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l\fEl\IORIAS CONTEIIPORANEAS.






"' f))\tf'
~ .. MEMORIAS CONTEMPORANEAS


o SEA


COLECCION HISTORlCA.
de sucesos de nuestros dias, principnlml'llte los rebtivlls á la.


grandes escenas }'oliticas de 'Il'e Espaüa ('s tealro de 30 ailOs ;Í
esh parte, A P rj ~ T 1,; S de sus ¡4uert'as, revolucioues y go!¡ier-
DOS 'Iup. en elbs se hall sllceu:do duraute !'ste periodo, .NO-
TOTterAS HIOCHAF1CAti ae Illuchos de los persollages
que en el mislllo espacio han figurado, y de su vida pública.
CO~DUC T A 'fue han teuido, opilliones que han representa-
do; y \'lCISITUDES de UO:\lBHES y de COSAS diguns
de registrarse por todos los qne gusten estar al corriente do
la crúllica calcdoscúpica de estos tiempos horrascosos.


OBRA PERIODICA (SIN SER. PBIUODICO.l


PUl3LICA.DA.


POJa UN BJETIRADO,
QUE SIN SER MUY VIEJO, E,TA HAIITO DE VER, DE OIl,~ERV,\n,
DE SUFRIR Y DE GOZAR; Y QUE, Sl:YOS y AGENOS, CU~:1'iTA. CON


JlUENOS MATERIALES, Y CON ANECDOTAS INTER.¡';SANTES
y J;NTI\.ETENlDAS.


---.
-,


--'o.


1'01\10 l.


)fADRID:
DE l.


1853.
nOlX.


\
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\
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I·~io


.............. .-.. ~--..~_.:.A.




(w. :




ADVER TENCI.t\.


Tanto el primer ~apítulo de este Cuader.
no; como otros varios que se encontrarán en
lo restante de b obrn relativos á la revo-
lucio n de J~sllaña, son cstractados en gran


,parte de unos apuntes muy curiosos escri-
tos por un C'i'palíol .le g'ran mérito, que no
11a creido oportuno pub1icarlos en su país, y
(iue adcmas cn olra (~I)Ocn luchó con r.'randes
ohstáculos para cons('l~'lJirlo, habiendo tenido
que renunciar á su intento. Esperamos que
el lector apreciará el g'ran fondo de verdad
bistól'iea (Iue contienen, la imparcialidad de
su leng'uage y el acerta(lo tino con que falla
sohre los JlOmhees y sobre las cosas. Siempre
creemos ofrccer documentos de bastante im-
portancia á cuantos ele estos escritos ,epan sa-
car material para bosquejar los periodos de
una época tnn turbnlentn.




·" I


• ~ t. ~. \


'.


".",


.,




MEMORIAS CONTElIPORANEASp';;
.. ~MOieo.


CAPITULO,
A:\O DE fU2Q.


Rev'olllcion de :E~r.aíla de'1820.' No fue solo cfecto
de mI;} in,l1rr('cc'Íoll! mili tal\ .~~C&l1sa del de,contcrÍto'
público.~La Espaüad.e "Hh4 O(n~.ta Ja de 1808.=
Larga dfila .le goJwrnant.cs.=La Camarilla.=Chotroo.
(le decrct<?s.-:-Illl~ovaciollc~ iutrodu,~idas por ,droismo
gobic~·n6.=Arati3., amencIa de cal'actl~r y ddccto "de
sistema ·en e gobierno de:.'F~m.tido VH.=CÓ11spi1;a'.j¡
cioncs y mas dmsp\racion~s.~Desorgani~aciont!ri' el:
ejl'·rcito.=Espedicion proyecta,la' de A:r~lcr~ca y S~l lU~"'¡
la di)'(·c(,;",J.~rriJIlel"o' sínt~ma's 'aCl' ia.Izainicnto d~ la
lsla.-nompímicnto militar. ,: .' ¡' ...' 1 ::'~


, , Ji


PARA qne «;1 sistema de':~bbie\;hb que ha regldd
~n una nacion durante un hl"¡~io\ phiodo (le: añoS:
se trastorne y pcrezca, preeiso~eg; 'qtÍe' difeÍ·er. Les"
causas mas ó' nH'nos leiaJla~ ;';-'pt>ro' qhe fQl~n;aii'
esIa:hon, havan concurrido á toiÚtlma{' su ru'ina.
T~inpo¿o' se llega ¡í'·('ste llUnlode (lestrucé~on/


sin hab'rl" el mis'mo gobierno in'cul'l'ido en gt"aví-'
simos ('1'1:o1't's. '; . . ,', '


I " El él..amen 'de las causas qu~hici.erhn estallar'




8
la" revolucion de .. &pai1a en I S 2 /), es I~ til á ···fo.
~los los gobiernos, y auh á los mismos que entre
nosotros pueden sucesivamente establacf'l'se. J~a
razones sencilla, 8Upu~sto que es Hlas faci! evi-
tar" las 'faltas cUyas caus'as se conocen:


Por no -rd~ffJnai'ló 'bien pten~an muchos
que la revolucion de Espai'ia fue únicamente efec-
to de una conspil'acion milüar: y gentes hay que
afirman que .~l llueblo estaba cOILt..~nto con el
gobierno qué entonces exis tia. InlJt'il es querer
desfigurar Jos hcchQ~. ¿ Cómo es posible que unos
cuantos miles de'descontentos diseminados en la
península hubiesen. p~dit,lo hacer adoptar, ~asi
sin oposicioJl, la :"~onsti tucioÍt dé I SI 2 , "si' las,
masasnacion~les no hubiesen aprobado ó tolera-
.lo la tentativa? .


, 'Es innegable que el ('spÍl'ilu p,ib1ico' en Es-
paña en' 18.0 se ind,inaoo á un camhio. Y no'.
decimos por esto que ,el pueblo lo que deseaba
f~~e laConstif?~:i,ori", pcl'O Iladie negará que el'
enfado pl'oducjuo por ]a ,~archa. inci~)'~a ,de, Jos,
negocios y pOI' la debilidad del gobiemo, no hu-
biese hecho desear un nuevo Ol'den de cosas. Así
es,que en 18:10 el ('spÍl'ilu púb]ico:habia llet;,a-
do á ~~l punto ~ Wle el tl'astol;no d~.l ,cst~do es-
t:u~o:~ ~oc~ cost~.), con impunidad ~ á discl'ec~~n ,
del¡1n cortq nÚI;I)~.ro demnovadoreso,. i


. , ' ' ~.. .,. '


.. ¿ ~ c6mose ,ar1?l,'góen ,el purbl?este ~~saf~c-'I
to .. p.ácia el gobierno? .. ¿ Y"por qué las, seml,l\a~ de
r~I,(;Uongerminal'.on tambi-en en cl:~iército?:


, La-España de '"18 (4 ¡'ee ibió co~, e,n t,\, ~i~sm
á'J~u Rey l'esca~~Pj,4~t:~autiver-io.! ,l~ d,Cl'sota




:9
ldemas t1e los franc('$('s,' obligados á f'VaCU31' la
pt'nínsula, cOllcUl'rió á relevar d, presti~io ue
bieuestar que á todas las, mirapas sr ofrrcia. Pe-
1'0 al 'con~cnlil' en los ,mayores sacrificios par~
conse.rv.ar la indeprndencia nacional, y al scllal~
coo sangre el amor al Rey ,cncido númrro de es-,
pañoles,crcia ll~gado el momento de in troducir.
:}l,gunas mejOl'as: discurria! tambirn que ya era
tiempp de' cont'~nel' lOSll\3]es que el favoritismo
habia producído en el,t'tl li!Jl~ l:cina(lo. ¿ Pero qu~,
sucedíp'? ,Que en lugar de, rrI)a~'ar el an t iguo edi-,
fieio de; l~, monarquia , se le soca'vó mas rn hon-,
dopara levantar sobre 511S ruinas otro (')!trra-
mente nuevo. 1.a esperirIlcia lla acrrd i tado q1,le,
la Constitucion de 181:1 era .di'frctllOsa en cuan·
to, nQ" dr.jaba al podcl' real. la fuerza ne~esaria,
Eara l'epriroh' la 'anarf\uia, y rrspccto,á que ],a
l~pl'csentacion nacional no se fijaba de modo que
la fuera dado mantenel' el e'luilibrio en't~~e lo~·.
podr¡'rs del es tado. . , (


·EI Rry no quiso rrconocer la Con¡:lilllcion,
y dec1arónulo cuanto hicieron; las Corlcs: El pre-,
h]o se conformó con la nsolucion tlel Bey; que,
en cierto 'modo se habia convcl:tido ~n ,su ídolo, I
110 solo á U,:lusa al' la persecuci'm que bailia. sU7[
friao, at' sus padecimien tos y de sn cautivl'l'io.,t¡
sino tambien ,pol'que s,u infortunio 'hrotahQ 4l'~:
mismo manantial ae males que .afli¡;lcrall á 13 n,a~:,
ciol1. Yió~e sin emhargo, con Jis?;l1sto la 1)~·i5iou.,
il~ ,losdiputados~fJ\1e mas ,c;ehahjan distinguido,:
eJ,l las dis~usi()ne$' con~litl.\~'ionales. Q¡úzá ,.algn-·
Jlj),s h~iall ',an,1.mC iado pi: ¡ nCi piQS menos. ,IJJOU á r- ,


\ ¡.: i.,:J ... )




10
quico~ j quizá no tOJM las intt'ncÍones eran igual..:
mente pUl'as; pero estas dos suposiciones no ha-
hian sido demostrada~, mientras no podia quedar
Jamenol' duda de que los pel'seguidos eran 105
mas firmes ddamores de la independencia, y que
el punto de paetida de to~a su política y de to-
das sus 0p(·raciones,. era el principio de q11e á
Fernando VII pcrteuf'cia la corona de España.
Ahol'a que ya ha pasado tieni po y que l~s verda-
des se van colocando natucalmcnte en sus 'l'es-
pectivos lugares, es hueno aecil' flue sola la cir-
cuustancia de haber estado en Cádiz en aquella
~poca, no es para decir esc1usivamente qlle con
éstar alli se contribuyó eficazmente al feliz éxito
de la gucna de lai,ndépendencia, sl'gnn en la ge-
nel'alidad ha querido persuadirse. Un gran núme-
ro de individuos concurrió á Cádiz pOl'~ntónces;
pero no eran pocos los que fueron pal'a solicitar
(j seguiL' Con el empleo que Jos escepluaba de ser-
Vil' ac tivamen te á la pa tr;a. .


, . Cádiz IHwde drci,'se que fue dlll':mte los años
de 1810, 18rr yI8I:l. una vasta Cámara mi-
lliste~'ial en qne sesolicifaban y distribuían to-
dos los e~pleos de la rtionar?uia. La E:;paña al
mismo tiempo se rrgalJa con sang¡'e de; millares
de españoles que no iban á Cádiz , quenó':sé tla-
h~n' el título de libc l'a) ('s , que no ··codiciaban
d('stíno~! que no ped;:ln l~ecomp:,nsas esclusi_vas,
qne no exigian gl'atittid no mc,'(·cid'a. Estos su-
fl'ian, combatian yrnóri'an en silencio; mientl'as
los OlL'OS disputaban, preún(lian, asedü.ban á los
niinistrós, y acababan por apoJel'al'Se de todos
os empleos .. acanles.




ti
.,' fStO nQ sea dec'ir que un r('gulal' nlímero


tle t'ntre ellos no huhie~e ido á Cádiz impelido
pOI' el de'lt'o mas puro y desinleresado de sus-
traerse 'á la dominacion enemiga y de s('l'vir á la
patria con sus consejos y con su ejemplo: pero
no por eso hemos de dt>sconocer que el número
de estos puros no formaba millares, y flue á la
sombra de patriotismo se formó un rehaño de
meritorios, insaciable en sus exigencias, y á la
luz de la razon no tan provistos como creían de
irl'ecusables recomendaciones y de títulos á la
gratitud de toda la nacion. Semejantes vampiros
no contribuyeron poco con la impudencia de su
lenguage á entibiar el afecto del verdadero par-
tido liberal, y á privar de protecto\'('s á los
fIue de buena fe los habian saludado con este
nombr('. No fue menos error el de Fernando cas-
tigando á muchos por solo haberse distinguido
en las Cortes, que el de otl'OS gobiernos libCl'ales
pal'a quienes el mayor título de recomendacion
era rl de haber estado en CáJiz.,


Por otra parte, eH anclo la nacion abando-
nada á sí misma, y no pudiendo resislir á la
opI'ésion Sino pOlo medio de esfuerzos y de 'medí-o
das estraordinarias, sucedía que todas las opi-
niones podian hasta ciel'to punto justificarse t su-
puesto que sun las ma.s exageradas, agi tando los
espíritus, habían contribuido á que se despleg:t-
se mayor porcion de energia en contra de los
franc('ses. Por 10 mismo ~ los que acons('jaron al
Rey que aprisiona5c á muchos diputados á Cor-
tN y á otros individuos notables, hubieJ"an po.




12
~iJo muy bien darle á conoc('r ~l verdadero ".esta-
po de las cosas, y lo útil que hubiera podido.
serIe pmbal' públicamente que no veia en todos
los españoh's:Jll3S que súbditos fIeles, cuya dcci-
SiOIl y amor pátrio, h~bían arrostrado con .todos
Jos sacrificios para restituirle su trono.


Si Sl'l hnpicra conduci4o de esta suerte Fer-
nando VII, hnbit>ra pagado su deuda á l.o~ cons ...
titncionale,5 v tomado ('n cuenta como debía la
-. - -


parte (Iue hahían tenido en la dc¡'rC?ta de los
ftancescs V en el ¡'escate de Sil caulivel'il). Esto
debió lt.ac~r, y no como infaustam~nle suadió,
pOllerse á la caht'zade un partido qne se habia
formado en el mismo seno de 1M Cortes, y que
supo a pl'ovechar ,su vud La para a<;Qmeter co~
encarnizamienlo al l)artido que marchaba. mas
conformt' con Jasch'cunstancias del siglo y con
~l progreso de la. ilustracion y de h& libertades
publicas.
: ,El. pueblo para r<,sislil'el (mpetu de la inva-
5ion napoleónica. se hahia acado por sí mismo,
autoridades que c(>n fl'ecu~n~ia, se ('ncQntraban
unaa opuestas á las' 'otras, y que en .rnedio,~ d,e l~
confusion y del df'80rdcn de la p~nínsuJ~ Aeacos-,
ttlmbl'at'on desde IuC'go' á no ohedt'cC'l' SÍn9. al, mas.
fuertt>. De aqui l'esnltó una especie de anarqllia;rca~
da proY,inda npmhró n~a junta (le individuo!?E'scO-
~dos en las d ¡feren tes das~s de la nobll'za ,; del clt>-
1'0, de] comercio yde Jospl'opietarios; de suerte que.
dada. junta, en miniatura, ve.nÍa á Ofl'Ccel' nna.
iDtá~f'n de las antigl1as Cortes rOl' ~slamen lo~.
j:r~~Jl. cierto (>s, qt)~ 31ll'uas' {>C l:Ol1su'vab~ ot,r~




'". t .. l
itlt'a tl'adicio1l31 (le la repr{'~('\ttacion rn Ellpaña!
• Cuántos males S~ hubieran (·"ilado (~Jl la penín-
sula si tU VI'lo df'adoplar mnchas de las bases
de la Constitllcion francesa de 1791 los dipula-
dos de C.ídiz hubiesen tenido la idea de fOI'mal"
Jas Cortes al tenol' de sistemas mas aventajados
V conformes eOIl lo (Iue la ilustl'acioJl ha·cstable":
~;do! i Inde mali lave$!


Los partidos que dividían á las Cortes, sos.
tt>nidos y propagados por los prriódicos, y las
doctrinas sembradas pOl' los franceses en cuan-
tos puntos alcanzaha su dominacion, habian pro-
ducido en los ánimos estraordinarias diveJ'gen-
cias. IJa España de 1814 no era la de 18 o 8, se-
~un se lo hicieron creer al Rey; y la autoridad
}'eal por lo mismo huhiera debido tener una gl'an·
energía, y adoplar una marcha firme y constan-
te pal'a reunir eleml;ntoi que tan opuestos ludu-:
han, y !'evalidar el orden. Pero las riendas del
t"stado pasaron por tantas manos que aun cuan-
do estas hubieran sido mas diestl'as, sicmpl'e ]os.
negocios se hubieran resentido de tan intermina-
bles mudanzas. ·Muchos fueron los suc('sivamenl~
1lamados. ¿ Quiénes eutre ellos se consrl'van en la
memoria como hombres de eSlado? Echcse una
ojeada solll'e la larga cáfila dc gobernantt's que
ha tenido la Espaua desde mayo de 1814 hasra.
!!l dia en que escribimos, y apenas se encontra-
rán tres ó cuatro nombres dignos de figurar en
un puesto tan dificil. El mismo ministro (Iue fi .. -.
m¡) r.\ ue('.\'t'lO de. 4 de mayo de t 8 14 t'n d ({lH~ ..
,e dt'clanba 11ulo l"Jo lo,q·ne hahian hecho ·.las'




14
Cortes, el mismo ministro dpcimos, que lo era
don Pedro Macanáz, fue muy pL'On to arrojado
con ignominia de su puesto, y el Rey no se des-
deiló de adquirir personalmente la pl'ueLa del
abuso que se hacia de su conflanza. (1)


(1) Don Pedro l\1acanaz, ministro de Gracia y Jus-
ticIa de] Bey Fernando des!)(1es (le su retorno de Frau-
cía, tenia cerca de sí Ulla e~pecie de ama de gobieruo,
en quien hahia depositado irllprudente y sohl'ada con-
fianza. El Hey recibía (;uulÍuuamcnte quejas de la cor-
rupcion que reinaba eH la dist.ribuciull de algullos em-
pIcos, que eran para aquella muger la base de un trá-
fico mercantil. N o diremos que el JIIiuistro lo ignorase
en parte ó 10 ignorase del tudu. En un:l oeasiolJ los in-
formes fueron tan esaetos, el sitio en quc se habia dc-
positado la suma recibida por precio del favor vcndi-
do, se indicó tan materialmente, que el Bey quiso con-
v~~ncerse por sí mismo. Seguido de un escribano 1Ia1111-
do ~ egrete, sc trasladó a casa (l.e l\'Iaea~l;¡Z y se apo:
dero de las onzas dc oro que halHan servltlo de pago a
la cOtTllpcion. El castigó respondió ú la fealdad de la
culpa, aunq llC el fru to de la leccion qucdó perdido
con grave detrimento de la magestad sovcrana. Cuan-
do el Editor de estas mcmurias, en aqllella época
proscri pto en Francia, tu \'0 noticia de este percance
ocurrido á lHacan:tz, ni sc sorprendió ni dejó de com-
padecer su desgracia, ú pcsar de quc habiendo sido
su compaiicro de infortunio en la prision que snfrió
en el castillo de Vincennes dc orden de FoucllC, minis-·
tro .. dc la policía de N a poleon, y ~l pesar de quc en
aquel calamito~o trance le prodigó todo géncro de aten-
cioncs que le hubicran debido proporcionar reconocida
retribucion, si la gratitud fueI'a mas usual cntre )05
hombres, no lc mereció luego sino frio desden, cuando
~lespues l\lacanaz en alto puesto y el Editor refugiado,
este en atcnta carta implol'ó desdc el destierro su pro-
teccion para volvcr á su pátria, y aquel ya vucIto á.
ella y en la cumbre del poder se trascordó de la es ..




io
Pero aun cuando' no se hnbicra cambiado


continuamente (le millish'OS, y aun cuando estos.
hubieran sido capact's de dar al gobierno la fuer-
za de que tan to, necesi Laba, no por eso hubieran
resultado mayores ven tajas, por la razon de que
el ministerio tenia las manos ~ Ladas. Nadie en
España ignora que existia en la corLe una reu-
nion de hombres ({ue gozaban, bajo diferentes as-
pectos, de la intimidad del Hey, y todos sallcn
tambien que á esta reunion se la designaba con
el nombre de Camarilla. Es La puede dec irse 'pIe
era la dispensadora de todos los des Linos : no
elevaba su ambicion hasta el punto de dictar de-,
cretos, ni reglamentos, ni planes de adminis-
tracioIl, y contentábase COIl disponer de los em-l
pIeos, con dárselos á sus amigos, y con lanzar
de ellos á los hombres de mérito. Los ministros
no podiap. por lo ngulal.' hacer 'llevar á e.fee to,
por aqueJlos con quienes creian poder contar,
las medidas (J.'Ie IlaLian a¡}opl~lllo: ¿ y por qué?
porque á ]0 mejor recibían orden d(' colocar á
las personas designadas por la Camarilla. Así de-


tancia de Vinccnnes y de los antecedentes que me-
diaban. j Díferellcia dc los tiempos! Así se lo hizo sen-
tir muy políticameute en 1~(~1 , époea en C[HC se lo en-
contró en un humilde tertlllian, donde siu ser ya mi-
nIstro, ni prepotente, ni prisionero, y si solo 1In os-
curo. particular, arrojaba algullos rImeles ~olJre las so-
tas y los entreses para buscar forluJla y entretener el
tiempo; ocupacion por ciei'to no tan empinada como la
de cOJ~fe~ir empleos y firmar decretos de "enganzas 1
proscn pClone~.




iG
sapuecia la r('sp'omabiJid:úÍ de opinion t"á la
cual :'i(, someten hasta los ministros de los go .....
hiernos mas despó~ico~.


En efecto t sea cual fuere el sistemaoe go ..
bi el'no de un purbJo', basta que f'ste pueblo n()
estépI'ivado de razon, para que un ministro se
:lvergiience Je haher, pOI.' ejemplo, confiado ern-
})leos de cOllfiam:.a en la hacienda púhlica á un
bribon reconocido por tal; tÍ el gobierno de una
})rovillcia ó un pu('sto elevado á un hombre des-
provisto de toda capacidad, ávido y coharde; tl
el mando de un cjrrcilo á un gl'fH'ral amhicioso,
poco delicado en los medios de (~j('cucjon y dé~­
pota por cal'aCle!'; Ó la admillistracioIl de justi-
cia á un abogado tildado de ignorancia t de v{:-
nalidad y de .vi tuperahles vicios. De sncl'te t que
ni &un esta especie de re~poJ15abilidad quedaha
f!B. España, supuesto que el que rn realidad ha-
cia elecciones tan detestahles era UIl hombn! o.'~­
cueo y desconocido, que llillgUIl ¡nf.PI'es tenia pa-
ra obrar en mejor sentido, al paso que el com-
placiente millistl'O se veia únicam('nLarrducido á
pl~estal' su firma para aulol'il.a.l' el nombra-
miento.


¿ y qué reflexiones no pl'oducil'ia ~l exámen
de los inmlmel'ables decr('tos cspeditlos por d
gobierno español' de 18.4 á 1 8 ~ f)? En vano se
habia pI'oclamado que lodo debia volver al esta-
do de 1 S08 , pues ('1 mismo gobierno fue el que
inmediat.amente ~mpezó á mll'oducit, grandes
iQ.novaciones en casi todos 10s ramos de la admi-
Jli.tracion. Se anularon diferentes disposi(iones,




17
de las Cortes: se estahleció una contribucion di.
l'ecta á la que fueron sometidos los bienes de la
nobleza y el clero: y se puhlicaron otros varios
decretos que produgeron el desafecto de las cla-
ses superiores sin contentar al pueblo, porque
los jueces nombraJos por las autoridades reales
no se conducian con la rectitud debida; porque
la contt'ibucion directa se repartia con mons-
tru05a desigualdad; porque no se tenia dato al-
guno sPgnt'O de estadística; valielldose para ello
de comi~al'ios fIue en sus viajes hacian pagar á
las localidades muy caros sus trabajos, por lo
regulal' lentos y easi siempre inlí.tiles; en fin
porque ]a sumision de la nobleza al sorteo de la
quinta, llegaba siempre para el pueblo al mismo
tiempo que la obligacion de contrihuir con un
contingente anual, al paso que antes de 1808
el reclu tamien lo del ejército se operaba median-
do muy grand('s inlél'Valos.


Pero b enfermedad mortal del gobiernl) ('S"
trivaba en la apatia, en la ausencia de caracter,
y en el defecto de sistema. Las contribuciones no
se exigian con puntualidad: se dejaban acumular
atrasos considerahles: el "ervicio se pagaba mal cOn
chocante designaldad: los empleados de hacienda
nadahan en la abundancia y cobraban con mucha
3ntelacion á lo~ de los demas ramos: las viudas y
los retil'ado~ se mOl'ian df' hambre: el ejército
}ladecia un atraso considerable, sujeLo á diferen-
cias que de ningun modo podian jusLificarse: ha-
hia cuerpos bien pagados, vesLidos con lujo; y
otros en que ni los soldados teuian con ({ue cu-
~




18
bl'ir su desnudez, ni podian salil' de sus cuaNe-
Jes por carecer de calzado, ni encon la'ahan con
que alimentarse sino era de prestado. lIabia cuer-
po en que los unos recibian lo que no les era
debido, y en que los otros alcanzaban al estado
en muy cl'ecidas sumas. En fin, todo era desor-
den y nada hacia el gobierno para nmediar tan
escandalosos abusos. Facil es de consiguiente com-
prender el descontento que debian escitar y los
desól'denes que habían de producir las penurias
de recursos, y mas todavia la es Lremada in jus-
ticia con que se procedía á la distribucíOIl de los
pocos exis ten tes. En muchas pl'OV incias los par-
ticulares y los cuerpos militares hacian por sí
mismo públicamente un trático vergonzoso con
Jos cl'éditos del estado, cedidos á menudo con
J'ebaja á los mismos (lue debian pagarlos in tegl·a ...
mente. Durante algunos años se vieron pagar
diferen tes cl'édi tos, lll'ocedenles de sueldos de ha-
cienda con el sacrificio de un 8 por 100, á cier-
10s empleados usureros de la tt>soreria.


Imposible es que un gobiel'110 capaz de tal
incuria en la reparticion de los crédi tos del esta-
do, y que con semejante conducta aumenta tanto
el número de Jos descon ten tos, tenga ]a menor
prevision, ni esté adornado de la energía flue
exigen los Jemas ramos de la administracion pú-
blica. Pero podrá creerse á lo menos que el mi-
nisterio español se ocupaba en man tener la tran-
quilidad pública? Pues no habia que p('nsarlo.
Las conspiraciones se relevaban las tmas á las
otras ~ teniendo todas por mot"ivo Ó pOl' pretesto




f9
el restahlecemiento de la Constitucion de 1812
Los agente~ del gobiet'no no tenian conocimien-
to de la mayor parle tic e~tas maquinaciones; no
se queria lomar ningmla medida contra ellas an ...
tes de ({ue hnhiesen estallado, y asi se multi-
plicahan el mal y los escándalos. Sucedía que
cuando una conspiracioIl habia sido descubierta,
y cuaIlllo á vt'ces se habia cogido á los conspi-
radores con las armas en la mano, el gobierno
c"recia de fuerza ya para el castigo, ya para la
amnistia. Porliet', Laey, fueron ejecutados, pero
el proceso de otros que los habian seguido caia
en lángnida confusion. La conspiraeion de Por-
lie1' estalló á fines de 1815: la Constilucion de
1811. fue publicada en la Coruña y se puso á
las pl'inci pales au toridades en es tado de a rl't'sto.
El gefe de los rebelados fue anestado con varios
oficiales rn su marcha solll'e Santiago: Porlier
subió al suplicio pocos dias despues, y el pro-
uso dr los que le habian seguido duraba todavia
~l terminarse el año de 1819.


De este modo los que se veian sometidos á
un juicio eseitahan la compasion general, por-
que todo el mundo conocia la dehilidad del go-
biel'IlO, y nadie cncon tralla que fuese crim inal
el deseo de un nuevo orden de cosas.


La influencia de esta opinion tenia tal im-
pet'io, que muchos de los ofIciales cómplices de
Porlier gozahan de libel'laJ, aun cnanJo del pro-
ceso resultaba que t'stahan t"Il cárceles ó en cas-
tillos j pero los encargados de Sil custodia les
permi tian una libre salida y el q1le les rehusaba




20
este ensanche era muY' mal visto de sus ~am~­
l·ada~. 1,05 gt'f'cs ,le los cuerpos; los gobernado-
res de las plazas, las atHol'idades superiores de
las provincias disimulaban lo que no podian ig-
noral'; el gobierno tampoco podia ignorarlo J y
esto sin embargo tlUl'Ó años enteros. Pngnnté-
moslo de buena fe: ¿ tan estraña conducta del
gobierno y de las autoridades no fomentaba las
conspiqciones? ¿ Cómo los j<)Vl'Jl('S oficiales, y los
soldados podian mirar la insuborJinacion con
horror, viendo goz:l.r á los que incurrian en ella
de la mayol' consideracion, y siendo su desgra-
cia un título que proporcionaba el SOC01'l'O de
los mismos agentes del gohierno?


Con igual desacierto se procedia. á la orga-
nizacion del ejército, y al preparativo de las es-
pediciones que iban ó dt'hian ir á Amél'Íca. Ha-
bia superabundancia de ejél'ci to, y convenia re-
ducirle, aunclue no sin tino y ut'smesuradamen-
te. Al completo IJe oficiales de diferentes cut'r-
'PI s se reunió el gran lllÍmrro de prisionel'Os en
Francia, que con motiyo dc ).1 pall genf'l'al vol.
vían á SlU hoga,'e.,. Imposible era colocar á to-
dos en los regimientos, y aunque les C'l'a permi-
tido á los que lo solicitaban pasar á ]a milicia
con medio sueldo, ("sta mt'dida estuyo distante
de producir la reduccion necesaria. 1.as reformas
sin embargo, seguian unas á otras: suprimíanse
l'egimien tos: los de infan tel'Ía no cons~rvahaJl si-
no dos batallones, y los cinco oficiales de las
compañias quedaron reducidos á t1'1'5. Qt]('dahan
tambicn las tres cual'tas partes de oficiólles en ea.




91
tl'dente; pn VrT, de <1aI'1<.'5 ~lB licenr.ias para nti-
l'al'se á sus casas con la llll'tlia paga hasta que Iltl-
dieran srr cm pIrados, se los obl ig6 á permanecer
en los cuerpos bajo el nombre de Superllumera-
)'jos, sin otra obligacion que la de montar la.
guardia, servicio á la verdad bien ligrro reparti.
00 entre tantos. Vióse entonces ('n los ngimiell-
tos á casi tan los oficiales como soldados. lJa rcu-
níon de tantos jóv('nes ociosos y sin emulacion.
supuesto que el gran nlímero de supernumerarios
de toJos ~rados llacía 1m posible sus ::ulelan los,
desproyi~tos .le mf'dios de exislencia pon{ue no se
les pagaba, debia tárdr Ó lrIUIll':mo producir muy
fatales COJlsPcUI'ncias. Necesal'io era (1ur el ~ohier­
no y las au tOl'idadrs ccnasen en teram(,Jl te lo~
ojos: las murmuraciones y d libertillage eran los
frulos natUl'ales de la ociQsidad continua. ¿Quit-n
no veia que de e la snerte se engrandecía en ca-
da currpo un sPIIIillrro de hombres dispuestos á
1anzarse en el primer partido tIue ]('s ofreciese
algunas v('n ta jas? J.a leal tad, d valor, la rt'sig-
nacíon á ]as privaciones y á las fali¡!as, son cua-
liJ3drs que adornan á mucllOs militares; prro
10 que {'s la masa, lo que constiluy(' en una pa-
Jabea ('1 ejército, no puede conlrnl'\'sc t'n el cír-
culo estricto del deber, sino con el vehículo de
la disciplin;¡.


En cuanto á la I:'spedicion de Amf.rlca, el
gobierno fur l'1 primero CJut" 010 á las tropas que
en varle (l"hian componerla motivo de l1escon-
f('nto, ofl't'ciendo un ~radn mas á lodos los ofi-
ciales enviados ti ullramar. El ején:ilo vió en es-




te favor, aun cuando solia usarse, una recom ..
pensa anticipada de las fatigas y de los peligl'Os
estraordinarios que tenian que correr. Que estos
se recompensasen en los terrenos mismos del
combate ..... nada parecia mas justo; llero antici-
par la recompensa era disgustar con el viaje á la
oficialidad; era sohre todo desalen tal' á los sol-
dados. Así es, (PH~ á pesal' de la misrria fllH' rei-
naba en el ejército, y á pesar de la nulidad de
esperanzas de ascenso, lwfj1lei'io el'a el m'nnrJ'o de
()ficiales que coa ¡?;m;to adrnitian el partido de ir
á servir en América.


Tal era el estado de las cosas, y á cual'luie-
)'a sOl'prenderá que aquel fuese el momento ele-
gido por el gobierno para preparar tan considera-
ble espedicion. Añadló.'Ie á esto la tOl'peza con que
se dirigió el proyecto. En Cádiz y sus alrededo-
)'es empezaron por reunirse de <; ntemano las tro-
pas, sin que los cuerpos estuviesen ni equipados
ni organizados: algunos permanecieron años en":'
teros en la costa. ¿ Tan dificil era organizal' ]a
espediclon en muchos puertos, e"itando asi 1a
)'eunion de un gran número de descontentos?
Aun cuando no se huhiesen tenido motivos polí-
ticos para tomar este último partido, el cuidado
de ]á salud dd soldado y de los habitan les lo pe .•
dia impe¡'iosamente; por que debia presumirse
que si la fiebre amarilla se desplegaba nuevaman-
te en Cádiz, podia con t3giar el e jérci to y des-
".rui1' la espedicion. El lector conoce (llU' aqui ha-
cemos abstraccion completa de la cueslion se-
guida entre contagionista y no con tagionistas. En




~3
]0 que .!le apoyan estas refll'xiolH'S es en la idea.
generalmente dominante ~n EUl'Opa.


Los primeros síntomas aparentes de alzamien-
to, se manifestaron en el ejército espedicional'io
á mediados de 1819, Y en poco I'StuvO que no se
ejecutase en {,ODces lo que se verificó algunos me-
ses mas tarde. Se arrestó á algunos gefes y se
quitó el mando al general: limitándose á esto las
medidas tomadas por el gohierno. Facil en sin
embargo, ver el germen de disgusto que se ha-
hia introducido en el ej~l'cito, y que solo el me-
dio de cortar las raices del mal se encontraba
en su dislocacion , ó bien en darle un nuevo im-
pulso de ac tividad.


La fiehre amarilla en rfee lo, se declar6 en
Cádiz. en el otoño de 1 819' Y las ti'opas se acan-
10naron á algunas ll'guas de la ·plaza. Por fortu-
na no les alcanzó el contagio, porque hubiera si-
(lo dificil ó casi impo~ible formar un cOl'don, y
es probable que Ja epidem ia se hubiese cstendido
por una gran part~ de Ja península. En algunos de
aquellos acantonamil'ntos es en donde se pro-
clamó la Constitucion de 181:l ,el 1.° de enero
.l,e 1820.


Aunque se habia trabajado con larga mano
para que tod as las t rOJ)as eSl'ed icionarias siguie-
sen el impulso dado por algunos batallones, los
autores del movimiento no pudieron consegnif-
10, Y asi es qne el mayor nl'imlTo permaneci6
fiel al Rey., Muchos generales habian rehusado el
mando: los in~nl ... ec(',ionad()s se ('ncontraron rll
la Jl~cesidad de escoger lHH' gef(' á un oficial t cu-




94
ya fama en el ejército no pa!l!alla entonces l1e una
modesta medianía. Hablamos del coronel Qni-
roga. Su primer paso fue el de avanzarse á )a is-
la de Leon t con el intento de apoderarse de Cá-
diz, en donde pensaba que ~us partidarios serian
bastante fuertes, aun cuando las antoridadf's se
opusiesen á ello. Pero el proyecto sa lió vano: la
guarnicion de Cádiz y la Hota tomaron una acti-
tud impon('nte contra los del movimient.o y es-
tos se vieron fOl'za¡}os á enCf~rrarse en la isla. Su
número no ~e elevaba á 5000 hombres, {'utl'e
los cuales habia bast.antes reclutas y no pocos
drscontentos. El hasl.io de la t~mpresa necia to-
dos los días viendo (lue se acercaba el fin de) mes
de enero sin recibir socorros; y viendo sob1'e to-
do reprimida la tentativa de que Cádiz abriese
sus puertas, sucediendo como sucedia que la
g1.1al'nicion permanecía inaccesible á las prome-
sas de los alzados, particularmente los regimien-
tos de Guias y de la Lea I tad.


Para l'('conocer mejor el estado de ]a opinion
pública, para reunir vÍverf's y dinero, para
atl'aerse ]os hombr('s de fidelidad dudosa, Riego
salió el :¡ 7 de enero de ]a isla de J~f'on con 15 o o
hombles de las mejol'rs tropas y se di,'igió á Al-
~eciras poniéndose en cOlllnuicacion con Gihl'al-
tal' de dondo sacó algunos socot'ros. Hacia tam-
bien cerca dl' un nH'S que los del movimiento
estaban en la isla de Leon, y aquel pnnto no
llabia aun sido hloc{urado, aun cHando, sin cou-
tal' el núnwl'O considerable Je tropas d(' ia t'spe-
dicion que 110 huhil'sen tomaJo I)al'lc en el alza ..




23
mimto, hllbi('!\(' aun muc.hos rrf!;imi('ntos dl' lí-
nea v de milicia en Andalucía, v aun cl/ando


.- ~'


llegasen nuevas tropas de otras lll'ovincias. Hiego
permanedt; rn A1grciras hast.a el í de ft'}¡rero; á
su vue1 ta supo d 8 en Bejar que el hlor¡m'o de
la Isla hahia principiado. Despnes de llna ilHle-
cision de algl1Jlos dias se detuminó á dirigirse :i
Málaga, en oende esprraha ser muy hjen HC ihi-
do. Es oe reparar que la columna mandada rOl'
don José OI}011(,I, hermano del conde del Abis-
hal, fIne }wrseguia á Riego; al/llf/l1e muy supe-
rior en fuerzas, no ]e a tacó sino el 1 í de febre-
ro, sin que aquel encuentro le impidiese con ti-
llual' su marcha soh1'c 1\151aga. No es menos sin-
gular, que H.iego des})Ues Je sn salida de la Isla
de Leon, no hubiese aprovechaoo los primeros
m.omeut.os para marchar con t ra algun ClHTpO d(~
tropas, Sll}lUesto que un golpe de audacia ro-
dia solo soslrner á sn partido. ¿ Tan dificil le era
acometer algun destacamento aislado? Pero se
conlenLó con evilar 10sellcuenLros al mismo ti('m-
po que sus adversarios maniohraLan con tihieza,
y esta conducta de ambas p:lrLt's duró l¡asl:l que
el mímero de los dd alzamiento aminorado }lOI'
]a fatiga y por la clt'sercion, ofrecia un triun-
fo mas facil al priml'l'o que consiguiese alcéln-
zarlos.


A fin de f('brero, Hiego hnía sin phn, sin
proyeclo, y sin qne la pohlacion lomas(' las ar-
mas para rellnirst' á su tropa. Conl('ulálwst' ('OJl
no ('lucer contra ('l1a nin¡:;uua ho;;tilidad. }~1 1
de mano, Riego, cuya fuerza l'sta»a H¡llH:iJa á




~G
3ao hombl'rS drsconlf'ntos v (lrsalrntados, f'ntr&
eYl CÓl'lloha atravesando ef pueutl' (]I~ Guadal-
fluivir, y permaneció ('U dicha ciudad hasta el
dia siguiente. Dehe advertirse ({ue hahía enton-
ces en Córdoba uu regimi"nto de caballería, mu-
chos destacamentos dI' infantl'ría, y 30,000 al-
mas de pohIacion. Sin emhar:;o, nadie inquiet()
á los insurrrccionados (IUI' pasaron la noche en
el conVI>nto de san Pahlo, rrcihieron cuantos
socorros llecesi taban, V contiuuaron con tran-
quilidad S1l marcha al dia sigllil'nte.


La ciudad estaba ademas rodeada de tropas
rl.'alistas. Jlízgnese por solo este hecho, cuál era
el espíri tu público de España en aquella épo-
ca. ¿ Se dirá todavía que los españoles tenian
contra la revolucil)ll el indecible odio (Iue se le
supone?


El desaliento y el temor 111' llabia tamhil'n
apoderado de los insurreccionados de la Isla de
Lean, porque veian destruidos todos sus planes,
y no podian persuadirse ({nI' triunfaria el parti-
do que habian abrazado. El tl'mor .11'1 suplicio ]0
sos tenia todavía: Jos gefes y los oficiales estallan.
sin cesar en las filas pira contener la desercíon
en los soldados. Puede calcnlarse cual habría si-
do en aquellas circunstancias el resultado de un
ata({ue por mar ó por tierra contra la Isla dl~
Lean. Todo lo que precede uos inclina á erer que
no hubiera tropezatlo con granaes resislencias.
El general que maUllaba el ejército real, creyó
sin duda que era prefuihle soml'ter la insurrl'c-
4CioJl sin verter una gota de sangre, y esto aca ..




27
so se huLlera logrado si no hubiesen sobreVf'nido
otros acon tecimil'ntos que canlhial'on en leramt'U-
te el aspecto de las eosas, y fueron causa de f[Ue
estallase completamente el rompimicn to m ili lar,
que cambió del todo la faz de la monarquía.




- ... - . -- _. . ..- --


~0~~0~~0~~0G,Nl~~~~0GM
,


CAPITULO 11.
AÑo DE 1332.


Empieza la enfermedad de Fernando VIl.=Falsa no-
ticia de su Illllerte.=Ofalia en Paris.=El Hey vive
de lIut"yo.=Xegociaciones con don Carlos.=Deroga-
cion de la ley sálica.=Collsejo privado de ministros,
y firma del Monal·ca.


FERNANDO, cuya salnd empezal,a á decaer. es-
perimenló durante un viage que hizo la corte á
San Ildcfonso en setiembre de 183:1, un violen-
to ataf[llc de gota que puso sus dias en tan gran
peligro, que durante algunos momentos sr lececM
yó muerto, hasta por las pt'rsonas qne Ir ser-
vian y ann por los mismos méd icos. En el pri-
roer periodo de turbacion y espan to, la noticia
de la muerte del Rey cansÓ una grantle impre.
sion, por lo imprevisto del a('ont!'cimiento. Es-
tendiose rápidamente V0l' toda España: los miem-
hros dd cuerpo diplomá l ico cspidieron correos
para anunciársf'lo á sns respectivas cortes. Un
<lespacho telq;ráfico llevó la noticia á París, y
Luis Felipe,. que fue ({uif'u primero 10 supo por
el tel~grafo de Hayona, se aIll'csnró á pont'rlo en
conocimiento del eml)ajador tle España I'n Sl1 cor-
te t 'Iur á la sazon lo era el conor dI' Oralia. De
paso merece a,!uí citarse una anécdota que acom-




29
pañ6 á este suceso. Aun no se hahia acahado se-
tiembre, y el conde trnia convidados á varios su-
getos de elevada distincion: A poco de haberse
puesto en ]a mesa, un portero anunció un luensa-
ge dd ministro de negocios estrangeros.


Como todo es grave en los tiempos en que vi-
vimos, el emhajador pmsó á la vez ya en don Mi-
guel, ya rIl Mina, ya rn el rrconocimiento de
doña María de la Gloria, y se levantó para reci-
hir al mensagero ministerial.


En 1ra és tr, y S. E. reconoce no ser sino un
simple l)orlero, con su lihrea y su lazo ell el
homhro. (1) Ya iha d conde dI' Oralia á regañar
á sus criados por no haller sencillamente toma-
do el pliego que presumia iba á en t rrg~rle aquel
hombre, cuando no sin sorpr\'sa le vió sacar de
su bolsillo, en vez de un papel con lacre y se-
l10, un pañnelo que llevó á sns ojos humedeci-
dos con lágrimas. Todo el mundo esperaba el
desenlace de a(I'H'1 drama, CHaUaO el portero to-
mó la palahra y anunció á S. E. que el señor
conde Sebastiani le hahia dado la comision de
ciue fuese á anun<:iarle la muerte del Rey de Es-
palia; sucrso, fple tamhien para rl, ai'iadió el
I,ortero, era muy lastimoso, ('U atencion á que
hahia Vn ido el honor de servir á S. 1\1. duran-
te su cautiverio en ValeIlzay. El conde de Ora-
lia se volvió tramluilamelltc á la mesa, y pen-


(1) Los portero~ en Francia suelen llevar c~te dis~
tiutivo qtle los clasifica ~ntrc 105 dcmas cl'iauo5.




30
só qne habia algun grande rrro1' de cuenta, de
parte del ministro ó del portero. Quiso sin em-
bargo asegnrarse de ello, y ell cuanto comió se
hizo conducir al ministe1'io de IH'godos estran-
geros. Vió al genera 1 Se bas lian i que le confi l'mó
la noticia, con afiue[ ai1'e grave y enfático que
tan inherente es á su caracter ..


No era aquel el momen to oportuno de es-
plicarse sobre el estraiio mOllo l{Ue el ministro
habia tenido de comunicarle la noticia; asi es
que el emhajallor se retiró sin mas decir. Al dia
siguiente Luis Felipe le confirmó la catástrofe y
el conde de O1'alia hubiera lloditlopersuad irse del
todo de que era cierta, .í no haber sabido á po-
co que lo que es por entonces Fernando VIl no
habia muerto, y que toda aquella eSCl'na ofrecia
una com,edja I~n ({ue habia tocado su respectivo
papel á un portero t á un ministro y á un Rey.


Fcrnallllo en tanto, seg1ln Jccimos, habia
pasado en Madrid por IIllH~rto. El clH'rpo diplo-
má Lico, los primeros funcionarios dd estado, y
~llla magua tm'ha de cm plea(los superiores, se
habían Jado priesa para trasladarse á San Ilde-
fonso, á fin de ser h'stigos de los grandes suce-
sos que se preparaban. Tal era el estado de la
creencia general, cuando el telégrafo de San 11-
defonso, anunció á Madrid que el Rey habia
vuelto en sí de ]a tcrrihle crísis que le habia
aletargado. En efecto, recohró fuerzas, y readqni-
rió facultat1('s IlH'ntales á lmnto de hallarse ('11
brl've en siluaciot~ de hablar de nq;ocios con su
familia y con las personas ({llC gozaban de Sl~




5J{
confianza. Sin embargo, el carac ter grave de su
enfermedad no l¡aIlia ('esado, y los m{>dicos d~:­
clararon que no tenian gran esperanza de con-
servar largo tiemllO la vida de S. 1\1.


No faltó persona que al corriente de la si-
1nacion de la España fuese la primera á aconse-
jar al Rey flue propusiese un convenio á don Car-
los. El condc de la Alcudia, á la sazon ministro
de Estado, fuc flllieu recibió el pncargo. Las idt'as
políticas de afiuel personage, carlista por con:-
ciencia y por sistema son harlo conocidas, y si
admitió una rnision (pIe tan lllal se avpuia con sus
doctrinas, fue sin duda l)or no a!1igir á su amo,
que puede decirse ({UC'. estaba ya en su lecho de
muerte. A mas de mediado de seti.emhre t'n efecto,
despues del medio dia, el conde de la Alcudia se
presentó en el cuarto del Iufante don Carlos, :pa~
ra darle conoci.miento de los designios de su au-
gusto hermano. Fernando VII, por los consejos
que lc habían dado Jos mas decididos por la cau~
sa de la Reina, fllleria a I raer al príllci pe su her-
mano á que desistiese de toda pretension á la co-
rona, decidiélHloIe á aceptar las funciones de
Consejero de la Reina Cristina, á quien acababa
de conferir el alto encargo de dirigir el reino fo-
do el tiempo que durase su enfermedad. l\luy
lejos estaba el Infante de conformarse con uu
plan tan apnes to á sus nI terions pCIlsam len tos,
y asi es que se parapetó detras de las tradicio-
nes de la familia dl' los Borhones, qne no per-
miten que los príncipes de esta real Casa tomen
par~e, viviendo un H.l·Y mayor, en los negOCIOS




~,2
del es tado: rl ió á sus evasiones y re licencias las
formas y la sllmisioll dd resp~lo, y aseguró que
mil'lltl'as viviesc su augnsto hermano no se llH'Z-
ctll'ia (~n cosa a Ignna ([ue tnviese t~nlace con la
a(lminisl!'acion del estado. El conde de la Al-
e mIia fue á lleva!' es ta res pu('s t.a al Hl'y, Y á la
meJia hora volvió al cuarto del Iufante don Car-
Io, con proposicionl's, segun creencias, algo mas
esplícitas. Indicábasc alguna idea tie enlace oel
hijo de don Carl03, á debitio tiempo, con la ln-
{an ta Isabel; pel'O sea tie es to lo f[Ue fUl're, las
Cosas no se avinieron, y el conde de la Alcudia
volvió para anunciar al Rey que no estaha el Iu-
fante con buenas prcdisposiciones para el asunto
que se trataba. Entonces fuc cuando Fcrnando,
ya atormentado con la pusilanimidad quc sus do-
lencias le producian, y alarmado con los peligros
que podian suscitarse, se dccidió á volVl'rse atras
de su proyecto de -;egencia y aholicion de la ley
sálica. El ministro carlista se aprovechó podero-
samentc de esta Heal perplejidad, y hahló de Jos
grandes males que amenazahan á la España, y
ue lo dificil ({'le era calcular si una lucha se t'JIl-
penaba, á donde llegaria la efllsion de sangre. El
Rey preguIl tó al conde dc la Alcudia quc era lo
que podria hacerse en tan grave tempcstad para
evitar estragos, y entonces ('1 ministro viendo la.
ocasion favorable, se espIayó en lo urgen te que
en su concepto era anular el decreto quc habia
abolitlo la ley sálica. El Rey conociendo el lIlal
estado de su salud, y 110 gozando (h'} lIP1l0 de la
fU~'1'~a de .'Hl espíritu por el qucbrall tamicIl lo de




33
su flS1CO, St.' oerillió ~ l'C'slabl('cC'l' la lC'y sálica, y
anular el testamento por el cual nombraba á la
neina Regenta dd reino. ~(Hágase, pues, la dc-
rOffacío/l que me pides, supuesto que puede con-
tribui,. al bien de la Espaíia. Estiende el decre-
to." El conde de la Alcudia respondió al Rey,
que la espedicion del decreto de que se trataba
no es taba en las a tribuclolles de su ministerio, y
que era de la incumbencia (h·l ministro de Gra-
cia y Justicia. El Rey encargó al conde fIue die-
se orden á (lon Tadeo Calomanle para que se le
presentase al dia siguieute. En efecto, este mi-
nistro se presentó en la mañana despnes en el
cuarto de S. M., quien le dió parte de lo que
me(liaha entre él y su hermano d Infante don
Carlos, y le mauuó redac tal' el dccre to de dero-
gacion á la ley de Partidas, pero con conuicioll
que qlwdaria secreto llasta despul's de su muer-
te. Calomarde a}llamlió la detcrminacion de S. M.,
pt'ro le ooservó (PH~ si un decreto de tan tras ...
cendental importancia no estaba revestido de to~
das las fOl'malidades legales, podia suministrar
preLesto para revocar en uu.da la. autenticidad
de c.stc acto de derogacion. y autorizar á los
ma1conten tos á que digl'sen que la voluntad del
Rey habia sido sorprendida y su religion engaña-
da, Asi qUl', opinaba el ministro fIue esta nueva
determinacion de S. M. llchia st'r comunicada al
consejo de los Secn'larios del Despacho y sancio-
nada por su IH'l'sencia. El Rl'y á este efecto fijó
para las seis de la tarde la n'union del consejo
en su misma real cámal a.




34
CaJomarde pasó en st'guida á la seicretaria de


Estado en donde todos sus compañeros se halla-
ban reunidos; hízoles sabedort's de las úl timas
intenciones de S. M., que por todos fueron apro-
badas, y tomando la pluma redactó las Reales
palabras encaminadas á declarar, que S. 1\1. de-
seando dar á su pt!eblo una nueva I)rucoa de su
afecto, habia determinado derogar la Ley 2.a , tí-
tulo 15, Partida 2. a , relativa á la sucesion de
la corona, y todas las cláusulas del testamento
ya hecho que pudiesen ser opuestas á esta última
determinacion. S. 1\1. ordenaba ademas que este
decreto quedase depositado en el minis lerio de
Gracia y Justicia hasta desptH's de su muerte.


Todos los ministros á la hora indicada se
presentaron en el cuarto del Monarca, y se co-
locaron enderredor de su lecho. Calomarde levó


"' en alta voz el decreto proyectado; el Bey apro-
bó su redaccion, y puso deha jo su rllbrica. Yol-
viose entonces hácia Calomarde y le preguntó si
era preciso -f{ue añadiese su nombre .


. El ministro le respondió que aun cuando una
vez {'.stampada la rúbrica, siempre valía el de-
el'eto, pensaba sin embargo, que suia convf'nien-
te aiadir el nombre atendida la importancia del
'acto. El Rey en consecuencia, firmó su nombre
'al lado de la misma rúbl'ica; hecho lo cnal de-
volvió la minuta á Calomarde que dehia guar-
darla hasta deslntes de la muerte del Monarca.
S. M. á con tinuacion paseó sus miradas por los
ministros, y habiendo observado que Zambra no,
ministro de la Guerra, no se hallaba presente,




50
pr('gllntó ('n donde est.aha" Uno (le los ministr9s
respondió, (¡nI' hacia dos días se hal,ia viH'lto-á
J\ladl'id 1)a1"a llOlH'l'Se al frente de las tropas, y
('star pronto ('Il caso l1('c('sario á reprimir los
tlistnrhios 'in!' podrian ocasionarse por las cir-
cunstancias dificiles en ciue se {,llconl1"aba la Es-
paña.


" .




- -_.


~0~~O~l!~X'~~0~~i~~S~
..


-


CAPITULO 111.
AÑo DE 1832.


ContimUlcion del anterior. (1)
ReceJos de Calomarde.= Vi;¡ge precipitado desde Sev i-


11a á la corte dd Infante don Francisco y Sll Espo-
s,a dolla Luisa Carlota.=Act itllJ imponenle de tt In-
Janta.=lnlrigas dcsb:iraladas.= Xucvo miJli~leri().=-o
Correo enviado á Cea BCI'II11lllcz. ,~= Comcjo de la
G.ranja.=Hollchi.=Tcndcllcia c~omt,itllcioltal dd go-
l)¡crno.=AmuistJa. = Llegada de Cea lkrmudcz.=
Epuracioncs.=l\ucVO aspecto tIllC toman las Cosas.


LA revocacion de la pragm;iLica sa~don del 29
de marzo de 1830 no tardó cn snsnrrarse en el


(1) AdvertencIa. No cesamos ni cesaremos ue incul-
car la idea de que no oDscrváJldosl' en esta obra un plan
estrictamente cronológico COll orden I'ig()ro~o de {celias,
años, 'meses y dias, deLe el lector queJar prevl'llido
despues de lcer lUlO Ó mas capítulos eH que se trate de
sucesos determinados, á volverse á encontrar en el
cuerpo de la obra con otro ú otrOs capítulos, cn qnc
los mismos Sllcesos se cspla.ycn mas y se ellriquezca.n
con nuevos datos. Tal sucede con los matcl'ialcs de este
capítulo en razon de muchas lIoticias quc tenemos y
que ha1'a11 mas importante nuestra relaciono En el ca-
pítulo prcscnte no lineemos referencia ni del cOllde de
Parsent ni de los grandes servicios (IUC ¡¡izo eJl aquella
época; asi como talllpol~o halJlalllos de los sellores
Carrascos, del duqne de San Feruaudo, lli de otros
nlllchos personages que tielleu qlle figmar ampliamente
e11 las relaciones que tenemus prcp:ll'adas, y que salen
de comunicaciúllcs muy <luténtici¡S J' muy irrecusables.




37
p,~hlic(), y la OpIIlU)f} r.;nH'ral (lt' qtH' el ministr()
Cdomanle h:lhia t('JI ¡do mudlO manejo ('ll las
tíItimJs resoluciones del Hpy, sospechándosde ser
uno de los principales instig:Hlores de 'cllas, ("S-
citó contra él turihles odios. Se contó en
aqurl tiempo, (tUl' con este motivo se le hahia.
dado secreto aviso dl' que querian asesinarle, y
él temió que de ]0 que se tratase fuese de apode-
r:ln¡(~ (}e] (}('creto, y por ('ste nwd io im pedir su
puhlicacioIl despuI"s de la muerte dpl Rey. Ca-
]om:lJ'lle comunicó sus recdos al cons¡'jo de 1\1i-
nisfros, y por un:mimidatl se (ll'cidió que el ori-
ginal sr pas:lse oficiahn!'Júe al decano del consl'jo
de Castilla, ncompudándo!e S11 custodia y mas
escrupuloso sigilo hasla (lue le fuesen comunica-
rlas ord('}H'S mas esplícilas.


D:ltlo ('sle gl'an golpe, cl partido :lllOslólico
sr ace!('r:1ba en el II('seo Ile que ~ la mayor bre-
v('thd f('rminas('u los ¡li;¡s del Monarca }lal'a 111'-
v;¡r á c;,1>o el (ri mili) dI' STl pl"Oyec to ; pno el d('s-
'lino prt'p:u';¡}¡a cOtllhinaciones de 0(1'0 g¡:nero,
fIue di('sennn{'yo rnmho á la marcha de los ne-
gocios, y (1"" plIsi('llsrn la cnt'stion din{lslica 11a-
,jo Jistinto aspecto del (¡UC los apostólicos (!ue-
1'ia11.


La J nfant;¡ dolía Lnisa Carlota, esposa oel
I,¡fante don Fr:mcisco Jt' Ilaula y hermana de la.
Reina Cristill;¡, SI' eucontraba á la sazon á mas
de Cll'11 I('~n;¡s dI' b capi lal con toda su familia,
tom:IlH!n los "llanos df~ mar {'n d PlHTtO <le San-
la J\1arí;¡. Alli r('('ihió nIl ('01'1"1'0 ('spl'dill0 por el
secretario del Infante su esposo, quien comuJli~




58
caba á S. A. todo cn:mlo acallaha de ocurrir en
San Ildefonso. Noticia fue ésta que sorprendió
t'straordinariamentc á la augusta Princesa. Do-
tada de un caracter entero y varonil, y de u:o.a


. .


energía heróica, concihió inmediatarn('nte la idea
de precipitar su viage á dicho Real Sitio, ('spe-
ranzada de que Fernantlo viviria aun, y de f{Ue
podria llegar á tit>mpo de hacerle rrvocar el de-
Cl'eto que trastornaha el IllU'VO edificio de la su-
cesion al trono. Asi es, qne ('n menos de cua-
renta horas atravesó el camino que hay desde Se-
villa á San 1 hlefollso, venciendo gt':mdes inco-
modidades, atropellando llcligros, Y a~ traves de
sendas di6ciles fiue hnbieran anonaJaJo á un es-
píritu menos valiente que el suyo.


Su llegada al Real Si lio camhió inme(liata-
mente toda la faz de las cosas. Trató á los mi-
nistros con severidad nohle y enérgica, acu~ó la
amhiguedad de la conduc ta que habian ohserva-
do, y se manifestó illJignaJa de que no se la
hubiese dado el competente :lviso dl' los prime-
ros síntomas Je la enfermedaJ del Rey. Hizo
ademas que su augusto cuilado tomase conoci-
miento Je cuanto los perióJicos ultras de Fran-
cia hahian publicado, desde el momento en que
]a falsa noticia de su muerte se habia div111ga-
do en Paris: le conveucÍó de las tramas (le los
contrari0s de la Infanta doña Isahel , se condu-
jo con perseverancia y con destreza, y por {ti ti-
mo ejerció tan háhilnlt'lllc ('1 dominio (111(' su
gl'an caracter le daha SObl'C ('1 ('spÍl'iln 11(, Fl'l'-
nando, fIne este príncipe no lmuo resistirse y




39
urshizo 10 mismo que las intrigas palaciegas aca-
baban de diclarle. El ministerio cayó, y Calo-
marde fue des lerrado á una de sus tierras. Solo
t1'I'S semanas drspurs de su partida se comunicó
á los capi Lanrs grurrales dl~ Aragon y Valencia
]a orden de conducirle á un castillo: pe1'o él avi-
sado con tiempo y valiéndose de veredas y dis-
fraces, logró fugarse y se in tenló en Francia, en
donde le aguardaha el papel de emigrado y de
proscri pto, despm's de tan los años como habia
ejercido en España una inlluencia estraordinaria
en la direccion de los negocios, y en la surrte
de aIras mnchos qne antes que él hahían hume-
decido con sus lágrimas el pan amargo del des-
tierra, y soportado las prnalidades del ostra-
cismo. (1) El conde de Alcudia no se fió de


(1) No son pocas l:J.s .1 "crías que le acontecieron al
ex-poderoso ministro ell SIl nOi'c!c"ca fuga. Fi.glírescle
el lector tralls(ormado en fraile Francisco, con 'su gran
cerquillo, subido en un dl~rreJlgildo burro, con unas
malas alfol'j.1S, aparentan(1o humildad y Cowplll1cion
cristiana, sin tren, sin séquito, sin criarlos, encomen-
dado;Í sí mi,mo y allJllrl'o qlle le llevaha, resistiendo
al t cm])Oral y al pcli gro dc los 11l alosCllcuentros, sin
mas afan q\le el de ~:ll1ar t i(~mro y coger tierra en
Francia, <Í manera de malll('cllOl' perseguido que pene-
tra sudoroso. Aqllella Espaúa, tea tro de su incompren-
sible poder se convierte pal'a él en garganta que le es-
cupe y le lanza al otro lado el.el P~l'ineo. Caid? alJi co-
mo de 1111 l111barron, sin patl'lil, ~lH anllgos, sm clltcn-
oet· el habla, y sin mas apoyo ql\(~ el del dinero qllP.
hu hiera podido e()Il~{~r"ark, cOllt.l'mplemM al '1'.,e, t~n­
to pudo nfrccicllt10 un lluei'O ('1('lI1p10 de lo fra.tlcs
que son las muudanas dev \le iones.




40
que se le nombrase emhajador de Inglaterra y se
retiró á 1 talia; los demas micm!>ros del gahine-


De Calomarcle con mus ruzon que de nadic puede
deeirse, que al salir de su patria ca.vd de su burro; pues
en cfecto , en Ull primer puehlecito frances el burro en
efccto se derrengó, y aspeadu y muhinu dit) ['n tierra
con el fraile ex-'ministro , quc lllal parado se semidis-
Iocó un brazo; y hubo bicII qlle mal, de levalltarse de
aquella caida , no tan gt·alllle de todos modo~ como la
que habia pcgado en el II1111H10 político. j QIH' malo es
cacr, SCúor don '1'<1(11'0, I/UC malo es can de c11al-
quier modo que sca! \ (1 (flll~ le he vislo tan arriba,
me le figuro en ese derrotad ero y cnticndo el movi-
miento de su espíritu; por fin salió vd. del paso, y vd.
y su burro dieron en palIer de unos guardas franceses
quc los condugcron á un pueblecito, en donde sabe vd.
que fue reconocido por un espaüol que avis6 ;JI prefec:-
to qne era un di8ft'azado personage. Luego trató vd. de
pasar á Paris , y ya ve vd. que lo sé , como sé tambicl1
que se le detuvo en las inm('diaciones, no qucriendo
]a policía franeesa qllC entrase vd. en la capital duran-
te las funciones de julio qUl';í la sazon se celebraban.
Pero al lin penetró vd .. 1'11 ella, y por de pronto vivió
vd. bastante retirado, sin el" j t ar por eso 1111c la policia
francesa le plantase 1I110S es pías- vigilantes, á cansa de
algunas inteligencias clandestinas en c¡ue aparecía vd.
como inic'iado, en cuanto ;í ('aus:! dc armas y fnsiles in-
gleses para los facciosos de Espa'la. EIJ Paris trahó des-
pues Calomardc razon de amistall con dolia C. n. , cs-
ral-lOla alli rpsiden!l', con hijas, ;Í f}nil'lIes se ha queri-
do decir que Calomnrde nombra herederas de Sil for-
tUna. Con c¡uií'1l se le ha visto p:lseálldose mucho en las
TuBerias, es con don Juan Antonio lV!eran, amigo tam-
bien del príncipe de la Paz y muy cOllocido por SIIS
antecedentes históricos. Calomal"tlc dcspucs pasó á RQ4
mu y alh tl eemos tIlle sub~ista.




41
te fl1rron favorahlr.mentc tratados, y cünsprva-
rOn sus puestos en el consejo de Estado y la
con tilluacion de sus suddos.


El ministerio de Gracia y Jnsticia fue da(lo
á Cafr:m~a, secretario de la Cámara de la corü-
na de Ara~ün, cün los honores y Yüto en la Cá-
mara, car\!;o que debiú á la. mision qne habia
desempeñado. en calidad de secretario del marques
.le Cerralvo, enviado. po.r el Hl'y en 18 [9 á fin
de nego.ciarle un nuevO. matrimonio. Cafranga
l'rcihió pI encargo. cün el favori to. Gri jaIba, de
COllslÍluir un 1111('VO ministerio.


Sus cole~as fueron Cea Bermudrz; para el mi-
nisterio de Estado.; MÜllet para t>l de Guerra;
lJUüa, interino, para el de Marina hasta la lle-
gada del almirante Labürda, y Encima y Pie-
.Ira, tambien ausenle, para el de Hacienda. In-
meJ ia lamente se espitlió un cürreü a Cea, que
se halIaha en pais eslr:m?;rTü para ('scilarle á
que viniese á tümar posesio.n de S11 puesto.; 1)('1'0
éstr. que (JlH>ria asegurarse de la marcha qne se-
guiria la nueva adminislracion, y rvitar la odio-
si dad de las nunwro.sas destituciünes que habian
de verificarse, pretestó un ataque de gota para
dar dilaciont>s á su v¡age. Los ministros Ulloa y
Encima y Piedra, adictos al partido. constitucio-
nal del cual entonces eran órganos, aprovecha-
ron eltirmpü para hacerse gratos á la Reina, dne-
ñ~ srgnnda vez de ]a Rpgencia pür dispüsiciün de
Fernando. mienttOas el periodo de su enfermedád
;se prülongase.


No dejaron de encontrar übstáculos en la




42
nlal'cha qUl' se pI'oponian seguir: pero tuvieron
qnien los ayndas(~, y entre otros don José J\1aI,ti-
lWZ de San Mal'lin, supel'intendente de la poli.
cía, 'll1e ya habia t'jercido ('ste cargo durante ('1
allt(,l'iol' gohi('I'no de las Cort('s. I~os ministros
tuviel'{)n tamhien el apoyo del consejo de la Rei-
na. Este eonsejo, cuya influencia fue muy gran-
de en toda 3!"juella época, se componia de los du-
qnes d(' San FHnando y San Lorenzo, de los con ..
des de Pal'sent y de Plliíonroslro, del marques de
Cenalbo ~ gl'and('s de Espaiía; al' Pdl'grin, del fa-
moso abogado Camhl'oncr'-" y de otros varios in-
dividuos que no dejaron de tener manejo ('n
aquellos momentos que tan ta importancia ('1('1'-
cian para la surrle fu tura de la monarquía. Otro
individuo, que tambien es lÍ ti\ citar, representó
asimismo un papel a 19o visible en tOllaS aquellas
comhinaciones políticas. llablamos de don Do"
mingo Ronchi, cuya vida pl'lblica, á la cnal so-
Jo tocamos, es una noveJa. Ejerció, segun cuen-
tan, en Tangcl' profesiones no muy elevadas.
Despues se casó con la viuda del consul de Espa-
ña, y con ella se vino á Madl'id, en donde por
a]gun tiempo se ocupó en agios mercantiles:
luego tuvo medio de introducirse en la corte, y
favO\'ecido pOI' Salmon, ministro de Estado, as-
cendió á consul honorario.


Cuando se casó el Infante don Sebastian con
'l1~a princesa de Nápoles, él fu(" quien trajo á la
joven desposada los presl'ntes de boda háhilmen-
te comprados por él mismo, y Luvo e] honol' de
aeompaiíal' á esta princesa hasta Madrid. Su eré-




45
di lo fue en anmrnto, Ct.)mo 10 prurba el habrrse-
le visto despues en los rrmplros ele consejero ho-
llorario de Hacienda y director de 101('l'ias, que
son de los meiores dr Espaiía. No citamos á este
sugcto ni algunos otros de quienes tambien ten-
dremos ocas ion de hablar, sino porque han re-
presentado en ciertos momentos un papel supe-
rior á su condicion, teniendo un franco acceso
en palacio, y estando á vccrs cncaq;ados ue di-
ferentes misiones srcretas é imp'1l'lantes.


El caracter del gobirrno tomó pues, la tru-
dencia constitucional. Camhiáronse los capitanes
genrra)es; los gohin'nos é in tendencias pasaron
á. otras manos, Vl'rifico~r la nurva apertura de
las universidades, diferentes liherales entraron
en puestos dislinguidos, y salió en fin el famoso
decreto de Amnistia.


Esta trascrndental m('(lida política devolvió
á España á un gl'an mlrnero de individuos, en-
tl'e los que si hien muchos habian modificado sus
principios, no pocos otros conservaban la exal-
tacÍon de sus primeras opinionrs. En I re rs tos,
muchos no querian apreciar la amnistía, y 11':1-
taban de atribuirla al temor que inspiraha su
partido. Decian sin rebozo qne no el'an ellos los
flue debían ser amnistiados t y sí r) mismo Frr-
nando VII por hahcl' violado sus lurampn los des-
truyendo la Constituc;on que habia adoptado, y
pcrsi~uicndo á muchos que no habian hecho mas
que ohedecel' sus órdrnes y sr~nido su ejnnplo.
Un buen nlímero rlllre cllos firmal'oH una pro-
testa contra la amnistía, la diriginoJl á la




M
Reina Rrgrnte, y aun la l'evistirron ron el ca-
r:lctel' de la imp"l'nta. Faci\ es concl'hir que se
tomaron 1)J't~canciones para que esta pieza no Jle-
g1se á manos del Hey ; pero fueron ¡mí tiles y no
fallá quien pusiese en su podel' la CoUdiana, pe-
riódico fl'ances, que la hahia insertado en sus
columnas. Parece ciel'to que ('1 Monarca se afec-
tá con la lrctura de esle documento y flur ma-
n;frsló su d('sa~rado. La mejoria que hacia algun
tiempo (,sp(,l'irll\~ntaba en su salud crdió en su
pl'O;; I'('so, y lll's(h· en ton ces Funa lldo VII em peo-
rando en su exi.t¡tellcia, fue prl'diendo mas y mas
sus facultad('s fisicas é inlel::ctuales, hasta no mu-
cho licrnpo des(lues en qne corno Yl'I'enlOS pa-
gó su tl'iblllo :í. la gran srntcnc1a qn{' morlaliza
á los Reyrs y dispone de ellos, conflllHliéndolos
en la nada lo mismo {{ue á los mas humildes in-
dividuos.


DUI'ante d tirmpo dr esta líltima cl'Ísis de ]a
f'nfcl'medad del Rey, el par! ido coml i tucional hi ..
zo gl'andes pro¡:?;I'esos ohtrllienclo cada elia alguna
ventaja sobl'(' las qne ya llevaba concedidas. Se 01'-
gan izal'on ademas fuera tlel cÍl'CII)O <1(>1 gobiel'110
oll'os medios de accion, qne robustecieron el par-
tido de la liberlacl y de los pro~resos. Las 50-
ciedatles secretas se fueron or~anizando: y todo
en una palalwa tomó el caractel' de una lltH'Va
época, grandiosa en S11 perspectiva, imponente
en sus resultados, magnífica en sus esperanzas,


A poco llegó Cea Bermurltlz, con impacit>n-
cia esperado, y no sin razon temido por algn-
nos. Se ocupó inmedialameute en la l'cdacc:ion de




4[;
,aquel famoso m:mifiesto que la Enropa conocf',
y que apancit'l\tl0 al golpe en la Gaceta oficial,
f'le espedido por correos estraordinarios y envia-
do á jas diferent{·s cortes estrangeras. Y á poco
apareció el decreto de ~upresjori de la inspeccioIl
de voluntarios H'alistas; supl'esion qne destruia
uno de los gralloes rt'cursos con que contaban
los sectarios del apostolicismo carlista.


Ta ID poco tardó Cea en recm plaza r al III in ¡s-
iro de la Guerra Monet, pOl' su ant iguo colrga
de 1824 el general Cruz, y Cafranga por el con-
sejero de Castilla FerlJand{'z del Pino '. prrsoIlage
de favor en pabcio. Hizo ofrecer al conde de
Ofaliá el ministerio de lo Interior que ~ste acep-
tó. Tambien {'S á Cea á quien dehe atribuirse la
separacion de los Comandantes y gef{'s de la guar-
dia, reemplazados pOi' los generales Quesada y
Freire, tenidos entonces por liberales moderados.
Por lo demas, el ministro d~ Estado, en aquella
época prepolente, dejó el cargo de las demas {'pura-
ciones á su colega el secrela¡io del despacho de la
Guerra, que apenas llegó p;JSO en actividad á mu-
ellOS generales, á buen número de oficiales supe-
riores, y sohre UllOS 2 o o oficia les de la guard ia.


Fueron igualmente hastan les los gl:al'dias de
Corps que salieron de sn cuerpo, y las epuracio-
nes que de igual suerte se vrrificaron en el ejhci to.
Se eliminaron casi todos los oficiales repu taJos
realistas y los que se hahian hatiao en las filas
del ejército de la fe, eH 1820,21, 22 Y 23~
Creáronse por el mismo estilo dos llUl·VOS rr¡:;i-
mielllos Je cal)allcría é infallluÍa bajo el noma




48
bre de la tierna Infanta doña Isabel, y se confió
casi la totalidad de su mando á oficiales constitu-
cionales.Asl escomo el ministroCca Rcrmudrz, Oe5-
pues de haber dado impulso y llevado ft progt'esivo
pnn lo el t!'aba jo de las epuraciones , se ocu pó des-
pues con voluntad persevel'ante y obstinada, en
hacer que el Rey se retractase de una manera
solemne de cuanto habia firmado ('Il San Ildefon-
so. Vamos pues, á Vér á Fernando VII dando á
la Europa el espec táculo de un Soberano que de-
clara en la asamblea general de su corte, de los
grandes del reino, y de muchos elevados funcio-
narios del estado, el modo COIl" que se hahia tra-
tado de sorprenderle por muchos de los que le rOe
deahan en el lecho de su muerte.




CAPITULO IV.


A~O DE i354.
Don Carlos en Londres.=Pi('nsa en venir á Espaií.1.


El baroll de los Valks, Sil confid('nle, es el director
del viagc.=Preparativos.=-Pasaporlcs.~ Precauciones.
Vigo tes rapados.=Enfcrnledad supllcsla.=lkndicion
del ohispo de Leon.=Llegada á Brigton.=N av('gacion
á Dieppc.


EL tratado de la cuadruple alianza decidió á
don Carlos á dejar el Portugal y trasladarse á
Iuglaterra. Su pensamiento favorito era el de
ver como hahia dcspucs de pasar á Navarra, des-
de donde algnnos de sus adictos le instaban pa-
ra flue vini('se á España.


El confidente y director del viage f{Ue em-
prendió don Carlos d"sde Evora á París, y desde
Paris á Bayona, fue cl Laron de los Vallcs, 1'ran-
ces, f{Ue ad({uirió cicrta fama poJitica por sus
lanccs con la policía de Paris, sus diversos via(.';es
á España, y cuyo verdadcro nowhrc cs M. L. Ja-
"ier Auguet ,de Saint Silvain, hombre de intriga
y rcsolucion, y flue esluvo en Madrid en 1833,
en donde eSlabl('ció un gahincte de lectura, con
cuya apariencia disfrazaha el verdadero objeto <ir'
su estancia en esta caIrita}, que no era otro filie
el de continual' en sus manejos carlistas. Des-




43
PlI('S fue espulsado siendo super in tenden te de la
policia IIon José Martinl'z de San Martin; pe-
regl'illÓ á Portugal, en Ilonde se adl(nil'jó la
confianza de la~ illfaulas doña María Francisca
d,~ Asís y princesa de Bril'a, y por afillldad la de
don Carlos, á quiell presló servicios y sigue pres-
tándoselos todavla.


Este, durante su estancia en Portsmouth le dió
el cargo de hacel' los preparativos del viage, y con
esle motivo Saint Silvain verificó algunas escursio-
nes á Londres pal'a arreglar lo llecesal'io. Lo mas
importante y dificil era pl'Oporcionarse pasapol'tes,
á cuyo objeto se conc('rtó con .lYh. TI. 'j:H't~, han-
qu('l'O en Londres t cuya alilwsion á la causa de
don Cario! y mucha h~biliel~Hl en la intriga t fue-
ron muy úlih's para el logro de lo que se ma-
quinaba. Despues de hahen¡e consultado mucho
50bl'e el género ele precauciones que mas lps con-
ven ia adquil,it'se, decidieron Ilue don Carlos y
la persona f{Ue huhi('se de acom pañarle se harian
pasar por colonos de la isla de la Trinidad, y
({ue en calidad de tales pedirian sus pasapol'tes.
Dicl'On la pl'efcl'encia á aquella isla, porque ha-
biendo pertenecido otras veces á los españoles, la
mayol' parte de sus habitantes hablan aun este
idioma, y de esta suerte las 1'alab1'as que en es-
pañol pudieran escapársele á don Carlos en su
travesía, serian mas disimulahles y no escitariaIl
tan tas sospechas.


Los pasaportes pues, fueron oht.enidos bajo
los n0111h1'es de Alfonso Saez v de Tomas Sau-
bol i el pdme1'O IH'gocian te, el segundo pr()pieta~




49
1';0 en la Trinidad, y corresponsales los dos de
Mi". B,~~~ j\1t", Tomas Saubot, existente en aquel
momento en Lomhes, le .lió su pasaporte, cu-
ya filiacion pOI' rara casualidad, se encontl"Ó sel'
conforme con la de Saint Silvain. El otl"O pasa-
porte le proporcionó un confiden te; pero nadie
sahia el uso que de estos documentos se intenta-
ba hacer. Una vez conseguidos, Saint Silvain
rcunió todos los periódicos y folletos que pudo,
relativos á la isla dc la Trinidad; tomó conoci-
miento de los nombres de los principales habi-
tantes de la colonia y de los últimos anibos en
Jos puertos de Inglaterra, á fin de no hallarse
desprevenido en caso de cuestiones imprevistas.
Despues, para esquivar la ~nycstigacion &uspicaz
del pl"ÍIlcipe de Talleiran, embajador de Fran-
Cla á la sazon en la corte de LOllurcs, envió pa-
ra ohtenCl' d,'isto bueno de la embajada, un pa ..
saporte que le hahia sido dado en Francia bajo
su nombre verdadtl'o, seis meses antes, y á fin
de que hubi('se el tiempo ncc('sario para tomar
nota de él estuvo dos dias sin rcclamade. En se-
guida y á su peticion se le dió el pasaporte con
el visto bumo para Hambllrgo, ciudad para la
cual habia anunciado su partida á todas las per-
sonas anejas á la casa de don Carlos; precau-.
cion de la cual tambicn habia usado con todos
sus amigos y conocidos. Al mismo tiempo csten-
dió por todas partes que se le habia confiado una
mision importante pua el norte de Alemania,
y estc viage pareció natural. Sahia aJcmas que
::f esperabau dos embarcaciones en Hamburgo, lle-


4




00
vando á su bordo 2 o o oficia les ('spai'íoles que no
hallian podido embarcarse con don Carlos cuan-
do fue á Inglaterra. Era consiguiente que Saínt
Silvain fuese á recibirlos, y asi es que muchas
personas le confiaron SIlS cartas y sus comisiones.
1\11'. de Talleiran fue tambien engañado, y anun-
ció de antemano la ida de Saint Silvain á sus
agentes de Hamburgo, añadiendo la circunstan-
cia de envial' un comisionado secreto para que
vigilase sus pasos y escudriñase sus acciones. Saín t
Silvain despues de adquirirse otros dos pasapor-
tes ('omo aumento de precaucion, anunció á don
Carlos que todo estaba pronto para el viage, el
cual en rigor no era aprobado sino por la per-
sona que le emprendia y por el obispo de I~eon,
quien a pesar de esto no queria reasumir sobre
sí las consecuencias de semejante intentona. To-
dos los demas individuos que rodeaban á don Car-
los, aun cuando estimaban muy útil la mediJa
de que éste volviese á España, preferian en cuan-
to les era posible á fple la empresa se acometie-
se atravesando la Francia. EJ mar les presenta-
ba mayores peligros. Los diarios, sin embargo,
habian ya despertado en Madrid y en otras par-
tes alguna sospecha relativa á que á don Carlos
se le esperaba en alguIl puerto de España, y ]05
buques ingleses, franceses y españoles vigilaban
las costas con escrupulosa eficacia. Un desembar.
co pues, de don Carlos en ellas, era operacíon
dificil y casi imposible, y por lo menos se cor-
ria el peligro de atrael' á la costa del desembar-
co todas las fuerzas contrarias i de suerte fIue don




al
Carlos volviendo de este modo á España, Sf' a'ven-
turaba á ser muerto ó á caer en poder de los li-
berales. POl' otl'a parte, la em barcacion destina-
da para recibirle, ha hiendo sido comprada para
llevar á don Miguel armas y municiones, era el
blanco de una vigilancia muy inquietante. Nect'si-
tábanse ademas seis millones {le rs. para el ejército:
¿y adonde se buscaba ese dinero? El argumento era
perentorio, y por lo mismo don Carlos dt'spues
de muchos deha tes, tomó en definitivo la reso-
lucÍon de emprender su viage por tierra. No por
eso dejaha de causarle algun temor el recelo de
que la policía de Francia se apodt'l'ase de su per-
sona, pero de todos modos se pensó que lo mas
malo que en ta \ caso podia suceder era que se le
condujese fuera de las {ron Leras, pues de ningun
modo se pensaba que aUll,,\ue don Carlos fuese
cogido, Luis Felipe se atreviese á darle mal tra-
to. Tomadas en fin ]as disposiciones, se anota.
ron igualmen te todas las casas t'n que ]0.'1 viaje-
ros podrian reposar en su viage de Londres á Ba-
yona, y aunque á ninguna se ]a hahia prevrnido,
se contaba con los servicios que de ellas podian
esperal'se.


Saint Silvain conocia prrfectamente el cami-
no y contaba con auxilios y ayudas que facilita-
sen la consecllcion de su vroyecto. Lo que mas
le urgia era emprenderle desde luego, porque en
la tardanza encon traba difIcultades y peligroso
Logró en fin, convencer á don Carlos, y éste
('('dienJo á sus razones fijtl S11 partida para el
primero de julio. Se convino en flue la familia




ü2
del infan te ida á halJitar á Londres. En conse ..
cuencia dejó á POl'tsmou th el 2"l de junio, y se
fue á apear á Gloucestcr-Lodge, antigua residen-
cia Uf:. 1\1t-. Caning. Esta bonita habitacion está
situada á dos millas de Hyde-Pal'k, del lado de
Piccadilly.


Es singular el contraste que ofrece á los que
saben la influencia que ohtuvieron los principios
de ]vIt-. Caning en los uestinos de la España, ver
á don Carlos salir con ]a iuea de conquistar un
}'eino, uel mismo puu lo en que se verificó la
muert~ del ministro ingles, que mas ha contri-
buiJo á las revoluciones de la pc-nínsula.


Don Cados empleó los pocos días f{Ue le
quedaban en visitar todo lo que Londres ofrece
de mas interesante. Luego fijó las' personas que
debian seguirle y dictó otras instrucciones. De-
bia salir segun se ha dicho en 1.° de julio acom-
pañado de un tal Aznarrs, an Liguo agreg;¡do á la
legacion de Ct'l'deña, é hi jo del que fue cOllsejel'O
de Estado en otra época. La salida debia verifi~
carse á las sris de la tarde, hora acos Lum brada
del paseo del iufan te. Se dispuso que se fuese á
pie á una plaza situada á una milla de su resi-
dencia, y que alli tomase un coche de al'luiler
para dirigirse despues á "Velveeck-Stret, Caven-
dish-Scuare; en una casa de dicha calle era don-
de Sain t Silvain le esperaba. En 'ella debia don
Carlos rapar sus vigo tes y hacer teñir sus cabe-,
])os. Se convino igualmen Le en que al caer la no-'
che se haria creer en la residencia de don Car-
los que éste h~bia. vuelto del pasco con una vio-


. '




r,;J
lenta jaqueca, y ([ue se hahia vislo ('n la pre-
c1sion tIc acostarse. El m(>Jico de don Carlos, que
siempI'e le acom'pañ6, debia estar en el secreto,
como asimismo su ayuda de cámara, antiguo sir4
viente en quien se tenia entera confianza. El mé-
dico despues de babel' visitado al enfermo debia
esaibir una receta (lue iria á buscarse á casa
de un boticario del hal'l'io, y en la cual se pres-
cribiri:m baños de mostaza y sinapismos. Doña
F.'ancisca (le Asís, la princesa de Beira y el
obispo de T,con, debian diariamente pasar al-
gnnas horas cerca del lecho del apócrifo en-
fermo.


El obispo debia venir á prop6sito de Londres
en donde habitaba para dar mas verosimilitud
á sus cuidados p;:¡r la salud de don Carlos. El
cuarto d" éste, fuera de los nombrados, debia ser
inaccesihle para toda otra persona, comprendidos
los infan tes. Hahíase convenido en que á estos se
les diria (Iue no podían v('r á su padre á ealJSa
del violento mal de cabeza que padecia. En una
palabra, se tomaron todas las precaucion('s que
exi~i:l ('1 sigilo de una empresa tan ardua y com-
plicada.


En el caso de qne ('n Londres se trasluciese
la salida de don Carlos, se habia convenido igual-
mente en que se harian salir en una silla de pos-
ta á doe; sprvido\'('s suyos con dil'eccion á Lnl-
vorth, para qnc hici.esen puhlicar en los p('rió-
dieos ({Ue (lon Carlos habia iJo á ac¡uella antigua
l't'sidencia (lc Carlos X, con el objeto de fijarse
en ella m~s tarJe con toda su familia. Doña.




a4
Fl'ancisca de Asís ~ra la qu~ quedaba encargada
de la ejecucion de todos es los l'royec tos.


En fin, llegado que fne ell.O de jn I io t se-
gun lo convenido, Saint Silvaill acudió á la ci-
ta de We]veed.:-Stret á las seis de la tarde á
donde tambien debía acudir don Carlos. Algun
rato des pues ]Jegó ésle acompañado de Aznal'es.


Inmediatamente se pl'Ocedió ~l asunto del dis-
fraz, y el mismo don Carlos con unas tigeras
empezó por quitarse los vigo les , sacrificio f{Ue
se convino por los circunstanLes ..ser muy dolo-
l'OSO para Ull castelJano. La amable señora B. ~o
dueña de la casa, se encargó de la tarea de te-
ñirle los cabellos no queriendo confiársela á otra
persona que pudiera comprometel' el secreto. De-
sem peñó su oficio de peluquera con gracia, pero
con timidez, y al tocar pOI' primera vez Jos ca-
bellos de don Carlos, le dijo con cierta conmo-
cion que 110 pudo disimular: (( Bien se ve seíior,
que estamos en aempo de revolueÍon, supuesto
que me atrevo á lleíJar mis manos sOúre una


,l-'obeza real." (( Valol', señora, la respondió don
-Carlos con afabilidad; y para inspirarla mas
confianza ]a pl'egunló si no habia tamhien polvos
que sÍl'viesen pan hhl.ll(!Ueal' los eabellos. Aun-
que bien veo, anadió, que esos secretos en los
tiempos en qfle vÍíJimos se han hecho tan vul-
gares qae ca,si SO/l inút ¡les.


Mienlras se virificahan estos prt'parativos,
Saínt Silvain fue á lomal' las últimas disposicio-
nes, y previno al pt'opit'tario de la casa en que
estaban, fIue debieudo partir al día siguiente .muy




a~
temprano en un htJ(I"~ dI' Ha m lHJrgo, habia re-
sueIto jl' á pasar la Jlod/C á bordo, á fin de que
todos los efectos se hubiesen lIev3do, se~un solia
practicarse, y evitar de esta suerte todo géne-
ro de sospechas. Conviene advertir (Iue Saint
Silvain tomó esta precaucion, porque un frances
se le habia presentado la víspera, ofreciéndole
acompañarle en su viaje. Esto le pareció sospe-
choso y se trató de evitar toda consecuencia pe-
ligrosa.


Volvió Saiot Silv&in cerca de don Carlos y
le encontró con el obispo de Leon , con Aznares
y con el secretario del obispo. :Este úI timo aca-
baba de llegar de la casa residencia de don Car-
]os, donde estaban las infantas, y adonde se le
envió á buscar el sello nal que se habia quedado
olvidado. Pnguntado que (Iué dejaba de nuevo,
respondió, que se quedaban preparando los sina-
pismos para el enfermo. Esta noticia divil,tió á
los cil'cunstantes.


Llegó al fin la hOl'a de scpararsf>. ttDeme ,-d.
su bendicion, " dijo don Cados al obispo; puso
una rodilla rn tiena, y la l'f>cibi().


Sonaba la hora de las doce de la noche; se
de~pidiel'on unos de otros. Don Carlos tomó el
coche acompañado de Saint Silva in; á las siete
y media tle la mañana ('ntrahan en Bl'i~htoJ) , y
una hora des pues ya vo,aban hacia Dieppe.




.~_.~.- ._~ .-' ..


~ .. ~-~ .. ~~~~~~~~


CAPITULO V.
AÑo DE 1354.


(Contiuu,acion ,lel anterior.)
Don Carlos en la aduana.=Idcm en la polícia.=L1f'n a


á Paris.=Se oculta eH casa de un rcalist;¡.=~~tliaa
de Paris.=Enctlcntro con el [acton ele Luis Felipe.
Don CarIos atraviesa la Francia.=EI telt(gl'afo le
asusta. = Tránsito p(lr Bllrdeos.=Llcga á Hayona.""",
Lances del camino.=Elltradu en Espaiia elfaccio-
so mas.


Los viajeros ~ml)learon unas doce horas en su
tránsito de Rrighton á Dirrre; el tempoJ'a) esta-
ha horrascoso, y (Ion Carlos sufrió mucho de
mal de mar durante todo el pasage. Serian cosa
de lal! cuatro de la tanIe, cnando Saint Silvain
le hizo l'Pparar las costas de Francia, cuna de
sus ahuelos, y pais qne no habia conocido sino
por un cautiverio de seis ailos bajo los cerrojos
imperiales de Valenzay. Ant(·s de des('mbarcar
Saint Silvain puso á don Carlos al corriente de
todas las formalidades á ([ue iba á tenu qne su-
jetarse, queri\~ndo d{· esta suerlt~ ('vi I al' la sor-
presa que pudieran causar al visoilo viajero, y
ser causa de que fuesl'n descubierlos. Sabido es
que los modales de los señores empleados de las




D'1
adu:ma~ no suelen ser de ]05 mas atentos, y si
()fen!len:í los simplrs p::trliclllarl'f, COn mayor
motivo descontentarán á los nyes ó á los p'l'e-
tendientrs de tales, cuando forzados por la ne-
cesidad tienen que someterse á penosas fonnali-
dades. Por lo mismo, Saint Silyain pidió á don
Cado,) que no hiciese reflexion alguna, y qne le
drjasc responder á todas las cuestiones que les
fuesrn diri~idas.


Su en lrada en el puer lo fue á las oc hl) ele la
noche, y en cuanto desembarcaron se l('s condu-
jo al despacho dc la aduana. para pasar al n'gis-
tro y á que se les espidiesrn sus pasaportl's.


Despues de haherse su}rlado al rXaml'Il ordi-
nario, fueron á alojarsc al Hotel Royal, tenido
por un tal MI". Llarkc. A peSal" de todos ·los (~s­
fuerzas y de todas las instancias, no pudieron
()btenel" de los aduancros que les en trrgasen sus
maletas y sus pasaportes en el acto, á fin de
poder continuar su via~e sin demora. Bien á pc-
sal' suyo se vieron forzaJos á pernoctar t'Il
Dieppe.


A la mañana siguiente se les fne á avisar de
que se les esperalla en la oficina de policia para
entregarles sus pases. Inú tilmente es puso Sain t
Silvain que en Calais no eran los emplrado5 I<ln
formalistas, y (lue á mercrd de una retribucion
de dos francos, se visaban los pasaporlrs de los
viajl'l'os sin que estos tuvieran que molestarse
y('ndo á la policia. No hubo rempdio: tuvirron
que p."esentarse, y al]i se l('s dieron pasaportes pa-
ra ir á las aguas de Bañcres. lIabia igual mente




as
en la oficina un gran nl~mero de estrangeros,
que lo mismo que don Carlos esperaban su vlslf!
bueno; pero Saínt Silvain habia obtenido ql!e se-
rian los pl'imeros despachados, y asi don Carlos
al salir le observó que habia hecho mal en dar
tan la priesa y en insisti.r que les diesen sus pa-
sapol'tes an tes que á los demas, supuesto que
tan las instancias podían inspit'ar sospechas. t(Al
contrario, señor, respondió Saint Silvain, este
es el mejor medio de que no se sospeche: nunca
se recela del que se muestra á las claras; la ver-
güenza es tá en esconderse."


De vupl la á la posada diel'oo sus órdenes pa-
ra partit,. El posadero les habia alquilado una
cal'l'etela, Sainl Silvain habia pedido los caballos
de posta de antemano, y despues de almorzar su-
hieron al cal'l'uage. Las ocho y media serian cuan-
(10 salieron de Dieppe. Don Carlos preguntó á
Saint Silvain donde estaba situado el castillo de
Af[UrZ, tan célebre por el combate en que Enri-
cIuC IV batió al duque de Mayena. Saint Silvain
le enseñó hácia la izquicl'da la~ cuestas que le
ocultaban, y don Carlos dijo sonriendo. Hlmito
á mi abuelo, y voy .í ver si. concInisto unl"eino."


Atravesando el pais de Kaos, se divirtió mu-
cho con el gorro de coton que suelen llevar las
mugeres. En general, durante todo el viage, <'l
aspil'ante á la corona de "España, hizo muchas
observaciones relativas á la alegl'ia francesa, y
dijo, que la preferia con m uc ho á la flema bri-
tánica. Encontraha en los franceses un aire de
vida y una animacion qur le encalltaba.




tl9
El viage de Dieppc á Pal'¡s le hicieron don


Carlos y su edecan en diez y siete horas. Se a pt'a-
l'on en el Hollel Meurice el 4 de julio á las tl"I'S
de la madrugada. Despue.s de haber tomado al-
gunos momentos de reposo, y siendo las siete de
la manana, se Uasladaron del Hollel JJfeurzce á
)a calle de BOU1"bon, número 43, á casa del
conde de Suan de la Cl"oix, residen te ('11 t011ces
en América. Su hijo, á quim Saint Silvain ha-
hia encontrado en Londres de vuelta de una mi ...
¡ion importante que le habia confiado Carlos X,
11abia escrito al podero de su casa diciéndole
que dos amel'icanos amigos su yos, idan á ocu-
parla mientras estuviese en París, y que en con-
secuencia preparase las habi taciones para reci-
hirlos con el decoro debido. Saint Silvain habia
ademas exigido de 1\11'. Suan de la Croix que di-
firiese cuatro dias su partida de Ing1aterra. y pa-
sase todos los d ¡as á Gloucester Loge para infor-
marse de la salud de don Carlos, y de paso con
toda destreza confirmar la noticia de que Saint
SilvaÍn se habia embarcado para Hamburgo. MI'.
de la Croix, á fin de alejar toda sospecha, a 11l"O-
vechó aquella circunstancia para conducir á la
hahitacion de don Carlos en Londres á varios
·amigos suyos, que despues de haber esprrado mu-
cho tiempo para serIe vresentados, se volv ¡eron
persuadidos de fIue el infante estaba enfermo. El
portero, entretanto, de la casa del conde de la
Croix en Paris, no hahiendo sido prevenido de
1a llegada de sus huC;spedes sino la víspera por la
noche, habia carecido dd tiempo necesario para




GO
disponer las habi tac¡ones. Así (Os que las encon";
traron en el mayor desorden, no hahiéndolas
habiLado nadie hacia seis mesl's. Don Carlos no
se desdeñó en ayudar á asearlas, y él mismo
aynJó á colocar unas colgaJuras. En cuanto don
Carlos se insLaló ('n su cuarto, Saint Selva in fue
á buscar un criaJo del duque de Burdeos, de
quil'n estaba seguro, y le coJocó á su lado en cIa.
se de ayuda de cámara. Este antiguo servidor de
los Borbones agralló mucho á don Carlos, y ob-
tuvo su confianza mi('ntras permanl'ció en París.


Saint Silvain se ocupó sin pérdida de tiempo
del asunto dl' los pasaportes. Ya se los habian
devuclto con el visto bueno, pero una carta de
Londres que esperaban, y que poIHa anunciarles
que la ausencia de don Carlos habia sido' sospe-
chada, retardó su viage algunas horas. No reci ..
hieron esta carla sino á las siete de la noche: y
en ella se les anunciaba srgnn habian anterior-
mente convenido, que la enferm('rlad de don Car-
los continuaba, .r que se esperaban CO/2 impacien"-
cia noticias de los viajeros. DeciJil!amente la es-
tratagema seguia por hncIl camino y nadie sos-
pechaha lo (pIe se estaba urdiendo.


Recihida que fue esta carta, don Carlos con
Saint Silvain p:lSÓ al domicilio de MI'. Jaule, que
era su hombre de nf'gocios en P:u'is, en la cnal
un coche les espt>raba. Saint Silvain hahia ido á
su casa á las ocho de la mañana para encargar-
le que les p,'oporcionase una silla de posta y una
letra de cambio en trueque de valores I'fecLivos.
Convino con don Carlos, que en vez de tomal'




61
la silla de posta en la posada, ü'ian á casa de
MI'. Janje y desde alli seguil'ian su viaje, vara.
evitar de esta suerte las sospecllas de la policia.
Antes de,partir don Carlos habló con ~Ir. Jau-
je de un empréstito que habia contratauo en In-
glaterra, y le pidió que contribuyese á su nego-
ciacion. Este ya habia entemlido en d negocio y
quedó com pletamen te encargado de cont iIluarle.


Las ocho eran de la noche clWIltlo d011 Car-
los y Satnt Silvatn tornaron la silla de posta, Las
calles de P:ll'is ofncian aquel aspec [o brill:m (' y
animado que tieIlen siempre en las hermosas no-
ches del estío: las avenidas de la plaza de Luis XV
estaban cuhiertas de elegantes carruages, que se
dirigian haciendo chispear las piedras, hacia los
campos Elíseos y el bosque de Eolouia: gran nú-
mero de jóvenes á caballo y de paseadores á pie,
daban á todo afluel movimiento un aire festivo
que contrastaba fuertemente con las ideas, que
si don Carlos lo pensaba, debían asaltarle sin
duda, al verse en medio dl'. la plaza, en dOIlde
cuarenta y un ailo antes había caiuo en un pa-
tíbulo la dcscoronaua caheza ue un desgraciado
monarca.


En aquel momento, el carruage de don Car-
los fue detenido por un largo y elegante carro
subdividiuo en mnchos asientos, al estilo de los
carruages que con igual forma hemos visto usar
algunas veces á S. ]\'(. ]a Reina Gohernadora, y
particularmente al Infante don Francisco y á su
augusta familia, Saínt Silvain echó una mif~¡(la
sobre aq,uel trén para ver f{tdellcs eran Jos ilus-




82
tres paseallOl'es, á qUICl1<'s el postillon de don
C:ll'los tenia que ceder e\ -paso, y rr.conocló á
I.nis FrliIl(' y su familia (pie se llirigian á Neully:
Hízoselo reparal' á don Carlos, eliciéndole. Sej"'¡orp
ahí tcncis á ,)uestro a.Ugllsto primo el ney de los
franceses, que viene á desearos un feliz víage.
Don Carlos impulsado por una natural curiosi-
dad, miró con mucha atencion á su parientep
quien al pasal' y observanelo que el desconocido ele
la silla de posta le miraba tan1Ó, echó mano á
su real sombl'cl'O gris, y le inclinó civilmente
delante del pretendiente de la corona española.
La Heina Amélia, y las princesas sus hi ¡as, imi.
tal'on el acto político ele S11 l)adre y saluelaron
tambien. Don Carlos no pudo menos ele sonreÍt'-
se, y dijo á Saínl Silvain.· H Mi buen pai'iente
» Orleans no sospecha que estoy pasando por de-
» lante de él, para ir á España y ver si pm'do
»elesgarrar en ella su tratado de la cuadrnple
»alianza." Aquel incill('nte inspil'ó sio embargo á
clon Cados algunas graves reflexiones, y no era pa-
ram{'llossi se fija la m.:ntceJl la singularidad de
aquel eocueotl'O, y en los elos principios que
l'epresentan á don Cárlos y á Luis Felipe, cru-
zándose y tropezándose, por decirlo así, <,o me-
dio de la misma plaza en que una revolncion
habia cortado la cabeza de un Rey y pulverizado
una gran monarquia. Don Carlos atravesó de
esta suerte París, sin que le ocul'l'iese ningun
incidente desagradable. No por eso, dijo al salir,
me persuado que me CSpC1'Ol1 días tranquilos, y
me temo qltc se ha acabado para siempre aque-




85
lla época en que los principes de Espaíia pipian
sougados en los vergeles de Aranjuez ó en la
real soledad del Escorial. Don Carlos se detuvo
para cenar en Lonjumeau, cerca de Paris, y
aunque se sen tia animado de un buen apetito se
encontró con que la cocina ¡lO era muy brillan-
te, y tuvo que en tl'at· en una especie de taberna
decorada con el nombre de café. Si la cena no
fue de las mas delicadas, se sazonó á lo menos
con una pequeña escpna pastoril, que durante
algunos momentos desarrugó el cpilo de tan gra-
ve viagero. Cerca del mostrador ó de la mesa que
llacía veces de tal, se llallaban las dos hijas de ]a
posadera, mocitas ale\!;l't's y pizpir~tas, que reían
y gastaban muchas chanzas mientras la madre
servia á don Carlos, y cruzaban sus miradas con
las de un alto y desenvuelto muchachon que e~­
taba cenando en una mesa inmediata, y que se-
gun las trazas debia ser uno ue los gallitos del
lugar.


Don Carlos siguió su camino con rapidez. Al
dia siguien te almorzó en l\Ier-sur-loi)'p, en tre
OrJeans y Blois, sitio famoso })or la fritura de
sus pescados. Don Carlos se u{'tuvo á comerlos
en la mejor posada del pais, pc,'o no los encon-
tró tan buenos como su fama, y dió la prefe-
l'encia á una fuen te de fresas (~J) crema, las rri-
meras que comia en Francia, y que dijo no 5t'1'
infe.riores el.\. lo saln:osas '5 h\.en. ~(!.\:{'-1.:maJ..as á h,~
de los jardines de Aran juez. Al pasar por Tours
don Carlos sintió que su viage incógniLo no le
permitiese ver al duque de Granada, que Ot'sdc




6.1
la toma de Vi toria por el general Sardfiel, re-
side eJl aquella ciudad vigilado por la policia
francesa. Tambien manifestó pena de no ver al
conde de España; que igualmente se encontraba
en dicha ciuoad, sujeto á una vigilancia mucho
mas sevcra. Sabido es que esle gl:'lIcral {~stranj(']'o
se habia ya antes hecho célehre 1101' sus terribles
hechos en su mando de capitan general de Ca-
taluña. Mucho se ha hablado de este hombre
monstruoso, y hasta los mismos realistas lllm'-
muraron lo de Vidal y de sus camaradas. Sea de
esto lo que fuere, no es este el momento de
tl'atar esta cuestioIl: baste decir que Fernan-
do VII fue en persona á Cataluña y que el con-
de de España desplegó una feroci(ladespantosa.


Al dia sigui en te don Carlos almorzó en Va-
lenciennes en la posad.a llamada el Escudo de
Francia. Mien tras se le preparaba. el almuerzo,
la posadel'a (Iue era una. gl'an habladora, se pu-
so á contarle todos sus negocios y proyeclos; le
habló del esmero con que procuraba sa tisfacer á
los viajcl'os para atraerlos á su casa, de la envidia
que la trnian los demas posaderos; y de lo mu-
cho que la ([uerian todos los postillones. Don Car-
los la escuchaba con atl'ucion, y ella entusiasma ...
da decia á Sainl Silva in : Que scílor tan bucnQ~
es mucho lo que me gusta, por lo bien que me
escucha cuando le hablo de mis negocios. Un
incidente que merece citarse es, que durante to-
da la tl'aves-ia, don Carlos y su compañero tu-
vieron siempre el t('l~gl'afo delante de lo,> ojos.
Este instrumento alarmante para ellos les cau~




fJl)
s~ba cada vez que se ponia en movimiento inquie-
tudes mortales, pues recelahan estuviese dando
la noticia de su escapada de Inglaterra, y tras-
mitiendo la ol'den de prender á don Carlos si
tl'opezaban COn él.


Otras veces, menos temerosos, creian que
:munciaria fIue don Carlos seguia enfermo en
Londres, ((Acaso comunicará, decia don Carlos,
que estoy muy enfe1'mo, y que mi primo de
Francia, fIue tanto interes toma por mi suerte,
tl'ansmite esta triste noticia á mi querida sohri-
na de España." Y algo habia de esto, pOl'que el
rumor corrió en Londres de que la salud de don
Cados se hallaba en' el último f{uebranto. Hasta
el astuto Tallairand, dió en el lazo, y á tal pun-
to, que envió val'ios despachos telegráficos con-
nI'mando su urot'. El mismo embajador de Es-
paña recelaba la muerte de don Carlos, como
probable, y su desaparicion dt'l suelo ingles, si
S. E. hubiese de confesar la verdad, debió cau-
.sarle alguna confnsion y no poca sorpresa.


El viage siguió haciéndose fe!izmente hasta
Cuzae; pero al llt'gar á aquel put~blo el cahallo
en que montaba el postillon de don üu'los cayó
redondo, tan to que se le creyó m uel'to y cos tó
mucho trabajo levantarle. Los primeros que acu-
dieron á su socorro fueron dos gendarmes, qlle
no Jieron señal alguna de sospecha' respecto del
personage con quien hablaban. A la posta si-
guiente el postillon, que habia corrido mucho,
dijo á don Carlos pidiéndole la pl~opina. (CCon-
ven{Ja I/d' l se,lor mio, en que á {4,n ,Rey no se le


5




66
trae mejor.-Puede muy bien, replíc6 don Cal'·
los al postillon, que si .1'0 fuese l"ll'y, no me hu.
biera "d. traido tan á prisa."


Los viageros llegaron á Burdeos el doming(1
6 de julio á las diez de la noche. No queriend(]
llamar la atencion yendo en posta á la posada
en donde querian apearse, dieron orden al pos-
tillon que los condujese en casa del dueño de la
carretela en que viajaban, que era un guarnieio-
nero de la calle Port-Maon. No habia nadie en
el domicilio, pues todos habían salido á tomar
el fresco. Saint Silvain se decidió entonces á ha-
cer descargar el coche en la puerta de la casa,
y durante esta operacion se fue á buscar un fia-
ere, (coche simon.) Cuando volvió se encon trá
á don Carlos que estaba personalmente ayudan-
do alpostillon á transportar las maletas. j Sin-
gular coincidencia para ('1 que sabe pensar, que
prueba que (,Jl todas las situaciones; el hombre,
mozo de cordel ó príncipe, es esclavo de las cir-
cunstancias!


En seguida se fueron al/folle! de Nantes pa-
I'a pasar la noche. La dueña de ar¡uella posada,
es trañando que llegasen tan tarde, les prcgun tá
que carruage les habia traido. ~~IIemos Vl'llido con
el correo," la respondió Saint Silvain sin dete-
nerse; y como el carruage de éste llegaba comun-
mente de tres á cuatro de la tarde, Saínt Silvaiu
añadió que habian comido con unos viageros ami.
gos suyos antes de trasladarse á la posada. Al
Jía siguiente el acompañante de don Carlos ma-
dl'ugó mucho, y fue á casa del La ron, AlbCl'to




87
Pichon de JJon~nrvillr, pa!'a proponerle que los
l'Ccibirse en su tlom ic i 1 io, y fuese á acom pañal'-
los en su coche has La la casa de campo de su cu-
ñado, situada á una legua de distancia de Ba-
yona.


No les faltaba interes en que aSl fuese, por-
que dicho sugeto tenia mucha mano con todos
Jos dueños de casas de postas situadas en las ru-
tas. El tal, aunque enfermo, aceptó con gusto
la proposicion, lo cual no debe estrañarse sa...:
hiendo que esle baron (le Longlleville ha profesa·
do siempre opiniones mny carlistas. Saint Sil-
vain tomó en seguida las mayores precauciones
para el transporte de las maletas á casa del ha-
ron Pichon, porrple no queria que en la posada
supiese nadie ~dollde se iba. Don Carlos fue á
pie á la iglesia de santo Domingo á oir misa, .
casa qul' no hahia hl'cho desde Londres, y que
segun ~l mismo repeLía á mrnudo, era lo que
mas le mortificaha. Saínt SilvaiJl en tanto, se
despidió de la huéspeda, qui(,Jl le dió Una carta
de recomrndacion para su madre, qne t('nia una
casa de baños en Bai'í('r:ls, y algnnos periódicos
que le encargó que la entrrgase. Fue Sain t Sil-
vain en seguida á 1nscar á don Carlos que esta-
ba en la iglesia, y ~sle ('n el camino en tró en
una ti('nda para comprar un par de guantes y
una cascl'leta. Iba á pagar con generosidad, pero
Saint Silvain le cortó el nhesino regateando
Inrzquinameotr, con el ohjel.o de que no se di-
jP$r qul' pa¡.;aha como un príncipe. Cua1Hlo lle-
garon á casa de Mr. llichon, don Cat"los fue l"CA




68
cibido con todo decoro y henevolencia: dirigio pa ..
labras muy atentas al ha ron y á la bal'Olll'sa de Pi-
chon, y al conde y á la condesa de la Lande, y
des pues se l'etiró al cuarto que le prepararon. Mas
tarde, el cónde la Laude le acompañó á una casa
de baños y no Cesó de prodigarle las atenciones
mas eficaces y delicadas. A las cuah'o se senta-
ron á la mesa, á las cinco se drspidieron de la
~'amilia, y sin mas demora tomaron el camino
de Bayona,


Ai dia siguiente encontraron en el camino á
Jos seminaristas de Dax y l'OnnrS:lron largo ra-
to con los viajeros, y el mismo dia á la una de
la tarde llegaron á casa del marques de la Lan-
de,. á quien rogaron fuese á Bayona á buscar á.
Mr. D.'I)~'I), sugeto de confianza qúe los espera-
ba t á fin de concertal' con el las medidas de se-
guridad que eran indispensables para entrar en
España. Ambos volvieron á las cinco de ]a tar-
de. El tal MI'. D. ~~'I» estaba tan aturdido, que
tomaba á todo el mundo por don Carlos.


Saint Silvain ]e preguntó si seria pos¡ble pro-
porcionarse algunos guias, para pasar ]a frontera
á la mañana siguiente. MI'. D.'I»~~ respondió que
le serian necesarios algunos djas para tomar las
disposiciones convenien tl:'S. HEn eSe caso, repli-
có Saint Silvaint, prtsaremos solos la frontera:
estamos ya demasiado inmediatos al puerto, pa-
ra arriesgar un naufragio, y el telégrafo nos
causa demasiadas inquietudes, para diferir por
mas tiempo nuestra, sal ida de Francia. Es pre-
f.,'iso que á todo frallce ésta se verifique maña-




G9
na." Mr. D. ~~. viendo esta resolticion se volvió
á Hayona, y re~resó al dia siguiente muy tem-
prano á anunciar con alegria que todo estaba
pronto, y que á las diez se hallarian los guias
esperando á un cuarlo de legua de Rayona. A las
nueve y media los viageros tomaron la carrete-
la del martIues de la Lande: el marqm's y su
mnger se colotaron en el asiento delantero; y
don Carlos, )a seuOl'it.a la Lande y Saint Sil-
vain en )a testera: don Carlos á )a derecha, Saint
Silvain á la izquierda, y la señ.orita la Lande
~n medio.


Asi alrav<,saron Bayona á las diez de la ma-
ñana por el barrio mas concurrido de la ciudad.
Llegados que fueron al lugar de la cita, no en-
con traron mas cIue al bar'm de Pichon y al hi-
jo del mal'ques de la Lande. Los guias no ha-
hian llegado: se hicieron esperar mas de dos ho-
ras, y su tardanza ('mpezaba á causar alguna in-
quietud, cuando al fin se presensaron.


Estos eran Mr. D. ~~~; Cruz, consul de don
Miguel en Bayona, y Rihet, ex-guardia de Corps
de Carlos X. Entonces don Carlos y Saint Sil-
'Vain se despidieron de sus compañeros de viag(',
y montando ('n los caballos que habia conducido
el baron de Pichon, continuaron su camino.
Dos guias iban delante, seguían don Carlos y
Saint Silvain, y el ter'cero cerraba la marcha.


A poco se en~ontraron con el comandante
de la gendarmería, quien por una casualidad
singular, que pudo h~Jler g,'aves consecuencias,
conocia mucho á uno de los acom pañanles de




'70
don Carlos. Fue con ellos hasta Sarl'c, último
lugar de Francia, adonde iba' vender su ca-
hallo, y tl'ahó gl'an conversacion con don Car-
)os, á quien tomó por un ingles, segun la tra-
dicion POPUlal' del mediodia que t's causa de que
se tengan pOI' ingleses á casi todos los estran-
jero.~ que viajan por Francia. Por lo demas aquel
oEcial era un hombre de muy buenos modales,
que en nada descubria el tono brusco y des-
J>rgado que suele caracterizar á los oficiales de
la gendarrnel'ía.


Los viajeros comieron en Sarre, y dijeron á
todos que don CarIes era un emllalador ruso. Las
~eis eran de la tarde cuando verificaron su en-
trada en España. Mi'. D.'l)'l)~ se despidi.ó para
volverse á Hayona, llevando en su pode,' dos car-
tas que debia espedi,' por un correo, la una á
Pal'is y la otra á Londres.


Asi en tró en España, el qne tan to movi-
miento habia dt> contl'ibllir á dar á la guerra
desoladora que aflige a esta nacion, tan trahaja-
da pOI' las revoluciones y por el trastorno de
que es víctima. Asi prnetró en el suelo que tan-
to habia de seguir agi tando, el personage á quien
una frase poética califICÓ didácticamente de un
faccioso mas. j Espresion por cierto, la mas ine-
saeta (vistos los resultados), de cuantas pUf~­
de producir la presunción dogmática de los que
no han sabido ni prever los males, ni calculal' ti
modo de prevenirlos!




.. I






CAPITULO VI.
AÑO DE i820.


lncuria (lel goLierllo.=Anhelo de un eambio ...... lmpa-
ciencia de los descontentos.-Se proclama la Const,i ...
tucion eu la Coruúa.=Don Juan Diáz Porlier.=Crc.
ce la re\'olucion en Galicia.=Alarma en la capital._
Proyecto de Cortes por Esl rtmel1to~.-.E1 Rey prome-
te jurrtr la COl1stituciol1.=Aturdimicnto (le los gober-
nantcs.=Confusion en palacio.= Crisis. =- Fernan-
do V JI cede al un, y adopta el ,istema constitu.-
cional.


TODO el mes dI' t'nP,I'O, y las pos tel'~('ras par-
tes d~l mes de febrel'o se pasaron de esta SUt'l'te
sin que estallase la UH'J) 01' conspÍl'acioll en uil1-
gun otro punto de la monal'fluia. El gobieruo no
echaba cLH'nl.as sino con lo que ocurria en un j'i-
tremo de Andalucia; t'Il aquella di,'cccion acu ..
mulaha casi todas sus fue, zas disponiblt's, dejane
dI) á un mismo'tit'illpo otra .. provincias entt"ra-
mente desguarnecidas. Todo se lIacia t'n silencio;
no aquel sih'ncio '1"\' Ilt'na á los conspil'adort'~ de
~spaJlto, sino aquel silenCIO temeroso y poco en~r­
gico que alienta eu alto gt·ado el espírItu de la.
facciones. Ni el público, ni aun los observador",
mas retlexivos de 101 IUCesO', pudieron aduc{ü·ir




79
conocimiento de una ~ola medida qur fu~~(' t no
digamos vigorosa, sino prud~llt(', lomada por el
gobierno. Natm'al parf'cia IIlle en srnlt'ran te~ cir-
cunstancias no se descnidase medio al!!;uno de
asegurar la fidelidad del ejército, dirigi~nJo~~~ á
los capi [anes geneI'a lrs, á los iusrec lores, á 103
gefes de los cnerpos : dando un fuerte impulso á
todos los rall10S del s('rvicio mililal': alejando á
los gcfes y oficiales f{Ue no illspil'asen confianza: ins-
pirando á los soldados sentimientos de disciplina.
y de fidelidad, Nada de esto sucedió: lodo si~l1ió
]a apática marcha acostumbrada en aquellos
tiempos,


Pensábase que el Infante generalísimo se pon-
dria al frente del ejército de Andalucía, y fllH' su
presencia, escitaudo el entusiasmo de los 'lue
permanecian fieles, aba tiria sin duda á los f{Ue
se revolucionaban. l,a opinion general (Ta, si el
príncipe les hubiese hahlado, y si ademas hn!,ie-
se permitido á algunos dI' los pricipaJe~ conspira-
dores que escapasen del reino, que todos los de-
mas habrían l'endiJo las al"maS- atltt~s de terminal"-
se el mes de enero. Siendo así, todo podia apla-
carse sin disparar un tiro.


Sin embargo, la poblacion y las tropas se
familiarizaban con el alzamiento de la Isla de
Leon, El espíl'Ítu de partido y el.anhelo de un
cambio exaltaban á los gefes dil igen h's y Jaban
cierto prestigio á sus proyectos. La revolucion,
en una palabra, se alimentaba con ('] deft'clo de
enHgia y con la indecision dl·l gobierno, del que
hacia entonces cabeza el duque de San Fernóln-




'jl
ao. Los agrntes Jel movimiento qut' tenian la
misioll de lt'vanfar las provincias, trabajaban á.
las claras, y su activioaJ redobla ha en pT'Opor-
cion del apuro de sus camarada.s de la Isla, por-
que estaban bien cOllvenciJos de que estos única-
mente ent"egados á sí mismos dehian sucumbir
de un momeuto á oll'o. Las autoridades estaban
óegas y sOI'das; bahríasc d icho que favorecian los
medios de tnslOl'nal' el orden existente; eran
putíciprs, el1 HIla palabra, (le la especie de le-
targo (ine' amodolTaha al ~ohi('rno.


