HISTORIA DE LA REVOLUCION FRANCESA POR D.E LA ACADEMIA. FRANCJ:!:SA. ...
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HISTORIA
DE LA


REVOLUCION
FRANCESA


POR


D.E LA ACADEMIA. FRANCJ:!:SA.


TRADUCIDA Y ANOTADA


POR


DON SEBASTIAN lllIÑAIXO
DE LA AoCADEl\UA Dll LA. BISTQIH A.


TOMO UNDECIMO.


SAN SEB'ASTIAN


Imprenta de IGNACIO RAMON BAllOJA.
Cara.t .... d. la flll>dicion de LAURF.NT .1 DE B~;RNY de Por;"


1841.




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HISTORIA
OE tA


IlEVOI .. UCION Fll!NCI~SA.


DIR.~C'fonIO.
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CAPITULO PRr\lERO.
( ~~~


Situacion apurada de la Inglaterra despue, de los pl'c1imin;t-
res de paz con el Austria j nnc\'as proposiciones de paz j
conrerencias de Lillc. - Elecciones del ~lño V. - Progre-
sos de la rcaecion eontrd-I'evolncionaria. Lucha de los COIl-
sejos con el directorio. _o, Eleccion de RII·thelemy para
director en reemplazo de Letourneur, director eesante.-
Nuevos pormenores sobre la hacienda del año V. Modifica-
ciones en su admiuistracion propucstas por la oposicion.-
Vuelta de los clérigos y de los emigrados. Intrigas y COI1>-
piracion de la faccion realista. - Division y fuerzas de lo~
partidos. Disposiciones políticas de los ejércitos.


Atrevida por demas era la conducta de Bo-
napal'lc respecto de V cncúa ,pel'O no fuera de
límite de las leyes, pues hahia motivado el ma-




REVOLUCJON FRANCESA.


1l1fiesLo de Palma-Nova en la necesidad de re-
pelel' las hostilidades principiadas; y ántes que
estas se convirtiesen en una guerra declarada, ha-
hia concluido un tl'atado que dispensaba a 1 direc-
torio de sometel' á los dos consejos la declaracÍon
de guerra. De aquella manera había sido atacada,
destruida y borrada del mapa de Europa la repú-
blica de VenezÍa sin que el general huhiese con-
sultado al directorio, ni el directorio á los conse-
jos, y solo faltaba notificar el tratado. Igualmen-
te Génova se habia revolucionado sin que apare-
ciese haber sido consultado el consejo, y todos
estos hechos que se atribuian al general Ronapar-
te aun mas de lo que realmentp. habia influido en
ellos, daban una idea estraordinaria de su poder
en Italia y de las facultades que se tomaba. En
efecto el directorio creia que Bonaparte habia cor-
tado muchas cuestiones, pero no podia echársele
en cara haberse escedido materialmente de sus
poderes, al mismo tiempo que estaba precisado á
reconocer la utilidad y oportunidad de todas sus
operaciones, sin atreverse á desaprobar á un ge-
neral victorioso y revestido de tan gran prestigio
en los ánimos. El embajador de Venezia en París
~lr. Quirini habia empleado todos los medios po-
sibles con el directorio para ganar algunos volos
en favor de su patria, y se valió de un Dalmata
muy intrigante y astuto, que se había ligado con




DIRECTORlO (1797)
Barrás pam cort'ompel' aquel director. Parece ser
que se le habia dado una suma de 600 mil fran-
cos en billetes con condicion de defender á Vel.le-
zia en el directorio; pero instruido Bonaparte de
la intriga, la denunció, y Venezia sc quedó como
estaba y los billetes no se pagaron. Sabidos. estos
hechos en el directorio, oca"ionaron esplicaciones
y hasta se principió ulla sumaria á fIue luego no
se dió curso. Se aprobó la conduela de Bonaparte
en Italia, y los primeros di as que se siguicron á
la noticia de los preliminares de Lcoben fucron
todos de júbilo y di vCl'sioll. Pero los enemigos de
la revolucioll y del directorio, que tanto habian
illvocado la paz solo para tener pretesto de acusar
al gobierno, sintieron en el alma ver firmados los
prelimillares ; al pasü que los republicanos esta-
ban colmados de satisfaccion. Bien hubieran que-
rido estos la com pIeta emanci pacioll de la Italia,
pel'O les alegraha mucho vel' reconocida la repú-
Llica por el cmperadol' y ell cierto modo consa-
grada por él ; Y en ulla palabra la masa general
del pueblo se regocijaba de vet' terminar los hor-
rores de la guerra aguardando alguna reduccion
de las caq~as públicas. La sesion en que se notifi-
cal'OH Ú los eonscjos Jos preliminares fue toda de
entusiasmo, y se declaró que los ejércitos de Ita-
lia , del Rhín y del Sambm y Mosa habian mere-
cido bien de la patria y de la humanidad conquis-




ilRVOlCCIOl\ FIlA:;¡CES.>\.


tantln la paz ú fuerza de victorias. Todos lo"S [laI'-
litio:;, prodigaron al gcncl'al Bonaparle las CSIH'C-
siones del mas vivo entusiasmo y se propuso darle
el sohrenombre de l/Mico, como cn noma se h;jbia
dado á Sci pion el de Africallo.


Sometida el Austria, lo estaba tambien todo el
t'olllinente y no quedaba mJi~ qlle la IlIglaterra
por comhatí!', la clIal estaba. tambien un poco re-
ducida y espuesta ú ve¡,¡laderos peligros. Hochc á
(Juicn se habia detenido en Francfort en medio de
sus triunfos estaba impaciente pOi' abrii'se una
calTera y slr'mpi'c pensando en rrlal1Lla sin re-
11l1ilCiar ú su proyecto del ario anterior. Tenia
cerca de 80 mil hombres entre el Rhin y el Nidda ,
y hahia rkjado cerca de 40 mil de ellos en las ín-
mcdiacio!l(~s de Brest ,[uedando la c~lIad¡'a arma-
da en el puerto y siempl'e pronta {, lIal' la H~la. Tam-
bicn !lila Hota e3 1¡)<l1101a reunida'en Cadí/ no al!uar-


,¡ (.)


daba mas sino que alguna rúfaga dc vieuto ohli-
¡:asc al almirante ingles Jcwis :í alcjarse para sa-
lil' (le ia rada v venir ú la 'lancha ú comhinar sus
csfu('I'zo:; con los de la marina franccsa. Por últi-
mo los Holandeses habían conseguido reunir ulla
I'scuadl'a y reorganizar ulla parte de su ejército;
('Oll todo lo cual podia tli:;poner Boche de fuerzas
lnmensas para sublevar la Irlanda. Se proponía
clcslClcar 20 mil hombrcs del ejército del Samhl'a
y ~Iosa y cllcaminarlos h,ícia Bresl para embarcar-




DIRECTORIO (1 '197). '1
los nuevamente , habiendo elegido sus mejores
tropas para aquella operacion que era el blanco de
todos sus pensamientos. Pasó tamhien de incógnito
á Holanda, haciendo esparcir la voz de que habia
ido á pasar algunos dias con su familia, y allí es-
tuvo presenciando todos los preparativos. Se em-
harcaron en una escuadra 1'1 mil Holandeses de
cscelentes tropas, y no esperahan mas que una
señal para venir á reunirse con la espedicion pre-
parada en Brest; y si á estos ¡medios se juntaban
tambicn los de los Espaí'ioles, eran incalculables
los pcligl'Os de que se hallaba amenazada la In-
glaterra.


No tenia Pitt un momento de tranquilidad,
porqlle la defeccion del Austria, los preparativos
hechos elJ el Texel y en Brest , y la escuadra reu-
nida cn Cadiz, que podia quedar desbloqueada á
la menor casualidad eran circunstancias todas de
la mayo)' inquietud. Fuera de eso, la Espai'ia y la
Francia no cesaLan de illstUl' á Portugal á que hi-
ciese la paz, y era muy de temel' la defeecion d~
arIllel antiguo aliado. Todos estos sucesos habian
perjudicado sensiblemente al crédito, y ocasiona-
do una crisis prevista y profetiz:Hla despues de
mucho tiempo. Siempl'e habia recurrido el gobier-
no ingles al ausilio del haneo, y sacado de él an-
ticipaciones enormes, ya haciéndole descontar pa-
garés de la tesorería ó ya haciéndole comprar rtn-




8 nItYOLUClO~ FANCBSA.


tas; pero todas estas anticipaciones eXlgJan gran-
des emisiones de billetes. Sobrecogidos los áni-
mos y esparcida la voz de que el banco habia he-
cho préstamos considerables al gobiel'llo, todo el
mundo acudió á reducir á dinero su papel, y así
en el mes de marzo, cuando Bonaparte avanzaba
sobre Viena, se vió precisado el banco á solicitar
]a facultad de suspender sus pagos. Concediósclc
este permiso y se le dispensó de cumplir una


. obligacion que era inejeéutable, per{) no sin
perjuicio de su crédito y aun de su existencia. [n-
mediata mente se publicó el estado de su haber y
de sus deudas resultando que estas no ascendian
mas que á 1 :3,770,390 libras esterlinas, mientras
que aquel ascendia á 17,597,230 de la misma mo-
neda. POl' tanto habia un esceso de 3,826,890 li-
bras esterlinas entre su habel' y sus obligaciones
pero no se decía á cuanto montaban en el habp.r
los créditos contra el estado; pues s i bien toda lo
que consistia en barras ó en letras de cambio so-
bre el comercio era seguro, no asi las rentas y los
pagarés de la tesorería que componian la mayor
parte del crédito actívo pOl'que estos habían baja-
do con la política del gobierno. Inmediatamente
perdieron los billetes mas del 15 par ciento, y
los banqueros solicitaron á su vez la facultad de
pagar en billetes, sopena de verse precisados. á
suspender sus pagos. Era muy natural, y aun de




DWECTORIO (1797).
toda justicia qu'c se les concediese igual facultad,
porque era el banco quien les po.nia en.la impo-
sibilidad de pagal', reusando cumplir sus co.m-
promisos en dinero.. Esto. equivalia á dar á lo.s- bi-
lletes el curso. fo.rzado. de mo.neda , y evitar aquel
inconveniente, se reuniero.n lo.s pl'incipales co.-
merciantes de Londres, y dieron una prueba no.-
table de cspíritu público. y de inteligencia. Cono.-
ciendo. que el negarse á admitir en pago. lo.s bi-
lletes del banco. o.casio.naria una catáslt'o.fe inevi-
table en que to.do.s tendrían igualmente que su-


. ¡i-ir, resolvieron prevenirla, y determinaro.n de
comun acuerdo. recibir lo.s billetes en pago.. Desde
aquel instante la Inglaterra entró en la peligrosa
marcha del papel moneda, aunque es verdad que
este no. era fo.rzoso. sino. ,'o.luntario., pero. siempre
participaba de la poca so.lidez del papel, y depen-
dia eminentemente de 1a co.nducta po.lítica delgabi-
nete. Pero para hacerle mas aco.mo.dado al servi-
cio de mo.neda sc lc subdividió en pequellas su-
mas, auto.l'Ízando. al banco. ,cuyo.s menores bille-
tes eran de cinco. libras esterlinas (al rededo.r de
400 reales) , á emitir o.tros de 20 y de 1.,0 Scheli-
nes ( de 96 y de 192 reales) co.n lo. cual po.dian
servir para el pago. de lo.s o.breros.


Po.r mas que el buen espíritu del co.mercio. in-
gles hubiese disminuido lo.s riesgos de aquella ca-
lústrofe, no. por eso. dejaba de sel' muy espuesta la




10 REVOLOClON FRANCESA.
situacion, y para que no llegara á ser enteramen-
te desastrosa era necesario desarmal' á la l"rancia
é impedit, que las escudras española, fnmcesa y
holandesa viniesen á promover un incendio en
Irlanda. Continuaba la familia real siendo tan
enemiga de la revolucion como de la paz, pero
Pitt no tenia otl'O objeto que el inLeres de la Ingla-
terra y mit'aLa en aquel momento como indispen-
sable algun reposo. Que la paz fuese definitiva ó
no , era preciso obtenerla, y poniéndose entera-
mente de acuerdo con el lord Grenville 1, decidió
el gabinete entablar ;ul1a Of~gociacion sincera que·
proporcionase dos Ó tl'es a110S de descanso á los
reSol'tes demasiado tirantes del poder ingles. No
podia ya volverse á poner en {;uesLion la cesÍon
de los Paises Bajos, supuesto que ya estaLa hecha
por el Ausll'ia y solo podia disputarse la de las
colonias 1 en la cual habia medio y esperanza de
entenderse, exigiendo no solo la situacion la ne-
cesidad de tratar 1 sino (IlIe hasta la eleccion mis-
ma del negociador probaba la intencion de bacer
lo. Se volvió á dEsignar para ello al lord Malmes-
hury y no era de creer que en su edad se le hu-
biese empleado dos veces para una vana repre-
senta\.:ion. Este lord 1 célebre por su lar'ga carrera
diplomática, y por su destt'eza (;Omo negociador
(~staba cansado de los negocios y quería retil'al'-
se de ellos, pero des pues de concluir una nego-




DIRECTORIO (1797).
cÍacion felíz y brillante. Ninguna podia pI'esentar.
se mas bella que la paz eon la Francia despues de
aquella honible lucha; y si él no hubiese tenido
la certeza de que su gabinete deseaba la paz, no
habl'ia consentido en represen tal' un papel de me-
ra farsa, que pasaba á ser rídiculo repitiéndose.
En efecto habia recibido ínstmeciones secretas
que no le dejaban la menor duda, y el g'abinetc
ingles pidió pasaportes para su negociador, fijún-
dose de comun acuerdo el lugal' de las conferen-
cias en tille y no en Paris. Preferia el dil'ectorio
recihir al ministro ingles en una ciudad de pro-
"incia , donde eran menos temibles sus intrigas,
y tambien el ministro ing"les deseaba no hallarse
en presencia de un gobicl'11o cuyas formas no de-
jaban de ser ásperas, y prefería tratar con a por
medio de sus negociaebres. Eligrose pues ú Li-
lle, y por una y otra pal'te se prcparó una lega-
cion solemne, sin perjuicio de que Hoche conti-
lluára con vigor sus preparativos para dar mayor
actividad á los negociadores franceses.


Asi despues de "ictoriosa en todas partes la
Francia, estaba en ncgociacion eon las dos gran
potencias europeas con esperanzas de la paz gc-
llera!. Pa recia (Iue unos acontecimientos tan prós-
peros y brillantes solo debían ocasionar alegria en
todos los corazones; pero las elecciones del año
V acabahan de dar á la oposicion unas fuerzas


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12 IlEVOLUCION FllA~CE5A.
muy peligrosas, pues ya hemos visto cuanto se
agitaban los adversarios del directorio desde lue-
go que se prepararon las elecciones. Mucho habia
contribuido á tal resultado el partido realista,
que á pesar de haber penlido tres de sus pl'inci-
pales agentes Brottier, Laville-Heurnois y Duver-
ne de Preste no por eso se habia desorganizado en
aquella tan grande confusion. Mas antes existían
dos asociaciones, la una compuesta de hombres
celosos ca paces de tomar las armas y la otra de
gente fria y solo propia pam votar en las eleccio-
nes. La agencia de Lyon habia permanecido in-
tacta , y Pichegrú conspirando aparte, continua-
ba su correspondencia con el ministro ingles Wic-
kan y con el príncipe de Condé. Influidas las elec-
ciones por intrigantes de toda especie y sobre to-
do por el espíritu de l'eaccion, obtuvieron el r,~sul­
tado que se habia previsto, y la casi totalidad del
segundo tercio fue compuesta, como el primero, de
hombres enemigos del directorio, ya pOI' amor á la
monanIuía, ya pOI' ódio al terl'Or. Verdades que no
eran muy numerosos los partidarios de la monar-
quia, pero iban segun costumbre ú participar de las
pasiones de los otl'OS. Fue nombrado Pichegrú en el
Jura: en Colmal'eligieron al llamado Chemblé,que
estaba encargado de la correspondencia de aquel
con 'Viekam: en Lyon ú Imbel't Colomés que era
uno de 105 miembros de la agencia realista en el ~Ie-




DIRECTORIO (1797). 13
diodia y á Camilo Jordan 2, que era un jóven de
buenos sentimientos y :de imaginacÍon viva, que
sÍn 'Saber por qué estaba encolerizado contl'a el di-
rectorio. En Marsella al general 'Villot á quien ha-
bían sacado del ejército del Oceano para ir á man-
dar en el departamento de las bocas del Ródano
y lejos de contener á los partidos, se habia deja-
do corromper, tal vez sin advertil,lo, por la faccion
realista: en Versalles, al llamado Vauvilliers, com-
prometido en la conspiracion de Brouier, y des-
tinado por la agencia para ser administrador de
vÍvel'es; en Brest al almit\i11te Vil 'aret Joyeuse,
que estaba reIlido con Hoche, y de consiguiente
con el gobierno de resultas de la espedicion de
Irlanda. Hubo muchas otras elecciones por este
estilo aunque no todas fuesen igualmente sospe-
chosas para el directorio y para la república,
pues fue nomhrado por su departamento el g'ene-
ral Jourdan , que habia dejado el mando d~l ejér-
cito del Sambra y Mosa de resultas de las desgracias
de la campalla antel,ior, siendo por cierto muy
digno de rf~presentar al ejército en el cuel'!)O le-
gislativo y de vengarle de la deshonr:t que iba á
imprimil' en él la traicion de Pichegrú. Lo singu-
lar es que salió electo Barrére por el departamento
de los Altos Pirineos.


Diél'onse prisa á llegar á Paris los nuevos elegi-
dos, y mientras que Ilegaha el 1.° de prerial , que




REVOLUCION FRANCESA.


era la época de su instalacion los ihan ah'ayendo
á la reunion de Clichy, que cada dia se iha ha-
ciendo mas violenta. Los mismos consejos no guar-
daban ya su antigua moderacion, sino que al ver
acercarse el momento del nuevo refuerzo princi-
piaban los miembros del primcl' tercio á dejar á
un lado aquella reserva en que habian estado du-
rante 15 meses. Hasta entonces solian seguir á los
constitucionales, esto es á los diputados que pre-
tendían no sel' amigos ni enemigos del di,'ectOl'io,
sino que afectaban estár solo por la constitucion ,
sin combatir al gobierno sino cuando se separaba
de ella. Esta direccion habia dominado particu-
larmente en el consejo de los Ancianos, pero con-
forme se iba acercando el dia de la reuníon, to-
maba la oposicion del consejo de los Quinientos
un lenguage mas amenazador y se decia frecuen-
temente que los Ancianos habian mangoneado de-
masiado en uno y otro consejo, y Cl'a tiempo de
salil' de la tutela. -De esta manera esplicaba el
partido su alegl'ia y atrevimiento tanto en el club
de Clichy como en el cuerpo legislativo.


Engañados los constitucionales como todos los
que durante la revolucion se habian dejado arras-
trar á la oposicion, creian :que iban á ser dueños
del movimiento, y que los recien venidos no se-
rian mas que auxiliares suyos. Estaba á su frente
Carnot, cada dia mas comprometido en la falsa




DIRECTORIO (1797). 15
díreccion que habia tomado, y no dejaha nunca
de apoyar en el directorio el dictámen de la ma-
yoria legislativa; pero particularmente en la dis-
cusíon de los preliminares de Leoben mostró
cierta animosidad, contenida hasta enlonces den-
tro de los tél'minos de la decencia y apoyó con un
celo que no era de esperar de su vida pasada, las
concesiones hechas al Austria. Obcecado Carnot
por su amor propio , creia dominar al partido
constitucional así en los Quinientos como en los
Ancianos, y no veia en los nuevos elegidos mas
que un allmento de partidarios. Llevado de su ce-
lo por reunil' los elementos de un partido de que
esperaba ser gefe, procuraba relacional' á los nue-
vos diputados con los principales de aquel, y has-
ta fue á ,visitar á Pichegrú, sin embargo de que
siempre se habia esplicado mal acerca de todos los
miembros del directorio. Estaba en intimidad con
otros muchos diputados del primel'O y del segun-
do tercio, y su habitacion del l,uxemburgo era el
punto de reuníon de todos los miembros de la
nueva oposicion, viendo diariamente sus cólegas
concurrir á su casa sus mas irreconciliables ene-
mIgos.


La cuestion mas importante del dia era la elec-
cion de un nuevo director, debiendo sortearse el
que habia de cesar en aquel empleo, y si la suer-
te designaba á LaITeveillicre Lepeaux , á Rewbell




16 REVOLUCION FRANCESA.
o a Barrás, cambiaba necesariamentc la marcha
del gobicmo ,porque el director que nom])rasc
la llueva mayoria no podria menos de votar con
Camot y con tetournem'.


Se decia quc los cinco directores se habian pues-
to de acuerdo para designar al que habia de cesar
de entrc ellos y que Letoumeur habia consentido
en renunciat' sus funciones por lo que solo se fi-
guraria un escrutinio simulado. Pero esta era una
de las muchas suposiciones absurdas que suelen
hacer los pal'Lidos, porque el que mas y el que
menos de los cinco dit'ectores , esceptuando tal
vez Larreveilliere deseaba conservar su empleo.
Fuera de eso cuando Camot y Letourneur espera-
ban ser los amos del gobierno en caso de que la
suerte escluyese alguno de los otros tres, no es
de presumir que consintiesen en abandonar vo-
luntariamente la partida. Hubo sí una circunstan-
cia que pudo autorizar aquel rumor, y fue que
habían estipulado entre sí los cinco dit'ectorcs,
que el miembro que saliese recibiría de cada uno
de sus compaii.eros una indemnizacion de 10 mil
francos, que compondrian la suma de 40 mil, pa-
ra impedir que los directol'es pobres pasasen de
repente desde la pompa del poder á la indigencia.
Esto fue lo que motivó la voz de que para deci-
dil' á Letourneur á que renunciase se habian con-
venido sus cólegas en cederle una parte de sus




mHEnOltlO (1797). 17
sueldos; pero no hubo nada de {'~o. Tamhipn se
decia haberse convenido en hacerle dar sU di mi-
sion únLes (Iel 1.° de pl'f~rial pan\ (iue se hicipse
el nombramiento del nuevo diredot' anLes de la
entrada del segundo tercio (~H los consejos) cu-
ya combinacioll era imposible f'"tando pn~:.;pnll~
Carnot.


No omitia diligencia la sociedad de Clie"" para
anticiparse ú las combinaciones de que se hablaba
en el público y para eso cliscunió pI'esenLar ulla
proposicioll en el consejo de Jos Quinientos dil'i-
gida ft que se obligase á los dil'ectores á hacer pú-
blicamellte el sorteo ) cuya pl'Oposicion era in-
constitucional pOI'que 110 se designaba en ella el
modo con que se habia de hacer dicho sorteo y
parecia descansat' eJl el interes mismo de c::Ida UIlO
de los directo\'es por lo relativo ft su rf>gulal'idad;
sin embargo de eso pasó la proposicion en el COI)-
sejo, l_arrcveillj(~l'e Lepeaux que ciertamente no
el'a ambicioso, pero tenia firmeza, hizo pI'esente
á sus compañeros que aquella providencia era una
usul'pacion de sus atribuciones y les instó (¡ <pIe
no la I'econociesen por legal. Efectivamente res-
pondió el directoriu que no la egecutaria por ser
inconstitucional) á lo cual replical'on los consejos
que á él no le tocaba juzgar de una tlecision (lel
cuel'po leg-islativo, Iba á insistir el dil'Pctorio I't~S­
po::diendo que uno de los artículos de la ley fuu-




18 REVOLUCION FRANCESA.
damental prevenia que la constitucion estaba ba-
jo la vigilancia de cada uno de los tres poderes y
que el egecutivo tenia la obligacion de resistirse á
cualquiera medida inconstitucional, pero Carnot
y Letourneur se separaron de sus colegas y Bal'l'ás
que el'a tan violento como debil , aconsejó á Rew-
bell y Larreveilliere que cediesen y no se volvió
á disputar sobre el modo de hacer el SOl'teo.


Otras nuevas prQposiciones se discurrieron en
la turbulenta reunion de Clichy antes qse llegara
el dia 1.0 de prerial , y la que tenian por mas im·
portante era la revocacÍon de la famosa ley del 3
de brumarlo en que estaban escluidos los parien-
tes de los emigrados de los cargos públicos y pro-
hibia la entrada en el cuerpo legislati.vo á muchos
miembros del primero y segundo tercio. Hizosc
en efecto la proposicion en el consejo de los Qui-
nientos pocos dias antes del 1.0 de preL'ial y que-
dó aprobada des pues de una acalorada discusion.
Un suceso tan inesperado y conseguido antes de
la entrada del nuevo tercio probaba ciertamente
el influjo que ya ejcrcia la oposicion en el cuerpo
legislativo sin embargo de estar todavia compues-
to de los dos tercios convencionales. Pero con todo
el partido llamado constitucional todavia conser-
vaba gl'all fuel'za en el de los Ancianos y no deja-
ha de ofenderse de la independencia de aquel par-
tido que hasta entonces hClbia estado bajo su di-




mRECTOlUO (1797). Hl
rcccion y reusó la rcvocacion de la ley del 3 dc
Lrull1ario.


Apenas llegó el 1.0 de prerial cuando se presen-
taron en el cuel'po legislativo los nUC"05 elcctos y
reemplazaron Ú 2;')0 convencionales de suerte que
no quedaron de los 750 que componian la totali-
dad de los dos consejos mas que 250 (pIe hubie-
sen pertenecido :t la gran asamhlea que habia COI1-
sumado y defendido la revoluciono Cuanclo Piche-
grú se pl'esentó en los Quinientos la mayor parte
de la asamblea que ig-lloraba tellcr en su sello un
traidor y solo veia en él un general ilustl'e des-
gl'aciado por el gobierno, se levantó llevada de la
curiosidad; y de lH4 votos obtuvo 387 para la
presidencia. Bien hubiera quet'ido el partido mo-
derado y constitucional nombral' para la mesa al
general Jourdan, con el objeto de prepararle el
sillon des pues de Pichegrú ; pel'O la nueva ma~ro­
ria orgullosa COIl su fuerza, y olvidando toda
especie de consideraciones, desechó it JOUl'dan.
Quedaron nombrados miemlJl'os de la mesa los
sellores Simeon Vaublanc, Enrique Larriviére y
Parisot 3, habiendo parecido muy mal la esclusion
de Jourdan, por lo mismo que era una torpeza
que debia ofender profundamente á los ejércitos.
En aquella misma sesion se anuló la eleccion de
los Altos Pirineos que habia l'ecaido soh.'e Barré-
re , y se supo el resultado (h'] 'sorteo hecho ell el




20 RBVOLOCION FRANCESA.
directorio, que pOl' uno de los caprichos de la
suerte habia recaido sobre Letourneur, lo cual
conLil'mó mucho mas la opinion esparcida de que
era un conveuio entre los directores *. Inmedia-
tamente se pensó en reemplazarle, aunque ya te-
nia mucho menos importancia supuesto que no
podia altera¡' la mayoria directorial, hien que
siempre fuese dar ú Carnot el apoyo de un voto, .Y
como por otl'a parte no se sahia bien cómo pensa-
ba Larreveilliére Lepeaux, sino que el'a moderado
y uno de los proscriptos en 1793 ,se lisongeahan
de que á lo menos en ciertos casos podria unirse
con él y variar la mayoria. Como los constitucio-
nales solo deseaban modificar la man'ha del go-
bierno sin destruirle, hubiel'an querido nombrar
un hombre adicto al ,'égimen actual, pel'O opues-
to al directorio y pronto á reunirse con Carnot,


Se cuenta en muchas hi;,torias que Letourneur salió
del directorio por un convenio \'oluntario; pero el director
Larreveilliére Lepeallx asegura lo contrario en sus preciosas
memol'ias ineditas, lo cual es una prueba suficiente para
cuantos han cOllocido aquel virtuoso 'cindanano incapaz de
faltar á la verdad. Pero cesa absolutamente toda duda cuallllo
se leé la memoria de Carnot escrita despues del 18 de fl'llcti-
dor, en la ell:!l á pesar de estar licua de hiel, que no ha-
ce mucho honor á su gloria, asegura que todo~ a1luellos so-
ñados cOllvenios no son mas que ulla lIlera SU¡ osicicHl. Cier-
lament", 110 tenia intere;; alguno en justificar ,í SIIS compañe-
ros contra los cllales t¡'uia ('1 mayor rcs(·nlimiC'nto.




DIRECTORIO (t 797.1. 21
para lo cual pro ponian fa CocllOn l[Ue el'a amigo
suyo y millistro de polici'l. Tambieu pensaban cn
Beul'llollville pero en el club de Clichy estaban
mal con Cochon , aUl1(lue al principio le miraron
con mucha inclinacioll ~I causa de su energía con-
ll'a los jacobinos; pel'o ahora no le querian bicn
por el al'l'esLo de Brottiel', Duveme de Presle y
Laville Heurnois, y sobl'e tOllo pOI' sus circulares
á los electol'es. Por tanto se deshcchó á Cocho n y
tambicll ;'1 Bcurnonville y pl'opusieron ú Barthe1e-


- rny , nuestro embajadm' en Suiza, que habia ncgo-
_ ciado la paz con Pl'Usia y Espai'ía. No cran CiCl'-


tamente estos méritos el verdadc~o motivo, sino
porquc le su ponian . cómplice del pretendiente y
de los emigrados, aunque ciertamente se engaña-
ban los realistas en esta esperanza, y los republi-
callos en su temol' porque Barthelemy no era mas
que un hombre dcbíl, mediano de talelllo, fiel ú
la autoridad l'einante y sin la osadia necesaria pa-
ra \'elHlerla. A fin de decidi,' su elcccion que no
dejaba de ellcontrar obstúculos, se esparció la voz
de que 110 aceptaría, y (lue su nombramienLo no
pasaría d(~ ser un homellage al homhre que había
prillci piado la l'ccollciliacion de la Francia con la
EUl'opa. A(!uclla fáhula contribuyó al suceso, y oh-
tUYO en el co11sejo de los Quinientos 309 votos, y
COChOIl 230. Se "ió figurar en la lista de los can-
didalos presentados á los Ancianos á Massena con




HEY Ot(jCroN "RANCESA.


j a 7 voLos; a Kléber con J 73 Y á Augercau con:
139; pon{ue un gran número de diputados ({ue-
rian poner en el gobierno r. uno de los genel'ales
de division que se hubiese tlistinguido:cn los ejér-
citos.


Salió electo llarthelemy por' los Ancianos, y
it pesar de la fábula esparcida respondió inme-
rliatamente que aceptaha las funciones de direc-
tor , sin que su entrada en el directorio alterase
en manera alguna los influjos, parque no era mas
capaz que Letoul'neur de egel'cerle con sus cólegas,
sino (j11e iba ú volar dd mismo modo, haciendo
por su pl'Opia situaciol1 lo que Letourncur hacía
por inclinacion á la persona de Carnot.


Desde el 1.0 de prerial empezaron á traJJajar los
miembros de la societla(l de Clieh y ó los Cl¡chinos,
como los namaban entonces, y ~mullciaron las
intenciones mas violentas. Poquísimos entre ellos
estaban en la confianza de los agentes realistas, y
tal vez solo Lémerer, l\1crsan, 1mbert Colomés,
Pichcgrú y 'Villot estaban en el secreto. A Piche-
gl'Ít, (lue basta entonces habia estado en corres-
pondencia con Condé y con Wiekam, se le aca-
haba de poner en relacion directa con el preten-
dienLe y se le hacían magníficas promesas y en-
"iaban nuevos fondos, que no dejaba de aceptar
por de contado, aunque no tuviese mas certeza
fIue anles del uso (lue podia hacer de ellos. Pl'O-




DIUECTORIO (1797). 23
metió mucho y dijo que antes de tomar un par-
tido era necesario observar la mal'cha de las cosas.
Fl'io y taciturno, afectaba con sus cómplices y con
to(lo el mundo el mistel'io de un espíritu pro-
fundo yel recogimiento de un gran carácter, y
cuanto menos hablaba, mas combinaciones y re-
Clll'SOS le suponian, sin fIue ni la mayol' parte de
los clichinos ni el mismo gobierno supiese una
palabra de su mision secl'eta, porque Duvel'ne de
Pl'esle, fIue tambien la ignoraba, no había podido
hacer la declaracion.


Entre los miembms de Clichy, !lIlOS eran mo-
v idos por ambicioll y otl'OS pOI' inclinacion natu-
ral al sistema monúrquico; pero la mayor parte
por los ¡'('cuerdos del terror y por miedo de que
volviese (\ renacer. JIaLiéllllose reunido por moti-
vos diferentes, no tardaron en verse arrastrados,
como sucede siempre que SE; juntan muchos hom-
bres, por los mas fogosos de elltl'e ellos, y desde
el 1.0 de prerial formaron pmyectos muy estra-
vag-antes. El primero era poner en permanencia
los consejos; lueg'o querian pedir que se alejasen
las tl'Opas que habia en París; eucal'gal'se de la
policía de la capital, interpretando el artículo de
la constitucion que concedia al cuerpo legislativo
la policía del sitio de sus sesiones, traduciendo
la palabra sitio por la de ciudad; acusar á los di-
rectores y nombrar otros, y anular en masa todas




RE\COLUCIO~ fo'nANCESA,


las leyes revolucionarias, ó lo que es lo mismo
anular á faH)!' de aquella palabra toda la revo-
lucion. Así despues de sometido Paris á su a\1-
Loridad, depuestos los gefes del gobierno y pues-
tos los poderes en sus manos, podían atreverse á
todo, incluso el restablecimiento de la monal'-
(luía. Sin embargo no se aprobaron aquellas pl'O-
})osiciones de algunas cabezas acaloradas, sino
que otras mas juiciosas viendo que equivalian ú
un ataque á viva fuerza contra el directorio, em-
pezaron ft combatirlas é hicieron prevalecer otras.
Se convino en valerse por de pl'onto de la mayo-
ría pa ra cambial' todas las comisiones, refMmar
algunas leves V contrariar la marcha actual del


(.. ,~


directorio, prefiriendo la táctica legislativa á los
ataques de viva fuel'za.


Acordado este plan se le puso inmediatamente
f'1l cjeCl1CiOll , y despues de haber anulado la elec-
cion de Barrérc , se rehabilitú aCluellos cinco
miembro,; del primC'l' tel'C10 (I"P habian sido es-
duidos d allo anlerior en virtud de la ley del 3
de lH'um:\I'io , si n que sirviese de obstáculo ba-
hel'sclH'gado los Anciano,; <Í la I'cvocacion de
aquella ley. Fueron efectivamente llamados estos
cinco diputados, como escluidos inconstitucional-
mente, " eran los llamados Ferraud-Vaillan IJ ,
G-ault ~ , Polissart 6 , .Job-Aymé el del Droma, y
1Iersan, tIue era uno de los agenles del realis-




DlltECTORIO (17!l7). 25
mo. Luego se discul'l'ió un nuevo modo de anular
la ley del 3 de hrumario, pues hahiéndose dese-
chado su revoc(lcion pocos dias antes pOl' los An-
cianos no podia volver á proponerse antes de un
arlO, y aú se empleó una nueva fórmula decidien-
do que ya estah~l anulada en lo que decía rela-
cion con la esclusion de los empleos públicos, que
en sustancia era casÍ toda la ley, y los Ancianos
se conformaron con aquella interpretacíon. Así
pudieron ser inll'oducidos los diputados del nue-
vo tercio ú qui.enes se habia escluido como pa-
rientes de los cmi~Tados, ó como amnistiados de
delitos revolucionarios, y á esto debió Imbert
Colomés el de Lyon la ventaja de entr'a!' en el
cuel'po legislativo. Tambien le sirvió á Salizetti que
se habia visto eompl'ometido en los sucesos de
prerial, y amnistiado con otros muchos miem-
})ros de la conyencion y nomhrado desplle~ di-
putado pOI' Córcega. Para aparentar cierta impal'-
cialidad , acordaron los intrigantes de los Quinien-
tos que t:unhien se anulase cierta ley del 21 de
floreal que mandaba alejar de Paris ú los conven-
cionales (IlIe llO tuviesen empleos públicos, como
aparentando quel'el' anular todas las leyes revolu-
cionarias. Inmediatamente despues se ocuparon
de verificar las elecciones y como era de espe-
rar anularon todas las dudosas siempre que se
trataba de algull republicano, confirmando por el


-~
'.-


"
-'-




REVOLUClON FRANCESA.


contl'ario todas las de los enemigos de la revolu-
cion. Renovaron todas las comisiones, y preten-
diendo que todo debía principiar desde el dia de
su entrada en el cuerpo legislativo, pidieron
cuentas dd estado de ]a hacienda hasta el 1.0 de
prerial. Luego establecieron comisiones especia-
les para examina.' las leyes relativas á los emi-
grados, á los clérigos, al culto, á la instruccion
pública, á las colonias etc., con la visible inten-
cion de poner la mano en todo.


Dos sojas escepciones se habian hecho á las ]e-
yes que imponían destierro perpetuo á ]05 emi-
grados. La una en ravo.' de los obreros V a/.!.Ticul-
'- " u


tores que Sto Just y Lehas habían hecho hui.' del
Alto Rhin dUl'anle su comision en 1793; la otra
en favor de los individuos comprometidos y obli~
gados ú huir á consecuencia de los sucesos del 31
de mayo. Solo estaban privados del beneficio de
esta segunda escepciol1 los refugiados de Tolon
que habian entreg'ado aquella plaza, y acogídose ú
las escuadras inglesas. A f;I\'01' de cstas dos dispo-
siciones habia vlIelto ú entral' Hila multitud de
emigTados, haciéndose pasat' unos por lahrado-
res del Alto Rhin , y otros pOI' proscriptos del 31
de mayo; pero los Clichiuos hiciel'on que se adop-
tase una próroga del término selialado á los fu-
gitivos del Alto Rhin por espacio de seis meses
y ademas decidieron que los fugitivos de Tolon




nlltECTORlO (1797). 27
Iludieran aprovecharse de la escepcion concedida
;'t los pl'oscl'iptos del 31 de mayo. Aunque este fa-
VOl' era ciertamente muy merecido de muchos
meridionales que solo se habían acogido á Tolon,
y de allí á las escuadras inglesas huyendo de la
proscripcion en que habian incunido por fede1'a-
listas, sin emhargo parecia que se que1'ia amnis-
tia1' el mayol' atentado de la faccion contra-1'evo-
lucional'ia, y no podía menos de indigna1' á los pa-
triotas. :Fue violentÍsima la discusion sobre las colo-
nias y sobre la conducta de los agentes del directo-
rio en Santo Domingo. Estaba compuesta la comision
encargada de aquel punto de Tarhe 7 , ViIlal'et Jo-
yeuse , Vaublanc y Bourdon del Oisa, y presentó
un informe en que se trataha muy mal á la con-
vencion. En él se acusaha al convencional Ma-
ree 8 de no haber resistido á la tiranía con la ener-
gia de la virtud; mas al Oi1' aquellas palabras, que
anunciaban la intencion manifiesta de insulta1' á
los miembros de la cOllvencion se levantaron to-
dos los que aun quedahan de ella en el consejo
de los Quinientos, se lanzaron ú la tribuna y pi-
dieron un informe redactado en términos mas dig-
nos del cuerpo legislativo. Fue violentÍsima la es-
cena porque apoyados los convencionistas pOl' los
diputados moderados, obtuvieron que volviese el
informe [¡ la comisiono Influyó Carnot en ella por
medio de BOUl'don del Oisa y se modificaron las




28 REVOLCClON FHANC.IlSA
di~p03iciones del proyectado decreto. Se habia
pro puesto al principio prohibir al directorio la
facultad de enviar agentes á las colonias, pero se
le dejó con tal que limitase el número de sus
agentes á tres y que no durase su comisioll mas
de J 8 meses. Se revocó á Santhonax 9 y entonces
viendo los constitucionales que reutli(~ndose (1 los
convencionistas habian podido contenel' la fuga de
los CI ichinos, creyeron poder llegar á ser los mo-
deradores del cuerpo legislativo; pero no tarda-
ron en desengañarse en las sesiones inmediatas.


Entre los objetos mas importantes de que se
proponían ocupar los nuevos electos, el culto y las
leyes relativas á los sacerdotes eran quienes lla-
maban su principal atencion. La comision encar-
gada de aquella grave materia nombró por infor-
mante al jóven Camilo Jordan, cuya imaginacion
se habia exaltado con los horrores cometidos en el
sitio de Lyon, y cuya sensibilidad, por mas since-
ra que fuese no dejaha de e~tar mezclada con un
poco (le amor propio. Hizo una disertacioll muy
lal'ga y pomposa sobre la libcl'tad de los cultos di-
ciendo, que no bastaba pel'lnitit' ;1 cada cual el ejer-
cicio del suyo, sino que em indispensable para (lue
la libertad fuese efectiva, no exigir cosas ({ue estu-
viesen en contl'adiccion con las creencias. Asi por
ejemplo, aunque el jurdmento que se exigia de los
clérigos no fuese opuesto ú la te? bastaba (lue lo




DIIlECTORlO (1797). 29
hubiesen interpretarlo ellos mal, y que le mirasen
como contrario á las doctrinas de la iglesia cátolica
para no deber imponérsele. Que habia sido una ti-
rania, cuyo resultado era crear una clase de pros-
criptos y proscriptos muy peligrosos, porque ejer-
cian gran influjo en los ánimos y les facilitaba sus-
traerse á la vigilancia de la autoridad el celo pia-
doso de los puehlos así como poder trabajar se-
cretamente en escitar la rebelion. En cuanto á las
ceremonias del culto no bastaba permitirlas en los
templos á puerta cerrada, sino que era necesal'io
al mismo tiempo que se prohibiesen las pompas
esterio\'f~s que podian lleg<H' á ser motivo de al-
borotos , permitil' ciertas prácticas indispensa-
bles. De esta clase el'a el uso de las campanas pa-
ra reunir en ciertas horas {¡ los católicos ~ como
que son una parte necesaria del culto, y asi el
prohibirlas era coartar la libertad, mucho mas
cuando el puehlo estaba acostumbrado Ú oi,' su
sonido y le agradal,a mucho sin haber consentido
todayia en verse pri vado de ellas, como era noto-
rio en las aldeas, donde no habian cesado de tocal'-
las á pesar de la ley. Por tanto era indispensable
permitir al{uella inocente necesidad y (Iue cesara
cl escándalo de ver (Iue una ley promulgada que-
daba sin ejeeucioll. Lo mismo sucedia con los ce-
menterios, pues aunque se prohibiesen en buena
hora la" pompas pú],!ica-; ú todos los cultos, con-




30 RFVOLUCIONFRANCESA.
venia permitir á cada uno de ellos que las cele-
brase privadamente en sitios cel'rados, destinados
á las sepulturas, donde pudieran colocarse lus sig-
nos propios de cada religion. J:'undado en estos
princi pi os , proponia Camilo J ourdan que se abo-
liescn los juramentos y las leyes represivas á que
habían dando origen; que se permitiese el uso de
las campanas y el de los cementerios, dentro de
cu-ya. ce.~ca. 'i',('. puü\\'.':>en ponel' \05 signos re\igiosos
sobre los sepulcros. Eran efectivamente justos los
prin.;ipios de aquel informe, pOl' mas que fuese
peligroso el enfasis con que se espusieron, tanto
mas cuanto no se conoce medio alguno de destruir
las antiguas supersticiones, sino la indiferencia y
la pobreza *. Con toleral' todos los cultu y no pagar


Sentimos tener (¡ue repetir lo (¡ue ya hemos dicho
en otras ocasioues sobre la ligcreza con que lVIr, Thiers acos-
tumbr'a á esplicarse en mMerias religiosas, calificándolas in-
distintamente de super;;tieioncs. Cualcsquiera I¡ue sran sus
creencias particulares, y aun:]ue !lO tenga ninguna, segun
aparece de su lenguagc , hay COIJ todo ciertas prácticas que no
pueden mcnos de respetar hasta los Atheos, como por ejem-
plo esta de los cementerios, que p;¡rece tan natural al hom-
bre como el amur maternal, la piedad fi I ial , la ternura en la
amistad y otl'05 a e tos IIlIe distinguen al hombre del bruto,
y que obran tanto en la sociedad salvage como en la lilas ci-
vilizada, Asi el ratar de ~upersticion esta prática piadosa y
aconsejar (¡ue se mire con indiferencia y se .~erque por hall1-
IIre á los encargai10s de conservarla es lIlla IIceeltl(l cruel,




DIRECTORIO (1791). 31
ninguno, acelerarian los gobiernos el término de
todos ellos; y asi como la convencion habia de-
vuelto á los católicos sus iglesias, hubiera hecho
muy bien el dil'ectorio en permitir el uso de las
campanas, las cruces en los cementerios, y en
abolir el uso del juramento y las leyes contra los
clérigos que reusaban prestarle. ¿ Pero se emplea-
han para ello las verdaderas formas, y se elegia
el momento oportuno para presental' semejantes
reclamaciones? Si en lugar de hacer de ellas un
nuevo cargo en el gran pl'OCCSO que se intentaba
contra el directorio, se hubiese aguardado un
tiempo mas convenicnte, dando lugar á que cal-
masen las pasiones y se asentase el gobierno, se
habrian inf:tliblemente conseguido las deseadas
concesiones. Pero pOl' lo mismo que los contra-
revolucionarios las exigían como una .condicion ,
se oponian á ellas los patriotas, porque siempre
se quiere lo contrario de lo que desea el enemigo,
y al oir el ruido tIe las campanas hubÍel'an creido
escuchal' el rebato de la contra-revoluciono Cada
partido quicre que se comprendan y satisfagan sus
pasiones, pero no comprcndel' ni admitÍl' las del


estúpida y muy poco filosófica, de,ti na da á borrar del mundo
<tquella pocsia encantadora que tanto suaviza las costumbres
de 105 hombres ;:un entre los que hall tenido la desgracia de
penlcr to(lo scntillli¡'nlo reli:;inso. (N. dd T,!


t.: :., ..
,.¡.V •


(" . .,:,'
. ~ ~ ,




REVOLUCION FllANCESA.


partido contrario, y los patriotas tenían las suyas,
compuestas de enores, temores y odios que con-
venia comprender y consideral" Hizo aquel in-
f(H'me una sensacion estl"lol'dinaria , porque toca-
ba la cuerda de los resentimientos mas vivos y
profundos, y por lo mismo que aq llel acto de
los Clichinos era el mas fundado, se miró como el
mas fuerte y peligl'oso. Respondieron muy mallos
patriotas diciendo que se proponia recompensar
la violacion de las leyes, aboliendo las que se ha-
bian violado; pero efectivamente deben anularse
las que son inejecutables.


A todas estas exigencias añadieron los de Clichy
toda especie de vejaciones contra el directol'io en
materia de hacienda, que era el objeto importan-
te con que se pl'oponian atormentarle y paralizar-
le. Ya hemos dicho en el tomo anterior, al pre-
sentar el cuadl'o de los recUt'SOs económicos para
el año V ,cuales eran las entradas y gastos pre-
suntos para a({ud arlO, en el cual se necesitaba
hacer fl'ente Ú los 4-flO millones del gasto ordina-
rio por medio de los 250 de la contrilmcion tel'ri-
tOl'ial, 50 de la personal, y 150 del papel sellado
registro, patentes, correos y aduanas. Habia tam-
bien que llenar los .3;)0 millones del estl'aordina-
rio con la úiLima cuarta parte de los bienes nacio-
nales comprados el ailo anterior que asc~ndjan á
100 millones, firmados en lell'as por los compra-




DIRECTORIO (1797). 33
dures, con el producto de los montes y arrenda-
mientos de bienes nacionales, con los atrasos de
contribuciones~ con las rescripciones batavas , con
la venta de muebles nacionales, con diferentes
productos acesorios, y últimamente con el etemo
recurso de los bienes que filltaban pOl' vender.
Pel'O todos estos medios eran insuficientes, y dis-
taban mucho del valor en que se habian calcula-
do; y como las entradas y gasto del alío estaban
arreglados provisionalmente, se habian mandado
<:obrar las tr'e5 quintas partes de la contribucioll
tel'l'itorial y personal; pel'O como las listas estaban
mal hechas, como ya hemos dicho, pOl' las admi-
nistraciones locales, á causa de la continua viola-
<:ion de las leyes fiscales, y llenas de enmiendas eH
el margen, ocasionaban continuas dificultades, á
lo cual se Illíadia tambien la mala voluntad de los
conll'ibuyentes que retardaban mucho los pagos.
Ademas de este retraso se veía que t'l calculo habia
estado mal hecho y que distaba mucho de la rea-
lidad , pues lo mas á que podia ascender el Yel'-
dadero producto de la contribucion tel'l'itOl'ial
eran 200 millones en lugar de 250, Y las demas
rentas como el pa¡:rel sellado, el registro, las pa-
tentes , las aduanas y los correos no prometían ar-
riba de 100 millones en lugar de 150 , Y este era
el déficit que aparecía en las rentas ordinat'ias des-
tinadas á hacer f.'ente el gasto comun. Se habían


XI. 3




34 REVOLUCION FRANCESA.
realizado las letras de los compradores de Jos bie-
nes nacionales comprensivas del último pago con
bastante pérdida y por lo mismo para evitar otra
igual en las rescripciones bátavas se habian nego-
ciado por una suma muy inferior á su valor. Los
bienes se vendian con mucha lentitud y asi era es-
traordinaria la escasez. El ejército de Italia se
mantenia con las contribuciones que el mismo sa-
caba, pero los de Rhin , el de Sambra y Mosa, el
del interior y las tropas de la marina esperimen-
taban los mayores padecimientos. Ya muchas ve-
ces habian estado prontos los soldados á insurrec-
cionarse y los hospitales y establecimientos públi-
cos no recibian un cuarto.


Habia sido preciso acudir á toda clase de espe-
dientes y asi, como ya insinuamos en el tomo an-
terior, habia sido preciso pedir esperas para el cum-
plimiento de algunas obligaciones. Solo se pagaba
á Jos renteros una cuarta parte en numeral'io y lo
restante en pagarés sobre bienes nacionales llama-
dos bonos de las tres cuartas partes. Ascendia la deuda
consolidada, vitalicia y la de las pensiones á 248
millones y por consecuencia no habia mas que 62
millones que pagar y el gasto ordinario quedaba
reducido á 186. Pero á pesar tde tan gl'an rebaja
todavia em el gasto muy superiol' á las entradas;
y aunque se hubiese establecido una distincion
entre el gasto ordinario y estraOl'dinario, no se




DIRECTOHIO (1797). 3,1
obsenaha en los pagos de tesoreria sino que se
subvenia ú los gastos del estraordinario con los al'-
bitrÍ"s del ordinario, es decil' ({ue cuando [titaba
dinel'O para pagar la tropa ó los asentistas, se toma-
ha de las cajas destinadas al pago de los emplea-
dus públicos. No f.olamente se confundían aque-
llas dos clases de fondos :>1no que tamhien se to-
mahan anticipadas las entradas y se daban lilJl'a-
mientos cont..a tal ó tal recibidor pagadcl'os con
los primeros fondos que huhiese de cobrar. A lo~
proveedores se les daban pagarés contl'a la teso-
reria, cuyo órden de pago arreglaba el ministro
conforme el'a la urgencia de las necesidades·, lo
cual daLa margen á muchú,imos abusos, pero á lo
menos facilitaba el salir de lo mas urgente é im-
pedia que se aburriesen del todo los empresarios
y abandonasen el servicio. Ultimamente á falta de
todo otro recurso se dahan pagarés sobr~ bienes
nacionales, cuyo papel negociaban los comprado-


• A fucr dc traductorcs fieles tenemos que copIar todu~
cstos pGl'mcllol'cs que reficre lHr. Tbiers con Ulla proligiJad
tan minuciosa, C01110 si fuese u~cesaria para la intcligem'ia de
lo que dice; pero ,í f(; (¡ne los lectores español,,> habl'án COIH-
prcndido desde la primera palabra cual era el estado del di-
rectorio y de la cOllvencion , pOl'f)lIe !tace Illuchos años [llI(,
están viendo y palpando bien á su costa cuale,; SOIl las manio-
bras económicas de lo,; gobiernos, a pcnas caen estas ('U lIt.l-
IlOS de ¡;cnte reyolueional'ia. ¡ N. rld T.)




36 REV01UClON FRANCHSA.
res, y este; era el medio mas ordinario desde que
destl'Uyó el papel moneda para anticipal' las ven-
tas. Resultaba de aquel estado de la hacienda que
solo los asentistas mas malos y mas aventureros
eran los que rodeaban al gohierno y celebrahan
con él las contratas mas onel'Osas, pues no acep-
taban el papel sino á pl'ecios muy Ínfimos, y da-
han sus géneros á un precio proporcionado á los
:riesgos y á la lentitud con que habián de pagárse-
les. Muchas veces era preciso sufrir condiciones
muy raras para satisfacer algunas necesidades,
y así el ministl'O de marina solía comprar harinas
para las escuadras con condicion de que cuando
el proveedor las presentase en Brest, habia de dar'
una parte en dinero para pagar á los marinos que
estaban prontos á sublevarse, y ya se deja discur-
rir que el ¡nteres de aquel dinero habia de il' en
el precio de las harinas. Todas estas pérdidas eran
inevitables y resultaban de la sÍtuacÍon, siendo
una injusticia atribuÍl'selas al gohierno. Verdad
es que por desgracia daba hastante pL'etesto á to-
das estas calumnias la conducta escandalosa de uno
de los diL'ectores que tomaba seCl'etamente una
buena parte de los beneficios estt'aordinarios de
los asentistas , y TolO ocultaba ni sus prodigalidades
ni el aumento de su caudal; y aunque ciertamen-
te no fuesen estos vergonzosos beneficios de tm
individuo quienes causaban la pobreza del estado,




DIRECTOJUO (1797\. :rr
daban ocasion de que se acusa3C al directorio de
que arruinaba la hacienda.


Esto mismo propOl'cionaba á una oposicion vio-
lenta y de mala fé ámplia materia para declama-
ciones y malos pl'Oyectos , entre los cuales formó
:\lgunos muy peligrosos. Habia compuesto la co-
mision de hacienda de hombres de su pandilla
muy mal dispuestos contra el gobiemo, y lo pri-
mero que hizo fue pn'scntar á los Quinientos
por medio de su relator Gilherto-Desmolicres 10
un estado inesacto de las entradas y de los gastos
exagcrando el uno y disminuyendo mucho el otro.
Aunque se veía obligada á reconocer la insuficÍen-


• cia de los recursos ordinarios, como la contribu-
cion tCl'ritol'ial, el papel sellado etc. sin embargo
reusó lodos los impuestos que se habian discuni-
(lo para suplir á ella. Desde el princi pio de la l'e-
volucion no habian podido restablecel'se las con-
trihuciones iJJdil'ecta~ ,y cuando se proponía un
impuesto sobrc la sal ó sobre el tabaco pretendia
la comision quc se asust:u'ia al puehlo; cuando
queria introducirse una 10leria, decia que era un
recurso inmol'LlI, y cuando un derecho de portaz-
go en los caminos, dccia que estaba sugeto á gran-
des dificultades. Habia de justo y de injusto en
estas oposiciones, pero lo que no admite duda as
que se necesitaban recltl'SOS y era menester bus-
call1o,; y para ello ofrecia la f'omision ocuparse en




discutir un derecho de escribania; mas por Jo (fue
Jluce al déficit d? las entl'adas estl'aonlinal'ias, lejos
de proveer á ellas procuró reducirlas prohibiendo
al dil'ectorio que eontinuase usando de los es pe-
dientes con que habia logrado salir del dia, y he
aquí cómo se maneJo.


Hahía separado la constilucion la tesoreria del
(lirectorio , formando un establecimiento aparte,
que estaba di,'igido pOI' unos €omisionados inde-
pendientes, nómhmdos pOl' los consejos, sin otro
cargo que el de recibir las rentas y pagar los gas-
tos. De esta manera no tenia el directorio el ma-
nejo de los fondos del estado, sino que espedia
libramientos contra la tesoreria , que pagaba esta
segun el'an los cré(litos abiertos por los consejos.
lllstitucion funestísima, por(jue el manejo de los
fondos es un negocio de egecucion , tan esencial al
gobierno como la direccion de las operaciones mi-
litares, y en que no deben inlenenir los cuerpos
delibel'anles. Es esto tan cierto, que muchas veces
suele 1111 milli,,;tro húhil crear con aquel manejo
recursos tempOI'ales en casos urgentes; y asi los
dos consejos :habian autol'izado el a110 anterior á
la tesoreria para que hiciese todas las negociacio-
nes que mandaba el directorio. La nueva comision
resolvió cOl'tal' de raíz aquel recurso privando al
directorio de toda autoL'itlad sobre la tesoreria; y
aun queria que no tuviese facultad para mandar




DIRECTORiO (1797). 39
negociar valores, sino que cuando hubie&e que
realizar algunos de los que no estuviesen en cir-
culacion, los negociasen los mismos comisarios de
la tesoreria bajo su responsabilidad personal. Lue-
go discmrió quitar al dit'ectorio el derecho de ar-
reglar el órden con que habian de pagarse los li-·
bramientos y propuso tambien que se le prohi-
bieran las antiei paciones so!we los fondos que ha-
bian de entral' de las cajas de los departamentos.
Ademas pretendia que todas las asignaciones ya
libradas sobre los fondos aun no cobrados pasasen
á la tesorería y se vel'ificasen y pagasen cnanlto
les tocase el turno, lo cual interrumpia y anula-
ha todas las operaciones hechas. Propuso igual-
mente que fuese obligatoria la di~tillcion estable-
cicla entre las dos naturalezas de gastos y de en-
tradas, exigiendo que el gasto onlinal"io fuese pa-
gado tIe las entradas ordinarias, y el estraordina-
rio de las estraordinarias ; medida igualmente fu-
nesla en un momento en que era necesario hacer
frente á la mas urgente necesidad, con los prime-
ros fondos disponibles. A todas estas proposiciones
añadió otra mas peligrosa tot1avia que las anterio-
res. Ya digimos que los bienes se vendian lenta-
mente y que se anticipaba su venta dando paga-
rés que se recibian en pago de su valor, y con
ellos se contentaban los asentistas , porque luego
los negociaban á los compradores. Verdad es que




40 ItEVOLUClOl'lI' FUANCESA.
este papel rivalizaba con los bonas de las tres warta.~
partes que se daban á los renteros, y esta con-
currencia disminuia su valor. Mas con pretesto
de protegel' á los desgl'aciados renteros contra
la aval'icia de los asentistas, propuso la comi-
sion que no se permitiera ya pagar los bienes
nacionales con los pagarés dados á los provee-
dores.


Todas estas proposiciones fueron adoptadas por
el consejos de los Quinientos·, donde no se guar-
daba ya moderacion alguna, sin embargo de ser
tan desastrosas que amenazaban la interrupcion
de todos los sel'vicios. En efecto no pudiendo ya
el directOl'io negociar á su gusto los valores que
tenian en su mano, ni pudiendo fijar el órden de
los pagos segun la urgencia dc los servicios, ni
anticipar en casos Ul'gentes-. los fondos que aun no
habian entrado, ni tomar del ordinario para el
estt'aordinario, ni últimamente emitíl' un papel
voluntario pagadero en bienes nacionales, se veia
privado de tOllos los l'ecursos que le habian hecho
vivir hasta entol'lces y salir de lo mas urgente ya
que no podia dar á basto á todo. Aquellas pl'Ovi-
ciencias que hubiemn sido muy buenas para l'CS-
taLlecer el órden en tiempos tnnquilos , eran ma-
lísimas en la situacion en que se hallaban, y asi
hicicron los constitucionales inútiles esfuerzos pa-
ra combatit\las en el consejo de los Quinientos;




OIllECTORlO (1797).
pero pasaron alli y 110 quedó otra esperanza mas
que en el consejo de los Ancianos.


Los constitucionales, que eran unos enemigos
moderados del directorio, veian con mucha pesa-
dumbre la marcha adoptada en el consejo de los
Quinientos, tanto mas cuanto habian. esperado
que la añadidm'a del nuevo tercio les seria mas
bien útil que dafiosa, pues no produciría ot['o
efecto que el de altel'ar la mayoria, quedando
dueños ellos del cuel'po legislativo. De las mismas
ilusiones se habia dejado llevar su cOl'ifeo Camol;
pel'O tanto uno como otros se veian alTastl'ados
mucho mas allá de su objeto, y tanto en aquella
ocasion como en otras muchas, pudieron conven-
cerse que de tras de cada oposicion se ocultaba la
contra-revol ucion con todas sus consecuencias.
Mucho mayor influjo ejel'cian en el consejo de los
Ancianos que en el de los Quinientos, y asi se es-
forzal'On para que se desechasen en él las resolu-
ciones propuestas en materia de hacienda. Tenia
Camot en él un amigo llamado LaCllee 11 y bas-
tantes relaciones con Dumas antiguo miembro de
la legislativa. Podia contar tambien con el influjo
de Portalis, Tronzon Ducoudmy, Lebrun y Bal'-
hé l\1arhois, todos illlversarios moderados del di-
rectorio pel'o que desaprobaban los acaloramien-
tos del partido de Clichy. Gracias á los esfuerzos
reunidos de aquellos di putados, y ú las disposi-




REVOLUCTO.'< FIlANCESA.


ciones en que se hallaba el consejo de los Ancia-
nos, fueron desechadas las primeras proposiciones
de Gilbet Desmoliel'es que pI'ohibian al directorio
dirigir las negociaciones de la tesoreria, fijar el
ól'den de los pagos y confundir el ol'dinario con
el estraordinario; en lo cual tuvieron mucha sa-
tisfaccion los constitucionales y en general todos
los hombres moderados que recelaban una lucha.
Carnot se alegró mucho y esperó nuevamente po-
der contener á los Clichinos pOI' medio del conse-
jo de los Ancianos, y que continuarían él y sus
amigos dirigiendo los negocios.


Pero este no fue mas que un ligero paliativo,
porque el club de Clichy resonó en las mas vio-
lentas declamaciones contra los Ancianos, y se
propusieron nue\~os proyectos de acusacion con-
tl'a el directorio. Volvió Gilbc['t-Desmoli(~res á in-
sisti l' ea sus primeras PI'oposiciones aunque dese-
chadas pOI' los Ancianos esperando que /1l'esenlÚn-
dolas bajo olra fOl'll1a podrían pasar en una Ilue-
ya dcliberacion. Fuéronsc sucediendo en los Qui-
llientos toda especie de I'esolllciones conll'a el'go-
hierno, y se prohibió á los diputados admitil' em-
pleos UI1 allO ántes de su salida del cucrpo legis-
lativo. T mhel't Colome3, que estaba en correspon-
dencia con la corte de Blankembul'go propuso
quitar al directorio la facultad fIue tenia por una
ley, de examinar las cartas que venian de pais es-




IlIllECTOUIO (1797 J.
tl'angcl'o. AuLry , afluel mismo que despues del 9
de thermidol' hizo la gran reaccion en el ejél'ci-
to, y que en 1795 destituyó [¡ Bonaparte , propu-
so que se quitase al directorio el derecho de des-
tituíl' á los oficiales, lo cual era lo mismo que pá-
vade de ulla de sus m,IS impOl'lantes pl'ei'ogati-
Yas(~onsLÍtucionales. Tambíen propuso que á los
1,200 gl'anaderos que componían la guardia del
cuerpo legislativo se alJadiesc una compaüia de
artillería y un escnadroll de dragones, dando el
mando de toda aquella guardia á los inspectores
de sala del cuerpo legislativo; (1l'Oposicion ridícu-
la, que parecía al1l1ncial' pl'(~pat'ativos de guerra.
Se denullció aquel l11illol1 que habia enviado di-
rectamente DOllaparte al ol'llenadoi' de marina de
TololI, sill valcrse dc la tesorería pal'a acelerar la
salida de la escU<lllra que necesitaba en el Atlriá-
lico. Se embargú pOI' la tesoreria aqnel millon y
se tl'asladó á París, donde se habló de otros varios
ellvÍos hechos dd mismo modo desde el ejército
de Italia á los de los Alpes, del Rbin y del Sam-
bra y "losa. Se leyó Ull largo inffH'me solH'e Jlues-
tras relaciones con los Estados Unidos, y por mas
razon que tuviese el directorio en las diferencias
suscitadas .con aquella potencia, se le censuró
amargamente. Ullimalllente fue tal d furor de de-
nuncial' y acusar tOllaS las opel'aciones del gohiel'-
no, flne se decidieron los Clichillos Ú dar el últi-




44 REVOUJCION FIlANCTlS,t.
mo paso que les fue muy funesto pOl' su mucha
impmdencia.


Habían metido mucho ruido en toda Europa los
sucesos de Venezia, pues desde el manifiesto de
Palma-Nova habia quedado aniquilada aquella re-
pública y revolucionada la de G(~nova sin ([ue el
directorio hubiese dado el mellOl' aviso á los con-
sejos. Consistia la razon de aquel silencio, como
ya hemos dicho, en la rapidez de las operaciones,
que fue tal que Venezia no existia ya antes que se
pudiese poner en de1ibel'acion el caso de guerra en
el cuerpo legislativo. Todavia no se habia puesto
á discusion el tratado celebrado y debia hacerse
denll'o de pocos dias; pel'O no tanto les incomo-
daba el silencio del directorio como la caida de los
gobiemos aristocráticos, y los progresos de la re-
volucion en Italia. Aquel difuso oradol' Dumolard
que despues de cerca de d.os allOS no cesaba de
combatir al directorio en el consejo de los Qui-
nientos, resolvió hacer una mocioll relativa á los
sucesos de Venezia y de Génova; tentativa att'evi-
da, porque no se podia atacal' al directorio sin
atacar al mismo tiempo al general Bonapdrte. Era
necesario pal'a eso anostt'al' la aclmil'acÍon univer-
sal y el colosal influjo que habia adquirido aquel
general desde que oblig'ó al Austria á ·pedir la
paz, y que siendo tan buen negociador como guer-
rero , parecía arreglar en Milan los destinos de la




• lHRECTORlO (1797).
Europa. Cuantos Clichinos conservaban alg'un res-
to de juicio hicieron esfucrzos para disuadir á Du-
molanl de semejante proyecto, pcroél instió en
él, Y cn la sesion del 23 de junio hizo una mo-
cíon de órden sobrc los acontecimientos de Vene-
zia diciendo: fl La fama cuyos ecos nadie puede
{( contener, ha esparcido pOl' todas partes el rui-
« do de nuestras conquistas sobre los Venezianos ,
fl Y de la revolucion asomhmsa con que han sido
fl coronadas. Nuestras tropas están en su capital;
{( su marina es ya nuestra; el mas antiguo gobier-
({ no del mundo está reducido ú la nada; en un
« abrir y cerrar de ojos vuelve á presentarse con
({ formas democráticas; y en fin nuestros soldados


-({ desafian las olas del mar Adriático y son trasla-
fl dados á Corfou para terminar la nueva revolu-
Il cion ...... Si todos estos sucesos son ciertos, y lo
fl son efectivamente, se sigue que el directorio ha
« hecho en términos disfrazados la guerra y la paz,
ti y bajo algullos respetos un tratado de alianza con
O[ Venezia, todo sill vuestro concurso ... .'.: y qué,
« ¿ no somos ya nosotros aquel mismo pueblo que
Il proclamó como principio y sostuvo por la fuerza
« de las armas que no pertenecía bajo pl'etesto al-
( guno á las potencias estrangeras mezclal'se en
«la forma de gobiemo de otros estados? Aun-
O[ que ultrajados por los V enezianos, ¡, teniamos
« derecho pal'a declarar la guerra á sus institu-




46 REVOLUCION FR.ANCESA
« ciones políticas? Vencedores y conquista(l ores ~
(1 ¿ nos pertenecia tomal' una parte activa en su re-
/{ volncion en la apariencia inopinada'? Yo no me
/{ mezclaré aquí en averiguaf cual es la suerte que
« se prepara á Venezia , y sobre todo á sus provin-
({ cías de tierra firme; ni examinaré si su invasion
({ Ú caso meditada antes de los atentados que la sir-
I( viel'on de :pretesto , estú destinada á figurat' en
« la historia como una digna copia del reparli-
« miento de la Polonia. Quiero suspender estas re-
({ flexiones, y solo pregunto con la constitucion en
({ la mano, cómo puede el dil'ectorio justificar, la
«profunda ignorancia en que intenta dejar al
« cuel'po legislativo sobre toda esta multitud de
cr sucesos :estl'aol'dinarios.» Despues de haherse
ocupado de los asuntos de Venezia, habló Du-
molard de los de Génova, que segun dijo presen-
taban el mismo carácter y daban á entender la
misma intervencion del ejército frances y de sus
gefes. Tambien habló de la Suiza, con (luien se-
gun dijo, se estaba en contestaciones sobre cierto
derecho de navegacion , y preguntó si en efecto se
pretendia l'epublicanizar todos los estados aliados
de la Francia. Alabando frecuentemente á los hé-
roes de Italia no nomhró siquiera al general en
gefe , ~uyo nombre eataba entonces colgado de los
labios de todos, y siempre con elogios estraol'di-
narios; hasta que al fin terminó proponiendo un




DIRECTORIO (1797). 47
mensage al directol'io en que se le pidiesen espli-
caciones sobre los sucesos de Venezia y Génova, y
sobre las relaciones que mediaban entre la Fran-
cia y la Suiza.


Aquella mocion causó un asombl'O genel'al y
dió idea de la audacia de los Clichinos á quienes
sin embargo debia costal' pl'Onto muy cara. Entre
tanto que sufrían sus tristes consecuencias, anda-
ban llenos de arrogancia sin disimular sus gran-
des esperanzas de hacerse dentro de poco dueños
del gobierno, y l'cpitientlo las mismas impruden-
cias que en el mes de vendimial'io. Iban volvien-
do en masa los emigrados, á quienes se remitian
desde Paris pasaportes falsos y certificados de re-
sidencia en todos los puntos de Europa, tanLo que
se traficaba con ellos en Hamburgo , y se introdu-
cian los emigl'ados por Holanda, por Alsacia , la
Suiza y d PiamonLe. A traidos de la aficion que en
general tienen los l"rancescs á su patria y por los
disgustos y padecimientos que habían sufrido en
pais estt'angcro, l.abiendo pel'dido ya toda espe-
ranza en el éxiLo de la guerra y estando muy Pl'Ó-
ximos á licenciarse los cuerpos de Con dé , venian
á tantear por medio de ~la paz y por las intrigas
interiores, la contra-revolucion que no habian po-
dido realizar con el concurso de las potencias eu-
ropeas. A falta de una contra-revolucion, se con-
tentaban á lo menos con volver;Í vel' su patt'ia y




REVOLUCION FRANCESA.


recobrar una parte de sus bienes, porque en efec-
.lo, gracias al interes que inspiraban en todas par-
tes, tenian mil facilidades para '.'escatarlos. • Con
muy poco dinel'O podian volver á entrar en la po-
sesion de sus patrimonios por medio del agio con
diferentes papeles que eran admitidos en pago de
bienes nacionales, y por la benevolencia con que
se prestaban las administmciones locales á favo-


A pesar del ódio recollcentrado con <¡ue siemp"e se es-
plica Mr. Thiers contra los emigrados, entre los cuales hahia
sin embargo una multitud, cuando uo fuescn casi todos, hom-
hres dignos de respeto r admiracion, se vú precisado algu-
nas veces á confesar que la opinion ptíblica cstaba Cll Sil ra-
Val', y por consecuencia que la tan dceautada revolucion fran-
cesa no fue jamás obra del pueblo, sino de una minima parte
de él , que se hizo dueña por la violencia y el terror de todos
los medios de coacciono Es esto tan cierto que de cuantos
elementos presenta esta misma historia apologética que esta-
mos tl'ólduciendo ipara indicar la opinion general de los F"an-
ceses, no encontramos tillO siquiera cn (lile no sc trasluzca
el deseo de volvel' ,( la unidad monárr¡uica ,como verdadt,r<t
garantia de órdell y de felicidad. Suponcr siempre en 105 emi-
grados y en casi toda la nacion d espíritu de illtl'ig..t, é in-
tenciones anti-patrióticas, mientras (¡ue siempre se atribuye
el amor nacional y todo género de virtódes á los revolucio-
narios , podrá muy hien "el' una táctiea de partido mlly ven-
tajosa ,i ciel'tas gentes; pero seguramcnte cs una injustísi-
ma parcialidad poco digna de la historia y de los (¡lIe se pro-
ponen conquistar por medio de ella el aprecio de la posteri-
(Iad. (N. dd T.)




DIRECTORlO (1797). 49
recer á las familias proscl'iptas, así como por la
<!omplacencia con que se retiraban los nuevos com-
In'adores inmediatamente que se presentaha un
antiguo propietario. Sobre todo los clérigos acu-
dian en multitud, y eran acogidos pOl' todas las
devotas de Francia, que los alojaban, man te-
nian y abrían oratorios en sus casas, huscándoles
recUl'SOS por medio de las limosnas y suscripcio-
nes. Se iba restableciendo clandestinamente la an-
tigua gerarquia eclesiástica, y no se reconocia
ninguna de las nuevas circunsCl'ipciones de la
cOllstitucion civil del del'o , sino que continuahan
las antiguas diocesis , y los :obispos y arzobispos,
las administraban seCl'etamente y estahan en cor-
respondencia con Roma. Por med:o de ellos y por
su ministerio se ejercian todas las prácticas del
culto catolico, y confesaban, bautizaban y cas'l-
han á lodas las personas que habian permalleci-
do fieles á la antigua religion. Todos los C!wuncs
ociosos acudian á Paris y se leunian Ú Jos emi-
grados en número, segun se dijo, de mas de 5000
y al ver la conducta del consejo de los Quinientos
y los peligros del directorio creian que dentro tle
muy pocos dias se verifiearia la catástl'Ofe tanto
tiempo deseada. Gu correspondencia con los es-
trangeros era toda de esperanzas y brillaba la ma-
yor alegria, lanto en la del príncipe del Condé ,
cuyo cuerpo se retiraba á Polonia, como en la del


XI.




50 REVOIUCION FRANCESA.
pretendiente que estaba en nIankemburgo y en
la del conde de A rtois que se hallaha en Escocia.
No de otm manera que cuando llegaron á Cohlentz
esperando entrar dentro de 15 dias bajo la pro-
teccion del rey de PI'usia, se formaban ahora pro-
yectos de viage, y se hahlaba, y se chanceaba so-
hre él mirándole como un acontecimiento muy
inmediato. Estaban llenas de gente las ciudades
próximas á la frontem, aguardando con impa-
ciencia el momento de volver á ver la Francia; á
todo lo cual se agregaba ellenguage fUl'ibundo de
los diarios realistas, cuya desvergüenza se au-
mentaba con la temeridad y las esperanzas del
partido.


No ignoraba el dil'ectorio por medio de su poli-
cia todos aquellos movimientos, viendo cuan de
acuerdo estaba la conducta de los emigrados y de
los Quinientos con la declaracion de Duverne de
Presle para demostrar la existencia de una ver-
dadera conspiracion. Hal)ia denunciado aquel sin
nombrarlos á 180 diputados como cómplices, pe-
ro no designó pel'sonalmente mas que á Lémerer
y Mersan , diciendo que todos los dernas el'an so-
cios de Clichy, en lo cual se engallaba como ya
hemos visto. La mayor parte de estos, escepto
cinco ó seis á lo mas, obraban por pura opinion y
no por complicidad; pero el directorio, engañado
con las apariencias y con la declaracion de Duver-




nmnCTORlO (tí97). 51
ne, les creia comprometidos á sahiendas en aque-
lla intriga y los tenia por conj urados. Aumentáron-
se sus temores con un descubrimiento hecho por
llonaparte , que l'cvcló un secreto importante, y
fue haberse refugiado á Venezia el conde de En-
traigues 12 ,agente del pretendiente y mufidente
de todos los secretos de la emigracion. A este le
cogieron los Franceses cuando entt'aron en Vene-
zia y le entregaron á Bonaparte, el cual aunque
podia enviarle á Fl'ancia para que le fusilasen co-
mo emigrado y COI1Spil'adol', se compadeció dc él
y prefirió servirse de sus indiscreciones mas bien
que destinarle á la muerte. Le sellaló por cárcel
la ciudad de lUilan , y algunos socorros de dinero
})ara ir viviendo con tal (Iue le contase todos los
secretos del pretendiente. Por su medio supo per-
fectamente toda la traieion de Pichegrú, cosa que
llabia ignorado el gobiel'llo sino algunas sopechas
tenidas pOI' TlewLell, aunque no las habian dado
crédito sus eompalieros. Contó Entraigues á Bona-
parte todo lo que sabia con los pOl'menores de las
intrigas de la emigracion y ademas de sus infol'-
mes verbales se supicl'On noticias muy curiosas
por los papeles CO~!iidos en su habitacion de Ve-
nezia. Entre otros documentos habia uno muy illl-


.-


portante relativo á una convel'sacion de Entmi-
gues con el conde de Montgaillard, en la cual es-
te último referia la primera negoci¡¡eion entablada




RBVOLUCION I'RAl'{CESA.


con Pichegrú,~ la cual quedó sin efecto por la ohs-
tinacion del p.'Íncipe de Condé. Habia puesto En-
traigues por escrito aquella conversacion • halla-
tIa entre sus papeles, é inmediatamente la firma-
1011 Berthiel', Clarke y Bonapa,te para refrendar
su autentidad y la remitieron á Paris.


El di1'ectOl'io la tuvo muy secreLa como hahia
hecho con la declaracion de Dllverne de. Presle


.


aguardando la ocasion de servirse de ella con
oportunidad, pero no le quedó duda desde en-
tonces acerca del papel que hacia Pichegrú en el
consejo de los Quinientos y encontró la clave de
sus derrotas, de su estraiía conducta, sus malos


Mr. de Montgaillard se empeña ('n sostrner cn sus me-
morias que están lIen,ls de errores y de calumnias, que aquel
documento cOlltenia muchos hechos ciertos, pero que sin em-
barbO era falso en su totalidad y forjado por BOnapal"te ,
llerthier y Clarke ; pero es tan evidente lo contrario como
el interes que tenia Mr. de Montgaillard de justificar á su
hermano de la conversacioll (Iue se le atriLmia. Por de conta-
do 110 es de creer que tres personages tan importantes se atre-
virsen á cometer l,lIla falsiticacion , tan I'ara en nuestros días
como los envenenamientos. Ademas de eso Clarke fue desti-
tuido de resultas de la ocurrencia de frllctido~ y era del par-
tido de Carnot, por lo cual es lJIuy poco probable que se
prestase á fabricar documentos COII "que apoyar aquella vio-
lencia: fuera de que la tal pieza era muy insuficiente para el
objeto á que se destinaba y de ponerse á cometer una falsifi-
ca~ion se huhiera hecho de IImdo ¡que bastase; todo lo ellal
prueba la mentira tle Mr. tle Montgaillard.




DIHECTORIO (1797). 53
procederes, su rcsistellcia á ir [\ Stockholmo y de
su influjo con los Clichillos y dió por supuesto que
estaba preparando la contl'a-rcvolucion al fl'ente
de los t 80 di putados cóm plices suyos.


Estaban divididos los cinco directores de re-
sultas de la aditud que hahia tomado Carnot, á
quien tse haLia agr,egado Barthelcmy, sin que
quedasen adictos al sistcma del gobicrno lUas que
Ban:'s ,Hcwbell y Lal'l'C'veiHiel'e Lepeaux. Mas
ni tampoco estos tres dircctores estahan perfecta-
mente unidos entl'e sí, ponlue Rewbell que era un
convencional moderado ahonecia en Barrás al
partidario de Danton, yademas miraba con avel'-
si on sus costumbl'es y caracte... Larreveilliérc
tenia algunas relaciones conRewhell , pero poquí-
simas con Barr;ls y toda su armonía no pasaha de
la uniformidad en sus votaciones. Todos tres esta-
han muy irritados contra la faccion de Clichy, y
aunque Barrús admitía en su casa á los emigrados
por efedo (lC la livialldad (') Jllas bien l'elajacioll
de sus coslumI.H'c,'Í , 110 ct~saha de decil' que mOI1-
laria á caballo), cogería el saLle para acuchillar
al fl'l:llte de lo~ arrabalcs ~l lodos los contra-revo-
luciollarios del consejo de los Quinientos. Rewbell
no sc espli('aLa asi, sino (IUC lo \'cia todo pel'dido,
y aUllque resuelto á cumplil' con su deher, creía
que sus compaücl'os y a uo tendrían dentro dt~
poco otro l'ecurso Iquc la fuga. Larrcvcilliérc Le-




rtI\,'OLFCIO:\ FIL-\;VCES,\.


peallX, que tenia tanto valor como pl'Ohidad , er~'
de orinion que se debia hacer frente r. la tempes-
tad, {~ intentarlo todo para salvar {¡ la república.
Como su cOl'azon 110 conocia el odio, podia servil'
de intermedio entl'e Rewhell y Barl'ús, y esto fue
10 que r{'~oIYió 1 para lo cual se dirigió por de
pl'On'o ft HcwbeH, cuya moralidad y luces respeta-
ba mucho y al esplicade SlLS illtenciorH'~ le pre-
guntó si se hallaba dispuesto Ú COllcUlTir para sal-
var la cOl1stituciQn. Rewbell oyó con mucho apre-
cio sus insinuaciones y le prometió entrcgal'se {I él
enteramente. Solo se tl'atah:l de asegurarse (le Bar-
r,ís, cuyo lt~nguage enérgico no bastaba para tran-
(!'lÍlizar ú sus compaí'iel'os, po!'que no le suponian
ni probidad, ni principios, al nrle rodeado de
todos los partidos, y le tcnian por tan capaz de
yendc!' ú la emigl'acÍon como de ponerse UIl dia al
frente de los alTahales y hacer Hila balTabasada.
El mismo recelo les inspil'aha una cosa que otra,
pOr(¡llC Sil intl'!lcion era ~al\'al' ú la república con
1111 acto de energía, mas no clwoh'crla en nuevas
matanzas) y las costumbres (le Bart·{¡s /lO ([('jallan
dc inspirarles ml1clJa (leSCOnClallza. Se encargó Lar-
reyeilliére dc ,"PI'se con Rarrús el cual se alegró
mudlO de hallarse ligado con sus (los c¡'¡legas y
honrado con Sil influjo y alianza, pOI' lo cual ad-
hirió enteramente {t sus proyectos, y pareció pres-
tarse ú todas sus miras. Desde aq1lel instante for-




DlllECTORlO (17~'7). 55
maron una maYOl'ia compacta Ique habia de anu-
lar enteramente el influjo de CarnoL y de Barthe-
lemy. Tratábase de saber los ¡medios que se ha-
bian de empleal' para destmil' la conspiracion,
que suponian estar muy ramificada en los dos
consejos; porque emplear los medios judiciales
denunciando á Pichcgrú y ú sus cómplices y pi-
diendo un decreto de acusacion en los consejos,
era cosa imposible. Ademas de eso no podian CI-
tar mas nombres que ¡los de aquel geneml y los
de Lemcrcr y l\1ersan, pues aunque creian ('eco-
nocer ;í los <lemas por sus relaciollcs, intrigas y
v ¡ulentas mociones cn el c1u h de el iehy y en el con-
sejo, no tenian documento alguno para selialar-
)os, y con que se condenase r. Pichegrú y ú los
otros do,;, 110 quedaba tlcstruida la conspiracion.
Sobre lodo ttltahall los medios para hacer cOllde-
nar á Pichcgl'ú Ú LémercL' y á i\lel'san porque aun-
que las pruebas que existian contra ellos produ-
g-esen cOllviccioll moral no bastaban para ocasio-
Wlt' una contlcuacion, pues ni las declaraciones
dc Du\'el'lle de llresle ni las de Elltraigues eran su-
licientes f:tlt:lIltlo las depo~iciones verbales. Mas
no era todavía esta la mayor dificultad sino que
aun cuanclo se tuviesen todas las pruebas de COI1-
viccion contra Pichegrú y sus cómplices era siem-
pre dificil cuando no imposible ohtencr la acusa
cÍon del consejo de los Quinientos y por mas cla-




.í6 REYOLUCWN FRANCESA.
ras que fuesen las demostraciones, nunca hubie-
ra adherido ú ellas la mayoria actual, pon¡ue
era lo mismo que poner al culpable en manos de
sus propios cómplices. Eran tan evidentes estas
razones fIue á pesar de su inclinacion á la legali-
dad se viet'on pl'ecisados Rew]JeU y LarreveiUiére
á,renunciar ú toda idea de un juicio regular .. y se
resolvieron á obrar violentamente; triste y deplo-
rable recurso pel'O el Ítnico posible en su 5itua-
cion y en medio de sus inquietudes. Una vez de-
cididos á emplear medios estremos, no quisie¡'on
á lo menos fIue fuesen sangrientos, y IH'ocUl'aron
contener las inclinaciones revolucionarias de Bal'-
rús. Todavia sin estar bien de acuerdo acerca del
modo y del momento de la ejecucion, convinie-
ron en una idea que fue la de mandar arresta¡' á
VichegTÍt y á sus 180 supuestos cómplit:(~s, y de-
nUllciarles al cuerpo legislativo ya depumdo, pi-
diendo contra ellos una ley estraordillaria que los
desterrase sin oirlos. Llevando Sil desconfianza
hasta el estremo, se efluivocaban acerca de Ca\'-
not, V olvidaban su ,ida pasada, sus jll'incipios
s('\'('['os y su ohstinacioll, lelli(~lldole por un trai-
(101' , Y figurándose que en un ion con Barthele-
my estaba metido en la trama de Pichegl'Ít. Aquel
cm peño que tenia en l'odeal'sc de la oposicion y
ser cOl'ifeo suyo, era ;Í sus ojos una prueba il're-
I'llsable de una complicidad criminal, y aunque




DIRECTORIO (1797). 51
todavia no estuviesen completamente convencidos
de ella no quisieron proceder á medias ya que
se determinahahan á dar un golpe decisivo, sino
á pegar de firme sobre los que tenian por culpa-
bles hasta en el seno mismo del directorio.


Convinieron en prepararlo "todo para la ejecu-
cion de su pl'oyecto y espiar cuidadosamente á
sus enemigos para aprovechal' el momento en que
fuese urgente dar sobre ellos; pero necesitaban
de apoyo para un acto tan atrevido. El partido
patriota, que era el único que podia dársele, es-
taba dividido como otras veces en dos clases: los
unos furiosos desde el dia 9 de thermidor no ha-
bian podido apaciguarse en aquellos tres años,
ni comprendian de modo alguno la marcha for-
zada de la revolucion, figurándoseles que el régi-
men legal no \era 'mas que una concesion que se
hacia á los contra-revolucionarios y siempre cla-
maban por venganz.as y proscripciones. Por mas
(Iue el direclOl'io hubiese pegado contra ellos en
la persona de Halm~uf, siempre estaban prontos á
volar ú su socorro con su aco:itumbrado celo; pe-
ro efa muy peligmso emplearlos, y ú lo mas se
les podria l'egimentar en algun dia de gran peli-
gro, como se habia hecho el día 13 de vendimia-
rio y :contar con el sacrificio de su vida. Ya ha-
hi,\I1 pro])ado muy hien aliado de Bonaparte y en
las gradas de la iglesia (le San Roque lo que eran




.58 RE VOLUCIO:S FRANCESA.
capaces de hacer en un momento de riesgo. Ade-
mas de aquellos patriotas fogosos, comprometi-
dos casi todos por su celo y participacion activa
en la revolucion ,habia otl'OS patriotas moderados
de clase superior, que aprobando mas ó menos la
marcha del di.'ectorio, preferían sin embargo que
la república se apoyase en las leyes y veian el in-
minente peligro á que estaba espuesta por la reac-
cion. Todos estos convenian perfectamente á las
intenciones de Rewbell y de Larreveilliere y po-
dían ayudar al directorio, sino con la fuerza á lo
menos con ]a opinion. Se les veía alternativamen-
te en la tertulia de Barrás que hacía los hOIlOl'es
por todos sus cólegas ó en la de Mma. de Stacl
que no habia salido de Paris, y por el atractivo
de su talento reunia en su casa todo lo mas bri-
llante (Iue habia en Francia. Allí ocupaba el pri-
mer lugar por su talento y por los escrítos que
llabia publicado en favor del directorio, Benjamin
Constant y tambien se solia vc!' allí á 1\11'. de Ta-
lIeyrancl 13 que borrado de la lista de los emigra-
dos en los últimos tiempos de la cOJlvencion, se
hallaba en Paris deseoso de volvet' ú entrar en la
carrera de los grandes empleos diplomúticos. Aque-
llos hombt'es distinguidos que componian la so-
ciedad del gobierno habian resucito formar una
reunion que contrabalanccase el influjo de Clichy
y discutiese en sentido contrario las cuestiones po-




fHllECTORIO (1797). 59
líticas habióntlola dado el nombre de círculo cons-
titucional. No tardaron en reunirse en él todos los
(Iue acallamos de nombral' y los miembros de los
consejos que votaban con el directorio, esto es ca-
si todo el último tercio convencional. A llí hubie-
ran debido tamhien reunirse los miembros del
cuerpo le~islatiyo que se intitulaban con~titucio­
n..It's , porque eran dc la misma opinion; pero los
reselltimientos del amor propio con el directorio,
y sus discusiones en el cuerpo leg'islativo les te-
nían en una situacion aparle entre el círculo cons-
titucional y Clichy, siglliendo á los directores Car-
Bol y Barthclcmy, y á los diputados Tronzon-Du-
colHll'ay, I)ortalis, tantee , Dumas, Doulcet-Pon-
tecoulant, Simeon y Thibaudeau. nahló muchas
vece:; BelljamÍn Constant en el círculo constitucio-
Hal y tambien algunas veces lUr. de TalleYl'and,
cuyo ejemplo filó imitado por otros, y se forma-
ron LlInl,icn otros círculos del mismo género,
aUIH!lIC compuestos de homhres menos elevados
y de patriotas de no tanta moderacion; de suerte
'{!le habiélldosc abierto aquel círculo el tIja 1.° de
messidOl' del alío V, un mes despues del 1.0 de
prcl'ial , hubo en muy poco ticmpo otros muchos
en toda la Francia, donde se reunieron los mas
ardientes patriotas, y pOI' ulla natUl'al reaccioIl se
,ió casi rcsucitado el parti(~o jac'obino.


Pcro cste era un medio ya gastado y poco útil,




60 REVOLUClON FRANCESA.
porque los clubs habían perdido toda considera-
cíon en FI'ancia y la constitucion les privaba de
los medios de poder ser eficaces. Felizmellte te-
nia el directorio otro apoyo, que era el de los
ejél'eitos , los cuales podian decirse ser los únicos
que aun conservaban ideas republicanas des pues
que en el interior se habia hecho una reaccion
tan violenta y general. Todo ejército se adhiere
al gobierno que le organiza, mantiene y premia;
pel'O los soldados republicanos ~no solo mi.raban
en el directorio á los gefes del gohierno, sino á
los cOI'ifeos de una causa por la cual sc habian
levantado en masa en 1793 y en cuya defensa se
habian batido y conseguido victorias durante seis
años. Ningun ejército babia mas decidido por la
re\'olucion que el de Italia por estúr .:ompuesto
de aquellos revolucional'ios del Mediodia tan im-
petuosos en sus opiniones como en su valor. Tan-
to los generales como los oficiales y soldados esta-
}>an lleno,> de honores y dinero y colmados de
placeres asi como de o"gullo pOI' sus victol'ias, sin
que ignorasen nada de cuanto pasaba en el ínte-
riol', pues se les hacían leel' los dial'ios y no ha-
blaban de otra cosa que de voLver ú pasar los
Alpes para acuchillar á los aristocratas de Paris.
Mucho contribuia ú su efervescencia el reposo de
que estaban gozando desde que se firmaron los
preliminares, y el ejemplo que les daban de re-




DIRECTORIO (1797). 61
publicanismo Massena, Joubert y sobre todo Au-
gereau. Las tropas que habian venido del Rhin
aunque no eran menos republicanas estaban algo
mas [l·ias y mesuradas, porque habian adquirido
bajo las órdenes de ~:oreau mas sohriedad y dis-
ciplina; y como ahora las mandaba Bernadotte
que afectaba una educacÍon mas esmerada y pro-
curaha disting;uit'se de sus compañeros con mo-
dales mas atentos. Solo en su division se hacia uso
del tratamiento de Monsieur, mientras que en to-
do el antiguo ejército de [lalía no se toleraba mas
que el de Ciudadano; y ya habia muchas rivalida-
des, no de opinion, sino de usos y costumbl'es,así
comü ántes la habia habido de valor entre los an-
tiguos soldados dc Italia, libertinos, insolentes y
disputadores, como buenos meridionales, mima-
dos por la victoria, y los soldados del Rhin. Aque-
llos no qucrian sufrir que á nadie se le lIam:lSe
~llonsieur, y por esto solo había frecuentes desatlos
eon sus camaradas del Uhín, parLicularmente en
la division de Augereau,que como su general, era
la mas revolucionaria de todas, y fue necesaria
una proclama enérgica de su gefe en que prohi-
bia los desatlos , autorizando únicamente la cali-
ficacion de Ciudadano.


Veía con mucho gusto Bonaparte aquel espíritu
del ejército, y proclll'aba promoverle, pues se acOl'-
daba tle que sus primeros triunfos habian sido




62 REVOLL'flON FRANCESA.
contra los realistas, así en Tolon como en el dia
J 3 de vendimiario, y estaba rencoroso contra ellos.
Ademas sabia que estos procuraban rebajar sus
victorias que todas redundaban cn pro de la rc-
yolucion y le habian incomodado mucho sus
últimos ataques, sohre lodo cuando leyó la mo-
cion de Dumolard, y el embargo que habia he-
cho la tesoreria de aquel millon de francos fIue
había enviado á Tolon. Pcrél ademas de estas ra-
zones particulares que tenia para detestar á la HlC-
cion realista, habia otra mas gelleral y profunda
que tocaba á su gloria y al papel que estaba re-
presentando, y era la de ¿ qué podía hacer nin-
gun rey para engrandecer su destino? Por mucho
que le elevase, siempre habia de quedar ell'ey su-
perior á él, yaunque por entonces no SOllase toda-
via en su inaudita suerte, á lo menos preveia en
la república una audacia y una inmensidad de
empresas, que convenian á su propia osadia y á
la inmensidad de su génio; mientras (iue con un
rey, la Francia se habria visto retluciJa á una exis-
tencia oscura y limitada. Por tanto cualquier co-
sa que hiciese de :aquella república, sirviéndola
ú oprimiéndola, Bonaparte no podia ser gramle
sino con ella y por ella, y asi no podía menos de
amarla como á su propio porvenir. Que un Pi-
chegrú se dejase ablandar por un palacio, por un
título y por algunos millones, no cuesta dificultad






¡ í




DIUECTORIO (1797). 63
el creerlo; pero se necesitaba otra perspectiva pa-
ra la ardiente imaginacion del conquistador de
]a Italia, como pOI' ejemplo la de un mundo nue-
vo revolucionado por sus manos.


Escribió pues al directorio que estaban prontos
él y su ejército á volar á su socorro para aniqui-
lar á los con Lt'a-l'evol ucionarios, y no dudó en dar-
le algunos consejos instánJole á que sacrificase al-
gunos traidores é hiciese pedazos algunas prensas.


Algo mas serenas eran las disposiciones del ejél'-
cito del Rhin , porque habia en él algunos malos
oficiales colocados por Pichegni; pero la masa del
ejército era republicana, disciplinada, pobre y
menos embriagada con las victorias que el ejél'-
cito de italia. Siempre estos repl'esenlan la imá-
gen de su g"cncl'al, como que este comunica su
espíritu á los oficiales y los oficiales á sus solda-
dos. El del Rhin habia tomado pOI' modelo á Mo-
reau el cual era muy lisongeado de la faccion rea-
lista (Iue:,c empciiaba en aplaudir mas su pru-
dente retirada (pIe las maravillosas hazaüas de
Italia, y asi no estaba mal con ella como Bona-
parte. Ademas era ncglig"cnte, moderado, frio y
no tenia mas aflcion á la política que la que era
proporcionada á su capacidad, quedándose siem-
pre en segunda línea sin querel' pronunciarse;
pero era verdadero republicano y no traidol' co-
mo se ha :(licho. Ya tenia entonces en su poder




64 UEVOLUCION FRANCESA.
la prueba de la traicion de Pichegrú, y hubiera
podido hacer un inmenso servicio á su gobierno;
pues ya dijimos que se habia apoderado de un
cano de equipages del general Klinglin, que con-
tenia una multitud de papeles. Entre ellos esta-
ba la correspondencia en cifra de Pichegrú con
\Vickam, con el princi pe de Condé eh.:. ; y lUo-
reau hubiera podido suministral' la prueba de la
traicion y facilitar los medios judiciales; pero
Pichegrú habia sido su general en gefe y su ami-
go, y no quería venderle, por lo cual se COIl-
tentó con mandar decifi:al' aquella COl'l'eSpOIl-
dencia sin denunciada al gobierno. Fuera de
eso en ella misma se veja la prueha de la fide-
lidad de MOl'eau á la repúhlica; pues cuando Pi-
chegrú hizo su dimision , no encontró mejol' me-
dio pam conserval' su importancia que decir que
él disponia de Moreau descansando sobre él de
la direccion del ejército mientras iba á conducir
las intrigas del intcl'ior; pero encargando que
de ningun modo sc dirigiesen á Moreau porque
era incapaz de admitir ninguna pl'Oposicion *. Era
pues l\foreau frio pero fiel, Y su ejél'cito uno de


* Sí Mr. tle l\'lolltgaillard hubiese leido la corresponden-
cia de Klinglill no habría asegurado, sobre la f(~ de un~ p,da-
bra del rey Luis XVIII, (Iue MOI'cau había estado haciendo
traicioll á la Francia desde el a1io 1797.




DHlECTOlUO (1797 J. (i,;
los meJores y mas valientes que jamas ha ",tenido
la república.


En todo era muy distinto el ejército del Samhra
y Mosa , pues como ya hemos dicho en otra parle
no era mas que el ejército de Flcurus, del OUl,the
y del ROl;r , ejército valiente y republicano como
su general; pero le habia aumentado mucho su
ardor cuando vino á mandarle el joven Hoche y
ú esparcit, en él todo el fuego de su alma. Aquel
jóven que en Ulla sola campaña hahia ascendido
desde sargento de las guardias fmncesas á gene-
ral en gefe , amaba la república como á su madre
y bienhechora, sin "que se hubiesen entibiado sus
sentimientos en los calabozos de la comision de
salud pública y adquiriendo mayor anlor en sus
luchas del Vendée contra los realistas. En la jol'-
na(la de vendimiario estuvo pronto á volar al so-
corro de la convencion y ya había puesto 20 mil
hornlJres en m::>vimiento cuando el vigor de Ho-
nitparLe en aquel día le dispensó de marc11a1' mas
adelante. Con mas capacidad política que l\forcau
y sin envidiar á Bonaparte , pero sí deseando COIl
impaciencia igualade en la carrera de la gloria,
era adicto de corazon á la l'epúbliea y estaba pl'on-
to á servirla hora en el campo de batalla, hOl'a
en las tempestades políticas. Ya hemos tenido oca-
sion de decil' que ú una prudencia consumada
I'cuma UlI ardor y una impaciencia de carácter


XI. 5




66 REVOLUCION FANCESA.
estraordinarias, y así dispuesto á arrojarse en me-
dio de los sucesos, ofrecia su brazo y su vida al
directorio. No le faltaba pues al gobierno la fuer-
za material, pero se necesitaba emplearla con pru-
o.encia y sobre tOllo con oportunidad.


De tOtlos los generales el que mas convenia
para el directorio era sin duda Hoche porque
no podia inspirar los recelos que inspiraba la
gloria y el caracter de Bonaparte. Verdad es
que le habian dado mucha sus victorias de 'Vis-
semhurgo en 1793, su hella paeificacion del
Vendée y su reciente tl'üll1fo de Neuwicd, pe-
ro era un gloria variada en que la estimacion
del hombre de estado se mezelaba con la dd guer-
rero, y por lo tanto no parecia tan peligrosa á la
lihertad. En caso de hacel' intervenit' á un gene-
ral en los disturbios del estado, valia mas diri-
girse á él que al gigante que dominaba la Italia;
porque este otro el'a el general querido de los re-
publicanos en quien descansaba su pensamien-
to sin temor alguno, y ademús era su ejército el
que estaba mas inmediato ú Paris, y podian 20
mil hombres en caso de necesidad hallarse al ca-
ho de algunas marchas dentL'o de la capital y fa-
cilitar con su presencia el golpe de vigor que el
directorio estaba resuelto á dat'.


