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APllL1111


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. FABULAS POLITICAS.
POR


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IMPRENTA DE D. BALU8AR GONZALEI,


calle .re Bortaleza, núm. 8i.


4849.






La utilidad de enseñar por medio del Apólogo
nos la han hecho conocer desde el frigio Esopo
hasta el fabulista literario lriarte. Los que de este
modo han puesto sus sentencias alaleance de
todas las inteligencias han probado teórica y
prácticamente, que ningun medio es tan ade-
cuado para el fin que se proponían; es pues inú-
til que el autor de estos ensayos se detenga en
demostrar lo que para todos ei una verdad. Solo·
se limitará á manifestar dos cosas i primera, que
no ha pensado jamás que le fuera dado acercarse
á los modelos que quisiera imitar; y la segunda,




-~-
que cuando se ha separado de ellos dando otra
aplicacion á estas lecciones solo ha tenido por
objeto llenar un vacio que la marcha natural de
los siglos ha traido consigo.


La necesidad esperimentada en todos los
pueblos, de hacer familiares los preceptos de la
moral, ha hecho que en todos ellos los fabulistas
hayan dedicado sus trabajos á este género .. Mas di-
chosos nosotros que otras naciones, hemos tenido
la fortuna de que un poeta de talento no desde-
ñara dedicar sus tareas á enriquecer nuestro Par-
naso, con una coleccion de Apólogos originales,
dedicados á corregir los defectos literarios.


En su tiempo no se conocía la necesidad de
otra enseñanza no menos útil, y aun, casi po-
lIemos decir, indispensable. Cuando el encargo
de gobernar los pueblos estaba encomendado á
la aristocracia, la educacion que esta recibia la
preparaba para llenar tan importante deber. Mas
hoy que vemos al mismo sexo débil tener preten-
siones de gobernar el mund"O; que el pobre y
el rico, el proletario y el financiero, el capitalista
y el jornalero tienen derechos que reclamar y de.,
beres que cumplir, fuerza es dirigir su inteli-
gencia por el recto sendero de la conveniencia
social.


Obras hay, es verdad, que llenarán este ob-
jeto mas ó menos cumplidamente; pero su estu_




-5-
dio exige otros muchos que lo precedan, y seria
ridículo esperar que tanto esfuerzo estuviese al
alcance de todas las clases de la sociedad. Hé
aquí, lector, el objeto que se ha propuesto el
autor de estas fábulas. Su fin es pues, que las
buenas máximas políticas se hagan cabida en el
ánimo de todos, para que llegándole á tomar el
gusto á los buenos principios se forme esa edu-
cacion social, sin la cual ningun pueblo puede
conseguir jamás un bienestar duradero. ¡Feliz
mil veces, si á este insignificante ensayo le cu-
piera la gloria de haber eontribuidoen algo á
tan apetecido objeto!


EL AUTOI\.






..........


FABULA l.


Cuenta el festivo Iriarte
En una de sus obras, .
Que allá en tiempo de entonces
y en tierras muy remotas
Cuando hablaban los brutos
Su cierta gerigonz3;
Pensó un sábio Elefante,
Por caosas filosóficas,
Corregir las costumbres
Tachadas de viciosas
De brutos de su especie,
De condieion indómita,






-8_
Que hacen gala del hurto
y del robo chacota.
Llamólos pues á todos
y en una arenga docta
Les exhortó de modo,
Dijo tan huenas cosas,
Que los mansos de génio
Como la fiel Paloma,
El Cordero, la Abeja.
La simple Mariposa,
Escucharon atentos
Sin descoser la boca;
Mas la Garduña, el Gato,
El Lobo, la, Raposa
y todos los que temen
Que les pisen la cola,
Murmura ... , c.harlan, gritan,
Se enfadan y acaloran,
y aun cuéntase, que el Mo ••.
De todos hizo mofa.
El prudente Elefante
Los escuchó con sorna




-9-
Y afirman que les dijo
Con sonrisa burlona:
Brutos de mil demonios,
Cese vuestra enojosa
y necia habladuría.
¿ Qué causa os desazona?
,A todos y á ninguno
,Mis advertencias tocan:
JlQuien las siente, se culpa;
J) El que nó, que las oiga. J)
De -aquí sacó el poeta
Moralidad de sobra
Para dar de sus cuentos
Esplicacion juiciosa:
({ Quien mis Fábulas lea
J) Sepa, dice, que todas
»Hablan á mil n~ciones,
.liNo solp á la española.
JI y pues no vituperan
JlSeñaladas personas,
»Quien haga aplicaciones, .
,Con su pan se lo coma.JI
~ ,


~ < l ••
, '.




-10-
Y yo añado ¿ Te picas?
¿Te aplicas la ventosa!
Pues lector, bien te viene
Si te levanta roncha.




FABULA 11.


EL MONO REFORMADOR.


En no recuerdo qué regio n ignota.
Bien que si no me engaño enteramente,
Debió ser al Poniente.
En tierra de la Europa muy remota


y donde nunca el hombre osó acercarse
Dejando al animal en la soltura
De vivir con holgura
O á algun bruto señor, sumisionarse.


Bámbara, ya me acuerdo se llamaba
La poblada ciudad de irracionales
Mil veces i ay ! feliz, que ni los males
Ni bienes de los hombres aguardaba.




-12-
Mas por desgracia, un Mono en un madero


Atravesó las aguas y -de lejos
Trajo linos libros viejos
Con un plan de gobierno todo entero.
- Señores, dijo el mono á sus amigos,
¿ Cómo es posible, con talentos tales,
Que esteis tan animales,
Ni hagais mas que rascaros los ombligos?


Los pueblos donde tanto me he ilustrado
Ni una vejez conservan de sus leyes,
Ni tampoco sus reyes
Tienen mas que ún imperio moderado.
-Eh, poco á poco, amigo, dijo el Burro,
Esperad, no pasemos adelante,
Sin saber al instante
Qué es ley y pueblo y rey pues no discurro ....
-Teneis mucha razon señor Jumento;
Mas para verá fondo lo que es eso
No basta tener seso,
Es menester tener conocimiento


De multitud de ciencias y de artes
De que estamos agenos todavía;




-1:5--
Así pues, os decia
Que hemos de hacer lo hecho en otras partes.


Hagamos nuevo arreglo entre nosotros
Para regirnos solos ... -¡ Con mil diablos
Húndanse mis establos
8i entiendo qué gobierno hareis vosotros!


Si el señor Mono dice, que ignoramos
Cuanto es fuerza saher, porque siquiera
Su gerga se entendieríl,
¿ Cómo es que en gobernarnos ya pensamos?


Apréndase primero;
Enséñenos V. seor Monillo,
Lo que dice el librillo
O tendremos que errar de enero á enero.
-Calle hermano Jumento, que no entiende
Lo que es achaque de gobierno libre,
y pida á Dios le libre
De un pueblo en que se aprende.


Bastará que sepamos los mandones,
y los demas ¿ Qué ciencia necesitan?
Cumplen si facilitan
El importe de sus conlribuciones.




-H-
El borrico calló con sentimiento;


PlÍsose en planta el nuevo plan político
Sin que del asno crítico
Se comprendiese el buen razonami~nto;


En breve ni mandantes ni mandados
Sobre el plan se entendieron,
Yen grande confusion se arremetiero n
Los bandos fuertemente encarnizados.


Denominaban unos tiranía
Sujetarse á la ley,
y el resto de la grey-
Al Derecho, licencia le decía.
-Señor Mono, escuchad, dijo el Pollino
¿Son estas las ventajas de esos planes
Prematuros; y tras estos desmanes
Se verá el fin de tanto desatino?


Corrido el Mono dijo :-No es probáble ....
- El que en cimientos falsos edifica
El Jumento replica,
De su propia ruina es el culpable.




FABULA III.


LA MOSCA FAVORITA.