La 'ÍnÍca senal oe vida <¡ue se bahia dado,
"1'a el envio sin cuellta lIi r;¡zon de Iropas á An-
dalucia; peT'O no se habia adoptado ninguna de la.
mediJas imperio.<:amente ncl:lInaJas llOr las cir-
eHS tancias. De es la suer le lI('gó el 2 1 de febrero,
dia en que la Constitucion fue proclamada en la
COl'lula. Si los esfuerzos de los del movimiento
}lara prodllcir una llamada en favor de los de la
Isla de Leon eran nolorios en todas parles, esta
nidencia l'PsaItaba mas en la capital de Galicia,
~n donde á nadie se oel! ltaha lo flm' iba á suce-
dtT. Ella el'a el ¡)Unto en Jonde habia estallado
la conmocion de 181//, capilancada por el ma-
riscal de campo don Juan Diaz Porlicr, que lle-
gó á apoderarse de la persona del capilan grne-
ral y de la Jel gobernador.


Parecía que esta sorpresa o('bia ser una man-
cha para las autorida(]es, culpahles por 10 me-
]lOS de ddl'CtO de vigilancia, y reprensiblf's por
iguoj'ar lo f{Ue á sn lado pasaba. El goLi¡'I'no sin
~Qlbargo I no· lt's dirigió l'eprimenda al{;una".




'74
una vez desvanecidos lo~ proy~ctos dt> Porlier, el
capitan gt'ueral y el gobel'saJor salier'on de pri-
aion para volver á ocupar sus plH'slos, La espe-
riencia no Ie~ hizo mas previsores, y el hilo de
la conspiracion volvió á enlazarse a su vista, lo
bastan!/' ll31'a hacer pensar fIue iha á estallar de
nuevo. Tal era la apa t ia del gobierno, qne con-
servaba en empleos de tan alla importancia á
hombres que acababan de dar pmebas palpables
de incapacidad en el desempeño de sus obliga-
ciones.


A pesar de todos los prepal'a1ivos de lo~ con-
jurados. pequei'io fue el JIlÍm''I'o de soldados y
oficiales que tOO1al'on parte en la revolncion de
la Coruña; esto no quita flue se proclamó la
Constitucion. El capitan general y el gohemador,
)0 mi~mo que otros v:u'ios gefes, fut°ron arresta-
dos. Necesario se hacia tomar una resoJucion vi-
gorosa, tal como la de presentarse en algunos
banios para im pl:'dü' á las tropas que olvidasen
sus debut's. ú obligarlas al menos á retirarse á
Un punto en (pIe pudiesen reunirse los cuC'rpos
diseminados en la provincia, lo mismo qne los
regimientos provinciales. Pero en lugar de hacer-
lo asi t y d(' resistir á la revolucion pOI' alguno
de estos medios, el general tomó el partido de
prt'st'ntarse á los reheldes pal'a hacerse al'restar¡
como si en cil'Cltn.'1tancias tan cl'Íticas cumpliese
un capitan geoel'al y una autoridad de esta ca-
tegol'ia , con no tomar parte en 1 a rehel ion.


La noticia de la revolucion de la COJ'Uña lle-
IÓ l'íp\da a\ V~ftQ\ t ., 'ln ió dt seña\ • los ami.




7t1
gos drl ('amLio pat'a Sf'gUlt el ejemplo de la ca-
pital de la proviucia. En cuanto á las autorida-
des, rstas no tornaron medida a Igana de vigor,
no reunieron la!> tropas, no la·s hablaron; y cuan-
do rn 23 dr f¡'hrero se pt'oclamó la Consti lu-
cion, rl gobel'na¡]o,' no tuvo dt'nuedo sino para
dejarsr arrestar (~Jl su casa: lo mismo sucedió en
Vigo.


PPl'O ('1 comandante de San{;·iego, conde de
San lloman, sr deciaró en favor dd gobirl'no,
tomó el mando de Galicia, hteo poner sobre las
arma!; á los rpgimiplltos de milicia t 'Y reunió di-
ferentes tI'opas. A pesar de la imposibilid~l ('n
ftne se hallaban los levan lados, y aun con los
mayorrs t'sfll(~rzos, enviaron 5 o o hombres con-
tra Santiago; rn los primeros momentos el nue-
vo capitan genrral SI' l'!'t.iró á Orense. Los habi-
tan trs y los soldado!; fi(' les debi('ron fOl'marse una
idea exagerada de los recursos y (le la .. flwI'zas de
)a imulTecciOIl ,viendo que se la ahandonaba la
ciudad mas rica y mas poblada de Ga licia, al
mismo t.iempo que los inS1Hl'eccionados podian
persuadirtes que nada tenian qne temrl'.


Estos llegaron á Santiago; el conocimiento
de su debilidad les ohligó á prrmam'cer muchos
días en aquella ciudad 1('11 la qne apellas se en,jan
seguros. En el ínterin, el nuevo capitan g('nf'ral
reunia en Ol'ense diversos destacamentos dI' t.'o-
pas de líUf'3 y cinco regimientos de milicia; otros
dos regimien tos, un ba.tallon de infantel'ia y al-
~unos escuad,'oll('!I , rstaban tambien prontos. E.
bien cierto que entre los milicianos UD g"an nú.




76
mcl'O de ellos estaban sin al'ma.~. ¿ Y c.t~mo r.'lrl.t-
sal' esa negligencia del gobil'1'110 y de las autol'i-
dades superiores, en facilitar armamento á los
cuerpos con cuya fidelidad dehia contarse? ¿ Qué
mayor prueba se necesita dd ,lesonll'u que reina-
ba en l.odos los ramos de la a(lminisll'acion?
I~as fuerzas del capi tan gelllTal eran sin em-


b:ll'{:;o imponentes, y aun c":lndo en su m:lyor
llI'rmel'o estaban compuestas de milicias, casi lo-
dos los oficial('s, mi:'nos algunos s:lbl.enicules, y
la casi tot:didad de los soldados lnbi:ln )I('cho la
gunra de la iwll'prndl\llcia, Ya habia diez hel'-
masas compañias i1l' gran:u}eJ"Os, y dt, tlIl mo-
mento á otl'O podian agl'egál'seles otl'as nuevas.
i Qllé contraposic.ion o{'recian los inslllTt'cciona-
dos! Apenas tenian 800 homlwt's, la mayo!' par-
te reclutas que balO nin¡;nn a1lpecto inspiraban
confianza. A pesar dI' ésto los del movimiento
tomaron el partido de Ilil'igi,'sc á Ol'ellSe, pOI'-
'{lle sabian muy bien f(11r solo á fllPrza de acti-
vidad podian impOIH'r un poco y conservar sus
soldados, El capilan g"neral, no solamen te te-
nia una gran superioridad de fuerzas, sino que
ocupaba una posic.ion aventaj:\lla. A pesar de es-
tas consideraciones no se (h'cidió á consl.'rvarla:
se retiró á Castilla, y se {'slablcció en Benavt'll-
te á cuaren la leguas de Oeense. De esta suerte
pues un puñado de insul'l'eccionados t ~in disparar
}IOe decirlo asi un tiro, lanzó por tldante de sí
á [uel'lr.as cinco vrces superiores, y todo d reino
,le Galicia, 'lue f''luivale á la st'ptirna parte de
Espaila, se sometió á sus órdenes, La poblacioJl




77
pel'manéció del todo pasiva y no tomó parte al.
guna en la demanda.


Nos hemos ddenido alglln tanto ('11 dal' ¡(lea
de como se hizo la rnolucion ('U Galicia, para
(pIe se pueda formal' COIlCt'pto de la clase de I'C-
sistf'ncia que opusil'ron las autoridades y del ('s-
tado en (l'w se encon traba la nacioll. Imposihle
parece qne tales cosas hubit'sen sucedido, si el de-
seo del camLio no se huLiese propagado en todas
las clases.


ALAn~IA DEL GOBIERNO.


Los sucesos de Galicia produjeron grande efce-
t.o en la capital, y el gobierno', cogido drspro-
visto, comenzó :í trans:gir con la revolucíon of1'e·
cien do por de pronto reunir las Cortes por esta-
mentos, 'Jue corno nadie Ignora constituian la
representacioIl nacional de la antigua monarquía
española. Se componían de Jos diputados de la
nobleza, dd clero, de las ciudades, y fOl maban
una especie de estados g('nerales, siulen!'r mas
que una sola cámara. Desde afrUe! momrulo no
hubo hombre ilustrado con dotes, de prudente,
que no percibiese hahel' lIegaJo á su térm ino el
orden de cosas enhlIlC{'S l'.xislente; porrlue un go-
bierno que empieza á prrdu terreno en presen-
cia de las conspiracivJles, está perdido sin reme-
dio. Asi es, que el decreto cilado no satisfizo á
nadie: los insnl'l'eccionado~ habían hecho inca-
'pie en la Constitucion de I8.:l Y los defensons




'78
de la anti~na monarquía cl'cian inoportuna y
aun insigllificanll' la promi'sa de cortes por esla-
Dll'ntos. ¿ Qué c.on\iam.a, "\\ e~~c\o, -podia ins\,i-
rar!rs ('sta pl'omesa de cortes por estamentos.
cuando el decreto de 4 de mayo de 1814 pOI' el
cual SI' habia abolido la Constitncion y que con ..
1enia tambien la promesa del Hey de convocar
las corlrs, no habia llegado nunca á su debido
cumplimiento?


Los descoll ten tos de b capi tal, escÍ tados POI"
)a d{'hilinad del gobierno, trahajaron aLierta-
mmte para su objl'lo, y el 7 de marzo el Hey
p('(unelió que jm'aria la Consti lucioll. Por un con-
eurso de circunstancias hastante curioso, el lUis-
mo general don Francisco BalleSh'1'OS, mandado
pasar á Madl'id para salv:u' la monal'quia, llegó
á lH'cclso tiempo para decíl' al monarca que de-
bía prrstar juramento á la Consliluciou, y por
una circunstancia no mellOS rua, el Bey juró
esta Consti!l1cioTl el 9 d(· marzo; (lile t·s decir:
cuando los del alzamiento de la Isla de I~roll es-
taban I'n el nlay01' apl1ro; CHanclo la columna de
Riego rrducitla á pocos llombl'('s se veia someti-
da á la necesidad dl' disolv('l's{, ; cuando la guar-
nicioIl de Cádiz con sallg¡'i('nta apt i lud se mani-
festaba opuesta á (p.e la Constitncioll se IH'ocla-
mase, No hubo pues, de pal'te dl'l gohierno ni
de las autoridades de )a capital, mas eneJ'gla, ni
mayor decision que en las provincias. CieJ'tamen-
te pucce increible que se hu hiera poclido lIt>gar
, tal pun to de inaccion y de inercia. La guarni-
cion de Madrid se componia de dQS regimientoa




79
d~ infantel'ia de la Guardia Real, de que era
coronel el famoso duque del Infantado, de un
cuerpo numerosO de caballeria de gua:'dias de
Corps, de dos rrgimientos d(· cabal1eria de línea,
y de un escuadron de artilleria de á caballo. La.
infanteria de la Guardia Heal formaba una her-
mosa division d(· ~oo (} homhns escogidos. Lo",
sucesos han demostrado despul's el espíri tu que
animaba á estos soldados, al de los guardias de
Corps y al de toda la guarnicion de Madrid. ¿Qué
hizo el minislrrio, 110 digamos para obligar á
las tropas á mantenerse en su deber, sino sola-
mente para indagar cuál era el espíritu de ~stas
tropas? Absolutamente nada.


En vez de aconsejar al Hry (lue hablase á
Su Guardia t (Iue manifestase fuese como fuese
á sus soldados que no entraba en ningull siste-
ma de cambio; en vez de encargar al Infan te
genf'ralísimo qu.e visi tase los cuarteles t que vigi-
lase de cerca la conducta de los generales, de los
cuerpos y de los oficiales; en vez (le disipar los
grupos que se presen tallan en la plazuela de Pa-
lacio, el m in is terio se con ten tó con reunir en
medi.o de la empezada crisis á los gt'fes de los
cueqlO!l, fiue le dieron en genel'al muy malos in-
formes, resullando que la inaccion y la negli-
gencia sceJllronizaron completamente. Asi es co·
mo se hizo facil forzar al Hey á abrazar la revo ...
lucion.


No falta quien dice que el medio mas pode ...
l'OSO que se empleó para determin:u'le á tomal'
este parti(lo , fue el de presentarle una lista de


TOMO l., 6




80
oficiales de gnardias qUl' formaban I)al't~ dt' la
conspiracion. Esta lista t'staba muy lejos {le StT
auténtica, peJ'O ha haherlo sido, ¿hahia imposi-
bilidad por ('so de contener fi una parle oc' las
genles designadas y de alejal' las otras? ¿ y có-
mo los coronelrs, los coma ndan les de ba talloTl,
los capitanes, clases de las fpIe parece (lUl' en la
lista ent.raban pocos, poJian ignorat' los IllalH'joS
de sus subalternos con la tropa, por poco I1I1C
hubiesen cumplido con la menOl' parte oe sUs lÍe-
bues? El hecho es (pIe los soldados de gnarclias
y los de la gnarnicion, se encon trat'OIl no me-
nos sOI'prendidos con la noticia de (¡ue el Bey
habia jnrado la Constilucion, que los mismos
empleados de Palacio. JtÍzgnese ahora quien tllVO
mas parre y procedió mas de suyo t'n este jura-
mento del Rey á la Constitucion, si los mismos
sublevados fiue la qnerian, ó el gobierno y la.i
antoridades que nada supieron hac(·.' para con-
tener el movimiento. J:lInas la ÍranrjlliliJaJ se
hnhit'ra alterado eIl Mae!t'id, jamás se hubina di-
rígido al Rey prtirion con este oJljdo, si no se
huhiese contado con la ligl'l'eza y ron la nuli-
dad de los qUf' gobernaban, Un solo hatallof} de
guardias. bubina acaso sido sufici(,1l11' pat'a que
todo huhies(: enlrado ('n el ol'den el mismo 7 Je
mat'zo, y babría5e probableml'nte 5('bllido la su-
mision de la Isla de' tron.


La coJumna de R ¡ego se disoh'¡ó el 1 1 , Y
las tropas r('alistas que estaban en R'Jl:lv('n!e bl/-
hieran podido marcha.' al instan te 501n'(' la Coru-
ila. seguras de no haber cnCOIl trajo obsláculo




ni.
alguno ('TI d (~arnlIl(). La Icrrihle Ipmpr,c;larl sus-
til3th por la illncia y por la incapacidad de los
gO!WI"1l31111'S, si Ill'g:lha á disiparse, ¡ji'jaba al. Rey
ell 13 posibilid:J(] de oCllparse sl;riaIllenle t'll COn-
c¡lial' los l'spíl'iIUS, ahoga,' los parlioos, y {'.5Ia-
}¡ff'('('J' mI sistema de c:ohit'l'no m:lS conforme
con las necesidades de los puehlos. ¿ A quirn acu ...
~3l'á la historia de que asi no haya sucedido,' y
(le (IUC lIO se hayan t'vitado los males fin cuen-'
tú (iue cayf'l'on t y que pesan todavia sohre la
dcsgrací:lila Espai'ia?


No teIlemos aquí el objP\o de calificaJ' 105 .~lt.
cesos ue la hla, ni de neg3l' 1Ii de dar .1proha~ion
á los acon tccimielltos de (pIe' fue teatro. Sabi{]o
es f{Ue d lraslol'1l0 oe un gohin'no, s('a el que
fW'I'{':, con las armas rn la mano, prepar~ siem-'
pre irt"enH'diah\es 1l.1ah's á la ?;elH'raCiOIl siguien-
te; prl'o los hechos aCl1san tk un modo muy gra.-
ve a J gohierno (Ine COl!! el ¡(, l:l n ellormes fal las.
qtie se condujo con tall poco inicio t y que Bun-
ca supo dar prueh:ls lIt' l'np\'gia. Exist¡'n sin duda
hijos ifl;;ralos, á f{llicJlrs ni la rducacion ni ('1
hut'u ('j('~nplo de SIIS padres, cOllsi¡:;uPTl condllcil'
por el camino de la Vit'ltHl. Solw(' pilos dí'be so-
lamenle recaer la odiosidad de S11." malas accio-
lIrs; pero cuando í'Il la ,casa pa"l'I'lla no nina
mas fine la impericia, la iIHlolenci:1, los malos
ejemplos: cuando )(>s hijos (arcCl'Jl dI' lo JlccrS;l-
rio, si no oC ponc 1111 fn'no :í sus c3prichos y pa-
siones, ¿ á qllirn se ha de ('chal' 1.\ culpa? J,os
vicios 'lue los deshonran. los crÍrn('nrs ql1(, ('0-
meten, recaen en 'la \ caso con torla la ~ravt'dad




39
de su peso sobre los imprudentes padres, que son
en rigor el verdadero origen de su pésIma con-
ducta. Y si la comparacion de un !ley con un
padre es justa, nunca se hará de ella nna apli-
eacion mas esacta que cuando se trate del ejérci-
to, compuesto c.asi en totalidad de jóvenes á quie-
nes solo la disciplina llUede dirigir y llacer sumi.
sos. Cuando el gobiel'ut) y las auloridades con-
sienten la relajacioll de esta disciplina, cuando
se repiten justos motivos de descontento, cuando
la debilidad y la apatia ion las cualidades dis-
tintivas de los que gobiernan, ¿ cómo puede cau-
sar sorpresa que la juventud se emancipe, y que
naciones enteras se conviertan en víctimas. de los
:h'a.stornos y del frenesí de las pasiones?,




CAPITULO VII.
AÑo DE 1820 y 1821.


General alegria por el restablecimiento de la Constitu ...
cion=Descontentos de aquella cpoca.=Nuevos Minis-
tro~.=Jllntas en las Pl'ovincia5.=Instalaeion de las
Cortes. = lnr¡nietndes y descrédito. =- Liberales de
18/2 y liber.des dI: 1820.=Empicza la division.=
Lict'IH:ia de la prens:l.=Agitacion de los Clubs.=Hie-
go en :.\'Ltlll'id.=Crece la agitacion públiea:=Dcbili-
(Iad del Gobierno.= Plan de estincion de frailes.=
El Gencral Carvajal.=Se cIerran las cortes.=Ael.itud
que toma el Ayuntamicnto de Madrid.=EI Rey en
el Escorial.=R.epresentaciones par:!. que vuelva á la
capital.=n('~acatos contra la Magcstad Real.=Club
dd cafe de I\blta.=Sllstos en Palacio.=<Las famosas
pa.,illlls.=Cuartel de Guardias de Corps.=Disolucion
de estc GUCl'po.= Vllel\"cn las Cortes.=DiscUl'SO del
Rey en cllas.=Caida del ministerio.::.


PRDIER MINISTERIO CONSTITUCIONAL.;


A SI que Fernanoo VII ¡wéstó juramento á ]a
COll;titucioll de 181:1, las poblaciones y las tro-
pas que habian permanecido fieles al antiguo
gobienlO, irni taron su f'jf'mp]o. Por tnscenden-
tales que hayan sido Jos nSllltados de aquel ju-
ramrnto, y á pesar de los grandes esfuerws que
se hicieron para pcrsuadil' á los español~, que




81
h:¡J)ía sido alTallcado á la fll~1Z3, no pu<'de os-
(;un:,u'rse la ulliversal all'gria f[ut' Sf' manifestó
en virtud de la I't'solucion del Rey; porque (Tan
llocas á la verdad, las personas que sabían hít'll
á fondo que la Constilucion cOlltt'llia defectos
eSt'flclales, cap3Ct's de alteral' el principio monár-
(Iuico del g\Jbil'l'!lo. El pu('hlo Y el (·jé.rcito rt'gi-
dos pOI' ella duranle los diez y ocho meses (iue
precedieron al l'q';I't'so JeI monarca Jpsue Fran-
cia, se ocupaban de 1:\ guel'l'a mas bi('u ([ue de
matt'l'i:ts políticas, y no se habian entrl'tt'uido
en examinar las fall;¡s lId IlU('vo contrato social.
Es taba :Hlcmas para hacl'rst' el ensayo (11' la par.
tt' mas importante de \;¡ Constilucion, suput'slo
<IUi" el H(,y eslalla aus('nll', y (PI(' solo existia Un
consl'jo de rrgPllcia , al cual las corll's no hahian
cOllcf'dido sino tina pequeña parte de la autori-
dad concedida por la ley al Monarca. Ni se tra-
taba tam poco de rxaminar las uoetrillas Luenas
Ó maJas de la Constitucioll, snpn:'slo l1ut' gl'all
núrn('ro de los mismos que hahian COllspil'ado
para rl'stablPc('r1a, 110 la hahian leido; circuns-
tancia ([ue bien pnelle conjrturar1>c rxislia de igual
suerfe ('Il la mayoria de la nacion. Lo que au-
~ps dl' todo se a;lsiaha era la destruccioll de un
g~¡bi('rno <1(:))il é impotente; y ('n 1I1la I)alahra,
ahrir campo al espírilu de cambio fiue agitaba
á ras masas.


Por oll'a parle, drsde principios de euero
<le ,8'lf) hasta (lile d Hey ;nl'() la Constitncioll,
y pal,tícularnlPule en los {¡Itimos días de feol'l'-
1'0' 'f al COIDe,llZarse marzo, (t;poca l'fl que se mul~




80
tiplic:ll'on las conspir:lcioncs) la naCIOIl Y¡Vla en
alarma pel'p,·tua. El mal habia suhido á tal pun-
to, (Iue pan'da dificil sacudirle sin sangrientos
nmedios; y la guerra civil con loJos sus horro-
res 5(' pres('nlaha de continuo á la visla de los
influirlns rspai'ioles. I~a conoesCt>ndeIlcia del He,.
disipaba por lo tanlo Jo ruidoso dt' la tempes-
tad, V la Uluchcdumhre roro prrvisora, se in-
quietaha :lpl'Itas con la idea oc males remolos, "!
se rq;ol'ijaba al ver difl'rirse los peligros que
tan próximos habia imaginado.


A tres pueden reducirse las clases de ]os dt>s-
contt'ntos de aquella época. Dl·~de lurgo la de
los hombrrs ilnstl'ados y pruuen les, que no solo
conocian los Jd'ectos d,' la Coustilucion, sino que
taulbirn pt'nsaban que 110 sCl'ia obst'rvada pOi' no
haht'J' en el gobierno ni prudl'ucia, ni fuerza su-
ficiente para sometel' á un orden de cosas per-
llJanente el espíritu dI' l'l'helion que acababa de
dl'lTocar al an terior gobirnlO.


En segundo lugar, aquella clase de hombres
flUt' repndiaha todo camhio, porque eJl él se amon-
tonahan peligros pal'a Sus intrreses.


En fin, olra clase t.arnbieIl existente de re-
vnl nciona rios , venladlTamen t e tales, que viendo
(lestnlida la antigna monarquía sin habprse dIos
npartido sus t!rspoj0s, hnhirran prefprido las
venlaias con fl11e h's h'indaba la g1lerra civi.l, si
el H(,y 1'1' Jl('gaba á pl'l'slar rl juramrnlo.


El primer cuillado dpl gohirrDo dehió halwr
sido el de a transe á las dos l'riml'\as ('lasps de
deseon ttlllos , espcrau za nao á la Ulla con la idea





83


de refol'mar la Constitucion, y á la otTa con la
pl'l'sprctiva de respetar toda clase de propieda-
des. Respecto á los anarquistas, cri'nvenia vi~ilal'­
los, y tratar por todos medios de reprimir sus
proyectos. Despues del establecimiento del nuevo
orden de cosas los antiguos ministros dejaron sus
carteras, y fueron reemplazados por otros hom-
bres perseguidos en 1814- por sus opiniones po~
líticas. Alguno,> de ellos salieron de presidio para
subir á tan encumbrados puestos.


La organizacion del lluevo ministerio fue la
siguien te;


Estado; Don Evaristo Perez de Castro.
Gracia y Justicia. Don .Manuel Garcia Hel'"


l'eros.
Hacienda. Don José Callga Argüelles.
InterIOr, Don Agustin Argiirlles.
Guerra. El marques de las Amarillas.:
Marina. Don Juan Javat.
Ultramar. Don Antonio Porcel.


Muchos tuvieron motivo para pensar con se..s
mejanLes nombramientos, que esto era poner el
gobierno en manos de un partido, como antes
)0 hahia estado en las de oLro. Los nuevos mi-
nistros no hicieron ostentacion de persl'guidor('s;
pel'O mallifl'staron tal ohstinacion de pI'incipios,
que no siempre fueron favorables las consecuen-
cias. POI' otra parte, no era fae iI que el Rey tu-
viese entera confianza en unos homhres que solo
conocia por el retl'ato que de ellos le habian he-
cho sus enemigos; ni era tampoco muv natural
que los millistros tuviesen todo el respeto y to-




87
do el afecto que convenía al que los habia he-
cho soportar tan Cl'ueles padecim ien tos. ¿ Podian
profesar gratitud alguna al H.ey por su nueva
elevacion, cuando ésta no era dehi da á la vo-
Juntad suya, y si solo á las circunstancias im-
periosas de aquel tiempo? Asi fue, que las rien-
d.a del ('stado se entrf'garon á ministros de opi-
niones enteramente popularrs , que no podian sos-
tenrr con omnímoda energia la auloridad del
l\lonal'ca.


Cuatro meses corrieron desde el juramento
del Rey hasta la instalacion de las cortes. Duran-
te este pCl'iodo, muchas provincias fueron gober-
nadas pOI' juntas; hasta en la Capital se estable-
ció una, que el mismo gobiel'no cOlIsul taba en
los asuntos importantes. La autoridad se en-
contró suspensa en muchos -puntos: la confusion
se introdujo en diferentes ramos; la ftnarquía
tomó ajas. En lonces aparecieron las sociedadas
patrióticas, en varias de las cuales reinaba la
sana intencion de dirigir con acierto la opinion
pública. Estas sociedades embelesaron á los ocio-
sos de todas las poblaciones. El deseo de distin-
guirse yel afan de dilucidar cuestiones impOl'tan-
tes se convirtió en una especie de frenesí. Por
desgracia tambien en muchas de ~stas mismas
sociedades la ambicio n y las irri tac iones se pusie-
ron en lugar de la moderacion y de 13. prudencia.
De la discusion de ohjetos de intere5 general, se
paso á tratar del gobiHllo y de las personas que
{'gel'cian el mando. Hasta el examen de los mas
ínfimos empleados euLró en el l't'gi stro de los




83
disc!lliJOl'es, y no faltaban conlxa aql1f"llo~ m/')-
tivos de reprobacion, pOl'que qncrian dt'stituidos
y datO sus destinos a los predicadores politicos de
la "'poca y á sus amigos. Entonces se vió a. la
diputaciol\ de una de estas sociellalles abalanzarse
al palacio Lit,l Rl'y pal'a Vedit' la destituciondel
mínisll'o mal'(fuPS de las Amarillas: entonces se
ellsayarotl a/llOrotos y sl1q~irl'On agitaciones de
otra eS[)('CÍe para la desgraciada España. Y de esta
su:.'rLl~ amagaha la obsclll'idad dd horizonte, preci.
samente rn la época en flue convl'nia desplf'gar la
mayOI' firrnez3, para contenrr los ('I .. melllos que
habian durllmbado el sistema dd deslJOtismo.


Las corLes se instalaron al flll j componian~e
«'11 gran pal'/{~ de mit'mhros de las cortl'S l'St 1'301'-
dinal'ias de Ca.diz y abundaban en ellas los holO-
hl't'S inmoderados. Hemos dicho que á causa de
la ohstinacion de sus principios, f'l ministl'l'io
podia rn su grnrralidad pel'tl'UrCel' á un partido, y
la misma obsl'rvacion puede aplicarse a los dipu-
tados a cortes. PavOlleá banse los unos con la Cons-
titucion, flue era obra snya: no querian los otros que
tuvit'se defectos, pensando qne no na II1'gado
el momenlo de. revisada sin peligt'os. Por lo tanto
todos la defendían con ca 101' y aun vino á in te,'-
pl'eta,'se como intempestivo, impolilíco y crimi-
nal, todo 10 encaminado á llroponel' la mpnor r~­
forma ulil. Las corles, pues, comenzaron sus
tl'ahajos firmemente encamill:1d:Js a sosl('ne¡' la
Conslitucion tal cual esla hahia salido de la~ co1'-
tt's ('~!raordinal·ias, y el ministerio s~unióeute­
rameute á e1lall.




39
Tot1n eslo proaujo inquieludt'!; y descrédilo.


Los exaltados qlll' habían aíscurriJo que :l.¡uella
asamblea iba á alTC(!;I~ll' todos los r;¡mos de la admi.
lli.5Lracion, y qlH' viaon c(JIIsumirse el prim('"
IlH'S de la s('sio!} sin ddernlina,' ningun punto
impo.'ranre, corw'nzarOJl á mllI'mura.' pOI'que
'los dl'c.'el05 uo s:diall á borhofonl's (séanos li-
eiLa esta frase) y porque no se daba al ll'asle con
tOllo cnalllo quedaba del n;~inH'n prrcedente. El
parr i.lo I[Ul~ pOI' el con Lrario , 110 vria en la revo-
lurion sino peligros y desastres, oyó con susto
algunas proposicioB"S hechas en las cOI'L('s, y los
hOIllurrs dI' hm'u sl'lIrillo pt'lIsaron que se iban a
p.'l'clpitar las .'efonll:'lS y a 11"scolI!l'nlal' de esta
Sllrrtt' á lIua gran parte de la nacion j al propio
tiempo fJUI' sr escilarian la amhicion y la ávida
turbllll'Jlcia Ile oL\'a parle no mellos considerable.
y entonces fué tambiell cuando empezó á delinl'al'.
se la disLincion en L.'e los liherales de 181 ~ Y )os de
18 :w.l.os primrros eran los autores de la COllslitu-
cion perse¡!;uillos en 1814, conlandose cntrr rllos
todos los que bahían conspi."aJo· pa.'a restahlrcrt'-
la, Vocifúahan estos que ellos eran Jos so)os li-
he1'ales, y que los de 1812 dehian pasal' por gl'lltl'S
.sin prcvision, faltas drenrrgia, quese habian deja-
do destruir la Constitucion sin opone., resislencia,
1. .. 05 otros habian anihallo á la posesion del man-
do y á sr,' mirrnb,'os de las cortes; hahiállse p01'
lo mismo convel'liuo en moderados y al decit'
dI' sus antagonistas, no hacían marchal' la re-
volucion,


1 .. 05 lilwralt'i de 181:& lIlculpah;lll li su ve~




90
á sus antagonistas, que to:!as sm demostratÍones
eran tendentes á la anarquía, y 1tH'. atl'.n\.~b:.\n á
la misma Conslitucion. (iue se 'vana~loriaban de
haber rrs tablecido:


El gobierno en tanto y las cortes tcmian una
l'eaccion del pat,tido absolutista, y estimaban ne-
cesal'io u"ar de tolerancia con los que habiendo
hecho la rl'.volucion manifestaban el propósito
de defendeda fuese cual fuese la exageracion de
sus prinClplOs. El padillo mas conmovedor se
engruesó dI.' nn mOllo estraordillario con un gran
ll{¡m~TO de hombl'cs turlmlrntos qne get"minaban
en Es raña. Rom piel'Ollsc los diques: los periód ieos
y los tribunos de los club! atacal'on é insultaron
á los ministros, á las cÓt'tes, y al mismo Rey.
Los gcfes del alzamipnto de la Isla de Leon,
llom1.u'ados generales, habian formado desdr que el
Rey otorgó su juramento un cuerpo de ejército de
los que los hahían seguido y de algunos otros ha-
tallones que no hahian tomado pal'te en el movi-
miento, aprecianJo en mas aument.al' sus fuerzas
que mandal' unicamente á las tropas que les
habían pel'manecido fieles. Este cuerpo, á quien
se p"oJigaron los asccn.5OS y las gratificaciont's,
no tardó en tomar UIla actitud amcnazadora con-
tra el gohicrno, convirtiéndose en pUIl lo d.e apoyo


1 ~. . . contra os que quel'lan preCipitar.
I1ízose neccsario d.isolvet' afl'lcl ejérci to com()


nulo, diseminanJo en las gnarniciones los cuer-
pos que le componian. Se originaron represen ta-
cion~5, S~ ()?\:~'\"\'l)\\ "'\fK\.ü\.~\\l~s, 5('. invenl~H'Oll
preLestos; pero el gobierno aferrado en su rcvolu-




91
don, accedía á todo, aun ií precio oe los mayorl's
sacrificios, y no apartaba de su mente la idea de
que se llevase á cumplimiento la disolucion del
ejérci lo.


Los gefes de la Isla de Leon, l'l'ducidos á la
alternativa de someterse á las órdenes del gobierno
ó de declararse en con tra suya y de las cortes que
le sostenian, adoptaron el partido de enviar á.
Madrid á Riego que mandaha como gefe en ausen-
cia de Quiroga , diputado á córtes. No es facil
desconocer la prepotencia que señoreó la cabeza
de aquel Joven, martir despues de su decidida
conducta cuando se vió en la Capital y se presentó
al Rey y á los Minisll'oi. Caliente su imagina_
cion con el incienso que delante de él quemabañ
sus partidarios, embriagad/) con la poblacion que
le prepararon haciendole pasear en triunfo por
las calles de Madrid, se crcyo bastante fuerte
Fara em prcnderlo- todo, y si el buen juicio de la
f;uarnicion y de la Milicia Nacional, compuesta
en tonces de individuos amantes del orden, no
}mbiese acortado el vuelo á su carrera, Riego
acaso habria destruido la misma Constitución
que pOCDS meses antes habia proclamado.


El gobierno sin embargo obtubo el triunfo
no sin haber dado pruebas evidentes del temor
que le inspiraban sus enemigos. El ejército quedó
disuel to y á Riego se le dieron las Asturias pOl'
l'esidencia. Pero nO fué f:leil destruir el impulso
que babia dado á los exal tados, ni el desconten-
to d e todos 105 hombres seIlsa tos de la ca pi t a J,
viendo que el primel' hombl'e de la l'Cvolucion,




92
(como f'ntollccs se le apcJillaha) ('ra. un ~o\'('n
a\un1itlo, capn l1e bs may01'\'5 \O('uras, sin \u~'a,
fijas; y jngllt'lC de los primel'os in triganles que
qucI';an abusal' dI'. su imprudencia y de su orgullo.
Estos enf'aoDsos resultados de la aparicion deniego
pl'Odujeron mayores males que lo~ que ~l mismo
hubif'ra pod ido i rro¡;a l' á la e J l:eza del ejército.


Al paso que caminaha hacia su dl'stit'rl'o los
dl'lbs no dejaban de resollar COIl sus elo¡?;ios, y
con ac\amaciolll's violl'ntas, hostil!'.') al gobirrno
y á las cOl'les. Grupos nt1l1](TOSO.~ gil'aban por las
calles, se detenian en los Ilarages mas frecuen-
tados; exaltaban a Riego; y pl'oclamaban sn elJOjo
pOi'e1 mal I.í'a tamien lo que se le daba. El gnbit·l'no.
se contentó COu su efimero triunfo, y dl'jÓ aren ...
gar y gl'itar rn conlra suya, sin otra pi't'canciofl
que la de hacer ponel' la gual'nicion sobn~ los al'-
mas; prl'O sin 01'.1('11 de qm' se evacllasen las calles
y St' dispel'saran los grupos y solo COIl el objeto
de impedir una conmocioll ¡!cneral.


Los lTriladol'!'s se r;¡m;lial'izahan con la tropa,
l')


los sold~dos Sl' J('oslnmhrahan á los gritos sl'lli-
ciosos; ni sj(l"il'I'a Sf> da},;¡ orden pal':! arrestar á
]os f{ÍlC los preferian, de Slll'l'le Illle los conmo"l'-
dores de asonadas dejaron dI' temer a los soldados,
y la II'opa pOI' su pJrlf' <1e]6 dl' mil'al' como crimi-
nalf's los desórdenes tantas veces, y tan impune-
men le repetidos.


Despues de la llegada de Riego á Madrid, la
agitacion pública tomó un sesgo continuado, y
las sesi(lnes de cortes desarrollaron un C()l'actl'l'
Hu'hule» to desconoc ido has la en lonee). Hicié-




h-«" ,
1'On5(' propo,~J('J()n(' ... t's(,;llId:tl{)$a,~ • ." no J':./!:ll'(fO
qUit'IH'S tlni"J'on el ~lI'1'ojo ti\' SI/SII'!lcrlas. Pli{',le
tl(~drsc (1"1' algunos tlip"tados, f[1I1'J,;t'Jl(lo prl'ci-
pitar la J'('volucion, anojaron la m,',$rar:l. El TlJi-
uisterio ('011 su c01ll111cta, l'rohaha evidenlt'I1!{'II-
te que enrecia de la prudellcia y de la t'1l('1'¡!.ia,
que tan lIecf'sarias eran para afi:1J1zal' pi ol'drn
JllÍhlico j al paso (Plf' manlenia III su vigor hs
rnetlidas relallvas á nil'!~o y al í'jrrcilo dí' la Isla
de Lron. Se c,)lJgJ'aci~t~,a ron )05 cll'H'ontPlltM,
diruillanoo al ministro dí' la Guerra, marques
de las Amarillas, (pIe era el gl'Jl{'ral que á la sa-
zon ofrecia Illas i(lóne3 capacidad de or~anizar el
t'jército y de eqnilihl'3J' la disciplina. De t'sla 511t'1'-
te los ministros sacrificahan el intt'J'f's público y
sU propia convruil'ucia al anhelo dr COlllirI'Var la
pOllUlaridad: las Cil'CUIlslaIll'ias exigian medidas
fuertes, vigorosas, ('Ill'rgicas; dIos Sil limitaban
á palia tivos.


Jamás d golJierJlo SI' psplieó francaliH'ul(' ('ll
las importan le,,, sf'sio/les de los príJllp1'OS ,1:as Le
setiembre, t~n las c¡w' se ,1il'igil'J'on á los tn inis-
tros multiplicad'as inll'q)('bcioIles sobn el estado,
de la Iranrl1lÍlidad pública. Sil'Inpre alegaron la
inexistencia de causales que dehiesen dar pálndo
á la inquietud, y se esf'orzahan ('n prob,r (1'1l~
it" adoptaban couvenientes medidas }Jara coarlae
la pel'tul'hacion dd Ofllen. ¿ Y á fIné se nducian
estas medidas? A molestar inutilmenle á la tro-
pa I t,eniéudola casi todas las noches sohre las
armas; á IJPrmitil' C{UI' la insllrrrccion se pn-
dicase ahi('rtanH'nt~· en las sociedadl'!I poprdar('s;




94
á tolerar los motines; y aun ! sufrir que se
ultrajase al gefe político de lUaJria, que se le
persiguiese, que su casa fuese asal tada, en la que
á haberle á ras manos. probahlemente huhiera
5iJo asesinado. ¿ Por qué el gobierno no esponia
es tos desórdenes á las COl' tes, cuando és tas l~
preguntaban si existian? ¿ Por fIué cuando veia
ensoberbecerse con tanta violencia los elementos
llestructores de la armonia sQcial, y amenazada
la existencia de las primeras autoridades, no des-
plegó mas vigor contra los perturbadores? Digá-
moslo fl'ancamente i la causa principal de la Ha-
(pIeZa de los ministros, dimanaba del temor es-
cesivo que en ellos producia clrecelo de una
contrarcvolucion absolutista.


Tenian muy en la mente lo que babia paS:l-
do en 1814; Y los males que para ellos habian
sido consecuencia de tan violenta sacudiaa, esta-
han tan clavados en Su memoria, que á parte
de ello, apenas sahian percibir nillgun género de
peligros. Conocian los es cesas , las locuras de los
que invocaban la Constitucion violándola ahier.
tamente; no podian ocultarse la tendencia de-
magógica de los fIne dirigian los cluhs y las aso-
nadas, pero no los tem ian tan Lo como á los ab-
solutistas. Creian que estos dehian estar siempre
aba tidos y sofocados. y que ]a esfervescencia con-
tinuamente exaltada en la. calrital Y en las pro-
"incias por los exaltados, t1'acl'ia este resu) tado.
Este ert'01' fue sin duda la causa de la conducta
incierta y apatica de aquel ministerio.


Era no obstante facil de preyecr, qne el par-




9lS
tillo llamado .'1ervíl ganaría terreno', y aumen ta-
ria sus f~Jcrzas en proporcion de los desórdenes
en que incurriese (·1 pal,tiJo llamado liberal. Era'
natural q tiC los hom brrs ue buena fe, que ha-
hiau deseado d nstablecimiento Je la Constitll-
ciou para remeJiar los ahusos del gobierno ante-
}'lor, se separasen de los partidarios de ésta Cons~
tilucion tan mal observada; natural era tamhien
que se dfclarasell adversos al nuevo orden de co-
sas los que peu¡;aban, que el Rey se habia adqui-
l'ido títulos á la gratitud jurando la Constitu-
cion para evital' la ¡;nerra civil, y que le veían
insultado en los dllllS y en las plazuelas. Nada
mas natural el1 fin, r¡ue el cescontento de 103
Fropictar ios de la ca pi tal y de las -populosas cill-
dadt,s, viviendo en una agi tacion continua, y
asustados con el temor de las conmociones, del
rilla?,e y de todo género de 110rrores.


No lal,daron ell espceimelltarsc las fatales
consecuencias del error de los ministros, V los
fuue,.tos suce<;os. de diciembn>, de aquel añ~ no
aumentarán nunca el concepto de la adminis-
tracian que en tonces gobernaba. Los ministros
dirigian la nacíon en llombre del monarca, sin
habel' ni ganado 511 confianza, ni hecho lo ne-
cesario para obtenerla. EIl U11a circunstancia en
(1ue la autoridad real debia ha ber sido sostenida
i't todo trance, porque era nect'sario desde lueg()
reprimir la anarquía y restablecer el orden que
"tanto habia suft'ido, aun desde el tiempo discur ...
rido desde la tnstalacion de las cortes; en aque-
}la época, decimos, ~c abandonaron los minioS ..... ,


TOMO 1,.· 7~




941
tr(l5 al soplo popular ~n vez cl(' Hnirse al l\t'"V
en la parte f(Ue cOl'respoJlJia, par:! sosl ener coa
)a liht'rlaJ IH'lhlica )a fuerza ele! lrono.


1.3S corttlS se ocupaban ('nlrdanlO de la e5-
tincioll de los f.'ailes y de la reforma de las ó .. -
denes mt'nd i can les.


Sahido es 'lile en España Jos enn 1a<: claS'l'S de
órdenes religiosas: las ullas conocidas ha jo el llOIll-
bre de monges y fr~iles, entre los q!ll' SI' contahan
los f(Ue ('l'an lll'opietarios, los h"I'Il.tnliuos, los
hen"t'dicliJlos, &c. Las olras se tl('"i¡';l1dhall !jajo
el nombre de IIlcru/iclllllcs, las Clf;l!l'S vi,'jan, ó
se repn tahan vivi,', lle las lirnosJl:l.s "Voluntarias
de los fid(·s. Eslns úllimas HO 'd('hiau se l' sino
rrformauas, y las oleas enlerauH'ule suprimillas.
La medida que se aeloptó en los térlli inos (lue
se habia In'opuesto, era en aqueltls IlIOGH'Jllos
precipilalla y de nillgllll 1Ilodo COltf'Ol'lIl(' á las
H¡?;laS de la polílica y de la l'collollli;¡. Los lJIi-
nist"os rjel'Ci:lJl en las corles ulla ?;"all illl!t"'ll-
cia, Sé';¡ pOI' sus l'111:)('(·s dI' amislad COH muchos
di;llllados, po,' su buen crétli!o de capacj(bll, pOi'
SIl-i fwrs\'cl1cio,H's, por las vl'jaciOIH'S ({Ul' J¡;¡ ¡¡¡an
SlIf,'u)o Ó pOI' la,; vil'llHks (PH~ á algunos de rlltre
.ellos elistillgniall. Si hubiesen empnutliJo imí'e-
dir la discusion sobre la ab!¡licion de lo,., frailes,
es mas que probabh' que hubieran logrado su ou-
jdo; y aun cuando se hubi(~se dis(:1! tido la me-
dida, ImLicr:'tIlsl'le aplicado mo(lificaciollt's t'SlIl-
cialcs. Si el Rey rehusaba la sancioll parrcia opo-
n('rse á las corles, cuya manifeslacion era pe-
l'i;,'osa; si la cOUCCJiLl, \lO llodia ser de buen




97
gl'ado, y Jc todas suertt's llabia estl"emos que
veIlCl'r, y (lificulLades que cOIlciliat·.


Pero los ministros 110 qnel'icndo que este asun ...
to cayese ('11 languidez, le apoyaron flOl" sí mismos;
asi ('~; 11tH' la reforma de lasól·denes mendican-
t,·s y la l'stincion de las OTras fueron discutidas.
Los sordos murmullos que rrsonaron, daLan ill-
dicius de fiue la tempestad se apl'Oximaha. Vióse
que no era tan f:leil lo que ('s (,JI aqurl moml'n-
to como lo ha hiall c reido los mi n is l ros y las C01'-
tes, el desarraigo de las raucias preocupaciollt's,
ni ('1 com ha lir los in Ler('scs (¡~ tan ~ran "úmero
de individuos, sobre tollo cuando ('1 gobierno no
tenia aun la <'stahilidad illdispellsahle para una
operaclon tan de'.iraoa. La st'sion dI' cortes se cer-
I'Ó a principios de noviembre, y los (,IH'migos de
las reformas publicaron varios escritos qne se
insillu:ll'on t'n el animo del Rey, qne hahitaba<
enlonces el Escorial, de tal mallera, ([ll(~ Sl' de-
cidió a rehusal' su saBcíon sobn~ las ón}eucs rdi-
giosas, y á que la violencia sola pudiese :lnall-
carsela.


El nOOllll'amirnto lid grneral Cal'vajal rn ca-
lidad de capilan gClH'ral de Ca~lilla la NUl'va,
desprovisto de la firma Jel ministro de la Gurr-
ra, sirvió de pleif~lo para snponel' F('ligros, y
para ('rp:ll'ar esLáuJalos que proJugelon malas
ConseC!1enc ias.


Cierto ('s que fa1L6 al Jlomhramiento del ge-
neral Carvajal ulla formaliJad ('onstitucionaJ,
4 mas para qué hacerlo conocet' publ ícamentt' y
dejar descuhierto al Monarca? Si Carvajal t'l a




93
sospechoso ~ punto que el ministro de la Guerra
creyó no deber autorizar su Ilombramiento, fa-
cil le era á éste ir al Escorial en tres ó cuatro
horas, y someter al Rey los motivos ({ue se opo-
nian á su eleccion. Si el Rey no los tomaba en
aprecio, y si el ministro insistia en no aprobar
el nomhramien to, ¿ tenia mas que dar su dimi-
sion? Este era su último recurso, pero el minis-
tro $e empeñó en ejercer la autoridad real con-
tra la es presa volun tad del Rey.


Los min is tros, viendo nom brado capi tan ge-
neral de Madrid á un hombre que no merecia su
confianza, se creyeron perdidos, y estando en la
conviccioJl de que con ellos pe recia el sistema
constitucional, no trataron de hacer la guerra a
los directores de ]05 c1ubs; de consiguiente las
conmociones se repitieron sin que la guarnicion
las contuviese, ya que en cierto modo las veia sos-
tenidas por la autOl'idad. Y asi se vió entonces
con desaire de las atribuciones con s titucionales,
el ayuntamiento de Madi'id imitando la conduc-
ta de la Comunn de Paris en los dias mas dep)o-
l'ables de la l'evolucion francesa, pretendiendo
gobernar el estado.


Hizo representaciones audaces para pedir que
el Rey se restituyese á la capital, y el ministe-
rio las acogió con entusia¡:mo. En las tribunas
de los cluhs , en los cafés y corrillos, resonahan
las amenazas contra e] Rey; se formaban reuniones
compuestas de anarquistas, de curiosos, y tam-
hien de hombres de buena fe, que pensahan que
aemejantes movimientos d\!bian impedil' gran nú-




99
m('ro de. males. ¿ Y c()mo eslrañar que se cuenten
t'jemplos de sl'mcjantcs cstravios, cuando las au-
toridades tolel'an la insurreccion r La diputacion
permanente de cOI'tes, rodeada de espíritus in-
quietos, se dirige igualmente al Rey para hacer-
le volver á Madrid; los anarquistas amenazan
con que. irian á buscarle al Escorial; la guarni-
cíon pel'manece tl'anquila espectadora de escenas
escandalo'ias, y el monarca revoca el nombl'a-
miento del capilan general Carvajal. Dado este
paso vuelve á Ma(híd, Los alborotadores de los
días preceden tes le esperaban en las puertas de
la capital orgullosos con su triunfo, y animados
con el anhelo de ver como se ejecutarian sus ór-
drnes, El Rey, la Reina, y los Infantes, todos
fueron insultados por una desenfrenada turba,
despojada ya de todo sentimiento de l'espeto y
de subordinacion; desde aquel momento el Rey
mi,'ó á su paJacio como á una prision, y vió en
la COl1stilucion una pandilla, á cuya sombra los
ministl,os gobrrnahan en su nombre contra su
esprrsa volun tad. ¿. Cómo no conocer que desde
entonces el Rey abrigó en su seuo el constante
anhelo de dClTumbar un orden de cosas que en
su 'idea podía prrcipitarle dd trono, y que de
todas suertes le esponia á insultos y amenazas?
Cuándo veia á ciel'tos anarquistas hojeal' ciertas
piginas de la revolncÍon f,'ancrsa, tratando a ve-
ces de ¡mi tarla, ¿ como podia (háblese con fran-
queza), estorbar el vuelo del pensamiento, no
acordarse de la suerle de Luis XVI , Y no fOl'mar
compal'aciones Clltre su l'egreso del Escorial y el




100
,·jag" d(·] mOflat'ca franct'$ (k~lle Vr/'sal1('s á Pa-
rís, ,'seollado 1101' el inmun<lo pOPllladlO? Las
;¡frentas del Rey, y las rSCl'nas rscall(b losas dl' la
capital, aCrt'cieron rn cuan tia el Jllírnrro ya cou-
sideJ'able de desconlt'uIOS, v Jos aman tes del Vt'1'-
dadcl'O sistema constitllcion'aJ sr ~coTl::;ojakln prn-
san do, que la raciollal lilH'l'lad o¡JIl('s[a á Ia,~ ex;¡-
gel'aJas dem:lsias pOilia precipital's(' en el :lbismo
de su nlina. 1\IlIchas ¡;clll('s hOllradas y dI' fp PH-
l'a se entibiaban, porqlle no t¡1I\'ri:Hl d('S{/I'¡]('Ilr5,
al pl'opio tiempo ({lIt' los COI \I'"os de CitT!OS clubs
detestaban toda l'llonnani<!:Jd ('11 el ord('1l Ie;;a] por-
que entrababa sns pro)'<'Ctos d(·sor¡::;anizadores.


Pal'a compld:ll' el cuadro dc los ('Sl'{'SOS or}
mes dl' noviembre de 1820, pndirra trasla\1arse
aqui el mellsage (Iue los agibllOl'I'S dil'i~i\'l'on al
Rey un mes drsput's, para lwdirlc el cambio del
mmislerio. Este mellsage fue redactarlo en (,1
cluh que se reunia en el car~ de la CJ'uz de
l\:lalla, y hrmallo pOi' muchos ítul i"iduos que allí
se rennían inflamados rll IWIlsamil'nlOS y ('n pa-
labras. A cierlOs decretos d!'l trollo anl"riormen-
te dados los ealificaball de farsa; hahbh:m al
Rl'Y de la pl'pcision ('11 ({ne !l' habian pueslo de
\'olvel' á Madrid y de despedíl' á Stl cOllf,'sol', y
nada de 1'510 poJia ignora,s(' ('Il la península, Sl1-
pl1l'StO que se muIt iplicaban los ('OITros para la
l'ápida comunícacion de las Bol icias.


y la vrrdad h:SIr'll'ica ('xige que aquí se llaga
mt'llcÍf)Il, de que, mien ll"15 el clnh de la C .. nz de
Malta lu'cdicó la insurreccíon y declamó contra
el Rey t las au toridades se dese u tendieron de se-




fOl
mf'jan 11'," t1,'m.1,~ias y nn SI' C'l1i,I,1/"{)11 .11' rl'(l!"illlíl'~
b,s; Pl'ro c'I;llui(;) las dn,I;\JII:¡¡·ioJlt:s !,,(' ('sicnJic-
ron Iwsta los llliuislros, corno slll'ed i/, ('H d
nW/lSagr dI' '1"(, ahora SI' ('st:í habbnJo, al ¡¡;olpe
sr adoptan)Jl lll<,did;¡s CO\'I'ciliyas FU';). disipar el
club, S(' d('s!:k~~:, ('\ aparafo de la i'11(,1'Z:1 annadá
y s(' c('rró d c;d't; .le j\b I la , casi en ('1 monJl'uto
rrític{) t'll ~:1i(' Sil tlln\ll! ¡ II;lt';;, .'Iori('da!l S(' reHuia.


MieJltr:ls d p;d;¡cio (',daba ('11 lnto, y al par
(\1H' CJ'('cido 1; ,'mll'ro dl~ lilwrak.s hOllrados dq.]o-
raha las (!csgr;,cias dI' la Esral,a, los m;uistros
:t1{'JlIlian ;í c1Im:díl' sus cnmpr{)rJli~()s de flal'lido:
Cl1<indo se "llTon forza:!os á 1ll1scar el apoyo dt!
les anarr¡uistas, eslos hal,ian ('spuesto sus qurjas
y prdido rep;\I'aCiOIlrs, qUl' el Illilli~t('l'i(} concc-
J ió con bq;a mallO. B.il';:;o, que dos meses an le.
h:, hia snvido de {lil'ora 11(· 100;n(' á las conmocio-
1les dl~ la capital, qne !i(' hahia pn'sC'lltado ame'"
n;lzadol' v llO!>(il ('ll cOlltra d{'lllli,'nJo gobierno,
(1'J(~ Ila hia ('se ¡lado las p;¡sioJlrs y n'uu ¡Ilo eudfTl'rool"
dI' sí á los hombres IlIas peligrosos y tUI Lulcnlos,
t'slf.' mismo Hiq:;o, decimos, conh¡ado por 101
lninislro,<; {'H Astllria!i, fue nombraoo rOl' ellol!
Ll pi I;ln genrral de Ara~o1l.


AC¡lIl·11a fue la oca~ioll FJl qlle el crlehre don
A!.!.l1st in Aq.;iidll's, tan fonslanl(' y 1aIl sosleui-
(Jo pa Iriot~, llOldó dr las fa1/losas pd ginas que
1allto <!('!;O)rrtaron la all'l]cioJl ('n la crónica ele ,
aq:l('lla ép(;ca, Sra 10 qn!' {'unt', lo (¡nI' d(' ('i('rto
}f'slllla I'!), que á nil'go llalh le sucl'dió de "\ lT-
oat!.el'amt'III¡' d('sa~radahk, y (i'W ('n "'tlln;;, 110 .se
hizo olra cosa qu!' dar un IllltvO prel(~sto á loa




102
amigos apasionados de' aqnel gef<>, para hacerle
pasar por víctima de la envidia y de la ri-
validad del minislrrio contra los grfes al' la Is-
la de Lcon. j Qué de males causó á la libertau
aquella lucha en tre los 1 iberales de 181:l Y 1 820 !
¡ Plt'gue á Dios que aquello sirva de leccion á los
que hoy dia escitan y envenenan la rivalidau
de los partidos existentes! Cambian los nombres,
}lero las cosas suelen parecerse mucho, y acaso
ser las mismas.


Los insultos al Rey continuaban. Una tarde
que hahia salido á paseo, corrió la voz de que
su carruage hahia siuo detrnido y corrido prli-
gl'O su persona. Al {'sparcirse la noticia, el que
~e hallaba de gefe en el cMartel de Guardias de
Corps, hizo que Jos escuadl'Ones montasen á ca ..
bailo para ir ~n la direccion seguida por el Rey,
que hahia vu{'lto á Palacio por aiferente camino.
Asi que los guaruias lo supicl'On volvieron á en-
trar en su cuartel. D('be dccirsr fIne ]05 mas ar-
dientes calumniadores de los Guardias, no los
acusaron jamás de haber insultado á nadie en
aquella jOI·nada, ni de haber dado la menor se-
ñal de sedicion.


El solo pl'etesto de las fnnestas ('scrnas que
se siguieron, fue el de que algunos guardias fue-
I'a de servicio habian maltl'atauo á un nacional
en los alrededores de palacio y lanzado algunos
gritos sediciosos. B.esultó siempre que el cuel'po
fue disuelto, y esto da lugal' á la siguiente re-
flexion. Si algunos gual'dias hahían faltado á su
deber, justo era que se les castigase; pero la con-




103
aueta del cuerpo entero p.n aquel dja ,solo era
acrrdora á los elogios de cuantos no csluvil'srn
dominados por injustas y fatales prevenciones-
;. Para qué estaban instituidos los guardias de
Corps? Para guardar la persona del Rey: debian
pues, sacrificarse en obsefluio de su conserva-
cion: se les dijo que estaba en peligro y volaron
á su defensa. La imparcialidad manda decir que
la conducta de los guardias fue la sátira mas
justa que puede hacerse de las autoridades, ya
que éstas no tomaron medida alguna para poner
al Rey á cubierto de los desacatos con que se in-
jm'iaba la magestad del trono. La efervescencia se
prolongó tres dias, durante los qne el cuartel de
gual'dias estuvo constantemente sitiado, sostenién-
dose el espanto entre las gentes pacíficas, que te-
mian un malhadado desenlace. Si este no ocurrió,
si Jos guardias sable en mano no salieron de su
cuartel á caballo, si la infanteria de la Guardia
Real no acudió á su socorro, todo consis t ió t'n
que se resignaron á soportar los insultos y á no
salir de los límites de la prudencia. Sin emllar-
go, el gobierno estático, imprevisor, desalenta-
do, no bien daba. una orden cuando ya la revo-
caba: ordenó que los guardias se fuesen á Alca-
lá, pero ni la guarllicion ni el ayuntamiento
fueron de parecer de conformarse con el manda ....
too Se resolvió plH'S, á destruir el cuerpo, y de-
cidió que los guardias dejando en el cuartel sus
caballos, pasasen á ocupar otras casernas en don-
de permaneciesen prisioneros. De e~ta suerte se
privó al Rey de ulla guardia que le era cara y




fOJi
de la fipr ~e titlllaha coroJl('l ~ dt' r~l:l Sl1('l'te TOJ
ln¡lIi~tros y las aulol'ilbdt's hacían mal-chaI' la
Conslilllcíon, y dejaban libt'(' campo á los furo-


, • o


1"(\5 (!p~na;,;chl('OS.
Co¡nl'ilit'lIle era sln dl1da {'"t;-¡1)1(,c(,l" alr;n-
nll~ r"fo:'II:ps en la or;:;anIZaeIOl1 de aqud cl1erpo;
delJ~~lIl {'m~wJ'o set' el }'('::f1ltado de la r1Jl'ditacion
y (l,~ la prll l.'He ia, y no dI' las s('d ¡ .. ioues y de
los ;¡grllpam!l"llloso En ;l'll,,'11a ruidosa conmo-
cion, el ayuldamit'lIlo 11l,\LttlI'id y los ;¡gilaJo-
res di"looH la Il'Y al !!;O!'i('i'llO, (111(~ p1ll10 cono-
cel' dl's,le L!('go l'i l'mp:l;:;\' \1111' Ilabia ('oorado la
bl';¡VeZa pl)Imlal o , merced á su lol('l'ancia )' á 5115
déhil"s tr:lllsaccioI11'S.


Las carIes n'inslalaron sns spsioll(,s 1'1 pl'lffil'-
ro Oc marzo tIc 1 8 ~ I , Y 1'\ Rey rné ~'t (1<'1'0111'" en
el SOlO dl' la asarnhlea las morl iI¡('ariones quc le
habian ncomdiJo drsde r1 nH'S 111' novi\'mhrr.
Sns (la labr:ls I'Il aq:H'1 la ocasioll !1l('!"I'CCIl HWJlcion
hislol'ica. D,osplH's dt' ¡la Ill'l' h'C!lO C0I10C('I' la si-
tuarion politica Jc la lIacioJl y d l'stado dI' las rl'~
lacionrs l'steriol't's, con! innó así: ({lit' ('vi tallo á pro-
pósito hablar de mi \leI'SOlla, para fJlll~ 110 sr pi('n-
se qn~ la pl'efil'l'o al hirrH'sL1I' de la felicidad
de los p1[('h105 que la divill:i P("ovid"Jlcia ha con-
fiado :í mi cnidauo. ])dlO sin ('m har~o decir, aUIl
fJl1C' con dolor, :í l'sta jnic;nsa asamhlea qU2 los
proyl'clo5 (le algunos mal ill[('HCioll;\l1os ml' son
conocillos; tratan de set!l<cir á los crt-t1ulos, a los
,1l'bill's, insinuándoles qllC mi cornon ellCll'l'-
l'a prllsamien tos opuestos á el sisll'ma que nos
l'lge.




tOa
Sil oll¡c!o ('.<; el de inspi¡':I1' desconfianza liobl'e


la pllrez:1 de mi:; ¡l1(['ucioI1cS y la rcctítcrJ de IIli
condllela.


II(' j:lra(h la COIlf,rirllCioJl, y he prccnrado
siemp'P oh~t'r\';¡rb en ('Il;ln{i) ha (',;tallo dI' i'li
partr: jo;:,l:í fin;' lo:ll's hirí¡rall lo mi,;mo~ Han
,sido p¡',l,¡ic"s J..:\ 1I1l.rag('s y ¡\¡','i:1calos de lodas
cI;>.s(·s comelidos ~í mi dih"ít!ad y d('coro, c()ntl'a
lo (l'tle (",io-(' el Or,!,'!l \' d J'('qwIO (jlil' se me de-


...., • t


Le C()DlO Hey r:OIl,';¡:! '1(,ioo:l\' tio lerao por mi
exislt'lic:a y s{';.:;urid;¡¡]: Dios qm' ye mi (,o!':lzon,
veh y cuidará 11(' nEa y 011':1, y 10 n~ism() la
m;¡ynl' y n¡;¡s sana 1':11 [p (le la llacioll; pero no
deho c;¡lh¡, hayal (,(!llyrso, como Vr:Ilcip;¡1 rn-
c:irf;:ido en la cOllst'l'v:lcion (le la illviohhilidad
([ue fl'liere sr ~11ard(' á su Hey constitllcional,
que aquellos inslIllos no se }¡uL:cr:11l rr¡:l'liJo
sl'gnncla vez, si Pl {lOlle!' ejccn [iyo tuviese loda
b ('Ill'rgi.'l y vigol' (111(' la Ctllls[ilucicll ]lnvi('ne
y las eor[es d('sl'all : la poca ('nIIT('Z~1 y;¡c¡ivid:d
de muchas de las a1l [o"i¡Jades h:< (L\do lngar á
que se l'ellUrveu tamaIlo5 ('$('('505; Y si Si~IlI'Il, no
srrá rslraílo filie la nacioll ('spaílo!a se yea 1'11-
vurlla rn 11n sill11Úmel'0 de tIl:¡}I'$ y ,1es~~racia,s.
Confio fll1C 110 será aSÍ, si las Corl('s, corno (le-
ho I'l'oml'lérmelo, unirlas Íu¡imaWl'nll';í su Ht·v
consli[ucional, SI' ocupan inc('san[(nH'nte en re:'
me(lial' los ahusos, re1lni!' la opinio'l, y CÜIILt'-
ner las maf(l1lJlaCiOl'C, d(: los lllalt;vnlns, IpW no
l'l'rtrudeIl sino la d('sllnion y la an;¡r'¡Hi3. Coopr-
remos pues, unillos el p()ller legislativo y Yo, co-
mo á la faz de la »aciol) ]0 pro[cslo, en con-




106
solidar el sistema que se k .. propuesto y auqlli.-
rido para su hien y felicidad."


Hecha esta manifcstacion, el Rey ~xhone­
l'Ó a 10$ ministros por decreto del dia siguiente
!I de marzo, y piJió á las cortes que le indicasen
las personas que debian reemplazados, á fin
d~ man tener el acuerdo que deseaba tene<',con
ellas. Ent.onces se vio la fuerza del partido ~que
los ministros tenian en las cOl'tes. Estas no se
olvidal'On de aSl'gurar una renta anual de 60000
reales á caJa uno de los ministros, lo que equiva-
lia, sob,'c todo para ellos, á una declaracion de
que habían bien merecido de la pá tda y de que
esta sentia que se retirasen. En pO€O estuvo que la
asamblea en el calor que puso en defensa de los
ministt,os despedidos, no declal'ase inconstitu-
cional la pal'te del discurso del Hey qne se ha.
citado, bajo lll'etesto que no estaba COmpl"en-
dida en la minuta firmada por todos los minis-
tms, y que fue pl'esentada á las cortes. Estas
respond iuon en fin que no cI"eian con venien te
d('signal' los individuos que debian ocupar el mi-
nislel"io, y el Rey mlllló los ministros el 4 de
marzo tomado el pUI"eee.' de su consejo de Es tade..
Los ex-millisll"05 fueron llamados á presencia d.
las cortes, para dal' cuenta del estado del pais
y responuer á divel".sas cuestiones, pero se escusa-
ron alegando que yá no eran sino meros parti~
culares, cll'cunstancia qne les constituía en im-
p?dimenlo de tratar ningnn negocio publico. La
jnsticia manda tlcei.o que la moderacion y la pruM
dcucia ue que en aquella ocasioll dieron pruebas los




107
'ex.ministl'OS y que siempre hará honrosa su me-
moria, no con tribuyó poco á calmar la cfervt·,-
cencia de los di pu tados y la irri tacion de los
comhates popularrs.


Asi. terminó la crisis de aqurl espinoso mo-
mento. El nuevo ministerio debió encontrarse
~n perplejas dificultades al empuñar las riendas
del gobierno, en un punto en que la capital y
las provincias pugnaban con agi tacion con tinu3,
en que las conspiraciones se tramaban por todas
partes, en que los anarquistas desplegaban sus
doctrinas y sus planes con agigantada audacia.
La im punidad de los que habian esci lado Jos PrI-
meros desórdenes, la poses ion de muchos em-
pleos que en recompensa de los sucesos de no-
viembre se habian dado á varios de los que mas
se hahian señalado por sus ideas exageradas, die-
)'on tal impulso á la accion demagógica, que era
ya muy dificil contenerla. POI' otra parte, los
ministros nuevamen te elegidos no ejucian in-
fluencia ninguna en las cortes, en las que los
que entonces vivíamos observando, pudimos co-
nocer la especie de idolatria que muchos de los
principales diputados seguian consagrando á los
que acababan de dejal' cal'r de su, maDOS el bas ..
ton del gobierno.




NOTICL\S


DE DO:\f RAI;'AEI .. DEL RIEGO.


A pesar de los defectos que la hisloria tiene
que seJlalar (~Il d caracll'I' y en la cOlldücla del
genual Hiego, no llUl'Je el hi,lori3dor HU I'al cial
prescindil' en su nalTacion ue las bellas clIalida-
ues (Iue le adol'nahalJ. Y !lO se Cfea qlIe este les-
tinlOnio es un mero Idlmlo de n'cli('nlo ('11 oh'ie-
f1uió de su C:llásl rore: pon!u¡> ('s ilin('~;)ble (Iue
aquel ursgL'aciado jÚVl'Il, flll' vÍnillla de los con-
sejos de los fIue se !Lullaron sus amigos, y 110
de su Jisposicioll Ilatural.


Nacido en Ovit'do, (le ulla familia noble á
quien la fortuna no Illll'() con hlll'nos ojos, entró
á servir ('n el Heal ClH'l'pO ,11, Guardias 111' Corps,
en el rl'H~ permaneci,) hasla filll's de 1808, época
en la cual dicho cuerpo fu~ d('stl'lIido (le re.mItas
de la invasioll frallcesa y de la (lis[lel'5ioll de to-
da la Real familia. Ril'go entonces, á imilacion
de casi todos sus cam:lI'adas, se pn'sruló á la jun-
ta proyincial mas inmediata, y ¡údió servicio en




JU9
el pjércilo p31'a adeIlde¡' la in¡]eppnt1('ncia de la
patria, l\'olllLrároll¡t~ 1l'Jli('nLt· ('11 un r('~iI1lirllto
ue infaJl I ('l'ia , Pll el que sil'vió con Ct'lo y con
valo!' IlJsta el lJ1011H'n lo en fine hec}1O prisione-
ro fue cOllducido á Francia. Alli permanrció
ha~ta el ¡'('stahlrcirnieuto J(, la paz: alli fue tam-
bien donde se uctlicú á la lectura d" algunos li-
bros y at!f{uiriú ulJa i¡!slrnccion superficial, qu~
le huiJiera sido mas veula josa si se lltlhiesr. apo-
yado eH t'ducacioll mas !liell cultivafla que la
su:y-a. A su n'grrso á ESl'aila se le iIlCOl'P0I'Ó ru
d regimiellto de Ast urias, en el fIlle llcf',{) con e!
tiempo al grado de capilan. Postuiorrrll'llte, de-
biendo su regimiento fOl'mal' pal"le de la eSlwdi-
cion de América, obluvo, st'gun la aul igua cos-
tumbre española, uu gr~Hlo superior, lo mismo
que Lodos los oflcia\\'"s fIue se embarcaban para
~ltl udlos remo I os paises.


Hiego eTa pllt'.~, cOlllandanLe del srgundo ba-
tallon de Aslnl'ias clIando ('slalló la conspira-
cion llamada de la Isla de Leon ó a(· las Cabe-
zas. No fue (01 ciertamente f{llil'u la }¡abia con-
certado ni dil'igido su proyecto; y sí oLros intli.
viJuos que aJlaf Lados .lrl pdigl'O Y de la respon-
sahilidad ponian en accion á mas dóciles iIl5Ir11-
meJl t05. Hiq~o fue sin rmbargo, csco¡;ido {,Il tre
los del movimienlo para la parte mas dificil de
la empresa; tal fuCo la de lllarchar con SI1 hata-
11011 y el de Sevilla sobre Arcos de la :Froutera,
para wrprentler el cuarlel grll,rral y arreilar al
{;eneral en ~d'e y todo su es tado 111 ayo1'.


Esta mlsioJl, y mas aun :.-lbuCll ~xito con




410
que la cumpli&, prueban 10 ju~ta que el'a la 0Pl-
nion que sus camaradas })ahian concebido de él,
y lo bien merecida la confianza que los hahia ins-
piJ"ado; no satisfecho con llenar el objeto prin-
cipal del encargo que llevaba, suplió Con su va-
101" y con sus buenas combinaciones el retardo
del ba tallon de Sevi \la, ocasionado por el mal
tiempo; ganó el batallan de Guias del general y
marchando á su cabeza, sorprendió en Bocnos el
batallan de Aragon que se encontraba acanto-
nado en aquel PU}) too Riego pasó luego de Bor-
nos á Jerez de la Frontera, y al Purrto de San-
ta María, y en fin á la Isla de Lean, llevan-
do siem pre consigo á los prisioneros, á los que
drpositó en el castillo de Santi-Petri, sin haber.
les hecho esperimentar ni á ellos ni á pCl"SOna
alguna, violencia de nin~un género ni d menor
mal tratamiento.


Es evidm te que Rirgo habia flor tí solo da-
do un aspecto imponente al alzamiento, mien-
tras Quiroga, que por ser coronel fue nombrado
comandante general, no habia sido tan .feliz en
su tentativa sobre Cadiz, como lo acreditaron
]os hechos. Entonces ocurrió igualmente la de-
sercion del rrgimiento de Cap.arias y de una bri -
gada de artillería que ihan tIe Osuna, y á las
cuales se hizo creer fiue la nacion entera se ha-
hia declarado en favor de la l"evolucion.


Riego dueño de sus fuenas, osó arriesgar el
ataque de la célebre cortadura de Cadíz, de la
que no pudo apoderarse, y en la que recibió una.
fuerte contusion al cau' de una muralla .. Resta~




lIt
blecido apNJM, s~ encargó de otl'a espl"dicion mas
dificil y annturaua f¡Ue la primel'a. Traláb;¡se
de ponerse al frente oe una columna movíl pa-
ra }mSC;¡I' víveres y suhlevur las provincias cir-
cuuvecinas. Reducillos fu('ron los resultados de
este paseo' III iE lar, á causa de la a pá t ¡ca disposi-
cion Jet pueblo pal'a tomar pal,tido en contra ni
tn favol' de estos movimientos, puo siempre
anuncia en favol' de Rit'go ciel'ta grandeza de al-
ma y un valor á toda prueba; asi como de-
mU('slra en el gobierno Ulla carencia total de
energia, y en sus tropas un absoluto desfalleci-
miento de entusiasmo,


No se trata en este apunte de trasladal' la
historia de los movimir.Jltos y de la dispersion to-
tal de aquella columna, y sí únicamente de bos-
quejar las cualiJaues del que puesto á su cabe-
za, se coiocó ¡'or este solo hecho (~Jl la primera.
lila de 105 hombn's de Ja l't'volucion. Asi es, que
~l nom hl'(' (ll~ Hiq;o em palideció ilHIll'diatamen te
los de Quil'Oga, Lopcz Ballos, y Arco Agiie-
1'0, ele., todos sus i4;uales ó sus superiores eJl la
;;el'arquia mili tal", .


Cuan tas personas tra taron á Rir{;o y tuvie-
ron relacionrs con él en los pl'Ílllrros mebes de su
aureola populal' :tUles de su entrada en Madrid,
dieron alahanzas á su sencillez, á su buen na-
tural , y á su modestia, sin que sus mismos e1le-
migos t~lvi('sen que señalar de su llarte el menor


'l'asgQ de ambicion, y mucho mtlnos de veugan-
!3. El vencno de la lisonja, mas activo en las
capitales que ca las provincias, fue la causa


'1'0",;0 1, 8




112
'(premeditada acaso, pero ciel'tamente 110sitiva)
que evaporó las disposiciones de a'lucl jóven mi-
litar, hasta inspirarle despues el vértigo de la
anarquia y conducide al cadalso. Si el !ley Fer-
nando hubiese conocido mejor sus prollios in tr-
I'eses y los de su rrino ; en vez de consentir que
se le impusiese el úllimo suplicio, huhiera de-
hido atraersele dándole un empleo IlroporcionaJo
á su categoría al principiarse la revoluciono Esta
grandeza de alma y esta conducta IJolítica, j cuán ..
tos desastt'cs habría evitado!


El Redactor de estos apnntes tuvo ocasion de
conocer y tratar á Hirgo, cuando al principio de
la ¡'evolucion vino á la capital de la monarquia,
pensando en él con aquella rdlt'xiva meditacion
que deja en la memoria el recuerdo de un hom_
bre, á 'luien se ha visto en medio del incienso del
puehlo, encumbrado y J'Psplant1('ciente, l1ev3do
en alas de serena tas y aclamaciones; y al vol-
verse el naipe de la fortuna, derrocado en ]a 1111-
millacion y caído en el fango de las execracio-
ciones y d('l suplicio. j TelTiLle conlrasle de las
singularidades humanas, y de 10 inmediato, co-
mo dijo Napoleon, que suele estar de lo sublime
lo ridículo!


Don Rafael del Riego, comandan te del segnn"
do batallon de regimien lo de Astnrias, flHe hacia
parte de la espedicion destinada á la paciflcacion
del Rio de la Plata, despues dc suhlcvarsc con las
t.'opas de su mando en las Calwzas de San Juan
(Andalucia), fue quirn proebmó la Constitu-
don de la Monarquía Espailola, que las Cort{'$




tft
"stl'aol'dinarias habian formado y sancionado en
Cadiz ('n 18[:!.


El mismo don Rafael del Riego, que tanta
popularidau ha bia dchi!lo á este suceso, sirndo
por é.l conducido en triunfo, fue tambien por el
mismo motivo conduciuo á un pátibulo en el
año de 1823 eu la plazuela de la Cehada, en pre-
sencia de un gl'U tio numeroso. Viéronse {'ntl'e
hs mug,ToLas que le insultaban y precipitaban
su suplicio, á muchas de las mismas que le ha-
hian vocife¡·ado corno héroe constitucional yacom-
pañado con sus panderos en el momento de sus
triunfos populares, j Leccíon terrible, que no de.
hcn perder de vista los flue estudian las escenas
¡'evolucionarias !


..


.




MISCELANEA 1IISTORICA.
ee_


l\ECUERDOS CONTEl\IPORA:>JEOS.


En 18 19 mm'leron Carlos IV y ?lbria Luisa.
La l\eina murió en Homa de una ftl!.'!'!t" IIPO-


plegia el 2. tle ellero. Al dia sigllieH tt', y c!tau-
do de cUl'rpo presente su esposa, mUl'iú C;)t'-
los IV I'U Nápolcs en el mismo lugar donde ha¿,ia
nacido en 12 de noviemhre de 17 !18.


En l'l mismo dia {'n que murió ~,Iaría Luis!!,
al anochecer un cabo qne hahia siJo del rl'~i­
mienlo de la Reina, deJlunció al caiiitan gC}}I.'ral
de Valencia don Javirr E!ío, una cOllspiracion
fIue se babia propuesto )'t'slahlect'l' el siSlt'JlU
conslilucional. El enrollel Vidal, gd'e de afine!
complot con otros val'ios indivil11l0s, l'url'on pre-
sos y jl1zgados, y sufrieron la llena de llllH'l'le
el 2. 1 de afiue! mismo mes. De stwrte (pie \'n d
solo espacio de tres dia!>, ITIuril'l'on un BI'Y y una
Hdu:l de Espai'ia, se descuhrió una cOl1spiracion,
y sus aulorrs acabaron {,ll 11n suplicio.


Cuatro añr¡s des pues , el lnismo capitan 'g¡o-
neral don Javicl' Elío, casligador de aquellos
conjurados, fue á ~u vez juzgado y selllenci;\f!o
por tUl consejo de gucna de oficiales n~ciolla-




11;:)
1c&. Condenado d la pcnr: de gtli'l'olé!, sufrió III
JiClll6ru:ia d dia 1 I de ,'iei ¡'em {;r,,;.


j Qué conll'as les ofl'<.:ce la nll'da de 101 'u-
cesos!


,\r, ECDOTILLA.


A Hled i;-¡J()~ lit' 182;;, don i\1anlld Rodriguez
,le Olmt'do, calliilli~o o(~ Segovia, file propuesto
para ohispo dc Sch0r!w (Valrucia). lh'cayó en tll
de~purs la drccioll dI' S. ]\f., 1111(' 11' paslÍ por el
ministro Calomarde el oJi:'io tIC' su nomlH'amicn-
too El nuncio oc S. S., GllstiniaElti, 5(' pn'Sl'Il-
tó al Bey y le (lijo fIue sabia con cl'rt~za que
Rodrign\'z ha1)ia dado ocho mil duros para ohlr-
Dt'l' af[ud ohispado, y que <le no l'{'Yocarse t'1
nombl'amieJl!O, Sil concirncia 1(' inspiraba Ja pe-
nosa ohl¡gar ion ac dar eH!'n t'l á S. S. El Rey
evit.ó rsla (:omlluicacion anldanllo el nornlll'a-
miento; ni huho l'PpriuJ!'nda vara d ministro,
ni sifl'lirr:l. hrJllo:> sabíao si se invalidó la dádiva
de los ocho mii del pico.


Esto st('mpn' prueba como anllaban Jas co-
MS. j Q,¡é 1 iempos oe oro! j Qué punza de admi-
nistracton!


/lXEcnOTMi.-FEcnAS CURIOSAS.


A,..;,¡ di: 1804. A mediados d(' esle ai'ío s(' in-
trotlli jo por los plIertos ue Andalucía ]a fieh.'e




fJR
amarilla que cansó los mayores f'strag05 y fue
cama de que pereciesen muchos miles tIe 1)('1'50-
nas, siendo Cád iz , SI'vi 1 la, Málaga y Cartagena
las poblaciones mas atOl'lllentauas de éste horri-
ble contagio. El'a tal el tenor que infundia, que
algunas autoridades Ilegal'on á desamvarar sus
de:.tinos, y Carlos IV se vió precisado á castigar
cuatro magistrados (le la Real Audiencia dI' Se-
villa, privándolos de sus pb7.as é inhabili tán-
dolos para obte!lel' oll'as en lo sucesivo 1101' ha-
ber cometil1o ('sIc crimen.


Airo de 1805: dia :1 de jum'o. Fue mau(1ado
~jecutar y cnmplü· en todos los pueblos de la
monarqUla, el código titulado NOIJisima Recopi-
¡acion, formado v redactado por una junta de
jurisconsultos no~bl'ados por Carlos IV , quien
sin noticia ni intervcnc10n alguna de la nacion,
suprimió las anliguas leyes (pIe imponían obli-
gaciones á los Reyes para con t·) pueblo, el intro-
dujo f'Il este código ]:¡s que bien le parecieron
para agl'avar y" sujetal' mas á sus slí.hdítos.


Mismo airo; dia :1 I de octubre. Famoso com-
hate de Trafal~ar, en el que se batieron las es-
cuadras espailola é in¡;\esa. Este combate naval
se hizo muy célehre en el mnndo, pOI' haber nHl('r~
to ('n la a;:cion d.;almirantc Nelson y qne¡hdo
graVt'ml'utc herido el gl'IH'l'al español Gravina;
qni('n pocos dias d~splles murió en CaJiz. Los in-
gleses apresal'on doce navios esp~lIloll's.


Aí/o de 1806: dl~a 21 de mayo. Mucl'e María
An lonia, princesa de As lurias y primera esposa
uc Fernando VII.




fl7
Afi.o de 18 o 7: día 15 de enero. Don Manuel


Godoy, príncipe de la Paz, fue nombrado gran
, almi¡'an te de España é. Indias, y condecorado con


el tratamiento de alteza serenísima, En 1.° de
marzo de este 3J10, el Emperador Napoleon re-
J)ovó su solicitud, y exigió de Carlos IV el con-
tingen te de tropas sei'ialado en el tratado de 1 796,
Y accediendo éste á su demanda, dispuso que el
marques de la Homana con un ejército de 14 o o o
hombres, pasase al Horte de Europa para ausiliar
á los francescs.


lIIismo airo: día 1 í de octubre. Se celebró el
tratado de Fontaineblau en que Carlos IV y el
Emperador Napoleon, acordaron que el )'cino de
Etruria se agregase á la Francia, y que para in-
demnizar al Rey de Etruria, se le cederia la Lu-
si tania septen trional con la ciudad de Oporto;
que se formada un pl'incipado del cual tomaria
posrsion Godoy con el título de príncipe de los
Algal'ves, para cuya ejecucion pasaría pOl' Espa-
ña con el fin de ocupar á Lisboa un ejército fran-
ces. 'Ministros plenipotenciarios. = Por España,
Eugruio Iz(lllicrdo.=1'or ]a Francia, El Mariscal
Duroc.


Jllismo airo: dia 30 dc octllb."c. C:lrIos IV e-,-
tando la corle en el Heal Sitio del Escorial, se
pl'Ml'ntó en persona en el enarto del príncipe
de Asturias, sn hijo, y apoaerándose de todos
sns p:l pell'S, le dr ¡tÍ a 1'1'1.'5 '~1I1o y le mandó fonuar
caH~a, fOIl la que fueron comprt'llul'dos vario.> 13er-
sonagrs, p('l'teIl('(' ieH l;'s los mas de e 110s á su 1\ea1
strvidumbre. Una comisioll de once iutli"iJuo.s




tUl
0,,1 suprrmo Consrjo de Castilla, los juzgó y de-
dará á todos inocentes; mas no obstante esta
declaracion, d canúnigo Escoiqniz, macsh o del
príucip", fue encerrado en . el conven lo de Pa-
dron; el dnque del Infantallo desleLTado á Gra-
nada, y ]os demas espulsados de Madrid.




.. - .•. .. ... .. --


"0 __ 0~~~@i:'~~~l·~~e~,~f';~


~ QlJED..\ ]).\ EN ü{:J1XA.


A~o DE 1312.


Escenas ocwrridas ('11, aquel/a época lfl Edi-
tor (lc ésta obra.


Detenido el convoyen Ocaña, y tmpnjado
no o}lslante de modo que tenia que s(~guil' sin
l't'mcdio, no habiendo tlf'mpo qne prnlrl' y viénw
dome devorado con l1na fiebre ardienle que me
consumía, y convl'ncido de que me efa imposi-
ble it' con la carabana adelante á pi'llH' dI' qne-
darme muerto en m{'dio dd C3m ino, mr illfol'-
mé de la Casa del cura, y': tl'a:r;ladaclo á ella le
hice pregunlal' si me pCl'mitia hablarle unos mo-
mentos. Accedió el honrado presbítero, en quien
tnconlré oí un hombre como de unos cincu{'uta
años, de temperamento vivo y de aspecto sano.
Digele, que encontd.Jl(lome en lan tleplol'áhle es-
tado de salud, y no t'stando tampoco muy de
humor de segnil' con aquella fal'sa I rashumall te,
si habria algnn mrtlio de qneclal'ffir nzagatlo ~in
peligl'o de mi vida. Díjoml' el CUl'a fine }r habia,
y de propio motu me ofreció fluC d me le pl'O-




120
porcionaria; para lo cnal llamando á dos sobri-
Jlas muy graciosas qne trnia, les dió no se que
órdrllcs, en vi¡'llld Je las cuales se apan~ció una
que di jo sel' la mugel' del sacJ'istan, anuncián-
dome f{'lr la siguiese, como en eree lo lo hice. En
pos de ella iba, y no muy contento pOI' algunos
tropiezos y balazos que se cruzahan pOl' la call!',
cuanJo llt'gaJos á la purrla de una iglesia, que
luego supe sel' la catedl'al Santa Maria, la sacl'is-
tana hubo Je alu'ida, y melit'ndorne dentro me
tlijo que esperase á 'Iue volvirsc, lI(~válldosr de
ttUt.vo tras sí la puerta y dej:ín¡}ola complrta-
mente cerraaa. Fir-/lrese el lector que pal'ecel'Ia
yo solo en aquel tl"emellllo iglesiol'l, en el cual
llegauo el anocbf'cel' nadie parecia, y entrada la
noche nadie venia tampoco, rindiéntlome la es-
pectativa, el hambre y desfallecimiento, el no
saber nada Je lo que oCUl'da en el pueblo, y la
incertidumbl'ede lo que conmigo h:lbia ur slIce-
Jet'. Discursivo y no muy contenlo me hallaha
.le esta suerte, cuando cutre los cclagcs de la 05-
curdad oigo la llave en la puerta, sienLo flue
se abre, diviso un hullo á qnien empujan dcn-
tro de la i~h'sia volv:e'\,1v la punta inmeJiata-
mcnte ('cITada, y el bulto á gt'alldes pasos co-
lnrUZ:lr á pasearse pOI' lo largo de la igl~sia, em-
bozado eo una capa y con un somhrerazo que le
calaha bs cslas. Yo, ((He desde luego mr penetré
que aquel Jebia ser un compauCl'o de lwre¡;rina-
cion, me fui acercando poco á poco para no ca1l-
sarlt· tOI'presa, y él pal'a\lo y viéndo;ll,~ veUil' me
preglln ló (púen era, ~<. ¡gua 1 prl'gul'ta, le repli-




121
qué yo, iha á srr la mia, pero ya es inutil pues
ya sin duda me ha conocido vd. á mi, asi como
yo le he conocitlo á vd." Y con efecto, cs ,á ba-
mos en br:lZos el uno del otro habiéndonos prl'-
fcctamen te reconocido.


El'a el nuevo hursped don Fl'ancisco PCI'I'Z
de HiV('l'o, gefe de seccion del ministerio de ha-o
cÍenlla, y hermano del actual marques de T\1on-
tesclaros, que probablemrnte le habrán oido al-
guna vez hacer mencion de esta avrntura. Refi-
l'Iome que se hahia fastidiado de seguir con
aquel trashumante ejército y de andar con fran-
cest's, que a'] cabo no habían vendo á Esp:lila
sino á traernos compromisos y peligros; que ha-
bia tenido la idea de hablar de ello con el cnra,
y que éste por 10 visto habia hrcllO con él lo
mismo flue conmigo ¡'euniéndonos en la ra-
tonera.


No hay pues, mas partido que esperar 10 que
vrnga, sipm pre con el gran COnS1H'\0 de qm' ya
llay un amigo compañero. Discursivos divao-ába-


. ~


mos sobre Jluestra situacion, hasta entrada has-
tante la noche, momento en qué volvió á dJl'il'-
se la puerta y á rnlrar la sacristana, no ya so-
]a, sino acompaiíada de otra moza1ve,la, fjlle di-
jo ser su prima y vrnit' mandal!a.s J10l' l'1 s:,ñor
cura. Traian unas llwntas, una ban3sla Con pro-
visioncillas que nos olían muy bil'n, yrsca3, unas
velas, y otros útiles de la circunstancia.


¿ n~)lHle crrrrán los lectores r¡tH~ tuvimos qile
panel' la mrsa? Sohre el testero de un a!a1HI,
y como la necesidad carece de ley t m:tlrlito si




· t~:2
ap'll:lS hicimos caso de rida particuhrilhd fine
en cual[plÍer~ otra coyuntura nos hahría atl'l'-
rado. .


Las mantas venian J(. vrevenrion llor si ha-
lJia que pasar allí la noche; p('ro no file así, pues
no ITan las doce cuando un elllisario del cura
nos sacó de la Iglesia y nos llevó á su casa. En
ella pasarnos el siguien te día, hahiendo única-
nH~n te salido para coloca 1'1105 en lo a 11 o Ile la
lorl'e para vrr mal'char el convoy. Todavía me
acuerdo con cierta emocion d,,! c;ll'ruag(' dp aquel
pohre monarca, no digno ,]el It,i . ,le parH') ni de
las fl'ilmlat,jof\es en f{m' vivi:l. ;\Inchos :lilos han
pasado, y v('o sin (~rnbar?;o, ,letras del coche de
JosP p] landó de la el('~:lntP mal'qn:~sa de ;\1011-
te-hermoso, la gran hedina de vi.dp del magní-
fico don Mariano 1.uis de Urqnijo, y los trenes
de OL1l'ri, Asanza, Almenara, Campo Alang(',
Anibas, Llorente y olros mn·'ho, cOTllpromeri-
dos ya enlonces, y suj¡'tos, á bs Iristrs pf'l'l'gri-
naciones de tan peligrosas aven I m'as. Enlouces
empezaba el ~ran barullo al' la España: treinLa
:lños van, toJavia dura; y pOI' (l('s~racia no se
sabe cuando acahará, No l;ay que dudarlo:]a Es-
paña se ha convertido rn el pais mas divutido
de la Europa. Ya se fue el convoy: ya se fueron
Jos f!'ancesl's: ya caminan }Iácia Val(,Ilcia rnlre
rI : ca 101', f'I polvo, y la vrr?;ii,' nza de la fu~a: ya
(,JI Ocaib no hay enemigos d" rsla rSTlccie, ~olo·
S(~ o}'(' en sus c::l11es 1'1 m::ll'cia1 rc,ll'Ppito dr va-
I,jos pistoletazos sin ohi~IO disparado,~ pOI' un tal
ChiL'irubolo, homhre muy valiente t natural del




123
puehl0, que si('mpre andaha en 1)115C.1 (1e Laucc-
ses .cualldo eslaban 1/· jos , y de ({llj('n no St' ,le-
ría, á l)('5a1' del odio rple los tenia, flllC __ hubicse
quitado de en mellio á n ingllno.


En casa del cm'a estáh:.nnos mi amigo Rivt'ro
y yo, pell'ando en como hahíamcs de volvernos,
~u~ndo nos asaltó lllla lllleva trilmbcion. Prr.-
sentáronsc dos guerrilleros del Ah!(~lo, y uijtTOn
que ib3Il en busca de los dos 1¡'ait1ürcs filI" h:l.hia
en la casa, y qlle lelli:m !'sco!Hlido un a1'('on de
onZ3S de JOSl: TIot¡·lbs. i\Iala acusacion era, y
mal lo habríalllos pas:l.do si el Ctlr:l, homlH'í~ que
escitaha gran respeto en el pueblo y (Iue fOi'mó
empeño tl('cillido en salvarnos, no llUbina logra-
do impolH'l' silencio á af\urllos tnnantes, que
oCreciéndose á acom pañarnos hasta "Matlritl, V re-
celoso el cnra di' cllahpIier atentado fine l);ldie-
l'a ocurri¡, en rl camino, mantló enjaezal' su n1U·
la y se vino con n080lros llasta la puerta de la
capital, Jesde dond(' marcharon muy contentos
dl'spues de haherlos gratific;¡do con dos Ollzas, El
cura nos dijo despurs, que estaba ciprto que si
él no huhi('l'a venido, nos habrian (¡uitado la
"ida ell el camino.




~ ........... .
~0~~O~~O~~0~~C~~O~


GRANDES ELOGIOS


!tecitos á la Constitucion ele :1.3:12, tributa-
(los PO}' (¡uien Menos se pwliera pensm', á
no ser porque en la historia ha') datos y
en los hombres memoria.


l'clIlpul'a /lIutalltl1l' el /lOS /Ill1tallllU' in i!lis.
r


AÑO DE 11.312,


Comunicacion hecha por el Ministro Plenipoten-
ciario de S. 1'1. C. Cea Bermlldcz, cerca del Em-


perador de Illlsla en 2 1 de noviembre
de 1812.


HEl infl'ascripto Plenipotenciario de S. 1\1. C.
Don FernalHlo VII, cumple lle110 de satí,.;jact:Íoll
y jriúilo la obligacion que le impone su gobierno
de hacer á S. M. 1. el presente de UIl ejemplar




I !Ji>
de la COl1MZf"c/on política de ES!'(71ia, el' cual
se torna la lilwrlad de nmilll' al t.xcmo. Callci-
11 el' llel imperio, supl icámlole lenga la bondad de
ofrecerlo á su augusto Amo, como un trstimo-
nio del rrsprto, tle la consideracíon y de la con-
fianza que la Hegencia profesa a S. i\i. el Empe-
rallor Alejandro.


,,_Este adlllir(¡úle Cádigo que rí la par ha sa-
tisfecho las opiniolles y llenado Zos deseos del
pueblo esp,,,,ol de cntrambos THundos, no es fru-
to de COI1C/'f'L'ÍOIl filos(í¡ica Ó TIlcta¡isica, propía
mas bien (coJUra lo ha ue1110SLl'a<lo) para lUrvar
los estados, que para asegurar su tranquilidad
y Su ventura.


)lNada ha introducido en ella, ni el espú'itn
de innovacion ni el de reforma; nada se 1.a to-
mado para formarla, de las naciones estrangeras;
las mismas ant ¡guas Z('yes de la monarquia Son
las fucntes de donde loda entera se ha sacado;
y no dispone cosa alguna que no sr. halle consig-
nada del moJo mas aH h:n l ieo y solemne en los
diferentes cuerpos de Il'gislacion eSI,añola; sola-
mente es nuevo el mé!odo con fple se han distri-
buido las matnias, ordenándolas y cbsificán:lo-
las, para f¡Ue formasen un s¡s[o/la de ley funda-
mental y conslituL;".'a, en el (pIe estuviese con-
"teuido con enlace, armonía y concol'Janc ia cuan-
to tienen dispuesto las leyes fundamentales de
Ara~ou , rle Navarra y Castilla, ell todo lo con-
trrnicnle á la libertad {- mdqwuurncia de la na-
cion, á los 1'11('I"OS y ohlig:lcionrs ac los ciUllaua-
nos, á la dignidad y au toridad del Rey, al es ta-




"


\26
b!ecimiento y uso de la fuerza armaua, y a\ m~.:..
10(10 ecourJn:ico y administrativo de la hacirnda.


)lA h visla dd mismo campo enemigo, en
meo io de] esl !'llendo de sus cailoIH's, fue esta
Consli lucioll proyectada, discutida .r sanciolla-
da, Ppro si S. i\I. I. se digna esleuder la vista
sobre clb, verá que Jos rrprcsenlant('s de la na-
cion española ~l1!llriue rodeados de ohstáculos, de
clificultadl's y de peligros, km sirIo ian inacce-
sibles al tOllO,. f ri las I'w;í()JlI~S lodas, como
impenetrables ('11 SllS a/lgflsta~ fUllciones de aten-
der al grande objcla de (/s/:gllrar f cOllciliar
la libertad política y ci"i! de la nacion, con la
digmdad V autoridad del Rey.


»Sumamente satisfaclol"lo y lisonj('ro es para
el infrasaiplo, cumplit, con el deb~r que Se le
impone de Ser hoy el ()rgrt!lo de su gobierno, para
acredilar cuanto valor é imporlall('ia da ':slc á
la amistad del O'rallde, macrnáuimo Soherano de n n
la Husia, qUf' }lIlmillauclo al orgnlJo5o conqnis-
tadoJ',,¡]e nueslJ os dias, I'llemi¡:?;o comnn de am-
has naciones, se ha adquirido la sólida y venta-
dera gloria de sl'r el dl·reUSOl' V ampa¡'o de la aHí-
ti,]a hum:midad, y el vmgadol' ae los ul tragt's
hechos á las }(')'rs sagradas de la propiedad y de
la justicia. Qllt' en fin por 51t UIOtlcracion, por
la pureza Ji' sus principios, por la gralld('za oe
su podel', pareel' qne le ha destinado la Provi-
(}rllcia á repl'imir la 3mhicion en Europa, y ha-
C('r {pIe suceda en ('lla (·1 reinado de la justIcia y
(h~ la' concordia, rl'slahlecielH1o HU sistema dé
t'(l'lilibrio gt'neraJ, arrt'glado por la equidad y




\
1!J7
~abidUl'ia, y fundado en el ínteres verdadet'o de
los pueblos.


» Con este motivo, el infrascl'ipto se compla_
ce en renovar al Excmo. Canciller del Imperio
la seguridad de su mayol' consideracíon."


RESPUESTA DEL CANCIU.EJt DE RlISIÁ.


HEl inl'rasCl'ipto Canciller del Imperio pre-
sentó inmrdiatamenle al Empuador la nota que
d Sr. Cea Berml1dez, Plrnipotmcial'jo de S.IVI. C.
Don Fernando \' 1I, le hizo el honor de rl'mi tir-
le, acompailada de un ejemplar de la ConstitG-
cion espailola 1ue ofrece á S. M. L la Regencia
de aquel reino. Hecihió S. M. este nuevo tl'sti-
monio de los sentimientos que 1)01' su pal'te ani-
man al gohierno de España, con tanto mayor
lllaccl', cuanto que está persuadido que esta so-
lemne acta dehe servir' de garantia á )a prospel'¡.
dad de una nacion leal y valerosa, á la que S. M.
profesa la mayor estimacion.


), Feliz se crre el infrascl'ipto en participar al
señor Cea Bermudez esta prueba de lo. sentimien-
tos de S. M. 1.


),El mismo insfrasclipto se aprovecha de la
presente ocasion, para manifestar al señor Cf'a
Bel'mndez, que ha recibido un ejtm plal' de la
misma COllstitucion que le ha dh'igido de parte
de la Regencia, y l'nl'~a al señor Plenipotencia-
l'io, tenga la bondad de ser el int6'prete de to-


TOJ\lO l. 9




\2.3
oos los sen timien tos que le inspira una señal
tan lisongera de la al.eucion que por su parte
merece á aquel gohierno.


»Con este motivo tengo el honor de renovar
al señor Cea Bermudez, la sl'gul'idad de mi muy
distinguida ~omidencion."




,


a==e=~Ce~~:fl:=~=:¡==tl===n


PARTICULARIDADES


Don Gerónimo Merino, mas 'Particularmen~
te conocido en Castilla la Vieja bajo el dictado
del cura de Villubiado, es oriundo de una familia
muy obscura. Sus padres le enviaron. á aprender
la lengua latina al colegio de Lerma; pero á lo
mejor de sus estudios le hicieron voh'er á la ca-
sá paterna y pusieron á cargo suyo el cuidado
de un rehai'io de ohejas que les pertenecia. Me-
rino continuó en d oficio de pastor hasta la
mUCI'te del cura de Villubiado, y no hallándose
nadie que n'emplazase á este sacGrdote, se· fue á
casa de otl'o anciano cura de Cobarrubias, y al
cabo de seis meses y con la proteccion de su pre ..
ceptol', entró en las órdenes.


Merino podrá tener en el dia sesenta años,




4;)0
Alcanza de eslatura cinco pies y dos pulgadas. y
á pesal' de su mezquina oq;anizacion goza dt' Hila
salud robusta, Los rasgos tie sn fisonomia (~slári.
profundamente caracterizados: sus ojos son gran-
des y hundidos. Con dificultad habrá habido hom-
bre f{lle sopOl'le mas largo li('mpo la fatiga. No
fuma, no brbr vino, come muy l)OCO, y no suele
dormir el) cada veiu fe y cua iro horas, arriba
de un par de ellas. Siempre que t'stá ('n cam paila
no dUCl'me sino eJlcima Ó al laoo de su caballo,
continuamenle ensillado.


Los que es tán ba jo sus órdelH's, no ha n vis to
nunca á :i\1erino pasar ulla noche en medio de
ellos. En cnanto el sol se pOnt' hace pal'al' su
gente, les ordena acampar en e1 parage (Iue h's
scilala, y srguido de un solo criado se aparta de
]os suyos, se in terna en los bosques a tns y á
C11atro leguas, y no vuelve i presentarse hasta
el día signieutt'.


M('rino no se cHil1a de que su tl'opa se ador-
nE' con unifol'mes. Deja á cada cllalla facultad de
vestirse á S'j antojo; y por lo que á él loca cu-
bre su cuerpo con 11U miserable ropage y Sil ca-
beza con un mal sombrrro. Cuando t'nLl'a en los
pueblos y ciu!la1lt's, se da á conocer pOI' la h<,\'-
mOSUI'a de su cah:..llo. Sus armas para la guerra
Son el sable, un par de pistolas que l;('va en sus
:bolsillos, y un trahuco muy col'lo. Suele ponel'
en él á la vez un gran u límuo de halas: la.
pólyora la llt'va l'eglllal'mrnte en las fllndas de
su 11m.,. Cuando (Iuiere hatirse loma tIIl gl'an pu.
nado de pólvora que ataruga en el cailoll de su




f51
trabuco, y para tlc.cargal·ll' 1e apri<,ta mucho d~.
bajo de su brazo d.·recho yasrgura bien el ca-
ñon con la mano izquierda, á fin de rrsisLil' )a
sacudida que produce aquella terrible arma.


Merino es personalmente muy valiente. Tam-
Líen ('$ muy feliz, y si no es imposible apoderal'-
se de S11 peJ";.ona. es por lo menos una cosa muy
dificil. Lleva siempre consigo dos caballos, los
ma" hermosos acaso, y los mejor domados de to-
da la Caslilla. tos time de tal modo acostum-
brados á seguil' un paso igual, que sea cual fue-
J'e la rapidez de su carrua, van siempre de fl"Cn-
te y galopan como si no fuese mas que uno. Cuan-
do l\J(Tino conoce que el caha 110 que mon la es-
tá faligado, salla sobl'c el otro sin necesidad de
detener su carrera ni medio segu~do siquiera. Asi
ha escapado muchas veces de los mas grandes pe-
ligros.


El espacio de cU:lI'r.nta leguas que srpara á
Burgos de .i\hdrid, puede decil'sc (1m' es para ~l
un t{'rl'('no de casi complet.a srguridad. Puede á
vrcrs alravrsar Ingares y ciudades con cuatro
hombrt's solamen (r, sin otro temor f[Ue el de las
tl'opas (Iue le pe.'sigucll, y de las cuales escapa
con singular facilillad.


Cuando Mermo hace la guel'l'a se apodrra de
105 cornos, de los ('([Id pagrs, y de todo cnan lo
se k pone pOI' dehnte y cree pt'l'(rJlecer al go-
}Jiel'110 fine comhale; prlo rs rnemigo de lodo pi-
lIage f[Ue Sl' ('¡l'rza sohre personas inoft't1sivas.
No puede ul'C'irse qn(' i\ll'rino sea codicioso. En la
época de la inuqH'udcncia, se vió en Ulla ocasion




152-
dueño de inmt'nsas riquezas cogidas á un convoy
frauees; distribuyó todo el oro á sus soldados y
no guardó para sí mas que un par de docenas
de media. de seda.




(1






ADVf¡HTENCIA.


que rogamos al lector no pase por alto.


2a ohsen'acion es mallr~ del acierto, y para
011.'H'1'var bien, lo que hay que il/darjar es la sen,r;:a-
cinn Ó fl parecer de los mas. En el prospecto de
ésta obra se ha prescindido de un orden cronoló-·
gico en ella, en atencion á que no siendo mas que
unas !lfE1UOlllAS CONTEilIPOI:ANEAS, el editor no ad-
quiere el compromiso ni de historiador de todas las
épocas, ni de narrador en graIllle de periodos histó-
J'icos y completos. Tratábüse aSÍ'mismo de ésta ma~
nera, de proporcionar una !flan variedad en la co·
locacion de materiales; así se hallvislo en él primer
cuaderno Capítulos que tratan de la revolucion de
od1Ocieutos 1-'eillte; otro.~ que tratan de sucesos re-
lativosá la enfermedad de Fertwndo VII en1832,
y otros que describen el vidje de D. Carlos á Espa-
1ia en 1833. Fechas son todas estas que no obser-
van orden cronológico, ]Jero que tralan de sucesos de
1westra época, que tienen que ser el pasto wnlínuo
de las Memorias COnlcmj)()/,áueas. Pero queremos
ser francos el costa de nuestro amor propio y decla-
rar que éste orden inmelódi: o de fechas y de años
no ha sillo áe lo mas bien o~'deJ1ado que muchos
han encontrado en la idea que nos habiamos pro-




[ n ]
1/Unto. Por t$to pues y porque todo puede compo.;
ueru aunque sea á costa de algunos malos ratos qu,e
nos queremos df:l1' en justo agradecimiento de la be-
'JUvolencia conque nuestra obra ha sido y va sien-
do ,'ecibida, diremos que cada cuad'erno tendrá u-
na division que marque la parte de historia metó-
dica seguida de los suces'Os, y forme una série tOn-
tinuada de interesante lectura. La otra parte fOn
el título de J;Jiscelánea llislóriea (el mismo título
indica su mayor volubilidad) contendrá sucesos que
no pertenezcan d épocas fija.,; ni seguidas, pero que
sean sí de nuestra historia y de nuestro tiempo para
cumplir con el título. Desde luego prometemos que
esta parte será interesante, instructiva y divertida
por la riqueza de materiales con que contamos. En
cuanto á la parte que va á (ormar historia seguida,
tambien aseguramos que continuará su nm'ra-
cion, sin brincos.ni {echas disc01'dantes; y que es-
tando como se está en estos cuadernos en la histo-
ria de los años de 1820 y 82 1 ,por orden natural
y seguido y sin lagunas, se va á ir (on la misma
marcha de los tiempos hasta llegar á ponerlos ma-
terialmente al nivel de los sucesos corrientes; con
lo cual se habrá {m'mado un compendio histórico
de gran importancia para cuantos quieran reasu-
mir y metodizar las trascendentales escenas de que
la España es teatro incesantemente de algunos a-
ños á ésta parte.


Esta combinacion dada d nuestro trabajo será a-
preciada p@r el lector inteligente y benévolo que co-
noce el fondo de esta clase de tarrtas. En una pala-
bra queremos y nos hemos propuesto, y ~omos gen-




[ ITT 1
te que solemo.'1 tener teson en lo que 110$ propone ....
rnos, que las Memorias Contempordneas sean una
obra que instruya, recuerde, divierta, y se llaga
comprar sin querer, en gracia de sU variedad, de su
interés y de ser de un género que puede llamarse
nuevo entre nosotros.


Tales son nuestras intenciones que nada puede
decirse tengan de ofensivas y de malévolas. ¡Ojalá
el~éxito c01'1"esponda, y el públicof á quien deseamos
entretener y ser gratos; estime nuestro esfuerzo, y
siga como nosotros saliendo de ésta época turbulen-
ta, y pidiendo á quien lo puede dar; que tras de tan-
tas tempestades nos conceda algunos dias de paz
y sosiego para terminar ton tranquilidad las largas
observaeiones á que nos han acostumbrado estos di-
chosos tiempos en que vivimos. !




AVISO UIPORTANTE.


Todos los ejemplares que se vendan FUERA DE
J'LlDRID~ oe[J(:l'lÍu lener p1'ecisamellle La inicial y
"úbrica eSLul1Ipllda al pié, y oe lo contrario será
paseyuioo ante la ley el falsificador, ó el que lo
'ven()ieM~ ~ill r,sic 1'cqu;silo~ pro(.ca('ute~ Ó no de los
aeslinaúos ú la publicacion en Mall1'ia.




CAPITULO VIU.


Coincidellcia de la entrada ele lo, alistria('o~ ell ~ápol~:s.­
Asesinato elpl c~nc'll1igo Yi llllf'Srl.-Atropellos en Ga lic ia y
CataluÍla. - IHasones.-Colllllncros.-D. Jo.lé Mani nCl de
San Martin.-Conflictos del gohicrno.-Bata lIa ele las P;a-
teria.~.-Alhorotos en Zaragoza.- El aventurero i\lot\tar-
lot.- Riego otra Tez en la palestra.-Sl!villa y Ca(liz en in"
surrpcciOIl. - Latre en la CorUlÍa.-EI !ley ~e dirije ;Í las
Cortu~.-Peligro (lel ConJe de Toreno y Mal tinez (te la Ro-
6l.-Bandas de realistas.-EI Rey exonera al ministeri.o.


SEG U;\J)O MINISTERIO fOi"STITUCIO'\AL.


EL nuevo minislcl'io, no tan hien fluis!o en la
opinilln como el auterior, se compuso con los indi-
viduos siguientes:


ESTADO.= Rardnjí.
GUERRA.=,'foreno y ]Jaolz.
IN1'BflwR.= Valdemoro.
U¡,TRAJIAIl.=Felhl.
JIAcIENDA.=Barata.
jJ![AlU.Y.I.=E'seudero.
J {)S'/'TCI. .. -Cano lJJan /lil.
Como hemos Jkho, no tan Lic;u 'llli:;to, pero




~ 1:5·i ~
lIin podérsele acusar ele sel' desafecto á la Constitu ....
don, supucsto que varios de los quc le constituian
habian sllfrido por ella persecuciones, y aun la
l'rision, á consecuc~da ue sus iueas liberales. Por
otra parte la marcha que bien pronto se le vió se-
guir, demostró que cOJ~ocia el estado de las cosas y
urgcnte necesidad de reprimir la anarquía. Todos
sus esfuerzos se cncaminaron á este objeto, lo mis-
mo que á el de ahogar las conspiraciones ue los que
se apellidaban realistas, y que empezaban á aparecer
en pequeñas bandas por diferentes p!lntos. Lo que
se presentó mas dificil fue contener á los exaltados
que se habian multiplicado considerablcPlentc; por-
que, apesal' de la ley de las Córtes p;\ra anular
hasta cier~Q grado las sociedaues patrióticas, aque-
llos clubs continuaban sus tumultuosas sesiones y
poniall á cada i~stante en peligro la tranquilidad
pública ue la capital. El mal llegó á tal extremo
que muchos que ocupaban altos p!lestos y aun es-
taban revestidos ele grandes dignidades, creyeron
que el mejor medio de satisfaccr Sll ambicion era.
el de senlar plaza entre los anarquistas escudándose
en su a poyo. Las ideas exageradas tenian partidarios
y proqlovedores en las Córtes: tcníanlos tambien
numerosas en las demas clases; y como muchas ue
las autoridades enc~rgauas de la tra~q~ilidad pú-
hlica er:in partícipes de ellas, los perturbadores po-
dian ejecutar libremente sus planes y quitar el re-
poso á las gcntes honradas. .


Ocurrió entonces llegar la noticia de la entrada.
ue los austriacos en Ná poI es. Este suceso, <li6 oca-
sion á nuevos rencores ue parte ur' partido ue la
exaltacioll que ya marchó ma:; abiertameute al plan




.. 13:;-a
de destruir el gobierno con el empuge de los mo-
tines : se forzó á l~s autoridades de Barcelona á que
fuesen arl'Ojados de la provincia algunos hOlIlb1'es
muy disting"idos. En Galicia, el gefe político; don
José María Puente, hombn~ de todo punto entre-
gado á la irritacion exaltada, hizo al'.restal' á p1a&
de 100 pecsouas conocidas, .que f"eron condaeidas
á la Coruña, en donde algunQs excitaban al populacho
áque las asesinasc; sc embarcó á unas 40 dcportadas
á Canarias. Se formó causa á los deportados lo mis-
mo que á los que no lo fllel'on; pero al cabo se les
puso en libertad porque ningun cargo resultaba
contra ellos.


Ocurría al mismo tiempo en Madrid una escena
muy aUictiva. El capellan de honor D. l\1atias Yi-
Iluesa fue preso, y acusado ue haber formado un
plan de consph'acion y de haber hecho que circula-
sen proclamas sediciosas. Form6sele su proceso y S8
le sentenció á dicz años de presiuio. I~os gt'andes
exaltados no queJaron satisfechos con esta condena,
fulminada contra un hombre á quien creian mere-
cedor del último suplicio: asi es que reunidos en
gran número en UllO de los parages mas frecuenta-
dos de la capital, á las uos (le la tarde el 4- de
mayo ue 182 t , se encaminaron á la prision, for-
zaron la puerta que la guaruia no Pllldo ó no quiso
defender, entral'On en el cepo ucl acusado, le ase-
sinaron con barbáric, y en seguida recorrieron las
calles haciendo alarde de su triunfo.


La vida del juez que falló la sentencia de los
diez años de presidie corrió peligrosas contingencias,
pCl'O luvo l.íl, tortuna de pOllCl'Se en salvo eportu-
uameute.




-


~15(j~
AtentaJoi de esta naturaleza revelan facilmente


el punto á que habían lIegaJo el tlt~Sfíl·.lcn y la
anarquía. El gobierno si lIien cal'eeia de los medios
para remediar enteraIílente el mal, no omitia es-
fuel'zo alguno para restablecer el Mden. No solo
desaprobó altamente las deportaciones y los atrope-
llos cometidos en Galicla y Cataluña, sino que hizo
poner en libertall á los que estaban presos: destitu-
yó al gefc político ,le la Cornib, y pliSO en su lu-
gar á n. ~1a!lllcl de Latl'c, hombre moderado, y
á la par enérgico, que 31TosLL'ó los embates de la
anarquía COIl próspero n~su lIado eJl ;l![Uella vasta
pl'Ovineia, pCl'suaJ ido de la importancia oc la
tranquilidad en 1" capital, y cierto oe (lue el asesi-
nato Jel capellan Vinuesa no se hubicl'a perpetra-
do si las autoridades hubieran desenvuelto la eller-
gía suficiente; los ministros nombr:lroll ('apilan ge-
neral de l\hJrid á el conJe oe Caelajena (Morillo),
y gefe político al hrigarlier n. José l\tartiuez Sau
l\b.l'tin, cuyos principios lllOJel'ados y cuya pro-
l1ullci:ltb tirmez:l de Gll'actCI' ofrecian un POt1CI'OSO
contrabtlallce :'i las maquinaciones ucwagújiras.


Para !ormar idea de los lUedios en que se apoya-
ban los frenéticos, y oe las diticultades con quc lu-
chaba el golJiel'llO, uebe fijal'sc la rellexion no solo
en la fuerza que les prestaha el abuso de una liber-
tad mal entenu ida, sino el poJel'oso inUu jo que en
donde quiera ejercian COll el escudo de las socieda-
des secretas. Por tales medios se comhinaron la re-
volucion de 18~O, y las conspiraciones que antes
llabian estallado. Pertcneciall estas reuniones:'i la
única sociedad secrcta entonces existente cn Espa-
:íla; j la masonería! Contaba esta en su seno á mu-




~1:;7<,?
ellos miembros que se habían aíili;Hio en su asocÍa-
cíon pOI' curiosiJad Ó POI" otros motivos, y entre
ellos los que habian tomado pade en los sucesos
de 182U, de los cuales sin einbargo eran bastantes
los que se distinguian por su mo:leracion. Estaban
sin duda fatigados del órden de cosas existente t:1l
España, pero sus intenciones eran buenas, y sus tle-
seos quedaron cumplidos en cuanto se proclamó
la Constitucion.


Creido habian que algo eran necesarias las socie-
dades secretas, y pOI' lo mismo no vieron sin enojo
la continuacíon de semejantes reuniones y no disi-
mularon su opinion respecto á ellas. El gran deha-
te entre el gobierno y los gefes de la isla de l.eoJl
para la \lisolucion:del ejército acabó de establecer la
desuulon en las lógias, dado que los moderados vo-
tahan eH el sentido del gobicl"no, á tiempo que los
exal Lados sostenian la permanencia del ejércilo.
Los mod('!";1I1os goza han en general de la mayoría
en las socíedaues y creyeron que COl! retirarse de
ellas las i !Jan á dar IUl Gol pe trascendente. Aban-
(lollaron en electo las lógiasi mas no porsu ausen-
cia qlledaron estas desicI"tas; otros mas ardientes se
¡; poderaron inmediatamente de ellas. Hasta enton-
ces parecc que se habia procedido con cierta reserva
en la aomision d~ los afiliados; mas desde aq !.leIla
divergencia no se pensó sino en aumentar el nú-
mero de las gentes comprometidas y en IIl"op:15:tr
la masonería en todos los puntos de alguna im l;or-
tancia. Jja socicdad no se ocupó ya sino de negocios
políticos; se puso al frente de principios mas eIl-
caml11a(los á el moyimienlo, y declaró la guerra á
los miuísl ros, hasta llegar á goLernar á. la uanOll,


1'0.\10 I. 10




.. J38c¡
Algunos masones de los mas exaltados se separa-


l'on de la sociedad á principios de 1821, y crearon
13 comunería, con el objeto al parecer de oponel'jC
á los masones.