Pensaron en Hoche los tres directores Barrás,
Rewhell y Larrev~il1jére, pero el primero de ellos




DIRECTORIO (1797). 67
que era muy activo y diestro para la intriga y que
quería tambien en ,Hiuella nueva crisis, cargarse
con el honol' de la ejccucion, escribió, sin decit·
una palabra á sus compaiieros á Hoche coa quien
estaba en con'espondencia, pidiéndole su interven-
cion en los sucesos que se preparaban. No dudó
un instante Hache y como se presentaba la ocasion
mas favorable para dirigí!.' tropas á Paris porque
estaba haciendo sus prepa:'ativos para su espedi-
cion de ldanda, con cuyo fin habia ido á llolanda
á vigilarlos por sí mismo, habia l'~suello desta-
cal' 20 mil hon::lJl'cs del ejército de Sambra y Ma-
sa y enviarlos á Brest. Al tiempo que maldlaséll
para aquel destino era muy f¡~cil hacerlos detcnei'
á la aItma de Paris y emplearlos en sel'vieio del
direclOl·io. Todavia ofi'eció mas, y fue que n~cesi­
tándose dinel'O, fuese para la co:umna qüe estaba
en marcha ó para dar el g"olpe, él supo ad(iuirir-
]0 por un metEo ingenioso. Ya hemos dicho que
las provincia~ entre el Mosa y el nhin :10 tenian
mas que una existencia dudosa hasta que se hiciese
la paz con el imperio, pues no habian sido di vi-
didas como la Bélgica en departamentos n! reuni-
das á la Fl'aneia úno que estaban administradas
militarmente y con mucha prudencia pOI' Hoche
que quel'ia republicanizal'las y en caso que no pu-
diera ~onscguirse su reunion con la l'i'ancia, se
formaria de ellas una repúhlica Cis-Rhcnau:l y




68 REVOLUCJON FRANCESA.
tan unida á la francesa como una hija á su madre.
Habia establecido una comision en Bonn encarga-
(la de administrar el pais y cobrar las contribucio-
nes impuestas en las dos orillas del Rhin. Tenia la
comision en caja algo mas de dos millones de fmn-
cos y la pl'ohibió Hoche que los pasara á manos
del pagador del ejército porque entonces habrían
caido bajo la autol'idad de la tesoreria y empleá-
dose acaso en objetos estraños al ejército. Mandó
pagar el sueldo á la columna que iba á poner en
movimiento y conservar en l'eserva cerca de dos
millones,ya para ofrecérselos al directorio ya pam
emplearlos en la espedicion de Irlanda. Esta in-
fraccion á las reglas de la contabilidad se la dic-
taha su celo político pOl'que aquel general tan jó-
ven, á pesar de haber tenido mas ocasiones que nin-
guno de enriquecel'se,era sumamente pobre y cuan-
do hacia aquellas cosas era en la pel'Suasionde qne
no solo ejecutaba las órdenes de Barrás mas tam-
bien las de Rewbell y las de Larreveilliérc Lepeaux.


Ya se habían pasado dos meses desde el 1.0 de
prerial,es decir, desde la apertura de la nueva le-
gislatura, pues estabamos á mediados de Julio,
sin que en todo aquel tiempo hubiesen dejado de
hacerse proposiciones segun se acordaban en Cli-
chy , mas ahora preparaban una nueva á la cual
daba mucha importancia la faccion realista. Toda-
via no se había decretado la ol'ganizacion de la




DlRECTOlUO (t 797), 69
guardia nacional que solo se establecia como prin-
cipio en la constitucion y los Clichinos querían
proporcionarse con ella una fuerza capaz de opo-
nerse al ejército y volver á ponel' sobre las armas
aquella juventud que habian logrado sublevar
contra la convencion Jurante el mes de vendimia-
rio. Acahaban de conseguir ({ne se nombrase una
comi,úon del consejo de los Quinientos pa,'a pre-
sentar un proyecto de organizacion cn la cual em
Pichegrú el presidente y el relator. Ademas de
aquella importante medida habia vuelto á tomar
la comision d{~ haciclHla á su cargo las proposicio-
nes desechadas por cl consejo de los Ancianos y
buscaba el modo de presentarlas en otra forma.
POl' mas temibles que fuesen aquellas proposicio-
nes de los Quinientos no asu~taban tanto á los di-
rectores como la conspiracion á cuya fi'ente veianá
un general célebre y á quien suponian ramifica-
ciones muy esLensas en los dos consejos. Ya deci-
didos á obrar, f[uisicl'Oll principiar pOI' hacer al-
gunas mudanzas que considerahan necesarias en
el ministerio pal'a dar mas homogeneidad á la ad-
ministracion del esta(\o, y cspresal' de una mane-
ra firme y decidida la marcha del gobierno.


A uuque la policia de Cochon huhiese incuni-
do algo en la desgracia de los realistas desde que
persiguió {¡ los tres agentes del pretendiente y pu-
blicó las circulares á los electores, no por eso de-




70 REVOLL'CIOl\' liRANCESA.
jalla de estúr adicta á Carnot, por lo cual no era
prudente ea arpellas circunstal!cias dejar á su
frente nn hombre de ac{uellas relaciones. Tampo-
co el ministro de la guerra Petiet dejaba de ser
el hombre de los realistas, como criatura de Car-
not ,y así era preciso escluirle ta~bicn para no
tener un eucmigo en medio entre los ejércitos y
la mayoría directoria!. A~nque el miuistro del in-
terior Benezech era un administrador escelenle y
un cortesano muy dócil á quien no temia ningun
partido, inspiraha algunas sospechas por sus no-
torias inclinaciones y por Lt indulgencia con que
le tratahan los dial'io:> l'cali:,las; pOl' lo ctlal se le
(luiso mudar tambicn aun cuando no fuese mas
que para nombrar otro mas seguro. Se tenia una
suma confianza en Tl'uguct, miui:olro de la mal'i-
na, y el! C.ados Delacroix, (Jlle lo era dc relacio-
nes estel'iores; pero por ciertas razones relativas
al servicio deseaban los directores mudarlos. Es-
taba TI'llf{uet siendo objeto especial de los alaques
de la [¡ceion rcalista 1 y ]0 merecia en parte por
su ca ¡,[¡etel' alti \O y \'ioleil lo, pues <lLHHlue leal y
de gran talento, no tenia las consideraciones ne-
ce:"arias con las personas cuando se está al frente
de una gran administracion. Adernas se le podia
emplear con ventaja en la carrera diplomática, y
el mismo deseaba ir á Espalía ú reemplazar al ge-
neral Pel'ignon , con el ohjeto de hacer que aqne-




DIRECTORIO (1797) 71
Ha potencia concurriese á sus grandes designios
sobre las Indias. En cuanto á Delacl'Oix, ha dado
bastantes pmebas despues de que el'a hombl'e ca-
paz de administral' un departamento, pero no te-
nia la dignidad ni instruccion necesarias para re-
presentar á la república ante las potencias de Eu-
ropa. Sobre todo deseaban los directores con ansia
colocar en los negocios estrangeros á otro perso-
nage que era }!r. de Talleyrand , el cual habia sa-
hielo interesal' con su talento feio, picante y pro-
fundo la imaginacion entusiasta de l\J ma. de Stne!.
Ella fue quien le puso en comunicacion con Ben-
jamin Constant y este quien le intl'ollujo con Ear.
rás, á quien ganó inmediatamente, como hubiera
hecho con otros mucho mas aslutos. Despucs de
haberse hecho pl'esenlal' por Mma. Sta{~l á Ben ja-
min Constant y por este ú Earrús, hizo que BalTÚS
le presentase á Laneveillicre, y logró interesar al
hombre de bien ni mas ni menos que lo habia he-
cho con el ot1'O calahera. A todos les pareció muy
digno ele lástima pm' estúr odiado de la emigra-
cian, como partidariú ~de la república, y descono-
cido de los patriotas por su calidad de gran seiiol' ,
siendo víctima á un tiempo de sus opiniones y tIe
su nacimiento. Se convino en nombl'arle ministro
de negocios esteriores, lisongeándose mucho la va-
nidad de los directores en servirse de tan gran
personage , estando ademas bien seguros de que




\{EVOLUCION FRANCESA.


confiaban los negocios estrangeros á un hombre
insLruido ,habil y relacionado personalmente :con
toda la diplomacia europea.


Quedaban únicamente Ramel , ministro de ha-
cienda y Merlin de Douai de la justicia, que am-
bos eran odiosos á los realistas, mas que todos los
otros juntos, pero que ambos desempeñaban con
tanto celo como aptitud los deberes de su ,mi nis-
terio , y así no querian los tres directol>es reem-
plazarlos á ningun precio.


En todo país de instituciones representativas,
sean monárquicas ó republicanas, siempre se ma-
nifiesta el espíritu y marcha- del gobierno por la
cleccion de sus ministros y sobre ella se agitan
siempre los partidos, ya sea para influir por in-
Lel'es de opinion ó por ambicion personal. Pero
cuando entre los partidos hay uno que desea algo
mas que una simple modilicacion en la marcha
del gobierno y aspira á derribar el régimen exis-
tente,este l'ecela mas que todo las reconciliaóones
y ó no se mezcla en la cleccion de los ministros, ó
si lo hace es para impedil' que se verifique. Pi-
chegrú y los Clichinos f(Ue estaban en el secreto
de la conspiracion, se interesaban muy poco en
la mudanza ministerial, pero sin embargo se acer-
caron á Carnot para hablar del asunto, mas bien
{'omo reelesto para sondar y descubrir sus in ten-
tiones que para conseguir un resultado que á sus




DIHHCTORIO (179-7).
OJOS era muy insignilicante. Camol se habia es-
plicado fi'ancamcnte con ellos hasta por escrito,
respondiendo ú los miembros que habiall venido
á tantearle, y les declaró que primero pereceria que
dejar alterar la constitucion, ó deshonrar las autorida-
des insii/nidas por ella (palabras textuales de una de
sus cartas). Con esto obligó á los que venian á son-
dearle á que no le hablasen mas que de proyectos
constitucionales, como por ejemplo de la mudan-
za del ministerio. Por lo que hac~ á los constitu-
cionales y á los clichinos que no estaban compro-
metidos en la Caccion, deseaban sÍnceramente con-
seguil' una revolucion ministerial sin pasar de
allí, y todos estos se agruparon al rededor' de
Camot, como Portalis, Tl'onzon-Dueoudl'ay , La-
cuee, Dumas, Thibaudeau , Dulcet-Pontecoulant ,
Simeon y Emery lit que estuvieron hablando con
Carnol y Barthelemy discutiendo las mudanzas
que habia que hacer en el ministerio. Los dos que
principalmente querían reemplazal' eran ú lUerlin
y Hamel, y habiendo atacado particularmente el
sistema económico se veía que estaban mas acalo-
rados contt'a el ministro de hacienda ({ue contl'a
ningun otro. Tambien solicitaban la exoneracion
de Truguet y de Carlos Dclanoix , pero natural-
mente querian conservat' Ú Cocho n , Petiet y Be-
nezcch. No eran difíciles de persuadir los dos di-
rectores Carnot y Darthclcmy ,y lo que es este úl-




74 REVOLUCION FRANCESA.
timo no tenia dictámen personal, mas pOl' lo que
hace á Carnot miraba como amigos á todos los mi-
nistros que quedaban y como enemigos á los que
aquellos querian desechar. Pero una cosa era for-
lIlar proyectos en aquella tertulia, y otra que qui-
sieran consentir los otros tres directores, los cua-
les estaban bien decididos á despachar precisa-
mente á los ministros (jite querían ;conservar los
constitucionales.


Como Carnot ignoraba la union que habian for-
mado sus tres cólegas, y mucho menos que Lane-
veilliere hubiese sido el vínculo intermedio entre
Rewbell y Ihl'rás, esperó (pIe no sería dificil
apal'tarlc .le los otros dos, y así aconsejó :llos cons-
titucionales que se dirigiesen á él para procurar
que entrase en sus miras. En efecto se fueron á
casa de LarreveiUi(\re, y encontraron en él, en
metlio lIc su moderacioll, una firmeza invencible.
Poco acostumbrado, como todos los hombres de
aquel tiempo, ú la túctica de los gohiel'llos repre-
sentativos, no se I1guraba que se pudiese negociar
para la eleccion de los ministros' ; y así les dijo :1


Hacia muy hien en no figurárselo, porque esto lejos de
ser IIna consccuencia de la naturalc~a de los gobiernos repre '
sentativos, uo es silla un abllso de ('Uos, y otro medio
Illas ['al'a cOl'rompcdo; y hacerlos probablemente proscrihir
Illas IH'outo de las sociedades de los hombres. Es menester
ser muy ciluditlo ¡ ó telle!' por C<ÍlIuitlos á 105 d('mas para creer




DIRECTORIO (1797). 75
Jos diputados ,<Iue desempeilasen su papel que era
el de hacer leyes y les dejasen á ellos desempeflar
el suyo que epa el de elegir los empleados públi-


CIIIC los partidos se iuteresan mucho en la marcha de los go-
biern(,5 yen la política g('neral, que en efecto suele designar-
se por la c1eccion de los IllinistI'os. Lo Cjue los partidos desean
las noventa y Ilucve vec(,s de la cienlo es conseguir destinos
para disfrutar los sueldos y las comodidades cIlIC estos
proporcionan, y no para que la llIi1rcha del gohif'rno ~ea
mas Ó mCllOS pomposa. De aquí nacen todas ('sas iutrigas y
coaliciones mO'lI(ruosas cou cI"e se interrumpe" se emharaza la
nceion del gohiemo obligándole iÍ qlle emplee en defenderse
C~¡3i todo el tiempo Cjue deheria gastar en la admiuístracion
del pais. Cuaudo la esencia mism,1 de los gobiernos rp[)I'c-
sCtltativos no diese ya tanto pábulo <Í la CtlI'fllpciotl Illoral Ó
material en las e1ec(:iones, bastaria est·l sola trlctir:a que l\I 1".
Thicrs dc;,igna pomo IllLly natlll';ll v propia dc SPlllL'jautes go-
biernos pdl'a (]uilar l'l pI·estigio cutre los hombres virtuosos
y siuceros. No uCf(arnns la helleza del artificio de esta recieute
combiuilcioll del equilibrio de los podcrps, pero recelamos
que esa mi,llIa pl'Opiedad ;¡bsorhente (Iue se emlll'!ian en cIar
algullOs á I:t acciOll de los partidos qlleriendo fjll/! lIi'rrorir'll ell
cada uno de los actos impol'tantes de! poder ejecutivo, acahe
por delJ]osfrar que la tal C()!ll/¡itlilcion , plausible t;d vez en la
sencillez de SIIS priucipales l'lIedas, dl'geuere en uu verdader o
cahos ,i fuerza de aiiadide potcuci"s de accioll csterior y ro··
zes de I1nos poderes cOn otros, sitl que quede otro vcrdadero
recurso <Í los gobiernos mas Cjue esos golpes violentos, arhi-
trarios y l\t'SPOticos , como el ,Iel 18 de f"lleLido .. <lue tanto se
clllpc!ia cn justificar á los ojos del ICClOL" el ilustre auto!' de
esta historia. (N. del T.)




76 REVOLUGION FRANCESA.
coso Nosotros, alladió, debemos dil'igil' nuestra
eleccion se~un nuestra conciencia y segun la
opinion que tenemos del mérito de los indivi-
duos, y no por las ex.i.gencias de los partidos.
No sabia él entonces, ni tampoco se sabia ge-
neralmente, que es prcciso componer un mi-
nisterio de diferentes influencias, y quc estas se
han de tomar entre los partidos existentes; y
que siendo la eleccion de tal ó cual ministro una
garantia de la direccion que se vá á seguir, pue-
de venir á ser un objeto de negociacion. Tenia
ademas LarreveilLiere otras razones para repugnar
la transaccion , y era la certeza en que estaba de
que él y su amigo Rewbell nunca habian querido
y votado mas que el bien, y estaba segurísimo de
que la mayoria directorial, cualesquiera que fue-
sen las miras personales de cada director, nunca
hahia votado de otro modo; que en matel'ias de
hacienda, por m~;s que no pudiese impedil' todas
las malversaciones subaltemas , por lo menos las
habia administrado lealmente, y lo menos mal
posible en las circunstancias; que en política ja-
mas habia tenido ambicion personal, ni hecho la
menor cosa para estender sus prerogativas; que
en la direccion de la guerra tampoco habia aspi-
rado mas que á una paz pronta pero honorífica y
gloriosa. Por eso no podia comprender Larrevei-
Hiere, ni admitir las l'econvenciones dirigidas al




DIRECTORIO (1797). 17
directorio, que su buena conciencia le hacia mtn-
teligibles, y solo veía en los clichinos unos cons-
piradores pérfidos, y en los constitucionales, los
resentimientos del amor propio. Ignoraba como
todo el mundo que es necesario tolerar el humol'
bien ó mal fundado de los partidos como un he-
cho, y tomar en cuenta todas las pretensiones, has-
ta las del amor propio mortificado. fuera de eso,
no era mucho lo que exigían los constitucionales,
pues si los tres directOl'es coligados querían for-
mar un ministerio homogcneo con que castigar á
la fllccion realista, los constitucionales :exigian por
el contrario un ministerio opuesto á aquel que los
directores cl'eian necesitar en el peligro actual * .,
y no tenian otra cosa que ofrecer en cambio sino
sus votos, que el'an poco numerosos y no los com-
prometian en ninguna cuestion , por todo lo cual
su alianza no era tan interesante que pudiese de-
cidÍl' al directorio á escucharlos y á desistir de sus
proyectos. No les dió Larreveilliere ninguna sati5-
faccion, aunque se valieron para con él del geólo-


• Es decir, quc los 1II1OS querian conservar el gobierllo
de que erao pJrte pl'incipalísima y los otros destruirle impul-
sados por una faceion; y con todo eso díce Mr. Thícl'S que de-
bían tO/J/arsc en cuenta sus prctensiones , pon¡ue asi es la mo-
J;/. en los gobiernos l'cpresentativos. 1\5i suelen ponerse las
cosas y las doctrinas l'[] t<"l'Inillo~ que 110 las ('olloceria la m;¡-
dre que ¡as parió. (N. del T. '1




78 REVOLUCION I<RANCESA.
go Fajuls 15 de Saint-Fonds, con quien estaba muy
relacionado pOI' la confol'lnidad de su ancjon y de
sus estudios; pero todo fue inútil y acabó pOI' l'eS-
pondcrles: f( El dia que ustedes se empeüell /~n
el atacarnos nos encontml'{¡n muy dispuestos para
el matarles políticamente, y aunque ustedes desean
« nuestra sangre, ciertamente no correr;í la suya,
<l pero les pondremos en estado de (pie no pue-
(i dan hacer dailO. »


Ar{ucHa firmeza les quitó toda esperanza con
respecto {l Larreveilliére, y entonces les aconsejó
Carnot que se dirigiesen á Bal'1'ás, aunque dudan-
do mucho del éxito porque conocia el odio <Iue le
tenia. Se encal'gó de haLlarle el almirante Villaret
Joyeuse, uno de los miembros mas fogosos de la
oposicion , y que por su mucha pl'opension {¡ los
placeres solia ver á menudo á Barrás, á pesar de
la divergencia de sus opiniones. No se mostró tan
inflex.ible como el otro, pues de los cuatro minis-
tros, cuya exoneracion pedian los constitucionales,
esto es Merlin, Ramcl, Truguet y Delacroix , con-
sintió en (pIe se mudasen los dos últimos, y co-
mo en esto estaba ya convenido con Rewbell y
Larreveilliére, no tuvo gran inconveniente en pin-
társelo como un faVOI'. Sin €mbargo, bien fuese que
con su facilidad acostumbrada pl'Ometiera mas de
lo que tenia ánimo de cumplir, ó que fuese su in-
tento engallar á Carnot y obligarle á proponer el




DIRECTORIO (1797). 79
mismo el cambio de los ministros, ó por último
que tal vez interpretasen los otros demasiado fa-
vorablemente su lenguage, ambiguo por lo co-
mun , lo cierlo es que vinieron Jos constituciona-
les á anunciarle :\ Carnot que Harás consentia en
todo, y que votaría con él sobre cada uno de los
ministros. Solicitaban los constitucionales que la
mudanza se hiciese inmediatamente, pero dudan-
do Carnot y Bartclcmy de las verdaderas disposi-
ciones de Barrás, tilubeaban en tomar la iniciati va y
querian que la tomase Barr<Ís, mas este les respon-
dia que era demasiado el desenfi'eno de los dial'ios,
y no era co:;a tle que ~e persuadiesen á que se les
obedecia. Se procuró hacer callar á los diarios,
pero en el entre tanto como Rewbell y Larl'evei-
Hiere ignoraban estas intrigas, lo tomaron ellos
por su .;uenta, y el dia 28 de mcssidor declal'ó
Rewbcll en la sesion del directorio que ya cm
tiempo de acabar con ello y de hacer que cesasen
las lluctuaciones del gohierno, ocupándose en la
mudanza de ministl'Os. Pl'OpUSO que se procediese
al instante al escrutinio secreto, y como todos es-
taban de acuerdo en escluir á Truguet y Delacroix,
quedaron exonerados á la unanimidad; mas en
cuanto á Rumd y Medin que querian reemplazar
los constitucionales solo tuvicron cn contt'3 los dos
voLos de Carnot y Barlhclemy. Los oLl'OS tres Co-
cho11, Petiet y Benezech fueron destituidos pOl'




80 UEVOI.UCION FRANCESA.
los votos de Barrás, Rewbell y Larrcveilliére que
eran los que habian sostenido á Merlin y llamcl.
J)e este modo quedaha completo el plan de l'cfor-
roa adoptado pOI'Ia mayoría directorial, y vién-
dose hurlado Carnol, quiso difcril' á lo menos el
nombramiento de los sueeSOl'es diciendo que noes-
taha pl'eparado pal'a hacer su eleeeion. A esto sc
le respondió con alguna dUl'eza que un dil'cctol'
debia estarlo siempre, ó no proceder á destituir
un empleado sin tener fijas sus ideas sobre quien
le hahía de remplazar, y asi se le obligó á votal'
en el mismo acto. Fueron nombrados pOI' la mis-
ma mayoría los cinco sueeSOI'es, quedando con-
servados llamel en hacienda, Merlin en la justicia
y se confirió á J.\¡kde Talleyrand el de negocios
estrangeros; para la marina un antiguo y valiente
marino llamado Pleville Le Peley 16; para el inte-
rior un¡literato bastante distinguido llamado Fran-
c;ois de Neufchateau ; para la policia á Lenoir La-
roche 17 , homlH'e prudente é ilustrado que escl,i-
bia entonces muy huenos artículos políticos en el
Monitor; últimamente para la guerra al jóven y
brillante geneml Hoche en quien habían resuel-
to apoyarse. Este no tenia la edad requerida pOI'
la eonstitucion que era la de 30 años y aunque se
sabia muy bien esta falta, propuso Lal'reveilliérc
á sus dos cólegas Rewbell y Barrás que le nombra-
sen, salvo á reemplazarle dClltl'O de dos días, con




HlllECTOHIO (t 7n). Si
d íln tk (lile se les ancionase, y tle dar una Pl'UC-
ha de aprecio ú los ejércitos. De esta suerte con-
currió lodo el mundo :1 a(ludla mudallza que 11('-
g'ó ú ser dccisiva como vamos á ver. Era bastante
frecucnte (pie los diverws partillos contribuyesen
ú uu mismo suceso, Cl"eyendo cada cual que J(>
~(~\"ia provechoso , p4~1't) siempre el mas fuerte c;'a
I/llil'll decidia el resultado Ú Sil favor.


AllU cualHln Cal'llot 110 tuviese un car[¡eter tau
irritable, no podia menos de indignarse con 1,0
qlle hahia pasado Yi(~ndose burlado por BalTús, )'
:.clltlict'Oll :. su casa los miembros del cuerpo lcgis-
latin) qlle se !t,dlÍall mezclado en la ne~:ociaciolJ,
ú SaIJC1' todos los pOmH~1l0reS de la sesioll del direc-
torio, desatánllose contra Barrás, á quien llama-
L),\Il tunallte , mo . ;lrando todos la mayor illdigna-
cioa. PCl"O ocurrió un SUCf'SO que llevó á su colmo
ia el'encscencia. Habia lIoche pOl' dictámen de Bar-
r!IS puesto sus tropa., en movimiento con inten-
cioll de dil'ig'idas di~cLi\'amellte Ú Brest, pero de-
teniéndolas UIlOS dias en las cercanías de la capi-
tal. Habia ekgillo la legion de los Francos manda-
da pOI' llumbcrl y la de infanteria de Lemoinc tS
"si como la divisiol1 de cazadores que mandaba
Hidwpansc 19, con un rcg'imiento de artilleria
formando cn todo una fucrza ;de catorce á ([uilll'e
mil homln'cs. Ya habia llegado la di\'i~iull de C<l-
I.allores de Richepansc a La-Fertc-Alais ú once


XI. 6


,"




82 REVOLUCION FRANCESA
leguas de Paris, lo cual era una imprudencia,
porque el radio constitucional era de doce leguas
y hasta que llegára el momento de obrar no de-
bía pasarse el limite legal. Dependió aquella falta
del error de un comisario de guerra que habia
violado la ley sin saheda, y se agregaron otms
varias circunstancias que agravaron la impruden-
cia, porque viendo las tropas la direccion que se
les mandaba tomar, y sabiendo lo que pasaba en
el interior, no dudaban de que su marcha era
contra los consejos. Los oficiales y los soldados de-
cian por el camino que iban á poner en razoná los
aristocratas de Paris ; pero Hoche se había conten-
tado con advertir al ministro de guerra del mo-
vimiento general de tropas sobre Brest para la es-
pedicion de ,Irlanda.


Todas estas circunstancias indicaban á los dife-
rentes partidos que se aproximaba algun suceso
decisivo, y la oposicion y los enemigos del go-
bierno redoblaron su actividad para parar el gol-
pe que les amenazaba, así como el directorio no
se descuidó por su patte en acelerar la ejecucion
de sus pl'Oyectos y asegurar la victoria, que como
veremos ahora la consiguió plenamente.




NOTAS DEL TRI\DUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO PRI~mRO.


PAGIXA 10.


t GlIillel'filO Windham GrcnvilIe secretal'io 11(· estado
de S. 1\1. ll. hijo segundo del célebre .Tol'ge Grenvillc pl'i-
mel' ministro de Jorge Ill. nació el 25 de octubl'C 1753.
Apenas entró en el parlamento se agl'egó al partido de
Pitt v fue nombrado orador de la cámara de los comunes.
En Ú!H le nombraron ministro de ne.gocios estnlngcros
despues de haher' sido empleado en el del interiol'. El
fue quien se opuso Ú t'ecibir' en 1792 y 95 como embaja-
dor de la l'epública fl'aucesa Ú 1\'1. de Challvelin, anuncián-
dole que ninguno de los que hiciesen el menor daño á
¡,\lis XVL encontml'Ía asilo en los dominios de la Gran
Rretaüa, En conseclleneia fue siempre del partido de la
gl1el'ra pel'pctua, hasta que las victorias de llollapal'te
llegaron á aisla!' enteramente al gabinete ingles, pues
entonces se apresuró, como diee muy hien el texto, á
proponer la negociacion de Lille, VenhHI es que sil'Viú
de muy poco, asi ésta como f.odas las de mas que se in-
tentaron, iuclusa la que suscitó Ronaparte inlllediatamen-
te despues que aseendió al consulado, escribienJo di-
rectamente al rey de Inglaterra, pOI'que responJió el
lord Gl'el1\-ilIe que una do las primel'as condiciolles del
tl'atado hahia de ser el I'establecimiento de los BOI'bones.
Con poner semejante condicion estaba seguro, igualmen-
te que Pítt , que ninglln couvenio el'a posible y de aqui
tomaban píe para sostenel' en el parlamento que ningu-
no de los gobiernos franceses deseaba sinceramente b
paz. Confesó francamente en un largo Jiscul'so quo pro -
nuneió el 19 de julio de 1800 , que ni él, ni ninguno de
sns ('ompaiioros hahian adivin¡ulo la m:lt'cha política y mi-




84 NOTAS
lit:1\' de BOIl::lpal'te porquc era supcl'ior ú la prcvision Illl-
mana. El ;) dc rehrCl'o 1801 dió Sil dilllision del minis-
lerio y pasó seguidamente ú los llancos de la oposicion ,
fundando la base ,le toda ella en la necesidad de la guce-
I'a contra FI'ancia, y guer'l'a ¡lil'igida por Pitt, que en Sll
concpplo Pl'a el sahadol' de la Gran Bl'etaüa. OItim:lmell-
;" des[lucs del tratado de AlIli(~lIs \ohiú Ú oeupal' el mi-
ni:;tcrio bajo la presidellcia ,le su ilIlSII'(~ amigo, :í qniPII
suceJió en el (:a1'[;O de prinH'1' ministro eu;\mlo aqu('\ f':l-
1I,'eiú en l'1)(,I'O de 1806.


PAGINA t3.


2 Camilo JOl'lhm, lliput.a\lo del l'.,Ó\\aIlO en el l'On~í'jo
.le los ;)00, cl'a l'1! d(~clO UII jú\'cll I\IU~' fogoso y ,im
que 110 Plllliendo sufrit' 'lile S(~ hablase d(' L~'on l'omo d(~
IIl1a cueva de halllJidos ~. aspsinos, Iwollllnl'iú el ;¡. d(~ j n-
110 17tH un disl:lIi'~() muy ('Ilél'gico (~II defensa suya. El
17 delmi',mo mes pn~s(~ntú su l~llll()SO informe solu'e los
cultos pl'oponiendo la lib(,('tatl de tOllos ellos y que sc dl~­
,;:""c el uso librc de las call1pnnas. So esplieó con[('1I la
:lpl'oxilll:lciol] de tropas qn,~ 1)I('paraba el directorio y
contl'a los jaeobinos, anarquista:; y partidarios tIc 0,'-
!"alls: toJo lo el;:\\ le atl'ajo la sentencia (le depol'taeion
el ;; de setiemlll'l' le aql1d allo, Pero se I)[ulooeultal' y
desde el mismo di:, í Pllhlieó Hila prOl!'sLa cOlltra ('1 abll-
~o de autoridad de! pod"I' rgeculinl. No qni~i('I'oll Ila-
,l;)I'I(~ los cónsuiL's l'iI t7!)!); pCI'O I'Il el dc IS0ü se le
'!Il:(~di¡) que estu,iesp en G"l'noble hajo la \igilalll'ia. En


,;)0;) publicó un folleto tonLra el (:ollsnlado ,iLalirio en
.. 1 ['Ilal sc le I'ccolniuo de que h:lhia illyot:ado pri!lcipios
¡'('publícunos )' no los qlw hahía manilcslado anlpl'íol'-
1ll,'utC. Poco dcspum; se rCliró ú Lyoll y se apal'li) pala
sié:llIpre de los 1H'B'ocios políticos.


PAGl~"\.UJ.




n;lL TlL\lllTrOH


JIaI'lU' ,,1 ('()w';I'jn ¡J" I\)s ;¡O\l ~olicilú qtl(' se itllpllsipsc la
pena d(' 1Il1l('rte t'olltr" los Iadl'OIl!'s 'lile t:lIlto ahlllHblxlll
('11 Frallcia 1'11 1 ¡mi. Poco d('spll'~s habló CII raYO\' dc la
l't'ligioll) la facultad de tlH':Il' las campanas y el :lLHllClllo'
de las igksi<ls cOllccdidas p~ll'a d cnlto. Estas opilliones)
por lilas que ~a se hlllJi(';;(~ iull"Oducitlo alguna wlel'allci:l.
IJO podiall mCllOS de oca:iionad(~ la d(:sgl'acia del tlÍ1'pc-
lOrio y ('n efl'cLo I'lW cOlhil'II~IlI() Ú la llepm'lacioll) 1:011-
(lucillo ú C:l\"('lI:I y lI11ll'ió ('11 E~cocia ..t dia !) Ik (,IWI'O
de lHOO d(~'l ('SUII:'S <1(' UIl ll:nlfl'a~·i().


PACL\.\ SH.


4 l'cITanl Vaitlant !'ue rscluido lle! lOllSPjO dn t()~
;;00 pOI' halwl' lil'lll:Hlo Ull :H'lIl'l't!n sedicio,o ('11 las aS:lI11
hipas pl'illla/'i:ls~' ('lIalldo mlriti :í S(,I' ;¡dlllitido S(~ \el1-
ga!'oll los dil'(:clol'l'S C()lIdl~lI:'\lldok :'t la dl'pOl'l;\rion. St'
hnyó Ú ]lais t'sll':lllgt'l'o ~. nlllHjltr 110 \oh il'l'OIl Ú lIalllal'lt~
los cótlsules ('n 1 ¡!)!) IlIt'go le dierotl ulla plaza de o¡
do\' ('Il el tl'iIJll!l:l1 d(~ ~qH'I:I('iun de Or1p:tIlS y alli lIlUI'¡,)
('11 lHOe.


P.\CL\'.\ ,:2.1,


;) Este Gan ) " 110 Galllt . \'1':1 iln :wligl1n comis:1!'j,1
Üe g\l('I'I':\ y Itu'go ~('('l'et:ll jo lid diputado ÁUlJl'Y, ('l1a11-
do (isl.IlH) l'IH';\l'g:ldo dt' la p:\I'le lIlilital' como miembro ti p
la (,olllisi,;11 de ~:dtHj pi'lid¡,';! (iil higa!' d(' CamoL El!
('Oih('('lI¡'i!C;:l L' ;In í'"I:u'OIl jUIII:lliIClI[(' ('011 ('" (') ;¡ tll~ 01'-
,¡!1m' liD;;. Hahi¡;lldolt' t'!1'gido d dl~pal'laIIH'lít() del
\"ulll1e para (,1 ('OIL'I'jo dli los ,'¡eO, 1" cscluyel'oil CúlllO
lla! i('IILP ue ('llliglado ) y h:d)ií;lll:oll' \ licito Ú :llllllilir tll
h orasion <¡111' (\¡(';, el l('\:o) 11' (,olld('Il,U'Oll Ú Lt dqlOl·.
I¡¡('iol! el dia IX (1(1 fl'llCLi(lol', Puclo C'Sl'apal'S(j y le llama··
I'OIl los (;,'ill:;U!cS ell 1 ¡'H!) Cíllpll',Úldo[ti CH el llli¡¡i~[(:l'iu
lll' gtif'l'l':t. EII I~02 SP 1(, hizo ('(lIISI'.iITO dI' ('slatlo ,. 111'.\,
\dplanlí' IlIllrió ~i('lIdo :wllador,




lW'fA~


PAGI¡\,A 2.-\.


t; Pedro "~ntolJio Polissal't diputado del Saona y Loí-
ra fue lIIlO de los esduillos del conscjo ¡le los !lOO por
tencl' un hcrmano t'llIigl'ado, pero habiéndole \'llelto á
admitir en la ocasion de que habl3 el texto, le sucedíó
lo que Ú OU'03 muchos, que fue verse condenado á la
Ilep0l'tacion el 18 de fructidol', Huyó de Francia para
Alemallia y alli vi,'ió en intimidad con PichcgTú y otros
lIliembros del cuerpo legislati\'o, Despucs del 18 de bru-
mario le volvieron los del'cchos de ciudadano y en '1804,
volvió á se¡' elegido para el cuerpo legilllatÍ\'o por su ue-
pal'lamellto )' el empcl'adol' le nombró recihi,IOI' de COI1-
tribneiollcs.
PAG1~A 27.


i Sebastian Tarhé pel'tenecía á ulla familia de co-
IlJel'ciantes de H.ohall y en tiempo de Luis XVI cl'a de la
junta lle abastos, dcsde la cual pasó ú ministro dc ha-
deJllL!. en 'l70 1, PI'CS(~lltó Illuchas ,'cces eOlllo t;¡1 ú la
asamblea uaeiollal el llIal estado en que se hallaba la co-
}))'anza de eOlllrílJUciolles, pero siempre se le haeía po-
co caso por su mucho apego al monarca. P¡'ecis:lllo á de-
jar el ministerio en 1792 le sucedió Claviere , y despnes
del 10 de agosto (le aquel año le aCllsal'On como cómpli-
LC del rey y se le IllUlIUÓ aneslal'; pero se escondió Illuy
bicll y 110 mi \ ió ú apareccr hasta 17!15 en que solieító
, obtuvo la allulacioJl del decl'No, En 1797 tu,'o votos
¡Jara dirccto]' en la vacante de LeLoul'flcUI'. Dcspucs del
18 de bruIlIal'io le nombró DOllaparte c01lsejcI'o de esta-
do , pero 110 lo quiso aceptaJ' y vivió ooscmamcnlc con
ulIa pensioll modesta que le uaba el gobierno,


PAGiNA 27.


1-\ Malee, Jilllltado suplcnte del departamento de
rillistel'c ú la leoishlti\:I, HU tOIllÓ asie1lto en ella, pero




DEL TRADUCTOR. 87
sí en la convencion donde votó por la reclusion del rey.
Como tenia muchos conocimientos en hacienda V econo-
mia, estuvo siempre empleado en las comisiones' durante
aquella fatal época. El 4 de enel'o 1795 le nombraron
miembro de la de salud pública, donde defendió á algu-
nos miembros de la Montaña que estaban perseguidos,
mas en las asonadas que pl'Omovieron contra la repre-
sentadon nacional, como la del 1. o de preriar y otras se
enflll'eció mucho contra los leJ'roristas y voló porque se
les pusiese fuera de la ley, Ya puede verse en el texto la
diatriva que dirigió contra él el diputado Tarhé, cul-
pándole de que no se había opuesto con vigor á los es-
cesos que cometian Ion agentes del directOl'io en las co-
lonias; mas á pcsar de que se le dió satisfaccion, se fas-
tidio tanto de la carrera política, que renunció su plaza
y se dedicó al comercio, donde formó una casa muy res-
petable y ha ,¡vido en PaJ'is hasta hace tres años (1837)
en que murió muy anciano,


PAGINA 28.


9 Luis Felipe Sonthonax, y no Santonax como dice
el texto, naci6 en Oyona dep:ll'lamento del Ain y esLuvJ
de"comisionado en Santo Domingo pOI' el rey constitucio-
nal, por la cOllYcncion y pOI' el dil'ectorio, habiendo
adquil'ido en rste empleo una celelH'idad, que le COllstÍ-
tuye uno de los pel'sonagcs mas notahles de la revolu-
cion, Es de advel'tir que aquella isla se hallaha ya cuan-
do el llegó allí, en un estado de efenescencia e8traol'-
dinaria de resultas de los imprudentes decI'{)tos de la
asamhlea nacional; pues de las tres provincias que com-
ponian la parte francesa de la isla, la del Norte que era
la mas rica, era ya pl'esa de la insurl'eccion de los ne-
gros, sin que se atreviesen los blancos á salir de la ciu-
dad del Cabo. Tambien la del Oeste estaba en guerra ci-
,'il.entre los blancos y la gente de color, y solo la del
SUJ' se mantenia todavia en calma; pel'o no lardó en ser
la mas desgraciada de todas por la doble insurreccion de




;"<;(JTAS


los nq;l'Os ~ di! los IlIl1l:llos > ol:lIl'1'if:ntlo lllillal'('» di' de;,
gracia:;. L!f'gÚ SOlllholl:IX:í la isla (,1 1 i dI' sl'lil'llIlJl'(
·17fJ2 y al dl:seUlharearse 11' JlI'l!s('lll~lI'OIl las asalllblea"
coloniales !llIrI rl'lal:Íon 1'11 que decian quP lodo ó casi to
do est:lha 1:11 podel' de los (!sc!ayos reheldes, que hahia
IWI'i:cido la Illitad de los IwlJitallles hlaucos pOI' el hierro
Ó [lClI' el fllego y estahan illeendiadas llIas de tl'es mil ha·-
bit:\l'iollcs_ En Hna palabra, que la i&la estaba penlida
sin recllrso. Los representantes de Francia hahian pl'O-
nllllgado los dl!crelOS sobre la liIJül'lad de los 1J('gros y
110 lardó ('Il snscilarse ulla viva oposicioll de parle de los
.:olollos COlllÜ ,!ue quedaban al'l'uinados COIl tall's pl'o\"Í-
dencías, Esto se lomó pOI' ulla desohediell\~ia al gohiel'lJo
de Paris y aquellos hál'bat'os representantes al'maron :'t
los negros contra SilS amos y COIl su :lux-ilio se apodcr:lI'oll
de la ,'iui!:al de! Caho, dOllde cgercil'l'oll aqlldlas vio-
I('!lci:,,, 1)111' (:rall I'ntolH:('S de Ill(H!a ('11 Francia. S(!llli'.iall
le I:ollllllcla ilTil.ú de IlllCVO Ú los I:olonos, qllielws I~(;h:\--
1'011 dd Cabo ú los l'f'pll!~elllallles el tlia ':21 de junio de
¡ iD:) . quitlce dias desplIl's di: hahel' entrado allí. \>(:1'0
('11 represalias ¡wgal'oll lo:, Iwgl'OS fuego ~i la ciudad, y
;'11 IU¡';:\I' de n:eUllOCl:1' los l'('prt!seulallt('s los males que
LdJi:11l Ot:,~¡, I/¡:ldo y su:" illevitables cou"eclIl:w:i;¡:" ar-
111:11 un iiU:-OI' JlÚIll('I'O de lIegrns contra lus \locos blaneo"
,!t;C! qm:~bball, O"!lI'l'ió l.'IlLonce!; ('11 P~\lis la [lroscl'ipciotl
de los gii'O!lIliIIOS y de SIlS ('(:slIlla8 salió 1111 t!('f'l'('[O dI'
ilCIlS:!cil1il COIl!!';¡ SplllliOll:l' (') f(j <1,: .iulio liD;) y tu\"()
4]ill' \l¡¡¡,' :', .i!l:~:¡ii("ars(' ",1 la I'Oll\('IICioll ; I)('ro (:11 e! 1:11--
1.l"ela!lto ¡t:!I¡i:1 ocurrido la rey()lw:ioll <id !) di: tl":l'luidol'
\" plldo pn'S(!lll~iI'oe ~,ill 1Ili('do ('11 la hal'l'a. \'ohíú Ú \'11-
yia!'Í1: dt' llll("O el din'¡-!:'I'io ú b; ('ol()lIias I:U liDG y ~,e
:\'co!Il,U'OU COlltl'il (1 ,il!:1 ¡nl::tillhl lit! d('lllIlIcias , llIle" to-
(í~s ~(: (1('snmccicrllll el'l' haher!~ llolllhrado Illiemhro del
CUI:I'P' iegislatiyo ell 1 ¡Uí. Eutollces euln) cn el consejo
de los ;;00 y profesó opinioues lIluy moderadas. Salió de
d ('nlinS \" cu:mdo O('UITiú ,,1 IX di: bl'umal'io se 11'
puso en la li~ta de los (Itop0l'lado.", pel'o solo eslmo preso
H!lOS di,\s el! la (;0 ilsnjl'l"i;\ . \'lIdlo ú b lilJel'lild \i\ió ob~-




HEL TUAUUC'10H.


Cilran]('llle hasta <¡I](' ell 1~()5 se le mandó alr.ia\'s(~ di'
Paris y q IW se lijase ell FOlllaincblean pOI' haberse es-
plicado lllalallwnW sohrE lo qlW elllonces pasaba en Sall-
lO OOluiugo .. \llí pertll:IIH'ciú hasla el lin de sus di:\s que
rll(~ durallte el año de 1808.


P.\GI~A Si.


10 Gilhel'lo Dcsmolirrrs era diputado del Sena del
I:utlsejo de los ;,00 y desde lllego le destinaron i\ la eomi-
~iotl dI' hacienda. CO\lW enemigo del directorio fue (Oll-
¡«'IHHlo ú la dqlOl'lacion d ·lH de ('metidor , y aunque al
principio se ('scapó, le 3neslaron en Yilliers cerea de Pa-
ris y le eO\l(lll,ieroll Ú C:l~'ena en junio de '1 i98 ~' alli IllU-
I'ió justamcnte al aiJO de ~1I llegada <le edad dp ;)2.


P.\Gl:\'.\ /j. 1 .


11 Joaqllill (;I'('gol'io tanlee , eapitan del reglllllen-
to illl~lIlWria del nl'llill y pl'Oclll'adol' Síndico del depal'ta-
lllelllo de Lot y (~al'OlIa , uació en J\bsas, cerca de Agen
el !) d(~ noyiemlJl'e 17;¡;), Cuando le nOl1llJl'al'On pal'a la
legisla ti\':I se lIIostró mu y mode r:ldo ell ~:llS opi 11 ione~ y
~olo se dedicó ú la parte milil~II'. Fu(' b:\stante elH'migo
,le DU1I1OUl'iez sob)',~ todo cllando pl'eeipitó la guerra, di-
ciendo e1l plena aS:llllblp:\, que si sabia el cstado de los
('';(;I'(:ilOS y de las plazas flH'l'tes ('ra un traido)', y si lo ig-
lIol'aba era un malísimo lIlillisll'U. So fue l'<'!'Iq . .;ido pala
la cOllycl1cioH y asi se OCllpÓ f'lllOncrs f'n las olicillas de
b guerra y estuvo eH lisw. de los calld ¡datos pal a este
lllinislrrio CII lugar de Scrvan. ElI junio deI7!l;) le :i!'tI-
S:lI'Oll de qlle hahia tomado p:lrtc en la rdH'lioll de las
:lulol'idades de Tolon donde pareee que se hallaba enloll-
C(~S ; pero lo r:il'l'[o es que sohl'evivió Ú las proscripcio-
lWS y q\l e ell I imi ('ue elegido diputado de los An('ianos
(lel tllal rll(~ sC('l'elal'io y pl'esi(lente. Lo raro es que sien-
du <Id llal'lido I'tllltl':ll'io ú los JireClOl'eS y amigo parti-
('Ida)' .1(, C:\I'1I01 , 110 file ('olllpl'elldi(lo en la [1roscripcioll




90 NOTAS
del18 de fl'Uctidor y que tuvo valor pal'a defcndel' :í. su
amigo, Despues que concluyó su tiempo en el consejo de
Jos Ancianos volvieron á elegirle inmediatamente para
los tíOO y des pues del 18 de bl'U111m'io le nombró Bona-
pal'te consejel'O de estado en la seccion de guerra. Fue
miembl'o del Instituto en la clase de economía política y
l)I'esentó diferentes planes militares en nomlwe uel go-
hiel'Ilo, En 1800 fue ministro interino de guerra, En
1804 se le nombró director ue la escuela politécnica y
g\'3n oficial lle l:1 legion uc honor y en 1803 se le hizo
general de division, Lacuee ha publicado El Guia del ofi-
cial en camparía; y la parte del arte militar moderno de
la Enciclopedia metódica; dos tomos de opiniones é in-
fOl'mes dados á difel'entes asambleas nacionales sobre la
administracion genel'al del estado y muchas l\lemol'ias
milital'Cs que están insertas en la eoleccion del Instituto.


PAGINA al.
12 Elconde de Launeyde Antl'aiguas, y nodeEntrai-


gues como se lee en el texto, fue diputado por la nohle-
za á los estados gcnel'ales y á fé que no !In los menos
apasionados á las I'cfol'mas, no solo en sus discursos
sino tambien en folletos que publicó antes ':i despues de
aquella asamblea. Su genio bullicioso, mas que su per-
suasion, le hizo entral' en cOrl'espondencia con los emi-
gl'ados y con muchos de sus ageutes, de suelte que
mucho antes de esta anedocta que ['eliere el texto se
habian cogido ya diferentes cartas suyas ent['e los papc-
les de Lcmaill'c, y por ciel'to quc COlllp['omeLicl'On bas-
tante á Cambace['es, Bonaparte se condujo genel'Osamen-
te con él; pcro á buena cuenta @l se escapó de su aITCS-
to auxiliado por una actriz de la ópera llamada Mma.
Santi Hubcl'ti, COIl quien despues se casó, Fuél'onse los
dos á Husia donde el empel'ador Alejandl'o le nombró
consrjero de estado en 1805 en recompensa de s us ser-
vicios, A fines de aqucl año vino con una comision di-
plomática á Sajonia pCI'O le obligaron á salil' de allí y se




DEL TRADUCTOR. 91
yolvió á su tlestiuo: Considel'ado como escl'itor público,
pasa 1\iI'. de Antl'mgues por uno de los mas elocuentes
quP dió de sí la revolucion francesa. Publicó en 1790
una Memoria sobre los estados generales y otro escrito Ín-
titulado Cuál es la situacion de los Franceses. En 1795
dió ú luz ell Londres unas Observaciones sobre la conducta
de los principios coligados; Reflexiones soóre el divorcio y
otros varios opúsculos y poesias sUE'ltas.


PAGINA 08.


13 Ya es tiempo de que demos noticia de este perso-
nage, euya vida .es unade las mas cUl'iosas de la histo-
ria llIodema, porque si hl/biel'a de escribirse con la mi-
lIuciosida(1 que exige un arlículo necl'Ológico equivaldl'ia
á Sf'r la el'única de Europa durante 40 años.


El pl'incipe Cal'lo!> }Iauricio, duque de TalleYl'and Pe-
rigol'd es UIIO de aquellos hombres de estado de quien
se han escl'iLo mas elTOl'es y ll'ivialidades, ya elogiando
su ingenio, ya exagerando su inmoralidad y ya pintándole
como ulla especie de llIágico político, que no solo adi-
vinaba sino dil'igia y forzaba los acontecimientos. Sin
embal'go Talle)Tand no fue mas qae uu gran señor muy
háhil, )' que en medio de ulIa revolucioll democrática
sacó llIas p:lI'tido de su ilustre nacimiento que otros de
su espada y de su superiOl'idacl lilosóllca, Por que digase
lo que se quiera, 110 es indifcl'etlte un nacimiento i1us-
t['e soLt'e todo en la (~atTel'a t1iplom:üica, donde ell1e-
gociado[' que no U'ata de igual á igual con otros perso-
nages de la misma CatTet'a tendl':i que exigir Hlenos y
conceder lIlas, Ú [JO sel' que las negociaciones se reduz-
cau á lo que suelen Illas de uua vez, esto es, á intima-
ciones y /lO tl'alados. Nació elJ Pal'is el allO t 7;)4 Y tu-
,'0 pOI' ahuela materna aquella célebre princesa de los
Ul'si/lo~ que dil'ijió los consejos de Felipe V en nuestra
Espaüa ,como su amiga Madama de Mail1tenoll los de
Luis XIV. Era segllllclo de su, casa y desde luego le dcs-




92 NOTAS
tillaron al eSlaJoeclesiástico, segun !acostumbre de la i10~­
bleza francesa, poniéndole ú 10sB años C'n el seminario
de S. Sulpicio. Desde luego manifestó poquisima indina-
cíon al estaLlo:í que le destinaban, pues no solo fue de
los lilas traviesos y libertinos d(~ la comunidad, "iuo que
en lugar de aprovechar en los esludios leológi(:os, toda
su atellcioll estaLa absol"vida ('11 los IH';oo¡;ios polílims. A
los 20 años le JielOn la agencia g(~II(~ral del clero, que
el'a un empleo muy lucraliyo y casi lradicional (~!l Sil 1:1-
milia, y fué tal el ól'lleil ~- daritlad <¡un introdujo ell
aquella yasta administracíon de los hirnes de la iglesia,
imporlantes mas de 'i5G millones de f¡·ancos, que d('sd(~
luego anunció una capacidad estraordinaria. Todos los
:tilOS ~e reunia una jl\nta Ó asamblea del elero y en ella
daba cUC'lIla el abate Tallcyrand <Id estado (I(~ las relllas,
de los pasos y rliligellrias que habia pl"actie,lIlo el! la cor-
te ctc. todo con una exactitud y l)['illallll~z (k C'stilo ml-
mil·aIJles. Esto contribuyó llotalJlemellw p:ll'a 'lile Ú la
edad de 23 alíos se le rontil'iese el olJispado de Autull,
Cjue solia scrvil· de "",cab para el al'zobispado de lleims
~- pal'a el cardenalato. y yalía pOI· (le pronto GO mil frau-
eo-,; de rClIla. Estaba ¡·('larionado Talleyr:1nd con aquella
sOl'il'dad (¡Im,ólica de la C'Sl'llela illglesa, que ya pcusaba
PI1 la 111'(,1',,(\;\(1 (l(~ lIua ["(;forma política yen pal'ticllla¡·
SI' hahia pst["(~ehado con 'li¡·alH1:III, Cahanis, 1,:111\- 1'0-
lendal y ;\[ollllier , ú quienes solía d(~(:il· COI! llltll:iIa' gl a-
eia !J'-1'~ el se ("o;¡,~ideraba fUmo Hit aIJ/ls(). s¡~ hahia illtl"O-
durido la moda en la :llta soc:iedad frauepsa d,~ clamar
por la supl'esioll de sí misllla ,y cuando sn cOllsid,'ra qlH'
los autores de la Pl"Oposicion para la al)()licioj[ d .. h no ~
hlpza y los títulos !"nr ¡¡l"IItad:! pOI' los )[onllll()["('!H"Y, los
l\[onlC'squiou, los Roehcfo\lc:lnll, los Talleyrall(l y los
Clermont-Tolle¡TC, \lO puede menos de (l'w la tal moda
sc hubiese cOllycrtido en \lila especie de \'énigo, ó que
tal yez cstn\"ípsc fastirli:ld:l la Ilobleza de la lIlultitud de
llObles fine se hahian cl·eado en los últimos I'einados.
Cuando ~e COllVO¡;l\l"OlI los esl:1I10s gctlcrale:.; estaba MI".
tic TallpYI";\ml eu Sil ohisp:ldo de .\.utull ~. el dno de su




DEL TllADVCTOll. 93
tlióersis le noml))'ú (liputado para aquella :lsamblea t:lU
desatin;:da, tan filosófica, tan ignol'ante de i(leas admi-
nistl'ati\'us, donde se espal'ciel'on todas las doetrinas Illas
Ú propósito para echar abajo la monal'quia y donde no se
siglliú otro modelo que el eontnlto social dp ROllSSe:lll
f1plicúndole ú un pueblo ya enn~jecido en la eivilizaeion.
En ella se manifestó el obispo d(~ Autun como uno de los
lllas celosos IwoLt'etOl'es de todas las innovaciones 1 pues
fllr qnien propuso la aboliciou de los diezmos, la cons-
titllcioll ci"il del ciel'O , la ,'cfol'lua de la edlleaeion pú-
hlica dirígida segun las ideas de una mala y falsa filosofía
que eOl'rompíó Ú la juventud ca pi siglo XVlll. Él, Y COll-
dorcet, y Cabanis eran los instl'llmentos de que se ,'alía
Mil'aheau para fundar su dietarlUl'a intcl('ctual , y todas
las 1l0c!l('S se rcunian eJl su casa p:II'a pl'epal';1I' las 1110-
ciOllC'S que al dia ~iguicntc I'esonahan en la tribuna, :\un-
que Talleyr:llld no tplIia eipl'lamenle la illstrucrion que
los ou'os, pero sí 1111 (~straol'(lina,'io deslwjo y sUllla facili-
dad de cstilo, como sucedía generalmente ú la nobleza
francrsa, qlle sahiell(!o muy poco se esplieaba en lo ge-
neral con mucha :1gudeza. En aqlH'1 Iwriodo de smidad
es el1:11100 OCUI'I'ió la líesta de la confedpl':lcion en el
campo de ?\1arte, Jondc celehró de pOlllilieal y Cllya I'e-
lacio n han visto ya nuestl'os lectores en el texto de esta
ol)l'a y en una nota del :IlItor, pOI' lo que debemos omi-
tida, asi COIIIO IIOS suct'uerú eOIl otros mudlOs pasages
dI' su historia pOl' hallarse íllLilll:lilll~lJte enlazaua COIl la
drl directorio, ('1 consulado, el illlpel'io y la restaura-
dOll, Tomó gl'alldc empello el jó"en obispo en introducir
ell su di()cesis la eonsLitucion ci"íl del clero, pero halló
ulIa fuerte oposicion en los cUI'as, cuya mayO!' parte reu-
só prestar el juramento, lIIientras que él asistió á la eou-
agl'acioll dc los pl'imcros obispos constitucionales, lo
esual "le atrajo una hula de esepllIunioll del papa Pio Vi
No hrilló mucho Tnlllenand en la asamblea constilll\"€u-
te:pol'que subió I'3l'as ~'eces ú la tríbuna, pero se dis"tin-
guió notahlemente pOI' su condueta en los negocios y pOI'
su COlIst:llltt: asÍsteucia á bs comisiones, sin adquirir si·




NOTAS


quiera aquella I'eputacion de diestra taciturnidad que tan-
to contribuyó á la celebridad de Sieyes,


Luego que aquella asamblea tel'minó sus tareas, salió
MI'. de Talleyrand de Francia para Inglaterra, donde es-
taba de emb:ljador de Luís XVI l\ir. de Chauvelin, y lle-
vó la comision secreta de pl'Ocurar 11na íntima union ca-
tre los dos gobiernos adoptando el sistema de las dos cá-
maras de la constitucion inglesa. Habia ya entonces algu-
nos proyectos sobre la casa de Orleans y podía TaIleyrand
servir muy bien de internledio en aquella tentativa; pero
es lo cierto que él se entendió muy bien con MI', de
Chauvelin y sobre todo con los clubs de Inglaterra. Pel"O
estaban demasiado montadas las cabezas en Francia para
contentarse con aquel equilibrio de poderes lÜ toda esa
bataola de cámaras altas y bajas, sillo que se quel'ia la
soberania del pueblo ni mas ni menos que la quicren y
practican los salvages, esto es, fundada en la sublime
teoria de que ciento tienen mas fuel'za que lino solo.
Descubrimiento importantísilllo, que tanta glol'ia da ú los
modernos defensores de la soberanía popul31', Tambien
pl'incipiaba ya la diplomacia á separarse de aquella dies-
tra y prudente escuela, que desde el tiempo de Luis VIV
habia asegurado tantas ventajas á la Francia y propor-
cionádola el aumento de tantos tenitorios, sino que
consistia únicamente en hacer la propaganda y espal'cir el
jacobinismo. ~lr. de TalleYl'and tuvo algunas conferencias
con los corifeos de los whiglS; ppro como oCUl'I'ió enton-
ces el terrible proceso de Luis XVI y lodo se pl'eparaba
para la guerra, se le díó ól'den de salir de la Gl'an BI'e-
laña en virtud del alien bill, dentro del. tér-mino de 24
hol'3s. Entonces se embarcó para los Estados Unidos en
lugar de volver á Francia, donde no hnbieran tanlado
en guillotinarle, y fue á ver pOI' sus ojos aquel modelo de
los gobiernos tan ponderado por Mr. de Lafayette. Mas
luego que llegó alli se dedicó ansiosamente al comercio
y montó su casa en Nueva York, haciendo una higa á las
respetables sombras de los Boson de Perigord y ú la mi-
tra y cayado de Autun. Lo esencial es vivil' y para viril'




DEL TRADUCTOR. 95
-se necesita tenel' con qué. Pel'O realmente no convenia al
espíritu de TalleY"and aquella profesion tl'anquila en un
pais tan distante de los SI'andes acontecimientos de la
época, y asi apenas se restableció un poco el órden en
Francia, solicitó permiso para volver, por supuesto
despues de haber hecho bancarrota, Habia dejado en
Francia ,'arios amigos entl'e los partidarios de lo que en-
tonces se llamaba república moderada, como Chenier,
Madama ue 8lae\ y otros que componian la parte litera-
ria y filosófica de la sociedad en tiempo del directorio.
En efecto por influjo de aquella señora se consiguió un
decreto en que se decia que MI', de Talleyrand no habia
emigrado. En consecuencia volvió á Paris vestido entera-
mente de seglar segun la moda del dia y trayéndose
consigo á Mma, Grand á quien habia conocido en I1am-
burgo, y que pOI' cierto contrastaba notablemente con
el talento de su amante, porque era de lo mas cándido y
limitado que jamas pisó las losas del 31Tabal de San Ger-
man, Dió la buena señora mucho que ,'eil' en aquella épo-
ca y se hiciel'On de uno y otra graciosas cal'Ícatm'as,


Desde su llegada á París se asoció Mr. de Talleyrand
~l club constitucional que se reunia en el Palacio de
Salm , y como la opinion propendia visiblemente á bus-
car la unidad en el gobierno, pues estaba todo el mundo
convencido de que era un imposible la república, pro-
CUI'Ó mantcnCl'se en aqnella linea media entre el partido
realista que quel'Ía echar abajo el directorio, y el jacobino
que le repugna La antipúticamente, Así cuando eslalló el
tel'rible Dia 18 de fl'uctidor, que tan funesto fue á los
consejos y á los diaristas, se nomJ)['ó á Talleyrand mi-
nistro de relaciones esteriol'cs. Aconsejamos al lector que
no olvide el cuadro, tan bien trazado por MI'. Thiers de
lo que era entonces la sociedad de Pal'is bajo el régimen
sensual del direclol'Ío, así como el estado dc sus rclacio-
nes con las demas potencias. Em aquella una época sin
pudor en que lodo se manejaba por medio del dinero,
así los negocios de dentro como los de fuera y así la po-
sesion dc las cosas como dé las pcrsona3. Talleyrand se




NOTAS


COllrU!'Illll con ti liSO Y Lal vez le eX:l!jel'ó algun tallto 1Il:l-
niobl'aTlllo , con poco se(~l'cto , PlIPS YCIIlOS qlW d('II!III--
('iado púhlicamentr, pOI' Carlos d(~ Lacl'oix , f;t~ viú [lrcei-
sallo á I'ellunciar ti mítlisLClio, y aUllque 110 uejó üc acu-
dil' al manospado recurso de los maniliestos publicando
UIl Colleto ron el título de Jdaraciones (Ecla¡rc¡"',~(,lHeJlt,~),
no pOI' eso dejó de acusarle públie;\mnllw en la tribulla
de los ~)O() Luciano BOllaparte , pOI' cOllcusiollario, El!
COllSCl'lH'llCia se le quiso aplical' b ley de la I'(~"pollsa\¡i­
lidad ministerial, pcm pudo salil' del pa~o ,alil:nd()st' dI'
los miSll\os medios que lo hal)ian metido en él. ~o jlUI:
de negarse que uno de los defectos (In MI', de Tall(:YI':llld
f,Je aquella notori:l ansiedad de dinel'o que le (~olllpl'ome
tió muy á menudo y le hizo eomptel' torpe7.al" ill(lecilJl('~.


Picado con d directorio, pi'i¡¡('ipió clltollt:es Ú trabaja:,
ue ¡irme en famf del gobi(:l'Ilo consular y cuallrlo BOlla-
parle yolYió de EgiptoLrllP de los p¡'imel'¿s qUf' aClldi!'I'o!1
Ú ofl'ecél'sele )' el 011'0 supo apreciar la importancia (k
un homhre ue tanto taleuto y que ej(~I'eia tanto inlllljo en
el partiuo constitucional. El IcetO!' \'elr:! lodos estos por-
menores PIl lo qne I'(~sta de la historia de la I'()pública
y en la que pnblicarúlIos e!espnf's dd consulado ~. ('1 im·
pel'io, En el'ecto , apetlas instalado el golJiel'llo cOllsulal',
se le '\ohió (\ courel'iL' e\ ministerio de relaciones este-
riOr()5 en premio de sus servicios y se alJl'ió lIna calTeL':}
lilas vasta ú su illlagitl:\ciolL. FULldúbasp ('sLe gobil'lllO en
d principio de la 1Il1i(bd ~- de la I'Ut'l'za sin aquella \Ío-
!encia desordcllarla ti() la cOIIH'tll'ioll lIi aquel t!pslmlcll y
laxitud del directorio, dc sucI'te qLW ~e podia lIl'gociar
con decencia y mOdl'I'L!cioil , y las 1'"lal:ioilllS con los <k--
mas estados a~lqnii'i{)l'Oll aqueÚa l'l'gulal'iJaJ qlle 110 ha-
bian tcnillo anteriol'lnentl'. Enlonel's fue cllanJo S(' alH'ic-
ron las grandes \legoci~\cio\lc5 diplolll:llicas r¡11!' 1l1'1'para-
ron el !'pposo d(~ ElIl'olxl. En los 1Il1lr[¡os vatados qlle se
cdrlJl':Jl'on cnlonces, no solo lIIallifC'~lú Tall(~~T~~ll(l el gran
talpulo (le qll(~ ('staha dOlado sillo lalllbi(~1l aqublla COl't()-
sania y dclic:\dC'za [1l'Opias ([P ~LI allo lIacimiellto, apal'-
lúnüose de 10:- IllOdalc~ ~I'd~.('II)" <¡Ii\' solian (,tllple:\!' los




UEL T-llADUCTOll. 97
agentes del dil'cctol'Ío , los cuales mas que diplomáticos
eran unos' vcrdauel'Os espoliadores de los montes de pie-
dad y de cuantas alhajas de 01'0 podian haber á las ma-
nos. MI'. de TalleY"and no pcnnitia nada de eso , síno
que se contentaba con algunos buenos I'egalos como
por yia de gratificacion ó propina de tabla. Lo único
que le faltaba era algun mayor disimulo en estos trapi-
cheos porque síempre salian á luz las relaciones de lo
que le habia valido cada tratado asi en din~ro como en
diamantes. Verdad es que por una de las mas raras fan-
tasias de la snel'te , aquel hombl'e tan perspicaz y de tall
pocos escl'úpuLos en matel',ia de dinero, teniendo adema S
tantos medios y tan buena voluntad de jugar á golpe se-
guro en l.os fondos públicos, hizo en ellos pénlidas in-
mensas. ¿ Quien diria que el tratado de Amiells le costó
mas de diez millones de francos? Pues es un hecho cier-
tísimo , como que compró sumas inmensas creyendo que
subil'ian prodigiosamente los fondos, y estos ha.iaron ú
los pocos dias mas de diez pOI' ciento, por uno de aque-
llos caprichos que solo sabe esplicar el agio.


Con ocasion del concordato obtuvo el SI'. olJispo ti!'
Autun un breve de completa secul31'izacion del papa Pio
VII, que tantos sacI'ilicios hizo peo)!' conquistar la paz ¡\p
la iglesia, Aunque en este bl'eve no se autorizaha espli-
citamente á 1\11'. de Talleyraud para contraer matrimonio,
el pl'imer cónsul ,que se picaba de la pública moralidad,
exigió imperiosamente que se easara con Mma. Grand,
con quien estaua viviendo desde su vuelta á Francia. ou(~­
deció el obispo y se casaron santamente en la municipa-
lidad y en la iglesia. Los dos personages principales del
ministerio consulal'el'an Talleyrand y Fouché , de los
cuales el pl'imel'o repl·esenlaba la reconciliacion de la
antigua al'istoeracia , y el segundo las tl'adiciones del ja-
cobinismo ; por lo cual era inevitable que aquellos dos
hombres se observasen y fiscalizasen uno á oll'O , como
pI'ocedentes dc unos sisteHlas tan opucstos. Fllel'OIl mu-
chas las denuncias que hicieron el uno (lel otro , el1ya
J'e1aciou sel'Ía muy prolija para este lugac'. No tardó en


XI.




98 NOTAS
ocurrir la fatal eSCfma del duque de Enghuien , en la cual
ú pesar de todos los velos con que ha querido cubrirse,
es indudable que 1\'11'. de Talleyrand tuvo notícia de las:in-
tenciones de Bonaparte , pues existe íntegra la carta que
escribió al baroll de EdcIsheim, ministro de Baden) eu
que le dice que el primer consul habiajuzgado indi~pen­
sable enviar dos destacamentos á Offemburgo y á Etten-
heim para coger á los autores de un crimen tan odioso) que
privaria del derecho de gentes á los que fuesen convencidos
de haber tomado parte en el. Ademas ,despues que fue
arrestado el duque, asistió al consejo privado en que se
preparó, sino se resolvió su condenacion.


Es muy dificil resolver si MI'. Talleyrand tuvo durante
su vida un sistema político ó un pensamiento general que
dirigiese sus operaciones díplomúticas. Lo único que nos
parece poder afirma¡'se es que la basa de Sil política fue
la alianza inglesa, como un vínculo necesario para opo-
nerse á la Rusia, cuyo poder le parecia un gmll obstá-
culo para la civilizacion de Europa. Las primeras ideas
de su juventud no se borraron jamás de su memoria.


Al advenimiento de Napoleon al imperio) recibió Ta-
l1eyran el título de Gran chambelan , que equivale eutre
nosotros á Sumiller de corps, pues el nuevo emperado¡'
gustaba de rodearse de apellidos ilustres y no le era indi-
ferente tener un Boson de Perigord entre los gefes de su
p3lacio. 1\'Ias adelante, des pues de las negociaciones de
PresbUl'go ) que tanto modit1caron la existencia política y
territOI'ial de la nacion ge¡Ománica, ayudó á constituir la
confederacion del Rhin , dando al traste con la prepon-
derancia alemana de la antigua casa de Austria. Entonces
se le nombró príncipe de Benevento, con soberania in-
dependiente bajo la pl'Oteccion de la Francia. Esta sobe-
rania le valia H;O mil francos de renta, que unidos á los
5iJO mil de su ministerio le daban un prsupuesto muy
decente. Pero esto era nada en comparacion del mages-
tuoso papel que representaba entonces haciéndole la cor-
te todos los electores germánicos. En esta allura le cogió
la revolucion minister'ial de Inglatcl'I'a , cl1~\IHlo su :lIuigo




flEI. TIUnUCnm,


Fox l'f'f'mplazó á Piu C'n la uil'eccion dp los negocios ,lt~
la Gran Bretaña, y tiel Ú Sil principio de que no podia pa-
cificarse la E1H'opa sin el concUl'SO de Inglaterra, aurió
nrgociaciollp;, de paz, que no tll\"iel'On gran resultado por
haber durauo tan poco tiC'mpo aquel ministel'io whigt.


Se dice por muy t'iC'l'to que 1\11'. de TallC'yrand se reti-
ró del ministel'io pOI' causa de la gUC'l'l'a de Espaiia; pel'O
este es un error, nacido solo de la coincideucia de las
fechas, pues en efecto hizo su Jimision poco alltes d(~
aquellos funestos sucrsos. La ,"crdad es que no ~olo tomó
parte en todas las intl'igas que prepal'aron la reyolucioll de
Aralljuez, sino qllccntl'aoa mucho en su política yen sus
trauiciones históricas del pacto ue familia, la reunían dc
la España en ulla misma marcha polític,l con la Francia.
eUantto ~lIS mllchas cal'tas en atluella (;poca 110 CUII111l'U-
bascn su paI'ticipacioll en aquel proyecto, existe su iu-
forme al emperador en qlw se desemuchcll todas las
ventajas de aquella I'euuion de las dos coronas cn su pl'O-
pia familia, á imitacion de la gl'an política de Luis XIV.
La verdadera causa de su retirada fueron los pasos que
dió pal'a negociar la paz con lnglatcl'l'a sin contal' COII
NapoleoIl. No gustaha este de que nadie obl'ase con iu-
dependencia de él sino que todo l'cciLiese su impulso y
se uesembat'azó de él, como mas adelante lo hizo de
Fouché, que Ilra quien le habia descubierto los pasos
dados pOI' Talleyrand. Este se aprovechó de la cit'cuns-
tancia y se hizo pasat· por martir dc la paz y de la 1110-
ueracion. No fue tanta su desgracia, que no recibiese en
cambio de ella la dignidad de Gran Elector con el mismo
sueldo dc ;)00 mil francos de que gozaba siendo ministt'o;
mas no por eso dejaba de jngar en la bolsa, cntrar en co-
mandita con varias easas de comercio de Hamburgo y co-
locar grandes sumas en el banco de Londres, aguarJando
asi el éxito ue los acontecimientos. Una de sus máximas
favoritas era que nunca se perdia nada pOI' aguardal' COIl
tal que se supicse aprovechar el mOI1Hmto oportuno. Ibase
ya formando sordamente una oposicion contra Napoleoll ,
que sin por!el'se llamal' conspirarioll , millaba JllOrallllí'llte




100 NOCAS
Su influjo ysu poll!'r con ciertas confianzas al oido y cienos
dichitos que cOITian de boca en boca como cuando OCUI'-"
rió la espedicion de Moscow, en que dijo Talle~Tand que
aquel era el príncipio del fin. No el'a capaz la policía bru-
tal de Savar)" ,q ue habia sueellido úFouchó, de cOllte-·
ner aquella oposicion tan fina como inteligente, y gozaha
de la impunidad pOI' mas que se emplease (Iirectamente
tOlltl'a el empel'adol'. Porque se equivocan mncho los que
creen que cuando NapoJeon estaba en et a/JOBeo de sn
grandeza ('I'a dueño de vidas y haciendas; al contrario,
pocos hombres se han visto en el ll'ono 1II3!'. precisados il
considerar los gl'andespel'sonages que le sel"Vían, Ni lI1l0
de ellos se llllhier3 tenido pOI' sl'gmo desde pi momento
('fl que él hubiel'a osado Hna violencia contra MI', de Ta-
lIe\"l':Ind,


Ya ú principios de 1815 se hahia puesto este en rela-
cían con Luis XVIlI por medio de su tío el cal'denal de
Pel'igord, que era su c:1pellan m3)"0I' y fue facilísimo dar
espel'anzas eventuales pala cuando las circunstancias per-
mitiesen pensar en una restauracion; pero todo esto se-
cretamente y por medio de simples confidencias pOl'que
todavia no estaba en el ánimo de nadie la idea de aqudla
gran mudanza, Entre tanto, formaba parte del consejo
nombrado por el emperadol' para ayudar con sus conse-
jos á la emperatriz Maria Luisa que había quedado de re-
genta del imperio, ysemanifestaba el mas celoso servidor
del emperador; pero sin perjuicio de recibir ya frecuen-
tes cm'tas de Luís XVIlI, que le promeLia COI1Sel',"arle su
brillante situacíon y aun añadía la pl'Ome~ de la dil'ec-
cion del gobierno, Las desgr"acias de la guel'l'a habian dis-
minuido notablemente el pl'Cstigio de Napoleon y la re-
gencia misma haCÍa ya toda especie de suposiciones', por
que en efecto era posible todo, Habian fijado los pleuipo-
tenciarios de las potencias UlI congreso en Chatillon, mas
bien por pura forma, que porque en él hubiesen de tl'a-
tarse las cuestiones de los límites de :Fl'ancia conservan-
do á Napoleon el tI'ono, :.\h, de ColincoUl't dió parte ú Ta-


1leyrand del proyecto que estaba ('Ilt'argado de pl'('sentul'




nEL TIL\DliCTOR •. JOI
#'11 ¡q ; pel'o este dl"spachó un agente miSlt'I'ioso, qne fue


jf(". (le Vi(mlles , al cllartel general del ewpemdol' Ale-
jandro , para que le cspllsiese el estado de la capital, la
necesidad de acabal' de tina vez con el cmpel'ador y la
conveniencia de una restanracion de la antigua dinastia,
corno única SOlllCioll posible de aquella crisis. Desempe-
itú ~lr. de Vitrolles aquella peligl'Osa comision y entregó
nI Qtnpel'ador' de Husia las cartas en cifl'a que le habia
,ilado ~Ir-. de TalleYI'aIHI. Recibió Alejandl'o aquella idea


. con bastante fI'ialdad porque ignoraba las consecuencias
twlüicas qlle pudiese abrazal' una resolucion semejante; y
(~ntonces tuvo Talleyrand que dcsarroll:!r en una larga
memoria la correlacion de las dos ideas del antiguo telTi-
torio y la antigua dinastía, conformes COII las que habia
espuesto en Chatillon el lord Castlel'eag, Iha entl'e tanto
:lIlmentándose pl'Odigiosamente el nlÍmero de los deseo n -
tcntos en Paris y ya se estaban concertando par'a da!' uu
golpe y acab.'lr con el impeI'io, cuando llegó la órden de
Napoleon pal'a que la rcgcneia se retil'ase á lllois. Dióse
gran prisa Talleyrand á deelaI'ur que seguir'ia á la I'egen-
da en aqnel viage , pOI'que tenia necesidad de inspiral'
scglll'ÍdaJes al partido. imperialista y por aquel espíritu
dc illu'iga que estaha en su carúcter', Per'o. cl príncipe de
Schwartzemherg tenia apost.lltlo espl'csamente un desta-
camento de cabalIcrill que detmo el cot.:he de MI', de Ta-
1I(,~Talld Jestle la p .. i\llera posta del camino de Paris á
Rlois y 11' obligó Ú '"I'tl'o('(·d(,,'. p"('eisado de este moJo á
\olH'1' Ú Par'is, se PllcOllt.l'(í Ilatnrallllcntc siendo cenU'o
dd movimiento que se preparaba cOlIll'a el elllperador'.
AlwióslI t(·,'\.ulia ú los det;contelllos y espal'ció la idea de
IIlla deposicioll que agradó lIIucho á los repllblicanos, po.l'
(Iue pal"()ce que solo se acordal'on enlonces de que Napo-
leoll habia violado la constitucion, En el sellado mismo
fue dOllu" principió la gl'un intriga de MI', de TalleYI'aIld va·
liéndose de la sencillez y de las I'epllgnancias Instintivas
del par'tido patl'iota , compuesto de Gregoil'e, Lallllwett.:hs
y Lanjuillais , á quienes aseguró que todo tOlllal'ia las
antiguas formas constitueÍonales, la sohel'ania del pueblo




10:2 :'íOLts
)' t!l'llI:lS sueños ur la \'üpúblil:'1. E.;ln hastú para (fll(' el
tal partitlo tomasr la inieialh':1 para Iwdir la tleposicioll
del emperador', cllllllJerando todos los ('argos qlle re-
I'ultaban contra (;1, sohre los cuales se hahia guardauo
1111 grnel'oso silrncio dUl'ante su pr'ospel'i(la¡}, y se decre-
tó su deposicioll pOI' el senado en rlmesdealu'il de 1814,


Cuando el emperador' Alejandro (,IlU'Ó en Paris , tuv.o
Ol:lIJa Talleyralld pal~' ha('('r qtlP admitiese el alojami~nto
('11 Sil palacio de la calle de S, Florcntino , yen él , en la
habitaeion misma de Mr, dc Talley,'and se I;\,ppal'ó la res-
tauracian en la forma que lodo el mundo ha ,isto, El file
quien determinó al emperador Alpjallllro á desechar to-
das las proposiciones hechas por la regcncia de Maria
l.uisa y las leales uitigeneias del mariscal l\1acdonald, Pa-
ra cllo adoptó ulla máxima admirablc que repetía á cada
paso y era decir: !-os Barbones son un pri1lcipio ; lodo lo
demas rlO es mas que una intriga,


Hasta la llegada de Luis XVlll estuvo Tallenalld al
frente del gohi~rllo provisional, y á fé quc sc cu~ntan co-
sas (le aquel ticmpo capaces de dar uoa idea hOl'l'ihle de
su eal'áetel' , si fue:'oell ciertas, pero que no IIOS atrevc-
mos á admitirlas porque no estamos eouH'IH:irlos de su
autenticidad. Entre ellas tiglll'a en pl'ÍrtH'I'a lÍ!wa la mi-
sion de MI', de l\1auhreil dirigid:! á apodel'arse ue los dia'
mantes de la corona y de deshacerse de Napoleon con {or-
mas menos solemnes todavía que las 'lue se haMan empleado
mn el último Condé, Pcro \'(~petilllos quc todavia no ha
adquiri¡lo este hrdlO la autoridad históriea,


AllIeg:lI' Luis X ,'1Il ú Pal'i~ nomhró ú )fr. (Ic Tall(~y­
!'all lwimet' minisu'o con el despacho (le lIl'gocios estl'an-
grl'Os y la dil'eccion suprema de las negociaciones diplo-
1\l~ltic:ls como preuda de la paz general, cuyas condicio-
lIes se :llTeglal'OlI cn eltrulado de Viena, No puedc ne-
garse qne cn aquel congreso brilló cstraordin:l\'iamente
la supel'iol'i(lad de luces de MI>, de TallcYl'alld, pues Ú
pesal' dc las dcsgr:!eias y abatimientos en que habia eai-
do la Francia LUYO cl alte de colocada en primc\'a línea y
casi lle do minal' las discusiones, El fue (luien (lieló la




DEL TRADLCTOR. 103
l'cstauracion de los Borbones de Nápoles y quien salvó á
la Sajonia de una de¡,lruccion inminente. Mas no se apar-
tó nunca de su imaginacion la idea inglesa y anti-rusa
que era su principio dominante y que se echa tanto de
ver en su interesante correspondencia desde Viena con
Luis XVIII. En ella se ve un rasgo que pinta bien su ca-
rácter eminentemente diplomático, 'pues habiéndose servi-
do para todo el negocio de la restaul'acion del gran ascen-
diente de Alrjandro, lo primero que hizo fue escluir á
su hermana para novia del duque de BelTy, diciendo
que los Romanato no eran un partido decente para los Bar-
bones. No contento con esto hizo un tratado secreto en
el mes de febrero iSla con la Inglaterra y el Aus-
tl'Í~ para impedir á la Rusia sus inva-siones en la Polonia
en que se preveia el caso de guerra y se fijaba el contin-
gente que cada una de las tres potencias habia de apron-
tar. Luego que lo supo Alejandl'O se puso flll'ioso y con-
cibió un ódio implacable contra el astuto diplomático.
Entretanto desembal'caba Nápoleon en el Golfo Juan, y
su rápida marcha sobre París causó la mayO!' inquietud
en el congreso de Viena; pero por lo mismo /'edobló Ta-
Ileyran sus esfuerz03 pues se hallaba comprometida hasta
su segul'idad personal, corno que Napoleon espidió contl'a
él un decreto de proscl'ipcion desde el dia en que llegó á
Lyon. Mas él le hizo declarar pOI' el cong/'eso fuera de la
ley y las potencias volvieron á armarse contra el impe-
rio, cuyo descnlace vimos en Waterloo.


1\11-. de Tallcymnd yolvió á Pal'is con la família de los
BOl'bones, pero ya no con la misma alltol'idad, porque
habia sabido Luis XVIlI que su plenipotencial'io en Vie-
Da habia dado oidos á ciertas proposiciones que se le hi--
cieron sobre la posibilidad de que la casa de Orleans su-
biese al trono en algun evento inesperado; y esto fue lo
que determinó al rey á nombl'ar á Fouché ministro de
policia para que vigilase ú su colega de los negocios es-
tr'angeros , y esto por' consejo de lord Welington. Er'a
pues ,'isible la preponderancia del partido ingles, supues-
to que los dos principales órganos del ministerio propen-




iO'í NOTAS
diall en favol' de la alianza ingles3, Prro fUf'I'on tnn tllll'as
J'[lS condiciones qtW exigian In Inglatrl'l'a, la Prusia y pI
Austria, que no tUl'dó en conocer Luis XYlll, quP el
único que se intel'esaba sineel'~mH~nte pOI' su familia (,I'a
el gabinete ruso, En consecu('ncia pasó éste:í sel' el PI'('-
ponderante en el ánimo de la cDlte, l' la primera condi-
eion que exigió Alejandro fue la exoner3eion de ministl'o
Talleyrand, Hizo este corre¡' la YOZ de qne se habia reti-
rado espontáneamente por no firmar el tratado de Paris,
pCl'O esto cra tan falso como su retirada con ocasion de
la gurl'l'a de España en 1808, Mas la vrrdad ('s que hi-
zo cuanto estu'iO en su mano por ahlandar al empcrador
Alejandro, hasta proponerte el ministerio del Íntel'ior
para el conde Pozzo di-Borgo; mas nunca pudo conse-
guir ser admitido iI su presencía ni negociar con él, Des:...
plles de la I'etimda de TaIleyrand suavizó el eZ3r sus
condiciones y las hizo mejol'es que In lnglnterra y la Pru-
sia, Luis XVIII se alegró mueho de verse libre de aque-
lla especie de patrono que mas bien le obligaba que
proponi3 b firma en todos los negocios estrangeros, To-
do el partido realista se declaró entonces contra él y
principió á ridiculizarle con caricaturas que siempre le
representaban eOIl la mili':) y cayado, como' pat'a hacel'-
le purgar su especie <.le 3post3sia, Sin embargo á instan-
cias de MI', de lUchelieu le nombró el rey gnm Sumillel'
de Francia con el suel!lo !le cien mil frallcos que disfl'utó
todo el tiempo de la \'estallI'acioIl, Iba puntnalmente á
Tulle\'ias po!' pUl'a etiqueta y desempeñaha su oficio con
d mismo compás que la eslatna del convidado de piedra,
d('trns tle la silla del )'ey, En la dma\'a de Pares a(loptó
el papel de una oposicioll solemne aunque frecuentemen-
te muda, porque solo habló cn dos ocasiones. V na eu
182;) (loude cometió la torpeza de profetizal' gl'audes
dCI'l'otas al ejó'cito frances que iba á intel'venir en Espa-
ñ3, Y la otra con Q(:asiOll de la ley elector31 y de la liber-
tad de imprcnta , en quc \'ccol'dó las solemnes promesas
hechas en Sainl Ouell á que habia asistido él mismo, Pem
.Jonue vcruatleramcutc hacia un3 guerl'a cruel ú la corte




DEL TRADl'CTOR 10,)
" á la llinastia Pl'a pn Sil pl'Opia tertulia, donde acari-
¡~iaha y recibia las confidencias de todos los pal'lidos, Allí
f'S llonde lll'illaba verdaderamente su talento, su gracia
~. Sil conocimiento del munuo qlle tanta fama le ha dado
de agudeza y oportunidad,


Cuando OCUI'I'ió la revolucion de julio estaba muy ilTi-
tado Talleyrand contra toda la rama primogénita á quien
llamaba ingnlta y olvidadiza y no puede dud:lrse que tra-
bajó bastante para que le sucediese la actual dinastia,
con tal que de ningu'I1 modo se entronizasen la repúbli-
ca ni la anarquía, POI' eso se encargó inmediatamente de


.negocial' con lodo el cuerpo diplomático y de hacerle en-
tender que la paz de Europa se cifraba en la consolida-
cion del órden monárquico en F.'ancia. Lo consiguió tan
hipn, qlle todos los plipgos de los emhajadores fueron
favol'uhles al nuevo rey Luis Felipe, considerúndole co-
mo \lna gat'antia del principio de órden europeo y como
un !!ledio para ir estinguiendo poco ú poco el espíritu I'e-
~olucionario, No quiso admitil' el ministerio de negocios
estl'angeros que hubier:l sido ulla I'esponsabilidad pam él;
pero sí la embajada de Londres, la mas importante y
la mas difícil ell aquellas ci,'c\l\lstancias, pOl'qlle de ella
dependia la solllcion de todas hlS ncgoci:lcione& pendien-
tes. Cuando MI', de Talley,'and llrgó á Londres rstaba
todavia en el ll1illi~tel'io el duque de Welington I'Odrado
de los toris mas acalorados y no podia maniobrar á gus-
to el lluevo embajado!' en aqudla situacion, porque sa-
hia cuanto empeño tenian los toris en la cOl1srl'\'t\cion
de los tratados secretos de 1815. Así, todo Sil empeño
se dirigió á del'libar al duqup de Wclingtoll; pal'a lo
cllal renovó Sil antigua amistad con el conde de G.,pv y
los whigs moderados como John Rnssel de~plegand~ a'l
mismo tiempo un lujo eSlt'aOl'dinario. No tarda,'on aque-
llos en conseguil' un triunfo completo COIl el nombra-
miento del ministel'io Grey y entonces emprendió Talley-
,'and su gran proyecto de la alianza con la Inglaterra.
Su posicion en Londres fue en aquella época muy seme-
jante ú hr fiue habia teni(lo en Viena, esto es, que su




106 NOTAS
consideracion personal y el lustre de su nombr'e domina-
ron á todos los diplomáticos á punto de arrancarles con-
cesiones 'que no fueron contir'madas por sus respectivos
gabinetes. Pero en medio de tantos protocolos como exi-
gieron las cuestiones de Grecia y sobre todo el negocio
Holando-Belga, su resultado mas precioso y efectivo fue
la conservacion de la paz, que tan profundamente se ha-
llaba amenazada. A medida que los whigts iban al11'!11án-
dose en el poder con el ministerio del lord lUelbourne,
caminaba con mas firmeza lUr. de Talley¡'and á consoli-
dar el gran proyecto de toda sn vida que era la alianza
Íntima con la Inglaterra, y úILimamente de concierto con
el lord Palmerston concibió la idea del tl'aLado de la cuá-
druple alianza, que aunque pudiera ser favorable para
la euesLion de la su cesio n española, es en nuesLr'o con-
cepto la negociado n que mellos honor hace á la Yas~a ¡n·,
teligencia de lUr. de Talleyrand, considerado como re-
presentante de los intereses de la Fr'allcia. Es ya dema-
siado larga esta nota pal'a que nos detengamos ú indical'
las ['azones asi políticas como comerciales que demues-
tran el error de aquella combinacion, que fue el último
acto de la "ida diplomátil:a del pl'Íncipe Talle)Talld. Al-
gun tiempo dcspues pidió su retil'O y se volvió á Paris ,
,'iendo ven il' las dificultades de la 'situacion. Desde en-
tonces acú no ha hecho mas que dejar escufl'ir la vida
ya en la capital y ya en sus vastas posesi::Hles , s;endo
fr'ecuenlemente tonsultado con veneracion por el nuero
gobierno en todas las ocasiones importantes. Hasta la
dad de 84 anos (~On&el'YÓ intactas todas sus facultades
mentales; pel'O desde ellos hasta su muerte ya puede de-
cirse que no era mas que la somhl'a de sí mismo, sin po-
der da\' un paso sino conducido en una silla de rueda,;
y derramando ú cada instante lágrimas de dolor como un
lIiiío. Solia de vez en cU:ll1do despertarse aquella alma
tan activa, pero el'an como las Ilamal'adas que preceden
ú la estincion de una lúmpa\'a. Se le ha echado en cara
por muchos la incesante movilidad de sus opiniones, pe-
ro tenemos por injusta semejante l'econvelleion porque




TlEL TRADUCTOR. 107
('OIllO hOlllbl'e pr'rbliro su idea dominante siempre fue la
alianza inglesa, aunque como hombre privarlo su cal'ác-
lel' eselH:ial era el egoismo sin sel'vir á tal ó cual gobier-
no ni ú tal ó cual doctrina predilecta. No hizo traicion á
Napoleon en el sentido rigoroso de la palabra, sino que
le abanuonó á tiempo y lo mismo puede decirse de la I'es-
tam'acion , de quien se sepal'ó cuando :olla misma quiso
separarse. En una palabra pensaba: primero en sí mismo
y en su fortuna, y luego en el gobierno á quien servia .
.:\Ir, de TalleYl'and se pintaba á si mismo on las primeras
palabl'us que dijo ú los oficiales del ministel'io de nego-
cios esLl'angel'os la primera vez que le nombraron minis-
tI'o: "Seüol'es les pl'Ohibo ú Vms. formalmente dos co-
" sas que son el celo y la predileccion absolutas, pOl'que
(( esto (:omprolllcle Ú las pel'solJaS y ú los negocios.)) Su
eo/'a7.011 cl'a ha"'.ante seco y su illlaginacioll muy fria, juz-
gando á los partidos y ú los hombres C011l0 IIn vel'dadel'o
túcti,;o, esto es ,'con cicrta esactitud muternútica, Ninguno
ha tenido llIas aeiel'Lo p:\I'a pintar una situacion con una
sula sentencia y uíllinil' ú un homJ)J'e con una sola palabra.


liltimamente lij.Ia antigua eufel'lncuad conocida con el
nombl'l' de anfhra,x; Ó cangl'ena blanca iha minando Sil
existenl'ia v le ol'.asionaba crne!ps dolores habiendo sido
preciso slIfeta¡'sp á IIlIa operacion peligrosa y apenas se
concluyó prillcipiú la agollia. Habia p largo tiempo que
(ellia sus conrerencias con un piadoso eclesiástico de Pa-
rís con cuyos consejos habia rcdacl:Hlo un:l rctractacion
ron tanto esmero corno ~i fuese una nola diplomútica dí-
J'i¡.;itla ú la Jglc~ia. En db pedía prrdoll de los escándalos
quc hubiese podido oc~\,;iol\ar y 50\)\'C todo de su partici-
pacion en la conslituciun civil del clero, )' se sometía d.e
nuevo ú la jurisllicion dpl papa, A cada momento se d:l-
ban y p(·di:\Il avisos á Palacio del estado del enfermo y el
rny mislllo pasó ú visital'le ; y despucs de haher recibido
los santos sacramentos con hastante devocion y sobre to-
do con rigurosa ílLiquela , dió el último suspiro ú las
cuatro de la larde del 18 de mayo 18:>8 Ú los 81· años
de su edad.




108 NOTA:S


PAGINA 59.


14 Juan Luis Emery era un ahogado de Metz rJlw
fue diputado á los estados genel'ales en 1789 y desde
luego se inclinó al partido de la moderadon bien que en
el sentido de las refor'mas. Cuando Luis XVi pI'estó el ju--
ramento cívico, propuso que ningun diputado fuese ad-
mitido en la asamblea sin que le prestase tambicn, File
gTande amigo de Bouillé y el que sirvió de illlel'medio
para la reeonciliacion entre este y Lafayelte. Coneluida
aquella sesion fue nombr'ado miembl'o del trihunal de
casacion y tuvo el talento de ohsctll'ecet'se durante toda
la época del tenor. El año 1797 le nomlmU'on diputa(lo
al consejo de los 500 y continuó en la misma marcha mo-
del'3da que en las alltcr'iores cOl'pol'3ciones dcclal'Úndose
opuesto á las leyes de rigor que pesaban contra los emi-
grados y los c1erigos, A pesar' de eso no le aleanzó la tor-
menta del l8 de fructidor aunque fue anulada su elee-
cion como una medida general. Dcspues del 18 de bruma-
rio se le nombró consejero de estado y algo mas addante
miembro del senado consenado!'.


PAGINA 7~,


15 :Faujas de Saint FOlld el'a Ull yenladel'o sabio )' ha
dejado escritas varias obras. ETttr(~ ellas un Ensayo sobre
la IJrea de carholl de tiel'r'a y lIIodo dc emplearla para ca~
r'cnal' los buql1es. fn \'iage ú luglalllrra, ú Es!:ocia y á
las islas Hr,IH'íuas, v la llistol'ia natur'al de la mOlllan"
de San Peur'o tic ~iaestl'ich,


[>AGINA 80.


lG Gn'gol'io Pleville Lc Pcley era un antiguo capi-
WII (le 1I:1Vio, n:lCido en Gl'am'iJ/e el 2(} de .¡unio 172(;.
Desde la edad de 12 altOs habia pl'incipiaclo la carrera
de la marina rOIl el lIoml)!'!' ur, IJtwim:er, que procui'ó




DEL TRADUCTOR. t09
íluslral' haciendo pl'odigios de valor. A la edad eJe 20allos
mandaba un COI'sal'io y le llevó una pierna ulla bala de
callon. En i 760 salvó del naufragio al almir':mle Jervis,
despncs lord Saint Vincent y al IOl'd Nelson con todas las
tl'ipulaciones de dos fragatas inglesas que iban á perecel'
de resultas de una tempestad. En l'ecompensa le I'egaló el
almirantazgo de ,Londres un modelo de plata de la f¡'a¡pta
(lue habia li1)el'tauo, viniendo el mismo almirante Jervis á
tmede á Fraucia este I'egalo. Durante la revoluciou des-
empeñó val'ias comisiones diplomáticas, le hicieron vice
almir'anle y de~pues ministro de ma1'Ín:l en i 795; pero
renunció esta ,plaza contentándose con sel' miembl'o de
la comision consultiva del ministerio. En d 79.7 le nom-
braron como uno de los ,plenipotenciarios á Lille para
las negociaciones de paz; mas á los dos meses luvo que
admitil' el ministerio de mal'ina en la ocasioll de que ha-
bla el texto. Le renunció al año siguiente y le nombraron
senadO!' , en cuyo destino falleció el ,l. o de octubre i 805 .


. PAGINA 80.


17 Lelloir'Larocheem un abogado de Paris que es-
tuvo de diputado en los estados generales y guardó siem-
pre neutralidad entre jacobinos y modemdos, Oscurecido
en la época del tenor, principió durante el régimen di-
I'ectorial á escribir ,'arios articulos en el Monitor defen-
diellllo al directorio cont¡'a los clichinos , y publicó una
obrita intitulada Exámen de la constitucion mas convenien-
te para la Francia. Fue catedl'átieú de legislacioll en la
escuela central del Pantheon yen i 797 le nOlllb!'ul'on mi-,
nistro de policía, cuyo destino solo conservó 15 dias y
le cedió á 1\11'. Souin. En 1798 fue miembl'o del consejo
de los Ancianos y por último senador, en cuyo destillu
murió en 1805.


:k




110 NOTAS


PAGINA Rt.


'18 El geneml Lemoine des pues de haber sel'vido ell
la guerra contra España le emplearon en el inwrior y
mandó en 1795 una division contr'a los emigrados que se
desembarcaron en Quiberon, Habiéndole dado a,'iso unos
desertores de que al dia siguiente H) de julio ven¡ir'ian á
atacarle, preparó unas baterías ocultas, que de:.tl'uye-
ron la columna de emigrados y dieron el triunfo á las ar-
mas de la república. Despues de la vietol'ia nombró una
comision pal'a que juzgara á los pl'isionel'os y no habien-
do querido admitÍ!' tal nombramiento los oficiales que
señaló, mandó tocar generala y conminó con la pena de
muerte á todo oficial que reusase Se/' vocal en ella;
mas con todo eso tuvo precision de elegir pOI' jueces á
unos oficiales belgas. En 1796 continuó sil'viendo contm
los Chuanes y en 97 pasó con Hache al ejél'cito del Rhin ,
y se distinguió en la torna de los reductos de Bendorff.
Poco despues o<:urriú esta marcha sobre Paris de que es-
tá hablando el texto y concul'I'ió Lemoine al suceso del
18 de fructidor, Al año siguiente 1798 le dieron mando
en los departamentos del Oeste y le acusaron los jacobi-
nos de su escesivo fausto y de su condescendencia con el
partido moderado, Durante el consTllado dió nuevas PI'U¡~­
bas de valor en el ejército de Italia y poco drspllcs se re-
tiró de una vez á vivir en paz con su f:lmilia,


PAGINA 81.


19 El general Richepanse nació en 1770 de uu ofi-
cial del regimiento de Conti y desde la edad de cuatro
años empezó á cobrar sueldo militar, Pasó s\lCf~sivamente
por todos los grados desde soldado raso 1Ia<,ta general de
di,'ision nombrado el dia 5 de enero 1800 de resultas de
la batalla de 1"ossano. Habia ya recihido muchas heridas
en diferentes combates, cuando Hache le confió el man-
do de esta divisioll de que habla el texto para veni,' á Pa-




DEL TRADUCTOR. 111
ris en defensa del directorio. Mas donde adquidó la gran
reputacion de que goza fue en la batalla de Hohenlinden,
de cuyas resultas se dió su nombre á una calle de Paris,
que se estaba construyendo entonces. En 1802 le destina-
ron á la espedicion de las colonias mandando la que es-
taba destinada á la Guadalupe, y despues de haber venci-
do á los insurgentes, que le opusieron una vigorosa resis-
tencia, murió de enfermedad el dia 5 de setiembre del
mismo año, y se erigió un monumento en su sepulcro.




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DIItECTORIO (1797). 113


CAPITULO SEGUNDO.


Concentraeion de tropa~ al rededor de Paris. Mutbnz:I:i f'tl (·1
ministC/'io. - Preparativos de la oposieioll y dI' los dich i-
IJOS contra el directorio. - Lucha de los conspjos con d
directorio. Proyecto ele ley acc'rca (le la guardía Ilaciomil,
Ley contra las sociedades políticas. - Fiestas en el ejército
de Itali'l. Manifestaciones políticas. Dase á Augereau el
mando de las tropas de Paris - Negociaciones de paz COH
el emperador. Conferencias de Lille con la Inglaterra. -
Quejas de los consejos contra la marcha de las tropas. Men-
sage ent'!rgico dd directorio f'obre este punto, Divisiones
en el partido de la oposicioll. - Influjo de Mma. Stael;
tentativas infructuosas de reconciliacion. - Respuesta de
105 cOllsejos al mensage del directorio. - Plan delinitivo
del directorio contl'a la mayoria dc los consejos - Pr()\"í-
dencia violenta del 18 de fructidor. Invasion de la fuerz¿t
<tl"llhlda en los dos consejos. Deportacíon de 53 diputados,
de dos directores y otros ciudadanos. - Vu¿.]vense á ponel'
en vigor difereutes leyes revolucionarias. CouseclH'l]('ias
de aquella revoluciono


Llegaron á oidos del ministro Petiet el dia 28
demessidol' las noticias de la llegada de la divi-
SIOn de los cazadores de Richepanse los pOl'lne-


Xl. R




114 REVOLUCTON FRANCESA.
I1m'es de su marcha y las conversaCIOnes que te-
nian , precisamente en el mismo dia en que se ha-
hia vel'ificado la mudanza del ministet'io. Dió par-
te de ello Petiet á Carnot, y en el momento en
que los diputados habían acudido á su casa á ex-
halar su resentimiento coníl'a la mayoria del di-
rectorio y á dar el pésame á los ministros depues-
tos, supiel'On la noticia tle la marcha de las divi-
siones. Díjoles Carnot que no tenia conocimiento
de que el directorio hubiese dado órden alguna
para ello, pero que acaso los otros tres directores
habrían/tomado ·alguna deliberacion particular ,la
cual si era cierta no podia menos de estal' escrita
en el registro seCl'eto , que iba á saberlo de fijo,
pero que convenia no publicar el suceso antes que
él se hubiese enterado de si se habian dado ó no
las ól'denes ; mas era demasida la irritacion para
que pudíeran moderarse.


