/6"
}

/6"


vrn


TEORIA DE LAS CORTES
ó


GRANDES JUNTAS NACIONALES
DE LOS REINOS DE LEÓN Y CASTILLA.


MONUMENTOS DE SU CONSTITUCION
POLÍTICA Y DE LA SOBERANÍA DEL PUEBLO.


CON ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE
LA LEI FUNDAMENTAL DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA SANCIONADA
POR LAS CORTES GENERALES T EXTRAOR.DINARIAS T PROMULGADA


EN C,4DIZ 19 DE MARZO DE 1812.


P O R


EL CIUDADANO DON FRANCISCO MARTINEZ MARINA,
CANÓNIGO DE LA IGLESIA DE SAN ISIDRO DE MADRID, A INDIVIDUO


DE NÚMERO DE LAS ACADEMIAS ESPAÑOLA
Y DE LA HISTORIA.


PRIMERA PARTE.


TOMO I.


MADRID
IMPRENTA DE D. FERMIN VILLALPANDO.


AÑO 1813.




il


PRÓLOGO.


1. Si los hombres tuvieran seguridad de que los
reyes y príncipes de la tierra habian de cumplir fielmen-
te los sagrados deberes de tan sublime dignidad y oficio,
cuyo fin jamas pudo ser otro que hacer á sus súbdi-
tos felices y bienaventurados, y regir con dulzura , man-
sedumbre y justicia los pueblos encomendados á su vi-
gilancia sacrificando sus intereses y pasiones al bien pú-
blico é imitando el estilo, la sabiduría y la bondad con
que el gran Dios y padre de los hombres gobierna todo
el universo ; la monarquía absoluta ó el gobierno de
uno en quien estuviese depositada la plenitud de la so-
beranía íntegramente sin limitacion nl restriccion al-
guna, sería el mejor de todos los gobiernos y el mas
digno de ser abrazado por todas las sociedades y na-
ciones.


z. Un centro único de poder soberano es el me-
dio mas oportuno y eficaz para mantener la union de
los ciudadanos, para comunicar á todos los resortes de
la máquina política aquel movimiento activo, regular
y uniforme que es la vida del cuerpo social , y á las
leyes el carácter de fuerza y de magestad que necesi-
tan para ser respetadas. El monarca corno soberano , co-
mo legislador y como egecutor de las leyes, armado
con ellas y con la fuerza militar evitará fácilmente las
in justicias, los desórdenes , las violencias , las insurrec-
ciones y tumultos populares y cuanto sea capaz de
turbar el &den público y la amable tranquilidad. El
secreto en, las deliberaciones, el sigilo en los consejos,


..... uberiorem securioremque Inateriam senectuti
seposui : rara temporum felicitate , ubi sentire qua' velis ,
t que sentias dicere licet. Com. Tacit. Hist. lib.


L° 1.





311ap .1'9.1qutoAz. -croa -1 Op•.Td


SOI sopor sorroasap Sor sopo :sopelsrAap SOLTIDi 'GT
-!nlisap sepu


rAoid seperose sapepuTo : soueiagos sadiJ
-uud soj ap pel.-)poaaj Á uopmtue ej Jod `oirnibo
sod sopesneo sasJsesap Á saret.0 sor ap solpeno SOSO.101
-


SC3I91.11 SELTDDSD Onb SULTI VISTA lis y A. uomiaprs
-TIOD ns y aaaJjo *oualuerosuoosap
valuare LIVJ ap sama3mAuo3 seganJd ñ sordw;-.).a salud
sepol LID %ni Isouadtur souJapow Á sonSpue soj ap
SOLTOI3nrOADI ser Á sorSrs Sor ap sapnlisior.A Ser euru
-rca opunw pp sareue sor ens!lai pEpHholvdt-u! vI ap
nup ene er argosopeoorooUZITC.IDCTSD Á .1011.1DJ ap °tu
-ruy ja opeffind anb uoici ap Diciwon jj „. OUV od4sonu
219 osumsop ns u29,9snq ouzs oranoad 0.11S972U ~d. solla


timad-si/2 as ou vsnva vtuszut V1 dodvdvd
UVUla uv,puvu,s sou 294o8v anb sois] cr •osopeld
aneJ3 olz)op Uo.TCA TIouedsD, JonJosa un IAX orcils 0.
p ua erJap sañas soJisanu Dp anb 01 Jena aluatue4
-su( apand as romoduu otuoadus ja anunseal soluarorA


• Á SOSOTOLJTJIV soTpaw Jod ITO.TEfiOI Dllb o wnroscie oti
-Jargo.5 p uose.ndse aub sadiouiad sor sopo


-ouewng wau913
rap uoroonusap Á ruma 1.13 .U1.1DALTOD ap rigen DS peprs
-DODU aod copuetu Fp umorunuop uf ap aigluna er
UD uerreir as opurnD a/LIDUIreTZIOdS IU ITOIOC)
-rnu u;',90T-103DJ ou anb Á sameu-lopur sauolsed uopmwe
tr ap sDsoanj soj soipol y lorrnaro pp sorirrap sor sop
-o3 y luoperupe ej ap ESIXILIT Er Pp. ‘pusItur er ap ses
-bádsos ser Typo]. y `seurtuntr sezanberj ser sepol y e1D1
-ns euoslad cros eun ua epensodap rue...lagos pep►awne


anb. uercres .sejODSOd eJaipnd SOTG ap operAuP Jai
*o€;o10-


-uy Utl OJOS anb A' conprmput un UD sepeuewaam sep
serierreti Dicpsodun risas pub ceraved er ypepru


-num" er y `erousni er y .10111C ‘VIOlinSTIO0 ezzzirlioi
-uapnid cuoroe.lopow sapnaJTASOTUDIIIII:301103
saDur SOI.UDIE1 so1ue:1 ad-rourad p ua sopeplre3 serraq
Á sepuaad seauta DtXD UOTOUIT uei tun JeulagoS ap
aLTU OWTSIITOLTIp p anb soppuaAuoo aluaudeturluI uegel.
-sa Á SOUO.IVA SOIVIO SOWD UDIq Iftw LrepouoD


¿oznuyin wuarorA 'os
-on.usuoul ap 1101V3UTIrD aj saTuy IsetulOor StWJOJ ser
0,12UD Jellur ITO.TDIp ar une Tu Á olnioscie °marga ID op


untuo3 ap uoJegaidai sopennsas Á SDlUDIUDAUO3
-11! `SrleJLIDA sus ezuereq ua °pesad f sarqrsod
oularcioS ap SULLITOJ ser sepw epuaraadxa ej ap Á uozes
er ap saour sej y opeupnyxa Jacreq ap sandsap saN
-tuag sor y alinaiDlUDILIDAITOD


.119D.1 ap alse ounsHiqour
ja C.IDLIVUT U4.1DI3 UD UOJED,T3 Á epenrsd


roriqvd res
-0111 Cf ap SOlUDIUTIO Sor U0,11319D Drib ourumn miljdsa
jap so,goSepadsoIcies soj anb sa owoD? ¿aadwais
vied arnquosoid UD ITOIDILTIALTOO as saJciunilsop Á sosn •
€SDUOT3ll3L100 ‘SD.1913U1






CD srnluoi tia saluanyp crea Onb
-une sauopeu Á sorgand sor IstonTrod sapepapos sej Á
fouJargo9 ap o&tur DSD DJUDILIELLID1D U0-1170 rTIOa1 al
-creariq
eso-unam Llea op seSurrq asielap ap soi91 uarq


sorSls soj sopor ap Á sapepa sej supw Dp ‘sasird sop
-OJ ap saaquioll sor anb alSISITOD Onb ua salid?


•saJerndod 9 seop
-y.Towspe ser ua SOTLIT SnXIIII SetU10..4 Sti UD _Tern
urripod as DiuptupouTp pub wnroscie °mamo) rap SD,T
-errnoad mi Á seonspmpearo sapepTreo uos i_Topn3al3a


pepparaD
cseprpatu ser UD peprApoe er ‘sauerd sor


Eia uoloeingwoo ej SOKTIOLitad soj UD pemuJoirun ej
•*00010, Ud




PRÓLOGO.
Pfincipios de sociabilidad y las mas sacrosantas leyes
holladas : aquí crueles conspiraciones , allí tumultos go-


-, ares y en todas partes guerras sangrientas sin nú-
me 91 y los hombres inocentes y pacíficos víctimas de
la tirinía. Un corazon sensible que aprecia como es justo
la dignidad del hombre , se arredra y desfallece con
este espectáculo , derrama lágrimas sobre la virtud des-
graciada, sobre el talento perseguido y sobre el inge-
nio menospreciado, y exclama : ¿ de donde han venido
los tiranos? ¿Como se multiplicaron los violentos opre-
sores de la humanidad? ¿Quien les ha dado la existen-
cia y el poderío para atormentar á los mortales ? Dios,


el libre consentimiento de los hombres , de donde se
derivan todos los derechos del reino y del imperio.


6. De Dios nació la verdad , el órden , la justicia
y la libertad: la libertad, madre de virtudes, estímulo
de industria y de aplicacion, fuente ele riquezas , gér-
men. de luces y sabiduría , plantel de grandes hom-
bres , principio de la gloria, prosperidad y eterna dura-
cion de los imperios. La autoridad política justa y tem-
plada sin la cual no puede haber sociedad ni existir.
ninguna nacion ni estado , es efecto de pactos y con-
venciones humanas: los hombres la crearon. Pero el des-
potismo y la tiranía ó el gobierno absoluto que todo
es uno, no ha tenido origen natural, es un monstruoso
resultado del abuso del justo poder y de la legítima
autoridad, parto revesado dé la injusticia, de la violen-
cia, de la fuerza armada, del engariso , de la seduccion,
de la perfidia, de la ambicion de los que mandan y
de la ignorancia y estupidez y abatimiento y supers-
ticion de los que obedecen.


7. El criador y padre benéfico de los hombres los


PRÓLOGO. VII
dotó de razon, inteligencia y libertad. El hombre in-
dependiente, libre é inmortal debe respetar en sí mis-
mo y en sus semejantes la irnágen de la divinidad: na-
die tuvo jamas ni pudo tener derecho para degradar
la dignidad humana. Dios quiso tambien ser legislador
de los hombres, no para oprimirlos sino para asegu-
rar su vida, sus derechos, sus preeminencias y su li-
bertad. La lei divina , la lei natural llamada así porque
se encamina á proteger y conservar las prerogativas
naturales del hombre y porque precede. á todas las con-
venciones y al establecimiento de las sociedades y de
las leyes positivas é instituciones políticas, no empece
á la libertad é independencia de las criaturas raciona-
les , ántes por el contrario la guarece y la defiende. Lel.
eterna , inmutable , fuente de toda justicia, modelo de
todas las leyes , base sobre que estriban los derechos
del hombre, y sin la cual sería imposible que hubiese
enlace, órden ni concierto entre los seres inteligentes.


8. Delante de esta lei así corno en el acatamiento
de su divino autor todos los hombres son iguales, todos
herrnanos7 miembros de la gran familia de que Dios
es el cornun padre. Ninguno está autorizado para rom-
per los lazos de esta fraternidad ni para obrar con-
tra los intereses y derechos de sus miembros. Ninguno
puede alegar justo título para dar leves ni para domi-
nar á sus hermanos. Ni Dios ni la naturaleza confiaron
este poderío sino á los padres respecto de aquellos á
quienes dieron el ser y la existencia. Esta es la mas
antigua. y mas sagrada autoridad que se halla entre los
hombres, así como la obediencia de los hijos á sus pa-
dres es el primer egemplo de subordinacion y depen-dencia.




VIII
9. Porque el estado primitivo de los hombres no


fué un estado de libertinage 6 de licencia : ni se puede
decir que hayan sido absolutamente libres é indepen-
dientes sino con relacion á los establecimientos políti-
cos y á los diferentes géneros de gobiernos introdu-
cidos posteriormente en la sociedad. Y yo ignoro el
motivo que han tenido algunos escritores para fatigarse
en probar difusamente una verdad que ni los filósofos
ni los jurisconsultos han negado hasta ahora. Todos con-
fiesan que Jos hombres debieron reconocer siempre un
legislador supremo y una lei de •saturaleza. Y si bien
al principio del mundo y por espacio de muchos si-
glos no hubo naciones ni grandes sociedades , ni re-
yes, ni príncipes, ni tiranos, prueba que estos estable-
cimientos fueron obra de los hombres: mas todavía siem-
pre hubo aun desde el principio algun linage de so-
ciedad : sociedad conyugal, sociedad doméstica, gefes 6
cabezas de familia , ministros de Dios , intérpretes y ege-
cutores de su lei, para regir y gobernar conveniente-
mente la pequeila grei encomendada á su cuidado. De
consiguiente es necesario reconocer derechos, obligacio-
nes y mutuas dependencias entre marido y muger, entre
padres é hijos , entre amos y criados, virtudes sociales,
cierto género de subordinacion y un gobierno doméstico,.


r o. Si los hombres fieles á los deberes que les im-
pone la lei natural hubieran vivido siempre juntos corno
hermanos y procurado egercitárse en las virtudes pa-
cificas y hacer por amistad lo que al presente solo se
hace por temor 6 por interes, no tendrian necesidad de
otra forma de gobierno ni de recurrir á las leyes po-
sitivas para interpretar y esclarecer la sabia lei de na-
,ruraleza y para obligar á SU observancia, ni de cons-


1111"-


tituir la autoridad pública y las grandes sociedades po-
líticas. Empero despues de la dispersion del género hu-
mano habiéndose extrañado mutuamente les hombres
no tardaron mucho en mirarse como enemigos. Olvi-
dados de la lei y corrompidos por las pasiones se en-
tregaron á los vicios: las guerras, las violencias , robos
y latrocinios comenzaron á reinar : muchos hombres
aguerridos con el egercicio de perseguir los animales sal-
vages hicieron uso de este arte dañino para destruir á
sus semejantes; y el bárbaro derecho del mas fuerte pre-
valeció y fué substituido al de naturaleza.


r r. -Así que la necesidad de defenderse de las bes-
tias feroces, y de hombres mas feroces que las mis-
mas bestias , obligó á muchas familias á reunirse en so-
ciedad para socorrerse mutuamente y asegurar su vida,
personas y bienes bajo la proteccion de las leyes y de
la autoridad política. Porque, como dice un filósofo,
la multiplicacion de los hombres y la comodidad de la
vida mas depende de vivir en sociedad que de la na-
turaleza: y si 'es tan excesivo su número comparado con
el de los animales silvestres; consiste en que los hom-
bres se han reunido en sociedad , ayudado y defendi-
do recíprocamente. Mas esta reunion no se pudo ege,-
cutar sin introducir una desigualdad real entre los miem,
bros de la asociacion y sin que precediesen deliberacio-
nes hechas de comun acuerdo bajo ciertos pactos y con-
diciones tácitas ó expresas, que fueron como las pri-
meras leyes fundamentales de los primitivos gobiernos
y el orígen de todos los reglamentos políticos que su-


.. cesivamente se fueron estableciendo, de donde tambien
nacieron las diferentes formas de gobierno adoptadas li-
bremente por las naciones.


TOMO f.


r 1_,7 •
•./


2




12. Digo libremente, porque ni Dios ni la natu-
raleza obligan á los hombres á seguir precisamente es-
te ó el otro sistema de gobierno , á ninguno reprueban,
á ninguno dan la- preferencia , cualquiera de ellos sien-
do acomodado al clima , al genio y carácter de los pue-
blos y á las circunstancias y extension del imperio, pue-
de procurar el bien general, el interes comun y la sa-
lud pública, lei suprema de todos los estados y cimien-
to firmísimo de los derechos de la sociedad y la regla
que fija evidentemente la extension y objeto de la au-
toridad pública y los deberes de los - miembros del cuer-
po social. La lei de naturaleza, que es la voluntad mis-
ma del criador, reprueba el despotismo igualmente que
la anarquía, y los excesos de la libertad así como los a-
busos del poder. Dicta imperiosamente la subordinacion
y la obediencia á las leyes y á los magistrados : porque
no es dable que pueda subsistir ninguna nacion sin le-
yes ni estas ser provechosas y saludables , sino hai en la
república personas suficientemente autorizadas para ha-
cerlas observar. Su autoridad debe ser sagrada é invio-
lable, de otra suerte no tendria imperio sobre los pue-
blos ni estos motivo sólido para respetarla. El órden so-
cial emana esencialmente de la naturaleza ; pero su for-
ma es variable de muchas maneras y pende de pactos
y convenciones arbitrarias.


13. La historia de las naciones y de los gobiernos
nos ofrece una serie jamas interrumpida de pruebas de-
mostrativas de esta verdad. ¡ Que diferencias! Que va-
riedades tan notables entre las formas de gobierno insti-
tuidas así por los reinos y grandes imperios, como por
las pequeñas sociedades y estados de corta extension !
¡Que revoluciones políticas! ¡Que mudanzas en la cons-


~111Ver... • -wwor,


titucion de un mismo estado, de un mismo imperio! So-
lo el pueblo hebreo, este pueblo, esta sociedad creada
por el mismo Dios, ¿ cuantas alternativas no ha experi-
mentado en su sistema de gobierno ya republicano , ya
mixto , ya monárquico, ya aristocrático? Pues que di-
remos de los gobiernos de los estados de Grecia y de los
de Esparta , Atenas y Roma?


14. ¿Y quien osaria reprobar alguna de estas for-
mas legítimas de gobierno ó acusar á las naciones que
las han admitido, de crímen contra la lei divina ó de al
tentado contra la naturaleza ? ¿ Por ventura está ya deci-
dido cual de aquellas constituciones es la mejor y mas
conforme al fin y blanco de la sociedad política ? Los
sabios de todos los tiempos despues de haberlas discu-
tido y examinado prolijamente sus bellezas y fealdades,
sus virtudes y vicios , todavía no han probado de un mo-
do convincente cual de ellas es la mejor : aun no se ha
decidido ni acaso se podrá decidir jamas, la importan-
te cuestion de la preponderancia. Solamente se han con-
venido en un punto, que es condenar el gobierno ab-
soluto y despótico. La sociedad política es un estableci-
miento de beneficencia , un preservativo contra el con-
tagio de la. corrupcion general de la especie humana, un
puerto en que los hombres pacíficos creyeron poder a-
segurar sus riquezas , derechos y libertades. Todos los
sistemas de gobierno que se encaminan á este fin son
buenos y loables , y solo es digno de la pública exécra-
cion el que se dirige al abatimiento y ruina de los ciu-
dadanos. Tal fié opinion de todos los filósofos , de
todos los sabios de Grecia y Roma, varones insignes que
en virtud del mas profundo conocimiento del corazon
humano y de la naturaleza de la sociedad política y de




111


-OS .1e411JO.1 rJed eurniodo uorseoo eJSD SO oN -Z1


owspodsop opuniow rop sarga! sor sop
-03 UD SOUJOATOAUD Á IJISU y sowezodwo seu9dr onb
-tau er op uop OSOI3O.Ici ro SOUCLU SEMSOntr op iconex
-


uorons.Todns er opeognloj gtj onb Á uo-.oronpo ereur
ensonu op souoTordn000id Á SPIOLID soj uo SOUJODO111
-.Tope cuorq ID VIDI)4 opep sowoq onb sosed sor ltpit1DI
‘soluoTwrilow sor Jaoodlovn ogooAoid ansonu y ord
-tuno onb :EPA Dt:Dp sou ou znr er op SOUOT3VOILMUI
-oo ser opuelGID3.1Prif onb oqnu esuop eun aToardso lo.ncT
-luotr pp soreirneu seAne9oJoid Á soT_Toolop sor JODOJ
-nosqo 'pepTsoTpo ns Jeze.usTp (ODTUVIT1 ouJorqo'S DIMITO
-VA ID JOUD4SOS op ra onb 0J.D1q0 0.1J0 UIS ‘souopeouTp
-ow Á souoimpe UOD set? SOLISDI1U uo opronpoidoi eq •.
os `UOIOVU VIUSILU er op isojos9r13. sou?!sur sop IOd op
-r.u3ndun oluowerqes onbune soTdroupd sns op pop
-osrej er opensotuop ríen JoyrooH onopo p oluDiulp
-ru ns op soluy rÁ olueno orqmootToour sew 03UVI Á op
-ansqe uea VIUDISTS olso ronjrod rfopeard els[ •91


.supezen opelop LTeq souVZDI
-e.Trileu el X. sor onb separas ser op souieliede TeuTunio
sew ro ÓTACJVX0 un ellos onb Á SMILUJI DIJOUOCI UD Jesuod
TU prprialne eueioqos risa op osion.usqns oppTwaod so


oTpru y onb : Jopepo Top Tor orqumwut er op pnIJTA tTo
19 y OSIPPUIOS sopeSTrqo uelso sonwozr sor sopo] onb
:euTATp uoTomusur op so onb :olnrosqr ooinbayuow ou
-JomoS p Joqrs y oAnevnbo Á olsnl ouroToio.9 op etuo:isTs
un ours Joqeq opond Tu Trq ou euetunq pepopos ej UD
onb '799,W11.1Vcr epernm cago ns UD jr.1.71sowop osndoid
os soqq9Er SVUJOI ourstrd ns-op sew:1Ñyw ser op seun2Te
opuoInSTs esor9ut UOTOrliOAO./ o1clor90 el


y uolorp000ld
anb uoroeluownj op SMUOUTOW sor uo reno 'ID Jourru
ollogo-a oJorreqeo lo SOIJO DaltIO .pnj




jet .SD.10SDICIO sns
y oslouodo ried ezorenneu er eiTdi.SLIt sorewrue sor y une
onb olunsul p Je9ede Á sosoiouo3 SOlUDItUTWOS sor Jerioj
-os euewnq trozei ej JezTreanleusop sorepow sor y atina
-sej StiOSOfi sennsodun op Á sepansqe souoToedn000id
ap IsowsiloreIrd op orpow :tad Á prpTuTATp UD VHS
-Tal eird soz.Tonjso SD.TOÁULU Sdi uoJoloTtr ejurip uj op Oj
-opJ p Ç.3,1ur soprilsod Á 1.10.1-3D je Á peposiej vi UOIVOU
-Tioes sor sonrom Á V.IMV„TOVI ns op opursnqr Á 'mei Á:
uoToelndoa '.xouoq ns opuoÁnmsoid onb sopeylsnll son
-tuoq opurej ueq ou Á : susTlorodr Al soiosuojop sns 4z»
-nrosqe ooTnbayuow duipmoI jo onm IpraJocur el Al ouu
-snodsop ja DJUTO epearpop eiJon2 run op sepuenunalla
río Á SVOUTJOd SDUOISTI1A1103 op sodttron sor uo OlUDLUtpti
-cuas Ll sorffis sownr9 salsa uo olleqwo uTs .9i


.eurtunq apodso er op S0113
-D.1Dp sor op SOIOVe2LIDA Á SOICROR sor op szIopeAlos
-uoo op ropyrod epriplqrs er op SOnSDEULI op sopemp
sosopoTS sor UOJDIODIOLU Al oulomo9 Top rIDLIDID ej uo .t
^VO•10 amisod uolopoyod op operó oaje sew ru rurtunq
UOZVI ti UOICADIO SOUOIDEU ser op itrOLTD9 VIIMSI11 ti ITO
Á vpuoTiodxo el uo sepedode SOTIodan sor op upuapea
-op Á sosoillold cuolpo jo gagos SDITOTO"E2I/SDATII selTroJd


7p2p mata
-atwano.1 ria : apo1 •/uoluau.taano.1svtioxIci : Á an pis I
2A Uq eun 9Te4 solneour 9 somouos soaqtuoq sor UD .11.3
-npoid opond SOpeSOI21U11 SDIUD& „Tod epeBedoad onb
sorew sor Á euwoop rrionbe op s'opennsoi SO1SOLIty sor
JDAupaid eled offiequro ur -sepopuor_pultuoa op opel
-so UO rtArpoi ueurq os on SOlUtIOUST sor Á oramoid
-sop ried souTxouo.T sensonu op unTs000u ou sepeaisnrj
seuosJod rC somes sonr TinDlsIs opepeAsopD1UDIUtli


1




o


XIV _ti 11 J., 1.1


digresion ciñéndome precisamente á mostrar la flaque-
za y debilidad del cimiento sobre que se ha levantado
y estriba aquel ruinoso edificio.