Gran número de hombres de buena fé adhirie-
ron á los comuneros, fatigados de la preponderancia
de los masones, y creyendo de esta suerte sostener
mejor la Constitucion. Pero la aivision entre estas
.los sociedades duró poco; porque los masones mas
entendidos que los comuneros, y conocedores de sus
secretos, los atrajeron ti sus intereses. Un odio co-
mun contra el ministerio se convirtió en punto de
reunion. las representaciones que se redactaba u.
contra los ministros, los motines, las insurreccio-
nes, surgían sin término, y cada d.ia se daba un
lluevo paso acia la desol'ganizacion Jel estado; in-
flamábase la polémica de los diarios y el acalora-
miento cu.ndía en los espíritu.s. Otras varias sectas
políticas penetraron igu.almente cn el suelo de la
Espaiía, pero no obtuvieron gran IJrogrcso y hu-
bieron meIlcster I'cunirse á los masones y á los co-
muneros.


En fin, los masones lograron apoderarse del go-
bierno de resultas de ]os sucesos del 7 de julio de
1822. Poco tiempo desplles los comuneros se decla-
raron sus enemigos y las dos sectas se combatieron
mútuamente hasta los último s momentos del réji-
men constitucional. No es de pasar en silencio otra
prueba de la posicion crítica en que se encontraba
el gobierno. Se aproximaba el tiempo del llombra-
miento de diputados á córlcs para la legislatura de
1822 y 1823; el miuisll'o tIe la gobcrnacion Jil'ijió
una circular á los geles políticos para impulsados á




D159 ..
visitar sus provincias derramando máximas oportu-
nas para el logro de buenas elecciones; esta ci r('u-
lar era confideIlcial; mas parece que el predecesor
del gele político Martinez de San Martin la leyó
en un cale. lnmediatamente los diarios acalorados,
los oradores de los clúbs y los miembros de las so~
ciedades secretas elevaron la voz contra aquel es-
crito; le presentaron como un deplorable abuso de
la autorida(I, y cxigiet'on {Iue se pidiese cuenta de él
á la responsabilidad del ministro de la gobcrnacion.


Contra esta pieza es ~ontra la que fe escribió y
se vociferó con mayor encarnizamiento, y las ('osas
llegaron á punto (lue el gefe político de Astúrias
habiendo hecho una proclama en sentido,
tuvo el disgusto de verla denu de que el
jurado la declarase sediciosa.


El gobierJlo sin embargo no
dades de MaddJ trabajaban de
primir los movimientos de la sedic que es-
tos se dejaban columbrar, de cualquie~"JIlodo que
fuese. Los anarquistas creyeron poder ganar terre-
no y arribar acaso á resultados mas importantes,
paseando el .'etrato de Riego por las calles de la ca-
pital, llevándolo delante del palacio, y organizan-
do un motin cuyas consecuencias podian ser estre-
madamente graves. Contaban para la ejecllcion de
su proyecto con algunos cuerpos de la guarnicion,
y comenzaron su marcha presentándose en diferen~
tes cuarteles en los que fraterniz:uon con la tropa
y con Jos oficiales. Este exordio les dió audacia y
se dirigieron con alborozado estrépito licia las ('a-
sas constitucionales, y ácia palacio, en ocasioJl en
que el gefc político cordó precipitauamcnte á 5U


!




~~, 11'()-€:...~
enctlentl'o y les inti mó la únlcll (le retil':\l'~.c. l.ejos
de ohcuelilCl' responuieron con insultos y con ame-
1I3ZaS al magi.lit¡'auo, el que poniéndose cn t.Ollces
al f,'cnte de una compañía de granaderos de la mi-
lici;¡ nacional, marchó conh'a los amotinados, y los
.lispc,·~.ó tan cumpliJamente que (\ejaron el retra-
to de lliego en medio de la calle.


En Zaragoza ocurrían al mismo tiempo sucesos
de la mas alta importancia. Ya hemoi dicho que
á consecuencia de la t¡';¡nsacion verificada por el
ministerio de 1 t\:l~ eOH los perturbadores, Hiego
hahia sallJo de 511 (lestierro de Asturias y sido
llomhl'ado capitan gcncl'al Je Al'agon. Apenas lle-
gó á la pro\'Íucia, se rorleó de homb'l"es cuyas ideas
eran con demasía cxageradas, los cualesabusarol1 es-
tl'aonlinariamenle de su inespericllcia y de SIl \ige-
1'c,:3.. Enh'e ellos se encontró IUl aventurero llama-
do Jlo12tarlot, qllC se daba el título de presidente
Jcl imperio frauccs y dc genel al en gc1c dc los ejél'-
ci tos republicanos. Este le propuso que sc presentase
COn una columna de tropa cn la frontera de Francia
y q11C desplegase la bandera tricolor. El resultado
( le decia) no podía SCl' Iludoso, y asi es que las ca-
bezas exaltadas se figuraban 'la ver acudir á su voz
á todo el antigllo ejército frances, y las provincias
francesas llena-s de ent.usiasmo derribar las lises, y
enarholar de nuevo las águilas impcl'ialcs. Por for-
tuna el bl'igadier D. Francisco MoreJa, gel'e político
dc Aragon, estaba dotarlo de toda la prudencia y de
toda la sagacidad que eran neccsarias para contener
la fogosidad de niego: y los verdaderos principios
de moderaclon y de justicia quc t1il'igiall á aquel
gefc poI ítico paral izaroll hasta cierlo pimto los ma-




~ f·f.1 ~~
los cfedos que tlchia pro(Jucil' el falal ejcnlpJodel
capit:m general. 'Este se determinó á recorrer la pm-
viuri:1, sin duda {Iara contar sus parliJaries, y Cll
cada punto esl.ahlecia un club encargado ele propa-
s'ar sus doctrinas. Sin embaq;o seguíanse en Zal'a-
goza los preparativos para llevar á ca1lo los I)royec-
tos del tránsfugo fi'ancés , y el gc1c político Moreda
que iba á el alcance de todos los pasos de los C011S-
piradores , daba cuenta de toJo á el gollierno, to-
mando las medidas m:1S eficares para trastornar la
tentat iva. El gobierno justamente alarmado con
las consecuencias que podia causar el menor paso
dado para turbar la tranquilidad de la Francia, co-
nociendo lo mucho que esto podria comprometerle
con todos los gabinetes de laEuropa, dió inmediata-
mente órdell al brigadiel.' :l\Joreda para que reuniese
en su persona el poder dyi\ y militar, y prescribie-
se á Hiego que fijase su residencia en lérida. Este
genera 1 recorda entonces su provincia, y apesar de
la órden del gohernador se disponía á volverse á
Zaragoza cuando supo la clen'escencia que en dicha
ciuda(} reinal)a. Como esta no le era favorable, se
decidió en fin á salir para I.érida.


:Fácil es pensar hasta donde la conducta firme del
gobierno hubo (le exasperar á los exaltados; y si
una drcular como la de que hemos llecho mencion
bastó para a larm:l dos, ¿cuál debia de ser su rutor al
ver á niego privado de su gobierno y confinado en
una plaza fuerte? Los proyectos que habian forma-
(lo ('onh'a el Aragou no tuvieron consecuencia; en
todos los rincones dd reino no se oyeron sino inju-
rias y amenazas contra 105 millistros, :\ quienes no
(~l'a fácil poner cn acusaciou (lclantc de las Córtes,




-.14,! ..
porql1e siempre IJahian mal"chado con la C(jnstitu ....
,ion. Se tomó pues el partido de excitar motines en
muchos puntos importantes de la provincia, y de
aneglarse de manera que las autoridades se reunie ..
sen para dirigir representaciones á el Rey, contra
el ministel'io, y para amenazarle c,on que veria de-
sobedecidas sus órdenes, sino cambiaba de con-
ducta.


Pero las representaciones de los exaltados no eran
mas que los presagios de la terrible tempestad que
estaba pronta á desencadeual'se. Sevilla y Cádiz se
declararon en insurreccion contra el gobierno; los
funcionarios públicos enviados por el rey á aquellas
ciudades no fueron admitidos: los sublevados se
uombraron geres y decla:raron: formalmente que no
se a parlarian de su rebetion hasta ver cum:plida fa
renovacion: ministerial. I .. os mensajes mas curiosos
fueron dirijidos al rey, á las Córtes, y circularon
por todas partes. En una palabra se invocaba ]a
Constitucion con ardiente frenesí y al propio tiem-
po se hollaban todas las atribuciones que el mis-
mo código concede al poder ejecutivo.


Otro tauto ocurria en la Coruña, porque el go-
bierno fil'me en su resolucion de no consentir que
las primeras autorÍllades apoyasen ó predícasen la
anar(luía, Y conociendo la gran:de intluencia que en
Mina ejercieron los hombres del "gran movimiento,
le quitó el empleo para conferü'sele al brigadier
Don Manuel de Latre, gefe político de aquella
provincia. Esta medida dió motivo á una grave
esfervescencia de la cual era partícipe una parte de
la guarnicion y de la milicia nacional. Resultó que
lAtre fué insultado y maltratado, y 'lue Mina vol-




~{45 e¡
\rió á tntronizar~e en el cargo de capitan genera \
en medio de agitaciones tumultuarias que dejaban
presentir desgracias de gran tamaño.


Ya parecia que nadá debia oponerse á 105 pla-
nes de los tumultuarios, y que triunfando estos en
Galicia, Andalucía, y otras provincias, iban á reu-
nir sus fuer'zas para marchar sobre Madl'id, des-
truir el Gobierno y las Cortes, y precipitar la re-
volucion. Así lo indicaban los discursos de las tri-
bunas, las peroratas de los cafés, las exaltaciones
y las fllípicas de los corrillos.


Sin embargo el movimiento no rué decisivo en
todas partes. El brigadier Latre calculando las con-
secuencias funestas de su permanencia en la Co"
ruña como agente de un gobierno que allí no se re-
conoda, esquivó la vigilancia de los acaloracos re-
tirándose á Lugo y dando órden á las autoridades
de la provincia para que le obedeciesen como gefe
político y como capitan general interino. Mina se
quedó solo en la Coruña. Habíause ya manifestado
en algunos puntos de Galicia síntomas de contra-
revoludon , y la provincia estaba próxima á con-
sumirse en disensiones; pero los temores desapa-
recieron :í la voz de Latre, que reunió los espíri-
tus y los sostuvo en altura capaz de contrabalan-
cear los ímpetus de las agitaciones. Mina dejó á
Galida al tenor de las intenciones del gobierno:
el órden y las leyes triunfaron de la crísis.


Este suceso al mismo tiempo que desconcertaba
los planes formados en Andalucía y en otras pro-
Tincias, reanimó al gobieIno que rodeado de sinsa-
bores y peligros, no sabia á donde echar la vista
para buscal' un apoyo. Por dicha suya no era ata-




~1/H,~
c:\110 .11' ((<1'ra, y pOl'llue gracias (1 la ('onsl:wteadi-
vid:.!!l y á la encrgía del canJe de Carlagena y de
n. Josél\larLincz de S. Martín, losqllc tle veras que-
rían alhorotos en la capital, no osah:m empl'ellder
ualla y permanecian simples cspectadores de los
desórdenes de las provincias. La imprenta destila-
ba sin cesar el veneno mas activo; pero el gobiel'-
no no podia aplicar remedio á un mal de tan la
magnitud, por quc las Córtes habian establecido el
jurado para los delitos de la imprenta y porque
la mayor parte de los jurac1osnomhrados por los
ayunlamientos pertenecian al partido de la gran
exaltacion. Las Córtes se encontraban entonces reu-
niJas en sesion estraorJinaria; el gobierno rodeado
(le obstáculos recurrió á ellas con un mensage del
rey pal'a que tomasen en consideracionlosdesónlenes
que tanto se multiplicaban en diferentes puntos, y
para que apoyasen al gobierno en la adopcioIl de
ciertas medidas legislativas. El mensage de S .. M. á
bs Córtes, esponia que habia tenido noticia de los su-
cesos de Cadiz con la mayor amargura, supuesto qlle
1)3 jo pretesto de amor á la Constitucion se la Jesgar-
raba y destruia. El rey añadia que habia daJo órJen
á los seCl'etarios Jel despacho para que presentasen á
las Córtes los detalles de tan enfadosos acontecimien-
tos convencido su real ánimo de que los diputados
bien instruidos de lo que ocurria, cooperarian enér-
gicamente con el gobierno á conservar intactas COll
las 1 ibertades públicas las pren'ogativ,ls de la corona.


Las Córtes dividieron en dos partes su respuesta
al mensage del trono. En la primera reprobaban
altamente la conuuda de los agitadores de Cadiz y
de Sevilla, y la remitieron al rey antes de discu Lir




~{45~
la segunda. Ya el partido acalorado contaba en la~
Córtes, sino una marc.ada mayoría, un gTan número
de calientes partidarios, y los movimientos de Anda-
lucia no carecieron de grandes apolojistas. Así es
que se hicieron á los ministros fhertes inculpacio-
IH!S y se dijo en la segunda 'Partc de la respuesta, que
con venia que abandonasen sus puestos porque habian
perdido su fuerza moral. El redactor de este infor-
me fue el patriota D. José María Calatrava. Las
Córtes extraordinarias se ocuparon en reformar el
reglamento sobre libertad de il11pt'cuta, y el go-
bierIlO propuso una ley represiva.


Sea que no se quisiesen imponer semejantes tra-
bas, sea que se quisiese hacer frente á los di puta dos
que se habian pronunciado contra las sacudidas de
Andalucia, las agitaciones no cesaron y aun corrie-
ron peligros las personas de lo~ señores Martinez de
la Rosa y conde de Toreno. Míen tras el gobierno
se debatía contra tantas dificultades, tuvo tambien
que adoptar medidas contra los llamados realistas
que comenzaban á formar pequeilas bandas por di-
VC1'SOS puulos. No apareció á su cabeza ningun
hombre de nota, ningu.n militae de mérito. Esta-
ban mandatlas por hombres ohscuros ya nuevosen
esla especie de guerra, ya ({u.e se habian ensayado
en la guerra de la independencia. Por donde quie-
ra quc se econtrahall con las tropas constituciona-
]es las bandas realistas er<lJl puestas en derrota, y
se veian reducidas á andar errantes por campos y
monles. Eran una vcnIa(}cl'a calamitlad para el pai ...
r¡ue atravesahan: no solamente los ltlgares debian sa-
tisfaccl' todassus:ncccsidadcs sino que sufrían el pilla-
fie,de aquellas hawIas indisciplinadas y tlevastadoras.




~146G
En medio fllé de aquella confusion y de las ame-


nazas exasperadas de todos los partidos, cuando los
hombres de }lien acabaron de arl'edrarse en la ma-
nifest.acion de sus opiniones; y entonces, y cuando
se vislumbraba la disolucion del estado, se hieie-
ron las elecciones para 1ft legislatura de 1822 y
1823. Imposible era que los nombramientos no se
resintiesen de la preponderancia de las pasiones, y
asi es que se vieron nombrar diputados, muchos que
en sus provincias no tenian ni domicilio, ni bienes,
ni reputacion, ni talento; otros á quienes siempre
se habia visto figul'ar en los tumultos y en los mo-
tines, otros en fin que carecian de propiedad de to.
da especie y que por lo mismo podia decirse de ellos
que no tenian nada que perder.


El año de 1821 hubiera probablemente sido el
último del gobierno constitucional en España, si el
gobierno no hubi~se desplegado una eficaz energía;
si las autoridades de Madrid no hubiesen ostentado
una imponente resistencia; si Moreda en Aragon
y Latre en Galicia no hubiesen contrarrestado los
impulsos del desorden y del trastorno.


Apesar de la famosa declaracion de las c6rtes re-
lativa á la ausencia de fuerza moral en los minis-
tros , el rey los conservó hasta fin de febrero de
J 822. Escogi6 sin embargo un nuevo ministerio
compuesto en gran parte de diputados de la última
legislatura, escogidos entre los que habían manifes-
tallo mayor moderacion y dado pruebas de capaci-
da(l y talento.


Hemos dicho que el segundo ministel'io se com-
ponia en general de hombres menos distinguidos que
el primero. Antes ue.terminar este artículo, COll-




~14,7~
viene especifical' que el alma de esle ministerio fue
don Gamon Feliú, ministro de Ultramar, y despues
del interior. Casi todos los otros ministerios fueron
ocupados por diversos otros ministros de los que al-
gunos estaban muy distantes de poseer los conoci-
mientos y la práctica de negocios en la ad ministl'a-
cion que requerian las circunstancias en aquella cdsis.


Atptel ministerio se distinguió por su decision en
favor del órden y por la guerra que sostuvo contra
el tOlrente de la anarquía.


Bajo este aspecto merece elogios, y los homhres
tlc bien apreciaron sus esfuerzos. No hay duda que
si hombres de principios menos fijos y de carácter
menos firme hubiesen ocupado los bancos ministe-
riales cuando ocurrieron los sucesos de Arabon y
Andalucía, y de Galicia, no hay duda decimos, que
lit' abr1.a un caos espantoso y que en él hu l)iel'an po-
,Iido hundirse todos los elementos ue la monarquía
(onsl il ucional.




MISCEL!NEA. BISTORIC11.


CONTRASTES.


Mediten nuestros lectores las dos siguientes pro ...
clamas ó mam/iestos; mediten que aparecieron pu-
blicadas en el mismo año sin mas distancia una
de otra que la de un mes de fecha, y vean los com-
promisos políticos en que ponen á los desgracia-
dos pueblos las arterías de la ambician y la sed
del mando, que mírese como se quiera, es la úni-
€a que domina á muchos de los que figuran m el
mundo. El primer documento es una proclama
de la regencia de Urgel con fecha del 15 de agos-
to de 1822, yel segundo es un manifiesto del Rey
Fernando á los Españoles con fecha de .G de se-
tiembre del mt'smo afio de 1822. Léanse, repelimos,
ambos documentos escritos casi al mismo tiempo;
medítense las inmensas desgracias y catástrofes que
despues !tan ocurrido bajo los nombres respetables
de Pálria, Religion, Libertad, etc. y dígase si no
es cosa de causar vergüenza el que el género hu-
mano se prostituya á tanto estrago, sin mas fun-
damento acaso que el de un uso de palabras que
sirven de vehículo, y en el fondo no son mas que
pantallas de ambiciones desordenadas y de hom-
bres que trafican con sus semejantes corno si {ue ..
$8 con earneros.




PROCLA1UA DE LA REGENCIA DE URGEL,


Con fecha de .¡ 5 ae Agosto ve -18 '!.'!
A LOS ESPAÑOLES.


ESPAÑoLES. Desde el 9 de marzo de 1820
vuestro rey l"ernando VII está cautivo, impedido
de hacer el bien de su pueblo y regirlo por las an-
tiguas leyes, ConstituciQn, fueros y costumbres de
la península, dictadas por C6rtessábias, libres é im-
paJ'ciales. Esta novedad es obra de algunos que an-
teponiendo sus intereses al honor espauol, se han
prestado á ser instrumentos para trastornar el al-
tar, los tronos, el órdell, y la paz de la Europa en-
tera. Para haberos becho con tal mudanza, el escán-
dalo ilel orbe, no tienen otro derecho que la fuer-
za adquirida por medios criminales con la que no
contentos con los dalias que hasta ahora os han cau~
sado os van conduciendo en letargo á fines mas es-
pantosos. Las reales 6rdenes que se os comunican á
nombre de S. M. son sin su libertad y conocimien-
to; su Real persona vive cntre insultos y amargu-
ras desde que sublevada la parte de su ejército y
amenazada de mayores males, se vi6 forzada á ju-
rar una Constitucion becha durante su anterior
cautiverio (contra el voto de.la Espalia) que despu-
jaba á esta de su antiguo sistema, y á los lla-
lllados á la succsiol1 del trono de unos tílu-




~ I¡j()~~
los de que S. M. no podía disponer ni cahia In sus
justos sentimientos sujetar esta preciosa parte de
la Europa á la caoena oe males que la arrastra y oc'
que al fin ha oe ser la triste víctima como lo fué su
vecina Francia por iguales pasos. Haheis ya esperi-
mentado el deseo oe innovar en tooo con fines si.
niestros; cotejad las olerlas con las ohras y las ha-
llareis en contraJiccion. Si aquellas puoieron un mo-
mento alucinaros, estas ocben ya teneros desenga-
i1aoos. La Heligion oc vuestros padres que se os
ofreció conseL'Var intacta, se halla despojarla de sus
templos, sus ministros vilipendiados, reducidos á
mendicidad, pI'ivados de su autoridad y jurisdíc-
cíon, y tolerados cuantos medios puedan ahrir la
puerLa á la desmoralizacion y atcismo: los pueblos
en anarquía, sin posibilidad ue fomento, y sin espe-
rallza de sacar fruto de Su suuor é inoustria. Vues-
ll'a ruina es cierta si para el remedio no armais
vuestro brazo, en lo que usareis del derecho que
mn derecho nadie podrá negaros. Sorprendidos del
atatlue que ha suli'ido vuestro órden, paz, costum-
bres é intereses, mirais insensibles á vuestro Rey
arrancado de su trono; á esa pordon de novadores
apoderados oe vuestros caudales, ocupando los des-
tinos públicos, haciendo arbitraria la administra-
cion de justicia para qne sil'va al complemento de
sus fines, poblanoo las cárceles y los culalsos de víc-
timas, porque se propusieron impugnal' esta vio-
lencia, cuyos autores por Illas que declaman yapa-
rentan UD tienen derecho para haberla causado, JIl'¡--
meeo COIl tumultos, y despues con los que electo~
a virtud de SOLOi'IlOS y amenazas, se han apl'opiado
d uomhl'c de Cortes, y suponen la. represelllacíon




~1t>1 ~
naciolVI con la nulidad mas notoria. Os ha11ais
huérfanos envueltos en partidos, sin libertad y Su-
mergidos en un caos. Las contribuciones que se os
exigcn superiores á vuestras fuerzas, no sirven pa-
ra sostener las cargas del estado, los I>réstamos {Iue
ya pesan sobre vosotros, han servido solo para bus-
car sócios y agentes de vuestra ruina; no estais se-
guros en vuestras casaS, y la paz ha sido arranca-
da de entre vosotros para despojaros de vuestros
bienes. Entre los (hilos que ya habeis sufrido, es la
pél'dida dc unidad de vuestros territorios; las Amé-
ricas se han hecho independientes, y este mal des-
de el ailo 12 en Cádiz ha causado y causará desgra-
cias de trascendenta les l'esul taso Vuestro suelo ama-
gado de ser teatro de nuevas guerras, presenta aun
las ruinas de las pasadas. Todo es consecuencia d~
haber sacudido el gobierno monárquico que contu-
vo la paz de vuestros padres, y al que, como el me-
jor que han hallado los hombres, han vuelto los
pueblos, cansados de luchar con ilusiones; las em-
pleadas hasta hoy para seduciros, son las mismas
usadas siempre para iguales movimientos, y solo !Jan
producido la destruccion de los estados. Vuestras
antiguas leyes son fruto de la sabiduría y de la es-
periencia de siglos; en reclamar su observancia
teneis razono Las reformas que dicta el tiempo de-
ben ser muy medidas, yCOIl esta conducta os serán
concedidas; ellas curarán vuestros mal~s; ellas
proporcionarán vuestra riqueza y felicidad; y con
ellas po(leis gozar de la libertad que es posible en
las sociedades, aun para espresar vuestros I)ensa-
mientos. Si conjur!>ciones continuas contra la vida
de S. M. desde el ailo 14; si satélites ocultos de la




~152~
noved~Hl desde entonces, han impedido la ejecu ..
ríon de las felices medidas que el rey habia ofi'eci-
do, y tenia meditadas; si una fermentacion sorda
puemiga de las antiguas Córtes españolas, todo lo
traia en convulsion, esperando fJue se convocasen, pa-
ra hacer la esplosion que se manifestó el auo de 20,
á pesar de haber mandado S. M. se convocasen an-
tes que le obligasen á jurar es~ Constitucion de Ca-
diz, que estableció la soberanía popular; ayudadnos
hoy con vuestra fidelidad y energía, para que en
juntas 1 ibl'es y legítimamente congregadas, sean exa-
minados vuestros deseos, y atendidas las medidas en
que creais descansar vuestra felicidad sobre todo ra-
mo, en las que tendreis un seguro garante de vues-
tro reposo. Segun vuestra antigua Constitucion,
todo español debe concurrir á parar este torrente
de males; la union es necesaria; mejor es morir con
honor, que sucumbir á un martirio que pronto os
ha de llevar al mismo término, pero cubiertos de
ignomillia. La nacion tiene aun en su seno milita-
res fieles, que sin haber olvidado sus primeros jura-
mentos, sabrán ayudarnos á reponer en su trono al
Rey; á restituir la paz á las familias y volverlas al
camino que las ~nseñaron sus mayores, apagando
tales novedades que son quimeras de la ambicion;
en fin, una resolucion firme Ilossacará del oprobio.
La iglesia lo reclama, el estado del Jley lo pide, el
honor uaciona 1 lo dicta, y el intcl'és oc la patria
os invoca á su detensa. COllocioa pues esta ver(l:Hl
por vados pueblos y pal,ticulares oe todos estados
de la península, nos han reiterado sus súplicas pa-
ra que hasta hallarse el Sr. Don FCl'Ilando Vil eH
\cl'lladel'a libertad, 110S pongamos eu 1'U real nom-




~ tú::> ~
hrc al frente de las armas de los defensores de ob-
jetos tan car'o::;, pro pOl'cioua./l(}o al goLierno ]a m:H'-
('IJa que pidcn la fidelidau y fclicitlad de la naciou;
pOlliendo térm\ no á los roa \es de la anarqllÍa en qlle
se halla sumergida; y convencidos (le la razon de Sil
solicitud, deseando correspondcr á los votos de los
españolcs amantes de su altar, trono y patria, he-
mos aceptado este encargo, confiando para el acier-
to en los auxilios de la divina providencia, resuel-
tos á empIcar cuantos medios estén á nucstro alcan-
ce para salvar á la nadon que pide nuestro socor-
ro en la crísis quizá mas peligrosa que ha sufrido
desde el primer momento ue la funuacíon de la mo-
narquía. A Sil virtud, constituyéndonos en gohierno
supremo ue este reino, á nomhre de S. M. el Sr.
D. Fernanuo VII (durante su cautiverio) y en el
(le su augusta dinastía (en su respectivo caso) al so-
lo fin de precaver sus legítimos derechos, y los de
Ja nacion espai'iola, proporcionarle su seguridad y
el bien de que carecC, removiendo cuantos pretes-
tos han sCI'vido á seducirla.


Mandamos: 1.101 Se haga saber á todos los ha-
bitantes ue España la instalacion uel presente go-
bierno pal'a el cumplimiento de las órdenes que
de él dimanen, persuadidos de que por su desobe-
diencia, serún teuidos como enemigos de su rey y
su patria. A Sil virtud, las cosas serán restituidas,
por ahora bajo la puntual observancia de las orde-
nanzas militares y leyt'$ que regian hasta dicho
(lia 9 de marzo dl' 11)20.


2.° Se declara qile desde este dia ,en que por
la fllerza y amenazas fue obligado el señor don
Fernando Y1I á JUI'al' la Constitucion que en su


1'0)10 J. 11




?,'l;·154~
ausencia, y sin Sil consentimento se habia hecho
('JI Cadiz el aíio 12, se halla S. M. en un rigul'O-
!'() rauti vel'io. Por 10 mismo, las órdenes comuni-
cadas en su real nomhre serán tenidas por de nin-
gun valor ni efecto; y no se cumplirán hasta que
S. M. restituido á verdadera libertad pueda ratifi-
carlas ó espedirlas de nuevo.


3. o Los que han atentado contra la libertad de
S. M. y los que continúen manteniéIlllole en el mis-
mo cautiverio públicamente, con la fuerza, ó por
su auxilio cooperativo, serán juzgados con arreglo
á las leyes y sufi'irán las penas que las mismas im-
ponen á tan atroz deli too


4,0 Se declara que las Córtes que en Cádiz dic-
taron dicha Constitucion, no tuvieron la represen-
tacion nacional, ni libertad algunos de los congre-
gados e,n ellas, })ara espresar y mantener sus sen-
timientos; que las C6rtes sucesivas compuestas en
gran parte de individuos electos por sobornos y
amenazas, y marcada la fórmula de sus poderes en
Un estado de violencia y anarquía, tampoco han
podido representar la nacion, ni acordar válida-
mente providencia alguna, que pueda obligar á
Jos habitantes de esta península y sus Américas.


S. o ~)Cl'suadidos de la fidel idad de gran parte del
ejército, que servia bajo las banderas de la reli-
gion, del rey y de la rátria dicho dja 9 de mar-
zo, que unos han tenido que sucumbir á la fuerza,
otros han creido hasta ahora inútil manifestar sus
sentimientos, otros no fueron instruidos de la vio-
lencia con que S. M. sucumbió á prestar dicho ju-
ramento, ni de la falta de la libertad, y consen-
timiento en las ódcncs comunicadas á su real nom-




~155~
bre; y convencidos de que estos, Ilara que no se
aumenten los males, desean evitar la ocasion (pre-
cisa en otro caso) de que tropas estrallgel'as pisen
la península, en las que habian de echar de menos
la benignidad que pueden hallar hoy en S. M.
restituido á sil trono, in vitamos á todos los milita-
res amantes y fieles á los referidos objetos, que for-
man su deber, que se reunan á estas handeras, las
cuales gohernaremos durante el cautiverio de S. 1\1.
A~su virtud, á tollos los soldados que se no!, presen-
ten, les sel'án aLonados dos años de servicio, un real
de plus, se les dará dos duros á los que se presen-
ten con armamento, y una onza de oro á los sol-
dados de caballería que se presenten con caballo. A
los sargentos y (~abos, á mas de gratificarlos, se les
tendrá presentes para los inmediatos ascensos. Y co-
mo gran parte del cuerpo de oticiales desea dar
testimonio de su verdadera fidelidad, sin alternar
COIl criminales, examinada que sea su conducta, y
colocados en el lugar que á cada uno corresponda,
segun su mél'ito y graduacion, se les concederá el
ascenso al empleo inmediato, y aun mayores gl'a-
cias,si vienen á Iltlesh'as banderas con alguna tropa;


Se advierte que estas ventajas solo se concederán
á los que se presenten dentro de dos meses.


6.0 Para impedil' que la distancia á que se ha-
llen algunos milital'es de los que trata el artículo
anterior, de las banderas de S. 1\1. que están á nues-
t1'O cargo, no les sil'va de obstáculo, para ser par-
ticipes de las gracias contenidas en el mismo t de-
elal amos; que para gozar de ellas, bastará que en
la Córte y en cualquiera otro sitio en que se en-
cuentren al llegar á 511 noticia esta resoluc~on , se




~ 1;)() ~
{J(,daren manifiestam('ntt' en defensa de la augusta'
persona de S. 1\'1. y de sus (}erechos, poniéndose en
corl'ellPondcncia directa con este gohierno supremo,
ó con los comandantes sujetos á llnestras órJeJle~
en los puntos mas inmediatos, entendidos de qlle
cualquier particular servicio con que se distingan
en favor de la real persona, será recompensado con
la mayor amplitud.


7.° Los fueros y privilegios que algunos pueblos
mantenian á la época de esta novedad, confirma-
aos por S. M. serán restituidos á su entera ohser-
vancia, 10 tI"e se tendrá presente en las primeras
Córtes legítimamente congregadas.


8.° Las contrihuciones serán reducidas al míni-
mun posible, recaudadas por el menor número de
empleados y con la mayol!" prudencia y moderacion,
lo que se veriflcará al oir la voz libre de la nacion,
segun su constitucion antigua.


9. o Para lograr el acierlo y que la voz sensata
de la nacíon sea la que guie nuestros pasos, serán
convocados con arreglo á los antiguos fueros y cos-
tumbres de la península, representantes de los pue-
blos y provincias que nos propongan los auxilios
que deban ser exigidos con igualdad, sin ruina de
los vecinos, los males de que se sientan atlijidos y
crean haber padecido en las revoluciones que des-
graciadamente han esperimentado, para que á
nombre de S. M. y durante su cautiverio, poda-
mos proporcionarles comuelos con medidas que Jrs
aseguren en lo sucesivo su bien y tJ'anquiliJad.


10. Considerando el mérito que contrae esta
provincla en ser la primera que con her6ico esfuer-
zo repite á $U rey los mas vivos sentimientos de 5[1




~'lf)7
antigua fidelidad, y que gral ~al'le (le su subsisten-
cia depelltle de su industria, comercio, la propor-
ciouarémos, y á sus vecinos m particulal', (~uaIlla5
gracias y privilegios están & nuestro alcance para
su tomento, las que se harán ~stensivas á otras, se-
gun se las hallare acreedora.s por igual energía;
csccptuando solo los pucblos que se manifiestan'


'desábeJientes á este gobierno.
11. Deseando este gobiet'no supremo dar un


testimonio á la Europa entel'a de ser el único de-
seo que le anima restablecer la paz y e16rden, apa-
gando ideas subversivas contra la l'cligion y los
Ironos, encargamos á todas las autoridades sujetal&
l nuestra jurisdiccion celen cOllla mayor actividad
que en toda la estension de ella no se abrigue nin-
gun sugeto, sea de la clase y gerarquia que fuere,
flue en público ó en secreto directa ó indirectamen-
te haya intentado ó intente trastornar cualquiera
de los tronO$ de la Eu ropa y sus gobiernos legítimos;
(Jue si algub reo de esta clase fuere aprehendido,
se le asegure á disposicion de este gobierno supre-
mo para ulteriores providencias.


1 ~. Siendo harto notorio el escánda lo con que !le
insulta la respetable persona de S. l\1. y la repeti-
cion de conatos contra su apreciable vida, quc es
el mas seguro garante de la felicidad de España, ~e
declara que de repetirse iguales escesos, á pesar dd
encargo de este gobierno que espresa la verdaden
voluntad de la nacion, no omitiremos mcdida hasta
que se realice en Sus autores un (~astigo tal que sirva
,le escarmiento á las sucesivas generaciones; por el
nm\rario serán concedidos premios á los que con-
tríLuyan á su de1cl1sa.




MANI:FIESTO


()e S. M. Fenl ana o VII.
A LA NACION ESPAÑOLA.


ESPAÑOLES:


Desde el momento en que conocidos Vl1eslros de-
seos, acepté y juré la Constitucion promulgaua
en Cádiz el19 de marzo de 1812, no pudo mClIos
oe dilatarse mi espíritu con la grata pcrspectiva
de vuestra ulterior felicidad.


Una penosa y recípt'oca espel'iencia del eoLierno
absoluto en que todo suele hacerse á nombre del
monarca, menos su voluntad verdadera, nos COI1 .-
dujo á adoptar gustosamente la ley fundamental
que señalando los derechos y obligaciones de los que
mandan, y de los que obedecen, pl'ecave el rstra-
vío de todos, y deja espeditas y seguras las rien-
das del estado para conducirlo por el recto y glo-
rioso camino de la justicia y de la pr03pcriJall.
¿ Quién detiene ahora nuestros pasos? ¿ Quién inten-
ta preci pi tarnos en la con lraria senda?


Yo debo anunciarlo, Españoles; yo que fantos
sinsabores he sufrido de los que quisieran restituir-
nos á un régimen que jamás volverá, y que no pue-
do tolerar en silencio el sacrificio de vosotros; co-
locado al ft'ente de una nacion magnánima y ge-
nerosa, cuyo bien es el objeto de todos mis cuida-




~1t}!J~
dos, contemplo oportuno daros una voz de paz y
confianza, que sea al mismo tiempo un aviso salu-
dable á los maquinadores: que lo a provechen, para
evitar el rigor de un escarmiento. En valde preten-
derán disculparse lut'go con errores de opinion. Si
la indulgencia es aplicable á estos, no menos apli-
cable debe ser el castigo á los delitos.


Los errores sobre la forma conveniente del go-
bierno estaban yadisipados al pronunciamiento del
pueblo español en favor de sus actuales institucio-
nes. y por eso tambien fue disimulado el pesar
de los que aspiran á elevarse sin méri to, )' á man-
dar sin virtudes y sin responsabilidad. Pero no lle-
gó á ser estinguido, antes cobrando vehemencia,
se convirtió criminalmente en odio y furor contra
los restauradores y los amantes del sistema. Ved
aquí, españoles, bien desculJierta la causa de las
agitaciones que os fatigan. Esos manejos tortuosa-
mente empicados, esas sediciones encendidas, tanta
inquietud de parte de buenos ciudadanos; todo tie-
ne su origen en el desenfi-eIlo de Jos acostumbrados
á no escuchar mas voz que la de sus caprichos, ni
quieren ceder al freno saludable de la ley, ni de-
poner sus goces criminales en los altares de la pá-
tria. En vano invocan el nomhre de su rey, que no
los oye sin los sentimientos de la indignacion mas
viva; en vano preconizan ddcnderlos pl'ivilegios del
que no ambiciona ya otro título que el de monar-
ca constitucional de bs Espaiías.
J~as cscenas que pl'Otlurc esta lucha entre los hi-


jos de la patria y sus criminales adversarios, son
demasiado púlJlicas para que no llamen mi atenciOll
y JcmasiaJo horrorosas para que no las denuncie á




~JGO .¡,¡¡§
la cuchilla de la ley, y no concite la santa indig-
nacion de cuantos se precian dcl nombre de Espa-
ñoles. Vosotl'OS sois testigos de los escesos á. que se
ha enlreg:Hlo y se entrega esa faccion liherticida.
No nece~ilo presentaros el cuadro que ofrecen )a
Navarra y la Cataluña y otras mas provincias de este
hermoso suelo. Los rohos, los asesinatos, los incen-
dios, todo está. prcsente á vuesll'a vista. El hermano
armado contra el hermano, cl padre contra el hijo,
han conmovido ya mil veces vuestro COl'non y ar-
rancado vucstro llanto gcneroso. Abrazad, pues cn
vuestra idéa todos los males que producen la codi-
cia, el error, y el fanatismo, y suplid COIl vuestra
indignacion las espresiones que no encuentro sufi-
cientes pal'a dar pábulo á la mia.


El valor y la constancia, divisa de los Espai'\oles,
hallarán para siempre aquella raza espúl'ia dc los
hijos indignos de )a pálria. Sus proyectos son cri-
minales, sus espel'anzas 110 pueden ser sino inscn-
satas. Si son obstinados, sois vosotros invcIlcihles;
si ellos ceden al grito del sórdido interés, os animan
á vosotros la libertad y el honor, que son incon w
t rastables. La seduccion será instantánea, y las artes
bajas que emplean cederán á las luces que aistingucll
este siglo. Pllehlos ilusos, escuchad la voz del rey
constitucional de las Españas, no oigais la de esos
pérfidos que achacan á la ley lo que es cfecto ue la
naturaleza ¡m perfecta ue los homlu-es. La con sI i tu-
cion asegul'a vuestros derechos, y ellos tratan oe
arrancárnoslos; la constitucion proclama del modo
mas solemne el culto que fué de vuestros padl'es; y
ellos tratan de convertir vuestra pi;?dad en el fana-
tismo mas abominable. POi' la COllstitucion sereis




f~H'" ~
libres y Id ices; por ellos yaccis ('11 la dcwlacioIl
y en la miscna. 'Vl'd la S:-\;.gl'C (lcrr~w:;¡da por el
furol' de esos bandi(\os; contempbd VI!('slI'OS Í¡03a-
res, antes asilo de la paz, hoy teal ro de UIla guen'a
fraticida. Fijad la vista sobre ese lrollo de escarnio
y de ignominia) erigido en Urgél por la impostura:
ved en fin la orilla del precipicio á donde os illtcn-
teutan conducir, y esl remecéos.


La Europa culta mil'a con horror estos Cf>cesos y
atentados. Clama la humanidad pOI' sus ofensas, la
ley por sus agravios, y la pátria por su paz ~T ~ll de-
corO. ¿Y yo, callaria por mas tiempo? ¿vería tran-
quilo los males de la magnánima nacion de que soy
gefe? ¿Escucharía mi nombre profanado por perju-
ros que le toman por escudo <le sus crímines? No,
no Espanoles. l.os denuncia mi voz al tt"ihllnal se-
vero de la ley; los enll'cga á vuestra indignatioll, y
á la execracion del universo. Sea esta voz el iris
de paz, la voz de la confianza que aplique un bálsa-
mo á los males de la patl'ia. Valientes militares, re-
doblad vuestl'os esfuerzos pOI' presentar en todos los
ángulos de la península sus banderas victoriosas.
Geles civilcs, ejefutol'es de la ley, trabajad noche y
dia por grabar su amor en los corazQnes de los pue-
blos, y haced que vuestro ejemplo y los beneficios
quc reciban de la Constitucion scall sus apoyos prin-
cipales. Ministros de la religion, vosotlOS flucanun-
dais la palabra de Dios vivo, y pl'edicai~ SIL moral
de paz y mansedumhre, arrancad la máscara pl'Ín-
dpal con -que SQ cubren los perjuros: declarad que
la pura fe de Jesucristo no se deficlltle C011 delito!',
y que no pueden ser ministros suyos, los que em-
ptlñan armas fratricidas: fulminad sobre estos hi",!




;~+, 1 t,2 "-;
jos espút'ios del al tar, las tenihlcs que b ití lesia po-
ne en vuestras manos, y sereis dignos saccnluLct>,
y dignos ciuuauanos.


y vosotros escritores públicos, que manifcstals la
opillion, que es la reina ue los pueblos; vosotros que
Mlpliis tantas veces la insuficiencia de la ley y los
errores de los gohel'nantes, empleatl vuest.ras al'I1la~;
en obsequio de la causa nacional con mas ardOl' que
nunca. Quitad la máscara á los enemigos de la li-
})crtau; difundid su amor cn el pccho de los espailo-
les. Hahlad á su razon, y disipad poco ti poco los
erroresdesu entendimiento. Curad lbgas, 110 las rc-
1I0veis; predicad la union que es la hase de la fuer-
za: excitad las pasioncsllobles que inflaman acia el
bien, no las que desecan el alma, y prnt\ucen tan la 4
mentables estravíos.


Mucho nos queda que hacel" españoles, para curar
enteramente á nuestra digna pátria de tO(1:1s las
heridas que empezú á recibir siglos antes de nues-
tra existencia; pero en medio de tantos entorpeci-
mientos y contradiciones, seria injusto negar lo
que hemos adelantado. Las modernas córles españo-
las hall reformado notables abl1sos, aunque (jlletlell
otros que reparar. La sabiduría de sus deliberacio-
nes ha acreditado de esperiencia la razon, l'OlHl'w
las luces del siglo reclaman el régimen representa--
tivo. Nadie toca mas de cerca las necesidades ti"
los pueblos; nadie las espolle COIl mas celo é interes
que losdiputadosque ellos escogen. Yo espero cual/--
to es JebiJo; yo me lo prometo todo del acierto de
los vuestros; de vuestra union íntima y sincera, J(~
},l activjl coopcl'acion de los gcfes políticos y demas
;mtol"jtladcs <,~c()llúrnjcas y populares, y de la déCi-




;,'la 1 ül) 'fC:~
sion (lcJ ejército permancJ.lte, y milicia nacioll:d.
para completar la grande ohra de "uest r a rcgcuc-o
racion política, y ascender al grado de elcvaciOJl
á que esta n destinadas las naciones v jrtuosas que C~­
timan en lo que vale su libertad. Mi poder, mi all-
toridad, y mis esfuerzos, concurrirán siem!>re á cs-
te fin.




I\ELATlVOS AL PLAN DE CONS1'lll.ACION


PHESBI'fERO D. MATIAS VINUES A.


En el informe de la comision especial de las Ctí,'-
tes, encargada de tomar cuantas noticias tuvie:;c
por conveniente sohre el estado de la nacíon COIl res-
pecto á SQ seguridad intcl'ior, se copia lo siguicnte:
PI~AN PARA CONSEGUIR NUESTRA LIBEH-


TAD. Este plan (dice Vinucsa) solo dcberá saberlo
S. M., el Serenísimo señor' Ir&mte D. Carlos, el
escelentisimo señor duque del Infantado y el JU,t!'-
ques de Castela,'. El secreto y el silencio son el
alma de las granlles empresas. La noche que se ha de
vel'ificar este plan hará llamar S. M. á los minis-
tros, al capitan general, y al consejo del Estado, y
estando ya prevenido, entrará una partida de Guar-
dias de Corps, dirigida por el señor Infante D. Cj 1'-
los haciendo que salga S. M. de la pieza en que e,·-
ten todos reunidos, en la que quedarán custodia,los.


En seguida pasará al cuartel de Gual'dias el mismo
señor Infante, y mandará art'cstar á los Gnard ¡as
poco afectos al rey. El duquc del Infantado debe il'
aquella misma noche á Leganés, á ponerse al frcule
del halalloll de Guardias (Iue hay allí, llevando CH




~~1G¡j~
~u compallla á uno de los gcles de dicho cuerpo. A
]a hora de las .loce de la no('he {Iebrrá salir .le allí
aqucl batallon, y á !ns tlos poco mas, {leherá entrar
eJl esta corle. El regimiento ,Iel Pdneipe, cuyo co-
ronel debe estar en hilen sentido, se ponorá de acuer-
do con el Juque del Infanta.do y á las tres de la
mañana salclrán tropas á ocupar las puertas princi-
pales de la corte.
. A las cinco y media deherán empezar la tropa
y el pueblo á gritar: Yiva la religion, viva el rey
y la pátria, y muera la Constitucion. Aquel dia
deberá arraucane la lápida, y se pondrá una gran
guardia para defen¡lerla, con el objeto de que no
se mueva algun tumulto al arrastrarla. En segui-
da saldrá el mismo ayuntamiento constitucional
y la diputacion provincial en procesion, y llevará
la Constitucion para que en este acto público sea
quemada por manos del verdugo. Se cerrarán las
puertas de Madrid, escepto las de Atocha y Fon-
carral, para que no salga nadie, aunque se dejará
entrar á los que vengan. Se deherá tener formada
una lista de los sujetos que se haga ánimo de pren.
der, y los dueños de las casas donde esten! {leherán
salir responsables. Luego que esto se verifique de-
herán salir las tropas á las provincias con un
manifiesto para que ohren de acuerdo con ellas.
Se mandará que todas las armas de los CÍvicos bs
lleven á las casas del ayuntamienio, y se prohihi-
rá la reunion de muchos homhres en un punto.
Estarán nomllradas las autoridades para que empie-
('en á ohrar inmediatamente, y los présos de con-
sideraclon serán conducidos, por de pronto, al c.as-
tillo {1c \' i\laviciosa con una escolta resf'ctable.




n,J(lGoG
Vl~NTA.J AS DE ESTE PLAN.


1 • a 1.a sencillez y poca complicacion de .' 1. 2.:<
Que únicameute lo deberán saber cuatro ó cinco
personas á lo mas. 3. a l\1ayor proporcion para cl
secreto y el sigilo, que es lo que ha faltado hasta
ahora, y por esto no han tenido ciecto las teuta ti-
vas hechas hasta aquÍ. 4.a El que se puede nom-
hrar para la egecucion de este plan las personas
mas adictas al rey y á la buclla causa. S.a Que
S. 1\1. hará ver que ticne espíritu para aIToslr:!!'
los peligros. G.a No qncdará el rey obligado á mu-
chas personas, esf~ndo en plena libedau para obrar
como le parezca~ 7.a Dar un testimonio á toda la
nacion y á la Europa entera, de que la dinastía de
los Borbones es digna de empuñar el cetro. s.a Im-
pedir que los enemigos traten tal vez de realizar el
plan de acabar con la familia real y con todos los
de mas que sostienen sus derechos.


NOTA.= El planreferia algunas ventajas mas)
y entre ellas citaba como muy principal, la de que
los estrangeros no viniesen á obrar en esta revoltt-
cion; pues ademas de los males que esto acarrea-
ría á la nacion, los defensores de la Constitucion
podrían hacer tales esfuerzos de desesperacion, que
."e frustase el intento pO'/' medio de los estrangero,~.


I\CONVENIENTES DE ESTE PLAN.


1.0 El temor que es consiguiente á ulla empre-




n,lG7'd
~1. como esta, de que pf'! igre la vida de S. 1\1. y de-
mas personas que han de re:t1izarla. 2.° La poca
grnte con que!'ie cuenta al efecto, y luego la aescon-
li.11lZ.1 ('11 aIganos sugetos.


A lo primero digo, que en circunstancias csfraor-
dinarias, uehen tomarse medidas igualmente es-
1raorJinarias; como consta en las historias ha-
berlas tomaJo varios emperadores y generales.
Por otra parte, el peligro de perder la vida toman-
do las met1iJas indicaJas, es muy remoto, y el pe-
recer á manos de Jos conslitucionales es casi cierto.
A<1emás, de que ocupados Jos puestos principales por
las tropas con que contamos para la empresa, las
dernas de la guarnicion se estarán en sus cuarteles y
queuarán puramente pasivas, pues tambien temerán
muchos de los oficiales el salir con ellas contra todo
el pueblo.


El tercer inconveniente que consiste en que este
plan se descubra antes de tiempo,.es el menor, por-
que contándose para él con pocas personas, no hay
que recelar que Jos enemigos ]0 sepan y tomen pre-
cauciones para impedirlo; por fin las preciosas vidas
!le S. J\I. y del Sr. Inümte D. CárIos peligran como
tambien la del Infantado; así pues no queda otro
arbítrio que arrostrar los peligros y llevarlo á efec-
to }JOniendo nuestra confianza en Dios, pues el re-
mellio de estos males con el auxilio de tropas es-
rangeras t es muy aventurado.


MEDIDAS QUE DEBERIAN TOMARSE
LUEGO QUE SE VERIFIQUE.


=


I.a Se volverán las cosas al ser y est<ldo que




?:~ 1GR ~
fcni:m el (j <le marzo de est(' ailo. 2.a (onvelil.drá
Índic:Jr en la proclam.l (lue se llar;a, '(r/e adcnus dt>
la ce IpllJ':lcion de C6rtes por estamen Los, t!ehe la/H-
lJien celebrarse un concilio naciolJal, para (}lle asi
como en las primeras se han ue arreglar los asun-
tos guhernativos, económicos y políticos, se al'l'cg-la-
rán los eclesiásticos por el segunuo. 3.a Tojos los
empleos ueberán proveerse interinamente, para de-
jar lugar á premiar con ellos á los que se averi¡;iie
despues, {jueson adictos á la }mella c:wsa. 4.<1 COll-
venurá (br la ór(len para (!lle los cahi ¡tlos corra Il
con la ;ld nillisfeacion del noveno y cscusallo. 5.~
Se circul:n'á Ulía órden á lollos los ar;wLispos y oh~s­
pos paea flue en tres llias festivos se den geacias á
Dios por el éxito dichoso de esta empresa. b· a Se
harán rogativas llúblkas para desagraviar á Jesu-
cristo por tantos sacrilegios como se han come-
tido en este tiempo. 7.11. Se encargará á los ohis-
pos y párrocos, que velen sobre la sana moral y
que tomen las medidas convenientes para qlle
no se propaguen los malos principios. 8. a Se
rebajal'á desde luego por punto general, la tercera
parte de la contribudoll general, por abora. 9.a Con-
vendrá que las personas que esten encargadas de co-
operar á este plan, esten alerta algunas noches. 10.a
Se nombrarán las personas convenientes que se en-
carguen de dirigi.r la opinion pública por medio de
un periódico. 11.-Se concederá un escudo de honol'
á todas las tropas que conCUl'ran para tan gloriosa
empresa con el premio correspondiente, y se ofrc-
.;erá ademas licenciarlas para el tiempo 'lue parez-
Ca convenient.e. 12.a Se mandará que los es!udiantes
gocen de los fueros que han gozaJo antes de ahora,




~i6n~
y se les habia quitado por la facdon ()emocrátÍc:t.
13.a Convendrá mandar quo todos los flue lIO el-lI'n
empleados en la corle, salgan de ella, y se vele HlU-
cho su conducta donde quiera que fijen su resillell-
cia. 14.a Siendo muy interesante que en Mallorca
haya un obispo de toda confianza, será menester
ver si convendrá que vuelva allí el actual. 15.a
Tambien se deberá disponer por los medios que pa-
rezcan convenientes, que el S. ArzoLispo de Tolcilo
nomhre otro auxiliar en lugar del actual, y lo mis-
mo debel'á hacerse con el vicario eclesiástico y de-
mas de su dependencia. 16.a Loscanónigos actuales
de S. Isidro deberán quedar despojados como se su-
pone. 17.a Todos lo~que han dado pruebas de su exal-
tacion de idéa¡;, deberán quedar sin empleos. 18.a De-
Le aconsejal'se á S. M. que en orden á los criados de
su servicio, se renueve la mayor parle, y lo mismo
puede aconsejarse á los señores Infantes. 19.a To-
dos los que se hayan alittado en concepto de cívi-
l'OS, continuarán sirviendo por ocbo años en la Mi-
licia, y el que quiera libertarse de este servicio sa-
tisl:lrá 20,00U rs. 20.a Para evitar gastos, se procu-
rará que las fiestas é iluminaciones que se hagan por
este suceso tanto en las provincias como en la cor-
te, sean muy moderadas, pues ni la nacion ni los
particulares están para gastos. 21. a Se tomarán to-
das las medidas convenientes para que no salgan de
la nacion los liberales, de los cualesse harán tres cla-
se/!: los de la primera deberán sufrir la pena capi-
tal como reos de lesa Magestad; los de la segunda se-
rán desterrados ó l:Oudenados á castillos y conven-
tos; y losde la 3.a serán indult.ados para mezclar la
justicia con la indulgencia y clemencia. ~2.d SeEá
TO~10 l. 12




~liO ..
muy convenienle que el obispo de Ceuta f'Orme una
memoria que sirva como de apéndice á la apología
del altar y del trono; y es del todo necesario que se
ponga en las universidades un estudio de derecho na-
tural y político para lo que podria bastar por aho-
ra la obra intitulada Voz de la Naturaleza. Con es-
to se podrán fijar las idéas equivocadas del dia en
esta materia, y se evitaría que est.e estudio se hicie-
se por libros estrangeros que abundan de falsas má-
ximas. Convendrá tambien que por cuenta de la na-
don se impriman á la mayor brevedad las obras si-
{;uientes: Voz de la Naturaleza, Apología del Altar
y del Trono, las cartas del P. Rancio, y la pastoral
de Mallorca. Que se nombre en esta corte una per-
sona, que tenga el encargo de reveer los informes
que vengan de ,las respectivas -provincias, y ningu.
na pretension podrá ser despachada sin que el me-
morial pase á esta persona, y ponga un signo que
esté ya convenido para graduar el mérito de los
pretendien tes.


Son incakulables las ventajas de este plan: S. M.
asegura por este medio su conciencia, y los nom-
hramientos no pueden recaer sino en pel'sonas fie-
les. Los políticos atribuyen al acierto que tuvo Fe-
lipe Il en escoger buenos ministros y empleados la
prospel'idad de su reinado.


Puesto que el Ilmo. Sr. obispo auxiliar, acompaña-
do del ayuntamiento de esta corte condujo laConsti-
tucion1 como en triunf'O público; deberá el mismo COn
Jos mismos (IUecomp,mianel ayuntamiento, sacar la
Constitucion tIe la casa consistorial y conducirla á la
plaza púhlica para que sea quemada por mano del
verdugo: y la lápida será hecha pedazos porel mismo.




~171~
Puesto flue los comerciantes han sido los princi-


pales en p,"omover las ideas de la faccion democrá-
tica, se les podl"á obligar á que p.ntreguen a loullos
millones por vía de empréstito forzoso, pal"a em-
plearlos en el SOcorro de los pohres y otros objetos
de beneficencia •. 1.0 mismo deberá hacerse con los
impresores y libreros por las ganancias estraordi-
narias que han tenido en este tiempo.


Igual medida se tomará con los graneles que han
mostrado su adhesion al sistema constitucional.


Se mandará que Jos monges vuelvan á sus monas-
terios y las justicias les entregarán los efectos y bie-
nes que les pertenecen.


Todos los oficiales del ejército de quienes no se ten-
ga confianza, se licenciarán y enviarán á pueblo~
pequeiíos, permitiendo á los que tengan familia y
hacienda se vayan á sus casas, pero obligando á to-
dos que aprendan la religion.


Se continuarán las obras de la plaza del Oriente,
ya por ornato necesario á la inmediacion del pala-
cio, como para dar ocupacion á los jornaleros de es-
ta corte; yen el sitio destinado para teatro se levan-
tará Ulla Iglesia COIl la advocacion de la Canee peion,
y se construirán casas á su rededor para habitacion
del Sr. patriarca y de los capellanes de honor.


Sería muy conveniente que se hiciese venir á es-
la corte al S.\' obispo de Ceuta.


---------------_.----------------------


NOTA.=Ctlrl los afrancesados se tomaran las
llrovidendas corrr~11Ot!dientes.


El citado escl'I:to s'/:gue proponiendo otras
I)arias medidas por el rni~mo estilo que las ante-




~i72~
";orrs y concluye ImcÍfmdo algunas observacionu
J(merale~, y filando algunos egemplos de la 3a-
grada Ese1 ilura, como el de Gedeon, JmUI, Da-
vid, ele.


• ••


NOTICIAS DE ZUMALACARREGUI.


Don Tomas Zumalacarregui nació en Hormaite-
güi~ provincia de Guipúzcoa el 29 de diciembre.
Entró en el servicio como cadete en la época de la
guel'l'a de la independencia en d:WS, y pronto lle-
SÓ al grado de capilau. En 1815 se le confirió el
roan.dode una (le las compañías del regimiento de
infantería de Borbon, yen 1818 habiendo dicho
regimiento sido licenciado, se colocó á Zumalacarre-
~ui en el de Vitoria, y poco des pues en el de las
órdenes mi I i l:lees. Cuando se proclamó la Consti-
tucion en U'-2u, rué denunciado por sus camaradas
y por sus gefes á causa de sus opiniones anti-cons-
titucioJlalc' y se dirigieron peticiones al comandan-
te general de la division, para que se le rayase de
los registros del ejército, como en efecto sucedió aun-
que lllego fue repuesto. Su regimiento fue enviado
,le guarnicioIl á Ciudad-Bodl,jgo en 1822,y de allí
á l\avan3 en donde se habia intentado contra la
,'ollslilucion Ulla primcl'a iusurl'eccion que no tuvo
efecto, aun cuando ya habian empezado á manifes-
tarse algunas baudas de l'ealistas. El regimiento per-
maneció en Pamplona hasta la época de la segun-




~175e
da insurrecciono Pocos Jias oespucs de su llegada,
ZumaJacarregui recibió la orden Je pasar á Viloria
doude estaba el capitan general. Partió en efecto de-
jando á su muger y á un niño de tierna edad. En es-
ta viajata es donde se enconlró con una partida de
gente armada que se daba la calificacion de banda
realista. Zumalacarregui deseando no tropezar
con ella se retiró á una casa, en la cual penetraron
al instante con ánimo de encontrarle; él se entregó
sin resistencia alguna. Los gefes de aquella banda
eran unos salteadores, escapados hacía poco de las
cárceles de Pamplona, en donde iban á ser juzgados
como asesinos de una dama de Tolosa. Aun (~ualldo
conocian perfectamente las opiniones de Zumalacar-
regui y de dos oficiales compañeros suyos igualmell-
1 e presos con él, aquellos ladrones les despojaron
de todo cuanto poseian y 10 mismo á él que á los ofi-
ciales, los detuvieron quince dias presos, amenazán-
Joles á cada instante con la proximidad de hacerlos
fusilar sin ningun género de compasion. Quesada
que entonces ejercía el mando realista de Navarra,
habiendo sido sabedor de las violencias ejercidas con-
tra aquellos tres oficiales, marchó inmedj~tamell­
te con su division acia el Valle de Roncal y puso en
libertad á los presos. Los salteadores tomaron la fu-
ga á su llegada y ya no se pudo dar con ellos.


Quesada trató á Zumalacarregui con la mayor
consideracion , y viendo que estaba herido y este-
nuado de fatiga, le envió á Pamplona para tomar
;algun reposo. Aprovechó su estancia en aquella
ciudad para de terminal' á algunos oficiales que
Cl'an partícipes de sus opiniones, para que se ,'.'u-
nicscn á las t.ropa$ ,'calistas annadas contra la




~174,~
Constitucion, y el 22 de agosto acompañallo de
otros dos oficiales se le presentó á Quesada que le
dió el mando de dos batallones de su division. Así
permaneció hasta 1824. Cuando se vérificó la di-
solucion de la Jivision de Navarra, el virrey de
Pamplona ad interin habienllo mandallo formar
un batallon llajo el nombre lle provisional, en el
que debian ser incorpor:-.dos los voluntarios que
manifestaron el lleseo de continuar en el servicio,
Zumalacarregui tuvo el encargo de organizar
aquel cuerpo y de ponerse á su f('ente; yen setiem-
hre y octubre de 1824 ya se habia reunido al
ejército con aquel segundo regimiento de infante-
ría ligera compuesta de voluntarios de Aragon.
Los geles habiendo sido JlOmbl'adm por el r~y, Zu-
malacarregui no fue incluido enlre ellos y se le en-
vió á Pamplona conliceneia ilimitada, Allí recibió
su título de teniente coronel efectivo, tomandOI'an-
go de antigüedad desde el 22 de agosto de 1822,
dia en que se habia reunido al ejét'ci:o de l\avura.


Fue nombrado despues miembro de la comision
militar de Pamplona, y á fin de J 825, se le remi-
tió de órden real la patente de teniente coronel del
regimiento voluntarios del Rey, númel'O prirnel'o,
que á la sazon se hallaba de guarnicion en lIuesca.
Careciendo aquel regimiento de coronel, Zumala-
carreguí desempeñó las funciones de tal, dl!l'aute
catorce meses. De aquel puesto pas6 luego á man-
dar el regimiento del Príncipe,3.0 de línea, con
};¡s mismas funciones y el mismo grado , hasta la
primavera de 1829, época en la cual fue pl'omovido
al grado de coronel en actividad del 3.° ligeros Yo-
luntados de Jeróua. Así se mantuvo hasta jllllio de




~f7:;~
j 831, Y de a11 í pasó á mandar el regimiento de
Estremadllra, 14 de línea. El 20 ue octubre de 1832
el general Llauder in!>pector de infantería, le hizo
arrestar acusánuole de ser enemigo del gobierno que
el rey durante su enfermedad hahia confiado á la
reina Cl'islilla. Resentido de esta acusacion, pidió
que se le enviase con licencia ilimitada á Pamplo-
na, en donde habitaba su familia. 'Tres veces rei-
teró su peticion, y tres veces le fué negada: solo'
á la cuarta vez se le concedió lo que pedia.


Llegó á Pamplona á.mediados de agosto de 1833.
El rey FCl'llando murió el 29 de setiembre, y en-
tonces fué cuanuo Zumalacarregui se apartó ue sú.
familia, y se halló á fines de octuhre en medio de
los realistas. Al recihir esta noticia el general Val-
Ués hizo arrestar á su muger y á sus hijas el 24 de
enero ue 1834, y fueron ellcenallas en el conven ..
to ue religiosas recoletas, y allí permanecieron
hasta el 27 de fehrel'O, época en que Quesaua les
devolvió la libertad y les dió pasaportes para Eli-
7.Ondo y Urd"z, á donde llcgaron no sin inconve-
nientes y peligros. En fin el ocho de agosto, ha-
hiendo entrauo en territorio francés, en donde te-
Día á sus hijos, la señora ue Zumalacarregui fué
arrestada y conuucida sin escolta á Hayona.


OTRAS NOTICIAS DEL MISMO.


Concluida la p;ucfl'a de 1823, fue nombrado te-
Dicnte COl'oucl del ['cgIUllClo (}" las óruenes IIll-
litares. Un (lia (lespucs de pa~lua una l'evisl:\.
remando VII clu.cdó SOl'Pl'cudido ucl helIo PO! Le




~17()~
de elite ~uerpo y de la precision de sus maniobras;
hizo cum plimpnta1' al gefe del regimiento, quien
tuvo la modestia de responder que aquellas venta-
jas no eran debidas sino á su segundo don Tomas
Zumalacan'egui. El rey preguntó la causa de que
no fuese todavía coronel y se le respondió que no
habia lleg¡¡do á alcanzar el tiempo exigido por la
ley. «Pues bien, replicó el rey rirndo; peor pa-
;ra los reglamentos militares, pues des(\e abora y
en virtud de mi real voluntad, nombro á don To-
ma'! coronel, no queriendo que tan buen oficial
espere mas y aguarde del tiempo, lo que ya hall
alcanzado sus méri tos."


Cuando ocurrieron los sucesos de la Granja,
Zumalacarregui fue comprelHlido en hs medidas
de proscripcion que se adoptaron contra varios
realistas, y perdió su mando por acusársele de ha-
ber servido contra los constitucionales en 1823. Se
le acusaba igualmente de tener el proyecto de pro-
clamar á Carloll V. el1 vida de Fernando. El asulI-
to pasó á un consejo de guerra que le declarú ino-
cente. El inspector general de infantería Quesa.
da y el ministro de la guerra, recibieron orden
de co10ca1'le inmediatamente. Quesada, como mal
avenido con Zumalacarl'cgui, le puso á media paga:
este reclamó enérgicamente, y ambos militares re-
cÍpl'ocamente valientes y que para bien de la p:í.tria
hubieran debido estimarse y entenllers(', acaharon por
reñir de veras y tener altercados que tuvieron ma-
Jall consecuenci~s. He af!uí una anérdofa que prue-
ha lo mucho que los hombres se alucinan cu:mtlo
se entregan á su rencor y pasiones y alimentan odios
y animosidades que la 1'a10n des:lp1'ueba, y que des-




~f77·~7.
armonizan la sociedad. Quesada en un momento ele
malhumor, se arroi6 filtecir á Zumalacarregui: V. ha
capitaneado tropas Pll el ejército ele la Fé en Naval'·
ra, se ha hecho sospechoso á el gobierno, yo no puedo
menos de rayarle del servicio activo. Zumalacarregui
reconcentrando .~u irritacion, respondió al inspector
general: = Permítame V. mi general que le haga
una ligera observacioJl. Si yo soy culpable por ha-
her sido g~fe de batallon en el ejército realista en
1823, ¿ cómo acontcrc que V. que en aquella épo-
ca era mi general de division, sea hoy bastante feliz
para gozar de la confianza de la :Reina, y se vea boy
eu la precision de privarme de mi propiedad, arre-
batándome un grado que he conquistado á precio de
mi sangre; de un grado que constituye mi fortu-
na, la de mi muger y de mis hijos, que no tienen
mas apoyo que el mio, asi como yo no tengo otro sos-
ten que mi e~pada y la honradez de mi conduda?


Esta salida elel coronel Zumalacarregui produjo
mas initahilic1ad en Quesada, yasÍ es que aumen-
tándose el calor de aque])a enfadosa escena yretirán-
¿ose 1ll'úsramcnte, cen'ó \a puerta con airada impe-
tnosiilad, y di!'l('on ella en rostr6 á el homhre que aca-
so á este movimiento dehió mas que á otro alguno
h resolncion !le pa"""rse á d can1.po enemigo como
\0 verificó á poco tiempo, llama 11110 b afraóOJl de
la Europa con su caracter y COIl sus hechos.


FlLIACION DE ZUMALACARREGlll.


1"1 genera 1 Zumalacarregui tenia una pequeña
estatura, pero su organizacion era fuerte y robusta.




~~178 ~
Sus ojos pal'dos estaban lleuos de viveza y oe anima-
cion : su ti'cnte ancha anunciaba al hombre capaz
!le grandes resoluciones; su tez de buen color: mu-
cha rellexion y mucho ánimo en su varonil fiso-
nomía. Lo mismo que Federico 11, t.enia un hom-
bro un poco mas elevado que otro, y t.ambien co-
mo él inclinaba ligeramente la cabeza ácia un la-
do, Esta actitud habitual daba al conjunto de su
persona' una mezcla de fiereza y (le alldada muy
conformes con su caradel'. Al verle se aoivinahan
en él las gl'andcs cual idades que le disl illguian, y
en todos sus movimientos se columbraha un cara!'-
ter impetuoso y apasionado al cual se amoldaban
todas las accioues de su v ida.


DON BENITO ERASO.


Este militar sirvió de mucho á Zum~11acarregui.
Ya habia llamado la ateucion en 1822 peleái\(Jo
contra el sistema de la libertad, cuando Mina eu! l'Ú
en Navarra. Eraso pcl'tcnecia á una familia rica del
valle de Roncal. El mandaba la línea de la fronte-
ra en 1827 desue Vera hasta Aragon; y tuvo tam-
bien á Su cargo la ol'ganizacion de la brigada de
los cazadores voluntarios de Navarra, El fue quicn
proclamó á Cádos V, en Ronces-Valles con los 2!J
carahineros que formaban la guarnicioll de aqllcl
pueblo. Luego se le agl'cgaroIl cien voluntarios
realistas m:lnJados por Mal'till Luis Echcvarria, al-
calde de Banan, Habicndo dcspucs caido enfermo,
fue á. l'cslablcccl'SC á Parearlos, pequeño lugal' si-
tuado C~l'ca de la fl'Oulcl'a uc Francia SObl'C el




~Ji9~
~amino (lc Pamplona á San Juan Pie (le Puerto.
Su estado enfermizo no le estorbó ocuparse de
cooperar elicazmente á los movimientos insur-
reccionales de la Navarra. El virrey que co-
nocia que era un hombre peligroso, envió contra
él un destacament.o de carahineros y de tropas de
línea, que en poco estuvo se apoderasen de su per-
sona. No tuvo sino el tiempo necesario para reti-
rarse á los montes vecinos, y sin saber como~ se
encontró en territol'io francés. El oficial coman-
dan te del destacamenlo de las tropas francesas, que
ocupaban aquel punto de la frontera, le arrestó, y
le huhiera sin duda entregado á las tropas de la
reina, á no ser por la oposicion que presentó á ello
el cOl'\lnel de la guardia nacional de S. Juan Pie
de Pnc\'to, El coronel Eraso conducido á presencia
del Prefecto de los Bajos Pirineos fue dirijido por
sus 6nlcnes á Angulema; pero luego que llegó á
Burdeos,logt'ó esC'aparse y encontró un asilo en
caSa del baron de Pichon Longueville. Con la ayu-
da de un disfráz consiguió volver á Navarra por
Vel'a. Qllisiel'on entonces confiarle el mando en je-
fe, pero él se le cedió á su amigo Zumalacarreguí,
cuyos talentos militares apreciaba, y se contentó
COH mandaren segunda línea.






DEl..


GENERAL MINA
E S e R 1 T A POR E L M 1 S M o E N 1 N G L A TE lUU.


INTBODUCCION •
.. -


No pocas veces me ha invitado oficialmente el
gobicl'no español á escribir mis acciones de guer-
ra, y no menos mis amigos se han empaiado pa-
ra que las publicase: pero tan varios han sido los
sucesos de mi vida que en unas épocas me faltó el
tiempo y en ot.ras la indispensable tranquilidad que
se requiere en la formacion de los apuntes que de-
bian preceder á aquel trabajo. Tampoco su impor~
tancia me estimulaba.


Desde que la suerte precisándome 'una segun ...
da emigracion me llevó , Inglaterra, aumentóse
de tal manera el empeño que acabo de indicar, que
bastante me ha cOitado llegar hasta el día sin de-
dicar los ratos ociosos á escribir los apuntes, como
algunos soUci\aban. Al fin trato de satisfacerlos;
determínome á empezar mi taréa; y al~un dia sal-
drá á luz mi historia con todos los detalles que
puede apetecer la curiosidad pública. Sin embar-
go: motivos poderosos, que para mi reservo, me
han impelido á adelantar un ligero estracto y es
el siguiente.




MI ORIGEN
y


CAMPAÑA nE LA INDEPENDENCIA.


N aeí en Idorin~ poblarion de Navarra, el 17 de
junio de 1 í 81: fucron mis paclres Juan Estevan Es-
poz y Mina, y Maria Teresa llulldain y Ardaiz, hon-
rados labradores.


Luego que aprendí á leer y escribir, me entregué
4 los trabajos del campo; y pOlo la muerte de mi pa-
dre, la peqneiía hacienJaque constituía el patrimo-
nio de nuestra familia, (lued6 á mi cuidado. Así pa-
sé hasta los 26 años.
, Illllamado mi amOlO pátrio por la alevosa traicion


de NapoleoIl en España en 1808; y habiendo oca-
sionado desde mi propia casa á los Franccses todos
lps males~ que me era dado hacerles sufrir, la aban-
doné por fin y senté plaza de soldado voluntaria-
mente en el batallon de Doyle en 8 de febrero
de 1809.


Poco despues~ asociado á la guerrilla de mi so-
hrino Javier Mina, proseguÍ sirviendo en )a misma
clase de soldado hasta 31 de marzo de 1 f\ 10, en cu-
ya época, dC5ccha aquella guerrilla por captura (le




~18¡;~
mi sohrino, siete hombres me reconocieron por ge-
fe y empezé á comandar.


No se lardó mucho en conferÍt"scme por la jun-
fa ,le Aragon el nombramiento de comandante en
gele de las guerrillas de Navarra, cuyo puesto cOn-
servé desde 1.0 de a1lril de 1810 hasta 15 de se-
tiembre del mismo año.


Sucesivamente obtuve de la regencia del reino,
que durante la ausencia y cautividad de Femando
VII, gobernaba, los deslinos y mandos siguientes,
tIlle desempeilé en 10spcriodGs que paso á coordinar.


Comnel graduado y comandante general de las
guerrillas de Navarra sin dependencia de otro gefe,
desde 16 de setiembre de 1810 hasta 4 de juni.o
de 1811.


Comandante general de la infantería y caballe-
ría de la division de voluntarios de Navarra, ejer-
ciendo tambien el mando de su pri.mer batallon,
desde 5 de junio de 1811 hasta 18 de uoviembre del
mismo año.


Brigadier de infantería con el mismo mando, des-
de 19 de noviemlre de 1811 hasta 16 de abril de
18 t 2.


Mariscal de campo, con el mismo destino, desde
1 í ele abril de 1812 hasta 4- de junio del mismo año.


Segundo general del 7.° ejército, desde 5 de jll-
ni.o ele 18 t 2 hasta 6 de setiemhre del mi~mo ano.


y comandante general del alto Atagon en ]a iz-
quierda del Ebro, é independiente del general en
gcfe del 1. er ejerci lo, reuniendo los mandos ante-
riores, desde 7 ele setiembre de 1812 hasta 3 de
octubre de 1814.


Luego que fuí nombrado comandante en gefe de




~tSi~
las guerrillas de Nav:\l'I'a, dC.'lal"mé cuanto!; estah:ul
á Sil frente, y especialmente aluombrado Echevar-
ria; quien con la capa de guerrillero, teniendo /i00
á 700 infantes y unos 20u cahallos, era el terror
de los pueblos, que ~aqueaba y oprimía de mil mo·
dos; cuyo proceder 105 obligó á quejárseme. A con-
secuencia de estas repl"esentaciones pasé á Estella el
h'ece de julio de 1810, Y prendiéndole dentro de la
casa en que se hallaha, aunque COIl fuerzas infcl'io-
res, le hice fusilar en el mismo dia con tres de sus
principales cómpliccs, y rcuní sus soldados á 105 mios
que cuando mucho Ilegarianá 400 de tndasar"mas.


Durante esta campaua dí ó sostuve, sin contar los
encuentros, 143 batallas ó acciones de guerra,de las
cuales las mas distinguidas son por ord.en alfabétic(}
las de Aibar, Añescar, ArIaban, Ayerbe, entre Sa-
linas y Arlaball, Erice, Irurorqui, Lerin y campos
de Lod-osa, Maiíeru, Eoain, Peralta de Alcolea, y ca-
bo de Saso, Piedra Miilera y l\1onjardill, Plascllcia,
Rocafort., Sangüesa, y Valle de) Roncal; y mcnos
notables, au.nque siempre gloriosas, las de Acedo y
Arquijas, Afcu.hierre, Alfaro, Barasoain, Beripn,
Biurru.u, Boquete de Emhio, Campos de Auza,: de
Mañeru, de Muruzahal, Canfranc, Canascal, Cas-
tilliscal', castillo de la Alfagcria en Zaragoza,
Ciraugui, Egea de los Ca ha lleros, EsteBa, Hort.as
de Zaragoza, Huesca, Jaca, junto á Alhayna. Lum-
hier, l\1endigol'ría. Mcndibil, l\:i.olll"cal, Na1.al", 01-
COI', o.yal·zun, Puente la Heina, Pacya, Saday y
Le .. 'ga, Sallta Cruz. de Campcz.ll, Sal'asa, Segura,
Sorlada, Sos, TafaIla, Tarazona, Tichas, Ticrm:ts
y Sangüesa, Tudela y Venta <le Oyarzull.


De las acciones rocndouadas en el antecedente




~18a~
párrafo, debo pouer en primer lugar la de Rocafort
y Sangüesa, en la cual con tres mil hombres ape-
nas, derroté á cinco mil, tomándoles la artillería y
causándoles la pérd ida de mas de dos mil entre muer·
tos, heridos y prisioneros; la que se dió entre Salinas
y Arlaban, en donde destrocé completamente al
enemigo, le mate 700 hombres, le tomé todo su.
comboy y rescaté 700 hombres espailolcs que se lle-
vaban á Francia. La de Mañeru, en la que del to-
do aniquilé con pérdida de su artillería la division
mandada por Abé de casi cinco mil hombres; pasé
la mayor parte de la caballería á cuchillo, y le per-
seguí los restos en toda la'noche por espacio de cin-
co leguas hasta las puertas de Pamplona. Sería muy
largo é impropio de este estracto el llevar adelante
la nal'raclOtl de lo sucedido en otras.


Contuve, en Navarra, por espacio de 53 dias, el
impulso guerrero de 26,000 f.'anceses que habian
peleaJo en la hatalla de Salamanca, pues marcha-
ban á unirse al ejército de Marroout, y cortando los
puentes, é inutilizando los caminos, impeaí tam-
bien el paso de 80 cañones de artillería, destinados á
servir en dicha batalb.


He contrihuido al feliz éxito de la batalla de Vi-
toria, porque si con los movimientos que hice, no hu-
biese estorbado la reunion de las divisiones de Clauzel
y Foy al grueso del ejército; si estos 28,000 hombres
le hubiesen reforzado, y si yo no les interceptara
la correspondencia,' sería muy dudoso el resultado.


En el número de los cuadros desechos y arrolla-
dos en el transcurSQ de esta guerra, pueden con-
tarse tres por mí á saber: el de Plasencia, en el que
á pesar de la superioridad del número á favor del


TOllO l. 15




D18G~
enemigo, hice 1,200 prisioneros de infantería y de ..
gollé toda la caballería: el de Sangilesa, en donde
acometí la columna llamada Infernal; maté 900
hombres, y perseguí los restos de la division hasta
Sos: y el de Lerin y campos de Lodosa, en donde
IJuesto al frente de mi caballería y no obstante el
hallarse el general Barbot con 3,000 bombl'es á ti-
ro de fusil del campo de batalla; á mas de otros
6,000 á tres l~guas de distancia, rom pí repetidas
veces el cuadro formado por los enemigos que eran
de infanteda, y maté é hice pl·jsioneros l, 100 hom-
bres de una columna, de la cual apt'uas escapó el
gefe con ott6s dos.


y por que enfurecidos los franceses con los desas-
tres que esperimentahan en Navarra, y por no po-
der esterminal' mis tropas, me empezaron á hacer
una guerra horrorosa en 1811 , ahorcando y fusi-
lando cuantos oficiales y soldados de mi cuerpo caían
eu sus manos, lo mismo que hacian con los vo-
luntarios, y llevándose á Francia muchas familias,
publiqué en 14 de diciembre del mismo año una
solemne declaracion en 23 artículos, el primero de
los cuales Jecia:=En Navarra se declara guerra á
muerte y sln cuartel, s/n dúilz'nc¡'on de soldados y
cefes, incluso el múmo Emperador de los france-
ses.=Puse en práctica por algun tiempo este géne-
ro de gllerra, t.eniendo siempre en el valle de Ron-
cal un cuantioso depósito de prisioneros: si el ene- .
migo ahorcaba ó fusilaba un oficial mio, hacia yo
otro tanto con cuatro de los suyos: cuando él un sol-
dado, yo veinte, y conseguí de este modo aterrarle
y le obligué á proponerme que cesase tan atroz sis-
tema, lo que se verificó.




~187~
El bloquéo de Pamplona, que en consecuencia de


otro artículo de aquella declaracion sostuve incesan-
temente y con el mayor rigor veinte y dos meses
á costa de muchas batallas en las inmediaciones y
hasta las mismas puertas de la ci udad, fué causa de
que esta importante plaza, que solo dej6 de resis-
tir en la última estI'emidad, se rindiese por ham-
bre á Jas tropas nacionales en noviembre de 1813.
El general España tuvo la felicidad de entrar allí,
cuando inesperadas disposiciones me habian llama-
do á otro punto. Los generales franceses contra
quienps hice esta campaña, fueron: Dorsenne, Clau-
zel, Abé, Caffarelli, Soulier, Reille, Arape, LafoUt'rié,
n' Armagnac, D'Argoult, Lacouste, Bourgeats; Bison,
Dufourg, Cassan, Panetier, Barhot, Roquet, Paris y
otros muchos. A.unque se hallaron dentro de Navar-
ra hasta unos 18, ocu-pados en perseguirme, he sabi-
do inutilizar todos sus esfuerzos.


Jamás he sido sorprendido: solamente al amane_
cer del25 de abl'il de 1812, habiéndome hecho trai-
cion el partidario Malcarado, quien se habia puesto
de acuerdo con el general Panetier retirando las
avanzadas sobre Robres, y entonces me hallé cerca-
do por mil infantes y 200 caballos, y acometido por
5 húsares á la puerta de la casa de mi alojamiento;
peto defendiéndome de estos con la tranca de la
puerta, única arma que encontré á la mano, mien-
tras mi camarada Luis Gaston me preparaba el ca-
ballo; que montando inmediatamente con su auxi-
lio, salí, los ahuyenté y perseguí en la calle, corté á
uno de ellos de un gol pe el brazo derecho, reuní
luego algunos de mis valientes soldados, envestí a]
enemigo POl' diversas partes, arranqué de su poder




~i88~
.h"os que habían sido her.hos prisioneros, y pel'St.-
gll¡ batiéndome por espacio de b-es cuartos de ho-
)"a, para que 10$ restantes pudiesen salvarse. Gaston
ha permanecido siempre á mi \ado como un verda-
dero amigo. Mandé fusilar á J\'lalcarado al día si-
guiente, mientras flteron ahorcados tres magistra-
dos y UD. párroco, implicados tamhien en la tramo-
ya.


En medio de los trabajos y fatigas que continua-
mente me asaltaron y que apenas me clejahan algu-
nos momeutos de reposo: = f( no haóiendo contado
jamás con recurso alguno del gobierno, ya pecunia-
no, ya de otra especie" palabras formales que el
mismo gobierno ha usado hablando de mi, pude
crear, organiz.ar, disciplinar y mantener una divi-
~ion de infantet:ía y caballería, compuesta de nue-
ve regimientos de aquella arma, y de dos de la se-
gunda, cuyo tolal al fin de la campaña llegaba á
13,500 hombres.


Mi di vision tomó al enemigo trece plazas fuertes y
mas de 14,000 prisioneros, no contando los del tiem-
po en que no dí cuartel, bastante artillería', infi-
nidad de armas y uniformes, y municiones de boca
y guerra. La verdad de esta asercion se demuestra
pOI' la entrega que se ha hecho de los prisioneros
en Valencia, Alicante, LeriJa, costa de Cálltabria
y otros puntos á donde los hacia conducir.


Para el entretenimiento de dichas fábricas y
pagado de mis tropas, hospitales, espionage y demas
iaslos de guerra, apénas conté con los siguientes re-
cursos:


1. o El producto de las aduanas que establecí
en las mismas fronteras de Francia, habiendo Jlega-




~ -I89 .. nt
do hasta íruponer conlribllciooes á la aduana fmn-
cesa de Imn, que se obligó á entregarme y entregaha
efectivamente cada mes á mis comisarios cien onl.~S
de oro.


2.° Los bienes nacionales, es decir, tOlh cbse
l1e rentas de la nacion, estipendios satisfechos l)or
los conventos etc. y cuanto exigian los f."anceses y
yo podia arrebatarles, especialmente en las ocasio-
nes de comboyes.


3. o Las presas que les hacia.
4. o I.as multas l:On que castigaba á los roa los E.s-


pai'iolcs.
5.° Algunos donativos ele nacionales y estran-


geros.
Jamá.~ gravé á los pueblos COIl ninguna contl'Í-


}lUcion ordinaria ó eSh"aordinaria; ni ue ellos exigi
sino raciones de pan, vino, carne y ccballa para los
caballos, con lo que contrilmian sin repugnancia: el
mismo gol>icr110 10 ha cspresado asÍ.


En 1-812 instalé, á causa ilcllJloquéo de Pamplo-
na, un tribunal de justicia, fine residia con mis
tropas, bajo la mísma forma del de la rorl e y con-
sejo de Navarra, al cual cOHcuniau estos puehlos y
los di! las p"ovincias oe Alava y Guipúzcoa, y fin:ll-
mente los uel alto Aragoll á vcntibl" :'us demandas.


Hicetambien que se me reuniese el tribunal ecle-
siástico que hasta entonces halJia existido dentro de
Pamplona,precisándoleásalirde la plaza: yasi acaté
de cortar y quitar á los f";Hl<'('~es todos los reCUl"SOS.


Cuallllo fuí nomhl"ado COll1311llanle gene~"al del
alto Al"agoll, mi primer cuidado fué limpi:n" el pais
de las cuafh-i lIas de ilOW hrcs anll;ulo¡¡ que le ~lc~o·­
laban de muchos modos con el pretcsto de haccr la




~f90~
guerra: y siguiendo el mismo sistema en Navarra,
formé tres hatallones de infantería y dos escuadrones
de caballería que sirvieron para aumentar mis fuer-
~as.


En principios de 1813 reuní los cargos civil y
militar por disposicion del gohierno que me nombr6
gefe político: desempeñé tales funciones buscando
abrir los raudales de la pública prosperidad, y ha-
cer reinar por todas p:lrtes el buen orden.


Hecha la paz, el rey Fernando que habia entrado
en l\1adrid y deseaba conocerme pel'sonalrnente, me
envi6 una real licencia p:lra pasar á la corte, lo que
cumplí á mediados de julio de 1814.


Ll los 25 dias, que me demoré en l\Iadrid, ob-
teniendo audiencias seCl'elas del Rey, hice cuanto
en mi cabia para convencerle (le cuan errado era
el camino que seguia desde su vuella á EspaDa, y
cuan abominahles y criminales los sugetos que le
l'odeaban.


El rt'sultado de esta fl'anqueza fué despertar una
vieja intriga, cuyo ohjeto consistia eu hacer que los
regimientos de la division de :'\avarra, ya muy de an-
temano igualados con los demas del ejército que-
dasen siendo cuerpos francos: lo que diestramente
divulgado entre ellos como cosa ya decidida, ocasio-
nó la inmediata descrcion de 2,500 hombres; y cn
consecuencia de este suceso, se me e~pidió una real
orden, mandándome al instante presentarme al fren-
t.e de mi division, para hacer juzgar militarmente
á los desertores. Una simple proclama que bice y
publiqué á mi llegada á l\avarra rué bastante para
cIue todos se reuniesen á sus banderas.


Todavía continué al frente de mi division, bas-




~1f)1 od
ta que por mi tentativa sobre Pamplona en la no-
che del 25 al 26 de setiembre, con el objeto que
hoy manifestaré por primera vez, de pro~lamar la
Constitucion y las Córtes, no pudiendo permane,
cer mas tiempo en España, pasé á Francia en 4. de
octubre de aquel año de 1814: momento infausto,
pues me separaba de mi pátria y de mis valientes
compañeros de armas, quienes me habían propor-
cionado tantos dias de gloria. i 1.oor eterno les sea
dado ...... !


MI PRIMERA EMIGRACION


y


CAMPAÑA DE IJA LIBERTAD.


Emigrado en Francia y en otros paises, desde 4 de
octubre de 1814 hasta 22 de febrero de 1820, me
dediqué á adquirir todo la especie tIe conoe imientos
con que se me figuraba ser algun tlia út.il á mi pá-
tria, no perdiendo de vista ni un instanle siquiera
su gloria y felicidad.


El conde de Casa-Flores, em l,ajador de España en
París, atribuyéndose facultades que no le competian,
hizo que me prendiesen tan pronto como allí llegué;
estuve detenido 20 horas en la dncl uc la prefec-
tura de policía; pero triullfé de sus viles cstralage-




~192 ..
mas, y pasa (los cinco dias tuve el gusto de verle su-
bir al coche, que debia ponerle fuera del tcr'rito-
rio francés.


Las leyes del pais, cuyo auxilio habia implorado,
desde luego me protegieron, y cl gobierno de Luis
XVIII, desde luego dejó á mi e\cccion el parage en
donde quisiese vivir, la cual rué en el pueblo oe Bar-
sur-Auhe en Champaiia, en donac fui á residir. Tam-
bien aquel gobierno me señaló una pemion, y lo mis-
mo á algunas personas de mi comitiva. Estas pen-
siones y los auxilios prestallos por la amisl:lCl, cons-
tituían todos nuestros medios de subsistencia.


En marzo de 1815 entró en Francia Napolcon,
que salia de la Isla de Elba: pcdi inmediatamente
mi pasaporte para la Suiza y tre~ veces me fuc ne-
gado. Queria Nal'oleon atraerme á su par! ido, y
sus agentes me hicieron proposiciones tan ventajo-
sas ..••..••.•. , tan ventajosas que podrian habel' he-
cho vacilar .•.. Pero Napoleon habia sido eJlemigo
de mi patria, y no pOllia yo transigir con él. .•
Salí pues, oe Bar-sur-Auue, sin pasaporte, al ama-
necer de) 29 de mayo, yen la noche del mismo d ia
llegó allí un olidal del empcrallor para conducir-
me á sn presencia. Cuando muy precipitadamente
y perdido miequipage, pisé el territorio de la Suiza,
hallábanse los Gens d'armes flue me perseguian , á
tiro de pistola. Solamente volví á Francia cuando
Napoleon fue trasladado á Santa Elena, y entonces
fijé mi ('esidencia en París.


Publicada la Constifuc1on en Espaiía á principios
de 1820, y superadas .las dificultatles que en·
<:ontré para fialir de París, en donde dia y no-
che me velaba la polida, ah'avcsé la Francia, y




~1 !);j~
entré en Navarra el 23 de febrero del mismo año.


Aun'lue desprovisto ele toda cIaRe de recursos, y
sin seguridad en ninguna parte, á fuerza de es-
meradas diligencias, rodeado de yelo, y persegui-
do en todas direcciones por órden del conde de Ez-
peleta (que era virrey y capilan general de Navar-
ra ,asi como en tiempo de mi emigracion) conse-
guí algunas armas y caballos, y habiéndoseme reu-
nido nn corto número de oficiales, fui el primero á
proclamar la COllstitucion en aquella provincia,
como se vé oe mi proclama del 2 de marzo, en la.
cua 1 bien claI'amellte ¡nd iqué la marcha que debia
seguir la revoluciono i Ojalá que algunos hubiesen
discurrido como yo! Un ejemplar de este documen-
to que C,Ollservo en mi poder será tal vez el único
que exista ~ ¡ tal fue el empeño que hubo en que no
circulase!


Pasados pocos días, habiendo la nieve franquea-
do el tránsi to, pasé á la vi 11a de Santistevan, en
donde al frente de 20 hombres hice la solemne pu-
blicacion de la Constitucion, dirigiendo órdenes,
ó enviando comisarios á los pueblos para que hicie-
sen o!ro tanto.


Pamplona, capital de Navarra, qne asi 10 verifi-
có en 11 de marzo, me abrió sus puertas, y ape-
nas entrado en la plaza, recibí en ella el nombra-
miento de capitan general del ejét-cito y provin-
cia de Navarra, hecho por el rey con fcd13 21 del
mismo mes, confirmándome ignalmenle en mi úl-
timo puesto de mariscal de cam po.


Preveí todos ó la mayor part.e de los sucesos que
,de8pues ocurrieron, especialmente en a<tuella pro-
vincia. Hice al gobierno una esposicioll enérgica,




$.~ln4·Q
pero dcsgracialbrncllte sin fruto. No mc creyeron,
y ~areciendo de consiguiente de Jos medios necesa-
rios para repl'imir los movimientos que me temia
sobreviniesen y que muy pronto se manifestaron
en :\avarra, pcJí el cambio de mi destino en la
capilania general Jc Galicia, lo que se me concedió
en 1 (j de enel'O de 1821.


En nueve meses qne egercí el mando militar de
Galicia ("lesde GIles de febrero de 1821) visité la
mayor p1rlede la provincia, busqué mejorar el esta-
do <1e las plazas y castillos, disciplinar el pequeño
ejél'cito qlLC allí habia, cortal' abusos de todas cla-
ses, inflamar el cspüitu público y darle una buena
direcciono Semejante conducta, } la proteccion que
acordé á las rigorosas providencias de! gefe político
Puente, conservaron aquel vasto pais sin un faccioso
siquiera, mientras que por toda la España ardía la
antorcha de la guerra civil: siempre destruí en su
origen las maquinaciones de los enemigos de la li-
bertad. El manifiesto que publiqué en Leon fecha
25 de marzo 1822 es el documento mas á propósi-
to para conocer á fondo las ocurrencias de los úl ti-
mos dias de mi mando en Galicia.
. Conservé mi cuartel en Leon desde mediados tIe
enero de 1822 hasta fines de ~ulio del mismo auo,
en cuya época hice el servicio de simple soldado con
los voluntarios nacionales en diferentes crísls. No
sé si este, ú otros rasgos de pátriotismo tuvieron po-
derosa influencia: el hecho es que tambien la pro·
vincia tIe Leon se mantuvo libre de facciosos en to-
uo aquel periodo.


Ya la inicua faccion habia de tal manera tomado
cuerpo y vigor, que el rey por su decreto de 23 de




~ !f):i.o
Julio de t 822, se vio precisado tí declarar en estado
de guerra todo el país comprendido en el 7. o dis-
trito (Cataluña \ ordenando que fuese militarmente
ocupado por un ejército de operaciones, y nombrán-
dome p:Jra mandarle en gefe. Inmediatamente pa-
sé á Madrid y desue allí á mi destino.


Tambien desde Zaragoza con ferha del 2 de se-
tiembre manifesté enérgicamente al gobierno la fal-
sa idéa que se le hahia hecho cOIlf'ebir, y con la que
estalla identificado, sohre el verdadero estado de co-
sas en Cataluíla, la ineficacia de las fuerzas y recur-
sos r¡ue se hahian puesto á mi disposicion para tran-
quilizar aquel país, y las dificultades que se orre-
cian para conseguirlo, concluyendo con decir « Yo
(<'deberia renunciar el mando, y acometo la empre-
« sa por ser arriesgada.»)


Entré en el territorio catalan en 9 de dicho mes
con solos 803 infantes y 275 caballos; el 10 tomé
en lérida el mando del ejército: 33~ facciosos, due-
ños de casi todo el pais; en su poder varias plazas
y fortalezas, protegidos por nna parte de los pue-
blos, y lo que es mas con un centro de unidad ó go-
bierno, cual era la llamada regencia de Urgel. Ta-
les eran los elemen tos de oposicion que se me orre -
cian en Cataluña. Poniéndome al frente de 1,76G in-
fantes y de los mismos 275 caballos, principié con
ellos el dia 13 mis operaciones, y mes y medio me
bastó para organizar mi diminuto ejército, hacer
levantar el sitio de Cervera, y apoderarme de Cas-
tell-fullit.


Ordené la total destruccion de sus edificios y for-
talezas en castigo de la tenacidad de sus rchelaes b-
bitantes y defensores, como desagravio del desprc-


\




~19Ge
cio, con que respondie,'on á las repetidas intima-
ciones que les hice, y para escarmiento de los de-
más. Sobre sus ruinas mandé poner la iiguiente
insaipcion:


AQUI FUE CASTELL- FULUT.
i i PUEBtOS ! !


TOM A D EJEMPL 0,


N o DEIS ABRIGO Á I~OS ENEMIGOS
DE LA PATRIA.


Esta medida, dictada y ejecutada en el prillcipi(~
ele la cam paña, dió los mas sa llldables resu\ tados, evi-
tando el derramamiento de mucha sallg¡-e, y acele-
!'ando considerahlemente la pacifIcacion de Cataluña.


En el mes sigllÍente tomé la plaza de Balagucl';
hatí y derroté los facciosos en Tora, Artesa, Oreau,
Pobla, Bellber, y Puigcerdá, siempre con la tercera
parte ó menos de fuerzas: y á vista de las tropas fran-
cesas que formaban el cardan sanitario, arrojé al
territorio de aquellas en los memorahles dias 28 y
29 de noviembre á miles de aquellos alucinados es-
pañoles, confuntlidos con la misma r('gencÍa, á la
cual cogí todos sus papeles y dernas efectos de se-
cretaría que conservo en mi poder.


Volviendo de Puigcerdá en 4 de diciemhre, caí
sobre el Seo de U.'gel, desalojé los facciosos de esta
ciudad, ocupándola el dia 8, y formé inmcdiatamcn.
te el bloquéo de sus fortalezas.


En este bluquéo que tluró 7 4 dia~ contra una gua\'-
nidon numerosa, decidida y fanática, cuyas provi-




~19i~
~iones de boca y guerra eran inmensas; sin un ca-
ñon siquiera para 'oponer á 46 de grueso calibre;
en tUl país miserable y esteril; en la estacÍon m~s
inclemente y rigorosa; mis soldados casi desn uJo.'!,
y muchas veces sin el alimento necesario por la di·
ficultad de las comunicaciones; teniellllo fJue euhrir
una escabrosísima y dilatada línea, para la cua 1 ape-
nas bastarian seis veces ma yores fuerzas, y ú I tima-
mente dando al mundo el estraordiuario ejemplo
de sel' tantos los bloqueadores como los hloqueados,
venció al fin la consbncia yel heroismo, y roo fa-
cinerosos y ladrones, que sacados de las cárceles COIll-
ponian en la mayor parte el cuerpo armaJo del re·
beMe Romagosa, defensor de las fortalezas de Ur-
g-el, espiaron sus delitos en la mañana que las eva-
cuaron, quedando tendido. muertos en el campo.


De las varias espediciones que mientras tanto rea-
licé, fué una la de Bellber, adonde con una peque-
ña columna d~ infantería y caballería de unos 580
hombres, pasé pel'sonalmente el 5 de diciembre, yen
(londe permanecí hasta 31 del mismo, imponiendo
respeto con tan escasas fuerzas en todo este tiem-
po á las diferentes facciones, que por las alturas de
enfrente proyectaban cael' sobre la CerJaña, devas-
tar aquel país, y tal YeZ incomodar el bloc!uéo de
Urgel.


El 26 muclJé al frente de mis ayudantes, de íO
soldados escogidos y 40 paisanos á recibir las mn-
niciones, que por casi faJ tarme en Urgel y 01 ros pun-
tos, me traia el general Roten hasta medio del ca-
minode Bagá á Bellher. De esta espedicion ejecuta-
<la por montañas casi. inaccesibles, abriéndonos ca-
mino por ~ntrc espantosas masall de yelo y nieyc. y




~;¡.ID8cr
con riesgo manifiesto de perecerá cada paso, cier ..
to es que no se olvidarán nllnca los hahitantes de la
Cerdaña.


I"uí promovido á teniente general por real de-
creto del mismo dia 26 de diciembre de 1822.


En 20 de enero de 1823 me nombraron COman-
dante general del 7. 0 distrito, reuniendo á este
mando el de general en geic del ejército de opera-
ciones del mismo; que despucs se nombró 1.0 de es-
te nombre.


Seilor uc las fortalezas de Urgel en ::; tie febrero
(le 18:23, alravc"é por en medio de los CUCl'pOS
facciosos con la pcquci'ía comitiva de 7 personas
las 38 leguas que hay desde allí á Barcelona: pre-
sentéme repentinamente cIiO eu esta plaza, excité
el patrioth.mo de sus habitautes; junté algunos fou-
dos que necesitaba para socorrer mis tropas, y cn-
tré el 15 ya de regreso en Cervera. Allí recibí el 19
el nombramiento de caballero gran cruz de la ór-
den nacional y militar de San Fernando, con la
cual el rey me habia condecorado. el 13, apenas
tuvo la noticia de que habia tomatio aquellas for-
talezas.


Como era entonces la vez primera que podía
obrar en combillacion con las otras divisiones del
ejército, dispuse un movimiento general, por cuyo
medio, formando una estensa línea desde Campra-
don á Figueras , y haciendo reunir dentro de ella
todas las masas de facciosos, las precisé á abando-
nar el suelo español, y á entrar simultáneamente
en Francia el 17 de marzo.


Quedaba ya libre la Cataluña; por eso dige en
mi proclama del 1.0 UC abl'il, que la faccion es-




~19~~
taba aesecha, y que haLian cesado las operaciones,
y tomé las conducentes medidas tanto para ('5Ie1'-
minar las pequeñas guerrillas de gente alucinada,
como para evitar que renaciese la hidra.


Pero la invasion francesa estalla próxima, y no
me hallaba yo con gente, ni con medios para re-
pelerla. Convoqué en Vich los cualro gdes políticos
del distrito, acompañados de dos individuos de
cada una de sUS diputaciones provinci;¡les yauto-
rizados con plenos podel'es. lIíceles pre~ente el de-
plorable estado del ejrrcito y en resultado de nues-
tras conferencias desde el 5 hasta el i) de ;¡J)l,j 1, se
me concedió entre otros arbitrios un suhsitlio de 30
millones de reales, destinados á proveer las plazas
de lo necesario y á mantener las trop:ls, dUl'ante
el tiempo, que en la imposibilidael de hacer frente
al enemigo, creí necesario para fahgar1e, esparra-
mar sus fuerzas y atacarle con buen éxito.
DesgLH;ia~hmente la entrada de los fi'anceses y


facciosos en Cataluña el 13 Y 14 por 'diferentes
puntos impidió se c1"ectuase este subsidio sino en
una pequeña parte.


Con todo; las plazas fuertes fueron abastecidas del
modo posible, sus guarniciones arregladas respecti-
vamente, y con la diminuta fuerza ele 6,000 hom-
bres, conservé el campo dos meses y medio contra
torlo el 4.° ejército del mariscal MOIlcey, que con-
taba 20,000 infantes y 2,500 caballos, auxiliados por
7,000 facciosos y favorecidos por un gran partido, y
por el mal espíritu de los pueblos.


Los movimientos, marchas y conLramarchas que
hice para este efecto; las cuatro invasiones que mien-
tras tanto ejecuté en Francia, con el doble objefo




~~OO'Cí
(le excitar la conmocion en aquel pais, llamando lit
atencion de las tropas invasoras, dando así Jugar á
que las guarniciones de las plazas de Cataluña reci-
biesen víveres por ser el tiempo tan crífico de la
cosecha; los peligros á que conseguí esquivarme. y
las pérdidas que causé al enemigo, fueron una fa:"
réa bien espinosa y diticiL


Mi correspondencia oílcial y el mapa de Cata-
luna, son los documentos que dehen consultarse,
cuando se trate de decidir si en eslc servicío yen
haber evitado la aproximacíon del enellligo á 13a['-
celona y otras plazas (como lo pl'OyeclaLa) durante
tanto tiempo, hubo ó no algun mérito.


I_a retirada de Nuria á mcdiatlos de junio, seria,
por lo menos memorable, si un espantoso tempo-
ral que sobrevino en la manana del dia 14, en la
parte mas alta y fria de Cataluna, cayendo una
horrorosa lluvia de piedra, y haciendo el camino
casi intransi table, no hubiera ocasionado la dis-
persion de la misma columna; la pérdida de una
mitad de ella, que quedó prisionera entre una gran
multitud de franceses y facciosos, dcsl'ues de haber-
se batido denodadamente. Caí diversas veces y al-
gunos de estos golpes me dañaron considerablemen-
te el pecho, y casi me inutilizaron una pierna. Con
todo á fuerza de caminar sin deicanso 33 horas, per-
seguido y atacado por un ejército diez veces mayor
tIue el mio, pude sal var los restos y llegar á la Seo
de Urgel el 15 á media noche.


Habria sido cercado pronta é inemisiblemente
en esta plaza; y para evitado determiné substituir la
gente estropeada y llevar otra de la guarnicion, sa-
lü' de allí e~l la mañana del 1~, Y á pe~ar de mi




.:" .. ::!UJ~-;
quebrantada salud di¡'igime 5. llarcclona, el! Joutlc
ent.ré c.1si morihundo el ~; de julio.


Privado entOllces de rnucllOs "v;)lieutcs guerreros,
que hahiall sido muertos ó prisioneros, y postraJo
el! un Jecho sin las mayores esperanzas de vida, tu-
ve quc luchar 4 meses con el e~cálldalo de los que
}3 cutre si se disputahan el mando, considerándome
lDucrlo, 6 con la resistencia de los que desohdecian
lUis órdenes; (no dil'é ahora el porqué); con el des-
honor de algunos que dejahan sus filas, y la jnfamia
d!~ otros quc cntrega han las plazas á los estraugeros;
COI1 la fuel'za cncmiga intcrna y sus manejos é in-
tl'i;ps estcrnas; con la exaltacion de cstos, con cl
tlcsalicnlo de aquellos; yen fin con las mas absolu-
las y percntorias nccesidades. Algunos castigos
<'g('mplares, y que recayeron durante aquellos cua-
tro meses en personas ue alta categOl'ia ha1)riau
sido tan justos como provechosos; y el mal provino
tle que unas vcces me ocultaban las cosas, y otras
me las JcsfiguraEan á causa de su dclicalla situa-
("ion, que no pocas ,"eccs impidió el que obrase co-
mo ele !)ia.


Sin embargo: á fuerz~ de comtancia, en las or:1-
~;iones críticas en que me hallé, todo lo he W P('l';l-
(Lo: dispuse 5 salidas de la plaza por tierra: Ycrin-
qlle un llesemharque en la plaza de 1\1on{;3!, (IUC
llabria producido imporlantes resultados á no ha-
llerle sido contraria la suerte de las armas cerca de
Figucras, y puello 1isongcarmc dc que la tralHjui-
lidad púl,lica, la liherlad y la indcpe)l(Iellcia na-
ciollal se conservaron mientras maudé y hasta l.l
última cstremidad.


tas fuerzas de lUí l'jen.:ito 110 llegaro11 HIBlea á
'1'0)10 1. 11,




~·202 ..
21 ~ homl)rl's. Solo para guarnecer 1as plazas de Ca-'
ta\ui'ia (y dos son ('e pt'imcr órdcll) se necc~ital)an
25~, de mOllo que tcul.cnllo ~n algunas la mitad de
la guarnicion, en otras las dos terceras partes, y en
/lna sola la que le cotrespondía, me quedaron 6 ~
JlOmbres para maniobrar en el campo. Estas guarni-
dones, por pequeñas no podian hacer salidas, co-
mo f'n muchos casos hahl'ia convenido.
J_o~ recursos pecuniarios recibidos del gobierno


en esta campaila no )legaron ft 3 millones de rea-
les, pucsaun que se mandaron ñ la tesorería del
ejército lctras y órdenes de grande importancia, no
file po~ihle realizarlas, y de consiguiente para na-
da sirvieron. Tuve pues que proporcionarme los
medios que me faltaban por mi propio. Barcelona,
entre otros .al'bitrios, presentó el desusado de hacer
moned.a de los cañones .


. La misma correspondencia con ~l gobierno fue
siempre dificultosa y llegó á estar interrumpida: al.
gnnas veces apenas la tuve verbal por los ayudantes
«le campo que enviaba con frecuencia á esponerle
mi peligro y mi crítica situacÍon. El último oflcio
del ministerio llegado á Barcelona en la noche
del 5 de noviembre, cuando ya Jos enemigos la
habian ocu pado, era de fccha de 2 da setiembre; de
lo que se infiere que desde esta época nada supe ofi-
cialmente de cuanto pasaba en Cádiz y la misma
noticia de la salida del rey de aquella ciudad la su--
ve solo por mis espías entre los franceses.


Finalmente; disuelto con las Córtes el gobierno
eonstitncionalj restituido el rey ~l poder absoluto;
y cuando el ejército contrario reforzado por el 5. 0
cuerpo á las órdenes del mal'iscal de Lauriston,




-.205 ..
preparaba á las únicas plazas que se defendian ttl
Cataluña (Barcelona, Tal'ragona, y Hostalrich) un
formidable sitió ¿qué habia de hacer? Prolongar
la defensa tocaba la ImpOsibilidad; esperanza de
socorro no la habia, y sepultal"me en las ruinas era
del todo inútil. Tan graves y dolorosos motivos
me obligaron á concluir con él mariscal Moncey
el tratado de 1.° de noviembre de 1823 para la
ocupacion de las tres plazas; tratado digno de 105
hombres valientes del primer ejército de operacio-
nes, digno de los habitantes de las plazas, y que pue-
de recordarse entre los mas honrosos de que hay
eje1}lpló. . .


A consecuencia de las estipulaciones, se puso á
mi disposion el bergantin de guerra francés Le
Cuirassier, para conducirme, asi como á los ofi-
ciales é individuos que podian seguirme, al pUer-
to de Inglaterra que yo designase, y embarcado
con ellos en la noche del 7 de noviembre, ruí bien
tratado durante la navegacion, apo'i'lé á Plymouth
y desembarqué el 30 del mismo mes entre tan iison-
geras como inesplicahles demostraciones dé aprecio.
Las mismas se me han prodigado en el tránsito has-
ta Londres, en donde entré y permanecí los cuatro
primeros dias sin que fuese públicó.


Cuando llegué á esta capital, aunque ya curado
del pecho, sufría estraordinatiamente ,de la pierna.
No podia montar á caballo, ni andar sino tOn el
brazo izquierdo apoyado en otra persona, y Un has-
ton en la mano derecha. Casi llegaron á perder las
esperanzas de mejol'ia: pero á los cuidados y desin-
terés de Sir Astley Cooper, y á los que por su media-
don con igual bondad me dispensó en Bath el doc ..




~204od
tor Gastskell, debo el hallarme hoy tan bueno como
antes de la retirada Je Nuri,l. Seria un ingrato, si
no aprovechase ahora la oportunidad de tIar uu pú-
blico testimonio de mi gratitud.


Restablecido pues de todos mis males físicos, sufro
mi segunda emlgracioll en esta corte; en \a cual á.
pesar ,le mis t\eseos, y de \a rcpeti,h. manifeslaclulI.
de querer vivir obf,curo y aisla.1amente, existo obse-
quiaJo, honrado, y gozando cada vez de mas Cou-
sideracion, y expet'imen tando si!l iu tcrruprion 3'lue-
}los rasgos de nohleza de alma, oc ~ellel'osillad y de
virtud propi06 solamente de un puehlo lihre y ol:al1-
de. Lon.dre~ '1.0 de Sej>liembre de \ g'l.f\..


FRANC1S(;O Esroz y JU/s.!.




ti , ,


CAPITULO IX.


AÑO DE 1822.


Calor en Jas córt.es.--EI nuevo mmlst.erio gana terreno el'l
ellas.--Adqllieren fnprzil los modHados.-- Los dfs<"ontent.olJ
por lo mismo se mW've" y \uelven lO~ I·fligros.--Cuatro ha-
ta!!ones tle guardias 10,lIan las amIas y salen d.> !\ladrid.--
Se van al P;l/·do.--Aetiiud eI!'1 aVlllltami"nto.--Conflictos del
goJ¡ierno.--bmo~a jOl'llada del' 7 de jlllio.--Derrota de )0&
gllardi~s.--Rdlexiones.--b.l ministerio cae.--l\lotivol que le
ecluron ahajo.


TERCER MINISTF,RIO CONSTITUCIO~AL.


Espa 11 (osas eran las ci rcnnst.ancias en qneem-
puilaroH el mando los micrnbl'Os del nuevo minis-
terio. Los nomln'ados para desempeüarle fueron:
PARA ESLWO.= n. FraJlt'isw 111;JiJl'tinez de la Rosa.
PAILt nl.HERIOR.= J. 1J/. jJloscv.~o de Altamira.
PAR,,. lfLTRAJIAR.= n. lJ!lmu,l de la Bodega.
PAnA llAcJEsnA.=n. Fcli/Je Sú-rra l'}ambley.
P,UlJ GUERnA.= El Brig. BalaJizal.
P,uu MAllINA.= El lirio. D. J. Romarate.
PARA JCSTIClA.= n. lYico[flS Gareli.


l.a nacÍon estaba agil:lda en el último pllnh, y
1:l confianza hahia enlcralllClt!e dc·saparccido. l~o"
dueuos (ie 1"5 tribullas y de la imprenta, aumcnt..-·




P~OG -d
~an cada día en auclacía y .~e ad(luirian nuevos par-
tidario~. Las bandas realistas se multiplicahan en
Cataluña; las CÓl'tes en fin ihan á ahril' ·sus sesio-
nes, y el mintslerio no po(\ia \ isongearse ('011 la
illéa de egercer inlll1ellCia alguna en ulla asamblea
qlle anunciaba lo dominada que iba á estal' pOI' las
!tléas mas exageradas. Las Córtes se instalaron por
fin el primero de marzo y en la última reunion pl'e-
paratol'ia, niego fué 1lombeado Presillente. Se decia
que una de las primel'as pmposicioncs que dehian ha-
cerse, el'a ]a de declarar exis/enle ]a incapacidad del
Rey: cil'culaban mur has otras de varia especie que
nadie atrevia á desmentir, porque en ge IlCl'a 1 se
tenia mala opinÍoll de muchos Jipulados, y toJo era
de temerse en aquellos inquietos momentos.


Desde las primeras sesiones se reparó en las
Córtes una tenJenria decidida á las medidas estre-
mas: mudlOstliputadm se complacian en hacer elo-
Sios de los desórdenes de Alulalucia y oe Galicía.
Preseulahan como pel'secuciolles encarnizaoas ]os
procesos formados pOl' 6roell de las CÓ1'tes preceden-
tes, algunos de los prinri pales agitallores ahogando
eu favor de ellos como gentcs que mas bien que cas-
tigos mel'ecian recompensas. Dno dc los ministros
habló de los peligros á que esponian los principios
exagel'ados, y fue interrumpido por el presidente
de las CÓl'tes que le impuw silencio. Reinaba por
último la mayor agitac-ion en la asamblea, y algunos
diputados olvidalldo absolutamente los negocios, se
ocupaban en propagar las noticia!> que recibian,
Jando ulla ridícula impol·tallcia al menOl' aconteci-
mienlo á fin de inllucil' consecuencias enfadosas
al gohierno Mauifestáhase un odio sin lími tes




bo201·~
contra el nue\'o ministerio, en quien los que querían
empuja!' h. revolueion ('neontrallan un enemigG
formidable. Las tlcclaraciones de los diputados con ..
tra el gohierno se suce(lian sin intcrruprion; y se
acabó por convocar á los minisll'os en la noche del
nueve de marzo para que diesen cuenta á las Córtell
oel estaJo de h nacion.


Todo anunciaba '1ue la scsion debia ser borrasco-
sa para el ministerio, y muy (liticil parecia que
lludiel'a sostenel'se visla la pre':e!lcioll y la animo-
.idad qlle se mallílestahan (,Olltl'a él.


Sin emhargo: el tl'iulllo lid millisterio fue com-
plefo. El furor ele los a('a\ol'aoos oe las C(,rles no
les permilió cedel' la palabra á aquellos oC SU!
amigos que podian esplicarse con lalento. Todos
quisieron \anzal' acusaciones que aescub¡ bn mala
1'1', ignorancia, y basta grosel'la. l.os ministros opo-
nían la razon, la calma, la llrudenda, á la impe-
tuosidad f"t-cnél ica de sus au versaríos. Estos queoa-
ron confundidos, y sus propios fómpliccs salieron
oe aquella memorable ~esioIl cubiertos de ver-
güenza.
Desd~ aquel punto el ministerio cob,'ó algun as ..


cenJicnte ¡ ('11 las Córtes SI' parlillo que e,'a el uel
órJel1 y el oc la monarquía, se allmenló cnll'e los di-
putados: los desorganizaddres se Ilesan editaron, y d
gobierno pudo hacer frente con alguII éxito á los rei-
1el'aoos aromel imienlos de que estaba sie .. uo obj~to.
J,as có,'tes exami liaron de nuevo y aprobaron la ley
sobre el derecho de señoríos dccrelaoa por ellas 1
;llO sancionada por el rey, que reusó por segun-
(la vez la cspresada sanciono Se ocuparon tambi~n
del reglamento para el gobierno de las provillciaJ~




.. ~OR~
y en todas las operaciones busca han merlio ~ de dis-
minuir la in\luencia del goblerno, á fin 11e quitar
~ sus agentcs los recursos de mantener el órden y
de hacer egecutar las leyes. A~i. pues, la Constitucion
tenia una tendencia oemorrát ira, y los decretos
y los reglamentos de CÓltes no servi:\Jl y3 sino p;¡ra
anivelar el edificio de la monarquía, hariéndole de-
.aparecer completamente lo mas pronto que fuese
posible. .


Las Córtes queríaTl invadir todos los ramos ile la
administr'acion pública, pues se Of'uparün de la po-
licía de Madrid, hasta I111rubl'3l' una ('omisioll que
examinase si genLes sospechosas se reunian eH ('ier-
tos J'arrios bajos; pesquisa pueril 'lile no era á las


Córt.es á quien competia. Estas illlpl'lulellcias mez-
cladas de protestas de firmeza y de valor, hechas
cuando se sabía que nada habia que temer, ponian
en rid.ículo á los diputados y contribuian á neu-
tralizar el mal efecto de las doctrinas anárquicas.


