LA LEGALIDAD COMUN
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LA LEGALIDAD COMUN


SOL UCION POLÍTICA •




- 11


L -EGA 1; (,)(fMtjN
SOLUCION POlitTICÁ


POR


JUAN LOPEZ SERRANO
Di/M.01' en Jurisprudencia, Abogado del Ilustre Colegio de Madrid


Ex-Fiscal de imprenta ete., etc.


MADRID
;IMPRENTA Y LITOGRAFÍA DE NiCOLÁS GONZALEZ


Calle de


Ti M.


I75




,a n
( 1 it di )1 1L


1 tils\Dic.V(71,


INTRODUCCION


hit la ordenada y majestuosa marcha de los siglos, la
vida del mundo, como la del hombre, adquiere nuevas y
variadas faSes y se refleja en los anales del tiempo con
nuevos y distintos dolores, con nuevos y distintos carac-
tés.


pues. que el mundo ,moderno se levanta con otra
forma de entre -las ruinas del mundo,antiguo; hoy que, por


• efecto de esa tradormacion, en todas partes menos-en nues-
tra desgraciada patria, al estruendo de las batallas ha,
sustituido la :controversia de los principios; hoy que la,
pOiltita ha sacado á las sociedades del ;marasmo. y .de la
poStraCion en que ayer 6 -agonizaban; hoy que
están en lucha, y lucha de muerto; l'a. fuerza ,y el dere7
cho, la legitimidad y la usurpacion, la religion y la
falsa lilosofía, los hechos y las ideas, el pasado y el por-
venir, todos,debémos buscar medios de pensar, de discurrir




sobre lo que actualmente preocupa la imaginacion de todo.
verdadero español amante del bien de- su patria. Deseoso.
por mi parte de ver brillar en nuestro horizonte político la
rosada aurora de felicidad y ventura. de esta altiva patria
rola acudí días pasados á un recurso que suele alguna vez
dar muy buenos resultados: á la consulta amistosa, á la
íntima y particular discusion politica, en la cual, si bien
muchas veces los españoles solemos perder lastimosamente
el tiempo, en algunas no, porque se encuentran ideas nue-
vas, a.mpliacion de las concebidas, medio ó recurso que
sirve de gimnasia al entendimiento para darle mayor
fuerza ó mejor modo de emplearla.


Alentado por tan loable objeto, llegué al gabinete esto.-
dio de un íntimo amigo, con quien me unen :distintos
vínculos, -á quien puedo tratar con la mayor confianza y
en quien reconozco, dentro del terreno de las ciencias.
politico-jurídico-morales, bastante autoridad, aunque no,
tanta que me deje llevar por sólo su individual criterio,.
si no vienen á robustecerla la verdad histórica, las ideas
y principios en que pueda fundarse el de razon.


Hallabas° mi amigo en su despacho, rodeado de libros y •
escribiendo unas cuartillas destinadas no sé si para el
periódico, libro ó revista, y sin cumplimientos ni saluta
ciones innecesarias entre los que sostienen un continuo.
trato, arrellenándome en una butaca empecé la realizacion
de mi pensamiento, diciéndole:


—Vengo á que me digas algo de lo que piensas sobre lo
que está pasando.


Dejando la pluma con cierto descuido y despues de uno -


de esos breves momentos de pausa y elocuente silencio
que indican la .


refletiron porque mi amigo es de los hom-
bres que aunque dicen lo que piensan piensan lo que•di-
cen , me respondió:


— Mal puede complacerte quien no sabe lo que pasa.
— Querrás' decirme le-.repliqué, que si no me explico


más claramente .no comprendes, el objeto ó fin adonde se
dirige mi pregunta, por ser demasiado general. Deseo sa-
ber tu opinion, para mí siempre respetable por muchos
conceptos, acerca de la actual política y modo de-condu-
cirla, de lo que se puede temer y esperar de esos dos
grandes acontecimientos; tu e .


refiero al decreto sobre im-
prenta, reducido á declarar abierto el período con stitu -
yente, y 15,10,Treunion reelebrah en el salan del Senado.
Por. más que siempre te-oigo decir que te consideras vo-
luntaria y forzosamente alejado del estadio político por
no ver nada que te satisfaga; que aislado


• nada puedes
hacer, y que no encuentras ningun partido ni agrupacion
á' que unirte eón pleno convencimiento, con verdadera
conciencia de que su objetivo sea ó pueda constituir el bien
de la Nacion„ sin otras miras de mezquinos intereses, no
puedo dejar de creer que algo habrás pensado sobre lo que
considerando su importancia, neeesariaMente tiene que
llamar tu atencion , como la de todos.


—Cierto es, me dijo, todo lo que tú supones; sólo dejando
de vivir podemos dejar de aspirar la atmósfera -4e' nos
dea: bien sabes , Juan, que no soy excéptico: creo y pienso;
mi desengaño, que es cual tú lo pintas, no se refiere á los
principios y doctrina, no.; sí la flor de mis ilusiones está




agostada, • °uf pa, á los .11~bres .por. esto ta$ ,que los
desprecio ni dejo- de ,considerar los quo, e:
opinion lo merecen, concediéndoles lo• que crc ) que .:len;
pero, chico, veo de tal modo desarrollados el orgullo. la
ambición el incesante .at'an 40 medro personal la ardiente
hidrofobia de dominar y tiranizar al 411yersario por satis
facer mezquinamente el •infundado . amor ,propio y .propnr-
cionayse esas ventajas que .; se .11aman positivas; que
desconsuela al. no encontrar ni áun entre los que tenemos
que reconocer corno .9-wtabilicWes , un hombre suficiente,
capaz de construir un-. buen edilcio con tan malísimos
materiales: porque, desengáñate; ninguna de los dolJua-.7
nes , ni el de Toledo ni:el de Herrera , si nohubieran tenido
más que lodo y barro, en lugar de piedra berroqueña ó gra-
nito primitivo , no hubiesen construido. el Escorial.. Mas
como sabes•que rechazo lo-absoluto en lo meramentehumar
no , adinitiria una excepcion ; pero el astro á, que la refiero
está allá, lejos, en-el °casó , entre: jPoniente y Nortól. y
eclipsado por la interposicion\ide:otroS mucho menos


Mira ,,,ruira no:te:eleves tanto ni evogues.esos recuer-
dos que. ya sólo pueden ser figuras de nuestra/ IMagnifica
epopeya : considera que si la España ,es yael primer
pueblo del mundo, nadie puede negarle, la condicion de ser
el máS•fuerte: lleva cereade un siglo hadiendacuanto puede
para aniquilarse y aún liO;lo ha conseguido No te:pre
cipites len tse abismo sin fondo, í cuyabOrde te-veo:: si no
ten einasTOIedos Herrerás.,,,nigranito.primitivo , piensa
que no faltarán algunos arquitectos que . con madera del


país y ladrillo recocho puedan levantar un edificio en ,que
nos cobijemos . , defendiéndonos al, ménos de las
cías de la intemperie, ó si quieres de la intemperancia de
las dos demagogias blanca y roja; y ya que honrándome
una. vez más con tu confianza me confiesas que algo has
pensado, .dime cuál es tu opinion sobre


• ese quid incom-
prensible que hoy preocupa la opiiii.on pública.


Entónces, tomando ..de su . mesa un •manuscrito, lo puso
en mis manos diciéndome:::


—Ahí tienes lo que deseas: no es largo; .puedes leerlo
mientras yo ágoncupándoine en lo que . estaba haciendo.


Leí las cuartillas, y al terminar no pude menos de inter-
rogar á mi amigo :


—¿Y qué piensas hacer de este proyectaé fórmula, ver-
dadera solucion al problema que hoy denominan IA I,RGA-
LIDAD COMUN?


—;Qué he de hacer!
• nada;•


• le que con otras muchas
cosas, lo que se pueda decir que ya está hecho escribirlo
por entretenerme, .por alejar. mi pensamiento de otras
ideas, por recrear mi imaginacion con engañosas ilusiones,
si bien convencido de que sólo duran el tiempo empleado
en concebirlas y darlas forma, hasta que la necesidad de
hacer limpia de papeles para desocupar los cajones de la
mesa lo lleve á la chimenea ú otro sitia menos limpio.


