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HISTORIA
HE L\


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u


Rl~VOLUCION
j1-'RANCESA


POR


JlE LA ACAJlEMI" FRANCESA.


TRADU(~IDA y ANOTAJ),\
POR •


nON SEIJA8TIAN llllÑANO
!lE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA.


TOMO DUODECIlUO.


SAN SEBASTIAN


Imprenta de IGNACIO RAMON BAHOJA.
Caracteres de la íundicion de I.AURENT et UF: UERNY de Paris.


1841.






CA PITOLO PH IMEno.


. I


nE LA


llIR}~~TOn 10.


~,
~


----.»)Ul'cto de la espedicion de Egipto en Europa. Funestas co -
secuencias de lahatalla naval de Aboukir. - Declaracioa
de guerra de parte de la Puerta. - Esfuerzos de la Ingla-
terra nara formar otra nueva coalicion. - Conferencias


.


con el Austria en Selz. Progresos de las negociaciones (le
Hastadt . - Nuevas conmociones en Holanda, en Suiza y
en LlS repiíhlicas italianas. Variacion de la constitucion
Cisalpina ; grandes apuros del directorio con este motivo.
Situaciou interior. Nueva oposicion que se declara en los
consejos. - Inclinacion genel'al á la guelTa. Ley sobre la
conscripciou. - Estado económico del año VI. - Vuelven
á principiar las hostilidades. Iuvasion de los estados ro-
manos por el eji'l'cito Napolitano. Conquista del reino de
Nápoles por ('1 genf'ral Championet. - Ahdicacion del I'CY
de Piamonto.


Por mucho tiempo fue un misterio para la Eu-
ropa la espedicion de ~:gipto mucho tiempo des-


, j
... ~


/ l-
//


.' /'
" .




&


REVOLUCION FRANCESA.


pues de la salida de nuestra escuadra ; pero la con-
quista de Malta prl ncipió á fijar las conjeturas. La
Loma de aquella plaza que se reputaba por incon-
quistable ejecutada así como de paso dió un bri-
llo esu-aordinru-io á los argonautas franceses, y su
desembarco en Egi pto, la ocupacion de Alejandria
y la batalla de las Pirámides admiraron á la Francia
y á la Europa. El nombre de Bonnpartc que ya pa-
recia tan grande cuando llegó ú los Alpes, produjo
el efecto mas singular y asombroso cuando llegó á
las lejanas comarcas del Oriente. Nadie hablaba
mas que de Bonaparte y del Egipto, ni se contaban
por nada todos los proyectos ya ejecuta dos, en
comparacion de los planes gigantescos que le su-
ponian , diciéndose que iba á atravesar la Siria y la
Arabia y arrojarse en Constantinopla yen la India.


Pero la desgraciada batalla de Abouk ir ya que
no destruyese el prestigio de la empresa, despertó
á lo menos ¡todas las esperanzas de los enemigos
de la Francia y aceleró el suceso de sus intrigas. La
Inglaterra que estaba sumamente inquieta pOI' su
poder comercial y no esperaba mas que el mornen-
to favorable para sucitarnos nuevos enemigos, ha-
bia entablado muchas tramas en Constantinopla,
porque aunque no le pesaba al gran señor ver
castigados á los Mamelucos, tampoco le acomoda-
ba perder el Egipto. Todavia no habia salido de
Paris MI'. de Talleyrand que debia ir á dar satis-




mnECTORIO (J 798). 5
facciones al Divan sobre nuestra empresa, y los
agentes de la IIlg-Iaterra tuvieron el campo libre
para persuadir á la Puerta que era insaciable la
amhicion de la Francia, y qne des pues de haber
perturbado ú la Europa, querj a trastornar el
Oriente, é invadir la mas rica provincia del 1111-
perio Turco. Estas sugestiones y el oro que se der-
ramaba ú mallos llenas en el Divan no halniau bas-
tado tal vez ú d(~cidjrle si la hermosa escuadra de
BI'UCYS hubiera pod ido vcuir {¡ cañonear los Dar-
danelos : pero la batalla de Abouk ir privó ú los
Franceses de todo su ascendiente en el Levante,
y <lió ú la Inglaterra uua decidida preponderan-
cia. Declaró solemnemente la Puerta la guerra ú .


c .


Ia Francia el dia í de setiembre, y pOI' una pro-
vincia que ya tenia perdida des pues de largo tiem-
po l'i¡¡ó COII,SU natural .uniea v se ligó con sus
mas tcmihlf~s e¡l(~¡H¡:~'OS (¡lit' cru n la Husia v la In-


e it ..


glaterra. l\LUldó el Sul t.au reunir un ejérci:o pal'a
ir Ú reconquistar (,1 Egipto, cuya circunslancia ha-
cia quc euese mucho mas espuesta la situación dt~
los Franceses. S('I':ll'ados estos de Francia y ptivu-
dos tk tu do uuxil io pOI' las escuadras victoriosas de
los Illglesl's cst abuu .ameuazadus tarubicn de ver
caer solnc ellos todas las hordas del Oriente, sin
poder cunlu r mas 'l '!" "OH :iO mil hombres para
hace r 1'1'(' u te a la utos pd ig I'OS.


Yictorioso Ndson vino {I Núpoles á restaurar .su




HE\OLLCLO~ FIU~CESA.


escuadra casi destruida y recibir los honores d(~ r
triuufo , pues ú pesar de f.lue los tratados entre la
corte de Núpoles y la Francia la prohibian dar
socorro alguno Ú nuestros enemigos, se abrieron
pal'a Nelson todos los puertos y arsenales de la
Sit:i1ia. El mismo fue recibido con honores est.raor....
rliuarios , y el rey y la reina vinieron ú recibirle' á
la entrada del puerto j y le proclamaron héroe
libertador del llediterranco. Empezóse á decir
que el triunfo de Nelson dehia SCl' la señal de una
sulrlevucion g'eneral, y que las potencias dehian
uporlcrars« del momento en (lLle el ejército mas.
reri-ihlc de Francia y su principal capitan estaban
«nccrrutlos en Eg'¡pto para marchar contra él y
sepultar en su seno ú sus soldados juntamente con
sus princi pios. Fueron surnamenta activas las SIl-
f!csiiollCS que se em plearou en todas las córtcs , .Y
:iC escribió ú Toscana y al Piumonte p-ara despertar
-u ódio que hasta eutonce., habia estado disimula-
do. Aquel era el momento, dccian , de socorrer ft
la corte de ~{¡poles y de ligarla contra el enemigo
comun , sublevándose todos Ú II n tiempo ú espal-
das de los Franceses deaollándoles en todos los


Lo


pun tos desde un cabo á otro de la península. Se
deciu al Austria que dehiu aprovecharse del ins-
tante en (lue las potencias italianas acometian ú
los Franceses, por la espalda para atacados de Ircn-
le y desposeerles de la Italia. ~o era en dedo di-




DIRECTORIO (1798). 7
Iicil porque ya Bonaparte y su terrible ejército no
estaban en el Adige, y al mismo tiempo se diri-
gieron al imperio despojado de una parte de sus
estados y reducido á ceder la orillu izquierda del
Bhin, Se procuró sacar á la Prusia de su neutra-
lidad, y últimamente se emplearon con Pablo 1
todos los medios que podian influir en su ánimo
y decidirle á que aprontase socorros, tanto tiempo
ántes aguanlados y tan vanamente prometidos
por Catalina.


No podian menos todas las cortes de acoger
bien aq uellas SllS estiones , aunque no todas estu-
viesen en disposicion de ceder á e llas. Las mas in-
mediatas á la Francia eran las mas irr-itadas y dis-


. pue~tas á combatir la revolucion; pero pOL' lo mis-
mo que eran las mas inmediatas al coloso repu-
blicano, 'se veían precisadas á guanlar mayor re-
serva y prudencia para entrar cn lucha con él. La
mas facil de seducir era la Rusia, asi como la mas
distante y menos espuesta á venganzas, yá pOl' su
distancia yá por el estado moral de sus pueblos. Ca-
talina cuya política diestra se habia inclinado
siempre á complicar la situacion del occidente así
para tener pretesto de intervenir en él, como por
tener tiempo de hacer 10 que deseaba en Polonia,
Catalina decimos no se habia llevado consigo su po..
lítica. Era esta tan innata en el gabinetc ruso, eOUlO


'fue pror/cno de su mism» S/tllL1CJOfl ¡ pOflr/¡ CJlJ.J1-




HEVOLUCION FUANCESA.


hiar de métodos ó de medios segun q ue el soberano-
sea astuto ó violento , pero el ohjcto siempre ser:'.
el mismo porque es una tendencia irresistible. La
diestra Catalina se habia contentado con dar es-
peranzas y socorros á les emigrados, predicando
la cruzada, pero sin aprontar ni un soldado. Su
sucesor iba á proseguir el mismo objeto, pero con-
forme á su carácter, porque aquel príncipe vio-
lento y casi insensato, si bien hombre g-eneroso,


. .


parecia haberse apartado por un instante de la po-
Iítica de Catalina, reusando ejecutar el tratarlo de
alianza con la Inglaterra y el Austria, mas no lar-
dó mucho en volver á la política natural de su ga-·
binete. Vióscle dar asilo al pretendiente y COIH~e­
del' socorros á los cmig rados tomándolos ásu sueldo
después del tratado de Campo-Formio. Se le pel'-
suadió á que clehin ponerse al frente de la nobleza
europea amenazada por los demagogos, y no con-
tribuyó poco ú exaltar su imaginacion el paso da-
do por la órcleu de Malta poniéndose bajo su Pl'O-
teccion , y d abrazó la idea (lue le proponian (;011
aquella movilidad y ardor propios de los prínci-
pes rusos. Ofreció su protección al imperio y qui-
so declararse gal'ante de su integridad. Lc encole-
rizó mucho la toma del Malta y ofreció la coopera-
cion de sus ejércitos contra la Francin, resultando
de tocio que la Inglaterra huhia triunfado en San
Petcrsburgo como en Constantinopla, y 'luC iha ú




DlRECTOHIO (1798) 9
hacer marchar juntos Ú unos enemigos que hasta
entonces eran u-reconcil iahlcs.


No reinaba el mismo celo en todas partes, pues
la Prusia se encontraba muy bien con su neutrali-
dad y con las pérdidas del Austria para pensar en
intervenir en la 1ucha de los dos sistemas. Solo la
importaban sus fronteras del lado de la Holanda y
de la Francia para impedir el contagio revolucio-
nario , y para eso habia situado sus ejércitos de


, manera que formasen un es pecie de cordón san i-
tario. El imperio que muy á su costa habia apren-


.elido á conocer el poder de Francia, y se veia cs-
puesto á ser continuamente teatro de la guelTa ,
deseaba mucho la paz, y hasta los mismos prínci-
pes desposeidos querian que se continuase, por-
que estaban seguros de obtener indemnizaciones,
en la orilla derecha, siendo los únicos que desea-
han la guerra los príncipes eclcsiávticos arnenaza-
dos de la secu larizucion. Tambien ag'uardahan con,
im paciencia una ocasión las potencias italianas del
Pi.unoute y de la Toscana, pero las hacía temblar
la mano de hierro de la república francesa, y so-
lo aguardaban que Nápolcs y el Aust.ria las diesen
la scüul. En cuanto ú esta última por mas que fue-
se la mas dispuesta entre todas las cortes que for-
maban la coalición mouárq ti ica , sin cmha I'go vaci-
laha eOH su ordinaria lentitud para! tomar un
partido, y temia sobre Lodo la suerte de sus puc-




10 REVOLUCION FANCESA.
hlos ya demasiado empobrecidos pOI' la guerra. La
Francia habia puesto á su lado dos nuevas repú-
blicas que eran la Suiza y Roma, una de ellas en
su mismo flanco y la otra en Italia, cosa que la
irritahu mucho y la disponia enteramente á vol-
ver á entrar en lucha, pero hubiera pasado por
todo si la hubiesen indemnizado con algunas con-
quistas y pa1'a esto propuso las conferencias en
Selz. Debian estas verificarse en el verano de
1798 , no lejos del congreso de Rastadt y al mis-
mo tiempo que él; dependiendo de su resultado
la detcrminacion del Austria y el suceso de los es-
fuerzos intentados pal'a formar una nueva coa-
Iiuion.


Francisco de Neufchateau era el enviado que
habia escogido la Francia, y por eso se habia ele-
gido la pequeíia ciudad de Selz á causa de su si-
tuacion en las orillas del Rhin no lejos de Rastadt
pero en la or-illa izquierda. E1'a bien necesaria
aquella última condicion porque prohihia la cons..
titucion al director cesante alejarse (le Francia án-
tes de cierto término. lUr. de Cobentzl era el ple-
nipotenciario de Austria, y desde los primeros
momentos pudieron echarse de ver las disposicio-
nes de aquella potencia. Queria ella que se la in-
demnizase con adquisiciones de territorio de las
conquistas que el sistema republicano habia he-
cho en Suiza y en Italia. Pretendía la Francia án-




DIRECTORIO (1798). 11
tes de todo que se esplicaran acerca del suceso
de Viena y que se la diesen satisfacciones pOI' el
insulto hecho á Bernadotte ; pero el Austria evita-
ba esplicarse sobre este punto y siempre diferia
para mas adelante aquella parte de la negociacion,
al paso que el negociador frances insistía sobre
ella á cada momento , bien que se le habian dado
instrucciones paea que se diese por satisfecho con
la mas ligeea escusa. Hubiera deseado la Francia
que la desgracia aparente de Thugut pasase á ser
efectiva y que se diese algun paso aunque fuera
el mas insigni licante con Bernadotte, para repa-
rar el ultrage que habia recibido. Se contentó Me.
de Cobentz] con decir que su corte dcsap robuba
lo que haLiel pasado en Viena, pero no convino
en dar ninguna satisfacción y continuó insistien-
do en las ostensiones de terr-itor-io que habia re-
clamado. Era claro fIue no se darian satisfaccio-
nes al arnur propio ofendido mientras no se ob-
tuviesen las cIue reclamaba la ambiciono Decia el
i\ ustria que el haber instituido dos repúblicas la
romana y la helvética y el evidente influjo que
se ejercia en la Cisalpina , la Ligul'iana y la Báta-
va eran otras tantas violaciones del tratado de
Campo-Formio, y una alteracion peligrosa en el
estado ele Europa, sosteniendo que era indispen-
sable que la Francia diese indemnizaciones si que-
ría que se le perdonasen sus últimas usurpacio nes




12 REVOLUCION Fll.\NCESA.
y pOl' lo que hace al Austria solicitaba el nego-
ciador que se la concediesen nuevas provincias en
Italia. Queria que se llevase mas adelante la linea
del Adige y que las posiciones austriacas se es-
tendiesen hasta el Adda y el Pó , es decir que se
le diese al emperador 111as de la mitad de la re-
pública Cisalpina, Proponia 1\11'. de Cobentzl in-
demnizar á esta última con una parte del Piamon-
te , y que lo restante de este reino se cediese al
gran duque de Toscana, dando al rey del Pia-
monte por indemnizacion los estados de la igle-
sia. Asi , por tal de engrandecerse el emperador
en la Lornbardia , y su familia en Toscana, no te-
nia reparo en sancionar la. funrlacion de la repú-
blica helvética, la ruina total del papa y el des-
membramicnto de la monarquia del Piamonte.
No podia la Francia consentir en aqucllns cláusu-
las por una multitud de razones, siendo la prime-
ra entre ellas la de no desmembrar la Cisalpina
apenas fundada y volver á poner bajo el yugo
austriaco unas provincias quc ella había emanci-
pado y á quienes habia prometido y hecho pagar
la libertad; últimamente acababa dc firmar el aíio
anterior un tratado con el rey del Piamonte , en
que se le garantizahan sus estados. Sobre todo se
habia estipulado aquella garantia con el Austria y
la Francia no podia de ningun n10<10 sacrificar al
Piamonte , por lo cual no pudo Francisco de Neuf-




-..'


DIRECTORIO (1798).13
chatean adherir á las proposiciones de Mr. de Co-
bentzl, y se separaron sin haber convenido en na-
da. Por consiguiente tampoco se dió la menor sa-
tisfaccion del acontecimiento de Viena, y Mr. de
Degelmann que debia venir á París de embajador,
no vino y se declaró que los dos gabinetes conti-
nuarían entendiéndose por medio de los plenipo-
tenciarios que tenian en el eongreso de Rastadt.
Aquella separacion fue interpretada POl' muchos
como un especie de rompimiento.


Desde aquel instante ya no quedó duda de las
resoluciones del Austria pero ántes de que se vol-
viesen á princi piar las hostilidades con Francia,
queria asegurar el concurso de las principales po-
tencias de Europa. Marchó Me. de Cobentzl pal'a
Berlin con órden de ir desde allí á San Petersbur-
go y el obgeto de aquellos viages no fue otro que
el de contribuir con la Inglaterra á formar la nue-
va coalicion. Habia enviado el emperador de Ru-
sia á Berlin uno de los principalespersonages de
su imperio, que era el príncipe Repnin 1, de-
biendo unir sus esfuerzos éste y Mr. de Cobentzl
con los de la legacion inglesa para persuadir al jó-
ven rey. La Francia por su parte habia enviado
allí á uno de sus mas ilustres ciudadanos que era
Sieyes , cuya reputación habia sido inmensa ántes
del reinado de la convencion , y solo se habia des-
vanecido algnn tanto bajo el nivel de la comisión




14 REVOLUCION FRANCESA.
de salud pública. Entonces habia vuelto á sobre-
salir luego que los hombres pudieron mostrarse
cuales eran en sí, y el nombre de Sieyes habia
vuelto á ser el primero despues del de Bonaparte,
porque en Francia despues de una reputacion
militar nada sobresale tanto como la del hombre
profundo y meditador. Era pues Sieyes uno de los
grandes personages de aquel tiempo, siempre
burlándose y desaprobando al gobierno, no por
ambicion como Bonaparte, sino por descontento
de unaconstitucion que no habia sido hecha por
él mismo, y esto bastaba para hacerse importuno.
Se pensó pues en darle una embajada, que era un
medio de alejarle, utilizarle y sobre todo darle
con qué vivir, porque la revolucion les habia de-
jado á todos por puertas con la abolicion de los
beneficios eclesiásticos, y una embajada propor-
cionaba el modo de volverle su haber. Era la prin-
cipalla de Berlin porque no se tenian enviados ni
en Austria, ni en Rusia , ni en Inglaterra, mien-
tras que Berlin era el teatro de todas las intrigas
y aunque Sieyes no era hombre lnuy acostumbra-
do á negocios tenia un talento observador, fino y
seguro. Fuera de eso, su gl'an reputacion le hacia
particularmente digno de representar la Francia ,
principalmente en Alemania, donde convenia mas
que en ninguna otra parte.


No miró el rey con mucho agrado-la llegada de




DIRECTORIO (1798). 15
un revolucionario tan célebre á sus estados, pero
no se atrevió á reusarle, y Sieyes se condujo con
moderacion y dignidad y fue recibido con la mis-
ma, aunque dejándole en cierto aislamiento, por-
que tanto áél como á los demas enviados nuestros
en pais estrangero , se les observaba con atencion
y digámoslo así se les secuestraba. Tenian los Ale-
manes gl'an curiosidad de verle pero no se atre-
vian á visitarle, por lo que era nulo su influjo en
la corte de Berlin, y el rey de Prusia solo por con,
sideracion á sus intereses resistia á las instancias
de la Inglaterra, el Austria y la Rusia.


Mientras que en Alemenia se trabajaba en decidir
al rey de Prusia, estaba la corte de Nápoles llena
de gozo y temeridad despues de la victoria de Nel-
son haciendo inmensos preparat.ivos de guerra, y
redoblando sus solicitudes con la Toscana y el Pia-
monte. La hahia tolerado la Francia por mera
complacencia ocupar el ducado de Benevento, pe-
ro no estaba contenta con eso, sino que se lison-
geaba de adquirir en la próxima guerl'a la mitad
de los estados del papa.


Continuaban las negociaciones de Rastadt con
bastantes ventajas para la Francia, y habiendo lle-
gado á ser director Treilhard, y encontrándose Bo-
naparte en Egipto, habian sido reemplazados en
el congreso por Juan Debry y Roberjot. Después
de haber conseguido la linea de Rhin quedaban




'16 flEVOLOClON FRANCESA.
PQ1' resolver una multitud de cuestiones mifi-
tares, políticas y comerciales, habiéndose he-
cho muy exigente nuestra diputacion, que pedia
mucho mas de lo que tenia derecho á obtener. Por
de contado queria todas las islas del Rhin , lo cual
era un artículo muy importante, sobre todo bajo
el punto ele vista militar : y además pretendía
conservar á Kel h y su territorio en frente de Stras-
burgo , como igualmente á Cassel con sus tierras
en frente de Maguncia. Pretendia que se restalJle-
ciese el puente comercial entre los dos Brissuch y
que se nos concediesen .50 fanegns de tierra en
frente del antiguo puente de Huninga, y que se
demoliese la importante fortaleza de Ehrcnbrcits-
tein, Ademas pedia que fuese libre la navegacion
del Rhin y de todos los rios de Alemania que de-
saguaban en él, que se aboliesen todos los portaz-
gos; que todas las mercancias en ambas orillas pa-
gasen el mismo derecho de aduana y que se con-
servasen y entretuviesen pOl~ los riberanos todos
los caminos de ruedas. Ultimamente pedia una
cosa muy importante y era que las deudas de los
paises cedidos á la Francia en la orilla izquierda,
quedasen á cal'go de los de la orilla derecha, que
estaban destinados á servir de indernnizacion.


Respondió con mucha razon la diputacion del
imperio que la línea del Rhin debia ofrecer igual
seguridad pal'a las dos naciones y que esta consi-




lHRECTOR10 (1 79~). 17
dcracion de igualdad era la que se habia alegaJo
principalmente pal'a hacer que se concediera aque-:-
JIa línea á Francia ~ pero que dejaría de serlo pa-
ra la Alemania en el caso de conservar la Francia
todos los puntos ofensivos bien fuese quedándo-
se con las islas ó conservando á Casscl y á Kehl y
las 50 fanegas de tierra en frente de Huninga etc.
Por tanto no quiso en manera alguna la diputa-
cion del imperio admitir los pedidos de la l"ran-
cía y propuso por verdadera línea de particion el
thalweg, es decir el punto medio del principal bra-
zo navegable. Todas las ilas que estaban á la dere-
cha de aquella línea debian pertenecer á la Ale-
mania y las de la izquierda á la Francia. De esta
manera quedaba interpuesto entre las dos nacio-
nes el verdadero obstáculo que es un rio que sirve
de linea militar, es decir, el principal brazo na-
vegable. A consecuencia de e..ste principio pedia
la diputación que se demoliese á Cassel y á Kehl y
reusaba las 50 fanegas de tierra en frente de H u-
ninga, pues no queria que la Francia conservase
punto alguno ofensivo cuando no le quedaba nin-
guno á la Alemania. No con tanta razon se opo-
nia á la dcmolicíon de Ehrenbreítstein que era
i ncornpatiblc con la seguridad de la ciudad de
Coblentz. Convenia desde luego en la libre navega-
cion del Rhin pero con la condicion de que se es-
tendiese á todo su CUl'SO y queria (Iue esta líbcl'-


XIJ. 2




18 REVOLUCION FRANCESA.
tad fuese reconocida por la república hátava. En
cuanto á la libre navegacion de los rios del inte-
rior de Alemania, decia que no era de su compe-
tencia aquel artículo sino que correspondia indi-
vidualmente á cada uno de los estados. No tenia
reparo en conceder los caminos de ruedas pero
que todo lo relativo á los portazgos ó á su aboli-
cion fuese objeto de un tratado de comercio. Ulti-
mamente con respecto á los paises de la orina iz-
quierda cedidos á la Francia, queria que sus deu-
das quedasen á cargo de ellos mismos pOI' el
principio general de que la deuda sigue á la hipo-
teca y que los hienes de la nobleza inmediata fue-
sen considerados como propiedades particulares y
conservados con este solo título. Por un artículo
accesorio pretendia la diputacion que las tropas
francesas evacuasen la orilla derecha y cesasen
el bloqueo de Ehrenbreitstein porqu? reducian á
la miseria á sus habitantes.


Estas contrarias pretensiones dieron ocasion á
una multitud de notas y contra notas durante to-
do el verano, hasta que últimamente en los meses
de agosto y setiembre 1798 qnedó admitida por
la diputacion francesa la linea del thalweg y se to-
mó por límites entre la Francia y la Alemania el
principal brazo navegable y en consecuencia de-
bían repartirse las islas entre los dos estados. Con-
sintió la Francia en la dcmolicion de Casscl y de




OIRECTOHIO (1798). t'H
KehI pero exigió la isla de Pcttersau que está si-
tuada en el HLin casi ú la altura de Maguncia y
es para ella de la mayor importancia. El impe-
rio germúnico por su parte consintió en la clemo-
Iicion de Eln-enbreitstein y se consiguió la libre
navegacion del Rhin y la abolicion de los portaz-
gos. Solo faltaba entenderse acerca del estableci-
miento de los puentes comerciales, sobre los b,ic-
nes de la nobleza inmediata, la aplicacion de las
leyes contra la emigración en los paises cedidos
y sobre sus deudas. Habían declarado los prmci-
pes seculares que era necesario hacer todas las
concesiones compatibles con el honor y segurida({
del imperio con el fin de asegurar la paz de (lue
tanto necesitaba la Alemania; y era evidente que
la mayor parte de estos PI';nci pes querian Ilf:gO-
ciar', como se lo aconsejaba la Prusia; mas el Aus-
tria principiaba ú manifestar disposiciones ente-
ramentc contrarias y á escitar el resentimiento de
los prínci pes eclesiásticos contra la marcha de las
negociaciones. Los diputados del imperio al mis-
mo t iernpo que se i nc1 inahan á la paz no dejaban
d(~ observar la maynl' reserva por el temor que les
inspiraba el Austria y vacilaban entre esta y la
Prusia; pero por lo que hace á los ministros fran-
ceses se mantenian con la nlayOl' entereza vivien-
do enteramente aparte y estando en el mismo ais-
larn ienlo que los demas mi nistros nuest ros en Eu-




20 RP;VOLUClON FRANCES,\.
ropa, ú esto se reducia la situación del congreso
á tines del verano de 1798.


Mientras que pasaban todas estas cosas en el
Oriente y en Europa, la Francia continuando en
la dirección de las cinco repúblicas creadas al re-
cledor suyo estaba abrumada de atenciones. Cada
dia se suscitaban nuevas dificultades para la dircc-
cion del espnitu público, pal~a la manutencion
de nuestras tropas, para mantener la armonia
entre nuestros embajadores y nuestros generales y
entre los estados vecinos.


Casi en todas partes hahia sido necesario ha-
cer -como en Francia , esto es que después de
pegar contra un partido era indispensable pegar
contra el otro. En Holanda se habia ejecutado
el dia 22 de e nero un remedo del 18 de fruc-
tidor , para echar fuera á los federalistas, abo-
lir los antiguos reglamentos, y dar al pais una
constitucion casi semejante á la de Francia. Pero
aquella revolucion habia tornado demasiado en
favor de los dernocratas , que se habian apodera-
do de todas las facultades, y después de es-
duir de la asamblea nacional á todos los di-
putados que le parecian sospechosos se habian
dios mismos eonstituido en directorio y forma-
do dos consejos sin recurrir á nuevas elecciones.
Quisieron imitar en esto á la convencion france-
sa y sus famosos decretos del 15 Y 13 de fnlcti-




J)lHECTOIlIO (t 798), 2 t
tÍOI'. Después se lrabian apoderado enteramente de
la dirección de los negocios y se escedian de la lí-
nea en qne queria el directorio frances mantener
il todas las repúblicas con fiadas ú su cuidado. Vi-
no á Paris el general Daendcls , uno de los horn-
bres mas distinguidos del partido moderado y des-
pues de hahlur con nuestros directores volvió ú
Holanda para dar ú los demócratas el mismo gol-
pe que se les hahia dado recientemente en Parjs
escluvendoles dd cuerpo legislativo pOI' medio de
las escisiones. De esta manera se iba repitiendo en
todos los estados qnc dcpendian de Francia todo
cuanto se hacia en ella, y Joubert tuvo órden de
apoyar ú Dacndcls. Este se reunió con los minis-
tros, y auxiliado de las tropas bátavas y francesas,
dispersó al directorio y ú los consejos, formó un
gobierno provisional, {~ hizo que se decretasen
lluevas eleccioll(,s. Se mandó ret i ra r al ministro de
Francia Delacl'oix que bahía proteg'ido ú los de-
mocratas , ~r estas escenas produjeron su efecto
acostnm lir.nlo , que fue dcci r que las constitucio-
IH'S repuhlicanas 110 po diau mantenerse por sí so-
las si no que ú cada instan te se necesitaba la p:dan-
ca de las bavunctas , y que los nuevos estados se
hallaban bajo la mas completa dependencia de
Fl'a uciu.


Xo bahia podido Iuudarse en SUiza la república
ww ti indil'i¡.;ilJle SI n alg'llllos combates ~ y los pc-




(ludios cantones de Scliwitz, lug y Glal'is cscitados
por los clérigos y los ar-istocrátas Suizos, hahian
j lirado oponerse á la adopcion del nuevo régimen.
~Ias el general Schawembourg sin empeñarse en
reducirles con las armas, habia prohibido toda
couiuuicaciou de los demas cantones con estos.
Inmediatamente se armaron los pequeños canto-
nes disidentes, é invadieron ú Luzcrua , donde lo
saquearon y devastaron todo; pero habiendo acu-
dido contra ellos Scliawembourg los redujo ú so-
licitar la paz despucs de algunos combates obsti-
nados. Esti pulóse en ella la aceptación de la nucv a
constituciou , y fue necesario empicar d YCiTO y
aun el ru<~go para re¡lrirnir el los paisanos del Alto
Valais, (fue hahian hecho una irru pciou eu ('1 país
baio , con el ohaeto de restablecer ~lHí su dominio.J I (
Pero á pesar de estos obstaculos , estaba ya 1'11 ple-
no ..ig;or la constitucion en ma vo de 17!H), V se
(~ v J


había reunido en Aran el gobíerno he! vctico , C0111-
puesto de l/ll directorio y dos consejos que prin-
cipiaban ú plantear la adrninistraciou del pais. El
nuevo comisionado francés era Hapiuat 2 cuii.ulo
de Hewbel , y con él habia de entenderse el go-
hici-no helvético- para la adrninistracion de los ne-
gocios. Era bastante difíci l esta administracion por
las circunstancias á causa de que los clérigos y Jos
aristocrátas apostados en las montarlas, estaban es·
piando el momento OpOl'tunollal'a sublevar de nue-




DIRECTORIO (1798). 23
vo á la pohlacion, y se necesitaha al mismo tiem-
po que se tenia la vista sobre ellos, alimentar y
satisfacer al ejército francés que habia de oponér-
seles, organizar la administracion y ponerse en es-
tado de existir bien pronto de una manera inde-
pendiente. No era pequeña carga ésta ni para el
gobierno helvético ni para el comisario frances que
estaba cerca de él.


EI'a muy natural que la Francia se apoderase de
las cajas que pertenecian á los antiguos cantones
aristocráticos' para pagal' los gastos de la guerra,
como que le eran indispensables tanto el dinero
que habia en ellas como los frutos encerrados en
los almacenes para alimentar al ejército. Era este
un aclomny comun y propio del derecho de con-
quista, y aunquc sin duda hubiera podido ['enun-
ciar ú ól, con todo eso la necesidad le forzaba á con-
serrarle por e1'llolllcntc) yasÍ tuvo órrlen Rapinat
de P()llCl' su sello en todas las cajas. Hubo muchos
Suizos au n entre aquellos que habian deseado la
revolucion que llevaron muy á mal el que se apo-
derasen del peculio y de los almacenes de los an-
liguos gobicrnos. Los Suizos son como todos los
montañeses , es decir prudentes y bravos pero es-
trcmameute avarientos ", y aunque no les desa-


* Llamar avariento á un pueblo porque siente que le 1'0-
hen los ahorros hechos á costa del sudor de millones de




24 IlEVOLUC.ON F'UNCES,\,
gradaba que les tragcsen la libertad y se les 'I ui -
tasen de cuci Ola aquellas oligarquias , no quci-ian
pagar los gastos de la gucna. Mientras q uc la Ho-
landa y la Italia habian sufrido casi sin quejarse
el enorme peso de unas campañas larguisimas y
devastadoras, los patriotas Suizos ponian el grito
en el cielo por unos cuantos millones que se les
quitaron, y el directorio helvético mandó poncl'
otros nuevos sellos sobre los que acababa dc panel'
Rapinat , protestando de este modo contra la pro-
videncia que ponia sus arcas á disposicion de la
Francia. Inmediatamente hizo Rapiuat que sc qui-
tasen los sellos del directorio y le declaró que sus
funciones no debian ser otras que las meramente
administrati vas, sin hacer nada que turbase la
autoridad de la Francia, y que en adelante sus le-
yes y decretos solo estai-ian cn vigor cuando no
contuviesen nada contrario [¡ las determinaciones
del comisionado y del general frances. Los enerni-
gas de la rcvoluciou , que no eran pocos los <fue
hahia en los consejos helvéticos, triunfaron con
aquella lucha y principiaron á gritar que era una
tirania diciendo quc se violaba su independencia
y que la república francesa, que prctcndia tracr-
los la libertad, no les llcvaba otra cosa que la ser-


hombres durante muchos años es una rccouvcuciou tan im-
pertinente que raya en dramática. ¿ Qu<', mas hubiera podido
decir Molicre ? (¡V. del 1'.)




I>IHECTORro (j 798). 2.3
, ,


vidumbre y la miseria ". No solo se manifestaba la
oposición en los consejos sino también en el direc-
torio y en las autoridades locales. Se componían
estas en Luzerna y en Berna de antiguos aristocrá-
tas que oponian toda clase de obstáculos á la leva
de los 15 millones que se habian im puesto de con-
tribucinn ú las antiguas familias nobles para las
necesidades del ejército, Tomó sohre si Rapinat
purgar el gobierno y las administraciones helvé-
ticas por su propia autoridad, y escribió una car-
{a al directorio con fecha 16 de julio pidiéndole la
dirnision de dos directores llamados Bay y Pfif-
fel':> , la del ministro de negocios estrangeros y


* Eran tan justos los clamores de aquellos honrados Sui-
zas, asi amigos como enemigos de la revolucion , que basta-
rá al lector dar una ojeada sobre la nota Rapina t para ca n-
vencerse de (I"C a(l"ellas osaccioncs mas bien fueron un sa-
(I"CO que una justa ooutriliuoion. Es muy reparable <¡lIe MI'.
Thiers llame avaros á estos hombres que veiau arrebatarse to-
das SlIS c'ljas por medio de un tunantuelo enviado por el dircc-
tor Rcwbcl solo para robar un pais amígo ,y que acababa de
h'1CCI' inmensos servicios á la rcvoluciou francesa con su neu-
tralidad durante las grandes crisis de 92 y 9''> Es tambicn f"Íso
el principio en sí mismo porCJII\:' los mo ntañcscs no son mas
avaros (JlIe los pueblos de llanura ni en Suiza ni en ninguna
parte, sino que gcneralmcnte les cuesta mucho mayor traba-
jo gauar su subsistencia, y por consiguiente sienten mucho
mas verse privados de ella, sobre todo con un prctcsto tan
hipócrita como el de una libertad aparcnte. (N. de] T. \




26 REYOLUCION FIU.NCESA.
la renovacion de las cámaras ndministrativas de
Luzerna y Berna. No era posible reusar una de-
manda hecha en tono de órden y así al instante
se dieron las tales dimisiones, pel'o la aspereza
con que se condujo Rapinat hizo que se levanta-
sen nuevos gTitos y todas las culpas recayeron so-
bre él , porque efectivamente comprometía á su
gobierno, violando abiertamente las formas en
unas alteraciones que hubiera sido fácil conseguir
por otros medios. Inmediatamente escribió el di-
rectorio frances al helvético desaprobando la con-
ducta de Rapinat y dándole satisfaccion de aque....
Ha violacion de las formalidades. Se depuso á Ra-
pinat pel'o los miembros á quienes él habia obli-
gado á renunciar quedaron escluidos, y los con-
sejos helvéticos nombraron pal'a reemplazarlos á
Ochs , que era el autor de la constitucion , y al
coronel La-Harre, hermano del general de este
nombre que murió en Italia, y uno de los pro-
movedores de la revolucion del canton de Vaud ,
homhrc honrado y de rnu y buenas intenciones.
Se concluyó una alianza ofensiva y defensiva en-
tre las repúblicas hel"ética y francesa, y se firmó
el tratado el 19 de agosto, segun el cual cualquie-
ra de las dos potencias que estuviese en guerra,
tendria derecho para requerir la intervcncÍon de
la otra y pedida un socorro cuya fuerza se deler-
minaria segun las circunstancias. La potencia que




DIRECTORIO (1798). 27
las requiriese habia de pagar las tropas suminis-
tradas por la otra, y se estipuló la Iibre navegacion
de todos los rios de la Suiza y de la Francia recí-
JH'ocamente. Dcbian abrirse dos caminos el uno
desde Francia á la Cisalpina atravesando el Valais y
el Simplon , y el otro de Francia á Suavia subien-
do por el Uhin y siguiendo la línea oriental del
lago de Constanza. Con aquel sistema de l'epúLli-
cas unidas se proporcionaba la Francia dos gran-
des caminos militares para pasar á los estados de
sus aliados y poder desembocar rápidamente en
Italia ó en Alemania. Se ha querido decir que es-
los dos caminos trasladaban el teatro de la guerra
ú los estados aliados; pero no eran los caminos si-
no la alianza con la Francia quien esponia aque-
llos estados á ser teatro de la guerra pues los ca-
minos no eran mas que un medio de acudir mas
pronto y protegerlos ú tiempo tomando la ofensi-
ya en Alemania ó en Italia.


Quedaron reunidas á la Francia las ciudades
de Ginebra y l\Iulhausen ; y los bailiages italianos
que habian estado durante Lrgo tiempo entre la
Cisalpina y la república helvética, se declararon
pOI' esta última y votaron su reunion. Las ligas
grisonas que el directorio hubiera deseado reunir
á la Suiza, se hallaban reunidas en dos facciones
rivales y titubeaban 'entre la dominacion austria-
ca y la helvética, por lo cual las observaban nues-




28 REVOLUCION FltANCESA.
tras ti·opas. Ocasionaron los frailes y los ag'entes
estrangeros un nuevo desastre en Underwalden ,
haciendo sublevar á los aldeanos de aquel valle
contra las tl'opas francesas, de que resultó un com-
hate de los mas encarnizados en Stanz y fue pre-
ciso pegar fuego á aquel infeliz pueblo pal'a echar
de él á las familias que se habian abrigado allí.


Iguales" dificultades se presentaban del otro la-
do de los Alpes, donde reinaba una especie de
anarquía entre los súbditos de los nuevos estados
y sus gobiernos, entre estos y nuestros ejé"reitos,
y entre nuestros embajadores y nuestros genera-
les, de modo que era una confusion espantosa.
La pequeña república ligul'iana, estaba encarni-
zada contra el Piamonte , donde se empeñaba en
introducir á toda costa á la revolucion , habiéndo-
se abrigado allí una multitud de democratas 'pia-
monteses que salieron armados y organizados pa-
ra hacer incursiones en su propio pais, y prOCUl'ar
trastornar el gohierno del rey. Tambien liabia sa-
lido otra banda por el lado de la Cisalpina y se
habia adelantado por Domo de Osola ; pero fue-
ron rechazadas aquellas tentati vas y se sacrifica-
ron inútilmente muchas víctimas. Mas no por eso
renunciaba la república liguriana á inquietar el
gobierno del Piarnoute , y recogia y armaba nue-
vos refugiados con intento de hacer la guena. Con
mucho trabajo podia ~contenerla nuestro ministro




DIRECTORIO (1798). 29
'en Génova Sotin '. , y por su parte no se veia en
menos apuros nuestro ministro en Turin Gingue-
né para responder á las continuas quejas del Pia-
monte, y moderarle en sus proyectos de venganza
contra los patriotas.


Reinaba un espantoso desórden en la Cisalpina ,
porque al constituirla Bonaparte, no había tenido
tiempo para calcular esactamente las proporcio-
nes que hubiera sido necesar-io observar en las di-
visiones del territorio y el número de los emplea-
dos, ni de organizar el régimen municipal y el
sistema económico. Tenia aquel pequeño estado na-
da menos que 240 rcpl'esentantes, y menudeaban
tanto los departamentos, que les devoraba la mul-
titud de empleados, sin tener ningun sistema re-
guhU' y uniforme de contribuciones. Teniendo una
riqueza considerable, carecia de rentas y apenas
podian bastar para el pago del subsidio conveni-
do para la mauutencion de nuestros ejércitos. Lo
mismo sucedia con todos los demas ramos reinan-
do igual confusion desde que Berthier mandó es-
cluir algunos miembros del consejo cuando se tra-
taba de hacer que se aceptase el tratado de alian-
za con Francia, apoderándose entonces de todo
los revolucionarios, que adoptaron el lenguage de
los jacobinos asi en los clubs como en los consejos.
Nuestro ejército apoyaba todos aquellos movimien-



tos y exageraciones, y Brune despucs de haber




30 REVOLUCION FRANCESA
terminado la sumisión de la Suiza, habia vuelto á
Italia con el mando general de todas las tropas
francesas desde que Berthier salió para Egipto. Pú-
sose á la caheza de los patriotas mas exaltados, y
Lahoz que mandaba las tropas Lombardas, cuya
organizacion principió en tiempo de Bonaparte ,
abundaba en las mismas ideas y sentimientos.
Existian ademas otras causas de desorden en la
mala :cunducta de nuestros oficiales, que se con-
ducian en la Cisal pina como en pais conquistado
maltratando á los habitantes, exigiendo alojamien-
tos que no les correspondian con arreglo á los tra-
tados , asolando los pueblos que hahitaban , ha-
ciendo requisiciones corno en tiempo de guerra,
y exigiendo dinero de las administraciones y cajas
de las ciudades sin otro pretesto que su voluntad.
Sobre todo los comandantes de plaza hacían exac-
ciones intolerables, como por ejemplo el de Man-
tua se apropió el arrendamiento de la pesca del
lago, y los generales proporcionaban sus exigen-
cias á sus grados, ademas de lo que robaban ha-
ciendo parte de las compañias de suministros. La
que estaba encargada del abasto del ejército de
Italia tenia cedido á los estados mayores el 40 por
ciento de los beneficios, pudiendo inferirse de es-
to cuales debian ser los que hacia cuando tales
ventajas abandonaba á sus protectores. Era tan es-
canda losa la desercion , que no habia en las filas




DIRECTORIO (1798). 31
la mitad de los soldados que constaban en las lis-
tas , de modo que la república pagaba el doble de
lo que debia , y á pesar de todas aquellas malver-
saciones estaban tan mal pagados los soldados,
que á la mayor parte se les debian muchos meses.
Asi sedestruia el pais que ocupábamos, sin que
se mejorase la condición de nuestros soldados, y
los patriotas cisalpinos toleraban sin quejarse to-
dos aquellos desórdenes, solo porque el estado
mayor les prestaba su apoyo *.


Algo menos mal iban las cosas en Roma porque
allí gobernaban con prudencia y probidad una
comision compuesta de Daunou, Florent y Fay-
poult, los cuales habian formado una constitucion
que quedó adoptada, y que salvas algunas diferen-
cias de nombres, se asemejaba esactamente á la
francesa, Los directores se llamaban cónsules, el
consejo de los Ancianos, Senado, y el de los Qui-
nientos, Tribunado. Pero no bastaba haber dado
una constitucion sino que se necesitaba ponerlu
en vigor, porque no era, como creerán algunos,
el fanatismo de Jos Romanos quien se oponia á su


* Siempre y en todas partes hemos observado que los lla-
mados patriotas por excelencia son los mas serviles y bajos
con cualquiera que patrocina su partido, sea nacional ó es-
trangero , y que para ellos no hay otra patria cIue aquella en
fIue se les permita el roho y el mangoneo. (N. del T.)




REVOLUCION FRANCESA..


establecimiento, sino su pereza, y casi no habia
otros opositores que alg'unos paisanos del Apenino
instigados por los frailes y aun estos facilísimos de
someter. Pero liahia en 103 habitantes 'de Roma,
destinados á componel' el consulado, el senado y
el tribunado, cierta indiferencia y una estraordi-
naria ineptitud para el trabajo, de suerte que se
necesitaban grandes esfuerzos parar hacerlos que
se reuniesen de dos en dos dias y se empeñaban
en que habia de haber vacaciones durante el estío.
Ademas de la pereza tenian una inesperiencia (~
incapacidad absolutas en todos los ramos de la
udrninistracion. Algun celo mas se observaba en
Jos Cisalpinos, pero era celo sin luces y sin IH'u-
dencia, )0 cual equivalia , ó tal velo era mas peli-
groso que la indiferencia. Era muy de temer que
apenas se ausentase la comision fi'ance.sa cayel'a en
disolucion el gohierno romano 'por la inaccion ó
retirada de sus miembros , y sin embargo se am-
bicionahan mucho los empleos en Roma, corno
sucede siempre en todos los paises donde no hay
industria.


Habia puesto término la comisión [l todas las
malversaciones cometidas en el primer momento
de nuestra en trada en Roma, tomando ú su cargo
la administracion de la hacienda, que dirigia con
probidad y acierto. Faypoult,como administrador
integro y capaz, habia establecido para todo el




D1HECTORIO (17~~8). 33
estado romano, un sistema de contribuciones
muy bien entendido y llegó Ú conseguir que fuese
suficiente para las necesidades de nuestro cjérci-
to , á quien se pagó todo el atraso de sueldo, no
solamente al que estaba en Horna , sino tambicn ú
la división embarcada en Civita-Vccchia. Si se hu-
hiese hecho lo mismo en la Cisalpina no se habría
desu-nido el pais , y nuestros soldae'os nadarian en
la abundanoia. En Roma estaba Ia autoridad mi-
litar enteramente sugeta á la comisión , y el gene-
ral Saint-Cyr que Iiabia reemplazado Ú lUassena,
se distinguia pOl' una severa probidad, aunque iba
tomando afición al mando y á la autoridad corno
sus camaradas , y no le agradaba mucho verse su-
geto á la comisiono Sobre todo en Milancstaban
muy poco satisfechos de lo {Iue se hacia en Roma ,
.Y los democrutas italianos se irritaban mucho de
ver á los republicanos romanos anulados ó con-
tenidos por la comisiono El estado mayor frances ,
de quien dependian las divisiones estacionadas en
Roma, veia con mucho disgusto que se le esca-
paba una rica porción de los paises conquistados,
y suspiraba tras del momento en que la COmJSlOn
cesara en sus funciones.


No debe culparse al directorio de los desórde-
nes que reinaban en los paises aliados porque no
hubiera podido la mas decidida voluntad oponer-
se al ímpetu de las pasiones que los perturbaban


XII. ')J




:u· REVOLUCION FR¡\NCESA.
y por lo que hace á las esacciones , hasta la misma
voluntad ele Napoleon fue insuficiente para im-
pedirlas en las provincias conquistadas. Y cuan-
do un solo individuo lleno de fuerza y vigol' no
pudo ejecutarlo, mucho menos podia esperal'se
de un gobiel'no compuesto de cinco miembros que
se hallaban á inmensas distancias. Sin embargo
habia en la mayoria de nuestro directorio el mas
vivo deseo de asegura!' el hienestar de las nuevas
repúblicas y la mas grande indignacion contra la
insolencia con que robaban los generales y las com-
pañías. Esceptuando Barrás que era cómplice con
estas y servia de padrino á todos los embrollones
de Milan, los otros cuatro directores sc quejaban
amargamente de todo cuanto pasaba en Italia; so-
bre todo Larrevcif lierc , cuya severa probidad es-
taba indignada contra tales desórdenes propuso
al directorio un plan que mereció su aprobación.
Queria que continuase una comisión dirigiendo
el gobierno romano y conteniendo á la autoridad
militar; que se enviase un emba jado!' á Milan pa-
ra representar al gobiel'no frances y privar de to-
do influjo al estado mayor: que se le diese el en-
cargo de hacer en la constitución Cisalpina las al-
teraciones necesarias como por ejemplo la de re-
ducir el número de las divisiones locales, em-
pleados públicos y miembros de los conscj os ; y
que últimamente se diese por adjunto á aquel cm-




nmscromo (179R). :l;;
ha,adol', un administrador capaz de Cun(lal' un sis-
tema de contribuciones y de contahilidad. Apro-
bóse , como hemos dicho, este plan nombrando
á Trouvé que estaba de ministro (le Francia cu
Nápolcs , y á Fav poult que era uno de los miern-
hros de la cornisiou de noma y se les envió á (uu-
hos á Milan pelra ejecuta r las providencias dida-
das por Larrevejlliere.


Inmediatamente que llegase Trouvé ú Milau te-
nia órden de reu uir it los hombres mas ilustrados
de la Císalpina y concertarse con ellos sohre to-
das las alteraciones que considerasen necesarias
sea en la constitución ó en el personal del gobiet'-
no. Luego que se conviniese en las mudanzas que
habían de hacerse debia prOCUI'al' que se propu-
sieran en los consejos de la CísaI pina pOi' di ruta-
dos, afectos suyos y en caso necesario apoyarles
con la autoridad francesa , sin dejar de disimular
en lo posible el influjo de donde emanaban.


Habiendo pasado Trouvé desde Nápoles á Milan
ejecutó cuanto se le había ordenado, pero era muy
dificil que se guardal'a el secreto de su comisión y
no tardó en saberse de público que venia á cam-
biar la coustitucion y sobre todo á reducir toda
clase de empleos. Los patriotas que ya olfateaban
por la conducta del embajador que las l'edu(~cio­
Hes hahian de hacerse á su costa se pusieron fu-
riosos y procuraron apoya1'se- en el estado maJ01'




36 RÉVOLUCION FRANCESA.
del ejército que ya no dejaba de estar disgustado
con la nueva autoridad que se le venia en cima y
principió una locha escandalosa entre la legacion
yel estado mayo[' francos rodeado de los patrio-
tas italianos. Tanto Trouvécomo cuantas perso-
nas se reunian en su casa fueron denunciadas con
la mayorviolencia ante los consejos cisalpinos pl'e-
tendiendo que el ministro frances venia á violar
la constitución y á 'renovar uno de aquellos actos
opresi vos que ya habia ejercido el directorio en
todas las repúblicas aliadas suyas. Le hicieron su-
frir á Trouvé toda especie de disgustos asi los pa-
triotas italianos, como los individuos del estado
mayor frances , particularmente estos últimos se
condujeron con la mayor indecencia pues en un
baile que dió causaron notable escándalo. Eran
deplorables estas escenas, sobre todo por el efec-
to que producían en los demás ministrosesU'an-
geros dándoles no solo el espectáculo !de las mas
fatales divisiones, sino que hasta se les insultaba
en los banquetes diplomáticos lwindando en pre-
sencia suya por el esterminio de todos los reyes.
Reinaba en Milan el mas violento jacobinismo y
Brune y Lahoz se marcharen á Paris en busca del
apoyo de Barrás , pe['o como ya estaba prevenido
con anticipacionel directoi-io , se mostró inflexible
en sus determinaciones, y se le -dió órden á Lahoz
para salir de Paris en el momento mismo en que




DIRECTORIO (t 798). 37
se apeaba y ú Bruue se le mandó vol ver al instan-
te ú l\Jilan con órden de flue contribuyese ú las mu-
danzas que se habian mandado ejecutar.


Despues de haber cumplido las diversas modi-
ficaciones que se creyeron necesarias en la cons-
tituciou reunió Trouvé en su casa á los diputados
mas prudentes y les encargó que las examinaran ,
Jos cuales se las aprobaron mucho. Pero era tal el
desenfreno (lue no se atrevieron á encargarse de
proponerlas ellos mismos en los dos consejos, y se
vió precisado Trouvc ú desplegal' la autor-idad fran-
cesa ~ y ejercer ostcnsi hlernente una autoridad que
deseaba disimular. A la verdad importaba muy
poco el modo, porque hubiera sido absurdo que
después de haber creado la Francia aquellas repú-
blicas ~ que no tenían otra existencia que su apo-
)'0, no se valiese de su fuerza para fundar el órden
tIue consideraba mejor. Lo nulo era no ha herle
establecido desde el principio y de una vez, para
no tener que repetir aquellos actos de su omnipo-
tencia. El dia 30 de agosto reunió Trouvc al di-
rectorio y :. los dos consejos de la Cisalpina , y les
presentó la nueva constitucion y todas las leyes
adrninistrativus y económicas que habia prepara-
(\0 Faypoult. Quedaban reducidos los dos conse-
jos al número de f 20 miembros, y se designaban
los individuos que hubiau de quedar en ellos y
en el gobicrno. Se cstahlccia un sistema de coo-




lrilJuciollcs dividirlas en personales é iudirectas.,
(IUf' era el sistema que se queria establecer entou-
ces en Francia muv contra el g-usto de los I)atrio-


" L


taso Quedal'tTB aprobados y atinpt<Hlos Lodos aque-
llos cambios , v il~lldose precisado Brune Ú apoyar-


,los co-n las tropas frances:!s, COl) lo que quedó inú-
-lil toda la cólera de los patriotas cisalpinos y se
hizo la revolucinu sin ohstáculo, Arlemas se deci-
dió hacer una próxima convocacion de las. asam-
hleas primarias para aprobar las mudanzas he~
chas en la constitución.


Quedaba concluida la tarea de Trouvú : pero al
"el' el g'ohiel'110 franees el al horoto que ha LÍa cau-
sado la presencia de aquel ministro', cn~yó que
110 era conveniente dejarle en la Cisalpiua , sino
darle otra embajada , y enviar Ú ,Milan uno qne
no hubiese lo-mado la me n01' part(~ en las últimas
disnutasv Por t.1esgTacia se deJ·ó el directorio ¡m-


I L


poner un antigno miembro <le los jacobinos que
se habia metido [1 cortesano servil y bajo de Bar-
ras ,el cual asociándole al tráfico de las compa-
ñias , le hah: a pueslo en el camino de los honores.
Fue FOlHJle el elegido por influjo de Barrás y
marchó al instante á reemplazar á Trouvé , que
dehia dirigirse ú Sluug-anL Pero aprovechándose
Bruue de la salida de Trouvé , se atrevió con una
osadia (ptc solo puede esplicarse por la licencia
militar (pIe reinaba entonces; ;1 hacer muchas mu-




DlllECTORIO ,1798). 39
danzas en el plan ejecutado por Trou vé. Exigió la
dimision de tres de los directores nombrados pOL'
aquel ministro de Francia, destituyó á varios nú-
nistros , é hizo diferentes alteraciones en la cons-
ti tucion, Uno d~ ;Ios tres directores cn ya dirnisiou
habia exigido era Sopranzi 5 , el cual habiendo
reusado animosamente hacerla, mandó que los
soldados le sacasen por fuerza del palacio del go-
bierno , y luego se dió 11111Cha prisa á convocar las
asambleas primarias para hacerlas que aprobasen
la obra 'de Trouvó con las modificaciones hechas


.


por él. Fouehé que llegó en aquel intérvalo , hu-
Liera debido oponerse á tal convencion, y no per-
mitir que se sancionasen unas mudanzas que el
general no habia tenido comisión de hacer; pero
le dejó á Brune proceder como se le antojase y
quedó aprobado todo POL' las asambleas p rirnarias
sometidas tanto ;;1 pode;' militar corno á la v-io-
lencia de los patriotas.


Cuando el directorio frances supo aquellos POl'-
menores no los disimuló sino ¡que dió pOI' nulo
todo cuanto habia hecho Brune , le destituyó del
mando y encargó á Joubert quc fuese á restablecer
las cosas al estado en que las habia dejado Trouvó.
Hizo Fouché algunas objeciones pretendiendo que
una vez aprobada la nueva constitucion con las.
alteraciones hechas por Bruno produciria mal efec-
volver sobre ellas. Tenia razon sin duda alguna,


-, ....


i i~i .


'..í / ~v '




40 REVOLUCION FR ANCESA'·.
y el mismo .Joubert fue de su dictámen , pero el;
directorio no debia sufrir semejantes atrevimien-
tos de parte de sus generales, ni permitirlos que
egercieran tal autoridad en los estados aliados.
Depuso tarnhien al mismo Fouché, despues de
pasar muy pocos dias en la Cisalpiua , y mandó
restablecer íntegramente la constitucion confor-
me la habia hecho Trouvé en nombre de la Fran-
cia. En cuanto á los individuos ú quienes Brune
habia arrancado la dimision , les instó á flue la
renovasen para evitar nuevas mudanzas.


Quedó pues constituida la, eísalpina como lo'
hahia querido el directorio, salva la destitucion
de algunos individuos cambiados pOl' Brune; pero'
aquellas mismas mudanzas, y variaciones conli-
nuas, asi como las disputas de nuestros agentes
civiles y militares , producian un efecto malísimo,
porque desanimaban á los pueblos nuevamente
emancipados, quitaban la consideración á la repú-
blica madre y probaban la dificultad de mantener
lodos aquel los cuerpos dentro de su órbita,


Se echaron mucho en cara al directorio todos
aquellos sucesos de la Cisalpina , porque es de uso
y costumbre hacer cargo de todo al gobierno [¡.
quien se quiere atacar , y convertir en crímenes
hasta los obstáculos mismos que encuentra en su
marcha. Aquella doble oposición que principiaba.
~ pn~sentarse en los consejos, atacó cada una á su




DIRECTORIO (1798). 4f
manera las operaciones ejecutadas en Italia. Para
la oposición patriota el tema era muy sencillo por'-
que se reducía á decir que se hahia cometido un
atentado contra la independencia de una repúbli-
ca aliada, y hasta se habia cometido una infrac-
eion á las leyes francesas porque la constitucion
Cisalpina qut? acababa de alterarse, estaba garan-
tida pOI' un tratado de alianza aprobado por los
consejos , y no podia infringirle el directorio; mas
en cuanto á la oposicion constitucional parecia
mas natural esperar su aprobación que sus recon-
venciones , supuesto que todas las alteraciones
que se habían hecho eran en contra de los patrio-
tas esclusivos. Pero se hallaba entre los individuos
de aquella oposicion Luciano Bonaparte , que no'
buscaba mas que motivos de disputa contra el go-
bierno, y ademas creia defender en eso la obra de
su hermano combatida por el directorio; pOI' eso'
gTitaba como los patriotas que se habia atacado la
independencia de los aliados, violádose los tra-
tados. etc.


Cada dia se iban pronunciando mas las do sopo-
siciones y ya principiaban á contestarse al direc-
torio ciertas atribuciones que se le habían conce-
dido por la ley de 19 de fructidor , de que habia
hecho varias veces uso. Por ejemplo, aquella ley
le daba facultad para cerrar los clubs y suprimir
los diarios cuya direccion le pareciese peligrosa,




llEVOLUCION FUANCESA.


y en efecto habia cerrado alg'unos clubs de los.
mas violentos, y supr-imido algunos diarios que
habian dado noticias falsas, y evidentemente in-
ventadas con nula intencion. Entre otros hubo
uno de estos que pretendió que el directorio iba á
reuuir á la Francia el pais de Vaud y le su prirnió
el directorio. Se incomodaron los patriotas con
aquella facultad arbitraria y pidieron que se re-
vocasen muchos artículos de la ley de 19 de fruc-
tidor, á lo cual se resistieron los consejos deci-
diendo que permaneciesen en vigor hasta que se
h iciese una ley de imprentas, y se mandó pre-
parar los trabajos para ella.


Igualmente espcrirnentú el directorio fuertes
contradicciones en materia de hacienda, pues se
trataba de cerrar el pr~supuesto del año VI (de
1797 á 1798) Y prepal'al' el del año VII. Habiase
fijado el del año VI en 616 millones ~ pero se en-
contraba un déficit en el de 6'2 m illones , y además
un atraso considerable en las entradas. No se ha-
hia pagado íntegramente á los acreedores del es-
tado , á pesar de la solemne promesa de pagar el
tercio consolidado, y se decidió que recibiesen en
pago del atraso pagarés admisibles en el pag'o de
contribuciones. Era necesario fijar inmediatamen-
te el presupuesto del año Vl l en que se iba á en-
trar y se calculaban los gastos en 600 millones en
el caso de que no hubiese otra guerra coutincu-




DIRECTORIO (1798). 43
tal, por tanto fue preciso reducir las contribucio-
nes territorial y personal , que eran demasiado
fuertes, y agravar los impuestos del sello, regis-
tro, aduanas etc. Se decretaron céntimas adiciona-
les para los gastos locales y el derecho de puertas
para las ciudades con el fin de mantener los hospi-
tales y otros establecimientos. A pesar de aquellos
aumentos sostuvo el ministro Ramel que juzgando
por lo que hahia pasado en los años precedentes,
no entrarian mas que las tres cuartas partes á lo
mas de las contribuciones y que seria demasiado
suponer que ascendiesen las entradas á 450 Ó ,500
millones. Por ta nto pidió nuevos recursos para cu-
hrir en realidad el gasto dc los 600 milloues ,
á cuyo fin propuso un i m puesto sobre las puer-
tas y ven tanas y otro sobre la sal. Con este mot.i-
vo se suscitaron violentas contestaciones pero al
fin se decretó el impuesto sobre las puertas y
ventanas, y se preparó un informe sobre el de
la sal.


No eran demasiado incómodas de suyo aquellas
contradicciones, pero eran sí ntoma de un ódio sor-
do qUe no esperaba para manifestarse sino algu-
nas de,~gra,:ias públicas, Como el directorio esta-
ba perfectamente instruido del estado de la Eu-
ropa, no se le ocultaba que se preparahan nuevos
peligros, y flue i ha ú encenderse de nuevo la
guerra en el continente, seg'un era el movi mien->




44 REVOLUCION FU.ANCESA.
to que se daban diferentes gabinetes. Cobentzl y
Repnin no habían podido sacar á la Prusia de su
neutralidad y se habian ido de allí muy descon-
tentos; pel'o Pahlo 1, completamente seducido,
habia estipulado un tratado con r el Austria, y se
decia que estaban en marcha sus tropas. El Aus-
tria no cesaba de armar con activiciad, y la corte
de Nápoles ordenaba el alistamiento de toda su
poblacion. Hubiera sido muy imprudente no hacer
preparativos al ver semejante movimiento desde
las orillas 'del Vístula hasta las del Volturnio ; tan-


.J


to mas cuanto nuestros ejércitos estaban muy dis-
minuidos por la desercion, y asi resolvió el direc-
torio pl'ovcer al reclutamiento pOL" medio de una
gran institución que aun faltaba pOl" crear. Dos
veces habia dispuesto la convencion de la pobla-
cion de Francia , pero de un modo estraordinario,
sin dejar una ley permanente pal'a la leva anual de
los soldados. En marzo de 1793 hubia mandado
hacer una de' 300 mil hombres , y en agosto del
mismo habia tomado la gl'ande y magnífica re-
solucion de la leva en masa por órden de gene-
raciones. Desde entonces habia existido la repú-
blica con aquella sola providencia obligando á
permanecer en las banderas á los que tomaron
las armas en aquella época. Pero así el fuego
como las enfermedades habian destruido gL'an nú-
mero de ellos, y otros muchos se habian vuelto




DIRECTORIO (.798) 45
ásus casas con motivo de la paz. Solo se habían es-
pedido t 2 mil licencias absolutas y seguramente
habia habido t O veces mas desertores., siendo muy
dificil tratar con severidad á unos hombres que
habian defendido durante seis años á su patria, y
la habian hecho triunfar de la Europa á costa de
su sangl'C-. Existian los cuadros que eran escelen-
tes, y no se necesitaba mas que llenarlos con nue-
vas levas, y tomar -, no una medida estraordinaria
y telllporal, sino una general y permanente; en
una palabra se necesitaba espedir al fin una ley
que en cierto modo fuese inherente á la constitu-
cion del estado. Esta ley fue la de la conscripcion,


El genel'al Jourdan fue quien presentó aquella
ley 'tan bien concebida y tan útil , de la cual se ha
abusado sin duda alguna, como se abusa de todas
las cosas de este mundo, pero tampoco la hay en
que salvó á la Francia y la llevó al colmo de su glo-
ria. Por aquella ley queda todo frauces declarado
soldado durante cierta época de su vida, que era la
de 20 á 25 [años. Una vez llegados los jóv~nes á
aquella cdad se les dividia en cinco clases , año
por año, y segun la necesidad ,llamaba el gobier-
no los hombres principiando por la primera clase
que es la de 20 años y por los mas jóvenes de ca-
da clase; y podia sucesivamenle ir llamando á las
cinco clases segun lo exigiese la necesidad. En tiem-
po de paz estaban obligados los conscri ptos á SC1'-




llEYOLUCION FRANCESA.


vil' hasta los 25 años, y así variaba la duracion
del servicio de los soldados desde uno á cinco
años, segun hubiesen sido llamados desde 25 hasta
20. En tiempo de guerra era ilimitada la duración-
y correspondia al gobierno dar las licencias cuan-
do creia poder hacerlo sin inconveniente. No ha-
bia escepcion de ninguna especie, sino para los
que estaban casados antes de la ley, ó que hubie-
sen pagado su contingente en las guerras anterio-
res. Asi proveia aquella ley á los casos ordinarios;
pero en los estraordiuarios , cuando" se declaraba
la patria en peligro, conservaba el gobierno su
derecho como en 1793 sobre toda la poblacion
y volvia á principiar la leva en masa.


Quedó aprobada aquella ley sin oposición algu-
11a y fue considerada como una de las mas impor-
tan tes creaciones de la revolucion * principiando
el directorio POl' soLicitar hacer uso de ella inme-
diatamente reclamando la leva de 200 mil cons-
criptos para completar los ejércitos y ponerles 80-
hre un pie respetable. Concediósele aquel pedido
por aclamacion el 23 de setiembre 1798. Aunque
las dos oposiciones contradigesen frecuentemente
al directorio por mal hU111OL' Ó por en vidia , con to-
do eso qu er ian que la república conservase su as-


* Tiene la fecha del '9 de fructidor año VI (5 de seriem-
hre J 798.)




DIRECTORIO (1798). 47
cendiente en presencia de las potencias de Europa.
Claro es que cuando se hace una leva de hombres
no puede escusarse otra leva de dinero y así pidió
el di rectorio ademas del presupuesto 125 millones
{le los cuales necesitaba 90 para equipar á 200
mil conscriptos y 35 para repone1' el último desas-
tre de la marina. La duda estaba en saber de don-
de se habia de sacar este dinero. Probó el minis-
tro Ramel que los pagarés para el reembolso de
los dos tercios de la deuda habian entrado casi to-
dos en el tesoro y que quedaban corno unos 400
millones en bienes nacionales los cuales por con-
secuencia estaban disponibles y podian destinarse
á las nuevas necesidades de la república. En con-
secuencia se decretó que se pusiesen en venta 125
millones de bienes nacionales de los cuales la duo-
décima parte se habia de paga1' al contante y las
restantes en obligaciones ó letras firmadas por los
compradores , neg'ociables á voluntad y pagaderas
succesivamcnte en el término de 18 meses. Debi,111
devengar el interes de 5 por ciento viniendo á equi-
valer aquel papel á un pago al contante P01' la fa-
cilidad que habia de cederlo á las compañias. De-
hian venderse los hienes en ocho rentas y aquel
recurso no tuvo contradiccion alguna C0l110 la ley
del reclutamiento de que no era mas que una
simple consecuencia.


Asi quedó el directorio en disposición de poder




48 REVOLUCION FllANCESA.
responder á las amenazas de la Europa ysostener Ia
dig'nidad de la república. Acababan de OCUl'I'ir dos
sucesos de mediana importancia el uno en Irlan-
da y el otro en Ostende. Se habia sublevado la Ir-
landa y enviado allí el directorio al general Hum-
hert con 1500 hombres ", .pero por desgracia ha-
biéndose retrasarlo un envio de fondos que debia
hacer la tesol'el'íaimpidió saliese'otl'a división de
6000 hombres, mandada por el genel'al Sarrazin 6
y asi quedó sin apoyo Humbert , aunque se man-
tUYO largo tiempo haciendo ver que si 1.~ hubiese
llegado oportunamente el esperado socorro habria
variado enteramente el estadode las cosas. Pero
despues de una porción de combates honrosas aca-
halla de verse precisado á rendir las armas con to-
do su cuerpo. Esta pérdida se habia recompensado
con otro suceso de igual naturaleza ocurrido él los
Ingleses. Solian estos venir de cuando en icuando
á echar algunas bombas en nuestros puertos del
Oceano y se les antojó hacer un desemiiarco en
Ostende para destruir las esclusas, pero habién-
doles perseguido sin descanso y cortado la retira-
da á sus navíos fueron cogidos prisioneros en l!li-
mero de dos mil hombres.


Por mas que el Austria hubiese contraído una


Desembarcó allí el dia 22 de ago~to y fue batido y hecho
prisioucro el 8 de setiembre por el gellerill Coruwalis.




:f)JRECTOIHO (1798), ',.9
alianza con la Husiu y la InglatclTa y pudiese con-
lar con un ejército ruso y un suhsidioingl(\s, toda-
via estaba dudosa de entrar en lucha con la I'CpÚ-
hlica feancesa. La Espaiia (lue veia con sentimiento
volverse á encender la guena en el continente y
temia tanto ver hacer progrcsos al sistema rcpuhli-
cano como la rui na de él, porque por un lado la
amenazaba la revoluciou y por otro la veng'anza
de las potencias pOI' haberse unido con la n~pú­
hli ca , habia vuelto á interponer su mediacion pa-
ra calmar la ir-ritaciou de los adversar-ios. Esta me-
diacion al mismo tiempo que provocaba discusio-
ues y dejaba ver alguna posibilidad dc convenio
no dejaba de ocasionar nuevas vacilaciones en Vie-
na, Ó pOl' lo menos nuevas lentitudes. En NÚ!H)-
les era tan furibundo el celo que se indignaha de
toda dilacion y no cesaban de buscarse prctcslos
para com pl'Onlctcl' la 1ucha y obljga r al .A usuia Ú
tira r de la espada. Era singulm-ísima la locura d e
aquella pequeiia corte, y no parecc sino que cl des-
tino de los Borbones en aquella época consistia en
ser conducidos por sus mugeres ú toda especie de
faltas; puc.; ya habiamos visto en el mismo caso el
tres de cllos, quc fueron Luis XVI, Carlos 1V Y
Fernunclo IV. Sabida es la suerte del primero, y
Carlos y Fernando aunque por diferentes cami-
nos se vcian arrastrados del mismo influjo Ú uua
ruina inevitable. Sc habia hecho tomar al pueblo


XIl.
,
I




so ItEVOLUCION FRANCESA.
de Nápole..; la escarapela inglesa y Nelson era tra..
tado allí como un Dios tutelar. Se habia mandado
hacer leva de la quinta parte de la poblacion, lo
cual era una estravagancia, pues bastaba con ar-
mar bien la cincuentísima parte para figurar en-
tre las potencias. Cada convento debia aprontar
un soldado de á caballo armado; se puso en venta
una parte de los bienes del clero; se duplicaron
todas las contribuciones; y últimamente se pidió
que viniese á Nápoles aquel proyectista Mack cu-
yos planes militares habian salido tan mal y á
quien el destino reservaba reveses de otra espe-
cie, para ponerse al frente del ejército napolitano.
Se le concedieron los honores del triunfo antes de
la victoria, dándole el título de libertador de Ita-
lia; que era el mismo que se habia dado á Rona-
parte. Ademas de aquellos grandes medios se to-
mó el recurso de hacer novenas á todos los san-
tos del cielo, rogativas á S. Genaro y suplicios
contra todos los que se sospechaba que participa-
ban de las opiniones francesas.


Continuaba aquella pequeña corte sus intrigas
en Piamonte y Toscana, queriendo que se suble-
vasen "los Piamonteses á espaldas del ejército que
guardaba la Cisalpina, y los Toscanos al del que
estaba de guarnicion en Roma. Entonces aprove-
charian los Napolitanos la ocasion de atacar de
frente al ejército de Roma, mientras que los Aus-




nmECTOIUO (1798). ;)l.
Iriacos harian lo mismo con el de la Cisal pina pre-
sagiando de todas aquellas combinaciones que no
qucdaria á salvo ningun frances. El I'CY del Pia-
monte que era un príncipe religioso , tenia algu-
nos escrúpulos á causa del tratado dc alianza que
le ligaba con la Francin : pero le decían que BO
obligaba á nada la fe prometida á los 01H'esores y
que los Piamonteses tenían derecho pat'a asesinar
hasta el último frances. Pero no se crea que los
escrúpulos fuesen aquí el verdadero obstáculo,
sino la vigilancia rigul'osa del directorio; y por lo
que hace al~ archiduque de Toscana, carecia ab-
solutamente de medios , bien que le prom etia Ná-
poles para decidirle, que le enviaría un ejército
por medio de la escuadra de Nelson.


No se descuidaba por su pal'te el directorio y
tomaba sus precauciones, mucho mas cuando la
república lig'luiana, siempre encarnizada contra
el rey del Piamonte babia pOI' fin declarado la
guerra á aquel príncipe. Adeulas del odio que ins-
pira la divergencia de principios se reunian alli la.
enemistad antigua que ocasiona la vecindad, y
aquellas dos potencias estaban empeñadas en ve-
nir á las manos á cualquier precio, Intervino el
directorio en la querella intimando á la república
Iiguriana que era necesario deponer las armas, y
declarando al rey del Piamonte que él se encar-.
~aba de .mantener la tranquilidad en sus estados,




52 HFVOlUCION FIlANCES~\.
pero que pnra eso necesitaba ocupar un puesto
importante. En consecuencia solicitó que se le
dejase ocupar por sus tropas la ciudadela de Tu-
rjn: y:, ú la verdad nopodia justificarse tal pre-
tension , sino por los temores q ue inspiraba la
corte del Piamonte. Hahia cierta incompatibili-
dad entre IOf; antiguos y los nuevos estados y no
podian fiarse unos de otros, y aunque el rey
del Piamoute h izo ~Tar.des reflexiones, no ha-
bia medio de resistir á las demandas del direc-
torio. Ocuparon los Franceses la ciudadela y prin-
cipiaron inmediatamente á armarla, habiendo an-
tes el directorio separado el ejército de Roma del
de la Cisalpina , y dado el mando de él al gene,'al
Championnet que se habia distinguido en el Rhin.
Estaba diseminado el ejército en todo el estado ro-
mano habiendo en la l\farca de Ancona de cuatro
Ú cinco mil hombres mandados por el general Ca-
sa-Bianca 'i, Yel gene,'al Lemoine con dos ó tres
mil hombres en la pendiente opuesta del Apeni-
no hacia Terni. ~Iacdonald con la izquierda com-
pucsta de unos' cinto mil hombres estaba esp~r­
e-ido por las orillas del Tiber , y cn Roma habia
una corta reserva ; de suerte que el ejército llama-
do de Homa constiba de quince ó diez y seis mil
hombres ;\ lo mas. Nos liabiamos visto precisados
;. esparcir nuestras tropas por la necesidad dc vi-
f!'ilaL' el pais y la dificu Itad de las subsistencias




nmECTOHIO (1 7H8). 5:l
en tcrrniuos que ~se hubiera sabido aprovecharse
de la ocasion un enemigo activo y bien auxiliado,
halniau podido los Franceses tener que al'l'epen-
t irse de aquel aislamiento.


Mucho se contaba con él en Nápoles , lisongeún-
<lose de sorprender ú los Franceses y aniquilarlos


. uno ú uno, ¡ y cuanta gloria le resultar-ia de lo-
mar la iniciativa, conseguir la primera ventaja y
oblig'ar por fin al Austria á entrar cn la carrera
despues de haberla dado el primer ejemplo! Estas
fueron las razones que decidieron á la corte. de
Nápoles á tomar la iniciativa esperando que los
Fruuceses serian fucilmente batidos, y qne ya no
podriu vacilar el Austria una vez que se hubiese
sacado la espada. El lllarques de Gallo y el prín-
cipe Bclmonte-Pignatelli , <¡lIe conociau algo 111e-
jor la Europa ~T los IH'gocios, se oponian á (pIe se
tomase tal iniciativa; pero ni S¡qUiPi'il fueron cscu-
chados sus prudentes consejos. Para decidir úaquel
pobre rey y apartarle de sus inocentes ocupacin-
ncs se dice (pie le pl'Psentaron una carta fingida




del emperador en que le insta-ba ú que princi-
piase las hostilidades, v esto bastó para tI ue se
dieran las órdenes de marcha para el fin de no-
vicmhre. TOllo el ejército Napolitano se puso en
movimicuto y el mismo rey salió con gl'alltlc apa-
rato para asisl:i' ú las operaciones, sin que prece-
diese dccl.uacion de aucrra si no una in timaciou ~


"




RE\'OLU íO:\FlL\~CESA.


Ios franceses de flue evacuaran el estado roma-
no. La única respuesta que dieron los Franceses á
tal intimacion fue }wepararse al combate á pesar
"le la desproporción del número.


:EIl la respectiva situaciou de ,lo:; dos ejércitos
no habia cosa mas fácil que aniquilar á los Fran-
ceses esta rulo corno estaban dispersos en las pro-
vincias romanas á derecha é izquierda del Apeni-
no, pues no se necesitaba mas que marchar di-
rectamente sobre su centro, y llevar la masa de
las fuerzas napolitanas entre Roma y Terni, En-
tonces la izquierda de 103 Franceses que estaba si-
tuada del otro lado del Apenino para guardar las
Marcas, hubiera sido cortada de su derecha, que
estaba del lado acá ~'uardando las orillas del Ti-
'-~


Iier. Así se las halnia impedido reunirse y se las
hubiera empujado en desórden hasta la Alta Ita-
lia, quedando por lo menos libre la península y
sujetas la Toscana, el Estado Romano y las Mareas
.d dominio de Ntlpoles. Con el número que haLia
de tropas napolitanas era toduviu mas fácil y segu-
ro aquel pbn, pero por lo mismo que consistia
en una maniobra tan seucil la , era imposible que
le adoptase lVIack. Siguiendo sus antiguos planes,
queria envolver al enemigo con una multitud de
f.:ucqlOS destacados viéndose al frente dc GO mi
hombres , esto es '..o mil que formaban el cjér-
cito activo .Y 20 mil en las guarniciones. En lugar




DIRECTORIO (1798). 55
de dirigir aquella masa de fuerzas sobre el punto
esencial de Terni, la dividió en seis columnas en
esta forma. La primera operando por detrás del
Apenino á orillas del Adriático , debia dirigirse á
las Marcas por el camino de Ascoli, la segunda y
tercera habia de operar del otro lado de los mon-
tes, y dándose la mano con la primera, debian
marchar la una sobre Terni y la otra sobre l\1ag;lia-
no ; la cuarta y principal, que formaba el cuerpo
de batalla fue dirigida contra Frascati y Roma; la
quinta siguiendo las orillas de Mediterraneo tuvo
encargo de recorrer las Lagunas Pontinas y reunir-
se con el cuerpo de batalla en la via Apia; y últi-
mamente la sesta embarcada en la escuad ra de
Nelson , se dirigió á Liorna para sublevar la Tosca-
na y cortar la retirada á los Franceses..Así todo
estaba preparado para envolverlos y cogerlos á
todos, pero nada dispuesto para batidos antes.


Este fue el órden con que l\Iack se puso en mar-
cha con sus 1.0 mil hombres, caminando 1I1UY
lentamente á causa de la multitud de bagages, la
indisciplina de las tropas y el mal estado de los
caminos. For-maba el ejército Napolitano una pro-
cesion larguísirna sin órden ni reunion , y Cham-
pionnet advertido á tiempo del peligro destacó
dos cuerpos para observar la marcha del enemi-·
go y proteger los destacamentos sueltos que se re-
plegaban. Considerando que no podia conservar á




-('al nsvor.ucrox FIlANCESA.


noma resolvió tomar una posición mas atras en las
orillas del Tiber entre Civita-Castellana y Civita--
Ducale , concentrando allí sus fuerzas pal'a volver
él tomar la ofensiva.


Mientras que Champiounet se retiraba pruden-
temente y evacuaba él Roma sin dejar mas que 800
hombres en el castillo de San Angelo , iba avan-
zando f-íér(lmente Mack por todos los caminos co~
mo si no pudiera encontrar resistencia. Llegó ú
las puertas de Roma el dia 29 de noviembre 1798
y entró en ella sin obstáculo , habióudosele prepa-
rado al rey un recibimiento triunfal. Aquel pobre
príncipe tratado como libertador y conquistador
estaha embriagado de la especie de glo-ria militar
cIue le habian preparado sin saber cómo ; pero cu
medio de todo le aconsejaron que hiciese un uso
noble de su victoria y así convidó al papa él que
vol viesc á tomar posesión de sus estados. Ma~
entre tanto, su ej(~l'cito, (Iue 110 era tan p;ene-
roso como (~I, cometió saq u eos horribles, yel po-
pulacho romano con su movilidad acostumbrada
se arrojó á las casas de los que eran acusados de
revolucionarios y las asoló, llegando ú desenterrar
(,1 cadúver riel dcsg-raciado Duphot y nltl'ajúndol<'
i nd ianarncntc.


<


I\licntras flU(' los Napolitanos malgastabau así d
tiempo cu Horua o,;.;taha f:hampiollnpl {'~'(~('lllando
con rara adivi(lad v dl'stl'l'Z(l la ddel'minaciou




D1HECTORIO (1798). ;'7-
que habia tom:nlo , y conociendo que el punto
esencial era el centro en el Alto Tiher ~ mandó á
Macdonald (pIe tomase una fuerte posición en Ci-
vita-Castellana y le reforzó con todas las tropas
de que pudo disponer. Trasladó una parte de las
fuerzas que tenia en las Marcas del otro lado del
Apenino ~ y no dejó al general Casa-Bianca ~ mas
(Iue lo estrictamente necesario para retardar por
aquel lado la marcha del enemigo. El mismo se
fue corriendo ú Ancoua para acelerar la llegada de
sus parques y mun iciones ~ y si n asustarse mucho
de lo que se preparaba ú sus espaldas en Toscana ~
encargó á un oficial con un corto destacamento
fIne observase 10 que pasaba por aqnel lado.


Encontraron por {in los Napolitanos á los Fran-
cesesen los diferentes caminos que recorrian y aun-
fIue eran tres veces mas mllnero~os, tenian que
habérselas con las famosas bandas de Italia ~ y co-
nocieron que el bocado era bastante tluro de tra-
goal'. Aquella columna que avanzaba por Ascoli á las
IHarcas fue rechazada muy lejos por Casa-Bianca.
En el camino de 'l'cr-ni fue cogido un coronel na-
politano con todo su rcg'imiento por el gencl'al
Leuioiuc , y unos principios tan poco lisonaeros
en la pri mera guelT<l 'I ue tenían con los Franceses
no (lp!>iall alentar mucho ú los Napolitanos. Sin
embargo tomó lUack sus disposiciones para ocu-
par la posiciou (pie knia por mas importante y




58 REVOLUCION FRANCESA.
era la de Civita-Castellana , donde estaba l\1acdo-
nald con el grueso de nuestras tropas. Es Civita-
Castellana la antigua Veyes y está situada sobre
un barranco en una posicion muy fuertc. Tenian
los Franceses muchos puestos avanzados que cu-
brian las avenidas, y el dia 1.. de diciembre man-
dó Mack atacar á Borghetto , Nepi y Rignano con
fuerzas considcrables , dirigiendo por la orilla
opuesta del Tiber una columna accesoria que de-
bia apoderarse de Rignano. Ninguno de aquellos
ataques salió bien, porquc una de las coluIu-
nas fue puesta en huida perdiendo toda su ar-
tilleria, otra fue envuelta y perdió 3,000 prisio-
neros, y las otras desami nadas, se limitaron á
sim pIes demostraciones , si n que en ninguna par-
te pudiesen sostener las tropas napolitanas el cho-
que de las francesas. Un poco turbado l\Iack, re-
nunció á tomar la posición central de Civita-Cas-
tellana, y comenzó ú persuadirse que no era sobre
aquel punto donde hubiera debido pensar en for-
zar la lí.nea enemiga, sino en Terni que era punto
mas inmediato al Apenino y menos defendido por
los Franceses, donde debia haber dado el gol pe
principal. Entonces pensó en sacar de allí sus tro-
pas con disimulo y dirigirlas desde Civita-Caste-
llana hácia Terni ; pero para ocultar aquel movi-
miento hubiera sido indispensable una rapidez de
egecucion imposible con unas tropas (IHe enrecian




DJRECTORIO (1798). 59
de disciplina. Fueron necesarios muchos dias para
hacer repasal' el Tiber al grueso del ejército, y
Mack contribuyó por su falta á retardar todavia
una operaciou yá de suyo demasiado lenta. Mac-
donald á quien él creia detener en Civita-Caste-
llana con sus demostraciones, se habia ya trasla-
..lado al otro lado del Tiber, y Lemoine estaba ya
reforzado en Terni, Así los Napolitanos habian si-
do prevenidos en todos los puntos que se propo-
nian sorprende r, El primer movimiento del gene-
ral Metsch desde Calvi á Otricoli no ocasionó IDas
que un desastre pOl'que al volver desde Otl'icoli á
Cal vi se vió rodeado aquel genel'al y obligado á
rendir ~as armas con 4,000 homhres , á un cuerpo
de solos 3,500. Desde aquel instante no pensó ya
Mack sino en volverse á Roma y replegarse des-
de ella hasta el pie dc las montarías de Frascati y
Albano para reunir su ejército y reforzarle con
nuevos batallones. Tristísimo era aquel recurso,
porque no ~g el número de soldados el que con ve-
nia aumentar , sino variar su ca lidad , y esto no se
lograria con rctiraese algunas leguas del campo de
batalla faltando tiempo para inspirarles disciplina
y valor.


Al saber el rey de Napoles aquellas tristes nue-
vas salió furtivamen le de Roma, donde pocos di as
antes habia entrado en triunfo, y los Napolitanos
evacuaron la ciudad en desorden con no poco con-




60 REVOLUCION FlU.NCES'\'.
tcnto de los Romanos que ya habian sufrido mas
con su presencia que con la de los Franceses. Vol-
vió Championnet á entrar en Horna t 7 dias después
que habia salido de ella, y bien merecia cierta
mente los honores del triunfo, pOl'que reconcen-
tr ándose- hábilmente con quince ó diez y seis mil
hombres habia sabido volver á tomar la ofensiva
contra 40 mil y conseguido ponerlos en desorde-
nada huida. No quiso limitarse Championnet á la
simple defensa de los estados rOlnanos, sino que
concibió el atrevido pl'oyecto de conquistar el rei-
no de Nápoles con su pequeño ejército. Era difícil
la empresa, no tanto por la fuerza del ejército
napolitano, como por la disposicion de los habi-
tantes que podian hacernos una gueLTa lal'g'a y
muype1igrosa; mas novor eso desistió Champion-
net de avanzar. Salió de Horna para seguir la re-
tirada de lUack y le hizo en el camino una mul-
titud de prisioneros, poniendo en completa der-
rota á la columna que habia desembarcado en Tos-
cana, de la cual solo escaparon 3,000 hombres.


Ya completamente desalentado 1\Iack se re-
plegó rápidamente al reino de N;'q)()les y no se de-
tuvo hasta Capua detrás de la línea del rio que es
ITIUY profundo y forma una barrera muy dificil de
vencer. Durante aquel tiempo babia vuelto el rcy
{¡ Nápoles y su pronta vuelta habia causado no
poca confusión. Enfurecido el pueblo con los re·-




J){RECTOlUO (1798). 6,·1
-,eses esperimentados por el ejército gritaba que
babia habido traicion y pedia armas amenazando
degollar á los generales, á los ministros y á todos
cuantos echaba la culpa de las desgracias de la
guerra. Igualmente queria asesinar á todos los que
se sospechaba que eran amigos de los Franceses J
de la revoluciono Aquella odiosa corte no dudó
en franquear las armas á los Lazarones aunque era
fácil de preveer el uso que harian de ellos, pues
apenas aquellosbárbaros recibieron los restos de
las que habia en los arsenales , se insurrecciona-
ron y se hicieron dueños de Nápoles. Sin cesar de
gritar contra la traicion , se apoderaron de un
mensagero del rey y le asesinaron, en vista de lo
cual empezaron á temblar el favorito Acton á
quien empezaban á atribuir las calamidades pú-
hlicas , y Jo mismo la reina, el rey y toda la corte.
No pareciéndoles ya segura la residencia de Ná-
poles, les ocucrió la idea de refugiarse á Sicilia, y
la egecutaron pocos dias después. El dia 31 de di-
ciembre se embarcaron en la escuadra de Nelson
los muebles mas preciosos de la corona, todas las
riquezas de los palacios de Caserta y de Nápoles y
un tesoro de 20 millones de francos dando á la ve-
la para Sicilia. No quiso Acton esponel'se á perma-
necer en Nápoles y se embarcó con la reina despues
de haber pegado fuego á todo lo que no pudie-
ron llevar, inclusos los arsenales. Así salió en me-




62
dio de una tempestad y á la luz de las llamas del
incendio aquella corte criminal y cobarde dejando
comprometido su reino, y con órden , segun se di-
ce, de degollar á toda la nobleza á quien acusaban
de tener espíritu revolucionario, y aun á la demas
gente..decente hasta la clase de los escribanos. Que-
dó de lugar teniente del rey, el príncipe Pignatelli.


Durante aquel tiempo iba avanzando Charnpion-
net sobre Nápoles y cometiendo á su vez la misma
falta que Mack , pues dividió su ejército en mu-
chas columnas que debian reunirse en Capua ,
siendo muy incierta esta operación teniendo que
atravesar malísimos caminos por entre un pueblo
fanático y sublevado en todas partes contra los so-
ñados enemigos de Dios y de San Genaro.