Una de las primeras disposiciones fúe la de res-
tablerer el decreto de las CMtes anteriol'es que dividia
la España y las is1:1s adyaCentes en 52 provincias,


Púsiér'onse á la cabrza de cada pr'ovincia, autori-
dades políticas y militar'es escogidas cn el p:ll,tido
moderado; desde entonces orurTió que comenzó á
vislumbrarse algun acuerdo pal'a a!irmar y sostener
la autoridad real y restablecel' el or(len. El gobier-
no marchaba con ~'etlexion y con arreglo á UII plan
sosteni(lo: estendía su artividad y su prevision á
muchas partes, y romhatielldo diariamente en las
Córles aumenfaha todos los dia!l su partido, y se
adquiria crédito en el cuerpo (liplomálico por su
coudllcta honrosa y fu'me. No dejaba por eso iU




~209~
marcha de verse contrariada con gl'alldes dificul-
tades. tos descontentos no dejaban de poner ob5t4-
culos, y los realistas hacian progresos en Cataluila,
en donde la guerra se encendia con encarnizamien-
to entre los habitantes de la montaila. En Aran-
juez y en Valencia ocurrieron desapacibles escenas.
En el pI'imero ,le ambos puntos hullo desórdenes
en el mismo palacio y se oyeron en él gritos !edi_
r.iosos: en Valencia algunos artilleros se apodera-
ron de la Ciudadela con voces de muera la Cons-
tituclon. Ambos movimientos fUel'Oll inmediata-
tamente sofocados; el ministerio no desesperaba
aun de sostener el 6rden y la tranquilidad púhli-
ca y de la posibilidad de establecer la autoridad
real SObl'C bases mas sólidas, cuantlo los sucesos de
los primeros dias de julio desconcertaron sus pro-
yectos y cambiaron enteramente el estado de las
cosas.


Tiempo hacia que la guardia real era constante
objeto .le .lecl:unaciones de parte de los clúbs que
veían en ella un podel'oso instrumento de órden.
La conducta de las compailías de guardias que es-
taban en Aranjuez el 30 de mayo, y que no se
habian opuesto, á lo que parece, con la ener'gía
debida á los desórdenes de aqud dia, inspiró nue-
va exaltacion á los que querian tumulto. Huho
i¡:{ualmente algunas querellas entre los soldados de
la guardia y los milicianos de Madrid, Jurante el
mes de junio; y las Córtes escogieron precisa ....
mente aquel momento para ocuparse de la refor-
ma de la Guardia real. Esta imprudencia reunida al
funesto efecto producido en los soldados por las
contiJlcas declama('ione~ de que eran objeto, 3C-3-




.. ~fOe
huoft pOI' exa~pel'arlos y detel'minarlos á tomar
un parlido fatal para ellos y fatal para la nacion, .
Ya habia ocurritlo que el 30 de junio cuando las
tropa~ deslilahan de~pues que el rey se retir6 del
palacio de las C6rtes que terminaban aquel dia su
sesion ortlinaria, que los tambores óe un hatallon
de gtlardias, habian respondido á sablazos á algu-
nos soldados salidos de las filas para tomar parte
en la disputa. Pero esta se apaciguó y en todo el
dia no volvió á ocunil' cosa alguna (lile alterase
la t.ranquilidad de la capital: solo ocun-ió la des-
gracia de qu~ el teniente tie guardias D. Mamer-
to Landáburu fuese asesinado por sus soldados.
Por lo demás como decimos, todo parecía habel'se
calmado.


Pero en medio del silencio de la noche y de im-
proviso, cuatro batallones de guardias toman las ar-
m3S y salen de Madrid: lo!> otros dos batallones es-
taban en palacio. Apenas el capilan general tuvo co-
nocimiento óe esta noticia, se dirígió á los fugitivos,
y á poca distancia los encontró formados en batalla.
En vano les recOl'oó los deberes de la disci plina ; en
vano les manifestó lo imprudente que era el paso que
acababan oC dar; en vano les ofi'cció satisfaccion por
los ultraoes de que se quejaban. Todo lo desoyeron
103 guardias sublevados; se obstinaron. en no vol ver
á su cuarLI.'l; lanzaron gl-itos contra la Constitucion
y propusieron al conde dc Cartagena que se pusie-
se á su cabeza. Este les reprendió vivamente su in-
disciplina, pero no le hacian caso, ni tomaban en
cuenta sus promesas ni sus amcnazas; asi es que
se vió forzado á abandonarlos cuando \'i6 que no ha-
bia medio de persuadidos. Los cuatro batallones se




~211",~
trasladaron aquell:t misma noche al ParJo á Jos le-
guas de Madrid.


la situacion del gohierno fue la mas crítica CiUC
puede imaginarse; la confusioll y el terror reinaban
en la capital en la que nadie preveía el desenlace
que po(lian tener acontecimientos de tan importan.
te trascendencia.


POI' supuesto era imposihle reducir á su debcl',
valiéndose de la fuerza, á 105 cuatro batallones del
Pardo, porque la guarllicioIl de Madl'id solo tenia
dos batallones de infantería y dos escasos regimien-
tos de caballería. Añádase á esto que los guardias
del lJardo no eran los que solo debian dar ('uidado,
sino tambien 105 dos batallones que quedaron en·
palacio y que eran partícipes de las opiniones de
sus camaradas. Esta circunstanda prob~l)a que si
se emprendia algo contra los unos, los ott:Qs toma-
rían abiertamente su parlido. Existía ademas en
palacio un escuaJl'on de caballería de uno de los
regimienfos Je la guarnicion, que se habia reunido
á los guardias. Las provincias vecinas de la capital
estaban del todo desprovistas de tropas; la mayor
parte (le las fuerzas se habian (lirígido sobre Cata-
luña y sobre Navarra para apaciguar el fuego de
la sedirion que abrasaba sus provincias. Pocos (lias
antes, los carabineros reales yel regimiento provin-
cial de Córdova habian laIlzado gritus de conlra-
revoluc1oIl en Andalucia, y casi al mismo tiempo
el regimiento provincial (le Sigüenza se suhlevaba
con toda la provincia, que 5010 (lista 12 leguas
de )a ('a pitaI.


No habia puc~, pOlolos rIIolíV05 indit·:ulos, nill-
¡una probabIlidad (Jara inducir á los guarJi:.iS á C¡ll~




~2f2c
regresasen á Madrid, yel gobierno, que aun cuan-
do hubiese tenido á su disposicion ejércitos nume-
rosos, nunca hubien empleado los medios violen-
tos á no ser en úll imo esb .. emo, tomó el partido de
tratar con los revoiucionauos. Cada momenlo au-
mentaha los peligros, y parecia imposible impedir
las catástrofes que amenazaban. Los guardias no si-
guieron un plan fijo y en sus diseusiones con el
gobierno, !\e b.ment.ahan únicarnente de 101\ uItra-
ses que habian recibido t y de la impunidad de los
que Jos habían insultado. Tampoco manifestaron
deseo alguno de {fue se camhiase la forma del go-
bierno, y la piech'a de la Constitucion subsistia en
la plaza del Pardo lo mismo que en la de Madrid.


Tampoco era la posicion de \0:; guardias tan ven-
tajosa que no tuviesen mticho que temcr sino se
conducian con prudencia, y si no cedian poco á
poco á las insinuaciones del gohierno. A su salida
(lc 1\Iadricl la mayor parte de los oficiales los ha-
Lian ahandonado, lo mismo que varios sargentos
y cahos y mucho!\ soldados; la indisciplina crecía
en medio dp. ellos, y no tenian á su frente ningun
hombre capaz de sacarlos del trance ni de darles
el impulso necesario para no aventural" la empresa
que hahian acometido.


Verdad es que no se tenian á la mano fuerzas
suGcientcs para dictarles la ley; pero nopodia ocul-
társeles que estas lle:;al'ian pronto ele diferentes par-
tes. sohre todo habiendo sido derrolados como lo
fueron los carahineros y sus parl.idarios en Anda-
lucía, y habiéndose visto forzados como se vieron
}lal'a venir á rendir sus armas en la Mancha.


lute1'Ín que se deliberaLa en el palacio de Ma-




~215G
drid sobre lo que habia de hacer!e con )08 guar-
dias, interín que las personas habitualmente in-
medidtas al monarca y aquellas cuya fidelidad es-
cJuÍa las sospechas, no lograban entenderse sobre
]a especie de gobierno que con venia proclamar, los
vecinos honrados de la capital vivian en una ansie-
dad contínua, y los tumultuados sostenidos por
el ayuntamiento llevaban la cOllfusion al úl-
timo punto y creian llegado el tiempo de consu-
mar la egecucion de sus proyectos. Desde los pri-
meros momentos, el ayuntamiento de Madrid pro-
nunció que era necesario atacar á los guardias con
las tropas de la capital y los Milicianos Nacionales.
Insistió muchas veces en esta proposidon á la cual
~e resistia tenazmente el gobierno por que no so-
lamente conocía que eran pocas las fuerzas de que
podia disponer para el ataque, sino porque estaba
convencido que la intencion de los del movimien-
to eroa hacer salir de Madrid al capitan general y
á las tropas, ceñir en seguida el palacio, apode-
rarse si podian de la persona del Rey, y dar á los
negocios la direccion que les era conveniente. El
g .. hierno recibía á cada insf.ante alguna noticia,
l'ues tales eran las intenciones de las personas que
uo podian disimular su deseo de que rompiesen las
hostilidades. Es de hecho que muchos días antes tlel
dos de julio, uno de los principales agenles de Jos
clubs y del ayuntamiento, comenzó á dar {)nlenes
al parque de artillería para que se lanzasen grana-
das ~ohre palacio. A no ser la firmeza ('On que el
gefe del arsenal se resistió, pueden c<lkularse las
consecuencias de aquel ado hnsl jI iulentado contra
la misma morada del monarca.




~2f4'«f
Pero aquellas tentativas y muchu otras se estre-


llaron contra la actividad, la firmeza y la eoergia
del capitao general y del gefe político que segun-
daban las miras del gobierno con el mayor celo, y
que en aquella lo mismo que en otras circunstan-
cias que precedieron, habian preservado de consideJ
radas desgracias la persona del rey y la poblacion
de Madrid.


El seis de julio llegó; crecía la indisciplina de los
soldados de los dos batallones de guardias que esta-
ban en palacio, á medida que se aproximaba el mo-
mento de declararse abiel'tamente. Habíase sin du-
da estendido dinero entre los soldados, y el vino
aumentaba los síntomas del desórdell. Todo era in-
dício en lo intel'ior del real rlomicilio de que sona-
ba la hora de momentos críticos; veíanse llegar
afanosas á muchas personas que debian necesaria-
lJ\f!nte ser partícipes de las resoluciones; la satisfa-
cíon se presentaba en el semhlante (le Jos linos; otros
mostraban una alegría mezclada de inquirt ud, otros
respiraban venganza yesterminio. Los soldados es-
torharon la salida (le palacio, de los ministros, del
gefe político, y de otras personas d(~ distinl'Íon qac
se vieron ohligadas á pasaralli una noche precur-
sora de tanlas calamidades.


y mieutt'as todo esto acontecia en palacio, los
cuatro hatallonesde ~uardias acantonados enel Par-
Jo se pusieron en marcba sobl'e l\laurid, á donJe
llegaron al amanecer del 7 de julio: no solamente
lograron entrar sin resistencia pero aun casi sin
~er sentidos: podian asi ('omhinal' su ata{lue d.e\
mejor modo que le5 conviniese, ('on tanta mcjol'
esperanza ue f01l5cguir un buen éxito, cuanto IiOl'-




~215-a
prendían á sus enemigos; pero el r~sul tado estuvo
muy distante de responder á sus fundadas esperan-
zas, y mientras la columna prillci pal era rcchaz.1-
da de la Plaza mayor por un puñado de Milicia-
nQS nacionales, los otros destacamentos que deoian
llegar al mismo punto, fueron detenidos y aun
ílispersados por simples patrullas. Los guardias
fugitivos se reunieron á la columna que estaba en
la Puerta del Sol no para intentar un esl'uel'zo,
sino para retirarse todos juntos precipitadamente
ácia palacio I eu cuanto algunas fuerzas se dirigie-
sen contra ellos. Los tiros disparados anunciaron á
la guarnicion y á los habitantes de Madrid que los
guardias habían entrado hostilmente en la capital,
y cada cual corrió á su puesto no para disfrutar
la victoria, sino para aprender que los guardias
habian huido ácia palacio envueltos en el mayol'
desórden. Enmedio del entusiasmo y del ti'iunfo,
algunas voces pedian que se los atacase, y aun que
se rodease el mismo palacio en el cu.al habian en-
contrado un refugio. La faciliJad de la victoria ya
conseguida daba valor á los menos valientes: pa-
recia inevitable que los vencedores disponiendo
de toJa la artilleda, y nada teniendo que temer
de unos adversarios cuya desmorali'wcion acalla-
han «le espel'imentar, quisiesen intentar el ataque
de palacio; pero el capitan general cohranuo el
ascendiente que en tales ocasiones pertenece al va-
)01' inUexihle y calma, consiguió des pues de gran-
des e.~fucrzos que ~e pacificasen los áIJjmo~. LO$
guardias no fueron atacados. la habitacion del
rey fué respetada, su vida salvada; en vez de ro-
dear el palacio, el capitan general envió oficia




~216~
Jes para que recihiesen las 6rdencs del monarca~
se decidió 'lue los cuatro batallones de EPurdias
venidos del Pardo sometiesen las armas y se reti-
rasen á los cuarteles que se les habia consignado.


Los dos batallones que habian quedado en pala-
.-io, marcharon armados para trasladarse el uno ti
Leganés, el otro á Vicálvaro, lugares inmediatos á
Madrid; pero los guardias del Pardo dudando aca-
so de la generosidad de los vencedores tomaron el ca-
mino de Estremadul'a: destacamentos de infantería
y caballería los persiguieron llevando als"unas piezas
de artilleda; el desórden se estableció en sus filas;
se desparramaron en todas direcciones y ofrecie-
ron un tt'iunio fácil. Unos perecieron; la mayor
parte quedaron pri~ioneros y bien pocos 10graroB
salvarse.


Asi se terminaron los proyectos de los guardias.
Antes de ex.aminar las consecuencias de aquellos
enfadosos acontecimientos, no serán inútiles algunas
observaciones sobL'e la especie de plan que se ha-
Lian propuesto y sohre la manera de ejecutarle.
Los guardias no manifestaron abiertamente el deseo
de hacer una contra- revolucion sino el 7 de }·ulio·


, '
aun hasta entonces, algunos soldados pudieron
esplicarse con mas ó menos claridad; pero los ge-
fes, ni en sus discusiones con el gobierno, ni en sus
demostraciones públicas, dieron á entender cual
era el fin que se proponiaIl. Todo lo que sucedió
dá ocasion á pensar que se retiraron al Pardo con
Ja intencion de esperar las órdenes del rey para
r-onformar~e á ell~s; y esto es tanto mas probable,
6 . p~ra mejor deCIr, ~anto mas evidente, que los
elicla\es de la guardla que vinieron á Madrid pa-




p:.217 -€2
ratratar con los ministros, tuvieron con el rey
una conferencia secreta. los oficiales comisionados
que vinieron del Pardo para aquella conferencia
fueron D. Luis Mon y n. rortunato Florez; y
fácil fué conocer que su entrevista con los minis-
tros no habia sido mas que el pretesto del viage.


Los guardias esperaron durante seis dias la direc-
c;on que debía darles la corte, y es probable (Iue du-
rante aqud tiempo las conferencias fucron continua-
das en palacjo para delihel'arsohl'ecl partido que po-
aja sacarse de las tropas cId Pa 1'(1 o. J~os confidentes
del monarca no estaban de acncnlo en su modo de
ver; querian los unos que el rey se declarase absolu-
to y que anulase del todo cuanto habian hecho las
Córtesj otros prctendian modiilcar la Constitucion
ó mas bien estahlecer un gobierno representativo en
el cual la autoridad real tuviese lodo el poder, to-
do el esplendor que es necesario en las monarquías;
y una y otra opinjon dellian tener partil!al'ios, su-
puesto que transcUl'rió tanto tiempo sin queOC1Il'L'ies~
ningun resultado, y <yue de esta Sllcrte se dejó volvl'r
á los patriot.asde Marlrill del temor que habi:m conce-
bido con la retirada de Jos guardias; sc di6 tamLien
tiempo de pl'cparar algunos medios ele resistencia
contra las tentativas de lo!' sohlados suhlevados, y
ele hacer que comenzasen las Iropas á ~ccrcarse á
la capita1. ¿Quién podía ignorar que el ft'liz éxito ele
la empresa dependía de la rápida ejecucion del plan:
Qualquicra que fuese la l'csolucion que huhiesen to-
maJo los hatallones sublevados en la noche del 30
de in.nio al dia signiente, h halH'ian cjecutado sin
obstáculos, por que nadie se desconfiaba de ella. Si
en vea de salir de MadriJ en donde el'aulos mas fuer-


TmIO 1. f:)




>218-d
tes, se hubiesen apoJerado en la noche del 30 de ju--
nio del parque de artillcl'Ía y del palacio de las CÓl'-
tes, hubiesen so.'prendiuo dos ó tres cuarteles y
hecho ahrazar su partido á los soldados, hubie-
sen constituido prisioneros á los minist.ll'Os, á los
miembros del ayuntamit'uto, á las primeras auto-
rlJ.aJ.es, y tomaJ.o posicion en los barrios princi pa-
les, es lnduJ.able que ar¡uclla noche hubieran que-
(lado dueños de la capital, y todo ello podia hacer-
se sin encontrar el menor obstáculo, supuesto
que daban el servicio de la mayor parte de
los puntos, que eran mas numel'OSos que las
detnas tropas ue la guarnicion, y que tenian ade-
mas la ventaja depoder verificar una sorpresa, ya
que nO habiendo tenido nadie conocimiento de su
huida al Pardo, se hubiera tambien ignorado cual
era _ su marcha acia otro punlo, pue~ no habia cosa
mas fácil en aquel momento que apoderarse del ca-
pitan general. del gel"c político, de los geles de los
cuerpos, delayuntamiellto, de la di!lUtacioll perma-
nente ele Córtc~ y de los miniftros, porque el rey
podía convocar 1:Is aul<H'idades sin dar lllga~' á sos-
pechas. lo lllhno '111(' al consejo dc estado (Ille cele-
LnL:t !-Ip .""';'i'C.'i ell 1';t!:h'¡O. El a} untamiento es-
t;\l", \,\Sl :-.icmpre rcunido: en cuanto á la diputa-
t"Íl)ll permancnte, baste decir que los guardias cu-
hrian el servicio del palacio, para que se vea cuan
fácll era delener á los indiviJ.uos que la compo-
nian. Los ministros espedian sus órdenes en el pala-
cio del rey.


Pero los guardias sublevados ea vez de adoptar
un partido que les fuel'a conveniente, adoptaron el
insignificante recurso de salir de Madrid, lo cual




~2t9~
prueba que semejante determinacion era precipita.;;
da, desprovista de plan, y sin pro~ecto combinado
de parte de palacio. No dpbe sin emhargo omitirse,
que cuando el Capitan genel·al hahló á los guardias,
estos respondieron que ihan á I euni¡'se al rey que
habia salido igualmente de Madrid. ¿Habia óno Fer-
na:Hlo pensado en abandonar' el palacio en aquella
noche y ponerse en manos de los guardias, ó sola-
mente se habia desparramado aquel rumor en los
batallones para reducir á los soldados?


No es probable que el rey tuviese la intencion dé
a handonar aquelia noche la ca pi tal, porque en tal ca-
so no hubiera dejado (le .'la bel' el proyecto de los
gúardias, y sin duda alguna se hubiera sacado en-
tonces de su movimiento un partido mas pronto y
mas eflcáz. Por otra parte, si el rey htibierá querido
partit, nadie poclia impedírselo. Debe pues discur-
rirse que los gual'!lias salieron de Madrid de su pro-
pio movimiento, y que únicamente cuando ya es-
tuvieron en el Pardo es ruando se comenzó á ser-
viese de ellos par'a nn:t tcntativ:t de trastorno para
desmoronar el órdcn existente de cosas.


y aun cuando no huhiesen juzgado conveniente
apóderarse en los pl'imeros momentos de la capital,
como hubieran podido hacerlo sin obstáculo, los di-
rectores del movimiento, ya que se hahian puesto
á serlo, anduvieron siempre muy desacertados en
no tomar todas las medidas que podian contribuir al
logro de su empresa. A algunas leguas del Par-
do está la Direccion (le aJ'tilleda de Segovia, en
donde sin encontrar oposicion, rodian no sola-
mente proveerse de munirlones y de :Jrtillcría, si-
no desde donde tambien lc!\ era faeíl atl'aerse el




~222~
tegic1'c la operacion de sus cama rallas? ¿El momento
no Cl'a Ilcgado de haccr toJos juntos un esfuerzo
que ,orrespondicse:í la gravedad JI! la acciun en
ij ue se cm peña113n?


La csperiel\cla ha Mmostrado que los soldados de
guardias abandonados á sí mismos no vicndo :í su.
cabeza á los personagcs que quizá se les habia anun-
ciaqo~ perdieron el ánimo y se entregaron al desór-
den y á la mas completa derrota.


El ministcri() en medio de aquellos conflictos, ten-
día constanlcmente á salvar la autoridad real; pa-
ra consegllirJo no habia omitido Jlingun medio; ya
hacia tiempo que el rey no era insultado y el
momento no estaba lejos, acaso, cn que de rcsulta~
del congl'Cso de Verona tratada de hacer conor.:cr
'us illteJlciones~


:Era mas que probable, y la marcha seguida por
el rnirdsterio parecía justificarlo, fJue lejos de opo-
nerse á (IllC se aplicasen á la Conslilucjo!l las mo-
O ificariones neces·irias para dal' á la auloriJ:d rcal
la fuerZa que le fallaba, se ahl'azaría con arJor es-
te parl ido Siempre hubiera corrido mucha S:lIlg1'C,
porque los constitucionales ICilian en general el apo-
yo oe las tro.pas y eran OUCllOS {1e las plaz:ts fueí'-
tes y de las priucipales ciudades. El triunfo de los
guardias de toJas luaneras era efímero y fUtíitivo.


El rey á pesar del rc~peto con que le tratahan
los ministros; á pesar de la advel'sion que manifes-
taban contra la anarquía, y á pesar lle sus esfucr-
ll.OS y peligros, se condu jo con ellos en los sucesos
de julio eOIl la mayor reserva y co.mo ya se ha di-
cho en la noche dd seis á siele, fueron t1ctenido~
ea el mismo palacio. Imposible era (lue t1cspucs del




~ ~2;:; .;r~
51ete de julio el minisferio pudiera 6osteJler~c, y:
el gohiel'llo no podia menos de caer en manos dc
bombres que propendiesen á idéas de mas acelelado
movimiento. Los exaltados sin embal'go tardal'On
en ponerse de acuerdo, y hasta principio del mes
de agosto no pudo llevarse á cabo la organizacioll
del nuevo ministerio. Habia entre los exaltados dos
partidos apoyándose en dos sociedades secretas; su
mútua desconfianza erac:lUsa oe que apareciesen en
UIla inaccion apar<,ute: esperando cada cual apode-
)'arSe de las;rjeIHlas del goJ¡ierno. tos masoues trillu-
faron al fin, y f¡lcI'on bastante diestros para que oc
{'onsentimiento de los comuneros, el ministel"io se
comFusiese enteramente de miembros de la primera
seCClon.


Debe confesarse que el lel'(:er' ministerio fc-nia
palpables ventajas solu'c los que le hahian precedi-
do. No eran sus luc{'s menores que la del primero;
IJoseían el amor del ó .. den como el segundo, n1\W-
cian l,jen la marcha oc la revolucion, y los nliuis-
Iros eSiall;m Íntimamente unidos, y nada omi¡i,m
para CQuql1i51ar la, confianza del rey. Todos lo." ~':t­
mos de la :HlministracÍon recillicron de este miHis-
terio un impulso poaeI'o~o: su l'ruacn~ia y la fir-
IDe7.:\ de ca.rácter le dieron un ascendiente mudJO
mas grande del 'lue pouia espcr~H'sc en la época en
que se eucaq;6 d~ las ril:1itb~ (le la admillistra.cion
pública. Hizo á la 3H;:\'ffjtÜa una, f,'Ucrra constante
y mctódi(:a; proAam6 mú,~m::ls ('onstilucionalmen-
1.c monál"f¡uicas, y trató (le (lue el rey fuese rcspe-
hon.


Aqurl minl$rerio f:;~UVO en fin animado de !lit
dt'H!O {{lu.stautc de fijar la revoluciono Tenia 1l:ll'J.




~ 2~.i·.Q
conseguirlo lIlas medios (¡nc los <¡ue le habian pre-
cedido, y homhres mas el; proporcioll de Iogl'arlo
de los que despues le sueed ieron. Si llO puJo Ilegal'
al puesto que buscaba, si bajo su administraciou la
autoridad real no recobl'ó el esplendor que hahia
perdido, no solo acbc atribuirse al mismo minis-
terio, sino tamhien á la inoportuna sublevacion de
los guardias y al poco apoyo (Iue los ministros tu-
vieron en el palacio de l\!adriJ y Cn los gabinete.,
estrangeros.




CA P 11' lJLO X.


Entrada dp. los franceses pn Espafia.-Junta Proyision~I.­
Regencia.


J\licutras que el gobierHo cspai'iot aceleraba los
preparativos de su viaje, los franceses terminaban
los suyos, y el ejército que dcbia entrar en España
estaba pronto á verificarlo á la primera señal. Na-
da se habia dispuesto en la frontera pa",:a que espe-
rimentascn resistencia, y el ministel'io huia de Ma-
drid dejawlo to(10s los ramos dc la a<lmillistracion
en el mayol' dc!>órdcn. El ejército de Cataluña, ó
primer ején:i lo dc opcraciollc¡;, po¡lia estar com-
puesto en :lfJllcll:1 época de unos 24,000 hombres;
Ilcro estahan diseminados, de manera que los fi'an-
ceses apcnas encontraron unos 4,000 hombres rcu-
nidos. Parece sin embaro-o que no hubiera sido di-
ficil el reunir unos 14 áb lIi,OOO hombrcs teniendo
las principales plazas guarncciJas de tropas, y cle-
j;mtlo momentáncamente el pais á la guardia de la."
Mi liciasl\acionales.


El segundo ejército dc operacioncs, que se con~­
p~n.ia del cuarto, quinto, sexto, y octavo distrito
nnh~ar, es decir, de los reinos de Aragon, de Va-
ICJlCla , de Navarra, la parte de Castilla la Vieja,




c)C)n ~ ... _uod
de las provincias Vascongadas y de Santarder, <.le·,
bian cubrir la mayor parte de los Pirinéos; sin em-
hargo, sus fuerzas estaban bicn reducidas. Cllando
el gencral Ballesteros se l'ctiró á Valencia reunien-
do todos los cuerpos comprendidos en su mando, uo
pU(lo reunir arriba de 10,OUO hombres, aun cuan-
do no llllbicse dejado en las provincias mas que la
guarnicion de algunas plazas fuertes. Es de repa-
rar que este cuerpo hizo numerosas péruluas en su
larga rctit'ada sohre Valencia.


El terccr cuerpo dc operacioncs, á las órJclIcs
del conde de la Bisbal , se organizaha en l\1aJrid,
y se componía Cn parlc de cuerpos nuevos. Adcmas
del mando dc Castilla la l\ucva. el COllllc tenia tam-
bien á su disposicirHl el de Estrematlura, y á pesal'
de todos sus esfuerzos, su poca cullsiucracioll por
la naturaleza de los meuios y de los grandes pode-
res de que estaba revestido, no pudo reuuiL' mas.
allá. de una docena dc mil hombres.


El cuarto ejército de operaciones se compollÍa Jc
tropas que guarnecian la Galicia, las Astlu'ias, y
una parte de Castilla la Vieja, y sc reducía á dos
batallones de infantería, tres autiguos de milicias,
seis ó siete de nueva creacion • Jos reaimiculos de


, D


caballería, y uno de artillería. El ('Ollae (le Carta-
Sella era el general en gefc de :\cJllcl ejércilo.


El ejército de reserva que debia formarse en Amh-
lucía se compolliaoe los cuerpos que guanlcó;\U a(1 ,;e-
lla pt'ovincia y de las tropa& que escollabau al rey y a
las Córtese Las plazas eu gent'l'al no tcnian ni la 5'1;11'-
nicion ni las pl'ovisiolles¡lc guerra que les ('Y'au JlCn:-
sarias. Se euconl rarOn eH HU c:,t~\(10 p,:Ot" 'IUC d lllle
tu vieron despucs de la suerra de la ilUll:pcllJe\.l,u;~:




po.. 2~i ~
poi'que no ~e habia hecho ninguna e1':pecie de rrpara-
óon. Jamás el gobiernQ habló de la plaza de Sal1-
toña sin darle el epíteto de im pol'tallte, y sin em-
bargo estaba falta de víveres, de artillería, de mu-
niciones, y aun de guarniciono Si los franceses JlO
la ocuparon inmedi.atamente fué por que algunas
tropas que se retiral'On de Vizcaya se arrojaron en
Santoña, y aHí se sostuvieron por medio de algunas
provisiones reunidas á toda prisa. y de algunos
Socorros recihidos por mar. No habia aun en la pla-
za, ni su mismo goheenador, que ocupado en des-
pedirse de los hahitalltes y de los miliciauos de Ma-
deid, acudió tan tarde á S~l puesto, que con muchas
leguas lIO pudo acercarse á él. ena partc de la ar-
tille ría , de la pólvora, de las balas destinadas á las
plazas de San Sebaslian y de Pámplona se encon-
traha en la Coruña, sin (Iue el gobierno hubie;.e
tomado medida alguna para hacer que llegase á su
deslirJO.


Ta:llpoco se habian tomado disposiciones para
aumentar los mcdios de defensa, y para rcunir los
recul'SOS cuya penuria se esperimentaba en toJas
partes. Las Córtes hahian revestido á las diputacio-
nes provinciales COIl las mas ámplias facllltades, y
las hahiall autorizado {'OH desprecio de la Cons!ilu-
cion :i imponer conlribuciollCS. El gol)ierno habia
aurnenLauo estas atribm:iolles y a u I orioad; quería
que todo se hiclÍese de afuerdo con los generales en
{jefe de los ejércitos. Teníanse sin duJa prescn/es
eH la memoria los serv ¡ríos hechos desde 1808 él
1813 por las juntas dc arlllamclllos y de JelcfJs;¡,
y alm se <lió este nomhre á las oipuLaciones pro--
yillCiales. ¡Pero cuáub(.'ra la diferencia! Las juuta.s




,le tSu8 \urnpuc.s(a.~ tle hllilllJl'cS celosos de la in-
dependencia nacional, mauuaball á puchlos IICIlOS
de fuego, p1'onlos á toJa especie de sacrificios pa-
ra arrojal' á los franceses, y dispucstos á rcptA.tar
üaicion tooo 10 que Sl' opusiese á Sil entusias-
mo. l'io existía entonccs mas que una opinion,
una sola voz en las ciudadcs y en las proviueias:
: quién se huhicra atrcvillo á IlIailitcslarse COIl-
e
trario? pero las dilm!aciolles provinciales de 1823
se componian cn hcneral de hombres mo(lerados
y prudentes porque no los hahian Clllcramenlc
renovado en 18:21, Y pOl"que los dCIll:lC:)[;OS COH-
tenLos con cllviat' á las f :lírtes mllchas gen les 11('
1111 confianza, n.o hahian tr:ltado de iuUuir en ia
cleccioll oc diÍllltai.los provinciales; porclue estos,
no estando pagauo su empleo, mas biell pare-
cia una carga que Ulla ventaja. },a gran mayorí,l
de las dipulaciones provinciales estaba Ilisguslada
(le la marcha de los ncgocios: compOluJsc tle llOm-
bres ricos, y uo poJian menos (le delestal' la allar-
quía y todo lo (¡ue pudiese comprometcr el reposo
de la nacion. Las diputaciones provillci;l\es cono·-
cian la opinion púhlica, 110 por las rcc);lil1lcim,('s
de las tribunas y de los peritHlicos, :.illO pUl' lo que


, observahan en la pohlaciun: asi csque no podían ilu-
sionarse con la idea de que la nacioll (Iueria la Suel'-
ra. Los miemhros eran j IHlepcuclicntes del goLier-
110, sin suelJo , y la mayor pal'tc de ellos sin pre-
tcnsiones de nillgull género. ¡,C;'lmoel'a posihh' f[1I!'
con estas cOIHliciollcs 1I0 deseasen la paz, y la 1'011-
soliJacioll de la autoridad real lIara han'!' ("('~:!l' la
anarquía, y dcstruir la domin:lcion J(~ las r:l("('if)IJ('~;
(!lle :l111ena1.:lhan con la ruina (le todas bs propie-




~~~:-I~
.l;ules? POi' Oll'O lado, .. cómo era po~¡ble que las
diputaciones provinciales no vip5cn que las C{¡rle~
y el gohicrno, conccd iéndolcs atribucioncs quc vío-
lahan la COllsti!ucion, llcyaban por objcto dcsear-o
gar sobre ellas cl peso de la buerra y la odiosidad
(le la violcncia y dc los sacrificios quc la acompa-
ñan?


En manos de estas corporaciones era en dondc
la5 Córtes y el gobierno, tleposi LaL:w la direceion
de los Ilrgocios mas iID portantes, cCbándose á PUIl-
to de (Teel' (J ue iban á responder á sus (leseos; qUt~
iban igualmentc á inl1amarsc con lo que sc apelli-
daba patriot ismo , rcnunciando á sus opini.ones y ti.
5US intereses. l.as Córle~ y el gohicrno resueltos á
huir del peligro, buscaban igualmentc cl medio de
evitar las diticultadcs qne orrccia la situacioIl cn
fIuC lwl)ian precipitado los negocios. Contiaban la
Ji¡'cccion al primcro quc se presentaba para no an-
darse en dificulla,:1fs con la ilH'cstigacion dc lo que
habia quc haccr; ó mas bicn, porque sahian que
n:Hla habia qlloC haccr para Ilcfcnder su causa. 1.0
mismo puede dcci rse de los pOIIcres conced idos á
105 Generales, quienes de acuenlo con bs diputa-
ciones, podian haccr cuanto {Illisicscll. ¿Y CÓlllO ha-
brian podiuo entendcrse con ocbo 6 diez, ó mayor
númCl'O tIe diputados que habia cn su distrito mi-
lita1'? ¿ 'o era facíl calcular las (1ificultades {Iue


o J¡ahian de resultar dc una disposicion de esta ll:l-
turaleza? Pero aun suponiendo que no existiese
ninguna, que las di})utacioJles y los generalcs riva-
lizasen cn celo para erear ejércitos y rechazar á los
f['anceses (: cuáles eran en este caso las funcioJlrs de
las Córtes y lid gobierno? Mucho ma5 huLiera




~230~
v:tlirlo decir que 1:15 Córtcs V el 30hierno ('sfahart
dimeltos; que las pl'ovi.nc1as se gohernarían segun
quisiesen pal'a vencer la illvasion, y que dcspues
(Iel triunfo las Córles se reunirían de nuevo y los
.!Iiete mini.stros patriotas volverian á Madrid para


. recojel' los frutos de la victorla.
Tales eran las medidas que se habian tomado


p:n'a sostener las ramosas respuestas á las notas de
\a~ gran¡\es potenclas. No se consult.ó, ni á.
Jos generales que mandaban los ejércitos. ni á las
diputaciones provinciales, para lanzar á la nacian
~11 la guerra y para h:1Cel' r¡ue desapareciese loda
espel':\IlZa de tt'ansarcÍon. Pero cuando llegó 411 mo-
menlo de obrar, cuanuo las Córtes v el gobi.erno
hubieron pasado los peligros, despues de haber di-
cho clar'amente que no habia medios de resistir á
la invasion, y que los franceses poóian llegar á Ma-
drid en pocos días; despues de haher echado por
tierra á la misma C..onstitucion que sin cesar pro-
clamaban, forzando al rey á que saliese de la ca-
pital : Nosotros lmlmo.<;, dígeron á los genel'ales y á
hs diputaciones provinciales, Nosotros huimos r os
dejamos el cuidado de defender nuestra caUsa.


Los resultados debian precisamente responder á
semejantes' antecedentes y los franceses eutral'on en
España sin oposicion" J1:t segundo ejército español
se retiró sohre Valenciá casi sin disparar un tiro,
y el primc!' ejército se vi6 forzado á cr~Crt'arse eu
las plaz:ls fucrtes dcsp'les de algunas acciones, en
las cuales Miua y los generales bajo 1iUS órden('s
fueron puesto ... en derrota. De e~ta manera los fran.
('eses se hicieron dnei'ios del Cllrso ,1el Ehro con mu-
cha mas facilidad ,le lo filie hahiall Jweslunido. Blo-




~2;-; 1 ~
fIuearon las plazas fuerte!; por detrás de esta linea,
y mientras que el segundo cuerpo á las órdenes del
general Molilor ocupaba el Aragon y se ponía,en
romuniracion con el mariscal duque de Corncgha-
no que mandaba en Cataluiia , el primel' cuerpo y
la guardia real avanzaban sobre Madrid por los
('aminos de Gnadarrama y Somosierra.


Los ministros y las Córtes estaban persuadidos
de que el Conde de la Bisbal disputaria el tránsito
de las mOlllaílas , y haria los mayores esfuerzos pa-
ra que los ffancescs no penetrasen en l\'ladrid sin
esperimentar una grande resistencia, Una division
española detuvo en Somosierra en 1808 el ejército
formiuable del mismo .l\apoleon: la capital de la
España cerró Sus puertas al conquistador para no
abrirlas sino despues de 4,000 canonazos tirados por
los franceses, despues que la pobladon y la mayor
parte de las tropas la habian abandonado; yel ge-
lleral que entonces mandaba en Madrid no tenia la
reputacion de actividad que el Conde de la Bisbal
¿ Cómo aquellos que se complacen en confundir bs
dos t'>pocas de 1808 y de 1823, no se prometian
que el duque de Angulema encontraria una fuerte
resistencia antes de entrar en Madrid, no teniendo
consigo ni aun la mitad de las fuerzas que traía
Napoleon? Los gobernantes tenian ademas una con-
fianza absoluta en la decision de la Bisbal, que ha-
bia profesado públicamente pl'incipios muy revolu-
cionarios, por lo que se le habian dado grandes po-
deres, y conicrillo grandes elogios. La conducta
misma del Conde en Madrid y las provincias de su
mando, no economizando ningun medio de aumen-
tal' el ejército y de reunir 105 renu'ws, intlic<lha un




~23:!~
firme designio de hacer la guerra, y dehía igua lrnen-
fe ser tomado en con¡;ideracioll por el gran número
de enemigos que ~e habia adquirido últimamente.
No sucedió sin embargo nada de lo que se esperaba.
Pocos dias antes de la llegada de los frallce~es á Ma-
drid, el general hizo publical' un e~crito en que
decia que era indispensahle modificar laConstitucion.
Asi fueron burlados todos los cálculos hechos en Se-
villa sobre la decision, la intrrpitléz , las cualida-
des brillantes con que los pel'iodistas y el ministe-
rio allornaban al Conde de la Eishal, y úe que cree-
rian que haria uso para defender Sll causa. Este ge-
neral no tU\'O bastante tacto pal'a crearse un partí.
do en el ejército, ó acaso quiso á cada uno dejarle
en plena libertad de seguir su opinion.


El resultado es que se vi6 obligado á oculLarse
en Madrid hasta la enh'ada de los r.'anceses. Su
conducta no dejó por lo mismo de producir gran-
des efectos, porque muchos oficiales permanecieron
en l\'!adrid; y la division y la discordia se intro-
dugeron en los cuerpos, siendo grande el número
de los soldados desertores.


I,os fl'anceses entraron en Madrid el 24 (le ma-
yo, y bien puede decil'se que sin enojo de la. po-
hlacion que en cierto modo deseaba la llegada de
los estrangcl'Os para libertarse de las inquietutlc!I
de la anarquía, y pOl' flue estaha inleresada eu qu!'
la corle se instalasc de nuevo en la capilal. Pero
aunquc los fi'anceses no encontrasen ninguna resis-
rencia despucs del pasage del Bidasoa, supuesto que
aBa ligera escaramuza en Logroño y decidida en ~ll
h\'or, 110 mel'('ce este nombre, emplearon sin cm-o
1'J.rgo 47 dia:; para Ilegal' á Madrid des pues de !lU




:;?- 2;;5 ~
entJ,'ada en España. TCl'riLl~ modo. de d(,llmenl ir "
lús di putado.s de .Cól'les, que 1'a ra ltacel' aJúp!ar la
huida á Sevilla, habian JidlO que lús encmigos po-
dían . llegar á]a capital en breves dias. , .


Tiem po. es de decir algo. so.bre la con",l!lC:ta po.li I ¡-
ca o.bservada po.r lo.s franceses en EspaiJa. Este exa-
men es tanto. mas importante, cuanto lo.s re"ilJla-
QOS han sido. inmenso.s. Para haccr compremlerque
en· nada se queria atentar á la indepeodelH:ia na-
cional, y que el objeto. de la o.cupacio.n era sola-
mente el de restablecer el o.rden y po.ller al rey en
libertad, el duque de Angulema así (Iue eutl'ó CII
España creó una junta pro.visional que se puso al
frente de lo.s llego.ciús y se insta16 desde Juego. en
Oyarzun el 9 de ahril. Alguno.s político.s han pell-
s(\(lo. que fue un grautle error. en aquella épo.ca la de
cr~ar en España un, go.bierno., y no. declarar al'
duque de Angúlema lugar-teniente r,enel'al del
reino. hasta fIne Fernando. Vil rccobrase su
libertad po.r Jos aco.ntecimienlo.s que debian illdis-
pensablemente seguirse despnes de la oCllpaci!illj
imporLaba esencialmente <¡ue todas las órdelles
partiesen del mismo. centro y co.tlcuniescll por
consecuencia á IIn mismo o.bjeto, EI'a facil de prl!-
veer que el duque como genera I Í:;i 1lI0 del ejél'.
cito frances, no. tardaria en recibir motivo.s de
{luela po.r e\ ('onUido. oe :lll\ori()a(\ ('OH el lluevo
gobierno español, y que este l'onHicto Jchililaria
las operaciones. uivi<liria los (>spídtus, y podria
traer consecuencias muy trascendentales. Por otra
parte, lo.s españo.les se hall a han eslrcmadaIllell1 e des-
avenido.~, y era dificil eS(ojcl' para la juufa provi-
sio.na\ á hombres que lU\'l.¡;:;Cll l'l'cJilo ,'Il toJO!!i


'1'0&10 I~ 'lG




.. !54 ..
los partidos, y lo que es mas importante, que pu-
diesen olvidar sus resenlimienlos y sus pasiones,
para trabajar únicamente en conciliar los espíl'i-
tus en lugar de exasperarlos.


Pero aun dado caso de que hubiese justoS moti-
yos para nombrar un gobierno provisional com-
puesto de espa~oles, desde luego se reconoce que
era preciso poner el mayor cuidado en 13 eleccionde
los hombres que debian ejercer tan poderosa in-
fluenCIa en el restablecimiento del 6rden. Era im-
posible llegar á este fin esencial, el primero que se
habian propuesto los franceses al entrar en Esparta,
si los hombres designados para ponerse al frente de
los negocios, pertenecian á un partido, y no te-
niau suticiente patriotisn\~ para velar con preferen-
cia por el bien g'enera\. Sin embargo, la junta fue
compuesta de bombresdecididos sinduda por el:rey,
pero enemigos irreconcialiables de todo lo que lleva-
ba el nombl'e de constitucional; y acaso en general
muy poco instruidos en la marcha de la revolucion
de su misma pátria é incapaces de acomodarse en na-
da á las circunstancias. Obligados á retugiarsc en
los paises estrangeros de resultas de sus maniobras
contra el gobierno español, 6 para no sucumbir
bajo las injustas persecuciones de los anarquistas, no
yeian en España sino demagogos, enemigos de todOs
los hombres moderados de la nacion, y no se fia-
ban sinO de aquellos que habiall sido perseguidos, que
tenia n injurias que vengar. Los mismos individuos
de la junta provisional no e .. taban exentos de estas
pasiones, tan lunestas cuando loa que gobiernan
dan el ejemplo.


Los {rancelel penAron «¡ue para lograt ,,, oh-




Do~;):J~
jeto en la península, tenian necesidad del a.poyo de)
partido conocido bajo el nombre de servil. Si come-
tieron este error, es sin duda porque sus agentes en
España los,intrnyeron muy mal del esta.lo ele los ne-
gocios , ó porque no yeían absolutamente sino con
los ojos de los refugiados en Francia, Facil era sin
embargo reconocer que los que ganeaban de los ser-
viles formaban un partido estremo, no menos que lóS
anarquistas, y que contra ellos se encontraba la ma-
sa de la nacion, la parte mas ilust.rada, y todos 108
que deseaban un men de cosas estable y sólido. ]\.0
parecia posible ignorar que si la revolucion no ha-
bia negado á los mismos furores que la de }'rallcia,
no eran los absolutistas sino los moderados los que
lo habian estorbado. Los hechos estaban recientes.
y DO era posible ponerlos en duda un solo instante.
No era, por ejemplo, el general Eguia quien eger-
ciendo en Madrid la autoridad militar y política ha-
bia hecho frente á la anarquía, y en cien ocasio-
Jles salvado la monarquía, y acaso la vida del mo-
narca. No eran ni Grimarest ni Aimerich los que
en Galicia y en Aragon á precio de los mayme.
sacrificios, y esponiendo cvidentemcnte su vicIa,
derribaron los planes de Riego y de Milla. No fue·
ron ni el marques de Matatlorida, ni el ohispo de
Osma, ni el consejero Calderon, que ocuparon el
ministerio en marzo de 1821 hasta julio de 1822,
los que se opusieron á la anarquía; trabajaron sin
treguas en consolidar la autoridad real, Y se opusie-
ron á sancionar el fa.mosodelTefo sohl'e los cJerechos
de ~eñorio que sublevaba á los 3rt'l'luJat:lrios de los
propietarios, y precipitaba la revolucion tom.nel ..
las clasea inferiores parle en ella. LQI esfuerzos de


i




-.25(1 ~
lo~ hom hres de bien, eran públicos y notorios· y ~10
podia p:)Ilersc en ouu:\ que á ellos solos se dehi!l
que el tCfrm' no hubiese ,lominado en España des~
d~ \~s pl'imeros (Has de la l'evo\ucion y que no se
hubiese insta\allo á. estl.\o' del que alcnó á la fran-
cia. Es evidente que los que gl'itahan viva el rey
ahsOluto, y quedan soslene,' este grito ron las ar-
mas en la mano, no' contribuían sino á aumentar
la confusion , á apUl'al' los rccUl'soS, á hacer odio-
sa la causa que delcltdian, á da,' armas á los anar-
quistas pa,'a ejercel~ los {"ll'ores, y amefWZJr cn fin
la persona misma del rey; j con cuánfos ejemplos
podiamos apoya,' la prueba de lo que aqui estable-
cemos! }lero son bechos demasiado notorios pal'a
perder el tiempo en aCUffill br los raciocl \\io~, y no
debemos olvidal' ({ue no estamos cscri!Jlcndo la hi.~­
toria de larcC'oludon de España, sino sobmenle
las notas que han de servil' para 'esta historia.


No debia espe,'arse (!U(l los frauceses contasen sola-
mente con el apoyo del j1al'Iido servil sino se les
hubiesen adulterado los hcdJOs, Y si no hubiesen
celTado voluntariamente los ojos sob,'e 11a marcha
de la· i'evolucioll, El llÚmel'O de españoles (!ue nO
estahan fatigados ron el ah~IIIJollo de los negocios,
('OH la anarquía, COIl los horrores en que de IIn
momento á otro podian verse envueltos, Cl':l. bien
poco considerable, y toJos sahian que sin in'ter-
vendan esfraJlgera 110 era posible eslahlecer un
gobiel'110 estable CIl España, . como no fuese á precio


· de sacrificios inmensos y arNyos de sangre, Asi
· los fl'allceses no podian aseglll'arse mc¡ol~ del a rec '
,to de los españoles, que habiendo,. cuma d('hi;¡¡I.
· cOJ're-"pondido á las ésperanzas (lile' bideroI1 {'uj¡cia'\,




~2;)7 oG
SUS promesas; es decir habiendo ~eguido una polí-
tica sevel'a y saita y hajo todos aspectos e, ilado
entregarse -en manos de un puLi(lo.El volo de
'todos 105 españoles ilustrados tendía al estableci-
-mieritoue un gohierno moderado y al deseo de que
se alejasen todos los estremos. Por muy alto que
'105 absolutistas apoyados en los estrangcros, hayan
'elevado su grito!! tIe furor y de intolerancia para
impedir que se oiga el lenguaje de la razou y .le
1a conveniencia pública; por inmediatos que hayan
estado á lograr su objeto, no es menos evidente
que el olvido de lo pasado, la moderarioll , el go-
hierno representativo tenian en EspaiJa un gran
nÚm\!l'O de partidarios.


1,a grandeza de España dirigi.6 una representa-
Cion en 27 de mayo al (luque de ' Angulema fir-
m;¡da pOI' treinta y seis de sus miembros. (1)


Ocurl'ió con ella loque con otros muchos actos, doc-
tri nas y proposiciones que se lanzan en la arena cuan-
ao diversos partidos agitan los estados: es decit', que
disgustan á todo el mundo sin que satisfagan á na-
die. La representacioD, r,.lC ideada y redactada por
personas que no perteneeian á la grandeza, pero
que pensaban que era útil mover el principio al'is-
tacrático, tan aborl'ecido de los dem~!gog()S como
maltratado por los ahsolutístas. la repre~ell!acioll
dehia ser precedida ó seguida de la oferta de un
('uerpo de ocho mil hom}Jl'es levantados á costa de
la g"audeza: m:indados por granrles y destinados á


-----------,----------------


, (t) SI' inserl,;¡rá Il~lc tIOCUIlIt:!110 llot.iJle en la AliscclaJU:a
Hiltórica.




.. 258.-
tomar parte en las fatigas y en )a gloria del ejérd-:
to francés; lo que daba un aspecto muy nacional'
la espedicion que marchaba sobre Cádiz. Mezquina.
dificultades se opu~ieron á la realizacionde este pen-
samiento que hubiera pod~do evitar ó mitigar malea
por lo menos, pero en fin los grandes de España le
apresuraron á firmarla. Apenas se tuvo noticia de
ella en Cádiz que los liberales la analematizaron y
con voz unánime, mientras que los consegeros del
rey la pintaban como un ultraje hecho á la Mages-
tad soberana, y pedian esplicaciones sobre su espí-
ritu. j Tal ceguedad es la de los partidos cuaudo
tienen la desgracia de caer en los estrewos !


Debe observarse que la grandaa de E$paña pe-
dia que se pusiese en hU á los españoles en un .es-
tado de honrosa y saludable armonía con las nacio-
D'~S civilizadas de la Europa; tan distanle de las in-
trigas deJo-arbilrariQ, siempre precursor de desas-
tres c,:omo de la inquieta y destructiva anarquía.
No era esto ciertamente desear que las cosas vol-
viesen al estado en que se eneontraban en princi-
pios de 1820, ni menos en 1808. Este hecho ma-
nifiesta c1al'amente que despues de lantas vicisitu-
des ya era l¡cm po de fijarse en cierto orden de co-
sas; y para probar de un modo irrecusable que es-
te orden de cosas no era ni la antigua monarquía
española, ni el l'einado de Carlos IV, ni el de Fer-
nando VII , se desenvolvía la idea de que dcbía de
estar en armonía con el ,le las naciones civilizarlas
de Europa. ¿ Qué señal mas clara podia darse de
que se deseaba algo parecido á la cart.a francesa, ó
á la couslilucioll illgll'sa? 11 Heunhl, decía la gran-
deza al Duque de Angulema, reunid la libertad de




.239«1
un rey de yuestra sangre , las esperan2as de una
nacion amiga de la Francia. )' ¿ Conque Jos espa-
i'loles tenian: otras esperanzas ademb de las de la li-
bertad del tty? ¿ Y cuáles podían ser estas sino
era la reforma del antiguo gobierno?


Preciso es obsetvar que la grandeza de España,
para manifestár su opinion, se dirigi!) á el duque
de Angulema como aquel que podíá condescender
con sus votos, porque .se le suponía autorizado pa-
ra hacetl0 todo. Es tambien muy digno de atendon
que la representadon de la grandeza es del 27 de
mayo, y que la regencia, que como vamos' verlo,
.se substituyó á la junta provisioJ1al , se habia ins-
talado el dia antes. Sin embargo, la grandeza no se
dirigió al gobierno establecido por el consejero de
Estado Martignac, ¡¡ero sí al príncipe generalísimo.
en el que reconocía la autoridad de diri~ir los ne-
gocios. ¿ Pot qué fatalidad los Votos de la grandeza,
, loS' cuales ell esta parte se unian los de la sana
parte de la nacion, fueron rechazados?


El espíritu que dominaba en la junta provisi~
nal y en algunos de los generales y empleados que
.. enian' con los' franceses, se propagó rápidamente
e'ntre aquellos que tenian injurias que vengar, eS
cple deseában' adulu al nuevo gobierno para ser
empleados. La multitud por consecuencia de la per-
ra de la independencia, de la apatia de los seis años
que habian sucedido y del ttastorno de la revolu-
cion, se encontró en' un estado de insubordinado"
que semejaba mucho á la anarquía. Necesatio era
afnetla poco á poco al respeto debido á las reyes
J llú autoridades. Pero lejos de tomar este par-
tido, le cerraron 101 ojo., lo. desórdene. j y estol




.. 240.
('leron aproh:Hlo~.y.:\Illl cscitados 1'01', lo!! mi,~~s
que dchian reprimido~.


A los nombres de llbprares y de serviles, conlo~
wa les se habian distiu\4uido los partidos, se susti~
luyeron inmediat.amente los de negros y blancos •.
I .. a~ canciones calientes, hasta el famoso trág,ala,
l'csona,ron en todas llart.es coula ayuda de algunos
c",=.b~()s. o.c \,a,\a,bTas. , \w.\"o conse~va.n.o.o su eS\líritu..
de insulto, de venganza, y sohre la misma música
usada pOI' los mayores promoveedores de la anar-
quía. A los gritos de mueran loS serviles ~ sucedie-
ron las vociferaciones de mueran los nef:ros. En
fin,'la muchedumhre dest'Jlfrenada, corria á imitar
ya,un á sohl'epu ¡al' todos estos desórdenes de que
h~hia sido testigo de;;pues. de l.os tres t).ltimos años,
Se vieron mezclados COll ,los nuevos patdotas rea~
li~las, y pidiendo el suplicio de los constituciona-;
l~s ,enloll:;lndo cantos de muerle, á muchos de los
mismos individuos que mnypoco antes se distin-
guian en las calles púhl icas y eu las asonadas entre
los anarquistas revolucionarios. Entonces fue cua~":'
do se clasificó de delito la mas ligera aprobaeion á
los actos del gobierno constitucional. Entonces fue
~uando pasó por un crímen haber ejercido un em~
pleo público, un cargo muuicipal, ó haber sido vo-;-
1untario nacional. tas prisiones se llcnaronde hom-
hres á quipues no se podia imputar haber tomado
parte en la revolacion , ni haber cometido.el me-;-
nor delito, ni haber profesado opiniones exagera-
da~; pero habian dado alguna señal de ser parf i;-
darips (le} gohierno constitucional, y esfe e1'3 un
crimen imperdouahlc. J,:\ junta lll'ovisiollal haLi.1l
ordenado á tOllos los VOll;!.I1.t~rios uat;iollalcs, que h~~




D 24·1-s
bian ahandonaJo su 1I0gar, que volviesen á él eu
d espacio de 15 dias hajo pena de ser multado~.
Pero se mallrató á los <]nese sOlllclirroll al decreto,
se les condujo á pri~i9)les, y fuc\'on insultados de
todas mauer:lS lo mismo que sus familias. lJos nuc-
vos agitadores no solamente con~ervaball los mismos
cánticos, los mismos aires, las mismas es presiones
que sus prede('esore~ los anarquistas de la revol ucion,
sino que insultaban y per~eguian á las mismas per-
sonas. Los moJerados en general el'an objeto de la
execracion de los UllOS y de los otros.


Tal era el aspecto tle las ciudades ~uc habian
l'econocido la junta provisional: tal era el insulto
seguido por el desórdcn hajo de aquel gobierno, pa-
ra amortiguar las pasiones, para hacer respetar las
leyes; sus agentes toleraban y dirigian las conmo-
ciones, y nadie podrá decir que ínterin su duracion
de un ·mes y medio, la junta haya vertido mas bene-
ficios sobre el pueblo queJus minist ros que al mismo
tiempo reinaban en Sevina. Unos y otros, á decir
verdad, daban empuge á la anarquía: unos y otros
tienen que dal' tremcnda cuenta á la historia de los
males en que prccipilal'oll á la nacíon; porqlfe ha-
blemos con claridad y con noble fl'anquc7a, ni el nom-
bre de realistas con que se cubrian los primel'O.i será
respetado por la posteridad, ni I.ampro el de cons-
titucionales con que ~e enma!caraban los segundos.


En cuanto los Franceses entraron en Madrid se
trató .le hacer cesal' las {uuciones de la junta pro-
vi.si,mal, sea porque el titulo de provisional no pa-
recia wt1veniente, sea 1101'que hubiese inspirado
algun dC!lcontcnto la cO\lllucta política de los indi-
viduos que la componían. Se convino en estaLle-




~242~
rf'r una regencia, y como no se podia conocer la
eleccion del Rey y (Iue no era posible acudir á las
provincias para que concurriesen al Ilombramien-
to, sin es ponerse á prolongar dolorosamente 1011 ma-
les q'lc al1igian al Rey y á la nacion, se convocó a
'los consejos supremos de Castilla 'f de las Indias pa-
ra que ellos mismosllombraseu los individuos que
-debian componerla. Los consejos respondieron que
no se creían autorizados por las leyes del reino á
nombrar la regencia, y se contenlal'Ofl con presen-
tal' la 11sta de los individuos fjUC creian los mas
itlóneos para las funciones de regentes. El Duque
de Angulema se conformó con la proposicion de los
consejos y el26 de mayo se instaló la regencia com-
puesta del Duque dellnfimtado como presidente,
del Duque de Montemar, del Baron de El'oles te4
nÍente general, del obispo de Osma, y de D. Anto-
nio Gomez Calderoll, consejero de Indias. Claro es
que al convocar los consejos para que nombl'asen la
regencia, se quiso dar á entencIer que los estrallge-
roS no intel'venÍan en la cIen'ioll; pero además que
la resislencia de los consejos desconcert6 este pro·-
vecto~ supuesto que el tllHIlle de Angulema dehió ha-
·"r ~·1 !lom bl':J mien to, hubiera sido mucho mas impor-
tante enlug3rdeaquellas apariencias, haber hecho
de modo que los regen tes fuesen hombres dotados de
luces, de prudencia, y de moderadon en la práctka
tle los negocios. Nadie s-e informaba de si era de los
consejos de Castilla ó de ludias, de donde el Duque
de AngllleIll:l habia sacado aquellos regentes; pero
todo el munllo examinaba cuales habian sido la con-
duela y las opiniones de estos individuos, para C'¡Il-
geturar lo que:.5e podía esperar de ellos en lo succsl ro.




NOTA PASADA. POR EL G:\ntNETE FRANCES AL GOllIE~­
~O MPANOL EN 25 DE DlClEMBR~ DE 18'22.


Señor Conde (Je Lagar(Je.
Pudiendo variar vuestra situacion polít ica, á con-


secuencia de las resoluciones tomadas en Verolla,
es pI'opio de la lealta<l fl'ancesa, encargaros C"fue
hagais saber al gobierno de S. M, Católica, 1:Is dis-
posiciones del gobiemo de S. M. Cl'islianÍsima.


Desde la revolucion :l(,:lccida en Espalia desde el
mes de abril de 18'2U, 1:1 Fl'ancia ápes3l' de lo pe-
ligrosa que era pal'a ella esta revolucion, ha pueslo
el mayor esmero eu cstrcchar los lazos que unen
á los dos reyes y cn manlCllel' las relaciones que
existen entre los dos pueblos,


Pero la inlluenci.a bajo la cual se habian efedua-
do las mudanzas acaecidas en la monarqula espa-
ñola, se ha hecho mas poderosa pOI' los mi"mos re-
sultados de cstas mudanzas, como hubiera sido 1il-
ól pl'cveél'.


Una insurreccion militar sujclú al R"y FCl'naJl-
doá una COlIsliltu,i(1ll 'luc no It;thia rcculloritlo 1Il
aceptado al \'olnl' á subil' al trOIlO.




,


~.24-1'-d
La consecuencia natural de este hecho ha sido


que cada espailol descontenlo, se ha creido autori-
zado para buscal' por el mismo medio, el estableci-
miento de un órden de cosas mas análogo á sus opi-
niones y prillci pios.


El uso de la fuerza. ha creaJo el del'echo Je la
fuel·za.


De aqui los movimientos de la Guardia en Madrid
y la ap~ll'icion ele cuerpos annados en diversos puri-
tos de España. Las provincias limítroles de la Fran-
cia hall sido principalmente el lealro de h guerra
civil. A consecuencia. de cst\~ e:;tado de turh:lcion en
la península, se ha vislo la Fl'anc¡a en la Jlcce:;idad
de adoptar las precauciones convenientes, y los suce-
sos que han ocurriJo dcspues del estahlecimiento de
un ejército de observacion en la. fmulera de Jos
pirinéos, han justiíicado la prcvision del gobierno
deS. M.


Enlt'e lanto el congreso indic::ulo ya desde el año
anterior para resolver lo conveniente sobre los
negocios de Italia, se t'eunió en Verona.


La Francia parte integrante de este congreso, ba
debido esplicarse acerca de los armamentos á que se
habia visto precisada :í recurrir y sobre el uso
eventual que porlria hacer de ellos. Las precaucio-
nes de la Francia han parecido justas á los aliados,
y las potencias cOlltinenfales han tomado la reso-
lucion de ullit'se á ella, para ayudada (si alguna
vez fuere necesal'Ío) á soslener su dignidad y su
reposo. La Francia se huhiera contentado COIl una
resolucion tan henévola y tan honrosa al mismo
tiempo para ella; pero la Austria, la Prusia y la
Husia, hall juzgaJo nccc~al'io añadir al acla parli-




~24t)~
'Cular de la alianza, una manifestacion de sus sen-
timientos. Estas tres potencias han dirigido al elec-
to notas diplomátiels á sus respectivos ministros
~n Madrid; estos las comunicarán al gobierno es-
pañol, y observarán en su conduela ulterior las
órdenes que hayan recibido de sus Córtes.


En cuanto á vos, señor Conde, 31 comunicar
estas espiicaciones al gabinete de 1\1al1rid, le direis
que el gobierno del rcy está íntimamente unido
roIl sus aliados, en la firme voluntad de rechazar
por todos Jos medios los p,'incipios y los movimien-
tos rc\'oJucionarios ; que se une igualmente á los
aliados, en los votos que estos forman para que la
noble nadon cSIJañola encuentre asimismo un re-
medio á sus males, que son de naturaleza propia
para inquietar á los gol)iernos de Europa, y para
prerlsarles á tomar precauciones, siempre repug-
nantes.


Teud!'cis SObl'C todo cuida<lo en manif~star , qne
los puehlosdc la pcnínsula rcstituidos á la tranqui-
lidad, hallarán en sus vecinos, amigos leales y sÍn-
ceros. En consecuencia dareis al gobierno de Madrid
la seguridad dc que se le ofi'ccerán siempre cuantos
socorros (le todas clascs puella disponer la Francia
en favor de la España, para asegUl'ar la felicidad,
y aumentar su prosperidad, pero le declararcis al
mismo tiempo que la J'raucia no suspenderá nin-
guna oc las medidas de precaucion que ha adopta.
do, mientras que la Espaiía continúe siendo destm-
zad a por las facciones.


El gohicrllo oe S. 1\1. no tifntrará en mandaros
sa1ir de Madrid, y en lnU(';J1' f.IlS saralltías, en t1ís-
posici0iiCS mas c1ic3Cl'. , 5i lontillúau compromcli-




.. 24,()~
dos !lUA int.ereses csendalt's, y si pierde la esperan ...
za de una mejora f¡Ue espera con salisfaccion de Jos
sentimientos que por tanto tiempo han unido á los
espaiioles y franceses, en el amor de sus reyes, y de
UJla libertad juiciosa.


Tales son, seiior Conde, las instrucciones que el
Rey me ha mandado enviaros en el momento e11
qu~ se van á enlregal' al gabinete de Madrid las
notas de los de Viena, Berlin y Petershurgo, Es-
tas instrucciones os serv irán para dalo á conocer las
disposiciones y la .letcrtllinaciou del gobieruo fran-
eés, en esta grave ocul'ren:·ia.


Estais autorizado pal'a comunicar este dcspllcho
y entregar una copia de él, ~i se os ridicrc.




•••••• +++ •••••••••••••••••••••••


COJ'{TE5TACIO'l DADA A ESTA NOTA POli EL GOJlIERNO


E5P\ÑOL, CO!'l FEf.HA 9 DE E:'iERO DE 1823.


Al ministro plempotenciario de S. M. en París
dlgo con esta {echa, de real órdtm lo que sigue:


El gobierno de S. M. Católica acaba de recibir
comunicacion de una nota pasada por el de S. 1\1.
Cristianísima á su ministro plenipotenciario en
esta corte, de (;uyo ,locumento se dirige á V. E.
copia oficial.para su debida inteligencia.


Pocas ohservaciones tendrá que hacer el gohier-
no de S. I\I. Católica á dicha nota; mas para que
V. E. no se vea tal vez embarazado acerca de la
conducta que dehe observar en dichas circunstan-
cias, es de su deber manifestarle francamente sus
sentimientos y sus resoluciones. '


No ignoró el gobierno nnnca , que instituciones
adoptadas libre.y cspontáncamente por la España
causarian recelos á muchos de los gabinetes de Eu-
l'opa, y serian objeto de las deliberaciones del Con-
greso de Verona ; mas, seguros de sus principios, y
apoyados en la resoJueion de defender á toda Co.o;ta
su sisleroa político actual y la independencia nacio~
nal, aguardó tranquilo el resultado de aquellas con-
fereuci;ls,


La España cslá regida poI' ulla Consl ilueion pro ..




~2J8~
mulgada, acceplada, y jUl':H]a en el a~o de t 812, Y
reconocida por las po(encia~ que se reunieron en el
Congreso de Verona. Consejeros pérfidos hicieJ'oll
que S. M. Católica el rey D. I<'emando VII no hu ....
hiese lurado, á su vuelta á España, este código fun-
damental que toda la nacion queria, y que fue des-
truido por la fuerza, sin reclamacion alguna de las
potencias que le habian reconocido: ffi:lS la esperien-
da de seis años, y la voluntad general de la nadon
le movieron á identificarse con los deseos de los es-
pañoles.


No fue, no, una insul'reccion militar la que
promovió este nuevo órJen de cosas, á principios
.Je 1820.


1. .. 05 valientes que se pronunciaron en la bla de
l.eon, 'j sucesivamente en. las demas proyincias, no
fueron mas que el órgano ele la opinion y de los
votos generales.


Era natural que este ól'elen de cosas produjese
descontentos: es una consecuencia inevitable de to-
da reforma, que supone correccion de abU5os. Hay
siempre en toda nacion, en todo estado, individuos
que no pueden avenirse nunca al imperio de la
razon y de la justicia.


El ejército de observacion que el gobierno fran-
cés mantiene en el pirinéo, no puede calmar los
<lesórdenes que afligen á la Españ:\. J~a esperien-
cía ha demostrado al conh'ario, que con la existen-
cia dclllamado cordon sanitário , que tomó aespues
el nombre ele ejército de observacion, se alimen-
táron las locas esperanzas de los fanáticos ilusos,
que lcvantáron en varias proviucias el grito de la
rebelion, dando asi origen á que se lisongeasen con




~2Mlof!'f
la idea de una próxima invasion de nut!\tro tertti-
torio.


Como los principios, las miras ó los temores que
hayan influido en la conducta de los gabinetes que
se reunieron en el Congreso de Verona, no pueden
servir de regla para el español, prescinde este por
ahora de contestar á lo que, en las instrucciones
del Conde de Lagarde, dice relacion con aquella.
conferencias.


Los djas de calma y tranquilidad que el gobier-
hO de S. M. Cristianísima desea para la naciollf
no son menos deseados, apetecidos y suspiradoa
por ella y su gobierno. Penetrados ambos de que
el remedio de sus males es obra del tiempo y la
constancia, se esfuerzan cuanto deben en hacer sus
efectos tan útiles como saludables.


El gobierno español aprecia en lo justo las ofer-
tas que el de S. M. Cristianísima le hace de cuanto
pueda contribu¡'l' á su felicidad; mas, está persua-
dido, que los medios y precauciones que pone en
egecucion, no pueden producir sino contrarios re-
sultados.


Los socorros que por ahora debiera dar el go-
bierno francés, son puramente negativos. Disolu~
cion de su ejércit.oj refrenamiento de los facciosos,
enemigos de Espaila, y refugiados en Francia; ani-
mallversion marcada y decidida contra los que se
complacen en denigrar del modo mas atroz al go-
hierno de S. M. Católica, las instituciones y Córtes
de España; hé aqui lo que exige el derecho de
gentes respetado por las naciones cu 1 taso


Decir la Francia que quiere el biene1!tar de Es-
paña, y tener siempre encendido~ loa tizonea .e


1'0110 lo i 7




_!¡)o.-
discordia que alimentan los principales males q~
la atligen, es cael' en un abismo de contradicciones.


Por lo dcmas I cualesquiera que sean las deter-
minaciones que el gobierno de S. M. CristianÍsi-
ma crea oportuno tomar en estas circunstancias, el
de S. M. Católica continuará tranquilo por la sen-
da que le marcan el deber, \a justicia de su causa,
el constante carácter, y adhesion firme á los prin-
cipios constitucionales, que caracterizan á la nacion
á cuyo frente se halla; y sin entral' por ahora en
el análisis de las espresioncs hipotéticas y anfiboló-
gioas de hs illt.rucciones pasadas al Coude I.agar-
de, concluye diciendo, que el reposo, la prospe-
ridad, y cuanto aumeute los elementos del bienes-
tar de la nacion, á nadie interesa mas que á ella.


Adhesion constante á la Constituc1on de 1812,
paz con las naciones, y no reconocer derecho de in-
tervencioll por parte !le ninguna; hé aqui su divisa
y la resh de su conducta, tanto presente como ve-
nidera.


Está V. E. autorizado para leer esta nota al mi-
nistro de n~30(:ios cstrangel'os, y para dejarle copia
si la pi,le. La pl'udencia y tino de V. E. le sugeri-
rán la cun¡lucla firme y dígna de la España, que
deba observar en estas circunstancias.


Lo que tengo la honra de comunicar á V. E. de
ól'den de S. M. ;y con este motivo le renuevo las
seguridades de mi distinguida consideracion, rogan-
do á Dios guarde Sil vida muchos añO!.




ti 5


El jueves 29 de mayo le presentó ri S. A. R. fl
Serenísimo Señor Duque de Anyulf'ma, una di-
p~4tacion de la Grandeza de España, cumpueRta
de los Excelentísimos señores Duque de S. Fer-
tlando, Conde de la Puebla del1Jfaestt"e, y Du-
ques de Yillahel'musa y de M edill({Cf'U ~ en re-
presentacion de toda la clase; y el primero di-
"iyió á S. A. R. el dí$curso siguiente:


SEl\ElIlíSI~O SE~qR. La grande2;a de España, como
la primera clase del Estado, y la mas interesada en
el hien de su Rey y de su Pátria, quiere ser la pri-
mera á presentar á V. A. R. los sentimientos de
su gratitud para con S. M. Cristianísima, que sir":"
viéndose enviar á V. A. R. al frente de sus valien-
tes tropas, viene á ser el libertador de nuestro ama-
do Rey, y el pacificador del pueblo español. Al cum-
plir nosotros el honroso encargo que la dale ha
cometido á nuestro cuidado de poner en manos de
V, A. R. la maJÜfestacion de nuestros sentimientos
y de nuestros votos, le rogamos, Serenísimo Señor,
tenga á bien elevarlos al conocimiento de S. M.
Cristianísima. La paz y la justicia vienen con V. A. R.:
la paz y la justicia sean para siempre su digna re-
compensa.




.. 2f)! ..
l' S. A. lt manifestó el agrado con que la t'eci-


bia, ?I sus deseos por la libertad di nu,stro
fmgusto Soberano.


EnOSICIO:f DE ~UE SE H~CE M1!JlCION ARRIBA.


SERElCÍSIMO S~ÑOR. Los abajo firmados creería-
mos no ser merecedores del nombre y de los títulos
que nos trasmitieroll nuestros padres, si un solo
momento retardásemos la respetuosa expresion d.
nuestra gratitud á V. A. R., Y la franca manifes-
tacion de nuestros puros é invariables sentimientos
para con nuestro Rey y nuestra pátria.


La Grandeza de España se honra sobre todo con
el deber de distinguirse por los sacrificios que de-
manden la salud y la dignidad de sus Soberanos le-
gítiul0S, 6 la prosperidad y la gloria del leal pue-
blo á quien liene justamente unidos sus destinos é
intereses.


:1\1as por una singular combinacion de circuns-
tancias, despues de haber dado esta Clase la servi-
dumbre pl'etijada para el fatal viaje á la familia au-
gusta de sus Reyes, la presencia en Sevilla, ó en
los pueblos del tránsito, de cualquier otro de los
Grandes, debia considerarse como estéril para el ser-
vicio de S. M. y del Estado. Debia servir tal vez pa-
ra dar armas á los enemigos del bien t Ó para debi-
litar las de su ataque.


Aquí, excelente Pl'Ínci pe. en la capital de la
Monarquía española, donde como en su centro se
han ostentado en todas épocas la acendrada leal-
tad de 101 eapaiioles ácia 311 monarca, y ill profundCJ




.. 255.
respeto á la~ antiguas leyes y costumbres; a«{mÍ to.
donde encontrábamos el puesto de utilidad para ob-
jetos tan sagrados, y de honor para nowtt'os.


Ahora la oportunidad de desahogar nuestros pe-
chos oprimido~, y de reunir nuestros deseos,
nuestras fuerzas para lograr la swpirada rcstaura-
cion, era el ~lia venturoso, en que un hijo por el
amor y heredero por la sangre del poderow y cris-
tianísimo Rey de Francia, ha aparecido en esta ca-
pital misma, rodeado de tantos miles de valiente."
anunciando el grandioso designio de PONER El'{ LI-
BERTAD A NUESTJlO REY, Y DE HACER QUE R~INR DE
NUEVO ENTRE NOSOTROS EL ÓRDEN , LA PAZ Y LA .JUS-
TlCIA.


De V. A. R. son estas 'Preciosas palabras; el ju-
ramento de que van acompaña(\as es el augusto
nombre de Borhon, tan caro á los franceses y espa--
ñoles.


Nosotros, esclarecido Prínci pe, ponemos al cie-
lo por testigo, é invocamos r.on noble y denodado
esfuerzo la memoria de la fidelidad y del patriut ¡s-
mo de nuestros progenitores; y aun nuestra conduc -
ta·misma durante el olro cautiverio, en crédito de
la uniformidad y (le la energía de nuestros votos,
porque tan gl'andes bienes se restituyan y se asegu-
ren para fiempre á esta grande Nacion , tan maltra-
tada en este triste y último período, cerno benemé-
rita de ellos.


Acabad, Señor, pronta y felizmente el desempe-
tia de vuestro noble encargo: juntad la libertad d.
un Hey de vuestra sangre á la~ justas e~peranza. de
una Nacion amiga de la Francia: Que de loa eafuer-
lOS reunidos de estQl dOl pueblos ceJlerOiOJ reJulte




~2:)1,e
In bien comulI. y un nuevo' y duradem lazo de ami~.
tad y de alianza: Que ahuyentadas las mezquinas
y funestas pasiones para hacer lugar á la benéfica
concordia; formada una sola familia con un solo es-
píritu en derredor del régio trono; puestos en fin
Jos españoles en honrosa y sábia armonía con lat'
Náciones cultas de la Europa; tan lejos oe las in-
trigas de la arhitrariedad, precursora siempre oe
desastres, como de la inquieta y destructora anar-
quía; podamos un dia mas Jichoso y puedan nues-
tros hijos decir con inefable y permanente júbiJo:


« El Rey FERNANDO VII DE l~onnoN, cautivo en el
»Alcazar de sus mayores, á pesar de sus fieles súb-
»ditos, y la magnánima Nadon Espauola, sojuzga-
»dapor la ominosa faedon de un C01'to número,1'e-
»cobraron. su libertad y sus fueros, y vjeron rena-
»cer el suave y útil yugo de una rl'ligion santa, la
»moral pública, y el saludable imperio de las le-
»yes con el auxilio de la Francia, y bajo la J i-
j) reccion de su augusto Príncipe el duque de Angu-
» lema .


• Nosotros mismos, 6 los que nos dieron el sér,
»fuel'on testigos y quisieron ser cooperadores de esta
»gloriosa empresa, hahiendo ofrecido cordialmente
»para su logl'O sus Lienes y sus vidas. »


Nuestro Sellor guarde la importante vida de
V. A. R. m'.lchosai'ios. Madrid 27 de mayode 1823.
=Serenísimo sei'ior=A IJ. P. de V. A. H..=L. El
Duque de San Fernando y de Quiroga.=M. El Du-
que de Castroterl'eiío.=M. El Conde de la Puebla
oel Maestre.=EI Conde Jel Montijo.=EI l\Iarqués
~e Camarasa.=l\Iarqué., ele San 1\1artin.~J. El
Marqués de Villafranca.=El Marqués de Fuentccl




~~a!)-d
Sol, vizconde de Gaud.=-M. El Duque de Villaber-
mosa.=M. El Marqués de Malferit.=R. El Duque
de Berwick y Alba.-D. El Duque de.Sedavi.~El
Marqués de Albayda y de .san José.=El Mal'qués de
Cerralbo.=F. El Conde de Cerbellon.=F. El Con-
de de Puñonrostro.=Por el Marqués de Villanue-
va de Duero, y por el Conde de Colomera, L. El
Duque de san Fernando y de Quiroga.=E. El Al ...
mirante Marqués de Ariza y Estepa,=EI Duque del
Infantado.=M. El Mal'qnés de Eélgida.=La Con-
desa de Cifuentes.=La Duquesa de Montellano y
del Arco, viuda de Fernan-Nuñez.==-Como tulora
de su hijo el Marqués de Mos, la Marquesa viuda
de Mos.=La Condesa de MOI'a, Marquesa de Val-
decarzana.=P. La Condesa-Duquesa de Benavente.
=El Marqués de Valpal'aiso.=El Marqués de
Miraflores.c-El Duque de Tamames.=Por el Conde
de Miranda, M. El Duque de l\1edinaceli y de San-
tisteban.=M. El Duque de Montemar, Conde (le
Garciez.=A. El Conde de Fucntes.=M. El COfH1e
de Cal\lrillo y Orgaz.=EI Marqués de la Romau~.
=El Conde de H('Villagigcdo.=M. El Duque ,le
Medinllceli 'Y Santistehon.




CONTEs'rACION


D]!; S. A. R. EN CARTA DIRIGIDA AL SEÑOR
DUQUE DE S. FERNANDO.


_a_
CUARTEL CENERAL DJ<~ IlADRlD 7 DE JUNIO


DE 1823.
Mi primo: He retibido con vivo interés la E~­


pOlicion que me habei$ presentado en nombre de
la Grandeza de España. Los sentimientos expresa-
do. en ella son tales como debían e$perarse de
.tadito$ leales y fieles.


Al venir en nombre del Rey mi Se~or y Tio á
pacificar la EspaAa, d reconciliarla con las poten-
cia, de Europa, y ayudarla á romper las cadena.
de S1,1 Rey, sabia que podia wnlar ean el apoyo
de todos los verdaderos españoles.


A los grandes del Reino tocaba el dar en ella
memorable circunstancia, un testimonio solemne de
IU adhe.ion á nuestros esfuerzo. y á nuestro.
votos.


Mis deseos están conformes con los vuestr08.
Anhelo como vosotros que vuestro Rey sea libre,
y tenga el poder necesario para asegurar de 'Una
manera estable la felicidad de la Nadon. El To-
do-poderoso, que protege d los Reyes buenos y á
los pueblos religiosos y fieles, permitirá que esto,
~otos ,se vean cumplidos.


Con esto ruego á Dios que os tenga, mi primo,
.n 11' santa y digna guarda.


1.uis Antonio.




INDICE
DE LOS PAPELES DEL ARCHIVO


DE LA


RElIENCIA DE URGEL.


LEGAJO 1.-


Una carta fecha en Bayona á. 9 de octubre de
1821, dirigida por el general D. Francisco Eguía
al marqués de Mataflorida, en que invita aq~el á
este, á que escriba un manifiesto sobre el origen de
1a Constltucion , sus efectos &c. pidiendo le remita
el borrador para dirigirle á París donde le impri-
mirá sin firma.


Contestacion del marqués, con fecha 16 del mis-
mo mes, ofreciendo emprender inmediatamente es-
te trabajo, sin embargo de las vejaciones y peligros
que habia corrido en Bayona ,por haberse dicho
que el marqués estaba escribiendo, concluyendo
con manifestar á Eguía que haria cuanto pudiese
por el Rey Fernando y por la nacion , objetos dig-
nos de un buen vasallo.


Una carta del mismo Eguía al marqués en fecha
6 de noviembre de 1821, desde Bayona, en que
conviene á que, por la proposicion de este, el ma-
nifiesto que estaba trabajando fuese en idioma u ..




~2t;8~
paliol y francé~, para patentizado no solamente en
España, sino !ambien en las demas potencias, po-
niendo en él las Ilotas de prueba necesarias para el
mayor convencimiento, y que á su tiempo daria al
mal'tlués noticia del sugeto que \0 pedía, pues era
UC Sll mayor confianza.


Otra caeta del mismo Eguía á dicho marqués con.
f~chaen Hayona á 3 de dkiembre del mismo año, en
que le acusa el reciho de dicho manifiesto y sus no-
tas, que le parecian muy bien, y que el amigo que
10 habia pedido era D. José l\1orejon, oficial de la
secretaría de la guerra, comisionado en París.


Otra carta del mismo Eguía (que se le olvid6
nrmar!a) uirigida al marqués con fecha en Bayo-
na á 10 de enero 1822, en que le acusa el reci-
bo del borrado!." del manifiesto I ttaducido en fran-
cés , añadiendo que con· aquella fecha se lo dirigia
á dicho Morcjon encargauo en París.


Otra carta de Eguía al marqués desde Bayona
con feeha 20 de octubre de 1821 , en que confiesa
que 110 se había tratado con él con confianza, pe-
ro que lo haría desde allí en adelante.


Nola. Es de tener presente desde aquí, cnando
se note la cOI'I'cspóndcncia de Morejon, que no se
habían remitido á París los borradores del mani-
fiesto; que no se habian impreso, ni se trataba
de imprimil', ni teIlia la comision directa que se
~mponi3.


{j na carta de Eguía al marqués ele MataHoridll
con fech:l en Bavona á 22 ele enero de t 822, di-
d~ndole f{ue no'hahía recibido los fondo~ que es-
peraba; que ~e hallaba en la alternativa de ah:m-
donarlo ,y arriesgarlo todo, ó acudir á medios~-




~2S9-ez
tr:l.OrdinarÍos, por lo que suplicaba al marqués hi-
ciese un esfuerzo para proporcionarle la mayor
cantidad que le fuese dable.


Otra carta del mismo Eguía al marqués fecha
29 ele' enero de 1822, l)n contestacion á un aviso
que le habia comunicado el marqués, de que en
Perpiñan había un catalan que deseaba levantar
un regimiento, si se le concedian las condiciones
que deseaba, sobre cuyo punto decia Eguía al mar-
qué~, que por su parte solo podia decir, que si á
Jos Ilcfiores de quienes el marqués le hablaba, les
era {¡kil retardar (sin comprometimiento) sus ope-
raciones, podrian ser partícipes de una com}lina-
cion general, pero que como entOnces se hallaban
sin los recursos necesarios, y de consiguiente sin
poucr dar al negocio el impulso conveniente, no
dehia' arriesgar su palabra) ni detener la marcha
de olros.


Ot ra carta (le Eguía con igual direccion, con fe-
cha en Bayona Cn 6 de febrero de 1822, repitien-
do <Iue seguia en los mismos apuros por falta de di-
Del'o, añadienuo que el marqués le digese algo acerl:a
dél asunto del catalan.


Ya se ha visto por la anterior, que se habia echa-
do fuera este asunto.


Otra carta de Eguía con motivo de babercscri-
to D. Pedro Podio á Bayona á un clérigo, hacién-
dole varias preguntas, de que Eguía se; daba por
resentido en tél'minos demasiado vivos. IJa fecha
de ella es en Bayona á 14 de febrero dc 1822.


No contestó el marqués á ella, pOl' no compro-
meter la bucna armonía.


Otra carta del mismo Eguía al m 'rqués desde




-.860.
Rayona fecha 15 de octuhre, remitiéndole dos car-
tas del señor Vargas Laguna, desde Luca.


Este señor era el encargado de la regencia de Ur-
gel en Roma y Verona.


Un oficio de dicho gt"neral Eguía, su fecha en
Hayona 25 de octubre de 1822, dirigido á la re-
gencia de España en U.'gel, dándola gracias por la
condescendencia que hahia tenido en el nombra-
miento de general en gefe de las tropas de Navar-
ra en favor del teniente general D. Cárlos O'Donel1.


Téngase presente, que el mariscal de campo Que-
S:ada hizo varias invectivas en París contra la re-
gencia, suponiendo que esta era la que por su ca-
pricho lo habia separado, y solo confirmó lo que
Eguía habia hecho.


Otra carta de Eguía á MataUorida fecha en Ba-
yona 8 de octubre de 1822, incluyéndole otra del
Sr. Vargas.


Oh'a de Eguía á la regencia de Urgel, su fecha
en Bayona 27 de octubre de 1822, recomendando
á los coroneles Gaston é Imaz.


Otra carta (le Eguía al marqués, con fecha 21
de octuhre de 1 R22 , en que des pues de recomendar
á los coroneles Imaz y Gaston, por individuos de
la mayor confianza, le dice que estos le enterarán.
del modo que se le habia desobedecido y se trataha
de denigral'le, sabiendo la particular confianza que
ha hia merecido siempre, y con especialidad en el dia,
de nuestro amado monarca, y que desea ha que la
regencia de Urgel confirmase los destinos que Eguia
les tenia dados.


Nuuca el marqués comunic6 órden, por la cual
se le pudiera tomar cuenta, Di caular vejado. á




.. 261e
Eguía; pero no pudo impedir que Nuñez Ahr~ll,
insultase á Eguía, de quien habia manejado lo~
tondos, tcnido su confianza, y dado márgen á mu-
chos disgustos y tras! orn05.


Otra de Eguía fecha en Hayona 25 de octubre
de 1822, en que le habla al marqués sobre fondos
y annamentos, y el estado de su casa, sin aparien-
cia de que le socorriesen desde Madrid; pidiendo
al marqués que lo haga, y le dá gracias por
las demostraciones que habia recibido su nieto
Pepe.


Debe tenerse entendido, que jamás Eguía habia
enviado un maravedí al marqués, y este habia te·
nido la delicadeza de no pedir cuentas á Eguía. Las
gracias que este dá á aquel por su nieto Pepe, con-
sisten en que la certilicacion de la acta, en que Eguía
reconoció la regencia de Urgel, prévia consulta
de la junta de Navarra, del inquisidor general,
del obispo de Pamplona, del general de Capuchi-
nos, y del general O' Donell, se la remitió al
marqués con su nieto D. José U rbistondo, que iba
en compañía de un correo de gabinete. El mar-
qués recibió al D. José con las pruebas de la ma-
yor política y distincion; le alojó inmediato á su ca-
sa, le tuvo á su mesa, y le dió el grado inmediato
al que representaba. de capitan, regalándole las char-
reteras, que es á 10 que aluden las gracias que le
daba Eguía, y despues fueron satisfechas con la ma-
yor ingratitud.


Otra carta de Eguía al marqués, Stl fecha en Ba-
yona 21 de marzo de 1822. en que le encar-
ga que haga buscar al canónigo D. Joaquin Lacarra,
pre.idente de la junta de Navarra, y le entreguen




~262~
una carla que acompaiJal)a, pl'cgulltánJo le iobl'e f!1
estado de lo de Perpiñan.
I~a carla reservada era para Lacarra en igual f('-


('ha. La relacion ue estos pasos anunció al marqués
la impruuencia con que todo se conducía, y que la
publicidad habia de pt'oducir el efecto oe compro-
meter á S. M. el Sr. D. Fernando VU, mayor-
mente sabiendo que Eguía se hanaba en el peor
estado de capacidad, que los que le rodea~n no
pensaban como verdaderos realistas; que no querían
emplear el dinero en defensa de la justa causa; que
Eguía, alojatlo en un pequeño {;u3t:lo J.e una pas-
telería en Bayona, no queria dar audiencia á nin-
guno, como no fllese delante de la pastelera, mu-
gel' muy á propósito para publicarlo todo, por-
que le habian hecho creer, que con lo! grito~
de esta muger eu cualquiera apuro le salvarían
de un veneno ó de un puñal COIl que le hahían ame·
nazado; y asi es que el marqués recel6 siempre del
buen éxito ele las operaciones de Eguía, y mar-
ch6 siempre con mucha detencion en sus contesta-
ciones.


LEGJJO 2. 0


Comprende la correspondencia de D. Domingo
Caralt, vecino de Mataró en Calaluña, residente
entonces en Perpiñan, emigrado por temor á los
l'evolucionarios de Cataluña que le perseguían.


Teniendo Caralt relaciones con algunos huenos
realistas de Cataluña, solicitó del Marques de Ma-
tallol'ida los tornase bajo su dh'eccion, y les propo r-
ciomue los fonuos nec.esarios para municiones y a1'-




~265<z
mamento (le las partidas realistas, que bajo los p1a':"
nes que el mismo :Marqués tlispusiese, se po(lría 11 for-
mar en tlefensa de la religion y (le} rey. El "\larqués
que tenía ya :medita¡}o el plan de establecimie/lto
de una regencia, Jurante la c:llltivitlad del rey, <lile
sirviese de centro á todos los espaiíolcs realistas con-
tra la revolucion, y para sacar al rey y real fami-
lia del cautiverio, tomó desde luego bajo su protec-
cional dicho D. Domingo Caralt y .lemas realistas
catalanes, y contando como seguros los fondos {}ue
para esta empresa le tenía ofrecidos el gobierno
francés, nada ¡de cuanto le habia prometido al Mar-
qués, franqueó este de los fondos de su casa al mis-
mo Caralt, lo necesario para dicho armamento y mu·
niciones,. y aun para pagar y mantener á los que to-
maban \as armas pOlo el rey, y á su virtud se comen-
zó el levantamiento de Cataluña el 15 de abIil de
1822, bajo la direccion y á costa del Marqués, y si-
guió hasta el establecimiento de la regencia en Ur-
gel en 25 de agosto del mismo aiío.


Caralt ofreció armar y vestir á su costa un regi-
miento, y por falta tIe fondos no lo pudo cumplir.
Bajo esta condicion se le nombr6 coronel, y á su hi-
jo capitan; y aunque por su parte no cumplió, tra-
bajó siempre coa celo y fidel idad en defensa de la
justa causa.


LEGAJO 3.°


Comprende la corres})QJldencia de D. l.~jdro Mon-
tenegro, c6nsul de S. 1\1. en Bunleos j quien f'sluvct
segun de ella consta, de acueruo desde el principio
wn el Marq"',s de MataUorida, para trabajar por la




.2()4c
libel'lad del Hey. Contiene especies importantes so'"
bre varios españoles refugiados en Francia, que se
ocupaban mas en perjudicar á la justa causa, que
en defenderla, como Alvarez de Toledo y otros.


Consta por esta correspondencia, que viéndose el
marqués de MataUo'ricia sin fondos para realizar el
establecimiento de una regencia yel levantamien-
to de la Nacion Española, contra el sistema revoJu-
cioRario y en defensa del Rey, por no haberle cum-
plido el gobierno frances lo que le habia ofrecido,
encargó á D. Jsidro Montencgro le buscase en Bur-
deos un pr~stamo considerable para este objeto, hipo-
tecando con el consentimiento de sus hijos, todos sus
bienes para seguridad de los prestamistas; pero no
obstante esto, no pudo hallar el préstamo por estar
los bienes en &paña mandada entonces por los re-
volucionarios. Tambien encargó tI Marqués al mis-
mo Montenegro, le consiguiese del gobierno francés
pasaportes para él y cierto número de sugetos de Sil
comitiva, para poder volver á Francia sin hacer cua-
rentena en el cordon sanitario, en uso de que se
viese obligado por los revolucionarios de España á
entrar en Francia. Desde Urgel se verificó así, '1
no pudiendo conseguir los pasapol'te, el Marquél
arrostró por todo por defender á su Rey.


LEGi,10 4.-
Comprende la correspondencia de D. AntOJli()


Calder,m y D. José Morejon, a'luel fiscal del Con-
sejo de Indias, y MOl'ejoD secretario que se supone
de S. M. con ejercicio de decretos.


CalderOIl con tiesa. en una de sus cartas, que el




~~();)~
óbjefo con que l\Iorejon llamaba al Marqués de 1\1a, a~
florida á Pariscon feeila 9 y 12 de febrero d~ 1822,
era el de que el Marque'! y Cahleron trahajasen Ilni~
dos una Con"stitucion para EspaJia, sobl'e las bases
del sistema representativo, y que el mismo Caldel'on
por respetos á una alta persona, se hahia prestado
á todo, y dá gracias all\hl'ques porque COtol su abso-
luta negativa le había sacado de tan granue rom-
pl'omiso. J_a conduda slcesiva de Cal(leron no deja
ducla para creel' que se pI'estó en París á todo. M.
de VilIcle, protedor del sistema representativo, le
eligió para instrumelJto de sus planes en Españ:t, y
comenzó á pagarle, dándole 12,000 francos para
el viage, como á Erro.


La correspondencia de Morejon es importante,
porque en ella se descubre llnhorroroso atentado,
como es el de suponerse comisionado por el Rey en
París, para tratar con el gobierno fl'auces sohre los
medios de sacar á S. M. del cautiverio, adoptando
como el mas acertado, el ele formar una COllstitn-
don en España, ó modificar la !le Cadí?, á cuyo hu
llama á París al Marques de J\1atal1oriJa.


En carta ele 27 de enero de 1822, desde Ba~na
di.ce Morejon, que á su llegada á aquella ciudad des-
de PUls, se le entregó el manifiesto por Eguía, es-
crito por d marqués de MataHorida en 1'01 osa , y
que se hallaba imposi.bilitado de imprimirle: (Es
de notar, que con fecha 10 del mismo enero eseri-
hió Egl'lia el marqué!>, que 10 habia remitido en
aquel dia :í París) y virtH)o el ml'lrqués frustrada la
imprrsion del m:lnifirsto, 1:1 tornlÍ de 5U cuenla,
y \a f'uhlinl con g-r:1ude nlilid;1I1 de la jus-fa r:1N-
sa, hajo'el titulo de 1(l\-1¡:tlliiic~to l1UC hacen los amall-


T0310 l. '18·




~268-d
za, les proporcione mas adelante el término de
su obra niminal.»


Parece por cuanto se espresa en las cartas ante·
riores de .Morejon, que él era uno de los que solici-
taban la trallsacion enh'c el trono y sus enemigos,
pOl' medio de una constitucion sobre las bases de un
sistema representativ'o, en cuya formacion fluería.
empeñar al marques de Matallorida con Calueron,
sin la aprobacion del rey. Su COIIllucta posterior po-
ne esto mas en claro, y particularmente el papel
impreso que publicó en 1'olosa, firm~(lo por Fguía
y otros, autorizado pOl' él, como secretal'Ío del l'ey,
flue fue el escándalo de los buenos espai'íoles. A su
tiempo se hablará del tal papel, como tambien de
una carta finjida (\a que se atribllÍa entt'e otras
cosas i 1\1orejon J, suponiéndose en ella, que los re-
gentes de Urgel habian declarado principios anti-
monárquicos al gobierno inglés, firmándola el pre-
sidente de la regencia y el arzobispo de Tarragona.
En la correspon(lencia de Balmaseda se ve confirma·
da la tr'ama de Morejon, sobre dar á España una
Constitucioll sobre bases á similitud de la Francia.


(Se continuará,)




CA P ITULOXl.


A.ÑO DE 1822.

)j'l\,,'ne.~ - ComtJ~e ro,.. - Division fntre amh., .,..('tH.-~


t-híh.'l .• - Prision ti'" conde de Cutagena. -- Pfi.~¡(l,1
111.'1 g.-fe polít('O San Martin. _0 La guerra civil SI!
difunde. -'- El liaron (le Eroll.'s. -- Se :lIment:1O 1,.
bandas n·ali,tas.--f.x:l~pp.ra('ion de la prensa TlPriódic;!.--La
Guerra loma un caracter mas violento.--Cast.elfullit arra~3d ...
-Rotf'n.--Se "'unen \as Cortes extraordinaria,.--1\fedidas
que adoptan.-- t' erplpxillal\~s del gobierno.--Violacion~. d.
la CQnstitucion.--Con¡;reso d~ Verolla.--


CCAHTO ~,H:'\lSTr~mO CO\STITGCIO:\AL.
-·--"'~·fI!¡eIfl.". --


El genera) Lopez Hauos uno de los ocres J .. I le-
vanta.m~cnto cn la Isb de 1.('!1I1, fue Jlomhr~do
minislro de la GUCIT:l y cleSido para fürmar el f:'·
bine/c. Eu! re sus Huevos c61efías, el prinripal {!Ie
n. Evarislo Sanl\liguel, gefc de estallo llJayof <Ji¡(~
\¡;¡bia sido de niego: tres ,te los otros milli:;lro~ ha-
bían sido <ljpulado~áCórtf~, y héchosc nota11k-" pnr




=-210-cú
!üS iJeas llltly aJtLmtada.s en punto á lihatad. (1)
~r3n tlcl númel'¡) dé los que se b:loi:1u espJ"csado con
mas valor, sosteuiendo á l:w's Ltc 18:21 los lIIovi-
mientos de Cácliz. y de Sevilla. nihil es e:.('t'i!ú' 13
~.istoria contemporánea, lwro sin cmhaq;o, Lemo:,
proclI raJo poner cn llllesll'as {la la liras la lila yor 1 m-
"pal'ci:l\i,l:H\. La hemas us:\do respc,d,\ l\c\ mini:-.terio
t}llC 1105 orupa, aUllque {\;1 Sillll uno de los Illas viv:t-
mcule 'Pt-lJsurados, ::-:e CIl('oul rú dentro y fuera del
pais cu ('irrulI~la!lcias rr:uy di I'ícile-, y corno el éxito
uo cOI'onó sus e,l'aen,)S, se jla ah:er/o cam!,o á mayo-
res (Ti!i,·as. ~i nuhiel'a ('OITeSpondido á sus de::eos,
enronces se les baLda cÜllsiderJ.do COIllO ('oml)(le~to
lle gl'allllcs [¡o:ubrcs de estado. la l'oslcrillaJ es la
única que hace fomplclamclllc lusliria. y corno to-
¡lavía eslamos en rc\olüeion y por consiguienle agi-
Lul03 pOI' los lj:n'l!t\ú::> , ellicmposolofcl'áquii'1l alia-
re quienes fueron luSqll'~ pl'ocedilTl1ilCOIl paII',(\lis-
IDO mas pur,) y con r,\z.)o!,'~ llt:h l'ul,,\a,¡as, Elltre tan-
to, los ll11l'V('!I h"hr-rn:l11!(,5 :1dl'ltJ:\s de cO'!lIcf('[' ai-
gurus l~lllas ~i~tl1~;rc Illn<!:lb!'.':i y HUS eil (;1.\5 de
turbulencias {)(JI' ('1'1'0;" l:'! ell(!'Iié¡illli~::llo , come-
tien)!l oll:ls didad;~. 1'01 (1 dlJ';i~': de los b;:/u!os
(jite despcjJ:,z~J;~n Ll rtt¡wri~l.


"/ ¡ La ("';', "().,,ocie!' ¡J, 1",:, :, .' ""0 ,'/I,:{U' ~ir'U;{Jó1I'" t / '·/'l!·Jov(, Jo. '.l,.íIJtl •• ,;~ ~\V t'., w""',,, ••
~l,. [,' '-r' 1", l' !-',. , ,:,,:, t:'1I "¡'" 'l ~/J; _.'iA .iDO, ff),1 " _ r,l (,:1 ,) ,,'t.,j, 11 "':/'11. .
r-·,;_ '-1[,. 1 ')~.' ,~.; "1 .'1' ~.', ji)- 7·"-.11(10


L ,~ tI J L l1 1 A , " /), t • y /I:¡ / 1, , • _, l. ,( ~ 1", n, l.' •
D~ G{J UE fl.v ACro,;', ni¡" Fr. o Fl'f'w! .'uÍt-.z (;a.
lh jVSHClA., J)/m FciiJ)(J !j·c:lif'it. Xaparra.
De:. ULTRAJIAR, Don .}o.':li Jiwlld raúillo.
l)g lL'C1E~iDA., D()!I'J¡lari(lI~o L'ioú.
1), .U~E!I2\''', Don Diolli¡;j() C:I;~!~.




~~~; l <f
C~lorar'ol1 en !u:. ::h:J()rC~~ pues[¡};¡ :i homllt"t'i de
~ll parl ido, pero \lO lanb nlll CH éspn'¡ mentar t~ue una
vez intro(lllri,lo d .1c!'onh'll, llO es L~cll :í los que ~


\ 1 ,. , 1 I "L" el!cargan ue :l UI,'eC{'lt_Hl (.C (15 lll'b'¡ClOS pu neos
Iriunl;lr CO,l 11I;'o1:os (le~oq;:l!liz:¡dur('s, Así es qu~
inmcl\i:damcnk se \'i,-'i'Ufl l'~~'ILlC3ios á las iu"cctiva5
dc los ('nlllunerns, Cn~:'f,~·()tl :'''.:('s ClHC ei ministerio
IOlDarn su consejo ('1\ t,,: -:; 1,,_; ;l: lilUOS impol'tan-
tes y C1ue la revuJ¡¡,ioll c:lll!i:J::ri.t á su aBtojo, no
h;¡biclllltl ni Ull ~oh des! ¡no cl __ '; a:lo (ltiC no ocup"'-
scn ~n;:;(: (o,," 1";1 1 ¡d(l~ de ~U5 ~i ja". '~';!ll to Ill::tS con taban
los comuneros ('Oll CStOS re'''illl~d()s, cuanlo los pe-
rióllico;-> (Id p:irl:Jo vl'¡;rcdcl' , ~u~ órllcllcs y sus
dcmoslraritiil('S, 110 hahi:11l iil{\icauo otro objeto des-
de fines de 1S::0. nt,~tle c.r¡lle!1a épo('~ f·e lcsvi<Ícons·
tantemeulc en las CÓl'les, en ¡os el ú hs, y en fod;¡!l
p:1I'tcs tic, la mando (ontra b IllOUCl'arioll y predi-
ranJo en raYOr (le h cxal!:\(':;m (¡ue écsun el\o~
er.! el el ¡'lile (:l!C d,h;a ('!',)llC;'r.c ¡j' h1s males


• 'l' (...., .... 1.
c;ue C:.l.'>., :!l. ,.C C:"SCII;:.ii·:¡¡·",i {;,(11 pronto y co-
noc ¡l'ron ,'; i ('r'; I ¡ VO('¡H': f'l1 v ¡e 11(;0 á j os m inisll\)s
rOll!crir 11 ;J,),:.-;' y h i:!;'llí·,¡;,-i;\ j Sil:; bvol'i¡M, llig-
In¡(~~tos Sl';_;lI11 el:,;;; l!¡;ci),l ;l :d:l!:li' en su curso la
revolucioJl. Ll [;ll~T .. a em!l(';~-') r:l,~S catre m:l;.{\nes


, "


y C()lnG¡jcr:l~,! y a:¡nque ~il.tt~'-~ ~:~':~I'f~c('r (¡ue fod~s la.
v~n!ai:ls wili·:.b,lIl c;\ L',el' ,;" Ins rnill¡~tI'c'~, los c.o-
tnuneros !1ut~ !,t: lJ:lJ;¡;lU a; :)l;~:['.'1dO (ic la causa que
se r()nn.,~¡:l :;01,¡,c llJS bll('('::')S (id ;- de jlllio t'c :¡pro-
\'CCllarod dl~ ci:a pa: ... .l pprsc:~~J.ir á ludos los n!oGrt·a. ....
dos y aU!l () i",I':'Oll eH ~,¡jS l~erif:l:¡r()<; ¡'lle (~('hja ;U7.-
gar~;' al mi¡J:,!ro Je f':'!:lJo (me h;:bi':\ :;i¡lo ti ~'l·i­
¡11~r fi·\{,.)1 ~,,' :'~ {~tlirH ~'.: ;l!ri!ltl!~ll1 Ol!l!~\iQnf::; ('r;:n.~ ~
• .. I.I"_¡~I' •.. : •... _l •••. ~L_" ••.•. ,.¡ .. , ... '1 I j" I tIL\,.",,~ • .\ ... __ . _ ~ i.t'(,t·,1,':',lt"{H..11'~\U)~:: ~~.~._




~27~d
rt!to oe los cx-minis!nJs; el Con¡]c (le C1.rtagena r
el geE~ poli! ico S. l\hrtin, fuero;1 ('olU!uriJ¡):; :\ la
cárcel y lo mismo f,C hiw C~)U el Du:¡uc dc\ laran-
tallo y varios ol,'o", no é-icaJo {'orto le \ Ill! mrro 11e pe¡'·
~orl1sde dislincioll que w fugaron. El míll.¡steI"io ('0-
melizó á vct' con tli,,~~;Il;:,IO flue cxi~licse cn poJer el,!
!US all versa rios u na pal:mca tan pu,lerosa l'fJllflllC 11(/-
elian desmoronarse los cimít'ntos lid gohieruo. Fe)
tan cnerUlgo de lus l/.l\HJrl':lJos como los mismos (Iue
activaban el pr(¡("(.'so dl'l 7 de ¡!liio; pero á pesar de
esto flltCl'ia (he á SIl admillislr;¡ri(lll un ("~II':idcr de
teml'lauza recomendado por la j ,sri,i:l. Yl'ia lam-
bie,l que .~e (r:lIaha de cllvulver e/1 aC¡lIelh (':msa al
mi n istr~, S. 1'.1 i "ud v de kllel' ¡lOr es te llIcd io la ('> •
gucl'l'a al minislel'io nicha ('aUS:l 5C .sacó ele las ma G
nos del juez que la tenia y se pasó á las ,le otl'O que
lJizo soltar á los pri!lCi p:des olil'iales y se limitó úlli-
C:ltncnte á los Je h guar,.lia. Esla cilTuns!ancia sal-
vó la villa á rancho;. iwmlH'ciI que hall l¡(·dlo des-o
pues servicios impC['!;Hlrcs á ;;'11 pa:t'i,l y cOllll'ibu-
~(j á (lile la l'cvoLICion no !,C pl',~ci pItase hasta el
estrcmo de IJlllldi¡' la HlOfl:ll·qlli;¡.


1.a guerra ('ivil se eslclulia sin cmk:ri:o con en-
carllizamiento por las p' OVIIH:!:JS n,ciu:1s de b Fr':111-
da; ya 110 quc:bha dnJa de (lue el f:)ahillcle Je las
TuBerías prole¡la b iasul'receion, principalmente
destle que se vió á un Gener'al de cierto crédito co-
rno el harúrl de El'Oles tomar el mando de los rc:l.-
lisf.as al mismo tiempo que en Urgcl se cstahlcci:\
una regencia. Dirigiéronse en consecuencia :ida la
frontera muchas tropas, y fueron HomhraJos para
mandarlas, gc[cs de la secta dominante j la exacti ..
tu.J histórica no permite ocultar (lile los mas csla-




.!i:J ..
h"lt Je$provi!fO~ de las cll:llit!aJc5 militues y ~­
tí/ieas IJUC dcl.ian ,·:\ijirse tle homhres llama,hH á
fl'illllt:1l' de lo" insnrgentes y atraer y man/ene1'
los pueblos en la nec(''lat'ia ohediencia. Echá1'On-
se de menos el \'!g-or y la energía convenientes, y
muchas fll~ron las operaciones que se combinaron
mal y se ejecutaron peor. Todo esto proporcionó
ventajas á los facciosos que se apellidaban realis.
\as y que con an'ojado brío acometieron nuevaa
cmpresa~. J a (¡acrra se hizo esterminadora y ocur.
rieron [',ni 5105 ejemplos de asesinatos de los pri-
sionu:os. Gemian los pueblos es puestos á los in-
mItos, y algurns veces á las exacciones de una s01-
uúlt't:fa dcscufrenada. El gobierno no podía estor-
bar la rc.\ajacion de la disciplina y acaso se persua-
(lió de que para sacar partidQ de los soldados era
á me!mdo preciso tolerar la 1 icenda. No se en-
v'u.esabarl solamente las b~ndas realistas en la fal-
(h de lo::; Pirinéo5 y hacian frecuentes corteria.
has!:! el Ehro, sino /'fue tamhicll hs Pl·,)vincia.
c1el interior se illfcstahan con pal'tidas mas Ó me-
nos IlI11UCI'Osas que inlerceptahan los corteos, asal-
taban ú los peql1crlos destacamentos de soldado.
y tomando C,in violencia en )05 1 ugares lo que la.
hacia falta ó lo que las piada, aumentahan la con-
fllsion y hacian sumamente (Lfidlcs las comunica-
ciones. Tomab:m vuelo los rob;)s y los asc~inatos, y
clesoh('¡Jeri:lo el gobirrno en las mismas puertaa
ele l\b(}¡'i~l, mal podia imprdll' )a formacion de
1l1l1'V.1S ll:trdas fIne empezaroJl á acrecentarse.


(i('fto es, fluC las lrop;l~ «() 11<, ( ifucionales 11\-
('Jll7;JI'on('ll Ca!:dillf[l vrn!:l¡:IS T'0si:inll" y quedu"
pnes tie la toma al.' C;¡.~te1 f'"llít y de Dabg~cr 1 ..




·~í4.
Jh hi&1\ del hut>. de frolea se vi6 (ortada á re-
til'IU'M';' h'alH:ia •. No pOt' eso cesó la guerra sobre
HIlo i!t\ la part~ confinante con el reino de Va-
l_~jJda. I.o~ ánimos se exasperaban, y 105 illfinito~
dC&'lrJenes que se cometian oe ambos lados, atiza-
han mas y mas el fuego oe la oiscordia y proou-
tian un furor dificil oe aplacarse.


Elleuguaje de los partes oficiales y muchos artícu-
los de periódicos lwblaLan de rstermiuio y casi se
podia inferir que se qBeria ])evar todo á sangre y
fuego. CalamiJ:uJes eran estas inherel.tes á )a épo-
e.a, flue no podian menos de relardar la rcgcnera-
<;ion y las (lichas que se hahian esperado. Los ge-
nerales en gcic de los ejércitos publicaban procla-
mas violentas, imponienoo {lenaS oe muerte, con-
fiscaciones y deportacion. Los lugares en donde se
hiciese fuego á los constitucionales debian ser que-
mados y saqueados aun en el caso de que los cul-
-pables nO fuesen de allí, á mellos que no fueran
entregauos. Igual suerte esperaba á. los pueblos en
que cayese víctima un patriota, y la pena lle muer-
te se alargaba á los que dabau noticias favorahles
, los facciosos. Dando cuenta (le la tom:! de Cas-
\el-Fullit cuyos habitantes por no poder buir pe-
recieron , Mina anunciaba las medidas que hahia
tomado y que hemos estampado en la página 196,
insertando la biografía de dicho genenl.


De este modo se aumentaba diariamente el nú
mero de los uescontentos, escaseaban los recur~os
. ,


y al mismo tiempo la santa alianza se preparaba
¡i intervenir en los movimiento, de Espaija.


'El 7 de o~tllbl'l' de 1822 ~e habian rcullíbl lu
Cól'l.g estraoruiH~r¡as convOC':ldas por el inti:nlo




~.!7¿j ...
para tomar en eOtl"idt'radon el e!l\.do de l.s ne-
«ocios públicos. En la seston del 12 del mi¡;mo me,.
ti ministerio presentó una esposicion de }as call~
,a~ que hablan influido en los males que se de-
jaban sentir, y sobre los remedios que podian apli-
carse. Las agitacionts que escoltan siempre á 101
rambios po1íticos, la ignor:mcia de los pueblos, l.
influencia elel clero, el error de un gran númer8
de magistrados y oe autoridadc~ municipales que
habian oejado estinguir el crédito púhlico, la coo-
,Juda de algunos gefcs de la guardia real que !le h,·
bi:m separado de sus ochrrcs, las in I riga!\ del es-
trangel'o t la influcncia enlin de cierlas })crsona,
y de vad::ls corporaciones so~)re el pu{'hl0 . ('l'an en
fonrel)lo de los ministros las causas prindp:tles del
mal aspecto que presentaban los negodos pú1\icoi.
Para ataju el mal el ministcl'io pl'oponía lai me-
diJas s:gnientes:


1.° ()Ile se {¡ja~'~ b sllerle del clero.
2.° Que d gohiel'110 indicase las !\umas qUf' de-


hian pa~;H'se á 1(,~ prelados fuera del reino.
3.° Que se autorizase al gobierno 1l11'a alejilf'


de !lUII diócesis á los prelados, curas, y eclesiástico;;
que inspirasen desconfianza.


4.<> Que se alltor.i~ase al gobierno para en\'iál'
(le una provincia á otra á los funcionarios (lue fue·
¡en a par! ados de Sus destinos.


5.° Que en caso <le ser atacadas sus rcsidtn-
(j;:¡s, los empleados perdiesen las dos terceras pal'~
tes de sus sueldos sino I\e presentaban JI,H';! re9i",~
\ir de ti'ente á 105 facciosos.


El.- Que la c1uJatl ó lugar at:lcadoJ rm' uu n'Ú-
mere de fa(Ti~.fi ¡¡¡na' ., illfcl'ío!' á 1.) H'r.:era par-




p 2i6.a
te de sus hahitanl es que no S. oefenoicsen, que-
dasen obligados á pagar la fuerza militar uestina-
da á ocuparlos.


7.° Qlle las autoridades lorales que no diesen
aviso á las autoridad superior de la presencia de
los facciosos en sus inmed:aóones, fuei1cn multa-
das por 101\ gefes militares segun y como estos lo
estimasen conveniente.


8.° Que el gobierno pudiese suspender ~ 101
ayutltamientos á propuesta de los gefes poHli-
coso


9. o QJe se (k.'brase qtH' relativamente á los
raccio~os era llegado el momento de suspender las
fornnlilladt's presentas pOl' la Constitucion para el
a1'l esto de los acusados.


10. Que en las eaUf:a5 de conspiracion, los cul-
pahl~s llagasen so\itlal'iamclltc todas las pérdidas y
todos los lJerjuicios causados á tCl'{:ero.


11. Que se autOl'izase al gobiemo á remitir al
('on~,~i() (:e estado las de empleados que no fue-
.en enteramenle adictos á la Constitucion.


12. Que se alltol·iz.:>sc al gobierno, por un tél'·
mhlO fijo p:l.l'a eliminar y reemplazar en titulo .,
p~r"o!lalrne!lte á los geles milital'es.


13. Que se diese tarubien al gobierno el po ..
tler de recmpbz31' á los magish'ados que no cum-
plie:-:en rOIl S:l tlchcr.


14. Que lodo funcionario público, todo em-
pleado cÍ'vil y militar que rensase aceptar el des-
tiu() '1ue le diese el gobicl'llo, fuese privado !le
.u empIco, dccbrado incapaz de oh tener otro, y
en C3S0 de .er militar {l'le 5C le retirasen I!OS des-
patbila.




~27í-G
15. Que 5e creasen sociedades patI'iótir35 re-


glamentadas para Lomentar el espíritu público.
16. Que COIl el mismo objeto se represenlasel1


en los teatros piezas que estimulasen el cjerciciu
de las virludes cívicas.


17. Que se diese un testimonio solemr,e de
gralitud á toaos los que se hubiesen p1"esentado pa-
ra aefender las liberta<1es de la pátria el 7 de julio.


1 S. Que al tenor de el deseo del gobierno, las
Córtes adoptasen todas las med idas que les sugi-
riesen su celo y amor al bien público.


Las Córtes tomaron en cousideracion las pro po-
sicionesdel gobierno, y no solamente accedieron á to-
das sus demandas, sino que tambien (leuetaron que
nada se daría á los prelados que saliesen del reino.
Autorizaron al gobierno á que hiciese cambiar los
empleados de provincia, aun cuantlo e~tos renun-
ciasen sus sueMos y sus empleos. Suprimieron 10$
conventos aisladosen las plazas fronterizas. los agen-
tes ~del gobierno fueron autorizados á detener siu
forma de proceso y por espacio de 30 días á todos
los que se considerasen como conspiradores. tas ga-
lerías tomaron parte en estas discusiones, .lando se--
ña1es de desaprobacion á los diputados que manifes-
taban un espíritu contrario al dominante, y losami-
gos de los ministros, aquellos que estaban ínti-
mamente ligados ~on ellos y (Iue defendian á todo
t l'ance las medidas propuestas, no podían sin em-
hargo negarlas la calificacion de arbitrarias. Dipu-
tado hubo que dijo que las córtcs y toda la nacion
debian trller una gran confIanza en el ministerio;
que d(·bia wnfiár.sele una especie de dictadura na-
donal en la que la soberanía de la nacíon pllesta en




*"- • .Al#. *..:./0_
UlIS manos ua indispeusable para a!~gurar la lran-
ql.,~iHdad de todas las poblaciones de la monarquía.


Se añadía que la opinion pública aprobada esta.
meJidas; y ~el mismo diputado citó como ejemplo
digno de imitarse las que se ha1lian adoptado en
Francia en 1793.


El ministerio que habia obtenido prueha!; de ll\
docilidad de las Cól'te, , no quiso sancionar la me-
dida de que pudiesen sin fo,rma de proceso y por
espacio de 3u dias ser arrestados todos los que fue-
ren cOllsi(lerauos como conspiradores. Segun SIl derit·
¡labia en la COlls\ituciOH y en las leyes los medioíl
,,:dicientes p1l'a prevenir las wnspiracioncs y cas-
t~gaL' á los que las fraguasen. Tal era la leccion
'rlle el gohierno que habia solicitado poderes ilimi-
1ado&, se vió sin embargo forza{lo :í dar á las cór-
tes- JKIra demostrar que no carecia de priori pios de
moderacion.