Vacante la plaza
De un vista quedó
En reinos lejanos
De un jóven Leon,
y quiso el Monarca,
y asi lo ~andó,
Que se confiriera
Al buen servidor
Que mejor llenara
Su real intencion.
Acuden al punto,
Con santo fervor,




-16-
Diez mil pretendientes
Al dulce turron.
Don Gallo bien prueba
Que nunca durmió,
y del contrabando
Será el celador.
Doña Urraca espone
Su gran instruccion,
Conoce los géneros
y mas, su valor.
El Galo concurre
Por su profesion,
Nació guarda y puede
Subir sin favor.
La Mosca recuerda,
Que dice Buffon,
'Que tiene cien ojos.
¿ Cuál vista mejor?
Su fidelidad
El Perro ofreció
y j quién lo creyera!
U n Topo rabon




-17-
Al palenque sale
De competidor;
Nadie, dice, ha visto
Un vista miron~
O que no haga el ciego
Al gran resplandor
Del metal bruñido
De un régio dobloD.
Ahora pues, decidme
¿ Qué será mejo~?
Ser ciego por oro,
O estar como yo?
Pues á pique estuvo,
Querido le~to~,
De llevarse el Topo
La real provision,
y si no hay ministros.
Que den al Leon'
Torcidos consejos,
Os juro por Dios,
Que esa economía
Tiene la NacioD;




-U~­
Pero, COO\'O digo;
El mioistro dió
La plaza a ímahijaCJa,
Citando ,á Bümm~
y mi deña Mosct
De vista, ·Sévi&.
No tard'ó la Riébta
Eb 'tbr un hajÓft,
~rque el 'é'oo~do
Sin llmí\ie eí\~r6:
¿ y ~ué fóé~ 'f8e ~l Vista
Cuya dew'CiQ'n
A. f'asgolosinas
Jamás .~ igBor~,
Pégaba las pá'ta~
A etratquier 'e'ajon
,De dlfdees ó frutl;


, y 'aun hay hil-blaJó'r,
Que dice, que á veces ....
Pero no, chilOn.
Lo cierto es, que el Vista
Pronto enriqueció.




~10-
Hé aquí el resultado
De tal eleccion.
Si un ministro quiere
Darle por favor
Destino á un pariente
De Su dcvocion,
¿ Faltará un pretestoj
y si quiere dos?
Dirá que de" ojo ..
Tiene su moscon;
Pero callará,
Que el año anterior
Aun era gusano,
y vn se art'4Stt"Ó.




FABULA IV.


LAS DOS HORMIGÁS.


Saludábanse siempre dos Hormigas
Con el nombre de_ amigas;
.Mas una de las dos, una mañana
Usó, en lugar de amiga, el ciudadana.
-¿ Pues qué ocurre? pl'egunta la pl'imcra
-¡Que ha de ocurrir, querida comp3ñer:J,
Que ha llegado la Mala,
y por París la cosa va muy mala,
O ha.hlando con mas tino,
Nuestra fortuna lleva buen camino!
-¿Pues cómo ?-j Qué. vecina!
¿Tan ignorante estais, que allí camina




_21-


A su apogeo el útil socialismo,
y que con él nos viene el comunismo
La igualdad de fortuna; las rebajas?.,
-Amiga no te entiendo .•..
-Pues escucha, que ya te voy diciendo
Las inmensas ventajas
De uno y otro sistema.·
La primera es, que el ímprobo trabajo
Que hacemos para henchir el cuarto bajo
De 1rigo, ha de cesar, por la suprema
Razon, que son comunes los sembrados
y el arroz, á puñados,
Se habrá de entrar, él solo en ~l granero.
¡Oh 1 que bien dijo aquel gran financiero
Que esclamó «Propiedad, tú eres un robo .... ]>
-¡Que ideas tan nuevas! Hija, yo me arrobo
Escuchando tu docto pensamiento.
-Pues vamos al momento;
Que es deber de la Hormiga ciudadana
Ilustrar á su hermana.
Prediquemos al punto estas doctrinas
Tau llenas de razon, tan peregrinas.




-22-
Se rueron, dicho y hecho, al hormiguero;
Prodigaron sus máximas soeiales,
Que á vuelt~ de seis meses, no cabales,
Exhausto les dejaron el granero.
La propiedad comnn establecida,
Fué un crimen el buscarse la comida.
Proscritos los trabajos al verano
En el otoño acaban todo el grano:
El hambre las aflige en el enero
y asola al fin, la muerte al hormiguero.


Tendida!\ en un lecho, moribundas
Las dos amigas; quejas muy profundas
Exhalaban, culpando su destino.
«j A la suerte acusais! j que desatino!n
tes dijo la Prudencia, que escuchaba,
-No es el destioo quien con vos acaba
)Es la locura; porque habeis fanáticas
)Querido destruir, con democráLicas
»Manías, las vetustas decisiones
})Del que rige á los reyes y naciones.
nNi al trabajo es posible sustraerse,
)Ni convulso un Estado, engrandecerse. 11




FABULA V.


Suele suceder á veces,
Aunque es fendmeno raro,
Que ]a guerra ¡je'dec1 __
Los mas pacíficos pájaros.
Así se vió en ,palomer~
Isla é impmM' iaf:lÍllado. .
Del gran ~i, ¡mm.,
Que allí nllció sOlbera~\
y en ótra "edña tie~l"t
Dottdetnilnda 'el re) D.'(hlto;
Quien pat euestÍones gaUift •.
Guerra ~ Wt'Oérte h'abl,a lt.vldo




-24'-
Con el insular Colombi
y sus numerosos bandos.
Era Gallo tremebundo,
Irritable, temerario,
Lascivo, gloton, cruel
y qué mas ? •. i Ornito(ago t!
O llámese traducido
En lenguage menos hárbaro~
Engullidor de volátiles,
Antropófago de pájaros.
Nuestro Gallo, imitador
De los salvajes del Cab()~
Manducaba prisioneros
Como quien embucha granos.
Con este objeto tenia
Un palomar destinado
Para servir de prision
A Colombi y sus vasallos,
Cuando azares de la guerra.
Los pusiera entre sus manos;
Pero Colombi era astuto
Yen su iilote atrincherado,.




-25-
Se burlaba de las iras
Del soberbio rey D. Gallo,
De modo, que las prisiones
Sin palomas van quedando.
El Mayordomo que teme
FaIte el favorito plato,
Por el dinero consigue
Un Palomo de reclamo,
De los que llaman ladrones,
Por ser tan mal inclinados.
El bribon cumplió tambien
A.quel deshonroso encargo,
Que no hay mañana que deje
De seducir tres ó cuatro;
Así rué que el palomar
En breve se vió atestado.
Con semejantes proezas
Estaba el traidor ufano
y creciéndole los humos
Su ambicion se fué aumentando
De modo, que al fin ya quiso
Pl'obar fortuna, y al amo


4




-26-
Solícito se presenta
Pidiendo no sé que earg6,
En premio de los servicios
Que lleva documentados.
-¡Servicios, le dice el Rlly,
Servicios; es muy estraño,
Siendo Palomo eltrangero,
De mi enemigo vasallo t
-Pues es la gracia, Señor,
Que á tí te sirvo hace unaÍÍ'&.
-Si eS(} es así, no diré
Que no premie tus trabajos.
¿ Cuáles son? -Atravesar
Los aires hasta el Estado
De Palomera, y allí,
Con seducoomes y amañoa
A tu pat.ltlar coom..zeo.· ...
-Ya comprendo, vil, osadM
i Un traido1'!.~. ~c6M0 te atrev&
A pisar mireaJ palacio?
i Ola guardias, al inslan~
Prendedlo y 'que ,maniatado




-27-


Me le quiteis pluma á pluma
Hasta que espire el villano.
Estoy vive Dios, lectores
Por perdonar1e al rey Gallo
Sus vicios y sus excesos
Solo por este mandato;
Porque muriendo, el traidor,
Apena. purga el.pecado.




FABULA Vi.


EL REY SANGUILEON.


Cuenta Villaviciosa en su Mosquea
Las hazañas de un célebre mosquito;
Mas ... si las cuento, temo que se crea
Que es un plagio ... ¡Bah! .. no se me da un
n .. M . '1 S' . , ¿ IJe OSqUlto .... J •••• ¿qUlza no sea ....


Aun mas? .. Cabal.... pues ya recapacito
Que el soberbio animal era un Moscon,
y lleva en nombre, El Gran Sanguileon.


Era este, soberano en la comarca
Que componen de Moscas mil legiones;
y aun pienso, que tambien la tierra abarca
Que habitan los Mosquitos 'Y Moscones.




-,¿9-
La vanidad, parece que al Monarca
Hubiera de atufal'le los calzones
y en lengua moscatel (y no es apólogo}
Hízose á sí el siguiente Real monólogo.