Llegó Championnet con su cuerpo de batalla á
las orillas del Volturnio, y quiso hacer una ten-
tativa sobre Capua, pero rechazado por una nu-
merosa artilleria , se vió precisado á renunciar á
ella y replegar sus tropas hasta la llegada de las
demas columnas. Verificóse aquella tentativa el
dia 3 de enero t 799, Y los paisanos Napolitanos
insurreccionados en todas partes interceptaban
nuestros correos y convoyes, sin que Champion-
nel tuviese noticia alguna de sus columnas, pu-
diendo considerarse su situación en un estado
muy crítico. Se aprovechó l\fack de aquella oca-
sion para hacerle proposiciones de acomodo, pel'o




DIRECTORIO (1798-99). 63
Championnet contando con la fortuna de los Fran-
ceses las deshechó atrevidamente todas, y solo
cuando se le reunieron sus columnas convino
en un armisticio con las condiciones siguientes;
debia Mack abandonar la línea del Volturnio , ce-
der la ciudad de Capua á los Franceses, retirarse
detrás de la linea de los Regi-Lagni hácia el Me-
diterraneo y la de Ofanto hácia el Adriático, y ce-
der también una gran parte del reino de Nápoles.
Ademas de aquellas cesiones de territorio, se esti-
puló la concesion de 8 millones de francos en di-
nero, y se firmó el armisticio el dia 1 t de enero.


Cuando se supo en Nápolcs la noticia del arrnis-
ticio se enfureció de nuevo el pueblo y empezó á
gritar con maYOl' cólera que nunca diciendo que
estaba vendido por los oficiales de la corona; y
cuando vió al comisionado que estaba encargado
de recibir la suma estipulada, cometió los mayo-
res escesos, se sublevó é impidió la ejecucion del
armisticio. Llegó ú tal grado el tumulto , qne in-
timidado el príncipe Pignatelli, se salió de Nápo-
les y quedó aquella hermosa capital entregada á
los Lazarories. No hahiu en ella autoridad alguna
reconocida y amenazaba un trastorno general,
mas al 6n al cabo de tres días de alboroto se llegó
á elegir un gefe que tenia la confianza de los La-
zarones y fue el príncipe de Moliterne 8 que bus-
có algunos medios para contenerle. Entre tanto




llEVOLUCION FllANCESA.


reinaban los mismos furores el'} el ej(~l'cito d~ Mack
t~uyos soldados lejos de auibuir sus desgracias á
su propia cobardia , se las anibuian ú su genel'al
y quisieron sacrificarle; dc suerte que el preten-
dido libertador de Italia, que un mes áutes hahiu
recibido los honores del triunfo, no tuvo otro asi-
lo que el campo mismo de los Franceses. Pidió pel'-
In iso ú Championnet para rcfugiarse ásu lado, y
aquel generoso republicano 01vidando el lenglltlge
poco decoroso de l\Jack en su correspondencia') le
dió asilo, le hizo scnta r á su mesa y lcdejú su espada.


Autorizado Championnet con la oposiciou de
Nápoles á ejecutar las condiciones del armisticio,
avanzó hacia la capital con [ti) imo de apoderarse
de ella. No dejaba de ser diíicilIu empresa por-
que aquel inmenso pueblo, que en rasa campana
habría sido disuelto con alg-unos escuadrones de


t..


caballeria , lle~'aba ú ser temible detrás de los
<~


muros de una ciudad, y asi huho que dal' algu-
nos combates para acercarse ú la plaza , en que
los Lazarones mostraron mas valor que el ejérci-
to napolitano. Conta inmincncia del peligro se
habia aumentado su furor y el príncipe dc Moli-
terne (Iue se empeñaba cn modcrarlos , cesó hien
]11'00 to de ser su ídolo y cl igienHl pOI' gefes ú dos
de sus cornpaiicros , que fueron los llamados p;¡g-
gio y Miguel el Loco. Desde a'l ucl instante se en-
tregaron ú los mayores csccsos y cometieron toda




DIRECTORIO (1798-99). 65
especie de violeucias contra la clase media y los
nobles acusados de jacobinismo. Llegó ú tal pun.-
to el desorden que todas las clases interesadas en
({ue tuviera término, deseaban la entrada de los
Franceses. Comunicaron los habitantes [l Mack,
que estaban prontos á reunirse con él para entre-
gar á Nápoles, y hasta el mismo príncipe de l\'Jo-
literne prometió apoderarse del fuerte de San
Telmo y entregársele á los Franceses. El día 13
de enero dió Championnet el asalto, y los Lazaro-
nes se defendieron valientemente; pero como los
vecinos honrados se habían apoderado del fuer-
te de San Telmo y de varios puestos fortificados
de la ciudad, dieron entrada á los Franceses. Re-
trincherados los Lazarones e,1 las casas iban ú de-
fenderse de calle en calle y tal vez á incendiar la
ciudad, pero se hizo prisionero á uno de sus ge-
fes y se le trató con mucha cousideracion ofrecicn-
dole respetar á San Genaro, con lo cual consi-
guió hacer deponer las armas á todos los suyos.


Desde aquel instante se encontró Championnet
dueño de Nápoles y de todo el reino, dándose
gran prisa á restablecer el órden y á desarmar ú
los Lazarones : y conformándose con las intencio-
nes del gobierno frances mandó proclamar la nue-
va república, dándola un nombre anlíguo cual
fue el de república parthcuopca. Este tiu tuvicron
las locuras y malicias de la corlc de Nápoles. Dos


XIl.




66 llEVOLUCION FRANCESA.
meses tan solos y 20 mil franceses bastaron pan.
disipar sus vastos proyectos y cambiar en república
sus estados. Aquella corta campaña de Champion-
net le valió por de pronto una reputación brillante
y con tal motivo tomó el ejército de Romael nom..
bre de ejército de Nápoles separándole del de Italia
quedando Championnet independiente de Joubert.


Mientras que tales sucesos ocurrian en la penín-
sula estaba consumándose completamente la caida
del rey del Piamonte. Ya pOl' una precaucion que
las circunstancias hacian que fuese legítima se ha-
bia apoderado Joubert de la ciudadela de Turin
y la habia fortificado con la artilleria tomada en
los arsenales piamonteses; pero no alcanzaba ni
con mucho aquella precancion en el actual estado
de las cosas porque no cesaban los tumultos en el
Piamonte y los republicanos hacian sin cesar nue-
vas tentativas acabando de perder 600 hombres
por haber intentado sorprender á Alejandria. Sa-
lió una cuadrilla de máscaras de la ciudadela de
Turin que representaba á todos los personages de
la corte y que fue ejecutada parte por Pianlonte-
ses y parte por oficiales del ejército frances á quien
no siempre podian contener los genel'ales y esta
farsa estuvo para ocasionar un sangriento comba-
te en el mismo Turin, No era posible que la corte
de Turin fuese amiga nuestra y lo demostraba
bastante la correspondencia del ministro de Ná-




llIRECTORIO (1798-99). 67
poles con MI'. de Priocca 9 que era el principal mi-
nistro de Turin, En semejantes circunstancias vién-
dose espuesta la Francia á una nueva guerra no
podia dejar en su comunicacion con los Alpes dos
partidos riñendo uno con otro y un g'obierno ene-
migo y tenia además el mismo derec ho sobre Jet
corte del Piamonte que tienen los defensores de
cualquier plaza SObl'C todos los edificios que cs-
torban ó comprometen su defensa" , y asi se dCt'i-


... Parece así como suena cuando lUl', Thiers :'llega serta-
mente tales razones, que solo se pl'opone reirse de sus lecto-
res ó que estos no sertan otros que los que tienen natural iu-
teres en admitir como legítimo todo cuanto cediese en gloria
ó beneficio de la Francia pOI' cualquier medio que fuese. Si
se contentára con decir que la necesidad y el derecho de la
fuerza habian decidido á despojar de la corona al rey del Pia-
monte, fiada tendríamos que decir; supuesto fIUC el derecho
del mas fuerte es el que siempre prevalece en el mundo. Pero
querer pintar COIlW una accion justificable y buscar compa-
raciones traidas por los cabellos para escusar la deposición
de un rey, (Iue si no era amigo era por lo menos aliado,
despues de hacerle burla por las calles de su propia corte,
después de ocuparle la ciudadela de su capital y despues de
haberse servido de su ejército para hacer conquistas en los
estados vecinos, vive Dios que es demasiada confianza en la
lógica revolucionaria. Estos raciocinios de nuestro autor nos
recuerdan los que en los tomos anteriores hacía para discul-
par las violencias y crueldades de la comision de salud prí-
blica , diciendo (J1I(~ á no ser por ellas no podia llevarse ade-
lante el empeño ya contrnido por los jacohiuos, como ~i HU




68 REVOLUCION FANCESA.
dió precisar al rey de Piamonte á que abdicase la
corona. Para ello se principió por dar apoyo á los
republicanos, ayudándoles :1 que se apoderáran
de Novarre , Alejanclrra , Suza y Chivasso; y des-
pues se le dijo al rey que ya no podia residir en
sus estados que se le revelaban, y que iban muy
Tu'onto <l ser teatro de la guerl'a. Se le pidió la ao-
dicacion del Piamonte dejándole la isla de Cerde-
ñu ; y en efecto la firmó el dia 9 de diciembre 1798
con la cual quedaron los dos príncipes mas pode-
rosos de Italia, que eran el de Nápoles y el Pia-
monte, sin otros estados que dos islas. En las cir-
cunstancias que se preparaban no se quiso crear el
nuevo embarazo de fundar otra república, sino
que hasta ver el resultado de la guerra se decidió
que provisionalmente la Francia administrarla el
Piarnonte. No quedaba ya en toda Italia por invadir
sino la Toscana, y solo se necesitaba para ocupar-
la una simple intimacion; pero se diferia hacerla
hasta que el AustriahuLiese declarado formal-
mente la guerra.


hubiera sirio mas fácil <¡Ile á estos se los llevara el diablo y
dejasen en paz <i los que amaban verdaderamente á su patria
y ¿i su libertad. Los Franceses privaron del trono á la familia
del Piamonte de la misma manera y por igual razon que ha-
bian destruido la aristocracia de Venezia, esto es por la fuer-
:la y la fortuna de las armas , mas no por el derecho co mun
de los defensores de las plazas tIlle 110 tiene' la menor conexión
con el caso de que se I~st¿í tr-atando. (N. del T.)




NOT1\S DEL 'rRADUCTOll
PERTENECIENTES AL CAPITULO PIUlUEHO.


_81_
PAGINA L•.


1 Nicolas Wasiliewitseh , príncipe de Repuin , Ield-
mariscal ruso, unció en 1i54 , siendo hijo de aquel otro
priucipe de Hcpnin qne mandó uno de los cuerpos del
ejército de Pedro el gl'ande en sus guerras contra Car-
los XlI. Hizo siendo joven la guena de siete años en el
ejército Iruuces en calidad de aventurero, y pasó algu-
nos inviernos en Puri« durante la decadencia de la mo-
narquia. En 1i6.1, le nombró Catalina II embajador en p'o-
Jonia pal'a ir ú auxiliar la elección de Estanislao Pouiu-
towski , amante de aquella princesa y compañero en sus
partidas de diversion , lo cual se verificó el i de setiem-
bre de aquel año, Continuó llepnin de embajador, sien-
do al mismo tiempo camarada del lluevo rey; pero lue-
go habiéndose picado los dos pOI' un lance de galantel'ia,
le acusó ú Catalina d(' qlle iutnntahu I)(')'~('guil' Ú los disi-
dentes Gricgos , Luteranos y Calvinistas. La emperatriz
tomó partido por ellos )' envio nuevas tropas sobro
las que p tenia el} Polonia con orden de que se man-
tuviesen á costa del real putriurouio. En uua palabra la
cmhajada de Repuiu en Vursovía fue la principal ocusion
del repartimiento de aquel reino entre la Rusiu , la Prusia
y el Austria. Llegó ú tanto su despotismo en aquella cor-
te , qua UII dia CII que se hallaba el rey Estuuislao en el
teatro, viendo que tardaba demasiado el embajador I'USO
y que el patio estaba lleno de gente , mandó el rey prin-
cipiar la rcprescntacion , de suene que cuando llegó Hep-
uiu estaba yú en 'el segundo acto. Amostazado de que no
se le hubiese aguardado , mandó interrumpir la pieza y
que se volviese ú principiar. Esta conducta orgullosa





70


eouvenia mucho á los intereses de Cataliua )' asl le euvió
'con gran pompa la cruz de S. Alejandro , el grado de
teniente general y una gl'at' Iicaciou de 50 mi! rublos
(800 mil reales). Poco despues le dió el mando de una
división del ejército de 40 mil homhrcs auxiliar de ~1al'Ía
Teresa en su guerra contra los TlII'COS, Batió al gran Vi-
sir en l1atzin durante la ausencia del general en gefe Po-
temkin, (pie estaba entonces entregado á los placeres-al
lado de Catalina. Esta noticia le pliSO furioso )' marchan-
do inmediatamente al ejército , trató mil)' mal á ltcpnin
por causa de su virtoria ; pel'u éste le contestó con firme-
za ) con la groscr·ja propia de aquellos señores de enton-
ces. Potemkin tuvo que callar pero hizo lo posible pOt'
desgraciarle en el COI'to tiempo {Iue pasó desde esta esce-
11:1 hasta su muerte, ocurrida pocas semanas después. Ape-
nas se firmaron los preliminares de paz se retiró Repniu
ú Moskow , donde ()I'OlÓ un club de ilfartinistas qne era
tina seda religiosa ú q ue él pertenccia ; pero no lardó en
convertirse en una sociedad de descontentos contra la COI',
te. Luego que lo snpo Catalina, mandó prender y destcr-
lar Ú Siberia á los miembros del lal club y qllc' trajesen
Ú Repuiu Ú S. Petersburgo. Entonces se consideró pel'-
dido ; pCI'O fuese <pIe Catalina se acordase de sus anti-
gnos servicios , ó tflte aguardase de él otros nuevos, di-
simuló su disgusto , le recibió bastante bien)' le nombró
gobcruudor de la Livouia , desde donde pasó un año des-
IHWS del repartimiento , de la Polonia al gobierno general
de la Lithuania. Fijó Sil residencia en (;rodno, donde resi-
dia tumhicn el desgraciarlo príncipe Estanislao , ú quien
f'~l había contribuido ú elevar' al trono), á destronar du-
rante los años de '176ti á 1.768; Yél fue tamhien el en- _
cargado de entregarle la carta de Catalina instándole á "
que reuuuciase la corona. Cuando heredó el imperio de
Husiu Pablo 1 fue Hepnin ascendido al grado de Feld-ma-
riscal el dia 20 de uovicmhre 17DG y despues de la paz
de Cnmpo-Formio le envió de embajador á Prusia. Allí
desplegó una pompa estruordinuriu tanto mas brillante
cuanto no quiso tomar el titulo de embajador ni ninguno




DEL TRADUCTOR. 7t


otro diplomático, sino el de simple viagcro , para poder
hablar mas frecuentemente al jóven rey y persuadirle á
que se uniese con la segunda coalición que se premedita-
ba; pero el rey persistió en observar la neutralidad con
Francia. Marchoso de allí á Viena y poco después se vol-
vió á S, Petersburgo donde le desgració el emperador por
haber salido mal con su embajada. Entonces se retiró á
Moskow , donde murió el dia 12 de mayo 1801.


PAGINA 22.


2 Este Rnpinat, cuyo nombre pal'ece ser una breve
pintura de sus costumbres, era natural de la Alsacia ~' pa-
riente del director Itewbell , que fue quien le envió á Sui-
za cuando se hizo la invasión de aquel pais en 1797.
Hasta entonces no había tenido ou-o empIco que el de
oficial del archivo del directorio , pero se manejó con
singular destreza en el arte de despojar al pais , que era
entonces la principal habilidad de todos los enviados de
la república francesa. Había nacido en la pobreza y reci-
bido muy poca educación , pero le pusieron de asociado
á un comisario ordenador llamado Bouliere , que era al-
go menos nulo. Es de advertir que ambos iban á suceder
á Lccarlier , it quien se habla quitado de allí pol'(lue dis-
gustaba su probidad (véase su nota), y apenas llegaron
echaron mano del tesoro y de todas las cajas públicas
tanto en Luzerna, como en Zurich y en el Valais ; con-
fiscaron los almacenes y cayó sobre la Suiza una nube de
contribuciones. Cargaron un millon de francos de multa
so1.}I'C las abadias : seis sobre los patricios de Berna, y
siete sobre los de Zurich , Luzernu , Fribourg y Soleure.
El directorio frunces hizo el enfadado y destituyó á Rapi-
nat cuando éste se atrevió á declararse omnipotente en la
Suiza, pe"o aprobó las exacciones y aun exigió que an-
tes de retirar á su comisionado se obedeciese todo cuanto
aquel hahia dispuesto. Hecho esto, continuó Rapinat eu
sus funciones mas de seis meses despues , hasta que lle-
gó á ser tan general la indignacion , qne se temió un al-


/




72 NOTAS
zamieuto y solo entonces se decidió Hewhcl! ú libertar ;¡
la Suiza de la tirauia de su pariente. Con las muchas ri-
quezas quc trajo de la Suiza par'a ambos se comprurou las
mas hermosas posesiones de la Alsacia , y entonces se can
taba pOI' las calles la siguiente seguidilla que aunque mal
traducida, venia ú decir


Un pobre Suizo arruinado
anda tras de averiguar
si Bupinat es Hapiña
o Rapiña Hapinat.


Lo raro es quc le agregaron otros dos lUlIantes COlIJO
él que el lino se llamaba Grugeon y Id otro F'or{ait.


PAGINA 2~).


a Este l'Iiller, vecino de Lucerna, fue nombrado miciu-
hro del directorio helvético, juntamente COII Hay poJ'(pw
ambos se opusieron Ú las rapiúas de Hupinat , y era tal d
COIIC('ptO ('Il que se les tenia, que cuando el presidente
del directorio dió parte de que hahian accedido ú dar su
dimision dijo: « que ambos se llevaban consigo la esti-
« macion de la Suiza y que contaban con la justicia de la
« posteridad.


PAGINA 2H.


4 Sotiu era un vecino de Nantes muy revoluciouario
quc tomó gran parte en todos los alborotos de 17D2; pe-
ro esto no le libertó de scr uno dc los sospechosos du
rante la (;poca del terror, tanto que estuvo en lista en-
He 152 habitantes de la ciudad que hahia mandado aho-
gar Carrior <'11 el puente de Cé bajo protesto de enviar-
los á Paris , pero debieron la vida á Francastcl , que los
llevó en erecto ú la capital. Luego que le pusieron CII
libertad se lijó allí y se declaró pOI' el partido del direc
todo ~ que le uomhró ministro de policía en reemplazo dI'
Cochou cuando se prcpnró la jornada de fructidor. En
efecto lo dispuso todo ú ~uslo de los tres directores de
la mayol'Í<l y los vencidos dircu de ...-, que se condujo con




DEL TRADUCTOR. 73
mucha barbarie y que propuso otras medidas mas cruc-
les que la deportncion ti Cayeua. En 1798 se le quitó el
ministerio pOI' ser demasiado partidario de Jos republi-
cauos y le enviaron de emhajador á Génova donde no
hacia mas que incitar á (os patriotas á quc se suhlevaseu
contra el gobierno del Piarnonte. POI' eso le quitaron y se
Je dió el consulado de Nueva York. Después del 18 de
brumario estuvo empleado en el ramo de víveres para cl
ejército del Ilhin , y sin saber cómo se halló bajo las ór-
deues del inspector Duraud de Molard , á quien él habia
puesto en la lista de los periodistas que debían ser de-
portados el dia 18 de Iructidor. Ultimamcnte se le nom
Lró comisado de relaciones coruerciales en Savanah y se
vino :'t morir en París en 1806.


PAGINA 5D.


t) Fidel Sopranzi era un abogado y literato célebre de
.Milan, á quien hicieron miembro de la municipalidad
cuando los Franceses entraron en aquella capital y pasó
á Paris en junio de 179., pal'a felicitar al directorio pOI'
las victorias de sus armas. En 17D7 le nombraron minis-
tro de policía de la república Cisalpina. Elegido director
de clla por Tr'ouvé CII los términos que dice el texto y
cspulsado dcspucs pOI' UI'lIllC y Fouché , fue el único que
protestó contra aquella violeucia , y aunque se la quiso
despues dar satisfucciou , se marchó á Puéis á dar luces
al directorio sobre la completa einancipacion de su puis ,
cuando ocurrió la revolución del18 de hrumario que vi-
11O:i interrumpir todos sus planes. Bonaparto le nombró
prefecto de uno de los departamentos de la Cisalpiua , y
allí dedicó sus últimos años ú hacer varias composiciones
en versos latinos sobre diferentes ramos de litoratura , y
en particular para elogiar las victorias de Napoleón.


PAGiNA 48.


f) El geucrul Surruzin fue UIlO de los empleado s eu




74 NOTAS
la espedieion de Irlanda el año f 798 Y á su vuelta le hi-
zo grandes elogios el directorio á pesar del mal resulta-
do de la espedieion. Vuelto á emplear en el ejército de
Italia, derrotó á los insurgentes napolitanos en la campa-
ña de 1799 y salió gravemente herido en la batalla del
Trebia. Despues de la paz de Amiens hizo parte de la es-
pedicion de Santo Domingo, donde batió á los Negros en
muchos encuentros y volvió á Francia en 180-f.. Al año
siguiente le destinaron á Alemania con Augerean y des-
pues de todas aquellas brillantes campañas vino á morir
en la retirada de Rusia.


PAGINA 32.


7 José Manuel Casa-Blanca era un oficial corso á
quien hicieron teniente de provinciales cuando principió
la revolucion , y le enviaron á Paris de diputado con Pao-
li pal'a felicitar á la asamblea nacional. En ,1792 se le em-
pleó en el ejército de Italia y habiéndose distinguido fue
enviado á Córcega á defenderla con tra los Ingleses. Sirvió
despues en el ejército de los Alpes con Kellermann y úl-
timamente hizo las campañas de Italia con Bonaparte. EI'a
Ja gener';}1 de division en el lugar que le menciona nues-
tra historia; pCI'O cuando Napoleón suhió al consulado
dejó Casa-Blanca el servicio militar y le eligieron sena-
dor dúndosele poco despues la senatorcria de Ajaccio.
Mas el infeliz fue asesinado en unn casa de campo cerca
de Aviñon el dia 16 de noviembre 1803, sin que hayan
podido descubrirse los autores de tal crimen.


PAGINA 65.


8 El príncipe de Moliterno , no Moliterne como dice
el texto, era hijo del principe de Marsico-Nuovo embaja-
dor de Nápoles en Turin , donde se educó y sirvió con
honor en 1794 bajo las órdenes del general Federici. De
vuelta de aquella campaña le nombró el rey gentil-horu-
hre de cámara, y cuando los Franceses penetraron de




DEL TllADUCTOR. 75
nuevo en Italia levantó dos regimientos de caballería á su
costa, que mandó en persona. Cuando ocurrieron estas
escenas de que habla el texto, manifestó un celo estra-
ordinario en favor del I'ey; pero la fuga de este it Sicilia
y la certeza de no poder contrarrestar á las fuerzas de
Championnet, ó tal vez su propia ambicien le hicieron
tratar secretamente con él, al tiempo mismo que los La-
zarones le hablan nombrado generalísimo de las tropas
napolitanas. Tuvo Mack algunas sospechas de lo que pa-
saba y le mandó arrestar; pero el populacho le sacó vio-
lentamente de la carcel y él se aprovechó de su ascen-
diente p:lI'a facilitar la entrada en Núpoles á los France-
ses. Se le confirmó el grado de general, pero sin solda-
dos; y entonces empezó á tener algunas juntas secretas
para ver de remediar los males que aflijian ú su patria,
La policía francesa no tardó en saberlo y se trató de dar-
le un destierro honroso nombrándole embajador de la n ue-
"a república Parthenopea cerca del directorio ejecutivo.
Esto fue lo que le salvó la "ida que hubiera perdido in-
faliblemente cuando volvió á entrar en Núpoles el carde-
nal Ruífo. Despues acá no volvió á presentarse en la es-
cena política.


PACINA G7.


9 Carlos Derninud de Priocca , ministro del I'C" de
Cerdeña fue el que firmó en 17fJ7 el tratado de ali;nza
de este príncipe con la república francesa, pero no pudo
POI' mas qne hizo salvar el trono de su soberano. El di-
rectorio publicó, p~lI'a cohonestar la tropelía hecha con el
rey del Piumonte , Hila correspondencia entre este Priocca
y el príncipe Pignutclli ministro de Nápoles , qne segun
los historiadores m3S modernos fue enteramente supuesta;
Cosa muy creíble al "el' la infame conducta que el directo-
rio guardó con el I'CY del Piamontc.






DIRECTORIO (1799). 77


CAPITULO SEGUNDO.


Estado de la administracion de la repriblica y de los ejércitos
á principios de 1799. - Preparativos militares. Leva de
200 mil conscriptos, Medios y planes de guerra del direc-
torio y de las potencias coligadas. - Declaracion de guerra
al Austria. - Apertura de la campaña de 1799, Invasión
de los Grisoncs. Combate de Pfullendorf; Batalla de Stoc-
kach. Retirada de Jourdan. - Operaciones militares eu
Italia. Batalla de Magnano ; retirada de Scherer , - Asesi-
nato de los plenipotenciarios franceses en Rastadt. - Efec-
tos de nuestros primeros reveses. Acusaciones frecuentes
contra el directorio. - Elecciones del a110 VIl.- Se nom-
bra director á Sieyes en reemplazo de RewbeJ.


Tal era el estado de las cosas al principio del
año 1799 en que ya no quedaba duda de la guer-
ra después de los acontecimientos que acabamos
.de referir.t.Ademas de las correspondencias inter-
ceptadas y del levantamiento repentino de la cor-
te de Nápoles , que ciertamente no habria toma-
do la iniciativa :sin está.' segura de una interven-
cion poderosa, no dejaban la menor incertidum-




18 ft.EVOLUCION FRANCESA.
bre los inmensos preparativos del Austria y la
llegada de un cuerpo ruso á Moravia. Se estaba en
el mes de enero de 1799 , Y era evidente que las
hostilidades principiarian dos meses despues ; y
asi quedaba probada POl' los hechos la incompati-
bilidad de los dos grandes sistemas que la revolú-
cion habia puesto en presencia uno de otro. Ha-
bia principiado para la Francia el año de 1798
con tres repúblicas á su lado, que eran la Báta-
va, la Cisalpina y Liguriana , y ya al fin de él exis-
tian nada menos que seis repúblicas que fueron
la helvétiva, la romana y la parthenopea. Aque-
lla estension era debida no tanto al espíritu de
conquista cuanto al de sistema, pues habia habi-
do precisión de socorrer á los habitantes del Vaud
que estaban oprimidos; habia sido preciso vengar
en Roma la muerte del desgraciado Duphot en el
momento en que intentaba separar á los dos par-
tidos; y en Nápoles no se habia hecho otra cosa
que rechazar una agresion; resultando de todo
que se habia entrado en lucha por fuerza. Es cons-
tante que aunque el directorio tenia inmensa con-
fianza en el poder frances, deseaba la paz tanto
por razones políticas como ecónomicas : tambien
es evidente que aunque el emperador deseaba la
guerra, queria diferida todavia; y sin embargo
uno y otro se conducian de tal manera que pare-
ce deseaban volver inmediatamente á la lid, tan




DIRECTORIO (1799) 79
grande como todo eso era la incompatibilidad de
los dos sistemas,


Por mas que la revolución hubiese lado al go-
bierno frances una confianza y osadia estraordi-
narias , el último suceso de Nápoles ,aunque po-
co considerable en sí mismo, llegó á persuadirle
que todo debia ceder en presencia de las bayone-
tas francesas. Esta era tambien la opinion de la Eu-
ropa, y bien se necesitaban los inmensos recursos
reunidos contra la Francia para dar ánimo á sus
enemigos de atreverse á medir con ella. Pero era
tan exagerada la confianza del gobierno frances en.
sus fuerzas , que le ocultaba una pal'te de las di-
ficultades de su situacion. La serie de los sucesos
ha demostrado ya que eran efectivamente inmen-
sos sus recursos, pero que por el momento no bas-
taban para asegural' la victoria. Tenia que admi-
nistrar el directorio ademas de la Francia , la Ho-
landa, la Suiza, y toda la Italia divididas en otras
tantas repúblicas. Ya hemos visto que era mucho
mas dificil regirlas por medio de sus respectivos
gobiernos que si se hubiese mandado directamen-
te en ellas, pues era casi imposible sacar refuer-
zo alguno de hombres ni de dinero pOI' falta de
organizacion. En medio de eso era indispensable
defenderlas , y por consiguiente habia que com-
batir en una línea que se estendia sin interrup-
cion desde el Texel hasta el Adriático, cuya línea




'SO REVOLUClON FRANCESA.
ademas de estar atacada de frente por la Rusia y
el Austr-ia , estaba tamLien flanqueada por las es-
cuadras inglesas así en Holanda como en Nápoles :
mientras que era necesario sacar de sola la Fran-
cia las fuerzas que exigia una situacion militar se-
mejante. Ahora bien los ejércitos se hallaban su-
mamente disminuidos y 40 mil soldados los me-
jores se hallaban en Egi pto con nuestro gran ca-
pitan. Los que habian quedado en Francia se ha-
llaban disminuidos en una mitad pOl' efecto de las
deserciones que siempre abundan despues de la
paz. El gobierno pagaba igual número de soldados
que antes.sin tener acaso 150 mil hombres efecti-
vos, en términos que las administraciones y esta-
dos mayores se aprovechaban del esceso de aque-
llos sueldos y era una sobrecarga inútil para la
hacienda. Aquellos 150 mil sol da.los efccti vos for-
maban escelentes cuadros que podian llenarse con
la nueva leva de los conscriptos, pero no habia ha-
bido tiempo para organizarlos desde que se habia
publicado la ley de la conscripcion , y ademas de
eso se hallaba la hacienda en el mismo desorden
por la rnala organizacion de las cobranzas. Se ha-
bia votado un presupuesto de 600 millones y un
subsiclio estraordinario de 125, que se haoia de
tomar de los '-.00 m illoues que quedaban de hie-
nes nacionales ; rt~l'O la lentitud de las entradas y
el error en la valuación de ciertos productos, de-




mnECTOHIO (179H). SI
jahan un déficit considerable. Ulrimamentc princi-
piaba á tiesa parecer la suborclinacion (fue tan ne-
cesaria es en nna máquina tan estensa , siendo
muy difíciles de contener ya los militares. Aquel
estado de perpetua guerra les habia hecho cono-
cer que eran necesarios, y esto les hizo imperiosos
y exigentes. Situados en paises ricos, querían apro-
vecharse de ellos, y eran cómplices de todas las
espoliaciones, empeñándose en hacer que triun-
fasen sus opiniones en todas partes donde residían
y resistiéndose á obedecer la direccion de los
agentes civiles. Ya lo hemos visto en la disputa
entre Bruno y Trouvó , y vamos á ver tambien en
lo interior cual se pronuncian las dos oposiciones
(lue se formaron despues del t 8 ele fructidor, He-
primidos los patriotas en las últimas elecciones se
preparaban á tr-iunfar en las nuevas, y los mod e-
rados criticabau {¡'ía pero amargamente todas las
providencias del gobierno, y segun la costumbre
(le todas las oposiciones le echaban en cara hasta
las dificultades mismas que tenian que vencer
aunque muchas vcceses fueran invencibles. El go-
hierno es la fuerza misma y es preciso que triun-
(e, suceda lo que suceda; ly;rque nnnca se escu--
..han sus disculpas cuando se pone ú espljcar por~
([ue no ha podido vencer las dificultades.
. Tal era la situacion del directorio en <,1 instunte
qllP volvia ú principiar la guerra <'11 Europa , mir-n-


x11.




82 RE\'OLUCIO~ FllANCESA.
tras que él estaba haciendo grandes esfuerzos pal'a
restablecer el órden en aquella gran máquina. Con-
tinuaba laconfusion en Italia y todos los recursos
de aquella rica comarca se iban desperdiciando y
perdiendo sin utilidad del ejército aprovechándo-
se de ellos una porción d e bribones. La comision
que estaba encargada de fundar y administrar la
república romana acababa de terminar sus funcio-
nes y al momento principió á hacerse sentir el in-
flujo de los estados mayores. Estos habian cam-
biado los cónsules teniéndolos por demasiado JUO-
derades , anulado las contratas mas ventajosas pa-
ra el mantenimiento del ejército, como que aque-
Ha comision en flue Faypoult tenia la dirección
de la hacienda habia hecho un convenio para que
no faltasen ni la manutención ni las pagas de las
tropas estacionadas en Roma, igualrnenteque pa-
ra el transporte de los objetos artísticos que se
enviaban á Francia, dando en pago bienes nacio-
nales pertenecientes al clero. Adenias de ser muy
moderada aquella contrata con respecto al precio,
tenia la ventaja de dar salida á los bienes naciona-
les; pero no solo se anuló sino que se hizo otra
con la compañia de Baudin que estaba devorando
la Italia. Estaba apadrinada aquella compañia por
los estados mayores, á quienes dejaba uno por
ciento de beneficio. No menor presa ofrecia el
Piamonte á los avaros es.ieculadores v no bastabaj ~




DIHECTORlO (1799). 83
toda la probidad <le Jouhert , general en gcfe (del
ejército de Italia, pal'a poner coto á la corrupcion
del estado mayor y de las compañias. Pero donde
no tenia límites el pillage era en Nápoles, porque
parecia haber sido entregado al saqueo todo el
reino. Hahia en el directorio cuatro hombres Ín-
tegros que eran Rewbel * , Larreheill iúre , Merlín
y Treilhardquc estaban Inuyincomodados con
aquellos desórdenes. Sobre todo Larrevcil liére ,
que era el mas severo y mejor enterado de los he-
chos por sus relaciones particulares con el emba-
jallol' Trouve y con los miembros de la comision
de Roma. En consecuencia propuso (~ hizo que se
adoptara un proyecto tan cl1(~rg'ico como pruden-
te el cual consistia en instituir en todos los paises
dependientes de Francia donde residiesen sus ejél'-


,.. En cuanto •• Rey, ))('1 habrá de lwrdollall1os el autor de
esta his toria , porque d.ulo caso que le disgustasen los robos
hechos en Italia por otros especuladores, file tan sucia la pr-o-
teccion que dispensó en Suiz.a á su cuñado Rapinat, que to-
dos los historiadores contemporaucos están acordes en que
tomó parte en sus robos, y ademas lo comprobó así la corni-
sion nombrada por el consejo de los Quinientos el año des-
pues qlle salió del directorio. Cuando faltase otra prueba his-
tórica ni judicial, ¿ de donde habia .de haber sacado Rewhel ~
que era pohrísimo <:·1 y sus padres al principio de la revoln-
cion , las inmensas posesiones qnc compró eu la Alsacia ,'


'IV. del T.


.¡~"\., ..~~-
/' .•~ r~"-, ,




REYOJ.rCfON FRANCES,\.


citos uuas comisiones encargadas <le la parle ci-
vil y económica, enteramente independientes de
los estados mayores. Estas comisiones civiles ha-
hian de cobrar en Milan, Turin , noma y Nápolcs
las contribuciones que se hubiesen estipulado con
los paises aliados de Francia, celebrar las contrae
tas , tomar todas las disposiciones económicas y en
una palabra proveer á todas las necesidades del
ejército, sin dcjar el manejo de fondo alguno á los
estados mayores ni á los gefes militares. Sin em-
bargo tenian aquellas comisiones orden para pa-
gar esactamente á los generales los fondos que pi-
diesen sin obligacÍon de justificar ante ellas el ob-
jeto, sino de dar cuenta al gobierno, con lo cual
no se faltaba á la consideracion c~ehida á la auto..
rular] militar, Hicieron los cuatro directores que
se adoptase aquella providcncia iy se le intimó ú
Schérer la órden pal'a que la hiciese egecutar in-
mediatamente con el mayOl' rigor; y como se sa-
bia su indulgencia con sus camaradas, se le insi-
nuó que él ~responderia de todos los desórdenes
que no se hubiesen reprimido,


Por mas justa que fuese aquella medida no po-
.lia menos de ofender mucho á los estados mayo-
les quienes particularmente en Italia princi piaron
a revelarse, diciendo que se deshonraba á los mi-
litares con las precauciones que se tornaban con-
u-a ellos, v se cntravaba la acción de los gcnera-




IHHECTOIUO (1799). 8;)
lt~S privándoles de toda autoridad. Ya Champion-
nct hahia princi piado [\ echada de legisladol', y
nombrado comisiones encaruadas de administrar,
el pais conquistado. Por consiguiente envió el go-
bierno á Favpoult. ú I\úpo(es pal'a que se encal'ga-
se de toda la parle económica, el cual tomó las
disposiciones necesarias para (lue eutráva en sus
muuos Loda la admiuistraciou y revocó ciertas pro-
vidcucias mal clllendida5 que hahia dado Chaln-
piouuct, Este, con aquel la altivez propia de los
{l(~ su oficio , sohrc todo cuando son victoriosos, se
dió por ofendido y tuvo d atrevimiunto de mandar
;'1 Fa,\'polllL y ú lo,,, dumas comisarios <lue saliesen
de Núpoles en el t(~l'lllino de 2 í horas. No podía
tolerarsc semejante conducta, porque eso de des~
COIHH:cr las órdcucs tlel di rectorio V echar de Nú-


, .


polcs ;'1 10:-; l~n\'i:ldo,,, qlH~ ('-;Lahan revestidos con sus
filculiadc:; era u u .ut o 'lIJl~ Bl('l'í'(il la 111:15 severa
repn~ILÚOiJ :¡ HH'ilOS di" i'I'llullcial' la autoridad su-
prema y pOlll~rla en il1ano:; de los generales. No ce-
dió el ti i l'eclorio., s i lIt) qu e gracias ú la energia d(~
los rnic in 1; ro.; i11 Lq~T(}' qHe qHe ría 11 pOB (' r t(~ rm i no
ú los robos , ,Jól'lc~;ú en esla ocasiou toda su auto-
ridad. Ik:-;tílUyú Ú Ch.uupiouuct ú pes,u' del brillo
de sus vjctotias V Ji_' ('ntj'(~~'ó ;'1 UBa comisiou mi-


" '


litar. Pero IlO se ruutuvo pOI' c,.;o b iasubol.'diui.l-
ciou , sino qw~ t.uuhic» el v"diclltt' .Ioubcrt ~e dejó
persuadir de que las pl'ovúlew:Í;l'j del directorio




ILEVOLlCION FRA~(;ESA.


ofeudiuu al honor militar , y no queriendo conscr-
val' el mando con aquellas condicioncs hizo dimÍ-
sion de él. Aceptóla el directorio y le dió el man-
do á Bernadotte , que lalnpoeo le quiso aceptar
fundado en las mismas razones que Joubert ; mas
no por eso cedió el directorio sino <lile persistió cn
sus determinaciones.


Inmediatamente después se ocupó el directorio
en la leva de los conscriptos , que se hacia con mu-
cha lentitud; y como no bastasen las dos primeras
clases p.u'a cubrir los 200 mil hombres, pidió la
autorizucion para sacarlos de las dernas hasta que
estuviese completo el cupo que hahia señalado.
Con el objeto de ganar tiempo se decidió que los
mismos ayuntamientos de los pueblos se encal'ga-
sen del equi po de los lHleY03 redutas , y <lue se les
adrnitiese este Fasto en cueuta de la cnnt ri huciou
terri toriul. A penas estuv iesen equipados los BUC-
YOS cunscri ptos, debían marchar para las fronteras
y for-mu rse allí en bata llunes de guarnicion que
reemplazasen Ú lus tropas veteranas en las plazas
y eampos de reserva, y luego (PlC tuviesen la ius-
truccion suficiente irían ;'l reunirse con los ejérci-
tos acti vos.


Tambicu se ocu palu el directorio del défiet't,
pues el ministro Harncl , que continuaba admi-
nistrando la hacienda con inteligencia y probidad
desde que principió el dircctorio , (lió cuenta de




DIRECTORIO (t 799). 87
tlue habiendo verificado el produéto de las con-
tribuciones resultaba que el déficit no bajaria de 65
millones, sin contar toda el atraso que provenía
del retardo en las entradas. Suscitóse una violenta
discusion acerca de la cantidad del déficit, pues los
adversarios del directorio decian que no podia pa-
sal' de J5 millones á lo mas, mientras que Ramel
probaba que no bajaba de 65, ó tal vez de 7!l. Se
habia adoptado el impuesto de puertas y venta-
nas, pero corno no alcanzase para cubrirle, se pu-
so en discusion el impuesto sobre la sal, y enton-
ces se pusieron los gritos en el cielo diciendo que
se oprirnia al pueblo haciendo que recayese el peso
de todas las cargas públicas sobre u na sola clase,
y renovando el abuso de las gabelas etc. El que
con mas encarnizamiento entre aquellos oradores
hacia valer los al'gumentos de la oposicion era Lu-
ciano Bonaparte, al cual respondian los amigos
del directorio alegando la necesidad. Fue desecha-
do el impuesto pOI' el consejo de los Ancianos, y
para reemplazar el producto que habia de dar, se
dobló la contribucion de puertas y ventanas, y se
decupló la de las puertas cocheras. Se pusieron
en venta los bienes del culto protestante, decidien-
do que el clero de este último cobraría salario en
indemnizacion de sus bienes; y pOI' último se pu-
sieron á la disposición del gobierno las sumas que
se habian de cobrar de los propietarios de bienes




88 REVOLUCION l< HANCESA.
que hubiesen (1 uedado indivisos con el estado.


Pero por rlcsgracia todos aquellos recursos no
eran para el pronto; y adcrnas de la dificultad de
poner los productos dc contribuciones al nivel de
los 600 millones que se necesitaban habia otro in-
conveniente en la lentitud de las entradas pucs se
veia reducido el gobierno en este año como en los
anteriores á concede,' certificados dc crédito á los
asentistas sobre productos que no se habian cobra-
do todavía. Los renteros á quienes se habia pro-
metido despues la reducción de los dos tercios la
nlayor csactitud , no eran pagados mas que en
bonos aceptables en descuento de conu-ihucioncs,
y así sc hahia vuelto ú venir ú parar al sistema d(:
espcdientes.


No bastaba reunir soldados y tondos para mau-
tenerlos, sino quc se necesitaba distribuirlos COIl
arreglo ú un plan convenicntc y eIegil'los gcncra-
les. Era necesario, como ya hemos dicho, defender
la Holanda, la línea del Hhin, la Suiza y toda la
Italia í es dccir , operar desde el golfo de Tal'cn-
to hasta el Texel. Estaba cubierta la Holanda J)Ol'
U11 lado, con la neutralidad de la Prusia que pa--
recia asegnrada ; pero dcbiu hace!' un desembarco
en ella una escuadra Anglo-Husa ~ y era urgente
protegerla contra aquel peligro. La línea del Hhiu
estaba dcfciltlida COIl las (los plaz.as de Maguncia~'
Slt'í1slmrgo " y aunque fuese poco probable (lUC




lHilECTOlUO (t 799).
intentase penctrar el Austria, exigía la prudencia
cuhrirla con un cuerpo de observucion. Bien sea
(1ue se tomase la ofensiva ó ([ue se aguardase alli ,
siempre era fleg"UrO encontrar los ejércitos austria-
cos en las orillas del Alto Danubio ó en las cer-
canias del lag"o de Constanza ó en la Suiza. Hubie-
ra sido necesario un ejército activo que saliendo
de la Alsacia ó de la Suiza, avanzase por las Ila-
nüras de Havicra, Después couvcnia tener un ejél'-
cito de ohservaciou para cubrir la Suiza, y úlli-
mameute un grande ejército que defendiese la
Alta lLalia contra los Austriacos y la Baja contra
los Napolitanos é lngleses reunidos.


Semejante campo de liatalla era inmenso, y no
pudo ser entonces tambien comprendido y juzga-
do como lo ha sido después de las la"gas ftucl'ras
(jue hemos visto y dc campañas inmortales. Se crcia
en aqudL.~ época que la llave de la llanura estaba
en las montañas y que estando la Suiza colocada
en el centro de aquella inmensa línea en que se
ii,a ú combatir scria la llave de todo el continelt-
te y una vez que la Francia ocupaba la Suiza pa-
recia tener en ella una venlaja decisiva. Turnlricn
se creia que el que poseycse los manantiales del
Rhin , del Danuhio y del Pó, dchia dominar su
curso; pero todo esto era UIl error. Facilrncutc se
concibe que dos ejércitos que apoyan inmediata--
mente una de sus alas en montaíias , como 10;-;




90 REYOLUCION FIUNCrlSA
Austriacos y los I.... ranceses cuando se batian err
las inmediaciones de Verona ó en las de Hastadt ,_
diesen mucha importancia á la poses ion de aque-
llas montañas , pOl'que el ejército que fuese due-
ño de ellas podia sobreponerse á su enemigo POl'
las alturas. Pero cuando se lidia á cincuenta ó cien
leguas de las montañas, ya dejan de tener igual
irnportancia , porque mientras que se estuviesen
consumiendo por la posesion , pOl' ejemplo, del
monte de San Gotardo podrian los ejércitos situa-
dos en el Rhin ó en el Bajo Pó decidir en poco
tiempo la suerte de la Europa. Pero se deducian
consecuencias de lo pequeño á lo grande; y de
que fuesen importantes las alturas en un campo
de batalla de algunas leguas se queria inferir que
la potencia que fuese dueña de los Alpes debia ser-
]0 del continente. La Suiza no da mas que una ver-
dadera ventaja, que es la de abrir comunicacio-
nes directas de la Francia al Austria y del Austria
á la Francia; y así se comprende muy bien que
para sosiego de aquellas dos potencias y de la Eu-
ropa es una ventaja poder cerrar aquellos desem-
bocaderos. Cuanto mas puedan impedirse los pun-
tos de contacto V los medios de invasión tanto ma-


.J


Y0l' es el beneficio, sobre todo entre dos estados
fllle no pueden rozarse sin (lue se resienta el con-
tinente. En este sentido interesa á toda la Europa
la neutralidad de la Suiza y siempre se ha hecho




DIUECTORIO (1799). 91
muy Lien en reconocerla corno un principio de
seguridad general.


Con haberla invadido la Francia había adquiri-
do la ventaja de los pasos directos sobre el Aus-
tria y la Italia y en este sentido podia mi rarse la
posesion de la Suiza como muy importante para
ella. Pero si es una ven taja la multiplicacion de
pasos para una potencia que se propone y tiene
los medios de tomar la ofensiva, tambien es un
inconveniente para la potencia que se ve reduci-
da á defenderse [l causa de la inferioridad de sus
fuerzas. Esta debe desear entonces que se disn1Í-
])lI)'a ]0 mas posible el número de los puntos de
ataque, ú fin de poder concentrar sus fuerzas con
luayor ventaja. No hay duela que hubiera sido uti-
lísimo para la Francia estando suficientemente
preparada pal'a la ofensiva el poder desembocar
en naviera por la Suiza, asi como era muy incó-
modo para ella estando reducida á la defensiva y
no pudiendo contar con la neutralidad Suiza, asi
corno el tener que defender todo el espacio com-
prendido desde :Magullcia á Génova, en lugal' de
poder, como hizo en 1793 , concentrar sus fuerzas
entre Maguncia y Strashurgo por una parte, y en-
tre Monte Blanco y Génova por la otra,


Asi la ocupación de la Suiza podia llegar á ser
peligrcsa para la Francia en caso de la defensiva;
pero estaba lnuy lejos entonces de verse reducida




92 REVOLUCION FRANCESA.
ú tal estrcmo. Al contrario tcnia resuelto cl g'obier-,
110 tomar la ofensiva en todas partcs y proceder
como antes con gol pes atrevidos; pcro fue desa-
certadísima la distribucion de sus íuerzas , pues
se puso un ejército de observacion en Holanda y
otro en el Rhin, debiendo salir de Strasburgo
otro ejército de operaciones que atravesase la Sel-
va negra para invadir la Bavicra, Otro cjército ac-
ti vo habia de combatir en Suiza peua asegUl'(H' la '
posesión de las montañas y apoya1' de aquel mo-
do al que estuviese operando SObl'C el Danubio al
mismo tiempo que se daba la mano con cl quc
operasc en Italia. 011'0 grande cjército hubia dc
salir del Adige para echar enteramente ú los Aus-
triacos dcl otro lado del )zOIlZO y últimamente
otro de observación habia de cuhri l' la Ba ja Italia
y conservar Ú Napoles. Se decidió que el ej{Tcito
de Holumla fuese de 20 mil liombrcs ; el del Hhin
•.lcfa,O , el del Danubio de SO mil, el de Suiza de
~.O, el de Italia tambien de SO mi] y el de Nápoles
de !.,o mil , lo que for rnaba un total de 300 mil
hombres adernas de las guarniciones. Con semc-
jante número de fuerzas ya no era tan defectuosa
aquella distribucion pero sí COIl la leva de los C011S-
criptos se podia dentro de alg'ull tiempo elevar
nuestros ejél'~itos ú a(l ucl númcro, lo Cf llC es por
el 111OH1CIÜO estábamos IlHlY di stautes de vernos
en scrnejantc caso, ponllle lo mas (lUC pudieran




mRECTORlO (t 799). Da
dejarse en Holanda eran tO mil hombres y en el
Hhin apenas "podian reunirse algunos miles , 'por-
que las tropas que hablan de componel' aquel ejér-
cito de ohservaciou estaban ocupadas en el inte-
rior ya vigilando el Vendée que aun estaba
amenazado ya protegiendo la tranquilidad públi-
ca durante las lluevas elecciones que se prepara-
ban. El ejército destinado Ú operal' en el Danubio
ascendia á lo mas á 40 mil hombres, el de Suiza á
30, el de Italia á 50 Y el de Núpoles á 30; así, lo
mas con que podiamos contar era con 160 Ó t 70
mil hombres, los cuales esparciéndolos desde el
Texel hasta el golfo de Tarento era lo mas impru-
dente que se podia imaginar,


Ya que el directorio arrastrado pOI' la osadia re-
volucionaria se em pcñaba en tornar la ofensiva á
lo menos se necesitaba mas que nunca cscog'er los
puntos de ataque, reunirse sobre ellos en masa
suficiente y no diseminarse combatiendo en todos
á un tiempo. Así en Italia en vez de dispersar sus
fuerzas desde Verona hasta Nápoles era i ndispen-
sable á imitacion de Bonaparte reunir la lllayor
parte de ellas en el Adige y dar allí los gol pes de
importancia. Una vez batidos los Austriacos en el
Adige estaba ya probado que se podia imponer
respeto á Horna ,Florencia y Nápoles. Por el lado
del Danuhio en lugar de perder inútilmente nli-
llares de valientes al pie del San Gotardo era pre-


.{'


.( .


..


, ..




REVOI.UCION FHANCESA.


ciso disminuir los ejércitos de Suiza y del Rhin y
aumentar con ellos el de operaciones del Danubio
dando con él una batalla decisi va en Bnviera. Tam-
hien se podian reducir los puntos de ataque, P€l'-
maneciendo en observación en el Adige, no obran-
do ofensivamente mas que en el Dan uhio y allí
solo dar un gran golpe, tanto mas seguro cuanto
IBas se engrosase la masa que habia de darle. Así
Napoleón como el archiduque Carlos han demos-
trado ya el primero con grandes egemplos y el se-
gundo con profundos raciocinios, que toda dispu-
ta entre el Austria y la Francia se ha de decidir en
el Danuhio, porque aquel es el camino mas corto
para conseguir el objeto. Un ejél'cito frailees vic-
torioso en Baviera inutiliza todas las ventajas de
un ejército austriaco victorioso en Italia porque
se encuentra mucho mas inmediato á Viena.


No debemos omitir en disculpa de los planes
del directorio que todavia no se habian abrazado
entonces unos teatros de guel'ra tan estensos , y
que el único hombre capaz de comprenderlos se
hallaba en Egipto. Se diseminaron pues los 160
mil hombres poco mas Ó menos que habia dispo-
nibles en la inmensa línea que ya dejamos descri-
ta y en el órden que hemos indicado. Diez mil
hombres habian de observar la Holanda, y unos
cuantos mil el Rhin; 40 mil componian todo el
ejército del Danubio, 30 mil el de Suiza, 50 mil




DIRECTORIO (1799). 9,'}
el de Italia y 30 mil el de Nápoles, cuyas masas
iban á reforzarse muy pronto con los conscriptos,
y elevarlas al número fijado en los planes del di-
rectorio.


No mas feliz que la idea de tales planes fue la
eleccion de los generales: bien es verdad que tam-
Lien estaba IllUY reducido su número despues de
la muerte de Hoche y el viage de Bonaparte, Des-
saix y Kléber para el Egipto. El único general cu-
ya reputacion era grande y rnerecida , era Moreau
porque aunque otros pudiesen ser mas atrevidos
y emprendedores, no hahia ninguno mas firme ni
mas seguro; y una nacion defendida por seme-
jante hombre, no corria peligro de perecer. Ha-
hiendo caido en desgracia á causa de su conducta
en el lance de Pichegrú, hahia consentido modes-
tamente en ser simple inspector de infanteria; y
se le propusieron al directorio para mandar en
Italia como el punto mas importante desde que
Bonaparte habia llamado tanto la atencion sobre
aquella hermosa comarca que era la manzana de
la discordia entre el Austria y la Francia. Pero
Barras se opuso ú ello con todas sus fuerzas dando
las razones propias de los patriotas por escelencia,
y presentando ú .Morean corno un hombre sospe-
choso de resultas de su conducta el día 18 de fruc-
tidor. Sus compañeros tuvieron la dcbilidad de
ceder dejando ú Moreau de simple general de llivi-




HEVOLUCION FRANCfiS,\.


sion en el ejército que hubiera debido mandar en
gefe, y aceptó noblemente aquel grado subalter-
no tan inferior á su mérito..Ioubcrt y Bernadottc
liahian reusado el mando del ejército de Italia pOl'
las razones que ya dejamos dichas, y así se pensó
en Schérer que era ministro de la guerra. Hahia
adquirido mucha reputación este general por sus
victorias en Bélgica y su hermosa batalla del Loa-
no; pero se hallaba debilitada su cabeza y gastado
su cuerpo por la edad y las enfermedades, siendo-
le irnposibl e mandar á unos jóvenes llenos l\e
fuerza y osadia. Ademas estaba reñido con la rna-
Yal' parte de sus camaradas por haberse empella-
do en l'f'IH'imir con l'igor la licencia militar. Bar-
rús fue quien se PI'OPUSO para general del ejército
de Italia, y se dice que 8110 fue para sacarle del
ministerio de la guel'ra, donde ya principiaba ú
ser importuno por su severidad. Sin embargo los
miljtares á quienes se consultó sobre su capacidad,
pai-ticularmeutc Dernadottc y Joubert hablaron de
(~l como hahlaba entonces todo el ejército, esto es
con mucha estimacion, y se le nombró general en
gC'fe del ejél'cito de Italia. El se resistió mucho
alegando su edad, su falta de salud y sobre todo
su impopularidad debida á las funciones que ha-
hia dese mpcñado peroi nsistió el directorio en PI lo
y se v ió precisado ft aceptar.


Charnpiounct , <lILe estaba pendiente tic un <'011-




DIRECTORIO (1799). 97
sejo de guelTa fue reemplazado por Macdonald
en el mando del ejército de Nápoles, y á Massena
se le dió el de la Helvecia, cuyas elecciones fue-
ron escalentes y la república no tenia motivos mas
que para aplaudirlas. Se confió á Jourdan el im-
pOl'tante ejército del Danubio, pues ú pesar de
sus desgracias en la campaña de 1798 , no se ha-
bian olvidado los servicios que hizo en 1793 y 94
Y se esperaba que no desmereceria de sus prime-
ras hazañas. De no dar á Moreau aquel ejército
del Danubio no podia caer en mejores man os :
pero por desgracia era tan inferior su número que
solo podia atreverse á mandarle con confianza el
vencedor de Arcole y de Ri voli. A Bernadotte se le
dió el ejército del Rhin y á Brune el de Holanda.


Muy superiores á los nuestros eran los prepara-
tivos que habia hecho el Austria, porque no fián-
dose como nosotros en sus victorias, habia emplea-
do los dos años que habian pasado desde el arrnis-
Licio (le Leoben en levantar, equipar é instruir
nuevas tropas, surtiéndolas de todo lo necesario
y poniendo gran esmero en escoger los mejores
generales. En el dia podia presentar en linea 225
mil hombres efectivos, sin contar los reclutas que
todavia se estaban preparando, La Rusia, la su-
ministraba un contingente de 70 mil hombres, de
cuyo valor fanático se hablaba con entusiasmo en
toda Europa, mandados por el célebre SOllwa-


xu, 7




98 REVOLUCION FRANCESA.
row. Así la primera coalicion iba á operar contra
el frente de nuestra linea con cerca de 300 mil
hombres , y se anunciaban otros dos contingentes
rusos, combinados con tropas inglesas y destina-
dos el uno á Holanda y el otro á Nápoles.


Pero no era mejor que el nuestro el plan de
campaña de la coalicion , sino un pensarniento
pedantesco del consejo áulico, muy desaprobado
\,o~ el ~.uchiduC\.ue Ca.dos,") \,e~o se le m"<\.\\.d.¿ ~e­
guir á él Y á todos los generales sin permitir que
le modificasen. Se fundaba aquel plan como el
de los Franceses en el princi pio de que las mon-
tañas son la llave de la llanura, y así se aglome-
raban en él fuerzas considerables para guardar el
Tirol y los Grisones , y para arrancar si era posi-
ble la gran cordillera de los Al pes á los France-
ses. El segundo objeto que IDas llamaha la aten-
cion del consejo áulico era la Italia , y así se des-
tinaban fuerzas considerables detrás del Adige,
al paso que no parecia que le hubiese ocupado
mucho el IDas importante teatro de la guerra que
era el Danubio. Lo único bueno que se ha bia he-
cho por aquel lado era colocar allí al archiduque
Carlos, y he aquí como estaban distribuidas las
fuerzas austriacas. El archiduque se hallaba con
54 mil infantes y 24 mil caballos en Baviera, En
el Voralberg y en toda la orilla del Rhin hasta su
embocadura en el lago de Constanza , estaba el




nIHECTOHIO (17~)9). 99
general IJotze l con 21~ mil infantes y 2,000 caha-
llos. llellegarde estaba en el Tirol con 6~· mil hom-
hres en cuyo número se contaha n 2,000 caballos.
Kray 2 estaba en el Adige con 46 mil infantes y
11 mil caballos y el cuerpo ruso debia t:unbien
reunírsele para opera,' en Italia. Ya se deja dis-
currir que los 26 mil hombres de Hotze y los 46 -
mil de Belleaarde debían obrar en las moutañas
y apoderarse de los nacimientos de los rios mieu-
tras que los ejércitos (Iue obrahan en la llanura
lwocurasen atravesar su curso. Por pa rte de los
Franceses tenia este mismo encargo el ejército de
Helvecia , y así por ambos lados iban ú destruirse
inútilmente una multitud de valientes en rocas
inaccesibles , cuya posesión no podia influir casi
nada en la suerte de la g;uel'ra ".


Los g:encrales franceses no hahian dejado de ha-
cer reflexiones al directorio sobre la insuficiencia
de todo género de recursos, y Jourdan se vió pre-
cisado á enviar muchos ha tallones á Bélgica pal'a
reprimir algunos alborotos, y ademas una Inedia
brigada al ejél'cito de Helvecia en remplazo de
otra que se habia enviado á Italia", de suerte que
no contaba mas que con 38 mil hombres efectivos.


.. Todos estos asertos se encontrarán difusamente com-
probados por el archiduque Carl()~. , el genera) Jorniui y Na-
pol eou.




100 RHVOLUCJON FRANCESA.


Semejantes fuerzas eran lnuy desproporcionadas á
las que tenia el archiduque para que pudiese lu-
{'ha.\' con a\~\ln(\venta)a , "j a~\ so\\c\taba con \n~­
tancia la pronta formacion del ejército de Bel'na-
dotte, que no contaba mas de cinco á seis mil
hornbres , y sobre todo la organizacion de nuevos
batallones de campaña. Bien hubiera querido
atraer á sí ó el ejército del Rhin , ó el de Helvecia,
en 10 cual tenia mucha razono Massena pOI' su
parte se quejaba de no tener almacenes ni los me-
dios de trasportes indispensables para mantener
su ejército en paises estériles y de muy dificil
tránsito.


A estas observaciones respondía el directorio
que iban á Ilegal' los conscriptos y formarse muy
en breve en batallones de campaña; que no tar-
daría en aumentarse el ejército de Helvecia hasta
·tO mil hombres, y el del Danubio hasta 60 mil;
que luego que se concluyesen las elecciones se
pondrian en marcha los antiguos batallones que
estaban detenidos en el interior, é irían á formar el
nucleo del ejército del Rhin. Bernadotte y Masse-
na tenían órden de concurr-ir á las operaciones de
Jourdan y conformarse en sus ideas. Contando siem-
pre con el efecto que habia de producir la ofen-
siva y animado de la misma confianza en sus sol-
dados queria que á pesar de la desproporción del
número se diesen prisa sus generales á atacar ú




DI HECTOIllO (179m. 101
los Austríacos para dcscoucertarros con alguna
carga impetuosa, y en consecuencia se dieron las
órdenes para ello.


Divididos los Grisones en dos facciones habian
vacilado largo tiempo entre la dominacion austria-
ca y la Suiza , hasta que al fin habían atraido á
los Austriacos á sus valles; mas como el directo-
rio les consirlerabu como súbditos Suizos, dió ór-
den á Massena para ocu par su territorio, haciendo
ántes una intimación it los Austriacos para que le
evacuasen. En caso de resistencia dchia Massena
atacados inmediut.unente. Al mismo tiempo como
iban avanzando los Rusos pOl' el Austria, dirigió
sobre ello dos notas al Austria, la una al congreso
de Rastadt y la otra al emperador, declarándoles
que si en el espacio de ocho días no se daba con-
tra órden para la marclla de los Rusos, miraría
como declarada la gUtlTa , y Jourtlau tuvo órden
para pasar el Hhill apenas espirase aquel término.


El conareso de Ilastadt habi.i adelantado mucho
<


sus tareas, y estando ya terminadas las cuestiones
de la línea del Ilhin , del repartimiento de las is-
las y la construcción de los puentes no se ocupaba
de otra cosa mas cJue de la cuestiou de las deudas.
La mayor parte de los prínci pes gel'luánicos, escep-
tuando los eclesiásticos, IlO deseaban o tra cosa
mas que entenderse para evitar la guena; pero
como sometidos la mayor parle de ellos al Aus-




J02


tria, no se atrcv ia 11 Ú pronunciarse. Iban sucesi va-
mente abandonando el congreso los miembros de
la diputacion y muy pronto iba el. encontrarse sin
posibilidad de deliberar por lo cual declaró el con-
greso que no podia respouder Ú la nota del direc-
torio y se retirió á la dieta de Hatisbona. La otra no,
ta destinada al emperador se envió it Viena mis-
mo y se quedó sin respuesta, con lo cual quedaba
declarada la guena dc hecho, y Jourdan tuvo ór-
den de atravesar el !thin y avanzar pOI' la Selva
negra hasta los manantiales del Danubio. Pasó el
Rhin el dia primero de marzo, y el archicluquc
Carlos atravesó el Lech el dia 3 del mismo mes ,
con lo cual quedaban saltados por ambas partes
los limites que se habian prescrito las dos poten-
cias , (~ iban de nuevo {. venir ú las manos. Siu em-
hargo al mismo tiempo (lUC hacia Jourdan una
marcha ofensiva, tenia orden de dejar disparar los
primeros tiros al enemigo para dar lugar ú que
fuese aprobada la decluraeion de gl1Crl'a por el
euerpo legistati yo.


Durante aquel tiempo esperaba JIa5sena en los
Grisones, é intimó á los Austriacos el diu 6 de
marzo que los evacuasen, Se componían los Griso-
nes del Alto valle del Uhin y tambi-n de) Alto va-
lle del Inu , ó Engadin , Resolvió l\Iassenil pasar
el Rhin , cerca de su embocadura en el lago de
Constanza, y apoderarse asi de todos los cuerpos




DIRECTORIO (1799). 103
esparcidos en los Altos valles. Lecourhe 3 qne for-
maba su ala derecha? y por su actividad y estraor-
dinario atrevimiento era el general mas conve-
niente para la guerra de montañas , dehia mal'-
chal' de las cercanias d~ San Gotardo, atravesar el
Rhin cerca de su nacimiento y arrojarse en el valle
del Inn, Debia ayudar este movimiento el general
Dessollcs /¡ con una clivisio n del ejército de Italia
dirigiéndose desde la Valtelina al valle del alto
Adige.


Ejecutáronse aquellas sabias disposiciones con
gran vigor y el dia 6 de marzo ya estaba atravesa-
do el Rhin por todos los puntos. Echaron los solda-
dos una pnrcion de carretas en el rio y pas:ll'on por
encima de ellas como pOi' un puente; de suerte
que fue dueüo l\Iassena de todo el curso del Rhin
desde su nacimiento basta el lago rle Constanza .
cogiendo algunos ca 'iones y cinco mi 1 prisioneros,
No con menor fortuna ejecutó Lecourbe las órde-
nes de su genrral en gcfe, pasando el Hhin supe-
rior y adelantádose desde Disscntis á Tussis en el
valle del ¡\Ilmb y desde este se arrojó atrevida-
mente al del Inu , atra vesando las mas altas mon-
tañas de k.uropa , q ue todavía estaban cubiertas
con las nieves del invierno. Un retardo forzoso ha-
bia impedido á Dessolles pasar' desde la Valtelina
al Alto Adige y asi quedaba espuesto Lecourbe á
que le cortasen todas las fuerzas austriacas que es-




104 IlEVOLUCION FIUNCESA.
taban acantonadas en el Tirol. Efedivamcn[c
mientras (pIe avanzaba con osudia hacia el valle.
del Inn , y marchaba sobre Martinsbl'ul:k se alTO-
jó Laudon con un cuerpo sobre sus espaldas, pe-


I


ro el intrépido Lecourhe vol viendo caras oportu-
namente , atacó á Laudon, le derrotó, le hizo mu-
cho prisioneros y continuó su marcha por el valle
del Inn.


Al ver unos principios tan bri llantes era de es-
peral' que tanto en los Alpes como en Nápoles po-
drian los Franceses desafiar en todas parles á UI1
enemigo superior en número, y confirmaron al
directorio en la idea de que con venia insistir en la
ofensi va y suplir la falta del número con el esceso
de atrevimiento.


Env ió el director-io á Jourdan la dcclaracion de
guerra que liahia obtenido de los consejos el dia
12 dc marzo, juntamentel:on la órden de atacar
inmediatamente. Habia desembocado Jourdan pOI'
los desfiladeros de la Selva negra, en las l:omar-
cas comprendidas entre el Danubio y el lago de
Constanza. El ángulo que forma aquel rio con el
lago se vá ensanchando cada vez mas segun se ade-
Janta hacia la Alemania, y Jourdan que qucria
apoyar su izquierda en el Danubio y su derecha en
el lago de Constanza para comunicarse con Masse-
na, se veia precisado, segun iba avanzando, á es-
tender su línea, y debilitarse por consceuc neia de




DIHECTORIO (1799), 105
un modo peligroso , sobre todo en presencia de un
enernigo muy superior en número. Se había diri-
gido á los principios hasta Mengen por un lado y
hasta Marckdorf por el otro; pero sabiendo que
el ejército del Rhin no podia estar organizado has-
ta el 30 de marzo, y temiendo que le cortasen por
el valle ~:el Nécker , se atemorizó é hizo un IIlovi-
miento retrógrado. .Mas al ver las órdenes de su
g'ohierno y las ventajas de Massena , se decidió á
vol ver á marchar adelante, eligienllo una buena
posicion entre el lago de Constanza y el Danubio.
Hay dos torrentes , que son el Ostrach y el Aach,
los cuales naciendo casi en el mismo punto, y
arrojándose el uno en el Danubio yel otro en el
lago de Constanza , forman una línea recta det.ras
de la cual se situó Jourdan. Saint-Cyr que forma-
ba su izquierda, estaba en Mengen; Souham con
el centro en Pfullendorf': Ferino con la derecha
en Bareudorf y Haupoult 5 en la reserva. Lefcbvre
con la di vision de vanguanlia estaba en Ostruch ,
cuyo punto era el mas accesible de la línea pues
estando situado en el Ol'igen de los dos torruntes
presentaba unos pántanos que podian atru vcsarse
por una calzada muy larga. Era en este punlo
donde el archiduque Carlos, q ue no queria dcjar-
se tomar por la mano, resolvió hacer su principal
esfuerzo, y así dirigió dos columnas á izquierda
y derecha de los Franceses contra Sai nt-Cyi- y Fe-




106 REVOLUCIOS FRANCESA.
rino; pero su masa principal, que constaba de
cerca de 50 mil hombres, cargó toda entera sobre
el punto de Ostrach , donde habia á lo mas 9 mil
Franceses. Principió el combate el dia 22 de mar-
zo pOl' la mañana , y fue de los mas encarnizados,
porque los Franceses desplegaron en aquel pri-
mer encuentro tal valor y tenacidad, que esci-
taran la admiraciou hasta del mismo pr-íncipe
Carlos. Acudió Jourdan á aquel punto; pero co-
mo era tan estensa su línea y tan áspero y dificil
el pais , no era posible (Iue se trasportasen rápida-
mente sus dos alas hácia el centro. Fue por fin
forzado el paso y des pues de una honrosa resisten-
cia, se vió Jourdan precisado á retirarse, y se re-
plegó entre Singen y Tuttlingen.


Era muy triste un revés en la apertura de la
campaña , porque destruia aquel prestigio de au-
dacia y de invencibilidad que necesitaban los Fran-
ceses para suplir la falta del número. Sin embargo
no podia atribui rse este revés mas que á la inferio-
ridad de SU3 fuerzas, y no pOI' eso renunció Jour-
dan á tornar la ofensiva. Sabiendo que l\1assena se
adelantaba del otro lado del Rh in, fiado en la coo-
peracion del ejército del Danubio se creia obligado
á intentar el último esfuerzo para sostener á su có-
lega y apoyarle dirigiéndose hácia el lago de Cons-
lanza. Tambien tuvo otro motivo para volver á
marchar adelante, cual fue el deseo de ocupar el




DIRECTORIO (1799). 107
punto de Stokach donde se cruzan los caminos de
Suiza y Suavia , cuyo punto hizo muy mal en
abandonar al retirarse entre Singen y Tuttlingen ,
y asi fijó su movimiento para el 25 de marzo,


No estaba todavía seguro el archiduque Carlos
de la dirección que habia de dar á sus movimien-
tos, ni sabia si habia de «irigil' su marcha sobre
la Suiza para separal' Ú Jourdan de Massena , ó há-
cia los manantiales del Danubio con el fin de
apartarle de su basa del Rhin. Parecíale mas ven-
tajosa la dircccion hácia la Suiza pal'a los dos ejér-
citos, pOl'cIue los Franceses tenian tanto interes
en darse la mano con el cjército de Helvecia como
los Austriacos en separarlos. Pero ignoraba los
proyectos de Jourdan , y queria hacer un recono-
cimiento para asegurarse de ellos, teniendo de-
terminado hacerle el dia 25 de marzo, Cine era el
mismo en que Jourdan se hahia propuesto atacarle.


Era estrernamente complicada la situacion de
los dos ejércitos por la naturaleza misma de los
sitios, porflue el punto estratégico era Stokach,
donde se cruzan los caminos de Suavia y la Suiza,
siendo esta la posición que Jourdan queria recu-
peral', y conservar el archiduque. Es Stokach un
riachuelo que corre dando muchas vueltas delante
de la ciudad del mismo nombre , y vú á terminal'
su tortuoso curso en el lago de Constanza. Allí en
aquel rio esdonde habia tomado posicion el ar-




108 REVOLUCION FRANCESA.
chiduque_; apoyando su izquierda entre Nenzingen
y Wahlwies , en unas alturas detrás del círculo del
mismo rio. Tenia colocado su centro en una ele-
vada meseta llamada el Nellemberg delante del
Stokach y su derecha en las faldas de la Meseta
por la orilla de la calzada que vá desde Stokach á
Liptingen; situada esta derecha como el centro
delante del rio, El estremo de esta ala se hallaba
cubierta pOI' unos bosques que se estienden por el
camino de Liptingen. Eran muchos y grandes los
defectos de esta posicion, porque si la izquierda
tenia delante de sí al Stokach la derecha y el cen-
tro le tenia n á la espalda y podian ser precipitados
en él por un esfuerzo del enemigo. Ademas todas
las posiciones del ejército tenian una sola salida
hácia la ciudad de Stokach, y en caso de una reti-
rada forzosa, la izquierda, la derecha y el centro
hubieran venido á agolparse en un mismo cami-
no y ocasional' con ello una confusion desastrosa.
Pero una vez que el archiduque quisiese cubrir á
Stokach no podia tomar otra posicion y le servia
de disculpa la necesidad. Solo podia echarse en
cara á sí luismo dos verdaderas faltas , la UHa no
haber mandado ejecutar algunas obras para de-
fender mejor su derecha y centro y la otra haber
situado demasiadas tropas á su izquierda que es-
taba suficientemente protegida por el rio , pero el
motivo que tuvo para distribuir asi aquellas 11'0-




DlRECTORIO (1799). 109
•pas fue el estremo deseo que tenia de conservar el


importante punto de Stokach, fuera de que tenia
la ventaja de una inmensa superioridad numérica
de fuerzas.


Jourdan ignOl'aba una parte de las disposicio-
nes del archiduque pOl'que no hay cosa mas dificil
que los reconocimientos sobre todo en un país tan
quebrado como en el que estaban los dos ejérci-
tos. El continuaba ocupando el ángulo {Iue fOl'-
man el Danubio y el lago de Constanza desde Tutt-
lingen hasta Steusslingen, cuya linea era muy es-
tensa y la naturaleza misma del terreno que no
permitia una concentración rápida hacía que fue-
se todavia mas grave aquel inconveniente. Mandó
al genel'al Ferino que mandaba en la derecha há-
cia Steusslingen que marchase sobre Wahlwies y
á Souham que man da en el centro hácia Eigel-
tingen dirigirse sobre Nenzingen, debiendo aque-
llos dos genel'ales combinar sus esfuerzos para
apoderarse de la izquierda y centro del archidu-
que pasando el rio Stokach y subiendo el Nellem-
bel'g. Después se proponia Jourdan poner en mo-
vimiento su izquierda, la vanguardia y la reserva
sobre el punto de Liptingen para penetrar por
entre los hosques que cubrian la derecha del ar-
chiduque y conseguir forzarla. Estas disposiciones
tenian la ventaja de dirigir la lnayOl' masa de fuer-
zas contra el ala derecha del archiduque que era




110 REVOLUCIO~ FRANCESA.
la mas comprometida. Por desgracia todas las co-
lumnas del ejército tenian que venir desde muy
lejos corno que para operar sobre Liptingen tenian
la vanguardia y la reserva que venir desde Emin-
gew-ob-Ek, y la izquierda desde Tuttlingen á una
jornada de distancia. Era tanto mas peligroso aquel
aislamiento cuanto el ejército frances que consta-
ba de cerca de 36 mi] hombres era inferior en un
tercio por lo menos al austriaco.


Encontráronse los dos ejércitos el 25 de ma rzo
por la mañana , marchando el francés á dar una
batalla, y el austriaco á hacer solo un reconoci-
miento. Como los Austriacos se habian desplegado
un poco antes que nosotros sorprendieron nues-
tras vanguardias pero no tardaron en ser rechaza-
dos en todos los puntos pOl' el gnleso de nuestras
divisiones. Ferino por la derecha y Souham por
el centro llegaron ú Wahlwies , Orsingen y Nen-
zi llgen que están á orillas de Stokach y al pie de
Ncllernberg , hicieron retroceder á los Austriacos
á sus mismas posiciones de por la mañana y prin-
cipiaron el ataque serio de la posiciono Tenian
que atravesar el rio y forzar el Ncllamberg con cu-
yo motivo se comprometió un vivo cañoneo por to .
da la linea.


Mucho mas pronto y completo era el suceso en
nuestra izquierda pues la vanguardia mandada por
el general Soult t de resultas de haber sido herido




DIRECTORIO (1799). 111
el general Lefebvre rechazó á los Austriacos que
se hab ian adelantado hasta Emingem-ob-Ek, los
echó de Liptingen, les derrotó en·la llanura,
los persiguió con el maJor ardor y consiguió
desalojados de los bosques. Eran estos aque-
llos mismos que cubrian la derecha Austriaca,
y continuando los Franceses su movimiento, po-
dian arrojarlos al barranco de Stokach y causar-
les un desastre; pero era claro (p:.e aquelia ala
iba il. ser reforzada á costa del centro y la izquier-
da, y pOl' consiguiente se necesitaba obrar contra
ella con una gran masa de fuerzas. Por consi-
guiente convenia hacer, como en el plan primi-
tivo que hiciesen un cuarto de conversión la van-
guardia, la reserva y la izquierda. Por desgracia
fiándose el general Jourdan en el fáci 1 suceso que
acababa de conseguir, quiso obtener un resultado
demasiado eslenso, y en lugar de llamar así al
general Saint-Cyr, le mandó hacer un largo ro-
deo para envolver á los Austriacos y cortarles la
retirada. Era esto precipitarse demasiado á recoger
los frutos de la victoria cuando no estaba todavia
conseguida, y Jourdun no conservó en el punto
decisivo mas que la división de vanguardia y la
reserva confiada á Haupoult.


Entre tanto viendo la derecha de los Austriacos
forzados por el enemigo los bosques que le cu-
Iuian , volvió caras y disputó con suma tenacidad


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112 CEVOLUCION FkANCESA.
la calzada de Li pti ngen á Stokach, que atraviesa
por aquellos bosques. Estábanse batiendo con en-
carnizarnientocuando llegó apresurosamente el ar-
chiduque y haciéndose al momento cargo del pe-
ligl'o, retiró los granadel'os y corazeros del cen-
tro y de la izquierda para trasladarlos á su dere-
cha y sin dar importancia al movimiento que ha-
cia Saint-Cvr' por su espalda, conoció que una
vez rechazado Jourdan quedaria mucho mas com-
prometí-lo Saint-Eyr , y así resolvió limitarse á
hacer un esfuerzo decisivo en el punto que se ha-
llaba actualmente amenazado.


Se estaban 'disputando los bosques con un en-
carnizamiento estraordinario , y los Franceses aun-
que muy inferiores en número, resistian con un
valor que el archiduque llama admirable; pero el
mismo prínci pe cargó al frente de algunos bata-
1I0w"s por la calzada de Liptingen y les hizo sol-
tal' la presa él los Franceses. Perdieron estos los
bosques y se encontraron al fin en la Ilauura des-
cubierta de Liptingen , de donde habían salido,
y aunque Jourdan pidió socorros á Saint-Cyr, ya
no era tiempo. Quedábale su reserva, y resolvió
mandar ejccutar una carga de caballería para re-
cupcrar las ventajas perdidas, lanzando cuatro re-
gimicntos de cabrlleria á un tiempo; pero no fue
feliz aquella carga porque la contuvo otra que hi-
cieron opurt.unarnente los corazeros del archidu-




1>IRECTORIO (1799). t 13
que, y entonces hubo una horrible confusión en
la llanura de Liptingen. Después de haber hecho
los Franceses prodigios de valor se desbandaron ,
y á pesar de los heróicos esfuerzos que hizo el ge-
neral Jourdan para contener á los fugitivos, se vió
el mismo envuelto en la huida, y los Austriacos
rendidos de tan largo combate no se atrevieron á
perseguIrnos.


Desde entonces estaba conc\túcta )a ']Ol'nada ,
porque Ferino y Souham se habian mantenido pe-
ro no forzado ni el centro ni la izquierda de los
Austriacos. Saint-Cyr estaba corriendo detrás de
ellos, y no podia decirse que fuese perdida la bata-
lla, mucho mas cuando los Franceses inferiores en
un tercio habian conservado en todas partes el cam-
po y desplegado estraordinario valor : pero el no
haber vencido en medio de su inferioridad nurné-
rica y el ai -lamiento de sus diferentes cuerpos,
equivalía á haber sido batidos. Era necesario al
instante llamar á Saint-Cyr, que estaba muy com-
prometido, reunir la vanguardia y la reserva, que
estaban muy maltratadas, y recoger el centro y
la derecha. En consecuencia dió Jourdan sus órde-
nes para que se retirase Saint-Cyr lo mas pronto
posible, como que en efecto habia llegado á ser
lllUY peligrosa su situacion , pero él egecutó su re-
tirada con la serenidad que 'siempl'e le distinguió
y volvió al Danubio sin el menor accidente. La


XII, 8




1t4 REVOLUCION FRANCESA.
pérdida habia sido casi igual pOL' ambos 1ados así
en muertos como en heridos y prisioneros y era
de cuatro á cinco mil hombres poco mas ó menos.


Después deaquellaclesgraciacla joruadaya no era
posible que los Franceses mantuviesen la campa-
ña, y debian buscar un abrigo <letras de alguna
línea poderosa. ¿Pero sería esta la de la Suiza ó la
del Rhin? EL'a evidente que retirándose á Suiza
combinaban sus esfuerzos con el ejército de 1\1as-
sena y podian con aquella reunion volver á tomar
una actitud imponente : pero por desgracia el ge-
neral Jourdan no creyó deber obrar en este senti-
do temiendo que quedase muy dcbilitada la línea
del Rhin donde Bernac'otte no hahia reunido toda-
via mas que siete á ocho mil hombres, y resolvió
replegarse á la entrada de los desfiladeros de la
Selva negra. Allí tornó una posicion que él pensa-
ba ser muy fuerte, y dejando el mando á su gefe
de estado mayor Ernoulf ? se marchó á Paris á que-
jarse del estado de inferioridad cn (lue se habia
dejado á su ejército; pero eran demasiado eviden-
tes los resultados sin que se necesitasen para nada
sus quejas, y hubiera valido mas que permane-
ciese en el ejército que no ir á clamorear á Paris.


Afortunndisimamcnte el consejo áulico hahia
ohligado al archiduque á cometer una falta grave
que reparaba en parte las nuestras, porque si pro-
siguiendo sus ventajas hubiera perseguido sin des-




DlIlnCTORfO (17H9)
'I";3n50 Ú nuestro ei¡~l'cil() veucido , hubiera podi-
do ponerle en completo dcsórden y tal vez des-
truirle. Entonces hubiera sido el tiempo oportuno
para volver hacia la Suiza, y asaltar it Massena
que estaba privado de todo socorro reducido á sus
30 mil hombres y engolfado en los altos .aBes de
Jos Alpes. No hubiera sido imposible cortar!c la
retirada á Francia; pero el consejo áulico pt'ohi-
Lió al archiduque adelantarse háeiael nhin án-
tes que estuviese evacuada la Suiza, en cousecuen-
cia de aquel principio de que la Have del teatro
de la ~uerra estaba en las mnntaiias,


v..


lUielltrasque estos sucesos ocurs-ian en la Sna-
via continuaba la guerra en los Altos Alpes, don-
de Massena operando hacia el nacimiento del
Rhin ') Lecourhe hacia el del Inn y Dessolles hacia
el del Adig'c hnliian tenido sucesos varios. Habia


e


del otro lado del Uhin ,un poco masurrjba del
pnnto en que se arroja en el lago de Constanza ,
una posición que era uq;ente tomar , y se llama
la de Feldkirch , en la cual se habia empellado
Massena con tenacidad , y habia perdido mas de
2,000 hombres sin ninjrun resultado. Lecourbe
en Taufers v Dessolles en Nauders habian dado
dos bcillantes combates que IC5 habian valido
él cada uno de ellos de tres á cuatro mi 1 pri-
sioneros ') y compensado ámpliamente el reves
del Feldkirch. A..,í los Franceses por Sil vive-




116 REVOLUCION FRANCESA.
za y osadia conservaban su superioridad en los
Alpes.


Principiaban las operaciones en Italia el dia
despues de la batalla de Stokach , habiendo recibi-
do los Franceses cerca de 30 mil conscriptos, con
que ascendia la masa de su fuerza en Italia á 116
mil hombres poco mas ó menos, distribuidos en es-
ta forma; ao mil hombres de tropas veteranas cus-
todiaban á Roma y á Nápoles bajo las órdenes de
Macdonald. Los 30 mil soldados nuevos estaban en
las plazas y quedaban 56 mil á las órdenes de
Schérer. De estos 56 mil hombres se habian sepa-
rado 5..mil con el general Gauthier para ocupar la
Toscana, y 5 mil al mando de Dessolles para ope-
rar en la Valtelina ; con lo cual quedaban á Sché-
rer 46 mil hombres para batirse en el Adige, que
era el punto esencial donde hubiera debido lle-
varse toda la masa de nuestras fuerzas. Ademas del
inconven~ente del corto número de hombres en
aquel punto decisivo habia otro que no fue menos
fatal á los Franceses, y es que el general no ins-
piraba ninguna confianza, por no ser jóven como
ya hemos dicho, y por haberse despopularizado
durante su ministerio. El mismo lo conocia y por
eso se resistió á tomar el mando, y se iba pOI' las
noches á escuchar lo que decian los soldados en
las tiendas , y recibir por sus propios oidos las
pruebas de su im popularidud. Todas estas ciscuns-




DIRECTonlO (J799). 117
tancias eran' muy poco favorables para principiar
una campaúa larga y difícil.


Dehian ser mandados los Austriacos por LUelas 8
y Souwarow , mas entre tanto obedecían al barón
de Kray, que era uno de los mejores generales del
emperador, y aun antes de la llegada de los Rusos
tenian 85 mil hombres en la Alta Italia. Ya se ha-
llaban sobre el Adige al jededor de 60 mil y se
hubia dado órdeu en los dos ejércitos para tomar
la ofensiva, Debian desembocar los Austriacos des-
de Verona , correrse por el pie de las montañas y
avanzar del otro lado del rio cubriendo todas las
plazas, con cuyo movimiento se proponian apo-
yar el del ejército del Tiro] en las montarlas.


Schórer no había recibido otra instruccion que
la de pasar el Adige , cuya condicion era bastante
dificil porque los Austriacos tenian toda la venta-
ja de la linea. Ya debe conocerla el lector si tiene
presente lo ocurrido en la carnpaiia de J796. Ve-
rona y Legnano, que son las que la dominan pel'-
tenecian á los Aust riacos , y era IHUY espueslo
echar un puenle sobre cualquier punto porque
OCll pando Ilos enemigos aquellas dos plazas, po-
dian caer sobre el flanco del ejército que estuviese
ocupado en verificar el paso. Lo mas seguro, en
caso de no haber recibido órdcn para lomar la
ofensiva hahria sido dcjar desembocar al enemigo
mas allá de Verona y esperarle sobre el terreno


¡.~, :P
'lo
'~ G-.~
fA


--




111
(I"e hubiera parecido mas conveniente para Pl'C-
sentarle h. batalla ,.y aprovecharse de los resulta-
..los de la victor-ia para pasar el Adige detras de él.
Pero Scherer , que se vcia obligado ú tomar la ini-
ciativa dudó del partido que debia ucloptar , y se
decidió en fin ú atacar por la izquicrda. Tarn poco
se habia olvidado la posicion de Rivoii en las
montañas á la entrada del Tirol IllUY por encima
de Verorra , donde los Austriacos habian atrinche-
rado todos los aproches y formado un campo en
Pastrenao, Resolvió Schérer tornarle y echarlos
por aquel lado mas allú del Adige pa.l'a cuyo ob-
jeto destinó las tres di visioncs de SelTUriel' , Dcl-
mas y Gl'cnicr 9, MOI.'cau que era un simple ge-
ncral de divisiou bu¡o las órdenes de Scherer (lc-
hia con las dos divisiones de Hatry y Víctor in-
quietar ú Verona, El general ~Iontl'idlllnl 10 t;OH
uua di vision debia hacer una clernostruciou sobre
Lcguano , cuya dist.rihucion de fuerzas anuncia-


(.j --.


ha la incertidumbre y vacilaciones del general en
~·eft~.
<,


Verificóse el a:.aque el dia 26 de nlal'ZO, al dia
sig-ulente ele la batalla de Stokach, y las tres di-
visiones encargadas de asaltar por muchos puntos
el campo de Pastrcnao , lc lomaron con un valor
digno del antiguo cj(~rt;ito de Italia y se apOd(Ta-
1'011 de ni voli , cogiendo muchos ca íiones é hicie-
ron prisioneros 1,."'lOO Austriacos. Repasaron estos




DIRECTORIO ('1799). 119
el Adige apresuradamente sobre un puente que
habian echado en Polo y que tuvieron tiempo de
destruir. En el centro pOI' bajo de Veroua se ha-
tian por la posesión de unas aldeas que estaban
delante de la ciudad y Kairn se obstinó in útilmen-
te en defenderlas y volverlas ú tornnr , en tél'lni-
nos que la de San l\Iassimo se perdió y se tomó
hasta siete veces. l\IOl'cau , que no era menos te-
naz que su adversario, no le dejó conseauir nin-
guna ventaja y le encerró en Verona. Cuando lUon-
trichard hizo aquella inútil demostracion sobr-e
Legnano, corrió verdaderos p~tigros , porque en-
gaílado Kray con falsas noticias se hahia persua-
dido ú que los Franceses iban Ú llirigil' su princi-
pal esfuerzo sobre el bajo Adige , y puso allí una
gran parte de sus fuerzas, las cuales saliendo de
Legnano pusieron en gnlO riesgo á lUontrichaed.
Por fortuna este se su po a P"I)VCCh<H' de lo quebra-
do del terreno y se replegó prudentemente sobre
Moreau.


