el famoso desfiladero de CaIliano ~




278
donde hahia desplegado el ejército tanta osadía err
la invasión del Tirol , y esperaba mantenerse en
€I , cuando Davidovich dirigiendo un cuerpo á la.
rtra orilla del Adige, se adelantó á Calliano y en-
volvió-su posición, Anunciaha Vaub01S (~ue se reti-
raba para no ser cortado , y espresaba el temor de
(fue se le hubiese adelantado Davidovich en las im-
portantes posiciones de la Corona y de Hivoli , (Iue
cubren el camino del 'I'irol ,eutre el Atlige y el
lago de Garcla.


Entonces conoció Bona parte el peligro de com-
prometerse mas adelante contra Alvin7iY cuando
Vaubois f{Ue estaba con su izquierda en el Tiro]
podia perder la Corona, Rivoli y hasta el luismo
Verona y verse precisado Ú paral' en la llanUl·a. Si
tal sucedia quedaba Bonupartc cortado de su ala
principal y situado con quince ó diez y seis mil
hombres entre Davidovich y Alvinzy. En conse-
cuencia resolvió inmediatamente la retirada, man-
dando á un oficial de Sil confianza que fuese COl'-
riendo' á Vel'ona y reuniese todas las tropas que
pudiem y las llevase á Hivol i y á la Corona con
el fin de anticiparse ú Davidovich y dar á Vaubois
tiempo para retirarse.


Al dia siguiente 7 de noviembre torció el cami-
no y atravesó pOI' la ciudad de Viccncio filIC se
quedó admirada de ver retirarse al ejército fran-
ces despucs del triunfo del diu anterior. Marchó.




DIRECTORIO (1796). 279
directamente á Verona , donde dejó todo su ejéL'-
cito y se fue sulo á Rivoli y á la Corona donde afor-
tunadamente encontró reunidas las tl'opas de Vau-
bois y en disposición de resistir á un nuevo ata-
que de Davidovich. Quiso dar una leccion á las
'medias brigadas 39 y 85 que se haLian dejado lle-
var de un terror pánico y mandó reuni r toda la
division, Dirigiéndose entonces á las d03 medias
brigadas las reprendió pOI' su indisciplina y por su
huida y le dijo al gefe de estado mayol': (( mande
«usted escribir en las banderas que esas dos rne-
« dias hrigadas han dejado de hacer pal'te del ejér-
« cito de Italia. » No puede esplicarse el efecto tan
triste que produjeron aquellas espresioues en los
soldados, los cuales arremolinándose al rededor de
Ilonaparte le dijel~on que habian estado batiéndose
uno contra tres y le suplicaron que los pusiese en la
vanguardia para hacer ver si eran Ó no dignos de
hacee parte del ejérci lo de Italia. Entonces p:ll'a con-
solarlos de su severidad les dirigió algunas pala-
hras suaves que les tl'aSpOl't¿u'on de gozo y los dejó
disp\le~tos á vengul' su honor poe medio de un va-
lor desesperado,


Ya no le 'quedaban á Vaubois mas que 8000
hombres de 12 mil que tenia ántes de .aqualla es-
cararnuza y los fue distribuyendo Bonaparte lo
menos mal que pudo en las posiciones de la Co-
rona y Rivoli y después de asegurar~e de que Vau-




280 R.fiVOLUCION FRANCESA'.-
bois podria mantenerse allí durante algunos días
y cubrir nuestra izquierda y retaguardia se volvió
á Verona para continuar sus operaciones contra
Alvinzy. Aquella calzada que conduce desde el
Brenta á Verona por el pie de las montañas pasa
pOI' Vicencio, Montebello, Villa-Nova y Caldie-
ro; y al ver Alvinzy que Bonaparte se retiraba el
dia después de :haber conseguido un triunfo le
fue siguiendo á lo lejos sospechando que' los pro-
gresos de Davidovich hubiesen sido la verdadera
causa de su retirada, y por consecuencia espel'a,-
ha realizar su plan de reunion con Davidovich en
Veroua. Parose á las tres leguas de distancia de es-
ta plaza en las alturas de Caldiero que dominan el
camiuo : las cuales ofrecen una escelente posieion
para resisti r al ejército que saliese de Verona. Si-
tuose allí Albinzy y colocó haterius sin omitir na-
da para hacerse inatacahle ; pero Bonaparte hizo·
el reconocimiento y determinó atacarle inmediata-
mente, porque era demasiado precaria la silua~
cion en (lUC habia dejado á Vauhois en Ri vo pa-
ra perder el tiempo sin operar contra Alvinzy. Mar-
cha hacía él el t 1 de noviembre , y rechazando su
vanguardia bivaqneó con las divisiones de l\fasse--
na y Augereau al pie de Caldiero. Al amanecer ob-
servó que Alvinzy bien atrincherado aceptaba la·
hatalla , y no se J.e ocultó que la posición era abor-
dable por el lado de las moutañas , donde no se




trtREC'fORlO (1796)~ 28f
habia fortificado Alvinzy cual convenia. Destacó
"por allí á ,Massena ~ ~ enca\'fbó á AUfbereau que ata-
case \0 restante de \a línea. "Fue lnuy viva \a ac-
cion , pero estaba lloviendo á cántaros , cosa que
daba gran ventaja al enernigo , cuya artjlleria si-
ruada con anticipacion en escelentes posiciones no'
tenia que moverse, mientras que la nuestra preci-
sada á pasal' pOI' caminos intransitables, no po-
dia acudir á los puntos convenientes y dejaba de
producir todo su efecto. Con todo eso logró Masse..
na subir á la altura mal defendida por Alvinzy ;
pero de rcpente se cambió la lluvia en una grani-,
zada fria, que impelida por el viento, daba en la
cara anuestros soldados, y en el mismo instante
mandó Alvinzy marchar su reserva á la posiciorr
que habia tomado Massena, y recuperó todas sus
ventajas. En vano intentó Bonaparte renovar sus
esfuerzos porque no pudo consegui r nada, y los
dos ejércitos permanecieron toda la noche en pre-
sencia uno de otro, sin quc cesase la lluvia un so-
lo instante, de modo que tuvo Bonaparte que vol-
verse á entrar en Verona al dia siguiente 13 de
noviembre.


Iba haciéndose desesperada la situacion del ejér-
cito, porque después de haber impelido al ene-
migo inútilmente del otro lado del Brenta, y sa-
crificado sin fruto una multitud de valientes ;
después de haber perdido á la izquierda el Tirol




282 REVOLUCION FRANCESA.
y ff. mil hombres y después de dar una batalla des-
graciada en Caldiero para alejar á Alvinzy de Ve-
rona, se encontraba mucho mas débil y parecia
perdido todo recurso. A cada instante podia ser
arrollada la izquierda de la Corona y de Rivoli ,
corno fIue no constaba mas que de 8 mil hombres,
y en semejante caso se encontraba Bonaparte en-
vuelto en Verona, Las dos divisiones de Masscna y
Augereau, que formaban el único ejército activo
pal'a oponerse á Alvinzy , habian quedado reduci-
das después de las dos batallas á catorce ó quince
mil hombres, número insuficiente contra ¡..o mil
soldados. Tampoco podia moverse la nrtiller'ia que
nos habia servido para coutrahalancear la supe-
rioridad del número, á causa de los lodos, y así
no quedaba esperanza alguna de luchar con al-
gUllél probahifidad de buen éxito. Se hallaba el
ejército en la mayol' consteruaciou ,y principiaban
ya á murmurar aquellos ¡valientes soldados des-
pues de tantas fatigas y peligros, po l'fple como,
todos los que tienen la inteligencia necesaria para
juzgal' la situación de las cosas estaban sugetos á
tener de cuando en cuando mal humor, y decian:
despues de haber destruido dos ejércitos que ve-
nian dirigidos contra nosotros, nos ha sido pre-
ciso destruir tamhien los que estaban destinados,
contra las tl'opas del Rhin. A Beaulieu sucedió,
'Yurmser, y á este le sucede Alvinzy , renovando-




D'IRECTORIO (1796). 283
se dial'Íuncnlc la Iucha cuando nos es im posiblc
desempeñar la carga de todos. No nos toca á no-
sotros combatir á Alvinzy, asi como no nos tocaba
tampoco pelear contra Wurrnser , y si todo el
mundo hubiera hecho su :ohllgacion ya estaria
terminada la guel'ra. Y si quiera si nos dieran so-
corros proporcionados á nuestros peligros ya tal
cual; pel'o nos dejan abandonados en el centro de
Italia y absolutamente solos contra dos ej ércitos
innumerables; y cuando despues de haber derra-
mado nuestra sangl'e en miles de combates vol ve-
remos á los Al p~s será sin honor y sin gloria, como
unos fugiti\'os que han faltado ú su deber. Asi se
esplicahan los soldados cn sus hivaques , y Bona-
parte (tue no estaba de mejor humor (tue ellos j
escribia al directorio el mismo dia tI" de noviem-
bre diciendo : « todos nuestros oficiales su periorcs
Il y g'cnerales escogidos están fueru'de combate, y el
« ejército de Italia agotado y reducido á un puñado
« de gente. Los hél'oe~ de Millesino, de Lodi, de
«Castig'lionc y de Bassano han muerto por su pu-
« tria ó están en el hospital. No les queda á los:cuer-
« pos mas que su reputuciou y su orgullo. Joubert ,
« Lannes, Lamare, Victor , lUul'at, Chm-lot , Dupuis,
« Harnpou , Pigeon, lUenard y Chabraud están he-
CI ricios. Se nos deja abandonados en el centro de
« Italia, y los pocos valientes que rne quedan miran
« como infalible su muerte en medio de tan contí-




284
ti lUtOS peligros y con fuerzas tan inferiores. ¿Quien
«sabe si está próxima á sonar la última hora del
« valiente Augereau y del intrépido l\lassena t ¿ Y
« entonces en qué vendrán á pal'al' tantos huenos?
« Esta idea me aterra, y no me atrevo á al'l'OS-
« trar la muerte porque esta desanimaría de-
« masiado á los que son 'objeto de toda mi in-
1" quietud. Si yo hubiese recibido la media bri-
G: gada 83 con sus 3,500 hombres bien conoci-
«dos del ejército, hubiera respondido de todo, y
« acaso dentro de pocos di as no alcanzarán 40 mil
e l.ornhres. Hoy, añadia Bonaparte ,doy descanso
« á las tropas') y mañana obraremos segun vea los
« mov imientos del enemigo.»


Sin embargo mientras que dirigía estas amar-
gas quejas al gobiel'no afectaba la mayor seguri-
dad á Jos ojos de los soldados, y hacía que les re-
pitiesen sus oficiales la necesidad de hacer el úl-
timo esfuerzo, pOl'que una vez destruido Alvinzy,
quedaban aniquilados para siempre los recursos
del Austria , la Italia conquistada, la paz segura
y la gloria del ejército inmortal, Su presencia y
palabras reanimaban los corazones y los mismos
enfermos que estaban con calentura , apenas oye-
ron que el ejército estaba en peligro, salian en
grupos de los hospitales é iban á ocupar su pues-
to en las filas. Todos los corazones estaban pro-
fundamente conmovidos al ver que aquel dia mis-




DIRECTORIO (1796). 285
IDO -se acercahan los Austriacos á Verona, y mos-
traban las escalas que teuian preparadas para
asaltar las murallas. Los Veroneses manifestaban
el mayor gozo creyendo ya ver á Alvinzy dentro
de algunas horas reunido con Davidovich y des-
truidos los Franceses. Algunos de los pocos que
eran adictos á nuestra causa se paseaban triste-
mente y contaban el corto número de nuestros
soldados.


Estaba esperando el ejército con la mayoI' ansia
las órdenes del general, aguardando á cada ins-
tante que les mandara hacer algun movirniento ;
pel'o se pasó todo el dia 24 sin que anunciase
nada la órden del dia contra la costumbre. Mas
no habia perdido el tiempo Bonaparte , y después
de haber meditado sobre el campo de batalla,
acababa de tomar una de aquellas resoluciones
que la desesperación suele inspirar al ingenio.
Cerca de la noche se dió órden á todo el ejército
para tomar las armas recomendándole el mayor
silencio, y en efecto se puso en marcha, pel'o en
lugar de dirigirse adelante retrocede, vuelve á
pasa r el Adige pOI' los puentes de Verona y sale
de la ciudad pOI' la puerta que conduce á l\filan.
Persuádese el ejército que se vá á emprender la
retirada y que se renuncia á la Italia, y empie-
zan todos á entristecerse ; pero á cosa de un cuarto
de legua de Verona, se mandó un cuarto de con-




~86 IlllVOLUCION FUANCESA.
versión á la izquierda, y en lugar de continuar
apartándose del Adige empiezan á bajar por sus
orillas durante cuatro leguas. Al fin después de
algunas horas de marcha se llega á Ronco don-
de había mandado el genel'al echar un puente de
harcas, y al amanecer se halla el ejército de nue-
vo del otro lado del río que creian haber abando-
nado para siempre. Era tan estraordiuario el plan
del general, que no podía menos de admirar á los
dos ejércitos. Cuando el Adige sale de Verona de-
ja de correr á cierto trecho perpendicularmente
desde las montañas. al olar, y hace un movimien-
to oblicuo hácia el Levante, acercándose al camino
desde Verona al Brenta , en el cual estaba acam-
pado Alvinzy. Habiendo llegado Bonaparte á Ron-
co , no solo se encontraba en el flanco de los Aus-
·triacos, snio que por medio de aquel puente se ha-
llaba situado en medio de unas estensas marismas,
por las cuales atraviesan dos calzadas, una á la iz--
quierda , que sube al Adige por Porci] y Gombio-
ne, yendo á paral' á Verona; y la otra á la dere-
cha pasa sobre un riochuelo llamado Alron en la
aldea de Arcole, que va á juntal'se con el camino
de Verona hácia Villa-Nova, á espaldas de Caldiero.


Tenia pues Bonaparte [en Ronco dos. calzadas,
que ambas iban á juntarse en el camino real ocu-
pado por los Austriacos, una entre Caldiero y Ve-
rona , y otra entre Caldiero y Villa-Nova. Su cál-




DIRECTORIO (1796). 287
culo consistia en esto: en medio de aquello s pán-
tanos desaparecia la ventaja del número ~ porque
no era posible desplegar en batalla mas que sobre
las calzadas, y en ellas tenian que decidir de todo
las cahezas de las columnas. Por la de la izquier-
da que iba á buscar el camino entre Verona y
Caldiero, podia caer sobre los Austriacos si inten-
taban escalar á Verona, Por la derecha, que pasa
el Al pon en el puente de Arcole y vá á parar á
Villa-Nova, desembocaba á las espaldas de Alvin-
zy, podia apoderarse de sus parques y hagages y
cortar su retirada, mientras que él era inatacable
en Ronco y estendia sus dos brazos al rededor del
enemigo. Hahia mandado cerrar las puertas de
Verona, y dejado allí á Kilrnaine con 1500 hom-
bres ~para resistir á un primer asalto, y aquella
combinación tan atrevida y profunda admiró al
ejército, que ,al ID .mento penetró la intencion , y
le llenó de esperanzas.


Situó Bonaparte á Massena en el dique de Iaiz-
quierda para subir hácia Gomhione y Porcil , y
coger al enemigo por la espalda en cago de qu e
marchase hácia Verona, y dirigió á Augereau há-
cia la derecha pal'a desembocar en Villa-Nova. Era
la hora de amanecer cuando Massena se puso en
ohservacion en el dique de la izquierda; pero Au-
gereau pal'a recorrer el de la derecha, tenia que
atravesar el 1\1 pon por el puente de Arcole, Allí se




288 llEVOLUCION FllANCESA.
encontraban algunos batallones destacados para
vigilar el pais y estaban á la orilla del rio con los
.cañones apuntados hácia el puente. Recibieron la
vanguardia de Augereau con un vivo tiroteo y le
hicieron replegar : pero acudió Augereau y vol-
viendo á ~llevar sus tl'opas adelante tuvieron que
detenerse de nuevo pOi' el fuego del puente y de
la orilla opuesta., en términos que se vió preci-
sado á ceder y hacer alto en presencia de aquel
obstáculo.


Durante aquel tiempo Alvinzy que tenia sus
ojos clavados en Verona pensando que el ejército
francés estaba allí todavia , se halló sorprendido al
oir un fuego tan vivo en medio de los pantanos sin
poder sospechar que Bonaparte pudiese haber es-
cogido semejante terreno para batirse, sino que
creyó seria algun cuerpo suelto de tropas liget'as.
Pero bien pl'onto volvió su caballcria á informar-
le de que la escaramuza era grave y que venian
tiros por todos lados. Sin darse todavia bien cuen-
ta á sí mismo, envió dos divisiones, la una bajo
las órdenes de Próvera por el dique. de la izquier-
da, y la otra á las de Mitrouski por el dique de la
derecha para avanzar sobre Arcole. Viendo lllasse-
na aproximarse á los Austriacos, los dejó avanzar
pOI' aquel estrecho dique y cuando los vió bien
engolfados en él , cae sobre ellos á carrera, los re-
pele, les precipita en los pantanos y mata Ó aho-




DlllECTORlO (1796). 289
-ga á un gran número. La t\ivision Mitrouski negó
á Arcole , y desembocando por el puente, sigue el
dique como la de Próvera ; y entonces cayó Au-
·gereau sobre ella é hizo lo mismo que Masscna
habia hecho con la otra. Fue persiguiéndola y
quiso pasar el puente en su seguimiento, pero es-
te se hallaba ya mejor defendido que por la ma-
ñana, pOl'que habian situado alli una numerosa
artilleria ,y ademas estaba desplegado todo el
resto de la linea austriaca en ¡la orilla del Alpon
disparando sobre el dique y cogiéndole de través.
Entonces asió de una bandera Augereau y se la
llevó hacia el puente siguiéndole sus soldados,
pero tuvieron que retroceder con el espantoso
fueg'o que caia sobre ellos. Fueron gravemente he-
ridos los generales Lannes , Verne, Ron y Verdier,
replegándose toda la columna y los soldados se
bajaron al lado del dique pal'a ponerse ú cubier-
to del fllego..


Estaba Bonaparte desde Ronco viendo desple-
gal'se todo el ejército enemigo, el cual advertido
en fin del peligro, sedaba mucha prisa á salir de
Caldiero para no ser cogir' o por la espalda en Vi-
lla-Nova y veia Bonaparte con pesadumbre esca-
pársele tan grandes resultados. Verdad es que ha-
bia enviado á Guyeux con una brigada pal'a in-
tenta!' el paso del Alpon por mas abajo de Al'co-
le ; pero se necesitaban muchas horas para egecu-


x. 19




290 REVOLUCION FRANCESA.
tal' aquella tentativa, y era de la mayor impor-
tancia atravesar inmediatamente por Arcole á fin
de llegar á tiempo á espaldas de Alvinzy y con-
seguir un triunfo completo, de que dependia la
suerte de la Italia. No vaciló un instante y echan-
do á correr á galope llega cerca del puente, se
apea, y acercándose á los soldados que estaban
abrigados con el borde del dique, les pregunta si
son ellos los que vencieron en Lodi, les reanima
con sus palabras y cogiendo una bandera les gri-
ta : «seguid á vuestro qeneral.» Al oir su voz suben
unos cuantos soldados á la calzada y le siguen
aunque por desgracia no pudo comunicarse aquel
movimiento á toda la columna , quedándose los
restantes detras del dique. Avanza Bonaparte con
su bandera en la mano entre un granizo de balas
~


y metralla; rodéanle todos su generales, y Lannes
que ya habia recibido dos heridas aquel 'dia , re-
recibe entonces la tercera. Quiso cubrirle' con su
cuerpo el jóven Muiron, edecan del general y cae
muerto á sus pies. Mas entre tanto la columna es-
tá próxima á atravesar el puente cuando otra des-
carga la detiene y repele hácia atras , abandonan-
do la cola de ella á los que estaban á la cabeza.
Entonces lo(soldados que habian quedado al re-
dedor del general, cargan con él, le llevan entre
el fuego y el humo y se empeñan en que ha de
volver á montar á caballo. Mas una columna aus-






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DIRECTORIO (1796). 291
triaca que desemboca sobre ellos, los empuja en
desorden hácia el pa ntano ,donde cae Bonaparte
y se hunde hasta medio cuerpo. Apenas le vieron
Jos soldados en aquel peligro cuando empiezan á
grital': adelante para sal val' al g·eneral. En efecto,
echan á con-el' siguiendo á Beliard 7 y Vignolles 8
para libertarle; le sacan del fango, le vuelven ú
poner en su caballo y se vuelve á Ronco.


En aquel mismo momento hahia conseguido
Guyeux pasar por debajo de Arcole y apoderarse
de la aldea por la otra onilla , pero era ya demasia-
do tarde, porque Alvinzy habia hecho desfilar sus
parques y bagages y desplegádose en la llanura en
términos de prevenir les designios de Bonaparte,
¿ Habian pues de quedar inutilizados tanto he-
roismo y tantos esfuerzos del ingenio? Bien hubie-
ra podido Bonapartc evitar aquel obstáculo echan-
do un puente sobre el Adige un poco mas abajo
de Ronco , es decir en Albaredo , que es el punto
en que el Alpon se reune con el Adige, pero en-
tonces iba precisamente á desembocar en la lla-
nura que era lo que mas importaba evitar no ha-
llándose con fuerzas para volar por el dique iz-
quierdo al SOCOl'l'O de Verona. " Habia pues tenido


... He intercalado aquí una crítica que suelen hace!' :\ Bo-
naparte por esta operación , y la respuesta que el mismo da
en sus memorias sobre aquella celebre batalla.




29'2 REVOLUCI0~ FllA~CESA.
razón para hacer lo que hizo, y aunque el éxito
no hubiese sido completo, siempre se habian con-
seguido importantes resultados; porque Alvinzy
habia abandonado su temible posicion de Caldiero
y vuéltose á bajar á la llanura desde la cual no
amenazaha ya á Verona , ademas de la mucha
gente que habia perdido en los pántanos. Tam-
hien se habia logl'ado que los dos diques viniesen
á ser el único campo de (hatalla que mediaba en-
tre los dos ejércitos, lo cual aseguraba la ventaja
al valor á costa del número; y últimamente los
soldados franceses animados con la lucha, habian
recobrado toda su confianza.


Como Bonaparte tenia que pensar en tantos pe-
ligros á un tiempo, no podia menos de ocuparse
de su izquierda, á quien habia dejado en la Co-
rona y en Rivoli, porque pudiendo ser arrollada
á cada instante, queria estar en disposicion de vo-
lar á su socorro. Por tanto pensó en que era nece-
sario replegarse de Gombionc y de Arcole, vol ver
á pasar el Adige en Ronco y bivacar del lado acá
del rio para estar al alcanze de socorrer á Vaubois
en caso de que durante la noche se supiese su der-
rota. Tal fue aquella primera jornada del 15 de
noviembre.


Pasose la noche sin ninguna mala not.icia, y se
supo que Vaubois permauecia firme todavia en Ri-
voli, de suerte que aun cubria 11 á Ronaparte pOI'




DlUEr; rouro \ 17961. 293
aquel lado las hazaiias de Castiglione, las cuales
habian hecho tal impresión en Davidovich , que
mandaba entonces un cuerpo, que no se atrevia
á adelantar un paso antes de recibir noticias cier-
tas de AlviI17.Y ; de suerte que el prestigio de Bo-
naparte alcanzaba hasta 105 sitios donde no se ha-
llaba presente. Principió el dia 16 de noviembre
encontrándose los dos ejércitos sobre los dos diques
y los Franceses cargaron á la bayoneta rompiendo
la linea austeiaca , precipitando á muchos en Jos
pántanos , haciendo gL'an número de prisioneros y
cogiendo banderas y artilleria. Mandó Bonaparte
tirotear un poco sobre la rivera del Al pon, pero
no intentó esfuerzo alguno pal'a pasarlo; y ha-
biendo lIegaclo la noche, replegó todavia mas sus
columnas llevándolas hasta arriba de los diques y
las reunió en la otra orilla del A(lig'e, contento con
haber fastidiado al enemigo durante todo el dia,
mientras que le llegaban noticias mas ciertas de
Vauhois. Pasoso tauibi cu lo mismo la segunda no-
che sin ninguna novedad por aquella parte , y asi
pudo consagrar otra tercera jornada ú luchar de-
finitivamente contra Alvinzy. POI' Iin amaneció el
sol por Ia tercera vez en aquel espantoso teatro de
carniceria el dia '7 de noviembre 1796. Calculó
Bonaparte que el cnemigo debia haber perdido
cerca de una tercera parte de su ejército entre
muertos , heridos, ahogados, ó prisioneros y pre-




29i UEVOLUClON FUANCESA.
sumió que debia hallarse rendido y desanimudo,
mientras que sus soldados estaban llenos de en-
tusiasmo, y entonces se decidió á salir de los di-
ques y trasladar su CalUpO de batalla á la llanura
del otro lado del Alpon, Del mismo DIodo que en
los dias precedentes, al desembocar los Franceses
de Ronco encuentran ú los Austriacos en los di-
ques, ocupando Massena el izquierdo y el general
Robert el derecho, que era quien tenia el encargo
de atacar, mientras que Augereau iba á pa~ar e


.Alpon cerca de su embocadura en el Adige. Espe-
iimentó Masscna á los principios una vi va resisten-
cia, ppro puso su sombrero en la punta de la es~
pada y marchó al frente de sus soldados, los cua-
les, asi como en los días anteriores, mataron,
ahogaron , ó cogieron gran número de enemigos.


e v L


En el dique derecho avanzó el general Ilobert con
ventaja á los principios, pero habiéndole matado,
fue rechazada su columna casi hasta el puente de
Ronco.


Viendo Bonaparte aquel pelig;ro , coloca la me-
dia brigada 32 en una arbolera de sauces que ha-
hia ú la ori lla del dique, y mientras que la co-
l umna euemiaa , victoriosa de Hobcrt ,iba adelan-
túndose sobre este, sale de repente la media bri-
gada de su emboscada, la coge de flanco, y la po-
ne en espantoso desorden. Estaba esta compuesta
de 4,000 Croatos, cuya lnayor parte fueron muer-




DIRECTORIO (1796). 295
tos ó prisioneros, y una vez desembarazados los
diques, se decidió Bonaparte á pasar el Alpon ,
que ya habia pasado tambien Augereau por el
estrerno derecho. Llamó á Massena desde el dique
izquierdo al derecho, enviándole sobre Arcole
que estaba ya evacuado, y de este modo condujo
todo su ejército á la llanura delante del de Alvin-
zy. Antes de mandar la carga, quiso esparcir el
terror pOl' medio de una estratagema , cual fue la
de que habiendo un pántano lleno de cañavera-
les que cubria el ala izquierda del en ?migo , man-
dó al gefe de batallon Hércules que tomase consi-
go 2.J de sus guias y desfilase por entre las cañas
y cargáse de repente con gran estrépito de trom-
petas. Mientras se disponian aquellos 25 valientes
á ejecutar la órden , dió Bonaparte la señal del
ataque á Massena y Augereau, los cuales carg'an
vigorosamente la línea austriaca, que resiste á los
principios, pero oyendo de l'epente aquel gran
ruido de las trornpetas, se, fig'uran lo's Austriacos
que van á ser cargados por toda una division de
caballeria, y ceden el terreno, En el mismo ins-
tante la guarnicion de Legnano, á quien Bonapar-
te habia mandado salir para que 'circulase por su
espalda, se deja ver á lo lejos y aumenta sus in-
quietudes. Entonces determinan retirarse, y des-
pues de 72 horas de aquel terrible combate, ~de-
sanimados y muertos de cansancio, ceden la vic-




296 llEVOLUCION FRANCESA.
toria al heroismo de algunos miles de valientes y
al genio de un gl'an capitan.


Rendidos de fatiga los dos ejércitos, pasal'on la
noche en la llanura ,y desde el dia siguiente
por la >nañana mandó Bonaparte volver á prin-
cipiar Id persecución sobre Vicencio , y habiendo'
llegado á la altura de la calzada que cond uce des-
de el Brenta á Verona, pasando por Villa-Nova,


. dejó á la caballería sola el cuidado de perseguir al
enemigo y volvió á entrar en Verona por el cami-
no de Villa-Nova y Caldiero para venir al socorro
de Vaubois, Supo en el camino que este se habia
visto precisado á abandonar la Corona y Rivoli y
replegarse á Castel-Novo , con lo cual se dió mu-
cha prjsa y llegó aquella tarde misma á Verona,
pasando pOl: el ~campo de batalla que habia ocu-
pado Alvinzy la víspera, y entró en la ciudad por
la puerta opuesta á la que hahia salido. Cuando
los Veroneses vieron llegar aquel puñado de hom-
bres que habian salido COlDO fügitivos por la puer-
ta de l\lilan, en aire de vencedores por la de Ve-
nezia, se quedaron admirados y tanto amigos co-
mo enemigos no pudieron disimular su ascrnbro
de ver un general y sus soldados cambiar ta: glo-
riosamente el destino de la guerra. Desde aquel
momento cesaron los temores y las esperanzas de
fIue se pudiera echar á los Franceses de Italia.
Mandó inmediatamente Bonaparte marchar á Mas-




DIRECTORIO (1796). 291
sena ú Castel-Novo y ú Augereau á .Dolce por la
orilla izquierda del Adige, y viéndose Davidovich
atacado por toüas partes, no ta\'dó en 'Vo\ve\'~e á
encerrar en el Tirol con pérdida de muchos pri-
sioneros. Se contentó Bonuparte con recuperar las
posiciones de la Corona y de Rivoli , si n empeñar-
se en subir hasta Trento y volver á tornar pose-
sion del Tirol. Habia quedado el ejército frances
sumamente debilitado con aquella última lucha 7
y el austriaco babia perdido 5,000 prisioneros y
de 8 á 10 mil entre muertos y heridos, pero to'--
davia constaba de 40 mil hombres, incluso el cuer-
po de Davidovich. Ibase 'retirando al Tirol y al
Brenta para descansar, aunque estaba muy dis-
tante de haber sufrido tanto como los ejércitos de
\Vurmser y de Beaulieu, porque los Franceses ha-
bian hecho bastante con rechazarle sin poder des-
truirle. Era pues preciso renunciar á su persecu-
eion mientras que no llegasen los refuerzos, y as
se contentó Ilonaparte con ocupar el Adige desde
Bolee hasta el mar.


Aquella nueva victoria causó la mayor alegria
asi en Italia como en Francia admirándose todos
de aquel genio tan tenaz que con solos catorce ó
quince mil hombres, no habia pensado en retirar.
se en presencia de 40 mil , y de aquella profunda
inventiva que habia sabido descubrir en los diques
del Ronco un campo de batalla absolutamente nue-




298 RFVOLUCION FIU.NCESA.
vo que inutilizaba el número y descubría los flan-
cos del enemigo. Sobre todo se celebraba el herois-
mo que desplegó en el puente de Arcole , ;y por
todas partes pintaban al jóven general con una
bandera en la mano envuelto en fuego y en humo.
Los dos consejos segun su costumbre , declararon
otra vez benemérito de la patria al ejército de Ita-
lia , y decidieron que las banderas asidas pOi' Bo-
naparte y Augereau en el puente de Arcole, se
les regalasen para honra de sus familias, cuya her-
mosa y noble recompensa era digna de una edad
heróica , y harto mas gloriosa que la diadema cedi-
da mas adelante ;por la debilidad al genio todo
poderoso.




a


NOTAS DEL' TRADUCTOR
PEUTENECIENTES AL CAPITULO TERCERO.


-g-
PAGINA 2a6.


1 Jacobo Ilaris , lord barón de Malmesbu I'y ~ par de
luglatcrra , consejero privado y caballero de la órden del
Baño, era, como dice filU) bien el texto, hijo de MI'.
I1a l'I'is , autor de una obra célebre intitulada Hermes , el
cual fue sucesivamente uno de los lores del almirantazgo y
lord de la tesorería. Este de quien hablamos principió su
earrcra de secretario de embajada en :Madl'id en 1768 y
luego le enviaron de ministro á Bruselas : en 1772 pasó
oc ministro csuuordiuaeio á Berlín. Cuatro años despues
fue con igual carácter á San Petersburgo , y en 1784 le
nombraron embajador en el Haya. No salió de aquella
residencia hasta diez años despues P:ll'3 pasar de embaja-
dor estraordinarlo cerca del duque de Brunswick ú soli-
citar la mano de la princesa Carlota su hija pam el priu-
cipe de Calles. En 1796 pasó de embajador cerca de la
l'eplÍlJlica Jrancesa en la ocasion de que 11ab/a el texto y
ú poco tícmpo se le mandó salir de Paris. En 1797 se
volvió ú pensar en la paz y entonces se le dió orden de
pasar á Lille á continuar las conferencias, que fueron
tan infructuosas como lo hablan sido las de Paris y se
volvió á Inglaterra al fin de aquel año. Desde entonces
siempre estuvo empleado en las cortes del Norte.


PAGINA 261.


2 El baron de AILinzy, general Ield-zeugmeister del
emperador de Austria, coronel propietario de un regi-
miento de iníanteria y gran cruz de la orden de Muria
Teresa, nació en Transilvania por los años de 1755.




300 NOTAS
Hizo en calidad de capitán de granaderos todas las C3m-
pañas de la guerra de siete años. En 1789 mandó una
division del ejército del general Laudon contra losTurcos.
En 1790 tuvo la comision de ir á pacificar la ciudad de
Lieja que se babia insurreccionado contra su soberano.
En las campañas de 92 y 93 mandó otra división en el
ejército de los Paises-Bajos y Iué el que tomó jura-
mento á las tropas que siguieron á Dumouriez en su de-
fecciou de que se enganchaban en el ejército del empe-
rador con el i ntentode restablecer en el tróno :i Luis XVII.
En 1794 obtuvo algunas ventajas contra los Franceses en
Catillon y en Nouvion, que fué cuando le dieron la
gran cruz. En noviembre y diciembre de aquel año estuvo
bajo las órdenes de Cobourg en la triste defensa de Ho-
landa. En abril de 179;) le dieron el mando del ejército
austriaco en el Alto Rhin, y al año siguiente pasó á
mandar el de la Galitzia y le hicieron miembro del con-
sejo áulico. Después se le confirió el mando del ejército
de Italia, que es el momento en que le menciona el texto
de nuestra historia y apenas llegó, batió á los F ranceses en
las inmediaciones de Scaldu Ferro. Tambien los rechazó
con mucha pérdida en Vicencio. Luego se acercó á Ro-
veredo y despues de algunos combates indecisos sufrió
el 14 de enero 1797 una derrota completa en que pel'-
dió casi toda su gente y su artlllcria. Entonces se empe-
zó á conocer su incapacidad, y en considernciou á sus
largos servicios se le retiró con un muudo OSCUl'O en HUIl-
gria, donde murió á muy poco tiempo.


PAGINA 2G4.


5 Horacio Nelson es una de las glorias muritimas de
la Inglaterra y nació el 29 de setiembre 17tJ8 en el con-
dado de Norfolk. A la edad de doce años principió su
aprendizage en la profesión de marino donde debla hacer-
se tan célebre, manifestando desde luego las mas felices
disposiciones, mucho amor á la gloria y á las aventuras
y un juicio muy precoz. Tomóle ú su bordo su tio mater-




DEL TRADUCTOR. 301
no el capitun Sucküng , que fue quien le dió las primeras
instrucciones en sus viages , y despues le confió al capi-
tan Philips, que iba á hacer descubrimientos en el polo
del Norte, Tuvo Nelson rápidos ascensos pues era teniente
en 1. 777, comandante de una corbeta en 1. 778, segundo
capitán en 1799, con cuyo título hizo la guerra de Amé-
rica, y de vuelta á Inglaterra mandó la fragata Boreas
para las islas de Sotaven to , llevando bajo sus órdenes al
duq ue de Ciaren ce , que hacia sus primeras armas man-
dando el Pegaso, Una circunstancia crítica hija de la falta
de esperiencia del joven príncipe puso en gran peligro
á este último buque, que solo pudo salvarse pOI' una atre-
vida maniobra de Nelson y salvó la "ida del duque y de
toda la tripulacion. De vuelta de esta espedicion, que le
dió mucha fama en Inglaterra se casó y tuvo á los pocos
di as que separarse de su esposa, por haberse declarado
la gucl'I'a contra la república francesa, Entonces le man-
darou ír á cruzar en el MeditalTaneo y asistió á la toma
de Tolon , Calvi y Bustia , donde perdió un ojo, En 1796
le nombraron cornodoro , "i fue á da r un ataque á las
islas Canarius , pero inútilmente pOI' la vigorosa resisten-
cia del gobernador español. Pero no tardó en vengarse ba-
tiendo á nuestra escuadra en el cabo de San Vicente,
cuyo triunfo le valió el grudo de contra almirante yla cruz
del Bailo. De resultas de la gloria adquirida en aquel
combate se le dió el mando de la escuadra que bloqueaba
á Cadiz y Lomburdcó la ciudad pero se estrellaron sus
esfuerzos en presencia del valiente general español Mazar-
redo. Poco tiempo despues perdió el brazo derecho que-
riendo volver á tornar á Teuerife , mas estos dos reveses
no impidieron que fuese recibido en Inglaterra con los
honores del triunfo. Ya la ciudad de Londres le había
enviado cartas de vecindad ó ciudadania en una caja de
01'0 de peso de 800 guineas y el gobierno le dió una pen-
sion de mil libras esterlinas. Su segunda espedicíon delante
de Cadiz no rué tampoco mu)' feliz porque habiendo reci-
bido orden de observar la escuadra francesa anclada en
Tolou , que dehia trasportar á Bonaparteú Egipto, tuvo




802 NOTAS
que apartarse de alli por causa de los vientos, se fue á
.Sicilia y cuando volvió á Tolon ya había salido del puerto
la escuadra francesa. La persiguió inútilmente; pero al
Ilegal' á Aboukir supo aprovecharse del descuido del al-
mirante Brueys que tenia 13 navios y 3 fragatas y se inter-
puso con 6 navios entre ellos yla tierra, y atacando de fren-
te alalmirante frances se voló el almaceu de polvera que
estaba á bordo de este último y quedó decidida la batalla.
Este triunfo le valió justamente nuevos honores ~ pues le
nombraron baron del Nilo en Inglaterra, duque de Bron-
to en Sicilia y ciudadano de Messina. Tambieu le envió
el Gran Señor un plumage de diamantes. Su permanen-
cia en Nápoles fue fatal á su gloria, pues se enamoró
perdidamente de ladi Hamilton , aquella cortesana que
tan célebre se habia hecho en Inglaterra pOI' sus aventu-
ras galantes y' que continuaba haciendo la misma vida
en aquella ciudad. Ella le hizo tomar parte en las bajas
intrigas y crueldades que desacreditaron al gobierno'
napolitano. En 1802 nombrado pal' del reino, evacuó
muchas comisiones cerca de varias cortes del Norte y des-
pues recibio órden de ir á bombardear á Argel, en lo
c{ue no salió con lucimiento. Ultimamente su mas gloriosa
maniobra, que fue la del combate de Trafalgar contra
13 escuadra combinada de Francia y España le costó la vi-
da de un tiro de fusil, al mismo tiempo que al general
español Gravina , habiendo hecho prisionero al almirante
francés Villeueuve. Se le hicieron en su patria maguifl-
cas exequias y se depositaron sus cenizas en la iglesia
de San Pablo en un monumento de mármol.


PAGINA 265.


4 Hubo dos Albanis , tio y sobriuo , ambos cardena-
les ). ambos secretarios de estado en Roma. Este de quien
babia el texto es Juan Francisco Alhani de Urbino , tio
del otro, que se llamó José. Nació en 1720, Ycomo era
sobrino del papa Clemente Xl llegó á ser cardenal, obis-
po de Ostia y decano del sacro colegio en 174·7. Fue




DEL TRADUCTOR. 303
hombre de un talento persplcaz , de buena presencia y
de no malos estudios; pero poeo aficionado á las cosas
eclesiásticas, mas antes á las profanas yde mucha repre-
sentacíon y deleite. Era introductor de embajadores en
el cónclave y su partido era quien disponia de la tiara.
Debió su principal reputacion á los jesuitas, constante-
mente protegidos por su familia desde la bula uniqenitus,)' a ellos debió también aquel ódio profundo á los prin-
cipios de la revolución francesa que conservó toda su
vida. El fue la causa principal de la conducta de la
corte de Roma y de los grandes sinsabores que afligie-
ron á los diferentes papas de quienes fue consegero; te-
niendo él siempre gran cuidado de escaparse apenas se
acercaban los Franceses. Verdad es que el directorio se
vengó de él con bajeza, mandando que le saquearan el
palacio, hallándose él en Nápoles. Cuando el ejército
frunces penetró á esta última capital, se refugió á Vene-
zia , donde contribuyó mucho á la elevación de Pio VII
al pontificado. Era de temer que este papa, creado en
territorio austriaco y pOI' un partido vendido á aquella
corte, fuese mas severo que otros contra las innovacio-
nes eclesiásticas de Francia, pero sucedió todo lo con-
trario, pues el fue quien firmó el concordato con el cón-
sul Bonaparte , y quien le coronó emperador. Uno de los
mayores defectos del cardenal Albani era dejarse domi-
nar por su ayuda de cámara Mal'iano, cuya flaqueza le
privó de ser elegido dos veces papa. Mudó á principios
de este siglo.


PAGINA 266. , .,


3 Cacault era )'a conocido y estimado en la diploma-
cia cuando le enviaron de ministro de la república fran-
cesa á Génova en t 796. Alli permaneció algunos meses,
y despues pasó á Roma, donde le hicieron sufrir toda
especie de humillaciones, hasta que los triunfos decidi-
dos del ejército trances hicieron cambiar de lenguage á
los enemigos de la Francia. Terminó la paz con aquella
corte ; pel'o no tardaron en renovarse sus peligros por-




304. NOTAS
tIue volvió á prevalecer el partido anti-frauces , y tUYO
precision de escaparse á Florencia, donde se le nom-
hró embajador. Estando alli se halló nombrado miembro
del consejo de los 500 , donde presentó un plan sobre
el modo con que debían rendir- sus cuentas los minis-
tros, proponiendo que se degradase á todo el que no
quisiera someterse á él. Después de la revolución del 18
de hrumario fue miembro del nuevo cuerpo legislativo,
hasta que en marzo de 1801 se le volvió á enviar de em-
bajador :i Romu , donde estuvo dos años )' luego le reem-
plazó el cardenal Fesch , A su vuelta á Paris se le eligió
para ir á presidir en 1804 el colegio electoral de Loira
inferior y salió candidato para el senado. conservador.
No tardó en recibir su nombramiento, pCTO le duró poeo
porque le cojió la muerte en octubre de 180i>.


PAGINA 27G.


6 El general de division Clarke , comandante de la
legion de honor, debió en gran parte sus adelantos á
Carnot , de quien era íntimo amigo y estuvo constante-
mente empleado bajo sus órdenes, asi en la comision de
salud pública como en el directorio y en el ministerio.
Cuando fue á Viena ú esta comision de que habla el tex-
to , reclamó la libertad de Lafayeue. Estuvo con el ge-
neral Bonaparte en las conferencias de Udiua y couu-ihu-
yó á la paz de campo Formio , En el mes de octubre de
1797 firmó el tratado de alianza entre la república y el
rey de Cerdeña ; pero después de la cuida de Carnot
perdió su empleo de presidente del depósito topográfico
de la secretaria de gueIT:1, que se le devolvió de resultas
del 18 de brumario. En 1800 se le nombró embajador
ú Etruria , y al año siguiente le regaló el emperador
Alejandro 1. 0 un sable guarnecldo de dlamantes en re-
compensa de los servicios que había dispensado á los
prisioneros rusos restituidos á su patria. En noviembre
de 1804 se le nombró consejero de estado y secretario
interino del gabinete del emperador Napoleon.




DEL TRADUCTOR.


PAGINA 291.


305


'i El general de división Belliard , gran oficial de la
legion de honor , hizo las campaañs de Italia con el ge-
neral Bouaparte y se distinguió en muchas ocasioues ,
particularmente en Bidalo el uia22 de febrero 1797 Y
en Monte di Savano el 29 del mismo mes, Pasó después
á Egipto, y á su vuelta se le dió el mando de la 24. a di--
vision militar' (Bruselas). En 1805 fue nombrado gefe
de estado ma)'or del príncipe Murat en el grande ejérci-
tode Alemania, y contribuyó á las derrotas de los cuer-
pos austriacos mandados por et archiduque Fernando y
el general Yerneck. En 1808 vino tambien en calidad
de gefe de estado mayor del mismo á la espedicion de
España y quedó luego de gobernador de Madl'id durante
la permanencia del rey José Bonaparte , con quien tuvo
que volverse á Francia en 1813 de resultas de la batalla
de Viw¡'ia.


PAGINA 291.


8 El general Vígnolles principió de soldado raso
en el regimiento de Barreis y ascendió, como otros
muchos á los primeros grados á fuerza de valor . Cuan-
do pasó al ejército de Italia 00 era mas que coronel
ayudante general , pero habiéndose distinguido el 1R
de julio 1796 en el ataque de la izquierda del cam-
po atrincherado de Mantua juntamente con Mur'at, se
le nombró general de brigada. Fue peligrosamente he-
rido en Arcole el 16 de noviembres, y al año si-
guiente le recomendó Bonaparte al directorio para
que se le nombrase ministro de la guerra , de la r'e-
pública clsalpina , como así se verificó. En t800 re-
nunció este destino puramente honorario por el de
secretario general del ministro de guerra francés. De alli
pasó al ejército de reserva en clase de gefe de estado ma-
yor, y se encontró en la batalla de Marengo. En t 803


x.




306 NOTAS
volyló á ser nombrado gefe de estado mayor general de
los ~jércitos franco-bábaros y desde entonces continuó
en Holanda hasta que vueltas á romper las hostilidades en
tiempo del Imperio, le mataron en la batalla de Freyland.




D1RECTORIO (t 796). 307


CAPITULO CUARTO.


-ClaTke en el cuartel general del ejército de Italia. - Rompi-
miento de las negociaciones can el gabinete ingles. Salida
de Malmesbury. - Espedicion de Irlanda. -Tareas admi .
nistrativas del directorio <imante el inviernodeí año V.-
Estado de la hacienda. Entradas y gastos. - Capitulaciou
de Kehl. - Ultima tentativa del Austria sobre la Italia.
Victorias de Rivoli y de la Favorita ; toma de Mantna.-
Fin de la memorable campaña de 1796.


Acababa de llegar al ejército de Italia el gene-
ral Clarke pal'a desde allí marchar á Viena aun-
'que ya su comisión habia perdido su principal
objeto porque la batalla de Arcole hacia ya inú~il
el armisticio. Bonaparte , á quien se le habia
dado órden de consultar sobre él, desaprobaba
enteramente el armisticio y sus condiciones fun-
dándose en escelentes razones.. Porque el armisti-
cio no podia tener mas que un solo objeto que' era
el de salvar el fuerte de Kehl sobre el Rhin el cual
estaba sitiando el archiduque Carlos con el mayor
vigor y por un objeto tan accesorio se sacrificaba




308 RgVOLUCION FRA~CHSA..
á Mantua. Kehl no venia á ser otra cosa tmas que
una cabeza de puente indispensable para pasar á
Alemania al paso ~ue la toma de Mantua llevaba
consigo la conquista definitiva de Italia y daba lu-
gar á que se pidiesen en cambio de ella Maguncia
y toda la linea del Rhin. Ahora bien, esta con-
quista quedaba enteramente comprometida con
el armisticio porque estando l\.1antua atestada de
enfermos y reducida á media racion no podia me-
11'OS de rendirse ántes de un mes. Con los víveres
frescos que se dejasen entrar recobraría la guar-
nicion la salud y las fuerzas; ni tampoco se po-
dria fijar de un modo esacto su cantidad y con
algunas economías que hiciese W urmser se (pro-
porcionaria recursos para prolongar su resistencia
en caso de vol verse á principiar las hostilidades:
todo lo cual haria que fuesen inútiles cuantas ba-
tallas se diesen para cubrir el bloqueo de Man-
tua y se hacia indispensable volver á principiar
d~ nuevo. Mas no era esto tan solo, sino que tam-
bien era indispensable comprender al papa en, el
armisticio con el Austria y entonces se perdía la
ocasion de castigarle y sacarle 20 Ó 30 millones
que se necesitaban para el ejército y podian ser-
vir para hacer una nueva campaña. Ultimamente
Bonaparte pronosticando e 1 porvenir aconsejaba
que en lugar de:suspender l.IS hostilidades se
continuáran con el mayor vigor PC1'O llevando la




DIRECTORIO (1796). 309
guena hacia su verdadero teatro enviando á Ita-
lia un refuerzo de :lO mil hombres" con cuya
condición ofrecia Inarcha¡' sobre Viena y conse-
guir la paz en dos meses con la linea del Rhin y
una república en Italia. Es verdad que esta com-
binacion ponia bajo su direccion todas las opel'a-
ciones militares y políticas de la guel'ra, pCI'O que
le interesase ó no, lo cierto es que era una com-
binacion esacta y profunda como lo ha. demostra-
do des pues la esperiencia.


Sin -embargo, pOI' no desobedecer al directorio
se escribió á los generales austriacos que estaban
sobre el Rhin y el Adige proponiéndoles el armis-
ticio y pidiendo pasaportes para Clarke. Respon-
dió el archiduque Carlos á MOl'eau que no le era
permitido escachar ninguna proposición de armis-
ticio por carecer de poderes para ello sino que de-
pendia del consejo aúlico. Poco mas ó menos lo
mismo respondió Alvinzy y despachó un correo á
Viena; mas el ministerio austriaco secretamente
vendido á la Inglaterra estaba poco dispuesto á es-
cuchar proposiciones de palote de la Francia" mu-
cho mas cuando el gabinete ingles le habia dado
parte de la mision de Malmesbu ry y se habia es-
forzado á persuadirle que el emperador consegui-
ria mucho 'mayores ventajas si tomaba parte en
la negociacion abierta en Paris , que haciendo con-
quistas separadas, supuesto que las hechas pOI'




.310 usvor.ucrox FRANCESA.
los Ingleses en las dos Indias quedaban S'OCl'ffica-
das á solo proporcionur]e la restitucion de Jos Pai-
ses Bajos. Ademas de laa'insinuaciones de Inglater-
ra tenia otras razones el gabinete austriaco para:
no escuchar las proposiciones del directorio , pues
se lisonjeaba de' tomar dentro de poco 'tiempo el
fuerte de Kehl, privando con él á los Franceses
de todo paso por el Rhin , y entoncespodian 01UY'
fácilmente sacar de-allí nuevos destacamentos pa-
ra el Atlige, los cuales unidos á las nuevas le-
vas que se estaban haciendo en toda el Austria
con la nlayor actividad, perrnitiriun tentar un
nuevo esfuerzo en Italia , en euyo caso. podria tal
vez aquel terrible ejército {jue habia aniquilado
tantos batallones .austrincos acabar por ceder á
tanto" y tan repetidos ataques.