Así diz que decía: «¿ Que te falta,
lIDigno Rey de las Moscas, si lo eres
bde cuanto el cuerno de la luna-esmalta,
lISin que las vueltas de fortuna esperesY
J)En tí se ve la dignidad mas alta
:tColmada de los gustos y placeres,
J)Sin temer los menguantes de la luna.
II Ni las vueltas contrarias de fortuna.


«En Africa, en España, en Alemania,
:tEn el Arabia, en Tyro y en Sydonia,
»En Francia, en Flandes, en l\'Iesopotania,
:tEn la Pullia, en la Austria y en Saxonia:
:tEn Lydia, en Libya, en Persiay en Hircania,
:tEn Grecia, en Trapisonda y Macedonia,
DEn Val/ecas, en :Meco y la Zarzuela,
1JLa Mosca en todas estas partes vuela (1 l. II


(1) MOlquea.-Canto 2.° oclavas 20 y lIG.




-30-
Yo hubiera pl'eguntado al Rey altivo:


¿ Querrás decir Señor, si en las regiones
Que has designado en tanto apelativo
Hacen algun papel tus moscardones?
¿De esta pregunta sabes el motivo
Pío lector? .. Pues mira estos rengiones:
Nada es el aparato en diplomada;
Sin fuerza que oponer á la falacia.




FABULA VII.


J.A. MOSCA Y LA ABEJA.


Una Mosca.
Resentida
Del despego
Cen, ~~ miran
Los humanos
Su familia,
A la Abeja
Su vecina.
Muy quejosa
Le decia:
No comprendo,
Vecinita,


\,




-32-
Por qué causa,
Tal desdicha
Pesa sobre
mi pandilla.
¡ Qh que gentes!
i Qué injusticia 1...
Porque, al cabo
Somos primas;
Moscas ambas;
Ambas hijas
De gusanos;
i Pero amiga
De mis ojos,
Cuan dis,tinta
Es tu suerte
De la mia!
Si me acerco
A su comida
Me sacude,
y si atina
Me 'espachurra,
Me destripa.




-33-


Si me escaflo~
Me encapilla
Mil denuestos.,
Mil mentil'as.
¡, y que causa
Tanta ira?
Dirá .... es claro,
Que le irrita
Que yo chup-e
Golosinas,
¡ Háse visto
Tal ma·nía!
Al contrario,
De tí cuida.
Entre un corcho
Metidita,
Si es verano
Te acobija,
y si invierno,
Cubiertita
Te resguarda.
¿ Buena prima,




-3/f---
Reeoooces
La injusticia?
Si soy Mosca"
Tú, querida.,
No naciste
Marquesita,
Si miel como~
¿Tú, mi amrga
De qué vives?
-¡Ay, vecina!
N uest ra Abeja
Le replica,
Que los hombres
Me distingan
No te admi¡'e.
De miel ¡'ica
Me sustento,
No es mentira;
Mas la chupo,
Porque es mia.
¿En que paso
Yo mi vida?




-55-
Estrayendo
Sus partículas,
y ya el cardo
Me la brinda,
Bien el lirio
O la fina
Multiflora
Me la envian.
¿Y tú, hermana,
La Mosquita,
¿Tela compras?
¿La fabricas
Con industria
Tan legítima?
No. parienta,
No hay quien diga,
Que trabajas
Ni te aplicas
A ganarte
ta comida.


Pues la historia
Manuscrita




-36-


De aquel tiempo,
Certifica,
Que la mosca
Muy corrida,
Escapando
Repetia:
Razon tiene
La Abcjílla;
Que quien chupa
De valdiv'ia,
Está espuesto
A que le digan:
«Fuera, moscas
1> Pegadizas
-,No valeis
]> Oh malditas
... El porrazo
... Que os destripa •