No les dejaba duda alguna de la usurpacion del
directorio, la exoneracion de los ministros, la
marcha de las tl'Opas y el nombramiento de Ho-
che en lugar de Petiet, y asi declararon que el
tlit'ectol'io atentaba evidentemente contra la invio-
labilidad de los consejos y quería hacer un nuevo
31 de mayo y proscribir á los diputados que eran
fieles á la constitucien. Se reunieron en casa de
Tronzon-Ducoudray, que era uno de los miembros
mas influyentes del consejo de los Ancianos. Segun




lHUECTORlO (1797).
la antigua costumbre de todos los partidos estre-
mos habian visto los Clichinos con mucho gusto
á los modemdos , esto e3 Ú los constitucionales dr.-
fmudados en sus esperanzas y chasqueados en el
empeiio de formar un ministerio á su g"usto. Les
considerahan como hurlados por Bal'rás y se l'Cgo-
cijaban del engallO; pero cuando vieron adelan-
tarse las tropas conocieron que el peligro cra gTa-
ve. Sabiendo los dos genemles Pichegrú y Willot
que se acudía á casa de Tronzon Ducoudray á con-
fel'enciar sobre los sucesos se fueron tambicn allí
á pesal' de que la ,'eunion se componia de sujctos
que no seguian la misma direcciono No tenia to-
davia Pichegrú en su mano ning;un recurso efcc-
tiV(), pues solo contaba con el de las mismas pa-
siones de los partidos y era llccesario acudir al
punto en que estas se manifestaban ya para ohsel'-
varlas ya para obrar en consecuencia. Se hallaban
en aquella reunion Portalis, Tronzon Ducoudray,
I.acuee, Dumas, Simeon, Doulcet Ponlecoulant,
Thibaudeau, Villaret Joyeusc, 'Villot y Pichegrú.
Se acaloraron mucho como era natUl'al y se habló
de los proyectos del directorio citando espl'esÍones
de Rewbell, de Lal'l'eveílliére y de Barrás que
anunciaban una resolueion decidida, intiriendo de
la mudanza del ministel'io y de ]a marcha de ]as
tropas que la tal rcsolucion no seria nada menos
que un gol pe. contr~ el cuerpo I cgi 5lati \'0. Se pro-




j J 6 REVeI.UCIOl'( FRANCESA.
pusieron las mas violentas resoluciones, como por
"jemplo la de suspendel' el directorio, ponerle en
estado de acusacion y aun declararle fuera de la
ley; pel'O pal'a ejecutar cualquiera de estas medi-
rlas se necesitaba disponer de alguna fuerza y es-
ta es Ja que les f,'lltaba. Mas como Thibaudeau no
participaba del acaloramiento general, solo insis-
tia en sabel' qué tropas habia disponihles, á Jo
(Jue se le dijo que solo constaban de los 1,200
granaderos del ctiel'po legislativo , una parle
del 21 de cazadores mandado pOI' Malo y la
guardia nacional de París; pel'o que elitre tan-
to que se reorganizaba esta última, podrian en-
viarse ú cada ban'io de la capital pelotones de
granaderos, que reuniesen á su alrededoi'los ciu-
dadanos que se armaron en el mes de vendimia-
rio. Se hahló mucho sin poder entendel'se, como
sucede siempre cuandó hay pocos recursos, y l)i-
chegrú q ueera frio y resel'vado como siempre,
hizo algunas observaciones sobre]a insuficiencia y
peligro de los medios que se proponian , con cier-
ta calma que contrastaba con el acaloramiento ge-
neral. Se separaron de allí y se volviel'on á ca:sa de
Carnot y :l las de los ministros desgl'aciados, de-
saprobando el pI'imero todos los medios propues-
los contra el directorio. Con esto se vol "ieron se-
gunda vez á casa de TI'onzon, donde ya no estahan
Pichegn'l ni \Villnt ~ y despnes oe divaga\' mucho




DIRECTORIO (t 797 1, 111
y no atl'everse á recurrir á 103 medíos ·violentos ,
convinieron en atenerse á los recursos constitu-
cionales, prometiénl\ose solicitar la ley sobre la
responsabilidad de los mini;tt,os y la pronta ot'ga~
ni7.<lcioll de la guardia nacional.


En Clichy se ckelamaln como en todas partes
sin hacer nada de provecho, pOl'que aunque fue-
sell allí mas violentas las pasiones, sus medios
el'an igualmente nulos. Lo que mas sentían era la
tl\lta de la policia que se le acababa de quítal' á
Cochon, y siempre insistían en uno de los pl'oyec-
tos favoritos de la faccion , que el'a quital' la poli-
cia de manos del directorio y dársela al cuerpo
legislativo violentando el sentido de un ar'tículo
t.le la constitucion. Al mismo tiempo se proponian
confiar la dil'eceiun de aquella policia á Coeholl ,
pero era tan atrevida tll{uella (H'oposicion, que no
se detel'minaroll á proyectarla, y se fijaron en la
idea de poner en duda la edad de Barrás , el cual
segun decian no habia cumplido los 40 aiJos cuan-
do se le nombró por el dircctorio , y pedir la 01'-
gani7.acion instantánea dc la guardia nacional.


En efecto el dia 30 de messidol' (18 de julio) hu-
bo gran tumulto entre los Quinientos donde el di-
pulado DeIahaye 1 denunció la marcha de las tro-
pas y pidió que se leyese iumediatamente el il?-
forme sobre la guardia nacional. Se hahló con mu-
cho calor sobre la condula del diredorio , pintan-


,",


" '.' ;~r: '. ~ ,-




1 J S ru.;vou;ClOS FIlANCE!:iA.
do con cierto asombro el c3tado de Paris, la Ifc-
gada de una multitud de revolucionarios noto-
rios, la llueva formacion de los clubs, y se 30licitó
fIue se abriese una discusion acel'ca de las socie-
,lades políticas. Se decidió que al dia, siguiente sc
leyese el informe sobre la gnal'dia naeíonal, y
(Jue inmediatamente despuesse ahriria ladiseusion
acerca de los cluhs. Al dia siguiente que era el 20
de julio ya se decían mas ponnenores sobre la
marcha de (as tropas y de su número, sabiéndosc
(lue habia cuatro regimientos de caballeria en La
Ferte-Alais.


Leyó Pichegrú su informe acel'ca de la organi-
zacion de la guanlia nacional, y estaba concebido
su p\'Oyecto del modo mas pédido, pues aunque
todos los Franceses que gozaban la calidad de ciu-
dadanos debian ser incluido,,; en las lislas de la
guardia nacional, no todos hahian de componer
su filCf'Za efecti va. Los guardias nacionales fJue hi-
I'iesen f'l sel'Vicio habian de SCI' elegidos por los
dcmas , esto es por la masa, lo cual, á juzgar de
cómo se llabial! hecho las elcccionc(para los con-
sejos en las clsambleas electorales, era de inferir
I'l1al sel'Ía la guardia nacional que resultase. De-
hia componerse dc un batallon por distrito, y en
carla uno bahia de haber una compafiia de gnllla-
deros y cazadores, lo cual restablecia a'luellas
l'ompailias selectas donde se agTupaban siempre




DIRECTORIO (t 797). 119
los hombres mas decididos, de que solian servir-
se los partidos pal'a la egecucion de sus planes.
Queria votal'se el proyecto inmediatamente, y el
fogoso Enrique Laniviére pretendió que se estaba
preparando un 31 de mayo.-Vaya, vaya le di-
jeron muchos del lado izquienlo, no cre::¡ usted'
semejante cosa. - Sí replicó él, pero me tranqui-
liza el pensar (lue nos hallamos en el dia 2 [de
thermidOl', y que no está lejos el 9 dia fatal pam
los tiranos. - Queria que se votase el pl'oyecto al
instante y que se enviase un mensage á los An-
cianos inst{Uldolos á qne pel'maneciesen en sesion
para flue tarnhicn pudiesen votar en el día mis-
mo. Se contradijo aquella proposicion y notó con
mucha razon Thihaudeau, que el'a gefe del pal'-
tido constitucional, que por mucha prisa que se
diesen nunca podria estal' organizada la 'g'uardia
ántes de un mes, y que no servia de nada la pI'e-
cipitacion en votar un pl'Oyecto importante pal'a
defendel' al cuerpo legislativo de los peligros que
le amenazaban; que ]a representacion nacional
debía contenerse en sus derechos y en su digni-
dad sin ir á buscar su fuerza en unos recursos que
eran actualmente impotentes. Propuso que se
abriera una discusion reflexiva, y se adoptó di-
ferir 24. horas el exúmen del proyecto, bien que
decretando desde luego ei principio de la reorga-
l1izacion. En <\<luel momento llegó un mensage




12CJ RE\'OLUCION l' IlANCESA.
del directorio en que se daban esplicaciones acer-
t:a de la marcha de las tropas, diciendo que es-
tando destinadas para un punto distante, habian
tenido que pasar cerca de Paris , y que por inad-
vertencia de un comisario de guerra, habian es-
cedido el límite constitucional, siendo esta la úni-
ca causa de aquella infraccíon á las leyes, pero
que ya habian recibido órden para l'etrocedcl' in-
mediatamente. No se contentaron con 3cluella es-
plicacion , sino que se declamó (le nuevo con mu-
cha vehemencia, y se nombró una comision para
examinar el meusage y dar informe sobre el esta-
do de Paris y la mal'cha de las tropas. Al dia si-
guiente se pI'incipió á discutir el proyecto de Pí-
chegrú y se votaron cuatro de sus Ultículos, des-
pues de lo cual se trató de los cluhs que se iban
reno\'ando en todas partes y parecian anunciar
una resurreccion del partido jacobino. Se les que-
ría prohibir absolutamente pOl'que siempre se elu-


, dian las leyes en (Iue se limitaban, y se decretó
tiue en adelanle no se permitiría LÍngulla asam-
hlea política. Así la sociedad deClíchy cometió
sobre sí misma una especie tic suicidio y consin-
tió en 110 existíl' con tal que tampoco existiesen el
cin:ulo constitucional, ni los demas subalternos
que se ihan formando en todas partes. En efecto
los corifeos de Clichy no tenian necesidad de aque-
lla tumultuosa reunion para entenderse y podian




DlRECTOIUO (17H7). 121
sacrificarla sin pl'i varsc de tan gTan recUl'SO. Lue-
go denunció 'Villot á BalTás de que no tenia la
edad requerida por la constitucion en la época
que habia sido Hombrado directol'; pero habién-
dose consultado los l'egistl'os del ministerio de la
guelTa, se vió que era una vana triquiiiuella.
Iban elltretando llegando nuevas tropas á Reims
y se renovó la in(luietud, y liabiendo repetido el
directorio las mismas esplicacíones, se tledaró
que eran insuficientes, y se ent:argó de nuevo á la
comision que hit:iesc una informacion y dijese su
parecel'.


Habia llegado Hot:he á Pal'is por donde tenia
que pasar, ya para il' á Brest ó ya para dar el g;ol-
pe premeditado; y asi se lwesentó sin recelo al
directorio, estando seguro de que en ]a marcha
de sus divisiones no habia hecho mas que obede-
decer á la mayoría direclori,d. Pel'O Carnot que se
hallaba entonces de pl'esidente, tl'ató de intimi-
darle pl'egunl[mdole en virtud de qué ónlen habia
procedido, y amenazándole con una acusacion pOl'
habel' cscedido los límites constitucionales. 1)01'
de~gracia Rewbell y Lal'l'eveilliére que no habian
sido infin'mados de la órdcn que se le habia dado
á Hoche, no podían venir á su SOCOl'l'O, y llarrás
(lue era ({uien la había dado, no se atrevia á to-
mar Id palabra, -quedando Hoche espllesto á las
IIrgentes cuestiones de Camot. Respond.ió que él




122 REVOLUCION FRANCESA.
no pedia jI' Ú Rl'cst sin tropas; á lo cual le 1'eplí-
caba Camot ([ue todavia tenia 43 mil hombres en
Bretalla, númel'o suficiente para la espc~licion.
Mas al fin yiendo Larrcveillié1'c el apuro cn que se
encontl'aba IIoche, sacó la cara espresándole en
nombl'e de la mayoría del dil'ectol'io la estimacion
y confianza que habian merecido sus servicios, y le
aseguró que no se lrataba de semejante acusacion
contra él é hizo levantar la sesion. Acudió Hoche
inmediatamente á casa de Larreveilliére para dar-
le las gracias, y allí supo que Barrús no habia di-
cho una palabra ni áél ni áRewhell del movimien-
to de las tropas, sino Illle habia dado las órdenes
por sí solo, y quedó muy indignado conlm Bar-
rás, que despues de haberle comprometido, no ha-
bia tenitlo valor para defi~ndede. El'a evidente en
ariueHa conducta de llarl';Ís y en su reserva de los
compai'ieros , que su intento habia sido tener solo
en su mallo los me,'íos de ejccuciol1,y asi le trató
Hoche con su scvcl'i!lad acostumbrada, y pt'otestó
á RCH'hell v ;Í Larren~illiél'e tic toda su estima-
!'ion. ~ada estaba todavia pronto para la ejccucion
del proyecto (lile meditaban los tres dil'ectores, y
Uarl'ás no habia hecho mas (Iue compl'Ometel' inú-
tilmente ú lIoche haciéndole vcnir; pOl' lo cual se
vol vió i nmetliatamclI te á su cuartel gencral quc cs-
taba cn \Vetzlal' y mandó acantonar las tropas que
se hallahan en las cercanías de Reims y dc Sedan,




DIflECfORW (1797). J23
donde eslaLall á punto para marcha!' sobre Paris.
Le habia disgustado mucho la conducta de Barr<Ís
pero estaLa pl'Onto Ú sacrifical'se todavía si Larre-
veilliére y Rewhell ledahan la señal de hacerlo. Es-
taba muy comprometido y se hablaba de acusade;
pero aguardaba con firmeza en su cuartel general
lo que pudiese emprendel' la mayoria de los Qui-
nientos que estaba furiosa contra él; Y como su
edad no le hahia permitido aceptar el ministerio
de la guerra, se nombró en su lug'al' á Sché¡'er.


El e~c{¡ndalo fIue se acababa de dal' no permitia
ya eml'lf~al' á Hoche en la ejecucion de los pro-
yectos del directorio, y atiemas la importancia
fIue le daria su participacion en ellos podia escital'
la envidia de los demas generales, siendo de I'e-
celar flue Bonaparte no aprohase el que se hubie-
sen dirigirlo á otros y no á él. POI' tanto se ereyó
fIue valia mas no sel'virse de ninguno de los ge-
nen¡\es el! gefe, sino de alguno de los de division
mas distinguidos, y se pensó en pedir á Bonapar-
le uno de aquellos flue se habían hecho tan céle-
hres hajo sus ónlel\('s , lo cual adernas de la ven-
taja de lisollg'Earle persoualmcnte tendría la de no
ofendcr ú nillgullo dc los gencrales en gefe. Pero


mientl'as (lue se pcnsaha en dil'ígirse ú él , estaba
ya interviniendo ell la querella de un modo tcni-
hlc para los conU'a-revoluciollarÍos y de no 'poco
apuro para el dÍl'eclorio. Eligió el aniversario del




124 UEVOLUCION FllA'iCESA.
14 de julio, que correspondia al 2G de mcssiJol'
pal'a dar 1ma fiesta á los ejércitos, y hacel' flue se
redactasen rcpresentacio;'les sobre los suce,>os que
se preparaban. Mandó levantar en Milan una pi-
rámide donde se colocascn los trofcos y el nombl'C
de todos los soldados y oficiales que habian muer-
to en la campaña tle Italia. Al rededor de aquella
pirámide file donde se celebró una tiesta magnífi-
ca á que asistió Bonaparte en pel'sona , y dirigió á
sus soldados una pl'oclama amenazadol'a, dicién-
doles : « Soldados, hoyes el aní vel'sario del t 4 de
« julio. Delante de vuestros ojos están los nombres
c( de vuestL'oscompañeros de armas que han muer-
« to en el campo del honor por la libertad y pOI' la
( patria. Ellos os dieron el ejemplo. Vosotros os
« debeis enteramente á la república, á la felici-
<I dad de 30 millones de Franceses, y á la gloria de
( este Hombre que ha reciLido nuevo hrillo COIl
« vuestras "ictol'ias. Soldados, yo sé que estais muy
c( conmovidos con las desgl'acias que amenazan ú la
« patria; pero la patria no puede conel' riesgo s
« efectivos, porque ahí estún los mismos hombres
« que la hicieron triunfar de la Europa. lUolllai'las
« nos separan de Francia, pel'o vosotros sabeis
« atravesarlas con la rapidez del águila si es ne-
« cesario para mantenel' la constitucion, defen-
« del' la libertad y proteger {¡ los republicanos.


<l Soldados, el gobierno vela sohre el depósito de




DIRECTORIO (t 7~'7). 12.5
<! las leyes que se le ha confiado, y desde el ins-
«( tante mismo en que se presenten los realistas
C[ habrán cesado de existir. No tengais inquietud
« alguna, y jurémos por los manes de los héroes
«( que han muerto á nuestro lado pOI' la libertad,
«( jurémos sohre nuestras banderas una guel'l'a im-
« placable á los enemigos de la república y de la
(( constitucion del arJO IH. ))


Hubo luego un banquete en que se echaron los
brindis mas enét'gicos pOI' los generales y oficiales
habiendo sido el primero el del general en gefe en
bOllO!' de los valientes Stengcl, Laharpe y Dubois
muertos en el campo de batalla, diciendo; «Pue-
« dan velar sus manes sobre nosotros y preserval'-
«nos de las asechanzas de nuestros enemigos. 1)
Luego se echaron otros á la constitucion del año
111 , al directorio, al consejo de los Ancianos, á los
Franceses asesinados en Verona, á la reemigracion
de los emigrados, á la union de los repúblicanos
ft'allceses y á la destl'Uccioll del cluh de Clichy;
á cuyo último brindis se tocó el paso de carga.
Iguales ó semejantes fiestas se celebraron en todas
las ciudades donde habia divisiones del mismo
ejército, y se hicieron con el mismo aparato, re-
dactándose en todas ellas representaciones todavia
mas significativas que la pI'oclama del genel'al en
gefe, pues este habia observado á lo menos cierta
dignidad en el lenguage, mientras que en las




126 REYOLUCIONFRANCESA.
otras se empleó el estilopl'Opio de los jacobinos de
1793. Se distinguieron entre ellas las divisiones de
lUassena, Jouhel't y Augereau, particularmentE. esta
última en que se decia: Temblad conspiradores porque
desde el Allige y desde el Rhin al ~'ena 110 hay mas que
nn paso. Temblad, porque están co}ttadas vuestras in'iqw:-
dalles, y su recompensa la hallaréis en la punta de ItlWS-
tras bayonetas.


Pusiéronse millares de firmas á estas represen-
taciones y se las enviaron al general en gefe el
cual las reunió todas y se las envió al directorio
para que se imprimiesen y publicasen en los dia-
rios. Bien se echaba de ver en semejante paso que
estaba muy pronto á marchar contra la faccion
de los consejos y prestar su apoyo ú una resolu-
cion violenta; y como sabia que el directorio es-
taba dividido y veía complicarse la escena, quiso
enterarse de todo y eligió á uno de sus edecanes
lU1'. de Lavalette 2 ,que gozaba de toda su confian-
za y tenia la penetracion necesaria para juzgar
bien de los sucesos, y le envió á París con órden
de observar y noticiarle cuanto pasaba. Al mis-
mo tiempo ofreció fondos al directorio en caso dI?
(fue los necesitára para cualquier acto de vigor
que se propusiese intental'.


Luego que recibió el dil'ectol'io aquellas repre-
sentaciones se vió muy apurado con ellas, porque
eran en cierto modo ilegales, estando prohihida




DIRECTORIO (1797). 121
la delibel'acion en los ejércitos, y en el hecho
de acojedas y publicarlas era autOl,izarlos para
que"interviniesen en el gobierno del estado y en-
tregar la república á la fuerza militar. ¡, Pero có-
mo salvarse de aquel peligl'o'! Con solo haberse
dirigido á Boche pidiéndole tropas, y un general
á Bonaparte, ¡, no habia provocado el mismo go-
hiel'no aqutolla intervencion? Y viéndose obligado
á recurrir á la fuerza y violar la legalidad ¿ podia
reclamar otro allOyo que el de los ejércitos? Ad-
miti.' aquellas representaciones no era mas que
una consecuellcia inmediata de lo flUt~ ya habia
hecho y de lo que se veia en precision de hacer,
pues tal era el destino de nuestra desgraciada re-
pública, que para sustrael'se á sus enemigos, se
yeia precisada ú ponerse en manos de los ejérci-
tos*. El temor de la contl'a-revolucion en 1793 ha-
bia precisado á la república á entregal'se á los es-
eesos y furores de que ya hemos trazado la his-


• Del mismo !liodo que aho!'a ell 1840 parece Cjue el
destino de la llalllada mOllal'(Juía fraucesa, que para sus-
traerse al iuflnjo casi sit!llIpre helldico del poder real se ven
precisados los Cjue le combaten á echarse en brazos de la
anarquia y ocasional' 1I11a pl'l'tllrb"cion que dará al traste con
el gohit!rno rt'presl'lltati\',, , y tardc ó temprano con la li-
hcrtad, Sirva de aviso á los incautos 1¡Ole touavia sl1ciían con
la absurda m:íxima de que el !'ey no ,lehc tener ott'O ofi-
cio qlle la II/('m l'('g'('flU'iol/ ti .. reinar, : N, rle! T.)


r
~'.'




lUn'OLlJClON FlI.ANCESA.


toria ; y hoy el temor de la contra-revolucion la
tlbligaba á echal'se en manos de los milital'Cs; en
una palabra siempre fue el mismo peligro quien
la pl'ecisú á recurrir unas veces á las pasiones y
otras á las bayonetas.


Bien huhiera querido el directorio ocultal'aque-
llas representaciones y no dar el mal cgemplo
de puhlicarlas; pero estohuhiel'a ofendido hor-
riblemente al general y puéstole tal vez en el par-
tid\) de los enemigos de la república, y así se vió
precisado á imprimirlas y publicarlas. CaUSI\I'On
el mayor asombro en el partido de Clichy y le
dieron á conocer cuan grande hahia sido su im-
prudencia en atacar la conducta del general en
Venezia por medio de la nlocion de Dumolard.
Dieron lugar á nuevas quejas en los consejos con-
tra aquella intervencion de los ejércitos diciendo
que de ningun modo debían delibel'al', y que
aquella era una una llueva prueba de Jos proyec-
tos que se imputaban al directorio.


Tambien ocasionó otro nuevo embarazo al di-
l'ectorio con el general de divisíOIl que le envió,
pues Augereau alborotaba en cierto modo el ejér-
cito con la violencia de sus opiniones entel'amen-
te dignas del arrabal de San Antonio. Siempl'e es-
taba dispuesto á entl'ar en disputa contt'a cual-
quiel-a que no tuviese un modo de pensat' tan vio-
lento como ,,1 , Y UOllaparlc recelaba lltl desano




nTRECTOUIO (179i\. 129
~ntre sus generales. Para deshacel'se de él se le en-
vió al directorio crcyendo que seria el mas apro-
pósito para el uso á que le destinaban, y que es-
taria mejor en Pans que en el cuartel genera],
donde la ociosidad le hacia ser peligroso. Augereau
no deseaba otra cosa, porque le divertian tan-
to las agitaciones de los clubs como los campos de
batalla, y no era del todo insensible al atl'adivo
del poder. Marchó inmediatamentE- á Paris , don-
de llegó á mediados de thermidor; y Bonáparte cs-
cribió á su edecan Lavalette que enviaba á Auge-
reau porque ya no podia conservarle en Italia, re-
comendándole que desconfiase mucho de él y
continuase sus obscnaciones con toda reserva.
Tambien le encargó que guardase las mayores
consideraciones á Carnot, porque á pesar de pro-
nunciarse altamente en favor del directorio contra
la faccion anti-revolucionaria, no quería mezclar-
se de modo alguno en las disputas personales de
los directores.


No quedó muy satisfecho el directorio t:on la
llegada de Augel'eau, el cual convenia mas bien
á Barrás, que gustaba de rodearse de jacobinos y
patriotas de los arrabales, hablando siempre ue
montar á caballo; pero no acomodaba á Uewbell
ni á Larreveillierc que hubieran preferido un ge-
neral pl'udcnte y moderado, que en caso dc nece-
sidad pudiera bacer causa comun con ellos contra


XI, 9




130 REVOLUCION FRANCESA.
los proyectos de Bar\'ás. E.staha Augereau conten-
tísimo de verse en Paris destinado á semeiante co-
mision , porque aunque buen hombre en el fon-
do, escel ente soldado y generoso de corazon, era
muy vani(loso y de muy mala cabeza. Andaba por
Paris recibiendo fiestas y gozando de la celebridad
debida á sus grandes hazañas, pero atribuyéndo-
se una parte de las operaciones del ejército de
Italia, dando á entender que él era quien había
inspirado al general en gefe sus mejores resolu-
ciones, y repitiendo á cada instante que venia á
poner en razon á los aristocrátas. Muy incomoda-
dos Larreveilliere y Rewbell con aquella conducta,
determinaron rodearle de algunos amigos suyos,
y lisongeando su vanidad ver si podían iI~spirarle
alguna circunspeccion. Larreveilliere le agasajó
mucho y logró subyugarle, ya por medio de li-
sonjas delicadas y ya por el respeto que llegó á
inspirarle. Le hizo conocer que no convenia des-
honrar su carrera con una sangrienta jornada sino
adquirir el título de salvador de la república,
con una conducta enérgica y prudente que desar-
mase á los facciosos sin derramamiento de san-
gre. En efecto consiguió desarmar á Augereau y
hacerle mas razonable, y al instante se le dió el
mando de la décimo séptima division militar en
que estaba comprendido Paris. Este nuevo acto
dejaba poca duda de las intenciones del directo-




OlRECTORTO (1797). i :11
rio , que en efecto estaban. ya resueltas y con ven i-
(!as. Las tropas de lIoche se hallaban á pocas eta-
pas de allí y no se necesitaba mas que dar la se-
¡lal para que llegasen. Solo se esperahan los {(m-
dos que habia prometido llQnaparte y que no se
querian tomar de las cajas púhlicas por no com-
prometer al ministro Hamel á quien vigilaba
atentamente la comision de hacienda. Una parte
de estos fondos estaba destinada á corromper los
granaderos del cuerpo legislativo en número de
1200 hombres, los cuales aunque no fuesen muy
temibles podian en caso de hacer resistencia oca-
sionar un combate que á todo trance se deseaha
e"ilal' , y como llarr:ls era tan fecundo en intrigas
se encargó de aquella comision y este era el único
moti vo porque sc diferia el desenlace.


La sÍtuacion interior ponia muchos obstáculos
á la continuacion de las negociaciones impOl'tan-
tísimas principiadas entre la repúhlica y las po-
tencias de Europa, y 3(fllella faccion implacable
que estaba conjurada contra la libertad y el sosie-
go de Francia no contenta con todos los males que
ya habia ocasionado, iba tambien á comprometel'
la paz tanto tiempo deseada. Ya habi~ Hegado á
Lille el lord LUalmesbury y los plenipotencial'ios
austriacos se habian abocado en LUontebeIlo con
Ronaparte y con Clarke que €1'3n ]os dos encarga-
dos de representar á la Francia. Se habia estipula-




132 REVOl.UCION FRANCESA.
do en los preliminares de Leoben firmados el dia
18 de abril, que se reunirian dos congresos el uno
general en Berna para tmtar de la paz con el em-
perador y sus aliados y el otro particular á Ras-
tadt para la paz con el imperio; que esta última
habia de concluirse dentro de tres meses sopena
de quedar nulos los preliminares; que no se ha-
ria nada relativo á los estados de V cnezia sino de
concierto con el Ausb'ia, pero que las provincias
Venezianas no quedarian ocupadas por el empe-
radOl' hasta despues de la conclllsion de la paz.
Con los últimos sucesos de Venezia se habían que-
brantado algo aquellas condiciones y por su parte
el Austria no se descuidó en faltar tambien á ellas
mandando ocupal' las provincias venezianas de la
Istria y de la Dalmacia. Hizo Bonaparte como que
no veia aquella infraccion de los prelimillal'es pa-
ra evitar las recriminaciones que podía ocasionar
su conducta en Venezia y la que se proponia ob-
servar en las islas del Levante. Verificóse en lUon-
tebello cerca de ~liIan el cange de las ratiíicacio-
nes el dia 24 de mayo, siendo enviado del em-
perador el marques de Gallo ministro de Nápoles
en Viena, con :el cual conferenció Bonaparte pro-
curando separarle de la idea de un congreso en
Berna y que prefiriese ti'atar aisladamente en It:.-
lia sin el concurso de las otms potencias. Tenia
muy buenas razones para aconsejar aquello en ob-




DIRECTORIO (1797). 133·
sequío del Austria, porque ¿como ia Rusia y la
Inglaterra en caso de ser llamadas al congreso po-
dian consentit' en que el Austria se indemnizara á
costa de Veuezia, cuando cUas ambicionaban las
mismas posesiones? Esto era del todo imposible,
y tanto el interes mismo del Austr'ia , como el de
una pronta terminilcioll exigian que se confcl'en-
ciase inmediatamente en Italia. Bien couocia lUr .
. de Gallo, como llOmbrt: de talento y prudencia la
fuerza de a(luellas razones, y ,ulemas hizo Bona-
parte por decidirle y decidir al gaLi nete austriaco
con una cOllcesioll de etillueLa , á que daba mucha
importancia el g'abinete de Viena. Siempre estaha
temiendo el emperador que la república no qui-
siese conformarse COII el antiguo ceremonial de los
reyes de ft';l1lcia, sillo que se obstinase en la al-
ternativa en los protocolos de los tratados, empe-
liándose el em perado!' CI} ser llomLt'ad¡J siempre
el primero y en que sus embajadores tuviesen la
preferellcia solH'c los de francia. Bonaparte , (Iue
se habia hccho auLorizar por el directorio para
ceder en aquellas miserias, cOllvino en cuan-
lo queria -'Ir. dc Gallo, y este se alegTó tanto,
que inmediatamente adoptó el principio de una
nel:\ociacion separada en Montebello y escribió
ú Viena pidiendo los poderes. Pero el anciano
Thugut ya cansado y del mal humor, como entre-
sado al sistema ingles, lenia miras muy distintas,




134 HEYOUlCION FllANCESA.
y :mdaba á cada paso ofreciendo su dimision tlc:.-
de que la corte, influida por el archiduque Cados,
parecía abundar en el sistema opuesto. No quería
de niu¡::un modo la paz, alimentando siempre
g-randes esperanzas de los alborotos intcl'iores de
FnUlcia ú pesar de que tantas veces le habian sali-
do yanas. Despues de haber gastado tanto dinero
el Austria, de haher dado tantos pasos en falso, y
solJl'e todo despues de una guerra desastrosa por
haber dado crédito á los emigrados, todavia que-
ria tliferir Thugut la condusion de la paz en vis-
ta de la nueva conspi¡'acioll de Pichegrú. Para ello
dió en oponer lenlitudes calculadas á las instancias
de los plenipotenciarios franceses, y revocando los
poderes al marques de Gallo, mandó marchal' á
~[ontebello un Ilueyo lle~ol:Íador, (lue fue el ge-
neral mayOl' conde de 3Ieewcltlt, el cual Uegó
allí el t 9 de junio y pidió la ejecucion de los pre-
liminares, es decil' la l'cunion del congreso de Ber-
na. lndi~'nado Bonapartel:e ,l\[uclla mudallza de
sistema, dió una respuesta bastante viva, repi-
tiendo lodo cuanto hahia tl:cho acerca dc la im-
posibilidad de conseguir de la Rusia y de la In-
~hterra la adhesion á los convenios, cuyas bases
se habían sentado en Leoben, y aiiadió que un
t'ongreso no podria menos de ocasiunal' nuevas
lentitudes, y ya iban pasado:'> dos meses desde la
f¡nna de los preliminares, CH (!llC se asentaba que




DIRECTORIO (1797). t 3~
debía concluirs~ la paz dentro de tres, y era im-
posible hacerla en tan corto término si se convo-
caban todas las potencias. Ninguna réplica deja-


_ ron estas razones á los plejipotenciarios austria-
cos y paL'eció que cedia la 'corte de Viena, pues
sellaló las ':onferencias en Vdina, que está en las
provincias venezianas , á fin de que estuviese mas
inmediato á Viena el lugar de la ncgociacion. De-
bia esta principiar el primero de julio, y llona-
parte á quien otras atenciones de la mayor impor-
tancia retenían en MiJan , en medÍo de las nuevas
repúblicas que iha á fundar, y qne pOl' otra par-
te queria velar mas de cerca sobre los sucesos de
PaL'Ís, no quiso dejarse llevar inútilmente á Vdi-
na P para verse burlado por Thugut. Envió allí á
Clarke y declarll que no se p,'esentaria en perso-
na sino cuando estuviese convencido por la natu-
raleza de los poderes de los dos negociadores, y
por su conduela en la negociacion, de la buena
fe dc la corle de Viena. En efecto no se engañaba
porque esta mas seducida flue nunca por los mi-


'---'


sembles agentes de la faccÍon realista, se lison-
geaba de que una revolucion iba muy pronto á
dispensarla l\e tratar con e\ l\irectorio 'j así man-
dó pasar notas muy estrallas, atendido el estado
de la negociacion. Decian est~\s notas con fecha 18
de }ulio que la cOl'le de Viena queria atenerse 1'i-
gurosament(~ á los preliminares, y por consecuen-




IlEVOLUClON FRAN(;ESA.


cia negocial' la paz general en Berna; que el tér-
mino de los tres meses fijado en los pI'eliminares
para la conclusion de la paz no podia entenderse
sino desJe la reunion del congl'eso, pues de otro
modo no hubiera podido estipularse; que en con-
secuencia insistiendo la corte de Viena en el tenor
de los preliminares solicitaba un congreso gene-
ral de todas las potencias. Tambien conteniall
aquellas notas (luejas muy amargas sobre los suce-
sos de Venezia y Génova, sosteniendo {lue eran
una infl'accion grave á 10s preliminares l\~ l.eo-
hen y que la Francia debia da.' una satisfaccion.


Al recibí.' unas notas tan estraflas montó BOlla-
parte en cóle¡'a, y en el prime.' pI'onto quiso reu-
nir inmediatamente todas las divisiones del ejél'-
cito, volver á tomar la ofensiva y avanzar sobre
Viena, para exi[ár colldiciones mudw mellOS mo-
deradas que las de Leoben. Pero le contuvo el es-
tado interior de Francia y las conferencias de Li-
lle; creyendo que en aqnella gl'ave coyuntura
convenía dejar obral' al directorio, quien como si-
tllado en el centl'O de todas las operaciones , dehi¡~
decidi .. la conducta que tl(~hia o¡'scrval'~c. Se COII-
tentó con hacer que Clarkc redactase una nota vi-
gorosa en la cual se decia en substancia, que ya
no era tiempo de pedir un congrcso, cuya impo-
sibilidad habian rcconocillo los plenipotenciarios
austriacos, y á que habia ['enunciado la misma




DlRECTOlUO (1797). 137
COl'le oc Viena cuando señaló las conferencias
en Udina; que hoy en dia carecia ya de objeto
aquel congreso, supueslo que los aliados del
Austria se separaban de ella y manifestaban la in-
tcncion de tratal' aisladamente, como lo prohaban
las conferencias de Lille, que el término de los
tres meses no podia entenderse sino desde 'el dia
~ ,


de la firma de Leoben, porque de otra manera
con diferir la apeltura del congreso podian ser
etel'nas las lentitudes, que es precisamente lo que
habia querido evitar la .Francia, y por eso habia
señalado un ténnino positivo; últimamente, que
no se habian violado los preliminares por la con-
ducta ohservada respecto á Venezia y Génova las
cuales hahian podido muy bien variar la forma
de su gobierno, sin que nadie tuviera que mez-
clarse en ello, fuera de que mucho mas los habia
violado el Austria invadiendo la Istria y la Dalma-


. cia á pesal' de todo lo estipulado por escrito. Des-
pues de haber respondido de esta manera nt'me y
vigorosa se refirió lionapal'te al directorio para to-
do y esperó sus órdenes recomendándole única-
mente que se decidiese lo mas pronto posible por-
que importaba no aguanlar á la mala esLacion .para
\'olver á principiar las hoslilidades en caso de ser
neccsal'1as.


Con mas buena fe se conducian las negociacio-
nes de Lille, cosa que debe parecer es tralla teuien-




138 REVOLUClON .'UANCESA.
do que entendet'se con Piu. Pero este se hallaba
seriamente asustado con la situacion de Inglaterra,
no contando ya de ningun modo con el Austria,
ni con los embrollos de los agentes realistas, y
así quet'ia tratar con la Francia antes que esta se hi-
ciese mas poderosa y exigente despues de hecha la
paz con el emperador. Por tanto si el año anterior
no habia tenido otro intento que el de eludir á fin
de satisfacer la opinion púhlica y prevenir un aco-
modo relativo á los Paises Bajos, hoy deseaha sin-
ceramente negociar aunque no fuese mas que para
conseguir descanso p:)r uno ó dos alias. En efecto
no podia aquel vel'dadero ingles con~entir en que
los Paises Bajos qued¡¡sen definitivamente para la
Ft'ancia.


Todó probaba, como ya hemos dicho, su 5in-
cet'idad tanto en la eleccion dellorcl Malmesbury ,
como en las instrucciones secretas que se les die-
ron; pues segun el uso de la diplomacia inglesa .
todo estaba preparado en ellas para que hubiese
dos negociaciones á un tiempo, la una oficial y
aparente, la otra secreta y efcc"i\'a. lIabían agl'e-
gaclo al lord l\Ialmesbmy á 1\11'. Ellis pa;a condu-
cir hajo sus órdenes la negociacíon secreta y en-
tendel'se directamente con Pitl. Es indispensahle
este uso de la diplomacia inglesa en un gobierno
representativo, pOl'que en, la negocjaciol1 oficial
se dice todo aquello que puede repetirse en l~




DIRECTORIO (1797). 139
cámaras, y ~e l'€Sel'Va para la secreta todo lo que
~


no se puede publicar. Sobre todo cuando el mi-
nisterio está dividido sobre la cuestion de la paz,
se comunican las conferencias secretas á la parte
del ministerio que autoriza y dirige la negocia-
cion *, La legacion inglcsa llegó á UUe el día 4


, . ~
de julio con una ,numerosa comitiva,


,


Qué idea tan triste dá Mr. Tllie!'s del gohierno repre-
sentativo por lo mismo que se empeña en recomendar todo
su artilicio. No es verdad que es Le liSO de las negociaciones
pública' y secretas sea peculi"r ,í 1" diplomacíH inglesa, sino
(¡u~ es COlllUII '! geueral á todas las diplomacias del mundo,
desde 13 Turquía hasta el gobierno mas I'cpllhlicano, pOrr¡lle
sicmpre ó casi siempre hay etl ellas ciel'tos artículos Cjlle Ó no
conviene puhlicar, por respeto á la ('pinion popubr ó por
que envuelven miras dc una política (¡lIC quiere reservarse
(lcl conocimiento de otros gabinetes, Pero lo que sí parece
peculia\' á los ióohiernos represcntativos, en caso de ser eiel'.
to lo que dice MI'. Thiers , es esa falsía con que snpone qUE'
el ]ll'c,idcntc del consejo de ministros, dice la verdad á ulla
p~l'te de 'us compañeros, y se la reserva y obscurece á los
rest,;ntes. En un gabinete dOllde se p,'acticára semejante Sll-
perchería 110 podría aplicarse la reióla general de la respon-
sabilidad, que es la sola y única base de los gobiernos repre-
sC"ntativos, porque ,í nadíe puede cxigÍrsele que responda de
lo !JlIe ignora cuando no se le ha queritlo comunicar, Com-
prendemos muy bien esa justa reserva con las ,~ámaras , á pe"
sal' de los Illuchos aLuso, á que por otra parte puede dar ¡1I-
gal' ; pero de l1illgllll niOdo podemos miral' como indispensa-
LIe I ni como justo I lIi como leal¡ ni como propio de uingull




IlEVOLUCION FRANCESA.


I. .. os plenipontenciarios encargados de represen-
tar á la Francia, eran Letourneur que acababa de
salir del directorio, Pleville Le Peley que no se
detuvo allí mas que unos dias pOI' l1aberle nom-
brado ministro de marina y Rugo Maret, despues
duque de Bassano. El único capaz de desempe-
¡"lar la negociacion de estos tres miuistros era el
último, porque como jóven y versado desde niño
eH la sociedad diplomática, reunia á su mucho
talento ciertos modales, que habian llegado á ser
raros en Francia despues de la revoluciono Debia el
principio de su carrera á M. de Talleyrand , y en-
tonces mismo se habia concertado con él para que
el uno tuviese el ministerio de negocios estrangel'Os,
y el otro la misio n á Lille. Dos veces hahia estado
l\1aret en Londres en los primeros tiempos de la
revolucion y sido bien rcciLido por Pitt, de suer-
te que habia adquirido un gran conocimiento del
gabinete ingles, y era muy apropósito para re-
presentar á la Francia en aquella circunstancia.
Fue á LilIe con sus dos compañeros y llegaron al
mismo tiempo que la legacion inglesa. Comun-
mente no se adelantan losl negocios diplomáticos


género de gobierno esa engañifa de unos ministl,os eOIl otros,
á no ser en el C:ASO, harto fn'cuente por desgracia, de que
los ministerios y 11Is presidencias de ellos sean un mero obje-
to de tráfico y ne~oeiacion de lIlIOS partidos COH otros.


(fol, del T.)




illRECTORIO (1797). 14t
en las conferencias púhlicas, por lo cual desea-
ban los negociadores ingleses con mucha habili-
dad y tacto tratar familiarmente á los plenipo-
tenciarios franceses y procuraban buscarlos; mas
al contrario Letoumeur y Plevillc Le Peley, que
eran hombres muy de bi~n pero poco acoslum.!.
brados á la diplomacia? tenian aquella aspereza
revolucionaria? y miraban á los dos ingleses como
unos hombres peligrosos, siempre dispuestos á in-
trigar y á engañar, y que se necesitaba mucha
desconfianza con ellos. Nunca querian verlos sino
de oficio? y temían comprometerse con cualquiera
otra especie de comunicarion, y así no era fácil
entenderse.


El lord Malmesbury manifestó sus poderes,
donde estaban en hlanco las condiciones del tra-
tado ? y preguntó cuales eran las condiciones de
la Francia. Los Fl'anceses se las manifestaron in-
mediatamente, y como es de discurrir contenian
un máxinmm muy elevado" pues solicitaban que el
rey de Inglaterra renunciase al título de rey de
Francia que continuaba tomando por uno de aque-
llos usos ridículos que se conservan en Inglaterra;
que devolviese todos los navios cogidos en Tolon,
y restituyese á la "Francia, la España y la Holanda,
todas las colonias que se les había quitado. En
cambio de esto no ofrccian ni la Francia, ni la Ho-
landn , ni la España otra cosa que la paz, porque




142 REVOLUCION FRANCESA.
no habían cogido nada; y aunque es verdad que
la F..al1cia era bastante imponente para exigir mu-
cho, siempre era un inconveniente para entender-
se eso de pedirlo todo para sí y sus aliados y no
ofrecer nada en cambio. Bien conoció lord l\1al-
mesbury ,como quien deseaba llegar á resulta-
dos efectivos, que la negociacion oficial no podia
conducir á nada, y así procuró propon:ional'
reuniones mas Íntimas á las cuales se prestó con
mucho gusto l\Ir. Maret, como hombre mas acos-
tumhrado que sus cólegas á los usos diplomá-
ticos; pero fue necesario negocia.' con Letourneur
y con Pleville para que consinticran en encontrar-
se con los otros en el teatro. Los primeros que
principiaron á juntarse fueron los jóvenes de las
dos embajadas y no tardaron en ser mas amisto-
sas las comunicaciones. De tal suerte habia roto
la Francia con todo lo pasado desde la revolucion,
que costaha muc1lO trabajo restablecer sus anti-
guas relaciones con las de mas potencias. Nada de
esto habia ocurrido en el año anterior, porque
como la negociacion no cra sincera solo se habia
tratado de eludirse unos á otros; pero en esta era
indispensable venir á unas comunicaciones efica-
ces y benévolas. Hizo el lord MalmesbUl'Y que
sondeasen á Maret pal'a comprometerle en alguna
negociacion particular; pero él antes de consen-
tir en ella escribió á Paris para que le autorizase




DIRECTORIO (1797). 143
el ministcl'io, el cual no luvo dificultad en ha-
cerlo, y al instante entró en conversaciones con
los negociadores ingleses.


No se trataba ya de contestar la posesion de los
Paises Bajos ni de discutir la nueva situa<.:Íon en
que se hallaba la Holanda respecto de la Francia;
pero queria la Ing'laterra consel'var algunas de las·
principales colonias que habia conquistado para
indemnizarse yá de los gastos de la guerra, yá de
las concesiones que nos hacia. Consentía en de-
volvernos todas nuestras colonias; renunciar ú to-
da pretension sobre Santo Domingo y ayudarnos
á establecer allí nuestl'O dominio, pero prenten-
dia indemnizarse {l costa de la Holanda y la Es-
palia. Asi se empellaba en no devolvet' á esta la
Isla de la Trinidad de que se había apoderado y era
colonia muy importante por su sÍtuacion á la en-
lt'ada de las Antillas; tambien queria conservar
de las posesiones cogidas á los Holandeses el Cabo
de Buena Esperanza, que domina la navcgacion
de los dos oceanos, y Trinquemale que es el prin-
cipal puerto de la isla de Ceylan; y por último
permutar la: ciudad de Negapatnam en la costa de
Coromandel por la ciudad y fuerte de Cochin en
la costa de Malavar, que era para ella un precio-
so establecimiento. En cuanto á la renuncia al tí-
tulo de rey de Francia, se resistian bastante los
negociadores ing'leses á causa de la familia real


.~




REVOLUClON FRANCESA.


que estaba poco dispuesta á la paz y no querian
mortificar su vanidad. Con respecto á los navios
tomados en Tolon y que ya estaban tripulados y
armados á la ínglesa, les parecia ignominioso res-
tituirlos, y ofrecian en cambio una i ndemnizJ.cion
de doce millones de francos en dinero. La razon
principal que daba Malmesbmy á Maret el'a que
no podia volver á presentarse en Londres desplles
de haberlo devuelto todo y no conservado nada
para el pueblo ingles de unas conquistas que ha-
bia pagado con su sangre y sus tesoros, y para
probar su sinceridad le manifestó todas las ins-
trucciones secretas que habia dado ú MI'. Ellis en
que constaba el deseo que tenia Pitt de conseguir
la paz; por c ~nsiguiente merecian tomarse en
consideraeion aquellas condiciones.


Sobrevino de prollLo una circunstancia que
dió mucha ventaja á los negociadores franceses, y
fue que ademas de la reunion de las eEcuadras es-
pañola, holandesa y francesa, la cual no depen-
día mas que de la primera tempestad que ohliga-
se al almirante Jervis á alejarse de Cadiz', amena-
zaba otro peligro á la Inglaterra con la separacion de
su antiguo aliado Portugal, á quien las instancias
y el temor de la Francia y de la Espai'la habian de-
cidido á entl'ar en negociacion con aquella. La
principal condicion del tratado le prohibia I'ccibil'
mas de 6 navios armados ú un tiempo, que perte-




JHRECTORIO (1797).
neciesen á las potencias beligerantes, con lo cual
perdia la 1 nglatcrra su preciosa estacion en el Tajo.
Este inesperado tratado puso en cierto modo en
manos de l\1aret á los negociadores ingleses, y se
principiar611 á debatidas condiciones defini.tivas.
No se les puda arrancar la Trinidad, ma!\ por lo
respectivo al cabo de Buena Esperanza, que era
el objeto mas importante, se convino pOl' fin en
que se restituiria á la Holanda, con la espresa
condicion de que 'nunca se habia de apl'OVeChal'
la Francia de su ascendiente sobre la Holanda pam
apoderarse de él; porque esto es lo que mas te-
mia la Inglatel'l'a interesándose menos en poseerle
que en pl'lvarnos de él ~ Y así se decidiú la rest ¡tu-
cion con la condicion espresada. En cuanto á
Tl'inquemale, que tanto influia en la posesion (le
Ceylan, debían conservarle los Ingleses aunque
bajo laapal'iencia de una altel'l1ativa , esto es, que
habia de altemar una guarnicion holandesa con
otra inglesa, pero desde luego se convino en que
esta no fuese mas que una formalidad ilusoria, y
que el puerto quedaria efectivamente pal'a los
Ingleses. Por lo que hace á la permuta de Cochin
por Negapatnam insistían en ella los ingleses, pe-
ro sin que fuese una condicion sine qua non. Que-
daban aceptados los doce millones por los navios
cogidos en Tolon y en cuanto al título de rey de
Francia se conV1110 en que sin ahdical'le formal-


XI. lO




1'16 HFVOLUCIO~ FlaNCESA.
menle ,cesal'ia de tomarle el rey de Inglaterra.


Esta era la situacion en que sc hallaban las pre-
tensiones l'ecípl'ocas de los negociadores, sin que
Letoumeu,', que se habia quedado solo con Ma-
ret por haber sido nombrado Pleville ministro de
]a guerra, supiese una palabra de la negociacion
secreta. 1\11'. Maret le indcmnizaba de su nulidad
cediéndole todos los honores estel'iores y todos
los actos dc repl'csentacion ,á que daba mucha
importancia aquel hombre honrado pero de pocos
alcanzes. De todos~ estos :pormenores daba par-
te l\lal'et al directorio y aguardaba su decision ,
pudiendo asegurarse que jamas habian estado
la Francia y la Inglaterra tan próximas á re-
conciliarse; siendo igualmente evidente que es-
ta negociacion de Lille era enlel'3mente separa-
da de la de Vdina, y que la Inglatcna ob.-aha
por su lado, sin tratar de entenderse con el Aus-
tria.


No podia menos el directorio de ocuparse con
preferencia de estas negociaciones, tanto mas
cuanto la faccion l'ealista solicitaba con furor la
paz sin desearla, y los constitucionales la pedian
sillccram~nte aun á costa de algunos sacrificios,
mientl'3s que los republicanos querian que se hi-
ciese sin ellos, y sobre todo que resaltase la gloria
de la república. Hubieran deseado la completa
emancipacion de la Italia y la restitucion de las




DIRECTORIO (1797). H7
colonias tle nuestros aliados, aunque fuese ú cos-
ta de una nueva campaiía , y las opiniones de los
cinco directores eran conespondientcs á su res-
pectiva situacion. Votaban (~arnot y Rarthelemy
porque se aceptasen las condiciones del Austl'ia y
de la lnglatcl'I'a, mientras los otros tres directo-
res sostenían la opinion cQntraria , y estas cuestio-
nes acabaron de agriar á los dos partidos del di-
rectorio. Heconvino amarg'amentc Ranás á Carnol
por los preliminarcs de Leoben, cuya ratificacioll
habia apoyado este fuertemente ~ y usó de cspre-
siones muy poco mesUl'adas, á proposiLO de las
cuales dijo Ca1'l101 que no se debia oprimir al Austria,
dando á entender que para que la paz fuese dura-
ble , debian Sel' moderadas las condiciones. Pero
sus cólegas tomaron muy ú mal aquella espresion
y Uewbell le preguntó si el'a ministro del Austria
ó masgislrado de la repúhlica ft'ancesa. Cuando
los tres directores recibian los pliegos de Ronapar-
te , querían que se rompiese inmediatamente la
negociacion y volvieran á principiar la~hostilida­
des; pero sin embal'go, el estado de la república y
el temor de dar armas ú los enemigos del gobiel'llo
pal'a que digesen que el nuevo directorio no ha-
ria nunca la paz, les decidieron á eomtemporizal'
todavía, yescribieron á Bonaparte que em nece-
sario colmar la medida de la paciencia y esperar
á CJue la mala {(~ del Austt'ia que <Jase proLada evi-




148 RKVOLUCION FkA.NCIlSA.
dentemente y que cargase con toda la l'esponsa-
hilidad de las hostilidades.


No era tan complicada la cucstion relativa á las
ctHlferencias de Lille ,sobre todo pal'a la Francia,
á qllien toclo se la devolvia; mas pOl' lo relativo á
la España, que quedaba privada de la Trinida ti,
Y para la Holanda, que prl'llia á Trinquemale ,
era mucho mas dificil de resolver. Canl-ot á quien
su nueva situacion obligaba á opinar siempre en
favor de la paz, votflba porque se admitiesen aque-
llas condiciones, ú pesal' de no ser generosas pal'a
nuestros aliados. Como no faltaban motivos de
descontento con la Holanda y con los partidos que
]a dividían, aconsejaba él ,que sela abandonase á
sí misma y no se mezclasen en sus cosas, cuyo
consejo era tan poco genel'oso, como el de sacrifi-
car sus colonias. Poro RewbeH v'olvió á acalorarse
en aquella cue,>tion, porqu1! siendo tan apasiona-
do por los intereses de Francia, que llegaba hasta
el grado de injusticia, queria que lejos de aban-
donar la Holanda se ]a hiciese poderosa y se for-
mase de ella una provincia de la república, y
sobre todo se oponia al artículo de que la Francia
hubiese de renunciar para siempr~ á la posesion
del cabo de Buena Esperanza. POI' el contrario sos-
tenia que aquella colonia y otras muchas debian
venir á parar algun dia á manos de la Francia en
premio de nuestros servicios. Ya se echa de ver que




DIRECTORiO (1797). 149
este defendia los intereses dé nuestros aliados, mas
bien por nosotros que pOI' ellos; pero Lan'eveilliél'e,
(lue por equidad tomaba en gl'an considera{;Íon sus
intel'eses, desechaba las condiciones por otras ra-
zones muy distintas. Miraba como vergonzoso sa-
crifical' á la España, des pues de haberla meti-
do en una guelTa que en cierto modo la el'a estra-
ña , y que se la obligase pOI' pl'emio de su alianza
á sacrifical' una colonia importante. Igualmente
ignominioso le' pareciá. sacrificar á la Holanda,
despucs de habel'la a .... astrado á la carrera de las
revoluciones, y babel'se encargado de su suerte,
privándola ahora de sus mas ricas posesiones y
entregándola á una furiosa anarquía. Efectiva-
mente si la }~rancia la dejaha de su mano era im-
posihle que no cayese en los mas funestos desól'-
denes ~ y asi decia Larrevcilliére que serian res-
pon~ahles de toda la sangre que corriera. Sin du-
lla que el'a ge¡¡el'osa aquella política, pero no muy
Lien calculada, ponlue se reducia la cuestion á
sabeL' si las pérdidas ({ue hacian los aliados el'an
Ó no superiores ú las que podia causarles la conLÍ-
Iluacion de la guerra, como lo ha demostl'ado el
porvenir. Pero entonces se creia que asi como la
Francia habia triunfado en el continente, triunfa-
l'ia tambien en los mares; y como les pareció ver-
gonzoso abandonar á nuestros aliados, se tomó
un partido contrario, y se resolvió dirigirse á la




l50 nEvoLCCIO~ FIUNCESA.
España y ¡i la Holanda para averiguar sus Íntcn-
t:i.oncs. Dehian estas declarar si (Iuerian b paz á
eosta de los sacrificios exigidos por La lnglatcl'ra,
y en caso de que preli.l'iesen la continllacion de la
guerra, decit' claramente qué fuerzas se propo-
nian reuni.r pal'a la defensa de nuestros comunes
intereses, y entl'e tanto se escrihió á Lille que no
se podia responder hasta habel' consultado á los
aliados.


Todas estas disensiones acabaron de enemistal'
a unos directol'es con otl'os y ya se iha acercando
el momento de la catástrofe, pues los dos parti-
dos continuaban en su marcha y se irritaban eada
día mas. La comi5ion de hacienda en el consejo
de los Quinientos babia retocado sus providencias
il fin de que las apl'Obase el de los Ancianos con
algunas modificaciones (Iue l'ecaian particular-
mente sobrc las disposiciones re1ati vas á la teso-
rcria. Siempre se daba por supuesto en ellas que
el directol'ío no hallía de poder dísp[}ner de las
llegot:iaciones de los Yalor~s, y sin contirmar ni
revocar la distincion entre los fimdos ordinarios y
estt·aOl'dinarios se decidió <fue los :gastos relativos
al sueldo de los ejércitos habian de tener siem-
pre la preferencia. Se prohibía para en adelante
tomar anticipaciones pero no se revocaban las que
hubiesen sido tomadas hasta el día. Ultimamente
vol vian á reproducirse las nuevas disposiciones y a




DIRECTORIO (1797). 1;)1
indicada" sobre la venta de los bienes nacionales
aunque con alguna modificacion importante, y
consistian en que los decretos de los ministros y
los pagarés de los pl'Oveedores se lIabian de reci-
bir en pago de,los bienes igualmente que los bOiWS
de las tres cuartas parles. Modificadas de este modo
las pl'Opucstas fueron aprobadas; y aune¡ ue algo
menos subversivas quc las anteriores en cuanto ú
los recursos del tesol'o, siemprc eran muy peli-
grosas. Quedaban abolidas todas las leyes penales
contra los clél'igos ; y cOllvertido su juramento eu
una ~im pIe declaracion por medio de la cual ti i-
jesen los clérigos (lue se sometia n á las leyes de la
república. Todavía no se habia tratado a':erca de
las formas del cullo ni del uso de las campanas,
ni abierto las testamentarias en favor del estado
sino en el de los pariclltes. Las familias que hasta
cntonces habían sido precisadas á pagar á la re-
pública la legítima patrimonial de un hijo ó de
UII pariente emigrado iban á recibir una indem-
nizacioll en biencs nacionales; (fuedaba suspendi-
da la venta de las casas presbiteriales ó hahitacio~
nes de los curas; y últimamen te se habia votado
en poquísimos días la cueslion mas importante de
todas que era la institucion de la guardia nacional
con arreglo á las hases que ya dejamos referidas.
Toda la composicion de la dicha guardia habia
de haccrse por l'igorosa cleccion, y esta era la mc-




152 REVOLl'ClON FRANCESA:.


dida con que mas contaban Pichegrú y los suyos;
para el I~xito de sus planes. Para ello habían he-
cho que se aTladiese un arLículo por d cual se
mandaba que el trabajo de la organizacion había
de princÍpiarse diez días despues de la publica-
cion de la ley, pues les faltaba tiempo para ver
reunida la guardia de París y con ella todos los
i nSUl'gentes del mes de vendimia río.


El dil'cctorio pOI' su parte bien convencido de
la eminencia del peligro y suponiendo siempre
fjUe estaba pronta á estallal' una conspiracion, ha-
bía toma/lo una actitud amenazadora. No era solo
Augere:w el quc estaba cn Paris, sino que con
moti vo de ha liarse en inaccion los ejél'citos, ha-
bia acudi(lo á la capital uila multitud de generales,
entre los cuales se veía al gefe de estado mayol'
ele Hoche, Cherin 3 , á los genel·ales Lemoíne y
Humbel't (lue mandaban las divisiones que habian
venido sobre París; Klébel' y Lcfebvre que esta-
ban con licencia y últimamente Bernadotte á quien
BOnapal'le habia enviado á traer las banderas que
aun quedaban por presenlal' al directol'io. Ade-
mas de aquellos oficiales superiores andaban es-
parcidos pOI' París oficiales de lodo grado que es-
tahan reformados desde que se redugemn los cua-
dros y aspiraban á entrar en actividad, todos los
cuales se esplicaban con tono amenazador contra
los consejos. Talllbien hahian acudido de las pro-




llTRECTORfO (1'797).
"mcJas muchos revolucionarios, como sucedia
siempre que amenazaba algun movimiento, y so-
l)['e todo no podia ya dudal'w cual era la dil'ccciol1
y destino dc las tropas. COlltinuaban estas acan-
tonadas en las inmediaciones de Reíms y se decia
(lue si únicamente vinieran pal'a la espedicion de
Irlanda, ya Itabl'ian continuado su marcha para
Brest sin perma.-.ecel' tanto en los departamentos
inmediatos {l Paris ; que Hoche no se hahria vuel-
to á su cuartel general, y últimamente que no se
habria reunido tanta cahalleria pal'a una espedi-
cion marítima. Ya dijimos como í.e habia encal'--
gado á una comision que informase de lodos aque-
llos hechos, sobre los cuales 110 quiso dar el di-
rectorio mas que algunas esplicaciones vagas di-
ciendo , que las tropas se hahian puesto en cami-
no para un destino lejano pOI' órden del general
IIoche, que la ha bia l'ecibido del dil't~ctO'rio, y q \le
solo habia cscedido el límite constitucional por
Cl'l'or de un comisario de guerra. A esto respon-
dian los consejos por boca de Pichegrú ,que las
tropas no se trasladaban de IIn ejército ú otro por
una simple órden de un general en gefe, sino por
otras superiores; y que tampoco se recibian del
directorio sino por conducto del ministro de la
guerra; que el ministro Petiet no habia firmado
semejante órdcn y por consecuencia el general
Hoche habia procedido sin la debida autorizacion ;


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154 REVOLUClON t'RANCESA.
últimamente (Iue si las tropas estuviesen destina-
das para "una cspedicion lejana debian marchar
inmediatamente, y no aglomerarse al rededor de
Paris. Eran muy fundadas estas observaciones y el
directorio sabia muy bien porque no respondia á
ellas, dc cuyas resultas decretamn los consejos que
se trazase un círculo al rededor de Paris en el ra-
dio de 12 leguas y (Iue se indicaie por medio de
unas columnas puestas en todos los caminos de la
circunferencia cual era el límite constitucional,
en cuyo caso los oficiales de las tropas que se cs-
cediesen de él serian considerados como culpables
de alta traiciono


Mas no tardaron otros hechos en aumentar las
inquietudes; pues lIoche habia reunido sus tmpas
en los de¡urtamcnt05 del Norte al rededor de Se- -
dan y de Reims á pocas etapas de Paris y encami-
nado otras nuevas con la misma direcciono


Aquellos movimientos unidos con las conversa-
ciones que te~lia los soldados, y la a~'iLacion Ilue
reinaba en Paris, y las rifias de los oficiales re-
formados con lo., jóvenes que llevaban el trag"c de
la juventud dOl'3(b , dieron motivo á \Villot para
hacer segunda denuncia. Subió á la tribuna y ha-
bló de cierta marcha dc las tropas, del espíritu
que reinaba en sus tilas, y del furor dc que esta-
ban animadas contra los consejos, con cuyo moti-
vo se esplicó agriamente contra las representacía-




nmECTOll1O (1797). 153
Jles de los cj¡'~rciLos de Italia y contra la publicidad
que las habia liado el dil'edorio. En consecuencia
solicitó que se encargase 'á los inspectores de la
sala tomasen nuevas noticias y presentasen nuevo
informe. Los diputados á quienes se daba este
título tenia n á su cargo la policia de los conse-
jos, y de consiguiente ,estaban ohligatlos á vela l'
en su seguridad. Adoptóse la proposicion de 'Vi-
llOl y [1 propuesta de la comision de inspectores
se dirigicron el dia 4 de agosto, que corresponde
al 17 del lhermidor muchas pregnnt,ls bastante
emklrazo;as al directorio. Se insistió de nuevo en


Aa natm'aleza de las únlelles en cuya virtud habia
obrado el general IJoclle, preguntando si podrian
en lin esplicarsc de donde proccdÍan cstas órde-
nes, y cualés eran los medios ([llC se habian to-
mado para ejecutar el arlículo constitucional quc
prohilJia á las tl'Opa3 el derecho de deliberar.


Resol vi() el directorio replical' con un mensage
enérgico ú las nuevas preguntas que se le dirigian,
evitando csplicaciOlws que de ninglln modo le con-
venia dar. Se encargó Larreveilliére de redactar
aquel mensolje , que no quisieron firmar CarnoL ni
Barthclemy mas 110 por eso dejó de presentarse el
dia 10 de agosto. No contenía nada nuevo acerca
del movimien to de las tropas, sino que se limita-
ba á decir qne las divisione~ habian venido hácia
}Jal'is pOI' órden del general I1ochc, ú quien se las




156 RE\'OLUCION FRANCESA,
habia dado el directorio, sin desigual' por medio
de quien, En cuanto á las representaciones, decía
el dil'ectorÍo que el sentido de la palabra deliberar
era demasiado vago pam que pudiera determinar-
se si los ejércitos hahian cometido falta en hacer-
las; que reconocia el peligTo de que los ejércitos
emitiesen su dictámen, y que por tanto iha á pro-
hibir que se hiciesen otras de igual naturaleza; pe-
ro que antes de incriminar el paso que hahian dado
los soldados de la república era necesario remon-
t::tl' á las causas que le hahian pl'Ovocado, las cuales
dependian de la inquietud genel~al que habia al-
terado los ánimos de algunos meses á aquella par-
te; de la insuficiencia de las l'entas públicas, que
dejaba todos los l'amos de la atlministraeion en
la situacion mas deplol'able, estando muy frecuen-
temente lH'ivados de su sueldo aquellos que des-
pues de tantos allOS estaban derramando su san-
gre y an'uinando sus fuerzas por servir ú la repú-
blica; de las pel'seeuciones y asesinatos egcrcidos
contra los compradores de bienes nacionales, em-
pIcados púlJlicos y defensores de la patria; de la
impunidad del crimen y pan:ialitlad de ciertos
tribuna les; de la insolencia de los emigrados y
clérigos no juramentados, quienes llamados y fa-
vúrecidos ahiertamente acudian de todas par-
tes, soplaban el fuego de la disconlia é inspiraban
el desprecio de las leyes; de aquella multitud de




DmECTORlO (t 797). 1.57
diarios que inundaban los ejércitos y el interior y
no predicaban mas que el retorno á la monarquia
y la destruccion de la república; del mal disimu-
lado y algunas veces espreso interes que se mani-
festaba por la gloria dela Inglaterra y del Aus-
tria; de los esfu~I'ZOS que se hacian para obscure-
cer la glol'Ía de nuestros guelTeros ;de las calum-
nias esparcidas contra dos ilustres generales, que
habían el uno en el Oeste y el otro en Italia reu-
nido á sus inmortales hazañas el honor de la mas
brillante conducta política; últimamente de los
siniestros proyectos que anunciaban algunos hom-
bres mas ó menos influyentes acerca de la suerte
del estado. Añadia tambien el directorio ,que te-
nia hecha la fil'me resolucion y fundada esperan-
za de salvarla Francia de los nuevos trastornos
con que la amenazaban. Asi lejos de esplicar su
conducta ni menos de escusarla, incriminaba el
directorio á los consejos y manifestaba el proyecto
de continuar la lucha y la esperanza de salíl' vic-
torioso de ella. Aquel mensage se tuvo por un vel'-
dadero manifiesto y causó la mayor sensacion,
por lo cual inmediatamente nomhraron los con-
sejos una comision para que le examinase y res-
pondiese.


Principiaban á asustarse los constitucionales de
la situaciol1 de las cosas, pues pOI' una pal'te veian
dispuesto al directorio ú apoyarse en los ejércitos y




158 REVOLUCION FRANCESA.
por otra á los Clichinos prontos á reunir la mili-
cia del mes de vendimiario bajo pretesto de 01'-
ganizar la guardia nacional. tos que eran sínee-
ramentc republicanos preferian la victoria del di-
reclOl'io, aunque no quisieran que hubiesc com-
bate; y bien podian conocer ya cuan funesta
habia sido su oposicion ,que tanto había asustado
al directorio y dado tanto ánimo á los reactores.
No querian reconocet' sus yerros, pero tleplOl'a-
ban la situacion y culpaban de ella i. sus adversa-
rios seg-nn su costumbre. Tambien los Clichin05
que no estaban en elsccreto de la contra-revolu-
cion, ni tampoco la deseaban, sino que eran mo-
vidos por un ódio imprudente contra los escesos
de la rcvolucion, principiaban á asustarse, y te-
mian haber despertado todas las tendencias rcYo-
lucionarias del directorio, pOl' lo cual se iba en-
tibiando mucho su ardor. tos Clichinos que eran
del todo realistas, eslaban impacientes por obrar
y temian ser prevenidos, y asi andaban al rededol'
de Pichegrú instándole vivamente; pero éste
con su acostumlwada flema no hacia mas que pro-
meter siempre mucho á los agentes del pt'eten-
diente y contempol'Ízar. La verdad es que no te-
nia realmente llingun medio efectivo, porque al-
gunos emigrados y Chuanes (Iue habia en Paris
no eran [uet'za suficiente, y Insta que éL tuviese
en su mano la guardia nacional no podia empren-




DIRECTORIO (1797). t 59
del' ninguna tentativa séria. Como frio y prudente
que era, juzgaba bien de la situacion, y respon-
día á todas las instancias que era necesario espe-
ral'. Cuando le decian que el directorio iba á dal'
el golpe contestaba que no se atrevería, y en efec-
to estaba persuadido de ello, y como por otra
parte él no tenia recursos suficientes, estaba ha-
ciendo gran papel y cobrando mucho dinero,
era natural que no tuviese gran pI'isa en obrar.


En aquella situacion de cosas los hombl'es pru-
dentes deseaban con sinceridad que se evitara una
lucha, mas ánles querian que se intentase alguna
conciliacion entre los constitucionales y clic:.inos
modemdos con el directorio, dando á este la ma-
yoria que había perdido y dispensándole de re-
cUl'l'ir á medios violentos para salvarse. :\lma. de
Stael eslaba en situacion no solo de desear sino
de intentar semejante reconciliacion , ponple era
el cenlro de a<luella sociedad ilustrada y brillan-
le? <lue sin dejar de conocer que el gobierno y sus,
gefes eran un poco vulgares, amaba la república
y se interesaba por ella. Gustaba lUma. Stad de
aquel género de gobierno como de una bella lid
para el entenllimiento humano, y ya que habia
conseguido colocar en un puesto eminente á uno
de sus amigos, esperaba colocarlos á lodos y venir
á ser su ninfa Egeria. Bien conocia los peligros á
que estaba espueslo aquel órden de co.~as que tall-




í60 REVOLUCION FRANCESA.
to. la agmdaba , y co.mo. trataba co.n gentes de to-
do.s lo.s partido.s , lo.s o.ía á to.do.s ello.s y po.día pI'e-
veel' un cho.que inmediato.. Era generosa y acti-
va , y no. po.dia permanecer indiferente á los su-
ceso.s , mas ántes era natural que pro.curara usar
de su influjo. á fin de reunir á lo.s ho.mbres que no.
se o.diaban profundamente. Reunia eH su tertulia
republicano.s , co.nstitucionales y clichinos y pro-
curaba suavizar la violencia de las discusio.nes
adulando. su amo.r pI'o.pio co.n el tacto y delicade-
za propias de uná muger huena y superior. Pero.
participaba de la desgmciaco.mun á to.dos los que
se empeilan en reco.nciliar á los partidos, y los
ho.mbl'es mas opuesto.s entre sí principiaban á ale-
jarse de su casa. Procuró ver á lo.s miembro.s de
las do.s co.misiones nombradas pam responder al
último. mensage {lel directorio. ,alguno.s de lo.s cua-
les eran co.nstitucionales, como. Thibaudeau, Eme-
ry , Simeo.n , Tronzon Duco.udray y POltalis , á fin
de influir pOI' su medio. en la redaccio.n de los dos
informes impo.rtalltísimo.s , corno. que eran nada
mellOS que una I'espuesta al cal'tel del directo.rio. .
. Fue mucho. lo. que se mo.vió en aquello.s dias lUma.
de Stael por sí y po.r medio. de sus amigo.s; pel'o.
lo.s co.nstitucio.nales aunque deseaban la reconcÍ-
liacion po.I'que co.nocÍan el peligro, eran necesa-
rio.s algunos sacrificio.s de su parle, y muy dificil
al'l'ancúrsclo.s. Si el directorio hubiese tellido. ver-




DIRECTORIO (1797). 161
<laderas culpas y tomado mcdidas rcprcnsilJles, hu-
biera podido negociarse la revocacion de algunas
de ellas y hacer un tratado ccdiendo cada cual de
su parte; pero escepto la mala conducta pt'ivada
de Bal'l'fts , la mayoria del di rectorio se habia con-
ducido con cuanto celo y apego ú la constitucíOIl
eran de desear. Ko se le podia reconvenll' de nin-
g'un acto arbitrario ni de ninguna usurpacion de
;lutol'idad, pues que la adminÍstl'acion de la ha-
cienda ,que tanto se incriminaba ,era un resul-
tado forzoso de las circunstancias. Así, los úuicos
hechos que podian citarse como indicio de Ínten-
cionts temibles era la mudanza de los ministros,
el movimiento de las teopas , las rep::,esclItaciolles
de los ejércitos y el nombramiento de Augereau ;
pero todas estas eran unas precauciones que 1Ia-
hian llegado á ser indis¡lensables con el peligro 1
y em necesario hacer que es~ desapareciese en-
teramellte volviendo la mayoria al directori;, para
tener derecho de exigir que renunciase á sus pre-
cauciones. Por el contrario los constitucionalp.~ ha-
bian apoyado á los nuevos electo,~ en todos sus
ataques in justos ó indiscretos, y ellos eran ¡os
{fue debian retroceder, debiendo exigirse mucho
de ellos y muy poco ¿. nad<!. del directcrio ,lo cual
hacia que fuesen imposibles los sacrificios recípro-
¡'OS, é irreconciliable el amor pl'Or!o.


Procuró l\1adama de Stael por SI Ó por sus ami-
XI. JI


."'- \
... ;


", i




162 REVOLUCION FRANCESA.
gos pel'suadirles á que el directorio estaba deci-
dido á atreverse á todo, y {lue los constituciona-
les sprian víctimas de su ob"tinacíon, perdiéndose
con ellos la república. Pel'O estos en lugar de ce-
der reusaban toda especie de concesiones y se em-
pelbhan en que había de ceder el directorio. Se le
hahló á Rewbell y á Laneveilliére , el último de
los cuales sin negal'se á la discusion , enumeró lar-
gamente los actos del direetol'io preguntando
siempre cual de ellos el'a reprensible, y los inter-
loculores se quedahan sin tener que responder. Ni
uno ni otro quisieron condescendel' en tlespedir á
Augereau ni en revocar las medidas va tomadas


u "


para una resolucion próxima, y en el hecho mis-
mo de no querer conceder nada dieron una pnle-
ha de que estaban firmes en su lleterminacion.


Insistiel'On mucho Madama Stael y los que
la ayudaban en su laudable pel'O inútil empre-
sa con varios miembros de las dos comisiones,
á fin de que á lo menos no propusiesen medidas
legislativas demasiado violentas, y sobre todo que
alrespondel' á los cargos enunciados en el mensage
del dire::torio evitasen recl'iminaciones peligrosas
é ilTitantes. Todo aquello era inútil porque no
hay ejemplo de que un partido siga jamas los con-
sejos que se le dan. Habia en las dos comisiones
algunos clichinos que deseaban, como era natural,
las medidas mas violentas, empeñándose por de




nTRECTORlO (1 í9í)
conlado cm cometer al jurado criminal de París el
conocimiento de los atentados hechos contra la se-
s'uridad del cuel'pn leg'islativo, y cxig'il' la salilla
de todas las tropas de~ círculo constitucional, 11('-
vando su empeño sobre lodo Ú qlle este círculo no
hiciese parte de ninguna diyision milita!'. El obje-
lo de esta última disposicion era quitar el mando
de Paris á AugC1'NU, y ejecular por medio de un
decreto 10 que no l¡ahian podido conseguir pOI' las
negociaciones. Ad'Jptáronse aquellas medidas pOI'
las dos comisiolles? pPro Thibaudeau :' Tronwn
Ducoudr:.ty que estaban encargados de redactar el
infol'me, el uno (le los Quinientos y el otl'O de los
Ancianos reusaron prudentemente presentar la úl-
tima disposicion , pOl' lo cual hubo de renuneiar-
se ú ella y se contentaron con las dos primeras.
Leyó Tronzon nucoudray'su informe el 20 de
agosto y Thihaudeau el 21 respondiendo indirec-
tamente {¡ lclS reconvenciones del directorio y di-
rig'i(~ndose Tronzon á los Ancianos, les instó ú fIue
illterpusiesen su prudencia y dignidad, con los
j(¡venes legisladores ele los Quinientos y la suscep-
tihilidad de los gcfcs del poder ejecutivo. Proeul'()
Thibaudcau j1lstificar á los consejos, y probar
que no habian <J uerido atacar al gobiel'llo ni ca-
lumniar (1 los ej.:rcitos , insistiendo y esplicando
la mocion de Dllmolard relativa {¡ Venezia. Ase-
~UI'Ó que su intento 110 hahia sido atacar al hé-




164 REYOLFCION FRANCES,\.
roe de Italia, pero sostuvo que todas aquellas
creaciones suyas sc10 sel'ian durables teniendo
la sancÍon de los dos consejos. Quedaron apro-
badas las dos insip:niJicantes medidas propues-
tas y no produgeroll el menor efecto aquellos dos
informes tan ponderados; mas antes indicaban
la impotencia ~ flue ya estaban l'educidos los
eonstitucionales por su situacion ambigua entn~
)a faccion realista y el directorio, no queriendo
conspirar con la una, ni hacer concesiones alott,o.


Se quejaron mucho los Cliehinos de )0 insignifi-
cante de aquellos informes y dedamal'Ou contra la
debilidad de los constitucionales, provocalldo al
combate los mas fogosos de entre ellos buscando
sobre todo los medios para darle, y pOl' eso pre-
guntaban qué es ]0 que hacia el directorio para
organizal' la guardia nacional. Mas esto era pl'eci-
samente lo que no quería el directorio, y estaba
bien resuelto á no ocuparse de semejante cosa.


Todavia era mas estraña la situacion de Camot
que la del partido constitucional porque se puso
mal con los Clíehinos al vel' la marcha que lleva-
ban, y era enteramente inútil á los constituciona-
les no habiendo tomado parte en las tentativas de
reconciliacion ,porque era demasiado irritable pa-
ra volvcl'se á ponel' Lien con sus r:ólegas. Se veía
solo y sin apoyo en medio del vacío, sin tener nin-
gun objeto porque el del amor propio que había




iHHEf.TOllIO (17n7\. 165
tenido al principio 1 le habia faltado y era imposi-
ble la nueva mayoría que babia esperado formar.
Sin embargo pOl' una ridícula oDsLínacion en sos-
tener los votos de la o posicioll en el el iredol'io ,
pidió formalmente la organizacion de la gual,¡lia
nacional, y apl'ovechúndosl' del poco tiempo que
le quedaba de Iwesidencia 1 puso :ulllella maleria
en discusion. Entonces se levantó con firmeza Lar-
l'eveilliól'e, el cllal \JO hal,iendo tenido jamas dis-
puta alguna personal con a 1 quiso hahlarle por
última vez con el objeto de atraerle ú la opi-
Bion dc sus compaiir:l'oS, y dirigi(:ndose ú ¡él con
suavidad v entereza le hizo algunas preguntas di-
ciéndole: --Carnot ¿nos has oido alguna vez algll"
na í1l'Oposicion que se dirigiese á disminuir las
atrihuciones tic 103 consejos, aumelltar las nues-
Iras ó comprometel' la conslilllcioll de la rcpú-
pílblíG\? --- No 1 replicó Cal'llot 1 algo cortado. -
¡, Nos has oido algulIa v('z ell materias de guerra,
de hacil~l}(ta ú de diplolllacia proponer algulI<l me-
dida (ltl\~ 110 flH'se COJlfÍJrlllc al illtercs púhlico'?
Eu ('ualllo Ú tí pCJ'sollalllleute , ;,1I0S has oido ja-
IllÚS disminuir tu mérit.o ó J1t~gar tus senicios '(
Desde (fue te separaste de nosotros ¿, has podido
Ili puedes aCII~al'\lOS de halJel' ftltado ú la consi-
del'acioll ú i ti pel'soua'! ¡, Ha sitio tu diditmcn me-
nos escuchado cuando 1I0S Ita parfcido útil y sÍn-
ccrarncntc propucsto'r POl' lo (1 uc hace ú mi, aila-




166
dió Larreveilliére, aunque hayas pertencl:ido a
una [¡lcl:ion (Ille 110 solo me persiguió sino tamoien
ú toda mi ramilia ¿ te he manifestado nunca la me-
nor scilal de ótlio'( - No, no, respondió Carnot á
todas aquellas preguntas. - Pues bien, añadió
Laneveiiliél'e, ¡, cúmo puedes sf'pararte de noso-
tros pal'él ullirte ú una (\Ccion que te engaiia, que
(lujere servil'se de tí para perder ú la n~púLlica,
y perderte y deshonrarte dcspues de haoel'te per-
dido '? - Usó Larreveilliére de las es presiones mas
amistosas y ticrnas para dem03trar á CarnoL el
error y p{~ligro ¡le su cOIHlucta ; y aun el mismo
RewIJell y llatTás , el primero por delJcr y el sc-
gundo por flexibilidad, hicieron treguas {l su ódio
y le hahlaron l:asi como amigos. Pel'O hay ciertos
orgullos en f[ltienes producen nueva irrilacio!l las
demostraciollcs amistosas, y Carnol no solo se que-
lIó fl'io , sino que desplIes de todos eslos discul'sOS
de sus cóicg-as, rellOY(¡ secamcntc su pl'opucsta de
pOlle!' CII t113cllsion la organizacioll de la gual'dia
nacioual. EillOllc(',s !eyanlaroll la sesioll los direc-
torcs y se l'elil'al'Oll cOilvencidos, como sucede CÚ-
('ilmelll(~ en tales ocasiolles, de fIlie su cólega les
vcndía v cstaba tle acuerdo con los enemigos del
gobierno.


Se dctcl'wiuú (lue la l'CSOlllCioll violeula recae-
ria Lambicll sobre a v sobre Hal'Lhclemy Ili mas
ni mCllOS q lIe sobre Jo:; prillci palcs miembros de




DlRECT01UO (1797). 167
los consejos, y he aquí el plan en que se fijaron
dcfinitivamente. Estaban persuadidos los tres di.-
rectores á que los diputados de Clichy tenian el
secreto de la cOlIspiracion , sin embargo de que no
habian adquirido contra ello:; ni contra Pichegrú
11ingllna prueba llueva que autorizase las vias ju-
diciales. POl' Lanto fue preciso emplear la de una
rcsolucioll violcnta. Tcnian una minoría notoria
en los dos consejos, ú la cual se unirían todos los
hombres indecisos que genemlmente se initan y
alejan cuando ven una energia á medias, pero
se someten cuando esta se presenta con entereza.
Se proponian cerrar las salas en que se reunian
los dos consejos, designal' otros sitios pal'a sus se-
siones, y convocal' á ellos á todos los diputados
con quienes se podia contar y formal' una lista en
que estuviesen los nombres de los dos dil'ectOl'es
'j de 180 di putados escogidos entre los mas sospe-
chosos, y pl'OpOnel' su dcp0l'tacion , sin discusiol1
judicaria y como metlida legislativa estraordina-
ria. No querian la muerte de nadie, pero sí la se-
paracion fOl'zada de todos los hombres peligrosos.
Han creido muchas gentes que era ya inútil aque-
lla violencia ponlue intimidados los consejos con
la evidente resolucion del directorio iban ya sua-
vizándose; pero aquella impl'csion no era mas
que pasagera. Para quien conoce la marcha de los
partidos y su viva imagillacion, es evidente que si




168
los Clichinos huLies~n conocido (lue el directorio
no pasaba adelante se habrian l'eanimado, y que
en caso de coutenel'se hasta la nueva deceiol1 , hu-
bieran redoblado su ardor cuando llegara el1lue-
YO tercio y desplegado entonces una fuel'za irresis-
tible. Ni siquiera habría encontrado entonces el
directorio aquella min01;ía cOl1\'enciollal que que-
daba en los consejos para apoyarle y dal' ulla es-
pecie de legalidad á las medidas estraordinarias
que se proponia emplear. Ultimamente aun pres-
cindiendo de aquel resultado inevitable de una
nueva e1eccion,úempre se seguiría que de no obrar
el directol'Ío tendría }wecísion de egecutar las le-
yes y l'corganizal' la guardia nacional, lo cual C(lui-
valia ú entregal' á la contra-revolucion el mismo
ejército del mes de "en dimiario , lo cual habria
ocasionado ulla guelTa ei vil espantosa entre las
g'uardias nacionales y las tropas de línea. Efecti-
vamente, micntI'as que Pichcgl'ú y algunos intri-
gantes no tenian otros recursos que las mociones
en el consejo de los Quinientos, y algunos emi-
grados Ó Chuul1es el) Paris, habia muy poco flue
temer' de sus proyectos; pero una vez apoyados
por la guardia nacional, podian presentar el com-
bate y principiar la guerra civil.


En consecuencia determinaron Hcwbcll y Lal'-
l'eveilliére que era preciso obrar sin dilacion y no
prolongar P01' mas tiempo la incertidumbre, sien-




DlRECTORlO (1797). 169
do Darás el único que queria diferir todavia, y no
dejaba tle dar inquietud á sus dos compañeros.
Siem !H'e estahan temiendo que se entendiese, yá
con la faccion realista yit con el partido íacoLino
para hacer una asonada, yasi le vigilaban atenta-
mente y s~ esforzaban por ganar á Augereau líson-
geando su vanidad, y procurando hacede sensi-
ble á la esLimacioll de los hombres de bien. Pero
toda v ia S(~ l1eC(~sitaban algunos prepara ti vos, así
para ganar á los gt'anatlct'os del cuel'po legislati-
vo, como para disponer las tl'Opas y proporcional'-
se fondos, pOi' lo Clul se difirió todavía unos dias,
pues no quel'iall pedir dinero, al mÍnisll'O Ramel,
por no comprometerle y estaban aguanlando el
tlue habia ofl'ccillo Bonaparte y no acababa de
lleg'ar.


Ya hemos dicho que este había enviado á Paris
ú su edecan Lavaictte pal'a que le tuviese al
cOI'l'iente de las intrigas, y en verdad que lIO le
agTadó nada el espectúculo de Pal'ís y asi se lo ha-
hia comunicado il Bonapal'tc. Son talltos los resen-
timientos personales que se mezclan con los odios
políticos que cuando se mira de cerca el espectá-
culo de los partidos causan vet'daderamente hasco,
llegando uno á persuadirse á (! ue no ha y en todas
las discordias políticas nada generoso, ni sincero,
ni patriótico en cuantos motivos dividen las opi-
niones de los hombres. Esle era el efecto que po-




170 REVOLUCION FIUNCJ¡;SA
dian producir las luchas tle los tres directores Bar-
rás, Larreveilliére y Rewhell contra Bal,thelemy y
Camot y las de los convencionales contra los Cli-
chinos, porque era un baturrillo espantoso en don-
de á primenl vista parece que hacían el primer
papel el amor propio y el ¡Hteres ofendidos. Los
militares que se hallaban en Paris aumentaban
tambien con sus pretensiones las que ya estaban
en escena; pues aunque il'l'itados contra la faccioll
de Clichy no estaban :muy inclinados al directo-
rio , siendo de uso y coslumbre el hacerse exigen-
te y susceptible cuando uno se cree necesario.
Agmpados ai rededol' del ministro Schel'el' , esta-
])al1 dispuestos los militares á quejarse, como si
el gobierno 110 hubiera hecho bastante en su fayor,
y ellllismo Klébcl', que tenia un carácter tan no-
hle y tan intratable, de '{Uiell se ha die/lO con ra-
ZUIl que 110 queria sel' n; el primeru ni el segun-
do, le dijo alllil'ecturio en su leng'uage original:
Yo di,~pamré 'contra vuestros enemigos si os atacan; pero
al {¡acerle.~ cara ú ellos, os volve/"(; la c$palda á vosotros.
Lo mismo se csplicaban Le[ehvl'c, llerllatloLte y to-
dos los {lemas, lo cual obscrvado por Lavalctte,
cscrihia ú llonaparte en términos de hacerle PC1'-
manecer independiente. Desde entonces este últi-
mo, satisfecho con haber dado el impulso, no
(luiso comprometer'se mas y resol v ió esperar el
resultado sin escrihir. Hubo pues el directorio de




IHRECTORlO (1797). 171
dirigirse al honrado Hoche , que á pesar de ser el
único que tenia derecho para esta¡' descontento,
envió 500 mil francos flue componian la mejor
parte del dote de su muger.


Estabamos entonces en los primeros di as del mes
de fructidor y acababa LarreveiUiére de reempla-
zar á Camot en la presidencia del (lireelorio, vién-
dose precisado á recibir al enviado de la repúbli-
ca Cisalpina, Visconti y al general BCl'Iladotte que
tl'aia las banderas del ejército de Italia que aun
t:tltaban pOl' enviar al directorio. Tomó la resol u-
cion de csplicarsc del modo mas osado para obli-
gal' á Bar!'ús á (lile acabara de decidirse v pl'onun-
e "


ció dos 'tlisclH'sOS muy vehementes en los cuales
respondia, sill parecer que habi"a hccho alto cn
ellos V sin nomlll'arlos á los dos informcs de Thi-
haudeau y de Tl'onzon Ducoudray. Habbndo de
Venezi,l y (le 103 pueblos Italianos recientemente
emancipados habia dicho Thihaudeau que 110
quedaría lijada su surl'le mientl'as no se hubiese
consultado sobre ella al cuel'po legislativo de Fran-
cia y hacielld.o alusioll ú estas palabl'dS le dijo Lal'-
reveilli(~rc á Visconti, que los pueblos de Italia ha-
bían quel'ido la libertad con derecho para dárse la
á sí mi:mlOs siu (Ille se necesitase para ello el con-
sentimiento (le nadie en el mundo.- « Esa liber-
(\ tal\, 'c\ñ.'c\l\\Ó, flucflui.siei''c\Hal\'cbat<\fos y tam.bicn
« Ú _ nosotros, sabremos dcfclldeda j un tos y lalll-




172 REVOLUCLO~ 'ANCESA.
« bien consel'varla.» El tono amenazado!' de aquel
discUl'sO no dejaba duda alguna sobre las disposi-
ciones de] directOl,io porque hombres que habla-
ban en aquel tono no podian menos de tenel' pre-
paradas sus fuerzas. Era el dia 10 de f\'UctidOl' y
los Clichinos estuvieron en la maYOl' inrluietud, pe-
ro sin dejal' de pensal', llevados de sus furores, en
ponel' en estado de acusacion al mismo dil'ectol'Ío.
Temian los constitucionales un proyecto semejan-
te porque conocian que esto no serviria para otra
cosa ma~ que para hacel' romper al directo-
rio y declararon á su vez que iban á pl'opoecionar-
se la prueba de la traicÍon de algunos diputados
y pedir que fuesen puestos en acusacion. Aquella
amenaza contuvo á los Clichinos é impidió que
redactasen la acnsacion contra el directol'io.


Ya despues de lal'go tiempo hahian intentado
los Clichinos agregal' á la comision de inspectores
á Pichegnl y á 'Villot que eran mirados como los
dos generales del partido; pel'o como aquella
agregacion lIaría suhir el númel'o de los miemb!'os
ii .,iete vendría á sel' con Lnu,ja al l'eglamento, y
asi hubo que ag'uul'dal' la renovacion de la comi-
sion que se vel,ilicaha en principio de cada mes y
entonces nombral'Ol1 á Pichegl'li, á Vaublanc, á De-
lame, á ThiLaudeau y Emel'Y. EstaLa aquella co-
misio n tIe inspectores encargada de la policía de
la saJa, y era la que daha las órdenes ú los gl'ana-




DIRECTOR.IO (1797).
cleros del cuerpo legislativo, siendo en cierta ma-
nera el podel' ejecutivo de los consejos. Igual ó se-
mejante eomisíon había entre los Ancianos y se ha-
bía reunido á la de los Quinientos vigilando a"mbas
en la comun seguridad. Allí concul'l'ian una multi-
tud de diputados por mas que no tuviesen derecho
para asistir, lo cual habia venido á formar un nue-
vo club de Clichy donde se hacian las mas violen-
tas y mas inútiles mociones. Por de pronto se pro-
puso ol'ganizal' una policia para que los tuviese al
corriente de los proyectos del directorio confián-
dosel a (1 Ult tal Dossonvile 1, y como no habia fondos
disponibles, cada uno dió lo que pudo aunque to-
do componia una suma muy l'educída. Bien hu-
biem podido Pichegrú contribuir con una buena
parte supuesto que tenia muchos fondos, pero no
pal'ece que empleóen aquella cil'cunstancia los que
habia recibido de Wickam. Los tales agentes de po-
licia andaban por allí averiguando lo que se decia
en la ciudad y venÍan á contárselo á las comisiones.


No se pasaba dja sin que dijesen, es hoy, esta
noche misma cuando el directorio debe mandar
al'l'est~H' á 200 diputados y hacer que 103 degüe-
llen los arrabales.- Semejantes voces asustaban á
las comisiones, y el mismo susto dictaba las mas
indiscretas proposiciones, que al instante pasa-
ban á oidos del directorio por medio de sus espias
añadiendo como es costumbre mucha exageracion ,




174 REVOLUCION FRANCESA.
que no dejaba tambien de inspirarle sus temores.
Entonces se decia en los salones del directorio que
era tiempo de dar el golpe sino querian sel' pre-
yen idos , y se hacian amenazas que repetidas á su
vez dahan susto por susto á los Clichinos.


Aislados entre los dos parlidos los constitucio-
nales iban conociendo cada día mas sus faltas y
peligl'Os, y estaban llenos de terl'Or. Carnot to-
davia mas aislado que ellos, rcilido con los Cli-
chinos, odioso á los patriotas, sospechoso hasta
para los repuhlicanos, calumniado y mal cono-
cido dc todos, recibia cada dia los avisos mas 8i-
niestt'os, diciéndole que iba á ser degollado por
órden de sus c('¡legas; y esto mismo le sucedía á
Barthelemy que estaba lleno de c8p,.nto.


Verdad es que iguales avisos se daban á tOllo el
mundo, pues se hallaba informado Larreveilliere
sin que pudiera quedarle duda, de (fue estaban pa-
g;ados UIlOS Chuanes para asesinarle, porque consi-
derándole como el mas impel'ténito de los tres
miembros de la mayol'Ía, quel'ian acabal' con él pam
disolverla. No hay la menor duda de que su muertc
hubiel'a cambiado toda la escena, pOl'que el nuc-
vo dircctor elegido por los consejos, hubiera vo-
tado ciertamente con Carnot y Barthelemy, y esta
misma utilidad del crimen y los pOl'menores que
se le habian dado, dcbian pl'ccisarle ú estar muy
alel'ta. Sin embal'go no se asustó, y continuó dan-




DlRECTORlO (1797). 175
do sus pascos por las tardes al jardín de plantas.
Hicieron que le insultase 1\1 al o , aquel gefe de es-
cuadron de 21 de dragones, que habia acuchilla-
do á los jacohinos en el campo de GI'enelle, y de-
nunciado despues ft Brouier y sus cómplices. Era
criatura de Carnot y de COcllOll y sin querer ha-
hia inspil'ado á los Clichinos ciertas esperanzas
flue le hicieron sospechoso, por lo cual le destitu-
yó el directorio,y se atribuyó su destitucioná Lal'-
reveilliere, ú quien vi no á amenazar en el Luxem-
hurgo. No se asustó mucho el intrépido magistra-
do con la presencia de aquel oficial de caballeria,
mas .ántes le dió de empujones y le echó de su
casa.


Rewhell aunque muy apegado á la causa co-
mun, cra mas violento y menos !irme que el otro,
y vinieron á tlccirlc (lue llarrús estaba tratando
con un agentc del pretendiente é iba á yender á la
república, cosa muy cl'cible atendidas las rdacio-
Hes de BalTús eo n Lodos los partidos.- Estamos
perdidos dijo Rewhell, porque Barl'ús nos vendc
y vamos ft ser dc~ollados , sin que nos fluede otro
rccurso que la fuga, ya que 110 podemos salvar á
la rcpública.- Larre"cilliére mas sosegado lc res-
pondió quc lejos de ceder era necesario ir juntos á
casa de Barrás hablarle con vigor, obligarle á espli-
carse é imponerle á fuerza ele fi rmeza. FOeron allá
en efccto y le preguntaron con tono de autoridad




J76 REVOLUCION FRANCESA.
porque se diferia todavia ; pero Darrás que estaba
ocupado en pl'epararlo todo con Augereau, pidió
todavia tres ó cuatro dias y no difel'irlo mas, con
lo cual quedó Lt'anquilo Rewbell y consintió en
esperar aquel tél'mino siendo ya el 13 ó u. de
fi'uctÍdor.


Efectivamente todo lo tenían preparado Barrás
y Augereau para la ejecucion del golpe que esta-
ha meditado despues de tanto tiempo, y las tro-
pas de Hoche se hallaban dispuestas al rededol'
del límite constitucional, pmntas á pasarle y ú
estar dentro de muy pocas horas en Paris. Se ha-
bia ganado una gran parte de granaderos del cuer-
po legislativo, sirviéndose para ello del segundo
comandante Blanchard y otros muchos oficiales
adictos al directorio. Tambien se hahian asegura-
do de un g¡'an número de deserciones en las filas
de aquellos mismos gTanaderos para evitar (lue
hubiese combate, y aunque el comandante en
gefe Ramel huhiese permanecido fiel á los conse-
jos á causa de sus relaciones con Cochon y Carnot',
era poco temible su influjo. Se habían mandado
por precaucion grandes ejel'cicios de fuego á las
tropas de la guarnicion de París, y ann á los gra-
naderos del cuerpo leg;islati vo, cuyos movimientos
de tropas y el ruido de las al'mas eran un nuevo
medio de engañal' al público acerca del verdade-
ro día de la ejecucion.




D1REC1'OIUO (t 797). 177
Cada dia se prometian ver el desenlace cre-


yendo que se vCI'ifical'ia el 15 de fmctidO!' , luego
cl16, aunque como este correspondia al 2 de se-
tiembre, n(» creian que el directorio hubiese cle-
~ído un ani vel'sario de tan tel'l'ihle memoria. Sin
embal'go era eatremado el susto tle losClichinos
porque engallada la policía de los inspectores con
falsos indicios, les habia persuadido que estaba
convenido el suceso para la noche mis'ma dd 15
al 16. Se reunieron por la tarte en tumulto en la
sala de las dos comisiones y el fogoso reactor Rové-
pe , miembro de la comision de los Ancianos, le-
yó un informe de la policia en que se decia que
200 diputados iban á ser arrestados aquella noche.
Otros echando á cart'era vinieron á anuncial' que
se habían cerrado las puertas de la ciudad y que
cuatro columnas de tropas estaban entrando en Pa-
ris hallándose lacomision directora situada en el
LuxemLurgo. Tambien decian que estaba ilumi-
nado el ministerio tle policía y lodo contl'iLuia á
que el lumulto subiese á su colmo. Los miemLros
d~ las do~ comisiones, que no debían pasar de 10
y eran mas de 50 , se quejaban de que no podian
tleliLer:tr, hasta que al fin enviaron á sabersi era
ciel'to lo de las bart'ems, lo del palacio de la poli-
cia y cuanto habian dicho los agentes, y se averi-
guó que todo estaba en la mayor tranquilidad. Se
declaró que los agentes de la policia no podian


12




178 REVOLunON FRANCESA.
ser pagados al dia siguiente por falta de fondos
y cada cual echó mano de lo que tenia en el bol-
sil10 para sHministrar ]0 que se necesitase y se re-
tiraron á sus casas. Rodearon los Cliehinos á PÍ-
chegl'ú para decidirle á que hiciese algo, y por de
pronto quisieron que los consejos se constituyesen
en permanencia, que se reuniesen los emigmdos
y Chuanes que habia en París con algunos jóve-
nes , y marchar con todos ellos al directorio y apo-
derarse de los tres dil'ectores. Pero les declaró Pi-
chegl'ú que todos aquellos proyectos eran ridícu-
los é inegecutables, volviendo á repetirles que no
se podia hacer nada; mas no por eso dejal'Oll de
resolver los botarates del partido que al dia si-
guiente se declamse en permanencia.


Fue advertido el directorio por su policia de
este tumulto de los Cliehinos y de sus desespera-
dos proyectos; y como Banás tenia en su mano
todos los medios de egecucion , resolvió hacer uso
de ellos aquella misma noche. Todo estaba dis-
puesto para que las tropas pudiesen atravesar en
pocas horas el círculo constitucional, y entre tan-
to debia bastar la guarnicion de Paris. Se mandó
un gmn egel'cicio de fuego para el dia siguiente ú
fin de que sirviera de ]weteslo, y á ning'uno se le
avisó del momento preciso, ni siquiera ú los minis-
tros ni á los dos directores Rewbell y Larreveilliere,
de manera que todo el mundo ignoraba que se iha




DlRECTORlO (1797). 179
:í verificar el suceso. Aquel dia 17 (3 de sctiem-
}lL'C ) sc pasó COII bastante tranquilidad y no se hi-
zo pl'oposicion alguna en los cM1SCjOS; mas ánlcs
se ausentahan muchos diputados para huir de la
catástrofe que habian provocado con tallta impru-
dencia. V criticóse como lodos los dias la sesion del
directorio, estando presentes los ci neo directores;
pero á eso de las t .. de la tarde, cuando ya estaba
terminada la sesion , llamó Rarrás aparte á Rew-
hell y LarreveiHiere, y les dijo que el'a preciso
dar d golpe aquella misma noche para prevenir
al enemigo. Elles hahia pedido otms 'i di as , pero
anticipaha el término para no ser sorprcndido
y entonces se fueron los tres ú casa de Rcwbell,
donde se instalaron. Conviniel'On en llamar allí á
todos los ministl'Os y CllCCl'l'arSe hasta que estuvic-
se consumado el l1f'g-ocio sin permitir salir á nadie.
Solo debían comunicarse con Augereau y sus edc-
-canes; y una vez acordado el pl'Oyecto, fucron
convocados los ministros al anochecer, y reunidos
todos con los tres dit'ectores, se pu!;ieron á redac-
tar las órdenes y lwoclamas neccsarias. Consistia
el proyccto en rodear el palacio del cuerpo legis-
lativo, relevar á los granaderos de los puestos que
ocupaban, disolvet· las comisiones de los inspec-
tores, cen'ar las salas de los dos consejos, setia-
lar ott'o sitio para su reunion 1 conVOcar alli él los
diputados {'on quienes SP. podia cOlltal', y hacer


,.~ - ,




180 REYOIUCION FRANCESA.
flue espidiesen una ley contra los que se habi<l
resuelto deshacerse de ellos. Estaban bien seguros
tIe fIue los que fuesen enemigos del directorio no
se atreverían á pl'csentarse en el nuevo sitio de la
reunion. En consecuencia se redactaron unas pro-
clamas anunciando que se habia formado una gran
conspiracioncol'ltra la república, quc los princi-
pales autores de ella éran miembros de Jas dos co-
misiones de inspectores, y que desde la sala don-
de se reunian debian salir los eonjUl'ados, que pa-
ra prevenir su atentado, mandaba el directorio
cerrar las salas del CUCl'pO legislativo, é indicaha
otras piezas «onde se l"elmiesen los diputados fie-
les á la república, Debia reunirse el consejo de los
Quinientos en el teatro del Odeon, y los Ancia-
nos en el anfiteatro de la escuela de medicina.
Acompañaba á estas proclamas una relacion de la
conspiracion , apoyada con la declaracion de Du-
verne de Presle , y con el documento encontrado
en la cartera de Entraigues, todo lo cual se impri-
mió inmediatamente y se puso por las esquinas de
Paris durante la noche. Quedáronse encenados los
ministros y los tres directol'es en casa de Rewbell,
y Augereau se fue con sus edecanes para egecular
el proyecto convenido.