Bien se vé <t He no se desmeutia en esto la cons-
tancia alcmana , y que ú pesar de tantos reveses
no ienunciabu todavía ú la bella Italia. En conse-
r uencia se resolvió Ilegal' :l Clarke la entrada en
Viena, recelando tambien tolerar un observador
en la capital del imperio cuando no se queria ne ...
gociar directamente, y rOL' lo relativo al armisti-
cio se consentia en admitirle en el Adige, pero no
en el Rhin: por lo cual se le respondió á Clarke
(1 ue si queria pasal' {t Vicencio , aUí cncontraria
al barón de Vincent , y podria conferenciar con
él. En efecto se verificó la reunión en Viccncio , y




lnRECToRIO (1796). 311
pretendía el ministro austriaco que el emperador
no podia recibir á un enviado de la república,
porque esto seria reconocerla, y en ~lo relativo al
armisticio, declaró que no podia admitirle mas
que en Italia. Era tan ridícula esta proposicion,
que casi no se comprende cómo pudo hacerla
el ministro austriaco , porque era lo mismo que
salvar á Mantua sin salvar á Kehl, y era necesario
suponer muy necios á los Franceses para que la
aceptasen. Sin embargo, corno el ministerio aus-
triaco queria en caso de necesidad reservarse un
medio para entablar alguna negociacion separada,
hizo que su enviado declarase al comisionado
frances que si tenia algunas proposiciones que ha-
cer relativas á la paz, no tenia mas que pasar á
Turin , y comunicárselas al embajador austriaco
en el Piamonte, Así pudo descomponerse aquel
peligroso proyecto, gl'élcias á las sugestiones de la
Inglaterra y á las locas espel'anzas de la corte de
Viena; y Clal'ke se fue á Turin para aprovechar....
se en caso de necesidad del intermedio que se le
ofrecia cerca de la corte de Cerdeña. Tenia tam-
bien otra comision mas secreta, que era la de
observar al general Bonaparte, porque habia pa-
recido tan estraordinario el genio de aquel jóven
y tan absoluto y enérgico su carácter , que sin te-
ner ningun motivo determinado para ello se le su-
puso ambiciono El había querido conducir laguer-




312 REVOLUCION' FRANCHS:A.
ra á su gusto y ofrecido su dimision luego que Se'
le trazó un plan distinto del suyo; habia obrado
soberanarnenta en Italia, concediendo á los prín-
cipes la paz ó la guerra bajo pl'etesto de armisti-
cios; se habia quejado con cierta altivez de que
las negociaciones con el \lapa no hubiesen sido con-
ducidas por él solo; trataba con mucha aspereza
á Jos comisionados Garau J SaJicetti cuando se
les mandaban tomar resoluciones que no eran
de su gusto; les habia ohli!tado á. se~a.ra.t.'~e. d.~J
cuartel general; y se habia tomado la libertad de
enviar fondos á los diferentes ejércitos sin au-
torizacion del gobiel'no y sin valerse de la tesore-
ria. Todos estos hechos anunciaban UI1' hombre que
gustaha de- hacer solo lo que presurnia que nadie
podia hacer mejor que él, Y aunque todavia no
era mas que una pUl'a impaciencia del genio, que
no gusta de que le contrar-ien en sus obras , sin
embargo por estas impaciencias principia á mani-
festarse una voluntad despótica. Al vede sublevar
la Alta {talia contra sus antiguos seirores , y crear
ó .destrui L' estados se decia que queria hacerse du-
<l':U~ ,-\e ~\.i\an. , y a\ luismo tiempo que se prescn-
tia su ambición , el mismo conocia que na podian
menos de sospechada, aunque se quejaba de que
le acusasen y se justificaba de ello sin que el di-
rectorio le hubiese dado la menor ocasiono


Tenia pues Clarke además del encargo de ne-




DIRECTORIO (1796). 313
gocíar, el de observar á Bonaparte , el cual tuvo
aviso de ello, y manejándose con la altivez y des-
treza que le eran propias , no solo le dió á enten-
der que sabia su comision sino que no tardó en
subyugarle con el ascendiente de su gl~acia, que',
s~gun dicen, era tan poderosa como su ingenio y
le hizo todo suyo. Clarke tenia demasiado talento
y vanidad para ser un espia diestro y astuto, y
así se quedó en Italia, unas veces en Turin , 'y
otras en el cuartel gene-ral, perteneciendo mas
hien á Borraparte que al directorio.


En Paris procuraba el gabinete ingles diferir
cuanto podia la negociacion , pero el frances á
fuerza de respuestas prontas y claras , obligó por
fin al lord Malmesbury á que se esplicase. Ya he-
mos dicho que aquel ministro habia sentado por
de pronto el principio de una oegociacion gene-
ral y de que se compensasen las conquistas; mas
el directorio por su palte habia exigido los pode-
res de todos los aliados, y una esplicacion loas
clara del principio de las compensaciones. Habia
empleado el ministro ingles 19 dlas en respon-
der que se habian pedido los poderes , pel'o que
antes de conseguirlos se necesitaba que el gobiel'-
no francés admitiese positivamente el principio
de las compensaciones. Entonces pidió el directo-
rio que se le designasen inmediatamente los ob-
jetos sobre que estas hahian de recaer y este era




314 UBVOLUCION FRANCESA.
el punto en que habia quedado la .negociacion.
Escribió de nuevo Malmesbury á Londres, y des-
pues de doce dias respondió el 26 de 'noviembre
que su corte no tenia nada que añadir á lo qUf~
habia dicho, y que no podia esplicarse mas mien-
tras el gob'erno frances no admitiese formalmente
el principio pl'opuesto. Esto era una mera sutile-
za , porque cuando la Francia pedia que se anun-
ciasen los objetos con que se hahia de com pensar,
era evidente que admitia el principio de las com-
pensaciones; y volver ahóra á escribir á Londres
y emplear otros 12 dias en aquella sutileza, no
era mas que hurlurse del directorio. Respondió
como siempre desde el dia siguiente con una no-
ta de cuatro lineas en que decia que su prece-
dente nota implicaba necesariamente la admisión
del principio de las cornpensacioi.es , pero que
adenias le admitia formalmente y pedia que al
instante se designasen los objetos á que habia de
aplicarse aquel principio. Tambien preguntaba
el directorio si para cada pregunta habia de tener
el lord Ma\mesbury que escribir á Londres ; á lo
cual respondió este que tendria precision de es-
cribir siempre que la cuestion exigiese nuevas
instrucciones. Así lo hizo de nuevo, y gastó 20
días en responder, siendo ya evidente que era in-
dispensable salir de las generalidades en que se
habiaencerraclo hasta ~cntonces ,y entrar en la




DJltECTORIO (1796). 315
temible cuestión de los Paises Bajos. El esplicarse
sobre este objeto era )0 mismo que rompel' la ne-
gociacion y ya se deja discurrjr que el gabinete
ingles buscó toda ~clase de rodeos para romperla,
Ultimamente el dia 18 de diciembre tuvo el lord
Malrnesbury una conferencia con el ministru De-
Iacroix , y le entregó una nota en que se esponian
las pretensiones del gabinete ingles. Se r~ducian
estas á que la Francia restituyese á las potencias
del continente todo cuanto había conquistado;
que devolviese al Austria la Bélgica y el ;Luxem-
burgo, y al imperio los estados alemanes de la
orilla izquierda : que evacuase toda la Italia vol-
viéndola á ponel' en el statu quo ante bellum ; que
restituyese it la Holanda ciertas porciones de terri-
torio, como pOI' egemplo la Flandes lll:"H'itima , á
fin de hacerla independiente; y últimamente que
se hiciesen alteraciones en la consritucion actual.
El galJinete ingles no prometía devolver las colo-
nias :í la Holanda, sino en el caso en que se res-
tableciese el sthathuderado , y aun entonces no
'as \la\úa l\e l\evo\vcr \'ol\as', 'f,\\\O queu<\\'se con
algunas por indemnizucion de guerra, en cuyo nú-
mero estaba el Cabo de BuenaEsperanza, Por to-
dos estos sacrificios ofrecia en cambio volver dos
Ó tres islas que la guet'l'a nos hahia hecho perder
en las Antillas, que eran la~l\Iartinica ,•.Santa Lu-
cia y Tábago , yeso con la condicion de que San-




316 REVOLUCION FRANCESA.
to Domingo PlO habia de quedar todo nuestro, Así
-la Francia despues de una guerra inicua, en que
toda la razón estaba de su parte', en que hahia
gastado sumas enormes, y de que habia salido
victoriosa, no conseguiria ni una sola provincia
mientras que las poI encias del Norte acababan de
repartirse un reino entero y la Inglaterra de ad-
quirir posesiones inmensas en la India. Habia de
evacuar la Francia el Rhin y la Italia por una sim-
ple intimacion de la Inglaterra, cuando ocupaba
todavia la línea del primero y era dueña de la
última! Semejantes condiciones eran absurdas é
inadmisibles, y su sola pl'opuesta era insultante y
no debía ser escuchada. Sin embargo la escuchó
el ministro Dclacroix con una urbanidad que ad-
miró al ministro ingles y le hizo esperal' que po-
dria continuar la negociacion.


Dió Delacroix en respuesta una razon muy ma-
Ia , cual fue que los Paises Bajos estaban declara-
dos territorio nacional pOI' la constitucion , á lo
cual replicó el ministro ingles con otra que no era
mas convincente, y se reducia á que el tratado de
Utrech se los habia dado al Austria. Podía muy
hien la constitución ser obligatoria pal'a un fran-
ces, pel'O de ningull modo debia influir en las na-
ciones estrangeras ; así como el tratado de Utrech
era lo que todos los tratados del mundo, un arre-
glo dictado pOI' la fuerza , y que podia cambiar




IlIB.ECTORIO .(1796).3 t 7
ellamisma.. La única razon que dehió dar el mi-
nistro francés era que la reunión de los Paises Ba-
jos á la Francia era justa" porque estaba fundada
en :todas Iasconveniencias naturales y políticas,y
ademas se hallaha legitimada pOI' la victoria.. Des-
pues de una larga discusión sobre todos los pun-
tos accesorios de la negociacion, se separaron los
dos ministros , y vino Delacroix á dar cuenta al
directorio, el cual irritado con mucha razon, re-
solvió responder al ministerio ingles como se me-
recia. No estaba firmada su nota, sino únicamente
inclusa en una carta firmada , y e xigió el direc-
rio en aquel mismo dia que se la redactase con las
formas necesarias y pidió al ministro su ultimatum
en el término de 24 horas. Estrechado el lord Mal-
mesLury, respondió que la nota era suficiente-
mente auténtica, supuesto que estaba inclusa en
una carta firmada, y que en cuanto al ultimutum;
no era costumbre exigirle tan bruscamente. Al dia
siguiente 19 de diciembre, hizo el directorio que
le declarasen que nunca escucharia proposición al-
guna contraria á las leyes y á los tratados que obli-
gaban á la república, añadiendo que supuesto que
á cada instante tenia el lord Malmesbury que acu-
dir á su gobierno, y no hacia mas que un papel
pasivo en la negociacion , era inútil su presencia
en Paris; que en sonsecuencia tenia órden de re-
tirarse él y toda su comitiva dentro de' 48 horas;




318 REVOLUCION FRANCF:SA.
que ademas de eso bastaban los correos para ne-
gociar en caso que el gobierno ingles adoptase las
bases propuestas por la república francesa.


De esta manera terminó aquella negociacion,
en que el directorio lejos de faltar, como se ha
dicho, á las formas acostumbradas, dió un ver-
dadero ejemplo de franqueza á las potencias ene-
migas sin violar ninguno de los usos recibidos,
Las comunicaciones entre las potencias adquieren,
como todas las relaciones humanas, el carácter de
los tiempos y situacion de los hombres que go-
biernan, pues de otra manera se esplica un go-
hierno victorioso, que otro débil y vencido, y no
le estaba mal á una república apoyada en la justi-
cia y la victoria usar de un ler:guage claro, pronto
y público.


Durante aquel intérvalo se estaba efectuando
el gran proyecto de Hochesobre la Irlanda, y es-
to es 10 que temía la Inglaterra, como que en efec-
to podia ponerla en gran peligro. POI' mas que se
hubiese esparcido la voz de una espedicion á Por-
tugal ó á la América, no ignoraban los Ingleses
el objeto de los preparativos que se estaban ha-
ciendo en Brest, y en consecuencia habia man-
dado Pitt poner las milicias sobre las armas , ar-
mar las costas ,:y dado órden de evacuarlo todo
hácia el interior en caso que los Franceses llegá-
ran á desembarcar.




DIRECTORIO (1796). 319
La misma situación en que se hallaba la Irlan-


da, á donde se destinaba la espedicion, era may
propia para causar inquietudes, porque los par-
tidarios de la reforma parlamentaria y los católi-
cos presentaban en aquella isla una masa sufi-
ciente para hacer una sublevación. Bien hubieran
querido adoptar un gobiel'no republicano bajo la
garantía de la Francia 'J y habian enviado agentes
á Paris para entenderse con el directorio; y así
todo presagiaba que una espedicion no podría
menos de poner en grandes apuros á la Inglaterra,
y reducirla á aceptar otra paz muy distinta de la
que acababa de proponer. Hoche que [había pa-
sado los mejores años de su vida en el Vendée y
estaba viendo los grandes teatros de la guerra
ocupados por Bonaparte , Moreau y Jourdan, es-
taba impaciente por abrir otro en Irlanda. Era la
Inglaterra un adversario tan digno como el Au s-
tria, y no menos honroso combatirle y vencerle.
Estaba levantándose en Italia una nueva repúbli-
ca, que iba á ser el foco de la libertad, y creía
Hoche que no era mas imposible ni menos noble
erigir otra igual en Irlanda al lado de la aristo-
crácia inglesa. Se habia hecho muy amigo del
almirante Truguet que era ministro de la marina
y hombre de grandes ideas , habiéndose concerta-
do ambos en dar mucha importancia á la marina
y hacer gl'andes cosas, porque entonces todos te-




320 REVOLUClON FRANCESA.
nían acalorada la imaginacion y todos meditaban
prodigios para gloria y felicidad de su patria. La
alianza ofensiva y defensiva firmada con la Espa-
ña en San Ildefonso ofrecía gl'andes recursos y
permitía formar vastos proyectos, pues reunien-
do la escuadra de Tolon con las de España,y con-
centrándolas en la Mancha, con las que la Fran-
cia tenía en el Oceano , se podian reunir fuerzas
formidables, é intentar la libertad de los mares
por medio de una hatalla decisiva, ó por lo me-
nos introducir e] incendio en Irlanda é interrum-
pir los sucesos de Inglaterra en la India. El al-
mirante Truguet , que conocía la importancia de
llevar prontos socorros á la India, queria que la
escuadra de Brest sin aguardar la reunión de las
flotas francesa y española en la Mancha, diese al
instante la ¡vela para Irlanda con el ejército de
Hoche, y conservando algunos miles de hombres
á bordo, naveg'ase inmediatamente hácia la isla
de Francia á recogel' los batallones de Negros que
se estaban organizando alli. y condugeseaquellos
socorros á la India para apoyal' á 'I'ippoo-Saéb.
Aquella gl'ande espedicion tenia el inconveniente
de no conducir á Irlanda mas que una parte del
ejército, dejándole espuesto á muchos peligros
entre tanto que se verificaba la reunion muyeven-
tual de la escuadra del almirante Villeneuve que
debia salir de Tolon ,con la escuadra española,




DIRECTORIO (1796).32l
que se hallaba dispersa en los puntos de España,
y la de Richery que volvía de América. No se eje-
cutó la tal espedicion , sino que se esperó la llegada
-de Richer-y de Anlérica, y á pesar del mal estado
-de la hacienda, se hicieron esfuerzos estranrdina-
Tíos para concluir el armamento de la escuadra
de Bl'est, que se halló en estado de dar á la vela
en el mes de diciembre, Componíase de 15 navios
<le alto bordo, 2ú fragatas, 6 gabarras y 50 buques
de trasporte pal'a 22 mil hombres. No pudiendo
entenderse Hochecon el almirante Villaret-Joyeu-
se, hubo que reemplazarle con :l\'Iol'ad-de-Galles,
y la espedicion debia desembocar e n la bahia de
Bantry, designando á cada capitan de navio en una
órden sellada la dirección que hahiade seguir , y el
sitio donde dehia andar en caso de algun accidente.


Dió á la vela la espedicion el dia 16 de diciem-
bre, montando en una fragata Hoche y MOl'anl-
de-Gallos, y gracias á una espesa niebla, pudo es-
capar de los cruceros ingleses y atravesó el mar
sin que nadie la persiguiera: pero en la noche del
26 al 27 la dispersó una furiosa tempestad que se
tragó un navio. Sin embargo maniobró el contra-
almirante Bouvet 1 pal'a reunir la escuadra y al
cabo de dos dias consiguió reunida toda menos
un navio y tres fl'agatas , siendo pOl' desgracia una
de estas últimas la que montaban Hoche y Moral'd-
de-Galles. Estuvo cruzando cerca del cabo Clear,


x. 2.1




REVOLUCION FRANCESA.


durante muchos dias aguardando á los dos gefes
y al fin entró el 2"- de diciembre en la bahia de
Bantry. Allí decidió un consejo de guerl'a que se
hiciese el desembarco; pero llegó á ser imposible
por causa del mal tiempo, y la escuadra se
alejó de nuevo de las costas de Irlanda. Asustado
el contra-almirante Bouvet con tantos obstáculos,
y temiendo que le faltasen los víveres sin estar allí
sus gefes, creyó deber volverse á las costas de
Francia, de suerte que cuando llegaron á la bahia
Hoche y Morard-de-Galles se encontraron con que
habia desaparecido la escuadra y tuvieron que su-
frir inauditos peligros para volverse, siendo una
especie de milagro el que pudiesen arribar á las
costas de Francia , asi por los riesgos del mar co-
mo por la persecucion de los Ingleses. Hallóse se-
parado de la escuadra el navio Los derechos del hom-
bre, mandado por el capitan la Crosse ,que hizo
prodigios de valor, pues viéndose atacado por
dos navios ingleses , destruyó á uno de ellos y pu-
do escaparse del otro pero en malísimo estado ,
sin mástiles ni velas y tuvo que sucumbir á la vio-
lencia del 111ar, ahogándose una parte de la tri-
pulacion y salvándose la restante á duras penas.


Así terminó aquella espedicion que habia dado
grande inquietud á los Ingleses y descubrió su pun-
to vulnerable, sin que renunciase el directorio á
vol ver mas tarde á renovar sus- pl'oyectos y tornó




DIRECTORIO (1796). 323
entonces su atencion hácia el c.ontinente pal'a acele-
rar la rendición de los Austriacos. Habian sufrido
muy poco las tl'opas de la espedicion y se las desem-
barcó inraediatamcute , dejando en las costas las
fuerzas necesarias pal'a aseguI'al' la tranquilidad
del país y fue dirigida hácia el Rhin la Jllayor par-
te de las ll'opas que án tes tenían el nombre de
ejército del Oceano. Es menester advertir que tan-
to el Vendée como la Bretaña estaban completa-
mente sometidas pOI' la presencia .y atenciones
constantes de Hoche, Se preparaba para este úL-
timo un gran mando con el fin de recompensarle
de sus ingratas y penosas tareas. Como Jourdan
habia hecho dimisión de su mando á causa del
mal éxito de La campaña y se habia nombrado in-
terinamente á Beurnonville quedaba lugar para
~fl'ecer á Hoche una indemnización , muy debida
por cierto á su habilidad y patriotismo,


Estaba ya hastante avanzado el invierno pues
que nos hallábamos en el files de enero de 1797 y
con todo no se hahia interrumpido aquejla lne-
morahle eampaña Estaba el archiduque Carlos en
el Rhin sitiando el fuerte de Kehl yla cabeza del
puente de Huninga. En el Adige preparaba Al-
Yinzy un nuevo y líltimo esfuerzo contra Bona-
}larte , pero lo interior de la república estaba has-
sante sosegado , pOl'que los partidos tenían clava-
{la la vista en aquellos dos teatros de la g~rra. Se




324 REVOLUCIO~ FllANCESA.
aumentaba ó se disminuia la fuerza del gobierno,
'Segun eran huenos ó malos los resultados de la
'campaña. La última victoria de Arcole habia re-
flejado su brillo sobre la Francia y reparado los
malos efectos que habia producido la retirada de
los ejércitos del Rhin, pero con todo eso no alcan-
zaba aquel l~asgo de un valor desesperado para
-tranquilizar enteramente los ánimos acerca de la
posesion de la Italia, pues se sabia que Alvinzy
se iha reforzando y que el papa no cesaba de ha-
cer algunos armamentos. Decian los malévolos
que el ejército de Italia estaba enteramente agota..
do, que su genel'al rendido de tan estraordinarios
esfuerzos y minada su salud por una enfermedad
-rara no podia siquiera tenerse á. caballo faltando
todavia Mantua por conquistar., y podían conce-
birse grandes inquietudes en aquel mes de enero.


Continuaban los diarios de los dos partidos abu-
sando de la libertad de imprenta y desencade-
nándose contra el gobierno. Los que pertenecian
al partido contra..revolucionario., viendo que se
acercaba la primavera y con ella la época de las
elecciones procuraban trabajar la opinión y dis-
ponerla en su favor. Después de los últimos de-
sastres de su partido en el Vendée, era evidente
que sus últimos recursos no consistían mas que
en servirse de la misma libertad para acabar con
ella y en invadir la república haciéndose dueños




DIRECTOIUO (1796). 325
de las elecciones. Viendo el directorio aquel des-
enfreno no podia resistir ciertos movimientos de
impaciencia que son superiores aun á los esfuerzos
de los mas prudentes gobiernos. Por muy acos",,:"·
tumbrado que estuviese á la libertad, todavía f.e
asustaba aquellenguage que se usaba en algunos
diarios y no acababa de comprender todavia que
es necesario dejar que se diga todo, porque la
mentira nunca consigue nada pOl' mas publicidad
(fue se la dé.como que se inutiliza por su misma vio-
lencia y los gobiernos no pel'ecen sino pOl' la verdad
y sobre todo poda verdad refrenada, •Solicitó de los


lO No es esta la primera vez que MI'. Thiers anuncia esta
máxima, que á nuestro entender es eminentemente falsa, y
que el mismo ilustre escritor ha tenido (Ille desmentir en su
práctica gubel'Oativa. No solo son perjudiciales las mentiras
qlle se forjan contra los gobiernos, sino que generalmente son
ellas las únicas q1le suelen derrjbarlos , y que pOI' de pronto
les quitan la fuerza necesaria para defenderse, Decimos mas,
yes que cuanto mas absurdas ..~ increibles sean las mentiras
que se inventan para desacreditar tí las personas que estan al
frente de los gobierl1us ,dl:be tenerse el mayor cuidado en
rectificarlas, ,. castiga r severamente á sus autores, si se les
puede descubrir y haber á las manos, pOl'que el vulgo no
discierne lo bastante la mayor ó menor ver isimilitud de lo
que los malévolos le refieren para seducirle, y cuanto mas
monstruoso es el embuste, mas pronto le abraza y le tiene pot'
una verdad inconcusa; y como en último resultado el vulgo
es siempre el instrumento con que se derriba. á los gobiernos
buenos ó malos, no debe omitirse nada de ~lIanto conduzca á.




dos conse-jos leyes contra ros abusos de imprenta ;
pero se alarmaron todos diciendo <¡ue corno se
acercaban las elecciones pretendia en travar la ti.....
hertad, y le reusaron las leyes que proponia.. Solo
se \e concel\iel'on l\OS l\isposiciones; \a una l'e\ati-
va á la represión de las calumnias privadas , y la
otra concerniente á los que gritaban POl' las calles
la venta de los diarios, pues en ~ugal' de anlln-
eiarlus POl' su nornbre , solian pl'egonal'los con
frases sueltas y muy á menudo indecentes. As] se
vendia un folleto gritando por las calles: Volved-
nos nuestros mÚ'¡(¿grammo.~ y váyanse ustedes al.. ......


iJustl'arJé y desellgañitrle de sus errores, No es (Ji con mucho
tan peligrosa la oposición que se hace por medio de la ver-
ciad, ni casinunca Ilf~g<l el caso de qUt' esta deje de escuchar-
se , pOt'qll~ aquellos que se la dicen al gobi{~rllo por medio de
la imprenta , usan de un lengllage generalmente mas beoévo-
10r y por consecuencia mas persuasivo, que los (Jue emplean
la mentira para zaherirle. No quisiéramos equivocarnos , pe-
1'0 nos pal'l'ee ser uua n·gla casi segura, que siempre ó casi
siempre tIue algull Ó .\I~t111{)S diarjus atacan con violencia á los
goviérot)s , sin mesurar sus es presiones es una i)rueh,\ casi
segura de qn~ sus argumeutos están fundados en alguna men-
tira y no debe perderse tiempo en aclararla. En UDa palabra
aconsejamos á los Iectores (I(1e desconlien mucho de estas má-
ximas ~s,e~ulativa5que de ella.do en cuando esparce lUr
Thiers en materias de libertad y de gobierno, pero que apre-
cien y sigan las que el procura practicar cuando se halla ell-
cargado del gobietno. (N. del T.)




lHRECTOftlO (1796). 327
Si no saben. hacer la felicidad del pueblo. Para evi-
tar este escándalo se mandó que en adelante no
pudieran pl'cgonal'se los diarios y papeles suel-
tos sino sirnplemente por su título. Hubiera desea-
do el directorio fundar un diario oficial propio del
gobierno, y el consejo de los Quinientos consintió
en ello, pel'o se opuso el de los Ancianos, y se
mantuvo después de una discusion solemne la ley
del 3 de brumario , que se habia vuelto á poner en
dud.a, y llegado á servir de pretesto para el ridí-
culo ataque de los patriotas al campamento de
Grenelle. Este era en algun modo el punto que ser-
via de divergencia entre los dos partidos, y parti-
cularmente aquella disposición de la misma ley
que escluia á los parientes de los emigrados de los
empleos públicos, empeñándose los del lado de-
recho en que se debia de abolir , y los republica-
nos en que se habia de conservar. Al fin:des-
pues de un tercer ataque se decidió l{ue se man-
tu viese aquella disposición , sin alterar mas que
una sola cosa en la ley y fue la escepcion que en
ella se habia puesto de los delitos relativos al
13 de vendimiario en la amnistia general que
se habia otorgado á todos los crímenes revo-
lucionarios, pOl'que ya hahia pasado bastante
tiempo desde que ocurrió aquel suceso , y.ademas
todos los individuos que tomaron palte en él
habian quedado impunes de hecho; por tan-




328 R.HVOLUCIO~ FI\A~CHSA.
lo se aplicó la amnistia á todos indistinta'-
mente.


ASÍ, el directocio y todo" los que' querian la l'e-
pública directoria] conservaban la mayoría en los
consejos á pesar de los gritos de algunos patrio-
tas locamente' acalorados, y de algunos intrigan-
tes vendidos á la contra-revolucion.


El estado de la hacienda ocasionaba el efecto co-
nIUIl que ocasiona en las familias pobres, que era
turbar la union doméstica del directorio con el
cuerpo legislativo.. Se quejaba aquel de- que no
siempre adoptaban los consejos las resoluciones
fIue él les proponia, y dirigió un Dlensage algo
alarmante, que se apresuró á publicar á fin de
que recayese la responsabilidad sobre ellos si no
se apresuraban ~á adoptar sus proposiciones. El
t.al rncnsage de fecha 25 de diciembre estaba con-
cebido en estos términos : ({ Todos los ramos del
« servicio se hallan en ¡un estado fatal , pues que-
«está atrasado el sueldo de las tl'OpaS, y los de-
«. Iensores de la patria se encuentran en la mayOl'"
« desnudez , enervándose su valor á fuerza de ne-
4 cesidades , y el disgusto que estas ocasionan pl'e-·
« duce la deserción. Los hospitales carecen de vÍ:-
« veres , combustible y medicamentos. Los esta--
e hlecimientos de beneficencia, donde se carece
c. de todo') se ven precisadas á despedir á los indi-
(( ~ente~ y enfermos, de quienes debían ser el úni-




DIRECTORIO (1796). 329'
a co l'CCUl'SO. Los- acreedores de I estado, que cada
«dia estan suministrando pal'a las necesidades de'
.. los ejércitos, no pueden cobrar mas que una
«parte mínima de las sumas que se les deben y
« este ejeolplo aleja á los capitalitas que pudie-
fl ran hacer iguales servicios con mas esactitud y
({ 111as barato. Los caminos estan descompuestos y
« las comunicaciones interrumpidas. Los emplea-
« dos públicos están sin paga; y desde un estre-
({ mo á otro de la Francia se estan viendo jueces y
« administradores reducidos á la horr-ible alterna-
({ tiva de vivir en la miseria ellos y sus familias, á
« deshonrarse vendiéndose á la intriga. En todas
({ partes se agita la malevolencia, se organiza el
({ asesinato, y la policía carece de actividad y de
(e fuerza por falta de recursos pecunia rios , sin po--
« del' contener aquel desorden. })


Mucho se irritaron los consejos con la publica-
cion de aquel mensage que parecía dirigido á des-
cal'gar sobre ellos las desgracias del estado, y asi
censuraron vivamente la indiscrecion del dir~cto-­
rio ; pero sin embargo se pusieron á examinar in-
mediatamente las proposiciones, Iba el numerario
abundando por todas partes, escepto en las cajas.
del estado, pel'o las contribuciones que ahora se
cobraban en dinero, ó en papel al curso del dia,
entraban con mucha lentitud. Iban tambien pa-
gándose en parte 1105 bienes nacionales, compra-




330 REVOLUCION FUANCIlSA
dos; y no habian vencido todavia los plazos si-
guientes, de modo quese vivia de espedientes, dan-
do Iibrnmientos á los asentistas, ó certificaciones
de liquidación , que eran una especie de valores
de espera, que solo se recibian por una suma in-
ferior, y hacian subir considerablemente el precio
de las contratas: de suerte que continuaba aque-
lla apurada situacion que hemos referido mil veces.


No dejaron de hacerse gTandes mejoras en la
hacienda para el año V , pues se dividió, como
ya dijimos, el presupuesto en dos partes, que
eran el gasto ordinario de 450 millones y el es-
traordinario de 550. La contribucion territorial
ascendia á 250 millones, la del lujo y la perso-
nal á 50, las aduanas , el papel sellado y el dere-
cho de l'egistl,o á 150, con lo cual se pudieron lle-
nar los 450 millones del gasto ordinario. El otro
debia cubrirse con los atrasos de contribuciones y
el producto de bienes nacionales, siendo exigihle
en adelante todo impuesto en numernrio , y aun-
que quedaban todavia algunos mandatos y asigna-
dos, se anularon inmediatamente y fueron recibi-
dos al CU1'SO corriente pal'a el pago de lo atrasa-
do. De esta manera terminaron del todo los des-
órdenes del papel moneda , y se anuló definitiva-
mente el préstamo forzoso. Apenas habia produci-
do este 400 millones de valor efectivo, y se man-
dó que los impuestos atrasados se pagasen ente-




DIRECTORIO (1796). 33 t
rarnente antes del 5 de diciembre, poniendo pOLO
apremio genclarmas en las casas de los morosos.
Se mandaron hacer listas para cobrar inmediata-
mente la cuarta pal'te de las contribuciones del
año V; Ysolo restaba saber cómo habia de poner-
se en circulacion el valor de los bienes nacionales,
no teniendo papel moneda de que disponer, Falta-
ba cobrar todavia el sexto pago de los bienes sumi-
sionados , y con el fin de anticiparle lo posible
se decidió exigir de los compradores una especie
de letras ó obligaciones pagadel'as eu numerario ,
á la época en que la ley obligaba á hacer el pago,
y con la pena de espropiacion del bien vendido si
no se realizaba. Con esta medida podian entrar
sobre 80 millones de obligaciones, con cuya suma
se contentaban los asentistas , pues aunque no ha-
hia la menor confianza en el estado, la inspiraba
la firma de los particulares , y aquellos 80 millo-
nes de papel personal tenian un valor que nunca
hubiera tenido ningun otro emitido y garantido
pOI' la república, Se decidió que los bienes que se
vendiesen en adelante habían de pagarse del modo
siguiente: un décimo al contado y en numerario ,
cinco .décimos tambien al contado en pagarés de
los ministros ó en certificaciones de liquidacion
dadas á los asentistas ; y por último los cuatro dé-
cimos restantes en 4 letras ó obligaciones pagade-
ras una cada año.




332
Así careciendo ya de crédito público, se servían


del crédito privado y no pudiendo emitir papel
moneda hipotecado en bienes se exigia de los com-
pradores una especie de- papel, que como llevaba
su firma, tenia un valor individual; y en fin se-
permitia á los asentistas cobrarse por su mano de
los bienes que servian de hipoteca.


Con tales disposiciones era de esperar un pocO'
de órden y algunas entradas mas para hacer fren-
te á las urgentes necesidades del ministerio de la
guerra ,se le adjudicaron desde luego para los me-
ses de nivoso, pluvioso, ventoso y gernlinal , que
eran los destinados á hacer preparativos pal'a la
nueva campaña 120 millones de francos , de los
cuales habia de cobrar 33 de lo ordinario y 87 del
estraordinario. Los primeros se habian de perci-
Irir del registro, de la renta de correos, de las pa-
tentes, de las aduanas y de la contribucion terri-
torial, y los segundos, esto es los 87 miBones,del
producto de los bosques, del atraso de conh,jbu-
ciones militares y de las obligaciones de compra-
dores de los bienes nacionales , cuyos valores es-
taban asegurados, é iban á entrar inmediatamen-
te. Se pagó en dinero á todos los empleados pú-
blicos, y lo mismo se mandó hacer con los ren-
teros; pero no pudiendo darles todavia numera-
rio, se les dieron billetes al portador admitidos
en pago de bienes nacionales, igualmente que los




DIRECTORIO (1797). 333
pagaré3 de los ministros y las certificaciones de
liquidaciondadas á los asentistas,


Tales fueron las tareas del directorio xlurante
el invierno del año V" esto es de 1796 á 1797 , Y
-los medios que preparó para 'hacer frente á la si-
guiente campaña. No estaba tedavia terminada la
'actual y segun todos los anuncios iban á darse to-
davia nuevas bataHas á pesar de los diez meses de
.combates encarnizados y de las nieves y los yelos,
Se obstinaba 'el archiduque Carlos .en tomar las
-cabezas de los puentes de Kehl y de Huningua ,
como si pOI' apoderarse de ellos hubiese de privar
para siempre á los Franceses del paso á la orilla
derecha. Tenia el directorio una escelente razon
-pal'::! ocuparle allí, cual era impedir (lue marcha-
se á Italia, y así se estuvo cerca de tres meses de-
lante de Kehl, ilustrándose de una y otra parte
con un valor heroico, y desplegando gran talento
los generales de division, Sobre todo Dessaix se
inmortalizó con su valor, serenidad y sabias dis-
posiciones al rededor de aquel fuerte misera-
blemente atrincherado. Pero la conducta de los dos
generales en gefe no mereció tanta aprobacion co-
mo la de sus respectivos tenientes; pues se dijo
que MOl'eau no habia sabido aprovecharse de la
fuerza de su ejército, ni habia desembocado en la
orilla derecha pal'a caer sobre el ejército sitiador :
y del archiduque Carlos , que habia mal gastado




334 ltBYOLUfJON FRANt:BSA.
todos sus esfuerzos contra una cabeza de puente.
Rindió Moreau el fuerte de Kehl el dia 9 de enero
1797 , siendo una pérdida muy ligel'a,y sil'vien-
(lo nuestra larga resistencia para probar cuan só-
lida era la linea del Rhin. Las tropas habian sufri-
do muy poco y MOl'ean había empleado el tiem-
po en perfeccionar su ol'ganizacion , de suerte que
su ejército presentaba un aspecto soverbio, El del
Sambra y Mosa, que habia pasado ú las órdenes
de Beurnonville , no habia sido empleado útilmen-
te durante los últimos meses, sino que estuvo des-
cansando y reforzándose con muchos destacamen-
tos venidos del :Vendée ; y ahora acababa de re-
cibir- por gefe al ilustre Hoche llamado pOI' fin á
una guerra digna de su talento. Por tanto el di-
rectorio , aunque todavia no fuese dueño de Ma-
guncia, y estuviese privado de Kehl , todavia pa.,..
dia considerarse como poderoso en el Rhiu. Los
Austriacos por su parte estaban orgullosos con la
toma de Ke~l, y ahora ,dil'igian todos sus esfuel'-
zos contra la cabeza del puente de Huninga ; pero
las principales miras del emperador y de sus mi-
nistros eran sobre Italia, y así estaba haciendo la
~ministracion cuanto la era posible para refor-
zar el ejél'cite de Alvinzy y aventurar una nueva
y última lucha. Rabian mandado marchar por
allí tropas en posta, y toda la guarnicion de Vie-
na iba caminando para el Til'01. Fieles los hahi-




DIRECTORIO (j 797) 335
tantes de la capital á la familia imperial, habian
presentado 4,000 voluntarios que se regimenta-
ron con el nombre de Voluntarios de Viena y la em-
peratriz les regaló unas banderas bordadas por su
mano. También en Hungria se había hecho una
nueva leva, y sacado del Rhin algunos miles de
hombres de las mejores tropas del imperio. Gra-
cias á tales esfuerzos dignos del mayor elogio, se
vió reforzado el ejército de Alvinzy con 20 mil
hombres y su número total escedia de 60 mil, bien
descansados, y reorganizados pues aunque habia
entre ellos algunos reclutas, la mayor pal'te eran
tropas aguerridas. El batallon de voluntarios de
Viena se componía de jévenes pertenecientes á las
primeras familias, animados de buenos sentimien-
tos, muy fieles á la casa reinante y prontos á des-
plegar el mayor valor.


Se habian entendido los ministros austriacos
con el papa, y decidídole á que resistiese á las
amenazas de Bouaparte ~ enviándole á Colli con
algunos oficiales para mandar su ejército, reco-
mendándole que se acercara lo mas posible á Bo-
lonia y á Mantua. Le habian anunciado á WUl'lU-
ser un próximo SOCOITO con órden de que no se
rindiese, y que en caso de verse reducido al últi-
mo estremo , saliera de Mantua con cuantas tropas
pudiese, particularmente oficiales, y que atrave-
sando el territorio de Bolonin y Ferrara , se fuese




336 REVOLUClON FIlANCESA.
á los estados romanos á reunirse con el ejérci lo del
papa, que organizada el mismo y le conduciría á
las espaldas de Bonaparte. Estaba muy bien con-
cebido aquel plan y podia realizarse con un {(e-
neral tan valiente como Wurmser, el cual se de-
fendia en Mantua con la mayor firmeza , por mas
que su gual'nicion no tuviese otra cosa que comer
sino zezina de caballo y polenta.


Estaba Bonaparte aguardando aquella última
lucha que iba á decidir para siempre de la suerte
{le Italia, y hacia sus preparativos para ella, á
pesal' de que era cierto lo que decian los malévo-
los en Paris de que estaba enfermo de una sarna
mal curada que se le pegó en Tolon cargando un
cañon con sus propias manos. Le habia debilita-
do infinito aquella enfermedad mal conocida,
juntamente con las fatigas inauditas de aquella
campaña , y así apenas podia tenerse á caballo, y
estaban sus mejillas hundidas y cárdenas, sin que
pudiera conocerse mas que en la viveza de sus ojos
que todavia conservaba su alma todo su fuego y
energía. Hasta las proporciones físicas contrasta-
ban con su genio y su inmensa reputación , cosa
que no disgustaba á los soldados siempre alegres
y entusiasmados por él. A pesar de la dismiuu-
cion de sus fuerzas, le sostenian sus 'mismae pa-
siones y le comunicaban una actividad, que em-
pleaba en todos los ohjetos ú un tiempo. Princi-




lllRECTOlUO (1797). 337
piaba entonces lo que él llamaba su guerra contra
los ladrones, ponlue en efecto hahian acudido una
multitud de intl'ig'antes con el fin de introducir-
se en la administracion de los ejércitos, y apl'ove-
charse de la riqueza de aquel hermoso pais. Mien-
tras que en los ejércitos del Rhin solo se veia la
sencillez ó la indigencia, reinaba cierto lujo en el
de Italia, y era allí tan grande corno la gloria. Los
soldados estaban bien vestidos y alimentados , y
no mal recibidos de las hermosas Italianas, vi-
viendo entre los placeres y la abundancia. I..os
oficiales y generales participaban de aquella opu-
lencia y principiaban á hacer su fortuna; pero
'los asentistas desplegaban un fausto escandaloso,
y compraban con el precio de susesacciones los
favores de las IDas lindas actrices de Italia. Bona-
parte tIue encerraba en sí todo género de pasiones,
pero que en aquel momento estaba entregado á
una sola, que era la de la glOl'ia , vivia de un mo-
do sencillo y severo, sin otra distracción que. su
propiamugerá quien amaba con ternura y la
habia hecho venir á su cuartel general. Indigna-
do de los desórdenes de la administracion , echa-
ha sus miradas severas sobre los mas pequeños
porm.enores, verificaba el mismo las cuentas de
las compañias, mandaba perseguir á los adminis-
tradores infieles y los denunciaba sin piedad. So-
bre todo les echaba en cara su falta de valor y el


x. 22




338 RHVOLUCION FRANCESA.
que abandonaban al ejército en los dias de peli-
gl'O. Recomendaba al directorio que eligiese hom-
bres de una energia esperirnentada y queria que
se instituyese un sindicato, el cual haciendo las
veces de jurado, pudiese Ipor su propia convic-
cion castigar aquellos delitos que nunca se pue-
den probar materialmente, Era muy tolerante con
los soldados y generales que se entregaban un po-
co á las delicias de Capua , pero tenia un ódio
implacable á los que [se enriquecian á costa del
ejército sin servirle con sus hazañas ó con su par-
ticular atencion al servicio.


Igual esmero y actividad observaba en sus re-
laciones con las potencias italianas; y disimulando
siempre con Venezia, á pesar de que veia los ar-
mamentos en las lagunas y en las montarlas del Ber-
gamasco, difirió toda esplicacion hasta despues
de la rendicion de Mantua. Mandó provisional-
mente ocupar por sus tropas el castillo de Berga-
mo, que tenia guarnicioll veneziana, dando por
razón que no le creia bastante bien guardado para
resistir alguna sorpresa de "los Austriacos. Asi se
puso al abrigo de una perfidia é impuso respeto
á los muchos enemigos que tenia en Bergamo.
En h Lombardia y en la Cispadana continuó fa-
voreciendo el espíritu de libertad, reprimiendo al
partido austro-papal y moderando al democráti-
co, que en todas partes tiene necesidad de repre-




DlRECTomO (1797). 339
sion. Se mantuvo en buena inteligencia con el rey
del Piamonte y el duq.ue de Parma , y se trasla-
dó en persona á Bolonia para terminar una ne-
gociacioncon el duque de Toscana é imponer á la
corte de Roma. Estaba incomodado este duque
con la presencia de los Franceses en Liorna, y se
habian suscitado desavenencias con el comercio de
aquella ciudad. acerca de las mercaderías perte-
necientes á los enemigos de la Francia. No deja-
ron de ocasionar aquellas contestaciones bastante
animosidad; fuera de que las mercancias que se
cobraban con mucho trabajo se vendian luego
11lUY mal pOI' una compañia que acababa de ro-
bar al ejéfci~o de cinco á seis millones. Prefirió
Bonaparte transigir con el gran duque, y se con-
vino en evacuar á Liorna mediante dos millones
de francos, con lo cual consiguió al mismo tiempo
tener disponible la gual'nicion de aquella ciudad.
Era su proyecto tomar las dos legiones formadas
por la Cispadana, reunirlas á la guarnicion de
Liorna, añadiendo aooo hombres de h'opas su-
yas, y encaminar aquel pequeño ejército hácia la
Romanía y á la .Marca de Ancona. También que-
ria apoderarse de dos provincias del estado roma-
no , confiscar las propiedades del papa, imponer
contribuciones y cobrarse por aquel medio de la
que no habia sido pagada, cogiendo rehenes del
partido anti-frances y establecer de este modo




340 REVOLUCION FRANCESA.
una barrera entre los estados de la iglesia y
Mantua. De esta manera imposibilitaba el pro...
yecto de reunion entre Jos ejércitos de Wurm...
ser y el papa. Al mismo tiempo le imponia ~respe­
to á este último y le obligaba á sujetarse á las con-
diciones de la república. Era tanta su irritacion
contra la Santa Silla que lejos de pensar en per-
donarla, se empeñaba en hacer una nueva divi-
sion de la Italia, que consistia en devolver la Lom-
hardia al Austria, formar allí una formidable re-
pública añadiendo al Modenés, al Boloñés y Fer-
rarato , la Romania , la Marca de Ancona y el du-
cado de Parrna , dándole á este último soberano la
ciudad de Roma, lo cual hubiera sido muy del
gusto de la España y habría comprometido á la
potencia mas católica de todas. * Ya habia princi-
piado á ejecutar una parte de sus proyectos y pre-
sentádose en Bolonia con 3000 hombres de tropas
desde donde amenazaba á la Santa Silla que habia


* Ignorarnos sobre qué dato se funde este aserto de Mr.
Thiers ; pero no dudamos asegurar que lejos de haber sido
agradable semejante resolucion ni á la corte de España ni al
pueblo español, habria probablemente roto la alianza que
principiaba á ejecutarse muy contra la voluntad de los Es-
pañoles ; porque repetirnos que entonces no había la menor
queja de la corte de Roma, cuyo espíritu de dominación y de
intolerancia iban perdiendo y modificándose visiblemente du-
rante el pontificado de Pio VI. (N. del T.)




DlRECTülUO (1797). 341
principiado á formar un nudeo de ejército, pero
hallándose ya segul'o el papa de una llueva espe-
dicion austriaca y esperando poder comunicar con
\Vurrnser por el Bajo Pó hacia poco caso de las
amenazas del general francés y hasta deseaba ver-
le internarse mas y mas en sus provincias. Se de-
cia en el Vaticano que en caso necesario se ausen-
taría el papa de Roma refugiándose en lo último
de sus estados; que cuanto mas se adelantase Na-
poleon apartándose del Adige correria mas peli-
gro y se aumentarian las probabilidades en favor
de la santa causa. Mas Bonaparte que ciertamente
era tan astuto corno el Vaticano, estaba muy dis-
tante de marchar sobre Roma sino que su intento
era solamente amenazarla sin perder de vista' el
Adige pues á cada instante aguardaba un nuevo
ataque. Efectivamente el dia 8 de enero 1797 supo
([ue hahia habido una escaramuza en todas sus
avanzadas .Y al momento volvió á pasar el Pó con
dos mil hombres y marchó en pCl'sona á Verona.


Había recibido su Ciél'cito despues de la batalla
de Aecole Ios refucl"¿OS que debian haberle llegado
antes de ella y sus enfermos habian ido saliendo
de los hospitales durante el invierno, de suerte
(Iue se encontraba con ~í5 mil hombres en estado
de presentarse en las filas. Los tenia distr-ibuidos
del luismo modo que ántes: esto es, diez mil
hombres estaban bloqueando á Mantua bajo las




HI{YOLUCIOl'{ FRANCES'A.


órdenes de Serrurier : 30 mil, en observacion á
'orillas del Adige; Augereau defernlia á Legnano,
Massena á Verona y Joubert que habia sucedido
á Vanvois guardaba las posiciones de Hivóli y la
Corona. Rey 2 con una di visión de reserva se ha-
lleve en llczetvauio á orillas del lago de Gal,da , y
los cuatro ó cinco mil hombres restantes estaban
esparcidos ya en los castillos de Bergam(Y y de l\1i-
lan, ya en la república Cispadana, Iban avanzando
los Austriacos con algo mas de 60 mil hombres
y tenian 20 mil dentro de Mantua de los cuales
12 mil á lo menos estaban sobre las armas. De
suerte que así en esta lucha como en las prece-
dentes las fuerzas del enemigo eran dobles en pro-
porción. Por esta vez habian concebido los Aus-
triacos un nuevo proyecto, pues haliian hasta en-
tonces tentado todos los caminos para atacar la
doble linea del Mjncio y del Adige; cuando ocur-
rió lo de Castiglione bajaron por las dos orillas
del lado de Garda y los vallr.s de la Chiesa y del
Aclige; mas adelante emprendieron por el valle del
Adige y del Brenta atacando pOI' Rivoli y POl' Ve-
rona ,mas ahora hahian modificado su plan con
arreglo á su convenio con el papa. Querian dar la
principal carga pt)l' el Alto Adig'c con 4·,~ mil hom-
bres bajo las órdenes inmediatas de Alviuzy, al
mismo tiempo que se diese un ataque accesorio é
independiente del principal con cerca de 20 mil




DIRECTORIO (1797). 3'..3
hombres mandados pOl' Próvera por el hajo Adi-
ge con el objeto de comunicarse con Mantua, la
Romania y el ejército del papa.