..1-~
~~~~




FABULA VIII.


EL GATO CANDIDATO.


¡No hay lus tus!.. he de serlo ... ¡Oh mentecatos! ..
He de ser el ministro de la Hacienda,
O yo no fue;'~, d gefe de los galos!!
i Tal gatuperio á mí, que en los contratos
l,as partes les llevé sin una prenda!
-lHa \"amos claro, amigo ....
¡No se da un ministerio como un higo! ...
Es menester que hallemos UD pretesto,
Un motivo pequeño, el mas modesto
Que justi{)f!uC la eJeccion que hacemo~ ....
-Pues bien, capitulemos ....
Ya os dije que los sueldos atrasados ....
-j Qué! no digo .... -Callad, las comisiones ....


lO




-58-
- Entiendo, mas no quiero decir eso.
¿ Qué méritos teneis, y qué razones
Daremos para tal candidatura?
-Primero mi figura!. ..
--No basta.-Pues añádase á su peso
Que, gato de un portero,
Le guardé de ratones su tablero.
-¿De guarda habeis servido? oO. j Es la carrera!
i Qué desgracia! ¡ no haremos co~a alguna 1
¡Circunstancia fatall ¡ inoportuna 1
Un escándalo fuera
Que un ministro se viera,
Que por escala, el puesto habia obtenido,
y en el ramo perdido
El tiempo que mejor habria ocupado
En saber de la Bolsa los secretos,
y del papel el turso en el mercado;
Que el valor no supiese de la cera,
Del cacao, campeche, ó del pedido
De Méjico no diga cuanto espera.
Que ignore la pimienta que en Oriente
Se embarca para el gasto de Occidenle.




-'59-
Esto deLe saber un financiero
De los que, con frecuencia, improvisamos.
--Pues amigos., bravísimo., ya hallamos
Los méritos buscados;
Que he servid-O á un tendero.
¡Nadie mejor que yo medirá en varas
Una pieza de cinta ó de trenzado !. ..
-j Haheis sido tendero 1. .. j Traficante ! ...
¡Tratante L .. ¡ Comerciante l..¡ Negociante!...
¡ Banquero 1... j Financiero L. ¡ Economista ! ...
,Oh dicha! jOh gran fortunaL ¡Abrid los brazosJ
¡Dadme amigo querido mil abrazos!...
¡ Ya sois ministro 1 ¡ Ya. ca'beis en lista!


Sentóse el gato en la poltrona amada,
Estrenó&e con sendos djsparates~
Continuó luego haciendo ,desatinos
Hasta que al fin dejaron los destinos,
El Gato y compañeros de la bornada.


No te admire lector si entre los brutos
Tal práctica vici(Jsa (ué seguida,
Que entre los hombres, oon ?'guales (rulos,
Encontr4rás la misma establecida.




FABULA IX.


EL CABALLO Y LOS YAHUS.


No sé si es Gullivel' quien nos refiere,
Que en uno de sus vinjes,
(Hubo de ser sin duda entre salvajes)
Vió un pueblo en que el caballo cuaudo quiere
Se hace arrastrar en coche ó carretela
Por bárbaros de nuestra parentela,
y que no son ni astures ni gallegos.


Sucedió pues, que en uno de sus juegos
CiertJ equillo señor de gran valÍ3,
Sus ocios divertía
Haciendo recorrer un hamo-dromo
(Llamado entre nosotros hipo-dromo).




En un carro pesado
Con pena arrastrado


-4.1-


Por tres robustos Y áhus ó salvajes
Devoradores gran~es de forrages.
Mas, como apenas pueden con la carg3.
Cada Yáhu se encarga
De dar leceion de tiro
Al otro, .Y sin respiro
Pretenden: el primero
Girar por el sendero
Que está al centro; va el otl'O por la diestra;
y el tercero se tuerce á la siniestra.
El carro en tanto, casi se quebranta,
y ni un paso tan solo se adelanta.


El caballo colérico enristrando
El látigo, les ZUI'ra, y reli-nchando
Les dice: «neciCls, bárbaros, humanos,
No basta hacer esfuerzos sobrellumanos
Para triunfar de los competidores,
Si estúpidos rencores
Di,iden vuestra fuerza,
y consienten que el carro se nos tuerza,


6
/




-'~2_
Tirad, os (ligo, unidos
Sino quereis ffi@rir y ser vencidos.


Razon tendria el caballo,
Si al pronunciar su fallo
El látigo tendiera sobre el lomo
De tanta bandería,
Que por ver realizada su m.ania
Apelan de las leyes para el plomo.
¡ y en tanto que el un bando al otro hiere
La santa libertad, ahogada, muere!




FABULA X. -


I,OS MOSQUITOS BULLANGUEROS.


Debajo de una gl'ande mosquitera.
Por ser lngar vedado
Congregóse un nublado
De hijos de la casa de MOllquera.


Sentáronse los unos; y en cuclillas
Tuviéronse los otros, esperando
Que acabase de estar completo el bando
y ya cabales todas las pandillas.
-Señores, dijo al fin un gran Mosquito,
De panza bien repleta
Con J::¡ sangre que saca su lanceta.
Os he citado á junta donde habito,




-44_
POI'que tengo entendido, que es urgente


Precaverse con tiempo de algun tiro
Oculto, que no miro
Dificil nos hiciera algun paciente ..


Yo amigos hablo claro,
A males grandes, grandes los remedios
Nosotros, que vivimos sin mas medios
Que c1mpal'Je la sangre con descaro,
A la nacion entera;
Cuando ninguna industria egercitamos,
.Ni cllal la Araña hilamos;
~i imitando á la Abeja hacemDs cera
y miel; ó como el célebre gusano
La seda producimos, lo confieso,
Fuerza es no [cnel' seso
Si nó vemos, que han de irnos á la mano.


Trabajemos, hagamos cualquier cosa ! ... »
Aquí fué Troya ¡que algazara !-¡Fuera
Bribon! le gritan unos; olros, muera! ...
j Trabajad ... ¡un 1\IosqlJito 1 ... j idea famosa!
-Si es así, caballeros, dijo el cuerdo,
Esperemos el daño que nos venga.




-l~5-


Cuando al pueblo notarlo le convenga;
Si otro remedio habeis, poneos de acuerdo.
-Si le hay, gritó un Mosquito luego.
-Sepamos.-Atended: es positivo,
Que tan solo chupar, sin lenitivo,
Hará que vea la tr:lmpa hasla el m:lS ciego,


Pero armando tal grita, que lo agudo
Del punzante aguijon parezca nada;
La gente atolondrada,
Notará solo el ruido del zancudo.


No bien hubo acabado cuando toJos,
A buscar trompetillas
Corrieron desde allí. Sus tonadillas
De entonces silvan hasta por los codos.


Ciudadanos Mosquitos, bullangueros
Que de nada senis en el Estado,
Pues vivís de prestado,
Ahorradnos á lo menos tantos gritos.


--




FABULA XI.


EL CAZADOR \: LA CALANDRIA.


Un cazador moribundo,
En vísperas de emprender
El viaje del otro mundo,
Recordaba el parecer
De un filósofo· profundo •..•
(Que debió sin duda ser
De Aristóteles el Gl'iego),
Que aquí te relato luego.


Decía pues, este erudito
Gran filósofo de Atenas,
y no creas, lector, que cito
Tal vez ficciones amenas,




_lJ7_


Que yo miBmo he visto escl'ito,
Entre m:lS de dos docenas,
El propio testo romano
Que te cuento en caslelIano.


El testo dá como cierto,
Que la Calandria cuitada,
Si ve un hombre medio muel'to
Le cura con su mirada,
Atrayendo, con acierto,
Aunque esté bien humorada
Todo el mal á su persona,
De la enferma, que abandona.


El cazador temeroso
De hacer el viaje al Averno
Rogó ál pájaro oficioso
Le salvara; y aquel tierno
Compasivo y cariñoso
Con un cuidado materno
Atraer á sí procura
El dolor, de que le cura.




-48_


Casi estuvo la piadosa,
A punto de perecer;
Mejol' ya, pero achilcosa,
Pensaba cOllvalecer,
Cuando ulla muerte horl'orosa
Terminó su padecer.
j Murió la infeliz á mano
Del cazador inhumano!


Aprended pues i Oh naciones!
Que si dais la maco al fuerte,
Os atrael'á con I'azones,
Os hrind,ará mejor suerte;
Mas ¡ Oh! temed sus pasiones;
Que os pag:uá con la muerte.
])e una illtervel1cion temamos,
Si al poderoso ayudamos.




· FABULA XII.


EL BORRICO BASURERO.


En la recua de burros de UD yesero
Uno se hallaba, enano, tuerto, rucio,
De pelo largo y sucio.
Antiguo limpiador del Lasurero.


Despreciado de todos en la cuadra,
Jamás vió otra m6ntura,
Que el seron de basura,
Única que á su facha, medio cuadra.


Mas sin saber por qué, ni adivinarlo,
Sucede una mañana, que al borrico
Le adornan de la cola hasta el hocico,
y que el amo se baja hasta montarlo.


7




-50-


i Oh grande admiracionl.. ¡Oh que sorpresa
Del gremio borrical! que no 3divina
La causa de una accion tan peregrina,
Que por rara, merece ser impresa.