Retil'ados Camot y Barthelemy en sus hahitacio-
nes del Luxemburgo, ignoraban lo que se prepa-
raba, mientras que los C.lichinos siempre ap;itados




mRRCTORLO (1797). 18t
llenaban la sala dc las comisiones, pero equivoca-
do Barthelemy, envió á decirles que no seria para
aquella noche, y Pichegrú por su parte, que aca-
haba de sepal'arse de Schél'cr, les asegUl'ó tam-
bien que no habia nada preparado. Verdad es que
se habian notado algunos movimientos de tropas
pero segun ¿ecia , no era mas que para un ejerci-
cio de fuego, y asi no se tuvo la menor inquietud
y cada uno se retiró á su casa muy tranquilo. So-
lo se quedó Rovére en la sala de los inspecton~s y
se acostó en una cama que estaLa preparada para
el individuo que estaLa de guunlia.


A cosa de media noche dispuso Augereau toda ..
las tropas de la guarnicion al rededOl' del palacio
y mandó acercar una numel'Osa al,tíllerid, reinan-
do el mayor sosiego en Pal'is, donde no se oiall
mas que los pasos de los soldados y los carros de
los cañones. El'a índispensalJle quitar á lus grana-
deros del cuerpo legislativo los puestos (lue ocu-
paban sin disparal' un tiro, y ast se le dió órden
al comandallte llamcl á eso de la una de la maña-
na para que se presentase eu casa del millistro de
la guerra.l\'o quiso obedccel' sospechando lo que
se tnltaha , y corrí ó it desperLal' al inspedor Rové-
re, que no podía pCl'suadirse del peligro y se dió
prisa inmediatamcnte á ir al cuartel de los grana-
deros para hacer lomar las armas ú la l'esel'va. ella·
trociento. hombres poco mas ó menos ocupaban




íS2 BI~VOLrClo~ FRANCESA.
los Imp,slos(l(~ Tullcrias, y la reserva se compollÍa
de ROO, los cuales se pusieron inmediatamente so-
bre las <ll'mas y se fOl'mal'On en batalla en el jardin,
reinando el mejor órden y s-ilencio en las filas.


Diez mil IlDml)l'cs de línea poco mas ó menos
ocnpahan la~ inmediaciones del palacio y se dis-
pOliian ,0, clltrar en él , habiendo sel'vido de señal
1111 caiionazo (¡ne se tÍl'Ó á las tres de la mañana.
Se presental'On en los diferentes puestos los co-
mandantes de las columnas, y vin~ un oficial de
parte (h~ Augcl'wm á mandar á Ramel que entre-
gase el pm:,to <Id PIl('¡lte g-iratório que comllni-
caha (,llt['(~ el jardi!, y la plaza de Luis XV , pero
!tmlel no le (Iuiso entregar. Mil y quinientos hom-
I,,'esse habían prrsrntado delante de aquel puesto,
ppro como la mayOl' parte de los grana(leros esta-


ban g:,nados, no tardaron en rendid!', y fll\edarOll
Plltregadas todas las salidas del jardin y del Cal'OUS-
sd, inv,ulicndo el palacio una multitud de tropas
de illt~l:;t(;l'ia y caballería. Nada menos ({'IC doec
pic/,:\s s(~ a"pstat'OI1 contra el palacio sin que hu-
biesc otra defensa mas que los 800 gl'analleros de
la rcsel'va formados ell batalla con su com,tI1dalltc
flarnd á h cabeza. Una parte de aquellos 'gl'ana-
,1ct'Os estaha prollta [¡ hacel' Sil deher, pero los de-
ma~ que eo,taban hablado.~ pUl' los agente3 de Rae-
rás se hallahan mas dispuestos á rCllnil'se á las
t1'OP,15 (le! directorio. Hall3 afaunos murmullos




DIRECTORJO (1797). 183
en las filas, diciendo unos que no eran Suizos, y
olros que habian sido heridos por los realislas el
dia 13 de vendimiario y que no querian batirse
por ellos el 18 de fl·uctidor. Entonces princi-
piaron á desertarse y les animaba á que lo hicie-
sen el segundo comandante Blanchard. Sin em-
bargo todavía queria Ramel hacer su deber cuan-
do recibió una ón{en despachada en la sala misma
de los inspectores prohibiéndole hacel' . fuego , y
en el mismo instante llegó Augel'eau al frente de
un numeroso estado mayor y le dijo: comandan-
te Bumd ¿ me reconoceis pOI' gefe de la décimo
séptima divisiol1 militar? - Sí, respondió HameL
- Pues bien, en calidad de supel'iol' vuestl'O os
mando que vayais urreslado.- Obedeció Ramel ,
pero le trata 1'0 11 muy mal algunos jacobinos furio-
sos que se habian incorporado con el estado mayor
de Augereau. Este le lihertó de sus manos y le
mandó conducir al Temple. Ya el ruido de los ca-
i'iones y la invasion del palacio habian desperta-
do á"lodo el mundo pues eran las.') de la mañana
y los miemhros de las comi,;Íones habian acudido
á su puesto y preselltádose en la sala, viéndose
rodeados y sin poder dudal' de su peligro. Una
compañia de soldados que estaba situada á la puer-
ta, tenia ól'den de dejar entear á todo.'; los que se pre-
sentasen con la medalla de diputados y de no dejar
salir ú ninguno. Vieron llegar á su compallero fin-




18 i·
mas Ir, pero le al'rojal'on un billete pOI' la ventana
avil'tiéndole del peligTo y diciéndole que se reti-
rase. Au\;ereau pidió La e5pada á Pichegl'tl y {. Wi-
1Iot y los envió' presos al Temple, con otros varios
diputados cogidos en la sala de los inspectores.


Mientras que se ejecutaba aquella operacion
contra los consejos habia encargado el dit'ectorio
á un oficial que tornase un destacamento y fuese
á prender á Carnot y á B"arthelemy; pero el pri-
mero advertido á tiempo se escapó de su cuarto y
pudo salil' pOl' una puerta (tel jal'din del Luxem-
huro'o cnva llave tenia mas al otro le encontraron M" ,
en su casa y le llevaron al'restado. Esta prision no
dejaba de sel' embamzosa porque esceptuando
Jlanús, todos los nemas directores se alegl'aban
mucho de que se huhiese escapado Carnot y de-
sl~ahall (pIe llarthelem y hiciese otro tanto. Asi le


. .


propusicl'on ({ue se escapal'u y l'espondió Bal'the-
lemy que consentla en ello con tal que le llevasen
ostensiblemente y sin (lisfrazar su nomln'e á Ham-
burgo. 1\0 podian los directol'es encargarse de se-
mejante paso, pues como se pl'oponian depol'tar á
muchos miemhros del cueqw legislativo, no po-
dían dispensar tanto fa.VOl' á uno de sus compañe-
ro~ , y así se le Bev() al Temple, donde llegó al
mismo tiempo que Pichcgrú y "Villot y demas di-
putados cogidos en la sala de los inspectores.


Eran las 8 de la mañana y muchos' diputados,




IHIlECTORIO (1797).
annclue advertidos del peligro, quisiel'on acudir
animosos á su puesto, y entl'e ellos el presidente
de ]os Quinientos Simeon y el de los Ancianos La-
fond-Ladebat 6 llegaron hasta sus respectivas sa-
Jas que tod,lvia no estaban cenadas y pudieron
ocupar sus sillas en pI'esencia de algunos diputa-
dos; pero vinieron algunos oflciales á intimarlcs
la órden de que se retil'asen, y 110 tuvieron tiem-
})o mas que para (leclarar que ]a representacion
nacional estaba disuelta. Se retiraron á casa de uno
de ellos, donde ]os mas valientes meditat'On una
nueva tentativa, y resolvieron reunirse segunda
vez, atravesaL' Paris á pie y pL'e~entarse á las puer-
.las del palacio legislativo con sus presÍllentes al
ti'ente. El'an ya cerca de las once de la maIlana y
y todo París tenia noticia del suceso sin que se hu-
l)iese turbado la tranquilidad, porque no eran las
11asiones el origen de él , sino un acto metódico de
la autoridad contra algunos representantes. Solo
h,ibia una multitud de curiosos que ocupaban lalO
ca\les y plazuelas si 11 dcciL' una palabra, mientras
'lue algunos gmpos sueltos, compuestos de jaco-
})inos de los arrabales andaban gritando viva la re-
pública, mueran tos aristocratas, pCl'O sin encontrar ni
eco ni resistencia de parte de la pol)lacion. Eran
mas fi'ecucllLes estos grupos en las inmediacio-
nes del Luxcmburgo, donde gTiLaban viva el direc-
tori(j y algunos riDa B(!'f'rú~.




1 S6 nE~'OLUClO~ FRANCESA.
Atravesaron los diputados silenciosamente pOl'


enh'c la multitud que ocupaha la plaza del Car-
roussd, y sc presentaron cn las pucl'tas de Tulle-
rias. Les reusaron la entrada, y habiendo insis-
tido cllos les rechazó un de,~tacamento persiguién-
dolos ú culatazos: triste y dcplorahle espectáculo
que presagiaba la pró\Íma é inevitable domina-
cion de los pretorianos. ¿ Por <rué una faccion pér-
fida obligó á la revolucion á invocar el apoyo de
las bayonetas?' Viéndose pel'seguidos los diputa-
dos de aquella maner;l sc retiraron unos a casa
del prcsidente Lafond Ladehill y otros él una
casa inmediata. Alli estuvieron deliberando en
tumulto y se OCUpal'Oll cn redactal' una protesta


(!tl~ no <I!li,o salit, n!lilca cI~ Sl'!' lIU 111<:1'0 partido pel'seguidor
int.olerantc~ y escl!lsivo, sil1 I'c,petar la opillion f'enel"al ni las
modificaciones (llll' esta h;thia csperill](,tlLldo ele resultas de
sus escesos y de sus illlpl'acticablc, teorias, POl"c!ue ella no re-
pal'o jamas p,li'a cOllwguil' 5lh trilltJ("s 1'11 valerse de to,lo; 1,,5
med~os '1,le <'st'I!JJU 1.'11 l"Oclt,';¡:licc;itltl COtl ,liS pi'opias ¡Joctri-
lJ:1S y con lo; inLel't":i(':i de la so('i~d,ld, POI' <:.,1) JJO tuvo el me-
lIor obst;íeulo en v,oIel',je de la fucr¡,;\ militar ('outl'" el porlCl:
legislativo y no huhier.l tenido tampoco dificulLad etl v,tler,;e
de los cstl',tngl"l'OS , con tal que esto,; la hubicl'au prometi_
do Sil auxilio y dado p,lrte de Lts :,:auaucias , á costa de su s
enemigos persona[ps. Gencralmeutc hablando no hay nada
1ll,lS opuesto á la Vt:l'lladcfa nacioua lidad que el espiritu re-
volucional'io. r, N. del T.)




JHRECTOHIO (1797). 187
cuando vino un oficial á intimarles que se separa-
sen y al mismo tiempo se arrestó á unos cuantos
oe ellos que fueron Lafond-Ladehat, Barhé-lUar-
hoís, Tronzon Ducoudray, Bounlon del Oisa, Gou-
pil de Prefeln y algunos otros y á todos se les con-
dujo al Temple donde ya les hahian precedido los
miembros de las dos comisiones.


DUl'ante aquel tiempo los diputados amigos del
directorio habian acudido al sitio que se les seña-
ló pal'a reunion del cuerpo legislativo, que em
corno ya dijimos el Oeleon para los Quillientos y el
anfiteatro de 1a escuela de medicina para los An-
eianos. Era cosa de medio dia y todavía estaban
reunidos muy pocos, pero se iba aumentando á
cada instante, bien fuese porque el aviso de esta
reunion estmordinaria se iba comunicando de unos
eH otros, ó porque todos los que estaban dudosos
temiendo declararse disidentes se daban prisa á
presentarse en el nuevo cue¡'po legislativo. De rato
en raLo se pasaba lista ele los miembros que esta-
han [Hf'S{'ntes y al fin cua1l<lo los Ancianos llegaron
al número de 126 y los Quinientos al de 2.::>1 que
eran la mitad mas uno en ambos consejos~ princi-
piaroll ú delibera\'. No dejaba de haher ulglln em-
harazo en ambas asa:nbleas porque el acto que se
trataha de le~alizal' era una violencia manifiesta .•


"




188 RHVOLU(;ION ~ RANCESA.
I~o primero que hicieron los dos consejos fue
declarul'se en permanencia y advel,tirse recípl'O-
camente que se hallaban constituidos. Pidió la pa-
labra ántes que ningun otro el diputado Poulain-
Grandpré 7 diciendo: « Las medidas que se han
«tomado y el sitio que estamos ocupando son oll'OS
« tantos anuncios de que la patria ha corrido al-
«gun gran peligl'O de (Iue acaso no está preserva-
« da todavia. Demos gt'acias al dit'ectorio, porque
« á el Y no á otro debemos la salud de la patria,
(f pel'O no basta que vigile el dil'ectorio sino que
('( tambien es ohlig'acion nuestra tomal' las medi-
« das necesarias para asegurar la salvacion pública
« y la constitucion del aiJo 111. A e,;;te efecto solicito
« que se forme una comision de cinco miembros.»


histori~s modernas y alltigu:IS, llOS convencen de que 110 hay
lIelda mas bajo ni servil que las corporaciones, donde si al-
guna vez se concentra el heroismo individual, infinitas ó por
mejor decir casi siempre se aglomera 1\ el egoismo , la pusila-
nimidad y la bajeza. Recol'l'ánse los fastos desde el senado
Romano hasta nuestros lIias )' se verá cuan dóciles y fle~ibles
han sido siempre las corporaeioncs políticas al infllljo del po .
del' por mas tiránico y cruel qlle se haya mostrado cn algu-
nas circullstancias. Hablamos de las corporaciones políticas,
no dc las judiciales porque en estas últimas, alLn cuando sean
amovibles y responsables, suelen I.allar asilo la justicia y la
inocencia perseguidas por el poder j pero en aquellas, desgra-
ciado el hombl'e ó partido (Jlle uo tenga de su palotc Illas que
la rawlI. N. del T.:




DolRECTORlO (t 7~\7}. 189
Quedó adoptada aquella proposicion y la comi-


sion compuesta de miembros decididos en favordel
dir~ctorio que fuel'on Sieyes, PoulainGrandpré,
Villers 8,Chazal 9 y Boulay del MeurLhe 10• Seanun-
ció para las seis de la tarde un mensage del directo-
rio á los dos consejos el cual contenía la relacion
de la conspieacion segun la sabía el directorio, que
cOl1staba de los dos t:lmosos documentos de que
ya hemos hablado, y algunos fragmentos de .cal'tas
encontradas entre los papeles de los agentes rea-
listas; mas no contenian sino las pruehas adqui-
ridas hasta entonces, á saber que Pichegrú estaba
en llP.gociacion con el pretendiente, que 1mbert
Colomés se correspondia con B1ankcmburgo , que
lUel'san y Lemerer emn los agentes de la conspíra-
cion entre los diputados de Clichy y que se esten-
dia una vasta asociacion realista por toda la Fran-
cia. No constaban otros nomlll'cs mas de los que
ya hemos citado, mas no dejaron de producir gran
efr.cto aquellos documentos , porque al mismo
tiempo (IlIe inspiraban una conviccion moral, da-
ban idea de la imposibilidad de emplear medios
judiciales por la insuficiencia de testimonios di-
rectos y positivos. Inmediatamente obtuvo la pa-
labra la cOH?ision de los cinco sobre aquel mensa-
ge, pOI'que no teniendo el directorio la iniciativa
de las proposiciones, la tocaba tomarla á la coml-
sioll , y como esta estaba en el secreto, no podia




190 llEYOLUClO:'f FRANCESA.
menos de proIlOner en lugar de legislacion un
golpe violento que ya estaba convenido anterior-
mente. Encargado Boulay del l\1eurthe de hablal'
cn nombre de la comision, espuso las razones
acostumbradas siem pre que se intentan tomar me-
diJas estraordinarjas, ra~ones que en aquella cir-
cunstancia eran por desgt'acia muy 1llOdadas. Des-
})ues de haber dicho que se hallaban como en un
campo de batalla y (Iue era preciso tomar una me-
dida pronta y decisiva, que sin dert'amar una gota
de sangre redugese ú los conspiradOl'cs á la impo-
sibilidad de hacer daño, hizo las proposiciones que
ya tenian pmyectadas. * Consistían las principales
en anula¡' las operaciones electorales de 48 depar-
tamentos , libertando de este modo al cuerpo le-


Eso de no (lerr;¡ma¡' UI/a gota tI(> sangre ('uando se tra-
taba de deportar, estu ei de enviar ,í llllOS climas remoLos y
mortíferos donde no podian menos de perecer una lI1ultitud
de hombres respetables, cOJllp;¡íief'()s suyos, <lncianos Illuchos
de ellos, y cuyo gl':1I1 delito consistia en pensar de lliverso
modo, y en desear para la Frnncia Ull gobierno ,>egular y á
todas luces mejor (Iue el cIlIC pf~saba sobre ella, nos recuerda
aqnella frnse habitual y no menos hipócrita de la illlluisicion
cuando entreg.lba al brazo secular algun desdichado Ilue sa7
hia rJue iba á ser entregado á las llamas, ó d LI cuerda, y de-
cia lIIuy suavemente clue no le tratasell mal porque la iglesia
aborrecía el derramamiento de sólngre. i Val gil 111 e Dios cuan-
tos béneros de hipoCl'esias y cuantas illc¡nisiciones ha h:lbi<1o
y hay en el mundo I UV. del T.'




DIRECTORIO (1797t 191
gislatlvo de uno,> diputados adictos á la faccion , y
á escog'el' los mas peligrosos de entre ellos para de-
pOl~tarlos. Casi no tenia el consejo eIeccion respec-
to [l las medidas (Iue hal)ia de tomar porque la
circunstancia no admitía otms que las que se le
proponian; y aciernas el directorio hahia tomado
{al actitud que no se hubiera atrevido á reusarlas.
La parte flotante i~ incierta de toda asamblea,
que siempre se somete á la enél'l:!,ica, eslaba deIla-
do de los directoriales , y dispuesta {l votar cuanto
se l(uisiese. Sin embargo el diputado Chollet 11 pe-
día que se dífi,'íesc sicluÍcl'a doce horas para exa-
minal' las proposiciones, pero le impuso silencio
el grito general pidiendo la ,"olacÍon y se limita-
ron solo á esceptu3r algunos individuos de la lista
de deportacion, como Tbibaudeau Doulcet de
Ponteeoulant, Tarbé, Crecy Delorcy 12, Nor-
mand 13, Dupont de Nemours, Remusat y Bailly 11',
unos pOI' ser muy buenos patl'iolas á pesal' de su
oPOSÍCiOIl, y los otros pOI' dcmasiado insignifican-
tes p:ll'a ser peligrosos. Despues de haher hecho
aq uellas esccpciOllCS se votaron inmediatamente
las resoluciones propucstas, y se anula-ron las ope-
raciones electorales de los ,4.8 departamentos, que-
dando escluidos del cuerpo legislativo los d ¡ puta-
dos que ellos habían nornlwado. Igualmente que-
daron escLuidos de sus funciones todos los em-
picados, jueces y administl'adores municipales




192 ltE\-OLUCION FRANCESA.
que hahían elegido y finalmente fucl'On condena-
dos á la deportacion en ellugal' elegido por el di-
rectorio los individuos siguientes en el consejo de
]os Quinientos Aubry, Job Aimé, Bayal'd 15 ,
Blain 16 ~ Boissy D' Anglas, Bomé 17, BOlll'don del
Oisa , Cadroy 18 y Couchery 19, Delahaye, Dela-
ruc 20, Doumel'é 21, Dumolal'll, Duplantier 22,
Daprat 23, G-ilbert Desmolieres , Ellrique Larrivie-
re , Imbert Colomes, Camilo Jordan, JoU\'dan 2~
el de las hocas del RóJano, Gau, Lacal'l'icre , Le-
mal'chancl Gomicourt 25, Lcmcrer, Mel'san, 1\Ia-
diel' 26 , J\Iallard 27, Noaillies 28 , André 29, 1\1ac-
Curtain 30, Pavée 3I, Paslol'ct, Pichegrú, Poliss<tl't,
Praire Montaud 32, Qnatremail'c Quincy, Saladill,
Simeon, Vauvilliers, Vaublanc, Villaret Joyen-
se y Willot. En el consejo de los Ancianos l\farbé
.\larbois, Dumas, Ferraut-Vaillant, Lafond-Le-
dabat, Lomont, Murail'e 33, MUl'inais 3~, Pal'a-
dis 35, Portalis , Rovere y Tronzan Ducoutl,'ay,


Los dos directOl'cs Cal'llot y Ba,·telemy , el ex-
ministro de policia Cocho n , su pl'imel' empleado
Dossonville, el comandante del cuerpo lcgislativo
Ramel, y los tres agentes realistas Brotiel' , La ville
Heurnois y Duverne de Presle, fueron lodos con-
denados á la deportacion. Pero no se limitaron á
estos solos, sino que como los diaristas, no ha-
bian sido menos peligrosos que los diputados y
tampoco se les podia pel'seg"uil' judicialmente, se




DIRECTORIO (1791.1. 193
resolvió proceder con ellos de la misma manera
que se había hecho con los miembros del cuerpo
legislativo *. Se condenó á la depol'tacion á los pro-
pietarios, editores y redactores de !~2 periódicos,
porque como entonces no se habían impucsto con-
diciones algunas á los diarios políticos, habia una
multitud inumerable de ellos. Entrc los 42 figura-
ha la Cotidiana. A estas providencias contra los in-
dividuos añadieron otras para afirmar la autori-
dad del directorio y restahlecer las leyes revolu-
cionarias (JlIC habían abolido ó modificado los Qui-
nientos. Asi el directol'io tenia la facultad dc nom-
brar t.odos Jos jueces y magistmdos municipales,
cuya eleccion se hahía anulado cn ' .. 8 depal'tamen-
Los. Por lo que hace á las plazas de diputados de-
bian quedar vacantes, y se volvieron á poner en
vigor los ;wtículos de la famosa ley del 3 de hnI-
mario flue se habian reformado y se le dió mucho
mayor estensíon, como pOI' ejemplo, los p:nien-
tes de los emigl'ados que solo estaban escluidos
de los empleos públicos hasta cuatro años despues


Sirva e,to de aviso para las almas candidas (IIIC' creC'1I
est.ar asegurada la libcrt<ld individual y la scglll'idad pel'sollal ,
COll ,010 tener una apariencia de gohicl'uo representativo Es
,in dut!:, un paso p"r<l IIq;ar ;í cOlIseguil' (1(1'1('1105 y otro'\ he
lll'fieins; (lero dista infinitu la sociedad dc hallarse f'1l <,S LuJo
de poder contar eOIl d ",·inado I'sclusiyo de las leyes.


(}"'. dl'l T:
:\1.




19'" llEVOU'ClON 'FRANCESA.
de la paz, quedaban ahora privados tambien de las
funciones electorales. Los emigrados que habían
vuelto con pretesto de solicitar que se les borrase
de la lista, tenian que salir dentro de 24 horas de
los pueblos donde se encontraban, y dentro de 15
dias del telTítorio frances, en la inteligencia de que
aquellos á quienes se cogiese :en contravencíon de
esta ley sufririan las penas promulgad3.s en el tér-
mino de 24 horas. Se anularon tambien las leyes
en que se permitia volver á los clérigos deporta-
dos, y en que se habia convertido en una simple
declaracion el juramento cívico; quedando resta-
blecidas todas las leyes sobre la policia de los cul-
tos. Tenia el directorio facultad para deportal' con
un simple decreto á todos los clérigos que se con-
dugesen mal; y por lo que hace á los diarios se
le concedió ]a de suprimi l' todos los que le pare-
ciesen peligrosos. Se restableciet'on las sociedades
políticas, es decir los clubs, pero se le concedió
al directorio la misma facultad arbit,'aria contra
ellos que contra ]05 diarios, pudiendo cerl'arlos
cuando se le antojase. Ultimamellte , y esto fue lo
mas impol'tante ; quedó suspendida ]a organizacion
de la guardia nacional por tiempo indefinido.


Ninguna de aquellas disposiciones era sangui-
naria , porque ya habian pasado los tiempos de ]a
efusion de sang,'e ,pero le concedian al directorio
un poder revolucionario, y así se votaron por los




nTHECTORIO (179i).
Quinientos en-la noche misma del 18 dc fi'ucti-
dor, sin que siquicl'a hubiese uno que haLlase en
contra, mas ántes se notal'On alg'unos aplausos, y
la mayori.l pel':naneció silenciosa y sumisa. Tnmcc
diatamente se llevó la I'esolucion Ú los Ancianos
que estaban en permanencia como los otl'05 aguar-
dando á que les llevasen alg'o sobre (IlH~ delibera r
y la simple lectura de las n'soluciones y de los
informes les ocupó hasta la mallaBa del j 9 , por lo
cual cansados de una scsion tan larga, la suspen-
diel'On POl' algunas horas. Mas como el diredorio
est.aba impaciente de obtellel' la sallcion de los
Ancianos para apoya r en una ley el g'ol pe \'iolento
que había dado, envió un mcnsage al eUf'I'po lc-
gislativo en que decia: « El di I'cctOl'in se ha saeriti-
« cado por salvar la libertad y cuenta con vosot ros
<l para apoyarla. Estamos {. 1 ~l Y todavia no ltaheis
« hecho nada en auxilio suyo. ») Con esto qued., al
instante art'ohada la ley y se remitió al directorio.


Apenas se vió COIl clla en la m:1.11O cuando se dió
prisa á ponerla en egecueioll , queriendo ycriticar
su plan COIl prontitud, (! inmediatamente despues
hacer que todo entrase en el (H'den. Un gl'an nú-
mero de los condenados á la deportacion habian
tomado la fuga; y Carnot se habia escapado á Sui-:-
1..a , deseando el directorio que Bartelerny hubiese
hecho lo mismo, pero él se ohstinó por las razo-
nes que ya indicamos aniba. Se eligieron en la




t9G REYOLUClON FRANCESA.
lista de los deportados quince individuos tcnÍ-
dos por mas peligrosos ó mas culpables y se les
destinó á una deportacion que para algunos fue
tan funesta como la muerle. En aquel mismo día
se les condujo en can'os enrejados hácia Rochcfort
donde debían embarcarse en una fragata para la
Guyana y fueron Jos siguientes: Darthelerny, })i-
ehegrú y \ViIlot, á cansa de su importancia polí-
tica ó de su culpabilidad; Royére, por sus noto-
rias inteligencias con la fact:ion realista; Aubry,
á t:ausa del papel que habia hecho en la reaccion:
13om'don dc1 Oisa , lUurinais y Delarue á t:am<l de
su conducta en el consejo de los Quinientos; Ra-
mel por lo que habia hecho al frente de sus gm-
naderos; Dossonville por las funciones que habia
desempeñado con la comision ele inspectores;
TrOIlZOll Ducoudray, Barbé l\Iarbois y Lafond Lil-
debat, no por su culpabilidad, supuesto que eran
sinceramente adictos ú la república, sino por su
influjo en el consejo de los Ancianos; últimamen-
te llrotier y Laville-Heurnois , á causa de su cons-
piracion. Se perdonó á su cómplice Duverne de
Presle en consideracion á sus revelaciones. Es in-
dudable que tuvo mucha parte el ódio personal,
como sucede siempre en la eleccion de las vÍcti-
mas, porque solo Pichegrú era realmente peli-
groso entre aquellos 15 indi v iduos , á los cuales se
agregó otro voluntario, que fue un tal Letellier 36,




OlIlECTUIlLO (17U'íL 1 H7
uiado de Barthclémy, que solicitó acolllpalhr á
su amo. Se lcs hizo lIl.ll'chal' inmediatamente y
{luedaron espucstos, segun costumDre á la bruta-
lidad de los subalLcl'llos; pero ~ill emha"1:\'o ha-
hiendo sabitlo el dil'cclol'io que el gcnc,'al Dutel'-
trc t:l, gefe de b escolta se conducia llluy lUal con
los presos, Ic reemplazó inmediatamcnte. Entre
t~1I1tO los dCPOl'lMlos por causa de rcalismo vinie-
ron Ú ellcolltrarsc juntos en Sinamal'y con Billaud-
Val'enllCS y Collot de Herbois , los demas depor-
tados fucron conducidos ú la isla dc Olcroll,


Durallle ;!tlucllos dos días estuvo Paris pcdcc-
tamentc sosegado, solo que Jos patriotas de los
<ll'l'alxdes tellian por tlcll1asiado suave la pena de
la depol'tacioll ? porqup estaban habituados ú me-
didas l'e\oluciollarias de otra especie? y espel'a-
ball alg;o rn<,s de llar!':l:; y de .\llgeceau, Se fOl'ma-
1'011 en grupos y vinieron;1 griLu' dc bajo de las
\ ('ntalla~ del tlirec!orÍo; ¡'¡'ca la r('pública, riva el d¡-
¡('('{orto? t'it'a Harr1Ís 1 ,',\lBO 1I1j(' atribuian :'1 eslé úl-
limo la l'i':;olucioll y II1Icrian que qUédasl~ ;¡ "u
cuidatlll pOI' algulHh dia, 1.1 l'!'presiu<l de Lb al'i~­
tOLratas. Sill embargo 110 pudieron ~Htudlo:'i gnl-
pos pOLO 1l1lmerllSll~ alLel'ill' la ll',UHluilitlatl de IJa-
ris, y iu" ~l~n. ¡ollaliú~ del mc:; de \ elldimial'ío 1 q lit:
.1ll la llueV,t ley 110 hubicran lart:ado el! oq';,illi~
L.Jl'se CIl guanlia uaciollal, calccluoil de Lt Cllel'-
S'ia BClcsaria llara Lornar eSpOJ1t~ll1CaBICnlc las al'-




I\EVOJ.lUU:'II FIL\~CESA.


mas y dejaron ejecutar d golpe sin Oposlt:lOn.
Por lo dernas la opi nion estaba inllecisa, pw~s los
republicanos sinceros conocían flue la faccÍon rea-
lista habia hedlO (lile fuese inevitable aquella re-
solllciol1 enérgica, pOl' mas que deplorasen su a1'-
hitrarieda(l y el haDel' dado intcrvcncion al poder
militar, (;asi dudaban de la culpabilidad de: los
conspiradores al Yel' (IlIC un hombre como Carnot
se encontraba entl'e ellos, sospechando que el ódio


. hubiese tenido mucha pal'te en la determinacion
del ·dil'ectorio. Ultimameute aun suponiendo' :ne-
ce:=.arla \a \a\ l\e\el'minacion estaban bastante tris-
tes y tellian motivo para estarlo, pOl'que no :que-
daba ya duda de ({ue aquella constitucion en que
tanta confianza tenia n no alcanzaha á terminal'
nucslros disturbios y discordias; y el electo mas
positi\'o fue el de lleseugaí\arse las masas yapa\'-


. tarse de los negocios políticos ". Ya la vimos el


E,tr, <¡uiere decii' qtlc cUlllplieron con su obligarion obe-
decielldo <Í las Icyc~ y iÍ la autoridad ,t pesar de ser notoria-
mente illjusta v tidnica , pel'o como esos eran (} moderados ó
realistas, es necesario atribllir ¡; cDhal'llia la ohediencia ; mas
~i hubiesen sido I'cpublleallos Ú jacohinos se dil,ia fJUC era por


,',celiO de rlrlU(( 1 POI'(!OC así (o exige (a oólígacíoll del cspí-
1 Ítu de partido SOpCll<l de !lO Il¡!gal' nunca ,í ser ministro cl
historiadol' (llle refiera los hechos. (N. del T.)


Ya podría bellllecirse a~JlIel aeolltccilllieuto por ;na,
b,irh;n'o y arbitrario (pLe fuc~c si hubiera <litUO por re5ultad()




DIRECTORIO (J 797). 199
di .. 9 de thermidor pasar desde el ódio al antiguo
régimen al ódio contra el terrOl' , y desde entonces
se habia abstenido la poblacíon de intervenir en
los negocios sino para resistir al dil'eetorio, con-
fundiéndole con la convencion y con la comision
de salud pública. Mas hoy asustada con la ener-
gía de aquel directorio, vió en el 18 de fmetidol'
el aviso de que debía permanecer estraí"la á los
acontecimientos " y desde aquel día principió á
entiviarse el celo político *,


h"cer que el pueblo se apartase de los dévaueos de la poJíti~
ca , porque e&to solo abrazaría el mayor beneficio que puede
recibir una poblacion, Todos los males de la revoluciotl fran··
cesa vinieron esclusivamente del empeño que tOllJaron los de-
magogos en hacer tomal' partc á las masas en los objetos de
su ambicion personal. Ni Robespierre ,ni Marat , ni Tallien ,
ni Bal'rás ,ni los thermidol'ianos, ni los hebertistas , ni toda
esa cálila de pícaros quc ensangrentaron In Francia y la Eu·
ropa con sus delirios y cruelda(les hubieran figurado en el
mundo sin esa feroz intervencion riel populacho en los nego-
dos que 00 entiende ni debe entender jamás; j' así el mayor
bien que puede hacerle el escritor hOlllhre de bien es acon-
sejarle la obediencia á las leyes y el respeto á ,las autoritla-
des, sin prestarse jamas ni ,í griterias , ni á firmas de repre-
sentaciones, eontl'a esta ó aquella ley ó providencia del go-
bierno. ¿ Pero á donde irian entonces esas popularidades fac-
ticias con que se revisten y se elevan tantos miserahles qtlC'
110 dehieron jamas salir dc la ntllidad? (N, del T.)


Esto quicre dceir en el lell~U¡IC'e de la verdad que priu-




iOO RE\iOLUCION FUANCE!;A.
Estas debian sel' necesal'iamentc las consccucn-


cias del golpe violento de t 8 de fructidor ; y aun-
que se ha dicho que fue inútil desde el momento
en que se egeclltó , y que habiendo logrado inti-
midar á la faccioll realista, solo sirvió la ohstina-
cion del tlirectorio para preparar la usurpacion
milital' con el ejemplo de la violacion de las le-
les, con todo eso ya hemos dicho <fue la faccioll
realista no quedó intimidada mas que por un
momento, y que á la llegada del próximo tercio
infaliblemente lo habria trastornado todo y arro-
llado al directorio. Entonces se hubiera armado
nna guel'l'a civil entre ella y los ejércitos, la cual
supo impedir el directorio previniéndola y l'epri-
miéndola oportunamente y poniéndose bajo la
egida del poder militar sufrió una triste pero ine-
vitable necesidad. La legalidad era UBa ilusioll
despues de Hna l'evolucion como la nuestra, y no
era posible que los partidos pudieran sometel'se y
tranquilil.arse al ahrigo del poder legal, sillo (lile
se HeCeS) lclba otro pe; del' mas fuerte para repri-
mirlos, acercarlos 1 fundidos y protcgedos ;\ todos
contra la EUl'Opa armada; y este poder no era otro


cipió Id ('poca de la fuerza milital', entre tauto que egaba 1,1
i ("j'\ladl~l'a cl'lltralizaciotl del gobiel'lIo ell manos de UlIO dc
.iqudlos J¡l)lIlbl'~i \H'ollIgio,o,¡ (llIe saben hacerlo toJo ('11 [¡-
';I)¡- del Pilcblo y liada por el pueblo mismo. (N, etel :".}




DIRECTORIO (1797). 201
'Iue el milital" El directorio el dia 18 de fruc-
tillor previno la guerra civil sustituyendo en su
lugal' un golpe arbitt'ario egcculado con fuel'za,
pero con toda la calma y moderacion posi bies en
tiempos de revolucion.


Sirva de aviso á los Españoles y á todo~ los pueLlos que
tienen la desgracia ¡le dividirse en partidos y facciones esta
máxima de Mr. Thiers , desgraciadamente confirmada por la
historia de todos los siglos, y es que despues de inumerables
esfuerzos, sangre, ódios y venganzas reciprocas, el resulta-
do tinal es tener qlle ceJer á la fuerza y echar á UIl lado la
legalidad, eOfllo cosa ¡le risa y donaire, sin otro resultado
Il"e dejar apoderar de los empleos y riquezas de la naeion oí
lo, Il"e tanto yocin¡;lean en las revoluciones (lUC su objeto 110
es otro <Iue el de COll<lllist,lr la legalidad. (N. df'l 1'.1


{ ,'-




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NOTAS DEL TRADUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO SEGUNDO.


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PAGINA 117.


f Juan Cal'los Delahaye fue dipntado á la convencion
y se adhirió al partido de la Gironda. Cuando se hizo la
primera votacion nominal en el proceso de Luis XVI so-
bre si Luis era culpabk, dijo esta notable sentencia: Esa
pregunta equivale á decir si nosotros lo somos tambien, y
por ahi debería principiarse. Despucs voló por su I'Cc\U-
sion hasta la paz. Denunció al dUlJue de Odeans de que
aspiraba al tI'ono y citó muchos hechos en apoyo de aque-
lla p['esuncion; pero se opuso a que se pregonascn , co-
mo se queda, las cabezas de sus hijos y demas familia.
De resultas del 31 ;de mayo se I'etiró al Calvadós y se
ocultó en el pais dc los Chuanes, por lo cual le escep-
tuaron cuando fucl'ol] rciutcg"ados los Gil'onuinos quc
habian sido puestos fllcl'a de la ley, porque se dijo quc
llallia hccho armas contl'a la rcpública. En efecto habia
habido un gefe chuan de su mismo nombl'e, pero toma-
dos informcs se awriguó su inocencia y fue admitido en
la asamblpa el di:l 12 de abril 1795. Fuc acérrimo de-
fensor dc los pl'ineipios dc justieia hasta con SIIS mayo-
res cnemigos los lCI'I'O/'istas y no pcrmitió que se eon-
dcnasc :.í nadie sin oide, En el eonsejo dc los ;)00 tomó
el partido de los de Cliehy y tuvo disputas acalol'adas y
hasta riñas fOl'males con algunos partidarios del direc-
tor':o, Por wnsiguiente fue uno de los pl'imeros puestos
en li8tft para la deportacion , pero se escapó á pais es-
tl'l\ngero, y des pues del 18 de brumal'io le llamaron los
cónsules como :.í otros muchos ,y habiendo ,-uelto :.í Pa-
ris no quiso vol\CI' n Illczelarse en negocios políticos sino
IJuc ,-iYió y llllll'ió en la obscuridau.




20\. NOTAS


PAGINA 12G.


2 Lavalclle, el coeean del general llollaparte ha pa-
sado á sel' un pel'sonage muy célebre, no tanto por ha-
ber merecido la confianza y amistad de aquel gTallde
hombr'e cuanto por la heroicidad de su mugel' que le sal--
vó la vida, perdiendo ella misma la I'azon. Nació en Paris
y se dió á COnocer al pl'ineípio de la revolllcion sinictldo
en la guardia nacional, de donde le sacó BOllapal'te para
edcean suyo y se le llevó á Italia dlll'ame sus prodigiosas
campañas_ Tenía Madama Bonaparte una sobrina llama--
da Emilia , hija única de Francisco de Bcallh:lI'nais, que
se estaba educando con sn hija Hortensia en la ense-
ñanza de )bdama Campan. Bonaparte , al tiempo de sa-
lír' para Egipto, deseando hacer bien á la sobrina de su
muger , se la propuso para esposa ú su edecan Lavalette,
y este aunque 110 la habia visto mas que dos veces acep-
lÓ el partido y se casó con ella_ Entonces le fne preciso
dejal' la cafrel'a milital' por que eran bastante pobres y se
le dió una comision diplomática cerca de la cor'le de DI'es-
de, donde no habian vuelto ú vel' seilOras fl'ancesas des-
de 17D2 y creian que todas eean unas mllgel'es de poco
mas Ó mellos, Ó tinas Diosas de la Razon. Peeo cuando vie-
ron una jóven tan linda, tan modesta y tan tímida, queda-
ron atluellos buenos alemanes prendados de ella, é influ-
yó Sil estancia en aquella corte mas de lo que se el'cc á
H~coneiliarlos eon la FI'ancia.


CH:lIJ1lo UOllulxU'le file Ilombr'ado primer cónsul, no
[Jodia menos de mejorarse Illucho la situaeion de Lavalelle
y ('n efecto le nomhró directo!· general de correos, 1m eu-
~o empleo perm:llledó todo el tiempo del imperio, !'.iclI-
do ademas conse,iel'O de estado y su muger dama de ho-
1101' de la emperatriz Joselina. Todo aquel tiempo habia
sido ulla serie de pl'o&peddades pal'a los dos esposos pe-
1'0 llegó la ópoca de la caída del ílllpel'io y eetíeo de llo-
naparte á la ísla de Elva , de donde, como sabe todo el
mundo, yolYió COII UlI puñado de valientes y llegó ú Pa-




DEL THADUCTOn. 205
ris sin contradiccion de ninguna especie. A la pl'imera
noticia que tuvo Lavalette de su ,'enida se apresuró ú
instalarse de nuevo en su antiguo destino y comunicó á
todas partcs la plausible noticia con aquella efnsion de
gozo proporcionada:í su gratitud ú interes, y todos aque-
llos pasos quedal'On gravados en la memoria vengativa de
los del pal'Lido contmt"Ío. Ocurrió ú poco tiempo la ca-
tástrofe de Watel'loo, y Lavalette no creyó que debia
huir de Fmncia ni de Pal'is por haLer cometido una fal-
ta tan natural en su situacion. Sin embal'go, uo hubo re-
medio, le Pl'endieron , le juzgaron en una eomision mi-
litar y le cOlldellal'on á muerte, con sorpresa é indigna-
cion general, porque ademas de ser una cl'ueldad, el'a
tambien una infraccioll notol'ia á la capitulacion de Pal'is.
Su muger no habia cesado de buscal' toda cIase de elll-
pellOS ni economizado las lágl'Ímas por salvar á su esposo
hasta que se desengañó de que no la quedaba otro recur-
so que el de sí misma. Se valió de su amiga la princesa
de Vaudemont, allliga tamLiell de Fouché , paea que la
tuviese preparada ulla silla de posta con algun sugeto ó
sugetos de confianza, y cogiendo á su hija del ])I'azo se
fue á la pl'ision , donde su mal'Ído aguardaba la muerte.
Allí se desnuJó de sus vestidos, se puso los de su mari-
do y queuúndose ella en la prisiotl , salió él aeompaña(lo
de su hija y á corta distancia entró en el coche, donde le
aguardaban tres generosos ingleses que le saeal'On del
reino. Mas la infeliz habia sufrido tanto y agiládose en
tal manera con el peligro de Sil esposo, que perdió la
/'azon, y á pom tiempo mllrió siendo un modelo de ad-
mil'acioll y sentimiento, 110 solo para eualltos la cono-
cieron sino tambien p:lI'a LOdos sus eontelllpol'aneos. Su
m:lI'ido la sobl'evivió muy pocos meses y espil'ó, segun
creemos ell Ginehra el año 1817.


PAGlNA Hi2.


;) Cher'in ocupaba áutes de la I'evolucioll el empleo
de gcuealogista del rey, cuya plaza habia descmpeñado




206 NOTAS
su padre. Despues pasó de ayudante g~neral del ejército
del Norte en 1795 Y entonces escl'Íbió á la asamblea dis-
culpándose de las acusaciones que hacian contra él los
diarios y protestando de Sil amor á la revolllcion , á pe-
sar deqne esta le costaba todo Sil c:ludal. Cllando se escapó
J)lIl1lolll'iez estuvo escitando al batallon del Sena y Oisa
á que dis?arasen contra su general, ~ le obligó á tamal'
la fuga. Esta cOIH\ucta le merecIó e\pgios de \3 conven-
cíon y el grado de genel'al de brigada. En 179~ pasó con
HOGhe al ejét'cito oel Oeste, despues á la espedicion de h'-
landa y últimamente á esta del 18 de ft'uctidor en que le
nombra el tcxto. Contribuyó en efecto al éx.ito de aquella
jornada, pero habiendo desagl'adado á Rewbell pOI' su
mucha franqueza militar, se volvió al ejército eon el gl'a-
do de genel'al de division y poco despues desempeñó las
fnllciones de gefe de estado mayor geneI'al del ejél'cito
del Danubio, En 1799 fue hel'ido en las fl'onteras de Sui-
za y de SIIS I'esultas murió el dia 14 de Junio de aquel
año. Se hizo gran elogio de él en el cuerpo legislatiyo y
se le presentó por modelo á los militares en un discurso
de Lacuee, porque habiendo Ifacido muy rico mUl'ió casi
en la indigencia.


PAGI~A 175.


4 Este Dossonville habia sido agente de policia antes
de la ,'evolucion y en 1792 estuvo complicado en la cons-
pil'acion ele Dangl'emont diciéndose que habia engancha-
do á varios emigrados; pero pt'obó que solo lo habia he-
cho pal'a enterarse mejol' de la conspil'aeion, y le absol-
viel'On. En lo sucesi,'o estuvo siempre empleado en el
mismo ramo hasta que le cogió este chubasco del 18 de
fmetidol' en que le deportal'oll á la Guiana. Se escapó de
allí con Pichegrú y otros y se fue á Inglaterra y despues
á Alemania, de donde volvió á Francia despues del 18
de bl'llmario y no tardó en vohel' á entrar en su antigua
carrel'a. Volvieron á al'restal'le cuando ocurriú la cOlIspi-
I'acion de .Tol'ge Cadoudal, pero le soltaron inmediata-




DEL TRADUCTOR 201
menle y se le envió bajo la vigilancia de la policia al de-
partamento del Sena y Mame, donde murió el año de
1809.


PAGINA 184.


a Este Dumas, diputado de los Ancianos, es un pcr-
sonage distinto de los Otl'08 Dumas de que ya hemos dado
noticia en esta obra. Fue elegido por el departamento
del Mont-BIanc para la convencion y desde alli le en-
"iaron de representante al ejél'cito de los Alpes pal'a tra-
bajar en la conquista del Piamonte. Despues de esta bor-
rasca de fructidor volvió ú ser nombrado miemhro del
cuerpo legislativo y continuó en él durante el consulado y
el imperio hasta que murió en el mes de mayo de 1807.


PAGINA 18~.


G Antonio Domingo Lafond Ladebat pl'Opieta1'Ío y co-
merciante del depal'tamento de la Gil'onda fue diputado á
la legislativa y solo:se ocupó de hacienda, de contribucio-
nes, y de defender al poder ejecutivo. Se hallaba de pre-
sidente el dia 23 de Julio 1792 cuando se presentó una
diputacion del puehlo á solicital' la dpposicion del rey, y
tuvo que conce(lcr á los tales diputados los honores de la
sesio!l, porque le estaha prohibido al peesidente apeobal'
ni l'epl'Obar ninguna diputa,;ion. Pero dos dias despues
llamó al Ól'den ú Chabot pOI' habel' renovado la misma mo-
cion y esto causó tal alhol'oto en la asamblea, que tuvo
que abanclonal' la pl'esidencia, y el que le suceclió en ella
que fue Auhert JhlhaYl't le llamó al ól'clen á él mismo pOl'
decreto de la asamhlea, v aun solicitó l\Iedin de Thion-
ville que se le enviase preso á la Abadia. Tambien le locó
halla¡'se de p¡'esitlentc el dia 10 cle Agosto cuando el rey
se refugió en la asamblea y hablándole con el mayor res-
peto se relil'ó inmediatamente y cedió la presidencia á
Gltadet. Concluida la legislatura se l'etiró Ú continuar' su
comercio yasi puclo sobrevivir al régimen clellerror hasta
que en 179a le nombraron para el consejo cle los Ancia-




208 NOTAS
nos pOI' el d~paJ'tametlto del Sella y tomó:'t ocuparse lÍe
materias de hacienda, desaprohando lodos aquellos uesa-
tillOS eeonómicos del curso rOl'zado de los llIalldalOs y la
prohilJicioll dc las mCI callcias inglesas, pOI' lo cual le ;cu
só Clauzel de quc era contra-rcvolucionario. Esto y el ha--
be/'se reunido en su casa los diputados para tI'atar de los
lIIedios de l'esisLencia Ú la lil'ania del directorio le ,-:t1iu
la dqlOl'tacioll Ú Caynlla, de tlolldE 110 se quiso (~s!:apal"
con Pichegrll y otnls, sino ()Iw !lO ccsú de pedir justicia
cOlltra los di/'ectores. Al fin se le eoneedió presclll:m;c PI!
la isla de Olel'oll dOllde le llamal'oll los cÓlIsules ell 17!)!)
)- vohió ú eje/'cel' sn pl'ofesioll di) comerciante.


PAGINA 188,


7 Jost.": Clemellte Poulain Grandprc, abogado di'
N:lIlcy y celoso pa"tida, io de la I'evolucion Ú los ¡lI'ilH'i
pios, como que siendo diputado ú la convellcioll, yotú la
IIIl1el'te del rey. Pero il'l'itado eOll 103 escesos de los ter-
roristas, adoptó principios mas moderados aunque nunca
tales que le llEgaran Ú haCEr imparcial y ,justo ni con los
p:uientes de los emigrados ni con los eI¡:I'igos, En el mes
de octub,"e 17061e lloml)l'al'On míembro de la comisioll de
vigilancia de la tcsoreria y en felJl'el'O del año sigui(:nte
presidente de su consejo, 'fomó una parte Illuy activa en
las medidas de rigol> que se tomaron el dia 18 de fl'llC -
tidol', é hizo que se anulase el decreto que pl'Ohibia ú las
tropas acercarse ú cicrta distancia de París, El 30 de 0(:-
tub,'c siguicnte ()I'OpllSO la cOllliscacion de biencs contra
Lodos los deportados que tomaSCll la fuga SilfO se pl'eSCll
taIJan ellos mismos en la c:irecl, Mas adelante se dee\:Il'ú
enemigo de los díreetores Merlin, Treilhanl y Lal'l'e\ei
lIicl'e Lepeaux y eriticó amargamente su ~Hltllinistl'al'ion.
Tal1lhiell se opuso al movimiento (Id 18 de IJI"umarío;
pero Illas adclalltc se reconeiliú con el gobi('I'nO de Bona-
part!), y este le nomhró \wcsidcllle del tribullal civil d(~
Neukhate:1lI 1'11 ell)"o de:\lino llIurió,




UEI. nunucruH. 209


PAGINA IfW.


8 }'I':H1ciseo Villm's, antiguo cI'~f'igo y diputaJo por
PI Jepal'lamenlo del Loira iufel'iol' á la conH~II('ioll, votó
l'll dla la 1I11Iert(~ (Iel rey. PrpsPlltú muchos informcs 80-
bl'e haeipntla , agricllltlim, cOnJPITio (; instl'llcciol! pú hli·
ea cn qlle tI'ahajó con mucha constancia. E~lu\'o de l'e .
preselltante en el Velldél~ y en Brcst para kl('ers(~ cargo
de las p/'f~sas marítimas, y fue \Ino de los que ni (lia 7
de Jlovicmbl'c 1795 renunciar'on solemncmente al culto
católico, Elegido diputado para los 000 abrazó el partidl'
del directorio y continuó pl'oponiendo Icyrs (11' haci(·nda.
y clamando porque fupsell rcilllegraoos los diputados .ia-
cobillos que lrahian siJo espulsados. Favoreció (;uHnl(¡
pudo las providencias rigol'Osas quc sr, tomaron r,l 18 de
fl'llctidor y propuso las pl'Oscripeionr,s dr, aqur,lla ':po-
ca. UllimanlCntc fuc nombrado en tiempo dp.1 mnslll:ldo
miembro del cuerpo legislativo en cuyo destino llIurió en
1805,


PAGINAIS9.


9 Juan Pablo Chazal era natural dc Pont-Saillt ESJlI'il,
donde Sil padre er'a cna['lel maestre de la guar'dia nacio-
\lal al principio de la I'cvolucion ; pero con motivo de 110
desalio tuvo que dejar el empleo y su hijo. pasó al eO\l~
dado venesillo, donde principiahan los alborotos qlle aso-
laron a(lnel pais, Despucs de la I'ennion del condado ;Í la
I<'I'ullcia voh'iú al departamento del Gard y fue COllvell-
cionista y l'egicida. Cuando llegó el movimiento dcl 51 de
mayo de 95 firmó una pl'Oclama á los habitaules del Gard
contra aquell<: jornada, y Ú pesal' de eso y de S\I en(~mistad
pel'sonal con Barrél'e, pudo eseupar bien duran le el tiempo
del terror, Mas luego que llegó el 9 de thel'll1idOl' r>el'si-
guió á los jacobinos de su departamento, yaun á los mis-
mos que le habian dado su voto pal'a la diputa,:ioll. Es-
tuvo de I'epresentante en el Alto Loira hasta que pasio al
consejo de los ;;00. Allí se declaró eupmigo de los di-
X~ 14




210 NOTAS
chinos y ue los parientrs de los emigrados, obligándolos
á que entl'egasen ú la república la p:wte de sus bienes,
que por Sil muerte pudiese corresponder á los emigl'ados.
l~l'a amigo de Sieyes y contl'ihll)'Ó mucho á elevarle al di-
)'eclorio en 1 79!). Iguahllente :1uxilió mucho el movimiento
de bl'umal'io, en premio de lo cual se le nombró miembro
de la comision que redactó la constiturion consular y des-
pues pasó al tribunado. No lal'dó Donaparte en eliminarle
de allí por ciertas pretensiones que no eran de su gusto
~. le envió de prefecto á los Dajos Alpes.


P AGll\:A 189.


10 Boulay el del lUeurthe era un abogado de Nancy
cuamlo eSI.ulló la revolucion y no obtuvo empleo alguno


. hasta que le eligieron diputado al consejo de los 500 en
1797. Hizo al pl'ineipio parte del :c1ub de Clichy , pero
no tardó en sepural'se de él. El dia f 8 de fructidor le
noml)['aron miembro de la comision de salud pública y
aquella misma tarde hizo un discurso apologético de aque-
lla jOl'llada y propuso la deporlacion del pUl'lido vencido,
y t:.tmhien que se precisase á emigr:lI' á la alta llobleza
porque segun él, hacia mas daño allí que emigrada. Pero
este proyecto fue combatido como una horrible tiranía;
y pocos dias despues le presentó modificado, C3tO es,
proponíendo que todos los antiguos nobles, menos algu-
nas escepciones fuesen declamdos no ciudadanos france-
ses y así se apr'obó , nOlllbrálldole en recolllpensa secre-
tario y poco desplles presidente del consejo. El dia 50 de
prerial acusó á los dircctol'es l\fel'lin y LalTcveillierc de
que eran autores del sistellla que habia puesto en peligr'o
á la república y les obligó ú retirarse. Despues de esta vic-
toria de los consrjos sobre el dircctOl'io públicó Boulay
!l ti f'SéTÍtO Ilot;¡ble, intitulado: Ensayo sobre las caH as
pie en 1649 ocasionaron el establecimiento de una república
en In~·(/!terra, sobre {as que debían consolidarla y sobre las
que la hicíeron abortar. Esta obra sr publicaba en el mo-
mento en que las convulsiones interiores y los reveses




DEI. TRt\DlTCTOR, 21 j


d<llos ejércitos, amenazaban la caida de la"república yasi
produjo el mayor intereso Se opuso Boulay á toda perse-
cucion religiosa, y á que se formase causa á los antiguos
di,'ectorps, ni á que se declarase la patria en peligro;
pero luego que ocurrió el movimiento del 18 de bruma-
rio presidió la comision en que se fOl'mó la constitucion
consular y á poco tiempo se le nombl'ó consejero de es-
tado. Mas adelante ohtuvo la CI'UZ de comandante de la
legion de honor y una plaza de senador, I'n la cual mu-
rió en 1811.


PAGINA 191.


1. t Fr'ancisco Antonio Chollet diputado de la Gironda
del consejo de los 500 fue modCl'ado en el sentido en
que debieran serlo todos los que toman ese título. Es de-
cir por tempe,'amento y por p,'incipios de justicia, y no
poI' cálculo y espírilu de partido. Apoyaba la egecucion
de las leyes que contl'Íbuyeron á salvar la Francia para
no incidir en la conlradiccion tan frecuente en todas las
reacciones; pero sin empeñarse en sostener las que eran
perjudiciales y tidinicas por espíritu de obstinacion. Así
le respetat'on todos los partidos y llegó al térmiHo de SI!
carrera que fué una plaza en el senado conservador. Ha
dejado escritas unas Memorias conlemporaneas , de que
daremos muchas noticias en la bistoria del Consulado v
del Imperio. .


PAGINA 191.


12 Detorcy, diputado del depar'tamento del lUarne al
consejo de los Ancianos, y hombre muy inteligente en ha-
cienda , fue hOl'fudo de la lista de los deportados pOI' re-
comendacion d(~ Perés el diputado del Alto Ga.l'ona y en
1799 se le borró tamhien de la de emigrados en q'Qe es-
taba comprendido. En tiempo del consulado le noml,,'a-
ron suhpl'efecto de Vitry-Ie Fran~ais ,donde murió.


PAGINA 191.


1;) Le Normanr\ , iliput:ulo (lel Loira illfpl'illl'. fll~




212 NOTAS
UI10 de los que mas insistieron en que el directol'io diese
una respuesta categórica sobre la marcha de las tropas
que avanzaban sobre Paris. Como el lriunvil"Jto directo-
I'ial no podia confeSa!' la verdad sin errar el gjlpe, le
puso en la lista de los proscriptos, pero sabiendo que
em un jóven de mucho mérito, consintió eu borrarle de
ella y se limitó á hacer que se anulase su eleccíon. Mas
adelante le nombr:lI'oo ayudante geneml de MOI'pau y vi-
no á morir rn la batalla de Wagr:ull.


PAGINA 191.


14 Edma Luis Bartolomé Bailly diputado del Sena y
Mame á la convencion , habia sido c1él'Ígo del O,'alorio y
abrazó el pal'tido de la I'evolucion con mas moderacíon
que otros de la misma congregacion. Despumo, de lu,ber
obtenido vados destinos púl>licos le eligiel'Oll díputado
á la convencion y en ena ,'otó por \:¡ reclusion del rey has-
ta Ila paz. Pasó poco despues de representante á Strasbur'-
go, donde echó de todos los empleos públicos á los te\'-
rol'Ístas. Se opuso al al'l'eslo genel'al de los c1él'igos no
juramentados, aunque él habia prestarlo el juramen too Es-
ta circunstancia le valió para no sel' deportado á Cayena
aunque ya estaba en la lista fatal. En 1798 volvió á ser
reelegido para el mismo consejo y despues del 18 de bl'l1-
mario le nombró Bonaparte pl'efecto del Lot, miembro
de In legion de honor y senadol'.


PAGINA 192.


HS Bayard, el del Oisa, no tuvo otro (':Hl pnrn
ser depol·tado que pel'tenecer al club de los e/ichinos ;
no tuvo tampoco dilicultad en escaparse, sin que en lo
sucesivo ,'olviesc á acordarse nadie de ~I ni él d¡; nadie
pues se redujo á la mas completa ohscuridad.
PAGI~A 192.


ti) Este Blaiu talllbiell se llamaba Rnyard y se distingllia




DEL TUADUCTOll, 213
del otl'O pOI' ser t1iplltudo de las Bocas del Ródano. Fue
deportado en fl'Uctitlol' pero se escapó lambien )' se aco-
gió al gobiel'no consulal'.


PAGINA Hl2.


17 Luis Homes , y 110 BOI'II() , fue diputado del Aito
Loira al consejo de los son y gl'all enemigo de jacobilJos
)' lel'I'ol'istas, quel'iendo que de ningun modo se les COIll-
pl'cndíese en la amnislía. Acusó al dil'ectorio y ú los mi-
lIistl'OS pOI' los escesos de sus agentes en Santo Domingo,
lo cual bastó pal'a que le deportascllá la GuiclJa, de don-
de tuvo la fortuna de escapal' y se volvió ú F,'ancía á la
80mbl'a del gobierno consulal', sin pretender empleo nin-
gUllo.


PAGIN.\ 102.


18 Pedr'o Cadroy habia sido diputado á la cOllven·-
cion y volado en ella poda rcdusion del rey, lo cual basta
pal'a indicar que era hombre moderado. PI'OPUSO varios
proyectos para ;modificar la constitucion de 1795 , q \le
110 quisicl'OlI admitirse por prematuros. En 1794 le ell-
,iaron á Marsella á I'epl'írnil' á los ten'oristas y lo cUlllplió
con tanto celo, que se le acusó despues de que hahia de-
jado asesinat' algunos de ellos en las cár·celes. Se hallaba
en Lyoll ctlallllo se instll't eccional'on los jacobiuos de To-
Ion ,-y al momento tomó pl'ovidellcias eficaces para su-
jetarlos , t:OlIlO ('n efecto lo eOllsíglliú. En el consejo de
los ¿¡OO se lh~dal'ó pOI' la libertad completa del p('lIsa-
miento, y (,Sl:l'ihió una mClIlol'ia coull'a Tulliell y Fl'e1'011
que 8e qucjaban de (¡tw el directr}rio dejaba impunes :í los
n'actores. Esta memol'ia fue la causa inmediata de su d'e-
pOl'tacion y 1\0 le llamal'oll de ella los cónsules; pel'o al
('abo de algullos ailOs ,"oh'ió á Francia.


l'AGIl\A UJ2.


W Juan Bautista elldlel') , diputado por el d('palta-




mento del Doubs al cOllsejo de los ¡jOO fue moderadísimo
en todo y solo mostl'ó alguna violencia para defende.' á los
diaristas pcrseguitlos pOI' el t1ireclorio diciendo: « Telllei~
« las verdades y tCllIeis las calumnias, I.as pl'imel'as de-
l( beis escuchadas porque os cOllvienen en caso de que
~ 110 hayais !'esuelto ser tiranos, A las segundas debeis
1( J'espondel' con vuestra conducta, " Mas esto bastó para
que se le depo['tase á Synamal'Í , de donde se escapó, y
habi,:ndole llamado los cónsules, vino ú Paris , pero 110
lardó en volverse ú Londres y allí estuvo ['edaetando UII
dial'Ío en frances,


PAGiNA lU2.


20 Isidro Este\un Delame diputado al consejo de Io~
~jOO s() hizo notahll' pOI' sus violentos ataques contra 105
lel'l'o1'Ístas y mus adelaute eonlt'a d di.'eetol'io, contra Ha-
che y contl'a el comisario de guel'l'a Lesage que es quien
habia sido callsa ele que las tl'opas hubiesen pasado el lí-
mite eonstitueional. Esto !Jastó p:lI'a que el dia 18 de fmc-
lidor le pt'cndiesf'1l y lle\'asen ú la Guiana. Allí (,scl'ibió
lIot::lR muy ellt'ioRas 501)\'c Siuamar'y, de t10nde se CSC::lpÚ
ton Pidll't\"l'ú, "'illot y otl"OS siete. En cotls('cupucia lw
mandó ponel' el dit'ectorio ell la lisLa de los cmigt'ados,


-1lt3S (q s(' rue :.i Loudt'es en '1799 donde le recibiet'on muy
hien varios personagt's y entr'e ellos el duque de Portland.
I)psplles pasó iL\lptlt3uia, )' cuando OLut'l'ió el '18 de !Jru-
mario SI: yohió Ú FI'anda. Pel'o sus antiguas rclaciones
('011 Pid)('gt·ú 110 tardal'oll 1'11 haeet'le sospeehoso de que
I't'a pal"lidario de IU3 BorbOlles y tUYO que hui.' de las
pesquisas de la policía. y dC3pues de estal' escundido IllU-
dIOS afros PIl el departamento del Nievre, pudo pOI' jiu
pas:i1' :'t E~paj¡a dOIHle IllUriÓ daño 1808,


PAG};",,- 1\)2,


:!1 Dotllingo Uoumel'c, y no Dumel'é fue eseluido del
l'OllSl'jo tle los 500 pOI' estal' en la lista de los emigrados
pero hahiendo cOllsegllido (!ue le bOl'l'aseJl de ella le \01-




DEL TRADUCTOR. 215
víeron tI admitit', Se agr€'gó al partido tic los modemdos
y esto le ocasionó la tlcportacíon, Pero pudo sustraerse
á ella con la fuga y habiéndole llamado los cónsules en
1799, no quiso volver á tomar parte eu los negocios 'pú-
blicos,


PAGlNA 192,


22 Fronton Dupl:lOtier, vecino de Bunleos, habia si-
do suplente ú la legislawra y diputado á la convencion,
donde votó la muer'te del rev, Asustado de las consecuen-
cias que debian tener las fomadas del 51 de: mayo y 2
de junio de 93 hizo su renuncia y la aceptó la conven-
cíon, Se retil'ó á Burdeos á presidir la adminístl'acion del
departamento, EI'a un magistrado muy habil y de gran re-
putacion, pero no dejó de tomar alguna pal'le e'l los mo-
vimientos de los federalistas, por lo clIal tl1YO qnú o('ul-
tal'se entre los empleados ell el acarreo de yjyel'es del
ejército de ltalia hasta que pasó el reinado del Lerl'Ol', En
179i) le elígiel'Otl di putado al consf'jo (le los ;-,00 y se
declaró partidario de los del d uh de c: :chy y enemigo de
todos hs que habi<H1 cometido lan los horrOl'es en bs de-
parlamenlos , sillgularmente ,:ontl'a Revel'eholl, POI' COI1-
sigllieuw fue eOIll[H'elHlido en la lisla de los dt'portados
de fl'uctidol'; pero se escapó á Suiza y despucs ú Tosrana,
de donde volvió á Fl'ancia en 1 iD9, En febrero de 1801
habiendo I'ccobrado sus del'echos de ciudadano le nOHl-
bral'on conse,i'~t'O de pl'cfl:ctlll'a de su departamento y en
1802 le nombr'ó nonapal'te prefecto de las Landas, don-
de falleció en 1807.
PAG[~A lD2.


23 Pedro DlIprat, diputado de las Landas al conse-
jo de los 500, entró desde luego en el cluh de Cliehy y
habló lIluchas veces en favol' de los ciudadanos, cuvos
bienes habian sido vendidos bajo pl'etl:sto de emigt'aci~n.
El 50 de agosto 1796 denunció la famosa declaracion de
Baillelll diciendo que no podia creer que ww de sus corn-
¡¡a¡¡eros fuese tan perverso !J cobarde qne proclamase la anw'-


\ ; .'~.




2J6 ;'-QTAS
IJlúa. Esta e~pt'esion no se le pm'donó jamas y pOI' elfa le
pusieron en la lista de los pl'Osel'iplos. Puuo esconderse
y al cabo de un año se pl'eseuló en Ulel'Ou, de donde le
llamaron los cónsules en 1799.


PAGI:\'A 192.
':24 Antonio José Jourdall fue uno de los diputados de


consejo de los 500 que mas frecuentemente hablal'On en
favor de los pl'Osct'iptos y de los pat'ientes de los emigl'a--
des, quel'iendo que los tribunales fllesen los únicos que
entendiesen en Sil causa, Denuneió :í Frel'On pOI' sus emel-
dade:; en ]\,hll'Sella , diciendo que habia dejado lleno aquel
departamento de empleados terl'Oristas. Pidió que fuesen
compI'endidos en la amnistia los habitantes de Lyoll y de
'1'01011 y sool'e todo que fuese libl'e la impI'enta, contra la
cual se habia pronunciado el direetol'io. Este fue uno de
los mas yalicntes el dia tCI'/'ible de 18 de fruetidor v :,a-
hiendo (Iue iban á uepol'tal'le se escapó, corno otl'Os· mu-
chos, y llIas adelante no solo I'eeupfll'ó los dereehos de
ciudadano sino que llegó ú sel' senadol' )" mUl'ió en aque-
lla digniclad el año de i80n.


PAGl~A UJ2.
2:> .\ Ilun~s Jacobo- Lemal'ch:l1Id Gomicoul't, dipu-


tado del Som:l al consejo de los ;)00 fue adve¡'s3l'io del
di,'eelol'io- y en eonsecueucia eondenado ú la Jepol'lacioll
f~1 dia 18 de ff'lJ(:tidol'. La causa que molivó su desgracia
file ulla mol'Íoll que hizo el 27 de junio 1797 á fin de que
se señalase un premio á lus cazadures que matasen lobos,
porque I'IJ tOllo su discul'so estuvo haciendo alusiones CII-
u'() los IODOS y los jaeobinos. Pudo cscapm'sc y ú su vuelta
en 180il le volvieron ú elegil' miembro del cuerpo legis-
lativo y murió Cll af¡lIella corporacioll.


PAGINA. 192.


2(1 3Iadicl' de :\lonjall aLogaJo, eÓlIsul y cOlTcgidor




DEI. TnAOUCTOn. 211
dr San Anllf~ol, fue lliputa<lo ú los estados generales )
11110 de los lilas adictos á la cOl'Ona. Este fue quien pro-
puso qlle se forlllase causa á los pl'OmOVedOI'es de las jOI'-
Ilfldas del S '" 6 de ocwbl'e sin considel'acion á su clase.
Disputó á la 'asamblea el derecho de decidil' cuales eran
los casos en que se habia de entender que el rey hubie-
se abdicado, Cuando se propuso decretal' que la pena de
muerte fuese una simple priyacion de la vida por' los me-
dios nwnos dolorosos, pidió que se hiciese ulla esccpeion
eontl'~ los regicidas, Fue uno de los que protestar'O!I (;011-
Ua la cOllstitueiOll Je 1791 ; Y á pesar de estos principios
sobrevivió al reinado del terrOI'. En setiembre de 95 le
eligió el departamento del AI'Jeche pal'a el consejo de los
;lOO, Y naturalmente se declaró contm los jacobinos, acu-
sándolos de que siempI'c erall facciosos. Quiso protejel' á
los padres y madl'es de los emigrauos, á quien inteutaban
privar de sus bienes. En consecuencia, el triunvirato di-
I'ectorialle puso en la lista de los pl'Oscriptos, pero le bor-
J'al'On de ella los cOllsejos, y sin embargo se le condenó ú
la deportaeion,


PAGI~A 192.


27 l\laillal'd ele .Tubainville,diputado del Soma al con-
sejo de los 300 y acérrimo Clichino, fue el que propuso
(lue se anulase la ley del divorcio pOI' incompatibilidad
de carúclel·. Quiso que se espeliesende Paris los asesinos
que iban llegando de su departamento al acercal'se la jor-
uada de frllctidor, ú quieues d lIanwba bebedores de san-
gre, POI' consecuencia le envol\'ieroll t"ll la proscl'Ípcion
y mUl'ió á principios de 1799,


PAGl~A 192,


28 .Tawho llal'tolol1lé Noailles, diputado del Gard al
consejo de los ñOO, fue un telTible antagonista de los ja-
;:;obinos y partidario aCél'l'imo de la lihertaJ de imprenta.
Pero allllislllo tiempo seopllso al [H:oyeclo que telliael di·,




218 NOTAS
rectol'io de fundar una gaceta pI'ivilegiada en que defen-
der todos sus actos: tan cierto es que todo el mundo re-
clama la libertad para sí y la esdavitud para sus enemigos.
Fue uno de los Iwoscriptos de fructidor que evitaron la
depol'tacion á Cayena escondiéndose, y llamado despues
por los cónsules le nombl'al'oll oidor de la audiencia de
Nimes y murió siendo juez en el tribunal de casacioIl.


PAGINA -192.


29 Pedro Árllh'e, el del Lozere fue nombrado el1
-1795 diputado al consejo de los 500, Y cOllstante ene-
migo de los terrorislas. lIabiéndole llamado el dia 2\ de
enero 179G para presta!' el jnramento de Mio á la mo-
narquía dijo. « lLtro tener ódio á la monarquía y á toda
« especie de tirania, cuulquiel'a que sea la máscara con
« que se encul>r'a porque el til'ano con gorl'O colol'ado me
« caUSá el mismo horror que el til':¡no cOl'onado, »E3ta
adiciou fue ea usa de que ellll'csidentc mandase á todos
los diputados que se atuviesen á la fórmula de costumbre.
Esto indicaba bastante cual !wa el gil'O de sus opiniones y
asi no debe estraflal'Se que elll'iunvirato directorialle con-
denase ú la dppol'Laeioll ; [JeI'O talllpoeo que él tl'atú I'a de
sustraerse con la fuga ú tan húl'l)ara providencia y des-
pues del18 de !)I'umario se le dejó vivir en Tolosa su--
jeto á la vigilancia de las autoridades.
HAGI~A 192.


30 Mac CUI'lin, diputado del Loil':¡ infel'iol'al conse-
jo de los 300, fue uno dc los que estaball en la lista de
los deportado", el liia 18 de fl'uctidor, y como el secreta-
rio que la leia pI'onunciase mal su apellido, el1lpeZal'on á
grital' los diputados diciendo que no le conocian ni ha-
bian oido nunea el metal de su voz. Pero dijo uno de los
de la comi¡;,ion que esto no queria decir nada, pues bas-
taba que hubiese sido de la reunion de Clichy y se echa-
1'011 á reil' como si se lt'atase de alguna bagatela. El se




DEL TRADUCTOR 219
ftUllO de cuenlos, y durante todO' el tiempo de su pros-
(;ripeiOIl se fue á servir con los chuunes , bajo el nombre
de Killlis, con el grado de mayor genel'al de la Alta Bre-
tafta y del Bajo Anjou, é hizo todo cl daño qne pudo á
sus enemigos, pues esta es la única lógica de las revolu-
ciones.


PAGINA 1f}2.


31 Pa\"ie, y no P:wee, fue diputado del Eura al con-
sejo de los 500, donde no dejó de solicital' ellibl'e ejel'-
cicio de la I'eligion católica pOI' ser- el de la mayoria de
los Fl'anccses; lo cual uastaba y aun sobraba en aquel
tiempo pal'a que le condenasen á la deportacíon de Ca-
yella , de donde fue lIamadó por el gobierno consuhll'.


PAGINA 192.


32 JacoDo Prail'c Montaud , llamado Ver'manton, fue
diputado del Loíra al consejo de los 500 , Y por haber
sido model'ado y defensor de los pal'ientes de los c\él'Ígos
(llle estaban encarcelados se le deportó á Cayena, dc
donde le llamó dcsplles Bonaparte.


PAGINA 192.


33 Enl'iqne Murairc, magistrado y pl'esidente del tl'i-
bunal de Dr'aguignam, fue diputado por el departamento
dd Var ú la legislatÍ\'a y se condujo en ella con talento y
model'acioll. Este fue el que dió cl infol'me en ravol' de
Lafayette , por lo cual no se le eligió para la cOllveneion.
Pero en 1795 le Ilombl'ar'on para el consejo de los An-
cianos pOI' el depal·tamenlo del Sena, y com:> era nalu-
ral, se declaró protector de los emigl'ados y perseguidos,
así como enemigo de las usul'paeiones del direetol'io : lo
cl1ulle valió la Pl'Oscl'ipcion de fl'Uctídor. Pudo ocultarse
y habiéndose presentado des pues en la isla de Oleron, le
Hamaron los cónsules en 1799 y al año siguiente le nom-
hraron cOInbul'io del ¡;obierno cerca del tribunal de ape-




220 NOTAS
lacion de Paris, luego juez del tribunal de casacion y
últimamente consejero de estado y gran olicial de la le-
gion de honor.


PAGINA 192,


54 El general Murinais Dauvel'jon ,diputado del Sena
al consejo de los Ancianos en mal'zo de 1797 , se adírió
al pal,tido de Clíchy y el directorio le mandó ~lrI'estUl' ell
la mañana del 18 de fruc:idor cuando iba al consejo, Co-
mo era un anciano muy l'espetalJlc se mUl'IIllll'Ó mucho
de aquella violencia y pOI' lo mismo p:wece que se il'l'ita-
ron mas los tl'iunvil'os pucs sin consiueracion á su edad
le hicieron embarcar pal'a aquellos paises inhospitalarios
y mU/'ió á poco tiempo en Synamari el dia :5 de diciem-
bre 1798, Al tiempo de mOl'ir les dijo á sus compañel'os ~
a -'las vale morir aquí iITeprensible, qnc vivil' culpable en
" Paris, " Tronzon DllCOudl'Uy hizo su OI'acion fúnelJre,


PAGINA i92,


3,~ Bel'nardo Paradi., , tliputado del Yonne al conse-
jo de los Ancianos, fue sccl'ctario y presidente de él CII
1793 y desde luego se empeüó en proteger á los que ha-
hian sido perseguidos, Esto no lo podia lleva l' á bien el
directol'io , compuesto de l'cpuIJlicano3 y tel'l'ori~tas, y
pOI' consiguiente fue Pl'oscl'ipto á pesal' de los I'uegos de
su mugel' que no dejó piedra pOI' 1IIOYel', Logl'ó ('scaparse
y en i 7H9 volvió á Fr'ancia y vivió y murió pn la obseu-
ridad,


PAGINA H)() ,


56 Es justo hacel' mencion de este \'asgo de lidelidad
de Letellier , ayuda de cámara del dit'cetol' Bat'lhelcmy,
pues á pesar de que sabia que él y su amo caminaban á
una muerte casi segura pOI' el clima insalubre de la Guia-
na , solicitó pal,tidpal' de su snel'te, Sin embargo logra-
ron escaparse ambos de allí, pero murió el po)we criado




DEL TR,\DUCTOR.


en la tl':1YcsÍa pal'a Londres y tuvo BaI'tltclelllY la desgra-
cia de perdede en el momento mismo en que hubiera
podido hacer su fortuna. Estos rasgoi. honran no menos
el cal'ácter del cl'Íado que el del amo; pOl'que si !'>on ra-
('os los criados fieles, es porque tampoco son muy eomu-
lH'3 lo~ amos generosos,


PAGli\'A197.


57 El genel'al Dutertre era un mancebo de tienda de
l\layena que pl'incipió su carTera por gual'dia nacional y
vino á Paris con los confederados del Oeste pocos dias
ántes del 10 de agosto de 92 y tomó mucha pal'te en los
suceso!'> de aquel dia habiéndole herido de un sablazo un
oficial suizo. Esto hastó para que á poco tiempo le nom-
brasen nada menos que general de bl'igada , con cuyo
grado le destinal'On al Vendée y cometió toda clase de
hOITOl'es y concusiones, á tal punto que un consejo de
gll()I'ra le condenó á trabajos perpetuos por ladron, Pero
como era jawhino desecho, se encontró modo para nom-
hral' 011'0 consejo que le absolviese y se "ino á Paris algo
~ntes de la jomada de fl'l1ctidOl'. Entonces le confió el
dil'eetorio la custollia de los lliplItados qne estaban pre-
sos en el Temple y destinados ;'¡ la deportacíon, y se le dió
el manllo de la escolta que hahia de conducil'los á Ro-
cIJefol'[; pero :í las pocas lpgu:ls le mandó pl'ender el ayu-
dante general Collill,no tanto pOI' el mal teato qlleualJa á
los pl'esos , como pOI' habel' robado los fondos destinados
al pago de las tropas de la escolta. Entonces hizo lo que
se acostumbl'a que fue desatarse contra el gobiel'llo y lla-
marse liberal por escelencia, tanto que fue pr'eciso en-
cenade en la Abadia, y alli estuvo preso hasta la caida
de Merlin v LalTeyeilliél'e, Puesto en libeltad se le em-
pleó hajo I~ls órdenes dc AlIgel'eall, pel'O 110 tardó en
despedide pOI' sus hahladlll'ias estl':n'agantes y desde ell-
tonces qnedó reducido á la er~pula y la obscul'idad. 'Este
homlwe flW una de las muchas caricalUl'as que produjo la
re,'ol udon francesa.




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DIRECTORIO (1797). 223


CAPITULO TERCERO.


Consecuencias del 18 de fructidor. - Nombramiento de Mer-
lin de Douai y de Francisco de Neufchateau en lngar de
los directores deportados. - Revelaciones tardias y des-
gracia de Moreall. - Muerte de Hoche. - Reembolso de
los dos tercios de la deuda. - Ley coutra 105 antiguos no-
bles. - Rompimiento de las conferencias de Lille ('on la
Inglaterra. -Conferencias de Vdina. - Operaciones de
Bonaparte en Italia; fundacion de la república Cisalpina ;
arbitrage entre la Valtelina y los Grisones; constitucioll
Liguriana; establecimientos en el Mediterraneo. - Tratado
de Campo Formio. - Vuelta de Bonaparte á Paris. Fiesta
triunf¡¡1.


Causó el mayor terror el J 8 de fmctidor en las
filas de los realistas, y los clérigos y emigrados
que ya habian vuelto á entral' en gran nÍlmero
tuvieron que salir de Pal'is y de las ciudades gran-
des para las fmnteras; así como volvieron á in-
ternarse en Suiza y Alemania tos que estaban pre-
parados pam entrar. Acababa el directorio de for-
talecerse con todo el poder revolucionario, por
medio de la ley del 19 y ninguno se atrevia á ha-




REVOLUCION l'RANCESA.


cede frente; 'j así \wincipió por reformar las atl-
ministraciones, como sucede siempre que hay al-
gun cambio de sistema y confirió la mayor pal'te
de los empleos á los patriotas mas decididos. Co-
mo tenia que nombrar para todas las funciones
electivas en 48 departamentos, podia estende!'
mucho su influjo y multiplical' sus partidarios.
Pero su primer cuidado debía sel' reemplaz.a!' :í
los dos dil'ectores Carnol y Barthelemy ,pues no
quel'Ían ni RewbeH, ni Larreveilliére que se di-
jera que habian escluido ií sus dos compaiicl'Os pa-
ra quedarse duei'ios del gobierno, y así exigieron
que al instante se pidiese al cuerpo legislativo el
nombl'amiento de dos nuevos directores. No era
este el dictámen de Bal'l'ás, ni mucho menos de
Augereau, que se hallaba muy satisfecho de aque-
lla jornada y del modo con que se había conduci-
do en ella, pues habiendo tomado parte en los
sucesos, se habia aficionado ú la política y á la
autoridad y concebido la ambícioll de enll'ar en
el directorio. Quería pues que los tres dil'cctores
sin contar con el cuerpo legislativo le nornlJrasen
á él , Y como ellos no «uísiesen accedct' á tal pre-
tcnsion , se vió precisado á solicitar su nomlwa-
miento de la mayoria de lo.~ consejos. Mas tambien
le salió fallida esta esperanza porque Merlin de
Douai ministro de la justicia :v Francisco de Neut: ..
chateau que lo era del interior, tuvieron muchos




mRECTORJO (1797).
mas votos (PW sus ('onclllTenle~. Ue~pues tIc ellos
los que consiguieron mas fueron Massena y Auge-
n~au, particularmente el primero. Fueron instala-
rlos lo:; dos nuevos directores COIl el aparato acos-
tumbrado, y amhos cran republicanos, mas Lien
;í la manera de Hewbell y de Larre"cilliére (llIC [t
la de B,lrrús, así ell sus hábitos como en sus cos-
tumbres. :Uedin era un jurisconsulto, y FréCllcis-
f'O de Neufi.:hateau un litel'ato , y por consiguiente
ambos tenían un modo de vivir análogo [. su pl'O-
I(~sion y podian entenderse muy bien con Hewhell
y Larl'eve1I1i(~I·e;. mas no hubiera c3tado de mas
para el influjo y consideracion del dire('Lorio f~1I
nuestros cjé,'citos que hubiese sido nombrado UIIO
de I1Uestl'05 generales célebres.


Reemplazó el directorio á los dos ministros ele-
vados con (los escdentes administradores sacados
de las p,'ovincias , deseando componer el gohier-
110 de hombres estralios á las intrigas de Pal'is V
menos accesibles al favor. Nombró para la justicia
r. Lambrechts 1 que era comisario en la adminis-
tracion celltral del t!epartamenlo de Lille, ó pre-
fecto que e3 lo mismo y el'a conocido por su inte-
gl'idad. Para el interior eligió á Letoul'neur <{ue
ejercia el mismo destino en la administracion cen-
tral del Loira illfcl'ior, y era un hombre capaz,
activo y hOIll'ado, aunque demasiado estl'<llio ú los
liSOS de la capital para que dejase de pal'ecel' un


XI.




226 REVOLUCION FRANCESA.
poco ridículo al frcnte de tan vasta administracion.


Tenia motivo el directorio para aplaudirse del
modo con qne habian salido los sucesos, y solo le
inquietaba el silencio de Bonaparte que no habia
escrito en mucho tiempo, ni remitido los fondos
que había ofrecido. Tampoco se habia presentado
en el LuxembUl'go durante el suceso su edecan
Lavalette, y se sospechaba que hubiese indispues-
to á su general contra el directorio y dádole no-
ciones falsas sobl'e el estado de las cosas. Efectiva-
mente no habia cesado Lavalette de aconsejar á Bo-
naparte que no se mezclase en aquel negocio li-
mitándose al auxilio que ya habia dado al direc-
torio con sus proclamas. POI' tanto le citaron Bal'-
rás y Augereau y le hicieron amenazas diciéndole
que sin duda hahia engañado á Bonapal'le y le
declararon que á no ser por las consideraciones
debidas á su general le hubieran mandado arres-
tar. El se marchó inmediatamente á Italia, y Auge-
reau se t1ió gran prisa á escribil' al general Bona-
parte y á sus amigos del ejército pintándoles el
suceso con los colores mas favorables.


Descontento el directorio con Moreau, estaba
resuelto á quitarle el mando cuando recibió una
carta suya que le hizo la mayor sensacion. Habia
cogido Moreau al tiempo de pasar el Rhin los pa-
peles del general Klinglin y encontrado entre ellos
toda la correspondencia de Pichegl'ú con el prín-




mRl'lCTOmO (179i).
clpe (le Condé. Hahia tenido secreta esta corres-
pondencia , pero al Lin 3e decidió [1 com.unieársf'1a
al goLicl'I1o ·cn el momento dt'1 18 de fmetidor,
aunque el ¡)l'ctendió haberse deciclidido antes de
tener conocimient.o de aquellos sucesos, con el fin
de suministrar al directorio la prueba que neecsiw
taha para confundi!' á unos enemigos tan temibles.
Pero se aseglll'a que Moreau habia recihido por el
tel':~graro la noticia (le los sucesos el mismo dia 18
y que solo entonces se clecidióá escribir para ha-
cer una denuncia que no comp!'ometia á Pichegr{¡
mas de lo {PIC ya lo estaba, y que al mismo tiem-
po le descargaba ú él de una gran responsahilidad.
Sea lo que se quiera de estas ;.,uposiciOilP.S, es cla-
ro (Iue !\Ioreau habia l'escl'vado largo tiempo Ult
secreto importante, y no se hahia decidido á re-
velarle :;ino en el momento mismo de la catúsLro-
fe. A todos les ocurrió que no siendo hastante re-
publicano para cleIlUIICi3.l' á su amigo, tampoco
era uaslaule fiel para gwmlal' el sc~reto hasta al
cabo, y sc vió claramcnte su cal'áctel' político tal
cual el'a, es decir, dcuil, vacilante [., indeciso. Le
llamó el directorio r. Pai-is para que diese cuenta
.le su conduela, y al cxaminal' aquella cOlTespon-
dCllcia halló la conlirmacion de todo cuanto ha-
hia sahido acerca de PichegrÍl, sintiendo mucho
no haher tenido antes conocimiento de ella.
Tambicl1 PlIcolllró cn aquellos papeles la prueua




228 RR,'OUJCTON FR.\NCESA.
de la fidelidad tte Moreau ú la repúhlica, pero le
rastigó de su rrialdad y silencio, quil:'mdolc el
mando y dejándole sin empIco cn Paris.


Hocbe siempre al f.'ente de su <iército del Sam-
'bra y !\losa aeababa de pasar un mes entero en las
mas cmeles angustias, sin dejar de tener en su
euartel general de 'Vetzlal' un earruage siempre
pronto ptH'a huir á Alemania con su esposa 1'11 ('a-
so de que hubiera triuufallo el partido de los Qui<.
nientos. Esta fue la primera vez que pensó el. sus
intereses y en .'elmir al1!;un dincl'O })ara sus nece-


" <


~idades durante la ausencia, y ya dijímos que ha-
bia prestado al directorio la mayol' parte del dote
de su mugel'. Pero la noticia del 18 de fmetidO!'
le colmó de gozo y le libertó de todo temor perso-
nal, y el dircctOl'iü en recompensa de su celo,
reunió los dos grandes ejércitos del Sambra y Mosa
y del Rhin en uno solo, con el nombre de ejérci-
to de Alemania, y le dió el mamlo de él , que era
el mas vasto de toda la repúhlica. POI' desgracia
la salud de aquel jóven no le permitió gozar del
triunfo de las patriotas y de los testimonios dI"
confianza del gobierno, porque habia ya algul1
tiempo que una tos seca y frecuente y algunas con-
,rulsiones nerviosas tenian inquietos á sus amigos
y á los médicos. Algun mal desconocido estaba
minando aquel jóven tan robusto, que reunia al
talento y á la belleza un Vi~'Ol' val'Onil. A pesar de




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l>JIUlCTURIO (17\)7). 229
"'u estado, se ocupal>a en org-allizar en UIlO solo
los dos ejércitos, cuyo ruando acababan de darle,
y no cesa),a de pellsar en Sil espe(licion de Idan-
da ,{'on que el directorio queria asustar ú la Ingla-
terra. Pero ell los últimos días de li'udidor lIeg-B
,-t ser mudlO lilas violenta su tos y principió ú su-
frir dolores insopottal,les, sin qlle quisiese sus-
pender d tI·abajo ú Iwsar de las ilistancias que le
hacían. Llamó ú su médico y le dijo: dadme Wi re-
medio para la (aliga can tal q Ile líO sea el desca/lso. Veu-
t'ido por el mal se melíó el} la cama el primer dia
mmplemcnLario del :tIlO V 1, J 7 de seliemhre) y es-
piró al dia siguiente en los nus horrible:; dolores.
Quedó cOlIstcrllado el ejército (lUC idolatrab,l en
MI jóvell general y se esparció la lIoticia con ra-
pidez afligiendo ú todos los l'Cpublicanos que con-
taball COH el talellto y patriotismo de Hoehe. Es-
parciose por el campo la so!'pecha de (lue hllbie-
~~ haLido ('11 \ ('lIenaruiell Lo, pOl"que no po(liau crcel'
i{lH~ jallta juvelltud y 1¡((~l"za tle salud slIcul1lbie-
"en pOI" UII accidente Ilatlll"al. Hízose la autopsia
del cat!/lvcl', V ('XamiU;Hlo el est'úmago y los in-


v L ."


ksLillUS por la f.cultad se encontraron bastantes
mallchas negras, que sin poder decirse que fue-
ran positi\auJeule de "euellO ,dieron mucho que
S'Ospechal'. Se aLrdJllyó el eJlvenellamiento al di-
rectorio, lo cual era uu absurdo 1 P01'<1 ue fuera de
que ningu1lo ~dc sus iudividuos era capaz de un




2BO
fTÍmcn tan :\¡!'PIIO de nuestras ('osl\llllbl'e~, [ampü-
('O tenían el m,ellO\' interes eH f:olllelede. Al (;011-
trarÍo Boche era el apoyo IDHS sólido del dil'ecLo-
río, así I'ontra los realistas, como conl\'a. el am-
bicioso vencedor de Italia. Con mas verosimilitud
se supuso que IIIILiese sido ellvenen;l<lo en d Oeste
)' en efecto su I!H~dico creyó aCOl'd,irse c¡ue la al-
tel'acioD de su ~allld habia principia(lo desde su
última perlnalHtllCia en lhetaüa cuando fue á em·
harcarse para Irlanda. Por úllimo- se discurrió
aunqlle ~;il) prueba algllna que aquel jóven habia
sido cllH'l1enadn f'n Uila comida que dió ú SIl~ct()S
df' difpl'clltcs partidos COIl úllimo de reconciliados.


:\hndú prepararle el directorio exequias magllÍ-
lita:, qu!' SP vf'l'ilicat'oll ell ('1 campo de Mal'le en
pl'es,~ncia tlt' toda~ las cOl'poraciOllPs del estado y
¡/p IIIl inmCllSO r~'cJ) lío. Acompañal):! el clltierro
1In ejército I'oll~iderable y fll't'sidia el duelo el an-
ciano padre <id f!.elleral ~ cuya pompa llizo lIlla
¡mpre~inll jil'OfillllLt \' fue uu:! de las mas magní-
¡i('as dt, iPtestros ti(,lllpO~ bel'oicos.


Así terminó Ulla tte las mas bcilas (', ¡lIl(~l'eSalltc:,;
carreras de la i'cvolucioll sin qne ú 10 menos por cs-
l,\ '1el. b lmhi('.5,(',I.h(\() fm \,t c,uh\h,n. 'r~,\\\',\ Ho-
dw :2V ,¡}lOS .r siendu sÚlJl,)e so/(bdo C/l las gllar·
dias francesas :véase Sil Ilota) había f()l'Juado su
cducacion en pocos meses, y reulliclHlo al valor fí-
sico ~ propio del soldado ~ un carácter enérgico;




nlllEGTORIU (( 197). 2~H
Hna inleligcncia supcriOl', un gran conocimiento
tIc los humbres y de los succsos políticos, y final-
mente el móvil todo poderoso de las pasiones.
Eran al'dient(~s las suyas, y tal vez fue esta la úni-
ca causa de su muerte pues no puede negal'se qu.e
hubo una circunstancia particulat' que aumenta-ba
el ¡ntercs que ya inspil'aban su's raras cualidades.
Siempre habia "isto interrumpirse su fortuna por
casualidades imprevistas, como por ejemplo, sien-
do ya vcncc,lol' en 'Vissemburgu y pronto á entl'at'
en la mas brillante carrera, se vió de repente en-
eerrado cn los calabozos, dc donde salió para ji'
á vegetar cn el Velld¡~e y allí desempeñó el mas
hrillanlc papel pntltico : cuando iba ú ejecutal' un
gran proyecto en Irlanda, tam!Jien se le deshizo'
Hna lempesta,l y las malas illteligencias de otros:
trasladado al ei{~n'iln(ld Sam!)I'a y l)Josa (,ollsig;uió
ulla ~Tan ,,'idoria y de repente se bailó interrum-
pida su marcha con los 11l'eliminares de Leoben,
y últimamenle cuando al frcnte del ejt''I'cito de
Alemania y seg"un las disposiciones en (¡tiC se ha-
llaba la Europa se le Iwesentaba un porveni¡, in-
menso, le arrebató una enfel'medad de '~8 horas
en lo mas florido dc su canTera. Pero si una mc-
moria gloriosa puede illllemnizal' (le la pérdida de
1a vida, cierto que no puede quejarse de hahcl'
perdido tan pronto la suya. Grandes vidol'ias, ulla
ilustre paciticacion, acierlo casi universal, y una·




232 HEVOLllCION 1,'RA:\'CES,\.
prohidad sin mam:ha, daban espCI'aIlí',as Ú lodos.
lus repuhlicanus de que podría luchar él solocon~
b'a el vcncedor de ltivoli y dc las Pil'~lI11ides y ttl~e
su amhiciol1 ,'cpuhlicana hubiera sido un obstá-
culo invencible á la gran amhicion que aspiraba al
trollo : ell una palah,·a su I'cputacion se compone
dc hechos heróicos, dc nohles congeturas y dc la
tierna edad dc 29 aoos. Ih:pelimos pues ({UC 1/0
debe quejarse de ha l.>-C l' muerto tan jóven , y que
acaso ha ganado mucbo Sil gloria, asi como la de
IOéher y la de Dcssaix en no haber sido marisca-
les alltes de morir, permaneciendo hasta el últi-
mo suspiro ciudadanos y libres, sin VCl'se reduci-
dos como Morcan ú tener flue huscar un asilo en
los ejércitos estrangcl'Os.


Dió el g-obict'rlo el mando del ejé,'cito de Ale-
mania {¡ AlIg"cl'eau para lihel'lal'se de su turlJUlen-
ta presencia en Pal'is ,donde ya (H'incipiaha ú sel'
i I\('órnodo.


Bahia hecho el directorio cn pocos dias todos
los arl'c¡::los que exig"iall las cin:unsLancias , pero le
fallaba onlparse de la 11acienda. La ley del 19 de
Iltcl'midol' le habia ~i;)(~ltad() de sus mas tcmilJlcs
ellcmigos l'cstablct'icntlo la ley tic hrumal'io. .Y
dándole con ella nue\os medios dc ejercel' sevcl'i-
liad contl'a los cmigrados y lus d(~l'igos, al'JllÚIl-
dole con la /:lcultad de suprilllir los diarios y cel'-
l'ar las socicdadadcs politic,b cuyo espíritu no le




lIJUEcroRTO (1797). 23J
tónvÍlliese, permitiéndole nombral' todas las va-
mntes despues de la anulacion de las elecciones y
difiriend.o intldinidamcllte la organizacion de las
g'uanlias nacionales, de lodo lo cuall'e~ultaha que
a(luclla ley le restituia todo cuanto habían querido
arrebatarle los dos consejos, y aun le afladia una
especie de omnipotencia revolucionaria. Pero el
directorio tenia I/uc l'ecobrar en matcria de ha-
cienda otras velltajas no menos importanles, por-
fIuC en ellas habian intentado sujetarle y reducir-
le tanto como en las ot.ras. Presentóse un vasto
proyeclo para las enLradas y gasto del arlO VI, en
el cual se tuvo gran cuidado de l'estituir al direc-
torio todas las atribuciones que habían querido
anebatarle sobre las negociaciones de tesorería,
el ónlen de los pagos, y en una palabra sobre la
manipulacíoll de los fondos. Se anularon todos los
artículos que hahian aprobado los consejos antes
tlel18 de fruetidor, y era necesario pensar luego
en la cl'eacion dc nnevos impuestos para aliviar la
propiedad tel'l'ilol'ial que estaba demasiado re-
caq;'ada , y elevar las entradas al lIi vel de los g'as-
to,.;. Se autorizó el establecimiento de una lotería
y se impuso ulla cOlllribucion sobre los caminos y
olm sobre las hí jlolecas , regularizalldo al mi 5IUO
tiempo el llcrecho de registro dc modo quc au-
mentase considerahlemente su producto, V s:~ rc-
cargaroll los (lUC ya habia sobre los tabacos cs-


/*;; (1 '
'ro \ .. ~


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234 REVOLUClON FHANCIlSA.
trangeros. Gracias á tales recursos se pudo reducir
la conlTihucion territol'ial á 228 millones, y la
pel'sonal á 50, llegando Ú a~cendel' la SfIIlla total
de las rentas para el alio VI ú 6 t 6 millones de
francos. En esta suma no se regulaban las ,-entas


e


probables de bienes nacionales mas que en 20 mi-
llones.