18. Las sociedades políticas, dicen, los reinos y
los imperios son obra de la naturaleza y no del ciego
acaso ni de la libre eleccion 6 in vencion de los hom-
bres. Las mas populosas naciones casi nada en su ori-
gen así como los grandes ríos se han derivado de un
corto número de individuos de una sola familia, cre-
cieron sucesivamente por la reunion de muchos pue-
blos y ciudades, las cuales debieron su origen al con-
j unto de varias familias, así corno estas al padre comun
del género humano. Dios le dotó de inteligencia y le
confirió un poderío real, absoluto é ilimitado sobre su
posteridad : todos sus descendientes quedaron obligados
á reconocer y respetar la soberana autoridad paternal
derivada de la misma naturaleza y confirmada por la
lei inviolable del criador. La primera familia que hubo
en el mundo fué el primer pueblo y el primer pa-
dre el primer soberano. Multiplicadas las familias se
multiplicaron las sociedades y los estados siempre bajo
el gobierno del gefe subalterno ó del padre que les dió
el ser, cuya autoridad comunicada por la generacion
era la misma y del mismo linage que la del autor ó
padre universal de la sociedad. Estos gefes 6 cabezas de
familia fueron los primeros reyes, soberanos absolutos
y legisladores de sus pequeños estados , y gozaron de
todos los derechos, de todos los atributos de la sobe-
ranía sin dependencia de pactos y convenciones hu-
manas : gobierno que fué y debe ser segun las inten-
ciones del criador el fundamento , el modelo y la nor-
ma de todos los gobiernos. La autoridad política no es


mas que un desarrollo de aquella autoridad primitiva y
original : á ninguno es permitido introducir otras for-
mas ni variar el plan trazado por el supremo legislador
de los hombres.


19. Este sueño 6 mas bien delirio político se des-
vanece con las reflexiones siguientes. La autoridad pater-
na y el gobierno patriarcal , el primero sin duda y úni-
co que por espacio de muchos siglos existio entre los
hombres , no tiene semejanza ni conexion esencial con
la autoridad política ni con la monarquía absoluta ni
con algunas de las formas legítimas de gobierno adopta-
das por las naciones en diferentes edades y tiempos. La
autoridad paterna se puede y debe considerar bajo de dos
aspectos, ó como calidad inherente al padre como pa-
dre , derivada de la misma paternidad y segun la rela-
cion 'que dice á sus hijos menores que no habiendo to-
davía llegado á la edad de discrecion son incapaces de re-
girse á sí mismos , 6 como atributo ó derecho de cabeza
de familia y con respecto á los diferentes miembros de
ella, hijos emancipados, rnugeres de éstos , nietos , pa-
rientes , criados , domésticos y familiares.


20. La autoridad paterna bajo la primera consi-
deracion proviene de la naturaleza, precede á toda con-
vencion , es independiente de todo pacto , invariable,
incomunicable , imprescriptible , circunstancias que de
ninguna manera convienen ni son aplicables á la au-
toridad política y ménos á la monarquía absoluta. Este
género de gobierno le introdujo el tiempo, la necesi-
dad y el libre consentimiento de los hombres : es va-
riable en sus formas y sujeto á mil vicisitudes. La au-
toridad suprema de cualquier estado ó nacion es única
dentro del mismo estado, excluye toda autoridad pú-




XVI PROLOGO,
blica y no es compatible con otro supremo poderío.
Al contrario la autoridad paterna es la misma hoi que
en tiempo de .Adan y de los patriarcas: ha existido y
existirá siempre idéntica é invariable en todos los pai-
ses del Inundo, en todos los estados y sociedades, y
se acomoda con todos lcs gobiernos.


21. Es propiedad esencial ,de la monarquía que el
supremo poderío esté depositado en una sola persona:
pero la autoridad paterna reside en dos : porque no es
peculiar del padre, ni le corresponde exclusivamente:
la madre egerce la misma superioridad *é imperio so-
bre sus hijos , y estos deben así al uno como al otro
igual respeto, sumision y obediencia: porque el poder
y la autoridad de los padres proviene de la obligacion
que tienen de proveer á la conservación y perfeccion
del fruto de la sociedad conyugal : y no puede haber
duda eh que es un deber de ambos á dos cuidar de
la seguridad de la vida de los hijos, criarlos, alimen-
tarlos, cultivar su espíritu y proveer 1 sus necesida-
des durante la imperfeccion de su infancia y minori-
dad y hasta que recobren el uso de la razon y con
ella la libertad natural. La subordinacion y obediencia
de los hijos á aquellos de quienes recibieron la exis-
tencia se funda en la generacion , á la cual concurre y
contribuye la madre por lo ménos tanto como el - pa-
dre. De aquí es que las leyes positivas de Dios man-
dan á los hijos honrar y obedecer así á la madre co-
mo al padre. Honra á tu padre y d tu madre Hi-
jos , obedeced d vuestros padres y d vuestras ma-
dres 2


Exod. xx, I2.
2 Epist. ad. Ephes. r.


PR6LOGO.
22. El soberano, el depositario,de la autoridad po-


lítica bajo cualquier forma de gobierno es legislador,
tiene sobre sus súbditos derecho de vida y muerte, y
puede castigar con el último suplicio á los delincuen-
tes. Pero los padres no egercen este imperio sobre sus
hijos, los cuales faltos de razon y de libertad propia-
mente no estala sujetos á lei : ni pueden disponer de
su vida, porque son unos meros egecutores de la leí
de naturaleza que les obliga bajo la mas estrecha res-
ponsabilidad á procurar por todos los medios posibles
la conservacion de la obra del criador. El niño recien
nacido, dice un sabio naturalista, incapaz todavía de usar
de sus facultades, de sus órganos, y de servirse de sus
sentidos, necesita de todo género de socorros : es una
viva imagen de la miseria y del dolor y mas débil en
aquellos primeros tiempos que ninguno de los anima-
les : su vida incierta y vacilante parece que debe aca-
bar por momentos, y solo muestra la fuerza y acti-
vidad necesaria para explicar con llantos y gemidos
sus necesidades y provocar de este modo la conmi-
seracion y los desvelos de sus semejantes. Perecieran ir-
remediablemente si la benéfica providencia no hubiese
constituido á los padres guardadores y gobernadores de
sus hijos y confiádoles la disciplina de su educacion y
perfeccion en el órden fisico y moral para que algun
dia puedan ser útiles á sí mismos y á sus semejantes.


23. Son pues los padres en los designios de la pro-
/videncia otros tantos instrumentos para la egecucien delgran plan de la propagacion y multiplicacion de la espe-
cie humana. El poderío de los padres mas es un pri-
vilegio de los hijos que una prerogativa de la paterni-
dad, no es tanto una dignidad como una carga y unTOMO


3




"•I


XVIii PRÓLOGO.
,yugo sumamente pesado. Por eso grabó el criador en
su corazon un amor tierno y generoso capaz de con-
tener y templar los excesos y abusos del- poder y de
esforzarlos para sufrir las incomodidades , tolerar los
trabajos y vencer las dificultades inseparables del oficio
de padre. Este afectuosísimo amor que la naturaleza les
ha 3'inspírado prueba evidentemente que su fin y blanco
no fucii, darles un poder entero ni autorizarlos para go-
bernar arbitrariamente y sin límites , sino que este po-
der. y gobierno fuese subordinado al bien y provecho
de los hijos y á , la salud y conservacion de estos pre-
ciosos gérmenes de la repoblacion del género humano.


24. La autoridad política es permanente y perpe-
tua así como la sociedad ; pero la de los padres tiene
sus límites, es temporal y se halla ceñida por la na-
turaleza á un corto período. Se funda en el derecho
de tutela , la cual fenece con la minoridad. Los hijos
ido estan ligados á los padres ni sujetos á sus órdenes
ni pendientes de su voluntad sino por el tiempo que
necesitan de ellos para su crianza, educacion y per-
feceion : estos lazos son semejantes á las fajas y man-
tillas de que necesita la flaqueza de la niñez : la edad
robusta liberta á los niños de todos esos embarazos y
epresiones. Por el mismo estilo luego que la discipli-
na de la educacion cesa y los hijos llegan á sazon de
razonar y de proveer á su conservacion y subsisten-
cia y de poderse gobernar á sí mismos, aquel lazo na-
tural se disuelve. Exentos los hijos y libres del impe-
rio y jurisdiccion de sus padres y estos de los cuida-
dos que debian á sus hijos, recuperan su independencia
y el estado de libertad natural.


25. Entónces el hijo puede dejar la casa paterna,


PRÓLOGO. XII
aspirara ser padre, y usando del lenguage de nuestros
escritores, á formar un nuevo estado y constituirse legis-
lador , rei y soberano de esta pequeña sociedad : tal es
el derecho que la naturaleza otorgó á los hijos , y que
el divino autor de ella expresó al principio del mun-
do cuando dijo : el varon dtjará á su padre y a
su madre y se allegará o jui:tará a' su muger. Bien
es verdad que la lei natural jamas dispensó á los hi-
jos de la obligacion de honrar á sus padres, y que es-
tos en virtud de la misma lei conservan siempre el
derecho de exigir de ellos los afectos de amor y gra-
titud. Este sagrado derecho es perpetuo é irrevocable,
y aquella obligacion subsiste en todo tiempo, en todo
lugar, en todas las circunstancias y condiciones de la
vida. Nunca puede haber causa ni motivo justo para
que los hijos olviden los beneficios recibidos , ó para
dejar de corresponder á aquellos de quienes recibieron
la vida , la 'crianza y la educacion con los auxilios , con-
suelos y con todos los oficios que dicta la piedad y el
reconocimiento.


26. Pero esta obligacion no se opone á la inde-
pendencia- y libertad de los hijos, porque no es un de-
ber de justicia rigurosa, sino uno de aquellos oficios
que los jurisconsultos y moralistas llaman imperfectos.
Este deber filial no pone el cetro en manos del pa-
dre, ni le comunica el poder soberano de mandar, ni
obliga al hijo á obedecer. La gratitud no induce suje-c
cion legal y rigurosa : ni el beneficio es suficiente ni
legítimo título para la dota inacion , ni autoriza al au-
tor para dar leyes á los que le han recibido, ni para


Genes. II, 24.




exigir de ellos la obediencia y sutnision. Un monarca,
el mas grande monarca está obligado así corno cual-
quier otro hombre del pueblo á honrar y respetar á sus
padres; mas es:e deber no le estrecha á someterse al
gobierno de ellos, ni deprime ni disminuye en manera
alguna su real autoridad.


27. Aunque la de los padres como padres fenece
con la minoridad de los hijos y estos recobran con el
uso de la razon su libertad é independencia y pueden
separarse de la casa y familia paterna y constituir un
nuevo estado ó incorporarse en otra sociedad, sin em-
bargo es verisímil que muchos de ellos habrán prefe-
rido en aquellos calamitosos tiempos continuar en la
misma familia y someterse voluntariamente y por ra-
zones de conveniencia propia al gobierno doméstico.
El deseo de conservarse, el primero y el mas nece-
sario y vehemente de todos los que naturaleza inspiró
á los hombres; la ansiedad de proveer á las necesida-
des que comienzan despees de las de la infancia ; el
temor de los peligros y riesgos de la expatriacion ; la
incertidumbre del éxito de un nuevo establecimiento;
el amor á la propriedad y sobre todo la fuerza de la
costumbre ; la familiaridad y continuado trato con her-
manos y parientes ; los sagrados lazos de la amistad y
de la sangre ; las dulzuras y atractivos de la sociedad
doméstica ; y la confianza en el amor paterno deter-
minarian á los hijos á continuar en ella y á elegir este
me-dio como el mas seguro para ser felices y conser-
var el don precioso de la libertad.


28. Por;
las mismas razones de interes y de conve-


niencia muchos hombres libres se sometieron al gobier-
no patriarcal y se incorporaron en estas grandes farni-


11"1"P
PRÓLOGO. xxr


lias esperando encontrar en ellas medios de subsisten_-
cia , proteccion y seguridad. Una asociaban formada vo-
luntariamente no pugna con los derechos naturales del
hombre, ántes por el contrario los protege y asegu-
ra. Bien puede un hombre libre sin menoscabo de su
libertad contraer ciertas obligaciones y ceder parte de
SU derecho por las ventajas que de esto le pueden so-
brevenir. Un hombre libre se constituye criado de otro
vendiéndole temporalmente sus servicios por cierto sud-
do 6 salario en que se han convenido, En virtud de este
contrato se contraen muchas obligaciones entre ambos;
el uno de obedecer y observar la disciplina domésti-
ca ; el otro de mandar bajo las condiciones pactadas.
El padre 6 cabeza de familia no adquiere dominio so-
bre el criado , debe tratarle con dulzura y no exigir de
él sino lo estipulado en el tratado.


29. Así se formaron las grandes familias, así adqui-
rieron vigor, fuerza y extension. Estos son los funda-
mentos delsobierno patriarcal, y las razones en que es-
triba la autoridad de los padres chino gefes ó cabezas
de familia. Su poderío bajo de esta consideracion no
proviene inmediatamente de la naturaleza ni de una
lei expresa del criador sino de pactos y convenciones,
del consentimiento tácito 6 expreso de los hijos, cria-
dos, domésticos y de todos los miembros de esta so-
ciedad. Otorgaron al padre como mas anciano, mas or D.,
dente y experimentado el derecho de mandar y de coi


rn-
poner las mutuas diferencias por principios de equi-,
dad y buena razon , único intérprete de la justicia y de
la lei natural. Su gobierno mas era una proteccion y sal-
vaguardia que un freno 6 rigurosa sujecion. La fuerza
coactiva estaba reducida á la persu,asio,n y á dar con-




II PRoLoGo.
sejos y buenos .egemplos. No gozaba de poder legis-
lativo, ni podía hacer leyes obligatorias y perpetuas, ni
fulminar pena de muerte contra ninguno, ni disponer
de las personas ni de sus propiedades. No egercia po-
der absoluto sobre toda la familia, porque no le tenia
sobre ninguno..de sus miembros. Es pues evidente que
la autoridad paterna de cualquier manera que se con-
sidere no tiene relacion ni semejanza con la monarquía
absoluta : difiere esencialmente de ella en su constitu-
clon, en sus principios, medios y fines : solo se puede
decir con algun fundamento que el gobierno patriarcal
y la economía de la sociedad doméstica influyó ocasio-
nalmente en el establecimiento de la autoridad polí-
tica y fué un imperfecto modelo y corno el primer en-
sayo de los gobiernos populares y sefialada mente de la
monarquía moderada, con quien tiene en algunas cosas
mucha Semejanza é íntimas relaciones.


3o. Consiste esta semejanza : primero, en que así
como muchas personas libres reconocieron un gere de
familia y se sometieron voluntariamente y por razones
de interes y de conveniencia á la autoridad paterna del
mismo modo un gran número de familias conocien-
do la imperfeccion y debilidad de este género de go-
bierno, y atraidos de las ventajas de una asociacion mas
numerosa resolvieron confederarse mutuamente, mul-
tiplicar la fuerza , fundar pueblos y ciudades , estable-
cer un centro de poder y una autoridad pública y de-
positarla en algunas personas sefialadas ó en una sola
á quien hubiese hecho recomendable el talento, la vir-
tud y el mérito. Los gobiernos políticos de cualquier
naturaleza ó forma que haya sido su Constitucion ori-
ginal no se pueden haber establecido sino por consen-


PRÓLOGO. XXIII
timientO comun, por deliberacion, por acuerdo, por con-
sejo de todos : ni es comprehensible el principio de la
existencia de los supremos magistrados de las sociedades
nacientes no acudiendo á la eleccion y voluntad del
pueblo, fuente de todo poder político: las familias que
trataron de formar cuerpo de comunidad ántes de la
reunion eran en cierta manera soberanas é independien-
tes las unas de las otras y compuestas de personas li-
bres : ninguna de ellas ni sus gefes tenian derecho al
imperio ni al mando : entre todos los hombres no hai
uno siquiera autorizado por lei divina ó natural, ni que
pueda alegar justo título para egercer sobre otros hom-
bres libres autoridad legítima, justa y razonable, sino
en virtud de pactos expresos ó tácitos y de un con-
sentimiento espontáneo y voluntario.


r. Segundo: conviene la sociedad política con la
natural y doméstica en que así como la autoridad de
los padres -se encamina á la conservacion de los hijos,
por el mismo estilo la de los reyes ó magistrados su-
premos de cualquier nadan es un oficio penoso, di-
ficil, complicado, cuyo fin y blanco no puede ser otro
que el bien y la prosperidad de los miembros de todo
el cuerpo social. Las gentes juiciosas y que no han lle-
gado á perder el sentido comun deben confesar que todo
poder humano, que los gobiernos y autoridades públi--
cas no fueron establecidas para comodidad , descanso
placer y gloria de los que gobiernan , sino para salud
y felicidad de los gobernados. En todas las controver-
sias relativas á la extension del poder de los prínci
pes es necesario examinar y discutir no lo que les es
ventajoso y glorioso como se ha hecho hasta ahora
vilipendio de la dignidad humana, mas solamente lo







io
ruosorg esoilTro.rit


OTAz,


9 eulapow er Á rperaeAsop UOZri rr Dnb arlo zas opná
ou uaorp untas reno ro luoSrao osouoztiod ns op pep
-IsoTorpol erro Pagos aSOÁenD.1 Onb l VITIlloop esa
ampaaorsop raed SOZIDDJSD SD.10k1IT sor UOIDIDITI OLUS11
-odsop rap SDJUD& Sorj *SUDIEU01.11 sor ap pep. Triqusuod Á souoroduqo I


soremourepunj salar cpelloqrr loig
rop sozponp ‘sopneal SOILIZATIO3 SO3DUd ap alet


\


Hwou p UOD OJOS uezirepueoso DS luopernpu rsoronsaod
--ns Á EA sew er op sooa sor OUIS ato ou r Á eprA
epo4 op osn p aod sepea3esuoa seunxyw l seopT 'sol
-ofqo SO4SD y sopenalqm : emeap er ap o2nÁ p moun


UD apins op prpis000u arqesuadsrpur el Á tIDITDip
-aqo emsed X r9ora run ap ear9op p aTpunslp Á sal
-0.1 sor ap puppolne nnrosqe X eue.rogos rr op trola
-Ido er aeogwoj OUJOD pelan!' ap seorn sentulad ser
arroqe y ITU/M.1E3W as jse onb se.Tmon.usop sewixyzn ua
zopa ej apsop sopmqun ‘oaqurotr rop sotpoiop sor ap
Á pepurgeloos ap sordromad sor ap tIOUVIOUlt rpunj
-oad sem el uo soprums ‘souepepnro sorp,ri las raed tre!P
as


LIDOEU Dnb sor y artropaodoad aqop olsnl ouiom
-opm onb uoroconpo altiDIUDAU0O er op sooni ser op
sopeArad sarouedso sorpnw anb 0=0E103 uolg •g9


•ouaorqo op ruraoj OluDiajIp .1in.19SLIOD DlUDItt
-


DAUOD asorcoaed ¡S une X
c
EU0100 er aeorpqe y opeci?


`tIq®


la•aS ns ap -osar...lec:Los Tpu pu n9a s ns y IDDA0.1d /UOID
-neoold ap seprpow aewm olso apand lopeiso pp nolo
-onalsop UD X SUIDU/Ssap sns aeollopputT TID sousepepnp
sor ap UOISD.ICTO UD 110.1D14.1


p
1U00 pepopos er ap saleta


501 ap °Torito.: Á unwoo oropuoq raed opepoo e!quir
or os onb peprsoirn


op l aopod rop opuesnqe soirry
`opresa rop uopruusuoo rr op sornuowepunj salar ser
AYX'0901921cl


01110D uolonj orib mord Top SDUOT31p1100 ser D'auno Tu
oraolsmItu olsnSne un ap SD1TOTDE2Iter sepea3es ser rrj,
-adwosop ou TTATa pepo-pos er op oluzadns opralsrlew
ro 9 EDIVUOUT Lin optimo opoui OUJSiW roG •pnaoqu,
ns araqopaa epuorpoqo er Dpdau Á 19 op os.reard
-as uapond ezoquo ns 1103 pumunwoo rr op SOICILUDIUI
sor uequpo,rlso anb sozer sor or.pon owsma ra aod SOI


ISUIDS1FIdUnD ou op osen p uo Á luoroepose rr ap
04D? ID uo tIoio uTAaa uT onb SDUOTOTITOD l OIDIXTr. Top m
-uo!wEdwno p elirwej er ap odroujad pp .11.9t,xo y Á
pelan!j lis ap UOTZTAIDSLIOD el Tt otpaaap uouop. ouroiq
7o5 op oaau9S oso i 110.1DI1D UOS as onb soaqTr soaqwor_r
sor eop.s9wop 9 reanleu pepopos ej uo : 0.1DaID T


•zg
•o!lodwl ro l ojaapod ro uo.laterma uomb op pepopos er
y ualqwn OUTS SOTG,


y DlUDUIU[OS 011 opmosop ns op
sarqusu.odsoa ITOS so/Saa sor aopod ns ap osnqe Top - 9
uptioSHIou ns op sor .y somesuodsoa uos saiprd SOI
OLUOD 'su Á :so..(m sns op eprA el op UOIDEMDSUOD er aod
aapew er Á oaped p 0=1103 (mond ns op uom ro aod
osaroupors oqop owoadns opusTSew 9 TD.T p IpepTurA
Á uopernpu er D4Jüd ura9 oAni onb UD MILI?d? D1T-IETI
-raq Ugl op 0TP:U UD :mon er LTD Poi {Odas saluolaotio3
-Di ou Á opto rop sopeleq csourAlp soaqumr ap °aloa
coba op osorqym :srpeaSes Á susnEnr IsorquioTAur uos
seuovad sns onb solard sepm aod asotouryur :sopeiso.9
-tal l S?ZDJIE op sopmrp sor sorosuan3}poad : souraoq
-os l saaopeaodwa • soÁoa ap sortnp sosodwod Á soouju
-2ew sor sorosup :mogo Á smosiod sns op muolurezresuo
X ioor uo raomb os muuno ose.9}cr -oaqumplAaos esoa
-noir eun onb sew so ou pepTuffip ene ns Á MICLIOW un
op adpmad un ap ezopura2 er epeaoprsuoo.