Hinchado con t:1l honra el buen jumento,
Siente, que los demas le excedan tanto
En estatura, y teme con espanto,
Que el amo se arrepienta de su intento.


En tal apur(l, llama á cierto Mono,
Arlista celebérrimo en zapatos,
Maestro de obra prima en unos ratos,
Guarnicionero en otros, del gran tono.


El Mono artista, ohró con tanto acierto~
Qfle le añadió uiez puntos á su alzada,
Poniendo en cada pala, asegurada,
ta pezuña de un mulo anciano muerto.


Enseñóle á encorvar en arco el lomor
A hincharse al respirar; melitíJe estopa
Al fuste de la alharua, y so la ropa
Que la cubre, unas plumas de palomo.


Rebosaba de gozo el buen pollino
C'reyéndose al abrigo de un desaire;




-51-
Ya toma del corcel, marcial, el aire
Y bendice, mil veces, su destino.


En tanto, dale gana
Al amo de lllontarlo, y dando un salto,
Otro, y aun otro mas, desde lo alto
A la larga en el suelo se rellana.


Él grita, llegan todos para alzarle;
Se enfurece; maldice del mal lino
De quien haya trocado su pollino,
y jura, si le pilla, castigarle.


Toma la luz; dirige una mirada;
Vuelve á observar; alumbra los zapatos;
Se santigua ...• ¡ Encomiénuase á Pilatos,
y suelta estrepitosa carcajada!


¿Dí, miserable, ruin y sucio enano
Con qué has querido alzarte,
Subírleme á mayores? ¿Empinarte,
y olvidar el oficio cuotidiano?


¿Ignorahas, ridícula figura,
Que á no haber sido bajo,
Montable sin traLajo
No te hubiera elegido por montura?




-52-
Da gracias á esta pata,


Que por coja y negárseme al servíeio"
Me obligó al saCl'ificio
De valerme de un burro de reata.


Tenga entendido el tonto majadero,.
Que quien sin merecerlo se ve honrado,
O no ha de envanecerse, ó de contado'
Irá á llorar la burla al basurero.


No dijo meZ el bueno del yesero;
Porque el hombre tltndido,
Ha de vivir por siempre sometido,
.4 quien su voluntad pagó en dinero.




FABULA XIII.


LOS TRES RELOGES.


Tres reloges, que holgaban
Colgados en sus clavos, entretanto
Que sus dueños 'cenaban
En el meson de San ..• ~ (no se que santo)
Así se divertían,
y su vida y milagros repetian :
-Yo, dijo el mas pequeño,
Nací en Suiza, soy pues republicano,
Y sirvo á un Madrileño
Por quien hago amanezca mas temprano.




-M--
Pues me dá buenos frutos
Adelantar el tiempo diez minutos.
-Yo ví la luz en Rusia,
Dijo otro, de pesada catadura.
Serví á un ministro en Prusia,
y siempre le hice andar con gran cordura;
Porque uso, y no de ahora,
Retroceder en tiempo un cuarto de hora.
-Mal andais compañeros,
Un cronómétro inglés les aijo luego;
Reglad los minuteros,
Si de veras senís, y no de juego;
Pues dice el Castellano:
«Por velar no amanece mas temprano .•


Si del tiempo se trata,
Es inútil forzarlo, pues de fijo,
Con pies de plomo, ó plata,
En su pesado andar será prolijo.
Ni se le precipita,
Ni teniéndole, el paso se le quita.


Leccion es esta digna
De conservarse viva en la memoria,




-55-
Porque ella nos designa
De los bandos estremos nuestra historia.
¡Polítt'cos "estiglos,
No andareis mas ni menos que los St0910s!




FABULA XIV.


LAS IlARIPOSAS y EL ELEFANTE.


Una turba placentera
De festivas mariposas
Enredabllo bulliciosas
En derredor de una hoguera.


Un Elefante sesudo,
Que no lejos observaba,
Con bondad las exortaba,
En lenguaje tosco y rudo.


-Apartaos, necias, del fuego,
-Si n6 quereis perecer,




-57-
Que ese aparente placer
La muerte os prepara luego.


-¡La muerte! le gritan ellas,
¡Que! •.• i La luz! ••• i Oh disparate! ..•
¿ Qué nos cuenta el botarate
Contra el sol y las estrellas!


Sin la luz, nada es la vida,
Sin ella, no habria colores,
Ni benéficos calores.
¡Tinieblas!... i el caos !. .• -¡ Por vida l ...


¡ Oh sabias superficiales!
Les replica el Elefante,
¿Quien os niega, ni un instante,
Verdades tan garrafales?


Pero si un incendio haceis
y jugais en derredor,
Ni es ya luz, ni su furor
Incautas evitareis.


8


/


>.


'~..¡" ... .:.~'.;".




-58-
Las mariposas hicieron


Del consC'jo poco caso,
Creció el fuego; y es el caso,
Que todas en él murieron.


Mas de un político OBa
Especular en revueltas.
¡Espere, á no muchas vueltas,
El fin de la mariposa!


La libertad sin exceso
Es un bien; exagerada
No es liberta'd, es osada
Licencia. ¡ Es retroceso!




FABULA XV.


EL LEON y SUS VASALLOS.


Antojóse á un Leon en su reinado,
Resucitar la corintiana ley,
Que manda, que en la grey
No haya vicho que esté desocupado,


y con esmero estremo se inquiriera,
De cada cual su oficio, estado ó renta.
Llamados pues á cuenta,
El Asno sus trabajos enumera;


La bella Cochinilla, sus colores;
Seda hace el Gusano;
Es guarda, el fiel Alano;
La Abeja saca cera de las flores.




-60-
Mllestra el Carnero la bedija blancl


De sus lanas; el Toro deja pieles;
La Cabra dá su tripa. á los rabeles
y al Ánade la pluma se le arranca.


De este modo pasaron
El Cerdo y la Ballena,
y todo el que probó su industria buena:
Otros despues, despacio se arrimaron.


El Leon á' su aspec10 caló el ceño,
y preguntó al Tábano su oficio.
-Sangrador de borricos, al servicio
De Vuesa Magestad, buen Rey mi dueño.
-y tú. dice á la Avispa, ¿que trabajas?
-Cual la Abeja, Señor, hago panales.
-¿y tú? á la Araña.-Telas hago iguales
Al Gusano; verásbs si te bajas.
-¿ Qué título presenta Doña Urraca?
-Presento el de Doctor, mi Soberano,
Que vale mucho mas que el de artesano:
Doy leccion de gramática á una Vaca.
-Insigne sangrador, ¿ son por ventura
De alguna utilidad esas sangrías




-61-
Con que al borrico hacias#
En mi real nombre, tanta matadura?


¿Dan cera, Doña Avispa esos panales!
¿Producen miel, al par que ]os de Abeja!
¿La tela, Doña Araña, que V. teja
Dará seda; ni hará nunca pañales?


Fuera pues, raza inmunda, de mi imperio.
Vaya la Urraca á declamar sin tino,
En tierra opuesta al Artico hemisferio
Donde le aguanten tanto desatino.


¡Oh quien fuera Leon por diez minuto.,
Para echar del pais á tant/) vag/),
Que pretenden, con in(asís, el pago
D, trabajos inmensos.... mas .••• sin (ruto.!




FABULA XVI.


LA AVISPA Y LA CANTÁRIDA.


Dice una historia, escrita por un pájaro·
(Aunque no sé el capítulo ni página)
Que una Avispa, luciendo su dialéctica,
Sermoneaba audaz, á una Cantárida,
Diciéndole:-«Es Señora, mas que bárbaro,
Que imitando las dos á la Tarántula
En causar hinchazones doloríficas,
Te llaman buena á tí y á mí satánica,
¿Falto dí á la verdad en solo un ápice?
-No son, dice la rr.osca tan análogas
Nuestras ocupaciones; pues tú, pérfida,
Haces mal siÍl razon, ni causa válida,




-63-
No así nosotras. Somos algo incómodas
Cuando es fuerza curar una ciática,
De una hepatitis, ó un dolor l'eumático :
No hacemos mal sin reglas hipocráticas.


¿ Ves diseñado aquí, lector benévolo
A la horrible Venganza, de faz cárdena,
y la santa Justida saluberrima?
No 110S trae la primera ma"que lágrimas;
La segunda en sus actos es el bálsamo,
Que las faltas corrige, castt'gándolas.




FABULA XVII.


LAS DOS ALBAI\DM.


Preguntaba un Borrico,
Nos cuenta Esopo:
¡Me pondrán dos albardas
Si sirvo á otro?


Descarga al pueblo,
Porque no te pregunt,
Lo que el Jumento.




FABULA XVIII.


US AnEJAS TEJEDORAS.


No hay quien ignore que la activa Abeja,
Por una ley añeja,
Cuyo contesto no recuerdo ahora,
Se somete á una R.eina su señora,
y á un gobierno monárquico obediente,
Fabrica cera y miel sobresaliente.
Hubo, enenla la historia, cierto Rey
(Debió en esto alterarse allí la le))
Que ignorando las ciencias financieras,
Quiso imitar las telas extrangeras,
Tejidas por arañas de otro Estado.
y llamando al ministro: -He decretado