Ena vez convenidos en que las entradas habían
de ascender á la dicha suma de 6Hi millones,era
necesario l'edueir el gasto á una suma igual, y pa-
ra ello se dió por supuesto que los de guerra no
habian de ascender, aun en el caso de una nueva
campaüa mas que á b suma de 283 millones. Lüs
demas servicios generales se calculaban en 21·7
millones, lo cual ascendía en tOllo á 530, pero el
servicio de la deuda absorvia él solo 253 millo-
nes? y si se b llLiese dc I¡accl' Íntegramente no po-
día menos de elevarse á una cantidad muy supe-
rior {¡ los recursos de la república. Por tallto se
pl'OpUSO no pagar mas que la tercera parte, es de-
cir 86 milloncs, con lo cual todos los gastos gene-
rales incluso el de la guerra 110 escediall de la su-
ma designada de 616 millones.. Pero para suge-
tarse {¡ aquellos límites era necesal'io lomal' una
resolucion decisiva en lo relativo á la deuda pues
desde que se abolió el papel moneda y pl'Íncipíó
á circular el numemrio no se habian podido ha-
cer los pagos esactamente, sino que se habia pa-




nlHliCTOlUO (t 7~17).
~ado tilla cllarta parle en lIumerario y !;b tres res-
tanles en paf("al'és sohre bienes lIac.:ionales llama-
dus {¡()nos de los tres cltartas partes, lo cual equivalia
Ú }lag"al' una cuarta parle en dinero y las otras tres
el1 a~it:natlos. Hasta entonces la denda no habia
tenido otra g"a ran! ia (I!le la de los hienes naciona-
les y era III'g"t'!lt(~ I.omar un p'lI·ti(!o sohre ella tall-
io por ill!(~l'e~ del estallo como PO[' el de los mismos
acrecdnl'cs. Una dcuda cuyo inlerés cHlual ascen-
di:! á 2;,}8 millones f't'a verdaderamente enorme
para ,uJ!ldla época porque todavia se ig~loraball
los recursos dd c['(~dilo y el poder de la amorti-
zacioll .• \dell1asde eso ¡O~; recursos eran mllcllO me-
llOS cOll::.ideralJles que lo quc hall llegado á ser
despue", porflue no hahia habido tiempo para rc-
mgTI' 103 fruto,; de la I'cvolucion y Lt Francia que
IJa poJido cOlllrilmjr luego con mil millonc:;, ape-
llas podia CIÜOIlCCS pa~ar () J G. POI" tan lo la deuda
en \(~l'lLul!'ramcnte escesiva y el estado se en-
contraba cn la mi:ima situacioll que un particu-
lar pronto ft hacer h:U1c<~rrola. Hubo pues que to-
mar la I'c;olucion d(~ continuar pagando una par-
te de la deuda en numerario y en lugar de dar lo
I'Ps!allle en pagarés sobre bienes nacionales reem-
bolsar el capilal COIl a(plcllos mismos bienes. Solo
::,c ~\ueri.a l:ül\ser'lar Ull~\ tCl'cer'l \),nt'0 tH\Ht\olc el
l\Ombrc de lercio (,()Il.~ulidadu é inscrihirle sobrc el
bYi).~ \:..\),,"> \:\-:,'\.'\. ~~ "-,~~\.\.-&~'-\. ,\.~ ~~~I...:~ ~('s~Q.lu:-l.._ LQ";'




I\,ftVOLUCION FRANCESA,


otros dos tercios habian de reembolsarse en un
capital de 20 veces la renta por medio de paga-
rés realiz.ables en bienes nacionales. Verdatl es que
los tales pagarés circulaban por menos de la ses-
ta parte de su valor y que para aquellos que no'
tenían intencion de compral' tierras era una ver-
dadel'a hancal'rota.


A pesar de la calma y sufl'imicnto de los con-
sejos despues del 18 de fruetidor no dejó de es-
citar aquella medida una viva oposicion , porque
sostenian los advcl's:u'ios del reembolso que esto-
no era otra cosa mas que una bancarrota; (pie al
principio de la revolucion se habia puesto la deu-
da bajo la sal vaguardia del honor nacional y era
deshonral' á la república venir ahora á l'eemholsar
las dos terceras parles de ella; que los aCl'ccdores
(lue no habian de compear bienes perderian las
llueve décimas JHll'les para realiz.ar sus pagarés,
porque por lo mismo (lue se iba á sacal' á la pla-
z.a Hila cantidad tan grande de papel no podria
menos de envilecerse, que aun prescindiendo de
toda preocupacíon sobre la proccdencia de aque-
llos bienes, la mayor parle de los aCl'cedores del
estado eran demasiado pO\)l'CS para cOmpl'al' tier-
ra:;, siendo imposible hacel' compailias para veri-
ficar las compras en comUll y por consecuencia ¡'-J.
pérdida de los lluevos décimos del capital Cl'a inc-
viLablc para la mayor parte de ellos; (Iue ese ter-




DIRE.'CTORIO (1797). 237
cio llamado consolidado no pasaba de ser una
lwomesa, como lo habia sido la del total y slem-
pl'e habia gran diferencia cntre prometerlo todo
ó no pl'ometcr masque una tercera parte, y últi-
mamente que si la república no podia en aquel
momento hacer fi'ente á todos los ramos del ser-
vicio, valia mas que espel'asen los acrcedol'cs co-
mo' Io habian estado haciendo hasta entonces,
que no quitarles la espel'anl.a de vel' mejorar su
suerte despojándoles de pronto de toda espel'anza.
Hahia tambien algunos que querian se hiciese dis-
tincion entre las difel'eutes clases de rentas del
gran libro y que solQ se sujetasen al reembolso las
que habian sido adquiridas á bajo precio, pues
en efecto se hahian llegado á vender á 10 Y á 15
francos y los que las habian compt'ado ganaban
todav~a mucho aun supuesta la reduccion de las
dos terceras pal'tes.


A esto respondian los partidarios del proyecto
del directol,io, que un estado tenia derecho como
cualquier particular pam aba1Hlonar sus bienes
á sus acreedores cuando no se hallaba en estado
de pagal'; que la deuda escedia en mucho los re-
cursos de la l'epública y que en semejante caso
tenia derecho para ceder la hipoteca es dccit' los
bienes; que si ellos com praban tierras vendrían á
renter muy POLO, mucho mas cuando estas subi-
rian de p,'ccio en sus manos hasta Ilegal' á su an-




238 llEVOI.UCTON FIlANCESA.
tiguo valor y que de esta mancra sc indemnizarían
de su perdida anterior, qne aun quedaban 1,300
millones en bienes, pues los j ,000 millones prome-
tidos á los ej~rcitos se habian transferido ú los
acreedores del estado; que la paz estaba inmedia-
ta, en cuyo caso esos pagarés de l'ecmbolso serian
Jos únicos que se recihiesen en pago de hienes na-
cionales; que por consecuencia ascendiendo la par-
te del capital reemholsado á cerca de 3,000 millo-
nes, encontral'Ía J ,300 millones que adquirir en
bienes, y lo mas que podia pcrdcr serian dos ter-
cios en lugar de nueve décimos; que fuera de eso
nunca habían sido tratados mejor hasta entonces
Jos acreedores, sino que siempre se les habia pa-
gado en bienes, ya se les dieran asignados ó ya
honos de las tres CItarlas parles; que la repúbl ica no
estaba obligada mas que á dar lo que tenia, y que
nada g'anarian ellos en esperar porquc éra impo-
sible que nunca se pudiera satisfacer toda la deu-
da; que al contrario liquidándola se aseguraba su
suerte, que el pago deltcrcio consolidado princi-
piaha desde el momento pol'Clue existían los me-
dios de haccl' el sel'vicio ~ y la repúblit:1l ql1cdaha
por su parte descargada de un peso enorme, con
lo cual entraria en el camino regular y se presen-
tarla á la Europa con una deuda mas ligcra y en
una actitud mas propia y mas imponente para con-
sCgUil' la paz: últimamente qlle no se podia hacer




DlRECTORIO (1797). 239
diferencia entre las rentas por lo respectivo nI pre'-
cio de su adquisicion, sino que el'a preciso tra-
tartas con absoluta igualdad.


Era inevitable esta medida, y en ella hacía la
república lo que habia hecho siempre, que era
satisfacel' todos los compl'Omisos superiores á sus
fuerzas á costa de las tierras, y al precio á que
hubiesen caido. Pagó con asignados todas las car-
gas antiguas y todos los gastos de la revolucion , y
los asignados los pagó con tierras. Con ellos hahia
ido pagando los intet'cses de la deuda, y con eIJos,
es dccit, con tierras, se propollia tamhien pagar
el capital. En una palabra, daba lo que tenia en
su mano, (Iue es como liquidaron su deuda los
Estados Unidos, dando á sus acreedores pOt' único
pago las orillas del Mississipi. No hay duda en que
unas resoluciones de tal naturaleza causan muchos
perjuicios á los particulares, pero es preciso re-
solverse á aguantados cuando son inevitahlemen-
te necesarios.


Quedó adoptada la propuesta, y así por medio
de los nuevos impuestos y gracias ú la reduccion
de la deuda que permitió reducir los gastos á la
suma de 616 millones, se pudo restahlecer la ha~
lanza en nuestra hacienda y salir' de muchos apu~
l'OS para el arlO VI, que comprendia desde setiem-
bre 1797 hasta igual mes de 179ft


A todas estas resoluciones que cran d l'csulta-




240 REVOlUCION FRANCESA.
do de la vicLol'!aqueria añadil' otm el pal'lido re-
publlcano, dicIendo que)a repit)})ka estar'la s'lCm-
pre en peligro mientras tolcl'ase en su seno una
raza enemIga, cual enl la de los antiguos nobles,
y así pretendía que se destcl'l'asen de Francia to-
das las familias que lo habían sido en otro tiempo,
dándolas el valol' de sus hienes en mercancias
francesas y que se las ohligase á llevar á otl'a par-
te sus preocupaciones, sus pasiones y su propía
existencia. Estaba muy apoyado aquel proyecto por'
Sieyes, Boulay del Meurthe, Chazal y todos los I'e-
publícanos decididos, pero le combatían mucho
TaIlien ,y los amigos de Barrús, como ({IJe este
era nohle, lo era tambien el general del ejército
de Italia y otros infinitos de los que concurrían á
las tertulias y diversiones de Barrás; y por mas
que se pusiese una escepcion en favor de los
que habian sel'vido útilmente {\ la república, es-
taban muy irritados los concurrentes ú casa del
director. Aun prescilldiendo de todas estas razo-
nes personales, el'a facíl de demostrar el peligro y
la crueldad de semejante ley; mas sin embargo se
presentó á los dos consejos y esciLó una especie de
sublevacion obligando á retirarla para hacer en ella
grandes modificaciones. Volvió á repl'Oducirse b1-
jo otm forma, en la cual no se condenaban al des-
tierro los antiguos nohles , pero se les considet'a-
ba como estrangeros y obligados ~I cumplir ciertas




DlfIECTORlO (1797). 241
farmalidadcs y sufrir las pruebas dc la naturali-
z;acion pal'a recobrar la calidad de ciudadanos. Se
puso una cscepcion en favor de los que habian
sel'Vido últimament€ á la república, sea en los ejér-
citos, sca en las asambleas, con lo cual quedaron
lil)l'es de las consecuencias de aquella medida Da/'-
.. ás, sus amigos, y el vencedor de Italia, cuyo na-
eÍmiento se afcctaLa siempre reco .. dal'.


Habia vuelto á tomal' el gobierno una cllergía
\" cl'daderamente revolucionaria , y como había
desapal'ccido la oposicion que solia clamar pOI' la
paz, mostró el goLiel'llo mayol' firmeza y mayo-
res cxigencias en las negociaciones de Lille y de
Udina. Inmediatamente mandó á todos los solda-
dos que estaLan con licencia volver it las filas y
todo lo volvia á poncl' en el pie de guerra envian-
do nucvas instrucciones á sus plenipotenciarios.
Va dijimos como Maret hahia llegado á conciliar
~n Lille las pretensiones de las potencias marÍti-
mas, estando convenida la paz con tal <¡ue la Es-
paiia sacrificase la Trinidad, la Holanda á Trin-
<luema\e ,y prometiese \a Francia no apoderarse
para sí del cabo de Buena Esperanza. No se espe-
raba ya mas que el consentimiento de aquellas dos
potencias, pero el directorio encontró que Maret
había andado demasiado facil y rcsolviú retil'arLe,
enviando en su lugar á Honnier 2 y :í Treilhard
con nuovas instrucciones. Segun e"tas últimas exi-


XI. 1 f)


. ~


..... \..


r:'K . ():~ .. /




242 REVOLUClON FRANCESA.
gia la Francia la restitucion pura y simple no so-
lo de sus colonias sino tambien las de sus aliados.
En cuanto á las negociaciones de Udina, no es-
tuvo menos rígido y exigente el directorio, pues ya
no consentia en atenerse á los preliminares de Leo-
ben, por los cuales se daba al Austria pOl' limite el
Oglio en Italia, sino que queria que toda ella que-
dase emancipada hasta el Izonzo y que se contenta-
se el Austria con la secularizacion de diferentes es-
tados I':sclesiásticos en Alemani ... Retiró á Clal'ke,
que había sido enviado por Carnot, y flue en su COl'-
respondencia no habia tratado muy bien á los ge-
nerales de] ejél'cito:de Italia, que pasaban por mas
republicanos. Bonaparte solo quedó encargado de
los poderes de la república para tratar con el Austria.


Con aquel ultimatum que el directol'io mandó sig-
nificar en Lille por medio de los nuevos negocia-
dores Bonnier y Treilhard, quedó 1'ota una nego-
ciacioll que ya estaba casi concluida, y Malmes-
bury lo sintió en el alma porque deseaba la paz,
ya fuese por concluir gloriosamente su carrera Ó
por proporcionar á su gobierno un momento de
descanso. No lo disimuló nada, pero era imposi-
ble que h. Inglaterra renunciase á todas sus con-
quistas marítimas sin recibir nada en cambio. Era
tan sÍncero el sentimiento de Malmesbury, y tal
su deseo de hacer la paz, que instó á Maret á que
hiciese diligencias en Paris por ver si se podría




DIRECTOHIO (1797).
¡lIflui,' en la determinacion del directol'io, ofi'e-
ciendo muchos millones para comprar el voto de
uno de los directores. Reusó llaret encargarse de
una negociacion de esta especie y salió de Lille, asi
como el lord Malmeslmry y MI'. ElIis se marcha-
ron al instante y no volvieron mas. Aunque pue-
da justamente reconvenine al dil'ectorio por ha-
ber desechado en aquella circunstancia una paz
segura y ventajosa para la Francia, no dejaban de
ser honrosos sus motivos, porque hubiera 5Oido
mucha deslealtad en nosotros habel' ahandonado
á nuestros aliados é imponedes sacrificios en pre-
mio de su adesion á nuestl'a causa. Ademas se li-
sOllgeaha el directorio de conseguir en breye la
paz con el Austl'ia , ó por lo menos obligada á ella
con un movimiento de nuestros ejércitos y espe-
raba que viéndose libre de sus enemigos del COII-
tinente, podria emplear todas sus fuerzas conh'a
la lnglatena.


Mucho disgustó á Bonapartc el últimatum que
le enviaron, porque' no esperaba que le acepta-
sen, y en efecto era dificil obligar al Austria á re-
nuneial' enteramente á la Italia y contentarse con
1a secularizacion de algunos estados de Alemanía,
á menos de marchar sobre Viena. No podia él as-
pirar á aquel honor porque tenia encima todas las
filerr,as de la monarquía austriaca ~ y era indispen-
sahle que el ej~r('ito de A Icmania tuviese la ven-




REvotUCION FRANCESA.


tala de rom"Qer el \'lrimero y \,enetrar \"lo\' los es-
tm\os hereditarios. Aila(\iose á este motivo (le des-
contento el haber sabido las desconfianzas quc se
habian tenido de él en París, pues Augereau ha-
bia enviado á uno de sus edecanes con cartas para
muchos oficiales y generales del ejé,'cito de Italia,
el cual edecan parecia desempeñar una especie de
mision, y que estaba encargado de enderezal' la
(}pinion del ejército sobl'e la jornada del 18 de
fructidor. Bien conocia Bonaparte que descon-
fiaban de él y asi se apresUl'ó á darse por ofendido
y quejarse con la viveza y amal'gura propias de
un hombre que se considera como indispensable,
diciendo que el gobierno le trataba con una in-
gratitud horrible y que se conduciacon él como
con Pichegrú despues de vendimiario, y así pidió
su dimision. Aquel hombre de tan gran talento
y tan firme, que sabia ponerse en una actitud tan
noble, se entregó en aquel caso á la acritud de
un muchacho impetuoso y mal criado. El direc-
torio no respondió á su propuesta de renuncia, y
se contentó con asegurarle que no iba nada con él
en aquellas cartas yen el envio del edecan. Bona-
parte se tranquilizó, pero volvió á instar porque
le reemplazasen en sus funciones de negociador
y en las de organizador d~ las repúblicas italianas.
Repetía á cada instante que estaba enfermo, que
no podia aguantar la fatiga del caballo, y que le




DUlECTOmO (1797). 245
era imposible hacer una nueva campaña; mas
aunque [, la vcrdad estaba cnfermo y ('endido de
los enormcs tralJajos ú que se balJia entregado
durante dos ailos, no deseaba sel' reemplazado en
ninguno de sus empleos, y en caso de necesidad
estaba seguro de encontrar cn su alma las fucrzas
(pIe parece filltaban á ~u CUCi'pO.


En efecto rcsolvió proseguir la Ilcgociacion y
aiíadil' á la gloria de primcr capitan del siglo, ia
de negociador. Mucho le incomodaba el ultima-
tum del dirf~ctOl'i(), pPI'O estaba dccidido en aque-
lla ocasion como cn otras muchas ú no obedecer
ciegamente ú su gobierno. Eran inmensos sus tra-
hajos en aquel momento pues estaba ol'ganizando
las l'epílblicas italianas, creando una marina en
el Adriútico , formando grandes proyectos en el
~Icditcrranco , y tratando con los plenipAeucia-
rios del Austl'ia.


Habia pl'incipiado Ú org-anizar cn dos estados
separados las provincia:; que d habia emancipado
en la Alta Italia, y el'igido des pues de .mucho
tiempo en república Cispadana el ducado d.c l\Ió-
dena y las legaciones dc Eolonia y FCITara. Tenia
el proyecLo de reunir a(lucl pcqueño estado á Ve-
nezia ya revolucionada indcl11nizándola con él de
la pérdida dc sus provincias dc tierra firme, Quc-
ria organizar aparte la Lombardia con el título de
república Tr~spadana ; pero bien pronto habian




ItE\"OurCIOS f IL\.NCESA.


f:amhiado SUS ideas, y preferia {ormar un ~ol o (;¿;<
lado de las provincias emancipadas, porque el es-
píritu de localidad que ú los princi;1ios se oponja
á la reunion de la Lomhardia con .las otras pro-
provincias, aconsejaha ahora que se l'eunÍesen.
Por ejemplo la Romania no quería reunirse con
las legaciones y con el du<~ado de ~Iódena, pero
consentía en depender de un gohiemo cent.-al es-
tablecido en :Milan. No lardó en conoce'l' Bonapar_
te que detestando cada cual ú su vecino, seria mas
facil sujetar á todo el mundo á una autoridad úni-
ca; y en fin la dificultad de decidit· la mpl'emacia
entl'e Venezia y Milan prefiriendo á una de ellas
para cabeza del g'obierno desapal'ecia en el nuevo
estado de la3 cosas. Habia resuelto sacrilicar á
Venezia porque no gustaba de los Veneziano5 , y
,:eia que la mudanza de gobierno no habia con-
tribuido á mudar su modo de pensar. Tanto la
alta como la median;! nobleza y el hajo pueblo
~ran todos enemigos de los Franceses y de la revo-
lw..:iotl y deseando el triunfo de los Austriacos, sin
que hubiese mas flue una pef{ueiia parte de la
clase media que aprobaba el nuevo estatlo de co-
sas. Sobre todo la municipalidad demOCl'[ltiea mi-
raba con malojo á los Franceses y casi todo el
mundo parece que deseaba en Venezia que algun
golpe de fortuna permitiese al Austria restablecer
el antiguo régimen. Adcmas habia otra l'aZOll pa-




DIRECTORIO (1797).
ra que Bonaparte no estimase á los Venezianos ~y
era el mal estado de su poder, porque sus canales
y puertos estaban casi obstruidos, su marina en
un estado tristísimo, y ellos mismos envilecidos
en los placeres é incapaces de energía. Por eso de-
cia en sus cartas que era un pueblo muelle, afeminado
y cobarde; sin tierra y sin a[Jlla y qlW no sabia que hacer
de el; y asi pensaba entregarle al Austria con con-
dicion de que esta renunciase al límite del Oglio ,
esti pulado en los preliminares de Leo Den y re-
trocediese hasta el Adige. Entonces aquel rio , que
es un escelente límite, separaria el A lIstria de la
nueva república, y ademas la importante plaza
de Mantua, (Iue segun los preliminares debia
restituit'se al Austria, quedaria para la república
Italiana, y no podía quedar duda de que fuese su
capitall\lilan. Asi pues deseaba mucho formar un
solo estado, poniendo aquella ciudad á la cabeza,
y darle la frontera del Adige y una escelente pla-
za, renunciando á Venezia en lo cual tenia mucha
razon, aun bajo el punto de vista de ]a libertad
i La]iall<l. En el caso de no emanci pal' toda la Italia
hasta el [zonzo, mas valía sacrificar á Venezia que
no el Adige y Mantua, y ya habia notado en sus
conversaciones con los plenipotenciarios austl'ia-
cos que tal vez se aceptaria aquel medio término.
En consecuencia fOl'mó de la Lombardia , de los
ducados de Módena y Reggio, de las legaciones de




248 REVOLOClON FHANCESA.
Bolonia y FCl'l'al'U , de la Romania , del Bel'g'amas-
co y del Bresóano y Mantuano, un estado (lue se
cstentlia hasta el Adige, con escelentes plazas,
como Pizzighitonc y Manlua ,con una: poblacíon
de 3 mil:ones y 600 mil habitantes, un terreno
admil'ahle , rios , canales y puertos.


Inmediatamente se puso á organizarle en for-
ma de república, aunque con una constitucion
diferente de la Francia, porque en esta le parecia
que estaba demasiado dehilitado el poder egecu-
tivo, y aun sin estar enteramente decidido todavía
en f:\Vol' de esta ó de la otra forma de gobierno,
y solo movido por la necesidad de crear un go-
hierno fuerte capaz de luchar con las vecinas aris-
tocl'acias , deseaba darle una organizacion mas
concentrada y enérgica. Pedía que le enviasen
ú Sieyes para entenderse con él sobre este punto,
pero el dil'ectorio no apl'obó sus ideas, sino (Ille
insistió en que se diese á aquella república la COllS-
titucion francesa. Fue obedecido y al instante se
acomodú pal"a la Ita lia nuestl'a misma constitu-
('ion, dando :í la nueva república el nombl'e de
Cisalpina , <lunrlue en Paris la querian llamar
Transalpina; pero esto era en cierto modo colo-
car su centro en Paris, y los Italianos le querían en
I{oma , pOl'que todos sus deseos propendian á la
emancipacion de su patria, á su unidad yal res-
tablecimiento de la antigua metrópoli. Por eso




DlllHCTOlllO (1797).
cO'n venü mas el nombre de Cisal pina, creyendo
que no convenia dej,u' ,'\ eleccion tle los Italianos
la primera composicion del gobierno, y así pOl'
la prim~ra vez nombró el mismo Bonaparlc los
cinco directores y los miembros de los dos con-
sejos, pl'ocurando en cuanto lo pcrmitia su si-
tuacion hacer buenas elecciones. Nombró director
á SC1'veHoni, quc em uno de los mas grandes serio-
l'es de Italia, y mandó organizar en todas parles
guardias nadonalcs, de ([ue reunió 30 mil en Mi-
lan para la confederacion del 1!J. de julio. Ya la
prescncia del ejército frances en Italia, sus haza-
ñas y su gloria habian empezado á esparcil' el en .
tusiasmo militar en un pais poco acostumlJl'ado ú
la3 armas, y Bonapartc pl'ocuró escitarle pOl' todos
medios. No se disimulaba cuan déhil era a(luclla
nueva república con respecto {\ la partc militar y
solo apreciaba de toda Italia el ejército piamon-
tes, porque solo la corte del Piamonte habia he-
cho la guerra en todo aquel siglo, y así escribía
á Paris (IUC un solo l'l:gimÍcllto del rey dc Ccnlelia
bastaba pam tl'a5t01'l1a1' á la república Cisalpina y
(Iue por consecuencia era necesario introducir CII
ella costumbrcs guclTeras y que solu enlonces po-
dría llegar á scr una potcncia importante en Ita-
lia , pero (11lC esto necesitaba tiempo, porque se-
mejantes rcvoluciones no se haccll (~II pocos dias.
Sin embargo principiaba :\ conscguirlo, !H)l'(lltC




250 REVOLUClON FllANCESA.
no habia hombre como él para eso de comunicar
á los ciernas la primel'a de sus aficiones que era
la de las armas, ni nadie sabia mejOl' que él ser-
virsc de su propia gloria pam poneL' de moda los
triunfos militares y dirigir á ellos todas las vani-
dades y todas las ambicioncs. o: Desde aquel dia
« princi piaron ú cambiar las costumhres en Italia,
(l y en lugar de la sotana, que era la moda de Jos
(( jóvenEs, todos principiaron á usaL' uniforme. En
« lugal' de pasar su vida á los pies de las damas
« principial'On los Italianos á frecuentar los pica-
« de ros , las salas de esgrima y Jos campamentos
« para el ;ejercicio. Los nií'íos no jugaban ya á los
«altares ni á decir misa, sino que se les daban
« sus L'egiimielltos de hoja de lala, é imitaban en
« sus juegos los sucesos de la gucrra. En las co-
" medias y cn bs farsas de las plazuelas siempre
«se L'cpresentaLa algun italiano muy cobarde y
« muy astuto al lado de algun capitanazo, fran-
</. ces ó austriaco, muy forzudo, valiente y brutal
«que acaLaba por dar de palos al italiano con mu-
« ello'aplauso de los espectadores. Pero ya no qui-
« so el pueblo aguantaL' mas semejantes alusiones,
« y los autores sacaban á la escena con satisfaccion
<I pública Italianos valientes que hacian huir á los
( estrangeros paL'a defender su hOllor y sus dere-
<! chos , y así se iba formando el espíritu nacional.
« Tenia la Italia sus canciones patrióticas y guer-




JJJRIlC'I'OlUO (1797). ~51
\t rcras, y las mugeres desechaban con desprecio
« los obscquios de los hombres que afectaban para
«agradadas costumbres afeminadas *. »


Sin embargo apenas principiaba aquella revo-
lucÍon , y la CÍsalpina no podía sel' fuerte sin au-
xilio de la Francia. Se habia pensado en dejal' allí,
como en Holanda, una parte del ejército á des-
Can.'ial' de sus Ettigas gozar pacíficamente de su
glol'ia y animal' con su ardor gucITero toda aque-
lla comarca. Tenia Bonaparte aquella prevision
(lile se eslientle á todos los objetos y habia for-
mado un plan vasLo y magnílico para la Cisalpi-
na, como que esta república era ulla especie de
puesto avallzado de la francia á donde era nece-
sario (lue pudiesen llegar rápitlarnen te nuestros
ejércitos. Por eso habia imaginado abril' un cami-
110 (pIe coudujese de Francia [1 Génova, desde don-
de atravesalldo el Yabi", l'Omperia el Simplon y
se estelldel'ia hasta Lornbardia. Ya estaba hacien-
do contr,lLas con la Suiza sobre este punto y habia
desLinado ingenieros filie biciesen los cálculos del
costo (~ iba acordando todos los pormellores de la
cjccucion con afluella csactitud que acostumbra-
ba en los mas vastos proyectos, pOl' mas químéri-
cos que les pareciesen ú los tiemas. Quel'Ía que
aquel primer camino que habia de atravesar di-


* il)clllo/,ia,' de lY{/pnlCOII, publicadas por el conde de
31uutholon , lomo 1 V pagina 19ü.




252 tmVoLUClON FIU.NCHSA.
rectamente los Alpes, fuese ancho, seguro y ma-
gnífico y viniese á sel' una obra clásica de la líber'-
tad y un monumento del poder ft'ances.


l\lienLras que asi se ocupaba de una república
creada por él, distrihuía Lambien la justicia y era
elcg·ido para árbitl'O entre dos pueblos. Se habia
insurreccionado la Valtelilla contra la soberanía
de las ligas gt·isonas. Compón ese la Valtc1ina de
tres valles pert~necientes á la Italia porque der-
raman sus aguas en el Adda y sin embargo se
llullaban sometidos al yugo de los Grisones, (IUC
era vel'lladel'arnente insoportable, como sucede
siempre tple un pueblo sujeta á otro. No dejaba
de sel' fi:ccuente esta clase de tirania en Suiza ,
siendo bastante célebl'e la que cjcl'cia Berna en el
pais tle Vaud, Por tanto se sublevaron los Valte-
lilJos y solicitaron hacer pute de la república Ci-
salpina para lo cual invocaron la proteccion de
BOllaparte fundándose en antiguos tratados por
los cuales se ponia á la Valtclina bajo el patroci-
nio de los soberanos de Milan. Convinieron los
dos pueblos Valtelinos y Grisones en estal' {¡ la de-
ci"ion de Bonaparte y él despues de pedir per-
miso al directorio aceptó la comision. Hizo que
los Gl'isones reconociesen el del'echo que tenia n
]05 Valtelinos y los asociasen ú ellos como una
llueva liga Grisona; mas ellos no t{uisÍcroll accp-
teldo y se cmpclial'oll en defendcr la causa de su




,DIRECTORIO (1797). 253
tiranía. Entonces les señaló Bonaparte un término
para comparecel' en su presencia y cuando cum-
plió éste no quisieron pl'esentarse los Grisones
instigados por el Austria; pero apoyándose Bo-
naparte en la aeeptacion del juicio de al'bitrage
y en los trata(los antiguos condenó en contumacia
á los Grisones, declaró libres á los Valtelinos y les
permitió que se reuniesen á la Cisalpina. Hizo mu-
cha sensacion en EUl'Opa aquella sentencia funda-
da en el derecho y en la equidad y dejó asustada
á la aristocl'acia de Be 1'11 U , regocijando mucho á
los habitantes de Vaud y aiiadió á la Cisalpina una
poblacion numerosa, rica y valiente.


Al mismo tiempo le estaba eligiendo Génova
por eonsegero suyo pal'a aceptar una constitucion,
pues no estando todavia conquistada aquella re-
pública, era dueña de darse las leyes que gustase
y no dependia para ello del directorio. Anda-
ban en disputas los dos parti(los aristocrático y
demccrático, y ya dijimos que habia estallado una
revuelta en e] mes de mayo. Otl'a nueva volvió á
suseitarse en el valle de la Po\cevera que estuvo
para ser muy funesta á Génova escitada pOI' los
clérigos contra ]a nuevaconstítucion; mas hallán-
dose allí el general frances Duphot 3 con algunas
tropas pudo restablecer el órden. Entonces se di-
rigieron los Genoveses ;1 BonapaJ'tc quien les (':5-
pondió con una carta muy severa aUnljUe llena




25~ REVOLUflON FRANCESA.
de huenos consejos en que no dejaba de rcconvc-
nides por su mania democl'ática. Hizo algunas
mudanzas en su constitucion dejando solo tres
magistrados encal'gados del poder ejecutivo en 1u-
gal' de los cinco, y disminuyendo tamhicn el nú-
mero dc miemhros del consejo, quc/lando organi-
zado d gol}ierno de un modo menos popn\ar pero
mas fuerte. Hizo Bonapal·te que se concediesen
mayol'es ventajas á los nobles y á los clérigos, á
fin de l'econciliarlos con el nuevo órden de cosas y
reprobó el que hubiesen querido escluirlos de las
funciones públicas, diciendo á los Genoveses: vo-
solros hariais en eso lo múmo que ell().~ hicillro n. Publi-
có con segunda intencion la carta en que habia
aquella frase, aludiendo á lo que se hacia en aque-
lla época contra los nobles, y estaba muy satisfe-
cho de intervenir indirectamente en la política
dando un dictámen opuesto al del directorio y
separándose al mismo tiempo del partido victo-
rioso; porque afectaba el deseo de permanecer in-
dependiente sin aprobar ni servil' á ninguna fac-
cíon , sino despreciarlas y dominarlas á todas.


Mientras que era,legislador , árbitro y consejero
de los pueblos Italianos, se ocupaba de otras aten-
ciones no menos vastas, que indicaban una pre-
vision mucho mas profunda. Va dijimos como se
había apoderado de la marina de Venezia y en-
viado á llamar al almirante Brueis para que "inic·




DIRECTORIO (1797) 255
se al Adriático á tomal' posesion de las islas vene-
zianas de la Grecia. Esto le condujo á reflexionar
sobre el MeditelTaneo , sobre su importancia y 50-
hre el papel que podriamos re)wesentar en él, in-
fil'iendo que si en el Oeeano tenjamos quien nos
dominase, no asi en el lUediterraneo. Que la Ita-
lia estuviese enteramente emancipada ó no, que
VenezÍa fuese ó no cedida el Austria, él siem-
pt'e queria que la Francia conset'vase las islas Jo-
nicas ,Corfou, Zante, Santa Maura, Cel'igo y Cel-
falonÍa, pOl'que los pueblos de aquellas islas desea-
han sel' súbditos lluestl'OS. Malta que era el pues-
to mas importante del JUediterraneo pel'lenec;a
á una órdell ya desacreditada, que debid desapa-
recer ante el influjo de la rcvolucion francesa; fue-
ra de (IlIe no podia menos (le caer nmy pronto en
poder de los lng'leses si la F¡'ancÍa no se apodera-
ba de ella. Habia mandado Bonaparte embargae las
propiedades de los cahalleros en Italia para aca-
bar de arruiual'los , y preparado algunas intrigas
en la misma isla, que no estaba defendida mas
que pOI' algunos caballeros y una débil guarni-
cion, y se proponia enviar allí Sil pequei'ia mari-
na para apodel'al'se de ella. EScI,ibia al directorio
diciéndole: desde aquellos diferentes puestos do-
minaremos el Mediterraneo y vigilaremos SObl'C
el imperio Otomano, que se desmorona pOI' todas
partes .Y estaremos en situacion de sostenerle ó de




HEVOLUClO~ FHANCESA.


tomar nucstra porcion de sus despojos. Todavía
podremos mucho mas aiíadia BonaparLc, y scrá
inutilizar para los Illglcscs el domln io del Occa-
no; pucs si ellos nos han disputado cn Lil1c el ca-
bo de Buena Esperanza, sin cl cual podemos pa-
Sal'nos muy bien, nosotros ocu pando el Egi plo se-
remos duciios del camino dc la India y nos será
muy facil fundar allí una de las mas hcllas colo-
nias del globo.


Fuc pues en llalia y divagando su imaginacion
sobre el Levante, donde concihió la primera itlea
dc la célebre espedicion de Egipto que egecnllj al
año siguiente; y así cscrjhi~, el 1/:¡ de agosto 1797:
que en Egipto cm tlolltle dehia alacarsc ú la In-
glaterra.


Para conseguir aquellos tines habia hecho veni l'
al Adriático al almirante Drueis con scis navíos y
algunas fragatas y cOl'velas ,rescrv{lIldose atlemas
otro mcdio dc apoderarsc dc la marina VCllcí',iana.
Segun el tratado concluido se le dcbian pagar tres
millones en materiales de marina, con cuyo pre-
testo se apoderó de todos los crtliamos, hicnos etc.
que á la verdad eran la única r¡(Iueza del arsenal
veneziano. Despues de habcrse apoderado del ma-
tel'¡al COIl pl'etesto de los lres millones, se apodc-
ró tanlhien de los navios con el de il' {\ ocupar las
islas por cuenla de Venezia democrática. Mandó
terminal' los que eslahan el1 construccion ,y de




DIRECTOUlO (1797). 2,")7
esta manera collsiguió armar ti navíos de guerra,
ti fragatas y muchas COl'vetas <{ue l'ellnió á la es-
el/adra «(ue Urlleis habia traido (le Tolon. En reem-
plazo del millon que le había co¡.;ido la tesorería,
diú fondos á Urueis para reclutar escelentes ma-
rinel'os en Albania .v en las costas de Gl'ecia,
crcando así ulla mal'ina capaz de imponer respe-
to á todo el Mediterraneo. Designó it Corfou por
principal establecimiento, movido de escelentes
razones que fueron aprobad"s del gobierno; pOI'
que desde Corfou podía aquella escuadt'a dil'ig'irse
al adriático y (;On~el'tarsc con el ejército de Italia
en caso de nuevas hostilidades; podia ir {¡ }Ialta,
poner en respeto á la cOl'te de Nápoles, y la era
fciól en caso de necesitarse en el Oceano pal'a COIl-
cLII'rÍI' á cualquier proyecto, volal' hácia pI e~trc­
cIJo mas pronlo (pte desde Tolol1. Ultimamente ('n
Corrou se ejercitaba la escuadra en la maniobra
mejor (pIe en Tolol1 , donde ordinariamente esla-
ba inmóvil; y así escrihia llonaparte: Nul/.w lCII-
dreis marüws mie/ltras los dejeis en los pue/'lo,~.


Tal Cl'a el modo con que ocupaha Bonaparlc el
tiempo dUl'UnLe las lentitudes calculadas que le
hacia sufrir el Austl'ia , sin perder tampoco de vi~­
ta su posicion militar respecto de aquella poten-
cia. Habia hecho esta preparativos inmellsos des-
pues que se firmaron los preliminares <lc Leoben ,
y tt'asladado la mayor parte (le sus fuerzas [, la Ca-


XI.




258 llEVOLUCION FRANCESA.
rintia para proteger á Viena y ponerse á cubierto
de las fogosidades de Bonaparte. Habia hecho le-
vantar en masa toda la Hungria y 18 mil soldados
de á caballo estaban ejercitándose despues de ti'es
meses en las orillas del Danubio, de modo que
tenia los medios necesarios para apoyar las nego-
ciaciones de Udina. No tenia Bonapal'te mas que
70 mil hombres de tropas y entee ellos muy cor-
to número de cahallel'ía sin cesar de pedir refuer-
zos al dir'ectorio para hacer frente al enemigo y
dando prisa á que se ratificase el tratado de alian-
za con el Piamonte pal'a conseguit' 10 mil solda-
dos piamonteses, de que él hacia mucho caso.
Pero el directorio no queria enviarle refuerzos
porque la mudanza de las tropas ocasionaria mu-
chas deserciones, y preferia acelerando la marcha
del ejército de Alemania desembarazar al de Italia
mas bien que refol'zarle. Tambien dudaha en fir-
mar la alianza con el Piamonte porque no queria
garantir un trono, cuya caida natural esperaha y
deseaba mucho; sino que solamente habia envia-
do algunos soldados de caballeria á pie para que
en Italia se les montase y equipase.


Privado Bonapal'tede los recursos con que Ihabia
contado, se veia es puesto á una tempestad por el
lado de los Alpes Julianos, y procuraba suplir de
todas maneras á los medios que le reusaban. Ha-
bia armado y fortificado á Palma Nova con una




DIRECTORIO (1197).
actividad estl'aol'dinarÍa y formado de ella una pla~
za tle primer órdcl1 que potlia l'esistü' á un lal'g'o
sitio. Aquella sola cil'cunstancia habia cambiado
singularmente su posicion, pues hahia eonstl'ui-
.10 puentes en el Izonzo para estar pronto á de-
sembocar con su acostumbrada rapidez. Si se rom~
pian las negociaciones antes de la estacÍon de Ja..¡
nieves, esperaba sorprender á los A ustriacos, desor-
denarlos, y á pesal' de la superioridad de su núme-
ro, hallarse muy pronto á las plH>I'tas de Viena. Pe-
ro si no se veriticaba el rompimiento sino desplles
de las nieves, no le el'a posilJle prevenirlos, silw
que se veia precisado á recibirlos en las llanuras
tle Italia donde podian dcsembocar en toda esta-
cíon y entonces la desventaja del númeJ'o no esta-
ba equilibrada por la ofensiva. Este caso le comi-
deraba él como peligroso.


Por eso desea ha tanto que se terminasen pron-
tamente las negociaciones. Despues de la ridícul:t
nota dd 18 de julio en que los plenipotenciarios
habían vuelto á insistil' en el congreso de Bema,
y l'eclamado contra lo que se había hecho en Ve-
necia, hizo Bonapal'le que se les respondiese rle
un modo vigoroso, en términos que no quedasc
duda al Austl'ía de que estaha pronto á cael' de
nuevo sobre Viena. Acababan de llegar M. de Ga-
110, Meer-W eldt y otro tercel' negociadol' llamado
nf>gelmann ~ el dia 31 de agosto y habían pl'in-




260 HE\'OLUCTOl'Il FRANCESA.
ripiado inmediatamente las conferencias; per~
evidentemente con el objeto de p,'olongadas, pOl'~
que á pesal' de lwbel' aceptado una negociacion
separada en Vdilla, siempre se l'csel'vaban la idea
de insistir en un congreso gene,'al en Berna.
Anunciahan ([ue iba muy pronto á abrirse el con-
greso de Rastadt para la paz del imperio y que
sCl,jan conducidas las negocia.cjones al mismo tiem~
po que las de Udina , lo cual debia complicar sin-
gularmente los intereses, y suscitar tantas dificul-
tades como elcong,'eso general de Berna. Hizo
Ronapaz·te advertirlos de que la paz del imp(,l'io
t10 podía tratarse sino despues de la del empel'il-
dor y declaró que si se abría el congreso, no envia-
ría la FrancÍa representantes y que si {)am elLo
de octubl'e no estaha concluida la paz con el em-
perador , mi\'al'ia como nulos todos los prelimina-
res de Leohen. En este punto se hallahan las cosas
cuando la jornada del 18 del fmetidor vino tÍ des-
vanecer todas las esperanzas del Austria. Inmedia-
tamente vino MI'. de Cobentzl desde Viena á Udi-
na, y Bonaparte se fue desde Passeriano á una her-
mosa casa de campo que habia á corta distancia de
Udina y todos los indicios eran que por entonces
se deseaba negociat' con sinceridad. Se hahian ce-
lebrado las confel'encias alternativamente en Udina
en casa de Mr. de Cohentzl, y en Passel'iano en la
de Bonap<H'te. Era aquel plenipotellciario hombre




DlllECTOlllO (17~\7). 261
astuto y fecundo cn recursos, pel'O poco lógico y
hlstantc altivo y ane. Los otros tres negociadores
guardaban silencio 1 y solo Bonaparle l'epresenta-
})a la Francia despllcs de la destitucion de Clarke ;
pero tenia sol)l'ada arrogancia y la réplica bastan-
te pronta é incisiva para responder ;11 negociador
austriaco. Por mas visible que fuese la intctlcion
tic MI'. de Cobentzl dc rcalizar la negociacioll, no
pOI' eso dejaba de manifestar las mas cslravagantes
pretensiones, dando á entender que si el Austria
t:t~dia cuando mas los Paises Bajos, no por eso se
encargaha de ascgurarnos el límite (Iel Rhin , di-
ciendo qlle esta cOllcesion solo le tocaba hacerla al
imperio. En cambio tic las ricas y populosas ciu-
dades de la Bélgica, queria el Austria posesiones,
no en Alemania sino en Italia; pues aunque los
preliminares de Leoben la habían asignado los
estados vcnczianos basta el Oglio , es decir la Dal-
macia, la Istt'ia , el Fl'ioul, el Bl'esciano , el Ber-
gamasco y el Malltuano con la plaza de l\Jantua ,
t.otlas ;ulllCllas provincias no la indemnizaban de la
mitad de lo ([lIC pel'llia cediendo la Bélg'ica y la
Lombal'dia. POl' eso decía MI', de Cobentzl que no
seri,l demasiado dejarla no solo la Lombardia, si-
no aiiadir lambien Vellel,ia y las legaciones, y
j'estableccl' al dWlue lle l\Iódena en Sil ducado.


A toda la !:\(;undia de 1\11'. Cobelltzl no respon-
dia Bonapal'le mas (lile con un silencio impcI'tur-




nE\'OLUCIU,," FHANCESA.


hable, y á sus locas pretensiones con otras igual.?
IDt:llte esccsivas anunciadas con un tono firme é
incisivo. Pedía la linca del Hhin para la Francia,
comprendida Maguncia, y la linea del Izonzo pa--
ra la Italia. Era necesario hallar un medio entre
aquellas opuestas pretensiones, y Bona parte co-
IDO ya hemos dicho, habia sospechado que ce-
diendo V cnezÍa al Austria (concesÍon que no es-
taha comprendida en los pl'eliminal'es de Leoben
POl'tille entonces no se habia pensado en destruil'
afluella república) podria conseguir flue el empe-
rador retirase su límite desde el Oglio al Adige,
'{ue el Mantuano, el Bergamasco y el HrescÍallO
quedasen pal'a la Cisalpina, con lo cual tendria
la frontel'a del Adige y Mantlla , quc ademas l'e-
conociese el emperador ellímitc del Rhill para la
Francia, comprendida Maguncia, y (Iue úlllma-
mente consintiese en dejarla las islas Jónicas. Con
estas condiciones resohiú tratar Bonaparte , pues
yeia en ellas muchas vcntajas efectivas y eran cuan-
las podia a peteccl· la Francia cn aquel momenlo.
Ocu rando el em perador {¡ V cuczia se compl'Omc-
tia En la opinion de la Europa por lo mismo quc
V cnezia había hecho ll'aicion á la Francia solo en
[lVOl' de él. Abandonando el Adige y lUanlua, da-
ha el emperador una gran consistencia á la nucva
l'epública italiana; dejúlldonos las islas Júnicas
nos preparaba el imperio lid 31cllilcl'raneo; rc-




DJRECTORlO (1797). 263
conocÍéndonos el límite del Rhin dejaba al unpe-
rio sin fuerzas pa I'a reusárnosle, y entregándonos
á Maguncia nos ponia verdaderamente el') pose-
sion de él y se comprometia todavía tmas 'grave-
mente eon el impel'io cediéndonos una plaza que
pertenecia á uno de los príncipes germánicos. Ver-
dad es que haciendo una nueva camparía era segu-
l'a la destruccion de la monal'quia austriaca, ó se la
obligaria por lo menos á renunciar á la Italia; pe-
ro Bonaparle tenia mas de un motivo person;¡l
para evitar una nueva campaña. Nos hallábamos
ya cn octubre y era demasiado tarde para penp.-
tral' en Austria, y el ejército de Alemania, mán-
dado por Pichegrú era quien debia tener tod~ la
ventaja pOl'que no tenia nadie que le hiciese fi'en-
te, mientras qwe el de Italia tenia sobre sí toda
las fuerzas austriacas y no podia desempdíar un
papel brillante viéndose reducido á la defellsiva,
y pOI' de contado nunca poclia sel' el pl'imcro que
entl';}se en Viena. U1timamente Bonapal'te estaba
muy cansado y queria gozar un poco de su inmen-
sa gloria, conlando con que ulla batalla mas no aña-
dia nada á los prodigios que habia hecho en las dos
campai'las, mientras que si se firmaba la paz se co-
ronaba de dobles laureles. AñadienJo los de nc-
g~ciadol' á los (lue ya tenia de guerrel'O, sería el
único general de la república que hubiese reuni-
do los dos géneros de gloria, pues ninguno había




26 'í- IIln"OLUCION F(U~CKSA.
Ii¡'mado todavía tratado alguno. Ademas· de eso'
así satii>fill'ia uno de los mas a¡,dienles deseos de la
lCrancia y volveria ú entrar en su seno con toda
clase de ilustl'acion. Verdad es que era una deso-
hediencia formal firmar un tl'atado sobre aquenas
bases cuando el directorio exigía la total emanei-
pacioll (le Ilalía; pero conocía Bonaparle que 110
se atrevería ;i reusar la ratifieacÍon del tratado por
(Iue esto seria lo mismo que ponel'se en oposicion
con la opinioll general de "'rancía. Ya había cho-
cado con ella el directOl'io, I'Ompiendo las nego-
ciaclones de Lille , y ahora dlOca¡,ia mucho mas
rompiendo las de lIdina, y lustiticaria los C<ll'gOS
de la faccion realist,), que le acusaha de quere¡'


-guena eterna. Asi no dudaha Bonaparte de que
¡inuando el t¡'atado, ohlig-aria al directorio á I'ati-
!icarle.


Dió pues atrevidamente su nltimalmn á MI'. de
Cobentzt, que consistia en ceder á Venezia para
el .\u.-;tl'ia , pero el Adigc y lUantu<I para la Cisal~
pina y d Hhín y ?tfa[~-lInc¡:a para Francia con las
islas .JÓllicas ademas.EI dia 16 de odul)l'c se ve-
riticó la última cOllf(~reIlCia ('n Ldina en casa de
1\11,. d~ CObClltzl, y tanto por tIl.a como por olra
parle se declararon (111C ihan ú romperlas, aña-
(tiendo Mr. de CoLentzl que sus coches estahan
prontos para partir. Estaban scntados al rededor
de una larga mesa rectan~:ula¡' . los cuaLro plenr-


'-J L I




DJIlEf.TOIlIO (t 797).
potenciarios amb'iacos r. IIn lado, y 130naparte
solo en el otro. Recapituló l\h. de Cobentzl todo
(manto ya habia dicho y sostuvo que el empera-
dor al abandonar las llaves de Maguncia habia de
recibir las de Mantua, y que no podia hacer de
ot\'O modo sin deshonrarse; que ademas nunca la
Francia habia hecho un tratado mas ventajoso ni
podia desearlo; que ella queria antes de todo la
paz y (lue no juzg,u'ia hien de la conducta de un
negociador que sacrificase el interes 'f l'I~poSO de
su pais oí su ambicio n militar. Bonaparte sereno é
impasible durante aquel apóstrofe tan insultante,
dejó á MI'. de Cobenlzl que tel'minúra su discurso y
despues dirig-iéndose oí un beladot, donde habia un
servicio dp, almuerzo de porcelana, regalado por]a
gran Catalina á ~h. de Cobentzl y que estaba allí
por adol'l1o como un obgeto precioso, le agarró de
pronto y le hizo pedazos en el suelo diciendo:
<t Está declal'ada la guerra, pero acuénlense us-
a tedes de que ilntes tIc tres meses habré hecho
« añicos su monal'quia como haf!;o con esta poree-
« lana. » Aflucl acto y aquellas palabras dejaron
admirados á los negociadm'es austri.acos, y él les
saludó, salió de la sala y montando inmediata-
mente en el coche, malldú Ú un oficial que fuese
;1 anul1t:ial' al al'chiduclue Carlos que las hostilida-
des volverian ;\ principiat' dentro de 24 bora~.
"\sustado 1\11'. de Cohcnlzl, envió al instanle el nl-




IlEVOLUCION l'UANCESA.


timatun fil'mado en Passel'íano. Una de las condi-
ciones llel tratado fue la libertad de Mr. de La-
filyette, que despues de cinco años estaba suft'ien-
do hel'óicamente su reclusion en Olmutz.


Al dia s: guiente 17 de octubl'e (26 de ven di-
mial'io) se firmó el tratado en Passeriano ponien-
do la fecha de una pequeila aldea situada entre los
dos ejércitos en la cual no se l'cunieron pOl' no ha-
ber en ella un local conveniente para recibir á los
negociadores y se llamaba Campo-Form'io, que fue
el que dió su nombre á aquel tratado célebrc, y
primcro que se concluyó entre el empcrador y la
repllblica francesa.


Se habia convenido en (lUC el empcrador como
soberano de los Paises-najos y miembro del im-
perio reconoceria el límite del Rhin para la Fran-
cia, q lle en tregaria ú nuestras tl'Opas la plaza de
Maguncia, y que permanecerian en nuesh'a po-
sesion las islas Jonicas; que la república Cisalpi-
na tendria la Romania, las legacioncs, el ducado
dc lUódena, la Lombanlia, la Valtelina, el Ber-
gamasco, el Bl'esciano y cl Mantuano con el lími-
te del Rhin y:\1antua. Ademas suscribia el empe-
rador á diferentes condiciones que resultaban de
este tratado y dc los antcl'iol'es con la república.
Por de contado se comprometia á dar al duque de
~lódena el Brisgaw cn:cambio de su ducado; á pres-
tar su influjo para que el Sthatouder consiguie-




mllECTOll1O (1797). 267
se una intlemnizacion cn Alemania por la pérdida
dc Holanda, y otra al rey de Prusia ,por el corto
territorio que nos habia cedido en la izquienla
del Rhin. En vil'lut{ de estos compromisos queda-
ha asegurado el voto del emperador en el congre-
so de Rastadt para la solucion de todas las cues-
tiones que mas interesaban á la FrancÍa. En cam-
hio de todas aquellas concesiones reeibia el empe-
rador el Frioul, la IStl'ia, la Daimacia y las Bocas
dcl CáUaro.


Jamas habia hecho la }~l'aneia una paz tan ven-
tajosa, pues hahia conseguido sus límites natul'a-
les yeso con consentimiento del Continente. Se
había verificado IIna gran revolucion en la Alta
Italia, habiéndose destruido en ella ull~gran esla-
do y fundado otl'O nuevo; PCI'O el estado destrui-
do tenia ulla aristocracia despótica, enemiga ir-
reconciliable de la libertad, y el nuevo era una
rcpública constituida liberalmente, que podia co-
mUllical' la libertad á toda la Italia. Era en verdad
de sentir que los Austriacos no hubiesen sido ar-
rojados del otro lado del Izonzo, y que no queda-
sen reunidas a la Cisalpina toda la Alta Italia y la
misma ciudad de Venezia, lo cual se hubiel'a con-
seguido con Ulla nueva campalia. Pero considera-
ciones pal'ticulal'cs habian impedido al jóven ven-
cedor emprenderla y ya principiaba el interes per-
sonal á alterar_los cúIculos del_grande hombre y




2GS REVOI.UCION FRANCESA.
á imprimir una mancha en el primero y acaso el
mas bello pasagc de su vida.


No podia casi dudar Ronaparte de la ratificacion
del tratado; pero con todo eso no dejaba dp tener
alguna inquietud, pOl'flue al fin era una contra-
vencion formal ú las instmccÍones del directOl'io,
y asi hizo que la llevase Sil fiel y complaciente ge-
fe de estado mayor Bel,thier, á quien amaba mu-
cho, y todavia no habia sido enviado á Francia
pal'a gozar de losaplausos de los parisinos. Con su
acostumbrado tacto le nomtwó por adjunto un sa-
bio que era Monge , el cual habia hecho pal'te de
]a comision nombl'ada para elegir Jos objetos ar-
tísticos en Italia, y á pesar de su ardiente dema-
gogia y de su espíritu geométrico, había sido se-
ducido como tantos otros por el genio 1 la gracia y
la gloria reunidas en el jóven vencedol'.


En muy pocos días se pusieron en Paris Mong"c
y Berthier , llegando allí de noche y se fueron á
ICnll1tal' de la cama al presidente del directorio
LalTcyeilliére Lepeaux. A pesal' de que eran por-
tadores de un lI'atado de paz no iban tan alegres
y confiados como parece lo exigian las circunstan-
cias, sino que estaban cortados como quien tiene
que principiar haciendo una confesion penosa,
pues cn efecto no podian negar que se había
desohedecido al gobiel'llo. Usal'on de las mayores
pl'ecaueiones oratorias para anunciar el tenor del




DlRECTOIHO (1791).
tratado y disculpar á su genel'al. Larreveillicre les
recibió con todas las consideraciones que merecian
dos personages tan distinguidos, de los cuales pal'-
ticlllal'mente el uno era un sabio ilustre, pero no
se esplicó acerca del tratado y res.pondió simple-
mente que el directorio decidiria, para lo cual le
presentó á la maiiana siguiente. Ya se habia es-
parcido pOI' todo Paris la noticia de la paz y cau-
sado una alegria estraordinaria aunque se ignora-
sen las condiciones, pero cualesquiet'a que fuesen
no cluedaba duda de ({ue serian brillantes, exal-
tando todos la doble gloria de Bonaparte. Segun
él habia previsto estaban tod-os entusiasmados de
ver reunidas en su sola pet>sona las glorias de pa-
cificador y de guerrero, de suel>Le que una paz,
que solo habia firm:;tdo el egoismo el>a ponderada
como un .>asgo d€ desillte¡>cs militar, diciéndose
que aquel jóven genel'al habia reusado la gloria de
una nueva campaña solo por dar la paz á su patria.


Fue tan rápida la propagacion del entusiasmo,
que hubiera sido muy dificil al direclOl'io dese-
char el tl'atado de Campo-Formio, por mas que
fuese consecuencia de ulla desohediencia formal,
no pOI' falta de razones para reusa.> su ratificacion,
y acaso habría sido importantísimo dat> entonces
una leecÍon scvel'a al atrevido jóven que habia in-
fringido ullas órdenes terminantes. ¡, Pero como
defl>alldat' la esperanza genel>al , ni reusar .'Segunda




270 REVOLUClON FRANCESA.
vez la paz despues de haberla reusado en Lille?
¿ Habian de justificarse todas las reconvenciones de
las víctimas de fl'uctidor y descontental' grave-
mente la opinion? Mas no era este el único peli-
gro, sino que en efecto si se desechaba el tratado
inmediatamente haria Bonaparte su dimision y
eran inevitables los reveses en Italia apenas vol-
vieran á pl'incipiarse las hostilidades, y en este
caso ¡ cuanta seria la responsabilidad del directo-
rio! :Fuera de eso, el tratado tenia inmensas ven-
tajas y ofrecía una perspectiva magnífica, pues
ai'tadiJ. al de Lei:iben Maguncia y ~fantua, y sobre
todo dejaba disponibles todas las fuerzas de la
Fmncia para alJl'umar á la lnglaten'a.


APl'ohó pues el directorio el tratado y se au-
mentó estl'aonlinariamente la alegria general, é
inmediatamente trató de llamar la atencion de to-
dos contra la InglatelTa publicando en aquel mis-
mo dia un decreto' en ~ que se nombraLa á Bona-
parte general en gefe del ejército de Inglaterra
para que el héroe de Italia y sus imencibles com-
pañeros no hiciesen mas que vol:u' desde un ene-
migo á otro.


Dispúsose Bonaparte á dejar la Italia para ve-
nir pOl' fin á disfrutar algunos momentos de des-
canso y gozar de la gloria mayol' que se huhiese
conocido en los tiempos modernos. Estaba nom-
hrado plenipotenciario en Bastadt con Bonnier y




DIRECTORIO (1191). 211
Treilhard para tl'atar de la paz con el imperio y
era C03a convenida que encontraria allí á l\1r. de
·Coblentzl con quien cangearia las ratificaciones del
tratado de Campo-Formio. Al mismo tiempo tenia
que vigilal' en la egecucion de las condiciones re-
lativas á la ocupacion de"~faguncia, y con su prcvi.
sion acostumbrada habia tenido cuidado de esti·
¡mIar que las tropas austriacas no entrarian en
Palma-Nova sino despues que la .. suyas hubiesen
entI'ado en Maguncia.


Antes de salir para Rastadt quiso dal' la última
mano á los neg"ocios de Italia, é hizo los nombra-
miento~ quP- le restaban por hacel' en la Cisalpina,
y arregló las condiciones de la permanencia de las
tropas francesas en Italia 'y sus relaciones con la
nueva repúlJlica. Debian aquellas tropas quedar
mandadas por Berthiel', y formar un cuerpo de
30 mil hombres mantenidos á costa de la Cisalpi-
na, pel'mancciendo allí hasta la paz general de
Europa. Reliró el cuerpo que tenia en Venezia y
entregó a<luella ciudad á otro cuerpo austl'iaco, de
lo cual quedaron indignados los patriotas venezia-
nos viendo que lo:>.entregaban alAustria. Ya les ha-
hia asegmado Bonaparte un asilo en la Cisalpina,
y estipulado con el gohierno austriaco que tuvie-
sen la facultad de vender sus bienes, cosa que le
agradecieron muy poco, mas ántes vomitaron im·
precaciones contra el vencedol' que les sacrificaba.




IlEVOLUCJON l'nANCESA,.


VilJetaJ'd que se llabía comprometido con ellos en
nombre del gohierno f",mces escribió :1 Bonapal'Lc
que le l'cspondi() COIl notable dure!.a. l\Ias no fue-
ron solos los patriotas quienes se condolieron de
aquellas circullslancias sino tambien los nobles .Y
el pueblo que poco ¡mLes preferian el A ustl'ia á la
Francia porque g'ustaban de los principios de la
una y aborrecian los de la otra, los cuales sintie-
mn renacer en sí todos los sentimielltos naciona-
les y manifestaron una adesion por su antigua pa-
tria que les hiw dignos del illteL'cs ({ue no habian
illspirado únles. Fue general la desesperacion y
llegó el caso de ell\'enellar~e Uila seilOra Ilobk y
caer inmóvil el allciano Dux ú los pies del oficial
austriaco al tiempo de pl'Cstal' el juramento de
obediencia en sus manos.


Dirigió Uonaparte una proclama (1 los pueblos
de Italia en la cual se despedia lb ellos y les (la-
ba sus últimos consejos. En ella respiraha aquel
tono de Ilobleza y dignidad y ,uluel estilo siem-
pre oratorio que él sabia tomar cuando hablaba
en público diciendo ú los Cisalpinos: <r Nosotros
« os hemos :dado la libertad procurar conservar-
« la ...... ; para sel' dignos de vuesll'Os destinos ha-
([ ced siempre leyes prLHLenles y moderadas; pe-
« ro que se ejecuten con fuerza y energia; favore-
« ced la propagacion de las luces y hace(l res pe-
«lar la l'digiull. Formad \ueslros batallones no




DlllECTOlUO (1797).
« de gente perdida y de menos valer 1 sino de cin-
( danos que eslen impregnados en los principios
(( de la repúhlica y tengan un ¡nlel'es inmcrlialo
«( en su prosperidad. Teneis en general gran nece-
«( sidad de penetl'aros del sent.imiento de vuesll'él
( propia fuerza y de ]a dignidad (fue conviene ;i
(( los hombres libres; divididos y sujelos Ú la
~ timnia dUl'ante siglos 1 jamas hubierais cOllquis-
(( tado vuestra libertad; pel'o dentro de pocos
(( arIOS, alln abandonados ú vosotros mismos 1 no
(( habrá potent:ia algtIl1a tan fuerte que se atreva ú
« quitárosla; hasta entonces la gran nacÍon os pm-
« tegel'á contra los ataques de vuesl.'os vecinos y
« su sistema político será uniforme con el Yues-
« tro ...... Yo voy á separarme de vosotros dentl'o
« de breves días y solo las órdenes de mi gobier-
(( no ó algun peligro inminente de la república Cí-
«( sal pina volverán ú llamarme en medio de ,'0-
(( sotros. j)


Esta última frase estaba destinada Ú sflrvil' de
respuesta á los que decian que tenía intento de
hacerse rey de Lombardia, siendo a"í ({ue 110 ha-
bia título en el mundo que él prefiriese entonces
al de primer general de la .'epública fi'ancesa. U no
de los plenipoLenciarios austríacos le habia of.,c-
eido en nombre del emperador un estado en All~­
mania y le respondió que no (lucl'ia deber su 101'-
Luna mas (Iue á la !gl'aLitud del puehlo franees.


XI. ,t'>




27í REVOLUCION FRANCESA.
¡, Sería cosa de que ya previese su futura suerte?
Ciertamente que no; pero aunque no fuese mas
que el primer ciudadano de la república ya se de-
ja entender que le prefiriria en aquellos momen-
tos. Los Italianos le manifestaron su sentimiento
por su ausencia y vieron con pesadum]we desva-
necerse aquella brillante aparicion. Atravesó Bo-
naparte rápidamente el Piamollte dirigiéndose por
la Suiza á Rastadt, habiéndose preparado pOl' todo
el camino grandes funciones y regalos para él y pa-
ra su muger. Así los príncipes como los pueblos
querian ver pOl' sus ojos aquel guerrero tan célebre
y aquel árbitro de los destinos. En Turin le habia
preparado el rey grandes regalos en reconocimien-
to del apoyo que le habia dado con el directorio
mas en Suiza fué estraordinal'io el entusiasmo de
los habitantes de Vaml por el libertador de la
Valtelina y salieron las jóvenes vestidas con los
tres colores á presentarle coronas. En todas partes
se hallaba escrita aquella sentencia de que un pue-
blo no pttede ser súbdito de otro ptteblo. Quiso Bona-
parte ver el Osuario de Morat, donde encontró
una multitud de cmiosos que le iban siguiendo
por todas partes. Resonaba el callO n en todas las
ciudades pOl' donde pasaha y aunque el gobiel'llo
de Berna, que veia con despecho el entusiasmo
que inspiraba ellibcl'tador de la Val telina, prohi-
bió dispat'ar la~artilleria, no quisieron obedecerle.




DlRECTORlO (1797).
Luego que BOIl::.parte llegó á Rasladt encontró á
todos los príncipes alemanes que estaban impa-
cientes pOI' vede, é inmediatamente hizo tomar ,í
los negociadores franceses la actitud que convcni;t
[, su mlsion y al papel ({'le representaban. No qui~
so recibíl' á :\h. de Fcrscll (¡ quien habia elegido la
Slleeia para representarla el! Pi congreso del im-
perio , y que por sus relaciones con la antigua
eOlte de Francia era poen apropi)sito para nego-
ciar con la república fl'ancesa. Este desail'e hizo
mucha sensacion, y prohaha el esmero con que
Bonaparte procul'aha ensalzal' [¡ la gran naáolt , eo~
mo él la llamaba en todas sus arengas. Despues
de haber eangeado las ratificaciones del tl'atatlo d(~
Campo-Formio y tomad.o las disposiciones necesa-
rias para la cntrega de Maguncia, resolvió marcha¡'
:1 Paris,porque no vcia msa importante que hubiera
d~ discutirse en Uastadt, y sobre todo p.'eveia di-
l.acioncs interminables para ponel' de acuerdo á
todos aquellos principillos alemanes. N~ le agra-
daba de ningun modo semejante papel, y ,ulemas
el cansancio y la lIatural impaciencia d~ suhir al.
Capitolio de la noma moderna aguijoneaban su
regreso á París,


Allí llegó el dia ;) de diciembre j 797 despues
tle haber atravesado incógnito la Francia, y fue ;.í.
"Ocultarse en una caSa muy modesta que hahia m:llI-
dado comprar en la calle dc Chantcl'cinc. Aquel




276 REVOIXCION FRANCESA.
homhre que tenia un orgullo tan inmenso, tenia
tambien la hahilidad propia de una mugcr para
disimularle, y asi como en la rendicion de Man-
lua habia n'usado el hOOOl' de ver ('esfilar en su
presencia al mariscal 'Vurmsel', así tambien en
Paris quiso ocultarse en una o bSCllra morada.
Afectaba en su lenguage, vestido y costumbres
una sencillez que sorprendia la imaginacion de los
homhres y hacia mayor efecto por el contraste.
AdverLido todo Paris de su llegada estaLa con una
impaciencia de verle muy natural en todos y mu-
cho mas en los Franceses. Quiso "isitarle aquella
misma larde el ministro de negocios estrangeros
• aBeyrand, á quien desde lejos habia tomado
grande aficion , pero le pidió permiso para no re-
cibirle y se le anticipó al dia siguiente por la ma-
ñana. Estaba el salon de negocios estrangeros lle-
no de gmndes personages presurosos de ver al
}uH'oe, mas este silencioso para todo el mundo
percibió á Bougainville 5 y se fue derecho á él pa-
ra decirle aquellas palabl'as que saliendo de su bo-
ea debían producil' impresiones profundas. Va
afectaba aquella aficion propia de los soberanos
en favor del hom}we útil y célebre. MI'. de Talley-
rand le presentó al directorio, el cual aunque tu-
viese bastantes motivos de descontenlo con el ge-
neral, le recibió :con la mayor efusion, pues le
convenia manifestar salisf.1ccion, asi como al ge-




Dllu<;crOltlO ~ l797). 277
llcl'al mostrar la mayor defcl'elll:ia. POI' lo demas,
Cl'an tan grandes sus servicios y tan brillantc su
gloria, que no podia menos el descontento tic ce-
der al entusiasmo. Preparó el directorio una ficsta
tl'iunfal para la prescntacion del tratado de Cam-
po-Formio que no se veriti.có en la sala de las au-
diencias del directorio, sino f~n el palio grande
del Luxemburgo. Se tomaron todas las disposicio-
ncs para que aquella solemnidad fuese una de las
mas imponentcs de la revolucion, estando los di-
rectores colocados en el fondo del patio sobre un
estrado al pie del al Lar de la patria vcstidos con lra-
ge romano, y á su alrededor los ministros, los em-
bajadores, los miembros de los dos consejos la ma-
gistratUl'a y los gefes de las administraciones en
asientos que formaban anfiteatl'o. De distancia en
distancia estaban fOl'm ados al n~dcdot, del patio
trofeos magníficos compuestos dc las inumcrable"
bandems cogidas ~¡l cllcmigo; las parcdes estaban
gual'llccidas de sCllas tricolores, y cn las galerias
se hallaba re unida la mas bl'illante sociedad de la
ca pita!. lI,tlJia "al'ias !Jaudas de músicos dentro de
la sala, yal L'cdedor del palacio Hila numerosa ar-
tillería que altct'llaba con las orque~las con sus de-
tonaciunc~ y ('on el ruido de los aplausos. Allucl
dia había COlll[lUC,-;to Chcllicl' uno (le sus mas he-
llos himnos.


Em el 10 de dicicmbre dc 1797 l'u;uuln el di-




recto río , lo~ cm pIcados públicos y los connrrrctI-
tes wlocados cada UlIO en su sitio espcl'aban con
impaciencia ai hom bre ilustre'ú quien conocian
pOLos de ellos. Se prcsentó acompaiwdo de Nh-. de
TaUeyI'and (Ille estaba encargado de hace 1,1 e los ho.
nores, pOl'([lte .i (luien pl'incipalmclltc se felicita-
ba en aquel momcnto era al negociador. Todos los
contemporancos admil'atlos de <H[llena estatura
pequeña, de aquel semblante púlido y romano y
de ,ulueI miear tan vivo, BOS pintan todavia hoy
el efecto ({tle produjo, y b impresioll indefinible
de genio y dc autoridad (lUC dejaha impresa en
las imaMillélcionc:-i. Fue eslraordinUl'ia la csplosion
de los aplausos ú la vista del personage tan senci-
llo á quien rodeaba Ulla t:una tan inmensa y por
todas pal'les rC:iOnal'OIl tos gritos de t'ú~a la rf'[Jlíbli-
fa, rim HuJtapw'te. Lucgo tomó la palalm.l )fr. de
TalleYl'and y en un discurso fino y hreve se esfor-
zó por atrihuir la gloria del gcneral, no á Sil per-
sona, sino :1 la l'evulucion, Ú los ejército"" y á la
ymwle Il(/CiOIl. Quiso lisonjear en esto la modestia
de Bonapartc , y COII su acostumhrado talenLo adi-
vinó como qHería el hC:l'oe (Ine se hablase de él
en su pl'esencia. Oespues habló de lo que, segun
él dccía, se po!lia llamar ,mwnbicioJl" y dijo que aten-
(lida su aiicion :'t la sencillez) :1 las cienLias:ahs-
Lraclas, ú sus lecturas fil voritas, á afl ud sublime
Ossian) COIl quien aprendía á separarse dc la tier-




DIRECTORIO (1797). 279
ra, seria tal vez necesario empeñarse con él algnn
dia para arrancarle de su estudioso retiro. Esto
que decia Mr. de Talleyrand andaba en boca de
todos, é iba bien pronto á encontrarse copiado en
todos los discursos pt'ol1llllciados en aquella gran
solemnidad, porque todo el mundo decía y repe-
tia que el jóven general no tenia ninguna ambi-
cion; tan to era el miedo de que la tuviese. Despues
de Mr. de Talleyrand habló Bonaparte y pronun-
ció con tono firme las frases sueltas siguientes:


CIUDADANOS ,.


{( El pueblo frances tellia que combatir á los re-
« yes para ser libre.


« Para conseguir una constitucion fundada en
« la razon tellia que vencer 18 siglos de pl'eocu-
« paciones.


l'{ La constitucid'n del ario III y 'vosotros habeis
« triullfado de todos estos obstáculos.


« La religion ,el feudalismo y el realismo han
« gohemado la Europa despues de 20 siglos; pero
C[ la era de los gohiernos representativos principia
« desde la paz que acabais de firmat'.


« Vosotros habeis llegado á organizar la gran
« nacion , cuye vasto terrÜorio no está circuns-
ce nito á otro,> límites que los que ha trazado la
« misma naturaleza.


« Ilabeis hecho mas, y es que las (los mas he¡'-




2fW IlEYOLUCWN FRANCESA.


« mosas porciones de Europa ) tan célebl'es ell otru
« tiempo por las artes) las ciencias y los grandes
ti homhres que nacieron en ellas ~ tienen las ma-
« 'íC\~e<¡, e.<¡'\\~\"\.\YLa<¡, de "CT <¡,<\\\T c\ gen'\o {\c \a \t-
« bertad del sepulcl'o de sus antepasados.


« Son dos pedestales sobre que los destinos van
« á colocar dos poderosas naciones.


( Tengo el honor de presentaros el tratado fil'-
« mado en Campo-Formio y ratificado por S. M. el
(( emperador.


« La paz asegura la libertad, la pl'ospel·idad y
« la gloria de la república.


« Cuando la felicidad del pueblo f1'ances esté
«asentada sO/)I'e mejores leyes orgánicas, la Eu-
a ropa en tCl'a será libre.;l


Apellas se concluyó este discurso cuando de
nuevo resonal'Ol1 nuevas aclamaciones) y Barrás,
pl'esideJlt(~ del directorio, respondió á Bonaparte
en un discurso largo) difuso y poco conveniente,
en que exaltaba mucho la modestia y sencillez del
heroe. En él hacía un elogio hastanle diestro de
Hoche {¡ quien se suponia I'ival del vencedor de
Italia diciendo: ¡, Por (llIé no está aquí lJoche para
ver y abrazar ú su amigo'! En eledo Boche hahia
rtcfendido (1 Bonapartc d allO anterior con gene-
rosa energia. Siguiendo Barrás la nueva direc-
cion impresa en los ánimos, proponia nuevos lau-
reles al héroe y le convidaba á que fuese á coger-




DlRECTORIO (1797). 281
los á Illglalerra. Despues de aquellos tres discul'~
sos se canló [¡ coro el himno de Chenier con acom-
pai'iamicnlo de una magnífica orcluesta , Y en se-
guida se acercaron dos generales acompañados
del ministro de la guerra, y fu.eron los valien-
tes JouLert el héroe del Tirol y Andreosi ti uno
de los oficiales mas distinguidos de artilleria. Es-
tos se adelantaron llevando una soberbia bande-
ra, la misma que el directorio acababa de dar al
fin de la campaña al ejército de Italia, y era el
nuevo oriflama de la república. Estaba cargada de
inumerahles camctél'cs de oro que el'an los siguien-
tes: El ejército de Italia Ita hecho 150 mil prisioneros,
ha cogido f 7 o banderas, j 5 o piezas de artillería de si-
tio, 6 o o piezas de campaiía, .5 equipages de puente, 9
navíos, 1'2 fragatas, 1 '2 corvetas, 18 galeras. - Armis-
ticios con los reyes de Cerdeña, de jVápoles , el papa, los
duques de Parma, de jJlódena.-Preliminares de Leo-
ben. -- Conuenio de Monlebello con la república de Gé-
nova. - Tratado de paz de Tolentino ,de Campo-ForTltio.
-.- Du(to ta libertad <Í tos pLleblos de nolonia, f'ermra,
Jló!lena , Massa-Carrara, la Romanía, la ~Lornbardia,
Brescla , Bergamo, Jlanlttct , Cremona , una parte del
• "emnes , á Chiavena, /Jonm:o y la Valtelina ; á los pue-
blus de (;énova, á los Icudus imperiales, tÍ los ptteblos de
lus deparlammtos de Corciro, del mar Egeu y de ltaca.
--. Enviado IÍ Plt/'i.~ las obras maestras de jJliguel Angel,


,Iel (JUl'/,C/¡i/;o, del Ticiano, de Pablo Verunés, del Co)'-




282 REYOLUCION FRANCESA.
regio, del Albano, de los Caraggís, de Rafael y dé Leo-
nardo de Vinci, etc. - TrhUlfado en 18 batallas, la de
lUONTENOTTE, lHruEsIluo, l\'1oNDovI, LODI, BORGIIET-


1'0 , Lo NATO , CASTJGLlONE, ROVEnEDO , BASSANO ,
SAN JORGE, FO.'iTANA-NIVA , CUDTEno , AUCOr.E , RI-
VOLI, LA FAVORITA, El, TAGLIAlIENTO , TAIlWIS y


NEUlIARCKT. - Dado sesenta y siete combates.
Hablaron tambien á su vez Joubert y Andreossy


y recibieron una respuesta lisongera del presi-
dente del directorio y despues fueron á recibir un
abrazo suyo. En el momento que Bonaparte reci-
hió el de Barrás , se echaron tamhien en sus hra-
zos los otros cuatl'o direetol'es , como por un mo-
vimiento involuntario, y resonó el aire con acla-
maciones unánimes. El pueblo reunido en las ca-
lles inmediatas no cesaha de grital', así como de
rugir la artillel'Ía estando todas las cabezas en una
verdadera embriaguez: y he aquí como la Francia
se arrojó en hrazos de un hombre estraordinario.
No acusemos á la debilidad de nuestros padres,
porque si todavia uo:; tl'asporta de gozo afluella
gloria que no ha llegado á nosotros sino por entre
las nubes del tiempo y de las desgracias, repita-
mos con Eschiles: ¿ Qué seria sí hubiéramos visto al
monstruo mismo?




=


NOTAS DEL TRADUCTOIl
PERTENECIENTES AL CAPITULO TERCERO.


PAGINA 225,


1 Este ~I ... Lamlll'echts era ciudadano belga y doctor
ell uCl'eello pOI' la universidad de Lobaina, y estaba á
punto ue sel' nombrado consejel'o de Malinas cuando los
ejél'c itos imperiales abandonaron los Paises Bajos en
'J 794, Entonces se hizo del partido del gobierno frallces
y se deddió pOI' el sistema l'epulJlicano, llegando ú la
alta dignidad de ministl'O de la justicia, qlle eonscnó has-
ta la (mtrada de Sie)'cs en el directorio, En julio de 1799
le sucedió Camhaceres en aquella secretaria y despues
del 18 de bl'umal'io le hicieron senadol', Dejó repllLacion
de hombre mny instl'uido y de gl'an probidad,


PAGli\'A 241.


2 Angel BOllnier de Arco, presidente de la cúma-
ra de cuentas de Montpellier , fne diputado del depa¡'La-
lUCillo de IIcl'aulL á la asamblea legislativa y despues á la
cOllvencion , donde VOLÓ la Illuerte de Luis XVI. Se de-
dicó á la carTera diplomática y COIl este motivo le eligió el
directorio p;¡ra il' Ú las conferencias de Lille que no lu-
"iemll 1'(,~llltado algulto. En Iloviemhre siguicnte pasó COIl
el mismo Tr'cilhal'll al congreso de Raslaut en calidad de
ministl o pl(~lIipotcllcial'io de la I'epública; pero habiendo
siLlo este último nOlllbrado para el dil'ectorio y nombrá-
dose en su IUfjar ú Juan DcJn'y, quedó Bonnie(' al frenle
de la diplItacion. En 17!)!) le eligieron para el consejo de
los Ancianos, y se ll'ató de esduil'le ponIlIe 110 podia SOl'
a\ mi~m() tiempo \q,isbdol' J ministro ll\ellipolCncia('io ,
lloro no se ~\llroho est,\ 1'1'o1)osi.don. Cuando el mini.stro




281, NOTAS
imperial I'ecihió ónlen de romper las negociaciones, de
claró Bonnier que él no salclda de Rastaut á menos que
no se le forzase á ello ó l'ecibim'a !Íl'den de su gobiel'llo.
Sin embargo) al vel' la ciudad cercada de ~I'opas impe-
riales, se puso en camino para Stl'asburgo con sus com-
pañel'Os , y fuel'on atacados por unos húsares austl'iacos
que le asesinaron á él Y á Robcrjot. Solo escapó Dehry
con algunos heridos y fueron saqueados todos los papeles
de la legacion. Se decretó una fiesta fúnebre en honor suyo
y que quedase vacante su silla en el consejo !pOI' espacio
de dos años cubierta COIl uu velo Ilegl'o. Dejó escritas
unas Observaciones históricas y politicas sobre Malta, y gran
número de escl'itos relativos á la revoluciono


PAGINA 253.


;) El genel'al Duphot nació en Lyon y sÍI'vió con ho-
nO!' en los grados de cOl'Oncl y ayudante general dUI'ante
los años de 91, ,95 Y 96 en el ejército de Italia, despues
de habel'se distinguido úlltes en el de los Pirineos. Es-
tuvo en efecto encargado por B:Jnapal'te de organiza!' el
ejército de la república Cisalpina, y á lines Je t i9i pasó
ú Roma con el embajadol' JOS() llonapal"te estando tl'atado
de casal' (:on su cuitada la señorita Clal'y , la actual reina
de Suecia. Desgraciadamente hubo en aquella capital una
asonada el dia 28 de dicicml)l"e del mismo añ() eutl'e los
lluevo:> republieanos y lo:> apasionados del antigllO l'égi-
mcn, y qucriflllc!o el geuc,'al salil' :í disipal'la, fue mucl'-
to por las u'opas del papa. El populacho insultó luego su
cadáver arrastrándole pOI' las calles y este suceso (leddi6
la conquista de lloma. El cmbajadol' sc retiró inmediata-
mente á Florencia.


PAGI~A 239 .


.1: El bal'on de Degelmaull , Illillistro del emperador
de Austria cn Suir.a fue el cncargado ue cl"eclual' en Ba-
silea cn didemhl'c de 1 itl:> cl cange de la hija de Lui~




DEL TRADUCTOR. 285
XVI COIl los diputados de la convencíon )' Cl ministro
Bcul'nollvillc á quienes habia entregado Dumonricz, Des-
pues firmó e\ tratado de paz de Campo-Fol'mio y todo el
reslo de su vida eontiuuó en la earrera diplomátiea.


PAGINA 276.


ti Luis Antonio de Bougainville fue el primer franees
que pl'OpUSO dirigir una espedicion científica en 1776
para hacer descubl'imientos de nuevos mundos, pues
aunque ya muchos aventureros habian dado la vuelta al
globo , ninguno lo habia empt'endido como un objeto
científico. Desde Sil juventud abandonó el estudio del de·
recho pOI' las matemáticas, y abrazó la carrera !militar,
Sil'vió primero en calidad de sen'etal'Ío de embajada en
Lóndl'es, y luego como cdeean del genel'al Monlcalm.
Pasó al Canadá, dOIl!le adquil'ió reputaeion de oficial va-
liente y á la paz de 1762 fueron recompensados s'Os ser-
vicios con el gl'ado de cOl'onel y el regalo de dos piezas
de al'lHlei·ia. Ya diez años ántes habia publicado un Tra-
tado de cálculo integral que le dió á conocer entre los sa-
bios , pel'o su nombre no llegó ú sel' verdaderamente
i1ustm hasta que publicó el "iage que habia hecho al I'e-
dedor del mundo dUl'ante los altos' t 766,1767 ,68 Y ti9.
Era hasta entónces la geogl'Ulia del Nuevo Mundo un te-
jido de erl'Ol'es y solo habian atravesado el Oceano pací-
fico algunos navios mercantes, y los primeros navegantes
hahian I'efel'ido mil fábulas solH'e las tierras que habian
descubier'to , confundiendo islas con conlinentes y vice
versa. La I'elacioll de su ,viage causó un vel'dadel'o entu-
siasmo y fue tl'adueítla á casi todas las lenguas. TI'azó la
geogl'atla del estrecho de Magallanes , deseub,'ió ú Otaiti
y la descl'ibió con Imuchos pol'menoresinteresantes, En
1770 le nomol'al'on gefe de escuadl':l y mariscal de cam-
po de los ejércitos de tierra. En 17nO se le dió el mando
de la escuadra de Bl'est é hizo vanos esfuerzos pOI' resta-
Llecel' el ól'den en medio tIc aquella agitacion que reina-
ha C'ntonces en los ánimos, por lo que se resolvió ú pe-




286 NOTAS
dir su l'ctiro. El empcl'adol' Napoleoll le nombró srnador
y el instituto le nombl'ó miembro suyo; pero el año d~
18\ t terminó su larga canera ú la edad de 82 años, pues
hahia nacido en Pal'is en el de 172~).


6 Antonio Fl'ancisco Andl'eossi nació en Castelnallda-
ri el dia 6 de marzo 1 iGl Y siguió la carrcra de artilleria
siendo ya teniente á la edad de 20 años. Sc distinguió en
el sitio de l\Ianlua mandando nna cOlta division de cinco
lanchas cañ{)ueras, con las cuales dió un ataque falso pa-
ra atl"aer hácia sí todo el fuego de la plaza, mientras que
los gcnerales Murat y Dallemagne atacaban pOI' otl'O lado.
Nombrado general dc brigada dió el dia 19 de mayo
1 i9i otra prueba de int!'cpidez, pues estan(lo encarga-
do por Bonaparte de reconocer si CI'a yadeable ellzonzo,
se precipitó él mismo en el rio y le pasó y repasó ú pie.
Fue con él á Egipto, donde estuvo encargado de muchas
operaciones científicas )' publicó ,'al'ios cscritos sobre las
matemáticas, siendo uno de los micmbros del instituto
nacional del Cairo. Volvió tambien en compallia de Na-
poleon á Francia y despues del tratado de Amiens se le
nombró embajador en LO\l'lres, luego cn Viena y últi-
mamcnte en Constantinopla. En 1814 le reti,·ó Luis XViII
de aquel puesto y durante los cien dias volvió á toma.'
servicio con el emperador- Napoleon. Era talllbien lIlielll-
bro ue la academia de las ciencias, y aucmas dc su His-
toria del canal del Mediodia, se le dcben otras muchas
obl'a8 impol'lantes, cntl'C las cuales uebf1ll citarsc 1111
Viage á la embocadura del mar Negro; UII Ensayo sobre
el tiro de los proyectiles huecos: una j}fel1wria sobre la di-
reccion general de las s'Ub.~istl'ncias militare.~: v otra sobl'r
las contratas de Ouvrard. Murió en l\Iontallha-n el 1G de
setiembrc 1828.




DIllECTORIO (1797). 287


CAPITULO CUARTO.


El general BOllnparte en Paris ; sus relaciones con el direc-
torio. - Proyecto de desembarco en Inglaterra, relacio-
nes de la Francia con el contincnte.- Congreso de Rastadt.
Causas de la Jilicultad de las ne¡;ociaciolles. - Revolucion
('11 Holanda, 1'11 Roma y en SlIi1.a. - Sitllacioll illterior de
Francia ; elecciones del ,1I10 VI; escisiones clector~les.
Nombramiento de Trcilhard para el directorio. - Espedi-
ciol! á Egipto, sustituida por Bon;'parte al P"oyccto de de-
sembarco; pr('parntivos de ('sta espl'oicion.


I1riLlantes fueron las fiestas que se siguieron al
recibimiento triunfal que el dircctori3 había he-
cho al general Bonaparte, así individualmente
por 10,<; diredores como por los ministros y miem-
bros de los consejos, procurando cada cual sobre-
pujar en mug;llilicellcia. La que mas agl'adó al
héroe de aquellos obsequios fue la 'que le dió el
ministro de negocios estrangeros, inspirándole
mucha aficion ú la antigua elegancia fi'ancesa. En
medio de aquellas pompas se presentaba sencillo
y afable, pero sério y casi insensible al placer,
buscando siempl'c en la concurrencia algun hom-




288 REVOLUClON FRANCESA.
bre útil y célebre pam entretenerse con él acerca
del arte ó la ciencia porque era conocido, y las
mayores nombradias se tenian pOl' muy honradas
~le haber recihido de Bonaparte aquella dislincioll.


No tenia el jóven general oh'a instmccion que
la que es propia de un oficial recientemente sali-
do de Jas e,~cuclas militares, pero el instinto de
su genio le hacia que supiera entretenerse soorc
asuntos los mas estraños y esparcir algunas ideas
aventuradas aunque origi'nalés, que feecuen teIDen-
te no SOB :mas que imperLinencias de la ignoran-
cia, pero que cuando salen de hoca de los hombres
superiores y se espresan con su estilo propio ,cau-
saB ilusion y seducen ú Jos mas inteligentes. Se
notaba con admiracion y sorpresa aqucHa facili-
dad de conversar sohre todos los asuntos; y los dia-
rios que se ocupaban en l'eferil' Lodos los porme-
nores relativos á la persona del general Bonapal'-
te, contando donde habia comido, qué semblante
habia puesto y si estaba triste ó alegre, dccian
que comiendo en casa de :F.'ancisco de Nellfcha-
teau hal)ia hablado de matemúticas con La-
g-range 1 y LapIace 2 ,de metafísica con Sieyes, de
poesia. con Cheni~r y de lcgislaeion y derecho pú-
blico con Daunou. En general pocos se atrevian ú
preguntarle nada estando en su prcsencia , pero se
descaba vivamente hacel'le hablar de sus campa-
ilas, y cuando se Ill'cscutaha CSl,l ocasjoH , 110 l1a-




]}J1\ECTORIO (1797). 289
hlaba jamas de sí mismo sino de su ejél'cito, de
sus soldados y lId valol' repuhicano pintaba el
movimiento y estruendo de las batallas haciendo
sentil' con viveza el momento decisivo, el modo de
apl'Ovecharse de él , admirando á los oyentes con
sus nal'l'ac10neS tan daras y por decirlo asi tall
dramáticas. Si sus hazañas habian anunciado UII
gran ea pita n , sus conversaciones particulares in-
dicaban un talento original y fecundo tan vasto
como positivo y siempre elocuente cuando Ilue-
r~a sel,lo. Ya habia conquistado á las masas á fucl'-
za de gloria y ahora principiaba á conquistar uno
{. uno pOI' medio de sus conversaciones á los pri-
meros hombl'es de Francia, aumentándose el en-
tusiasmo cada vez que se le veia. Hasta las lijeras
seiiales de origen estrangero, que no hahia podi-
do hOI'I'ard tiempo contribuian {¡ producir su efeelo,
porque siempre la sing\llarida~l aumenta el pl'es-
t igio del ingenio particularmente en Francia, don-
de la misma uniformidad de costumbres hace qlle ...
agrade el ail'e estl'angcl'o. Afectaba Bonaparte huil'
de la mufLitud y ocultal'se de SllS mil'adas, lle-
gando á veces á desagradade las muestms dema-
siado vi~'as de entusiasmo. Mma. de Stael, que gus-
taba y tenia derecho pal'a gustar de la grandeza
del ingeni-o y de la gloria, estaha impaciente por
vel' á Bonapal'te y espresarle su admiraeioll ; pel'O
él como homhre imperioso que desea que todo el


XI.
'9




2~)O RE,'OLUClO~ FRANCESA.
n\"mlo e'i.'-'" en ':;11. \Uló'd): ,\'d agndeclo muy poco
que ella saliese algunas veces del suyo, observan-
do que tenia demasiado talento y exaltacion , y
presintiendo hasta su independencia en medio
de su misma admiracíon, por lo cual estuvo con
ella fl'io, duro é injusto. I.e preguntaba un día
con poca delicadeza cual era á sus ojos la primera
entl'e las muge res , y él la respondió con seque-
dad: que la que hubiese parido mas hijos. Desde aquel
momento principió aquella antipatía recíproca,
que atrajo á ella disgustos tan poco merecidos Y'
á él le hizo cometel' actos de tirania mezctuina Y
brutal. Salia muy poco de su casita de la calle de
Chantcl'eine, cuyo nombre mandó variar el (lepar-
tamento de Paris en el de calle de la Victoria. No
trataba mas que con algunos sa:;ios como Lagral~­
ge , Laplace, Berthollet ; algunos genel'alcs como
Dessaix , Kléber y Caffareli :;, algunos artistas y
principalmente con Talma r" á quien desde enton-
ces cobró una aficion particular. Salia comunmen-
te en un coche muy sencillo y ocupaba en el tea-
tro un palco de los de celosia, sin tomar parlc en
los gustos bastante disipados de su muger, aun-
que la quería mucho y le dominaba aquella gra-
cia particular que jamas abandonó á Mma. Beau-
harnais ni en su vida privada ni en el trono, y
que suplia la falta de la hermosura.


Habiendo vacado l~na plaza cn el inslituto por




DIRECTORIO (1191). 291
la dep0l'tacion (le 'Carnol se apre:mrul'on á ofrc-
f:él'sela V él no solo la aceptó con gratitud, sino
quc vino á ocupada el día de su recC'pcion entre
Lagrange y LaplacC', y no dej(; tIe lIeyal' siempre
el llnifol'me (le! instituto en los djas de cen~monia,
afectando ocultar a~i el ~lleITCI'O bajo el traje del
"ahio.


No podía meno.:; ulla f?;lol'ia tan gTalltle de ca u-
:>.al' algunos recelos á los gcfes del gohiel'no , que
no teniendo en su fayor ni la antigüedad del na-
cimiento, ni la gTandcza personal, se "cían f'nte-
ramente eclipsados P0l' el guel'l'el'O pa('ifi'~adol';
mas sin emhargo le tenían las mayores considera-
ciones, á que cOI'I'espondia d con grandes mues-
tras de defcl'encia. Generalmente el sentimien-
to que pl'eocup:l Olas es ~l(Iuel de qne se }¡,lbla
menos, y así el directorio estalla mlly distante de
manifestar ninguno de sus temores; pero recibía
muchos pal'tes de sus espias que iban á los cuar-
telcs y sitios públicos á escuchal' las conversacío-
IWS quc se tenían acerca de Uonaparte , dOllde so-
lía decí¡'se que dentro de poco había de p')nerse al
frente de los negocios, y echar á bajo un gobicl'-
no dehi\ita(\o para salvar á \a Francia asi de los
realistas como de los jacobinos. El directorio
echánclola de franco y de sencillo le daha á ll'el'
aqueHos partes y tingi.a que no hacia caso de 1'\\05
como si tuvil'se al general por incapaz tIe ambi-




292 REVOLUCION FRANCESA.
cion. Este con no menor disimulo recihía aquellas
confianzas con agl'adecimip.nto asegurándoles que
em digno de merecerlas, pero asi el uno como los
oh'os se desconfiaban recípl'ocamente hasta el úl-
timo estremo. Si los espias de la policia hablaban
al dil'ectorio de proyectos de usurpacion , los ofi-
ciales que andaban al rededor del g'eneral le con-
taban que se trataba de envenenarle porque la
muerte de Hoche habia esparcido sospechas muy
absUl'das, y el general que á pe3ar de estar escnto
d~ temores puel'iles no ca recia de pl'Udencia, to-
maba las mayores precauciones cuando comia en
casa de uno de los dil'ectores. Em muy pal'co en
la comida y solo tomaba de aquellos platos de que
veía comer al mismo director y del vino de que
le habia visto bebel'.


Gustaba Barrás de dar á entender que él el'a el
auLol' de la fortuna de Bonaparte y que ya que no
fuese su protector era por lo menos amigo suyo.
Manifestaba en particular un estraOl'dinario afec-
to hácia su persona y con su astucia acostumbrada
intentaba convencerle de su cariño sin tenel' reparo
en hablar mal de sus compañeros afectando for-
mar bando aparte. No daba gran importancia el
general á las manifestaciones de este director de
quien hacía muy poco caso, y no correspondia á
su sel'vilismo con ninguna especie de confianza.


Solían consultarle muchas veces sobre ciertas




DlltECTOlllO (1797).
,cuestiones y le envia»au á uno de los ministros
para que vinie",e al diredorio, donde se pre~ent3.La
y tomaba asiento al lado de los diredores dando
su dictámen con atIuel tacto filio .Y supc,'iol' que
le distinguia en malerias de atlmillistracion y go-
bierno no lUenos que en las de guel'l'a. Afectaba
en maLerias políticas lIl1a {Iireccioll de ideas aná-
logas {¡ la situacioll que habia adoptado. Ya diji-
mos como al dia siguiente de la ¡Ol'nada de fme-
tidor, una vez dado el impulso y asegurada la caí-
da de la taceion reali:;ta , se detuvo BOllaparte sin
<¡ueree dal' otro auxilio al gobiel'llo que el estric-
tamente necesario para iru pedir dl'establecimien-
to de la mOllan[uia. U na vez asegurado este pun-
to no ((ueria pasal' pOI' partidario del directorio
sino permanecel' independieulc de todos los par-
tidos si n l'eüi r ni estrecharse demasiado con ni 11-
guno. La (lile entonces le convcnia era la acti-
tud de celbOl', por lo rnismo que es la Illas fácil
cuando se trata de un ~ohierllo murmurado pOI'
todas las di fCI'ell tes lúccioJlcs y siempre espllesto
Ú quedar mal. Tielle adcl1Ias la ventaja de reunir
:í sí lodos los descolltentos ó lo que es 10 mismo á
todos los partidos que no tardan en disgustarse
del gobicmo cuamia Ítllcnta l'cpn'midos y cal'cce
de la fuerza necesaria panl acabar COll ellos. Aque-
llas proclamas de Honapal'le ú los Cisal pillOS y Ge-
noveses cuando inlentaron [1l'omulg;ar lcyes COll-




294 RE\"OIXUON f'l\ A:'ol CESA.
tI'a los Ilohh~s, habian hastado para indicar la d¡~
}'cccion de sus aduales ideas, puc:; se veja y se
infería de sus cOllversacioncs cIue desaprobaba
la conducta ob.;cnada por el !!;obíCl'll0 despues
del 18 de fmetidor. El'a nalural (jue de resultas
de aquella jomada hubiesell tomado los patrio las
algullil sUpel'iOi'jdatl, y asi el dil'cdol'Ío estaba no
diremos domillado, pel'o íllHui,lo por ellos segun
se infel'ia de sus elecciones, tle SIIS IWOV ¡dencias y
del espírüu general de su gobicl'I1o. Bonapal'te sin
dcjar de guardar la lnayor reserva daba a enten-
der que 110 era tk ~u gu,;!o la tlil'eccioll que se-
buia d gobierllo, y parecja mirarle como d(~bil,
incapaz J que s(~ t:ejajJa dominar por una üleelon
despues de Inl.i(lo por olra. En ulla palalH'a, era
visible que no (I'lcl'ia ,;f'l' de su dictámen y hasta
se conducía (h~ manera <ltlc al mismo tiempo que
se opollia al relorllO (te la mOllarquia , no (lueria
aceptal' la responsabilidad de la rcvolucjon y de
~llS aelo~. A('cróbase va el aniversario del 2 t de
enci'O ," !!l!' ¡m~cjso llf'gociar para 'IlIC se decidiese
;. asistir ú la ¡¡esta que se il,.. a celebrar por quin-
ta vez. Habia d lleg'atlo ;l lJaris en diciembre y
prillcipiaba el allO t 7~}H cn los meses de nivoso y
pluvioso del aIlO \'1, no queriendo él presentarse
eH la ccremonia como si hubiese desaprobado el
acto que se cclelJl"aha , ú haceL' algo en filvor de
<HIucHos hombres ú (luicllcs habian cnagenado sus




DIRECTORIO (17981• 29ií
proclamas del J 8 de fructidor y la metralla del 13
de vendimiario. Se quería que por todos títulos
asistiese á ella, porque ha biendo sido general en
gefe del ejército de Italia y plenipotenciario de
Francia en Campo-Formio , e,'a hoy lIno de los
que estaban nombrados para el congreso de Ras-
tadt y general del ejército de Inglaterra, pOl' to-
do lo cual debia concurl'i¡, á las solemnidades de
su gobierno. A esto respondia él que ninguno de
aquellos títulos le obligaba á presentarse en una
fiesta donde su presencia equivaldl'ia ú un aSf'nti-
miento que él estaba muy distante de dal', Se to-
mó el medio término de que habiendo de asi:üi,' el
instituto en cuerpo ~ él se mezclaría en las filas,
como si fuese una obligacion de aquella corpora-
cion; de suerte que entre todas las dignidades
acumuladas sobre su caheza, esta de miembro del
instituto era ciertamente la mas cómoda, y él sa-
bía apl'Ovecharse tle ella con oportunidad.