Habia sido S~1 ngrienta la jornada, y toda en
ventaja de los Frunces asi en la izquierda corno en
el centro, pudiéndose evaluar la pérdida de estos
entre muertos, heridos y prisioneros en 4,000
hombres, y la de los Aust riacos por lo menos en
8 mil. Pero á pesal' de la ventaja conseguida por
los Franceses, no se habían seguido resultados
importantes, pOl'que en Verona no habían hecho




120 REVOLUCION FllANCESA.
mas que estrechar á los Austriacos , y aunque es
verdad que por mas arriba les habian echado del
otro lado del Adige, y adquirido el medio de pa-
sarle restableciendo el puente de Polo, con todo
eso era poco importante pasar el rio por aquel
punto. Puede acordarse el lector de que el cami-
no que sigue esteriorrnente pOl' la orjlla de aquel
rio , va á parar á Verona , y no tiene otra salida
para llegar á la llanura. Asi , no se conseguia na-
da con atravesar el Adige por Polo, porque era lo
mismo que encontrarse con Verona en la misma
posición en que se hallaba Moreau en el centro, y
era indispensable tomar la plaza. Tal vez si en
aquel mismo dia se hubieran aprovechado del des-
órden en que habia dejado á los Austriacos el ata-
que del campo de Pastrengo, y dádose prisa á
restablecer el puente de Polo, hubieran podido
los Franceses entrar en la plaza detras de los fu-
gili vos, sobre todo á favor del combate tenaz que
estaba dando Moreau del otro lado del Adige con-
tra el general Kai.n.


Mas por desgracia no se habia hecho nada de
esto, y con todo se po.Iia reparar la falta obrando
vivamente al siguiente dia y trasladando la masa
de sus fuerzas delante de Verona y por algo mas
arriba hácia el puente de Polo. Pero Schérer estu-
vo meditando tres dias enteros el partido que ha-
hia de tornar , mandando buscar algun camino




DWECTOUIO (t 7~'9). 12 t
del otro lado del Adige'j que permitiese evitar á
Verona. Estaba indignado el ejér(;ito con aquella
vacilacion , y se q uejaba á gritos de que no se sa-
case partido de las ventajas conseguidas el dia 26.
Últimamente el 29 de marzo hubo un consejo de
guerra y Schérer se decidió á obrar , formando el
singular proyecto de enviar la division de Serru-
rier del otro lado del Adige por el puente de Po....
lo y dirigir la masa de su ejército entre Verona y
tegnano para intentar allí el paso del rio, Para
transportal' sus fuerzas llevó dos divisiones de iz-
quierda á derecha, haciéndolas pasar por detrás
de su centro y las espuso á fatigas inútiles pOI'
muy malos caminos enteramente arruinados por
las lluvias.


Púsose el dia 30 en ejecucion el nuevo plan, y
Scrrurjer con su division de 6 mil hombres pasó
solo el Adige por Polo, mientras que el grueso de
su ejército se trasladaba mas abajo entre Verona y
Leg'nano. No era dificil de preveCI' cual ser-ia la
suerte de la division de Serrurjer-, porque com-
prometida después de haber pasado el Adige en
un camino que conducia ú Verona , se hallaba en
una especie de callejon sin salida y corrja los ma-
yores peligros. Kl'ay conociendo HIU y bien la si-
tuacion, dirigió contra ella fuerzas tres veces su-
periores y la empu jó vivarnente hacia el puente
de Polo ocasionando no poca confusion en sus fj-




122 REVOLUCION FRANCESA.
las, de suerte que volvió á pasar el rio en bastan-
te desorden. Algunos destacamentos se vieron pre-
cisados á abrirse paso, y quedaron prisioneros so-
bre 1,500 hombres. Cuando Schérer supo aquel
revés , que era inevitable, se contentó con traer
otra vez la division batida y aproximarla al Bajo
Adige, donde había concentrado la mayor partc
de sus fuerzas.


Pasárouse otros muchos dias en vacilar por am-
bas partes hasta que últimamente Kray tomó una
detcrminacion y resol vió , mientras que Schcrer se
dirigia al bajo Adige , desembocar en masa de Ve-
rona y dirigirse al Iluneo de Schérer arrinconándo-
le entre el bajo Adige y el mar. La di reccion era
Inuy huena, pero POl' fortuna se interceptó un cor-
reo que instruyó el Morean del plan de Kray, y ha-
hiendo informado inmediatamente al ~cneral en
gefe, le instó á que hiciese volver á su hir sus di-
visiones para hacer frente por el lado de Verona ,
que era por donde iba á desembocar el encmigo.


Al egecntar aquel movimiento fuc cuando se
encontraron los dos cjércitos el día;) de abril en
las inmediaciones de Magnano. Las divisiones de


u


Victor y Grenier , que formaban la derecha hacia
el Adige vol vieron á subir el rio por San Giovani
y Tomba ,á fin de dirigirse hasta Verona. Aniqui-
laron la division de Mercantin que se les habia
opuesto y destruyeron enteramente el regimiento




DlHECTORlO (1799). 123
tie Wartenslcben , lleg;ando las dos divisiones casi
ú la altura dc Verona , poniéndose en disposicion
de~lesempeñal' su objeto que era cortar de la ciu-
dad~1i8das las tropas que I{ray habia llevado consi-
go.Se atrasó la división de Delmas que debia diri-
girse al centro hácia Butta-Preda y l\Jagnano, de-
jando ú la división austriaca tiempo para avanzar


.Dajid }}1~1/;)-Y}'ed;17 Iormar asi lJJ) :ín¡.{111o solierrte
hácia la mitud de nuestra linea. Pero Moreau iba
adelantándose victoriosamente por la izquierda
con las divisiones de Serrurier j Hatrv y l\lontl'i-
chard , habiendo mandado á esta última que carn-
hiasc de Ircnte para hacer cura á Butta-Preda há-
cía ei punto en que el enemigo se huhia dejado
"el', y siguió marchando con las otras dos divi-
siones hacia Dazano. Luego que Delmas llegó ú
Uutta-Pl'eda, cubria nuestro centro, y en aquel
instante parccia que la victoria se declaraba pOI'
nosotros, l~orque completamente victoriosa nues-
tra derecha del lado del Atlige, iba á cortar á los
Austriacos la retiruda á Verona.


Pero conociendo Rray que el punto esencial es-
taba en nuestra derecha y <1 ue era .necesario re-
nunciar ú toda ventaja en otro punto por tal el e
conseguirla en aquel , dirigió allí la maYOI' masa
de sus fuerzas. Tenia una ventaja sobre Schérer
(Iue era la mayor inmcdiacion de sus di visiones
(llHt le permitia poder destacarlas con mas f~t-


oo.!' .
l (:


1.;:.;li:\ r¡;.',\,.... ( ,: .-




12'': REVOLUCTON FRANCESA.
cilidad. Por el contrario las divisiones fraucesas
estaban muy distantes unas de otras y combatían
en un terreno cortado con muchos vallados y _el'-
caso Cayó Kray de improviso con toda S11 reserva
sobre la di vision de Grcnier, Quiso Victor venir
á su socorro pel'o él mismo se vió cargado por los
regimientos de Nadasty y de Reisky; mas no se
contentó Kmy con aquella primel'a ventaja sino
que habiendo logrado reunir á su espalda la divi,...
sion Mercantin que habia sido batida por la ma-
liana volvió á destacarla de nuevo contra las dos
divisiones de Grenier y de Victor y decidió su der-
rota. A~pesar de la gran resistencia que opusieron
aquellas dos divisiones se vieron precisadas á aban-
donar el campo de batalla y hallándose nuestra
derecha en plena derrota, no podía menos de ver-
se amenazado nuestro centro; y en efecto no dejó
de dirigirse allí Kray pel'o se encontró con MOl'eau
el cual no le permitió continuar sus ventajas..


Evidentemente estaba perdida la batalla y fue
necesario pensar en la retirada , habiendo sido
gl'al)(le la pérdida por ambos lados, pues los Aus-
triacos habian tenido 3,000 hombres muertos ú
heridos y 2,000 psisioneros , y los Franceses igual
número de muertos Ú heridos pero hahian perd i-
do 4,000 prisioneros, Allí fue donde recibió la he-
rida mortal el general Pigeon que durante la pri-
mera campaña de Italia habia manifestado tanto




DIRECTORIO (1799). 125
talento é intrepidez en los ataques de vanguardia.


Era l\'IOl't~aU de parecer de dormir en el campo
de batalla pal'a evitar el desórden de una retirada
nocturna pel'o Schérer quiso replegarse aquella
misma tarde. Al día siguiente se retiró detras del
Molillella y al otro dia 7 de abril hasta el Min-
cio, donde apoyado por un lado con Pescara y por
el otro con Mantua , todavia podia oponer una re-
sistencia vigorosa., llamando á Macdonald del cen-
tro de la Península y concentrando todas aquellas
fuerzas volver á recuperar la superioridad perdj-
da en la jonlada de Magnano. Pero el desgra-
ciado Schérer habia perdido enteramente la caLe-
za y sus soldados estaban mas mal dispuestos que
nunca, pon}ue dueños durante tres años de toda
la Italia estaban indignados de vérsela arrebatar
de las manos sin poder echar la culpa de sus re-
veses mas que á la impericia de su general. Ver-
dad es que por lo respec tivo á ellos habian hecho
su deber tanto como en los mas brillantes dias de
su gloria pero por lo mismo estas murmuraciones
del ejército habian afectado el ánimo del genel'al
aun mas que su propia derrota y no creyendo po-
derse sostener en el Mincio se retiró hasta el Oglio,
después al Adda á donde llegó el dia 12 de abril
sin que pudiera calcularse á donde habia de paral'
aquel movimiento retrógrado.


Apenas habia mes y medio que estaba abierta




126 REYOLUCION FRANCESA.
la campaña cuando ya nos hallábamos en plena
retirada sobre todos los puntos; porque el gefe de
estado mayor Ernoulf á quien Jourdan habia de-
jado mandando el ejército del Danubio á la en-
trada de los desfiladeros de la Selva negra se ha-
bia amedrentado al ver acercarse á sus flancos algu-
nas tropas ligeras y retirádose en desorden al Rhin.
ASÍ, tanto en Alemania como en Italia sin dejar
nuestros ejércitos de ser tan valientes corno siem-
pre perdian todas sus conquistas y volvian bati-
dos á la frontera. Solo en Suiza habiamos conser-
vado nuestras ventajas, pues Massena se mante-
nia allí con la tenacidad propia de su carácter y
esceptuando la infructuosa tentativa que hahia he-
cho contra Feldkirch por lo dernas habia sido
siempre vencedor. Pero hallándose situado en el
ángulo saliente que forma la Suiza entre la Ale-
mauia y la Italia se encontraba entre dos ejércitos
victoriosos y era indispensable que se retirara. En
efecto acababa de dar la órden para ello á Lecour-
be y él se iba replegando al interior de la Suiza
pero corrórden y conservando una actitud impo-
nente.


Nuestros ejércitos estaban humillados, y al
mismo tiempo nuestros ministros en pais estl'an-
gero iba n á ser víctimas del atentado mas odioso
y atroz. Habiéndose declarado la guerra al empe-
rador y no al imperio g'ermánico continuaba rcu-




DIUECTORIO (1799). 127
nido el congTeso de Rastadt y muy próximos ya
á entenderse sobre la última dificultad que era la
de las deudas; pero las dos terceras partes de los
'estados habian retirado ya sus plenipotenciarios.
Procedia esto del influjo del Austria que no tenia
gana de que se hiciese la. paz y solo quedaban en
el congreso algunos diputados de Alemania, que
con motivo de la retirada del ejército del Danubio
se hallaban deliberando en medio de las tropas
austriacas. Entonces concibió el gabinete de Viena
un proyecto infame que cubrió por largo tiempo
de deshonor su política. Habia tenido muchos
motivos de quejarse del orgullo y altaneria que
habian mostrado nuestros ministros en Rastadt,
y les imputaba haber divulgado un hecho que le
comprometia mucho á los ojos del cuerpo geL'-
mánico , cual fue el de los artículos secretos con-
venidos con Bonaparte para la ocupacion de Ma-
guncia. Aquellos artículos probaban que el gabi-
nete austriaco habia entregado á Maguncia y ven-
dido indignamente los intereses del imperio por
solo conseguir á Palma-Nova en el Frioul. Queria
aquel irritado gabinete tomar venganza de nues-
tros ministros y apoderarse <le sus papeles para
averiguar quienes eran los príncipes germánicos
que en aquel momento trataban individualmente
con la república francesa, y concibió la idea de
mandarlos arrestar cuando se volviesen el Francia,




128 REVOLUfl0N FRANCESA.
para despojarlos , ultrajarlos y tal vez asesinarlos.
Pero no se ha podido saber nunca si se dió posi-.
ti vamentela órden de acabar con ellos.


Ya tenian nuestros ministros alguna desconfian-
za , y aunque no temian ciertamente un atentado
contra sus personas recelaban á lo menos por su
correspondencia, Efectivamente fue interrurnpida
esta el dia 3H de germinal arrebatando á los guar-
das del portazgo que eran los que la pasaban, y
habiendo reclamado nuestros ministros, igual-
mente que la diputación del irnpecio , pregunta-
ron si el congl'eso podia considerarse en segul'i-
dad. El oticial austriaco á quien se hizo aquella
pregunta, no dió ninguna respuesta satisfactoria,
con lo cual declararon nuestros ministros que
marcharian dentro de tres dias , esto es el 28 de
abril para Strashurgo, añadiendo que permane-
cerian en aquella ciudad dispuestos á continuar'
las negociaciones siempre que se quisiese. El dia
26 fue arrestado un COl'reo de la legacion y se hi-
cieron nuevas reclamaciones por todo el congl'eso ,
preguntando espresamente si habia seg'uridad pa-
ra los 'ministros franceses. Respondió el coronel
austriaco que mandaba los húsares de Szecklers ,
acantonados CCI'ca de Rastadt, que podian partir
los ministros dentro de las 2~ horas. Se le pidió
una escolta para ellos, pel'o él la reusó aseguran-
do que sus pel'sonas ser-ian respetadas; y así salie-




DIRECTORIO (t 790). t 29
ron nuestros tres ministros Juan Dcbry, Bonnier
y Roberjeot el dia 28· de abril á las 9 de la noche
en tres cal'ruages con sus familias. Venia detrás de
ellos la legacion ligul'iana y los secretat'ios de em-
bajada, y aunque se les puso alguna dificultad á
los principios para dejarles salir de Rastadt , al
tin se vencieron todos los obstáculos y principia-
ron á caminar. Era la noche muy obscura, y ape-
nas se hallaban á 50 pasos ce Rastadt cuando cayó
sobre ellos un peloton de húsares de Szecklers,
con sable en mano y detuvo ros coches. Iba delan-
te el de Juan Debry y los húsares abrieron con
violencia la puertezuela y preguntaron en un dia-
lecto sernibárbaro si era Juan Debry y habiéndo-
les respondido afirmativamente le cogieron pOI'
los cabezones, le sacaron del coche, y á la vista
de su muge!' y de sus hijos le dieron muchos sa-
blazos y dejándole por muerto , pasaron á los otros
coches y degollal'on á Roberjeot y Bonnier entre
los brazos de sus propias familias. Los individuos
de la legacion liguriana y los secretarios de emba-
jada tuvieron tiempo de escaparse, mientras que
los asesinos encargados de aquella ejecucion sa-
quearon los carl'uages y se llevaron todos los pa-
peles.


No habia recibido Juan Debry el golpe mortal
y el fresco de la noche le hizo volver en su senti-
do y pudo volverse todo cnsangrentado á Rastadt,


XIl. 9




130 REYOtUCION FRANCESA.
Luego que se snpo aquel atentado, escitó la indig-
nacion de los habitantes y de los miembros del
congreso, ofendiéndose la lealtad alemana de una
violación del derecho de gentes, desconocida en-
tre las naciones civilizadas, y que solo podia con-
cebir un gahinete semi bárbaro. Los miembros de
la diputacion que hahian quedado en el congreso
prodigaron á Juan Debry y á las familias de los mi-
nistros asesinados las mas finas atenciones ,y luego
se reunieron para redactar una declaracion en
que denunciaban al mundo el atentado que se
acababa de cometer, protestando contra toda sos-
pecha de complicidad con el Austria. No tardo
aquel crimen en ser sabido de toda Europa, don-
de escitó una indignacion uni versal; y el archidu-
que Carlos escribió á Masena una carta anuncián-
dole que iba á mandar formar causa al coronel de
los húsares de Szecklers ; pero aquella carla fria y
estudiada en que se veia todo el embarazo del
príncipe., era poco digna de él y de su carácter.
El Austria no respondió ni podia responder á las
acusaciones dirigid.as contra ella.


Asi era implacable la guerra entre los dos sis-
temas que dividían al mundo. Los ministros re-
publicanos, mal recibidos á los principios y ul-
trajados después durante un año de paz, acaba-
ban por fin de ser asesinados indignamente y con
tanta ferocidad corno pudiera haberse hecho en-




D1RECTORIQ (t 799). 13 J
tre naciones bárbaras, y violándosepara ellos so-
los el derecho de gentes que se observa hasta con
los mas encarnizados enemigos.


As; los inesperados reveses que señntnron d
principio de la campaña, como el atentado de
Rastadt produgeron la mas funesta impresión en
el directorio; y si ya en el momento de la decía-
racion de guelTa priucipiaban las dos oposiciones
á perder toda moderacion , no conservaron ya
ninguna cuando vieron batidos nuestros ejércitos
y asesinados nuestros ministros. Los patriotas de-
sechados por el sistema de las escisiones, los mi-
litares cuya licencia se hahia intentado reprimir y
los realistas que se ocultaban <letras de toda espe-
cie de descontentos, todos se prevalieron de los
últimos sucesos para acusar al directorio. Cada
día le dirigian las mas injustas y repetidas acusa-
ciones, diciendo que haLia abandonado entera-
mente á los ejércitos, que hahia dejado aclarar las
filas por la deserción sin procurar reponerlas por
medio de la nueva conscripcion; que habia rete-
nido en "lo interior un gran número de batallones
veteranos, que en lugar de ir á la frontera, no se
les ocupaba en otra cosa mas que en oprimir la
libertad de las elecciones; que además de estár re-
ducidos los ejércitos á un número tan despropor-
cionado con el de los enemigos , ni siquiera ha-
b ia cuidado el directorio de que tuviesen alma-




132 R«VOLUCION FRANCESA.
cenes , víveres, vestuarios, medios de transporte
ni caballos de remonta ; que los habian abando-
nado á la rapacidad de las administraciones que
hahian devorado inútilmente un presupuesto de
000 millones, y últimamente que habian hecho
1l1UY mala eleccion de generales para mandados.
Que Championnet el vencedor de Nápoles se ha-
Ilaba preso solo por haber querido rcprilni\~ la
rapacidad (le los agentes del gobierno; que ~lo­
reau se veía reducido al empleo de simple genel'al
de división: que Joubert el vencedor del Til'ol, y
Augereau , que era uno de los héroes de Italia se
hallaban sin mando , y que pOI' el contrario Sché-
rer, que era quien había preparado todas las der-
rotas por su mala administracion , se hallaba al
frente del ejército de Italia solo por ser paisano
y amigo de Rewbell. No se limitaban á eso solo
sino que recordaban con amal'gul'a otros nombres,
como el del ilustre Bonaparte y sus famosos te-
nientes Kléber, Dessaix , y sus 40 mil compañeros
de armas vencedores del Austria, preguntando
¿donde estaban ? ••• En el Egipto, en una tierra
estrañavdondeiban á perecer por la imprudencia
del gobierno ó acaso por su malignidad. Aquella
empresa que tanto se habia admirado poco ántcs,
se principiaba ya á decir que era el directorio quien
la habia discurrido solo para deshacerse de un
guerrero célebre que le hacia sombra.




lHllECl'ÜRIO (1799). 133
Todavia suhian mas arriba y echaban en cara al


gobierno la misma guel'l'a, imputándole que la
había provocado pOI' sus imprudencias contra I~~
potencias. Que habia invadido la Suiza, derrivado
al papa y la corte de Nápoles irritando al Austria,
sin estar preparado para entrar en la lid. Quei'1r
vadiendo el Egipto habia decidido á la Puerta á
un rompimiento y que decidiendo á la Puerta ha-
bia libertado á la Rusia de todo recelo por su es-
palda y puesto en disposición de enviar 60 mil
hombres á la Alemania. Ultimamente era tal el
furor, que llegaban ú decir que el directorio era
el autor secreto del asesinato de Rastadt. Añadien-
do que aquel habia sido un medio pal'a sublevar
la opinion contra los enemigos y pedir nuevos re-
cursos al cuerpo legislativo.


No cesaban de repeti rse estos cat'gos en la tribu-
na, en los diarios y en los sitios públicos añadién-
dose haber acudido Jourdan ú Paris á quejarse del
gobierno é imputarle todos sus reveses; y 103 ge-
nerales que no vinieron á lo luismo, pOI' lo menos
escribieron esponiendo sus quejas, de modo que
era un desate universal , que seria incornprensiblc
para quien no conociera los furores y sobre todo
las contradicciones de los partidos.


Por poco que se recuerden los hechos basta ria
para responder ;, todos aquellos cargos, porque
el directorio no habia aclarado las filas de los ejér-




citos, como que no había concedido mas de t 2 mil
Iicencias, .v no hahia podido impedir las deser-
ciones en tiempo de paz, ni hay gobiel'no alguno
'en el mundo que lo hubiese conseguido. Al con-
trario se habia acusado al directorio de tirania POl'
haber querido obligar á muchos soldados á que se
presentasen en el ejército, conduciéndose hasta
cierto punto con dureza respecto á unos hombres
que habian estado derrumando su sangl'e durante
seis años. Solo habia cinco meses cJue estaba de-
cretada la couscri pcion ,y no era posible en tan
poco tiempo organizal' aquel sistema de recluta-
miento ni menos de equipar é instruj r á los cons-
criptos , formarlos en batallones de campaña y ha-
cerlos presentar en Holanda, en Alemania, en Sui-
za ó en Italia. Verdad es que liabia retenido algu-
nos batallones veteranos, porque eran indispen-
sables piwa mantener la tranq uilidad durante las
elecciones, y no se podia confiar aquel encargo á
unos soldados nuevos, cuyo espíritu no estaba to-
davia formado ni bien decidido su apego á la re-
pública. Además habia una razon importante que
justifielba aquella precaucion , y era que el Ven-
dée principiaba á inquietarse pOl' las sugestiones
de emisarios estrangeros, y la Holanda estaba
amenazada por las escuadras Anglo-Husas.


En cuanto al desorden de la adrniuistracion
tampoco eran ciertos los cargos que se hacian




DIRECTORIO (1799). 135
al directorio, porque aunque sin duda alguna ha-
bia habido di lapidaciones, casi todas habian sido en
provecho de los mismos que se quejaban, y á pe.....;
sal' de los mayores esfuerzos del directorio. De tres
clases eran aquellas dilapidaciones j á saber: sa-
queando los paises conquistados; poniendo en cuen-
ta al estado el sueldo de los militares que habian
desertado; y últimameñte haciendo contratas orie-
rosas con las compañias. Ahora bien todas ellas
habian sido co~etÍdas en provecho de los W~llerJ.­
les y de (os estados mayores, pues ellos habían sa-
queado el país, aprovechádose del sueldo facticio,
y repartido los beneficios de las com pnñins. Ya
hemos visto que esL1S ahandonuban á veces hasta
el 40 por ciento de los beneficios por conseguir
la proteccion de los estados mayores, y Schérer
tuvo al fin de su ministerio que ponerse mal con
sus com pañeros de armas por haber querido repri-
mir aquellos desórdenes. El directorio se habia es-
forzado pOI' impedidos nombrando comisiones in-
dependientes de los estados mayores, y ya hel1105
visto en qué términos las recibió Championnet en
Nápoles. Las contratas onerosas con las cornpañias
provenian de la situacion de la hacienda, pues
solo se pagaba á los asentistas con pronlesas, y
entonces se indemnizaban ellos con el aumento
de precio de la incertidumbre del pago. Los cré-
ditos abiertos aquel año ascendian á 600 millones




136 REVOLUCION FRANCESA.
para el gasto ordinario y á t 25 para el estraordi-
nario ,y ya habia decretado el ministro sobre aque-
lla suma 400 millones paid gastos hechos, sin que
hubiesen entrado todavia mas que 2 IO, Y los 190
restantes se habian dado en delegaciones.


No se podia pues imputar nada al directorio
relativamente á las estafas, ni tampoco se le podia
echar en cara la mala eleccion de los genel'alcs
escepto uno. Championnet después de su conduc-
ta con los comisionados enviados á Nápoles , no
podia conservar el mando Iy ciertamente lUacdo-
nald valía tanto como él por 16 menos y era cono-
cido por una probidad severa. Jouhert y Berna-
dotte no habiau querido admitir el Blando de Ita-
lia, y ellos mismos fueron los que designaron á
Schérer , con la particularidad de que Barrás fue
quien decidió el nombramiento de este, y quien
se opuso á que se eligiera á :Moreau. Por lo que
hace ú Aug"ereall habia una razon fundada pal'a
reusarle un mando, y era su turbulencia dema-
gógi<.:a fuera de que á pesar de sus prendas de va-
lor incontestable, no era hombre capaz para man-
dar en gefe. Respecto á la espedicion de Egi pto ya
hemos visto si tenia la menor culpa en ello el di-
rectorio, y si habia tenido ánimo de deportar
allí á Bonaparte, á Klóber , á Dessaix y á sus 40
mil compañeros de armas, cuando Larreveil'liere
Lepeaux se había indispuesto con el héroe de lta-




DIHECTORIO (1799). 137
lia solo por su firmeza en contradecir la esperli-
.


cion.
Tampoco podia imputarse al directorio la pro-


vocacion á la guerra, pues ya ha podido verse
que la única causa fue la incompatibilidad de
las pasiones que estaban desencadenadas en Eu-
ropa. A nadie podia echarse la culpa, pero en
todo caso no debian ser los patriotas ni los mi-
litares quienes tuviesen derecho para acusar al di-
rectorio. ¿Que hubieran dicho los patriotas sino se
hubiese apoyado á los habitantes de Vaud, ni
castigado al gobierno pontificio, ni derribado el
trono de Nápoles, ni forzado al rey del Piamonte
á ahdicar ? ¡, No fueron los militares del ejército
de Italia quienes se empeñaron siempre en ocu-
par nuevos paises'? l ..a noticia de la guel'l'a habia
sido muy plausible para todos ellos; y sobre to-
do ¿ no fueron Ilernadotte en Viena y un herma-
no de Bonaparte en Roma los que cometieron las
imprudencias, si es que las hubo? La determi-
nacion de la Puerta no fue t3;mpoco la que ocasio-
nó la de Rusia, y aun cuando esto fuera cierto
solo debia imputarse al autor de la espedicion de
Eg'iplo.


Era pues un tegido de absurdos aquella masa
de acusaciones acumulada contra- el directorio,
pues solo podia culpárselc de una cosa, (Iue era
haber participatio de la escesi va confianza que los




138 REVOLUCION FANCESA.
patriotas y los militares tenian en el poder de lrl-
república. En efecto se habia entregado al influjo
de las pasiones revolucionarias, creyendo que bas-
taban para principiar la guerra 170 mil. hombres,
y que la ofensiva decidiria de todo. Sus planes
eran malos pero no peores que los de Carnot en
1796, ni que los mismos del consejo áulico , y es-
taban calcados sobre un proyecto del general Jour-
dan. Solo un hombre podía hacerlos mejores como
ya hemos dicho, y ninguna culpa tenia el direc-
torio de que aquel homhre no se hallase en Eu-
ropa.


Hacemos estas reflexiones solo por un princi pio
de equidad histórica, aunque hien convencidos de
que debe imputarse á sí mismo todo gobierno la
desgracia deque le echen la culpa de todo, porque
una de las cualidades indispensables de un gobier-
no , es tener la huella reputacion que estorba toda
injusticia. * Luego que pierde la confianza y se le


* i Cómo se descubre aquí la impresion que dominaba en
1\11'. Thiers cuando estaba escribieudu la historia que traduci-
mos y la escasez de razones con (pIe se hallaba la oposicion ::í
que él perteneciu para comba ti,' al gobierno de Carlos X !
Aun cuando fuera cierta esta máxima puritana, fJue no lo es,
debcriu siempre hacerse la escepcion de los tiempos en que se
hallan exasperadas las pasiones de los partidos, pues estos no
reparan en interpretar como crímenes hasta las virtudes de
sus adversarios. Puede un gobierno ser escelente y muy á
propósito para un pais , á pesar de (IliC sus enemigos le acu-




DIRECTORIO (17P9). 139
imputan los defectos de los dernas, y hasta la de
la fortuna, ya no hay medio de gobernar, y esto
debe bastar para que se retire. i Cuántos gobier-
nos se habían desacreditado ya desde el princi pio
de la revolucion ! Era tan violenta la accion de la
Francia con tra la Europa , que dehia destruir rá-
pidamente todos sus resortes. El directorio se ha-
bia desacreditado como se desacreditó la comisión


sen de muchas faltas, y aun á pl?Sal' tambien de (Ine espcri-
mente algunas desgracias; así como puede muy bien conseguir
victorias un gohierno sin <¡ut:' por eso (h'je de ser pern iciosí-
simo al mismo pais en cuyo favor las consigue. Porque tanto
las desgracias como los reveses pueden ser independientes de
la buena Ó Ill"la composicion del gobierno. Aunque d direc-
torio huhi e s e tr-iunfado en 1799 ,como triunfó dos años rín-
tes, no pOI' eso dejar ia de ser una comhinaciou absurda aque-
lla mezcolanza de república y monarquía, que pesó sobre la
Francia y (¡!le solo podia considerarse como un tr.íusito des-
(le la oligartlllía hasta la unidad gubernativa, y no como un
estado normal, En una palabra era una especie de regencia
durante una minorid,rd V no dvhia cxiuir-se de él sino los es-


o L


fuerzos regulares para el acierto y no aquel lu coufia nzu que
solo puede inspirar un goi>i('rno asent.ulo , permanente yaco-
modado á las costumhres y hábitos del pais. Estos son los in-
convenientes que tiene escribir la historia ni escribir ¡-Jada
bajo la inspirucion de un partido. Acuérdese el lector de que
esto se escribia cuando habla formal empeño deIos señores de
la oposicion francesa en persuadir al puehlo que 1.1 espcdicion
(le Ar¡;el solo se hacia para oprimir las libertades de la patria.


:'N. del T ..
• j




140 RBVOUJCION FRANClfSA.
de salud pública, y como se desacreditó después
el mismo Napoleon. Todas las acusaciones (lue se
hacian al directorio solo probaban, no sus defec-
tos, sino su caducidad.


POl' lo demas no era de estrañar (Iue cinco ma-
gistl'ados civiles elevados al poder , no pOI' su gl'an-
deza hereditaria, ni pOI' su gloria personal , sino
pOI' haber merecido alguna mayor consideración
que sus conciudadanos; que cinco magistrados sin
otra arma que el poder de las leyes para luchar
con las facciones desenfrenadas , someter á la obe-
diencia numerosos ejércitos y generales cubiertos
de gloria y de pretensiones, y en fin para admi-
nistrar la mitad de la Europa , pareciesen muy
pr'onto insuficientes en medio de la terrible lucha
que acababa de renovarse. Bastaba un solo reves
pal'a hacer patente esta impotencia como que las
facciones sucesivamente reprirnidas , y los milita-
res cuyos escesos habia sido preciso contener mu-
chas veces, los llamaban por desprecio 10$ aboga-
dos, y decian que la Francia no podia ser gober-
nada POl' ellos ".


Por una de aquellas raras si 11 gulal'idades pero


'* y I 1 mucha r azon, porqtw un pais tan estenso , y
aun otro que no lo sea tanto, solo puede ser gobernado pOI'
quien reuna el prestigio de la gloria personal ó heredada por
uua larga serie de ilustres antepasados; y sino que se declare
república y verá 10 que le sucede. (N. del r.)




DlR.ECTORIO (1799) 141
que se observan algunas veces en los tiempos de
revolucion ,solo se mostraba algo indulgente la
opinion en favor de uno de los cinco directores ,
que era el que menos la merecia. Barrás , que era
el único culpable de todo cuanto se' decía contra
el dicectorio , era tambien el único favorito del
pueblo á pesar de que nunca trabajaba nada, sino
que dejaba toda la carga delgohierno á sus com-
pañeros, salvo en algunos momentos decisi vos en
que hacia resonar su voz, harto mas fuerte que
su valor , pel'o pasado aquel momento, volvia á
una perpetua ociosidad. Solo se mezclaba en lo
personal del gobierno que era lo que mas acomo-
daba á su genio iutrigunte , y él era quien se
aprovechaba de las utilidades de las compañias y
quien justificaba con su conducta todas. aquellas
recriminaciones de dilapidacion. Siempre habia
sido defensor de los intrigantes y hribones , y
quien apoyó á Brune y envió á Fouché á Italia.
El era causa de la mala eleccion de los genera-
les por haberse opuesto al nombramiento de lUo-
reau y pedido el de Schérer , y á pesal' de todo
era el único esceptuado en la animadversión ge-
neral. POI' de contado él no pasaba como los otros
por un abogado, pOl'que su pereza, sus costumbres
libertinas, sus modales soldudescos , sus relaciones
con los jacobinos y el recuerdo del 18 de fructi-
dor que le atrihuian esclusivamente , hacian de él


... ,


.;~... '


*"
' ..


~~




142 R.EVOLUCION FUA.NCESA.
en la apariencia un hombre de ejecucion y mas
capaz de gobernar que sus compañeros. Los patrio-
tas encontraban en él cierta semejanza con sus ideas
y le tenian por suyo, al mismo tiempo que los
realistas recibian de él esperanzas secretas. Los
estados mayores le apreciaban mucho porque los
lisongeaba y protegia contra la justa severidad de
sus cólegas y los asentistas se hacian lenguas de
su generosidad, de modo que se veia esenio de
la aversión del público. No le faltaba tampoco su
poquito de perfidia, porque ten ia el arte de echar
la culpa á los demas miembros del directorio, de
todos los cargos que él solo merecía. Semejante
papel no puede ser feliz por mucho tiempo, pero
no es imposible que salga bien por un momento y
por entonces le salió ".


.. Podrá ser cierto todo cuanto dice Mr. Thiers en este
párrafo, y ciertamente no seremos nosotros quienes tomen
ln defensa de Barras (véase su nota). Pero creemos que los
otros cuatro directores á quienes el autor de esta historia
dispensa su proteccion, valian mucho menos de lo que se in-
tenta persuadirnos y aun cuando fuesen en efecto tan hom-
bres de bien como aquí se dice, la causa principal del des-
precio con que eran mirados y de la especie de favor que dis-
frutaba Barrás no era otra que el deseo vivísimo que tenia la
Francia de volver á la unidad gubernativa, esto es :í la mo-
narquía , de la cual presentaba un bosquejo aunque imper-
fecto la tertulia de Barras. Jamas el pueblo francés , escl"['-
tuando la canalla de \')5 arrabales de Paris y alguna parte del




DIRECTORIO (1799). 143
Es bien sabido el odio que Barrás tenia á Rew-


bel, el cual como administrador muy capaz habia
chocado pOl~ su mal humor y taciturnidad con to-
dos los que negociaban con él. Habia manifestado
gran severidad con los empresarios y hombres de
negocios, con todos los protegidos de Barrás y par-


populacho de las grandes poblaciones pudo acomodarse con
la groseria republicana, J todo el mundo clamaha por un
trono y por una corte, por defectuosa y corrompida que
fuese, porque ninguna corrupcion podia Ilegal' á tanto como
la que ofreció constantemente el gobierno republicano. Esto
fue aun mas que las denotas de los ejércitos lo (Iue preparó
los ánimos á la usnrpacion de Bonapnrte , si se puede llamar
usurpaeiou aquel lo que se conforma con el deseo de la
inmensa mayoria de habitantes. La única resistencia que se
manifestaba entonces, no era contra la monarquía, si no con-
tra el retorno de la dinastia antigua, porque babia muchos
que recelaban una rcacciou , y con ella, el castigo de sus fal-
tas ó la perturbaciou en sus intereses; pero la idea de repiihli-
ca era tan odiosa, que todos la confundían y tal vez confun-
den hoy con la de l-is crímenes y violencias que se cometieron
durante ella. Barras aUllque patriota y jacobino, era mucho
menos republicano que los otros : tenia modales de grótn se-
ñor , gastaba aun mas de lo que tenia, ó si Sé quiere mas de
10 que robaba: admitia con cierta tolerancia en su tertulia
hombres y mugercs de -lifcrentes opiniones, daba mesas y ca-
zerias espléndidas; no l'l'gateaba con los proveedores de su
casa y mesa, y en una palahra era una imágen aunque con-
fusa y lejana de la antigua corte, y he aquí la verdadera razon
porque todo lo que él hacía, por malo qne fuese obtcnia ptU-
ticular indulgencia. (ir. del T.)




144 REVOLUClON FRANCESA.
ticularmente con los militares yasÍ se habia atraí-
do la animadversión general. EI'a hombre de bien
aunque un poco avaro y Barras tenia la manía de
muernuvar de él en su tertulia (lue era bastante nu-
merosa, haciendo recaer sobre su persona las mas
odiosas sospechas y desgraciadamente ocurrió una
circunstancia que contribuyó á darlas crédito. El
agente del directorio en Suiza Rapinat era cuñado
de Rewbel y se habian ejercido allí iguales exac-
ciones que en todos los paises conquistados aun-
que mucho menos que en otras partes; pero los
gritos tan agudos de aquel pueblecillo avaro ,.
habian causado mucho escándalo. Tuvo Rapinat
la desgl'aciada comisión de tener que ponel' el
sello sobre las arcas y tesoro de Berna, en cuyo
desempeño habia tratado con altanería al gohiel'-


... Hay cosas <]ue no se le pueden pasar á MI'. Thiers como
pOI' ejemplo, 1.° esta parcialidad en favor de Rcwbel , que
trasciende hasta el mismo famoso ladron Rapinat solo por ser
cuñado suyo, cuando es ya evidente que robaba para ambos
y para ambos se compraron las inmensas posesiones de <]ue
disfrutó hasta su muerte y disfrutan hoy sus herederos; :!.o
Esa manía de llamar avaro al puvh« Suizo pOl'que se quejaba
de <]ue le rohasen , corno si no fuese harta desgracia el verse
despojado, sin añadi r tambien la pérdida del crédito cada vez
que lIlIO se -(lueja de que un galopo como Rupinat vellr;a con
sus manos lavadas á llevarse los !I'; y los 50 millones de fra 11-
cos <lue tal vez hubia costado siglos de trabajo y cconomia
par,1 reunirlos CIl aquellos pobres c.mtoucs suizos. (N. de! r.)




nmscrburo (1799). 1~5
11o~hel\'ético. Aquellas circunstancias , y el sonido
de su nombre que era harto desgraciado le valie-
1'011 };l rcputucion de ser el Verres de la Suiza,
y pasar pOI' autor de unas dilapidaciones que no
eran obra suya po l'(lue él salió de la Suiza ántes
de )a:época en que esta tuvo que sufrir mas. En
la. tertulia de Barras se repetía frecuentemente
aquel desgraciado equivoquillo (véase su nota), y
todo recaía sauce su cuñado Rewbell , y este fue el
origen de touas \as ca\un\filas que se esparcieron
contra su probidail.


No menos odioso que él habia negado á hacerse
Larreveilliere por su inflexible severidad y por su
influjo en los negocios políticos de Italia, á pesa!'
de que era tan sencilla y modesta su vida que hu-
biera sido imposible atacar su probidad. Pero en
la tertulia de Barrás era un objeto de risa , bur-
lándose de su pel'sona y de sus pretensiones Ú un
nuevo pontiíicado , pues se decia que queria fun-
dar el culto de la theofilantropia , á pesar de (lue
no era autor de éL Merlin y Treilhard ., aunque
menos antiguos en el poder, también participa-
ban del ódio que se tenia á los otros dos.


Con esta disposición en los ánimos se hicieron
las elecciones del año VII que fueron las últimas.
Estaban furiosos los patriotas, y no querían verse
escluidos este aiio como el anterior del cuerpo le-
gislativo, desencadenándose contra el sistema de


XII. 10




146 REVOLUC10N l<'llANCESA.
las escisiones, que se propusieron desacreditar
anticipadamente, y lo lograron á tal punto, que
en ninguna parte se atrevieron á emplearle. En
aquel estado de agitacion en que se suponen con-
tra sus adversarios todos los proyectos que se re-
celan de ellos, decian que usando el directorio,
como en el dia 18 de fructidor de medios estraor-
dinarios , iba á prorogar por cinco años los pode-
res de los diputados actuales, y suspender duran-
te aquel tiempo el ejercicio de los derechos elec-
torales. Añadian que se iban á traer Suizos á Pa-
ris , porque se trabajaba en organizar el contin-
gente helvético, y metieron mucha hulla con una
circular á los electores esparcida por el comisa-
rio del gobierno ( prefecto) en el departamento
del Sarta. No era esta una circular como las que
hemos visto despues sino mas bien un exhorto y
se obligó al directorio por medio de Ull mensage
á que le desaprobara. Verificadas las elecciones
bajo tales auspicios, trajeron al cuerpo legislati-
vo un considerable número de patriotas, sin que
este año se pensase en escluir á ninguno sino
que se confirmó su eleccion. Entre ellos fue nom-
brado el general Jourdan , que tenia mucha
razon para atrjhuir sus reveses á la inferioridad
numérica de su ejército pero no para impu-
tar al gobierno el deseo de perderle, y vino lle-
no de resentimientos. Tambien fue nombrado




DIRECTORIO (1799). 141
Augereau ,que estaba mas exaltado que nunca.


Era necesario elegir un nuevo director, y por
cierto que la suerte no estuvo propicia á la repú-
blica , pues en lugar de haber tocado la cesantía á
Barrás , le tocó á Rewbell, que era el mas capaz
de los cinco. Grandemente se alegraron de ello los
enemigos de este director y esto sirvió de ocasion
para calumuiarle mas cómodamente; pero COOlO
habia sido elegido miembro del consejo de los An-
cianos, se aprovechó de aquella circunstancia para
responder á sus acusadores y lo hizo de una !na-
nera victoriosa.


Precisamente il la salida de Rewhell se come-
tió la única iufraccion á las leyes de la probidad
que pudiera echarse en cara al directorio porque
ya dijimos haberse convenido entre ellos cuando
se instituyó el directorio contribuir cada uno con
diez mil francos de su sueldo para regalárselos al
'(lue salia. El objeto de aquel noble sacrificio era
el de suavizar el tránsito desde el poder supremo


.-


á la vida privada sobre todo para los que eran po-
l}res , y mirar por la consideración del gobierno que
no ganaba nada en que se viese en la indigenciaal
que ayer se habia visto en la cima de la autoridad.
Pero como ya el sueldo de los directores era bas-
tante reducido, les pareció que era demasiada
pensión la rebaja de diez mil francos, y no de
grande auxilio para el qne saliese, por 10 cual de-




(48 REvOtUCION FRANCESA.
terminaron señalar á todo director cesante una gra"
tificacion de cien mil francos tomados del tesoro.
Esto era lo mismo que gl'avar al estado con aque-
lla snma, la cual habia de proporcionar el minis-
tro de hacienda de alguno de los muchos fondos
reservados que siempre proporciona un presu-
puesto de seis á ochocientos millones. Además se
decidió que el director saliente se lIevaria su co-
che y sus caballos, pero esto último sin-misterio
alguno porque todos los años sepresentaba al cuer-
po legislativo una cuenta de .gastos demoLlage de
los directores. No contentos con eso, resolvieron
por sí y ante sí repartirse las economiasque se
hiciesen sobre la cuenta de los tales .muebles ; to-
do lo cual no podia ciertamente hacer gran bre-
cha en 'las rentas públicas, cuando algunos gene-
rales y compañias hacian unos beneficios tan enor-
nles, ni era escesiva la suma -de cien mil francos
anuales consagrados á los alimientos de los que
acababan de sergefes del gobierno, yno dejaba
de ser escusable en cierto modo aquella medida ,
asi por el objeto comoporIa forma ". Pero Larre-


* No era 'a suma la excesiva ni la reparable, sino la in-
fraccion de las leyes y de la coufiauza en quienes estaban en-
cargados de la ejecucion de una y otras. ¿ Por qué no dar
cuenta de aquellas razones al cuerpo legislativo desde que
ocurrió la primera idea estando, como estaban seguros de la
mavoria ? Y si se escusa u na subst raccion de cien mil francos


..
,




mnECTOIUO (179H). 14~
l)eil1iere {l quien se comunicó el pensaminto, reusó
consentir en él y declaró á sus colegas que jamas
aceptaría su pal'te. Rewhell aceptó la suya, y se
le dieron los cien mil francos de los dos millones
de gastos reservados de que no estaba obligado á
dar cuenta el director-io. Esta es la única falta de
que se puede reconvenir colectivamente al direc-
torio, y uno solo entr-e los doce que desempeña-
ron aquel cargo mereció que se le murmurase de
haber hecho estafas particulares; ¿cual es el go-
hierno de que se pueda decir otro tanto?


Era preciso nombrar un sucesor de Rewbell y
se deseaba alguna gl'an reputacion que diese con-
sideracion al rlircctorio , por lo cual se pensó en
Sieyes cuyo nombre era el mas importante de la
época despues del de Bonaparte. Sc hahiu aumen-
tado su concepto con la embajada de Prusia y
aunque ya antes se le tenia muy justamente por
un hombre profundo, ahora se le atribuia la
neutralidad prusiana, que no tanto se le debia á
él como r. la situacion de aquella potencia. Asi le
miraban como á un hombre tan capaz de dirigir
el g;obierno como de redactar una constitucion , y
le nombraron director. Hubo muchos que cI'cye-
ron que aquella eleccion era un indicio ó mas bien


y una fa!silicacion d{' la cuenta de los muebles ¿ por qué no
tener igual indulgencia COII otros robos mas en ¡;I'ande? La
lógica de partido no lo llevaría á mal. l, N. del T.)




150 HEYOLUCION ['(lANCESA.
confirmacion de las voces que ya corrian de que
se iban á hacer modi ficaciones en la constitucion ;
porque eran tales las dudas de que se pudiera
mantener aquel estado de cosas, que en todo se
vejan señales ciertas de alguna próxima mudanza,




NOTAS DEl~ TRl\DUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO SEGUNDO.


-g-
PAGINA 99.


1 El general austriaco Hotze sirvió en 1792 como
coronel de COI'azel'OS y al año siguiente le nombraron ge-
neral mayol' para servir en el ejército de Wurmser. Con-
tribuyó mucho el dia 15 de octubre de aquel año á la to-
ma de las líneas de 'Vissembur'go; pel'O habiéndole en-
cargado poeos dias después apoderarse de las líneas de
Saverne , salió muy mal con la empl'esa, quedó muy


comprometida la situacion de los Austriacos y su colum-
na derrotada en Ibguen.lU el 22 de diciembre. Gozaba de
la reputación de buen oficial en el ejército austriaco; pe-
ro no puede IlPgarse que fue dcsgraciadfsimo en esta cam-
paña de 1795 y en las dos siguientes, en que estuvo cons-
tantemente sirviendo en el ejército del H.hin. En 1790 le
nombraron touicnto fcld-rnariscal y se le dió la cruz de
Maria Teresa. En 'Í 7!JG se portó con mucho acierto en la
batalla de ,,ylll'Lburgo y de sus resultas se le confirió la
gran Cf"UZ oC la misma orden. En '1799 obtuvo el mando
del ala izquierda del ejército del archiduque Carlos, que
es cuando le menciona nuestra historia , y tuvo órden de
efectuar el paso del Bhin por mas arriba del lago de Cons-
tanza para penetrar en la Suiza, cosa que no pudo con-
seguir sino después de muchos sangrientos combates en
que perdió mucha gPnte; pero es evidente que contribu-
JÓ mucho á los triunfos del archiduque en aquella C:llll-
palla; y al Iiu le mataron cerca de Kaltembruu en un ata-
que contra los Franceses mandados por Massena el dia 20
de setiembre de '17DU. Este general Hotze era suizo y per-
teneciu á una familia honrada de Zurich.




152


PAGINA !)H.
2 El buron de Kray , general l'eld-zeugmeistre del'


ejército austriaco y corncmludor de la órden de María Te-
resa, era propietario de un regimiento de inlanteriu. Des-
pues de haber hecho la guerra contra los TUI'COS, en I:a-
lidad de coronel , le nombraron genera! mayor y sirvió en
Jos Paises Bajos durante las campanas ue i 793, 94 YHa.
En la de 1796 estuvo empleado en el ejército de War-
tensleben en el Rhin y se distinguió mucho en las bata-
llas de Altenkirken , Forchein , Bnmberg y Wetzlar , de
cuyas resultas se le nombró teniente tcld-uuuiscal. Pero
al año signiente 1797 fueron tan repetidas las derrotas
que sufrió el ejército austriaco, que hubo de formarse
causa á la mayor parte de oficiales g.enel'ales. El consejo
de guclTa solo condenó á Kruy á H> días de urresto , y en
el mes de julio le enviaron al ejército de Italia, donde
mandó en gefe el ejército austriaco después de la muerte
del príncipe de Orange. El fue quien abrió la campaña
de 1799, de que habla el texto de nuestra historia, del
modo mas hrillaute y preparó los triunfos de Souwarow y
rle Melas. Sitió despues á Mantutl, de que se apoderó ~I
cabo de dos meses. Cuando volvió ú Vicua en 1800 le col-
mó de mercedes el emperador', y poco después le confió
el mando del ejército del Rhin pOI' renuncia del urchidu-
(lue Carlos. Pero ya hubia vuelto de Egipto Bonaparte , y
todos sus uiuulos anteriores se convirtieron en derrotas
que 110 fueron completas pOI' haber sohrcveuido la paz.
Murió en enero de 11804, dejando la reputacion de ser uno
de los mejores genel'ales que hicieron la guerra contra la
república [raucesu ,


PAGINA 105.


:{ El gCllcral Iruuces Lccourbe nació 1'11 Lous-Ic-Sau
ni ('11 17GO df~ 1111 antiguo oficial de infanteria que esta-
ha I,('tirado d!'1 sorvicio. Cuando apellas estahau media-
dos sus estudios sentó plaza en la Ic'gioll de Aquitauiu.




DEL THADUCTOR.


donde sirvió ocho años y se le dió su licencia; pero ha-
biéndose retirado Ú su casa le nomlnnron comandante de
la guardia nacional al principio de la revolucion , A poco
tiempo marchó al ejército del Alto Rhin al frente del 7. 0
batallou del Jurá , donde los generales no tardaron en
distinguir su raro valor é inteligencia, anunciándole des-
de luego que seria uno de los mejores oficiales superio-
res de Francia. Sirvió sucesivamente en los ejércitos del
llhin, d Norte, el Sombra y Mosa, Maguncia y el 1\lose-
Iln , portándose en todas partes con distincion , y adqui--
riendo diferentes ascensos hasta que habiendo sido el prí-
mero que asaltó las líneas de Watignies , se le nombró
genel'al de brigada. En la batalla de Fleurus se batió du-
rante 7 horas al frente de sus tres batallones contra -1 g
mil Austriacos. En la retirada del campo de Maguncia á
1111('s Je t 793 contuvo al enemigo con su división du-
rante 24 horns , y no habiendo recibido la órden de re-
tirarse , fue envuelto y se le creyó prisionero ; pero apa-
reció de pronto después de haberse abierto paso por en-
tre 1'1 ejército ausuiaco. En 1796 estuvo empleado corno
general de brigada en el ejército del Rhin y Mosella y bl'i-
lió mucho en las dos batallas de Bastudt los dias 6 y 9
de julio. En 1799 pasó al ejército de Suiza con Massena,
que es la época en que hace rnencion de él el texto de
nuestra historia, y se le debió mucho batiendo primera-
mente ú ros Austriacos en Frunsterernender , y dcspur-s
á los Rusos en Zurich. Pocos días dcspues habiéndose in-
surreccionado los soldados allí mismo pOI' falta de paga
y no atreviéndose los oficiales ú intervenir con ellos, &e
presentó solo en medio de los grupos, los mandó qne se
retirasen y no quoricndo obedecer atravesó Ú un soldado
con la espada, volvió á nrengnrlos y C0ll10 todavía no se
separasen mató otro y los obligó Ú retirarse Ú sus cuarto-
les. Allí los tuvo encerrados 24 horas, fusiló á los dos
principales corifeos y mandando castigar al comisario de
guerra que por sn falta hnhia dado ocasión al tumulto,
todo quedó sosegado. En 1800 fue mandando una de las
divisiones de Marean al ejército del Ilhin y concluida la




154 NOTAS
campaña con la paz de Luneville , se retiró ú una casa de
campo de las inmediaciones de Paris. Cuando fue encau-
sado Moreau se declaró en su favor y acompañó muchas
veces al tribunal á su muger, de cuyas resultas se le des-
terró Ú Bourges y no salió de allí hasta la calda de Napo-
leon. Entonces vino ú París y le recibieron muy bien el
rey y los soberanos aliados. Se le confirió entonces el tí-
tulo de conde y el gran cordon de la legión de houor ; pe-
ro cuando volvió Napoleon de la isla de Elba se declaró
ú pesar de todo en su favor y murió el 25 de octubre 181a
en la ciudad de Befort.


PAGINA 105.


4 Nicolas Dessolles era un antiguo ollcial de infan-
tería antes de la revolución , y al principio de ella le nom-
bruron ayudante generul. Este fue quien trajo ú París ('1
tratado de paz concluido por Bonaparte en mayo dc 1797
entre la república y el imperio. Habiéndole nombrado
general de brigada hizo la campaña dc 1709 y conquistó
una parte de la Valtelina y ganó una batalla contra los Aus-
triacos en que les mató 1200 homhres , cogió .1,;'>00 pri-
sioneros y tomó á Cturcut. De sus resultas le uo mbraron
gencl'al (1"e división. En junio de aquel mismo año con-
quistó ú Tortona ). consiguió otra nueva victoria ; pcro se
distinguió aun mas particulunnento en la batalla de Novi.
En 1801 pasó al ejército del Rhin de gefe de estado ma-
YOI' de Moreau distinguiéndose en una multitud de accio-
ileso Bouaparte le nombró consejero de estado en la sec-
cion de guerra y poco después ministro de este ramo. Le
dió la gl'al1 águila de la legion de honor y el gobierno del
palacio de Versalles. Cuando volvieron Ú principiar las
hostilidades en isos no quiso admitir el empleo de gefe
de estado mayor de Launcs , pero sirvió como general en
las campañas de Alemania y después en España donde es-
tuvo mnndaudo algun tiempo en Córdoba hasta que ha-
biendo vuelto Ú entrar en Francia en 1811 vino ú morir
helado en la ¡,etirada de Husia.




DEL TIUDCCTün.


PAGINA f05.


15t)


5 El general Ilautpoul , de familia noble en las pro-
vincias del mediodia , era capitán del regimiento de ca-
zadores de á caballo del Languedoc antes dc la revolú-
cion y en aquella época le hicieron coronel del mismo. Le
mandó con distincion en la batalla de Fleurus , y poco
tiempo después le nombraron general de brigada dándo-
le el '!IaIH)O de la caballería de vanguardia del ejército
del Samhra y Mosa. Se distinguió muy particularmente
en la batalla de Altcrkirchen , donde fue muerto Marceau.
En 1799 fue suspendido por Jourdau pOI' no haber cal'-
gado con su caballería en la batalla de Stokach. No le
costó trabajo justificarse y se le volvió á poner en activi-
dad. En 1805 fue comandante de la caballería del campo
de Saint Omer bajo las órdenes de Soult y fue á presi-
di,' el colegio electoral del departamento del Tarn donde
había nacido. En 1804 se le nombró gran oficial de la le-
gion de honor y á poco tiempo casó con la señorita Dau-
my, hija de un rico propietario de París. Se distinguió
mucho en la batalla de Austerlitz , pero una bala de ca-
ñon que no hizo mas que tocarle en la batalla de Eylau,
año 1797 , le causó la muerte cinco dias despues , y man-
dó Bonaparte que con los cañones cogidos en aquella ba-
talla se le alzase una estátua representándole cn el mis-
mo traje de corazcro con que se hallaba en la accion,
añadiendo que si hubiera sobrevivido le habría nombrado
inmediatnmcnre mariscal del imperio.


PAGINA 110.


(j Nicolas Juan de Dios Soult, duque de Dalmacia ,
hijo de un notario adicto ú la familia de los marqueses
de Dulac , nació en Saint Amand del Tarn el 29 de mar-
za 1763. Su poca aplicacion al estudio hizo que su padre
perdiese la esperanza de verle algun día sucederlc en su
profesion y se decidió ú ponerle de soldado en el regi-
miento infantería del He)', donde era sargento cuando


.,....


"


'C:"


:-' . . 'J' ..... ,


'.



-- '
:N




156 NOTAS
principió la revolución. En 1791 se le encargó la instruc-
cion de un batallón de voluntarios del Bajo Ilhin y no tar-
dó la gue1'l'a en presentar ocasiones para que brHláran los
que tuviesen talento y valor. Hiciéronle ayudante mayor
de aquel mismo batallen y poco después pasó en calidad
de adjunto á uno de los estados mayores del ejército del
Mosella, Nombrado ayudante general , hizo en calidad de
gefe de estado mayor de la división del general Lefebvre
las campañas de t 794 Y179E) Y pasando con bastante ra-
p déz de grado en grado, oh tuvo en t 796 el de general de
brigada. Entonces pasó á ILaHa, donde sirvió con mucha
distincion á las órdenes del generalMassena. No es difi-
cil seguir- paso á paso la carrera de los grandes milita-
res que han sobrevivido á las luchas colosales de la I'e-
pública y el imperio ; pero no pueden ni deben aventu-
rarse juicios comparativos sobre ellos cuando todavía vi-
ven y se hallan rodeados de aduladores y de enemigos.
El mariscal Soult está hoy dia presidiendo el consejo de
ministros de Francia en unas circunstancias sobradamente
criticus paea que debamos permitimos califlcar el siste-
ma político á cu)'a frente se halla, en contraposición de
otros hombres de mucho mérito que tienen por mas acer-
tadas las ideas contrarias. POI' otra parte hemos tenido el
honor de tratarle muy de cerca pal'a admitir ni dar lu-
gal' en nuestra obra á muchas especies que se hallan im-
presas en diferentes biograflas notoriamente calumnio-
sas. Habremos pues de limitarnos á dar una noticia tal
vez demasiado árida de sus hechos yde los empleos )' dig-
nidades de que ha sido revestido. En 1799 fue nombrado
general de división y fue á servir á Suiza bajo las órde-
nes del mismo Massena, á quien acompañó otru vez á Ita-
lia el año siguiente, y estuvo encerrado con él en Génova.
Despues de la batalla de Mal'engo le confió Bonaparte el
mando del Piamonte con 1¿) mil hombres á fin de que
ocupára la Península de Tarcnto y despues del tratado de
Amiens le reemplazó allí el general Gouvion Saint-Cyr.
De vuelta á Francia se le nombró uno de los cuatro co-
roneles de la guardia consular y llegó á captarse una




DEL TRADUCTOR. 157
'particular estimaclon del primer cónsul. Estaba man-
dando el campamento de Saint Omer cuando ocurrió
el atentado de la máquina infernal, y fuese con aquel
motivo ó porque ya estuviesen convencidos él y otros
muchos generales de quc era necesnriouonsolldnr cl
edificio monúrquico, el general Soult fue uno de los que
aconsejurony suplicaron pOI' escrito al primer cónsul
que colocase magestuosamente á su querida familia en el
trono. No necesitaba Bonaparte muchos de estos conse-
jos, pCl'O ciertamente no le disgustaba iversc persuadir
pOI' aquellos mismos que habían debido Iosprimeros pro-
gresos de su carrera al celo y exagerucion republicana,
En consecuencia fue el general Soult uno de los pri-
meros mariscales nombrados pura el imperio , é hi-
zo en calidad de tal I3s cuuipañas de 180;) , 1806
Y1807 en el grande ejército, bajo las órdenes inme-
·diatas del emperador. Al año siguiente le confió el
mando del segundo cuel'po del ejército invasor de Espa-
ña ; .y después de la ocupación de Madrid pOI' las tropas
francesas fue persiguiendo al ejército ingles del general
1\'100re , apoyándole en aquella espedicion otro cuerpo
francés mandado pOI' el mariscal Ney. Alcanzó en 1809
á los Ingleses delante de la Coruña y los atacó y venció
matando al general en gefe ñloore , de cuyas resultas se
embarcaron precipitadamente los restos de su ejército.
Entonces capituló la corta guaruicion española que habia
en la Coruña y Soult marchó á Portugal con los dos CUCl'-
pos 8, o y 2. o del ejército frunces. Habiendo batido con
facilidad las bandas portuguesas que se le opusieron al
paso, tomó pOI' osalto ú Oporto el 29 de marzo de aquel
año. Esta época de la vida del mariscal Soult 'j sobre to-
do su larga deteucion en Oporto sin marchar inmediata-
mente sobre Lisboa ha dado ocasion á muchos biógrafos
y á mas de un historiador á q ne se le hayan atribuido pro-
vectos de una ambición desmesurnda V á todas luces ino-
portuna en aquellos momentos. Nosotros carecemos de
datos ni para apoyar estas sospechas, ni para desmentir-
las; pero nos inclinamos á que carecen de fundamento




158 NOTAS
real por lo mismo que aquellos que se las echan en cara
principian pOI> asegurar que el emperador tuvo puntual
noticia de tales altanerias , y no creemos que ningun so-
berano ni mucho menos Napoleón le hubiese dejado sa-
biéndolas al frente de fuerzas tan respetables, ni que le
hubiese confiado despues la vasta administracion y mando
absoluto de las Andalucias. Asi tenemos todos estos ru-
mores por una verdadera calumnia de los partidos. La
verdad es que su larga permanencia en Oporto, fuese por
la causa que fuese, dió lugar á que 'Yellington reuniese
sus fuerzas, hiciese sus preparativos y se presentase el 8
de mayo delante de Coimbra, mientras que Beresford al
frente de los, Portugueses avanzaba hácia Chabcs y Ama-
rante para flanquear al ejército frunces. No dió Soult la
debida importancia á tales movimientos, tal vez por la
general persuasión en que se hallaban entonces los, Frau-
ceses de que el soldado ingles era poco temible en tierra
firme. Despues acá ya han tenido motivos para variar aque-
lla falsa persuasión. Lo cierto es que en estas y las otras
el ejérciro frunces fue sorprendido en Oporto el dia 11
de mayo 1809 y que no pudo salir de allí sino abando-
nando 3US bagages , enfermos y parte de su artillería. En
medio de eso tuvo la fortuna de que la división del gene-
ral Loison hahia ocupado á Guimaraens y pudo llegar á
Galicia por el camino real de Braga. Dejó allí al maris-
cal Ney, pasó á Zamora y no pudo llegar á tiempo de lo-
nrar parte en la batalla de Talavera , debiéndose tal vez
á esta circunstancia la fortuna de aquella jornada para las
tropas españolas é inglesas. Sin embargo su próxima apa-
ricion en las orillas del Tajo decidió la prudente retirada
de Wellington á Portugal, y entonces el mariscal Soult
reemplazó á Jourdau en las funcioncs de mayor general
del ejército de España, lo cual equivalía á tomar el man-
do en gefe de todo él; porque nadie igora que el rey
José no era hombre para mandar ejércitos. En enero de
'1810 decidió Soult la ocupación de las Andalucias y ha-
bien do reunido cuatro cuerpos dc ejército sobre el Gua-
diana, marchó con el rey José pOI' la Carolina y Andu-




DEL TRADUCTOR. 159
jar sostenido ú su izquierda por el general Sebastiani
que debia ocupal' :'l Málaga y Granada y á su derecha por
Victor que marchaba sobre Córdoba. Parece increible có-
mo los Franccscs , que estaban acostumbrados á hacer tan
rápidos movimientos en Italia y Otl'OS paises J no cortaron
la division de Alburquerquo en su largo tránsito desde
Badajóz á la Isla de Lean, cuya desgracia hubiera com-
prometido esunordinariamen te la suerte de Cadiz y del go-
bierno provisional español. Pero parece que la provi-
dencia disponia los acontecimientos de manera que no so-
lo se ensalzase la gloria del pueblo español, que tan he-
roleo ejemplo de resistencia presentaba al mundo, sino
que hiciese de él el principal instrumento de la ruina del
grande imperio frunces.


Luego que las tropas de éste ocuparon á Sevilla el dia
1. o de febrero 1810 y cuando la corte de J03é se volvió á
:Ma<1l'i<1, quedó el ma~'iscal Soult encargado del mando del
ejército del Mediodía de España ~ compuesto de los cuer-
pos 1. o, 4. o y ¡J. o Parecía natural , segun dicen los huc-
nos tácticos militares, que la primera operaeion hubiese
sido el sitio y toma de Badajóz , porque detrás de esta
plaza, esto es en Portugal y no en Cadiz, es donde es-
taba el enemigo; pero no se pensó en ello hasta princi-
pios de 1811 , en que lo ordenó Napoleon pal'a que á to-
da costa se llevasen socorros á Massena que debia invadir
á Portugal. Tomó la plaza el din 11 de marzo , pero era
ya tarde porque ñlasscna se habia visto precisado á ova-
cual' á Portugal, y Wellington viéndose libre de aquel
enemigo puso sitio á Badajóz encargando aquella opera-
cian á llCI'CSf'OI'O. Acudió Soult á su socorro y perdió
la batalla de la Albucru , pel'O salvó pOI' aquella vez la
plaza; mas habiendo vuelto 'Vellington sobre ella la tomó
el día 16 de abril con tal prisa que cuando acudió Soulr
á socorrerla ya estaba rendida.


La "ietoria" dc los Arapiles en Castilla conseguida pOI'
Welllngton contra el mariscal l\Jarmont obligó á José á
retirarse detrás del Tajo con el ejército del cen tro y de-
terminó la evacuación completa de las Andalucias, paca




160 NOTAS
reunirse con aquel en las inmediaciones de Valencia. To-
mó Soult el mando de los dos ejércitos , marchó sobre
Madrid , de donde se retiró W ellingtou y Iuepersiguién-
dole pOI' Salamanca hasta los confines de Portugal, No
era ya tiempo de pensar en volver á ocupar' las Andalu-
cias y asi se retiró Soult á Toledo ú cuarteles de invierno
yen el mes -de marzo 1813 recibió órdcn del elllpera-
do r de marchar á Alemania cuando ya babia ocurrido el
desastre de la retirada de Rusia. Le dió el mando de Sil
guardia en reemplazo del mariscal Bessieres , que hahia
sido muerto eu Weissenfelts , y cn el mesde julio de aquel
mismo año volvió á enviarle á España de resultas de la
derrota del ejército francés en Vitoria. Fueron poco feli-
ces en verdad sus tentativas para salva!' ú Pamplona y S,
Sebastian , y después de una multitud de combates, al-
gunos de ellos sungrieutísimos , perdió la línea del Bida-
soa y tuvo que retirarse ,ú Bayona. Después no ocurrie-
ron mas que las dos batallas de Ol'thcz y de Tolosa , am-
bas de éxito dudoso, y sobrevino la restauracion.


El mariscal no tardó en conformar su conducta al uuc-
vo órdende cosas y Luis XVIllle nombró ministro de la
guelTa el 3de diciembre 181.4; mas habiendo vuelto
al año siguiente Napoleón dc la isla dc Elba le prestó obe
diencia de nuevo y fue nombrado mayor' general del ejér-
cito que fue derrotado en Wuterloo. Llegó la nueva res-
tauracion v el mariscal Soult salió desterrado ú Dussel-
dorf, que "es la patria de su muger. AHí estuvo tres años,
y habiendo obtenido permiso pal'a volver á Francia en el
mes de mavo de 1819 se \e de\'ohió e\ bastón de maris-
cal. Carlos 'x le dió la gran banda de Saint Esprit y la dig-
nidad de pal' de Francia. Después de la rcvoluciou de ju-
lio de 1850 volvió Ú ser nombrado ministro de la guerra.
Mas adelante pasó de embajador estraordinario á Londres
para representar Ú la Francia en b coronación de la reina
Yictorin , y en el momento en que escribimos este artícu-
lo (noyiembl"c de 1840) se halla por tercera Ó cuarta H'Z
de ministro de la guerra y presidente del gabinete Irau-
ces. ~o hemos hecho mas que referir rúpidumente su hou




tlEL TlUDUCTOR. 161
1'OS:.\ carrcra , OC,lam\o:í otros escritores mas ca\l\..\c(',s\-..\
tarea de juzgar su merito como guerrero y corno político;
pero habiendo tenido la honra de disfrutar de su muistad
particular no podemos menos de decir que el SI', maris-
cul duque de Dalmucia , ú pesal' de su aspecto fiero y pl'O-
píamente militar, es tino de los hombres mas amables
en su trato privado y tiene UBa iusuuccíou mucho mus
florida y amena que lo que era de esp(~I':lI' de un hombre
(lue ha pasado lo mejor de Sil vida en los campos de !J:l-
la lla.
~AG1NA 1lJL


7 El general Ernoulf nació en Alenzou , departamen-
lo del Orne, de una familia pobre y estuvo bastante tieru-
po siendo maestro de baile hasta que tOlU0 las armas al
.flrincipio de la revolución. Hiciéronlo desde luego sargen-
to y poeo tiempo después ayudante (~ un batallon el<=' vo-
luntarios de su departamento, que fue de g-uaruieion al
Paso de Calais , donde conoció ú Jourdan. To.uóle de ed¡~­
can suyo y fue ascendiendo de grado en grado hasta ..1
de general de división. En 1794 estuvo empleado bajo
sus órdenes en el ejército del Mossella y se halló en la
batalla d.. FI(~Ul'llS. En 179tJ y 96 estuvo de gefe de t'S-
indo mayol' del ejército del Sambru y 1\losa y fue el qne
firmó el armisticio de Wurtzbul'go con el circulo de Fran-
couia , En 17U7 y 9~ fue uno de los candidatos que ('S-
tuvieron en lista pura plaza de director , y el¡ 17HD que-
dó mandando interinamente el ejército del Danubio des-
pues de la denota de Stokach. A los pocos dias le asul-
turou los paisanos del Spesart , quienes saquearon todas
las cajas y efectos def ejército y el mismo no pudo salval'-
se sino por la huida. Legó á Bruselas y dió su dimisión
pero no por eso pudo evitar (~I chubasco que le amenaza-
ba, pOl'qUC se le acusó de haber sido causa de la pérdida
sufrida, pOI' haber exasperado á los habitantes ti.. 1;'1'311-
cenia COl! sus arbitrarias exacciones en provecho suyo
personal, y de haberse servido en la retirada de los caba-
llos de la urtilleria y de los bagages para su servicio. L/e-


XIl. 11




162 NOTAS
váronle pl'eso á París el día 4 de octubrc ; pero le absol-
vieron poco despues y aun se le volvió á emplear como
general de división En 27 de abril de 1800 le nombró Bo-
naparte inspector general del ejército del Oeste y en 1802
hizo la campaña de Italia hasta que al año siguiente se le
nombró gobernador de la Guadulnpe y gTan oficial de la
legion de honor, habiendo muerto en el mismo empleo el
año de 1807.


PAGINA 117.


8 El general austriaco ~Ielas nació en Moravia é hizo
las campañas de la gucrra de siete alIOS contra la Pru-
sia en calidad de edecán del general Daun. En 1793 y
94 sirvió de general ma)'ol' y de teniente Ield-iuariscal
en el ejército del Sumbra y en Trevcris. En 1795 pasó al
ejército del Rhin y en 96 al de Italia, donde mandó en
gefe interinamente. En 1799 mandó en propiedad el ejél'- -
cito austriaco que estaba bajo las órdenes de Souwarow,
á quien auxilió con la mayol' eficacia. Las muchas venta-
jas que adquirió entonces hicieron creer que seria capaz
del mando en gefe, á pes:lI' de su mucha edad, ruando
antes solo se le habla considerado ú propósito para man-
dar una divtsion , Las batallas en que lilas sohrcsulió fue-
ron las de Cussano , el Trchia y sobre todo en la de Novi.
Luego que Souwurow marchó ú la Suiza para combatir' á
Massena, quedó Melas mauduudo los GO mil ausuiucos ,
con los cuales batió ú Champiounet en Geno\a. Pero al
año siguiente, 1800, se eclipsó su fortuuu en presencia
de Bonaparte, que no solo le batió y cogió sus almacenes,
sino que le cortó toda comuuicacion con el Austria. En-
tonces aventuró la célebre batalla de Marengo en la cual
á pesar' de haberse batido heroicamente , tuvo que sucum-
bir y capitular con su ejército como si fuese uua plaza si-
tiada. Sus tropas se retiraron en tres columnas bajo el
cañon de Mantua , y hubo de entregar á los Franceses to-
das las plazas que había ocupado. Se firmó un armisticio
para dar tiempo de que el gabinete de Viena hiciese pro-
posiciones de paz. De resultas de esta catástrofe se le qui-




DEL TlUnUCTOR. 163
tú el mando y le dieron otro en Bohemia que renunció
muy pronto. Luego en 1806 tpresidió el consejo de


guerra que babia de decidir de la suerte del gcnel'al
Mack, y al año siguiente murió en Praga"


PAGINA t 1~L


n El gcnernl Grenier era a utes de la revoluciou fUI'-
riel del regimiento de Barrois y agregado á la sargentía
mayol'. En 1791, llegó á ser ayudante general del ejér-
cito del Mossclla y habiéndole empleado el representante
Guillet en la organizacion de los batallones de volunta--
rios con las tropas de línea, él mismo le nombró gene-
ral de hrigrudu. En f 795 mandó tina división del cjér'-
cito de Jour.lan y fue quien dirigió el paso del Rhin en
Ordingen , entre Colonia y Bonu. En 1797 siguió en el
mismo ejército bajo las órdenes de Iloche y contribuyó
á la toma de los reductos de Boudorf el dia 16 de abril.
En 1799 estuvo empleado en el ejército de Helvecia y en
tiempo del consulado desempeñó la inspeccion general
de iufuuterin y murió ,poeo después en la batalla de Ma-
rengo.


PAGINA '11 R.


10 El general Irauces Montrichanl nació en Bourg,
dcpartarueuto de Ain en 1763 y era oficial de al'tillel'Í:'l
antes de la revolucion , Sirvió de ayudante general en 10i
ejércitos de Mossella y el Rhin y luego como general de
brigada en 17BG se distinguió mucho bajo las órdenes de
:Mol'eau en el paso del Rhin y batalla de Fl'iedber'g. En
f 797 le nombraron gefe de estado mayor del ejército de
Maguncia y en 1799, que es la época en qne le mencio-
na el texto, le destinaron á Italia b:1jo la desgracinda di-
reccion de Schérer. Una reyerta que tuvo con el general
de las tropas Cisalpinas Lahoz, ú quien suspendió del
mando, hizo que éste se pasase ú los insurgeutes , que
le dieron mucho q,Qe hacer en la batalla del Trehia , don--
de su división tuvoque retirarse en d('S(11'l!f'IL Reparó es-




164 NOTAS
ta falta conduciéndose con mas valor é inteligencia en la
peligrosa retirada de Nápoles, En 1802 le nombraron
comandante en gefe de las tropas francesas que estaban al
sueldo de la república bátava. En 1805 pasó de gober-
nador del ducado de Luneburgo y cuando principiaron
las guerras del imperio mandó una division en el de Ale-
mania y murió en la batalla de Leipsich.




DIRECTORIO (1799). 165


CAPITULO TERCERO.


Continuación de la campaña de 1799; reune Massena el man-
do de los ejércitos de Helvecia y del Dauuhio , y ocupa
l-a linea del Limmat.c-vLlegada de Souwarow á Italia. Tras-
mite Scherer el mando á Moreau. Batalla de Cassano. Reti-
rada de Moreau del otro lado del Pó y del Apenino. - In-
tentos de reunirse con el ejército de Nápoles ; batalla del
Trebia. - Coalicion de todos los partidos contra el direc-
torio, - Revoluciou del 30 de prerial. - Salen del direc-
torio Larreveilliere y Merlin.


Mientras que se haciun 011 el gohierno las mo-
dificaciones que acabamos de referir , no babia
cesado el directorio de hacer los Inayorcs esfuer-
zos para reparar los reveses ocurridos al principio
de la campaña. Habia perdido Jourdan el mando
del ejército del Danubio, y se le dió á l\lassena el
de todas las tropas acantonadas desde Dusseldorf
hasta el monte de San Gotardo, cuya feliz clec-
cion era la que dehia salvar la Francia. Impacien-
te Schérer por salir de un ejórcito donde habia
perdido la confianza, habia obtenido autorización




f66 REYOU'CW,," I"RA:.\'CESA.


para trausfeiir su mando ú MOl'eau , y se le dió á
Macdonald la órden terminante de evacuar el rei-
no de Nápolcs y los Estados romanos vinicndo á


. reunirse con el ejército de la Alta Italia. Tocios los
batallones veteranos que estaban en el interior se


.' iban enea mi nando ú la frontera, al mismo tiem-
po (rH~ se aceleraba el equi po y organizacion de los
conscri.ptos y P¡·¡ nci piah:U1 Ú llegar refuerzos de
todas partes.


Apenas fue nombrado .Masscna comandante en
gefe de los ejércitos del H.llin y la Suiza, pensó en
disponer convenientemente las fuerzas que scIc
lnb¡an confindo , y ú fe (¡ae no podia tomar' el
mando en una sit uacion mas crítica. Todo lo mas
que tenia eran :10 mil hombres esparcidos por la
Suiza rlescle el valle del Inu hasta n;\silea ~ y para
eso tenia en frente de ~;í :~n IJll! hombres al Inan-
do de B~ilGgan.!{~ en el Ti ro l , 2(; mil al de Hotze
en el Vora Ibel'g y 1,.0 mil »l del archiduque entre
el lago dl:~ Constanza y el Danubio. Aquella masa
(le cerca de cien mil hombres podía envolverle y
aniquilavle ; porque si el archiduque no se hubie-
ra visto contrariado pOi' el consejo áu] ico y dete-
nido tamhien por una enfermedad, y hubiera
atravcsado el Hliiu entre el laao de Constanza v


'J .J


el Aar , habria podido cortar ú Massena el camino
de Francia, envolverle y destruirle. Pero por for-
tuna no era árbitro de sus movimientos , ni tampo-




nrnscronro (1799). 161
co se puso inmediatamente hajo sus órdenes á Be-
llagardc y á Hotze , lo cual hacia que hubiese en-
tre aquellos tres generales una rivalidad continua
que les im pedia concertarse para ninguna opera-
cion decisiva.


Estas circunstancias favorecieron á lUassena y le
dieron tiempo para tomar una posicion sólida y
distribuir convenientemente las fuerzas que esta-
han á su d isposicion, Todo indicaba que el archi-
duque no queria mas que observar la línea del
Rhin por el lado lle la Alsacia , y que se proponia
operar en Suiza entre Schaflouse y el Aar, En con-
secuencia mandó l\Iassena concentrar en Suiza la
mayor parte del ejercito del Danubio y le designó
las posiciones que debiera haber tomado desde los
principios, es decir , inmediatamente después de
la batalla de Stokach. Se habia cometido la falta
de dejar laI'go ticm po comprometido ú Lecourbe
en la Engadiua y este se vió precisado á retirarse
despues de haber dado brillantes combates, en
que mostró una intrepidez y presencia de ánimo
admirables. Quedaron evacuados los Grisones, y
entonces distribuyó su ejército Massena desde la
gran cordillera de los Alpes hasta el confluente del
Aar en el Rhin escogiendo la línea que le pareció
mejor.


Son muchas las líneas de agua que ofrece la Sui-
za, procedentes de los Alpes, que la atraviesan




168 REVOLUClO~ FIL\SCESA.




completamente antes de' arrojarse en el Hliiu. La
mas cstensa y ancha es la del mismo Rhin, que
tomando su nacimiento no lejos del San Gotardo
corre primero hácia el Norte y despuesse estiende
en el lago de Constanza, de donde salc cerca de
Stein y corre al Oeste, hácia Basilea , donde vuel-
ve á correr hacia el Norte para formar la frontera
de la Alsacia. Esta línea es no solo la mas esteusa ,
sino que abraza toda la Su17.a. La segunda es la
de Zurich que está comprendida en la primera y
es la que forma el Lint , que naciendo en los pe-
queños cantones se corta para formal' el lago de
Zurich y sale ya con el nombre de Lirnmat, yendo
á parar al Aar no lejos de la embocadura de este
último rio en el Rhin. Esta línea que no compren-
de mas que una parte de la Suiza, es mucho me-
nos vasta que la primera. Otra hay tambien que es
la -dc Heuss, tambien comprendida en la anterior ,
la cunJ pasa desde el leello del Heuss al lago de
Luzerna , y desde este vú :i desaguar en el Aal' muy
cerca del punto en que desemboca en el Limmat.
Todas estas lineas principian á la derecha junto ir
unas enormes montañas , y terminan á la izquier-
da en grandes r ios , fJ lIC algunas veces son lagos y
ofrecen inmensas ventajas para la defensiva. No
podia prometerse Massena conservar la línea gran-
de ó del Hhiu teniendo (Iue estenderse desde el
San Gotardo hasta la embocadura del Aur y asi se




DIRECTORIO (1799). 169
VIÓ precisado ú replegarse sobre la del Limmat
donde se estableció sólidalnente. Situó su ala
derecha formada de tres di visiones que eran las
.Ie Lecourbe Menard y Lorge 1 desde los Al pes
\l<\'3lta e\ lago (\e, Zu\'ich ha)o las ón\enes (.\e Fe\'lno;
su centro, á orillas de Lirnrnat , compuesto de las
cuatro divisiones de Oudinot 2, Vandam me, Thu-
reau y Soult; mientras que su izquierda defendia
el Rhin hácia Basilca y Strashurgo.


Antes de encerrarse en aquella posición procu-
ró estorbar por medio de un combate la reunion
del archiduque con su teniente Hotze , pues se ha-
llaban situados aquellos dos generales en la orilla
del Rhin el uno antes de la entrada del rio en el
lago de Constanza yel otro después de su salida,
y separados por toda la estension del lago. Atrave-
sando aquella línea para establecerse delante de
la de ZUl'idl y del Limmat, donde se babia situa-
do Massena , tenian que partir desde los dos es-
tremes del lago para hacer su reunion del otro
lado, y l\Iassena podia escoger el momento en que
Hotze no se habia adelantado todavia, arrojarse
sobre el archiduque, echarle del otro la.lo del Rhin
y caer luego sobre HoLze y echarle del mismo mo-
do. Se ha calculado que tenia tiempo para hacer
aquella doble operación y batir aisladamente á
los dos generales austriucos , pero pOI' desgracia
no pensó en atacarlos hasta el momento en que




'170 REVOLCCIO~ FRANCESA
estaban prontos á reunirse y dispuestos ú apoyar-
se recíprocamente. Comhatió con ellos en muchos
puntos el 24. de mayo en Aldenfiugen y en Frauen-
fcId, y aunque en todos consiguió ventajas, gra-
cias al vigor ({tIC siempre tenia para la ejecucion,
con todo eso no pudo impedir la reunion, y se
vió precisado á replegarse sohre la línea de Zuriclr
y del Lirnmat , donde se preparó para recibir vi-
gorosamente al archiduque , si este se determina-
ha á atacur!e.


Harto mas desgr-aciados andaban los neg'ocios en
Italia, pues no se habian contenido los desastres.


Souwarow 3 se habia reunirlo con el ejército
austriaco al frente de un cuerpo de 28 á '30 mil
Rusos, y aunque Melas mandaba el ejército aus-
triaco , tomó Son warow el mundo en gefe de u no
y otro p,jórcito , que juntos componían al rededor
de 80 mil hombres y le llamaban el invencible. Era
conocido por sus campañas . contra los Turcos y
por sus crueldades en Polonia y tenia un carácter
muy decidido y cierta originalitlad afectada (Iue se
acercaba á la locura, pero ningun talento de corn-
binacion. Era un verdadero bárbaro afortunada-
mente incapaz de calcular el modo de emplear sus
fuerzas, porque en otro caso quizás habria sucum-
bido la l'epública. Era su ejército poco mas Ó me e-
nos como él, porque tenia un estruordinm-io va-
lor que casi tocaba en fanatismo, pero ninguna




DIUECTOUIO (1799). t 7 1.
instruccinn. La artillería, la caballería y los inge-
nieros puede decirse que eran nulos, porque no
se sabia mas que hacer uso de la bayoneta y se
servian de ella como los Franceses al principio ele
su revoluciono Bastante insolente Souwarow con
sus aliados, puso oficiales Husos entre los Austria-
cos para enseriados á manejar la bayoneta, usan-
do ele un lenguage altanero, pues les decia que
las mugcres, los petimetres y los pere.zosos debían aban-
donar el ejército; que los parlanchines que no ha-
cian mas que burlarse del servicio del soberano, se-
rian tratados como cgoistas y perderian sus gra-
dos; y (1 ue todo el Inundo debia sacrificarse pOl'
libertar la Italia dc los Franceses y de los atheos.
Tal era el estilo de sus proclamas; felizmente que
des pues de habernos hecho bastante daño iba á
encontrarse esta encrgia brutal con otra energia
sabia y calculada, y estrellarse contra ella.


Habiendo Schcrer perdido enteramente su pre-
sencia de ánimo, se habia retirado l)recipitada-
mente sobre el Adela entre los gritos de indigna-
cion de sus soldados, habiendo perdido diez mil
hombres dc su ejército entre muertos y prisione-
ros. Viose obligado ú dejar ocho mil en Pescara y
en Mantua , de suerte que no le quedaban mas
que 28 mil , Y sin embargo si hubiera sabido ma-
niobrar diestramente con aquel puñado de hom-
bres, hahria podido dar tiempo á Mucdonalcl para




t'1'2 \\.EVOU}C\ON F R.A.NCRSA..
reunirse con él y evitar muchos desastres. Pero
se situó tan mal en el Adela, que repartió su ejér-
cito en tres divisiones, dejando la de Serrurier en
Lecco á la salida de aquel rio del lago de su nom-
bre, á la de Grenier en Cassano y á la de Victor
en Lodi. Hahia colocado á Montr'ichard con algu-
nos cuerpos ligel'os hácia el Modenés y las monta-
ñas de Génova para mantener las comunicaciones
con la Toscana, por donde habia de desembocar
Macdonald, de suerte que sus 28 mil hombres dis-
persos en una linea de veinte y cuatro leguas, no
podian resistir seriamente en ninguna parte, y
debian ser arrollados por cualquier sitio que car-
gase el enemigo en fuerza.


El día 27 de abril por la tarde, en el momento
mismo en que estaba forzada la línea de Adda en-
tregó el mando de su ejército á Moreau , que tenia
ciertamente muchos motivos para reusarle : por-
que le habían reducido al simple papel de general
de división y ahora que estaba perdida la campa.-
ña y solo podían presentirse desastres , le daban
el mando en gefe. Sin embargo aceptó pOI' un ras-
go de patriotismo que la historia no puede menos
de celebrar y se hizo cargo del ejército en la no-
che misma que estaba forzado el Adda. Aquí es
donde principia la época mas glol'iosa y la menos
ponder-ada de su "ida.


Se habia acercado Souwarow al Adda por dife-




DIRECTORIO (1799). 173
rentes puntos, y cuando el primer regimiento ru-
so se presentó á la vista del puente de Lecco, sa-
Iieron de sus atrincheramientos los carabineros de
la valiente media brigada 18.a ligera y se opusie-
ron al frente de aquellos soldados á quienes pin-
taban como unos colosos invencibles. Rechazaron
á los Rusos y se desplegó nuevo vigor en el cora-
zon de nuestros valientes que querian hacer arre-
pentir de su viage aquellos insolentes bárbaros
que venian á mezclarse en una 1ucha que no les
tocaba de modo alguno. El nombramiento de Mo-
reau les habia llenado de entusiasmo y confianza,
pero por desgracia no era sostenible la posicion..
Aunque, rechazado Souwarouw ven Lecco, habia
hecho pasar el Adda pOl~ otros dos puntos que eran
Brivio y Trezzo , mas arriba y mas abajo de donde
estaba Serrurier , que formaba la izquierda. Con
eso se encontró cortada aquella division del resto
del ejército, por lo cual se vió precisado Moreau á
uén con \a ui~i':3;on de Gyen.;ey un. c,()Inh'i\\e fu.yi()-
so en el mismo Trezzo para rechazar al enemigo
del otro lado del Adda y volverse á poner en co-
TIlunicacioncon Serrurier, Combatió con solos
ocho ó nueve mil hombres á un cuerpo que tenia


.mas de 20 mil, y sus soldados animados con su
presencia hicieron prodigios de valor , pero no
pudieron rechazar al enemigo del otro lado del
del rio, Por desgracia Serrurier, á quien no se




I\EYOLUCIO~ }'RANCES1.


le podian comunicar órdenes, no tuvo la OClU·....
rencia de dil'igil~se hácia aquel mismo punto de
Trezzo , donde Moreau se ohstinaba en comba-
tir para solo ponerse en comunicacion con él. Fue
preciso ceder la posicion y abandonar á Serru-
riel' á su suerte , el cual fue rodeado con su divi-
sion por todo el e}ército enemigo y se batió á la
desesperada, hasta que últimamente viéndose ro-
deado por todas partes, tuvo que rendir las ar-
TIlas. Una parte de la división pudo salvarse por
las montañas , gracias [1 la osadía y serenidad
de uno de sus oficiales y se metió en el Pia-
monte. Durante aquella terrible refl'ieg'a se había
retirado por fortuna Victor con su di vision in-
tacta, y á esto se redujo la fatal jornada lla-
mada de Cassano que se dió el 28 de abril , y
redujo el ejército al número de 20 mil horu-
hres.