•prp
-apos er y ordwno onb or


oorrq9d
Ely so onb


'000701111


.AIXX




XXVI PRÓLOGO.
t44 , Empero así en esto como en otras muchas co-


sas se engañan y engañan á los clemas: el pacto social no
es obra de la filosofia ni invencion del ingenio humano,
es tan antiguo corno el mundo. La sociedad civil es efec-
to de un convenio, estriba en un contrato del mismo mo-
do que la sociedad conyugal y la sociedad doméstica.
No me permite la naturaleza de este escrito recoger
las pruebas y documentos que demuestran la verdad de
este axioma político, mas todavía no omitiré el testimo-
nio de un grande hombre y puya autoridad á nadie pue-
de ser sospechosa, la del príncipe de los teólogos es-o,
cola. sticos santo Tomas de Aquino, el cual en la edad
media , época mui remota de la del nacimiento de la
nueva filosofia y como quinientos años ántes que el ciu-
dadano de Ginebra publicase su célebre obra, estable-
ce el contrato social como el fundamento de la socie-
dad política, y le da tanta fuerza que no duda asegu-
rar I que si el príncipe abusase tiránicamente de la po-
testad regia y quebrantase el pacto, pudiera el pueblo
aun cuando se le hubiese ántes sometido perpetuamente,


i Primo gulden-1, si ad jus multitudinis alicujus pertineat sibi
providere de rege, non injusté ab eadem rex institutus potest
destrui, vel refilenari ejus potestas, si potestate regia tyrannicé
abutatur. Nec putanda est talis multitudo infideliter altere tyran-
nurn destituens, etiam si eidem in perpetuum se ante subjecerat:
quia hoc ipso meruit in multitudinis regimine se non fideliter
gerens, ut exigir regis officium, quod' el pactum á subditis non
servetur. Sic Romani Tarquiniurn superbum, quem in regem sus-
ceperant, propter ejus et filiorum tyrannidem á refino ejecerunt
lubStituta minori, scilicet consularia potestate. Sic etiam Domi-
tianus, qui modestissimis imperatoribus Vespasiano patri, et Tito
fratri ejus successerat, dum tyrannidem exercet, á senatu romano
interernptus est, omnibus qum perversé Romanis fecerat per se-
natus consultum insté et salubritér in irritum revocatis. De re-
gimine Principum: cap. vi.


PRÓLOGO. XXVII
refrenar y aun destruir su autoridad, disolver el gobierno
y crear otro nuevo por la manera que lo hicieron los
romanos cuando arrojando á Tarquino del trano pros-
cribieron la monarquía y brearon el gobierno consular


la república.
3,5. ¿Que mas diremos? sino que el mismo Dios


y criador de los hombres habiendo determinado formar
un pueblo, un gobierno político y una república la pri-
mera que hubo en el mundo y por ventura el modelo
de todas las demas, puso por cimiento y base de su cons-
titucion el contrato social. San Pablo dice que habiendo
Moises hecho leer en presencia de todo el pueblo el
libro comprehensivo de las condiciones de la alianza,
cogió una porcion de sangre de becerro y de cabrito
mezclada, con agua, en la que mojó un hisopo y ro-
ciando con él al volumen y al pueblo dijo: este es el
signo de la alianza que habeis hecho con Dios. El so-
lemne pacto-ahecho en el desierto entre el supremo y
soberano ser y los israelitas muestra el aprecio que la
misma divinidad hacia del hombre y de su libertad.


36. Ultimamente la unidad de poder, circunstan-
cia peculiar del gobierno patriarcal y de la sociedad do-
méstica, sirvió de egemplar para el establecimiento de
la monarquía : dió la idea y par


como el modelo de
esta sencilla forma de gobierno: los escasos monumentos
históricos que se conservan de las primitivas socieda-
des políticas convencen que es la primera y mas an-
tigua, y la razon y la filosofia persuaden que no pudo
suceder de otra manera: porque los hombres no acos-
tumbran hacer sino lo que han visto hacer á otros: obran
casi siempre por imitacion y rara vez á consecuenciade serias meditaciones y profundos razonamientos. Sos




soznaodwi 9 SrIS.IDAO:TITIO0 sepraoitzt Stifoft
„*SD.10:111DDÁ9D SOJOULT ITUDS Onb SDÁD1 yaqui TU opiq ce


rq TU ISCDp09.1d SET.T21VW UD Trin DLIDLISOS DS Dpun, Cc'
^UD as ou allb oj OULTOO X '00i1J10diraotu loo!Boi ce
-
ow. °mea]. un nISDODU DS SUSOD sop seI 011UD EpUDJDJ cc


raed anb (saquaoli soj sopor Dp .ToptiD4LID p cc
uo soluefouros un uos arAJDS Á annoo:lo Á c edoanH
op somond sor sopor Dp OTIEUOTOOTp p UD SeLTIOU9LITS11
seaciried sop nos °nuncios ° ra-aToszedso un pelyagri
rr op sTed p ua Á serp sollsonn UD tacuil,- aolp UOZ?..1
risa D.T.q0S Dilb Of Dtlb OJTS9C10.1dSDp JOÁETIT Dri-b?
-qe sopuriS UD LIOIDTEMDLIT rarurpnowou usa op rzaonj
er UD opepunj un" os Erlaa pepuolne rj ,mica ried onb
so-1 ¿rjpour prpa rj ua UTUD1 DnI) p aooard as onb UD?
IIIAX 01.9IS p UD rgedsg ap raa op oproryuSfs- FI ¿era
-urad Á ejnban j c s000naiew ua nesoadxo onb p ap
rpons enomSui tia SD Divanilp urno? soiquooÁ SOji
-orbe aod opemosoadaa oloíqo TH -oluelsnoo Á ourioj
--jun aopod op eopi eun UDApilAUD ou sew :letraoq
-o2A ITSDJ SD UT.51101.10 Á rzaonj /110.1.3rogId3!s Tramen ns


4. °royo ap saaquiou uos soraodurr soj ap Á sernbaru
-OUTDp sopensr2eur souroadns soj aer.r9!sop raed sopes
-azur SDILTüíDIUDS so.no Á aopraadwa roTecrour 'pa ole".
-11101.1 p DrIb.fl.IDApü OLI311W DUDTAITOD 0.10c1U_TH


*sol2is SOTHA Dp opedso
aod norz,,dnaaoluTurs sano soun noaorpoons as salmo •


‘sroacuow SOAUODdSD.T sns aod sopeulogoS SD1LIDIDDI
z:013 Á sopTpurilxo sotgul O SULU SOUWI UD2I.10 TIS UD Ual
-onj srtionua setouoo LIlD Euro-1 Iseuoly 'oltua
-0D `srepiL c nredsq ap seor[q9daa SUSOUlig sri uny .ou
-.Tomo?) op arou9.9 oalo op 01TIDILUTOOIT0D louol ap sen
-S2.11UL1 aep tris ejnbaruow rj


ap sefeluan Á sumieScuoad ser
xlixx.o-9019ua


e.ropuod Á soLox sns op nen oionion TI.DDID UD IT0.1
--VIUJOJ as Dilb SDUOTOUTOOSE srgonna seno ap OUTOD JSC
cD:JUDIJO Dp somond sor sopor op Á. .sourqo Sol PP..11-J.1
-nlose apond -os OIUSTUI 01 "SDLCD1 lod uoieu.sago9 as
trepaof pp SDIT05-1VW se' UD Á ULTT:TSDICd ti UD UOIDIODICI
-rasa os anb sopepopos SDnID19.41p SET, Á senwrio ' sop
-dila 4 SOUISC Isoruopqrq :rorTqtyd prplione ri op sope.iis •
-od. op soj arsoadxa eard SDÁDI ap uriqug ojos pepo.t1:9
-pue el Dp SDIOITIOSD SOrT .solualw,¿-stroci sosa Dp pepion
el etiliguoo sopepo selourrad set Dp epols14 uri •S E:


-ouaargo5 >roían/É
ono aoqrq osorpnd onb ItUI2L'IUT Tu Isavao!noAnooni sns
aoonoad tus urja nao ITOJEZTTILIMUULTOD as soaqinoti sor
Á cosn p 9.1.913SUO3 ej coluowienuoS epudope eso 9n4
lejnbaeuow r[ Dp LID21;LLIT run VIT.IDEd pepuolne eí sond


-9?.opuars .nopnlo.Aaa ellanbe ol.urppr sem opesne3 neazIg
-n-q ou ejnbaetrour II op solear so[qtrirÁaut soj Á opInba-911
-our ,I0pod Fp sosnqr sor rs oueurnn 0.1DTID2 p oper•pd
rIanso OSE'DC jrno pp ' owargoS op o7euri also op rol)"
TIVIUDJ une Tu Á 1E311(19,35a run =ruda° raid sus
-DU soon[ sil op UUT3D.Ir3 Dnbiod ‘SOUTSILLT js aod osarn
-.raqo op oationnesuad ouniqns p rjnepm apano° elp
-od sal ou somond sor y •surpnui ua OLT Á ruosaod Egos
run no ojaopod otuoadns p Á roviryd puppoane er WSE:1
-rsodap onb [eanien ESOD SD sopeporoos aeuraoi UD TIOJ
-iTITTAU00 Os serpurej supnur opurno onb jsy °LE:


.sopezone llit1SD Dnb y SDICILUT11S03
Á sosn sor op X sotropedwooad ser op °Indult p oaq




-os asarnos 1 man onb soj s000d mur uos Á "o3uour
--n-lin-nEj opneal o ovulo Inri as sonornb UOD sollonbe
011103 uesuord otrourarinaa Á ' sonsorw sns Op sei 1;
Á nopeonpa el ap sordpurad s'o' y sroiyue nos seopI


.000-192iaIII.Ax.t




Epeu opionoe oA'no yrs lerrTuarj ap suzogro o soja2 sor ap
Jod epurdwol iC sonunnsoo Á sosn soj iod rP


ours vol49dsop Á rwrosqe IDS opnd ou soidp,upd sor ap
1-n1-ame er tsy •pulaom ur oppeporuoau er op Cuí)


IIOTDVAIDSUOD Uf UD lopUD4LID ap oaqTr Diquioq
opon dauarzljuzlaauaa^adiuoo onb oupolop ro uoseTounuoa
anb solio ap 1151.3co soÁoa sor m comolue4nrosqe aSICA
-T.Td uoaorpnd Tu uoaorqop ou uipuiej op sezoquo soaped
sor onb op peppo4ne ap so4Ts9dop sowel sollo seTutuuj
sur UD UDSDT001.103DJ SDcTIOULTá sor orib OTJUSDDDU ánj sep
-Tn3T4suoo op sondsop une Á sopepoToos ser oSIM.10j TU
onbloci :sn-Fen.9r sns .1TQIITp UD sopuordw2 sourpepnp
ouloo ours ‘so4rpq9s sns r LTt LITIUCp Dnb sotreanos owoo
sopulopTstroo uoaonj eounu sañas son9pue


orqond p opol opomorwiluosuoo Á uorouqoa& tI 91odso
conumpanonw ur PTUU erra op oArsuoTioadu.TOD 1101.119I
-OA ja ospÁn os onb opuoTorq Ivollq9doa er ap 11010114
-1.3,SLIO0 ur TOf VUTATp Ef uoTepnl ITOT3UU er y o4sondoad
aoqutl ap sondsop opueno oaqmon Top miau ur y 01
-odsoa ap Á uoToraopow op ordwolo orquaruipe un worl
UI op sodTouud ñ Sañas SOf 9(p loppopoqo Á opeJ,eoe
IPS op ou,Sip SETU I1LTUIU1114 pupapos Uf ap aopersr.00r
oue.Toqos T'u .SUITI-4111D[ DOUT SUT onb uf


so uorrqTyd uopeq
-cacle yr : pepotoos yr op OVIDTIUULIDSUOD I2p optTod utas
onb eZDF,111.1EU JPIrlbTE110 ap SDÁPf sur op JOTUA TE


-eju
-ran V.TDIU tun ulonpuoo ns Á ontuoti Top sotroalop sor
ap aopedansn omororn SO SOÁDI sur PljOdUIT SDLIDTIlb
sorronbe op 0.TUDILIMUDSUOD Top upeATiop soutu oj iod
9 STG op DJUDUITUUOSJOd ñUlETDUILIT UpICITDDI USDidXD
uorsTaToo tun urs Á oulTqae ns iod aopod osa zo,12.a


rf oacrosos onb jo tos coprmolod o odp
-Lijad un Ts onb ‘puporoos einsitu er y oJuolue„s9eisrad Á tu
ixxx•01)oi9a


-oopod LIU3 DpII0dSDII03 uourrod poporoos tun op soaq
-moral sor y oluowesopodun sepouodoad op Á soÁo1


noull
op aopod r


•serre4nofiasurnuodoid orsauno SPÁDI
aoaeT4 p eipuo4xo Os o3LTe4 ou opopod ns


somond
Sol ap szaopersTZ'or uolonj 0U SVD,WITOUI sonlíme SO[
•otpolop iodsog. D .1 sor opuodsoaaoo luoTournpu op
opruoporp ro untos eaotre onb Ur UOD orgeledwoo so
rpeu ua Á ‘JDS 91qop onb or 9ry epulTunr Trum onn4so
tI22j peppolne rj onb sounierretr Isoombaruous sopelso
sor ap sotioiomusuoo semlituTad sur sowennsuoo ñ seTb
-.1V1101111 ser ap omoluTpeu ja usar sounqns Ts


• TI
soÁoa sns t tIOIr.11010


somand son9gue sor onb pupTiolne Er sand ánj Tuno?
ou onb oí aep opond oTptu onb tito-tixe un op


:opapod ouloadns Top EInpilsomn ur sopup Tu soÁoa
soj balo rupod 111 MIAMI ralo ap anbaod cpuppwr
rpol op repueuevu jo so 01CfPrld jo onb o?:trp :uoliqnd
peppoine rj upoJ a4uatureuTST.t0 opTsaa ITOT111) ua orq
-ond Top pemnron rr ap opuso Top uoTompsuoo er op
cOTLIDAIIOD jarabe ap uopuod souoTootalsza Á souopergp




-011.1 SP.S V1.9D.1 pepuo4ne er op UOTSUP1X2 Erj.
*LIDIrp11131.1J


Sol soluqual Á souop soÁno Á JOS Ta 91p sor pelunroA
eZno ‘somond sor op vararon soÁoa sor `oorrqryd orog-ou
-oq UD opirupsur mogo un UKCSD.1 er 101tiDAITOO un op
05PDJD so HATO uorouToose •puppo4ne monte unTiop
OS OlUDIUTU1111CU DIJUOp ap omonj nusTuT rr op OSUUJW,
as `JULTOZUJ op olae ID noir) Oill03 'sosinosip soj ap orm
ro IS Á sotroo.Top sor sopol surja 1103 sropT ser sow
-osorpunjuoo ou osnqe paso 1103 1s Á soaquiou sor ap
somosesnqu ou 'S DADIC1 uo nuu uuT.TeuTwaol os SD/C
-Di SO' op puppoinu tI op 110ISLID3XD yr anos Á onim


aopodlagosn9 s ejuraos ur D.05 souoisnosTp- •
°oeonua
xxx




XXXII PR6L OGO.
se acostumbró practicar en los antiguos gobiernos. En
todos ellos el pueblo congregado y reunido deliberó y
tuvo grande influencia en los negocios y asuntos de uti-
lidad pública.


43. Consta de la sagrada escritura que Hornar
rei de Sichen deseando ratificar un tratado de confe-
deracion que le habian propuesto los hijos de Jacob,
y cuyas condiciones le eran mui satisfactorias, no con-
sintió en las proposiciones hasta haberlas manifestado
al pueblo y obtenido su consentimiento. Achis rei de
los filisteos 2 , é íntimo amigo de David, trataba de que
le acompañase y prestase auxilio en una expedicion mi
Etat-. Los principales del pueblo no aprobaron la so-
licitud del monarca ni consintieron que aquel extran-
gero viniese á tener parte en el combate. La sumi-
sion que el rei manifestó en esta coyuntura conformán-
dose con la voluntad del pueblo muestra claramente que,
su autoridad era mas semejante á la de los reyes de
Lacedemonia que á la de un monarca absoluto y des-
pótico.


44. El antiquísimo egemplar que nos conservó He-
rodoto 3 de Deyocés á quien los ruedos eligieron por
su, rei despues de haber sacudido el yugo de los asi-
•ios con otros semejantes de la historia, ofrecen bastan-
tes luces para conocer el orígen de los monarcas, sus
principales oficios y la extension de su autoridad , re-
ducida á administrar justicia á los pueblos y defender-
los de las violencias de sus enemigos. Los reyes pro-
piamente no eran mas que egecutores de las leyes y


Genes. cap. XXXIV.
1. Reg. cap. xxix.


3 Lib. i, cap. xcyr y sig.


PRÓLOGO. xxxm
defensores de la patria, jueces del pueblo y generales
de los egércitos. Tal era la autoridad real entre todas
las naciones cuando los israelitas pidieron á Dios un
rei, segun parece de las razones que alegaron I para
esta novedad política : et erinzus nos quoque sicut orn-
nes gentes: et judicabit nos rex noster, et egredietur
ante anos, et pugnabit bella nostra pro nobis.


45. En el antiguo reino é imperio de Egipto cuyo
gobierno fué verdaderamente monárquico, el poder de
los reyes estuvo mui cenido por la constitucion y le-
yes fundamentales: estas ademas de reglar el órden de
suceder en el trono confiaban la administracion de jus-
ticia á un cuerpo de ciudadanos cuya autoridad poda
contrabalancear la de los Faraones. Los jaeces en él dia
de su instalacion hacian juramento de no obedecer al
rei caso que les mandase dar alguna sentencia injusta.
El colegio de los treinta que residia en Tebas tenia gran-
de influencia en el gobierno. Las provincias enviaban
á la corte de tiempo en tiempo diputados para exami-
nar y discutir los negocios del estado, señaladamente los
que decian relacion al tesoro nacional. Los reyes no po-
dían exigir arbitrariamente de sus súbditos ningun g6-
nero de contribucion. La clase sacerdotal velaba de ofi-
cio sobre la inversion de los caudales públicos , y las
nomarquías tenian derecho de prestar O negar su


con-sentimiento para los nuevos
pimuestos.


46. Aun en el Asia cuna Idel despotismo, el go-
bierno no era arbitrario. Tenían los babilonios y asi-rios 2 tres consejos creados por el cuerpo de la nacion
para regir el reino juntamente con los monarcas. Y es


1. Reg. cap. vitt, v. 20.2 Strab. lib. xvi, pág. 1082.
TOMO 1.




-71911~11ir


XXXIV PRÓLOGO.
bien sabido por lo que refiere el profeta Daniel que
los reyes de Persia y de Media aunque gozaban de la
prerogativa de sancionar las leyes propuestas por la
nacion , una vez sancionadas no podian dejar de lle-
varlas á efecto y de ponerlas en egecucion. Todos los
presidentes del reino , dice Daniel ', magistrados, go-
bernadores , potentados y capitanes Izan acordado de
comun deliberacion promulgar un edicto real y con-


f
firmarlo... Ahora , ó rei , confirma el edicto y fi;
rna la escritura para que no se pueda mudar con-
orme d la leí de Media y de Persia. Por esta ra-
zon el rei Darío firmó la escritura y el edicto. Y co-
mo Daniel hubiese procedido contra el tenor de esta
lei, y acusado ante el monarca de su transgresion tra-
tase este de salvarle, le dijeron aquellos varones: sepas,
ó rei , que es lei de Media y de Persia que 121.11gUll
decreto ú ordenanza que el rei confirmare puede ser
mudada.


47 . Si de las vastas regiones de Africa y de Asia'
cuya historia política envuelta en mil fábulas y desj,
figurada por la credulidad es tan poco conocida, nosi
trasladamos á. Europa, hallaremos que la monarquía tem-1
piada y moderada era la forma de gobierno generalmen-
te recibida en sus diferentes estados. Lo que dice Ho-
mero acerca de la constitucion del reino de Itaca, de
el de 'los feacios y algunos otros ofrece bastantes lu-
ces para formar idea del gobierno de los estados po-
líticos de su tiempo. El de los griegos hablando con
propiedad era mixto de monarquía, oligarquía y demo-


PR6LoGo. xxxv
especie de república en donde los negocios se deciden
á pluralidad de votos : porque habia juntas públicas en
que el pueblo congregado desplegaba su autoridad y
deliberaba sobre los asuntos del estado. Nada podían
decidir los reyes por sí solos, sino que estaban obli-
gados á proponer los negocios al consejo ó senado com-
puesto de los principales del pueblo, y despues de con-
cluidos dar parte á la asamblea ántes de la egecucion.
Así que la preeminencia y condecoracion de un rei de
Grecia estaba casi reducida á ser el presidente y corno
el principal miembro del cuerpo político: gozaba del
derecho de juntar el pueblo, y era el primero que daba
su dictámen. Pero el mas peculiar oficio de los reyes
y en que consistía esencialmente la prerogativa de su
dignidad era el mando de las tropas en tiempo de guerra
y la superintendencia de la religion.


48. Cuan popular haya sido el gobierno monár-
quico de los, griegos se demuestra por el célebre es-
tablecimiento del consejo de los arnphicciones de que
tanto se ha escrito y hablado por historiadores, huma-
nistas y filósofos. Amphiccion príncipe sabio y amante
de su patria considerando la situacion y circunstancias
políticas de la Grecia y que dividida en muchas sobera-
nías independientes no solo estaba sujeta á guerras in-
testinas y turbaciones interiores , sino tarnbien bá ser opri-
mida por los pueblos bárbaros que la rodeaban, para
precaver tan inminentes riesgos puso todo su conato en
unir y enlazar los diferentes estados de la Grecia por me-
dio de una junta ó asociacion COITIlill, á fin de que unidos
con los estrechos vínculos de la amistad procurasen pro-
mover el interes general, oponer la fuerza á los enemigosde la patria y hacerse respétar de las naciones circunverinas.Dan. cap. vi.


cracia. Los reyes deben considerarse como gefes de una'





XXXVI PRÓLOGO.
49* Los antiguos consideraron el consejo de los


amphicciones como si dijeramos las cortes ó estados ge-
nerales de la Grecia y de las doce ciudades que ha-
blan entrado en esta confederacion. Cada una enviaba
á las grandes juntas dos diputados , y las mas pode-.
rosas no gozaban de preeminencia sobre las lemas. Se
congregaban en Termopiles dos veces al año en prima-
vera y en otoño. Los diputados que componian tan au-
gusta asamblea representaban el cuerpo de la nacion y
tenían poder absoluto para concertar y resolver todo
cuanto les pareciese ventajoso á la causa comun. El pru-
dente monarca tuvo la satisfaccion de ver que los efec-
tos de este establecimiento correspondieron á sus inten=
dones y esperanzas, que los pueblos se multiplicaban
y crecian en gloria y prosperidad, y que el estado se
había hecho formidable á los bárbaros.


o. En Paris donde tan pronto se adoptan las ver->)dades y sanas doctrinas como los mas groseros errores
se publicaron en el año de 1804 las investigaciones de
un escritor Trances que intentó demostrar que el objeto
del consejo de los amphicciones era puramente religio-
so , y que sus acuerdos y determinaciones no tuvieron
conexion con el estado político de la Grecia sino con el
culto sagrado y ceremonial del templo de Delfos. Este
pensamiento no es nuevo , porque hace bastantes años
que Condillac I no creyó deberse mirar aquel consejo
corno una asamblea política donde los griegos tratasen
de los negocios del estado y de los medios de hacerse
formidables á los bárbaros , lo cual sería suponer en los
griegos demasiada prevision, y es dificil de comprehen-


Cours d'etude tom. 1v, lib. 1, chapa. xn.


PRÓLOGO. xxx-vir
der que tuviesen ya miras tan extendidas> Sin embargo
e cosas de hecho tiene para mí mucha mas fuerza la


naiItoridad de los antiguos que la de Condillac, á quien
respetaré siempre. Dernóstenes y E


j
strabon nos conser-


varon algunos' decretos de aquella gran junta. Dionisio
Halicarnaseo habla de ella como de los estados genera
les de la Grecia. Demóstenes asegura que en uno de a-
quellos decretos el consejo de los amphicciones se llama
sinedrio ó consejo comun de los griegos, y Cíceron le
nombra commune Gr(ecix concilizon.