EL principal de los ataques era el de Alvinzy
pues tenia la fuerza necesaria para prometerse un
gran suceso sobre aquel punto y debia llevarse á
cabo sin ninguna consideracion de lo que podia
suceder á Próvera. Ya hemos descrito en otra par-
te los tres caminos que salen de las montañas del
Ti rol , de los cuales el que rodeaba por detrás del
lago de Garda se habia dado de mano despues del
suceso de Castiglione, y ahora se seguian los otros
dos. EL uno que circulaba entre el Adige yel la-
go de Garda, pasaba pOl' entre las montañas que
separan el lago del rio y se encontraba con la po-
sicion de Rivoli ; el otro seguia algo mas apartado
del rio , e iba ú parar á la llanura de Verona fue-
ra de la linea francesa. Era pues natural que los
principales gol pes cayesen sobre Rivoli , y debe-
rnos dar una idea de lo que es esta célebre posi-.,
cion. Separa el lago de Garda del Adige la cordi-
llera de Monte-Baldo, y circula el camino real
entre el Adige y el pie de las montañas por espa-
cio de aigunas Leguas. Al llegar á Incanale se apro-
xima tanto el rio al pie de las montarías, que no
permite seguir por allí el camino, sino que sube
haciendo revueltas al rededor de la montaña has- .
ta una gl'an meseta, que es donde está Rivoli, do-