Entl'Ctanl.o los soheranos aHa{los tralaban en Ve-
rona oe oponcl' u n dique á la ['evol ucion ; y que-
riendo malli(t~slar su opinion sohre los aSllnto~ de
l~spa.ii.a, hicic['oll pas,H' ;í su:;; minist.ros plcnrpolen-
~i~l'ios en l\hílrid diversas nolas para que fuesen
comlll~icaJas al gohierno Espaiiol, y las mas cllrio-
s;v;. ya las Itemos dado á conoce.' á nuestros lecto-
l"es. Tales fueron los conllic1os y obstáculos q'ie
(iCrCal'OIl al minis!c!';O dt~ 11m: bcmos hahlauo. Se le
lla jllzgaJo con. mm'ha sl'vel'i,LHl , y en .. ,'tri;!s OCl-
siones hasta se le h~ calumlliado. Sucesos uliCl'io--
J'ies han comproLH10 que la lihc!taJ tenia eucmigos
po,lerosos aun \~lIt re los mismos que se Jecian su ..
tlefcnsores. Se.'! ('(lit1\) rllcre~ n;-lIlie ucg;q'[, el p:\f!·t,O-
tí'il1.10 ue alguJlo:; de esto." milltsl,'us I y elltre ellos




~~7D..r:~
"tar~mo~ con c~pe('ia' idad á S, T\liguel. Su mano
firmó las respuestas á las al't'enlosas inl irnaciones
del Congreso de Vcrona; vero c:~a misma mano
l'mpuñ6 las al'mas para defender la Jignidad nacio-
nal en los campos de batalla, 1.0 que trazaron la tin-
ta, y la pluma. lo selló la sangre dd signalario; y no
abumbn ejemplos de esta clase para no tributar
la debi,la justicia al honrado ciuIladano que dió es-
tos testimonios irrefragable!' de sus virtudes cívicas.
La his[oria dehe consignarlas en sus páginas, y así
no nos era dado á nosotros olvidarlas en estOJ
apuntes.




CAPITULO xn.


AÑO DE 1825.


B~llsiercs.-OJali.-E1 Empecinatlo.-Los r .. alistas se acercan
á Madritl.-El conde de la Bisbal.-lJehiliJad del gobierno.
-Mina en Cataluña.-Quinta de 30,000 homlJres pedida
por el ministerio.-Se trata de trasladar el gobierno fue-
ra de la capital.-Temores que causa la invasion francesa.
-Se decreta la formaci')n de dos ejércitos da operacional
y olros dos de reserva.-Los franceses pasan el 8i!lasoa.-
El rey despide á sus ministros.-Asonadu y alborotos para
que los vuelva á sus puestos.-Voce& suberaivas, deaórde-
hes, gritos de reGencia" muerte.-Las córtes ahren 8U le-
gisl~tura or.linaria ('n t. o de marzo.-Certifieaciones de 5il!'-
te mélicos atrcd;lar.do que el rey está enfprmo.-No 86
h;¡ce caso de ellas, y se decreta el viage.- Ejército tle re-
serva en An¡laluciá.- El general Villacampa.-EI rey sa-
le de la capihl el 20 de marzo.-Los realistas se aumen-
tan en Valencil.-Sublevacion de PorLugal.-SiLuolciou crí.
tl(~ de Madrid.


Un grueso ¡le realistas se habia csten,li,lo por las
o¡,¡¡'a~ del Ebro, {}ria las fronteras de Arabon, de
Cdaluiía y (le V:llcul'ia, á las6rllencs .lel llamaJo
Hl~ssicrcs, (lue pows meses anles babia sido ('onJe-
JLltlO á muerte en Bal'CelOl\3 á causa .le maniobras
:tI1át'(IUic3s, (plP á naJa IlH'I\lIS lerllliall (lile al csla-
l.leeimicnlo df~ Hila rf'púhlil'\l. Esle CUf'l'rO ~(' avan-
zú sohre Zar,l30za, l\e;..;ú :i 1<15 <ll'l".llnll's ,le dicha
t:iudaJ, y 10m,:, !w'oo la ruta ácia .~ladri,l. El (O·




.28'1~
1naJlJaol~ ~~ntral de Al'agou, tf:'nia fU'H;b SUL-
-cieot~ pa-ra destruir los tres Ó cuatro mil ülCci05~
-6 rtalistas que se habian reunido eh aqaella pro-
vin~ia; mas no solu no operó esfuerwalguno p~­
fa 'alcanzarlo~ cuando se dirigieron ácia Castilla la
Nueva, sin0'lue cesó de perseguidos inmc,liaI am'CH-
tt que saliel'on de los límitu de Sil mando. lOj
rtalistas llegaron ha:;la 105 alrededores de Guada-
tajara á ocho leguas de Madrid, '! aunque su mo-
vimiento fué muy ,pausado, l'lI:dieron aproximar-
se á esta distancia de la capital, sin t rUpiZ31' con
la menor resistencia. El gobierno comprendió -al fin
que era necesario contt'oer ~us prog'resos ; y asi es
que hizo marchar contra c'nos á Odali comaIldant.
de la provincia y IlOO de los geles de la Isla de Leon.
Las fuerzas de que podia disponer bastaba~ pan po-
Der á los realistas en derrota; pero elé1ito no fué
este. Se hicieron marchar precipitadamente 1as tro-
pas contra el enemigo que se ha:t>iá replegado á
Brihuega y se las debilitó, poniéndose una colum-
na á disposicioD del Empecinado, que estaba á a1-
¡unas leguas de distancia. El,co~andaute general
sigui6 con el cuerpo principal el camino directo
,le Bl'ihuega, y encontrando al enemi:go en pósicion,
y sin esperar la colnmna del Empecinado, que no
estaDa IÍluydistante, dió la sci'ial del combate. La'
co}umn~ constilllcional rué completamente derro-
tada y (lispe~sada con pénlida tic su artillería y un
~ran número de prisioneros. ~ll batallon que po-
cos dias an tes habia 11egaJo á Madri,l con grandes
demostraciones de exaltacion con.slitucionalc:lutall-
do himnos de muerte Ó ¡/"erilid, te cntreg6 á lo~
primer~ I iros ¡ie ftl~i \ á un ... vcq~Otu.Qsa fuga. i\p.


TQ;\(OI. -1 U




t'ran t'~tos rt-vcst's, hlH'llÜS iiignM. prCrllr"Orps pa-
);,:l hacer frente ti. lo::; íIl1pcLu~ de la ElUt:l .::.llam:a.


El comantlal1te general en su fuga, ni aun hi-
zo saber al Empecinado 10 que acababa de ocurrir ~
ni le dió la. órden de retirarse sobre GI1~dalajar:t.
Por otra parte el Empccinatlo se prc,'lerlt6 Á. bs
nueve de la noche delante de Brihuega sin haber
envi:ldo reconocimiento alguno para inquirir Jo
que hallia hecho la otra columna. Quiso penetrar
en la pobladoil; p~ro hai.!,:cl!!:O trop~;:~do Con gran-
de resistenci~, ~;c rctir'ó rH'c¡:ipilad;,HncnU~ . :t[;;o,lltlO'-'
mmdo las {['opas comprometidas, y cda t:.l;O se
salvó del mouo que pudo. JA)S enemibos sea por
temor tic una emboscada se:! porque estuviesen fatiga-
f1os, no insistieron en la persccucioll.. Este aconteci-
miento tuvo lugar en 24 de cnero de 1823.


Tal derrota, sin embargo, produjo en Ma:lrid la
mayOt' constern:lcion. Asustallo el g-ohicrno dió 61'-
den para lcvantar algunas f(/rtificac!one~ y cnlrc3ó
el mando de la capital al gVlleral Eallc-sleros, yel
(le las tropas al cC!ule de la Bisb.l. Esfe gel1~!ral,
(lue no gozab:! del créoilo lllas hicn scuL:do cn nin-
guno de los r,:lrtiJos, ni tIe una gr;11l esfimacion Je
parte ¡le a.quello:; mismos (fue le cmplc:lban, tenia
contra sí antecedentes de tal especie, que pocos se
atrevian á encargarle un empl~o con entera con-
fianza. Parece sin emll:!rb'o que hahia cllcontr;¡doal-
gun medio de reconciliarse con el partido de los
ministros; y ~si es (¡ue estos le nomhrarorl inspector
general de infantería, y le confiaron defoIlUes el man-
,lo de las tropas que pudieron reunir.


J.os realistas llegaron á Guadalajara, y sÍu avau-
Z:lr mas ;'ida l\lallt'iJ, paSar(lfi el Tajo casi á la vista




~ ~,;:;:; .r;:
<'iel cOrHlc de la Bishal qtle desde d 27 (Ji> {'IH'rD ~.;
h;¡J)j;¡ Jirigido contra ellos.


Entraron el :W en Huele, en donde tornal'On la
ap:lrienci:l !le fortitiGlrse. Segnn los informes del
mismo 'conde ae la Bisbal, las fuerzas realistas Sf'
wmponian de 3,500 homl1rcs de infantería y 200
~ahallot'. En el part.e oficial Ile 30 de cnero deda,
que cn cualquier parle en que pudiese encontrar á
la fac'cion, no solo se ha,'ía dueño de su artillería, si-
no qne aqudla horda ele enemigos oe la libertad de
la pátria seria enlerament.e deslruida. Sin rmbar-
go , el mismo general se presenló el 3 t llelante de
Huerc) y aunque los realistas pcrman p 6eroll en di-
cha poblaeion lla~ta el 10 de feLI'ero, nada 05Ó em-
prender contra ellos balO el llretesto de que el mal
tiempo, y las pocas fuertas de que poclia disponer~
no le permitian obrar de otra manera.


La del'rola de Rrihuega se vet'ilicó segun se ha
dicho el 24 de enero. El conde de la Bishallomó ill-
mediatamenle el mando: el gohierno le dió cuantos
medios tenia á su alcance, y el contle en Sil informe
del 8 de febrero dijo que sus fttcfí'::ls se reduclall á
2,900 hombres de infantería y 380 cahallos, 116
comprendido el regimiento de Calatrava que habio.
destacado á Cuenca, y que se habia reunido á él el
10. l1c aqui puclle colegil'se cual('seran losmc<lios y
autoridad del gobierno, que viendo la capital ame-
naz3<h, y á los enemigos casi en sus puertas. desde
el 24 de enero al 8 <le fcl)rcro no Tmdo reunir pa-
ra alejarlos arriba de 3, SOO hombres.


El 10 de febrero, mientras el conde de la Bis-
hal hacia un movimiento en la direccion de Cuen-
ca para protejer la lkg:lch «le la columna que ef·




.. 284.
petaba de Valencia ~ los realistas dejar;:>Jl á Huttf.
Como el movimiento del conde de la Bisbal le ale-
jaba del camino por donde se retiraban los ené-
migos, y como la primera noticia que él tUl7iese
de su marcha, le hubiese sido dada par una carta
fiel alcalde de'.Huele, no se traló de inquietarles
en aquel día. Se retiraron pues á marchas ordina-
l'ia., repasaron el Tajo sin obstáculo alguno, '1
habicindose dIvidido en dos bandas, ~e dirIgieron
los unos ácia Aragon, y los otros ácia Valencia,
.in que las tropas constitucionales pudiesen obte-
ner sobre ellos sino muy reducidas ventajas. No
parecia sin embargo dificil empeñarles á un com-
hate general, habiendo ya llegado el conde de la
Bisbal á reunir mas de 700 caballos. Esta espedi-
cion, que duró hasta principios de marzo, no ob-
tuvo resultados importantes, y el general consti-
tucional que la mandaba no correspondió á la opi-
Ilion de actividad y de inteligencia que con gran
justicia se habia adquirido en la guerra de la inde-
pendencia. En aquella época los patriotas prodiga-
ban taroMen grandes elogios al general Mina; la.~
Córtes le tributaban acciones (le gracias, y el go-
bierno le condecoraba con la gran cruz de San Fer-
nando por la ocupacioJl de los fuertes de la Seu de
Urgel. Los periodistas que tomaban sobre tOtlos los
lltgocios un tono decisivo, comparaban la ocupa-
cioa de aquellos fuertes á las roas brillantes accio-
}les de ,uerra, y hallaban que eran superiores á
todas por la inmensidacl oe su mérito. Sin em-
bar~o, lo sublime ó lo superior del hecho consis-
tia en el bloquéo ele Urgel , despues de "-retirada
d~l baron de El'()les á f'rancia, yeu la tvacuaciou




a. ~;8i) od
vol~ntaria de los fuertes por los sitia(los, luego
~lue cartcieron de víveres, sin que se opusiesen loa
sitiadores. Pueden medirse por la misma escala las
promesas de :Mina en Cataluña. Una gran parte
de las fllenas disponibles de la España estaban
reullid,.s hajo sus órdenes, y no quiso emprender
operadon alguna hasta no estar bien cierto de no
esperimenlar reveses. Para obtener esta certidum·
hre qUlzá~ perdió un tiempo precioso, y lo que
hizo en el rigOl' del invierno pudo verificarlo tal
vez antes del fin del otoño con una ventaja mu-
cho mas decidida. Esta pérdida de tiempo es tanto
mas digna de Ilotarse que si Mina hubiese lanzado,
c~ando debió, al baron de Eroles de Cataluña, el
congreso de Verona hubiera dado probablemente'
este acontecimiento una grande importancia: aca-
so f¡11~ resoluciones no se hubiesen adoptado, ó
acaso hubiesen sido mas tardías, Porque nunca era
Jo mismo el que los sol,eranos aliados contas('n con
una regencia )'a f'stahlecida eu Urgel, y con un
ejtrcito realista mandado por un general de cré-
dito, y siguieHdo un ('lIno de operaciones, y ob-
teniendo ventajas, que eOil ver á la regencia fugiti-
va, fllera de España. á 1(13 n'a }íf>las derrotados, y
la cresla de los Pirineos ocupJ.tla por las tropas
com.1 ilucionale:-:.,


El mini~terio apcnas rc!SlaLlcddo del e~panto
qllc le h:¡l,ia (ausado la derrota del 24 de euero v
la a prol.Í marioo d~ las tropas rcallf>tas :'t lUad rid, s~
presellt6 á las e6rtes (~n 5 de febrc!'o para pcdirlc.!i
una q~illta de 30,OUO hombres (lc~(illados á ponel"
~1 é¡érl'ito cnpic ele ~lIcrra. Solicifaha :-Hlcmas dife-
¡'entes autoriza('io,H~~ para, él, pan las tliputacíol1l>c




pi"ovi ucialc3, p:!I'a lo~ cOIllaJllbllt·:~ l~t';(1t~faies, '!
para los distritos militares. Una cúmiúoll encar-
gada de examinar las proposiciones de los mini~tros
presentó al día siguiente Sll iuforme que las apro-
haba y amplificaba. En vano algunos diputados pi-
dieron que el gobierno diese cuenta de los resulta·
(lo:; proJucidos por las quintas acuctadas anterior-
mcute: los ministros apenas se llignaron responder.
y seguros oel éxito de ~a Jiscusion , ~c ('olllentarou
{'OH decil' que lo que pcdian era necesario. Todo¡
poco mas Ó mellos, fué aprohado.


En seguiJa el ministerio pn'sl'ntIJ el e.,I;l(;O Jc 10!i
medios (Iue le pan~('iall ti rgenl es pal\l cubrir los
Huevos gastos; pero no espcciticaoa á cllanto ascen-
dian los gastos, ni. á cuanto subian. los recursos,
que, llcllian, ni (leda si ha'bia. Jéiicit en las l~ontri­
buciones ya decretadas; nada cn fin se aclaraba de
lo que podia ilustrar la cucstion. A pesar de la
condescendencia de las (~ói'te:>, la cOlI1!sion que dió
su informe acerca de las pctit iones JeJ ~'J1íerJ1o)
no puJo ahstenerse de uesechar h"cs de los artícu-
k'J propllcs'OS, como viulan,lu abiertamente la
COlls¡itutÍou. ;\0 bltal'oll JipL'.t:ulus t¡ac llÍcieroil
la opuslcioll, porque v j¡>l1do el al raso esciloJaloso
de c:ontrjbucjon(~s, b apatía y b inaccioll del go-
bienw y ~us H3cntes, k~ parccia illutil votar nuevos
impue.stos. Lus ministros no PUtliCl"OIl dar cuenta
ni lle las l'outribuciont:;, ni :,ciialal'lar. provincÍls
(lI lC debian mas, ni las SUIll:lS necesarias, ni las
tille Jchi:m producir los medios propuestus. A pc-
SJ.!" de tOilu cslo se concedió al gobierno, l :15i sin
discusiu~l, todo cuanto pedia, ;í cxcqniou de l<h
"res :u'tículos ~ c¡:~c \,1 ,';:::¡:i:,;;j:l ~'C: k.1oiJ 0puf:;lv.




~~ ::! 8 7 1("~
El 12 de febl'el'O el gobierno dil'igi6 á las Gól"-


les UIla pr:oposicioll red ucida á. que, visl as las IlO-
tas de las grandes potencias contillentaJe~, y el
discurw del Rey de Francia en la apcl'tura de las
C6rtes, estas debian tomar las medidas que esti-
masen convcnientes. 1.a comisiou cncargada de
examinal' el men~agc del gobierno, propuso dos
resolucioncs encaminadas á ql1e:


Primero: si despucs (¡ue las Córtes extraordina-
rias hubiesen cerrado su SCSiOIl, las circunstancias
cxigiesen (lU~ el gobicmo cambiase de residencia
las Códes desde ahora ordenan Sil traslacion al
punto ti j:ldo por el gobierno de acuerdo con la
dipulacion pcrmanente; y si esta hubie~e cesado en
sus fUllciollcs, de acuerdo con el presidente yel se-
cretario nombl'ados por las Córtcs ordinarias.


Segundo: si llcgase tal caso, el gobierno con-
~llltará soln'c el sitio conveniente á su trasladon, á
una junta de militares conocidos por Sil saher,
POl' S~I:, talentos y pOI' su adhesiun al sistema-
ro IIst i tucio na 1.


Dificil es cOflcclJil' romo la comision encargana
de examinar (lJl m¡:'ls3ge del ministerio en el cual,
visto el estarlo de las cosas, las C6rtes esta-
ban invila¡bs á tomar las mrdiclas convenicntes,
pudo fijar Sll iJea en el aLando:lO de la capital, '!,
ya qllC le ocurrió semejantc pensamiento, como !le
limitó enteramente á él sin aIiadil' ninguna otra
medid:!. Los ministros, y sus adictos principales,
5C entendieron cOn la cOOlision sobre el sentido qac
pebia darse á su IlIcusage, y no creyeron que cra
1 l' 1" '1 ' 10:1:'0,<,0 P¿U';) edu[- pCLlr al prOH~O :t cvacuaoon
::~ ]'Iblri.},




-.288,.
Les límit~f de este e~rito no con.sienten e!\l~n-.


• lnse robre el detalle de las sesiones .1" (>Jt-t~~ en
..-:¡e fueron discutidas las p .. oposicione,~ .le l.. lomi-
l'ion. I~o que arrojaron de si, fué confcsar (¡IlC na-
(la hahia preparado, que era imposible rc~i~tir á la
inv3sion. Se dijo en aquellas sesione~ que los fran-
('eses podian llegar á Madrid con una sola division
de 8 ~ 10,1I11U Ilombres; se demostr6 que no ha-
hia ején:ito, ~. que las plazas no estaban I,rovistas;
díjose en fin q,ue aun cuando hubiese 80 Ó 100,000
}lomhrc!; 1.lien organizados, que aun cuando Búrgos y
ot ros plintos estu viesen fortiticad,os entt:'C el Bidasoa
y Mad:ri,¡, lo que es 30,000 fronceses siempre pod'ian
Hegar á la capital en cÍnco ó seisdias,sin haber quien
pUtliese impedirlo. El miedo se habia apoderado de
Jos ánimos, y si atgun diputado hll~iese propuesto
auandona.r á 'Madrid en aquella misma semana, la
}u'oposicwn huhiera sido aprobada COOlO lo fueron
los dos artÍCulos de la comisiono f..s de notar que
los ministros no asistieron á las s('~joJles: es al me-
1I0S del'to que no a brieron la boca, y que no se
rxigió ('om") hubiera debido ser, que el gobierno
rl'iese conocimiento oc los medios q"e tenia para re-
sistir á la invasion, y que indicase los temorcs que
c1ebian C'onC'ehir~e (le que el enemigo penetrase den-
fro de la capital de la monarquía. Al ver el- apre-
f,ul'amiento con que las Córtes auto"Íuhan al f;0-
11erno á que salie,-e (fe :l\Jadrid' en los doce dias rJue·
.ebian pasarse ha!'la la rellníon de la s{'si(l~) Ol'r!i-
naria, huhícra poJido creerse (¡ue la capital ,le-
J':spaiia f',taha poco tlislanle de la frontera de Fran-
6a', y que I(J~ cll/;,iIIi¡.:os habiau ya traspasall'Ú sus
H:nil4"A. l. .• , !I!!'" e'l" "i" t';o:.ar;l!:o !~rditron a.ti: •.




{':jt~8;')o
(:('1'ca de dos mtses en atravesar el Bidasoa, y I\1a-
(lrid dista unas cien leguas de este rio. i.Pero cómo
era posible que el temor celase á los ministros y á
los hombres del partido dominante de las C6rtes
hasta impedirles que reconociesen las funestas con-
secuencias que iban á producir sus decretos incon-
siderados y su.s ímprud'entcs a"edamaciones? Quizá
los franceses no habian aUIl resuelto definitivamen-
te la invasioll; quizá podían variar su plan de un
mon;¡enlo á oft'o. ¿ Y no debian animarles los actos
recelosos que veian (le parte del gobierua español'?
¿ qué opinion debia formarse el pueblo cuaIH]o se
haCia notoria la car('ncia de recurs~, y le habl'aban
de ponerse en seguridad, las Córtes encareciendo
los peligros? ¿Si creían que la nadon rel'istiria á
los franceses, porqué huían de Madl'id? Y si pen-
saban que el enemigo no encontraria resistencia,
.¡para qué tomar una resolucio" t-emeraria ? los 1'('-
volucionirios franceses fueron ron5C1:uent-es, y ba-
bian arroslrado los Pllligros con mas firmeza. Cuan-
do los prusianos amenazaban á París, no solamente
no ahandonaron la capital, sino que hubieran deda-
radotraidor al que se hubiera atrevidoá proponerlo.


El gobierno decret6 la formacion de (los ejél'ci tos
de operaciones y de otros dos de reser\'a. El pd-
roer ejército, })3 jo las órdenes (lel §eneral Mina,
!.e componia de las tropas oe <:alaluua. El segundD
~'e fonnaha ron las tropas que ~e halla han en San-
hmncr, en ulla parle oe Castilla la Vieja, en la3
proviucias vascongadas, en Navarra, Aragon y
Valencia. al mando del general Ballesleros.El
primer e¡ército ¡J{' reserva debia organizarse en Ma-
,hfd h:ljn b" nr,h'!I<':i {le} (·on.de {I-e la Bi':'lbal; "k~'




o-2[)O~
s~gundo ejército de la misma, cllyO {;cnel'~l en
gefe habia de Sel' el conde oc Cartagena, tlebia for-
mal' eu Galicia. Fácil seria demostrar <lue semejan-
te distribucioIl de tropas era viciosa. y que no se
tomaron oisposjcioncs oportunas, Todo~ los qn8
han escrito ó lJaLlado oc las operaciones milital'es
de qne la Espafia puede ser téalro, convienen en
que para cubrir los Pirineos son necesarios tres
cuerpos de ejército: el uno por la fl'Outel'a de Ca-
tal uña , el segundo por la de Al'agoll, el tercero
·por la de ;\a'¡arra. No es posible que las tropas
del Ard3üJl operen COIl inteligencia, y aprove-
chen las ocasiolles, si espcr~1l las órdenes de un
geuer:l\ (lue se encucnt re soore el Biuasoa, parte la
mas amellal.JUa UC la frontera. Cierto es que los
ministros no contaron COIl (lUC se Jisputaria el pa-
sage á los franceses, porque no hahia. meuios para
defender la fl'onlcl'a; pero esta era una razon. mas
para fi.ll·rnar tres ejércitos en lugar de dos, Sin
duda entraba en su pbn la iJea lle que el pueMo
haria la 3ucrra á los franceses, mas semejante
opiuiull era aLsul'da, y las personas impaL'ciales
lo ennocian pcrfect.lmcnle. Siempre (T:! menester
tom:u' ~:I3lHW.S disposiciones pan L:1cilital' el alza-
miento ad ¡lUeLlo CO!1 tra la invasíon, y para dar nn
apoyo á las gucrriHas sin número, (llll! segun se
decia iban á levantarse. La primera consecuencia
rle 1nlJt'l' puesto Lajo el maudo ¡lel mismo general
:í tOllaS \.1$ 11'01'.1-; que hahia en SanlaUllel', en una
pJrte lt~ Ca,tilb la Vi< ja, cu Ara¡5otl, en el reino
(k V ;¡lcl1\"i:l, cll"ia',.,arra y la:; provincias V.lSCOIl-
i~1\b:'l, rllé qtl'~ l'¡ :;elleral ~~allest 'l'O:'! l;() tlllO tiem-
. , ' ~ \


j ' , 1 P0 '¡:~ i"':iJ.!I!\' op,-,rtll!l11Ilt'n!f' H!'i 1i.'~n'.lS, Hl .~,. 1''.;-




corret' la frontera, ni aun de podel' llegar á 105
puulos mas amenazados. Cuando el misnw general
supo qlle los franceses habian entrauo en Espafia,
llamó á sí á todas las tropas que ocupaban las pro-
vincias fl'Onterizas, á todas las que se ha1i:1Il colo-
cado bajo sus órdenes; y no pudiendo hacce frente
al enemigo se replegó sobre Valencia, dejailJo [i
lodo el pais sill un solo soldado, salvas las guar-
niciones ue aIgull;)s plazas. Las fuerzas se dis-
minuyeron considcr3blemenle eil tan larga retira-
(13, ya por la desereíoll, y ya pOi' (,tros motivos.
1.0 que llay dc cierto es qne los franceses no encon-
trarOll la melloroposicion ni en el tráusito dd Hi-
tlasoa, ni ea las garGantas estrechas Ul' los ('ami-
nos qu~ siguen ha!>ta Vitoria, ni en el paso dd
Ebio. Y aun cuanuo clpuehlo se hubiese sentid!)
animado COIl algun ueseo de tomar parte en la
guerra, )10 hubiera podido estorbar el permane-
rer pasivo, visto el ahandono absoluto en r¡ue le oe-
jab:l1l las tropas, ea virtud Je las disposiciones del
gobierno. PGr otra parte los franceses, que naJa
tenian que temcr !,oln'c sus ¡bucos ni wbrc fU ''C·,
taguarilia, avallz,dJali direct;!Hlcnte :.icia el centro
de la penímuh.


la h~bi~latut'a e!;!.raordinaria!le bs Córtes se cel'-·
ró el 19 dc febrero. ~o rué posiLle prolongarla \1¡¿IS
tiempo, debicndo aLrinc la seston oruiIl~n'ia el 1,('
de marzo. El mismo día 19 de febrero, el rey despi-
dió á sus ministros, confiallllo las carteras dd dt'~­
pacho á los pl'imcros empicados oe 10::; !c:inis!cl,joS.
hasla cruc se verilica~:e el ll<Jmbramienlo de los qll\!
llaLian de pOllcr:;c en 11lg:lr de los <¡!lC dejaban b~;
:;illas. E~la mc.lida adoptada pOi' el III01UrC} t'",t;.d)~\




~292~
~n los límites de sus atribuciones constitucionales,
y hombres muy liberales la apetecían. Si la razon
recobraba en parte su imperio, lo primero era vol-
ver á entrar en trato con las grandes potencias; pe-
ro los ministros que habian respond ido tan altane-
ramente á las notas entrangeras, no eran los indi-
viduos mas apropósito para entablar semejantes


• negociaciones. Y áun cuando hubiese entrado en los
proyectos de~ rey el hacer la guerra á la Francia,
la pI'imera medida que tenia que tomar era la de
remplazar á unos ministros que tan impotentes.!le
habian manifestado en medio de tan gravísima co-
yuntura. En fin era público, y un diputado amigo
tIe Jos mini~t.ros, lo habia dicho, cQnfirmándolo los
periódicos ministeriales, que el ministerio pertene-
da á una secta~ Ahora bien, otra secta le habia de-
clarado gnerl'a abierta; el bien general exigia pues
quese separase de los negocios para reunir losánimos.


Deseosos los minlstrosde conservar el timonde )0'
negocios, y no pudiendo sus amigos y afiliados, leer
de sangre fria una medida que ]('s privaba de Sll in-
fluencia, y acaso de sus empleos, resolvieron echaJ'
el resto sin reparar en medios, con fa) que se forza-
se al rp.y á que volviese á admitir al mismo minis-
tedo. En la misma noche del 19 de febrero se reu-
nieron con este motivo uno.<; doscientos conjurados
y marcharon sobre palacio. Y ..le esta suerte haden-
..lo resonar los aires COIl gritos espantosos yalroces,
amenazando al monarca y penetra'Hlo hasl a su habi-
tacion le rOl zarOIl á que repusiese el mini1\terio. I.a
vida del rey estuvo en aquella ocasion espuesta. 1.06
2J\arquistas ha bian susci tado muchos tl ¡as de de~ó~'­
d'~ll y de confusion en Madrid tleS}lUeS de 1820; pe-




Do ~n3 «f
,(,IJ 11;<Jt:.m luotin habia LelliJo un asptclo 1:111 3m~;<.
fla1.ad~;. .como el ue la terrible noche del 19 de fc-
l!rero de 1823. Mientras que en los tumultos uc la
plaza jcl palacio no se economizaban ni insultos ni
amenazas para forzar al rey á reinstalar á sus amigos,
otros grupos de gentes de la misma especie peuian
con ademanes de furor á la diputacíon permanen-
te de las Córtcs que se nombrase una regencia. Las
destempladas yociferacloncs de la regencia y mue-
ra el rey retumbahan en todas partes y en los pa-
rages mas públicos de Madrid se colocaron mesas
para hacer firmar las peticiones que exigian la des-
titucion del rey.


Los directores y los principales agentes del mo-
lin habian dado el impulso y se manifestaban re-
sueltos á cometer toda especie de crímenes sino con-
seguian su objeto; pero despues de haber obtenido
la nueva entrada de los ministros habtian querido
apaciguar al golpe la agitacion, y horrar el vergon-
%OSO recuerdo de lo que habia pasado. A pesar de
su prisa entonces para contener los motines, no
pudieron impedir que los gritos ele regencia ómuer-
le continuasen largo tiempo todavía; y hasta los
periodistas, órganos de los ministros, aseguraron
que los que le dirigian el movimiento no habian
lanzado semejantes voces.


La nueva instalacion <lel ministerio no satisfizo
del todo. El rey en su decreto se sirvió Je la
espre~ion de por ahora y los partidarios de
los ministros querian que fuesen perpetuos. La
diputacion provincial de Madrid, la de Murcia,
r otras corporaciones exortaball al rey en aLrevi<los
mensages IJ'U horrase las palabras de por ahO"~1 y




<¡líC f1e'·bl'~\'C ,l!U':lJ"l'O el t Íllllo .le los mini~tros.
PUl· su ¡¡.lrte los allegados á esta, 501icilah:m lo mis-
mo, y .~()st"lli"n que en esta cOllsis!.ia la salud dr!
la pá tría.
L~lS Ccírlcs ahrieron su ~csion onlinaria el l." .. le


ma ¡-Zl) de 1823. El :2 el n'y les hizo conocer que
h~hi3 juzg<\l}o conveniente despe.1ir i los ministros,
\tesignanJo á los sugeios (lIJe uehian remll1azarlos.
Ll mon~rC3 aiiaJió que pal'a impedil' sin emlXll'go
,:nc los negocios públicos Sllíi .. lcsen el mellO!' refar-
do, }¡JS millis(ros destitui.dos debían ('onlilJual' ele-
s~mrf;i'ía\l{]o sus empleos, h:1sla que hllbiescn dado
Cil.cüL1 á las Córles del estado de la nacion.


El rey queriendO impedíL' á los ministros que
.se separasen de sus puestos antes de haller instruido
á 1.1s Córtes de la situacion de las cosas, se acor-
daba sin ouda de lo que le habb sucediJo (los
anos hacía cuando reemplazó cl ministerio de 18:.W.
Entonces diferentcs diputados se lamentaL'ol1 á .las
Córles de que los minisll'os hu.biesen sido despedi-
dos en el momento en que conforme al voto de la
Conslifucion y del reglamento, debian dar cucnta
del es(ado de la nacion. Ofl'eciéronsc <lilieullade:>
para admitir en la asamhlea á las personas encar-
gadas provisionalmente de las caderas del despa-
cho que iban á leer los in formes pl'eparados por
log antiguos ministros. Pero el rey estaba ya c010-
caJo de modo que tenia que experimentar te do gé-
nero dé contradicciones: las C6rtes de 1821 ha-
hian declarado que la base de sus trahajos era el
iúforme prescntado pOI' los ministros: las C6rte&
,de 1823 declarahan qlle este trahajo no era esen-
«j¡:'1, y aun hu.llo diput:do que le designó con. el




'Hfnl!i jl' ín:.ignifiranfc. Sin emklrgo h ~jtuacion
de lo:- lH':.:OC!O" eH ITI:1rzO de 1 ~~21 no en de nin'-
gllna m3~ler;1 comp:\ral)le con b que tenj"Hl en
marzr. de 1823, v las c1l'runsfanci;¡s criticas Ile cs--
:.1 úl!ima éTl;¡:':} • (\Cbian r1'ornovel.' ea ];¡s C6rfes
cÍ de~co de ;l1lC los ministros hiciesen sin pérdid:J.
(le iiempo 511 corrcspO'illlíeJlte informe. Aun sUFo-
niéndosc\e muy medianamente redactado, irH~Yit:l.­
hlc era que oejase de rnallilcslar ~l temer en que
se estah3 (le tCller 1;,1(> resistir d choque tlc la in-
v3s;oa ; 1:1" e~pcrallzas que se podian l()J'nur r.o}¡rc
la alianza entre In{';hterra y Porlusa}: los p;.sos
,Lulos para bbtencr favol'aLles consecurncias: el es-
tado del e.'\píritu público: el número de tropas
y el que llodria clát'seles: los medios de proveer á
:sus necesid:üles si hubiese Mflcit en los nc,ursos
Jlucs!os á disposicion del gohi~rno; y otros muchos
punros de m:-,yol' interés para entrar en las gran-
des C<lcstioncs que debían :lgitarse. Cirrro es que
]05 JipuLldos pOJi:lll rcucriníormes y detalles, pe~
ro eslos carcci:111 de c3r;íctcr oficial, y ni podian reu-
nirse en núrr:c¡'o ;,u!icicnfe , ni con aquel c;:¡}':Jcfrr
de certeZ:l 'lue deLia acompaiíór ;í 135 noticias de!
gohierao.


Todas eslas consiJcn('ionc5 cedieron :í los deseos
de conservar en su }luelto á los ministros depues-
tos por segunda vez; y para eludir la voluntad del
~e'y, los Córtes ordenaron <¡ue estos su~penJjesen sus
iuiarmes hasta nueva resolucion; lo que forzó al
monarca á conservar los ministros que cordialmen-
te detestaha. },05 motines forzaron al rey en la
no~he del 19 de febrero á que volviese á quedarse
('(m los mismo;; ministros i y las C(Írles por su par-




.. 2n6-a
'LI~ hi,'it'l'on tarnhien que los cor.!!ernse, aun cnaR-
Jo era {¡ su despecho.


Sin embago, las CÓl'tes suspendiendo la lec! Ul"a
de los informes ministeriales no solo se oponian á
la voluntad manifiesta del rey que usaba de sus
at!'ibuciolles ,sino que tambien violaban ~u pro.;.
pio reglamento y la Constitucion. No podia meno!
de ser así, porque la confianza se hahia perdido y
sin eUa dificil era respetar religiosamente la lega-
lldad.


Necesal'io es decir que los hombres nombrado~
por el rey para componer el nuevo ministerio, no
solamente pasaban por comtitucionales, sino que
tambien habian dado grandes pruebas de exaltacioll
y pertenecían á los partidos que estaban en pu-
janza. No podia disputárseles tampoco que teniart
por lo menos tanta práctica de los negocios y tantas
luces, como podian tener los ministros despedidos.
No habia el menor pretesto para impedir á los
que estaban en Madrid que. entrasen en funciones
ni á los otros para que viniesen á sus puesios. Si
se haMaba de libertad '1 de Costitucíon de 1812,
los nuevos aÜnislros podian presentar una huena
h\:\ja de sel'vicios , y sostener el pal'angon con los
alltiguos aunque hubiese entre estos alguno.!! de los
gefes de la isla de Leon , SUpUC.!Ito que los nueva-
mente nombrados se habian visto forzados á emi-
grar por los sucesos de 1314, cuando la Consti-
ludon rué del'rocada, ó se habian espatriado de
resultas de las tentativas que se hiciel'on en los
años siguiente, para restablecerla, y que habiau
sido perseguidos y aprisionados por el mismo mo-
tivo. Alguno! tllhian sido diputadM á Córte.!! en




·-m.2fl'¡ -d
1 ~~O y 1. f;~ 1 , Y ~~ habian distin.guiJo en d p,H'~
tido exagerado: olros se hal)ian hecho noiables (!n
13 trilnma tle 1M c\ú h~. tos nuevo." ministros
pert~necian en fin á diferente~ partidos, y los
roiernbms de la scct3 ,1ominant e, veían qne este
n()mbrami.~nto les ha('i~ p~dr.!" mucho teucno qui-
t!í!Hloles ('1 manejo cxdusivo de los negocios. Por
olra 1'arlc, el viagc podia esp('6menlar relar.1os á
causa de la muJanza del minir.lrr;o, y es'as fue-
ron las v{'rdaclrr:ls cau~:ts clp la conl11ocion ~cl 19
(le fclJrcro, y dc la r('~olu('i()n de las ('0rte~ tle ha-
cer susperHlcl' los ill(~)rm('s de los mil!i~lf(ls.


El '2 d~ mar.~o. en b rrilnera scsion de Córtcs
ordinarias, (supue~!o que las de 1.0 de m~rlO se
redul ian siemp,'e i oir el discurso del trono, V ~
nomln'ar una comision que le respoiluiese ) , . un
diputado propuso qne se dce\ar~;;e 1.l incaracida(l
del flt'y, Y las galerhs arojieron la proposicioll
con aphusos esfraO!'dinarios.


1.a si! ll1,ion en ronsecnencia ile la r\milia real
~ra estremadamenfc crítica. El rey padecia un ata-
~ue de gota r (pIe I'C :¡gr:lvó con los sucesos del 19
de fehrero, y la reina, justamente atemorizada COI!
los escesos (le ar¡uclla noche, esperimentaha con-
vulsiones que cau~:lhan inr¡uieludes respecto de su
débil salud. T.as CÓl'tcs, sin emhal'go, insistían en
el viaje; y ya se hahia resuelto que fuese Sevilla el
punlo á 110n(le el gobierno y la asamblea se reti.
rasen inmediatamenle. El rey hizo entregar á las
Córles los ce.,tificauos de siete méd ieos que acredi-
taban el rsl:-:do de S11 salud: cinco de entre estos
declarab:lP ,;"e no podia ronerse en camino sin
que Sil vi.da (lc1j:3r:1~;~. Eslo5 documenlos '~Gmuni-


TOMO 1. :;;0




Do29~e
cado! , las C6rtes el12 de marzo, (ueron ff!rnititl ..
A una coroision que presentó su informe al día si-
,uiente. Terminaba con esta proposicion, (( que
.ea enviada UJla diputacíon al rey para represen-
tarle que l:}s Córtes esperan <¡ue S M. se dignar'
disponer su partida de manera que esta se verifica-
rá antes del 18 del corriente mes; fijando auemas
en este término preciso el dia y la hora que le pa-
recerán mas conducentes, y en que la partida se
realizará necesariamente, sirviéndose dar aviso 0\
las Córtes, que permane( erán en sesioJl permanen-
te para decidir lo <]ue mas convenga. » Esta pro-
IJosicion fue adoptada.


El rey anunció á la diputadon que rué á pre ...
venirle esta resoluciou de las Cól'tes, que estaba
pronto á partir aun cuan(lo se encontraba enfer-
mo en call.la; pero que ueseaba que la salida no
se efectuase hasta el 20. Las Córles, instruidas del
deseo del rey, consintieron en ello, dando á ('sle
retardo de dos dias solamente, una importancia d:.l~
iica, y queriéndole hacer pasar pOl' un teslimoniCJ
Í>iJl~u lar de atenrion y de generosidad. '


No eea sUficiente sacal' al rey de la capital. En
tambicll necesario rodcade en to las partes de la
misma atmósfera. 1.a milicia de la capilal, ('om-
pUt~sta al principio ,le la rc'/oiucion tie hombres
que ofrecia n a tg ullas gar:lIlt i:\ s, ha bia dado m U(' has
pruebas de su huen juicio: mas (le una vez hahía
~ontrarrestad,,:í los 3llal'fluistas y des! ruido sus pro-
yectos j pero uesI)ües fltlC uua intinidatl de criauOl
lulJaltenlOs se alis:al\<t en sus fibs: dcspues líu,
estas fueron abiertas á su!:)clos á (1llíl'lles rl ayuu!:l-
micnlo ofrecía el ve.::!uaJ'io, s·e CI'C::I'Ull IlUCH'. 0.l-




.. ::!)D~
kllont's, y el espíritu no pollí:t ser f:l (Iue fué en
un principio. Al llamamiento hecho ell las C6rt15
., apoyado pol' el goLierno, respondieron inmedia-
tamente bastantes, que en efedo fueron hast'! Se-
Tilla y Cádiz. La parcialidad veneno~a ha dado
márgcu á juzgados con cm'ollados epitetos j pere
la historia no les negal'á nunca que dieron testi-
monios de qnerer defcwler la independencia f la
dignidad (le la nacion.l\o los presentaron por darte
muehos de sus del ractores.


El gohiel1lo Jecrcló la creacion tle un nu.vo
ejército de rC~CI'V:l en Andalllda , bajo las ól'den ..
del general Villacampa, y poro despues (lecidió
que el pl'imcro y ~el!,'llHlo ejército de reserva le
convertirian en el tercero y cuarto ejército de ope-
raciones. Pero estos decretos no aumentaban ni las
fuerzas ni los recur~os que eran indispensallles para
ol'ganizar los cuerpo5. El gobierno en este punto
como en varios oh'os, m;\JIifrslaha la illaccioll mal
(:omplera. OCl.lpáb:1sC sohrc toJo de los prepuali-
vos del viaje:'t Sevilla, y el poco dinero que habia
,lisponilllc eslaLa reunido con ('sIr objeto, la ma-
yor parle de las tropas de que se podía echa,' mane
eslaba destinada á acompariar al rey y á las Corte.,
abandonando muchos puntos en que el'an eSfrl.'ln1-
damente ncresal'ias. Los ministros no ~e detenían
tampoco por la coIlsitlt'l'al'Íon de que duranle loe
23 dias indicados para el viaje 110 podrian aplic31'-
~e de un modo seguillo á tomar las medid::s ',:,:iji-
das por d rslado critico de b nacil)'" l\~r' oll'"
parte, 5/'guIl IOt101> 105 temoru:, h jnvasjO!l habia
Ge nrifi("~rse durante el viaje, y a.sl h;¡j¡i,,1t t'C
'el lit Lltoll rl~l o.ocf'l'r() r1~ 1!\~ C5 .. , "!o 1111' rol 2.~ dl~




~:.oo~~·
,. .


ltlary.o ."lI~·t}(~llUlel·Oll :>11$ !-CSlOnes por un me!. &t.
motivos eran huto euficientes para impedir el
viaje ~ ó á lo menos no precipitarle; pero 10 que
te queria era viajar cómodamente, con ~eguridad
y ganar tiempo, para que los informes de los mi-
nistros no siendo leidos á las Córtes, estos pudie!ell
seguir en la con~ervacioll de sus puestos.


El rey sali6 de la capital el 20 de mano, escol-
tado por los nuevos batallones de voluntarios, d,
que ya hemos hablado, y por muchos cuerpos elel
ejército, encontrándose ademas otros muchos apos-
lados ell (liferclltes puntos, para proteger la mat-
<:ha. Habiánse puesto en. juego todos los resortes
del gobierno, los de sus agent(>s y de las socieda-
des secretas, para haCEr correr las gentes ácia el paso
del l'ey; no solamente los milicianos nacionales
de las ciudades ó lugares que atravesaba, sino
tambien los de oh'os parages mas lejano~; y todo
es~o se disponia para hacel' gran ostentacion de
patriotismo, para proporcionarse esta particular
diversion.
Mientl·~s los minish'os amontonaban al reoctloc


.uyo, cuantas tropas estaban á su alcance, las par-
tidas realistas tomaban aumento en el reino d~
Valencia, y solian batir en grueso á los que las
atacahan. Siguieron en sus ventajas, y se apode-
raron. casi sin resistencia del castillo de Murviedro,
la antigua Sagunto. La ciudad misma <le Valencia
rué ~aqueaJa, y aunque debieron ell muy dife-
rentes veces abandonar su empl'esa, la hubieran
conducido á buen fin , si algun tiempo despues el
~nera\ Ballesteros, al retirarse á Aragon, no les
Rubiera fonado completamenLe á lev •• ,a;r el sit.iet.




~;.30f a
y por entonces fue cuando aparecieron tn Por-


tugal los primeros síntomas de la sublevacion. No
~l1cedia como en España en la época en que comen-
tó á manifestarse la insurreccion realista en la cual
gefes sin nombres, muchos de ellos salidos de las
últimas clases de la sodeaa,], 1W pusieron al frente
del movimiento. Por el contrario, I,crsonas de im-
portancia se pl'onl!nciaron abierlamente <:outra las
innovaciones. Silveria, conde de Amaranle, se alzó
centra la Consli!ufion en la proyincia de Tras-05-
l\loHles, en donde le siguieron las tropas ele in(~m­
tería, de cahallería y las milicias que habia en aque-
lla provincia. El general Luis de Hego reunió una
division con la cual entró en Tras-os-Montes, se
apoder6 de Chaves, y Silveira huyendo se retiró á
España en la provincia de Zamora, con unos 4,000
hombres de infantería, 50 caballos, seis piezas ue
artillería y un gran convoy de carruages. Esta cir-
cunstancia allmenf.aJ)a las dificultades 'de lo(cspa-
toles que carecian de (fOpas en Castilla la Viej1\
para oponerlas al conde oc Amaranfe. YerJad es
(Iue el general Fego le persiguio mas allá de 1a
fronlera ~ pero la esperiencia demostró muy pronto
que no llevaba mas ohjeto que el ae alejar á su enc-
n~igo de la:> provincias portuguesas; y aunque lu-
\'Jese fuerzas superiores á las dd conde de Amarap-
te no quiso venir á las Jl13!lOS con él; lo (!ue le
hubiera sido muy fáril sUDue~i() (Iue esle marchaba


• 'L


~ pC'quei'ías jornadas con su artillería arras! rad3. por
bueyes, y ua pequeño II úmero de carruages.


Entretanfo, vo lviendo ~ tomar el hilo de la
parte histórica ee Madrid, repetiremos que el con~
de la Bisbal, era enlonces el h(lmbre de mOlla pa-




to>304~
de la escoda humana. La escuela pía, era un
palacio eu comparacion de este abominable al-
bergue, y en ella me encontré á lo menos con
buena sociedlul. El intendente BLlnaLe, el gran
proveedol' D. Gaspar ~larín de Soliberes (bien
se acordará) , el caballero Sallchez Toscano, y
otros mue/lOs sugetos distinguidos que dcspues de
tantos Cl1l0S se vienen todavía á la memoria con
agradable recuerdo. Un cornpmlel'o de adversidad
dificilmeute se borra del coraZ;OIl de un hombre
sensil;le. Pcro lo que en medio de Lo lúgubre del
cuadro va lIacer sonreir al lector, y fJarle á co-
nocer lo ridículas que suelen ser las averias revo-
lucionarias, es el molivo que me trasladó á la cár-
cel de corte desde la escuela pia. Tratclbase una
noche en pleno ayuntamiento .. del partido que ha-
bria que tomar con mas de ochocientos afrance-
sados que había en las cárceles. Hubo votos singu-
lares. Ahorcarlos á todos, em operacion tremenda
y bastante larga. EcharLos al rio 111 eselltaba tam_
bien sus dificultades; pero el Lance era hacer algo
con ellos, vorque los franceses estaban encinta V
corwellta dar 1HI ~jemplo. Se convino pues (fue
de los diferentes puntos en que ftllbia presos, se
enviada á la cárcel de cOl'le un cier{() número de




dlo,~ destinados ú que {m masen parte (es una frio-
lera) de u»ct cue)'da úe lalirones que iba á salir
delllt'o de pocos dias acia Portugal. Como ?Jo fui
escogido entre los predllectos para este holocaus-
to, lo diré, pero confieso que con cierto rubor,
y aun con dc.~precio que no califico, acia ciel tos
aclos del génerú hllmano, que parecerían increi·
bies si la esperiellcia l/O Los acreditase. lbase le-
yendo la lisia de Los presos, y se,1U11 se hacían ó
no, observaciones sobre calla uno de los nombra-
dos, asi se Le cdlll/¡a Ó IIt:jaIJa ele ecltár.sele una
cruz al mál'gen para que fuese en La cuerda. Yo
de La leclllra salí libre, pues uculie observó nada
que me fuese contrario, y mi llornbl'e había pasa·
do, (uando tÍ los lresó cuatrollombres posleriores,
un cierto procurador sindico, que por aJti ha an-
dado siempn:, sin 'lile ?Jo nunca me ha!Ja dado
}JOI' entendido del gran (aval' que le debo, escla-
mó con gritos de energúmeno: poco á poco se-
ñores, poco á poco: ese Cal'ner'ero que se
113 citado; ¿ es uno que anda por ahi con los
pe!v~ tufos, con el corb:ttin estirado, y con
un casaquin que tiene unas pieles por el cue-
llo? El mismo, el lUismo , se respondió. Pelos
tufos digisl~, y casaquin con pieies; píC~t'O,




i D,50G-a
tunante, el mismo y ..•• enmedio de aquella ba-
'I'aunda, de aquella ceguedad, de aquella inmun-
da sinagoga, vea el lector como el nombre de WI
hombre pacífico que acababa de salvarse de un
grctll peligro, vuelve ()e repente á él Y precipita ú
su dueño en un impensado piélag o de horrorosas
calamidades.


La tremenda cruz que le había ,'espetado cayó
sobre mi nombre. j Increíble poder de lUZ peinado
y de unas pieles!




Sl~~ eA~!!®!rl!
$~-e(:


ftluy fune~!o rué para mi el tener alguna. ins-
truccion , Ó p!)r lo meno.~ saber cosas de la reUQ-
lucion /rancfJsa, en la horrible tarde en que sacado
ie la cd rcel de cf)rie, me ví en medio de un po-
pulacho !ct'o::; y gritador, am al'rado á una ca-
dena que nunca creí tocase otras tnanos que las
«e los criminales y facinerosos. Funesto era digo,
saber algo, pues de no saber, no hubiera estada
meditando en el beslÍbulo de la cárcel, en donde
resonaba la espesa 'Vocería ele la crapulosa mu-
sltedumbre que estaba en la plaza, que lo que
flUí se l:ba á !tacer con nosotros era la horrenda
repeticion de los abominables aset;inatos de lOI
setembriladorcs de París en ] 79~' Con efecto,
Ilfjuella destemplada gl't:teria que cundia á cada
indivíduo que se prel:entaba saliendo de la cárcel,
liaba mlirflm para erenr (jll'! al saU,. á la plaza
era de,~peda.'ZO.Jo en eita. lVO era asi s'in embargo:
lo que sucedía era que se ataba d rada Mlient~,
'omo d mí mismo me tucó el tlltrno. Una particu-
laridad 1totaúlc que nunca lte podit,lo olvidar, fl1~
la de la sorfiJ'escJ, qUt m~ cau"Hí I'!l VD/' qtU la prt-
'id,ntia dd acto de Ituo;tro am(lrralitl:~/~to, la {IJ/lirt




~lw508~
un tal Guizaburuaga, teniellt(J de plaza en fun-
ciones en aq1lel momento, habiéndolas ejercid(J
constantemente, y en iguales términos, en toda
la época del mando de Josi B()naparle en la ca-
pilal. En fin, se nos aló inhumana y solemne-
mente, y así {u/mas conducidos hasla Avila. Ha-
bía en la cuerda reos condenados á muerte por
crímenes capil"les de 1'obos y asesinatos; pero tam-
bien habia clirigos , intel/dentes, oficiales de se-
cretaria, canónigos, magistrados, y olras per-
lonas de igual condicion y calegoría. Al Llegar d
.tvila, luve la fortuna de encontrarme con un in-
glés ínt¡:mo amigo, hombre de gran influencia,
que maniobró diestramente" con 'Una junta revo-
lucionaria , allí establecida, y logró que se me-
pusies6 en [iJJel'lad. Restituido á¡'Jfadrid poste-
riormente, no tuve por entonces nttetlas desg»acia!J
de tan pesado géllero: !tasta que llegado el gran
momento de la evacuacion general del ejército
{I awés, y ya sobl'admnente escarmentado con 101
[iralldes percances que me habian ocurrído, emi-
gré completamente y entre In[)la~erra y Francia
pa¡é nueVU$ lances y vicisitude._"




NOTA PASAD,,, POR EL GARTNETE DE V~ENA AL Go-
BIERNO ESPAÑOL, CON FECHA 23 DR DICIEU-
BRE DE 18"~2.


La sitlladon e'n' que se halla la Monarquía Espa-
ilola. á' consecuenria de los al'onlec1mientos ocurri:'
dos en ella de dos ailos á esta pal"(e, era un objeto
de imporlancia dellllsiaJo gl"allJe, para (leja," de
ocupa," sel"iamClllc á los gahincles reunidos en Ve-
{,olla. El Emperado¡" l\ueslro Augusto Amo, ha que-
rido que V. fuese informado ele su modo de ver é~­
ta grave cuestion, y con éste objeto dirijo á V. el
presente despacho.


La revolncion de España ha sido juzga(h en cuan·
to á nosotros, desde que tuvo principio. Segun los
aecretos elernos oe la providencia, el hien no pue-
de producirse, asi para los estados (:omo para los


( 1) El COlllle flruneti, en~arí;ado de negociO$ del Em!,e-
I'2dor de Au.tri3 en Madricl.




~:;JOc
individuos, del olvido de los primeros deberes im-
Imestos al hombre en el orden social. No es por cul-
pables ilusiol1rs que pervierten la opinion, estra-
viando la conciencia de los pueblos como debe prin-
cipiar la mejora de su suerte; y la rebelion militar
nunca puede formar la hase de un gobierno feliz
y duradero.


La revolncion de España, considerada bajo la
sola relacion de la inUuencia funesta que ha ejerci-
do sobre el reino donde ha acontecido, sel'Ül un
suceso digno de toda la atencion, y de todo íntel'él'
,le los soberanos estrangeros, pOl'que la pro~peridad
ó la ruina de uno lle los paises mas interesantes de
la Europa no podría ser á. sus ojos una alternativa
indiferente. Los enemigos solo iJe este pais, si IHl-
,liese haberlos, tendrían el derecho de mirar COIl
fria ldad las con v ulsioncs que lo destrozan. G tI:t
justa repugnancia, sin embaq;o, á entrometerse
en los asuntos inferiores de un Estado illllepen-
f1iente, determinaría tal vez á aquellos soberanos,
lt no pronunciarse sohre la situacion de E~pai'ía, si
d mal producido por Sl.1 revolucion se hubiese con-
centrado y pudicl':c concentrarse en S11 interior.


:\"0 ha SiH edido a ... i. Aquella revoluciono :1ll11 an-
fes de haber lIeg:ll:o á su m::II)urez, había ya pro-
ducido granues desastres en olJ'OS paises; ella rué la
f(ite por el confagio de f,US l'ri[lci pio.~ y ,le sus ejem-
plos, y por la5 irdri3:1g ,le :'>t~5 ¡wi'lf'rpal(O'\ !Ilslt'u-




.. :)-1 f ~
mentOJ, ~uscit.ó la.5 revoluciones (le Nápolc.5 y ucl
Piamonte, y ella las hubiera generalizado en toda
Italia, amenazando la Francia, y comprometiendo
la Alemania, sin la inlervencion de las potencias
que han librado á la Europa de este nuevo incendio.
Los funestos medios em pleaJos en España para pre-
parar y egecular la rev(,lucion, han servido de mo·
delo en todas partes, á los que .5e lisongeaban de
proporcionarle nuevas conquistas; la COllstitucion
esp:.tñoJa ha sillo do quiCl'a el punto de reunion, y
el grito de guerra de una faccion conjurada con-
tra la seguridad de los tronos y el reposo de 105
pueblos.


E\ movimiento peligroso que había comunicado
la revolucion de España á tOt1o el mc(liodia de la
Europa, ha puesto al ¡\'Islt'ia CIl la penosa necesi-
dad dCa¡wJal" á medidas p!lCO couf()l"mes con la mar-
.. ha p;,cí[¡ca que hubicl'.¡ ~lc~t'ado seguir invariable-
JW'fde. Ella ha visto rodeada de sediciones una
p:lrle (le sus estados, :lgita\h por m:l(Juinaciones in-
ccnJiaria¡:, y al pUIl!;) d," ve¡';;c atacada porconspi-.
radores, (,!J.yos pl.'imcros ell~ayos se dirigían ácia
sus fronteras. A c~pens.lS ce grandes esfuerzos y
t.I'aulles sacrificios, ha poJido el Austria rcstabl!.'-
(ef la tranquilidad Ilc Ha\ia, y (lt'svanc('er sus pro-
yectos, cuyo ,éxito no huhiera ¡;i¡}o indilcrcnte á la
suerte de sus pl'opias prO\i;¡(;:~.


S. lf. l. no puede, l)Ul' (¡i!a r;lI'!l', l;'j;.l' t!¡, ~·¡:s-




~5!2~
tener, con respecto á. los asuntos rehtivos á la re-
voIucion de España, los mismos principios que ha
manifcsfad~ siempre claramente. Aunqne los pue-
blos confiados á su cuillaJo estuviesen exentos de
todo ric~go dit'ecto , no vacilaría nunca el empera-
dor en desapt'oba; y condenar lodo lo que crée falso,
pcrnir¡o~o y coutlario al ¡nleres general de las so-
ciedades humanas. Fiel ooservador tIel sistema pa-
cífico por cuya conse"v:Jcion ha hecho pactos in-
violahles S. 1\1. 1. COll sus auguslos aliados, no ce-
sará de considerar el desorden y los traslornos de
que puede setO víctima cualfllllera parle de la Eu-
ropa, como objeto del mas esencial intel'es para to-
dos los gobiemos; y sie ID pre que e \ cm pera(lor pue-


. da hacerse oir entrc el tumulto que pro<1ucen aque-
llas aisis (leplorables, creer.i haher cumplido con
u'n (lehcr, de que no puede dispcnsarle nínguna
considcracion.


J\le sería dificil cr~cr, señor Conde, 'que la opi-
nion manifestada por S. M. lo acerca tIc los suce-
sos que acontecen cu.España, pueda ser mal com-
prenJida 6 mal interpretada en aquel pais. 1'\in-
gun3 mira de interés particular, ninguna pugna
de pretensiones ridículas, ningtln resentimiento
de dQsconfianza 6 de celos, podrian inspirar á nues-
tro gobierno, pensamiento alguno que c~tuv~e5e en
oposicion con el bien estar de la Espaila. La ca~a.
,le Austria, consuHando su propia historia, no PIIC-




"flOr ~iJ':>~
tlc dejar {le hallar sillo los moti,os lD:l:l poJcros~
ue aJhe~io!l, de aprecio, de simpatía por una na-
cion que puede recordar cOn VIl justo orgullo, los
siSlos de gloriosa memoria, en que el Sol brillaba
~iempl'e sobre sus dominios, y que poseyendiJ iris-
tiiuciollcs respetables, virtudes hereuilarias, senti-
miento!! religiosos, y amOl' á sus reye!!, se ha. dis-
tinguiuo en toJas épocas por su pall'iotismo, siem-
pre leal, siempre ~enel'oso, y muy fl'eeuenlemenla
heróico. Muy l'ecicJlte eslá aun el tiempo eu que
ella J)acion ha :lsombrado al MUlillo por el valor,
la fluelitlad. y pel'sevtrancÍa eOIl que se opuso á la
ambicioll uc un usurpador, 'fue iuteu'aba. privarla
de sus monarcas y de sus leyes, y t!l Austria no ol~
"jduá nunca, cuan útil le flie la noble l'esislericia
del puehlo Español en un momento de granuc des-
so para ella misma.


El leuguagc severo fjue dictal1 á S. M. r. su
conciencia y la fuerza uc la verJaJ, no se dirige
á la España, ni corno nacion ni como polencia'; so-
lo se dirige á aquellos que la hall arruinado y des-
figurado, y que se obstinan eu prolongar sus su-
frimientos.


El emperador, reuuiéntlose cn Verona con sus
augustos aliados, ha teniuo la dicha de hallar cn
~us consejos, las mismas di~posicioncs benéficas y
desintere5adas que han guiado constantemente 101
~u10s. Las comunic...aooue.5 que se dirigirán á Ma-


TOBO " ~ I




~:J11~
driel confirmarán esta verdad, y no dejadn nint;u-
na duela de la sincera disposicion de las potencias,
(le contribuir á la causa de Espaua , manilestándo-
le la necesidad de mudarde camino. Es cierro que
los males que la agobian\. se han aumentado de un
tiempo á esta parte de una manera espantosa; su
¡obierno no marcha á pesar de las medidas mas ri-
gorosas, ni de los medios mas aventurados; \a guer-
ra civil se ha encendido en muchas de sus provin-
cias; sus relaciones con la mayor parte de la Eu-
ropa están ó cortadas 6 suspendidas; aun sus co_
IDunicaciones con la Francia han tomaJo un carác-
ter tan problemático, que no son infuudadas las in-
quietudes que se tengan sobre las complicaciones
que puedan resullar ; y un estado semejante de ro-
sas, ¿ no justificaría los presentimientos mas si-
niestros?


Todo español que conozca la verdadera situacion
de Sil pál da, debe ver que, para romper las ca-
denas que pesan en la actualidad wbre el monar-
ca y el pueblo, es preciso que la España ponga tér-
mino al estado de separacion del resto de la Euro-
pa, en que la han puesto los últimos. aconteci-
mientos.


Se necesita que se restablezcan entre ella y ]os
demas gobiernos, las relaciones de confianza y de
t'ranqueza; relaciones que garantizando de una parte
su firme intendoIl de asociarse á la causa comun




~~,. ;j 1 :.; ~
(le las monarquías europeas, pueda prestal' de la
otra, los meJios de hacer valer su voluntad l'cal,
y separar lodo lo que pueda desmoralizada ócom-
primirla, Pero pal'a \legal' á este objeto, es pre-
ciso que ante todo su rey sea libl'e; esto es, que
'oc e no solamente de la libertad personal, que
cmlquicr inuiviJuo puede reclamar bajo el impe-
rio tle las leyes, sino la que deLe (} isfrular un so-
I¡i:rauo pam llenar sus alt05 destinos.


El rey de E!paih será lilll'e, ('uaullo pueda po-
nel' fin á las ca\ami(laJe~ tIe Sll~ puehlos j restable-
cel' el órllcIl y la paz eu su reino; rodearse de hom-
bl'es dignos de su cOllfiallzapor sus luces; y por
último, cU3nJo se substituya á un régimen reco-
nocido impracticable pOI' los mismos que le sos-
tienen todavía pOI' egoismo () por orgullo, un sis-
tema en el cllal los dcrec!103 del Illonarca se vean
felizrneulc combin:J.(los con los verdaderos inlct'e~es
de los voto~ legitimo'l de to~3:ls las dage!> d~·\a
u3cion.


Cuando lIeglle este momenlo, la España fal ¡gaGa
de Sll largo p1decer, podrá lisonge:J.rse de eull'al'
en el pleno goce de las venlajas qlle el ciclo la h~
proJigado, y que la asegura el noble carádet' de
sus hahi la n lrs; verá ren.1C('l' los VÍIlCU los que la
unen COIl [ollas las [luleucias c!U'opeas, y S. DI. 1.
se felil:ital'á de 110 lenCl' <¡ue ofreccrla mas qUI! lvo'i.
volos que I,,¡cc !,O!' :'L! Pl'ospcl'ill;u\, y IOllo~ los sCl'-




:a 51(;-d
V1C1G~ e¡ue pueda h:!('er á ~u antiguo amigo y.
aliauo.
Har~ V. t SeDoI' CÚllde, de este despacho el us~


JIlas propio en las circunstancias en que se baile
V. :J'l recibirlo, y está V. autodzatlo para leerlo
1\1 ministro de negocios cstraogeros, y aun par~
.;tarle, ropia si la p~de.
~J,tternich.


:No T.\. PASADA Al. t:OJUERNO ESJtANoL }<~N !2
DI'! NOVIEMBRE IH!: t822, POR EL GA1H!SETE DE,
BERLlN (1.).


_..:. -_.. ~ .. ,.,.


En el número de los oLjetos que atratan la aten~
don, y reclamaban el cuidJdo <le los soberanos y
gabinetes reunidos en Verona, la situacion de la
España y sus relaciones con el resto de la Europa,
han ocupado UIl primer lugar. Vos cOIlQ{'eis el in-
terés ({ue el rey nuestro augusto aUlO no ha resado
de tomat' pOi' S, M. C. y por la Nadon Española.
Esta nadan tan dislinguiJa por su lealtad yener-
------------~-----------


( 1) El f'ncargado t1~ IH'¡;4)eic,s d·~ Prusia en Ttlal\.·i41, era
,,' curon .. 1 Sd,ort'l~r, q'll> hal.ia sf'rvi,ln t'n I'l~ .-jér(-itot e~r~­
(!lI~;, dur~nte la !;ltf'rr_ el? la ill:!~p.md":l('i a.




~;jl;~
f;ía de .wcarád('I" ilustrada por tantos siólo:'! de glo-
ria y de vil':IJIIl's, y en eslos tiempos célehre por (,J
noble sarritido y heróica persevc,'ancia c¡ue la Ilall
hecho triunfar de los e~fue,'zos amhiciosos y opre~i­
vos tlel usurpaJor del ""ono de Fraul'ia, tiell~ r"azo-
Des demasiado antiguas y bien fundadas para d i,,-
teres y la cstimacion de la Europa cnlH3, lIara
que los soberallos pudiescn mirar C'On iutlil'eren<'ia
las dcsgracins que 1.1 afligen, y las de que ('S12 ame-
nazada. El acontecimiento mas deplorahle ha
venido á sahvcrtir las antiguas La~es de la mo-
narquía cspaliola, comprometer el ca,"áde,· de la
nadon, atacar y emponzoilar la prosperidad pú-
Llica en sus pFimeras fuentes.


Una revolucion na.dda de un molin militar, ha
roto repentinamente tod,os los lazos tle1 tlebrr,
trasto.ruando todo órden legítimo, y desrompursto
los elementos del edificio wcial , que no ha podido
caer sin cubrir todo el país con sus escombros. Se
ha creido poder reemplazar este edificio, arrau-
('ando á su soberano, ya despojado de toJa auto-
ridad real y de foda libc¡·tad de voluntad, l'l ,.e~­
lablcdmiellto de la Constilucion, de las Córtes
de 1812, que confuntliel1l10 todos los elementos y
todos los poderes, partiendo ~ulo del principio de
ulla oposicion pennallcnle y legal contra el golJierno,
deb'ia necesariamente destruír rsta aulorjllad ('eJl·
fral r Tutelar, que hare l.t ('¡{'nria ocl &l. .. lcm~




.. ~lR -d
monárquico. El rc.mltado no ha larJaelo en hacer
conocer á la España los fnlto.~ de un error tan
1';da1. La revolucíon, es decir, cl ue!!encaelena-
mienlo de toda~ las pa~if)!le~ contra el antiguo 6r-
dcn dc cosa!!, lejo!! ele habcl'1\e <letenido ó compri-
miJo despuc!! de UIl desal'rdllo tan rápido como
espantoso, el gohierno impofrnfe y paraliz.ado no
tuvo ya nin:;nn rcrnellio, ni de hacer el hien, ni
de impe,lir <Í detCllel' el mal. ToJo~ JO!! poderell,
llalláudose cOll('elltraJo.~, lIJezclaJo~ y cOlifunuiJ05
en una asamblea única , c.~la a~:lmhlea 110 ha pre-
~entado ma~ que un ('oullido <le opillione~ y de
miras, y un choque de intere~cs y pasioIle~, en
medio de las cuale~ las P¡'OPOSitiOIlC5 y rC501ucione~
mas dispat'atada~ ~e han n'uzado, cO\ll\¡atiJo ó neu-
tralizado conslanlemcnte. El asrerltlieute Je};¡s fu-
llcstas cloclt'illas dc ulla tilo501'ía dcsor¡pnizadora,
}lO ha poJido lUCilOS de Jumental' el estravÍo gene-
ral, hasta que st'3UIl la lell(lcllcÍa natural dc la¡¡ co-
sas, todas las Jlociones de una sana políl ica fuesen
ah:lIloonaJas por vanas teorías, y tooos los senti-
micntos de justicia y llloJeI'aciOll ~>:lcrif¡caJos á los
M:ei'ios de una falsa lihet'!atl. Las leyes é instituclO-
Hes establecidas ¡¡ajo prclesto dc o1i'ecel' garantias
nHlll'a el almsu lle la :ll.ltoriJao, no fueron mas
'lile ills!1'lUllcato lle i"justicia y de violcncia y un
¡::dio J~ cU!)l'¡r cste sistema tiránico tle \lila al'·l-
~·j\·ucia it-gal.




~;;1!J ..
1'\0 se t.itubeó ya en aholir, SlIl miramiento~,


los derechos mas ant iguos y sagrados, t'n \' iO!:H'
las propiedaJe~ ma~ legHimas, y en de!lpojar á la
iglesia de su dignidatl, de sus prerrogatívas, y de
sus posesiones. Es permitido crecr que el poder
desp6tico que ejerce una raccíon, por desgl'acia
del pais, se hubiua desecho antes entre sus manos,
si la~ declamaciones enga fiadoras que salen tle la
tribuna, las feroces vocileraciotles de los clubislas,
y la liccncia tle la imprenla, no bullieran compri-
mido la opinion, y so[()Catlo la. voz de la parte sa-
na r razonahle da la nacion española que, la Eu-
ropa no lo ignora, forma la inmensa mayoría.
Pero la medida de la injusticia ha sido colmada, y
la paciencia de los españoles fieles parece en fm ha-
her llegado á su lérmino. Ya se muestra el descon-
tento en 10Jos los punlos dell'eino, y provhlcias en-
teras eslán abl'asadas por el fuego de la guerra civil.


Enmedio de esta cruel agitacion, se ve al sobera-
110 reducido á Ulla im potencia ab50111ta, despojado
de toda libertad de accíon ó de voluntad, prisio-
nero en Sil capital, sepanuo de todos los servido-
res fieles flue le queJabn, lleno de disgustos y de
insultos, y espl1csto de un dia á otro á aLentados,
de que la raccíon , sí ella rni~ma no los provoca con-
tra él, no ha conservado llin~UIl rncJio de librar-
le. Vos que habcis sido test.igo del orígen, de lo!>
progre50~ y rcsultatlo! <le la rcvolucioIl de 1820,




.. ~~O-G
esl:.li~ en cl (a~o (le recollocet y ;¡~egul'ar que no
lJay JJólJa exagcl'aJo en el cuaJI'o que acabo de t .. a-
1.;J("' rápiJamellle.


1. .. s co~as han lIeoaJo al punlo de quc los sobe-
rallO:'ll'CllHiJo~ eH Vcrona, han JcbiJo cn fin prc-
gUlltal'~c, cualc:'! 1'011, boy, y eualc:'! 3Cl'áll en adela.-
te h~ relacionc:'! con E~I'.liia. Se hubicl'a podido
esperar 'lile la Icrrihlc Cllfcl"IlleU,U tle que la
E~p:lña se lJ:11b ;¡lac;}lla, c.~pcI·i:IICIlI;¡l'Í;) crisis
I"'of'ias p;u-a cOllllllcir c:'!l:.¡ aUligua monarquía
á ua D¡',lell Jc cosas compatiblcs con Sil Licn,
y COIl relaeiollc5 de amistad y confianza con
los otros cstallos Je Europa. IJcl'O e:'!la c3peran-
za ha sido hasta ahol'a vana. El estallo mOI'al de Es-
paila es hoy tal, quc sus relaciones COIl las poten-
cias cslt'3llgens, neccs.ll'iamculc dcber. (¡allal'se tur-
hallas ó u'astol"lladas. Dodri !las subversivas de todo
órJcll social, SOll hoy lu'cdieadas y prolcgiJas alta-
mente, Insultos cOlltra los p!'illlcros soberanos de
EUl'{)pa llenan impUllelltcs los pCI'iÓJicos. Los .sec-
tarios de la ESl,aiia haccIl corrCl' ~llS ernisal'jos pa-
l'a asociar á sus trabajos tencbrosos, todos los COIlS-
pil'aJol'cs coutra el Ól'JCIl público y la autoridad
legítima, que c:tisten en los paises eslraugeros. El
efecto inevitable de tantos desól't!enes se hace cono-
cer, sobre toJo, en la altel'acioll de relaciones entre
la España y la Francia. La irritacion que resulta de
esto, es de una naturaleza propia para orasiooar lu




Dt3~i ..
filas jU3tas alarma. por la par. cntre lo!> dos l'einoll.
futa comideracíon ha~taría para determinar á 108
toherano~ reunido~, á. romper el ~ilencio acerca de
un c~tauo de co~a~, que de un dia á otro puede com-
prometer la tranquilidad de la Europa. El gobier-
no cspaiíol, ¿puede y quiere ~uministrar remedios
á males tan palpables y tan notorios? ¿Puede y
quiere reprimir lo!! efectos hostiles y las provoca-
cione!l imuI/ante!! que re!!ultan á Jos gohiernos e5-
trangeros de la actitud que la revolucion le ha
dado, y del sistema que ha establecido r Nos parece
que nada debe ~er menos conforme ft las intencio-
nes de S. M. C., que el verse puesto en una ~itua­
cion t.an penosa para con los soberanos est!ange-
ros; es precisamente porque este monarca, ór.
gano solo auténtico y legítimo cntre la Espaila y
las otras potencia~ de Europa, !!e halla privado de
~u libertad y encadena<Ío en su~ voluntades, que
estas potencia~ ven sus relaciones COIl la España
trastornadas y comprometidas,


No toca á la~ C6rte~ eslr:mbera~ el juzgar que
instituciones FlD la~ que corre.5ponc.en mejor al ca-
rácter , cO.5tl1mbre~ y nccesidadc.5 reales de la na-
clan c.5pañola, per" les pertenece iJ'oudablcruenle
el jijz"Jr de 10.5 efecto!! qne la espcriencia produ-
ce con rclacion á ellas; y dejar depender de esta
única t.5pericncia su~ determinaciones y posicion fu-
tUI'a para conservar, y ~ntar sohre bases sólidas




~5~2d
sus relaciones ('OU las potencias ('slrangeras, el go-
bierno español no po:lría menos de ofrecer á estas
últimas, pruebas no e(luÍvocas de la libertad de
S. M. C., y una garantía suflcient.e de su. Ílltcn-
cion , y de su facultad de remover las causas de
nuestras quejas, y de nuestras muy justas inquie-
tudes respecto á él. El rey os manda no ocultar
esta opinion al ministro español, y leerle este des-
patcho; dejarle una copia de él. é invitarle á espli-
carse franca y claramente sobre este objeto. Re-
cibirl las seguridad de mi mlly distinguida conside-
racion.=Verona, 22 de noviembre de 1822.


B~rrtstorff.


NOT.4. PASADA POR E~ GABINETE DE S. PETERSnun-
CO AL GOBIERXO E~WAf{OL CON F~~HA 14 DE
NOVIEMBRR DE 182~;


Señor Conde: (1 )


Los soberanos y los plenipotenciarios reunidos
en Verona, en la misma resolucion de consolidar
mas y mas la paz de que goza hoy la Europa, y
d~ prevenir tollo lo que pudiera com.prometcr este
estado de tranquilidad general, debian desde el
-----_ .._-------


( f) El Córade de Bulgari encargado de negocios del Em-
perador de Rusia en Madrid.




_;;2¡)~
momento en que se jtllltaron, dirigir una mÍl'ada
inquiela y cuidadosa, ácia una antigua monarquía,
agitada de dos alios á esta parte por conmociones
interiores, y que no pueden menos de escitar igual-
mente b solicitud, el interés y los recelos de las
Gemas polencias. Cuando en el mes de marzo de
1820, algunos solc1ados per; uros volvieron sus ar-
mas contra el soberano y su pálria, para imponer
á la España unas leyes que la razon pública de Eu-
ropa, ilusfrada por la esperiencia de los siglos, des-
;¡probaba altamente, los gabinetes aliados y prin-
cipalmente el de S. Petersburgo, se apresuralon á
señalar las c\esgracias qlle arrasl rarian tras sí, unas
jnstituciones que consagraban la insurreccion mi-
litar en el modo de establecerlas. Estos femores fue-
ron demasiado pronto y h:1rlO justificados. Hablan
los hechos; S qué sentimientos no deberá esperi-
mentar á la vista de ellos todo español que conser-
ve todavía el amor de su rey y de su pais? ¿ Qué
de remordimientos no acompañan á la victol'ia de
los que hicieron la revolucion de España? En la
época en que un suceso deplorable coron6 su em-
presa, la integriJarl ele la momrquía española for-
maba el objeto de los mismos sentimientos que
S. M. C.; toda la Europa le hahia ofrecido una in-
tervencion amistosa, para eslablecer sobre bases
s6lidas la autoridacl de la metrópoli en las provin-
cias de Ulh;aw3f, qr1C en otro tierBpo habian he ...




.. 52)! ..
('ho ~u riquen y su fuerza. Animadas por un ejem-:
plo funesto á persevel'ar en la imurrecclon la.
provincias en que esta se habia manifestado ya,
hallaron en los sucesos del mes de marzo la mayor
apología de su desohediencia, y las «ue pcrmane-
cian todavia fieles, ~c separaron inmediatamente <le
la madre p~fria, justamclJ te intimidao.as del dC!I-
l)otismo que iha {¡ pesar sobre su des:~nci;lllo solle-
rallo y sobt'c l/II puehlo cuy;¡S irJn()V:lf'¡o!le.~ peco
previstas, le cOllJ,!ualnu á correr t0l10 el círcuio
de las calamidades revolucionadas. 1\0 tardaron Cn
unirse al destt'ozo de la América, los males insepa-
rables de un esta{lo tie cosas en que se habían ol-
vidado todo~ los principio~ comtitutivos (lel orden
~orial. La anarquía sucedió á la revoluc1on, el des-
orden á la arurqul:l. Una posesion tranquila de
muchos años, cesó bien pronto de ser un título de
propiedad; muy pronto fueron puestos en duda los
derechos mas solemnes; muy pronto ]a fortuna pú-
hlica y las particularcs , se vieron atacadas á un
tiempo por empréstitos ruinosos, y por con-
tribuciones continuamente renovadas. En aquellos
dias, cuya idea sob hace todavía estremecer á la
Europa, i á qué grado no fué despojada la reIigion \
de su patrimonio, el trono del respeto de los pue-
.LIos, la magestad real ultrajada, la autoridad trans-
feriJa A unas reuniones, en que las pasiones cie-
¡as de. la lnultit.ud , fe disputaban las. riendas del




):": .. 52t.-es
estado! Por último .1sí en esto~ diJ.3 de luto, re-
produciJa~ desgraciadamente en España, se yió el
í de julio correr la sangre en el palacio de lo~ re-
yes , y una guerra civil ahrasar á la. península.
Las'potellcí:ts ali~~b.s se ha.bían lisongeado, duran-
'le tres aiJos, tlc que el c:lrácter español, af{llel ca-
rácter tan const;mtc y tan generoso, cuando se
trata de la saluJ. de la pátria, y en otro tiempo
tan hcr6ico, cllalldo luclnoa con un pOller engen-
drado por h rcvollE'ion, se Jespcl'faría en fin ha.,-
ta en 105 hombres ({'le habían tenido la desgracia
de ser i!lfieles á los nohles recuerdos que la Espa~
Da pucllc cital' con orgullo á todos los pueblos de
la Europa; 'Se h:\biau \isongeado de que el gobier ..
no de S. M. Católica, desenga.liallo por las prime-
r .• ,'; !Ct,(,;():I(',~ f;C /lila cspcl'icncia Jatal, tornaría r,¡",,'"
rJidas, s:no p .. n defcIlcr tantos males de un solo
{;:)lpc , COIllO se l':lr-i:m selll ¡l' ya por tOllas parte~,
á lo mcnos par:l ;)[)ller Jos cimientos de un sistema
res!aurauo¡', y para asegurar GTaJualm('ute .al tro-
,:0 sus dercchos lt'Gitimr)s y prerrogativas necesa-
rias; á los súbditos Uila jllSta proleccion; á la~
propíeuadcs, garantías inJispcnsahles. Pero ésta es«
rt'rauz:l ha ~alido completamente fallida. El tiem-
po no ha hecho mas que acarrcal' lluevas iuju5ti-
rias, se han multiplicado las violencias , ~c ha eu-
gro~ado C¡¡ Uila proporcion espaíltosa el mimero
de víctimas, :.' la Esp~ña ha vist.u IllJ.' \Ie Ull gücr-




/


t"> ,)~6~
tero, nll15 de un ciudadano tiel, perecer' en un ca-
dalso. De este moJo la revolucion del 9 de marzo
adelantaba de dia en dia la ruina de la monarquía
española, cuando dos circunslan6~s particulares lla-
maron ácia ella la mas seria aleucion de los go-
hiernos estrangcros. En medio de un puehlo para
quien es una necesidad. y un sentimiento heredi-
tario , la fiael id:ld á sus reyes, que Jurante seis
años consecutivos ha vertido la sangre mas pura,
pal'a reconquistar á su monarca legítimo; este
monarca y su antigua familia se ven reducidos á
un estado de cautividad casi absoluta. Sus herma-
nos obligados á justificarse, se ven amenazados
todos los djas con el calabozo ó la cuchilla, é
imperiosas representaciones le han impeJido que
salga de la capital con su moribunda esposa.
Por otra parte, despues de la revolucion de l\á-
poles y del Piamonte, que los revolucioo.arios
e~pai.íoles no cesan de representar como obra suya,
se les ove anunciar que sus planes de trastorno no
tienen límites. En un país vecino se esfuerzan con
una perseverancia que naJa desanima á hacer nacer
los desórdenes y la rebeldía; en los estados mas le-
janos trabajan en hacerse cómplices; la actividad
(le su proselitismo se estienoe por todas partes, y
por toJas partes prepara los mismos desastres. Se-
mejante cOIHluda debia necesariamellte escitar la
animaoversioIl general. tos gallinetes (lue llesean




.527~
sinceramente el bien de la España, la manifiestan
de dos años á. esta parte su i!ltendon por medi.o de
las relaciones que mantienen con su gobierno. La
Francia se ve obligada á guardar sus fronteras con.
un ejército, y puede ser que tenga necesidad de
confiarle isualmente el cuidado de .hacel' cesar las
provucaciones de que es Llaneo. La España misma
se levanta en parte conh'a un régimen que n!pug-
na á sus costumhres, á la conocida lealtad de sus
habitantes y á sus tradiciones enteramente mo-
nárquicas. En este estado de cosas el emperador
nuestro augusto amo, se ha decidido á. dar un paso,
que no podrá. dejar la menOl' duda á la nacion espa-
ñola sobre sus verdaderas intenciones, ni sobre la
~i nceridad de los votos que forma por su felicidad. Es
de temer (lue los peligros cada día más reales de ve-
cindau; los que amenazan á la familia real, y las
justas quejas de una potencia limitrore, acaben por
suscitar entre ella y la España las complicaciones
mas graves. Este estremo desagradabl~ es el que
desearía evitar S. M., si fuese posible, pero mien-
tras que el rey no se halle en estado de manifestar
libremente su voluntad, mienfras que á la sombra
de un estado de cosas deploral>le, los motores de la
revolucion, unidos pOi' un pacto comun á los de
otros paises de. la Europa, traten de alteral' ~u re-
poso, ¿ está araso en poder del emperador, en el
.tle njngun otro monarc~ mejorar las relaciones del




~5~8Ci
~obierno e5pai'iol cOn la5 potencias e!traneeras ? Po.l.'
otra parte, ¿ cuán faciJ no .!Iería comeguü' é.5te oh-
jeto esencial, si el rey recobrase, con su entel'2'. li-
hertad, los medios de pouer un término á la glti~r­
ra civil, de preTenir la guerra e.5trangera, de ro-
dearse de sus mas ilustrados y fieles súbditos, par<l.
dar á la España las instituciones análogas á sus ne-
cesidades y á sus legitimo.5 deseos? Entonces libre
y tranquila uo p.odda ruellOS de inspirar á la Eu.-
ropa, la sea-uridad de que ella misma disli·ut.1s~ ;
y entonces tambien las potencia.!! que ca el dia re-
claman contra la cOI\d~cta de su gobierno, ~e apre-
surarían á restablecer con ella relaciones de ver-
dadera am,istad y múlua benevolencia. Mucho tiem-
po ha que la R~sia señala á la. atencion de los. e.!!pa-
pañoles. estas grandes verdades. En ninguna época
tu.vo su patrioti.!!mo qu.e llenar mas altos destinos:
¡qué gloria para ellos si vencian por segunda vet
la revolucíon, y si probasen que ella no puede
ejercer un impc('io dUl'able sobre esta tierra cn
que antiguas vil'ludes, un fondo indeleble de ad-
hesion á los principiPs que garantizan la duracion
de las sociedades, y el respeto de una santa religion,
acabarán siempre por triunfar de las doctrina.5
subversivas, y de las seducciones puestas en obra
para extender su falal inlluenria! Una parte de
la nacion se ha pronunciado ya solo; falla que la
otra se una tlesde ahora'¡ su rey, para libertar 4




r,a.;;~9~
la E~p:lij:,!, p:u'a salvarla, para a~jbnar1a en la fami-
lia curopéa un lugar, tanto ma~ honorífico, cuanto
arrancado como en 1814 , al triunfo de~a~tro~o de
Ulla murp3cion militar. Al encargaros seuor con-
de, de d:lr parte á lo~ mini~tros de S. M. Cat6lica
de las consideracionf!~ que se dt~envuelven en este
despacho, el emperador se complace en creer que
sus intenciones y las de ~1I.' :JI ¡:l(los , no !iCráll dts-
cOllü:,jtlas. En vallo iu/eutada la malevolellcia pre-
¡ellLlrlas b.ljO lo,'; ('olo!'t's de HIla il1ll'H'llCia e~­
trallgcra, que pr~telJ:le dir:f;n' jeyes j h E~r;¡¡tia.
Expre:i:1e el deseo de ver ,'\!sar una l:-tl'~p formenta,
de sustrael' uel mismo yugo á un 'mO!lan'3 de~f)ra­
cia.do, y ~ uno uc los {ll'imuo:>. pucb\o~ de Europa,
de eontencr la efusion de sangre, de favorecer el
restablecimienl.o de ¡¡JI:l allminislracion ~áhia á b.
par r¡IlC ll;!;,iu,¡al , 110 es ~i'bUi':)Jllenfc a\;';llar á la
indcpeudl'Ilcia de un pais, ni {;stahlecer un d~l'(:·
ello de illlerHltcioll centra el cual lUla potencia
cual(juicra teuJl'lJ. ('JZGII de reclamar. Si S. l\T. 1.
tuviese otras miras! no depcnd(!l'Ía mJ~ que de él
y dc 5U~ alia,los el dejar ;i la revolurioll tIc E.,-
pdlla ('Quduir su oh,'a; bien pronto todas las se-
millas de prosperi,lad , de ri(jucza y de I'ucrz;l, se··
!'i~n d(':'lll'llida~ CH la península; y si la Il~('io;l
esp:lIioll pudiese suponer en el dia dcsii'uios llO~al­
le8, seria s('¡amenlt en h indiferencia y ~n la in-
movilidad, donde rila debel'ia encontral" lap.'ue-


TCJ!O f. 2::




s;;.::;,JO·.
ha. La re.~puc!ta que se dé á 1:1 pre!cute declara-
don, va á resolver cuestiones de la mas alta im-
portancia. Las instrucciones de hoy o~ indican la
oeterminacion que debereis tomar, si los deposi-
tarios de la autoridad pública en Mad.'id desecha-
sen el medio que les olreceis, de asegurar á la Es-
paña un pOl'venir muy tl"anquilo.


Recibid, sellor conde, la seguridad de mi dis-
tinguid:t consideracion. (Ftrmado) NESSELROOE.=


ruona, 14 de Noviembre de 1822.


Discurso pronunciado por Lu'is XVIII, rey de
Francia, el dia 28 de tuero de 1 S 23, al abrit's.
las sesiones de las Cdmat·as.


SE.ÑORES:
La larga duracion tIe las dos úl! ¡mas sesiones qll e


os ha dejado muy poco tiempo libre, me hubiera
hecho désear potler retardar la apcl'tura de la pre-
~ente; pero la necesidad de votar' regularmente los
gastes Jel estado, es un bien cu yo valor conoceis;
y para consel'varlo, he debido contar con el mismo
celo de vuestra parte, que me habia sido necesario
para obtenerlo.


La situacion interior del reino se ha mejorado;
la accion de la justicia ejercida legalmente por el ju-
rado, y dirigida cuerda y vigorosamente por lo.
magistrados, ha puesto término á las conspil'ado-




.,:;31.
ne~ y á jas tentativas de rebelion que cobraban alien-
to COIl la esperanza de la impunidad.


He concluido con la silla apostólica los convenios
necesarios) para efectuar la drcunscripcion de las
nuevas diócesis, cuyo establecimiento se haya au-
tOl'izado pOl' la ley. Todas las iglesias van á verse
provistas de pastores, y el clero de Francia orga-
nizado completamente, contribuirá á llamar sobre
nosotros los beneficios de la proviJencia.


He dispuesto por diferentes decretos, cuanto exi-
gia la economía en los gastos y el orden en la con-
tabilidad. Mis ministros someterán á la sancion de
la ley, las cuentas de los gastos de 1821; os presen-
tarán el estado de los ingresos y gastos eft!cti vos en
1822 , Y el de las necesidades y 1 ecursos presumi-
bles para 18:.!4. De estos documentos resulta, que
pagados todos los gastos anteriores, inclusos los
prepwativos militares que ha sido preciso hacer has-
ta ahora, entramos en el ejercicio de 1823 con 40
millones de {i'ancos de esceso sohre los créditos de
este año y que el presupuesto para el ue 1824, pue-
de compensar los ingresos COIl los gastos, sin nece-
sidaa de echar mano de esta reserva.


La Franciadebia á ]a Europa el ejemplo de aque-
lla prospCl'idad, que solo pueden obtener los pue-
blos, con el restablecimiento de la religion, de la
legitimidad, del orden y de la verdadera }ibertad,
y hoy le da este ejemplo saludable.




i:)o ~32 ~
Pero la justicia diyina permite, que J~!plle" de


haber hecho esperimental' 110sotros, por lugo
tiempo, á las otras Ilaciones, los tenibles efectos
de JlUcstra5 discordias, nos veamos e5puestos á L;!
peligros, proJuciJos por cahmiJaJes semejantes;
que e.~pcrimenta un pueblo v2ciuo.


He empleaJo toJos los medios p:lra afianzar la
seguridad tIe mis pueblos, y pan, preservar á b
E:'Ipalia de h úllirna desgracia; pero hs rl'rn:~cll·­
tacioues que he dirigido á Madrill ,km sid" rc-
chuaJas con lal ceguedad, ([Uc quedan pocas CSpe-
r:mus de paz.


He dado órden para que se retire mi ministro
en aquella corte, y 100,000 fraIll'c5es mandados POl'
aquel príncipe de mi famili,l, ~ quien mi COr:':Wll
se complace en dar el Hombre Je Ljo 1!liu, b :.11
prontos á marchar i;n'<l('~j:~ !'.! al Dios (!e San I.l,¡:O;,
para comervar el lrollo Je: Espa¡,a á un Hielo de
Enrique IV, Y p:ll". 1I1'\:5c1'V,I1' á ;ill,h.:llier:núsv 1'\;:-
no de su ruina, y rccollciliddo COI1 la rlll';}Jla.


Nuestros apostacleros van ;t ser rcff'rz.aJús en to-
uos 105 puntos ell que nuest.ro comercio marítimo
pueda necesitar proteccion, y se estahlecerán cru-
ceros en todas las costas donde pueda ser inquie 4
tado el arribo de nuestros buques.


Si la guerra es iHcvilablc, }¡;tré cuanto esté lle
mi parte, para nducirla al mas cstrecho círculo,
y para abreviar, MI duraríon. Solo la emprenden.',




~.? :) :}:) -r.:=;
rara rCll'1ui:'lt:\f la paz, que el ('~tado actual de la
E5paña haría imposihle. Que Fernando VII quede
/"Tl lihertar} para dar :í. SU1I puebl01l institucioIlU,
que no pueden recibir sino de él solo, y la~ cua-
l,,~, asegurando el reposo de la E~pai'ía, (li~ipen
las fu THladas i nqu ¡el mIes oe la Francia. Con~('gl1 ¡,lo
c~:o, cesarán 1:1s hosli\ilbac~. Yo os doy sello res
6)'.1 solemne p:llalll"a.


17e ,!cl¡ido pone!' :'t \'ll~~'!r:t vi~[a el c1ItaJo de
lL¡:,~!rtJs ncgoiios eslerivrc" A r:li ¡¡le locaha deli-
berar sobre ellos, y lo be hecho coa (}ctcuimien-
to y m::ulurez.l),I1'3 ello he COIl5ult;\(}o la diCni-
dad. de mi corona, y el honor y seguridad de la
Francia. Señores, todos nosotros somo~ france1les,
y lodos estaremos acordes, siempre que se trate de
(lcleuoer fcmejantes intereses.


Discurso pronunciado por S. ]J.I. Fernando 1'11 al
cerrar las s(,~ioll(,s de Cór{l~ eSlraordúlarias, el
día 19 de febrero de 1823.


SEÑORES DrPUTADOS:
Al cerrarse las sesiones de ésta legislatura es-


traordinaria, me com plazco en manifestar mi sati1\-
faccíon y gratitud, por la decision. desprendimiento
y patriotismo que han bl'il1ado en sus trabajo~. Hi-
ce presente la necesidad de a Igtlllo~ sacrificio! f'ft
hombres y diuCl'J, para remediar Jo,; males del ~- ,




.. 5:;4.
tado, y ~ la eficacia con que fueron otorgados, cor-
respondieron los saludables efectos que esperaba. Los
facciosos que meditaban 1a ruina de la ley funda-
mental, van cediendo el campo al valor <le las tro-
pas nacionales. Esa junta de perjuros que se t.itu-
laba regencia de la Espai'ia, ha desaparecido como
el humo, y los rebeldes (lue contaban con triunfos
tan fáciles y tan seguros, ya comenzaron á sentir
lo~ tristes resultados de sus esfravíos.


},os militares, que con tauta gloria sostienen la
causa nacional, son acreedores á tooos los elogios;
entre las sat isfacciones que les proporciona la vic-
toria, no será pequeña la de ver, que las Córtes es-
traordinarias se han ocupado en darles una orde-
nanza análoga al código fundamental que nos go-
hierna. Este trabajo, ya sumamente adelantado, es
para ellos una segura garantía, de que las leyes ci-
viles y las militares estarán muy luego en conso-
nancia, y qne cesará entre ambas )a lucha que cau-
sa tantos disgustos, resentimientos y discordias.


Otros trabajos igualmente útiles, han señalado
ésta legislatura eslraordinaria. El reglamento de po-
licía, la ley <le reemplazos, las medidas concedi-
das á mi gobierno con objeto de consolidal' el siste-
ma conslitllcional, y algunos mas asuntos presen-
tados al congreso en esta época, atest.iguan la asi-
duidad, la constancia y el aprovechamiento con que
loló representantes de la nacion han correspondido




iWo ;):> ,') .c:¡
i su cou5anza. Algunas de las ~esioae.~ d(~ ('.~ta le-
gislatura serán célebres por el acendrado patriotis-
mo que orrecieron. En ellas ~e decretaron rcwm-
pensas á los que, en el 7 de julio, merecieron de
la pátria; en ellas se presentaron á la barra los
caudiUos principales que figul'aron en aquel acon-
tecimiento memorable. Las- del 9 y 11 de cnero
brillaron sobre todas, y serán el lustre principal
de esas córfes esf.raordinarias. El grito del honor
nacional sonó en el san: Ilario de las leyes del modo
mas sublime, y los espailoles todos se penetrarán,
de que nada es comparable á la felicidad de tener
pUria.


Algunas relaciones diplomáticas se han inter-
rumpido Jurante la! sesiones de estas Córtes, mas
estas desavenencias dc gabinete á gabincte han au-
mentado la fuerza moral de la nacÍon á los ojos
del mundo civilizado, que hace profesion de ho-
nor, ele probidad y de justicia. Al ver que la E~­
paña no capitula con su degradacion, habrán for-
mado idea de su carácter firme, y de la feliz in-
fluencia de las instituciones que la rigen.


Él rey de Francia ha manifestado á las dos cá-
Jllaras del cuerpo legislativo, sus intenciones con
respecto á EspaiJa. El valor, la decision, la cons-
tancia, el amor á la independencia nacional, "1 el
penetrarse mas que nunca de la necesidad de con-




• S:lf)e¡
S~l·,ar el c6digo constitucional de 1 S t 2, he ~q:.li
las re.5puestas vigorosas que debe dar la nacion t lo",
principios antisociales vertidos en el discllf!O <1tl
monarca cristianísimo.


Las circunstancias en que se hallan los :u.wl('~
públicos, IOn graves, mas nada debe arredl'ar 5
mi gobierno y i las Córtc!I. Mi union firme y ~ons·
tante con IOJdíputados de la nacion, será el caran-
te ~eguro del :¡cicrto '! de los nuevos di;¡3 (L {lo·-
ría que ~ nos preparan. El día de voh'er á a~)ri"~
las ~.5iones de las C6rtes está pr6xima. Nuevo cam-
po de patriotumo se va á ofrecer ~ los represen··
tantes de la nacÍon; y á mi, Dunos motivo~ cl~
hacer públicos mis aentimiento.. . .


PJ!RNANDO.




CAPITULO XlIf.


AÑo DE 1825.


eperaeiGne5 militares en varias provinrias.- Espiritu de mu-
chos militares españoles. - Ebtado de las Córtes y del go-
bierno en Sevilla.- Los ministros se retiran al fin del man-
do. - Ley whre señoríos ...... Noticia de haber entrado los
frances!:'s en t spaña y consterna-cíon que cau"a. - Men8llge
de las Ci)ftes al rl'y para tris'atlar~e á <.adiz y res(uesta de
S. M. - Propoliicion de G .. liallo para fouspender al rey en
el l'jerd,·io tle su autoridad. - NnnbramieDto de uoa
~gelleia, -General Downifl. - Viage i. (.adiz, - Mavines-
lO tlel coronel Minio; retlesioneli-aóbré él. -Cesa la regl'n-
cia y es reinstala(lo t'l rey. - Tumulto en Sevilla.- Refle-
xiones (,olíticab sobre los acontecimientos y 1011 hombre ••


Despues de haber evacuado á Madrid el tercer
ejército español, se dirigió por el camino de Es-
tremadul'a , á las órdenes del mal'qués de Castel-
dorrills; y habiendo 108 franceses destacado contra
él un cuerpo de tropas, se dió UIla accion de van ..
guárdia antes de llegar á Talavera. En su retira ..
da se encaminal'On desde Estremadura ácia Anda-
lucía, seguidos del genera) Bourmont. Otro cuer-
po de tropas francesas fué sobre la Mancha al man-
do del gt'ucl'al Hordesoulle, y á principios de ju-
nio una divisiou mandacla por el conde Bourk se
fijó en el reino de Leon para preparar la ocupacion
de Galicia y Asturias.





.. 558,.
El conde Molitor, des pues de haberse putsto ea


comunicadon con el mari~('al duque de Coneglia-
no, se dirigi6 con el segundo cuel'po del ejército
francés á Valencia, donde se habia Jeten,ido el ge-
neral Ballesteros con el segundo ejército espai'iol.
Tenia ya cercado Ballesteros el castillo d~ lVfun'ie-
aro defendido por los realistas, y se disponia á tm-
pezar el fuego contra él, cuando se aproximaron
los franceses; tuvo pues que desistir de su proyec-
to, abandonando la artillería y tomando el cami-
no de Murcia despues de alguna resistencia que
hizo su retaguardia en el paso del Jucar á Al-
cira.


En Cataluña, despues de haber dispersado el ma-
riscal d'.1que «!e ConeJliano un destacamento de tres
, cuatro mil hombl'cs mandados por 'Mina, á quien
oblig6 á retil'arse á Tarragolla , y de haber obte-
nido algunas ventajas sobre la division de l\1ilaus,
se preparaba á bloquear á Barcelona.


El gobierno obligó al conde de Cartagena á qae
volviese á tomar el mando en gefe del cuarto ejér-
cito español, que habia renunciado; pero no salió
de M.adrid antes de) 7 de abril, y despues de un
breve descanso en Castilla la Vieja, emprendió su
marcha á Galicia para organizar las tropas.


loon pues avanzando 1,¡s franceses sin oposicion
alguna de parte de las tropas; y sin que hiciera
el pueblo la menor demosll'acion de descontento
por su venida. Muchos oficiales y soldados deser-
taban de l~s filas constitucionales; no babia en 105
cuerpos entw;iasmo ni deseos (le batirse, y .los ,ge-
{es mas acreditados y los oficiales mas valientes HU


.scntian ardor vara una guerra que veian que JJ:O




... 55~4if
t!ra r.acÍDnal. Las plazas de Jaca, Tortosa y Cardo-
na abría:"! sns pncrtas á los franceses ó á lo~ rea-
listas, y todo anunciaba en fin que los españoles ho
estaban dispuestos á seguir la senda que les dejaron
trazada las Córtes y el mini~tel'io.


Continuaba entretanto en Sevilla el mismo sis-
tema que se habia seguido en Madrid, obstillándo-
lie las Córtes y el gobierno en proclamar que la
guerra era nacional. las C6des renovaron sus sesio-
Des en dicha ciudad d 23 de abdl; pero como ya no
el'a posihle quc los siete ministros se mantuviesen
en el gabincte, se decidieron á leer sus informes y
dejar el puesto á sus sucesores, que no eran ya los
que el rey habia nombrado en Madrid el2 de mar-
so, TJOrque algunos no habian querido admitir,
al paso que se l'eemp\azó á otros sin haber eger-
cido. Entonces fué cuando las Córtes dieron l.
última mano á la ley sobre derechos señoriales, cu-
ya sancion reusaron los ministerios de 1821 y 1822;
esta ley atizaba lluevas discordias y abria campo á
interminables pleitos y desórdenes. Ni el haberse
demostrado tan repetidas veces los riesgos de tal ley
en los términos en que estaba concebida, ni el es-
tado de los negocios públicos, bastartlIl á contener á
los diputados que dominaban en las Córtes, y crecia
al parecer su furor en proporcion que se dismi-
nuian las esperan~as del triunfo de su causa.
lIallábas~ á la sazon al frente de 'los nuevos minis-


tros, un hombre (listinguiJo por su talento y que ha.
hia tenido como diputado una gran in!1uencia en las
principales determinaciones de las Córfe!l, en ~u
prire:!ra legislatura. Aun cuando habia resonado !lU
elocuencia vigorosa en el &alon de Córlea proda-




~540Cf
mando los verdaderos prinripios del 6rJen social, \.
deferencia que frecuet;ltemente manifestó á las ideas
exageradas contribllyó ~obre turlo al triunfo de los
exaltados. A él es á quien pt'incipalrnt'n1e se debió
la famosa declarac\Qn detalla d 'fuerza moral y el
decreto de los derechos seuoriales. Dificil era que
en el momento que subió al millislet'Ío hu biel'e po-
dido hacer algun bien; pero podia no obstante im-
pedil' los escándalos de Sevilla, y era de snp91ter que
no se dejaria arl':\sll'al' pOI' el impetuoso tÓl'rente
el) que se habían sumergido sus predecesores .• y no
obstante, apenas se 5ah!'ia que Calal./';lva, que taufos
medios tenia de distingui,'se, rué mínisll'o, ~i el
nombl'amielllo de la regencia de Sevilla y la tras-
lacion del rey á CáUiz !lO hubiesel~ ~cuq'ido en sq,
ministerio.


Los franceses se adelantaban ácia Aut1alucÍa y
puede decirse que ya nO exhlía ~l ejercito de re-
serva fOl'mallo á la vista del gohieqlO .\0 se ha-
bían llenado los contingentes de la última quinta,
habia sido muy lenla la requisa de caballos y fal-
taban los foudos, porque se pagaban muy mal las
contribuciones. Esto pasaba en las JH'o\-indasdonde
residia el gohierno, que 110 leuia Jli vigor ni me-
dios de hacer que se ejecutasen sus ól'dcnes; y no
obstante las CÓl'tes y ~os minislt'os querían que se
obedeciese á las Jiputal"Íones provinciales. y que
sus medidas hidesen la guet'ra nacional. Verdade-
ramet~te admira la inconsecuencia de los que diri-
gian los negocios, y no puede concebí rse por qué
razon, aquellos mismos hombres que tant~ priesa.
se habian dado á salir de MadriJ, que de lo alto
de la tribuna de las Córtes habial1 uegurado .'




bo541 e
loda la nacion que Jos franceses podían llegar en
pocos dias á la capital, y que veian que no se les
bacía resistencia en parte alguna, sino que se les
acogia bien, se obstinaban en creer que no se
verian invadidas las p,'ovincias de Andalucía.


Llega en e~to á Sevilla la noticia de' que los
franceses habian pasado los montes, y se apode-
ran del gobierúo el susto y la consternado n ; se
trueca la confianza en miedo y se cree que ya es-
tan los enemigos á las puertas de la ciudad. Reú-
nense las Córtes en 1 J de junio y convocan á los
minist,'os para que i/lfol'men del estado de las
cosas. Declaran estos que l'asi nada saben acerca
de las fuerzas y movimiento de los franceses, aña·
d¡endo que el rey aun nu ha resuelto acerca de la
traslacion del gobiel'JlO que, segun el parecer del
consejo de ~stado, debia ser' A\gedras. Se hace la
proPQsicion de que: siendo de creer que los mi-
nistros no llenen la co'fianza de S. M., se envíe
un mens;¡ge al rey pa"a manifestarle la necesidad
de trasladarse con toda su real familia á Cádiz,
saliendo 'de Sevilla al dia siguiente á mediodía.
Una diputacion de Córt,es llevó este mellsage al mo-
narca, que respond ió « Que su conciencia y el
amor que profesaba á sus súbJitos no le permitian
salir de Sevilla; que ('omo particula,' ningull in-
conveniente tcndrla en han'r tal sacrificio, pero
como rey, se lo prohihia su rondenria. » El pre-
sidente de la diplltarion hizo á S. M. algunas ob-
servaciones, que no alteraron su reso1udon.


Sabeuoras las Córles de la 'l'~spuesta del 'l'ey, el
di~u.tado Ga\\ano h\'LO las propos\c\ones siguientes:


,< Las Córtes, en vista de la negativa de S. M. ,




Do542.
poner en seguridad su real persona y familia CcJl!.
tra la invasion enemiga, declaran que ha llegado
el caso de '~onsiderar á S. M. en el estado de in-
capacidad moral señalado por el artículo 187 de
la Constitucion. Se nombt'ará una regencia pro-
visional que rellna los poderes ejecutivos para
el solo hecho de la tra~lacion, » Las galerías escu-
charon esta pl'Oposidon con entusiasmo; y ha-
hiendo querido oponerse algunos diputallos, les
amenazaron de muerte en el salan mi.-mo de
Córtes. Dominadas estas por el miedo y el terrc}l',
apruehan la proposi{'ion de Galiana, y nomIlI'an
la regencia com puesta del teniente-general, don
Cayetano ValJés, diputado á Córtcs, prcsidente,
y de los consejeros de estado don Gaspar Vigodet,
teniente-general, y <1on Gabriel Ciscar, gete de
escuadra. No es posible describit, el desónleu, con-
fusion é informalidad que reinaron en aquella tur-
bulenta sesion; y las Córtes se olvidaron de la
Constitucion y el reglamento en términos que no
se votó nominalmente.


¿ ]\'las COIl qué poderes quebrantaban las Córte.
alJiertameute la Constitucion con la illterpreta-
don mas necia del articlllo 1 S 7 Y con t ra lo for-
malmente dispuesto en el reglamento, elel que no
t'ra permitido separal'se: ¿ Cómo po(lt-ia suponerse
al rey en delil'io porque se oponia á prolougal"
los ma.les que pesaban sohre la nadon, y se con-
formaha á la opinion ya gencral , C]ue de nillgun
lUodo queria la guerra, de lo que no ~e podía te-
ner mayor prueba que la presencia de los fl'an-
ceses en Andalucía? ¿ Se dirá que la necesidad '!
la salud pública precisahan á adoptar medidas eI-




e-545~
lnordinarias é imprevistas? pero si ern indispen-·
sable resignarse á la ley de la necesidad; si las
Córtes traspasaban sus atribuciones; si no podia ya
sostenerse la Constitucion; ¿ por qué preci pitada
en la democracia, en vez de dirigirla ácia la mo-
narquía? ¿ Había un solo inllividuo que creyese
ni que aun supusiera posible, en el estauo en que se
hallaban los negocios, que se sacarían mas ventajas
de la traslaLioIl del rey á Cádiz, que de enten-
derse COIl los franceses? .


tos llOlllbres violentos se exasperaban mas y mas
y no podían los espalioles en Sil concepto espiar ni
aun con la muerte el crimen de haber preferido á
la anarquía , a 1 terror y á la guerra civil, la in-
tervencion de los estrangeros, que decian querer
que reinase la paz en España, y que tamporo po-
dian <lesear otra cosa por su propio interés, aun-
que es verdad qut' hollando la lIldependencia del
país. 1.os que pensahan así, 0l3uejaLan las Córtes,
no porque no hubiese huenos <1iputados que cono-
cieran lo net'esa ('io que el'a poner término á una
oposicion tan inútil como funesta, y lo deseasen con
ansia, sino porllue los fel'roristas del congreso y los
que ocupaban las galerías, hablando incesantemen-
te de puilalcs y de esterrninio, tenian consternados
á Igs hombres de bien. ni putados habia tambien
que pensando siempre en la 'guerra de la iutlepen.
dcncia, miraban como un borron él tratal' con
los csll'allgeros. creyenoo que algunos Jias mas de
resistencia bastarian para que la guert'a se hiciese
nacional y que ,el h'junfo acarrearía el reslahle-
cimiento del 6rden sill pasar por las terribles bor-
rascas de la I"e\'olllcioll francesa, El Jl,'!mero de C8-




-.544_
tos era corto, ., sus intenciones podian ser buenas;
pero desde el año de 1820 no' habían cesado de dar
pruebas repetidas de su imprevisiou y taita de
acierto en la direccioll de los tiegocios públicos.


Las Córtcs resolvieron' refu'giarse á' Cádiz y lle-
varse al rey á aquella ciudad, dCSl)ojálldole antes
de sus Ílmciones; cuando no' podian. ya espe-
rar que triunfara su causa, cuando desaparecia en
Portugal la Constitucion, y recobraba aquel monar-
ca su primera autoridad. Las CÓl'fes portuguesas
viendo que la opinion pública se declaraba contra
las nuevas instituciones, y que para mantenerlas
era indispensable pasar por' las convulsiones de una
sangrienta guerra civil, cm'raron sus sesiones. ¿ Se
encontraba acaso el congreso portugués en tan di-
ficil posicion como el español? ¿Habia manifestado
mas claramente su apego á la Constituciou el pue-
blo portugués que el español? '


La traslacion del rey desde Madrid á Sevilla ha-
hia convenci ,lo de cuan oportuna, era la medida
de que lormáran parte de la escolta los nuevos ba-
tallones ele volunt;¡rios nacionales de Sevilla y de-
mas ciudades, para seguir al gobie.'no á Cádiz, ofre-
cÍthdoles las mismas ventajas de que disfi'utaban
los volun'a.'¡os de Madrid. No faltaron quienes se
presentaron á esta invitacion, ya porque juzgasen
qlle no podrian permanecer en Sevilla sin espofler-
~e, ya porque esperasen que pod.'iau lograr alguR
empleo cerca del gobierllo.


Es probable que al rehusar el rey salir de Se-
villa contase con los esfuerzos de los que deseaban
acabar con el gobierno constitucional. I~íjte proyec-
to e",istía; y es iuoLloable que &e¡uo el espíl'ilu 'lLle




~z..:; 45~
se manifestó dos dias despues en la polllacioJl d('
aquella ciudad y en una parte de 13s trof~s, jllnto
con b proximidad de los fl'ancescs , no hubiera fi-
(10 dificil una contra-revDlurion. Pero la prisiOH
dc nn general cstrangcro (1) que dirígia al p:;-
rece!' la empresa, y h de val'ios otidales l]ue com-
ponian parle de ella, llaslal'on para dcsllaralar aquel
proyecto,


A la seis y meaia de la ';¡n]c drl j 2 de junio 5a-
lió de Sevilla el rey con toda su famllia, escollado
por los halalloncs de voluntarios nacionales de 1\la-
(Irid y Sevilla, por un hatallon de marinos y por (']
regimiento de caballería de Almallsa. Debió ser el
viagc muy penoso para SS.MM. y los mismos prín-
cipes, sin bablar de la inquietud en que debian es-
tar, tenien.do que sujetarse al paso de la escolta de
infantería, y no dejfmdolcs sino pocas horas de des-
canso. El rey llegó á las cinco f1e la mañana del 13
á Utrera, y volvi6 á salh- en el mismo á las dos de
]a tarde. 1.3 viJa Ild rey, segun un manifiesto pu-
hlicarlo por el coronel Minio, de) regimiento de
Almansa, estuvo muy rspuesta am'ante aquel vi:lgc,
p~ro no indica cuales fuesen los auloresdel proyecto
de asesinarle, ni aun hace verosimil semejante uesig.
nio: pues en el hecho de decir que el rey dehió la
vida á cuarenta () cincuenta de caballería que esta-
ban cerca de él mani'flesta que ni el general que
mandaba las tropas, ni las tropas mismas eslaban en
la trama: pOl'que en tal caso se hubiera procurado
alejar del coche elel rey al coronel de Almrlusa y
sus soldados, mandándoles Ü' á olra parte, Ó f,e lc~


(1) El inglés [lowllie.
TO:.{o l.




.. 546-d
1mbiera obli~aJo si hubiesen dado señales de resi~
lenda. ¿ Qué son cincuenta caballos en la obscul'i~
dad de la noche contra una columna ele cinco bata ..
lIones de infantería? Y aun cuando lo demás del
rt'gimiento de Almansa, quc iba á retaguardia, hu-
hiese tomado parte por SIl coronel, no por eso hu-
hiera po(liJo im pedil' la egecllcion. de la conspira-
don, porque la noche no pCl'milia que la caballe~
ría operase, y porquc hahia mil medios dc cometcl'
el crimen siu ruiJo. Es pues muy inverosimil que
en aqueJla nochc sc illlcnl:l'iC naJa coutra.1a vida
del rey; y si se inlcntó debió ser cosa muy parcial
en la que ni el gCllcl'al, ni las tropas de la es-
colla, ni los illdiviJllOs de la regencia tuviesen par-
te, por que á habcrlo querido, les hubiera sido muy
fá"i 1 conseguirlo.


Tampoco se concibe como es!anrlo resuelto el co-
l'oneI dc Almans3, asi como el rcgi mirlllo que ror~
maha toda la caballería de la escolla á s:dval' al rey,
110 se ejecutó este proyecto. NaJa parece m:ls fác'il
que el hahel' hecho montar á cab:dlo al rey desde
la primera ó segunda noche del viage , y con solo
un rodeo huhiel'a podido ir eOIl el rrgimierlfo de
Almansl. al cllcuenll'O de los fl'allceses. Puoicl'a tal
vez habet, habillo algunos ohsfárulos ell ('st.a ope-
racion; pCt'O no pueoell deoucil'se uel manifiesto
citaJo, del cual, muy al contrario, resulta que
hubiera sido muy fácil poner á salvo al rey ante.!
de llegar á Cádiz.


No se detuvo el rey en lehl'ija sino nasta el 14
pOl' la tarde; y hah;endo llegado á las seis de la
misma á Jerez, volvi6 á salit' á IJS onre Je la noche,
y llegó al puerto de Santa María el dia 15 á las




.. S47 ..
dos de la mañana; á las ocho se puso en camino
y entró en la isla de Leon á la una uel medio
dia.


En el mismo dia 15 de junio, la regencia que
habia salido de Sevilla COIl la escolta del rey, pu-
blicó en la isla el decreto siguiente: «La regencia
provisional del reino, en vista de la llcgada del
rey á esta isla de Cá.diz, y sabiendo que han llega-
do los sulicicntes diputados para deliberar en Cór-
tes, declara: que desde este momcnto debe ella ce-
sar y cesa absoIulamcnte en el ejel'cicio de las fa-
cultades' pel'lenccicntes al poder ejecutivo que se
le habian conferido por el decreto de Córtes' con
fceha 11 del presente mes.) ..


Este decreto no se refc¡'ia ahsolutamente sino ~
los lll\nistl'o!\, que en vez al! espedir lás ól'uenes en
nombre de la regencia. ,lchiat'l espellirlas cn nom-
bl'e del rey; por1lue ¿ quién !lupondria que en 10 su-
ce¡;ivo pudiera cgerl'cr alguna autoddad, sin que se
le "cJugcsc á la Jlul idad ma~ completa? ¿ pue(le ima-
gillal'se cosa 111as ridícula 'lue hacer descenoer del
trollo :í Fernanllo VII el t 1 de junio, suponiéndole
en e~tado de Ilelirio porflllC uo ryucria continuar la
guel'I'a, y hacerle volver :í suhir ;\ él el 15 del
mismo m('.!I, ~ill que hubiese dado ]a menor señal
de mudanza en su modo de pensar? Pero como no
habia llegado toJavia el tiempo de separarse abso-
lu[amelllc de las apariencias de la monarquía) M
quiso comcl'val'las á costa de las mas positivas con-
tradiccioncs.