51. Los atenienses así como los romanos adoptaron
desde el principio el gobierno monárquico : y la histo-
ria de estas dos naciones las mas insignes del universo,
nos ofrece una serie de reyes continuada hasta el esta-
blecimiento de sus respectivas repúblicas , y cuya suce-
sion llegó en Atenas hasta Codro, y en'Roma hasta Tar-
quino el soberbio , espacio corno de trescientos años. Su
autoridad no tuvo mayor extension.que la de los mo-
narcas griegos. Rómulo despues de haber echado los
cimientos de la ciudad que algun dia habla de ser la ca•
pital del mundo, estableció de acuerdo con los princi-
pales del.pueblo su forma de gobierno. Segun descrip-
clon que de él hicieron los antiguos historiadores tenia
mucho mas de republicano que de monárquico. La co-
rona era electiva y el pueblo el que elegía los reyes. La
soberanía propiamente residía en los comicios ot


congre-
sos generales de la nacion, en los cuales se confirma-
ban ó desechaban las leyes, y se decidian los asuntos deguerra y paz ; y el pueblo creaba los magistrados y con-
feria todos los empleos públicos. Ninguna autoridad,
riingun poder se consideraba legítimo sino cuando ema-
naba de la voluntad del pueblo. El senado creado por




XXXVIII P.1:6nocao.
aquel príncipe gozaba de gran consideracion y poderoso
influjo en todos los negocios del estado. Las preroga-
tivas de la dignidad real estaban rnui limitadas. El rei
era el gefe de la religion, magistrado supremo de la ciu-
dad , general nato del egército y presidente del senado
donde no tenia mas que un voto como los otros sena-
dores.


5z. Este género de gobierno celebrado por los
primeros poetas, historiadores y filósoros como el mas
análogo á la naturaleza del hombre social y á la dig-
nidad de los seres inteligentes y libres , no solamente
se hizo general en el mundo antiguo , sino que veri-
similmente se hubiera perpetuado sin alteracion en to-
dos los estados y naciones, como se verificó en las del
norte de Europa, si los príncipes elevados al solio por
la opinion y fama de sus talentos y virtudes, fieles á las
sagradas obligaciones de tan alto oficio, conservaran la
reputacion que tan justamente adquirieron en los tiem-
pos heroicos y la santidad que les ha dado la historia


la fábula. Epoca feliz en que todavía no se cono-
cían en las cortes y palacios de los reyes el orgullo,
la ambicion ni la codicia , crueles tiranos de la sociedad
humana, ni aun habia nacido el injusto espíritu de domi-
nacion, espíritu que corrompe las costumbres, propaga
la inmoralidad, abate las almas y prepara la ruina de las
naciones: ni se pensára en condecorar á ningun monarca
con el exórbitante dictado de señor natural de los hombres.


53. Nunca fué ni puede ser sólido ni durable el
respeto que se funda en títulos ficticios y vanos , y
ménos el que es una consecuencia de la ilusion causa-
da por exteriores condecoraciones y fastuosos aparatos,
sino el que nace del amor de los pueblos y del re-


111 ~- '9111111111•111~Tur
PRÓLOGO. xxxr.g.


conocimiento de la virtud y del mérito. Mientras los
reyes no se apartaron de las sendas que la leí y vo-
luntad comun les habian trazado, en tanto que respon-
dieron á la confianza de los ciudadanos fueron cordial-
mente acatados, merecieron la pública veneracion y los
gloriosos títulos de pastores de los hombres, defenso-
res de los derechos de la sociedad y padres de la patria.


54. Como quiera duró poco tiempola moderacion
de los príncipes y se puede asegurar con harto funda-
mento que en todas las sociedades políticas se ha ve-
rificado lo que en la república de los hebreos, cuyos
reyes tan imprudentemente deseados por el pueblo al
cabo le dieron el justo castigo de su inconsiderada pre-
cipitacion y motivos de arrepentimiento tan justo como
vano y tardío. Porque desde el momento mismo de su
creacion atentaron contra las leyes mas sagradas, ofen-
dieron la divinidad , expusieron la vida y libertad de
los ciudadanos , y su perversa conducta aceleró la ruina
de la nacion y la pérdida de su existencia política. Es co-
sa natural que haya sucedido esto mismo en todas las
monarquías; porque acostumbrados los príncipes á man-
dar y los súbditos á obedecer, nacieron poco á poco los
abusos de la autoridad, y con la servil condescenden-
cia de unos y con la torpe desidia de otros y con la
criminal pereza é indolencia de todos se multiplicaron
los desórdenes del supremo ma gistrado , creció su al-
tanería y ambicion, se introdujo nsensiblemente lo que
se llamó dominio , y se fué afirmando progresivamente
veliep5ros.i ladol er absoluto y con él la opresion y la tiranía.


Los
epueblos imbécile


para
ycoenssteúrpviadrossuqudeignnoidtauji


y defender sus prerogativas ni para tomar medidas de




1


XL PROLOGO.
precaucion contra las demasías de los reyes ni para opo-.
verse en tiempo oportuno á sus empresas tiránicas per-
dieron la libertad civil y política, se familiarizaron con
la opresion hasta amar sus cadenas , dejaron de ser na-
ciones. Otras mas generosas y amantes de su indepen-
dencia y que por dicha todavía conservaban el uso de
razonar y no habian llegado á perder el carácter de
firmeza ni los sentimientos de honor ni las virtudes
públicas que solamente nacen , medran y florecen en
el suelo y clima de la libertad , bien léjos de echar en
olvido los derechos y prerogativas de la dignidad hu-
mana á de dejarse oprimir de los tiranos, hicieron es-
fuerzos heroicos para contener su desenfrenada conduc-
ta , y se vió desde luego encendida una gloriosa lu-
cha entre el despotismo y la libertad, lucha en que ven-
cidos los reyes fueron arrojados del trono por incor-
regibles , y hasta sus nombres odiados y aborrecidos.
Rei y tirano eran palabras sinónimas entre los ciuda-
danos de Roma y Grecia y entre todos los sabios.


56. El descrédito de la monarquía y la odiosidad
de los monarcas cundió por toda la haz de la tierra , y
á consecuencia de esta revolucion política hemos visto
nacer los gobiernos aristocráticos y democráticos , y pro-
pagarse entre todas las naciones cultas y sabias , tanto
que hubo tiempo en que era necesario viajar hasta Per-
sia para encontrar alguna monarquía. Uno de los obje-
tos mas interesantes que ofrece á nuestra consideracion
la historia política de la sociedad humana en las cuatro
ó cinco centurias que precedieron la era vulgar es el en-
cendido amor que en esta época , época de los progre-
sos de la razón, de las luces y de la sabiduría, tuvieron
los hombres á la libertad, y cuánto supieron apreciar


iympre


PRO-LOGO.
_ lar


este dulce y precioso don del criador y los prodigiosos
esfuerzos que hicieron por conservarle. Combatian con
la espada en la mano hasta exponer gustosamente su vi-
da por destruir los tiranos y por vengar los derechos
naturales del hombre.


5 7 . España fué uno de los paises donde así como
en nativo suelo se han conservado y florecido mas bien
que en otro alguno estas virtudes heroicas. Por lo menos
es cierto que los españoles no cedieron á ninguna na-
cion del universo en amor por la libertad, y acaso so-
brepujaron á todas en fortaleza y constancia para defen-
derla. Derramados por los diferentes valles y distritos
que en la península forman los rios y cordilleras, y cu-
yos linderos y mojones parece hallarse designados por
la misma naturaleza , no constituian corno ahora una so-
la nacion sino otros tantos pequeños estados cuantos
eran aquellos distritos habitados. Algunas sociedades es-
taban reducidas á un solo pueblo como Cadiz, Sagunto
y Numancia. Otras ocupaban paises mas extendidos co-
mo la Celtiberia , Bética y Lusitania. Los habitantes de
estas regiones tenían sus leyes propias, usos y costum-
bres ya comunes , ya variadas y diferentes. Mas todos
convenian en ser independientes en gozar de libertad y
en vivir en la dichosa ignorancia de la opresion y de
la tiranía: porque jamas habian conocido reyes ni seño-
res , príncipes ni tiranos. Se gobernaban popularmente
siguiendo las costumbres del pais y la práctica de sus
mayores: confiaban la composicion de sus litigios y di-
ferencias á la prudencia de los ancianos , y la defensa
del territorio á algun cacique ó varon acreditado por su
intrepidez , valor y esfuerzo.


58. Así que cuanto nos han dicho los antiguos y
Tongo Z. 6




-nrj sourid9 Á UT.I01 vi Á ejurari rr op SZIO.T.TOI4 sor sopor
soto SnS DILIE optro!uod leptiaptTadDpur ns aap.rad op


0.1.9 ID aod SOlOillbLII c
irppod uraS un op soproopuroso •a


conrunprAlps eSOZITO0IDA STILI er solunmeri sns ]ionp
-pa Á sred ro opol op 0S.IED,101J3sua E.TO soruSrsop sns ap
irdrourad (mem p onb Á eormod enarur ns op oriol --Sin: 10


arnnosop y Á SOLInt10.1 SO' pp aplo
y
ara zurej Á os -orprsur ro anuniaeq y uoarSo


ll- onb o.?Pni seis" • 19
01110 ILLI ID


-o.raocle. ocIrciryd p tarayM31103 SO' sonruyan soluarm!poo


-o.rd Á serouPioris. Iserao:tir seÁna sosouálaro sor op ruin'
ur y lInciraluoo op eraoi9 .TOLIDJ Á sesoadwa ser srpoi
uo sondar soluournasur 9 seuoosa SETLIDLISLIES


- UD SOIOTOC ros trolorsrnb erouopuodopur ns LIELIMSOSLIOD
•-


sollo ap ornxne p 1100 anb soprprnsiod Á Isoperre sorag
owoa urcirapar onb SOLIELITOJ sor op prprsoaouo5 er ua
soprguoD •srapr 9 sotrorordn000ld sns uoa rtr dolo aro
osooiroq ns LIGO equpouloor os OLT tIOIDOELII or.ropnad
ello oviod




o:inolur sns aralsn.14 C opled orans pp sope(
-cale urrary.or rpnp tris soloSuralxo S0210.03 SOf op
se!nbrpa szns!alsondsop opio uraorqtui suz
-.Toni sns seprunoa Á SOLIOTOULT sop ser osa!ur
-nsuoa uearlop uUOOSO apura Uri VIODIJO onb solua!ur
-IDDJLIOD'e sor op soiopnoadso sonnbural .12G 1100 SOIOU
--VdSO Sol SOIITO4LIOO uoroemrs EDI1L13no IS '09


•osioisrun Fp oriodurr ¡o erra
tío uorelndsrp une iC edoinH rr op uoraiod erpq usa.
op pepordoad Pp 01/DOIDp p anos 011IDIIIIVZILLIWITO 10X
-nu la LIGO rroaopecituoa searicp-)doi sop ser Á ‘o9eliuD
Á nuou oaluo sopo op Á aoanj op ‘uorarinwo Á cipria.
-uo op dalrox LID 09Onl" OpsDp orl.unuoo os egudsq •ep


tino urciersur onb


.lord SaTIO


/IFIX.0ü0-1921(1


1-apSo sns coa viro y TIO.TOISLIII) os i trolSoa tuso op riSrnb -:roo rr anos srpespaolur searcu sns uoiorsnd sop i seq -uav •osapAlun la opox no aeurarop y equaldsr onb rur
-o-u op uororquar el SUICTISPI) 2( /010.13WOO ns op uotsuox
-xo vi op ÁSO112,LIVO.TOLLI souotournoodso op erpuod




emi
-rrod rrouos,r(xo Á prpriodsoad rÁno mimara' erouolo4
‘"o2e3.-reD Pi) empoo El.


0.1OLLIpd 91puoouo errara u' op sop
-eprtuaa5xo ser Inseg opuroA uiquq onb sezonbra surionbe
op eurej El •osodox ns arcian3 y tIODILILA SOLOIA- Á sapt-n
-arA sopuriS sns aod Á aopod ns aod 4 rjanprqus ns .10d ULT
-01S111 EI Dp SO:IS9 sor LID SO.ICIDIp SEUT SUI SOLIOIDCLI sop
'oprimir pp srurrio soaolour sol


op oun rrooajo SDI pluour
-reirneu 'seo anb SOTIT.Ij sosordoo sor op Á sred opranx
-11DAVUOICI risa op sezonbla sur op Á LIOIOEMIS ZIpj ira op
oluoruennbuta4 urquzo?) sologedsa sor opuunD •69


mecinposop ser 9 SOLIOI3IROd0.1d


1
1


ser urpirupe- -4 sopelm sor urquaTira onb sor somond
..sol : SOJEJIIIIII Á soailriod SOIDOIDIT sor sopo] anos unur


.i. .-03 no uuquiocpjop onb sor soicrond sor :seurricoad sus Á
ZOA ns LIVT2I.IIp soluerolrizq SEIOLT04Od ser souornb y souux
--nos SOOTLII2 sor VICIO soiciond soj onb ourainoo ro aod


::-Pqrs os ¿sope:iral Á SORTO/5110D / SCI010EICOSOLI / SUTOLI;:).1
•-OJLIOD SE.ISDap rraourour e'


opeAaostroo uosorqnq SOU ou
solar-m.1(nm' sor onb 9? ¿solio uoo s-PuolourooSou Jen
-nuo op nos*? sorelouo2 Á SOlLITTLIEWOD sns 501I9ru or
aod 9 EIJIInALII op Imanen onb Sel-ItnCIOS


SrP"i°d SU


lq,[eCISH LID SOÁO.1 oprlsxo urapicinui IS onb orqpio so OW
-op? •ouaorcia opeurnioir Á o4uppnad sella rop nuomoo
Á eprA op S012I: SOJLIOIDSO11 sns 4 OTTJ03,11U515V op °pulpa
Top uoroduasop ei OLLIOD oso-II-Kiri un Á oar3,9od olons
un SO loada uso uo egedsq op so/Coa sor op aorylea /C
UOISODLIS / eIOLID4S,IXO er op UD.IODU soaoperlolsFq souaPpour


•.0901921a
IIIY:-




-Tí santo.? seun2re eiion Er argos tjArpol tarps'vru anTmod
ns ieicrooai ap sezuriodso argaotioa uoriAoad


elso 1103 riaaaAaad nergap souewol sor Jod
sepezrue,n1 sauoroeu sed




sopelinsoi Á SÜIJUDIIDDSUO3 sns iod awe.1
-
iod1LIT a Diquaptsuao SOU9LU ou V.110 eqn3LII1Ur EUe111


-1111 pepopos rr ap eraolsrq er o0D-90 S0U onb seueurp
-.10U.11XD SEU.1 ser ap enn noronioAai ue.15 e7s1 .*9


.saÁor Á soaguinlsoo csosn Isolu rew
-orpt ns 91dope Á IOTIDdLUI rap rIDLITA0.1d MIXT as laop
-


0311IDA Top anÁ re oriono p 91oIns erredsa epol reno or
UO3 lerogedsa pulo:1u er ap soutarre sotupp; sor op irj
-unriJ ap eunlaoj vi 2( vuorl er onna olsn.Snv ogro re sew
-osioniun rap zed er erpuad uoiDaIns vÁna ap serourn
-oad seganbad sop sis op LIOI3ipuai er op JUDdsasap y
95orr Iseo 0113.195D ro ruosiod no rgepuew onb osoiapod
sew aopeiodwa p anb owei Isoronn sns op ei0w9i U0.1
-anj sourTaruse Á soigranyo sor SELICIU0.1 serrnSy SEI op
riuoijr tus ou soouowo Á 'orgronaisur 9 rsoorg UOTJELI
ras; V.I1UO3 SOSOL1010IA SOiTD.ID30 Á seuue sns ()leal agio
rop ouonp msnInv anb Elseq lourlsnf aorp eprpuai
opnd ou sepol anb saque epeone egrdsa wad fserreg
ser Á rwourav er eruopooew




03110deisV P
oi !OH ro epaag er toraj-v- p opusinbuoa rigt-tr d


SOUg SOOOd•ou3dwr rap UOTOnrldDi EI OfiliDd DTITO
UD orrooso LTn 9n3 Á OUIW0J aapod ra opol uopeuiol
-supo ua osnd ríos prpnio eun 'onalsrp oros mis SDDDA
setionw re noapPqo Á ..ITUD.1 op ergetr as uy tia
somand sop sor op reno 9 sorrewoi SOI O sorogedso
sor `SEU.I.IC ser na sosoaapod seto lituo sonornb arproop
ap argrsodwr rworqoad un 9nj soge ODUID op oroedso
Jod onb lopod ap °pul one un E (nimios y UOJEADID
serouedso SeUile seri .sooaa


oo sns op ofinDd eltiOije .
AM("Q9019),1


.AL


UO3 VUULLIOJ olEurs óp samonol UOIDWOD ainamled
Doy 'manca rasa 9irip onb sorlis sop sor LTE •g9


•DJUDITUCILL100 op oiowi)u ID Jod onb
EIDEIMUOD rzoilsap Er iod sew cumed y owred otiox
-.1D1 ra opuelndsTp eiionB rr uoar2uoroid soprplArp Á
sopeiedas onbune osa opon UO3 sew -soiroao.o sosos
-aurnu uamunt m SEZiDr9 sns UOJOILI110.1 rounu rged ••
-LITUO ap opeumwoo uorq neld un uoiewaoj ou saiw
-
ano sns y arlspoi card cuogeilsH aorp ‘sologedso


-srnbuoo sns mioej Á rlaand er 9uge onb er 9nj meya
-oa ropjrod Er iod owoweunliodo epewowoj solpisrp Á
sor-gond 0.11LID uorsusrp•S011.101M SUS nosezrreal sarta
-alza sor anb orcusodun opis eaorqnq °SED o.Áno no cep


uororu rr epol ap 9nj
ou oinenD esarS1-)oad sew


eme] trI31104SISD.I :SOVE soluarosop aro oroudso aod ISEO
-aon2 er uoiornnasos sorogedso sor °alegara us
-ny Á les9D ()pf lopuei9 p oXadwod sanordlosa sor
agio pío SOUEIIdED solasur sew sor Á opunw rap
-opoonon SWID.195D Sol" aulrritu CIDLIDI3 Á eranprges rr op
`eorliod Er op SOSIDDD.I SO' sopor :StZUUDIUE ser ‘SESDUL
-oid ser Iserouro ser cerpgiod er loge.9ua ja Inotoonpos
esoadwa unpar Un UD UEDIdUID SOUE1,110.1 SOPT •Z9


•SOLIODI


-op ñ senue9oaaad soae2oTi sns owarturpae opezaojso
tlEa U00 ru VIOUD1SISD.1 epeunsgo UU1 1103 9rpuojop eunS


°OSIPAIUI1 Top sonoroeu ser sepol notoeloadsa UD
0An1 eispenione eÁno sargeiowaw sonoioor sepeurpio


sonotonroisaa `sosor2rpoad sosaons ap epenulwoo,
arias eun D3D.130 egedsa ap emoisni er muDwoui D1SD
opsou •priaogll epewr ns op epipi9d yr D1.10111.1.1 el op
-uoraTioad opunw Top saiopaonan sor y ipsrsaa uonrans


srsoaana5 scuire sns cUOIO3D.T.MSUI rwes run op sol
.09019114




"'"1111111111r
XLVI PRÓLOGO.
bres en cuyo pais no habian podido penetrar ni la am-
bición ni los eg6rcitos del imperio y solamente espe-
raban ocasion oportuna para satisfacer su odio y de-


j arse caer sobre los opresores de la libertad pública y
vengar en ellos los agravios que habian hecho á la es-
pecie humana.


65. El gobierno de Roma ya ántes del imperio de
Augusto habia contraido defectos que preparaban su di-
solueion. Las inmensas riquezas de todo el orbe acu-
muladas en aquella capital. corrompieron las costumbres,
afeminaron los espíritus y enervaron las almas. Con el
despotismo de los emperadores y su dispendioso y frí-
volo lujo se multiplicaron los vicios, se extinguió el es-
píritu público y se agostaron las varoniles virtudes que
habian elevado la república á tan alto grado de poder
y de gloria. Este cuerpo inmenso, lánguido y casi in-
animado caminaba con pasos acelerados á su destruo-
clon : circunstancias que inspiraron á los pueblos bár-
baros á quienes el terror del nombre romano tuvo por
mucho tiempo amedrentados y encerrados como fieras
en un ángulo del norte de Europa , la audacia de in-
vadir unos estados y provincias mal gobernadas, y cu-
yos dueños hablan perdido el vigor y la fuerza necesaria
para conservarlas y defenderlas.


66. Con efecto á principios del siglo v de la erá
cristiana los suyos, los alanos, los vándalos, los godos
y otros pueblos bárbaros de la antigua Germania sa-
lieron del septentrion é, inundaron á manera de impe-
tuoso torrente las regiones del mediodia , invadieron la
capital del mundo, devastaron la Italia y las provin-
cias del imperio, atravesaron los Pirineos y se estable-
cieron en España. Los visogodos mas civilizados, mas


PRÓLOGO. XLVII
)o7tararsrogjaernlatsesdedelasupemníililipnool t oi er gris e y


rilloagsrafreollicl evs elerllaass
sola del mismo modo que á los imperiales , disolver.
el gobierno romano, destruir hasta los cimientos del so-
berbio edificio político levantado con los recursos de
muchos siglos, con los esfuerzos de todas las naciones
y á costa de muchos millares de víctimas humanas; y
sobre sus ruinas y escombros formar de todas las pro-
vincias de España y de las de Aquitania en las Ga-
lias un estado floreciente ' que á pesar de la rusticidad y
barbarie de estos tiempos se conservó con honor y re-
putacion por espacio de tres siglos.


67. Esta es la gloriosa y memorable época del na-
cimiento de la monarquía española, época en que ha co-
menzado entre nosotros un nuevo órden de cosas, nue-
vas leyes , nuevas instituciones , nueva jurisprudencia,
nuevas costumbres , nueva forma de gobierno , nueva
constitucion. Importa mucho y nos es absolutamente ne-
cesario subir- y llegar hasta tan señalado período de la
historia nacional y consultarle si deseamos averiguar la


.naturaleza del gobierno español y de sus leyes funda-
mentales y el origen de las costumbres patrias : allí en-
contrarémos las semillas del órden social y los funda-
mentos del sistema político y de la constitucion de los
diferentes estados y reinos que simultánea ó sucesiva-
mente se formaron, crecieron y florecieron en la De-nínsula.


68. Los conquistadores de España, o' a' decirlo masbien los restauradores de la libertad española tuvieron
la docilidad de someterse á la direccion de varonesprudentes y de seguir las máximas de la ilustrada po-lítica episcopal, lo que contribuyó en gran manera á




XLVIII PRÓLOGO.
templar los restos de su natural barbarie , á dulcificar
sus costumbres, rectificar sus ideas y á que atinasen con
el blanco de sus deseos, que era organizar un pueblo
libre, justo y moderado , y cimentarle sobre bases fir-
mes é inalterables. Así que poniéndose de acuerdo con
los sabios y principales miembros de la nacion, dese-
chadas las formas republicanas adoptaron y establecie-
ron elgobierno monárquico templado, mixto de aris-
tocracia y democracia siguiendo en esto como en otras
muchas cosas no solo las costumbres germánicas, sino,
principalmente las instituciones políticas y constitucio
monárquica de los tiempos heroicos de Grecia y Roma.'