•.--Pero ¿por quéne lo publicas?
—Bah ! bah ! ¿Para qué? ¿No consideras. Juan que si


sigo tu cariñosa indicacion , no apareciendo firmado ud tra4
bajo por una notabilidad, rii siquiera se ha de leer? Mira;
tengo algunos años más que tú y por consiguiente


• he




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leido más que tii en el libro de la vida: cada dia . :es una
página ; en ese libro he aprendido lo que voy á decirte. Si
lo que has leido' tuviera algo de bueno, los que pueden uti-
lizarlo, pues yo ni pienso en ello, sentirian que no fuese
suyo; por no confesarlo ni reconocer el mérito, tratarian de
anularlo, y como poderosos al efecto lo anularian: si es
malo, no conseguiré mássue singularizarme, cayendo en
el ridículo. ¿Quieres suponer 'que sea mediano? Pues son
tantas las medianías, que no hace falta una más. Por otra
parte, temo haya quien crea, c sin creerlo me impute la
interesada mira de asistir á la Asaziblea Constituyente
sin necesidad de sujetarme á una eleccion:


• el autor del
proyecto, para sincerarse, deberia renunciar á cuanto per-
sonalmente leyfuera - ventajoso; y aunque poco me impor-
taria la .renuncia, ya podria hacerse á cambio del alto
honor de que la idea fuera aceptada: me da miedo caer en
el ridículo que Samaniego condena en la fábula del came-
llo y la pulga; por último, su simple lectura, te habrá
demostrado que eso no está escrito con el cuidaduni.e,smero
que exige lo que se dedica á la publicidad.


—¿Con que resueltamente te niegas á publieltlo?
—Si, decididamente.
—Pues acepta un término medio. Permíteme que yo lo


publique porque yo no inspiro recelos ni-envidias: soy
frecuentemente favorecido por el público, con quien me
permito .sIsteneramigable trato, y como siempre procedo
con rectitud de sentimiento, me perdonara lo atrevido de-
mi pensamiento en gracia de la grandeza de la idea: per-
míteme que lo mande á. la imprenta, declarando, porque


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no me pertenece el privilegio de 111VG130i011 , que no es obra
mia, pues ni debo, ni puedo, ni quiero vestirme con galas
ajenas, pero sin decir que es tuyo.


— Más que mi pensamiento vale tu ac,eptacion ; pero
aún queda otro inconveniente : para publicarlo es preciso
corregirlo ; y tú, como escritor , sabes que tan agradable
como suele ser el escribir creando; por lo que excita la ins-
piracion y complace la originalidad, es pesada y enojosa
tarea limar y corregir, - operacion que muchas veces se eje-
cuta hasta .con el íntimo convencimiento de perjudicar los
conceptos; no trates , pues , de imponerme tal trabajo.


—Eso corre de mi cuenta: nada más que lo que has hecho
tendrás que hacer, pues alguna parte quiero me corres-
ponda en la realizacion de la idea si es que llega á reali-
zarse. No me atrevo á llevar más allá la negativa; tampoco
quiero ser terco, y supuesto lo deseas, sea ; haz de todo
ello lo que más te complazca.


Autorizado con su permiso, y sin soltar el manuscrito,
me vine á mi despachó y empecé á querer cumplir mi
compromiso: tenia que corregirlo, por supuesto lo pu-
ramente de forma ó de redaccion , sin tocar un ápice del
pensamiento fundamental, de las eminentes máximas y
doctrinas político-juridicas aducidas para desarrollarlo y
confirmarlo; en fin , de nada de lo que concierne a su
esencia. Desde luego notaba desaliño en el estilo y alguna
falta en el método ; pero despues de quitar y poner, en-
mendar y desechar las enmiendas, llegué al convenci-
miento de ser muy exacta una de las ideas que acababa de
oir de la boca de mi amigo: «Muchas veces las eorreecio-




nes perjudican los conceptos.» Consideré que las obras del
arte y del ingenio, en lugar de ganar, pierden Sobándolas;
que lo que tenia delante puede asimilarse;a; los cuadros de
Goya los ,


cuales se • suele tachar de podo concluidos y
nadie puede decir ni mucho Menos hacer lo que se supon;
que les falta.


'Salga., pues, al público como salió de las manos del au-
tor .para pasar á las fijas, y ya que acepto con tantn.pla-.
cer la 'responsabilidad de la publicacion venga taMbien
sobre mí la de falta de correccion literaria y-excúsenle-la
excepcion !Al. C.


CONSTITUCION


:1";12, principio e ,rat verbum. Séame, pues, licitO;tomar en
•sentido recto lo que San Juan tomó en el figura« y si en
el principio •ekistia la palabra, empezar por ella. Pero como
en los acontecimientos humanos no hay solucion de conti-
nuidad , siempre aparece algo anterior íntimamente Tela-
donado con aquello de que se quiere tratar.


En cuarenta y ocho horas han; tenido, lugar dos de. esos
que. suelen llamarse grandes acontecimientos: el decreto
Sobre imprenta y la reunion en el salon del Senado. `El
primero -viene con un preámbulo, del cual La :Epoca ha
hecho, no sé si con intencion ó siw ella, la crítica más


•exactas dándonoslo:-á sus suscritores como un magnífico
artículo de fondo , insertándolo en el sitio que á.ellos tiene


;destinado. El segundo sé dividió en dos partes: dedicada
la primera á operaciones estadisticas para fijar quiénes
éranios ,


los concurrentes, físicA ó materialmente, y;,quié-


1




.t 4
-- -


nes los que concurrian brillando, como diría Asmodeo,
.por su ausencia. la segunda, que parece ser la sustancial..
(tal vez otros crean lo contrario) se redujo á lo consabido,
pues en España es la práctica constante: á que por medio
de una Comision nominadora se nombrara otra Comision
que realizase el objeto, que formulara las bases (le una
Legalidad corvan (sic), por más que el modismo se escape
de toda significacion científica.


Reuniendo, amalgamando el_ ,decreto y su preámbulo,
la reunion y los discursos en ella pronunciados, la Comi-
sion y los antecedentes de los hombres que la forman, con
todo lo demás que á la mezcla puede añadirse, resulta que
el Gobierno declara abierto el período constituyente, y que
los partidos , sus- fracciones y hasta • sus.indiVidualidades
tratan de procurarse los- medios dezeoncudir á-realizar la
grande ideal de.constitutriel.país., de, hacer la onstitucion.
Jeque: es la:Constitucion? Hé aquí como hemos-llegado
al principio.


Habrá. quien-tache (Wnimia, y hasta de necia la pregun-
ta; pero muchas vetes- sucede que, despues de-grandes con-
troversias: acaloradas disculiones; se viene á parar en la
interjección ah! en ese sentido! en. -tal concepto! tomada la
palabra' en tal siga/'cado! cuanto se ha dicho esiinUtil, pues
laproposicion norpueckirnenos.de, aceptarse!




puesta.por e.pjoraferes.una de las demás difícil deter-
minacion, hasta tal: pun to . Cine ,sni simple iniciativa. impli-
ca una contradicción No puede concebirse una nación sin
reconocer que está constituida: nadie -pilede negar ila(exis-
tencia de -la nacion española ,y testa--que es ,y1 debeliser


una Monarquía constitucional i .y á la par proclamamos que
es forzoso constituirla, hacer una Constitucion.


Tal vez los sabios quieran resolver la dificultad con la
distincion, aunque moderna generalmente admitida, entre
nacion y Estado; pero esto no pasará de ser una frase -con
la cual se incurra en el defecto , dialéctico :de presentar 'por
razon la misma dificultad. No nos neguemos-:elEstado, no
nos neguemosi lapersowaid,ad, y acudiendo al origen:cien-
tífico de la. palabra, proclamemos que constituimos perso-
na, que no somos cosa.:4ue harto son los personajes y de-
masiadas las personalidades.