La mayor parte de los diputados á C6rtc.!I, salió de
Sevilla en la mañana de113 de junio á bordo del
vapor. La ciudad babia quedado de,sde la víspera


.


.




~348~
~lhan<lonaJ3 por las 3l1loridaJes, y sin mas fllena
militar que un regimiento de artillería á pie, in-
complcto y enteramente compuesto dcreclutas. Rei-
nabae\ mayor dewrJen en la poblacion; Ilohiell sa-
lió el harco de vapor cuando se echaron á vuelo
las campanas de la catedral; el po[mlacho empez6
á aU)'{)rotarse, se ~aquea-ron los equipages de los qu.e
se embarcaban ó trataban de embarcarse asi como
las pt>rsonas y cmbarc ... '\ciOllcs próximas á la orilla,
aistinguiéndosc en (0<10 esto mllr señal:1damenlc
los gitanos, los habitantes del bauio lle Trian:! V
los de la t~ampiña inmediata; pero su furor se diri:
g·ia mas contra los efectos que contra las personas,
y apenas hubo desgracia alguDa. Sin embargo Cl'e-
da e\motin, y las gentes ricas de lodos los partidos
~pezaban á tem~r, cualldo el populacho se dirigió
á 1'3. casa f'n que habia estado h·inquisici~m, y ,en
la '1ue se creyó qllC Itah.'ia armas. No s.e cnconh'Ó
ttÍno una (:Orla cantidaJ de pólvo\'a, á la que se <lió
fuego 'Vo1indose el edHlci~, Este desgraciado acac-
t~jmiento ('auro la muerte á mas de cien personas, y
::1.1 mismo t.iempo s¡r'áó para calmar la cfervesccu-
cia l' restaMeccl." la. 'Ir:\fHltlilidad,


E'n tI mismo dia t.3 de junio hubo un movimien-
to c.asi gent'!\'al deco1l1l'1l-'l"cvoiucion en \a provin.-
cm de Sc;"ina. F.A geJtcral ViHacampa qllC manda-'
ha el HamadoejércitoJe ~scrv3. compl1csto oe unos
cuanlús ro'tallones, l.'cpresenló al gobierno las dis-
.P~!-ici{}'j}e5 enq-l1.c se manifestaba ~l pu.eblo, ia. lm-
Fooi~}mfhrl de sostenerse y lo necesaria1Jue era. una
tnnuccio:n. ·en tan d.esesperadas circunst.ancias. La
conlesla.,i0111i su. esposicion fue el enviar al g~ne1'3J
Zay.vs para ~u.t le l"eemrhz.\u'.:.:.




-t{) ~,:H:. -d
¿ Mas á quién rcprescnLab:lll las Córtcs en meo,jo


de su obstillacion? ¿ Era acaso á las dos terceras
partes de la nacion , que habian recibido á los ft'an-
ceses en triunfo? ¿ era á la poblacioll de Sevilla
que tan terminantemente se pronunciaba, ó á lo
)'estante de España, que como nadie podia dudar
en afluel momento, y como no tardó en demos-
trarlo la experiencia, solo aguat'daba una corun~
tura favorable par I ahandonar al partido comti-
lucional ? ¿ Dehian pl'cvalece.' la opinion é intere-
ses de veinte 6 treinta diputados ó de los dema-
gogos que los sostenian contra la voluntad, ó cuan-
do menos apatía de los españoles? ¿ Ilabrá, pues,
(fuien repute heróica la resolucion de retiral'Se ele
Madrid á Sevilla, de escaparse de Sevilla á Cádiz,
y de llUir de C.ádiz á Gibraltar?


l\ada tenian que perder emigrando, los que do·
minaban á las Cól'lcs, Sus opiniones enteramente
anál'quicas les hadan sospechosos á todo gobierno
de su pais. Sus Ím prudcncias , i nsul tos y persecu-
ciones qtle habian suscitado, lcs hacian siempre
odiosos á todos sus concillJauanos, y muchos no
contaban con mag renLas ni empleos qlle rlr de re-
volucionarios. Claro está que sCfficiantcs hombres
no podian menos de miral' mal el restable<:imiento
de! órden , pues por grande que fuese la indulgen-
cia del Gobierno que se estableciese, y espeso el
velo de una amnistia sobre lo pasado, ya no po-
driarl vivi., en meJio de gentes qne los ahorr6cian;
y pO l' olra parte terminalla la revolurion, vol-
vian á <ae.. los mas de ellos en la nada, que-
(lanJo aUIl sin medio!'. de lihertarse lle la mI-
seria. En seITli'j:1n!cs 'aanos se Cllcou!l'aoa de-




w.'55() ..
positado el honor nacional; aunque no han
faltado] paises en donde se ha censurado la con ...
ducta de aquellos que no obedecieron á los caprichos
de aquel clúb, y no se sacrifical'on por sostrnerle.
No incluimos en el número de los furiosos á la ma-
yor parte de los di putados, entre los que se encon-
traba mucha p,'obidad y moderacion; mas estos se
veian amenaozados del puiial de los asesinos, y arras-
trado~ á su pesar por el torl'cnte (le los aconteci-
mientos; valíanse )05 ocmas de ellos cuando los
necesitaban, COIl designio (le sacrificarlos uo bien
se viescn desembarazados. Tampoco han ue con-
tarse en el númeJ'o oe los anarquistas á olros di-
putados que se han citado, y que seguian por
exaltadon el camino del error, no siendo justo
confundirlos con los perversos, aun cuando cau-
sando males inlinitos á su pátl'ia.


Como un 6rJen de cosas tan contrario á toJos los
principios sociales y á la Conslilucioll misma, pudo
tener defensores, y porqué tooos los hombl'cs de
hien no abandonaban una causa, cuyo triunfo hu-
hiera sido la mayol' de las calamidades, son inda-
gaciones muy importantes, ya porcJlle conducen á
calificar la conducta observada por mu(~hos españo-
les, ya porque jira sobre ciertos principios genera-
les que sería de desear fuesen mas conocidos, 6 me-
jor observados.




CA P 11' ULO XIV.


AÑO DE 1.825.


Disminuyen Tu ~Srf'l'lnZlS de ulla translcrion con la : Francia.
Progresos de los fr;," ~·~so·s.-Conducta del Conde de Car-
tagena en :uluell;H "irrllo,tancias.- Rompe con las Cór-
tl!S y el gnl,ie/'Jlo de Cadiz (I? resultas de los sucesos de Se·
,,¡lIa._Se dil'i~c á los fr,¡nceses.-Esl'0sicion que bizo al
duque de Áng"lp.ma, I'xplicando SUJ procedimientos y oegán-
dose á reconocer ., oUt'IIt'cer á la rcgcl1cia establecida en
MaJrid.-Aunque se ha dudado dI! su autenticidad, circuló
mucho y es un dOcUIDPnto curioso de la época ...... Conjeturu
sobre lo qUt hahia podido acont.cer, si el Conde hubieso
8ostenitlo con calor la causa cOllstitucional.-Error de lo.
que llien'lnque el buen hito de la espedicion estrangera,
ee debió esclusi vamente al valo!' y 'superioridad de las tro-
pas francesas, y á los españoles que con en .. viniuoD.


Cada d ia se mi noraban las esperanzas' de que la
necesíJadohligál'a á las Córtes á hacer proposiciones
á los franceses. Dc~pues de la escena del 11 de ju-
nio en que deterOlin6 IHlir de Sevilla á Cádiz, y
en que se illstal6 una regencia provisional, ya no
parecia pcrmiti,lo apoyar sem~janles instancias,
porque faltaha tollo prelcsLo de obedecer á un go-
bienlO que, suspeUllienuo la autoridad real é in-
fL'jugicndo la Conslituciou , habia rolo los últimos
vínculos que ligaban al pueblo á aquel 6J'den (le
cosas. La mayOl' parto de los espauoles creyó en-
touces (lue ya no podía tenel'lugar la transaccion,
~l \laso que otro~ la tenian todavia por factible .
.i.t06 si¡u.ieron obedeciendo á las Córtes, y los de.




~5')2~
m5s abrazaron diferentes partidos. Muchos no vie~
rOIl otro remedio para los males que devoraban á
su pais mas que el de mmeterse á la regencia de
Madrid ó unirse á 10s franceses par'a coadyuvar á
la libertau del rey, de quien se esperaba todo, y
otros en fin pre~irieroIl permanecer bajo la ban-
u.era de las Córtes, porque igualmente les eran
ouiosos los desórdenes de Sevilla que los de Madrid.
Entre estos hombl'es de bien hubo muchos que se
engañaron, y no se scparlfoll de las Córtes en el
momento ell (lue debieran hahello heclw; mas no
era fácil eu tau extraordiuarias circunstancias re-
COrlorer la verJadcra set-llla en medio de tanto uesor-
J.Cll y cOllrusioll como reinaban. Pat'a no alucinar-
se en este punto y formar un juicio imparcial de
las cosas y de los hombres, es necesario colocarse
en la posicioIl en que cada cual se encontraba. ta.
mayo!' parte uel é;ercilo y de la juventud en gene~
1'al re!lcxion3 poco: tres ailOs y mCllio de continuos
y desmedidos elogios á la COllstitucioIlj la aproba-
don que el gohicl'110 constitucional habia obtenido
de fodas las poLencias; la clase de t'uemigos que la
habian comhaLiJo á cara ¡}escubicl'l;t; el recuerdo de
la gllcn-a de la in,lependcllcia¡ el dc::;co de gloriaj
(,1'al1 tOllos motivos muy poJel'osos p:u'a que entr'c
Tos partiJarios de bs Córtes se contasen muchos hom-
TIres hunrados, anastrados por el torrente de los
acaecimientos. En Cádiz, se enCOIl f ralla Jl sugctos es-
timabes, p.'outos á tomar el partido ue la razon des-
ue que se les hiciese patente; pero desgraciadamen-
te no llegó todavia aquel momento, porque el ham-
hre, las persecuciones y los suplicios á nadie con-
vencen.




~3a3~
Sí los franceses vieron frustrada su esperanta


de concluir la guerra en Sevilla, lograron lá reu-
níon de muchos militares españoles, (lueJalldo
muy debilitadas las filas de los constitucionales.
Merece citarse la conducta observada en aquellas
circunstancias por el conde de Cal'tagena, gene-
ral en gefe del cuarto ejército de operaciones. Co-
nocidas eran sus ideas de órden, por ser notoria
la guerra que habia hecho á la anarquía, así co-
mo las persecuciones que esto le llabía atraido. Los
ministros, conslantes siempre en confundir las
épocas, juzgaron que la opinion que habia adop-
tado el conde en la guerra de la independencia y
el deseo de adquiril' nueva gloria, serian un estí-
mulo bastante fuerte pan <lue combatiese con los
franceses á vida ó mueL'le, y le obligaron á que
volviera á tomar el mando (lue habia renunciauo.
Su llegada al ejércilo no fué una calamidad para
el pueblo, porque muy al contrario, convencido
ele que eran inúiiles los sacrificios, mientras el
gobierno cspnuoi 110 abrazara el único partido que
le quedaba, que era el de emigrar, calmó en
cuanto estuvo dI! su parte las pasioues, y las
provincias no eSFerilUeul~run bajo sus órtlcnes ni
contribuciones cxtraonlinal'ias, ni vejaciones de
ninguna especie; siendo fu único objeto el con-
serval' la tlisciplilla en las tropas, esperando
siempre que las Córtes tratarían. con los fi'an~
ceses.


l\Ias cuanuo, lejos de ver confirmadas tales
esperanzas, supo los deplorables acontecimientos
de Sevilla, rompió los débiles lazos que le unían
con aquel gobierno y rehu~ó abiertamente rceono,..




.. Sñ4 ..
cer á la regencia nombrada por las C6rtes. Pare-
cia que una vez disuelto el gobierno constitucio-,.
Dal , uo debiem quedarle otro recurso que el de
someterse á. la regencia establecida en Madrid;
pero no pudo el conde de Cartagena resolverse
á dar este paso, antes de probar el último medio;
el de dirigirse á los franceses, y llamar fuerte-
mente su atencion ácia el fatal aspec10 que to-
maban los Jlcgocios de España, para no dejar
nada por llJcet' para aliviar los ma les que llo-
raban fodos los homhres de bien, y cuyo único
remedio estaba en manos del príncipe generalísimo;
pero esta detel'minacion del conde de Cartagena,
aunque dictada por las mas puras intenciones, y á
pesar de que todas las personas sensatas la con-
siderasen como el último esfuerzo que se hacia en
España para establecer un gobierno exento de los
furores del espírittl de partido, rué muy mal
vista por los anarquistas de Cádiz y absohltistas
de Madrid, conformes siempre unos y otros en
su odio ácia cuanto pudiera reconciliar los ánimos.
El conde de Cartagcn:l despreció del mismo modo
al uno que al otro parl ido, y resol vi6 unirse á 10$
franceses con las tropas que tenia á sus órdenes,
para cooperar á la libertad del rey, solo término
que se prescntaba á los males de España. Pero
con los mismos principios de moder3cion, que
jamás le habian parecido mas necesarios que en·'
ton res , estipuló que fl nadie se perseguiría por las
opiniones que anteriormente hubiese manVestado,
y exigió garantías para. las personas y las propie-
oades, ocupándose esclusivamente en el biell e.tar
del pueblo,




.. 55a ..
En aquella época corrieron copias de la esposicioD


becha por el mismo conde al duque de Angulema.
No puede respond'erse de la autenticidad de este do-
cumento; mas es tan notable su lenguage, 5011 tan
positivos sus asertos, y mereció tanto a (1recio á unos,
al paso que otros la trataron de prouuccioll revo-
lucionaria, que no parece que pueda ocupar aquí
uulugar inoportullo. Decia asi:


« Serenísimo sei'íor: el deseo de ser útil á mi pá-
tria, móvil úlJico de mis :lcciones, me oLlib~ á
que teme la liLel'lau de dirijirme á V. A. n. Las
coplas adjuntas de mis prodamas y dc lUi COlTCS-
ponuencla con el teniente general HOUl'k, instrui-
rán á V. A. H. de las causas que me han movido
á separarme del gobi~rno de Sevilla y unirme á
las tropas francesas, igualmente que de las condi-
ciones que he exigido y se me han concedido con-
forme á 10 ofr'ecido por V. A. H. á los españoles.
Yo suplico á V. A. H. quiera tomar en considera·
cion los citados documentos, pues me hubiera Ji.
mitado á hacer un extra.cto de ellos, á no l¡aber
creído conveniente que V. A. H. los leyese Ínte-
gros para que se forme una idéa exacta de mi
posiciono


"Estoy enteramente unido con el general BOUl'k
y le he ofrecido hacer cuaJltos esfuerzos me sean
dahles y á las tropas que estan hajo mis órdenes,
para conseguir la libertad del rey y la completa
pacificacion del pais. Lm auxilios que puedo
prestap al ejército fl'ancés, aunque menores de lo
que yo desearia, son de alguna importancia, por-
l'Jue podré contener ájlos puehlos en el órden, y
ahorr;¡rles muchos males. Mi conducta, constan-




~556oG
temente ft'anca y leal, y el interés (lUC en toJo:t
tiempos he demostrado para con los habitantes,
me han grangeado cierto Cl'édito de que podré
valel'me inmediatamente para el bien de estas pro-
vincias, y no hablaria lle mí mismo á. V. A. R. en
estos términos sino creyese que cuando se trata del
público bien, nalla Jebe clejarse por decir.


"Mientras que las tropas de mi mando se es-
forzaban para poner un término á los males de la
guerra y contribuir en lo posible á la libertad del
rey, se nos dab:t el dictado de revolucionarios en
un escrito publicado eu Ma(l::id: injuria que no
puede hacérsenos sin el consentimiento del gobier-
no, pues la gaceta está bajo censura; '! presumo,
serenísimo señor, que se me ha tratado tan ligera-
mente de revolucionario, porque en vez de recon-
ciliar los ánimos se procura exasperarlos, y por-
que no he acudido directamente á la regencia de
Madrid. Esto es lo quc me mueve á hablar con
franqueza á V. A. R. de las causas que he tenicIo,
y tengo aun, para no querer entenderme con di-
cha re3cacia.


"Este gobierno no ha correspondido por lo que
vemos á las e~peranzas de V. A. R. ; Y los espa-
ñoles quc piensan y desean la estabilidad del trono
y la dicha del pueblo, no observan en su conducta
la firmeza y decisioll que pudieran sal varnos. COIl
respecto á decretos, puede asegurarse que no se
ha expedido uno solo que se halle fun{lado en los
verdaderos príllci píos de conciliacion; pudiendo
mas bien cO~lsiderár5eloj como reglas que impone
un partido triunfante, que f.omo las que deben se-
guirse para conseguir la unilJll y la paz. Si se mi-


\




~ ,')l)7 <'J
'fa i los hechos se verán apariencias mcnos rayo.
rabIes todavia en lo tocante á la capacidad del go-
hiemo actual. No se oye hablar por todas partes
mas que de o<>sórdenes, prisiones arbitrarias, insul-
tes permitidos al ¡lUeblo, exacciones violentas; en
una palabra, se Ila desconocido el :respet o á las
leyes, y la anarquía no ha cesado de aflijir á ]a
t1esgraciada España.


« Nada tiene este cuadro de exagerado, serenísimo
señor, y los hombres mas sensatos de todas las pro-
vincias se desconsuelan al ver que las riendas del
golJicrno vacilan, que hs autoridades proceden con.
escandalosa arhitrariedad, que se ha desencaden:hlo
el pepulacho por habcl'le lisollgeadoen vez de repri-
mirle, y que en fm las leyes no se observan.


« Esta es la ver(ladera siluacion de muchas pro-
vincias, y yo no creo que ni las felicilaciones he-
chas á la regencia, nj los ~gocijos (]esol'denaJos de
los pueblos á la entrada de las trupas francesas,) de
los españoles realistas, puedan deslumbrar á nadie
hasta el punto de pcrsuadirle que no se desea otra
cosa, y que la marcha del gobierno es buena y bien
dirigida, En tanto que el pueblo hajo recorre las
calles y derriba las lápidas de la C..onsti tUfion insul-
tando á menudo á pel'sonas mu y respetables, profi-
rierulo gritos furiosos de mueras! y ~ntonando can-
dones de sangre y de desolacion, lvs hombres de
hi('n lloran amargamente la suerte de un pais,
CU?O deslino I,arcce que es el de caer siempre en
manos de gobernallt~s que le conduzcan de un es-
tremo á otro. J.os españoles ilustrados y celosos del
honor de su p[llria, conciben muy bien que hay
ciertos momentos en que 110 se pU'Cde contener á la




-"8 .. ¿)() -el
multitud; pero ¿ qué juicio podrán formal' del es-
tado de los negocios, cuando estos momentos, que
debieran ser pasageros, se prolongan por semanas
y por mescs enteros?


« Pues estos mismos hombres que tanto ouian lo
pl'esente, son pl'ccisamente los que han oerrib:H]O el
gohierno precedente. Esto es inuudable, s~renísimo
.eñor. Despojando las Córtes á los propietarios de
!lUS bienes, distl'ihuyer}(lo los oel clcro secular y re-
gular, predicando y tolerando el desorden, hubieran
arrastrado á la mullitud, y V. A. H. hahria encon-
trado sobre los Pirineos numerosos ejérciros patrio-
tas que se hubicl'an formado, como se verificó en
Francia en circunstancias parecidas: pOI'que el
pueblo espafíol no es menos ilustrado y amante de
~u paisque lo era el de l"rancla en \aépoca de 17B9.
Pel'o los hombres de probiJad y (le \mes, amaestra-
dos por la revoludon francesa, han opuesto un dique
al torrente de la anarquía, yel resll\t:Hlo de sus es-
fuerzos no ha sido rápido, pero sí seguro: han lle-
gado á fdrmar aquella o[>i nion que tlesacrcdita com-
pletamente á la demag6gia, hariellllo que ni el es-
tímulo del desorden ni el imperio drl terror, hayan
10g1·ado arma!' al puehlo ell defensa de la Cf/lIsti'tll-
cíon. En el dia no se oye mas que la voz confllsa de
la multitud; pero la calma sucederá á la efcl'Ves-
cencia, y la verdallel'a opiniofl ocupará su lugar.
j Desgraciallos entonces de nosotros si nuestro go-
bienlO no la consullase-! "


" Tal vez abuso, serenísimo señor, de Sll atencion;
pero V. A. R. escusará con su cara~tedstica bondad
lo importuno de quien profundamente ocupado en
el bien d, su pai~, y dirigiéndose á V. A. R. cree




.. 550 ..
que hahla con quien plleJe tomar una gran parte
en ]a prosperidad de España. Si la rC3cncia no
adopta desue ahora medidas eficaces para reconciliar
Jos ánimos y enjugar las lágrimas (le millares de
familias; sino renuncia al funesto principio de mi-
rar como hueno lodo lo que antes existia, y de te-
ner por malo cuanto se ha hecho despues de 1820;
si el gobierno, en fin, no cambia de direcion, no
solo los designios de SIl magcstad cristianísima y los
de V. A. R. quedarán li'ustrados, sino que cuando He.
guc el deseaJo morneH lo en quc nuestro rey recobre
su libertad, la anarquía h:lbrá tomaoo ya cuerpo;
se tomará la voz del pupulacho POI'la dela opinion;
será tal vez peligroso cOlltl'ariarIa, y ya el monarca no
será (hleño de dar á su pueblo las leyes que le COll-
vengan.


,,. Tales son los motivos que me han obligaJo á.
no dirijirmc á la regencia de Madrid, y cada dia
tengo nnevas pruehas de Q11C estos motivos son fun-
dados. neseo ansiosamente la libert:ul dell ey y daria
por ella mi vida, porque estoy illtimamcntr conven.
cido de que ponuria un término á la fatal discordia
que nos devol'a. Contribuiré á tan importante ohjeto
en ullioll eOIl las tr'opa~ fl'311ccsas; pero me tomo la
libc!'tad de dcclara!' á V. A. n. que ni los prin-
cipales oticiales de mi "'opa, ni yo mismo, re-
conoceremos á la regencia micnll'as siga la mar-
cha actual, VOI'que en tal cas;) teJlllríamos que ser
los ejecutores de sus uisposiciones, y uo llega á
tanfo nuestra resignadon que nos sujetemos á can-
llar al pais males irrcmQdiables. Quizá por consi-
deraciones que no estan á mi alcance, se querrá
que bagamos el sacrificio de reconocer al iobierno




~ 560 ~~
(le Madrid. Si es así, tengo el sentimiento de decir
á V. A. H. que ni mis principales oficiales ni ye
]>odemos subscribir á esta condicioa, y que entre-
gando nuest.ras espadas nos constituiremos pri-
sioneros de guerra.


"¿Seré yo tan desgraciado que ellenguage franco
de un militar de honor se atribuya en mí á orgu-
J lo ú á otros poco nobles motivos? l\le llersuado
que nó, y sobre toao estando, como creo que lo
está, bien penctrado el general Bourk de la pure-
za de mis intenciones; pOt' lo mismo espero que
V. A. R. se dignará mirar este escrito como una
maniíestacÍon del mas arJiente deseo de que reco-
hrando el rey la libertad, pueda establecer su go-
hierno sobre bases suficientemente sólidas para que
mi desgraciada pátria no tenga que temer jamás
una reaccion.»


Sea lo que quiel'a de la autenticidad de este do-
cumento y de que llegase ó no á manos del prÍn-
cipe fl'ancés, el reconocimiento de la regencia de
Madrid por el conde de Cartagena lo acredita al
par(~cel' de ap6crifo. De todos modos se ha tenido
por oportuna su insercioTl , porque los }ll'incipios
sobre q{lC sc apoya esl.31l 3íOI'JCS con Io~ que antes
se han insinuado, y los acontecimientos han ratifi-
cado su exaclitu(l.


Si el conde de Cartagena hubiese abrazado con.
calor la causa de las Córtes, los francescs hubie-
ran encontrado en él un adversario temible, ya por
su mérito militar, ya por la posicioll que ocupaba.
En efecto ninguna [Il'ovincia ofrecia mejores me-
dios para formar un ejército que la Galicia. Su po-
biacioll de mas de millon y meJio de habitantes




¡:t.jG1 ..
flOt1i:t surtir ue w1d;Hlo~ y l"CruI'SOS rnnsiJ "raH,.~.
La gran cxlcn:-ioll dl' sus co~las, pone fl esta prndn-
da cn ('omilnic:!cioll ('011 las pl'Ovillcias maritimas
de la pt'lIill~lIla y 'os reiJlosf~.ll'allgcro:-:y d(,sll(!~IIS
¡/Ucrlos pueden barcrsc l'crjuirios ('()Us¡t1cr;¡hll's al
COffil'rl'io rl·;lIIré~. A gran (lislauria Ul' la 1'1'IH11('ra,
y muy lejost!l' lodas las \incas Ill' opel'arl011 del (,'{;(;,--
cilo illvasor. esle 110 (Iubil'ra 1'011111(1 tlcslal'ar una
fucl'La c'otl:-¡il)l'l':dJlc á Ga III ¡a, y los tlt-sh ladt'rllf, r;ue
po' loda~ pule.- (~ra [1rc,i1-o ;¡traveMlr rar';:, peJ!('!I':ll"
el! (" pais t la I'uuiall lalllLiell al al,ritjo ce loJa
ill("lll'~ioll.


l'Il'O al p1SfI (¡~ sel' l11Tlrgah1es fsl:l!1 vcnlajas .le
la Cali{'ia. "hM'rval'á. t U;¡\'!lIi('r:l, (lU(' SI' lllcieron iun-
ti\cs PIII' la tlla'a vo\urtl.ad t\e HIS hal)italltcs, c¡ue
no l'ran llar\¡\\a"ios .le \a anarlluÍa, al nwmo ticm-
1111 (lUC ('S tl;II"III(' h ill!1IH'III\:l de In!1 "'(H~eradns eue " 1
}!CS',!'tllI á ~"I':IJ':\" la lIla~ol'ia lid ['lJt'blo de los
Jihl',all'~, ¡;í C'i1:'I/Ido Ikgú d ('(Ill;lt' .Ie C:ll'l:!gclla
al I':é;. i'o, ti dO/ld,' pudin'a hal'el' IIcg:1I1(1 alllc~t se
llUbicH' uuido:1 1111' cx:;I!:lIjos; si huhic1-l' p,'/'segul-
00 ú a\t'j;\do a III~ (¡lit; rodilll 0p0(l('nc á ~us cl(~ig­
lIio .. ; ~ SI Lul,ic~e FuLI" ado el ,!t-n('lo ele f'órtes
robre los ,t.-rl't llOS ~(,úClrial('s ~' r¡ul'rido suhlcv:lr:í
los arl't'lIdalal'jo" (,(Ildra lo!'- (lu¡i:()~; nadie que (OIH'Z-
('a l(\ G~\i\ la tlU1iará "Ul' huh'¡('I'i1 hcdl(' en aque-
lla pro'oillfia ulla vl'nlatlcla l'I'\'o\¡Hion, y que los
ga liegos buLic1'3U coopn'ado eíll:3z,llu'ntc á sus pla.
Iles.


E\ cien i:o ,Ic\ ronde ,le Car'3?;ena se compou.ia
á liuc, dc 1I);1~'O de casi calo Te rntl homLrcs de iu-
{3l1lUta y mil y tlosrient, s cal a1l05. po.que le ha-
liilll ,{·IOl'¡,:¡.!o las lrnp:.s Gue se babian rc:lil·ado,l.~


,'01:0 r. 24




!'1>;)62~
bs provinrias v:lscongadas, (le Santander y Burgo~.
Segun el decreto de las Córrcs, dehi:ln lcvantarse tn
Cádiz mas de seis mil hombres para el ejército per-
manente y la milicia activa, y era muy fácil hacer
tomar las armas á otros cuatl'o mil, con solo llamar
~ una parte de· los licenciados. Podia ademas sacar
el conde alguna fuerza de Asturias y de una palote
de' la Castilla, ele mOllo que ~ill temcl,ithd ru\!Je
creerse qnc anfe5 del mes de agrsto rontaie bajo
sus 6rJencs veinte,! cU3fro mil homhl't!s y fr¿>só cna-
tro mil cahallos, p:les clespues de la l'cril'3d.l de lUa-
drid esta ha destinaJa la hermosa c:1hallcl'Íol dellerccl'
ejército al cuarto. ¿ Huhieran podido penetrar los
franceses en Andalucía, dejando un cuerpo tancon-
siderable de tropas en Galicia? Entonces el conde
~e Cartagena huhicra podi(lo marchar solJr(! Bur.
gos, y si queria obligar i los francese$ á yolvet' á
pasar el Ebro sin arriesgar nada de Sil palote, po~ia
haber hecho el mismo movimiento que el ejército
de Galicia en BOS, repetido pOI' una parle del cjér~
cito español. inglés '/ portllgll~s rIl 1813: esto
es, atrave~:lr el E/n'o errea de Sil origen y dirigién-
dose por la orilla de Castilla tocando un poco en
Vizcaya, clej31"Se caer sobre Vitoria. A donde quie-
ra qne se dirigiese hubiera encontrado el apoyo de
las vol ,mlarios nacionales, y ele todos los "!tle por
consecuencia de los rstravio'l de h junta pi'ovi~io­
nal y tIe la regencia, ó ele r~sultas,]e los tles6rJe ..
ncs tolcratlos por los agrn tes de tI ichos poJeres, se
veian amenazados y perseguidos. Su número era
grande y todos en general a pfos para la buerra, y
dispuestos á hacerla de muet'te, pOrcl'lC se les ha-
bia ex'aspera:lo. En una palabra aun cuando el




r-fl'"' ~<)u.)·~
conde de C:\Ttagena no bulliese aumentado 511 ejér-
cito, tenia mas medios oc los que ncc('sHaha para
impcdll' que en! rase en Galicia la tlh idon Bourk,
y nadie p0l1i:1 ohligarlc á fom:!\' el 'P0rliuo que 5i-
suió ba~la la (h·(isioll oe los sucesos.


l\er('s;¡rios son estos rormcnores para jnzg:lr á
los q\le manejaban cntonccs los ne f!:oci o s de EspaLa.
y han continuado ('gercicnJo su inllucncÍa en ellos.
Estos afectan creer flue si el ronJe de Cartagena
se uní() á IOil frJJl{'('~es fué p';r fuerza, y penrn en
(luda si el cjrnilo cl'a l".ecrS:lrio para com('guir ]a
libel'!a!! Jcl rey, á fin de atl'ibuírseb esclusiva_
mente á Jos quc entraron en Espaiia con la relaguar-
dia francesa, ó se tlicron á conoccr en la penín-
sula con solo manejos obscuros y torl uosos. Es10s son
los hombres que pretenden abrogarse la gloria de
haber deuibauo al partitlo de las Córlcs, y que pro ..
curaban depri.mil' el médlo de todos cuantos no
pertenecian á la facdon.




• ..... •••••••••••••••• ••••••• e ••


ltIlSCELANEA HISTORICA..


A~O PE 1825.


Las l'intasvl'l'{)e.!.-Mi., ll'moJ"Cs,-l'·i.~ila e/e do,
leflOl'CS rcgulm'c.1¡ !J encflrgo dd fl!jntllamien-
too - Pi e.;, a. úe cirtunstuuclas.-M i Jlt'iSlOIl.


GflalO es recorrlar ('1 l'(lntl:l~te que or,,(I'.
ce C:.1I1'(:! los eslt'agns y dt>só"dellf"s de :1I1"e-
);~ rpuca. la condllcla Illoderada ~ fi:al.l' óp:cu
de :lIgullos hOllllJl'l'S 'Iue plldil'udo !'CI' ¡liS-
tPI!!l){'lIloS C()llq~'llll'S d~ V('IIg:II!Z:IS, di,,/,oo
el Illlble ejelll!':o dt' lolerar,r'r;, y ;I/JlU/' él la
j:,sl:cia. Al Ilegal' a I'sla t'pllca qlll' ~e c!\tá
lr·t.ItS(~! ¡¡"elido '.0 halll'ia ¡mi,a. clalidad his-
ló, j¡'a, si ('\ nombre df~ D. Jose M~, ía .\/'jo!:a
DO fLiI'~e citado rOIl hOH/'a ~' PI'O\'I'('ho de I"s
seItLi/llI(>lIl(IS <t"P le '1isliIlHllier'lHI,l\'lIdil f,er-
seguido!'; liad:: I ear'('iOlllal'io; how!J,'e di' II lll-
pIe dulce y d(~ JJllella ~oeil'dad; ~ o ~i!l ('s:ar
á la ;,lItHl:1 de ('it"'l'lOS p,-jlldldos <lile t:1 ei"i:i-
zaciou ha sUl.ciouaJo, cUllli,1ia es ,-crdad con




.. 565.
un:! mic;ion despótica, pe/'osin "rjar nintp-rrnt-.
sin eS(:lId riña r mi IJ lIciosidal!¡·s dl~ PCf'SI'{: 11 e ion,
y sin deja\' en SIl atlmillislt':Il'ion PI ~ell(J)ffl
Itl \ioll-'lI('ia que tall ell ,'oga estalla ('/1 uq\l(,Ype-
riódo, y que epa ,'el'dat!(!l'o IIlt'din .II! adfl'li-
ri,'sp' la Pt'ol.t>cdon dt~ los allo!'\ r"':S(llJS de
aqut'\ ;..:ohiPI'1I0. Algnllns IIlfllllf'lIlos clt' ,,'ibu-
1acion loC:\t'oll l Il\hif'1) el. SIf('I'!P ('11 ~l(ltll'lI()s
cli:ls a el lIlIror d(~ eslas ij"f':lS. Si \:l ;', da!' :.1·
S!I!i:1 idóa dl~ pl!a", es ton ('\ objr'lo de I.a-
ce,' pale!ltl~ qlle l0" ~}stl' mo..; s¡~ Itll.~:II/, ~ lo
illll1l'uiato" que ,,"(~I¡>!i aH":\I' 1'1/ lo, \;PI('('S cl'Í·
tiros de h "ida, Es!:! 111) p,,: 111:1 S q!ll~ UIl
tPlil!o d(~ eus\\u\ldul\ps. NI) hahia quedado 01
autor (te estos :\p\llll{~s llIuy snlkilll de sül:1zar-
se pOI' las calles, ni dn s:Jii,' dl'l l'dÍ!'O de ~u
ca~a. Iksdl' qllP. lp iu'olal'oll g',·;¡\-pall':.II· finas
mallolas pOI' ir' ¡II'OIIlI':lñ:l/ldo á 'ti 11"1'1113-
U:J qlle 11(~\'aha I/Ila" cillla" \'p,d('1\ t'lI la ha ....
quiil'l, Dp:-ac,ILO u'I'I'¡hil~ I~i';j (' tp qll;~ I;ollia
en comp,'o!llisl' la Sf'g'ul'j.jad ~. I.lld)!>; t<ld do
la piu, ¡a. tn till, á (hll':l" ¡Wlias ~(> I'lIdo ga-
nar elpol'lat, se II ('1'<'> la l~S{~;:!(lI':i S{~ I (,rU-
Bíó tillO ú Sil apOS('llIO, ~. s'~ tli-i¡Jo ~\(I'I(' la
tl!llIp('~lad ~ r)(~I o si. \'ió de a\iso, \ ('1 all!or
rf'z;lg:lIlo y ~ la sOIIlI)l';l "p rr"paraba :í s:dj¡' da
rtl:.\l1: id, Ú IW~:II' d,,\ jtl!'!O 1101'1'01' q;¡¡~ tiene-
cOll{~phido ú las emigl·:l<'io!w..:. ('¡¡a!illo UIl h¡ ..
cidellte que C.Hllbió rara él la "SI','lla, le IC=
COi'l!ó que él 110 ha!,úa Je cOl'l'rgil' l~s cosa~




fli>56Gc
y que era desatino querer luchar con ellas.
En una palabra, se convenció mas y mas de
la gran máx.ima de Moliere; y repitió con él:
c;' est une foLie á nulle autre sccolllle, de voulolr
te meter ele corrijer le monde. Mohino yasm-
lado t seguia el auto¡' en su gazapel'a Luse:.tlJ-
do en)a oscmidao de su sitG:lcion la salva-
cion de su persona, C:l~ll¡do lIna mañaT\a al
en!1cluit, de tomar el cllocoLlU', entra h cria-
da y le dice nll~ do.;, C:l!jl:¡PI',IS 1,,·t~id(Jl'l's del
....' l....


arlllltamit'!lto dcsf'an h:.tL!arl~). La ,-isira es
bOlH'osa, P(~I'O 1, qué ql1ip('en '? dos mu-
nicipales quc en aq1iel\os momcntos cl'an dos
grandes pel'sonug,cs querer- hah\al' Ú un C;.u'·
nel'el'O, periodista rsc\ll',ido de la época ti-
bel'al ) tl'~S('Oncjauo en 3bd,'id pOi' lo~ a!ba-
l'es de su ~Ilel'tf', el'a cosa que mo"ía ~l la
i11l3.iinaciun. Entl:tn pur lin mis S. S. ; CUIH-
plidos y cOI'lesias de ~jt¡~llt3 lll'lmnidatl, se
les pregunta qll~ desean y la reSpllesta fIJé
esta: «A)cl', ell 1'1f'110 ayulltamienlo, se
deliberó sulwe lo con\'eni(~lIle que seda
cuando S. M. llegue ú l'cgt'e~al' de Cadiz,
:::olemniz:!I' ~n yen ida Ci) los teatros tic la
Copte con u\3una fllOciolJ ar::'l\oga al ob-
jeto. POI' csto; habiéudose dicho en el ~ylln­
tamirnlo que no había 011 la capital una
persona mas apta que V. papa encargap·
se, si gusta, de este t['aLajo, los dos he-
mos sido nombrados .. y al efecto venimo~




~·567od
papa suplicarle que con~a con el arreglo
(le dicha funcion, para lo cual se p01Hlrán
~ su disposicion escriuientes, 0pel'arios,
y todo CU311tO fuere necesUl'io. Yo me lla-
mo Rafael GO)'I'i, me dijo, el que lleva-
ba la palabl'a; hace tiempo que soy afi-
cionado á las oupas de V" v me COlJ°f'3-. ..,
lulo tIe sel' en esta ocasion el intérprete'
del deseo del ~l~·llntatllienlO. ¡ Qué ocasioll
se me preselJtaua de ctemiZal'lllC, si adop-
tando un tono dI'! Ii'ieralJra~, un :til'e re-
publicano y f'cl'óstico, hubiera lanzado ti
los l'egiuop'es por la escalel'a abajo y la
hubiera echado de Caton! No bay duda
que hubiera \3odido de repente constituir-
Ide en márth' de hls grandes idéas, y en
\il'tud <le delacioll que ellos sin duda hu-
hiep311 dado, habel' podido atravesar' la
caBe de Toledo mon tatIo en un bOI'pico v




::\ son de la pitita verme ahorcado en un
1.;l1¡ti··amen, sin que nadie, lo que se lla-
ma :.thsolut~me¡¡te nadie, en esta picard
tierra t me lo agl'adeciel'a POi' esto pues,
puse al instante el punto sobre la i, co-
nocí lo mucho que iba de lo uno á lo otros
y sin garanvainas dige á los regidores que
agr'adrcia la prefeI'encLl que me dahan, y
que cumplida con el encargo, supuesto qua
en é\ no 'se pl'cscriuia de hablar de ppin.
dpi(ls político:; ,~' sís·)lo se tr·:1t2.b~1 de res-




~:;G8 ..
tei:H~ la lib~rta:l d~ un rey que saiía del
C:llIliVí:'l'io. Es!a síngul:ll'itlad ditl 0(':1';;01} á
<jlltl el m;~do se ll'ocase C':J conlhllza y á
qll~ (L~ hO:Hhre !,PI'\'Pf'SO y IlfAfalldo pa~ase
á Si!\' .. in'l mi''''l,h. lhan eSflllcl:ts Y ve-
lI¡a~\ ~ s·' el'I\í',."nll las lIl,si\'as; p\ {'o'I'P¡;i.
do,· eloniab:l mi IlÚ\IlCII, y has4a {~I mislllo
A',jilll;' dt~ q :;..:¡ It,~ dielH) anl(~S lo qlle
pi¡'II"o, \' :l(l'¡¡. Cfl'tSf'( "a'·III'· algllll relleor
1'0" 1111 adL',,!n rlll'llIlIlI '1) q'lf~ yo hahia
P!I:'S:O f':1 ('1 lj'/;i'i"'.\It!, ('Ol/Ira él, ~e de-
se"ti''''¡¡Ó (\lItl'(':lIl1l'lIlí' dl~ ('sle agr:l\ io y
me l! aló COII sili~\I1a1' a:t·llei'lIl. NII sé dt~sa­
SI'adnee\', y eH (>~I() ... :ljl\\ulc!;, li .. lo!'. illlér-
pl'l~l('S de mi" s('nsal'io'IPS ~ . .le mi llH'1l10-
pia. dr!elal'() "nsd(~ lll"!-\o f¡:W (~lIalq\li(~fa
ho!nb:'e '1",~ H' 11'1\ a \lOllado hi"If, jI<-"".
tetlP/.('a al pal'ijdn Ilnl~ rlt(~,(" hú!l,· ... e rl! la
!'.iwaeinn que (r:i¡':'a, \" (>,'\11' ('Ollllli30 el!
la I cbeioil q"t~ i\,,{f~, !'i 1('Il;~(l al~o CJtlf' de·
ci¡' IHI!~ ho'l"(' Ú "!I l~n":tI,'lIf <'1 :i /:1 l1ohlt-za


1


di~ '11 ":I"'I!~t'r, 11,) l'iI:n ~lt'l'f~ la !>;Ijpz:\ de
O:~ll!;:I·II\. \'0\ Ú ;¡!"'I";;ll' 1,1 n·talo Ut' es-
te f'pi,od:() d(~ \ili pe' (';.\,ill:l hi",lo,.ia. En-
ea'·.~ 1(1, ¡'., :1') h~ ¡j¡,.¡w d ~ la e()IISll·ll(~eion
de la 1,;'1,1, in!!,!' d(~ POli!" 11l':~ en "elaGio-
IH~S ,'¡'ll pI (,ljl,"'(~';I1'io (It~ los tpat'·os que
lo 0;:l :1 la ~:.IZ()'l UO rl';¡!H~\'\ 1I;1//l:l'io 0011
.J1U<i GI'inu~di, PO;~() tif~lIlpo ILlcia \"('nido
á ~;~,) .. il" ("l"·'·!') ¡I"""'H'S "011 h S a no/id ..


...... .-1 ~.\& ú, .... J .. lU ...... l-~l "'4v ... '-' ... \1




Jr·56!J-e
~\Hl7! fllll'sfra c<;ccl('nt~ actriz. y redactor en
jefe' dm':In:1' h.lslanle tiPIllPD de IIli pp!'ió-
t1il'o IÍlulado III ni'l'is{a Espll1lo!a. Es !'Hpe-
to de c;'p:,(~id:ld "Slf ~1O' !Iillaria Ú qllif'1l he
npl't~:'Í;ldo .. il\:'I·I':;lIIr~:J~ (1 ~. 'lll(-" ('11 (,1 d¡~l \'i\'~
ell P¡tl i~ ('011 Sil falllilia. Yo 1'11 ti" saln'~
COIl IIllas ('ol,la!!; h pl,li~I'OS:t tl':I'Isil'inl1 del
ler ,'I«l I'o\i'i('o (.\" r¡ ,p 111:' ('IICOIlII'~lb:t; pe-
\'0 la ¡.;;¡hé :-i" d"",,:-I;Jf' ('11 '1:lda llIi ('on-
d:'l'l:l .. ' sin Cl/lIlI'ler ::c('io', I,i,,;.:'''';' q\l(' plle-
oa L:djli(::If'~':' d(~ n.'IH'('II:-ibip. La pi za se
c:'I:I·ihiú: s{~ ens:! \ ó, !'l~ 1'(~III'es(,1I1 ó, pUl'
ulle·ll·lI~ iH~' (He'" mas p,i\·tll'~i ,elo'" , COI\IO An-
tOllio dI' Guzmall, .lusd',1 Biq.;. la !,ie'ante
LOI Cln Gall'ia. 'l"'"'' 1'011 Ui! .iu1ppp qne ('al)-
tó :'I'I·P;.:I;I/Jo en IIILÍ .. i(~a al ¡rHlJlllo pOI' d
pl'II"(~"JI' D. ILI'IIOII C;~"lIiC"r', pll"-O ('11 tilO-
\"i 111 ¡"lit () ú ~hd ,id. ,. a 1111 :d ji g"ó (11 e~ I ·í-
riw d[~ F""II:I"lIo Vil. <Illie.. Illf> dijo :i
mi 1111"1110: /11 ¡Jil'::'.ll /lit! I rt //{·('lto reir y la
de Arria:'f( lile "1/ CfllI.Wt!O. Cun .,1'1'(;10 SP Ita·
bia ('cll:,do oll'a de Al'liaza, r1111~ fJitld~'I' i-
ca si" dlld:l, P"I'O qlle r.,sridiÓ al :llldilo!'io
en 'el'lllillo~ qa,' ~,,~ la <'011;11'011 LIS I'sll'ol'as,
d,~ ó"dl'lI dI' n. S,lltl/'lliIlO ~egCJ"¡a r;, qlllf'n
no 11:1 e",ío.,j¡!,) :1 "Sil' p(~r',oll;rg¡~ '( J íllS-
IICCIO¡' ().,~ J/el/Ils IJ/lli!¡i/'.~, ('11 :\'III(·11a í'1'0C:J,
y 'lile d"'P'II'S d(~ II;tI),,!, ~.ido 1111 gran bu-
1"'11 1"11 palado, e011 1IH1las dp collt:¡ ;(-';. ¡iUl!l-
Lrc !.le bl'JU l'umuo y G':.hl:HloL' aie¡.;'i'c ha




~570oQ
muerto srgun tengo entendiuo humildemen-
te en el :Jsilo de S. llcrnar'diuo, á donde
}10 sel'Ía probablemente la opulencia la que
le huuiese lIevauo. ¡ Otro cjemplillu mas de
Jo poco que hay que contal' COl~ los fu\"O-
l-eS de la forluua, souré todo en uorrasco-
~as épocas U(~ h\lSlol'llOS civiles. He queri-
do dar UlJa ligera id,;;¡ de como he poui-
UD pCi maDcee/' en rJ:lu¡'id durante los diez
:liws de uquel VIII il:OSO gobic¡'/Io.Ln todos
ellas BO he tellido empleos, Ili Largos, ni
comisioucs del gouicl'l1o, y he vivitlo eOlls-
tantemellte con Hoble independencia debién-
dosDlo todo á mi lwopia industl'ia, á mi la·
boriosidad) a mi aplicacioll pcrseVCI'ante y
:.ll otEo que !-'iempl'c he tenido y conseno
a los hombres que pal'a llJ,ua V;dCll lIi na·
da si['ven, ~. que ()cup~dos en zacrir cuanto
!):\ccn los dcmá~, BO hacen en uiuguna épo-
ca de la ,iua nalla que yal:;-a, y son UIlOS
,'cpdadcI'os empl:-lslos que BaJa Clll':W y que
antes ui~n e: .. islell para adulterar y cÜl'pom·
rel' la sociedad.




Aunque {t[gunos de Los ooeumenlos que hemos
pttúlica()o y lJllúliU/réllws, sun conocidos, tlO po~
oelllos menos de ¡l/salar/os lJOJ' ser fos que ilus-
tllíll ia ¡Note /¡i¡,lurica'!J ('z/{illdo bin ellos esta
SCl'ÍCL dC/C(/1l0S11. Olros !)()SCCIlIOS qlle ticnen el
cli/'acler tic la novedad !J que Vure/llos en su
deúiVo [liga/' .1IaúiéJl(lose haúlado (alllo de los ma-
sones y comuneros en Huestros úllimos Ca¡,íIUlos,
creemos que la m-a!J0)' parte de los leelOl'es ve-
l'án con interés elllllmifieslo ele los segundos en
11lCll'",O de -1 82. 3 ~ tÍ Los confederados de todas
las merllldades del 1't:Íno.


MA~JFIESTO DE LA ASAlUllLEA DE LA CONFEDERA-
C'O:."l" DE CO:\IUNEIWS ESP_\.~OLES EN l\IARZO DE
1822, Á LOS CONFEDERADOS DE TODAS LAS
liERINDADES DEL HEIN0.


Cuanuo la pátria angustiada y temel'osa de per-
der su libertau, reclama imperiosamente para sal-
varse, la IDas estrecha union cntre los valientes
hijos de Padilla, se encuentra sorprendida la asarn·




~.572-d
blel con la norich, tIc flue algunos Ile sus procu-
raLlon's, Llt:1IHln á su.; juralllcntos, yall'Opcllalldo
bs leyes de la COllrl!.Icrat'jo:l y ,Iel dl'COl'O , se han.
rCtln:do rlalli)"slilla:llc'''c; ~ cl'if~¡éIlJ"S~ por sí, y
:Inle sí, ell :¡salllhl.',l ,'o'lsliluvC:l'C, Ina publi ':!Ilo
papeles 11(!Jl(), de caIIlHliIia", hecho" Ill!sigu":Il)os y
rclict'lll'ias m di('jo.';,IS, 'lile uo s,.lo Or,~:l.1cl\ el \1111}-
cloru)(' '1 hicII :l!'l'c·lil:j(lo In! I'iol j'llI 1 dc 1I1i1r1IO'I ('0-


. ,


Jn'PICI'(b, SIIl J fJ 1(' :¡(.('a:1 1.-; II¡<,e's fu I:LI:lI:'Il'alcs
de II rOlBrc:,len(,j •• ,. , pt'l/!llllL'VCU UI11 d:visi;/Il fu-
lle';!;1 á 1.1 ('au,a d,~ In, \¡bl'~s, y l'i'()fHll",jolllrl aL'-
tnU plll\~"(),as á \.," C 'c'ni~o" .Ie 1.\ COll"! il I.ldG(l
r:u',\ alac:u'\a y ,lt'SII'uil'!:t "al:\!'all\lu y JC5\'-'lYCIlJO
á sus 111 \5 i III í lel'l é L'l'¡ los ,le re IlSOl'CS,


SeU,,¡l ,le es á h a',lillhlea, al ell~l'.\I' en el eXl-
m"'n dc: estos Plfl-'lc-, trlll'" qlle ¡j,ll' á ~'I,S "pcl'a-
ci'lllPS, 1\1lS p"hiit'H!,1 qu~ h cllllvcniCiI!e;i la 1'011'
~l'l'v:\('io!l tle he; liht'I'Lule:,- p:i1ri:ls, 'l'le ('S ~u Úllil'o
oh ¡ r t ¡), pe" I (' I !a, ti I : I ¡' ti e S!l s i 11 J i \' i I q o" :111 I m p " r e
ot':!!IliJo .p'II' h, (':!I'I'II"i:l~ c,t:lIUfJ:llh.¡ l'U dichos
C,;(,¡,¡t,¡S, y h Ilclesill lel de 1'0"ICI1('I' 1 •• -; m de.;, que
tie su silell,'i~) p!lli,'I'U! ~~'gll;I'e :\ h ¡'1¡¡SI pública,
COtnprOilletida IItlC, ;l mt:!1I te {Id!' b e~('isillll tl{l~('ilalla
por lo,') ill.Jin.bs pt'd!'ill',tdllre:;, la iill .rlen :l ha·
(:~'r1o. La as,)llJhl,'ZI 111'111'[11':\1;'1. ~i¡J e:nlnr.:.:n, m;¡n-
tl.!!lCI'SC {k:!! l' ,<l~ 1", I íl1lires que seibl.t 1.1 l.lllellJ.
eJu(':lCitlll y la digll;.hJ ,l~ la sociedad <¡;j(' rPI'''esrn-
tJ.. 1 :tUIl eu el caso de CO!llcsl~u' ;i. pl'opo:;idoacs U(!j~




~!)i5~
mc(liJas y mnll¡;nas almiollcl\, ciiirndo5c en 10 po-
si/¡Ic á tij:ll' hel hos. para filie ell su vista juzguen
los fouf'edl'l'adoi'; sc ah~lelldl'á ele dl'tlarualiollCS va-
gas wlll'c I'l'iHt'i"ills 51'JIt'l'a\to~, 1¡tI('lollos tOIlOC<'rllOS,
y (IUC 110 dCI id('II, 1'01' sí f(>los, de la hOIlI'.1dez y
pall'illl¡SIlIO de los Cjlle las 1'1'0(1:11:111; ~u apli('al'ioIl
en la vida púllli.·:\ y 1" iv:ula, I'S la vr.I'II:lIlrra pl'UC-
La Je la \¡oll.Lría JI' l¡ieJl y ,]('¡,i11 Icrcf.:Hlo an.01' "
)a p:tI,.;:I.


Dos ~()Tj Jos p::pcles de c~los C'x- f'1'nl'lll':ltl()l'e~,
que h:lII Ik¡pdo {I hs IlIallOS de la a~alll¡ 11:l, Llllno
COII el tirlllo de ;¡~:~I'lh!.'a ('omli!II~f'II!e de IOII/U-
DHO' C'1'pa:,oh-s 101151 i \ I.lriua:de~; y d 01 ro 1I:l jo dele
h pril\1l'ra y M'guHtla ¡lIlIb preparalt)"ia, EH este
último ('ó!;'¡n, ('(/1110 1'{'('opi\:H!OI', 10110s los largos
que L.l Ji) á b :IS:II!Jbl(·;¡ 1':\1"1 jusI i l;t ar ele algun
modo ~:; ¡n;'ulldad;1 ~I'j¡;in('ioll, y ;.uiOI'¡wl' I;¡s a~cr.
dunes de ~IU pru! Lnl;l, .v 1'01' lu lalllo la :lsarllhlca
mallir;u,';¡ ) C(HI:c~lalldv á Ls Cjuiul.'c OLbel'vadollC5
Cjue a(¡ti·¡ CUllena.


1\0 ("1\ (ie .. lo flue llay;¡ !ah::;o dislodia en la
aS:1mI,lc:l, á /lO ~cr CjIlC (:lliCi a '!;;nc c~!e l:(mdrc á
la LI meza (011 t¡IIC I(,f. pi (JI UI"H!OI(,S. Le lt s :í sus ju-
ramclIl./r., han rcsi:.:i.lo siemI;!'e el (juC' 1m: rom u-
ncrus fuescu ill~lrumclllo5 ciJ.;;cs de pl'::ICH,siIJuc:;




-7" ~ ... ) 'l-od
pal,ticularcs y miras de ol1'as corpOl'aciones. Si ha
!tabillo vehemencia y calor e!l las tli~~cusion('$, lo
exigía el empeño con que los procu1'3tlofes disillcn-
tes tralahan de justificar 1:1 torciJa marcha t1el ac-
tual ministerio, rcsistiénllose siempre á entrar en
el eXlffien irnpl1'cial, p~I'O severo, !le la atlminislra-
don púhlica en todos sus ra0105, para oCllncir de él
si convenía ó no ti la causa púhlic.1 la pel'manellc1a
de los actuales m;ni~lros. La pl'oxirni¡]a¡l de los [.1C-
dosos á la capilal, los sucesos del 1 ~ Y 20 elel Pl'Ó-
ximo pas3Jo fehrero, las escasC'ccs del erario púhli-
co, el estado de nuestros ejércitos, y por último, el
:'lb:ttimicnto en que se hallan toJos los ramos Je la
prosperidad. pública, dedJcn Je la justicia y pa-
triotismo tlel calor con que se pI'clen:!ia, en tiem-
po opnrlnno, rcmelliar estos males.


Si por consecuencia (le esta vehemcnch acalor:uJa
en las d.iscnsiones, llOtaron eslo!. proclH'a!lores c1isi-
dentes, que se destruia gr.ldtl:llmcntc la fl'atulIilbd
¿ por C]ué. cumrli~!Ido C[;II su jlll':nnrn1o, no han
sometido á una conciliacíon amisfosa, hs caasas Je
estos re~enlimientos? ¿ No jnraron manlcncl' union
inaltel'al)lc y amis!:\(l fralernal con toJos los con-
federados? ¿ pues cómo sin preceJer aviso, ni ¡nsi .~
nuaclon de ni!lb'uua especie, h:Ul roto todos los lazos
de tratcmi(bd. tlesoyentlo los votos de sus herma-
nos, manifesl:dos por una comision, y la carta de
'lue es copia el núm. 1.0. r




~37;)~
Es cierro <lue la asam])li:!a no quir,o Jar oidos i


las quejas que dieron los ex-proclll'3Jores ele Mála-
ga y Granada, wbrc la drcllbcion de u~lOS an6 ..
nimos en que se les trataba de traidores. y naJa pa ..
rrcia mas regular. Estos sciíores ex-procuradores,
que conoren lJ¡cn los principios ,le nuestra legisJa-
don, no se quejarian ,lc lal conJucla, si su nécia
prcsuncion no les huhicl'.l cegado basta el estremo
de desrono,el' que ua anónimo no es llocumento pa-
ra proreJ,,¡· en nillg!lnca~o, y si en el de r¡lle se f¡'ala
hubiera lomado la as.unhlca alguna determinac ion,
es muy posible que es (os ex-procuradores, 1'ecor-
danuo lo que los seiJores Jiputauos á Cortes Olivel'
y Ruiz Je \a Vega Jijeron, cualluo piuieron la re8-
ponsabilillac} á varios jueces militare!\, en la causa
formJd:l al hl'igll1ier Scnauo, coI'oue} entonces del
regimiento cahalIeda de Sagunfo, ~obrc un anóni-
mo, le hllhiesen hcc!w cargos mas terribles y mas
juslos. Es preciso conCesarque solo el desenfreno de
mi~er.11Jles pasiones, In poJi¡Jo dictar semejantes
("argos.


\lor h 1':l7.0U invc\'~:\ tom.ó con interés las inju-
das que un comanero (hoy disidente) hacía en
carta pll,ticular y bajo su lirma, á 011'05 comune-
ros fieles hoy á sus juramentos y deberes.


Que no ha mostrado energía la asam1:Jea en cor-
regir el esceso de la junta gene al de ValJaclolitl, y
d.'eu16 una carla insultánJola, es otra {le las acu-




~57r;-d
13cÍOnt'S qu~ se la h:H'en en esfa 8b~erv:'lrion: y ta
'Ve,'Jatl ~IIC 110 es fadl distinguir rn elb, I'i es b ma-
la fe ó .1 nns impl'wlcnlC desram, el que la. dicta.
la junta gellHal ,le \';¡";Hlolitl ~,e r¡tll'¡Ó ron justicia
de la apatía de la aS:lrllblt·a. 'f se (Iil'igití á las .le-
ma .. mCl'ill,!atlcs, e o!liállddl'S la carla .le (lucjas (lue
l'cmil iel ;1 la asalllhl,'a, á fin de csl'Ílarlas á 'luC IOr
masen 0['Ol'lulJ.1I1rclltc rl'lTIedio. I.as '1upjas (','an re-
fll'elltes al pCI'iodo allterior' al :23 dc (jI 1 U 111'(', y
I)Ol' ('O!lSi::;dil'll t e los /'J'orlll'a¡)ore;; de !\l:il:tga,
Granad" y LoO'l'Oilo. se die'roll por allalllcllle illju-
l'iado:i", y de a'lui la mala ft') ol'ullan.lo b I.'arta
oriclltal eb la hH:rill:lad ,le VaH,lllulill, agu:lltlan
una ('oph elc la l'CllliLh1a á \a de L03roiio. y ~ohrc
ella lH'illl'ipiall a I.lcchlllal' 1'011: I'a I/)s diglli,ullos
COiUUUCI'OS dI.! Yall.l.loli;l. Talt·s 1'.11'1'011 h.~ ar'Js,Hio-
IlCS, y tales lo~ m;dl.'s 'lEe estos C~- P"I.( ul'adures vie-
ron en la ('in".LI: ¡mi Je La I.I! ('al'ja, quc IVf,I',Il'on
(l'lC :-c adoptasell v:lI'ias lIll'ditLls p:n',1 ; oill .. · .. cdosj
p iUI'fH:ldull de 1':1¡¡sa á 11 ¡uula dc V¡¡iladolid, y


• " '1 ' l' I (' 1 ., 11 pÜUIIt':tt'lOll (e U:I 1Il1r1lill':, 1), ilCI'OIl :I~ pnlll'lpa-
los '1 h~:h¡élldos(! clIl':lr:,:aJo c~le lIalla'l'o V el ele


..... , "1 •


;,(':1::1:1,' LSIHl,tlifl¡;eh~ Ilrv;¡r á ('aho la fOfluarion Jc
1.1 n::f't'l'ilb rallsa, á ll'la (,Ollli:;ioll tle qut' CI';III \11-
divi,!llos los eX-l'l"I('lll'a,lorrs ¡lc Gralla:l:t y de 1.0-
g¡'oiio, loda,,¡a HO le ¡Jau prt'sentado. E~ pl'csumi-
!l!(! que telllcl'i:J1l Sil l'e~,ull:l¡lo, puc~ ,,\ ex-p"O('llra-
,;¡,r Je Lo(;t'oño uo es el I'.~:; ,!clfUi,lo cn c,>cril::-ir




~5jj~
artu pa"ricularc!!, en descrédito de la confedel'l..
tioo r .le Jos confeJerallos. Ademas, ¿ POdl'á darse
JlJ3yordesc:u'o,'Jucl'cconvenircon qu~ no se cas:is6
, b junta gcneral de Valladolid, por hahcr cir-.
cI,tallo un-a fal'la qué rcmiLi,óá la asamblca, hacién-
dola ca"gns d.c 8U. a pa I í;¡, CU311do ellos la contiesaD
y uo soto ~ifcul.a,ll á las merill(.Ia'¡e~, sino que pu-.
Miran 1'01' la imprcl.lfa los !'eaclos de la rOllfede-
rál'ioll; (Jedi;ul';\rado los 'ledlO!', y bdrrrJl,mdo por
$uSfimielllos los c:.lalulos y reglamentos? ¿ 1\0 ju-
'''óll'on segulI el arl Ífulo 15:2 • que nuestros estatu-
tos serían la única ley fundamental oe todos los
ronfedenuos, y l'OI~.O tal, seda observada fielmente
ror todos cUus., s.\n. poder variar ninguno (le ,"us ar-
tículos, silJ autorizado .. competente (le las merin-
daJes á sus pI'ocuradorcs en la asamhlca ! ¿ 1\0 ju-
raron laluhieu guardar Jlu'aule sus vju~s el ma!! in-
vio\ab\r secreto en lodos Jos asuntos ue la fOulcue-
racion? Descngaiiémollos; solo el iuléres privado ue
servir al adi.tal ministerio, Ila podido ¡perturbar ele
éste lIIodo !J l'aZOIl <le lus uisiJcntes.


Aunque p:lrece l'idicula y pueril rn cstremo la
queja de que al fiscal Part:Ues se le apoyase fOil ('alor,
y aU/J se le auxili;ll'a pal';} que diese un manifiesto
dI.' su t'OlIducla I eu la causa que .seguía SOLI'C las
ocurl'Cllcias Jcl 7 oe jubo I (~u:\udo á otfOs comulle ..
ros que tlicroll á luz un escl,ilo mas fundado qu~ el
de aquel, sobre la nlisma causa, no ha dado un pa-


TOMO'. ~~




.. 57R ..
10 ~.l asamblea p:lf3 ,lefentlel"los; sin cml~.lróo, 11.
as.,inúlea consL}cl'a éste ataque como uno de lus mal
malignos, y pJ.~a á rehalirle, La asaulbh'a no lil~ne
Jlolida tle éste esrrito, y sillo qllc 1(' wiialell; ni los
f,omUllcros 'l"c l\icen haherle puLH ¡':\il ° , fiall al'll.
didu pi,lil'nJo :\It:o;i11os plra Sil irnprrsiall, 1,05 d.ld S
al comUflt'''() Pal'eJcs ll.lll ICllid~ 1'01' ohjclu jll~l.iiw
~r su l'oldud,l, [l\W3 así ('oll\'l'lIi:1 fl Sil tleC'tIl'o, '1
fl h l"on:iaIlZl (l'w Sel iJlcol'I'llplilJili.J:d .11'1';:1 I!'/¡;'r
tu \J coul'eJcl'acio),. sill :t"C cs!:ltllvi,'se 1111111".1 JlOl'
ohJeto la pel'~crud.¡rl de' pl~rsnnas, Si Íllg~1 Jt I'I'OI'U-
r:lJor ha tenido lalrs ,Icseo~, Sl'l'a sin ,Iulla el 'I"e S(!
quej:t JI! 'I'le no se l~ haya so~\.('nitlo, ('Il¡¡m\o ell SIIS
escritos alaeah:l, a.1(,T1n<; tIc las pcrsoaas 'lue alacd
l)arelcs. al consejo JI! e::l.ulo,


SU:UlZ L.1 2. a OnSer.I·.IClO~,


Es ral~o, r;¡l~isi:JH) romo Jo :lC'l"('.1j~:Hl b'l :,.rf:\~t
elesJc el :!:: ,I,'odll!/I":, que haya fal!,'}¡f" ,'11 las !\las
(le las sl'~i(ll1e~ I ,,' núnH"'O de P"'H lll':"lnl'r~ P"¡'Vl'-
lli.l, pm' 1\),\ c:)'a!ut()~ i lo 'llle si e~ "¡l:rlo C~. 'lul!
r;u' h I'.tlta lit: ,"nIHistl:uri, 11.: I liS \11~i,Ii.·II'c<" tn .JI!-
j.J1) ell 1U¡Jt:I.:l~ ocasiones ,le I J';,dal'~c sohre asuntos
Ul'ocnlcs y de h m:,yo¡' Luporlilllrh, EII 1'1,,'1:/':1
de esta vedad, léas<: ('( act.1 "t'la ,~I'~io:, dc ..... de
ellt!rCt úllimo, en la nul, l&:lhi'~llcll),';¡! 1Il'¡)¡lllI'S~O lus
di.iuealca auu.Lu' lD acorJaJa en la anlcrivr, á Lm:·




~579~
testo Jc (:11(:1 del número rompefentt' ilc prof"ura-
(lor{',~, rC$¡¡hí el número (le::l9, sin ('mlwq;o (le (;ue
bici(!l"on (lcd 1I,:riOIl (le lod05 los (1 i PI taJos, r¡Uf' pOI'
arurdoSilyo :lllt('dor al 23 ele o .. Iohl(', ~e rOlllal:lIl
como r:r~!>('II·C5. 1.0 c¡ue sí rs illfhllhl,lc, fine fJl las
al'la~ ,11' 1:1 ép()(a 'l'H~ lo" (ll~illf'lI'c~ lIam:\1I .1(· E'II-
f,";1lI {ll'f i:ll it'lI' o "It, f IIII:~ IIl'a , d (' ('O!l f(l/ ,1 i:I. h '1 ('!I 1', é-
dilo y lao1'l d" 1, (·ollft·,l~'al iOIl, lit) ",,:'~!I'!I ('11 !'lU
JlI:ír~·{':I. t (111111 1'11 I:.~ !lIH'Cf'io!'c~ á d,c!to eli:.. los
ll()mh('(,~ ,1,· 1"5 !"'fI(,·":,rlnrr" ;!~:SII~II'f": l,icn f'S \,fT-
(1.111 (;tI":\ é'i!:l i,,['o"md;'!l(\ ~<' :¡!r:hl/\'I', el qu" ti
cx-p:-onli':"lnr ,I{· \h':lpt Ili!'iSil'~f':\ flfllllh,c (!c la
a<:1'11IL\c:\ !l'1\I1'\h rirl uh¡', cn ,:uc ¡\rsc':¡I':l,bnH'tJ!C
~f' dc:';:) q'l(' ]".; "(HII:':\C't'n'\ 1\0 h:\l\Í:\1l (.','m'\(10 par-
f;:~ c],,/ :"'11 ti ~:.ilJ;S·f' io , porr¡lIl' ('11'",' dl,)~ no
Il.lb·) !;'II'''I'flS ni vi":.de.'i (onorí,l,.!; p:lra raíl al.
lo' ,11.'<' i II(\~.


}:¡ 1,';1 'Ii) dd 1.,,;11 fU IJI!I' ~(' "f'l"hr:lkt1l 1 ~s ,~(',·jo··
1Il'~, e- P'¡', ;le' h~ 1":1:1."~ 1''''11.1;.101:1' 'í [11.1' :\' .. ¡f.,l-
~c" l." d i~;.t·.'II'('<;, h r,lb dI' (·"I' .... lilllictl'o d" [a~


1 l' . '1 0\, 1i:\'ll"\tlll(·~. !1' "'\'1,11) IIf': "\11\('1"" ,1(· d:lc·tl' P"" (,11:\
S'l 11 ¡j/,vn (';l \'!~o:\ h :l ~1l!1 h' (.,. Pel jI' '1 u f' IJ 11 I ()¡ al,
al '1:\(' de ('u:I\,,,icl' punto (L' 1\Lulr:J. 5C puclle ¡I' Ni
2U lllía, loo;, '! CPU! no ,Ii .. t:l 5\1 ,,'\!'O>l .!c1 (JlIf' :lI1fe~
teuÍ;), (' .. 'á Ido~ ('s 11110 11e t,,~ardilt('s ronque Jns lea-
les Iralall'lll ,J,! illl¡wllil' Ia':t!'is'euda (le los fli~h!ell­
tes, es 1,) m15ltw qne confesa,' (Ille ('SI os lll,tididos pa-
triotas 110 po.liau vencer Jili.cultad aJouna, r¡ueexi-




.. 580.
¡iese tan ~orto espacio de tiem po en beneficio de l.
causa (le la nacion. Si por parle de los leales se ha
procurauo alaq;a1' las disl'u~iollt'S, eso mi!\mo p1'u~.
ha ~u deseo ,le i l,"st ra1' la malt'ria , y de fOil vellcer
busl'ando el atiel'lo. Si su~ tilles huhiel':1U sitio el
triunfo oc los (Iue no seguian las 0l'illiollcs ,le la
lDayoria, plt,lr'iau hah'&' lom:ldo el c'amino ele l'CU-
nh',c y \'olar (lc ('(HlIllll acuerdo, ('(HilO I'rorul'au:m
})al'cdo los disiJell/cs, hurlaill!O la OC3siO/l par,l He-
V:II' á cabo sus illll'iga1> CU "'VOl' eJe lo,,; ~1('/U:tlCS mi-
nislro~, aZ\lle (le los ('omUIIt'ros ~' "'-'l'dugns tle (a


. liherla,ll'ollslitlll iona\. Si l~)olos SCiiOl"l'S tClliau 0"'35
ohligadoncs que les impcoiau t'uu\p\h' tOll las de
prol'.llr;ulores ,le la éI~amhh'a, huhieran ll(~sctlgai\ado
á sus Ulcriulladcs y 110 á:-tl,licl'an hoy para llisful.
r:lr sus fJlta~,. á ('ulpal' á los que jamás !J;w lallal!o
!t llou,le les llama la LLcrlatl cSPliiola.


SOBRE LA 3. a OIJSEnVA ClO.V •


Como ni el romcn,latlo1' ni su teniente se cligna-
han aSlst i l' á las sc~i ,lIes, l'S bien claro que 110 podían
estos esl a,' :í las est ":101'11 ¡lIarias, y siendo fsla una
Jl1'errogativa (lel que [I1'\!si.le, pues ell és!e aelo ha
(~e las vcces de l'omcuoatlor, cs hien ('131'0 (Iue á é
toraba sci'ialarlas. El furol' de los disi,lcllles consis
te prillcipalmentc, en haber cllcolIl.rallo dígnos co
muncros que hasan frente á SU:i ambiciosas i.u I Ji::; as




.. 58r~'
,1ft h3yan dl'jado mll con Sil' prOftcrore5105 mi¡
nisrros. á quic'lCs l,ahi:lll ofrecido la deslrurcion de
los romaneros y ti,· bs sorieJ.atles l,al riól itas I como
UD ffCUO UC sus cakulaJos ah usos ,le poder.


SOBRE LA 4.a OBSERl'ACION.
Nunca ~e ha tratado cn b~ sesiones estr30f(lina-


ria¡; 9C Il1:lS :ISII'¡/OS (lile los seiialallos para ellas.
AJ~UI.1S, el :II"¡' ul" t9 del ~'.~glamclllo, 1,10 direqlle
se avise IH'rvi:\l1IculC á los pro('tlratlores el a¡;unlO
qU! va ~ II'a!arsc I sillo f[ue se (ratar:" csdllsiva-
menle ,Ld a~lInlo Ó asun!os para que se c{Jllvor¡ue.
Pel'o aun (\allo ra~1) flue a!'oí r.e hubiese )'crili,'ado,
¿de qlli~u sería la mIl'a? ,lel ronH'llI}:u}or ó su te-
nien/e, y en tolo ca,~o ,Id procurador que presen-
dandI) e~la inLII',rl:did.1d. 110 hubiese reclamado.
¿ PO:\r:l ,1edl' al~u!ltl dc Ins disideu!('s \ que l'xisten
en adas, rc'lalllaciulIt,s de esta e~p('rie? l,as artas
rcSFOI.t!<'II, Y t'lltc'e t:lII'O ,'oll(ICll<!illO;; á la pública
excU"ll:ioll, [ércs tau Je31'aJaJos y orgullosos.


1\0 p'le¡lc (hr~~ rclieenria (le mellaS líllt'na fé en
(,1l3nlo á la alll\li~ion ,le ['i'Ocur:Hlorcs. Cuatro erall
los que, ¡'ahi~lIdolo E-ido la ;ls:lm"l('a fOll5111 u\'('n-
fe, C!\to (Os. la elogi:\lh t'Ol' los ,·rol'uradllH'5 disi-
dente" , a[ll'ob6 los llOtleres de los ue OvieJo, Tc-




~582-d
rucl, Cuenca y Almería siudisctlsion :lIgan:., por ..
qtle hahía plsaJo el rrrio¡}o qne prcviC'u('n los es-
ta1utos, corno lo reconorieron todos,l u:udo supit!.
ron los meses (Jue hlhílll sitl) pI'lH'ur,1I1ol'C'S Je b
nS;lmblea consliLIl}cuIC, CIl virlu.l, IIU el.! l,s illS-
tahciones J~ :;u, fu¡J;.dl1l"lS, sino tIc po j(.;,(,¡¡ da.
dos po;' m~l'in l.dc.i ya roaslitllil!ao¡, PO'I) tleSpUC5
pl't~~CnIJl','ll sus J10dcrcs h~ prO('III':!ilon'l' ti~ CUCII-
('a y AlmrJ'íJ, y sill rndlal'go de r;ut' fe laJIaLan (n; i
misul() caso de los tic DI,jedo.v T(lnwl, filel'ClII roa·
tl':l:licit()~ pOi' el p:lI':ido miuisll'I'ial dl'l co:u(!n:];\Llm·
que !llhh ap¡'oh:dJ l'O I lO h 1\ :l~l:n!)!Cl lds po.lc·
re:; Je t03 oll'os; Ve,'o Inhil'nJo clllr:lllo C;l lias{'I'-
,ion tan ,1clclli,l.l com:> pt)r~i:t:h, se a pl'alnroT\ ; y
Cn vCI'¡bd 'lit::! 1IJ1l1udose loo~ "lnlro PI'O:III'ulllr<,s
ca tlil tnism, caso, () eslabll. moti a,llIIifÍ,J,,~ I,,~ lb;
prim(!ros, (, no lnbía razoll para 110 ::Illlllital' á los
dos últimos. Si la l'clkcMh en esla parl'e ha sido
de nJib fe, l. Tl'til'cnda ell fll1nl'o :i la~ curnlas,
es de h mH l'~¡it:lll mali:'ia. T,J.!o,~ lo, rcsorerOi
que ha hahidll desd~ que se f,Hllló la asamhlea ('Otl~­
titllycnlc, IMa PI'\!Sí?illa lo á Sil ,lchillo I ¡emjlo lu
('uenlas, !l (,sl~el'ciollllcl JisiJclltc e:{-pr:> 'ur:dol' d.!
I.u;;roilo, el ,011;1\ 1);) S~'" 110 Ia:t lha" hs dt· ~u 'icm-
po t í\ino 1'11 rU31110 :o¡ culregal' su alcallf(' , ',ahí:t LIS
dilicultaJcs cOllsiguientcs ~ Ilaocl' 3fCglU aJo á la
asamhlea, que le ll.llJi:lIl 1'(1)):10 pOI' suqa'\!s:l \':tri 's
a.l~iJ.d..:-' , y cutr~ ellas algllrlls UC su lesol'cl'ü'




~5R5~::
~ ver(hd que 1:\5 pl'ifilera~ rucnf:u, 6 p('sa~dc
'eslal' :Jill'ahaJas algunas, y sin cluJa las de (lue' ba.
Lb la ohsci'vacioll • pOt' la comiflion ,h hadcJl(b, no
se l¡an t:ircul.1I}O, pITO la catl~a ha siclo el h~bcl'1as
relcai.lo ca l\t' poJcr, i uddliilamcn le , los disitlcn-
fes p:,ocnrauol'es tIc Mauril y Jacn, hasta abora
'lue se hall rccoShlo.


SO:1r.c L.l G.!I O:1SZnV.ICIO.V.


Como la aSJrubJea no es iuftlihlc, potlrá haber
lIuceJi.lo que haya rerormaJo alguna vet sus derisio-
JlCS I pero l'sto prueh:t sol.> su juirio y siuccl'itlaa,
lleudo b\so, fl15ísimo, que lo haya hecho con f,'e-
curnda, y sino ¿ po"\' qué no 1}an in(licaJo los casos
tic eslas reformas? El artírulQ 109 de los estatutos
b:ll,h (le bs I>ro,.osiciollcs dcsccha~, y no de la.
aJrui ~iJas.


SOJ1r.z L.i 7'" 03SEI:V.1ClJN.


La r.orrc~rtO,nuell~:ia ,le las merintladcs t ('uyo.
proctll':HIOl'C!I t'r:w ::tsi!l! CII tes , cspecialmente los tti,lS
,le ('(Ifl'I'O. in lIevJí.l.) tII'AS fil'm:u; la ,le los que
l'J';¡U III0l'I)SOS y clcscui,b,los t 110, Si aqui hay algUll
car30, ('~ dc ('(,10 pOI' las libcrtaJcs 'f tic amOl' á 1.\
COlll't!L.!¡':}r-iO:l de pll'te de 11 aSlmhlc:l, y Je iudi ..
I "('lIda ,de ru:dida, y ::tun Jc~pr('do ada las me-
l'indaucs {ll>l' pal'te ue los procu.radores di$iJen~cs.,




.584~
Indigno! de representarlas. Si en (!!ta observa'doft
fe refieren á la 'circular p1s:lIla ~ las meriruhdes,
dautlo á reconocer las firmas de (:illco pro('uradol'cs,
encargados de pedirlas dedos docum('nfos, los ex-
procura,lores de Málaga y Granada asisf iemll á ('sra
resoludon, siendo el últ ¡mo, 'autO!' de la proposi-
cion que la mol i vó: y IJ no de los cinro ('omUolla-
dos, y presidente de la comision, por c1e~cioll de
los demás. VéJse pue.~ si lla lJabido falla en este
caso, y qu6 l'i Ilccri¡bd . hay en los disiJeutes en
atl'ibtlírsela á la asamblea.


SonnE I.A 8.:1 OBSERVACIO.V.


Impo~ih\e parece q'le en pet'hos que abriguen sell~
timienlos de vCl'.bdcl'os espliioles. y no eslen .10-
mina,los de bs pa~i()llcillas mas mezquinas, haya
tenido cahilla, semejante inculpaC'Íon. l.a num:mi-
dad y nuesll'os deberes hahrán podido impeler al-
guna vez:í la asamblea :i socorTCI' la lIecesidad Ul'-
gente dt~ algulIos meneslcl'oSIIS compañeros, como
ha sucedido con ulla vir.ula de un s..'lrgento mUel"-
to Cn el campo del honor, pel"O sic,uprc ha sido
por via de :lnlicipacioll Ó calidad de rt'inlcgro, sin
qne la suma lol:i I l:in cararc:lda por los d isiJc/I res.
p3se aprllas !le 4,uoo 1'5. con lo tille no po.Jran tic·
dr en vel',hJ, que se hay.) socorrido j~trnás t. nill-
¡un procu,'aJor. Bicll lejos Je Jisculpat'se la asam-




-s'· ~v ad
blea de csfos'[lcqucilo!l l'a~gós de beneficencia y fr,,-
fcrniJaJ, crccibirá guslo~a hsohscrv3ciones que
sob.'e cllosl'uedan hacer las Dlerin,hdcs cuando se
pl't'scnlen :las cuentas, ell ,las que resullal'á la in-
vel'sion :dclos fOlHlos J1tH' mCIIOl', y verán las rnc-
rilldat.lcs 'fl qué punto llt'ga el ,espíritu .le calum-
ni3 que ahsorvc cn los cismáticos hasta ,los accitlen-
,tes del ,sentido comuu.


Es del'fo q'lC el artículo 17 (le los csl:ltutos prc-
"iene, que lIiugllll comunero illtel'cS31'ia el favor ele
otro ni el de la ,coufe(\cracion, parapretcndCl' ,cm-
pleos, pucs solo deben apoyarse ,en sus méritosper-
sonares; pero la/llhien dice que la <:onledet'acion
influia'j, pOi' lodos los medios legales quceslen á
Su ,<lkallce, pal'a qllc esros (los ,('mpleos) recaigan
en personas de pl'ohidall. il.ls! a'aeioa y ('ollo(,ida
adhesioJl al sistema ('ollsliluciollal; y sin duda, fun-
dada la ,asJmbtea en esla pal'lc .lel artÍCulo, previ-
no á las mel'il.ll!:l,'es cn sucin'ul:ll' ,le 23 oe mayo
de mil OdlOril~II!OS veinte y do~, que ohservallCIl la
coaduna de los i'unciollarios y dClfl.ls I'CI'son:ls dc·
sa!cdas:l b ('Ollslituciol1 d:lll,]O cllcn/a á J;)~ mis-
mas, paa'a los e/celos ('OIIVClllculcs, qu~ es lo que
lla c)l'asiOIl:do algunas Jiscnsiollfs sobre ['el'SO!l;)!>
emph:ada:;. DcJúzcase ¡le {'s/e hecho la r~cii:ud de




=-- :5'RO~
mirlS que se hlllr!tll pl'Otlll(~st() 105 clisi:1cntes en
a!:¡r:u' h pi'Op )Siri'lll ,le la, IU'.JCllr"Jorcs lieles, su-
poai~;l:l.l Cll ellm\ tute,'eses IWI'SO:lllc, ca I.t dl':'tl-
briol de unl ca"':l, hij,. Il';llirnl ,lo! la :Is:lmblcl,
cn li,'m;w 'liH! JlO h:\Cilll PHI!! Je ella los I'l'OCU-
r:tdo:'l's velll!mcalc~ y a'al"I':¡¡Jos ('Ollln se ve p,w 1:1
fCl'ha. P.:l'() ¡UI',\ '!ilé IIO~ ";\!llnIlIOS; ; po.há darse
1U:\yOl' itll;H';lI~:I{j:l. '!il(' 1\ dL'tyIICI'.!I' culp:u':lb
a'n 11'111',1 oI.! '11,· c'II./I,:.III\ ei li¡!Ol~H) C!l n~':()lIl::Il·
(}¡,'IOilC'; ¡urtlrilLII'I'S, pa¡-a roIO(':1I' ,1 lal,·s y /a!es
e'.l.lI'I;1 CI\I!'; (',n ,.d., IIludlOS ,le lo') ae! UJ Ic~ prllcu"
1',1 iol'(!s ,le ('11111:1.1 ilcl'dillo losJcstilloS quelClliarl
:llIlf'S tic -"Cl' in.livilLlOS de la confederacion, '! bs
olsidca'c, hall Sillu :l3,';u'iallos por este ministcl'io;
!>in ml'l'c;'cdo a('a~o, ('(m ;,freula lal v~z ud gohicl'.
no, y q:¡jZ:I'l á f'03la di: i:t asamblc:l! El l';'\-cornen-
(!allol' tlche el IL',lino que licue alaetual rni:li~te­
río; el ex -p,'ocllr;¡:lor dt! Y:llc\ll:ia que ninguu InE!-
rilo hahia cO!l!railb ca lIingulla ,le las t'al','c,'as
Jet esta(Io t y f¡lIe 110 e .. conocido ell los f.IS'OS pa-
tri,)tic"s, ha conseouitio un emillc .• en La tlirec-
don tic COI'I'COS de 1~. uuo I'S,; el C'(- pl'orur.\ \OL'
(le Lt'otl, sicurlouu sulnltcl'llo en el c!\tah\cdmit'lI-
lo clel crédilo pú blico I ha asccllJidu á. gel'c ca clrci-
nado de estos milli~lfos , h'ip\il':\Illlo su Sill'Lb; :ll
de Cónlo!n , que bm:licn Icnia un:! mi·scr:lLll! do-
tacion, se le Ila 1J(!:'oo !'llhi,' en estos últilDJS tiem-
pos i ib;;e mil l'c~lcsj al couli~ioIllJO uc rcdhi,' la




~ i:)~i .~
t'Drrr~í'()n,lcnd,l ,}eCldiz, ,le Il'$orl'rn w$pcnso qne
('n. 1,) 111t! /LI:II!)I',I lo ilt!el\;h~!ltp. de Cas!plloll ; y
11:11' últi,I"', I.h de l\ll1,'i,1 y J,I'~n, la:ubil'll fll'I'SO-
fOl:I, ni ',Y (',,!rlli,/s. fa lo.; ¡¡.l,ti idos que 11):-; ¡:b~l'a.
\<!,> hall ;Ie¡ \111 11'11',1 1','¡¡l:Ihh~ '1:1' la libl'I'ra¡). hall g:Ull-
d" de I'0:;:('illll. I.I)S :i~ni'l·.s '(lIC 1105 lU'H1os jlroplll's-
lo:,' \!ln:'l\,H'~.I~ l'S(Tilo. 11\) IIOS IlI'rnJitclI S3C3t'
('O.\>\!('UC Irj, ,I\~ C,'!;lS g",tf ;:l'i c·ulIl'(.'(lid:ls . ('u:ln,lose
p,>I'~"¡';!lÍ'I CIJIl cd('al'lli al!. e ;r". '!('II'\\/ y fUl'I':! tH' ~h­
dnJ , ;¡ J ,.~ ('().a flh'¡·U" 'lile !lU Il'a',:-;igl'fl 'o:) d FO-
U..!l'; <1 \ l,'l I~cd~ \:->,\r~J\!¡'~lo lld nW-lotl'u! b:;tn::1
m,u.lt·¡;ílllll.l.S,


S .Br.~ L." 10,:1 OOSERVACLON •
.


N·ll'5 eS~I'J:i¡) rt:&c- los resu\:aoos ntlll'ly.ln I'orres-
pouJi.lo á lus t I'altajds y In'¡,Hlr;:das sesÍtlat>s de la
aS:tllll,l.!a. Como csla~ ICIIÍ;w pOl' oll;l'IO mc¡,)rar h
sU~'I'f;,! tI..:! pJc[,!v c'p:liiol, C/IH' ,le di:. eH di,l se cm-
pCOl'dl1 pOl' 1.1 iU"plirut! y c'píl'itu dl' (lII'li lo que
u,lmi il:\ fI íos acll1.1lc,~ mi Ili~i 1'0<', Y Ills l,nwIII',1l1,)-
re," ,\jsi.tclI~cs lC:lii/1I (,l11pe,'!o lOl'unl de lIIiI'IICIICI'-
las á Ill:\.l "O!'ll l~1I f.U'; sillas, si 11 dUJ'l 1'"1' CPU! l.l
hJh 1'0 la 1)) .'U J('redlu ,le su d,'¡\,), It,;d,dllll ,'slIlS
uc pal'illi¿iu' h ci",'lIci"u tle nl;l1\lo se :1:'ord,.II.1, ~ill
cmh,lI'ótl, 110 cs abs(llal~lIncnlc d,'rln (jllC naua se
lla ya J idw á las IllCrillJ:llJcs (omo el LIS lH ilWI3S sa,
ben Lien, y si no 11:1 [)(Judo cirwl.u les loJas las




~588oQ
notici3! y esfarlos ,le est:\l.u~o", c,)n!}il;t~ hl\ qtle 11"
d .. cu .. lan·~ias en que se halbll algltna~ tll' elhs no
les pr,'milc cnviar 1'011 h ,'chi,la \'colIl:lt'idal\, los
clOrUClll'llfOS 'l'JC al iUtlicado lill se nerc~i1an, Pí'I"Q SC:l
ele e~!o lo que quiera, no puetle Hlenos dt' ,le~C('ihir­
::c en ('sra ObsCI'Vaci{HI, el vivo illtcres flue fienen
los ,Iisi-.lentes en ·hIlS(,~I' ('ull'a5, cn ,loIHle, ~i hay
alguna, es la coudcsr.elulcJlc1:l Cjue se ha leniJo con
dIos.


SOBRE LA 1 l. a OBSEItVAClON.


Dem:lshHl()Cicrl O c~ por desgr:\cia, que !le ha vio-
1auo, que se ha vcndi¡lo ('\·~e(' .. e'o .le la l"onfc,lera-
cion. Pero ¿ quiéJl ha sido el I raiJOl' i 5fJS jura-
mentos ? He aquí lo que lus disidente!!. dchic.'an
des("uhrir. p:lra t'~'el'[nillarle" Tos rOHlUllrros entre
tanlo I'!ol.llt au"H'il.:H'"~ á sosp,'('har qu!.' e,lo,> tr~i­
dIJI'cS I,an siJo lo!\ t1i;.;idclIl('s, pues esrOS SOll los
agraciados par el rnilli"lc"¡o. tarJlo rlI'lS, ('1111110 que
á una l"ornision ue la as:\rnhlca inJicó el minisll'o
ele h goherllacioil ,le la pellíl)~ula, C¡1l~ !\ahía qlle
las rnerin,la,les e~tahan divididas, por qne !\e lo ha-
Lia dicho cl COIllPIl,\;"lol', Si ('11 el alc-a7.1l' dc la. li-
berlaJ ('ul¡"ó UII} ,'omi,ion de ('3I'ho!larios, fue lles-
pues de habel' lllJlcni,lo pe,-miso para ello, y 110 cre-
yó la asam Mea ha lH'l' (ll",It':III:lJO su sag,'ad() red n I Ot
(on la aumision de Ulla familia cyne proclamó la li-




-.589 ..
bertad en Nápoles, y que pa!ere trabala por la de t.,..
da la E,h'opa. romo tan\poro ney6 quese haLia pro-
fanado con admitir una rom:sion .1el graude Orien.
te regular, :;itH'm haq;o tic lo esll'aoo ,le su ('omision.
La rondurla que con ~llJ¡':¡S ('omisiollcS t;ual',ló la
asatnl.l(';), la m:mit:rslall los ,Iot'lllllenlos u. US :.! y 3.


Es rabo 'lue los ('arhnnarios Iralla;,'" en el mis-
mo lugar qlle la a~:.tmhh·;j. 1:\ ("..,sa ,IUlule se ha cs-
f:lhlccidnC'OlIlilatlc IIIuehas Ilallil;leiollcs. y totlas ill-
depcl\JiclIl('~. t\sí, aur"lue I'UI:il'i'a sucedel' que tra-
hajaran t:1l alguna ,lc ellas, 'lue lo i~lIura, como
la ,'asa !lO es suya, 110 puedc re~pOll(lel' oc ello. Al
moJo <lile tampoco lludria I'espOJltlrr, I'i los maSOIl~.s
e~lab\édcsen aHí sus misleriQsos ta1\(·I'('S.


¿ y fJllé culpa ha oc t('IICI' la asamhlea dc que al-
glln rOlllunel'O Ilaya J'cvrlaJo Ó enli'cgatlo papeles
de la ('O d'cdcl';¡cioll, al ZUl'l i:lgo, :11 VniV('rsal y cle-


. .


mas pcl'ióJic:os {lile han bahlac.lo de sus se. retos? Los
disidclllps sahen Licll {'¡Jallto se ha larnrlllaJo la
asamblea de eslc crírnt'fl, y acaso ticnen eslos la <'ul.
{la oe que no se aJoptaseu opodullarnellle metliJas
t:ap:H'rs de c1esruLl'ir sus 3uIOJ'l's. Pero atribuir á
~sta llUb\ical,ion, el haherse corlado las conferen-
cias Je uuioll {'on los masones, es hasta donde pue-
(le llegar la pcdidia dc eslos hombl'rs. I.a rausa del
('orte de estas ('onlcrclH ias se mallil'c.'>lará en su
debido lugar, para sal israccion ue todos, y opro-
llio oe los que hacen l::lles argumentos.




SOBI:E Ll 1'2, a OnSZI:l!.IC!O:f.


1'\0 e,~ r,=:tc!.) flllr r:lsi IOilo" 1(l!\ (,~p:lií()lf'~ nm~n­
tes a!~ Sil In,'jo!!, deteslen hs ,lo:" .'inas Jel ZUI'I'i:\.
go, E~le Idlc!o ha public;Hlo v<!l'l:\fle!\ muy imp()1'.
Untes y mil;.' <lnficip:Hh~; y si el\ :"3111l()~ :\~I;l\'O'
n~ h:l !rui.\o J)lI/'II:\ c]f'f'{';()1I ,le Icn~,..'.:"(·, y "!} ()"'O~
l¡a r5('1':hlo 1()~ lí!lIil!''l (le1 d '('(H"O \' n' 1""" "PI,:",)
á l'f'¡"~()rtl< ~,l'~'''l,h~, no p''1' 1'<0 (l('i'!rr'l'In< ,14' '''1''-
no/e'- ~lH' el ~l\hi"I'lIn('c; "l'J'",l .. ~l'n "H,,'i("1 nJ1J:g-
In, (")1110 10 ('.1:1'1 tlcIT10"l'1'1'\n l·)", S'I",·sr,", .... :tll'ln
pr)J' ,l:'S:I\"\cja (,.I/·Ila ro~'n 1'('\11("';'" ¡. V:l fI ~('I" t'ste
lll!!\' ('flsfo.,o. 1\1,\<; rll:lhllip,"'1 "11" ~f" 1, ,)1':'1:0'\ j.,-
(livi,lual Si)l,:"C (·1 r. Ill'ln, el h·('l,o ,,~ <"",. 1\ :l°1fl1-
1\1',1. ~rf';"iln c()ll~i(":I!l loe; mi<!lloc; ,l¡<i,lp'!'r .. , hilO
la SilH'f'I":'\ manili.'c;''l<lO:l ,1,. r;'l(' 'lO ,lil':!'í:l ''''1''\ ;le-
l'i6di,o, It'<;limnuio il"fí'!'r,;,,·,l !,. ,l .. "",. !ll." ·,,'1'-
t(,lI~ci't1 Sll~ ,I, ... ! 1·¡:I'1~ . .ci J:,,',() nl·"""""I(l"pc "'Ie


en el C",) :\),'fj""hl' 'lT' ," ";!~, 1.\ 1,: ;,.""" ('" ,.¡
C01H'I'!)ln ,'1' C;'I,h,h~ln c,<p,\j:"I, v T~n ,1p '/i1" 'í ,-
~11;~':I~. 1'11 11,,1;,· 11" "'1', ('1 ill", .. ,",tI!t ,!,:r' n"P<! \-
ril~1 ,' ..... 1,·1;· "'PI' 1 lO; ,'pr,"'!!'" \' 'i''''I'h'','~ ,\" h 111-
don :':sln'~"I, \" ,i,~ IIIS rsp:""ol,,s ('11 l':lr1i, 111·,' Si
l'sl!,s cs!a!ulI 1t:¡lhdos (~U C'l lIle,I/'ion:"l,) ill1livi luo,
di:;alo el 1"cgl.lmC~llo tic l~ mUida. ll:1dou.¡¡.llocal.




Sonnr. L.! 13a• OBSEnl' ACIO,\[.


r.~ drl"amrnte muy llo!:lhll' es!a acusadon I r-irn ...
(10 uno t\,· \()~ c'omision:\llo.; para \a ,Iil'el'('ioll eI,,1 I'C-
)'il"lin), 'c\ disi(Ic:II!t· (,"-1'1'0' tlr:l'llll' (\r Grall'lIla, Si
el l,eri(\i\i('o 11.1 h:\ 11l:\l'clJa!ill 1"clI; si ha (l'usul"lIlo
:.1 nUlIclulador, ('11:1/1.10 (·lu¡.;i.dl.l á (11 ro~ COllla.IIlC-
ros; t'n ¡¡n, si ba H~guiJo las hllellas del ZUI'I'i:l~o,
la ndpa cs del Cx-pl'OCUradUl' di: Gnlla.):. (illl' lHlII~
Illu'sto r('lI1eJio, r0111l) d(' l.1 (,OJllisiOH, (, 110 le 11:1
l'ed,Ifi13(lo (fe la asamblea. Pero 110 es c~,lo lo 'jU!! ~e
ala\'a; el que no alude á \o~ Ulil1i~ll")S, ('5 lo (¡lIC no
}lUI.!t1CIl lokral' estos sdiol'('S. En la.; ,Il'mas faIL,s,
<JlJe ron i¡.;u:d irll/,udell('I.1, al. ihllyt'll á 10.1.1 la
:ls,amLle I SIIn.'tl<: lo lIIiSrtlO; la, h:1II causado los mis-
J!lOS (l.4e 1.1.) l'ccucrJall y ~\l"'¡lU;llan.


Ya Hes'mlos :tt (lcsc\lh:~t' tle la prr:i.J:¡ ¡¡Itriga Je
]O~ tlisitll~nles; h n'tioa fon lo,> 1l11SIIil<''> p:ll'l aro·
y:ll" COH 1.\ r!IPr~:\ ('nl1llllll~'r,'1 lo,> t¡'lIe!J"o.'m pro-
y(~dos ,le a!luPl \.1 ~Ol id;,,!. O,t! la I'ch('ioll Jc lo su-
n/li,lo en cslas cOldi'l'\'lIrias de UII1P/I, )' ;uzg:tJ.
Jlllllál'OtlSC lJ3l'C :llg11llos ml'ses las fOlllisiollCS 1\1:1.
¡ólllca y COlUl1lH:l\l, liara COllt.:Cl't:U' lOCOll vCllicntc




Do:)!)2~
i la verdadera- union (le C!\t:.s !\odcdaJes en benefi-
cio de la C:lusa' dI! la pál ria, que e~ cr ohjelo á
que se dirigen amh IS. En la pl'irncl'a sesion se
collvillicl'on; 1.0 en quccl'a úlilla !'usion tic illle-
re!'e5 de arnhJs (,(H'¡wlaciollcs; 2. u clI que dc'cst:l
:usioll (Icbi~ l'esufl:Il' IIlIa jllll!;\ (lir~('IUl'ia, (Iue re·
pl'cscalase las nCt'e,i,hJt'!l, .!cscos é ¡al efeSI'S' un hlos
de nUSl>IICS 'f ('O:IHIICI'IS; '! 3.° en que tIc esta' jun-
ta tlellia naCCI, el ill/lajo qiJC arr"o'asc la ('ollducta
del millislcrio, sielldo/"ll,,;i.C;-llicllle al mismo'jl/flu-
jo, la of,lig:u iOIl de so:-.Icllel'lús, miclllI'a,sc guherna-
~c pOI' éL Cunlül'lIlc:l esl.1S h_l~CS se clII:al:gó á Jos
iudivitluos, uno tle ('atla I:OlUlSioll, \acslcllsion (le
un reglamento 'lue abl'azase loJos 10s pOl'mcnnre;
llerc<;aNos para la fót'rn:u'ioll de la junla dirceloria,
y 1U mal'l'ha rccla al so,ll'uirnicuto dc la liLcJ'lad,
segun ('slá ('<-Ilsigllada en la CÜlIstiluriolJ de la rno 4
narquía tld año 1:.!. Al reunirse estos individuos, y
cuaudo el comuncro ernpez:tI):l ú manifestar al rna·
son, sus peosamiclllos sob,'e la comisioll (lile sc les
habia confiaJo i le dijo este que era inúlil continuar
sus tareas, si no se reconocia tamhien C'lllllO' hase, el
sostenimiento del adual ministerio, pt!l'O ,lebielluo
en adelante scguil' el ¡u!lujo Jd (:uerpo d.redivo que
se [ol'unse. El comunero cOlllcstll j 'luc él Jl3:)a po~
dia deci,' en el pal'tkular ; (Iue lo hici(':;c presen!e
, las ('omisiones reuniJas, y allí sc l'e:-;olv~l'Ia lo rol!
acertado, segun sus respectivasfacultaclco, Así se ve-




~5~)5-d
l'j fi.c.s, y al día si3uiente, 14 de (liciembrc próxi·
lIlO pJsado, respondió la comision comunera á los
masones en estos términos: I( Que llO se hallaha au-
torizada para tratar wbre {'sla Lase, y que para el lo
necesitaba oir á su corpol'acion. Se escribiel'on y fir-
maron recírrocamente, tanto las ba~es convenidas,
corno la del sostenimiento del ministerio' y respues-
ta de los comuneros, que(]anrlo en reunirse las co-
misiones, luego que la asamhlea diese instrucciones
terminantes á la suya. La asamhlea despues de ha-
ber discutido con el mavor detenimiento, este pun-
to, desaprob6 por unanimidad, y con 3sisl{'nda de
los ex-procuradores (le IJogt'oño, C6rdova, Jaen.
Madrid, IJeon y Palma, la base' pl'Opuc5ta por los
masones. y acordó que se les conte~tase, que no ei~
tanan arMdr con los prinririOil patdóticos de la
confe!leradon,c1sosten rle ninglln mioisterio,indeter. ~
min:ulament.e, así como 10 <,s!.á rl so!'tenerlostoJfs.


,mi.entras obrrn CGn :\rreglo á las leyes y á la Cl'>ns-
titu('lon política de la mOnar'lUla, no puede ]a·
a&amhlea entrar á ourar manromnna(hmente bajo
.


la base que han pl'e~('ntado. 1) T,a comision pl'esen ..
tr. á la masón ira esta resolucion por escrito, y ~as~
ta ahora no han (lado otra contestacion, que la de
trabajar en destruir la opi.nion de los comuneros
mas distinguidos; perseguir ha9t~ s~crificar á l(),s
mas denodados; haher suscitado el odio y.el pes-
pl'ecio Ile los:Zurriaguistas, por medio de sus talle.


TOllO J. 26




.. 5!H.eI
ftS repartidos en las provinciaj, parll cenfull-
dir luego con ellos á los comuneros, y clesacl'c-
dirar así en masa á 13 confedHacioll j y ocupa,los
como el minislel'io, en el cmpc!io tIc JivitliruOll,
~bandollar la admillislradon púhlica en lodos sus
ramos. 11ejando á la pátria á merrell dc los laccio-
sos, ,1an(10 lugar por Sil esl ú pida contianza y su
insaciahle ambicioll, á que un ruuauo t1c hombres
siu disciplina de~tl'ozasclllas tropas enviadas ele ~la­
dl'id, vistiéndose ('011 sus uuil()f'UJ,c!l, y armándose
con sus fusiles y raiio:lcs, pusiescn en conslel'flacioll
la capilal pOl' su cslúpi¡!a font:anza, pOl'que efe-
yeron sin funJamelllo que llegar. vel' 'i vencer,
todo sería uno; {lo(, su ins:lci:lb\e am\llcioll, porque
no pudieron cOllsenlit· f]ue esla gl(ll'ia tan ~CgUl':l se
la llevase olro gCllcral que f,U (('s:u' O' na!y, CJuc


. hl vez no lnhia visto jam:'t~1 sino eu <lasc ue su-
bJ.He,"no, á enemigo alguno. A e,,!c falso paso,
aliento de los t:lcrj¡)~Os, CSp:UltO de los patriolas
y descrédito de la l'c\'olurion, se reuuieron 105
()tros (lt'sacicl'tos que no dCjl IJa 11 la mCllOl' duela.
Je qllC este ministerio pauia ser haslaule sáhio y
fucrte 1):\1 a. VCll¡pr con el poder público ~us re-
sentimientos personales, pero no l)ara. JefCnUtH'
las lihertades púhlicas; y puesto á discuf>ion en la.
.asarnlJlca, si convcnía á la p:Uda sUl'emocion, se re-
1(J}yi6 por unalliruiJall, que en cu:mto á trcs de
'AlS inJividuos sí) qucJautlo llor dos meses empata·




... {\U
"'.)u,)oCf


<10 el CH:trto. SuspcndiJa POI" alguno5 dia5 toda
(lj1igcncia sohre esta remodon, volvíó~c á tratar
<Ji ella como muy m'gente, cuando los facdosos
:anclI:l7.31,an la capilal, y se convino en la necc-
sid.1I1 de la misma remocion; y 31m seiiabllclo 10.1
~ucesores por ulla ,comision cspedal, dc que fue
iuJiviJuo el ex-pl"oCllra¡lor lle l\Jábga, la 3.,;uuLlca
sc C011[01'm6 pOI' U 11'1 11 im iJ:l<l fOil la ('o[llhion, no
~iell,lo IXII".' om:rido "i para o!vi,!a,lo, que á estu
~~ioll(,s a~isli6 b TII:lyer parte de los d:o:m:írico5,
siJl I:dl:1r á alollll:l, y ('Il'I',IIIt!O pOLo consiguiente
Cilla primel"l IIllalliruidaJ (1e los I(es mini"rrM, y
('11 1:1 SC311IHla ac fU3! 1'0, los cx-rrocul'a-uorcs de
1\:flhga y GrauaJa. Sella ,Hcho que no era para
omil ido ni p:lra olvld:"lo el hccho de la unaniOli-
,b'} y 1.\ COIICill'/'{'lId:l .le estos ,los proruratlorcs,
I'Pf'Juc hdJiéll:!osc oJII!i.~rt·nriaao {'U la n~aOlLJea
~ ill~t:ltl('ias dc UU:l lorr(', ('uy:l mayor parle .10
illllivi,!U·1,\ [ion lamllit>n ai"i']cnles ,lesl'ues uc csfu
OCUl'I'cll\'ias, soLre volvn' á 11'alar ('011 los mawnes,
y Jlornlll'atlo par a la comisiora de los ('omUller05 :i
G11lC !los ¡Jos c:.:-proc ul'al}orcs, y al de Tena:1 , .Iá 11-
t1l¡l{'~ la t'3!\(', tIc fl'lC la alialJza se al:illll.aria hajo
COII.Ji, ¡.me3 j'ls!as y 1 ilJt~I'al('s, se poJrá cntclltlrr
mcior' el espirita !ab:: é inrirl con flllC se procedió
en hs (,ollfcrcud,lS ele b5 comi!iiol\~s comunera 'f
masónica, ('11 b tS!C:l~ion tic las h:¡scs que puhlic:m,
'u prcsclltacioD ~ la aSlmblca t y los torcidos finea




~5DG.a
qllC los masones y miserabtes disidentes se han pro-
puesto.


En la primera sesion de las romisioner. así como
en las conferencias pasadas, los masoncs hahian fi-
jado como base preliminar, la amhiciosa, tiránica
y anti~constitucional del sostenimiento del actual
ministerio, siempre que consiguiese el inHujo de la
comision místa directora; ;J.sí el prOCllratlol' de Te·
ruel (h\IHlaJO en Jos deseos arJierdcs tlc I o tia la COI1-
fcaceacioll, en lo mismo qlle eOIl (aHI:l l'cpcticioa y
unauimi(bd haLh Jech,'auo la asamhlea, y sobre
todo en la única urgencia con que la salud dc la
pátria reclamaba, cllanJ.o no la separacion enlera
del ~lnisterio, á lo menos su rcfol'llu ) propuso que
se procurara por cuaulos metli~)3 estuviesen al al-
cance de una y otra socicua:l, esta rcforma y nllC-
va composicion dcl miaisterio. El ex-procurauor
de Má.laga sostuvo clebilmentc esta propo3!civn , pe-
ro el de Gr.t:13.'l:t h apoyó PCl~) ffi:lS Ó ll1:::nos con
le mi,sma fucl'za q,l'! el tic T,;! 11::1; y hahiéldose
opuesto á ella los llllsonc5, con am~:laZ1S aealOl'a-
,das de uo pasar adelante en el tratauo, se suspen-
dió la sesion hasb la n~::hc si;ll.icllte. fiClllli(l1s laS
com!siones segunda vez) i1l5istió el procIll'a:lül' de
Terucl en la mismJ. blse pl'elimiuar , con lluevas
-oDsl"l'Vacioues SObl\~ su jllstieia. y necesillad; el ex-
procurador de G!'J.~lach, alln'lue lo wstuvo, uo fue
ya con el fuego que antc5, y el de Málaga .abando-




e> 597G
n6 á los Jos, dejando al tiempo la mudanza y com-
posicion Jcl miuisterio actual. Los masones apro-
vechánJose , como tan s:lgaces, oe esta debilidad
del cx-pl'oruradol' de Má.laga, se opusieron y se
resistieroll á la base con mas vigor que la otra
vez, y no habiénJosc poJ.ido resolver naJa aunque
con la esperanza de (l'le, a!lojanJo Jel todo el ex-
procura(lor de Granada, hulliese conformiJad en
la mayoría !le una y otra comision, se reservó pa-
ra otra noche Ilcterminal' delinitivamente sobre
esta base preliminar, que siempre habia sido la
manzana ue la discordia, y sobre las otras ordina-
rias ó comunes, que nunca habian ofreciJo en la
sustancia diflcu\·a(l alguna. .


Heunidas en efecto por tercera vez las comisio-
ne~, el pl'ocurador de Teruel echó el resto de que
era susceptible su amor á la pátria y su Íntimo con-
vencimiento, para dcmoslt'ar que sin alguna refor-
ma del ministcl·jo, no podia salvarse la libertad,·
pero el ex-procura(lol' !le Gl'anada le abanuonó tam-
l'len ésta noche como el ue l.\Iálaga 10 hahia verifi-
callo la anterior, y muy complacidos los masones,
oyeron con gusto y aplauso las bases de la union
que traia prevcniJas el ex-procurador ue Málaga,
al parecer mllY de acuerdo con el de Granaua. El
procurauor ue Tel'ucl aunque consideró que á unas
no habia lugar á votar, como la de que se defen-
Iliera la Constitucion, porque no pueJc ser asun ...




.598.
lo de convenio, lo que es impo!ible física y fftltraI-
mente que no sea ó deje Je existir, ni ~stá en el
arbitrio de 105 contratanles variarlo ó alterado; y
que otras, ('omo la de no poJCI' pertencrcdi la con-
feJeracion los cllpailolcs que fuese'! inuividuos de
olra ~ocicd:Hl, l('lIiJn po:,o de jU~t1S y mucho me-
nos dc IihCl\des, no s\~ th:ta\'o en coufórm:\I'se COI\
dbs, ni etl fl/le ('0 1'''; ese la (l'lia~a. 1.'11 f!UC ¡;C deda
que ~c ~o:itcn.lri:\ al mi:l;slc¡,io y d.!:lI::s aulol'ída-
<les, s¡cmpr~ qlle m ll'dusl'll par b ~cl/(b de la
CO.llstitucioll y J(, 1a~ lere!', como pOI' el contrario
se les atacada si no m.lrc.h3!\CIl por ella¡ pero votó
y piJíó COIl la 'mas deciJilla instancia que se }luste.
se á. esta hase h siguiente adicil)ll." Y rc.spl'l'to á
que el minislel"Ío actual ha m:¡rdl:lt}o y m:ll"cha
fuera de e~la sCllcb, se (h'clara habel" llegado rI ca-
so, de junt:ll' ambas s9cicJatlt's loda5 ms rllí.'rZa~ p:t-
ra tlcstmirJo, á 10 menos rel(JI'marlo, como lo ,'c('h-
ln:l la 53\ud de b pálria." En \'allo iasistió el pro-
enfaJor Jc Tcrucl ea q/1C se pusiese esra 31lkcioll,
o.unrple como voto, no oe las comisiones, si no Su-
yo, plra iutelibencia del gr311Je Orielllt> y sal isfac-
cion d~ 1:1 aS:lInhlea, y en van;) .protcst6 aale las
comisiones, que al tiempo de (larse ('uenl3 de bs
lllS('S en b a.slmblea, hlria prese1lle Jo orn,"rÍllo en-
esta alliciou, y la so~teudl'ia con el flllyO!" empello,
como base prelimiuar, y sin cuyo reconocimiento
por una y oll'a sociedad, no dchi:1 1.1 asamblea p3.-




;¡a.599 ..
tIlr á vota\" ni :\·oir tratado alguno, porque sin ea ..
te preliminar, 1:1 alianza ~e verHicaba l'in cimlen-
tos I y \a cOlll'c¡}erncion crecería lo que creia el pro-
curador de Teruc\ I que 10 que se lmscaba en ella
no era el so~l('n¡menlo ue la liberlau~ sino el del
mini!\lerio; era buscar la fU{,l'za para sostener inte.
reses de po=:os, y tleslruil'}oS tIc muchos; era salvar·
se unas docena~ de principales masoJles, y clejar ,
tojos los ,lemas, ti los vcr<bd~ros hijos de Padilla,
y á loJos los lC31es e~pañole3 pel',lidos, La respuCll--
fa que por todo le dieron fue, C1UC se clmoria que
era un llOcn aragonés, qUeJ'ienJo decir, aunque
con alguna tortesia, que 13 virtuu ue la firmeza
era el vido de la terquedad, y con esto se levanló
la sí'sion , qucdau,lo conformes en que se pondrian
en limpio lJshasí's; yenlrcg:Hulouna copia á 10.
masollf'S para el grande Oriente, se daría cuenta
de ellas á b asamhlea para su aprob3cio~. Ya ba-
b,'cis ouserv311o, comuneros, la poca conformidad
que bay enlJ'c lo que los ex-procuradores de Mt. ....
laga y Gr:lllada volal'on en la asamblea, sobre el mi-
nisterio, y lo cjue tle(cnJieron en eslas sesiones,
.ieudo así qu~ aUll1ue les huhiese sido uecorosa,
por haber val'iauo de parecer, esta. cOlltlucfa , como
personas particl1bre~, eJe nÍJlguna manera podría
serlo como comisionados representantes de la asam-
ble3, c{lte tauto deseaha, y por tantos medio! habia
manifestado su opinion constante de que se r.cl~-




~·1fO~j
tnáb el minist~rid, porlJ.uc esta opinión, 1 no la
suya prupi 1, era la que tlebiau h!:'-1ie¡' soslen¡ao eOIl
jgual esfuerzo que el otro prOCU1':lctol' su comp.liíe-
ro. Pero no está en esto 5010 la marcha tortuosa JI!
los dos cx-prC2uraclol'cs; su poca buella fé y falta
de virtu.;l se dejan ver mtls cbramcnt<" en el tiem-
po ., en el modo conr¡ue pre~cntaroll las bases á la
asamblea. Ellosno la~ nl1n¡ resfa 1'0 n al prnrllrauor de
Terue} ]u('go que las PUSiCl'Orl cn limpio; ellos lIO re-
cogiel'O¡l su finna; ellos las Pl'cscl1Lal'll:l á h asam-
blea cUJnJo, por estál' arruel en cama, no podía asis-
tÍt~; y ellos no solo callaron hopinion y los esfucl'Zos
p:ll'a sosteneda,rtuc hito el procurador de Terne\,


'sobre la refol'ma del ministerio actual, sino que
'dieróll á entenuer que los tres proC'UI'3l1orcs esta-
·ban conformes de toda conformidad. Pero ¡ah fuer-
za'de la justicia y castigo tIc la mala, fé! A pesar
de no hlber dejado de asistir á esta s'csion de la


. as~mblea ninguno de sus f'ontiJent('s, y á pesar de
no haber asistido á ninguna un númcl'O tan corto
de pl'ocliradores leales, se dedaróno h~bel' lugar
á votar las ;hases, porque no precediendo á ,todas, la
preliminar del ministerio, la union ('1'a para per-
del"fiosyno para !oalvarnosj y á su,c<lnsecuenf'Ía,


fse acordó que la comision de comuneros dijr.se á la
dcmasolles, que la asamblea no hahia arrobado
las bases 'por este motivo ~ y que siendi)cl l~:l:iw.,
móvil de la.· coufederac!on lle' comu;;¡cros españoles




~UHd
13 liLcdau de b n{ttria, v con.ÚJcr:J!l,]o cO!ltr~dictQ-


• J


ria á ella la c_ ... istcnci~ del actl!}1 m!:!:~:.~:!'::), se
presentase como base prclimin:u' h Il1uhuz:l total
ó parcial .le él. La carta uesp:u:l::.1da sohre esta !'eSO--
lucíon, con fecha de t 8 del pr¡)xiIl1() í'ekero, [,c en-
tregó al procnrador de Tc:'uci el 19 (Id mismo;
este h presentó al cX:-lil'üClll:lCOl' d-! rtlúb¡;a e12ü,


1 - J " ",. ' 1 n para quí', ap1'0VC:' iadUO a ::lnllu::-,a •• c yerse en u
mismo ptllllü los i;1.!i,iJ.105 de L!s dos comisione:;,
1 1, , t . 1 ' " 1 • • el os put i('l'a el al', y S:Cll! () ya !mpO~¡J)IC ~os.c::c[
actual mini:.terio, por cslar rCFuc.~to (úll! 1'a la Cons·
titudorl y bs leF:::, n() perJi(s~:nos csl:l ocasion,
tan no esperada, para. unit'nos; pCl'O el ex-procura-
dor de Málaga devolvió al de Tcruclla carta, y no
aceptó el CilC;¡rJo, asebul'ando (Ill'~, por DO haberse
aprobado 1:13 bases, er.l ~Slu¡!n concluido.


Esta, est~, comuneros 11.1 siJo la cOlldllcfa ilOble,
fi'anca y pura que ha ohservado la :lsa!'1blea en es-
tos tratados de b u:lion lan dccaj:ta~h ('on los 1'.1a-
sones. Decidi!l ahar:l \,osolr.;5, si, c.omo sicn!all los
disidentes, se demuestt':l por ella que HO se busca
el bien de la pátril, y 'lile se sacriGca por l'esen-
t' . t t' 1 D' l' . , !mlen os. par len ares . .l. en,. anora M pUCde ser
ml}Or el insu.lto fJ.ll·~ !laCe!~ á 1.1 ::.:;.:!mbl~J, con Jccir
que Ha era posible dar ti los ffi;J.sones aúD.~¡3 llns
potle~osa5 coa/ra Jos C¡nlUi}i;¡-oS, S:ll~ JC~t~:'~;~r las
bases primer:! y s:~i;;md3, C:l L.i lJil~ S<! cs\:,l;(a
UUestco verJ .. ¡dt,,) ohjc!o, y toi Ful' el múli·/3 ([i.i.\! ;1.)