69. La monarquía española erigida por este mo-
delo recibió mejoras considerables: los poderes estuvie-
ron mejor distribuidos y las juntas nacionales mas bien
organizadas. El rei tenia el poder egecutivo en toda
su extension, y gozaba de las prerogativas de convocar
los congresos del reino, de sancionar las leyes, de noM'
brar los magistrados públicos, y de juzgar las causas de'
estado con acuerdo de su consejo. Las grandes juntas'
populares que en todas las monarquías antiguas se con-
sideraron como parte esencial dé su constitucion, fun-
damento de la libertad pública, freno del despotismo,
excelente preservativo contra la arbitrariedad y como el.;,
mas poderoso remedio de los males interiores del es-
tado tuvieron igual reputacion en la monarquía gótica.
No se cornponian como entre griegos, romanos, ger-
alanos y otras naciones de todo el pueblo. El congreso
racional español era un cuerpo formado de representan-
1:es ó de las personas mas señaladas de la nacion. En'
este cuerpo residia el cuerpo legislativo ; y aunque el
,)ueblo no tuvo voto ni intervencion en las delibera-
,


-Tm:5"r


PRÓLOGO. XLIX
dones ni en la formacion de las leyes; todavía siempre
se consideró corno circunstancia necesaria para el valor
de ellas que se notificasen á la muchedumbre, y que esta
prestase su aprobacion y consentimiento.


7 o. Los reyes en el dia de su advenimiento al trono
debian presentarse en la asamblea general para jurar so-
lemnemente en ella-la constitucion y las leyes funda-
mentales de la monarquía, de cuya observancia eran res-
ponsables á la nacion. Acostumbraban á entrar en to-
das las juntas con magestuoso aparato, pero siempre con
demostraciones las mas respetuosas hácia el augusto con-
greso, y presentarle un tomo 6 cuaderno comprehen-
sivo de los principales puntos que convenia discutir y
resolver sujetando la determinacion á la prudencia y sa-
biduría de sus vocales. La autoridad del cuerpo repre-
sentativo se extendía á todos los asuntos políticos, eco-
nómicos y gubernativos del reino : confirmaba la elec-
clon de los príncipes: ratificaba los actos de renuncias,
cesiones ó abdicaciones de la corona : velaba sobre la
reforma de los abusos y desórdenes públicos y sobre los
procedimientos de los magistrados y tribunales. Todo
ciudadano que se creia oprimido 6 agraviado tenia de-
recho para dirigirse al congreso en prosecucion de su
causa y á pedir satisfaccion y cumplimiento de justicia.
Sin la aprobacion del cuerpo representativo no se podian
imponer contribuciones, ni declararse la guerra, ni ha-
cerse la paz, ni acuñarse nueva moneda, ni alterarse la
leí edieo


la pol
í tica


y eclo rreiiennot e g.
(5Tt iacl o fulyé"


deen
los
os us


Se' sat a ldao se °mnos --
nárquicos que en la edad media se fundaron en Espa-
ña: sistema tan excelentemente constituido, que yo no
creo, dice M


ontesquieu, que haya existido sobre la tierra
7


TOMO I,




ISeD 1.1o.p.r(111T1SUOD
-SD soaun S0.110 odtuop °aísla' un
ps inuoppoo ro ül.sug TeltIDI10 ODUTIM p Dpsap


onbiod :01.113111_TO3 01 orlen
órpoons rpra2sop aod sew .•f7z


-o2rtuotio pp souorsrAlp Á SD.10.1aD sor op orcps
-od opwed ro asedesÁ souorsuoo 931- DSVIIDDAOsde arlb
-mbytu er t osincitur asare anb ‘sourid sor oseurciwoo
onb souoioeiodo ser supo» oSeuiturOUD onb pep!aolnu
t'un lopod op °mur) Á unwoo 0•1.11120 un J000rqnso cug
ouus!tu un y suropu9!gr.ilp srzionj sns supol opiunoi •Tocr


SDiotiedsa sor ury.o!qop roujiod rtges Á mes seui uf
Jod epnorp pf uso op prwris. U -orcpsrmpur 9 oun .IDS
DCIDp OtIp.1 ID DIlb erogedso ujnbluuoul rr op Inuourepunj
pr tlpribE ooallr DpsDp opimo UD 91100 as •tiOpt3u Vi
op soz.tonjso sopeuiquioo real wad sootoin sor Jezmi
-o:tso y Á solnrptu SDITOTDIUDd0 ser J000ClioluoenSDII


SODWIOd SD.10.I.ID Op UOTtirl2.1 esonnsuotu run Á tia
-ITUOUSI e.IDS0.15 9.311IIS ‘DIOL131/ADUT 111111.1 ns Á Vpel!d
-poid rUISTIOUT el op uptToproopsopidyar su tu oms
ue,golgnq seurpstio sumar ser op sosafiold sor -9Z


-openejoiá Umuir oluourelortnus ue1
onb opus Top


or•Tufpne Á asSauouo un-tuop re .IDpuDjo iC aupowoom op
OLIIS cosiopuojop Dp rÁ ouSosD7.ins SoiDdS0.1d.
/103 SDIO1I13dSD sol 'soi.9!-s sor Dp SapilnSTOTA ser ysod
-11I3IJ soj ap suunlut.ser Y csouoide soiP.95b sopriaon2e
sor o p SDLIOIDdriLIT 9311:IDIOTA Á SOVIIDTIUT1DLUOJE SOSOIT1Dd
-mi sor y oSOLISISO.1 rinb.iruotu 011IDT0131I uf onb .nn2os
-UO3 uoloynd onb arquionEJ un p.usour sor os upuop


eU!ATp 13[ : 1109ECISD pV1.1DCIII Á OILIDICIOS Top opg
-Tea opeuwowsoP P sEIID pagos arogrpoo.t Á srpled soÁor
Á SDU0i311111SUI


•103Drcinsai op u •• otonrosoi eprno.ne uf
uetuaoj c epolsm rr op sopopod sor sopor u a sorogedso
sor y 0.1dIlIDIS optdurisTp


UT.101.5 op ODSDp OICU


*0-9079Uti


p i o.To,rr uoromustmo run Á prpoid rIo.purlioA
,'e.ndsut onb uzionj ur 1100 soputuiv -ofines ns uoo
opsop upoptiojo,p card semytiond sutenuolu sur uo °use
un urosnq sopesedowe sns op soptuarA ser opuurnwo
pulocur ns Dp Itt epled ur Dp 6uoI9Iro.1 eI op .10111e p


ita sw.citunlsoo seApruIrid ser op pepp!rdwIs vi oplpiod
Iti cruttosiod pepIuSip ns Dp SUAIVe20iDad ser opeptAro
'Temar ou onb SOUI:119,10 sorgentunuut upo9 ezorqou
ef pp sembrpi son' -UOTOODLInSUI run op soppous sosol
-soo Á soiStpd soluouturuv sor Á eiaDriB er op soioaaog ••
SOI .ILTDJD.Td Dp 9 .10pDD'ITDA rae o2nÁ re P111DUTESOZU09
-pan DSID1DWOS Dp o osnüo.idtuoo oanp p UD Á elouop
--uodoput ns 3Dpiad y solSondxo Á ujueip uf Dp sopezeu
-owe sorourdso soj 1:10.IDIA as ZDA UpunSos .tod


.urnsuja
-od rr o.p Platel .10/CEUI rI UD 03II193MUS ounicio9) Á
OLTDduTT p ópTiosuoD
9puni DS allb UO3 ujanpmes


:Jod uoiq 9 cusoidup
unpJe un op uoton-JoSo er uo peplo


-rroj el Jod ruo-tr elsrnbuoo er op uoIsuo.13o Á zopidel yr
aod rJon corge:topTsuoo sutil osuou Á c sonclayq Á 501:T1110X
sor Dp souoIseAut sur op ej onb uperegos S0T.1211.1 ou roed?
crin eguelsu Dp etiolsig er uo nulo.; onb esoikoad uop
-1110ADJ :SOLI131DIII01.113111 9 socieay soj pp p SO913 son op
sou9tu UD seulni sns oacios 9.1urnor as peplaolsod yr epol
ap Á uoToraouo2 oluoso.td Dp 01UDILLIJUOSD rard .ien9
-poAe otpnut rupuonuo3 onb Á soturaoult rjAupol onb
soreiout ñ suouTrod SESTWO Dp osinpuop


un 30d ()mon
-o2 ns olionslp Á o01192 ópodtur ro opinalsou


L
orcietnean ouaomOS aofatta p


oppnpald osoIcinn iopnsmbuo3 mond un op ouion
rop umodrwoo er onb esoiStpoId Eso° so : sovud


sns sepoJ uo oprummoo Á opurdwol oluowerrog un oil°
'oocY19 II




-oroxodoid. C opmsa Top .10I.ID1U! pepTimipuen er Á mi)
-.T9 p 2r211.11DSC t.Trd 030d Tal uezioDAoide


9 SDITID3S3
uos uaoapnwua s'emes sew sayal ser couadunD ezianj
ns ap.ta!d opunw






1j
• rap uoronmsuoa .Totaw


SITIE113.1j31 Á sepaualuoo caed OS21103.1 Osaignq
onb urs senans uegepur sauoTsed ser sepol ‘a2eu3aacpr p
luolonlos!p er s seropsniur SeT3II3IDIA SOTUI30.11E1


social sor -pep!uetunt
i D3SH3 er ap DlaDns er leaotaw ap so;p


-aw sor aeasap ap SULTI otionw Á 2DOOL103 ap saluelsIp
urciesa pepranso el 1100 sopezurrinug Á :sepefisop


S3IO.T.T0If ap 31.1011S epw.‘UTIDDILTIVD Cr y "Dalues
uweiqwwisooe as sa:lumieti sor se.Topelosap senanl


ser 1103 Á SVIT.1341.1T satTorsinnuoá X serauainginl ser uoD
.eorici9d re.Tow rI301103 0s ou :owroo ns 'OpeSair
-r4 pepTre.TowuT•embJeur er ap Á uapi9sap rop ses
-neo Á soTdiourid sor uweaTidrlinw Á permiciepos ap soz
-vi so' sopo UOIDIdLIT01.1UOTOUZTHAID Vi y DIJVCpUel er ap
.Tup ue.TDIciDp as anb sosed sor 11033pDbo3ua `S3311I ser
op uozei yr op sosa.?oid sor uoiaipidwr !DI eI ap
50133j3 sor Á sadroupd sorpnbe ap SOJCITOD SO[ uoJeal
-sn.Tj ssauoised sepeua.guasap ser Á soi9!s sor ap lomo!'
-sn.i Á VIOLIVIOII.91 -er sa.Tqwwsoo ser ap raaiag


rjnb
-.Truow engpur ej


ap sareluawepuni saÁar sur Á LIMO.
-mpsuoo el


sopusa sns sopo tia uoJeoTicind In OSLIOW
Á Ot1&W ra opueu.TDA 'A osuory SDÁDI sor anbune sand
acjwu ül1133STS p anb sa3aed


_sns sepol U3 osonioaj
-ap sou9w 9nj ou oonllod Á Trola VIUDJSIS IR .9Z


°S0IIC orpo tia aluawzIaj opeu!wial
Jacieti ZIDipnd as anb e.manB ej soiSrs ovo ap opedsa
vtod Je,guoroad Á c euedsa 123 VDT3T[Oa VIDLIMIXD ns
-1351103 Á 3SJDUD3SOS SCLIT3S03 UT SDUOISTATp Á sapepHepied
Sin 01) losad" p SO2IIII01.13 sor F ITO9 9113 j" r!"'"°


.0.~141


tunSos aluDweauylinutTs OIT Z3A ej y souensTio sopelsa
OT ap soupnea Á sadToupd soj 20d S3LIOTSC30 SUJILTUTT!


1_13 sopeoele uoianj sounatuomew sol •opringwoz,k
uaTcr


IwolsTs un ap sepeuewa SDUOIOUI3d0 ap anb seauylumu
sepIdyi sauoisinoui


3p aeogHro T.TDciDp as U3Tq
nLÜ Á sopennsi sns Jod seperetjas Inw TU semsloap U0.1


-anj ou opopad 3353 tia UOIDIATI1 3S anb snyeelwro seri
,sonesaiqos Á S310W03 3.13113 D1(1[11318 opurtnonu 33209
ej 031.T3ISÜ ns 914 apuop uoal elseq °tus susInbuoa
sns aDpuDaY.D SOISIS 53.13 tia opnd ou DicleJapisuoa sew


ra 113 anb srpnTsy ap 011I0.1 I
•epueliodui4 eunlu!u


ap peD Á sanc-49p pul uoian er.ued er op Á uo191I3I
,ap SaTUIDUD Sor ei31100 U0.1e1T13DD os nc oiS!s ja Elsmi


nb SDJE1IIIW SDIJ0IDC.TDd0 Á SrS32dWD ser supo"
.epolsui yr nuasoldaa SOLT SELIDOSD SU3LIDIfiLIES seÁno eu


1033 éenladiad FATO V11n.V5el uoloon.usop eI 'elp103
siplejnbaeue ej


ap saiew sor sopol tia sopelsa soir
Dnbe UOIDTAIOAUD UZlieffliDA eT Á (pipo p lemnua 'SOI
33 sor " uoioeinwa yr peptruniionqnd 1131)19 p 1103


.ToTaalw pepipnburn er uoo EnTo uown ej uoo tico
-OCIO sew anb souoTsed ser soltpcws sns ailua uwalpua3
-tia elopsnl yr ap Á uoilnal eI ap saJaciap sor °ppm° 113
opurtioa Á uoToTqwe ns y pepaToos eI ap S3S3I3314 sor
)pueow.loes sDÁai sor anb sandsap 0111DUTIOÁtW
1103 Higo asaTpnd apT2I2Ip op zedeo Á arciendsal Ezaq
-ea run Tus c unwoo 5313111T 11IS copenwawsap °plum
-sop odiDno un anb .1?.IDdSD ap merar as otuoD?
-Maod ap Á erruseD ap SOLT131 SOT ap aluDwiopalsod Á
`euopoieg ap somagos sDpuoo sor ap uo.oery Dp ti
-.TeArm ap ‘seprusy ap 53i(0.1 Á sewbruow ser ap
-eq sou rp015111 El *uoloaaLinsurt ej ap sorupnea sor
otSnja.1 ap sa.Te2nr sor uoianj soweno soopnod sope3


'oeoio-üa




LIV PRÓLOGO.
liar al ciudadano las dulzuras y ventajas de la sociedad
cuando los abusos llegan á substituirse á las leyes y á
ocupar su lugar: cuando el supremo magistrado por de-
bilidad ó mengua de poder no las pone en egecucion:
ó si por descuido, ignorancia ó condescendencia tolera
excesos que se encaminan á apocar la autoridad públi-
ca, introducir la insubordinacion ó violar los derechos
del ciudadano y á trastornar los principios de la armo-
nía social y los fundamentos de la pública libertad.


78. Esto es puntualmente lo que se verificó en los
tres primeros siglos del restablecimiento de las monar-
quías cristianas, Por una consecuencia del sistema
litar, , los condes, los barones y los caudillos subalter
nos de los egércitos nacionales aspiraban á la indepen
dencia y á la dominacion, á aprovecharse de los fru
tos de las conquistas y victorias, á enriquecerse á costa
del pueblo y á levantar su fortuna sobre la pobreza del
ciudadano. Las máximas orgullosas y tiránicas de la aris.
tocracia militar habian violado la inmunidad del prín-
cipe, envilecido la dignidad real y casi anonadado la ma-.
gestad del trono. Los reyes no podían desplegar su
facultades con la conveniente energía ni poner en ege-
cucion las leyes saludables , ni proteger al desvalido,
ni castigar al culpado. Rabian perdido hasta el eger-
cicio del poder egecutivo , pues necesitaban contar con
la voluntad y con el auxilio de los barones y de los
grandes para emprender una guerra ó para continuarla
despues de haberla comenzado.


79. Entónces la nobleza hereditaria, esta clase siem-
pre enemiga del pueblo, esta plaga del arden social for-
mó en medio de la nacían otra nacion, otro-estado, un
cuerpo numeroso, inquieto y turbulento cuyas preten-


PRÓLOG O. LV
siones ambiciosas y espíritu de insubordinacion estaba
en perpetuo choque así con la autoridad del príncipe
como con los derechos del pueblo. La corrupcion ge-
neral de los tiempos y la relajacion de costumbres ha-
bia tambien desfigurado la religion, contaminado el san-
tuario y penetrado hasta los mismos asilos de virtud.
Los sacerdotes y los monges que predicaban á los fie-
les el desprecio de los bienes temporales y la proxi-
midad del fin del mundo , léjos de confirmar esta doc-
trina con el egemplo la desacreditaban con su conduc-
ta. El clero aspiró ansiosamente al reino temporal, á
acumular infinitas riquezas y á hacer una gran fortuna
mundana, y pudo lograr poner en contribucion á todos
los pueblos, substraerse de las leyes del estado, influir
en todos los asuntos de gobierno, sacudir el yugo de
la jurísdiccion civil, extender prodigiosamente su au-
toridad y usurpar en muchos puntos la del magistrado
público. Esre des6rclen se introdujo por grados, al prin-
cipio por concesion gratuita de los príncipes, los cua-
les quisieron dar con esto un testimonio público de res-
peto y veneracion hácia el carácter sacerdotal. El cuer-
po eclesiástico convirtió esta gracia é indulgencia en
ex&ncion legal y en un derecho irrevocable que sos-
tuvo con obstinacion y pertinacia, con las armas es piri-
tuales y á veces con las temporales.


So. Estos cuerpos poderosos rara vez se unían para
promover el bien COmun sino para multiplicar el mal,
para eludir la fuerza de la lei , obstruir las vias de la
justicia , conturbar el órden de la sociedad y agravar
la miseria pública. Como unos y otros aspiraban al en-grandecimiento y á la dominacion, por necesidad ha-
bian de chocar en sus pretensiones é. intereses, y este




1


LVL PR6LOGO,
choque produjo entre los miembros de aquellas clases
desconfianzas, divisiones y odios implacables. El des-
potismo aristocrático y sacerdotal estuvieron en perpe-
tua lucha, y se combatian con la misma furia que las
olas del tempestuoso mar. El derecho del mas fuerte
y las costumbres erigidas en lei autorizaban á estos con-
tendores para defender sus causas : cada cual giraba
sobre los principios de su clase y alegaba las leyes de
su código. Los grandes, el código militar ó de la tira-
nía: la nobleza, el código del honor bárbaro y de la ven-
ganza privada : el clero, el código pontificio; y no res-
taba para el pueblo sino el código de la paciencia y de
la esclavitud. Situacion peligrosa en que las violentas
convulsiones y perpetuos combates de todos los elemen-
tos de la máquina politica anunciaban la próxima ruina.
del cuerpo social.


8 r. Por fortuna á fines del siglo xi se llegó á di-
visar en Castilla un rayo de luz que penetrando por me-
dio de tan densas tinieblas indicó á los espailoles el ca-
mino que convenio seguir y los recursos de que se de-
bian aprovechar para salvacion de la patria. Tres acon-
tecimientos políticos rnui notables verificados en aque-
lla época contribuyeron eficazmente á este fin, así co-
mo á mejorar la suerte de los hombres y eambiar el as-
pecto de la república. Primero, la monarquía ántes elec-
tiva se hizo hereditaria, con lo cual renacieron las ideas
de sumision política, se estrecharon los lazos que unen
los miembros del estado con la corona, se reanimó la
confianza pública, los reyes se hicieron respetables, re-
cuperaron sus prerogativas y adquirieron toda la con-
sideracion debida á la dignidad monárquica.


82. Segundo : el reino de Leon se unió felizmente


-PRÓLOGO. "VII
con el condado de Castilla en la cabeza de Fernando el.
magno: y mas adelante se juntaron ambas coronas en
don Alonso VI gran caudillo de Castilla y terror de
las lunas africanas, que tuvo la gloria de empujar los
egércitos enemigos hasta mas allá del Tajo y' de fijar
la silla de su imperio en Toledo, plaza reputada por in-
conquistable :. y posteriormente empuñó los dos cetros
Fernando in, príncipe afortunado que siéndole el cielo
favorable y bendiciendo sus armas con las gloriosas é
importantes conquistas de Den, Córdoba, Sevilla, Mur-
cia y el Algarbe logró abatir el orgullo mahometano,
lanzar los moros de Castilla, encerrarlos dentro de los
estrechos límites de Granada y extender los términos de
la monarquía desde el uno al otro mar : circunstancias
que influyeron eficazmente en los progresos de la po-
lítica, reanimaron el espíritu nacional y dieron activi-
dad, fuerza y energía al gobierno.


83
. Tercero: las grandes juntas del reino conoci-


das en lo antiguo con el nombre de ccnciliosen el
5


siglo xcr con el de curias y desde Fernando III con
el de cortes•, y compuestas solamente de eclesiásticos
y barones ó de las dos clases de nobleza y clero , re-
•cibieron nueva organizacion y mejoras considerables, El
pueblo, porcion la mas útil y numerosa de la sociedad
civil y á cuyo bien todo debe estar subordinado: el pue-
blo, cuerpo esencial y el mas respetable de la monar-
quía, de la cual los otros no son mas que unas depen-
dencias y partes accesorias: el pueblo, que realmente es
la nacion misma y en quien reside la autoridad soberana,
fué llamado al augusto congreso , adquirió el derechode voz


-


do, tu
y
vo voto en las cortes de que habla estado pri-va


1.
pa r te en las deliberaciones y solo él formabaTOM


8




LVIII PRÓLOGO.
la representacion nacional: revolucion política que pro.,
dujo los mas felices resultados y preparó la regenera
cien de la monarquía. Castilla comenzó en cierta ma-
nera á ser nacion y á ocupar un lugar mui señalado en-
tre las mas cultas y civilizadas.


84. Porque los ilustres varones diputados por los
concejos, ciudades y pueblos para llevar su voz en las
cortes correspondiendo á la confianza de sus comitent
tes yanimados de celo por el bien público siempre cui-'111
fiaron procurarle. Superiores á si mismos y á todas las
pasiones llenaron los deberes de padres de la patria
de defensores de los derechos del hombre y del ciu
dadano y de los intereses de la sociedad. Respetaroq
á los monarcas, protegieron sus prerogativas, ensalza'
ron la autoridad real abatida é insultada por el orgull_
é insolencia de los poderosos sin olvidarse de reprehen:
der los vicios de los príncipes, de enfrenar sus denla::,
sías y de oponer una barrera contra las irrupciones d,
la arbitrariedad. sty


85. La primera diligencia fue arrancar de raiz los
males envejecidos que los pasados siglos de barbarie
y de ignorancia, de opresion y de injusticia habian in-
troducido en la sociedad. Los representantes de las co-
munidades emprendieron guerra abierta contra el des-
potismo aristocrático y contra todos los opresores de la
libertad del pueblo, moderaron su osadía, contuvieron;
el ímpetu de sus ambiciosas é interesadas empresas, mosn
traron la injusticia de sus pretensiones, la exórbitancia •
de sus privilegios, la demasía é ilegitimidad de sus ad
quisiciones y cuanto pugnan con el órden social, con
la prosperidad del estado y con la libertad de los pue-
blos. Declamaron con heroica firmeza contra los es-


PRÓLOGO. LIX
candalosos excesos del clero y de las corporaciones ecle-
siásticas , contra los abusos de su autoridad, contra su
conducta inquieta y turbulenta, contra sus usurpaciones
monstruosas, contra la multiplicidad de los frailes, con-
tra sus máximas interesadas y política mundana y su-
persticiosa.