344 ItEVOLUClON FANCESA:.


minando por un lado al Adige, y por el otro 1'0--
deado del anfiteatro de Monte-Baldo. El ejército
que se encuentre en posición sobre aquella Ilanura
amenaza el camino que sube al monte y barre
con sus fuegos las dos orillas del Adige, por lo
cual es muy dificil tomar aquel camino de fren-
te , porque se necesita irle subiendo por una es-
calera estrecha. Por tanto nadie intenta atacarle
por una sola via , habiendo como hay ántes de
llegar á Incanale otros caminos que conducen á
Monte-Baldo, y que con aravesar algunas crestas
~~~(\\'pí\d(\~ ~~ ~\e-\w. á Pí\\,(\\, á \(\ me-~e-\.(\ \.\e- \\\~~\\.
Verdad es que no son transitables para la caballa-
leria ni la artileria pero son fáciles de subir por
las tropas de á pie, y pueden servir para llevar
fuerzas considerables de infanteria contra los flan..
cos y espalda de los cuerpos que defienden la me-
seta. El plan de Al vinzy era atacar la posicion
por todas sus salidas á un tiempo.


El dia 12 de enero atacó á Joubert que defendia
todas las posiciones avanzadas , y le estrechó sobre
Rivoli. En el mismo dia marchaba Próvera con sus
dos vanguardias, la una sobre Verona y la otra so-
bre Legnano por Caldiero y Bevilagua, pero l\fasse-
na que se hallaba en Verona, salió de allí, arrolló
la vanguardia que se le presentó y la hizo 900'pl'i-
sioneros. En el momento mismo llegaba Bonaparte
de Bolonia, y mandó replegar toda la división á




DIRECTORIO (1'797). 345
Ve,r0wl ['¿lnl tenerla pronta á msrchar. Supo aque-
lla noche que Joubert se veia atacado y forzado en
Rivoli, y que tambien Augereau habia visto delan-
te de Legnano fuerzas considerables, sin serle to-
davia posible juzgar cual sería el punto principal
del ataque del ;enemigo. Tuvo siempre pronta á
marchar la división de lUassena ,y mandó á la divi-
sion de Rey, que se hallaba en Dezenzano y no ha-
hia visto enemigo alguno desembocar por detrás
del lago de Garda , que se dirigiese á Castel-Novo,
como punto mas central entre el Alto y el Bajo Adi-
ge. Al dia siguiente 13 de enero se fueron suce-
diendo los COl'l'eOS unos á otros con suma rapidez
y supo Bonaparte que atacado Joubert por fuer-
zas inmensas iba á ser envuelto, y que solo se de-
bia á su tenacidad y feliz resistencia el conservar
aun la meseta de Rivoli. Le avisaba Augereau des-
de el Bajo Adige que alli no se hacia mas que
tirotear en las dos orillas sin que ocurriese su-
ceso alguno importante. No tenia Bonaparte al
frente de Verona mas que 2,000 Austriacos, y
desde aquel instante no le quedó la menor duda
de que el ataque principal se dirigia contra Ri-
voli. Creyó desde luego que Augereau Lasta ba
pa~'a defender el bajo Adige , y le reforzó con un
cuerpo de caballeria que destacó de la di vision
de lUassena. Mandó á Serrurier , que estaba blo-
queando á ,Mantua que dirigiese su reserva á




346 REVOLUCION FRA.NCHSA.
Villa-Franca para situarla como intermedio en-
tre todos los puntos. Dejó ~n Verona un l'egimien-
to de infanteria y otro de caballeria y marchó
durante la noche del 13 al 14 con las Inedias bri-
gadas 18 ,32 Y 75 de la división de Massena y dos
escuadrones de caballeria. Envió á decir á Rey
que no se detuviese en Castel-Novo , sino que su-
biese directamente á Rivoli, y el adelantándose
á sus di visiones, llegó allí en persona á las 2 de
la mañana. Se habia aclarado un poco el tiempo
que habia estado lluvioso los dias anteriores, y
estaba despejada la luna pero hacia un frio bas-
tante vivo. Al llegar Bonaparte vió todo el hori-
zonte iluminado con los fuegos del enemigo, y
su puso que podria tener como 45 mil hombres,
mientras que Jouhert tenia á lo mas 10 mil y era
urgente que le llegara el socorro. Se habia divi-
dido el enemigo en muchos cuerpos. El principal
de ellos compuesto de una gruesa columna de
granaderos, de toda la cabailei-ia , toda la artille-
ria y los bagajes, seguia pOi' el camino real bajo
las órdenes de Quasdanowich entre el r io y Mon-
te-Baldo para desembocar por la graderia de In-
canale. Otl'OS tres cuerpos bajo las órdenes de Ocs-
kay de Koblos y de Liptay , compuestos de infan-
teria sola habian salvado ya los escarpados de las
montañas y debían llegar al campo de batalla ba-
jando por el anfiteatro que forma el Monte-Baldo




DIUECTOIllO (1797). 347
al rededor de la meseta de Rivoli. Otro cuarto
cuerpo, bajo las órdenes de Lusignan, que anda-
ba circulando por las faldas de la meseta, debia
situarse á espaldas del ejército francés para cor--
tarle el camino de Verona. Ultimamente habia
destacado Alvinzy un sesto cuerpo que por su posi-
cían estaba enteramente fuera de la operación , el
cual marchaba del otro lado del AdÍge y seguia el
camino que pOl' Roveredo , Dolce y Verona conti-
nua apartado del rio, Este cuerpo mandado por
Wuckassowich , lo mas que podia hacer e a diri-
gir algunas balas de cañon al campo de batalla
disparando desde una orilla á la otra.


Al niomento calculó Bonaparte que era indis-
pensable defender la meseta á todo trance. Tenia
en frente de sí la infanteria austriaca que bajaba
por el anfiteatro sin siquiera .una sola pieza de ar-
tilleria ; y á su derecha los gl'anadcl'os, la caba-
lleria y la artillería que seguian el camino del rio
y veuiau it desembocar por la graderia de lncanale
ú su Ha nco derecho ; mientras que por su izquier-
da flanqueaba Lusignan á Rivoli. Llegaban hasta
él y cruzaban sobre su cabeza las balas de W uc-
kassowich disparadas desde la otra orilla del Adi-
gc, pero situado en la meseta , impedia la reu-
nion de las diferentes armas, acrihillaba á la in-
fantería que estaba privada de sus cañones y re-
chazaba á la artillería y caballería que estaban en




348 RBVOLUCION FRANCESA.
un camino estrecho y recortado. Poco le importa-
ba entonces que Lusignan hiciese esfuerzos para
rodearle y que Wuckassowich le disparase algu-
nas balas de cañon..


Una vez. concertado su Vtan con su acosuunuca-
da prontitud, principió su operación antes del
amanecer. Se habia visto precisado Joubert á es-
trecharse mucho para no ocupar mas espacio que
el que fuese proporcionado á sus fuerzas, y era de
temer que si la artillería llegaba á bajar las gl'a-
das de Monte-Baldo, viniera á reunirse con la ca-
beza de la columna que iha subiendo por lncana-
le. Mucho antes del dia despertó Bonaparte á las
tropas de Joubert que estaban tomando algun
descanso despues de !~8 horas de combate, y man-
dando atacar los puestos avanzados de la infante-
ría austriaca, los replegó y pudo estenderse con
mas comodidad por la meseta.


Llegó á acalorarse mucho la accion , y la infan-
tería austriaca falta de artilleriu tuvo que ceder á
la nuestra que \a tenia nluy formidable, y retro-
cedió en semicírculo hácia el anfiteatro de l\Ionte-
Baldo. Pero ocurrió un suceso desgraciado en nues-
tra izquierda y fué que habiendo atacado el cuer-
po de Liptay ,que ocupaba Iacstremidad del se-
micírculo enemigo, á la izquierda de Jouhert com-
puesta de las Inedias brigadas 89 y 25 ,las sor-
prendió, rompió su línea y las obligó á retirarse en




DIRECTORIO (1797). 34. 9
desórden , pero acudiendo inmediatamente á ellas
la media brigada 14 se formó en cuadro para cu-
brir el resto de la línea y resistió con admirable
valor. Reuniéronse los Austriacos contra ella, yes-
tuvieron á pique de aniquilarla, procurando so-
bre todo tomarla sus cañones , cuyos caballos ha-
hian sido muertos. Ya llegaban hasta las piezas,
cuando un oficial gl'itó diciendo: ([ granaderos de
la 14 ¿permitireis que os quiten vuestros caño-
nes? }) Inmediatamente se arrojan en seguimien-
to s~yo 50 granaderos, los cuales rechazan á los
Austriacos, se enganchan en los cañones y se los
llevan consigo.


Viendo Bonaparte el peligro, deja á Berthier
en el punto amenazado y echa á correr á galope
para Rivoli á fin de buscar socorro. Apenas lle-
gaban las primeras tropas de lUassena despues
de haber caminado toda la noche cuando Bona-
parte tomó consigo la famosa media brigada 32 y
la condujo hácia la izquierda para reunir aquellas
otras dos que habian cedido poco antes. Pónese
Massena á su frente, recoge las tropas "que habian
replegado y arrolla todo cuanto se le pone delan-
te , rechazando á los Austriacos y situándose al
lado de la media brigadal.J, que no hsbi« cesa-
do de hacer prodigios de valor. Con esto quedó
restablecido el combate en aquel punto; y ocupó
el ejército el semicírculo de la meseta. Pero aquel




350 REVOLUC10N Hl.A.NCESA.
incidente momentaneo habia obligado á Joubert
á replegarse con su derecha, é iba cediendo ter-
reno, en términos que ya la infanteria austriaca
se aproximaba por segunda vez al punto que Bona-
parte habia tenido tanto interés en hacerle perder
é iba muy pronto á reunirse á la salida del cami-
no de revueltas de Incanale que salia á la meseta.
En aquel mismo instante iba tambien llegando la
columna compuesta de artillería y caballería, pre-
cedida de muchos batallones de gl'anaderos, que
con increibles esfuerzos de valor rechazaba á la
media brigada 39, Y Wuckassowich no cesaba de
lanzar desde la otra orilla del Adige una nube :de
balas para proteger aquella especie de asalto. Ya
los granaderos habian llegado á la cima del des-
filadero, y detras .de ellos iba desembocando la
caballería en la llanura. Mas no era esto tan "solo ,
sino que la columna de Lusignan , cuyos fuegos
se habian dejado ver Ú lo lejos tratando de flan-
quear la posición de los Franceses habia logrado
por fin ponel'se á su ;espalda, interceptar el ca-
mino de Verona y cortar el paso á Rey, que lle-
gaba de Castel-Novo con la division de reserva. Ya
se veian los soldados de Lusignan á la espalda del
ejército francés dando palmadas como si le tu-
viesen seguro; y asi se encontraba Bonaparte es-
trechado de frente pOL' un semicírculo de infante-
ría, flanqueado á la izquierda pOl' una fuerte co-




DlRECTORIO (1797). 351
lumna, asaltado á la derecha por el grueso del
ejército austriaco, y diezmado por las balas que
venian de la orilla opuesta del¡Adige, sin tener
consigo mas que las divisiones de Joubert y Mas-
sena en medio de aquella nube de enemigos. En
una palabra se encontraba con ¡solo 15 ó 16 mil
hombres rodeado por 40 mil á lo menos.


1\'las no por eso se aturdió en aquel momento
tan crítico, sino que conservando todo el calor y
rapidez de su inspiracion , dijo al ver á los Aus-
triacos de Lusignan: Esos son nuestros, y los dejó
adelantarse sin manifestar la menor inquietud por
su movimiento; y en el mismo instante los solda-
dos adivinando la idea de su general, participan
de su misma confianza y gritan tamhien: Nues-
tros son.


Solo se ocupó toda la atencion de Bonaparte en
lo que pasaba á su frente. La izquierda estaba cu-
hierta por ;el heroismo de las Inedias hrigadas 14
y 32 ; Y su derecha se veia amenazada á un tiem-
po por la infanteria que habia vuelto á tomar la
ofensiva y por la columna que asaltaba la Inese-
ta ; y así ordenó en el instante mismo movimien-
tos decisivos. Situó una batería de artilleria ligera
y dos escuadrones mandados por los dos valien-
tes oficiales Leclerc 3 y Lasalle en el punto por
donde desembocaba el desfiladero; y al mismo
tempo Joubert que le tenia á la espalda de su es-




352 REVOLUCION FRANCESA.
trema derecha, volvió caras con un cuerpo de in-
fanteria ligera, cargando todos á un tiempo. Por
de pronto barrió la artillería todo cuanto habia
pasado ya al desfiladero y en seguida cargaron con
el mayoL' vigor la caballeria y la infanteria ligera.
Matáronle á Joubert su caballo pero se levantó
mas intrépido que nunca y se lanzó al enemigo
con un fusil en la mano , á cuya vista todo cuan-
to habia desembocado, granadeL'Os, caballeria, ar-
tilleria y todo fue precipitado confusamente en la es-
calera de Incanale. Esparcióse allí un desórden hor-
rible que se aumentó mucho al ver caer por el des-
filadero algunos cañones, y á cada paso se mataban
hombres y se hacian prisioneros. Despues de haber
libertado la meseta de los que la habían escalado,
dirigirJ Bonaparte sus golpes contra la infanteria <\ue
estaba formada en semicírculo á su frente y lanzó
á Jouhert contra ella con su infanteria ligera y á
Lassalle con 200 húsares. Al ver este nuevo ata-
que se esparce el terror en ella viéndose privada
de la esperanza de poder reunirse con los otros
cuerpos, y echó á huir en el may':r desorden. En-
tonces se desplega toda nuestra linea semicircular
de derecha á izquierda y arroja á los Austriacos
contra el anfiteatro del Monte-Baldo y los persigue
sin descanso por las 'montañas. En seguida volvió
Bonaparte hácia su espalda para realizar la pre-
diccion que habia hecho sobre el cuel'po de Lu-




DIIlECTORlO (1797)~ 353
signan, el cual siendo testigo de los desastres del
ejército austriaco, no tardó en adivinar cual era
su suerte, y Bonaparte despues de haberle ucci-
billado con la metralla manda que carguen sobre
él las medias brigadas 18 y 75. Estas principian
á entonar la cancion de marcha y empujan á Lusig-
nan hácia el camino de Verona por donde llegaha
Rey con la división de reserva, Quiso resistir al
principio el cuerpo austriaco, pero despues prin-
cipió á retirarse y vino á dar contra la vanguardia
de la division de Rey. Asustado á su vista, invoca
la clemencia del vencedor y rinde las armas en
número de 4,000 soldados. Ya se habian cogido
otros 2,000 en el desfiladero del,Adige.


Eran las cinco de la tarde y ya puede decirse
que estaba aniquilado el ejército austriaco: Lusig-
nan prisionero; la infantería que habia venido pOl'
las montañas , iba huyendo por entre rocas in-
transitables; la columna principal estaba amon-
tonada á la orilla del rio , y el cuerpo accesorio de
Wuckassowich asistia inutilmente á aquel desas-
tre, separado del carnpo de batalla por el Adige.
Mas no por haber conseguido aquella admirable
victoria se ofuscó el pensamiento de Bonaparte ,
sino que pensó en el bajo Adige ,que habia de-
jado amenazado y creyó que bastaban Joubert con
su valiente division , y Rey con su reserva pal'a
dar los últimos golpes al enemigo y hacer-le miles


x. 23




3· - r.a!4- REVOLUCION FRANCESA.


de prisioneros. Por tanto reune la division de Mas-
sena que se habia batido todo el dia 14 y se pone
en camino con ella andando toda la noche para
presentar nuevos combates. Era de admirar ver la
alegria con que aquellos valientes soldados, sin
pensar en el cansancio solo aspiran á conseguir
nuevas victorias y filas bien parece que volaban
que no corvian para ir á cubr-ir á Mantua distante
1'" leguas.


Recibió Bonaparte en el camino la noticia de lo
que hahia pasado en el Bajo Adige, donde Pró-
vera ocultándose de Augereau habia echado un
puenteen Aughuiari un poco mas arriba de Leg-
nano y dejando á Hoenzolern del otro lado del
Adi'ge marchaba sobre Mantua con nueve ó diez


. mil hombres. Aunque tardó algo en saberlo Au-
gereau no se detuvo en correr detras de él yal-
canzando su retaguardia le habia hecho dos mil
prisioneros. Mas no por eso dejaba Próvera de ca-
minal' sobre Mantua con 7 á 8 mil hombres para
reunirse' á la guarnicion de aquella plaza. Todas
estas noticias llegaron á Castel-Novo donde se ha-
llaba Bonaparte y temió "que pudiendo ser adver-
tida de este movimiento la guarnicion hiciese al
guna salida para darse la mano con el cuerpo que
llegaba á su socorro cogiendo entre dos fuegos al
que la bloqueaba. No habia dejado de caminar to-
da la noche del 1,í al 15 .con la tdivision de Mas-




DIRECTORIO (1797). 355
sena, mas no por eso dejó de hacerla andar todo
el dia 15 á fin de que llegara por la tarde-delante
de Mantua. Ademas tambien mandó ir allí las re-
servas quehahia dejado en Villa-Franca como
punto intermedio y echó á correr en person~ pa-
ra tomar sus disposiciones.


.En aquel mismo dia 15 habia llegado Próvera
delante de Mantua y habiéndose presentado en el
arrahal xle San Jorge donde se encontraba Mio-
Ilis la con 1500 hombres á lo mas , le intimó
la rendicion. Pero aquel valiente le respondió
á cañonazos y viéndose recibido Próvera de es-
te modo se dirigió hácia el lado de la ciuda-
dela aguardando á que Wurmser hiciese alguna
salida. Pero se encuentra á su frente á Serrurier y
se para en el palacio de la Favorita entre San Jor-
ge y la ciudadela enviando una lancha por el Iago
para avisar á W urmser que saliese de la plaza el
dia siguiente por la mañana. Por la tarde llegó
Bonaparte y colocó á Augereau á la espalda de Pl'Ó-
vera, á Víctor y á Massena en sus costados cor-
tándole la comunicación de la ciudadela por don-
de podia intentar W urmser su salida y le pone
delante á Serurier, Principió la batalla al dia si-
~uiente 16 de enero al amanecer, á cuya -",una sa-
lió Wurmser de la plaza y atacó furiosamente á
Serrurier , mas este .le resistió con igual energia y
le contuvo delante de las lineas de circunvalacion.




356 REYOLUCION FRANCESA.
Victor al frente de la media brigada fl7 que ad....
·quirió ·en aquel dia el sobre nombre de Terrible se
arrojó sobre Próvera y arrolló todo cuanto se le
puso delante , tanto que después aenn furioso
combate se vió precisado Wllrmser á volver á en-
trar en Mantua, y perseguido Próveracomo un
ciervo y cercado por Victor, Massena y Augel~eau
é inquietado al mismo tiempo con una salida de
MioUis, rindió sus armas con 6;000 hombres en-
tre los cuales se hallaban los jóvenes voluntarios
de Viena que despues de haberse batido lucida-
mente entregaron al vencedor las banderas borda-
das por la emperatriz.


Este fue el último acto de aquella operación
inmortal que segun el dictámen de los militares
fue una de las mas estraordinarias de que hace
mencion la historia. Se supo que Joubert persi-
guiendo á Alvinzy le habia cogido otros 7,000
prisioneros que con los 6,000 del dia de la ba-
talla de Rivoli ascendían al número de 13 mil.
Augereau por su parte habia .cogido 2,000; Pró-
vera entregaba 6,000, Y con otros mil que se ha-
bian hecho delante de Verona y algunos cente-
nares en otras partes, resultaba que en solo tres
dias ascendía el número de prisioneros á veinte
y dos ó veinte y tres mil hombres. La división
de Massena no había hecho otra cosa durante 4
dias sino marchar y combatir, caminando duran-




DiRECTORIO (1797). 357
le la noche y batiéndose durante el día, y así-es-
cribía Bonaparte con mucho orgullo que sus. sol-
dados hahian escedido la ponderada r-apidez de
las legiones de César. Ya se comprende porque
mas adelante incorporó el nombre de l'lassena con
el de Rivoli. La accion del dia 14 de enero se lla-
mó la batalla de Rívoli, y Ia del 16 delante de
Mantua tomó el nombre de la Favorita.


Así en el espacio de tres dias hahía 'cogido ó
muerto Bonaparte á la mitad del ejército enerni-
go dejándole tan lleno de estupor como si hubie-
ra caido sobre él un rayo. El Austria había he-
cho ya su último esfuerzo y la Italia entera estaba
en nuestro poder, pues encerrado Wurmser en
Mantua, no le quedaba esperanza alguna por ha-
berse comido ya todos los caballos, y porque las
enfermedades se reunian con el hambre pal'a aca-
lsar de destruir la guarniciono Hubiera sido inú-
til hacer mayol' resistencia , contrar-ia á la huma-
nidad, y ya que el anciano mariscal habia dado
pruebas de su noble valor y de una obstinación
poco comun , podía pensar en rendirse. En efecto
envió de parlamentario á Klenau 5 , para que ha-
blase con Serrurier ; pero éste dió parte al gene-
ral en gefc que se presentó en la conferencia em-
bozado en su capa sin darse á conocer, y escuchó
la conversacion entre Klenau y Serrurier, El ofi-
cial austriaco disertaba prólijamente sobre los re-




358 REV()LUCto~ F1U.NCESA.
cursos 9uc quedaban á su general, asegurando
que todavía tenía víveres para tres meses; pero
Bonaparte sin desernbozarse , se acercó á la mesa
en que estaban hablando y cogió el papel en flue
estaban las proposiciones de Wurmser, y se puso
á escribir algunos renglones al márgen sin decir
una palabra, y con no poca admiracion de Kle-
nau, que no comprendía lo que estaba haciendo
aquel desconocido. Despues levantándose y des-
cubriéndose Bonaparte , se acercó á Klenau y le
dijo: « Torne usted, ahí están las condiciones que
« concedo á su mariscal, quien si tuviese siquiera
fI. víveres pal~a quince dias y hablára de rendirse,
«no merecería ninguna capitulacion honrosa. Pe-
« ro supuesto que le ha enviado á usted, estoy se-
« guro de que se vé reducido al último estremo. Res-
« peto su edad, su valor y sus desgracias. Llévele
« usted las condiciones que le concedo, que salga
« mañana de la plaza, ó en un mes ó en seis, no
« conseguirá, ni peoJ'es ni mejores condiciones, y
« así puede permanecer en. ella todo el tiempo
fí que convenga Ú su honor. »


Al oir Klenau aquel lenguage y aquel tono no
pudo menos de conoce!' al ilustre capitán , y cor-
rió á llevar á W urrnser las condiciones que le ha-
bía propuesto, y quedó muy agredecido el ancia-
no mariscal al ver la genel'osidad de que usa-
ba con él su jóven adversario. Se le concedia el




DIRECTORIO (17~'7). 359
permiso de salir libremente de. la plaza con todo
su estado mayor; 200 caballos y 500 hombres á
eleccion suya, y 6 piezas de artilleria para que su
salida fuese menos humillante. La guarnicion de-
bia ser conducida á Trieste para cangearla por pri-
sioneros franceses. Se dió gran prisa W urmser á
aceptar aquellas condiciones y para mostrar su
gratitud al general frances , le enteró de un pro-
yecto de envenenamiento que se habia tramado
contra él en los Estados del papa, y ofreció' salir
de Mantua el dia 2 de febrero. Queria tener el
consuelo al salir de la plaza de entregar su espa-
da al mismo vencedor, pero no se encontró mas
que con el valiente Serrurier , en cuya presencia
se vió precisado á desfilar con todo sU estado ma-
yor, pues Bonaparte habia marchado ya para la
Romania á castigar al papa y al Vaticano, calcu-
lando muy distintamente de lo que suelen hacer-
lo las vanidades vulgares y prefiriendo estar au-
sente del teatro de su triunfo,


Rendida Malltua, quedaba definitivamente con-
quistada la Italia y terminada la campaña.


Cuando se la considera en todo su conjunto se
confunde la imaginacion con la multitud de bata-
llas, la fecundidad de los conceptos y la inmensidad
de los resultados; pues habiendo entrado en Italia
Bonaparte con poco mas de 30 mil homhres , ha-
hia separado por de pronto á los Piamonteses de




360 RFVOLUCION FUANCESA.
los Austriacos en Monttenote y en Millesimo y aca-
hado de destruir á los primeros en Mondovi. Des-·
pue5 corrió tras de los segundos, pasó en presen-
cia suya el Pó en Plasencia, el Adda en Lodi , se
apoderó de la Lombardia, donde se c'etuvo un
instante, se volvió á poner en marcha, encontró
á los Austriacos reforzados sobre el Mincio , yaca-
hó de destruirlos en la batalla de Borghetto. Alli
con una sola mirada abrazó el plan de sus futuras
operaciones , comprendiendo que debia establecer-
se en el Adíg:e para hacer frente á los Austriacos,
contentándose respecto de los príncipes que esta-
han á su espalda con contenerlos por medio de
negociaciones y amenazas. E.nvian contra él otro
segundoejército bajo las órdenes de Wurmser, y no
pudiendo batirle sino concentrándose rápidamen-
te y cayendo sobre cada una de sus masas aisladas,
sacrifica el bloqueo de Mantua y destruye á
Wurrnser en Lonato y Castiglione y le repele há-
cia el Tirol. Reforzado Wurrnser de nuevo, como
lo habia sido Beaulieu, se le anticipa Bonaparte
en el Tirol , 'vuelve á suhir el Adige, lo arrolla
todo en Rovercdo , se arroja atravesando el valle
del Breuta corta it Wurmser que presumía cortar-
le {l él , le destruye en Bassano y le encierra en
Mantua, quedando aniquilado el segundo ejército
austriaco despues de haber sido reforzado.


Aguarda Bonaparte el tercer ejército sin dejar




lJlRECTOR10 (1797). 36f
de negociar y amenaza r desde las orillas del Adi·-
ge, y en efecto llega uno formic\able antes que
él hubiese recibido sus refuerzos, y se vé preci-
sado á ceder en su presencia y casi reducido á la
desesperacion, cuando en medio de unos pánta-
nos intransitables encuentra dos líneas que iban á
parar á los flancos del enemigo 1 y se arroja en
ellas con increible intrepidez. Vence en Arcole,
pero su victoria no sirve mas que para contener al
enemigo sin dcstruirle , mas ántes vuelve por ter-


- cera vez mas poderoso que las anteriores, bajando-
de las montañas por un lado y acometiendo por
el otro al bajo Adige. Calcula Bonaparte y adivina
el único punto en que podian reunirse las coluIn-
nas austriacas en aquel montañoso pais , y se lan-
za en la meseta de Rívoli, donde deshace el prin-
cipal ejército de Alvinzy. Desde allí ~volviendo á
tomar el vuelo hácia el bajo Adige ,envuelve to-
da entera la columna que le había atravesado,
siendo esta última operacion la mas bella de to-
das, porque se habían unido la fortuna y el inge-
nio. Así en solo diez meses se vieron destruidos
tres ejércitos formidables , sin contar el Piamon-
tés, y reforzados tres veces, yeso por uno que no
pasaba de 30 mil hombres cuando entró en cam-
paña, y que solo había recibido 20' mil para repa-
rar sus pérdidas. Cincuenta mil franceses habian
vencido á mas de 200 mil austriacos y cogídoles




562 REVOLtJCIO~ FRANCESA.
80 mil prisioneros y muerto ó herido ma de 20
mil; habian dado t 2 batallas campales, mas de 60
combates, y pasado muchos rios desafiando á las
olas y á los fuegos enemigos. Cuando la guert'a
es una rutina puramente mecánica, y no consis-
te mas que en empujar y matar al enemigo que
se tiene delante, es poco digna de la história; pe-
ro cuando se vé á una masa de hombres moverse
por un solo vasto y profundo pensamiento que se
desarrolla en medio del estruendo del cañon con
tanta esactitud como el de un Newton ó un Descar-
tes en el silencio del gabinete, entonces ya el espec-
táculo es digno del filósofo, tanto como del hom-
bre de estado y del militar: y si á eso se añade
quc esta identificación de la multitud con un solo
individuo, que eleva la fuerza á tan alto gl'ado,
sirve pal'a proteger y defender una noble causa,
cual es la de la libertad, entonces la escena no
solo es grande sino moral.


Ahora Bonaparte se entregaba á nuevos pro-
yectos , dirigiéndose hácia Roma para ponel' tér-
mino á las intrigas de aquella córte de clérigos, y
volver despues , no sobre el Adige sino sobre Vie-
na. El había conseguido á fuerza de victorias traer
la guel'l'a á su verdadero teatro que era la Italia,
desde donde se podía acometer á los estados he-
reditarios del ernperadcr. Ilustrado el gobierno
por sus mismas hazañas le iba enviando refuer-




DIRECTORIO (1797). 363
zos con los cuales podia ir á Viena, y dictar una
paz gloriosa en nombre de la república francesa;
de suerte que el fin de la campaña había realiza-
do todas las esperanzas que hizo concebir el prin-
cipio de ella.


Es increible el gozo que causaron á los patrio-
tas los triunfos de Rívoli, sin que se hablase en.
todas partes j mas que de los 22 mil pl'isioneros ,
citándose el testimonio de las autoridades de Mi-
lan que los habian pasado en revista, y certifica-
do su número para responder á toda las dudas de


la malevolencia, La rendícíon de 1J!Iantua vrno á
po nel' el colmo á tan :gran satisfaccion , y desde
aquel momento se tuvo por segura la conquista
definitiva de Italia. Llegó por la noche á Paris el
correo que traia tan buenas noticias y al momento
se juntó la guarnicion y se publicaron con hachas
encendidas al son de las músicas y entre los mayo-
res gritos de gozo de todos los Franceses amantes de
su pais. ¡ Dias para siempre célebres y para siern-
pre memorables para nosotros, pues ninguna
época hubo mas bella ni mas gloriosa para nues-
tra patria ! Ya parecian haberse calmad laos_tem-
pestades de la revoluciou , y solo se oian los
murmullos de los partidos como los últimos rugi-
dos de la tempestad, mirándose aquellas sordas
agitaciones como una señal de vida en un estado
libre. El comercio y la hacienda salian de una




REVOf..UCION FRANeBSA'.


espantosa crisis, y el territorio entero entregado-
á manos industriosas iba á fecundarse estl'aordi--
nariarnente, Era regida la república con modera--
cion por un gobierno compuesto de ciudadanos-
iguales á nosotros y estaban designad os para su--
cederle los que fuesen mejores, pues todos los vo-
tos eran libres. La Francia en el colmo de su po-
del', era dueñ-a de toda la superficie que se es-
tiende- desde el Rhin á los Pirineos y desde el mar
hasta los Alpes. La Holanda y la España iban á-
unir sus navios con los nuestros , y combatir de-
consuno al despotismo marítimo. Brillaba con
una glol'ia inmortal por medio de admirables
ejércitos, que tremolaban sus tres colores á la
faz de "los reyes que habian querido aniqui--
lada. Vei nte heroes , diversos en carácter y en
talento ;pel'o iguales en edad y valor, conducian
sus soldados á la victoria, y Hoche, y Kléber,
y Dessaix , y Moreau, Joubert , Massena, Bona--
parte y otros infinitos marchaban el uno junto al
otro. Se pesaban sus méritos respectivos , pero'
ninguna vista por penetl'allte que fuese podia
encontrar en aquella generacion de héroes ni des-
gl'aciados ni culpables; ninguno podia ver á aquel
que iba á espirar en la flor de la edad, atacado de
una enfermedad desconocida , ni al que habia de
morir por el puñal de un lHusulman ó por el fue-
go del enemigo, ni al que hahia de oprimir la lí-




'DIRECTORIO (1797).365
'bertad, ni al que habia de hacer traicion á su pa-
tria; sino que todos parecian grandes, puros, fe-
licesy llenos de porvenir. Mas esto no duró mas
que un momento, porque siempre es por momen-
tos la vida de los pueblos así como.la de los in-
dividuos. Ibamos á buscar la opulencia con el re-
poso, porque en cuanto á la libertad y la gloria
ya la teniamos, y segun dijo un antiguo: ({ es pre-
e: ciso que la patria "no solamente sea feliz, sino
e tambien suficientemente gloriosa.» Este deseo


'estaba cumplido. Franceses, los que habemos vis-
to nuestra libertad ahogada, nuestra patria inva-
dida, nuestros héroes arcabuceados , Ó infieles á su
gloria, no olvidemos nunca aquellos inmortales
dias de libertad, de gl'andeza y de esperanza.




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NOTAS DEL TRADUCTOR
PERTENECIENTES Al, CAPITULO CUARTO


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PAGINA 52t.


1 Lo único que podemos añadir relativo á Bouv et es
que de resultas del malogramiento de esta espedicio n se
le suspendió de su empleo sin saber por qué, hasta que
Bonaparte le reintegró pocos días despues del 18 de
brumario, y el año 1805 le nombró comandante de Brest
y le hízo comendador de la legión de ho no.


PAGINA 542.


2 El general Rey habia sido fraile y dejó los hábitos
al principio de la revolución. PeI'O fue tanto lo que se
distinguió ya por su exageración de patriotismo, ya por
su valor, que en 1795 era general de brigada cuando el
emplearon en el Vendée, donde tuvo la fortuna de salir
bien de los combates de Parthenay y de Thouars, En
1795 mandó interinamente el ejército de las costas de
Brest é hizo la guerra á los Chuanes con tal fUI'Or que
muchas veces tuvo que reprenderle el general Hoche
por &US estorsiones arbitrarias aun despues de firmada la
paciflcacion. En t 796 pasó al ejército de Italia, donde
ya puede verse en el texto como se porto mandando las
reservas bajo las órdenes de Bonaparte, Mas adelante
contribuyó á la conquista de Nápoles con Championnet,
y tambien con él tuvo que pasar pOI' un consejo de guer-
ra en 1799, pero luego que cayó el director Merlin que
era quien les perseguía, no solo fue absuelto sino que se
le dió el mando de la 12. a división militar. En ella estu-
vo hasta que ocurrió la espedieion contra España en
1808, durante la cual estuvo bastante tiempo mandando




368 NOTAS
en Pamplona y tuvo que retirarse cuando lo hizo todo
el ejército frances , de~ues de haber defendido con (Flo-
. 'd b


rra y terne o que rendir la plaza v castillo de San Sobas-
tian , u


PAGINA 5tH.


5 Carlos Manuel Leclerc de Ostin nació en Pon-
toise y abrazó desde muy joven la carrera militar, en
la cual tuvo rápidos ascensos no solo debidos á su· valor
sino también á su mucho y sano juicio. En 1795 era yá
ayudante general en el ejército que sitió á Tolon, de
cuyas resultas le nombraron general de brigada y pasó
á servir en los ejércitos del Norte y del Rhin, donde
estuvo hasta 1796 en que pasó con Bonaparte á Italia.
El fué quien verificó el paso del .lUont Cenis de que tal
vez dependía el éxito de la campaña, y aquella serie de
victorias que inmortalizaron al ejército y al general que
estaba á su frente. Hizo despues parte de la espedicion
de Egipto, de donde volvió con Bonaparte en 1799 v
fué uno de los que mas le ayudaron en la empresa del
18 de hrumario , echando á empellones de la sala del
consejo de los t>OO á los diputados que se resistían á
abandonar su puesto. Mas adelante se le encargó el man-
do del ejército que atravesó la España pal'a ir á sujetar el
Portugal, y á fé que tuvo necesidad de mucha firmeza
para reprimir varias revueltas de sus soldados durante
aquella larga marcha. Cuando se hizo la paz general se
le dió el encargo de ir á someter la colonia de Santo Do-
mingo que después de largo tiempo estaba entregada á
la anarquía y á la ferocidad de los negros. Despues de
muchos combates y negociaciones, no poco diflciles , aca-
baba de desarmar'[una gran parte de ellos y de enviar
prisionero á Francia á Santos Louverture cuando pOI' ha-
berse vuelto á: romper la'[guerm con Inglaterra no pudo
el gobierno frunces enviarle refuerzos, y estenuado su
ejército por una cruel epidemia, se aprovecharon los ne-
gros de aquella circunstancia para insurreccionarse de
lluevo y se armaron bajo las órdenes de Dessalines , Cl'Ís-




DEL TRADUCTOR 369
\.01)a\ ~ otros que auuque hab\an hecho su SUUl\S\On, se
alejaron del ejército Irancesn-uardando alguna oca-
sion favorable. Viéndose forzado' en todos los puntos que
no podia defender por falta de tropas, tuvo el general
Leclerc que retirar su cuartel general á la isla de Tor-
tuga y poco tiempo despues murió de la epidemia el dia
51dc noviembre 1802. Se trasladaron sus cenizas á Fran-
cia , donde se le hicieron exéquias magníficas, no tanto
debidas á:~u grado de general ni aun á su mérito posi-
tivo, cuanto á su calidad de cuñado del emperador , pues
se~habia casado con una de sus hermanas, la cual amaba
tanto á su marido, que no quiso separarse de él durante
toda la espedicion y fue quien trajo 81 cadaverá Francia.


PAGINA 3~5"


4 El genel'3t Mi-ollis era soldado de infanterin antes.
de la revolución y después de haber recorrido rápida-
mente los grados inferiores durante aquellos primeros
años, le emplearon el de t 795 en el ejército de Italia,
donde mostró mucho valor é inteligencia. AHí continuó
en 96 y 97 Y ya vemos lo bien que se portó en la defen-
sa del arrabal de S. Jorge de Maniua.Luego que se rin-
dió W UI'IIlSer, se le nombró comandante de aquella pla-
za, donde dispuso una fiesta pública en julio de aquel
año y mandó levantar un obelisco en honor de Virgilio en
el sitio presunto de su nacimiento. Desde allí pasó á Tos-
cana y estuvo mandando en Liorna en 1799 con bastan-
te dureza contra los emigrados, estrangeros y consules
de Rusia é Inglaterra. De allí pasó á Belle Isle-eu Mel'
y poco tiempo despues volvieron á confiarle el mando de
Mantua. En 1805 le dió el emperador el de todas las
fuerzas francesas que ocupaban la Italia septentrional y
tuvo enca rgo de ir ú tornar posesion del estado de Ve-
nezia, donde recibió despues al príncipe Eugenio y ú su
esposa y despues volvió á- continuar sus servicios en los
ejércitos de Alemania bajo las órdenes inmediatas del
emperador',


x.




370 NOTAS


PAGINA 3ti7.


[) El conde de Klenau , general austriaco servía en
'1793 de teniente coronel bajo las órdenes de Wurm-
ser, y se le dió Irecuentemente el mando de algunas co-
lumnas movibles. Pero á pesar de su reputación fue muy
poco feliz en aquella campaña. No lo fué mucho mas
en Italia donde siguió al mismo mariscal Ja con el grado
de general mayor, pues ya puede verse en el texto cual
fué el término del ejército mandado por Wurrnser. Ha-
biendo rendido las armasen Mantua, permaneció dos
años en Hungria y el de 1799 volvió á Italia y se le em-
pleó particularmente en recuperar los puestos que habían
conservado los Franceses en la Alta Italia despues de la
retirada de l\'lacdonald. Despues pasó á la rivera de Le-
vante y dió varios combates infructuosos para penetrar
en Génova. A principios de este siglo le emplearon en el
ejército de Baviera y volvió á caer prisionero en Ulma
cuando capituló el general l\fack, y habiéndole distin-
guido entre los prisioneros el emperador Napoleon , le
dírígíó aígunas espresíones Iísongeras sobre su valor
aunque compadeciéndole por su desgracia. Ultimamente
fue cangeado al cabo de algun tiempo y no quiso 'Vol-
ver á servir en actividad.




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DIRECTORIO (1797). 371


.cAPITULO QUINTO.


Situacion del gobierno durante el invierno del año V (-1797)'
- Caracteres y divisiones de tos cinco directores Barras,
Carnot , Rewbell , Letonrneur y Larreveilliere Lepeanx.-
Estado de la opinion pública. Club de Clichy. - Intrigas
de la facciou realista. Trama descubierta de Brotrier , La-
ville Heurnois y Duverue de Presle. - Elecciones del año
V. - Ojeada sobre la situacion de las potencias est'rangeras
al abrirse la campaña de 1797.


Las últimas victorias de Rívoli y de la Favorita,
juntas con la toma de Mantua hahiau restituido
·á la Francia toda su superioridad , y á pesar de
\.oda.~ \a.s \n\\l\'ia~ <\ue. se de.cian a.l di\'~cto\'\() ¡no
por eso dejaba de inspirar el mayol' temor á las
potencias estrangeras. En la correspendencia se-
creta con el gobiel'no de Venezia escrihíaMallet
Dupan estas palabras: La mitad de la Europa está á
los pies de este Dioan y ajusta el honor de llegar á ser su
tributaria. Aquellos 15 meses de un reinado firme
y brillantehabian consolidado la autoridad de los
cinco directores , PCl'O también habian desarro-
llado sus pasiones y ca racteres, No pueden los




372 REVOI.UCION FRANCESA.
hombres vivir largo tiempo juntos sin esperimen-
tal' afición ó repugnancia unos de otros , y sin
agl'upal'se conforme á sus inclinaciones. Ya esta-
ban divididosCarnot, Barras , Rewhell, Larre-
veillere Lepeaux y Letourneur porque el primero
era sistemático, tenaz y orgulloso , careciendo ab-
solutamente de aquellas prendas que dan esten-
sion y esactitud al entendimiento y suavidad al
carácter. No le faltaba penetracion.,y profundiza-
hageneralmente bien los negocios que examina-
ba, pel'o una vez imbuido en algun error, no ha-
bía quien le hiciese salir de él. Tenia probidad,
valor y aplicación al trabajo; pero jamas perdo-
naba el menor rasguño que se hiciese á sn amor
propio, y no le faltaba aquella originalidad que
suele ser bastante comun entre los hombres con-
centrados en sí mismos. Se había puesto mal en
otros tiempos con la comision de salud pública
porque era imposible que su orgullo simpatizase
con el de Bobespierre y Saint Just , ni que su gran
ánimo se doblegase ante su despotismo; y hoy no
podía menos de sucederle lo mismo con el direc-
torio. Fuera de las muchas ocasiones que tenía
de encontrarse con sus cólegas al ocuparse juntos
de una carga tan difícil como es la del gobierno,
en que naturalmente deben ocurrir muchas di-
versidades de parecer, conservaba antiguos resen-
timientos, particularmente contra Barras. Todas




DlUECT01UO (1'197). 373
sus inclinaciones como hombre severo, honrado y
laborioso diticilmente podian avenirse con las de
aquel cólega perezoso, pródigo y libertino, pero
lo que mas detestaba en él era su calidad de co-
rifeo de los thermidorianos , amigos y vengadores
de Danton , y perseguidores de la antigua Monta-
ña, No era posible que los perdonase Carnot des-
pues de haber sido uno de los principales autores
de la muerte de Danton , y de haber estado á pi-
que de ser luego víctima de las persecuciones di-
l'igidas contra los montañeses: todo lo cual au-
mentaba en él un ódio profuudo contra Barras.


Este habia servido antiguamente en las Indias
donde se habia conducido como soldado valiente,
y así era nluy á propósito para montar á caballo
en cualquier alboroto, que es corno supo ganar su
puesto en el directorio. Por eso en todas las oca-
siones apuradas hablaba de volver á montar á
caballo y dar de sablazos á los enemigos de la re-
pública. Era de grande estatura y hermosa pre-
sencia, pero tenia en su modo de mirar un no se
qué de somhrio y siniestro que no decia bien con
su carácter mas bien acalorado que dañino. Aun-
que educado y nacido en una clase elevada eran
poco ,finos sus modales, sino violentos ,os~dos y
vulgares. Tenia bastante esactitud y penetracion
de juicio, que ayudadas del trabajo y del estudio
hubieran podido hacer de él un hombre de mu-




"1--';
oJJ!I-


cho pr&vedw ; pero era tan perezoso é ignorante,.
que solo sabia aquello que se aprende en una vi-
da tempestuosa, y solo se echaba de ver en los ne-
goeios que diariamente 'estaba destinado á l'esol-
ver, cierto' despej O' fluehacia resaltar mas su po-
co esmerada educación. Por lo dcmas , era disolu-
to hasta el cinismo, violento y falso, como todos
los meridionales que saben ocultar la doblez bajo
la €apa de la aspcl'eza. Republicano PO'" convic-
cion y pOl' estado, pero hombre sin buena fé , lo
mismo recibía en su casa ú los mas violentos re-
volucionarios de los a rrabaies que ú los emigrados
fIue habian vuelto :'t entrar en Francia , agradan-
do á los unos por su violencia triv ial y á los otros
pOI' su espíritu rle in túga ; pero era en la reali-
dad un ardiente patriota, aunque en secreto daba
esperanzas á todos los partidos. Representaba pOl'
sí solo todo el partido de Danton, menos el genio
de aquel gefe, flue no se habia transmitido á sus
sucesores.


Rewhel] era un antiguo abogado de Colmar que
ha bia cenrraido en la curia y en nuestras diferen-
tes asambleas una gran cspericncia en. el manejo
de los negocios-, y reunia á su rara penetracion y
discei-nimiento una instruccionvasta y un teson
poco común en el trabajo, cuyas; prendas le cons-
tituian un hombre precioso para el estado. Dis-
cutia perfectamente los negocios, aunque tenia el




DIRECTORIO (1797). 375
defecto adquirido en la práctica de la curia de ser
bastante ergotista. Ademas de su buena presencia
tenia mucho trato de mundo, pero :era :áspero y
poco conciliador por su demasiada viveza y afec-
tado lenguaje. A pesar de las calumnias de los
contra-revol ucionarios y los bribonesf ue hombre
de probidad severa, aunque algo tentado de la
avaricia , gustando de emplear su caudal de un
modo ventajoso, para lo cual solia valerse de los
banqueros, dando no pocos pretestos á la calum-
nia. Se ocupaba particularmente de las relaciones
esteriores y era tanto lo que miraba por los inte-
reses de Francia, que muchas veces llegaba á ser
injusto con las naciones estrangeras. Como repu-
blicano ardiente, firme y sincero , perteneció des-
de los principios á la parte moderada de la con-
vencion , repugnándole tanto Carnot como Barrás,
el primero pOI' l\lontailes y el otro por Dantonista.
Así Carnot , Barras y Rewbell que todos tres ha-
bian salido de partidos opuestos, se detestaban
mutuamente , sin que se hubiesen podido borrar
bajo el régimen constitucional los odios contraidos
durante una lucha larga y cruel, siendo sus cora-
zones como los rios , que se reunen sin por eso mez-
clar sus aguas. Pero por mas que se aborreciesen
aquellos tres hombres, contenian sus resentimien-
tos y trabajaban juntos en la tarea comun.


POl' lo que hace á Larreveilliere Lepeaux y Le-




376 l\EVOUJCION FllANCESA..
tourneur no tenian odio contra nadie. Este óltiluw
era un buen ho-mbre, un táctico orgulloso y vano ;
pero con aquella vanidad facil y poco importuna
que se contenta con las- insignias esteriores de la
vanidad y con los saludos de los eentinelas , y es-
taba sometido respetuosamente á Carnot. Estaba,
siembre pronto á dar su dictamen y lo mismo á
retirarle apenas se le probaba que 1,10 estaba en lo
cierto, y sobre todo apenas hablaba Carnot , pues·
su voto era siempre el suyo~


Larreveilliere, el hombre mashonrado.del mun-
do, poseía un gran caudal de conocimientos y un
talento claro y observador. No le faltaba aplicación
y podia dar su voto en cualquier materia y asi no
dejó de darle en muchas ocasiones importantes ,
pero varias veces se dejaba llevar de ilusiones ó se
contenia por escrúpulos propios de un corazón rec-
to , pues de cuando en cuando queria lo que era
imposible y no se atrevia á querer lo necesario "1
porque suele necesitarse mucho talento para cal-
cular lo que exigen las diferentes circunstancias
sin oponerse directamente á los principios. Como
hablaba muy bien y tenia bastante firmeza, solia
ser rnuy útil cuando exigia el caso dar buenos dic-
támenes y ademas servía de mucho al directorio-
por su consideracion personal.'


Era muy importante su posicion en el estado de
odiosidad en que se hallaban sus cólcgas porque en




DIRECTORIO (1797). 377
nredio de las gl'andes divergencias solia decidirse
la preferencia en favor del mas honrado y ca-o
paz, es decir, en favordc Rewbell. Pero sin em-
bargo habia procurado evitar una reconciliacion
íntima por mas que hubiese sido de' su gusto, pe..
1'0 le habria alejado de los demas compañeros. No
dejaba de inclinarse algo á Barrás y se habria cier
tamente unido con él á no verle -tan corrompido
y tan falso, mas no dejaba de tener mucho ascen-
diente sobre él por su consideracion , habilidad ~y
firmeza. Los hombres depravados se burlan facil-
mente de la virtud pero la temen cuando reune'
á la penetración para conocerlos el valor necesario
I)ara no tener miedo de ellos. Solia valerse Larre-
veilliere de su influjo con RewbeU y con Barras
para mantenerlos en buena armonia entre sí y con
Carnot. Gracias á tan buen interventor y á su celo-
comun en favor de la república vivian juntos de'
una manera decente los cinco directores y conti-
nuaban en su encarg'o separándose en muchas
cuestiones que tenian que decidir IDas bien por
diversidad de opiniones que pOI' odio.


Escepto Barras todos los dernas directores vivian
con sus familias ocupando cada uno de ellos una
habitacion del Luxemburgo, sin ostentar gran lu-
jo; pero sin embargo Larrevcilliere que gustaba
mucho de gentes, de artes y de ciencias y que ade-
mas se creia obligado á gastar su sueldo de un




378 REVOLUCION FRANCESA.
modo útil al estado admitia en su casa á varios sa-
bios y literatos á quienes trataba con llaneza y
cordialidad. P01~ desgracia habia dado algunos mo-
tivos de risa sin tener la menor culpa en ello y
fue que hallándose enteramente impregnado de
los principios filosóficos del siglo XVIlI tales cua-
les se hallaban estampados en la profesión de fé
del vicario Savoyardo , deseaba con ansia la des-
truccion de la religion católica y se lisongeaba de
que no tardaria en concluirse, con tal que los
gobiel'nos pl~ocurasen no emplear contra ella otros
medios que los de la indiferencia y el olvido. * No


lO Suplicamos al lector que suspenda su juicio en casi to-
do lo fJue dice Mr. Thiers acerca de Larreveilliere Lepeaux ,
hasta tanto que demos noticias mas circunstanciadas sobre la
vida y principios de este personage , adenias de las que indi-
camos di su nota particular. Como nos proponemos tratar en
otra obra mas especialmente de esta misma época del direc-
torio, y de pint ar la sociedad francesa tal cual se modificó
durante aquella transicion desde el gobierno democrático al
monárquico nos limitamos por ahora .í decir (lile casi todos
los ra$gos con que pinta Mr. Thiel's el carácter de este direc-
tor , están en oposicion con los colores que para él emplean
b mayol' parte de los que le trataron y vieron ya como par-
ticular y ya como haciendo parte del gohierno de la repúbli-
ca. Por de contado 511 proyecto de sustituir la secta theofilan-
trópica al culto católico bastaría para hacer de él un perso-
nage por lo menos eminentemente ridículo y tal VP,Z mas
odioso que el padre Enfantin y demás corifcos del Sansimo-
msmo. (N. del T.)




lJlRECTORIO (1797). 379
gustaba de prácticas supersticiosas, ni de imáge-
nes materiales de la divinidad, sino que estaba
persuadido á que los hombres necesitan reuniones
pal~a entretenerse eI'l comun acerca de la moral y
de las gl~andezas de la creación. Efectivamente es-
tos asuntos dehen tratarse en asambleas, porque
en ellas están mas dispuestos los hombres á con-
moverse y son mas accesibles á los pensamientos
elevados y generosos. Todas estas ideas las desen-
volvió en un escrito, diciendo (Iue algun dia sería
indispensable sustituir á las ceremonias del culto
católico unas reuniones semejantes á las de los
protestante,.;, pero todavía mas sencillas y con
menos representacion. Apenas anunció esta idea
cuando algunos hombr,es candorosos la pusieron
en ejccucioll , y entre ellos un hermano del céle-
bre Iisic Hauy formó una sociedad con el título
de los Theafilantrópicos, cuyas reuniones tenian pOI'
objeto hacer exhortaciones morales, lecturas filo-
soticas y cánticos piadosos. Se formaron varias so-
ciedades de este género que se reunieron en algu-
nas salas alquiladas á costa de los socios bao la
vigilallcia de la policia. POI' mas que Larreveillie-
re creyese que era buena aquella institución y
capaz de apartar de las iglesias católicas á nlU-
chas de aquellas almas tiernas que tienen necesi-
dad de desahogar en comun sus sentimientos reli-
giosos , siempre se abstuvo de figurar en ellas ni.-_.....


",.t.ttalt(f~~ "'/!l 9




REVOLUCION FRANCESA.


él ni su familia pOI' no hacer el papel de un sec-
tarea ni recordar el pontificado de Robespierre. *
A' pesar de esta reserva de Larreveilliere tornó la
malevolencia aquel pretesto para burlarse de un
magistrado universalmente respetado y que no da-
ba el menor motivo á la calumnia. Mas al fin, si
la theofilantropia ocasionaba algunas chanzas no
de muy buen gusto en la tertulia de Barrás y en
los diarios realistas, lo cierto es que llamaba muy
poco la atencion, y no disminuía en manera algu-
na el respeto con que era mirado Larreveilliere
Lepeaux.


El que verdaderamente perjudicaba á la consi-
deracion del gohierno era Barras , porque su vida
no era sencilla y modesta como la del sus compa-
ñeros, sino que ostentaba un lujo y prodigalidad:
que solo podia esplicarse con su participacion
en las utilidades de los asentistas y proveedores.
Pero la hacienda pública estaba manejada con se-
vera probidad POl' la ma yoria directoria 1 y por
el escelente ministro Ramel , aunque no pudiera
impedirse que Barrás recibiese una parte conside-


* Es esto tan falso, que por muchos meses estuvo asistien-
do al directorio, recibiendo en Sil casa y saliendo en el coche
vestido con una sotana blanca á la manera de los pontifices
á resar de las sonrisas y burletas de sus compañeros y en
particular de Carnot , que lo refiere asi en sus memorias 1m .
blicadas en Londres. (N. del T.)




DIRECTORIO (1797). 38 t
rabie en los beneficios de aquellos. Ademas tenia
otros muchos medios de subvenir para sus gastos,
porque como la Francia.iba haciéndose árbitra de
tantos estados grandes y pequeños habia muchos
príncipes que buscaban su favor y pagaban la pro-
mesa de un voto en el directorio, y ya veremos
mas adclan te lo que se intentó en este género.
Aquella representacion que ostentaba Barrás hu-
biera podido no ser del todo inútil., porque los
gefesde los estados deben tratar mucho á los
hombres para estudiarlos, conocerlos y elegirlos,
pero es el caso que además de la gente que hemos
dicho se rodeaba tambien de toda especie de intri-
gantes, de muge,res disolutas y debribones, de suer-
te'que reinaba en su tertulia un cinismo vergonzo-
so. Allí se manifestaban en público aquellas re-
laciones clandestinas que toda sociedad bien or-
denada procura cubrir con un velo, y se iba fre-
cuentemente á Grois-Bois R entregarse á orgias,
que daban á los enemigos de la república pretes-
tos muy plausibles para murmurar del gobierno.
Lejos de disimular Barrás su conducta, gustaba
por el contrario de hacer alarde de sus desórde-
nes , segun la costumbre de los libertinos, y el
mismo se los contaba á sus compañeros, que no
dejaban de reconvenirle algunas veces con acri-
tud. Les referia todas su hazañas de Gros-Beis y
del Luxemburgo, y cómo habia obligal\o á un cé-




382 REVOLUClON FRANCBSA.
lebre proveedor de aquel tiempo á cargar con una
querida suya que principiaba á sede gravosa., por
sus muchos gastos; cómo se habia vengado del
abate Poncelin 1., el di arista por las invectivas que
habia escrito contra su persona, y CÓIllO despues
de haberle atraido al Luxemburgo le habia mau-
dado azotar por sus criados. Esta conducta de
príncipe mal educado, en una república, hacia
mucho daño al directorio, y ,le hubiera perdido
enteramente si la fama de las virtudes de Carnot
y de Larreveilliere no hubiesen balanzeado el mal
efecto de los desórdenes de Barrás.


Habiendo sido instituido aquel directorio en la
mañana siguier:.te al 15 de vendimiario año IV ( 4
deloctuhre 1795), por ódio á la contra-revolucion y
compuesto de regicidas, no podia menos de :ser


.esencialmente republicano ni de ser atacado con
furor por los realistas, pero cada uno de sus miem-
hros participaba mas Ó menos de las opiniones en
que se dividia la Francia. Larreveijliere y RewbeIl
tenian aquel republicanismo moderado pero rí-
gido, tan opuesto á los escesos de 93 como á los
furores realistas de 95 , Yera imposible ganarlos
para la contra-revolucion , porque el instinto har-
to seguro de los partidos les indicaba que no ha-
bia nada que esperar de ellos ni por la seduccion
ni por las lisonjas de los diarios. En consecuencia
no podian =menos de hablar muy mal de ,ellos.




DIRECTORIO (1797). 383
No así con l'especto aBarrás yCarnot , pOl'que el
primero á pesar de recibir mucha gente era en la
realidad un fogoso revolucionario, á quien .tenian
en grande estima los arrabales , que nunca se ol-
vidaban de que hahia sido el general de vendi-
miario , y así los conspiradores del campo de Gre-
nelle creían que podian contar con él. Por eso los
patriotas le colmaban de elogios, mientras que
los realistas le asaltaban coninvectivas, y aunque
algunos agentes secretos de estos últimos, que se
habian acercado á él por espn-itu comun de in-
triga, pudiesen contar con su depravación y con-
cebir algunas esperanzas, esta no era masque una
idea suya particular , porque la masa del partido
le aborrccia y le perscguia con furor.


Carnot como ex-rnontañes , como antiguo miem-
hro de la comi ... ion de salud pública, y como
quien había estado espuesto á ser una de las
víctimas despues. del 9 de therrnidor , no podia
menos de ser un republicano decidido, y lo era
efectivamente. Desde el primer momento que en-
tró en el directorio apoyó fuertemente todos los
nombramientos que se hicieron en el partido mon-
tañes; pero poco á poco, segun se fueron calman-
do los terrores del .mes de vendimiario, se altera-
ron sus disposiciones, porque ni aun en la mis-
ma comision de salud pública habia gustado Car-
not de aquella turba de revolucionarios turbu-
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384 REVOLUCI0N FRANCES1\.
lentos, y habia contribuido fuertemente á acabar
con los Hebertistas. Observando que Barrás con-
tinuaba queriendo ser el rey de la canalla y rodear-
se de los restos del partido jacobino., habia co-
hrado ódioá aquel partido , y desplegado jnu-
-eha energiaen el lance del campo de Grenelle ,
tanto mas cuanto el mismo Barrás estuvo un poco
comprometido en aquella asonada. Mas no era
esto tan solo , sino que agitado de recuerdos, le
atormentaha la idea de haber sido reconvenido
pOI' las firmas que echó en los actos mas sangui-
narios de la comisión de salud pública. No tenia
por suficientes las esplicaciones naturales que ha-
bia dado, sino que deseaba probar pOI' todos Jos
medios posibles que no era un monstruo y no le
arredraba ningun género de sacrificios para de-
mostrarlo. Como los partidos al fin lo saben todo
y todo lo adivinan, aborreciendo á los hombres
cuando Jos ven victoriosos y acogiéndolos cuando
están vencidos, suelen ponel' el mayol' cuidado en
lisongear particularmente á los gefes de los ejérci-
tos. No tardaron en conocer los realistas las dispo-
siciones de Carnot respecto de Barras y del par-
tido patriota ni la necesidad en que se hallaba de
rehabilitarle; y sabiendo su importancia miljtar ,
tenian cuidado de tratarle de muy distinto modo
que ú sus cólegas, y hablar de él en el tono que
sabian serie mas agTadablc. Asi , mientras que la




DIRECTORIO (t 797). 385
gavilla de sus diarios no cesaba de decir las in-
jurias mas groseras contra Barrás , Larreveilliere y
Rewbell., no hallaba palabras con que elogiar bas...
tantemente al montañes 'f regicida Carnot. Fuera
(le eso ., en ganando á Carnot ya sabian que es-
taba ganado Letourneur , y eran dos votos ad-
quiridos por medio de una astucia vulgar pel'o
poderosa, como todas las que se dirigen al amor