Con aquel puñado de valientes emprendió re-
tirarse l\101'cau j sin pcrclc\' ni un in~tante aque.\\a
presencia de ánimo de que le habia dotado la
naturaleza. Reducido á 20 mil 'soldados en pre-
sencia de un ejército que podia ascender á 90 mil
si hubieran sabido hacerle marchar en masa , no
se desalentó ni un instante, siendo algo mas me-
ritoria aquella serenidad, que cuando volvió de
Alemania rodeado de 60 mil hombres victoriosos,
y con todo no se ha celebrado esta últirna : ¡tal




DIRECTOmO (1799). 175
es el iullu jo de las pasiones cn los JUICIOS de los
con temporáneos !


Procuró por dc pronto cubrir á Milan para dar
tiempo á evacuar los parques y bagages y de que
pudieran ponerse cn salvo los miembros del go-
bierno Cisalpino y todos los lUilaneses que esta-
ban comprometidos. No hay cosa mas peligTosa
para un ejército que esas familias de fugitivos á
quienes se vé precisado ú admitir en sus filas, por
que embarazan su marcha , entorpecen sus 1110-
vimientos y pueden alguna vez comprometer su
seguridad. DCSPUC5 de haber pasado dos dias en
Milan , volvió ú ponerse Morcau en marcha para
repasar el ~'ó , y observando la conducta de Sou-
warow calculó que tendría tiempo para tomar
una posicion sólida. Dos objetos eran los que se
proponían, (PlC eran cubrir su comunicaciones
con Francia y con la Toscana por donde iba avan-
zando el ejército de Nápnles. Para conseguir aquel
importante ohjeto le pareció conveniente ocupar
la pendiente de las moutaiias de Génova, que era
el punto 111<\5 Iavorahlc , y marchó en dos colurn-
nas; la una escoltando lo.s parques, bagajes y to-
do el tren del ej{'rcito lomó el camino real de lUi-
lan á Turin , y la otra se encaminó hacia Alejan-
dria para ocupar los caminos de la ribera de Gé-
nova. Ejecutó aquella marcha sin ser muy inquie-
tado por el enemigo, porque Souwarow en lugar


'0,"


. l~/;.; _.;
'C a::.¡




176 REVOLUCION FRÁNCESA.
de caer con sus fuerzas victoriosas sobre r.uestro
débil ejército para aniquihule cnternmcnte , se
ocupaba en recibir en Milall los honores del triun-
fo , de los clérigos, frailes, nobles y todas las cria-
tures del Austria .., que habian vuelto á entrar de-
tras de los ejércitos coligados.


Tuvo tiempo Moreau de Ilegal' á 'I'urin y enca-
minar húcia Francia todo el gl'ueso bagaje del ej(~r­
cito : armó la ciudadela , procuró avivar el celo de
los partidarios de la república y vino luego it jun-
tarse con la columna que habia dirigido hácia Ale-
jaudria. A JJí escogió una posicion ({ ue prueba to-
da la exactitud de su golpe de vista, situándose
en el confluente de Jos dos r'ios Túnaro y Pó que
se juntan por bajo de Alejandria al bajar del Ape-
nino. Estando así cubierto por uno y otro, no te-
mia un ataque á viva fuerza y conservaba al mis-
mo tiempo todos los caminos de Génova pudien-
do espel'ar tranquilamente la llegada de Macdo-
nald, No era posible encontrar _una posicion mas
feliz, pues ocupaba á Casale , Balenza , Alejandria
y tenia una cadena de puestos sobre el Pó y el
Tánaro, y sus masas estaban dispuestas de manera
que en pocas horas podia acudir al primer punto
atacado. Así se estableció alii con sus 20 mil hom-
bres y aguardó con impertubable serenidad los
movimientos de su formidable enemigo.


Afortunadamente Souwarow habia empicado




mRECTORTO ('1799). 177
mucho 'tiempo en avanzar , y pedido al consejo
áulico que el cueqlo austriaco .de Bellegarde des-
tinado al Tirol se pusiese ásu disposición. Acaba-
ha aquel cuel'po de bajar á Italia y con él ascendia
el ejército combinado á mucho mas de 100 mil
hombres. Pero como Souwarow tenia órden de si-
tiar á Pescara, á Mantua y á Pizzighitone , y que-
ria presel'varse al mismo tiempo del lado de la
Suiza sin poseel' el arte de distribuir oportuna-
mente sus fuerzas se encontraba solo con 40 mi 1
hombres á su disposicion , que á la ventad eran
suficientes para aniquilar á Moreau si ,i~l hubiera
sabido manejarlos.


Vino pOi' fin á bordear el Pó y el Tánaro y colo-
carse en 'frente de Moreau, situando su cuartel
general en Tortona. Despues de algunos días de
inaccion resol vió hacer una ten tati va contra el él fa
izquierda de Morean, es decir del lado del Pó, Hay
un poco mas arriba del confluente de este rio con
el 'I'ánaro , en frente de Mugarone, unas isletas
bastante arboladas, á cuyo abl'igo resol vieron los
Rusos intentar el paso, como en efecto le vel'iti-
caron unos dos mil hombres en la noche del "
al 12 de mayo, y se encontraron así del otro lado
del brazo principal. El que les quedaba que atra-
vesar era poco considerable y podia pasarse á na-
do, cosa que hicieron atrevidamente dirigiéndose
;t la orilla derecha del Pó, Advertidos los France-


XII. 12




178 R.EVOLUClON FRANCESA.
ses del peligro corrieron al punto amenazado, mas
como Moreau estaba prevenido por otras demostra-
ciones hechas por la parte del Tánaro, esperó á que
se determinase bien el verdadero punto del peligro
para dirigirse allí con fuerza, y apenas lo cono-
ció cuando se encaminó allí con su reserva y arro-
j-ó al Pó á los Rusos que habían tenido la osadia de
pasarle, habiendo habido en aquella accion 2,500
hombres entre muertos, ahogados ó prisioneros.


Aquel gol pe de vigor aseguraba enteramente la
posición de Morean en aquel singular triángulo
donde se hallaba; pero le inquietaba mucho la
inaccion del enemigo, temiendo que Souwarow
no hubiese dejado mas que un simple destaca-
mento delante de Alejandria , y estuviese subien-
do por la orilla del Pó hasta Turin paJ'a tomar
por la espalda la posicion de los Franceses : Ó que
tal vez hubiese marchado al encuentro de Macdo-
nald. En aquella incertidumbre resolvió moverse
el mismo para averiguar el verdadero estado de
las cosas. Discurrió desembocar del otro lado de
Alejandria y hacer un vasto reconocimiento, y en
caso de que el enemigo no hubiese dejado delan-
te de él mas que un cuerpo suelto, convertir el
reconocimiento en un ataque serio, acabando con
él y reti rarse despues tranquilamente por el cami-
no de la Bochetta hácia las montarlas de Génova
para esperar allí á Macdonald. Si por el contrario




nmncronto (1799), 179
encontraba allí la masa principal era su intencion
l'eplegal'se á su campo y PI'OCUI'al' llegar muy
pronto á la ribera de Génova por todas las comuni-
caciones accesorias que todavia le quedaban. Tenia.
otra razón mas importante pal'a tornar aquel par-
tido decisivo, y era la insurrección del Piamonte
que se manifestaba á su espalda y era indispensa-
ble que se acercara á su base lo mas pronlo posible.


Mientras que Moreau formaba aquel prudente
proyecto estaba Souwarow formando otro que no
tenia pies ni cabeza. Ciertamente la posicion que
ocupaba en Tort.ma era la mejor que podia to-
mal', pues le situaba"entre los dos ejércitos france-
ses, el de la Cisalpina y el de Nápoles, y no debia
abandonarlu á ningun precio. Mas sin \enlhargo
discurrió llevar una parte de sus fuerzas del otro
lado del Pó para subir aquel rio hasta Turiu ,
apoderarse de la capital, organizar los realistas
piamonteses y hacer caer la posicion de MOI'eall.
No podia darse un cálculo peor que semejante
maniobra , porque para que cayese la posicion de
lloreau era necesario intentar un ataque directo
y vigoroso, pero sobre todo no abandonar jamas
la posicion intermedia entre los dos ejél'citos qu~
intentaban reunirse.


lUientras que Souwaro w dividiendo sus fue~'i'~s
dejaba una parte de ellas en las inmediaciones de
Tortona ¡\ orillas del Táuaro y llevaba la otra del




180 REVOLUCION FRANCESA.
otro lado del Pó para marchar sobre Turin, estaba
Morean haciend oel reconocimiento que habia pro-
yectado. Llevó adelante la división de Victor pa-
ra atacar vigoi-osamente al cuerpu ruso que tenía
delante de si , y él se quedó un poco atras con su
reserva, dispuesto á convertir en ataque el recu-
conocimiento si calculaba que era posible aniqui-
Iar el cuerpo ruso. Despues de una escaramuza
bastante viva en que las tropas de Víctor desple-
garon mucho valor cl~eyó Moreau que todo el ejér-
cito ruso estaba en su presencia, y no se atrevió
á atacarle formalmente de miedo de tener que ha-
herias con un enemigo tan superior. En conse-
cuencia abrazó el segundo partido de los dos que
habia imaginado y resolvió retirarse L.ácia las
montañas de Génova. Era sumamente crítica su si-
tuacion, porque se hallaba insurreccionado todo
el Piamonte á su espalda *; y ya un cuerpo de in-


* ¿y en qué habia venido á parar toda aquella predi lec-
ciou que no ha mucho nos aseguraba Mr. Thiers que habia
en el Piamonte en favor de los principios de la revolucion
francesa y de los franceses mismos? ¿ En qué aquel furor
de república y el no poder sufrir la dinastía de Carignan á
quien precisaron á abdicar? Dejémonos de ilusiones y bobe-
rias : todas las revoluciones efímeras que se verificaron en-
torrees en Italia así en Génova como en Napoles , y así en
Venezia como en Roma fueron todas obra esclusiva de los
ejércitos franceses y no de la disposición de los habitantes.


(N. del T.)




IH RECTÜIUO (1799). t 81
surgentes se "habia apoderado de Ceva que forma
el camino priuci pal y único transitable pal'a la-ar-
t.illeria. Estaba amenazado de ser cogido el gran
convoy de los objetos artísticos recogidos en Italia
y todas las circunstancias se reunian paea lo peor,
porque si se tomahau Los caminos situados mas
atras que van á parar it Ponente, temia Moeeau
apartarse demasiado de las comunicaciones de la
Toscana dejitndolas á disposicion del enemigo, á
quieu suponia reunido en masa al rededor de
Tortoua. En aquella perplexidad tomó inmedia-
tamente su partido y dió las disposiciones siguien-
tes. Destacó la divisiou de Victor sin artilleria ni
bagagcs y la en vio por senderos solo transitables
para la ilJf;Ultcl'ia húcia las montañas de Génova
con órden de OCll par ú toda pris<l 103 pasos del Ape-
niuo para r-eunirse con el (~jércilo que venia de Ná-
poles y rd<ll'zarie CIl caso d~~ ser atacado por Sou-
wa ro w. Morcan con solos ocho mil hombres, la
art illeria y la cahallerja y todo lo que podia se-
guir los senderos d(~ las montañas vino á buscar
HIlO de los ca minos carreteros que están detrás de
Ceva y paran en la riJJPl'a dd Ponente. l~n aq uel la
retirada cxccntru:u se llevó la mira de atraer há-
cia SI el cil~rcito enemigo apartándole de que si-
f?,'uiesc :l Victor y cayese sobre J\JacdonaLd.


Vicnu: se relil'ó felizmente por Aqu] , Spigno y
))ego viniendo á ocupar las crestas del Apenino, y




18::l nE"OLLJCW~ FH.ANCE5A.
:Moreau por su parte se retiró con estcaordinavia ce-
leridad sobre Asti , pOl'(Iue le pouia en grande apu-
ro la toma de Ceva, que cerraba su principal co-
"lnunil:acion.~nc(\tn\nópOl' e\ co\\al\o l\e l"enes\.re\a.
\f\·ma)'or parte l\e sus panlues sin conservar mas
que.la artilleria de campaña (tue le era indispen-


..sa\)\e y l'e~o\vió abrir un camino por sus propios
.. soldados por medio del Apcnino. Al cabo de cua-


tro dias de esfuerzos increibles al fin pudo pasar
la artilleria y se encontró Moreau en la ribera de
Génova si n haberse visto precisado ú retroceder
basta el Collado de Tende que le habria separado
demasiado de las tropas de Victor.


Luego que supo Suwarow la retirada de Mo-
reau se dió prisa á mandar que se le persiguiera ,
pel'o no supo ni.ivinar ni prevenir sus sabias com-
binaciones; y así gracias ú su serenidad y destreza
consiguió lUol'eau poner en salvo sus 20 millwm-
In-es sin que le atacaran ni siquiera una vez y al
contrario conteniendo ú los Rusos en todas partes
donde los encontró. Hahia dejado una guarnicion
de tres mil hombres en Alejandria y él se 'hallabn
con cerca de 18 mil hombres en las inmediacio-
nes de Génova sobre la cresta del Apenino aguar-
dando la llegada de l\1acdonald. Adelantó la divi-
sion de Lapoype, el cuerpo ligero de Montl'ichard
y la division de Victor al Alto Trebia para reunirlas
con Macdonald , y él se estaba en las cercanías de




DIRECTORIO (1799). 183
Novi con el resto de su cuerpo de ejército. Era
profundamente meditado su plan de reunion , por
que podia atraer hácia sí el ejército de Nápoles
por las orillas del Mediterraneo, reunirle en Génova
y desembocar con él por la Bochetta ó bien hacerle
que saliese de la Toscana á las llanuras de Plasen-
cia y orillas del pó. El primer partido aseguraba
la reunion , su puesto que se hacia al abrigo del
Apenino: pero era necesario volverle á atravesar y
dar la frente al enemigo para bajar á la llanura.
Mientl'as que al contrario desembocando antes de
Plasencia era dueño de la llanura hasta el Pó y
en caso de una victoria se arrojaba en él al ene-
migo. Queria Moreau que lUacclonald tu viese siem-
pre apoyada su izquierda en las montañas par,l
unirse con Victor que se hallaba en Bobbio , y él
no cesaria de observar á Souwarow estando pron-
to á caer sobre su flanco inmediatamente que qui-
siera sulir al encuentro á Macdonald. En aquella
situacion parecia la reunion tan segura como de-
tras del Apenino y se hacia en un terreno mejor.


Acababa entonces el directorio de reunir en el
Mediterraneo fuerzas marítimas considerables po-
niéndose al frente de la escuadra de Brest el mi-
nistro de la marina Bruix ft, que habia hecho le-
vantar el bloqueo de la Hota iespañola y cruzaba
eon 50 navios en el Mediterraneo con el objeto de
librarla de los Ingleses y restablecer las cornuni-.




H.EVOLUCION FHANCESA.


caciones con el ejército de Egipto. Hízose aqueilu
reunion tan deseada que podia restablecer nues-
tra preponderancia en los mares de Levante , y se
hallaba Bruix en aquel momento delante de Géno-
va , '~uya circunstancia dió mucho consuelo á nues-
tro ejército. Decíase que trahja víveres, municio-
nes y refuerzos y aunque no habia nada de eso,
se aprovechó Morcau de aquellas voces y las hizo
acreditar cuanto pudo, diciendo que la escuadra
acababa de desembarcar 2.0 mil hombres y {>ro-
visiones considerables, con lo cual se animó el ejér-
cito y disminuyó mucho la confianza del enemigo.


Se estaba entonces en los primeros días de ju-
nio \ mediados de prerial) y acababa de ocurrir
un nuevo suceso en Suiza. Ya dijimos como Mas-
sena habia ocupado la línea del Limmat ó de Zu-
rieh, y que el archiduque desemhocando en dos-
masas de los dos estremos del lago de Constanza
hahiu venido á tantear aquella línea en toda su
estensiou. Hesolvió atacarla entre Zueich y Bruk
es decir, entre el lago de Zurich y el Aar pOI' to-
da la orilla del Limmat. lUassena habia tornado
posicion , no en el mismo Limmat sino en unas al-
turas <fue están delante del rio y le cubren igual-
mcnte que al lago, reteincherándolas de tal modo
que las puso casi inaccesibles. A pesar dc que
aquella pal'le <le nuestra línea entre Zurich y el
Aar era sin disputa la mas fuerte, resolvió atacar-




nlRECTOUIO (1799).
la el archiduque, porque hubiera sido muy peli-
groso pal'a él dar un largo rodeo al re/dedor del
lago para venir á intentar un ataque por cima del
lago á orillas del Lint: corno que hubiera podido
aprovecharse Massena de aquel momento para ani-
quilar los cuerpos dejados á su frente y propor-
cionarse una ventaja decisiva.


Ejecutóse el ataque proyectado el dia 4 de junio
por toda la estension del Limmat y fue rechazado
victoriosamente en todas partes á pesar de la 01>5-
tinacion de los Austriacos. Al dia siguiente per-
suadido el archiduque á que deben proseguirse se-
rnejantes tentativas para evitar pérdidas inútiles,
"01vió á principiar el ataque con igual tenacidad
y reflexionando Massena qUE. al fin podia ser for-
zada la línea, en l:uyo caso seria muy difícil la re-
tirada, y (lue tenia detras de aquella otra línea
mas fuerte, (Iue era la cordillera del Albis, detras
del Limmat y de! lago de Zurich , resolvió reti-
rarse voluntariamente. No perdía en aquella l'cti-
rada mas que la ciudad de Zurich , á que daba
poca importancia, y por otra parte la cordillera
de montes del Albis (1 ue se estieude por el lago
de Zurich y el Lirnmat hasta el Aar , presenta un
continuo escarpado que es casi inatacable. Para
ocuparle no se perdia 111aS que nluy poco terreno,
reducido ú la anchura del lago y del rio , y en
consecuencia se retiró voluntariamente sin pérdi-




186 REVOLUCION FRANCESA.
da alguna y se situó de tal manera que le quitó al
archiduque la gana de atacarle.


Continuaba pues nuestra situacion siendo la
misma que ántes en Suiza: esto es, formando
nuestra línea defensiva contra los Austriacos el
Aar , el Limrnat , el lago de Zurich , el Lint y el
Reuss hasta San Gotardo.


Por la Italia iba Macdonald acercándose pOI' fin
hácia la Toscana, y habia dejado guarnicion en el
fuerte de San Telrno,en Capua y en Gaeta conforme
á las instrucciones que tenia, lo cual era compro-
meter inútilmente unas tropas que no podian sos-
tener al partido republicano y dejaban un vacío en
el ejército activo. Cuando se retiró el ejército de
Nápoles dejó entregada aquella capital á una reac-
cion realista que igualó las mas horribles escenas
de nuesu-a revolución. Habia recog-ido l\Iacdonald
en Roma algunos miles de hombres de la división
de Garniel': en Toscana la divi sion de Guthier , y
en el Modenés el cuerpo ligero de Montrichard,
con todo lo cual había formado un cuel'po de 28
mil hombres. Se hallaba en Florencia el 25 de ma-
yo y su retirada se habia ejecutado con suma rapi-
dez y con un órden admirable; pero desgraciada-
mente perdió mucho tiempo en la Toscana y no
desembocó del otro lado del Apenino á las llanu-
ras de Plasencia hasta mediados de junio.


Si hubiera desembocado mas pronto habria sor-




DIRECTORIO (1799). 187
prendido á los coligados en tal estado de disper-
sion , que hubiera podido acabar con eUos sucesi-
vamente y echarlos del otro lado del Pó.Estaba
Souwarow en Turin , de que acababa de apode-
rarse y donde encontró provisiones inmensas. Be-
llegal'de observaba los desembocaderos de Génova.
Kray sitiaba á Mantua, la ciudadela de Milan y las
plazas, de suerte que en ni nguna parte habia 30
mil Austriacos ó Rusos reunidos. Desembocando
juntos Macdonald y Moreau con 50 mil hombres
hubieran podido cambiar el destino de la cam-
paila; pero Macdonald creyó deber dar algunos
dias de descanso á su ejércilo y reorganizar las di-
visiones .que habia recogido sucesi vamente, con lo
cual perdió un tiempo 111UY precioso y dió lugar
á que Souwarow reparase sus faltas. Sabiendo el
general l'USO la marcha de Macllonald ,se apresu-
ró á salir de Turin y marchar con 20 mil hom-
bres de refuerzo á colocarse entre los dos genera-
les franceses volviendo á tomar la posicion que no
hubiera debido abandonar. Mandó al general
Ott s , que estaba de observaciou en el Trebia y
cercanias de Plasencia que se retirase sobre él en
caso de ser atacado; prescribió á I\.ray que le en-
viase de Manlua todas las tropas de que pudiese
disponer; dejó á Ilellegarde el cuidado de obser-
var á Novi, de donde debia desembocar Moreau ,
y él .en persona se dispuso á marchar á las 11a-




188 REVOLUCIUN FllANCESA.
nuras de Plasencia al encuentro de lUacdonald.


Estas son las únicas disposiciones de Sou warow
que durante la campaña hayan merecido la apro-
hacion de los militares. Los dos genel'ales france-
ses continuaban ocupando las posiciones que ya
hemos indicado; esto es las del Apenino , desde
donde debían ambos bajar para reunirse en las lla-
nuras de Plasencia. Morcan debia desembocar de
Novi y Macdonald de Pontremoli, habiendo aquel
enviado á este último la división de Victor para
reforzarle. Habia situado en Bobbio en la pen-
diente de la montaña al genel'al Lapoype con al-
gunos batallones para facilitar la reunion y tenia-
el proyecto de aprovechar el momento en que Sou-
warow marchase de frente contra Macdonald para
cargar contra su flanco. Pero para esto era nece-
sario que Macdonald no se separase de las morr-
tañas ni aceptase la batalla demasiado lejos de la
llanura.


Púsose LUacdonald en movimiento á mediados
de junio estando guardando el Bajo Pó el cuerpo
de Hoenzollern 6 en las cercanias de lUódt'na, el
cual oprimido con fuerzas superiores perdió 1,,')00
hombres y estuvo para ser cogido todo entero.
Aquella primera ventaja animó á Macdonald para
apl'esurar su marcha, formando su vanguardia la
división de Victor que acababa de reuuirselc y
aumentar su ejército hasta el número de 32 mil




DIRECTORIO (1799). 189
hombres poco mas ó menos. La división polaca de
Dombrowsky 7 marchaha á la izquierda de la de
Victor y ambas estaban apoyadas por la división
de Rusca 8. Aunque todavia estaba muyatras el
grueso del ejército compuesto de las divisiones de
Montrichard, Oli vier 9 y Watrin 'lO engolosinado
lUacdonald con el suceso que acababa de obtener
contra Hohenzollern se empeñó en acabar con
Ott , que estaba en observación sobre el Tidone , y
mandó á ViclOl', Dornbrowsky y Rusca que mar-
chasen contra él en el mismo instante.


Formaban el calnpo dc batalla tres torrentes que
bajan paralelamente desde el Apenino al Pó, que
son el Nura, el Trchia y el Tidone. El gl'ueso del
ejél'cito estaba todavia en el Nura cuando las di-
visiones de los tres generales últimamente nombra-
dos avanzaban hácia el Trebia y tenian órden de
atravesarle para ir al Tidone ú caer sobre el general
OH, que Macdonald creia estar sin apoyo. Cami-
naron el dia 17 de junio y rechazaron á los prin-
cipios la vanguardia dc Ott echándola de las ori-
llas del Tidone y obligándola á tomar posicion
mas atras hácia la aldca de Serrnet. Iba induda-
blemente á ser aniquilado Ott, cuando llegó allí
Souwarow con todas sus fuerzas. Destacó al gene-
ral BagTation contra Victor quemarchaba por la
orilla del Pó : trajo á Ott hácia el centro contra
Ilomhrowskv y dirigió' ú Melas á la derecha con-




190 I.HVOLUCION FRANCESA.
tra el general Rusca. No fue Bagration feliz á 10s
principios contra Victor, sino que tuvo que retro-
ceder; pero en el centro se halló cargada la divi-
sion de Dombrowsky por la infanteria rusa y dos
regimientos de caballería que rompieron su línea,
con lo cual se hallaba flanqueado y comprometido
Víctor. Entonces Bagration reforzado por los gra-
naderos volvió á tornar la ofensiva y cargándole de
frente al mismo tiempo que la caballería rusa que
habia roto á los Polacos le asaltaba de flanco, se
vió obligado á retirarse. Esto mismo precisó á
Busca á ceder el terreno pOl' la derecha ~ y todas
tres divisiones tuvieron que repasal' el Tidoue y
volver al Trehia.


No habia sido feliz aquella primera jornada en
que una tercera parte á lo mas del ejército se ha-
hia comprometido contra todo el del enemigo, co-
nociendo entónces lUacdonald que se había preci-
pitado demasiado, y así resolvió tomar posicion
detras del Trebia , reunir todas sus divisiones y
"engoar el reves que acahaba de sufrir, POl' des-
gracia las divisiones de Olivier, Montrichard y Wa-
trin estaban todavia detrás del Nura y así resolvió
cspel'ar al dia siguiente, esto es, al 19 de junio
para dar la batalla.


Pero Souwarow no le dió tiempo de reunir sus
fuerzas y se preparó á atacarle en la mañana mis-
ma del 18. Iban á encontrarse los dos ejércitos en




DIRECTORIO (1799). t 91
la orilla del Trebia apoyando sus alas en el Pó y
en el Apeoino , y calculando sábiamente Souwa-
row que el punto esencial eran las montañas por
donde podian comunicarse los ejércitos franceses
llevó á aquel lado sus mejores tropas de infante-
ria y caballería. A la division de Bagration que
estaba al principio á su izquierda á la orilla del
Pó , la llevó á la derecha hácia la montaña, jun-
tamente con la división de Schweikofsky , que es-
taba bajo las órdenes de Bosemberg , y á ambas
las mandó que pasasen el Trebia hácia Rivalta ,
en la parte superior de su curso á fin de apartar
á los Franceses de las montañas. Hácia aquel
punto estaban situadas las divisiones de Dom-
browsky , Rusca y Victor formando la izquierda
de la linea de los Franceses. Las de Olí vier y Mon-
trichard debian venir á situarse en el centro á
orillas del Trebia ; y la de Watrj n había de ocu-
par la derecha hácia el Pó y Plasencia.


Desde la mañanita del 17 de junio ya atacaron
las vanguardias rusas á las francesas que estaban
del otro lado del Trebia en Casaliggio y Grignano
y las rechazaron, mientras que Macdonald, que no
esperaba ser atacado se ocupaba en hacer llegar á
la linea las divisiones del centro. Inmediatamente
Victor ,que mandaba la izquierda, JIevó toda la
infanteria francesa de otro lado del Trebia y puso
por un momento en peligro á Souwarow. Pero




192 REVOLUCION FRANCESA.
llegando Rosemberg con Ia division de Schweikofs-
k y , restableció la ventaja y después de' un furio-
so combate en que la pérdida fue igual por am-
has partes obligó á los Franceses á retirarse detrás
del Trebia. Entre tanto iban llegando al centro las
divisiones de Olivier y Montrichard, y la de 'Va-
trin á la derecha principiando el cañoneo por to-
.da la línea. Después de estar disparando un rato
se pa raron de ambos lados en las ori Has del Tl'c-
hia que dividia los dos ejércitos, y á esto se redu-
jo la segunda jornada. Solo habia habido en ella
un combate en nuestra izquierda , combate furio-
so, pero sin resultado. Ahora ya lVlacdonald dis-
poniendo de toda su gente quería dar el tercer
dia una accion decisiva, y consistía su plan en pa-
sal' el Trebia por todos los puntos y flanquear las
dos alas del enemigo. Para esto debia suhir la di-
vision Dombrowsky por la orilla del rio hasta Hi-
valta y atravesarle por mas arriba que los Rusos.
La de Watrin le habia de pasar cerca de su em-
bocaduraen elPó y llegar al estrerno izquierdo
de Souwarow : contando al mismo tiempo con que
Moreau, cuya cooperación esperaba hacía dos
dias ,entraría en accion. Tal fue el plan de la ba-
talla para el t 9 de junio pero hubo durante la no-
che una horrible escaramuza, porque habiendo
atravesado el lecho del Trebia un destacamento
francés para tomar posicion ~ creycron los Husos




mnECToHIO (17991. 193
que eran atacados y corrieron ú las armas. Los
Franceses hicieron lo mismo pOl' su pal'te y los
dos ejércitos se mezclaron y se dieron un comba-
te nocturno ~ donde pOI' ambos lados se degolla-
ban sin distinguirse amigos ni enemigos. Después
de una carnizeria inútil consiguieron pOl' fin los
generales recogel' los soldados en el hivaque ,y al
día siguiente se hallaban tan cansados con los tres
dias de combates y con el desorden de la noche ,
que no entraron en acción hasta las diez de la
mañana.


Pincipió la batalla por nuestra izquierda en el
Alto Trehia , habiéndole pasado Dombrowsky [l
pesar de los Rusos. Destacó alli Souwarow al prm-
cipe de Bragation , cuyo movimiento (h'jó descu-
biertos los flancos de Rosemberg , y al momento
se aprovecharon Víctor y Rusca para caer sobre él
atravesando el Trehia. Avanzaron con ventaja y
envolvieron pOI' todas pal'tc~ á la di vision de Seli-
weikofsky, do nde estaba Souwarow , ponién-
dola en el mayOl' peligro , pero hizo frente pOL'


..lodos lados y se defendió con valor. Viendo Ba-
gl'ation el riesgo, bajó. al momento hacia el pun-
to amenazado y obligó á Victor y á Husca ú sol-
tar la presa. Si entonces Dombrowsky hubiera
aprovechado el momento y caido sobre Bagra-
tion, hahria sid.o nuestra la ventaja por aquel la-
(lo, que era el mas importante pues que tocaba


xu, ) 3




RHVOJ.UCJO~ FRANCESA.


con las montañas. Desgraciadamente se quedó en
inaccion , y Victor y Rusca tuvieron que replegar-
se al Trehia. En el centro le habia atravesado lUoa-
trichard húcia Grignano y Olivier hácin San Nico-
lo. Iba el primero arrollando el cuerpo de Pors-
ten cuando las reservas austriacas que habia pe-
dido Souwarow á lUcias, y destilaban por detrás
(lel campo de batalla, cargaron inopinadamente
contra el flanco de su division y viéndose sorpren-
dida la 5.a media briga ligera que habia hecho
prodigios en cien batallas, huyó despavorida. Vió-
se l\1ontriehard precisado á repasar el Trebia ,
con lo cual se halló en descubierto Ofivicr , que
se habia adelantado con ventaja liáciu San Nicolo
y rechazado vigorosamente ú Ou y á Melas. Enton-
ces este último danclo contra orden á las reservas
austriacas cuya presencia hahía desordenado la
división de lUontrichard , las dirigió contra la de
(Ilivier , que se vió tambicn precisada tÍ. repasar el
Trebia. Entretanto la divisiou de Watriu qne inú-
tilmente habia sido conducida á la derecha, don-
de no tenia nada que hacer iba marchando rOl' la
orilla del Pó sin sen-il' de n.ula al ejército, y se
vió también precisada á repasar el Trehia para
sczuir el movimiento Q"encraL de retirada. Temien-bu.
do siempre Souwurow que apareciese Moreau POl'
su espalda, hizo grandes esfuerzos todo aquel
dia para pasar el Tl'ebia, pero no lo pudo consc-




muecromo (1'7~'n). t9~.
'guil', ponpw los Franceses opusieron en loda la
línea una firmeza invencible y aquel torrente que
habia sido testigo de una lucha tan encarnizada se-
va.ró \,O\: le".:<:'~c~ xex, ~ k\~ \~,\~ ~)isx~\'ú~ ~'l)~))))~W~.


Este fue el tercer acto de aquella sangrienta fJa-
talla, Estaban desorganizados los dos ejércitos co-
1110 quc hahiau perdido doce mil hombres cada
uno, y la mayor parte ,de los generales estaban
heridos. Rcgimientos enteros estaban destruidos,
pel'o era muy diferente la situacion porque Sowa-
row recibía á cada instante refuerzos .Y le tenia
mucha cuenta prolongal' la lucha, mientras que
por el contrario lUacdonald hahia agotado todos
sus recursos y podía verse arrojado en desorden
hacia la Toscana si se obstinaba en batirse. Pensó
pues en retirarse sobre el Nura para llegar á Gé-
nova por detras (lcl Apenino , y en efecto se puso
en marcha el 20 dc junio pOI' la mañana. Habia
caído en manos de Souwarow una carta ell que le
pintaba á Moreau su desesperada situación ") y.lle-
no de alegria dió órden de que se le persiguiese
sin descanso. Sin ..embargo de eso la retirada se
hizo con bastante órden por Jasor·iHas del NUl'a ;
pel'o por desgracia la división de Víctor, que es-
taba rendida de continuos combates , fue rota y
perdiÓ muchos prisioneros; mas al fin tuvo tiempo
Macdonald para reunir su ejército del otro lado
del Apenino despues de una IH'~l'{lida tk 1;~· Ú 15




196 REVOLUflON FRANCESA.
mil hombres entre muertos heridos y prlSIO-
neros.


Fclicisimamente Souwarow al oir el cañon de
.Mol'f~au por su espalda, cesó de per.,eguil' á Mac-
do~;ald, en ocasión que aquel, á quien habian
impedido obstáculos insuperables ponerse en mo-
vimiento, acababa de desembocar de Novi, hahia
cargado contra Bellegarde, puéstole en derrota y
cogídole cerca de tres mil prisioneros. Pero ya era
inútil esta tardía ventaja y no tuvo otro resulta-
do que llamar la atención de Souwarow é impe-
dirleque se encarnizase contra Macdonald.


Aquella reunion de que se esperaban tan gl'an-
des resultados no había dado de sí otra cosa que
una derrota, y agl'ias contestaciones entre los dos
generales franceses, que nunca han podido ponel'-
se bien en claro. Los militares reconvienen á Mac-
donald por haberse detenido demasiado tiempo en
Toscana, y haber hecho marchar sus divisiones
á mucha distancia unas de otras, de modo que las
de Victor, Rusca y Domhrowsky fueron batidas
dos dias seguidos ántes que estuviesen en línea las
de MOlltricnard., Oliviel' ~T \tVatl'in ; babel' procu-
rado el dia de la batalla flanC\Ueal' las (los alas ctel
enemigo, en lugar de dirigir su principal esfuer--
zo sobre su izquierda hácia eJ Alto Trebia : haber
permanecido á demasiada distancia de las monta-
ñus , de modo que no pudo Lapoype , que estaba




DIRECTOmO (j 799), 197
en Bobbio venir ú su socorro ; últ imamente y so-
hre todo haberse dado demasiada prisa á presen-
tar el combate, como si hubiera querido tener solo
el honor de la victoria. Aunque los militares
apruchan el plan sáhiumeute combinado de Mo-
rean, le echan en cara una cosa, <Iue es no babel'
echado ú un lado toda consideracion para venir al
auxilio de un antiguo carnarada , no haber toma-
do el mando de lo... dos ejércitos y soln-e todo no
haber dirigido d en persona la batalla del Trehia.
Sea lo que quiera de la juvticiu de estas reconven-
ciones 10 cierto es que si se huhiera egecutado el plan
de :\Ioreause habrin salvado la Italia, y se perdió ,:on
la tal batalla. Por Iortuuu se encontró allí Moreau
para recoger los restos del ejélTito é impedir que
se aprovechase Souwarow de su inmensa superio-
r'idnd. Tres meses llevaba de abierta la carnpaña ,
l escr-ptuando en Suiza iodo lo deruas habia sido
uua cout iuuacinn de 1'('\ eses ; pues la hatalla de
Stokach nos babia hecho perder la A lcmauia .Y las
de jJa~.?;nallo v el Trchin ¡lOS arrebatabuu la Italia.


< .'


Solo .MaS'i(~lla Ii rrnc como una roca ocupaba toda-
vía la Suizn en la conlill<'ra del Albis. Pero no se
debe olvidar que en medio de todos aquel los crue-
les reveses babia permanecido inalterable el valor'
de uucst ros soldados í auto como en 10:'\ dius mas
b r illallte:'i de la victoria, y (lile :\]orcau tan buen
ciudadano como gran capilan , impidió fIue Sou-




warow hubiese concluido de un golpe con nues-
tros ejércitos d(~ Italia.


Estas últimas desgl'<H:ias dieron nuevas armas á
los enemigos del directorio y provocaron contra
él un sin número de invectivas , tanto que ya
principiaba it traspi rar el tem.u: de una invasion.
I~os clepartameutos dd .lUrdiodia y de los A Ipes,
que eran los primeros espnestos .. una agl'eúon de
los Austro-Husos, estaban en la mayor fel'menta-
eion y representaron al cnerpo 1f'gislatívo las ciu-
dades de Chumberv , Grcnoble y Orange en un to-
no que causó mucha seusaciou : tanto inas, cuanto
aquellos escritos coutcniau reconvenciones injus-
tas que andaban en Loca de todo el mundo hahia
ya dos meses, recordando el saqueo de los paises
conquistados ., las dilapidaciones de las compa-
ñias , la desnudez de los ejércitos, el ministerio
de Scherer , la injusticia hecha ú Morcan y el Ui'-
resto de Championnet etc. « ¿ Por qué, clecian , se
han visto obligados los conscri ptos ú volverse á sus
hogares'! -Por la desnudez. en que se les dejaba.
¿ Por qué han quedado impúues tantos robos'?
¿ Por qué el inepto Schércr , á c{uien Boche habia
sindicado ya corno traidor , se le ha conservado
tanto tiempo en el miuistevio de la guerra? ¿ Por
qué ha podido consumar como general los males


.. Lo (lile es esta primera reron vencion estab.. mllY dis-
tante de ser injusta. IN. de! T.'




DJUECTomo (1799). t 99
qne habia preparado como ministro? ¿Por qué
unos nombres tan gratos á la victoria han sido


o


reemplazados por otros desconocidos? ¿, POl' qué se
halla cn estado de acusacion el vencedor de Roma
y de Nápoles?})


Ya ha podido apreciarse debidamente el valor
de aquellas reconvencioues ; pero sin embargo las
representaciones que las contenian obtuvieron el
honor de ser impr-esas y que se las remitiese al
directorio, cuya providencia indicaba bien claro
cuales eran las disposiciones de los dos consejos.
Eran en efecto malísimas pues se habian reunido
las dos oposiciones constitucional y patriota, com-
puestas la una de ambiciosos que queriun un
gobierno nuevo y de gente que se daba irn por-
tancia quejándose de que no se hubiesen seguido
sus dictámenes ni atendido sus recomendaciones;
y la otra de patriotas que ha hiau sido cscluirlos
del cuerpo legi~lativo por las escisiones, ó redu-
cidos al silencio por la ley del j 9 de fruct.idor :
una y otra deseaba la ruina del gobierno existen-
te. Decían ({ue el directorio hahia administrado
tan mal corno defendido ú la Francia; que habia
violado la l ihertad de las elecciones, y oprimido
la libertad de la imprenta y de las sociedades
populares. Le declaraban tan violento como dé-
bil y aun recordando el 18 de Iructidor añadían
{Iue quien no habia respetado las leyes en aquel




200 H.EYOLVCIO~ FIUNCES.\.
dia no tenia derecho para invocadas cu su lavo!'.


Uno de los principales motivos de ~Hluellas in-
disposiciones era el nombramiento de Sieves , por
que eso de et~gil' para director un hombre (lue
no hahia cesado de tener por mala la constitu-
·cion directoriul COl1lO flue por 10 luismo no habia
querido ser director la primera vez, era lo mismo
que mauifestar el deseo de una revoluciono Con-
firrnábanse estas congetnras con haber aceptado
Sieyes, cosa que nadie esperaba.


Todos los domas descontentos que deseaban al-
guna mudanza se pusieron al rededor de Sieyes ,
que á la verdad no era muy diestro pum gefe de
partido porque ni tenia el carácter astuto y osado
ni talnpoco la arnbiciou de tal, pero su reputación
le atraía mucha gente. Ya se sabia que no eran de
su gusto ni la coustitucion ni el gohicI'IJO y por eso
le cercaban como para provocarle á (Iue hiciese
alguna mudunza esencial. Ilurrás que haLia saLi-
do hacer ti ue le perdonasen su antigua existencia
en el directorio ú la sombra de sus relaciones é in-
trigas con lodos los partidos, se habia unido con
Sieyes y conseguido atraerle sacrificándole cobar-
demente sus compaheros , y al rededor de aque-
llos dos directores se reunían todos los enemigos
del directorio. Pensó este partido en proporcionar-
se el apoyo de un general júven que tuviese repu-
tacion y pasase como otros m uchos por víctirua




nllU~CTOlUO (1799).20 t
dcl goiJierno, pOi' lo cual se arhuraron los votos en
favor de Jouhert , que reunia todas aquellas cir-
eunstancias y se hanaba sin empleo despues de su
dimision. Iba entonces á relacionarse con MI'. de
Semon ville 11, cas-ándose con una Señorita de
Montholon, y le presentaron á Sieyes que le
hizo nombrar general de la 17.H división mili-
tal', que era la de Paris y se empellaron cn <lue
hahia de ser gcfc de la nueva coaliciou.


No se pensaba todavia entonces cn hacer una
mudanza radical, sino únicamente en apoderarse
del gobierno, salvar luego á la Francia de una
invasión y diferir los proyectos constitucionales
para la época en que hubiesen pasado todos los
peligros. Lo primero era conseguir la separacio n
de los miembros del antiguo directorio, pues Sie-
yes no habia mas que 15 dius que asistia él él co-
mo que entró el 1.0 de prerial en reemplazo de
Rewbell; y Barrás se habia salvado , COBlO ya he-
mos dicho, de aquella tormen.ta, y así todo el ó dio
rccaia sobre Larrevcilliere , Mei'li II y Trei lhard ,
por cierto muy inocentes todos tres dc lo que se
achacaba al gobierno.


Ellos teuian la mayoria por ser tres, pel'o se
trttaha de impedirles todo cgcrcicio de la autori-
dad. Se resolvió guardar las mayores considera-
ciones ú Sicycs, y hasta perdonarle su mal humor
con el fin de no agravar las dificultades de la si-




202
tuacion con nuevas divisiones personales. Pero
Sieves estaba intratahle pareciéndole todo malísi-
mo en lo cual no decia mas de lo (Iue sen tia ; pero
se esplicaba ele tal mo.lo que pareciu no querer'
entenderse con sus compañeros para remediar el
mal, Un poco infatuaclo con lo quc había visto en
el país de donde venia, no cesaba dc decides que
no era así como Sl~ w)bernaLa en Prusia. -- Pues
hien, díganos usted como se hace en Prusia, les
respondian SllS compañeros, dénos usted su pare.
cer y ayúdenos á hacer el Lien. - Ustedes no 111e
entenclerian , les repl icaha Sieyes, y es inútil que
yo les haLle sino cIue continúen como hasta aquí.


IHientl'a:: qne en el seno del director-io se mani-
festaba aquella incompatibilidad entre la mayoría
y la minoria , iban sucedióndose los ataqucs de
narte de los co nse¡ os V va habia pelea abierta sobre
J v v


el ramo de hacienda. Ya hemos dicllO que la esca-
sez proveuia de dos causas, que eran la lentitud
de las entradas y el déficit en los cálculos que se ha-
bian presu pnesto, pues de los 'l-OO millones ya de-
cretados para los gastos hccliOS, apenas liabian en-
trado 210 , Y el déficit en la va luacion de los pro-
ductos asceudia segun Ramel á 67 millones Ó tal
vez á 75. Corno sicm pre le ponían en duda la can-
tidad de este déficit, llegó ú desmentir abiertamen-
te al diputado Genissieux 12 por medio del ..íJ'foní-
tar y probó lo que decia , ¿, pero de qué sirve probar




DIRECTORIO (1799). 203
en algunos momentos? No por eso se dejó de abru-
mal' al ministro y al gobierno con nuevas invecti-
vas, sin cesar de repetir que arruinaban al estado
y que pedian sin cesar nuevos fondos para subve-
nir á nuevas dilapidaciones. Sin embargo, la fuer-
za de la evidencia obligó á que se concediese un
suplemento de fondos, y ya (Iue se habia reusado
el impuesto sobre la sal, se concedió para suplirle
un décimo pOl' cada franco de todas las contribu-
ciones y se dobló la de puertas y ventanas. Pero no
consistia la dificultad en aumentar los impuestos
sino en asegUrlU' su entrada por medio de diferen-
tes leyes relativas ú su solidez y cobranza. Estas le-
)les no estaban hechas, y el ministro t lamaba por-
que se pusiesen á discusinn , cosa que los diputa-
dos diJt~rjan continuamente y solo se respondía :í
sus instancias diciendo (lue era un traidor , un la-
d ron etc.


Adcm.is de esta disputn de hacienda se armó
otra con motivo de ~icrta3 rccluruacio nes que se
habian hecho sobre alg-ullos artículos de la ley ee
19 de f!'llctidol' lJlW ¡wr;nitian ú los clirectores cer-
rar los clubs y suprimir diarios con un simple
decreto. Se h.rhiu encargado un proyecto dc ley
sobre la imprenta y las sociedades populares tÍ fin
de modificarjaquella ley y privar al directorio del
poder arbitrario que ejcrcia. Tambien estaban dis-
gustados con la facultad (Iue le daba aquella ley de




204 REVOLUCION FRANCESA.
deportar á su arbitrio los dél'igos sospechosos y
bor-rar de la lista de los emigrados, queriendo los
patriotas privarle de ella, á pesal' de que solo se'
ejercia contra sus adversarios. Se principió á me-
diados de junio por la discusion de la imprenta y
las sociedades populares, cuyo proyecto estaba re-
dactado por Berlier , yen ella sostuvieron los ami-
gos del directorio, principalmente Chenier , Bai-
lleul 13 , Creuzé Latouche y Lecointre-Puyraveaux,
que aquella dictadura concedida por la ley de 19
de fructidor, aunque muy temible en los tiem-
pos ordinarios era indispensable en las actuales
circunstancias. Decian que no convenia de ningun
modo en un momento de tanto peligro coartar las
fuerzas del gobiel'no, y en efecto la dictadura que
se le concedió el dia despuesdel 18 de fructidor
le era muy necesaria, no contra el partido realis-
ta , sino contra la facción anárquica, no menos te....
mible que la otra y se habia incor-porarlo con ella.
Añadian que en todas partes iban resucitando los
discípulos de Baboeuf y amenazaban á la repúbli-
ca con nuevos excesos.


Los patriotas que abundaban mucho en el con-
sejo de los 500 respondían con su acostumbrada
violencia á los discursos de los defensores del di-
rectorio diciendo, que era preciso dar una sacu-
dida á la Francia y restablecer la energia de 1793,
que habia ahogado enteramente el directorio ha-




DIRECTORIO (1799). 205
cicndo pesal' sobre ella un yugo 0pl'esor. Que iba
á apagarse todo patriotismo sino se abrian los
clubs y no se restituia la 1ibertad á los periódicos
patriotas. Que eran vanas las acusaciones que se
hacian contra ellos y vano ó fingido el temor de
algun exceso de su parte ¿ Qué es lo que han he-
cho esos patriotas? Tres años hace que se les está
degollando y proscribiendo y defendiendo sin pa-
tria en una república que ellos fundaron ó defen-
dieron. ¿Qué crímenes se les ecuan ien cara'? ¿Se
han sublevado contra los que se sublevaron con-
tra eHos? No. Podcán ser exagerados y turhulen-
tos, enhorabuna; ¿ pel'o eso es algun crimen ?
Hablan y aun gritan si se quiere, pero á lo menos
no asesinan, mientras que á ellos se les está ase-
sinando. Tal era el lenguage de Briot Ht , el de
Douhs , dcl COI'SO Arena 15 y de otros muchos.


De distinta manera se esplicaban los miembros
de la oposicion constítucíonai, como que eran
esencialmente moderados, y así tenian mejor tono
pero acervo é incisivo. Segun ellos era preciso
volver á los principios sobradamente olvidados dc
la libertad de imprenta y de las sociedades po-
pulares, Enhorabuena que los peligros de fructi-
dor hubiesen proporcionado al directorio una dic-
tadura momentanea Ó corno si digésemos un voto
de confianza, ¿ pel'O de qué manera habia hecho
uso de él ? Que se lo pregunten á los p~\\'tidos , de-


f...
~,




206 fiEVOLUCION FIU.NCESA.
cia Boulay el del Meurthe, y todos responderán,
así realistas ,como patriotas y constitucionales,
que el directorio habia usado muy mal de su
omnipotencia. Cuando unos hombres de opiniones
tan opuestas se esplican de un mismo modo poca
duda podia quedar de que el directorio era cul-
pable,


Así los patriotas ir-ritarlos se qtlPjahan de la
opresion y los constitucionales llenos de preten-
siones , de que se gobernaba mü. neulli<los ti nos
y otros] hicieron (Iue se anulasen 105 artículos de
la ley del 19 de Iructidor relati vos á los diarios y
á las sociedades populares: victoria i!TI portantísi-
ma que no podia menos de producir un desenca-
denamiento de escritos periódicos y la reunion de
todos los jacobinos.


Iba creciendo la agitacion en los últimos dias
del mes de prerial y ya cori-ian rOl' todas partes
los mas si niestros rumores. Resolvió la nueva coa-
licion emplear las raterjas ordinarias que emplean
las oposiciones en los gobiernos representativos
para obligar á un ministerio á que se retire. Pre-
guntas capciosas y repetidas, amenazas de acusa-
cion , todo se puso en uso, como que son tan na-
turales estos medios, que aun cuando no estuvie-
sen en "práctica en los gobiernos representativos,
basta el instinto de los partidos para descubrirlos
inmediatamente.




DIRECTORIO (1799) 207
Reunicrousc las comisiones de gastos, la de fon-


dos y la de guerra establecidas en el consejo de
los 500 para ocuparse de estos diferentes objetos y
proyectaron dirjir un mensaje al directorio, encar-
gando á Boulay el del Meurthe que le redactase y
en efecto le presentó el dia 1;) de preria]. A pro-
puesta suya dirigió el consejo de los 500 al direc-
torio un Illensage en que pedia que se le instruye-
se acerca de las causas de los peligros esteriores é
interiores que amenazaban á la república, y de
los me-dios que habia para vencerlas. Unas pre-
guntas de esta naturaleza no producen otro efecto
que arrancar confesiones de apuros y comprome-
ter mas al gobierno á quien se tlil'igcn; porque re-
petimos que un gobierno debe triunfar y cuando
se le pone en precisión de decir que no ha triun-
fado es lo luismo qne obligarle á la confesion mas
penosa. A este mcusaze se agregaron una 111ulti-
tul! de mociones de ónlen que todas tenian un ob-
jeto semejante, porque eran relati vas al derecho de
formar sociedades populares, á la libertad indivi-
dual, á la rcsponsnhi lidad de los ministros, á la
publicidad de las cuentas etc. etc.


Al recibir el directorio el nlensage referido, re-
solvió dar una respuesta minuciosa en que tl'azá-
ra el cuadro de todos los sucesos y espusiese los
medios que habia empleado y se proponía em-
plear todavia para sacar á la Francia de la crisis




208 HEVOLUCION FRANCESA.
en que se hallaba. Una respuesta <le esta naturale-
za exigía el concurso de todos los ministros para
que cada uno de ellos pudiese dar el estado de su
ramo yno podian menos de emplearse muchos
dias en redaetarle , cosa que de ningun modo aco-
modaha á los intt'igantes de los consejos. Ellos no
querian un estado esacto y fiel de la Francia , sino
con fosiones p.'ontas y apuradas, y así despues de
haber aguardado algunos dias , hicieron las tres
comisiones que hablan provocado el lTIensage una
nueva proposicion al consejo de los 500 pOI' me-
rlio del diputado Poulain Grand Pré el dia 28 de
prerial ( 16 de junio) reducida á que se declarase
el consejo en permanencia hasta que el directurio
respondiese al mensage del 15. Adoptóse la propo-
sicion , que era lo mismo que dar el grito de alar-
ma y anunciar un acontecimiento próximo. Los
Quinientos dieron parte á los Ancianos de su de-
terminacion instándoles á que siguiesen su ejem-
plo, lo cual se ejecutó así declarándose tambicn
los Ancianos en permanencia. Mas como las tres
comisiones de gastos, fondos y gueITa fuesen de-
masiado numerosas, se convirtieron en una sola
comision com puesta de 1t miembros, á quienes
se encargó q ue propusiesen las medidas q ue exi-
gian las ei rcunstancias.


A esto respondió el directoeio que tambien él
iba :l constituirse en permanencia para acelerar el




DIRECTORIO (1799), .209
despacho del informe que se le habia pedido , y
ya se deja discurrir la agitacion que ocasionaría
una determinacion semejante. Se esparcieron, se-
gun costumbre, los rumores mas siniestros, di-
ciendo los adversarios del directorio que meditaba
otro golpe violento como el anter-ior y que iba á
disolver los consejos; y por el contrario decian sus
partidarios que habia una coalición entre todos los
partidos para echar abajo la constitucion por me-
dios violentos, Ni de una ni de otra parte se ha-
hia pensado en semejante cosa ', sino que todo PI
i ntento de las dos oposiciones se rcducia áconse-
guir la dimision de los tresantiguos directores, Lo
primero que se discurrió para conseguirla fue,
que mandando la constitucion que el director en-
trante hubiese salido de las funciones legislati vas
después de un año entero, se cataron entonces de
que Treil har.] , que llevaba ya t 3 meses de di rec-
tor, habia salido del eueepo legislativo el 30 de
floreal año V, Y habia sido nombrado director el
26 de floreal año VII. Por tanto le faltaban cuatro
dias para llenar el término prescrito POl' la cons-
titucion, lo cual no era mas que una ti-iquifiuela ,
ponlue aquella irregularidad estaba sobradamen-
te cubierta con el silencio observado durante dos
legislaturas, fuera de que Sieyes se encontraba en
el mismo caso. Inmediatamente propuso la eomi-
sion de los once anular el nombramiento de Treil-


XIJ.




210 REVOLUCION FRANCESA.
ha.nt ., lo cual se ve\'ifieó en el m\~mo día. '28 "'3 se
<lió parte al directorio.




Era Treil hard un hombre duro y áspero pero no
tenia una firmeza ig'ual á la grosería de sus moda-
les y estaba dispuesto á ceder ; pero Larreveilliere
pensaba de muy distinta manera. Aquel hombre
honrado y desiurcrcsario , á quien disgustaban mu-
cho sus funciones y solo las aceptó por cumplir
una obligacion, aunque todos los años deseaba
volver á su retiro , sc empeñó en no abandonar el
puesto por lo mismo que las facciones lo exigían.
Se \e fit;uraba <\ue solo se C\\lcr\a cspu\s<w á los
antiguos dicectores P¿U'<'l abolíc la constitucion del
ario m , y que Sieves , Barrús y la familia de Bo-
naparte caminaban al mismo objeto con difereu-
tes miras j aunque todas igualmente funestas á la
república. Con semejante Pf>i'''lla-.ion no queria
que hL~ antiouos d ircctorcs :lbanlivna~ell sus fHICS.
tos , y así Se ellC ~ C<l3:1 de Tl't·j¡/;~,nl ;1 acousej.ule
que resi stie ra , diciéndole: COIl l\It-diu v yo teueis
la mavovia y reusaremos la PjPCill'in¡: dd acuerdo
del cuerpo leri~lativo., I)O!' ilq!,al , seJi{'io:~o y .Iic-
tallo pOI' una r;lccian. Trei lluurl no se atrevió ú se-
guir este dictamen y envió al instante su dirnision
al consejo de los Qni nien tos.


Viendo Larrevei ll iere que la mavoriu estaba
perdida., no por eso dejó de estar en ÚnilTIO de
reusar su dirnision , caso fIue se le pidiese. En-




nIHECTOHfO (1799). 211
touces resolvieron los intrigantes del consejo norn-
hrar al instante un sucesor de Treilhard., y aun-
que Sieycs hubiera deseado quc se eligiese un
hombre de su devocion ., no pudo tener influjo y
nombraron ú un antiguo abogado dc Ileuncs que
se hallaba presidiendo el nibuna] de casacio n ,
!IlUY conocido por pertenecer 111as hien á la opo-
sicion patriota quc ú la constitucional. Se llama-
ba Gohier., hombre muy honrado y adicto á la
repúhlica , pero poco capaz y sin conocimiento
de los hombres ni de los negocios. Le eligie-
ron el dia 22 de prerinl y debia ser Instalado al
otro dia.


Mas no bastaba hnlicr csclui do á Trci lhard sino
que también se qucri a sacar del directorio á Lar-
reveil liere y Mcrlin ., estando sobre todo los pa-
triotas muy irritados contra el prirnero , porque
se aconlalwJl de que aUIHlue rígido., j,uuas había
sido moutañes y babia luchado á menudo contra
su partido des pues del 9 de therrnidor y que el
año anterior habia fa vorecido mucho el sistema de
las escisiones. En consecuencia le amenazaron acu-
sarle igualmente que á "Merlin si no daban su di-
misiou : y se le encargó á Sieyes que les hablase
para persuadidos á hacerla voluntariamente y ce-
der á la tcm pestad. .


El dia 2H pOI' la tarde , que era el de la salida
tIc Trcil hnrd , propuso Sieyes una rcunion priva-




212 REVOLUCION FRANCESA.


da de los cuatro directores en casa de Merlín y en
efecto se reunieron allí, viniendo Barras con su
gran sable al lado como si hubiese algun peligro,
pero sin desplegar los labios, Tomó Sieyes la pa-
Jabl';l con bastante cortedad é hizo una lal'ga digl'e-
sion sobre las faltas del gobierno, divagando mu-
cho tiempo ántes de entrar en el verdadero objeto
de la reunión. Al fin Larreveill iere le precisó á que
se esplicára claramente, y entonces le di jo Sieyes
{( vuestros amigos y los de 1\1. Merlin les instan r.
({ ustedes á que hagan renuncia de su destino.»
Preguntó Larreveillere que quienes eran aquellos
amigos y no pudo Sieyes nombrar ninguno que
mereciese confianza, visto lo cual le habló Larl'e-
veilliere con el tono de un hombre indignado de
ver vendido el directorio por sus propios miem-
bros y entregado por ellos á las tramas de los fac-
ciosos. Probó que basta entonces había sido irre-
prensible su conducta y la de sus demas cólegas,
y que los cargos que se les hacian no eran mas que
un tejido de calumnias, y despues atacó directa-
mente á Sieyes sobre sus proyectos secretos po-
niéndole en el mayor apuro por sus vehementes
apóstrofes. Barrás no habló una palabra en todo
aquel rato y en efecto era difícil su situacion por-
que él solo era quien merecia las reconvenciones
dirigidas á sus cornpañeros , y pedirle la dimisión
por culpas que no eran suyas sino propias, era un




IHHECTOIllO (17P9). 21:~
pápel muv dificil de desempeüar. Por eso guardó
silencio y se S(~pardron unos y otros sin haber '~on­
seguido nada, diciendo únicamente Merlin que
seguiria el ejemplo de Larreveill iere.


Discurrió Barras valerse dc una. tercera pel'sona
para couseauir la diruisiou y se sirvió de un an-
tiuuo eiroudiuo llamado Hersroiua <iue 1)01' su afi-n t' tl tl
cion {, los placeres era de la tertulia de Barrás , y
le ellc<ll'f?;ú (Ille fuera ú verse con Larrevei lliere y
procurase decidirle. Vino Bergoing por la noche
dd :2U al 30 y se valió de la antigua amistad que
les uuia , cm picando todiJS los medios para couven-
ccr!e ascgurúndole (JlW BalTils lc ama ha mucho y le
•respetabu , miruuclo como in; usta su separacion ;
pero fIue le acousejaba cCtlel' para no verse espues-
to Ú uua tormenta. Lurrevcill.icre permaneció infle-
xible rcspoudicuclo q uc Hanús estaba engai'iado por
Sievcs y Sic."('-" flO!' Bal'l'ús y uno Y otro 10 serian
por los Iloua parles; que lo <1 He se quería era la
ruina de la rcpuhlica , pero <iue él resistiria hasta
el últ im o suspiro.


Al dia sig"uielltP :JO debia ser instalado Gohier,
y hahicudosc reunido los cuatro directores v todos
" .'


los ministros, a penas se concl uyó la ceremonia de
la i nstalacion y se prouuuciaron los discursos del
presicleutc V tid IHlt~VO di redor, cuando se vol vió


J '


á tocar el asunto de la víspera. Quiso lbrrú,..; hablar
Ú solas con Lm-rcveill icrc y se entraron en una




pieza inmediata, donde Barras renovó sus iustarr-
cias y aun caricias, pero le encontró igualmente
obstinado. Volviósc.á la junta no poco confuso de
no haber conseguido nada, y siempre receloso de
(fue se cntrárn en la discusion de las actas del a11-
tig;uo directorio que !lO porliau ceder en honor su-
yo. Entonces tomó la palabra con violencia .v no
atreviúrrdose ú atacar ;'l Lurr-evei llicrc , se desató
contra Medin ú quir n detestaba é hizo de él una
pintura tan ridícula corno falsa representándole
COB10 una especie de Fiernbras , que meditaba por
medio de sus sicarios un golpe violento contra sus
cólcga~ y contra los consejos. Lm-rcvcil liere pidió
al instante la palabra para defender ú Merlin y de-
mostró el ahsurclo de semejantes imputacioues ;
porque en efecto e-u nada se paree:", el jUl'i."Icou:-iu!-
to .Merlín ú semejante retrato. Entonces tl'azú Lar-
r cveillicre la historia de toda la .ulminist.raciou del
directorio, y lo hizo con miuuciosidad para ilus-
trar ú los ministros V al dil'edor entrante. Hasta
que al fin Harl'ús vicnclose en tal perpleji(lad, se
levantó diciendo: pues bien, las espadas est.in de-
senvainadas.--- ~,jisera1Jlc , le respondió con Jil'll1e-
za La n-cvci lliere , ¿. qn~ estás hablando de espa-
das? Aquí no hay mas que cuchillos afilados con-
tra unos hombres irrcprcnsihles , ú quienes intcn-
tais degollar ya qne no podcis arrastrarles ú una
vileza.




DIRECTORIO (1799). 2 Lj
Quiso entonces Gohier servil, de conciliador,


pero no pudo adelantar nada; y habiéndose reu-
nido muchos miembros del consejo de los Qui-
nientos y de los Ancianos, vinieron á suplicar á los
dos directores que cediesen, prometiéndoles que
no se haria acusacion alguna contra ellos. A lo
cual respondió Larreveilliere con altivez que no
admitia gracia alguna de ninguna especie, sino
fIue acusasen, porque él sabria responder. Vol-
viéronse los diputados tÍ sus consejos y ocasiona-
ron allí otro nuevo alboroto refiriendo lo que ha-
hia pasado. Iloulav el del Meurthe denunció á Lar-
reve.Hiere ~ hien que confesando su probidad; pe-
ro le atribuyó inoportunamente proyectos de una
religion nueva y recargó mucho sobre su obstina-
cion que, segun su dictamen , iba á perder la re-
pública. Los patriotas se desataron con mas vio-
lencia que nunca y dijeron qUE pues ellos se obs-
tinaban no debia guardar.;c consideracion alguna
con los dos di rectores.


Hahia llegado á su colmo la agitacion y una vez
cornprometidn la lucha, no se sabia donde había
de paréu'. i~euniéronse muchos de los lilas modera-
dos de ambos consejos y dijeron que para evitar
desgracias era preciso ir á suplicar á Larreveitlie-
re que cediese á la tempestad, y en efecto se fue-
ron á su casa en la noche del 30 y le suplicaron en
nombre de los peligros que amenazaban á la rc-


,"'.:.




21H HEVOLUCfON FRANl:ES'A.


pública que diese su dimisión. Digéronle quc' es-
taban espuestos todos á los mayores riesgos , y que
si se obstinaba en resistir no podian pl'evel' hasta
donde llegaria el furor de los partidas. ¿Pero no
ven vuestros ojos, les replicó Larreveilliere , los
verdaderos peligros que amenazan á la república '!
¿No veis que no es contra nosotros sino contra la
consti-ucion á donde vá dirigido el golpe; y que
si cedernos hoy habrá que ceder mañana y siem-
pre ,y que se perderá la república por nuestra de-
bilidad '1 Mis funciones no me importan un ble-
do y estoy deseando dejadas, pero si me obstino
en conservarlas no es por otra cosa sino porque'
creo deber oponer una barrera invencible contra
las tramas de las facciones. Sin embargo , una vez
que estais persuadidos á que mi resistencia os es-
pone á peligros estoy pronto á ceder , pero os de-
claro que está perdida la repúhlica. Un hombre
solo no puede salvarla y así cedo porque me veo
aislado y ahí tenéis mi dimisión.


La envió en efecto aquella noche con una carta
sencilla y digna en que esplicaLa los moti vos. Mer-
lin se la pidió para copiarla y las dos renuncias fue-
ron al mismo tiern po. De esta manera quedó di-
suelto el antiguo directorio,habiéndosc reunido lo-
das las facciones pal'3 derribarlc haciendo comunes
lodos sus resentimientos. No tuvo otra culpa sino la
de ser mas débil que cllas, culpa gravc cn verdad y




DIRECTORIO (1799). 217
(loe basta ú justificar la caída de todo gobierno 0.


A pesar del desencadenamiento general Larre-
veillere conservó la estimación de todos los ciuda-


* Esta sentencia ó aforismo admitirá tantas escepcioues
como casos ocnrran. No faltó aquí la firmeza al t;obieruo sino
la fuerza; ó por mejor decir , no era gobiel'llo el del rlirecto-
río hallándose desarmado entre una turba de legisladores, de
cuyo voto dependía en todos los instantes y que podia qui-
tarle todo prestigio justa ó injustamente. Solo pudo mostrar
energia el I H de Irucridor porque entonces se convirtió en
facciou y 110 tuvo reparo en atropellar la constitucion para
vengarse de otras facciones entregándose al· brazo militar.
Deseuguñcmonos ,todas esas tentativas ó conatos de gobier-
no (Iue ensayó la Francia desde la clcposicion de Luis XVI
hasta la exaltacion de Bonapnrte , no fueron mas que unas
talanquerus contra la anarq nía y democracia popular, mas
110 UII gobierno propiamente dicho. Por eso no hubo ni podia
haber medio entre la tirania desapiadada y la nuli dud ver-
gonzosa: entre matar con un gesto Ó ser echado á puntapies
del sólio. Así la verdadera culpa del directorio cousist ia en
creerse gobil.'rI1o sin serlo y sin poder dcspkgar la fuerza
nr-ccsar ia para sostenerse ~apulen director y sin un ('jórcito
suyo en Par is , hubi.u-a tenido tal vez }11(.'nos firmeza que
Larrcveilliere y Merlin, y nadie se atrevera éí decir con
sinceridad que Napoleón era débil. Hoy (1.0 de diciembre
¡8110) existe una rc¡;encia en España cOllllHlcsLa de siete 110111-
hrcs quc yo no fl'ugo ui por mas di'hiles ui por mas fuertes
que los (lemas; pero estoy seguro d(~ que si les faltase Espar-
tero, que es quien representa la vcrdadura fuerza porque la
manda, 110 dururi., una semana todo ('se n-ampautojo de go-
bierno, por mas firme que fuese ('a(h individuo particular.


N. del T)




218 UEVOLUClON FRANCESA.
danos ilustrados, y no quiso recibir al salir del
directorio los cien mil francos que sus cólegas ha-
bian convenido en dar al director saliente. Tarn-
poco quiso admitir la parte que le tocaba de las
economías hechas en su habitacion ni llevarse el
coche y los caballos dc que habia usado; sino que
se retiró á Andilly ú una casita que tenia, y allí
recibió las visitas de todos los hombres de impor-
tancia, á quienes no intimidaba el furor de los par-
tidos. El ministro Tal1cyrand fue uno de los que
fueron á visitarle en su retiro.




'* _=:=:::t:::,..- : .


-


NOTAS DEL TRADUCTOR
PERTENECIENTES AL CAPITULO TERCERO.


----...._----


PAGINA 169.


1 Del general Lorge ó Lorges no sabemos otra cosa
sino que estuvo empicado en 1796 en el ejército del Sam-
bra y Mosa donde forzó el 27 de octubre después de un
combate muy vivo, el desfiladero de Furfeld y Diflental .
En 1798 estuvo empleado en Suiza y se distinguió tanto
en la toma de Siva , que le escribió el directorio una (':1['-
la de euhorabucnu. Despucs sirvió como general de divi-
sion en el ejército del Rhin tanto en las campañas del con-
sulado como en las del imperio hasta que le mató una
bala de cañou en la lJatalb de Essling.


PAGINA 169.


2 Carlos Nicolas Oudinot duque de Hcggio nació en
Bar del Oruain el 2G de ahril ¡17Gí de una familia de
honrados comerciantes v él luismo estuvo destinado ú la
propia carrcra ; pero su aíiciou á las :ll'HJ:\5 trustoru ó los
proyectos <le sus padres, y ú la edad de h) años sentó
plaza en el regimiento del Medoc. Salió de aquel cuerpo
por consejo de su padre en 1787 y dos año .. despucs ha-
biendo orurrido un tumulto en su pueblo, se arrojó el


.. valiente Oudiuot eu medio de los amotinados, cogió ó los
principales corifeos y los entregó ú la justicia. Volvió ú
tomnr las armas al principio de la revolución y le uom-
hrarou cornandauto del tercer batallou del Mos~;. En 1792
rechazó el ataque de los Prusianos al fuerte de Bitche y
los persiguió tres leguas haciéndoles 700 prisioneros. D~
resultas de esta acción le dieron el mando del regimiento
de Picardía, cuyo coronel acababa de enngrar , y como




220 NOTAS
los oficiales se dispusiesen :í hacer lo mismo pOl'qne no
gustahan de la revolucion, al paso que los soldados en
couu-ario sentido se preparaban :í arnotiuurse , convocó
:í los mas acalorados de unos y Otl'OS y los arengó con tal
efusión y eficacia que consiguió hacerles prestar el jUI'a-
mento, :í los unos de no abandonar jamas las banderas
de Francia , y á los oLI'OS obedecer ciegamente ú sus gefes.
Puso en tan buen pie su regimiento, que dos años despues
en 1794 viéndose atacado cerca de l\1ol'l(~nttier por diez
mil hombres de tropas enemigas sostuvo el choque des-
de las cuatro de la mañana hasta las dos de la tarde y
efectuó su retirada sin que pudiese romperle la caballe-
ria enemiga. Inmediatamente le nombraron general de
brigada y marchó :í Treveris , de que se apoderó pOI' una
atrevida maniobra el 19 de therrnidor año Il , bien que
ú costa de que le rompiesen una pierna. Conservó el
mando de aquella ciudad hasta el año siguiente, en cuya
época fue ú reunirse con el ejército del Hliin y Mosella ,
y en un ataque nocturno que se dió ; Nackerau el 18 de
Octubre 179;) le dieron cinco sablazos, le cogieron PI'j-
sioucro y estuvo cinco meses en poder de los Ausu-íacos,
Habiéndole cangeado después fue :í reunirse con el ejérci-
to en Pforzheim y pasando ú la orilla izquierda del Da-
nubio, entró en Nordlingen Donna 'Vcrth y Neuburgo.
En el bloqueo de Ingolstadt le atravesaron el muslo de
un balazo y recibió otras vadas heridas de sable; pero
después de unos cuantos dias de descanso se puso al fren-
te de la caballería en la batalla de Ettenhein é hizo rendir
las arruas á varios batallones. Pasó des pues al ejército del
Danubio y se apoderó de Constauza que estaba defendida
pOI' el príncipe de Coudé. El año 17UH le nombraron ge-
nerul de divisiou bajo las órdeues de Massen:l y coutribu-
vó eficazmente ú la victoria de Zurich contra el general
SOUW:lI'OW, pero recibió en ella un balazo en el pecho.
Entonces se le nombró inuyor general del ejército y siguió
en esta calidad ú Massenn al ejél'cito de Italia, donde
hizo prodigios de osadía en la magnifica defensa de Géno-
va que tanto ilustró :í su general en gelc pues atravesó




"DEL TU.ADUCTOR. 221
dos veces en una lancha la línea de los navíos ingleses
pal'a ir á llevar al general Suchet las órdenes de Mnssena.
En 1800 sirvió también de gefe de estado mayor en Italia
bajo las órdenes de Bruno y se portó con tanta bizarría y
acierto en la batalla de Pozzola y en el paso del l\1ill~io,
que Bonaparte le envió en nombre de la nación un sable
de honor y un cañon qUt~ él había cojido á 103 Ausu-iacos.
Esta pieza está todavía adornando la casa de este ilustre
guerrero. Aquellas dos victorias decidieron la paz, y él
fue quien llevó á París el convenio firmado en Treviso
entre Brune y Bellegurde. Cuando en 1803 formó Bouu-
parte un cuerpo escogido de 16 mil granaderos y voltea-
dores reunidos, dió el mando de él al general Ouuinot,
nombrándole al mismo tiempo gran cordon de la Legión
de Honor, y con e\\os marchó á Alemania y atravesó pOl'
Viena para ir al Danubio, que estaba defendido pOI' 180
hacas de fucao v cubierto de combustibles. Era inmenso


<> ,;


el peligro, pOl'qlW un solo cañonazo que sedisparase podia
ocasionar' torrentes de sangro , y estando un artillero ene-
migo para aplicar la mecha encendida , se precipita Ou-
dinot sobre él y le arrebata el bota-fuego. Aquella in-
trepidéz decidió de la jamada y tanto tos Austriacos co-
mo la artillería todo quedó prisionero encouuúndoso en
el campo sohre 4,000 Cal):l//OS de tiro. COII igual yalol' se
pOrLÓ en las batallas de '"ertingeu y Armsteticn , donde
le hirieron otra vez, PÜ¡'O no tardó en restablecerse en
Vicna , para poderse eucoutrar en la famosa batalla de
Austerlitz. Hahiéndole encargado en 1806 de ir ú tornar
posesion de los cantones de Neufchatel y Valengin , le re-
galó la primera oe estas ciudades una espada con esta ius-
cripcion. La ciudad de Neu{cJwtel al general Oiulinot 180G.
Entonces se declaró la guerra de Prusia , que no tardó en
decidir la batalla de lena. Desde Berlin pasó á Polonia,
Jonde casi se le debió esclusivamente la victoria de (Istro-
lenka, con cuyo motivo le nombró el emperador conde del
imperio y le asignó un millon dc francos de dotaciou. Des-
de alli marchó al sitio de Dantzick que se rindió el 24 de
mayo, y el 14 de junio sostuvo durante doce horas el cho-




222 NOTAS
que de todo el ejército ('1150 habiendo matado tres enemi-
gos por su mano. Su division sufrió horriblemente, pero
dió tiempo á que llegase el gl'ueso del ejército para alcanzar
la victoria d~ Freyland, que proporcionó la paz de Tilsitt.
Entonces fue cuando llegando Bonaparte al campo de bata-
lla que estaba cubierto de cadáveres le dijo: General ha-
beis hecho prodigios, y cuando os enamtrais en cualquiera
parte no htty que temer nada sino por 1)OS mismo. Este es
el momento elegido pOI' Horncio Vernct pal'a su magníti-
ca cuadro de la batalla de Frevlaurl. En 1808 se le dió
el g'obierno de EI'l',u't, donde le ClIllIplillJcntaroll todos
los soberanos reunidos. Al :lIJO siguiente mandó la van-
g'LJai'dia del ejército hasta Viena, donde entró el primero
con su estado mnvor untes de la capitulncion de la plaza
y siguió mandaml0 el mismo CUCI'pO en la batalla de Ess-
ling donde le mataron dos caballos y recibió otra ligera
herida. En la batalla de 'Yagl'am ganó el basLOII de ma-
riscal é inmediatamente le coulió ('1 elllpel'adol' (" gobi(,l'llo
de Holanda con el título de duque d(~ lkggio. En lRl2
marchó ú la campaña de Husi,) y tomó el mando J:'l 12. 0
cuerpo :í Cllp Ircute le hirieren gra\'eflll'llte en la batalla
de Polotzk y tUYO qlle cedel' el mundo al "aliente Gou-
vion Saint Cyr. Es inútil l'('col'tbr las muchas pl'oeza.; y
uucvns heridas f]tte le hicieron distinguir' en :Hlu(-!Ia ter-
l'ihlc retirada y en la últillla camparla de IS!5. No quiso
separarse de Napoleón hasta su abdicncion en Fontaine-
bleau ; pero después juró con sinceridad obediencia á
Luis XVIII, que le nombró comandante general de la ter-
cera divisiou , par de Francia, ministro de estado y co-
ronel general de granudcrcs y cazadores. A la vuelta del
emperador de la isla de Elba se estuvo retirado en su casa
de campo )' no tomó parte alguna en los sucesos de los
cien días. Volvieron segunda vez los Borhones y le col-
maron de honras y condecomcioncs , entre ellas la gran
CI'UZ de S. Luis y la del Espíritu Santo. En 1825 pasó á
España con la espedicion del duque de Angulema y des-
pues quecon la revolución de 1850 desapareció la dinas-
tia de Carlos X no ha podido 1llP.110S de respetar ('11 la des-




DEL TRADUCTOR. 223
gracia á los que había servido en la prosperidad , pOI' lo
que vive desde entonces retirado en su casa de campo de
Jean de Heurcs, sin hace¡' sino muy raras apariciones en
la cámara de los Pares.


PAGINA 170.


:5 Pedro Alexis \YasiliO\\isch, conde de Souwarow,
Ó SOtlYOI'OW Himnitzkoi, Icld-mnriscal ruso , nació en
1730 en Suskoi , que es una pequeña aldea de la Ukra-
nia. Su padre le envió muy jóvcn á S. Petersburgo , don-
de se educó en la escuela de cadetes, y entró ú senil' á
los 17 años en una COI'ta campaña que se hizo contra la
Suecia en qne llegó al grado de teniente. Descubriese su
valor en la guerra de siete años y particulnrmeute en la
famosa batallu de Zorudorl, donde se hallaba de mayor
y Ú pesal' dC' vari.is heridas que habia recibido salvó una
p~wt(' l\C\ cuerpo ruso cuhriclH\o la retirada, En otra oca-
siou hizo prisionero pOI' Sil mano Ú uno de los generales
de Federico II llamado Curbiere . En 17G2 volvió ú sn


-patria COII el ejército y le hicieron coronel con gTado de
hl'igadiel'. Entonces se casó con una princesa Proscu-
rowsky , sobrina dc Iloruanzow ; pel'o ('.';u,ielon poco
tiempo juntos, y de COIllIlIJ consentimiento se declaró
el divorcio. l\() hubo gn(>I'I':I al¡,;ulIa en <1uc no se dif,t¡ll-
guíese pOI' su hizurrin , p(~ro sobre todo en la de Polonia
donde mandó como brigadier el asalto de Cracovia en
1768, Y hahióudolo ,destacado iumodiutamente después
JI~l/';1 Yursoviu , hizo nna marcila de SO millas en doce dias
batió á Kotciupo"ski, dispersó los cnerpos de los 1.10s
Pulawski y entró en Lublin . Entonces le hicieron general
mayol', con la plausible ocasión del primer reparto de la
Polonia entre las tres potencias, Busia , Prusia v Austria.
Después de un COIto descanso entró en campaña contra
Jos TUl'COS mandando un CUCI'PO separado en 1775, Y
habiendo atravesado el Danubio, atacó al enernico cerca


u


de Turtukay, le batió dos veces y se apoderó de la plaza.
En 1774 le nomhraron teniente grrwral y mandó la sc-




22'.. NOTAS
gunda división del eucl'po de reserva , con el cual obtu-
\'0 una victoria decisiva cerca de Koslutje. En 1782 le
enviaron á la Crimen contra los Tártaros Nogays , y les
obligó ú hacer el juramento de sumisiou. En 178:) fue
ú Moskow para mandarla división dc Wolodernir val año
siguiente le uOmLH':HO n general en gefo y gobcl'Il;uol' de
Crimen. Allí estuvo hasta qne habiendo la Puerta vuelto
ú declarar la gucITa Ú la Rusia, se le dió el mando del
CUCl'pO que estaba en las cercanias de Pultawa , en el mo-
meu LO en quc Üatalina viajaba cou José 1I pOI' aq uellos
paises. Tuvo la honra de ser presentado Ú los dos sobe-
ranos que le recibieron con estraordinaria bondad, é in-
mediatamente se puso á perseguir ú los Turcos. Por no
detenemos demasiado en referir los sucesos de esta guer-
ra nos limitaremos ú decir que en ella recibió cuatro he-
ridas alguna de ellas lllUY gl'ave v que unido y en buena
inteligencia con el priucipe de Cobourg , batieren am hos
al gran Visir, que tenia cien mil hombres ú sus órdenes
el dia 22 dc sctiembl'el78U. El emperador José U le <lió
el título de conde del imperio y la emperauiz su sebera-
na el de conde del imperio ruso y un regalo considera-
ble. Uno de los sucesos mas importantes de aquella gu«r-
rn fue la toma de Ismailow , que es una fortaleza de Be-
saravia , 110 lejos de las bocas del Danubio. Mandaba el cjt;"-
cito Poteukiu que llamó ú Souwarow y al momento dio
el asalto y tornó la plaza en diez dias. Habia mandado que
no se diese cuartel y en efecto no sc fiió hasta que la gmu'-
uicion reducidual último au-iuchcramlento imploró la ge-
nerosidad del vencedor y cesó la curuiceria despues de ha-
ber perecido 51 mil hombres y cogido 11 mil prisioneros.
Fue inmenso el hotin PCI'O Souwarow no se apropió mas
que un caballo y duruute la acciou que duró siete horas,
110 cesaba de gl'it:ll'kolikoli (mata, mata). El parte que dió
:'1 su soberano estaba concebido en estos ténuinos : Ma-
dre , la gloriosa Ismael está á vuestros pies, y el que dió á
Potcrukin decía : Honrad á Dios y honrao« á vos mismo:
la ciwladda ha caido y estoy dentro de ella. En premio de
esta huzañn se 1(' dio (,1 gobierno de Cnthuriuoslaow en la




HEL TIlAHUCrnO. 225
Crimea , y habiéndose hecho la paz estuvo descansando
hasta los nLI(~\,OS alborotos de Polonia ('1} 17!}L Marchó
allí con el ejército contra el general de los descoutentos
Kosciusko y no tardó en encerrar todus Tas fuerzas de
estos en Varsovia, terminando la campaña con la toura
de Praga, que es un arrahul rle la corto donde se hahiun
encerrado 2:> mil hombres con una urtilleriu inmensa;
pero habiéndola atacado con ímpetu en siete columnas,
se apoderó de lodos los fuertes en menos de cuutro ho-
ras y no escapó casi nadie de ser muerto ó prisionero. El
9 de noviembre 1794, entró triunfunte en Varsovia y que-
dó terminada b g'ueC'C',( de Polonia, consurn.ínrjose fa sc-
16unda rc\xwúc\on de ~\(\ue\ reino sin \a menor diG.cU\lUU,
Entonces le envió Catalina una COl'OWl de hojas de ('11-
cina entrelazadas con piedras preciosas de valor de ()ÜO
mil rublos (9 millones de reales) , con un bastón de man-
do de 01'0 puro gU:.lI'llccido de brillantes y el tí rulo de
Fcld-mariscal general, dándole la facultad de e1(~gi!' L111
regimiento que llevase perpetuamente su uomhro. Igual-
mente le regaló 7 mil paisanos y tierras considerables
donde estuvo descansando hasta que llegó la couliciou
de 17Dn. Acahaba de subir al trono Pablo 1 con el áuimo
resuelto di' acabar eon la revoluciou lrancesa , ~. de acuer-
do con el Ausu-ia nombró ú Souwarow generalísimo de la
conlicion. Ya hnhinu conseguido los Austriacos algunas
ventajas en Italia cuando él llegó allí con 50 mil rusos ti
principios del mes de aluil. Desde el siguiente dia de su
llegada le propuso el general uustriueo Chasteler hacer
Ull rccouocimicuto , y SOl1Wal'OW le respoudió . « yo 110
« conozco OLI'O medio de reconoce!' al enemigo que mal'-
« chal' contra él y lxuirlc. J) Efectivamente á los pocos días
acabó de derrotar al ejército republicano en Cnssnuo (el
2i de abril) , y le obligó ú replegarse al Piamoute. Al dia
siguiente euuó en Milan en medio de inumerahles aplau-
sos de la pobluciou y continuó su marcha háciu los Alpes.
lksdl~ allí, habiéndose retirado MorcaH h:'H~ia Genova,
ocnpo el ojército uustru-ruso Ú 'l'uríu y se esparció pOI'
el Pi..uuoute. Parece que desde aquel momento queria él


xu.


~'~~: \
.~!: ;


,0-'
?"J'" ,




226 nOTAS
que el rey volviese ú ocupar sus estados, cosa que no ngra-
daba en manera alguna al gabinete de Austria , y de hay
principiaron las desavenencias que tan caras costaron
luego á la coalición. En medio de eso estaba cortado l\lac-
donald en Nápoles y asi se dió prisa á reunirse con Mo-
reau atravesando los estados de la Iglesia y la Toscana,
cosa que obligó al generalísimo á. variar todos sus planes.
Acudió pues con las fuerzas que pudo reunir á las orillas
del Trebia para impedirle la reunion con Moreau y dió
durante tres dias batallas sangrientas , de cuyas resultas
se rindieron Mantua, Alejandría y otras muchas plazas
ocupadas por los Franceses , quedando al parecer deci-
dida la suerte de la Italia. Entretanto se habla reunido
Moreau con el ejército de Nápoles y el directorio dió el
mando de ambos á Joubert , que presentó á los austro-
rusos la sangrienta batalla de Novi , donde pereció él
mismo y fue una de las mas disputadas de aquella guer-
ra. Cometió en ella Souwarow notables faltas que no al-
canzó á reparar la inmensa superioridad de su número,
y asi aunque se retiraron los Franceses , se vió en la im-
posibilidad de aprovecharse de las ventajas. Entonces se
aumentó su descontento con los nuevos planes que le
envió el consejo áulico de Viena. AgrC'gose á ello la 1J0-
ticia de haber sido batido por .l\Iassena el general Koruss-
koff que mandaba el otro ejército l'USO en Zurich , y no
dudó en ponerse en marcha para la Suiza. No bien hubo
llegado y se preparaba á escoger una posicion para flan-
quear á los Franceses, se encontró envuelto por ellos sin
otra retirada que UIlOS precipicios espantosos . .Mas no pOI'
eso perdió su acostumbrada firmeza sino qne hizo una re-
tirada tal vez mas gloriosa qne sus victorias. Entonces
llegó a su colmo el descontento con los Austriacos, de
c¡uienes se separó enteramente para acantouarse en Ba-
\tera "Y Bouemia , esperando las órdenes de su corte. Es-
ta:" se redujeron á que volviese á Rusia. Púsose al instante
{·n marcha, pero al llegar á Bigu supo que el empera-
irl\' estaba muy descontento con él, Y asi entró casi de


.. .icógnito en S. Petersburgo , se fue á alojar á un barrio




DEL TRADUCTOU. 227
retirado en casa de una sobrina suya v murió 13 días des-
pues, el1R de mayo 1800. Se le 'lli~iel'On sus exequias
ton mucha pompa y al año siguiente se le erigió Hila es-
táwa por el emperador' Alejandro.


PAGINA 1R;>.


4 Eustaquio Bruix nació en Sto. Domingo en 1757
y murió en Parisel 18 de marzo 180;). Perteneci» Ú l/JJ:1


f¿wJI(ía dístínguida originada del Bearn y vino muy niño
á Francia á estudiar las. matemáticas y la náutica; pero á
la edad de 15 años se embarcó de voluntario en un IJII-
que mCl'cante, domlc ~e ~am\\\a\'\1.6 con la profesion en
que hahia de ilustrarse , y asi puede decirse que era yú
marino cuando le nombraron guanlia marina en Brest en
1778. Hizo sus primeras campañas en la guerra de Amé-
rica en las fragatas Fox, la Concordia y la Nedea bajo las
órdenes de los almirantes d'Orvilliers , de Grasse y
d'Estaing. En 1784 obtuvo el mando del bergantin Pivel~t
y después en 1792 el de la fragata Semillante. Acaba-
han de darle el mando del navío Indomable cuando en
1793 se halló comprendido en la providencia general que
salió contra los antiguos oficiales de marina ; pero [,1 año
siguiente volvió al servicio y en 1796 desempeñó las
funciones de mayor general de la escuadra mandada por
el almirante Villaret , y en seguida le nombraron mayor
general de la marina en Brest : luego director de aquel
pnerto y últimamente vice-almirante y ministro de rna-
rina. Este fué el qne mandó la espedicion de Irlanda
qne se malogró como ya se dice en esta historia; pero
no por eso dejó de dar pruebas de mucha inteligencia
en las maniobras de la flotilla de Bolonia , cuvo llIanUlI
le confió Bouaparte en 180.1,. Dejó escrito un }jnsayo so-
bre los medios de hacer provisioru's para la marina que se'
imprimió en 17f),i,.


PAGINA un.


;) Peoro Carlos, liaron de Utl , f('ld -mariscal de Aus ,




228 NOTAS
tria, 8\1'\'10 en 1789 en calidad de general mayor contra
los tUl'COS y en 1793 contra 103 Franceses. Se distinguió
en muchas ocasiones durante aquella campaña y particu-
hu-mente en el ataque del campo de Famars , donde mos-
11'0 mucha habilidad. En 1794 sirvió tambien utilmente
1'11 los Pais('s Bajos y en 17m) en el Hhin. En 1796 si-
guió á "Turrnser á Italia mandando la vanguardia junta-
mente con Mezaros y siguió la suerte de Mantun. En
1797 le mornbrarou teniente feld-mariscal \' continuó
sirviendo en el mismo ejército. En 17Dn se distinguió en
la batalla de Cassanoy mas particularmente en la del
Tl'ebia donde vino ú servir de vanguardia del ejército de
Souwarow , así como fue quien persiguió despues de la
victoria los restos del ejército de Núpoles. Despues de
haberse echo dueño del fuerte de Urbiuo , pasó al ejer-
cito del general Kray que atacaba á Mnntua ~' ayudó mu-
cho al sitio y toma de la plaza. Mas adelante estuvo en-
cargado del bloqueo de Génova con 40 mil hombres, au-
sitiados con una escuadra inglesa mandada por Keith y
después de muchas envestidas desgraciadas at fin aceptó
la capitulacion de Mnssena el 4 de junio de 1800 y tomó
posesión de \30 plaza. Pero habiendo intentado reunirse
con el grueso del ejército austriaco esperimentó un re-
ves el dia 9 de aquel mismo mes junto ú Montebcllo , y
terminó su fortuna con haberse hecho la paz en 1801. En
180t) participó de los reveses comuues á todo el ejército de
Alemania y en la segunda guerra contra los Franceses en
1808 le encargaron el mando de la iusurrecciou de los
nobles húngaros que sirvió de muy poco y al íin murió
Ott en Peslh el dia 10 de de muyo 180fL


PAGINA 188.