En lo antiguo, y no muy antiguo, Constituciones, en plu-
ral, se llamaban . los estatutos qua•abiawdeategir alguna
órden ó corporacion , comunmente religiosa, y cuando ya
estaba establecida y se quería variar su Modo.de _ser á la
modificacion , se le llamaba reforma. Llámábanse tambien
Constituciones , no en puro castellano, ó álo menos en Cas-
tilla, á las leyes de todos géneros; hasta que-importándolo
del extranjero empez4.4dIamarseGonsIituCio*, en singu-
lar, á-la reunión de los principios que se reconocen'y pre-
ceptos que se establecen como fundamentales para el ré-
gimen ysobernacion décadaYa-don ó Estado'. Esto, por lo
tanto , en España es fruta nneva; y lo quees más, en todas
las Naciones ó Estados que se han regido por sistemas re-
presentativoá. Ni durante: el. período -godo., ni despues- de
la inva sion- de lel- laxi'adenol en Astúrias, Aragon:
Cataluña ni Navarra ha existido lo que ahora se llama Cons-
titucion; la Carta de Alonso IX convenida con los leoneses,
y la Gran Carta inglesa de Juan sin 'Tierra. anterior yenpe-




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-ha nacional á la ,extranjei.a S se han conocido con
semejante nombre.- •


L mismaaTráncia.. á quien tien/iquereconocerse et ;pri-
vilegio de inVencion,: despues del tantas Constitucibnekt
ohm y:deshechas, ahora viene tV parar• al sistema antiguó


espleiáles. L -Pero dirán los sabios que ne por nuevo
debe rechazarse; no-por nuevo, pero sí Poli malo ó por faltó
de liazon..Suliciente para admitiírle .conforme 'una rece
nocida regIaidel:Doreche-(1), qué poinsli ,altá filosofía y- por
encerrar.. un `principio de eVidenteitendad ha durado y
rará más siglos que años la Conitittieion moderna másdü-
radera. HallemeSaietamente• para. : que podamos entender-
nos. Dejéreevese moderno lenguaje; men6h ineón7
venientInue presenta es el de ,-que por indeterminado cada
une puede; usarlo segun-convenga á, •sw.particular intento:
dejémonos de pedir Constititeion i .11 Mismo tiemPo• de pro-
clamar. que estamos 'constituidos; y digamos- -en-pUridal
«El advenimiento dé D. Alfonso XIDId trono de sus Mayerea
nos ha sacado de uh periodo revolucionario, durante el cual
todo se ha conmovido y perjudicado ; necesitamos reponer
lo bueno, modificar y mejorar lo imperfecto y establecer
ló sque falte: tenemos Naciom y Estado, pero al mismo tiem-
po la continua .necesidad de adelantar, mejorar, progresar,
reformar.


Si pensais vosetros•los gobernantes qUe(todos Tos
dos , bajo la. fórmula:de, ~lleco' la legalidad cormor., han


(1) L.




. Tít. y , Lib.1.—xxru. Tít. ni, Lib. 1, Dig.---xxxvn,
P. vii.


17


de conformarse corlel reconocimiento de unos mismos prin-
cipios y con el establecimiento de unos mismos preceptos
constitutivos, os engalais; y más diré: los que con: tales
ideas os halagan, ó se engañan 6 tratan de engañares. El
supuesto es imposible.; por consiguiente, tan solo bajo la
dominacion del engaño so puede creer en su realizacion.
Sí; imposible de toda imposibilidad es en los momentos ac-
tuales la formacion de un cuerpo legal comprensivo de to-
do lo que debe considerarse necesario para el régimen del
Estado. Porque ni la indeterminacion de las ideas, ni las
diferentes aspiraciones de los partidos, ni las exigencias á
que los hombres tienen que someterse, ni en fin , ninguna
de las condiciones ni elementos que tienen que concurrir,
se encuentran en disposicion de hacer posibles las conce-
siones absolutamente necesarias para llegar á la deseada
avenencia.


Pero tal vez quiera contestarse que lo indicado sería la
verdadera constitucion y que no se trata de eso, y sí tan
sólo de convenirse en las bases. Aunque así sea, y no otro
medio de huir de la dificultad por temor á combatirla de
frente, siempre resultará otro engaño, cuyo éxito sea per-
der un tiempo precioso. ¿Qué hará, qué conseguirá la Comi-
sion aunque llegue á alcanzar que sus bases sean acepta-
das, si despues, al querer sobre ellas levantar el edificio,
los partidos vuelven á dividirse, cada uno tira por su lado,


- empiezan por disputar si lo que se trata de edificar está
conforme al plano preconvenido , y rompiéndose la armo-
nía viene á incidirse otra vez en la negacion de la Legalidad
comun3 Que el tiempo tal vez ganado con miras particu-


2





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.lares, evidentemente resulte perdido para el bien de la
Nacion.


De cualquier modo que sea , y ya que no puedo prescin-
dir de lo que es , voy á considerarlo en el estado en que se
encuentra y exponer lo que en mi concepto, y si han de es-
tar dentro de lo posible, tienen que ser esas bases.


1 BASES


Si base es lo que sirve de fundamento á alguna cosa
material , ó 'figuradatnte considerado ; difícil es admitir
qué haya más que una por grande que deba ser su exten-


- sida. Tan pronto corno se admitan dos ó más, cada una lo
Será de lo que sostenga, pero no (le lo que gravite sobre
las otras, viniéndose á parar en que lo sustentado por el
conjunto pueda derruirse por partes con indispensable
perjuicio de la totalidad. Creo en consecuencia que el sus-
tantivo rabia de- verse usado en plural. No desconozco, sin
embargo , el si volet mus de Horacio; y siendo cierto que
el uso lo quiere, admito el plural aunque al mismo tiempo
tenga


- que admitir la distincion entre base floidonental
otras que no lo sean., con cuya locucion vendremos á decir:
ideológica y filológicamente, pndamentobocio:mental
que nadie dejaria .de rechazar si así lo oyera ó viese escrito.
No se trata de hacer la Constitucion y sí sólo de conve-




20


nirse en las que deben ser sus bases: lo primero, hay que•
reconocer que se eleva á lo imposible, estamos convenidos
en evitarlo ; se cree posible lo segundo, pero me parece
tan imposible como lo primero, porque es igual. Tan pronto
como se admita el plural , tan pronto como se quiera llegar
á tratar de los que han de considerarse supuestos necesa-
rios para el buen régimen y administracion del Estado, se
dará en la necesidad de tener que comprenderlos todos, y
abstraccion hecha de la forma plástica legal , lo mismo •
será hablar de bases que de artículos de la Constitucion..
Véase pues, como es sumamente interesante la cuestion
sobre el uso de las palabras: el establecer las bases es tan
imposible como el hacer la 0072,8tituciol, y el único medio
verdaderamente eficaz para salir de la dificultad es el de
empezar por hablar rectamente, y al efecto abandonar el
plural y atenerse al singular. Intentemos lo posible: las
fuerzas que á realizar lo imposible se dedican , siempre re-
sultan perdidas; no perdamos, pues, ni el tiempo ni el
trabajo en procurar realizar lo irrealizable.


Empiécese por considerar la situacion en que nos en-
contramos : tenemos una Monarquía, un Rey que ha subido
al Trono, proclamado con general aplauso Rey constitu-
cional ; este es el punto de apoyo no tenemos otra cosa:
todas las Constituciones que se han sucedido desde la.
muerte de Fernando VII están abolidas, desechadas, recha-
zadas por unos ó por otros, ninguna puede servir de ban-•
dera sino á muy exiguas parcialidades ; bastará que cual-
quier partido proponga una para que todos los otros icen
su bandera en contra; si no lo es, raya en lo imposible


.acudir á otra
- nueva: ¿cuál es en tan apurada situacion el


recurso que nos queda? Me atrevo á presentarlo como fácil
r y sencillamente hacedero, por más jactanciosa que se su-
ponga semejante pretension.