Siempre se adivilla pronto á un gobierno na-
cien te , y aquella multitud de aduladores oficio-
sos (Iue ya I'Odeaha ú Ronaparte, solían pregunb.r-
le si pensalM limitarse siempre á mandar los ejt'r-
citos \' si no tomaria en fin en el gobíemo de los
negocios la parte (lUC le aseguraban su ascendien-
te y su genio político, A pesa.' de que todavía ig-
noraba lo que podia y lo que debía Ilegal' á ser,
no pocha dndar de que era el primer hombre de




296 REVOUJCJON FRANCESÁ.
su tiempo, y al ver el inDujo de Pichegrú en los-
Quinientos- y el de Ban'ás en el dil'ectol'Í-o, uo em
necesaria mucha ambicion pam persuadirse á que
podía desempeñar un gran papel político, aunque
en el momento no le ocurriese ninguno. Era de-
masiado ¡óven para SCt' di recto l' porque se nece-
sitahan 40 años de edad y él no tenia mas que 30,
y aunque se hablaba de una dispensa de edad cm
ya una conccsion quese necesitaba obtenct' y que
inquietaria á los l>epublicanos y les haria poner el
gt'ito en el cielo sin que la cosa mereciese la pena
de Jos disgustos que le podría ocasionar. Verse aso-
ciado como {luinta persona en, el gobiel'l1o sin te-
ner' mas que su voto en el directorio, y desga&-
tarse luchando con los consejos que eran todavia
independientes, no era un papel que le acomoda-
ba ni. seme\ante \'e~mltal\{) IUl.'.rcú',).l'<l.. ~e\\',). <--\.e \,\:1.\-
vocal' una ilegalidad. TodabÍa tenia la Fl'an..:ia un
enemigo poderoso á quien combatir, y aUllq ue
1"a Bo\),,\parte cli\.uvicliC cuh\c\,to tle g\oria, prefe-
ria it' á coger' lJuevos laureles y dejar al gobierno
que se desacreditase m~lS en su penosa lucha con


los pil.l'iídos.
Ya hemos dicho que el día mismo quc se supo


en París que estaha firmado el lt'alado de Campo-
Formio, queriendo el di,'cclorio Ilamal' la aten-
cioll del púhlico conlra la 1 nglatel'l'a , creó inmc-
dialamentc un ejército contra esLa polenci;l , y dió




DJUECTOIUO (1798). 297
d mauclo de él al general Bonapartc. Pensaba el
gobicrno fi'anca y sincemmente tomar el camino
mas corto pal'a atacar á la luglatena haciendo en
ella un desembarco; pues en aquella época y con
Id osadía general de los ánimos se mimba aquella
empresa CO!110 muy facíl de ejecutar. La ya inten-
tada espedicion en Irlanda probaba que se podía
muy bien pasar al abrigo de las nieblas ó de alguna
ráfaga de viento, y no se creía que la nacion inglesa
con,todo su patriotismo pudiese resistÍL' sin un buen
~jél'cito de tierra, á los admirables soldados de
Italia y del Rhin , y sobl'e todo al g~nio del ven-
cedol' de Castiglione, de Arcole y de Rivoli. No
queria el goLiel'1lo dejal' mas que 25 mil hombres
en Italia y traer todo lo dernas al inlel'Íor; mas
por lo que hace al gl'an ejército de Alemania,
compuesto de los dos ejercitos dd Rhin:y del
Sambra y Mosa ,iba á reducirlos á la fuerza ne-
cesaria para imponer al imperio durante el con-
gl'eso de Rastadt y traer lo restante hácia las cos-
tas del Oceano. Igual direccion se daba á todas
las tropas disponibles, y andaban l'cconicntlo tas
wstas los generales de ingenieros para elegir los
mejores puntos de desembarco, habiéndose dado
ónlen para l'eunit' en los puertos flotillas conside-
rables y reinando suma actividad en el ramo de
la marina. Se espel'aba que alguna ráfaga de vien-
to acabase por alejar la escua .. lra inglesa que blo-




298 REVOLUCION FRANCESA.
queaba la bahía de Cadiz y que entonces podl'ia la
marina española venil' á reunil'se con la francesa.
Por lo que hace á la marina de Holanda que tam-
bien se pensaba en reunir á la nuestra, acababa
de sufril' un fuerte revés á la vista de Texel, y so-
lo habian podido salvarse algunos restos en los
puet'tos de Hola·,lda. Pero las escuadras espaIlOla
y francesa bastaban para cubril' el paso de una
flotilla y asegurar el trasporte de 60 Ú 80 mil hom-
bres á Inglaterra. Para facilita.' todos estos prepa-
rativos se habia pensado en propo.'cionar nuevos
recursos de hacienda, pues como ya di j irnos solo
se habia fijado el prcsupuesto para el año VI en
616 miUone:., que no bastaban pam un al'mamen-
to estraordinat'io. Se quiso hacer que concurriese
el comcrcio para una empl'esa que era toda en be-
neficio suyo; y se le ¡wopuso Ull empréstito de 80
millones hipotecados pOl' el estado. Debian eam-
hiarse una parte de los beneficios de la espedicion
por ciertos premios distrihuidos por la suerte en-
trc los prestamistas, y el dircctorio hizo que los
principales negociantes solicitasen la apet'tura del
empréstito. En efecto se presentó el proyecto al
cuel'po legislativo, y desde los pl'imeros días pa-
reció estar en mucho favor pues se recibieron de
quince á veinte millones de susc.'ipciones. No so-
]amenle dirigia el directorio todos sus esfuerzos
contra la lnglatct'ra sino quc tamhien cmpleaba




DIRECTORIO (1798) . 299
.::ontra ella toda su severidad, prohibiéndose por
una ley la enlt'ada de las mercancias inglesas y
estando autorizado por otra para hacer visitas do-
miciliarias, á fin de descuhridas, las cuales se
ejecutaron en toda Francia en el mismo dia y ho-
ra que fue el 4. de enero.


Aparentaba Bonaparte aprobar y auxiliar aquel
gran movimiento, aUJl([ue en el fondo no cra de
su gusto; porque aunque no le parecia dificil cn-
trar en Londres, ni lleval' 60 mil hombres á In-
glaterra, conocia que seria imposible conquistar
el pais lli establecerse cn él, sino únicamente ar-
rasade, robal' ulla parte de sus riquezas y atrasar-
le ó anularle para medio siglo. Pero que era in-
dispensable sacrifical' el ejército que se hubiese
llevado allí y volverse ca:;i solo despues de ulla
cspecie de illcul'sion LÚl'hara. Mas adelante cuan-
do tuvo mas pode,' ycspericncia de sus recur-
sos y mas irritacion personal contra Inglaterra,
pensó en ] uchar cucrpo ú cuerpo con ella y a ven-
turar su fortuna por la suya; pero hoy eran otras
sus ideas y proyectos. La principal razon que le
apartaba de aíluella emp,'esa era que los prepa-
rativos exigian todavia muchos meses, que iba á
JIegar la estacion de primavera y se necesitaba es-
perar las nieblas y los vieulos del pl'ó'(imo invier-
no para intentar un de3emharco , y ól no quería
estar un aüo entero ocioso cnParis si11 añadir na-




300 RFVOLUCJON FUANCESA.
da á su alta reputacion, mas antes bajando en la
opinion por el hecho solo de no eleval'se. Pensó<
pues en otro proyecto no menos gigantesco que
el desemhal-co en Inglaterra, pero mas singular,
de mas vastas consecuencias, mas conforme á su
imaginacion y sobre todo mas inmediato. Ya di-
jimos que en Italia se ocupaba mucho dellUedi-
terraneo, que habia creado una especie de mari-
na, que en la reparticion de los estados venezia-
nos habia tenido gran cuil\ado de reservar para la
Francia las islas de la Gl'ecia. 1 C\.ue habia entahla-
do algunas intt'igas en Malta con la esperanza de
quitársela á los caballeros y á los Ingleses, y ú 1-
timamente que habiaestendido muy á menudo sus
miradas hácia el Egipto como punto intermedio
que debia ocupar la ~Francia entre la EUl'Opa y el
Asia para asegurarse del comercio de Levante ó
del de la India. Esta idea se habia apoderado de
su imaginacion y le pl'eocupaba estraonlinaria-
mente, y sabiendo que en el ministerio de nego-
cios estl'ang-eros existían documentos preciosos so-
b,'e el Egipto y sobre su importancia colonial,
mal,ítima y militar, hizo que se los pasase lUr. de
Talleyrand y se puso á devorados. Obligado á re-
correl' las costas del Oceano para la ejecucion del
proyecto de Inglaterra, llenó su coche de viages
y memol'ias sobre el Egipto y así mientras pare-
cía obedecer ¡í los deseos del directorio meditaha




DIRECTORIO (1798). 301
otra empresa diferente, y cuando su persona se
hallaba entre los arenales de la antigua Batavja ,
andélba errante su imaginacion por las riveras del
Oriente. Allí entI'eveia un pOI'venir confuso é in-
menso y se sonreia y embriagaba con la pers-
pectiva de internarse en aquellas comarcas de la
luz y la glol'ia, donde Alejandro y Mahoma ha-
bían vencido y fundado imperios, y con hacer que
l'esonase allí su nombre y volviese á Francia repe-
tido por los ecos del Asia.


Púsose pues á recorrer las costas del Oceano du-
rante los meses de enero y febrero 1798, dando
una escelente direccion á los preparativos de de-
sembarco , pel'o engolfado en otros pensamientos
y proyectos.


Mientras que la república dirigia todas sus fuer-
zas contra la InglatelTa, tenia otros intel'eses im-
portantes que arreglal' en el continente, porque
era inmensa su situacion política. Tenia que tra-
tar en Rastadt con el imperio, es decir con el
feudalismo personificado; y al mismo tiempo te-
nia que dirigir por nuevos caminos {t tres re-
públicas hijas suyas. que eran la Bátava la Cisalpi-
na y la Ligul'iana. Colocada al frente del sisLema
demoCl'ático en pI'esencia del feudal, tenia que
imped.il' los choques entre estos sistemas para no
verse en precision de vol ver á principial' la lucha
que acabaha de terminar con tanta gloria, pel'O




302 llEvOLUCION FRANCESA.
que la habia costado horribles esfuerzo,;. Tal era
su ocupacion que presentaba no menores difi-
cultades que las de atacar y :u'ruinar á la Ing-Ia-
terra.


Dos meses habia ya que se habia reunido el con-
greso de Rastadt donde representaban á la Fran-
cia Bonniel', hombre de mucho talento y Treilhard
hombre de bien aunque áspel'o en su tl'ato. En los
pocos diasque Bonapat'le habia pasado en el con-
greso , se habia puesto de acuerdo secretamente
con el Austt'ia sobre los arreglos necesarios para
la ocupacion de Maguncia y la de la cabeza del
puente de lUanheim. Se habia resuelto que las tro-
pas austriacas se retil'al'ian al apl'Oximarse los
Franceses y abandonarian las milicias dt'l impe-
rio, y que entonces debian apoderarse las tropas
francesas de Maguncia y de la cabeza del puente
de l\fanheim, ya fuese intimidando á las :dichas
milicias del imperio reducidas á su sola fuerza, ó
ya dando el asalto en caso necesario, lo cual se
ejecutó en los términos convenidos. Viéndose las
tropas del elector abandonadas de los Austriacos
entregaron á l\faguncia , y las que estaban en Man-
heim aunque quisieron resistil', se vieron precisa-
das á ceder, bien que hubo que sacrificar alg'unos
centenares de hombres. Era evidente despues de
tales sucesos, que pOl' los artículos secretos del
ti'atado de Campo-Formio habia reconocido el




DIRECTORiO (1798) 303
Austria la linea del Rhin para la república, su-
puesto que consentía en asegurarla los puntos mas
importantes. Se convino ¡¡demas en que el ejérci-
to frances , durante las negociaciones, abandona-
ria la orilla derecha del Rhin y ocuparia la iz-
{luierda desde Basilea hasta Maguncia, y que en
aquella altura polll'ia continuar ocupando la de-
recha, pero alargándose por el Mein y sin pa-
sar de sus orillas. En cuanto á los ejércitos aus-
triacos ,debian l'etirarse del otro lado del Oanu-
hio hasta el Lech y eVacuaL' las plazas fucltes de
Ulma, lngolstadt 'j Philipshurgo, quedando su po-
sicion con respecto al imperio, muy semejante á
la de los ejt~rcitos franceses. De este modo iba á
deliberar la diputacion del imperio entre dos fitas
de soldados; pero el Austria no ejecutó francamen-
te los artículos secretos sino que á favor de algun
disimulo dejó guamiciolles en Philipsburgo, en
Ulma y en Ingolstadt. La Francia hizo la vista
gorda sobre aquella infl'uccion tIel tratado por no
turbar la buena inteligencia y luego se trató del
recíproco ellvio de embajadores. Uespondió el
Austria que por el momento se contentarian (:on
cOl'responderse las dos potencias por medio de los
ministros que tenian en Rastadt , lo cual no daba
á entender gran impaciencia en entablar relacio-
Hes amistosas con la Francia; pel'O era menester
hacerse cal'go de que despues de tantas derrotas y




304 REVOLUClON FkJ.NCESA.
humiUaciones no era estraño que el Austria Cfit.n-
viese de mal humor.


Las Iwimems esplicaciones entre la diputacion
del imperio y los ministt,os de Austria fueron bas-
tante amal'gas, púrque aquella se quejaba de que
estos huhiesen contl'Íbuido á despojarla \'ccono-
ciendo la linea del Rhin para la república y entl'e-
gando de un modo pérfido la plaza de Maguncia
y la cabeza del pu-ente de l\tanheim ; sohre todo
de que despues de haber arrastrado el A uslTia al
imperio en su lucha contra la Francia le abando-
naba y entregaba sus provincias en cambio de po-
sesiones en Italia. A esto rcspondian los ministros
del emperadot, que él sc habia visto precisado á
hacer la guerra por los intercses del impc,'in y
defensa de los príncipes que tenian posesiones en
la Alsacia ; que des pues de habcl' tomado las ar-
mas por ;interes de ellos, habia tenido que hacer
esfuerzos estraordinarios durante seis años conse-
cutivos; que se habia visto ahandonado sucesiva-
mente por todos los estados de la eonfederacion,
que habia sostenido casi solo el peso de la gucl'I'a;
que habia perdido en aquella lucha una parte de
sus estados y particularmente las ricas provincias
de la Bélgica y la Lomhardia; y que des pues de
tales esfuerzos , y tan mal correspondidos , mas
bien debia esperar gralitud que l'econvenciones.
La verdad em que el emperador solo habia toma-




DJlIECTORIO (1798). 305
do por pretesto á los príncipes posesionados en AI-
sacia para hacel']a guerrd, y la había sostenido
pOI' su propia ambicion ; que arrastró á ella Ít ¡la
confecleracion germánica, muy á pesar suyo, y que
ahora la vendia para indemnizar'se á su costa. Des-
pues de aquellas vivas esplícaciones que no vinie-
ron á pal'ar en nada, fue menester pasar adelante
y ocuparse de la basa de las negociaciones, en las
cuales pretendian los Franceses la orilla izquier-
da del Rhin, y proponian para indemnizar á Jos
príncipes desposeidos de sus estados en medio dt~
las secularizaciones. Mas el AusL!'ia, que no con-
tenta con haber adquirido la mayo!' parle del te¡'-
ritOl'io veneziano, que!'ia indemnizarse tambien
con algunos obispados, y habia hecho ademas sus
convenios secretos con la Francia; y la Prusia,
que estaba convenida con esta misma en indem-
nizarse en la Ol'iBa del'echa del ducado de eleves
(pIe hahía perdido en la izquierda; y los príncipes
desposeídos, que pl'eferian adquirir estados en la
orilla de~'echa al abrigo de la inmediacion de Jos
Franceses, mas bien que recobrar sus antif!,uos
principados, todos juntos votab~m porque se ce-
diese la linea del Rhin y que las secularizaciones
se empleasen en indemnizarlos. Así dificilmente
podía el impel'io defenderse contra todo aquel
conCUl'SO de voluntades; pCl'O sin emh:u'go como
los p.oderes dados á la dipulacioll contenían la


XI. 20




306
cláusula espresa de la inte~Tidad del imperio ger-
mállico , declanH'oll los plenipotenciarios fl'ance-
se" que aquello:; pOllercs eran insu(1cientes y exi-
¡.Óeroll otros. Logró 1 a t1 i pulacion que se los diese
la dieta, pero á pesar de que con ellos tuviese fa-
cultad para concedel' la linea del Hhin y renun-
cial' á la orilla jZ(Juiei,da , insistió la diputacion
en defenderla, esponiendo lJIIH:has razones, por
que estas nunca faltan en diplomacia. Decia la di-
putacion que el imperio gel'llléÍnico no hahía sido
el primero á declaral' la g'lIel'l'a, sino (Iue mucho
ántes de que la dicta de Hatisholla la hubiese de-
clarado, ya habia Cnstinc sorprcndido á Magun-
cia é invadido la FI'allcollia, y así no habia hecho
mas <i ue dcfenderse. Privarla ahora de hna parte
dc su territorio trastornaba su cOllstitucÍon y com-
prometía su ~~xi,;tencia, <iue era muy importante
para toda Europa. Adcmas ,las provincias de la
orilla izq uiel'da fine q uei'Ía 11 l{uitarla, eran de Il1 uy
poca importa licia pal'a un estado tan estenso co-
mo la república fl'allcesa, y podia rcemplazarse
la linea del Rhin por otra linca militar, como pOl'
ejemplo la del Mosella. Ultimamcnte que la repú-
blica renunciaba pOI' unas ventajas muy misera-
hlcs la gloria tan hella y pura fiue la resultaria de
su moderacion política. En consecuencia proponía
la dipulacion abandonar todo lo que había posei-
do el imperio del otro lado del Mosclla y quc se




DlREcrORlO .(1798;.
tomase por límite á este rio. A estas ra7.0nes tenia
la Francia otras muy hucHas que oponer diciendo
que no hahia duda en cIue hahia tomado la ofen-
siva y principiado la guerra de l.eellO; pero que
la verdadera guena, esto es la de illtenciones,ma-
(Iuinaciones y preparativos, llahia sido principia-
da por el imperio. Que en Tl'éveris y en Cob!cnlr.
se habian reunido y organiza(lo los emigrados pa-
ra salir de allí formauo3 en falanges destinadas ú
humillar, embrutecer y desmembrar la l"rancia.
Que esta cn lugar de ser vcneida habia salido vic-
toriosa, y se aprovechaha (h~ ello 110 para causal'
el mal que hahíau' qucrido hacerla, sino para
indemnizarse tl(~ la guerra fIue la hahian he-
eho, exigiendo su límite natlH'al (Pll~ era el del
Rhill.


Se disputaba pues pot'({lle siempl'c se disputan
las conce,iolle.'i mas ilH~vitables p2ro era evidente
que la diputacion iha ú ceder la orilla izquierda
y si hacia alguna resistencia el'a solo por conse-
guir mejores condicione~ en otl'OS pUlIlus litigio-
sos. A esto se I'educiall las negociaciolles de Ras-
tadt ell el JIles de fehrero de t 798.


Augereall , á quien el directorio llabia dado el
mando del ejército ele Alemania para desembal'a-
zarse (le él se hahia rodeado de los mas fllrjo~()S
jacobinos, lo cualllo podía menos de dar 1II11dlO:;
rccelos al imperio, ()lU' nada tf'mia tanto ('OUlO




308 REVOWCION FU.NCESA.
el contagio de los nucvos principios, y asi se que-
jaba mucho de los escritos incendiarios que se es-
pal'cian pOl'la Alemania. Estahan en tal fermen-
taeion las cabezas en Europa, que no el'a necesa-
rio suponer la intel'vencion francesa para espliear
la circulacion de los papeles revolucionarios; pe-
ro le importaba mucho al di.'cctOl'io evitar todo
motivo de (lueia y ademas estaba poco contento de
la conducta turbulenta de Augereau , y así le qui-
tó él mando y le envió á Perpiñan bajo pretesto
tle reunil' allí un ejé.'cito, que segun se decia es-
taba destinado á obrar contra Portugal. Instigada
por Pitt aquella corte no habia ratificado el trata-"
dü hecho con la república, y se la amenazaba (le
ir á castigar en ella á una aliada de la Inglatel'ra ;
pero en realidad de verdad esta no era mas que
una vana demostracion, y la comision de Auge-
reau una desgracia disimulada.


Ademas de las relaciones di.'ectas que la Fran-
cia principiaba á entablar con las potencias de
Eitropa, tenia que dirigir, como yahemos dicho,
á las nuevas repúblicas las cuales no podian me-
llOS de estar agitadas con los contl'arios partidos y
cm obligacion de la Francia evitar las convulsio-
nes que ella misma habia espedmentado. Ademas
estaba llamado y pagado pal'a esto solo puesto que
tenia ejércitos en Holanda, en la Cisalpina y la
Liguria mant~nidos á costa de las repúblicas. Si




nlllECTOlllO (1798). ~09
Lajo prestesto de no atentar á su independencia
las dejaba entregadas á sí mismas era muy peli-
groso que ocurriera ó bien una contra-revolucion
ó un desenfreno jacobínico. En el primer caso ha-
bia peligro pal'a el sistema republicano y en el
segundo pal'a el manlenimento de la paz general.
Si los jacobinos hubieran tomado la preponderan-
cia en Holanda eran capaces de indisponer ú la
Prusia y á la Alemania y si llegaban ú mandar en
la Cisa\pina y la Ligoria , podian muy bien albo-
rotar la Italia y precisar al Austria ú volvel' á la
guerra. Por tanto era indispensable modera!' la
marcha de aquellas repúblicas pel'O al tiempo mis-
mo que se las moderase aparecia otl'O inconvenien-
te. Se quejaba'la Europa de que la Francia llabia
hecho de ellas mas bien unos súbditos que unos
aliados y se la reconvenia de que aspiraba á una
(lominacion universal, pOI' todo lo cual era in-
dispensable elegir agentes que tuviesen psacta-
mente la opiniol1 conveniente en el país de su re-
51dencia 'j d tacto necesario para hacer sentir h.
mano de la Fl'ancia sin que apal'eciese muy visi-
blemente. Ya se echa pues de ver que hahia difi-
cultades de mas de un génp.ro para mantener los
dos sistemas opuestos sin (Iue dlOcasen el uno con
el otro. Ya les hemos vislo estarse batiendo durante
seis años, y ahora les veremos estar o tro entero en
negociaciones y en ellas mismas se echarú de ver


-.




:~ I fJ IU\HJI.LUO:\ FH. \:\'CESA.
mejor qllr en la mi:Sll\~ guel'ra CII.lIl inl:ompati-
hles eran uno con otro.


Ya hemos dt':wl'ilo los difcrentes partidos (lue-
dividian (. la Holanda esto es el moderado y pru-
dente <pIe dl~"eaba Hila constitucion unida y tem-
piada, el eud tellia por enPllligos Ú los orangis-
tas «(111' erall cl'i,ltul'as del StatllOudel', ú los fe-
deralistas partidarios d(~ la~ antivuas di"isioncs
pl'o\,jllciah~s l(lH~ aspirahall ú dominar en sus pro-
"incias sin (í'H~I'el' ag;llanlal' mas que un débil vÍn-
('ulo J¡deral; y últimanwllte ú los demúcratas ó ¡a-
cohillns fIue querían la unidad y la democracia
puras. El dii edorio lenia <¡ue apoyar Ilaturalmen-
te al primer pa''lido enemigo tic los otros Lres por
(Iue sin incidir 1'11 llillf!UWl <le sus opll!~"tas f'xage-
\'a('ione~ queria (>ltlcilial' el alllig'uo sist('lIIa fi'de-
rativo con Hila ~lIl¡cielilp COllcclltraciol1 del goLier~
no. s!~ ¡la mm'murado mucho del dil'cctOl'io di-
ciendo flltn quería illtroducir en todas p,dtes la
l'{'pí.hlie<! /1//(/ 1; ¡itd¡I'i.~i!111' y ell ;cllPral se ha equi-
vocado lI)lIdlO su ,,¡.;!ema sohre este punto. Siem-
pre J1l1[¡if~l'a :;itlo HIl pellsamiento profundo a(lue-
lla idea de l'cpúblifa Hita e iudirisiúle imaginada
(~n d ajio de 03 alln cuando no huhiese sido par-
lo de UlI instillto poderoso. UII estado tan hOnlo-
~'cnco y tall bien constituido como la fl'ancia era
incompatible con el sistema federativo, y si hu-
biese tenido la de,..;gl'acia tIc admitirle viéndose tan




DInECTORIO (1798). 3 t 1
amenazada cra necesariamente perdida, porque
ni convenia á su confi)rmacioll topogt'ú{lca, ni á su
situacion política. Verdad es que tambien hubiera
sido muy absunlo exigir cn todas partes la misma
unidad é 1:ndivisibilidad que en l"rancia, pero el di-
rectorio que se hallaba coloc~lIlo al frente de un
nuevo sistema y precisado á 1JUscarle aliados po-
derosos dehía procu ral' da l' consistencia y fuerza
á sus nuevos aliados y es impo:;ible obtener ni
una ni oh'a sin un cierto gmdo de concenlracion
y unidad. A esto se l'educía el pensamiento, ó
digamos mas hien el illstinto (Jue dirigia y debia
dirigir casi sin saberlo ú los ~cf('s de la repúhlica
francesa.


La Holanda COIl Sil anliguo sistema fedcrativó
se habria visto redllcitla á una completa impoíeú-
cia porque su asamhlea nacional 110 había podido
todavia darla una conslitucion, sino que estaba
sujeta ú todos l()~ reglamentos de lo.;; antiguos es-
tados de Holanda, donde dominaba el federalis-
mo, y los partidarics de la unidad y de una con5-
titllcion mrdcl'atla pedian la ;¡boliclon de a({ueL
reglamcnto, y el pronto establecimiento de Ulla
cOllstitucion. Acusaban al plenipotenciario Noel
de que f~lvorecia Ú los fcdct'alistas, y la Francia
no podia diferil' lomar alg;ulI pat'lido, por lo cual
determinó cllviar ú Joubert para quc mandase el
ejército de Holanda, el cual era llllO de los tenien-




3ft ItEVOLUClON FllANCES.\.
tes de Bonaparte en Italia, célebre desde su mar-
cha por el Tirol, mo,lesto, desinteresado, valiente
y buen patriota. Heemplazó á Noel con el anti-
guo ministro de negocios estl'angel'os . Delacroix ,
en lo cual podia haber hecho mejor eleccion pe-
ro por desgracia 1 el directorio tenia poquísimos
homht'es útiles para la diplomacia, porque aun-
que habia muchos bastante instruidos entre los
miembros de las asambleas actuales y antel'iot,cs ,
no et'an hombres acostumbt'ados á laÍ> formas di-
pLomáticas, sino gente áspet'a y dogmatizadora,
siendo muy dificil encontrat' sujetos que concilia-
sen la firmeza de los principios con la Ul'banidad
de los modales, que era lo que se necesitaba en-
tre los enviados á pais estl'angero para que supie-
sen hacer respetar nuestr.as doctrinas sin ofender
las preocupaciones de la antigua Europa. Cuando
]legó á Holanda Delacroix asistió á un convite
tIue daba la comision dipiomática á todos los mi-
nistros estl'angeros, y despues de haber tenido
en su ji resencia un lellguage enteramente dema-
gójico, dijo en alta voz con el vaso en la mano:
i Por que no Ita de haúer alyult úátavo qne SI' atreva á dar
de pnñaladas el reglamentu subre al altar dt la pátria! Ya
se deja discurrir el efecto que producirian entre
Jos cstrangeros semejantes botaratadas; pero lo que
sucedió fué (lue no tardat'Ol1 en dar de purialadas
~I reglamento. Cuarenta y tres diputados habian




DIRECTORIO (t798). 313
ya protestado contea las operaciones de la asam-
blea nacional, y habiéndose reunido el dia 22 de
enero 1798 en el palacio de Haden apoyados por
llUestras tropas, procedieron como se habia he-
cho cuatro meses antes en Paris el t 8 de fl'uctidor.
Esduyeron de la asaml,lea nacional á cierto nú-
mel'o de diputados sospechosos, encenaron á al-
gunos de ellos, allularon el reglamento y organi-
zal'Oll la asamblea en una especie de convencÍon,
de suerte que en pocos dias quedó redactada y
puesta en vigor una constitucion semejante á la
de Francia. Queriendo imitar ú la convencion los
nuevos corifeos, f;Jl'maron el gobierno de unos
cuantos miembl'os de la asamblea actual, y se cons-
tituyeron á sí mismos en directorio y en cuerpo
legislativo. Siempre los que se presentan para ha-
cer esta clase de movimientos welen sel' los mas
decididos de su partido, y era de temer que el
nuevo gobiel'l1o bátavo estuviese demasiado impre-
sionado de democrácia, y que con un embajado,'
(;Omo Oelacroix, escediese los límites que el direc-
torio frances habia quel'ido tl'azarle. No dejó
aquella especie del 18 de fmetidol' en j Holanda
de dar ocasion á que la democrácia europea y
particularmente la prusiana, dijese que la Francia
gobernaba á la Holanda y se eslendia de hecho
hasta el Texel.


La repúhlica LigUl'jall<l estaba en haslante


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3U UEVOLUCION FR.HCESA.
buen camillo, aunque secretamente instigada,
como todos los estados nuevos, por dos parti-
dos igualmente exagerados. En cuanto á la Cisal-
pina, reinaban en ella las mas violentas pasiones,
pOl'que dominaba el espíritu de localidad enlt'e
los antiguos estados sHce~iYame])te desmemhrados
por Bonapal'te. Ad(~ma:j de e.,te cspíl'ilu, digámos-
lo aSÍ, provincial no dejaban de agitar violenta-
mente ;1 la república los agentes del Austria, los
nobles, los clél'igos y los democrúticos acalorados;


pt!l'O cs{os ú(úrrlOs eran (03 mas pelÍgToso3 porque
t('nian un poderoso apoyo en el ejército de Italia,
compuesto, como todo el mundo sabe, de los
patriotas mas fog·0505 de Francia. rgllal trahajo le
costaba al directorio (lirigir el espíl'itu de a<lue-
llos ej{~l'citos en pais estrangero, que el de sus mi-
nistros, y en ello encontraba talltas dificulta-
des como en todo lo dernas. Todavia no habia en-
viado mir.istro alguno cerca de la nueva repúbli-
ca, y solo Berthier , eomo general en gefe , estaba
representando al gohierno frailees. Se lt'ataba de
arreglar por medio de un tratado de alianza las
relaciones de la nueva república, con la repúbli-
ca madl'e , y este tratado se redactó en I)al'i" , y se
en vió á la ratíficacion de los consejos. POI" él con-
tl'atahan las dos repúblicas alianza ofensiva y de-
fcnsi va para todos los casos, cntre tanto que la
Cisalpina crease un estado militar, la eoncedia la




DIRECTORIO (1798). 315
Francia un auxilio de 2;) mil hombres con las con-
dicioncs siguientes. Era obligacion de la Cisalpina
proporcionar local para los cuarteles, almacenes,
hospitales y 10 millones de frallcos anuales para
la l1lanutencion de los 25 mil hombres. En caso
de guerra debia pagar un subsidio estraol'llinario.
La Francia ahandonaba á la Cisalpina una gran
parle de la artillería cog'ida al enemigo para que
pudiese annal' sus plazas; las cuales condiciones
no contenian nada escesivo pero con todo eso mu-
chos di [lutados cisal pillOS de su consejo de los A n-
cianos, que estaban mal (li:'p'lestos con el régi-
men I'cpublic:IIlO y con la Francia, pretendieron
que el tratado era demasiado oneroso, y que se
abusaba de la depelldpncia cn (lue se hallaba el
nuevo estada y logl'aron llesapl'Obal' el tratado. Era
evidente (Iue solo la malevolcncia podía dictar
aquella di~posicion y que cualldo Bonapal'te se viú
precis<lllo ú elegir él mismo los miembros de los
COIIS{~jos y del gobierno, 110 habia podido aseg'Ul'al'-
se de todas las eleccioncs y era indispensable mo-
dilicarlas. EII f'recto se modilicaron militarmente
por Berthier los consejos actuales nombrados tam-
bien militarmente pOI' Bonaparte. Sepal'ó aquel
algunos de los illdividuos mas obstinados y vol-
vió ú presentar de nucvo el tratado (lile fue admi-
tido illrnediaLamente. Era sensible que la Francia
se ,iese todavia precisada :1 mostrar su influjo,




316 REVOWflON FRANCESA.
porque inmediatamente pretendió el Austria que
se había faltado á todas las promesas hechas en
Campo-Formio y que la Cisalpina no el'a una re-
pública independiente, sino evidentemente una
provincia francesa. Puso muchas dificultades para
admitir al ministro Mal'escalchi f>, acreditado cer-
ca de ella por el gobie,'no de la Cisalpina. El ter-
ritorio formado por la Francia y las lluevas repú-
blicas se encajonaba con la Europa feudal del mo-
do mas peligroso para los dos sistemas, de suerte
que la Suiza, todavia enteramente feudal á pesal'
de ser republicana estaba incorporada con la Fran-
cia, lo mismo que la Savoya, que era pl'ovincia
francesa y la Cisalpina. El piamonte , con quien la
Francia habia contraido alianza se veia rodeado
de ella, de la Savoya, de la Cisalpina y de la Li-
gmia. Estas dos últimas rodeahan al Parmesano y
á la Toscana, y podian comunical' su fievl'c á Ro-
ma y á Napoles. Habia recomendado el directorio
á sus agentes la mayor reserva, prohibiéndoles
(Iue diesen esperanza alguna á los democratas , y
tanto Guinguené en el Piamonte, como Cacaoult
en Toscana, José Bonaparte eu noma y Tl'Ouvé
en Nápoles tenian órden espresa de mostrar las
mas amistosas disposiciones á los pl'Íncipes cel'ca
de los cuales residian. Debían asegurarles que las
intenciones del dí.'ectorío de níngun modo pro-
pendían á propagal' los principios rcvoluciona-




DIRECTORIO (J 798) 317
ríos, sino que se contentaria con mantener el sis-
tema republicano donde ya estuviese establecido,
pero sin hacer la menor cosa pal'a cstendede á las
potencias que ~e condugesen lealmente con la
Francia. EI'an en efecto sinceras y juiciosas las in-
tenciones del directorio, porque aunqut sin duda
desease los progl'esos de la revolucion no debia
pI'opagados ya pOI' medio de los ejércitos, y no
con venia en manera alguna que en caso de esta-
llal' alguna revolucion en los nuevos estados, se
pudiese reconvenir á la Francia de haber tomado
parte activa en ella. Ademas estaba la Italia llena
de príncipes parientes ó aliados de las grandes po-
tencias, á quienes no se podia perjudical' sin es-
ponerse á grandes hostilidades. El Austria no de-
jaria de interveni.' en favor de la Toscana, de Ná-
poles ó tal vez del Piamonte, y la España inter-
vendria ciertamente en favol' del príncipe de Par-
ma; por todo lo cual era necesario evitar toda res-
ponsabilidad en caso de que viniesen á ocurrir
nuevos sucesos.


Estas eran las instrucciones del directorio; pero
no es facil gobernar á las pasiones y mucho me-
nos á la de la libel'tad. ¡, Como podia la FI'ancia
impedir que los democratas franceses estuviesen
en correspondencia con los Piamonteses, Tosea-
1IOS, Romanos y Napolitanos, y que les comuni-
casen el fuego de sus opiniones, estímulos y es-




318 ItEVOI.UCION FRANCESA.
peranzas? Ellos les decian que la política era quien
impedia al gohicl'Ilo frances intervenir ostensi-
blemente en las revoluciones (pIe se preparaban
en todas partes; pero que ejecutadas, las protege-
ria, y era necesario tenel' valol' para intentarlas y
al momento irian los SOCOlTOS.


Reinaba mucha irriLacion en todos los estados
italianos, y en ellos se multi plicaban los arrestos,
y nuestros ministros acreditados se limitaban á re-
clamar algunas veces individuos perseg;uidos in-
justamente. En el Piamonte eran numerosas las
prisiones, pero tambien era fl'ecuenlemente es-
cuchada la intercesioll de la Francia. En Toscana
reinaba bastante moderacion; pero en N ápo:es ha-
bia una clase de hombres que participaba de las
nuevas opiniones, mientras que una corte tan ma-
ligna como insensata, luchaba contm ellas á fuer-
za de hierro y de suplicios. Allí nuestl'o embaja-
dor Trouvé sufcia mil humillaciones y se veia tan
solo eomo un apest:ldo, porque estaba prohibido
á todos los Napolitanos visital'lc. Lc costó mucha
dificultad proporcionarse un m{~dic();'y se llevaba
irremisiblemente á la cárcel á todos los que eran
acusauos ue haber tenido eomunieacioll con la le-
gacion francesa, ó llevasen el pelo cortado y sin
polvos. Se i.nterceptaban las cartas del embajador,
se abrían y se guardaban pOl' la policia napolitana
durante diez ó doce dias ; siendo lo peol' de todo




DIRECTORIO (1798). 319
quc se asesinaban francescs. Aun cuando Bona-
parte estaba en Ilalia, le habia costado mucho
trahajo contener los furores de la corte de Nápo-
lcs , y ya puede discul'l'irse lo que pasaria no es-
tando él :allí. Tenia sobrada fuerza el gobiel'no
frances para c:J.stigar cruelmente sus faltas, pero
por no turbar la paz general habia l'ecomendado
á su ministro Trouvé quc observase el mayor co-
medimiento y se limitase á hacel' representacio-
DCS y procurar atraerla á la raz.on.


Mas el (illC mas próximo estaba á su ruina era el
gobierno POlllilicio, no cierto por falt:! dc defen-
derse, pues l<lInl,ien hacia sus auestos; pero difi-
cilmente podia sostener un papa anciano, cuyo
orgullo hahia sido abatido) y unos cardenales vie-
jos é illh:\hiles un estado de cosas que se desmo-
ronaba por toda,; parles. Ya por Jas sugestiones de
los Ci~al pillos se habia alborotado la l\f arca lle A ll-
cona y constituido en república Anconitana, des-
de la cual soplaban los dcmocratas la insurt'cccíon
en todo el estado romano. l\o contal,an en él cier-
tanwllte lllLHIJOs partidarios, pcro estaban muy
apoyados COII el descontento público, porque el
gobiemo pontificio habia pel'dido aquel brillo im-
ponente á los ojos del pueblo desde que las con-
t6\Júó'Ones impuestas en Tolentino le habían obli-
gado á deshaccrse hasla de los muebles preciosos
y pedrcrías de la Santa Silla. Los nucvos impues-




320 REVOLUCION FRANCESA.
tos y la creacion de un papel moneda que perdía
mas de las dos tercel'as partes de su valor, juntas
con la enagenacion del quinto de los bienes del
clero, habían disgustado á todas las clases, y has-
ta los mismos eclesiásticos. Los grandes de Roma,
que hahian recibido algunas de las luces esparci-
das por Europa durante el siglo XVIII murmura-
ban sin disimulo de un gobierno tan débil y tan
inepto, y decian que ya era tiempo de que el go-
bierno temporal de los estados ramanos pasase
desde unos cclibatarios ignorantes, incapaces y
agenos del conocimiento de las cosas humanas, á
los verdaderos ciudadanos versados en la práctica y
en las costumbres del mundo. Asi las disposiciones
del pueblo romano eran poco favorabbs al papa,
pero sin embargo habia pocos democratas , y es-
tos inspiraban siniestras prevenciones con respec-
to á la religion ,de quien se les consideraba ene-
migos. Los artistas franceses (Iue estaban en Roma
les escítaban mucho; pero José Bonaparte procu-
raba contenerles diciendo que no tenian bastante
fuerza para intentar un movimiento decisivo, y
que se perderian y comprometerían inútilmente
á la Fl'ancia; que no contasen con (lue ella les ha-
bía de apoyar y tIue les dejaria espuestos ú las
con:secuencias de su imprudencia.


Vinieron á pl'cvenidc el dia 26 dc d.iciembre
1797 que iba á h:tbcl' UIl movimiento, pero él




])Il\ECTOItIO (1798). 321
los despi(lió instánuolos á que se estuviesen quie-
tos, mas eHos no quisip,ron escuchal' al ministro
francés. Hahian adoptado por sistema todos los
effiQresarios de revoluciones atreverse á todo y
comprometer á la Francia ú ppsal' suyo, y en efer-
lo se I'eunieron d dia 28 de diciemhre para inLell '
tal' un movimiento. Habiéndoles dispersado los
dragones del papa, se refugiaron ú la jurisrliccioll
(Iel emba jador francés y bajo los arcos del palacio
Corsilli donde habitaba. Acudió José mil :tlg'unos
militares franceses y con el general Duphot cIuC
era un oficial jóven muy distinguido del ej(~l'cilo
de Italia, el cual quiso interponel'sc el1fl'e las
tropas del papa y los insurgentes para evitar una
camiceria. Pe~'o las tropas del papa sin respeto al
embajador hicieron filego y mataron á su lado al
desgraciado Duphot, que estaba para casarsr (,Ol!
una cuñada de JOSt~. Causó su muerte ulla COI1-
mocion esLraordinaria, y acudieron muchos ell1-
baia(lor(~s eslrangeros, particulal'mente el mi l1isl ro
de Esparta Aza.·a, mientras que el gobierno roma-
uo tardó 11. horas en envíal' un rt~cado á casa del
ministro de Fl'<lIlCia, por mas que este 110 hubiesp
tesado de escribir dluante lodo el día. Jndig'lIado
José pi(lió inmediatamente sus pasa portes que se
le enviaroll y salió al momento para Toscana.


Aquel suceso produjo mucha sensacioll pues
era visible que el g'obierno romano IlubicJ'<I podi-


x,. '1.1




322 REVOLUCIO:'( FRANCESA.
do evitar senwjailte eseena ; que todo el mundo
preveia en Roma dos dias ántes, pero habia que-
rido d~jarla estallar para que los democratas su-
friesen Ulla cOl'reccion sevem y no habia saLido
tomar en el tumulto las "precauciones convenien-
tes para eyitar una violacíon del derecho de gen-
tes y un atentado CO!ltm la legacion francesa. In-
mediatamente ,se propag'ó una gran indignacion
en la Cisalpina y entre tados los patri.ot;>') italianos
contra el gobiemo de Roma y pI ejército de Italia
pedi:! á gritos marchar contra la ::apital.


Se veia muy apurado el directorio, p(Jrque no
dudaba de (lue el papa era el gde espiritu:ll del
partido enemigo suyo y HO dej;,ba de lenel' indi-
nacion á destruir al pontíG.ce de aquella antigua y
tirúnica religion cristiana, aunque p:u"a ello tu-
viese que arrostrar el peligro de ofender ú las po-
tencias y provocar su inlervcnc¡on. Por grandes
que fuesen los inconyenientes de una resolucion
hostil, prevalecieron en este caso las pasiones
revolucionarias, y él di¡"ectori? ordenó al general
Berthier que mandaba en Italia mal'clJa¡' sobre
Roma, prometiéndose que no sicndo el papa pa-
riente ni aliado de nillg;una corte, no proyocaria
su caida ning-una illtcrvencion poderosa.


Mucho se alegraron de esta deLel'minacion to-
dos los republicanos y pal'tidario~ de la filosofía; y
Dei'lhicl' llcgó el dia 10 de febrcro 17HS á la vista




de la antiglla capital del mundo que los ejércitos
republicanos no hahian visitado todavía. Se para-
ron un instante l1ueslros sol(laflos para contem-
plar la antigua y magníJ¡ca ciudad; y el ministro
cspaiiol Azara, IlIplli,Hlor ordillario d(~ todas las
potencias italianas para COIl la i"l"ancia; SP pl'e-
sentó en el ClI!U'tr.l gelleral para negocia,' un con-
venio. Se entregó á los Fl'anceses el castillo de
San Angelo COIl la condicion ordinaria de todos
los pueLlos civilizados de respetar el culto, los
e"t<lblecimicnlos púhlico,,; y Ia~ persoll:ls y propie-
dades. Quedó el papa en el Vaticano y habielldo
entrado Dcrthier por la puel'la del Pópnlo le con-
tlugcroIl al Capitolio como á los antiguos tl'iunf'l-
dores Homanos. Contentísimos los democratas se
reunieron en el Campo Vaccino donde estan los
vestigios del anliguo Fol'O, y rodeado~ de un pue-
blo insellsato, siempre dispuesto á aplaudir cual-
quier acontecimiento nuevo, proclamaron la re-
púhlica romana. Redactó un escrib,.no cierto pro-
tocolo, por el cual el puehlo que se intilulaha
pueblo romano declaraba recuperar su soberania
y constituirse en república. El papa se habia que-
dado solo en el Vaticano, y fueron á pedirle que
;thdicase su sobemnia temporal, pOl'que no pen-
saban mezclarse en su autoridad espiritual. Res-
pondió con decoro que ¡~I no podía despojarse de
una dignidad que no era suya? sino que )wl'lene-




32í REVOWCION FR,\NCESA.
cia á la sucesion de los apóstoles, y solo estaba
en depósito en sus manos. No hicieron gran caso
de aquella. teologia nuestros generales 'republica-
nos, sino que tralando al papa con las considera-
ciones tlebidas á su edad * , le sacaron del Vatica-
no durante la noche, y le condugeron ú Toscana
tlonde se le dió asilo en un convento. El pueblo
de Roma no echó mucho de mcnos aquel soherano,
sin embargo de que habia reinado mas de20 aIlOS.
De~gTaciadamente cometiero;¡ los FI'anceses mu-


<-


dlOS cscesos en la antigua capital del mundo,si no
contra las personas ú lo menos contra las propie-
<lades. No estaba ya á su frente aquel gefe severo
é inflexible, que no tanto pOI' virtud cuanto por
horror á los desórdenes, habia perseguido tan se-
veramente á los pillos y ladrones. Solo Bonapal'te
hubiera podido poner algun freno á la avaricia
en una comarca tan I'iea. Acababa Berthier de
marchar á París y le habia sucedido Massena, y
se dice que aquel héroe á quien la Francia debe-
rá un eterno reconocimiento por haberla sal rado
en Zurich, fue el primero á dar el egemplo de
aquellos desóntenes que no tardaron en ser imi-
tados. Pusiéronse á saqueal' los palacios, los con-
ventos y las ricas colecciones de pinturas mien-


• Es decir (1m: si hllbiera sido jÓVOl \., huhieran llevado
¡¡tado (N. ([,.¡ T.I




tras los judios que ihan siguiendo al ejército com-
praban á vil preóo los magníficos objetos que los
vendian los sal[ucatlol'cs. }<'ue vcrdadcramente' in-
mundo el saqueo, y es prcciso cOllfésal' que no
fuel'Ou los soldados ni los oficiales subalternos los
(IUC mas se entl'cgal'oll Ú él sino los oficiales supe-
('¡ores, y 110 se crca ([Ile todos aquellos ohjctos ro-
bados como por derccho de cOIHI uista se deposi-
tasen en algun almacen ni se vendiesen en prove-
dlO del ejército, aunque este no huhiese recihido
sueldo tlespues dc cillco mcses, pO!'(lllC vcnia de
la Cisalpina donde por t~t1ta de oq!",wiz.acioll cco-
nómica 110 hahiau podi(lo cumplirse las condicio-
nes del tratado. Se hallaban los soldados y ofic;a-
les subalternos ell absoluta dcsnudez. , y se idigna-
l'OIl de vcr ú sus geles saciarse dl~ despojos y com-
promctel' la gloria del lIoml)\'c fi'<lnces sin prove-
cho algllllo del ejército, de suerte que !Jubo una
l'chelion cOlltra Massclla, reuniélldose los oficiales
{~Il una iglesia, donde dcdal'aroll quc 110 (lllcrian
o;crvir bajo sus únlcncs. (lila parle del pueblo que
estaba mal displlesta cOlltra los Frallcese.~ se pre-
paraba ú apro\echarsc dc ;(cluella ocasion pal'a in-
tcnlar un movimiellto, pero l\Iassena mandó salir
al ejércilo de Roma, dejando una guarnicion en el
castillo de San ,\ ngelo, y el pcl igro hizo (1 tle cesa-
se la scdicioll, pero los ofici,tles insisticl'oll e11 per-
manecer unidos y C!l solicitar (IllC sc ca~Ligase




IIIH OLU:IO.'i l· iLL\,( iiS','\,


ú los ladroneo; y se (luitase el malldu :t l\JaSS{~lla,
Ya se ccha (k ver que "demas de tI dificultad


de modera!' la !wu'cha de la,; IltleVai l'epúlJlicas, y
detril' v dil'ig-ir Ú Iluestros au:cllles habia tambien


'l • .' \./ 1..1"


la de UHltel1f'r il los ejércitos que se hallaban [1
inmellsas di,~tallcias para las comullicat:iorws ad-
ministrativas. Llamó el directorio :1 Massella y ell-
yió ú !toma 1111:1 l:omisio!1 t:oml:ut'sla de cuatro
personas hOllrad"o; é illstruidas para organizar la
JlUeVa l'epúblit:a, 'j fueroll lhunoll, Monge, Flo-
l'ClIl y _Faypoult. E~le último 1 (IlIe era Ull admi-
Ilistradot, intdi~e!lte y de !Jl'oIJidad, Ilevah 1 el
l~lIcar¡!.-o de !U(to lo relativo ú hat:icllda. Se divi-
ÓÓ el ején:ilo de Homa en dos cuerpos dejando


¿¡![(/eL l1omIH'e ai(Iu<J ,:cab"ha dcdes/rollar al (n;a.
Se loral;dlt( de Bloti~al' con las potcllcia.; <llJllclla


JJI!eva l'c\o!ucioll ; ¡H'I'O la Espaiú de cuya i'clig-io-
sidad 1mbicl'<l podido recdal'se alt:o 110 diio una
}Jalabl'a. Pe,'o el ¡Illcn',-, suele ser llJaS escruJluloso
tille el u,JI¡ dl~ j.¡ !'IJigir)J), y ,Ie,;j las dos ('Ii!'ll~:; (l'le
JllaHili-~st,H'Oll 11I,l\,O<' dt~,;cuiltelllo ¡I¡eron las df' Vie-
}la y ~úpol!',;. !)iW,¡ h pi'tull'!'a v(~ia COIl ,mucho
pesa!' Pl'ojl.lf!-;¡¡,se el ¡1J:lujo frailees en Italia y para
)lO aumentar loo; motivos de su disgusto no se qui-
so incorporal'la rcpú!;lica romana con la Cisalpilla
siDO (lue se la con"titu\'() ~epal'allamcnle. De reu-
lIir estas dos n~p(tblin~ se hubiera suscitado la
idea de la unidarj italiHll:l y hahria hecho mas




DlRECTOIUO 1,1798\. ~21
probahle el proyecto de o.emocratizar toda la Ita-
lia. Aunquc el empemdor no tenia ningun mi-
nistro en Paris se le envió á Bel'nadotte para dar
esp\icaciones con órdcn de resltlir en Viena. ¡Has
en cuanto ú la efH'Le de Núpoles es!aba furiosa de
ver ya la revolucion á sus puertas y no ppelia
nada mellas que dos ó tres provincias romanas
para sosegarse; sobre todo queria el ducado de
Benevenlo y el territorio de Ponte Corvo que le
acomodaban muy mucho, y se envió aHi :í G:ll'at
para que se entendiese con ella, destinando á
Trouvé para la Cisalpinu.


Iba pues haciendo la rcvolucion progresos ine-
vitables y mucho mas rápidos que lo que de:;calu
el directorio. Ya hemos nombrado ánte,¡ un pais
en donde amenazaba introducirse, que era la Sui-
za. Cualquiera diria quc aquella coman:a siendo
p patria de la libertad y dE costumbres sencillas
y pastor'ales , no tendl'ia nada que aprendel' de la
Fl'ancia y seria la única f'xenta de revoluciones,
pero sin emhargo no debe inferirse que porque
los trece cantones estuviesen gobcl'I1ados con for-
mas republicalJas, reinase la equidad en las rela-
ciones de unos con otros y particularmente con los
que estaban sugetos á ellos, sino que el feudalis-
mo, que no viene á sel' otra cosa sino la gel'ar<luía
militar, existía en aquellas repúblicas .. y hahia
pueblos que dependían de otros pueblos como un




3:28 REVOLUCION FIUSCKS.\.
vasallo tl'ihutario de su señor y soportando un
yugo f(~l'l'eo. La Argovia yel cantoll de Vaud de-
pendian de la aristocrácia de Berna; el Bajo Valais
del país Alto, los bailliages italianos, es decir, los
valles cuyas pendientes caen húcia el lado de Ita-
lia, de diferentes cantones. Ademas hal)ia ulla
multitud de pueblos que dependian de algunas
ciudades, como por ejemplo el canton de San-Gall
era gobernado feudalmente por un convento, y
casi todos los paises sometidos habían venido ú
serlo COIl condiciones insertas en ciertas concor-
dias ó {'ueros ya olvidados, los cuales sin embar-
go se prohibia citar ni dar ú luz. Casi todas las
campiñas dependian inmediatamente de las ciu-
dades y se hallaban sometidas á un monopolio en-
f;ldoso. En 11 inguna parte era mayor la tirania de
los grémíos y cu todos los gobiemos se hahia ido
apoderando lentamente la aristocrúcia de todos los
podel'es. En BUlla, (Iue es el primero de aquellos
pequei'Jos estados, había alg"unas familias (lue se
habi,w apodel'ado de la autoridad csduyendo pa-
ra siempl'e ú todas las demas. Ellas tenian su li-
bro de oro donde estabau apuntados todos los
nombre!'! de las f;llnilias que gobernahan. Se ob-
sena por lo comllll que las costumbres dulcitieall
las leyes, pel'o aquí sucedia todo lo contrario,
P0l'<lllC aquellas arislocl'úeias se vengaban con el
encarnizamiento propio de los estados pequeños.




JHllllCTOHIO (1798). 329
fl'ecuente y recientemente habian desplegado Ber-
na, ZUl'idl y Ginebra el aramto de los suplicios.
Toda Europa estaba inundada de Suizos desterra-
dos de su pais á cOllsecuencia dc las venga lizas
aristocráticas; pcro en medio de todo pOI' estár
mal unidos y poco elllazados los unos con los
otros carccian los trcce canlones d·~ toda fuerza y
se veian reducidos ú la impotencia de de[endel' su
propia liberLad. Por un efecto de aquella diver-
gencia propia de malos hermanos, que tan co-
mun es ell los estados fedel'ativos, casi todos se
veian reducidos ú la llecesidad de acudir á los es-
tados vecinos y tcnian tl'atados particulares unos
con el Amll'ia, otros con el Piamonte y otros con
la Francia. Asi la Suiza no conservaba otl'a cosa
fIue gloriosos recuerdos y un suelo admirablc,
pCl'O políticaIllcntc no oli'ccia otl'O aspecto que el
de una cadena lle mC/~quinas y humillantes tll'anías.


Asi no es dificil de concebir el efecto que dehia
producir en ella el ejemplo de la l'evolucion fl'an-
n~sa. Se haLiau notado ya algunas conmocio-
nes en Zurich , cn Rasilea y en Gillelwa, pero pa1'-
tículal'menle en esta (¡bIlla habian llegad u los al-
borotos á derramamiento de sangre. En toda la
partc fi'ancesa y parLicularmenle cn el pa1s de Vaud
habian hccho muchos prolTresus las ideas l'cvolu-b
cionarias y por su p,u'te los al'istocmlas tampoco
habian omitido liada de cuanto pudicse pel'judi-




330 REYOUJCION FllANCRSA.


car á la Fl'ancia, procurandO' desagradal'la cuanto
les era po')ible sin provocal' su temible potencia.
Los Sres. de Berna habían acogidO' á 105 emigrados
y héchO'les tO'da clase de servicios; habiéndose ma-
quinadO' en Suiza tO'das las tramas que se hurdie-
ron contL'a la rep~blica. Ya se aconlarú el lecLOl' de
que en Basilea fue donde el agente illgles \Vickam
conducia tO'do.'i los hilos de la contra-l'evolucion y
asi el directorio estaba muy descontento. Tenia un
modo facilísimo tle vengarse de la Suiza, porque
perseguidos IO's del Vaudois por los seilores de Ber-
na, inyocaban la intervellcioll de la Francia, fun-
dados en que cuando el duque de Savoya les habia
cedi(lo ú Bema, salió la Francia pOI' garante de
sus derechos, por me(lio de un tratado de 1565, el
cuallJabia sido illvocadomuchas veces y pjecutado
pOI' Ía Francia. No era pues del todo estrai'ía la in-
teL'Ycllcion del directorio que reclamaban los de
Vallll ,ademas de que muchos de a({uellos pueble-
cillos dependientes tenian protectores estL'angeL'os.


Ya hemos visto con qué entusiasmo habian re-
cibido los habitantes de Vaud al libertado!' de la
Valtelina, cuando pasó desde Milan á Rastadt
atravesando la Suiza. Llenos de esperanza, habian
enviado diputados á Paris é insistian vivamente
por obtener la protf~ccion francesa. Ademas de esO'
su compatriota, el valiente y desgraeiado La IIar-
pe habia muerto por nosotl'OS en ltalía al frente




DIRECTORIO (1798). 331
de una de lluesLras divisiones; ellos se hallaban
horriblemente til'anizados y la simple humani-
dad, cuando faltase toda otra razon política bas-
taba pal'a inclinal' á la Fl'ancia [¡ intervenir *. Na-
die hubiera podido persuadirse que la Fmncia con
sus nuevos pl'incipios reusase la ejecucion de los
tratados coIlsel'vadores de la libertad de un pue-
blo vecino, y que se habian ejecutado aun en
tiempo de la antigua monarquia. Solo la política
hubiera podido estorbarlo para no dar nueva in-
quietud [\ la Europa, sobre todo en el momento
mismo en que se estaba viniendo abajo el trono
pontilical de Roma. Pero si biell guanlaban con-
sideraciolles á la Alemania, al Piamonte, á Par-
ma á Toscana y [\ Núpoles, no creia debe¡' gual'-
dúrselas á la Suiza, y la importaba mucho estable-
ce!' un gohienlO anftlogo al suyo en un pais (l'Je
pasaba pOI' ser la llave milita!' de toda Europa.


E,ta razon es muy hllena p~ra escrita pero por desgra-
cia no illspirará gran COl)fLII1Za á los que ya s,1!lPI1l0S lu (Iue
quieren decir es", hella, palahra, dI: !Illll/allidarly /'f'grlll.'I'fI-
(tO/l, en bOI'a d" Ith gahillt'tes ("tl'ant!"l'os y aun PI! las de
los partido; propios. Bf'gl'll/)/{/I" quiere decir dmlliuar , y (.'0111-
P(/{(c("C/"sr:!I0 viene á ser otra cosa quc S,1C<lI' los redaños al
infeliz pucbh c'. nacion que espera su reacncion de lo; veci-
nos, PUl' ¡;r;llldcs que sean los malts ;¡ que se encucntre 511-
gt'to un pueblo, si,;mprc 3cI'án 111l'1101"l'5 y podrán corregirse
mas pronto, qlle clll'omendol[J(!o SlI remedio al mayor amIgo




332 UEVOLUCIO~ FRANCllSA.
Tanto aquí como en Roma se vió precisado el dí-
rectorio á salir de su política espectante pOI' un
¡nteres mayor, y este era el de volvel' á poner los
Alpes en manos amigas, lo cual importaha tanto
ó mas que derribar el gobie1'l1o papal.


En consecuencia declaró el día 12 de diciemhre
1797 que tomaba á; los habitantes de Vaud bajo su
proteccion , y que los miemhros del gobie1'l1o de
Berna y Fl'ihourg responderian de la seguridad de
sus personas ':J propieL\aoL\es. lnmel\iatamente el
general1\lenard 6 al frente de la antigua division
de l\1assena volvió á pasar los Alpes y vino á
acampar en Carouge á la vista del lago de Gine-
bra, y el general SchawemboUl'g 7 volvió á subir
el Rhin con una division del ejército de Alemania
y vino á situarse en el El'guel en las inmediacio-
nes de Basilea á cuya selial se alegraron infinito
en el pais de Vaud, en el obispado de Basilea y
en las campiJlas de ZUI'ich. Inmediatamente pi-
diel'On los de Vaud la reunioll de sus antiguos es-
tados, y l'espondió Rema que se admitirian las
solicitudes individuales o pel'O que no balH'ia reu-
niones de estado, y exigió que se renovase el j ura-
mento de fidelidad. Esta fue la seüal de la insur-
reccioll de los de Vaud, quienes echaron de allí á
los bailios cuya LiranÍa les era odiosa, pero no les
hicieron daño algo ul1o; plantaron en todas pal'tes
árholes de la libertad y en pocos lIias quedó cons-




DlHECTOJUO (1798). 333
IILuida aquella comarca en l'epúMica Lemánica. La
reconoció el directorio y autorizó al general l\Ie-
nard para que pasase á ocuparla, notificando al
canton de Berna que su independencia estaba
g'arantida pOI' la Francia. Al mismo tiempo se es-
taba vel'ificando otra revolucion en Basilea , cuyo
motor principal era el trílJUno Ochs 8 ; hombre de
talento, muy decidido por la n~volucion y que es-
taba en gl'andes relaciones con el gobierno fi'an-
ces. Habian sido admitidos los de la campafla con
los ciudadanos {¡ compoller una especie de con-
vencíon nacional para redactar una constitucíon
que propuso Ochs , muy semejante ú la de Fran-
cia, como que era el modelo de toda la Europa
repuhlicana. Se tradujo en los tt'es idiomas tl'an-
ces, alemall é italiano, y se esparció por todos los
cantones para escitar su celo, contribuyendo á
darla mucho impulso l\Iengaud 9 que era el agen-
te frances cel'ca de los cantones y residia en Basi-
Jea. En Zurich se habian alborotado las campillas,
y solicitaban tambien recuperar sus derechos.


Duran te este tiempo habian reunielo los sellOres
de Berna un ejél'cito y mandado convocar una
dieta general en Aran para deliberar sobre el es-
tado de la Suiza y redil' á cada cantan su contin-
genle fe(leral. Esparcian entrc sus súbditos alema-
nes la voz de que la parte francesa de la Suiza
qucria separarse de la confcderacioll y l'ClUlirse




334 REVOLUCIO:'I FRAiXCESA.
á ]a Fl'ancia; que estaba amenazada la religion y
que los atheistas de Paris se empeñaban en des-
truirla. Asi hicieron hajar de sus montalias del
Oberland á un pueblo sencillo, ignorante, f¡lI1átí-
co y persuadido á que se quería atental' contra su
antiguo culto. Reunieron como unos 20 mil hOI1l~
bres divididos en tres cuerpos, que se situaron en
Frilmrgo, Moral, Buren y Soleure, guardando la
línea del Aar y observando ú los Fl'ancese~, D11-
rante este tiempo, es decir, en el mcs de fcbrel'o
se hallaba muy apurada la dicta reunida en Arau
y no sabia qué partido tomar, pues su misma
presencia no impidió á los habitantes de aquel
pueblo que plantasen el árbol de la libertad y se
declarasen emancipados, Entraron en él las tro-
pas de Berna, cortaron el tal :11'])01, y cometieron
algunos desórdenes, pOI' mas que el agente Men-
g"aud declarase que el pueblo de Arau estaba bajo
la proteccion francesa.


Estábase pues en presencia unos tle otros sin es-
tál' todavia en guerra abiel'La. La Francia IIarrnda
por el pueblo de que habia salido garante, le cu-
bria con sus tropas y amenazaba empleal' la fuer-
za si se cometía contra él la menor violencia;
mientras que por su parte la arisLocrácia de Benla
reclamaha sus derechos de soberania y declaraba
que quería vi vil' en paz con la Francia, pero re-
cupcrar sus poscsiones, Por desgracia suya iban




cayendo todos los antiguos gobiernos de alrede-
dOl', los unos volulltariamente y los otros por
fuerza. Basilea emanci paha los bailiages italianos;
el Alto Valais hacia lo mismo con el pais bajo, y
Fl'iburgo, Soleure y San-Gall estaban en revolu-
cion. Viéndose la arislocrácia de Berna apretada
por todas partes se resig'nó á hacer algunas con-
cesiones, y admitió á la pal'ticipacion de las atri-
buciones reservadas para las familias gobernanles,
cincuenta individuos campesinos; pero difirió
modificar h conslitucion Lasta tlentl'O de un ailo.
Era muy valla aquella cOllcesion y no senia para
remediar nada, y ademas se habia enviado un
parlamentario frances á las tropas de Berna que es-
taban en la fl'ontera del pais de Vaud, para inti-
madas que si daban un paso adelante se las ata-
caria. l~llas asaltaron al parlamenlal'io y asesina-
ron á dos soldados de su escolta, cuyo suceso de-
cidió la guerra. El general Brune 10, (Iue estaba
encargado tlel mando, tuvo algunas conferencias
en Payel'lle, que fueron enteramente inútiles, yel
día 2 de lÍlarzo :'iC pusieron en movimiento las
tropas francesas. El general Schawembourg con
su divisioll vcni(la del Rhin y situada en el teni-
torio de Basilea se apoderó dp, Soleure y del cur-
so del Aar. llrune eOIl la division de Italia se apo-
deró de Fl'iburgo, y el general El'Iach 1l que man-
daba las tropas de Berna se retiró ú las posiciones




336 HEVOLUClON FIUNCESA.
de FrauLrunnen, Gumiven, Laupen y Neueneck
las cuales cubren ú Berna en todos sentidos, hien
sea que el en'é'migo desem hoque de Soleul'e ó {lc
Fl'iburgo. Atlue! movimif'llto de relirada pro-
dujo en las tropas de Bprna f'1 efccto ol'llinal'io
~n todas las handas fanúticas é indisciplinadas,
<Jue fue tenerse por vendidas y sacrificar {I sm ofi-
ciales. Se desbandó una parte de ellas, pero eOIl
todo quedaron algunos hatallones cerca de Erlaeh
de aquellos que se han distinguido en todos los
ejércitos de Europa por su disciplim y valor, y
un COI'tO número de pai,;<tllos determinados. El
dia 5 de marzo atacaron simultaneamcllte llrlllle 1
(Iue estaba en el camillo de FrilJUI'go, y Se ha-
wemhoUl'g, que se bailaba en el de Soleure las
posiciones del ejército suizo. El gcneral Pigeoll
que fOl'maba la vanguardia de Brune atacó la po-
sicion de Neuveneck, dondc los Suizos bicieron
una resistencia hf'roica y filvorecidos por la venta-
ja del terreno COI'tal'on el camino ú nuestras anti-
guas handas de ltdia; pero en el mismo ilJstante
Schawembourg que habia salido de Solellre lomó
á Erlach la posicioll de Fl'ambrunnen y qnedú
descubierta por aquel lado la ciu{lad de Bel'l1a.
Fue indispellsable la retirada de los Suizos que
se verilicó en desórden solll'c Berna, y los Frallce-
ses encontraron delante de la cilldad !lila multi-
tud de montaJieses 1:lIlúticos y desesperados, (,Olll-'




IIJ1lECTOHIO (179S). 337
pucsta J~ mugcrcs y ancIanos q ne VCl1lan a prc-
cipilarse en nnestl'as bayonetas. Fue necesario sa-
crificar COIl bastante pena :Hluellos desgmciados
que v~niall á buscar una mucrtc inútil y pene-
trar cn Rcma , donde el pucblo dc las monLaí'ú\s
Suizas so,'lcllia su antigua rcputacion de valor; pe-
ro se mostraha lan fcroz y tan ciego como la mul-
LitlHI espallola *. Sacrificó á ot1'OS muchos oliciales


Esta cOlllpal'<!ciol\ d~stinada ;í ser insultan Iv , pa"l á S('I'
Illuy honl'osa , sobre todo en boca de un apologista de la 1'('-
volucion, pOl'lo lIlisllJO que se hace ent.re Espalloles y Sil izo,
que C[llll;¡teria de valor y d(~ rt'sistellcia á la 0PI'C'IOII,1I0 lÍell('1l
(lile clIvidiar:,e 1I110S á Otl'OS, 1'el'o es ~obrado illllwrLiueutl.' y
1I0t.orialll<'llte injusta respecto de ambos, )l()t"(]ll(' ('11 cuallto :i
los ESPi'llloles ya hClllos (liellO ell olra Ilota cuall vallas '0" coas
/"l'Crilllin;tcioll('s de barbarie y ferocidad, cuando no hay na-
di" '!lIegllol'c 'lul' ,'Il todo, los puehl'Js C¡lIe se \tallan "11 r,,-
\'oluciou ó ,'n guen", civil, se cumeten los mislllo" esce:.os y
('I"ul'ldad('s ,segun di¡;illlOS hdblaut!o de la guerra del Y('udn'.
y a"í )"<"pecto de la Illultitud espallola, 110 (lucrelllos lolerark
;í ,'11', Thiers ni ,i nadie (Ille la elija por t,;rmillo de exa;;,'r:l-
.. ion ('Ilaudo iut,~ula (lar id,'a J(~ IIlla f,'roeidad especial. ]'('1'0
respeclo d., ¡os SlIizos hay ciertamente llll olvido muy repa-
I'able eu un histOl'iadol' (lue á pesar de "" notoria parciali-
dad por los revoluciouarios frallceses, ha referido l'lI esta
misma obra la horrible camiceria (Iue esa culta 1l111llitud de
l\a~i" 1ú."LO en lo, ~DI,hll\O~ ,1" la ¡;u.\n\ia Su\'"a \1"" l''St .. 1 l<1I 1
dt"fl'IHliI'1Il1o uuo contra !li('l. mil ,,1 palacio de los """,'s y"""
autoridad cOllstitucional, del pueblo alllolin,ulo (lllt' lIO lue-
llOS fel'o~ (lue eohal'de aguardó para asesinarlos oí 'luC ('"Iu-


Xl. 22




RE,'OLUCION FRANCESA.


y asesinó al desgraciado Erlach. Con mucho tm-
bajo pudo escapal' el célebre y digno magistrado
de Berna Sleigcr 12, gefe de la aristocracia, del fu-
1'01' de los fanúticos , y se fue alra vesando las mon-
tañas del Oberland hácia los pequellOs cantones,
y desde estos á Baviera.


La toma de Bema produjo la sumision de todos
los grandes cantones Suizos, y dCftinado Brune ,
como tantos otros de nuestros generales, á ser fun-
dador de una república, pensaha en componer
una con el nombre de Hodánica, de la parte fran-
cesa de la Suiza, el lago de Ginebra, el país de
Vaud y una parte del canton de Berna y el Valais.
pero los pati'iotas suizos solo habi~1Il apctecido la
revolucion con la esperanza de conseguir grandes
ventajas, abolir todas las dependencias de pueblo
á pueblo, y realizar la unidad helvética, :í fin de
que desapareciendo todas las tirania3 interiores,
se formase una fuerza comun con el establecimien-
to de un gobierno central. Consiguiel'Ol1 que una
sola república sc compusiese de todas las partes


viesell presos y desarmados. ¿ Y pourá permitirse al elogiadol'
oíicioSll de la revolucioll y de los revolucionarios, que ande
eligiendo viwperios contra los pUéhlos que defienden su Ji·
hertad é intlt>pendencia contra injustos opresol'es? Esto seria
lo mismo que ['enunciar voluntariamente al (lerecho de ser
f',;timaclos y respetados de quien tanto empeño tiene en que
se estime y respete su propia revoluciono (N. dl'l '1".)




lllllHeTOlIIO \ 179S).
(le la Suiza y se convocc) una asamJ.lea ell AI·at~
para proponer la consti tuciOll que se habia im~­
ginaJo en Uasilca. Envib allí el directorio al e~­
convencional Lecal'liel' 13 para cOIlt:ilial' Ids mims
de los Suizos y entenderse COII ellos acerca del es-
tablecimiento de una constit.llcion que les conten-
tase. Ibansc preparando algunas resistf'ncias en
los pequeilOs cantones mola lIOSOS de tJ ri, G laris,
Schwitz y Zug , donde los clérigos y los al'istocl'ª-
las persuadian á los desgraciados montañeses qw~
se iba á atacal' Sil GuIto y su jIHlepf:'l1denóa di-
ciendo entre otras especies igualmellte absUl'das,
que la Francia tenia necesidad de soldados para
combatir contra los Ingleses 1 y que para eso se
proponian a podcrarsc de los robustos mozos de ,la
Suiza para desemhal'carlos en las playas de la
Gmn lll'daoa.


Cuando los Fran ~eses entraron en Berna 1 se
apoderaron de las cajas del gobiemo, que es el
primero yel menos contestado entre los derechos
de la guelTa. Todas las propiedades públicas del
gobierno vencido pCl'tenecen al vencedor y es de
saber que en todos aquellos pequeños estados eC8-
nómicos no dejaba de bahel' algunos ahorros y
particulal'mente en .Berna se encontrabfl un qlO-
desto tesoro que si ha de creer~e á los enemigos
de la Francia, ascendia nada menos que á 30 mi-
llones de fl'anco,s, pero en la realidad no pasa ha de




MO REVOI.UCIONI'IIANCRSA.
0('1.0. Se ha tluf~rido decir que la l~rancia no hizo la
~uerra con otl'O objeto que el de apodel'¡u'se de él
y destinal'le á la espedicion de Egipto, como si
ella huhiem podido suponer que las autoridades
de Bema tendrían la torpeza de no Ilevársele con-
sigo y como si fu e I',l probable que occlarase una
guerra y se espusiese á todas las consecuencias de
semejante invasion pOI' solo ganal' R millones, Ab-
surdos de esta especie no merecen exámen, á pe-
sar de hallarse repetidas por Madama de StaCl y
otl'a multitud de eSCI'itorcs *. Sc impuso una COIl-
tribucion á los miembros de las antiguas ari5to-


Con permiso de MI'. Thiers y ~in acudir á Mma. de
Stad ni á otros escritores sino ,¡ los pliegos oficiales <JIIl' cons·
tau autt'nticamente en el archivo <le negocios estrangeros de
Fraucia, lo que ,'calmente se tomó del tesoro de Bema 1'01'
el general Bl'une fue lo siguiente, que copiamos COII escrupu-
losa exactitnd.


A la entrada del ejército fraIlees se tomaron tlcl tesoro en
moneda de oro y plata. 7.000,000 fr.


En barras . 3 ¡OO,OOO
En contribuciones 4·000,000
Por compras de titulos . 2. r OO,000
Ochocientos cincuenta y siete quintales de


trigo á 20 francos . 17.140,000
Sei" lIIil carros de viuo á 240 franco~. 1·440,000
Ohjl'tos cogidos l'1l los arsenales, valor dc 7.00°,000


Total [12.2.80,000
(N. rle( r.}




DIIlECTOIlIO (t 798 L 34t
eraclas d(~ Berna, Frilmrgo, Soleure y Zurich·,
para pagar el sueldo y. manutenc.:ion de las tropas.


Se ac.:el'caba ya el fin del invierno de 1798 ,
Y apenas se habian pa~ado cinco meses despues
del lmtado de Campo-Formio,cllando ya se habia
alterado muc.:ho la situacion de la Europa, pues
el sistema republicano iba sitmdo cada día mas in-
vasar, y :1 las tl'es I'epúblicas ya fundadas por la
f'ml1cia era nec.:esal'io añadil' otl'as dos nuevas que
sehabian ncado en dos meses. No cesaba la Eu-
ropa de oil' resonal' pOI' ladas partes los nombres
de república lIátava, re/Hi1Jlie(l heLL'etica , república cisal-
pina, república ligu.fÍ(uta, y república romana. En lu-
gar de lres estados tenia la Francia cinco que di-
rigÍl' lo c.:ual era una nueva complicacion de
alenc.:ioncs y de nuevas esplicaciolles que era
prec.:iso dar á las potem:ias, de suerte (Iue el di-
.'edorio se vei:.t '\l'rastrado insensiblemente, co-
mo que nada hay mas ambicioso que un siste-
ma porque con(! uisla c.:asi por si solo y fn~cuenlr.­
mente conlra la voluntad de sus mismos autores.


:\fienll'as IjlWel dil'ectorio tenia que ocuparse
de los Ilegocios eslcriores no dejaban de lIamade
la atencion las clecc.:iones, pues desde el día 18
dc fl'Uctidor 110 habían (l'ledado en los consejos
otros miembros (Jue los que el dil'eeturio habia
fluel'itlo dejar voluulal'iamcnle 'i ue eran aquellos
con quienes podia con lar ; es deci 1', aq \Icllos quc




hahian qlwl'itlo ó tolerado pOI' lo menos la reso--
lm'ion violpnta de afIllel día, Habia ,'einado du-
rante seis meses la mejol' hal'monia entre ellos y
él poder ejecutivo, cuyo tiempo había empica-
do el directOl·io ,corno ~Ta hemos dicho, en ne-
gociaciones, I~n pl'(lyl~dos marítimos y en funoa-
fiones de Jlue,'os estados. l\bs á pesar de toda
aquella tl'anqullidad, 110 se crea qlle hubiese una
union síncera }l(mIue unos poderes cuyáS fun-
(~iones eran opue:.tas , no podian estar perfecta-
mente de acuerdo durante tan largo espacio de
tiempo.


liJase ¡(¡('mando nna nucva oposiciull compues-
tá no ya de realistas sino de patriotas. Ya ha po-
dido ohscrvar el lector que Illego que un partldo
,¡uetlaha vencido solia pi gobierno ICllc!' Ijue cn-
trar en lucha con aquel quc lc habia ayuda(lo á
ven,~p,r porque este último llegaba á sel' demasia-
00 exigente, V principiaba á revelarse á su vez.
j)csde el H de thermi(lor en que las f:lcciones casi
habian if~uaLtdo sus fUPl'zas habia fll'inciniado la
~ I


altertl;¡tiva df~ {krrota~ .v "idorias, pnes los pa-
tl'iota5 se hahian sublevado en gprmillal .Y prerial
~ inmediatamente despues Ins realistas en el mes
{le vpndimial'io. D('sde aquel mes (Iue fue el de la
Ínstitllcioll del directorio bahia tocado el turno de
los patriotas 'IlIe manifestaron mucha osadia hasta
la escaramuza del ('ampo de Grcnellc ; mas aquel




DIIIECTORIO (t 798). 3~·3
dia los realistas hahian recuperado la superiori-
dad; volvieron á perderla el 18 de fructidory
ahora les tocaba á lus patriotas volver á levanf.ar
la cabeza. Para caracterizar semejante estado !de
cosas se inventó una palabra que luego se ha vuel-
to á rq)('tir con otra ocasion y era la de Colam¡J/'o
dando el nombre de .~istema de Columpio ft :ie¡ ueUa
política que Imnsistia 1',11 dal' alternativampt1te la
mano á los diferentes partidos. Se le echaba en ca-
ra al directorio que usaha de esta t,íclica C';ll la
cual venia á re,;l1lt<1l' ({!le cl'acsclavo alternativa-
mente de la ¡¡lccion ú fjllipn husG¡~Ji' por apoyo.
Aquella I'PCOIHentioll Pl'a injusta porqlH' " m"nos
de llegar al poder con una p..;pada victoriosa es in>
posible que un gobierno pueda sujetar ú toth" los
partidos á un tiempo y gobernal' sin ellos y (, pesar
de ellos. A cada lllmhnza de sistema se necesita
variar de admillistracion y naturalmente empicar
aqucllos que lWil manife3tado opiniones cOl1fol'-
mes al sj~tema que ha salido "en cedo!'. Entonces
se presentan tOllos los miembros del partido triun-
f.1nte llenos de 'esperanzas y no solo importunan
al gobierno sino que estitn dispuestos á atacarle
cuando no se presta ú todos sus deseos. Todos los
patriotas estaban en pie y se hacian apoyar pOl' los
diputados que habian votado con el directorio en
ambos consejos. No dejó a([llel de resistir á varias
exige1lcias pcro se habia yi,to en pl'ccision de sa-




HEVOUJCIO'i FIlASCE!U.


tisfacer al~unas ? nomb.'ando comisionados de los
departamcll tos (pl'f~rectos) :'1 m llCltOS patriotas. Con
esto se preparaban otros muchos {I aprovecharse
de las elecciones para ser miembros del cuerpo
legislativo 1 y le servian de muclto las autoridades
nuevamente nombrad,ls.


Adcmas de aquena nueva oposicíOIl compuesta
de todos los patriotas que querian abusar del 1 B
de fl'Uctidol' 1 habia otra intitulada cOllstitucional
f[Ue se presentaba nuevamente y pretendia no in-
clinarse mas tI los realistas que {\ los patriotas, si-
no que afectaba independencia, moderacion y
ape~o ú la ley escrita. Se componia de homhres
que sin pel'leneCel' á nin~un partido tenían cier-
tos motivos dI' descontento personal? porque unos
J10 habían podido conseguir una embajada, un
grado Ú Hila contrata de suministros para algun
'parieute; y oLros porque habian perdido por al-
gunos votos la plaza vacante en el directorio. j\o
hay cosa mas cornun que c¡;la clase dc desconten-
tos solH'e todo I'n los gobicl'l1os nue\'o.~ f'stableci-
dos de poco ae:. y compuestos de homh\'e~ filie po-
cos dias (tilles 110 pasaban de ser simples ciudada-
nos. Dícese que la sucesion hereditaria es un fi'cl\o
contra la ambicion y es muchísima verdad, con tal
que se la limite :i ciertas funciones porque es im-
ponderable la exigencia que se llega á tener con
a'luellos que eran iguales nuesh'os el dia :tllle-




DIRECTORIO (17~l8) .
.. ior *. Ya pOI'que se ba contribuido a nombrarlos
ó ya pOI' <[UC no se les considen\ superiores á uno
mismo sino pOI' 1a caslIalidad de algunos votos,
parece que hay derecho para pedir y conseguirlo
todo.


El directorio sin pensarlo habia hecho una mul-
titud de descontentos cntre los diputados qne otras
v('ccs se .~aliticahan de directoriales, y (Iue pOI' sus
scnicios en el m.?s de fmctidol' eran muy (lifi'ciles
de contentar. En esta oposicion constitucional se
Jlabia colocado Luciano Bonapal'te nomhrado por
la Córcega miembro del consejo de los Quinientos
no porque tuviese ningllll motivo personal de des-
contento sino pOI' imitar á Sil hermano haciendo
el papel de censO!' del gobiel'l1o, como que cea la
actitud flue convenia á una familia ([ue deseaba
hacel' l'andlO aparte. Tenia Lllciano talento y gran
facilidad para hahlar en la tribuna, donde le ayn-


No hubiera sido m,do que Mro Thiers supuesto (Ille pa-
rece estar Ill'rslladido de ,o,t:IS \Oerdadl" las hubiese itlculc"do
mllcho en los di;¡s que se ~igllil'r"n á la l"cvolucioll de julio,
:va '/IH' tanto inOllj() tllVO l'n clla, pat'" qlle 110 se hllhi(~sl' co-
lIlt'lido el CIlllrllH' ,','rolO de suprimir d denocllo d,~ he,o,'nci .. ("11
la cámara d,~ los pares, lJue eon:;ideramos como IIna l'ondi-
t'ioll esencial de los ¡.;olJiernos nO¡Jlocsentativos , sino ,e quiere
que estos se cOllvicl"l'lll , como e,ti sucediendo hoy en Fl'illl-
cia y sut'l'der,í igualu"'lllc en Eopaña en Ulla oli¡';;¡I"{luía sin
nomb,O(' COTlocido pero dOllde evidentelJlente es imposihle nt
¡::olH'r!I,lr lIi "dmini,tral'o (No riel TJ




346 IU:lVOLCCIO:-! FRA~CESA.
daba mucho h gloria de su hermano. José, des-
pues de su salida de Ro:na se habia ido á Pat'is y
puesto su casa en gran trén, .'ecibiendo en ella
muchos generales, diputados y homhres de im-
portancia; de suerte que los dos hermanos José y
J"uciano podian hacer muchas cosas que no le es-
taban bien al general por su gran n'serva.


Sin embargo, aunque se veia matizal'se cict'ta
opinion fIue habia sido unúnime durante seis l11P-
ses, no puede decil'se que hubiese una diferencia
marcada, sino que se oj,.'iprvaba en los conscjo.,~UI'­
hanidacl y consideraciones, y se aprobaban por
una inmensa ma,'oJ'ia todas las pl'Oposiciones del
(1ircctot'io.


Todo allunciaha 'Iue las clecl:iones del aiio VI
se hari~:ll en el sentirlo de los patriotas los cuales
tlomill;lball en Fl'allci<\ yen todas las nuevas repú-
blicas. Pero el dil'ectorio estaba decidido á valerse
dp todos los medios legales pal'a que no fliesen mas
adelante (IlIe él, Y sus comisionados circulaban
proclamas mode¡'adas, en que se limitaban á ha-
cer exortacioncs pero no amenazas. El! realidad de
verdad, no tenia á su disposicion ninguno de los
influjos, ni de las infames eOl':upciones imagina-
das en nuestros dias pat'a dirigir las elecciones á
gusto del poder. En las del ailo V se habian divi-
dido algunas asamhleas , y para evitar la violencia
se hahian ido ú yotar en otras partes algunos clec-




DIRECTORIO (1798).
101'(,s cuyo ejemplo se propmo tambien para las
de este allO VI, Y efectivamente se verificaron
aquellas escisiones tomando en todas partes los
eleclOl'es de la minoria p1'etesto de alguna infrac-
cion á la ley, ó de alguna violencia hecha con
ellos p:lra reunirse apal'te y hacer su eleccion
particula.'. No puede negarse que en muchos de-
parlamentos se condugel'on los patriotas con su
acostumbrada turbulenci:t , y legitimaron la reti-
rada de sus adversarios; pero tambien es verdad
que en algunas asamble:ts fueron los patriotas
quienes estuviel'on en minO! ia aunque fueron en
las menos, pore/lIe la masa de la poblacion ael ver-
saria suya que había concurrido á las elecciones
prece(lenles de 103 años V y IV, intimidada ahol''1
por el 18 de frllctidol', se habia digámoslo asi l'e-
ti¡'ado de los negocios, y no se atrevía á toma l'
parte en ellos '. En París fue estraol'dinaria la agi-


Estn CJue sucedia ('tltollces en Fr;JIIcia, SlIcede y suce-
ded si"mpJ'c en tOd:b partes cllando e) gobicl'lJ() se cO/JStitllye
en C;l)¡"za (k partido, ó cuando al~lItJ par·tid/) se in:;i'~I'e pcr
medio de 1:1 vi/)I"lIci;; en gobierno. EII selllf'jant(·s casos I,IS
elecciones SOIl rigurosamente nulas porque 110 represl'utan ni
la voluntad, nÍ la opiniol1 ni los intereses nacioualps j y solo
el ti(,lllpo, 'lile todo lo prescribe, Ó UI1 acierto estl'aordin .,
rio ell el go¡'irr!lo CJue sucede pueden lebitimar los actos ar!
ministra ti\·os y I('gi~)atiyos 'lile de (·1 pmanen. E~('J'ihimos e,to
pensando rn España dllr.1ntr el 111 ('s de lIo\"ielllhrp dl'lo.


:S. d,.! T.:




31.8 REVOLUCWN FRANCESA.
tacion, y huLo dos asambleas, una en el Oratorio,
compuesta toda de patriotas, donde habia 600
electores á lo menos; otra en el 1 nstituto , com-
puesta de repuhlicanos moderados, en que ape-
nas lJUbo 228 electores, y en esta se bicieron es-
celentes elecciones.


En general estas habian sido dobles, y ya los
descontentos, los aficionados á lo nuevo, y los que
por otros varios motivos querían modifical' el ór-
den actual de cosas decian : esto no puede seguir así:
despues de haber hecho nn 18 de (ruclidor contra los rea-
listas será preciso hacer otro contra los patriotas. Ya es-
parcían la voz de que se iba á cambia!' la consti-
tucion, y basta se llegó ú hacer una pl'Oposicion
espresa pal'a ello, pero el directorio la desechó con
dis~ lIstO.


Varios pal,tidos se podian tomar con respecto á
las el(~cciones, y pl'Ocediendo segun los rigol'Osos
principios dehian los cOllsejos sancionar las elec-
ciolJes hechas por las. mayorias, porque de otra
suel'te habria resultado que con solo apal'tarse las
minorias tendrían la f;H'ululIl de prevalecer y do-
minal' los nomhramienlos. Las violencias y las ile-
galidades podían muy bien sel' una razon para
anulal' las elecciones hechas por las mayol'ias, pe-
ro no para que se aprobasen las ele las minol'ias.
Los pa-triolas de los cOllsejos insistian fuertemente
en ravot· de este dictámen porc{ue como casi en to-




r,tREcTOUIO (1798), 349
das las asambleas habia estado su partido en ma-
yor número, no podian menos de ganar el pleito.
Pero precisamente eso em In que no querian los
dos consejos, y asi se propusieron dos medios que
fueron el de elegil> entre los nombramientos he-
chos por las asam bleas disidentes, ó haccr un nu~­
YO 18 de fmetidor. Mas este llltimo medio era il1-
admisiLlc, al paso que el ot1'O era mucho mas sua-
ve y natural y por eso se adoptó, anulando casi
todas las elecciones de los patriotas, y confirman-
do las de sus adYCrsal<os. Se aproba\'t;H1 las eleccio-
nes hechas en Paris en la asamhlea del Instituto,
{¡ pesar de no haber habido en ellas mas que 228
electores y que en el Oratorio pasaban de 600 ; pe-
ro con todo eso el nuevo tercio trajo un apoyo muy
positiyo al partido patriota de los comejos, y que-
dó muy i!Titado pUl' haberse adoptado aquel me-
dio para esduir ú los hombres de su eleccion y se
declaró en mayor acritud contra el dil'ectorio. -


Se necesitaba elegil> un nuevo director, habien-
do tenido que cesar pOI' la suerte Francisco de
Neufchateau, y se nombró á Treilhard , que era
uno de los plenipotenciarios en Rastadt. Tenia es-
te absolutamente las mismas opiniones que Lar-
l'eveilliere, He,,-bell y Merlin, por lo cual no se
varió en nada el espíritu del directorio. Era Ull
homhre de hien, bastante lIaoiluado á los neg'o-
cios, ~> a~i habia en el ~obict'l1o cuatl'o repuhlica-




350 REVOLUClO:'i" ]<'lL\NCESA.
nos sinceros que votaban uniformemente y reu-
nian las luces á la pl'Ohidad. Se nomLró pal'a Bas-
tadt á Juan Debryantiguo miembro de la legis-
lativa y de la convencion nacional.


Desde que los partidos en v irtud de la consti-
tucion del arlO nI estaban precisados á luchar
dentro de los términos de ella habian perdido mu-
cho de su impol'lancia las esccnas del i nlerior y
sobre todo la Il'ilmna de resultas del J8 de fl'ucti-
dor. Estaba tija la vista en lo que pasaha por fue-
I'a y llamaban toda la atellcioll el gran influjo de
la l'cpúbl ica en Europa, sus relaciones cstl'a[¡as y
multiplicadas con las potencias, su comitiva de
repúblicas, las revoluciones que hacia estallar en
todas partes, y sus pl'Oyectos contra la Inglaterra.
¿ Como habia de conducirse la Francia para aLacar
á su rival y darle un golpe parecido dI que acaLa-
ba de dar al Austria? Esta es la pregunta que ~e
hacian los hombres unos á otros, y el'a talla au-
dacia y la costumbre de los prodigios (1 ue no les
admiraba nada la travesia del estrecho de la Man-
cha. Tanto los enemigos como los amigos de la In-
glat2rra la consideraban en gran peligro, y ella
misma se creia muy amenazada y hacia esfuerzos
estraordinarios pat'a defenderse, de modo que to-
do el mundo tenia clavados los ojos en el paso de
Calais.


Bonapal'te que pensaba en el Egi ptocomo pensaba




DIRECTORIO (1798). 3;)1
dos alios antes en Italia y como pensaba en todo,
es decíl', con una violencia estraordinal'ia, habia
propuesto su proyecto al directorio que estaba
discutiéndole en aquel momento. Todos los hom-
bl'es grandes que han tendido la vista pOl' el ma-
pa del mundo han pensatlo en el Egipto y por lo
menos podemos citar tl'es que fueron Alhurque-
cJue, Leibllitz y BOllaparte. El primero habia co-
nocido que los Portugueses que acababan de des-
cubrir el camino de la India por eL cabo de Bue-
na Esperanza pOtlrian verse despojados de aquel
gran comercio si se valían del Nilo Y del mal' Ro-
jo , y asi~IJahia concebido ]a idea gigantesca de se-
paral' el curso del Nilo y l1acede desembocar en
el mar Rojo para hacer que fuese para siempre
impl'acticahle aquel camino y a!:iegurar eterna-
mente el ('!llllCl'cio de la India á los Portugueses.
j Vanas previsiones del ingenio que quiere siem-
pre eternizarlo lodo en medio de un mundo tan
movible y yal'ialllc! Si el proyecto de Alburque-
que se hubiera llegado:í real izar, no serian los
Portugueses ~illo los Holandeses y mas adelante
los Illgleses quienes se habl'ian aprovechado de él.
En tiempo de Lui,~ XIV, el gran Leibnitz, cuyo
entendimiento abrazaba todos los oLjetos, pre-
sentó una memoria al monarca fi'auces, que es
uno de los mas preciosos monumentos de razoll y
elocuencia politicas. Intentaba Luis XIV invadir




352 REVOLUCION FllANCESA.
la Holanda con ocasion de ciertas medallas, y en-
tonces le dijo Leibnilz: sellOl', no es en su propia
cétsa donde habejs dc vencel' á los republicanos,
porque no podeis atravesar sus diques .y ademas
toda la EUl'opa se lleclarará en su favor. EIl Eg-ipto
es donde dehcis dar el golpe, porque allí encolI-
trareis el "erdadero camino del comercio de la ln-
dia, y en quitando aquel cOlllcl'l:io á los J1olalHle-
ses, no solo asegUl'areis el elel'llo dominio de
Francia en el Levante, sino que regocijareis á to-
tia la cristiandad, y lIenarei~ el mundo de aSOlll-
hro y admiracion, con aplausos de la Europa,
'{ue, cierto, no se ligará contra V. M.


Estas "astas ideas descuidadas por Luis XIV
eran las que ocu paban la imaginacion del jóven
gene[·al republicano.


Muy modernamente se acababa de pensar en
el Egipto, y JUl'. de Choiseuil hahia tenido tam-
bien la idea de ocupa "le cuando estu ViCl'OIl cn
riesgo todas las colonias de Am(~l'icá; y tambien se
pensó en ello cuando José Il y Catalina amellaza-
ban al imperio Otomano. Ullimamellte pI cónsul
fl'a'ncés en el Cairo 1\1. Magallon I ~ hombre distingui-
do y muy versado en los asunto s del Egipto y del
Oriente, habia enviado unas memorias al gobier-
110) tanto para denunciar las averias que los Ma-
melucos c,msaban al comcl'cio frallcl>s, como para
dar ú conocer 1,15 velltajas que podrian sacarse de




IIIURCTORIO (1798). 353
haccrles sentir la vcnganza. Bonapal'tc sc había
hecho COIl todos <\flllrd los doeu mentos, y con arre-
glo :1 ello,> ((H'lnó su plall. Ell :m dictrllllcn el
E¡.ópto era eFvenladcl'o punto intermedio entre la
Europa y la India, y allí era menester fijarse para
arruinar :'1 la Illglaterra, dominar para siemprc pi
:\lediterrallcn convirtiéndole, segun él decía en UIl
lago IhlJt('é,~ : a~eg'ura l' la existcllcia del i m pel'io tUl'-
en ó tomar la mejor parte de sus despojos. Ulla
\ ez establccidos ell el Egipto, se podian hacer dos
cosas: ó crear ulla marina cn el mal' rojo, {~ il' Ú
destruil' los establecimientos en la grall penín-
sula de la India, ó formal' del Egipto una colollia
y un depósito. Br", imposiLle que el comercio de
la India no se hiciesc muy pronto por allI aban-
donalldo Id Cabo de Huena Esperanza, mucho mas
cllando todas las earaballas (le la Siria, la Al'abi:¡
.v el Africa cruzaban ya por el Cairo, y el comer-
cio solo d(~ aquellas comarcas podía d.!r un belle-
ficio inmenso. El Egipto era el pais mas fCl'lil de
la tierra, y ademas de la grande abundancia de
cercales, podia dar tOtlos los productos de Al1l('.l'i-
ea, y :mpli.' enteramente por ella. Así, bien fuera
(iue se formase del Egipto un punto de salida para
atacar los establecimientos de los Inglescs,ó que so-
lo se hiciera de él un simple depó,.,ito 1 era cosa sq,('U-
l'a l'establecer el comcn:io cn sus verdaderos cami-
nos, y ltaCf~r ([lle todo~ viniescn á parar :1 Fl'ancia.


XI. :d


\
\. '"


-',




354 RBVOLUCION FRANCESA.
Tenia sobl'e todo aquella att'cvitla empresa á los


ojos dc Bonapartc la ventaja dc la oportunidad,
porque segun los luminosos informes del cónsul
Magallon, aquel era el momento de -marchar há-
cía el Egipto, y con tal que se activasen los pre-
pal'ativos y la trave>óia, podia llegarse allí en los
primeros días del Estio. Entonccs dehía encontrar-
se concluida y recogida la cosecha, y los vientos
propicio,> para subir por el Nilo; al paso que, segun
Bonaparte era imposible desembarcal' en Inglater-
ra ántes del inviel'llo, mucho mas cuando ya es-
taba demasiado enterada de la empl'csa, y no se
sabia Ulla palabra de la del Egipto, que por ser
del todo imprevista, no encontraría obstáculos.
Que bastarian pocos meses para el establccimien-
to de los Franceses; que él volvcria personalmen-
te cn Otorío para hacer el desembarco en Ingla-
terra, pues scria mas fa vorable el tiempo; y últi-
mamente quc aquella habria enviado entonces Hna
parte de sus escuadras á la India, y por consi-
~uicnte habl'ia menos dificultades para abordar
á sus riveras. Fuera tle Lodos estos motivos, tenía
Bonaparte otros personales, y eran el no poder
aguantar la ociosidad de Paris sin poder intentar
nada en política, sino gastar su reputacion cuan.
do él küaba de aumentarla todavia. Solia decir
que los grandes nombres no se cO/lsiguen si/U! en Oriente.


Se ha dicho generalmente que el directorio en-




})JIlECTO!UO (17fl8l.
VIÓ Ú r~onaparte ú Eg'lpto para di!,Senlh:1razarsc dc:
d, siendo tan al contrario quc puso muchas 01>-
g-ecíones conll'U a(plel proyecto ~ y pal,ti('ulal'll1cn-
te Lal'l'cvcillicrc L(~pcaux file de los I1H\Sohstinadl)i
en combatirle. Decia (fue esto era esponcl' trcinta
ú cual'ellta mil homLrcs de los mejores soldado~
de Francia, comprometiéndolos á la casualidad
dc una. batalla naval y privarse del mejor gencral y
del mas tcmible pam el A ustria en un momenlo
en (Iue distaba mucho de habcrse pacificado el
continente, y cn que la crcacion de las lluevas r~­
públicas hahia cscitado lantos rcsentimientos; que
adcmas se iba tal vcz á provocar ú 1a Puerta ú to-
mal' las al'lnas, yiendo invadida una de sus pro-
vincias. Pero Bonaparte encontraha respuesta para
todo diciclHlo que no habia cosa mas fácil qne cs-
caparsc de los lngkses, con tal que se lcs dejúl'<t
ignorar el proyecto; que tenielldo la Franeia dp
trescienlos ácuatrocientos mil soldados:disponibles~
no podia depender su suerle de treinta ó cuaren--
ta mil homhres mas ó menos; que pOI'lo fIue hace
(¡ d, volvería muy pl'onlo, y que en cuanto ú Lt
PucI'ta babia ya mucho tiempo que tenia perdido
el Egipto por la usurpacion de los 'famcluc()~, y
[¡lites Lien vCl'ia con gusto (lue la Francia los cas-
tigaLa; que se podia muy hien entenderse con
ella y que el conlinente 110 vohel'ia ii mo\"('rs('
Jan pronto et .. etc. Hablaba tamhil'll de -'lalia




REYOtUCION "'IL\NCESA.


y de que se la tomaria al paso:í los caballeros ase~
gtmlndola pat'a la Francia; todo lo cual ocasionó
discusiones muy acaIOl'adas, que pl'odugeron una
(,SCf~na que se ha referido muy mal, diciéndose
fJue en un mo\'imiento de impaciencia pronunció
]a palahra dimi~ioll, (\ lo cual le contestó LaITe-
veilliel'e con fil'l11Pza: ({ estoy muy distante de <tue-
rel' que se os imponga, pC\'O ('11 caso de que la ha-
gais, soy de dictúrnen de (Iue se acepte'. II Desde
afiuel instan t e no vol "i.ó Honaparte á pronuncial'
la palabra dimision.
, Vencido en fin por las instancias y ¡ eflexiones


de Bonaparte consintió el directorio en la espe-
dicion que pmponia y le sedujo la magllitud de
la empresa, las ventajas comen:iales y con la pro-
mesa que hizo Bonapalte de estar de vuelta para
el invi.erno é intentar entonces el desembarco en
Inglaterra. Convinieron en guardar el mayor se-
(Teto y para que hubiese meno!' peligro de que
traspi!'ase no se confió siquiel'a á los secretal'ios.
El mismo Medin que era presidente del direclo-
ri o eSCl'ihió la ~ ó!'den de su puño y aun en ella no
se espresaba la naturaleza de la emp!'esa. Se con-
vino en que Bonaparte podl'ia llevar consigo 36


Algunos han atrtbutdo e~ta espresioll á Rewbell , y
otro., á HatTás , Jaudo á esta diseuston , UII origen lllUy dis-
tinto del verdadero; pero la escella se verificó con J.:ure-
ycillicn> y apropósito de la eSlwdicion de E¡;ipto,




DlHECTOlHO (17981 3;)7
mil homlJl'e:i del antiguo ejército de ludia, cierto
número tIc oficiales y generales que descogiese,
ah"unos sabios? inl.!:ellieros, geó1',Tafo~ , artesanos


.. ., el __ "- ,


de toda especie y la I'scuadra de Brueys rct(H'zada
('on ulla parte de los lIavios que habían quedado
en Tolon. Se liió órden ;í la tesoreria para que se
pllsies~~ ú su tlísposicion milioll y medio de fran-
cos cada d(;cada y s,~ l,~ permitió que tomase tres
millones de los OdlO dd tesoro de Berlla. Se ha
({lwrido decir que la illvasioll de la Suiza no tuvo
otro objeto (l'IP psla I'spcdi.:ion de Egipto, pel'O
ya puede IOrJ}nrse idn de lo illfu!ldatlu de esta
Sl.lpOSICJOII.


inmediatamente nomlJró Bonaparte una corfll-
sion encargada de recorrer lo\; puertos del Mediler-
ralleo y preparar en ellos todos los medios de tms-
porte, dando á la tal cornísion el título de comi-
"ion de armamento de las costas del JtledíterraJleo y tan-
lo ella como todo d mundo ignorahan el ohjeto
del armamento pues nadie sabia el secreto sino
Bonarart!' y los cinco directores. C.lmo se estaban
Jlaciendo ~Tal1de" preparativos 1'11 Lodos los puer-
tos Ú 1111 tiPfIlPO, !;e suponía (lue el armamento del
l\Iediterr<lneo 110 era mas que una consecuencia
del 'lue ~e estaha haciendo en el Oceano yel ejél'-
útü nÚ,,\1\O (\UC, c:,>'-a\)'" \'I',\\\Ú(\" C\\ ~\ ~h~l\\\_C\'rane\)
tenia por título el de la ala iZ(l\\i(~nla del f'ií~i'cito
de I nglaterl'a.