86. Si los padres de la patria no consiguieron des-
terrar todos los abusos remediaron muchos males é hi-
cieron cuanto se pudo en beneficio de la humanidad.
Pedir en aquellos tiempos una reforma completa y que
las cortes triunfasen de los enemigos del bien coman
sería pedir un imposible. Las cortes hallaron obstáculos
invencibles en las grandes pasiones de muchos hom-
bres unidos en cuerpos poderosos y formidables, inte-
resados en una misma causa , apoyados en la fuerza
irresistible de la costumbre, en sus conexiones y rique-
zas, en el crédito de su estado, en la reputacion de su
virtud verdadera ó simulada, en falsas y absurdas opi-
niones religiosas propagadas con singular artificio bajo
apariencia de verdad , en su preponderante influjo en
el gobierno y sobre las conciencias, en la debilidad de
los príncipes, en la supersticion de los poderosos y enla credulidad , sencillez y falsa devocion de los fieles.
¿Como nuestros mayores habian de conseguir vencer
estos monstruos, cuando nosotros en la época de los
progresos de la filosofia y de la política , en Bias de
tantas luces, de tantos desengafios, de tantos egemplos
de las naciones sabias, no hemos podido consumar esta
obra? ¿No es así que todavía se encuentran en


nues-tro suelo para deshonra y descrédito de la nacion y delgobierno v
estigios de aquellos desórdenes y raices pro-fundas que aun hoi influyen eficazmente sobre nuestra




LX PRÓLOGO.
fortuna , sobre nuestra comodidad y sobre nuestra exis-
tencia?


87. La providencia de las cortes se extendia á to-
das las necesidades públicas, á todos los ramos del go-
bierno civil y político , á todos los objetos interesan-
tes al estado : nada se ocultaba á su prevision y vigia
lancia : nada habia en que su celo no pusiese la mano.
Asentaron las bases y sólidos principios sobre que de-
bia girar el egercicio del poder judicial. Establecieron
reglas fijas para precaver la arbitrariedad y uniformar
el curso y método de los procedimientos judiciales. Des-
lindaron las facultades de los jueces y magistrados : or-
ganizaron los juzgados inferiores y los supremos tribu-
nales de la corte y el consejo de los reyes. Levanta-
ron el edificio de la legislacion española y publicaron su-
cesivamente y segun lo exigian las circunstancias esas
leyes que aun viven en nuestros días y á falta de otras
mejores forman todavía el código nacional.


88. Con ellas y con sus sabias providencias econn
micas y gubernativas lograron mejorar las costumbres
y la moral pública y privada , desterrar de la sociedad
los miembros inútiles, los ociosos, vagamundos y hol-
gazanes, peste de la república; intimidar á los facine-
rosos y perturbadores del orden social y asegurar la tran-
quilidad interior y la libertad del ciudadano; promo-
ver la aplicacion y la industria ; fomentar la agricultu-
ra ; multiplicar la poblacion; alentar el tráfico y comer-
cio interior y con él las riquezas del estado. La cons-
tancia con que los representantes de la nacion sostu-
vieron los derechos, propiedades y recursos de los pue-
blos y las sabias ordenanzas que publicaron para su go-
bierno municipal convinieron muchas villas, asiento


PRÓLOGO. tic/
otro tiempo de la tiranía y de la pobreza en repúbli-
cas poderosas y florecientes. Las cortes crearon en cier-
ta manera esas populosas ciudades de Castilla, esas ri-
cas plazas de comercio tan célebres en Europa, de cu-
ya gloria y prosperidad apénas ha quedado mas que
una vana sombra.


89. Las cortes no solamente labraron los funda-
mentos de la gloria y felicidad de la república , tam-
bien su política, prudencia y sabiduría se extendió á con-
solidar el grandioso edificio que hablan levantado y á
sostenerle tantas veces como se vió combatido de fu-
riosas tempestades y expuesto á los mayores riesgos y
peligros. El augusto congreso nacional fué en todas oca-
siones el puerto de refugio y de seguridad donde se
guareció la nave de Castilla. ¿Quien salvó la patria en
los calamitosos tiempos de los interregnos, de las va-
cantes del trono y de la minoridad de los reyes? Las
cortes. ¿ Quien apaciguó las borrascas y violentos tor-
bellinos ex-citados frecuentemente en Castilla por la am-
bicion de los poderosos que aspiraban al imperio y
al mando? Las cortes. ¿Quien extinguió las discor-
dias , facciones y parcialidades ó sosegó las convul-
siones interiores, las asonadas é insurrecciones ó apagó
el fuego de las guerras civiles que no pocas veces con-
dugeron la nacion al borde del precipicio? Las cor-
tes. ¿ Quien dirigió la república y llevó las riendas del
gobierno cuando el supremo magistrado no tenia ta-
lentos ni manos para manejarlas como sucedió en losd


esgraciados reinados de los ineptos y estúpidos prín-
cipes Fernand IV, Juan


.estado,
la 2.xístenciebe


todIoI yel Ebien, la conservaron del
A las cortes o d nrique IV? Las corres.


a política de la monarquía y la in-




LXII PRÓLOGO.
dependencia y libertad nacional. En fin las cortes sem-.
braron las semillas y prepararon la cosecha de los abun-
dantes y sazonados frutos recogidos y allegados por las
robustas y laboriosas manos de los insignes príncipes
don Fernando y doña Isabel que tuvieron la gloria de
elevar la monarquía española al punto de su mayor es-
plendor y engrandecimiento.


9o. Si los príncipes de la dinastía austriaca que ,
extinguida la casa de Castilla fueron llamados por la
lei de sucesion á ocupar el solio de España, hubieran
imitado la conducta de los reyes católicos, seguido sus
pasos, corregido los defectos de su gobierno, introdu-
cido las convenientes reformas y dado muestras de amor
á la nacion y de respeto á la constitucion y á las le-.
yes ¿ cual sería la situacion política de la monarquía,
su influjo, su crédito y reputacion en todos los estados,
y sociedades de Europa? Mas aquellos príncipes extran-1
peros desde luego que vinieron á España desentendiénH
lose de las obligaciones mas sagradas, sin miramiento
á las costumbres, á la constitucion ni á las leyes del:
pais solo trataron de disfrutar este patrimonio , de es-
quilmar esta heredad, de disipar sus riquezas, de pro-
digar los bienes y la sangre de los ciudadanos en guer-
ras destructoras que nada importaban á la nacion ni por
sus motivos ni por sus consecuencias. Imbuidos en to-
das las máximas del despotismo deseaban establecerle
por base de su gobierno; para lo cual fué necesario de-
primir la libertad nacional, chocar con la constitucion
y declarar guerra á las cortes, abatir su autoridad, apo-
car su influjo, entorpecer sus operaciones, y desacredi-
tándolas preparar su destruccion.


9 I. Ya en el siglo xv reinando en Francia Luis XII




W. •


'7ffifflpfr"


PRÓLOGO,- LXIII
se miraban las asambleas nacionales como peligrosas y


-contrarias á la autoridad regia. Habiendo determinado
aquel monarca hacer guerra al duque de Borgoña y des-
truir este príncipe si pudiese, quiso acreditar su con-
ducta y justificar sus procedimientos ó por lo menos
aparentar que no le movian otros principios que los de
la razon y la equidad. Para esto, dice Comines I ,
le faltó valor ni pretexto , y mandó juntar los tres
estados de su reino en la asamblea de Tours en el año
de 147o, lo que nunca habia hecho ántes ni despues
hizo. Pero la convocatoria para este congreso se diri-
gió solamente á personas señaladas de quienes el rei
tenia confianza que no se opondrían á lo que de su
parte se le propusiese. Este príncipe, dice el mismo
historiador , promovió en gran manera el despotismo
y levantó la real autoridad hasta un-punto al cual nunca
le habían podido llevar sus predecesores. Para ello era
necesario desacreditar y deprimir la libertad nacional y
las juntas dé los estados, y no faltaron aduladores que
cuando mas adelante se trató de convocarlas predica-
ban ser perjudiciales al rei y al reino. Algunos hom--
bres de menos calidad y virtud


añade Cornines, di-geron repetidas veces ser crítnen de lesa ma o.estad tra-
tar de que haya estados generales en Francia ,por cuan-
to á su parecer se encaminan á deprimir la autoridad
real : como quiera que los que esto dicen son los que
cometen aquel crimen contra Dios, contra el rei y lacausa pública.


92. Este fué en todos tiemposF el lenguage de losdéspotas. Cárlos I y Felipe II su hijo para serlo á su
Mem. lib. ni, cap. z2 Ibid. lib. v, cap. xix.




LXIV PROLOGO.
salvo y sin oposicion ni resistencia, ya que no osaron
abolir las cortes ni profanar un derecho nacional tan ca
ro y tan sagrado 5 ni chocar con el uso y costumbres d
casi once siglos que las autorizaba ni atentar contra una
de las leyes fundamentales que las prescribia, procura-
ron sagazmente cohartar sus facultades, variar sus for
mas , enervar la fuerza de los ayuntamientos y desor
ganizar estos célebres cuerpos municipales, de cuyos
miembros se componían los congresos nacionales, cora
romper los procuradores y convertirlos en instrumen-
tos de tiranía. Los aduladores y promotores del des,
potismo trataron desacreditar las cortes, y á principio
del siglo rvii se miraban con tanto desprecio por lo
palaciegos, que don Diego de Saavedra tuvo que hace
la apología de ellas I diciendo. 39 En España con gra
"9 prudencia estala constituidos diversos consejos para e
29 gobierno de los reinos y provincias y para las cosa
›, mas importantes de la monarquía. Pero no se debe


descuidar en fe de su buena institucion : porque no
hai república tan bien establecida que no deshaga e
tiempo sus fundamentos los desmorone la malicie


", y el abuso. Ni basta que esté bien ordenada cada ún
", de sus partes, si alguna vez no se juntan todas pat
y, tratar de ellas mismas y del cuerpo universal : y a
), por estas consideraciones hacen las religiones capítu
79 los provinciales y generales y la monarquía de la igle.
J, sia concilios. Estas juntas harán mas unido el cuera


po de la monarquía para corresponderse y asistirse e


las necesidades. Con estos fines se convocaban los co
›, cilios de Toledo en los cuales no solamente se tr


PRÓLOGO. LX\-r
77 raban las materias de religion sino tambien las del go-
52 bierno de Castilla." Y añade en otra parte. y, No puede


gobierno es absoluto y arbi-P, ser feliz el imperio cuyo
trarío: y los que por una vil adulacion dieron á la au,


›, toridad de los príncipes una extension ilimitada choca-
', ron con uno de los principios fundamentales de la
›, soberanía que es la seguridad y prosperidad del im-


perio, y por lo que toca á España con las leyes pri-
• mitivas y pactos esenciales á la constitucion original
• de estos reinos, los cuales debieron tener parte y la
• tuvieron siempre por medio de las cortes generales
17 en la gobernacion ora por el consejo ora egerciendo
PP verdadera autoridad soberana respecto de aquellas can-
>, sas en cuya acertada resolucion iba la prosperidad de
" la monarquía."


93. Esta excelente doctrina aunque anunciada por
un hombre conceptuado generalmente de sabio y jui-
cioso no podía ya ser provechosa porque chocaba con
la opinion pública. Los consejeros y ministros y todos
aquellos por cuyos ojos y oídos ven y oyen los reyesles ocultaban estas verdades amargas ó se las desfigura-
ban , ora fuese por interes ó por adulacion por te-
mor y cobardía. Estaban persuadidos los príncipes que
su voluntad era la suprema lei del estado. Reinando Fe-
lipe IV se creía que la convocacion de los reinos eraun acto libre del soberano, y como dice un escritor coe-
táneo, no


estriba en algun derecho positivo sino en una
mera condescendencia y tolerancia : siempre que los re-yes llaman á cortes es para los negocios de mayor utili-
tdilald


y
a hai


conveniencia
fuero ni E


entre los r
iia suya. n los reinos de Leon y Cas-


pri*,,n,,c2ope,s.
que la absoluta justificada voluntad daseallloossryeyleoss.


9




.›)
7)


7)


7.7


>7


LXVI pRóL OGO.


94. En el siguiente reinado continuaba el descr,
dito de las cortes así entre los palaciegos y cortesanos
corno entre los literatos. El jurisconsulto don Francisc
Ramos del Manzano que escribia por este tiempo s
declaró contra ellas, y en su obra titulada Reinados
menor edad indicó los inconvenientes de su celebracion
en lo cual acreditó no estar bien instruido sobre la na..,
turaleza de la constitunion política de Castilla ni tene
exactos conocimientos de nuestra historia nacional. L
gran reputacion de este doctor mui superior á su me
rito arrastró á muchos á pensar que las cortes eran inítti
les y aun perjudiciales. Considerando en la citada obra la
turbulencias causadas en Castilla por la ambicion de los
condes de Lara que aspiraban contra derecho á la t
tela del rei don Enrique hijo heredero de don Aloa
so VIII , dice que para aquietar las turbaciones y pr,.
caver las calamidades que amenazaban y asegurar el acier
to n eligió un medio siempre aventurado en reinados d


menor edad y en que solo se debe entrar á mas n
", poder y cuando no hai regencia determinada por e
:9 rei difunto O por la lei para los reinos, que fué lía-
,, mar á cortes los reinos en Burgos."


9 5. Y mas adelante 2 con motivo de las tormo
tas levantadas en la menor edad de Fernando IV y
la guerra civil que amenazaba, dice que la reina do
María tutora de su hijo en virtud del testamento de
rei don Sancho 99 con igual providencia y aconsejad
75 d, los prelados y maestres de las órdenes y otros
s, ricos-hombres que la asistían, hizo llamamiento de co
y, tes para Valladolid para asegurar mas con la jura


Reinados de menor edad, pág. as.
2 Ibid. pág. 220.


-11111~.111~-


PRÓLOGO. LXVII
acetacion de los reinos el establecimiento del rei su
hijo en la corona ... y para convencer y deshacer con


,,satisfaccion de las mismas cortes las abonadas y sinies-


tras voces del infante don Enrique. Bien que este me-
', dio de las cortes que en aquella ocasion como en otras
›, se abrazó por la necesidad de afianzar con el consen-
,, timiento de los súbditos la entrada de un reinado


trovertido , se acompañó tambien entónces del peli..
• gro y perjuicios que la soberanía real suele experimen-
• tar en la union y representacion de un cuerpo de rei-
,› nos, mayormente en gobiernos de menor edad y fia-
›,ca autoridad y tiempos turbados."


96. Y en otra parte I refiriendo la division que hu-
bo en las cortes de Palencia de 1 3 1 3 sobre la elec-
don de tutores eligiendo unos al infante don Pedro y
otros á don Juan , dice. 2, Acuerdo sin duda desacor-
,› dado y peligroso hacer de un reino dos y dividirle


á trozos entre los tutores. Pero tales suelen ser los
desórdenes>de una mezcla de hombres desunida 6 con-


), cejo de concejos con quien obra el poder, el interes
' ,y las pasiones lo que no la justicia y la razon." Final-
mente dice que para dar cierta forma en el gobierno
de estos reinos en la menor edad de Enrique III


rei st su padre que
« se


acordó por los del consejo del °
llamasen cortes para Madrid, medio que entónces pa-
reció no poderse excusar por hallarse el rei Enrique
sin padres y sin tutores ni forma de regimiento


proveído por
se experi


testamento d
inconvenientes


para
sus reinos y sin que se súpiese habérsele nombrado


›, que siemre


6
e su: padre. Pero medio en




r R
einados de menor edad, pág. 248.




y ma-




PRÓLOGO.
",


yores en tiempos turbados y reinados de menor edad."
97. Miéntras los literatos desacreditaban las cortes,


los reyes que las miraban con ceí-lo dejaron de con-
vocarlas. Los aduladores de los príncipes y enemigos
de la libertad nacional y de los derechos del hombre
pudieron gloriarse y decir como decian á fines del si.
glo xvtit con tanta osadía como desvergüenza : '; e


fastuoso , vano y estéril aparato de las cortes cesó en
95 Castilla para siempre. Hace casi dos siglos que la lei
' ,relativa á este punto estuvo sin observancia callando
y, y consintiéndolo la nacion. El reino no ha reclamado
"9 este derecho. En nuestros dias solo se conocen las
›, cortes convocadas voluntariamente por los reyes para
9,1a solemne jura de los príncipes de Asturias: juntas
>2 de mas ostentacion que utilidad, de pura ceremonia


y cumplimiento. ¿Y que ventajas han resultado ó pue
9) de prometerse la nacion de esos ayuntamientos tu-
', multuarios, de esos congresos en que un corto número
", de ciudades y villas privilegiadas atraidas y ganadas
", con esperanza segura del premio de su abatimiento


estaban prontas á condescender en cuanto se les pro-.
›, pusiese? Nada pues importa echar en perpetuo
›, nido unas cortes en que los representantes del pue-
2, blo no tenias mas accion ni derecho que el de pe-
>, dir y suplicar : congresos inútiles, infructuosos y qu


no han producido mas que turbaciones y males."
98. No satisfecho el gobierno arbitrario con habe


violado tan descaradamente la lei fundamental de 1
monarquía que dictaba imperiosamente la celebracion,
de cortes en los casos en ella indicados, se mandó por
el ministro de Gracia y Justicia al redactor y á los in°
dividuos encargados de la edicion del código nacioiaa


-r
PRÓLOGO. LXIX


conocido con el título de Recopilacion , obra indigesta
y sembrada de errores y contradicciones fárrago de
legislacion y de historia , que suprimiesen en la novísima
edicion aquella y otras leyes 2 constitucionales y sagra-
das : hecho políticamente sacrílego y el mas criminal
en sus fines y designios, que no pudieron ser otros que
borrar de la memoria de los hombres aquel precioso
monumento, baluarte en otro tiempo de la libertad na-
cional, y que ni aun restase idea de tan célebres con-
gresos.


99 . Roto el dique que tenia como represado el
ambicioso furor de los príncipes y que pudo conte-
ner por espacio de muchos siglos las irrupciones y ten-
tativas del poder arbitrario, la generosa y libre España
se vió casi de repente anegada en todos los males de
la tiranía, males que describe 3 bellamente don Alon-
so el sabio diciendo. ", Los tiranos aman mas de yacer
17 su pro magüer sea á daño de la tierra, que la pro
", comunal 'de todos, porque siempre viven á mala


pecha de la perder. Et porque ellos pudiesen
sos-




,2 plir su entendimiento mas desembargadaeLrnn
›, ron de su poder siempre contra los i-1


deiepstlee:b
..lcoounasea:


'7 tres maneras de artería: la primera es que purian que
›, los del su señorío sean siempre nescios et medrosos,


porque cuando atales fuesen non osarían levantarse
Véase lo que sobre este propósito hemos podido decir en el


Ensayo histórico-crítico sobre la antigua legislacion, núm. y45 6458•
2 Las echamos de ménos luego que se publicó


ico aquel código,
rió


aunque ignorabamos las causas de su omision. Se descubrió
estemisterio de iniquidad en la sesion del dia 26 de enero


de itit r delas cortes generales y extra
ordinarias. Véase el tom. 3 del Diariode dichas pág. io6 y sig.


•3 L. x, tít. 1, Part. u.




LXX PRÓLOGO.


), contra ellos nin contrastar sus voluntades: la segund
99 que hayan desamor entre sí de guisa que non se fiera


unos dotros , ca mientra en tal desacuerdo vivieren non
osarán facer alguna fabla contra él por miedo que non
guardarien entre sí fe nin poridat : la tercera razon
es que pufian de los facer pobres ... Et sobre todo
esto siempre puñaron los tiranos de astragar á los po-


,) der osos et de matar á los sabidores et vedaron siem-
pre en sus tierras confradías et ayuntamientos de los
homes."
loc. Se multiplicaron progresivamente estos ma-


les durante el gobierno de los príncipes austriacos: cre-
cieron y echaron hondas raices en el pasado siglo: lle-
garon á colmo y cargaron de lleno sobre nosotros bajo
el último reinado. El mayor de todos por sus conse-
cuencias, el mas peligroso, el mas incurable y el origen
de nuestras presentes desgracias y de las que amenazan
á la posteridad es la general y crasa ignorancia en qu e
estaba Espata acerca de su arriesgada situacion y del in
feliz estado de sus verdaderos intereses, Yacia el pue -
blo español en un profundo olvido de sus preroga
tivas, de su dignidad y de sus derechos: sin las prt-,
meras nociones de libertad civil y política, sin ideas de
constitucion ni de leyes fundamentales ni de cortes, sin
saber que estas habían sido en todos tiempos el apoyo de-
la monarquía y el remedio de los males políticos de
la nacion, no reconocia mas lei que la voluntad del mo-
narca y los caprichos de sus ministros. Habituado á su-
frir silenciosamente las humillantes vejaciones del des-
potismo, á arrastrar las pesadas cadenas de la tiranía y
aun persuadido que era un deber suyo tolerar todos los
desórdenes del gobierno, en medio de ellos vivia en-


,


pRoLOGO.
LXXI


yindse pcerneidaenrecliaz: le aicnoginu
trebsaaedlo táenvlaonradsecopnefiradielzr assu,


tia el deseo de recuperar su libertad.
o 1. Sin embargo el estado preternatural .y vio-


lento en que se hallaba la república no podia ser du-
rable. Cuando los vicios y desórdenes del gobierno lle-
gan á cierto punto y los abusos á chocar con los prin-
cipios constitutivos del órden social es indispensable
que el estado los corrija ó que la sociedad perezca. Las
inquietudes y agitaciones de todos los gobiernos de Eu-
ropa, los movimientos convulsivos de todos los cuer-
pos políticos de esta parte del mundo, las ideas ambi-
ciosas y empresas afortunadas del gefe de uno de los
yores imperios , las alteraciones que hemos visto *veri-
ficarse en muchos estados eran otros tantos síntomas que
anunciaban la proximidad ó de una extraordinaria revo-
lucion en España ó de grandes mudanzas *y reformas en
su constitucion y gobierno, En uno y otro caso con-
venia mucho difundir las luces, preparar la nacion é ins-
truir al pueblo.


102. Con este fin publiqué en el arao de ISo g
elEnsayo histórico-crítico sobre la antigua legislacion


de los reinos de Leon y Castilla : fruto de prolijasj , in-vestigaciones sobre
nuestra jurisprudencia nacional cíe


la mas seria y combinada rneditacion de hechos histó-
ricos, memorias y documentos preciosos poco conoci
dos , olvidados ó despreciados por




'


nuestroslaessoser°tsin embargo de que en ellos se encuentran
semillas




res,


de la libertad española y los fundamentos de los dere-chos del ciudadano y
jeto principal


del hombre. Me propuse por ob-
tras antiguas institiellnes


de aquella oybid
.actrlaaszaireywels cmuandsrnotdaeblnesuecsie-




1111
los cuadernos y códigos nacionales con sus luces y sony.
bras á fin de promover la reforma de nuestra jurispru-
dencia y mostrar la absoluta necesidad que habla de .1,a
copilacion de un nuevo código civil y criminal. Tan
bien se han indicado en ella los medios adoptados por,
nuestros padres para conservar su independencia y las
principales leyes fundamentales de la monarquía espaa
fiola y de la antigua constitucion de Castilla , para que
el público las conociese , y conociéndolas , hiciese de
ellas el debido aprecio y suspirase por su restab:eci-
miento y diese algun paso para mejorar de situacion.