9




-66-
Le dice, que una parle de mi gente
Aquella mas dispuesta,
'Escogida y apuesta,
Se ponga incontinente,
A fabricarme telas que se igualen,
A las que del vecino reino salen.
-Señor, dij(l el ministro, se me antoja
Que perdemos el fruto pOI' la hoja.
Pues que si nuestra abeja nos fabrica,
La dulce miel tan rica,
y la nías blanca cera,
Que la Araña imitar jamás pudiera;
Para hacer de sus telas, perderemos
y muy mas caro al fin produciremos:
Porque el jornal de un mes de nuestra gente,
Ha de ~el' superior, si no me engaño,
Al que le hace ganar en todo un año
Un telar, á una Araña inteligente.
-Callacl, dijo el Monarca, yo lo quiel'O.
Traed del extrangero
Telares y maestros tejedores,
Las máquinas mejores,




-67-
Y que prohibitiv'Os aranceles,
N'O permitan que arácnicos bajeles
Desembarquen las telas extrangeras;
P'Oned carabiner'Os en l'Os puert'Os;
De guardas un mill'On; vistas expert'Os,
Un buen resguardo, en fin, en mis fr'Ontera!.
y tal cual el !i'Onarca se 1'0 impus'O,
El cuitad'O ministro 1'0 dispuS'O.


J ,arg'O tiemp'O despues, rec'On'Ocier'On
Cuan bien fundad'Os fuer'On,
L'OS temores del sábi'O ec'Onomista,
Pues subier'On los preci'Os de las telas
A punt'O de perderse ya de vista,
Cuand'O las de la Araña, con gabelas,
Derechos, alcabalas, t'Oneladas,
y cien 'Otr'Os impuestos, iban dadas.
El pueblo clama, el contraband'O nace,
El gobierno decupla sus guardianes,
El fabricante pierde sus afanes,
Pidiendo al jornalero n'O amenace
De obligarle á subir J'OS precios, cuand'O
El gobierno n'O impide el contrabando.




;.....68-


Todo es barullo, estrepitosa grita;
Háblase de un tratado que permita
La introduccion; el pueblo se enfurece,
y si se niega, el contrabando crece.
El gllbierno en tan crítica apretura,
Ni encuentra para el mal ninguna C1ll'a,
Ni algun partido fuerte tomar osa.


Es amigo lector muy triste cosa,
Por fueria pretender que se introduzca
Una exótica industria, y que produzca,
Con 't,iolellcia del curso de natura,
Fingida utilidad, ruina segura.




FABULA XIX.


EL TORDO DIPUTADO.


¿Recuerdas lector benévoloL.
Así llamamos á todos
Los que leen nuestras obras,
Por no darle otros apodos.


¿ Recuerdas, le digo, un pueblo
De que te hablé en otra parte,
Donde un mono enarboló
El liberal estandarte?


En ese pueblo habia un TOrdil
Muy preciado de parlero,




Resabido, y codicioso
De subir al candelero.


Ech6 sus (':Uentas y dij():
Quiero ser del gabinete,
Ya se entiende. ser ministr&
Del consejo dc los siete.


Para ser ministro, es Cuerza
Oposicion haLcr sido,
Antes que esta, diputado,
Candidato de partido,


Adulador de e}ectores~
Cazador de voluntades,
Conquistador de los votos,
Decidor de falsedades.


El ambicioso volátil
En nada ticne reparo,
Y se rué de brulo en bruto
Solicitando el amparo.




-71-
Para conseguir su intento,


Prodiga ofertas sin tino,
Se sofoca, se espeluzna.
Logra al fin ..•. i Placer divino!


¡ Oh gozo 1 ... ¡ Ya es diputado!
¡ Ya legista l •.. j Que contento 1
Oposicion .... De contado,
¡Si el ministerio es atroz 1


El Tordo se proponia
Lucirse en tan hu en terreno;
Para el combate se apresta
Piensa un discurso .... j Que bueno!...


Mas pronto, desde su pueblo.
Le apuntan los electores
Un trabucno de empleos,
(A. que eran acreedores).


Mi Tordo queda aterrado
,Pero que hacer? .. No hay tu tia,




-72-
O pasarse al ministerio,
O agraviar la empleo-manía.


Decídele el compromiso,
y á la votacion primera,
j Que grita! ¡ que zalagarda!
j Ministeriall... ¡ Quien creyera l. '"


Entre tanto el ministerio,
Que le supone seguro
En sus filas, le desaira,
Poniéndole en grande apuro.


La oposicion le maldice,
Los electores reclaman,
Los pretendientes se quejan,
y los periódicos claman.


Aburrido, exasperado
Al ministerio ab:mdona
Al lado opuesto se pasa
Orreciendo su persona.




-73--


Allí fué Troya i Qué escándalo!
¡Que batahola! Ya el uno
Trásfuga me le apellida,
Venal y aun .... traidor, alguno.


La legislatUl'a en tanto,
Se cierra por la Corona,
y mi Tordo, un pie tras otro,
Dice á Dios á la poltrona.


Llega á su pueblo, y corrido,
Pl'e¡;:enlarse apenas quiere.
Los Asnos le vuelven grupa,
y la Urraca le zahiere.


Las juntas le piden cuentas,
Le silvan los empleo-manos,
Los electores lo injurian,
y lo niegan sus hermanos.


Afligido y pesaroso,
Lleno de arrepentimiento,


lO




_7r~-,-


Se retiró á su guarida,
Donde dió fin su tormento.


Al sepultar el cadáver
El Pollino criticon,
Que conocemos, le puso
En su lumba esta' illscripcion:


Aquí yace un pretendiente,
Al ministerio de Eslado.
Pudo ser i/ldepend ·ente .•.•
y solo (ué .... Diputado.




FABULA XX.


EL ESPARTO Y EL PEREGIL.


-j Pobre Esparto que lástima te tengo!
Díjole el Peregil j Oh! no me avengo
A verte retorcer infamemente
Por el vil cordelero de allí enfrente.
-Pues haces mal,. contéstale el primero.
De hablar tan. de ligero,
y no tenerte a tí esa compasion.
Haz la comparaciQn:
Libres tú y yo,· ¿cuál dime es nuestra suel'te!
Que el sol y la humedad nos den la muerte;
Si es que una cocinera
No toma delantera,




-76-
Y revuelto con huevos, en tortilla,
Te atormenta en la hornilla,
O en el crudo almirez te despachurra,
y en salsa transformarte se le ocurra.
En tanto el cordelero, á mis hermanos
Me junta, y con sus manos,
Me convierte en fortísimo manojo,
Que burla de los fuertes el enojo.


Tal es la sociedad, lector amado:
Para una privacion que impuso al hombre,
Mil veces le ha pagado, no te asombre
Con la fuerza que, unido, ha conquistado.




FABULA XXI.


EJ. PAJARO TIRANO, y LA SERPIENTE SUIZA.


Convocado un congreso de seis Dioses,
(Y aun dice ]a leyenda mitológica
Que entraron Semi-Dioses).
Cual á Verona fueron,
Segun cuenta ]a nota cronológica,
Los reyes que quisieron,
Para acordar sin duda los gobiernos
De] unirerso mundo,
Del mar y de la tierra, cielo é infiernos;
y despues de un profundo
y detenido exámen de cuestiones,
De las altas regiones,




-78-
Trataron de poner á una comarca,
No sé donde situada,
Un gefe, Rey, Monarca,
O la gobernacion mas adecuada.


Habitaba el pais gran muchedumbre
De animales, de grata mansedumbre;
Pero muy entusiastas, de las nuevas
Doctrinas; y espel'ando buenas nuevaf!
De la eleccion, al cielo se volvian
Por ver si apercibian,
Los signos telegl'iificos.
Al fin aparecieron,
y pronto se esparcieron,
Repetidos en otros tipográficos.


El sagrado Congreso babia acordado,
Poner á su caheza, un enviado
Humano, cuerdo, sáhio,
De costumbres severas,
Amante de su pueblo muy de veras.
Tomó el Rey posesion, y sus vaBallos,
Un pájaro tuvieron por monarca.


Era este soberano,




De plumage galano,
De bello continente,


-79-


En su deber, ni un punto negligente;
Pero por cuanto, el diablo que las fragua,
Hace que los contentos hahitantes,
Se ocupen de saber como se llama,
Aquel tan bondado.so gobernante.
Recorren los estantes;
Burfon es p¡'eferiJo por su fama,
Para dar la consultn.
j Que nombre, oh Dios, le deí Burron .... ¡Tirano!
¡ Tirano L .. j Oh !o. o El Congreso nos insulta,
Disponiendo inhumano,
Que un déspota nos mande.
¡ Fuera el tirano 1. 00 fuera
Al punto, ó si nó muera!


Fué en el Olimpo la sorpresa grande,
y al momento á Mercurio despacharon
A esplicarles, que el Rey, que tanto amaron,
De Tirano no tiene mas que el nombre;
Pero hizo el viaje en vano,
El plenipotenciario sobrehumano,




-80-
Que el pueblo demagogo, no te asombre,
Lanzando de su seno al papa-masca,
Pidió nuevo gobierno ..
La reunioo divina, aunque algo hosca,