propio. Tenia Carnot la flaqueza de ceder á aquel
génel~o de seduccion , y sin faltar á sus conviccio-
nes interiores, formaba con su amigo Letourneur,
en el seno mismo del directorio una oposicion se-
mejante á la que hacia el nuevo tercio en los
dos consejos. En cuantas cuestiones venian á la
decision del directorio , se decidia por el dictámen
(Iue habia adoptado la oposicion en aquellos, y
así en todas las relativas á la paz y á la {{Uel~ra
votaba por la paz, á ejemplo de la oposicion que
siernpre afectaba pedirla. Habia insistido fuerte-
mente pOl'que se hiciesen los maY01~es sacrificios
al emperador, y para que se firmase la paz con
Nápoles y con Roma, sin exigir condiciones de-
masiado rigurosas.


Cuando principian esta clase de divergencias no
tardan en hacer rápidos progre50s y el partido
que intenta aprovecharse de ellas , alaba con esce-
so á los que quiere corromper y reprueba sin ce-
sar á todos los demas ; cuya táctica produjo sus


x. 25




386 llEVOI,UCION FRANCESA.
resultados acostumbrados. Barrás y Bewbell , que
ya eran enemigos de Carnot, empezaron á aborre-
cerle mas desde qne principió á ser objeto de tan-
tas alabanzas, y le echaban la culpa del mal que
se decia de ellos. En vano hacia esfuerzos Larrc-
veilliere para calmar aquellos resentimientos,
pues la discordia pl'ogresaba funestamente, y el
público instruido de lo que pasaba distinguia al
directorio en minoria y mayoria poniendo á Lar-
reveilliere, Rewbell y Barrás de una parte, y á
Carnot y Letourneur de la otra.


Del mismo modo clasificaban á los ministros,
y corno su principal intento era criticar la direc-
cion de la hacienda, perseguian al ministro Ra-
mel ? , que era un escelente administrador, pel'o
que por la penosa situacion del tesoro se veía
precisado á valerse de espedientes que serian re-
prensibles en cualquiera otro tiempo, pero que
eran inevitables en las circunstancias, Se cobra-
han con mucha dificultad las con trihuciones, á
causa del desorden espantoso en el sistema de las
cobranzas, y había sido preciso reducir el im-
puesto territorial al mismo tiempo que las con-
tribucione indirectas producian mucho menos de
lo que se había presumido. Muy él menudo se en-
contraba la te ore ría sin un cuarto y en los casos
urgentes se solía echar mano de los fondos des-
tinados al gasto ordinario parí\ el estraordinario ,




DIRECTORIO (1791). 387
ó bien se anticipaban las entradas haciendo con-
tratas onerosas, á que suelen precisar ciertas si-
tuaciones. Entonces eran los gritos contra los ahu-
sos y las malversaciones, cuando se hubiera dc-
bido pOI' el contrario acudir al socorro del gobier-
no. Continuamente estaba el bueno de Ramel,
que desempeñaba su ministerio con tanta ilus-
traeion como integridad, siendo objeto de los
ataques de los diarios; y lo mismo le sucedía al
ministro de la marina Truguet, bien conocido
pOI' su republicanismo, por su amistad con 1I0-
che y pOl' lo mucho que protegía á todos los ofi-
ciales patriotas. Todavía trataban peol' al ministro
de negocios estrangeros Dclacroix , hombre muy
capaz como administrador, aunque mal diplomá-
tico por ser bastante pedante y áspero en sus re-
laciones con los ministros de las potencias y pOI'
último no se trataba mejor á Merlín, que estaba
desplegando en su administracion dc la justicia
todo cl fel'vor de un republicano montañes. En
cuanto á los ministros del interior , guerra y poli-
cía, que eran Benezech , Petiet 3 y Cochon los
dejaban enteramente apal'te, porque el primero
había sufrido ya tantos ataques de los jacobinos
por haber propuesto que se volviese al comercio
libre de los víveres y que se dejase de alimentar
á Paris , que había llegado á hacerse agradable
al partido contra-revolucionario. Era un adminis-




388 RBVOI.UCION FRANCESA.
trador muy hábil, pero echaba mucho de menos
el antiguo régimen en que se había criado, y
merecía en parte el favor de los que le aplaudían.
El ~~egnndo esto es Petiet como ministro de la
guel'ra desempeñaba bien sus funciones, pero era
hechura de Carnot , y participaba de su suerte en
el concepto de los partidos. En cuanto á Cochon
le recomendaban tambien sus relaciones con Car-
not , y el descubrimiento que hizo de las tramas
de los jacobinos y su cejo en perseguirles, le va-
lía el favor del partido contrario que le elogiaba


.


con exagel'aclOn.
A pesar de aquellas divergencias no dejaba de


estár bastante unido el gobierno para administrar
con vigor y continuar con gloria sus operaciones
contra las potencias de Europa, y la oposición es-
taba contenida siempre por la mayoria convencio-
nal que habia 'quedado en el cuerpo legislativo.
Sin embargo se iban acercando las elecciones y
aproximándose el momento en que habia de ele-
girse otro tercio, bajo el influjo de las circunstan-
cias en reemplazo del otro convencional. Se li-
songeaha la oposicion de adquirir entonces la ma-
yoria y salir del estado de sumision en que habia
vivido hasta entonces, por lo cual principiaba á
ser mas altanero su lenguage en los dos consejos
y no disimulaba sus esperanzas. Reuníanse los
miembros de aquella minoría en el Tivoli para




DIRECTORIO (1797 J. 389
entretenerse acerca de sus proyectos y concertar
su marcha. Poco á poco se fue convirtiendo aque-
Ila reunion en una especie de club de los mas vio-
lentos bajo el nombre de Club de Clíchy, y del mis-
mo movimiento participaban los diarios. Una mul-
titud de jóvenes que Lajo el antiguo régimen ha-
bian hecho algunos versitos , se pusieron á Jecla-
mal' en cincuenta ó sesenta periódicos contra los
escesos de la revolución y contra la convencion á
quien se los imputaban. A oirles, nada tenian
contra la república, sino contra los que habian
ensangrentado su cuna. Ellos formaban con anti-
cipacion las listas de Jos electores y procuraban
indicar los nomhramientos , usando del mismo
lenguage, espíritu y pasiones del mes de vendi-
miario, así como se notaba la misma buena fe y
credulidad en las masas, la misma amhicion en
algunos individuos, é igual perfidia en algunos
conspiradores que trabajaban secretamente en fa-
vor de la monar(l uia,


Cada día volvia á renacer aquella facción rea-
lista siempre vencida pero siempre crédula é in-
trigante , porque nunca faltan estos siempre que
hay una prctension apoyada con algunos auxilios
(le dinero para servirla con sus miserables proyec-
tos. Por mas que Lemaitre hubiese sido condena-
do á ;muertc , y se hubiera sometido el Vendée,
y hubiese sido privado Pichegrú del mando del




390
ejército, no por eSO cesaban las intrigas del pal'-
tido, SIno que por el coutrnrio continuaban con
la mayor actividad. Verdad es que todas las si-
tuaciones se hahian cambiado estraordiuariamen-
te ,porque el pretendiente, á quien unas veces
calificaban de conde de Lille y otras de Luis XVIII,
habia salido, corno ya dij imos , de Verona pal'a
trasladarse al ejército del Rhin, deteniéndose un
momento en el campo del príncipe de Condé,
donde una casualidad puso su vida en peligro. lEs-
tundo asomado á una ventana recibió un tiro de
fusil y la bala le tocó en la cara, cuyo suceso no
podía menos de atcibuirse al directorio , por mas
(fue no se supiese de donde babia salido, y por
TIlaS que no fuera tan necio aquel gobierno para
pagar un crimen (lue solo podía ser útil al conde
de Artois, No permaneció mucho tiempo el pre-
tendiente al lado del pruu.i pe de eOlulé pOl'que
de ningun modo convenía su presencia al g"abine-
ele Viena, ([ue no hahia querido reconocerle, y
conocia cuanto haLia de agriar las quejas de la
Francia ya no poco costosas y crueles.PoL' tanto
se le sig"nificó la órden de marchar y habiéndose
negado á ello se envió un destacamento para obli-
garle, con lo que se retiró á Blankembul'go, don-
de continuó siendo centro de todas las corres-
pondencias, y Condé se quedó con su cuerpo en el
Rhin. El conde de Artois después de sus vanos




DIRECTORIO (1791). 391
proyectos en el Vendée 82 habia retirado á Esco-
cia, desde donde se carteaba con alg'unos intrigan-
tes que iban y venian desde el Vendée á Ingla-
terra.


Habiendo muerto Lernaitre habian ocupado su
puesto y sucedido en la confianza del pretendien-
te sus compañeros, que como ya dijimos eran el
abate Brottier ,antiguo perceptOl', Laville-Heur-
nois, antes relator del consejo, un cierto caballero
Despomelles , y un oficial de marina llamado Du-
verne de Presle. Habian tenido por sistema estos
agentes de Paris hacerlo todo por medio de intri-
gas en la capital, mientras que los del Vendée
pretendian hacerlo todo pOl' medio de la insurrec-
cion armada, y el principe de Condé por el inter-
medio de Pichegrú. Hallándose pues sometido el
Vendée y condenado Pichegrú á la nulidad, mien-
tras que se sucitaba una reacción contra-rcvolucio,
naria, se persuadieron los agentes de Paris á que
todo era de esperar de un movimiento espontaneo
del interior. Por eso se proponian apoderarse de las
elecciones y con ellas de los consejos; pOI' medio
de estos del directorio y de los empleos, con lo
cual tenían pOI' seguro restablecer la monarquía
con los medios mismos que les suministraba la re-
pública. "Pero píwa eUo era necesario poner un
término á la divergencia de ideas que siempre ha-
bia reinado en los proyectos de contra-cevolucion.




392 UEVOLUCION FRANCESA..
Puisaye que se habia quedado oculto en la Bre-
taña, soñaba como siempre en la insurreccion de
aquella provincia, MI'. de Frotté la en la Norman-
día procuraba prepal~al' allí otra segunda Vendée,
pel'o ni uno ni otro querian entenderse con los
agentes de Paris. El príncipe de Condé , aunque
chasqueado en el Rhin en su intriga con Pie h
g-rú, siempre estaba empeñado en conducirla á
parte sin mezclarse con los Austriacos ni con el
pretendiente, á quienes harto sentía haber puesto
en el secreto. Para dar alguna nnida d á unos pro-
yectos tan incoerentes , y sobre todo para adqui-
rir dinero enviaron los agentes de Paris á viajar á
uno de ellos por las provincias del oeste por In-
glatena, por Escozia, por Alemania y por Suiza ,.
escogiendo pal'a ello á Duverne de Presle : y ya
flue no pudieron privar á Puisaye de su mando
procul'aron valerse del influjo del conde de Ar-
tois para hacerle entrar en el sistema de la agen-
cia de Paris y precisarle á <[ue se entendiese con
ella. Se pudo conseguir de los Ingleses lo mas im....
portante que era dinero, é hicieron que el pl'e-
tendiente les diese los poderes necesarios para rea-
lizar todas las intrigas de la tal agencia de Paris.
Se acercaron tamhien al príncipe de Conde pero
sin poder hacerle comprender la cosa ni menos
dejarle gobernar. Vieron á 1\'11'. de Precy {Jue con-
tinuaba siendo el promotor secreto de las turhu-




DIRECTORIO (1797) 393
lencias de Lyon y del Mediodia. Ultimamente se
concertó un plan general en el cual no había con-
cierto ni unidad sino en el papel y no POl' eso
impedia que cada cual abrase á su manera con-
forme á sus intereses y pretensiones.


Se convino en que se dividiese la Francia en
dos agencias, una de las cuales abrazaría el Este y
el .Mediodia y la otra el Norte y el Oeste. Púsose
al frente de la primera 1\:11'. de Precy y la segunda
era dirigida por los agentes de Paris , debiendo
estas dos agencias ponerse de concierto para todas
sus operaciones y seguir correspondencia directa
con el pretendiente quien les daría sus órdenes ..
Pensaron en establecer asociaciones secretas seme--
jantes á las de Baboeuf , esto es , perfectamente
aisladas sin que se supiese el nombre de los co-
rifeos con lo cual era imposible que se sorpl'en-
diese toda la conspiración aun cuando se descu-
hriese alguna de sus partes. Era necesario acomo-
dar aquellas asociaciones al estado de la Francia
y como ya habian visto que la mayor parte de ¡la
poblacion , por mas que no desease la vuelta de
los Borbones , preferia el órden y el sosiego á to-
do , é imputaba al directorio la continuacion del
sistema revolucionario, se formó una especie de
francmasonería llamada de los filantrópicos, la cual
se comprometía á usar de sus derechos electorales
y aplicarlos en.favor de los que eran o})uestos al




394 REVOLUfWN FRANCESA.
directorio. Los mismos filantrópicos ignoraban el
objeto secreto de aquella intriga y no se les habia
de comunicar mas que una sola de sus intencio-
nes que era la de reforzar la oposicion. Otra aso-
ciacion mas secreta y reservada aunque menos
numerosa intitulada de los Fieles habia de com-
ponerse de aquellos hombres mas enérgicos y ce-
losos á quienes podia sin inconveniente descubrir-
se el secreto de la faccion. Estos habian de ser
ocultamente armados y prontos para cualquier
empresa repentina. Era menester que se alista-
sen en la guardia nacional que todavia no estaba
organizada y bajo la protcccion de aquel uniforme
ejecutar con mayor seguridad las órdenes que se
les diesen. Su principal obligacion , prescindiendo
de todo otro plan de insurreccion , consistia en vi-
gilar sobre las elecciones y en caso de haber de
Hebar á la.s manos') como ~a hahia sucedido en el
mes de vendimiario , dchian acudir en favor del
partido de la oposición. Además de eso contri-
huían los fieles á ocultar á los emigrados y á los
clérigos, á proporcionar pasaportes falsos y á per-
seguir á los revolucionarios y compradores de bie-
nes nacionales. Estaban estas asociaciones bajo la
direccion de g€fes militares que se correspondían
con las dos principales agencias y recibían sus ór-
denes; y á esto se reducia por entonces el plan
de la faccion: plan quimérico , de que no debia




DIRECTORIO (1797). 395
lal vez hacer mención la historia , si no sirviese
para dar á conocer los sueños con que se lisongean
los partidos de sus derroí as. A pesar de aquella
pretendida unidad no consiguió otra cosa la aso-
ciacion del Mediodia sino formar compañias anó-
nimas que obraban sin otra direccion ni objeto
determinado que la inspiración de la venganza y
del saqueo. Puisaye, Frotté y Rochecotte ¡; en la
Bretaña y en la Lombardia, trabajaban á parte con
el objeto de rehacer un nuevo Vendée; y desapro-
baban la contra-revolucion mixta de los agentes de
Paris. Llegó Puisaye á publicar un manifiesto de-
clarando que nunca auxiliaria la Bretaña proyec-
tos que no se dirigiesen á restablecer á viva fuer-
za una monarquia ahsoluta é íntegra en favor de
la familia de Borbon.


El príncipe de Condé por su lado continuaba
en correspomlenca directa con Pichearú , cuya
conducta singular y rara no puede esplicarse sino
con su apurada situacion. Este general, único en
la história que se haya dejado batir voluntaria-
mente , había pedido el mismo su dimisiou , cosa
que debe pal'ecel' admirable, porque esto era lo
mismo que privarse de todo medio de influjo, y
por consecuencia de llevar á cabo sus pretendidos
designios. Sin embargo se la comprenderá fácil-
mente si se considera la situacion de Pichegrú,
el cual no podía continuar siendo general sin po..




396 IlE\'OLUCION FRANCESA.
ner en egecucion los proyectos que había anun-
ciado, por los cuales había recibido ya á cuenta
sumas considerables , al mismo tiempo que tenía
á la vista tres ejemplos, todos muy diferentes que
eran el de Bouillé, el de Lafayette y el de Dumou-
riez , los cuales le demostraban la imposibilidad
de arrastrar á la desercion á un ejército entero.
Por eso quería ponerse en impotencia de intentar
nada y pidió su dimision , que el directorio tuvo
mucha pena en concederle porque ignoraba su


. traiciono Quedáronse sorprendidos el príncipe de
Condé y sus agentes de la conducta de Pichegrú,
sospechando que les habia sacado el dinero sin
haber pensado nunca en servirles. Pero apenas
destituido, se volvió Pichegrú á las orillas del
Rhin bajo pretesto de vender sus equipages , y
pasó luego al Jura que era su pais natal. Desde
allí continuó en correspondencia con los agentes
del príncipe pintándoles su dimisión como una
combinacion profunda, pues de este modo, decía
él iba á ser considerado como una víctima del di-
rectorio , relacionarse con todos los realistas del
interior y formar un partido inmenso; su ejército
que pasaba á las órdenes de l\foreau, le echaría
mucho menos y al primer reyes que sufriese no
dejaria de reclamar á su antiguo genel'al y rebe-
larse para que se le volvieran. Aquel era el mo-
mento que sabría aprovechar para quitarse la más-




DIRECTOR.IO (t 797). 397
cara, tomar la dictadura y proclamar la monar-
quia. Aun cuando hubiese sido sincero aquel plan
habria quedado sin efecto con los sucesos de Mo-
reau, quien aun en medio de su famosa retirada
no habia dejado de ser victorioso. Tanto el prín-
cipe de Condé como los generales austriacos á
quienes este se habia visto precisado á poner en
la confianza, y el ministro ingles en Suiza Wic-
kam, principiaban á creer que les habia engaña-
do Pichegrú y no querian continuar en su corres-
pondencia ; pero á instancias de los agentes inter-
medios, que nunca quieren convenir en que han
hecho una tentativa vana, se continuó aquel car-
téo para ver si se sacaba algo de provecho. Iban
las cartas por Strasburgo por medio de algunos
espias que pasaban el Rhin y se dirigian al gene-
ral austriaco Klinglin ; y tambien por Basilea con
el ministro ingles Wickam. Permaneció Pichegrú
en el Jura, sin aceptar ni reusar la embajada de
Suecia que se le pl'opnso , pero trabajando porque
le nombraran diputado, engañando á los agentes
del príncipe con miserables pl'omesas y conti-
nuando en recibir sumas considerables. Les hacia.
esperar los mas grandes resultados de su nombra-
miento al consejo de los Quinientos y se vanaglo-
riaba de un influjo que no tenia; así como pre-
tendia haber dado al directorio consejos pérfidos
y decidídole á tomar resoluciones peligrosas, co-




398 REVOLUCION FRANCESA.
mo por ejemplo la larga resistencia de Kehl, que
decia haber aconsejado solo pal'a compl'ometer al
ejército. No se contaba mucho con aquellos ima-
ginarios servicios, y el conde de Bellegarde 6 es-
cribía diciendo: « Nos hallamos en el caso de un
({ jugador que quiere recobrar Sil dinero y se es-
«pone á perder mucho mas pal'a rescatar lo que
({ ha perdido. J) Sin embargo continuaban los ge-
nerales austriacos su correspondencia con él, por
que á falta de gl'andes planes, adquirian á lo me-
nos noticias preciosas sobre el estado y movimien-
tos del ejército frances. Los infames agentes de
aquella correspondencia enviaban al genel'al Klin-
glin los estados y planes que podian proporcio-
narse, y durante el sitio de Kehl no habian cesa-
do de indicar ellos mismos los puntos á donde ha-
bia de dirigirse el fuego del enemigo pal'a que
produgera mayor efecto.


Tal era entonces el misera';le papel que de-
sempeñaba Pichegrú, el cual con un mediano ta-
lento no dejaba de ser astuto y prudente, y tenia
bastante tacto y esperiencia para saber que todo
proyecto de contra-revolucion era inejecutable en
aquel momento. Bastante,' prueban esta persua-
sion sus eternos pormenores y sus fábulas para
entretener la credulidad de los agentes del prín-
cipe, y lo probará mucho mas su conducta en
circunstancias importantes. :Mas no pOl' eso deja-




DIllECTORIO (1797). 399
ha de recibir el precio de unos proyectós que no
pensaba en ejecutar, con la circunstancia de que
hacía que se le ofreciesen sin solicitarle .


Verdad es que igual conducta observaban to-
dos los gentes del realismo, los cuales mintiendo
sin el menor pudor, se atribuian un influjo que
distaban mucho de tener, y pretendian disponer
de los hombre mas importantes sin haberles ha-
blado en toda su vida. Brottier , Duverne de
Presle y Laville-Heurnois se alababan de tener en
su mano á un gran número de diputados de los
dos consejos y se prometian disponer de otros mu-
chos despues de las nuevas elecciones. Pero no ha-
bia una sola palabra de verdad ni tenian relacion
mas que con el diputado Lernerer '7 y con un tal
Mersna 8 que habia sido escluido del cuel'po le-
gislativo en virtud de la ley del 3 de hrumario
contra los parientes de los emigrados. Pretendian
por medio de Lémerer tener en su favor á todos
los diputados que componian la reunion de Cli-
chy, creyendo segun sus discursos y modo de vo-
tar que probablemente aplaudirían la restauración
de la monarquía , y con esto solo se daban pOi' au-
torizados para ofrecer su celo y hasta su arrepen-
timiento al rey de Blankemburgo, Asi engañaban
aquellos miserables al rey y calumniaban á los
miembros de la reunion de Clichy, donde habia
(.ll~unos ambiciosos que eran enemigos de los con-




400 REVOLUCION FRANCESA
vencionales porque estos ocupaban todo el gobier-
no; habia otros exasperados contra la revolucion ,
muchos hohitontos que se dejaban conducir, pero
poquísimos con la osadia necesaria para pensar en
la monarquía ni que fuesen capaces de trabajar
últilmente en su restablecimiento. Pero sobre es-
tos fundamentos tan débiles edificaban los agentes
del realismo todos sus proyectos y promesas.


La Inglaterra era quien pagaba todos los gastos
de la presunta revolucion , y enviaba de Londres
á Bretaña todos los socorros que pedia Puisaye, al
mismo tiempo que el ministro ingles en Suiza Wic-
kam estaba encargado de suministrar fondos á las
«os agencias de Lyon y Paris, y de hacérselos lle-
gar directamente á Pichegrú que segun la corres-
pondencia, estaba reservado para las grandes oca-
sumes.


Los agentes de la contra-revolucion tenían la
pretension de tomar el dinero de la 1nglatel'l'a y
burlarse después de ella, estando convenidos con
el pretendiente en recibir sus fondos, sin seguir ja-
mas ninguna de sus ideas, ni obedecer ninguna
de sus inspiraciones de las cuales decian que era
menester desconfiarse. Mas no se crea que lo igno-
rase la Inglaterra sino que les despreciaba cual
merecian , y tanto Wickam como Pitt y todos los
ministros ingleses contaban muy poco con las
ofertas de aquellos señores y no esperaban semejan-




DIRECTORIO (1 797). ~r.·~~ 40 t
te contra-revoluciono Pero necesitaban embrollo-
nes que perturbasen la Francia, que inquietasen
con sus proyectos, y que sin poner al gobierno en
ninl:;un verdadero peligro le causasen temoresexa-
gerados. Para eso sacrificaban con gusto uno ó dos
millones de libras al año, yasi los engañados eran
los agentes de la contra-revolución creyendo en-
gañar á los Ingleses, y á pesar de su deseo de ha-
cer una picardia no lograban ejecutarla porque la
Inglaterra no esperaba de ellos otros resultados
que los que eran capaces de dar de sí.


Tales eran entonces los proyectos y recursos de
la faccion realista, parte de los cuales sabia el
ministro de policia Cochon , y que existian en Pa-
ris corresponsales de la corte de Blankemburgo ,
porque en toda nuestra larga revolucion donde
hubo tantas intrigas no se verificó conspiracion
alguna que hubiese quedado oculta. El seguia aten-
tamente su marcha y les tenia atentamente rodea-
dos de espías, aguardando á que emprendiesen
alguna tentativa bien caracterizada para echarles
la mano con toda seguridad, y no tardaron en
presentarle la ocasión que deseaba. Continuando
ellos en su gran proyecto de apoderarse de las
autoridades pensaron ante todas cosas en hacerse
dueños de las de Paris , cuya principal fuerza con-
sistia en los granaderos del cuerpo legislativo y
en el campamento de Sahlons. Eran los granadc-


x, 26 ~.'-~




/,.02 ftEVOLUCION FRANCESA.
ros del cuerpo legislativo una tropa escogida (le
1200 hombres que la constitucion habia designa-
do cerca de los consejos como una gual'dia de se-
guridad y honor, y su comandante el ayudante
genel'al Ramel , era conocido por sus sentimien-
tos moderados, lo cual á los ojos de los imbéciles
agentes de Luis XVIII era una razon suficiente para
tenerle por realista. Ascendia la fuerza reunida
en Sablons á unos 12 mil hombres mandados por
el valiente general Hatry á quien no esperaban
ganar, y así pusieron la vista en el coronel del 21
de dragones Ilarnado l\'Iálo aquel que cargó tan
bruscamente contra los jacobinos el dia de su ri-
dícula tentativa sobre el campamento de Sablons.
Raciocinaban sobre él con la misma equivocacion
que respecto de Ramel, esto es que por hnber recha-
zado á los jacobinos se supuso que estaria de parte
de los realistas. Empezaron á sondeados á entram-
bos Brottier, Laville-Heurnois y Duverne de Pres-
le, haciéndoles proposiciones que fueron escucha-
das y denunciadas inmediatamente al ministro de
policia, el cual les encargó que continuasen pres-
tando oidos á los conspiradores para enterarse de
todo el plan, y en efecto les dejaron estenderse so-
bre sus proyectos, recursos y esperanzas, quedando
citados para una conferencia inmediata en que les
harian ver los poderes que tenian de Luis XVIII.
Aquel era el momento señalado para arrestarles ,




DTRECTünTO (1797). l03
y C0l110 estas entrevistas se verificaban en casa del
o/


gefe de escuadron Málo que ocupaba una habita-
cion en la escuela milrtar , escondieron allí á unos
gendarnlas y testigos que pudiesen oirlo todo y
presentarse al dar una scñal. Efectivamente acu-
dieron aquellos miserables engañados el día 30
de enero á casa de Málo con los poderes de Luis
XVIII y desembucharon de nuevo todos sus pro-
yectos, y luego que se les escuchó á toda satisfac-
cion, finjieron que los dejaban salir , pel'o les
echaron mano los agentes que estaban apostados
y les llevaron á casa del ministro de policia. 1n-
mcdiatameute se hicieron pesquisas en sus domi-
cilios, y en su misma presencia se embargaron
todos sus papeles. AUí se encontraron cartas que
probaban suficientemente la conspiración y reve-
Iaban mucha parte de sus pormenores, como por
ejemplo se vió que aquellos señores componian por
su sola autoridad un gobierno todo entero. Que-
rian en los primeros momentos interin llegaba el
rey de Blankemburgo conservar una parte de las
autoridades actuales y en particular á Benezech
para el interior, á Cochon en la policia , yen caso
de 'que este último por haber sido regicida desa-
gl'adase demasiado á los realistas, proyectaban
ponel' en su lugar á MI'. Simeon ó MI'. Portalis,
Además se proponían colocar al frente de la ha-
cienda á ~fl'. Barbé Marbois, que segun decian ,




40~ REVOI.UCION FANCESA.
tiene talento , inaruccion y pasa por hombre de bien. No
habían consultado ciertamente á ninguno de todos
estos, como que ni les conocian siquiera; pero
'habian dispuesto de ellos segun costumbre sin
'contar con su voluntad y llevados solo de sus pre-
suntas opiniones.


Causó muy viva seusacion el descubrimiento de
aquella intriga, la cual probaba que la república
no debía descuidarse contra sus antiguos enemi-
gos ; y no dejó tampoco de causar admiracion en
todos aquellos miembros de la oposion que no es-
taban en el secreto, y que sin saberlo trabajaban
en favor del realismo. Esto prueba cuan vanas eran
las seguridades que daban aquellos miserables á la
córte de Blankemburgo, cuando decian que con-
taban con un gran número de miembros de las
dos consejos. Quiso el directorio entregarlos inme-
diatamente á una comision militar, pero ellos de-
clinaron la competencia fundidos en que no se les
habia cogido con las armas en la mano , ni ha-
ciendo tentativa alguna á viva fuerza, en lo cual
les apoyaron muchos individuos de los consejos;
mas el directorio insistió en que habian de pasar
p0r una comision militar por haber intentado cor-
romper á unos militares.


No dejaron de defenderse con bastante destreza,
confesando su calidad de agentes de Luis XVIII,
pero sosteniendo que no tenian otra comision que




DIRECTORIO (J797). 405
la de preparar la opinion y esperar de ella sola y
no de la fuerza el retorno á las ideas monárqui-
cas. Sin embargo se les condenó á muerte el dia 8
de abril, pero se conmutó la pena en una reclu-
sion , á beneficio de las revelaciones que hahia he
cho Duverne de Presle ,el cual hizo al directorio..
una larga declaracion que se .copió en el regis-
tro secreto, descubriendo todas las tramas realis-
tas. Enterado el di rectorio de todos aquellos por-
menores, se guardó muy bien de publicarlos para
no dar á entender á los conspiradores que estaba
instruido de todo el plan. Nada dijo Duverne de
Presle acerca de Pichegrú y de sus intrigas con el
pr-íncipe de Condé , porque no sabian una pala-
bra de ellas los agentes de Paris , pero dijo así
vagamente de oidas que se habian intentado va-
rias inteligencias con uno de los principales ejér-
citos.


Si los realistas hubiesen tenido un plan bien
concertado no podrian menos de trastornarse to-
todas sus intrigas eon el arresto de los principa-
les corifeos : pero como cada uno obraba por su
lado y á su manera , no impidió el arresto de Brot-
tier , Laville-Heurnois y Duverne de Presle, que
los señores Puisaye y Frotté continuasen intl'i-
gando en Normandia y Bretaña, Mr. de Precy en
Lyon y el príncipe de Condé en el ejército del
Rhill.




406 REVOLUCION FRANCESA.
Poco tiempo despues se terminó el proceso de


Baboeuf y sus cómplices, quedando todos absuel-
tos menos Bahoeuf y Darthé 9 que sufrieron la pe-
na de muerte el día 25 de mayo.


El asunto mas importante era el de las eleccio-
nes, pues ya fuese por oposición al directorio ó
por espíritu de realismo andaba una multitud de
gentes ocupándose en buscar votos. En el Jura se
trabajaba por sacar diputado úPichegrú ; en Lyon
á MI~. Imbert-Colomés 10, que era uno de los agen-
tes de Luis XVIII en el Mediodia. En Versalles se
trató de elegir ú un lUr. Vauvilliers H, gravemen-
te comprometido en la intriga que se Labia des-
cubierto, y pOI' último en todas partes se prepa-
rahan elecciones perjudiciales al director-io, Se
habian reunido en Paris los electores del Sena pa-
ra concertar sus nombramientos, y se propouiau
dirigir á los candidatos las preguntas siguientes:
;, llas adquirulo bienes nacionales? ¿Ilos sido periodista?
¡, ¡las escrito ó hecho al!Jwla cosa durante la rerolucion ?
Cuantos respondiesen alirmati vamcnte debian que-
dar escluidos , y era claro con unos preparativos
semejantes que se preparaba una violenta l'eac-
cion contra los que hubiesen tomado parte en la
revolución. lJna multitud de diarios clamaban
con la mayor vehemencia sobre los mismos prin-
cipios y era una verdadera confusion para un gran
número de electores sin que el directorio tuviese




DIRECTORIO (1797). 407
otro medio de reprimirla que la ley en que se im-
ponia la pena de muerte contra los eseritores que
provocasen el retroceso á la monarquia , y que pOl'
lo mismo que era tan grave no se habrian encon-
trado jueces que hubiesen querido aplicarla. Acu-
dió pues por tercera vez á los consejos pidiendo
nuevas disposiciones legislativas que tambien le
fueron reusadas; y hasta propuso que se hiciese
prestal' á los electores el juramento de ódio á la
monarquia , sobre lo cual se suscitó una viva dis-
cusion acerca de la eficacia del juramento, y se
modificó la proposición cambiando 'esta palabra
en la de una simple declaracion, Todo elector de-
hia declarar que era igualluente opuesto á la anar-
quia que á la monarquia; y el directorio sin per-
mitirse á sí mismo ninguno de aquellos medios
vergonzosos, que tan frecuentemente se emplean
en los gobiernos representativos para influir en
las elecciones se contentó con elef: il' para comisa-
rios suyos cerca de las asambleas, ú hombres co-
nocidos por sus sentimientos republicanos y con
que el ministro Cochon escribiese unas circulares en
que recomendase á los electores los candidatos de
su eleccion. Se murmuró mucho de 'las tales cir-


I


culares, por mas que estas no pasasen de ser una
exortacion insigniticante y no un mandato; por
que el número y la independencia de los electo-
res, sobre todo en un gobierno en que casi todas




REVOLUCJON FHANCESAr


las plazas eran electivas les eximían de todo inílu-
jo directorial.


l\'1ientras que se trabajaba de este modo en las-
elecciones, se o-cupaban tambien mucho del nom-
bramiento de un nuevo director ,_ y consistía la
principal cuestion en averiguar quien habia de
ser designado por la suerte para salir del directo-
rio conforme á la- constitucion , por que si era
Barrás , ó Rewbell, ó Larreveilliere Lepeaux , esta-
ba segura la oposición con el auxilio del nuevo
tercio, de nombrar un directo'!' á su gust(}. Enton-
ces esperaba tener la mayoria en el gobierno, en
lo cual se lisongeaba demasiado, pOl~que probable-
mente no habriau tardado sus locuras en alejar de
ella á Carnot y á Letourneur.


En el club de Clichy se alborotaba much.o sobre
la eleccion de un nuevo director y proponian pa-
ra esta plaza á Cochon y á Barthelemy , á pesar de'
que el primero habia perdido mucho en el con-
cepto de los contra-revolucionar-ios desde que ha-
bia mandado arrestar á Brottier y sus cómplices,
y sobre todo desde que publicó las circulares á los
electores , par lo cual preferian á nuestro emba-
jador en Suiza Barthelerny , á quien creian secre-
tamente en relación con los emigrados y con el
príncipe de Condé.


En medio de toda aquella agitacion se andaban
esparciendo los mas absurdos rumores, diciendo'




nIn.ECTORIO (1797). 409;
..


que el directorio queria mandar prender á los di-
putados nuevamente elegidos é impedir su reu-
nion y aun llegaban á propalar que se intentaba
asesinarlos. Por el contrario los amigos del direc-
torio decian que se preparaba en Clichy una acu-
sacion contra él y que solo se esperaba la llegada
del nuevo tercio pal'a presentarla ante el consejo'
de los Quinientos.


Pero mientras que los partidos se agitaban de
esta manera aguardando un suceso que debía cam-
biar las mayorias y variar la direccion del gobier-
no de la república , se estaba preparando una nue-
va campaña y segun todos los anuncios debía ser
la última. Se hallaban las potencias poco mas ó
menos divididas como el año anterior pues- la
Francia unida con la España y la Holanda, tenia
que luchar contra la Inglaterra y el Austria. No'
era posible que los sentimientos de España fuesen
propicios á los republicanos franceses pel'o estan-
do como estaba dirigida su política por el prmci-
pe de la Paz les era enteramente favorable, por
que consideraba que su alianza era la mejor ga-
rantia contra sus propios principios y no le falta-
ha razon en sospechar que no la convenia revolu-
cionaria , mientras que encontraba en ella un au-
xiliar poderoso marítimo. Ademas conservaba un
ódio inveterado contra la Inglaterra y se lisongea-
ba de que la incorporacion de todas las marinas,




410 REVOLUClON FRANCESA.
del continente le facil itaria el medio de vengar
sus injurias. El príncipe de la Paz cifraba la segu-
ridad de su existencia. en aquella política y presin-
tiendo que habia de. perecer con ella empleaba
todo su influjo con la reina para inclinar á estas
mismas ideas los sentimientos de la real familia.
En efecto lo conseguia completamente, pero re-
sultaba de aquel estado de cosas que los France-
ses eran individualmente mal vistos en España,
mientras que el gobierno mostraba la mayor de-
ferencia á su voluntad. Por desgracia la legacion
francesa no supo conducirse ni con las considera-
ciones debidas á una potencia amiga ni con la fir-
meza necesaria para proteger á los súbditos Fran-
ceses. Por haberse unido la Espalia á la Francia
había perdido la colonia importante de la Trini-
dad y esperaba que si en aquel año se libertaba
la Francia del Austria y concentraba todas sus
fuerzas contra la Inglaterra harian pagar á esta
últiula bien caras todas sus ventajas, sobre todo
la reina se lisongeaba con adquirir algun C11gran-
decirniento en Italia en favor de su yerno el duque
de Parrna. Tamhien se trataba de una empresa
contra Portugal y en medio de aquel gran trastor-
no de los estados no dejaba tambien la corte de
Madrid de conservar algunas esperar:zas de reunir
toda la península bajo su dominio.


Por lo respectivo á la Holanda su situacion no




J)(RECTORIO (1797). 411
dejaba de ser bastante triste, porque se veía agi-
tada por todas las pasiones que suele provocar
todo cambio en la constitución de un estado. Las


"-


gentes de juicio que deseaban un gobierno en que
se conciliase el antiguo sistema federativo con la
unidad necesaria pal'a dar fuerza á la república
bátava, tenian contra sí á tres partidos igualmen-
te pel ¡grosos. El primero el de los Orangistas, que
se componia de todas las creaturas del Sthathu-
del' , de los empleados ó que aspiraban á empleos
y del populacho; el segundo el de los federalis-
tas , que cornprendia todas las familias ricas y po-
derosas que querian conservar el antiguo estado de
cosas menos el Sthathuderado, porque ofendía su
orgullo; y por último el de los democratas deci-
didos, que era un partido bullicioso, atrevido,
é implacable, cornpuesto de cabezas calientes y
aventureros. Estos tres partidos luchaban entre sí
con encarnizamiento y retardaban la formacion de
una constitucion para el pais , ú lo cual se agre-
gaba el recelo de una invasión de la Prusia, á
quien solo contenian las victorias de la Francia.
Veia socabado su comercio en el Norte por los
Ingleses y los Rusos, é iba perdiendo la 111ayor
parte de sus colonias por la traicion de muchos
de sus comandantes, tanto que el cabo~de Buena
Esperanza, Trinquemale y las IUolucas estaban
ya en poder de los Ingleses. Las tropas france-




412 RRVOLUCION FRANCESA.
sas acampadas en Holanda para protegerla con-
tra la Prusia observaban una severa y laudable dis-
ciplina, pero no se conducian con igual conside-
raeion y probidad las administraciones y los gefes
militares, de que resultaba hallarse el pais enor-
memente recargado. Parece al oir esto que la Ho-
landa habia hecho mal en aliarse con la Francia,
pero no se debe discurrir asi ,porque hallándose
la Holanda situada entre dos masas beligerantes,
no podia rehuir el influjo de los vencedores. En
tiempo del Sthathuder estaba sujeta á la Inglater-
ra y sacrificada á sus intereses sobre tener que
sufrir la esclavitud interior, y aunque aliándose
con la Francia corria los riesgos propios de la na-
turaleza de aquella potencia, mas bien continen-
tal que marítima, y que por tanto comprometia
sus colonias, era muy posible que algun dia,
gracias á la reunion de las tres marinas del conti-
nente, recobrara todo cuanto hubiese perdido, y
ademas podia espel'ar una constitucion juiciosa
bajo la proteccion francesa. Tal es la suerte de los
estados, que cuando son poderosos hacen ellos
mismos sus revoluciones, pero tienen que aguan-
tar todos los desastres y se ahogan en su propia
sangl'e; mientras que cuando son débiles ven á
sus vecinos venir á revolucionados con mano ar-
mada , y sufren todos los inconvenientes de la pre·
sencia de los ejércitos estrangeros. Verdad es que




DIRECTORIO (1797). 413
no se degüellan mutuamente pero pagan á los sol-
dados que vienen á hacer la policía dentro de su
propia casa, y este era el destinode la Holanda y
su situación respecto de nosotros. En aquel estado
no habia podido ser útil al gobierno francés por-
que su marina y ejército se organizaban muy len-
tamente: las rescripciones bátavas con que habia
pagado la indemnizacion de 100 millones para
gastos de guerra se negociaban casi por nada y
habian venido á parar en ser casi nulas para la
Francia todas las ventajas de aquella alianza, de
Jo cual habia resultado frialdad entre los dos pai-
ses. El directorio reconvenia al gobierno holan-
des de que no cumplia sus promesas, y este le
echaba en cara al directorio que le imposibilitaba
de cumplirlas; pero á pesar de estas divergencias
caminaban las dos naciones hácia el mismo objeto,
preparándose en Holanda una escuadra y un ejér-
cito de desembarco para concurrir á los proyec-
tos del directorio.


Con respecto á la Prusia , una gran parte de la
Alemania, la Dinamarca, la Suecia y la Suiza,
continuaba la Francia en perfecta neutralidad con
aquellos estados. Algunas nubecillas se habian sus-
citado entre la Francia y la América porque los
Estados Unidos se conducian respecto de nosotros
con tanta injusticia como ingratitud, habiéndose
dejado arrastrar el anciano Washington hácia el




414 -REYOLUCION FRA.NCESA.
partido de John-Adams y de los Ingleses que que..
rian restablecer en Amér-ica el estado aristocrático
y monárquico. Servíanles de pretesto las culpas
de algunos corsarios y la conducta de los agentes
de la cornision de salud pública, sin que tuviese
todo esto mucho fundamento porque harto mas
serias eran las agresiones de los Ingleses contra la
marina americana, mientras que la conducta
de nuestros agentes tenia alguna escusa con lo crí-
tico de aquellos tiempos. Los agentes del partido
ingles esparcian la voz de que la Francia queria
que la España la cediese las Floridas y la Luisiana,
y que por medio de estas provincias y el Canadá
rodearian á los Estados Unidos y :esparcirian en
ellos los principios democráticos , apartando su-
cesivamente á todos los estados de la Union disol-
viendo la confederacion americana y formando
una vasta democracia entre el golfo de Méjico y
los Cinco Lagos. No habia en esto una palabra de
cierto, pero todas aquellas mentiras servían pal'a
calentar las cabezas y crear enemigos á la Francia.
Acababa de firmarse un tratado de 'Comercio en-
tre los Americanos y los Ingleses, en el cual había
ciertas estipulaciones en que se trasladaban á estos
últimos las ventajas reservadas en otro tiempo á
la Francia en consideracion á los servicios que ha-
bia hecho esta potencia á la causa americana. No
faltaban en el gobierno frances partidarios de un




DIRECTORIO (1797). 415
rompimiento con los Estados Unidos, y Monroe 12 ,
que estaba de embajador en Paris daba sobre esto
dictámenes muy juiciosos al directorio, dicién-
dole que si se declaraba la guel'ra por la Francia
se verian precisados los Estados Unidos á echarse
en brazos de los Ingleses y entregarse á su influjo
quedando predominante la aristocracia en aque-
llos estados y comprometida la libertad, mientras
que tolerando con paciencia los errores del actual
presidente, no le quedaria ninguna escusa', se
desengañarian los Americanos, y esto mismo de-
cidiria un nombramiento contrario á él en las
próximas 'elecciones y quedarian reparados todos
los daños de que se quejaba la Francia. Prevaleció
en el directorio este prudente y próvido aviso ha-
biéndose declarado por él Rewbell; Barras y Lar-
reveilfiere contra el dictámen del sistemático Car-
not , que aunque gencl'almente inclinado á la paz,
queria que se pidiese la Lusiana y se ensayase en
ella una república.


Tales eran las relaciones de la Francia con las
potencias aliadas ó amigas suyas. La Inglaterra y
el Austria habian hecho el año anterior un trata-
do de triple alianza con la Rusia; pero acababa de
morir la grande y falsa Catalina, y su sucesor Pa-
blo 1, príncipe de cabeza débil y que solo tenia
lucidos intervalos como muchos de su familia, ha-
bia manifestado bastantes consideraciones á los




116 REVOLUCION FRANCESA.
emigrados franceses y no mucha prontitud á eje-
cutar las condiciones del tratado de la triple alian-
za. Parecia que habia hecho en este príncipe OlU-
cha impresion el poder colosal de la revolucion
francesa, y como que comprendia el peligro de
hacerla mas fuerte si se la combatía; á lo menos así
lo daban á entender ciertas palabras que dirigió á
un frances muy conocido por sus luces y talento.
Sin romper enteramente el tratado, habia procu-
rado hacer valer el estado de su ejército y hacien-
da, aconsejando á la Inglaterra y al Austria que
intentasen la vía de las negociaciones. La Ingla-
terra habia procurado decidir al rey de Prusia á
que entrase en la coalicion sin haber podido con-
seguirlo porque conocia muy bien aquel príncipe
el ningun interes que le resultaba de venir al so-
corro de su mas temible enemigo que era el em-
perador. La Francia le prometia una indemniza-
cion en Alemania para el Sthathuder que estaha
casado con su hermana; y no tenia nada que de-
sear para sí mismo. Solo queria impedir que el
Austria batida y despojada por la Francia, se
indemnizase de sus pérdidas en Alemania, y aun
hubiera deseado oponerse á que tampoco reci-
hiera indemnizaciones en Italia, por lo cual ha-
hia declarado que nunca consentiría en que se die-
se la Babiera al Austria en cambio de los Paises
Bajos, y estaba proponiendo su alianza con la




DIRECTORIO (1797). 417
'república de Venezia ofreciéndola garantirla en el
caso en que la Francia y el Austria intentáran aco-
modarse á costa suya. Era pues su objeto impedir
que el emperador encontrase ningun equivalente
á las pérdidas que habia hecho en su lucha contra
la Francia.


Como la Rusia no intervenia todavia en ella y
la Prusia persistia en la neutralidad, quedaban
solas en linea la Inglaterra y el Austria, estando
la primera en una situacion muy triste, pues aun-
que por el momento no temiese ya una espedi-
cion á Irlanda, se hallaba amenazado su banco
mas seriamente que nunca, y como no contaba de-
masiado con el Austria á quien veía desalentada,
recelaba que des pues que la Francia hubiese ven-
cido al continente, cayera sobre ella con todas sus
fuerzas reunidas. A pesar de la ocupacion de Kehl
y de Huninga conocia el Austria que se habia per-
dido por obstinarse contra dos cabezas de puente
y no llevar todas sus fuerzas á Italia. Los desas-
tres de Rivoli y la Favorita y la toma de Mantua
la ponian en un peligro inminente, viéndose obli-
gada á desguarnecer el Rhin y quedar en inferio-
ridad en aquella frontera , debiendo llevar sus
fuerzas y su príncipe Carlos hácia el lado de Ita-
lia , mas entre tanto que sus tropas hacian la tra-
vesia desde el Alto Rhin al Piavia y al Izonzo ,
quedaba espuesta sin defensa el los golpes de un


x. 27




418 REVOLUCIO~ FRANCESA.
adversario que sabia aprovecharse maravillosa-
mente de las ventajas del tiempo.


Todos estos temores eran fundados, y en efecto
la Francia la preparaba golpes terribles, que no
tardó en realizar la campaña que vamos á des-
cribir.




NOTAS DEL TRADUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO QUINTO.
---~_a__-


PAGINA 582.


1 Poncelin de la Rache 'I'illac era un clérigo que es-
taba domiciliado en París y redactaba un diario intitu-
lado El Correo Republicano y en efecto lo eran runcho
los principios que en él se vertían. Como entonces la
convencion propendía á 13 moderacion , le denunció Ta-
llien el 25 de setiembre 179l> deque predicaba la discor-
dia en las asambleas primarias y el 26 de octubre le
condenó á muerte el consejo militar del teatro frances ;
pero logró sustraerse de tan dura sentencia, Mas ade-
lante se volvió á presentar en la capital y volvió á traba-
[ar en su periódico bajo los mismos principios de opo-
sicion al gobierno y en enero de 1797 presentó una
queja ante el juez de paz de Luxemburgo de que le
habían q uerido asesinar, Mas el asesinato se reducia á
que habiéndole enviado á llamar al palacio de Luxem-
burgo de órden de Barrás , le agarraron entre linos
cuantos criados y le aplicaron una zurra de az-otes que
le hundieron; y después de concluida la operacion le
plantaron en la calle. Sin embargo se procedió á la su-
maria contra Barrás y se hizo una visita en sus habita-
ciones, pero él no pudo reconocer el cuarto en que le
hablan aplicado aquella correcciou y tuvo que dcsistirse
de la queja. lIay quien dice que se le dió á escoger en-
tre ta alternativa de callarse y tornar una fuerte suma de
dinero ó prepararse á recibir' otra zurribanda, y que él
prefirió lo primero, Lo peCHO de todo fue que los diarios
10 tomaron por su cuenta, unos para defenderle con
una seriedad inoportuna Y los mas par'a hacer reir al pú-
blico á su costa, y con su silencio se acabó de coronal' lu




420 NOTAS
fiesta. Ultimamente el 18 de Iructidor fue también com-
prendido en la lista de los deportados y le hicieron pe-
(lazos su imprenta. EI'a antes de la revolución canónigo
de la catedral de Montreuil en el Anjou y cultivaba las
ciencias con bastante fruto, habiendo dado á luz muchas
obras de erudicion que suponen un gran trabajo y mu-
chas investigaciones. Las mas importantes son Cuadro
del comercio y de las posesiones europeas en Asia y A{rica,
despues de la paz de 1785. La hístoria filosófica del naci-
miento , progresos y decadencia de un gran reino : ó re-
voluciones de Taytí. Ceremonias y costumbres religiosas de
todos los puebkJs del.mundo. Supersticiones orientales etc.
etc. Estableció en Paris á principios de la revolucion una
casa de comercio de libros, y luego que el 18 de bru-
mario puso fin á las proscripciones la volvió á abrir pero
con poca fortuna pues se vió precisado á hacer ban-
carreta y escapar de sus acreedores.


PAGINA 586.


2 Ramel de Nogaret era abogado en Carcasona cuan-
do le eligieron diputado por el estado llano á los estados
generales, en los cuales se ocupó casi. esclusivamente de
materias de hacienda y contribuciones. Fue uno de los
pocos que se opusieron á que se variase la ;antigua de-
marcacion de las provincias. En 1791 le enviaron de co-
misionado á Finistere para calmar las turbulencias que
habia suscitado la fuga del rey y á su vuelta le nombra-
ron secretario de la asamblea. En 1792 fue electo dipu-
tado á la convención y votó en ella la muerte del rey. En
1795 pasó de comisionado á Holanda y habiendo vuelto
al consejo de los 500 continuó trabajando en asuntos de
hacienda y hablando de ellos casi diariamente, con lo cual
consiguió al fin que le nombraran ministro de aquel ra-
mo , y le desempeñó con bastante capacidad desde el mes
de febrero 1796 hasta el 20 de julio 1799. Publicó en
1802 una especie de manifiesto de todas sus operaciones




DEL TRADUCTOR•. 421
económicas y "arias memorias sobre estas materias, que no
dejan de ser estimadas.


PAGINA 587.


5 Petiet había sido comisario ordenador del ejército
de las costas de Brest y luego le nombraron diputado al
consejo de los Ancianos por el departamento de Ile y Vi-
laine. En 7 de febrero 1796 le nombró el directorio mi-
nistro de la guerra y lo fué hasta julio del año siguiente.
Dos años despues le eligieron para el consejo de los 500
y despues del 18 de brumario le nombró Bonaparte ad-
junto al ministro de guerra Berthler y consejero de esta-
do. En 1805 fue acompañando á Bruselas al primer cón-
sul y á su vuelta presidió el colegio electoral de Yonne y
salió candidato para el senado conservador. Al año si-
guiente fué comandante general de los campos y costas
del Oceano y decorado con la insignia de comandante de
la Iegion de honor; y cuando en 1805 volvieron á prin-
cipiar las hostilídades siguió al emperador en sus guerras
de Alemania, gozando el concepto de hombre de muy
sano juicio y de un administrador prudente é ilustrado.
I\'Iul'Íó en la retirada de Rusia. '


PAGINA 592.


4 Luis de Froué , caballero Normando y uno de los
generales de los realistas chuanes , principió á figurar en-
tre ellos á fines de 1794, Y estuvo mandando durante to-
do el año de 95 en la Normandia baja. Fue uno de los
últimos que entraron en el convenio de pacificacion con
Hoche y de los primeros que volvieron á tomar las armas
en 1799. Tuvo la satisfacción de libertar á su madre y á
otra multitud de personas que tenian presas en virtud de
la ley de los rehenes, y no tardó en reclutar fuerzas con-
siderables estendiendo su mando por toda la Normandia.
Cuando Brune marchó contra los chuanes, desechó Frotté
por mucho tiempo la pacificacion que ofrecian los eón su-
les, hasta que viendo que todos los demas gefes hablan




NOTAS


cedido ~ ofreció tarubi.-n su udhesiou al general Hcdonvi-
lle el 28 de enero de '1800. PCl'O mientras que esta carta
llegaba á su destino, habiendo declarado uno de sus ofi-
ciales la casa de campo donde estaba, le cogieron prisio-
ncro los republicanos con Otl'OS seis corifeos realistas, y
le fusilaron pocos dias después en Verueuil. El oficial que'
hahia tenido la culpa se mató de dcscsperacion.


PAGINA aos.


:i El conde de Ilochecotte nació en Turcna , fue
oficial en el regimiento del I'CY )' eruigró al principio de
la revolucion , habiendo vuelto á Francia á fines de
17H5 con poderes de los priucípes pal'a senil' sus pro-
yectos. En erecto consiguió formar un partido en el
:!Uaine y pasó secretamente á Paris para concertarse con
Jos agenu-s del pretendiente qne sc sirvieron de él para
contrapouerle Ú Puisuye , y entonces formó el proyecto
tic sublevar las comarcas de Orleans y de Saucerre , pOI'
lo cual le denunció Duverne de Presle en 1797 como
1Il1O de losageutes mas activos d(~ los Borbones. Aquella
denuncia llamó la ateucion de la policía )' habiéndole se-
guido los pasos, trataron de prenderle ~ pcro no aire-
viéndose Ú cogerle C~Ha Ú cara povque era hombre de
HInchas fuerzas, empezar'on á gritar : ladrones ladrones,
con lo cual acudió mucha gellLe. Mus él , sacando un pu-
ñal, mató Ú llll hombre (\ hirió ú otros varios hasta [uo
al tin se apodernrou de él ; le II~Y~\I'ol1 al Temple y pxos
dius despues I·t' Iusiluron en el campo de Marte.•


PAGIXA. 5!J8.


() El conde de Bellegarde , general austriuco , se dis-
tinguió en muchas ocasiones durante la campaña de 1795
~. singularmente en los sitios de Valencienncs y Maubeu-
He. Mandaba la columna en que estaba sll;emperador'
cuando se atacó á Landrecies. Fue miembro del consejo
del archiduque Carlos cuando se le coufirió á este priu-




DEL TRADUCTOR. 423
cipe el mando del ejército austriaco. En {796 se le con-
firió el grado de teniente feld-mariscal, En abril de 1797
firmó un armisticio con el general Bonaparte. En 1799
tuvo el dificil mando de un cuerpo situado entre el ar-
chiduque Carlos y el ejército de Souwarow, y contribuyó
á las ventajas de ambos, aunque tuvo bastantes disgus-
tos con este último con ocasion de los escesos cometi-
dos por sus tropas en la Bohemia. Despues pasó á Vie-
na, Praga y Berlin para acelerar las negociaciones de
la paz, y el año 1800 le destinaron al lado del archi-
duque Fernando para que le ayudase con sus consejos
en el mando que se le dió del ejército de Italia. En
1805 se le puso al frente del ministerio de la guerra y
por íln se le confió el mando general de ingenieros de
los estados venecianos.


PAGINA 599.


7 Renato Lemerer era abogado en Rennes y en 1791
diputado suplente á la legislativa, donde no tuvo entra-
da. En 1795 le eligieron para el consejo de los 500 y en
febrero del año siguiente se opuso á que el directorio tu-
viese facultad pa"a borrar á nadie de la lista de los f>i":~
grados sino que decidiesen este punto los tribunah-s. U
f 7 de marzo de aquel mismo año pronunció un discurso
notable sobre la libertad de imprenta que trataba de opri-
mir' el directorio ; y pocos dias despues otro sobre la ne-
cesidad de modifica,' las leyes que imponían la deporta-
cion á los clérigos. Hablaba en lo general con demasiada
acritud contra el directorio y contra todo su partido
echándoles en cara todos los crímenes de la revolución,
en términos que mas de una vez se propuso á gritos que
le llevasen preso á la Abadía. Defendió con ardor á Brot-
tier , Laville Heurnols y sus cómplices acusados de ser
agentes del realismo. El 9 de julio de 97 se atrevió ántes
<\.ue nadie á hacer la 3\lolo'i;ia de la reli'i;ion católica ~ \\e-
dir abiertamente \a vuelta de los sacerdotes y el libre ejer-
cicio de su culto. También hizo una fuerte reclamación


¡:;~'- "~~. '.' r: ;;..;.;_, ",e ,_.
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. '--'tri"'l s .




42i NOTAS
contra el abuso de interceptar y abrir las cartas del COl':"
reo, y últimamente en cuantas ocasiones se presentaban
hacía una guerra cruel al directorio, Por consecuencia fue
uno de los primeros á quienes se puso en lista para ser
deportados el dia 18 de fruetidor (4 de setiembre 1797) ;
pero habiéndose podido escapar se refugió en pais estran-
gero y aunque no fue de los llamados por los cónsules en
1799 ,vohió con todo á Francia el año de 1800 , Y no
tardaron en colocarle <le juez en el tribunal criminal de
su departamento. Mas adelante habiendo vuelto á Paris
cuando ocurrió la conspiracion de Jorge Cadoudul , le pu-
sieron preso, pel'o le soltaron inmediatamente,


PAGINA 599.


~ Moreuu-Mersan , hijo de un procurador del parla-
mento de Paris , fue nombrado en 1790 procurador sín-
dico del departamento de Loiret y despues diputado al
consejo de los 500 en 1795. Pero le escluyeron de él en
virtud de la ley del 5 de brumario , valiéndose del pretes-
to de que anteriormente había firmado una declaracion en
que se desaprobaba la conducta de la convencion y se daban
elogios á los que se sublevaron contra ella el 15 de vendi-
miario, Por tanto quedó escluido hasta la paz; pero en
mayo de 1797 volvieron á elegirle diputado para mayor'
desgracia suya; porque el directorio le comprendió en la
proscripcion de Iructidor. Tomó la fuga, como otros mu-
chos , y dos años después le llamaron los cónsules y le
emplearon en el ministerio de la guerra, á pesar de ha-
ber sido inculpado en las declaraciones de Duverne de·
Presle , como agente de Luis XVIII. Ha dejado varios es-
critos sobre política y hacienda, pero su principal obra
es un Ensayo sobre el sistema politico y comercial de Ho-
la",da ~sde la fundacíon del banco de Amsterdam,


PAGINA 406.


9 Antonio Agustín Darthé abogado en Saint PoI, es-