HEH1LCCIO:'i F!l \:'iCI>S.L


Púsose" trahajar Bonaparte COIl "l/lit., ardor I:S-
tl'aol'dillario (llle empleaba cn la ej,~cllcion de lo-
dos sus pl'oyecto,;" corriendo alternali vamen te {¡
las casas de los ministros de guerra, marina y ba-
cienda 1 (lesde I;?slas ú las de los ministl'os de la
tesorería aSf'~lIrftlldose por sus propios ojos (lc la
('jecucio!) de }as órdencs y emplealldo Sil ascell-
diente I'n acelerar la espedicioll dc ellas; siguiell-
(lo cOlTcspOndl'tlcia con todos los puertos, con la
Suiza y COI! la halia y todo lo hizo preparar con
1IIIa rapide:t, increible. Df'signó cuatro l)lllllos para
la n~uni()n de los cOIHo!'es y de las tl'opas 1 ddli('ll-
(lo el pl'incipal de ellos salir de TOJOII, ('1 segundo
de Génova, el tercero de Ajaccio , y el cual'lo de
Civila-Vecchia. Mandó dírigil' hácia Tolon y G(:-
lIova los destacamentos del Cjél'cilo de Italia ¡¡!Ir;
yolvían ú Francia, y húcia Civita-Vc('ehia ulla de
la" di, i"iones (Iue habian marchado contra noma.
kllalmen~c mandó (Iue se hicie"en conlratas en
"


Francia !' eT. halia con capitanes de bUf(uf's mer-
cantes, y ae;) pudo prop0l'(:ionat'se en los puertos
q tiC habiall de senil' de pu 11 lo de sa ¡ ida cuatro-
('ientas embarcaeiones :" las cuales reullió Hna nu-
)l\('l'osa arlillel'ia. Escogió 2,500 entre los mejores
'iohlatlos de á ('abalL mandúlldolos embal'·:al' des-
monlados porque se pl'oponia ('(lHipados ú cosla
.le los ;\rabes, sin (lUCl't'l' llevar cOllsi~o lilas que
~illa:-;. fre::os \' ~ltal'lliciotlPs v solo admilió ú lIo\'-) .., 1... ~




DIRECTORIO (1798).
do 300 caballos para tener en el momento de su
llegada algunos homhl'es montados y algunas pie-
zas cnganch<lllas. HCllniú tambicn artesanos de to-
tia especie ¡y mandó apoderarse cn Roma de las
imprentas gl'iegas y [¡ralJes dc la congregacion de
la Pl'opa~'anda y ajustal' ulla compaüía de impre-
sol'cs. Forlllú una coleccioll completa de instru-
mentos tIe física y llIaLemúticas y entre .sabios,
artistas, ingenieros, dibujantcs y geógrafos ascen-
diall como á unos cien individuos . .Entrc ellos se
encontraban los hOlllbres mas ilustres como iUon-
~~e, BI~rtllOlIet , Fourl'ier 1;, , y Dolomicnx 16 igllal-
;nl'llk qlle De:;~'ell~'lles 17 ) Larrcy 18 y Duhoi,;. To-
do el mundo qu('ria sPf!,lIil' la fortulla de aqud
¡úven general V sin saher nadie á dOlldc se llahia
} "-~ '"'


de desembal'cal' cstaban lllny dispuestos [, seguirle
,') lenlas ¡J:ll'!es. Dll/':lIltc las l1q;ociaciones de Udi-
Ila habia ido Dessaix ú visÍtat' los campos de ba-
lalla (llIe hahían llegado á ser tan célebres en ita-
lia y desde clltollces se habia ü.ll'mado una amis-
lad estrccha eutre él y Bonaparte pOi' lo que esta-
ba cUljw;iado en seguirle. 1\ldlcr se hallaba en
Chail/ot l1lurmul':llldn, segun costumlJl'c, del go-
bierno y sin t[UCI'CI' pedir servicio; pero solia ir
á mcnudo ;, "isitar al gTan maestro en el al'te, que
él amabacoll lallta pasian. llonaparte le propuso
(Iue le acolllpaliúra, y él lo aceptó con mncho gus-
lo, pcro preguntándolc si lo aprobarían los abo-




!lados, que así desig'naha él á los directores. Se en-
cargó Bonapartc de vencer todas las dificultades
yentoncf's le dijo Kléber persuadido á (lue se ¡In
á Inf!.latPlTa: « pues bien si usted destaca una lall-
(( cha illcendiaria en el Támesis, póngame dCllll'O
« dC' ella y ya ver(\ lo que sabe hacer Kléher. » A es-
los dos generales (le primer ónlen añadi{¡ Bona-
parte Hegnier, Dugüa, Vauhois , Bon, lUenou,
narag:uay-dc-Hilliers, Lannts, Murat, Bellial'd y
Dammartin que tanto le habian ayudado en ita-
lia. Mandaba f'l cuerpo de ing'eniel'os el valiente ,v
sáhio Cafiúelli-Dufalga que hahia perdido una
piel'lla en el Rhin y el débil pero utilísimo ]ler-
thier dehia ser gefe del estado mayOl'. Como esta-
ha enlonces dominado por Ulla pasion, estuvo ú
pique de abandonar al g'eneral que habia hecho
SlI forluna; Iwro ~P avergom.ó, Le pidió mil pCI'--
dones v COI'l'ió ú embarcarse en Tolon. lUalldaha
Rl'uevs la f'scuadra v f'ran sus contI'a-alrnir<lll!es,
..' ,


VillcJ1f'tn<e, Blanquet-nuchaylay Dccrés 19, siendo
g-efe del f'stado mayor de la marina Gallthallme 20,
De esta SlIerte todas las ilustraciones militarf's de
FI';>llcia así en la f!'UCITa como CI1 las ciellcias y la~
<lrló's, il,an ú cmhalT,ll'se pan un desl i!lO ilcsi'o-
nocido, fiados en la fi" de un general jóvcn.


Hesonaha en Francia y en Europa el rnido df~
lo~ preparativos (pIt> se hacian en el Meditcl')'[lIlco,
tOl'm;lIloosf' sohre ellos mil conf!.'Ctllras de toda cs-




nlRECTORIO (179S). 3GJ
pecie v ¡wq.',ulllúndosp (",lila cual á llonde iba Bo-
lIaparlc 1 ;\ donde aquellos valientes, aquellos sú-
]lios y a<llld ej¡'~rci!o. Ikciall 1II10S que iban al mal'
:\egTo ú restituir la Critnt'il á la Puerta. Otros que
;l la India it socorrer al Sultan Tippoo-Sach. Algn-
\lO~ «ue se acercaball mas {\ lo cierto, sostenían
q lIe se i ha ú pellPtl'a r por el lsmo de Suez ó bien
ú desemharcal' en SlIS orillas y volvprse;\ em~Jarcal'
en el mar Rojo para la llldia. Otros en fin toca-
ball ell el punto mismo y deeian (pIe se iba á
Egipto 1 fillldandll su" COllgf'tUl'as el) ulla memol'la
que se IJahia Ipido al Instituto el allO anterior.
Hubo al fin algunos mas hálJilps que suponian una
comhillacion mas pmfimda, porque segun ellos
todo aquel aparato que pan'cia anuncial' un pro-
yecto (te Colonia no pra mas que una ficcion 1 y
el ,'erdadel'o pro,"pcto dp Bonapal'te Pl'a "f'nil' con
la ('scuadra <\(~I 1\1('.ditel'l':IIlPO;\ all'a\'e~ar el est¡'p-
diO de Gibraltar, atacar al lord San Vicente que
hloqllPaba Ú G[\lliz 1 pcharle (le allí, de:o,hlo<!u(',u'
la f'selladl'a pspafíola y conducirla n BI'fst 1 dOllde
S(~ "PI'ilical'ia la de,;/'ada 1I1ljOl1 dI' totl,:s las mar1-
lla,., dI'! colltillentp, y pOI' eso la espedicioll tlel
Mi'dil.eIT'lIl(,o sp llamaba el ala izquierda cId ejér-
('iln de [nglatPITa .


.Justa mp1ltp psi a con ¡etura fue la que <lomi nó
en el ~abinelc ing'lps , que estaha asustado habia
ya S(,j~ nH'ses 1 sin sabel':'\ d()!ld(~ ve\lllria Ú estallar




3ü2 IlFVou:nO:'i' FIU:oiCES.\.
la tcmp~stad f(uc se estaha formando desplles de
tanto tiempo. En aquella ansiedad hubo ll1()men-
to~ en ({ue la opo~icion lkv,ú á unirse con el rni-
nisterio y fMenú causa comlln con él de modo ({ue
Sheridan habia tomado su elocuencia contra la
ambicion y pujo invasor del pueblo fl'ances, y es-
ceplllando en la suspellsion del habeas corpus, en
todos los demas puntos convino con las proposi-
ciones del ministerio. Mandó Pitt inmediatamen-
te armal' otra escuadl'a, haciéndose esfucrzos cs-
tl'aordinarios para sacarla al mar, y reforzó con
diez navios de alto honlo la escuadra de lord San
Vicente para ponerla en el caso de cerrar el ('s-
trecho pOl'(londe se suponia (lue iba ú dirigirse llo-
napal'Le, y el lord San Vicente de:'.tacó {\ :"lel-
son con tres 1lavios para que fuese ú 1'(,(,OI'l'CI'
d 'lcdit(~¡Tal\eO V Ob~Pl'val' la marcha de los Fl'all-
ccsc~.


Todo estaha prep:1l'~ulo para el em!¡<!njlle y va
iha ú marchar Bnna¡nl'te ú 'fO!OIl cualldo e,.;tuvo á
pique de detellerle ulla escella ocurrida en Yicna
y las dísposicilll1f''; qlle mostrahall varios gabine-
tes de EUl'opa. Aquella f'ulHlacioll dc dos lluevas
repítblica,; Ilahia e:;("ilallo en el mas allo g-rado el
temo!' del contagio revolucionario, y la Inp;lateLTa
para fi.lI11clItar aquel temol', habia illulldado to-
das las cortes de emisarios suyos. No cesaba de
apl'Clal' al rey de Prusia para que saliese (le Sil




nmECTORlO (1798). :163
Ileutralidad y preservase ú la Alemania del tor-
rentco Al mismo tiempo lneia que se irritase el
[mimo vacilante y violento del emperador Pablo
y procuraba asustar al Austria con la ocupacion
de la cordillera de los Alpes por los Franceses,
ofrccic\1(lo subsidios pal'a volver á principiar la
guerra, yescitaha las pasiones fl'eJ1(~licas de la ,opi-
na <le Núpoles y tle Acloll. Esta úILima corte esta-
ha m;.s i rri lada que nunca, fIueriendo (lile los
Franceses evacuasen á noma y (Iue se la cediese
liria pal'Le de las provincias I'Omanas. En vano ha-
bia desplegado PI nueyo emhajador franees Garat
la !1uyol' modcracioll, sin hacel' caso de los dpsai-
rr.s del gahinete napolitano; por todo lo cual ins-
piraba muy justos temores el estado del continen-
Le, y todavia ,iniuun:l agl'avarse con un inciden-
le inesperadoo lbbian enviado á Bemadotte á Vie-
Ila para dal' esplicaciones al gabinete ausll'iaco , y
con órden de residir allí como embajador, aun-
(ille 110 sc hu)iesc enviado ningllno á Paris. ~o
era aquel f:'cncral el mas apl'Opúsito para el papel
quc estaba destinado :'1 representar pOlo ser dcma-
iliado illquieto y poco sufl'j(lo y como huLiese de
celebrarse cn Vicna el dia 1 '1, de abril la fiesta
del armamellto de aquellos voluntarios imperia-
le;; <lile ya se acordar:'l c11eclol' del enlusiasmo COH
que se presentaroll el aúo anterior y la suerte q uc
les cupo en Hivoii y eH la Favorita, luvo llerua-




REVOLlJCIO~ FlUNCRSA.


doUe el capricho de querer oponerse á aquella'
funcion ~ diciendo que era un insulto pum ]a
Fl'ancia, Respondió el empemdol' con mucha ra-
zon que él era dueño de hace!' lo que quisiese en
sus estados asi como la Fl'ancia lo em de celebral'
sus victorias, y el de recon1ar con aprecio el ce-
lo de sus súbditos. Entollces Bernadotte se empe-
ñó en colTPsponder á una fiesta con otm y mandó
celehrar en su palacio una de las victorias del ejél'-
cito de Italia, de que cm aniversario aquel dia ,
v enarbolar en su halcon la bandera tricolOl' con
las palabras igualdad y libertad. El populacho de
Viena, escitado segun se dijo por emisarios del
embajador ingles, 31' [wecipitó {I la casa del emba-
jador de Fl'aneia , l'ompió los erista]es de las ven-
Lanas y cometió algunos desórdenes. Inmediata-
illl'nte el ministel'io austriaco se dió prisa á en-
"ial' SOCOl'ros á Bernadotte, y se condujo con {~l de
mlly ti istlnto modo que lo habia hecho el gobier-
no roma no con José Bonaparte. Pero Bernadotte,
cuya imprudencia hahia provocado aquel suceso,
se retiró de Viena v se marchó ií RasLadt.


J


Sintió mucllO el gahinete de Viena aquel acon-
tecimiento , y era claro. que aun suponiéndole
dispue:,to á volver á tomar las armas, nunca hu-
biera principiado pOI' insultar á nuestro embaja-
dor ni por provocar hostilidades á que ciertamen-
te no estaba preparado. POI' el contrario se sahe




DIRECTORIO (1798). 36.)
muy bien <lue aunque muy descontento de la
:Francia y de sus últimas invasiones que necesal-ia-
mentc habian de provocar algun dia una lucha
con ella, no estaba todavia dispuesto, por que
cl'eia fIue sus pucblos estaban demasiado cansa-
dos, y que eran demasiado débilcs sus recursos
pam aLacar el coloso republicano. Inmediatamen-
te publicó una solemne desaprobacioll del suceso
y escribió á Bernadotte para apaciguarle.


Creió ver el directorio en aquel suceso de Viena
un vel'dadero rompimiento y al instante dió coutl'(l
órden á BOlla parLe , qucl'iendo que marchase ú
Rastadt para impoller al emperador, y obli.garle
á que diese satisfacciones ó aceptal' la guerra. Pero
Bonaparte muy descontento de aquel retardo de
sus proycctos, no quiso ir :i Rastadt sinu que juz-
gando con mas rectitud que el directol'io la sitlla-
cion de las cosas, dijo que el suceso no tenia la
gravedad que se le quería suponer. Efectivamente
escrillió al instante el Austria <lue iba i\ enviae tlc
ministro á Paris á MI'. de Degelmalln y exoneró en
la apariencia 'al primer ministro Thugut, anun-
ciando (Iue lUr. de Cohentzl iria al sitio seli.a\¡Hlo
por el directorio para esplicarse sobre el suceso
de Viena y mudanzas sobl'evenidas en Euro pa dcs-
pues del tratado de Campo-J<'onl1io. Parecia pues
apaci3uada h tempc,ilad y ademas habian liado
UH paso muy importallte las llegoclaclOiles de




366 REVOLUClON FRANCESA.
Rastadt, pues desplles de haber disputado palmo
á palmo la ol'illa izquicl'da del Rhin, y querido
reservarse el terreno comprendido entre el lUose-
lIa y el Hhin y otro corto territorio entre el Hoel'
y este último l'io, cedió por fin la diputacion toda
la orilla izquierda y se nos reconoció por límite
natlll'al la línea del Rhin. Tambien se habia ad-
mitido otro principio no menos importante cuaL
flH~ la indcmnizaeion de los príncipes desposeídos
por medio de las 5ecularizaciones. Pero quedahan
pOI' discntir otros no mellos diricilcs ,como por
ejemplo la reparlicion de las ¡las del Hhin, la con-
servacion (le Jos puestos f()Iti(icados , de los pLlcn-
les y cabczas dc pucnte, la SUfTle de los monas-
terios y de la noblcza iumcdiata á la orilla iz-
cluíerda , el pago de las deudas de lus paises cedi-
dos á la Francia, el mo(lo dc ap]ical' en ellos las
leyes de la emigracioll 'etc. ele. Todas estas CUC5-
tiones eran difíciles de rcsoher, sobre todo atcn-
tida la lentitud alemana.


Tal era el estado del conli nenle , cuyo llOri7.0n-
te no se pl'esclltaha muy claro; mas al fin cOllsi-
guió nonapal'te la autorizacion para salir de To-
Ion, y se convino cn que lUr. de TallcYl'and sal-
dría inmediatamcnte despues para Conslantinopla
!'OH el objeto de hacer que la PlIerta apl'Obase la
cspcdicion de Egipto.




NOTJ\S DElJ TRADUCTOll
PERTl<~NEClE~TES AL CAPITULO CUARTO.>


PAGINA 288.


1 José Luis Lagl>unge, lino de los mas il ustres geo-
metras, nadó en Turin el 2;; de enero 1736 ue padres
fl'Unceses. Habiendo estos hecho una especulacion des-
gracialla , perdieron casi todo su caudal y el pobre La-
gl':lI1ge tuvo quc esludiar mucho para adquiril' IIlla SUCI'l(~
independicnle. Si yo hubicI'a sido rico, decia él, de l1in-
gUII modo lile ¡llIuiera dedicado á las matemáticas, dando
:í (~ntelld(~[' qur solo la pobreza es c:.lpaz de obligal' Ú la
medilacioll y teuacitbd que estas exigen. Estaba eslu-
diallllo segundo ;\110 de filosolia cuando se manifesó su
indiuacioll á las ciencias exaetas ,y lo tomó con tanto
empeño, que (1 la tioma edad de 17 años estuHl ya en
disposieioll de re(~O[Ter él solo y en menos de dos ailOs
lodo el dominio de la cicncia hasla los descub!'Ímientos
Illas moJe1'l10s> A los t!) años e!ltl'ó en cOl'l'espondencia
con Eulel', ('lHiúmlole la solllcion \!e .-al'ios !wohlemas
propnestos di(~z aÍlos ántes pOI' aquel sabio, sin que 1Ia-
die se huhiü\'a liado pOI' enwndido d(~ ellos en lodo aquel
tiempo. Entre tanto desempeñaba ('11 Tlll'ill la cúteum de
matemátieas dI: la eseurla d(] al'tilleria , y la I'cspuesta
(]lW r<~cibjó de ElIler fue UB diploma de académico de
nediu. 3Ias aclelan te se le propuso ú Federico el gl'ande
pal'a dil'(:ctor de ella, Cllya plaza uo habia querido ad-
mitil' d'Alnmbel'l. Pp¡'O no queria el rey de Cenleüa da!'-
lB permiso para il' Ú Pl'Usia y habiendo solicitado ulla
aulliplIcia no pudo COlli.pguir' llada , hai>ta que al retirarse
le dijo d rey veamos la cal'la (;1] que Ú Ym. le of¡'ecen
f'sa plaza Ik dir('c!o!' , ~. hahielldo CtiContrado en ella la
('ras!' siglliclltl" ,('S pI'eeiso qlll! ('] maTO!' geometl'a dp,




NúlAS


" Europa ~e \m\\e cerca l\P\ mas granüc ~\p los I'e~'('s)) 'l~
I\ijo el 30hel'allo: «"a~'a V 1l1. al illst:lnl(~ :\1 1:\\\0 del Inas
" gl'31lllc soherallo dI' Europa. "


No dejab:) d() sel' delicada su po~iei()n (~ll Bm'lin , así
pOI' se!' uua COt'[p, di¡;:ímoslo así dCllwsi:Hlo 1lI0súlira y 1'011-
lI'OW'I'sista, rOlllo por la pl'('\'(~ncioll tic los llatllr;I1I~S COII-
tra los i'stl':lIl¡;CI'OS qne ¡hau allí :í d('sempeñal' dl'stit!o.'i;
lWl'o <'~I se condu.io cot! la mayo!' l'cscn:l, y para ,i.-jl' lilas
pacífico)' lNil';¡do l'lIyiú ;'¡ llaw:lI' IIl1a paricllta ;,u.':I d(~ Br'l'-
Jiu, tan casel'a ('01110 (~I , Y se ('.asú eOI1 ella tilosólit:lllll~llt(~,
"Imió esta huena tllugeL' al caho de pocos aúos y lo mis-
1lL0 le ;,ueediú al GL'atl Fedel'ieo , con lo clIal cesó aque-
lla yoga de los sabios en la cOlte Ik lkrlill , !lt'I'O ;'bpo-
les, la CCl'deüa , la Tm;t:alla , y la Fl'aucia St~ :I[)I'(~sllr;¡­
ron Ú {)rl'(~cerlc lllla eoloc<\cioH lIIejol', Hahia COlIllHlestu
ulla oLl'a admirable COIl d tíLUlo de 111ecúuica Qlwlitica, la
cual solo á 11uras 1)(~II:lS y por la llI(~diacioll lid abate Ma-
rie pudo ellt'ontl'al'lil)ler(1 qrw qllisil's(' illllll'illlil'la, eOllW
ha sucedido y sllcede Ú lllUdlaS ohl'as LlI:wsll as; y á esta
llliSllla illtenellcioll se' dl'lliú quP Lagralll:\(~ pl'dil'iese las
o(útas del gobiel'lLo fl'all(:es. Villo Ú Par'is en 1787 COII
el tílulo de pensiollista wWlauo de la ac.atlCLLlia fl'allcesa
y seis mil fmllt:os de sueldo. Ocul'l'io la I'(~YO\lH:ioll (lelo
la asaillhlea nacional cOIl:il'IIIÚ 8\1 pClIsioll eOIl U':l'lIlillOS
muy hOlll'oSOS para (:1 , y para Íllll('lllllizal'le do la p('l'di
da qUI:: le oca:;iollaba (~I lllelloslll'e('ill de los asigllados 11'
nOlllbró 11110 de los ll'('S atllllillistl'adoL'('S tle la ('asa ¡[('
mOHeda, Casóse (~ll s('gunda~ 1I1l1)(:ia" eon la sello!"ita L('-
11I01l1lil~I' , hija y lIiPta de acadl~lIIi(:os y por t:oIlSe(~IWIlCia
acostullIbrada al llH:tot!O dOll}(:stico dI'. los hOllll)J','s de es-
t.udio. Cuaudo ~alió aquel b:'tt'bal'O t!t'(:relo cchando de
Fl'allcia Ú todos los pSlI'<ln¡.;('1'Os, Ip oCllI'l'iú ;1 GlI~ lOlI-
l\1ol'W'au emúarqal'{e pal'a que cOltlintw.~e SI¡S ('áICHf(j,~ $UÚl'e
la Icoria de las proyectiles, cOlllo ([IW 10;.;L'ú eIJlIscJ'\'aL'II~ pala
la FI'ane¡a. )las (d ILO tomú 1:1 lIWIlO¡' pal'le ('11 lIillglllltl
de lo~ SllC\'SOS de la I'C"Ullll'itlll :'\ 110 ~"I' CII 1:\ iIlOI~(,lIlt'
pl'Oplll'sta lid siSLPlll~1 dt'¡:im;tI. CIL:lIld" [l1)1' lill lIq':;lÍ la
fdiz qJOca dc'! comulallo, quiso \:tPtl\cOll ~l'J' otro Feue




DEL TllADUCTOn, 3ü!)
rico para Lagrange y como llegó ti se.' lilas potleroso que
;H\uel rey, propo.'eionó sus favOI'es ú su grantleza. Flw
/lIJO d(l los primeros puestos en lista pam el instituto y
pa,';] la olkina de longiludes )' dt'SpIWS sncesivamente
/lomb,'ado sellador y gran olidal dp la legion de hOIlO",
I~onde del iIllP("'io y gl'an Cl'UZ de la ó,'t!ell de la Reu-
Ilion; mas en IIwdio de aquellas gl'a'lllezas 1(' acometió
lllla eale'llill'a tJlw le llevó al sepulcro (,J día 10 dI' ahril
d(~ '/81:5. Su cadáver rne depositado 1'11 el Pantheoll. La
llistol'ia de los dcseulJl'imienlos hechos por Lagl'ang'e, casi
toJos lrascendeutales sería illopol'llIna en esle IlIgal' pOI'
fJlW solo podrian entendeda los sabios, y 1I0501,l'OS esel'i-
lJimos para toda clase de lectol'(~f;' Basle deei .. que 1'011
1!llas illlrolh'jo cn la aualisi,; III:tLernútica y CII la IIwdlllica
I'acional tal eleganda y clal'itlad en las t!r.lllostral:Íolles,
que con facilida(¡ llega el eulendimiellto al punto Illas
I'lpvado Ú fJlH' pll(~dc Ilegal'.


PAGIl'iA 2HS.


2 Pedro Si 1110 11 , llIal'~lues de Laplaee, par de FI'all-
eia , micmlil'O de la aeauemia de las ciencias, de la It'all-
¡'esa y de las priucipalcs sociedades sabias del lIlundo ,
nació fll! llcaulllollt dd Auge, departamento de Calva-
dos, eI2:5t!e man,o 17,W. Este es uno de aquello~ 110111-
üres que la Francia cital'á siempl'e con ol'gullo, porfJue
(~sW fue (luien terminó el edilicio principiado pOI' Newtoll.
Su líbl'O de la Jl1ecánica celeste y el Libro de lo,~ Principios
de :1I¡uel dan, sl'gun la esp.'esioll de lluestrO geómetra,
lamctlida del mas atto grado de certeza, á Ifue puede Ilegal'
I'l entenlhllüento Imll\I\I),O. ~'I:'~ '\'H\'j \)<}\)\ le, l'\ \':'"e.\,\ L',\~b-­
I:(~ y en la easa de campo dond(~ se crió no ilalJia meuius
fadles de iustI'uccioll ; pel'O estaba dotad~ l~OI' la lI,atu~a­
leza de una memoria p,'odigiusa y se dediCO pOI' SI HUS-
illO Ú atlquirir alguuos couocimientos en la edad l'll
que los niílOS principiall Ú r(,(~cllelllal' la~ (:scu('las',l'lI--
~;iel'()nl(~ sus padl'es (~n 1111 coll'gio destlilandolp a la
f'arf'(~ra I~dpt'.iúsli(~a, ¡lPro ('ay(~roll 1'11 SIIS lIlallOS al-


XI.




370 NOTAS
gunos libros de matemáticas y estos bastaron para deci-
oÍ!' su verdadera vocacion. Entonces se resolvió que fue-
se ú Paris á cultivar aquella ciencia y le cargaron de bue-
nas cartas de recomendacion para lUr. d'Alambert pero
por mas que se presentaba en su casa nunca le I'ecibian, y
el jóven se desesperaba COII sus cartas en el bolsillo. En-
tonces se quitó de cuentos y resolvió presentarse á sí
mismo escribiéndole una carta sobre los prineipios gene-
rales de la mecánica. Esto bastó para que d' Alambert le
contestase en el mismo dia: f( Caballel"ito, usted ve el
" poco caso que hago yo d'l recomendacÍones; pel'o usted
« no tenia necesidad de ellas con solo dárseme á conocer y
" asi sepa que le debo todo miapoyo. )} A los pocos dias es-
taba nombrado Laplace á la edad de 19 años profesol' de
matemáticas de la Escuela militar. Apenas instalado en su
destino p"incipió á escribir memOl'ias que le facilitaron
la entrada en la academia de las ciendas,' habiéndolas
impreso á su costa el p,'esidente Saron, le' adquirieron
en breve la gran reputacion que luego ha llegado á ser
europea. Poco des pues murió el geómetra Bezout 'y' le
nombraron examinador de los aspirantes á la m:u·ina. Se
hallaba muy sat¡sfecho con aquella mediania tan elogiada
por Horacio , pero no tardó la ,'evolucion en venir á re-
ducirle otra vez á la pob,'eza por haberse suprimido las
academias y venido á ser las eiencias un pretesto , cuan-
do no un motivo de persecl1<'ion. La fortuna fUf) que la
tormenta no duró mucho y que el Instituto y la escuela po·
Iitécnica vinieron á reemplazar las academias suprimidas.
El año de 1800 publicó Lapl:lce la p,'imcra edicion de la
Esposicion del sistema del mundo, dedicada al consejo dc
los Quinientos, en que pI'Ocuró confol'marse á las opinio-
nes dominantes de la época, poniendo en ella cspresio-
!les filosóficas que sUPl'jmió despues en otras ediciones:
tan cierto es que hasta los hombres mas eminentes sue-
len tener sus momentos de debilidad. Cuando el consu-
lado sucedió al di¡'ectol'Ío lenomlmu'on ministro del in-
terior, pero no pudo aguantar mas de seis semanas llque-
1Ia carga demasiado pesadapal'a un homb,'c acostumbra-




HEI. TRADUCTOR. :17l
(lo ú los ll'ahajos de gahinete , lo cual visto pOI' Napoleol'l
~e:destinú ú I\lIa plaza de senador, El! ella permaneció
dlmmte toda la época del imperio disfrutando de la paz
doméstica al lado de una esposa adorada y JUJ'ante la
rest:lUl'acion de los Bol'l)ones contiuuú p:H~iliealll('nie sus
trabajos científicos hasta que I'alleeió ('11 Pal'is 1,1 dia .) de
mayo 1827,


PAGINA 2!HI,


3 Luis )Ial'ia , José Maximili:lllo, Augusto C;II'Eu'eli
de Falga nació de una familia Ilohlp de Falga en rI AIt()
Langnedoc y despues de habel' seguido sus estudios eH
Sorezc entró á servil' en la ul,tilleria, A la muel'te de sus
padres, aunque él ('ra el mayorazgo entre siNe hp!'IlI:1-
nos que tenia, quiso que la It'gítima se repartiese igual
entl'e todos, aunque á él le cOl'l'espondiu justameute la
mitad, Al principiar la revolucion ahl'uzó con al'dO!' sUs
principios y la sirvió bien hasta 1792; pero cuando Ilc-
gó á su noticia el decreto del 10 de agosto en que se
pronunciaba la deposicion del rey, declal'ó en presencia
del ejé¡'cito del Rhin, donue se hallaba, que no qllel'Ía
servÍ!' mas, En consrcllencia se te destituyó, y se le puso
preso, donde estuvo ~atol'ce meses, y no volvió á sel'vir
hasta despues del 9 de thermidor, Al principio le coloca-
1'011 en la seCl'etaria de guel'l'u , pero mas adelante, esto
es, en setieml)('e de 1795 pasó al ejél'cito del Rhin con
Kléber cerca de Dusseldorf. A corto tiempo en un com-
hate Ú OI'illa:; del Nahe le llevó una piel'ua una bala de
cañoll á pl'esencia del general ~rOl'eau, y fue indispensablt~
hacel'le la amputacion, File nombrado IIlUS adelante Rliclll-
hl'o del Instituto donde Iwesentó val'ias memol'ias sobre
admin~stl'3cion y economía política, Le quería mucho Bo-
naparte y rue uno ue los primeros qne eligió para la es-
pedieion de Egipto en calidad de comandante en gefe del
C\lel'~O de \u~eu\cros, AHí se dedicó, en todos los l'alOs
que le deiatan lihres sus atenciones militares, á visitar
antigüedades )' haerl' ohscl'yacionf's cirnlílkas, FuI' eOIl
Honaparte á I'econocer los Jfanantiall's de il!oisp$, ccrea




372 NOTAS
¡le SlIeZ, dOlllle estuvieron p:lI'apCI'ecel' él y el general
en gefe pOI' haberles soqwcndido la mal'ea que suhia rá-
pidamente; y como los soldados de la escolta se apl'esUI'a-
sen pOI' salvar á BOllap:lI'te , les dijo este: « vayan uste-
"d('s ú socor'I"'I' Ú Ca f(:II'eli que t;on su pata de palo lo
" necesita mas que ~'o, » Pero en el silio de San Juan (le
Acre volvieron:l herirle en un codo y aunque se hizo feliz-
lIlente la amputacion, a1 caho ,le pocos dias le acabó ulla
calplILul'a nerviosa 1'1 día D de ahl'il de 17nn. El llJislllO
Honap:lI'le hizo :;1\ P1ogio fíllH'hl·(~.


PAGlNA 290,


4- Fl':\ueisco JoS(; Talma nació en P:u'is el dia 1~ de
enero 1765 siendo Sil padre un dentista establecido ('11
Londres, á donde le llevó siendo \\lny niño, Yohió la
pl'ime,'a "ez á Francia de edad de 9 años, y un tio suyo,
que egercia la misma profesion en Paris, le colocó en
una euseflanza que habia en el aITabal de Chail\ol. El
maestro de aquella escuela era sumamente aticionado al
arte dramático y hacia que sus discípulos en~ayasen
todos los años una tragedia ~' una comedia, que ,'epl'e-
seutaban en presencia de los padres y amigos el dia de la
distribucion de losprellüos. Allí fue donde Talma empe-
zó á adquil'Íl' aticion á un arte donde debia sobI'Csalil' de
un modo tan admil'able, Pasó desplles á estudiar filoso na
al colegio de l\1:1zarino y á la edad de H) años le volvió
á llamar su padre á Londr'es. Tres años estuvo en la uni-
,"CI'sidad de Cambl'idge siguiendo el Clll'SO de liIosofia y á
los 18 volvió :í Pal'is siendo p uno de los jó\'enes mas
amables de la sociedad, y con una iustl'llCcion gencl'al
poco comuu. Su padre y tio le destinaban á la misma
Iwofesion de dentista que ellos habian seguido, pel'o
Talma reconocía en sí las mejol'es disposiciones y uua es-
pecie de íuspiracioll lhácia id teatro, tanto mas, cuanto
Lal vez él solo era capaz de ,'cconoecl' defectos en los
lIJas eéld)l'('s aetores de su tiempo :1 quien el público no
cesaba de aplaudir con entusiasmo, Decidido pues por




DEL TIUDl'CTOIl


rlcrciolJ ú seguir aquella C,IITel';) se pr'csentú COIIIO call-
didato á la célebre actl'iz la sciíol"Íla Saillval, la mellOI',
que ues(Jues de haberle visto repl'esental' en su casa y en
1111 leal1'o pal'tÍl:lIl:lI' , le aseglll'ú que teuia todas las cua-
lidades estrl'iorcs é inlPriol'Cs que (Jodian desearse y des-
ue luego le ofl'eció Sil pI'oleccion, Mas no cOIl/ento TaI-
ma COIl este ,oto, suplic<) ú sus allligos, que lodos eran
aflcíonados y aun inteligentes en el teall'o, qlle deslllJ-
d:índose de toda pl'eocupacion In juzgasen con bell~lica
M~H~ridad, POI'{lue d no se IHoponia sel' un arlisla ado-
cenado, sillo UII gran actor ú nada. Efectí\ameute le e8-
eu('!Juron diferentes papeles ('n el leatl'o de la Dola Hoja,
)' Ú pesa!' de los univel's:Ms aplausos de los espectadores
convinieron sus amigos en que r('ullia todas las p[,(-'llda~
de UIl LJllen aetor, mellos el ¡íll'go sagrado, que era la
principal {'JI el eonCl'pto de lodos ellos, Esto hastó pal'a
que Talma df'jando Ú 1111 lallo los elogios de los ven.\;¡dc-
I'OS altistas , qlle él (U\O pOI' gratuitos)" exagcrados, rc-
lIunciase al (('atm y YO"'ics(~ ú Cmpl'('IH!('I' ws pSlIIdios l'1I
la modesta pl'Otesion de delltista.


A.I cabo de algunos ailOs, y('ncido pOI' las illSlancias
de lIIudJOs (lite le habian oido sus (ll'illlt't'os \'lIsayos \
mas aun por ~1I natural illdillal'ioll, hizo al fin su prillle
1':1 ~alida en pI teatro frailees I'(] la ('omedia dl'l padre dI'
Jámilas, y sueesi\":lmcntc r{'prcscntó todos los papeks d!'
pl'LldJ:I de las principales u'<Igedias de Comcille, B<lein\,
~"Yoltail'e Es illl[l()sibh~ d(~S('l'íbil' la sOl'pref':J que (';lllsa
ha ú los intl'lígl'lltes ¡Hlu('lla pCl'rl'CCiOll fon q lit', 110 di!'I"'
1II0S dl's('IllIH'üaba sillo crcaba los pl'rsonages, l'araclérl'~
, tisollolllia dl'l teatro gTil'go , illgh's ,. fl'all('('8. Si hllbi(~
;H'llln~ de ('lIll'al' PIl p~ta das(~ (l(~ pOI';ut'1I0I'eS, ('sta nola
l'xigil'ia 1111 capitulo cntero, y la vida de Talma 1l0S obli
gal'ia Ú hablal' de lllla lIIultitud de aulol'es y de sus obras.
nt'stle l7!) I Ú 1 in;; CII Illle pasal'On (\[lo(as y acollteci
Illipntos tilll tl'l'I'íblps Talma empll>ó Sil talento 110 solo en
pCl'lt'ceÍollal' 1'1 arte sino ('11 hacerle senil' pal'a pl'Otl'gel'
:i SllS amigos y cOlllpaüel'Os , presos 1I111l:llOsde dios pOI'
la fpl'oZ ('omisíoll de salud púhlica. No dt'jaha ('11 paz Ú Sil




"OTA~


amigo. \);,,'i.,l, solieitalHlo 1'11 fayol' de MI~ e:lI11al'~Hb~ La--
¡-ive y la SPllol'ila Contat ; taulo que llll dia le llegó á de-
{'ir aquel Lprl'ible lI'ilHlIIO: « ¡, sahl's fIlie si ('olllinmls en
" impactelltal'me te ell \'idlré al Hu Ú 'lile les hagas compa-
(( ñia?' » - Pues h;efl, I'eplicó el otl'O, mas (ju;ero que
me mandes cortal' la eabc1.:'\ que ell\Ue me <\e~\"'U\ de l\Ue
-yo pnelh 'laber oeasionauo su nnlcrlc.


Una de 1m; pPl'sonas que le mostraron lIlJ'S cariño y
:ldmil'aeion fue d gellel'al Bonapal'W lIlucho álltes que su
glol'ia le elm'as() ú los supremos destinos; y luego le COll-
servó todos los pl'i"ilf'gios de un antigao amigo, dúndole
frecuenles consejos que en llIuehos papdes le fuel'on es-
tl'emUlllente útiles, como lo confesaba él mismo á sus in-
timos amigos. Prl'O uo estaba aun muy I"jano el tiempo
¡w que aquellos dos hombres eminentes cada UIIO pOI' su
,t~Sl;lo halúan comido juntos en uua mode~ta hosteria de
la calle d.~ la l\Iichaudierc, á 7 I'ea les por cabeza, POl'-
que ambos estaban muy escasos de 1'(,UII'805, como su-
¡,('via cutonces á muchos buenos. Cesó sin embargo hl
pobreza para Talma antes que para Napoleoll por habel'
rasado C01l la edebl'e Julia, mugel' muy I'iea que est Iba
í'namOl':Hla de t\I y quiso hacel' su forlllua. Desee ell-
I.Ónees pudo renDÍ!' en su casa y mesa IIna socieJatl
hrillante Y' numerosa compuesLa de O"'eanistas y gi-
roudillos. Despues se separó de ella pOI' justos 1lI0ti-
\OS )' S(~ casIÍ con C~\l'ülina Vanho\e , hoy condesa de Cha-
lo!. , eon qllí,~n fue !I111~' feliz hasta su muerte, acaecida
1'1 Ul dI' octnl.rc lH2G ú la edad de ()1- aúos.


PAGl~A 3Hi.


,) El caballero Mal'eseakhi, de .i\Iilan , esluvo de
lIIiuistro plenipotenciario de la I'epública Cisalpina cel'-
('a .l() la !:Olte de '"iena pn '17!l8, pero el emperadOl'
no le quíso l'eeibil'. En 1802 hizo par'Le de la consulta
de Lyoll y fue pl'e~illellte de la comision q uc se [ol'mó de
:)7 lIlieIllU¡'OS 1)aJ'a dcsiglUl' los sujelos á proposito para
~eI' :mtori(lades. DesplIcs llegó á sel' ministl'o de relacio-




DEL TRADUCTOR. 375
nes esteriores y encargado de residir cerca del prime!'
eonsul ,como pl'esidente de la nneva república, y le
acompañó en esta calidau en su viage á Bruselas en julio
de -1805. Desde entonces continuó siempre á 'iU lado y
obtuvo la gran CI'UZ de la corona ue hierro.


PAGINA 332.


G El general Menal'll estuvo primero empleado contra
España y luego que se hizo la paz pasó á lLalia á continuar
las campañas de 179:>, 96 Y 97, donde se distinguió en la
hatalla de Finale , en la Favorita, en el combate de FOIll-
bio y en el de Carpendolo. Desde él paso á la Suiza v
se apoder'ó del pais de Va ud por ónlen del director'io';
pero á poco tiempo le remplazó el genúml Brllne y él fue
á manual' al Piamonte , donde contuvo por :llgnH tiempo
los progresos del espíritu revolucionario. Ultimamente le
diel'On el mando de la G. a division ¡Hilitar que const'l'Vo
hasta su muerte.


PAGINA 332.


7 El c:Jhallero Sehawemhourg era un noble de la
AIsacia ,mayor del regimirnto de Nass<lu al sel'vicio de
Fl'ancia cuanúo principió la revoltil.:ioJl. Abrazo el pal'ti-
do popular y llegó á ser general de las tropas republica-
nas en el Rhiu y el Mosella ; pero lús frecuentes reveses
que esperimenLó en la caOlpaiia de 1793 ocasional'Otl su
destitueion , que duró hasLa el aiio de 179G. Entonces
se)/] voh'ió su grado y ayudó á Scher'el' á I'echazar un cuer'-
po de AuS11'iacos que hahia penetrado en el fuerte de
Kelh. En 1798 dirigió en gran parte esta campaña de
Suiza de que habla el Lexto, con bastante acierto aunque
no sin algunas pérdidas muy sensibles, hasta que pOI' fin
se apoderó de Ntra. Señora de las Hel'lllilas. El cuerpo
legislativo helvétieo le declaró benemél'ito de la Suiza Cll
recompensa de SU3 servicios. En medio de lodo le atacó
Briol sobre su conducta militar y tuvo que il' Ú Pal'is á




NOTAS


jllstilkal'se (~II 17m). Lo cOllsiglllO y le 1I0lllhl'Ó 1'1 di,'pc-
torio inspp(:lnr gf'IIPI'al de ill!'allwl'ia. Siguió desplH's las
¡:alllpaüas (Iel consulado y (Id impcrio hasta que k
malarOllPfl la hatalla 11f' \Yagram.


PAGINA ;'););).


X Odls nra canciller y gl':lrt ( .. ihullo dd et-l:Hlo dI'
flasilea ~' en mayo de: t 7!Jo le envió aquel canlon ú Pari"
para Jisipar las sospechas que el golJi(:l'Ilo fI'aIlC(:s habia
(:ollcebiJo cOlltra la Suiza y Ú pl'otestar de la adhesioll
p:lI'lienlal' <id estado de Rasilea. A lines dc 17H7 ~p !t'
(~nC:II'gó ¡fp oll'a nueva Ilegociacioll sobl'c eiel'tos call1bios
pl'0llllPslos pnll'!: los dos estallos y últimamente cuando ya
se I'csolvió la I'uilla tOlal de la Suiza, 110 tll\'O ('epal'O Ochs
de pl'estal'sn á servil' de inslrumento. El fue quien envió
desde París ;'\ Basilea el proyecto de la nucva eonstilu-
l'Íon helv(~lÍl:a l'4~daetada pOI' él mismo de aCllcnlo con (~I
dil'cclol'io I't'ances. Luego presidió la IlIw\'a asamblea c¡ltt,
se fon\ló (m Suiza; pero 110 tardó en ponerse mal \:on lo~
Iluems dil'eetol'üs ~' logl'ú que se l'ellOlaSCII por la mcdia-
(:io[l Jd comisario frallces lhlpillal, el eual Ic colocó de
~('re del goIJiel'llo suizo. Este IItlmlJl'amicnto eansó llIU
ehos alborotos )' aun llegó ú disgustal' al gohiprllo I'l'all--
ces, por lo que le fue pre(,iso hacer rCllIlllcia del deslino
ent 7D!) y manifesló intf:nciones 111' I'ctinll'se ú An\(~rielL
Pero cua;,Jo oClIrTió la gl'all 1Il1lllanza Jel '1-8 de bruma
I'io logró que el pl'inH'l' cónsul le 1I0mhl'ase mi~~mlH'() dI'
la eonsult:1 lleht',lica convocada para el ailO de 1802 en
Paris y lalllhi('1I f([(~ autor (b la IIlleY:I conslilllóolI I/IW Sr'
diú cnlollces ú la Suiza. lIa (h'jatlo la rnpllla(,ion dü hOIll-
111'1' de talento PPI'O ambicioso y sobre lodo alicionauísi
1110 al dinero,


PAGl"'A 3;;5,


fI ~icolas Mengaud Ilaeió en lldol'l y ell 17H8 le ('11
,¡aro!! Ú Suiza de C'neargado de neg'ocios ue la república
rl'~\llf'f'S:t , sirlldo el pl'inl'ipal , cuando (\0 el único de CI1




DEl. TRADUCTOR, ~\77
tl'e ellos d dl~ rrvollldonnr el pnis, Exigió pOI' de pronlo
la espulsion (\('1 minisU'o inglps \Vi~kam y no eonn·diú
mas IJlW 1111 eOI'tn tél'mino ú la I'('gnncia de E('rna para
la aceptacion de un proyecto Ih~ r('p,',hlica IIpl\'t;tica, Poeo
r1l'SpIWS hahh;ndosp plwstO Illal ('O n napinat, fine era oLI'o
agpllte del dil'e(~lOl'i() , quc flucl'ia apodel'arse de la .. e~as
púhliens, :lpl'obó qlle el gohiPI'1I0 helvético e(:hase los SIL
Ilos 1'11 ellas; pcro eOIl tOllo eso I'nel'On roh:Hlas pOI' pI
otf'O Y ú fq se le IInmó ú Pat'is p:H'a que diesn clIenta de
por (1'1(\ hahia q uel'ido oponel'se Ú aquel latl'ocill io , plWS
tal m'a y no 01l'0 el espíritu Ilcl dil'ectorio, )Iengallll di-
rigió al cuerpo Il'gislativo una f)l1eja contra Schérel' y
cOlltra el comisal'io ltív:mu , pel'o tampoco se hizo caso y
el W~OI'O se quedó l'oJ¡ado, En 1801 In nomhró el gohit'l'-
110 consnlal' comisiollallo suyo en los pUt~¡'tos de la _'lan-
cha y Paso de Calais y se hizo notahle pOI' su vigilancia;
pel'O se le deslilll~'Ó (~II 1804, Y 110 hemos vuelto ú sabel'
lilas de él.


P.\CEU 55;"


'lO Gllillerlllo Mal'ia Ana El'une, mal'iscal del impe-
,.io , nació en llr'iws la (~aillal'(le, dep:ll't:lmento del COI'-
¡'ele, el dia '15 de marzo 17G5, Su p:ldl'(~, qUl~ (~I'a aho-
I:\ado 1 le (\pstinaIJa á la misma pl'Of(~si()n y p:lra ello si~uiú
('n P;II'is durallte lIluchos años d cllrso el!) .iul'ispl'lld(~II('ia
en el eolcgio de Francia, Pe!'o el'all lilas dI) su gusto los
I'Slllllios de las hlllll;lnid:Hles que los de la clli'ia, y clIan-
tlo iha:í pasa\' las vae:lI:iolles ('11 ea"a d(~ algullos amigos
del Poitoll y ele Angutmlla l'ran pal'a él las épocas lilas
deliciosas :Hluellas I~II f1IW escribia 1\11 Viage pintoresco!J
sentimental por algunas provincias occidentales de Francia,
ESll~ 1~lIsayo cserito ell pl'Osa y en vel'so contiene pOI'llW-·
lIo!'es Illuy agudos y cutl elenídos y se L1ió ú luz el! 17Sl:\
sin 1l0mhl'p dI' anlol', ~Ja~ no t:u'dó la l'cYoh((~ioll en vc-
nil' :í illwl'l'ullIpit, sus eswdios y fue lino de los pl'ime/'Os
qtle se alistaron en la g'tI:tl'dia lIacton:" dc Pal'is ell julio
de 17~n, ~\brazó COII l'utusiaSlIlo los [ll'Íncipios de la I'e-
\¡¡Iurion, t'sl'I'ihiú varios :lI'líctllos ('11 los diarios \' se inti ...




378 NOTAS
mó con los pl'incipales oradores de las sociedades popu-
¡al'es, siendo además uno da los mejores mozos de aquella
nueva milieia ciudadana. En 1790 puso una impl'enla pOI'
su cuenta, pel'O no le dlll'ó mas que un año porque tuvo II1U-
chas pérdidas y se vió precisado á abandonarla á sus ael'ee-
dores. Viéndose sin I'ecursos y amenazando )'á la guelTa
estl'angcl'a, se alistó en el 2.° batallon de voluntal'ios del
Sena, y e11~ de octulwe 1791 le nombl'aroll ayudante
mayOl': Al año siguiente obtuvo el gl'ado de adjun"to á los
ayudantes gencl'ales. Hallábase en Rodenac, cerca de
Thionville euando I'ecibió Ól'den pal'a pl'escntarse en Pa-
ris á dond(~ llegó el [) de setiemul'e 1792 cuando se es-
taban eometiendo los asesinatos de las cá.'eeles y dos
dias despucs le nombró el consejo ejeeuliyo comisario
general para dil'igir' los HlOvimientos militares, la ol'gani-
zaeion de nuevos batallones, la administracion de armas,
JIluniciones, wmpl'as de caballos, transportes de guer-
ra elc. Ú todos los departamcntos y en especialidad CII-
tl'C Paris, Chalons v Reims, Una comision tan vasta y
sobre todo en aqueÚos tiempos hubiera sido una t'ol'tun'a
para uu hombl'e menos desilltcl'esado que él, pero Bl'une
solicitó como un /'aVOI' y obtmo al I1n que le permitiesen
yolver al ejército ú continuar' SllS ser'vicios en el estado
mayor' del ejél'eito. Estaba este hatiéndose entonces COIl
los veteranos dd rey de p[,lt~ia en la Champañe y ya ve-
mos el nombre de Ikune (igural' entrc los ollciales que
mas sc distinguiel'on en \lIuchos de aqur.llos combates.
En ellos consigió todos sus gr'ado:-, y la mayor p:u'tr. so-
hl'e el campo de b~\ta!la, dando pl'Hcb1S 110 solo de valor
sino de ulla vasta ('ap:\(~idacl administrativa. Se habia sus-
citado entl'ctanto la gllel'l'a de los federalistas de resultas
de la injusta pel'sccllcion conU'a los Gil'ondinos , y la eo-
misio n de salud pública cnvió á Ikunc á mandar una di-
vision que prowgiese la entraela dc los representantes Tallien
é Isabeau en Burdeos, y en efeeto todo volvió á entl'3r en
el órden eOIl su pl'esencia. Concluido el tiempo del terror'
file llamado á Paris y sc le puso al frente de una de las di-
lisiones que opcl'al'oa bajo las ól'clencs ele Bal'rá s y de




DEI, TUADllCTOR. 379
Bouapa\'te en la jornada del 15 de vendimiario. En se-
guida le cOlllisiona/'OlI :11 }lediouh¡ para perseguir las han-
,las de Iadl'ones y asesinos que tenian infestadas aquellas
comarcas. En 1796 pasó al ejército de Italia no siendo
todavía mas que general de brigada y la suya f0I'l113ba par-
te de la diyision de l\1assena. Seria illutil noml)['31' aqui
la multitud de eomLates en que se distinguió, pues para
los que han leido esta historia basta el recuerdo de aque-
lla série de mal':1.\'illas en que solo podian llamar la aten-
cíon los h(~l'Oes. De resultas de la batalla de RÍ\'oli le
nomhró el grlllerl11 en gefe comam!allte de su Yallguanlia
con el grado tle general de di\i3ion, dado en el campo
de halalla. Despues de la paz de Campo-f'ormio vohió á
F,'ancia con su tliyisioll destinada al ejército de Ingla-
terra, pCl'O pn el camino reciLió un correo del directorio
noml)J'úndole f'mbajadol' en Núpoles. S(~ trataba de pedir
satisf~H.:eion ú aquel rey dd motivo de sus al'mamentos
pues habia lilas 'lile sospechas de una conjul'acion gene-
ral de los pr'íncipes italianos para hacer ulla contra-re\'olu-
cíon, CU)O pl'Ílller paso hahia sido el asesioato del gene-
ral DlIphot. En lugar de il' á su destino, echó Brune á
correr' á Paris 6 solicital' que se le diesen ú otro porque
no se considl'l'aLa Ú pl'opósiLO pal'a comisiones uiplomá-
ticas. En efecto, pocos dias despues le diel'On el mando
del ejército destinado ú la Suiza, y aunque generalmente
haya sido aplaUllida su conducta !!lÍlitar y política en
al} licUa comarca, desde ella \"iene el origen de la honi-
hle eatáw'ofe que acabó con su vida en tiempos poste-
riOl'cs. El'a brillantísimo pi pOl'venil' que ~e le presentaba,
plles euando salió dn Suiza f'staha destinado á mandal'
liada mellos que la Italia, !loma, la Córcega, la isla de
.Malta y las islas Jónicas, estando ya su nombre en pri-
mel'a lila entre los de 10f> gr'andescapitancs del siglo.
Cuaudo volviú de Italia fue pal'a mandar en Holanda, en
el Vendée, yolv€(' ú Suiza y á la Italia y últimamente pa-
sal' tle emhajador' á Constantinopla donde per'maneeió
hasta 1806, Ya cuando se oq;anizó el illlpPl'lo habia sido
Homhrado mariscal y tiTan cruz dp la If'gioll de honor, y




380 NOTAS
cuando volvió de Constantinopla se h~ di() ('1 man(lo llC'
Roulogne y costas del ocpano y luego el gohiel'llo de las
eindades ansc:'ltieas. Desrnes de la caida de Napolnon y
su yudUI de la isla (In EliJa volvió :í tomal' la cspada y
cU:lITdo ocurl'Íó el desastl'n (le 'Vatel'loo habia resuelto
Plllh:lI'earse en Tolon y l'ptil':lI'sP Ú la Bl'etaña pam evitar
el encuentro de las ibaIlllas de los l:enlelos que illfestaban
pI Mediodia, donde ya habian degollado Ú lIIuchos sol-
darlos y olieiales del antiguo f'.iército. No le permitieron
embarcarse las nuevas antol'idades establecidas pOI' la
rf'stalll'acion, y tuvo que tomar d camino de tierra, que
fue lo mismo que condenarle :í sel' asesinado. Efectiva-
mente al Ilegal' Ú Aviñon estándosf~ mudando los caballos
de posta para sn cal'l'uage Ú la puerta de la fonda del Pa-
lacio I'cal, se alborotó et populacho ó si se quiel'e el pue-
b[o, pues hay épocas y circunstancias en que todos los
pnehlos son popnlaeho, 'j acabaron con aquel ilustre
guerrero cid modo mas inl:une. Fue tal el furor de aque-
lla pkhe feroz, que hahicndo dewl'millado la autoridad
qne se diese inmediatamente sepultlll'a al cadáwl', se
nombró Illl:l e:<colta que le fuese acompañando al cemen-
terio; pel'o apenas salió el eIlLi(~I'I'o dt~ la (lIWI'la d(~ la ciu-
dad cuando la IlIultitnd se apoden) del c~Hlúvel' , le a[TO-
jó al Ró(lallo y mientl'as iba sohl'enadando le dispararon
mas de ;SO tiros, Ultimamenle gr'avaroll en la bal':\I11lilla
del pucnte estas p:1labras que hall pel'lIlalwcido !t'gibh~s
dUl'ante muchos años. ESTE ES EL SEPCLCllO DEL ~1.\1\lSC.\L
Rm':~E 2 DE ACOSTO UH i"), Este crímrn tan notol'io, tan
público y cnyos autores el'al1 conocidos de toda la ciudad
~. del mismo gohiel'llo, qlwdó impulle, como tanlOS otl·OS
de los que acoslllmbl'a acomf'tel' el Jllle{¡[o soberano y IlO
SP a !)J'ió la causa hasta el 24, de febrero 1 ~21 Ú pesar (lí~
las contilluas I'eclamaeiones de la ('espetable viuda del
mal'isc:11, quedando por supuesto impunes los soher'allos
asesinos. El origen de aquella el'llel.lad fue hahcl'sc es-
parcido la voz (1(';.graeiadalll()lIt(~ ciel'la de que él cl'a
qui('1I se habia apOllerallo del tesoro de lkl'lla para el
dil'ectorio) y adpmas b t:allllllTlia lit' (1 lit' lq habia sido el




DEL TllAllUC1'OR. 381
que paseó por Pal'is la cabeza de la pl'iut;esa de Lamballc,
cla"aua eu una pica.


PAGINA 335.


1.1 Mr. Erlach ue Hinllclbanck et'a un m:lI'iscal de
'Campo suizo al servicio de Fl'ant;ia, el cllal hahiéndose
retit'ado ú su patria cuanuo pt'ineipió la l'c"olueion, I(~
con liaron el mando del ejéreito suizo ettatHlo los Fl'an-
ceses invadieron aquella eotllal'ca (m 1 íHS. lUostt'(, el
maYOt' valor en aquella eil'cunstaneia, tanto mas cnanto
el'a' Ulueho Illas lIiHeil la situaeion pOI' la divergencia en
que se hallaban los miemht'os del gobierllo. l\Ie!'eep citar-
se la t'cspuesta que <lió ú lll'lllle euando este genel'al le
intimó que t'illuiese .á l\Io!'at: "Mis antepasados no se
« rindiel'On Iluuea , y aun cuando yo fuese capaz de t\l[
" yileza , el monumento que teuemos ú la "ista (el osua-
" rio de lUot'al ) bastaria pa!'a alentarme, yasí le suplico
« al genel'al que e"ite en lo sueesiyo sClllejaules lllellsa-
" ges. » Pel'o no habiendo podiuo sus soldados "isollos
defenuer el puesto contra tt opas tan agnelTiuas eOlllO
[as francesas, se introdujo el def>ót'(leu y tras ele él la l'e-
belion ell qlW le hiziet'on pedazos los mismos pOI' cuya
ucfcnsa se habia saerilkado, ¡ Cuantos tIe (~slos crímenes
tiene cometidos el pueblo soberano!


PAGli\"A 338.


12 Steigel' era el [WillCipal magisu'auo de Berna,
homLH'e muy instruido y respetado en el pais ; pero ha-
biendo illyadiuo la eomarea la l'cvolueioll franeesa que
tales estragos hizo en lodas pal'tes, se opuso á ella lal
vez eon dcmasiada impl'lldencia y se gl'ang()ó IlIm:hos ene-
migos. Coloeado )lOl' su mérito, lallto COIllO pOI' su dig-
II idad al frellte dd pal'tido constitucional de llema y pOI'
consecuencia lle la Suiza, t'stuvo cOlltL'nienelo bastante
tiempo ú los l'evolueiollarios hasta que la Fl'allcia alaeó la
línea helvética. Enlonces hizo loJos los esfuerzos para




382 NOTAS
animal' á sus conciudadanos á defendel' su illll(~peIlUellcia
ó á lo menos á morir COIl hOIlOI', hasta que l'cf(H'zado el
r~H,tido contr~l\'io COI! la turba siempr'e numerosa de los
tímidos, se le quitó la direecion de los negocios, Tenia
entonces 69 años y á pesar de eso se fue al ejército cet'ca
de su amigo el general Erlach y tomó parte en sus peli-
gros y tal'f~as singularmente en el combate de Fraulwun-
lIen, y tuvo la fclicidad de no sel' sacrificado corno el gP-
ner'al al furor del populacho y de la soldauesca. Despue.'i
se retiró á Aushlll';';O doude mUl'ió el año de 1709. El de
180ñ mandó el gobierno helvético traer solemnemente
sus cenizas de aquella ciudad para hacerlas los honores
debidos á su mér'ito y patriotismo


PAGINA 539.


15 Este Lecarliel' fue cOlTrgidor tle Laon y secreta-
rio dd rey cuando le nomhl'U\'on para los estados genel'a-
les. En 1791 fue secl'etario de la asamblea nacional. En
1798 le nombró el directorio ministl'o de policia general
y lo renunció en noviembre de aquel mismo ailo. Al si-
guiente le eligieron pal'a el consejo do lo~ Ancianos y á
mlly poco tiempo n1l1l'ió.


PAGL'U 552.


14 El marques de Magallon genel'al [l'ances y miem-
bro de 1:.1 asamIJlea colonial de la isla de Fmncia , ad-
quir'ió mucho influjo dUl'ante la I'eyolucion y logró pre-
servar aquella colonia de sus funestos pr'incipios. En OG-
tuhl'e de 1797 le denunciaron al consejo de los 500 por
110 haber quel'ido reconocer á los agentes del directorio y
habel'los cOIHJenado á la deporl3cion, Sus excelentes me-
morias sol)!'e el Egipto le habian conciliado el afecto y
admiraeion de Bonaparte, que cuando llegó al consulado
y al imperio le conservó el mando de aquella isla donde
murió hastante anciano,




DEI. TltADUCTOR. 383


PAGL.~A 55!).


1;) Francisco Mal'Ía Carlos Fonl'I'iel' • nació en llesall-
zon el 7 de abril 1772, de un me,'cader de paños que
procuró darle muy buena educacion é hizo sus primeros
estudios en el colegio de aquella ciudad, Cuando salió de
él le pusieron sus padl'es en el eomercio á pesar' de la re-
pugnancia que desde niño mostró contra aquella hO/ll'ada
pl'Ofesion. No hay liada particular que deeir ue este hom-
bl'e en maleria de hechos, sino este de babel' sido nom-
brado para il' á Egipto con Bonaparte; pel'O despues de
tener'lo lOdo prepal'ado para el viage que solo debia em-
prendel' en calidad de sáhio mClarísieo, salió con qne no
<lueria ir y se qnedó en Paris ensimisrIlado en sus medi-
taciones, Asi no siendo posihle haecI' su biografia que so-
lo dehia consistir en hechos, habremos de limitamos á
insinuar' algo acerca de su sislema, ya que los sistemas
de ~sta clase de hombres son su vel'dadera hiogralia, El
empello de l\h. FOllrrier es la felicidad unilJersal; pero no
aquella ft'lieidad fria, púlida y monotona qne nos pintan
otros moralist;ls, sino aquella que consiste en placeres vi-
vos, ,'ariados y siempre nuevos, cual puede discurrirlos
la imaginacíon. El punto de donde parte para toda esta
poesia de I1lIa alma insaciable, es el organismo pasional del
homb!'e: de suerte que naciendo eSle con ciertos gustos,
inclinaciones y pasiones, vienen esta~ á sel' una conse-
cuencia tan I'igorosa como todas sus facultades físicas y
morales. El las mira como el único móvil de tocios nues-
tros aelos ó COtllO unas fuer'zas lila trices que ponen en ac-
cion todas nuestras facultades, sin que obremos jamas
sino para satisfacer ulla pasion. El quiere que todas se sa-
tisfagan sin quc haya otra bondad ó malicia en los me-
dios que pongamos para ello sino lo que las eircunstan-
tancias sociales p¡'esellten como conveniente ó contl'al'io
á los intel'cses de sus semejantes. En el p¡'i mer caso se-
I':Ín buenos los medios y cn el segundo malos. Ya eOIll-
prendel'á el leclol' que esta teoria cspresada con estos ó


. "


" j ,
r ¡




38l NOTAS
los otros térlllinos no es lilas que la repl'oulleei<H] tlelmu-
l()¡'ialisl1Io eOIl sus pUlllas y collares (h~ ateismo; por lo
enal 1l0S huhi61'amos dispensado de P()ll(~l' (~sta nota, ú no
ser por \'í1eonwlH1al' las sisuientl's obras suyas que nw-
['ecen lee ['se ,. meuital' mndJO s()hrc ellas,' ,a La teoría
de los cuatro '¡;wl'imientos: 2, a TrataCÚJ de la asociaáon do-
mbtit:a agrícola; 3, a El ;nwvv tnwulo intelectual; }' lÍl-
timamellte 4,· La {ulsa industria,


PAGINA 3i,!),
H, Domillgo Gl'alet ue Dolomiellx, lució d 24 lle .i u


Iliol ¡50: I'Iw lIlicmbl'o de la antigua ac:ulemia d(' las (;ien-
cias y dcs¡mes (Id illsLÍllIto de Francia, inslwClol' de llIi-
lIas y comclIdadol' de la ónlell dt~ l\lalta , hahicndo hí'cho
sus ¡)J'illl(;raS cnl'abanas á la eda(l de lH nitos, Insultado
pOI' uno de sus camaradas liUf' lllolltaha el mismo navio
~e batió con él, le mattí y llt~ \'1[(:lla (1 ,\\alta I(~ (;ollden,j
á lll11el'le el capítulo dc la únlell, L(~ pe['donó el gl'all
maestre; pel'O como esta ¡.jraeia dl'bia se!' coulirmada por
el pap:l , y cste pretcndia LPn(~I' graves motivos de queja
contra los caballeros, cstmo illtlexible, y el po)¡re no-
IOllli(!IIx. tuvo que pennaIH;C(!1' 11I1e\'e mcsps preso en el
calabozo, elltre la ,ida y la 1I1l1cl'te, Yohiú luego:'t con-
tillual' Sll~ eSlIItlios, :lllll"qlle r.l'a olidal do! regimient.o tle
carabillcl'Os, y (111 :llctz rile dOllde lomó las pl'illWl'a~ lec-
ciones de quílllica é historia lIalUral. Fueron tan rápidos
sus progrcsos, (lile la a,'adclllb le euviú cltít~llo de (:01'-
respondipllle suyo, y aqllel 13V01' le lijó Csdllsivallleute
en el eSllldio de las ciellcias naturales, pOI' lo «(Iw tlejó el
senicio y pl'illcipió sus viagcs por la Sicilia, Vohiú Ú
Fl'aneia en l7SU y abrazó con calor los pl'ineipios de la
l'evol.ucioll, pero 110 quericndo admitir lIillgllll:l t)('.lIpacioll
pública, dió ú luz val'ias 01ll'a8 qlle aUllIeutal'On su re¡m-
taciot!, Era llIuy amigo del duque de la Boclwfoucauld y
fue testigo Je su a~(!SillalU, viéndose pt:l'seguido l-I luis-
\lIO y pl'ccisatlo Ú huir d(! es('u:Hlitc pn ('SCOllllitl~, POI'
liu CU<lIlJU se restableció la call1la le llolllbl'<lI'UIl pal'a la




IIEL TIlA.I)UCTOIl •


. ~(~ne\a <In minas ¡; hizo nuevos pl'Ogn'sos ('11 las I'iellcias,
Iha ú puhlicados cllao,lo llonapal'le \(~ III'YÓ consigo:'t Egip
lo, Esw fue lUlO ,le los qlle mas cOlllrihuycl'on ú la l'f'll··
t1icioll d,·) Malta pOI' las relacioncs que hahia const'l'Yadu
allí, y de~plles ,Ir, la derl'ota ,11' AbollliÍl', \'it'lldosc ohli-·
WH10 á :l1'l'iiJal' Ú la CalalJl'ia, se le puso preso en uu ca-
labozo pOI' ónlr,1l del rey de Núpol(~;; ell :\fessina, En \:1-
no le reclamó el gobierllo fr'auces, el re~' d¡; Espaiw, la
sociedad dE Londres y 10(}os los sábios de Europa, por-
fIue uo se le quiso ponel' en libertad hasta la paz de 1800,
"uello enlouces á sus ocupaciones académicas, visitú los
:\Itos Alpes y habiéndose I'ctÍlaoo al seno de su t:Huilia,
murió el mes de noviembl'e de 1801, á la edad de 5~
:ÜlOS. Dejó easi coneluida una obl'a interesanle sobre la
filosofía mineralógica compuesta durante su cauli",~ri(),
sil'viéndole de tinta el oUin del velon y de pluma 1111 pe-
dazo de hueso afilado en los ladrillos eon el que llenaba
las l1l:1rgr,nes y cntr'e renglones de los libros flue I(~ COIl-
cedian. Las demas que publieó SOll un 'fiage á las islas
de Lipari, para servir' á la historia de los volcanes; Una
ll1f:11l01'ia sobre los tI~ITemotos de la Calabria; La des-
cripcíOIl del Elna y d(l sus erupciones; U na diserlacion
so!Jrn d origell !Id Basallo y uo diccional'io min('¡'alúfíi('o.


PAGINA ;)il9.


'17 MI'. Desgenrttes era nn médico de mucho mérito
)' un pl'ofesol' ilustrado floe sirvió de mucho ,'n Egiplo
para montal' los hospitales militares. A Sil \'Ilella fue 110111-
lJl'ado llH;dico I'n g('f,~ !Id hospicio de Val-d(, GI':ll'('. \' ('11
lROii le euviú ,,1 gobierllo {'rances :'¡ Espaila para eSlll;Ji:'l'
d ('al'úd(~r' de la licue amal'illa que habia asolado :i Ca-
di ... y otras lIIuchas ciudades de ,\udalucía, Puhlicó la.,
siguielltes obms: Ikseripeion dPl cllrso de los vasos lill-
rÚl.icos; ObSel'v:H~iolles sobl'p la cllseil:lIlZa dl' la Ill('dicilla
(~iI los hosJlitrll,~s ¡k Tmw:w:1; )' Hd1P"inll('~ g('I]('r:",'~; :,('-
J¡J'(' 1:1 IIlilítl:,,1 dI' :\IIalomi:l arlilit:ial.


X! ~ ') .. ,




NOTAS


PAG1~A 50!).


H~ El célebr'C' cil'lljallo Mr'. Lar'rcy nació el año de
-[ iG8 Y quedó huérfano cn cdad Illuy tiel'l1a, cuya cir-
runstancia influyó para que se aumentasc su aplicacion al
estudio de la cirlljia en el colegio de Tolosa, Al cabo de
seis años dc esfllel'ZOS dejó la casa de su tio para il' á Pa-
ris á oponer'se al cOllcurso público en que se disputaba
una plaza ,le médico auxilial' de la mal'ina real de Brest,
V la consiguió á la edad de '19 años, Al llegar allí tuvo
que sufrir otroexamell para el cucrpo de médicos de la
real marina y de sus I'esultas le comisional'On para que
pasase en calidad de cirujano mayor cn una espedicion á
la América del Norte. A su ,-uelta publicó ullas Reflexio-
nes sobre la Iligiene naval. Luego que cesaron los :J['ma-
mentos marítimos fue licenciado LarTey como todos los
dcmas facultativos auxiliares y se volvió á Paris á conti-
nuar sus estudios. Algun tien;po despues obtuvo una pla-
za dc cirujano inter-no del bospital de los invúlidos bajo
las órdencs del célebre Sabater, de q I;ien se hizo muy
amigo y poco despues rival. En 1 i92 pasó como cil'lljano
dc pl-imer'a dase al ejército del Hhill mandado pOI' el ma-
riseal LuckuCI', y aquclla fue la pl'imem cam[ aiía á que
asistió IIn hombl'e que debia dedicar toda su vida al so-
.:OITO de la humanidad cn aquellos eampos de destruc-
cíon. El fne quien discul'l'ió el primel'o la fundacion de
hospitales volantes para recoger y curar á los het'idos du-
rante la accion, sin aguardar como autes al fin de la ba-
talla para soeol'l'erlos. En pl'emio de aquel invénto se le
pl'Omovió en el campo de batalla al Sl'ado de cirujano en
gere de aqucl ClICI·pO. Desde el ejército del Rhin pasó
Larr'ey con el mismo gl'ado Ú los ejél'citos espedicionarios
de Córccga, los Alpes mal'itimos y Cataluña; pel'o antes
tnvo que ol'ganiza/' de ól'dell del gobicrno los hospitalcs
volantes llamados Ambulantes, para todos los ejércitos.
En srguida pasó ú hacer su scnieio de gefe en el de los
Pil'incos y luego qlW se hizo la paz le destinm'oll al de




DEI. TlIADUf.TOR.


1Lalía. Allí fue doude tUYO las pl'ínwl'3S l'elacioll('s COII f'l
¡:jen e!'a I BOllaparle, COII Dcssaix, Jourdan KI¡lhel' y tan-
tos Otl'OS ilustres gucITel'OS, Cuando el primero de estos
pasó re"ista á las nuevas AmIJulúncias le dijó ~ Lal'l'ey:
« Su invento de V. es una de las Illas felices ideas de es-
" te siglo y bastará pal'a vuest¡'a reputacion. " Hecha la paz
de Campo-Fol'llliu se apl'ovechó de aquella especie de
yacaciones para ¡'eCOITer la Italia ú 'In de juzga,' pOI' sí
mismo del estaclo de las ciencias médicas y quirúrgicas
en aquel hermoso pais, Durante a<luella correl'Ía, <lue fue
para él una especie de triunfo continuado, tUYO la fortu-
na de poder cortar una epidemia que estaba asolando las
canlpiñas del Fl'Íoul veneziano y amenazaba illyadil' toda
la Península. Los habitantes (Iuedaroll tan agl'Udecidos,
que le enviaroll ulla diputacion para darle 1:IS gracias y
una carta llena de la lilas tiel'lla gratitud. Armada la es-
pedi(~ioll de Egipto, gUPO inlcr('~a/' tanto :i Bonaparte du-
,'al/le la travesía que se convirtió en una v(~rdarlera amis-
tad fundada en la admir:lcion q lle á aquel héroe cau~al'Oll
las ohservaciones ó mas hien profeeias de Lal'rey sobre
las enfermedades ú que se veria eíipllesto el ejé,'cito en
el clillla africano. Seria inlcrmiuahlt\ nuestro tl'ahajo si
hubiésemos de cita.' los servicios de L:ll'i'ey durante aque-
1l0f> tres uños de ~as campañas egipcias; pel'o la historia
que con tanta l'azon ponder'a las haz.lñas de aquellos guer-
l'e/'os, prodiga mayores elogios á la constante actividad
y admirable aeÍerto del cirujano cn gefe que velaha cui-
dando de sus preciosas "idas, adquil'iéndole el glol'ioso
renomhre de La providencia del soldado. Cuando volvió á
F/'ancia COIl los restos del ejél'cito fue inmediatamente
nombl'ado ci/'ujano en gde de la guardia consular y ape-
llas IIrgo ú Pa¡'is cuando una multitud de jóvelles le Slt-
plicó que se di~·llase ahríl' una enseñanza de cil'ujia mili-
ta¡' esperilllelllal. Asi lo hizo con notable apl'Ovechamien-
to del al'le; pel'O no lal'dó en lener que abandonar al} ue-
\la grata oCllpacioll para tI' al campo de BOllloguc y des·-
de allí ú AlcllIallia, dOllde ya sc deja discurri,' si tt'tldria
!)c:lsionrs de matlif<'sl:1I' <.ti ('PI() , ~,II s:lhf'l' \" Sil \":1101' ]1('1 -




NOT,\S


sona!. Dt'SpIlP;; ¡\l~ aqudla eampaüa se siguieron las JI',
PI'lIsia, S:l,jonia y Polonia; y en PI rampo de hatalla dll
Eylau se pintó hi(,tI su eal'úclel' <liando estando cl1\'ando
aquella multitud dp hel'idos que hahia mandado reunir
en un punto y rOll('ado de un enj:1\nbl'e de IlH\dicos J ci-
rujanos, COiTiú la voz d(~ que venia sobre cllos una (livi-
sion 'rusa y quisiel'OlI edlal' Ú huir los quc podian, Enton-
ces, Il'yant:1nclo la \OZ LaITf'y, Ips dijo; « Desgraciados,
" qucrcis huil' (le la lIluerte y lo que vais á conseguir ('S
" haceda inevitable; cstaos qnietos: que yo juro morir :i
(' vuestl'ü lado, H De resultas de iguales sen'idos le nOllllml
Napoleon en Wagrum baron del imperio. Pero todo lo di ~
ellO hasta aqui es nada I'n comparHcion de lo que tuyo
que trahajar ell la desastrosa eampaíb de B liSia Y ell la
última de \Vaterloo, y así apl'CSlll'émOIlOS Ú dal' notieia de
lo que todavia falta de su iIIlSt.I'C carrel'a, Llefpda 1]11(' fnf'
la restal1l'adon se restitll)"ú Larrey ú Paris,~' lejos df'
comprenderle en las lislas de pl'Oscl'ipeioll, le nombró el
rey cirujano en gefe de Sil gunnlia, cuyo destino descan-
sado le t1pja timupo para ponel' pn (mlen y terminal' mu-
ellOS df~ sus esel'itos, entre los {'u~¡Jes citaremos los si-
guielltes, Colecc1o'(t de memorias de cirujia militar, pulJli-
rado por pl'irrlel'a Y(~Z en 1811, Compendio sO!Jre la fiebre
amarílla, en 1822, Clinir:a quirúrgira ~jercida en los hos-
pitales militares desde17D2 hasta 1 H:íG Y últimamente el
magnífico trabajo sohl'e la part!' 1lI(~diea, inselto en la
ohra grande (h~ Egipto, de Champollion. Goza toua\ia
i\lr. Lal're ... de buena salnu v dc la est.imaeion universal'
todos los· soheranos le ha"u colmado dc elogios y de
f:lYores hOll\'úndole con una Illultitud de cOlldeeoraeiollps
y posee tI'eee eljas m:lgnífieas gua mecidas de hrillantes
eón los retratos de augnstos personages. Napoleoll le lla-
lIlaba el hombre mas de biell de su siglo y le dejó un le-
gado de dcn mil fl'ancos en su testamento, llombl'ánJole
su alhan'J:t pal'a cuidal' di' los legados que tJ¡'jú para los
1H'I'idos en W aterloo.




¡JEL THAlll:CTon. 389


PJGI~.\ ;)(;0.
111 ~icolas Deué~ lIaeió t'1I Chateall Vilain en la eham-


palla, d(~ familia llohk. ~. dehiú SIlS a~rens()s en la marina
Ú la pl'Ol('(~l'i()ll de ,\1('. de nocht'(",hUiIl"t, que habia fOl"llla-
do IJlWII,1 idea de MI lall'lllo. En '1800 fue uno de los ¡),,-
r('nson'~ de la isla de )l;dla (~lIanJo la sitial'OIl los ingle-
ses. Inll'lIlÓ salil' de PIla para il' :\ hnscar' SOCOI'[,O Ú Fl'an--
('ia, pCl'O I(~ cogieroll en la lra\'csia y le eOIlJujf'I'OIl Ú In-
"Iaterra, Se k callgeó el LO dl~ octubre 1801 y le nOIll-
braron \lIiuistl'o de mal·ina. En julio de j 803 ~H'OUlIXI11Ó al
primel' eúmml en Sil viage ú Hi'usdas y :1r¡uel mismo año
le dc\'al'OIl al gTado dc vic()-almirante y gran olldal de
la le"ion de !tOIlOI'. DeslHles pasú al s()uado eOllscl'vadol'
y últill1:lIl1,·lll.e ;'1 ilh[H'ClOI' genel'al dI) h, costas del IIlC-
dilclTallPo,


P.\Gll\'A 3GO,


20 Gallllw:lllllle 4'I'a nlkial dI' la marina mercante al]-
t('s (11) b l'('\'Olucioll • y d4'spll('S d\' ('lIa ohlu\'o dire('(~lIt('s
llIalltlos ('11 ('1 M()dilcl'l'all('o ha~ta (~I aíw de ¡7!Ji,. EII-
l"llces le 1I011lhl'an)lJ t:()llll':\--;\Iillil':\!l{(~, que ('5 el gl'ado
que 1I(~\'(i:í Ef;ipl0 cllando ~;d¡I'! ('011 Bonapa!'I¡'. n('SIHI('S
tld romball' (].o Ahollkil' ~(' II~ I'l\c;lI'gal'OIl dif('/,('lIl.ps p~­
pediciolles sobre las costas d('1 Egiplo , de la Siria. \ d
I'tw qui('1I \oh ¡ú ,'1 trae\' ú Bouap;\lte :i i~l':lnci:l eu s!'li~'lIl­
hl'(' dl'l í~)!', Esll' 1,' 1IUIIlIm') puco d('SIHIt's cOilsl'jel'O de
('~l:ld(). Fn 1 XO~ lil;lU!!\¡ la I's\wt!i,'iol\ qlH' sali,') dn BI'I·~t
(011 1'1 illll'll!O dI' ¡¡('\;II' ,()('OITOS al I"j(;n:ilo lk Egip:o,
tjll" !1;lhi:, qil,'d;:do b,¡jo la:, Oltil'lh'~ <le .\leIlLlll. y 110 Pil_
lo 11('11:\1' ~a oLi' lo; í'~1i '" IlliSlIlU :lÚO saliu I'()jl otra es
¡wdíciOII para ~:l!l1o DOlllillgl. (1,· la cllal ,ohiú con su es
!'uadra ('1\ alll'il dd si¡.;uiull". ElllOIIL(,~ se 1(' c,olltirilJ 1-'[
:~l'all() de ,i('l' allllil'allll' y I:t 1)[\'I'(:('llll':I llJaI'itilll;J dt' Tu-
iOI\, nLilllallH'lIti' It, hicit'l'oll :"'lIat!"I' \' Si' 11' ¡[i,'] l'i 111:111--
,(0 d(' la ¡'st'uad!'" ¡[l' Bn',r.






nIHECTORIO (t 798). 39t


CAPITULO QUI~TO.


Espediciol1 de Egipto. Salida de 1'01011; llegada á Malta; COIl-
I]uista de esta iola. Salida para Egipto; dcsemhat'co en Ale-
jandria ; oCllpaciol1 de esta plaza, Marcha sobre el Cairo ;
COlllhate de Chi·bl'ciss. Bat;dla de las Pi\',únidl's Octipa-
cioll del edro. Trabajos administrativos de BOl1¿lparte en
Egipto; cstahlecimiento de la nueva colonia. Batalla n<l\'a1
de A bouki\'; dcstruccion de la escuadra francesa por los
Ingleses.


Ueg¿, llonaparle á Tolon el dia 20 de floreal
año VI (9 de mayo 1798) Y su presencia l'egoci-
jI) á todo el ejército que ya principiaba á mUl'mu-
ral' porque temia que no estuviese él al frente de
la espedicion. Era el ejército de Italia rico y cu-
lJierlo de gloria, de quien se podia decil' que ya
tenia hecha sn fortuna; pOl' lo cual tenia mucha me-
nos aficion ú la guerra y era necesaria toda la pa-
sion que le inspiraLa su general para decidirle á
embarcarse y huscar nuevos destinos tlesconoci-
dos. A pesar de eso se llenó de entusiasmo al verle
en Tolon porflue hahia ya ocho meses que le ha bia




1)(~l'di"o dI: visla , l: infllcdiatarnclltc BOllapal'l(
sin esplicade stl deslino, le dil'i~i(', la siguielltl'
proclama.


(( So UIA /lOS ,


«( Yosotl'OS componeis una de las ala . .; del ('I(T-
« cito de ln~lateITa. Halleis bedw la guerra ('1] las
« rnon tarias, las lIan uras y los sitios; ahora os (111('.
« da ([ue hacer la guerra marílima.


«Las legiones romanas ú (Jl1it'nc~ haheis imita-
« do alg-unas veces 1 pero no igualado todavia COIJl-
« hatiall contl'a Cal'tago unas veces en el mar V
,( otras PIl las llanuras de Zama, sin (llle la viclo-
,( ria J(:s abandonase jamas porque conslantf'melllc
{, fueron valieutps, sufridas en los trabajos 1 disci-
r, ¡¡linadas y IIni(las enlre sí.


« Soldados, la Europa ticfle la "isla lija (:11 \0-
" 30l1'O5. Telleis <¡ ue descm peüal' gTél lides de"ti 1103
« balallas que dar, peligros y ¡¡¡ti gas qlle vencl'f ;
~ \osoll'OS hareis mas de lo qne habris Ilccho pOI
« la PI'O~p(~I'id;¡d dt~ la pall-ia, por la ídicidad dc
" los hOllllllTS ,- por \1I('slra propia p"IOI'ia.


" ~o!dado .. ;, m;ll·illcro.~, inrantes ~ artilleros y ca·
" ba \ kros, 1'(~rlll¡IIH'l"ccl unidos; acordaos '1ue en 1111
"di;; 1.1" h:-ltalla todos tCllcis IH~Cesid;1l11l1l0sde otros.


" Soldados, marineros, hasta aquí se ha cuida-
« t In poco rlt' Y\I(':-;' ra suerte; pcro hoy la p\'im(~ra
« ;¡lCilc,íOIl ck la república es en vucstro ¡¡lV 01' : \0-




U1HECTOlllO \ 179S).
,1 solro:-: ~f'rPIS dif!"IIOS del ejército d(~ qlle hacf'is
« pal'lf'.


« El g(~lIi() lk la lilwl'tad ) ({lH~ desd(~ Sil liaCI-
(( miellto hizo ú la l'l~pÍlllli('a {Irhitra de la Europa l
« quicrc que lo Sf'a t.amhiel1 de los mares y de las
« lIaciolles lilas remotas. »
, No (~I'a posihle anullciar con mas digllidad ulla
gTall f'mprf'sa ?~tlal'dalldo sipmpl'e el misterio <¡tiC
dehia cuhl'irla.


Se componia la esclladra del almirante BI'lH'YS
de í:~ navios de linea? uno de dios de 120 caño-
nes, que era el Oriente: donde dehia montar el al-
mirante .y el general en gefe; dos de SO y diez de
7L Habia adeJlla~ dos navíos venezianos de 61.
('aliones? seis fl'a[\'atas veuezÍanas v ocho francesas


t· .J ,


sdplll.a y dos cOl'vl'Las, bergantines, avisos) la n-
d¡a~ caiíoncl'as .r emharcaciones IwquPli.as de toda
C:i (li'ci t'. Hplillidns los tl'aSpOl'te~, asi ell Toloil co-
mo ('11 GónoYa, Ajaccio y Civita-Vecchia, com-
poniall Pi III111lPI'O clf'.HW, ~' así iban á vOf!;ar por
pi :\Tedilerralll'o liada ¡l]\'HOS f¡Ue 500 "das, que
('LI d mayor arlllallU'nto qtW hasla ('lltoilces llll-
bi""e l'ubit'l'lo los mares. Llevaba la pscllat!¡'a cel'


.


I'a dc'~O milllOmlm~" de t.odasarmasy 10 mil rna-
1'¡1l(~I'()S, COll agua pat'" 1111 lIles y YÍVCI'CS pal'a dos.


niú [, la vda el f n de mayo al ruido de los l'a-
iioll(,~i V (lt~ las aclamaciollcs tkl ejél'cito; pero ú
la salid,! del puerlo Ia~ l'úI:¡gas de unos vientos




39-i IlEVOLUCION FIL\:st:E&A.
muy fuertes causaron alguna aycl'ia él ulla Jc las
fragatas, Líen que 110 tanta como las ([tiC cansaron
á Nelson. que con sus trcs llavios estaba cruzando
y tuvo que il' Ú remcdiarlas ell las islas de San Pe-
dro. Esta fue la causa de alejarse de la escuadra
francesa y IIU ycrla salil'. Al pronto vogó la flota
hácia Génova para recoger el convoy (¡ue estaba
reunido en a({ucI puerlo bajo las órdenes del ge-
neral Baraguey de Hilliers. En seguida navegó hú-
cía Córcega y recogió el que eSLaba en Ajaccio ba-
jo las ónlenes de Vauhois yavallzó hácia el mar
dc Sicilia para l'cunirse COIl el de Civita-Vccchia ,
que esta ha hajo las de DC5saix. Proyecta))<l Hona-
parte dirigirse sobre :\ralta , y telltar allí al paso
una espresa atreYida, cuyo suceso tenia ya pre-
parado mucho úlltes pOl' medio de tramas secre-
tas, y era nada mellos que apoderarse de aquella
isla, que por lo mismo (lue domina la navegacion
del Meditel'raneo, era muy importante para el
Egipto, y que en todo caso habia de venir [¡ paral'
muy pronLo á manos de los I!l71r.sps si no se les
preYellla.


La orden de los caballeros de Malta, como to-
das las insLituciones de la media edad, haLia per-
dido ya su verdadero ohjeto y cal'ecia de digni-
dad y de fücrza, quedando reducida ~i ser no mas
(jUC un ahuso únicamente provechoso á los que le
bencliciaban. Tenian los cahalleros posesiones COl1-




rHllECTORIO (1798). 395
.~ideraLles en Espaiia ~ en Portugal, en Francia,
en Italia y en Alemania, cedidos por h piedad
de los fieles para protege!' á los cristianos que iban
á visitar los santos lugares. Mas ahOl'a que ya no
habia peregrinaciones de esta especie, la obliga-
cion de los caballeros consistía en proteger á las
naciones nisLÍanas contra los Bel'beriscos y des-
tl'Uir la infilme piratería que infestaba el Mediter-
raneo. Bastaban los bienes de la ól'den para man-
tener una marina considerable, pero los caballe-
res no se ocupaban de formarla, ni tenian mas
(Iue dos ó tres fragatas carcomidas que nunca sa-
lían del puel·to , algunas galeras que iban á dal' y
recibíl' fiestas en los puertos de Italia. Los bailios
y comen~·.adores t'sparcidos pOI' toda la cristiandad
devoraban en lujo y en la mas completa ociosidad
las rentas de la ónlcn, sin que hubiese siquie¡'a un
caballero c¡ ue hnbiel'a heeho la guena á los Ber-
beriseos. Fucra de eso la orden no inspiraba el
menOl' interes, como que en Francia se la habian
confiseado sus bienes, y BonaparLe los sceuestl'ó
en Italia, sin que sc hieiera la menor redamacion
en su favor. Ya hemos dicho que Bonapal'te se ha-
hia pJ'Oporcionado algunas inteligencias en Malta,
y g.lnado alg;unos cahallel'Os, proponiéndose aho-
ra inLÍmidarles con un golpe atrevido, y obligar-
les á rendirse, porfluc ni lenia tiempo ni medios
para un ataque regular contra una plaza que




REVOLUCION ):Ai\CESA.


pasaba por intomahle. La órclell (Jue con mudJa
anticip:iCioll preveia los peligros que la amenaza-
ban al ver las escuadras francesas dominar ell el
l\feditelTaneo se habia puesto IJajo la proteccioll
de Pahlo 1.


Hacia Bonaparte gTamlps esfuerzos para I'eunirse
con la division de Ci\'ita-VecdJia, y 110 pudo juu-
tarse con ella sino en el mismo Malta. El dia n ele
de junio, 20 di as despues de su salida de Tolon
se desple¡?;al'on las 500 velas francesas el la vista
de la misma isla, lo cual ocasionó la mayor lurLa-
cion ell Malta, y Bonaparte buscando un IH'desto
paJ'a detenerse a~1i y suscital' algun molivo de COI1-
te~tacioll pidió al gran maestre pc~rmiso pal'a ha-
cel' aguada, á lo cual l'espondió el gran maestre
Fcrnando Hompesch 1 llegándole redondamente
diciendo que no pel'mitian los reglamelltos dejal'
entrar mas de dos 11Cl\'ios que perteneciesell á las
potencias beligerante". No hahian sido recil,idos
de aquella manel'a los Inglc5es cuando se presen-
taron allí y por tanto Bonaparte le l'eplicó que
aquello era una pl'ueba de la mas illsi~nc ma-
Jeyolencia yal momento liió ÓrdClI pal'a hacel' un
desemharco. Efectivamente al oh'o dia 10 de junio
desembarcaron los FI'allceses en la isla (~ invistie-
ron completamente ú Lavalella (Iue conlaba como
unas ll'(~illta mil almas de pohlacion y es una
de las plazas mas fuertes de Europa, Maudó Uo-




DlRECTOUIO (179R) 397
naparle desembarcal' la a1'tilleria pa1'a dispal'al'
contra los fuertes y aunque correspondieron al fue-
go los caballeros fue con mucha dehilidad. Tam-
hicn (luisiel'Ol1 hacer una salida y se cogió á una
multitud de ellos. Entonces empezó el desórdcn
en lo interior y UIIOS cuantos cahalleros de la len-
gua fmncesa declararon que no podian hatil'se
contra sus compatriotas, Encerl'aron algunos de
ellos en los calabozos y nadie sabia lo que se ha-
cia, prefiriendo los habitantes que se rindiesen.
El gr:lI1 maestre que era homhre de poca energía,
y se aCOl·daba de la f!enel'osidad del vencedor de
Rivoli en ~Iantua , solo pensó en salvar sus intere-
ses del nauh'agio y habiendo mandado sacat' de la
cárcel á uno de los caballer,:s franceses que aca-
baban de prender, le envió tIc padamentario á
Bonaparte, y no tardó en concluirse d tratado.
Cedieron los cahalleros á la Francia la souerania
de Malta y de las isla'i dependientes y en cambio
1a FranCIa pl'Ometió su intenencion en el congre-
so de !lastadt par'a que al gr';m maestre se le con-
cediese UIl principado cn Alemallia ó :en su defec-
to se le aseguró una pCllsion vitalicia tle 300,000
francos y una indemnizacion de 600,000 al con-
tado. A cada uno de los caballeros de la lengua
frallce,;a se l¡~ concedieron 700 ft'ancos de pension
y 1,000 á los que tuviesen la edad de 60 años,
ofi'ecicndo su mediaciol1 para que los pel'tenecicll-




398 1\EVOLUCION l'R.\.NCESA.
tes á las uemas lenguas consiguiesen el goce de 105
bienes de la órden en sus respectivos paises. Estas
fueron las condiciones con que la Francia cntró en
poses ion del mejor puerto del Mediterraneo y uno
de los mas fuertes del mundo, siendo cicl'tamente
necesario todo el influjo de Bonaparte para ha-
berle conseguido sin combatir y bien se necesita-
ba toda su audacia para atreverse á pel'der allí
algunos días teniendo á los Ingleses en persecu-
cion suya. Cuando Caffarelli-Dufalga que tenia
tanto talento como valol' empezó á recorrer la pla-
za admirando sus fortificaciones, dijo estas pala-
bras : 1\'0 ha sido poca fortuna que háyamos encontrado
alguno en la plaza que quisiera abrimos las puertas.


Dejó Bonapal'te á Vaubois en Malta con 3,000
hombres de guarnicion, puso allí en calidad de
comis::l.l'io civil á Regnault de Saint-Jean de An-
gely 2 y dictó todos los reg'lamcntos administrati-
vos que eran necesarios para establecer el régimen
municipal en la isla y al momento dió á la vela
para dirigirse á las costas de Egipto.


Diose el cañonazo de leva el dia 19 de junio
des pues de 10 dias de descanso, y ahora lo esen-
cial era no encontrarse con los Ingleses. Habiendo
NcI¡¡¡on "<'parado sus buques recibió de lord San
Vicente un refuerzo de diez nayios de línea y mu-
chas fi'agatas , con lo que componia una escua-
dra de 13 nayios de alto 110\'(10 y algullos ot.ros dc




DIRECTORIO (1798). 399
menor importancia. HaLia vuelto el 1.° de JUniO
delante de Tolon, pero la escuadra francesa iba
navegando hacía ya 12 dias y echó á correr desde
Tololl á la bahia de Tagliamon , y desde esta á Ná-
poles, donde llegó el 20 de junio en el momento
mismo en (lue BOllaparte salia de Malta. Sabiendo
que los FI'anccses se haLian dejado ver en aque-
lla isla, los fue siguiendo con l'esolucion de ata-
carlos en cualquiera parte donde los encontrase.


En toda la cscuadra francesa estahan prontos al
combate, porque rodos creian en la posibilidad
de encontrar á los Ingleses y no les causaban el
mcnol' susto, porque Bonaparte había repartido
500 hombres escogidos en cada navío dc línea,
que se ejercitaban diariamente en el manejo del
ca/ion, y á su frente puso uno de aquellos gene-
rales que tan acostumbrados estaban al fuego ba-
jo sus órdenes. Se fijó por principio de táctica ma-
rítima el que cada navio no debia tener mas que
un solo objeto, que era el de acercarse á otro, com-
batirle y asaltal' al abol'dagc. En consecuencia se
dieron las órdencs para ello y n contaba con el
valor de las tropas escogidas que habia puesto á
bordo de los navios, con cuyas precauciones na-
vegaba tl'allflllilamentn h{¡cía el Eg-ipto. Aquel
hombre, que si S{~ hubiera de crcer á sus necios
(letl'actol'r.~ , temía los peligros (lel mal' ,se aoan-
donaha t",IJHluilamcllle :" la jiH'tuna ('11 medio de




nEVOLl'CIO~ FIlA~CES'\.


las escuadras inglesas, y hahia tenido atrevimien-
to para pel'dCl' algunos dias en Malta y cOllq lIislal'-
h. Ueinaba la aleg-ria eH la escuadra, y aun<lue no
se sabia esactamentc á donde se iLa, ya princi-
piaha Ú CUllllil' el secrelo y sc aguanlaba con im-
paciencia ver las playas que iban Ú co1)(1 ui;,tal'. Por
]a noche se reullÍan los ~abios y lo.~ oliciaki fJ;eIH~­
rale6 <lue estahan ú bordo del Orien{o en la cú-
mara del general en gcfe, y aUl principiaron las
ingeniosas y súhias discusiolles del ill~tituto de
Egipto. BuLo un instante en (llIC la escuadra ill-
glesa estuvo á muy pocas leguas del inmenso eon-
voy franees, sin que lo supiesell unos ni otros, pe-
ro Nelsoll principiaba ya ú sospechar que los li'an-
ceses se hahiall dirijido al Egipto, y dió á la vela
para Alejandría ú donde llegó antes ({ue ellos, y
no encontrúndolos allí sc fue cOlTiclldo ú los Dar-
danelos procurando enconll'arlos. POf ulla feliz Ca-
sualidad no llegó la cspedicion francesa ú la vista
de Alejar](hia hasta dos días des-pues , esto es el 1. 0
de julio, al mes y medio poco mas ó menos de b.
salida de rololl.


Inmediatamente envió Bonaparte á Luscal' al
cónsul frances, el cual le dijo que los Illgleses se
habían pl'C:ielllado la allte ,í.-;p<~ra, y ca Iclllalldo
que no estarían muy distantes, quiso intenLar el
desembarco en el mismo UlOmento. No era posi-
hle enlrar 1'11 el puerto de Alt'jalldria ponl'lc la




I}]HECTOHIO (179S).
plaza parccÍa dispucsta ú llelentlel'~e, y era ne('e-
sario ir ú desembarcar :'t )lo('a distallcia en la pla-
\<a ve('ina en IIna plls('lIada llamada dd Marahoul.
Soplal)a d viento con hastante "iolcl1('ia y se estre-
llaba la mar con hastante liIría en los arrecifes de
la costa sienuo ya cerca de anochc('(T. Dió Jjona-
parle la scfial y quiso ahord:lI' illmediatamellte ba-
jalldo el primero en una chal~pa y pidiendo los
soldados á gritos seguirle [¡ la costa; por lo cual
,~e empezaron á echar al mar las embarcaciones,
ppro la agitaciol1 (le las olas las esponja ú ('ada in~­
tante ú hacerse pedazos unas contra olras, lJIas al
fin llesplles de muchos y grandes peligros se Jle~ó
ú la orilla. En aquel instante apareció una ,ela
en el horizonte, quc sc crcyó fucse inglesa y grite'.
llollaparle: « ¡ Furluna me abandonarás! ¡Qné, 11/ ,Siquiera
«cinco !l/as!» No le aLandollaba la f¡wluna, porque
(~ra una fra~ata francesa que vcnia á reullirse con
/:\. Con mucllO trahajo pudieron deSClllbal'Cal'
aquella lloche de cuall'O Ú cinco mil hOIl1I)1'(~~, y
eOIl ellos resolvió Bonaparte marchal' llúcia :\lc-
jaudl'i;¡ para sOl'prcudcr la plaza y uo dar tiem-
po ú los Tul'(,os dc hacer preparativos de defensa.
En cOllsecuencia echaron (\ andar sin quc todavía
se hubiese dcscmbarcado ni un solo cahallo (le mo-
do fllle el estado mayor, Honaparte y el mislllo
Camlldli Ú pesar de Sil piema dc palo hicici'OlI
cuatro ¡) cillco lcguas ú pic por uwdio de los arc-


XI.




402 REVOLUCION FltANCESA.
nales, y llegaron al romper el dia á la vista de
Alejandria.


No tenia ya aquella antigua ciudad fundada por
Alejandl'o sus magníficos edificios sus inumera-
bIes habitaciones ni su numerosa poblacion sino
que estaba en su mayor parte at'ruinada, y Jos TUI'·
cos, los Egipcios ricos y los comerciantes europeos
habitaban la ciudad. moderna, que era la única
parte conservada. Algunos árabes vivian entre los
escombros de la antigua ciudad y una muralla vie-
ja ílanqueada de algunas torres, rodeaba la ciudad
antigua y la modema inundadas de arenas que en
Egipto se apoderan de to(las partes donde retroce-
de la civilizacion.