(j El conde de Hoenzolleru , ó mas bien Hohenzo-
llern era un general austriaco que sirvió de coronel de eo-
raceros en los Paises Bajos en 1795 y se dió mucho ú co-
noce!' tanto en aquella campaña como en las siguientes.
Luego que le hicieron general mayol' pasó en 179G al ejér-




DEL THADllCTOU. 999
-.


cito de Italia y cayó prisionero en )lantna en enero del
año sigllicnLc con la division (le PI'OY'~la. Cnngeúroulc in-
mediatauionte con la condición (le no senil' en un año y
no volvió al ('j,;rcilo de Italia hasta 17n!) en que casi siem-
pl'(~ estuvo umuduudo cuerpos sueltos. En '1800 sirvió de
mucho en el sitio de Génova por haberse hecho dueño de
la llochcuu. En las siguieutos campañus de Alemúuiu sir-
vió bien, pCI'O dcsgruciad.uncutc hasta que "(uI'at le hizo
prisionero en Ulma y desde entonces se le retiró para
siempre del servicio.


PAG1:\'A 18B.


7 El general polaco Dombrowskv file pr-imero capi-
tan de guat'dias de cnl'ps del elector de Sajonia y hahicu-
do vuelto ú su pntrin sirvió en '1794 coutra los Husos ,
distinguiéndose pOI' su valor (~ inteligencia. Mandó 1'11 lu-
gal' del ¡óvcn Pouintowskv una de las líneas pOI' donde ('\
general Kosciuszko ddcn¡lia ú Varsovia contra los Prusia-
nos y de resultas le regaló aquel genera! en gefc una sortija
conesia inscripcion: [a, Patriaá su defensor, Siguió sirvien-
do toda aquella campuñu , prl'o SIl vió envuelto pOI' los
Husos dospncs d,' la toma dI' Varsovia y le cogieron p"¡-
siouero. Enl i!)G pasó :'l Coloui« COII iutcncion de entrar
al servicio de Francia y le rcr-ihió IIlIIY hiell Jourduu. Po-


. .


1'0 tiempo despues so le autorizó ;'¡ toruuu: una I('gioll de
Polacos, 1'01110 en rl'ceto lo hizo v se cncoutró al Frente
de (dla ('11 l ini sirvicudo COIl Bouaparte CII las campañas
do lmliu , ~. ('st<~ 1'11" (,1 fuudumcuuo de aquella herruosu
divisiou polaca qlll' Illego ~~(' distiuguió tanto cu la gU:lI'-
dia impl'l'ial.


p.Ha:\.\ um.


8 El gl'II('I'al fl'allcl's BlIsca nació eu Dolce Aqua , 1'11
los rslados d(~ Ct'I'dclb, ~. hahielldo manifestado desde
-17~!) ideas 1'('llIlhlicauas, fUI' l'spl'lido de Sil país ~. le <:011-
liscarnu sus hi('IH'S. ElIloIH'('S pidió servicio (~H el ejérci-
to Irauces v habiendo dado muchas muestras de valor le




230 NOTMi
nombraron ayudante general, con cuyo título sirvió muy
bien en '1 i95 en los Pirineos. Con motivo de una hazaña
que hizo en el paso del Flnvia en Cataluña le nomlra-
ron general de brigada. Desde allí pasó á Italia y volvió á
distinguirse desde el principio de la campaña de 1796 ha-
jo las órdenes de Bonaparte , tomando el reducto de S.
Juan de Murlato. Fue herido en el combate de Salo y á
poco tiempo le nombraron gellel'al de división. Pasadas
estas campañas y las de Macdonald y J\lassena, le envió
Napoleou en H~02 á tomar poses ion de la isla de Elba,
donde estuvo hasta t SOti, y hahiéudole empleado en el
Pj('l'cito de Alemúuia murió en el ataque de Ulmn.


PAGINA 'Hm.


!) El general Olivior era un antiguo soldado del regi-
mieu te 35 , llamado de Aquitnnia , y llegó á ser gencl'al
l'¡ año l7D;). Como tal hizo la campaña de invierno en
Pi Pnlutiuudo , y habiéndole acusado de ciertas concusio-
Hes en Dos Puentes, le arrestaron y condujeron á l\lctz ,
dondc estuvo preso ulguu tiempo. LlH'gO que le pusieron
i'il libertad se le empleó en el ejército del :'I108('lla y
¡u':<pncs en ('1 <Id Sambra y ñlosa , donde se distiugui ú
, 11 mnch..s ocasiones y particularmente en la noche dC'1
.;;. t ~:i ::;2 de noYicr:J1)J'e17H6 en la defensa de la cabeza
",,¡ PllP1llC de :\'(~\¡ed. El rliu lG lb al)l'i1 del año siguieu-
In CO~¡U';hln(l lliUdlO Ú la toma de los reductos de Brl1-
durh y ~(~ ;'lllH\eró el 21 de Wclzlar. EIl 17n~ le uouibra-
:'011 g:>net ~,: de división v pusó al e,'ército de :'úl)oles don-


It L"


dí' 11lZ¡) la :.'lE'r¡'a en la Calubria. En esta l.utalla del Trc-
¡¡la, dc: qlw \;\ ;'\ fu!;¡al' el texto le llevó Hila picruu una
:",d:¡ di~ l'aÚUIl y !J:Jbi(:mlole conducido ú Pluscucia cayó
_,dí 1risieucru t!\~ lo;; :d1:ldos quieucs le soltaron bajo pa-
l;¡lw:l d;~ lrovror. EH r:;lm;ro de 1HOO le nombró Ilonaparto
.uspcr tor 6\'!H'I'al dI; rr-vistns y murió en este dcsti no el
l\i~l i.3 de l.llJi'il 1(-.0'7.




DEL TIUDUCT01L


PAGINA. 189.


231


10 El general frunces Watriu nació en Beauvais en
1772 y entró ú servir de simple soldado raso al princi-
pio de la gUf',rI':l de la revoluciou cn la legion belga qne
luego pasó á ser' el rcgimionto '17 de cazadores de ú caba-
llo. Ascendió rúpid.uueuto á los primeros grados del ejél'-
cito, tanto q:re en '17~H CI':1 ya ayudante general del ejér-
cito de las costas del Océano. En 179G rué nombrado gc-
uerul dc brigada é hizo la guena á los Chuanes. Al año
siguiente pasó al ejército dd Sambra y 1\1osa y acompa-
lIÓ al genel'al Iledouvillc ú Sto. Domingo. A su vuelta
en 1799 le enviaron ú Italia y le nombraron general de
división pcr'o participó de todos los reveses de aquella
desgraciada campaña y estuvo encerrado en Génova con
el gene!'al Mnsscna. En 1800 mandó una division de van-
g'1::ll'dia en el paso dcl S. Gotnrdo y fue uno de los pr'i-
meros que cntrarou en la ciudadela de Inca, quc fue to--
rnada por asalto. En la batalla de Mal'engo mereció un
sable de honor del primer cónsul. Ultimamcnte fue á San-
to Domingo con pI general Lcclerc y allí murió de gober-
uador de PU('Í'to Príncipe el ~2 de noviembre 1S03.


P.\C 1.\T.\ 201.


J 1 C:u'\os Lu¡~ Haglwt conde y lll:u'tprl's de Scmou-
villc , profundo jurisconsulto y diestro político, principió
su carrera oratoria en 1787 siendo consejero en el P:1I'--
l.nucuto de París en la importante cuestión de la convo-
cnciou de los estados geucrules, declarándose pOI' el pal,tí-
do popular. En l7n 1 lue nombrado embajador de Francia
en G(~nova par'a tranquilizar á las potencias italianas sobre
los principios de la revolucion francesa, y supo inspirar
t:1l conliauzu personnl , que ú él fue á quien se dir'igió
S. S. par'a recomendar Ú los clérigos , cuya persccuclon
principiaha la. Desde allí le nombraron embajador en
Constantinopla; pero habiéndose visto precisada la fra-
gata qn(~ le couduciu ú abrigarse en Córccga por mal tiem-


-.




NllTAS


po, hizo allí conocimiento pOI' la primera vez con el ca-,
pitan Bouupurtc , y ambos quedaron prendados 11110 de
otro , cuya amistad 110 se turbó jamas y causó 110 pocos
celos :'1 sus ministros en tiempos posteriores, porque ig-
lloraban que Semonville había jurado no ser jamas rninis-
tro , Estando todaviu en Córcega principió el terror eu Pa-
ris que amenazaba su cabeza como la de tantos otros; pe-
ro él sin acobardarse se presentó en Paris y Danton en
lugar (k una sentencia d(~ muerte , le dió la coruision de
ir ú negociar la libertad de la reina y del dclliu que esta
han presos eu el Temple. Salió ú desempeñar su comi-
sion , 1)('1'0 el gabinete de Viena, dirigido cntouces pOI'
MI'. de Thugut le mandó prender en el tcnitorio ueutrul
(le los Grisolws y le llevaron cargado de cadenas ú los
calabozos de Mantuu y de Kufstein , donde estuvo CI}(~(~I'~
rudo tres años. No recobró la libertad hasta el 2tJ <le di--
cierubro '1 íDti, en qne fue cangeado con otros pOI' la hi-
ja de Luis XVI. Después del 18 de brumnrio le l'onliú
Honaparto la embajada de Holanda ~ donde estuvo cinco
años haciendo mas bien las funciones de procónsul qne
las de embajador. A su vuelta se le nombró senador pOI'
(,1 colegio electoral de las Anlenas, y nada notable po-
demos referir de su conducta en este destino hasta qlle
ya al lin del irupcrio le nombró el euipcradnr comisio-
nado suyo cu el Bcl'l'Y y tUYO el influjo necesario para
impedir allí la gUf'I'I'a civil , sin embargo de qne estaban
preparados todos los elementos para ella. De vueltn al
senado ~ lUYO valor para resistir él una peticiou del empe-
rador Alojaudro de Rusia que solicitaba la rehabilitaciou
de Morcau : pero un vigoroso discurso de MI'. de Semou-
ville inflamó los :lllimos de tal modo, que el senado eu-
tero se resistió. Luis XYlll le nombró pal' de Francia y
gran refl'endal'io que dr-scmpeuó religiosamente hasta el
20de marzo '181ii y al dia siguiente se retiró al campo sin
qnerer tornar pal te en liada de lo que pasó en los cien
dias , :'t pesar de las instancias que le hizo el emperador.
Cuando volvió el rey se presentó de lluevo en la cúmur«
v continuó en Sil destino. Es tan notoria la uoblczu dI'
,




I>EL TRADUCTOR. 233
SlI conduela durante los 1:> años siguientes, que no hay
quien iguore las verdades que siempre dijo ú los minis-
LI'OS y consejeros de la familia real para 01 hien de la
coroua y sobre Lodo p~H'a el honor do la Francia. El mis-
mo Carlos X, que entonces era heredero de la corona,
oyó muchas veces sus prudentes advertencias sin apl'Ove-
churse de ninguna, como sucede ú todos los que son es-
clavos de UI1 partido Ó de una pasión. El mismo din 28
de Jl1lio18;)O cuando la rcvoluciou estaba en su rnavor
allg(' , atravesó I\I1'. de Semonvillo todo Paris ú pesar' de
sus 70 años cumplidos y en medio de los mayores ries-
gos se Iue ú Saint-Cloud ú suplicar' al rey flue revocase
los decretos fllle iban ú perder su diuastin y csponcl' la
Francia ú los mayores desastres. Llegó ú ponerse de ro-
dillas alver la obstinacion del rey y al fin consiguió lo que
apctocia. Apenas tuvo en su mallo la firma real de revo-
cacion va corriendo ú Paris y presenta en el ayuntamien-
to aquel importante documento, pero era ~a demasitulo
tarde y la rcvolucion quedó cousuumdu.


PAGINA 202.


12 Juan .Jo~(; Ccnissicu« ahogado en el dl'jx\I'tamenlo'
del !srl'e y diplllado ;'¡ la couvcncion fue LiIlO de los qll(~
votaron la mll(>l'lc del 1'1')' y IB'opuso adelll:ls rl destiel'l'o
(le todos los Borhoucs. Era mllY trabajador y siempre os-
tuvo r-mplr-ndo en las comisiones )' hablo muchas \'('('('S CII
uomhrc (\e ellas sobre materias de legisla('ion ~ policía y
objetos de sq!;urichHl iutcrior , qne siempr« cousistiau , se-
gun (1, el) perseguir Ú los nobles, ú los clé: igos Y á los
parientes de los emigrado:;;. El fue quien propuso el cija ()
de marzo 17U;) quc se desarmase ú todos los sospechosos
y allllque ya en 17D~ se compadeció de los clérigos de--
portudos , con todo se opuso fuertemente Ú que se coucc-
diese permiso pal'a volver ni ú Tullevrand ni ú ñlontos-
quiou. Cuando ocnrrió la revuelta del 15 de voudimiu-
rio pidió (I'w se suspendiese la soltura de ningun p"eso,
y lo consiguió con facilidad. EII tiempo del directorio se




23", NOTAS
le nombró rmmstro de la justicia el 5 de cnero I 7DG ~
pero no conservó aquel destino mas que hasta el 5 de
abril del mismo año. Entonces le dieron el consulado de
Barcelona pero le reusó, )' aceptó en su lugar las funcio-
nes de fiscal del tribunal de casación. En 1798 le eligie-
ron para el consejo de los 500 y se empeñó de nuevo en
la confiscacion de los bienes de los deportados. Ya pue-
den verse en el texto sus diputas con el ministro Ramel,
de cuyas resultas se le nombró presidente por haber pe-
dido un decreto de acusacion contra él y los dcmas minis-
uos. El 18 de brumario fue uno de los opuestos á Boua-
parte por lo flue se le puso preso unos días en la conser-
geria mas al momento se le volvió la libertad. Poco tiempo
después se le nombró juez en el tribunal del Sena y inu-
rió ú ílues de octubre 1804. Supo aprovecharse muy bien
de los disturbios públicos para enriquecerse ú si y á su fa-
milia.


PAGINA ~tH.


15 Jacoho Carlos Ihillenl nadó en 1'1 pais de Caux y
ojercia la ahogacia en el Huvre cuando empezó la revo-
lución. Como partidario declarado suyo le nombraron di-
putado Ú la convcnciou donde votó pOI' la reclusión del
rey. Esto indica sus opiniones moderadas y así fue 11110
de los que protestaron COil u-a las violencias ejercidas el
;; I de mayo 17D3 contra los gíl'ondinos,)" pOI' consi-
guiente pcrsoguido y pl'(~sO por los terroristas. Sin cm-
harg:J volvió á entrar en la couveucion cu diciembre .-<lc
'17~M y allí principió pOI' habla¡' en favor de sus cólegus
qne hahiau sido puestos fuera de la lcy , al mismo tiempo
que hizo poner en libertad al pintor David que se halla-
ba preso como cómplice de ltohcspierre. Constantemente
persiguió ú los anarquistas singularmente mientras fue
miembro de la comision de seguridad gelleral. Nombrado
dcspues para el consejo de los ;)00 propuso y obtuvo pen-
siones en 1':1\'01' de las viudas de Petion ,C:II'I'a-Gol'sasetc.
que habiau sido injustamcute guillotinados. Enemigo de
todos los crímenes y aun de todas las opiniones estrema-




DEL TRADUCTOR. 235
das, con igual vigor se pronunciaba contra los trafica ntes
en patriotismo quc en realismo, y asi se halló natural-
mente en la minoría del consejo de los :,00 cuando ocur-
rió la revolución del 18 de fructidor , En la misma situa-
ciou le encontró luego la reaceion del 50 de prerial diri-
jida contra los tres directores Larreveilliere, Merlin y Treil-
hard , no temiendo calificar de traidora á la mayoria de
los consejos, corno lo había hecho el 18 de fructidor en
unos folletos que publicó con el titulo de declaracion á
sus comitentes. Luego que fueron 'espelidos aquellos tres
directores, no quiso volver á presentarse en los consejos,
hasta que verificada la revolucion del 18 de brumario le
nombró Bonaparte miembro del tribunado. Allí no habló
ú los principios mas qne de impuestos y de solicitar que
volviesen las contribuciones indirectas, pel'o después ya
empezó á hacer una oposicion mas séria al gobierno con-
sular. En consecuencia fue uno de los miembros esclui-
dos del u-ihuuado el año 1802. Entonces volvió á tornar
su profesión de abogado hasta que consiguió el empleo
de director de los derechos reunidos en cuyo destino
murió el año 180n.


PAG1NA 20;).


1/1 Pedro Juan Briot n:.wiú ('/1 Orchamps en el Fran-
('O COIHIado en 177'1 y se recibió de abogado en 1789
SiPIHlo catedrático del colegio de Besanzou. En 1792 se
alistó eomo la mayol' parte de los estudiantes en un ba-
t:lIIO/1 de voluntarios v de vuelta á Besauzon volvió ú su
cútcdra , que no le illlp('(!ia 5,('[' un coucurrcntc asiduo á
la sociedad popular. Escribía eu ronces un periódico con-
tra Ilohcspierre y ~Iarat y se le acusó de q ne era IXH'1 ida-
rio de los giroudinos. A principios de 17D3 fue comisio-
nado pOI' los CUC1'pOS administrativos )' sociedades popu-
lares de Doubs ú la couvcucion nacional en solicitud de
que se pusiese término á las discordias civiles pOI' me-
dio de una constitucion. Llegó ú Paris , habló á la con-
vcnciou pocos dias despues del ;} t de mayo y se dió prisa




23G NOTAS
:'t volverse ú Besanzou , donde inmediatamente que llegó
se volvió ú enganchar de nuevo en un batallou y le tomó
de edecan suyo el general que mnnduhu aquella dudad.
Mas ú poco tiempo dejó el servicio militar IXlI'a entrar de
secretario en una fábrica de relojeria. Entonces fue cuan-
do tuvo un altercado sério con Ilohespiorrc el menor que
le mandó arrestar por la comisíon revolucionaria; pem
llegó oportunamente p:lI'a él el 9 de terrnidor y se le puso
en libertad. Viendo entonces que eran perseguidos los
demagogos se declaró partidario suyo y tuvo 'lUC refu-
giarso ú Paris donde le ar rostarou POl' tcrrorista , 'j no
consiguió la libertad hasta que salió la amnistía al fin de
I::I couvencion , y entonces le colocaron en el ministerio
de policia. A P(lCO tiempo le volvieron á perseguir pOI'
requisicionario (embargador de víveres) y tuvo que sentar
plaza en el 8.° regimiento de húsares. Cogiéronle prisio-
nero los Austriacos en la famosa retirada de Moreau v ha-
hiendo lograrlo escaparse le nombró el directorio fiscal
del tribunal de Doubs. Estuvo en esto empleo hasta el año
1 iH8 en que le eligieron paru el consejo de los Quinien-
tos, donde tomó por empeño que se habiun de ahrir las
tiendas los domingos. Se declaró abiertamente contra el
directorio y aun contra la espedicion de Egipto y en par-
ticulur contra Hewhcll y Tallevraud trauuulolcs de ladro-
nes. En la jornada dellS de h~'urn:lI'io Iuc 11110 de los qne
se opusieron al plan de Bonuparte y en consecuencia
quedó escluido del eueepo legislativo. Ma3 no tardó en
rocouciliurse con el ministro de policía Fouché y apoyado
por' Luciano Bouapnrte se le nombró secretario de la
prefectu ra de Doubs y poco después COIl\ isnrio del go-
hieruo en la isla de Elba , de donde l'IW uicunstcr rcri-
rarle pOI' su mala inteligencia con el g('lwl'al Busca. En
una palabra toda la vida de este hombre indica una ima-
ginacion inquieta, un gl':ln deseo de íigurnr y una ambi-
don indecisa. Sin embargo publicó una obra elemental
de literatura y del al'te d('\ orador , que él no poseia cier-
tamente.




nEL TllAOUCTÜH.


PAGINA sos.


2~1


1ti Bartolomé Arena era uno de los diputados su-
plentes de la isla de Córcega á 103 estados generales , y
muy desde los principios &8 declaró partidario de la I'e-
volucion. Cuando las provincias se erigieron en dcpurtu-
meutos se Ie nombró procurador síndico geuC1'al del suyo
y 110 tardaron en formarse dos partidos en Bastia : el de
las admiuistrucioucs que la echaron de patriotas , yel de
la municipalidad que pasaba pOI' protectora de los enemi-
gos de la rcvolucion. Hubo :Illí una asonada eu que que-
daron triunfuutcs los municipales ú principios de junio
17!H ). espulsarou ú Arena y Ú Otl'OS ndmiuistradorcs ;
pel'o salió un decreto de la asamblea nacional en favor de
los perseguidos y entonces se vengó de los que le hahiun
obligado Ú embarcarse. A poco tiempo le nombraron
miembro de la lt'gislatÍ\"a y continuó en ella siendo un
ardiente jacobino. Halláhasc de secretario el dia célebre
10 de agosto y al mes siguiente le uomhrarou represen-
taute en el Sena inferior ; mas entre tanto no le reeligie-
ron para la couvcnciou y se volvió Ú Corcegu Ú coutiuunr
ocupándose de los n('gocios públicos. Allí, apoyado pOI'
el partido patriota , luchó contra Paoli. CU:lllUO la Cúr-
cega cayó 8U poder d(~ los Ingleses se volvió Ú Francia ú
frecuentar la sociedad de los jacobinos hasta que evacua-
da la isla se restituyó allá inmediatamente. lUas adelante
le nombraron miembro 11el consejo de los ~)OO y siempre
persistió en sus ideas rcvoluciouarias sobre todo en '1799
en que denunció al consejo al director Metlin diciendo
que se estaba haciendo uua gran quema de papeles en
la policia pOI' órdon suya; y fue lIIJO dc los oradores mas
fogosos del club del Picadero. Allí denunció al coman-
dante de Turiu diciendo tl'w habia <,nu'egado pOI' traición
aquella plaza ú los Austro-Husos y en una palabra no ce-
só de hacer la guel'l'a al partido dircctorial , Cuando ocur-
rió el suceso del 18 de brumario fue uno de los que se
declararon con mayol' oucrgia contra su paisano Bonn-




238 NOTAS
parte, y aun se dice que le quiso dar de puñaladas en el
mismo consejo en Saint Cloud , aunque ya en el día se
sabe que todo aquello del puñal y el grauadero que reci-
hió la herida que le estaba destinada , es una pura ficcion.
Sin embargo fue escluido del cuerpo Iegislauvo y puesto
en lista para la deportación que no se llevó á efecto, y
luego vivió en la obscuridad.


Su hermano Juan, que era ayudante general del ejér-
cito murió fusilado con sus cómplices Cerachi , Topino,
etc. por una conspirucion contra la vida del primer cón-
sul.




mUECTORIO (1799). 239


CAPITULO CUARTO.


Formación del nuevo directorio. Moulius y Rogcrio Ducos
reemplazan á Larreveilliere y á lVIcrlin.- Mudanzas en el
ministerio. - Leva de todas las clases de conscr iptos. -
Empréstito forzoso de cien millones. - Ley de los rehenes.
- Nuevos planes militares. - Principian de nuevo las ope-
raciones en Italia; Jouhert general en gefe ; batalla de No-
vi y muerte oc Joubert. -Desembarco de los Anglo Rusos
el! Holanda. - Nuevos alborotos en el interi or ; desenfre-
no Oc los patriotas; arresto de doce periodistas; exonera-
cion de Bernadotte; proposicion oc declarar la !patria en
peligro.


Los años desacreditan y gastan á los partidos,
pero se necesita mucho para estinguirlos , porque
las pasiones no se estingnen sino con los corazones
donde se encendieron. Se necesita que desaparez-
ca toda una generacion y entonces solo quedan de
las pretensiones de los partidos los intereses legí-
timos con los cuales puede el tiempo hacer una
conciliacion natural y razonable. Pero ántes que
llegue este término son incorregibles los partidos
por la fuerza sola de la razon y se les hace inso-




240 HEVOLUCJONFltANCESA.
portuble todo gobierno quc quiere hahlurles el
Jenguagc de la justicia y de las leves , y cuanto
mas moderado se muestra mas le desprecian por
débil ó por impotente. Si , cuando encuentra los
corazones sordos á su voz, quiere emplear );¡ fuer-
za le apellidan ti rúuico y se dice que une la mali-
cia con la debilidad. Interiu el tiempo no produ-
cc sus efectos, solo un gran despotismo es quien
pucde sujetar á los partidos irritados. El directorio
era aquel gobiel'no lcgal y moderado quc 'I uisu
imponer el yugo de las leyes á los partidos que lla-
hia prúducido la revolucion y que todavia no ha-
hia estinguido el trascurso de 2;) arIOS * , y todos
se coligaron, corno liemos visto, el 30 de prcrinl
para proporcionar su caida. Una vez abatido el
enemigo comun , se hallaron en presencia unos de
otros sin un hrazo que los cout.uviese y ya vcre-
mos como se condujeron.


Aunque la constitucion no era ya mas que un
fantasma, con todo eso no estaba abolida y era ne-
cesario reemplazar por una sombra de directorio
al quc acababu dc caer. Gohicl' habia sucedido á
Treillanl y era necesario nombrar tambicn suceso-


* No sabemos como sacar esta cuenta de los 25 aiios ha-
biendo principiado la r-evo luciou en 1789 Y pasando estas es-
cenas en 1 7~)~). Tal vez la fcchal'¿l el autor desde los pr-imeros
disturbios tlr' los parla melito:'> y cnto uccs ya seria mucho mas
antigua. \ N. del T.)




nJllECTOHIO (1 79H). 2 ',,1
res á Larrevcill iere y Merl i11; .v fueron elegidos
I{ogcrio Ducos y Moulins l. Era nucos un antiguo
girondino hombre de bien aU1Hlue poco capaz y
enteramente entregado á Sieyes , por cuyo in flujo
habia sido elegido miembro de los ancianos. MOL:-
lins era un general obscuro de los (Iue estuvieron
empleados en otro tiempo en el Vcndéc , l'epublí-
cano fogoso , (~íntegro , que como Gohier lrabiu si-
do nombrado por inHujo del partido patriota. Se
habían propuesto otras notabilidades civiles Ú 1uí-
litares pura componer el directorio , pero toda."i
fueron desechadas, y era bien claro en tales elec-
ciones (fue los partidos no habían querido IHHn-
hrar quien los rnandase , si 110 gente doci 1 d(~ esta
que siempre es buena para suplir en todas las 111-
tcriuidades.


El actual ti ircctorio com (Hlesto, como los COllS{~­
jos de diferentes partidos opuestos, era todavía
mas débii y menos homogeneo que el anterior, y
Sieycs (Iue era el único hombre superior entre
los cinco de que se componia, meditaba, como
ya dijimos, en una nueva organizacíon política.
Estaba al frente de un partido que se denominaba
moderado ó constitucional ~ sin embargo de que
todos sus miembros deseaban otra constitucion
llueva *. No tenia verdaderamente adicto mas que


No lJay partido alguno político CJlle no sea esceuci.u-
xu. 10




2í2 HE"OLUCION FRANCESA.
á Rogcrio Ducos, porque lUoulins y Gohier, tan
patriotas como incapaces de concebir otra cosa
que lo actual, querian que se obedeciese á la cons-
tit.ucion presente pero intepretada en el sentido
de los patriotas. Por lo que hace á Barrás , que
era quien dehia descmpatarlos , no se podia con-
tar con él porque era el emblema vivo de aquel
cabos de vicios, pasiones, intereses é ideas con-
trarias en que estaba dividida la moribunda re-
pública. Dependiendo la mayoria de su voto, era
como si dependiese de la casualidad.


Sieyes les dijo francamente á sus nuevos cólegas
que tomaban la direccion de un gobierno amena-
zado de próxima ruina, pero que era indispensa-
ble salvar la república ya que no pudiera salvarse
la constitucion. Este lenguage desagradó mucho á
Gohier y á lUoulins y le tomaron muy á mal , tan-
to que desde el prime.' dia empezó Ú haber desa-


mente hipócrita y no aspire á mucho mas de lo que preconi-
za. Ese que se denominaba republicano constitucional en Fran-
cia , no deseaba mas que la ntonarquirt constitucional y detes-
taba la república; así Como el partido patriota preconizando
amor á la constitucion dC~l'aha echurla abajo y su st.ituirla la
demagogia de los clubs para tiranizar' en nombre del pueblo
soberano. Lo mismo mismísimo se observa en España, don·
de el moderado, el movimiento, el carlista y el cristino
solo desean que triunfe su partido para conseguir un empleo,
y en teniéndole que reine el órden : antes no. (N. del r.)




DIRECTORIO (t 799). 24.3
cuerdo en las opiniones. Lo luismo le dijo á Jou-
hel'l, que era el gencl~al á quien Re queria inte-
resar en el partido org'anizador; pero este, como
antiguo soldado del ejército de Italia y partici-
pante de sus mismas opiniones patrióticas , tu vo
por llHIY sospechosas las ideas de Sieyes, y ha-
hiendo hablado en particular con Golrier y con
Moulins, se unió enteramente con ellos. Pero es-
tas eran unas cuestiones que solo se podian tocar
mas adelante, y ahora lo mas urgente era aclmi-
nistrar y defender la república amenazada, pues
la noticia de la batalla del Trebia que se habia
esparcido por todas partes, tenia á todo el mundo
en inquietud, Eran indispensable...; grandes Pl'O-
videncias de salud pública.


El principal cuidado de un gobierno es hacer
lo contrario que d anterior aunque no sea mas
(Iue por adular Ú las pasiones que dieron origen
á su triunfo. POI' tanto no podianmenos Cham-
pionnct, aquel héroe de Nápolcs tan ponderado,
Joubert y Heiuadotte , de salir de las garras de la
desgracia para oeu par los primeros empleos. 111-
mediatarnentc se puso en libertad á Championnet
y se le nombró general de UIl lluevo ejército que
se pensaba formar en los Grandes Alpes. Se en-
cargó á Bcrnadottc el ministerio de la guerra, y {l
Jouhert se le dió el mando del ejército de Italia,
porque su- triunfos en el 'I'n-ol , su juventtHl y ca-


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2t4 RKVOLUCION l<RANCE5A.
rácter heróico daban las mayores esperanzas, y los
reorganizadores en particular le deseaban los triun-
fos .Y la gloria necesarias para que apoyase sus
pl'oyedos. Era si 11 duda muy buena la eleccion de
Joubert , pero envolvia otra nueva injusticia con-
tra Mor eau , que tan generosamente acababa de
aceptal' el mando de un ejercito batido y le habia
salvado {\ fuerza de ltabilidad.Pero Moreau no
gustaba mucho á los patriotas fogosos que eran
los que~triunfahanen aquel momento. Diósele en
cambio el mando de un pretendido ej{~rcito del
Bhin ,que no existia todavia.


Hubo adenias otros diferentescambios en el mi-
nisterio, como por ejemplo el de Hamel que tan-
tos servicios habia hecho desde la instalacion del
directorio y administrado durante aquella dificil
transición del papel moneda al numerario. Ha-
bia participado Ramel de todo el ódio fIne tenian
al antiguo directorio, y le atacaron con tanta vio-
lencia que á pesar de toda la estimacion que de
él hacían los nuevos directores, se vieron precisa-
dos á admitir su dimision. Se le dió por sucesor tÍ
un hombre que era mH~_querido de los patriotas
V tan respetahle á los ojos de todos los partidos,
como Roberto Lindet, antiguo miembro de la co-
mision de salud pública, tan indecentemente ata-
cado durante la reacciono Estuvo resistiendo mu-
cho tiempo la admisión de la' bolsa ministerial




DIRECTORIO (1799). 2~5
porque la espcr icncia que habia hecho de la in-
justicia de ios partjdos debia intimidas-le para
volver á entrar en los negocios; pero cedió al fin
por celo de la república.


No menos desaprobada babia sido la diploma-
cia del directorio que la administración económica
acusándole de que habia vuelto á encender la
guerra de toda la Europa contra la república, y
á fe que no hahia razón para decirlo sobre todo
en boca de tales acusadores. Porque los verdade-
ros causantes de la enemistad con todas las po-
tencias eran los mismos patriotas, cuyas pasiones
habian encendido b guerra. Pero lo que princi-
palmente se echaba en cara al director-in era la
espedicion de Egi pIo , tan ponderada poco ántes ,
diciendo qne esta huhia ocasionado el rompimien-
to con la Puerta y la Husia : y el ministro Talley-
rand , ya muy poco agradable :t los patriotas, era
quien c,lITaha con la responsabilidad de aquella
o.\p\om{\l~·l",po\' \a ena\ \'ue tanto \0 qnc diel'on so-
hre él ,{PH~ no se pudo menos de lluHlarie lo luis-
mo que á HauH'1. Nombróse pOI' sucesor suyo á
Mr. Heillhal'd 2 , l-wlul'al de 'Vurtemhcl'g', que ha-
lO las apariencias de toda la scncillez alemana,
era UIlO de los hombres mas astutos y de ma~TOl'
talento ,~egtln PI dictamen del mismo Talleyrand.


/ ... ' .


Dícese t)ll<' esta cleccion no rue lilas quc IH'o\i-
sional y (lllC Mr. Ileiuhard no la aceptó sino' entre




246 nevm.rcrox FHÁ~CESA.
tanto que se volvia á llamar ú su antecesor. Tam-
bien se le quitó á Lambreclits el ministcrju de la
justicia á causa del estado de su salud y se le dió
{¡ Cambaceres, Pusieron en la policia á Bourgui-


. gnno 3 1 que era un antiguo magistrado, patriota
si ncero y hombre de bien, y para que no faltase
nada tambien se acordaron de Fouché aquel ex-
jacobino tan astuto é insinuante, á quien Ilarrás
interesó en las ganancias de las com pañius y dió
1a embajada de [Hilan; pero como le habian des-
tituido ú causa de su conducta en Italia, pasaba
también por viot.i ma <le! antiguo directorio y le
nom hraron pleni potí'llciario en el Hayél.


Tales fueron bs principales mudanzas que se
hicicr.:n en lo personal <Id gohierno yen los ejér-
citos; pero no bastaba mudar de homhres , sino
que era necesario darles los medios de desempc-
Jíar la carga que habja IH'cho snr-um hir Ú SIlS pre-
decesores. Los patriotas sicm pre incl inados ú las
medidas revolucionarias, sostcnian que era nece-
sario aplicar ú los grandes males remedios fuer-
tes, y propou ian las mismas providencias tlc1793.
Dcspues de haber reusado todo al anterior direc-
torio, queriau concedérselo todo al actual, y no
solo poner en sus manos medios cstruorrliuarios
sino obligarlos ú que hiciesen uso de ellos. La co-
misión de los once, compuesta de las tres que án-
tes habia de gastos, fondos y guerra, estaba en-




nlllECTOHIO (17~)9). 247
c3rp;ada de proponer las medidas urgentes para
salvar la rcpúhlica durante la crisis de prerial , y
después d{~ coufcreuciur con los miembros del di-
rectorio, convinieron en algunas que se resentian
de las disposiciones del momento. En lugal' de
los 200 mil hombres que se habian de sacar de
las cinco clases de conscri ptos , pudo el directorio
llamar las clases enteras, y en lugar de las contri-
buciones antes propuestas y reusadas con tanta in-
tlig-nacioll por las dos oposiciones, se discurrió un
préstamo lorzoso. Segun la antigua constumbre·
de los patriotas se rnuuló ([ue fuese progresivo, es


. decir, (lile en 11l:~' u' d~ lncpi' que cada uno cont.ri-
buyese seg'un el valor de lo;, impuestos directos,
lo cual poclia constar inmediatamente por los pa-
drones de la contrihucion territoria] y personal,
se oblig'¡) Ú ([Ile cada lino contribuyese segun su
caudul. Por ('olJsif~:t1iente era preciso rccut-rj r al
juicio arbitrario de los tasadores, ó lo flue es lo
mismo pegar contra los ricos pOI' medio de una
comisiono Se opu~o el partido medio á aquel pro-
yecto diciendo que era renovar el terror , y que
la di Iicultnd dcl rcpm-timieuto haria que fuese nu-
la é ineficaz la pl'ovidencia, como lo fueron
los anteriores préstamos forzosos. Pero responrlie-
ron los patriotas que no debian cargae con los gas-
tos de la guerra todas las clases, sino solamente
los ricos, pues es cosa sabida que cuando reinan




HE\'OI.UCION FHANCESA.


las mismas pasiones SP, usa siempre del mismo len-o
guage. Ilccrctose pues el préstamo (Ol'ZOSO y pro-
gresivo hasta la cantidad de 100 millones de f,'an-
eos, reembolsable en bienes nacionales.


Ademas de aquellas provi dencias de leva y de
hacienda, hubo de tomarse otra de policia con-
tra el renacimiento de la chuaneriu en el Me-
diodía y departamentos del Oeste, qlle habían si-
do teatros de la antigua gllelT:t civil. Se habian
princi piado ú cometer nuevos saqueos y (]sesina-
tos contra los com pradores de bienes nacionales,
contra los que pasaban por patriotas y contra los
cm pleados públicos, y Ú cada paso se detenían y
robaban las dilig·encias. Entre los autores de estos


< •


desórdenes había muchos antiguos Vendenses ó
Chuanes, muchos miembros de las famosas com-
pañías del Sol y tambicn muchos co nscri ptos de-
sertores : .v aunque aquellos tunantes tuviesen por
principal ohjeto el robo, siempre se echaba de
ver en la eleccion de sus víctimas, fine hahia cier-
to matiz político. Nornhróse una comision para
que propusiese alp:un medio de represion , y ella
discnrrió Hila ley que ha sido despucs muy cde-
hre COIl el título de lev de los rehenes. Se atri-
huían ú los parientes de los ernigrados y ú los an-
tigllOS nobles la mayor pal'tp, de aquellos saqueos
y en consccucncia se les quiso obligar ú que die-


1 1 •sen re lenes, (1(' suerte que siempre fine UIl pue-




DJnECTOB.1O (1799).
hlo fuese declarado en estado notorio de desórden
se consideraba como en rehenes ó como civil y per-
sonalmente responsables de los daños cometidos Ú
los parientes ó al1e;altos de los emigrados, á los
antiguos nobles y á los padres y abuelos de los in-
dividuos conocidos por pel'tenecer á las partidas.
Las administraciones centrales debian designar
los individuos escogidos para rehenes y encel'rar-
los en las casas destinadas al efecto, donde po-
dian vivir á su costa sobre el pie que gustasen,
pero encerrados mientras que durasen los desór-
denes. Cuando estos lIegahan al grado de asesina-
to se deportaría ú cuatro rehenes por cada homi-
cidio y ya se deja discurrir lo que se diria en pl'Ó
y en contra de semejante ley. Segun el dictamen
de sus partidarios, este era el único medio de cas-
tigar á los autores de los desórdenes sin faltar fa la
dulzura y á la humanidad. Segun sus nclversarios ,
era una ley de sospechosos, una prov idencia re-
volucionaria, que no pudiendo alcanzar ú los ver-
daderos culpables, castigaha en masa y cometía
todas las injusticias propias de aquella clase de
leyes. En una palabra se cIlio en pl'Ó y en contra
lo mismo que ya hemos visto mi) veces repetido
en esta historia acerca de las leves revol nciona-
rias. Pero hahía una ohjeccion mucho mas fuerte
que todas las demas contra aquella rnedida , )' era
que procediendo el desór dcn de aquellos mal va....




REVOLUCION FnA~CESA.


dos de una verdadera disolucion social, cl unten
remedio consistia en uua reoraanizacion vigOl'osa
del estado y no cn medidas ya desacreditadas ({UC
no pndian restituir ninguna especie de cnergia á
los resortes del gobierno.


Adoptóse la lcy dcspues de una discusiou bas-
tante vi va 1 en ql1e Jos parÚdo5 que }}t'lhún estado
un momento de acuerdo para echar abajo al anti-
guo directorio se separaron con escándalo; y aiia-
diendo ú las importantes medidas cuyo objeto era
armar al gobierno COIl facultades revolucionarias,
otra que bajo cierto aspecto limitaba su poder.
Estas disposiciones accesorias eran una cousecuen-
cia de las reconvenciones hechas al antiguo direc-
torio. Para prevenir en adclan te las escisiones se
decidió que fuese nulo el voto de toda fraccion
electoral, y que cualquier agente del gobierno
(lue se entrometiese á influir en las elecciones se-
ria castig'ado como si hubiese alentado..ú la sobe-
rania del pueblo; que el directorio no pudiese ja-
mas introducir tropas dentro del rádio constitu-
cional si n una autoriz.acion espresa; que ning'llll
mi litar pudiese ser privado de su grado sin deci-
sion de un consejo de guerra; que no pudiese el
direclorio delegar en 11ingun subalterno la facul-
tad que se le había concedido de lanzar manda-
mientos de p rision : que ningun empleado del
gobierno ni funcionario alguno público pudiese




DmECTüRIÜ (1799) ~.-, 1
en adelante SCl' ascntista ni tampoco interesarse en
contratas dc suministros y qu-e no pudiera man-
darse cerrar ningun club sin que precediera una
decisión de la udministracion municipal y central.
No fue posible entenderse para dictar una ley so-
bre la imprenta, pero con todo eso quedó aboli-
do aquel artículo de la ley de 19 de fructiclor en
que se concedía al direeLorio la facultad de supri-
mir los diarios y así continuó libre la imprenta
entre tanto que se presentaba un nuevo proyecto
sobre ella.


Estas fueron las providencias (Iue se tomaron
de resultas del :JO dc preriu] , así para reprimir
los antiguos abusos como para dar al gobierno la
energia que le [titaba. Siempre que en los momen-
tos de crisis se dictan disposiciones procedentes de
un cambio de sistema, rara vez llegan ú tiempo
de salvar al estado porque Lodo suele clccidirse
antes que ellas se pongan en ejecncion. Lo único
(PlC ofrecen es recursos para lo futuro ,y así el
empréstito de los cien millones)' las nuevas levas
lJO se podian llevar ú efecto sino después de algu-
110S meses; pero el resultudo inmediato de una
crisis e~, dar una sacudida ú todos los resortes rcs-
lituY(~lld()I(~scieda encrgia. Hernadotte se dió rnu-
clia prisa ú cscribit: circulares lnu)' urgentes y de
este modo consiguio acelerar la organizacion ~quc
ya estaba piincipiadu de los batallones de cons-




252 REVOLUCION FRANCESA.
criptos. Igualmente Roberto Lindet á quien por
el momento no ofrecia recursos efectivos el prés-
tamo de los cien millones, reunió á los principa-
les banqueros y comerciantes de la capital y les
instó á que ayudasen con su crédito al estado, en
lo cual consintieron y pl'estaron su firma al minis-
tctio de hacienda. Se constituyeron en una espe-
cie de sindicado, y mientras que se verificaba la
entrada de los impuestos firmaron letras que ha-
hian de reembolsarse con los primeros fondos;
que fue como un banco temporal establedido pa-
ra la necesidad del momento.


Quisieron hacerse nuevos planes de campaña,
para lo cual se le pidió uno á Hernadotte , quien
se apresuró á presentarle, y era á fé muy singular
pero que por fortuna no se puso en egecucion. No
era posible (Iue dejasen de ocur-rir infinitas com-
binaciones en un teatro tan estenso de g'uelTa co-
1110 en el que se estaba operando, y con solo ten-
der la vista por él ,podia cualquiera propnllcl' su
proyecto diferente y dar ocasion á continuas varia-
ciones; pero tan útil como es la diversidad de pa-
receres en la discu- ion, así es pel'j udicial y 1I0ci va
en la egecucion. Se pensó á lo.s principios que con-
venia operaL' á un tiempo en el Danubio y en la
Suiza, pero después de la batalla de Stokach se
determinó suprimir el ejército del Dauuhio y que
solo se hiciesen operaciones en Suiza; mas !3erna-




DIRECTORIO (1799). 253
dotte no fue entonces de este parecer diciendo que
la causa de las ventajas de los aliados no consistia en
otra cosa que en la facilidad con que podiau comu-
nicarse atravesando los Alpes desde Alemania á la
Italia. En consecuencia propouia pal'a impedirles
los medios de comunicacion , apoderarse del S. Go-
tardo y de los Grisones con el ala derecha del ejér-
cito de Suiza y que se formase otro nuevo ejército
del Danubio que atragese la guerra ,á la Alemania.
Para la formación de este nuevo ejército proponia
organizaL' prontamente el del Rhin y reforzarle
con 20 mil hombres que se le quitarian á lUasse-
na, lo cual equivu liu ú comprometer á este cuan-
do tenia á su frente todas las fuerzas del archidu-
que y podía ser aniquilado durante aquella va-
riat.ion. Es verdad que hubiera sido n1uy bueno
traer la guerra al Danubio, pero bastaba para ello
dar it lUassclla los medios de volver Ú tomar la
ofensiva , haciendo que su !mislllO ejército fuese el
del Danubio. Entonces era necesario reunirlo to-
do en sus manos lcjos de debilitarle. Tambien en-
traba en el plan de Bernadotte formar un ejército
en los Grandes A Ipes para cubrir la frontera con-
tra los Austro-Husos por ei lado del Piamonte ; y
que Joubert reuniendo los restos de todos los ejér-
citos de Italia, ú que se aüadirian las tropas dis-
ponibles del interior, desembocase del Apeniuo y
atacase ú Souwarow ú viva fuerza.




254. REYOLUClON FRANCESA.
Fue aprobado este plan pOI' MouJins'y remitido


á todos los generales, de cuyas resultas fastidiado
lUassena de Lodos aquellos proyectos estl'avagall-
tes, envió su dimision que no se aceptó ni tampo-
co se puso el plan en ejecución. Conservó l\1assena
el mando de todas las tropas desde Basilea hasta
el San Gotardo, y se persistió en el proyecto de
reunir un ejército en el Rhin para cubrir aquella
línea. Formose un cuadro de ejército en los Al-
pes bajo las órdenes de Championnet, cuyo cua-
dro ascendia á unos 15 mil hombres, y se le en-
viaron á Jouliert todos los refuerzos disponibles
para que desembocase por el Apenino. Estos prin-
ei piaron á llegar en el mes de julio compuestos
de algunos batallones veteranos que estaban en lo
interior, y eran reemplazados en las guarniciones
por los conscri ptos nuevamente organizados. tnu.
mamentc, como faltaban cuadros pal'a tanta mul-
titud de conscriptos , se pensó en aumentar el nú-
mero de los batallones en las Inedias brig'adas ó


L-


regimientos con lo que podian incorporarse las
nuevas levas en los antiguos cnerpos.


Se sabia que estaba llegando ú Alemania un re-
fuerzo de 30 mil Rusos á las órdenes de Km-sakoff [1
y se le daba mucha prisa á J\1assena para que sa-
liese de sus posiciones y atacase las del archidu-
que y le batiese antes de su reunion con los Hu-
sos. Tenia en esto mucha razon el f?:ohicrno. pc)!'




DIRECTORIO (1799). 255
(Iue era urgente hacer una tentativa ántes que se
juntase una masa tan considerable de fuerzas; pe-
ro con todo reusaba Massena tomar la ofensiva, Ó
bien porque le faltase su acostumbrada audacia ó
porque aguardase á que se principiaran las ope-
raciones ofensivas en Italia. Todos los militares
han desaprobado su inaccion , aunque posterior-
mente fuese feliz por las faltas del enemigo y re-
parada con inmensos servicios. Sin embargo , por
obedecer á las instancias del gobierno y ejecutar
una parte del plan de Bernadotte, que consistía
en impedir á los Austros-Husos comunicarse de
Alemania con Italia, manrló l\Iassena á Lecour-
he que prolongase su derecha hasta el San Go-
tardo, se apoderase de aquella importante posi-
cion y reconquistase los Grisones. Por Inedia de
esta operacinu volvian ú entra!' los Grandes Alpes
Laja el dominio de los Franceses y los cjércitos
enemigos <{ue operaban en Alemauia se hallaban
sin cornunicaciou con 10-; q lIC estaban en Ital ia.
Ejecutó Lecourbe aquella empresa con la intrepi-
dez fIue le disting-uia en todas las guerras de mon-
taña, y se hizo al iustantc dueño de San Gotardo.


Entre tanto se preparaban nuevos sucesos en
Italia, donde Souwarow precisado por la corte
de Viena ú terminar cl sitio de todas las plazas an-
tes de llevar adelante sus ventajas, no se hahia
aprovechado de la victoria de Trnhia. Bien hubie-




HErOLvt:ION FHANt:ESA.


l'a. podilto sin ap,-\rtl\l'~e ltC sus instrucciones rCSCl'-
val' una masa suficiente par'a dispersar entera-
mente lo poco (Iue q ue.laba de nuestro ejército;
pero carecia del talen lo necesario para comhinur
militarmente, y así estuvo perdiendo el tiempo en
hacer los sitios de Pcscara , Pizzig-hitone y ciuda-
dela de Milan (lue en efecto se rindieron, así co-
IBO la ciudadela de Turin ; pero se rcsistiun toda-
via las dos célebres plazas de Mantua y Alejandria
que llevaban trazas de no rendirse en mucho ticin-
po: I{ray sitiaba ú la primera y Bcllegurde ú la se-
gunda. POl' desgracia todas nuestras plazas se ha-
bían confiado ú unos comandantes sin energía ni


t.


instr-ucciou ,y estaba 111UY mal servida la arti l letia
porque no [rabian metido en el las mas que cuer-
pos desordenados , á quienes desanimaba mucho
tambien la distancia ú (IHe se encontraban nuestros
ej(~rcitos activos rcplcg-_:llos sobre el Apcuiuo. No
mereciu Mantua, que era la principal de aquellas
plazas la importancia y rcputucion que la ha-
hian dado las campañas de Bona parte , porque no
era su propia fuerza sino la comhiuacion de los
sucesos quien habia prolongado su defensa. Eu
efecto l~o::anal'tc con solos diez mil hombres ba-


1


bia reducido á su guarnicion de catorce mil ú mo-
rirse de hambre y de calenturas. Quien actual-
menle la mandaba era el gcneral Lato ur-Foissac :;,
fIue era un Oficial de illg;enicl'o~ inuv instruido i




JHHECtORlO (1799). 257
pCI'O no con la energia necesaria para aquel géne-
nero de defensa. Desanimado con la irregularidad
tle la plaza y el mal estado de las fortificaciones,
no creyó que podia suplir el valor y viéndose con
una guarnicion insuficiente, manifestó disposicio-
nes de rendirse apenas se dieron los pr-imeros
asaltos. En Alejandria mandaba Gardanne , que
era hombre resuelto pel~o poco instruido , y aun-
que resistió vigorosalnente el primer asalto no su..
po aprovecharse de los recursos que todavía pre-
sentaba la plaza.


Estando entonces á mediados de julio se habia
pasado ya filas de un mes desde la revolucion
del 30 de prerial y nombramiento de Joubert ,
mientras que Moreau se hallaba impaciente de
tomar la ofensiva porque conocia la importancia
de hacerlo antes que se rindiesen las plazas, de-
sembocando con el ejército reorganizado y reforzn-
do sobre los Austro-Rusos que se hallaban disper-
sos. Por desgrncia se encontraba sujeto con las ór-
denes del gobierno que le mandaban esperar á
Joubert. Así en aquella desdichada campaña lo-
do habia sido una serie de órdenes illlenlpesti-
vas que ocasionaron mil reveses, como que sienr-
pre es funesta la mudanza de ideas y de planes
en las cosas de ejecucion y sobre todo en la guer-
ra. Si Moreau hubiese tenido el mando desde el
pl'inci pio como debiera, ó por lo menos después


lUI, 1'"I




258 REVOLUCION FRANCESA.
de la derrota de Cassano, y tenídole esclusiva-
mente, todo se hubiera salvado; pero asociándole
unas veces á Macdonald y otras á Jouhert , se le
impidió por segunda y tercera vez reparar nues-
tras desgracias y labar el honorde nuestras armas.


Joubert áquien habian querido atraer por medio
de un matrimonio y á fuerza de caricias hácia un
partido que proyectaba la desorganizacion, per-
dió un mes entero, que fue el de messidor (junio
y julio) en celebrar sus bodas, perdiendo una oca-
sion decisiva. Y sin conseguir atraerle realmente
al partido que le habia escogido para apoyo, pues
él permaneció siempre patriota , se le hizo per-
der inútilmente un tiempo precioso. Al f n mar-
chó diciendo á su esposa: me volverás á ver muerto ó
victorioso. En efecto iba con la heroica resolucion
de vencer ó morir, y cuando se presentó en el
ejército, que fue en los primeros dias de agosto,
tuvo la mayor deferencia al maestro consumado á
quien iba á suceder, suplicándole que se queda-
se á .su lado para darle consejos, y Morcau , no
menos generoso que él, condescendió en asistirle
en la primera batalla y darle su parecer. Noble y
digna confrateruidad que honra las virtudes de
nuestros generales republicanos y pertenece á un
tiempo en que el zelo patriótico era mas poderoso
que la ambicion en el corazón de nuestros guer-
reros.




DIRECTORIO (179H). 259
El ejército francés compuesto de los restos del


de la Alta Italia, el de Nápoles y los refuerzos lle..
gados del interior, ascendia á unos 40 mil horn-
bres , perfectamente organizados y deseosos de
medirse de nuevo con el enemigo. Era incompa-
rable el patriotismo de aquellos soldados que á
pesar de hallarse batidos no se desanimaban nun-
ca y siempre pedian volver á la cdrga. Ningun ejér-
cito republicano fue mas henemóeito de la Fran-
cia, porque ninguno respondió mejor al injusto
cargo que suele hacerse á los Franceses de que no
saben sostener un reveso Verdad es que una par-
te de su firmeza era debida al valiente ym.odes-
to general en quien habia puesto toda su con-
fianza y que siempre se le quitaban en el mo-
mento en que iba á recuperar la victoria.


Aquellos 40 mil hombres eran independientes
de 105 15 mil que habian de servir bajo las órde-
nes de Championnet para formal' el núcleo del
ejército de los Grandes Al pes. Habian 'deserubo-
cado por el Bormida sobre Acqui y por la Bocheta
sobre Gavi, viniendo á ponerse en línea delante
de Novi. Si hubiesen desembocado á tiempo aque-
llos 40 mil hombres antes que se hubieran reu-
nido los cuerpos que estaban sitiando las plazas
habrian conseguido ventajas decisivas. Pero aca-
haba de rendirse Alejandria el 22 de julio y ya


orria la voz de que Mantua halria hecho lornis-




260 REVOLUCTON FRANCESA.
mo , lo cual no tardó en confirmarse sabiéndose
flue se habiafirmado la capitulacion el 30 del
mismo mes. Acababa Kray de reunirse :l Souwa-
row con ~!O mil hombres , de suerte que la masa
activa de los Austro-Rusos ascendia en aquel mo-
mento it sesenta y tantos mil combatientes. Era
pues imposible que Joubert luchase con igualdad
contra un enemigo tan superior, y así reunió un
consejo de guerra en el cual la mayoria de los vo-
tos fué de volver á entrar ~en el Apenino y limi-
tarse á la defensiva aguardando nuevas fuerzas.


Iba Joubert á conformarse con aquella resoln-
cion cuando le previno Souwarow obligándole
á ace ptar la batalla. Estaba el ejército frances for-
mado en semicírculo en las pendientes de Monte
Rotondo, dominando toda la llanura de Novi. La
izquierda compuesta de las divisiones de Grouchy
y Lemoine se estendia circularmente delante de
Pasturana, teniendo á la espalda el barranco de
Riasco, el cual hacia que fuesen accesibles sus
retaguardias al enemigo que se aventurase á en-
traren él. La reserva de caballeria mandada por
Richepanse estaba de tras de aquella ala, y en el
centro cubría las alturas la division de Labois...
siere 6á derecha é izquierda de la ciudad de No....
vi. En el ala derecha defendia la división de Wa....
trjn los accesos del Monte Rotondo pOI' el Jado del
camino de Tortona, y Domhrowsky con una divi-




IHRECTORIO (t799). 261
810n bloqueaba [\ Seravalle, El general Perignon
mandaba nuestra ala izquierda y Saint Cyr nues-
tro centro y derecha, siendo bastante fuerte la po'-
sicion , bien ocupada en todos los puntos y dificil
de tomar. Sin embargo, '..o mil hombres contra
mas de 60 mil era una desventaja inmensa, y así
Souwarow resolvió atacar la posicion con su acos-
tumbrada violencia. Dirigió á Rray hácia nuestra
izquierda con las divisiones de Ott y de Bellegar-
de , mientras que el cuerpo ruso de Derfelden lIe-
"ando al frente la vanguarda de Bagration dehia
atacar nuestro centro hácia Novi. Melas, que que-
daLa un poco detras con el resto del ejército esta-
ba encargado de asaltar nuestra derecha. Pero por
una combinacion singular ó mas bien pOl~ falta
absoluta de combinacion debian ser sucesi vos los
ataques y no sirnultaneos.


El día J5 de ag03to 1799 principió Rray el ata-
que á las cinco de la rnañana , acometiendo Belle..
garde á la división de Grouchy en el estreno ,iz-
quierdo ,y Ott á la división de Lemoine. No es-
tando todavia formadas aquellas dos divisiones,
faltó muy poco para filie fuesen sorprendidas y
arrolladas, pero la tenaz resistencia de una de las
medias brigadas obligú ú Kray á echarse sobre la
20 ligel>a, ú quien aniquiló reuniendo contra ella
su principal esfuerzo. Ya sus tropas llegaban á la
meseta cuando Joubcrt echó ú correr á galope al




lugar del peligro, pues no era ya tiempo de pen-
SiÚ' en retirada sino de aventurarlo todo para arro-
jar al enemigo de la altura; y al avanzar en medio
de -los tiradores para animarlos recibió una ,hala
que le pegó junto al curazon y cayó tendido por
tierra. Estando casi moribundo, no cesaba de gl'i-
tal' : adelante, amigos mios, adelante. Esta desgracia
podia desordenar el ejército, pero por fortuna es-
taba allí Moreau , que habia ido acompañando á
Joubert húcia aquel punto, y al instante tomó el
mando que le conferia la confianza general, reu-
nió sus soldados, furiosos de resentimiento, y los
llevó contra los Austriacos. Los granaderos de la
media brigada :3~ les echaron de la colina á la ba-
yoneta; pero desgraciadamente no tenian todavia
los Franceses su artillm-ia en batería, mientras
que por el coutrnrio los Austriacos con la suya ha-
cian estraaos con una ~Tanizada de balas de ca-


e •


iion, Durante esta escena procuraba Belleg'ardc
llnnque.u- el estremo izquierdo por el barranco de
Hiasco ,(file ya dijimos ser accesible por nues-
tra espalda. Ya habiu conseguido introducirse
bastante adelante, cuando pf'lignon presentando
oportun<lll1ente la reserva mandada por el ge-
neral Clauzel 7 , le contuvo en su marcha, y aca-
lJÓ Pcrignoil de echarle basta la llanura, ha-
ciendo que c~u'gascn sobre él los gTanaderos de
Partoneux 8 y la .caballcl'ia de Ilichcpansc. Este




DJnECTOI~1O (1799). 26:3
rasgo de vig'OL' desembarazó á la ala izquierda.


Gracias á la singular combinacion de Souwarow
que se em peiió en que los ataques fuesen sucesi-
vos, no habia sido asaltado nuestro centro, y Saint
Cyr tuvo tiempo para tomar sus disposiciones y
aproximar á Novi la división de Watrin que for.....
maba su estrerno derecho. A instancias de Kray ,
que pedía que le apoyasen para dar un ataque por
el centro, se decidió por fin Bagl'ation á asaltarle
con su vanguardia. Pero la división de Laboisie-
re, que estaba ú la izquierda 'de Novi , dejando
aproximar á los Husos de Bagration hasta medio
tiro de fusil les acribilló de repente con un terri-
hle fuego de fusileria y metralla y llenó de cadá-
veres la llanura. BagTation sin desordenarse diri-
gió entonces algunos batallones para flanquear á
Novi por nuestra derecha, pero encontrándose con
la division de 'Yatl'in que se acercaba á la ciudad,
fueron rechazados ú la Iluuura.


Así sc habia pasado la mitad del dia sin que
fuese rota nuestra linca, cuando acababa de llegar
Souwarow con el cuerpo ruso de Derfelden, y al
instante ordenó un ataque general :contra toda ella.
l\ray dchia asaltar ele nuevo la izquierda, y Der-
íelden y Bagration el centro, mientras que lUelas
estaba prevenido de acelerar el paso para cargal'
sobre nuestra derecha. Estando todo así dispues-
to,se desplegó el encmigo por toda la linea, y Kray




261· REVOLUCION FIL\NCESA.


encarnizándose contra nuestra izq uierda , intentó
todavia hacerla asaltar dc frente pOI' Ou : pero la
reserva de Clauzel rechazó á las tropas de Belle-
garde y la división de Lemoine arrolló á Ott en la
pendiente de las colinas. Por el centro ordenó
Souwarow un ataque furioso á derecha é izquier-
da de Novi , y volvió á Irustrarse por la división de
Watrin otra tentativa de flanquear la ciudad, co-
mo habia sucedido pOI' la maliana, Por desgracia
nuestros soldados, dejándose llevar de su ardor,
se abandonaron demasiado en pcrsecuciou del
enernigo , y se aventuraron tanto en la llanura 'Iue
tuvieron que volver por fuerza á su posiciono A la
una se suspendió. el fuego pÜ'l' cansancio general,
pero no tardó en volver á principiar con nueva
violencia, y durante cuatro horas estuvieron los
Franceses inmóviles como unas murallas, resis-
tiendo con admirable serenidad toda la furi a de
los Husos. Todavia no habían sufrido pérdidas de
consideracion , al paso que los Austro-Rusos pOI'
el contrario habian sido maltratados horriblemen-
te, estando cubierta la llanura de sus muertos y
heridos. Desgraciadamente iba llegando de Hivalta
el resto del ejército austro-ruso hajo las órdenes
de Melas, y aquella nueva irrupción iba á caer
sobre nuestra derecha. Al notarlo Saint Cyr llamó
á la di visión de Watrin que se habia internado
demasiado en! la llanura, y la dirigió sobre una




DI HECTOIlIO (1799). 2();~j
meseta ú la derecha de Novi. Pero mientras que
realizaba este movimiento estaba ya envuelta por
todos lados por el numeroso cuerpo de lUcias, y
al verlo se desune y corre precipitadamente en
desórden hácia la meseta, Pudo sin embargo reu-
nírsela algo mas atras , y entretanto Souwarow re-
doblando sus esfuerzos en el centro hácia Novi
rechazó en II n :i los Franceses dentro de la ciudad
y se apoderó de las alturas que la dominan POl' de-
recha é izquierda. Desde aquel instante conside-
rando Morcan indispensable la retirada, dió ór-
den para ella antes que el enemigo cortase las co-
municaciones con Gavi. A la derecha se vió preci-
sada la división de Watrin á abrirse paso para co-
ger el camino de aquel pueblo que estaba ya C01'-
tado. La división de Laboissiere se retiró de Novi :
las de Lemoine y Grouchv se replegaron sobre
Pasturana sufi-ienrlo cargas furiosas de Krav ; pero
por desgracia se introdujo un batallon en d bal'-
ranco de Riasco (lue pasa detrás de Past.urana y
su fuego causó el rnayor desorden en nuestras co-
lumnas confundiéndose la artillei-in , la caballeria
y t.oda la división de Lernoine apretarla por el ene-
migo, se desvandó y precipitó en el barranco y
nuestros soldados fueron perseguidos y disipados
como el polvo sublevado por el viento. Perignon
y Gl'ouchy reunieron algunos valientes para hacer
frente al enemigo y sal val' la art illeria pero fue-




266 llEVOLUCIO~ FIU~C~SA
ron acuchillados y hechos prisioneros. Pcrignon
tenia siete sablazos cuando le cogieron y Grouchy
seis. El valiente Colli, aquel general piamontes
que se habia distinguido contra nosotros en las
primeras campañas y luego tomado servicio en
nuestro ejército, se formó en cuadro con algunos
batallones, resistió hasta que le rompieron y cayó
cubierto de heridas en manos de los Rusos.


Después de aquel primer momento de confusion
se reunió el ejército delante dc Gavi sin que pu-
dieran perscaujr]e los Austro-U usos por estar de-
masi ado cansados y se pudo poner en marcha sin
(1 ue le molestasen. La pérdida era igual ~por am-
Iros lados, es dcci r de diez mil hom lnes en cada
uno, pero los heridos y 111l1crlOS eran IBas nume-
rosos en el ('jérci to Austro-Huso, aunque los Fran-
C(~~CS í nv inrou muchos mas prisioneros. Habian
perdido ;ulcmas al general en gef(~? cuatro gene-
rales de <Ji \ ision , treinta y siete piezas de artille-
ria y cuatro handcras , á pesar de que nunca ha-
hian dp..5plcgado un valor mas sereno ni mas soste-
nido; pero eran inferiores al enemigo ú lo menos
en una tercera partc. 1.. 08 Husos habian mostrado
su fanático valor, pero no debieron la victor-ia mas
que al número y no á las com binaciones del gene-
ral flue dió allí pruebas de las mas crasa ignoran-
cia. En efecto habia espuesto sus columnas ú ser
arruinadas por la mctrulla una despues de otra y




BIIlECTORIO (1799). 267
no~habia apoyado el ataque contra nuestra izquier-
da que era la que dehia aniquilar. Aquella deplo-
rable batalla nos echaba definitivamente de Italia
y nos imposibilitaba de continuar la campaña,
siendo preciso encerrarnos en el Apenino y tenién-
donos POl' muy felices de conservarle. No se le po-
dia imputar á lU0reau la pérdida de la batalla,
sino á la desgraciada circunstancia de la reunion
de Kray con Souwarow , teniendo la culpa de todo
el retardo de Joubert *.


Mas no se crea que nuestras desgracias se limi-
taban á la batalla de Novi, porque tarnhien se es-
taba ejecutando la cspedicion contra la Holanda
anteriormente anunciada por los Inglescs y los
Rusos. Habia estipulado Pablo 1 un tratado con
Pitt por el cual se obligaba :l presentar 17 mil
Rusos (IU~ dcbian estar al sueldo de Inglaterra pa-
ra servil' eu Holanda. Después de vencidas mu-
chas dificultades por fin se preparó la espedicion
para fines de ag'osto, jllnlúndose 30 mil Inglesfs
con los t 7 mil Rusos y en caso de verificarse e t
desembarco sin obstúcu]o habia gran esperanza
de quitar la Holanda ú los Francescs. Para la In-
glaterra ofrecia esta empresa el mayor intcres pue s


... j Que beso seria el eal,ilogo de los desastres ocasiona-
dos por haberse cutrctcnido en bodas cuando el enemigo so-
lo era quien dehia Ila111 <1 l' la ateuciou ! Solo en nuestro tiempo
podriamos citar una multitud de ejemplares. (1''l. del T.)


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268 REVOLUClON FUANCESA.
aunque no consiguiera mas que destruir su escua-
dra y arsenales era sobrado para cubr-ir todos los
gastos de la espedicion, Dirigiose una' escuadra
considerable al Báltico pal'a buscar á los Rusos y
el primer destacamento dió á la vela bajo las ór-
denes de Abercombrie para intentar el desembar-
co ; y luego que estuviesen reunidas todas las tro-
pas de la espedicion debian quedar bajo las órde-
nes superiores del duque de York.


El punto mas favorable para abordar en Ho-
landa era la embocadura del Mosa, pues que á un
'mismo tiempo se amenazaba la linea de retirada
de los Franceses y se aproximaba al Haya que era
donde el Stathouder tenia mas partidarios. Pero
la comodidad de las costas hizo que se escogiese
con preferencia el Norte de Holanda, y en efecto
se dirigió Abercombrie hácia el Helder , donde
llegó á fines de agosto. Despues de vencer muchos
obstáculos desembarcó el 27 cerca del Helder en
las inmediaciones de Groot-Keeten , donde ya los
Franceses estaban prevenidos por los inmensos
preparativos que habia exigido la espedicion y por
la presencia de todas las escuadras inglesas en
aquellas costas. Brune mandaba á un tiern po los
dos ejércitos frances y bátavo sin tener entre los
dos mas que siete mil Franceses y diez mil Holan-
deses mandados por Daendels. Habia enviado la
division bátava ú las cercanias del Holder y situa-




DIRECTOIUO (1799}. 269
do la francesa en las inmediaciones de Harlern ;
de suerte que Abercombric se encontró al desem-
barcar con los Holandeses en Groot-Keeten, los
rechazó y consiguió asegurar el desembarco de sus
tropas. No les faltó á los Holandeses el valor en
aquella circunstancia, pero sí la habilidad para
dirigirlos al general Daendels, y así se vieron pre-
cisados á retirarse. Tomóles Brune consigo y dió
sus disposiciones para atacar prontamente á las
tropas que habian desembarcado áutes que se
atrincherasen sólidamente ni fuesen reforzadas por
las divisiones inglesas y rusas que debian venir á
.reunirse con ellas.


Manifestaron los Holandeses las mas favorables
.disposiciones., habiéndose ofrecido las guardias
nacionales á custodiar las plazas con lo cual pu-
do Brune movilizar nuevas tropas. Habia llamado
á sí la división de Dumonceau 9, que constaba de
seis mil hombres y resolvió atacar desde los pri-
meros dias del mes de setiembre el cam po donde
acababan de establecerse los Illgleses. No dejaba
de ser terrible aquel cam pamen to , porque era el
antiguo pántano llamado el Zip , desecado pOI' la
industria holandesa, que formaba un territorio
estenso cortado por azequias , herizado de diques
y cubierto de habitaciones. Le ocupaban 17 mil
Ingleses los cuales habian construido rnuv buenas
obras de defensa, )' Ilruue lo mas con que podia




270 REVOLUCION FRANCESA.
asaltarle era con 20 mil hombres, número muy
insuficiente atendida la naturaleza del terreno.
Acercóse al campo el dia 8 de setiembre, y des-
pues de un combate tenaz se vió precisado á tocar
retirada y replegarse sobre Amsterdam. Desde
aquel momento ya no podia impedir la reunion
de todas las fuerzas anglo-rusas y tenia que aguar-
dar á que se formase un ejército Irances para com-
batirlas. A quel establecimiento de los Ingleses en
el Xorte de Holanda ocasionó el suceso mas terni-
ble que era la desercion de la escuadra holande-
sa. Como no se habia cerrado el Texcl, pudo pe-
netrar en él el almirante ingles lUitchel1 10 con
todas sus velas, y estando ya ganados los marine-
ros holandeses por los emisarios del ;priuci pe de
Orange , se insurreccionaron y puvieron en pre-
cision á su almirante Story 11 de rendirse; y así
cayó en poder de los Ingleses toda la marina ho-
landesa que era para ellos la mas preciosa ventaja.


Aquellas noticias que una despues de otra fue-
ron llegando á Paris causaron la pesadumhre que
es de discurrir y aumentaron la .efcrvescencia de
los partidos y sobre todo la de los patriotas, que
clamaban con mas empeño que nunca para quc
se hiciese uso de los grandes Inedias revoluciona-
rios. Con haberse dejado en libertad á los diarios
V á los clubs se habian restablecido muchos de
.;


ellos, y los restos del part.iclo jacobino se rcunian




DIRECTORIO (1799). 271
en el antiguo Picadero donde estuvieron las pri-
meras asambleas. 1)01' mas que la ley prohibiese
á las sociedades populares tomar la forma de jun-
tas deliberantes, no por eso dejó aque lla del Pi-
cadero de nombrar su presidente y secretarios
aunque con diversas denominaciones. Allí ;con-
currinn el ~ex-nlinistro Bouchotte , Drouet , Felix
Lepelletier , Arena y otros muchos discípulos y
cómplices de Baboeuf Se invocaban los manes de
Goujon , de Soubranv y de las víctimas de Grene-
He. Se pedia en el estilo propio de 1793 el castigo
de todas las sanguijuelas del pueblo, el desarme
de los realistas, la leva en masa, el establecimiento
de fábricas de armas en las plazas públicas y la res-
ti tucion de los callones y picas á los guardias na-
cionales etc. Sobre todo pedian que se pusiese en
estado de acusucion :'t los antiguos directores á quie-
Be,", se au-ihui.m los últimos desastres, por ser unos
resultados de su adrninistracion, Cuando llegó la
noticia de la batalla de Novi y los sucesos de Ho-
landa ya no tuvo límites la violencia y se prodi-
garon injurias á todos los generales. :Moreau fue
tratado de pastelero; el mismo Joubert , á pesar de
su muerte heróica, cargó con la culpa de haberlo
perdido todo pOI' su lentitud en reunirse al ejél'-
cito; á su esposa, á MI'. de Sernonville , á Sainte-Foy
)' á Talleyrancl se les hicieron mil ultrages, Se acu-
só ~e trai cion al gobierno holaudes , diciendo que




272 P..EVOLUCION FUANCESA.
estaba compuesto de aristocratas , Stathouderia-
nos 'Y enemigos de la Francia y de la libertad. El
diario de los Ilombres libres (Jue eru úl'gano del pal'.
tido del Picadero repetia todas aquellas declama-
ciones y añadia al escándalo de los discursos el de
Ia irnpresion de ellos,


Ilna porcion de gen tes se llenaron de terror con
aquel deseufreno , temiendo que voivieran á repe-
tirse las escenas de 93, al paso que los que se lIa-
luabanmoderados Ó políticos, que á irnitaciou de
Sieyes tenian la laudable in tencion y la prelen-
sion muy aventurada de sal val' la Francia de los fu-
rores de los partidos constituyéndola nuevamente,
se indig"nuban del desenfreno de los nuevos jaco-
binos. Sobre todo Sieyes estaba muy acostumbra-
do á temerlos y se esplicaba contra ellos con toda
la vi veza propia de su genio; pero en la real idad
no podian menos de aparecer temibles pol'(lue
además de los gTitatlores y turbulentos que mani-
festaban su energia en los clubs, contaban con
otros partidarios lllas graves y poderosos y pOI'
consecuencia mas espuestos aun para el mismo
gobierno. Estaban en los consejos todos aquellos
patriotas qlW antes habian sido descchados rOL'
medio de las escisiones y volvieron á entrar por
fuerza en las elecciones de este aíio , los cuales
aunque en lenguaje mas moderado repctiun casi
lo mismo (1 uc se decia en el cluh del Picadero.




DIRECTORlü (1799). 273
Eran una especie de hombres que no querian cor-
rer el riesgo de una nueva constitucion y miraban
con desconfianza á los que intentaban hacerla te-
miendo que buscasen para apoyo alguno de los
generales. Ademas deseaban que para salvar á la
Francia de sus peligros se tomasen providencias
semejantes á las que habia tomado la comision de
salud pública. No eran de este dictámen los An-
cianos, como hombres mas comedidos y pruden-
tes, pero en los Quinientos habia mas de 200
miembros que le apoyaban y no eran solo las ca-
bezas calientes como Augereau, sino hombres PI'U-
dentes é ilustt'ados como Jourdan, Estos dos ge-
nerales daban gran ascendiente al partido patrio-
ta en aquel consejo; mas en el directorio no con-
taba mas que can los dos votos de Gohier y Mou-
Iins. Barras estaba indeciso, desconfiando de Sie-
y,~s que no le mostraba mucha estimación y le te-
nia pOI' corrompido.aunque por otra parte recela-
ha de los patriotas y de sus estravagancias, pOI' lo
que no se atrevia á pronunciarse. En el ministerio
acababan los patriotas de conseguir un apoyo con
Bernadotte , el cual era mucho menos decidido
que la mayor parte de los generales de Italia y ya
se acordará el lector que cuando su división llegó
al Tagliamento , estuvo en disputas con la de Au-
gereau acerca de la palabra J.Wonsieur que habia sus-
tituido á la de ciudadano. Pero Bel'nadotte tenia


XI J.


-- ~~,~:.
',.


,"'\


;..


)'/




274 RFVOLUCION FRANCESA.
cierta ambicion inquieta, y habia visto con dis-
gusto la confianza que hizo de Joubert el partido
reorganizador, creyendo que despues de la muer-
te de este se pensaria en l\Ioreau, lo cual bastaba
para alejarle de aquellos proyectos y unirle ente...
ramente con los patriotas. En las mismas disposi-
ciones se hallaba el general l\1arbot, que manda-
ha la plaza de Paris , y era un republicano vio-
lento.


Así no era estraño que causasen algun espanto
200 diputados decididos en el consejo de los Qui-
nientos, á cuya frente se hallaban dos generales
célebres, el ministro de la guerra, dos directo-
res, el comandante de la plaza de Paris , muchos
periódicos y clubs y una lmultitud de hombres
comprometidos y propios para un golpe de mano;
y aunque ya no fuese posible que renaciera el par-
tido de la l\1ontaña, era bien disculpable el temor
que todavia inspiraba á los hombres que no po-
dian borrar de su memoria los recuerdos de 1793.


No inspiraba mucha confianza Bourguignon en
el ejercicio de las funciones de policia , porque
aunque era muy buen hombre tenia poquísimos
alcances. Barrás propuso á Sieyes aquella criatura
suya á quien acababa de enviar á Holanda, esto es
al flexible y artificioso Fouché. Como antiguo
miembro de los jacobinos y por consiguiente per-
fectamente enterado de su espíritu y de todos sus




DIRECTORIO (1799). 275
secretos, aunque apartado de su causa y sin tener
otra mira que la de salvar su caudad en medio del
naufragio de los partidos, no habia otro mas ú pro-
pósito que él para espionar á sus antiguos amigos
y defender al directocio de sus proyectos. Aceptá-
ronle Sieyes y Ducos y se le confirio el ministerio
de policia, cuya adquisición era preciosa en a~ue­
Has circunstancias. El fue quien confirmó á Barrás
en la idea de adherirse al partido! reGrganizador
mas bien que al patriota porque este últ.imo no
tenia porvenir alguno y podia llevarlos sabe Dios
hasta donde.


Apenas se Lomó aquella resolucion principió la
guerra contra los patriotas, y Sieyes que len ia
gran influjo entre Jos Ancianos por estár COlnpues-
to aquel consejo de moderados y políticos, supo enl-
plearle para hacer quc se cerrase la nueva sociedad
de los jacohinos. Estaba la sala del Picadero ape-
gada á Tullcl'Ías y comprendida en la parle del
palacio que ocupaban los Ancianos, por lo cual
podian estos mandar cerrar aquella sala. En efec-
to así lo detcrmi IlÓ la comisión de inspectores pro-
hibiendo que hubiese en ella ninguna reunion , y
bastó poner un centinela en la puerta para im-
pedir (PIC nadic entrase , lo cual prueba que aun...
(lue las 'clecl.unucioues fuesen las mismas, no lo
era ya la fuerza de aquella reunión. Se fundó aquel
acuerdo para el consejo de los Ancianos en un in-




27G REVOtUflON FRANCES..\.
forme del di puta.lo Cornet 12 ; Y Courtois , que era
el mismo ({ue habia dado el del 9 de thermidor ,
se aprovechó de él pal'a hacer otra nueva denun-
cia contra las intrigas de los jacobinos. Fue segui-
da aquella de una deljberacion relativa á ordenar
otro informe sobre el mismo asunto.


Privados los patriotas de la sala del Picadero,
se retiraron á un vasto edificio de la calle de Bac
donde volvieron á principiar sus habituales decla-
maciones ; mas como sn organizacion continuaba
siendo la misma , tenia derecho el poder ejecutivo
por la constitución para disolver tal sociedad. Ins-
tigados pOl~ Fouché ,se decidieron Sieyes , Rogerio
Ducos y Barrás ~ cerrarla definitivamente; pel'o
no eran del mismo parecer Gohier y Moulins , di-
ciendo que en el actual peligro mas bien se debia
reanimar el cspiritu público 1que amortiguarle;
tIue era verdad que en la sociedad de los ¡nuevos
jacoLinos habia malas cabezas, pero no facciosos
temibles supuesto que habian cedido con sola la
presencia de un centinela cuando se cerró la sala
del Picadero. Pero no se escuchó su dictamen y se
tomó la decision , difiriendo la ejci ucion de ella
para despues del aniversario del 10 de agosto f{Ue
habia de celebrarse el 23 del thermidor. Era Sie-
yes presidente del directorio y COlDO tal tenia que
hacer un discurso en aquella solemnidad, lo cual
verificó procurando señalu r el peligro que podian




I))HECTOUIO (J 799). 277-
ocasional' á la repúhlica los nuevos anarquistas,
denunciándoles como unos conspiradores temi-
hles que sallaban en una nueva dictadura revo-
lucionaria. Llevaron lllUY Ú mal aquel discurso los
patriotas que se hallahan presentes y empezaron
ú dar gritos, tanto q uc en medio de las salvas de
artilleria creyeron Sieyes y Ilarrris haber oido sil-
vidas de algunas balas al rededor suyo.. Sl~ ¡vol-
vieron ú entrar en el directorio muy irritados, y
como tenian descontianza de las autoridades de
Pmis , resolvieron quitar el mando de la plaza al
generallUal'bot que pasaba pOI' muy patriota y por
hombre que estaba en los proyectos de los jaco-
hinos. Propuso Fouche para suceder-le Ú Lefebvre,


-que era un general valiente, sin otras relaciones
{lue las de la disciplina militar y enteramente age-
no de las i 11 tl'ig'as de los pa rt.idos. En consecuen-
cir se destituyó ú Marbot y al dia ~iguiente salió
el decreto mandando cerrur la sociedad de la ca-
lle de Rae.


Tam poco opusieron los patr-iotas la menor re-
sistencia ú esta rcsol ucion , sino (Iue se retiraron
y quedaron disueltos deliuit.ivameute : pero toda-
via les quedaban los diarios (~ hicieron de ellos un
uso muy temible. El de los hombres libres no cesaba
de declamar con cstremadu violencia contra to-
dos los miembros del directorio que pasaban pOI'
haber aprobado la determinacion y parlicular-




278 IlEVOU;CION FHANCE8A.
mente contra Sieyes.-Ese clérigo pérfido, decían
los diarios patriotas, ha vendido la república á la
Prusia y está convenido con esta potencia en res-
tablecer la monarquía en Francia y dar la corona
á Brunswick. -No tenian otro fundamento aque-
llas acusaciones mas (IUC la opiuion bien sabida
(le Sieyes acerca de la constitución y su perilla-
nencia en Prusia, porque en efecto, repetia dia-
riamente que los intrigantes y parlanchines irn-
posibihtaban todo gobierno, y que era indispen-
sable concentrar la autoridad; que la libertad era
·muy compatible hasta con la monarquiu , corno
se verificaba en Inglaterra; pero ffue era del todo
incompatible con aquella prcdominaucia sucesiva
de todos los partidos. Tambien se le atribuia ha-
ber dicho que el norte de Europa estaba lleno de
príncipes prudentes y moderados que podrian <':011
el auxilio de una buena constitucion hacer fa Ic~i­
cidad de la Frauciav Estos propósitos verdaderos
ó [lisos bastaban para que se le atribuvesen in-
trigas que solo existían en la imaginacion de sus
enemigos. No menos mal se hablaha de Barrás que
de Sieyes, habiendo pasado ya el tiempo de las
consideraciones que tenían con él los patriotas;
por haberse confiado en su apoyo. Ahora ya le tIe-
clarahan traidor y deciun que era HIl hombre
podrido que no servia para nada, ni mas ni menos
que su consejero Fouchó , tan apóstata corno él.




DIRECTORIO (t799) 279
Lo que es Rogerio Ducós pasaba por un imbécil
(Iue seguia ciegamente el dictámen de los otros
dos traidores.


Era ilimitada la libertad de la imprenta ha-
biéndose desechado la ley propuesta por BcrIier ,
y no quedaba mas que un medio de atacar á los
escritores, que era el de hacer revi vil' otra ley de
la convencion contra todos aquellos que con ac-
cienes ó escritos promoviesen el trastorno de la
república. Era necesario que se demostrara tal
intencion, en cuyo caso imponia la ley la pena de
muerte, por lo que era imposible hacer uso de
ella. Pidióse otra nueva ley al cuerpo legislati vo
y se decidió que inmediatamente se trataria de
ella, pero entre tanto continuaba el desenfreno
con la misma violencia y los tres directores de la
mavoria declaraban que les era imposible gober~
nar de aquella manera. Discurrieron aplicar en
estos casos el artículo 1!__ 4 de la constitucion que
concedía al directorio la facultad de lanzar lllan-
damientos de prisión contra los autores. y cómpli-
ces de las tramas hurdidas contra la república, y
á fé que bien se necesitaba traer aquel artículo
por los cabellos para aplicarle á los diaristas, Mas
sin embargo , como era un medio de contener la
inundacion de sus escritos el cogerles las prensas
y ponerles á ellos en la cárcel, principió la ma-
yoria , á propuesta de Fouché, á espedir manda-




REVotUCIO~ FH.,ANCESA.


mientos de prision contra los autores de once pe-
riódicos y ordenó que se embargasen sus prensas.
El dia 3 de setiembre se dió parte de ello al cuer-
po legislativo y ocasionó gran alboroto de parte
de los patriotas, gritando que era una violencia y
un acto de dictadura.


Tal era la. situacion de las cosas y la lucha (lue
se seguia en el directorio, en los consejos y en to-
das partes entre los moderados ó políticos y los pa-
triotas. Los primeros tenian la mayoria tanto en
el directorio como en los consejos, pero los segun-
dos eran mas fogosos y metian bastante ruido ¡pa-
ra asustar á sus adversarios, Por fortuna sus me-
dios estaban ya tan aastados como los luismos


• L


partidos y de una y otra parte podia causarse mas
rniedo que daño. Dos veces' habia cerrado ya el; di-
rectorio la nueva sociedad de los jacobinos y su-
pri mido sus diarios, y por mJS que rgritaban y
amenazaban los patriotas no tenian bastante osa-
dia ni partidarios para acometer al gobierno. En
aquella si~uacion que duraba desde el 30 ~de pt'e-
rial es decir cerca de tres meses se tuvo la idea


" ,
tan comun en las inmediaciones de los sucesos de-
cisivos, de acudir á una reconciliacion y propu-
sieron muchos diputados de diferentes lados te-
ner una entrevista con los miembros del directo-
rio para esplicarse y entenderse sobre sus cargos
recíprocos. - Todos somos amantes de la libertad,




nIHECTOlt1O (t 799). 28 f
decían, todos queremos salvarla de los peligros
á que la esponen los reveses de nuestros ejércitos;
procuremos pues entendernos acerca de los rue-
dios que han de tomarse para ello supuesto que
en ellos solos está la divergencia. - En efecto se
verificó la conferencia en casa de Barrás , pero no
hubo ni puede jamas haber reconciliacion entre
los partidos porque para ella sería necesario que
renunciasen á su objeto y esto no se consigue con
una conversación. Los diputados patriotas se que-
jaron de "que todos los dias se estaba hablando de
tramas y de que el mismo presidente del dil'ecto-
rio habia designado como peligrosa cierta clase de
hombres diciendo que meditaban la ruina de la
república. Pedian que se digera quienes eran aque-
llos hombres para" no confundirlos con los patrio-
tas; y Sieyes á quien se dirigia aquella illterpe-
lacion respondió recordando la conducta de las
sociedades populares y de los diarios y señalando
los peligros de una nueva anarquia. Vol viósele á
instar para que designase los verdaderos anar-
quistas á fin de reunirse contra ellos y combatir-
los. -¿ Cómo nos hemos de reunir contra ellos,
respondió Sieyes , cuando todos los dias suben á la
tribuna miembros del cuerpo legislativo solo para
apoyarlos? - ¿ Con que somos nosotros mismos los
{l'.le queréis designar, replicaron los diputados á
quienes habia dirigido Sieyes su respuesta, y cuan-




282 REVOLUCION FRANCESA.
do venimos á esplicarnos con vosotros todavia nos
injuriáis y desechais ? Con esto no hubo mas ar-
bitrio que separarse dirigiéndose amenazas en lu-
gar de palabras de conciliacion.


Inmediatamente despues de esta entrevista for-
mó Jourdan el proyecto de hacer una proposición
importante, cual fue la de que se declarara la
patria en peligro. Esta declaración envolvia en sí
la leva en masa y otras grandes medidas revolu-
cionarias y habiéndola presentado al consejo de
los Quinientos el dia 13 de setiembre se· opuso á
ella vivamente el partido moderado diciendo que
lejos de dar fuerza al gobierno semejante resolu-
cion , no haria mas que disminuida escitando te-
mores exagerados y agitaciones peligrosas. Sostu-
vieron los patriotas que era preciso dar una gran
conmociou para despertar el espíritu público y
salvar la revolucion ; mas este medio que hubiera
sido escelente en 1793 no podia servir ya de nada
ni era mas que una aplicacion equivocada de lo
pasado. Luciano Bonaparte , Boulay el dellUeul'-
the y Chenier la combatieron con mucha viveza y
consiguieron que se difiriese hasta el dia siguiente.
Se hahian agolpado al rededor del palacio de los
Quinientos los patriotas delos clubs é insultaron
á muchos diputados, y se dijo que escitado por
ellos Bernadotte , iba á montar á caballo y poner-
se á su frente para hacer una asonada. Verdad es




muecrouro (1799). 283
(Iue muchos de los mas furibundos del partido le
hahian hecho varias instancias y era de recelar
que ccdiese; pero Barrás y Fouche se avistaron con
él y procuraron csplicarse sobre los asuntos del
dia encontrándole muy resentido de los proyectos
que en su dictámcn se habían formado con JOlL-
hert : mas uno y otro le aseguraron que todo era
falso y le persuadieron á quc se estuviese quieto.