.t02 ..
h5 aJmilió la asamblca, hl daJo lugar' qne ell-
S~\:I fJilC no Infamos (lc ~'OIl5erVat' la CO\lslilucion,
lli ql1(~reI1l0S oit' ¡lI'oposiciones raciollalc~ de ningu-
na especie. D~ci.li.l ... i d(,si)¡ll~~ de cslo~ !lU(,(,W~, no
era p.)"ihlr, COll1é) cOilr!nycll cs!os homhres {t'mcn-
ti¡los, pCflll:HICCCl' en la :Js:\!IIhle.\ los que no qui-
SiCI':1Il S~l' l\~SP()::~;¡ ~,l,~s d~ h d c1 ,'!I('C i un (le la pát ria;
ó si Ll" 1'~:'I':)w,~¡':l',~ de esLI .1c>ll'd('('loll, Sf)l1 ('stos
pérí;do,<, q'le, Cll·.S'lr()~ de gl',lrias. !larl ,'c:ldiJo ~Ini­
dO¡';l!lH'¡¡:C á los ¡¡¡¡os rt'gi1imns de Padilh, y han
clCSí'l'i:H!O de h~ Inrd~~r:I" dI! lliu\"lro hé¡'oc, p:lr:l
ullirSI\ á su~ ocsP/)\ ico!\ l\\'orl'ce,lot'es, y favorecer
á .ua Illinis!e¡'io, 1111', alcl\,licntlo al dcsaciúlo con
(]'Ie ll:l ,lirigi,l,) :J1 (',(:lI]O, Y las ('al1~:l!l (le ~u pel"o
nl'lllcm:i:l, lb q:lc sospc'hJ" fa:llhd:HnclIlc tlO sea
Pll';l h¡en ni Pl')'ipCl'í(ll,l alguna, y sí pat'3. ruin:.
é iufcliciJau Jc la pálria.


Sonr.z LA (5. a OnSEnYAC10 •••


Es f;¡ 1 ~o f'{l1a h:Jy:t Carhollcl'O l'n 1:1 ll\3.m1,le:t, á ro
rn~no~ f'.~!a 110 105 conore. Tampoco conore 3l'tirub
al3ua, en 5U~ ('slallllo~ p:ll';¡ ¡al inlo1eranch plllí-
tiea, y sí al conll'Jrio. LJS soricUJ(lcs que n1:lrrhen,
lJaío ella lf{u ie" 1:11'1111, á. la defensa y cOllservacion
de las I i b~daJc5 pil riJ.<:, serán sirm prc nl.lcsl ras alia·
das, aun sin ncceshIad de couvenios a:lleriores. EsL()




.. .103.
hacemos con la !le los m3~OIlC!\, sin embargo de 1:t
110Uiblc conuucla oc no pocos oc sus int1ivj,luos. Y
lo que concc¡}cmo!l á estos, ¿ lIegarcmos á ;H/Ilcllos
que, cn las ci I'ClHlSb \leías pl'csCnl cs, liada 1I0S pi-
den, :mlcs IIOS ol"l'cc{'n su~ :mxilios para ser libres;
CUlUJO los ola·os nos cxigt'll loda lIlV~st fa fue!'?a, y
smo nos ofrel'l'n el bOllO!' de l'er ~IlS C5(1aVO~? La mas
aval'~I, rflvi.Jios:l y ,;elirla,!a fJl:!!i, i:l 110 po¡)i:¡ hahcr
in!cn!a.Jo ol!') cbi.1Il1C mas :lllli·lil:c:":ll é itlbme.


l\ada lI:1r, pm'·, cn {'sta [l¡'::l/cra ¡tlti!a ¡:!'('P:lI';'\-
fo: i:l de I()s ,Ii~i.l('nle~, que llO Ae:l UlI let;i:lo de (n-
lumnias y tle ,al'gos, á (PC In (Iad,) JI:lci111 ie" lo, ó
su (rb ildilt!l'encia, {, Sll ln!'pe egoimlO, () !"u r{'ii-
ua·h malicia. La llnse~ioll t~1l que cslalnn tIc lo~
pl'inripnles Clll.;,lc()s, les facilitaha los U1cílios de b
pll'aliz3' j")!} y dcscl'éJilo tl~ ).os Jt.·ales; UJI cle~ol't1en
ta n moasl l'lIOSO Hann In 1lcresa ria rnrlll e ",1 ol'llen;
d JisíUlUlo pOI' mas li{'mpo era intolrl':¡blc; la
asamblea tlt'iallJo Ú 1111 hdo llIil'lInicn!os plt'¡il'll-
lal'es, (¡'ató de pOllel' 1'~~llli,dio :.í. ('sla~ f':dlas CO~l ar-
r('gto á los ':apílul,)s 3 ~' 4 ,1e\ (:60130 penal. De
SW\ re51111a~ 1\cp:lr6 á los cx-procUl'adol'cs ele Va-
le)J(·ja y l\hllorc3, y an11:~ de (ltlC se I!cp;u'Jse á JO!
Je JaclI, Ta"ragona, Dar,clo¡t:\ y t!crnH di1tlllerdcs,
por hs mism:H\ r:\ll~:1S y ,Ie\ mism~ m'do; á !lÍen
tClliCtlllo h rCI1()V;&cion Oc sus p<)(1t'1'('!\ en a hri 1
p1'6ximo, segun estatutos, 6 porque: sus pro(ecto-
res necesil.aLan ahora ffi.\! que nunca destruír




~104,-d
Jtllcstra fuerza, y aumenta!' la suya para sostener
e!;te ministerio; lo cierto es que la noche «lel 22 dt!
f"'Drero Je~el'laron Jc hs handeras de Padilla, y se
P~S;¡l'OIl á las tellc1H'oS,lS cavernas de Adonir:m, en
que se trazal>:lu los pLmcs ~e sostener i tOlla costa,
la violcnta y estl'e¡:ilo~,J. rcposicioll de los ministros
actuales, COIt peligro al'aso ,le perder la lihertad.
Anall'la¡las las arias Jc la Iwimera, pasarem,os á re-
c01l0ee1' y rcL!cx ¡ollar Wbl'C la


SEGU~D:\ JU~TA PHEPAHATORIA.


En (,\la se vé la urgencia (le los disidentes para
eriGil'se Jit'¿ctores de la confcdcracion, yla maHg-
uidad ('O1l que al efec.to ~1Uponell, que p:lr:l. concluir
Su mani :ies!o á las merilHlacles, ,lebia esta hlccerse
antes el pbn qne h1.hia de adoptarse, haciendo con-
sistir ~ste :)l'inr:ipalmente, en eri3iJ'se en asamblea
constituyente, bajo el falso supac'lto de hallarse pre-
sen!es la mayor parle oc las aulo\'id:)(lcs ,le la con-
fe¡}crácioll y grJ'l número Je !,rorl1:'adorc~. 1.a5 au-
tol'iJalles de la conledcl'arion son much:ls, y refirién-
dose solo á las oe la asamblea, no había en aquella.
reunion mas que el comendador, su tenienl-e y un
secrehrio, fallando pOlo consigllicnte. los ll'CS se-
cretarios restantes, el alcaide yel lesorero. La lista
documento n.O t mlni:ics!a el ,le )03 IH'ocurallorcs
que compollcn tan legíl iUl:], asamblea; y teniendo
presente qnc \?¡l Sil !'Odel' no In~' sello, ;'lelas, regis-
tros ni oc mas ,locumen!ns propios Ile e:;ta supre-
ma autoridad, se vt'ráa claramentc, la rectilllll y mi-




ras desinteresadas de los c;\.-pro('Ur~dorcs en esta
<1isiJencia.


1\a(1:1 mas ll:lturJl fIue d que 13.5 mcrilHh!.]e; de
Málaga y (;ra:l~Ja, prcp::lt aJas Coa :lnfé'riorlJad, por
sus proruratlorc5, p~ra liervir de hasc á sus comhll1a-
dos planes de diviuir la cOllfelleraclon t1c comune-
ros l'spaüolcs, TKu'a sujelarla :í la Jil'crdon de los
masones, manifestasen su ("oa[~)rmidatl en adoptar la
marcha que les 'Propon ian. Presentarian esta con
tan bellos colori,los, y piJltarían con !:1TI ne~ra wm-
hra á I().~ fli'oi'lll'ado¡:e" fieles, (¡!le no bahiendo oi-
<lo' á los disillentes, no piHlrian 11Ll¡]:n' un solo mo-
mento. 1~0 particubl' es, r¡ue no hayan manilesta-
do la misma confOl'mi(lad 01 ras merindades, CEIC co-
mo la ue Murcia, por ejemplo, ha siclo es~itada por
varios disiuentes contra los inu\viuuos (le la asam-
blea, prescnlánuolos como enemigos ueclarallos de
la Consfilllcioll, cómplices en los pbnrs liberLici(las,
venJi¡los ;\1 Ot'O cstrangcl'o, y otns mil lindezas tan
despl'cci;\hlc5 como SLl'i inventores, pero tan malig-
nas como pédillos y cohal'ues los que las han escri-
10. Juzg:.ul ahora, COn1UIlCl'()S, si la cOTHlucta de los
ex-prGCUra¡}oi'(!'; (le l\hh:ia y Gt'an:da, en bs con-
fel'enrias sobre unian (Oil 1(\5 masr¡llcs, fue tan senci-
lla y ucHcalb. como S~lpo:lcn. Y ': qllé de!Jl'r[¡ espe-
rar (le ello:;, en vista (lc! (hhlez y ('ulp,)hl\~ cJisirnul0
con que asistian 103 l1:si,1l'lltcs á bs ,c;~siol~es (1e h
asamblea, p:ll,ticipanuo de sus S!:Ct'C~0g, al mismJ
tiempo qu~ trab3jaban alevOsame!llc COíl 135 mc!'ill-
dades, para seducirlas, LOI'l'omperbs y c,llrid:l3 de
oprobio, haciénJobs CÓ:1:91¡~cs de un cd¡ncll tan
horren:lo? Por fortuna, Si! ver'en') no In 'l'1rixlücido
los efectos que se pl'oDleticro>l ce Sil prcp~racion, y




.. ·íoa~
llUnr¡lle e~ ver,bcl hall llamado á mucho~ bcnem6 ..
ritos COllllllle:'OS para darles en su alcvosía, SOn muy
poros los Cjue 11:1'1 respolldillo, y de estos maldicen
~'a varios S'l alucinamiento, y puf,lican que han si-
<10 t'lIgailados, siendo de espc1'ar, (lue si loJavÍJ.
qUl\(h :llgl.lll hucll {'omunCro cntre este I'cfJuei:o UÚ~
mero de malvatlüs di~idclltCS, se ac6ja pl"(:1iur{)~o á
las hallllcl'as ,le sus i!uslt'al)os gcfcs, prcc!ll',ItHlll el
01.1:10 ,\1: Sil ,lcs:lcit.·rlo, lueco (lllC la luz. ud desell-
{pilo Ill'g'IIC á ~U' ojos,
nr~(,lIbi(,I'~:l la blsl'tlat! y malicia Jc h~ ()h~cn';¡­


dOlles, rOlltcllid:ls ('11 las rd:'ri,bs a('/a!! de l.; (Id.
mcl':\ ':' ~('gllJj(la jUllla prcpal'atoria, rOllrluirá Ll
:I!'amhlcl i'U 1lI:l!'iLeslarioll, rCl'Orritlldo J':Íl'idarnell_
le el rontcllido de la prol'hml 'lue ('(lit d Il~ ulo lle
a"amhll';¡ conslituvclllellc c.omoncI'os espaiiu\e\nms_
tiruriollalps, km Ji,'jgiJo c:.tos pcrjlu'os á IOllas las
m(~I'i lI,hll!(,~.


T'o l"It',le lIarse ¡nsul'o ma~ :llro? ni m:1,~ maHg.
no, 'lUl' el que prCf(~lIdl'1l harcl' á la :¡s;lluf,lea C~fos
tl i¡¡¡11 ('111 C'~, 11:11 n:'I'L.l OSl' rOlls I i lile iOlla 1 r¡;, rOI!lO "11 rOll-
frJpf)~i('ioll Ile los leal,'s, fIlie Slll'lIl1CJJ IJO ~rl'll). r 03
:lcollfr(';lIiÍ"lIfos del 1 ~ Y !20 dr Il-J,:-"J'O dl'cide'l po,"
~í l'oJos l'~la ('lIf',~fi()J1, y p:t~eJlriza!l al Illundo Cille-
ro f1"ic1!('s se p .. e~c'IIIJr()1l ¡ll"lUtosá SOSI(~II(,I'la CO"".
tilufÍllJl, V l'lniCIIl'5 á :lrrolhrl:t: si LC'('o\l nJIIslilu-
<"ioHales I~)~'qtle a:lO~ar()1l 1'1 a!clIl;¡t!O llc fonar al
rey á que n:pasil'r:l lI110S Jllilli, .. II'O~ que ha Ha scp:lra.
Jo l'" U~() de ~II'\ bl'ulta:lcs, {j si lo fOil lo~ (lIlt~ .¡uie-
l'f'1l Illlt"CIHT ¡lIhelos los .1f'1'{·('hos y "h:J~acj(ll'cs
,le tüs jl"dl'l'('.s fOll:,tillll¡vo'i del es!:\¡!o. ~ill p,'¡'mitir
qlle lJill~uao ur;urpe b~ i:lcalfa,lrs de olr,)s, ~:i citos
hall lLll:hauo ó no, para CV1l5Ci5llil' el n::ucJlo ue lc.>s




,..{07-d
f~'I:llfS(1e que 1lC qucian, 6 ~i klJJ lucha,Jo ele ronci('r.
ta, con los m:l~OIl(,S, pa ,'a rep;no! ¡1° ('II! re ~i y los !u-
yos los l'1II Jlleos y las gloarias del IlIilli~!t'ri(l, 110
oruiliclldo tl i 1 igcllria, ya :lsi~/ ¡elido, y:l 110 .1sisl iC/I(}o,
ya rallando, ya 11:llIla\l(10 , y ya c¡il'l'ihi('lIdo, á bl
<le ,lividir e~la fUCl'le n~ure<lI'l'al~i,)II, halualo!e llles-
puguablc tic la \iherl:ltl, y Icrre)\' tic s"s ellemigos,
q uelÍa l. ¡en ,lcmosllo:ltlo CI1 la ('onl ('sI arioll ú bs oh-
s('I'VarioH('s ~le las jUlItas prcparatorias; y C'U:1ll dc-
<:idilios eslán en r.u I'rop(¡~ilo, lo pl'llf·lalJ ('ti d (¡\vi-
(10 y dcspn>cio de HIS ;/lr.IIlH'lIrOS En dios rerollo-
drl'oll (lile el deliro 1U:1S all'O? f!IW p0tlia conll~lcr
un COIIIUllero ("(II:! loa 1I conf'cdera( iOIl, f'ra d .Ie
cOl\spil':lr dil'ccta\lll.~lIlf' y de hecho á dl':S/"uilo Ó al-
1eral' sus e:stallllos; n.ue lo era llllly gl',lve d inspi-
rar ,\cs('oldlaIlZ:l y ,1<'sprcrio "01111':\ la as~mlllca, y
sin cm1131'p;0 ~c han :U°I'O; •. \lto !t 'comclf'rlos !Ie la ma-
l/era que m:wiE('slan HI~ llIi~mos c~, rilos. Fu "i~ta
pues, (It· IIlla I't.l/ltlncla lau agell:l de la hOIll':itl('t y
)mena té de UII Ci'p:lIlol y ('OrlIUIU'ro, /fJlle juicio tle-
})Cl'{'1ll0S fOl' m a l' de c~'os eX-I'I'ol ul':\llo('cs "'¡""láli-
CM, pI'CdS:IUlCII1C el) h épOf'" en que las nc('c~hlatll's
.le la p:ir I'ia I'Cclalll:lII 11IIe,! 1°:) lila!! (ordi:1i V (,50ll'p!'ba
ullion:) f'ccididlo voso! J'nS (OHlUIH'IOM: la ° a~:tr;¡hl('a
nota CII ('5105 bf)\IIhl'I',~ lodos los vicio'l elel Ji~irtllllo
y tloh'c7., propios ele los ('sc\;¡\,os. ¿Y IIl1é "OIllIlIlCh)
no \'uirará COll illdi~lI:lcioll á IIIl()s('spailoll'~nll(', CIl
1.15 1ll3srriti(':\Sf'iJ't'111I5ralll'ias, kili .'Ihalltloll:uln á ~u,
amigos y !\U~ ht'l'TlIallfl.~. palO;} lllljl'~C :i ~lIS m:lS im-
placahles (,1I1'rnigos: ¿ ()lJé l'0l1111111'l'O no ~c "'>II,lri
de bonor;.tl ~al)('l' la :l"ihnlt':.': fOil q¡iC (¡:lU :ljado
nuestra sanla rOl,I~lilllt'ioll) y vitil'cllIli:,,!o !I1l(~S!loOS
hoUl'O¡05 compromisos? Si hast;l afluí ha lJodido




rt'·~·G·:i ..-
sor0re:v1cl' !.. ::..12 (l.f!OS b o[l:ni'::-n favora11e que te ..
n;~'l d,~ Ot05 c}:-~rocura[lorc:J, ea atiebnte ya no
por! :':1 prcó'enirles, rorqac la am:lrg~ realidad de los
h:,cLu5 11esvanece 10llo prc~tigio m3l :!Jquirido.


Las hases ele e~ia llueva sOc1cJall de comuneros,
que se llaman cOllstituciona1es, ofenc1éll las de nues-
tr0~ estatutos; uo necesila de otras nuestra confede-
racÍoll; p;¡r ahora la Lastan pat'a ganar en pocos
dias, lo mllcho rp.e ha llerlliJo Jesde el 7 oc julio,
libre ya de los procurac1ol'es que impcdian su mar-
dla y de ]ü,q lazos que de:enian Sll fi)('midabJe ])razo.
}.3 :t;;amhJca no h:¡ría mérito (:e ellas, si no cre~'e­
Si! oporluno llantar la afendon de los comuneros
sobre la séptima, que esplica las aemas, y pone en
claro la conjuracion. « Se darán, dice, los pasos con-
venientes, para que esta soci~dad trabaic de acuerdo
con los masones reg-ubres, para defcmler la Consti-
tucion, ponif'nJo término á las disensiones y ani-
mosillades que tarllo rcrju(1ican al hiende la ráfl'ia,»
Ya habeis oiJo, comune:-os, lo su~edi,lo en !:1s cOllfe-
renciJ.s sollrc C'3ta unioll; rccol'¡]:u]!o y comhinadlo
CO~! (,!'ib ~éption hase; vrrl:i~ com;lI'nh1l1o el 11esen-
) 1 1 ' . 1 1 l' '1 ni' d aze (' :lS ltHI'lg1S!le :,: (:lSf(¡entr~. l', orl(~en e
e1las wn 103 l:!~~(iil(~~;; el c,_,h,) 1.:;; e!11plc:l(l{),~; el ve-
lo la union; !m primee ohjelo el sostenimiento del
actual minislerio; V el !é~'rnino, 1:1 s:llvacion de po-
cos y h rerllicio!\' ac r:1nCh~5; y lo CluC es peor de
to,:o, acaso de la .. 1ihel'f1¡}c~ nátrias.


'La<; dechmleioncs, de r¡u~ está ~cmhrado el res·
to de la pl'orb'na. r¡Udl~l sulicien~emellte contcs-
hIlas y ,le,;hechas co~ lo r¡ue va cspaesto. Y ¿ quién
no ha de Hcrnrse de illdi~nacion, al comiJcrar que
estos d:sidcntes hJ.ce!l ('onsi~tir ~ll. yiQkllta deter~




~I¡09C1
., 1" . , ,. l' tt ~ t nu ,naClón, en ~ l.l;'I!.1(I11 ,y Ul~«'l'( H\ ~t:;(tl ;\u3 en re


101 rrdiir'dfl~ l.;j<':: 1'1' io) rddr;:\, CII;.!)1CC! ~t:tlque
/JO t:xi~:;na ('S~~ • a·:'llljd~d. C:<1{Tia I'(\mH<ll' {i t ~11
('~ei:;jf ); ~,L1('''~.: ' (:t!i.:'1l llO kl ,le ~rril"r~(:' [11 (;,-'Ú;;


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r Ouién r:cl~ar;i (",e J.,'; nl"ll's l,O 'jiltrd('!1 lIuir!e
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·cuj·:·' .,',"'" r./ • ','O' 1"('1'(, (' lA' ('"! e ('(' ," (. f '1"'1' "(o, ( ••• ,,-t ~ ...... J;J t'· t''', ."'1 . I ~ .~... .r .. l ..... _. J. joJtl.. ..
los, r:a:1 si¡;o e!'os ('X-rrc,Tl,:I;C-,, :; !'q::!r;y¡\ .. r y dí:S-
pedidos, y los oCllla6 oe8er!lIres (lUCIlO bm l'i(lOfC-
mUl,rrOi', sino VO' tólli:;l'ac('r Hlf, I,~!;i(;n(s de ::n.bi-
Cl011, fal!cw!o ¿;,,' 1:1. inTútcud? foH (¡\le loro 1ell1:'. fU
Tluljdal~ :' (' 1 ~ 1'(: iLlr u.l' r:;!t,S na,. (l('m~;fl:r.;·7a-


, ' (lo!:, $(' ;¡lrc\'nn {, ü'!1I1~:!!':\ lo:; Líj,-'s p·u~;lfd(l~ (le
Paclilla, ('alif¡(~II;(;(l C (,n el \ il l'tnJr: ~:(' Cnmal'i·
l1a, la fonlisicn <¡Uf };1 2!'amIJJc:\ (H';t, ~J rey, OflC-
cin)(~o1e ltl~ },rn:é(.!' de un:i t:'r~JI 1'(.) (:0' \', r;,lr;o~


, .


t:\~: ~i k:: lH'C{'fil;,J;¡ p-¡;:, d Fi: - <n r l¡;( <lue la
Ccr:s! :{UCiCll ('('JI('(;<' {t ~u i~n .. 'j,~,,;, de J'('rr:];r~Il' y
f(,p~Ü .. .1' mid~tn:~ ! Le ;)(iti1 ~ «(:JlllITlfrÜS, {'} 1:11'0 mas
t1iplO c.:c lüs (,tiC jt:r::Jl:(~s 1:1 (:d01S<l (](' la COJlstilu-
(':Oll y ,le las lil:Cl'a<1{'~r[drj~~; h, a<;l1i fl }tlJlfodc
Huniüll pl'a t(·(lcs 1M, e~f3:ici('s ll};¡ts. t:,j !vs ce-
Ilm u U(IS bm jCJ 0(10 (ldfl;~tr Ja Cf:lIsfif UciOIl <le
1812, ¿,,{n;() JIO 1ali:m (le tralar ¿C<jIlCSC llevase


fa dC( to lo <;rc t'n dl~ se r~td.l«'f' ? Ei tan juravo
ccfn:clu ]a 1il crIad y las leyes, eJe (uya vigcrosa
l¡d el in fe ~if)ue :l,:u('l1a, ¿ ("é)nlO LO La1i~n OC 1'1'0-


'I CAlO 1. 27




i ., . \ ~·.!:¡v~
tl!.r·ars~ :Y;l.i~"J~t.)~ ~J!l r..:li,."t03L:J.J l·) ~t'!~~ e:l el)t',~ s~_


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fri)LJ h rnis:ru l~y ,~)~-:nU'.b al r~! C),l·,li~lll:::J'Ltl
dd libre llSO U<! ~lt5 bcaLt:tles , ([Llt! ella le CJll.:¡;:L;
¿pJt' qué no haol::1.ll ele <:(::1o.il.' almbnl'J¡ o:l'¿;:;jélllCJ~;!
ull:::Ll1' 511 pt'()c':!lilllicntu CJ:lt·Jl';a:~ el b Cotlstita·
ci:Ju~ Si el rey hubi~r.:l ftltléb :l ¿L1, si el 11):11-
IU'.lmiento l:! los ULtC:l:J5 lllilli5l1'c)-; ¡lO ~lU~ic~':l !)iJo
~onftJ¡'m~ :i lo (Flf~ la:; lel~!~ d~~e¡, .• !i :Ltn) b3 CO!U:l.-
nC¡'03 ;.ahier:lll silo lu; ~H'i!!1~~'J3 e:l !.;{.<lll:ll' el ,>1';'


" . .J


lo conti'J. ~e;rlé!j:Ul~C pl'OccJel'; pC!'u :.:a:l:tJJ S. 7;1. HO
f.dtó á la e );!,titac:io¡l y leyc, <¡Ll<! J.! elb Jii1llll:tll¡
fLleraa los pri:u'.!t'JS ea (lat" 1:1 cal'), ¡:nl>,t auxiti:tl'-
le t J)Gl"<llte ell ello no hlcíJ.ll uns <{lU! Jdcll,l'.!l" la
C~mstituciou y ley, cornG til!l\en jUL':lUO. Esto supacs 4
to, ¿ qué cornuncrj, <{Ul! c3¡nuol, pOI' mu qae sintie-
se y abGminJ.se b ép3:':~\ en (lU.! cll'CY s'.!fnr6 á 103
acll1:l1cs millÍ:;tl'oS, y po!.' HU!> (¡ac le ac,¡rniln~e,
luuia Je d~j)'l" Ol!. :lUirulde LO!l la, oli!l'tH ffi:1S 5Íll-
ccras de su P()JC1'. PU'.l (¡tw 1l0illb:':1l':l U:10S mirlis-
tt'os, con la lib'.!l"t:lll y c;l! d.d~s flll.! (!'lier:!;l la COIlS-
lit:.u.:ioJl y las b','e3? Y Ih)m!¡,'cs Wl.! tI,lrl U,IOj rnS,H


J , !


tail pl.ll'05, Cut cUl!'ititilCii.J!l:t1.!3, lJ.n preciuso!) pU'a
su pitl'iJ. y Lu (L!!JiLJ3 al rey c,militu(:lollJ.lllc Lis
Esp:tuJ.s, ¿ Il1!l lb S'é!~' traL.d():) eOil d al))'niu:l.~)le y
hot'rible llicLdo ti'.! Clrll,H'ilb, p,n" C3tOS disiJeates
pe¡:iLlt'Qs'? L:\ e \:ll leil!.\ es 1 \ s'lyaj ellos ~n:l } o,:; <pe
se lna \>:\s:1;1o á los anSl)liCS lnr<\ :\Ll.:neat:ll' su c.,c·
CL\.\ht:.! fue.·u, y C01UCg1lil' p~)!lCrIl05 cn el Ltstirn:.i-
lOÚ estado tic una an:ll'[luía; ello:> se h:lIl uuilo P:ll'-l
SOitCllel", á S:tll:;l'C y fct('::;o, este 301 ¡)e a~lllo á h COIl5'
titacion, y (lL)l' cou:;;3'uiclltC, á lB lilJel't:Hle5 pá-
\rilS. ¿ Y s.er:í.l1cHo.o-¡ tÍ SCt'C!l10J n)3iJtl'05 103 COIU-




o- .:. H -.>1
litucioInlc3 ? (. L\ a$:1mbl:!:t Sf,'.í h Camaril1a,.
(í /., ,¡:!r:~a su:> :::;'Illl'¡~l; rCllai;:¡ae3 ? ;'{o ha" 'ltlC uu-, ~ .
d:l:-:~): L;; ~id':J ,le lo.> ltiüJ:!nte:, ¡¡() hall sido o~r;]S
(F!.'; s:l~i~i:;'~:Ct' S'l a;tll)i~i~~;l, ::)::!:tr"'J.l~ liH:í.5 y .r~~ejo-
1'!" 01 ,'e,,: , .. ,,, ""1',1,.,1' .,.,¡,. "") .'l'l ··,,'·¡ ... ·lo 'l i;;, de


.... ... .... _ .J .. L.) ""'~J.. ~¡. .... ~), \"' •• ~.Io.A.' ..... ~. <,~J \. .


Iv ~ \'"11."\':;·J :.1::~, n:'l t-.\ f ~).) t í.! ;i(.!l· \~ i 1,; ~ \ q~! S:l~' r i 1 ego \1 :t:.'o
" .. ' 1. ,...}


á ti (:',)::'St:~\H:~O!l (~J:l ~.\ vi~;: .. l.l~d ~~t~n~i:.:iJll del í.td-
lii~~t'.:!fio, y S:.l~J~;:.l1" .. i l.~~, ~ \.~~~S :l~;'-;-= :..::! i):l:i:lla y uc-
111.:\5 eS:;:1~Jl~.~) ~jJ ~:l ~.:'~·.w'~ lo i.l.~ . .J t:~ la l~!y, sin'o al


, , ,


~' ... ') !!!.]S(,':ll(.O, qtl6


."' ..... _ ": 1" CJ 1)..l L .. ,; ~ L" •


.si :¡1'~·""~1~:!. ;:i·::~·i:l. ~.t: ~:~ .. '~,.J.! ('J:~j ,i',~~J~ ... !· ros ije~ !~us
v •


i 'l,-L! 5~ f.2~L;.~_ ... : .:.;:.:1 C~l. ~li: .L .. -, .)~; ~a ¡"i!dli:il'a ('(!rt~J.~,.l"
cion (ld acb :P'_~ lo., ja~: ::i"iu:::, é ;;;cu\mclltc sc Íl'J.:l-
(!UCad.tl, Cél.l Ln ·~H·cv;!n·;i\)ilC;j Ct)l'l'C5~)OllJ.icl\tCS, bs
ad:t~;,:J. wJ,¡ ,'J:ilLlh!¡'U qll~ tl:':3ée ig'tal s:ttisfacci'H!;
p.ll'.l ¡>t/(J ¡;,I ,',-;:;¡::U ill'o:ll,t:; l!:l la Sf;Cl'd,¡rÍ:l de la
asa:!lh!('l, (~¡l I~L~ h\.'~\L. íi,tJ se Jetcl·lniac.


1.1 s(li.:r¡'~ ,l,~ Lt ú)IL',~¡t~l'_H:¡U/l y ,le l..i ¡ü!l'i:l, p"mIe
de YilC"!I'.l I'L'S~)I(l~i,¡il, ~l!jJ:; di.! PaJilla y LHIU!.,l ;
m~lit,d) y dc!.:i,Ll c~"l c':; Vlll!:ltm p:l1,tiJo.


n t l:J ¡;:¡ ,:! _ ti~·.l,di' ;~c (t Li~¡)rlid ¡í '''~
nnl'~() ,le .; ,]~,J ,


:F i ¡'EH a ' b .
Ten iC!llC~:I)m';¡j.,.Ldol·. =').;crc t:u ltl. ~¡;t:re t.ari .. ,


lJ.l.Y u:; ¡;'j,:;CJ!JO GJ.Y El, Lt;¡U :






CAPITULO XV.


AÑo DE 1825 .


•• 1 estado de las fortificaciones de Cadíz. - FuerzAS milita-
res. -Rechrsos pecuniarios. -Los franceses delante d.
la isla. -Ligp.ro encuentro. - Se aumentan las fuerza.
lIavales de «'rancia. - Llegada del duque de Augulema
al puerto de s.a Maria.-Operaciones militares. - Lo.
franceses en Sevilla.-Sucesos en Cataluña.-Id. en Cali-
cia. - Derrotas de los constitucionales. - Convenio entre
Mo\itor'! Ba\\estero •• -Plu.as lle S. Seha~ti.an y Santona.-
Conducta,! l'eso\uclones ele \a regencia d. M.dl'\d._Vo\un-
tarios realistas.-Vicios de la institucion y de las formas.-
.Prision del general Cruz, ministro de la ~uerra.-Conaid.­
.. ariones sobre el poder absoluto.


Las c6rtes se habían retirado y Hevá(lose al rey ro1\
~l1as; pero como presidía la ma~ absoluta imprevi-
~ion á todos los actos del gobierno, se ~ncontraroll
pronto sin dinero y con muy pocos medios de de-
fensa. Apenas es concebible que llegase á tanto la
negligencia, habiéndose designado la isla de Cadiz
como último refugio, desde el momento en que st
resoJvi6 salir de .Madrid: las fortificaciones de Ca-
diz no se habian reparado desde el año de 1812 en
que el general Soult levantó el sitio de aquella plaza;
los cañones estaban desmontados, y no ha hia cure-
ñas de repuesto; tampoco habia fllsíJe~, y cuerpo'




.. ,f,lti·.-
liubo qu~ no pUI!ieron llegar ianiá~ á ten~r coal •.
pleto su armamento, sobre todó desputs de la toma
del Tl'ocadero. No se contaba para la defensa de fa
(iudad y de \a isla de teon, s1no con 700 quinta-
le~ de pólvora, y hubo de recurrirse ! la marina que
IlUdo suministrar mi\. Las tropas consistian en ca-
torce batallones de infanlería ó de voluntarios 03-
~ionales de Madrid y de Sevilla, que componian
nn total de 7,100 hombres, unos 200 zapado-
res, 25·0 :(rtilleros, y 60 á 70 voluntários de
.'aballerí3 de Madrid. Los 6 batallones de la milid3
Jlaciona} de Cadiz llegaba .. ! casi 3,000 hombres.
l'altaball a'bsolutamente los recursos, y las córtes ~e
hubieran visto en la precision de disolverse á: los
pocos dias de su llegada' Cadii, sino hubiesen !'a-
cado algun dinero sobre los. fondos debiJos por el
~obierno frances mediante las indemnizaciones es-
tipuladas en la paz general. Volvian pues á R'Ip.'\-
Ha casi 68 millones de reales retenidos todavía en
Fl·ancia. Un individuo de la cO'lfianza del gobier-
110 se encargó de recobrar esta cantidad, y se !lupo-
nía que tenia ya una buena parte en su pdder. Aun-
'lile dichos fondos pertenecían á particulares, la~
('órles se los habian aplicado á las urgencias del esta-
llo, y se negociaron casi 30 millones de reales que
perdieron loa comerciantes que los habi:m adelan-
tado, porque el agente encargado llel cobro y contra
quit'n ~e jiraron las letras de cambio, lall tlejó {lro-
tesbr. (l)


( 1 ) Nadie ignora en Europa IR hi5toria d. 11>1 f(tnl'o~ r".e-
nidos I,or el (..'OlIlIul generd M!chado, y la UII·'la '1"1" ~ li:"ió
ttoutra I~I y ffiotr:d"ltl JUIIIl Alvart'z y lU~lIdiul,:¡1.




.. 41:> ..
l.os franceses se preÍtntátbii deJanle de la i.la d~


('..edil el 23 de jl.mio • ., empezaron , fortificarse y
levantar baterías. sin emprender operadon alguna.
Sus fuerzas consutianen 12,000 hombres. EI16 de
julio hicieron una salida los constitucionales por el
r."mino real y por el Trocadero; pero si tuvo algo.n
objeto, no pudo ser otro que el de un reconocimiellp
to, habiéndose retirado con alguna pérdida. ,


Las fuerzas navalt's de los franceses se aumenta·
han. mas no podian impedir las comunicacionu, y
)05 víveres estaban en Cadiz al precio regular, i ne
~r la carne y el carbon que encarecieron muclle;
ei pescado escaseaba notablemente.


El duque dé Angulema salió de Madrid el ~A de
julio para reunirse con las tropas de su ejército que
~stahan delatlte de Cadh y 'Presidir él mismo lu
operaciones contra la plaza. El 1 S de agosto lleg6
al puerto de santa Maria, y el acampamento fna ..
('és recibió algunos refuerzos.


El tl'rcer ejército español continuaba su retirada
<Mjbre Andalucia, teniendo á 8tl cáheza á Lopez Ba-
ños. y entró en Sevil1a el i S junio, no ain haber
mfrido alguna resistencia de' parte del populacho
de la dutlad, que qui~o defender el puente de
Triana; pero fueron poco importantes SltS e~­
fuerzos, y Lopez Baños entr6 en la ciudad sin ~t"­
uida alguna; temiendo verse cortado, ~ reli-
r6á Cadiz por el camino reai V tomó la'direccion:í
Huelya. Los franc(!~s qu~ lIeg~ron ',Sevilla el 1 S de
junio le siguieron inmt'diaf8m~nfe, "! ~ :tpoder:t.-
ron de toda su artillería. La raballl'fla S(" uirigi6 á
E~trem:,dura, y (le la infantería !olo unos mH bom-
bl<U ,que.!ic €'mbafcaron {'" Huelva lIe~ron á Ca.,.




.. 41~ ..
diz con su-'gefe Lopez Baños. Se mand6 se le tor"
mara causa por haber abandonado fl las tropas que
estaban bajosps 'ó,rd,enes, pues no ,habia mostrado
Qlas habiliJa:d_cOIIlO general en gefe, que la que ha ...
hia manifestado como ministro. -


Los francesesobtenian ventajas en Cataluila con-
tra los resfos~e' ros constitucionales, y á mediados de
julio estaba ya bloqueada la plaza de Barcelona. Mi-
na habia caído enfermo de resultas de sus última.
correrías, y se habia retirado á dicha ciudad.


El conde de Cal'tagena se reuni6 con el general
Bourlr y ellO de julio maniobraron de acuerdo,
para restablecer el orden en Galicia. La division
francesa se encaminó á la Coruña, y atac6 á esta
plaza al' mismo tiempo que una brigada entraba
.in o,posicion alguna en el Ferro\. Et 'cortde de Car-
tagena' <!cupó á Santiago y Pontevedra, despues de
haber rechazado á. los que se le oponían., dispers6
i una de sus columnas en el puente de S. Payo, y
reforzaio con la brigada francesa de Larochejaque-
lin, puesta á sus órdenes, oblig6 al enemigo á re-
tirarse sobre Orense, y él ocupó la plaza de Vigo el
3 de agosto. -


Los franceses no progresaban en el sitio de la Co-
ruña, porque no tenian artillería gruesa, no habien-
do podido sacar del Fel'rol mas que ocho cañones de
hierro, y les faltaban las municiones. La ocupa-
don de Vigo ofr-ecia recursos sufiCientes de ambas
especies; pero antes que se necesitasen, reconoció la
cuarnicion la autoridad del conde de Cartagena y
se ocup6 dicha plaza el dia 24 de agosto. El resto de
Jos constitucionales fué arrojado al mismo tiempo
de Orense por las tropas francesas y españolas, obli-




.. ,{tí ..
g~ndoles á salir de Ga licia; y aunque ~e propusieron
dirigirlle á Estreru.dura ó f¡ Ciudad-Rodrigo, fueron
alcanzados antes de pasar el Duero, y tuvieron qu~
rendir las arma~ en número de 1,500 hombres.


Despues de haber perdido el general Ballesteros
Ja línea del Jucar, march6 sobre Murcia; mas vién-
dose seguido del general Motitor, !!e encamin6 al
reino de Granada, dejando guarniciones en las pla-
zas de Alicante y Cat'ta~ena. El 28 de julio una
divislon de nal1e~(eros, compuesta de G batallones,
fue atacada cerca de Arenas y se replegó con pérd-ida.
Antes de ellla accion !Jabia ya en viado el general Ba-
llesteros parlamentarios al cuartel general del se-
gundo cuerpo del ejército francés, pero no se ad-
mitieron las condiciones que proponía. El 4 de
agosto concluyó en fin un convenio con el ge-
neral Molitor, mediante el cuál Ballesteros y su
ejército reconocian la autoridad de la regencia de
Madrid; las tropas deberian ocnpar los acantOna-
mientos que se les señalaran; nadi~ sería moíestado
pOl' las opiniones anteriores al convenio, ni por he-
chos relativos á sus opiniones, y los generales, je-
fes y oficiales, conservaban sus empleos, sneidos, cla-
se y condecoraciones. El dlHIue de Angulema rati-
ficó este convenio.


I .. as plazas de san Sebastian y (le Santoña queda-
ban bloqueadas así como la! de Cataluña, y Jos fran-
ceses hacian preparativos para sitiar á Pamplona.


Aunque!e ha indicado aI~o de la marcha de la
re~encja de Madrid, examinaremos brevemente sus
principale5 operacion~s para qut. se forme una idéa
exacta de lo quc hizo aquel gobierno para tI bien
esta\' Ó de!l¡rada de \a naclon. ComponÍasc la re-




~ld~~
f,ful:ia LOIIIO hemos dicho en olra ocas\on de


El duque del tnfanlado, (pl'eSilZmle) ,
El dnque de lJlontemllr,
J) . .f uan r.auia, obi~ro de Osma,
n. Antonio Gomez Calderolt.
El baron de Erole,~.


. El espíritu de la regencia fue el mismo que el
de la junta provisional, y ambos gobiernos llevaron
igual divisa que las Córtes, esto es, nolransigh' con
ninguno que presentase idéas opuestas al mas leve
interés del partido. Apenas babia tenido tiem-
po la junta provisional para desplegar sus planes,
y siemprt! man,festó una entera dependencia de'
gefe del ejél'cito fra~cés; mas la regencia, que.se
considel'aba y:. como un gobierno consolidado, lle-
vó mucho mas adelante sus pretensiones.
. 1 .. a regencia se babia establecido para e{fercer Un


poder necesario hasta que el rey pudiera ocuparse
en consolidar ¡"U trono, J' asc{furar la fe!icidad que
dehe á ~ll .. r .súbditos; en estos términos se espresa la
proc1ama del dll~ue de Angnlema, que lIió márgell
á. su creacion. I~as atri [lUciones de la regeucia se Ji-
luitalnn á m.mtcnerel órdell, y sus esfllerzos debian
tender á l(¡gral-la Iibcl,t;lIl ,1el monarca, Sin embar-
go, U!\lll"palHlu ulla autorida¡l que de ningun modo
tenia, ll'aSpaSalldo los limites de un gobierno pro-
visioDal, y apod~r:lndosc (le las facultades del sob~­
rano, 110 tan solo anuló todos los decretos de la épo-
ca constitucional, sino que no luvo por convenien-
te el restablecer las cosas en el pie en que las habia
puesto el rey antes del 7 de marzo de 1820, haden.
do innovacionelJ de la mayor entidad.




.. 4,10.
Estableció la regencia un sistema de jmpue"to~,


derogando los decretos del rey que regian sobre la
materia á principios de 1820, adoptando una me··
(Jida nueva enteramente y oe las mas esencia-
les, pues abolia la contribucÍon di,'ecfa, parte la
mas consi!lerable (le las rentas del eslado. Se :d-
teró así mismo totalmente la organizacion de las
milicias provinciales, objeto de gran fonsidera-
Clono Se substituyó á h de 1820 que estaba bien
comhinada con los progresos hechos en ¡as manio-
hras de jJlfauteda , un reglamcnto de meJiado~ del
siglo último que probaba la vcrgonzosa ignorancia
de sus autores. pfoba}lle es que si se hubiese pre-
guntado á los individuos que componi:m la regen-
cia, con qué poder abrogaban los decretos espedidos
por el rey aun antes de que jurára la Constitucion,
nada hubieran podido respon(ler, Vorque no les asis-
tia ni la mas I'emota razon (le investirse de seme-
jante facullatl. Acaso hubieran alegauo las circuns-
tancias y la conveniencia públ ica; pero fuera de ser
muy incierto que las disposidolles de la regenda
fuesen mejores que la~ tomadas por el rey ¿ podían
ignorar que ni las drcunstancias ni la convenien-
cia autorizan p.\ra dar leyes á quien no fiene de-
recho de hacerlas? ¿, Pudiera esperarse que los que
se apellidaban los mas acérdmos defensores de la
soberanía del rey, derogascn lo~ dCCl'etos del mismo
soberano? No eran ya solas las Córtes las que ¡nva"
dian la autoridad real; la regencia de Madrid no la
usurpaba menos, y la circunstancia de haber apm-
bado el rey cuanto habian hecho las CÓI'tes no pu-
do servir de escusa á los regentes para haberse ('s-
cedillo de los límites de su aut.oridad provisioual.




.. ,j,20oQ
Una de las pdmera. atenciones de la regencia de


Madrid fué la de estender las disposiciones de la jun-
ta provisional tocantes á la creacion de voluntarios
n;alistas. Las c61'tes habian establecido los volunta-
rios narionales, y les habían llamado siempre el
filas firme apoyo de la ConstitucioTlj la regencia
debía pues fomentar el establecimiento de volun-
tarios realistas, como la mas robusta columna del
absolutismo. El reglamento de ]a regencia era
enteramente semejante en sus h:l~cS al de I:lS córtcs:
uno y otro teni:l1l en apariencia por objeto, cstahle-
cel' en las poblaciones una fuerza capaz de mante-
11CI' la trarlll'liliJad interio "


Pero ¿ cómo los l:<iHlstitucionales y lo~ absolutis-
tal se prometian l'e~ultados iguales de e1ementos tan
diferentes? Al cre:1-r las cOl'tes la milicia nacional
querían oponer una fl.lerZa á la del ejército per-
manente que en circunstancias ordinaL'ias debia su-
poner que estaría siempre de parte del gobierno~
Para que este tuviese Illenos inilu.encia sobre
la milicia, quisieron las cortes que se orgaui-
Z3ra por los ayuntamientos, y que los mili-
cianos mismos nombl'aseu 105 oficiales y jetes que
debian mandarlos; <le modo que esta inslilucioll
era entel'amente popular. Para poder sacar de la
milicia nacional todas las ventajas que las cortes se
prometian, era necesario que la masa de la nacíon
couociese los hendidos de la Conslitucioll, y se l:l-
teresasc por consecuencia en cOllservarla, Pel'o co-
mo aun no se habia llegado á tal caso, ucal'OU la,
cortes los voluntarios Ilacionales, y )0 f'uel'OJl lo-
dos cuantos quisiel'on y no tenían nota. de enc-
J!loigos de la COllstituciou. En el año Jc 18'2 U mu-




.. 42t.
chos propietarios é individuos moderados que juz-
garon convenia dar el ejemplo, se alistaron volun-
tarios nacionales. Creian que era necesario que los
constitucionales se reuniesen para dar cara á los
partidarios de la contrarevolucion si se atrevían á
presentarse abiertamente. Pero despues que la anar-
quía progresó por la debilidad del gobierno, des-
pues que las socie.Jades secretas se propagaron, los
voluntarios nacionales adoptaron idéas exageradas,
y se hicieron en muchos puntos 108 iIlstrum~ntos
m:lS poderosos de la reyolucion. Ya se ha visto .0-
mo siguieron a! gobierno de Madrid á Cádiz, don-
de defendieron con constancia la causa que habian
abrazado.


Tal modelo se propusieron la junta provisional
y la regencia de Madrid, y pocos retratos se han
parecido tanto á Sll original; mas ¡que notable di-
ferencia! las corles establecieron los voluntarios
nacionales para sostener instituciones demoCl'áticas,
la regencia creó los voluntarios realistas para ser-
vir de apoyo al poder absoluto, y encargó á Jos
ayuntamientos su organizacion, como lo habian he-
cho las cortes. ¿Quién pudo imajinarse jamás sos-
tener el absolutismo por meuio de instituciones po-
pulares, armando al pueblor semejante ucscubri~
miento estaba rl".iervauo á la junta provisional y á
la regencia de Madrid _ -.


Los voluntarios realistas se habian investido del
derecbo de perturbar las poblaciones, subyugar á
las autoriuaJes, ser iutolci'ante. y fomentar toda
~spccic de turbulencias y le ampliaron en cuaulo les
rué posible, En donde quiera que por razones nolí-


• 1


liras S~ alaró á las personas 6 á las propiedades, 6




~42!!d
hubo asonadas, puelle asegurarse que se encontraron
voluntarios realistas, sin que esta proposicion tenga
nada de aventurado: porque todos los hombres re-
voltosos propios para figurar en la coutral'evolu-
cÍon debian necesariamente apresurarse á entrar en
las filas de los voluntarios rcalistas, dondc encon-
traban mH medios oe satisfacer impunemente sus
pasiones, y adquirian el derecho de examinar la
couducta de to¡}os los que no el'311 voluntarios, á los
que miraban, ó afectahan mirar corno constitu-
ciouales. ¿Qué pasatiempo poJía darsc mas grato
para los ociosos y vagamundos qIH'. el ele rcc'orrc,¡'
á todas horasaf'mados las calles entonando callcio-
nes insultantes y amenazadoras, y haciendo tcmbla l'
á todos los hombres de bien? Así es que muchos ,le
los antiguos anarquistas, arrebatados por su cari.
ño ácia esta clase de entretenimiento, nada per-
donaron para propol'ciollárscle, y dc voluntarios
nacionales se convirtieron casi repentinamcnte en
voluntarios realistas. No tuvieron sus nuevos ca-
mal'adas que arrepentirse de ello, porque vetel'anos
ya en el arte de los desórtlenes y de los insultos,
desempeñaron admirablemcnte SIl papel.


No paraban en esto las ventajas de los volunta-
rios realistas, pues se vcian COIl este título protejidos
por las autoridades y conseguian adelantar en sus
negocios, sobre todo, cuallelo sus adversarios pasaban
por constitucionales. Porque ¿ cómo era posible quc
un hombre que queria adquirir méritos Cll la nue-
va carrera del absolllti~mo se resignase á elecir que
un liberal pleiteando conh'a UH realista tenia ra-
zon? y aun cuando no fucse posible dejar de re-
conocerlo, ¿ no hubiera retardado todo lo posible




~.1.:?:; e>
la clecisioll ,Iet asanto y hecho ad interminablcs las
prórogas y traslado,,? ((Ya se v ió en la Uacela di'
¡-"f([(Lrid que todos ,:!!'\ nombrados para empleos de
Hacienda eSlahan dc!>ignados lOmo capitanes, oH--
ciales ó simples so\J:hlos de voluntarios realistas,
lo que pI'ueba cuanlo realzaba esta circunstancia el
mérito de los pretendicntes. FI mismo ministro de
lIacienda era voluntario realista deMadrid y es pro-
bable que S. E. se presentaba en el ministeriofon
el uniforme del cuerpo, asi como el embajador duque
de san T,orellzo se h:l hía presentado en el palacio df'
las Tul I e T'Ía s [(fJI uniforme de voluntario nacion.ll.


Tal vez JlO ignorada la regencia de Madrid el
absurdo en que incurria creando los vol untaríos rea-
lisIas; pero el objeto que se proJlonia no tanto era
el sostener el h'ono, cuanto el 'aumentar las fuer-
zas de su'partido.:Partido P¡-oI)i:llIlente tal, porque
eran los mas úlosos ejecutores ~e la voluntad-real,
cuando las me,lidas que se adoptaban les conveniáu;
pero cuyo entusia~tno se apagaba inmc(liatainerite
cuando l'l'aH algo cOIlciliadüres y propcndian á cal-
mar la efervescencia y lr:'n(!uilizar los ánimos. En-
tonces se clamaba que l;:¡scosas' ihan mal, que el rey
estaba rodcado de traidores. y <IuC el rehusar obede-
cerle era una prueba de lealtad. Sil'va dc ejemplo
el proceder de los voluntarios realislas cuando el
rey hizo un reglamento que haria á dicha instil u-
clon poco monárquica. En algunos puntos se la de-
soheueció claramente, en ninguna parte se llevó
á ejecucion y en todas se habló con el mayor


. desprecio ( 1 )
( 1) Por desgracia no se contentaron cen despreciar el re-


glamento, sino (lue encerraron en un calabozo ¡lministro de la




.. 4·24.
1.05 que así se producian el'an los absolutistas mas


marcados, á ,,-l1ienes no podian contener la consi-
Ileracion (le que scmejante conducta contradecía á
sus principios escandalosamente. Es indudable que la
esencia del poder aLs01 uto es la de que todos los súb-
ditos sean unos seres pasivos, á los que no sea líci-
to coatrariar los decretos del que manda, ni aun
murmurar de ellos. Cuanto resuelve un rey abso-
luto ya por ra~on, ya por pasion ó capricho, se tie-
ne por ley, con tal que sea su voluntad. Si tale.!!
pues son las bases del absolutismo, ¿por qué los par-
tidarios de esta doctrina sc oponian á la ejecucion
del decrefo del soberano? Si se quiere respondel'
que el rey se engañaba, que no podia mandar cosa
alguna contra su", intereses etc., seria esto abrir la
puerta para que cada cual segun su opinion preste 6
nJege obediencia á. las 6rdenes del rey; y de tales
premisas se deduce infaliblemente la consecuencia
de lo necesario que es un gobierno representativo.
Los súbditos no pueden discutir acerca ue si lo man-
dado por el rey absoluto es bueno ó malo, y solo
les loca obedecer sus óruenes. Tampoco les es per-
mitido examinar si el rey se engaña, porque un rey
absoluto no puede engañarse; y por otra parte ¡ en
dónde está la prueba de que el ministro Cruz le hu-
hiese engañauo, ., no el ministro Aimerich?


Parecerá á muchos que esto es exacerar las con-


-------'----------
~u.rr2, Cruz, por muchos muts; y sin duda alguna huhiera
espiado sobre un cadalso el crimen de haber querido rrglamen.
lar á 105 voluntarios realistas, si .1 €mbajaJllr frances no hu-
hiese conseguido su liberta,! bajo el pret .. to de un d .. tierro á
Francia qu ~ duró hu'. ,,1 aúo ti. 1132.




~ .{s:;~
tecuencias del absolutismo; pero las espresadas son
verdades sin réplica. No faltarán fambien quienetl
digan que la monarquía española es moderada. Los
hechos lo dirán. Perl sin meternos en esto, es indu-
dable que el rey fae proclamado constantemente
absoluto por el partido dominante, y que esta pala-
bra era la favorita del ministro de la guerra Aime-
rich. Véase la proclama que dirigió á 10.'1 volunta-
rios realistas de caballeda de Madrid, con ocasioJl
de la bendicion de su bandera. Otras autoridades
.uperiores ponian al frente de sus escritos ¡riva el
rey absoluto!, y la Gaceta de Madl'id, periódico re-
dactado bajo la direccion del gobierno, repetía fre"
cuentemente esta frase en las felicitaciones dirigi-
!idas al rey, yen artículos de los mismos redactores.


Sucedía con los absolutistas 10 mismo que con 101
~on5titllcionales exaltados: estos no dejaban de ce-
lebrar la Constitucion, y no paraban en sus pros-
cripcione., á no ser que conviniera á sus interese.
6 se conformara con sus opiniones; aquellos I,ro-
damaban al rey absoluto, resueltos á desobedecel'le
si se oponia á nlS deseos. Unos y otros se proponian
el mismo fin, esto es, el de gohernar la España á
'u gusto. Volvamos á la regencia.


No para re;;tablecer el orden ni consolidar la.
obra del ejército francés se arrogaba la regencia
IUS poderes: al conl.rario; protegiendo esclusivamen-
te á los realistas exaltados, y haciendo la guerra sin
dietincion á todo! los llamauos liberales, y con-
sintiendo desórdenes si es que sus mismos agentes
no los fomentaban, conseguia perpetuar]a di~­
cordia, inflamaba mas y mas las pasiones, y era
el instrumento de UD partido tan insaciable en sus


TOllO l. 2~




*,"·í2r, .. ~
"tnganzas como ~n !.U amhidoll .• 0\. si rEo que hnt.,
en Madrid como en las pro"'incias hubo des6rdenei,
y se lleu¿¡ron las drccles; y ¿ cómo podia dejar de
suceJer esto cuando lo~ prinripales funcional-jO¡l ~e
elegian de entre los hombres que pel'tenecian á ua
partido y se habian distinguido en él por la exa¡:e-
l'acion de sus principios?




••••••••••••••••••••••••••••••••


MISCELANEA HIS'fORICA..


REL.WION DADA AL GOHIERNO l"llA.NCES POli VI.,. iG8IY-
1'E suro EN LOl'WlIES I~N 1852 7 .


LONDHES. = Los españoles refugiados en
esta capiLúl estall divididos en cualpo faccio-
lIes Ó Danuos: 1. a faccion.=Puede llamarse
aristocl~atica; sus gefes son los generales Vi-
llalba, D. Cayetano Valdés, D. Miguel Alava,
los dos hermanos ViUanue\'3s, Canga Argüe-
Hes y Agustín Argüelles; tiene mucho crédito
sODre las Olt'3S 1:lCciones que ella dirije casi
enteramente; tiene toda la confianza del go-
biel'no inglés; quiere el estableeimiento del
gobierno constitucional; pero con muchas
modificaciones en la Constitucion del año 12 ;
modificaciones sobre las cuales erée consultar
los tiempos y circunstancias; el dial'io intitu-
lado los Ocios de Emigrados, es pi órgano de
este partido; no habla de reacciones sangui-
nar ias, ni de espediciones á mano armada; él
se deja al mismo tiempo tratar por los exal-
tados, pasteleros, anilleros y camaristas, ete.
Los corresponsales de esta primera' faccioD
en Parjs son: Yandiola, Ferrer, Herreros,




.. 4,2x ..
lIapt,illez de la Basa, el cOlldn de TOl'eno V
el m:ll'qné~ de (.Iontejos; des~ehall á MOf'ilIo',
llalJester'os y la BislJal; lienen por apo~o e'l-
tre los ingleses ú Sir Thomas Diyep y ::.lgunas
otras persona" de influjo; se decia h:lce poco
tiempo que si el gobierno español cOlltinuaba
I'ehusando reconocer la regencia de Poptugal,
108 constitucionales de esta faccion iriaH á vi-
vir á Lisboa ba.io la proteccion del gobiemo in·
glés, que continuaria pag~ndoles las pensio-
nes de que goz3u en Londres; se decia casi al
mismo tiempo el proyecto de establecer ádon
Pedro como rey constitucional de la E~paña;
estos rumores han sido renovados reciente-
mente;. los 'lue los hacen e~pal'cip. son prin-
cipalmente los ingleses: finalmente, esta fac-
cion tiene PO!' [wimera base dI-' sus operacio-
nes un cambio de dinastía.=2. a faccion.=:
Los Mmeros ó partidarios de Mina forman la
2. a faceion, donde entl'an casi todos los ofi-
dales de mél' ¡to q ;H' estúil ¡'efugiados en In-
,Ylaterra nel!li~a v <\mél'ic:l' el t)'obierno P , ü '.J¿ 'b
inglés tl'ata á este parlido con mucha consi
deracion y se dice le Iwoporciona los fondos
para pagar sus agwtes en España, en POI'·
tugal ,en Suiza, yen América. Mina reci-
be sus cartas ( cuyo número es inmenso) por
los anoderados de las casas de comepclo da
Londres y le quedan aun fondos para pensio-




.. 429.
nar á varios oficiales y gefes dp. mél'it.o; Mi-
na es el que en febrero de 1826 em'ió al te-
niente coronel Baiges, uno de sus ofie iates d P.
mas confianza, á las fl'Onteras de C:.tt~¡tj,
ña ; Baiges, en vez de ir a Gibraltar, pide
tln pasaporte bajo un nombre supuesto, \'ie,
De á Francia, pasa en seguida á los Pil'inéos,
entra en relaciones con los revolucionarios de
Mal"seHa, y los del interior de España, y et\-
Cl'ibió poco tiempo despues ú Londl'es pütlÍ<.
contar ya con dos mil reclutas. Recibió órfic'"
de suspender' sus opel'aciollcs y se rué á los
baños de rI'o\o~a, donde se hu\\aba aun en 3hl'i\
último; l\'1ina entl'eliene muchos agentes pape-
ddos á este en Portugal y Galicia; su discl'e-
cion y reserva son esccsivas, de suerte que no
se ha podido sa ber ninguna partieularidad; ha
roto con los Bazanes, S. ~Jiguel y otros pOI'
que no los encontraba dispuestos á obedecer·
le pasivamente sin pretender penetrar sus ve,'-
daderos designios. Mina en vez de estar en la
bahia de Plimollth, como lo aseguran, vive cer·
ca de Londres en una casa de campo. SU S:.l-
lud es escelente, y su actividad infatigahle:
su secretario Aldaz tiene solo conocimielJl (1
de una parte de sus secrelos : tos milila·
l'es no le quieren y le sospechan de t/'a j.
elou.= Ved aqu\ f,egun tiicen \a organiza-
rion de cstt~ pat'lido. ~HlIa gelleral en g'ef'e;




.. .(50.. ;'
8urdel su geftJ de estado mayor; Rotten, . Pa-
larea, TOI'fijos, Butron, Barcena, De-Pablo.
Alejandro O'Donel, Gl1r('ca, Plasencia y Vi ..
go, gefes de division; Mancha, Gerónimo Be-
Ile, Baigcs y Valdés, gefcs de l))ligada; Mar-
cOflchioi, Perena, Medrano, Rico, Nuñez
Arenas, Barrio, l\1inuisi¡', Cobe y Ceruti;
geres de gue\'riHas; C~U'ruana, Casama~or.
l"rias, Arzuhc, Pcino~ Manzebo, NaN}es v
GamlJoa, ¡;efes de batallones, escuadrones',
y oilcía {es de est:1C/o mayor; los gel/era-
les Espinosa, Za1divar, Quiroga y otr'os son
considel'udos como pertenecientes á este par-
tido, aun\lue no entran en sn ol'ganizacion
inmediata; se encuentran en él algunos hom-
IJPes de influjo, aunque no son militares como
Calatl'ava, Gaseo, l\1endizahal , Cuaura y Hot-
ten, que viven en Suiza para sel'vi,' mas util-
mente a este partido, al menos hasta nueva or-
den; Mina segun dicen no tiene aun un plan
bien trazado; pero está decidido á I'econquis-
tap la España ~ mano armada y no se pue-
de dudar que tan luego como tomen las ar-
mas todos los militares refugiados se rel1niran
bajo sus banderas sin distillcion de sectas ma-
sónicas, ni de nublados políticos; él mismo se
ha reconciliado con todos sus enemigos perso-
nales, y tambicn con el coronel De-Pablo
(Chapalang:.rra), otras veces su mas (~ncarni·




fmo·i3 J 't!f
¡aclo enemigo. Aseg'uran que Mil1l cst~\ en re·
laciones con el general Lallemand que ha pa
sado á los Estados-Unidos d\! Amél'ica; se
:Jñade que este fl'ancés intl'iga por José Bona·
parte, que el gohierno de los Est Idos-Uni-
dos no esta lejos de protegel'\c, y que el mis·
mo José ha tomudo una nueva artividad Jesda
el año de 182·t; que eonsiente en esponel' su
pcrsona, y que tiene cel'ca de sí Ú lodos los
franceses emigi'ados, que ha podidoencontl'al'.
Existen algunas conexiones eutre este plan y
el del gobierno l'epuhlieauo de AméT'ic~, )' so·
IlI'c todo del de Mégico: trabajan pal'a la ues-
truccion de \a autoridad legítima de España.:::.-:
Ved aqu¡ este plan: obsel'vemos como I()s
agentes encargados de las comunicaciones I'e·
lativas Ú estos no vienen ú Europa sino en bar-
eos americanos: uno de los ma's activo:; es un
francés Hamado Desfones, que hace frecnell-
ws viages de Londres a Filadeltb: '1. 0 Se em-
ual'caran varios oficiales españoles instl'uidos
y seguros, para il' Ú Campeche, ó a otros pllr.-
tos de la cOSt:l H'-me de América~ para clisc~i­
plinar reclutas cuya fuerza pase de 4 á 6,000
hombres. 2.0 Esta tl'opa !'(~ cOlllpondr'aue ~ln­
li¡jllos soldados españoles, qne \'ivan en el
pais, y d;·sel'tores Ilnc atrael'an de ClI bJ pu!'
lodos los medios posibles. 3.° Los IlHII ¡"liS
'J.,.tc~n"ihles de la fOl'fuaeiou dt! e::\te CUerpo, St~-




-.452_
rán ('a conquista de la Isla de Cuba. 4.0 ,Míen ...
tl'as que lodo se prepara de esta suerte ~n Mé·
gico, los emigrados de Europa har~ll todos 10i
esfuerzos posibles para aumentar la de sunioo,
'f entretener la inquietud en Es paña. 5.° Tan
luego como las tropas francesas evacuen la
península, se levantará el campo de Campe-
che, v los revolucionarios embarcados en bu-
ques colombianos y mejicanos desembarcarán
en un punto de la cos La, uonde Mi na los pl'e-
cederá con su estado mayor pal'a inlentar al-
guna empresa considerable. U niran los des-
(~ontentos del imel'iop, y nomlJl'udlll un ~'o­
bi<..roo p,'ovisiona\; se P"osc\'ibira á: los Bor-
hones, y proclamaran á José Bonapapte bajo
~a condicion de que reeo nozca plenamente y
sin ~'estriccion la illdependencia de los gobier-
nos americanos: el principal obstáculo para
la realizacion de este proyecto, es la di-
ficultad de ponel' acordes los liberales espa-
ñolts y los insUl'gentes americanos que se de-
testan mucho tiempo hace: para ~.[egar á este tIn,
Gutierrez Acuña ha sido enviado :i N ueva-
España. Se dice que el gobiel'l1o de S. M. C.
ha hecho proponer á Mina y sus asociados
una amnistía geneI'al, y al mismo tiempo 010-
di licaciolles en el sistema de la administl'a-
C¡ 0/1 española, bJjo la condiciol1 de que los
r' efngiados renunciaran á toda tentativa hostil




.. 455.-
conlJ'a 8U pátl'ia. Pareció que esta negocia-
cion habia teqido al principio algun Cl'édito.
Mina habia suspendido sus negociaciones se-
cretas, pero se han empezado de lluevo con
mas vigor que nunca, sea que las proposicio-
nes del gobierno español fuesen nulas, ó que
las noticias llevadas por Valle hubiesen dado
á Mina nuevas esperallzas, Ó que el gobiepno
inglés se hJya opuesto á toúa reconciliacion.
Calatrava había combatiuo toda ¡déa de re-
conciliacion. lUina habia vivido mucho tiempo r
con la mayor y mas íntima familiaridad con los
hermanos Baz3ne8; los abandonó luego que co-
noció querían penetrar sus secret'os, y tomar
conocimiento por los medios menos delicados
de sus negocios mas reser'vados. Los dos Ba-
zanes desesperados de su desgracia partie-
ron para Gibraltal', allí se asociaron con Se-
lles, }1"igueroa y otras malas cabezas que fue-
ron muertos sin resultar ningun beneficio, so-
bre las costas del reino de Valencia. D. 1\Ia-
nuel Beltran de Lis, Diaz Morales y otros se
opusieron fuertementea esta locura: ellos qui-
sieron dir'igirlos al menos contra Galicia, pero
la avaricia de Bazan le hizo escoger' una pJ'o-
vinda mas l'\ca. No existen gob\erl10S ocultos
centrales: lo que esparcen por el pueblo no
es sino para atemorizar al gobierno y ('cclu-
tar ~ayor númm'o de tontos. Hay solamellte




.. -í5-{.,.
en Gibl'altal' un Sl'un oriellteue ft'acma~onel y
una santa hermandad .de comuneros: estas dos
direcciones de scdicion no obI'ull de concier·
lo y no puede consiuerarse como un gobiel'.
no instalado y sériamente reconocido. Ved
aquí lo que hemos podido saber de interesan-
te sobrela faecion de Mina; la mas temible dt!
todas por el talento de Sil gefe, el númepo y
cualidad de los individuos que la componen,
los medios abundantes que estan ú su díspo-
sicion, la Pl'otcccion que le da el gobierllo in-
HI~s y su alianza abierta con la primera fae-
don, la de los al'istoeratas.= 3. a fxcciou.
Parlido repub\icano formauo por.1os·fraema. ...
sones, á cuya cabeza está Ey-aristo S. Miguel,
que dicen esta nombrado direelor futuro; en
seguida Lopez Baños, Castellar, Peon el bI'i-
gadier, y algunos otros militares; los ex-mi-
nistros Calatrava, D. Felipe Nava['l\o, Gaseo y
Capaz; los ex-diputados Cuadra. Hiello, Alea-
Ja Galiano, Salvú, Gil Oruuiía, Vega, Perez,
Rico. su hermano, el vipjo médico Al'éjula,
llustos, Feile, antiguos magistrados: el ex.-
dÍl'ectol' de correos Campo y algunos otros:
este partido detesta ü Mina. llIas si fuera pl'e-
ciso obrar', no dejaria de unirse á (\1 esccpto
S. Miguel: los fracmasones quiel'eo el estel'mi-
oio de la lalllilia re~l, el estahlccíll!t..lIl0 de una
l'eptíbliea, etc., tienen C(!l'I'IJSIHHIllcncia COI1




.. 45l) ..
las fógias de España y POl'tugal; y emplea
para ella:í los capitanes de los ?~~I'L:OS mer.-,
cantes, á los comisionados que v13j:ln por ,las
casas de comercio, y aun a las mugm'es. Hay
dos lógias en Gibraltar, la una balo \a diree-
cion de Polo, y la otra bajo la de un oficial de
ingenieros Hamado Calbo; estas se sirven de
los contrabandistas para llevar su corres.pon-
diencia: hay además lógias en Cadiz, Bar-ce.
lona, etc. Se crée que el general Castellar es·
tú encargado de llevar la cO['respondencia do
los masones por Marsella, con Cataluüa y Anda-
lucía.


Los filiados de Marsella son los que úlli-
mamente ayudal'on áBaigesen las operaciones
sobre la frontera: los principa\es agentes en
lUarsella son los dos hermanos Cacho, Velas-
co, un pdmo de este y otro llamado l·'aura y
Dioden; y para correspondCl' con Cataluña se
valen de los barcos que directamente entran
y salen. Madama Castellar está en Jel'scy, tie-
ne una pension del go lJicl'no inglés y ~e la crée
encargada de una ['3rt? de la corresponden-
cia de su mariuo: e\ com\s~w\() ~e 'P0\"\C\U cen-
tra\ de 'Marse\\a,.sin saber e\ n\:.\\ que hace~ sir-
ve de gran socorro á los revolucionarios por
la mue/la (ndu/geaeia en perlllllirJej ir J rf}ojr:
así es quP nadase ha podido sabel' cid viagc
de Cacho á CatalulIa: se toman los informes




.. 4,;)6 es
mas exactos con respecto á su condncta~ ~'1 si· .
ha sido negligente será inmediatamente rem-
plazado. El partido de los masones se dice que
está en correspondencia con la Bisbal: estoi
tienen el odio mas desenfrenado á los comu-
neros, y solo se puede juzgar por los folletos
que Calatrava y Florez-Estrada han publicado
uno contra otro. En genef'allos masones son
poco considerados en Londres. El gobierno'
inglés no los protege y por consiguiente sus-
medios son mucho mas reuucidos. = 4.a (ae-
cion.=Partido de republicanoscomuner'os. á,
cuya cabeza está Romero-Alpuente, Florez-
Estrada, Mil:ms del Bosck, Lopez 1)ioto, Cor-
rea, Tomás, Hernandez, el padre Nebot , D •.
Domingo Vega, Rox, Orense, Royo, Minichi-
ni, canónigo Piamontes, Escalante, Matamo-
I'OS oficial de ingenieros y otros. El general
Milans está en la actualidad en la ista de Jersey';
debió salir el verano pasado á hacer una ten-
tativa sobre las costas de Cataluña; para esto
habia ya hecho algunos preparativos de ar-
mas y municiones que aun existen en dicha
isla; pero el dinero faltó por no querel' los ca·
pitalistas ingleses darlo sin que Mina fuese:.
la cabeza. Milans está furioso, y si tuviese al-
gunos fondos, haria :llguna espedicion fr'enétj·
ea sobr'e las costas de Cataluña. El pan ido d~
comuneros trabaja pOl' el e~t.ahlecirniento J~




.. 457.
una república. Hay una regancia central en
Gibl·alt~lI· .. compuesta de D. Manuel Beltr:m de
Lis, presidente, Alcon, Maten, Urianos, Yer-
dejer y Sanchez [todos cinco .iueces de Elío],
Salvador l\lartinez, Mel'al'd, Valero, Blanguer,
S. Juan, Tereis, Romana, etc. Estos individuos
tienen su correspondencia por barcos c.on-
trabandistas en las pr'ovincias de Andalucía,
Mur'cía y sobre todo Valencia, donde la fami-
lia de Beltr'an de Lis goza de mucho crédito.
Los principales contIlabandistas son: Chaizet,
Maraleit, Gato y Bubo; otra agencia de co-
muneros hay en Gibraltar bajo la direcciQn
de l)iaz' Mo:ra\es; se compone tIe unos fac-
ciosos que por medio del coronel Pereira
mantiene sus comunicaciones diarias con Ca-
diz y la costa de Huelva; hay otros Jos agen-
t.IfS de comuneros uno en Galicia y otro en
J~ishoa bajo la direccion del ahogado luan
Bautista Genovés que se halla a bOf'do de un
harco inglés anclado en el Tajo. Romero A.l-
puente va á publieal' una enorme obra sobre
las causas que arminaroll el gobierno consti-
tucional en España. Moreno-Guerra murió en
la travesía de Gibraltar á Londres, y Romero
Alpuente su amigo se ocupa en reunir sus pa-
peles.= Londres.=Escritor.es refugiados fS-
pañoles.= Mina ha publicado un compendio
de su vida. Panlino de la Calle, el cojo de l\lfl ..




.,458 ..
Jaga, y un loco de la Corurra, tambien han dadó
:l luz sus memodas. !1omero Alpuente y Flo-
rez-Estrada escrihen ú fu\'or de los Comune-
ros. Rotalde insulta á todos los pal'tidos. El pa-
dl'c ViIlanue\'a ha escr'ito su vida, que se redu-
ce á Ulla sátira sobre la cOI'te de Roma. Canga
Apgüelles escribe sobre el papa. El periódico
los Ocios, es el órgano del partido moderado;
sus redacto pes son los dos hermanos Villa-
nuevas, padre Franco, Canga ArgüelIes, Nu-
ñez, etc. S. Miguel escribe sobre la guerra;
Bausá y Gasco sobre las ciencias exactas. El
canónigo Riego hace versos. En la Bélgica y
Bruselas hay una reunion considerable de re-
fugiados españoles. Los principales son, el
duque de S. Lorenzo, el conde de Almodovar,
los dos hel'manos Aguileras.l Gorostíza.l Pe-
ilafiel, Matú.l Garpo, etc. Entre ellos no hay so-
ciedades secretas ni facciones distintas. Se co-
munican con Londl'es y reciben sus instruc-
ciones: n. Vicente Beltran de Lis afecta ha·
hiar como un realista exaltado. Se queja de
lo desdeñosa que ha estado la administracion
española en recibir sus trabajos para la pa-
cificacion del pais, el sostén de la arma-
da, etc. Es de reparar que mientras el ge-
fe de la familia don Vicente se muestra_par-
tidario de Fernando VII" su hermano don
Manuel ocupa el primer puesto entre los co-




¡,·45H ..
mUl1el'OS rept'lblicanos. ])00 Yicente Brltpan de
Lis hijo ma~or del don Vicente, y Mendizahal,
su secretario, estan en I~ondres liados con
Mina yel partido de los masones. Otro sec['e-
tario del don Vicente llamado CavaniU3s está
en Suiza. Es uno de los geres)' apoyo de to-
dos los refugiados. De este modo don Vicente,
padl'e, sabe todo lo que dicen y hacen los l'e-
volucionaríos; siempr.'c dice que si pudiera
convencer ú su IJerm3UO lUanuel á dejar á Gi-
braltar, él obtelldl'Ía bien pronto la confianz,l
del gobierno español. =Observaciones genera,
l-es. =El gobierno inglés protege, socorre y fa-
vorece por todos estilos a los refugiados espa-
ñoles, y al misruú tiempo lisongéa sus pasio-
nes; el pal'tido al'istocpático posée todos IOfi
medios que puede de8ear y se ye al propio
tiempo en estado de hacer gastos consideNI-
hles para los objetos políticos. Este partido
sÍl've ue base al de Mina, y los dos est:m real-
mente bajo la dependencia del gobierno inglés.
Dicen que han\ recibido orden espresa de ali-
mentar las eSpel'allZ3S de revoluciono Jamás se
les presenta un refugiado en la miseria, qu~
no reciba socorl'GS, exhortandule á permane-
(~er fil'me, á triunfal' de todas las dificultades,
)' á prepararse á entrar en España con honor
y libertad. =Sir Thomas Diyel~ y otl'OS in-
glesei de'distincion distribuyen e:.da mes 200


.




.'4,40 .. ¡
Ó 300 fr:Hlcos á los refugiados mas pohres.
l...os socorros supletorios se Jan siempre en
seguida de la pension del gobierno; siendo
siempre acompañados de exortaciones de per-
maoecel' firmes y constantes para entrar pl'on-
to en España y esterminar los tiranos. Una
comision inglesa ha dado á Miaa una rica es-
pada que él llama la venga(}ora: no se puede
creer que efecto ha producido esta demos-
tt'acion hostil en los espíritus ardientes de Jos
refugiados españoles sobre todo en las últimas
clases. Es verdad que las dos facciones repu-
blicanas de fracmasones y comuneros, no son
ni muy consideradas ni direc.tamente prote-
girlas por el gobierno inglés; pero esto no
entorpece en Jo mas mínimo sus maniobras.
No muestra ninguna repugnancia á ellas, y si
no la apoya es únicamente por no declarar
la guerra mas abiertamente á los princi-
pios reconocidos en toda Europa. El sondea
á los republicanos y acaba de asegurarles
contra toda la aplicacion del último BilI;
los deja en plena libel'tad, para seguir sus
trabajos secretos contra el gobierno español
y de ltalia, contra el francés y la legitimidad
en cualquier parte que se hallen. A pesar de
esto los refugiados españoles no pueden su-
frir á los ingleses y no piel'den una ocasion
de insultarlos. Es igualmente digno de aten-




.. 441Cl
cion que tos t'efn~bdos eS{l3ñoles 5 ?l'illCi-
palmelllc los militares, aborrecen á los repu-
blicanos de América que no llaman sino in ·ur-
gentes. Es:e odio, del que el fobicrno de
S. M . C. no ha sabido apl'ovech:lI'se, esta :lho-
ra en tuda su fuerza y violencia, apesar de las
capicias, socorros y I'ronlf'sas de los amepi-
canos.=Se hal>!a de este modo de Jo."é Na-
poj¡~on. La m:I)'ol' parte de los refugiados le
lIam3n e/r'ey fjlósofo. y iloran amargamente la
lacm'a quP. hici~ron comhatié:Jdolc. La muer-
te del emperador de l1usia y del rey de, Por-
tugalha dado una {~,~anJe actividarl á la~ ma-
niobras ,'evolucionadas, y lodos lealan: de di-
I·jgir~e á Lisbua como ~l su celltr·o (Jal~['al.


TOMO J.






DISCl11\SO ~I\ONUNC:tADO pon s. ~I. EL S. D. FER-
.+ .. , .


"ANDO ,'JI E..~ ;'A APERTtRA DE CÓRTES ORDI-
~ ; ": \ .


Je.UUAS EL DJA J.o DE MARZO DE 1825.
Scñorts diputadc,.


Las drrunsl:mdas eSrraOl'c)in:trias cn que se abren
-1.15' sesiones- tic ésta h'gbtal ul'a, prescu'an un in-
menso nmpo al patriolismo ,le los represen'aules
del pueblo español, "J la bario cé\c1)re en los las-


o tos: JÍacionales. o
J.a Espaila, objeto en el «lía de la arcncion «le fo-


elas las Jladones, va á resolvrr el srall problcm~
que ocupa á los monJl'cas y á los pueblus. En t;\l~
le cifran las esperanzas, los (rlllol'es, Jos inlc'rc~cs de'
Ja humanidad, los caprichos ele 1:1 3mLidon y ud
orgullo.


las porenrias ronrinentales de la S:mla Alianza
han It'vaul:ulo ya la voz "OIlr ra la5 insl il uc iOllrs 1'0-
)ilir3S &le esra lI:triU", f:Jya iJIIlcpl~lIdí!J1('Lt y liLt'r-
hlJ ha roUf¡ui5laJo fOil su sangre. La España, ,cs ..
)loluJiellllo a las ill/'linu:uioncs illsitliosasde :1I1/1cllos
p,)leulaJo:4, ha ma •• ilcslallo solclDllcmcitle allUllll ..
do, que IiIlS 1I'}'c& funoall1culalcs JlO le ~uC~tll ser
.¡,lWa •• iDo pgr ella JJ1J~ma.


,"




.. 44·5.
Esre principio c1~ro y luminoso, solo puede lIe.


ataraJo pOI' sofislllas a poyaJos en las arruas; y 101
que apelan á esla úll illla razon cn el siglo XIX, dan
el IIL1S aIro lestimonio ele la iujustic:ia dc su cau~a.


El rey C .. i~ti:lIIisirtlo hallic-ho. 'l"C dl'll mil fran-
reses vl'luJr:m á ancgl:u' los asuntos poltliros de
E~pa¡;a, y á ellIDcllllar los cra'un's ,le sus iuslitudo-
JlC~o ¿ lle cuálulo al á se da á solllaJos la misio .. de
rt'1~rmar las le} es ? ¿ En qué código cslá esrrito,
q/le };¡s jIlV¡j5io1H'.~ mjljt:Jr(',~ .~CJ/J pn'(Ul'SOfíU de la
fcliriJ:ul de pucblo algullo ?


Es illlligllo de la ":lzon rebalir c,'rores lan anti-
sociales, y 110 es decoroso al rey constitucional de las
EspaÑa'!, el hIcer la apología de la causa nacional,
anle quienes, pOI' hoBar \mios los sentimientos del
PUIIOI', se {'ubren con el maulo de la mas. detesta-
ble hil'0rrcl-í:·.


Yo espero qlle la energía, el leson y la rons';;;:'
da ele las Cór:es scr.'ln la mejoR' l'cspucsla al dis(ur-
so "el Ulllflarca Cl'isliauísimo. Yo espero que. firmes
en sus principios Y"csuclras :í mal'chal' por la ti-
lIel eh! Sil ddll"', H!rflll siempre las Cól'les del 9 y
11 tic cucro, y digua., era Iodo de la lIacioll que las
ha e o .. ;:allo sus tlt>sLiIlOs~ Yo espero que la razon y
h j'lsliria \lO se,oán Illenos valieules (lue el géuioJe
la oprc .• ioJl y sCl'villlltllb"l'. La nacion que capitula
(}I\ enemigos, cuya lOala le le es tan notoria, es ua-
don ya subyugada; recibir la ley 'lUI se quiere




.. ·t44·.
imponer t"on las armas en la manoJ es hl mas gran-
de UC! las ignominias.


Si la guerra .~s ya un mal in"emellia}lle, la na·
don es n1:tgnánima, y correrá 01 ~'a vez :i lidiar por
su indepenoelll'ia y (lCrec~lOs. La sruua de la gloria
le es ya ('ouorida, y los sacrificios que c:dge ésl a l('y
le serán felices. El teson y el pafriotismo' ofrecen
mil rccursos, que, en manos de (,5f3J1úlrs, pro¡}uccu
siempre los n:as fclice..¡ rcsuitados.


Por mi p~l"rC ofrl!zeo de Illlevo a I congreso nado-
na1, co,lperu con tod,)s mis e:.iuerzos á f)ue se rea-
licen la~ f";;peranzas que los :\lllalllrs de hs institu-
ciones libel"ales tienen ¡le la Espai'i:l, ponlcndo en
~gecurion ('uanlos lO('dios mi.! dan mis facultades,
1'al"3 repeler la ruerz.l con la fuerza. La trasladon
oportulIa mia y de :as C<Íl'les á U!l punJo menos su-
jelo al illi1l1jO de la;; 0pcl'al iOllcs mi\i!:'i'rs, dt:berá
p:tr;\liz r los piaa¡':- de lo;> e¡¡cfiligc~, y (·viilr que se


1 1 , 1 \. . -l > ¡ . !.aspr!H.1 e unpu ~:() C~ !:1 arClan ur~ gÜ!tl~r'no, que
¿l~be halCr!e cou{;rcr eH !üd03 tus á ngllios de la
lllollanluía,


El clt'rcito, 'I.ly()~ ~(l'\'id()~ ti la jusla ('é\US:lson
ta11 gralLdt~/, se va ol'ganiz.:mdo y rccmpla;41udoscgun
los ú\ I irnos Jet'retos de las C01·1('~. Las "ieludas que
consigue conlr:! los facciosos, serán las prccuI'I'oras de
otras mas in 1 en'san tc:-, sobre los CJlcru ¡bus l:¡;1 ertores.


L¡ls prO\,jucias pC.C .. t~li en lo b"l,t!ral ba~tante
LUt'D 'espl,·\(U. LOs males ql.e h;u. :ü>.xi.o oe 101> que




i:.~it4¡; -!!t
te llaman tlefensores oe la religion , han disipado
las ilusiones de roU( hos ignorantes, y convencido á
todo!', de que solo la Constitucion es la ~enda ver-
dadera.


Las alteracionc-, en nueslr~~ rebdones diplomA-
tirás, 110 bu al,atido el {lIIimo oc la. nacion. Los
tímilks quc no cuentan jamás (on sus recursos, y
los malévolos filie r.c apl'ovech:w de su debilidad, no
poarán nunca alr('rat' los sentimientos tle una na-
(ion puudoll(Jt'()<!I, que n,o er,tá acostumbrada á tran-·
!'ifjirl:Oll la ilJjm'il'ia.


En f,<:l\f'rl~ lo~ Jiferellfes ramo~"'dc la :Hlminis-
tr3don públil'(\ ofrecen un ·porvenit' }>3stante favo-
nhl\~. Las CÓl'les ':Olllinu:u'án con su c('lo acostum-
111':1110 los iillportantes h'abajos qllctief\(~n_ emI)lt'n-
d ido.~; y la fll'MPCrid:1I1 na('iona \ á que va JI enea-
1llill::lt],¡S wmolidal'á el sistema cOIl~tituciünal, que
(lcfieuden el "alor y la cltt'l'gía.


(FÚ"mado) FIRUNJJO.
Pilbcio, 1. o eJe marzo ue 1823.


(S. ~1, no uiel.ió á la apertura de Córtes erdilluiae. )




,.'


PnOCLA1fADE S. A. R. EL nrQUE DE A NCtLlnu,
Á lOS ESPA~OI.F.S: se FECllA EN DA YONA Á 2 DE
ABIUL DE 1~23.


. j Ef:pnñ()l{',~!
Al1Jamar el fl'y ,le Frallcia :í su crnll:ljarJnr de


Madrid. eSf'{'I'aba (file ,,1 goJ¡;crllo csp:lii"J atlver-
ÍidoJc s'u ['rligl'o, !ie re,lucida á sl'ntimi('lllosml'
mo'(le~aiios, .¡ aienllei'í:r fl tos n),,~ci'os' de la henc-
';'olencia y (le.la' r3Z011. Se hall ,)as:ill'a «l08 meses y
m~~Úb, y S. M, ha a~u lrll:Hlo illrl'uctuosam'gltle
'lue' ~é eSfaLlcriese en ~spaiia, un ól'den de cosas
cómpa"tible l'on la st'gllriJad de Jos estados vecinos.


El gohierno framés ha tolerado pOI dos anos en-
teros, con una paricllt'ia sin ejemplo, las provo-
caciones menos rncrccilJas. ta faccion revoluciona-
¡oia ,que ha destruido (!Il vucsll'o pais la autoridad
real, que Üe'ne cautivo j Vllt'sl ro rcy, que piJe su de-
posidon. que amenaza su \'i,la y la ,le su familia,
ha Ill'vaJo al otru Jallo tll! VlIC.,IJ';IS frolllcl'as sus
cull'aIJles esfucl'zos. De 1000 ha c':hatlo mallO 1':\l'a
seducir al ejél'ci' o Jc S, 1\1. Crist i,lIlhi lila y p:u'a
tsritar (onmociollcs en Fr3l1ri.l, como roll~iguió,
por el toulasio de ¡w uoclriuas y ejeUJplos, caUS:lt




.. 447:.
llrevoluciones de Nápoles y del Pi:nrionte. l'Jllrr,.i
d sus ('spel'all'Z~s, lI;¡mó á h'aiJores c~ndena"os]Jor­
JlUCSI res t rihulla tes, para conSuma.' bajo la protec'
cioll tll' tan-helioll, las conspiraciones qúe halii:l1i'
fllt'1lI311ü ('llIIII'a Sil l'61ria. Ya es tiempo' de ponl'l!'.
trl'lui 1111 :i la a narqn la que dcstrol.3 la ESp:iña, que'
im pide la pad ti, adon de "us colonias, que la IItpa.'
ra .Ic \a EUI'opa, que ha rolo toJas sus retationet'·
cdll'\os auguslos soherallos qne e"tln lIn¡dosá:S.,M~,
(:risliau1sima cou 1:ls mismas ¡ulendoues y losnii ...
roos deseos; Iinalllle'lIle, (Iue "ompromelc' la Ira,..'
quili,laJ '! los inlel'clIes de la FI'3nda.


i EspaiL les! La Fr:lIwia uo eslá ·en gUf'rra, ron
,"u"slra ESjlaiia.N:ldJoitle \a ·misma. saugri'que' vue •• ·.
1rll!o rl')"cs, no puedo (1esear mas que vueslra iRde-.~
JIl'IHlellt:Ía, v llcsl ra felirhla.l y VU('IIII'a glori3~ Y oy· ,
I,asar los PlI'illros á la f'abl'za ,II~ tÍl'n mil fl'a.u't8e';~
pero es par,. unirme á los t'sl'aiioles amigos dd or-
d~u y .Ie la~ ley('s; para ayudarles fa resratar' su
rey nllllivo; á rt'sláhlt'('cr d al!3l' y ti Il'Ono:' li-
brar .Id deiirrlo á 10$ Mrrr.lo.e~; del despojo' toa
1)ropiet3rio~; al pucblo-.O't)o'dHdominio de algu-
JIOS amhido~s que, p:ri;tl:H~án'?;b libertad, no IJl,Ce
}':\I'311 sino la esrlavllué.l ydeslfll"doll de España.


To¡Jo, {'¡¡paiio1es, se hará-para vosola·o. y eOIl vo-
S011'05; los franceses noson ni 'Iuj.'u'u ser, sillo vues-
tros au.~j lialtores, Vucsl ra bandera será la única que
inmole: ~obre ,ucslras ch,ulaJcsj la. l'foviuciaa 'lile




.. 448 ..
atraviesen nuestros soldados, se administrada'
Jlombre de Fernan<1o por autoridades espaiiolas¡ se
observ:ll'á la cli!lciplina mas seVCI'a, y se pasará COD
exactitud religi'Jsa, lodo 10 que sea necesario al ser-
"icio del Cjél'cito. No pl'clellllemo~, ni imponeros
leyes, ni ocupar vuestl'O p:lis; no ucseamos sillo vues-
tra I'es! aUTadoll. eua 1It10 la ha }'3 mos rOllSeguillo, nos
volvrremos31lucslra páll'ia,di,ho-os porhaherpre.
servado;\ un puehlo gell('t'oso tic las tlc~grad3s que
pro(Jucc ulla l'cvolw'ioll, y crIC la cspedcllcia uos ha
hecho conocer demasiado.


LUIs A 'VTONIO.
Por S. A. n. el Prinripe general en gcfe, El con-


sejero ,le eslaJo, comiS3l'io dvil de S. 1\1. Cristia-
nísima,


De lIfartignac.=Cuartel ~cnel'al de Rayona , 2
ae abril de 1823.




PRO(;LA~fA nF. lA JU~TA PROV¡SIOlUL rlI: ESI>'\r\A,
Cm:¡\IU E'l nAYO~A, Á L(1S ESPA:XGU~:-'. se FE-
CHA G I¡E AHRiL DE 18~3.


Generosl/s Esp(J71ole~.
Dcspu('s ,le tres :tiios (le calamidade ... púhliras, que


h3 1I'.1i,Jo sobre la Il.1cioll 1.1 rd)('lio!l ele albullos
(J(, ~us m'do,·; bi;IlS, a:naneci¡) por fin .'\obre las
1.iíliebLts {le vlI('sl ro dolol', el día de b paz y el he-
né:ico irdujo Jel or(lcn 'f d~ la justicia.
l~a EUl'opa conmovida de vuestras ailircioll"s. '!


fatigada (lel grito (le seoicion, se interesa viv:ll1len-
le en POllt'I' tél'miuo á vuestros males; y un ge-
neroso lIiclo!le ~. Luis, al f¡'cnte de un ejército
lleno de lcallad y de gloria, entra por vuesll'3S
fronteras á auxiliar vuestros esfuerzos, y á llenar
los VOI03 de las naciones.


No son estos aquellos estan!larles que :nnen:tzaron
un tiempo vuesl ra 1 iberrad: es la handera de la
paz sosleni¡Ll por gllcrrcl'os valientes, dcslina(Jos
~ bCIHlar las lterida~ que os ha abi('1'lo el oesor(Jen
y la ananlllia ; á reunir bajo su benéfica somhra
los hijos oel valor. que vienen á elevar el tl'()JJO y
el nltar, y á Jibcr~ar á nuestro de,"gr.lciado rey y
.. eal famil¡adel cautiverio en que lo .. ficn~n Ulla por-




"4Sl')~
don de vasallos rebeldes. Estos sublimes servicios de
nuestros aliados, redilen un nuevo lustre fOl]avÍa
de desinterés y gellerosil)aJ con qlre se hacrIl. Vues-
tro gohiel'Uo osasegura bajosu hon'l' y le:1I'a,l, que
Jlinguna mira de ambicioll ni Je ¡nlnfs ~c ll\C'Zrl:1
ni lielle lug:n' Ctl lan noble rewll1rioll. I1 peligro
comun ,le los males n)fi que la revoludon am('nn3
la Europa, ha resli'uido á las vir'wles \,o\iti':3t;el
:lnlitiuo lustre y caráclCl' de 1:1 cab:dlc,'ía, y se vell
l,ara .01lsue10 ue la f1umard(la,J. CII 1.1s .'esoluciones
de los gahillcles y en los COlls('joscle los reyes, cjem-
1,105 su!,]imes n'pelillos tlc una política que tleduce
sus princi}lales venlajas, no ,l~ :ulquisidones terl'i-
toriales ni de Iralatlos mer{'allli\~!I, ~,il\o (;e 3rO~l\t'
en toJas llartC's y á toda f"Osla, los PI iru ipios ,le Ya
justicia y las l,ases de la sOClcalad amellazada dc una
disol ucion un i ve r~a 1.
iEspaiiole~! la FUl'Opa ha })(~{'ho jlls!ich á vues-


tra leallad. Sabe que ('sta vid u,l es UHa de las que
mas ennoblecen vuestro ral'árll"', y eslá muy di!!.
tan le J e cun[u nd i r vu('s! '"oS ;;eur¡'owl' M'nf ¡in icnl os
con los que los rcvoluciollariosos a:rihllyen, vara.
cubrir con el lIomh.·~ de la opillion general ,le la
nadon, los escews y crímenes, {lue wlo son l,ro-
pios de su faccion.


El momenlo ('s llegado, en que, libres de la
oprcsion, manifcstcis ti loda la Europa cuan juslo' es
el juicio que ha formado de vuestros sentimiculoS.




.4·!)1 4!'f
No !ea !olo de nuestl'os ejércitos y de nuestros
:lliados la slol'ia de nuestra salvacion ; toda la na-
dou oprimiJa eslá verdallrramellle interesada en la
p:u'l i('i fnríon de este S"a n sn('e~o, pCl'O 110 se ma n-
che jamás la ellérgica espl'c:-.ioll (le ... ue5lra volun~
tall, ('oa JliJlgu~: esceso (lile o{cnlia vllesl,,;} {;cue·
rosillaJ.


i Espa"iiolcs! ,,"est 1'0 sollierno dec1:u'a que no re-
COllore, 'Y r¡lIe mira ("0010 ~i jámas huhif'scnC'xisd-
do lodos Jos aelos púhlico<¡ y :ulmillisll'alÍ\'os, y lO·
das b" Jll'()villllchl ias tld .gohi~rno erigido por la
rrlleli()H ; y J'estituye -en cOlISccuencia provisional-
melllt.: las rosas, al estallo it·sítimo que tcnian an-
tes '\1.'\ 7(1~ mano ,'e t 320.


Des! ra itlo el cl1 i licio al' la anarquía, y rest i t uil10
el rcy N. S. á su Iiherlal) , partidn tIc c~c 1'1'111-
cipio cOlJocido, toJas aquellas mejoras que piJan
y aconsejen las circunstancias y S. 1\1. se digne
acordar.


I.a junt.a provisional de gobierno .le la nacion
c~p:tiiola. no reconoce olra ,'csidencia ni origen de
bautOl'i¡Jal)5o!.>erana que en ell'cy, y por wmiguien·
te tampol'o lIinguna modiiicacion en su anl iguo sis-
tellla político que Hosea Jada por S.l\l. )ibremen-
te y con el <'oIlSl'jo de las personas sábias, á quienes
se dign3J'c <'olls'.lllar.


Españoles, cl esral'miento de lo que acaba de pasar,
!ca l,ara lo porvenir el mejor estímulo de nuestra




.. 452 ..
"j~i1ancia y pl'ecauciort, contra las sugestiones en-.
viJiosas y siempre ['llaees de una rcvolllclon. Dentro
de lIucstrasan!ionas leyes huellos liSOS y eoslurnhres,
hallad sin .JuJa S, 1\1., ,li~pllc!.la sirffipl'e á l!:u't'r la
fel icid:lLI ,le 511S pUl' hlos a', 11" llas PI'OV i,lcneias Sil Lias,
fruto tIc la ohsl'l'vacltlll rc:1exi va tle un"s!.'o ,'al'ac-
fel', y 'Itle Il:lcidas ell arm.H,Ía ('011 la il1:}"rl1lia de
Jlurstl'as p;\~io"c,~ y IIcle,-lll:l<I,·S, h:ls'a~l para fijar
de UI1 mojo vellLljoso y e.s:abl\! uucslros lulllros
desl i tlO~,


i E~I':tiil)le~ ~ á "mol 1'05 eS!:'1 rcsrrv:lIJa la gloria,
tle CSlt'I'mi"al' la IJidr;l revol'llio"aria, que :trl'o-
j:llla tic 10,105 los estados ,le EU1'opa, ha veniJo
llltsc:lIulo asilo, á Qslcl'i\il.al" y Henal" ele ,lesastres
vucsll'o sueld, Sea plles la mas pel'lú.la unioll la
di v i5a ,le nuesl ra lIoLI e ealls .•• y uo ha ya nus <lue
una vollllllaJ don,le 110 haya mas que una opinion
y un lUismo iuLnés, que es el ele salvar la religion
el rey y 1.1 pá f ('ía.


POI' b jlluta provisil)nal ,le gohierno de Espaiia
é ludias, SllS individuos preseutes :


Francist'o de Eguíll.
A"tonio Gomez Calderon.
Juan Bautista de Erro.


Bay()na, 6 de abril de 18'13,




Discurso de Florez Caldel'on, pronunciado e!l Se-
villa en la ses ion lit, 23 de abril de ll::b.3.


Acabamos de oir el acta del dia 22 (le marzo de
esle aiio, ell que se suspclldicl'OIl las sesiOlles tlt' las
Cótles (le ~laJrid, para coutiuuarlas cn ésta ciudad
de Sevilla.


En OIcJio de mil ohs!áculo~, y mal que '('~ P"!,I"
á lns autores ,le tanlas imposibili,lade!l como f:n-
fonces se propalaron, hemos dado á la Europa Cil-
tera un lluevo "psengar:o, trasladándonos trallf1uila,
lenla y aradLlemeulc, drs,le las riheras de 1\1:.nz.l '
nares, tan fecundas ('JI héroes y virlwles, á las an,
chas, amenas y tleliciosJs II~nul'as del Guarta11uivit',
conduciendo cu IrlU/I(o la libertad, soslt'llid;¡ pnl"
defÍrlo así, cn los hombros del Jigllísimo 6cilCral
y valientes que 1I0S arompaiiaLan, dignos de elullo
loor, poi' su disciplina celosa y enérgica -aJht>~ion.
Al oir (SiC nombre sagrado, los pUl~blos 10Jo!> cor-
ren' y se aprl'sul'an á iclidlarnos, acaran el ¡.aoo
1l0lldll'l' que nos Guía y anima. y gll~l¡)so:> ile ofrr.-
ceu,si es llect'sal lO, viclimas voluul3nas ell su~ <11'a8.
oH,IC"F 'ple pcnn jI i,' ~;;: al n'va nad jI' Á T'1'()t~1 \l a .'¡;U.




.. 4;$,1..-
El fuego sagrado y la, tieq.la emodon con que'


enh'e mil armas, yen el coutraste de varios senti-
mientos encontrados, dimos el últirr.o alIios al hc-
róico ayuntamiento dc Madrid, á qui(~n )'0 no pu-
de, sin que mis ojos se baiiascn, reronlar tanlos Jias
de gloria corno les debemo~, parecían haberte di-
fundido por todas partcs, y prcl'al'ado touos los co-
razones.


Los gefcs políLicos á la cabeza de las dipufado-
Des pi'ovincialcs, Jos ayuntamientos cOlIstiluriona-
les, los militares dc loJas armas t Jos magislr:l •. os y
jucces, clero secular y regular, los establccimientos
de instruccion pública" of,'cciélulosc muy l)ocas cs-
cepciolles, todos á p01'f13 nos esperan en las pobla-
ciones; y aun salen al medio de los caminos á pre-
senl.ar sus votos, y á manifestar sus deseos de contri-
hui,' á la dicha y prosperi(lad de nuesll'a pálria,
amenazaJa en su independencia y en la conserva-
cion dcl código funuamcntal quc tan de veras jura-
ron observar.


l.a mili¡~ia nacional loral de aml>as armas, poca
en fOlla )a provincia dc la l\Jaul'ba, conforme á Sil
pobladon, y uo tanta romo b rlue tlchja sc,' el) la
de JaclI, Cór,lova y Sevilla, atendiendo al genio de
sus hahitanles y al fue¡;o y Il;llriollsmo (]lIe les ('a-
raclcl'Íza, se di.stingucu muy Ilar¡iculaIlucutc por
su cut usiaslDo y dccision.·


En ella se ven brillar los morriones, y bonuear le»




.. 435 ....
penachos y plumeros sobre cabezas ilush'es, á quie-
nes los aiios han encanecido, así como adornan tam-
bien la de una multitud de jóvenes gallardos, que
sin hacer mél'ito de la e(lad, anticipan:í la ['átria
sus se.-vidos. 1.a sangre fría de la edad provecta se
encuenll'a rCllnida al valor ardiente de l~ juventud,
y l,a prudencia se anivela eOIl el celo y la energía.
'1'0.10 parece haberse wmJJinado en ésta institucion
bcnéiica, para dclen:ler y cousolioal' nuest·ra nacien-
te libertad, ydejada como uu legado·seguroá nues-
tros nietos.


Hasta las madl'es de familia, dignas por mil tí-
tulos de nuestro respcto y gratitud, y jóvenes tan
virtuosas comoamablcs, nos·preparan himnos de glo-
ria, y mezclan en los despoblados de los caminos,
donde se habian colocaoo dejando las comodiJades
de sus casas, 1m; acentos enrantadores de su voz, á.
los l'asgos de l'al"ácter decidido y _patético con que
los :111 i ru:>. Al gllnas (Iue :1 pell:1s lJan conocido las du 1_
luras Jel amOlO (·oflyu5;J!, despiden alegrcs á. sus es-
posos aria los ram(lo~ de la gloria yel honor, don-
de se hallan an'oslralHlo intrépi,los los pc1igro~, por
defender la libertad, mielltras que ellas la propa-
Gall nquí, hacienJola amahle COII su~ sr:H ias.


Así es, seiiOl'cs, romo b comisioll de CórtC!l, ha
hecho su ("an'era vcrJ;lIlcralllclllc friuufal. Así es
,.,. .


foíllO los hed,os han arreditado vuestra prcvision y la
,del iJobicnlo de S. 1\1., Y así f:l como los cnenll{io,




* ,j.;) 6 es
mas ex.actos con re~;\:lect() a ~\l CO\\~\\c\.';l;.., 'a\
ba sido negligente será inmediatamente rem-
plazado. El partido de los masones se dice que
está en correspondencia con la Bisbal: estos
lienen el odio mas desenfl'enado á los comu-
neros, y solo se puede ,juzgar por los folletos
que Calatrava y Florez-Estrada han publicado
uno contra otro. En general los masones son
poco considerados en Londres. El gobierno-'
inglés no los protege y por consiguiente sus.
medios son mncho mas reducidos. = 4. a (ae-
cion.=Partido de I'epublicanoscomuner'os. á
cuya cabeza está Romel'o-Alpuente, Florez-
Estl'ada, Milo.ns del Bosck, Lopez Vinto, COI'-
rea, Tomas, Hernandez, el padre Nebot , D.,
Domingo Vega, Rox, Orense, Royo, Minichi-
ni, canónigo Piamontes, Escalante, Matamo-
ros oficial de ingenieros y otros. El genel'al
Milans está en la actualidad en la isla de Jerse,i'j
debió salir el verano pasado á hacer urJa te~­
tativa sobr'e las costas de Cataluña; para esto
habia 'ya hecho algunos preparativos de ar-
mas y municiones que aun existen en dicha
isla; pero el dinero faltó por no querel' los ca-
pitalistas ingleses darlo sin que Mina fuese~.
la cabeza. Milans está furioso, y si tuviese af-
gunos fondos, haria alguna espedicion fl'enéti·
ea sobr'e las costas de Cataluña. El pal'lido d~
comuneros trabaja pOI' el c8tahlecirniento J~




~407~
sigimos con la iniquidad, ni con nada de cuanto pue-
da comprometer nuestro honor ni el decoro de la
gran nacion que ha puesto en nuestras manos su
destino. Aquí verán una y otra vez disueltas sus
intrigas las mas finas, sin oponerles mas que nues-
tra característica 'probidad y energía.


y desde aquí en fin lt!s repetiremos las leccionu
que nunca han debido olvidar, y de las que encuen-
tran tantos monumentos como pasos Jan en el sa-
grado terl'Ítorio que se han ah'eviJo, por desgra-
cia suya, á profanar. Vengan, pues que así place á
la tiránica ambicion de estos hombres, para quienes
conquistamos con nuestra sangre, no solo la consi-
deracion que habían perdido, yqlle acaso nunca
merecieron, sino aun el pan que hasta entonces ha-
bian mendigado. Atropellen todas las consideracio-
nes y respetos, y despreden cuanto hay de mas san-
to y mas r.agrado en las naciones yen los pueblos.
1'\0 imporfa. Hallarán los huesos de sus hel'manos
insepllltos 6 hechos polvo por el tiempo, á los que,
para desgracia del género humano y oprobio de al-


,


gunos hombres degradados, se acumularán tambien
los suyos, haciéndoles ver que nadie es ca paz de insul-
tarnos impunemente ni atropellar nuestros derechos.


Tal será el objeto de los trabajos que vamo~
hoy á ~ontinuar. Pilestos ya en seguridad nuestro
rey constitucional y su real familia, y á cubierto
de todo insi.¡!to en el alca.zar sagrado é inviolab~e


TOllO J. 50




.. 458 ..
qu:e nue'ltros pechos sabrán siempre propol'ciollar-
les; repeler la fuerza con la fuerza es nuestro de';'
ber principal.


No es solo nuestra libertad la que atacan, el
nuestraindependenda la que quieren attntar.Quie ..
ren no iolo mandarnos á nosotros, y constituir-
nos en una esclavihld vergonzosa, sino que acer-
cándose con impudencia á ese hermoso trono cons-
titucional, sin atacar antes la augusta magestad
que le rodea, intentan empañar su esplendor, y
mancillar la glol'ia del gran monarca que le ocu pa,
por no tener el valor de imitarle ni de emular
siquiera sus virtudes y justa decisión.
FÍ1'm~s y constantes por lo mismo en ~u pro-


p6sito, y dignos representanles de 1a her6ica na-
cion española, mientras que con una mano vamos
proporcionando la consolidacion , y aun la pel'fec-
cion y adorno del templo santo que nos hemos pro-
puesto leyantar á la libertad y á la virtud , ten-
dremos siempre con la otra la espada dispuesta
para. defenderle de todos los que intenten destruir-
le, y si necesario fuese, confundidos con nuestros
conciudadanos en las filai, nuevos ejemplos de
virtUlles, de valor, harin ver al mundo entero, que
cada .1ia somos IDas dignos de la animadversion
y odio de los tjrano~, del amor 1 gratitud de to-
ao~ los l'utb\o~ \ibre!;, y ut la admiracion nt ha
naciones y de los 5i;los.




PROCLA~IA DE S. A. R. EL DUQUE DE ANGULEMA,
GE~EnAL EN CEFE DEL EJERCITO }'RANCES, Á
LOS ESPAÑOLES, FECHA EN AI,COBENDAS Á 23
DE l\IAYO DE 1825.


Españoles :


Antes que pasase los Pirinéos el ejército francés,
declaré á vuestra generosa naeion que la Francia
no estaba en guerra con ella; la anuncié que ve-
niamos como amigos y auxiliares, á ayudarla á le-
vantar sus altares, librar á su rey, y restablecer la
justicia, el 6rden y la paz. Prometí respeto á las
propiedades, seguridad á las personas y proteccion
á los hombres pacificos. La España ha confiado eu
mis pa1alwas. Por las provincias que he atravesado
han recihiJo á los soldados franceses como herma-
nos, y la opiuion púhlica os hahrá. informado si han
merecido esta acogida, y si yo he cumplido lo que
ofrecí.


i Españoles! Si vuestro rey se hallase aun fn la
corte, el noble encargo que el rey mi tio me ha con-
fiado, y ya sabeis cual es, estaría cerca de acabarse;
nada tendría que hacer d.espues de haber puesto al
revten libertad., sin.e:) \.\.~""~~ """ ~\.~u.~;'~u. "~~"l:~ \.~




~460~
males que han sufrido los pueblos, la necesidad que
tienen de quietud en el dia, y la de seguridad pa-
l'a en adelante. Pero la ausencia de S. M. me im-
pone otras obligaciones.


Me corresponde el mando del ejército, pero sea
cualquiera el lazo que me une á. mi á vuestro rey,
y á la Francia con la Espaüa, las provincias libres
por los soldados de ambas naciones, ni pueden ni
deben ser gobernadas pOI' estrangeros.


Det:de las fl'Ontcras hasta las puertas de Madrid
ha estado confiada la administracion pública á es-
pañoles ilustres, de quienes el rey conoce la fideli·
dad y desinterés, y los que en estas circunstancias
difíciles han adquirido nuevos ~derechos á su re-
conocimiento y á la estimacion general. Ya ha lle-
gado el momcnto de establecer de un modo solem-
ne y verdadero, la rc"gencia que debe encal"garse de
!a admillistracion del pais, de la orgallizacion de un
ejél'cito regular, y de acorJat' conmigo los mcdiosde
fi.nalizar la gt'allJe ohra de la JibertaJ de vuestro
rey.


Este estahlecimicnto ofrcce dificultaues reales,
<yue la franqu~.za y la lcaltad. no pueden aisimular,
pem que la nccesi,lad puedc' vcncel'. No pucae ser,
conocida la eleccion de S. J\1., y es imposible, sin
que s.e prolonguen los males que Joloro~amente ago-
vian al rey y á la nacioD, COIl vocal' á las provin.-
cias para cllas




~461 od
En estas difíciles circunstancias, en que no hay


ejemplo que seguir, he entendido que el medio mas
conveniente y mas agradable al rey y á la nacien,
era el de convocar al antiguo y supremo consejo de
Castilla y sus posesiones ul tramarinas, y confiar á
est.as grandes corporaciones, independientes por su
elevacion y por la posicion política de los sugetos
de que se' componen, el cuidado de señalar
los miembros de la regencia; en su consecuencia he
convocado á dichos consejos, y ellos os manifesta-
rán su eleccion. Los sugetos en quienes recaigan
sus votos, ejercedn el poder necesario hasta el de-
seado dia en que 'Vuestro rey, libre y feliz, pueda
cuidar de consolidar su trono, afirmando al mis-
mo tiempo la dicha de sus vasallos.


i Espaí'íoles! creed en la· palabra de un Borbon.
El monarca bienhechor que me ha enviado, no
separará en sus deseos, la libertad de un rey de su
familia, y las justas esperanzas de una nacíon gran-
de y generosa, aliada y amiga de la Francia.


LUIS ANTONIO.


Por S. A. R. el Príncipe Generalísimo. = El
consejero de Estado.=Secretario civil de S. M.
Cristianísima


De Martignac.
Gran cuartel general de Alcobendas, ~3 de ma-


yo d. 1823.




DECRETO DE S. A R. EL DUQUE I)E ANGULEltlA,
FECHA EN MADRID Á 23 DE MAYO DE 1825,
NmIBRANDO LA REGENCiA DEL UEINO, DURANTE
LA CA~TIVIDAD DE S. M. FERNANDO VII.


Nos Luis Antonio de Artois, hijo de Francia, du-
que de Angulema, general eu gefe del ejérci-
to francés en España.


Por, cuanto lo.s consejos sup.remos de Castilla é
Indias fueron con;vocados, en virtud del decre-
to fecha 23 del corriente, para proceder á la elec·
cion de los miembros que deben componer la re-
gencia del reino, y en vista de la deliberacion
tomada por los mismos consejos en la misma fe-
cha, de que no se consideran autorizados por las
leyes del reino, pero que creen de su deber pre-
sentarnos la liita de los sugetos, á su enteuder
los mas propios, para el desempeño de tan alto
encargo, y teniendo presente la mencionada lis-
ta presentada el 24, en ejecucion de aquel acurr-
do, y estanúo contenidos en la misma los nom-
bres siguientes: El duque dtl Infalltddo, duque
de MOlltemar, Baron de Eroles, obispo de Osma.
y D. Antonio Gornez Calderon, declaramos, en
nomLTe de S. M. el rey de Francia mi señor y
tio se reconozcan como individuos que compo-ne~ la reO'encia del reino durante la cautividad


b A de S. M. el rey Fernando VIl.-LUIs NTONIO.




.. 465 ..
Por S. A. R. el príAcipe generalísimo, el con-


sejero de estado, secretario civil de S. M. Cris-
tianísima:


Dado en nuestro cuartel general de Madrid, d
25 de mayo de 1823.


D, Martignaa.




e =


PROCLAl\IA DE LA REGENCIA DEL REINO, SU FECHA
EN JUADIUD Á 4 DE .JeNIO DE 1825,' Á LOS ES-
PAÑOLES.


Desde el momento que se supo la ausencia
de nuestro adorado monarca, se hizo precisa la
creacion de ulla regencia que go1eJ'n~se duran-
te el tiempo de su cautividad y de nuestras
desgracias.


Llamados á desempefiar este encargo tan di-
ficil, eu una época de crisis y de desorden, en
que luchan las facciones contra la lusticia y la
legitimidad, y cuando los pueblos reclaman se-
guridad y proteccion, la regencia se propone
justificar los deseos de estos últimos, sin escu-
char la voz de las pasiones, ni l ejólrse vencer
por la debilidad.


La lihertad del rey será el objeto constante de
sus cuidados y conatos para abreviar el éxitJ de
esta emprfsa, unirá sus esfuerzos á los del ejérci-
to francés y del augusto príncipe que lo manda,
y le parecerán fáciles y llevaderos todos los sa-
crificios.


La regencia dirigirá su principal atencion acía
el ejército. Este ejército, verdaderamente re':lis-
ta, se ha creado en medio de los furores de la dis-
cordia civil, y ha sahido adquirirse derechos á
la eterna gratitud de los españoles. Ya es tiempo




~4G[j~
en que, dándole una organizacion regular y legal,
se recompense su fidelidad y valor.


La administracion pública de sus diferentes
ramos, se arreglará por hombres aptos, pruden-
tes, amantes de su rey y de la nacíon, los que ha-
jo la inspeccion de la regencia, trabajarán para
aliviar al pueLlo, mantener la paz interior, y ha-
cer ejecutar sus lt'yes fundamentales.


La regencia empleará con la mayor eficacia los
poderes <lue se le hall dado, para impedir las per-
secuciones y los escesos, aunque al mismo tiem-
po hnrá respetar la autorid·~d real, cuyo sagra-
do depósito se le ha confiado, Iwrieudo de suer-
te que muestren los tribunales toda su severidad
contra los que quisieran degradarla.


Est:l será su conducta, reservando lo demas á
la sc,benllla decision de S. M., que es á quien
pertenec(' esclnsivamente su arreglo", cuando es-
té en el libre ejercicio de su poder y autoridad.


Aguardando el dia feliz en que cese su gobi.er-
no provisional, la regencia os dec1ara, que eles
plegará toda su ener~ía para impedir que se vuel-
van á aLrir 1l11<,s(ras heridas, toda\<ía recientes,
pudiendo estar Lien seguros de su apoyo fodos
los amantes del rey, de la justicia y del órden.


El Duque del In{antado, presidente.
Duque de lrlontcmar. ,
Juan Obispo de Osma.
Antonio Gomez Calderon.


Palacio, 4 de junio de 1823.




OFICIO DE D. VICTOR SAEZ, MINISTRO DE ESTA-
DO, EN MADRID FECHA 7 DE JUNIO DE 1823 ,
.Á M. CANNING, NOTICIÁNDOLE EN NmtBRE Dt
LA REGENCIA SU INSTALACION.


Madrid ¡'unio 7 de 1823.
Señor, tengo la honra de remitir á V. E la car-


ta por la que S. A. S. la regencia de España y de
las Indias, tiene la honra de comunicará S. M. B.
su instalacion, la que se verificó COh la mayor
solemnidad en esta capital, y á la que ha segui-
do el reconocimiento de la misma por S. A. R.
el duque de Angulema, en tlombre de S. M.
cristianísima.


S. A. S. al dirigirse á mi para que pida á V. E.
tenga á bien presentar á S. M. el rey de la Gran
Bretaña, dicha carta (de la cual tengo la honra
de ,acompañar copia, así como tambien de Jos
doc;umentos relativos al nombramiento de la re-
gen(~ia), me han masdado le espre~ara al mismo
1 iem po su ard iente deseo de cuIti var las relacio-
nes de amistad que han subsbtido siempre entre
nuesh'os augustos soberanos. Me tendré por di-
choso ,~n contribuir á que se llenen los deseos
de S. A S. en el particular; y entre tanto, tengo
la honra de asegurar á V. E. la alta considera-
cion con que, etc. VICTOR SAEZ.