()EL TRADUCTOR. 425


raba en París en la época del 14 dejulio y se señaló mu-
cho entre los pasantes de la curia, siendo uno de los
primeros que acudieron á tocar á rebato. Aquella agita-
cion misma estuvo para costarle la vida porque el popu-
lacho teniéndole por un agente de la corte .. estaba empe-
ñado en llevarle á ahorcar de un farol. De vuelta á S1. Poi
propagó alli los principios revolucionarios y en i 791 le
hicieron administrador del Paso de Calais. En marzo de
i 795 le dieron el encargo de comprimir un tumulto de
mozos á quienes llevaban por fuerza á la guerra y fue tan-
ta la energía con que ejecutó aquella comision, que le va-
lió un decreto de benemérito de la patria. Entonces le
nombraron fiscal del tribunal revolucionario de Arras en
tiempo del famoso José Lebon y tanto allí como en Boulo-
gne sacrificó á un sin fin de ciudadanos, sobre todo con
ocasion de haber embargado en esta última ciudad una
caja de cuchillos, que él pretendia ser puñales destinados
á matar patriotas. Despues del 9 de thermidor se le puso
preso pero no tardaron en ponerle en libertad hasta que
poco despues se juntó con Babreufpara la conspiracion
de que se ha dado noticia en el texto y le condenaron
á muerte el 24 de mayo t 797. Cuando le leyeron la sen-
tencia se dió de puáaladas con un punzon , pero no sien-
do mortal la herida, aunque se la rasgó él mismo con
los dedos, le llevaron al cadalso.


PAGINA 406.


10 Imbert Colomés, fue primer regidor de Lyon,
hacía las funciones de corregidor en aquella ciudad cuan-
do principió la revolucion , y se condujo con muchatlr-
meza pues logró conservar el órden en los primeros al-
borotos. Pero no habiéndose mostrado muy propicio á
los democráticos, le denunciaron y tuvo que salirse del
pueblo para huir del furor de los clubistas. Se refugió
en Suiza durante el terror y desde entonces tomó parte
en todas las tentativas de los realistas. Despues del 9 de
thermidor volvió á Francia y le borraron de la lista de




4~6 NOTAI
los emigrados, nombrándole par'a el consejo de los 000.
En ellos denunció la violación del secreto de las cartas y
se declaró enemigo del directorio, por lo cual se le con-
denó á la deportación en la jornada del 18 de fructidor.
Ademas le volvieron á poner en la lista de los emigrados,
y entonces se retiró á Alemania y fue uno de los P('OS-
criptos á quienes no quisieron llamar los cónsules en
1799. Se babia publicado en Francia su corresponden-
cia con Luis XVIII y con el príncipe de Condé , y á pe-
ticion delgobierno frances le arrestaron en Prusia con
Otl'OS muchos emigrados, como lino de los principales
corifeos de la agencia de Ausburgo. Cogíéronle todos
sus papeles y se entregaron originales á Beurnonville,
que estaba entonces de embajador en Berlín, el cual los
remitió al ministro de relaciones esteriores. Pero al cabo
de algunos meses de prision le volvieron á poner en li-
bertad.


PAGINA 406.


11 Juan Francisco Vauvilliers nació en Borgoña y se'
dedicó á la literatura antigua, desempeñando por muchos
años un empleo en la biblioteca real. En 1766 obtuvo la
cátedra de griego en el colegio de Francia y la regentó
pOI' espacio de 2·4 años. Cuando principió la revolucion
se dedicó enteramente á servirla y fue presidente del
primer ayuntamiento de Paris y teniente corregidor , en-
cargado de los abastos de la capital. Desempeñó esta ta-
rea con admirable celo y habilidad. y estuvo muchas
veces espuesto á perecer' en las calles y en los puertos
de desembarcadero de los granos. Pero no pudiendo ya
aguantar el peso de tantos obstáculos y peligros hizo su
renuncia, rindió sus cuentas y hasta reusó tomar su
puesto en la asamblea constituyente de la cual era dipu-
tado suplente. Luego qne vió los ataques que se daban á
la religion, creyó que debía emitir su opinion acerca de
la constitucion civil del clero, por lo cual le espulsaron
del colegio de Francia y tuvo que ocultarse; pero le des-
cubrieron , le arrestaron, y no recobró su libertad hasta




DEL TRADUCTOR. 427
d H de therniidor. Con semejante recompensa de SUi
servicios no era posible que fuese grande amigo de los re-
voluclouarios.y asi aunque le nombró el ministro Benezech
administrador de subsistencias, no tardaron en volverle á
prenderen 1797 pOI' cómplice con Laville Heurnois; pero
salió absuelto en juicio y en seguida le eligieron diputa-
do al consejo de los 300. AlIi se decl aró por el partido
de Clichi y en consecuencia fue condenado á la deporta-
cion el 18 de fructidor. Tomó la fuga, como hombre
prudente y se marchó á Suiza, á donde Pablo 1. o que le
babia conocido en Paris cuando tuvo el honor de cum-
plimentarle , le escribió una carla muy lisongera , nom-
brándole miembro de la academia de ciencias de San Pe-
tersburgo y convidándole á que se fuese allí. En efecto em-
prendió Vnuvilliers el viage , pero al cabo de poco tiem-
po falleció en el mes de julio de 1801, á la edad de 64
años. Escribió un Ensayo histórico sobre el gobierno de
Esparta: otro Ensayo sobre Pindaro: una edicion de Sofo-
des: El testimonio de la razon y de la fe contra la consti-
tucion civil del clero: y otros muchos opúsculos que pl'Ue-
han su vasta erudición corno helenista.


PAGINA 413.
12 Jorge Monroc embajador de losEstados unidos cer-


ea de la república francesa, fue introducido en calidad
de tal en la couvencion el dia 13 de agosto 1794" y recibió
en cllu el abrazo fraternal. Fué amigo tan constante de los
Franceses, como celoso defensor de la independencia ame-
ricana. Cuando el directorio suspendió toda relacion con
los Estados Unidos, presididos eutonces pOI' John Adams,
no quiso admitir' Ú 1\11'. Pinckney en reemplazo de Monroe
pel'O esto no impidió que al cabo de pocos dias entrega-
se sus recredenciales al directorio en una sesion: públi-
ca. Despues fue presidente de Jetferson y en 1805 re-
electo gobernador de Virginia; hasta que últimamente le
dieron la embajada cstraordinaria de Madrid para las ne-
gociaciones relativas á la cesion de la Luisiana á la
Francia.




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DIRECTORIO (1797). 429


"CAPITULO SESTO.


-


Estado de nuestros ejércitos al abrirse la campaña de '1797..
- Marcha de Bonaparte contra los Estados Romanos. Tra-
tado de Tolentino con el papa. - Nueva campaña contra
los Austriacos. Paso del Tagliamento, Combate de Tarwis,
Revolucion en las ciudades de Bergarno , Brescia y otras de
los estados de Venezia. - Paso de los Alpes Julianos por
Bonaparte, Marcha sobre Viena. Preliminares de paz con
el Austria ,til'mados en Leoben, - Paso del Rhin en Newied
y en Dirsheirn. - Perfidia de los Venezianos. Matanza en
Verona. Caida de la república de Venezia.


Reforzado el ejército del Sambra y Mosa con
una gran parte del ejército del Oceano, habia as-
cendido á 80 mil hombres y Boche á quien ha-
bian nombrado su general se detuvo muy poco
tiempo en Paris á su vuelta de la espedicion de
Irlanda y dádose prisa á presentarse en su cuartel
general. Habia empleado el invierno en organizar
sus tropas y proveerlas de lo necesario, sacando
de la Holanda y de las provincias entre el Mosa y
elRhin , que se trataban como pais de conquista,




430 IlEVOLUClON FRANCESA.
recursos bastante grandes, y habia puesto á sus
soldados al abrigo de las necesidades que afligian
al ejército del Rhin. Discurriendo en otra repar-
ticion de los diferentes ejércitos, habia perfec-
cionado el conjunto de ellos y dádoles la mas per-
fecta organizacion. Ardia en deseos de verse al
frente de sus 80 mil hombres y no di visaba obstá-
culo alguno que pudiera impedirle avanzar hasta
el corazón de la Alemania. Celoso POl' dar á cono-
cer sus miras políticas, queria imitar el ejemplo
del general de Italia y crear tambien una repú-
blica. Estaban provisionalmente regidas por la au-
toridad militar las provincias de entre Mosa y el
Rhin , que no habian sido declaradas, como la
Bélgica, territorio constitucional. En caso de que
á la paz con el imperio se reusasen á la Francia
para no darla mas que la linea del Rhin , por lo
menos era de esperar que se consintiese en que
fuesen constituidas en una república independien-
te, aliada y amiga de la nuestra, la cual Lajo el
nombre de república Císrhenana hubiera podido que-
dar indisolublemente adherida á la Francia y ser-
Ia tan útil como..una de sus provincias. Aprovecha-
ba Hoche el momento para darla una organizacion
provisional y prepararla al estado republicano,
para lo cual habia .nombrado en Bonn una comi-
sion encargada de la doble tarea de organizarla y
sacar los recursos necesarios pard nuestras tropas.




DIRECTORIO (1797). 431
Muy lejos estaba el ejército del Rhin bajo las


órdenes de Moreau de hallarse en un estado tan
floreciente; pues aunque no dejase nada que de-
sear en cuanto á valor y disciplina de los solda-
dos, carecia de lo necesario, y la falta de dinero
era tal, que ni siquiera se habia podido adquirir
un equipage de puente, que es lo que retardaba
su entrada en campaña. Hacia Moreau las mas vi-
vas instancias por conseguir algunos centenares
de miles de francos que no podia darle la tesore-
ria y se habia dirigido al general Bonaparte para
conseguirlos, pero se necesitaba esperar á que es-
te hubiese concluido su escursion en los estados
del papa, cuya circunstancia dehia retardar las
operaciones en el Rhin.


Los mayores y mas inmediatos golpes iban á
darse ~en Italia, donde Bonaparte dispuesto á des-
truir en Rivoli el último ejército austriaco, habia
anunciado que haria inmediatamente después una
escursion de pocos dias á los Estados del papa pa-
ra sugetarle á la república y tomar el dinero ne-
cesario para las necesidades del ejército. Tam-
bien habia añadido que si le enviaban un refuerzo
de 30 mil hombres, pasaria los Alpes Julianos y
marcharia atrevidamente á Viena. Aquel plan tan
vasto era sin duda quimérico el año precedente,
pero en el dia habia llegado á ser posible, sin que
hubiese otro obstáculo que el de la política del




432 REVOLUCION FllANCESA.
directorio el cual podia muy bien oponerse á que.
todas las operaciones de la guerra quedasen en
manos de aquel jóven tan absoluto en su volun-
tad. Sin embargo el benévolo Larreveilliere insis-
tió fuertemente en que se le dieran los medios de
-ejecutar un proyecto tan hermoso, que podía con-
cluir tan pronto la guerra, y se decidió que se le
"enviáran del Rhin los 20 mil hombres. Sacóse del
'ejército del Sambra y Mosa la division de Berna-
-dotte ,y la de Delmas del de el Alto Rhin para en-
-caminar una y otraatravesando los Alpes en mi-
tad del invierno. Hizo Moreau los mayores esfuer-
zos para poner á esta última en estado de repre-
sentar dignamente al ejército del Rhin en Italia,
escogiendo las mejores tropas y agotando sus al-
macenes para equiparlas, en lo cual dió pruebas
de los sentimientos mas honrosos y delicados.
Aquellas dos divisiones que formaban una fuerza
de veinte y tantos mil hombres, pasaron los Alpes
en el mes de enero sin que nadie sospechase su
marcha, pero en el momento de atravesarlos les
detuvo una tempestad y aunque los guias aconse-
jaban hacer alto se tocó á carga y se desafió á la
tempestad tambor batiente y banderas desplega-
das; de suerte que ya bajaban las dos divisiones
por el Piamonte, cuando todavía se ignoraba su
salida del Rhin.


Apenas habia formado Bonaparte la capitula-




DIRECTORIO (1797). 4"33
cion de Mantua cuando se escapó de allí sin espe-
rar á que el mariscal Wurmser desfilase en su
presencia y se habia ido á Bolonia para dar la ley
al papa, hubiera deseado el directorio que aca-
base de una vez con el poder temporal de la San-
ta Silla, pero no se le impuso como un pl'ecepto
y le dejó en libertad de obrar segun le indicasen
las circunstancias. De ningún modo pensaba 80-
naparle en semejante empresa, proponiéndose
únicamente , mientras que se preparaba todo en
la Alta Italia para emprender una marcha del
otro lado de los Alpes Julianos, arrancarle una ó
dos provincias y sacarle una contribucion que has-
tase para los gastos de la nueva campaña. Aspirar
á mas era comprometer ·el plan general ~ntra el
AustL;a, y no le sobraba tiempo alguno á Bona-
parte para estar en disposición de volver pronta-
mente ú la Alta Italia, teniendo precisión de con-
ducirse de tal modo que evitando una guerra de
reJigion, impusiese respeto á la corte de Nápo-
les que ya habia firmado la paz, pero que no se
consideraba ligada por aquel tratado. Tenia aque-
lla potencia grandes deseos de intervenir en la
lucha, sea con el objeto de apoderarse de alguna
porción de los despojos de papa, sea por impedir
que se estableciese una república en Roma y que
con ella estuviese la revolución á sus puertas.
Reunió Bonaparte en Bolonia la division de Víctor,


x. 28




'..34 ftEVOLUCION FRANCESA.
las nuevas tropas italianas levantadas en Lombar-
dia yen la Cispadana y se puso á su frente para
ejecutar por sí mismo una empresa que no podia
conducirse bien sino empleando en ella todo su
tacto y actividad.


Estaba el papa en la mayor inquietud porque
el ¡emperador no le habia prometido su alianza
sino con las condiciones mas duras, es decir á
costa de Forrara y de Commachio; pero ni aun
aquella alianza podia ser eficaz despues de la des.
truccion del ejército de Alvinzy y asi se hallaba
comprometida inútilmente la Santa Silla. Habia
sido interceptada la correspondencia del cardenal
Busca 1 secretario de estado y enemigo jurado de
la Francia , con lo cual estaban descubiertos los
proyectos contra el ejército francés á quien se que-
ria coger por detras , y asi no quedaba disculpa
alguna con que implorar la. clemencia del vence-
dor, despues de haber estado despreciando un
año entero sus proposiciones. Cuando el ministro
Cacault publicó el manifiesto del genel'al frances
y pidió sus pasaportes ~ no [se atrevieron á pedirle
que se quedara por un resto de orgullo, pero no
dejaron de tener la mayor inquietud, y bien
pronto no se escucharon mas que los consejos de
la desesperacion. Llegó á Roma el general austria-
co Colli con algunos oficiales y le pusieron al fren-
te de las tropas pontificias; se predicaron sermo-




DIIlECTORlO (t 797). 43:l
nes fanáticos en todas las provincias romanas pro-
metiendo el cielo á cuantos se sacrificasen por la
Santa Silla, y se procuró formar una Vendée al re-
dedor de Bonaparte. También se hicieron vivas
instancias á la corte de Nápoles , procurando es-
citar su ambición y su celo relig"ioso.


Avanzó rápidamente Bonaparte para no dar
tiempo á que se propagára el incendio, y mar-
chó sobre el Senio el dia 4. de febrero, AUí estaba
atrincherado el ejército del papa, compuesto de
siete á ocho mil hombres de tropas regulares y de
una multitud de paisanos armados precedidos de
sus frailes, presentando todo él un objeto burles-
co. Vino un parlamentario á declarar que si el
ejército de Bonaparte persistia en pasar adelante
dispararian sobre él pero con todo eso avanzó con-
tra el puente del Senio que estaba bien atrinchera-
do. Suhió Lannes algo mas arriba del puente con
algunos centenares de hombres, le pasó pOl' un
vado y vino á ponerse en batalla detras del ejér-
cito papal. Entonces el genet'al Lahoz 2 con las
tropas Lombardas, arremetió al puente y no tardó
en apoderarse de él, sosteniendo muy bien las
nuevas tropas italianas aquel fuego que no dejó
de ser vivo durante algun tiempo. Hiciéronse de
cuatrocientos á quinientos prisioneros y se apa-
leó á muchos paisanos, retirándose en desorden
el ejército del papa, á quien se fue persiguiendo




IlFVOLUCIOl'( FR.4.NCESA..


hácia Faenza , cuyas puertas se derribaron á ha..
chazos y entró el ejército mientras estaban tocan-
do á rebato y dando gritos furiosos. Pidieron los
soldados el saqueo, pero se le reusó Bonaparte,
y reuniendo los prisioneros hechos aquel dia, les
habló ven italiano. Pensaban aquellos infelices
que iban á degollarlos , pero él los tranquilizó,
anunciándoles con gran admiración suya que los
dejaba libres con tal que fuesen á desengañar á
sus compatriotas de las intenciones de los France-
ses, que no venian á destruir la religion ni la
Santa Silla sino únicamente á separar á los malos
consejeros que estaban rodeando al papa. Luego
mandó que les diesen de comer y los despidió.
Marchó Bonaparte rápidamente desde Faenza á
Fodi, Cesena, Rimini, Pesare y Sinigaglia, y como
á Colli no le quedaban ya mas que 3000 hombres
de tropas regulares las atrincheró delante de An-
cona en una buena posiciona Mandó Bonaparte en-
volverlos y coger mucha parte de ellos á quienes
tambien puso len Iibertad con las mismas condi-
ciones. Entonces se retiró Colli á Roma, y no que-
daba ya mas que marchar sobreaquella capital;
yasi se dirigió inmediatamente Bonaparte á Lo-
reto cuyo tesoro habia sido evacuado y apenas se
encontró en él por valor de un millon de francos.
Enviaron á:Paris la imagen de la virgen que era
de madera vieja, como un objeto de curiosidad,




DlRECTOIUO (1797). "':l7
Y abandonando desde Loreto la costa del mal' , se
encaminó por Macerata hácia el Apenino , para
atravesarle y caer sobre Roma si era necesario.
Llegó á Tolentino el dia t 3 de Febrero donde se
detuvo á espel'ar el efecto que hahrian producido
su rápida marcha y la libertad de los prisione-
ros. Habia enviado al general de los Camaldulen-
ses en quien tenia mucha confianza el papa Pio VI,
encargándole que fuese á llevar á Roma proposi-
ciones de paz. Lo que principalmente deseaba
Bonaparte era que se sometiese el papa y acepta-
se las condiciones que pensaba imponerle, sin
perder tiempo en hacer una revolucion en Roma
que podría retardarle demasido y provocar tal vez
á que tornara las armas la corte de Nápoles; ade-
mas de que esto trastornavia el gobiel'no estableci-
do , arruinaria momentaneamente la hacienda ro-
mana, é impediria sacar del pais los 20 ó 30 mi-
Ilones que se necesitaban. Pensaba que una vez
privada la Santa Silla de sus mejores provincias
en provecho de la Cispadana ~ y espuesta á la in-
mediacion de la nueva república, no tardaria en
contagiarse con las ideas revolucionarias y sucum-
biria al cabo de poco tiempo. Esta política era nluy
0pOl'tuna como lo demostró el porvenir, y asi se
estuvo esperando en Tolentino los efectos de la
clemencia y del miedo.


En efecto se habían esparcido los priSIoneros
"'---......r, .~¡.140 '


(~. \~~. '"
'.. yo... ~-.
" <l/en) ~') •


. ;" .
, ..




438 IlEVOLUCION FUANCESA.


por todas las provincias del estado romano y par-
ticularmente en la misma Horna donde hicieron
mil elogios del ejército frunces y calmaron los re-
sentimientos que se habían suscitado contra él.
Llegó al Vaticano el general de los Camaldulenses
en el momento mismo en que el papa iba á subir
al coche p~H'a abondonnr ú BOIna, pero tl'anquili-
.zéH~O con lo que le dijo aquel religioso, renunció
el príncipe al proyecto de sulir de su capital de-
puso al secretario de estado Busca y envió á Tolen-
tino al cardenal Mattei para que negociase con el
general frances , dándole por asociados al prelado
Galeppi 3 , al marques Massimi /1 y Ú su sobrino el
duque de Braschi. s Les dió plenos poderes para
negociar con tal que el general no exigiese sacri-
ficio alguno relati vo á la fe. En semejan tes térmi-
nos no ofrecia dificultad el tratado porque cierta-
mente el general francés no tenia pretensiones al-
gunas relativas ú la f(~ y así dentro de pocos dias
quedó concluido el tratado y se firmó en Tolenti-
no el t 9 de febrero , cuyas condiciones fueron las
siguientes. Se obligaba el papa á revocar todo tra-
tado de alianza contra la Francia; reconocía á la
república y se declarahaen paz y buena inteli-
gencia con ella ; cedia todos sus derechos al con-
dado Venesino y abandonaba definitivamente á la
república Cispadana las legaciones de Bolonia y
Ferrara , y ademas la hermosa provincia de la Ro-




DlIlECTOIHO (1797). 439
mania; quedaha depositada en manos de la Fran-
cia hasta la paz general la ciudad y la importante
ciudadela de Ancona. En cambio se le restituían
las dos provincias del ducado de Urbiuo y l\Iace-
rata que acababan (de invadir las tropas francesas
con la condición de que pagase 15 millones de
francos, Otra igual suma habia de pagarse en con-
formidad del armisticio de Bolonia que todavia no
hahia sido cumplido, los cuales 30 millones. ha-
bian de pagal'se las dos terceras partes en dinero
efectivo, y la otra en diamantes ó piedras precio «
sos. Además hahia de suministrar el papa 800 ca-
hallos propios para el servicio de la caballeria
otros 800 de tiro, húfalos y otros productos del
territorio de la iglesia; desaprobar altamente el
asesinato de Basseville y hacer que se pagasen
300 mil ¡francos tanto para sus herederos como
para los que habian padecido de resultas de aquel
suceso: cuantos objetos artísticos y manuscritos
habian sido est ipuludos en el armisticio de Bolo-
nia se habian de remitir inmediatamente á París.


A esto se redujo el tratado de Tolentino que
valió á la república Cispadana ademas de las le-
gaciones de Rolonia y Ferrara la escelente provin-
cía de la Romania y proporcionaba al ejército un
subsidio de 30 millones de francos mas que sufi-
cientes para los gastos de la campaña tlue se iba
á emprender. En solos quince dius hahia quedado




4iO REVOLUl:lUN FRANCE!U.•
evacuada aquella espedicion y mientras que se-
negociaba aquel tratado habia impuesto respeto
Bouaparte á la corte de Nápo\es y se habia desem-
barazado de la inquietud que podia causarle; mas
antes de salir de Tolentino hizo una cosa bastante
notable que anunciaba su política personal. Esta-
ha la Italia y particularmente los estados del pa-
pa inundada de clérigos- franceses desterrados y
recogidos en diferentes conventos de frailes , don-
de no siem p.'e fueron recibidos con mucha cari-
dad, y corno las leyes del directorio les impedian
la permanencia en los territorios ocupados por
nuestros ejércitos no les disgustaba á los frailes
verse libres de aquellos huéspedes con la presen-
cia de nuestras tropas. Por tanto se veian aquellos
infelices reducidos á la lnaYOl' desesperacion POl'
hallarse despues de tan largo tiempo lejos de su
patria, espuestos á todos los desdenes de los es-
trangeros mientras que se les saltaban las lágl'i-
mas al ver á nuestros soldados y aun con ocian á
algunos de ellos por haber sido pálTOCOS suyos en
las aldeas de Francia, Bonaparte era propenso á la
compasión yademas tenia empeño en manifestar
que estaba exento de toda preocupación revolu-
cionaria ni religiosa,. y aví mandó por un decreto
que todos los conventos de la Santa Silla estuvie-
sen obligados á admitir los sacerdotes franceses,
mantenerlos y darles alguna paga, con lo cual




DIRECTORIO (t 797). 441
mejoró su condición en vez de precisarlos á hui.'.
Dió parte al directorio de los motivos que habia
tenido pal'a cometer aquella infraccion á sus pre-
ceptos diciendo: el S i se hacen continuas batidas
( contra estos desgraciados se les obligará á volver
« á sus casas, y mas vale que esten en Italia que
«no en Francia, y nos son allí mucho mas útiles
« por lo mismo que son menos fanáticos que los
C( clérigos italianos : y' podrán ilustrar al pueblo es-
({ citado contra nosotros. Ademas, lloran cuando
«: nos "en, y no hay quien pueda resistir la vista
« del infortunio.}) El directorio aprobó su conduc-
ta, y produjo mucha sensación aquel acto y aque-
Ila carta que se publicó en los diarios.


Inmediatamente se volvió hácia el Adige p~H'a
emprender la marcha militar Olas atrevida de que
haga mencion la historia; y después de haber
atravesado una vez los Alpes para penetrar en Ita-
lia, iba á pasarlos segunda vez para arrojarse mas
allá del Drave y del Muer en el valle del Danubio
y avanzar sobre Viena. Nunca se habia alcanzado
á ver desde esta capital el ejército Irances , y era
necesario arrostrar muchos peligros para ejecutar
tan vasto plan, pues se dejaba toda la Italia á sus
espaldas, que aunque llena de terror y admira-
cion , no por eso dejaba de está.. impregnada de la
idea de que los Franceses no podian dominarla por
largo tiernpo.




4'í-2 nEVOJ~UCION FRANCESA.
Parecía que la última campaña de Rivoli y la


toma de Mantua hubiesen debido disipar tales
dudas, pero una marcha sobre la Alemania iba
á suscitarlas de nuevo, pues indignados los go-
biernos de Génova, Toscana, Nápoles, Roma, Tu-
rin y Venezia de ver á su lado el foco de la revo-
lucion en la Cispadana y en la Lornbardia podia n
a provecharse del primer revés para sublevarse.
En la incertidumbre del resultado estaban obser-
vándose los patriotas italianos para no comprome-
terse; fuera de que era muy inferior el ejército de
Bonaparte á lo que se necesitaba para superar los
peligros de su plan. No contaban las divisiones de
Delmas y de Bernadotte arriba de 20 mil hombres,
que con los cuarenta y tantos mil de que constaba
el antiguo ejército de Italia, componian á lo mas 70
mil hombres. Pero era indispensable dejar por lo
menos 20 mil en Italia, y guardar 'el Tirol con
quince ó diez y ocho mil, y no quedaban mas que
unos 30 para marcha!' sobre Viena, que era una
temeridad sin ejemplo. Para superar aquel incon-
veniente procuró Bouuparte negociar con el Pia-
monte una alianza ofensiva y defensiva á que es-
taba aspirando después de tanto tiempo, ponlue
dehia produci rle JO mil hombres de Luenas tro-
pas. El rey que no se había contentado á los prin-
cipios con la garantia de sus estados por precio de
los servicios que iba á prestar, se contentó ahora




DIllECTOIUO (1797). 4-4.3
con ella al ver que la revolucion iba montando
todas las cabezas, y' asi firmó el tratado que se re-
mitió inmediatamente á Paris. Pero aquel tratado
contrariaba las miras del directorio, el cual aun-
fIue aprobaba la política de Bonaparte en Italia,
tIue consistia en aguanlar la próxima caida de los
gobiel'nos sin provocacla por no cal'gar con el tl'a-
bajo ni la responsabilidad de las revolucioues ,
tampoco queria ni atacar ni responder por nÍn-
gun príncipe. El'a por tanto muy dudosa la rati-
Iicacion del tratado, y ademas exigia quince Ó
veinte dias , siendo necesarios por lo menos otros
tantos para que se pusiese en movimiento el con-
tingente Sardo , en euyo tiempo pensaba ya Bo-
naparte hallarse del otro lado de los Alpes. Bien
hubiera querido concluir igual tratado de alian-
za con Venezia pues el goLiel'110 de a(luella repú-
blica estaba haciendo armamentos considerables
cuyo objeto no podia ser dudoso, y las lagunas
estaban lienas de regimientos esclavones. El Po-


L-


destá de Bergamo Ottolini que era un ciego instru-
mento de los inquisidores de estado habia es-
parcido dinero y armas entre los montañeses del
Bergamasco y los tenia prontos para una buena
ocasion, pues aquel gobierno tan debil como pérfi-
do no queria comprometerse, y persistia en su pre-
tendida neutralidad. Había reusado la alianza del
Austria y de la Prusia, pero estaba armado, y si los




REVOLUCION F'RANCESA.


Franceses al entrar en Austria esperimentaban aIJo
gun reyes, entonces estaba decidido á pronunciarse
degollándolos en la retirada. Bonaparte que era
tan astuto como la aristocracia veneziana , cono-
cia muy bien aquel peligro, y si daba importan-
cia á su alianza, era mas bien para preservarse de
sus malos designios, que por contar con sus so-
corros. Al pasar POl' el Adige quiso ver al procu-
rador Pezaro , á quien tanto hahia rasustado el
año anterior en Pescara y le habló con la mayor
franqueza haciéndole las proposiciones mas amis-
tosas y le dijo que toda la Tierra-Firme estaba
imbuida en ideas revolucionarias; que bastaba
una sola palabra de los Franceses pal'a insurrec-
cionar á todas las provincias contra Venezia ; pero
que si esta se aliaba con ellos, se guardarian muy
hien de promover la revolución , mas ántes pro-
curarian calmar los ánimos ygarantir á la república
contra la ambicio n del Austria, sin exigir el sacrifi-
cio de su constitucion, contentándose con aconse-
jarla por su propio interes algunas modificaciones
indispensables. El'a ciertamente muy prudente y
sincero aquel dictárnen, y no hay una palabra de
verdad en lo que se ha dicho de que en el mo-
mento mismo en que Bonaparte y el directorio es-
taban" aconsejando á Venezia , la tenian ya entre-
gada al Austria, No tenia entonces el directorio
ninguna idea de semejante cosa, sino que aguar-




DIRECTORIO (1797). 445
dando los sucesos, lo único en que pensaba era
en emancipar la Italia y no en ceder parte alguna
al Austria. Por lo que hace á Bonaparte , deseaba
sinceramente tenerla por aliada, y si Venezia le
hubiera escuchado, unídose á él Y modificado su
constitucion.hahria salvado su territorio y sus an-
tiguas leyes. Pezaro no respondió mas que de una
manera evasiva, y viendo Bonaparte q.ue no tenia
nada que esperar., solo pensó en tomar sus pre-
cauciones y proveer á todo lo que le faltaba por su
método 'ordinario que era la rapidez y firmeza de
sus golpes.


Tenia sesenta y tantos mil hombres de las me-
jores tropas que nunca ha visto la Europa, y que-
ría dejar 10 mil en Italia, que reunidos á los ba-
tallones Lombardos y Cispadanos , formarian una
masa de quince á diez y ocho mil hombre) capaz
de imponer á los Venezianos. Quedábanle cin-
cuenta y tantos mil comhatientes de los cuales iba
á disponer del modo siguiente. Tres son los cami-
nos que conducian á Viena por :entre los Alpes
Rethianos , Noricos y Julianos: el primero á la iz-
quierda atravesando el Tirol por el collado de
Brennet ; el segundo en el centro atravesando la
Carinthia por el collado de Tarwis , y el tercero· á
la derecha pasando por el Tagliamento y el Izon-
zo, que conduce á la Carniola. Tenia el archidu-
que Carlos el grueso de sus fuerzassobre el Izonzo




REVOLUCJ ON FRANCESA.


guardando á esta última y cubriendo á Trieste;
mientras que otros dos cuerpos, el uno en Feltre
y Bellune, y el otro en el Tirol, ocupaban las otras
dos calzadas. De resultas de la falta que habia co-
metido el Austria en no enviar sino muy tarde sus
fuerzas á Italia, estaban todavia sin llegar seis
hermosas divisiones destacadas del Rhin. lUas
aquella falta hubiera podido repararse en parte,
si colocando el archiduque Carlos su cuartel ge-
neral en el Tirol hubiera querido obrar contra
nuestra izquierda, porque entonces habria recibi-
do quince dias ántes las seis divisiones del Rhin ,
y ciertamente entonces lejos de desfilar Bonaparte
sobre la derecha por la Carinthia ó la Carniola,se
habría visto precisado á combatirle y acabar con
él ántes de avenlurarse del otro la<lo de los Alpes.
Tambien le habría encontrado entonces con sus
mejores tropas y no le habría batido tan fácilmen-
te. Pero el archiduque tenia órden de culn-ir á
Trieste , que es el único puel'to marítimo de la
monarquia, y así se estableció en el desemboca-
dero de la Carniola, sin dejar mas que cuerpos
accesorios en las calzadas de la Carinthia y:el Ti-
rol. Dos de las seis divisiones que habian salido
del Rhin dehian venir á reforzar al general Ker-
pen 6 en el Tirol , y las otras cuatro .dcbian desfi-
Iar por detras de los Alpes atravesando la Carin-
thia y la Carniola , y reunirse con el cuartel gene-




DlRECTORlO (1797). 441
ral en el Frioul. Estábamos entonces en el mes de
marzo y los Alpes se hallaban cubiertos de nieves
y hielos, sin que nadie pudiera imaginar que Bo-
naparte pensase en atravesarlos en aquel momento.


Creyó Bonaparte que echándose sobre el archi-
duque ántes que le llegaran sus principales fuer-
zas del Rhin , le desalojaria TIlaS fácilmente de los
desembocaderos de los Alpes, los pasaría en pos
de él, batiría como habia hecho siempre uno des-
pues de otros á los Austriacos aislados, y si le
apoyaba algun movimiento de los ejércitos del
Rhin avanzaria hasta Viena.


En consecuencia reforzó á Jouhert que desde el
suceso de Rivoli habia merecido toda su confian-
za , con las 'divisiones de Baraguei de Hilliers '7 y
la de Delmas', y le compuso un cuerpo de 18 mil
hombres. Encargole que subiese al Tirol y que ba-
tiese de firme á los genel~ales Laudon 8 y Kerpen
echándolos del otro lado del Brenner mas allá de
los Alpes, y que desfilase luego por la derecha
atravesando el Putersthal para venir á reunirse
con el grande ejél'cito en la Carinthia. Sin duda
que Laudon y Kerpen podian volver al Tirol des-
pues 'que Joubert se hubiese reunido con el ejér-
cito principal; pero siempre necesitaba tiempo
para reponerse de una derrota , reforzarse y vol-
ver á ocupar el Tirol , y entre tanto estaria ya Do..
naparte á las puertas de Viena. Para calmar á los




448 REVOLUCION FRANCESA.
Tiroleses recomendó mucho á Joubert que acari-
ciase á los clérigos, que hablase muy bien del em-
perador y muy mal de sus ministros ,que no to-
case á las cajas imperiales, ni alterase la adminis-
tracion del pais. Encargó al intrépido Massena con
su hermosa division de 10 mil hombres que arro-
llase el cuerpo que estaba en el centro hácia Feltre
y Bellune., que corriese hácia. las gargantas del
Ponteba, que preceden al gran collado de Tarwis ,
se apoderase de unas y otro y asegurase el desem-
bocadero de la Carinthia. Quiso marchar él en
persona con tres divisiones que componian 25 mil
hombres sobre el Piavia y el Tagliamento, recha-
zar al archiduque en la Carniola, bajar luego há-
cia la calzada de la Carinthia, reunirse con Masse-
na en el collado de Tarwis , atravesar por él los
Alpes, bajar al valle del Drave y del Muel', reco-
ger á Joubert y marchar sobre Viena. Para todo
esto contaba con el ímpetu y audacia de sus ata-
ques, y con la im presión que ordinariamente cau-
san los golpes prontos y terribles.


Antes de ponerse en marcha dió al general Kil-
maine el mando de la Alta Italia, debiendo la di-
vision de Victor, que estaba escalonada en los es-
tados del papa, aguardando el pago de los 30
millones, volver dentro de pocos dias al Adige , y
formar con los Lombardos el cuerpo de observa-
cion. Reinaba una fermentación estraordinaria en




DIRECTORIO (1797). 449
las provincias venczianas, pues los paisanos y
montañeses devotos de los clérigos y de la aristo-
cracia, y las ciudades adictas al espíritu revolu-
cionario estaban prontos á venir á las manos. Man-
dó Bonaparte al general Kilmaine que observase
la mas estricta neutralidad , y se puso en marcha
para ejecutar sus vastos proyectos. Publicó , segun
su costumbre, una proclama enérgica y capaz de
aumentar si era posible b exaltacion de sus solda-
dos. El dia 20 de ventoso año V ( 10 de marzo
1797) puso en movimiento toda su línea con un
frio riguroso y muchos pies de nieve en las rnon-
tañas. Principió Massena su operación sobre el
cue"po del centro ernp ujándole sobre Feltre, Be-
Hune y Cadore haciéndole mil prisioneros, en cu-
yo número estaba el general Lusignan ; bajó so-
bre Spili nbergo y se metió en las gargantas del
Ponteha que preceden al collado de Tarwis. Bo-
naparte avanzó con tres divisiones sobre el Piavia,
que eran la division Serrui-ier que tanto se habia
[lustrado delante de Mantua , la de Augereau, que
ahora estaba confiada al general Guyeux, mientras
que Augereau habia ido tá Ilevar las banderas á
Paris , y la de Bernadotte que acababa de llegar
del Rhin. Esta última contrastaba pOl' su sencillez
y porte severo con el antiguo ejército de Italia,
enriquecido en las hermosas Ilanuras que hahia
conquistado y compuesta de meridionales valien-


x.




4.50 ItEVOLUCION FRANCESA.
tes, fogosos y libertinos" Orgullosos los soldados
de Italia con sus victorias, se burlaban de los que
habian venido del Rhin, y los llamaban el contin-
gente haciendo alusion á los contingentes de los cír-
culos que en los ejércitos .del emperador hacian flo-
jamente el servicio. Pero los soldados del Rhin
que habian envejecido en las armas, estaban in-
pacientes por hacer ver su valor á sus rivales de
gloria. Ya hablan empezado algunos desafios de
resultas de aquellas chanzas., y estaban deseosos
de hacer sus pruebas en presencia del enemigo.


El dia 13 de marzo pasaron el Piavia las tres
divisiones sin accidente alguno sino haber estado
para ahogarse un hombre, á quien salvó una can-
tinera echándose á nado y Bonaparte la regaló un
collar de oro. Las vanguardias enemigas se reple-
garon y fueron á buscar un refugio detrás del Ta-
güamento, donde se habian reunido todas la" tro-
pas del príncipe Carlos que se hallaban esparcidas
en el Frioul para disputar el paso. Iban pues á
hallarse en presencia uno de otro los dos jóvenes
adversarios, el uno que salvando la Alemania por
medio de un pensamiento feliz habia adquirido
gran reputacion, como que era en efecto valiente
y nada preocupado con las rutinas alemanas,
sino muy incierto del suceso y muy inquieto por
su gloria. Elotro estaba sirviendo de admiracion
á la Europa pOl" la fecundidad y osadia de sus




DIRECTORIO (1197). 451
combinaciones y porque no temia nada en el mun-
do. Modesto hasta que llegó á Lodi, estaba per-
suadido en el dia á {fue no habia genio alguno
igual al suyo ni soldados comparables á los Fran-
cesesv El dia 16 de aquel mes muy de mañana di-
rigió Bonaparte sus tres divisiones por Valvasona
á las orillas del Tagliamen to , cuyo rio corre con
curso desigual desde los Alpes pOl' un lecho cas-
cajoso y se divide en una multitud de riachuelos
que todos son vadeables. Estaba en la otra orilla
formado el ejército austriaco cubriendo los arena-
les con una multitud de halas y tenia situada su
caballería en las alas para aprovecharse en la lla-
nura que tan favorable se presentaba para sus evo-
luciones.


Dejó Bonaparte en Valvasona la división de Ser-
rurier para que le sirviese de reserva y llevó las
otras dos de Guyeux y de Bernadotte, haciendo
frente la primera á la izquierda en la aldea de
Gradisca, donde estaba alojado el enemigo, y la
segunda á la derecha en frente de Godroipo. Princi-
pió el cañoneo y hubo algunas escaramuzas con la
caballería ; mas viendo Bonaparte que el enemigo
estaba bien preparado, fingió que daba descanso
á sus tropas y mandó cesar el fuego y que comie-
sen el rancho. Creyó el enemigo que en efecto
por haber caminado lasdivisiones toda la noche
ihan á tornar algun reposo; pero á cosa de medio




452 REVOLUCION FRANCESA.
dia mando de repente Bonaparte tomar las armas


-y desplegar la división Guyeux por la izquierda y
la de Bernadotte por la derecha, poniéndose en
formacion los batallones de granadel'os. Púsose al
frente de cada divjsion la infanteria ligera pronta
á dispersarse en guerriHas, y despues los granade-
ros que habian de cargar y los dragones que habian
de apoyarlos. Detrás de estas vanguardias estaban
formadas las dos divisiones teniendo cada media
brigada desplegado en línea su primer batallon ,
y los otros dos en columna cerrada á las dos
alas del primero. La caballeria estaba destina-
da á escaramuzear en los dos estremos, y asi
empezó á marchar el ejército hácia las orillas del
rio , caminando al combate con el mismo orden
y sosiego que si fuese á una [parada. El general
Dammartin á la izquierda y el general Lespinas-
se 9 á la derecha hicieron aproximar su artilleria ,
y dispersándose la artilleria ligera cubrió las ori-
llas de Tagliamento con una nube de tiradores.
Entonces dio la señal Bonaparte ¡y se arrojaron al
agua los granaderos de las dos divisiones, apoya-
dos con los escuadrones de caballeria avanzando
hácia la otra orilla , y dando un grito Bernadotte
le(dijo ; «Soldados del Rhin, el ejército de Italia
« os está mirando.}) Por ambos lados se lanzaron
con igual valor y cargando sobre el ejército ene-
migo le rechazáron en todas partes; sin embar-




DJIlECTORIO (t 797). ,l.53
go de que el príncipe Carlos habia situado un
grue30 de infanteria en Gradisca hácia nuestra iz-
quierda, y tenia pl'onta su caballeria hácia nues-
tra ala derecha para adelantarse y cargarnos apl'o-
vechándose de la llanura. Atacó con furia Guyeux




á Gradisca al frente de su división y se apoderó de
ella; mientras que Bonapal'tc dispuso su reserva
de caLalleria hácia nuestra ala amenazada , y la
lanzó bajo las órdenes del general Dugua 10 y del
ayudante general Kellermann, contra la caballería
austriaca. Cargan nuestros escuadrones con gran
ímpetu é inteligencia, y haciendo prisionero al
general de la caballería enemiga, la poncn en der-
rota, y no solo atraviesan el Tagliamento por to-
da la línea, sino que ponen en fuga al enemigo
cogiendo de cuatrocientos á quinientos prisioneros
porque aquel terreno llano no permitia coger mas.


A esto se redujo la jm'nalla del 16 de marzo
llamada batalla del Tagliamento y mientras que
se estaba veriticando , atacaba ~fessena á Osopo
en la calzada del centro, se apoderaba de las gal'-
gantas del Ponteva y empujaba hácia Tarwis los
restos de las divisiones de Lusignan y de Orkscay.


Conocía el archiduque que por defender la cal-
zada de la Carniola y cubrir á Trieste iba á per-
der la de la Carinthia, que era la mas directa y
corta, y la que se proponía seguir Bonaparte para
marchar sobre Viena. Se comunica la de Carniola




REYOIXCIO~ FIL\NCIlSJi


con la de la Carinthia y el collado de Tnrwis , por
un camino trasversal que sigue el valle del Izon-
zo, y aHí dirigió el archiduque la división Baya-
litch hácia el collado de Tarwis pal'a anticiparse
á Massena si era posible. Luego se retiró con el
resto de sus fuerzas sobre elF'rioul á fin de dis ....
putar el paso del bajo Izonzo,


Por la noche se apoderó Bonaparte de' Palma-
Nova, que es una plaza veneziana que había ocu-
pado el archiduque Carlos y encerraba almacenes
inmensos. Después marchó sobre Gradisca que
está situada delante del Izorrzo , á la cual llegó
el 19 de marzo. Desde esta plaza que estaba poco
atrincherada, pero defendida con 3000 Irombres
avanzó la division Bernadotte , y entre tanto diri-
gió Bonaparte la division Serrurier pOI' un poco
mas abajo de Gradisca para pasar el Izonzo y
cortar la retirada á la guarniciono Pero sin espe-
rar Bernadotte el resultado de aquella maniobra,
intima la rerrdicion á la plaza, y hahiéndola reu-
sado el comandante, piden el asalto los soldados
del Rhin para entrar ántes que los soldados de
Italia. Acometen á los atrincheramientos, pt~ro
una nube de balas y metralla quitó la vida á mas
de 500 y por fortuna la maniobra de Serrurier
hizo cesar el combate. Rindieron las armas los
3000 hombres de Gradisca con sus banderas y
artillería.




DlRECTORIO (t 797). 1..55
Durante aquel tiempo había llegado por fin


ltIassena al collado de Tarwis y después de un
combate bastante sangriento se había ¡apoderado
de aquel paso [de los Alpes. Por consiguiente la
division de Bayalitsch que se había encaminado
atravesando los manantiales del Izonzo para pre-
venir á l\fassena en Tarwis , iba á encontrar cerra-
da la salida, y previendo este resultado el archi-
duque Carlos, dejó el resto de su ejército en el
camino de Erioul y de la Carniola con órden de
venir á juntal'se con él detras de los Alpes en
Flagenfurth; y voló en persona á Vi llach donde
llegaban numerosos destacamentos del Rhin para
vol ver á atacar á Tarwis , echar de allí á Massena
y facilitar el camino á la division de Bayalitsch.
Bonaparte por su lado dejó la division Berna-
dotte persiguiendo los cuerpos que se retiraban á
la Carniola y con las divisiones de Guyeux y Ser-
rurier se puso á inquietar por detrás á la division
de Bayalitsch mientras que atravesaba el valle
del Izonzo,


El prmcipe Carlos despues de haber reunido
detras de los Alpes los restos de las divisiones de
Lusignan y de Orskscay, que habian abandonado
el collado de Tarwis , les reforzó con 6 mil gra-
naderos los mejores y mas valientes que tenía el
emperador y vuelve á atacar :el collado de Tarwis
donde apenas había dejado Massena un destaca-




456 REVOLUCIOr4 FlU~CESA.
mento.. Consiguió recobrarle y se situó allí con la,
división de Lusignan la de Orkscav y los 6 mil
granacleros. Se dió prisa Masse- a á reunir toda
su di vision pal'a desalojarlos de nuevo, pues am.,..
hos generales conocian la importancia de aquel
pun to , como que una vez tomado el collado q lle-
daban los Franceses dueños de los Alpes y también
de toda la division de Bayalitsch, Cal'ga Massena
con los puños cerrados al frente de su valiente in-
fantería y pOI' supuesto siendo' él el primero al pe-
ligl'o; tampoco el archiduque Carlos dejó de es-
ponel'se lo mismo que el general republicano ha-
hiendo estado varias veces á riesgo de ser cogido
por los tiradores franceses, Es el collado de Tar--
wis el mas elevado de todos los Alpes Noricos y
dominan la Alemania, de suerte que el combate
se estaba dando en u na esfera superior á las nubes
en medio de la nieve y llanuras heladas. Allí "e
veian líneas enteras de caballeria derribadas y
hechas pedazos en aquel terrible campo de ba-
talla, y por lin después de haber hecho car-
gar hasta su último batallón abandonó el al'-
chiduque Carlos aquella posicion á su intrépi-
do contrario y se vió precisado á sacrificar la di-
vision de Bayalitsch. Dueño l\'Iassena de Tarwis
cae sobre esta última que llegaba y la ataca de
frente mientras que pOI' detras la estaban empu-
jando las divisiones de Guyeaux y Serrurier reu-




DIRECTORIO (17!-'7). 451
nidas bajo las órdenes de Bonaparte ; y en tal es-
tado no la quedó otro reCUl'SO mas que rendirse
prisionera de guel'ra. Una porcion de sus soldados
que eran naturales de la Carniola y de la Croacia
se escaparon por entre las montañas arrojando
sus fusiles, pero todavia quedaron 5000 hombres
en poder de los Franceses con todos sus bagages
y las administraciones y parques del ejército aus-
triaco que habian seguido el mismo camino, De
esta manera habia llegado Bonaparte en solos quin-
ee dias á la cima de los Alpes y por lo que hace
al punto inmediatamente sujéto á su mando habia
llenado su proyecto.


Tambien en el Tirol habia justificado Joubert
la confianza de su general en gefe dando comba-
tes gigantescos, pues los dos generales Laudon y
Kérpen ocupaban las dos orillas del Adige y. él
los habia atacado y batido en San Miguel matán-
doles 2000 hombres y haciendo 3000 prisioneros;
Despues persiguiéndoles sin descanso sobre Neu-
mark y Tramin donde les cogió otros 2000 hom-
bres habia conseguido repeler á Laudon á la iz-
quierda del Adige en el valle del Meran y á Ker-
pen hácia la derecha al pie del Brenner. Este úl-
timo reforzado en Clausen con unade las dos divi-
siones procedentes del Rhin habia sido batido á
pesar de eso, y vuelto á reforzar en Mittenwald
con la segunda división del Rhin, fue tambien ba-




458 REVOLUCION r RANCESA.
tido por la última vez y tuvo que retirarse del
otro lado del Brenner, Después de haber limpiado
Joubert el 'I'irol hizo un cuarto de conversión há-
cia la derecha y emprendió su marcha pOl' el Pu-
tersthal para irse á reunir con su general en gefe.
Era el primero de abril cuando ya Bonaparte era
dueño de la cima de los Alpes y de cerca de 20
mil prisioneros , yendo ya á reunir las divisiones
de Joubert y Massena con su cuerpo principal y
marchar sobre Viena con 50 mil hombres. Derro-
tado su adversario , hacía los mayores esfuerzos
para reunir sus despojos con las tropas que venian
del Rhin ; y este habia sido el resultado de aquc-
lla marcha tan rápida como atrevida.


Pero mientras que Bonaparte conseguia unas
ventajas tan prontas, estaba realizándose á sus es
paldas todo cuanto habia previsto y recelado; pOl'
que habiéndose sublevado las provincias venezia-
nas que tenian espíritu revolucionario, dieron
pretesto á su gobierno pal'a desplegal' fuerzas con-
siderables y ponel'se en disposición de aniquilar
alejél'cito francés en caso de algun reveso Las mas
pl'opensas á tales ideas eran las provincias de la
orilla derecha del Mincio , á causa de su inmedia-
cion con la Lomburdia. Habia en las ciudades de
Bel'gamo , Brescia , Salo y Crema muchas familias
de consideración , pal'a quienes era insoportable
el yugo de la nobleza del libro de 01'0, Y que




DIRECTORIO (1791). 459
apoyadas por un numeroso vecindario formaban
partidos poderosos. Si hubiese seguido los conse-
jos de Bonaparte , abriendo las páginas tdel tal li-
bro de oro y haciendo algunas modificaciones en su
antigua constitucion, hahria el gobierno de Ve-
nezia desarmado al temible partido que se habia
formado en todas las provincias de Tierra-Firme ,
pel'o la ceguedad comun á toda especie de aris-
tocracias, habia impedido aquella transacción y
hecho inevitable una revoluciono Facil es de de-
terminar la parte que en ella tomaron los France-
ses, el pesar de los absurdos inventados por el odio
y repetidos por la necedad. Estaba cOlupuesto el
ejército de 1talia de revolucionarios meridionales ,
es decir de gente fogosa, y no era posible que en
todas sus relaciones con los súbditos venezianos
dejasen de propagar su mismo espíritu y de escitar
Ia rebelion contra la mas odiosa aristocracia de
Europa; pero esto era inevitable, ni podian im-
pedirlo los generale3 ni el gobierno. Pero las in-
tenciones de Bonaparte y del directorio eran bien
claras, porque este último deseaba la caida natu-
ral de todos los gobieL'nos italianos , aunque es-
taba decidido á no tomar en ello ninguna parte
activa, y habia dejado libre á Bonaparte para con-
ducir todas las operaciones políticas y militares en
Italia. POI' lo que hace á este general, tenia de-
masiada necesidad de union, de. quietud y de




460 llEVOLUCION FRANCESA.
amigos á su espalda para pensar en revolucionar
á Venezia. Lo que mas le hubiera convenido era
una transaccion entre los dos partidos, pero se ha-
bia reusado esta igualmente que nuestra alianza,
y se proponia exigi r á su vuelta lo que no habia
podido conseguir pOI' medios suaves; pero por el
momento no queria intentar nada, mas ántes había
espresado al gobierno sus intenciones positivas en
este punto, y dado al general Kilmaíne la órden
formal y; esplícita de no tomar parte alguna en
los sucesos políticos y mantener la quietud lo mas
que pudiese.


Estaban las ciudades de Bergamo y dellrescia ,
que eran las mas acaloradas de la tierra-firme , en
comunicación con Milan, y en todas partes se
formaban juntas revolucionarias secretas pal'a cor-
responderse con los patriotas Milaneses, á quienes
pedian SOCOI'ros para sacudir el yugo de Venezia.
Ya no dejaban duda alguna las victorias de los
Franceses de la espulsion definitiva de los Aus-
triacos, y estaban completamente vencidos los pa-
tronos de la aristocracia, pues aunque los France-
ses afectasen neutralidad era claro que no emplea-
rian sus armas para sujetar al yugo á los pueblos
que le hubiesen sacudido; y asi se consideraban
libres todos los que se habian insurreccionado.
Así discurrian los Italianos ; y los habitantes de
Bergamo, como mas inmediatos á Milan, pregul1-




DIRECTOIUO (1797). 46 t
taron secretamente á los gefes milaneses si podrian
contar con su apoyo y con el auxilio de la legion
Lombarda mandada por Lahoz. Pero el Podestá
de Bergamo, Ottolini , aquel que como fiel agen-
te de los inquisiclores de estado, distribuia dine-
ro y armas á los paisanos y montañeses, tenia es-
pias entre los patriotas de Milan, y no solo su po
el rproyecto que se tramaba, sino que consiguió
una lista de los nombres de los principales habi-
tantes de Bergamo que eran agentes de la rebelión.
Inmediatamente despachó un correo á Venezia,
comunicándosela á los inquisidores y proponiendo
su arresto, pero noticiosos de aquel peligro los
habitantes de Bergamo , hicieron seguil' al porta-
dor de la carla, le agarraron y publicaron los nom-
bres de los que se hallaron comprometidos, cuyo
suceso decidió la esplosion. El dia 11 de marzo en
el momento mismo en que Bonaparte marchaba
sobre el Piavia principió el tumulto en Bergamo,
y aunque Ottolini hizo muchas amenazas, nadie
quiso escucharle. El comandante frances que Bo-
naparte habia puesto en el castillo con alguna
guarnicion para velar sobre los movimientos de
los montañeses del Bergamasco , redobló su vigi-
lancia y reforzó todos sus puestos. De una y de
otra parte invocaban su apoyo, pero él respondió
que de ningun modo podia mezclarse en las dis-
putas de los súbditos venezianos con su gobierno,




462 REVOLunON FIlANCESA.
y dijo que si habia doblado los puestos no era mas
que por precaucion y segur idad de la plaza que
se le habia confiado. Pero con solo ejecutar aque-
llas órdenes y permanecer neutral, 'favorecia lo
bastante á los de Bergamo , por lo cual se reunie-
ron estos al dia siguiente 12 de marzo , nombra-
ron una municipalidad provisional, declararon
lihre é independiente la ciudad de Bergamo y
echaron de ella al Podestá Ottolini , que se retiró
con las tropas venezianas. Inmediatamente envia-
ron una representacion á Milan para obtener el
apoyo de los Lombardos, y no podia menos de
comunicarse el incendio rápidamente á Brescia y
á todas las ciudades inmediatas. Se dieron prisa
los habitantes de Bergamo apenas emancipados á
enviar una diputacion á losde Brescia que se suble-
varon al instante, como que estaba alli desempe-
ñando el empleo de Podestá aquel Bataglia que
habia dado tan prudentes consejos en las delibe-
raciones del senado. No creyó este poder resistir,
y se retiró, quedando consumada la revolucion
de aquella ciudad el dia t 5 de marzo. Continuó
propagándose el incendio por el pie de las mon-
tañas, y se comunicó á Salo, donde tambien se
hizo la revolución apenas llegaron los Bergarnas-
quinos y los Brescianos , retirándose las autorida-
des:venezianas;, á vista y presencia de las guarni-
ciones francesas que permanecian neutrales, pero




DIRECTORIO (1797). 463
cuyo aspecto aunque silencioso daba grandes es-
peranzas á los rebeldes. Esta sublevacion del par-
tido patriota en las ciudades no podia menos de
decidir naturalmente al partido contrario que es-
taba en las montañas y en las campiñas, el cual
hallándose anteriormente armado por Ottolini,
recibió la seíial de los capuchinos y demas frailes
que vinieron á predicar en las aldeas, y se prepa-
raron á venir á saquear las ciudades insurgentes,
y si podian asesinar tambien á los Franceses. En
tal caso ya no podian los generales de esta nacion


. . . .permanecer en macetón por mas que qUISIesen ser
neutrales; pues conocian demasiado bien las in-
tenciones de ,los mon tañeses y aldeanos para su-
frir que tomasen las armas ; y sin querer dar nin-
gun apoyo al partido, se veian precisados á inter-
venir y comprimir al que anunciase intenciones
hostiles. Mandó inmediamente Kilmaine al gene-
ral Lahoz , comandante de la legion Lombarda,
que marchase hacia las montañas y se opusiese á
su armamento porque no queria ni debia ponel'
obstáculo á las operaciones de las tl'opas regula-
res venezianas , si venian contra las ciudades in-
surgentes, en caso de que se pl'eparasen á obrar
contra las ciudades insurreccionadas, mas tampo-
co queria sufrir una sublevacion, cuyo resultado
podia ser incalculable en caso de una derrota en
Austria. Al momento despachó correos á Bonapar-




REVOLUCION l' RANCESA.


te , é hizo acelerar la marcha de la división de
Victor, que volvia de los estados del papa.


El gobierno de Venezia como todos los gobier-
nos obcecados, que no quieren prevenir el peli-
gro concediendo lo que es indispensable conce-
del' , se asustó mucho de aquellos sucesos, cual si
fuesen imprevistos ; y al momento mandó mar-
chal' tropas que estaba reuniendo hacía mucho
tiempo, y las encaminó hácia las ciudades de la
orilla derecha del Mincio. Persuadido al mismo
tiempo de que los Franceses eran los que influían
secretamente.se dirigió al ministro de Francia La-
llemant para saber si en aquel estrerno peligro
podia contar la república de Venezia con la amis-
tad del directorio. La l'espuesta de este ministro
fue sencilla y dictada por la situacion, declarando
que no tenia instrucción alguna de su gobierno
para semejante caso lo cual era nluy cierto; pero
añadió que si el gobierno veneziano quería hacer
algunas modificaciones en su constitucion recla-
madas por las necesidades de los tiempos, creía
que la Francia las apoyaría con mucho gusto. No
podia dar otra respuesta Lallemant, porque si la
Francia habia ofrecido su alianza á Venezia con-
tra las demas potencias nunca contra sus propios
súbditos.ni podia ofrecérsela contra ellos sino con
la condicion de que el gobierno adoptase princi-
pios prudentes y racionales. Deliberó el gran con-




DIRECTORIO (1797). 465
sejo de Venezia sobre la respuesta de Lallemant y
habia ya muchos siglos que no se hacia pública-
mente una proposicionde alterar la constitucion ,
de suerte que de 200 votos solo tuvo en su favor
cinco. Hubo 50 que se declararon por que se to-
mára un partido enérgico, pero t SO se pronuncia-
ron por una reforma lenta y sucesiva, que debia
irse haciendo en tiempos mas sosegados, ó lo que
es lo mismo buscar una evasiva; y así resolvie-
ron enviar inmediatamente dos diputados á Bo-
naparte para sondear sus intenciones é invocar su
apoyo. Eligieron para ella uno de los sabios de
tierra firme J. B. Cornavo , y al famoso procurador
Pezaro, á quien ya hemos visto varias veces en
presencia del general. Alcanzaron á Bonaparte los
cerreos de Kilmaine y los enviados venezianos en
el momento en que sus atrevidas maniobras ha-
bian asegurado la linea de los Alpes y abierto lo.s