Volvieron ambos á buscar á Sicyes y con vinie-
ron con él en arrancar á Bernadotte su dimisión
sin que él la diese, de suerte que aquel mismo
dia hablando Sieyes con Bernadutte , trajo la con-
versaciou á términos que dijo desearia vol ver :i
tornar muy pronto servicio activo y miraria como
la mas dulce recompensa de sus servicios en el
ministerio el mando de un ejército. Esto bastó pa-
ra que Sieycs , Barrás y Ducos interpretando aque-
llas palabras como si fuesen una dirnision , le es-
cribiesen un oficio diciéndole que quedaba acep-
tada. Aprovecharon el momento en que se halla-
ban ausentes Gohicr y Moulins pal'a tomar aquella
deterrninacion , y al día siguiente cuando [Berna-
dotte se halló con aquel oficio respondió al di-
rectorio una carta muy áspera diciendo que se
aceptaba' una renuncia que él no habia hecho y
pidiendo su sueldo de reforma. Diose parte á los
Quinientos de aquella disimulada exhoneracion
en el momento en que se iba á votar sobre el pe-




284 REVOI.UCION FHANeESA.
ligro de la patria, y al momento gritaron los
patriotas que se preparaban golpes violentos. En-
tonces dijo Jourdan : juremos morir en nuestras
sillas currules , y añadió Augereau : primero cae-
rá mi cabeza que se atreva nadie á atacar la re-
presentacion nacional. Ultimamente después de
un gran tumulto se pasó á la votacion, y fue de-
sechada la proposicion de Jourdan por 2<'Í6 votos
contra 17 t , quedándose sin declarar la patria en
peligro.


Cuando los dos directores Gohier y Moulins su-
pieron la exhoneracion de Bernadotte sin haber-
les dado parte de ella se quejaron á sus compañe-
ros ~ diciendo que una medida semejante no se de-
hia tomar sin anuencia de los cinco; á lo cual res-
pondió Sieyes que ellos formaban la mayoria y
tenian derecho para ejecutar lo que habiau hecho.
Inmediatamente se fueron los otros dos á hacer
una visita de ceremonia á Bernadotte procurando
da.' á este paso la 11layor publicidad.


Tambien inspiraba alguna desconfianza á la
mayoria la administracion del departamento del
Sena y así fue menester cambiarla; y se nombró
á Dubnis Crancé ministro de la guerra.


Era pues completa la desoraanizaciou bajo to-
dos aspectos, y la república batida en lo esterior
por )a coa) icion y trastornada en )0 interior ...p6l'
los partidos, parecia estar amenazada de ffoa pró•.




DIRECTORIO (J7~'9). 285
xima ruina. Era indispensable (IUC apareciese al-
guna fuerza fuese de donde fuese, ya para domar
á los partidos, ya para resistir á los estrangeros,
No era posible esperarla de un partido vencedor
porque todos estaban igualmente desconceptua-
dos sin vigor; yasi no podia venir mas que del
ejército, que es donde reside la fuerza y fuerza si-
lenciosa, regularizada, gloriosa, cual conviene á
una nacion cansada de tantas disputas y de tanta
confusion de voluntades. En medio de aquella ge-
neral disolucion todo el mundovolvia los ojos hácia
los hombres que se hahian distinguido durante la
revolucion y parece que se buscaba un gefe. Basta
de charlatanes, habia dicho Sieyes y lo que se necesita
es una cabeza y una espada. La cabeza ya la habia
pues él se hallaba en el directorio, y lo que se
buscaba era la espada. Ya había muerto Hoche y
tamhien acababa de espiral' en Novi aquel Joubert,
cuya juventud, heroísmo y buenos deseos le ha-
cian tan gl'ato á todos los amigos de la república.
Moreau, á quien se tenia por el mas gl'ande hOln-
bre de guerr1 entre los f!enerales que se habian
quedado en Europa, pasaba pOI' un carácter frio é
indeciso, poco emprendedor y menos deseoso de
cargal' con una gran responsahilidad. Massena,que
era uno de los primeros generales, no había ad-
quirido todavia la gloria de ser nuestro salvador,
y no se veia en él mas que un soldado. Jourdan




286 REVOLUCIO~ FRANCESA.
acababa de ser vencido: Augereau era un hom-
bre turhulento, y Bernadotte un genio inquieto
sin que ninguno de los dos tuviese la necesaria re-
putacion. Verdad es que habia un personage in-
menso que reunia todos los géneros de gloria y
que despues de cien victorias habia proporciona-
do una paz honrosa, elevando la Francia al colmo
de la grandeza en Campo Formio , y que con su
ausencia parecia haber llevado consigo su fortuna.
Este hombre era Bonaparte; pero se hallaba en
comarcas remotas y ocupaba con su nombre los
ecos del Oriente. El era el único que había que-
dado victorioso y continuaba resonando en las
orillas del Nilo V del Jordán el mismo caiion con


"


que hace poco asustaba á la Europa desde el Adi-
ge, No se contentaban con tenerle por glorioso si-
no pOl' interesante, suponiendo que era víctima
desterrada por una autoridad desconfiada y som-
hria. lUientras que él huscabacomo aventurero
una carrera tan vasta como su imaginacion, se
creia en Paris que era un ciudadano sumiso que
estaba pagando sus victorias con un destierro for-
zado. - ¿Donde está Bonaparte, decian ? Su vi-
da se está malgastando en un clima abrasador,
mientras que si se hallase entre nosotros no se ve-
rja la república amenazada de una ruina próxima.
La Europa y las facciones le respetarían igual-
Inente.-- Corrian acerca de él ciertas voces sinies-




DIRECTORIO (1799). 287
t ras diciendo que la victoria infiel á todos los ge-
nerales franceses le habia vuelto tambien las es-
paldas en aquella lejana espedicion; pero no se
daba mucho crédito á aquellos rumores porque le
tenian por invencible y aseguraban que lejos de
haber esperimentado reveses, caminaba á la con-
quista de todo el Oriente. Se le atribuían p royec-
tos gigantesco'3 , llegando algunos á decir que ha-
bia atravesado la Siria ,pasado el Eufrates y el
Indo; y otros que habia marchado sobre Cons-
tantinopla y después de destruir el im perio oto-
mano iba á flanquear la Europa. Estaban los perió-
dicos llenos de aquellas conjeturas que probaban
lo mucho que se esperaba de aquel jóven en ima-
gi naciones francesas.


El directorio le había enviado órden para vol-
ver y tenia reunida una escuadra inmensa en el
l\Iediterraneo compuesta de marinos franceses y es-
pañoles para traer el ejército '. Tambien los h er-


.. Hay quien duda de que se espidiese semejante órden ,
aUIHl!lc se sabe (pIe hubo un acuerdo firmado por Treilhard,
Barriis y Larreveillierc con fecha 7 de prerial en (PlC se lla-
ma á Bonaparte á Europa. El último de estos dice en sus me-
morias que no se acuerda de haber puesto esta firma y la mi-
ra como apócrifa. Mas sin embargo no se sabe cómo esplicar
la espedicion marúima de Bruix. Lo cierto es que el directo-
rio deseaba entonces á Bonaparte y tenia mucho menos mie-
do á su amhir iou flllP á la ferocidad de So uwarow , y así




288 UEVOLUCION FR.\.NCESA.
manosdel genel'al que se habian quedado en Pa-
ris con encal'go de informarle del estado de las co-
sas, le habian enviado cartas sobre cartas instru-
yéndole del estado de confusion en que habia cai-
do la república é instándole á que volviese. PCl'O
todos estos avisos tenian que atravesar los mares y
las escuadras inglesas, y no se sabia si el héroe
podria estar enterado y de vuelta ántes que se
acabase de arruinar la república.


cuando la ór-denno fuese auténtica ,por lo menos era muy
vcrosimil yen todo caso llO es muy importante averiguarlo
porque Boaaparte estaba autorizado para volver cuando se le
.antojase.




NOTAS DEL rrllADUCTOll
,PERTENECIENTES AL CAPITULO CUARTO.


--QooQ---
PAGINA 241,


1 El general Moulins estuvo empleado {\ los PI'IIlCI-
píos en el interior y mandó algun tiempo el ejército de
las costas de Brest , y luego en octubre de 1794 el de los
Alpes, donde no dejó de mostrar inteligencia J valor,
En 17!)G hallándose mandando una división en la Alsaciu,
se dirigió con tal prontitud sobre Kehl el18de setiem-
hreen el momento que el general austriaco Petrasch aca-
ha de tomar una parte de aquel fuerte al general Scherh,
que le ayudó á reconquistarle. Despues mandó la división
de Paris durante los años 1798 y 99 en que presidió las
comisiones militares quc condenaron á muerte á un gran
número de emigrados, y éste fue el principal mérito que
decidió la elección de lospatriotas para elevarle á la pla-
za de director'. Se unió enteramente COIl Barras y Gohier
hasta que Houapartc los despojó á todos á su vez. Este
lUOlllilliS se escapó del Luxemburgo el 18 de brumario ,
pcro luego el primer cónsul le nombró gobernador de la
plaza de Aruberes , donde estuvo muchos años


P.lGINA 2M).
2 Ileinhard habia sido ministro de Francia en las


ciudades Anseáticas en 1796 y al año siguiente pasó con
el mismo título á Toscana, donde le conoció y trató Sie-
yes, que fue el que le eligió en 1799 pal'a sucesor de
.MI'. de Tulleyrand. Pero después del f 8 de brumario
tuvo que cederle otra vez el ministerio de negocios es-
trangeros , y le enviaron de plenipotenciario á Helvecia.
En 1802 pasó de ministro al círculo de la Baja Sajonia y


Xll 19




290 NOTAS
el fue quien declaró al l'ey de Dinamarca en calidad de
duque de Holstein ,que el Elba era un rio frances , y
que después de consultar todos los tratados precedentes ,
no tenia derecho para exigir el saludo de las demas na-
ciones , como pretendia aquella corte. Continuó pOI' mu-
chos años en aquella embajada hasta que durante las últi-
mas guerras del Imperio se vino á Paris , donde mudó
en 181'1.


PAGINA 246.


'5 Bourguignon Dumolard nació en Grenoble yestuvo
empleado en 179tJ en las oficinas de la comision de segu-
ridad general, Despuesdel 9 de thermidor le noruhrarou
secretario general ~ mas cuando despucs fue proscrito el
diputado Dumolard el 18 de fructidor dejó su segundo
apellido para que no le confundieran con él. Estuvo al-
gun tiempo de comisionado del directorio CC'T:l del tl'Í-
bunal de casacíon , donde fue muy amigo de Gohier , y
cuando á éste le nombraron director se acordó de él para
hacerle ministro de policia , cuyo destino no ocupó mas
que 27 días , teniendo que cederle á Fouché. Entonces
le nombraron juez en el tribunal criminal de Paris , y en
1802 fue trasladado al tribunal especial. Ultimamente vino
á morir de director de los derechos reunidos.


PAGINA 254.


4 Bimskoi Korsakoff era general de artilleria del
ejército ruso, pariente de un antiguo favorito de Catali-
na II , babia empezado su carrera en el regimiento de
guardias de Semenowsky , de que fuc mayor. Luego le
nombró la emperatriz para acompañar al conde de Artois
en la fragata Venus que le condujo á Inglaterra. Des-
pues de haber pasado algún tiempo en Londres desem-
barcó en Flandes y se fue al ejército del príncipe de Co-
hourg , donde fue testigo de la batalla dc Fleurus ; cU)'a
noticia t1evóá la emperatriz. Esta Ic envió inmediata-
mente á Persia bajo las órdenes del príncipe Zoubow;




DEL TlUDUCTOR. 291
pero cayó en desgracia cuando subió al trono Pablo 1. o
como la mayOl' palote de los oficiales que habían estado en
aquella guerra. Sin embargo era tan notorio st(talento y
aficion á las evoluciones militares que no tardó en volver-
le á su gracia el emperador'. Le preguntó acerca de la
campaña de 1i94 Yviéndole hablar también de las faltas
de los genel'ales ausu-iacos y de la facilidad con que se
podia batir ~í los Franceses creyó el emperador que había
eucontrado en él el general que le conveuia pal'a hacer
ver la supremacia de su nuevo sistema militar. De aqui
nació la órden que le dió de obrar siempre de concierto
con el archiduque Carlos , pel'o cuidando de batirse se-
paradamente con sus Rusos para no confundir sus haza-
ñas con las de los Austrlncos. Llevó pues 4·0 mil hombres
de sus tropas al corazón de la Suiza, y ya puede verse
en el texto cual fue la historia y el resultado de la famo-
sa batalla de Zuricli. Vino á reforzarle despues de ella el
príncipe de Condé y habiendo dado otro combate no me-
nos desgraciado en Dishenhoven , se acabó la campaña y
reunió sus restos á los de Souwarow. Volvióse con este á
Rusia y ambos cayel'Oll de la gracia del emperador. Ale-
jandro 1. 0 le volvió á emplear en Alemania pero no vol-
"ió ú hacer' nada de provecho.


PAGINA 2;')().


~ El general Latour Foissac , antiguo capitán en tiem-
po de la mouarquia , llegó á mariscal de campo y sirvió
en el sitio de Namur en 1792. Después le dieron el go-
hieruo de París en 1 iH6 Y ayudó al ministro Cochon en
sus persecuciones contra los jacobinos á quienes acuchi-
lló en el campo de Grenelle , donde se hablan reunido.
Luego le destinaron al ejército de Italia, donde se le con-
fió la defensa de Mantua en 17m) y á pesar de que escri-
bia al general MOl'cau que no tuviese cuidado' porque te-
nia víveres para ocho meses, la rindió á los pocos dias.
Fue tal la ignominia de que se cubrió con aquella dehi-
lidad , que apenas llegó Bonaparte de Egipto " tomó el




NOTAS


consulado cuando salió un decreto prohibiendo Ú Latour
que volvies> Ú V('~~tÍi' el uniforme.


··PAGINA 26ü.


{; De este gcncl'al Laboissiere solo tenemos noticias
lIluy escasas pOI'que siempre hizo la guerI'a con bastante
obscuridad. Solo sabemos que en 1793 servía ~'a de gene-
ral en el ejército del Bhiny que el 15 de julio de aq uel
año le hicieron prisionero delante de Landau. Luego es-
tuvo en el Vendée y últimamente vino ú servil' en Italia
en la (;poe:! de losreveses para el ejército íranccs.'


PAGINA 262.


7 El general Clauzel , actual mariscal de F,'anciay
uno de los pocos restos que todavía q uedan de las grau-
des glorias militares del imperio, fue á los principios
edecan del general Perignou , con quien hizo la guerra
de los Pirineos en 1794 y 95, Yfue el encargado de pre-
sentar al directorio en marzo de este último año las ban-
deras cogidas á los Españoles. Luego pasó al ejército de
Italia con el grado de general de brigada en la campaña.
de 99 que es de la que va hablando el autor. Al concluir-
se regaló al directorio el célebre cuadro del Hidrópico,
que le habia cedido el rey de Cerdeña y se mandó depo-
sitar en el Museo. En 1802 pasó á la isla de Santo Do-
mingo con el general Leclerc y les tornó á los Negros el
fuerte del Delíin , logrando contenerlos aun después de la
muerte del general en gefe cuando bajaron ú la llanura
del Cabo. Despnes volvió á Francia en '1804 Y fue nom-
brado comandante de la legion de honor. En 180ti le dió
el emperador el gl'ado de general de division )' le empleó
en el ejército del NOI'te bajo el príncipe Luis. En '1808
vino á la cspedicion de España y estuvo mandando un
cuerpo en la Navarra que se retiró de resultas de la dcr-
rota de Vitoria y continuó sirviendo bajo las ordenes del
mariscal Soult hasta la caicla del imperio. Cuando volvió




nEL TRAHUCTOR. 293
Napoleou d(~ la isla de Elva dirigió Clauzel la insurrec-
ciou de las t!'Opas en Burdeos contra los Barbones I~ hizo
salir de allí ú la duquesa de Angulema, lJien que prote-
,jiendo su persona cuando esta Señora se embarco para
San Sebastiano Durante los cien días disfrutó de mucho
favoi, del emperador agl'adl'cido Ú Sil fidelidad y lI~alliles~
tó en Santa Helena Sil designio de uurubrarle mariscal del
imperio, lo cual bastó pal'a q 1I(~ el actual rey de los
Franceses le concediese el prituer hastou vacaute , (lllC
sin duda merocin pOI' sus muchos servicios. Posteriol'-
mente fue uouibmdo Hohel'lI~Hlol' genel'al dc ~\rgcl, y es
uno de los mas celosos pnrtirlarios dí' aquella colonia, eu
cuya dclcnsa ha espnesto su pel'SOIl:l repetidas veces al
lrcutc dl'1 ejórcito , y la apoya en la u-ibunu con tanto
talento corno verdadero patriotismo.


PAGINA 262.


8 KHe general Partoucaux fue herido y 1)I'ISIOn(;I'O
eu esta batalla de Novi , y luego que le cangearon volvió
á Francia ú entrar' ('11 actividad. En 1804 le hizo el elll-
pcrador genel'al de división ~' le empleó en el c:\lUp:~l1lell­
to de Compicgue. Cuando volvieron Ú priucipiur las hos-
tilidades se le diü el mando d(~ la columna dI' gl'auadel'os
del (lj<:f'('ito d(~ Ma~~sella y d 2!J de octU!JI'Ü H~O<) atravesó
con ella el Vcroueun " salió al c.uuiuo real, arrollo al
enemigo \l:lsta b aldea (k San )ligud )' vino ú tomar po-
siciol~ en Yago, couu-ihuvendo ú la derrota del cuerpo
austriaco de Ilohnn que (plel'ía meterse en "cHezia. 1~1I
1806 tuvo órdcu de apo.lcrarso de los fuertes de ~úpo­
les, COIUO lo 11,ic('u(f't y lta/;ielHlo ohligado:i la cOl'le:i
huir ú S!('ilia quedo cspcdito uque! reino p:lI'a que le ocu-
par'a .JoS(~ llouupart«. Lltimnmcute sirvió en las últirnas
carnpnuas de Alemania" vino Ú morir en la batalla el ('
FI'(',I;ln.


H Luis Antonio luunonccau , gl~I\ITa\ galo-húL:tYO i




NOTA.S


era llll picapedrero de Bruselas cuando estalló la rcvolu-
cion .dol Bravaute eu 1787. Primero le nornbraroultenieu-
le del l'l~gimieJ)to de \Vest-Flandes r sirvió en calidad de
tal en Bouvines. PCI'O habiendo not~Hlo el general Krebler
su mucho despejo (~ intrepidez le nombró cnpitan mayor-
de su regimiento y le dio ú mandar IIn cuerpo suelto de
húsares, ú cuvo frente se distinguió en muchas ocasiones.


. ~


Luego qne se sometió el Brnvaute pasó Dnmoncenu á Ho-
landa C~Hl buenos certificados dd 'general R:cblcl' y le
nombraron mayol' gOllel·al. En 17n3 hallándose de COI'O-
uel de un batallen Iwlga , hicieron muchos elogios de él
los representantes del pueblo que fueron al ejército del
Norte , y de sus resultas se le nombró gcuerul de brigada.
Hizo gl':.lUd«~:" servicios contra los Austriacos y ú favor de
Pichcgrú cuando conquistó la Holanda, En junio de 179;)
pasó al sonido de la república bátava y romo tal sirvió
('n 1799 cuando la espediciou anglo-rusa desembarcó en
sus costas. )las adelante se le incorporó con el ejército
de Bf'rnadotte que file Ú Frnnconia y allí le mataron en el
paso del Dnnuhio.


PAl~ ¡~A :!7·O.


10 Sir Audres ~Iiteltell fue quien c1ecidiú la reud i-
(ion de la escuadra hútavu en t7!]D pouetraudo en el Zui-
dr-rzée y amenazando nI almirante StOl'Y oe que la abra-
saría toda entera. En 1802 fue persiguiendo á la cspedi-
cion francesa que iba ú Santo Domingo, pero se le in-
surrecciouarou las u-ipulacioncs de algunos uavios y solo
la apaciguó ahorcando de las rutenas ú los principales
amotinados. Pero fue tanto lo qne le apesadumbró aquel
suceso que murió ú poco iiem po.


P~\Gl~A 270.


11 Este almirante hulaudes StOI'" era el mismo que
mandaba en el Texcl cuando el año 1795 penetraron
los republicanos en Holanda, y él enarboló la bandera




DEL TUADUCTOR. 295
tricolor y se apoderó de todos los novios ingloses que es-
taban andados en el Zuiderzée , armando Ú los prisiono-
I'OS franceses que encontró Ú su bordo. No era entonces
lilas que eapitun de navio y en l'ecompAnsa de aquella ac-
cion, le elevó la nueva república bátava al grado de con-
tra-uhuiraute. En 1797 mandó bajo las órdenes del alrni-
rantc Winter la escuadra holandesa que fue batida el 11
de octubre pOI' los ingleses y u-ajo sus restos al Texel. Se
dice que cn aquella acción se portó muy mal y no ayudó
liada al genel'al en gcfe que cayó prisionero. Se le puso
en consejo de glIeIT:l P(~I'O salió absuelto. De resultas de
esta insurroccion de su escuadra en 1799 , de que va ha-
blando cl texto, 1\0 solo le llevaron prisionero Ú Inglater-
ra sino qU(~ se le acusó de traición en un consejo de guer-
ra que le condenó Ú muerte. Pero (~I se escapó al pals de
Juliers donde en vano le reclamaron los Holandeses.


P.\.G[~A 27G.


12 Carne t, diputado del Loiret y comisionado del di-
rectorio cerca del distrito de Beaugeney, fue uno de los
que mas se opusieron ú todas aquellas estravagancias de
las fiestas dccadarius qlle tanta voga tuvieron el año
1798. El siguiente se esplicó con mucha vehemencia con-
tra la lcv de los relJ('IWS y domas medidas revoluciouu-


",," ~


rías. Defendió ú los emigrados ntiufragos y manifestó
siempre vivisimos deseos de dar al traste con la turbulen-
ta república francesa ; y así no hubo nadie que conu-ihu-
)'cse con mas ahinco ú la revoluciou del ,18 de hruruario
tomando la iniciativa de todo el plan en el consejo de los
Ancianos. Como en la historia del consulado tendremos
muchas ocasiones de hablar de este diputado, nos con-
tentamos pOI' ahora con decir qtlc entre las infinitas rela-
clones q ue hemos visto de aquella célebre jamada, nin-
guna hay mas minuciosa y exacta qne las memorias de
Cornet. Fue nombrado senador y luego comandante de
la legion de honor.






IHRECTeHIO (1799), 297


CAPITULO QUINTO.


Coutiuuacion de las operaciones de Dona parte en Egipto.
Conquista del A Ito Egipto por Dessaix; batalla de Sédi-
man. - Espedicion de Siria; toma del fuerte de Eld-Arisch
y de .lafla, batalla del Monte Thabor ; sitio de San Juan de
Acre. - Vuelta al Egipto; batalla de Ahoukir. - Yiage de
Bonaparte á Francia, - Operaciones en Europa. Marcha
del archiduque Carlos al Rhin y h. de Souwarow á Suiza;
movimiento de Massena ; memorable victoria de Zurich;
situación peligrosa de Souwarow ; Sil desastrosa retirada.;
salvase la Francia. - Acontecimientos en Holanda ; derro-
ta y capitulacion de los Anglo-Rusos; evacuacion de la
Holanda. Fin de la campaña de 1 7~)9.


De resultas dé la batalla de las Pirámides que-
dó Bonaparte dueño del Egipto, y principiaba á
establecerse allí distribuyendo sus generales en
las provincias para hacer su conquista. Estaba si-
tuado Dessaix á la entrada del Alto Egipto con una
division de cerca de 3,000 hombres , encargado
de conquistar aquella provincia contra los restos
del bey Amurates, Habia principiado Dessaix su




298 UEVOLUCION FIUNCESA.
espedicion en octubre de 1798 en el momento de'
concluirse la inundacion y el enemigo se habia
ido reti raudo Idelante de él sin poder alcanzarle
hasta Sedi man , donde Dessaix dió el 7 de octubre
una batalla sangrienta contra los restos desespe-
rados de Amurates. Ninguno de cuantos combates
se dieron en Egipto fue tan encarnizado como
aquel, en que dos mil Franceses tuvieron que lu-
char contra cuatro mil Mamelucos y ocho mi 1 fe-
Ilahs atrincherados en la aldea de Sediman. El ór-
den de la batalla fue el mismo que en las Pirámi-
des y en cuantas se dieron en aquel pais ; esto es
los fellahs detras de las paredes de la aldea y los
cahalleros en la llanura. Dessaix se formó en dos
cuadros y colocó en sus alas otros dos cuadros
pequeños pal'a amortiguar el choque de la ca-
balleria enemiga. POI' la primera vez fue rota
nuestra infanter-ía y penetrado uno de los cua-
dros pequeños; pero pOI' una especie de insti nto
tan rápido como admirable se tendieron en tierra
nuestros valientes soldados á fin de que los cua-
dros grandes pudiesen hacer fuego sin herirles,
mientras que los Mamelucos pasando por cima de
ellos cal'garon con furia los cuadros grandes du-
rante muchas horas y vinieron á espirar en las
bayonetas. En seguida se desplegaron , segun cos-
tumbre los cuadros para venir á atacar Tos atl'in-
chcramientos y se apoderaron de ellos; mas du-




DIHECTomo (1799). 299
rante aquel movimiento describieron los Mame-
lucos un gran arco de círculo y vinieron á dego-
llar á los heridos que quedaban á su espalda, aun-
que no se le" tardó en echar de aquel campo de
carniceria y los soldados furiosos sacrificaron un
número considerable. Nunca habia habido tantos
muertos en el campo de batalla en que solo de
Franceses hubo trescientos por lo menos, Conti-
nuó Dessaix su marcha todo el invierno y despues
de otros muchos combates se habia hecho dueño
del Alto E~ i pto hasta las Cataratas, haciéndose te-
mer tanto por su valor como amar por su clemen-
cia. En el Cairo le habian dado en llamar á Bona-
pal'te el Sultán Kebi 1', esto es el sultan de fuego:
y en el Alto Egi pto le llamaban á Dessaix el Su1-
tan justo.


Entre tanto Bonaparte habia emprendido una
marcha hasta Belbevs para echar al bey Ibrahim
{, Siria, 'J en d Can1\nO ~udo recoger la cacabana
de la Meca, que habia sido saqueada por los Ara-
bes. Hahiendo vuelto al Cairo continuó en esta-
blecer allí una administracion francesa, y con mo-
tivo de haberse sucittulo une rebelion por 10$ agen-
tes :secl'etos del bey Amurates el día 2 J de Octubre
1798, fue reprim ida y escarmentada con tal seve-
ridad que quedaron desanimados los enemigos de
los Franceses. Supo entonces Bonaparte la decla-
claracion de guerra de la Puerta y los preparati-




300 REVOLUCION FHANCESA.
vos que estaba haciendo con auxilio de Jos Ingle--
ses. Formaba dos ejércitos el uno en Rodas y el
otro en la Siria, los cuales habian de ohrar simul-
táneamente en la primavcra de 1799, viniendo
el uno á desembarcar en Aboukir , cerca de Ale-
jandria y el otro atravesando el desierto que sepa-
ra la Siria del Egipto. Inmediatamente se hizo
~:(\Ygo ~onapaT'te ue su posrcion y quiso, segun su
costumbre, desconcertar al cnemigo previniéndo-
le con un atacIue repentino. El no podia atravesar
el desierto que separa al Egipto de la Siria du-
rante la primavera y así resolvió aprovechar el in-
vierno para ir á destruir las reuniones que se [01'-
ruaban en Acre, en Damasco y en las ciudades
principales. Estaba nombrado el célebre hajá de
San Juan de Acre Djezzar Seruskier del ejército
reunido e n Siria, cuya vanguardia mandada por
Abdalla, bajá de Damasco, se habia adelantado
hasta el fuer: e de Eld.-Arisch que abre el Egipto
por el lado de la Siria. Quiso Bonaparte obrar in-
mediatamente, para lo cual tenia algunas inteli-
gencias en las poblaciones del Libano. Los Drusos
que son unas tribus cristianas y los lUutualis que
son mahometanos cismáticos le habian ofrecido
socorros y le llamaban con ansiedad, con lo que
asaltando de pronto á Jaffa , AC1'e y algunas otras
plazas mal fortificadas podia apoderarse en nluy
poco tiempo de la Siria y añadir aquella preciosa




DIllECTORIO (1799). 301
·conquista á la del Egito, haciéndose dueño del
Eufratescomo ya lo era del Nilo y entonces tenia
todas las comunicaciones con la India. Aun pasaba
ma- adelante su ardiente imaginacion {Ol'mando
algunos de aquellos proyectos-que sus admil'ado-
res le atribuian en Europa. No era del todo iOl-
posible que sublevando las poblaciones del Liba-
no, llegase á reunir sesenta ú ochenta mil auxilia-
res, que apoyados con ve.nte y cinco mil solda-
dos.los mas valientes del universo marchasen so-
bre Constantinopla y se apoderasen de ella. Que
fuese practicable ó no aquel proyecto, lo cierto es
que hullia en su imaginacion, y cuando se consi-
dera lo que hizo aquel hombre ayudado por la
fortuna no es facil calificar de insensato ninguno
de sus proyecto~.


Púsose Bonaparte en marcha en los primeros
dias de febrel'o al fren te de las divisiones de Klé-
ber , Regnier, Lannes, Bon y l\1Ul'at que compo-
nian unos 13 rnil hombres. La de MuraL estaba
compuesta de la caballeria y Bonaparte habia
creado un regimiento nuevo de dromedarios, en
cada uno de los cuales ihan sentados dos hOlU-
bres espalda con espalda, que podian segun la
fuerza y velocidad de aquellos animales andar
veinte y cinco ó treinta leguas sin parar. Aquel
regimiento se creó para dar caza á los Árabes que
infestaban las inmediaciones del Egipto é iba si-




302 IlEVOLUCION FRANCESA.
guiendo al ejército espedicionario. Ademas man-
dó Bonaparte al contra-almirante Perrée que salie .
se de Alejandria con tres fl'agatas y viniese á la
costa de Siria trayendo la artilleria de sitio y las
municiones. Llegó delante del fuerte de Eld-Arisch
el 17 de febrero y despues de una ligera resisten-
cia se rindió prisionera la guarnicion en número
de 1,300 hombres, y se encontraron en el fuerte
almacenes considerables, Quiso socorrerle el bey
Ibrahim pero se le puso en huida y quedó su cam-
po en poder de los Franceses que cogieron en él
un inmenso botin. Mucho tuvieron que sufrir los
soldados al atravesar el desierto, pero como veian
á su general marchar á su lado soportando igua-
les privaciones en medio de tener tan poca salud
no se atrevian á quejarse. No se tardó en llegar á
Gázza tomando aquella plaza á la vista del bajá
Djezzar , y en ella como en el fuerte Eld-Arisch
se encontró mucho material y provisiones. Desde
Gazza se dirigió el ejército á Jaffa, que es la anti-
gua Joppé , llegando á ella el dia 3 de marzo. Es-
taba rodeada aquella plaza de una gruesa muralla
flanqueada de torreones y tenia 4,000 hombres de
gual'nicion. Mandó Bonaparte batida en brecha y
luego intimó al comandante que se rindiera, pero
la respuesta fue cortar la cabeza al parlamentario:
visto lo cual se dió el asaltó y se tomó la plaza con
una audacia estraordinaria entregándola á treinta




DIRECTORIO (1799). 303
horas de saqueo y matanzas. Allí se encontró un
gran repuesto de artjller-ia y toda clase de víveres
mas como hubiese todavia algunos miles de pri-
sioneros que no era posible enviar á Egipto pOl'
falta de escolta, y sin ella hubieran ido á reunir-
se con el enemigo, se decidió Bonaparte á una me-
dida terrible y única crueldad notable en el dis-
curso de su vida. Como se hallaba en un pais bár-
baro iba involuntariamente adoptando sus cos-
tumbres , y así mandó pasar á cuchillo á los pri-
sioneros que le quedaban, y el ejél'cito consumó
aquel acto pOl' obediencia pero con una especie de
asombro y horror. Mas con su detencion en Jaffa to-
maron nuestros soldados los gérmenes de la peste.


Avanzó luego Bouaparte sobre San Juan de
Acre, que es la antigua Ptolemaida, situada al
pie del monte Carmelo , única plaza que todavia
podia detenerle, y en ocupándola era suya la Si-
ria. Pero allí se liahia encerrado Djzzar con todas
sus riquezas y con una fuerte guarnicion, que
contaba con el apoyo de Sidney-Smith , el cual
andaba cruzando POl' aquellas costas y le surtia
de inaenieros , artilleros y municiones. Ademas no
podia tardar en ser socorrido por el ejército tur-
co reunido en Siria que iba avanzando por Da-
masco para atravesar el Jordán. Bonaparte se dió
prisa para atacar la plaza y tomarla como á Jaffa
antes que la reforzasen las nuevas tropas y los In-




ó04 UEVOJ.VCION FANCESA.


gleses tuviesen tiempo de perfeccionar su defensa.
Inmediatamente se abrió la trinchera; pel'O des-
graciadamente .la artilleria de sitio lIue debia ve-
nir de Alejandria por mar, habia sido cogida por
Sidney-Smith y todo lo que se tenia pOl' junto era
una culebrina de 32 , cuatro piezas de á 12, ocho
obuses y unas treinta piezas de á cuatro. Faltaban
tambien balas pero se discurrió un medio de ad-
quirirlas ,que fue hacer pasear por la playa al-
gunos soldados de á caballo á cuya vista dispara-
ba Sidney de todas sus baterias y los soldados á
quienes se pagaba un real por cada bala de caüon,
iban á recogerlas en medio del fuego con algaza-
ra genend de los espectadores.


Ahrióse la trinchera el dia 20 de marzo, y elge-
neral de ingenieros Sanson creyendo haberllegado
en un reconocimiento nocturno hasta el pie de la
muralla, dijo que no hahia foso ni contraescarpa y
as-Í se supuso que no se necesitaba mas que abri r
brecha y montar al asalto. Abrióse la brecha el 25
y al tiempo de dar el asalto se notó que habia
contraescarpa y foso y fue pOl'consiguiente preciso
emprender la mina y esto en medio del fuego de
todos los baluartes y de la escelcnte artil leriu que
nos habia llevado Sidney-Smith. Le dió á Djzzar
escelentes artilleros ingleses y un antiguo emigra-
do Phelipeaux 1, oficial de ingenieros de mucho
mérito, Estalló la minael 28 y no levantó mas que




DIRECTOIlIO (1799). 305
una parte de la contra-escarpa. Entonces subieron
veinte y cinco granaderos al asalto conducidos pOi'
el jóven Mailly ~ y al vede los Turcos poner una
escala se quedaron aturdidos pero él cayó muerto
de una bala. Atemorizáronse los granaderos y ha-
biendo vuelto los Turcos recibieron con un 'fuego
horrible á dos batallones que venian al asalto man-
dados por el comandante Laugier que tam bien
cayó muerto y se quedó sin dar el asalto.


Por desgracia. acababa de recibir la plaza un n~­
fuerzo de muchos miles de hombres y gran canti-
dad de artilleros ejercitados. á la europea con un
sin número de municiones; de suerte que se ne-
cesitaba hacer un sitio en regla con solos 13 mil
hombres y casi sin artilleria. Era preciso abri r un
nuevo pozo de mina para volar la contra-escarpa
entera y principiar otra galería. Estábamos ya en
1.0 de abril y se habian empicado diez di as de-
lante de la plaza, anunciándose la aproxirnaciou
del grande ejército turco siendo preciso continuar
los trabajos de sitio y todo con el único ejército
espedicionario. Mandó el g~neral en gefe que se
trabajase sin descanso en hacer la nueva mina y
destacó la divisionde Kléber hácia el Jordán para
disputar el paso al ejército que venia de Damasco.


Reunido este con las poblaciones de las mon-
tañas de Naplu sa, ascendía á cerca de 2,) milhorn-
hrcs y trai él consigo sobre 12 mil caballos con un


x u , 20 _




306 REVOLUCIONFRANCESA.
bagage inmenso. Le mandaba Abdalla , bajá de
Damasco, y en efecto pasó el Jordán por el puen..
te de Jacob eldia 4 de abril. Pero Junot icon la
vanguardia de Kléber que constaba de 500 hom-
bres cuando mas, encontró el dia 8 las avanzadas
turcas en el camino de Nazareth , y lejos de re-
troceder , desafió osadamente al enemigoy formán-
dose en cuadro cubrió de cadáveres el campo ene-
migo y cogió cinco banderas; hasta que al fin pre-
cisado á ceder al número se replegó sobre la di-
vision de Kléber. Este se iba adelantando y acele-
raba su marcha para reuniese con .Junot ; mas
cuando Bonaparte supo la fuerza que traia el ene-
migo destacó á la división de Bon para sostener á
Kléber iY aventurar una batalla decisiva. Quiso
Djezzar, obrando de concierto con el ejército que
venia á desbloquearle, hacer una salida; pero la
artilleria de nuestras obras le mató una multitud
de gente, y al instante se puso en marcha Bona-
parte.


Habia desembocado Kléber con su division en
las llanuras que se estienden al pie del monte Tha-
bol' , no lejos de la aldea de Fouli , con la idea de
sorprender el campo enemigo durante la noche,
pero no pudo conseguirlo por haber llegado de-
masiado tarde. El dia 16 poe la mañana encontró
á todo el ejército turco formado en batalla, ocu-
pando 15 mil infantes la aldea de Fouli y desple-




DIRECTORIO (t 799). 3Ui
g~andose en la llanura mas de 12 mil caballos.
L


I\léber no tenia mas de tres mil infantes forma-
dos en cuadro, y toda aquella caballeria cargó
sobre él , sin que jamas hubiesen visto los Fran-
ceses tantos caballos caracolear en número tan
crecido al rededor de ellos y cargarlos en todos
sentidos. Sin embargo conservaron su acostum-
brada serenidad y recibiéndolos á quenla ropa
derribaban á cada carga un número considerable.
Bien lH'onto formaron á su alrededor una especie
de muralla de cadáveres de hombres y caballos y
al abrigo de aquel horr-ible vallado pudieron re-
sistir seis horas á toda la furia de sus adversarios.
En aquel momento desembocaba Bonaparte del
monte rhabor con la división de Bon y vió la lla-
nura cubierta de fuego y humo y á la valiente di-
visión de RlélJ('l' resistiendo detras de una linea
de cadáveres, Inmediatnmente reparte su tropa en
dos cuadros que fueron avanzando de manera que
formaban nn triúngulo equilátero con la división
de Kléher y encerraron al enemigo entre ellos.
Caminaren en silencio y sin dar señal !alguna de
su inmediacion hasta llegar {. cierta distancia; y
despues de repente Blanda Bonapartc disparar un
cañonazo y se presenta en el campo de batalla.
Al momento salió de los tres estrernos del trián-
gulo un horroroso fuego contra los Mamelucos
que estaban en medio y les hizo arremolinarse to-




308 REVOLUC10N FRANCESA.
dos y echar á huir en desórden en todas direc-
ciones. Al ver esto la division de Kléber vuelve á
enardecerse y lanzándose á la aldea de Fouli, se
apoderó de ella á la bayoneta é hizo una gran car-
niccria en el enemigo. En un instante se despar-
ramó toda aquella multitud quedando llena de
muertos la llanura, y en poder de los Franceses
el campamento turco, las tres colas del bajá, 400
camellos y un botin inmenso. Situado Murat en
las orillas del Jordán, mató un gran número de
fugitivos, y Bonaparte mandó pegar fuego á todas
las aldeas de la Napulia. Seis mil Franceses solos
habian destruido aquel ejército , que los habitan-
tes decian ser tan numeroso como las estrellas del
cielo y las arenas del mar.


Durante aquel intérvalo no se habia cesado de
minar y contraminar al rededor de las murallas
de San Juan de Acre disputándose el terreno
arruinado por el arte de los sitios. Habia ya mes
y medio' que se estaba delante de la plaza, ha-
biendo intentado muchos asaltos, rechazado mu-
chas salidas y matado mucha gente al enemigo;
pero á pesar de aquellas continuas ventajas se ha-
ci~n pérdidas irreparables de homhres y de tiem-
po. Llegó el dia 7 de mayo al puerto de Acre un re-
fuerzo de 12 mil hombres, y calculando Bonapar-
te que no podrian desembarcar ántes de seis horas
mandó disparar repetidas veces una pieza de 24




IHIlECTOIUO l1799). 309
contra un lienzo de muralla que estaba á la dere-
cha de aquel punto contra el cual se habian estado
haciendo tantos esfuerzos. Luego que llegó la no-
che se montó á la brecha, se invadieron las obras
del enemigo, .se clavaron sus piezas, se degolló
cuanto se encontró y últimamente se hicieron due-
ños de la plaza cuando las tropas nuevamente de-
sembarcadas avanzan en batalla presentando una
masa imponente. Fue muerto Ramhaut que man-
daba los primeros granaderos que subieron al asal-
to. Recibió Lannes una herida y en el momento
mismo el enemigo hace una salida tomando la bre-
cha de flanco y corta )a retirada á los valientes que
habian penetrado en ella. Algunos pudieron vol-
ver á salir y otros obrando corno desesperados,
hnveu hacia una mezquita, se atrincheran en ella,
consumen los últimos cartuchos y se disponen á
vender caras SWi vidas, cuando Sidney-Smith com-
padecido de tauto valor hace (lue se les ofrezca
una capitulacion: Entre tanto las tropas del sitio
murchando contra el enemigo vuelven á echarle
hacia la plaz.a hacieudo en él una horrible carni-
ceria y le cogcn SOO piisioueros. Obstinado Bo-
naparle hasta el furor, concede dos dias de des-
canso á sus tropas y el dia 10 de mayo ordena un
nuevo asalto. Suben ú él los soldados con valor,
se escala la hrecha , pero no se puede pasar de
ella, ponlue todo un ejército estaba guardando




310 HEVOLLTClON FRANCESA.
la plaza y defendiendo todas las calles, con lo que
fue preciso renunciar ú él.


Dos meses se habian pasado delante de San Juan
de Acre, durante los cuales se habían hecho pér-
didas irreparables y huhiera sido imprudente
continuar haciúndolas. Reinaba la peste allí y el
ejército habia empezado ya á resentirse de ella
desde Jaffa ; ademas se acercaba la estacion propia
para hacer desembarcos, y se anunciaba la llegada
de un ej{'l'cito turco hácia Ias bocas delNilo,al
cual tal vez no podriu resistir Bonaparte si por
obstinarse se debilitaba demasiado. Estaba ya
cumplido lo sustancial de sus proyectos supuesto


I l ' J 1 J • f' 1 S' .(lue J1,llJíd uesec io as rcumoncs orrnac as en rrra
y puesto al (~Ilenligo en imposibilidad de obrar
por aquel lado..Mas por lo que hace á la parte
hrillante de aqudlos mismos proyectos y aquellas
Ya~'as y mara vi llosas t':ijWI'anZas de conquistas en
el Oriente era precisn rcuuucinr ú ellas, y por úl-
timo se rr-solviú ú levantar el sitio. Pero fue tal su
scntimiento , fIue aun después de SU3 inauditos
destinos se le oyó repetir muchas veces hablando
de Sidncv-Smith queaq.·w! hombre le habia quitada sn
!(iJ'f¡UW. Esta noticia del lev.mtamicnto del sitio
causó la mayOl' desesperación ú los Drusos que ha-
hil\\1 estado ,alimentando al eiército 'J á todas las
poblaciones enemigas de la Puerta.


Ilahia principiado el sitio el dia 20 de Il1arZO




DIRECTORIO (1799). 311
Y se levantó el 20 de mayo, es decir, á los dos
meses justos; mas antes de abandonar á San Juan
de Acre quiso dejar un vestigio terrible de su trán-
sito, echando tanto fuego en la ciudad, que la de-
jó casi reducida á cenizas, y entonces volvió á to-
mar el camino del desierto. Habia perdido pOI' el
fuego, el cansancio y las enfermedades cerca de
la tercera parte de su ej(~rcito cspedicionario , es
decir , cerca de cuatro mil hombres , y llevaba con-
sigo 1,200 heridos, con los cuales se puso en mar-
cha para atravesar el desierto. Todo lo arrasó á su
paso causando en el pais el mayor terror, y luego
que IlCgf> Ú Jamt muudó volar las fortificaciones.
Habia aUí un hospital volante para nuestros apes-
tados, á quienes era imposible conducir, y el de-
jados era 10 luismo que en tregados á una muerte
inevitable Ó p01' la enfermedad ó por hambre ó por
la crueldad del erwmigo ; yasÍ le dijo al médico
Desgencttes (IUC seria harto mas humano suminis-
trarles opio qne llcjados con vida, á lo cual dió el
medico aquella respuesta tan ponderada: mi pro-
[esion es curar y no matar. No se les dió el opio, pero
bastó para que se propagase una calumnia indig-
na , que ya hoy está destruida.


Volvió en {in Bonaparte á entrar en Egipto des-
pues d.e una espedicion de cerca de tres meses y á
fé que corria prisa su llegada porque se había pro-
pagado el 'espíritu de insurrección por todo el Del·




312 ItEVOLV{;fON «f{ANCESA,
ta.Un impostor lIam~do el angel EI-Mohdhy
quc se decia invulnerable y pretendia echar á los
Fr-anceses con solo levantar polvo, habia reu-
nido algunos miles de insurgentes, y le ayuda-
ban p:ua ello los agentes de los Mamelucos, de
suerte que pudo apoderarse de Damanohur y
degollar la gua,'nicion. Pero Bonaparte envió allí
un destacamento que dispersó á los insurgentes
y mató al angel invulnerable. Habíanse propa-
gado los alborotos por diferentes provincias del
Delta, pero con su presencia todo volvió á en-
trar en sosiezo V mandó disponer fiestas maO'nÍ-b u b .
Jicas en el Cairo para colehrar sus triunfos en
la Sitia , sin decir una palabra del chasco de
San Juan de Acre, pero celebrando y con 1'a-
zon los n umerosos combates, la magnífica bata-
lla del Monte 'I'habor y las ter-ribles venganzas
ejercidas con t.ra Djzzar. Esparció n llevas proclamas
entre los hahi tantes en que les decia que pene-
traba sus pensamientos y adivinaba sus proyectos
en el momento mismo que los coucebian. Ellos
creyeron aquellas palabras del Sultan Kehir y no
dudaban de que leiasus pensamientos. Mas no
solo tenia Bonaparte que contener á los habitantes
sino también á sus generales y al ejército mismo
porque corria por él un ruido sordo y cierto des-
contento que no provenía ni de las fatigas, ni de
los peligros, ni menos de las pri vaciones , pues




DJUECTOIUO (1799). 313
no les faltaba nada, sino del amor á su pais que
persigue á los Franceses en todas partes ". Ningun
buque habia podido pasar y todos los corazo-
nes estaban cubiertos de tristeza, sin cesar de so-
licita!' licencias para Europa así los oficiales como
los generales.· Bonaparte concedia muy pocas ó lo
hacia añadiendo ciertas palabritas que se sentian
como si fuesen una deshonra. El mismo Berthier
su fiel Berthier á quien devoraba una antigua pa-
sion , solicitaba volver á Italia, aunque segunda
vez avergonzado de su debilidad, tuvo que re-
nunciar al viaje. Hubo un dia en que el ejército
había formado el pI'oyedo de arrebatar sus ban-
deras del Cairo y marchar sobre Alejandria para
embarcarse allí, pero no fue mas que un rnal pen-
sarnienti sin atreverse jamas á oponerse á su ge-
neral. Los tenientes de Dona parte que eran los
primeros it dur el ejemplo de los murmullos, le-
nian que disimular en su presencia y ceder á su
ascendiente, no siendo la primera reyerta que
hahia tenido con Kléber , aunque el mal humor
de este no provenia de desaliento sino de su indo-
cilidad acostumbrada; pero siempre acababan por
componerse, porque Bonaparte gustaba de la nlag-
nanimidud de Kléber y Kléher estaba enamorado
del talento de Houapartc.


* A t()do~ IIOS sucede )1) misruo alllJ(IlIt' lIO seamos Frau-
(N. riel T.)




3 ir.. ltEVOUJCION FlL\NCES.\.
Hahia entrado ya el mes de junio y eontiuuaba


la ignorancia de todos los sucesos de Europa y de
los desastres de la Francia. Solo se sabia (Iue to-
do el continente estaba en una verdadera confu-
sion , y era inevitable una nueva guerra. Aguar-
daba Bonaparte con impaciencia nuevos porme-
nores para tomar un partido y volver si era nece-
sario al primer teatro de sus hazaiias : pero án les
querta destruir el segundo ejército turco que es-
taba reuuido en Rodas, cuyo desembarco se anun-
ciaba como muy próximo.


Por fin apareció aquel ejército el dia 1t de ju-
lio á la vista de Alejandria embarcado en muchos
trasportes y escoltado por la divisio n naval de Sid-
nev-Smith , viniendo á andar en aquella misma
rada de Aboukir donde bahia sido destruida nues-
tra escuadra. El punto q!le cscog'ieroll los Ingleses
para el Ltcscml)arco era la pCllín ..;uia (lue cierra
aquella rada y es co uociciu con el mismo Hombre,
la cual es muy estrecha y se avanza entre el mar
v el luao de Madich viniendo á terminal' en un
.J '-


fuerte. Babia dado Bonaparle órden á Marmont 2'
que mandaba en Alejandria para perfeccionar la
defensa del fuerte y destruir la aldea de Abouk ir
que estaba situada al rcdcdor , pf'ro cn lug'ar dc
arruinar esta última ha biuu querido conservar-la
para alojar ú los soldados y no se hizo mas quc
rodearla de un reducto para protcjci-la por la par-




DlUECTOHIO (1799). 3 t ;)
te de tierra. Pero como el tal reducto no tocaba
con el mar por los dos estremos j no presentaba
una obra cerrada sino que hacia dependiente la
suerte del fuerte de la de una simple obra de cam-
paña. En efecto desembarcaron los Turcos con 11lU-
cha osadia y acometieron con sable en mano los
atrinchcrarnieutos , los tomaron, y ocuparon la al-
dea de Ahoukir ,cuya guarnicion pasaron á de-
güello; y una velo tomada la aldea era imposible
que resistiese el fuerte, que por necesidad tuvo
fIue rendirse. l\Iarmont que mandaba en A lejan-
dría, hahia salido de ella con 1200 hombres para
socorrer ú las tropas de Abonkir; pero sabiendo
(Iue habian dcsemharcar]» los TUl'COS en bastante
número, no se atrevió ú intentar arrojar-los al mar
y se volvió ú Alejandría dejúndolos en tranquila
posesiou de la península de Abouk.ir.


Asccndia el (~jl~l.'cilo turco ú cerca de 18 mil
hombres de iufanteria , no corno aquellos ll1isera-
hles fellahs que componian la de los ñlurnelu cos ,
sino buenos y valientes jenízaros que llevaban un
fusil sin havoucta con su handolnr-a para echarle
ú la espalda luego que habian hecho filego y lan-
zándose después sobre el enemigo con la pistola
ú el sable en la mano. Traian una artj lleria nume-
rosa y hien servida y les conducian oficiales ingle-
ses; mas no tenian caballeria sino que so lo trage-
ron unos trescientos caballos, aguardando la lle-




REVOLUCION FRANCESA.


gada del bey Amurares que debía salir del Alto
Egipto, atravesar los Oasis POl' la orilla del desier-
to y arr-ojarse en Ahoukir con dos ó tres mil Ma-
melucos.


Cuando Bonaparte supo los pormenores del de-
sembarco, salió del Cairo pal'a Alejandria hacien-
do una de aquellas marchas estraordinm-ias de
que habia dado tantos ejemplos en Italia. Trajo
consigo las divisiones de Launes , Bon, y Murat ,
y dió orden á Dessaix de evacuar el Alto Egipto,
y á Kléber y Regnier ,qué estaban en el Delta,
para que se acercasen á Aboukir. Eligió el punto
de Birket para concentrar sus fuerzas, y manio-
brar segun lo exigiesen las circunstancias , ternien-
do que algun ejército ingles hubiese desembarca-
do con el turco.


Conforme al plan convenido COIl el bajá l\1usta-
fá habia intentado el bey Amurates descender al
Bajo Egipto, pero habiéndole encontrado y batido
Murat ,se vió precisado á vol ver á meterse en el
desierto. No faltaba pues sino batir al ,ejército
turco, que carecía de caballeria ,pero estaba dc-
tras de los atrincheramientos y dispuesto á resis-
tir con su tenacidad acostumbrada. Bonaparte des-
pues de haber echado una mirada sobre Alejan-
dria y sobre las escelentes 'obras ejecutadas por el
coroucl Crctin, y reprendido á Mal'mont pOl' que
no se había atrevido el atacar el los turcos en el mo-




DIRECTORIO (1799) 317
mento del desembarco, salió de Alcjandria:el dia
24 de julio y al siguiente estaba en la entrada de
la península. Tenia el provecto de encerrar al ejér-
cito turco por medio de atrincheramientos y es-
perar para atacarlos la llegada de las dernas divi-
siones, porque no tenia á la mano masque las de
Lannes, Bon y Murat, que en todo componian
unos seis mil hombres. Pero al ver las disposicio-
nes que habian tornado los Turcos, cambió de
dictámen y resolvió acometerlos inmediat amente
esperando encerrarlos en la aldea de Aboukir y
allí" aniquilarlos con ohuses y bombas,


Ocupaban los Turcos el fondo de la península,
que es muy estrecha, y estaban cubiertos pOI; dos
lineas de trincheras. A cosa de media leguadelan-
te de Aboukir donde estaba su campo, habian
ocupado dos colinas de arena, que la una se apo-
yaba en la orilla del mar y la otra en el lago de
Madieh , formando de este modo su izquierda y
su derecha. En el centro estaba una aldea que
tambien defendian, y habian puesto mil hombres
en la colina de la izquierda , dos mil en la de la
derecha y tres ó cuatro mil en la aldea, todo lo
cual formaba su primera linea. La segunda estaba
en la aldea misma de Aboukir , compuesta del re-
ducto construido pOI' los Franceses y se reunia al
mal' por dos ramales. Allí habian colocado su cam-
po principal y el gl'ueso de sus fuerzas.




318 REVOLUCION FRANCESA.
Tomó Bonaparte sus disposiciones con su pron-


titud y exactitud acostumbradas, mandando al
general Destaing que fuese con algunos batallones
sobre la colina de la izquierda donde estaban los
mil Turcos y á Lannes que marchase sobre la ~le.
recha donde estaban los dos mil, al mismo tiem-
po que 1\1urat desde el centro desfilaría con su ca-
balleria por detrás de las colinas. Ambas dispo-
siciones se ejecutaron con suma esactitud, pues
Destaing subió osadamente á la colina y Murat la
rodeó con un escuadrón. Apenas lo vieron los Tur-
cos abandonaron el puegto y se encontraron con
la caballeria que les acuchilló empujándolos hácia
el mar, donde preferian arrojarse ántes que ren-
dirse. En la derecha se ejecutó la misma opera-
cion, atacando Lannes á los dos mil Mamelucos ,
flanqueándolos Murat y tambien despues de acu-
chillados se arrojaron al mar. En seguida reuni-
dos Destaing y Lannes ,se dil'i~ieron al centro que
formaba la aldea y la atacaron de frente. Allí se
defendieron los Turcos con valor contando con el
socorro de la segunda linea, y en efecto se desta-
có una columna de Aboukir; pero Murat que ya
habia desfilado por detras de la aldea acuchilló
aquella columna y la rechazó hacia Aboukir. En-
tonces entró la infantetia de Destaing y de Lannes
á paso de carga en la aldea y echó de ella á los
Turcos que acometidos en todas direcciones y ohs-




DIRECTORIO (1799). 319
tinándose en no rendirse no encontraron otra re-
tirada mas que el mar donde se ahogaron.


Ya habian perecido de aquel modo de cuatro
á cinco mil hombres y perdido la primera linea,
quedando conseguido el objeto de Bonaparte ,
pues podia, encerrando á los Turcos en Aboukir,
bombardearlos á su gusto mientras que llegaban
Kléber y Regniel'. Pero quiso aprovecharse de sus
ventajas y terminal' la victoria en el instante mis-
mo. Apenas tornaron aliento sus tropas marchó
contra la segunda linea apoyando la reserva de la
division de Lanusse á las de Lannes y Destaing.
Era dificil de tomar el reducto que culn-ia á Abou-
kir porque se hallaban dentro de él de nueve á
diez mil Turcos, teniendo un ramal hácia la de-
recha que le rcunia con el mal' y otro hácia la iz-
quierda que se prolongaba bastante pero sin unir..
se enteramente con el lago ~ladieh. Aquel espacio
abierto estaba ocupado por el enemigo y defendi-
do por muchas lanchas cañoneras. Mas acostum-
brado Bonaparte á llevar á sus soldados contra los
mas formidables ohstáculos , los dirigió contra la
posicion enemiga, y en efecto marcharon las di-
visiones de infanteria sobre el frente y derecha del
reducto, y la caballci-ia sc quedó escondida en un
bosque de palmeros con el fin de atacar por la iz-
quierda y atravesar el espacio abierto entre el re-
ducto y el lago de Madich ~ pesar del fueg·o de




320 REVOLUClON FUANCESA.
las cañoneras. Ejecutóse la carga marchando ade-
lante Lannes y Destaing con su valiente infante-
ria , acometiendo la media brigada 32 armas al
hombro contra los atrincheramientos y flanqueán-
dolos la 18.a por el estrerno derecho. El enemigo
sin aguardarlas sale á su encuentro y llegan á lu-
char cuel'po á cuerpo, y después de haber dispa-
rado los Turcos sus fusiles ysu par de pistolas em-
piezan á manejar el sable. Todo su empeño era
coger las hayonetas con sus manos, pero antes de
que pudieran asirlas se les entraban por los cos-
tados y así se les iba degollando en los mismos
atrincheramientos. Ya la 18.a estaba cerca de Ile-
gal' al reducto , cuando la rechazó un fuego terri-
ble de la arti Heria que la hizo bajar al pie de las
obras. Allí murió glOl'iosamente el valiente Leturq
por querer retirarse el último, y Fugieres perdió
un brazo. Al mismo tiempo lUUl'at se habia avan-
zado con su caballeria para atravesar el espacio
comprendido entre el reducto y el lago l\Iadieh,
habiéndose lanzado muchas veces y replegado al
enemigo, pero cogido entre los fuegos del reducto
y el de las cañoneras, se habia visto precisado á
volver atras. Algunos de sus soldados de á caba-
llo lIegal'on hasta los mismos fosos del reducto, y
todavia parecían impotentes los esfuerzos de tan-
tos bravos, contemplando Bonaparte aquella es-
cena sangTienta aguardando el momento favorable




B1HECTOHIO (179H)' 321
para volver Ú la cal'ga. POl' fortuna los Turcos sa-
lieron scg'un costumbre de sus atrincheramientos
pal'a cortar las cabezas de los muertos y aquel fue
el instante que aprovechó Bonaparte para lanzar
dos batallones, uno de la 69 y otro de la 22 que
asaltan los atrincheramientos -y se apoderan de
ellos. Por la derecha se aprovecha tamhien de la
ocasion la 1~. a y entra en el reducto al tiern po
mismo que Murat ordena otra nueva carga. Atra-
viesa uno de sus escuadrones aquel espacio tan
temible entre las trincheras y el lago y penetra en
la aldea de Aboukir, huyendo los Turcos en to-
das direcciones y se hace en ellos un est.'ago 110.1'-
rible, Fuéseles persiguiendo con la bayoneta y se
les precipitó en el mal' , y Murat al frente de sus
caballos penetra en el campo del bajá Mustafú,
quien en la última desesperación dispara una pis-
tola contra IHurat hidéndole Jjgcl~amente, pero
este le corta dos dedos de un sablazo, le coge pri-
sionero y se le envia á Bonaparte. Los Turcos que
no fueron muertos ó ahogados se retiraron al fuer-
te de Abouk.ir,
~fas de doce mi l cadáveres flotaban en a(1 uellas


olas de Aboukir , cubiertas poco antes con los cuer-
pos de nuestros marinos ; y otros dos ú tres mil
liahian perecido pOl' el fuego ó el hierro. Los de-
mas que estaban en el fuerte no terrian otro re-
curso nW.5 {lue la clemencia del ven cedor. Tal Iue


XIJ. 21




322 REVOLUCJON FRANCESA.
aquella estraordinaria batalla en que acaso por la
primera vez en la historia de la guerra quedó en-
teramente destr-uido el ejército enemigo. Enton-
ces fue cuando Kléber al caer de la tarde cogien-
do á Bonaparte el"! brazos le dijo: General, soi« tan
grande como el mundo.


Así, tanto en la espedicion de la Siria como con
la batalla de Aboukir quedaba el Egipto libre, á
lo menos por el momento, de las fuerzas de la
Puerta, y la situación de los Franceses podia con-
siderarse como bastante tranquila. Después de to-
das las pérdidas que .habia hecho el :ejército to-
davia contaba cerca de 2;) mil hombres, pero
los 111aS valientes y mejor mandados del uni-
verso. Cada dia era de espel'ar que simpatizase
mas con 105; naturales y consolidase su estable-
cimiento, habiendo ya un año entero que habia
llegado allí con su general. Este aprovechó los
primeros momentos del estio ántes de la inunda-
cion para apoderarse de Alejandria y de la capi-
tal, lo cual consiguió con la batalla de las Pi l'á-
mides, y después de ella en el otoño terminó la
conquista del Delta y confió á Dessaix la del Alto
Egipto. En el invierno habia intentado la espedi-
cion de Siria y destruido el ejército turco de Djzzar
en el monte Thabor , y ahora ya otra vez en el es-
tio acababa de destrujr el segundo ejército de la
Puerta en Aboukir: No dejaba pues de haber apro-




DIRECTORIO (1799). 323
vechado hien el tiempo y ya que la victoria aban-
donaba en Europa las banderas de la Francia, pa-
recia pernlanccer fiel á ellas en Africa yen Asia.
Los tres colores flotaban triunfantes en el Nilo y
en el Jordán en aquellos mismos 1ugares donde
nació la religion de Jesucristo.


Todavia ignoraba Bonaparte lo que estaba pa-
sando en Francia, pues no habia llegado á sus
manos ninguna de las cartas del directorio ni de


u


sus hermanos y estaba en la 111ayor inquietud. A
cada instante mandaba cruzar algunos berganti-
nes con órden de detener á los buques mercan-
tes y saber por ellos lo que pasaba en Europa. En-
vió un parlamentario á la escuadra turca con pre-
testo de negocial' un cange de prisioneros, pel'o en
la realidad para saber alguna noticia; pero Sid-
ney detuvo al parlamentario , le trató muy bien
y viendo que Bonaparte no sabia una palabra de
cuanto habia pasado, tuvo el maligno ¡'placer de
darle un grueso paquete de todos los periódicos.
Volvió el parlamentario y se le entregó al g'ene-
ral , que pasó. toda una noche en devorar aque-
llos papeles é instruirse de todo cuanto ocurría
en su patria. Inmediatamente tornó su deterrni-.
nacion y resolvió embarcarse secretamente para
Europa y aventurar la travesía á pesar del riesgo
de ser apresado por las escuadras inglesas. Envió
ú llamar al contra-almirante GanthcaUllle man-




REVOLUCTON FRANCESA.


dándole qne apl'ontase las fl'agatas Mniron y la
Carrere ; y sin hablar una palabra con nadie, se
fue corriendo al Cairo para dar sus disposiciones,
y redactando una lal~ga instruccion para Klébel' á
tluien pensaba dejar el mando del ejército , volvió
inmediatamente fa Alejandria.


El dia 22 de agosto llevando consigo ú Berthier,
Lannes , Murat , 'Andreossv , Mnrmont, Berthollet
y l\fonge, se fue con una escolta de algunos guias
á una playa distante, donde estaban esperándole
algunas lanchas , y embarcándose en ellas, n10n-
taron todos en las dos fragatas Muiron y la Carrere,
á quienes seguian los dos javeques La Revancha y
La Fortuna. En el instante mismo dieron la vela
para no estar ni siquiera un día á la vista de los
cruzeros ingleses; pero por desgracia sobrevino
una calma que les hizo temer sel~ sorprendidos y
querian volverse á Alejandría pero Bonaparte no
lo consintió y les dijo: Cl: Estén Vms, tranquilos
(f porque pasaremos. » - Sin duda contaba, como
César , con su fortuna.


No era aquella, como algunos han querido de-
cir, una cobarde desercion , supuesto que dejaba
un ejército victorioso solo para 11' á correr toda es-
pecie de riesgos yel mas horrible de todos cual pu-
diera ser el de prisionero en Londres; sino una de
aquellas temeridades con que los grandes ambi-
ciosos tientan al cielo, y él que deben después




IHItECTOIlIO (1799t 325
aquella inmensa confianza que unas veces los ele-
va y otras los precipita.


jJientras que aquella gran fortuna estaba en-
tl'eg'ada á los hazares dc los vientos ó de algu n
mal encuentro, la victoria se volvia á declara r
por nuestras vandcras en Europa y la república
salia pO!' medio dc un esfuerzo sublime de los pe-
ligros á quc acabamos de verla espuesta. Conti-
nuaba ~Iassena en la linea del Limmat , dilatan-
do el momento de tomar la ofensiva y el ej(~l'cito
de Italia, después de perdida la batalla de Novi,
se hahia dispersado en el Apenino. Felizmente
Souwarow no supo aprovechar mejor la victoriu
de Novi que la del Trcbia y estaba perdiendo en
el Piamonte el tiempo que la Francia empleaba
en hacer preparativos, En aquel momento el con-
sejo áulico tan poco constante en sus planes como
lo haLia sido el diredorio, discunió lino (pie no
pOllia menos de cmhiar la {¡,z de 1m; sucesos. Es-
taba celoso de la :autoridad que Souwarow habia
querido ejercer en Ilalia y visto con pesadumbre
que aquel g'cnt'l'<d hubiese escrito al rev de Cer-
deiia para que viniese ú sus estados. Tenia el con-
sejo áulico sus miras sobre el Piarnoute y deseaba
alejar de all í al anciano mariscal. A esto se agTe--
gaba la poca arrnouia que reinaba entre Rusos y
Austriacos, por cuyas razones se decidió -el con-
sejo áulico ú variar enteramente la distribuciou




'}~l'
•)_,-J REVOLUCIO.'í FH.\:\'CESA •


de las tropas en la linea de opcrucion, Estahan:
mezclados unos con Otl'05 en los dos teatros de la
guerl'a, pues Korsakoff operaba en Suiza con el
archiduriue Carlos"¡ "Y Souwnrow con Melas en Ita-
lia , por lo cual resolvió el consejo que el archi-
duque se trasladase al Hhin y Souwarow á Suiza.
De aquella manera los dos cj(~rcitos l'lISOS debian
Opel'élr ambos en Suiza y Jos Austr-iacos solo en el
Rhiu y solos tamhien en Italia donde nluy pronto
dehian ser reforzados por un nuevo ejé,'cito des-
tinado ú llenar el vacio (Iue dejaba Souwarow, La
razón que dió el consejo para este cambio fue la
necesidad de que combatiesen juntas las tropas
de cada naciou , y que 'los Husos encoutrarian en
Suisa una temperatura mas análoga á su clima,
además de que el movimiento del arclrid uque
Carlos hácia el Hhin Iavorecia la espcdicion de
Holanda .. No podia menos la Inglaterra de apro-
bar aquel plan porque esperaba mucho pal'a su
espedicion de Holanda de la presencia del archi-
duque en el Rhin y no la pesaba nada de que se
apartasen de Génova los Rusos, que habian entra-
do ya en Corfou y tenian el proyecto de apoderar-
se de Malta.


Era escesivamente peligroso este cambio en
presencia de Massena , mucho mas cuando por él
se traslada ba á los Husos á un teatro que no les
convenia de modo alguno, porque acostumbrados




DIRECTORIO (1799). 327
aquellos soldados á cargar á la Layoneta en las
llanuras, no sabian disparar un tiro de fusil, y lo
{Iue principalmente se necesita en las montañas
son buenos tiradores. El consejo áulico, que se-
gun el espíritu de los gabinetes, daba mas impor-
tancia á [las razones políticas que :l las militares,
prohibió á sus geneca/es que hiciesen la menor
objeccion y mandó la rigurosa observancia de
aquel plan que se hahia de ejecutar en 19S últi-
TIlOS (!;:'5 de agosto.


Ya hemos descrito la configuracion del :teatl'o
de la guerra, y la d istribuciou que en él tenia n
los ejércitos ". Las ag'uas qne descienden de los
Graneles Alpes y que unas veces corren en forma
de rios y otras se estancan en lagos, pl'esenla n di-
ferentes lineas enlazadas unas con otras pvinci pian-
do á la derecha junto á una gran corclil lera <le
montuñas y terminando á la izquierda en el gran
rio que separa la Alemania de la Francia. Las dos
principales eran la dd Rhin y la del Limrnat , y


.. Por mas esmero que yo ponga en esplic.u-me con clari-
dad, 110 me prometo hacer bien comprensibles los sucesos
que vuy á refer ir si el lector no tiene « la vista alguna carta
pOI' incompleta que sea. Sin eml>argo, son tan estruor-dina-
rios estos acontecimientos, y han influido tan decididamente
en la salvaciou de la Frauciaque los considero dignos de ser
bien entendidos y por eso aconsejo al lector (Iue no deje de
consultar alguna carta. Por malo (Iue sea un mapa de Suiza,
bastará para discernir el conjunto de las operaciones,




R:EVOLV(:IO~ FllANCES--A.


habiéndose visto precisado Massena á ahandnnar
a primera, se hahia l'cplegado ú la segunda. Auu
de esta misma tuvo que retirarse un poco atras
para apoyarse sobre el Albis, pero siempre era la
linea del Limmat quien separaba los dos ejércitos.
Componíase aquella linea del Lint que nace junto
á los Grandes Alpes en el canton de Glaris y entra
en el lagode Zurich : de este lago y del Limmat quc
sale de a en Zurich mismo y vá finalmente á de-
saguar en el Aar cerca de Bruck. El archiduque
estaba detrás del Limmat ocupando desde Bruck
hasta Zuvich : y Korsakoff se hallaba detrás del
lago de Zurich esperando que se le señalase su
posiciono Hotz.e defendia el Lint ,


Segun el plan acordado , el archiduque, desti-
nado al Rhin, debia ser reemplazado por Korsa-
koíf detrás del Limmat , y Hotzc debia quedarse
en el Lint con el cuel'po austriaco de Voralderg
para darse la mano con Souwarow que llegaba de
Italia. La duda era saber cual camino deberia to-
mar Souwarow , porque habiendo de atravesar 103
montes, podiu seguir la una ó la otra de las lineas
que cortan la Suiza. Si preferia penetrar POl' el
valle del Rhi 11 , podia , atravesando el Sp lugen ,ir
por Coire hácia el Rhin super-ior y hacer allí su
reunion con Hotze , cosa quc segun el cálculo po-
dia estar real izado hacia el 2;:> dc setiembre. A(pICI
movimiento tenia la ventaja de (~jccnlarsc léjos de




nJnECTOll1O (1799). 32!}
los Franceses y fuera de su alcance, lo cual era
mucho mas seguro. También podia Souwarow to-
mar otro camino y en lugar de seguir la línea del
Rhin, entrar por el San Gotardo al valle de Reuss
y desembocar por Schwitz detras de la linea del
Lint ocupada por los Franceses, Esta marcha te-
nia )a ventaja de que le conducia detras de la li-
nea enemiga; pero era necesario atravesar el San
Gotardo que estaba ocupado pOl' Lecourbe y se
necesitaba preparar un movimiento de Hotze del
otro lado del Lint para que viniese á dar la mano
al ejército que llegase de San Gotardo. Para favo-
recer este movimiento era preciso un ataque sobre
el Limmat , y en una palabra se necesitaba una
operacion general en toda la linea y una esactitud
tal que era muy dificil de obtener cuando se ope-
ra á tan grandes distancias y con destacamentos
tan numerosos. Aquel plan, de que los Rusos
echan la culpa ú los Austriacos y los Austriacos á
los Rusos, fue precisamente el que obtuvo la PI'C-
ferencia , y de consiguiente se mandó dar u n ata-
que general en toda la linea en los últimos ;dias
de setiembre. En el momento en que Souwarow
desembocase pOI' el San Gotarclo al valle de Reuss,
debia atacar Korsakoff por bajo del lago de Zu-
rich , es decir á orillas del Limmat ,y Hotze por
mas arriba del lago á orillas del Lint. Dos de los
tenientes de Hotze, que eran Linken y Jellachich,




3~0 llEVOLUCION FRANCESA.
debian penetrar al canton de Glaris hasta Schwitz
y dar la mano á Souwarow. Una vez verificada la
reun ion general, ascenderia el número de tropas
juntas en Suiza á 80 mil hombres, porque Sou-
warow llegaria con 18 mil , Hotze tenia 25 mil y
Korsakoff tenia consigo 30, Y además la reserva
del cuerpo de Condé y algunos miles de Bávaros.
Pero entre tanto que se verificaba la tal reunion,
los 30 mil hombres de Korsakoff y los 2~) mil de
Hotze se hallaban espuestos á que cayera sobre
ellos todo el ejército de Massena.


En efecto aquel intervalo en que el archiduque
hubiese abandonado el Limmat y SC"~Yarow no
hubiese todavia pasado los Alpes era demasiado
propicio para que Masscna le dejase escapar sa-
liendo de la inaccion que tanto se le habia echado
en cara. Ascendía ya su ejército á 75 mil hom-
bres ó muy cerca con los refuerzos que le habian
ido llegando, pero tenia qne cubrir desde el San
Gotardo hasta Basilea , que era una línea inmensa.
Como tenia bajo sus órdenes á Lecourbe formando
su derecha y á los generales Gudin 3 y Molitor lt ,
defendia el San Gotanlo, el valle de Reuss y el al-
to Lint con doce ó trece mil hombres. Soult ocu-
paba con diez mil el Lint hasta su embocaduca en
el lago de Zurich , y lUassena con las divisiones de
lUortier ;), Klein 6, Lorge y l\1esnard que formaban
un total de treinta y siete mil hombres estaba de-




DIRECTORIO (1799). 33(
lante del Lirnmat desde Zurich hasta Bruck. La di-
visión de Thureau que constaba de nueve mil ho m-
hres y la de Chabran, de ocho, defendian la prime-
ra el Valais y la segunda las cercanías de Basilea.


Aunque Massena era inferior en fuerzas, tenia
la ventaja de poder reunir su masa principal en
el punto mas importante y así tenia 37 mil hom-
bres á la orilla del Lirnrnat , que podia destacar
contra Korsakoíl', mucho mas cuando este acaba-
ba de debilitarse con 4 mil que había enviado de
refuerzo á Hotze detras del lago de Zurich, que-
dándose reducido á 26 mil hombres. El cuerpo
de Conde y los Ilávaros que debian servirle de re-
serva estaban todavia muy atras en Schaffouse. Por
tanto podia Massena lanzar 37 mil hombres contra
26 mil, y una vet. batido Korsakoff, podia caer
sobre Hotze y despues de derrotar á ambos, ani-
quilae ú Souwarow que llegaba á Suiza con la es-
peranza de encontrar á un enemigo 'ya vencido ó
por lo menos contenido dentro de su línea.


Aelvertido Massena de los pl'oyectos de sus ene-
migos , anticipó un dia el ataque general fijánd o-
le para el 25 de setiembre 1799. Es de advertir
que desde que él se habia retirado al Albis, algu-
nas leguas detras del Limrnat , era dueño el ene-
migo del CUl'SO ele este rio y era necesario privade
de él atravesándole, lo cual se propuso ejecutar
con sus 37 mil hombres. lUientras que él iba á ma-




332 REVOLUCION FRANCESA.
niobrar por mas ahajo del lago de Zurich , enea r-
gó á Soult que maniobrase por mas arr-iba y atra-
vesase el Lint el mismo dia, en lo cual cometió
Massena una falta, segun los militares, pues de-
bia atraer á Souwarow á Suiza en luga,' de alejar-
le de ella; y así si en lugar de dejar á Lecourbe
batirse inutilmente en San Gotardo contra Sou-
warow , le hubiera reunido á Soult, habría esta-
do mas seguro de aniquilar á Hotze y de pasal' el
Lint, Pero dígase lo que se quiera, como el re-
sultado fue tan completo cual pudiera desearse,
esta reconvención á Massena no se debe mirar sino
como un rigorismo de principios.


Sale el Limmat del lago de Zurích en Zuricli mis-
mo dividiendo la ciudad en dos partes, Segun el
plan convenido entre Hotze y Souwarow, se pl'epa-
raba Korsakoff á ataca!' á Massena, para lo cual ha-
bia conducido la masa de sus fuerzas á la partf~ de
Zurich que está delante de Limmat, sin dejar mas
que tres batallones en :Closter-Fahr para guardal'
un punto donde el rio es mas accesible. Hahia en-
viado á Durasoff con una division cerca de la em-
bocadura del Limrnat en el Aar para vigilar pOI'
aquella parte; pero su masa compuesta de t 8 mil
hombres á lo menos estaba delante del rio en ac-
titud .ofensiva.


Sobre este estado de cosas calculó Massena su
plan y resolvió encubrir mas bien que atacar el




lHRECTomo (1799). 333
punto de Zurich donde Korsakof habia reunido
sus fuerzas, y después con una porcion consi-
derable de las suyas intentar el paso de Limmat
por Closter-Fahr que estaba débilmente defendi-
do. Una vez franqueado el paso, queria que aque-
lla división subiese por la orilla opuesta del río á
situarse detras de Zurich y entonces se proponía
atacar á Korsakoff pOI' las dos orillas y tenerle en-
cerrado dentro del mismo Zurich , de lo cual po-
dian resultar consecuencias inmensas.


A Mortier que con su division de 18 mil hom-
bres ocupaba la derecha del campo de batalla,
le envió sobre Zurich con encargo de contener
primeramente y Juego de atacar á la masa rusa.
Kleiu con su división de 10 mil hombres debia
situarse en Altstetten entre el punto de Zurich y
el de Closter-Fahr donde se iba á intentar el paso.
De este moüo poúia Ó l\il'igirse delante de 1..urich
y dar SOCOl'l'O á Mortier contra la masa rusa , Ó
acudir al punto del paso si se necesitaba de su au,
xilio. Tenía aquella division 4 mil granaderos y
una magnífica reserva de cahalleria : pero el paso
por el Closter-Fahr estaba encargado á la divi-
sion de Lorges con una 'parte de la de lUesnard,
que en todo componian al rededor de 15 mil hom-
hres. Lo restante de la división de Mesnal'd habia
de estar haciendo demostraciones en el bajo Lim-
mat para engañar y contener á Durasoff




334 REVOLUCION FRANCESA.
Estas disposiciones que tanto han admirado á


los críticos se pusieron en ejecucion el dia 25 de
setiembre 1799 á las cinco de la madrugada, des-
pues de aprontados todos los preparativos para el
paso cerca de la aldea de Dietikon con un esmero
y sigilo estraordinarios. Las barcas fueron traidas
á brazo y se escondieron en los bosques, de suer-
te que por la mañana ya estaban flotando en el
rio y las tropas muy silenciosas á la orilla. El ge-
neral Foy 7 , qne tanto se ha distinguido des pues
como orador, mandaba la artilleria en aquella in-
mortal batalla, y dispuso muchas baterias de mo-
do que protegiesen el paso, habiéndose embarca-
cado 600 hombres que con la mayor osadia atra-
vesaron á la otra orilla. Al momento cayeron so-
bre los tiradores enemigos y los dispersaron, sin
embargo de haber tres batallones en la meseta de
Closter-Fahr con artilleria; pero la nuestra per-
fectamente dirigida no tardó en apagar sus fue-
gos y protegió el paso sucesivo de nuestra van-
guardia. Luego que el general Gazan 8 pudo reu-
nir á los 600 hombres que habian pasado prime-
ro un refuerzo suficiente, cargó contra los tres
batallones rusos que guardaban á Closter-Fahr ,
los cuales se defendieron animosamente en un
bosque; pero Gazan los envolvió y se vió precisa-
do á matar á casi todos ellos para que desaloja-
sen el puesto. Destruidos aquellos tres batallones ,




DIRECTORIO (1799). 335
se pudo echar el pncnte por donde atravesaron el
rio la division entera de Lorges y parte de la de
Mesnard,es decir que estuvieron ya 15 mil hom-
bres del otro lado de Limmat. Se colocó á la bri-
gada de Bontemps en Regensdorf para que hicie-
se frente á Durasoff en caso de que intentara su-
bir por el bajo Limmat y el grueso de las tropas
dirigido por el gefe de estado mayor Oudinot, su-
hió por la orilla del rio hácia la espalda de Zurich.


Ya terminada aquella partc de la operacion , se
dirigió '"personalmente Massena á la otra orilla
del Limmat para velar sobre el movimiento de
sus alas, y habia engaiiado tan bien Mesnard á
Durasoff COIl sus demostraciones en el hajo Lim-
mat , que ~este se dirigió á la orilla y desplegó
en ella todos sus fuegos. Por la derecha habia avan-
zado Mortier sobre Zurich por Wollishofen ; pcro
se encontró con la 111aSa dc Korsakoff apostada,
como ya liemos dicho, delante del Lirnmat y se
habia visto precisado á replegarse. Mas entonces
llegando Massena, desplegó la división de Klein
que estaba en Astetten, y Humbert al frente de
los 4 mil granaderos marchó sobre Zurich y res-
tableció el combate. Renovó lHortiel' sus ataques y
se consiguió encerrar á los Rusos en Zurich.


Entre tanto Korsakolf fastidiado de oir cañoneo
á su espalda, habia traido algunos batallones del
otro lado del Limmat , pero eran del todo inúti-




336 REVOLUCION FRANCESA.
les aquellos débiles refuerzos, Continuaba Oudi-
not subiendo pOI' la orilla del Limmat y se apode-
ró del pequeño campamento situado en Hong,
como también de las alturas que están detrás
de Zurich y del camino real de Vintherthur que
da paso á la Alemania y era el único por donde
podian retirarse los Rusos.


Estaba casi concluida la jornada y preparados
para el dia siguiente unos resultados inmensos,
supuesto que los Rusos se hallaban encerrados en
Zur-ich entre los 15 mil hombres que habian pa-
sado por Closter-Fahr y los 18 mil que tenian á
su frcute , siendo IUUy dificil que pudiesen evitar
un desastre. Se ha creido que hubiera debido Mas-
sena enviar la división de Klein por Clostet'-Fahe
en lugar de dejarla delante de Zurich para cerrar
enteramente el paso del camino de Vinthcnthur.
Pero él temía (Iue quedando lUol'tier con solos
ocho mil hombres hubiera podido pasar Korsa-
koff por cima de él y venirse al Lint , pues aunq ue
es verdad que en tal caso se hahria encontrado
con Soult y con Lecourbe , tambien hubiera po-
dido encontrarse con Souwarow que venia de Ita-
lia , y no se sabe lo que hubiera podido suceder
con semejante combiuacion,


En fin ya Korsakoff habia empezado 5 compren-
der la situacion en rque se hallaba, y conducido
sus tropas á la otra parte de Zurich <letras del Lirn-




7:,'


L


'-1<>;"".' ., -




;'111';1(' ¡',ll·¡,':'




lHRECTORIO (1799). 337
mal. Cuando Durasoíf SUP\) el paso del enemigo
procuró apartarse cuanto pudo de la Inigada de
Bontemps y dando un rodeo vino ú ocupar el ca-
mino de Vintherthur. Al dia siguiente 26 de se-
tiembre debia ser muy encarnizado el combate por
que los Rusos intentaban abrirse paso y los Fl~an­
ceses coger' inmensos trofeos. Principiaron (1 batir-
se desde muy templ'ano y la desgraciada ciudad de
Zurich atestada de artillería, bagages, heridos y
atacada pOl' todas partes estaba envuelta en JHlJllO
y fuego. Del lado acá del Limmat se habían aproxi-
mado ú ella l\'IOl'tiel' y Klein estando muy cerca de
penetrar por sus calles; y por el otro Oudino: la
estrechaba con intento de cerrar el camino ú Kor-
sakoff. Este camino (te Vinthertur que fue teatro de
un sangriento combate, había sido tomado y vuel-
to á tomar muchas veces, hasta que Koi-sakofl'
pensando en fin en retirarse habia puesto su in-
fanteria ú la cabeza , su caballeria en el centro y la
artilleria y equipagcs á la cola é iba marchando
en esta forma en una larga columna, Cargó su va-
liente infanteria con la mayor furia arrollando
cuanto se la ponía delante hasta abrirse paso;
pero apenas pasó una pal'te de la caballeria cuan-
do 103 Franceses volvieron á la cal'ga y atacaron al
resto de la caballería y los bagages repelíéndolos
hasta las puertas de Zurich. En el instante mismo
entran Klein y .Mol'tiel' por su lado y se batcn en


XII.




338 REVOLUCION FRANCESA
las mismas calles, causando la muerte del ilustre
y desgraciado Lavater 9 , á quien un Suizo borra-
cho puso el fusil al pecho á la puerta misma de su
casa pidiéndole dinero y cayó herido de una bala
que le atravesó un muslo, de lo cual murió po-
cos meses después. Todo cuanto estaba en Zurich
se vió precisado á rendir las armas , cayendo en
poder de los Franceses cien piezas de artjllcria ,
todos los bagages, las administraciones, las cajas
del ejército y cinco mil prisioneros. Ademas tuvo
Korsakoff ocho mil hombres fuera de combate en
aquella encarnizada lucha, con lo que quedó re-
ducido su ejército á la mitad. Un resultado seme-
jante podia compararse á los de las grandes bata-
llas de Italia y sus consecuencias para el resto de
la campaña importaban acaso mas que las venta-
jas materiales. Korsakoff se dió mucha prisa á lle-
gar al Rhin con trece mil hombres á lo mas.
e


Entre tanto Soult , que estaba encargado de 'pa-
sar el Lint por mas arriba del lago de Zurich , eje-
cutaba su operacion con tanta felicidad como el
general en gefe, pasando por entre Bilten y Ri-
chemburgo. Ciento y cincuenta hombres determi-
nados atravesaron el rio á nado, llevando sus fu-
siles en la cabeza y llegaron á la otra orilla,
echando de ella á los tiradores, y protegiendo el
desembarco de la vanguardia. Inmediatamente
acudió Hotze al lugar del peligro, pel'o cayó muer-




DIRECTORIO (1799). 339
lB de un tiro lo cual ocasionó desorden en las fi-
las austriacas, y en vano se esforzó su sucesor Pe-
teasch 10 en rechazar al Lint los cuerpos que ha-
bian pasado, sino que tuvo precisión de reple-
garse y lo hizo precipitadamente á San Gall y al
Rhin, dejándose 3 mi 1 prisioneros y alguna arti-
Ileria. Por su parte los generales Jellachich y Lin-
kcn , que estaban encargados de venir por el al-
to Lint al canton de Glaris á recibir á Souwarow
en el desembocadero de San Gotardo, tuvieron
fIlIe retirarse al oir aquellos desastres, con lo cual
quedaban rechazados cerca de 60 mil hombres de
la línea del Limmat hasta mas allá de la del Rhin
despucs de sufrir perdidas inmensas. Souwarow
fIlIe creia desembocar en la Suiza por el flanco de
un enemigo atacado por todas partes, y esperaba
decidir su completa derrota , iba á encontrarse
con todos SlIS tenientes dispersados y Ú meterse
entre Ull ejército en todas partes victorioso.