En la moneda, y orlando el busto del Monarca, aparecen
-grabadas estas palabras: «A lfonso XII, Rey de España:»
pues grábense en el reverso las siguientes: «La potestad de
hacer leyes reside en las aórtes con el Rey, que tambien
tiene la de hacerlas ejecutar por medio de sus Ministros
.responsables:»


He aquí la verdadera base, el verdadero fundamento,
si se quiere hablar al uso, la base fundamental, que tiene
y no puede menos de ser 22,nica , y • admitida por todos los
que se ,


declaren monárquico-constitucionales, no efímera
y pasajera, sino constante y duradera, cuanto lo sea el
-sistema constitucional. Todo lo demás es depuro accidente
y de conveniencia, segun las circunstancias, variable ó
modificable, conforme la conveniencia lo vaya exigiendo;
en una palabra, sujeto á la precisa necesidad del progreso,
si bien sea indefinido, como lo es la perfectibilidad humana,
que nunca ha de llegar á la perfeccion. A muchos parecerá
demasiado aventurada esta proposición ; pero no se me
niegue la razon hasta despues de haber conocido el razo-
namiento, si bien para exponerlo me vea obligado, muy
á pesar mio , á recordar algunos de los llamados principios
de Derecho público.


Cuanto se refiere al buen régimen de los Estados, se
comprende en las ideas de establecer lo bueno y ejecutar
lo establecido : en esto consiste la plenitud del poder ; ni




23


existen ni pueden existir por consiguiente más que estas
dos potestades: reunidas forman el absolutismo ; el sepa-
rarlas no tiene más objeto que el evitar el abuso por dema-
sía de atribuciones. Si pues dos son las únicas partes del
todo, dos tan sólo pueden ser los miembros de la division:
y en efecto ; dos, ni más ni menos, son los poderes que
pueden admitirse: el legislativo para establecer, el ejecu-
tivo para ejecutar. ¿Que es, pues, el Rey ?,La union de los
dos y parte sustancial de cada uno. No puede existir la ley
sin la sancion real ; no es posible ejecutar las leyes sin la
intervencion de los Ministros responsables ,. 4iie el Rey
nombra y separa libremente. Si pues el Rey ni legisla ni
ejecuta por sí sólo , el.Rey ''reina y no gobierna; y hé aquí
el fundamento , la razonde su irresponsabilidad , que nece-
sariamente recae en sus Ministros desde el momento origi-
nario, desde la aceptacion del cargo, en la que se com-
prende hasta la de su mismo nombramiento. No creo que
se necesite más para justificar la primera parte de la pro-
posicion , á saber : que en la base propuesta se comprende
todo lo sustancial del sistema representativo , y voy á ocu-
parme de la segunda.


Establecido, constituido el poder en su plenitud, y aun-
que con la separacion conveniente, todo lo demás es de pu-
ro accidenté, y siempre por lo mismo sujeto á lo concreto,
á lo circunstancial, á las condiciones, á las necesidades por
las cuales la Nacion ó Estado vaya pasando en todo lo que
constituya su modo de ser en religioso, moral, político y
hasta en las mismas relaciones internacionales: todo lo de- 1,
más, por consiguiente., debe considerarse dentro de lo que


estrictamente se comprende en la idea general de legisla-
cion : -.tódo . debe ser objeto de las leyes y ser establecido por
la potestad legislativa, sin exclusion en manera alguna al
modo de aplicar y ejecutar las mismas leyes, y sin necesi-
dad de ese otro miembro de la division, por unos rechaza-
do y por otros admitido, llamándole poder judicial, que no
es ni puede ser otra cosa que el medio de ejecucion y por
consiguiente uno de los brazos del poder ejecutivo.


¿De qué sirve consignar en la Constitncion , ó si se quie-
re como bases de ella, todo eso que se supone fundamental?
De nada bueno, y sí dé mucho malo. De que siempre este-
mos viendo lo que veía el poeta y á la par grande esta-


atropellarse ~eras las leyes, y llamarse virtudes los
delitos.


En todas las Constituciones posteriores á la del año doce
se hallan admitidas- las dos Cámaras; cuantas veces ha sido
necesario establecer lo qe'ne se supone más' interesante se
ha leg


islado por una sola. Todas las Constituciones consig-
nan el derecho de imprimir y publicar libremente las ideas
sin prévia Ceil819.1; pero es preciso añadir : sin perjuicio de
las recogidas, embargos, suspensiones, supresiones;snjecion
de los delitos de imprenta á los consejos de guerra, y á mayor
abundamiento de la partida de la porra. Es inviolable el do-
micilio del cindadano espaZol, salvo sea que lo dejen no sólo
sin casa, sino hasta sin el lecko conyugal cuando haya-qUé
alojar tropas U; otra necesidad por el estilo.


_Yo se cobrarán más contribuciones que las votadas por las
Córtes , prescindiendo de las extraordinarias, de los antíci-
Pos de los empréstitos forzosos, de la exaccion de bagajes,




raciones ybde-todo lo que quiera pedir cada uno de los jefes
'militares, ,


desde el general hasta el. 'cabo de escuadra.
ningun ,


«pozo?, se le puede obligar, fijar variar su
domicilio: no . podemos prescindir del Habeas- popus , pero
tampoco de las Baleares , las Canarias, , las
.Piik:pinas y., las Marianas corno medios de gobierno.


Inmovilidad judicial,— Esta sí que es la garantía de
las garantías; esto sí que es fundamental ; y para darle
más fuerza lo expresaré con la fórmula conditio sine qua
neih .19,1yQ.:


- sea que los Ministros la consideren en suspenso,
tosta deslíes de haber colocado í todos sus protegidos,
que'dprigr establezcan las reglasque más les faciliten el
medio de variar todos los Jueces y. Magistrados conforme
su política.


¿Quién no se entusiasma:, quién no, llega hasta el éxtasis
político al considerar la armónica combjnacion de juzgar
4,sus iguales y ser »bogados pox ..ellos? LOS miles de pacíficos
ciudadanos perseguidos y encausados por no poder ó no
querer concurrir al ejercicio de derecho tan apreciable ; los
no pocos ú. quienes he oído «clamar: «Prefiero:sufrir la
pena. que me impongan por la no asistencia , c la que yo me
!e de imponer al sentenciar sin conciencia ,Ples lo 2bLiC0
que la tengo es que no .se hacer lo que se me exige.»


Tenemos constitucionalmente abolida la COViSCaCi071; pe-
ro esto, sin duda, no se opone á que entre mullas y papel
sellado, que todo ello va á parar al fisco, se consuma cuan-
to tenga el procesado. ¿Mas quién se atreverá á negar la
igualdad ante la ley? Tan sólo el que. al considerar las pe-
nas pecuniarias se acuerda de que, lowciedad se compone de


pobres y ricos. DispUta.se mucho, y hoy casi puede tomarse
como lema de las banderas: gti : distinguen diferentes Mu-
dos, sobre si ha de ser ó no base lo concerniente á la reli-
&ion la unidad religiosa, y sobre la forma en que ha de
aparecer consignado en la. Constitucion. Pero nadie se
atreverá ,á-tener por ilícito que:en:pleno Parlamento espa1ol
se-niegue la pureza de Afaria -Sanasima y la divinidad de
Jesucristo, puesto que en :manera alguna podemos atacar
la inviolabilidad del Diputado!


Y la Soberanía nacional? Esta excelsa señora se merece
toda clase de consideraciones , respetos y acatamientos:
sin embargo, debe estar expuesta á frecuentes enajenacio-
nes mentales, pues sus más próximos parientes, afinados,
cognados y afines, repetidas veces, en consejo de familia,
han determinadó sujetarla á la curatela exemplar.


¿Y cuáles la verdadera causa de estas y otras muchas
constantes contradicciones? Que cada una de esas materias
es demasiado' -complexa para que pueda sintetizarse :en una
sola fórmula, en un solo artículo; que el asunte 'de cual-
quiera de ellas no ha salido todavía del estado de discusion,
de controversia; que cada partido, cada fraccion , cada in-
dividuo las quiere formular ó interpretar. de modo;
que no habiendo llegado á constituir principiosrecontcidos
por un asentimiento general, es forzoso al querer sobreellas
preceptuar, proceder analizando, distinguiendo, fijando los
limites de los conceptos y hasta el significado de las voces:
y hé aquí tambien demostrada la segunda parte do la pro-
posicion : todo lo que no se comprende en la-fórmula pro-
puesta en la única base, en la verdaderamente fundamen-.