Con su saber eterno,
Perdonó el alzamiento.
Mas luego un pedimento,
Le envian suplicando,
Que el gobierno que hubiera de ponerse
Hubiese de escogerse,
De aquellas poblaciones
Do el republicanismo dominara.


A pique estuvo ya que se atufara~
El sacro consistorio,
Al escuchar las nuevas comliciones;
Empero no fué así, y generoso
Mandó un requisitorio,
Al libre pueblo Alpino,
En busca de un monarca poderoso.
Suiza se llamaba la serpiente,
Que reemplazó á Tirano en su de~tino.
IOh cua!1tos regocijos! i Cuantas fiestas!




-81-
¡Se llama Suiza! ¡Pues sin duda alguna,
Es raza liberal como ninguna!!


El chasco rué terrible;
Porque este Sobel'3no,
De aspecto mas temible,
Sus gustc.>s no halagaba,
Como lo hacia el Tirano,
Comiendo sabandijas,
Pues sin hac()r melindres, se almorzaba
Un par, no de torrijas.
Ni flacas lagartijas;
Sino de grandes pollas bien ceblidas,
O un buen conejo gordo.
Así dejó diezmadas,
En breve, bs familias de su Estado.


Entre tanto, el Congreso se hizo sordo,
A los gritos del pueblo escarmentado.
Los llantos J gemidos,
y el arrepentimiento,
Fueron ¡ ay! perdidos.
Los dioses irritados
Lanzaron el siguiente mandamiento:


11




-82_
«Los pueblos sábiamenle gohernados,
.Que por ódio de un nombre se conmueven,
.. La pena, en su pecado propio, lleven.»
¡Oh grande y divinal sabiduría!


El nombre del que manda no hace al caso;
Sin buen gobierno, fodo es tú-anía,
Con él, hay libertad, aun el1 Turquía.




FABULA XXII.


IJOS ESTADOS Y LOS PECES.


Sucede en ].os Estados
Lo que en ~os Peces,
Son presa de los grandes,
tos menos fuertes.


Como los Peces,
Guárdense de los grande"
Los menos fuertes.




FABULA XXIII.


EL PERRO CON TRES E1UPLEOS.


Guardábale el tesoro á un avariento
Un Perro, no contento,
Con los módicos gajes que gozaba,
y astuto meditaba,
Guardar tambien de ratas la despensa,
(Tuviéralo ó no el Gato por ofensa),
y para oler las lonjas del tocino,
Solícito pidió el otro destino:
El amo le complace en el instante,
Dejando al pobre Gato de cesante.
~Ias como la ambiciol1 nunca se sacia,


El goloso guardian de los dos puestos,




-85-
Quiere de la cocina, husmear los restos;
Que siempre comer frio no le hace gracia.
y haciendo en un papel cuatro I}()rrones,
A su señol' espone e¡;tas razones:
«Mi gran desinterés os acredita,
.Magnánimo st!ñor, ql:e no me incita
.A pedir en la casa una refol'ma,
:11 Que diera al asador dislin la forma,
.Mas móvil, qlle la eSll'icta eeonomía,
.Que de esa variacion resultaría .
• Pagais un marmiton, le alimenlais,
,Cuando si el Asador me encomendais
.Esa polilla menos mantendl'eis:
:IIPor tanlo á V. S. suplico me cncargueis ..•.
El buen Zar estaba ~n graeia yel avaro,
Concede el tri pIe encargo sin reparo.


Poco tiem po des pues ,los ratoncillos,
Pescaron el momento en qlle el Cerbero,
Asaba una gt'an pierna de carnero,
y hacielJdo los diablillos,
Abrieron en el queso buena brecha,
Embisten al jamon pOI' la derecha,




_86_
Por la izquierda al tociqo,.
y en el suelo derraman todo el vino.


Mientras esto pasaba,
y que el buen Perro asaba
La suculenta pierna, un ruido
Confuso, que penetra hasta su oido,.
Dale á entender, que hay gente en el tesoro,
y corre presuroso do está el 01'0;
Mas era tarde ya; que los lad l'ones
Huyeron bien repletos de doblones.


El perro con el rabo enlre las pierna!,
y derramando lágrimas muy tiernas,.
A la despensa eséapa
Por ver si se ag3z3pa~
y del terrible látigo se esconde.
Mas j oh dolol'! allí fué donde,
Creyó desfallecer de sentimiento
y vuela á la cocina sin aliento.
El mísero no estaba en la postrera
Calamidad. La carne i ay! ya no era
Mas que carbon y el mísero infelice,
Muriendo, su ambicioso error maldice.




-87-
Tu fin, joh Zar! no (ue tan merecido,


Como (uera en el hombre que imitaste;
Que tú sentiste el daño que causaste,
Cuando él S6 burla, al triple sueldo asido.




FABULA XXIV.


EL LOBO Y SU ALTADO.


Un Mastin y otro Perro pretendieron,
De un pastor preferencia en el destino,
De guarda del ganado que tenia.
Dió el pastor al primero sus cabriLos.
Despet'hado el contrario no repara,
El como ha de vengarse, del indigno
Desaire que le hacian, y observando
Que el Pastor y el Mastin si están unidos,
Son mas fuertes, medita una alianza,
Con el Lobo fortísimo enemigo.
Secreta entrada en el corral le enseña,
y con traicion inicua sorprendidos,




-89-
El Pastor y su guarca perecieron,
Al golpe del traidor y de su amigo.
Vencieron sí, mas no salió al mal Perro,
La cuenta que se hubiera prometido,
Solo el Lobo con él, junto al rebaño,
Acéchalo de espaldas y de un hrinco,
Tendido me le deja. Él espil':lIlte
Estas palabras cuentan que le dijo:
«Solo siento morir sin tes/amento,
1IPara que en él quedara por escrito
»El ejemplo terrible de mi suerte,
11 y conociendo el orbe mi de., tillO,
,El hombre se guardara en sus enoJos,
,De la venganza .... y mas .... del asesino.


12




FABULA xxv.


LAS GOLONDRINAS Y LOS MURCIÉLAGOS.


c¿Quien no es hoy ya prudhomista 7
:. ¿Quien no se rinde á su pI urna?
:. ¿ Quien no venera el principio
:. De la igualdad de forLunas?
:.¡¡Propiedad, tú eres un robo !l..
:.Dijo el gefe de las hlusas,
:.¡Gran principio, que á su autor,
:.Fama póstuma asegura!~
Así arengaba una U/'raca,
En una solemne junta,
Que tuvieron al efecto
Los an~Illales de pluma.




-91-
A su vez la Golondl'ina
Añadia, cr¿ no es cosa absurda,
»Que siendo todos hermanos,
»Mi propiedad no sea tuya h
Adoptado el pensamiento,
Sus cuentas ech~ba astuta;
«Yo soy p~jaro de paso,
»No me arraigo en parle alguna,
»Si los uemas se fastiJi:m,
»No me importa media uva.»
El pensamiento cuajó;
Se abolió la ley vetusta;
La propieda<l y sus llljas
Pasaron á ser difuntas.


No tardó mucho la época,
En que aquel pájaro husca,
Donde sacar sus poyuclos,
Anidando con industria.
Fabricaron, pues. solícitas
Sus nidos, sin que ninguna
Descuidara esta alencion.
Mas ¡oh! imprevista diablura!




-92-
Cuando ya se prepat'aban
A efectuar su empolladura,
Se encuenlran, que los murciélagos,
Sus nuevos nidos ocupan.
Vano es clamar, pues la ley
No dá luS:ll' á la súplica:
Aquello es primi ot:upantis,
No liene duda ninguna.
i y la triste pajarilla
Sus huevos yió en la basural


A la siguiente eSlacion,
Desconfiando, sin dnda,
Que el MurcIélago alevoso,
Le hiciese la misn.a burla,
No fabl'ica ya m::Js nidos,
Ni donde empollar procura.
El Murciélago á su yez,
Que esperaba igilal fortuna
A la anteriol', no cuidó
De abrigar su prole inmunda,
Unos y oll'os se eXlinguieron,
Víctimas de su locura,




-93--
No olvide jamás un pueblo,


Esla máxima inconcusa:
La propiedad es la base
De las artes, de la industria,
Quien la destruye, aniquila
Comercio y agricultura;
Si su abuso causa males,
Culpa es solo del que abusa.




FABULA XXVI.


EL DUERO, EL TAJO Y EL l\lANZANARES.


Prolongado rumor habia causado,
En el sagrado asiento de Neptuno,
JLl reto entre dos Reyes concertado.


Es el soberbio Tajo, entre ellos, uno
y el otro el caudaloso y ancho Duero,
y en su empeño ceder quiere ninguno.


Es ]a contienda: quien llega primero,
A.I comun receptáculo marino,
y cual mas aguas dá, de enero á enero.




-95-
Revuelto andaba el pueblo submarino
Juzg~ndo el resultado muy dudoso,
Por ser tantas sus aguas y camino.


'Mas. presto Manzanares orgulloso,
Puso fin á las dudas, dirigiendo
Una protesta al piélago espumoso.


O[ Yo el rio Manzanares, que desciendo,
lISi bien no en línea recta, del Carpenta,
) y á Madl'id des jabono , aunque durmiendo;


.,Sepan lodos, que oiré como una afrenta,