Salió de Italia con 18 mil hombres y llegó al
pie del San Gotardo el dia 21 de setiembre ha-
biéndose visto precisado á desmontar sus Cosacos
para llevar la artiJleria ú lomo, y envió á Rosem-
herg con 6 mil hombres para flanquear el monte
por Dissentis y el Crispalt. Luego que llegó á Ario-
lo ú la entrada de la garganta de San Gotardo el
23 dc setiembre, se encontró alli á Gudin con una
de las Jn'i~adas de la división de Lecourbe, y se


L




340 REVOI~UCION FR,tNCESA.
batió contra ella con la mayor tenacidad : pero
como sus soldados eran malos ti radores y no sa-
hian mas qne avanzar á todo riesgo, caian pOl'
pelotones á tiros y á pedradas. Por fin se deter-
minó á inquietar á Gudin por sus flancos y de es-
ta suerte le obligó á cede.' el estrecho hasta el hos-
pitaL Con aquella resistencia de Gudin tuvo tiem-
po Lecourbe para reunir sus tropas; mas como no
tenia mas 'que 6 mil hombres en todo, y era im-
posible que resistiese á Souwarow que venia con
t 2 mil y á Rosemberg que estaba ya á sus espal-
das en Urseren con otros 6 mil , dejó su artilleria
en Reuss , y subiendo por entre rocas casi inacce-
sibles se trasladó á la orilla opuesta y se metió en
el valle. Luego que llegó del otro lado de Urseren
donde ya no tenia á su espalda á Rosemberg, cor-
tó el puente del Diablo y mató una multitud de
Rusos ántes que pudiesen pasal' el precipicio, ba-
jando al lecho, del Reuss y volviendo a subir por
la orilla opuesta. Así hizo Lecourbe una retirada
palmo á palmo aprovechándose de todos los obs-
táculos para cansar y matar uno á uno los solda-
dos de Souwarow,


De este modo llegó el ejército ruso á Altorf en
el centro del valle de Ileuss , rendido de cansan-
cio , falto de víveres y sumamente debilitado por
las pérdidas que habia sufrido. En Altorf es don-
de el Heuss desemboca en el lago de Luzerna , y




lHH.ECTOIUO (1 7~)9). 34 t
..... í JJoLl..c, '-;PgUIJ el plan cOJ}vclli~fo, bulJiera podi-
do hacer que llegasen Jellachich y Linken del
ot ro lado del Li nt hasta Schwitz , habria enviado
harcas para recibir Ú Souwarow en la embocadura
del Hcuss, Pero despues de los pasados sucesos no
cucoutró Souwarow cmbaroaciou alguna y se ha-
Hó encerrado en un espantoso valle. Ocurria esto
el día :26 de setiembre que fue el del desastre ge-
neral el) toda la linea, y no le quedaba otro re-
curso mas que echarse en el Schachental y atra-
vcsar moutaüas horr-ibles donde no babia ningun
~..amino abierto para pasar al valle de l\'Iuthenthal.
EII cfecto se l'uSO en marcha desde el siguiente
tIia sil) poder pasa r mas que un hombre tras otra
pOl' el sendero que se hahia de scg~lir y tardó dos
días enteros el ejército en hacer la travesia de
<llgunas leguas. Ya estaba el primer hombre en
JlUlt'II, cuando el último no l.ubia salido todavia
dc Ahorf, ,'1 a:,Í los pl'{\ci picios estaban cubiertos
de cquipag-ec; , cab.rllos y sol.lados muertos de
h.uuhre y lle causaucio. tucgo que llegó al valle
de )Iuthenthal pod ia Souwarow desembocar por
Schwitz , no kjos del 1ag"0 de Zurich , ó bien subir
por el valle y echarse en el Lint pasando POl' el
Hragcl ; PC1'O POl' el lado de Schwitz llegaba l\Ia3-
sena con la divisiun de i\Iol'tier , y por "el otro la-
do de Bl'agd estaba Molitor ocupando el desfila-
dcro de Kroenthal junto á las orillas del Liut, Por




342 HEVOLUCION FUANCESA.
fin después de dar dos dias de descanso á sus tro-
pas se decidió á retroceder por el Bl'agcl y se pu-
so en marcha el 30 de setiembre. Iba l\Iassena
atacándole por la espalda mientras que del otro la-
do del Bragel le hacía frente Molitor en el desfila-
dero de Kloeuthal : y aun(jue Hoscmberg resistió
bravamente todos los ataques de Massena , fueron
vanos todos los esfuerzos de Bragation para pene-
trar por donde estaba Molitor ,y aunque logró
abrirse el camino de Glaris ,nunca pudo penetrar
ú la de Wesen, Souwarow despues de haber dado
combates sangrientos y mortíferos ~ cortado por
todas pal'tes J repelido sobre el Glaris , no tcnia
otro recurso que volver á subir pOI' el valle de
Eugi para salir al del Rhin. Pero aquel camino
era todavia 111a8 horrible que el que habia sc~'ui­
do antei-iorrnente , y sin ernbargo tuvo quc deci-
dirse á él empleando cuatro días de esfuerzos y
padecimientos inauditos para llegar á Coire y al
Hhin. Apellas hahia podido salvar 10 mil honr-
hres de los 18 mil que traia , y los A1pes queda-
ban cubiertos de cadáveres de sus soldados, re-
tirándose aquel bárharo , ú quien tenian pOlo in-
vencible , lleno de confusion y de rabia. En 1;) dias
habian perecido mas de 20 mil Rusos y cinco á
seis mil Austriacos , quedando echados dc la Suiza
los ejércitos que se preparaban ú invadimos. Quc~
dó disuelta la coalicion , porque Souwarow irrita-




DIUECTORIO (1799). 343
do contra los Austriacos, no queria servil' mas á su
lado, y podia ya decirse que estaba salvada la
Francia.


Honor y glol'ia eternas á Massena , que acababa
de ejecutar una de las mas bellas operaciones de
que haga mcncion la historia salvándonos de una
crisis mas pcligTosa (lue la de Valmy y Fleurus.
Deben admirarse las grandes batallas ó por la
combi nacían ú por los resultados políticos; pero
hall de celebrar-e sobre todo aquellas que sal van
al pais , dcbióndose aclrniracion á las unas y reco-
nocimicnto á las otras. Zurich es el mas bello
timhre de Massena y cierto no hay ninguno mas
brillante en ninguna corona militar,


Mientras que pasaban estos felices sucesos en
Suiza tambien nos volvia la cara la victoria en
Holanda, (ronde Brune débilmente aquejado por
el encmigo, Iiabia tenido tiempo de concentrar
sus fuerzas y después de haber hatido á los Anglo-
Rusos en Kastrikum , les habia encerrado en Zi p
y reducido á capitular. Fueron las condiciones la
evacuacion de la Holanda, la restitución de lo que
se habia cogido en el Helder y la libertad sin can-
ge de 8 mil prisioneros. Se deseaba tambien la
restitucion de la escuadra holandesa pero los In-
gleses la reusaron y se temía que en el caso de no
admitir la capitulacion hiciesen mucho daño al


.palS.


.. "' ....
~..:~.".~. ~ _ ~ ~'. r




HE' OUTCfON FHANCfiSA.


Así terminó aquella memorable campaíia de
1799, en que la república por haber entrado en
aceion demasiado pi'onto y cometido la falta de
tornar la ofensiva sin haber antes concentrado sus
fuerzas, había sido batida en Stokach y Magnano
y perdido en aquellas dos derrotas la Alemania y
la Italia. Habiendo ouedado Massena solo en Sui-




za formaba un ángulo agudo lnuy peligroso entre
aquellas dos victoriosas masas. Se replegó sobre el
Hhin , después sobre el Lirnmat y últimamente
sobre Albis. A.Hí se hizo inatacable durante cuatro
meses , mientras que el ejército de Nápoles procu-
rando reunirse al de la alta Italia habia sido bati-
do en el Trebia , y juntos después lo fueron nuc-
vamente en Novi perdiendo á S~ p,'eneral y á la
Italia. Hasta el Apenino mismo habia sido invadi-
do y amenazado el Val'; pero aquel habia sido
el término de nuestras desgTacias. Queriendo la
coalicion dislocar sus fuerzas habia mandado ir


.


al Rhin al archiduque Carlos y á Souwarow ? Sui-
za , cuando )-Iassena aprovechando aquel momen-
to destruyó á Korsak off privado del archiduque y
puso en fuga ú Sou warow , pri vado de Korsakoff.
Así supo reparar nuestras desgracias con una vic,-
toria inmortal, Tamlrien en Oriente habian termi-
nado la campaña unos triunfos brillantes, pceo no
se puede l1Cg',H' que si grandes liazañas lrahian sos-
tenido á la república amenazada de sucumbir y




DIHECTomo (1799). 345
rodeádola de alguna gloria, no por eso la restitu-
)'cron ni su grandeza ni su poder. Estaba salvada
la Francia pero solo salvada, y no solo no hahia
recobrado su antigua situacion, sino que todavia
corria peligl'os en el Val'.






"--~-''=---'"============"======


PERTENECIENTES AL CAPITULO QUiNTO.


PAGiNA 504.


1 Este Phclipeaux era uuanriguo oficial de urtillcrin
frunces que huyó Ú Inglatcn:a al principio de la revolucion
~. contrajo mucha amistad con Sidney-Smiht. Uno y otro
lueron cogido~ prisioneros y conducidos ú la prision del
Temple de París, donde solo escapó Phclipeuux de la
muerte hucióudoso pasar por criado del comodoro hasta
q uc al liu pudieron ponel'se ambos en salvo y le acompa-
ilú al Jr(~dit(~lTúneo, y se hnlló en la defensa de San Juan
de ~\CI·(~. dunde al ¡in uunió de cansancio., "


2 Augusto F(~(lcl'i('o Luis Viesse de ~L.H'nH)\\t, maris-
cal de Francia y duque d(~ lbgnsa, es lino (le aquellos
/¡olllln('.'l ;'1 quielles lilas injustamente persigue una opi-
Ilion erroueu y una calumnia política, de que solo la his-
toria lIad la debida justicia. Nació eu Chatillon del Sena
el 20 de julio 177.4 Y entró Ú servir en 178H de subte-
niente de un I'egimicllto de infanteria. Duraba todavia el
privilegio de la nobleza de obtener este grado pal'a sus
hijos ~lpcn:ts podían 1II:IIH'j;\I' la espada. Pero el padre del
jóven Mal'lllOllt que tamhicn era militar y hombre de mé-
rilo, quiso que su hijo recibiese una educacion propia de
la carrera , y le envió ú la escuela de artilleria de Cha-
lons y cn '1 in2 llegó ú teniente del primer regimiento de
esta arma, que hacia la guel'ra en los Alpes. Después del
sitio de '1'01011 fue elevado al gl'ado de capitán y Bona-
parte se le llevó ú Italia de comandante de artilleria ,
Cuando salió aquella desatinada providencia en que se es-




:31..8 NOTAS
cluia á los nobles del servicio de los ej("rcilos y que uun-
hir-u comprendió al mismo genel'al, pasó Mal'nlOllt al hlo-
queo de Maguncia y allí le emplearon como WJe de esta-
do mavor de la artilleria.


01


Cuando despues del 13 de venrlimiaro se abrió una
llueva ybrillante carrera para Bouapartc eligió á Mal'lllOn t
para edccan suyo y se le llevó de gcfe de escuadron á la
inmortal campaña de 1796. En Lodi obtuvo un sable de
honor; en Castlglione maudahu la urtillcria á cahallo que
tanto contribuyó al éxito de aquella joru.rdu , y en San
Jorge tomó á viva fuerza la cabeza del puente, pOI' lo
cual le envió el general á llevar al gobierno las 22 bande-
ras que se habian cogido al enemigo y se le recompensa-
ron sus servicios con el grado de coronel y el mando del
2, o regimiento de artilleriu volante. Hizo parte de la es-
pedicion de Egipto y cuando al paso se tomó la isla de
Malta, fue MamlOnt quien envistió la plaza al frente de
cinco batallones desde el mar hasta el acueducto donde
se daba la mano con las tropas del general Dessaix que
huhian tomado tierra hácia el Este. Hicieron los Malteses
una salida y Marrnont no solo los rechazó húcia la plaza,
sino que les cogió su bandera y esto le valió el gTado de
gencl'al de brigada. Mandó una columna en el ataque de
Alejandria , combatió en las Pirámides y tuvo el gobier-
no de aquella plaza que fortificó y dclendió contra los In-
gloses y los Tlll'COS.


Vuelto ú Francia con el gencral se le dió el mando de
la urtilleria del ejército de reserva y con él pasó el monte
de San Bernardo á pesal' del fuego (lel fuerte de Bard.
De resultas de Sil comportamiento en la batalla de Ma-
rengo obtuvo el grado de genel'al de divisiou y cuando se
hizo la paz se le nombró primer inspector general de artille-
ria , y él fue quien introdujo en esta arma las esccleutes como
pañias del tren, en lugar de las antiguas carretas de los
empresarios. Cuando se foruió el campamento de Boulognc
renunció la direecion de urtiller ia pOI' un servicio mas ac-
tivo y en efecto le confirió Napoleón el mando del segun-
do cuerpo del gran ejército que marchó ú las gnenas de




DEL TUADUCTOR. 3i9
Alemania en 18m). Al año siguiente se le dió órdcn de ir
á Dnhuaciu :í manda.' en gefe el ejército de este nombre
)" no solo defendió á Hagusa sitiada pOI' los Husos, sino
que los batió igualmente que ú los Moutenr-grinos y los
Griegos apoyados por ellos. Abrió caminos militares en
toda la Dalmacia en mas de 70 leguas de estensiou , los
cuales eran tan indispensables para los movimientos ultc-
riores dc los ejércitos, que Nupoleou CI'CYÓ deber recom-
pensa,' este servicio con el título de duque de Ragusa.
De resultas de la fumosa batalla de Wagram fue elevado á
la dignidad de mariscal del imperio en ocasión que tenia
atruvesado el pecho de un balazo; y hecha q [le fue la paz
de Viena en julio de 1807 por lo cual cedía el Austria á
la Francia la Dalmacia , la istria, el ducado de Bagusa y
las dos Croacias , el emperador formó de ellas un solo es-
tado con el nombro de Provincias Iliricas, y nombró go-
hernador de ellas al mariscal Marmont. En este último
destino se condujo con tal desinterés é inteligencia, que
tanto los naturales como la tropa se han hecho siempre
lenguas de su rectitud y generosidad. En esta parte :í 10
menos , y en la del valor la reputacion de Mannont fue
siempre y permanece pUl'a de toda mancha. En 1810 se
le dio orden de ir ú España á tomar el mando del ejérci-
to de Portugal, que acababa dI>, evacuar este reino des-
pues de una penosa retirada. In mediataruen te se dedicó
á reorganizar el cjército , pero úutes de haberle conse-
guido se vio amenazada la plaza de Badajoz y no dudó
en ponerse en campaña é ir á reunirse bajo las órdenes
del mariscal Soult para salvada, como en efecto lo con-
siguió por entonces. Quince meses estuvo cubriendo la
frontera occidental entre el Duero y el Guadiana hasta
que Napoleon llamó una parte de las tropas que estaban
en España ú las lilas del ejército grande, y entonces to-
maron la ofensiva los Ingleses y Españoles y aunque á
Marruont se le habian prometido socorros del ejército del
l\'[ediodia, del de el Centro y el Norte, ninguno se movió
y los Ingleses estaban ya en las orillas del Duero dispues-
tos á pasarle y aun ocupar el camino del Ehro , pOI' lo




350 NOTAS
que hubo de decidirse Ú aventurar la batalla. Esta fue la
dc los Arapile« verificada el 22 de julio 1812 en que lllUY
desde los principios le partió el hrazo derecho una hala
de cañon y le hizo dos heridas profundas cn el costado.
Tuvo que dejar el mando al gcncral Bounet quc pocos
minutos despues recibió un balazo en un muslo, y ha-
biéndole reemplazado el gcnerul Clauzel, no tardó tampo-
co en ser herido en un pie. El resultado de todo fue te-
nerse que retirar el ejército Iruuces sobre Alha de 'for-
mes y Peíiaranda , donde supo quc venia ú su socorro el
rey José con 15 mil hombres cuando ya la cuestión esta-
ha resuelta. Llevároule mal herido :í Burgos y desde allí
ú Francia, donde pOI' espacio de muchos meses estuvie-
ron abiertas sus heridas y aun no se hallaban cenadas
cuando principió la campaña de 1815. Mas esto 110 le im-
pidió solicitar servicio y tomar el mando del G, o cuerpo
del grande ejército llevando el hrnzo suspendido de un
pañuelo. Así combatió en las batallas de Ilnutzen y \V urt-
zen, en Dresde y en Leipzig formando la izquierda del
ejército. Fueron tan repetidos y Irceu: nt:s los comha!es
de aquella penúltima campaña de Napolcor. cn que tomó
parte el duque de Hagllm , que nos veríamos precisados
ú hacer una relación pesadísima. En la d(~UH.1· su cucr-
po de ejército no pasó nunca de G,OOO hombres de iu-
fanteriu y 1,600 caballos efectivos con los cuales dcspucs
dc contener al enemigo en su marcha desde el Ilhin al
Bar, pudo reunirse COIl el emperador en Vill'Y y asistir
al combate de Brienne. Jamas en toda su larga carrera mi-
litar hizo Marmont mayores prodigios de valor (: inteli-
gencia que en este último periodo de la defensa del cora-
zon del imperio , pues casi pueden contarse pOI' dius sus
hazañas al frente de un puñado dc hombres, hasta que
recibió del rey José la autorizacion pa loa capitular y eva-
cual' á Paris él y el mariscal duque de Treviso. Asi lo
hizo Mnrmont cuando ya no tenia mas que 2,865 hombres
de infantería y 1,525 de caballería en presencia de un
enemigo que tenia á su frente 120 mil hombres.


Sah idos son los sucesos posteriores del mariscal )Jal'-




DEL TRADUCTOR. 351
mont , el cual habiendo prestado juramento, como tantos
otros á los reyes de la dinastía de Bordan les guardó la fide-·
lidad que no supieron guardar otros muchos. Hizo rigu-
rosamente su deber como capitán de guardias de la per-
sona del rey en los mal sabidos y peor juzgados sucesos
del mes de julio 1830 y despues ha emprendido un via-
ge al Oriente para estudiar aquel pais tan poco conocido
todavia en su parte política y milital> , cuyos resultados
serán probablemente muy útiles á estas dos ciencias.


PAGINA 330.


5 El geneml Gudin comandante de la legion de ho-
nor estuvo empleado en 1795 y 96 en el ejército del
Rhin y Mosella y en julio de este último año hizo el ge-
neral Moreau mucho elogio de su conducta. Tambien se
distinguió noblemente en Helvecia en esta brillante cam-
paña de l\1assena. En 1803 le confió Napoleón el mando
de la 10. a división militar en Tolosa y dos años despnes
le nombró gobernador del palacio imperial de Fontaine-
hleau.


PAGINA 330.


4 El COBdf' lUolilol' no tuvo otra recornendacion para
serlo y para llegar á general de división sino su propio va-
lor y talento militar. Estuvo de ayudante general en los
ejércitos del Mosella, del Sambra y ~Iosa y del Oeste: es
decir en los teatros mas peligrosos y bajo los generales mas
acreditados de la república. En 1799 le pidió Massena
pal'a su ejército de Helvecia y despues de la victoria de
Zurich le cor.flrió Napoleón el mando de la 7. a división
militar y después se le llevó á Italia donde tarnhien se dis-
tinguió mucho en la campaña de 1805. Hecha la paz, le
conservó en actividad y le puso al lado de su hermano
José cuando le «nvió á España, como mayordomo mayol'
y gdc de su casa . Luego que se vieron precisados todos
ú evacuar la península , se retiró á una casa de campo
donde acabó sus dias en 1815.




NoTAS


PAGINA 350.


;; Eduardo , Adolfo, Casiruiro , José Mortior , maris-
cal y par de Francia, era hijo de Antonio, Carlos José
lUol'tier, diputado a los estados genef'~t1es por el estado
llano de Cumbressis , ú quien los Austriacos se tlevarou
en rehenes cuando ruomentaueameute ocuparon la plaza
de Cambrui en 1795. Ya dos años ántes habia entrado el
hijo á senil' de capitán en el primer batallan de volun-
tarios del departamento del Norte , )" el 15 de octubre de
1793 le llegó el grado de ayudante general. Fue herido
de un tiro de metralla en Maubeuge y se encontró en las
batallas deFleurus , Jemmapes y Nerwinde , bajo las mis-
IJIas banderas y al lado del duque de Chartres , hoy Luis
Felipe 1 , á cuyo lado también le reservaba el destino su
muerte. Son muchos los hechos de armas que podrian
citarse del mariscal l\Iortie(' si no temiéramos alargar de-
masiado su nota biográfica; pero se distinguió particu-
larmente el 51 de mayo 1796 en que batió á los Austria-
cos 'V los echó del otro lado de Archer siendo todavia
simple coronel. Cuando se hizo la paz de Campo Formio
reusó el grado de general de brigada qne se le conllrió ,
por quedarse con el mando del regimiento 25 de caballo-
da. Al fin en t 799 le destinaron de general de brigada al
ejército del Danubio y se cubrió de glol'Ía bajo las órdc-
nes de l\lassena. En 1800 se le confirió el mando de las
dos divisiones militares 1ii y 16. En 1803 mandó el ejér-
cito destinado á apoderarse del Ilanover y fue tan bella
su conducta , que á su vuelta á Paris le colmó de elo-
gios el cónsul Bonaparte y le nombró uno de Jos cuatro
comandantes generales <le la guardia consular. En 1804
le nombró gefe de la segunda cohorte, mariscal de Fran-
cía y gran águila de la legión do honor. Hasta entonces no
había manifestado el general Morticr mas que valor y
destreza militar, cosa comun en aquellos tiempos de
gloria; pel'O lo que ni entonces ni nunca deja de ser mllY
raro era aquella modestia y sencillez en su trato y en sus




nEL THAOUCTOU. 333
discursos cuyas prendas enamornbau Ú cuantos teniau la
dicha de u-atar!e. En 1805 apenas le dieron el mando de
una divisiou del grande ejército bajo las órdenes dclem-
perador pasó en el mes de setiembre ú la orilla izquierda
del Danubio cortó las comunicaciones del ejército ruso
con la l\foravia y derrotó á una parte de él. Con solos 40
mil hombres se atrevió á batirse con lodo el ejército man-
dado por el general Kutusow y le venció haciendo pl'O-
digios de valor. Con este motivo quiso levantarle un mo-
numento la ciudad de Cambrai, su patria, pero él no
quiso consentido en manera alguna. En 1806 se apode-
I'Ó de Hamhurgo , venció á los Suecos en Anclam al año
siguiente y tomó parte en la sangrienta batalla de Fried-
land , En 1808 entró en España mandando el 5. o cuel'po
del ejército imperial , donde 10 único que podemos de-
cir es que asistió al sitio de la inmortal Zaragoza, á la ba-
talla de Ocaña y siguió con el mariscal Soult las opera-
ciones del mediodía sobre Sevilla y Badajoz , sin que su
presencia ocasionase en ninguna parte aquel terror y mala
voluntad que ocasionaron tantos otros. Desde España le lla-
mó el emperador pal'a la campaña de Rusia y le encargó
la terrible comisión de hacer volar el Kremlin de Mos-
cow , lo cual tuvo que ejecutar pOI' obedieuciu ; pero ú
los pocos días desempeñó otra comision harto mas glo-
riosa cual fue la de salvar con el auxilio del mariscal Nev
los restos del grande ejército en aquella desastrosa I,eti~
rada. El fue tambien quien organizó la joven guardia en
Francíort pal'a la campaña de 1815 en que se halló en
las batallas de l.utzen , Dresde y Leipzig. Hizo toda la
campaña de 1814 tuu copiosa en inútiles hazañas y de-
fendió á Paris juntamente con el duque de Hagusa. El
tamhien había sido nombrado duque de Treviso en '1 ~08
con una dotacion de 100 mil francos de rentu sohre los
dominios electorales de Hanover.


Llegado el momento de la restauracion , prestó jura-
mento á Luis XVIII que le nombró goberuudor dp, la In."
división milita!', cuyo destino estaba desempeñando cuuu-
do Napoleou volvió de la Isla de Elba . Pero todo su ca-


xn, 2'~




NOTAS


riño y respeto al crnperudor no le impidió ir escoltando y
protegiendo al re~' de Francia hasta Lille , el cual le le-
vantó allí el juramento diciéndole: ce Mariscul , )'0 os dis-
( penso de vuestros juramentos, servid siempre á la Fran-
te cía )' séd mas feliz que yo. » POI' un decreto real de
1819 fue reintegrado el duque de Treviso en los honores
de Par , de que habia sido escluido pOI' haber hecho par-
le del ejército de los 100 días. Iteusó , como todos sus
compañeros ser juez del mariscal Ney ú pesar de ser
miembro del consejo de guerra que debía juzgarle. Han
creido algunos ). propalado muchos charlatanes periodis-
tas que el mariscal Monie!' no era mas que un buen tác-
tico y un hombre eselusivamente apto para la guena;
pero se equivocan muy mucho porque no 8'010 había re-
cibido una educación esmerada , sino que adquirió en los
muchos destinos civiles de que estuvo encargado desde
el de simple diputado del departamento del NOI'te hasta
el de gran cancillerde la legion de honor, gran conoci-
miento del corazón humano y un tacto esquisito de los
negocios políticos, pero no era hablador ni superficial y
orgulloso como un periodista , sino modesto y reservado
como un hombre de estado Vil'LuOSO. Así es que pOI' mo-
destia sola tuvo que aceptar la presidencia del consejo de
ministros en una de a quellas combinaciones ministeriales
tan frecuentes en los gobi-el'llOs representativos en que se
necesita de un nombre respetable pam cubrir el triunfo
de una faccion. Ultimameute después de haber arrostra-
do durante su larga vida millares de peligros le agu:.lnb--
ha la muerte lanzada por la múquina iuíernul de Fieschy
en la funesta revista del 28 de julio, Su familiaestaba em-
peñada en que no asistiese á ell.. temiendo el cansancio
de la tiesta en la avanzada edad del mariscal ; pCl'O como
)':1 corria muchos dias autos la voz de que para aquella
orasiou estaba preparado un atentado contra la vida de 1
Rey respondió el mariscal : « Nó, nó , quiero asistir, pOI'-
« que como soy tan alto puede qne cubra el cuerpo de
«S. M.» Asi sucedió en efecto ulcunzandole uuo de lospro-
)ectilcs de la máquina por tajo de la oreja izquierda qlle




DEL T1UD1XTOR.


le salió pOI' debajo de la derecha atravesundo los músculos
del cuello. Así nuuió UIIO (V~ los homhres mas respctahlr-s
(1 f' Franc ia .


PAGINA 5:>0.


n El general Kleiu hijo tll~ un posadero de Luuevil!e ,
eru va muy conocido en '17D() como gencl'al de brigada
del ~,ié,'eit~) del Hhiu , Y sirvió también con mucha utili-
dad en la corta carupuñu de 1i97. En '1 inn le nombra-
I'On g'(,re de estado mayol' de! ejército del Danubio y lue-
go mandó una división del ejército de Massena en esta
batalla de que va ú hablar el texto. Al alío siguiente COII-
tiuuó sirviendo en el lthin a\ frente de un cuerpo de dru-
gones y con (~I asistió á las grandes guerras de Alemania
). toma de la plaza de Ulma , donde Napoleon le dió el
gl'an cordón de la legion de honor pOI' haber nrrollado Ú
b cahnlleria austriaca. Luego pasó á Bohemia eOll el ge-
netal RII';lgUCY de Ililliers y últimamente le dieron un
mando en el interior. Cuando ocurrió la restauracion
prestó juramento al ¡'cy Luis XVIII (lIJe le nombró par
.Ir' Fruucia , en cuvo destine murió en 183;:>.


PAGl~A :-.:a.


7 l\Iaximiliano Scbastinn Foy nació el ;) de febrero
177-1· en Ilam , provincia de Picardia , dcpartamen lo dC'1
Soma. Su padre era un antiguo oficial que huhia comba-
tido en Fonteuoi. Desde muy tierna edad anunció el jó-
\,('11 Foy sus brillantes disposiciones sobresaliendo entre
todos sus condiscípulos del colegio del Oratorio de Sois-
SOIlS, Apenas concluidos sus primeros estudios de latini-
dad y retórica , se escapó del colegio y se volvió á casa de
Sil madre, ya viuda, no sin recelo de tina buena repri-
menda , pero con animo decidido de dedicarse á las cien-
cias exactas. En efecto se le envió al colegio de artille-
ria de la Fcrc ~ donde al cabo de 18 meses se presentó al
COIH'HI'SO para entrar en la escuela militar de Chulous del
~1arn(·. A tilles de 17!)O entró de subteniente en el ter-




356 NOTAS
cer regiuuento de urtilleria que estaba en el ejército dd
Norte. Hizo las campañas de i 792 Y93 en Flandes y en
Bélgica como subalterno, y al fin de la última pasó de
capitan al 2. 0 regimiento de la misma arma. Mas habién-
dole denunciado de que babia hablado mal de la jornada
del 31 de mayo en que fueron proscritos los glrondiuos,
le pusieron preso en Cumhrai , donde se hallaba de pl'O-
cónsul el infame José Le} on. Conducido al tribunal I'e-
volucionnrio , lejos de retractarse do lo dicho, repitió
las mismas reflexiones con generosa imprudencia, pCI'O
los jueces no quisieron usar' con él de su severidad acos-
tumbrudu y le enviaron ele nuevo á la prisiou hasta tornar
mejores informes. En ella permaneció hasta el 9 de ther-
midor , y no tardó en volver al ejército bajo las órdenes
de Moreau , con quien hizo las campañas dc 1794 y 9i>.
En ellas tuvo la fortuna de hacerse amigo de Dessaix que
ya era general de división muy celebrado en el ejército
mientras que Foy no tenia mas que 20 años de edad;
pel'O la conformidad de génio y la gencrosidad de ea-
racter borraban la diferencia de la edad y del grado. Al
fin de la campaña de 1796 en que se habla distinguido
notablemente en la defensa del puente de Huninga y en
otros muchos combates obtuvo el grado de gefe de es-
cuadran. Sobrevino la paz de Campo Formio y aprove-
chó aquella tregua para dedicarse al estudio del derecho
público de las naciones con el célebre profesor Koch de
Strasburgo. En la primavera de 1798le destinaron al ejér-
cito llamado de Inglaterra y el general Bonaparte , á re-
comendacion de Dessaix , le nombró edecán suyo, pero
Foy no lo quiso aceptar, perdiendo con ello una estraor-
dinariu carrera, Pasó entonces á Suiza bajo las órdenes
de Brune y con mucho sentimiento suyo hizo la gucrra á
aquellos honrados Suizos que defendian su libertad. Al
año siguiente con motivo de la nueva coalicion tomó 1\las-
sena el mando del ejército de Helvecia l le nombró en
el mismo campo de batalla ayudante general y gefe de
brigada. En 1800 sirvió en el ala derecha del ejército del
Rhin bajo las órdenes de Lecourhc y después de los pri-




DEI~ TIL\DUCJOH. 3_-.. ;)~
meros eucucutros dr' uquella campaña pasó á Italia con
Otl'OS 15 mil hombres con liados al general Moncey , y al
frente de un cuerpo de ílanqueadores rechazó ú las tro-
pas austriacas de los valles de los Crisones y de la Valte-
Iiua. EII 1801 mandó la plaza de Milan y allí se dedicó
('011 el mayol' ~lI'dOI' al estudio que siempre fue su pasión
Iavorita. Después de la paz de Amiens volvió á Francia
de coronel del 5. o regimieuto de artillcria volante , y se
hallaba en París en 1804, cuando ocurrió el proceso de
:Moreau, No pudo con tener su indignacion nacida del in-
teros que le inspiraba aquel gran general, y se esplicó
en términos poco mesurados que produjeron un decreto
de arresto contra él; pero pOI' Iortuna su~'a hahia salido
la víspera á tornar el mando de la artillería del campo de
Utrccht y allí no quiso firmar la Iclicitacion al gobierno
por' pI descubrimiento de las conspiraciones contra Napo-
leen , cuando abortó la máquina infernal. Elevado N:lpo-
leou al imperio, no quiso Foy votar cu favor suyo si-
guiendo el cgcmplo de Cuiuot , pucs solo deseaba tener-
le pOI' primer magisuudo de la repúblir.a , mas no por
dueño de ella. Esto le ocasionó un atraso grandísimo en
su carrera pues Napoleou , sin dejar d« ernplear!e le tUYO
~) años de coronel, sin coutiruuu lc el grado de ayudante
H('IH'r:lI, Así flle COIIlO asistió ú la in.uortal campaña de
Allslria {'IJ 180G maud.uido la artilleriu del campo de
Froul. Eu aquella {;poca se casó cou la hija adoptiva del
genera! Bal':lguay de Ililliers. En 1807 se le comisionó
para Ilevar Ú Couslantillllp\:\ 1200 artilleros que el cmpe-
1',\(101' vuviaha al Sultnu Selim para nvudarle á no temer á
la Ilusi« ni ;'1 la Iiq~lalel'l'a, Pero la revolucion que OClHTió
en el imperio otrnu.mo les hizo volver atrus aunque Foy
coutiuuó solo Sil c.uuiuo hasta la capital del imperio tur'-
co , dOlld(' ron sus consejos y disposiciones impidió que
la escuudru inglesa forzase los Durduuelos. Desde Cous-
tanrinopla p;ISÚ á Portugal dOlldc fue herido ('11 la hatalla
de "illlicito. Al Iiu (,1 ;) dt~ s('lit'udll'l~180H íu« nombra-
do H('lwl'al de brigada, y touró el IIJ:1Hl!O dI' una de iu .
fanteria en ('12," cucrpo qllc estaba hajo las órdenes de\




358 ~OTA:S-
mariscal Suult. Herido s:~guULh vez en Portugul estuvo
para ser' hecho pedazos cuando fue ú inri mur la reudiciou
de Oporto do orden del mariscal Soult , pnes le metie-
ron en un calabozo y quiso su Iortunn qu e al dia siguien-
te entrasen las tropas francesas CJIW le libertaron. Con tr-
IJUÓ haciendo la gu e1'1':\ en Portugal bajo las úrdcnes de
Mnssena y es bien sabido el éxito funesto que tuvo pae:!
los Francrs-s ; por lo cual dudando el genera! en gefo
como tomarla el emperudor la derrota de su ejército des-
ucó al general Foy desde Corregado con una escolta de
Hanoverianos. Pero atacado pOI' las gnclTillas mas allá de
Pancorvo , estuvo para caer en sus manos y no tuvo poca
dicha en Ilegal' [¡ la frontera después de haber perdido
todo su G\l'lipage. Desde ella marchó Ú Pai-is y lIIYO que
eomprar un uniforme dp Sil 3l':Hlo pal'a Pl'CSCIÚal'Se al em-
perador ~ ú quien no sutisllzo plcnnmcutc con sus movi-
mientos oratorios , p~~ro le calmó algun tanto con la rela-
cion que le hizo de LI'; operncioucs . De sus resultas le
uomhró general dI' dlvision ; pel'o al día siguiente un ofi-
cial del estado mayol' del príncipe de Neufchatel le reli-
rió el dcsasu-c rpw el g(~Hei'al Foy hnhia (~SP1~I'i1UCnl.ado en
V:lIlCOl'YO , y admirado Nupolcou , envió de 1H1e\'O Ú llamar
al general y le dijo: ¡, pOI' q\\(; no me hubi« contado usted
Sil dr'sgracia '! A lo que respondió Foy , qne pOI'<[lIC !lO se
u-ataba de (;1 en aquella ocasiou y no le pareciu uIJa
ci rcu nstancia digna de interesar ú S. M. ~apolcon apl'e-
ció mucho aquel rnsgo de desintcres y dcspues de con-
cederle una gl';ltilieacioll d(~ 2D mil fraileas, tuvo con
él muchas COll\CI'S:H'¡OIlCS , la que menos lle do:, horas
Gl<h una, en qUí: le hizo Lls mayol'('s coutiauzrs. En 18.11
~' 12 estuvo m.mduudo en E'lp:u1:l y Portugal hasta la cva-
cuucion completa de la península. En la batalla de Orthez
Iuc herido casi mortulmcuto , y estando todavía en «aura
ocurrió la rcstauraciou de la Iaruiliude BOI'boll. Luis Xvut
le dió la gran cruz de b I('gioll de honor "le uornliró


c. c.. "


inspector de iulau tcriu , cuyo empleo desempeñaba <'11
Nantes cuando Napoll'on volvió de la isla de Elba, y al
momento se dccLll'ó en SlI luvor con toda la gll:ll'llicioll.




DEL TRAIHjCTOR. 359
Dióselc el mando de una división del cuerpo de ejército
del mariscal Nev • V con ella marchó Ú Watcrloo , donde
recibió su quinta h~l'ida el 16 de junio en el ataque rIfO: fa
posición de QU:ltJ'(~-lhas. Allí concluyó la carrera milital'
el general Foy y principió la política no menos ~!¡wiosa
para él. Ya hemos dicho que era hombre do buenos es-
tudios , pero no q ue estos fuesen una verdadera pasión.
En efecto jnmns , ni aun en las situaciones mas criticas y
peligrosas dejahn de dedicar muchas horas al estudio de
las obras militares , la física, la economia politice y las
humanídudes. Tácito , Moutaigne , César, Viq;ilio y los
mejores tratados de matemáticas estaban siempre preseu-.
tes en su tienda sin que pasase dia alguno en que no con-
sultas» ú unos Ú Otl'OS. En 18~9 obtuvo la diputacion
por el departamento del Aisne y su aparicion en la u-i-
huna causó desde el prime!' JÍa el mayol' asombro. Son
demasiado recientes y conocidos sus CSl'lICI'ZOS al frente
de la oposición para qlle necesitemos entrar en ponne-
l/OI'eS de Sl1~ hrillantcs discursos. Baste decir que nunca
abandonó la defensa de la libertad v de! honor nacional
en cuantas cuestiones se suscitaron durante su tiempo y
en cuantas situaciones pcllgrosas ofreció la larga lucha del
poder contra las libertades populares. Hasta que al fin
rcndidu aquella unturnleza de tantos esfuerzos , le aco-
metió una al1(~lIl'isllla ell el mes de noviembre 1825 ql1e
110 tardó en ponc!' su vida en el, muyor ppJip'o y acabó
con d el dia 28 de aquel mes. Sus funerales fueron un
lulo general pal'a todala Francia que udopt.i ú los hijos
del defensor de sus libertades y se ahrió una suscripción
en su favor. lb dejado impresos dos tornos de discursos
~. una historia incompleta de la guerra de España.


PAGINA 354.


8 El general Cazan siguió tuda su carrera en el ejér-
cito del Hhin y del Samhra y Mosa y ya era un general
muy distinguido cuando pasó á servil' bajo las órdenes de
Masscn:.l en el de Helvecia, donde adquirió el grado de




3GO ~OT¡{S
general de divisiou cornhatiundo valorosauieutc contra el
gene,'al ruso Korsnkoll. Posteriormentc , :'t los principios
del imperio volvió á distinguirse mucho eu el combate do
Dicrnstein coutra Kutusow el '11 de dicicmbrc f Süll. Eu
1808 vino Ú España de gefe del estado mayo,' del 2."
cuerpo , mandado pür el mariscal Soult que tenia. cn él
la mayol' confianza. Estuvo mandando en Sevilla y desem-
peñando su destino hasta la completa evacuacion de la
península, Durante la restauruciou se le dió el mando
de varias divisiones militares siendo la última la de Mar-
sella; pero hallándose ya Illuy avanzado en edad, se "e-
tiró á una casa de campo donde toduvia vive disfrutando
los recuerdos ele S\I pasada y bien merecida gloriu , qne
vé contiuuarse en cierto modo en la persona de su hijo,
que tamhieu es ya geuerul.


PAGINA 55H,


9 Juan Caspur Cristiano Lavater nació en Zurich cu
1741 Y llegó ú ser ministro del culto protestante , en cu-
)'0 destino adquirió gran reputación por sus elocuentes
discursos en que se notaba mucha uucion y sensibilidad.
Era su máxima que todo era posible por medio de la fe , y
sobre ella publicó las obras siguieu tes : « El diario del
« observador de sí mismo, impreso en 1778; Salomón ,
« en 1786 ; l\"at\lalJael, Jcsus iUesias , ó Evangelios y ac-
« tas de los Apóstoles , puestos en cúnticos ; Cartas I'ra-
I( ternales ; Tratado sobre las (isonomias, )) Este último es-
crito es quien le <lió mayor oelebridud , pues aunque )':1
no fuese nuevo el asunto , son tantos los pOl'JllenoJ'es y
tan ingeniosas S1l3 descripciones y comparaciones, qll(,
bien se le puede conceder el mérito de 1:1 originalidad.
Se ha traducido á diferentes idiomas con una multitud de
láminas y retratos; y su sistema es quien ha dado origen
al del doctor Gall , aunque no esté apoyado en tantas ve-
rosimilitudes. Sin embargo de eso csperirueutó Lavater
ma)'ores coutradicciones que el apóstol de la Cruueologiu,
y sobre todo fue menos bieu acogido de los suhcruuos.




DEI. TlUnUCTOIL 3(H
Su muerte no fue, como dice el texto, ocasionada pOI'
nn suizo borracho, sino que viendo desde su casa que
dos soldados franceses estaban abusando de una mngel' ,
bajó cou intento de oponerse Ú tal desorden y le pegaron
un tiro , de cuyas resultas murió el día 2 de encl'01801 ,
En 1805 se inauguró su busto en la sala de la municipa-
lidad de Zurich.


PAGINA 55U.


10 El genel';)1 austriaco Petrasch hahia servido como
gefc de estado mayor en los Paises Bajos en 1794 y se
distinguió mucho en la Frauconia y en la Baviera bajo
las órdenes del archiduque Carlos. Este fue el que atacó
el fuerte de Kehl después de la denota de Jourdan y
:wnque se hizo dueño de muchos atrincheramientos , con
todo fue rechazado por los Franceses y perseguido mu-
chas leguas. Después de esta campaña de Helvecia do nde
le menciona el texto se le <lió el gobiel'llo de Ia fortaleza
de Ulma , donde mas adelante le hizo prisionero Murut y
desde entonces quedó retirado del servicio.






363nWECTORIO (1799).
~g~~@@~~;~~;;:gg~~@~~~~)<>


CAPITULO SESTO.


Vuelta dc Hou apartc ; su dcscrubarco en Frejus ; entusiasmo
que inspira Sil prescncia.- Agitacion de todos los partidos
con su llegada. - DIJese con Sieyes pat'a derribar la COIlS-
tituciou dirc('tori,t1.-Preparativos y jornada del 18 de hru-
mario.-Destruccion de la constitucion del año IlI; i nst i-
tucion del consulado provisiona lo--; Fin de esta historia.


Fuéronse sucediendo las noticias de la batalla
de Zurich y de la ca pitu lacion de los Anglo-Ru-
sos casi inmediatamente una Ú otra y tranquiliza-
ron los {mi mos soln-esa lttdos : siendo aquella la
primera vez que eran batidos aquellos Rusos tan
odiosos, y tan completamente, que no podia de-
jal' de ser profunda la satisfacción. Pero en medio
de todo estaba perdida la Italia, el Val' anlena-
zado, espuesta la frontera del Mediodia y lejos de
llOSOtl'OS las grandezas de Campo Formio. Fuera
de que no eran tan graneles los peligros en lo es-
terior como en el interior; porque se hallaba des-
organizado el gobierno, los partidos incorregi-
bles sin querer admitir ninguna autoridad y sin




364 REVOLUCION FRANC ESA.
tener bastante fuerza para apoderarse de ella. En
todo se veian señales de una disolución social


r
principalmente en la insecuridad de los caminos
y en los escesos que se cometían en las provincias
destrozadas en otro tiempo por la guel'l'a civil.
Verdad es que la victoria de Zurich proporcionó
un respiro de algunos meses pero no tanto se de-
seaba ya un defensor corno un gefe fIue viniera á
apoderarse de las" riendas del g"obiel'llo. Toda la
masa de la poLlacion clamaba por el reposo, el
órden , el término de las disputas y la union de
voluntadcs. Tenia miedo de los jacobinos, de los
emigrados, de los chuanes y :de todos los parti-
dos, siendo aquel el momento mas venturoso para
hacer una gran fortuna el que supiese calmar to-
dos aquellos temores.


Estraordinario efecto produjeron los pal'tes que
conLenian la relacion de la espedicion de Siria y
de las batallas del monte Thabor y Aboukir , con-
firmándose la idea de que el héroe de Castig"lione
y de Rivoli saldria vencedor en cualquiera parte
donde se hallase. Andaba su nombre de hoca en
boca preguntándose todos ¿qué hace? ¿, ciuuulooienel
Oh si volviera , decian , y lo mas singular es que
corrió la voz por dos ó tres veces de (Iue ya habia
llegado. Sus hermanos y su mugcl' le habían es-
crito, PCl'O se ignoraba si hal)l'ia reci bido sus car-
tas y en efecto se ha averiguarlo despues que nin-




DIRECTORIO \ 1799) 36.~
gllna habia podido salvarse de los cruzeros In-
gleses.


Entre tanto aquel hombre que era el blanco de
tan vivos deseos v(;)gaba tranquilamente por los
mares en medio de las escuadras inglesas. No era
'muy feliz la travesia mas ántes la retardaban vien-
tos contrarios hahiendo avistado muchas veces á los
Ingleses y temiendo ser apresados pOI' ellos. El solo
paseándose por el puente de su ernbarcacion con
aire sereno y tranquilo se confiaba en su estrella y
aprendia á creer en ella y no agitaL'se por peligros
inevitables. Leia la Biblia y el Alcorán que eran
obras de Jos pueblos que acababa de dejar, y te-
miendo por la relación de los últimos sucesos que
se hallase invadido el mediodía de FL'an~ia , man-
dó gohcrnaL' no hacia las costas de la Provenza si-
no á las de Languedoc , proponiéndose desernbar-
cal' en Coliouvre Ó en Port Vendres. Pero una rá-
fag'a de viento le habia llevado hácia la Córcega y
toda la isla vino al encuentro de su célebre com-
patriota. Luego hicieron vela para Tolon y ya iban
á arribar allí, cuando derepente al ponerse el sol
vieron hácia el flanco izquierdo del huque treinta
veras enemigas. Se pensó en echar un esquife al
agua y abordar furtivamente en tierra ; pero Bona-
parte siempre confiado en su estrella dijo que era
necesario esperar. En efecto desapareció el enemi-
go y el dia 9 de octubre 1799 anclaron en el pUCI'-




366 REVOLUCION FRANCESA.
to de Frejus las fl~agatasMuiron y la Carrete y los
jabeques la Rebancha y la Jortnna.


Tres años enteros habian estado temiendo los
habitantes de la Provenza la invasion del enemi-
go y Bonaparte les habia libertado de aquel temor
en 1796 ; pero después de la batalla de Novi se
Iiabian renovado sus recelos con lnayor incre-
mento. Al saber que Bonaparte habia desembal'-
cado en sus costas dieron por cierto que habia lle-
gado su salvador y todos los habitantes de Frejus
acudieron á las lanchas para ir á saludarle. AL mo-
mento se llenaron los buques de una multitud em-
briagada de entusiasmo y violando todas las leyes
sanitarias se puso ea comunicación con los recién
llegados. Todos preguntaban por Bonaparte y to-
dos ansiaban pOl~ verle sin que ya fuese posible
hacer observar las leyes de sanidad, pOl~ lo que la
junta de este título tuvo precision de dispensarle
de la cuarentena porque de otra suerte hahria sido
indispensable condenar á la misma precaucion á
la pob\acion entera que ya habia comunicado con
las tripulaciones. Saltó Bonaparte i nmediatamen-
te en tierra y aquel mismo dia quiso montar en el
coche para ir á Paris.


Ya el telégrafo, tan rápido como el viento, ha-
hia esparcido por todo el camino desde Frejus á
Paris la gl'an noticia del desembarco de Bonapar-
te que causó un gozo estraordinario , igualmente




DIRECTORIO (1799). 367
,que en los teatros donde se anunció solemne-
mente, y fue celebrada con cánticos patrióticos.
El diputado Baudin de las Ardenas, uno de ]05
autores de la constitucion del año Hl , republica-
no prudente y sincero, que amaba la patria con
pasion y la tenia por perdida sino venia á soste-
nerla un brazo poderoso, murió de alegria al es-
cuchar semejante acontecimiento.


Habia salido Bonaparte el mismo dia 9 de oc-
tubre para Paris , pasando por Aix, Avi ñon , Va-
lence y Lyon , en cuyas ciudades hahia ocasionado
su llegada un entusiasmo escesivo , pues en todas
las aldeas era recibido con repiques de campanas
y fuegos artiLiciales por todo el camino. Particu-
larmente en Lyon se hicieron dernost.raciones mas
vivas que en otras partes y cuando salió de esta
última ciudad, proponiéndose llegar incógnito á
Paris, tomó distinto cam i no del que habiau anun-
ciado sus correos y por eso su nluger y sus her-
manos que iban á recibirle no pudieron encontrar-
le? sino que el dia 16 de octubre estaba ya en su
casa de la calle de Chantereiue sin que nadie su-
piese su lleg;ada. Dos h01'a5 después se presentó en
el directorio y habiéndole conocido la guardi':l
princi pió á gritar riva Bonaparte. Corrió hacia la
habitación del presidente que era Gohier y convi-
nieron en que al sig"uiente dia se presentaría en
el di recturio. En efecto se presentó ante aquella




REVOLUCION FtUNCESA.


magistradura suprema y dijo que despues de ha-
ber consolidada el establecimiento de su ejército
enEgi pto pOI' medio de las victorias del monte
Thabor y Aboukir y confiado su suerte á un ge-
neral capaz de asegurar su prosperidad , habia vo-
lado al socorro de la república teniéndola por per-
dida. Que habia sido mucho su gozo al saber que
estaba en salvo pOI' las hazañas de sus compañeros
(le armas y añadió echando mano á la espada que
nunca la sacaria sino en defensa de]a república. El
presidente le felicitó por sus triunfos y pOI' su re-
greso y le dió el abrazo fraternal, siendo el reci-
himiento mny lisonjero en la apariencia, perú en
la realidad muy grandes los temores de la actual
situaciou para que su llegada fuese del gusto de
los cinco magistrados republicanos.


Cuando despues de una larga apatia se apasio-
nan los hombres en favor de alguna cosa, siempre
es con vcemencia , y asi habia sucedido en FI'an-
cia donde todas las opiniones habian decaído una
en pos de otra y perdido su prestigio todos los
partidos y aun las mismas autoridades á punto de
ser universal el disgusto de los hombres y las co-
sas. Pero al pre~ental'se aquel hombre estraordi-
nurio quc venia del Orientc de un modo tan im-
previsto, cesó de repente no solo el disgusto mas
tambien la incertidumbre y se fijaron en él las
miradas, los deseos, y las esperanzas.




OlRECTomo (1799). 3fH}
Todos los generales con empleo ó sin él, pa-


triotas ó moderados, acudieron ú casa de Bona-
parte, y esto era tan natural como que en a veian
el principal miembro de aquella clase tan ambi-
ciosa y descontentadiza. Les parecia qne en él en-
contraban un vengador contra el gobierno, y asi
todos los ministros y empleados públicos que su-
cesivamente habian sido desgraciados durante las
fluctuaciones del directorio, acudieron al recien
llegado, sin otro objeto en la apariencia que el
de visitar al ilustre guerrero, pero en la realidad
para observar y adular al hombre poderoso en cu-
yo favor se anunciaba el porvenir.


Habia Bonaparle traido consigo á Lannes , Mu-
rat y Berthier que no se separaban nunca de ¡~I,
Y no tardaron en hacer lo mismo Jourdán , Auge-
reau, Macclonald, Beurnonville, Leclerc , Lefeb -
vre y Marhot , {¡ pesar de la diferencia de sus opi-
niones. El luismo j\Ioreau hizo parte ta mhien de
su comitiva, habiéndole encontrado en casa de
Gohier y como su superioridad le permitia dar los
primeros pasos, se dirigió I á Morcan y le rnanifes-
tó la impaciencia que tenia de conocerle y la gran
estima en que le tenia, lo cual agradeció este muy
mucho. Luego le l'egaló un alfange damasquino
guarnecido de pedrerías y llegó á ganarle com ple-
tamente, en términos que ú los pocos dius era COl'·
tesano suyo, pues ú fuerza de descontento, iba


XII.




370 REVOLUCION FRANCESA.
como los demas á buscar su vengador presunto, A
estos ilustres guerreros se juntaron los hombres
mas distinguidos en todas las carreras , como
Bruix que acababa de recorrer el Meditcrraneoa 1
frente de las escuadras francesa y española, hom-
bre de talento y perspicacia , tan propio para di-
rigir una negociacion como para conducir una es-
cuadra. Allí andaba tambien Ml'. de Talleyrand ,
que tenia sus razones para temer el descontento
de Bonaparte por no haber querido ir á Egipto;
pero contaba mucho con su talento, con su apelli-
do y con su propia importancia para no dudar de
que sería bien recibido C01110 en efecto lo fue.
Aquellos dos hombres se estimaban demasiado re-
ciprocarnente y tenian sobrada necesidad uno de
otro para reparal' en pequeñeces. Tambien fre-
cuentaba la calle de Chantereine Hoederer antiguo
procurador del ayuntamiento, hombre de tanto
talento como franqueza; y Regnault de San J ua n
de Angeli , antiguo constituyente, á quien se ha-
hia aficionado Bonaparte en Italia y dado un em-
pleo en Malta. Era un orador brillante y fecundo.


Pero no se crea que solo los descontentos y
los que estaban en desgracia fuesen .Íos concur-
rentes á casa de Bonaparte, sino que también la
frecuentaban los actuales gefes del gobierno. To-
dos los directores y los ministros le dieron fun-
ciones en las suyas como cuando volvió de Italia,




nmscronto (1799). 371
Yuna porción dc diputados se hicieron presentar
á él. No contentos con eso los directores y minis-
tros, venia n Irecuentemcnte á consul tnrle á cada
instante sobre lo que se hahia hacer, y lo que es
el ministro de guerra Dubois Crancó habia digá-
1110s10 asi trasladado el despacho ú casa de Bona-
parte. Moulins, que era el director encargado es-
pecialmente de la guerra, pasaba las mañanas
enteras con a y no faltaban tampoco Rogerio Du-
cos y Gohiel'. Cambaceres, el ministro de la justi-
cia , que era un buen jurisconsulto y tenia por
Bonuparte aquella pasion que generalmente sien-
ten los débiles en [;t VOl' de la [llena ,era lnuy bien
recibido de él corno para dar pruebas de qtle sa-
bia apreciar el mérito civil. Fouché, el de la poli-
cía , trataba de cambiar su protector Barrás que
Sya estaba gastado, por otro mas nuevo y podero-.
o; y Heal 1 ,el comisionado cerca del departa-
mento del Sena, ardiente y generoso patriota y
uno de los hombres lTIaS listos de aquel tiempo,
eran igualmente asiduos :i casa de Bouaparte , y
se entretenian con a de los negocios del ·estado.
Apenas habia ocho dias que estaba el g.eneral en
Paris cuando ya sin sentir iba pasando á sus ma-
nos todo el gobicl~no y ya que no se le preguntase
cual era su voluntad, porque aun no era nada, .í
lo menos se le preguntaba cual era suparecel';
mas a con su reserva acostumbrada afectaba sus-




RRvourCION FR,\NCES'A.


'traerse á las adulaciones con flue le abrumaban.
-Reusaba su puerta Ú muchos, salia poco de su casa y
eso C0111 o Ú escondidas, de suerte que hasta el sem-
hlanle parecia qne estaba mas adusto y el color
mes cetr-ino. Usaba desde que llegó una levita gris
y un sable tUI'CO pendiente de un cordón de seda,
de suerte que para los que tenian la dicha de ver-
le era un emblema que recordaba el Oriente, las
Pirámides, el monte Thabor y Ahoukir. Solicita-
ban ser presentados á él Ios oficiales de la guarni-
cion , los cuarenta ayudantes de la gnardianacio-
nal y el estarlo mayor de la plaza, y él procuraba
'irlo difiriendo de dia en día y como si le causa-
ran mucha pesadumbre aquellos obsequios. Escu-
chaba á todos y no se franqueaba con nadie ob-
servando cuanto pasaba, en lo cual era muy pro-
funda su política, porque cuando uno es necesario
no hay riesgo alguno en aguardar, como que irri-
tada la impaciencia de los hombres, ellos mismos
vienen á ofrecerse y no queda mas trabajo que el
de escoger.


¿, Qué es lo que vá á hacer Bonaparte? era la
pregunta que se hacía todo el mundo; y esto mis-
mo probaba que era inevitable hacer algo. Dos.
eran los partidos principales que se le estaban
ofreciendo, y otro que podria llamarse una sub-
division de amhos, á saber, los patriotas, los mo-
derados ó políticos y últimamente los fiue dena-




IHRECTOIlIO (17~'9). 373-
miuabau los podridos por ser en lo gencral los hom-
hl'es COITom pidos de todas las épocas y facciones,
Los primeros no dejaban de desconfiar de Bona-
parte y de su arnbiciou , pero como su afieion do-
minante era destruirlo todo sin pensal' nunca en
el dia de maiiuna , deseaban servirse de su brazo
para trastornar el órden existente, salvo ú ocu-
parse despues de lo futuro. Verdad es que esta
opinion no era mas que la de los hombres acalo-
rados, que como descontentos de todo, les pare-
cía (¡ue lo mas urgente era destruir. Los demas
patriotas, [. quienes podríamos llamar los verda-
deros republicanos, tambien recelaban mucho de
la reputacion de Ilonu parte y querian (Iue ú lo mas
se le diese una plaza de director, y hasta les re-
pugnaba que para ello fuese necesaria una dis-
pensa (le edad, deseando sobre todo que fuese ;Í
las fronteras ;'1 relevar la gloria (le nuestros ej(~rci­
tos .Y rr-st ituir ú la r(,pública su pasado esplendor,


Los moderados () pol íticos , temiendo el furor
de los partidos y sobre todo el de los jacobinos,
contra el cual nada esperaban de una coustitucion
gastada .Y violada mil veces, apetecian un cambio
y querian que este se hiciese pOl' una mano pode-
rosa. Solo se contentaban con decirle en secreto:
« Apoderaos de la autoridad, dudnos una consti-
« tuciou pruden te .Y moderada, y fple tengamos
« seguridad.» Este era el pal'tido mas numeroso




'f- r.
." 4, HEVOLUCH)~ FIU.~CESjt.


de Francia, pues tarnhicn entraban en él muchos
patriotas comprometidos que temiendo por la mis-
ma revolucion deseaban con liarla él un hombre'
poderoso, y así pensaba la mayoria de los Ancia-
110S y una fuerte minoría de los Quinientos. Hasta
entonces hahin n estado ~iguiendo á la mayor re-
putacion civil que habia, que era la de Sieves y le
eran tanto mas adictos cuanto peor se hablaba de'
él en el club del Picadero. Pero hoy era natural
(iue se adirieran mucho mas él Bonaparte , por que
lo que ellos buscaban era la fuerza, y esta era mu-
cho mas visible en un general victorioso que en
un publicista px muy ilustre que fuese.


Ult.i m.uncnte los po{lridos eran toda Ll turba
de bribones é intrig'antes que buscaban fortuna
y se habían deshonrado hacicndolu y d~s('aban
continuar aumentándola al mismo precio. Estos
seguían á Barrás y al ministro de policia Fo uché ,
habiendo entre ellos de todo, esto (',.;, jacobinos,
moderados y hasta rculistus , porclue no era un ver-
dadero part ido si no una pandilla numerosa.


No hacemos mencion de los partidarios de la
monarquia porque estos hahian quedado reduci-
dos ú la nulidad de resultas del 18 de fruct idor v


"


además Ilonaparte no les inspiraba nada, ponlue
era imposible (jue nn hombre semejante pensase
en otro que en sí mismo, ni que tomase la auto-
ridad para cederse! a después á nadie. Por eso se




DIRECTORIO (1799). 375
contentaban con hacer bulto entre los desconten-
tos del directorio acusándole en cllenguaje de to-
dos los partidos.


Entre todos ellos no podia Bonapartc fijarse mas
(lue en uno, porque los patriotas no le convenian
de ningun modo, como que los unos, apegados al
órden actual, desconfiaban de su ambicion , y los
otros solo desea han un gol pe violento y después
nada mas (1 ue con ti n uas agitaciones sin poderse
fundar nada COII dios. Además estaban en senti-
do contrar-io de 1,,5 ideas del tiempo y no hacian
TIlaS que exhalar sus últimos ardores. Los podridos
no era n nada si IlO como parte del gobierno don-
de se hahian introducido naturalmente, purque
este es siempre el término de sus deseos, y no ha-
bia para que ocu parse mucho de ellos porque ellos
mismos se veudriun á buscar quien tuviese mas
probabilidades en su Ü1VOl' supuesto que querian
permanecer el) posesicn de los em pleos y de l di-
nero. El único partido en que Bonaparte podia
a poyarse era aquel que partici pando de las nece-
sidades de toda la población queria poner á la
republica al alJl'igo de las facciones, constituyén-
dola de una manera sólida. Allí es donde estaba
toda su perspectiva y por consiguiente con él es
con quien debia entenderse.


Ninguna duda tuvo en la eleccion pues ya la
tenia hecha su propio instinto, como que 80na-




:376 t: EYO U)CI ()~ FfL\NCESA,
partc aborrecía ú todos los hornhrcs turhulcutns
y le daban h asco los corrompidos , sin poder te-
ner inclinacion mas que á los moderados que de-
seaban se gobernase en su favor , y en el de toda
la nacion. Pero era necesario espel'ar y dejarse
prevenir por las ofertas de los partidos, y obser-
var ú sus corifeos para ver con quienes se dehia
hacer alianza.


" Todos ellos estaban representados en el direc-
torio, pon¡ue itl'S- patriotas tenían á Gohier y á
~Ioulins, como ya hemos dicho: los podridos ú Ilur-
rás , y los políticos ó moderados ú Sieyes y Hoge-
rio Bucos. Los dos primeros eran UIlOS potriotas
sinceros y honrados, mas moderados (IUC el parti-
rlo ú quien pertenecian porquc estaban en el po-
der j y admiraban á Bonapurte , pero sin querel'
servi rse de su espada mas que para el sosten de la
coust.ituciou del ario In y por eso deseaban en-


.viar]c ú los ejércitos. Ilonapartc les trataba con la
Inayol' considcracion apreciando su honradez , co-
I1lO le sucedió toda su vida, siendo este un i ns-
tinto natural en todos los hombres que nacen pa-
ra gohernar. Fuera de eso, las mismas considera-
ciones que empleaba con ellos eran un medio de
probar que honraba Ú los verdaderos repuhli-
canos. Su muger era muy amiga de la de Go-
hier , y como clla no tenia tampoco nada de tonta,
la decía con mucha astucia: « ;\Juestl'a intimidad




mUECTOltlO (17~9). 377
« servirá de respuesta á todas las calumnias.»


Barrás que veia venir el término de su carre-
ra política y no dudaba que Bonaparte era su su-
cesor inevitable', le aborrecia cordialmente y aun-
que no hubiera tenido reparo en adularle como
otras veces, conocia que el otro le despreciaba mas
que nunca y así se mantenia á cierta distancia.
Cada dia detestaba mas Bonaparte aquel epicureo
ignorante, gastado y corrompido y no podia es-
presar su desprecio mas que con la palabra podri-
do con que solia pintar al director y á sus ami-
gos , por lo 'que era dificil que pudiera reunir-


, ,I
se a e .


El único que quedaba verdaderamente irnpor-
tante era Sieyes, que disponia á su arbitrio de Du-
cos y cuando le eligieron para el directorio en la
ocurrencia del 30 de prerial era una señal eviden-
te de (lue se pensaba en arrojarse en sus brazos.
No dejaba Bonaparte de estar algo resentido de que
hubiese ocupado el primer puesto de la repúbli-
ca en ausencia suya y fijado por un momen to
los ánimos y las esperanzas, por lo que tenia
contra él cierta repugnancia que no se esplica
bien. Pero ú pesar de ser tan opuestos sus génios
y costumbres tenian ambos bastante superioridad
para entenderse y perdonarse sus diferencias y so-
111':1(10 orgullo para hucerse concesiones. Por des-
gTélcHl no se habian hablado nunca y es lo cornun




378 REYOLUCION FIUNCESA.
que cuando dos grandes talentos no se han lison-
geado uno á otro conservan cierta enemistad recí-
proca.. Así se estaban observando el uno al otro y
esperando cada cual que el otro diera los primeros
pasos. Al fin se encontraron comiendo juntos en
casa de Gohier, y Honaparte que no habia tenido
reparo en anticiparse á Morean por lo mismo que
conocia su propia superioridad, no creyó deber
hacer lo mismo con Sieycs y no le dirigió la pa-
labra. Este observó el mismo silencio y ambos se
separaron furiosos. « ¿Ha visto usted ese insolen-
( tuelo , dijo Sieyes, no haber siquiera saludado
« á un miem bro del gobierno, que hubiera debido
« maudavlc Iusilar f » Al mismo tiempo dccia Bo-
naparte : « ¿ qué capricho ha sido ese de poner en
({ el directorio á un clérigo que está vendido á la
( Prusia y que si nos descuidamos nos entregará
« á ella?) Así es como muchas veces predomina el
orgullo hasta sobre la política en liornbrcs tan su-
periores , y si así no fuese carecerian de aquell a
alti vez que les predispone á mandar á los demas,


He aquí COIno el personage á quien Bonaparte
tenia mas interes en ganar era precisamente aquel
por quien esperirnentaba Inayor repugnancia; pe-
ro eran tan idénticos sus intereses que no podian
menos de ser impelidos el uno al otro por sus par-
tidarios aun á pesar suyo.


Mientras tanto que se estaban observando los




DIHECTOIUO (1799). 379
dos atletas continuaba aumentándose la afluencia
á casa de Bonaparte , y éste todavía incierto del
partido que habia de tomar, habia sondeado ir
Gohiel' y á Ducos para saber si querian consentir
en que él fuera director á pesar de no tener la edad
necesaria. La plaza que él queria era la que ocu-
paba Sieyes ,porque en escluyendo á éste estaba
bien segul'o de dominar á sus cólegas y de gober-
narlo todo en su nombre. No era por cierto un
triunfo completo, pero sí un medio seguro de
llegar á la autoridad sin hacer precisamente una
revolucion y una vez asentado en ella tenia tiem-
po para espcrar. Que la propuesta fuese sincera ó
solo para cnaaiiarlos , que es lo mas probable,
haciéndoles creer que su ambicien no pasaba de
una plaza de director, 10 cierto es que les sondeó y
(lue los halló inflexibles en cuanto ú b dispensa
de edad, porque :í pe.sar de que se concediese la
dispensa pOI' los consejos, siempre les parecia una
in fl':.ccion de la constitucion , y así fue preciso re-
nunciar ú esta iclea,


Ya principiaban ú inquietarse los dos directores
Gohier y l\Ioulins del ardor que manifestaba Bo-
naparte por entrar en funciones políticas y dis-
currieron apartarle de ellas dándole el mando de
un ejército; pero Sieyes no fue de este dictamen
diciendo que lejos de proporcionarle ocasione s de
adquirir nueva gloria, se le debia olvidar y hacer




380: REVOLUCION FRANCESA.
que los demás le olvidasen. Como se hablaba de
enviarle á Italia, di jo Barrás que no le habia ido
del todo mal allí para que no desease volver ; y al.
fin se decidió llamarle para que escogiera el man-
do del ejército que gustase.


Presentóse Bonaparte en el directorio teniendo
ya noticia de la pulla que habia soltado Barrás
contra él y ántes de que le dijesen una palabra de
objeto á que se le llamaba, tomó la palabra con
tono activo y amenazador , citando las propias pa-
labras de Barrás y mirándole cara á cal'a, dijo que
si habia hecho su fortuna en Italia, á lo menos no-
había sido á costa de la república. Barrás no le
replicó una palabra, pero Gohier que era el pre-
sidente, lc dijo que el gobierno estaba bien per-
suadido de que sus laureles eran el único caudal
que haLia traido de la guelTa de Italia, y añadió
que el directorio le convidaba á tomar un mando,
dejando á su elección el cjército que gustase. Bo-
naparte respondió francamente que no habia teni-
do todavia tiempo para descansar de sus fatigas,.
porque la repentina traslacion desde un clima se-
co á otro húmedo le babia hecho bastante imprc-
sion y necesitaba algun tiempo para reponerse;
dicho lo cual se retil'ó.,. Esto bastaba para adver-
tir al directorio de cuales eran sus ideas, y pal'a
no dejarle á él duda de las desconfianzas de los
otros.




'DIRECTORIO (1799}. 381
Por lo miSIIlO era necesario no perder tiempo"


y asi cada día le prese ntaban sus hermanos y con-
sejeros ihabituales Hoederer Real, Regnault de
San Juan de Angeli, Bi-uix y Talleyrand nuevos
miembros del partido moderado y político de los
·dos consejos. Del de los 'Quinientos fueron Boulay
el del l\feurthe, Gaudin , Chazal, Cabanis y Che-
nier : del de los ancianos, Cornudet , Lemercier,
Fargues 2 y Daunon. El dictamen de todos ellos
fue que era necesario unirse al partido reforma-
dor representado pOI' Sieyes , el cual tenia ya pre-
parada una constitución y segura la mayoria en el
consejo de los Ancianos. Bonaparte 110 -dejaba de
ser del mismo pal'ecer y con ocia que no 'tenia otra
eleccion , pero pal'a ello er a preciso que le pusie-
'sen en contacto con Sieyes, lo cual era dificil. Sin
embargo, eran tan grandes los intereses y tan
diestros los sujetos que mediaban entre el orgullo
del uno y del otro, que no podia menos de ha-
cerse pronto la alianza, :Monsieur de Talleyrand
era hombre para concilia r vanidades mas opues-
tas que las de aquellos dos hombres y asi apenas
principió la negociacion cuando ya estaba termi-
nada. Se convino en que se daría á la Francia otra
constitucion mas sólida bajo los auspicios de Sie-
yes y de Bonaparte ; y aunque no se esplicaron so-
bre la forma y especie de la tal constitucion, se
daba por supuesto que habia de ser republicana,




382 UEVOLUCION FRANCESA.
p'ero con la condicion de que no tuviesen parte en
ella aquellos á quienes el uno y el otro daban el
nombre de charlatanes, sino que todo el influ jo
quedaria entre aquellos dos poderososentendi-
mientos que quedaban unidos.


Unidos dos seres, de los cuales el uno era un
sistemático que soñaba en el tardío cumplimien-
to de sus ideas y el otro un ambicioso que aspira-
ba á gobernar el mundo, Las circunstancias eran
las mas oportunas y poco importaba la incompa-
tibilidad de su caracter cuando la habilidad de
los mediadores y la gravedad de los intereses bas-
taban para disipar este inconveniente á lo menos
pOl' un momento, y bastaba un momento para
hacer una revoluciono


Estaba pues decidido Bonaparte ú olnar de
acuerdo con Sieyes y con Ducos y continuaba ale-
jándose mas y mas de Burrás , Lien que guardan-
do consideraciones á Gohier y á Moulins aunque
reservándose de todos tres. Pero Fouché , que era
tan diestro para adivinar el poder naciente, veia
con mucho pesar la frialdad que se observaba con
su padrino Barrás y que éste tampoco hacia nada
para vencer tal repugnancia. El estaba bien deci-
dido á pasarse al campo del nuevo Cesar, pero
avergonzándose de abandonar á su antiguo pro-
tector, deseaba arrastrale en pos de sí. No dejan-
do un instante ú Bonapartc , de quien era bien re-




mll.ECTORIO (1799) 383
cibidoporque tenia la bolsa de la policia , procu-
raba disipar la repugnancia que inspiraba Barrás ,
y en esto le ayudaban Real, Bruix y los de-
'mas consejeros del genGral. Creyendo haberlo ya
conseguido, instó á Barras á que convidase á co-
mer á Bonaparte y en efecto lo hizo así para el
día 30 de octubre, habiendo aceptado Bonaparte,
Despues de la comida enlpezaron á hablar de ne-
gocios" que era lo que ambos deseaban, y el
primero que entró en materia fue Barrás prin-
cipiando pOl' generalidades acerca ele su situacion.
personal. Esperando que Bonaparte afirmaria lo
contrario, le dijo que estaba enfermo, cansado y
precisado á renunciar á los negocios. Pero Bona-
parte guardaba silencio y entonces añadió Barras
que la república estaba desorganizada y que era
indispensable para salvarla concentrar la autori-
dad y nombrar un presidente, insinuando que
convendria nombrar al general Hedouville. Era
este tan poco conocido como incapaz ele tal encar-
go, y no era dificil adivinar que le mencionaba
Harras solo por no designarse ú si mismo. Por lo
que hace á V., aüudió Barrús , parece que vuestra
intencion es ir ú los ejércitos y en efecto asi debe
ser para adquirir nueva gloria y restituir á la Frau-
C\<\ ~u \'erd<\l\era 'lo1por'-ancia europea. Yo pienso
retirarme al descanso de que tengo gTan necesi-
dad. Bouaparte clavó una mirarla en los ojos de




384 HErOLUCION FRANCESA.
Barrás., no le respondió nada y dejó Id conversa-
cion. Quedóse cortado Baerás y no atreviéndose á
pronunciar una palahra , se retiró Bonapart e: mas
antes de salir del Luxemburgo, pasó á la habita-
cion de Sieyes. Solo fue para decirle espl'esaluenLe
que queria entenderse con él solo y que no debian
ocuparse de otra cosa que de los medios de ejecu-
cion. En aquella entrevista quedó convenida la
alianza y resolvió preparar todo para el 18 ó 20 de
brumario.


Cuando lleg'ó Bonaparte á su casa se encontró
allí á Fouché , á Real y á los amigos de Barrás , á
quienes dijo ¿saben ustedes loque me ha propuesto
su buen Harrás ? Nada menos que hacer presidente
á Hedouville, es decir , á sí mismo, y que yo me
vaya al ejército: es imposible hacer nada con se-
mejante hombre, Quisieron sus amigos disculpar
la torpeza del director buscando varias escusas,
pero Bonaparte insistió poco en ello y varió de con-
versacion porque ya tenia tomado su partido. In-
mediatamente se fue Fouché á casa de Barras para
reconvenir-le y suplicarle que fuese á enmendar la
falta de sus torpezas; y en efecto al dia sip,'uielltc
fue corriendo Burrás á casa de Bonaparte á eSCll-
sarse de lo dicho el dia anterior y ofrecerle no ya
su consentimiento mas tambien su cooperación ú
cuanto quisiese intentar, Bonn parte Ic escuchó po-
co, Ic respondió con gencralidades y principió á




I>IHECTOH 10 (1799). 385
su vez Ú hahlnrle de su cansancio, de su mala sa-
lud y de su fastidio de lo:s hombres y de los ne-
gOCIOS.


Desde entonces conoció Barras ([ue estaba per-
dido y que habia terminado su papel') siendo ya
tiempo de que recogiese el fruto de sus dobles in-
trigas y de sus indecentes deserciones. Los patrio-
tas fogosos no quetiau oir hablar mas de (~l des-
pues de su conducta con la sociedad del Picadero,
y los republicanos que a preciaban la constituciou
(lel año In le despreciaban y desconfiaban de (~I.
Los reformadores ó políticos no veian en (~I mas
que un hombre desacreditado á quien aplicaban
la palabra podrido inventada por Bonaparte , y por
último no le quedaban mas que algunas intrigas
con los realistas pOI' medio de ciertos: emigrados
ocultos en su corte. Ya eran muy antiguas ~Hlue­
lIas intrigas, como que principiaron el 18 de fruc-
tidor y él habia ..dado parte de ellas al directorio
haciendo que le autorizasen para continuarlas á
fin de tener en sus manos los hilos de la contra-
revolucion. De este modo se habia proporcionado
el medio de vender ya á la república ya al preten-
diente, y en el dia se estaba tratando con este úl-
timo de algunos millones de francos para propor-
cionar su regreso. Es muy posible fIue Barrás no
se condujese con sinceridad con el pretendiente
porque era natural que su inc1inacion le llevase á


XII.




386 REVOLUCION FRANCESA.
la república; pero son difíciles de averiguar las
sirnpatias de aquel corrompido viejo , y tal vez las
ignol'aba él mismo, pero en lo que no cabe duda
es flue cuando se llega á cierto punto de COrl'UP-
cion suele preferirse el dinero á todas las demas
inclinaciones.


Desesperado Fouché de ver perdido á su pro-
tector y sobre todo de verse comprometido en su
desgracia redobló sus obsequios á Bonaparte, mas
éste desconfiando de semejante homhre, le ocultó
todos sus secretos, sin que por eso se diese el otro
por entendido, sino que conociendo que era se-
gura su victoria resolvió vencer SU5 rigores á fuer-
za de servicios. Como tenia la policía y sabia de-
sempeñarla con perfeccion no le quedaha duda de
que se conspiraba por todas partes; pero se guar-
daba muy bien ele decir una palabra al directorio,
cuya mayoria compuesta de Gohier, Moulins y
Barrás hubiera podido sacar un partido funesto
á los conspiradores.


No habia mas que quince dias que Bonaparte
estaba en Paris y casi todo estaba ya preparado,
dedicándose Berthier , Lannes y Murat á ganar dia-
riamente á los oficiales y generales. Entre ellos se
habian retraido un poco Bernadotte por envidia,
Jourdan por afecto á la república y Augereau por
jacobinismo y habian comunicado sus recelos á to-
dos los patriotas del consejo de los 500; pero la




muscromo (1799). 387
masa de los militares estaba ya ganada. Morcan
aunque republicano sincero, pero sospechado de
los patriotas que dominaban y descontento del di-
rectorio que le hahia tratado tan 111a1, no tenia
otro recurso que Bonaparte , y como se veía acari-
ciado por él y sin que le repugnase tener un supe-
rior, declaró que coadyuvaria á todos sus proyec-
tos. No queria que se le comunicase el secreto por
que tenia ódio á las intrigas politicas, pero pidió
que se contase con él al tiempo de la ejecucion.
Estaban en Paris el 8.° Y el 9.° de dragones quc
en otro tiempo habian servido con Bonaparte en
Italia y estaban decididos por él, Y tarnhien el 21
de cazadores organizado por él mismo cuando man-
daba el ejército del interior, á cuyo regimiento
hahia pertenecido Mural. Todos ellos querían des-
filar en su presencia y los oficiales de la guarni-
cion , y ayudantes de la guardia nacional solicita-
ban ser presentados y todavia no habian podido
conseguirlo. El lo diferia con ánimo de que ocur-
riese esta recepción al mismo tiempo que sus pro-
yectos, y sus dos hermanos Luciano y José y los
di putados de su partido cada dia le hacian nue-
vas conquistas en los consejos.


Seíialose para el dia 15 de brumario una en-
trevista con Sieyes para con venir en el plan y me-
dios de ejecucion, en cuyo dia los consejos dehian
dar un Lanquetc al general Iionapnrto , corno se




-38R REVOUJf.TON FRANCESA.
había hecho cuando volvió de Italia. Pero no eran
corno entonces los consejos quienes le daban ofi-
cialmente , sino que se habia propuesto la cosa de
secreto.mas el de los f,OO que en el primer momen-
to del desembarco habia nombrado presidente á
Luciano pOI' obsequiar al general en la persona de
su hermano, estaba ahora lleno de desconfianzas y
no queria que se diese el banquete. Por eso se de-
cidió que se diese por suscripcion , y los suscri pto-
res fueron nada menos que de seis á setecientos,
Veriticose el convite en la iglesia de S. Sulpicio y
estuvo frio y silencioso porque todo el mundo se
observaba y guardaba la mayor reserva. Era vi-
sible que se estaba aguanlando un gran aconteci-
miento y que este era obra de una parle de los
concurrentes. Bonaparte estuvo sornbrio y preo-
cupado, cosa muy natural supuesto que al salir de
allí iba ú determinar el sitio y hora de una con-
juracion. Apenas se concluyó la comida cuando se
levantó y dió con Berthier la vuelta á todas las me-
sas dirigiendo algunas palabritas á los diputados
y luego se retiró precipitadamente.


Fuese á casa de Sieyes para tomar con él las úl-
timas disposiciones y allí se convino por de pron-
to en la clase de gobierno que habia de suceder al
actual, y se acordó que se suspcnderian los conse-
jos por tres meses , y que en lugar de los cinco di-
rectores habria tres consules provisionales, los




DIRECTORIO (1799). 389
cuales durante aquellos tres meses desempeñarian
una especie de dictadura y 'I uedarian encargados
de da r una constitución. Estos tres cónsules hahian
de ser Bouapartc , Sieves y Hogerio Ducos. Después
se trató de los medios de ejecucion , en tre los cua-
les contaba Sieyes con la mavoria segura de 10sAn-
cianos , y como todos los dias se estaha hablando
de proyectos incendiarios de pa rte de los jacobi-
nos, se discurrió suponer un plan de atentado COI1-
tra la representación nacional. La comisión de ins-
pectores que toda estaba á la disposición de Sieyes
debia proponel' la traslacion del cuerpo legislati vo
it San Cloud, cuyo derecho concedia en efecto
la constitucion al consejo de los Ancianos. Este
mismo debia tomar tambien otra providencia pa-
ra la cual no estaba autorizado, y era la de confiar
el cuidado de proteger la traslacion {¡ un general
de su gusto, es decir, :'t Bonaparte. Al mismo
tiem po debían los Ancianos conferí rle cl ruando
de la 17. a di vision nrilitar y de todas las tropas
acantonadas en Pa iis. Bonu parte con sus fuerzas
debia conducir el ClIPrpO legislativo á San Cloud,
donde se esperaba hacerse dueños del consejo de
los Quinientos y arrancarles el decreto para el
consulado provisioual, Sievcs y Rogerio Ducos de-
hian hacer su renuncia en aquel mismo dia y se
proponian obtener tambien las de Barras , Gohier
ó MOlllins. Con eso quedaba desorganizado el di-




HEVOLVCJO"'FIL\~CESJ\'


rectorio por la disolucion de la muvoriu y se les
diria ú los Quinientos que no habia gobierllo po-
niéndoles e » precision de nomlu-ar tres cónsules.
Estaba m-uy hieu discurrido aque] plan; porque
siempre que se inlenta hacer una revolución es
preciso L\isfl'a'lJar \0 ilegal en cuanto se puetla y
servrrse de los términos mismos de la constitución
para destru irla i v de los ruierubros del gobierno
para derribarle •.


Se señaló el 1S de hrumario para provocar el
decreto dc traslaciou y el 19 raL'a la sesion decisi-
va de San Cloud , y se repartieron la t.uen, Sieyes
lluedó con el encargo de conscauir el decreto de


<, ,


nasltn.ion y Dona parte con el de manejar la fuerza
armada y conducir las tropas (l 'I'ullcrias.


Tornados estos acuerdos se separaron )7 no se
hablaba de otra cosa en el público que de un acon-
tecimiento grande n1UY prOXIJll0, como siempre
había sucedido en iguales casos, porque solo se


,. )Lí xima suhlime , luminosa , moral y di¡;na de ofrecer-
se por modelo á todos los que se dediquen á la lucrosa e.ure-
1'<1 .le cor iícos de revoluciono Scriu de desear que en 105 ayun-
t.unicntos de los pueblos donde suelen frtlgual'se las mas de
ellas se estampase en una lápida ó por lo menos se p('gase ..í
una tabla COI) engrudo ,como se hace con las tarifas , para
que ~e fuese perpetuando este sano documento y no se cqui-
vocasen los futuros tribunos de la plebe en las reglas que de-
ben seguir para todo glorioso prouuuciamicuto. (N. del r.)




DlRECTOIUO (1799). 391
verifican aquellas revoluciones que pueden ser
adivinadas con anticipacion. Ademas de eso Fon-
ché tenia muy buen cuidado de no decir una pa-
labra á los tres directores que no hacian pal'te de
la conjuracion : pero Dubois Crancé, que á peSell'
dc su defcrcncia por las luces dc Bonaparie era
un ardiente patriota, tu vo a viso del proyec!o y fue
cor-riendo .i parlici pÚl'scle á Gohier y ú MouLns que


• o 1 J ' 'o ,r 1 1no epn:;'Iel'on <- arre cr.xuto. .en ac es que ya sos-
pechaban una gra.nde ambicion , pero de ning'un
modo que estuviese tan próxima la conjuracíon.
Barrás no dudal>a tampoco de que habia un gran
movimiento, pcro como de todos modos se con-
taba por perrlido , se dejaba llevar de los sucesos.


Tuvo encargo la comision de los Ancianos pre-
sidida por Cornet de prepararlo todo durante la
noche del 17 al 18 para hacer que se cspidiese el
decreto de traslucion , y asi se cerraron las venta-
nas y se corrieron las cortinas para que el público
no sospechase por las luces de que se estaba tl'a-
bajando de noche en las oficinas de la comisiono
Se tuvo cuidado de convocar al consejo de los An-
cianos para las siete de la mañana y al de los Qui-
nientos para las onze , de suerte que ya se hallára
espedido el decreto de traslacion ántes que estos
últimos se hubiesen reunido, y como la constitu-
cion prohibia toda deliberación luego de es pedido
y promulgado un decreto de traslacion , tenia




HE\OL[UO~ F'IUNCEs,t.


({ue quedar silenciosa la tribuna de los Quinien-
tos con Jo CHal se ahorraba toda discusión elnba-
ruzosa. Tampoco se omitió la precaucion de dife-
rir el envio de cartas convocatorias el. ciertos di-
putados que no estaban en el secreto para estar
seguro de que no lIega['ian sino cuando ya estu-
viese es pedido el decreto.


Honup.ute por su lado tampo<.:() habia omitido
las precauciones necesarias, enviando al coronel
Sehastiuni ~ que mandaba el 9 de dragones para
asegurarse de las disposiciones del regimiento,
que se componía de !lOO hombres de ú' pie y de
600 montados entre los cuales habia muchos sol-
dados jóvenes: pero los que daban el tono eran
los veteranos de Arcóle y Rivoli. El corone le l'CS-
pondió del reg;inliento, y se convino en que este
bajo pretesto de pasar una revista saldria de su
cuartel ú las cinco y distribuiria su gente, parte
en la plaza de la Revol ucion , parte en el jardin
de Tullerias , y él con doscientos hombres ú caba-
llo vendria Ú ocu par las cal les de Mont Blane y
Chanterciue. Luego envió [l decir Bonaparte ú Íos
coroneles de los demas regimientos. de calxrllcriu
{Iue pcnsahn pasarles revista el 18 y mandó anun-
ciar ú todos los oficiales que deseaban presentarse-
le que los rccihiria aquella misma mañana. Para
escusar la desjgnacion de la hora pretextó la ne-
cesidad de un viaje, y previno ú .Morcan y á los




IHHECTOH.IO (t 799), :39:t
dentas generales que tu viesen á hien encontrarse
Ú la misma hora en la calle de Chantereine. A me-
dia noche envió un edecan á Lefebvre á decirle
que pas3se á su casa á las seis de la mañana, Es-
te era un hombre muy adicto al directorio, pero
Bonaparte contaba con que no resistirla á su as-
cendiente; mas no mandó prevenir nada á Berna-
dotte ni Augereau. Hahia tenido cuidado para en-
gaiiar ú Gohier de convidarle á comer á su casa el
mismo dia 18 con toda su familia y al mismo tiem-
po para decidirle á dar su dimisión hizo que' su
muger le rogara que viniera por la mañana á las-
ocho á desayunar con ella.


El dia 18 muy de mañana se observó un mo-
vimiento imprevisto aun para aquellos mismos
que concurririan á ocasionarle, y se vió recorrer
los baluartes una numerosa caballeria y cuantos
generales y oficiales hahia en Paris vestidos de
gran uniforme acudir á la calle de Chantereine sin
sospechar la mucha gente que iban á eucontrar al li.
Los diputados de los Ancianos acudian á su pues-
to admirados de aquella convocacion tan repenti-
na y la nlayor parte de los de los Qui nientos igno-
rabau lo que se preparaba. Gohier, lUoulins y
Barrás no sabian una palabra; pero Sieyes que des- •
pues de algun tiempo estaba tomando lecciones
de equitacion y Hogerio Ducos , estaban ya á ca-
ballo y se diri jian á Tullerias,




RE\'OLUC\ON H\..\.NCF..SÁ..


Luego que se reunieron los Ancianos tomó la
palabra el presidente de la comisión de inspecto-
res y dijo que la comision encargada de vigilar en
la seguridad del cuerpo legislativo habia sabido
que se tramaban ciertos proyectos siniestros, y
que iban acudiendo á Paris muchos conspiradores
que tenían sus conciliúbulos y preparaban atenta-
dos contra la libertad de la representacion naciu-
nul. Aíladió Cornet que el consejo de los Ancianos
tenia en su mano los medios de salvar á la repú-
plica y debla usar de cll os , trasladando el cuerpo
legislativo á San Clond pa¡'u ponerle á cubierto de
los alentados de los conspiradores y encargando en-
tret.an to la segurillatl pública ú un general ca paz
de desempeñar este deber, como pOL' ejemplo Bo-
naparte. Apenas se leyó esta proposición y el de-
creto que la acompañaba , cuando se notó cierta
conmocion en el consejo, y aun quisieron oponer-
se algunos m iernhros de él ; pero la apoyal'on Cor-
nudet, Lcbrun , Fargues y Regnier, y la mavoria
cedió al solo nombre de Bonaparte , de suerte que
á las ocho estaba ya espedido el decreto, por el
cual se trasladaban los consejos á San Cloud y se
les convocaba allí para el dia siguiente á medio-
día. Se nombraba á Bouaparte general en gefe de
todas las tropas existentes en la 17. a división mi-
litar, de la guardia del cuerpo legi3lativo, de la
del directorio y de las guardias nacionales de Pa-




DIRECTORIO (1799). 395
ris y sus inmediaciones. Quedaba bajo sus órdenes
Lelebvre que era el actual comandante de la di-
vision , y Bonaparte tenia órden de venir á la barra
úrecibir el decreto y prestal' el juramento en manos
del presidente. Se mandó á un mensajero de es-
tado que inmediatamente llevase el decreto al
general.


Encargrise de esta comision el mismo diputado
Cornet que encontró los Laluartes llenos de caba-
Ileria y las calles de Montblanc y Chantereine, de
oficiales y gcnel'ales con gran uniforme, pues todos
acudian á la invitación del general Bonaparte.
Eran demasiado reducidas las salas de la casa de
este para tanto gentio, y asi mandó abrir las
pnertas y presentándose en las gradas de la entra-
da, arengó ú los oficiales diciéndoles que la Francia
estaba en peligro y que contaba con ellos pal'a ayu-
darle á salvarla. Entonces presentándole el decreto
el diputado Cor net , le tomó en sus lllanos, se le
leyó, y les preguntó si podia contar con su apoyo.
Todos respondieron poniendo mano en la espada
que estaban prontos ú ayudarle, y tambien se di-
rigió á Lcfehvrc, Este viendo ú las tropas en movi-
miento si n órclen su ya, le hal~ia pregull Lado á Se-
bastiani que quien se la habia dado, el cual sin
responderle le instó ú que entrase en casa del ge-
neral. Entró en efecto de lllUY mal humor, y le di-
jo Bonapartc : ---- Y bien Lefcbvre, tu <lue eres uno




REVOLUCION FHANCESA.


de los apoyos de la república ¡, quieres dejarla pe-
recer en manos de esos abogados? Unete á mí para
ayudarme á salvarla. Toma, ahí tienes, añadió Ro-
naparte descolgando un sable, ese es el que yo
llevaha en la batalla de las Pi rámides : te le l'egalo
en prenda de mi amistad y confianza. - Sí, repli-
co Lefebvre bastante conmovido, echemos al rio á los
abogados. José hahia llevado tambien ú Beruadotte,
pero este al ver de lo que se trataba se retiró pa-
ra ir á prevenir á los patriotas. Fouché no estaba
en el secreto pero apenas le advirtieron de lo que
pasaba, dió órden para cerrar las barreras y sus-
pendió la salida de los correos y diligencias, y vi-
no aceleradamente á dar cuenta á Bonaparte con
mil protestas de celo. Este que hasta entonces no
hahia hecho gran caso de él, no le deseehó, pet'O
le dijo que eran inútiles sus precauciones y que ni
debían cerrarse las barreras ni suspenderse el
curso ordinario de las cosas porque él marchaba con
la nacion y contaba con ella. Supo entonces que
Gohier no habia querido venir al convite.cosa que
le disgustó mucho y le envió á decir con un ami-
go comun que se perderia inútilmente si se em-
peñaba en resistir. Montó inmediatamente á ca-
hallo para ir á las Tullerias á prestar el juramento
ante el consejo de los Ancianos y casi todos los ge-
nerales de la repúhlica se pusieron á su lado. Mo-
reau , lUacdonald , Berthier , Launes , Murat y Le-




DIUECTORJO (1799). 391
clerc iban detrás como tenientes 3UYOS, y se en-
contró en Tullerias los destacamentos del 9. 0 á
quienes arengó y despues de haberlos entusias-
mado entró en el palacio.