26


tal , es puramente accidental y contingente., y hasta de
imposible realizacion por el sistema emprendido; y como
nada hay que sea peor que lo imposible, deséchese por malo
y adóptese lo bueno. Acéptese lo propuesto; lo que. por todos
los que se declaren monárquicos constitucionales tiene que
ser reconocido como principio indiscutible ; lo que no exige
abdicacion de ningun género, ni siquiera transaccion:; lo
que á todos deja en actitud completa de defender sus prin-
cipios, sus doctrinas dentro de la esfera legal ; lo único
que puede constituir lo que ha dado en llamarse legalidad
corturt.


Pero' ¿ cómo se llega á establecerla, cómo se cimenta le-
galmente la legalidad , cómo se resuelve esta dificultad?
_Ah! Ocasion propicia de resolverla se ha presentado, pero
no se ha aprovechado. Si el dia 14 de Enero último hu-
biera aparecido en la Gaceta la Constitucion del Estado!
O como hasta hace poco se decia de la Nacion española , la
unánime voz del pueblo, el grito universal de viva el R,ey
constitucional la hubiera legalizado! Deploramos amarga-
mente, reconocida la alta ilustracion y prevision política
del Gobierno , que desaptóvechara, aquel oportuno medio,
y busquemos otro. ¿Quién legaliza la legalidad? Probable-
mente se contestará : las Córtes. Pero esto es incurrir otra
vez en el defecto lógico de presentar por razon la misma
dificultad. ¿Qué Córtes, con qué carácter, con qué con-
diciones? ¿Han de tener atribuciones de constituyentes,
han de poder discutir la Monarquía y la legitimidad del
Rey que ocupa 'el: Trono? Esto es simplemente absurdo : en
términos de poderse presentar como uno de los medios de


9 7


argumentacion para confirmar la primera proposicion de
las asentadas, las Córtes no pueden ser constituyentes por
la sencilla razon de que la Nacion, el Estado está consti-
tuido. Si no cónstituyentes tienen que ser ordinarias, pero
¿con arreglo á qué Constitucion? ¿Por ventura hay alguna
que se pueda considerar vigente? Y la ley electoral ¿quién
la establece legalmente? Concretemos para determinar
Más los conceptos.


Supóngase que la Comision nombrada en la reunion del
Senado llega á convenirse en las bases y hasta en la ley
electoral; que las presenta; que por unanimidad se aprueba
su proyecto , y que el Gobierno lo acepta. Todo ello resul-
tará, que como fundado en una convencion, sea obligatorio;
pero á quién?- á los convenidos? Y á los demás, ¿con qué
derecho se les impone? No habrá otro que- el de la fuerza,
y es preciso convencerse y reconocer de que nunca es esta-
ble ni duradero el derecho de la fuerza ; por lo que para
todo es preciso buscar la fuerza del derecho.


¿Qué remedio queda? ¿Cómo puede resolverse la dificul-
tad? Luchando con el miedo de incurrir en jactancia ;. y el
valor con que siempre he expuesto mis ideas y convicciones,
me, decido á presentar el que me ocurre, como único de sa-
carnos del conflicto. Si es imposible proceder legalmente á
unas elecciones porque no hay ninguna ley electoral vi-
gente, y porque la que se quisiera adoptar ni siquiera la
ilusion cabe. que sea por todos aceptada y reconocida ; .si es
imposible elegir legalmente los que han de ser represen-
tantes de la Nacion, resuélvase el conflicto convocando á
los que legalmente lo :hayan sido. P'órinense las Córtes di-




28


vididas en dos Cuerpos el Senado y el Congreso concur-
riendo al primero todos los que hayan sido Senadores, y al
segundo todos los que hayan sido Diputados ; fíjese en la
convocatoria que estas Córtes tendrán reducida y cencreta-
da su misión á discutir y aprobar dos únicas leyes: la de re-
lacione entTelospoderes públicos y la electoral; fíjese tam-
bien , por último , que los concurrentes (que naturalmente
Serán voluntarios) tendrán que prestar el juramento de fi-
delidad á S. M. el Rey y de reconocimiento de la fórmula
expresada como comprensiva de la única y verdadera cons-
titucion del Estado.


De este modo el Gobierno cumplirá, exactamente sa pro-
llrama ; verificando el lema de la bandera con que ha sido
proclamada la restaara,cion dé-la Afonalypula:'ALi?ONSO
REY CONSTITUCIONAL DE ESPAÑA, - DE TODOS Los ESPAÑOLES.
Y NO EXCLUSIVAMENTE'MUN PARTIDO. De este, modo el Go-
bierno dará irrecusables pruebas de verdadera imparciali-
dad , removiendo -esa imputacion esa constante tacha en
que siempre los Ministerios han incurrido de influir en las
elecciones con el exclusivo objeto de obtener su domina-
cion. De este modo el Gobierno, manifestando confianza en
sus doctrinas y principios, se presentará engrandecido:á
discutirlos y hacerlos triunfar ante toda clase de opiniones
dentro de la esfera del sistema constitucional. Por esta
misma razon debe exigirse el juramento indicado, que
nadie, que no sea republicano ó absolutista, puede recha-
zar, y que viene á constituir el verdadero deslinde de los
partidos.


Estas y otras razones que desde luego ocurren , son las


29


que me han sugerido la solucion propuesta; no llan dejado
de ocurrirme inconvenientes, y quiero proponerlos para
procurar resolverlos. El primero que se presenta es el ya
considerado ; el medio propuesto no es legal ; convenido:
no se funda en ley alguna, pero es porque en ningunaley
puede fundarse el que se adopte. De modo que si por este
inconveniente se ha de desechar, forzoso es renunciar á
todos los demás. Pero el propuesto presenta una ventaja
sobre los otros, que querernos formular en términos' técni-
cos ; si no es legal, será jurídico ; si no, se funda en una
ley, se fundará, en el derecho ; adonde la ley no alcanza
llega la convencion; y siendo.lo cierto que lo propuesto
no puede ser rechazado por nadie quese proclame monár-
quico-constitucional, por todos tendrá que ser aceptado,
adquiriendo su fuerza jurídica, si no de la ley, de la con-
vencion.


Otro inconveniente ó dificultad encontrarán algunos en
lo demasiado numerosas que serán las dos propuestas
Asambleas. No creo que cada una lo sea más que la del
Senado, y para ella más bien se ha procurado que tratado
de evitar el mayor número : además, la.ciencia enseña y
la experiencia comprueba en términos de poderse tomar
como verdad demostrada, que cuanto más numerosas las
Asambleas, son más fáciles de conducir á lo bueno, porque
más predominan los intereses generales y más se dificulta
que tomen aspecto de tales los particulares artificiosa-
mente amañados.


Es cierto que todos ó cada uno de los partidos ó fraccio-
nes existentes perderán en importancia ante el general




30 3 1


concurso de todos los defensores de la Monarquía consti-
tucional de D. Alfonso XII ; pero esto ¿no es precisamente
lo que se debe procurar? ¿A qué han venido á reducirse
los verdaderos partidos políticos? ¿Dónde están el moderado,
el progresista, el de 1c7iion liberal? Quién ó quiénes serán
los que se atrevan á abrozarse, si no 'su jefatura al menos
su dirección? ¿Cuál de las innumerables fracciones en que
se han dividido y subdividido conserva íntegro su credo?
Pues si á todas estas preguntas es, aunque desconsolador,
forzoso contestar con negaciones ¿ por qué no se ha. de
procurar buscar alguna afirmacion? ¿Y cuál inás grandiosa
que la que nos ofrece la historia contemporánea?