Llegaron los 4·000 franceses al amanecer con-
ducidos por Bonaparte sin haber encontrado en
toda aquella playa arenosa mas que unos cuantos
Arabes que despues de disparar algunos tiros de fu-
sil se internaron en el desierto. !tepartió Bonapar-
te sus soldados en trps columnas marchando Bon
con la primem hácia la del'echa á la puct'ta de
!toseta; Klébel' con la segunda se dirigió por el
centro hácia la puel'la de la Columnr>., y Menou
con la tercera pOl' la izquierda hácia la puel'ta de
las Catatumbas. Los Arabes y los Turcos que son
muy buenos soldados detras de una pared hicie-
ron un fuego bastante bien sostenido, pel'O los Fran-
ceses subieron con escalas y asaltaron la muralla




TIlIlf:CTOI\lO (179~.
"leja, cayendo K\d>el' el primero herido de ulla
1m\a en la frent.e. Se fue echando {\ los Al'ahes de
t'uina en l'uina hasta la ciudad nnc\'a 1 ,r el COI1l-
J)ate tenia tra7.3S de continuar de calle en calle y
hacerse muy mortífero, cuando un capilan Turco
sirvió de mediador para negociar un convenio. De-
claró Bonapal'tc que no YCllia á arrasal' el país, lit
á quitársele al gran señor sino únicamente á sus-
traerle del dominio de los l\'lamelucos, y venga\' los
ultl'ages que estos habian hecho ú la Fl'atlcia. Pro-
metió que serian mantenidas las autol'idadl's d ... 1
pais, continuarian como hasta entonces las ce re-
1.l1onias del culto, serian I'espetadas las propieda-
des etc. con cuyas condiciones cesú la resistencia
y los Franceses quedaron dlleiíos de Alejandría en
aquel mismo dia. Entl'e tanto hahia acahado de
desembarcar el ejército y ahora se trataba de 1)0-
ner la :escuadra en seguridad, l)ien en el puertfl
Ó en una de las radas vecinas, fundar en Alejan-
dl'ia una administracion arreglada á las costum-
bres del pais, y acordal' un plan de inva~ion para.
apoderarse del Egipto. Por el pl'Onto ya habían pa-
sado los peligl'Os del mar y los de un encuentro
con los Ingleses, quedando vencidos los mayOl'cs
obstáculos con aquella felicidad que parece acom-
l)añar siem pre á la juventud de un grande homhre.


Es el Egipto uno de los paises mas sing'ularcs, el
nH'jol' situado y uno dr los mas f(~l'tjle,.¡ de la ti('J'-




40l REVOI.UCIO:-I FRANC~SA.
ra, SlCnt\O hien conoci.da su situaclon. El Afl'lca no
loca con el Asia sino pUl' ulla lengua de liena de
algunas leguas de anchura, llamada el ismo
de Sue;r" el cual si esLuviese cortado daria paso
desde el Mediterraneo al mar de las Indias dí~-
I)('n~ando ú los n,l\'e!!antcs de il' á distancias in-(] ;
mensas y por entre mil tormelltas á doblar el ca-
bo de Buena Esperanza. 'Está situado el Egipto pa-
ralelamente al mar Rojo y al ismo de Suez sien-
do ducllO de aquel ¡smo, por lo cual en tiempos
antiguos y en la media edad durante la pl'Osperi-
dad ,de les Venezianos servia de intermedio para
el comercio de la India, porque esta es su po-
siciol1 entl'e el Oriente y el Occidente. No son me-
nos eslraordinarias su constitucion física y túpo-
gráfica, porque el Nilo, que es uno de los mayo-
res ríos del mundo, tiene su nacimiento en las
montañas de la Abisinia, camina 600 leguas pOI'
los desiertos de Afi'ica y oesplles entt'a en Egipto,
ó por mejor decir cae en él prct:ipit~ndose desde
las cataratas de Syena y recorre todavia otras 200
leguas hasta el mar, ocupando sus dos orillas todo
lo 11uc se llama el Egipto. Viene ú ser un yaIle de
200 leguas de longitud, con cinco ó seis dE, an-
chura, rodeado pOI' ambos lados de Hn oceano de
arenas, con algunas cordilleritas de montallas ba-
jas y ~ridas, que apenas hacen alguna sombra en
aquella inmensidad. Unas de ellas sepal'<\ll al Ni-




IlIHECTOUIO (17HS).W,)
lo del mal' Rojo y las oll'as le aparlan (Iel grall de-
sierlo ell <pw ellas se pierdell. En la orilla dcrc-
t:ha del Nilo, ú corla dislancia (~II clmisruo de-
sierto se estienclcll dos knguas de LicITa culti vablc
donde 110 se distinguen las arenas sillo que cstÚIl
(:ubiel'tas de UlI poco de "erdura. Esta,; se llaman
la¡; Oasis que son ullas ,~species de islas de tierl'it ve-
getal PII medio de aquel oceano lle al'ellas y se dis-
tinguen 1'011 elllombl'e de la gramlc y la pe(I'H~¡LI,
de suerle que si hiciesen algull esfuerzo los 110111-
)Jrcs para arrojar all; IIIl brazo del ~il() pOlll'iall
tormarse llllas pro\-illcia~ muv {'(:rtill's. Cill('II('lIl"
leguas oínles lk I{IW el Xilo lIeglle :tI mar se
(livide ell do.> ralllales qlH~ van ú desaguar ú 60
leguas HilO de otro ('11 el ~[elliteITalle(), el pri-
mero ell Roselta y d segundo cn Damiela. AII-
lig'uamcnlc se le cOl1ocían síelc bocas al ~ilo.
tlue lOtlavia ~l~ perciben, pero 110 hay lilas que
dos navq;'a!J!cs, y el tri:lIlglllo (PIC lorman aquc-
lIos tlos gralldcs !lI'azo~" Cllva base por el lado
dd Illal' 1 ¡clle (jO It~f!,lIa~ dI' (,sLe IIsioll v .')0
por los lado" e~ lo qlle S(~ HalBé. el DdLa. Esta ('.'
la pon'ioll Ill:t,.; 11'1'lil del Egí pLo pOl'q ue ('S la mil,,,
regada y la llIas cruzada de canales; pe 1'0 el país
Plltero se divide 1'11 tres parles, d Delta ó hajo
I~giplo, llamado Bahírclt; el mc(lio Egipto, llama-
do Ollcslaniclt; y el alto Egipto (lile se Ilalll<l SaHI


Los vielllos etésios (lu!' soplan ('OIblaIlLel1lc!1




tt~ ll(~ ~Ol'l.t' Ú Sur durante los meses de mayo , ju~o
nio y julio impelen todas las nubes (IUC se for-
man en la emhocadura del ~ilo sin dejat' ulla si-o
~luiel'a en aquella comarca siempre serena y las
lle",w húcia 10::; montes de la Abisinia, donde
aglome¡\ldas se precipitan ('11 lluvia durante los
lJles('~ tle julio, <l3°o,;to y setiembre, y producel!'
d caeol'c ít~nÚl1lellO de lao; ilHll1daeiollcs del Nilo.
A~í l'eciiJe aquella li(~l'l'a P(H' medio de las arria-
das Lo qnc 110 cae dd cielo, pues un llueve jamás,
y 103 palJlauos dd Ddta que cn Europa sel'ian
pe:-<lil!"H'ialc:i, no (jc,hIOn;¡1l en Eg:iptü Ili una sola
calentul'J. Desl'Ub de su illlll1dacion deja el Nilo
un ¡temo ferlil , 'lUC es la Ílnica lierra culti\'aLle
de su,; orillas y p:oodllce aquellas abundanlh; co-
Sf'dl<\S d('sli¡¡atla.~ ('11 otro tiempo ú mantener ;t
!toma. [I!<lulo nlas CSlCII:;(l (',; la illlliltlacioll hay
m,l:) l.iCIT;\ culti\allle , y los propietarios de ella,
Iliyelada [orlos los aí'ln~ plU' las aguas, se la repar-
tn] por IlW,¡¡o de lit! d(',;lilld(~ que se hace de lo-
das; a:j; el ClrU' dc a¡,nOilllenSOl' cs de mucha im-
portancia eH Egipto. POI' medio de los canales po-
(lria dila\¡¡l'se la iuundacioll y se cOllsegui¡'ia la
\'cntaja de tl¡~lllillUi.l' la rapidez de las aguas ha-
t.:i('~ndola~ peL'lllalJCCCl' pOI' mas tiempo, y cstcndel'
Lt fertilidad ú cosla lId desierlo. En nillguna par-
te lCluh'ia mejores resultados el trabajo del hom-
bre ni eH Ilinguua C::i mas de dcsear la civiliza-




DIRECTORIO (1798). 407
cion, pOI'C[ue como el Nilo y el desierto se dispu-
tan el Eg'iplO, solo la civilizacion podl'ia dar al rio
los medios de VenCCl' al desicrto y obligarle á reti-
ra¡'se. Se dice (1 Uf; el Eg'i plo mantenia en otro tiem-
po veinte millones de habitantes sin contar 105
Romanos, y apenas era npaz de mantener á tres
millones cuando desembarcaron los Franceses.


Suele cOlldllir la inlllldacion en el mes de se-
tiembre, y entonces principian las labol'es del
campo, ofl'eciendo la campiña de Egipto durante
los meses de octubre, noviembre, diciembre, ene-
ro y febrero un aspecto hel'lnosÍsimo de fertilitbd
y frescura. Entonces estú toda cubierta de ricas
mieses, esmaltada de flores y apacentada pOI' inu-
merables rebaüos. En el mes de mano principian
las calores, y suelen abrirse grietas tan p"ofundas
en la tierra que algunas veces es neligroso atra-
vesarla á caballo. Entullces e~tall ya concluidas to-
tlas las tareas del cam po , y los Egi pcios h~>, re-
cogido todas las .. Í(plczas para el año. Ademas de
los trigos produce el Egipto escelente arroz, bue-
nas legumbre:; , azucar, añil :' sen, cañafistola,
anatl'on, lino, cáiiamo , algodon y tOllo con la ma-
yor abundancia. Carece de aceites, pel'O los tiene
muy illmediatos en la Grecia; tambien le falta ta-
baco y café aunque abunda en la Sil'ia y eH la
Arahia ; y carece ,igualmente ,de maderas pOl'que
uo puede la vcgetacíon fuel'te pro:;pel'al' sobre




IlE\'OLllCIO:-i FII,\.NCES.L


aquel estiercol allual que deposita el Nilo ~obr('
una base dc arena. Los únicos úrhoks que se en-
cuentrall PI1 el Eg'ipto son al~unos sicoll1or,~s y
palmitos 1 pero ú fitlta tie leila se quema el fiemo
de las vacas, pues hay allí ¡numerables rehullOs.
Es incl'eihle la abundancia de aves de toda espe-
cie y los admirables caballos tan célebres en el
mundo pOI' Sil hermosura, viveza y f¡lmiliaridad
con sus aIllOS, y se eeia tambien aquel camello tan
útil que puede hebet' y comel' pam muchos dias 7
cuya pezuña pasa sin cansancio sobre las arenas
mo\'edizas ,siendo como una especie de barco
alllbuladte para atravesar mares de arenas.


Todos los años llegan al Cairo inumerables ('a-
raballas que aCllden cual si fuesen flotas de los
IIDS Lutos d(,1 (Icsierto "inielldo unas de la Siria
V la Arabia, y otras de Afi'Íca y costas de Berhe-
ria. Traen todos los productos propios dC' aquellas
comarcas ardientes, corno oro, madil , plumas,
chalf~s irám:tahles, prl'fllmcs, gomas, loda espe-
cie de aromas, cate, l;lhaco , mad!:ms y esclavos.
EnLonces r:i el Cail'o un depósilo map:nÍfico de las
mas I,ellas produccioIlcs del f.:'loho ,que no podrú
imila!' llUllca el illp;cllio de los occitlClltales por
m<l"; podct'()sO ({ue sea, pol'(Iue es el sol quien las
prnducI' .v I:ts hace tan apetitosas. POI' eso el co-
J)wl'cio di: la lllllia es el único (lue 110 podr[\Il p-
Jl:as ani'luilar los progresos de los puelJlos, y asi.




DIHEc.TOIUO (17!)~'i.
liD era Il(~('('sal,i() hacer dd Eg'ipto Utl pursto' mi-
litar para ir ú (lestruir violentamcnte el comercio
de los 11l~leses , :;illo que haslari:l estableccl' allí
un't!eIlósito mn la sq~ül'i(tad necesaria. con huellas


¡ , '


ley~s y las comodidades europeas, para atl'acr las
riCfuezas del mundo.


La poblacion (jlle ocupa el Egipto es, no me-
no,~ <¡tI{' las millas de las ciudades que le cubren,
una ag'lomcracion de los l'estos ,le muchos ptlf~blos
millo por c~'emplo los Copbtos antiguos habitan-
tes d,d Egipto, ;\rabes qlle le con(Iui~lal'oll de los
COl"ltos, Turcos que lo conquistaron de los Al'a-
lle:; y Ú psto ~e rcdllCPI1 las razas, cuyos restos pu-
Lulan misl~rahll'nH'nte en una tierra qlle no lIlC-
l't~l'CIl. Cuando los Fl'allCe~I~S entraron ell ella babia
{, lo lIlas 200 mil Cophtos, despreciados, pobres
emhrllt.ccidos, que se ocupahan, como todas las
clases proscl'iplas, 1'11 lo,~ oficio,; lilas "iles. La
prin('ipal masa d(~ la poblacion se componia de
Arahes desc(~lltlil'lIt('s de los compalieros de 3Ja-
homa, y cuya cOlldicioll varialJa infillitamcnte
pOI'<Juc hahi:l algullos de alto nacimiento, q II!~
I'l'dendian descender del mismo l\1abollla , y pral!
grandes propietarios, con algunos restos del anti-
guo saber Úl'ahe, y reuniendo ú la dignidad de la,,,
funciones llc! culto y de la magistratura pI título
de S('¡'eik,~ ú verdaderos g-randcs del EgiJ)to. Estos


l G


rcpresclltahan al pais en los divancs ú consejos,


.1 ,




410 llEVOLUClON FRANCESA.


siempre que sus tiranos LenÍan á bien dil'i,irse á·
e}}os ; y en /¡IS mezqllitas tcnún como ulJa espe-
cie de universidades donde cllscñaban la religion,
la moral del alcoran, y un poco de filosofía y ju-
risprudencia. La gran mezquita de Jemil-Azar
el'a el primer cuerpo súbio y religioso del Orien-
te. Desplles de aquellos grandes se seguian los
propietarios menores que componían la segunda y
mas numerosa clase de los Arabes; y detras de
estos los proletarios, que venian á sel' una es-
pecie de vCl'tladel'os Ilotas. Estos úlLimos el'an bra-
zcros que cultivaban la tierra bajo el nomhre de
Fellahs y vivian en miseria y abycccÍon. Habia
otra cuarta clase de Arabcs que eran los helluinos
ó ára bes errantes, que no queriendo ti jal'se ni
cultivar la tierra, eran, como ellos dicen, hijos del
des ¡e\'lo. lUon tados en sus cahallos ó camellos, con-
ducian numerosos rebarlOs y alldaban buscalldo
pastos en algunos OasIs Ó sembrando cuando mas
algunos trozos cultivahlcscfl las orillas del l<=gipto.
Su pl'incipal oficio cOllsistia en e~coltal' las cal'a-
banas, ó alquilar sus camellos para los trasportes;
pero como handoleros si n fi:, s;up¡eahan muy
ú menudo á los mi6Il1os mercaderes que iball escol-
tando, despues de haberles alqllilado sus bestias.
Tambien algunas veces violando la hospitalidad
que se les concedia en aquellas porciones de tier-
ra cultivables se precipitaban en el valle del Nilo,




OIRECTOIHO (f79~). 411
que era tan fJ{;il atravesar por no teller (;omo he-
mos dicho mas que cinco leguas de ancho y sa-
queaban las aldeas y volviendo á montar en sus
~aballos se llevaban el bOlin al desierto. La negli-
gen{;ia propia de los Turcos, hacia que casi siem-
pre quedasen impunes aquellos robos, siendo tan
impotentes mnLI'a los bandoleros como contra las
arenas. Divididos en tribus los Arabes elTantes en
las dos orillas del valle, componían el número de
cienLo á ciento veinte mil, de los cuales habia 2.)
mil montados y valientes para incomodar al ene-
migo, pero jamas para combatirle.


lJltimamente la LCI'cera raza era la de los Tur-
cos, pero tan P0{;O numero:;a como lJs de los Coph-
tos, es decir, que llf'garia Ú lo mas [l 200 mil.
Esta se dividia en Tur{;os y Mamelucos, los pl·i-
meros, que vinieron desde la última cOlHluista de
los :slIltanes de Constantillopla, estaban casi todos
ali~taclos entre los J enizaros, pero es cosa sahi da
que este alistamiento no tenia otro objeto ciue el
de disfrutal' los privilegi()5 de aql1el cuerpo, y
solo un corto 1II'lmel'O c~taf¡a en electivo servicio y
poquísimos servían en la milicia del bajú. Este que
solia envÍal'se de Constanlinopla, representaba al
gran señOl' en Egipto, pero como no tenia mas
escolta que algunos jcniz31'oS habia ido perdien-
do su autoridad pOI' las mismas precauciones (lile
el ~ulLtIl Sclim habia lomado en otro tiempo pa-




!j.t2 REVOLUClON FltANCESA,
ra conservarla. Sospechanllo a([uel sultan ([ue pOl'
su distancia del Egipto podría sustraerse á la do-
minacÍon de Constantinopla, y que cual,[uiel' ba-
já ambicioso y habil podt'ia fundar allí un imperio
independiente, discurrió ponet,le por contra peso
la milicia de 10sl\1amelucos. Pero como nadie pue-
de supcrar las condiciones físicas que hacen á un
pais dependiente ó independiente de otro, en lu-
gat' del bajá fuel'on los Mamelucos quienes se hicie-
ron dueños del Egipto é independientes de Cons-
tanLinopla. Eran los Mamelucos unos esclavos com-
prados en Circasia , escogidos entre los niiíos mas
hermosos del Caucaso ,á quienes enviaban muy
jóvenes á Egipto, edllcándolos sin que supiesen
cual era Sil origen é inspirándoles ancion,al ejercicio
de las at'lnas , de suerLe que lleg"aron ú set' los mas
valientt's y diestros gineles de la tierra. Tenian á
mucho hOllol' eso de no conocet' su prosapia y de
habc¡' sido cOffi[H'ados muy cal'OS por hermosos y
por valientes. Tenian 2~ beis que eran sus pro-
pietal'ios y gefes, mamlando cada uno de cinco á
:wiscicntos l\Iam~lucos, que eran comu Ull reba-
110 ú qllicn tenian que alimental' y tl>asrnitian al-
gunas veces á su hijo, y mas comunmente al ma-
meluco favorito que pasaba á ser gefe á su vez.
Cada mameluco tenia pal'a su sCl'vicio dos feUahs
y toda la milicia se componia tle 12 mil caballe-
ros poco ~na~ ó mr.nos, sel'\'iths pOl' 2~ mil ilotas.




DIRECTORIO (t 798). 413
Eran los verdaderos dueiios y tiranos del pais, y
y vivian ó del prod ueto de las tierras pel'tenecien-
tes ú los beis ó de las conLI'ilmciones establecidas
hajo toda clase de formas. Los Copiltos , de ((uie-
Iles ya hemos dicLo que se entregaban á las ocu~
paciones mas inobles eran sus preceptores, espias
y ag-entes de negocios, porque siempre los hom-
bres embrutecidos se ponen al senicio del mas
fuerte. Los 24 beis, que eran iguales de del'echo
no lo eran en el hecho, sino que se hacían la
guerra mutuamente yel que podia mas sugetaba
á los otros y ejel'cia una soberania vitalicia, sien-
do enteramente )ndependiente del bajú, que re-
presentaba al sultan de Constantinopla, á quien se
toleraba que viviese en el Cairo en ahsoluta nuli-
dad, y muchas veces se le reusaba hasta el miri, es
decir el impuesto tcnitorial que en represcntacion
del derecho de conquista pertenecia á la Puerta.


Er;: pues el Egipto un verdadero feudo como los
de Europa en la media edad y repl'esentaLa al mis-
mo tiempo un pueblo conquistado, una milicia
conquistadora en estado de rehelion contra su sobe-
rano, y ultima mente una l'Clza antigua y embrute-
cida que estaba al servicio y al sueldo del mas fuerte.


Dos beyes superiores (1 los dcmas (lominaban
entonces en Egi pto, el uno llamado llH'ahim,
l'ico , astuto y poderoso; y el 0\ ro llamado Amu-
rates, intrépido, valiellte y Ilello de al'dor. E~taban




convenidos entre ambos en cierto repartimiento
de autoridad pOl' medio del cual tocaban á Ibra-
him las atribuciones ci"iles y al otro las militares.
Este era el encargado de los combates y era hom-
bre que lo entendia perfectamente siendo su-
mamente querido de los Mamelucos, todos decidi-
dos pOI' él.


Bonaparte que á su génio gue~Tero añadia las
cualidades propias de un fundador, y adcmas se
habia acostumbrado ya á administrar otros paises
conquistados y formado un sistema partículal',
inmediatamente se fijó en la política que le COI1-
ven ia observar en Egi pto. Por de con tado era in-
dispensable arrancal' aquella comarca de manos
de sus verd;lderos dueiios, es decir de los Mame-
lucos y quitarles la autoridad á fuerza de armas y
de política. No faltaban razones que hacer valer
cOl1tm ellos porque en efecto habian tratado siem-
pre muy mal á los Franceses. Por lo que hace á la
Puerta era necesal'io aparentar que no se atacaba
su soberanía sino P01' el contrario que se la respe-
taha mucho. Verdad es que en el estado á que ha-
bia venido á pal'ar era muy poco importante la tal
soberanía y se podia negociar con la Puerta ó bien
sobre la cesion del Egipto, asegm<mdola ciertas
ventajas en otros puntos, ó bien pOl' medio de un
repartimiento de autoridad que no tuviese nada de
incómodo para uno ni otro porque conservando




DIRECTORIO (1198). lH5
al hajá en el Cairo como haLia estado hasta en-
tonces y hcredando el vel'dadcro porlcr de los Ma-
melucos no qucdaba mucho que echar de menos.
En cuanto ú los habitantes con venia para atraer-
los ganal' la masa de la poblacíon, es dccir la de
los Arabcs. Afectando respeto á los Scheiks adu-
lando su antiguo orgullo al mismo tiempo que se
aumentase su autoridad y lisong'eando un seCl'e-
to deseo quc existia en ellos, lo mismo que exis-
tia en Italia y se cncuentra en todas partes, que
es el dell'cstablecimiento de la independencia de
su antigua patria ú quien podríamos llamar la pa-
tria {u'ahe, sc estaba seguro con eso dc Qbtencr su
adesion y dominal' cntcl'amcntc el pa.ís. Ademas
de cso respetando las propiedadcs y las personas
de los hahilantes, cn un pueblo acostumbrado á
mirar las conquistas como un derecho de vida y
h;¡cipu¡las, no podia menos de producir una im-
presion que sCl'iar:ntajosísima al ejército frances
y si ú esto sc agregaba el respeto á las mugeres y
al profeta el'.l tan segura la cO'Hluista de los cora-
zones como la del territorio.


Con alTcglo Ú estos cálculos tan exactos como
profundos acomodó Bonaparte su conducta, mu-
cho mas cuando cstando el mismo dotado de una
imaginacion ol'icntal, le pm f.lcil tomar el estilo
solemne é imponcnte quc convcnía á la raza ára-
Le, y así redactó pl'Oclamas que se tl'aducian en




REVOLUCLO:'O FRANCESA.


leng'ua úra]Je y se esparcian por todo el pais. Es-
uiLió una carta al bajú en que le llecia; « La rc-
« pública fl'ance,;a se Ila decidido ;'1 enviar 1111 po-
(j dcro,;o ej(~rcito para pOlíer l~I'min() Ú las tl'OpC-
« lias dclos beyes de Egi pto como ha tenido muchas
« vece" pl'ccision de hacerlo en esle siglo cOlIl m
« los heyes de Tlwez y de Al'grd. Tu que debias
« scr el duetll) de los heyes y ([ue sill PlIllJargo le
« hallas en el Cail'o sin autoridad ni IJoder alt;'lIllO,
« no puedes menos de mirar COI! gusto mi ,cnida.
« Ya estas enterado sin duda de ({lw yo 110 vengo
« Ít emprellde\' nada ni contra el alcol'an ni <:011-
« tra el gran sellor, pues sahes (l(\e la lIacioll /'I'all-
e( cesa es la única aliada que el Sullall licue en
e( Europa. Vell pllCS {t buscarme y malttice como
« yo á la impía raza de los beyes.» Luego diri-
gi(~lldose ú los Egipcios les dijo estas palabras:
« l)ucblos del Egipto, os dirún que yo vell~o Ú tles-
(1 tl'uil' "llcstr::l I'cligion, pero no Jo cl't'ais; sillo
({ respolldedlcs que vengo {¡ rcslituiros vuestros de-
« l'l~clIOS, Ú castig-al' Ú los usurpadores, y que yo
( ,'espeto mas que los Mamelucos :'t Dios, ú su pl'O-
« feta yal Alcordll. ») lIabl:llltlo de la tiranía de
los Mamelucos decia ; « Si hay alg'ulla tierra buena
cc iierlellecf~ :1 los l\lamcluc'h. Si hay algulla esda-
c( va hermosa, algnll huen caballo ó algulla Imc-
({ na casa, tambicll perlelll~ce ú los :\lamciucos.
« i, POI' qlH~ no presentan la escritura ulla vez que




lJlRECTOIlJO (1798).
~ tliccn (llIC Dios les ha concedido esta po~esiol1 '1
(( Pero Dios es justo y misericordioso con los pue-
({ 1,los, y ha manoado (fue concluya el imperio de
(( los Mamelucos.)) Hablando de los sentimientos
de los Franceses aiíadia: « No~otros tambien somos
« yerdaderos Musulmane~ , pOl'que ¡, no somos 110-
" soh'os los que hemos destruido al papa, que de-
l, cia ser preciso hacer la g-uerra ~ Jos l\fusulma-
« IWS? ¡, ~o somo~ nosotros los que hemos aniqui-
'( lado á los caballeros de Malta, porque aquellos
(1 insensatos creían que era la yolunlad de Dios
«( que se hiciese la guerra á los Musulmanes'~ Tres
« v{'ces felices aquellos que esten á nuestro lado
( porque ellos prosperarún en su fiH'tun<l y ell su
« clase. Felices aquellos que permanezcan neu-
« trales, porque tendrán tiempo de conocemos y
« al fin sp alislar~n con nosotros. Pero desgracia,
« tres veces desgracia á los que se aemen en f~lvol'
(( de los Mamelucos y combatan contra nosoLms,
« porque no habrá esperanza para ellos, sino que
« pCI'ecel'an. j)


A sus:soluados les decia: «Vais á emprend¡~,' u lIa
« COO(luísta cuyos efectos son incakulables para la
« civilizacion y comen'io del mund.o. Dareis ú la
«lnglateera el golpe mas seguro y sensible enlee
(!tanto (ltlC lIeg-a pi dia que potlais darla el golpe
'( mortal.


«Los pueblos con IIl11cne~ valno, a VI\'Ir SOIl
XI. 27




.418 llEVOLUCION FRANCESA.
«Mahometanos, y'su primer artículo de fé ~ el
« siguiente: No hay otro Dios mas que Dios, y Maho-
«ma es su profeta. No les contradigais , mas ántes
cr: conducíos con ellos como nos hemos conducido
( con los Judíos y los Italianos. Guardad eonside-
« raciones á sus l\1uphtis y á sus Imanes, como se
t{ las guardábais á los llabinos y á los obispos. Te-
« ned la misma tolerancia con las ceremonias que
« pi'escribe el Alcoran y con las mezquitas, que la
«que habeis tenido con los conventos, las sinago-
ti gas, la religion {le l\foises y la de Jesucristo. Las
«legiones romanas protegian á todas las religio-
«nes. Vosotros encontn~reis aouÍ usos diferentes
([ de los de Europa y es preciso que os acostum-
« breis á ellos. Los pueblos donde vamos á entrar
([ tratan á las mugeres de distinto modo (Iue no-
« Sütros ,y debeis acordaros que en todas partes
e( el que viola es un infame cubarde.


e( La primera ciudad que encontrarémos fue
tI edificada por Alejandro, y ú cada paso se nús
({ presentarán gt'andes recuerdos dignos de escilar
« la emulacion de los Franceses. »)


Inmediatamente dió Bouaparte sus disposicio-
nes para establecer la autoridad francesa en Ale-
jandria, salir despues del Delta, y ;potleral'se del
Cail'o, ¡lue es la capital de todo el Egiplo. Estaban
entollces en el mes de julio en que el ~ilo iba á
inundar las campiñas, y clueria lIe~ar al Cairo án-




nlRECTORIO (t 7N~). \t9
les de la inundac:ion, y emplear d tiempo qu~
e:tta durase en fundar su establecimiento. Mandó
que todo permancciel'a en el mismo estado en Ale-
jandria , que continuasen los cgercicios religiosos,
y que se administrase justicia como ántes pOI' los
Cadís. Unicamente quiso suceder á los derechos de
los Mamelucos estableciendo un comisario que
percibiese los impuestos acostumbradm,. Mandó
formar un divan, ó consejo municipal compues-
lo de los Scheiks y notables de Alejandria á fin de
consultarle sohre todas las pl'ovidencias que tu-
viese que tomar la autoridad francesa. Dejó 3000
homhres de guarnicion en Alejandl'ia, cuyo mando
liió á Kléber; porque su herida no poería nWllos
de tenede en inaccion durante uno ó dos meses.
Encargó á un oficial jóvcn del mayor mérito y que
prometia sel' un gran ingeniero que pusiese á Ale-
jandl'ia en estado de defensa y fue el coronel Cre~
tin quien [\ poca costa y en muy poco tiempo eje~
cutó en Alejandl'ia trabajos bellísimos. Lucf)o dió
Bonapartc sus ól'denes pam ponel' la escuadra en
seguridad? siendo muy dudoso saber si 105 1Ia-
vÍos de grueso calibre podrían entral' en el puerto
de Alejanclria, pOI' 10 cual se nomhró una comi-
sion de marinos que le sondease y d.iese su infor-
me; mas entl'e tanto ancló la escuadl'il en la rada
de Aboukil'. Mandó Bonapal'te á Bl'lIeys que hi-
('iese prontamente decidil' la cUf'stion y fJue se fue-




REVOLUCION FRANCESA.


se á Corfou en caso de que los naVIOS 110 pudie-
sen enh'ar cn Alejandría.


Despues de haber evacuado aquellas atencio--
lles se dispuso á ponerse en marcha, para la cnal
debia una flotilla considerable, car~ada de víve-
res, artilleria, municiones y bagages seguir la
costa has la la embocadura dc Roseta, entrar en rl
Nilo y subir pOI' él al mismo tiempo que el ejérci-
to fl'ances. Luego se puso en marcha con el grue-
so del ejército que privado ya de las dos ~uarnicio­
nes dejadas en Malta y Alejandria , ascendia á lo
mas á 30 mil hombres. Se habia dado órden á la
flotilla para que fuese á ]a altura de Ramanieh á
las orillas del Nilo, donde se proponian reunil'se
con ena á fin de subir juntos y salir del Delta pa-
ra llegar al medio Egipto, ó B3hireh. Habia dos
caminos que conducian desde Alejandría ú Rama-
llieh, el uno por entre comarcas habitadas ii la ori-
lla del mar y del Nilo; el otro mas corto y recto
atravesando el desierto de Damanhour. No dudó un
instante Bonaparte en tomar esLe último porque
le importaba llegar prontamentc al Cairo. Cami-
naba Dessaix con la vanguar(lia y sl'guia el CUCl'pO
de batalla á pocas leguas de distancia. Púsose en
movimiento el ejército el dia 6 de julio, y 2uan-
do los soldados se vi.eron metidos en aquellas lla-
nuras sin límites 1 sin pisar mas que arena, con
un sol abrasador, sin agua, sin sombra y sin tc-




DlJlECl'OlUO (1798). 42l
ner donde ([('scausar la vista mas ({ue en algullos
.. aros palnwros que solían vel'se á (:iel'ta distancia
y sin otros seres vivientes /lue algunas pequeli.as
tropas de cahalleros 'úrabes que aparecían y desa-
parecian en el horizonte ó se ocultaban alg'unas
veces tletl'as de los montecillos de arena para de-
~r()lIal' ú los que SI' qUl'daban cansados, se SUluel'-
l:6eron ell la mayol' tl'isteza. Ya habian tomado
aticion al descallso deslllte,.; de las largas y tellaces
campaiias de Italia y si hahiall seguido á su gene-
ral basta IIna re~'ion tan remota era solo porque
tenian ell élulla fe cieg'a y porque les habian anun-
ciado IIna especie de tierra prometida, de la cual
volverian bastallte ricos para podel' cOIllJwal' cada
uno HI! calll po ,le seis l:lIlegas de 1 ien'a. Pero
cnandu ,icl'On a(luP) desiel'to, III'gó su descoll-
tellto Ilasta el grado de desesllt'racion. Todos los
pozos que df~ distancia en distall('ia sudt'n encon-
trarse en el camillo del desierto estaban destruidos
pOI' los Arabcs y apellas se ellcolltra¡'~(1I en ellos
al~llnas ~()ta~ de a~lla ~alo(¡rc V muv illsuticicllte
pal'a apagar Sll S(~ll. Le,; hahian dicho (lile encoll-
Il'arian ('11 DalllallllOlll' algullos SOC()l'I'O~, pero solo
hallal'Oll allí misera"le" "al'l'aca:; donde 110 habia
ni pan ¡li ,jitO, sino hastalltes leJllejas y un poco
de a~lla. FIW indispellsable ,olvcrsc :. i ntemal'
ell el desierto y BOllill'arle ,ió a lo~ valiclItes Lall-
Hes V 1luI'at lirar SIlS :iombl'('I'os en el sudo y t1al'-




REVOLt:\:ION FiL\NU!SA.


los de patadas; pero d imponia l'espcto á todo~1'
y no solo hacia guardar silencio con su presencia
sino tambien rcnaccr la aJ.~gl'ia algunas veces. No


. ciueri.m los soldados echarle la culpa de sus pa-
decimientos sino que la tomahan contra los que
parecían tener mucho gusto en observar el pais.
Al ver que los súbios se p3rahan para examinar
las menores ruinas dccian qne solo l(~s haLian
tl'aido para que ellos sc divcrtipsPIl y se venga-
han con llil'i~irlcs alGunos dichitos á su manera;
sobre todo Ca¡rarelli que era valicllte como un gra-
nadero y curioso como un erudito pasaba á sus
ojos pOI' ser el filie halJia ellf.\·afiado al general y
llevúdole ú aquellos pai~es lejanos. Como el pobre
bahia perdido una pierna en el Rhill decian:
1, Que cuidado se le !Tú á ese cuando siempre tiene Uil pIe
en Franáa'? Sin embargo despues tic cruc!('s pa-
decimi¡mios soportados al pl'luci pio con mal hu-
mor y des/mes coa aleh!'ia y únímo, lIe~aron pOl"
1in ú las orillas ,ld Nilo el día 10 df~ julio, des-
pues de ltalwl' caminado cuatro dia~. A la vista del
río y de (lt!uellas aguas tan deseadas, se preci pi-
taron los soldados en él v b,,¡ülldo~e en sus olas.


" ,


o\vl(\aron \Nhs sus f<ltl1~as. La c\ivision l\e Dc:o,salx
,-.


({ue dcst!e la yanguan!ia hahía pasado :. la reta-
guardia, víó galopar dl'bllte de ella dos ó trescien-
tos ~lamclllcos á quienes dispersó con alguIl3s ti-
ros de mCll'L.lla? y siendo estos los primeros qlle




DlRECTOIUO (1798). 4.23
se hubiesen dejatlo ver, anunciaban e 1 próximo
encuentro del ejército enemigo. En cfccto habien-
do sido atlvel,tido el valiente hey Amurates estaba
reuniendo sus fuerzas al rededol' del Cairo y en-
tretanto que le llegaban andaba escaramuceando
con unos mil caballos al rededor de nuestl'O ejér-
cito para observal' su marcha.


Agual'dó el cjél'ci¡o en Ramanieh la llcg-art<t de
la flotilla, descansando allí hasta el dia 13 de ju-
lio y en aquel mismo dia salió para Chebreiss
donde nos esperaba el bey AmUl'ates con sus Ma-
melucos. La flotilla que hahia salido primero y se
anticipó al ejército, se halló comprometida antes
de que nadie pudiel'a socol'l'eda, y Amurates
tenia oh'a compuesta de djermes, (~ue son unos
bnques lijeros egipcios, cuyos flWg'JS se n'uui;.;.n
con los que él hacia desde la orilla. Tuvo la ílo-:
tilla que sostener un combate muy áspel'o ~ 1m
que desplegó un valOl' estraordinariu el oficial
de mal'illa Pel'l'ée 3 <¡ue la mandaba apoyado con
los solllatlo:; de c;'!Julle,·ia (pIe habian venido des-
montados :l::¡;-iptn, esperando equiparse á costt
de lus .\Iamclucos y el'an Ll'U~portados pOl' agua. Se
apresaron dos lanchas cañoneras del enemigo y se
le recha/,ó en el momento en que llegaha el ejér-
cito cOlÍlpuesto de cinco divisiones. No habia este
combatido nunca contra unos enemigos tan sin-
~ularcs, y era necesario oponer á la m pidcz {~ Ím-




llEVOLUClON FllANCES,\


pe tu de los cahallos y ú los s,lblazos 1 la ÍUlllovih-
dad propia del soldado de in/:lIlteria 1 su larga ba-
yoneta, V las masas haciendo frente por lodos la-
dos. Formó Bona parle sus ci Ileo di "isiones en cin-
eo cuadros en medio de los cuales colocó los baga-
ges .Y el estado mayor y la at'tillería en los úllgu-
Jos, flalHllteúndose las cinco divisiones ullas il
otras. Lanzó Amurates contra afluellas ciudatlda~
amhulantes mil ó mil y doscientos caballos illtr(~­
pidos , (1 ue preci pitándose á gritos y á lodo galo-
pe, descargando sus pistolas y desembainando sus
tewiblessahles, vinieron á anojarse sobre las fren-
tes de los cuadros . .Mas encontrando en lodas par-
tes un bailado (le hayonetas y un fuego Lr~rrihlc
vacilaban al rededor de las tila,> francesas, donde
caian muertos ú se escapaban por la llanura con
toda la rapidez. de sus ¡;aballos. Amuratcs despues
de llaber perdido do:-; ó tresciellto~ (le sus mas va-
lientes caballeros flC retiró pal'a apoderarse de la
I·ima del Delta 1 (! il' Ú esperarnos á la allur·a del
Cairo al {'rclIte de lodas sus fuerz.as.


BasLú aquel combate para bmilíarizar al ej~n:i­
jo ("011 ,Hluel nuevo g<':lIcn) de enemigos, y para
sujcl'il' {¡ Bonaparte la táctica (lue era nccesario
(,ll1 picar COIl ellos. Encamillósc llácia el Cairo es-
lando la flotilla [1 b altura del ej(~l"cilo y 110 se ce-
sú de andar (~i1 los días ~iglliellte~, lenícllIlo los
",,)hlddos IIllC sufrir nllCVO~ padcómicnLos, .pero a




nlnEr.TOHIO (t 7~)8\.
io mellos iban por la orilla del Nilo y podian ha-
üarse en él todas las tanks. La vista del enemigo
l1al,ia echo renacer en ellos todo su ardO!', y dice
Honaparte que aquellos soldados, ya un poco dis-
gustatlos de las filtig-as, como sucede siempre cuan-
do se ha adquirido bastante g-lo,'ia, siempl'e los
encontró admirables al fuego. Duranle las marchas
solia slI.;citarsc el lila I humor y tras del mal hu-
mOl' las chanzoneta", pl'incipiando ya los sabios it
inspirar mucho respeto por el valol' que se les Hia
desplegar, y particularmente á Monge y á Bertho-
lIet, (Iue se portal'on heroicamente en la flotilla. Al
mismo tiempo (Iue los soldados no les economiza-
ban sus t:hallzas telliall con dios las m2.vorcs con-
:-;ideracÍones, pero al ver que no acababa de pare·
cel' aquella famosa capital del Cairo tan pondera-
da como una de las mal'avillas dl'l Ol,jpnte, de-
cían que era melltil'a~ que 110 habia semejante ca-
pital, ó que sería alguna vicoca como [)amanllOUI'
ó alguna pOl'cioll d(~ barracas 1 repitiendo que ha-
I.lian engai'lado al polJl'c ~ellel'al ,el cual se habia
df'jado deport,lr coml) 1/11 ¡lIoce/de él y sus compaile-
J'O.~ de I.dol·ia. Por las lardcs cualHlo descallsaban " , ,
lo:; soldado., Ilue hahiall leido ó nido contal' los
cuentos de las l\jil y Hila noches, se las rcpeLian ú
sus camaradas, ell las cuales se prometcn palacios
magníficos lodos l'('splamleciclIles de Ol'O y plat:.t.
Pero clltr!.' tanto se carecia de pan, no porque üll-




426 lHWOLUCIO~ }<'RA:"lCESA.
tase trigo, f{Ue estaba aLulldantísimo, sino por
no habcr ni molinos ni homos. Se comian lente-
jas, pichones y una especie de melon esquisito ,
t:onocido en los paises meridionales con el nom-
hre de sandia (pastecque) y los soldados le llama-
ban santa sandia (sainte pastecque).


Iban acel'cándosc al Cairo doncle habia de dal'se
la Latalla decisiva, pue:> Amul'ates habia l'eunillo
allí pOI' lo menos 10 luil :\lamelucos, servidos pOI'
doble número de Fellahs á quienes dieron armas y
obligan)[l ú batirse detras de los atrinclwramicn-
tos. Se habian reunido tamLicn alg'lulOs miles de
Jenizaros Ó Spahi6 dependientes del baj:l, que á
pesar de la carta de Bonaparte se habia indinado


, al partido de sus opresores. Hizo Amul'ates sus
preparativos de defellSa en las orillas del Nilo, á
cuya 01 illa derecha e3tá situada la gran capitalllel
Cail'O, y así habia (olocado Allllll'ales su campo
en la ilquiel'tla en una c~tcllsa llanura entl'c el
Nilo y las Pirámilles de Giseh , que son las mas al-
tas de l~gipto. Sns disposiciones eran las s:g'uien-
tes. Hahia junto a! I'io ulla aldea bastanle grande
llamada EmbaLeh, y llabia mandado AfIlurales
hacer algunas obras muy mal concebidas á la tur-
ca, <{ue era UDa especie dc ramal que rodeaba la
cel'ca del pueblo y unas baterias inmóviles con los
cañones sin cureí'ias, de suerte que era imposible
moverlos, y ú esto se reducía el campo l'ctrinche-




DIRECTORIO (1798). 427
rado de Aml1raLes. Allí habia colocado sus 24- mil
Fellahs y Jenízaros para que se batieran con la
tenacidad habitual á los Turcos cuando están de-
tras de mmallas. Aquella altlea atrincherada y
apoyada en el rio formaba su derecha, y los Ma-
melucos en numero de 10 mil se estcndian por la
llanul'a entre el \'io y las Pirámides. A estos se
agregaban unos mil cahallos úrahes, que no eran
auxiliares de los Mamelucos sino para :sa({llC,U' y
degollal' en caso de haber vict~ria , los cuales ocu-
paban el cspacio flue hahia elltre las PirClmides y
los Mamelucos. El compaüero de Amurales IÍJl'a-
him, que era menos helicoso y valiente que él,
estaba al otro Jallo del rio COI! unos mil Mamelu-
cos, las mugel'es, los esclavos y el tesoro, pron-
tos á salíl' del Cairo y refllgiarse á la Siria si lo,;
Franceses saliesen vitoriosos, Cubrían eL Nilo una
multitud de dJermes en que estaban la mayol' par-
te de las riq uezas de los Mamelucos, y en este ór-
den e:;tu\'ipl'OlI esperando ú Bonaparle lo,~ dos heis.


Antes del amanecer dPl 2 t df~ julio se puso en
marcha el ej(~r('ito frances, sabiendo muy Lien clne
iba (1 avista!' el Cail'o y encontrar al ellemiQ"o; v


• U J


en efedo al despulltal' el día vió á su izquierda
del otro lacIo del 1'io los altos minareles de aquella
gTan capital, y {t su derecha en el desierto las gi-
g'antcseas Pirámides doradas por el soL A 1 ve!'
aquellos mOllumClüOS se detuvo tUllo el ejército




'~28 UEVOLUl:ION FIL\NCRS'\,
sorprendido de curiosidad y admil'!lcion, y en el
semblante tle Bonaparte se pintaba todo Sil entu-
siasmo poniéndose ú galopar delante de las Lilas
de los soldados y mostrúnlloles con el dedo las
Pil'úmides les decia: Pensad, pensad que desde lo alto
de aquellas Pirámides os están contemplando 40 siglos.
Avanzaron con paso r[¡pido y segun iban adelan-
tando parecian mas altos los minaretes y mas gran-
diosas las Pirámides y ya se veia hOI'migueal'aque-
lIa multitu¡! flue defendia á Embabeh 1 y cente-
lIeal' las armas de los diez mil caballeros brillan-
Les de acero y oro que [iJrmaball una línea inmen-
sa. Inmcdiatamente dió Bonaparte sus disposicio-
nes dividiel1l10 el ejército en cinco trow3 como
en Chebl'ciss; á saber: las divisiones Dessaix: y Re-
~Ilie[' forma han la del'echa hácia el desiel'to; la de
Dugüa, el centro, las de lUenou y Bon formaban
la izrluicl'lla cn las orillas del Nilo. Bonaparte que
desde el combate dc Chebreiss hahia formado idea
del tel'l'eno y del cnemigo 1 arregló sus movimien-
lo., con formc lo ex:ig"ia el caso, formando un cua-
dro de cada division,'y cada cuadro en seis hileras.
Detras estaban las cOlllpaliíati de g-ralladt:I'us {(U'-
madas en pelotones y prontas á reforzar los PUB-
Los de ataque. La artillería en los úngulos, y los
bagage:; y gene,'ales Prl el centro. Ibanse moviendo
aquellos cuadros, y cualldo se movían marcha-
ban dos de sus lados sobre el flanco, debiendo pa-




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OlUECTOIHO (1198).
rarse cuando se veian cargados para hacer fren-
te por todos los costados. Despues cuando querian
tomar alguna posicion, debian sepal'Urse las pri-
meras filas para formar eolumnas de ataque, mien-
tras que las otras permaneciesen detras fOI'man-
do siempre su cuadro aUIlí[ ue solo con trcs hom-
bres de fondo, cstando prontas á recoger las co-
lumnas de ataque. Estas fueron las disposiciones
mandadas por Bonaparte, el cual temía tIue sU!,
impetuosos soldados dc Italia acoslllmbratlos á
marchal' al paso de carga no se aviniesen hien con
aquella impasihle inmovilidad de las nnmtllas, y
así tuvo gTan cuidado en prepararlos ú ella. So-
bre todo se les dió órdell de 110 apreSUl'al'Se Ú dis-
pal'al', sino que aguardasen fl'iamente al enemigo
y no hiciesen fueg-o sino á quema ropa.


Asi sc fue avanzando basta tiro de callon, y
Bonapartc que estaha en el cUddro del centro fol'-
mado por la division Dngiia, se entcI'ó con un
anteojo del estallo del campo de Embabeh, y vió
que no esl ando la al,tillel'Ía sobre cureñas de cam-
paña no podria dil'igirse ,i la llanura, y que el
enemigo no saldl,ia de sus att'inchcl'amicntos.Esta
prevision fue la (IU~ le sirvió de Las~ para sus ul-
tCl'iorcs movimientos, y resolvió apoyarse con sus
tlivisiones sobrc la dcrecha, es (leeir, sobre el enel'-
po de los Mamelucos, circulando fucra del alcau('e
del cal10n (te Embabeh. Era su illt~ncion scparar




l30 REYOU1ClON t'RANCESA.
á los Mamelucos del campo atrincherado, en vol~
ycrlos y cmpujarlos hácia el Nilo, sin atacal' á Em-
babeh hasta despues de haberse deshecho de ellos,
pues no le seria dificil en tal caso dar cuenta de
aquella multitud que hormigueaba detras del
campo.


Inmediatamente dió la señal, y Dessaix que for-
maba la estrema derecha, fue el primero que se
puso en marcha. Despues se siguió el cuadro de
Regnier y luego el de Dugiia donde estaba Bona-
parte, mientras que los otros dos circulaban alre-
dedor de Embabeh fuera del alcance del cllñon.
Amurates que aunque sin instruccion era hombre
de mucho c~ll'áctel' y de vista penetrante, al ins-
tante conoció la intencion de su adversario y re-
solvió cargarle durante aquel movimiento deci-
sivo. Deió 2000 1bmelucos para apoyar á Emba-
beh, y se precipitó con los restantes sobre 105 dos
cuadros de la derecha. Comprometido el de Des-
saix entre unos palmeros, no estalla todavia for-
mado cuando le atacaron los primcl'Os caba-
llcros, pero se formó inmediatamente y estuvo
pronto á recibir la carga. Es una masa enor-
me la que forman 8 mil caballos galopando á un
tiempo en una ilanura, y ellos se precipitaron
con ímpetu estraordinario sohre la di vision de
Dessaix. Nuestros valientes soldados tan frros en-
tonces como fogosos habian sido en otl'as ocasio-




DJRECTOnIO (1798).
nes los esperaron con calma y los recibieron con
un fuego horrible de fusileria y metralla, que les
hizo pararse pOI' el pl'onto y ponerse á galopar al
rededor de aquella ciudadela inflamada. Algunos
de los mas bmvos se arrojaron hasta las bayone-
tas y torciendo sus caballos y echándolos sobre
nuestros inf:lIltes, consig"uieron ahril' brecha y vi-
nieron á espirar treinta ó cuarerta de ellos á los
pies de Dessaix en el centro mismo del cuadro.
Torciendo brida la masa, se arrojó desde el cua-
dro de Dessaix sohre el de Hegniel' que era el que
se seguia, y habiéndose encontrado con el mismo
fuego volvió húcia el pUllto de donde habia parli-
do, pero se enconlt·ó á la espalda con la division
de Dugiia que Bonaparte balJia llevado hácia el
~ilo y los puso en una derrota completa. Enton-
ces ya la huida se convirt:ó en d~sórden escapán-
dose ulla parte de los fugilivo~, hácia nuestra de-
recha por el lado de las Pirilmitles, y olra p,¡sa 11-
do haJ· o el fu('~"o de Ihw:iia . se fue ú meter en Em-


o( l))


haheh donde introdujo la confusion. Desde aquel
instante se desordenó todo el campo atrincherado,
J apenas lo notó Bonaparlc cuando mandó á sus
dos divisiollCS dr la izql1iCl'rla que se aproximasen
y se apoderasen de ¡'d. A vallzarOl.l Ron y l\Ienou á
pesar el fuego de los atrincheramientos, y cuando
llegaron á cierta distancia hi.:iemn alto para que
se redoblasen los clladros, y se f()l'lnasen las pri-




REVOLUCro:'<l FIUNCES,\.


meras tilas en columnas de alaque mientras que
las oh'as permanecieron en cuadl'o, figurando
siempre unas venlatleras ciudadelas. Pel'O en el
mismo instante 1 así los Mamelucos que hahía de-
jado Arnul'ates en Embaheh como los (Iue se ila-
hian refu¡óado allí quisieron Iwevenirnos y carga-
1'011 sobre nuestras columnas de atal{ue mientras
(lile éstas estallan en marcha. Pero parr.ndose ellas
inmediatament.e y tormándose en cuadro con la
mayor rapidez 1 los recibieron con Linrtcza y ma-
taron un p;mn número. Los llllOS se volvieron [.
EmbaLeb ,donde lIegó:í Sil colmo el desórden 1 .Y
los otros huyelldo por la llanllra ('Illre el ;\ilo'y
Iluestm derecba ,perecieron pOI' las halas 1'1 ca-
yeron en el rio. AhonlarOIl entonces soure Emba-
heh las columnas de ataque y apoderimdose de él,
ccharon al rio af!uella multitud de l"ellahs y ele
Jenizaros , aho~ándosc muchos de ellos, pCI'O co-
mo los Egipcios son cscdenl('s nadadores 1 cOllsi-
g-uió salvarse la mayor parle. Estaba concluida la
jornada, y los Arabes que e,~LaLan cel'Ca de las
Pirúmides aguardando ulla victoria se intel'llal'OIl
en el desierto. Amul'ates con los restos de su ca-
hallería y el ro~tl'o ensangrentado se retiró húcia el
alto Egipto, mientras 'lile Ibrahim, que conLem-
pldLa desde la otra orilla aquel desastl'~, se in-
ICl'ilÚ hácia nelbeys para I'etiral'se it Siria. Los Ma-
melucos pcg-al'oll I'uegn al inslallle ú lo~ «je/'llte,~






/)J HECTOHIO (179S). ~33
tloncle lIevahan SIlS riquezas pl,ivándollos de aque-
lla presa? y nuestl'OS soldados esLm-ieron viendo
Loda la noche arder' ;H[llel rico hotin.


Colocó Bonaparte Sil cuartel general en Giseh ,
en las orillas del Nilo, donde PI bey Amlll'ales te-
nia una sobenia haLitacioll, V Sf~ encontraroll
considembles provisiones tanlo en (~iseh como .~ll
Embaheh con que nuestros soldados pudieron in-
demnizarse de sus largas privaciones. Allí encon-
lraron en los jardines de (~iseh virlas cubiel'l.as de
escelentcs racimos que no tardaron en quedar vell-
dimiadas; pero en el campo de batalla encontra-
ron otra especie de botín que consistia ell chales
magníficos, ricas armas, caballos y bolsas en que
habia hasta 200 y 300 piezas de 01'0, porque los
1famclucos acostumbran llevar consigo f,US rique-
zas. Pasaron la tarde, noche y rnaiíana si~lIi(~III{' (~il
I'e<.:¿ger aquellos despojos, pues habian muerto
(le <luinielltos ÍI seiscientos Mamcltl<.:os, y IBas de
mil se habian ahogado en el Nilo. Pusi{'I'on:-p los
soldados á pescarlos para cogel' lo que teniall, y
Pltlpleal'Oll muchos dias en este género de ocu-
pacIOn.


Apenas nos habia costado aquella batalla un
centenal' de hombres entre muertos y 1H'l'idos 1
porque asi como es terrible la den'ola cuando
se'i)cllclran los cuadros 1 as! tamhir'll I~:, !lula la
jl{~l'(lida cuando quedan "ilol'iüsos. Los Mamelucos




IlEVOLUCION ntANCESA.


habian penliJo la HOl' de sus caballeros por el fue-
go Ó pOI' las olas, quedando sus fuerzas dispersa-
das, y segura nuestra posesion del Cairo. Aquella
capital se hallaba en un desórden espantoso, por-
que tenia una poblacion de mas de 300 mil habi-
tantes, con un populacho fcl'OZ y embrutecido,
que se entregaba á todo génel'o de escesos y queria
aprovecharse del tumulto para saquea l' los ricos pa-
lacios de los beys. Por desgracia no había remon-
tado todavía el Nilo la flotilla f1:ancesa, y no te-
niamos medios para atravesarle y tomal' posesion
del Calro. Vinieron de allí agunos comerciantes
franceses enviados por los Schciks para tratar' con
Bonapal'te de la ocupacion de la ciudad. Pudo fa-
cilitar algunos djermes para enviar un destacamen-
to que restableció la tranquilidad y puso las per-
sOllas y propiedades al abrigo de los furores del
populacho, y al día siguiente entró en el Cairo y
file á tomal' posesíon del palacio del bey Amu-
rates.


Apenas se estableció allí cuando se apresmó- á
emplear la misma política que habia observado
en Alejandl'ia, y debía ganarle la indinacion del
pais. Visitó á los principales Scheíks, los acarició
mucho y les dió esperanzas de restablecer el do-
minio árabe, pt'ometiéndoles la consel'vacion de
su culto y de sus costumbres, logrando atmedes
completamente COIl una mezcla oe agasajos y fra-




nlnUC'l'OlllO (1798) 435
lles imponentes tomadas del estilo oriental. Lo
esencial cm conseguir de los Scheiks de la mez-
quita de Jemil-Azar una declaracion en favor de
los Fl'anceses porque equivalia JI una bula del pa-
pa para los cristi,tllos. Para' ello desplegó Bona-
parte toda su habilidad y lo consiguió completa-
mente pues los grandes Scheiks hicieron la desea-
da declaracion y persuadieron á los Egipcios á so-
meterse al enviado de Dios que l'espetaba al pro~
Ceta y venia á vengar á sus hijos de la til'ania de
los Mamelucos. E~tableció Bona parte un divan eH
el Cairo, como había hecho en Alejandria compues-
to de los principales Schekis y de los habitantes
mas notables. Este tlivall ó consejo municipal de-
bia ayudal'le á conquistar el ánimo de los Egipcios
consultándole y haciéndole que le instruyese de
todos los pormenores de la administl'acion inte-
rior. Quedó convenido en que habían :de estable-
cerse en todas las provincias consejos semejantes y
que estos enviarian sus diputados al del Caim el
cual quedaría convertido en g:,an consejo nacional.


Uesolvió Bonapeu'te que continuara distribuyén-
dose la justicia pOl' los Cadis y consiguiente á su
proyecto de suceder en los derechos de los Mame-
lucos secuestró sus propiedades y mandó conti-
nuar en pl'ovecho del ejército frances el cobro de
los derechos que p estaban establecidos. Pero pa-
ra eso era lIecesario tener los Co phtos á su t.levo-




436 RFVOLUCION FRANCESA.
cion, y asi no perdonó tliligencia para ganarlos
dándoles esperanzas de que se mejoraria su suerte.
Mandó salir á "arios genel'ales con sus respecti-
vos destacamentos para volver á bajal' por el Nilo
y conduil' la ocupacion del Delta que no se habia
hecho mas que atravesar. Tamhien envió á algu-
nos hácia el Nilo SUpel'iOl' pal'a tomal' posesion del
Medio Egipto. Situó á Dessaix con su division á la
entrada del Alto Egipto cuya conquista debia rea-
lizar contra el bey Amurates luego que bajasen
las aguas del Nilo en el Otoiío. A cada uno de los
generales se le dieron las instrucciones cOll\'enien-
tes para que repitieran en todas partes lo mismo
que se había hecho en Alejandria y en el Caim.
El'a necesario que se hiciesenquerel' de los Scheiks,
que agasajasen á los Cophlos y montasen la admi-
nistracion económica para subvenir á la manu-
'tencion del ejét-cito.


En seguida se ocupó Bonaparte de la salud y
comodidades de los soldados que Pl'incipiaban á
{!;ustar del Eg'ipto, porque ademas del descanso
disfrutaban de abundancia y de un clima sano y
puro. No les costaba dificultad acomodarse á los
usos particulares del país y continuamente estaban
todos enbromando sobre ellos, pero adivinando la
intencion del gp.neral con su acostumbrado ins-
tinto aparentaban tambien respeto al profeta y se
reian con'él d,el papel que su poLítica les precisa-




IHRECTOlUO (17HSL
ha á representar. ~1andó Ronapal'te hacer h0l'l105
pam que pudiesen lenel' pan y les alojó en las
huenas habitaciones de loc, Mamelucos recomen-
dúndoles muy especialmente qtle respetasen a las
mugeres. Hahian encontl'ado en Eg'ipto una gran
multitud de escelentes asnos y les divertia muchí-
5iimo andar montados sobre ellos por las inmedia-
ciolles y galopar pOl' las campiñas, no dejando
de causal' con su viveza algunos accidentes á los
gl'aves habitantes del Cairo , tanto que fue preciso
pl'ohibirles qUE corriesen por las calles. La caba-
lleria estaba montada ell los mejores caballos del
mundo 1 es decir en caballos árabes fIue se habían
.:ogido á los Mamelucos.


Tamhien se oeupó Bonaparle de entablar rela-
ciones con las comarcas vecinas á fin de con ser-
"al' Ó apropial'se el .. ieo comercio del Egipto, y
nomhró por sí mismo al emir-hag;gi. E:" este un
oticial (lue se elige allualmente en el Cairo para
proteger la ¡!.Tall carabana lk la ;\Ieca y escribió ú
todos los cónsules franceses de la costa de Berbe-
ria para!{ue advirtiesen ú los dc)'s de que estaba
nondmldo el emir-ha~gi y que podian ponerse ell
marcha las carabanas, haciendo tambien que es-
cribiesell los SrlH'iks al Scherif de la lleca dieil-n-
dol!' (tlle serian pl'Olq~idos los percgrill os 1 y que
las ('arahana:, eflcolllrariall sl'1:('lIl'idad y protcn:ioll.
}~I IJajú del (airo habia seguido al I)('y Ihrallim a~


l { •




4.38 REvoLtnO~ fnA~CIl:SJ\.
Belbeys, y le escl'ibió Bonaparte , igualmente, que
á los bajás de San Juan de Acrc y de Damasco pa-
ra asegurarles de las buenas disposiciones de los
Franceses para con h sublime Puerta. Por des-
gracia estas últimas precaucioncs eran inúliles
porque con dificuhatl podían pel'suadine los ofi-
ciales de la Puerta de flue los Franceses, que aca-
baban de invadir ulla de las m~s ricas provincias
de su soLe¡'ano , fuesen realmente amigos suyos.


Estaban admil'ados los Arabes del carácter de
afluel conquistador tan j{¡vell, y no comprendian
que un mortal (pe sabia lanz.ar el rayo fuese tan
demente ('omo t:l era, por lo cualle,llamaban hijo-
digno del profeta y filVOl'ito de Allah, cantando
en la gran mezquita la letania siguiente


Q Ya el grande Allah no está il'l'itado contra no-
• sot\'Os sino que ha olvidado nuestras f:dlas, que
(j bien castigadas han sido con]a larga opresion
( de los Mamelucos. Cantemos las misericordias
« del gran Al/ah.


<l ¿ Q!!i\~B es aquel flue ha salvado de los peli-
f( gros del,na¡' ~ y del [urol' tIc sus enemigos al {a-
l! vorita de la !-'icloria? ¿ (Juiéll es aquel que ha coo-
I! ducido sanos y salvos ú las riveras del Nilo los va-
'« l¡entes del occide¡¡1 e ?


<1 Solo ha sido el grande Allah, el gmnde Allah
" que ya no está irritado ('ontra nosotros. Cante-
t mos las misericordias del g,'andc Allah.




DIIlEI:TOIUO (1 í98i. 439
f( Los beyes Mamelucos habian puesto su eon-


I( fianza en sus calnllo3; y los Leyes Mamelucos
11 habian formado su infantería en batalla.


El Pero el {atlorito de la victoria al frente de los lJa-
1{ lientes del occidente ha destruido la infantel'ía y los
« caballos de los Mamelucos.


« Así como los vapores lIue suben por la mañana
« del Nilo son disipados pOI' los rayos del sol, del
« mismo modo el ejército de los Mamelucos ha siLlo
« disipado por los valientes del occidente porque el


o ( grande Al/ah está ahora i!'ritado contra los l\la-
« mel ueos, y pore¡ ue los valientes del occide!lte son la
« niña del'echa de los ojos dd ¡¡;I'ande All(th.)


Quiso Bonapa l'Le para conformarse mas á las co::,-
tumbl'es de los Al'abes, tomar pal'te en sus fiesia,>
y asistió;) la del Nilo, que es una de las mas prin-
cipales del Egipto. Como aqud rio e.s el bienhe-
chol' de la comarca estú en gl'an vcucraeion de los
habilantes y es objeto de un culto especial. Du-
rante la inundacion se introduce en el Cairo por
medio de un gl'an canal, cuya entrada se ciel'l'a
con un dique hasta fIue haya llegado á cierta y
dclermill:lda allura, y entonces se corta el dique
yel elia tlest1l1ado para a'luella operacion es un
dia de regocijo. Se publica la altma á que ha lle-
gado el río, y cuando se espera una gran inun-
dacion es general la alegl'ia porque se pl'olJleten
una abundante cosecha. Ordinariament€ se cclc-




-líO ItEVOtUC\O:V Fl\A~CHSA.
hra esta tiesta el dia 18 de agosto y Bonapal'tc
mandó tomar las armas Ít todo el ejército situún-
dole en las orillas del canal) donde acudió un pue-
hlo inmenso que mil'aha con al(~gl'ía como los va-
lientes del occidente asistian á sus regocijos. Estaba
Ronaparte al frente de su estado mayor acompa-
ñando :í las principales autoridades del pais, y
principió un Schik por declarar la altura ¡í (pte
habia llegado el Nilo que era de 2:> pies) lo cual
CélUci"ó una rtlegl'Ía estl'aordinaria. Luego se trabajó
en mmper el dique y toda la artillería fmllcesa
disparó á un tiempo al precipitarse las aguas del
río. Se~un costumbre ,>e lanzaron al canal una
multitud de barcas para conseguir el lH'émio des-
tinado ;1 la que lograse entral' la primera) y el
mismo BOllapal'te fue quien le distribuyó. Hubo
Hila multitud de hombl'es y de niños que cbapu-
zaban en las aguas del Nilo, atribuyendo á aquel
bailO propiedades muy benéticas y las mug-el'cs
echaban (~n él cabellos y piezas de tela. Luego man-
dó Bonaparte iluminar la ciudad y terminó el ciia
nll1 ballquetes. No con menOl' pompa se cele\Jn') la
f¡(':ita (Id !lI'otela) yendo Bonapat·te ft la Illezcluita
principal donde se SClltó en almohadones con las
pierna'i l'l'llzadas como los Schciks) bamboneún-
dos e de mcclio cuerpo arriha y meneando la ca-
heza. Todo el sacl'o colegio cllledó cditicadn de
Sil piedad y Illego asistiú al halHluetc que dió




DlltECTOlUO (1798). !d·f
el gran Scheik que habia sido elegido aquel dia.


Oc todos aCluellús mcdios se valia el jóven ge-
nel'al, tan pl'Ofundo político como gnn capilan,
para ganal' el afecto del país; y mientras que mo-
mentáneamente acariciaba las preocupaciones, es-
taha trabajando para espat'ci,' en él algun dia las
ciencias con la fundacion del célebre instituto de
]~giplo. Rcuniú ú los sábios y á los artistas que ha-
hia h'aido con sigo, y asociando á ellos algunos de
sus oficiales mas instruidos, compuso aquel ins-
lituto á quien destinó rentas y uno de los mas
grandes palacios del Cairo. Debian ocuparse algu-
nos de ellos en hacer una descl'ipciun esacta del
Jlais y levantar la carta mas minuciosa; otros ha-
]Jian de estudiar las ruinas y suministral' nuevas
luces p.u'a la historiJ.; otros debian estudiar las
producciones, y hacer observaciones útiles á la fí-
sica, á la astronomia y á la historia natural, y úl-
timamcllte otl'OS se debían ocupal' en lmscar las
mejoras cIue pudieran haccrse en la existencia de
los babitantes por medio de máquinas, canales,
ohras en el ~ilo, y métodos adoptables á aquel
territorio tan singula,' y tan distinto del de Euro-
pa. En caso de que la fortuna hubiese de al'l'eba-
t.amos algun dia aquella hermosa comarca por lo
menos 110 podria ({uitarnos las conquistas que en
ella iha [. hacer la ciencia, y se prepardha un mo-
numento (JlIe debia honrar cl genio y la constan-




442 REVOLUCION FRANCESA.
cia de nuestl'os sábios, tanto como la misma es-
pedicion honraba el herois:no de nuestros solda-
dos.


Monge fue el primero que obtuvo la presid~n­
cia, y Bonapal'te no fue mas que el segundo, pro-
poniendo las siguientes cuestiones: buscar el me-
jO!' método de construccion de molinos de agua y
de viento; medio pal'a rcemplazar el lúpulo que
falta en Egipto, en la fabricacion de la cm'veza;
detcl'minal' los sitios propios para el cultivo de la
vioa; buscal' el mejor medio de proporcionar agua
para la ciudadela del Cairo; abril' pozos en dife-
rentes sitios del desierto; buscar el medio para
dari fical' y refrescar las aguas del Nilo; discul'l'ir
un modo de ulilizar los escombros y'ue cstOl'baban
en la ciudad del Cairo, igualmente que todas las
antiguas ciudades de Egipto, husc<ll' las materias
necesarias para la fahricacion de la pólvora en
af{ueHa comarca. Por e~tas cuestiones se puede for-
mar juicio de las idcas que lenia el gene!'al, yen
el momento se e"parcieron por todas las provin-
cias ingenieros, dibujantes y sábíos para princi-
piar la deseripcion y la carta del país, siendo es-
ta la ocupacion de aquella naciente colonia, y el
modo con que el fundador de ella dirigia los tra-
bajos.


Muy poco habia costado hasta entonces la con-
(!uista del Bajo y Melliano Egipto, sino solo al-




DIRECTORIO (j 79 8). 413
gunas escaramuzas eOIl los Al'abes. Bastó una mal'-
ella forzada sobre el Belbeys para echar á Ibrahim
á la Siria, y ag-uunb ba Dessaix el otollO para qui-
tarel Alto Egipto al bey Amurates, que se habia
ret.irado allí con los restos de su ejército.


PC1'0 dlll'ante aquel tiempo habia espcrimenta-
tado Bonaparte el mas penoso reve'i de fill,tuna.
Cuando salió de Alejandria haLia recomendado
fuertemente al almirante Brueys que pusiese su
escuadra al abrigo de los Ingleses, ó bien metién-
clolaen el puerto ó bien dirigiéndola á COl'fou; pero
sobl'e todo que de ningun modo permaneciese en
la rada de Aboukir, porque era menos malo en-
contrar al enemigo en alta mal' y á la vela que es-
tando anclado. Se babia suscitado una acalorada
discnsion solH'e si podian ó no entmr en el puer-
to de Alejandria los navios de 80 y de ;120 cufio-
nes pues por 10 que hace á los restantes no IJaIJia
ninguna duda, aurHJue COIl respecto ú los dos de
80 y al de t 20 ,era (ll'eci.:;o al igera dos de moti o
que se ganasen tres pies de agua. Para esto era
necesario desannados ó constnlil' algunos medios
aparcjos cuya dificultad impidió ú Bl'l1eys introdu-
cir su escuadra en el puerto, porque sc hacia la
cuent.a de que viéndose obligado á tales precau-
ciones para sus tres princi pales navios, no podria
nunca salir del puerto en presencia del enemigo,
)' podia Yer~c bloqueado por una escuadra muy




IlEVOLUCIO;\I FRANCESA.


inferiot, en fuel'za, pOt' tanto se decitliú ú salír
para Corfol!. Pel'o como era muy apasionado al
general Bonaparte 1 no queda dar ú la vela sin te-
ner noti.;ias de su entrada en el Cairo y de su es-
tablecimiento en Egi pto, y asi fue pet'dido todo
el tiempo que empleó, ya en sondar los pasos
de Alejandria, ya en aguardar noticias del Cairo,
lo cual ocasionó una de las mas grandes desgrt-
cias de la l'evolucion y que mas han influido en
los destinos del mundo.


Se habia acodado Brueys en la rada de Ahou-
kir que forma un semicÍt'culo bastante regular 1
y nuestros 13 navios formaban una línea s.-:micil'-
cular paralela á la l'ive¡'a. Para asegul'ar el almi-
rante aquella línea, la había apoyado pOI' un la-
do h:lcia una isleta llamada el islate de Ahoukir,
sin poder sospechar que ningun navio pudiese
pasat' entre él y la línea para tomarla por la es-
palda 1 y en aquella firme pcrsuasion, se había
contentado con situar en la isla una hatería de á
doce, solo pal'a impedir al enemigo que dcsem-
ban:ase en ella. Estaba tan persuadido ú (Iue era
inatacable por a<luel punto, que habia situado en
él los navíos mas malos 1 estalHlo mucho mas rece-
loso por el otro estremo del semicírculo. Por allí
ya consideraba posihle <lue el enemigo pasase en-
tre ia ol'illa del lIlal' y su línea; pel'o tambicn ha-
hia pllesto allí los navios mas fuertes y mejor




IHUECTOIUO (1798). 445
lnandados. Ademas le tranquilizaba una circuns-
tancia importante, y em que mirando aquella lí-
nea hácia el Mediodia y reinando el viento del
Norte, el enemigo que viniese á atacarla por aquel
lado, tendl'ia el viento contrario, y sin duda 119
se espondria ú combatir con tal desventaja.


En aquella situacionprotegido háeia su izquier-
da pOl' un islote que él tenia pOl' suficicnte para
cerrar la rada, y á su derecha por sus mejores na-
vios y por el viento esperaba con sep;uridad las no-
ticias quc habian tle decidir su salida.


Nclson dcs¡mes de haber recorrido El Archipié-
lago y vuelto al Adriático, á Núpoles y ú Sicilia,
habia adquirido ya pOl' fin la cel'teza del dcsem-
baeco de los Fml1ceses ell Alejandria y al instan-
te determinó dirigirse allí á fin de buscar su es-
cuadra y Latida. Envió una f¡'agata para buscarla
y reconocer su posicion, la cual habiéndola en-
contrado en la rada (h~ Aboukir pudo observar á
su gusto nuestm línea de anclage. Si el almirante
que tenia en el pu eeto de Alejandria una multitud
de fragatas y navios ligeros, hubiera tenido la
precaucion dc conservar algunos á la vela, haLria
podido tener siempre á los Ingleses [1 distancia
respetuosa é impedirlcs que oLscrvasen su línea,
ópor lo mellOS ser ad "crtido dc su llegada. Pero
por desgracia \lO hahia hecho nada de eso, y la
fragata inglcsa despnes dc concluido su reeono-




446 ItEVOlUCION FhA:S:CESA.
cimiento, se volvió hácia donde estaLa Nelson
quien informado de todos los pormenores de nues-
tra posicion, maniobró al instante h;lcia Aboukir,
donde llegó el día 1.0 de agosto á eso de las 6 de
la tarde. Estaba comiendo el almil'allte Bmeys, y
al instante mandó dar la señal del combate; pero
estahan tan distantes de esperar al enemigo que
ni siquiera se habia hecho zafarancho en ningu-
no de los navios y una parle de las tripulaciones
estaban en tierra. Envió el almirante algullos o{i-
ciales para hacer que se emharcascn los marine-
ros y reunir á los que estuviescn en los convoyes"
aunque no creia que Nelson se atreviese á atacarle
aquella misma noehe y espf'raba tener tiempo de
recibir los esfuerzos que acababa de pedir.


Ne1son determinó atacarle en el momento mis-
mo, é intentar ulla maniobra atrevida, de la cual
Sl~ prometia el buen éxito llc la batalla. Queria
abordar nuestra línca por la izquicl'lla, es decir


. por el islote de Ahoukil', pasar entrc él y nuestra
escuadra á pesar del peligro de los bajios, y de
esle modo situarse entre la orilla del mal' y Ilues-
tra línea. Era pcligl'o;,a aquella maniobra, pero
el intrépido ingles no vaciló un momento siendo
como eran iguales las fuel'zas de ambos lados es
decir de trece navíos de alto bordo. Atacó Nelson
á cosa de las 8 de la noche, y cierto no fue feliz
á los principios su maniobra, porque el Cullod/lI!




DIRECTORIO (1798). 447
baró en un bajo al querer pasar entre el islote y
nuestl'a línea; pcro el Goliath que se le scguía fue
mas feliz que él y pasó, aunq ue cm pujado por el
viento se adelantó mas que la altura de nuestro
primel' navío y no pudo detenerse hasta la del
tercero. Siguieron su huella los navíos ingleses el
Zelé, el Atrevido, el T/¡éseo y el Orion, y vinieron á
situal'se enlre nuestra línea y la rivera, avanzan-
do hasta el Tonante, que era el octavo, y asi com-
prometicron nuestra iZf{uierda y centl'O. Entonces
avanzaron los demas navíos por fuera de la línea
y la pusieron entt'c dos fllegos. Como la escuadl'a
francesa no esperaba vcrse atacada de aquel modo,
no se hallaban dispuestas ni desemLarazadas las
baterías del lado de LielTa, y nuestros dos prime-
ros navíos no pudieron haccr fuego mas que pOl'
un lado, y asi fue desamparado el uno y des-
mal1telado el otro. Pero en el centro donde estaba
eIOr'iente, que em el navío almil'ante, fue terrible
el fUf'go, de suerte que el Bellero{onte que era uno
de los prillcipales navíos de Nelson perdió sus
mastiles y se vió precisado it amainar. Otl'OS na-
víos ingleses por estar hOl'l'iLlemente maltrata-
dos, tuviet'oll que alejarse del campo de batalla.
No habia podido recibir el almirante Brueys todos
sus marineros, ~. sin embargo se sostenia con ven-
tajas, y aun esperaba alcanzar la victoria, á pe-
sar del suceso tIc la maniobra de ~elson, si hu-




REVOLUCION FllANCESA.


biesen sido ejecutadas las órdenes que él daba en
aquel momcnto á su derecha. No habian los In-
gleses comprometido el combate sino con la iz-
quierda y el centro,de suerte que nuestra del'echa,
donde estaban los mejores navíos, no tenia enemi-
go alguno con quien combatir. El almirante Bl'ueys
les hacia seiiales para que djc,~clI ft la vela y ca-
yesen esterionneute sobre la línea de batalla, con
cuya maniobra los navíos ingleses que nos alaca-
ban por fuera, hubieran sido co~idos entre dos
fuegos, pero no fucron percibidas las seiiales. En
semejante caso un buen telliente no deLe dudar
en esponel'se á cualquir l'ies~o para volal' al 50-
COl'l'O de su gefe, mas el cOIILra-almirante Ville-
neuve, que aunque valiente era irresoluto, pel'-
maneció inmóvil aguardando siempre órdenes. COIl
eso nuestl'a izquierda y centro conLinuaroll situa-
dos entre dos fuegos, pero sin embargo _el almi-
rante y sus capitanes hacia n prodig'ios de valor y
sostenian glol'iosamellte el honor (Iel pavelloll. No-
soteos habiamos perdido dos navíos y los ingleses
Otl'OS dos el uno encallado y el otro desrnaslelado;
pero n\,lestros fuegos eran superiores. ]~lItollces tllC
hcrido el desgraeiado Bl'ueys, y no quiso que le
bajasen del puente de su navío diciendo (lue un /ti-
mirante deúilt morir dando órdenes, pero vino una ba-
la de Ca11011 que le mató en el hanco dc popa. A
eso de las once se prendió filego al rnaguilico na-




DlRECTOUIO (179SL 44H
vÍo el Oriente, que se voló inmediatamente, yaque-
lla furiosa esplosion suspendió por algun tiempo
la encamizada pelea; mas sin dejal'se abatit, pOt'
eso nuestros cinco navíos, que eran los únicos que
la sostenian, el Franklin, el Tonante, el Pueblo Sobe-
rano, el Esparciata y el Aquilon, continuaron el fiIe-
go toda la noche. Ya era tiempo de que nuestra
derecha levantase las áncoras y viniese á su so-
corro, cuya maniobra temia Nelsonque se ejecu-
tase pOl'que se hallaba tan mal parado que no hu-
bicI'a podido sostenel' el ataque; pero Villencuve
en lugar de dar á la vela para socorrer á sus com-
pañel'Os, lo hizo para retirarse y salvar su ala, que
no creyó podet' aventurar con ventaja contra Nel-
son. Tres de sus navíos se arrojaron á la costa y
él se puso en salvo con los otros dos, y con dos
fi'agatas dirigiéndose á Malta. Todas las tl'ipula-
ciones atacadas habían hecho prodigios de yalor
y el valiente capitan del Petit-Thouars habia per-
dido dos de sus miembros y habiendo pedido que
le trajesen tabaco, no quiso moverse del banco
de popa, aguardando como Brueys á (lue le aca-
hase otra bala de cañon. Toda nuestra escuadra,
escepto los navíos y las dos fragatas que se llevó
Villeneuve quedó destruida y Nelson tan maltra-
tado que no pudo perseguit, á los navíos (fue
huian.


A esto se redujo la célebre bataUa de ALoukir
XI.




450 HEVOLUCION FRANCESA.
que fue la mas desastrosa que hasta enloces hu-
biese esperimentado la marina francesa y cuyas
consecuencias militares debian ser las mas funes-
tas. La escuadl'a que habia conducido los France-
ses á Egipto y que podia socorrerlos ó llevarles re-
fuerzos , auxiliar su's movimientos en la costa de
Siria en caso de que hubiera necesidad de ejecu-
tal'los, imponer respeto á la Puerta y obligada á
contentarse con buenas palabras y aguantar la in-
vasion del Egipto; últimamente aquella escuadra
que en caso de reves debia volver á tl'aer á los
Franceses á su patria, quedaba entel'amente des-
truida. Los navios ft'anceses estaban incendiados,
pero no eran los Ingleses los que les habian pe-
gado fuego, lo cual hacia variar m ucho la eues-
tion en cuanto al efeclo moral. No tardó en circu-
lar rápidamente aquella funt!,5la noticia pOI' el
Egipto y causó momentaneamente cierta desespe-
racion en el ejél'cito; pero Bonaparte la recibir.
con impasible serenidad y dijo: - Pues bien, es
preciso morir aquí ó salir grande como los anti-
guos. Entonces escribió á Kléber diciéndole: esto
nos obligará á hacer mayores cosas de las que nos
habiamos propuesto; es preciso estar prontos.-La
magnanimidad de Kléber era digna de aquel len-
guage: - c( Sí respondió Kléber es preciso hacer
grandes cosas, y prepáro para ello mis facultades.» El
valor de aquellos grandes hombres fue quien sos-




llIHECTOHIO (1798).
tuvo el ejlircito y quicn rcstableció su aliento. Pro-
curó BonaparLe disLra~l' :'t sus soldados I.;on dife-
rentes espcdiciones y consiguió (Iue olvidasen muy
pronto ac{uel desastre. Quiso tambien exaltar su
imaginacion con el aniversario de la fundaeion de
la república ({ue celebl'ó el j.o de vendimiario y
mandó gravar en la columna de Pompcyo los
nomJJres de los 40 primeros soldados que murie-
ron en Egipto que fueron los que perecieron en el
ataque de Alejandría. Aquellos 40 nombres pro-
cedentes de las aldeas de Francia se veían de aquel
modo asociados á la inmOl'talidad de Pompeyo y
de Alejandro, con cuy~ motivo dirigió al ejél'cito
aquella sublime y singular alocucion en que esla-
ha delineada su maravillosa historia:


SOLIIAlIOS,


« Estamos celebrando el día 1.0 del ario VII de
( la república.


« Hace cinco a110S que todavía estaba amenaza-
« da la independencia del pueblo franl.;eS, pero
( vosotros tomásteis it Tolon y este fue el presagio
« de la ruina de vuestros enemigos.


« Un año despues batÍsteis á los Austáacos en
( Dego.


« Al siguiente ya estábais en la cima de los
« Alpes.


« Hace dos años que estábais luchandu contra




45::! REVOLUfIONFRANCESA.
« Manlua y ganábais la célebre victoria de San
« Jorge.


« El alío pasado estábais en el nacimiento del
({ Drava y del Izonzo ya de vuelta de Alemania.


« ¿ Quien habia de decir que os habiais de en-
{( contra1' hoy en las orillas del Nilo en el centro
« del antiguo continente?


<l Desde el Ingles tan célebre en las artes y el
(1 comercio, hasta el horrible y feroz Beduino todo
« el mundo tiene fijas sus miradas sobre vosotros.


« Soldados vuestros destinos son magníficos por-
«que sois dignos de vuestros pl'opios hechos y de
« la opinion que os haheis grangeado. lUorireis con
« honor como los valientes cuyos nombres se ha-
« Han escritos en esa pirámide ó volvereis á vues-
« tra patria cubiertos de laureles y de la admira-
« cion de todos los pueblos.


<l Despues de cinco meses que nos hemos ale-
« jado de Europa hemos sido objeto continuo de
« la solicitud de nuestros paisanos y en este ins-
«tante cuarenta millones de ciudadanos están ce-
e¡ lebrando la era de los gobiernos representati-
« vos; cuarenta millones de ciudadanos están pen-
« sando eM vosotros y todos dicen: que á vuestros
« tr3bajos y á vuestra sangre se debe la paz gene-
« ral , el sosiego, la prosperidad del comercio y los
« beneficios de la libertad ci vil. »




PERTENECiENTES AL CAPITULO QUINTO.


PAGl:'iA 396.


J El conde de Ilompcsch, gl'all lIlaestl'l~ df~ la ónlen
de ~Ialta , ha de,jado una triste nombl'adia ~on este fáeil
rendimiento de la isla, siendo dc Ilotal' que el'a PI lwinwl'
gl':l1I m:lesll'c que hubiese jamas habido de la lengua ale-
malla. En 1790 I'eouneió su digllidad en el cmpCl'adol'
Pahlo I y se retil'ó á Fl'ancia eOIl IItla pellsiotl que le eOIl'
cedió el primcl' eÚllslIl, y mlll'ió etl ~IolJtpcllier á lwinci-
pi os de 1 HU;) de rdad de 62 años
PAGl~.\ 398.


2 ~Iigllel Luis Eswvatl RI!gn:lIlIL natural de San Juan
de AlIgeli el'a IIn ahogado ú quien algullos sucesos obte-
n idos ('(] la curia, lE valiel'otl sel' 1I01ll1)[':ldo diputado ú
los I'sl:l(los gCIH'I'ales pOI' d estado llano de Aunis, Tenia
IIlIa bella PI'I'sclJ(:ia , IIllly IHwlIa voz y suma t'aeilidad de
espl'esion , y ademas pl'oeul'¡'j dal'~e ú conocer escribiell-
do IIIl periúdit:o ('011 el Líwlo de Diario de Yersalles, dO/l-
de se daba (:ut'nta de las actas y operacioncs dc la asam-
hlea. Todos sus di3Clll'SOS en ella fucron en el scntido de
la Illotlcl'aeitlll y I(~galidad pel'O indillúndose :"icmpl'c al
partido de las I'ef'ol'luas geuerales, que 110 tardaron ('n
t'onYt~l'li¡'se , como sneede en todas partes, el! 1111 plan
insensato tlt~ nivelacion universal. P¡'OCUI'Ó Regnault in-
tel'esarse t'l1 la suerte de los religiosos y l'cligiosas sin
pt~r,iuieio ,It, la aholieioll de las corporaciolles y última-
llIente deseaha siempre que triunfase la l'aZ011 en medio
lid tltluullo de las pasiolll's, Despues del desgraciado
\'iage tle Luis X\'I ú Van~lI11es. se alTlljó IkgllaulL en d




NOTAS


par'tido fnldense que pl'etentlia salv::\!' la constillleion COlí
lo poco que ya qtledaba del poder real y eonclnida qtle
fue aquella kgislatlll'a le nombraron cupilau de gual'dias
naciotlales, Dmante la legislativa escl'ibia varios artículos
('n un periódico que I'pdactaha Andr'es Chenier, pero
mas fl'ecuentemente en otro papel scmanal que se intitu-
Iaha El Amiyo de los Patriotas, DIH'ante el tiempo del ter-
rOl' procuró obscl1I'ecel'se cuanto pudo, pero haJ)il;ndole
descubiel'Lo poco despups del 31 de mayo.tiD3 le pusie-
1'011 hajo la \¡igilalleia de 1111 gendal'l11a, que le aeo/llpaiía-
ha ú todas partes, Se escapó un dia y se huyó, pero In-
hiérldole conocido el! Douai, le metieron en la cúrcel, tIe
donde no salió hasta despues del !) di~ thermitlor, Poeo
tiempo despues le nombraron admillistl'ador de los hos-
pitales del ejército de Italia, que es dOlido tmo sus pri-
llH:raS relaeiones con Bonapar'te • el cual cOlloc.iendo su
Ilis[losicioll para 1'1 ll'abajo, le empleó ma~, adelalllC cn
l'il'CIlII~I.:1Il('ias difíciles. Publicó ell :\Iilan lIl! periódico
/1\11' cil'cillú Illtwl!o pOI' Italia, todo en el inleres dc Bo-
llapat'll' , ú quiell . eipl'lO , no era dil'ícil elogiar' ett :Jqne-
JI:lS Cit'ClIlIslalJcias. Cuando se '>('('iticó la toma d(~ lilaila.
J¡, nOtllbl'I') comi:-.al'io dil'i'ctorial C'II aquella isla. qlll~ eqllí-
\:dia Ú pt'erí~l'tO. Yud¡o 11,'splles Ú Paris contitluú Sil'lldo
un pat'lidalio celoso dI' llottapal'te y le sinió dc IlIllcllO
('11 la jornada Jel 18 de J!!'lllllal'io. :\ pocos dias le 1l0tll-
l<l'Ó I'OIlSl'j('l'O (\ro estado con 3G mi¡ fralll'os de I'eilta y le
'omó por au\,ilia!' de los !l'Hbajo& de su gahinete pl'iyatlo,
n,':,dc l'IlI!)Ii('('S rue IlIlly poderoso su illi1ujo ('11 el llli-
nisLCI iu y tlO Pllede Il('~,alsc que estaba Illuy bil'1l ('111-
p!(':ttla !-'lt 1'01111:\11/:1 plJl'lpW cOllol'ia [il'I':·"I'I:HIIl'lIll' las (1)-
~:iS y los ilOlllhl'(~s" y sobre lodo sabía. 1:01110 P()I'O~, como
!,i"'lldl'l' ~. ('j(~I'Hl:\I' las ideas dd lllW"O sobe rallo , qlle so·
l¡a w:\lllbl'lt' d":'i)Crl:li' CI! el prill](,l' StH'lIlJ. y lal como
('~;l:d);l " IlH,dio "DI·IUido" I'Sll'llllia d IW!ls:lInit'lllo espolI-
lalll'O (illl~ IIlIll'has YI'I'!'S l'i'a 1l1'I'l.:s:lrio adivinal', 1'1'1'0 Io-
do ('sto era pag:l<lo ('OB I'~pklldid('z porque \(o ('o!Il!Ú dI'
rl'lllas , ¡¡ol:orl's . hasta 1¡!ITal'ios. EII u·m:; 1'11(' 1lOlllhra·
.,[0 mi";lIbro dI' la ;11':[I[('ln;a rl'~\lI"CS", IL"I' pl'l'sidi() .. ti




DEL TRADUCTOH. 455
!'804, y cuando se creó la nobleza imperial se le (lió el
título de conde y gl'an oncial de la Ipgion de honol'. En
1810 le lIom))\'() secretario de estallo de la f~1\11Ília impe-
rial , y en esta calidad luyo que anunciar la disulucion
del matrimonio del empe¡'atlor con Joselina y su pl'óxima
union con l\Ial'ia Luisa de Austria. Cuando luego lIegal'On
los desastres del imperio salió llegnault el dia 8 de enero
1811 ele las hal'rel'as de Pal'is mandando una de las le-
giones de la guardia nacional para comhatir contl'a los
aliados, lWI'O 110 Lardó en separarse de ella y los c1i:wios
de aquel tielllpo lo atl'ilHlycl'<lJI Ú cob:mlia , pel'O luego
justificó el eonsrjo de disciplina la s(~pal'acion de Regnáuh
motivada en grandes intereses políticos; como que en
erecto habia sido llamado ú IlIois :)1 lado de la emperatriz
entre tanlo qne \Ic¡{aha el conde de SehowalofT comisio-
nado de las potencias cCl'ca de la pl'Íncesa. Se retiró PIl-
tonces á Clel'nlollt de Aubernia con la escal'apcl~l blanca,
pem ruando Bonapal'tc salió de la isla de Elba y \oiYió Ú
Pal'is, se reinstaló HegllaulL en sus antiguas funciones y
fue nombl'ado pOI' su departamento Illiembro de la e:lIua-
la de los cien dias. Mas habiendo sobreven ido la catús-
tl'ore de Waterloo y yiendo que no le toleraba ('1 gobiPI'-
110 dc la resLalll'arioll se embal'có para Nueva Yorck y \JO
volvió ú Europa hasta el año de 1817 , ni PI\([O residir en
FI'ancia hasta el tle t 819 , pel'O COH la desgracia tic morir
en el mismo dia que llegó á su casa, que fIle el 12 dp
marzo de aqucl allO ,sin haber cumplido los 60 de Sil
edad.


PAGINA 425.


;) Estcvan Ppl'rée, contm-al'mit'antc de la marina fl'all-
cesa, nació en San Valery en 17G2 de padre mal'Íno y se
entregó desde la Illas lioma cdad ú la navegarion \llnl',
cantc, dondc obtmo sus primeras velltajas. lbbielldu
recorrido laq;o tiempo los marcs del NOI·te, tuYO pocos
mcdios de fOI'llJaI' su cducacioll, p<:)'O estaba dotado dI)
Hila rara actividad y no habia nadie lilas apropósilo para
aecleral' el armamento de una espedicion y para manio--




'~56 NOTA:S
bl'ar COIl acierto, Habiendo llegado á los pl'imCl'os grados
cuando principió la revolL~cioll , hiw lIluchas prcsas ú los
Ingleses asi en el ~1e.JilelTáueo como en el Occe:lno. En
179;) salió de Tolon pal'a il' á l'escalal' en la I'alla de Tu-
Hez una fragata y dos cOl'betas que habí:lIl cogido los In-
gleses y en efeclo se apoderó de ellas, En este combate
en el ~ílo, de que hace mencion el texto, dm;truyó com-
pletamente la flotilla de los Mamelucos y coutribuyó eH
gl'all manel'a á salvar el ejército. De sus resultas l{' rega-
ló Bonapal'le un sable de honor en que eslaba gravado
pOI' un lado Batalla de Chebreiss y pOI' otl'O: Dado por
el general Bonaparte. Tambien hizo grandes servicios du-
raute el sitio de San Juan de Acre, pero cuando se volvia
;', Fl'anci:! fue apresado pOI' los Ingleses el 19 de junio
1799 despues de haberle (bdo caza dUl'ante 28 hOI'as,
Cangeado á poco tiempo se le mamlú ir á llevar víveres
á Malta y en la travesía destru)'ó muchos buques encmi-
gos ; mas euando ya estab:! á pun to de entrar se yió asal-
tado por fuerz:!s supel'iores , y desplles tic h:!bcI' dado la
¡;cüal para que vi!'Usen de bordo tl'es col'l.>etas que huhie-
I'un sido apresadas inevitablemente, quiso abrirse paso
entre cuatl'o navios ingleses y meterse en Malta, oc que
solo distaha diez leguas, Pl'incipió el combate eon la ma-
~or intl'epid(~z allilll,HHlo á los soldados y mal'ineros COII
la \'OZ y eOIl el ejemplo; pero á eOI'to I'ato recibió una
herida ('11 el ojo izquierdo que no le impidió seguil' lIIaJl
dando, y rlespllcs vino ll11a bala de caüolI que le llevó 1I1J
muslo y espil'ó poeos lIlinutos dcspues. Consel'val'on el
eadilyel' sus ('OUJ paüeros eOIl el mayor cuidadu y se le lle-
VI) ;'\ CIIII'I"';H' :\ Síraeusa d dia 21 d(~ f('\)l'(~I'o IXOO en la
i~I(!sia cln Santa Lucia donde se eol~al'oll sus a 1'111 a s so_o
1m' ~\I SCp\l\eI'O,


FI.\' DEL TO~lO LNDÉCllVIO,




TABLA
DE 1.05


CAPlTULOS QUE CONTIENE ESTE TOMO.
_ ............ _--


CAPITULO PRIlUERO.


Situacion apul'arla de la Inglaterra despues de los prelimina-
,'es de paz con el Austria j nucvas proposiciones de paz;
conferencias de Lillc. - Eleeciones del año V. - Progre-
sos de la reaccion contr.I-revolucionaria. Lucha de los con-
sejos con el directorio. -, EJeccion de Ba¡,thelemy para
dircctor en reemplazo de Letourneur, director cesante. -
Nucvos pormenores sobre la hacienda del año V. Modifica-
ciones en su administrat'ion propuestas por la oposicion.-
Vuelta de los cláigos y de los emigrados. Intrigas y con~­
piracion de la ¡¡¡ceion realista. - Division y fuerzas de los
partidos. Disposiciones políticas de los ejért'itos. p~g. 3.


CAPITULO 11.


COllcelltraeiotl de tropas al rededor de Paris. l\Jud,lIlzas Ptl el
ministerio. - Preparativos de la oposicion y de los clichi-
nos contra el directorio. - Lucha de los consejos ron el
directorio. Proyecto de ley acerca de la f\uardía llaeioual,
Ley contra las sociedades políticas. - Fiestas ('n el ejácito
de Italia. MalJifestaciones polítit'as. Dase á AIl[.!;'~rf';Ht el
mando de las tropas dc París - Ne~ociaciones de paz con
el {'mperador. Conferencia5 de LilIe ('Oll la Inglaterra. -
Quejas de los consejos contra la marcha de las tropas. Nll'U-
~,Jge enérgico d.,[ directorio ~obre {'stc punto. Div¡"iolles
pn el partido de la oposicioll. - Influjo de lUma. Stne! ;
tentativas illfructllos3S de reconciliacion. - Rpspuesta de
los consejos al Il1Pllsaf\e del directorio.·- Plan definitivo
del directorio contJ'" la mayoria dc los consejos - Provi-
dencia violenta del ) 1{ de fructidor. Invasion de la fuerza
arm,Hla e!J lo~ ,lo, consejos. Deportacion de 53 diputados;,
de dos dirl'ctorl's y otros ciudadanos. -Vll¿.lvense á pone)'
l'll vi[.!;ol' difl'n'lltl's ll'ves n'volueiollarias. COIlSeCllPflCias
de a(¡~Il'lIa I'f'\'olucioll J )1'''.




CAPITULO IIJ.


Consecuencias del 18 de fructidor. - Nombramiento de Mer-
lin de Douai y de Francisco de Neufchateau en lllgilr de
los directores deportados. - Revelaciones tardias y de;-
gracia de MOl't'all. - ~ll1erte de Hoche. - Reembolso tle
los dos tercios de la deuda. - Ley contra 105 antiguos no-
hles. - Rompimiento de las conferencias de Lille con la
Inglaterra. - Conferencias de VJina. - Operaciones de
Bonapal'te en Italia.; fundacion de la república Cisalpina ;
arbitrage entre la Valtelina y los Grisones; constitucion
Jjgllriana; establecimientos en e!lH('diterraneo. - Tl'atado
de Campo Formio. - VlIelta de Bonaparte á Paris. Fiesta
triunfal. 223.


CAPITUI.O IV.


El general BOllaparte en Pak'is ; sus relaciones con el dirf'c-
torio. - Proyecto de desembarco en Inglaterra, relacio-
nes de la Francia con el cOlltincnte.- Congl'cso de Rastadt.
Cdusas de la dificultad de las negociaciones. - Rcvolucioll
ell Holanda, en Roma y en Suiza. - Situacion interior de
Francia ; elecciones del año VI; escisiones electorales.
Nombramiento de Treilhal'd para el dirRctorio. - F.spcdi-
ciou iÍ Egipto, sustituida por Bonapal'te al proyecto dI' de-
selllharco; preparativos de esta cspedicion 287.


CAPITULO V.


Espedicion de Egipto. Salida de Tolon; Ilegnda á !\fillta ; con-
fJuista de t'sta isla. Salida para Egipto; desembarco en Ale-
jillHlr:ia ; ocupacioll de esta plaza. }'Iareha sohre d Cairo ;
Combate de Chebreiss. TIatalla de las Pil'iÍlTlides Ocupa-
cion del Cail'o. Trabajos administrativos de Honaparte en
Egipto; estahlecimiellto de la nueva Colollia. Batalla naval
dc AbOllkir; de,tmecion de la cscuadra fralleesa por 105
Ingleses 391.




I~DlCE DE LAS NOTAS BIOGRAFICAS
CO::\'TENIDAS EN ESTE TOMO.


Andrc del Lozere. pago 218. Ferrand Vaillant. pago 85..
Andreosi 286. Fourrier 383.
Bailly. 212. Gantheaume. 3S9'
Rayard 212. Canlt 85.
1l1ain 212. Gt'env iUe. 83.
llonnier 283. Hompechs 453.
nor(]('~ . :u3. Jonrdan 211>.
l~ongaill\'illc . 285. Lacuce 89'
lJoulav del Mcurtltc 210. Lafond Ladcbat. 207.
Brund. . > IJagl\:lnge . :~()¡ . J77'
Cadrov 213. Lambretchs 383.
C"fLlr~Ui . 37 I. Laplace 369'
Clmilo J()rtlan . 8/1, Larrev 38G.
Cllazal. 2O!). Laval~tte . 20[1·
Cherill. 205. LccaditT '182.
Chollet 211. Lemarchand. 216.
Cllcll('ry .> 2] ~). Lcmoille 1 1 n.
Üecr(;s. 389. LClloir. 1 O~J.
D<'gelllwnn 28:1, Lp Normallll. 21 1.
llelahavc. 203. LetC'llier • 220.
D('larIlZ~ :J. 1 (l' M a(~ Cllrtin 218.
nl'sgellettes 385. 1\1,((li('r :Uolljau. 216.
1 lcomol i"res . 8!). J\Tagallon. 382.
llptnrcv . 211. l\faillard 21 7.
DO]fllll{CIlX 3:i/ •. Maree. 86.
])O"flllVillc 20G. l\Iarescalchi 374·
llLlphot "lB/" :Ucnard 3,;5.
Dumas. 2O;. l\1engant 3¡().
numen', 2. 1['0 l\luraire 21 9,
l)llpLtnli"t' 215 J\1Ul'iUdis 220.
Duprat 215. Noailles 21';.
lJutcrtl'C 221. Ochs 37 0 .
Emerv. 108, Pal'adis 220.
Eutl\.I'¡gUI..:;) !)o. Pal'isot. 8fl ·
EdilCh. '~H J. l'ilVCC , 21 9.
F,¡ujas. lOS. 1'l'¡'J'(,C'. !l:)S,




plevi\le 108. Santonax. 87'
Polissart 86. Schawembollrg. 375.
POlllain Grand Pré. 208. Steiger. 31h.
Praire Montaud. 21g. Talma. 37 2 •
Regnault de Sto Jean TalleYI'aud gI.


d'Angeli 453. Tarbé. 86.
Richepanse Ito. Villers. ~lOg.