Presentóse delante de los Ancianos acompañado
de un estado mayol' magnífico y su presencia cau-
só una viva sensación pues conocieron que se ha-
bían asociado á un hombre poderoso que tenia to-
dos los medios necesarios para hacer cuanto qui-
siese. Entró en la barra y dijo: « Ciudadanos rc-
e: presentantes, la república ihaá perecer, pero
« vuestro decreto acaba de salvarla. Desgraciados
« los que inten ten oponerse á su ejecucion, porque
( auxiliado por todos mis compañeros de armas
'(e reunidos al rededor de mí, sabré prevenir sus
« esfuerzos. En vano se buscan ejemplos en lo pa-
e: sado para asustar vuestras imaginaciones; por-
«que nada en la historia se asemeja al siglo XVIII
« y nada en este siglo se parece á su fin ..... Noso-
e tros qllerelnos la república..... La queremos fun-
<l dada sobre la verdadera li bertad , sobre el régi-
« men representativo..... La tendremos, yo lo juro
( en mi nombre y en el de mis compañeros de ar-
« mas.» - Asi lo juramos , repitieron los genera-
les y oficiales que estaban en la barra. No dejaba
de ser diestro el modo con que Bonaparte acaba-
ba de prestar su juramento, pues asi habia evita-
do prestarle á la constitucion. Quiso un diputado




398 REVOLUCION FRANCESA.
t0111ar la palabra para hacer una ohservacion , pe-
ro se la reusó el presidente porque la constitucion
prohibia qne se discutiese nada una vez espedido
el decreto de traslacion , y así se separaron inme-
diatamente. Entonces pasó Bonaparte al jardin,
montó á caballo acompañado de todos los genera-
les y pasó revista á los regimiento.;; de la guarni-
cion que iban llegando sucesivamente. Echó una
corta arenga á los soldados diciéndoles que iba á
hacer una revolución de que les resultaria abun-
'dancia y glol'ia, y todas las filas respondieron vi-
va Bonaparte. Hacia un tiempo hermosísimo y era
inmenso el concurso, de suerte que torlo parecia
coucurrir á que fuese inevitable el atentado con que
se iba á poner fin á la confusion por medio del
poder absoluto.


En aquel momento advertidos los Quinientos de
la revolucion que se preparaba, Íiahian acudido
en tumulto á la sala de sus sesiones y apenas se hu-
bieron reunido cuando les llegó un mensaje de los
Ancianos que contenia el decreto dc traslacion.
Apenas se leyó cuando se levantaron una multi-
tud de voces á un tiempo; pero el presidente Lu-
ciano Bonaparte les im pnso silencio en virtud dcl
artículo de la constitucion que no permitia de-
liberar. Al momento se separaron los Quinientos,
corriendo los mas fogosos unos á casa de otros á
formar conciliábulos, indignarse en comun y




DIRECTORIO (1799). 399
buscar medios de resistencia, pues los patriotas de
los arrabales estaban bastante agitados y se amo-
tinaban al rededor de Santerre.


Entretanto Bonaparte , luego que concluyó la
revista de sus tropas, volvió á entrar en Tu11erias
y se fue á la eomision de los inspectores de los
Ancianos. Igualmente la de los Quinientos habia
aderido toda entera á la nueva revolucion y se
prestaba á todo cuanto se preparaba, y en ella
es donde se hahia de hacer todo con pretesto de
ejecutar la traslación. Colocóse allí Bonaparte en
permanencia, donde ya le esperaba el ministro
Cambaceres y no tardó en llegar Fouché. Sieyes
y Ducos acababan de hacer su diinision , pero im-
portaba conseguir otra mas del directorio para
que quedase disuelta la lnayor~,\. y G\ltando el po-
der ejecutivo no habia riesgo de que por su parte
se hiciese llingull acto de energia. No se esperaba
que la hiciesen Goh ier ni lUoulins y asi se destacó á
los señores Tallcvrnnrl y Bru ix á Bar-rás para arrau-
carie la su va.


J


En seguida distribuyó Bonaparte el Blando de
las tropas, encargando á Murat con una numerosa
caballería y un cuerpo de granaderos que fuese ú
ocupar á S. Cloud, y destinando it Serrurier á Point
da jonr con una reserva. Dió á Lannes, elma ndo
de las tropas que guardaban á TuUerÍas , y á
Morcan la comision mas rara y menos honrosa de




100 HEVOI"UCION FUANCE8A.
todas, ; 1 fue la de que tomase .500 hombres y
fuese á guardar el Luxemburao. La instrucción
de Morcan consistia en tener bloqueados {¡ los
directores con pretesto (le velar por su seguridad
prohibiéndoles absolutamente toda comunicación
con las gentes de afuera. Al mismo tiempo m~1l1­
dó significar al comandante de la guanlia clirec-
torial que le obedeciese y saliese de Luxemburgo
con su tropa y viniera á presentarse á Tunerías.
Ultimamente se tomó otra precaución muy im-
portante con ayuda de Fouché , y fue que siendo
una de las atribuciones del directorio la facultad
de suspender las munici pal idadcs , el ministro de
policía como si estuviese autorizado por el direc-
torio, suspendió los doce avuntamientos de Parjs
y les quitó todas las facn Itades, con lo cual no les
quedaba á los patriotas ningun punto de reunión
ni en el djrectot-io ni en ninguna de las municipa-
lidades que hahian sucedido al famoso ayunta-
miento de antaño. Luego mandó Fouché poner
Hnos carteles excitando Ú los ciudadanos á guardal'
órden y tranquilidad pues se estaba trahajando en
aquel momento en salval' Ú la república de sus
peligros.


Todas aquellas medidas surtieron muy buen
efecto y la autor-idad de Bonaparte fue reconocida
en todas partes pOI' mas que el consejo de los An-
cianos no hubiese procedido constitucionalmente




n)RECTOlUO (1799). 4.0 t
al conferu-selas , pucs cn efecto aquel consejo po-
dia muy bien ordenar la traslacion , pero no norn-
brar un ¡tefe supremo de Ja fuerza urrnadn, Mo-
rcan se fue al Luxemburgo y le bloqueó con sus
500 hombres, y el comandante de la gu~~rdia di-
rectorial J ubé obedeciendo inmediatamente las
órdenes que acababa de recibir, hizo que su tro-
pa montase á caballo y salió de Luxemburgo para
Tullerias, Entretanto los tres directores Moulins,
Gohicr y Barras se hallaban en una cruel perp!e-
xidad , hasta que al fin conociendo los dos prime-
ros que se les habia pasado por alto la conspira-
cion , se fueron á la habitación de Barras ú pre-
guntarle si era de opinión de mantenerse firme
con ellos y formar la mayoria , pero el vol uptuo-
so director se hallaba en el baño y acababa ape-
nas de saber lo que Bonuparte hacia en París, y fes
dijo con una interjección grosel'a: - Ese hombre
nos ha cugaIí.ado á todos. - Prometió unirse con
sus dos cornpaüeros , pOI'que él siempre lo prome-
tia todo y envió á su secretario Botot á Tullerias
el ver lo que descuhria. Mas apenas salieron Go-
hiel' V l\'Iolllins cuando cayó en manos de Bruix v


. . .


de Tallevrand ,y no era dificil hacerle conocer la
impotencia ú que estaba reducido, ni era de te-
mer que se cmpeñase en terminal' gloriosamente
su carrera defendiendo la constituciou directorial,
Se le prometió descanso y riqueza y consintió en


XII. 26




llEYOI.UCION FR.ANCESA.


hacer su dimisión. Ya llevaban prevenida una car-
ta que no hizo mas que firmar y Bruix y Talleyrand
se dieron prisa á llevársela á Bonaparte. Desde
aquel momento Gohier y lUoulins hicieron inúti-
les esfuerzos pal'a avistarse con él y su pieron por
fin que habia hecho la renuncia, por lo (Iue re-
ducidos á sí solos y sin derecho de deliberar no
sahian qué partido tomar aunque deseaban cmll-
plir lealmente sus deberes para con la constitu-
cion del aiio 111. Por tanto resolvieron ir á la co-
mision de inspectores para preguntar tÍ sus dos có-
legas Sieyes y Ducos si querian reunirseá ellos pa-
ra restaurar la mayoria y prornuh; al' Ú lo menos
el decreto de traslación. Triste era sin duda aquel
recurso, y de ningun modo posible reunir alguna
fuerza armada y levantar un estandarte contrario
al de Bonaparte, y asi era del todo inútil i r Ú Tu-
Herias y abocarse con él en medio dc su campo y
de todas sus fuerzas.


Sin em hargo , manifestaron deseos de presen-
tarse allí y se les dejó salir. Encontraron ú Bona-
parte rodeado de Sieyes, Ducos , una multitud de
di putados y un numeroso estado mayor, en el mo-
mento en que acababa de recibir 111UY mal á Do-
tot , el secretario de Barrás , diciéndole en voz al-
ta: « ¿qué han hecho de esa Francia que yo habia
<l dejado tan brillante? Les dejé la paz y encuen-
<l tro la guerra; les dejé victorias y encuentro re-




nmECTORTO (t79H).103
({ veses : les dejé los millones tic Italia y no en-
{( cuentro mas que leyes fiscales y miser-ia. i. QtH~
«se han hecho aquellos cien mil Franceses que yo
« conocia, com pa~ieros todos mios de glol'ia? i To-
« dos han muerto l ! » Botot sc habia retirado lle-
no de terror , pero en el momento mismo acaba-,
ha de llegar la renuncia de Harrás (Iue colmó 1;1
gloria del generaL y entonces les dijo ú Gohier y á
l\Ioulins que tenia mucha satisfaccion en verles, y
que contaba con su dimisión porque les tenia por
demasiado hueuos ciudadanos para oponerse [t
1.1 na revol ucion inevitable y provechosa. Gohier
respondió con entereza que no venia con su cóle-
ga lUoulins mas (PIC para ocuparse en salvar á la
república.-Sí, respondió Bonaparte, á salvar!a
j, y con qué? ..... ¡, con los recursos de una consti-
tucion fIue se ene Ú pedazos? -- ¡, Quien os lo ha
dicho'! l'cplicó (;011icl'; algunos pérfidos que no
tienen ni valor ni deseo de caminar con el1a.-
Travóse un altercado bastante vivo entre Goliier y
Bonaparte , y estando en él entregaron á esteúl-
timo una esquelita que conlenia el aviso de que
estaba 111UY agitado el arrabal de San Antonio.
Apenas le leyó Bonaparte, le dijo á lUoulins: « Ge-
« neral es V. pariente de Santerre?-No, replicó
«l\Ioulins , pero soy su amigo.» --- Pues acabo de
saber, añadió Bonaparte , ([ue anda alborotando
los arrabales y quisiera le tligéseis ([ue al primer




REVOLUCION I'RANCESA.


movimiento que haga le mandaré fusilar.-l\Ioo ....
Iins replicó con firmeza il Bonaparte y este insis-
ti ó repitiendo que mandaria fusilar á Santerre,
Entonces continuó el altercado con Gohier y poe
último le dijo Bonaparte : « La república está en
« peligro yes necesario csalvarla....•. yo lo quiera.
( Sieyes:y Duces han dado su dimisión y Barras
f( acaba de enviar la suya. Ustedes dos están aisla-
« dos, solos é impotentes pal'a hacer nada y así
« les aconsejo que no se empeíien en resistir.v-s-
Respondieren Gohier y Moulins que ellos no de-
sertariunde su puesto, y se volvieron á Luxem-
burgo, donde desde aquel momento quedaron ar-
restados y separados uno de otro y sin comunica-
cion con nadie pOI' orden de Bonaparte trasmitida
á Moreau. Barrás acababa de salir para su casa de
campo de Gros-Beis escoltado pOI' un destacamen-
to de dragones.


No existía pues ya el poder ejecutivo y Bona-
parte era el único que tenia la fuerza en sus ma-
nos, con todos los ministros al rededor suyo en la
comisión de los inspectores. De allí salian todas
las órdenes como único punto en que hubiese una
autoridad organizada, y así terminó aquel dia con
bastante sosiego. Los patriotas tuvieron muchos
conciliábulos en que se proponían resoluciones
desesperadas, pero sin estar persuadidos ellos mis-
mos de la posibilidad de su ejecución, tal era el




DIRECTORIO (t 799).
temor que illspil'aba el ascendiente de Bonaparte
sobre las tropas.


Por la noche hubo consejo en la comisión de
inspectores con el objeto de convenir entre los
princi pales micm 1)1'0 s de los Ancianos de lo que
deheria hacerse al siauicnte dia en San Cloud. El


u


proyecto acordado con Sicyes era proponer la sus-
pension de los consejos y un consulado provisio-
nal, pC"o csta proposicion ofrecia alg'unas dificul-
tades, y muchos de los Ancianos quc hahian con-
tribuido al decreto de traslacion se asustaban aho-
ra del predominio dd partido militar. A ellos no
les habia ocurrido que se pensaba en crear una
dictadura para Bonaparte y sus dos asociados") y
solo querian que se compusiese de otra manera
el directorio consintiendo, á pesar de la falta de
edad, en que se nombrase director Ú Bonapal'-
te. Asi hicieron la p,'opo .sicion , pero (~I respondió
con tono decidido que la ('011 S ti tucion no podia ir
adelante v se necesitaba una autoridad mas con-
centrada y sobre todo tilla suspension de todos los
debates políticos que agitaban ú la república; y
así lo que se propuso fue el nombramiento de tres
cónsules y la suspensiou de los consejos hasta el
t. O de ventoso, cuyas proposiciones fueron adop-
tadas de:;pucs de una larga diseusion. Eligieron
allí por cónsules a Huuaparte , Sievcs y Ducos ~
quedó redactado el proyecto pa ra proponerle al




~{,/'
.,. o HE"oLrclO~ FK\:\'CES,t ...


dia siguiente por la mañana en San Cloud. COllO'-
cicndn perfectamente Sievcs los movimientos rc-
volucionai-ios , lplel'ia que se arrestase aquella no-
che áíO de los principales alborotadores del COIl-
sejo de los Quinientos, pero Bouaparte no lo per-
mitió y tuvo motivo pal'a arrcpcutir.,e .


Pasose la noche con bastante tranquilidad y al
dia siauiente J9 de lu-uuuuio I 'J O de noviembre ~


u ' I


estaba el Lamino de San Ulourl cubierto de tropas,
carruages y gente curiosa. Se habían preparado
tres salas del palacio, una para los Ancianos, otra
para los Quinientos y otra para la comision de los
i nspectores y para Bonapa\'t~? Debiau estar COIl-
cluidos los preparuti vos para mcdiodia , pero no
lo estu vieron basta las dos , y aquel retardo cstu \'0
})ara ser funesto ú los autores ele la nueva rC\'olll-
rion , Arn.laban paseándose 10.'3 di putudos de JU:'i dos
('OIlSf'jOS por los jal'din('~ y Jlablaball con mucha
vecmeucia IIBOS con otros, estando muy irr-itados
los ele los Quinientos de verse en cierto modo de-
portados pOI' los Ancianos aun antes de poder to-
ma r Ía palahra , y natural mcutc se pl>eguntaban
quó es lo (pJe se llueria'y proyectaba para aquel
dia. Verdad es que el gobierno está desorganiza-
do , pero pJr lo mismo es necesario reorganizar]e
y no tenernos en ello la menor dificuluul. ¡, (Jue-
rcis colocar en él en vez de UIlOS hombres inep-
tos y sin rcputacion á otros mas fuertes y vig'oro-




nmECTOHIO (t 799). 407
sos? ¿ Queréis poner á Bonaparte ? No hay incon-
veniente, á pesar de su falta de edad. Estas cues-
tiones tan perentorias ponian en mucho apUl'O á
los Ancianos que no podian disimular que se de-
seaha otra cosa y que el [u'oyecto era nada menos
que echar ahajo la constitucion. AIg-unos de ellos
no dejaron de hacer insinuaciones sobre el asunto
pero fircron mal recibidas, de suerte que los An-
cianos ya un poco escamados de lo que habia pa-
sado el dia anterior en la comisión de inspectores
se acabaron de asustar viendo la resistencia que se
mostrahn en tl'("\ los Qui nientos, Desde aquel 1110-
mr nto ~'a flH'1 qn rnuy dudosas las d isposicr..ne«
dd cu,~q)() k:~'i:dati\'() y estaba en gran compromi-
so ('1 proyecto de revolucion. Se hallaba Ronapar-
te ú caballo al freute (le [as tropas, y Sieyes y Du-
cos teman una silla de posta con seis caballos que
les espel'aha en la I'eja de San Cloud. Igual pl'ccau-
cion habían tomado otros muchos pel'sonages para
tomar la fuga en caso de un revés; pero no puede
ncg'al'se que Sievcs mostró en toda aquella escena
una rara serenidad y presencia de ánimo. Se rece-
laba fIne Jourdan , Augereau y Bernadotte viniesen
;'1 hablar ú las tropas, y se d ió órden de acuclii llar
al primer individuo que se presentase para aren-
gadas 111.15 que fue .;;e un repl'esentanle Ó un genel'aI.


Abriese á las dos de la tarde la sesion de los
consejos y princi piaron en el de los A ncianos las




IU<:VOLllCION flCANChSA.


reclamaciones de los (fllC no habian sido convoca-
dos la víspera para asistir ¡, la discusiou dt~1 de-
creto de traslacion. No se hizo gl'an caso de ellas
y al momento se trató de hacer una notificacion el
los Quinientos para decirles que el consejo estaba
en mayoria y pronto á delibcrur. En los Quinien-
tos no principió de aquel modo la discusiou , sino
qne el diputado Gaudin fa, fJllf~ tenia encargo th~
Sir-ves y de Bonaparte de ahrir la sesion , habló
mucho de los peligros que corria la repuhlica y
propuso dos cosas :' prjmera que se diesen gracias
á los Ancianos por haber trasladado el consejo ú
San Cloud, ~T segunda que se nombrase una co-
misión encargada de informal' sobre los peligros
de la república y medios de provept' á ellos. En
caso de que esta proposición hubiese sido adop-
tada ya estaba preparado un informe en que se
hubiera propuesto el consularlo v la suspensión;
pero apenas acabó de hablar Galldin cuando se le-
vantó una gran polvareda en la asumblea y se oye-
ron gritos tremendos de todas partes, diciendo:
abajo los dicuulores nada de dictadura? viva la cons-
titucion. La constitncion ó la muerte, gritó Del-
In-el á ... No nos asombran las havonetas , a<luí c;(}-
]]10S lilwes. Entonces se renovaron los gritos de
muchos diputados furiosos que deciun mirando al
presidente Luciano : nada de dictadura, abajo los
dictadores. Al oir Luciano aquellos insultos , diin




nIHECTORIO (1799). 409
que estaba demasiado penetrado de la dig'nidad
(le un presidente para sufrir pOl' mas tiempo aque-
llas insolentes amenazas y los llamó al órden, Mas
no por eso se trauquilizaron sino que antes bien
se enfurecieron mas y despues de un largo rato de
agitacion propuso el diputado Grand Maison que
se prestase jUI'amenlo á la constitucion del año IH.
Inmediatamente se aprobó la proposicion pidiendo
además la votacion nominal que se aprobó igual-
mente, y cada diputado vino pOI' su huno á la tri-
huna con gritos y aplausos de todos los asistentes
El mismo Luciano se vió presisado á dejar la silla
para prestrar el juramento que arruinaba todos
Jos proyectos de su hermano.


Iban tomando los sucesos un giro peligroso pues
en lugar de nombrar una comision para escuchar
proyectos de reforma, prestaban los Quinientos
juramentos de mantener lo que existia y los mis-
mos Ancianos estaban dispuestos á retroceder, Era
un lance perdido y el peligro muy inminente,
pues Augereau, Jourdan y los patriotas mas influ-
yentes se hallaban en S. Cloud aguardando el mo-
mento favoruhle para atraer las tropas á su bando.
Bonaparte y Sieyes acordaron inmediatamente que
habia llegado el caso de obrar y atraer hácia sí la
masa flotante. Decídese Bonaparte á presentarse
ante los dos consejos al frente de su estado mayol'
y encontrando á Augercau le dijo este con tono




410 REVOLUCION FRANCESA.
burlan: i estás en una linda posicion! - En mucho
peor estado se hallaban las cosas en Arcole , le l'e-
plicó Bonaparte , y sin deci l' mas palabra se entró
en la barra de los Ancianos. No estaba acostum-
brado á hablar en asambleas políticas y no deja
de ser embarazoso hablar por la primera vez en
público, por rnas firmes que sean los hombres en
las circunstancias ordinarias. Mucho mas debía
serlo para Bonaparte en las actuales y sin haberse
presentado jamas en ninguna tribuna , y asi todo
cortado tomó la palabra con voz balbuciente aunque
alta y les dijo á los Ancianos: « Ciudadanos rel re"
« sentantes, vosotros no os cncontrais en ci ~'CG us-
« tanoras ordinar-ias, sino sobre un volean. Pel'lni-
« tidme algunas espl icaciones. Habéis crcido que
« la república estaba en peligro y trasladado el
« cuerpo legislativo ú S. Cloud : me babcis llamado
« pal'a asegUl'al' la ejecncion de vuestros decretos
« y yo he salido de mi pacífica morada para obe-
« deceros , por lo cual se nos está calumniando Ú
« mí y á mis compañeros de armas: se habla de un
« nuevo Cromwell y de un nuevo Cesar. Ciudada-
« nos, si yo hubiera querido representar semejante
« papel, facil me hubiera sido tomarle ú mi vuelta
« de Italia cuando acababa de triunfar y cuando
« el ejército y los partidos lTIe convidaban á apo-
C( dorarme de él. Entonces no lo quise y hoy dia
« mucho menos. Solo los peligros de la patria han




DlRECTOIUO (1799). 4 t t
« despertado mi zelo y el vuestro.» Luego hizo con
voz turbada la pintura de la situación peligrosa
de la república destrozada pOl' los partidos y ame-
nazada de una nueva guerra civil en el Oeste y de
una invasion por el Mediodia, añadiendo: « Pre-
« veng,nnos tantos males, salvemos las dos cosas
« por las cuales hemos hecho tantos sacrificios, la
« libertad y la igualdad.» - Hablad tambien de
la constitucinn , añadió el diputado Linglet 6, y
esta interrupción bastó para acabar de cortar al
general; mas habiéndose l'epuesto después de un
corto silencio le dijo con voz trcmula : « de cons-
« tit ucinn ! vosntros no tencis ninguna porque la
« dcstruistei s atentando contra la represen tacion
« nacional el18 ele fructidor, anulando las eleccio-
« nes populares el 22 de tloreal y atacando el 30
« de pretia] la independencia del gobierno. Esa
« constitucion de que hablais no hay partido al-
« gUllO que no quiera destruida y todos ellos han
« venido ú da rrne p~l!'le de sus proyectos solicitan-
« do mi auxilio. No he querido dársele , pero si
« fuese necesario nombraré no solo los partidos si-
« no tarnbien las pcrsonas.») -Nombradlas, grita-
ron á un tiempo los oponentes, ncmbradlas , pedid
una corni .sien secreta. - A esta interrupcion se si-
guió una larga agitacion hasta que últ imamente
volvió Bouapurte á tamal' la palabra y pintando
de nuevo el estado en que se hallaba la Francia,




412 R:EVOLUCION FRANCESA.
instó á los Ancianos á que tomasen las medidas
que pudiesen salvarla , y añadió: t{ Rodeado de
«mis hermanos de armas yo sabré aYl1dal'OS, y
«pongo por testigos á los valientes granaderos cu-
e{ yas bayonetas estoy viendo desde' aquí y á quie..
« nes muchas veces conduje al enemigo, que su
« valor os ayudará á salval' la patria. Y si algun
({ orador, continuó Bonaparte con voz amenaza-
« dora , si algun orador pagado pOI' los estrange-
« ros, habla de ponel'm.e fuera de la ley., enton-
« ces yo apelaré á mis compañeros de armas. Pen-
(l sad en que yo marcho acompañado de la for--
({ tuna y del dios de la guel'l'a. ~


Estas palabras atrevidas eran un aviso para los
Quinientos, pnes por lo que hace tÍ los Ancianos
las recibieron muy bien y parecieron reanimados
con la presencia del general, y le concedieron los
honores de la sesion.


Después que Bonaparte acaloró á los Ancianos .,
pensó en il' á los Quinientos para tratar de impo-
nerlos respeto y asi se adelantó al Frente de algu-
nos g,'anadel'os y cuando entró los dejó detras de
sí al último de la sala. Tenia él (Iue atravesar un
buen trecho pal'a llegar á la barra, y apenas es-
tuvo á la mitad cuando empezal'on los gritos de
todas partes diciendo: - Qué! soldados aquí! al'-
mas! ¿que es lo que se pretende 't ..... Abajo el dic-
tador: abajo cltirano.- Un gl'an número de di-






·1




DlREC1TORIO (1799). 4'13
'putados se lanza al medio de la sala, rodean al
genel'al y le dirigen las inte-rpelaciones mas acalo-
radas.- Qué , le <ligeron ¿has vencido para eso? .•
Todos tus laureles están marchitados Tu glo-
ria se ha convertido en infamia. Respeta el san-
tuario ide las leyes. Sal de aquí, salte.- Bonapar-
te se quedó confuso en medio de aquella multitud
que le cercaba, y los granaderos que habia deja-
do á la puel1ta acudieron al instante, empujaron á
los diputadosy lecogieron por medio del cuerpo.
Se dice que en aquel tumulto 'hubo -granaderos
que recibieron .puñaladas que .iban destinadas áél
y que á uno de ellos llamado Thomé le rompie-
ron el uniforme, cosa muy posible en aquel tu-
multo sin que pOI' eso hubiese puñaladas. Tam-
bien es de creer que hubiese puñales en lnas de
una mano, pues los republicanos que creian ver
en él un nuevo Cesar., pudieron muy bien armal'-
se con el hierro de Bruto sin SP.l' asesinos, y seria.
demasiada debilidad intentar justificarles de ello.
Pero sea lo que fuese, es lo cierto queá Bonapar-
te le sacaron de la sala. Dicése que estuvo turbado,
lo cual no es mas admirable que la suposicion de
los puñales; pel'o él montó á caballo, se fue á las
tropas y las dijo que le habian querido asesinar y
que su vida habia corrido gran peligro y todas
empezaron á gritar vt~va Bonaparte.


Entretanto continuaba la tempestad en la asam-




414 RHVOLUCION FRANCESA.
blea con mas violencia que nunca dirigiéndose con-
tra Luciano, el cual desplegó rara firmeza y valor.
-Vuestro hermano es un tirano, le dijeron, y en
un dia ha perdido toda su gloria.- En vano inten-
tó Luciano justificarle diciendo: - Vosotros no ha-
beis querido escucharle cuando acaso venia á espli-
caros su conducta daros cuenta de su misión y res-
ponder'á todas las preguntas que no habeis cesado
de dirigirle desde que entrasteis "en este recinto.
Sus servicios merecian á lo menos que se le diera
tiempo para esplicarse.--No, no, ahajo el tirano,
gritaban los patriotas furiosos. Fuera de la ley, aña-
dian , fuera de la ley. -A(!uella palabra era ter-
rible, pues fue la que perdió á Ilobespierre , y pro-
nunciada contra Bonaparte , podia hacer vacilar á
las tropas y separarlas de él. Por eso Luciano resis-
tió con valor que se discutiese aquella proposición
y solicitó que se le escuchase ante todas cosas,
luchando largo tiempo en medio deun tumulto es-
pantoso, hasta que últimamente quitándose la g'or-
ra y la toga, les dijo: -- Miserables, ¿queréis que
yo declare fuera de la ley Ú mi propio hermano '?
Yo renuncio á la presidencia y voy á presentanne
en la barra para defender aquel á quien se acusa.


En aquel momento oyendo Bonaparte desde fue-
ra lo que pasaba en la asamblea y temiendo por
su hermano, envia diez granaderos para que le
saquen de la sala. Entran estos y encuentran ú Lu-




DIRECTORIO (1799). 415
ciano en medio de un grupo, le cojen por el lJl'a-
zo y le dicen que de orden de su hermano salga
de aquel recinto. Aquel era el momento de tomar
un partido decisivo, porque todo estaba perdido
si se titubeaba. Ya eran impracticables los recur-
sos oratorios para decidir á la asamblea y no que-
daba otro que el de la fuerza, aventurando uno
de aquellos actos atrevidos ante los cuales vacilan
siempre los usurpadores. Cesar vaciló al pasar el
Ilubicou , Crornwell al cerrar el parlamento; pero
Bonaparte sc decide ú marchar con los gl'anaderos
contra la asamblea. Monta á caballo con Luciano
y recorre el frente de las tropas. Luciano las aren-
ga y las dice que el consejo de los Quinientos es-
tá disuelto y que él lo declara asi como presidente.
Que unos asesinos ban in vadido la sala de las se-
siones y hecho violencia á la mayoria; « Yo os 1n-
(( timo que murchcis para 1iberta rla.» En seguida
juró Luciano que él y su hermano serian los de-
fensores Geles de la libertad. Entonces Mural y Le-
clerc ponen en movimiento un batallon de gra-
naderos y le conducen ú la puerta de los Quinien-
tos, y ellos se adelantan [t la entrada de la sala. Al
ver las bavonctas empiezan á dar gritos los dipu-
tados C01110 hicieron cuando habia entrado Bona-
parte; pero cubrió sus voces un redoble de los tam-
bores v dijeron los oficiales: Granaderos marchen,
Entran estos cn la sala y dispersan á los di putados




4.16 REYOLUCION FRANCESA.
que echaron á correr unos pOI' las galerias y otros
pOI' las ventauas , quedando en un momento va-
eia la sala y Bonaparte dueño de aquel deplorable
C~llnpo de batalla.


Llevóse la noticia á los Ancianos ({ue estaban
llenos de inquietud y remordimientos, pues no
habian deseado semejante atentado, y Luciano se
presentóá su barra para justifical' su conducta
respecto de los Quinientos. Se dieron por satisfe-
chos con sus razones porque,.¿ qué podia ya ha-
cerse en tal situacion ? .• Era indispensable aca-
bar de una vez y llenar el objeto que se habian
propuesto. El consejo de los Aucianos 110 podia
decretar P?" sí solo la suspension del cuerpo le-
gislativo y la institucion del consulado, y el con-
sejo de los Quinientos se hallaba disuelto; pero
quedaban unos cincuenta diputados partidarios
de aquella revolución y habiéndolos reunido se
les mandó espedir el decreto que se deseaba. Lle-
vóse al momento á los Ancianos quienes le adop-
taron á cosa de media noche. Fueron nombrados
cónsules provisionales Bonaparte , Ducos y Sieyes
y se les revistió de todo el poder egecutivo. Los
consejos quedaron suspendidos hasta el l ,? de velh
toso inmediato, y fueron reemplazados por dos co-
misiones de 25 miembros cada una elegidos en lre
los consejeros y encargados de aprobar las provi-
dencias legislativas que los cónsules tuviesen pre-




IHllECTOHiO (1799). 1 1"'"..' ,
crsion de tomar, igualmente que de redactar con
ellos una llueva constitucion.


A esto se redujo la revolucion del 18 de hru-
rnario , que tan diversamente ha sido juzgada pOl'
los hombres, teniéndola unos pOl' atentado (Iue
anonadó el ensayo de nuestra libertad, y otros
por un acto atrevido pero necesario que puso tér-
mino á la anarquia. Lo único que puede decirse
és que la revolucion despues de haber tomado
todos los caractercs , monárquico j republicano
y democrático, tornaba en fin el militar, por-
que en medio de aquella lucha con la Euro pa
era indispensable 'I ue se constituyese de un mo-
do sólido y fuerte. Los republicanos gimen POl'
tantos esfuerzos inútiles y tanta sangre infructuo-
samente derramada por fundar la libertad en
Francia y deploran verla inmolada por uno de los
héroes que ella misma habia producido. En esto
les engafía un noble sentimiento ,porque la l'CVO-
lucion que debia darnos la libertad y que lo pre-
paró todo para que la tengamos algun dia , no era
ni podia ser ella misma la libertad, sino una
fuerte lucha contra el antiguo órden de cosas.
Despues de haberle vencido en Francia era nece-
sario que le venciese en Europa; pero una lucha
tan violenta no era compatible con las formas ni
con el espíritu de libertad. Húbo!a un momento
en tiempo de la constituyente, pero fue muy cor-


XII




418 RE"QJ.UCJON FRANCESA.
to; 111aS lucgo que el partido popular principió á
amenazar é intimidar á todos; cuando invadió
las TulJerias el dia 10 de agosto; cuando el 2 de
setiembre sacrificó á cuantos le inspiraban des-
confianzas; cuando el 21 de enero obligó á todo
el mundo á cOlnprOlneterse con él tiñendo sus
manos en sangre real, cuando obligó en agosto de
93 á todos los ciudadanos á ir á las fronteras ó
entregar sus bienes; cuando cl mismo abdicó. su
poder y le entregó á la comisión de salud pública
compuesta de doce individuos ¿cómo podia haber
libertad? No, lo que hubo fue un esfuerzo vio-
lento de pasiones y heroismo, una tension muscu-
Iar corno la de un atleta que lucha contra un ene-
migo poderoso. Luego que pasó el peligro y con-
seguimos victorias hubo un instante de descanso
y aun podríamos decir de libertad al fin de la con-
vencion y durante el directorio; pero b lucha con
la Europa no podia m irarse sino corno suspendi-
da. Volvió á empezar de nuevo )nuy pronto, y al
primer revés se sublevaron contra el gobierno to-
dos 103 partidos porque era demasiado moderado
y deseaban un brazo poderoso. Al vol ver Bona-
parte del Oriente fue saludado COIno soberano y
llamado á dominar. En vano se dirá que Zurich
habia salvado la Francia, porque Zurich no era
mas que un incidente, una tregua y se necesita-
ban un Marengo y un Bohenlinden para salvarla




DIRECTORIO (17~9). 419
del todo. Adernas de ventajas militares se necesi-
taba una reorganizacion poderosa de todas las par-
tes del gobiel'no en el interior, y todavía se
echaba mas de menos en Francia un gefe político
que un corifeo militar. Eran pues absolutamente
necesarios el 18 y 19 de hrumario y solo puede
decirse que fue reprensible el 20 porque el héroe
abusó del servicio que acababa de hacer. Pero tam-
bien podrá responderse que él tenia clue terminar
una tarea misteriosa, y que sin pensar en ello esta-
ba cumpliendo su destino, que no era ciertamente
el de continuar la libertad porque no la habia lle-
gado su tiempo, sino continuar la revolución en el
mundo bajo formas monárquicas. Venia á conti-
nuada sentándose en un trono siendo plebeyo:
conduciendo al pontífice á Paris á que derramase
el oleo sagrado en una frente plebeya * ; creando
una aristocracia con plebeyos y obligando á las
antiguas aristocrácias á asociarse con plebeyos; ha-
ciendo reyes de plebeyos, y últimamente recibien-
do en su lecho la hija de los Césares y mezclando


* Nos parecc quc si Bonaparte se hubiera propuesto con-
tinuar la rcvolucion con formas monárquicas, lejos de su-
cumbir a la tcntacion de hacer sancionar el poder temporal
con la consagracion del pontífice, se habria empeñado en dc-
mostrar qnc se puede reinar y ser obedecido sin esta cel'emo··
uia. No, Bonapartc 110 quiso continuar la revolucion sino aca-
bar con ella, (iY. de! T.;·




420 REYOLUCION FUANCIlSA
su sangre plebeya con una de las mas antiguas de
Europa; confundiendo á todos los pueblos con es-
parcir leyes francesas en Alemania, en Italia y en
España: dando unrnentt"s á tantos prestigios y con-
moviendo y envolviendo tantas cosas. Esta era la
inmensa tarea que tenia que desempeñar entre
tanto que se consolidaba la nueva sociedad al abri-
go de su espada; la libertad ya vendria despues.
No ha llegado todavia, pero vendrá, Yo no he he-
cho mas que describir la primera crísis que es
quien preparó sus elementos en Europa; y lo he
hecho sin ódio, compadeciendo el error, reve-
renciando la virtud, admirando la grandeza, pro-
curando notar los profundos designios de la Pro-
videncia en estos grandes sucesos y respetándolos
luego que me figuraba haberlos comprendido.




NOTAS DEL TRAllUCrrOR
PERTENEcn~NTES AL CAPITULO SESTO.


- ._----.~_.+.-


PAGINA 37'1.


1 Pedro Félix Real nació en los Paises Bajos austria-
cos y fue el primer Iiscal del famoso tribunal criminal
del 10 de agosto 1792 y luego sustituto del procurador
de ayuntamiento y como tal se declaró en favor de la re-
volucion del 31 de mayo y aun sirvió de testigo contra
Brissot. Tuvo diferentes comisiones pal'a el surtido de vÍ-
veres de Paris ; pero Ú pesal' de su adhesión ú las ideas
revolucionarias no se libertó de ser sospechoso á la Mon-
taña por haber dicho que eran demasiadas las proscrip-
ciones, y le encerraron en el Luxemburgo , de donde no
salió hasta el 9 de thermidor. Entonces volvió Ú presen-
tarse en la sociedad de los Jacobinos donde hizo la pin-
tura del estado de las cárceles durante el teITOI' y de Jos
medios que se buscaban para atribuir crímenes ú los pre-
sos. Hizo UIl discurso en favor de la libertad de impren-
ta qne no querian entonces los revolucionarios , y fundó
un periódico con el título de El Patriota, que cedió des-
pues ú MI'. Mebée cuando se instaló el directorio. Enton-
ces le nombraron historiógrafo de la república, sin que
por csodejára de ser defensor oílcioso de muchos pros-
criptos de todos los partidos. En las elecciones de 17!JS
se hicieron los mayores esfuerzos para elevarle al cuerpo
legislativo, pero constantemente se le opuso la mavoria
instigada por el director Merlin que era enemigo suyo,
pero habiendo caído éste en la revolución del 50 de pl'C-
rial ~ al momento se le nombró comisionado del directo-
rio al departamento del Sena. Fue uno de los que mas
contrihuvcrou al18 de In-umario , lo CHal le valió una




NOTAS


plaza de consejero de estallo y el favor particular de fa
ram,il¡a de Bonaparte. Este fue el e ncargado de la causa
que se siguió con ocasión de la m áquinn infernal y se le
dió el encargo de pl'oponer "arias medidas relativas ú la
seguridad del estado. Fue uno de los escritores de aquel
tiempo que mejor umuejarou el arma del ridículo y que
mas anccdotas sabia couccruicutes ú la revolución.


PAGINA 5X'l.


2 Enrique Fargu('s naeiú en San Jua n, de Pie de
PUNto y se educó eu el colegio de Bayonu destinándole
al comercio de lanas con España, en lo cual adelantó mu-
cho. Al principio de la revolución le nombraron corregí-
dor UC Sil pueblo , luego elector en 'l7BO y últimamente
juez de P:1Z. Cuando so declaró la guerra sc hizo militar
y orguuizo el l'cgilllicnto do cazadores vascos que tanta
Luna dt; \ ulor adq uirió con el tiempo. A pesal' de que cn
17D3 fue .Ioclamdo sospechoso, conservó su libertad ba-
jo palabra de hOIlOI' y después qne pasó la borrasca le
nombruron presidente del directorio de su departamento,
ypoco despucs le el igierou para el consejo de los r,oo,
donde se opuso ú los directores que se vallan do los de-
magogos de las provincias pal'a couibntir la oposicion par-
lamentaria. A pesa!' de eso no fue comprendido en la
proscripciou de fructidor , mus antes continuó comba-
li(\IHlo contra los I'(~VOllOSOS, diciendo qne la annrquin no
tenia otro origen sino qn(~ un perverso revolucionario im-
pouia silencio ú veinte hombres de hicn. En la elección
de 1798 le nombraron pal'a el consejo de los Ancianos
donde en calidad de miembro de la comision de inspec-
101'os coutrihuvó mucho al suceso del 18 de hrurnario y
esto le proporcionó una plaza de senador. El emperador
le nombró después tesorero del senado pel'O al poco tiem-
po murió de repente en Autcuil en casa de Sil compañero
Berthollet de un ataque de apoplejía ~\ la edad dctü años.




IlEL TRADUCTüH.


PAGINA 595.


423


5 Horacio Schnstinni nació en Córcega y .hnbieudo
abrazado la carrera del las armas al principio de la revo-
lucio n llegó á ser coronel del 9. o regimiento de dragones
durante el directorio. Nada diremos de su cstraordinario
valor , qllc aunque común en aquel tiempo era, unido
con la inteligencia militar , el único medio de adelanta"
en la carrera. Pero lo qlle priucipulmeute le dió á cono-
ccr fue la mision qlle le confió Honaparte en J802 para
el Levante. Se embarcó este coronel el J6 de setiembre
de aquel año en Tolon ú bordo de la fragata Corneiia y
ll('f;'I> ú Tl'Ípoli el 50, donde sirvió de mediador en las di-
ferencias <pw existiun entre la Suecia y aquella regencia.
Luego que le presentaron al bajá, le hizo consentir en re-
C0I10'~CI' la república italianu , cuya bandera se enarboló y
saludó inmediatamente. Le regaló el Baja dos sobervias
~'eguas árabes, tres gazelas, un fulcou y dos papagayos de
los cuales el uno hahlnba turco v el otro el árabe. El t 6 de
octubre se trasladó Sebustiaui ~; Alejaudria y fue á visitar
al genet'al Stuard qne mandaba las fuerzas inglesas de
mar y tierra y le pidió en nombre de la Francia y en "il'-
tud del trauulo de Amicns qne evacuase aquella plaza.
El gene,.;" ingles respondió que no habia recibido toda-
via la órdeu de su corte. Desde alli pasó al Cairo donde
tuvo muchas conferencias con el bajá, y conforme ú las
instrucciones del ptituer cónsul, le ofreció 5>U rnerliacion
pura restablecer sus relaciones con los heys , pero no pu-
do conseguir nada porque las órdenes de la Puerta eran
quc se les hiciese una guerra ú muerte. Después de ha-
ber visitado 103 fuertes que rodean á la ciudad y usist..!o
á un Te Deum que se cantó en accion de gracias por las
victorias del general Bonaparto , pOI' los padres de la
Propuganda , recibió una diputacion de los mongcs del
monte Sinai, los recomendó al hajú igualmente que todos
los cristianos y tUl'COS quc hahiau tenido relaciones con
los Franceses durante su permanencia en Egipto. De allí




pasó ú Damieta y San Juan dl~ ACI'(' donde tambicn 1'011-
lercució con el hajú Djezz~lI' sohro los medios de resta-
hlecer las relaciones de comercio en el pie en que esta-
han uuteriormeute , y le encontró 1'011 las mejores dispo-
siciones. En consecuencia le rcromcud« taruhicn los cris-
tianos, los malualis y sobre todo los conventos de Naza-
relu )' Jerusalern. En seguida se embnrcó para volver Ú
Francia. En 1805 se le cncnrgo la yigilalleia de las costas
desde la embocadura del Vilbuinc hasta Brl~sl. y en '.~(H
recorrió una parte de la Alcmauin con otra couiision di-
ploruúuca .hasta que hahiéndosc vuelto :'t romper las hos-
tilidades se le empleó en el gl'ande ejercito. Se distinguió
mucho en el combate de Guuzburgo que se verificó ú
principios de octubre 18m) )' fue persiguiendo al enemi-
go con su briguda de dragoucs , de que ya era general.
A poco tiempo marchó sobre Viena )' desde ella penetró
hasta Moruviu donde hizo 2,000 prisioneros rusos en el
combate del 'iD de uoviemhrc. TalllhieJl se scúaló muy
honrosamente en la batalla de Austcrlitz donde recibió
una peligrosa herida, de cuyas resultas se le nombró ge-
neral de division . El año de 'IS08 pasó ú Espnúa con el
ejército del duque de llcrg y estuvo mundnndo una divi-
sion del 2. 0 cuerpo acautouada en Granada donde con-
tinuó mnnduudo hasta la cvacuucion de las Andalucias.
Mas hubicud osc suscitado la guena de HlI;;ia fue llamado
al grande ejército por el emperador qU(~ era pariente su-
)'0 y estuvo haciendo la guel'l'a bajo sus órdenes hasta la
ubdicaciou. Cuando llegó Luis X.YHl prestó su sumisiou
como todo el ejército, lo cual no impidió que al dcsciu-
barcal' Napolcou de la isla de Elha volviese ú tomar ser-
vicio con Sil antiguo soberano como casi todos los milita-
res. Estuvo en la funesta batalla de Wuterloo donde tum-
hien fue herido y verificad» la segunda abdicnciou se rc-
tiró ú Córccga. Mas no tardó en S('I' nombrado diputado
por el departamento de aquella isla y se estuvo distiu-
guicudo en la cámara como uno <le los mas elocuentes
oradores <Ié la oposicion. File uno de los 221 quc con su
resistencia purlarucntnrin ocasionaron las fatales provi-




DEL TRADUCTOR. 425
dencias de julio de que resultó la revolucion de 1850 y
variacion de la dinnstia en Francia. Luis Felipe actual
rey de los Franceses le nombró ministro de negocios es-
uangcros y presidente del gabinete: después embajador
en Inglaterra, como ya lo hahia sido antes en Constanti-
nopla y últimarneute Ú fines de 1840 ha sido nombrado
mariscal de Francia.


PAGINA .1Ü8.
-1, Emilio Gaudin era un propietario de Feurs y co-


misario diroctorial en el departamento del Loira. Fue tal
su dccision en favor de la revolución del '18 de hrumario
que ademas de haber abierto la discusión en San Cloud
en los términos que dice el texto, firmó pOI' la tarde de
aquel dia la esclusiou en nombre de la asamblea de todos
los diputados que se hablan opuesto al trastorno de la
constüucion. En consecuencia se le nombró miembro de
la comisión intermedia de los dos consejos y después tri-
hnuo. Mas adelante fue un verdadero cortesano de Bo-
naparte que le nombró senador y le colmó de riquezas y
condecoraciones.


t) Dclhrcl de iUoisc,ac diputado del Lot ú la couveu-
cion nacional y uno de los regicidas. Estuvo de repre-
sentante en 17D5 en la frontera del Norte y en 1793 eu
el ejército de los Pirineos, dando en una y otra parte
pruebas de valor. En 1796 habia sido elegido pam los
consejos pero se anuló su eleccion pOI' haber sido hecha
esclusivamentc pOI' 103 pntriotas ; m3S en aquel mismo
año se le llamó al consejo de los ;)00 para llenar uua de
las seis vacantes que habia, y tampoco lo permitieron los
Ancianos , de suerte que no pudo entrar hasta el año si-
guiente en que volvió ú ser reelegido. Habló contra la
abundancia tic calrriolés que habla en París como cosa
opuesta ú la gl'ayedatl republicana; sobre la libertad de
la imprenta y en luvor de la conscripcion ; pero nunca




1-.26 NOTAS
con mas fuerza que en esta ocasión en que le nombra el
texto, lo cual le ocasionó la espulsion del cuerpo legisla-
tivo y que le enviasen an-estado al departamento del Cha-
ranta inferior, pero inmediatamente le pusieron en liber-
tad y no hemos vuelto á oir hablar de él.


PAGINA 411.


6 Eduardo Lenglet , y no Linglet era juez de la au-
diencia territorial del Paso de Calais que le nombró di-
putado al consejo de los Ancianos. Ilabia sido ántes abo-
gado en Arras donde se hizo amigo de Robespicrre y
muy partidario suyo, lo cual no le impidió desaprobar>
por escrito lo que se habla hecho contra los gil'oldinos
el 31 de mayo. Después no volvió á hablar palabra hasta
esta escena del 19 de brumario de cuyas resultas quedó
escluido del cuerpo lcgislutivo ; pero después Ilonapnrte
le nombró vice-presidente del tribunal de upclaciou de
Donay , en cuyo destino "murió ú principios de 1807.


DEL DlJODÉCIMO y ULTIMO TOMO.




TABLA
DE LOS


CAPITULOS QUE CONTIENE ESTE TOMO.


CAPITULO PRIMERO.


Efecto de la cspcdicion de Egipto en Europa. Funestas con-
secuencias de la batalla naval de Aboukir. - Declaraciou
de guerra de parte de la Puerta. - Esfuerzos de la Ingla-
terra nara formar otra nueva coalicion. - Conferencias
con el'Allstria en Selz. Progresos de las negociaciones de
Rastadt. - Nuevas conmociones en Holanda, en Suiza y
en Ias repuhlicas it ali.mas. Variacion de la constitucion
Cisalpiua ; grandes apuros del directorio con este motivo.
Situaciun interior. Nueva oposicion que se declara el! los
consejos. - Inrlinaciou general á la guerra. Ley sobre la
conscripcion , - Estado económico del afio VI. - Vuelven
á principiar las hostilidades. Invasion de los estados ro-
manos por el eji'rcito Napolitano. Conquista del reino de
Napoles por el general Championet. - Abdicaciou del rey
de Piaruonte, pago 3.


CAPITULO n.


Estado de la administracion de la república y de los ejércitos
á principios de 1799. - Preparativos militares. Leva de
200 mil conscriptos. Medios y planes de guerra del direc-
torio y de las potencias coligadas. - Dcclaracion de guert'a
al Austria. - Apertura de la campaña de 1799, Iuvasion
de los Gl'iSOIH'S. Combate de Pfullendorf; Batalla de Stoc-
kach. Hetil'ada de Jourrlan. - Operaciones militares ell
Italia. Batalla de lVIagnalJo; retirada de Schérer.- Asesi-
nato de los plenipotenciarios franceses en Rnstadt. - Efec-
tos de n II est ros pri meros reveses. Acusacio L es frecue lJ te ...
contra el directorio. - Elecciones del año VII.- Se 110111-
hra director á Sicy cs en reemplazo de Rewbcl 77.


CAPITULO IIJ.


Coutiuuacion de la camparía de J 799; reune Massena el man-




do de los ejércitos de Helvecia y del Danubio, y ocupa
la linea del Limmat.c--d.legada de Souwarow á Italia. Tras-
mite Scherer el mando á Moreau. Batalla de Cassano. Reti-
rada de Moreau del otro lado del Pó y del Apcnino. - In-
tentos de reunirse con el ejército de Nápoles ; batalla del
Trebia. - Coalicion de todos los partidos contra el direc-
torio. - Revoluciou del 30 de prerial. - Salen del direc-
torio Larreveilliere y Merlin. 165.


CAPI TUI.O IV.


Formación del nuevo directorio. Monlins y Rogerio Ducos
reemplazan á Larreveilliere y á Merlin.- Mudanzas en el
ministerio. - Leva de todas las clases de conscriptos. -
Empréstito forzoso de cien millones. - Ley de los rehenes.
- Nuevos planes militares. - Principian de nuevo las ope-
raciones en Italia; Joubert general en gefe ; batalla de No-
vi y muerte de Joubert. -Desembarco de los Anglo Rusos
en Holanda. - Nuevos alborotos en el interior; desenfre-
no de los patriotas; arresto de doce periodistas; exonera-
cion de Bernadotte ; proposicion de declarar la patria en.
peligro. 239-


CAPITULO V.


Continuacion de las operaciones de Bonaparte en Egipto.
Conquista del Alto Egipto por Dessaix; batalla de Sédi-
mano - Espedicion de Siria; toma del fuerte de Eld-Arisch
y de .laffa, batalla del Monte Thabor ; sitio de San Juan de
Acre. - Vuelta al Egipto; batalla de Ahoukir, - Vjagc de
Bonaparte á Francia. - Operaciones en Europa. Marcha
del archiduque Carlos al Rhin y la de Souwarow á Suiza;
movimiento de Massena ; memorable victoria de Zurich;
situacion peligrosa de Souwarow ; Sil desastrosa retirada;
salvase la Francia. - Acontecimientos en Holanda; derro-
ta y capitulacion de los Anglo-Rusos; evacu acion de la
Holanda. Fin de la campana de 1799· 297'


CAPITULO VI.


Vuelta de Bonaparte; su desembarco en Frejus ; entusiasmo
que inspira su presencia.- Agitacion de todos los partidos
con su llegada. - Únese con Sieycs para derribar la cons-
titucion directori.rl.c-ePrepnrttivos y jornada del 18 de hru-
mario.-Dcstruccioll de la constituciou del <lila III ; institu-
cion del consulado JlJ·ovisional.- Fin de ('sta historia. :)()'-L




"J


INDICE GENERAL
DE LAS NOTAS BIOGRAFICAS


CONTENIDAS EN ESTA OBRA.


-


Tomo. Pagina. Tomo. Pagina.


Abancourt 3 . 284. Arnoult . 1 322.
Abercombrie . 8 . 121, Aubert Dubayet. O . 300.
Aclocque , 2 366. Aubry. 9 . 270.
Acton . 10 120. Auch (V. Martín de)
Affri 3 03. Audoin 6 ~'9() .
Aíguillon . 1 519. Augereau. 8 266.
Albaní 10 302. Auguis 8 197.
Albarade . ~. 390. Aumont 1 204.o .
Albitte 4 88. Autichamps 6 237.
Alejandro (V. Beauharnais) Azara. 10 127.
Alexandre 2 300.
Alquier . 3 . 283 . B
AlIard. 9 96.
Allegre 9 184. Babreuf 9 400.
Alvincy . 10 299. Baile. o 288.
Amar; . 4 266. Bailleul 12 234.
André. 2 122. Balland 9 97.
Andres 9 379. Baraguey d'Hí-
Andres el del liers 10 029.


Lozere. 11 218. Barbantane o 310.
Andreossi. 11 286. Barbaroux 2 359.
Angremont(V.D'Angremunt Barbé Marbois. 9 378.
Anselme . 3 360. Barentin 1 187.
Ansons 2 211. Barnáve 1 223.
Antonelle. 6 336. Barrás 7 341,
Antiboul . 6 330. Barrére 3 304.
Antraigues 11 90. Barthelemy 9 380.
Arena 12 237. Bassal . o 294.




2


Tomo. Pagina. T'omo. - PaginL


Bassano (V. ~laret.) BeSSCIHal. 1 2;)6.
Basseville . 7 252. Bessieres . 10 123.
Bataglía 10 125. Beurnonville . """ 162.o
Batz 5 408. Beysser ~, 514.. ;:)
Baudin 9 267. Bigot de Preame-
Baudot 8 77. neu. 2 447.
Bauvais (V. Lesterp) Billaud Varen-
Bayard 11 212. """ 171.nes . o
BayHi . 1 97. Biron. 2 271.
Baylli . 11 212. Biroteau ~. 60.o
Bazire. 2 545. Bischofwcrder 8 427.
Bcauharnais 5 401. Blad 9 185.
Beaulieu 2 547. Blain . 11 212.
Beaumetz. 2 208. Bó. 9 265.
Beaupuis . 6 255. Boileau """ 299.o
Beauregard 6 . 254. Bois Hardy 8 271.
Beliard 10 505. Boissct r,' 288.o
Bellegarde 10 422. Bollett 7 44·0.
Bender 2 218. Bonchamps r,' 69.o
Benezech. 9 585. Bonneaud. 7 244.
Bentabolle """ 568. Bonnier 11 285.o
Bergasse . 1 250. Borie . 9 92.
Bergoing . 9 90. Borné. 11 215.
Bergoint 5 179. Bosquillon 5 175.
Bernadotte 10 254. Bouchoue. 4· 527.
Bernard de Sain- Bougainville . 11 . 285.


tes 8 76. Bouillé 1 418.
Berlier 9 266. Boulard 5 599.
Bernier 8 122. Boulay del llrcur-
Berthelot Dubois 9 178. the . 11 210.
Berthollet 10 129. Bourhotte 5 400.
Bertrand . 5 285. Bourdon . 4 522.
Bertrand de Molle- Bourguignon . 12 290.


ville 2 179. Boursault . 6 579.
Berthier 1 515. Bouvet 10 567.
Berthois 2 272. Bover Fonfl'ede 4 262.


"Berruyer . ~, 507. Boyssi d'Anglas " 188..) ;)




3
Torno. Pagina. Tomo. Pagina.


Boze ·2 472. Cales . 8 197.
Braschi 10 t)28. Calonne 1 68.
Beard . ~. 1'c'8 Calvet , 2 365.o ó) • .
Breteuil 1 241. Camhaceres 4 265.
Brezé. 1 225. Cambón . 3 297.
Brienne 1 75. Camille Desmou-
Briest . ~, 406. lins . 1 243...)
Briot . 12 25;). Camilo Jordán 11 84.
Brissac 2 346. Camus. 1 415.


. Brissot 2 202. Canclaux . t) 307.
Broelie 1 255. Carletti 9 ,....8 ..'tl ;) ;).
Brothier 8 126. Carlota Corday 5 318.
Bruevs 10 558. Carlos, el archi-
Bl'ui~ . 12 227. duque. 7 246.
Bruno . 11 577. Carnot 6 61.
El'unel 9 95. Caro . • !) 503.
Brunet ... 418 . Curra . 2 541..)
Brunswick q .1·49. Carrier 7 547...-
BI'Y (V. J uan Dehry ) Carrillo (V. Ricardos)
Buob 3 175. Carteaux . 5 316.
Buouarroti 9 462. Casa Blanca 12 74.
Bureau de Pucy ... ;).1'. Casagne 6 168.;)
Burke. 4 255. Castelanne 9 285.
Busca. 10 ;,27. Castries ... .-B·Lo
Buzot . 2 122. Cathelineau .- 6'-'~) o ,


Cazales 1 187.
e Cecilia Renault 7 341.


Cervoni 10 115.
Cabauis 2 116. Chabot 2 342.
Cabarrus . 8 200. Chabot el general 9 185.
Cubre (V. Sabathier) Chahran 10 536.
Cacault 10 505. Chabroud , 2 55.
Cadroy 11 215. Chalho.. ~, 307.. ó)
Cadoudal (V. Jorge) Chalicr '" 65.ó)
Caffarelli 11 571. Chalotais . 1 72.
Cahier de Gcni- Chambou . 4 77.


He 2 212. Chambons 2 548.




L.
'1'01110 , P<l~ill,l. 'IOIllO, P3g1l1~L


Champeaux (V. Pnlasne j elc!')" - 17G., )
Champion de Cice 5 !L'_ Clootz. 2 iU_,),) . ;),) .
Championnet. 7 429. Cobontzl 2 270.
Chancel G 255. Cobourg ~. 4·02.,)
Chapelieres (V. Defcrtuoud) Cocho u " ~O!L'i.> ,l· o.
Charhonuier . 7 1n>. Collinhal 7 5~)L
Chan-ette . ~' 67. Colhert ,1 ss.iJ
Charlier 7 43.1,. Colornbcllc H 82.
Charrier IL' -09 Colloredo. G 235.o v ......
Charton 10 245. Collot d'lIerbois - e)!)')o ..,¡¡"jt- 1 •
Chasset IL' 290. Colly 9 585.o
Chateauneuf Ran- Condé. ") C)~iU.... ..... i>,) .


don. G 252. Condorcot ") 187 ......
Chaudrou Rous- Constant Benju-


seau 8 198. nun. !) 457.
Chaumette 4 0~'8 Coruet 12 29:> ...... iJ .
Chauveau La- Coucherv , 11 0--


.;
..... i ,l .


garde iU 521. Coupé. G 57a.o
Chauvelin. .1, e) xo Couppé 2 ~~'l",)..... ,)..... ,),).....
Chazal 11 209. Courtois 9 184.
Chazot 5 09") Coustard ~' 510........... ..,¡¡"j • iJ
Chenier 7 4,55. Couthou ;) 183.
Cherin 11 00" Crancé (Dubois).... iJ.
Chol (V. Niviere ) Crassous 8 .202.
Chollet 11 211. Crillon 1 q--....o¡ .
Choudieu . 5 1 ~,~, Cussy . '0 292.<),) • ,)
Chuanes 7 248. Custine - 1G7.o
Cicé (V. Champion de Cicé) Custine , el hijo 7 ViO.
Clarke 10 504.
Clauzel 8 85. DClauzel (el ma-


riscal) 12 292.
Claviere 2 262. Daendels . 8 0G-. ..... .:> •
Clemence. 9 96. Dagobert . " 50t>.i)
Clerlait - 161. Damas. ") 120.o ....
Clermout Ton- Damecourt 1 21.5.


nel're 1 199. Dumpicrrc ,) 'iU;.




t;
:J


romo. Pagina. Tomo. Pagina.


Dangremont . :> 168. Destournelles !) . 287.
Daniean 9 286. Destorzy . 11 . 211.
Danton 2 193. Devoisins. 1 420.
Darthé 10


·
424. Diederichs 7 152.


Daunou 9 260. Dietl'ich ,., 150.,
Daverhoult 2 447. Dillon el general ,., 160.o
David. .. 284·. DiUon (V. Teobaldo).a
Dawidovich 10 259. Dolomieux 11 584.
Debar. 9 276. Dombrowsky. 12 22S.
Decrés 11 589. Doppet 6 1:>4.
Defermont "" 180. Dopsen .. -t7i.o n
Deflers ~. 504. Dos Puentes (V. Duque).)
Deforgues 5


·


287. Dossonville 11 20G.
Degelmann 11 284. Douai (V. Merlin de)
Degraves . 2 261. Doulcet Pontecou-
Dclacroix. 7 545. lant r, 187.
Delahaye . i1 205. Doyre. 5 400.
Delarrue . 11 214. Drouet .::¡) 118....
Delaunais d'Au- Dubarrau. 7 546.


gers . 5 455. Dubayet (V. Aubert).
Delauney. 1 255. Dubois 6 167.
Delbrel f2 425. Dubois de
Delecloi


·


n 89. Crance. 4 257.
Deimas ;; ;)7. Dubuisson 4 525.
Demeuníer "l 209. Duchateí . " 1;)0... -Ji'
Desezé 4 145. Duchatelet 2 1~4.. , .
Desfieux 4 261. Duces. r, 187.
Desgeneues 11 585. Ducroquet 7 15t.
Desillcs 2 ,.,.. ....'0 Dufort de Lajard 2 548.


·


¿)t) •
Desjardins 6 255. Dufourny. '" 176o
Desmolieres 11 89. Dugommier 6 445.
Desmouiins (V. Camille ). Dugüa 10 55!.
Desolles


·
12 154. Duhem 4 267.


Despinois. 10 250. Duhoux 6 169.
Dessaix


·
6


·


{G4. Dumas 2 183.
Dessoteux 8 269. Dumas 11 ~O7.
D'Estaing. 1 59!. Dumeré -H 214.


XII 2.8




6
Tomo Pagina. Tomo. Pagina.


Dumolard. 2 364. Elie . 1 253.
Dumonceau 12 295. Emcry 11


·
108.


Dumont 8 562. Enrique Lariviere 5
·


155.
Dumouriez 2 239. Entraigues (V. Antraignes)
Dumnv 6 229. EI'l3Ch. 11 581.
Duperret . 5 520. Ernoulf 12


·
161.


Dupin. 7 551. Eschasserieux 8 75.
Duplain .... 169. Escndier . 9 94.o
Duphot 11 284. Espagnac . .... 416.o
Duplantier 11 215. Esprcmen il I 76.
Dupont de Ne- Estaing (V. Dcstaing)


mours 9 272. ESlcdlUZY· 2 457.
Duport Dutertre 2 57.
Duport 1 78. F
Duportail . 2 57.
Duprat 11 215. FaLre. 6 168.
Duprat 6 ...... ~ F31Jrc d'Eg13ntinc :3 288..:).:),> •
Dupré (V. Girey). Fargues 12 422.
Duque de Dos Puen- Fauchc BOI'el. 9 176.


tes. 5 419. Fauchet 4 81.
Duquesnoy 6 254. Faujas . 11 108.
Durand lUail13ne 7 457. Fanre. 4 80.
Duranthon 2 262. FaVl'3S 1 417.
Durov. 8 209. F 9 95.ayan.
Dussaillant 2 456. Faypoult . 9 582.
.Dussaulx . 5 174. Feraud 4, 269.
Dutertre 11 221. Ferino 10 151.
Duval . 5 163. Ferraud .... 413.o
Duverne de Presle 8 450. Ferrand Vaillant 11 85.
Duvernois (V. Prieur de 13 Fersén 2 117.


.Costa de Oro) Fievee. 9 271.
Firmont (V. Edgeworth )


E Fleselles 1
·


247.
Fleuriot 7


·
550.


Edgeworth 4 . 1D5 . Fonfrede (V. Boyer de)
Eglantine (V. Fabre) Forestier. 9 97.
Elbee. 5 70. Foulon 1 242.




;.;----- ---,----~




'('IHIlO. Pagina. Tomo. Pagin.l.


Fouche de Nantes H 329. Gnspnrin ~. 59(;.tJ
Fouquier Tinvilie () 172. Gastan .... 154.;)
l"OIlI'ITOY . S 79. Gaudin 12 1,2;;.
Fournier , el Ame- Gault . 11 S;}·.


2 .- "" lU Guuthier ~, 289.ncano . i););) • ;)
Fourrier 11 -8- Cazan . ·12 5ti9.o o.
Foussedoirc 8 -6~' Geuissieux 12 255.o o ,
Foy '12 55:>. Genlis (V. Sillery )
1·'0x 4 249. Gensonné. 2 207.
Francastel 8 206. Gerle Don 1 4HJ.
Francois de Nenf- Gerville (V. Cahier de)


chatean .... 500. Gillet . 6 23:>.o
Freitag () H>7. Giot ~ 204-
FI'eron 2 464· Girardin 2 182.
Freteau de St. Girey DllPI'(" . !U 511.o


Just 1 92. GobeJ. 6 558.
Fl'eys. r,' 4,07. Goislard de Mont-.)
F,'oué. 10 4·21. sabert . 1 93.


Coguelas . 2 121.
G Goltz 8 269.


Gomaire 5 286.
Gaillard 7 129. Gorsas 2 460.
GaJbaud - 218. Goujou 8 7~) ..)
Galeppi 10 528. Goupil 2 115.
Gallo 10 1'-'-5 Goupillean 6 136.. i);) •
Gamon 4 . 262. Gouvion 2 547 .
Gantheaume . 11 589. Guy d'Arcy '1 522.
Garat, el minis- Graham 9 184.


tro. 3 502. Grand Maison 8 211,
Garat, el cantor 8 199. Granet 8 78.
Gardanne. 10 124. Grangeneuve . 2 455.
Gardien r,' 285. Gregoire . 1 190.e)
Garniel' de TI'o- Grenier 12 165.


yeso 5 294 Grenville . 11 85.
Garniel' del Au- Grimoard. '5 219.


he 7 439. Grouchv 6 169.
"Garrean 10 229. Grouvelle. 4 152.




8
Tomo. Pagina. Tomo. Pagina.


Guadet 2 2~7. lIompesch 11 4~5.
Gudin. 12 231. Hootz. ~ 502.
Guffrov 7 549. Hotze. 12 151.




Guillaume 2 458. Houchard. " 173.a
Guithon Morvcuux S . ~'9 Ilowe. 7 248.t.> •
Guyeux 10 231. Iluhert (V. Ansons).
Guyot (V. l\lalsaine) Huguet 8 555.
Guzman 4, 271, I1ullin. 1 c)""'.......vi).


JIurnbert . 8 271.
H


I
Ilaller . 10 t>57.
Hammertein . 8 122. Imbert Colo-
Harcourt . 8 124. mes 10 425·
Hardemberg . 8 427. Iriarte 9 185
Hardy. 5 61, Isabeau 6 -Se),) ...
Harville 5 225. Isnard ~4.
Hassenfratz 4 77. Izarn de Valady ~. 62.~)
Hatry. 7 428.
Haupoult . ,12 155. ,}
Havre , duque de 8 124.
IIaxo . 6 171, Jagot . 8 76.
Hebert 4 260. Jaucourt 2 . 455.
Hector 9 177. Javogues . 6 229.
Hedouville 6 161. Juan Bon Sto An-
Henriot


·


3
·


180. dré. 4 85.
Hentz. 8 205. Job Aime. 9 . 435.
Herault de Seche- Johanot


·


8 .562.
lles. a 177. Jordán (V. Camilo).


Herman
·


7 152. Jorge Cadouldal 9 178.
Heron. 7 259. José Lebou 7 548.
Hertzberg. 2 B3. Josuef, 9 177.
Hervilly


·


5
·


B6. Joubert
·


10 1'14.
Hoche. 6 1;:>8. Jourdan , el ma-
Hoenzollern 12 228. riscal . 6 162.
Hoffman


·
6


·


172. Jourdan corta ca-
Hohenlohe ,.., -162. bezas 2 5!H.. o


·




9
Tomo. Pagina. Tomo. Pagina.


K


Jounlan del Auhe ll 216.
Jourdan de las Bocas


del Ródano 9 434.
Jourdcuil . 5 169 .
.Tuan Debry 24tH.
Juigné1 233.
Julien . 3 18G.
Julien el de 'fo-


losa. 5 4,07.
Junot . 10 282.


Lacasc 6 554.
La Chalotais (V. Chalotuis),
Lacombe ti 178.
Lacretelle 9 271.
Lacosto 2 261.
Lacroix . 9 38,1.
Lacllée 11 sn.
Lndmiral . 7 240 .
Laffayette 1 20;)_
La floté 7 ;15t> .
Lafon . 4 ;HG.
Lafond 9 28;).
Lafond Ladcbat 11 SG:".
Lagarde (V. Chau-


vean
Lagrange . 11 567.
Laharpe 8 559.
Lahoz. 10 527.
LaigneJot. S 209.
Lajard (V. Duport)
Laloi 8 75.
J J 1 9-9,a __ UZCl'ne .....), .
talIy Toleuda! 1 197.
Lamarque li· 32f).
Lamarque ;) 2f);'}.
Lamballe . o 17G.
Lamhcsc 1 2-'í:7.
Lambrechs 11 383 .
Laueth 1 201.
Lamoignon 1 73.
Lamourette 2 -1:>4,.
Laugura ti 502.
Laujuinais .. 411.
Lunucs 10 1 j!;.
Lanol. 8 202.
LaIJülle 4 265.
Lauthenas !) 62.


301.
166.


3D!>.
2D2.
132.


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44·8.
270.


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~)i),) •


2D7.
370.
-162.
,151.


. 2~H).


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12
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Labarolicrc
Lahoissicre
Labo 11 rea 11
Lahou rdoua ic.
Labreteche


Rain 10
Kalkreuth , t>
Kellerruunu 3
Kerengal (V. Lcqucn)
Kerpeu 10
Kersaint 2
Kervclcgau 4
Kilmainc 6
Kinski 7
I{lcin 12
]{ld)(,I' ti
Klcuuu 10
Klingliu 2
}(oek 7
](ol'sakoff. 12
Kl'av 12




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1"1110. I'agina. Tomo. I';t<;lrlil.


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1-:50.
170.
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12


7


ravuux .
Ldiut.
Lccotuhe.
Lel'ebYl'c .
Le/un.
Lf'gcuJl'e.
Legran
Lequen de Ke-


l'ellgaI . 1 321 .
Lehal'di. ·1· 14·7.
LejclIlle.1 8t>.
Lernuitrc . X 12;i.
Lcmarchand . 11 216.
Leuiecier . 9 182.
Leuiarois . 10 21·1.
Leruercr .10 -1,23.
Lcmoiuc . ·1 '1 -1 -10.
Lenfant. ;) '170·
Le Normund (V. Normaud j
Lenoir Laroche 11 . '1 un.
Lepeuux (Y. Lnrreveilicre j
Lcpelletier 4 1;}4.
Lepcllctier Fdiz!) -1,G2.
Lequinio . 9 2!Jl.
Lessage. t> 28(-).
Lessage Senaoult X 8-1·.
Lescure . ;i 72.
Lcspiuussc 10 551.


Lccai'licr . 11 382.
Lecarpauticr . H Hl.
Lechapclier 1 2-19.
Lcchcllc . () 171.
Leclel'c 10 368.
Leclerc , JacoboS 311.
Lecoiutre dI' Ve\,-


suilles .1· He!'.
Leooiutrc Pui-


204.
SGO.
2·1-2.
345.
126.
239.
4G2.
,138.


ISG.
58(-L
294·.
2()(; .


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11


Luuuse 10 . lH).
Lapallu 7 . ,13;).
Laparent i Y. Cochou).
LapIare. 11 3()!).
Laplanchc () 327.
Lapoipe n 44S.
Laport« . ~ t)H.
Laporte . ti 1:>3.
Luqucuillc ~ ~t)7.
Lui-ivicro (V. Enrique la;,
Laroboric. X ~70.
Larochcfoucuult 1 1D3.
Larochejacquelein ti 71.
Lareveillcrc Le-


peau" .
Larrev
l.assource
Lntouche .
Lntour , el aus-


triaco - 7433.
Latour du Pin ~ ti().
Lato 11 l' Foisac 12 ~Hl.
Latuo l' Jla uholll'g ~ 121 .
Lau-uuouille (V. Ta/molld).
Laudoll. 10 ;,30.
Lavaleuc . ,·1·58.
Luvalettc , 1" ge-


nel'al. 11
Lavatcr .12
La\'311gouYUlI 1
Lavicouueric. 7
Luville-Heurnois 8
Lavoisier . 7
Lazousky . '2
Lebus . 7
l..chon (Y. José).
Lebrun Tondu ;)




II
Tomo. Pagina. Tomo. Pagina,


Lesterp Beauvais IU 517. Millard de Ju-~)
Letellier 9 274. venville. 11 217,
Letellicr . 11 220. Maignet 6 251
Letourneur 8 563. Mailhe. 4 148.
Levasseur. " 18;'i. Mailly. 9 88.a
Le Hllil1iel' ~. 179. Mainvielle. 6 554.~
Lhornond . 9 287. Malesherbes 2 467.
Liancourt. 1 196. Mulruesbury 10 299.
Lidou . " 286. Malo 10 229.~) .
Ligue; PI'Í:Ici- Malouet 1 517.


pe de ,.. 221. Malsaiane. 3 173.o e,
Lignevillc. ti 5H3. Malus. ;) 1~i6.
Lindct (V. Hoberto) Mallet. 2 549.
Linglet 12 . 426. Mallarme . IU 1.82.<J
Liuuiercs (V. Tourreau) Mandat 3 3D.
Lorge . 12 219. Manuel 2 360.
Loizel'Oles 7 546. Marat. 2 268.
Louchet 7 438. Mareé. 5 66,
Louvet 2 204. .t[arceau 1'-' 505.~
Lozeau 7 45~). Marchand. H 9:'>.
Luvin. 7 151. Murchena . IU 512.o
LllZCl'IlC (Y. La Lu- Maree. 11 86.


zCl'ne) Mal'escaIchy 11 584.
Luchcssíui 7 129. Marcscot 7 452.
LuekncI' 2 21:>. Muret . 4 254.
Luxe 6 357. Mal'ia Teresa (V. Lam-


valle)
1\1 Marivon MontallL 3 567.


Mnricue 8 367.
Mac Cu ,'tiu 11 218. ~[al'iglli 6 451.
MaedonalJ 7 24t>. Marino IU 176.<J
l\1ack 4 321, 1\Ial'mont 12 347.
MaJicl' de MOll- l\I~l.l'tin de Auch 1 196.


Jean 11 216. Masseua 7 233.
Maga 11on 11 382. Massieu 9 2G5.
lUaillauc (V. Durand) Massimi . 10 528.
Maillard . 1 392. l\1athieu . 3 182,




1:1


'['O¡UO ragllla. "1'0111", Pa¡;U¡<l.


Maurepas. '1 ~1. Mollivaut . ;) sss.
Maury. i 513. Momoro 5 598.
~laz\~el 6 . 580. Moncey 8 264.
Meaulle 8 85. Monciel 2 549.
Meilhan ~ '179. Monge 5 147.
Melas. 12 162. Monesticr. 7 344.
Melcy. 10 121. Monroe 10 427.
Menage 9 184. Monspei 1 406.
Menare 11 575. Montesqniou . .... 157.o
Mengallt 11 57(). Montguillard 9 '175.
Menou 1 149. MOlllmor·ency. 2 5"5.
IvIercantin 10 552. Montmoriu '1 238
Merey d'A.gerl- 1\10ntrichard 12 165.


teau 9 38G. Montsabert (V. Goislard).
:Merlin de Doui !~ iso. Morandc 6 556.
:Merlin de Thio- l\'Iol'alHli 10 mm.


"ille 2 .... k- Moral'd de Ga-,)Lh).
Jlcl'san MOl'can 10 424,. les 7 ~..,-....(),) .
~Ieuniel' ,f 195. ñloreau 7 259.,
Meusnier :) 569. Moreau de St.Me-
~Iezal'Os lO 242. I'\'. . 1 248~


.


~liaczinskv .:> 217. MOl'cllet 9 270.
Michaud G 167. Moreton ;) 165.
Michel ,. 177. Mol'Ísson ·f· 80,.)
Michollis 6 535. MOI'lol. 7 429.
.Miollis la 569. Mortemar . 1 522.
Mirabeau . 1 101. MorLicl' 22 5"'), , • i)_,
Mirabeau el me- Moulins , 12 , 289,


nor. 2 25G. Mouuier '1 , 194,
Mirampol (V, Malhien) }lOll!'gUCS, 2 , 546,
Miranda 5 219. -'JlIil'OIl () , .148,
JliJ'OIllCllil 1 75. MulcHicl', 9 28:'>,
MiLLehell 12 2~M·. Mullc!', 8 268.
Moil'a. ...,. 252 . ~hll'at , 9 278.1
Ñlolcville (V. Bcruad de) 1\1 ti ra i I'C , , 11 ~ 21D.
Molitel'lle. 12 ii. l\Iul'Ínais dAuber-
""rotito!' 12 :):il . geon H ~20.




13
romo ['agina. '1'011;0, Pagina.


N p


Narbouuc. ..> 212 . Pache . ,... LH5,.... o
Nauendorlf 10 2~5. Paine 2 12·4.
Neker. 1 06. Pa1a~me 7 457.
"Ne son '10 300. Panis 2 """',100J.
Neufchatcau (V. Francois): Paoli f) 447.
Nieolas () 22n. Parauis 11 220.
~ioche , ., 28D . Paris 4 ,105.,)
Nioll f) D4. Parissot 11 84.
Nivicrc Chol " G4. Partunaux 12 293.;)
Noailles 1 518. Pastoret 2 4:>0.
Nouilles 11 217. Pavee . 'H 21D.
Nocl .{ '146. Payan. 7 -"'0<)<.> •
Noel Pointe ". 7.17. Pelet 8 °0"";) .... i).
Nogurct (V. Rnmel) Pennieres. 8 564,.
Norruand ti 211. Pereira 4 524.


Pel'ianon G 168.o
O Perree. 11 455.Peticl . 110 421.


Petion. 1 4-06.
Ocariz , 4 1!)() . Pf'tit Jean , ,... 417.o
Ochs 1'1 576. Petraseh 12 561.
O'Har:l. (j ,-_.4·18. Pevsard 9 ~)O.
Olivier . 12 230. PiilTer. '12 72.
Ol'ange (principe Phelippeanx 12 3;j·¡.


dc) . 7 452. Philipon (V. Roland).
Orciercs (Y. Cauthier) Philippeaux 4 81-.
Orlca 11 8 (duque PiclJegní 6 4·45.


de) , 1 80. PiO'con ,10 232.o'
Osseliu. 2 4·63. Piguatelli . 10 127.
Ott. 12 227. Pinet !) 92.
Orto. 7 24-G. Pin 4 245.
Oudinot 12 219. Ple,·ille. 1'1 108.


Poilllc (V. Nocl)
Polignac '1 201.




Tomo. Pagina. Tomo. Pagina.


Poliguac 8 12::>.
Polissart 11 8G.
Poncelin 10 419.
Pons de Verdum 9 288.
Pontecoulant ( V. Doulcet).
Poulain Graud-


pré . 11 208.
Pruire Montaud 11 219.
PI'C(:v . t) 31G.
Pl'efelu (V. Goupil)
Prieur de la Costa


dc 01'0. t) 291.
Prieur del Marne ti 596.
Priorrv 9 264.


"Procca. 12 75.
Proly 4 524,.
Provera 10 114·.
Puiravaux (V. Lecointre).
Puisave ~ 295.


"Puisegur 1 259.


9 275.
::> 72.
4 52:>.


10 557.


26t>.
290.
118.
418.
557.


289.
422.
157.


75.
265.


5
10
G
~.
;)


2


Hamond 2 181.
Ilampou '10 115.
Hupinat 12 71.
Iteul . 12 421.
Itebecqul . 5 292.
Hcgnault de St. Jcan de


Angeli (11 455.
Hr/)'niol' 8 96fo ~ .
Ilcinhnr 12 289.
lucdcrcr 2 565.
Bepnill '12 69.
Heuss. 10 241.
Revcrchond () 154.
ltewbell ·1, 85.
Bey ,10 597.
Hianl . ;) 406.
Hic:lnlos '> ,) 505.
Hic!Ianl H 205.
Richcpnusc 11 110.
Hichcl' Scl'izy. H 277.
Ricord. H 95.
Hioufre 8 515.
Hiuer . t) 567.
Hoberlo Lindet ·1, 2G5.
Hobespicrre l 5!.M.
ltobespierre el


lllCnO¡' .


Hochecoue
Hoil'and
Hoiruud
Holand.
Roland (su espo-


sa) 2
Romme ;)
Houuuuf 2
Hous in 5
Rossignol . 2


5G5.
210.
516.
5m).


2D5.-o
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Q
Quauemere
Quetincall.
Quinete
Quil'ini


Habaud
RalTet .
Raffron
Hambaud .
Hamel.
Hamel , el minis-


tro 10




15
Tomu l'agiu:I. Tomo. P'lgin<1.


Ilouchc. 7 . 4;);). Saussc 2 120.
Rousselliu u no. Savon nieres 1 410.a
Iloux ·1, 154·. Saxe Teschen , ,.. 1~9.o
ROllX, el dell\Ial'- Scepeaux . 8 '125.


lle U 287. Schawem hourg , 1'1 573.
Honzct 4, 80. SehclJfeld. ~, 2H7.<>
Ilovere 7 545. Schérer 7 4·27.
HOYOli . ") 340. Séhustiuui. 12 423......
Hu.unps 7 541. Sebottendor ff 10 242.
Huault 1, 521. Sechellcs ( V. Ilcraud) .
Huid !) R8. Semonvi11e 12 25·1.
Hust:a . 12 22H. Septeuil .) 2S.1.


Seraent 2 3"'"o ~ a.).
S Serres. 4 14¡j.
""


Servan. "J 559 ......
Sabuthicr d(~ Ca- Servelloui 10 121.


hre . ., D3. Servier 'I() .156.
Suuuuet . 10 23H. Shcridun 7 250.(, o
Sailluut (V. Dusaillund ) Sicurd. ,.. f 70 ..)
Saiut Audre (Y. Jean Bon) Sidney 8 207.
Sainte Croix ,.. ~'3 Sievcs . '1 94 ..') a .
Saint Gcorges 4· 527. Sillcl·Y· 2 5G2.
Saiut Huruguos 1 ;)21. S¡IllPOII 9 577.
Saint JU!'L ·f 7~. SiUIOll. ,,) 1;)~) ......
Saint l\I~\l tiu " I!H. Siruon. () ... ... -a <:)<)0.
Saiut Mel'Y (Y. 1\'10- Som breu il ¡ C) "c)_G_.


I'Call) SOIH'allzy . 12 --, i.) •
Saint Pricst 1 240. Sotin 12 "'re)1 ......
Saludiu 9 2im. Soubranv . 9 89.
Suliceui (' 4-1·7. Souhuui () 1137.)
Salles . 2 1")- Soult 12 15;).-, .
Sandos ,. 505. Souwarow 12 225.a
Sauterrc ...) 1'15. Spallunzuui 10 121......
Sunthouux 11 87. Stael Madalllc (le 2 ·íGS.
Sapiuaud X 1~2. Stauhope . 7 229.
Sarraziu 12 73. Starai . a 4·17.
Saurct 10 230. Steigcr 11 581.




16
Tomo. PagIna. Tomo. P;lgloa.


Stcncel - 221. Tronchet. 2 '122.b ,")
Stofflet .. 65. Tronzon DUCOll-a
Storv . 12 294. d!'av G 175.
Sua¡:d. 9 268. Trotouin 8 428.
Sully 1 67. Truguct 3 366.


Tumn. ,. 314..)
T Tunee¡ G IS6.


Turgot. '1 02.
Taillerer 8 77. TUlTe:lII 1, 268.
Talma. 11 3i2.
Talmond . 6 23G. u V
Talon 2 SS.
TaJot 9 404. Union, conde de 7 254.
Talleyrand 11 91. Vadier 7 133.
Tallien 3 09~' Valazé 4 78.... <J.
Tarhé. 11 86. Valdcek 6 238.
Targe t 1 189. Valcnec ,. 222.0
Tcrricr dc MonL- Valerte 10 231.


ciel. '12 Vandnmmo 7 244.
Theobaldo Dillon 2 272. Vanden he!' G 379.
Thevenot. () 356. Vam.. illiers 10 lt26.
Thevcnot. 2 352. Varle t. 4 270.
Thihaudeau 8 204. Vatrin. 12 251.
Thic!'s 1 ,. Vauhlanc . 2 J85.0.
Thiel'!'y 2 475. Vauhois 6 255.
Thiriot 8 561. Vauguyon (V. Lavauguyon )
Thouret 1 4,14,. Walmodeu () lG2.
Thollin 12 \Vallis !) 586.
Thollvenot .- 217 . Warstcnslcbcn 7 452..J
Thugut 10 , .. - .... 'Vaudcl incourt '/. 146.;)00.
Thuriot. ;) H>G. Verd icres. 10 :234.
Tinteniac . 8 124·. Verguiuud 2 100.
Torné. 2 457. Yertnoud . 1 74.
Tourzel 2 117. Vernier n 87.
'Iravo t n 4·G3. Vertcuil " 66.i)
T!'eilhanl. 4, R7. Vestermunn ¡,,) 461....
Trogoff () 1 ;)~' \Vel'Ilcek . 8 2Gl., ,).




1'"J
Tomo. Pagina. Tomo. Pagina,


Victor, 10 240. Windham. 8 428.
Vigee. ti 287. Wlrnpffen. ti 292.
Vignolles. 10 503. \Vitengoff 4 87.
Villaret Joyeuse 7 2-- Yolta 10 122.oo.
Villiers 11 209. VOllland . 7 134.
Villiers (V. Dufourny) Wickassowich 10 119.
Villctal'd . 10 538. Wurmscr . ;) . 296.
Villot . ti ....0-o o.
Vinccnt ti 597. Y
Virieu. 1 24,9.
'Vickam . 9 175. YOl'k . S 403.






A. LOS SEÑORES SUSCRI'rORES.
Hemos concluido la versión y anotacion de la Historia


que habíamos ofrecido al público con la escrupulosa esac-
titud que ha estado á nuestro alcance; y no podemos me-
nos de dar gracias al público por la aceptacion con que
se ha dignado admitir nuestro trabajo.


Esperábamos que al concluida estada ya principiada á
publicar en frunces la Historia del Consulado)' el IInpe-
rio segunhab ian :1Il unciado los periódicos de Paris ; pel'o
desgraciadaurento las graves ocupaciones del autor como
hombro de estado, le habrán impedido satisfacer la pú-
blica espectacion ,


Esto nos ha decidido á emprender un viage á Paris
con el ánimo de aprovechar los primeros momentos en
que salga á luz la prometídn continuacion de esta Histo-
ria, pues ya que nuestros lectores han asistido á las gran-
des y terribles escenas de un pueblo sublevado, que pOI'
reconquistar' una parte de sus derechos , atropelló los mas
sagrados principios do toda sociedad, y preconizó la fuer-
za y el terror como únicos elementos de gobierno, ne-
cesario es que la España se entere también de la historia
del restablecimiento del poder gubernativo en Europa, y
sepa cómo y quien formó esa fuerte adruinistracion fran-
cesa, que tanto admira á cuantos quieren estudiarla.


Esperamos poder en breve publicar en nuestro idioma
la continuacion del cuadro histórico qne ~lr. Thiers tiene
sin duda preparado ; pero si por desgracia viésemos que
esta publicacion ha de retardarse demasiado, desde lue-
go ofrecemos al público darle otra que en nuestro con-
cepto merece los mayores elogios y que sin entrar en
comparaciones que podrían parecer odiosas, sostendrá
sin mengua todas las que pueden hacerse en cuanto á la
esactitud é imparcialidad tan necesarias en las relaciones
históricas, sobre todo en la de sucesos contemporaneos.


Este último trabajo le tenemos ya casi concluido del
todo, y así en el caso de. que se retarde indefinidamente
la publicación ofrecida pOI' MI'. Thiers , nosotros darémos
á luz la nuestra en todo el próximo mes de julio de 1841.




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