A la muerte de Fernando VII sedeclararon abiertamente
en lucha los dos . partidos que existian, v no han dejado de
existir: defendiendo uno la legitimidad y la libertad, el
otro la usurpacion y el absolutismo : tan definidos. estaban
los conceptos , tan. generalmente distinguidas las ideas,
que. cada uno reduje su fórmula á un nombre, y nal: du-
daba de lo que se quería decir alhablar . de‘ cristinos y car
listas: lo mismo- era decir cristino que liberales. .Surgi&
entre los cristinos la subdivision de moderados y exaltados,
adjetivos que determinaban perfectamente la idea, signi-
ficando que la cuestion , la discordancia, no se referia. á la
esencia, sino á los medios de procurarla., á la forma. al
módo de proceder ; todos •por consiuiente, en lo esencial,
en lo dogmático, sume es permitida expresion , éramos'
unos. Cuanto despues sucedió hasta llegar .á la situacion
en que • nos encontrarnos, tan sólo ha sido potente para
destruir aquel grandioso, aquel magnífico estado: y de


sus ruinas ¿qué ha surgido? Subdivisiones y más subdi-
visiones, hasta el extremo de que los ahora llamados par-
tidos políticos se reduzcan á exiguas parcialidades, tan
completamente desacreditadas, que es general y constante
la imputacion dirigida por las unas á las otras, de que su
objeto es el mando, con el único fin de gozar del presu-
puesto. ¿Por qué, pues, no se ha de procurar salir de
situaeion tan angustiosa y vergonzosa? ¿Por qué no se ha
de intentar el medio de restituirnos in iltegnam á nuestro
pristino estado? ¿Por qué no hacemos cuanto en lo posi-
ble quepa, para que el nombre de Alfonso sea lo que en-
tónces fue el de Cristina? Así seremos fuertes y potentes
para combatir y vencer á nuestros enemigos; así re.siau-
'aremos, á. la vez que el Trono constitucional, la Nacion, la


Patria, que afligida nos pide abnegacion, no abdicaciones;
union , no transacciones vergonzosas, y que por lo mismo
es muy difícil que se hagan de buena fe.


Tal vez esté preocupado; la preocupacion, segun un san-
to filósofo, consiste en que la voluntad se determine ántes
de la necesaria deliberacion del entendimiento: no sé si por
falta de deliberar incurriré en tomar por real lo puramente
ilusorio; pero si así es, sinceramente lo confieso, no puedo
más, ni en el estado en que se encuentra mi entendimien-
to, desechar la íntima conviccion de adoptada la fórmula
propuesta, y conduciendo su realizaeion por los medios in-
dicados, había de llegarse al bien apetecido por todos los
buenos españoles.




IV


MIS IMPRESIONES


Ya que el lector conoce las ideas expuestas anteriormente
sobre La Legalidad comun; ya que gracias á la inmerecida
distincion con que siempre me honra el autor del opúsculo
político que motiva la presente publicacion , hemos podido
apreciar la importancia de las cuestiones de derecho pú-
blico que entraña, la riqueza de ideas, la fecundidad de
pensamientos, la sencillez y naturalidad de estilo emplea-
dos para expresar los fundamentos de su opinion, séame
lícito, en justa compensacion de la gran responsabilidad
que gustosamente he contraido , amplif ca p algunas ideas,
y al emitir una opinion, puramente propia, formular una
peticion.


Como comprendo que el hombre que no teme el fallo de
la opinion pública, 6 es my gragid,e 6 gincy cínico, ruego al
lector que, considerándome muy , y dispuesto


3


1




34


siempre á no incurrir en el grave delito de los presuntuo-
sos, me disculpe si no soy todo lo imparcial que deseo, por-
que no siempre sabe uno serlo; así como no siempre es uno
sincero con los demás, porque ni km consigo mismo lo es
en muchas ocasiones.


Hecha la anterior protesta realicemos el cumplimiento
de un sagrado deber.


Una de las causas que me impulsaron á recoger el ma-
nuscrito y publicarlo, fue el convencimiento profundo que
me inspiró su lectura; es decir, la íntima conviccion de re
no está la dificultad en comprender, sino en atinar. Hay en
este punto una particularidad muy digna denotarse, y que
tal vez no ha sido observada, y es que muchas verdades
no son difíciles en sí, y que sin embargo á nadie se ocur-
ren sirio á los hombres de talento. Cuando éstos las presen-
tan ó las hacen advertir, todo el mundo las ve tan claras,
tan sencillas, tan obvias, que parece extraño no las haya
visto antes. Esto recordará la sorpresa que produjo el plan
de Sobieski cuando despees de demostrar las faltas cometi-
das por los turcos al atacar á Viena, echando una ojeada
sobre el ejército enemigo, dijo : « es mio , está mal acampa-
do;» ó cuando Aníbal en la víspera del combate naval con-
siguió por su. astucia un glorioso triunfo. Pues estos pen-
samientos, verdaderas inspiraciones del momento , revelan
que el talento consiste muchas veces en ver una relacion
que está patente, y en la cual nadie atina: ella en sí no es
difícil, y la prueba está en que tan pronto como alguno la
descubre- todos la ven sin esfuerzo y hasta se admiran de
no haberla advertido. Algo de esto puede ser que acontezca


3.;


ai o. hoo lo los hombres políticos, no bien sean leidos los
- anteriores artículos.


o ;.s. titacion Bases: Hé aquí lo qué preocupa en estos
:momentos á .


• nuestros hombres políticos : lié aquí los dos
objetivos hacia los cuales se concreta el pensamiento para
hallar la fórmula de una legalidad, coman á todos los sin-
ceramente monárquico-constitucionales.


Estudiando una y otra vez cuanto sobre Constitucion y
bases queda expuesto anteriormente, he procurado que mi
imaginacion no se ofusque ante la originalidad de la fór-


•,niula propuesta, intentando percibirla con claridad, exacti-
tud y viveza para poder juzgar con verdad discurrir con
rigor y solidez. Al corregir las pruebas que el cajista colo-


- cara en mis manos, me asaltó á la imaginacion el consejo
que, nuestro inmortal Ba ln les da para evitar las frívolasob-
jeciones que pudiera presentar el espíritu de sutileza y
cavilacion, asistiendo con el pensamiento ala reunion que
viene celebrando la Comision de notables.


Supongamos, me decia , reunidos un gran número de
hombres célebres, los que resucitados tales como eran en vi-
da, con los mismas- talentos e inclinaciones, pasan algunos
días. encerrados en el santuario de la ciencia con amplia
libertad de ocuparse cada cual en lo que fuere de su agrado.


La mansion está
• preparada como tales huéspedes se me-


recen : un riquísimo archivo, una inmensa biblioteca, un
museo donde se hallan reunidas las mayores maravillas de
la naturaleza arte ; supongamos que allí están Gon-


- zalode Córdova., Cisneros, Richelieu, Cristóbal Colon, Her-
nan-Cortés., Napoleon , Tasso , Milton , Boileau, Corneille,




36


Racine , Lope de Vega , Calderon , Moliere , Bosuet, Masil-
Ion , Bourdaloue , Descartes, Malebranche , Erasmo, Luis
Vives, Mabillon , Vieta , Jermat, Bacon , Klepero, Galileo,
Pascal, Newton, Leibnitz, Miguel Angelo, Rafael, Linneo,
Buf fon y otros que han trasmitido á la humanidad su nom-
bre inmortal.


Dejadlos que se hayan hecho cargo de la distribucion de
las piezas, y cada cual haya podido entregarse á los impul-
sos de su inclinacion favorita. El gran Gonzalo leerá con
preferencia las hazañas de Escipion en España, desbaratando
á sus enemigos con su estrategia, aterrándolos con su valor
y atrayéndose el ánimo de los naturales con su gallarda
apostura y conducta generosa. Napoleon se ocupará en el
paso de los Alpes por Aníbal en las batallas de Cánas y
Trasimeno , se indignará al ver á César vacilante á la orilla
del Rubicon , golpeará la mesa con entusiasmo al mirarle
cuál marcha sobre Roma, vence en Farsalia, sojuzga el
África y se reviste de la dictadura. Tasso y Milton tendrán
en sus manos la Biblia, 1-Tornero y Virgilio: Corneille y
Racine á Sófocles y Eurípides : Moliere á Aristófanes , Lope
de Vega y Calderon : Boileau á Horacio : Bossuet , Massillon
y Bourdaloue á San Juan Crisóstomo, San Agustin , San
Bernardo ; mientras Erasmo, Luis Vives y Mabillon estarán
revolviendo el archivo, andando á caza de polvorientos
manuscritos para completar un texto truncado, aclarar una
frase dudosa, enmendar una expresion incorrecta ó resol-
ver 'un punto de crítica.