estados hereditarios , y se hallaba en Goriee ocupa-
do en arreglar la capitulacion de 'I'rieste. Supo
oon mucho sentimiento lo que ocurría á su espal-
da y no podía menos de ser así si se reflexiona
cuanta osadía y peligro hahia en su marcha sobre
Viena, aun cuando no lo indicasen bastantemen-
te sus cartas al directorio; discurriendo muy mal
los que se empeñan en decir que en ellas no 01.3-
nifestaba su verdadero modo de pensar, por'que
jamas disimuló todas las astucias que puso en


x, 30




466 REVOLUCION FANCESA.
práctica contra los gobiernos italianos. ¿Pero qué
recurso le quedaba en semejantes circunstancias?
Ciertamente no hubiera sido genel'oso lell él tra-
tal' de comprimir por la fuerza al partido que pro-
clamaba nuestros principios, que acariciaba y re-
cibia muy bien á nuestros ejércitos, dando prefe-
rencia al otro que estaba dispuesto a~ menor reyes
á aniquilar nuestros principios y nuestros ejél'ci-
tos; por lo cual resolvió aprovecharse de aquella
circunstancia para conseguir de los enviados de
Venezia las concesiones y auxilios que no habia
podido arrancarles. Recibió á los dos comisionados
con mucha atencion y les dió audiencia el dia 25
de marzo diciéndoles: es del todo imposible que
yo proceda contra mis amigos ·que nos han aco-
gido bien y quieren defendernos, y mas aun el
que me declare en favor de nuestros enemigos que
nos detestan y se proponen degollarnos. Una po-
lítica tan baja dista tanto de mi corazon como de
mis intereses , y nunca prestaré mi auxilio contra
los principios de la revolucion francesa á quienes
debo en parte los sucesos de mis armas. Pero vuel-
YO á ofrecer á ustedes otra vez mi amistad y mis
consejos. Unanse francamente á la Francia y acér-
quense á sus principios haciendo modificaciones
indispensables en vuestra constitucion , en. cuyo
caso: yo respondo de todo, y sin usar de violencia
porque esta es imposible de mi parte, estoy segll-




nIRECTORIO (1797).!~67
'ro de obtener pOI' mi influjo con el pueblo italia-
no, y con la seguridad de un ré.gimen mas .racio-
nal la vuelta del sosiego y de la paz, en. la cual
son ustedes tan interesados como yo.


Mas no con venia aquel lenguage tan sincero co-
mo prudente 3 los enviados vcuezianos , y nlU-
cho menos á Pezaro , sino que deseaban: que Bo-
naparte les restituyese las fortalezas que les había
t-omado pOI' precaución en Bergarno , Brescia y
Verona; que tolerase el armamento del partido fa-
nático contra el patriota, y permitiese que se for-
mara detras de él una nueva Vendée. No era este
el medio de entenderse con Bonaparte , cuyo ca-
rácter era demasiado vivo , y así trató IDUY mal á
los dos enviados recordándoles el mal proceder de
los Venezianos con el ejército frances y dec1aráfl-
deles que sabia muy bien cuales eran sus dispo-
siciones secretas y sus proyectos; pel'o que estaba
en disposición de reprimirlos pu~s tenía un ejér-
cito en Lombardía que velaba sobre ellos. Se agrió
bastante la conferencia y se tocó la cuestion de
los suministros. Hasta entonces había estado pro-
veyendo Venezia de víveres al ejército frances ',y
estaba autorizado Bonaparte á exigirlos al mismo
tiempo que alimentaba al ejército austriaco , y
pretendiau ahora que una vez que se hallaba Bo-
naparte en los estados hereditarios, cesara de pe-
dírselos el ellos. Pero de ningun modo era esta fa




468 REVOLUCION FRANCESA.
intencion del general, sino que se proponía no
pedir nada á los habitantes del Austria para con-
ciliarse su afecto. Los proveedores que estaban
secretamente encargados por el gobierno venezia-
no de suctir al ejército, habian cesado los sumi-
nistros y había sido preciso acudir á las requisi-
ciones en los estados venezianos. No agradaba á
Bonaparte aquel medio tan vicioso y que tanto
grava al habitante dando lugar á horribles dilapi-
daciones, y asi les propuso que le diesen 'un mi-
lIon de francos al mes mientras durase (aquella
campaña que no podía ser larga, y que luego
arreglasen sus cuentas con la república francesa,
que les agradeceria mas aquel millon, que todos
los males sufridos por las requisiciones. Ademas
les dijo, ustedes han estado alimentando á todos
mis enemigos, y dándoles asilo, y así es justo que
me concedan la recíproca. A esto respondieron los
dos enviados que el tesoro estaba arruinado.-
Pues si lo está, replicó Bonaparte, tomen ustedes
dinero del tesoro del duque de Módena, que han
ocultado con perjuicio de mis aliados los MQdene-
ses; tómenlo tambien de las propiedades de los
Ingleses, Rusos y Austriacos, y de todos mis ene-
migos que conservan en depósito. Separáronse
unos y otros de mal humor, pero hubo otra en-
trevista al dia siguiente, en la cual ya mas sose-
gado Bonaparte renovó todas sus proposiciones, y




DlRECTOIUO (1797). 469'
Pezaro no condescendió con alguna de ellas, Pl'O-
metiéndole únicamente informar al senado de to-
<los sus pedidos. Entonces Bonaparte , cuya irri-
tacion iba subiendo :de punto cogió á Pezaro por
el brazo y le dijo: tenga usted entendido que le
observo y adivino sus pensamientos y no ignoro 10
que me preparan; pero cuidado ¡conmigo porque
si mientras estoy ocupado en una empresa lejana
asesinan ustedes á mis enfermos, atacan mis de-
pósitos, ó amenazan mi retirada liabrán firma-
<lo su ruina. Lo que tal vez podría yo perdonar
mientras permanezco en Italia, sería un crimen
irremisible mientras que me encuentro compl'o-
metido en Austria. Si ustedes toman las armas,
deciden ó mi pérdida ó la suya, y usí medítenlo
bien y no espongan al Leon enfermizo de San
:Marcos contra la fortuna de un ejército que toda-
via encontraria en SllS depósitos y hospitales con
(Iue atravesar las lag"unas y acabar con todos uste-
des. Aquel lenguage enérgico asustó á los envia-
dos veuezianossin convencerlos, los cuales escri-
bieron inmediatamente el resultado de aquella
conferencia, y al mismo tiempo ¡tampoco se des-
cuidó Bonaparte en escribir á Kilmaine que re-
doblase su vigilancia, que castigase á los coman-
dantes franceses si se escedian de los Iimites de
la neutralidad y que desarmara á todos los mon-
tañeses y los paisanos.




Pero estaban tan adelantados los StlCCSiJS quC'
era imposible detenerlos ponl'le la insurreccion
de Bergarno se habia verificado el 12 de mal'ZO, la
de Brescia el 17 , la <lc' Salo el 24 'y ya el 28 hizo
su revolucion la ciudad de Crema y las tropas
frances-as se encontraron comprometidas. por ne-
cesidad. Preseutose Ú las puel'las de Créma un
destacamento que preccdia ú la división de Víctor
(lue volvia de Lombardia y la sola vista de las tro-
pas francesas no podia menos de aumentar el atre-
vimiento y esperanzas de los patriotas en aquel
momento de fermentucion ; pero el Podestá vene-
ziano que estaba sumamente asustado reusó al
principio la entrada á los Franceses aunque lue-
go dejó entrar ú 40 los cuales se apoderaron de
las puertas de la ciudad y las abrieron para to-
dos los dernas Franceses que llegahan. Entonces se
a provecharon de aquella ocasion los patriotas, se
insurreccionaron Jos habitantes y despidieron al
podestá venez.iano. Los Franceses no habían to-
mado aquel partido mas {lue por abrirse paso pe-
ro los patriotas se valieron de él p,ua sublevarse,
pue3 cuando la gente está dispuesta cualquier mo-
tivo basta v los sucesos mas involuntarios suelen


.;


tener resultados que aparecen como complicidad
donde no hay semejante cosa. Esta fué la situa-
cion de los Franceses á pesar de que no cabe la
menor duda de que ellos deseaban individual-




DIRECTORIO (1797). 471
mente la revolución pero que ostensiblemente ob-
servaban neutralidad.


Escitados los paisanos y montañeses por los frai-
les y los agentes del senado de Veuezia estaban
inundando las campiüas , y ya iban desembarcan-
do los regim>ientos Esclavones de las lagunas para
dirigirse á la tierra firme contra las insul'l'cccio-
nadas. Habia dado Kilrnaine sus órdenes y puesto
en movimiento la legion Lombarda para desur--
mar á los paisanos, y aun se habian ya verificado
algunas escaramuzas é incediádose algunas aldeas,
cogido y desarmado algunos aldeanos; pero tam-
hien estos por su parte principiaban á saqueal' las
ciudades y á deg'ollar Franceses Ú quienes desig-
naban con el nombre de Jacobinos, y no conten-
tos con eso martirizaban de una manera horrib]e
á los que encontraban aislados. Hicieron su con-
tra-revolucion ,en Salo , pel'o á COl'tO rato acudió
un tropel de habitantes de Bergamo y Brescia
apoyados por un destacamento de los Polacos de
la legion Lombarda con ánimo de echar de allí á
los montañeses. Algunos individuos que habian
sido enviados para parlamentar fueron atraidos
hácia la ciudad y degollados , el destacamento en-
vuelto y batido y 200 polacos hechos prisioneros
y remitidos á Venezia, Cogieron en Salo, en Ve-
rona yen todas las ciudades venezianas á los pal'-
tidarios notorios de los Franceses y los encerraron




472 REVOLUClON «'lUNCESA.
en las cárceles, en términos que animados los irr-
quisidores de estado con aquella miserable ven-
taja, se mostraron dispuestos á ejercer crueles ven-
ganzas. Dícese que se prohibió limpiar el canal de-
Orfano que, como es notorio estaba, destinado á
ahogar en él á los prisioneros de estado. En me-
dio de todo el gobierno de Venezia procuraba en-
g-añar á Bonaparte con muestras de' una condes-
cendencia aparente, y concedió el millon men-
sual que habia pedido, sin que por eso cesara
el asesinato de los Franceses en cualquiera par-
te donde Jos encontraban aislados. Ibase agra.-
vando demasiado la situacion , y Kilmaine envió
nuevos correos á Bonaparte, el cual se encolerizó-
mucho al saber los combates de los montañeses,
el suceso de Salo, la prisión de los 200 polacos
y de todos los partidarios de los Fra nceses y los
asesinatos cometidos contra estos. Inmediatamen-
te escribió una carta fulminante al senado en la
cual recapitulaba todas sus quejas y pedia el des-
arme de los montaíieses , la libertad de los presos,
y encarg-ó á J unot que la llevase el mismo y se la
leyese al senado, dando al mismo tiempo órdeu á
Lallemant para qne saliese inmediatamente de
Venezia declarando la guerra en caso de que no
se accediese á todas aquellas demandas.


Durante aquel tiempo iba bajando á pasos de
gigante de las alturas de los Alpes Noricos al va-




DIRECTORIO (1797). 473:
lle del mar, siendo la principal esperanza de
aquella marcha temeraria la próxima entrada en
campaña del ejército del Rhin y su inmediata lle-
gada al Danubio. Pero recibió un pliego del direc-
torio que le quitaba toda esperanza sobre este
punto, porque era tal la escasez de la tesorería
que no podia suministrar al general Moreau a~gu­
nos centenares de miles de francos indispensables
para adquirir un equipage de puente, con que
pasar el Rhin. Al ejército de Hoche que ocupaba
los dos puentes y estaba pronto á marchar, no se
atrevian á esponerle solo mientras que Moreau
estaba del otro lado ,exagerando tambien Carnot
en su carta los retardos que habia de sufrir toda-
vía la entrada en campaña de dos ejércitos, y pri-
vando de toda esperanza al generaL Este se quedó
aturdido con semejante carta porque tenia la ima-
ginacion viva y pasaba con facilidad de la estre-
ma confianza al mayor desaliento, llegando á pel'-
suadirse á que ó se proponia el directorio perder
el ejército de Italia y á su general, ó que los de-
mas reusaban ayudarle. Escribió una carta muy
amarga sobre la conducta de los ejércitos del Hhin
y dijo que jamas una Jínea de agua era un obstá-
culo suficiente, como lo había demostrado el mis-
IllO, pues siempre se podía pasar un rio cuando
hahia buena voluntad de hacerio, y algunas ve-
ces solia perderse la gloria por no aventurarla;




474 REVOLUCJON FRANCESA.
que él habia atravesado los Alpes con tres pies de
nieve y de hielo', y si hubiera calculado como sus
camaradas, jamas se habria atrevido á hacerlo; que
si los soldadas del Rhin dejaban solo y espuesto
al ejército de Italia en Alemania, era preciso que no
tuviesen sangre en las venas; y por último que si aquel
valiente ejército quedaba abandonado, se reple-
garia, y la Europa seria juez entre él y los dernas
ejél'citos de la república. Como todos los hombres
apasionados y orgullosos, gustaba Bonaparte de
quejarse y exagerar los motivos de sus quejas,
pues por mas que digel'a, ni pensaba en retirarse
ni tampoco en detenerse, sino en llenar de asom-
bro al Austria con una marcha rápida y obligarla
á aceptar la paz, cuyo provecto era auxiliado por
por las circunstancias. Reinaba el terror en Viena
y la corte estaba nluy inclinada á transigir , como
se lo aconsejaba el principe Carlos, aunque toda-
via resistia el ministerio, que estaba entregado á
la Inglaterra. Eran tan moderadas las condiciones
que se le habian dictado á Clarke ántes de las vic-
torias de Arcole y de Rivoli que fácilmente po-
día conseguirse Ia adesion del Austria , no solo
á todas ellas, sino tamLien á otras mejores, y
Bonaparte reunido con Joubert y Massena iba
con 45 Ó 50 mil hombres bajo sus órdenes, y con
semejante masa no temia una batalla general por
gl'ande que fuese el poder del enemigo. Fundado




DIRECTOnlO (1791). 475
en todas estas razones, resolvió hacer una indica-
eion al príncipe Carlos, y si no respondia á ella
caer sobre él con ímpetu y darle un golpe tan
pronto y fuerte que no pudiera resistir á sus
ofertas. i Que gloria para él si solo, y sin apoyo y
trasportado al Austria por un camino tan es-
traordinario lograba imponer la paz al empe-
rador' !


Estaba el 3 t de marzo en Klagenfurth al tiem-
po que Joubert concluia su movimiento pOl' la iz-
quierda , é iba á reunirse con él. Bernadotte á
quien habia destacado para atravesar la calzada
de la Carniola, se habia apoderado de Trieste , de
las ricas minas de Idria y de los almacenes aus-
triacos, é iba á llegar por Laibach y Klagenfurth.
En aquel mismo dia escribió al príncipe Carlos
una carta memorable diciéndole: <l Señor general
«( en gefe, los militares valientes hacen la guerra
« y desean la paz. ¿ No dura ya esta lucha des pues
« de seis años, y no hemos matado bastante gente
({ ni causado bastantes males ála triste humanidad?
«Esta reclama la paz de todas partes, y la Europa
4l que habia tomado las armas contra la república
« francesa, las ha depuesto y así solo queda ya
« vuestra nacion; y sin embargo vá á correr la san-
«gre con mas abundancia que nunca. Esta sesta
« campaña se anuncia con presagios siniestros, y
e; cualquiera que sea su éxito mataremos algunos




476 REVOLUCION FU.ANCRS.\.
cr miles de hombres de una y otra parte y al fin
« será necesario entenderse ,~porque todo tiene tér-
«mino en el mundo hasta las pasiones renco-
« rosas.


« El directorio ejecutivo de la repúhlica france-
e sa habia significado á S. M. el emperador su de-
« seo de poner fin á la guerra flue está asolando á
« los dos pueblos; pero se opuso á ello la inter-
« vencion de la corte de Londres. ¿No hahria es-
({ peranza de entendernos, y hemos de continuar
« degollándonos por los intereses y pasiones de una
e nacion á quien no alcanzan los males de la guer-
« ra ? Vos, señor general en gefe, que por vuestro
({ nacimiento estáis tan cerca del trono y sois tan
«superior á las mezquinas pasiones que frecuen-
e: temente animan á los ministros y á [los gohier-
ce nos, j,estais decidido á merecer el titulo de bien-
({ hechor de toda la humanidad y :de verdadero
« salvador de la Alemania? No creais , señor gene-
« ral en gefe, que con Esto quiero dar á entender
( que no sea posible salvarla por la fuerza de las
« armas, sino que aun en la suposición de que os
« sean favorahles los sucesos de la guerra, no por
C( eso dejaria de quedar arrasado el país. Por lo
« que hace á mí, señor general, si esta insinuación
« que tengo el honor de haceros puede salval' la
« vida á un solo hombre, me tendré pOI' mas fe-
e Iiz con esta corona cívica que creeré haber me-




DIRECTORIO (1797) 477
( recido, que con toda la triste gloria que pudie-
({ ran darme los sucesos militares. »


No podia el archiduque Carlos 'aceptar aquella
apert~ra porque todavia no habia tomado deter-
minacion el consejo áulico; pero en [aquel 'mo-
mento se estaban embarcando en Viena 1~s mue-
bles y papeles mas preciosos de la corona, por el
Danubio y se enviaban á Hungria los jóvenes ar-
chiduques y archiduquesas, preparándose la cor-
te á evacuar la capital en caso apurado. Respon-
dió el archiduque al genel'al Bonaparte diciéndole
que deseaba la paz tanto como él, pero ,que no
tenia facultades para tratar de ella y era necesario
dirigirse directamente á Viena. Con esto avanzó
Bonaparte el primero de abril por entre las mon-
tañas de la Carinthia y persiguió y arrolló la re-
taguardia enemiga en San Weith y en Freisach, y
en la tarde de aquel mismo dia encontró al ar-
chiduque , que habia tomado posicion delante de
las estrechas gargantas de Neumarck con los res-
tos de su ejército del Frioul y con cuatro divisio-
nes llegadas del Rhin que eran las de Kairn 11 ,
Mercantin l2, el príncipe de Orange y la reserva
de granaderos. Trabóse un combate furioso en
aquellas gargantas, quedando tambien todo el ho-
nor de é"l á Massena , y los soldados del Rhin de-
safiaron á los antiguos soldados del ejército de Ita-
lia sobre quien ~vanzaria mas pronto y mas lejos,




478 REVOLUCION FRANCESA.
en términos que despues de una accion "encal'ni-
zada,en que el archiduque perdió 3,000 hombres
en el campo de batalla y 1,200 prisioneros, todo
fue arrollado á la hayoneta y vencidas las gargan-
tas. Al dia siguiente marchó Bonaparte sin des-
canso desde Neumark á Unzmark , entre cuyos dos
puntos venia á parar el camino traversa] que unia
la gran calzada del Tiro] á la de la Carinthia por
donde llegaba Kerpen perseguido por Joubert,
Queriendo el archiduque tener tiempo pal'a reu-
nir consigo á Kerpen , propuso una suspensión de
armas, con el fin , segun decian , de tomar en con-
sideracion la carta del 31 de marzo. Respondió
Bonaparte que no obstaba el negociar para batirse
y continuó su camino. Al día siguiente 3 de abril
dió todavia otro violento combate en Unzmark
donde hizo 1,500 prisioneros, entró en Knitelfeld
y ya no encontró obstáculo alguno hasta Leoben ,
donde entró la vanguardia el dia 7 de abril. Ker-
peo habia hecho un rodeo inmenso para reunirse
con el archiduque, y Jourdan se habia dado la
mano con el ejército principal.


El dia mismo en que Bonaparte entraba en Leo-
hen , llegaron al cuartel general el teniente gene-
ral Bellegarde gefe de estado mayor del príncipe
Carlos, y el general nlayor Merfeld, en nombre
del emperador que se habia intimidado con la rá-
pida marcha de los Franceses y solicitaba una sus-




DIRECTORIO (1797). 479
pension de armas, por diez dias. Bien conocia Bo-
naparte que una tal suspension daba al archidu-
que tiempo para recibir sus últimos refuerzos del
Rhin , reponer todas las partes de su ejército y
tornar aliento, pel'o el mismo tenia gran necesidad
de él y ganaba la ventaja de reunir á Bernadotte
y Joubert , fuera de que tenia P01' sincero el deseo
de negociar, y así concedió cinco dias de suspen-
sion de armas para dar tiempo de llegar á los ple-
nipotenciarios y firmar los preliminares. Firmóse
el convenio el dia 7 de abril y debia terminar
precisamente el 12 ; Y así estableció su cuartel ge-
neral en Leoben y dirijió la vanguardia de Masse-
na sobre el Simmering ,que es la última altura
de los AIJles Noricos á 25 leguas de Viena, de don-
de se alcanzan á ver los campanarios de aquella
capital. Empleó aquellos cinco días en descansar
y reunir sus columnas, é hizo una proclama á los
habitantes para tranquilizados acerca ¡de sus in-
tenciones, uniformando los hechos con las pala-
hras , pues no permitió que el ejército tomase na-
da sin pagarlo.


Agual'dó Bonaparte el término de aquellos cin-
co dias muy dispuesto á dar otro g'olpe que au-
mentase el terror de la corte imperial si todavía
no estaba bastante asustada ; pel'o todo se prepa-
raba en Viena para ponel' fin á aquella lucha lar-
ga y cruel que habia durado seis años y hecho




480 REVOLUCTON FRANCESA.
derramar torrentes de sangl'e. Estaba enteramente
desacreditado el partido ingles en el ministerio y
próximo á caer en desgracia Thngut 13. Los habi-


r


tantes de Viena pedian á gritos la paz; el mismo
archiduque Carlos, el héroe del Austria, la estaba
aconsejando y declaraba que el imperio no podia
salvarse con las armas, á cuyo dictámen se incli-
naba tambien el emperador, Por último se decidió
y despachó al instante hácia Leoben al conde de
Merfeld y al marques de Gallo lit embajador de
Nápoles en Viena, habiendo sido elegido este úl-
timo por influjo de la emperatriz, que era hija
de la reina de Nápoles y se mezclaba mucho en
los negocios. Consistian sus instrucciones en fir-
mar los preliminares que habian de servir de ba-
se para tratar mas tarde de la paz definitiva. Lle-
gal'on el13 de abril por la mañana en el instante
en que por estar concluida la tregua iba á man-
dar Bonaparte atacar las avanzadas, y declararon
tener plenos poderes para acordar las bases de la
paz. Se declaró neutral un huerto quehahia en las
inmediaciones de Leohen y se empezó á negociar
en medio de los bivaques del ejército francés. Con-
vertido el jóven general de repente en:negociador,
no habia hecho nunca el menor aprendizage di-
plomático , pero habia ya un año que se veia pre-
cisado á tratar los mas grandes negocios que pue-
den ocurrir en la tierra, y como le rodeaba ma-




nIUECTORIO (1797). 481
yor glol'ia que á ningun otro de su siglo, era su
. .


lenguage tan imponente como su persona, y asi
representaba gl011iosé\mente á la república france-
sao Ninguna mision hahia recibido para negociar
sino que era Clarke quien tenia todos los poderes
pal'a ello, y aunque ya le hubiera enviado á Ha-
mar no habia llegado todavia al cuartel general.
Pero podia considerar los preliminares de paz co-
mo un armisticio , y esto ya entraba en las atribu-
ciones de los generales, fuera de que estaba segu-
ro de que Clarke firmaria todo lo que él hubiese
hecho, y asi entré inmediatamente en convcrsa-
cion. El mayor apuro para el emperador y sus en-
viados er.i el negocio de la etiqueta, porque segun
un uso antiguo, tenia el em perador sobre los re-
yes de Francia el honor de la iniciativa, y sienl-
pI'e se le nombraba el primero en el protocolo de
los tratados, teniendo sus embajadores la prefe-
rencia sobre los Franceses.. Este era el único sobe-
rano á quien la Francia concedía este honor, y los
dos enviados del emperador consentian en recu-
necer inmediatamente á la república francesa con
tal que se conservase aquella antigua etiqueta,
pero respondió Iiéramente Bonaparte que la re-
pública francesa no tenia necesidad de ser recono-
cida, porque era en Europa lo que el sol en el ho-
rizonte, y tanto peor pal'a los ciegos que no saben
vede ni aprovecharse de él. Por tanto reusó el al'..


X.




482 RHVOLUCION FRANCESA.
ticulodel reconocimiento, y en cuanto á la eti-
queta declaró que aquellas cuestiones eran muy
indiferentes para la república francesa , y que po-
drian entenderse sobre ellas con el directorio , el
cual no dudaba que estaria muy dispuesto á sa-
crificarlas por intereses mas verdaderos y efecti-
vos, y que pOI' el momento debia tratarse sobre
el pie de perfecta igualdad teniendo alternativa-
mente la preferencia los embajadores del empe-
rador y los de la república.


En seguida se principiaron á tocar cuestiones
mas esenciales, y entre ellas la mas importante de
oda s que era la cesion de las provincias bélgicas
á la Francia , cosa que no podia reusar el Austria.
Se convino desde luego en que el emperador aban-
donaria á la república todas aquellas provincias
suyas y que ademas consentiria ,como miembro
del imperio germánico en que la Francia esten-
diese sus límites hasta el Rhin. Pero la dificultad
estaba en encontrar indemnizaciones, y el empe-
rador exigia que se le diesen las suficientes, bien
en Alemania ó bien en Italia. Dos medios habia
para proporcionárselas en Alemania, que eran
darle la Baviera , ó secularizar diferentes estados
eclesiásticos del imperio. La primera idea habia
sido ya muchas veces objeto de la di plomacia euro-
pea; y la segunda era un pensamiento de RewbeIl,
qu~ consideraba este medio como el mas conve-




·nlRECTOlUO (1797). ,~83
urente y conforme con el espíritu de la rcvolucion.
F.4l;,efeclo había pasado ya el tiempo en que unos
obispos se hubiesen convertido en soberanos tem-
porales ,y no dejaba de ser ingenioso hacer pagar
á la potestad eclesiástica los engrandecimientos
que recihia la república francesa" Pero era dificil
que tolerase la Prusia los aumentos del empera-
doren Alemania , y fuera de eso ,si se le daba la
Baviera , era necesario indemnizar al príncipe á
quien se despojaba. Ultimamente hallándose los
estados d(Alemania bajo el inmediato infinjodel
emperador , no ganaba mucho con su adquisición,
y preferia engradecimientos en Italia,que añadian
nuevos territorios á su poder, y así se pensó en
proporcionarle indemnizaciones en este último


.


remo.


Si se hubiera querido consentir en darle inlne-
diatamente la Lombardia , y t-omado el compro-
miso de conservar en su estado actual la república
de Venezia y no hacer que llegase la democracia
hasta las fronteras de los Alpes., al momento ha-
bría consentido el emperador en la paz y recono-
cido la república Cispadana , campuesta del du-
cado de Módena, las~doslegaciones y la Romania..
Pero eso de volver á entregar la Lombardia al yu-
go del Austria, después de haberse decidido tan-
to por nosotros, haber hecho tantos esfuerzos y
sacrificios y comprometido á tantos habitantes




484 REVOLUCION "'IlANCESA.
hubiera sitio un acto tan odioso como débil, por-
que nuestra situación perrnitia exigir mucho mas.
Era pues indispensable asegurar la independen-
cia de la Lombardia y buscar en Italia otras com-
pensaciones que indernnizáran al Austria de la
doble pérdida de la Bélgica ¡y de la Lombardia.
Habia para ello un medio muy sencillo, que mas
deuna vez habia ocurrido á los diplomáticos euro-
peos y lisongeado también mas de una vez al Aus-
tria yentristecido á Venezia, que era darla los es..
tados Venezianos. Las Provincias Iliricas , la Istria,
y toda la Alta Italia desde ellzonzo hastael Oglio
formaban unas ricas posesiones y podian compen-
sar sohradamente al Austria; y ademas se encon-
traba Bonaparte lleno de indignacion pOI' el mo-
do con que se habia conducido la aristocracia: ve-
neziana, por su constante negativa de aliarse con
la Francia, por sus armamentos secretos, LCUYO
objeto evidente era caer SObl'C los Franceses al pri-
mer reyes que esperimentáran , pOI' la reciente
sublevacion de los montañeses y paisanos y POl'
el asesinato de los Franceses. Por otra parte no
debia hacer ningun escrúpulo el general de ceder
aquel territorio, despues de portarse tan mal con
él, si el emperador no le hacia tampoco de acep-
tar sus despojos despues que Venezia se habia ar-
mado secretamente en su favor. Ademas no faltaba
tampoco con qué indemnizar-á Venczia, porque allí




DIHECTORIO (1797). 485
estaba la Lornbardia , el ducado de Módena , las
legaciones de Bolonia y Forrara y la Romania que
eran unas provincias ricas y considerables, pues
aunque parte de ellas componian la república
Cispadana , se podia indemnizar á Venezia con las
demas, Este arreglo pareció el mas :conveniente y
quedó acordado por la primera vez el principio
(le indemnizar al Austria con las provincias de
tierra firme de Venezia , salvo á compensar á esta
con otras provincias italianas.


Se <lió parte á Viena, q ue no distaba mas que
25 leguas, y al momento se aprobó aquel género
de indemnización * , y se fijal'on sin dilación al-
guna los preliminares de la paz, divididos en
artículos que luego sirvieron de base á una ne-
gociacion definitiva. Abandonaba el emperador á
la Francia todas SUi posesiones de los Paises Bajos,
"Y consentía, como miembro del imperio, en que


,. Ya lo creo , por que eso de p;lsar el Austria <Í S('I' tina
potencia marítima, que era el objeto mas vivo y mas antiguo
<le sus deseos, y adquirir después de mil derrotas grandes
desembocaderos en el Adriático, era un equivalente muy Stl-
peruhundantc <Í la pérdida de las pr~vill<'ias belgas, que lejos
<le servirlu de nadu , la eran mas bien grav\}sas por hallarse
perpetuamente en estado de insurrecciono Esta misma refle-
xion es a plicahle al tratado de Campo-Formio en (llIe sin re-
bajar nada de la glOl'ia militar de Bonaparte , fue verdadera-
ruante burlado por la politica de los nq;ociadol'cs austriacos
harto mas diestros y sagaces que los Franceses. {N. del T.}




nzYOUrCION FlUNCES,\.


la república adquiriese el límitc del Rlrin. Acle.
mas renunciaba ft la Lombardía , y en cambio de
estos sacrificios , reeibía los estados venezjanos. de
Tierrn firnre , la Il iria , la Istria V la. Alta Italia
hasta el Oglio. Venezia qued iba independiente,
conservaba las rsras Jónicas V debía recibir com-


.J


pensaciones con las provincias que estaban á dis-
posiciorr de fa Francia. El emperador reconocía las
repúblicas que iban á fundarse en Italia, y el ejér-
cito fi-ances dehia retirarse (le tos 'estados austria-
cos y acantonarse en la frontera, es decir, evacuar
la Carinthia y JaI Carniola y situarse en el Izonzov
en los desembocaderos del Tirol, Todos los con-
venios relativos á las provincias y gobierno de Ve-
nezia dehian hacerse de comun acuerdo con el
Austria. Habían de abrirse dos congresos, el uno
en Berna para la paz particular con el emperador,
y el otro en una ciudad de Alemania para la paz
con el imperio : debiendo quedar terminada la paz
con el primero en el término dc tres meses, so
pena de quedar anulados los preliminares. Tenia
muchos motivos el Austria para acelerar la <.'on-
clusion del tratado definitivo, y el principal de
todos consistía en entrar cuanto ántes cn posesión
de las provincias venezianas á fin dc (¡ue no tu-
vieran tiempo los Franceses para esparcir en ellas
las ideas revolucionarias.


Tenia Bonaparte el proyecto de desmembrar la




Dll\ECTORlO (1797). 487
república Cispadana, compuesta del ducado de
lUódena, las dos legaciones y la ¡Romania ; reunir
el ducado de Módena á la Lombardia y '~omponer
una repúhlica Cisalpina , cuya capital sería Milan.
Luego queria dar á Venezia las dos legaciones y
la Romania, sugetando ántes á su aristocracia y
modificando su constitucion. De aquella manera
existirían dos repúblicas en Italia aliadas de la
Francia á quien deberian su existencia, y dispues-
tas á concurrir á todos sus planes. Tendria la Ci-
sa1pina por frontera el Oglio , que era muy fácil
de atrincherar j y aunque no tuviese á Mantua,
pOl'que esta plaza con todo ei¡ Mantuano, quedaba
por el emperador , podia muy bien hacerse ,de
Pizzighitone ,á orillas del Adda, una plaza ;de
primer órden y ademas se podian volver á levan-
tar y componer los muros de Bergamo y de Cre-
ma. La república de Venezia con sus islas, con el
Dogado y la Polesina que se haria todo lo posible
por conservarla y con las dos legaciones y la Ro-
mania que se la agregaria igualmente que la pro-
vincia de Massa CalTal'a y el golfo de Spezia que
podria añadírsele en el Mcditel'raneo sería una
potencia marítima en contacto á un tiempo con
los dos mares.


Preguntan algunos por qué Bonaparte aprove-
chándose de su situacion no quiso echar entera-
mente á los Austriacos de la Italia, y sobre todo




A8R REVOLUCION FRANCESA.
por qué les indemnizaba á costa de una potencia
neutral y POl' medio de un atentado semejante al
del repartimiento de la Polonia. Pero la primera
respuesta que ocurre es saber si era posible eman-
cipar enteramente la Italia, porque era necesario
haber vuelto á trastornar toda la Europa pal'a ha-
cerla ((ue consintiese en la deposición del papa,
del rey del Piamonte,clel gran duque de Toscana
de los Borbones de Nápoles y del prínci pe de Par-
ma, ¿, Tenia la república francesa los recursos ne-
cesarios para una empresa de tan gran tamaño '!
;, No era ya demasiado esparcir en aquella campa-
ña los gél'lnenes de la libertad , fundando dos re-
públicas desde las cuales seria fücil muy pronto
estenderse á todos les estrernos de la península?
Ninguna semejanza habia entre el repartimiento'
de los estados venezianos y el atentado cúlehre
que tantas veces se ha echado en cara en Europa.
La Polonia fue dividida por las potencias mismas
(lue la habian sublevado después de haberla pro-
metido solemnemente sus auxilios. Al contrario
Venezia habia reusado constantemente la amistad
ofrecida por la Francia y se preparaba á hacerla
traicion y sorprcnderlu en un momento de con-
trariedad. Si de alguno podia tener queja era de
los Austriacos", en -cuyo favor se proponia hacer
traición á los ,Franceses. La Polonia era una po-
tencia cuvos límites estaban solemnemente traza-


.,¡ -




DIRECTORIO (1797). 489'
dos en el Dlapa de Europa y cuya ~'¡nderendencia
estaba, digámoslo así, recomendada por la misma
naturaleza y era necesaria para el reposo del Oc-
cidente ; cuya ~constitucion aunque viciosa no ca-
recia de generosidad ,! y cuyos ciudadanos indig-
namente vendidos habian desplegado un valor
digno 'de elogios é inspirado interés á las naciones
civilizadas, POI' el contrario Venezia no tenia otro
territorio natural que sus propias lagunas porque
jamas su poder había consistido en sus posesio-
nes de tierra firme y no se la destruia porque se
cambiasen algunas de sus provincias pOT otras.
Ademas su constitucion era la mas inicua de Eu-
ropa y su gohieJ'no aborrecido de sus propios súb-
ditos y su perfidia y cobardia no le daban derecho
alguno á la consideraeion agelJa ni á la existencia
propia. * No habia pues cosa comparable entre el


,. Preciso es confesa,' que todas estas razones hacen mu-
cho honor al ingenio de ]\fr. Thiers , pero ninguno por cierto
á la imparcialidad y á la filosofía propias de la histnrra.Por mas,
frases que se acumulen á falta <le buenas razones, la tiranía
cgercida con Venezia fue de la misma clase que la practicada
con la Poloni.. ,añadiéndose la torpeza del mal cálculo polí-
rico en haberla cedido al Auvn-ia , por la razou <jue ya deja-
mos indicada en la nota anterior. ¿ Qué la importaban á la
Francia los vicios de la constitucion y gobierno veneziano , ni
la be nerosidad lJ ue quiere su pOllerse á la constitucion polaca?
¿ Y qué siguilica eso de teuer un territorio natural, cuya ca-
lidad reusa nuestro autor á las provincias sugetas de tiempo




,~90 REVOLUCION FRANCESA.


repartimiento de la Polonia y el que se hizo con
las provincias de Venezia sino el modo de pro-
ceder del Austria.


POI' otra pal'te para dispensarse de dar aquellas
indemnizaciones á los Austriacos era necesario
echarlos enteramente de Italia y esto no podia ve-
rificarse sino tratando con ellos dentro del mismo
Viena; pel'o para eso era indispensable el concur-
so de los ejércitos del Rhin, y lo que le escribian
á Bonaparte era que no podrian entrar en campa-
ña ántes de lun mes.. En semejante situacion no le
queda ba otro recurso mas que retroceder para
aguardar su entrada en campaña , y esto le espo-
nja á muchos inconvenientes, pOl'que hubria dado
tiempo al archiduque para pl'cpal'ar un ejército
fOl'midaLle contra él y ú que se levantase en ma-
sa la Hungria y le acometiese pOl' el Ilauco. Ade-
mas necesitaba retroceder y casi confesar la temeri-
dad de su marcha; mientras que por el contrario
aceptando los prcl iminares , tenia el honor de ha-
ber obligado el mismo á la paz, recogia el fruto
de una marcha tan atrevida , y obteuia condicio-


inmemorial al gobierno vcncziuuo y ({llC componían una par-
te iutcgrantc de ('1? Dígase en hora buena que se quiso casti-
gal' al gohicl'no de Veuezia pOl' su mal comportamiento con
el vencedor de 105 Austriacos y 110 se acumulen sofismas, cu-
yo meno!' inconveniente es el de dar una idea poco ventajosa
de la imparcialidad del historiador. (N. del T.)




DIUECTORIQ (1797). 4-9f
rres que en la situación de Europa podian consi-
derarse como muy hrillantes , y sobre todo eran
mucho mas ventajosas que las que se habian die-
tado á Clarke, supuesto que estipulaban la línea
del Rhin y de los Alpes, y .una república en Italia.
Asi en parte pOl' razones pofíticas y militares, y
en parte pOI' consideraciones personales, se deci-
dió á firmar los preliminares antes que Clarke hu-
hiese t1egaclo al~cual'tel general. Con su acostunl-
brada osadia y con la seguridad :que le daba su
gloria, su nombre y el deseo general de la paz
procedió á firmar aquellos preliminares el dia 18
de abril 1797 C0l110 si fuesen un simple armisticio.


Tal vez no se hahria apresurado tanto si hu-
biese tenido not.icia de lo que pasaba en el Rhin ;
pero entonces solo sabia lo que le~~habian escrito,
esto es que la inaccion seria larga , y así despachó
inmediatamente á l\1assena para llevar á Paris el
tratado de los preliminares , porque aquel valien-
te g-cneral era el único á quien todavia no se ha-
bia comisionado pal'a llevar banderas y Il'ecibir los
honores dcl triunfo , y POl' tanto, creyó Bouaparte
que aquella era una escelente ocasion, digna de
los grandes servicios que hahia hecho. Despachó
correos á los ejércitos del Rhin y del Sambra y
]losa, que atravesaron por la Alemania para Ile-
gal' mas pl'onto y hacer cesar las hostilidades en
caso de que hubiesen principiado.




492 REVOLUCION FltANCESA.
Lo estaban en efecto en el instante mismo de


firmarse los preliminares, porque impaciente 1-10-
che de entrar en accion , no cesaba de clamar des-
pues de mucho tiempo por las hostilidades, y
Moreau habia acudido á Paris á solicitar los fon-
dos necesarios para la compra de un equipage de
puente. Diose por fin la órden y I-Ioche á¡ la ca-
beza de su magnífico ejército desembocó pOl' Neu-
wied mientras que Championnet con el ala derecha
desembocaba por Dusseldorf 'y 'marchaba sobre
Uckeratb y Alterkirchen. Atacó I-Ioche á los Aus-
triacos en Heddesdorf donde habian levantado
considerables atrincheramientos , les mató mucha
gente y les hizo 5,000 prisioneros. Después Ide
aquel ventajoso combate, avanzó rápidamente so-
bre Francfort , batiendo siempre á Kray y procu-
rando cortarle la retirada , estando ya muy pró-
ximo á envolverle con una bella maniobra y tal
vez á cogerle cuando llegó el correo de Bonaparte
con la noticia de haberse firmado los prelimina-
res. Mucha fue la pesadumbre que causó á I-Ioche
semejante novedad, pues se veia precisado á de-
tenerse en su marcha victoriosa y cortada otra vez
su carrera. Si siquiera se hubiesen enviado los
correos POl' Paris, habria tenido tiempo de coger
todo el cuerpo de Kray y añad ir aquella proeza á
su vida militar adquiriendo mayor influjo la Fran-
cia en .las ulteriores negociaciones. Mientras que




DIRECTORIO (1797). 49:\
Hoche se dirigia tan rápidamente sobre el Nidda ,
Dessaix que habia recibido autorizacionjde Moreau
para pasar el Rhin , estaba intentando una :de las
acciones mas atrevidas de que hace mencion la
historia de la guel'ra. Habia elegido para pasar
aquel rio un punto mucho IDas abajo de Strasbur-
go , y despues de haber barado con sus tl'opas en
una isla pedregosa, por fin habia conseguido lle-
gar á la orilla opuesta, donde estuvo 24 horas es-
puesto á ser echado en el Rhin , ó á tener que com-
batir con todo el ejército austriaco para Inante-
nerse en los pántanos mientras echaba el puente
sohre aquel rio. Últimamente se habia verificado
el paso y perseguido á los Austriacos pOI' la Selva
Negra y apoderádose de una parte de sus admi-
nistraciones. Pero; tambien [tuvo que :pal'arse en
medio de sus ventajas por el COITeo que llegó de
Leoben , siendo mu y de sentir que los avisosJfal-
sos dados á Bonaparte le hubiesen obligado á fir-
mar tan pronto.


Llegaron despues á París los correos y causaron
la mayor alegria entre los que deseaban la paz,
pero no así en el directorio , que considerando
cuan formidable era nuestra situacion ,veia con
sentimiento que no se hubiese sacado de ella un
partido mas ventajoso. Larreveilliere y RewbeU
deseaban como filósofos la total emancipacion de
la Italia; Barrás , como fogoso revolucionario ,




494 ltFVOLUCION FRANCESA.
quería que la república humillase á las potencias;
y Carnot que después de algun tiempo afectaba
moderación y apoyaba generalmente los votos de
la oposicion , aprobaba la paz y pretendia que
para conseguir una que fuese durableconvenia no
humillar demasiado al emp~l'ador. Hubo vivas
discusiones en el directorio acerca de los prelimi-
nares; pero por no indisponerse demasiado contra
la opinion y no pareciese que se deseaba hacer una
guerra eterna se decidió aprobar las bases senta-
das en Leoben.


Mientras que ocurrrian estas cosas en el Rhin
y en Francia, estallaban en Italia acontecimientos
importantes. Ya hemos dicho que advertido Bona-
parte de los alborotos que ocurrian en los estados
venezianos; de la sublevacion de los montañeses
contra las ciudades; del revés de los Brescianos de-
lante de Salo, de la captura de los 200 Polacos,
del asesinato de gl'an número de Franceses, y de
la prision de todos sus partidarios, había escrito
desde Leohen una carta fulminante al senado de
Venezia. Habia encargado á su edecán JUl10t que
la leyese el mismo en el senado y pidiese en se-
guida la libertad de todos los presos, y el ar-
resto y extradicion de los asesinos, prescribiendo-
le que saliese inmediatamente de Venezia, ha-
ciendo poner en las esquinas una declaración de
guerra si no se le daba plena satisfaccion. Fue pre-




DIRECTORIO (1797). 495
sentado J unot al senado el dia 15 de abril y le
leyó la carta amenazadora de su genel'al, condu-
ciéndose con toda la aspereza de un soldado y sol..
dado victorioso; á lo cual le respondió que los al'·
mamentos que se habian hecho no tenian otro
objeto que el de mantener la subordinación en
los estados de la república , y que si se habian
cometido algunos asesinatos era una desgracia in-
voluntaria que se procurarla reparar. Junot no
queria dejarse pagar ;con buenas palabras y ame-
nazaba con fijar la declaracion de guerra si no se
soltaba inmediatamente á los presos de estad.o y
á los Polacos, y si no se daba órden pal'a desar-
mal' á los montañeses y perseguir á los autores de
todos los asesinatos. Sin embargo se consiguió cal-
marle y se acordó con él y con el ministro fran-
ces LaUemant que se escribiria al general Bona-
parte y se le enviarian dos diputados para saber
las satisfacciones que queria exigil'. Los dos comi-
sionados que se eligieron fueron Francisco Donat
y Leonardo Justiniani.


Pero entretanto continuaba la agitacion en los
estados venezianos y las ciudades siempre en hos-
tilidad con la poblacion de las campiñas y de las
montañas. Los agentes del partido aristocrático y
monacal esparcian los rumores mas absurdos acer-
ca de la suerte del ejército frances en el Austria
diciendo que quedaba envuelto y destruido y se




REVOLUCION FRANCESA.


apoyaban en dos hechos pal'a autorizar aquellas
mentiras. Cuando Bonaparte llamó á sí los dos
cuerpos de Joubert y Bernadotte, que había man-
dado pasar el uno por el Tirol y el otro pOl' la
Carniola, habia dejado descubiertas sus alas; pel'O
Joubert aunque batió y repelió á Kerpen mas allá
de los Alpes, habia dejado á Laudon en una parte
del Tirol, desde donde volvió muy pronto á apa-
recer este sublevando toda {la poblacion fiel de
aquellas montañas y bajando luego al Adige para
dil'igirse contra Verona. El general Servier 15 á
quien se habia dejado con t ,200 hombres pal'a
gual'dar el Tirol, se iba retirando paso á paso sobre
Verona á refugiarse cerca de las tl'opas francesas
que habian quedado en la Alta Italia. Al mismo
tiempo otro cuerpo de igual fuerza qHe habia que-
dado en la Carniola se retiraba delante de los Croa-
tos que se hahian sublevado como los Tiroleses, y
se 'replegaba sobre Palma Nova. Eran sin duda
insignificantes estos dos hechos, y el ministro de
Francia Lallemant se esforzaba por demostrar al
gobierno (' e Venezia su' poca importancia para
evitarle nuevas imprudencias¡ pero todos sus ra-
ciocinios eran inútiles, pOl'que mientras Bonapar-
te obligaba á los plenipotenciarios austriacos á ve-
nir' ú tratar con él en su cuartel general, se espar-
cía y se creía en Venezia que estaba batido, en-
vuelto y que iba á perecel' en su loca intentona.




DIRECTORIO (t797). 497
El partido enemigo de los Franceses y de la revo-
lucion , á cuya frente estaban la mayor parte de
los miembros del gobierno veneziano, semos-
traha mas exaltado qne nunca, sin que pare-
ciese tomar en ello parte el mismo gobiel'no.
Pero donde mas agitacion habia era en la rnis-
ma Verona , cuya ciudad la mas importante
de los estados venezianos , era tambienJa mas
·espuesta al contagio revolucionario, pot'que venia
inmediatamente después de Salo en la línea de las
ciudades insurreccionadas. Tenían mucho empeño
los Venezianos en sal varia, y echar de allí á los
Franceses , estimulándoles á ello asi las disposicio-
nes de los habitantes como la afluencia de 'los mon-
tañeses y la aproximacion del general ~Laudon. Ya
se encontraban allí algunas tropas italianas y es-
clavonas al servicio de Venezia y se mandaron
acercar ,otras nuevas, de suerte que lllUY pronto


. quedaron interceptadas todas las comunicacinnn,
con las ciudades inmediatas; y el general Bailland
que mandaba en Verona la guarnicion francesa se
vió separado de los demas comandantes que había
en las inmediaciones. Mas de 20 mil lDontaileses
inundaban la campiña y los destacamentos fran-
ceses eran atacados en los caminos, mientras que
los capuchinos predicaban al populacho en las ca-
Hes, y hasta se llegó á esparcir una órden falsa
del podestá de Verona , en que se escitaha á la


x. 32




í98 REYOLUCIO~ FRA.NCESA
matanza de los Franceses. Era ciertamente falsa
aquella órden ., y solo con saber que aparecia fir-
mada por Battaglia., era suficiente pal'a probar su
falsedad , mas no por eso dejó de contribuir á ca-
lentar las cabezas, Últimamente un aviso comu-
nicado por los corifeos del partido en Verona anun-
ciaba al general Laudon que no tuviera inconve-
niente en acercarse porque se le entregaria la pla-
za. Ocurrian todas estas cosas en los dias t 5 Y 16
de abril en que no se sabia nada de Leoben , y
en efecto parecia el momento mas propicio para
un esplosion.


Estaba muy alerta el genel'al Balland., y había
dado órden á todas sus tropas para que se retira-
sen á los fuertes á la primera señal , sin dejar de
reclamar de la autoridades venezianas contra el
mal trato que se daba á los Franceses , y sobre to-
do contra los preparativos que veia hacer, Pero
solo consiguió palabras evasivas sin ninguna satis-
faccion real , yasi escrihió á Mantua y á lUilan pi-
diendo socorros , y estaba preparado para ~en­
cerrarse en los fuertes, El día 17 de abril , que
era el segundo de pascua se notó en Verona una
agitacion estraordjnat-ia ., entrando muchas bandas
de paisanos que gritan mueran los [acobinos. Mandó
BaUand retirar sus :tropas á los fuertes sin dejar
mas que algunos destacamentos en las puertas,
y puhlicó que al pvimer acto de violencia arrui-




DIRECTORIO (1797). l,,99
naria la ciudad. Pero el cosa de medio dia se oyen
algunos silvidos por las calles, y precipitándose
sobre los Franceses aquellas bandas armadas, aco-
metieron á los destacamentos que guardaban las
puertas, y sacrificaron á los que no tuvieron tiem-
po de Ilegal' á los fuertes, Coi-rian algunos fero-
ces asesinos contra los Franceses desarmados qne
pOL' sus funciones perrnanecian en Verona, y des-
pues de darles de puñaladas los arrojaban al Adi-
ge. No respetaron siquiera los hospitales y se sa-
ciaron en la sangre de algunos enfermos. Sin em-
bargo todos los que se podian escapar y no ha-
bian tenido tiempo de llegar á los fuertes, se me-
tieron en el palacio del g'obierllo, donde les die-
ron asilo las autoridades venezianas pal'a que no
apareciese que la matanza era obra suya. Ya ha-
bian perecido mas de 400 desgraciados y la guar-
nicion francesa pateaba de rabia al ver degolJa-
-dos á los Franceses y flotando sus cadáveres en el
Adige, pOI' lo cual mandó al instante el genel'al
Balland inundar la ciudad de balas estando en
su mano reducirla á cenizas. Pero si bien esto
importaba muy poco á los montañeses forasteros,
no asi á los habitantes y los magistrados venezianos
que asustados de las consecuencias, quisieron par-
lamentar para salva l' la ciudad, y así enviaron un
comisionado al general para que se entendiese
con él y evitar el desastre. Consintió el gene}';).l




500 REVOI.UCION FRANCESA.
Balland en oir las proposiciones COM el objeto de
salvar á los infelices que se habian refugiado en
el palacio del gobierno, con cuyas vidas amena-
zaban vengar todo el mal que se hiciese en el pue-
blo. Había entre ellos varias mugel'es y niños que
pertenecian á los empleados en la administracion
y muchos enfermos que habian huido de los hos-
pitales , é importaba sacarlos del peligro. Pedia
BaHand que le fuesen entregados inmediatamen-
te, y que se hiciese salir de la ciudad á los mon-
tañeses y los regimientos esclavones, que se de-
sarmase al populacho y se le diesen en rehenes al-
gunos magistrados venezianos como garantes de
la sumision de la ciudad. Solicitaban los parla-
mentarios que viniese un oficial al palacio del go-
bierno, y en efecto aceptó aquella peligrosa comi-
sion el valiente gefe de brigada Beaupoil , quien
atravesó por entre las oleadas de aquel furioso
populacho que queria hacerle pedazos y llegó por
fin á presencia de las autoridades venezianas. To-
da aquella noche se pasó en discusiones inútiles
con el proveedor y el Podestá sin poder enten-
derse, porque ni se queria desarmar ni dar rehe-
nes y se solicitaban garantias contra las vengan-
zas que el general Bonaparte no dejaria de tomar
contra la ciudad rehelde. Pero durante aquellas
conferencias no cesaban de disparar las hordas
furiosas que habian '.invadido á Verona, á pesar




DlIlECTORlO (1797). :>01
del convenio hecho de que cesaria el fuego, sino
<1 ue se .tiroteaban contra los fuertes, y nuestras
tropas no dejaban de hacer salidas. Al dia si-
guiente POl' la mañaua , 18 de abril, volvió á en-
trar en ellos el gefe de brigada Beaupoil en me-
dio de los mayores peligros sin haber consegui-
do nada. Súpose que no pudiendo los magistrad.os
gobernar aquella multitud furiosa se habian es-
capado, y volvieron á pcincipiar los tiros de fusil
contra el fuerte. Entonces el general Balland. man-
dó pegar fuego á las piezas y disparó á bala rasa
contra la ciudad principiando ya á incendiarse al-
gunos barrios. Algunos habitantes principales se
reunieron en el palacio del gobiel'no para tomar
la dirección de la ciudad en ausencia de las auto-
eidades , y se parlamentó de lluevo, conviniendo
en no tirar mas; pero tampoco se cumplió por
los insurgentes este nuevo convenio sino que con-
tin uaron disparando. Además de eso los feroces
paisanos que cubrían la campiña se arrojaron so-
bre la guarnicion del fuerte de la Chinsa y la de-
gollaron, haciendo lo mismo con los Franceses
tjue estaban esparcidos en las aldeas al rededor
(le Veroua.


Pero ya se acercaba el momento de la vengan-
za , habiendo salido correos pOl' todas partes para
prevenir al general Kilrnaine. Iban acudiendo
tropas de diferentes puntos, y habia dado órden




HEnHXCIO~ r'HANCfiSA.


aquel general al general Clmbran 16 que marchase'
inmediatamente con 12.00 hombres, al gefc de-
la legion lombarda Lahoz para que avanzase con
800 y á los generales Victor y Baraguey de Hilliers
para fIue tambicn acudiesen con sus divisio-
nes. Mientras que se egeclltaban aquellos movi-
mientes de tropas, acababa de recibir el g-eneral
Laudon la noticia de haberse firmarlo los prelimi-
nares y retirádose al Atlip;e. Después de un san-
gTiento combate qlle se' vió precisado á dar el ge-
nera1 Chabran contra las tropas ..enezianas, que-
dó rodeada por todas parte~ la ciudad de Verona
y entonces los furiosos que hahian sacrificado
Ú los Fraceses pasaron desde la mas atroz violen-
cia al mavor abatimiento. No se hahia cesado de
parlamentar ni de tirotear durante los dias desde
el 20 al 2/.. de aln-il ,prro volvieron ú presentar-
se los magistrados veuez ianos y todavia querian
garantj~ls contra las venganzas que les amenaza-
ban, y habicudoles dado 2l hor-as para que se
decidiesen, volvieron á escaparse de nuevo. Les
reemplazó una municipalidad provisional, y al
ver Ú las tropas francesas dueñas de la ciudad se
l'indicron;.ú discrecion. 1] izo cuanto pudo el gene-
ral Kilmaine para impedir el saqueu, pero no
pudo salvar el Monte de piedad que Iue despojado
de una parte de lo que habia en él; mandó fusilar
á los mas conocidos entre los insurgentes cogidos




DlJlECTORIO (1797). 503
con las armas en la mano; impuso una contribu-
cion de un millon y cien mil francos para el suel-
do del ejército, y lanzó su caballería por los ca-
minos para desarmar á Jos paisanos y acuchillar á
los que se resistiesen. Luego se esforzó pOl' resta-
hlecer el órden y dió parte al general en gefe de
todo lo ocurrido esperando su decisión con res-
pecto á la ciudad rebelde. Tales fueron las matan-
zas conocidas con el nombre de Pascuas 'Veronesas.


Mientras que esto ocurría en Verona se estaba
cometiendo en Venezia un aelo mas odioso si es
posible. Hahia un reglamento que prohibia á los
navios armados de las potencias beligerantes en-
trar en el puerto de Lido , bajo cuyas baterías se
habia l'efugiado un quechernarin mandado POl' el
capitán Laugier que hacia parte de la flotilla fran-
cesa en el Adriático y venia perseguido POl' unas
fragatas austriacas, á quienes habia saludado con
nueve cañonazos, Pero en lug'al' de recibirle le in-·
timaron la órden de que se alejase á pesar del
tiempo y de Jos navios enemigos que le perseguian.
Iba á obedecer , cuando sin darle tiempo á lar-
garse, hicieron fuego sobre él las baterias del
puerto y le acribillaron sin piedad. Despechado el
capitan Laugier con g'eneroso celo, mandó bajar
á la bodega á toda la tripulacion , y subiéndose
al puente con una bocina para que le oyesen, re ...
pitió que se retiraba, pero cayó muerto de rc-




504 REVOI.UCION FRANCgSA.
pente con otros dos hombres de su tripulación. In-
mediatamente abordan el quechemarin unas cha-
lupas venezianas montadas por esclavones y sacri-
fican á la tripulación entera, menos dos ó tres
infelices que condujeron á Venezia. Ocurrió este
desgraciado' suceso el dia 23 de abril.


En el mismo momento se supieron las matan-
zas de Verona, la toma de aquella ciudad' y fa
firma de los preliminares, hallándose el gobierno
enteramente comprometido, sin poder contar con
la ruina de Bonaparte, que lejos de estar envuel-
to y batido, se hallaba victorioso y acabaha de
imponer la paz al Austria. Iba pues á encontrar-
se ahora en presencia de aquel general todo po-
deroso, cuya alianza habia reusado y cuyos solda-
dos acababa de sacrificar. Llenóse de terror, por
mas que no fuese verosimi] que él hubiese man-
dado oficialmente la carniceria de Verona ni las
crueldades cometidas en el puerto de Lido , por-
que seria no conocer la marcha de los gobiernos
dominados por las facciones si lo diésemos por su-
puesto. Los que se hallan en semejante situacion
no tienen necesidad de mandar lo que desean que
se ejecute, bastando que dejen obrar á la faccion
que está con los luismos deseos. Ellos la proporcio-
nan sus medios y hacen POl' mano de ella lo que no
se atreverían á hacer por sí mismos. Los insurgentes
de Verona tenian artillería y estaban apoyados pOl~




DIRECTORIO (1797). 505
los regimientos venezianos; el Podestá de Berga-
mo Ottolini habia recibido con mucha anticipa-
cion todo cuanto necesitaba para armar á los pai-
sanos y con eso una vez dados los medios, no ne-
cesitaba el gobierno mas que dejarlos obrar, y
esto fue lo que hizo el de Venezia. Sin embargo
en los primeros momentos cometió una impru-
dencia cual fue la de dar un premio al coman-
dante de Lido por haber hecho respetal' segun
decía las leyes venezianas, Por tanto no podia li-
sonjearse de dar buenas escusas al general Bona-
parte y así envió nuevas instrucciones á los dos
comisionados Donat y J ustiniani que por el pron-
to no estaban autorizados mas que para responder
ú las intimaciones hechas por Junot el día 1f. de
abril, Entonces todavia no se sabian los sucesos
de Verona y de Lido; pero ahora ya era lnuy dis-
tinto el negocio que tenian que desempeñar. Acu...
dieron estos en medio de los gritos de alegria por
la noticia de la paz. aunque no tardaron en com-
prender que ellos solos tendrian motivo para en-·
tristecerse con tan gran suceso. Supieron en el
camino que Bonaparte para castigados de no ha-
her querido admitir su alianza, de los rigores
que habian cgercido contra sus partidarios y de
Jos asesinatos sueltos cometidos contra algunos
franceses habia cedido una pal'te de sus proviu-
cius al Austria. ¿Y .qué sería ahora cuando su-




506 H.EVOLUCION FRANCESA.
piese los enormes sucesos que habian ocurrido ?


Volvia ya Bonaparte de Leoben y segun el te-