103. En lo uno y en lo otro hubo tan poca liber-
tad como demasiado recelo y temor : y fué necesario
paliar las dolencias y males in ,reterados, ocultar muchas
verdades , disfrazar las ideas y reservar su genuina expo-
sicion para tiempo mas favorable y oportuno. Porque
entónces ¿quien osara descubrir los vicios y desórdenes
del gobierno arbitrario? Hablar de cortes , de consi itu-
clon , de derechos nacionales, de poner límites á la des-
mesurada autoridad de los reyes y refrenar su despotismo?1,


104. A pesar de la moderacion, cautela y pre
clones con que he procedido en la extension de mis ideas
de las que fué necesario sacrificar muchas al silencio, L.
obra se consideró por unos como novedad peligrosa, por,
otros como una indecorosa censura del gobierno. Y si
bien todos hacían su elogio , pero muchos aseguraba
que no sería posible obtener la necesaria licencia par
su publicacion. Por fortuna se cometió el examen de
ella á un ilustrado ministro del consejo real, que tan dig-
namente ocupa hoi un alto puesto en el gobierno : y con
su censura, que mas bien se puede llamar elogio, se pu-
blicó cuando ya las tropas francesas ocupaban la capital


PROLOGO. txxur


del reino y el gobierno español caminaba apresurada-
mente á. su total disolucion : acaecimientos poco favo-
rables á las letras y que impidieron que la obra se 'pro-
pagase por las provincias y ciudades del reino y que ape-
nas se conociese salvo en Madrid:


105. Una reunion de circunstancias inesperadas e
imprevistas y la mas afortunada casualidad hizo que los
egércitos franceses evacuasen en fin de julio de 1808 la
capital y provincias que tenian ocupadas en el centro
del reino, y que al cabo se reconcentrasen en un es-
trecho ángulo del Pirineo, dejando libre casi todo el suelo
español: momento precioso que convenía aprovechar es-
tableciendo desde luego un gobierno sólido, activo, em-
prendedor y capaz de llevar adelante la grandiosa y di-
ficilísima empresa de salvar la patria. A los sabios cor-
respondia disponer los ánimos, extender las sanas ideas
y ayudar al gobierno preparando la opinion y destru-
yendo los obstáculos que á los nuevos establecimien-
tos suelen oponer las preocupaciones vulgares y la fuer-
za de la costumbre y los vicios de la esclavitud, Los ta
lentos aprovechando entónces una coyuntura tan favora-
ble á la libertad de escribir y pensar, desplegaron sus fa-cultades y derramaron.. sus luces indicando con mas ó rnél
nos solidez el camino que convenia seguir y los medios)
que era necesario adoptar. Los escritos publicados en está .
razon mostraron mas bien el buen deseo y celo de sus
autores que su instruccion en el estudio ele la historia


n•• •


y de la moral pública : á excepcion de uno á otro demérito los
ble que el mas se tuvieron en poca estima. Es proba-
multiplicadoPatrriotismo, el celo


ly la emulacion hubiese
junta


y mejorado los escritos , pero la supremac
entral comenzó á obrar imitando la conducta de


.10




LXXIV


PROLOGO.
los déspotas, consagrando el error y perpetuando la ig..


- norancia y entorpeciendo los movimientos progresivos
del espíritu humano.


106. Entre tanto ni se consolidaba el gobierno ni
habla un plan sabiamente combinado para perseguir
contener los egércitos de Bonaparte que no dormia
se descuidaba, ni tropas bien provistas, disciplinadas
aguerridas para egecutarlo caso que le hubiese. Las jun-
tas provinciales llamadas supremas agitadas de diferen-
tes pasiones obraban separadamente y siempre por prin-
cipios opuestos é intereses encontrados, y de consiguien-
te sin aquel espíritu de union en que consiste la fuerza
del cuerpo político y que es como el alma de las gran-
des empresas. La central establecida en Aranjuez tr '
taba mas de su existencia política y de asegurar su au-.
toldad exigiendo imperiosamente del consejo real y de
los poueblos el reconocimiento y la obediencia, que de
salvar la patria: momento peligroso que amenazaba se;
gunda invasion mas rápida y funesta que la primera y
que tenia tan consternados los ánimos de los buenos,
como engreidos y satisfechos los ambiciosos, los adu-
ladores, los egoistas , enemigos domésticos mas omino-
sos que las mismas huestes del egército invasor. En-
tonces finé cuando persuadido que todo ciudadano debe
sacrificarse por la causa de la patria, extendí un papel
cuyo objeto era mostrar entre otras cosas la absoluta ne-
cesidad que habla de establecer prontamente un gobierno
legítimo y constitucional, y que el primer paso debia
ser juntar cortes generales y reunir la representacion na-
cional, para que la nacion cuya era la gloria, el int
res y el peligro tomase de cornun acuerdo una res
lucios acertada y medidas convenientes para consolé.


11111111~""ger
PRÓLOGO.
X XV


dar e1
i.


género de gobierno que le pareciese mas ven-
tajoso en tan


cl
crítica situacion


0,. Aunque trabajo¿
I


estaba concluido tuve mo-
tivos /para usar de cautela, tomar medidas de precau-
cion y no partir de ligero á dar al público la obra. Me
contuvo por una parte la clesunion que se notaba en-
tre varios individuos de la junta central y las muestras
que iba dando de despotismo, y por otra la circunstan-
cia de estar presidida por un antiguo ministro, mui in-
trigante, artero, suspicaz y gran promotor del gobierno
arbitrario. Dictaba pues la prudencia tantear los vados,
tomar consejo y consultar si seda bien 6 mal recibida
la obra por parte del gobierno, á cuyo fin comunique',
mis ideas con el excelentísimo señor don Gaspar de Jo-
vellanos individuo de aquella junta : y declarándole el
plan y contenido de mi escrito, concluia despues de mu-
chas razones con la siguiente exposicion. Me parece que
he dicho bastante para que todo hombre sensato y aman-te de la patria y de la verdad se persuada hasta el con-
vencimiento de la importancia y ventajas de nuestras cor-tes, de que ellas fueron como el. alma del gobierno es-
pañol, el baluarte de la libertad castellana, saludable


fre-no del despotismo y la parte mas esencial de nuestra


dejar
constitucion,


y que sin apartarnos de ella no podernosde convocarlas en las circunstancias tan críticasen que nos hallarnos, mayormente siendo mui fácil reu-nir la representacion nacional y todos losprocuradoresde las ciudades y pueblos de voto, coyuntura ' que aca-
t La junta central m


ultiplicó los males de la nacion porno haber aprovechado esta feliz c
oyuntura , en cuya razon ex-


clamaba Un pa triota. ”
Lo decimos con dolor: el haber perdido o';a.»coyuntura fav orable de co


nvocar la representacion nacional




LXXV! PRÓLOGO.
SO no se logrará jamas. Hoi mas que nunca apremia•
la necesidad y estrecha la obligacion. Porque si las cor-
tes estas recomendadas .y autorizadas por la costum-
bre y lei viva del reino ¿no acabamos ahora de jurar
solemnemente la observancia de estas leyes -y costum-
bres? Si como se ha dicho en oficio dirigido al coti.;;;-.
sejo real , la nacion debe tener hoi mayor influjo que:
nunca en el gobierno, y debiera decir toda la influencia,
de que es capaz ¿se podrá esto verificar sin que se reu-
nan en cortes generales los procuradores de los coniu-
nes, concejos y ayuntamientos, (micos representantes del:
reino segun lei y costumbre?


o8. Sabe mui bien v. e. que faltando el monarca.,
no por eso falta ni deja de existir la nacion , en la cuala
” ha sido la causa única de todos los males que han sobreve,
',nido. despues La sola convocacion de cortes hubiera has


talo para aumentar la actividad de unas provincias, para en-.
2, cender la insurreccion en otras, para aterrar á nuestros ene-
', migos. Una vez congregadas hubieran visto cuanta es la fuerza
,, de una nacion que empieza á egercer sus derechos y á obe.de-
„ eer por leyes los mandatos de la voluntad general manifes-


tada por medio de sus representantes.” Y un ingles amigo nues-
tro decia sobre el mismo propósito. ',A pesar del vivísimo in
",teres que he tomado siempre en las cosas de España, ya. ha
',tiempo que casi la hubiera mirado como perdida á no ser por-


que de un dia á otro espero ver las resultas del remedio que
y, en mi concepto ha de decidir si es de vida ó muerte , quiero
',decir las cortes. El remedio era infalible aplicado en tiempo, y
17 la prueba evidente de su eficacia es la resistencia inmensa que,
',se ha opuesto á su uso no obstante los clamores de la nacioth
',Si hace año y medio se hubieran reunido las cortes las cosa
',daban tiempo á que la experiencia enseñase el rumbo que est
"' cuerpo nacional debia elegir para salvar la patria. Aunque
',primeros pasos hubieran sido dudosos y vacilantes , los se-'-
'›gundos podrian ser mas -firmes y decididos : y en el dia ha,


bría. en • España un gobierno indudablemente legítimo, con
,,solidado en la confianza pública." Esto se escribió mediado e
año de 181o.


.OGOL6R


-Rwr-


1.37XVII'


permanece como en su centro la
P


autoridad
n este t es


soberana. rai sa
Ningun particular ni particulares pueden
pirar á. ella ni exigir de los otros la obediencia. Las
provincias y reinos de que se compone la monarquía
son partes de la asociacion general, y ninguna puede
variar el orden establecido ni eximirse de la sujecion
á las leyes ni desentenderse de respetar las autoridades
establecidas ni crear otras nuevas. Las juntas llamadas
provinciales y supremas por santo y bueno que haya
sido el blanco de su institucion no pueden calificarse
sino de cuerpos tumultuarios y monstruosos, y hablan-
do propiamente y segun el tenor de nuestras leyes, no
son mas que unas asonadas prohibidas por constitucion
corno usurpadoras de la legítima autoridad. La junta cen-
tral gubernativa del reino es un resultado de aquellas
y no ha sido convocada legítimamente ni representa I de
ninguna manera la nacion, y su autoridad y fuerza le-
gal no tanto viene de las causas que le dieron el ser
cuanto del--consentimiento espontáneo de los pueblos
que la respetaron y reconocieron.


109. ¿Pues quien en tan peligrosa situacion ha de
llevar el peso del gobierno y hacerse temer y respe-
tar de todos los miembros de la sociedad, y así de los


La junta central no representa verdadera y propiamentelos reinos, aun cuando sus municipalidades hayan reconocidoleas juntas establecidas en la capital de cada uno. Porque
ni to-dos los pueblos han nombrado estas juntas, ni aun los de las capi-


tales hablando en general han elegido sus
miembros, ni en es-tos nombramientos se ha tenido consideracion á las clases y es-tamentos demandados por la co n stitucion. No se puede por tantodar á su rep


resentacion el título de nacional. Dictárnen del señoryovellanos sobre la Institucion del nuevo gobierno:
en Aranjuez á7 de octubre de .z.,908. N172. y del apéndice á su Memoria publi-cada en la Coruña agro de .18 zz.




1


nNr.x- A., V •n:.7,"V.


propios corno de los extraños? La nacion legítimarnenfe
representada. -¿Y como se ha de formar esta represe„
tacion? Reuniéndose los procuradores no de dos, cija,
tro ó mas provincias, , sino de todas, elegidos legalmew
te y autorizados con poderes suficientes en la forma que.
prescriben nuestras leyes y corno se ha practicado por
una continuada serie de generaciones y siglos. Cuanto
se haga, cuanto se egecute de otra manera y contra el
tenor de aquellas leyes, á no ser que la nacion enter'
haya tenido por conveniente- derogarlas ó modificarla
será ilegítimo, arbitrario y violento. ¿Y que prescribe
nuestras leyes, usos y costumbres ? Que en los hecho
grandes y arduos se junten cortes generales ó la nacion
entera. ¿Y que suceso tan grande, que caso mas arduo
mas crítico y delicado que el presente? ¿Hubo jamas tan.,
ta necesidad de deliberacion y consejo? ¿No seria just
oir la voz y voto de la nacion en una causa en que y
su gloria, su interes y su existencia? ¿No lo deseaba así el,
rei Fernando? ¿En semejantes casos y otros aun de mero
gravedad no se observó constantemente aquella práctin
en Castilla? Así consta de los documentos de nuestra his-
toria I y de las actas de aquellos célebres congresos, mo»


Parece imposible, dice bellamente un escritor nuestro, que
siendo las cortes una cosa tan frecuente en nuestra historia, que
habiendo sido el ídolo del orgullo castellano y el privilegio mas
glorioso de todos los españoles, solo se oyeran unas voces va-
gas de cuando en cuando que clamáran por ellas , y que siem-
pre haya habido un partido poderoso en la revolucion española
que favoreciese las ideas del gobierno para no juntarlas.
cha parte tenia en esto la ambicion de los que mandaban 6 4
los que aspiraban á mandar: pero ¡quien hizo que la nacion ca,
liase cuando vió que la junta central se desentendia de la con-
vocacion, ó la postergaba? La poca idea que tenian en genere
los españoles de la eficacia del remedio. El Español, tom.
pág. 48, 49, Londres 181o.


LXXIX


nu
del



celo


OGO.


P at
riotisMo de . los cas-


mentos preciosos liberta pero monu-
rellanos y de su independel y
mentos desconoc idos y sepultados bajo la Psombra del
olvido por la vil adulacion, por el vano temor, por el
espíritu de interes y por la política suspicaz del gobierno
ministerial.


o. A esta exposicion y denlas razones que la
acompañaban me contestó s. e. desde Aranjuez á 4 de
octubre de 1 8o8 diciendo. Abundo en el sentido de
51 Vrnd. sobre la libertad de escribir , y mas aun sobre
,, la necesidad de poner en claro la importante cues-
,3 tion que me indica: ¿ porque si ahora DO, cuando? Esta


necesidad es tanto mayor cuanto la representacion ac-
', tual vino de un principio extraordinario, y se quiere
", extender mas allá de donde pudiera siendo constitucio-
,, nal y completa. Ahora si publicar lo que en esto se
7, escriba se permitirá ó no, no acierto á adivinarlo, por-
", que palpo que los que temen la luz la aborrecen."
Añadia que ,


las cortes estaban allí en gran descrédito
hasta asegurarse que fueron inútiles y que no han pro-


a


ducido
o doloroso


mas que
que


turbaciones
hai hombres


y males. ciCeaoso
os así


jpcrieeortcoucpoa:
dos por no decir ignorantes ó malignos, tan familiari-
zados con los errores del pasado gobierno y tan en-
vejecidos en los vicios y torcidas máximas de la po-lítica ministerial, que para sacar de ellos algun partido


endria argüirles no tanto con razonamientos comoconv
con los hechos de la historia, reuniendo con cierto'
todo los principales sucesos relativos á nuestras cortes,
su


sobre los
ida


mas
d y or


inter
ganizacion,
í c. o princtpa 1 men-te


cias del dia. iCbe ha
interesantes y análogos á las oircunstan-


insistiendo
• •


ya necesidad de acudir á estos recur-




LXXX PROLOGO.
sos en un momento en que no había de haber entre
nosotros mas que un corazon , un espíritu y un alma
ni reinar mas que el amor á la verdad, al rei y á ja';
patria!


r. Aunque yo no poda prometerme ni espe
rar gran fruto de este trabajo que estaba ya concluid
sin embargo por lo que mas adelante pudiera infla'
en la buena causa y por complacer á s. e. se le remi
para que hiciese de él lo que le pareciese mas conve
niente: y habiéndole recibido me contestó diciendo co'
fecha de 7 de octubre de 18o8. 99 Contentísimo sobre!
99 manera estoi con el sabio extracto I que vmd. ha he.
99 cho de nuestras cortes con respecto al objeto que talar
,) nos interesa en el dia , pues nada deja que dese&
',sobre la materia, si ya no es la conclusion de la seri
)) que tan bien está desempeñada hasta los reyes cató1P.-
29 cos. La priesa con que aquí se vive, la absoluta falta
)7 de libros que hai en este desierto, y sobre todo la igno-
,) rancia de los hechos y resoluciones importantes ve-
,) rificados en lo antiguo y consignados en los culada-
', nos de cortes de tan pocos estudiados y conocidos,
99 me hizo buscar en vmd. esta luz de que me apro-
,, vecharé mui frecuentemente, aunque con mas celo que
19 fortuna, pues que recelo que sean mas los que la aboa


Publicó parte de este escrito D. J. Blanco White en el
n.° I.° del citado periódico con este epígrafe: Carta sobre la awri-
gua costumbre de convocar las cortes de Castilla para resolver los
negocios graves del reino. Escribíala Don *'***. Entre varios 1110-
tivos que tuvo para publicarla uno de ellos fué segun él dice.
"' Porque es á mi parecer un axioma político que si España ha
,,volver á su esplendor algun dia, ha de ser por medio de un
',cortes bien organizadas, y hace un servicio á fa España toda
/-7 que trata de reunir la opinion de los españoles en favor1


este objeto."


PRÓLOGO. LXXXI
Y
recen que los que la aman : y no será para unos y
otros pequeña desgracia el que no se aprecie en la pre-
sente coyuntura , porque la nacion siente demasiado


,) su fuerza y sus derechos para que lleve en paciencia
,) el empeño de negárselos."


r 12. En medio de esta correspondencia literaria
llegó el infausto momento tan inesperado por los que vi-
vían entregados á delirios y á una falsa confianza, como
temido por los prudentes y avisados que ni ignoraban
el empeño, actividad y extraordinarias fuerzas de Bo-
naparte, ni se les Ocultaba la debilidad de las nuestras
y la inaccion é impericia del gobierno. El egército fran-
ces atraviesa rápidamente las llanuras de Castilla, se ar-
roja casi de improviso sobre Madrid: Bonaparte acomete
en persona esta gran poblacion como si fuera una de
las primeras fortalezas de Europa : la junta de Aranjuez
llena de consternacion huye precipitadamente buscando
un asilo en Sevilla, y la capital despues de una vana y
temeraria resistencia cae en poder de los franceses.


113. Prodigiosos fueron los esfuerzos que se hi-
cieron para lanzarlos por segunda vez de Madrid y de
las provincias interiores del reino: se aprestaron con in-
creíble celeridad armas , municiones , vestuario y todogénero de pertrechos militares : se levantaron casi por
milagro enormes masas de combatientes, y se prodiga-ron inmensos caudales y los tesoros del antiguo y
mundo. Mas todo se ha malogrado por falta de idluireevco-cion, de inteligencia y consejo,
za. Y no fué el


y por exceso de confiara-


nuestros egérc o ha


itsemsn ayor
mal que aqu


quedado sin efecto y sin fruto


ríes
nuestros q
esfuerzos hubiesen


ellos extraordinari


las,rop:r
invadid7.incias yaasn sido destruidos disipad uey ocupadas sucesivamente p


tos
orIr




LXXXII PRÓLOGO.
el enemigo, sino mucho mas irreparable y terrible po
sus consecuencias el que habiendo privado á la naeio
de ulteriores recursos, la redujeron á un estado de tant a,
debilidad, que cualquiera otra ménos constante y gene
rosa, desesperada de poder convalecer hubiera sueurn
birlo y sujetado el cuello al vencedor.


i 14. Los varones prudentes al paso que llevaroni
los infortunios y males de la patria, en medio de elle
se esforzaban con la idea consoladora de que á este tiem!!
po tan borrascoso y turbulento sucedería la apacible ea
ma , y que la presente adversidad sería pasagera y méne,
peligrosa que saludable. Con efecto la nacion español
casi moribunda encontró en sus mismos males los prin-
cipios de resurreccion y de vida ; y así corno las tem-
pestades, los volcanes y el continuado choque de los e-
lementos reaniman la accion de la naturaleza y contri -
buyen eficazmente á su conservacion , fecundidad y pu
reza, por el mismo estilo el cúmulo de desgracias qu e'
sucediéndose unas á otras conturbaban el corazoil espa
íiol y amenazaban arrastrar el estado hasta el último pe
ríodo de la calamidad pública y aniquilar la nacion fue'
ron otras tantas medicinas saludables que contribuyeron;.
á alimentar sus esperanzas y á darle nuevos aliento
Bonaparte hizo indirectamente un gran beneficio
España cuando declaró y puso en egecucion el profun
do y misterioso consejo de invadirla y apoderarse d
príncipe Fernando y de todas las personas de la famil i a„
reinante. Porque los españoles ilusos con una sombra
felicidad, y deslumbrados con lisonjeras esperanzas a
poyadas en el amable carácter de su nuevo rei , jama
hubieran pensado en sacudir el yugo de la mas injusta'
opresion ni en quebrantar las cadenas de la esclavitud .t


-ffigummumr


PRÓLOGO. LXXXIIL
en una nueva revolucion política cual cumplia , y ne-
cesitaba el estado : y Fernando reinara tan déspotica-
mentecrncomo su padre.i i 5.


Empero Bonaparte finé el instrumento de quei
se valió la providencia para labrar nuestra felicidad y l a
de las futuras generaciones. Porque desorganizado y di-
suelto el antiguo gobierno, si merece este nombre , y
desatados los lazos y rotos los vínculos que unian á la
nacion con su príncipe, pudo y debió pensar en recu-
perar sus imprescriptibles derechos y en establecer una
excelente forma de gobierno. Si Bonaparte desistiera del
proyecto de sojudgar la España, ó no hubiera habido re-
volucion , ó sus frutos serian estériles. Los continuados
desastres de la presente guerra y el círculo de infortu-
nios y desgracias que ha recorrido la nacion en tan pro-
lija carrera, la obligaron á dar el paso por donde debie-
ra haber comenzado. Los españoles con estos eficaces
cáusticos se vieron precisados á dispertar del profundo
y peligroso'sueño en que yacian, á deponer su presun-
cion , á ser mas prudentes y cautos , á desconfiar del
gobierno, á fijar su atencion sobre la absoluta necesidad
de un nuevo órden de cosas , á clamar por las cortes,
apelar á las cortes enmedio de tanta angustia como á un
manantial inagotable de recursos y como á una sagrada
ancora de .la :speranza pública, caminar bajo su sombra
con saludable energía hácia la amable y deseada libertady dirigirse á una santa revolucion. Tal era el fruto que
yo esperaba de nuestras desgracias yegemplos de


dió


fortaleza, generosidad
de los prodigiosos


nacion


a, ge y constancia que la
y también preveía que


universo enmcdio de todas ellas:
habla de premiar que tarde temprano la providenciamiar aquellas virtudes con el inestimable bien




--tg ser uepeltraSe as prp/p-Dej nurno ;Top? ¿onsodold o/
-tres 0,11SDIlIT ap OtTruuo Á °num ra elorg s • •


OLUE TELITIUED DllIorneprdy.1 freno? Isaielqiun sns opepn
ies souaar loct 9 oraenlues alsa


UD opealuo elaignir N eptTiala rtITAIp
rJSD ap so!aalsrul sor ITO Eperolur OSOTAIllSO.