Todos pensarán , todos juzgarán , y sin duda que sus.
pensamientos serán-preciosos y sus fallos respetables. Pero


37


¿se entenderian unos á otros si se hablasen los de profe-
siones diferentes ó discutieran sobre Una fórmula política
dada?


¡ Plegue al cielo que en la Comision haya homogeneidad
de ideas que produzca la verdadera fórmula, y estimá,ndola
todos los individuos que la componen, resuelvan con su
gran talento el árduo y difícil problema, cuya solucion les
está encomendada!


¡ Plegue al cielo no les suceda lo que á. los sabios resuci-
tados,


, que lo .que el uno veia no acertaba á verlo el otro;
que lo que el uno apreciaba con admirable tino, el otro lo
juzgaba disparatado; lo que el uno miraba como inestima-
ble tesoro, el otro lo consideraba cual miserable bagatela!
Y esto ¿por qué? ¿Cómo es que grandes pensadores discuer-
den hasta tal punto? ¿Cómo es que las verdades no se pre-
senten á los ojos de todos de una misma'manera? Es que la
verdad pertenece á órdenes diferentes cuanto lo son la na-
turaleza de las cosas, porque la verdad es la misma reali-
dad: tal ha sido una de las impresiones adquiridas al pen-
sar en la fórmula de LA LEGALIDAD COMUN : tal es mi pre-
sentimiento, porque cada individuo posee su criterio para
juzgarla.


Todos sabemos, ó creemos saber, que el pensar bien con-
siste: ó en conocer la verdad , ó en dirigir el entendimiento
por el camino que conduce á la realidad de las cosas, que es
lo que constituye la verdad misma. Pues si existe el gran
fenómeno de que dos hombres, mi amigo y yo, proponemos
la solucion política que motiva la publicacion del presente
opúsculo, y en el salon del Palacio de María la Gloria están


OVICA


O e- 1-




3938


reunidos, por ejemplo, Mr. Guizot, P. Rossi, Condillac, ion-.-.
tesquieu, Delolme , Blackstone, Chateaubriand, Dannau,
Tocqueville, el Doctor Marina, Sempere, Moron, Tapia, La
Fuente , Victor-Du-Hamel , me aventuro á creer que aun-
que todos reconocieran la bondad científica de la fórmula,
al considerarla bajo su distinto criterio político no todos la
considera.rian conforme al progreso de las ideas liberales,
no todos la juzgarian como verdadera solucion, por motivos
que el lector no desconoce en su ilustracion.


Concreta mi atencion en el manuscrito de mi amigo,.
observo, y no puedo ménos de reconocer y declarar firme-
mente convencido, que la simple lectura de aquel impor-
tante documento me entusiasmó ; pero al detenerme en su
estudio para prepararlo á la publicidad, me he afirmado más-
y más en mi primera opinion, en mi primera creencia, y
como cuanto más nos encariñamos con una produccion.
científica, tanto más suele excitarnos el deseo de engran-•
decerla,. Sin embargo, no puedo ménos de reconocer y
lamentar la falta de amplitud y desarrollo de algunos pen-
samientos, la demasiada .concision de que adolecen otros,.
el abandono y el desaliño de algunas ideas.


Pero prescindiendo de examinar bajo el aspecto severo


de lá crítica científica y literaria el opúsculo político, por-
que, repito, que ni puedo, ni tengo autoridad científica,
ni ilustracion necesaria al efecto, permitaseme al ménos
interrogar: ¿Por qué al enumerar mi amigo las ventajas.
de su proyecto no habrá presentado, entre otras, la que
resulta de evitar unas elecciones imposibles en el estado
actual de nuestra España, que asolada por una guerra que-


nos arruina y deshonra, ño permite verificar una eleeciou
general , de Diputados á Córtes?


¿Por qué habrá pasado -desapercibido á su claro talento
el tiempo que se ganaria con la realizadora de su proyecto,
siendo evidente que por más que se. apresuren la Comision
de notables en formular las bases, la Junta ó retmion de
todos los ex-Diputados y ex-Senadores en aprobarlas y el
Gobierno en aceptarlas , al decretar y verificarse las elec-
ciones , para cuando llegue tan deseado dia, adoptada la
solucion propuesta pueden estar ya deliberando los anti-
guos 'representantes del país?


¿No será también una. inmensa ventaja, particularmente
para el Gobierno , rechazar por -ese medio tan terminante
la imputacion de que con el-decreto sobre imprenta y acep-
tando á la par la reunion en el salon del Senado de los
monárquico-constitucionales, lo que ha procurado es pre-
sentarse decidido partidario de la reunion de las Córtes, y
al mismo tiempo quedar en posicion de imputar á otros la
culpa de su tardanza? ¿No faltará quien critique á mi ami-
go .de haber sido demasiado conciso en la parte referente á
la proposicion de que las Córtes no se ocupen más que de
-dos leyes? Pero en mi humilde opinion, semejante propo-
sicion , ciado el estado actual de nuestra política ,...encierra
m' Inundo de ideas teórico-prácticas y el medio de superar
inconvenientes que deben evitarse. Si las Córtes no tienen
limitadas sus facultades de accion , el tiempo de su dura-
cion será ilimitado y acontecerá lo que generalmente su-
cede y lo que prácticamente vemos hoy en Francia, exis-
tiendo además el gran,kscollo de que todo se estrelle, de




44


que la Cámara no pueda; disolverse hasta que finalice su mi-
sion ; y como esta es ilimitada-, ilimitada será su duracion,
como ilimitada lo es en Francia como ilimitadas han sido
generalmente muchísimas de las Córtes que anteriormente,
se han celebrado en España, habiéndose apelado hasta el
extremo de ametrallarlas ó de arrojar á culatazos á los
representantes de la patria.


En este mismo concepto se comprende la razon de que
sólo sean dos exclusivamente, ni más ni menos, las leyes
encomendadas á las Asambleas propuestas :


Porque son las más interesantes, hasta el extremo
de que la electoral es de absoluta necesidad, y la otra in-
dispensable para la determinacion de los poderes.


2.° Porque siendo de absoluta necesidad que .en la ley
de relaciones entre los poderes se determine la constitucion
del Senado, porque mal puede conocerse su relacion
se fija su existencia; si llega á admitirse que la segunda
Cámara participe algo del elemento popular por medio de
la eleccion, indispensablemente habrá de llevarse el con-
cepto á la ley electoral, resultando entónces que las dos,
aunque distintas, estén íntimamente relacionadas , que
tengan que encontrarse reunidas en una, siendo recípro-
camente la una el complemento de la otra.


3.° Porque no se pierde tiempo; pues si sólo se propu-
siera una ley, mientras se discutia en una Cámara, la otra
tendria que estar cerrada 6 en suspenso, lo cuaba() es parla-
mentario, y siendo dos, pueden marchar simultáneamente
hasta'


su conclusion.
Por último, permítaseme descender á un detalle que sin.


duda mi ilustre amigo lo ha despreciado por insignificante
y de pura ritualidad : el lector en su ilustracion no podrá
menos de comprender que aludo al acuerdo que cada una
de las Asambleas tiene que tomar para determinar su modo
de proceder. Respecto del Congreso, sin dificultad podria
adoptarse que el primero de entre los Ex-Diputados pre-
sentes ocupe la silla de la Presidencia , y declarando abierta
la sesion, disponga que por el Oficial mayor de la Secre-
taría se lea la lista de los presentes, y terminada la lectura
y constituyéndose inmediatamente la mesa por edad, se
proceda por medio de una simple votacion á determinar
cuál de los diferentes Reglamentos conocidos debe regir.