)Que á otro alguno se ayuda, que al Rey Tajo,
) Que con mis aguas y corriente cuenta. JI


El gran Dios, con no P(\CO trabajo,
Contuvo una Bolemne carcajada,
Al oil' las bravatas de aquel majo.


Esta burla á los rios fué contada,
y tal vergüenza hubieron de la afrenta,
Que dejaron la apuesta comenzada.




-96-
Si incurrir en ridículo '/10 intenta,


Un Estado pequeño, sin riqueza,
Que apenas tÍ sí propio se sustenta,
No imite al Manzanares en torpeza.




FABULA XXYII.


LA CON'fIE~DA DE LOS DOS LEONES.


Brotando fuego los ojos,
Las melenas erizadas,
Boca y nariz remangadas,
Dos Leones pelil'ojos,
Seguíanse las miradas.


Entre los dos, una Oveja,
. Ya privada de la vi¡Ja,.


Sobre la yerba tendida,
Era objeto de la queja
De uno y otro ovejicida.


13




-98-
Una Cabra desde el pico,


Do los estaba mirando,
Así les dijo balando:
-Mis Señores, os suplico,
Que no continueis luchando.


-La presa es mia, voto á tal,
Gritaba de entre ellos uno.
-O no será de ninguno,
Dijo el otro, ó le irá mal,
Si haberla pretende alguno.


Mas á instancias de la Cabra
Hubieron de suspender;
La lucha, y á su place!'
Esplicacion de palabra,
Se huLo de suceder.


-Mis Señores, les repite,
¿Quien imagina!' pudiera,
Que pOI' causa tan ligera,
Vuestra bravul") se e~cilc,
De tan terrible manera?




-'39-


-Bajad consejero al llano,
Dijo uno de los Leones,
Oiremos vuestras razones:
Dejamos en vuestra mano
Dirimir nuestras cuestiones.


La Cabra, incauta, acel'cose,
. y agradecida al favor,
Dió gracias por el honor
Que la hicirron, y encargose
Del pa pel de :lI'hill'ador.


--¡Oh Reyes! Mis Soberanos,
Díjoles la medianera,
Razon tcneis sobrunccra:
Mas, si me ois; como hermanos
Compartil' mejor os fuera ....


-¿Ha dicho miz, griia el uno!
-j Miz l... el otro le re,:pondc ....
-¡Que afl'enla!-¡CÓmo .... Dónde ! ...
-Miz es dictado gatuno
y al Leon no cOl'responde 11..




-100-
Por tanto; por nos se ordena~


Que en virtud de este nJandato,
Pues nos llamó como al Gato,
Sea descuartizada. en pena
De su enorme desacato.


Las dos fieras se avinieron
Pacífica y buenamente,
y entre ellos incontinente
Las víctimas se partieron,
Incluso el juez imprudente.


l'u mediacion, si se ahoga
Algun imponente Estado,
No interpongas; que es probado,
Dice el fefran, que la soga
Quiebra por lo mas delgado.




FABULA XXVIII.


EL ARCO Y EL ID o LO.


Al morir un salvaje, ásu heredero,
Rey de su tribu. un arco solo deja;
Con encargo, que estudie en él primero,
La máxima que enseña,
A gobernar un pueblo.
Confuso el jóven con tan rara enseñ3.
Humilde se dirije al tabernáculo,
A esponerle sus dudas al oráculo.
El ídolo r.esponde:
-Príncipe, ten presente el gran precepto,
Que impone de tu padre, ese conciso,
Lacónico concepto.




-102-
De tu pueblo es ·im1gell esa cuerda,
Quien lo manda, es preciso
Que de vista no pierda,
Que floJa siempre, nada nos promete;
Tirante en demasí a,
Resiste, hasta que un dia,
El arco rompe y daña al que la apriete.




FABULA XXIX.


LA HORMIGA.


Una hormiguilla,
Yo conocí,
Que solilaria,
Vivia feliz;
Mas -el orgullo
La hirió sutil.
Quiso la incauta
SobresaIÍl',
y á Jove pide,
Con ruegos mil,
Le dé dos alas
Con que bullir.




-104-


Dióselas Jove,
Yo se las ví;
Mas ¡ay! que fueron,
i Pobre infeliz!
Las álas término
De su exisLir.
Hay un proverbio
Que dice así:
Dale Dios alas,
Para su fin,
A las hormigas
Que han de morir.
j Hombres políticos,
Que lean aquí,
Los ambiciosos
Su porvenú'!
¿ Volar quereis
Hasta el zenit?
¡Pues cuenta, necios,
Que os vais á hundir!




FABULA XXX.


:EL PERRO, EL MILANO, EL GERVO , EL CANGREJ0 y
- EL COCHINO.


Tratábase en un pueblo de anima]es,
(Se entiende, irracionales),
De como pasarian


Un áspero, espinoso y gran desierto,
Tras el cnalles decian,
Que de trigo cubierto,
Se hallaba nn campo y fértiles terrenos,
Que daban, sin sembrar, frutos mny bueno~.


14




:....106-
La gran dificultad estaba solo,


En dar con :Marco Polo,
O algun otro atrevido caminante,
Que fuera por delante,
y al pueblo condujera
Sano y salvo, en tan pésima carrera,


En tal aprieto, el padre del tocino,
<Cuyo nombt'e te callo por cochino)
Con una boina puesta en la cabeza,
Así empezó á gruñir con aspereza:
-Señores brutos, duéleme en el alma,
Que pretendais saber mas que mi abuela;
Porque tan grave orgullo me revela.
Sobrada petulancia, poca calma.
Yo sigais al que q'U~'era movimiento,
Descansad, que el arroz lo traerá el viento.


El Cangrejo gritó: -¿ Qué disparate
Nos cuenta ese petate?
Escuchad, bru tos próceres, Jumentos,
Ilustres Elefao tes corpulentos,
Leones, Tigres, Cangregil nobleza,
Yo apuesto mi cabeza,




-107--
Que os llevo al fin, con mi eficaz socorro,
Si correis hácia atrás, como yo corro.


j Qué mentecato! dijo el Gervo astuto,
Este es hombre y no bruto,
Pues basta á despeñarnos,
El consejo fatal que quiere darnos.
Es fuena no tener pizca de seso,
Para no apetecer que haya progreso.
¿Para qué caminar paso entre paso,
Como hasta aquí? Escuchad, que en tan mal paso
y por tantas espinas me sigais,
y vereis, si saltando no llegais.
-Error, error, gritó al punto el Milanl;,
Vale mas el Marrano,
Con su quietismo y ,Su esperar al viento.
Por uno, apuesto ciento,
Que si á saltos seguimos al tunazo,
Habrá tal batacazo,
Que muera todo vicho de apostema;
Volad ea demwráfico sistema.


Terminado el discurso del Milano,
(Que olia á republicano),




-108-
Siguió luego un silencio muy profundo,
Que guardó lodo el mundo,
Hasta que un perro viejo muy corrido,
De los que han aprendido
A esplorar el o.cuILo pensamiento,
Hizo el siguiente audaz razonamiento:


«Esclarecidas bestias, compañeras,
lICuatro partidos son los que ofreceis,
,AI pueblo á quien quereis
, AtraC!' cada uno á sus banderas.
,¿No habeis visto, Señores, que no ha habido,
,Quien os haya aplaudido?
,¿Hay acaso un-1 solo que merezca,
»Que el mando se le ofrezca? .
»Ésclúya,se en alguno el egoismo.,
,Huya el esclusivismo,
,Combínese la paz, la tolerancia,
, El órden, la justicia y la observancia
.. De nuestras leyes, y por Baco os juro,
,Que aquel que 3Eí lo hiciere, de seguro
, Contará con el pueblo lodo entero;
,De 1o contrario, abajo irá el primero"




_t09-


¿Qué tal? o •• lector amigo ... ¿eh .... que tal. ...
Si aprenden los perrillos con los años!. ..
Y aunque rabien repito á cada cual,
«Nadie espere del Pueblo con engaños.,.


FIN.






lNDICE


Páginas.


F'ABuul.....;..Prólogo. 7
-H.-El Mono reformador. 1 L
-I1I.-La Mosca favorita. 15
-lV.-Las dos Hormigas. 21
-V.-El Palomo ladron. 2l.
-VL-EI Rey Sanguileon. 28
-VIL-La Mosca y ~a Abeja. 51
-VlII.-EI Gato candidato. • 57
_\X.-El Caballo y los Yahus. 40
_X.-Los Mosquitos bullangueros. • 45
-XL-La Calandria y el Cazador. 46




, .


" . *
P6ginas.


------F.mtrú XII.-El Borrico basurero. •
.;:-XIIT.-Los lres fielojes. . •
..-.XIV.-Las Mariposas y el Ele~ñte.
-x~.-m Leon y sus vasallos. •


4U
53
56
59


--:XVI.-La Avispa y la Cantárida. • 62
- XVII.-Las dos albar das. • 64
-XVm.-Las Abrjas ·tejedoras. 65
-XIX.-EI Tordo diputado.


• 69
-XX-El Esparto y el Perftil .. 75
-XXI.-E1 pájaro Tirano y la serpiente


Suiza. • • . . . 77
-XXII.-Los Estados y los Peces. 85
-XXIII.-EI Perro y los Empleos. • 84.
-W.-EI Lobo y su aliado. • 88
-XXV.-Las Golondrinas y los Murciélagos. 90
-¡XV1.-EI Duero, el Tiljo y el Manzana-


res.- ...


~XXVII.-La conlipnda de los Leones.
_XXVIII.-El Arco y el Idolo.. . .
,,-XXIX.-La HOI'miga. • • . • .
-XXX.-El Perro, el Milano, el Gervo, el


94
97


Cangrejo y el Cochino. . • • 1(¡5


(