UOT.DEti!s • itry-! .peppadsoad
X eriorg ns ap OLUO3 soiaaduit sapuuag


sor ap tropona/sop X ej ap Tse sesneo Á so Tdrouud
Sor




Pagos nlya/dsa 0.11S011u ZECIED SO anb ap et aaua er
rpoJ LT03 Jea/patu y souepepnp ap Á saJcpuot/ ap pum

Ea ua sopelrigo SOUTE1SO eatinu anb SELU TOH *OLUST10d


-sap ra Jod Á uormsaadns er .rod (»di-losad une Á opeu
-opuege °Trusa leoHg9d relow er ap X vuosorg er ap
orpn:isa p ua soulednoo socuagap eounu anb seto
»organd p ua sorlezraerrruiej Á ITOTSuD1XO am!sod er sal
-aep cSOlLIOTWTOOLIOD ap OSEI3 USD IE9edold eopjrod ap Á
reaour ap SCOIpOJOUI seno ieoTTgnd UppLIDAUO3 oqontu
0/afgo a/unaoduar trul op uopnaasuoo ur rae(' .81/


•ourpepnp
Top Á aJgruotr pp sotpaiap sor udode as anb tio sapep
–.TOA suaawrad Ser atelos eorrq9d uorurdo er .1e(11 C saoni
ser aemeJaap so/Dei-gnu sor aed!s!p Isorquiro sor Jeuerre
snirardsa sor leaudaad ITOIOESOLIOZOS EJ1SDIlLT ap opwrpo


oson/sa3eur ro anurnar ap sPluy opusaaau sand eaR .0A
-ojosa SDS ap onaour rputr Á velem sur ,stuapeD sns 1.103
opezrierrauej anb 6 rourdsa uozraoo la aupeaap


.TD3


9/Dif eIDUVUI re3 ap priJogrr Á rptropuadapur
en3riue EJJsonu op sauauJa95 sosoiDDICI


seop! Sentí'
SET ring JEJojos C 1


.1u/es pp sosud sor sopo] awaD
r znap ‘ ogs .0 i an r seS2LIOTDEOTU1,111103 Su¡ Jeldaa SETA


noa0 ElSD b an


sol9rs sali op ocuspodsap arquon ro anbaod : zn-r
opÁ ejanpmes ap open-5 oso JODSOd ap aluelsrp DTLIDUI


1,..v/TuguT re-lusa euedsq oaad .ouaamo:1 uang opon Jecr
kj,TJSD


-gap onb pagos sasgq cupos uap.19 pp Á ezarea
.MELT er ap sargeraeAur soIdpupd sor opuz/n2Is 9 csaaq
_turnsoo SDUOpT11I1STST SEApItUIICT sns 1 alaed LID O opol
ua asopuypousooe uaig o cOlUDIUDAUO3 SEUL DSOI3DJEd Of


ou./o/go2 ap oaau9'2 ro aaoargelsa Á pelaacur ns ap
01LTDIIIII3 sor IVIIDD csonoaaap sarcipdposaidtuT sns aga
masa SDXOTJD1XD SOIILUDITDtSOI soppuDA ap sandsap


sa n seopHod Á SDIESOUT SEIDUDID ser ua sosafioad
apuefi otroatr ecr onb Á eses uopeu aun y


I
110133O1


ansur aloes ensanu y aouodo op uemeg pepazA er ap
znr er ap cupos uapa9 Top saImpuo sor anb sope:1


inapp ser S'ODtTOA ocusTleuej
uoppsaadns er up


meioulr ur T elaaTcre raaan.23 non' euird er ap esuajap
D setuae ser JULTIO4 cien/amad OCA ou uoTsajoid Á pepa


onb e.Á•apsDp raed °J'UDS JIU ap opnaus opunj
Dad ja zed ap opse arosnq 9anooad soulluy sor
opmaapacue MUCUS UEIS ua ETTJO1 raaanS er ap JOS
114 ro Á seuire ser ap opuanalsa ro C la/aanui er ap solod


-sap Á saua3yu1T csoaloodsa SOS010.T.1014 onb stua elsIA el
uegeluasold as ou Á SEIJEU111:75IIES SEULTIV Á so...tome/3


eTO OS OJOS opueno graled er armes ap ra anb olpmsa
0.110 troouooaa ou SDJOTIMUT sauoiorae sns epuSa.al
tia uopeu ur opugno cET1STISLIE Á pepIcuriro ap sodwap
orpnbeSDICTUID ESOTpUE,.19 uul op UOIDnpswId
sD-!pnd olueno ua alaed TUS aod ainglaluoo ap soasap
0AIA SEUL soj ap Á seopT salsa ap °pea/ociad .9/


.uotonvtistioo emes eun ap
stlsrlf soñar ap oSipoo un ap 6 opiiós oumgo9 un ap


*0-9010)-ni
AIXXX1


ap sandsap ISMTITGSD soj
anos LIO


arlachur jo Á LTOIDQSJOITS rj ap SOLITIDp
SOIOLIO SOr


‘sauorordnooDad seraluoinzeSes opuutpaAoade saAproDs
.AXXX1


iák
'O J070?Id




k1
n


sas der—e'dincto :poittico que 1111:Ciltal:.10S it- ,V 4L4L 5 ,jde
progresos no hubiera ya hecho nuestra revolucion? Ere.
tónces la verdad perseguida por el ignorante y obsti.
nado fanatismo descubriendo su rostro sereno se deie
ria ver entre nosotros, presidida nuestras convers:cieo;
nes, juntas,deliberaciones
su voz agradable á todos sería acatada y seguida por to-


nuestras j , nuestras d y cons


dos sin contradiccion ni resistencia. Los antiguos errier,os:
las preocupaciones, las ideas destructoras del Orden y del
bien á que aspiramos no osarian levantar cabeza y sus
partidarios enmudecerian para siempre á lo ménos por
no conciliarse el odio público y no atraer sobre sí la
exécracion del pueblo.


1 19, Mas por desgracia es tan escasa y débil la luz
que al presente resplandece entre nosotros, que no pue-
de disipar las tinieblas y nublados que obscurecen nues-
tro horizonte: aun preponderan los errores , prevalecen
las infundadas opiniones y viejas preocupaciones: la ver-
dad gime todavía oprimida y halla resistencia y oposi-
clon así de parte del pueblo como de muchos miem-
bros distinguidos de la sociedad que por razon de su
oficio, carrera, profesion y estado debieran abril
protegerla y propagarla. ¿Cuanto han tenido que luchar
y debatir algunos varones ilustrados para establecer cier,
ras proposiciones que la razon, la necesidad y'la
pública obligaban á recibir' unánimemente y en general'
concordia como otros tantos axiomas y principios irrl
contestables? Así que miéntras llega el feliz momento en,
que se organice y se adopte un sabio sistema de inSJ'
truccion pública, hasta tanto que las luces se difundan'
por todas las clases del estado es necesario apelar j
otros recursos y oponer á la comun dolencia difetent


dios • mayormente siendo cierto que el
aj . :1'0 1.1e 1:C1-111.


luyo plantel de sabiduría no se puede perfeccionar


len to,
q e s u y fruto ha de ser siempre tardío y su


influjo
nirepente,


no es de esperar que logre disfrutar¡t


de él la generación pde e
as y serias meditaciones lle-


gué á persuadirme que el remedio mas pronto y la me-


r


12 o. Despues


Z'iícina mas eficaz para curar las enfermedades enveje-
cidas del pueblo y disponerle á recibir con agrado las
verdades que sirven de base al nuevo sistema de go-
bierno y á tomar interes en la actual revolucion, era ins-
truirle en la historia de las precedentes generaciones, pro-
ponerle los egemplos de sus antepasados, mostrarle lo
que fué la nacion en otro tiempo, sus primitivas ins-
tituciones, los preciosos elementos del poder supremo
de nuestros padres , la energía con que lucharon con-
tra el despotismo por sostener sus derechos, y los me-
dios de que se valieron para conservar su libertad é in-
dependencia. No porque yo haya pensado jamas que
la nacion reo tiene otros derechos que los que goza-
ron nuestros mayores 6 que no existan mas títulos para
asegurar la independencia y libertad nacional que los
que se hallan consignados en los viejos y carcomidos
pergaminos sepultados en el polvo de los archivos
mucho ménos que la antigua constitucion de Castillallafuese perfecta y adaptable en todas sus partes á la pre-
sente situacion política, sino por lo mucho que la con-
ducta y gloriosas acciones de nuestros antepasados pue-
den contribuir á extender y fijar la opinion general, áformar el espíritu público „ á excitar los deseos de la
nacion y á encaminarlade por las sendas de la felicidad.Los egemplos - los antiguos que la generacion. pre-




LXXXVITI PRÓLOGO.
sente mira con religioso acatamiento, obran en nosotro
con mas suavidad y eficacia que todas las lecciones d
la sabiduría, y reprehendiendo severamente nuestra es
tupidez y torpe desidia nos provocan á deponer las des
variadas opiniones de nuestra educacion corrompida,
pensar como ellos han pensado y á tomarlos por model
de nuestra conducta. El pueblo incapaz boi de recib
todas, las impresiones de la luz y de comprehender l c
altos pensamientos y delicadas discusiones de la part
mas sublime de la filosofia, y de adoptar ciertas máx
mas que por principios de educacion miraba corno al
ti-religiosas y reprobadas , no podrá resistir á la fuerz
y muda elocuencia de los egempios que le dejaron s
padres.


21. Es cosa averiguada que en la política así co
rno en la medicina hai paliativos y remedios prepar e
torios que si bien por su naturaleza no alcanzan á c t
rar el mal , preparan y disponen para el buen efecto
los que mas adelante se emplearán en atacar la enferm
dad en su misma raiz. Este es el fruto que me prom
da del estudio y examen de la historia de las primer
edades de la monarquía , y la idea que á mi juicio se d
be formar de nuestras antiguas instituciones , y el fi
que me he propuesto en ofrecerlas al pueblo. En est
escombros y vestigios del antiguo edificio político p c
&á la nacion conocer lo que fué y lo que debe ser,
tomar de allí lo útil y conveniente y desechar lo peí
j udicial.


12 2. Con este propósito sin desistir de mis pr
meras ideas , ántes deseando darles toda la posible e,
tension , me ocupé por espacio de cinco años consec
tivos en reunir todas las autoridades y tradiciones d


PRÓLOGO. LXXX/X
nuestros padres y en recoger quantos documentos aná-
logos al asunto pude haber á las manos. Exáminé los
historiadores, reconocí prolijamente las cr6nicas colo-
cando 'en lugares oportunos los hechos aislados y noti-
cias dispersas que se hallan en ellos; y leí detenidamen-
te todos los cuadernos y actas de cortes de que hay no-
ticia hasta ahora. De la combinacion de todos estos he-
chos y de su debida coordinacion resultó la obra que aho.
ra publicarnos. Se divide en dos partes: la primera trata
de la forma , &den , organizacion y mecanismo de las
cortes. La segunda abraza la historia de la antigua cons-
titucion de Castilla, y los monumentos de la soberanía
del pueblo.


23. He añadido en lugares oportunos algunas ob-
servaciones sobre la constitucion política de la monar-
quía española sancionada por las cortes generales y ex-
traordinarias, y promulgada en Cádiz en el año de r 8 r 2.
No fué una crítica mordaz y atrevida ni el espíritu de
contradecir- é impugnar lo que influyó en esta resolu-
clon , sino el amor de la patria, de la gloria y prospe-
ridad nacional , y un convencimiento de que el camino
mas fácil , por no decir único , para perfeccionar nuestra
constitucion era poner en claro v dar á conocer sus de-
fectos ó verdaderos ó imaginados. Así que usando del
derecho y libertad de escribir y pensar que he recobra-
do por una sabia ley, expondré modesta y sencillamen-
te


mis sentimientos solo con el deseo de contribuir por
mi parte á disipar ciertas sombras que ofuscan y obscu-
recen el bello quadro de la constitucion, con lo qual no
creo se puedan dar por ofendidos los


claros varonesque tienen la gloria de haberle trazado : ántes pa-
rece que les har ía notable agravio y amancillaria su norn-


1 2
Tomo T.




25.I.; r1, s.,


bre y fama en atribuirles la debilidad y arrogancia de
creer su obra consumada y perfecta, y sus leyes infali-
bles é inmutables , puesto que es bien sabido por todos
que sin embargo de lo mucho que se ha trabajado desde
el origen mismo de la sociedad humana en dar leyes jus-
tas á los hombres, en formar proyectos y sistemas de go-
bierno , y en apurar guamo lá política ha dictado sobre
esta razon de mas atinado, sabio y prudente, todavía des-
pues de tantos siglos de tentativas , esfuerzos, combina-
ciones y experiencias , ninguna nacion puede lisonjearse
de tener la fortuna y la gloria de una perfecta constitu-
cion , para lo qual acaso sería necesaria toda la sabiduría
del supremo legislador de los hombres.


24 , La ley y decreto que prohiben toda innovador
en los artículos de la ley fundamental dice así:
» pasados ocho años z despues de hallarse puesta en
„ práctica la constitucion en todas sus partes, no se po,
» drá proponer alteracion, adiccion , ni reforma en nin-
„guno de sus artículos. Pasados los ocho años despues
„de establecida la constitucion ningun diputado puede
„proponer en las corres modificador' , reforma ó adic-
„ cion alguna sin que su respectiva provincia le haya


conferido poder especial para ello, y la provincia no
„podrá otorgar este poder sin que preceda declaracion >
„y acuerdo de las cortes que ha lugar á ello, y sin que-


aquel decreto se circule por las provincias.”
2 Mis ideas son tan diferentes de las que se ex


presan en esas clausulas y tan opuestas á las de los ilus-
tres miembros de la comision que entendió en extender
aquellos artículos, que bien le os de tener por conve-
niente esperar que pasen ocho años para poder hablar de


Tít. x. cap. urde°, art. 375.


reforma de constitucion y proponer adicciones ó modi-
ficaciones de varios artículos de ella , y que en éste pe-
riodo nadie pueda desplegar los labios y todos guarden,
profundo silencio ; estoy firmemente persuadido, que
el bien general, la prosperidad del estado y la seguri-
dad y libertad del ciudadano exige que desde luego , al
instante , en el presente momento , se tomen prudentes
medidas, y sérias y activas providencias para mejorarla:
primeramente en el órden, en el lenguage y en el estilo;
porque , segun advirtió un escritor nuestro , en ningun
libro es mas recomendable y necesario el órden y en-
lace de las ideas, la claridad de expresiones, la pureza
del lenguage , la gravedad del estilo y la exactitud en el
método como en uno que se escribe para formar el es-
-píritu y el corazon del ciudadano , y para que sea el ca-
tecismo del pueblo. Lo segundo en dar extension y cla-
ridad á varios artículos obscuros , y en añadir algunos
otros sumamente importantes para hacer eterna é inmu-
table la ley fundamental. En cuya razon convendría mu-
cho que las cortes cuidasen de encargar á las provincias,á los principales ayuntamientos der' reyno , así como á
los literatos y personas ilustradas , que despues de haber
diligentemente examinado la constitucion y hecho pro-
fundo estudio sobre todas y cada una de sus partes, pro-
pusiesen con sinceridad y libertad á las cortes actuales y
á las sucesivas los defectos de ella, acompañando una
razonada exposicion acerca de las mejoras de que pudiese
ser susceptible, de suerte , que sin perjuicio de la obser-
vancia de la constitucion, sin lo qual no puede haber eao-
bierno , fuese principal ocupacion del reyno , de 'los
ciudadanos y de las cortes en estos tres ó quatro primeros
arios tratar seriamente de perfeccionarla.




-T1SUO9 rr ua SULITIOJOI SDUOTDipC DSDISIldOld SDprlpipej


IDJOUOD arasr3y14 •pepIsoaano2 lis ap asncre as tu sovro


-ap souornb ua sollanbe ap alred a
o3srixa UOMUunong Á pepupop el •


Sin ap OS11 pnun. ua TSapond anb OT Á SD anb


-aaop sns y solum ueuod as om •uzurquoo ns or.sod


coluotuotu jr criar lonja op alLratLTLIaaS osalyal ‘110IJI1,3


p urouopuodsonoo jun&
8 I


•SDITOD ser UD
oprluasozdoi oluaturaordwoo Á aluologns rguJso rrolleg
op ouÁaa p Á corla card rpeziaolnu auat.urr2or ol.ted EID
ou sopennogrp osudo onb ruosaad tij ouirnb oraguTaoral
-


SELLI OLTU5 0sg3 • EITIV-9 ua ZSUDJO ap p ou edas ••


anb rrouolsisaa ri uoToisodo op ourt[e OSUO °Hamo°


onb u!s Mi.1s1-0 Á troori ap sorgand soj sopor ua
93UTIDA OS anb or :DUIDUIDULUDIOS soturant ri Á SDJ103
ser ap oiaioop p soluraapoqo sare7or sopepTirtuaol ua
ItI SOLIODIPp LID nardo.' uIs Á f. osnurde 1103 SOLUTTODI VI
sopo : uoronlusuoo soluzuz4 rÁ :sano y soun souirpop
sou sopor op solurrcituos sor ua IDA rgexap os onb Irtag
–are opursoAau


•osaons onds9ad uta aod son Dp rrouap
--psoad yr opuror opio Ir SOLIEW SEI Á S010 soj SOLUVJUVA
-DI sopo" ¡ aluatuzipj opInpuoo Á ogro p rlsrq opera
-off as...lacrar odas as anb oSonr noTompsuoo ej IDO! lod
OLLISVISMITD onb IUTDUDDSDAIDJD 91%tb ! rÁ salid ¡ sourprp




-11T3 sor y opz crasa osndxo ou S02S2IJ SO1TIZT1b
y! ¡


-.TOD ap sor scpol y Á 01.1111SU aria SÜAIVIDI souolsnosrp
sur op Á ieuopmpsnoo .tal tr op olooÁoad pp somsuald
-tuoo soorignd sorodud sol urgrosnq os risur anb uoD
¡emblema'
op rounod uoTonlusuoo


aVI.U.10j Dp


oanowersos rquleal as anb aocrus je seloulud sor op orIcpyl
p ánj apuras uytib ! •sezcitiadso


srprnSwo-Lur sralsants


ITATADJ UO.TEZLIDLLIOD SD31.101U0 onb Á rupsrp ap soici
IIIDX


.0-DO JOU&


•621


(1


Ar •tno/ eiolt,d,,7 ta in 9zyucind ag •olruJ TrIS sauna st tia ópraT oprluasaid ' ap zaptiruin
Á ern2zunrr.


4zaarna sapuoK criorptiaw cuolatupsuoa ap uors!uroa rr ap sonprArpur oinnb sor uo.mpuoixa olund
0.1,9D anos anb traurylaIp oprupu Á omus ta astaA


-ond somurido sor op VZITUULTOD ri 013DIDUI o2onr opsap
anb : SOLOyEdSH sor sopa) OZO3 op Á uoronsnrs ap 9T1
-oir ernuolsxo ns ap owsrtu oluotuotu p opsop osoalima ra onb cprpaoA Ise so Á l


oozouoo uOI°Zt
°SCIID UD UOSUJUDS


•4.1d as onb rip ro rlsrq solloo sur ua opurnor or opm UD
olund oso ua ropuolua traed saaopod. samalogns UO3


SOpUZI.I0Jtle Á sope` op oJuat.uaacirr sopundrp ap (gota
aod osomoard sor onb suwaójaa Á souoprogrpow ser
opuojuodold 9 ‘o3uotneurri esri uoprgoade Á oluaruig
-uosuoo lis uasulsoad anb oTpaaap purorisnf ur rponb


Irrarpaen? ap oluaLuranl ja soraÑxo op Á tiro tro azied
ToaarAn1 ou onb sor y uoTorupsuoo ti arorumuoo op
-ITE DJUDIn9ISUOD op Á ‘soueprpnrc., soj sopor ap puunrais.
rr op noisaadxo yr TU* our.9.19 ID so ou zoA ns Onbaod r rui
-auaÁS so ou orarulpaor.uxo 0SDfiUO3 pp puppolnu tj anb
coviaa.Top op s'Opa y DaTIOJLIOD Á aluolurd>or opuurcini
con2rs os onb ag •SDliirSTIED sns op pulunron Lr op sayoad
-aálur sor
-Di' rard sonpod SDUIDTOLJUIS SDIJU2,.1010 TU SOpl:Undlp
-D[O noaolpnd ou anbaod ITOL)t1JUSUO3 rr UD DLIDIIIMD.1


ru tU3DATpOU t-fiustD op UUOI03 Uf z..113
I'ledpurad sur Á rtjuds•-4 op srlourAoad srlIonua oaocku


rop ruluaturpurg Xor yr op aluoturprirgas Á Sis
▪ser op uoTouuTpl000 Á uolorw.toj rr no saineluosoad


ap otpow aod aILIDA.121ITT op jo SO opr...as SULU p oseor
j( "Ira


°P °Un sargpdraosoadun 9 soprliocd
srIS IUAIDSUOD y uopa9 UD D.ICITI UOTOCU t'Un op ti ()aloa
elsnl uta Á orgruozra uva so uTsuo3ald rlsH •9z


•00019 /Id


TIDX


OLUOD stip ua aos Á /solio° sri no ZOA ns -TEA




XLIV


PRÓLOGO.
precediendo las convenientes discusiones. Digo al rno.,
mento y no mas adelante : porque entónces debe cerrarse
la puerta á toda innovación aun la mas mínima; porqu,
entónces la libertad de poder alterar la ley fundamental
y de introducir reformas en ella , sería exponerla á
su ruina. ¿ Puede haber motivo para dilatar estas irnpor,
tantes operaciones hasta pasados ocho años ? Yo cier-
tamente no le encuentro , hallo sí que la justicia la ne,
cesidad , la utilidad publica y todas las razones dicta
que se emprenda este trabajo al instante, que la dila
cion no es prudente, y sí muy peligrosa. Porque se ha-
ría manifiesto agravio á la nacion en querer ó en tolerar
que sufriese por ocho años las funestas conseqüencias de •
las malas leyes y defectuosas instituciones, y en privarla
de los felices resultados que pudiera producir una sabia
reforma. Porque conviene curar la enfermedad en su primil
cipio y no dar lugar á que tomando cuerpo y echando
ondas raices se haga incurable. Los remedios tardíos son
siempre infructuosos y vanos. El pueblo, tenaz por ca-
rácter en conservar lo que una vez ha adoptado, no sería
fácil que familiarizado con los errores y vicios arrostrase
á abandonarlos.


29. ¿Y quién sabe si en estos ocho años podrán
ocurrir circunstancias y sobrevenir acaecimientos poli,
ticos que impidan absolutamente hacer las reformas in-
tentadas ? En este caso ¡ quán grande sería el pesar y el
arrepentimiento de la nacion por no haber aprovechado
los momentos y hecho el uso conveniente de su autoridad!
Entónces ¿ qué podriamos alegar en nuestra defensa con-
tra las justas declamaciones del pueblo? Las futuras gene-
raciones acusarán con sobrada razon nuestro descuido,
nuestra desidia, nuestra indolencia, nuestra ignorancia y


1.1.1.3"F


PRÓLOGO. xcv


cobardía; porque dexamos ir de las manos tan feliz coyun-tura , porqUe no sacamos el partido posible de este pa-
réntesis de libertad , y de un tiempo tan oportuno y sa-
zonado qual no se ha visto en los catorce siglos de la
existencia política de nuestra monarquía, ni acaso se vol-
verá á ver jamás. No consintamos que nuestro nombre
sea exécrable á la posteridad, Léjos pues de nosotros la
torpe pereza, la sórdida adulacion y el vano temor. Res-
piremos el ayre de libertad que nos ha enviado la Pro-
videncia para nuestro refrigerio; y elevándonos sobre to-
dos los respetos y consideraciones humanas demos al
pueblo todo lo que le pertenece , todo lo que le otorgan
las leyes de la naturaleza y de la sociedad, y al Rey
honor , veneracion y la necesaria autoridad soberana para
gobernar conforme á las leyes establecidas. Lo mas ya
está hecho : el magnífico edificio construido sobre cimien-
tos firmísimos se halla levantado : nada falta si no darle
la última mano , recorrerle y perfeccionarle.


13o. Practicadas tan importantes operaciones y ago-
tados. ya todos los recursos de la prudencia y sabiduría,
establézcase con acuerdo y consentimiento de los ciu-
dadanos una ley cuyo objeto sea hacer la constitucion in-
variable y eterna. Entónces seria justo que imitando la
atinada conducta que tuvieron los Lacedemonios con las
leyes de Licurgo hiciésemos juramento no solamente de
observarla sino otambien de no abrogar ni alterar nin-
guno de sus artículos. Entónces podriamos anunciar álos pueblos con harto fundamento una cosa semejante á
lo que respondió el oráculo de Delfos consultado por
aquel legislador sobre el -éxito de sus leyes: España será
feliz miéntras observe religiosamente su constitucion. En-
tónces sí que deberiarnos levantar un monumento eterno




Errata. Léase.


conciliáran,
blopue .


cuerpo legislativo.
llevaron.


conciliaron.
gobierno.
poder legislativo.
lloraban.


á nuestros legisladores , asi corno los agradecidos ciing
dadanos de Esparta erigieron á Licurgo un templo con
su altar donde todos los afros le ofrecian sacrificios cornu
á un héroe.


FIN DEL PRÓLOGO.


ERRATAS EN ESTE PRÓLOGO.


Pág. Lín.


XLIII. 23.
XLVIII. 3
Ibid.
LXXXII.


3 1 .
7.