En cuanto al Senado, la mesticia ofrece más dificultad,
pues desde luego se presenta la de si el Presidente y Vice-
presidente ha de ser nombrado por el Rey, segun lo esta-
blecido por íos artículos 31 de la Constitucion de 1837 y 30
de la de 1845, ó si, segun lo dispuesto por el art. 45 de la
de 1869 en la tercera de las facultades otorgadas al Senado,
este alto Cuerpo al constituirse nombra su Presidente y
Vicepresidente : francamente, y sin más razon que la ley
de las mayorías, podria adoptarse lo primero.


Tales son las sencillas observaciones que me permito
consignar tan rápidamente como suelen agolparse los pen-
samientos al brillar de repente esa luz instantánea que
ilumina nuestro entendimiento.


Al finalizar, ya que no vivimos en aquella época, en la
cual, como acontecia en Egipto, la ciencia estaba encer-
rada en el Colegio de los Sacerdotes, y en Atenas y en
Roma en las escuelas, sino que hemos alcanzado los tiem-




42 43


pos de elaboraciou intelectual, de reforma y de trabajo
comun, en que cada uno de nosotros debe llevar su piedra
al edificio, séame lícito reclamar del público me disculpe
si, alentado de un noble propósito, doy á la prensa ideas y
pensamientos que en los artículos Constitucion y Bases
resuelven una gran dificultad.


Podrá ser, y preveo se rechace por algunos políticos, las
ideas consignadas en los artículos II y III del. presente
opúsculo, porque la doctrina que se sostiene no será la de
moda, ni la que prevalezca, en el pensamiento, ni en la
siempre ilustrada opinion de los 9w,eve i¿otablo que consti7-
tuyen, la Comision encargada de formular las bases que han
de dar resuelta la f6.2nula política. Podrá ser que nuestra
solucion carezca de autoridad; pero ¿podrá objetársenos
que sostenemos un absurdo? La autoridad por sí sola, en
mi humilde opinion, no debe ser una razon, y' me confir-
mo Más en esta creencia cuando veo que las verdades más
importantes y las más fáciles de adquirir al mismo tiem-
po, porque inmediatamente afectan nuestros sentidos y
nuestros intereses los objetos sobre que recaen, han sido
por mucho tiempo ignorados , al paso que han usurpado
su lugar los más groseros errores; esta es una imp•uion
más de las que me produjo el opúsculo político que sobre
Constitucion y Bases doy á conocer al público., Por esta
razon , sin duda , decía Ciceron que no ha habido error
alguno que no, haya sido definido por algun filósofo, y
Volney ha puesto al frente de una de sus mejores obras la
máxima importante de que el principio de la sabiduría
consiste en saber dudar.


Con efecto, la atraccion de los cuerpos ha sido descono-
cida hasta el tiempo de Newton, ,sin embargo de que todo-
en el mundo es atraccion, ó por mejor decir, amor, segun
el sistema de'Pitágoras. La gravedad del aire, de este flui-
do que respiramos, que es nuestra vida, que forma en nos-
otros, Si cabe valerme de esta comparacion , una lámpara
vital que continuamente arde dentro de nosotros mismos,.


.. tia sido igualmente ignorada hasta Gali leo, ó más bien has-
- ta su discípulo Torricely. kl nOn pías ultra de los antiguo&


nos manifiesta la idea equivocada que ellos tenian respec-
to de los límites de la tierra. La existencia de los antípodas •
fué combatida generalmente y hasta condenada por San
Agustin y otros Padres de la Iglesia : Cristóbal Colon, al
proponerse los descubrimientos del Nuevo-Mundo, tuvo
que luchar con tanta constancia como inutilidad con la re--
pública de Génova, su patria, y con las Córtes delnglater-
ra y Portugal, y todo ¿por qué? Porque no se reconocia una
cosa y una le- tan fácil y comun hoy como es la gravita-.
cien de los cuerpos hácia el centro del Universo:: .¿Qué:mii-
cho, pues, cine á la vista de tantas equivocad:6nel, de l tan-.
tas inexactitudes y errores como se han padecido por mu-
cho tiempo en materias tan obvias, nos atrevamos nosotros.
tá, dudar porun momento de las ponderadas .fórinnlas que
oimos pronunciar todos los dial respecto á solio política,
á Constit•cion y bases, cuando si hoy damos á la prensa
una idea de fácil realizacion, es un pensamiento más ó me-
nos feliz, una combinacion más ó menos aceptada por los
que lean las presentes páginas? ¡Felices nosotros si por
medio del presente folleto contribuimos en algo á.esclare-;


1




45


44


cer y disipar las nebulosas dudas que en estos momentos
se presentan en las esferas del mundo político! Y mientras
los hombres juzgan y condenan, recordemos aquellas pa-
labras de un creyente que Mr. Lamennais, hablando del
pasado y de la actualidad, dice : «El Poniente está neyro,
mas el Oriente empieza, á blanr•uear;» palabras que son pro-
pias de un apóstol, de un mártir; palabras que rebosan con-
viccion, y cuyo eco es la voz del harpa misteriosa y triste
del bardo que hacía llorar hasta las piedras en las monta-
ñas de Morven; palabras que parecen pronunciadas por los
labios de los profetas que anunciaban mil desastres con la
servidumbre de los reyes y á los pueblos que se separaban
del camino de la justicia.


Feliz yo si dando á conocer un manuscrito, de gran
estima en mi humilde opinion contribuyo por este medio
á esclarecer y disipar las nebulosas dudas que en estos
momentos se ciernen en las esferas del mundo político ! Y
mientras el horizonte no aparezca iluminado por el iris de
paz que tanto y tanto ansía nuestra amada Patria; mien-
tras una y otra ola se levanta en el borrascoso y agitado
mar de la política, peleemos todos sin tregua ni descanso,
sea nuestro dormir siempre velar por el bien de nuestro
Rey D. Alfonso XII , por la dicha y ventura de todos los
españoles, sin distincion de matices, porque todos somos
hermanos, hijos de una misma madre, ciudadanos de una
misma Nacion. Confiemos que ,


zi hacia el Poniente está
negro , en el Oriente empieza á brillar la rosada aurora de
la paz. Al menos esta es mi última impresion. Y cuántas
esperanzas no envuelve ! Encierra todo el porvenir de


España la proximidad del dia en que unidos todos por la.
paz, la justicia y la confraternidad, la. Europa culta, no
sólo continuará respetándonos y considerándonos cuanto
tiene derecho á ser respetado un país, sino que admirará
una vez más el poder y la inteligencia de España.


Juan. L.opez Serrano.


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Et.'


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Mndrid 15 do Junio de 18"75.




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CATÁL_OGO
DE LAS OBRAS ESCRITAS POR DOCTOR EN JURISPRUDENCIA Y ABOGADO


DEL ILUSTRE COLEGIO DE MADRID, DON JUAN LOPEZ SERRANO.


sibvin.—Novela inglesa, compuesta de dos tomos, traducida
del espariol y publicada en el periódico político 111 Tiempo.


Una familia parisien.— De Mr. Hippolite Audeval , un tomo,.
traducida y publicada en el mismo periódico.


Folleto sobre Política y Iteligion.— 1880.
Idem titulado Roma, El Pontificado y Pio 50.— 1862.
Idem titulado La Itevolucion y La Propiedad.-1872.
.011iscelOnea, compuesta de artículos jurídicos, publicados en la


Revista de Legislacion, y Jurisprudencia.
Coleccion de artículos literarios, religiosos y políticos é histó-


ricos, publicados en el Pabellon, Conservador, Siglo, Tiempo, Raya
Latina y en la Flor de Lis.


Juicio imparcial sobre los bienes eclesiásticos, dedicado al clero
e spa hol .


DISPUESTOS 1 SER IIIIPItr2SOS.


Estudios político-filosóficos sobre la ciencia del Derecho,
compuestos de dos tomos, sobre Filosofía del Derecho; de otros
dos, sobre Derecho Internacional, y de seis, sobre Legislacion Com-
parada. Obra dedicada por el autor al octavo falo de la Facultad
.de .Jurisprudencia..


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