nor de los preliminares replegaba su ejército á los
Alpes y al Izonzo. Se encontraron con él en Gratz
y se le "presentaron el dia 25 de aln-i1, cuando él
todavia no sabia mas que las matanzas de Verona
tfue principiaron el 17 de aquel mismo mes pero
no tenia noticia de lo de Lido que pasó el dia 23.
Se habian proporcionado una carta de recomen-
dacion de un .herrnano del general para ser bien
recibidos y se acercaron temblando en presencia
de aquel hombre verdaderamente estraordinario segun
decian por la viveza de su imaginacion, la prontitud de
Slt entendimiento 'y la fuerza invencible de sus opiniones.
Les recibió con urbanidad y conteniendo su furor
les permitió que se esplicasen prólijamente hasta
que rompiendo el silencio les dijo de pronto:
« ¿Están li bres mis prisioneros? ¿Están persegui-
dos sus asesinos y desarmados los paisanos? Nada
me importan las palabras, pOl'qHe hahiendo sido
sacrificados mis soldados necesito una venganza
ejemplar. - Quisieron los comisionados insistir
en las circunstancias que les habian precisado á
precaverse de la insurrección y en lo inevitable
de los desórdenes de tales acontecimientos asi
como en la dificultad de encontrar los verdaderos
asesinos. - A esto les replicó Bonaparte que un
gobierno tan bien servido por sus espias como el




lHHECTOlllO (1797). 507
suyo no podia tener dificultad en conocer á los
verdaderos instigadores de semejantes asesinatos
por lo demas tengan ustedes entendido, les dijo 1
que no ignoro que es tan despreciado como des-
preciable y que no le es posible desarmar á los
que armó, pero yo sabré hacerlo por mí rnismo ;
he hecho la paz, tengo 80 mil hombres y sabré
hacer añicos vuestras cárceles y me convertiré en
un segundo Atila para Venezia. No quiero que ya
exista ni inquisicion ni 'libro de oro porque son
unas instituciones propias de los siglos de barba-
rie ; vuestro gobierno es demasiado viejo y es in-
dispensable (IlIe se derribe. Cuando yo me hallaba
en Gorice ofi-ecí al señor Pezaro mi alianza y unos
consejos razonahles , pero él los reusó. Ustedes me
esperaban á la vuelta para cortarme la retirada,
pero ya estoy aquí con ánimo resuelto de no tra-
tar sino de dar la ley, y así si no tienen ustedes
otra cosa que decirme, pueden retirarse ;desde
luego.


Quedaron aterrados los enviados venezianos con
aquellas palabras pronunciadas con tono altivo é
ir-ritado , y aunque solicitaron una segunda au-
diencia no pudieron ablandarle sino que insistió
en las mismas intenciones, siendo evidente que su
voluntad era dar la ley á Venezia y destruir por
la fuerza una autoridad que no había podido cor-
regir con buenos consejos. Pero .hien pronto tu-




508 REVOLUCION FRANCESA.
vieron nuevos motivos de temor al saber menuda-
mente las matanzas de Verona y la odiosa cruel-
dad ejercida en el puerto de Lido; con lo cual no
atreviéndose á presentarse á Bonaparte, se deter-
minaron á escribirle una carta de las mas sumi-
sas, ofreciéndole cuantas esplicaciones pudiera de-
sear. A ella les respondió que no podía recibirlos
estando cubiertos de sangre írancesa , y que solo
les escucharía cuando le hubiesen entregado á los
tres inquisidores de estado, al comandante de Li-
do y al oficial encargado de la policía de Vene-·
zia. Sin embargo como ellos habian recibido otro
correo relativo al suceso de Lido consintió en ver-
los, pero reusó escuchar ninguna proposición an-
tes que le entregasen las cabezas que habia pedi-
do. Entonces los dos venezianos procurando va-
lerse de un medio que frecuentemente habia sur-
tido efccto con la república, trataron de propo-
ner otro género de reparaciones; pero le replicó
el general irritado: « No, no , aun cuando cubrié-
« seis de oro toda esta playa y diéseis todos vues-
.« tros tesoros y los del Perú, no podrian pagar la
« sangre de uno solo de mis soldados. »


Despídioles Bonapartc el dia 2 de mayo, y al
momento publicó un mar.ifiesto dé guerra contra
Venezia por mas que la constitucion no permitie-
se ni al directorio ni á los generales declararla,
pero sí les autorizaba á repeler las hostilidades




DIRECTORIO (1797). 509
principiadas. Apoyándose Bonaparte en aquella
disposicion y en los sucesos de Verona y de Lido ,
declaró que estaban principiadas las hostilidades,
mandó al ministro Lallemant que saliese de Vene-
zia, mandó derribar el Leon de San Marcos en ta-
das las provincias de tierra firme , municipalizar
las ciudades, proclamar en todas partes la destruc-
cion del gohierno veneziano, y entre tanto que
llegaban sus tropas que volvian del Austria, dió
órden al general Kilmaine para que condujese las
divisiones de Baraguey de Hilliers y la de Vic-
tor á las orillas de las lagunas. Ejecutáronse in-
mediatamente sus determinaciones, que eran tan
prontas como su furor y en un abrir y cerrar de
ojos se vió desaparecer el antiguo Leon de San Mar-
cos desde las orillas del Izonzo hasta las del Min-
cio, reemplazándole en todas partes un árbol de
la libertad. Avanzaron las tropas y empezó á re-
sonar elcañon frances en aquellas riveras que por
tan largo tiempo no habian oido el cañon enemigo.


Podia muy bien la antigua ciudad de Venezia,
situada en medio de aquellas lagunas', ofrecer to-
davia dificultades casi invencibles aun para un
general que acababa de humillar al Austria, por
que todas ellas estaban armadas. Tenia 37 gale-
ras, 168 la nchas cañoneras con 750 bocas de fue-
go y 8,500 marineros ó artilleros. Se componia su
guarnicion de 3,500 Italianos y 11,000 Esclavo-




510 REVOLUCION FRANCESA.
nes , con víveres para ocho meses, agua dulce p3.-
ra todos, y medios de renovar las provisiones. No-
sotros no éramos dueños del mar ni teníamos lan-
chas cañoneras para atravesar las lagunas, sino
que era indispensable avanzar con la sonda en la
mano por unos canales desconocidos para noso-
tros y espuestos al fuego de inumerables baterías.
Por atrevidos y valientes que fuesen los vencedo-
res de Italia, podian ser detenidos con semejan-
tes obstáculos y precisados á formar un sitio de
muchos meses durante los cuales podian ocurrir
muchos sucesos, como que el Austria podia IllUY
bien desechar los preliminares volver á entrar en
lid y ocasionar nuevos peligros.


Pero si bien presentaba muchos recursos la si-
tuacion militar de Venezia , su estado interior im-
pedia que se hiciese en ella un uso enérgico, por
que como sucede en todos los cuerpos envejecidos
se hallaba dividida aquella aristocracia, sin tener
los mismos intereses ni las mismas pasiones. La
alta nobleza, que era dueña de los empleos, de
los honores y disponia de grandes riquezas, tenia
.. ..


menos IgnorancIa , preocupaclOn y paSIOnes que
la nobleza inferior, y sobre todo tenia la ambi-
cion del mando. Pero la masa de la nobleza, es-
duida de los empleos, viviendo como de limos-
na , ignorante y furibunda, estaba llena de las
verdaderas preocupaciones aristocráticas. Unida




DIRECTORIO (1797). 5 f 1
con los clérigos escitaba al pueblo de consuno con
él ,como sucede en todos los estados en que la
clase media no es bastante poderosa para atraerse
el pueblo ,~compuesto de marinos y artesanos,
gente dura, supersticiosa, medio selvática y dis-
puesta á entregarse á toda clase de furores. La
clase media compuesta de vecinos acomodados,
comerciantes, abogados, médicos etc., deseaba ')
como en todas partes que se estableciese la igual-
dad civil ,alegrándose de la aproximación de los
Franceses, pero sin atreverse á manifestar su gozo al
"el' un pueblo que podia conducirse á los mayo-
res escesos ántes que hubiese estallado la revolu-
cion. A todos estos elementos de division se agre-
g:aba una circunstancia no menos peligrosa, cual
era la de estar servido el gobierno venezi ano por
Esclavones, que era una soldadesca bárbara, es-
trangera y muchas veces en hostilidad con él , es-
perando siempre una ocasion para entregarse al
saqueo, sin ánimo de servir á ningun partido,


Tal era la situacion interior de Venezia que
amenazaba su próxima dislocación. Los grandes
que manejaban el gobierno se estremecian de en-
trar' en lucha con un guerrero como Bonaparte, y
por mas que Venezia pudiese resistir' á un ataque,
miraban con espanto los horrores de un sitio, los
furores á que no dejarían de entregarse los dos
partidos obstinados uno contra otro, los escesos




'512 REVOLUCION FRANCESA
de la soldadesca esclavona, los peligros á que que-
daria espuesta Venezia con sus establecimientos
marítimos y comerciales;y recelaban mas que to-
do ver sus propiedades, cuya mayor parte estaban
situadas en la tierra firme embargadas por Bona-
parte y amenazadas de confiscacion. Tambien te-
mían pOI' las pensiones de que vivia la maYOI'
parte de la pequeña nobleza, las cuales quedarian
perdidas sin remedio llevando las cosas al estre-
mo y esponiéndose á una revoluciono Creian que
negociando podrian salvar las antiguas institucio-
.nes de Venezia con alg:I1Das modificaciones, con-
servar la autoridad que siempre está asegurada
'para los hombres acostumbrados á manejarla.pre-
servar sus tierras y las pensiones de la nobleza de
segundo orden , y evitar á la ciudad los horrores
del pillage y saqueo. En consecuencia pensaron en
negociar aquellos hombres que ni tenian la ener-
gia de sus antepasados ni las pasiones de la masa
nobiliaria; para lo cual se reunieron los princi-
pales miembros del gobierno en la casa del Dux.
Eran estos los seis consejeros suyos, los tres pre-
sidentes de la garantiacriminal , los seis Grandes
Discretos, los cinco discretos de tierra íirme , los
cinco de las órdenes, los once ex-consejeros , los
tres gefes del consejo de los diez y los tres aboga-
dores. Tenia por objeto aquella asamblea estraor-
dinaria y contraria á los usos, proveer á la salva-




DIRECTORIO (1797). 513
cion de Venezia, que estaba llena de espanto, y el
anciano Dux , muy debilitado por la edad, tenia
los ojos llenos de lágrilnas. Principió por decir
que no estaba seguro de dormir aquella noche en
su cama, y cada uno hizo 'diferentes proposicio-
nes. Propuso un miembro valerse del banquero
Haller 17 para :corromper á Bonaparte , pero se
tuvo por ridícula y vana aquella proposición ; fue-
ra de que el embajador Quirini 18 tenia órden de
hacer en Pans lo que pudiese y aun comprar 105
votos del directorio si era posible. Otros propusie-
ron defenderse, pero á esto se dijo que era una
proposicion imprudente y digna de las cabezas
locas de la juventud. En fin se convinieron en la
idea de proponer al gran consejo una modificacion
á la constitucion , á fin de apaciguar á Bonaparte
por aquel medio. Se convocó el gran consejo, Ol'-
dinariamente compuesto de toda la nobleza, que
representaba la nacion veneziana , pero solo asis-
tieron 619 miembros, es decir, un poco mas de
la mitad, y se hizo la proposicion con lúgulwe si-
lencio. Ya se habia agitado aquella misma cues-
tion con motivo de una nota pasada al senado por el
ministro Lallemant , y se hahia decidido diferir
las modificaciones para otros tiempos; mas enton-
ces se conoció 'que ya no era posible recurr-ir á
medios dilatorios, y se aproLó la proposicion del
Dux por 518 votos. Reducíase á autorizar á dos
comisionados enviados pOI' el senado para nego-


x. 33




514 IlEVOLUCION FRANCESA.
ciar con el general Bonaparte y 'tratar tamhien de
los objetos que eran de la competencia del gran
consejo, es decir de objetos oenstitucionales , sal-
va la' ratificación.
,~


Marcharon al instante los dos comisionados y
encontraron á Bonaparte á la orilla de las lagunas
en el puente de M:ughera disponiendo sus tropas
y ya los artilleros franceses disparaban algunas
balas contra las cañoneras venezianas. Le entrega-
ron los des comisionados la deliberacion del gl~an
consejo, quedando él por un momento sorpren-
dido de aquella determinacion; pero volviendo á
tomar su tono amenazador les dijo: ¿Y los tres in-
quisidores de estado y el comandante de Lido
están ya presos? Necesito :sus cabezas y no hay
que pensal~ en tratado alguno mientras no quede
vengada la sangre francesa. No crean ustedes que
me asustan sus lagunas, porque son lo mismoque
yo me habia pensado, y antes de 15 dias estaré
en Venezia, y sin que vuestros nobles puedan
evitar la muerte sino yendo como los emigrados
franceses á arrastrar su miseria-por el mundo. Hi-
cieron los dos comisionados todos sus esfuerzos
para conseguir algunos dias de dilacion y conve-
nir en las satisfacciones que deséaba; pero él no
queria concederles mas que 24 horas, hasta que
al fin consintió en permitir seis dias de suspen-
sion de armas, para dar tiempo á que vinieran
los comisarios á traerle á Mantua la adhesion del




DIl\HCTOIUO (f797).515
"gl'an consejo á todas las condiciones impuestas.


Satisfecho Bonaparte con haber asustado á Jos
venezianos , no queria principiar las hostilidades
-efectivas porque conocia la ;dificultad de apode-
rarse de las lagunas y preveia vuna intervención
.del Austria. Contenía ur-o de los artículos de los
preliminares la cláusula deque todo io relativo á
Venezia se arreglaria con acuerdo de la Francia y
del Austria ,y si él entraba á viva fuerza, se que-
jarian en Viena de la violación 'de los prelimina-
res, y en todo caso siempre le convenia mas
atraerles á la sumisión. Por tanto satisfecho de ha-
berlos asustado ,se marché á ¡Mantua y á tElan
no dudando de (¡ue vendrian muy pronto á ha-
cer su sumisionplena y entera,


Volviese á reunir de nuevo la asamblea de to-
dos los miembros del gobierl}o que antes se hahia
juntado en casa ('.el Dux para oir la relación de
los comisionados, y no habia ya medio deresisti r
á las exigencias del e-eneral , sino consentir en toda
porque el peligro era cada dia mas inminente. Se
decia que la clase media conspiraba v.queria de-
gollar á toda la nobleza, y que los Esclavones iban
á aprovecharse de la ocasion para saquear la ciu-
dad. Se acordó hacer una nueva proposicion al
gran consejo relativa á acceder .á todo cuanto
pedia el general Bonaparte. Volvió á juntarse el
gran consejo el día 4 de mayo, y por una mayo-
ria de 704 votos contra 10 decidióque.los comi....




516 REVOLUCION FRANCESA.
sionados quedasen autorizados para tratar con el
general Bonaparte con cualesquiera condiciones,
y que se principiase inmediatamente una sumaria
contra los tres inquisidores de estado y contra el
-eomandante de Lido.


Auwrizados los comisionados con aquellos nue-
v&s--poderes, siguieron á Bonaparte á Milan para
poner á sus pies la orgullosa constitucion venezia-
na. Pero no bastaban seis dias para d. viage, y
debía espirar la tregua antes que hubiesen podi-
do entenderse con el -general, en cuyo tiempo iha
creciendo el terror en Venezia. Fue tal el susto
que tuvieron , que se .autorizó al comandante de
las lagunas para capitular con los generales fran-
ceses que estaban encargados del mande durante
la ausencia de Bonaparte. Solo se les recomendó
la independencia de la república, la religion , la
seguridad de las personas y de los embajadores
estrangeros, las propiedades públicas y privadas,
la casa de la moneda; el banco, el arsenal y los ar-
chivos. Sin embargo se obtuvo de los generales
franceses una próroga de la tregua para dar tiem-
po á los enviados venezianos de negociar con Ro-
naparte.


El arresto de los tres inquisidores de estado ha-
bia desorganizado la policia de Venezia, y los
mas influyentes personages de la clase media an-
daban muy agitados y manifestaban intenciones
de anticipar la caida de la aristocracia, rodeando




DIRECTORIO (1797). 517
al encargado de negocios de Francia Villetard 19
que se había quedado en Venezia después de la
salida del ministro Lallemant y era un ardiente
patriota. De él esperaban un apoyo para sus pro-
yectos, mientras que los Esclavones se entregaban
á la indisciplina y daban recelo de que se entre-
garian á los mayores escesos. Ya habian tenido al-
gunas riñas con el populacho de Venezia y la
misma clase media parece que escitaba á aquellas
reyertas que aceleraban la división en las fuerzas
del partido aristocrático. El día 9 de mayo llegó á
su colmo el terror') porque dos miembros influ-
yentes del partido revolucionario llamados Spada
y Zorzi entraron en comunicacion con algunos de
los pcrsonages que componian la reunion estraor-
dinaria formada en casa del Dux, y les insinuaron
que era necesario dirigirse al encargado de negocios
de Francia ~ y entenderse con él para preservar á
Venezia de las desgracias que la amenazaban. En
efecto se dirigieron á Villetard en aquel mismo
dia los dos patricios Donat y Bataglia de quienes
ya hemos hablado varias veces, preguntándole
cuales serian los medios de salvar á Venezia en el
peligro actual; pero este les respondió que de
ningún modo estaba autorizado por el general en
gefe para negociar; mas que si le pedían su dictá-
men personal les aconsejaba las medidas siguien-
tes: el embarque inmediato de los regimientos de
Esclavones, la institucion de una guardia civrca ;




ltlYOUJf10H FIl.ANCESk.


la introduccion de .4,000 franceses en Venezia pa"·
ra que ocupasen todos los plintos fortificados ; la
abolicion del antiguo gabierno; su reemplazo por
medio de una municipalidad compuesta de 36·
miembros escogidos entre todas las clases , ~nom­
In-ando por corregidor al actual Dux; y la soltura'
de todos los que estaban pres~s por causa de opi-
nion. Añadió Vi!letard q~ sin duda luego que se
ejecutase todo esto concedería ea general Bona-
part.e el perdón de los tres inquisidores de estado
y del comandante de Lido,


Fueron llevadas estas proposiciones al consejo
que estaba reunido en casa del Dux , y á fé que
no dejaban de tener gravedad, porque envolvian
nada menos que una revolucioncompleta en Ve-
nezia; pero tambien recelaban los gefes del go-
hierno que los proyectos del partido reformador
hiciesen Oh'H mas sarurrieuta valiéudoee del furor
popular y de los desórdenes y avaricia de Jos Es-
clavones. Dos solos individuos hicieron una viva
resistencia , diciendo Pezaro fIue dehia n retirarse
á Suiza antes de consumar ellos mismos la ruina
del antiguo gobierno veneziano. Sin embargo se
pasó adelante y resol vieron presentar al gran con-
spjo aquellas proposiciones. Fijóse la convocacion
de él p~H'a el t 2 de mayo y entretanto se les pagó
á los Esclavones el sueldo atrasado y se les ernbar-
có para enviarlos á Dalmacia ; pero el viento con-
trario les detuvo en el puerto, y su presencia en




DIllECTORIO (1797). 519
las aguas de Venezia no hizo mas que aumenta r
la inquietud y el terror.


Se reunió con mucho aparato el gran consejo el
dia 12 de mayo para votar la abolición de aquella
antigua aristocracia habiendo acudido un inmen-
so pueblo. Por una parte se veía la alegría de los
vecinos de ver tan inmediata la caida de sus seño-
res; y pOI' otra el populacho escitado pOI' la no-
bleza, dispuesto á precipitarse sobre los que mi-
raba como autores é instigadores de aquella revo-
lución. Tomó la palabra el Dux con los ojos baila-
dos en lflgrimas, y propuso al gl'an consejo que
abdicase su soberania : mas cuando se preparaban
á deli berar se oyeron algunos tiros de fusil y ere-
yó la nobleza que iban á rlegollarla , por lo que
gritaron de todas partes que se procediese á la
votación. Quinientas doce bolas estuvieron por la
abolicion del antiguo gobierno, y segun los anti-
guos estatutos se necesitaban 600, Y hubo 12 vo-
tos contrarios y cinco nulos; pero de todos modos
el gran consejo abdicó enteramente la soberanía
de la nacion veneziana, votó la creacion de una
munici palidad, el establecimiento de un gobierno
provisional compuesto de diputados de todos los
estados venezianos , consolidó la deuda pública,
las pensiones concedidas á los nobles pobres y de-
cretó la introduccion de tropas francesas en Ve-
nezia. Apenas fue tomada aquella resolucion cuan-
do se puso una bandera en uno de los balcones




520 'R.E'VOLUCION FRArfCESA.
del palacio, á cuya vista se regocijó mucho la
clase media; pero el .puehlo furioso se apoderó
de la imágen de San Marcos, recorrió las calles
de Venezia y saqueó las casas de los habitantes
acusados de que habian arrancado aquella deter-
minacíon á la nobleza veneziana. Entre ellas su-
frieron un despojo completo las casas de Spada y
Zorz i , llegando el desórden á tal grado que se
temió una contra-revolucion genet'al. Para impe-
dirlase reunieron muchos habitantes i . teresados
en la tranquilidad pública y pusieron á su frente
un antiguo general Maltés llamado Salernbeni ,
que habia estado perseguido mucho tiempo por
la inquisicion de estado, y cayeron sobre los
perturbadores á quienes dispersaron despues de
un combate en Rialto y restablecieron la tran-
quilidad.


Por' fin fueron despachados los Escla vones des-
pues de haber cometido grandes escesos en las al-
deas de Lido y Malamocco , se instituyó la nueva
municipalidad, y el dia 16 de mayo fue la floti-
lla á buscar una división de 4,000 franceses que
se instalaron pacíficamente en Venezia.


llhentras que alh pasaban estas cosas firmaba
Ilonaparte en lviiEan cn el mismo día, un tratado
con los plenipotenciarios veuezianos , conforme en
un todo á la revolucion que se acababa de verifi-
car. Se estipuló en él la abdicacion de la aristocrá-
tia? la institución dé' un gohierno provisional, la




DIRECTORIO (1797). 52 f
introduccion de una division francesa, á título de
proteccion , y el castigo de los tres inquisidores
de estado y del comandante de Lido. Ademas se
convino por artículos secretos en varios cambios
de territorio, en una contribucion de 3 millones
de francos en dinero, otros 3 en municiones na-
vales, y en que se abandonasen á la Francia tres
navíos de guerra y dos fragatas. Debía aquel tra-
tado ratificarse por el gobierno de Venezia, pero
esto ya era imposible supuesta la abdicacion, y
sobre todo inútil cuando estaban ejecutados todos
sus artículos; mas sin embargo le ratificó la mu-
nicipalidad provisional.


Así Bonaparte habia conseguido lo que queria
sin comprometerse con el Austria y sin las inco-
modidades de un sitio, habiendo derribado á la
aristocrácia absurda que le habia hecho traicion ,
y puesto ú Venezia en la misma situación que la
Lombarclia, el Modenes, el Bolonesado y el Ferra-
rato; ahora podía sin dificultad alguna hacer las
distribuciones de territorio que le pareciesen con-
venientes. Con ceder al emperador toda la tierra
firme que se estienrle desde el Izonzo hasta el
Oglio, tenía medio de indemnizar á Venezia,
dándola á Bolonia, Forrara y la Romania , que ha-
cian atualmente parte de la Cispadana, pues no
era volver á sujetar estas provincias al yugo, el
entregarlas á Venezia ya revolucionada. Queda-
ban ahora el ducado de Módena y la Lombardia ,




522 n-EVOLUCION FRANCESA'.
de los cuales era fácil componer otra república
aliada de la primera; y aun podia hacerse otra
cosa rnejor , si se conseguia que cesasen las riva-
lidades locales, que era reunir todas las provin-
cias emancipadas pOl' los ejércitos franceses y fOl'-
mar con la Lornbardia , el l\1odenes, el Bolonesa-
do, el Ferrarato , la Romania, la Polesina , Venezia
y las islas. ce la Grecia una poderosa república,
que dominase á un tiempo el continente y los
mares de Italia.


Con aquellos artículos secretos relati vos á los tres
millones en municiones navales y á los tres navios
y las dos fragatas hahia un medio seguro para apo-
derarse de toda la marina vcneziana. Compren-
diendo Bonaparte con su estraordinaria capacidad
todos los objesos á un tiem po, no queria que nos
sucediese con los Venezianos ,lo que nos habia
sucedido con Jos Holandeses, es decir, que los ofi-
ciales de mariua Ó los comandantes de las islas,
descontentos con la revolucion no entregasen á los
Ingleses los navios y las islas de su mando. Sobre
todo miraba con em peüo las importantes islas ve-
nez.ianas de la Grecia, que eran Corfóu , Zante ,Ce-
falonia ,Santa Maura y Cerigo; y así dió al ins-
tante órdenes para ocuparlas. Escribió á Tolon pa-
ra que le enviasen por tierra cierto número de
marinos , prometiendo pagarles el viage y equipar-
los ú su llegada á Venezia. Pidió al directorio Ól'-
denes para que el almirante Brueys 20 aparejase




nIUECfORIO (1797). 523
inmediatamente con seis navios á fin de venir á
recoger toda la marina veneziana é ir á apoderarse
de las islas de Grecia. Envió por su propia autori-
dad dos millones de francos á Tolon para que el
ordenador de la marina no se detuviese por falta
de fondos, sin pararse en los reglamentos de te-
soreria á tln de ganar tiernpo.I Sin embargo te-
miendo que Brueys tardase demasiado en lle-
gar, reunió la flotilla que él tenia en el Adriá-
tico con los navios encontrados en Venezia,
mezeló las tripulaciones veneziana.. con las france-
sas , puso á bordo 2,000 hombres de tropa y los
hizo marchar inmediatamente para apoderarse de
las islas. Con esto aseguraba la posesion de los
puestos mas. importantes en el Levante y en el
Adriútico, y tomaba una posicion que hacién-
dose mas importante cada dia, debia influir D1U-
cho en las negociaciones definiti vas con el Austria.


Iba la .revolución haciendo nuevos progresos
desde que con la firma de Íos preliminares de
Lenben se habia fijado la suerte de Italia y ase-
gurado el influjo francés. Ahora ya no habia duda
en que la mayor parte de la Alta Italia quedaria
constituida en repúbl ica democrática, lo cual era
un ejemplo muy seductor que no dejaba de influir
en el Piamonte, en el ducado de Parma, en la Tos-
cana, y en los Estados del papa. No puede decirse
que el general francés excitase á nadie, pero pare-
cía muy hien dispuesto á recibir bajo su protec-




524. REVOLUCION FRANCESA.
cion á cuantos quisiesen arrojarse en sus brazos.
Estaban muy exaltadas las cabezas en Génova con-
tra la aristocracia algo menos absurda y viciada
que la de Venezia pero todavia mas obstinada si
era posible. Ya hemos dicho que la Francia habia
tratado con ella para tener segura su espalda y
limitádose á exigir 2 millones de indemnizacion ,
otros 2 prestados y que se llamasen las familias
desterradas por causa de su apego á la Francia.
Pero desde que Bonaparte obligó á hacer la paz
al Austria no hubo quien contuviese á los patrio-
tas ,sino que dieron en reunirse en casa de un
tal Morandi 21 y formaron un club sumamente
acalorado. Allí redactaron una peticion y se la
presentaron al Dux pidiendo modificaciones en la
constitucion; y se mandó pasarla á una comision
para que examinase las razones en que se funda-
ha. Mas en el entre tanto principiaron á agitarse
de concierto con los de la clase media y con la ju-
ventud que tenia la cabeza cnlicut.c prcpnráuciose
todos á tomar las armas. POl' otro lado los nobles
auxiliados POl' el clero sublevaron al populacho y
a1'111arOn á los carboneros y mozos de cordel. El
ministro frances que era un hombre moderado,
mas bien se em perlaba en contener (lue en escitar
al partido patriota; pero el día 22 de mayo ape-
nas se supieron los acontecimientos de Venezia Jos
Ilamados Morandistas se presentaron con armas y
quisieron apoderarse de los principales .puestos




DIRECTORIO (1797). 525
de la ciudad. Travóse un combate bastante vio-
lento y como los patriotas tenian que habérselas
contra todo el pueblo, fueron batidos y sufrieron
crueles vejaciones. El puehlo victorioso cometió
muchos desórdenes y no guardó consideracion con
las familias francesas muchas de las cuales fueron
mal tratadas: ni aun el mismo ministro de Fran-
cia lo hubiera pasado bien si el Dux no hubiese
mandado ponerle una guardia. Luego que estos
sucesos llegaron ,á noticia de Bonaparte conoció
que no podia menos de intervenir y envió inIne-
diatamente á su edecan Lavalette á reclamar los
Franceses que estaban presos y que se les repara-
sen los daños causados y particularmente para pe-
dir el arresto de los tres inquisidores de estado á
quienes se acusaba de haber puesto las armas en
manos del pueblo. Apoyado el partido patriota
con este poderoso influjo volvió á reunirse; tornó
la superioridad y obligó á la aristocracia genovesa
á que abdicara lo mismo que habia hecho la de Ve-
nezia. Entonces se instaló un g,obierno provisional
y se despachó una comision á Bonaparte para que
se pusiese de acuerdo con él acerca de la consti-
tucion que con venia dar á la república genovesa.


Asi despues de haber en solos dos meses some-
tido al papa atravesado los Alpes Julianos, im-
puesto la paz al Austria, vuelto á pasar los Alpes
y castigado á Venezia, se encontraba Bonaparte
en l\1iIan ejerciendo una suprema autoridad en
/<'~lv
I()~
tI:\~~


'" "'.t.,




526 REVOLUCION FRANCESA.
toda la Italia, aguardando la marcha de la revolu-
cion sin apresurarla , promoviendo constituciones
en las provincias emancipadas, creando una ma-
rina en el Adriático y engrandeciendo su situacion
respecto del Austria. Habian sido aprobados en
Paris y en Viena los preliminares de Leoben, y
cangeádose las ratificaciones entre Bonaparte y
el marques de Gallo, esperándose de dia en dia
la apertura de las conferencias para la paz defini-
tiva. Bonaparte desde Mitan ~ sin ser mas que un
simple general de la república, ejercia mas influ-
jo que todos los potentados de Europa; y los mu-
chos correos que llegaban y salian sin cesar anun-
ciaban que aquel era el centro de los destinos del
mundo, Los Italianos entusiastas esperaban horas
enteras para tener el gusto de ver salir al genel~al
del palacio de Servelloni y una multitud de damas
jóvenes y hermosas rodeaban á Madama Bona par-
te formando una brillante corte. Allí principiaba
aquella estraordinaria existencia, que deslumbró
y dominó después al mundo.




NOTAS DEL TRADUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO SESTO.


_e_
PAGINA 454.


1 El cardenal Busca nació en Milan el 51 de agosto
1751 y estuvo de nuncio en Bruselas ántes de las turbu-
lencias revolucionarias de los Paises Bajos. Pio VI le creó
cardenal y góbernador de Rema, donde introdujo la pe-
na de los palos p:ll'a castigar los delitos de poca monta,
como se hacia en Alemania, y estos palos se aplicaban
en un cadalso ambulante, cosa que disgustó mucho al
pueblo. Se -decia de él que era demasiado aficionado al
'Vino y otros escesos , cosa que no nos parece probable
porque era muy amigo del ministro español Azara, y es-
te no gustaba de gentes desarregladas hasta ese grado.
Lo cierto es que este embajador y la proteccion de una
princesa le hicieron nombrar secretario de estado des-
pues del armisticio de Bolonia; mas el que realmente
despachaba los negocios era el fiscal Barberi , que fue to-
do poderoso durante suministerio hasta que le hizo exo-
nerar Bonaparte en la ocasión que dice el texto. Cedió
su puesto al cardenal Doria y no volvió á oirse hablar de
él hasta que murió de repente en la noche del 12 de agos-
to 1805.


PAGINA 455.


2 El general cisalpino Lahoz , que mandaba las tro-
pas lombardas abrazó la causa de la revolución y fue em-
pleado en el ejército de Italia desde el principio de las
conquistas de los Franceses, En 1997 y 98 hizo algunas
tentativas por agrandar su uepública á costa del Piamon-
te , y tUYO empeño en que ~l directorio frances no se
mezclase en el gobierno interior de ellas, per'o no pudo




528 • NOTAS
conseguir uno ni otro. Entonces publicó en Paris una car-
ta en que denunciaba al mismo directorio como cómplice
de la junta de innovadores, y el directorio en cambio pu,-
blicó unas notas en que aparecia ser un agente de los
estrangeros , y le mandó salir de París. Resentido de
aquella injuria, se echó en el partido dc la independen-
cia , y al frente de muchos emigrados ayudó á los Aus-
triacos contra los Franceses en cuantas ocasiones sc le
presentaron. Mandaba una dc las divisiones que formaron
el sitio de Ancona en 1799 y le hirieron gravemente en
una salida que hizo la guarnicion francesa, de cuyas rc-
sulias murió pocos dias despues. Díjose en los papeles
franceses que se había encontrado su sello con las armas
del emperador de Alemania y su nombre, con un letrero
que decia : Mueran los Franceses.


PAGINA 458.


5 Luis Galeppi, prelado romano y arzobispo de Nísi-
dí , firmó el tratado de Tolentino y despues le enviaron
de nuncio á Portugal, de cuyas resultas fue creado car-
denal y murió á muy poco tiempo.


PAGINA 458.


4· El mar'ques de Masimi fue quien firmó este tratado
de Tolentino , como plenipotenciario del papa, y quien
despues tuvo comision de S. S. para negociar la restitu-
cion de Ancona, que no pudo conseguir de manera algu-
na. Despues pasó de embajador á Paris cerca del direc-
torío , quien le puso guardias de vista cuando ocurrió el
asesinato del general Duphot y no se le puso en libertad
hasta dos meses despues.


PAGINA 458.


:> El duque de Braschi-Onesti sobrino del papa Pío
VI era muy aborrecido del pueblo do Roma que incendió




DEL TRADUCTOR 529
su palacio en el mes de febrero 17H5. Cuando entraron
'los Franceses en aquella ciudad en 1798 le secuestraron
todos sus bienes y habiéndose refugiado á Toscana, le
dió órden el gr'an duque de salir' de sus estados, y ningu-
no de los embajadores estrangeros que estaban en Flo-
rencia quiso darle pasaporte para sus respectivos paises.


PAGINA 4c1G.


6 El baron de Kerpen , general austriaco hahia esta-
do empleado en 17fH en el ejército del príncipe de Co-
bourg , donde se distinguió en muchas ocasiones. En fe-
brero de 1797 le elevaron al grado de teniente Ield-ma-
riscal y se le empleó en Italia donde sirvió en el Tirol.
En recompensa de su "celo y valor le dió el emperador
en propiedad el regimiento de Pelegrini con el cual le
"hicieron los Franceses prisionero en Ulma en 1803.


PAGINA 447.


7 Luis Baraguey de Hiliers nació en Paris en 17G4
de familia noble )" entró á senil' desde muy joven , pues
cuando principió la revolución ya era oficial del I'egimien-
to de la Alsacia. Se declaró partidario suyo y cuando es-
talló la guerl'a Iue sucesivamente edecan de los generales
Ceillon y Labourdounye. Luego le dió Montesquiou el
mando de una legion que se formó al pie de los Alpes,
pero Custine le llamó muy pronto para primer edecan
suyo y le proporcionó rápidos ascensos. Estaba ya de ge-
neral de brigada, gcfe del estado mayor general del ejér-
cito del Bhin y propuesto para ministro de guerra cuan-
do le arrestaron y condugeron á Paris juntamente con su
general en noviembre de 1795. Compareció el dia 10 de
julio 1794 ante el tribunal revolucionario, que le absolvió
pero volviéndole á la prision donde estuvo hasta la joma-
da del 9 de thermidor. Habiéndole reintegrado en su gl'a-
do le emplearon en el ejército del interior que mandaba
Menou, pero ambos se desgraciaron en la ocurrencia del


x. 3!.




530 NOTAS
15 de vendimiario. Entonces pasó al ejército de Italia y
hallándose de comandante de armas en Lodi puso la villa
en estado de sitio por que los habitantes no quisieron
formar una guardia nacional: mandó tapiar todos los cam-
panarios y les echó una proclama fulminante. El 28 de di-
ciembre 1796 se apoderó de Bergamo al frente de 1300
hombres y luego estuvo mandando en la Lombardia. En
el mes de marzo de 97 le hicieron general de division
con cuyo grado fue á la espedicion de Egipto. Habiéndole
destacado desde :Malta el general en gefe, fué cogido en
las aguas de Sicilia á bordo de la fragata Sensible y con-
ducido á Inglaterra el 28 de junio 1798. Volvió de aHí
con sus dos edecanes en el mes de a gesto inmediato,
pero habiéndole formado causa por no haber' defendido
bien el buque que montaba, cesó de ser empleado por
entonces. En 1799 pasó al ejército del Rhin en calidad
de gefe de estado mayor general y despues del 18 de
brumario se le nombró inspector general de infantería y
mas adelanter senador, gran oficial de la legión de honor
y coronel general de dragones. Por último pasó con el
emperador á las grandes guerras de Alemania y murió en
Sajonia el año de.J811.


PAGINA 447.


8 El baron de Laudon , sobrino y heredero del fa-
moso Laudon que hizo la guerra de siete años contra
Federico el grande, sirvió con el grado de coronel con-
tra los Franceses en 1793 en el sitio de Maguncia, y lue-
go que le hicieron general mayor pasó al ejército de Ita-
lia durante las campañas de 1796 y 97. Este fue el que
mientras Bonaparte iba persiguiendo al archiduque Car-
los, procuró reforzarse con las milicias del Tirol y se
apoderó de Trente , Roveredo, Torbola , Riva, Verona
etc. y estaba en disposicion, unido con los Venezianos
de poner en grandes apuros al ejército frunces que había
quedado en Italia. Pero la tregua firmada por el archidu-
que contuvo sus progresos. Entonces le dió el em-




DEL TUADUCTOR. 531
perador la cruz de María Teresa en recompensa de su ce-
lo y luego continuó sirviendo en las grandes guerras del
imperio sin qne sepamos cuando ni donde murió.


PAGINA 452.


9 El general de artillería Lespinusse se habia disti n-
guido ya mucho en los Pirineos orientales en 17H5 y 94
Ylo mismo hizo despues en las campañas de Italia bajo
las órdenes de Bonaparte. En 1799 le hicieron miembro
del senado conservador y en 1804 se le dió la cruz de
gran oficial de la legión de honor y con ella la sena-
torería de Pau. Publicó el año de 1800 un Ensayo sobre
la organizacion de la artillería, que es muy apreciado.


PAGINA 455.


10 El general de division Duguá estaba de gefe de
estado mayor del ejército del general Dugommier en el
sitio de Tolon en t 795 , Y le siguió al ejército de los Pi-
rineos, donde se distinguió mucho. En 1796 pasó al
Vendée bajo las órdenes del general Hoche qHe le col-
mó de elogios. Despues le emplearon en Italia mandan-
do la caballería en el paso del Tagliamento y ocupó el
puerto de Trieste. Cuando se firmó la paz de Campo
Formio volvió á Francia y le dieron el mando de la 14. a
división militar. Fue á Egipto con Bonaparte y en la ba-
talla de las Pirámides' mandó la division de reserva que
flanqueó el campo atrincherado de los Turcos y decidió
la denota de los Mamelucos. Durante la desgraciada
campaña de Siria estuvo mandando en el Cairo y apa-
ciguó varias insurrecciones de los habitantes. Estando
allí en mano de 1798 le eligió el departamento de Cal-
vados para el cuerpo legislativo y habiendo vuelto á
Francia le hicieron prefecto de aquel departamento,
hasta qne le nombraron para ir á Santo Domingo con el
general Leclerc en calidad de gefe de estado mayol'. Sir'-
vió de mucho en las primeras operaciones, pero ha-




532 NOTAS
hiéndole herido dos veces en la cresta del Pierrot mu-
rió el dia 9 de octubre 1502 del contagio.


PAGINA 477.


11 El baron de Kaim general aleman , era hijo de
un panadero de Brisgaw y habla estado sirviendo en
Francia en tiempo de la monarquía. Hizo la guerra de
siete años en el regimiento de la lUal'ck y despues se pasó
al servicio de Austria, donde sirvió como coronel duran-
te las campañas de 1792 y 93 en los Paises Bajos y al
año siguiente le nombraron general mayor. En 1796 le
emplearon en el ejército del Rhin y se distinguió hacien-
do prodigios de valor en la batalla de Wutzburgo. Des-
pues pasó á Italia, donde volvió á hacerse notar en las
campañas de 1799 y 800. Cuando Souwarow fue á dar' la
batalla del Trebbia contra Macdouald , encargó á Kaim
el sitio de la ciudadela de Turin y le escribió un billete
en que le decía : « ~li querido general, salgo para PIa-
1( sencia á batir á Macdonald; tome Vmd. pronto á Tu-
« rin para que yo no cante el Te Deum antes que Vmd .. »
En efecto Souwarow venció el 19 y él tomó la ciudadela
el 20 de junio. Ultimamente le enviaron con su division
á reforzar el ejército de Bellegardc y le mataron en la
batalla de 'N agram.


PAGINA 4i7.


12 El conde de Mercantin, general austriaco , es-
tuvo empleado como general mayor en 1793 y 94 en el
ejército de Tréveris bajo las órdenes de Blanckesteiu y
se vió precisado á evacuar una tras de otra todas las
posiciones que ocupaba entre el Sana y el Mosella. En
i 796 le elevaron al grado de teniente general y le desti-
naron á Maguncia, desde donde pasó despues á senil' en
el ejército de Latour. La envidia que asi él como otros
oficiales tenian al general en gefe, contribuyó en gran
manera á las frecuentes derrotas dc aquel ejército. Des-




DEI. THADUCTOU. 583
pues pasó á Italia donde sirvió con distincion y le mata-
ron el dia 30 de marzo 1799 en la batalla de Verona,
donde combatía al frente de la primera columna.


PAGINA 480.


i 5 El haron Francisco Thugut, uno de los hombres
de estado mas célebres del siglo XVIll, nació en Lintz
el año de 1759 de un pobre marinero de aquella ciudad.•
que hizo los mayores esfuerzos para darle un poco de
educación y consiguió colocarle como discípulo en la
academia oriental nuevamente fundada en Viena. Aquc-
lla circunstancia decidió la carrera del joven Thugut ,
pues habiendo hecho rápidos progresos en el estudio de
las lenguas de Oriente, le agregaron en 17:>4, á la embn
jada de Constantinopla y tres años despues , intérprete
del internuncio austriaco. Habiendo tenido que tornar
parte en varias negociaciones importantes , que desempe-
i1ó bien, se le dió sucesivamente el título de residente y
el de internuncio. Este empleo tenía en 1770 cuando I~l
guerra suscitada entre los rusos y los turcos puso al ga·
hinete de Viena en una situación delicada y enviaron :í
Thugut al congreso de Forkchany en 1772, donde de-
sempeñó varias comisiones tan á satisfaccion de Mal'Ía
Teresa, que en recompensa le dió el título de baron )'
poco tiempo después la cruz de comendador de San Este-
van. En 1777 hizo por órden de aquella princesa varios
viages á Núpoles y Puris con comision para sus dos hijas
las reinas de Francia y Nápoles , que ninguna de ellas de-
jaban de lomar parte en los negocios diplomáticos. Tarn-
bien pasó ú negociar con Federico n rey de Prusia en
'1778 de orden de la emperatriz; pero sin el consenti-
miento de su hijo José y asi además de no terminarse
nada favorable á la paz, le ocasionó el disgusto del em-
perador Leopoldo. Sin embargo, este le envió de minis-
tro á Varsovia en 1780 )' cuando ocho años despues se
suscitó la guerra contra los Turcos, le dió la administra-
cion general de la Moldavia y de la Valaquia que ocupa-




534 NOTA.S
ban los ejércitos austro-rusos. AIIi permaneció hasta la
paz en 1790. Su mas vivo deseo era pasar á Paris á go-
zar de la mucha riqueza que ya había adquirido y de
una fuerte pension q.ue le habia señalado aquel gobierno
por varias negociaciones dirigidas en favor suyo en Cons-
tantinopla. En efecto le solicitó pOI' adjunto el conde de
Mercy que estaba de embajador imperial y despues de
haber recibido instrucciones bien necesarias en el esta-
do en que ya se hallaba la Francia con su revolucion,
vino á Paris , y el primer encargo que tuvo fue el de
conferenciar con Mirabeau para ganarle en favor de la
corte. Era su ánimo fijarse para siempre en aquella capi-
tal, pero hallándose Rluy viejo y achacoso el ministro
de estado Kaunitz y habiendo mnerto Leopoldo , le lla-
maron á Viena para subsecretario de aquel. Desde en-
tonces puede considerársele como verdadero director de
la politíca de aquel gabinete, pues aunque no tenia otro
título que el de director general de la cancilleria , bajo
la presidencia del príncipe de Kaunitz , apenas murió es-
te en junio de 1794 cuando le sucedió en el empleo de
primer ministro. Mucho empeño tenia sin duda en ale-
jar el contagio revolucionario , pero tampoco dejaba de
tener proyectos de engrandecimiento, que tal vez con-
tribuyeron mas que nada á las desgracias que sufrió aque-
lla potencia. Su plan de abandonar los Paises Bajos para
concentrar todas sus fuerzas en el Rhin en 1794 in-
quietó mucho á la Inglaterra y la Holanda, y como no
podía continuar la guerra en una ni en otra parte sin
subsidios, firmó el 4 de mayo 179i> el tratado por el cual
se obligaba la Inglaterra á hacer los gastos de una nueva
campaña y el Austria á aprontar 200 mil hombres. No
era ciertamente gl'an cosa para unas fronteras tan estén-
sas y bien se necesitaba mucha fe para creer en la
salvación de la monarquía en circunstancias tan difíciles.
Algunas ligeras ventajas conseguidas 3~fines de 1795 pOI'
Clerfayt y Wurmser mantuvieron por algun tiempo i el
crédito del sistema de Thugut, pero los desastres de la
campaña siguiente en Alemania y sobre todo en Ita-




DEL TRADUCTOn. 535
lía, dieron un golpe mortal á su reputación de habili-
dad. Uno de los artículos secretos del tratado de Leoben
fue que se exonerase á Thugut porque se le consideraba
como el principal 'causante de la prolongaeíon de la guer-
ra. Se le quitó en efecto el ministerio y esta misma des-
gracia le dió cierta popularidad , y aun le recomendaba
ú los ojos de la corte el ódio que se le suponia contra la
revolucion francesa. La prueba de ello es que cuando se
formó la segunda coalicion á principios de 1799 le vol-
vió el emperador Francisco II el ministerio de negocios
estrangerós. Otros nuevos reveses fueron la consecuencia
de su sistema y fue indispensable volverle á quitar , no á
petieion del enemigo victorioso sino de los mísmos alía-
Jos del Austria, no sin gran resistencia del emperador,
yeso después de haber aceptado la vergonzosa paz de
Luneville. A fines de t 805 se casó con la hija de un se-
ñor belga y tres años despues volvió á Viena, donde se
creyó que volveria á ocupar et ministerio, pero se con-
tentaron con darle la dirección de un ramo de la diplo-
macia hasta fines de 1808. Entonces renunció de veras á
los negocios públicos y se retiró á sus posesiones de
Hungría , que le habla regalado el emperador, para de-
dicarse enteramente al estudio de la literatura oriental.
Pasaba los inviernos en Presburgo y en Viena , donde
murió enI 818 de edad do 85 años.


PAGINA 480.


\4 El marques de Gallo, embajador de Nápoles en
Viena, tuvo parte eu todas las negociaciones delicadas
que oCUl'l'iCI'OIl durante la revolución francesa. En 1793
te nombraron ministro en lugar de Acton , pero no lo
quiso aceptar, y de resultas le enviuron á las conferen--
cías que precedieron al tratado de Campo-Formio, en
quc fué uno de los firmantes. En aquella ocasion se le
confirió el toison de oro y luego durante los años de 98,
99 Y 800 estuvo siempre al frente de un partido de opo-
siciou contra el sistema del favorito Acton , que tantos




- e: .:,.,
;),j I i NOTAS


peligros ocasioné á la monarquía napolitana. Cuando Ie
nombraron virey de Sicilia se le díó órden de que en to-
do se sujetase á las órdenes de aquel ministro. A fines de
1802 fué nombrdo embajador del rey de las dos Sicilius
cerca de la república italiana y despues pasó á París con
la misma calidad. Asistió á la cousagraciou del empera-
dor Napoleón en Milan en 180a , y firmó el tratado pa-
ra la evacuacion de Nápoles pOI' las tropas francesas ,
cuyo tratado se quebrantó apenas habla sido flrrnado.
Cuando entraron los Rusos y los Ingleses en territorio
napolitano hizo renuncia de su embajada y se quedó á
vivir en Paris hasta la restauracion.


PAGINA 496.


t ~ Eduardo Serviez ). no Servier , nació en San Ger-
v.u.io d 27 de febrero 1755 y entró á senil' en 1772 ,
siendo }a teniente coronel cuando principió la revoluciono
Ascendió sucesivamente hasta general de brigada, y cuan-
do Bonaparte se encargó del consulado le nombró pre-
fecto del departamento de los Bajos Pirineos y después
miembro del cuerpo legislativo. Mudó en PaI'Ís el Hl de
octubre de 1804. Era nieto de aquel Serviez que escri-
bió ln Iliitoria de la vida y de las intrigas secretas de las
muqeres de los doce Cesares; y el mismo publicó varias
obras , entre ellas: Una carta contra el sistema oleman
yue se quería introducir en el ejercito trances; Alocucion á
los sokuulo« franceses; demostrándoles la utilidad de la dis-
ciplina ; Jfemorias sobre los hospilates, ) la Estad,tstica del
dt'partamento de los Bajos Pirineos.


PAGiNA 002.


1G José Chuhran , general Irances , nació en Cavai-
HOIl, cerca de Aviñon , el 22 de marzo 1765 y pasó Sll-
('(~sivarueute por todos los grados desde el de capitán del
~,. (J batallón de las Bocas del Ródauo , que era el4 de
agosto 1in2 hasta el de gr-ncral de division ú qlle fue pro




DEL TRADUCTOH. 537
movido el 24 de junio 1799. Hizo todas las campañas de
la revolución bajo 13s órdenes de los generales Biron ,
Kellermann , Bonaparte y Massena. En Roveredo se le hi-
zo general de brigada en el mismo campo de batalla y se
distinguió en Lodi, en la Corona , en Bivoli y sobre lodo
en la reconquista de Verona , que es cuando le menciona
el texto. Acompañó á Bonaparte en el famoso paso de los
Alpes y se apoderó del fuerte de Bard formando una po-
derosa diversion durante la batalla de Marengo. Cuando
se firmó la paz se le nombró comandante del Piamonte y
se condujo con suma ilustracion y pureza y por último no
desmintió nunca su ilustre carrera hasta que fue á pere-
ce!' entre los hielos de Rusia.


PAGINA 413.


17 Haller era un banquero de Paris, hijo del poeta
suizo de este nomhre , proveedor general del ejército
trances en Italia. Habiéndole acusado despues que cayó
la Montaña, de que habia dilapidado, juntamente con
Robespierre el menor, los fondos de aquel ejército, se
vió precisado á huir á Génova en agosto de 1794 en el
momento mismo en que iban á prenderle de órdeu del
gobierno. Encontró luego medio de j ustificarse y le nom-
braron en noviembre de 1797 tesorero general del ejél'-
cito de Italia, ministro de hacienda de la república cisal-
pina, y en noviembre de 1799 director general del tesoro
franees. Despues del 18 de brumario se le suscitaron va-
rios disgustos sobre su administracion y renunció á los
empleos públicos despues de publicar un memorial jus-
uíicativo , que no leyó nadie, como sucede con otros
muchos,


PAGINA 415.


18 Adriano Quirini, noble veneziano , fue nombrado
en el mes de abril 179i> ministro residente cerca del go-
hierno frunces. El 50 de julio de aquel año fue admiti-
do :.'t presencia de la convencion donde pronunció un dis-




538 NOTAS
curso y recibió el abrazo fraternal del presiden te y pro-
clamado embajador de la república de Venezia. Cuando
esta fue invadida por los Franceses se escapó de Paris ; pe-
ro le cogieron y encerraron en el ~castmo de)\'lilan , de
donde se escapó en t 798 y.no se ha vuelto á saber de él.


PAGINA 517.


19 Edma José ViIletard principió su carrera en la re-
volucion entrando de voluntario el año de 1791 yal
siguiente le enviaron de secretario de embajada á Génova
y se encontraba allí cuando los Ingleses sacrificaron la
tripulacion de la fragata ~fodesta , sobre lo cual publicó
un manifiesto que se insertó en los diarios. Cuando los
Franceses penetraron en Italia se le nombró sucesiva-
mente administrador en el Piamonte , comisionado en Lo-
reto, adjunto á la comision de las artes en Roma y últi-
mamente encargado de negocios en Venezia. Véase en el
texto como se condujo para la espulsion de los Esclavo-
nes é introduccion de las tropas francesas en la ciudad.
Mucho intervino su mediacion para la renuncia del anti-
guo gobierno y la instalación de los nuevos administra-
dores. Despues del 50 de preria] (junio de 1799) le nom-
braron secretario general del departamento del Sena ~ pe-
ro lo renunció muy pronto. Luego que ocurrió la revolú-
cíon de118 de brumario, no quiso ocupar-se mas que de
literatura ry publicó en Italia dos tragedias , que fueron
El Phocion , y los Pazzi: despues dió á luz una coleecion
de poesias ligeras á imitaeion de Thompson y de Casti y
es autor de un himno republicano ;sobre la libertad de
Roma, á imitación del que es tan conocido eu Francia
con el nombre del Cántico de marcha.


PAGINA 325.


20 El contra-almirante Brueys habla sido teniente de
la real marina ántes de la revolncion y fü<el que mandó
la escuadra que llevó á Bonaparte á Egipto habiendo sa-


,:".
....




DEL TRADUCTOR. 539


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lido de Tolon en junio de 1797. Por haberse detenido en
aquellas costas mas de lo necesario dió tiempo á que lle-
gase Nelson, que le atacó furiosamente cerca de Abou-
kir, y mosteó la gran superioridad de su genio respecto
del almirante frances; mas este manifestó pOI' lo menos
mucho valor' y pereció en medio de la accion habiéndo-
se volado el navío que montaba. (v. Nelson).


PAGINA 324.


2'1 Felix l\IoJ'ando, no l\lorandi , era un boticario de
Génova:í cuya tienda concurrian los principales revolu-
cionarios y tenian sus conciliábulos. Andando el tiempo,
el cuerpo legislativo Liguriano espidió un decreto por el
cual se consagraba la casa de Morando por haber sido
cuna de la libertad liguriana. Hoy en dia está convertida
en cárcel.


FIN DEL TOMO Dt:CIMO.




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TABLA
DE LOS


'CAPITULOS QUE CONTIENE ESTE TOMO.


CAPITULO PlUMERO.


Campaña de 1796. Conquista del Piarnonte y de la Lombar-
dia por el general Bonaparte. Batallas de Montenotte, Mi-
llesimo. Paso del Puente de Lody. - Establecimiento y po-
lítica de los Franceses eu Italia. - Operaciones militares en
el NOI'te. Paso del Rhin por los generales Jourdan y Mo-
reau. Batallas de Rastadt y de Ettlingen. - El ejército de
Italia ocupa sus posiciones en el Adige y en el Danubio. 3.


CAPITULO 11.


Estado interior de Francia á mediados del año 1 796 año IV.-
Apuros económicos del gobierno. Caida de los mandatos y
del papel moneda.- Ataque del campo de Grenelle pOI'
los jacobinos. Renovaciou del pacto de familia con la Espa-
ña, y proyecto de una cuadruple aliaoza.- Proyecto de
una espedicion á Irlanda. - Negociaciones en Italia,-
Continuación de las hostilidades; llegada de Wurmser al
Adige.- Victorias de Lonato y de Castiglione. - Opera-
ciones en el Danubio; b..talla de Neresheim; marcha del
archiduque Carlos contra Jounlau.-l\'Iarcha de Bonapartc
sobre el Brenta ; Batallas de Roveredo, Bassano y San Jor-
ge; retirada de Wurrnser á Mantua.- Vuelta de Jourdan
al Mein ; batalla de Wutzburgo ; retirada de Moreau. 13-3.


CAPITCLO In.


Situación interior y esterior de Francia después de la retira-
da de los ejércitos de Alemania á principios del año V.-
Combinaciones de Pitt ; apertura de una Ilegociacion con e[
directorio; llegada del lord Malrneshury á Pal'is.- Paz con
Nápoles y con Génova, negociaciones infructuosas con el
papa; dcposicion del duque de Módena ; fundacion de la




:república Cispadana.-Mision de Clarke á Viena.-Nuevos
esfuerzos del Austria en Italia, llegada de Alvinsky ,peli-


gros estremos del ejército frances; batalla de Arcole, 245.
CAPITUI.O IV.


,C larke en el cuartel general del ejército de Italia. - Rompi-
miento de las negociaciones con el gabinete ingles. Salida
de Malmesbury. -- Espedicion de Irlanda.-Tareas admi,
nistrativas del directorio durante el invierno del año V.-
Estado de la hacienda. Entradas y gastos - Capitulación
de Kehl. - Ultima tentativa del Austria sobre la Italia.
Victorias de Rivoli y de la Favorita; toma de Mantua.-
Fin de la memorable campaña de 1796. 307.


CAPITULO V.


Situacion del gobierno durante el invierno del año V (1797)'
- Caracteres y divisiones de 105 cinco directores Barras,
Carnot, Rewhell , Letourneur y Larreveilliere Lepeaux.-
Estado de la opiniou pública. Cluh de Clichy. - Intrigas
de la faccion realista. Trama descubierta de Brottier , La-
ville Heurnois y Duverne de Presle. - Elecciones del año
V. - Ojeada sobre la situación de las potencias estrangeras
al abrirse la campaña de 1797. 371.


CAPITULO VI.


Estado de nuestros ejércitos al abrirse la campaña de 1797·
-.- Marcha de Bonaparte contra los Estados Romanos. Tra-
tado de Tolentino con el papa. - Nueva campaña contra
los Austriacos. Paso del Tagliarnento. Comba le de Tarwis.
Revolucion en las ciudades de Bergamo , Brescia y otras de
los estados de Venezia. -- Paso de los Alpes Julianos por
Bonaparte , Marcha sobre Viena. Preliminares de paz con
el Austria ,firmados en Leoben. -Paso del Rhin en Newied
y en Dirsheim. - Perfidia de los Venezianos. Matanza en
Verona. Caida de la república de Venezia. 42.9·




INDICE DE LAS NOTAS BIOGRAFICAS
CONTENIDAS EN ESTE TOMO.


Actou pago
Albani
Albincy
Azara
Baraguey d'Hiliers
Bataglia .
Beliard .
Bellegarde
Bernadotte
Berthollet
Bessieres .
Bouvet ,
Braschy
Brueys
Busca
Cacault


"Cervoni
Chabran .
Charton
Clarke
Darthé
Davidowich
Despinois
Dugua
Ferino
Frotte
Galeppi
Gallo
Cardanne
Garreau
Guyeux .
Haller .
Imbert Colomes
Jouhert
Junot
Kaim.


120.
30~.
299·
127.
529'
123.
306.
422.


234·
129'
125.
367'
528.
538.
52 7.
303.
113.
536.
243.
304·
4~4·
239'
230.
531.
131.
421,
528.
535.
124·


~u9'
231.
537.
425.
114·
232.
532.


Kerpen pago
Klenau
Lahoz
Lannes
Lanusse
Laudon .
Leclerc
Lemarois.
Lemerer .
Lespinasse
Malmesmury
Malo.
Massimi .
Melcy.
Mercantin
Mezaros
Miollis
Monroe .
Morandi .
Moreau Mersan
Nauendorff
Nelson
Petiet. .
Pigeon
Pignatelli.
Poncelin
Provera .
Quirini •..
Ramel (el ministro)
Rampon .
Reuss .
R.ey..
Rochecotte
Sahuguet .
Sauret.
Sebotendorff.


529 .
37 0 .
52 7,
II5.
II9·
530.
368.
241.
/.23.
531.
299·
229·
528.
12 I.
532.
242.
369 '
42 7.
539 '
424.
243.
300.
421.
232.
127.
419'
114·
537.
4~AO.
113.
241.
3th·
422.
239 '
230.
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Servellorti"
Serviez . " ...
Spallanzaui : .
Thugut
Valelte
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