A. S. E. Mr. Caning, etc.




------------~~------------------


CONTESTACION DE M. CANNING AL ANTERIOR OFI-
CIO DE D. VICTOR SAEZ, CON FECHA •••• JUNJO
DE 1825.


Negocios estrangeros ..... junt"o de 1823.
Señor, tengo el honor de acusar el recibo de


la carta que V. E. me hizo la honra de dirigir-
me con fecha 7 del que rige, en que me da no-
ticia de la inslalacion de una nueva regencia eu
Madrid, incluyendo otra carta dirigida (segun
V,. E. me informa) por dicha corporacion al rey
mi amo.


La regencia de Urgel, hace algunos meses,
y mas reciente la que se estableció despues de
la entrada del ejército francés en España, me
han dirigido sucesivamen te cartas en que noti-
ciahan de una manera semejante su respectiva
instalacion en el gobierno de la monarquía.


A uingllno de ('stas alluncios se ha oreido ne-
cesario dar coutesf.acion, y si ya ahora me sepa-
ro de 1.1 práctica que se ha seguido en los citados
ejemplos, es s0lal1lC' lite porque no pClrezca incur-
ro ell la lJot:l de in<;:ivil, volviendo á envi:lr su
mensagcro de V. E. f'in Ul)i1 atestacion por escri-
to de haher recibido su carta.


Nada tengo que añadir á esta atestacion. El
rey mi amo, teniendo como tiene un ministro
que reside cerca de la persona de S. M. Católi-




~468oQ
ca, no puede recihir comunicacion alguna de es-
ta especie; de consiguiente, no es compatible
con mi deber presentar al rey ]a carta que se le
dirige; la cual, por lo mismo, tengo la honra
de devolver á V. E. Tengo la honra, etc.


Jorge Canning.


A. S. E. D. Víctor Saez.




CONTINÚA EL iNDICE
DE LOS P AP ELES DEL ARCHIVO


DE LA.


REGENCIA DE URGEL.


LEGAJO 5.°


Comprende la correspondencia de D. Fermin Mar ..
tin oe na 1 maseda, en su primet' viage á Pal'is en
abril de 1822, que es de grande im portancia.


Para poderla entenller es preciso saber que, vien-
do el gobierno francés que el general Eguia con su
secretario Abreu nada adelantaban, ni obraban con
acierto en cosa alguna de lo conveniente, á fin de
sac;:¡r al rey de Espaib y su real familia del cauti-
verio en que los revolucionarios los tenían, comi-
sionó al vizconde Boíssett para }laSar á Burdeos
(de~pues de haber informado el mismo vizconde á
su gobiemo del estado de inutilidau UP. dicho Eguía
paJ'a la egecllcion de nirrgun plan á dicho efecto),
para que supiese del referido Balmaseda y otros, qué
espauol sería capaz de ponerse al f(ente de la con-
trarcvolucion ue España, y de contes/.ar á las pre-
guntas, que de orden ue su gobierno debían hacer-
se relativas al mismo asunto.




90470 ..
Reconocido el marqués de Mataflorida como el


único sugeto capaz de tamaña empresa, fué encar-
gado Balmaseda de pasar á Tolosa á tratar con el
marqués sohre las preguntas del gobierno francés, á
las que contestó largamente"drSlnvolviendo cuan-
lo el'a necesario el plan que tenía premedilado de
establecimiento de una regencia en España, para
sacar á su rey y á su pátria de las garras de la re-
volucion. Pl'csentauo este plan por Balmaseda al
vizl~l)llde Boissett, {ué apr ¡bado con aplauso por el
mirdsterio, y segullse ve por la correspondencia de
R.llmaseda, d3ha siempre esperanzas de los fondos
necesarios para su cgccucion, bajo las condiciones
que el marqués por su parte cumplió, habiéndose
escus'\do el ministerio por la suya á cumplir su§
ofertas bajo diversos pretestol, como á mayor abun-
damiento se verá por la correspondencia del viz-
conde de Boissett.


En carta de 8 de aLril de 1822, desue París, dice
Balmaseda al marqués de Mataflorida, que l\Iore-
ion se habia despclLdo de intervenir en el plan de
Eguía, por no ser responsable de fatales consecuen-
cias, por obrar Eguia sin acierto ni concierto; aña-
diéndole que los liberales saLían cuanlo se hacía en
Bayona, pOI' cuya razon un orador uel café de Lo-
rencini había declamado el 2f> de marzo anterior
contra el rey, por imp licado en el plall de Eguía.


En carta del mismo 10 de abril dice Balmaseda,
que habiéndose publicado el plan de Egllía en la
Gaceta d~ París, se debía esperar fuese apoyado el
plan del marqués con los auxilios necesarios para su
egecucion. En la misma carta anuncia la idéa que
algunos de los millijtro~ de Francia tenian de dar




.. 471«!
unl Constitucion A la España, idéa que Balmaseda
combatió, segun asegura en la misma carta.


En carta del 11 del mismo mes desde París, avi-
·.a Balmaseda al marqués, que Morejon le habia de-
clarado el intento de dar á España una Constitu-
cion á similitud de la de Francia, persuadiendo al
rey á que era preciso que entre las personas nom-
}¡radas para tratar de tal matcria y su formacioIl,
fuese el martluésde Mataflorida, á cuyo fin se le ha-
bia convocado por Morejon en Pal'Ís. Ya está puesto
en claro el objeto de la invitacion de Morejon al
marqués, de pasar á la mayol' brevedad á París.


En carta de 1.0 de mayo oc 1822, desde París,
descubre Balmaseda al marqués, lo que habia sabido
por MOl'ejon, que era la resoludon del congreso de
Leybacb respecto & Espaitlr, la con\isíon dada á. 5al-
dai'ía para formar (poniéndose ele acuerdo con el
rey de España) el plan de salvarle, contando para
los medios con el ministerio francés; la formacion
de una Constitucion para &paña, de la que ningu-
na mencion babia hecho el mismo congreso de Ley-
bach j los millones que se proporcionaron á Eguia,
y se gastaron sin efecto alguno bueno; y última-
mente, que viendo fodos los que trabajaban, el desa-
cierto de Eguia y su tenacidad en separarse de las
instrur:ciones que se le daban, se resolvieron áno to-
rnar parte, por preveér fatales resultados.


Esta carta es importantísima. En ella se descu-
bre que tambien Eguia entraba con Saldaña, l\lore-
jon~ y otros de este ministerio, en el plan de dar á Es-
paña unaConstitucion á similitud de la de Francia.
~odo esto dice Balmaseda que se lo confió lVIorejoD
eon loa documento, que acreditan ser cierto.




~472~
En carta de 5 de mayo desde Paris, dice Bal-


maseJa al marqués que habia oido de boca de Sal-
daña, 10 mismo que tenia avisado en 1.0 del mes
haberle confiado Morejon, sobre la resoludon del
congreso de Lcybach, y plan para salvar al rey,
que Saldaña le aseguró á Balmaseda, que nada mas
huia sobre el plan de Eguia, y que todo era
perdido.


Añade la misma carta que aquel gohierno se ha-
hia echado fuera; es decir, se hahia desentendido
de la empresa y plan del manIués por entonces.
Como el mal"<Jués se l1abia llegado á iurervenir eu
la fonnacion de Constitucion para España, y Sil
"i''-""n. ,-"O ""'a. coufonue al I'olsletna reQresentativo
que Jesé:1b:t ~gM mini~terio de Fral1cia, IlQ era l'5-
traño se desentendiese; sin embargo, el marqués de
l\1ataflorida continuó con su plan, y repitió instan-
cias sobre recursos para egecutarlo.


En carta de 21 de junio desde Burdeos, copia
Balm3seda al marqués la descripcion que l\1orejou
desde Paris le hace de Eguia y Abreu en Hayona.
Debe tenerse presente, que pinta á Eguia inútil pa-
ra todo y á Abreu muy perjudicial.


En rarta de 25 de julio des(le JJurJeos, acompaña
Balmaseda al marqués r..opia de una carta del viz-
conde Doissett desde Paris, en que le dice, que hasta
que no sea tomada una fortaleza ¡ro portante, y es-
tablecida en ella Ja regencia, no podrá lograr de
aquellos ministros los recursos necesarios pal'a lle-
var á efecto el plan del marqués. Este se decide, to-
lDada la plaza de Urgel, á estalJlccer en clla la re·
gencia, y cuando ya nada le quedaha que cumplir
de las condiciones que el ministerio francés exigía;




.. 475--
insta por los recursos, y nada puede conse,uir. Tam-
hien acompaña copia de una carta de Morejon que
acredita sus enredos.


En carta de 28 de julio de 1822, acompaña Bal-
mast"da de~de Burdeos al marqués, copia de otra de
MOl'ejon, que es importante. En ella descubre Mo-
relon que Eguia y demás en Ba)'ona obran bajo la
direcdon de Ugarte, y añade estas notables palabras:
« No me puedo olvidar, que Ugarte es el primer
origen de nuestros males; él acabará con la real
famiJi ... J


LEGUO 6.°


Comprende la correspondencia del vizconde de
Boi~sett, de que se \leva hecha mencion en la cor-
respondencia de Balmaseda, comprendida en el le-
gajo precedente.


En carta de 23 de mayo, y 10 de junio de 1822,
despues d{' haber ocurrido cuanlo se lleva espresa-
cIo en el legajo precedente, dice el vizconde Boissett
al marllués de MataUorida, -..ue los hombres se mue-
ven mas pOI' III'cho.5 que por dichos: que auuque el
plan merecía tOlla la a probacioIl en Pads, era pre-
ciso ademas, que los sugelos encargados (le su eje-
eueion insph'asell conGanza, p:lra cuyo efccto era
indispensable el estahlerimiento de la regencia en
una plaza fu'erte, y un general acreditado al frente
de los realistas. Todo se cumplió, y habiendo (Iád.
cuenta al vizconde Boissett, pidiéndole que, tanto
el ministro como los realista$de Francia, cumplie-
sen por su parte lo~ auxilios ofrecidos pat'a la eje-
cucion de la empresa, no (ont~st6 siquiera basta el


TOM"O I. 51




.<~74,.
mes de- .etiembre siguiente, en que dirige ton Cee'"
del 14. una carla:t1 marqués de Matanol'ifla, confe-
sándole <fue todo lo pasado se había rCllurit\o á CO/1-
VCI'S:lrioucs, y q Ile ,le vergül'II'ZJ no se ha hía a t rey i-
do allles á cledarársclo. Afllll se t1escuhl'C abierta-
menle la m:.la lé con flue se ha pr'll'editlo por Pll'-
te de· los frauceses eOIl el marqués .le Malallo,ida.


LEGAJO ,.0
Com"(ll'en[le la corl'espon,lenf'ia (1(' D. Pedro Po-


dio, á quit>n el Hltri,llé:; de "1.tfafJl/ri.Ja hahi t ('orni-
sionado. á bIta ,le 0 1 rossugell/!\, para p:ts •• r á Tolo ..
sa y Peqlif'3n á I af;\I' y IIt'val' dincro a n. f)ornill-
80 Cara", ele fluil'\I !\(! llt!va hed.a mt'ucioll en el le-
gajo 2.°; tal1lhi,~" par" p·,sal' a h r"onlel'a eh' (ala-
luna, l)uigcC'I',lá, \' elesplIl's á U l'gl·1 en ca I j(lad ele 1'0-
mandante 1nlt'rill0 el.! I 's r l' tidas l'caliMa , qn,' dt's.
ele el 15 '~e ahrd SI! ihlll Ol'~alliull.lo cu Cataluña
eu tl"fe .. ,:! (Iel altar y .h,1 ", ,IlO.


:En 8 (Ic julio ;}\'j,a P'1l1.0 al ntlrf]l1éa elesr1c la 1\h-
!3t1a. vale de AIIII;lrra, hahrl' cUlllpljrlo el en('ar.
go de enll'cgar al illlsl!'isirnoscllol' arzt)bi~p{)d~ Tar-
rago"a, y al liaron tle Ji>ol¡'s, I()~ ('O''rI~SP IlIIlienlt's
ofidos, invitáll.loles para Sl'" ÍldtvieltlOS tle la re-
gencia, ,Iurante .. 1 e aul iVl'l'io ele S. M. (que nio~
guarde). ('u~'oelll'argoa('eJllardn en los lérrnillosCJue
se Jirá cuando se hable de la corl'espolldeucia con
ellos.


En carta (le 10 de julio lle 1822 avisa Podio
des(le U"gel al marqués Sll Ilcgal.la á aquella cill-
dad el dia ánlc, á las ocho de la tarJe; que el
te.Uor obispo de Urgel estaba dedicado , cuanto




.. 47ti ..
pudiese por Sil parf.e contribuir al .6n que el mar-
qut.l se proponia por su rey y por su pátria;
\1' tle.r.livamenle el Ilustrísimo señor obispo de
Urge!. ,It'sde afJuel mismo momento, trabaj6 y
SUfl'íó p,rla justa causa con el celo de un prelado
apostólico; (!~ Jigno tle todo e\oglo. A Sil inlIujo
¡e puede at.rihuir' la Il1'onla obediencia que la
j11llta I'rovÍlll:lal de Cataluña y touos los coman-
dalltes tle las parlilla'! l'calistas de la misma pro-
vincia J"esla,'ol1 al OJarrrués de Malal10rida como
rCf1re~elllanle de la au~usla persona de S. M. el
8C¡'IO'" n, FCI'n:lndo VJI, aun afIles de puhlicac1a
en U"gel la illslalacioll de la rt'gencia, y así fue
presellt<H"~e Podio 'n Urge1 al st:ñor ohil'po, yen-
tregarle la c.arla ,it'l marqués de MalaUoriJa. que
todo~ los"l)l"itnel't)~ -puos, qQ.e eraU los mas Jiticu l.
tosos, se fut'run ,lil'i~ienll() al fió, 'conrorme á 'a,
j'lstrurciolles que suce:-ivamenle (Iaha ('1 marrrués.
Es consta 11 te, que ul'sde el 15 de abri I ,J í rí~ ia
el marqués ron SUR inSll'uecioues y órdenes las
partidas rt'alislu de Calaluiicl, pero tambien lo e~
que el illtlujo del serl(¡r ohi~r'() tle V"Rel ayuIJ6
mllchl) á lleva.' adelante la defensa de la jusla cau-
sa, y , evitar fUlleslo~ resullados, que lleberian ~ ..
guirse (le la ucst'ontianz,l que la roruluda de D. Pe-
dl'o P'ldio y de D. Jorge Bessieres. ifl!lpirAl'on muy
luego á la junta de Catalul'):l, y alln' 10scolDandan-
tes realistas, sobre la ,inccrid:t,ll)c sus intenciones,
como el mislno serlor obispo se lo avisa al marqués
en cart a (le 29 de julio de t 822, desde la Masana en
el valle de Andorl'a, pidiendo remediase el mal en
sus principios, antes que se hiciese gravísimo, y de
fatales con.ecuencias para la justa causa.




.. 476.
Co~ noticia que tuvo el marqu~s de la mata 'na-


ticia de Podio, de su llegada á Urgel, de IU desme-
dida ambicion, de su poca fidelidad en el manejo de
intereses, y de que no habia corre!!pondido á !u con-
fianza en la comision que le habia dado, é in!!truc-
dones para la. defensa de la justa ca\lsa, llegando á
lospecharse por los realistas en general, y ha~ta por
ti Sr. obispo de Urge!, de la sinrer!dad de sus in-
tenciones, se puso el marqués en camino desde To-
Josa de Francia para Urge!, y en Ab, recibió la car-
ta del señor obispo que se lleva esprcsaJa, y qlle ace-
leró el viage del marqués para ponerse al frente de
todo, y remediar los males gravísimos que va Po-
dio babia ocasionado, como lo hizo, pl'esent~ndose
en Urgel en 12 de agosto, sin u!parar en los conti-
nuos peligros de la vida, por 'salvar \a ae Sil rey.


De la conducta de Podio, desde el establecimiento
de la regencia de UI'gel basta la entrada del ejérci-
to francés en Espaíia, se hablar.! despne!!, cuando se
haga reladon de la causa fiu'mada á varios milita-
res, y entre ello!! á Podio, por atenlar contra la vi-
da de los regentes, y particularmente de l\Iataflori-
da; por intentar desf.t'uir la regencia, y formar has-
ta dos veces otra, la una en PerpieJan y la otra en
To)osa de Francia, y por mal versado re!! y estafado-
re. de caudales propios, en granuísimos perjuicios
de la justa causa.


(Se continum·a.)


,CE" :11'3 .... ':11 i h _.




, . .. ,


CAPtTULO XVI.


Afito DE 1823.


Silte~a,de puriflCaeiones.-Males de ~I.-Allrma á;inn~mer~"
bIes familias.- Actos monstruosos de la rf'geDcia.-ColiM-
cuencias.- Bienes hajo el régimen constitucional, injustami'll"
te deiconoci(fos.- Desorden en la .dmini~tracioD por malos
.. mpleadr:s.- Proclama de la r'egencia; encarcelamientoJ.-
La rpgfncia se opone 1\ las mpdidas .lel ~llIque de Angulema.-
Decreto de e,~te príncipe pn Andujar.- Nombnimiento de D.
Francisco Aguilar y COII(1eá la iritertdencill de Zimor •• --
.olin, COGtr. eh 1" biwen gravementc.-- La regeneia dej.
impune este atpntAd()~yprewia ,al obispo ,cómplice en éJ.~
Furor (Iel put.ido dominant/!.-14:rror de no haberle 'contetii ~
do.- RPfl e!entacion de la division realisfa delant.e'de Pilla-
pIona ('ontra las resoluciolles Jel duque de Angulem.~--Me­
di,las del duque de Reggio.-Lasala'deitlcalcles l.a .b.su .. l,-
,.e . '1 3prueha.-Ariimosillad de l,os .bsolutibUS contril 101
franceses.-Similitud entre los partidos estreniádos.


España dehe á la regencia de Madrid el famd5ó
sistem'a de Pllrijicacion (t ) El 27 (le jnnio de 1823
expicli6 un cJl'('reró mantlando (Iue lodos los emplea ..
dos civiles nombrados tleslle el 7 de m"arZCI de 1820



cesasen en SlÚ funciones, que.lando sin efecto 10'005
los Jlombramienlos posteriores {i dirhaépocll. Lo.
tml'leallos que antes de la rtvolucioIi no se hahi:an


-( t) El mismo m"dío pinplcl11'oll loslil)erlllel Ife Cádi,ll f'n
lM9 yl 81 O contra t~o~ 1011 espaóoles que hujan d~ 105 (" 8n·
t'P~esque ocupahan á 1\1adrid y ca~i todoel reino, aunqne s~ rr~­
sentaaen en Cádi¡ arrostrando gr .. nd~s rQ1igrol '! la mi.\t!ri.. '




.. 478.
alejado de sus empleos como desafectos á la Con'H-
titudon, debían ser reemplazados. I~os empleado,
nombrados por el rey antes del 7 de marzo, pero que
DO habian sido depuestos cuando se restableció el
sistema constitucional, quedaban sujetos á la puri-
ficacion de su conducta política, asi como los de
igual época que hubiesen tenido ascensos y mudado
de destino. Para esta puríficacion era preciso que se
tuvieran por suficientes los informes secretos acerca
de su conducta política y reputacion que h'J.biesen
merecido en los puntos de sus destinos; estos infor-
mes debían tomarse de tres personas á 10 menos,
bien conocidas por su adhesioll al gobierno real
y á la sagrada persona de S. M.; st! debian pedir
informes individuales, positivos y exactos, sin
que sirviesen los datos generales ó ju.ramentes nega-
tivos, y no se admitian las justificaciones volunta-
rias de testigos que los interesados presentasen. A los
empleados superiores debía purificarlos una junta
compuesta de cinco individuos, y se creaba en cada
provincia otra junta de cinco individuos para la pu-
rificacion de los empleados subalternos. Los que en
virtud de la categoda en que 5e les pusiese no debían
ser reemplazados tenian derecho de reclamar ante las
mismas juntas que, s/n/arma deju/do, procederían
á reco~er Iluevos ~stimonios de personas dotadas
de las cualidades dichas y en igual número cuando
menos. Despues de este nuevo examen, las juntas de-
bían determinar lo que creyesen justo, no quedan-
do ya reclamacion alguna contra esta segunda cali-
ncacion. Los informes se sellarían y conservaríau
en los archivos, sin que pudiese hacerse uso alguno
.de ellos.




.. 479.
Este decreto alarmaba á innumerables familias


fJl1C entre el temor y la tsperanza vivian en conti-
nua ajitacion, y dejaba reducidas á la miseria 'á
otra parte no menos numfrosa. No podía mellOS Je
haher sllcdi(\o que de~de el 7 de marzo de 1820
huhiesen mucl'lo muchos empleados, que otros tu-
viesen ascensos, y entrasen otros en las vacantes,
de modo que había muchos nuevos empleados. To-
dos debían pues quedar sin empleo mediante el de-
creto, y esto fué lo que sucedió. l\ada importaba
que entl'e ellos hubiera hombres de gran mérito,
qne conslantemenle se hahí:m manifestado enemi ..
gos dr,l desorden y partidarios del gobierno mo-
nál'qui.co: la regencia no se detenía en tan poco ni
en el dolor de tantas familias, porque la ocupaban
dos cosas, una mas importante que otra. La prime-
ra, la satisfaccion de declarar por sí y ante sí nulo
cuanto había hecho el gohierno constitucional, sin
saber sobre esto la voluntad del rey ni poder supo-
nerse con la autoddad competente para ello. La se-
gunda la de colocal', despi.diendo á los que habían
sido empleados desde el 7 de marzo de 1820, así como
á gran númerode empleados mas ant.iguos, á los in-
dividuosuel partido, e~ decir, generalmente hablan-
do á hombres incapace~ de desempeiiarempleos: pues
debe repetirse que los que con el nomhre de realis-
tas se declararon contra el gohiel'no constitucional
eran los mas gen/es de baja esfera, sin carrera, sin
principios y sin instruccion de ninguna especie. (1)




(1) Se dice que los mas, porque esta regla tenía sus I'scep-
dones; á último5 del año 1822 hubo al¡;unos general u d. re-
putacion á la eabeza de 10$ realista ••




.. 480 ...
Loi'que Eeguian á tales gefes eran jornaleros sin
trabajo, jóvenes que huian de las 1uintas, otros sa-'
('ados á )a fuerza donde dominaban las partida~t y
otros malos sujetos escapados de las cárceles que seeri·
gian en defensores del altar y dlll:trono. Así es que
aunque en las bandas llamadas d'e la fé hubiese mu-
cho.s hombres de bien y gentes de alguna educacion.
es exacta en general ;la pintura que se,ha hecho de
ellas. PrecisOél'a que sucediese así, porquelós jó-
"enes de algunas c.spei'anzas ah'aidas por el oropel
del sistema constitucional que se apellidaba el de la
razon y las luces, y seducidos por las sociedades se-
cretas, miraba con el ma}or desprecio á Jos ser-
viles. las tribunas, las reuniones patrióticas
y lo.speriódicos nuti'ian lapresuncion . de -sa-
ber y. de talento; la miliéia nacional \ieon-gea.-
ba al espírítu marcial; y aun los jóvenes mas
scnsatos 'que detestaban el desóruen, que no to-
maban parle eu las I'ociedades ni úan v.:>luntarios
nacjollale~, se avergonzaban de que los exaltados los
llamasen serviles, porquc del epiteto llevaba con-
sigo la idéa de ignorancia, bajeza y cobardía. Co-
mo los que habían hccho scrvicios p:¡"ivos á la re-
voluCioll et'an los que mc,'ccían la confianza de la
regencia de Madrill, dcs¡lc luego puede conocerse
de que clase de nuevos empIcados se inundaron to-
dos los ramos de auministrafion.


I.os que hahían sido empleados antes o.el 7 de
marzo, quedaron ~ometidos á la pUl'ificacion (le su
conducta política conforme al,lecreto; mas ¿ có-
mo se procedía á esta? Los informes secretos de
tres indivirluils decirli:m en priuleta instancia d.e
su destino, y sí rec1am:tban, se volvía á entablar




150481.
lluevo iuforme Je otros tres ind;viduos. Estos no
tenían responsabilidad alguna sobre sí, porque la
regenc.ia había cuidadosamente mandado, como
hemos dicho, que los informes se sellaran y archi-
várau, porque no debía hacerse de ellos ningun
otro uso.


No todo había sido vituperable bajo el gobier-
no constitucional. I.a libertad de la imprenta, de
la que se abusó escandalosamente, sirvió tambie~
para que muchos empleados dieran á luz memorias
interesantes sobre su administracion, propagando
así conocimientos útiles. Tampoco dominó á todos
los ministros de aquella época el espíritu de
parlido; sino que algunos bien al contrario, bus-
caron al mérito y le recompensaron, de modo
que muchos emplea.dos obtuvieron ascensos por los
talentos que los distinguían. No obstante los hom-:-
hres que eran el honor de sus administraéiones
1}ueJaron sin purificadon, porque las personas ele-
gidas por las juntas de purificacion para los ,infor-
mes, segun el espíritu de aquel tiempo, eran de las
mas exaltadas realistas. Semejantes jueces no podían
reconocer por adictos al rey ni al gobierno real
á los que hubiesen publicado escritos, por útilC$
que fuesen, en los que se hablase de reformas 6 se
elogiasen algunos decretos de las cortes, como Q¡
tampoco á los que hubiesen tenido .ascensos. De
este modo fueron despedidos en virtud del decreto
.de la regencia de Madrid de 27 de junio de 18.23,
Jos empleados mas útiles en todos los ranlOS de ad-
ministracidn, substituyéndo\os con hombr.es los mas
incapaces de desempeñar los. ~{Jl:p\e~s para .eryici~
(lel público. . "




~482 ..
A consecuencia de los acontecimientos del 11 de


junio en Sevilla, cuando las cortes nombraron una.
regencia provisional, dirigió la de Madrid una pro-
clama á los españoles que fué hi señal {le encarce-
lar á centellares de individuos, que habían queda-
do en los sitios s1.lgetos á la regencia bajo la salva·
guardia de l~s convenios; fueron presos porque ha-
bían sido }illerales y para que sirviesen de rehenes,
á quienes se hubiera sacrificado encaso de atentarse
á la vida del 'rey. Como si hombres que hubiesen
sido capaces d'é'cometer semejante crimen, debieran
interesarse mucho por personas que en general 110
conocí~Í1; como si tal disposicion no debiera ser mas
bien un estímulo para ellos eri"la muerte de tantas
víctimas, pues no se les ocultaba. ;'q'üemientras se
cometi~en ules atrocidades;'btas: diirllría\a revo\u·
cion, á' cuyóabrigo querian elevarse. Estas prisio-
'nes las hicieron las autoridades, ó la multitud, pe4
ro consentidas y apoyadas por el gobierno que mi-
nba con satisfaccioll semejantes violencias: pues no
solo no hizo naJa pata estorharlas, si no que al con-
tral'io se opuso á las medidas adopladas por S. A. R.
el duque de Angulema 'para reprimIrlas.


Cansado si 11 llllJa el l,ríncipc scneralísimo de ver
'qne'arabrigo de sus tropas se perpetuasen los oesór-
ae'nes, y noqtiericIUlo pal,ticipar(le laodiosidad de los
'escesos que á su; vista se cometian, dio un denero


. en cuya virtud i,<!s 'comandantes de la~ tropas {i'an-
cesás debí.m tOJ!lal" :uoticia de las prisiones por' mo-
tiv0'9 ,politicos y de las causas de ellas. (1) No pa-
. ',O} E~ ,el famoso decreto de Andujar del 8 de agosto de
1823 por el que se mandaba fuesen puestos en libertad los pre-
sos por opiniones políticas.




~485 ..
recia creíble que la regencia se opusiera al cumpli-
miento éle este clecre~o, ya por que toélo lo clebia al
ejército fi'ances y á su ge{e, de quil"n, como queda di-
cho, emanaba su autorhlad, ya porque el interés elel
bien público yel de la libertad del rey exigian im-
periosamente que se mantuviera la mejor annonía
con el duque, pues que sin los franceses naéla podía
adelantar~e, ó por mejor <1ecir todo estaba perdiélo.
La prudencia y la necesidad dictaban desde luego &.
la regencia que mirára como un deberel apresurar-
se á aprobar las disposiciones del príncipe, y man-
dal' oí las autol'idades españolas las diesen el IDas
exacto cumplimiento.


y ni} solamente era político y necesario el con-
formarse con el decreto del duque de Angulema, si-
no qne en de rigurosa justicia, y el príncipe te-
nía el competente poder para espedir19. Era justo
y aun indispensable porque crecía el desórden yel
número de los perseguidos de tal manel'a, y se aumen-
taba el fUl'or de los perseguidores en términos que á
cada momento se hallaba espuesta la tranquilidad pú-
blica, y la opinion retrogradaba de modo que hacía
temible se amontonaran los elementos de una reac-
don. Las autoridades españolas (1) elegidas por


( 1) Uno de Jos primeros á quienes nombró la regencia
fué D. Francisco Aguilar y Conde, para la intendE'ncía tI.e Zamo-
ra, en recompensa de los grandes servicios que babia prestlldo
á sus el(leusas á la causa de la restauracion. Pero el Club de
Jos absolutistas de aquella ciudad, al frente del cual estaba el.
ohispo, habia nombrado interinamente á otro que 5e veia )re-
cisado á ceder su puesto á la llegada del nomhrado en propie-
d;d. No se halló otro medio de conservar al hombre de los ab-
solutistas su plaza, que el de asesinar .. al elegido por el gobier-
no. Se escitó con efecto tlD motin armado contra él, bajo pn-




.. 4B4.
la regencia de entre los exaltados, 6 que le3e~fabaJl
3umisos, no solo no procuraban reprimir los des6r-
denes, sino que los veian con complacencia, por-
que á imitacion de sus jefes, su ciencia de gobier-
no se l'educia , oocer en sentido inverso todo cuan-
to habian hecho los auarquistas ; sin duda para que
al cabo de pocos meses fuese perseguida la mayo-
ría de Jos españoles y muchos de ellos sucesivamen-
te víctimas y verdugos. El mismo ejemplo del go-
bierno constitucional que habí:t acabado por Jos
des6rdenes de los que se apellidaban partidarios
suyos, no bastó para aquellos hombres ciegos de
venganza y de espíritu de partido que no atendían
la razon, y para quienes ninguna autoridad tenia la
esperiencia. La Francia se aprovechó de estas cir-
cunstancias, prometiendo ataiar tan grave mal y
ocup~rse ante todo en tranquilizar á los innumera-
hles españoles que veian con asombro sucederse una
tiranía á ofra y acrecentarse diariamente la dis-
corclia.


El duque de Angulema tenia ademas el dererllO
de hacer que se ejecutase su decreto, pues habia
prometido á Jos españoles orden y paz; lo habia


testo de que llevaba zapatos blancos ribeteados lle verde; yes-
to bastó para que se le diesen diez y siete puñaladas y un pisto-
letazo á quema-ropa que le a\ravesó el brazo; se le metió lue-
go en un ('alabozo, desde donde aquel de~gracia,lo rudo I'/lcon-
trar medio de comunicar a Madri(l la noticia 11 .. 1 triste estado
en que S8 encontraba; p"ro ni la regencia ni los ministros to-
maron la menor providencia eo su favor. Fué menester qll¡' f'l
general fraoces que mandaba en Valladolid corrie,e á Zamora
para poner~ en liherf.ad. La rl'gencia confirmó 1'1 nOlllhrami"n-
to del iDterino, y el obispo .••• El ohispo fue elevado poco despue&
ir la diGoidad de arzobispo de Tol .. do !




.. 485~
ofrecido á la faz de Europa, y en 10~ dias mas
tristes de la revolucion no habia llegallo la anar-
quía á tan alto gndo como lleg6 en muchos pun-
tos ocupados por Jos franceses y los realistas.
Aunque no disol viese la regencia. ercalla por él,
porque )05 individuos que la componian no cor-
respondiesen de manera. alguna á sus promesas ni
á lo que exigia el bien público, podia el príncipe
encargar á lo mellOS á los jefes de su ejército, que
tomasen algunas providencias para calmar la agita-
cion. Por otra parte el ejército frances vivia en Es-
paña con las pI'ecauciones que exigia su posicion, y
es bien sabillo que en tiempo de guerra en las pla-
zas y puntos ocupados por las tropas, las autorida-
des civiles, cualesquiera que sean, estan someliJas á
la autoridad rollit:tr.Sería electivamente bien cho-
canle que un general trallces mandando en un pun-
to no tuviera el derecho de impedir 10 que pudiese
compl'omeler la seguridad de sus tropas, y que el du-
que de Anglllema hubiese tenido que confiar la exis-
tencia oe sus tropas á los rege~es, es decir á los de
su partido, que en vez de pacificar el pais parecia que
se hahian propuesto ponerle en combustion. No ha-
bia pues obstáculo racional que oponer á las dispo-
siciones del príncipe generalísimo.


Pero ¿ de qué sirve la razon, cuando el espíritu
de partido dirige los negocios? El duque de Angu-
lema tenia derecho de mandar lo que mand6, su de-
creto era conveniente y necesario, mas podia resul-
tar de él que quedase sin salislacet'se alguna vengan-
za y que nose diera á los exaltados foda la amplitud
de que necesitaban para apoderarse de la nacion. Po-
día tambien ser aquel decreto precursor del 6rden,




~486 ..
y una vez establecido este, cada uno volviese ~ Sl1
puesto, y todos los gefes y gritaJores dejaban de pa.
reCel' zelosos defensores del trono; se hubiera además
tIe esto reconociJo que muchos de ellos habianadu-
lado al gobierno de las Córtes; que casi todos ha-
1ian permanecido espectadores pasiv{)s de los suce·
sos, y que si no tomaron parte en la revolucion,
fue porque se les espclió ó no se les buscó á causa
de su impericia y mala conducta. Entonces hubie-
ra desaparecido todo el poder de la regencia y de los
suyos, y lal vez se hubiera buscado el verdadero
mérito y los principios Ó(' moJeracion. Era preciso
apartar para siempre de España una época igual
6 ruando menos retardarla mucho tiempo para que
los realistas exaltados fuesen esclusivamente los en ..
cargados de la direccion del reino-, y que no' que-
dase en lo posible un !So\o hombre que hubiese da-
do señales de desear ninguna reforma, á no ser-
que alistándose entre los absolut.istas, diese las prue-
bas mas evidentes de que estaba pronto á sacrificar
á sus antiguos compañeros. Era menester asi mismo
que saliendo el rey de CaJiz, no oyese por todas
partes sino á las gentes del partido de la regencia,
y que rodeado siempre de ellas, tomase sus gritos
por la voz de la nacion. Tal fue la base de la polí-
tica de aquel gobiemo, y de aqui procedió el furor
con que sus partidarios recibieron el decreto del
duque de Angulema, y la necia. cólel'a. que mani-
festaron de palabra y por escrito.


La division realista, que de acuerdo con las tro-
pas ft'ancesas bloqueaba á Pamplona, hizo con este
motivo una representacion á la regencia, concebida
en los términos mas furiosos, y amenazando deda-




Do487~
radameute á los franceses. Estas representaciones !le
mandaban hacer en la capit.al y por medio de los
agentes de la regencia, y se subscrihia á ellas maqui-
Tlalmente. La division navarra estaba en efedo muy
zelosa de la autoridad de la ngencia de 1\laddd,
porque pocos ~lias .antes .casi todos los cnel'pos que la
com ponían habian rehusado obetleccl'las órdenes del
general España puesto por la· misma regencia á su
cabeza, y queríaconserval' como general al.gefe co,.
nocido con el nombre de Juanito, UllO de los prime-
ros que Sf! habian levantado en aquella pade contra
el gobierno constitucional. Se buscaba pues para re-
clamar en favor de la autoridad de la regencia á
aquellos mismos que acahaban de desobedecer .sus
órdenes, negándose.á reconocer el general que ella
les enviaba. para ttl'andarlos; No era bastante el ha..,.
cel' una representaciou, ó por mejor decll' era-inu-
til el hacerla; lo que se queúacl'aque la represen-
tacion rorriera y pt'qd ugese el efectpde hacer ;odioso
al ejército frances. Para conseguirlo se imprimió rp
MaddJ: pero pal'ece que el duque de Regio lo supo
á tiempo para ccharse sobre los egemplares y denun-
ciar.el escrito. La regencia mand6 que se procedie-
ra.á una jnfol'macioIl y la represenfacion pasó á la
sala de alcaldes, que en vez de resolver una suma-
ria, respondió adoptando los sentirnienios de la di-
vision navarra con UIla apología de la reprcscnta-
Cíon. Tal era laoonducta ile los tribunales ~luces­
taban hajo la ipfluencia de la regencia ,de Madrid.


No se contentaron los absolutistas con esto: se
espresaban en su.s conversaciones y escritos con el
mayor calor, y aun hablaban de hacer la guerra á
los franceses, recordando las glorias del año 1808 y




~4·8S~
siguientes. Faltaba esla particularidad para que el
partido que dominaba en Madrid se pareciese en un
todo al partido que dominaba en las cortes; asi es
que este último no titubeó en desafiar á la Europa
en lel'a ,á pesar del odio de España, y el otro ha-
blaba de romper con los fi'anceses, no teniendo si-
no fuerzas insignificantes, sin fondos de que dispo-
ller, y cuando los exaltados realistas debian nece-
sariamente salil' (le España en el dia en que salie-
sen de ella los aliados. Esta cOllfol'midad procedia
de que uno y otro partido querian mas la ruina del
-estado que renunciar á clidgirJe. Los absolutistas
daban á la libertad del rey la misma impOl'tancia
que los anarquistas á la observancia de la: Consti-
tucion. Una transaccion con las grandes pOlencias
destruía la anarquia de los que antes preaomina-
han, asi como los principios de orden y de mode-
racion debian acabar uecesal'iamente con los lla-
mados realistas, en el sentiJo de los cuales traba-
jaba la regencia.




CAPÍTULO XYIl.
AÑo DE 1823.


Decreto de la regl'ncia.-Desórdenés cometido, por Jos rp;1-
listas.-EI duque de Angulema aprueba el ('onvpnio ('on el
general Ballestf'ros."'-La rpgencia de Madrid no ir r'>wno-
ce.-Maquin;;,ciones sprv Ips._Bupna ('on.1ucta del ('(lnde tle'
Cartagena.-Tamhipn le 6\. ho,~til la reg!>nci"._Lp ""sI illr-
ye del mando de Galici3.-tos.fr:lnceses :;P 0ro~,pn y la or-
oen no es obedec¡rla.-L3 imprenta sujpt'\.á la '-"nsura._
El Restaurador I'l'rió.di!!o §crv!\ '1 rraccionario.-EI pad re
Marti.nez, su redactor.-.-'fr,has '1 perl\CcqriQoPs r~ra loH's-
«itos juiciosos. '


A pe5ar de tantas contradicciones, y aunque el du-
(jue de Angulema modificara su decreto, no dejó de
producir buenos rcsultados,porque los franceses pu-
c;ierl)n en ]jlH'rtad á mucha gente; y como ]a masa
de las pobbciones detestaba la persecucion, }lastó es-
ta sola medida para cOntener á los agitadores, y pa-
ra que no se volvlese á habla" de rehenes por la vi·
da del rey. No [lodia la regencia misma negar los
desórdenes de que el duque de Angulema se queja-
ba, y queriendo dar á entender que se interesaha
en remediarlos, public6 con fecha 13 de agosto un
rlecreto <hiJo por el rey en 1. o de. junio de 1814,
prohibiendo que se inquietara á ninguno de quif,tn
110 ~e p\l(liesc suponer que comprometería la trall-


TO:iW ~. 5']




.. 489 ...
quilidad pública: decreto en el que se encontraba
esta bella máxim~, que ni entonces ni despues se ha
puesto por obra: (Cs. M. espera que la moderacion
y la justicia de Sil gobierno cortejirán mejor que
el terror los eScesos de la imaginacion.


Pero COIttO si la regencia se propusiese anular
los efectos favorables que podía prod~dl' (!icho de-
creto, le añadió el preámbulo siguiente: (,El núme ..
ro cada vez mayor de prisiones ejecutadas por el
pueblo en el ardor de su celo, arrastrado por su
amor y fidelidad, ácia la sagl'ada persona del rey
nuestro sellol', contra difel'cntcs individuos, bajo
pretesto de su ad hesion al sistema con~tilucionaL cte.
«No podía t:mplear la regencia palabras mas enér-
Gicas para discul ['al' los escesos, y en vez de 'Plntar-
los como el resultado de las psiones y de castigar á
los que los cometían, los atribuia al amor al rey.
Como nada se recomendaba tanlo como este amor
al rey, eran los realista~ tauto mas beneméritos
cuanto ma~ desórdenes cometieran, porque segun la
regencia era una prueba de la vehemencia de su
amor al rey. E~te mismo decreto confirma la anal:'
quía que reinaba en todas partes, pues resulta de é'..
que no las autoridades, $ino el pueblo, era quien ha-
cía las prisiones.


El general Ballesteros conc1uy6 con el conde Mo-
litor el convenio de que ya se ha hablado, y le
aprobó el príncipe generalísimo. TOtlos cuantos de-
seaban sÍncerameute la libertad del rey, aplaudie-
ron á aquel convenio. El segundo ejército espallol
no se hallaba en situacion de poder uar golpes de-
cisivos; sin embargo había manifestado vigor en la
accion del 28 de julio, y el carácter guerrero de




-.490.
su gefe, su conocimiento del país ftonde había hecho
glorjo~amente la guerra de la independencia,podían
prolongar la lucha con notable daño de la nacion,
y comprometiendo tal vez la libertad del rey. Na-
die ignoraba que el buen éxito de las operaciones
o¡tl ejército fl'ances dependía esencialmente de la
prontitud, y que alargada la lucha no hubiera sido
dificil que alguna gran potencia tomase parte de
modo que hiciera incicl fo su término y dudoso el
resultado. Bajo cste punto de vista el convenio de
BJIJesfeI"O.~ era muy útil, por la gran inlluencia que
debía tener, y que en efecto tuvo en Cadiz y demas
puntos en que se obedecía aun á las córtes. Solo la
regencia afectaha ignorar torlo·esto; mas aun cuan-
do no hubiese sabido bien \a incertidumbre de In-
glaterra con respecto á España, debiera bastar que
los franceses fnvipran por conveniente tratar con
los gefes de l()s ejércitos espaiioles, para que el go·
bicmo de l'rladl'id se apresurase á ratificar tratados
que sin duda conducirian la guerra á un dichoso
término.


Es:ahan empero muy lejos de pensar así los miem-
bros de la regencia. Jamás quisieron reconocer el
convenio del geucl';1} Ballestcros, contra el cual
permilieron á sus escritores espl'esarse diariamente
con furor y del moclo mas indigno, huscanelo to-
dos los medios ele irl'itar á dicho gencl"::l y á sus
tropas y obligarll's á tomar un partido estrem::ado.
Léase el pl!riódico titulado cll'lestaurador, y se ve-
rán las iniquidades é imposturas empleadas contra
el gefe y las lt'opas del segundo ejército, con COll-
sentimiento, y aun puede tlecirs.e aprobacion de los.
que gobernaban, desde el momento en que le fu'~-




t3-MH~
mIS el convenio con el duque de Angulema. Se des-
pacharon emisarios á todos los acantonamientos ocu-
pados por aquellas tropas, para empeiJar á los sol-
dados á que desertáran, y acabar de destruir la dis-
ciplina. Todo manifestaba muy á las claras que se
queria apurar al general Ballesteros y obligarle á
renovar las hostilidades. Nada importaba al padi-
do dominante que el pueblo fuese víctima de la
guerra, ni que los espaúoles y francese~ vertiesen
in.útilmente su sangre, y se retardara ó se hiciera
iu!:ier: 1. la libertad del rey. Lo que se quería era que
110 hubiese transacioll ae ninguna especie, ni que-
dase la mas remola esperanza de ser- tratados con
indulgencia á los que no habían pertenecido al
club del servilismo, ó no se habían identili.eado eOIl
los nuevos ajitadore.s.


Ya SJ ha visto. al conde (le Cartagena unido á
los rranc~es y h"d.=ndo ('11 G3lida esfuel'Zos estra-
ordin1llrlos pan. rest;)bleccf." la par: y contribuir á
la libertl"d del rey. Ha.Lía rcconocido á la regen-
cia de Madrid, y Jos franceses le habían obliga{lo,
pOlo decirle :i.sÍ/ á permanecer á la cabeza de las tro-
pas y de la provi Hcia. Los servidos que hacia el'an
positivos; no podian ocultarse y se leían en los bole-
tines franceses. El duque de Angulema y toJos los
.genera1es de su ejército que estaban en reIadon ron
.el conde de Carlagfll3 tenian una ab~oluta confian-
za en él) 11asla poner bajo sus inmediatas órdenes
una brigada J'rancesa. Sin embargo la regencia, Je-
jos de aprobar la conducta del conJe, guardó sohre
ella un profundo ~iJencio. Como por olra parte 11'1-
bía tenido este general la felicidad de haberse he-
cho obedecer el! Galicia, y como la mayoda Jd




~4U2~
pucIllo cotresponllía á sus intencioncsJ no había :ba-:-
jo su manuo prisiones arbitrarias, ni fersecudo-
nes, aSOllaJas, ni otro ningun fruto de los que pro-
ducia en las provincias lo qne se llamaha la restau-
'raciono El (ende de Cartagena no permitía á los
II Uf.·vos ex:! hados el pasal iempo de c(wrer las calles
insult.ando con canciones y epitetos á los bah.itan-


. tes que cstab:lIl bajo b salvaguardia de las leyes;
en fin no se hahía hedIo naJa en Galicia de cuan-
to el parti(lO J~ la r('~;eacia mil'aha como esencial
para ponel' á cuhinto sus intereses. Con la mira de
suplir á esta O!Hi~joll del coarle Ú~ Cal'tagena, en-
vió la regencia á Calieia uos comisionados regíos.
para reanimm' el e~pirilu público, manifestar :11
pueblo que el general no iba de acuerdo con la re-
genda, y pt'Qmetel'le en esta. un apoyo. contra las.
mea ilbs de a<juc t.


Pl'ro aun no satis[cdJa la regencia con ('..sla pre-
cauciúll, tom6 á tilles tIel mes de agosto., el partido.
de quitat' al rOlde oe Cartagena la ca.pitania gene-
ral de Calicia y nomhrar en ,su lug:-a-r al general
EspaiJa, y para CO~IllO de torpeza se remitió. elnom-
bramienlo del gcner~,t EspaiJa al conJe de Cartage-
na lija niuguil a v ¡so, y proua.'nlcmente con el fin de
exasperarle y llaccr (lue lo abandonára todo, plles.
.n.auic hahia á quien entregar el manao, haUán-
uose el gencl·al ~'::spaiia delante de Pamplona, y no
designan,lo. la reGencia quien le habia de suplir en-
trdan!o.. l'\aila tIcl uvo á la rq;encia: ni las venta-
jas que acahaba de (ollseguil' el eouIle solH'c los cons-
titucionales, ni su :t.do y tleds!oll en sCl'vit'io. del
rey, ni el coll:;il}cl'ar qll\! los c0U3titucio!lal~5 oct.\-
paban todavía b Coruña, y (lile Ulla rewll.lcion tan




.. 495,.
repentl"na como inesperada, pudiese hacer qUe to-
masen las cosas otro jiro en Galicia. A toda costa
había dé seguirse el rumbo emprendiJo, y no per-
mitir la menor innuencia en los Drgodos á quien
no fuese del partiJo. aunque se comprometiese por
ello la libertad del rey. Pero los fl'anccses que co-
nocian los grandes servidos Jel conde, se opusieron
filmementc á su dcstitucion, y la regencia. tuvo que
revocar lo resuelto.


De este modo impelía á la nadon ~da un abis.
mo ue male~, un gobicmo que }rjos de correspon-
der á las esperanzasJc 105 que le hahían eslal,lcci-
do y al voto Jc lodas las 1)(,l'sonas sema/as, aran'e-
aba á los españoles nuevas tUl'bulenciall, y rt'l:u'Ja-
ha la conclusion de la guerra. Manifestaba Je~(le
luego su desep de prolongarla, 1.lue¡, no perJonaba
medio alguno de irdlar ~ los genera les y tl'Opas
neutrales ó que operaban con los {I'anceses, sin
duda con el objeto de <>bligarlas á declararse y
hacer que DO dejasen las armas los defensores de
las corles; porque ¿ quien hahía de querer tra·
tal' con un gobierno que tan impofíticamente se
comportaba con Jos ,lefensores de la causa del rey?
Entre tan lo los absolutistas procuraban persua-
dir al rey, y]o consiguieron, que todo se lo debía á
ellos, cuando se sahe que los decretos de la regen-
cia escital'on el furor de los anarquistas de Cadiz;
que los clesórJenes comct ¡tlos pOLo la regencia los
llcnaban de esperanzas, al paso que los convenios
del general Ballesteros y (lel conJe de Cartagena,
no solamente les hicieron solLar las armas, sino
que obligaron definitivamente á la Inglaterra á no
tomar parte en los negocios de España. He aquí la




-.494.-


mejor demostracion que puede darse de los servi ..
dos hechos por estos dos generales en favor de la
libertad del rey, y de los obstáculos que )a regen-
cia opuso para que se lograra. Los hechos Ion mo-
dernos é irrefragables: las consecuencias necesarias
é indisputables.
I~a abolicioIl hecha por la junta pl'ovisional y la


regencia de toJos los decretos de las cdrtes y 6rde-
nesdel gobierno constitucional, volvió á poner la
imprenta bajo censura, cual estaba el 7 de marzo
de 1820. En la capital se publicaba la Ga.r:eta, y
un periódico titulado el Restaurador. Como Jos
agentes del golJicl'Ilo cran los ccnsores de estos perió-
dicos, es inuudable que sus máximas y .doctrinas de-
bian estar de acueruo con las opiniones ó ideas de la
regencia, que de otro modo no hubiera permitido
que se pub\icasen~ Ambos periódicos soplaban sin
cesar el fuego de la discordia y declamaban abierta-
mente contra todo 10 que podía ofrecer indir.io de
model'acion, como si fuesen órganos de un partido
exaltado, y estuviesen encargados de nlantener Jos
ánimos en co.tinua estitadon. La Gacela era a1go
mas Cil'CUllspecta, pero elllestaurador ( 1) noguar-
daba consideracion alguna, ni disfra~abaen lo mas
mínimo sus ideas: el fraile que ]0 publicaba no
omitía medio alguno de recornendar el des6rden,
las persecuciones, y el esterminio .de cuantos no
-------.-.-----------


( t) El redactor dA este periódico era el P. F. Manuel
Martioez, que murió obispo de Málaga. Sua servicios y los de
otros muchos recompensados sucesivamente por los diferentes
partíJos que han dominado en España, pusieron al frente da
muchas diócesis, prelados que hacen poco hOllor al cristiania ..
mo, y son el /IZote de la V8rdaJlera religioB •




Do495~
perteueeian á la clase de serviles exaltados. Este
periódico incendiat'io, tenia á su cargo el desacredi-
tar al conde de Eartagena, insultar al general Ba-
llesteros y á sus tropas calumniando, y declamar con-
tra toda especie de transacion. Eu su estilo se pare-
cia al Zurriago en que tanto se abusó de la liber-
tad de la imprenta, y no había diferencia entre es-
tas dos producciones, hijas del espirita de partido y
del furor de las pasiones.


Tal era la doctrina de paz, concordia y modera-
cion predicada por un religioso qne merecia la con-
fianza de los miembros de la regencia y que estaba
encargado de propagar la'! máxima,! de su partido.
El trono puede sostenerse momentaneamente con
la espada, auuque es imposible que subsista largo
tiem\lo sin \::. pru.(\eucia y \a \u.s\icia; ma~ e\ a\tar
110 S~s,Qstiene sino con la mOLeracion y la virtud.
El deseo l1.e venganza que ajita á los atletas de la in-
tolerancia, el furor de que estan poseidos y emple-
an en la defe.usa de su causa, no sirven sino para per-
(lel-Ia, y para confundir á buenos y malos en un
<ldio comun, mf'\-ecido solamente por el Restaurador
y sus cómplices.
~l paso que se cc,\ncedía protcccion á tales libelos,


se ponian mil trabas á la publicacioIl de otro pe-
rÍódico en que se promulgaban los principios con-
servadores de toda socie'dad, y se condenaba la anal' ..
qúia. La censura suprim.ia la mayor parte de este
Feriódico; el Restaurador se desencadenaba contra
él, ya que no con razones, con necedades é iIljurias~
y cuando el redactor de este se bailaba colmado
de consideraciones, uno de los escritol'es que no ha-
bía cesado de publicar principios de la mas sana po-




~496~
lítica, un hombre que había sufrido persecuciones,
'lue se vió amenazado mil v~ces por los anarquistas
y tenido pérdidas y sufrido una di latada prisioll por
haber defendido la causa real, y manifestado las
funestas consecuencias del dcsórden y la exaltacion,
no soJo se vió con la pI uma arrancada de la mano,
sino precisado á espatriarse de una nacioTl en la que
se sucedian los estremos sin interrupcion.




................................


MISCELANEA IIISTORICA.


Dictamen de la comision diplOlnática, encargada
de examinar la memoria ar.aca de la siluacion
en que se hallaban las relacio11es con las demas.
nacioncs, prescntadú á las Córtes en Sevilla ell
la sesion de ~3 de mayo de -18<23.


I ... a comision encargada de examinar la memo-
ria acerca de la situadon en que se hallan nues-
tras relaciones di plomáticas, leiJa :i las corles en su.
sesion de 24 del mes último por el secretario del
despacho de estado, pasa á dar SIl dictamen .sobre
las importantes materias que dicho documento
abraza.


La comislon apenas se detendrá mas que en la
cuestion de las necesidades de Verona y Pans, y
de la illvasion de España por el ejército frances,
que de eUas trae su origen. Casi todas nu(!stras re-
laciones tienen mayor ó menor enlace ctm estos su-
cesos; á ellos deben referirse casi todas, y la causa
de la nacion española calificada con !'azon por sus
enemigos de Europa es á la par que justa, de senci-
lla y fácil esplicacion.




~498~
Cuando se abrieron las C6rtes est raordinarias, el
~ecre{ario del Jespacho de estado les manifestó cual
era nuestra situacion respecto á la Francia. Esta
polencia se nos pl'esentaba ya entonces casi como
enemiga. Un ejército acantonado en nuestras fron-
teraSCOll el fdvolo pretes10 UC impedir la propa-
gaciontle,la fiebre epidémica, que había ya un año
'que no existía, amenazaba una guC'rra, y servía co-
mo de apoj () á las f."lrciones de Cataluña, Navarra,
y prov¡Hcias vascongadas.


Dlla junta de traidores que osaba titularse Re-
genCia de España, situaJa Liell (Iue en nuestro ter-
ritorio ,álaspuerLas de Fl'ancia, r~dbía del gobier-
no (\eaquel país 10(\0 Hllage d~ socorros. El len-
guage de los peri6Jicos minisl('riales franceses, ha-
Llando de las cosas de España, era tan llOstil á nues-
tro gobierno y Leyes, como pudiera serlo el del mas
encarnizado enemigo. En las cámaras de Francia,
los minist¡'os se esplicaban sobre los sucesos de los
primeros dias Je julio último, tlesfigurándo)o~ de tal
manel'a, que pintaba n como rebelion la justa defen-
sa del sistema estahlecido, hecha por las tropas lea-
les; y romo lealtad la sublevaCion de una soldades-
ca perjura y desenfrenada. Por fin, al paso que el
gabi nele de las TllllerÍas conservaba su ministro en
MaJl'id, y reconocía al de S. 1\1. en Paris, toleraba
que en ésta última se abriese un empréstito á favor
..de la llamada Regencia de España.




~499G
EsLl conJucta del gobierno frances equivalía á la


guerra. Pero el gobierno de S. M. fortalecido con
el conocimiento de la rectituJ de su proceder, al
tiempo mismo (IUC reclamaba contra tan inicuo ma-
nejo, COmel vaba la p:.:z, y solo atendía á los medios
de una justa defensa.


Por elltonces debía abrirse en Verona uno de es-
tos congl.'csos no conociJos hasta tiempos muy re-
cientes en los all~tlcs de la di plomacia Européa, con-
gresos en que UIlas cuantas potencias, que se abro-
gan el tít ulo el e grandes, deciden de la suerte' de
Of¡'as sus iguales en gerarquía, sino en fuerza; cou-
gresos en que no esta n rep('eseutados aquellos mis-
mos cuyos intereses se ventilan; congresos que no
contel~tándose con examinar las relaciones de Esta-
do á Estauo, se entremeten á uictar leyes sobre el~
gobierno y sistema interior de cada cual; congresos
en fin, que destinaúos á impeJir las reformas, hi-
iasde las luces del siglo, sirven solo para ecsacerbarIas
y torc\!das ue su regular y pacífico curso, y quc ba-
brán de traer largos dias ue sangre y luto á la des-
venturada Europa.


A nauie que 1mbiera estnuiado la historia de los.
últimos años, podía ocultarsc que este congreso se
habda Je ocupar en Jos negocios de España. l\ues-
tca Constitucion, aunque dada á la nadon por sus
ICoÍtimos representantcs, aunque aceptada y jUrada.
por ella, aunque reconocida pOL' las potencias e&-




~t)OO~
trangeras, aunque derril)ada en 1814 por la violen-
cia, y sin la menor reclamadon, {'ra mirada con ce-
ño por la Rusia, Austria, Prusia y Francia. El al-
zamiento heróico del ejército, que propol'cionando
á la nacion un medio de espresar su voluntad, pro-
dujo el restablecimiento del sistema que nos rige,
era tachado de una sedicion anárquica, en que sol-
dados rebeldes clictaron la ley al monarca indefen-
so y al pueblo sorprendiclo. Estas ideas propaga-
(hs sin rebozo por varias cMtes, aplicadas en Lei-
hach á Nápoles y al Piamonte, debían con mas alta
injusticia aplicarse á España por el congreso de Ve '
rona.


Casi al ahril'se las sesiones de este, el cordon sani-
tario frances cleclarado por S. M. cristianísima en
la ocasion mas solemne, destinado solo contra el con-
tagio, enJa1 gl'ado (lue solo la mas refinada male-
volencia pudiera atribuide otro objeto, mudó ac
nombre ó pcr mejor decir, tomó el que le conve-
nía, de ején'ito Je observacion. Al mismo tiempo
continuaban los insultos, y seguía la proteccl0Il á.
los facciosos de parte del gobiemo frauces, bien que
protestando siempre su deseo de conservar la paz.


El gobierno de S. ll1. miraba con ojos atentosé
inquietos las transaciones de Verona, en cuanto le
~ra dado penetrarlas. Ya de antemano había rerur-
r.ido al gobierno hritánico, cllyo interés lnllflchl,lc
.es i.mpedir en Españ-a el ('~fahlc('imit'n!o de la 110-




-.501d
minacion francesa, yen cuyas leyes y sistema S~
vcn insultados y atacados, una vez admitida la doc-
trina por )a cual se trata, de intervenir en los ne-
gocios domésticos de la penínsu13, y había tratado
óe inquirir cual era la opinion de aquel gabinete
sobre las cuestiones que pourían ventilarse en Ve-
rona, y cual sería Sil conducta en caso de que al ..
guna potcncia. hiciese gllerra á España para obli-
garla á val'jar- de COJlstitucion. N o aparece que el
gobierIl(!) de S. 1\f. B. diese una respuesta categóri-
ca sobre estos puntos.


Ya empezadas las misteriosas conferencias ele Ve-
rona, el eiército esp:u"iot consiguió señaladas venl.a'"
jas sobre los facciosos dl' Cataluña y l\avarra, obli-
gando á la llamalla regencia á huir á Francia en
donde encontró asilo y pt'oteccion.


En tanto,. rumores vagos, si bien repetidos,anun-
ciaban que los sobel'anos y ministros. reunidos, pen-
saban en declararse contra Espaiia de un modo mas
6 menos terminante. Daba cl'éJito á estas noticias
la rápida baja de los fondos españoles en París y
Londres.


Disuelto el congreso á fines de novicmllre úlri-
mo, se descorrió el velo que cubrí:l sus arcanos.
Apareciel'on las famosas notas comunicadas á las
córtes en 9 del pasado enCl'O~ Este augusto congreso
aprobando las respuestas dadas por S. 1\1., y com-
prometiéndose á sostenerlas por su mensage de 11




~502 ..
del mismo citado mes, y por la memorable discu-
sion en que por unanimidad fué votado, declar6 su
opinion sobre aquel suceso importante. No era da-
hle que tuviese otra. Las facultades de las córtes
estan circunscriptas por la Constitucion, y no eran
árbitras <ellas ni aun de deliberar sobre lo hecho
por el gobierno en aquella ocasion, con al'reglo á
sus obligaciones imprescindibles. Ni aun cuando
llUbiese en el cuerpo legislativo faculfad de variar
6 modificar nUf'slras lcres fundamentales, dEbía
proceder á usarla á voluntad de uno ó varios go-
hiernos estrangeros, sin que vendiese vilmente el
honor y \a independencia de la pátria. Ni tampoco
trataban los soheranos reunidos en Veronade propo-
nCl'cosas semejantes. Insullos vagos, opiniones mal
enunciadas sobre nuestra Constitucion, y sobre el
mo(lo como se restableció y se iba llevando á ejecu-
cion, no eran proposiciones que mereciesen respues-
tas, á no ser la que les fué dada. La comision crée
inútil insistir en este punto sohradamente esdare-
cido, tanto mas, cuanto que la nadon por felicita-
ciones y por touaclase de actos, ha manifestado cuan
conformes estaban sus afectos en aquella época, con
los de sus representantes.


El gobierno de S. M. crey6 conveniente al tiem-
po en que fuel'on recibidas dichas comunicaciones,
poner en noticia de S. M. B. las contestaciones, in·
.sinuando cuan grato le sería que emplease sus bue-




~505~
n050ficios, para evitar un rompimiento que amena-
zaba pr6ximo entre Francia y España.


No fue infructuosa esta insinüacion. La comi5ion,
pOl' la memoria del Secretario del despacho de es-
tado y los do~umentos á ella anexos (que para co-
nQcimiento de los señilres diputados quedarán 50-
lwe la mesa) ve que eJ ministro inglés ha dado pa-
ra impedir la guerra, algunos pasos, sin que hayan
t.enido las resultas que se apetecen; cosa nada estra-
lia atendido el modo en que se dieron, y en el que
fueron correspondidos por el gobierno de las Tu-
Herías.


La comision que cree irregular cualquiera o.pi-
nion fundada en documentos que no le estuvieron
comunicados de oficio, no citará Jos ultimamente
publicados por el gobierno británico relativos á es-
tas negociaciones, pero ellos juntos con los compro-
bantes de la memoria, bastarán para formar su
creencia, y detet"minar ]a del congreso.


No parece que el gobierno inglés haya sido re-
queriao por nuestra parte, ni admitido por la
Francia 3 una me¡}iacion formal entre ambas po-
tencias. Los buenos oficios que haya <!uel'ido em ..
pIear careciendo de la solidez necesaria, jamás po-
{Irían haber producido efectos importantes, y na-
da ha resultado que los indique.


Sean cuales fueren los pasos dados por los agen-
tes Iliplomátkos ingleses, no se km origina~lo de




.. 304 ..
el1os, Jommentos escritos de aquellos que merece.
ré y aseguran la confianza.


Alguna promesa vaga, contradicha luego, y con-
tinuamente (lesmentitla por los hechos de parte del
gobierno francés; alguna comunicadon verhal tam-
bien y no menos vaga, hecha al secretario del des-
pacho de S. M. , no sou fundamentos l)ropios de
una negociadon " ni en lales materias admisiblt"s.


I,a comision que no ignora las artes con que los
enemigos de la causa tIe España tratan de alud ...
nar á los incautos, persuadiéndoles de que el COI1-
Greso y el gobierno por una inflexibilidad ¡llopor·
tuna han sujetado á \a Nacio~ á los males de la guer-
ra, llama á éste punto la atencion de las córtes y
de los hombres ilustrados y candorosos..


Inulil es recor,lar, por (lemasiado notoria, la Cal:
la de poderrs conque se ha liaban, así las córtes co"
mo el minister:o, para entender en modificar la
COIlStituc1oll á la cUll lJehen su autoridad. No 5¡r-
ve decir que esta sea "na cuestioll de principios,
porflue en C31'\OS tates, seru~'j:Hltes cuestiones son fe-
cundas en resu Itaclos. Si fuese posible que el con-
greso 1\ que el gohif'rno de S. M. olvidados de Sil
debt>r, tralafoen tle d~truir la ~;alle sobre la fIIal es-
triha la t(lgitirnidad de sus fal'ulladell, ¿ quién les
asegul aba la obeJiencia de la nacion? Horroriza la
idéa, que desde luego ocurre, de qut una determi.
nadon de tal naturaleza, podía causar muchas gue-


TOllO l. .33




~. f\" ~'JlJ;)~
rras civiles, en que fuesen tantas b:wder3s cuantas
las discordes 0f!iniones de los hombres SÍlice ros, y
los varios pwye,ctos de la amhicion. ¿ y corno po-
dría seit:.larse ('ual el'a la Hné:t en que bahü de
hacerse punto,Tl1ra .r-afisL:cer los deseos del m:Jyor
número, asi de los espaliok<; cerno de los gobiernos
eSlrangrros?


Todas estas (:ollsit]n3clnnc5 ¡1cmucs!rall, que no
menos la (onve:t~cllria CJue Sl! oL.fioaci:;¡¡, pr":jilJÍan
á los poJeres ]égisI~1Iivo y ejccut;"o enlral'ell JJeg~­
ciacioues sobre muJallzas en nuestro pacto social. Pe-
ro tampoco rudo h~bel' lug:u' á 'diéhas negociacio-
ll~S. Si el gqbierno de S. M. CristianíSlina'hubicse
querillo, hubiérabs propuesto dir~c1arlJen!e (le un
moJI) claro y !prmill:m!e, con tOlh la solemnidad
que tan importanle asuulo exigía. l)'el'o conver~acio­
nes (lel mill isi 1'0 (le es! ado fraIleee e 'n el em ba jador
i1l3ié~ en P I'Í:'., que en na,la c()Inpl'o'rne1t'1I á sus go-
hitT/I;;;\, IOlll'úell,:ias de ig.lal na!u!,;lieza cllrre el
miúistro'Lri',;illic(JCH 1\hdriJ y el :-;cnc!:H'Ío del dr5-
pacho .le estalJo de S. M ,ninguna hase pre~elllah:lIl,
y ningun~ i>cgur:,h! orre,ian. Dehí.m tenerse por 10
que el'an, artiiido . .; pa'·a prolon¡:pr las comunicacÍo-
nes yescitat' el!lrü laa!o la dcslluion ue los ánimos
de España. I.a comision se atreve á a fii'rnar, que'
cll:11r¡u'iel'a señal de Jehilidau pOl' parte del g!lbíer-
no español, solo hubiera servit!o-para aumenta" la:
fuerza moral, y confirmaren sus pl'oyectos á los mi~




~aGG",&
nislros de S. 1\1. cristianísima. La conducta de estos
ha sido atentamente cOllsioel'ada' pOl' la comision,
la cual, de los hechos espuestos ha sacado consecuen-
cias que juzga innegables.


El gahi:letc: de las ,TuBerías, en sus relaciones
con Espáña,ba, consel'vadó una ttmllucta amhigua
en la apariencia, FfO en la rcalidatl sostenida y COB.
secuente. Dominado por un partido -fanático, que
deseada vel' df'sfi'uida en Sil pátria la imperfecta
carla que le da ulla sombra de lihcrfad, fe ve ohli-'
gado á imponet á Espaíla el gohierno allsoluto. A
este ohjeto encamina sus pasos, yrnal podrían djá.
gil'se á otro- lo§onxiliareli\ de qli~ se vale; frailes,!
clérigos, exinquisiJo'res, palaCiegos, ladrones y ase- l


sinos, y el seducido pueblo de las clases mas Ínfi-
mas de la sociedad.


Para lograr su ,interés, le ha disim\tlado á veces,
pero nunca ha l,crdonado mecliocle adelantar en su
empresa. Protegió primero á nuestras facdones, que
solo apellidahall despotismo civil y religioso; aLo:.;
gó despues por el princi pío de que solo á la :voluó;';;'
tad tlel rey podiamos deber instilucion"s liberales,
si S. M. tuviese fl bien otorg~rnoslas; y vista la cla-
se de personas de que pensaba rodear á S. 1\1. pa-
ra tenerle en verdadero cautiverio, bien se conoce
que especie de instituciones nos preparaba.


No convenía al ministerio .francés que tuviése-
mos, otras. Su plan:-era¡' y es, por medio de cuestio-




.507 ....
nes de principios, asen lar su dominadon en nues ..
t.ro sueJo, y mantener al pueblo español en el es-
tado de su trilm:aria. Para el gobierno francés de-
he España continuar siendo una mina que solo ft él
toque beneficiar, lo que toanlo mejor conseguirá,
cuanto mas absurdo sea el sistema establecido en la
península. Nuestro empobrecimiento i:ontribuye á.
su riqueza, nuestra ignorancia á su mayor fuerza,
nuestra servidumbre doméstica á )a en que él pre.
tende sumergirnos y conservarnos. No ha disimula ..
do el ministerio francés que abrigaba tales ideas.
El deseo de hacer la guerra popular en Francia, ha
movido al m\llist~rio Chateaubriancl , descubrir ,
las CAmaras este secreto de su política.


La guerra, pues, ha sido constantemente el obje-
to á que se encaminaba el gobierno de S. M. cris·
tianÍsima. Ni era de creer que, para no hacerla, se
com[lrometiese ni hiciese los gastos que han de ha-
berle causado sus cuantiosos preparativos. Y así es
que mienf.ras entre las mencionadas conversaciones
informales con los agentes británicos, 6en ambiguas
instrucciones á su mini!\lro en Madrid, )'3 medio
articulaba deseos de vt'r mo(lificada la Cont.Htu ...
cion española, impugnaba sus fundamentos, y esta ..
ba pl'eparando en el discurso del rey , las Cáma-
ras hecho eu 28 de febrero último, la verdadera
dec:1aradon de su política.


Este doeumen&o preciOlO, en cauto.clara la ca ...




~ñ08G
tion pendiente, no deja lugar' dudas. En él se vé
resuelta la invasion, y declarado su objeto de resti-
tuir al rey de España' la plenitud del poder abso-
lllto, para que des pues otorgue, si le conviniere 6
agradare, algunas concesiones á su pueblo.


El discurso de que tratamos debía romper toda ne-
gociacion.¡ Que vale que despues haya sido casi des-
mentido, á fllcrza de interpretado, el secreto.? ¿ Que
valen insignificantes protestas, hechas las mas de
palabra, contra una decJaracion auténtica, dada en
la acasion mas solemne entre cuantas se presentan
á un monarca de egercer aut9ridad ?


Bien pueden achacarse eslos ardides del gabinete
(le las Tunerias, á sus esperanzas de adormecernos
para impedir que la sagrada persona del rey cons ..
titllcional de las Españas, fuese puesta á cllbierto del
peligro l:e ser sorprendida. POI' que no Men S. M.
emprendi6 su viage á ésta ciudad, cuando el fi,obier-
no del rey cristianísimo, no teniendo para qué di-
.imular, coron6 sus atentados con el mayor de
todos, invadiendo el territorio español, sin prévia
declaracion de guerra, y trayendo entre sus filas
una comparsa de traidores, á quienes tal vez en vir-
tud de los poderes que le diese el mismo, os:\rá dar
el títlllo de gobierno de Españ~.


Tal ha sido, en breve resumen, la conducta del
gobierno francés con el de la nadoR española. Los
anales de 105 siglos DO ofrecen UD ejemplo de hu-




~50D~~
qllida(l que con 'el presente pueda compararse. El
proceder del gobierno de S. M., aparece á la w-
mision cual debió ser dictado por su deber, y por
el interés de la nacÍon á cuyo frente se h~l\aha.
1 .. 3 ignorancia y el quehl'anto {le sus principales
ololigaciones, eran lo único que' se le orrecia en la
alternativa oe la guerra, y cierto, la- eleccion no
podia ser owlosa. ,


La ¡:;uen'a, pues, ha sido dccbr:lda á la Francia
for S. ;\1. Jel rno(lo que corr('s~)()lJ(le tí ~u gohier-
110, CUlldado en ¡as [,;lses de la razon y uc la justi-
c¡;-¡. El paLt-iotismo uc la nacion, tantas vec('s acre-


, diIado, nos fía que salUrá triunfante de la ár(lua
. ·l\lcha que se vé predsaua á sustentar en defensa
,de ~ll honor, de su inoepenoencia, de la lihertad,


;' y cOn ella de la tlich:t de todos los espaiioles.·
De resultas de esta guerra, quedan intel'l'llmpi.


das nuestras relaciones diplomáticas, con el Aus-
tria, Prusia y Rusia. I~a comision no cree, sin
embargo, que csta inlel'l'upcioll pBC á ser un esta-
do de hostilioaJes, ni lampoco juzga que pueda
durat largoticmpo, si€IHlo natural que calmaJa la
irritacion {adicia; ¡I01' ahora existente, conozcan
dichos gobiel'nos que ningllIl motivo oc (lcs2veuen-
cia tienen con España, y que sus intereses h~s acon-


:I'cjan seguir COIl ella en una amistad, de la cual
pueden nacerles ventajas notables .


... La comisioIl observa por las comllnicaciones del




gobierno de S. lH.13., que este piensa observar du-
rante la guerra ll:la rígida J1cu~raJiJaJ. cutre los


1 •• .,. l' . 1 ,: 1
nCI!t;crautcs. l.¿:lsí3. fIue puntll sea asequI )/e su ue-.
seo en la lurha (le un caríÍctcr tal como el de .la
que ha empci . .1do, no es (laJo á la fomision calcu-
lad". Es uc cspcra,r que el gohierno británico no
oivi.le que los intereses lle Españacst:m enlazados
Con lus myos. 1 .. a dor.lrina, proclamada por 105 ga-
1)inCICS de Aust .. b, Prusia, Rusia y Franc!a, ~~gun
la csprc.-ion d~lll~illi,tl'n iJlgl~s Caning, atacaror
.su raiz /.1 CO'I.<;!¡;:';on IJI'itán¡ca, y esta doc:rina
pllc,]e algun día apii"arse á la Illglaterra, ó por el
temOl' qllC Sil ejemplo contamiile oe la libc.'tad á los
rueLl,~~d.el contitlcnle, Ó pOl' el rescnlimienlode
que ahOl'a se haya nc¡pdo á tomar parte en los ,pro-
ycctos de SIlS aliallos, ó por los celos y envidia de
su pouedo, dcmasi:,lao vivos en algu~as 'Pl?lencias
continentales. Si la lnohtena y su gobierno se con-
vellcic\'en de esta VC1',latl, harán eslucrzos reales
ell auxilio de la causa de España, y, el gahinete.
britáuico no "ei'.~ de nuevo jugLH~te (le b mala fé
del de las Tullcr;as.


No puede omitir la comision una reflrxion que
aquí le orurre. Imposible es ~ue el gobierno y la
nacion inglesa no ha,gan un cotejo entre la perfidia
dI;! los ministras Ü'ancescs, y la franqueza y la ge-
nerosidadconque las c?rtes y el gobierno de Espa-
ña, en la última Jlcgociacion sobre las reclamacio-




"Dile
nes de varios súbditos británicos, acerca de presas
hechas por cruceros Españoles en los mares de
América, se han presentado á satisfacer sus deseos
y ateu.ler á sus ju~tas solicitudes, dando prontas
resoluciollt.'s á cuestiones, que tal vez en otra oca-
,ion l.ubieran sido tratadas con mas reserva y de-
tcui tU ¡cnlo. Cotejo que a 1 cabo habrá (le resaltar-
)IOS favol'abte, especialmente sí se atiende á que
del buen éxito de nuestra causa, pende la duradoR
y esten5!OIl de las cita¡Jas esfipulaciolles.


La comisioll se complace en ver que en )a ~poca
que cita la memoria, se cstre(:hahanlos lazos de amis-
tad con el gobierno de Portugal. Asi debía ser, pues
que es nuestra causa. Imposihle' seria llue su~istie­
se la libertad en aquel pais si pereciese en España.
Taulbien Portugal peléa por la vida. De creer es
que cOllveIlcitio su gobiel'no de verdad tan nofor ja,
acnerde eOIl el de España la mas activa c(,opeladoR
á la ('omun defensa, calmlalld,) hasta que punto
puede contar con la proteccion de la Gran-Breta-
ña, uo menos provechoS.l á una q'lle á otra pofencia,
y que es interés de ambas ('onservar; en que grado
la garantía de su independencia por la lllglatel'ra,
alcanza á su libertad y á sus nuevas inslitudones;
y como su independencia misma podría enle!lderse
perdida la de España, á pesar de los esfuerzos del
,obierno británico, inútiles ya en un:.l época re-
ciente.




.. 512,.
La comision no estraña que sigan interrulhpidas


nuestras relaciones con las Córtes de Nápoles y Tu-
rio. Los sucesos del año de 1821, forzosamente ha-
bíau de tener estas resultas, y la renovarion de los
vincu los de amistad de España con ambas potencias,
depende .Id éxito de la gran lucha en que estamos
empeñados.


A pesar de ella, ve la comision con gusto que se-
guimos en buena al"monía COD las Córtes de Esto-
colmo, Copenhaglle, y varias de Alemania. La de
Hafa se esrnel'a en cumplir por Sil parte el tralado
de Al(~lá, con lo cual es de creer que se ponga coto
á las piraterías que amenaza renovar la regencia
de Argel.


Es de esperar que la corte de Roma no insista en
las pretensIOnes qlle han movido al gobierno de S. M.
á espedir sus pasaportes al M. R. Nuncio. La resis-
tencia á recibir un ministro es natural y eslá ad-
mitida, pel'o nO po:líauadmitirse los prillrÍpiostrai-
dos en apoyo de tlich;¡ resistencb, atenlatorios á la
autoridaJ independienle de la Nadon Elipañola; roa-
yorrrlelllr, cuando la coinddellda de este suceso ('on
nuest ros embarazos estraños y discu"iolles ()omtsti.
cas, demostraba en el gobierllo Romanu un deseo
de concurrir á aumentar nuestl3s ailicciones.


La comisioll despues de haber considerado la si-
tuacion de España, atendidas sus relaciones con lu
demas potencias, ve que .i no ea lisongera, tampo-




~¡)15~
co es jndecorosa. Obligada á una guerra en propia
defensa, sin haberla provocallo, ni rehusaJo con ig-
nomillia, e'uenla con los esfuerzos de sus hijos, y
COIl la fucrz.l moral que (lebe oade el empeilO que
por su C1US:l loman bs almls nobles y Generosas
de tOllos los paises del III u IHlo.


En lanl'o, para (I'H~ PI tonveut:'imicnto de la jus-
ticia ,que asiste al gobil'l'110 (le oS M. Y á la repre-
senlaCJOll narional, sina de eS1ímulo al patrIOtis-
mo español, la cornlsion 110 duda propollet"á las
córlc~ (Tue se sirv:ul de, 1.11':11':


• «r)Uí~ el gol)ierrlo ¡le .s. l\!, proce.lió de Ull mo-
do tlioll@ .le la nacion I á cuyo 1""Cnte se \la\laba, en
el rlis,urso <le la" últimas negoc\acio\le~; 'j que \a
guerea'lue E:;paña se ve preci~a(la á sosteuCl', le era
imposible tle evitar, á no illfl'ingil' sus ¡ul'amputos
yobli3aciol/c<;, y renuncIar á su hOllor, á i'U inJe-
peldeucia, al pacto social juraJo, y á todo sistcma
fllnJado CH ideas ldwl'alcs y justas, lewlielll}o el
cuello al YUt;0 del poder ah.~ollJto, impuesto por la
violencia de w,. pouer esL,'angero.




Discurso pronunciado por el S. Falcó f'n la ses~'on
de las Córtes ordinaria,~ del dia 24 de mayo de
,f-b3: di.~C1I,~ion dd mismo dictamen de I,a co-


'tm8Íoll divlomálica .
..


El S. F ¡\ l.CÓ. El despojo que ~c está haciendo en
los llancos, in(lica l~ desvcntaja conque, principio
mi. discul'so. CiCl't:lffiente que ron mas' razollque
seh;'l dicho. !lO pOC;'IS vcce~, por algunos señor'es di..;.
pU!.1dm:, s~r Sil po,iliun desventajosa al emprzar
á nahiar, putli¡>I',l yo dccid" dela mia en la ae,;..
h111itla,L La:; eñrles acab:m dc 011' un di~curs') pm-
nund:Hlo \,01' un seDor JiputaJo, cuya elocuencia
florida, elu'ant:ulora y sicmpl'e armoniosa, á la
pa!' que ajusl:l(b, (':lllsa impresiones" sobre manera
agl';t(bhles, y que no es fácil desvanecer cn el áni-
mo de los oyentes, Y toJavla están ft'cscas y muy
reden!cs las que ayer -lijo otro ~iior d·ipulado, co-
nocido y afl!ll i I'a(\ 1 por donde qu iel'a, pOl' lo práct ¡-
co, illlSlr.1do y suhliruc de sus discursos, no menos
quc pOl' SIl esr¡lIi~ita Jelicadez3 y hOlll'adez de spn-
timientos. Estos seDOI'es han aprobado el dictamen
(le la rombion. y ha~ta los mismos que en contra
llitliel'on la pllabra, y que la usaron con· la envi-


. <Hable ieliciJad que acostumbran, han conveniJo
enteramente en el fondo de él y aJherídose ó apo-
yado las ideas dc.los dos señores pl'oopinantes á quie-
nes he aludido. ~ ,




.515.
¿ y como es posible no convenir en la generali-


dad de sus ideas) (loctrinas, y aun en la aplica-
cion de las mismas á nuestra actual situacion, con-
siderada por el aspecto de la justicia? ¿ A qllien
DO le bullirá Sil sangre, si es que la tiene española,
al ofrecérsele la idea de la inaudita perfidia, perfi-
dia conque. so color de hacer el bien de la nacion,
y atropellando 105 fueros de todo derecho, la inva-
de una b'lleste estrangera, cuyo gabinete ha ya cer-
ca de tres años que se ocupa de atizar en ella el
fuego de la mas horrorosa discordia ? ¿ Quien que
tenga sentimienfos de pundonor, y que se glorie de
pertenecer á ésta pátria, grande sí pero de~gt'adada,
«lue le dió eiscr, osará faltar al terrible y delicado
cargo que la misma le confió, quebrantantlo el so-
lemne jllramento de sostener la Coustitudon cual
existe, jllramento prestado en sus mismas aras?


No es, pues, las doch'inas y máximas generales
vertidas en los discursos que he citado, doctrinas y
máximas que SOIl igualmenfelas miall, conf.ra las que
yo tOlDO la palabra; tómola sí, contra el dictamen
de la comisioD, que nadie qlliz~ ha toca lo, antes bien
todos se hall tlesentendido de él; tdmola contra el
dictamen til cual como está enlelHlido en su misma
raiz, en su mismo fondo, y en este concepto seré sin
duda el primero que le impugne. Tal vez no arran·
caré aplausos de los espectadores, como alguno.
preopinante. infinitamente mal felire. que 10, pero




~5i6.
tampoco me ser' sensible; me contentaré conque se
sirvan oirme, que bien lo merece la grandeza ~ im-
portancia d~1 debale; mas si ni aun esto pudiera
lograr, no por eso dejaría de seguir mi discurso,
venciendo y. pasando por cima toda impopulari-
dad. Quisiera igllalmente que 101 leiioresperiodis-
las Be sirviesen, , lo menos Por esta 'tez, lnserlar
10 mas fielmente posible en sn. periÓt.licós,sino las
palabras, las ideas l,rindpales de mi discurso, y di-
go por esta vez, porque otra!!, sin duda por dHlrac~
cíon involuntaria, de que he oído quejanetambien
á alK(Jnos señorea diput'l«loe, Ó le me ha desfigurallo
lo que be' dicho, \\ omitido \asprindpales' ideas. y
estrac.:lallo solamente otras secuildarias, qaelal vea
emitía para poder prodllcir lu '¡uprimidas. '.


Con este preáml'ulo,. aunqllebien .:onOlfO que
tampoco habia neresillad de él, entro con gran des-
confianza' dar mi voto sobre ef informe' de la co-
mision diplomátifa, en el examen á que se refine
de la memoria del secretario de estallo, poi'clue ade-
mas de estar estendido por personas muy ín1eligen ..
tes en tan espinoeísima materia, y cuyas lure. y
talentos respeto yo altamente, se versanen .1 pun-
tos sumamente delicado!' d.e diplomada y política,
que et preciso tocat, y C(ue estdy'bien s('guro no acer-
taré yo , hacerlo ~on el co .. oéimienlo y tino que
le requieren. Sin embargo, en fpoca en que se b.
hetho tao. CODl1Íll "1 trivial la ¡JOlítica, 1 ea que lO-




_517~
dQ el mundo habla de ella, y aun se reconoce con
aptitl,ld de hacedQ, ~in duda porque, no siendo mas
~lje, el ,al'tl! de gobe;rnar las naciones ó un gran nú..
mero de familias, y)creyéndose~aJa cual inleligen-
le_; ron ·razan 6 sin .ella, en él gobiemo de la suya,
se cree ,igualmente, dispuc!.fo para gohcr,narhs (o-
das, ó ,discl.lurir. po'.", lo menos sohre el gobierno oe
ellas; ,endrr,Il,Df>lancias, digo, de esta clase, bien
podrá u,n cliputa,lo que,amasíucera é impardalmen-
te el ,bien de la n3Jfion ( aunque no dudo cslen 10-
dQ.'l.,en . igu;!,I, r.a~o ):jllJ;c,v.crse á llar su voto ,eOIl en-
lera lib~rt,atl:;y: fr.~,nqueí1=¡;l, en ma~eria t.afl,~~énlrica,
de su~,pref~~~" ;YJ·',aH~ra •.. La .t:)()IIllsion despues- tle
"~l .}iSCU1'W ... h.j~~qd~o. y ra'ZOn:u]o, vcr,daderilmeo.le
encanlac1o¡', splu:~ llJ.l,estl~as relaciones. diplomá ticas
~()11 las po~cncias~U;QPpast y 8lgun~ Q,lra de fllera
de .. Eux:opa; dis.cuJ:$q sin .. en\bargo, q~le,prjJlcipal­
mente "ersasobl'~ 105 antecedentes .que han motiva·
do, el rompimien,o 9~ la Ft'3ucia, la rlase de gucr-
1:,a, q


'
le su gohierno ~lqS hace, y olJjcto ~ que se. pue-


de dirigir; un disc",rso en fill,que sir~e de cimicD,
t9,,al dictamen que de;;pues emite, yse dis~utc; aho~:
ra,; propo.nc á la (J.:li Leracion ele las,cor,tcs lo ,si-
gui~l1te. (El Or~d~r }ey§ e~ dicla~en. de la comi·
sion). ~0n:t0 est\l ad~raciorl" 6 cualquiera otra que
se haga, debe ser .COI,lSigu,ieote i los pr?cedimientos
y <;ouducta del gobie(no mientras estuvo al freJlt~
de, la nadon, ., y diri¡ió las últimaJ nego,ciacio~es,




~tH8~
se hace indispensable detenernos un poco, y 'en';'
tra!', aunr¡ne ligeramentl',en el examen de su pro-
ce,ler, 1'or lo~ocante áditho puntoy demas que ten-
gan retarion con él y sirvan para iluslrarle~ ,:


A este electo pueden consitlerarse dichas n~go­
ciaciones bajo trt!s épocas cliferentes, quecnruenit'O
yo rna Tcauas (>11 la memOl'ia tnisma ,Icl '5ct'ret'átio'
de estado que motiva esta disrullion. Laprimel'aes
la del recihimienro de las notas de l:r!l cuatro gran-
des percudas que forman la S:mra Alianza, 'y con-
testaciones dadas por el gohi('1 no; 13 segun,la, la de
las comunicaciones hechas a \ ,< gollierno' por- el mi-
n\stro ing'ésccrca de nu('sira' corlc;:y; laiercera',


. f·. . ,
la tle las ú 1 t imas rrbposiciorie~' "pie b memorla::pa:-
rece supoue hechas por la mitiYla Franthi,': y qu~
coinciden con el aclo oe la iilv:lsion;; ;.0' •


Pri mera época: romllnirároil~é:Fbr:fiií' á ¡un'1Wis-r
mo tiempo las notas,tiplomátirns t1'1'-rr3llda,::l/ibs-
tria, Prusia y Ht¡sia, (lesput's de ,Hsü{!ltu ter cOngre-
so de "erona, y tedo.; los an1'e('ttlenie5"(pH~ 1a',co-
mision enumet"3 en su dictam~ri',' y ¡ que' rOl:' tanto
tiempo lllviCl'on en eSTwctaliva1 á''la ;Eufull~: "hfi'ltá:.
las llÜ'tasesuh:m conccbiJas en·t"Os térnÚHbs ~tte>:ria:.
die igno.'a; contcs.tólas ~l gohiet'lnQ con' fr~Wyneiri,
precision y valcnHa;y notas'ycoIH~81aciol\es lac-
ron presentarlas á,las -CI;ktes en lascsiondef9de
enel'o, y aplémJidas y glosadas con·motivo uclmeli-
sage á S.M. decretado en la sesion deV11, del mis-




110519.
IDO mes. Ciertamente que no es posible tildar ni
censurar en lo mas mínimo, antes sí elogiar sobre
manel a dichas contestaciones, consi(lcradas en abs-
trado y sin reladon alguna á Duestl'a posidon y
circunstancias; ni el gobierno, caso tie hablar defi.
nitivarnente, po(lía ódebía hablar otro lenguaje, ni
dejar de aprobarlo las Córtes, presentados los es-
critos por la vez primera en la sesion pública, y
habiendo el gobierno y las Córtes jurado el soste-
nimiento de la Constitucion; mas diré, existiendo
ambouolo por ella; siendo por ella sola di pUla,los
todos nosotros, no podía ser que se atreviese nadie
, manchar con un periudo, ni aun de pensamien~
lO, la carrera d~ 1.11 vida. política, Así es que las con-
testaciones á las notas, entregadas ya' c,ula uno de
los representanLes de las cuatro altas potencias, y
presentadas solamente á las Córtes ( preciso toS que
se note esto) para su conocimiento, fueron aproba-
das por unanimidad •


. . Pero ¿ elltaba el gohierno en el caso de hablar
~efin1tivaruenle sohretlicho asunto? ¿l.efavorecian
para ello la posicioll, la fuerza y las circunstan-
ci~s eu que la nacion se hallaba? Y en "ista de ellas
¿hubiese sitio oportuno echar largas, ganar tiem-
po. y entretanfo ponerse en actirlltl tie hacerse
respetar? Coufieso señor, que los acontecimientos
sobrevenidos desde en lOllces acA, me persu3¡len y
~o .. vellcen de que tal, ó aemejante , lo menos, de-




~320~
biera haher sido el ru mbo que tomase en aquella
época el gohierno. Tal vez pensaría yo así enton-
ces, tal vez pensarian conmigo mil otros, y acaso, '
si así se hubiera hecho, ni estaríamos fuera de ]a
capital, ni incomunicados con la mayor parte oe
la monarquía, ni formando rapidamente ejéJ-citos
de bisoños, ni faIros de todo linage, de recursos, ni
presenciando el escándalo de que autoridades cons-
titucionales quebranten y burlen en edictos públi-
r.os los artículos de la Conslitucioll: ni fOl'zados á
apelar al mayor de los males, á la guerra abiel'ta y
decidida, y guerra de guerrillas, medicina fa 1 vez
peor que el m3:1 mismo, pues que es el verdadero
azote. la verdadera calamidad y el estermillio de los
pueblos.


¿ y por qué, se me dirá, no se hizo presente to-
do esto en tiempo oportuno? ¿ Por qué estas y
otras razones no se produgeron antes de estallar la
guerra? . ¡ Ah señores! para contestar á semejante
ohjecion, no trasladaré yo, como pudiera, á los se-
ñores diputados las sesiones oe 9 y 11 de enero.
que con razon merecen el renombre de memorables,
no les recordaré la publicidad, la especie de sor-
presa, para muchos por lo menos, ni las circunstan-
cias locales de aquel dehate, si es que le hnbo y tal
puede llamarse; nada de esto recordaré; nada de es-
to que pudiera atribuirse á debilidad ó miedo, que
lÍo abrigo yo por cierto ~n mi corazon, ma yormente


TOllO J. 51-




~02'1~
cUlntlo se trata del hien tIc mi car:l Pátria, y:cuan-
do me el¡ casi prctcl"ihlc la TI!uerte, al dolol' de verla
despedazada y hecha un teatro sangriento, donde
luchan encarniz:ld:lmcntt' todo linagc de fl1rias y
de pasioJles; recordaré solo á los señores (liputados
la bistoria dc la5 iumensas facultades de todas cla-
ses concedidas al gobiemo, y por consecuencia á
los datos y presuncioncs que cada uno de nosotros
pudiel'a tellel' soln"c la fuerza física y moral de la
nacion, para empeñarla en una guerra tal vez con-
tra toda Europa. Yo Je mí aseguraré, pOl"que debo
dar esfe testimonio público á la nacion, que acos-
tumbrado á -vivir en el aislamiento, sin roce algu-
no ni contacto con el gol)ierno ni sus dependencias,
careciendo de noticias oficiales, y aun de otras que
las muy falaces de los periódicos, gracias al abuso
bien noiorio de la libertad ae imprenta que tantos
males 1105 ha traillo, no podía persuadirme que
fuese tal el estado ae la nacion, por mas que tuvie-
se de él ulla idea bien desventajosa, cual hemos vis-
to despues, y palpado por desgracia.


¿ Ni corno era posible persuadírmelq, vista la va-
len ti:. y dedsion (le las contestaciones del gobierno
que es quien tiene en sus manos lo!! medios, los l~e­
cursos, las noticias, los d:ltos oficiales, en una pa-
labra las riendas del estado. ? Ai'iádase á esto que ja-
más gobierno alguno había sido mas apetecido, ni
mas ansiado; ni ~e pliSO ron mejore, auspicios al




::.¡j2!ct
frente de los negocios I>úhHcosj jamás gobierno al-
gnno recilli6 de un merpo legislativo con tanta
proligidad y largura, facultaoes y auxilios de toda
clase; redlli6 cuanto pidi6; las córles mismas, oes·
pl'endiéndose de sus atribuciones, ~e anticiparon á sus
deseos, que fueron cumplidos hasta la saciedad, hasta
el punto de volver á las Córtes alguna que otra de laJ
ricas prenda!! conque le regalaron,


No entra.ré yo á hacer una enumeracion de to-
das las facl1lrades que le fueron otorgadas. conoci-
das bajo el nombre de medidas esfraordlnano" yo
de circun.t;lancias, y mucho menos á j Ilvesfigar el
buen 6 el mal uso que se ha hecho de- ellas; no es
esto del caso ni de la cuc!!tion, T'0rque no ee trata
de examinar en su totalidad la administracion
del ministerio, sino solo en la parte que tenga rela-
don, 6 haya influido en las notas y flUS consecuen-
cias, 6 lo que es lo mismo, en las nf'gociariones en
gener'al que no es posible consioerar aisladas. Ade-
mas que quizá ni tampoco semejante recuerdo sería
ciertamente lisongero ó grato; ellas han producido
los ominl)$os resultados 'lue eran de preveer, y que
había yo previsto por Jo menos; ra'lou porque im-
pugné muchas veces y voté ninguna; aborrezco to-
do $islema que tiende á la intolerancia y perset.u-
cion~ y mucho mas cuanllo rontribuye , ;' gravar 10'
males que de suyo ocasiona, equivoC'llndo fatalmeD-
te la medicina ron la c.ausa de ellos, ., de conii·




~525 ..
guiente, empeor.indolos con la cura, que es en mi
roncepto lo que ha sucedido en nuestro caso.


Tampoco es mi ánimo acriminar al gobierno pa-
~ado por haber seguido este rumbo; no desconozco
el imperio de las circunstancias; la fatalidad le
lcompañaba¡ era forzoso que siguiese un rumbo di-
ferente al ministerio que le había preceJirlo, y en
este concepto téngolo por bien disculpable, aun sin
necesiJad de apelar á la rectitud de sus intencio-
nes; desgraciadamente para que nada qiledase que
hacer, tenía la nacion que su [.oi r un ensayo que
taa cosloso le ha sido. Las facciones se multiplica-
ron en br~vc por 10(\as partes; los desórdenes fue-
ron en aumento; las prisiones y deportaciones ar-
bitrarias se repitieron en mllchas capitales; creci6
pl descontento; insta16se la llamada Regencia de
flrgelj el cordon sanitario francés tomó el nombre


le ejército de ohservacion; cesaron las 6rdenes que
tnles de julio dió aquel gobierno para la interna-
don de los emigrados; un aventurero puso en cons-
lernadon á la capital de la monarquía, y nada se
dijo á las Córtes; el horizonte político se obscureci6
,:?or todas partes; celebr6,se el congreso de Verona,
y vinieron por fin las notas. No sea esto suponer
que tales notas no hubiesen venido, ni acaecido los
sucesos de que llevo hecho mérito, no siguiendo t'l
rumbo que dejaron marcado los antecesores de que
le trata; pero tampoco se ha de dar por supuesto lo




.. ~24 ..
contrario, y lo que indlldablemente es, que el deseo


¡de una popularidad, las mas veces efímera, condu,
ce casi siempre al preci picio y la ruina. No debo se
pararme del asunto princi pal. Al gobiel'no se le
otorgaron cuantos recursos pecunial'ios pidió; vo.
tóse un presupuesto adicional que montaba á l.
mitad de lo ol'dinario, y ambo:! juntos á cerca de
1,200 millones, que es casi un dos tantos mas que
el que la comision de hacienda de la legislatura aÜ4
teriol', guiada del mejor celo económico, habia pi'Oc
puesto á las Córtcs tasativamente. Los medios par"
hacer efectivos dichos pl'esupucstos en su totalidad,
fueron á ¡,edir del gobiel'llo. Concediéronsele tam,
bien dos reemplazos para el ejército, en la legisla-
tura ordinaria, de cerca de 3.0,000 hombres cada
UIlO, con los cualcs, y 60,000 que se completaron en
la orJinal'ia del año anterior, debía ascender el
ejérciLo á cel'ca de 120,000 hombres, agregándose
adernas 80,UOO de la milicia activa mandada levan.
tal' por entero, y l'csultaráa 210,000 combatieu"
tcs, de cuyo total, aun cuando se quiel'a supof1er
GO,OOO hombres de baja, pOI' el déficit de las pro-
vincias que ocupan los facciosos y por las vicisitu
des de la guerra que se estaba haciendo, debían siem-
pre resultar 150,000 hombres. Y con Ulla fuerza
tamaila, sin entrar en cuent.a las compañías suel-
tas de provincia, ó sean de cazadol'es constituciona-
le!!, decretadas por aquel tiempo; sin contar con el




.,!'l2tJct
l'csguardo militar de ambas clases; Si11 contar C01l la
numerosísima y bizarra milicia local, que tan de-
nodadamente se ha hatido y comportado en casos
de apuro; con tantas fuerzas y recursos ¿ quien no
creyel'a ser funuadísim.1 la valentía conque fueron
redactadas las contestaciones á las notas? porque
6in ser yo diplom;itico bien conozco Gue, en esta
tortuos.l y embrollad]. cie!lcÍ:l, es siemp.·(' la fuerza
el pdncipal apoyo de las razones, y que en care-
ciendo de ella para hacerse escuchal' y hacer valer
la j¡lsticia, es in¡lispensable 1.0 precipitarse, sino an-
tes bien dilatar; no atacar de frente sino buscar
flancos y revueltas; en una palahra, apelar á ardi-
des, á manusidades y á artilidos. Y ello es cierto
(lue poco menos de 30,000 homhl'es, que si mal no
me acuerdo, se volarOll despue~ del disrurso de S. M.
crislianísima á la apel'tura de lascámll'3S, el gobier-
no debía t'Olllar, y lodos estan per!'uadidos que con·
taba, con la fuerza indicada en la fuerza de las
nolas.


He mentado el discUl'SO de S. M. cristianísima.
Este contenía ya IIna verdaderadedaracion de guer-
ra, y poco despues ue haberse publicado y eslendi-
do lue cU:lllllo, 110 sin gl'ande sorpresa mia, hizo el
gobierno á las Córtes la primera indicarion sobre
trasladarse á un punto que ofreciese seguridad. Dos
veces se tratd en las C61'lCS este negocio, y otr:lS
tautu sentí en estremo no bahel'me alcanl.ado el




~¡j~(i~
turno de la palabra, que me apresuré á pedir para
fundar mi voto, voto que Oí en contra; no portJue
yo no pensase que podría negar el caso de lomar
esta resoludon, para la cual: si llccesado fue~e, esta-
ba autorizado de suyo el gobierIlo, sino pOl'llue que-
ría anticipadamente saber del mismo, el uso que ha-
bía hecho de sus autorizaciones estraOl'diuarias y
de las larguezas del congreso, no menos que tle los
sucesos políticos y militares tIc toda clase, :::ohre-
venidos COIl posterioridad á las contel'tado))eso La
idea de la fuerza conque debíamos contar, Jos des-
filaderos y pasos susceptibles ele defen!a, en la (lis-
tanda de noventa leguas que hay desde Maddtl á
la frontera; el recuerdo que en la guerra de 93 :se
sostuvo la corte en la capital, sin embargo de que
entonces la nadon francesa el'a quien la hacía al
gabinete español, no como abora el gahineteá franLé~
á la nacion eSl,aüola, el d esco de cerrar la bOla á la
maledicencia en la odiosidad conque pudiera fIn'eseu-
tarel contraste entre las sesiones clelg y l1ide enero
y nuestra salida de la capital; y sobre todo el ries-
go de que luese perdida para muchas provincja~
la aedo n del gorbierno, y obstruidas con mas ;facj~
liJad. las comunicaciones; he arJ.llí .Io~ que !princi-
palmente me rehoajo de da.' mi vOlo, y lo que al
presente me retraerá eu cladc en el dil'lamen suhre
las contestaciones, que consiJeratla5 en abstracto,
JI;H,'cn honor á quien las cslcluljó, pt!I'O~{FlC si 11 fllCl'-




~!)27·~
2<1 m recursos cuando se dieron, como dehiamos
tenerlos, y lo~ hechos posteriores manifiestan 10
contrario, hien pllpde decirse que hayan influido
y aun ocasionado estos mismos hechos.


Grande, inmensa é irresistible es la fuerza de una
naciou como la nuestra, si quiere despleg-arla po-
niclulo en accion todos sus reCllr"SOS, y el año 8, en
<¡ue se J ió ¡wj nci pio á la gloriosa 1 ucha de la inde-
pendencia, nos ofrece un comprobante de esta ver-
dad." Pc.'o está la nacion en el mismo caso? j Se


e l.


encuentra en aptitud de repetir aquel asombrosa
fen6meno? ¿ Se ofrece este en una misma genera-
cion ? i Oialá así fuese! pero me guardaré yo bien
de tomar la guel'ra de la independencia por térmi-
no ue comparacion con la actual; ponlue (y qui-
siera equivocarme) los elementos que fomentaroll
aquella, y formaron el granue teson conque se
llevó á cabo, esran clesgt'aciadamente en contra de
esta. Ni nos deslumhran las infinitas fel ¡citaciones
de los pueblos, dirigidas al congreso por las famo-
sas sesiones de 9 y tI ya citadas, porque ademas
de que en nada pudieran ínlluir en las contestacio-
nes oticiales Jel gobierno, como I)Qstcriores á ellas
y sin que ¡utente ) o tampoco defraudar á seme-
jantes dcmo~traciones del mérito que en sí tienen,
que ciertamente es mucho, y supone siempre, por
)0 menos, gran decision en gran parte de los pue-
blos, _sabemos tambien cuan poderosa es la fuerza




~a28G
de la imitacion y del ejemplo, y por consiguiente.
que no siempre valen mas estos actos que lo que es-
tel'iormen(e suenan. Hecordemos sino, como se
pI"odigaron, y que efectos pt"odujeron en la Fran-
cia, durante el siglo de los 100 dias, es decir du-
rante aquella fugitiva época en_que Napoleon vol-
vicS á ocupar el trono impel'ial desde su salida de
la isla de Elba, hasta su destronamiento pOI' la ba-
talla dé WaterIoo, y última caída pal'ano levantar-
se jamás. Entretanto la guena civil y estrangera
se va estendiendo rapidamente por toda la Penín-
sula, y yo no dudo, que si nO estábamos aun con
ftlerzas para sostenerlas, y hacer t.riunfar á menos
coste la juslicia (le Ilueslra causa, las negociaciones
Jel gobierno en la primCl'a época, que es la de las
notas, la hubiesen podido dilatar, ganando así
tiempo para pt'epararnos y ponernos en estado
completo de defclIsa.


i!ero todavía en la segunda época, que muy li-
geramente voy á recol'l'er, huhiéra!'c tal ve~ lo-
grado lo mismo, debiénd()se entender siempre (Iue
hablo en la hip0trsis de nuestro desapercibimienfo.


« A pena!; estcndidas las respuestas á las nofas,
dicc el ministro de estado cn su memoria," que
amhos documcnt.os t.omados colectivamente, fueron
l'ornllnicados por copia oficial al gabinete inglés,
csponiéndole los justísimos motivos qlle había teni-
do el nuestro, para obrar de este modo, estando




C?S29~
contra todo clerecho de intcrvencion, y esperandO'
que la gran Erctáña interpondría sus oficios para
evitar un rompimiento.» Parece, y yo no dudo,
que por esta vez dió pasos el gobierno Británico
para alejar de nuestro suelo el azote tremelldo de
la guerra. Hallo mas, y lo confiesa la misma me-
moria, que manifestó deseos de 11ue ofreciésemos
alguna- cosa que plldicra scrvil' tle base á sus ncgo-
ciaciones: j ya se ,"é! ¿ como hahia de uegociar
sin algull asidero, sin que se le pusiesc algo en las
mallOS, para ello? Las cOsas habían ya llegado al
cstrcmoj amenazaba ya una tormenta de.;ecl13, y
cuando dos contendientes eslall en el último gra-
do de irritacion, es menester pal'a calmarles, que
el mediadOl' les oíi'ezca algo que pueda igualmente
alagar á ambos, á fin de que cada uno á su vez, ceda
una parte de sus pretensiones; este es el único me-
dio de sacar un partido ventajoso, sin vulnerar el
honor, medio inevitable cualldo es mas fuerte uua
de la~ partes, aunque carezca de razon.


e( Pero ¿ que podía ofrecer el goLiemo español
en estas circunstancias?» continúa la memoria,
(( ¿ modificaciones de la COllstilucion ?)) lucgo me
haré cargo de esto. Nada pues se negoció; nada sc
puso en las manos para negociar al goLiemo inglés,
ni aun se le requirió formalmente para mediauor,
cuando con tanta franqueza se prestaba á serlo;
mas continuó siu embargo í~n su:; Luenos otidos, y




el gobiel'no cspailol vió dos ó lres comuuicaciones
\ porque no asegura la memotia cuan tas fuesen) he-
chas al ministro inglés eu nuestra cOl'le, por el
de la misma nacion en la Francia, y por el de las
relaciones esteriores en Inglaterra. «Tampoco tiene
presente el s~cretario de estado (continúa la me-
moria) el contenido de estas comunicaciones, de
que dke, no obstante, (lue hay un estracto en su
secretaría, pero que las pretensiones se reuucian:'
primero, :í que se declarase (lue la Constitucioll era
dada por el rey; segundo, que el consejo de estado
debía ser de nombramiento real, y tener parte en
la polestau lC3islativa; ter~ero, que se declarase,
que era llegado el tiempo rle hacer reforma$ en la
Constitucion; cuarto, que los tliputados á córles tu-
viesen eu adelante las propiedades que la COllslitu-
dOll indica. «Anle lodo preguntaré yo ¿ pocqué no
se dió c!lenta de un negocio tan interesan le á las
c6l"tes? ¿ Es posible que con tanta indiferencia se
haya mirado un asunto, el mas grave y trasceJcll-
tal que, desde el ai'io Je 1820 acá, se ha podido
ofleccr á la deliberaríon Jel congreso? ¿Por qué
110 se le parl ici paron dichas comunicaciones en se-
[,¡on .secrela ? tal vez se hubiera adelantado algo,
y aun evitado mucho, poniéndose de acuerdo el go-
hiel'no COn la lotalidad de las córtes en tan espino-
.!a y delicada maLeria. ~o pueden las córtes, es ciel'·
t'l, modificar la ConstHudou; !oon limitados los do-




~551~
del'es de los diputados, pero en la cOllstitucion, bay
un artículo, que dice: la soberanía reside esencial-
mente en la nacion. Al gobierno toca indagar el
estado de ella bajo todos sus aspectos; toca iuquirir
la fuerza de la opinion; toca evitar y prevenir las
grandes crísis, pOl' lo menos conferenciar con las
CÓ1'tes; toca, en fin, salvar al estado, cuyas riendas
tiene en su mano; todo por los medios legales que
Su sagacidad y prudencia le dicten, que las cir-
cunstancias ll! sugieran, y que el impel'io de las
mismas reclame. Yo no inrlicat'é cuales sean estos
medios, porque ni puedo ni debo hacerlo, pero sí
diré, que en la 0pol'luna eleccion y aplicado n (le
ellos consiste el arte del buen gobierno.


i MOllificaciones en la COllstitucioJl ! Aun cuan~
do no pudieran Ó no debieran hacersc (como yo
no dudo que no se puedcn sino legalmente) tal vez
no hubiera habido necesidad de ellas, á lo menos
por dI! pronto, y hasta sa tiempo. ¿ Por ventura
son todo modificaciones lo que contenían las comu-
nicaciones oficiales ó semiofieialcs de que hace mé-
rito la memoria? ¿ Es modificacion, que los dipu-
tados á Córtes ha yan ¡le ser propietarios ó disfru-
tar una renta, 6 es antes mas bien el cntero cum-
plimiento del artículo 82 de la Constitucion, artí-
culo ciue, en mi concepto, debe ponerse en uso pa-
ra la próxima legislatura, por medio de un decreto
provisional, y que ya debía haberge puesto pu'a es-




.. ñ52,.
la ? ¿ Es modificacion que se declare ser ya 'llegado
el tiempo de poderse hacer reformas en la Consti-
tucion, por los medios que la misma establece ? Na-
da hay todavía acordado sobre el cómputo de los 8
años que p:l'ra ello deben pasar, ni, de consiguienle,
sobre si se deben entrar en cuenta los seis alios que
estuvo cesante, asi como entran en los tlel reinado
de S. M. los seis años de su cautiverio. Proposicion
se hizo sobre esto cnlas Córtes anteriores, pero no
llegó á ser informada. He aquí pues, como pudo
haber algo que poner en manos del gobierno inglés,
para negociar sin degradacion ni inconsecuencia
alguna. Sobre todo, preclso es que se! hable: para en-
tenderse; pal'3 hacer" algo es menester empezar una
comunicacíon verbal. Si no es fundamento propio
para una negociacion, á lo menos despeja y allana
el camino para ella; tras de las palabras se t'ntablan
las conferencias formales, y en pos de ellas vienen
los escrilos de oficio; con mantenerse siempre en
un mismo pl'Op6sito, nada se adelanta. Un mal pa-
so, si recoJloci() o no se endereza 'con' la habilidad
posible, hay riesgo de que conduzca al precipicio;
mayormente cuando las circunstancias empeoran
des pues, y sobrevienen nuevos peligros.


i Modi ticaciones en la Constitucion ! Ciertamen-
te que no las hiciera yo como diputado, porque no
puedo espontaneamente, y sin que se me den pode-
res para ello; ciertamente que no quisiera tampoco,




3ob;);)~
que aun teniéndolos, que nadie me forzase' hacer .•
las; pero aunque yo picnse que nuestra Constitu-
cion sea la única obra perfecta que haya salido de
mano de los hombres, tampoco quisiera que se la
achacasen tantos y tantos defectos, como en pape.
les estrangeros y aun nacionales, ultimamente pu-
hlicados, se la achacan de continuo. Nadie ignora
loque se ha dicho y repetido en estos papeles, sobre
el modo con que se form6; sobre la {{ue sirvió de t i-
po para hacerla; sobre 10 prolijo y minucioso ele
ella; sobre la teoría de la iniciativa de las leyes y
modo ele dictarlas; sohrr la comparacion de dicha
inici:tfiva,con la de las repúblicas mas democl'áli-
ras de la antigüedad, Atenas, Esparta y Roma, y so-
bre el sistema electoral; sobre la unidad del cuer-
po proponente y delihcl'ante, y sobre otros varios
que ahora no es del caso indicar; tampoco 10 es el
rehatirlos, porque esta seria una cueslion intermi-
D:lhle tle principios, y de tOllos modos la f.onstitu-
don: único centro de unidad que al presente tene·
mos, es tambien la única áncora que pue(le salvar
la nave elel cstaao de la furiosa horrasca que vio-
lentamente la agit.a; pero si diré, por mi parte, que
('oDviniendo en que nuestra Constitudon es de su-
yo una ~ntonacion por cuerdas hastante altas, I'on-
viniendo tn que la causa de los males que sufri-
mos, está mas bien en las cosas r¡ueen las persona!',
aunque eRial' inntlyen murbisimo, sin embargo, no




-.554 ..
tanlo debe atribuirse á la Constitucion, cuyO& de-
fectos, si los i.Ui"iese, los enmendaría la nacion á su
tiempo, cISma á las leyes y emanaciones de ella, pues
que pOI' 10 general se ha d:Hlo casi todo á la cuerda
de la lihertad, y muy poco ó nada á la de la sugecionj
se ha dilatado y aflojado, en vez de repl'imir y con-
tener, y fmalmente se lla andado mucho en poco
tiempo, en vez .le haber caminado con lentitud .,
con pausa.


Pero vuelvo á mi prop6sito, y entro en la terce-
r.'! época de las nt'gociaciollcs del gobierno, relati-
va á nueV39 propuestas que el secretario de estado,
en.su memoria, supone hechas por la misma Fran-
cia, y que parc('en coincidir con la invasion hos ..
lil. Dice solamente, que eran lo mismo que las an-
tiguas desechadas antes; sea asi enhorabuena, pero
yo repetiré lo mismo que tengo <licho, ¿ porqué no
se ha dado cuenta á las C6rtes ? ¿ ~orqué las Cór-
tes nada han sabido de esto? ¿ Y porqué sino te-
níamos aun la suficiente fuerza para resistir, sino
estábamos del fodo apercihidos, no 5e h~ tratado de
ganar tiempo hasta que lo estuviésemo~? 1 a justicia
de nuestra causa es evidente, es notoria é induda-
hle; ¿ .pero tenemos fuerzas para hacerla valer?
l Basta que una guerra se declare nacional, para que
efectivamente 10 sea? ¿ Son los decJaI'antes Ó ]05
pueblos conocedores de sus intereses, los' que la han
de dar M!mejante car6rter ? ,Elite es el p~nto prin-




~53!) ..
cipal de la cuestion, y bajo elite aspecto es como de-
be considerarse. Ninguna nacion tiene del'echo á in-
tervenir en el gobierno ni en asunf.os interiores de
otra que es independiente; no tiene duda, es muy
cierto ¿ Pero donde está la fllerza para sostener este
inconcuso derecho? POl'qué los .IerechCls de nacion á
nacion siempre en último resultado se han sostenido
por la fuerza. Además de que nunra le faltan á la
di plomada razones y pt'etestos especiosos, para coho-
nestar una guerra por injusta que sea; mas que sea
tan injusta como la actual. ¿ No se ha dicho :wnr¡ue
muy falsamente, que por el mismo princi pio la hi-
cimos nosotros ~ la república de Francia en el año
de 93? ¿ No se ha dicho que hemos tratado de pro-
pagar nuestras doctrinas revolucionarias ( asi llama
la Santa Alianz.a á las doctrinas liberales) á la Ita-
lia, á la Francia y á ot.ros paises de Europa? ¿ No
se han supuesto ser obra de nuestros esfnerzos, los
alzamientos de Nápoles y del Piamonte? ¡ No se ha
vociferado que cualldo arde la casa del vecino, tiene
derecho el inmediato á atajar el fuego? Pues hé
aquí como son estas y otras imputaciones no menos
falsas que odiosas; hé aquí como son achaque de ma-
niobras provocadas por nuestros mismos enemigos
que nos hacen ahora la guerra, y aun tratan pér-
fidamente de justificarla.


En lo que yo no podré convenir, eB en la ¡de:\.
que ~ienta la comision, de qne era inevitable \a




~:);)()~
guerra. Esfoy ~er¡;uadi(Jo que sin comproml!!ttr el
decoro nacional ni f..lltar á 105 iUl'amento~ presta-
dos, pues ele 10 contrario no hay caso. no hubiera
sitIo obra muy dilicíl el evitarb, 6 á lo menos di-
latarla mucho tiempo. Los gastos y preparatjvo~
nada prueban en contrario, como la comision su-
pone; no pocas veces se hacen con el objeto de in-
timidar é imponer, y (le conseguir una pretension
que si se logra, logrose ya el fr",to a petecido, tanto
mas plaluihlemellte cuanfo que no ha costado san-
gre. Por muchas razones políticas, que estan al al-
ea nr.e de todos los señores di pu tados, no creo que
la Francia estuviese ('n el caso de apetecer la guer-
ra, y las última!! proposicion('s que se sUl'0nen lw-
ehas por la misma, y que yo no creyt.'ra á no vrr-
las indicadas en la memoria, 10 dan á enlender ha!l-
tante en mi concepto, mayormente si se atiende 3.
la época en que se hicie.'on. Podré c(!uivorarrucj pe-
ro el haber sido hechas. como supongo, despue~,It'l
:l1Ice50 (lesagradable ,le la noche del 19 de febr('1"O
tíltimo, que tanlo (lehió lIlUui.' en nuestras relacio-
nell di plomática~, des pues de la reposiríon ilegal y
violenta de un ministerio que nunca debió consen.
tir en ella, y que por lo mismo debía ser tan omi-
nOllo al gobierno francés; todo esto, digo, no pUf',le
interpr<,t31'se sino A deseos muy sinceros de evitar
la guena.


« El plan elel ministet'io ft'ancé!l, ~ .li(e la l'omi-
TOXO J.




.,iS57 ..
sion, "no podia ser otro que el . de asentar su do.
minacion en nuestro suelo, y mantener al pu{'blo
Español en el estado de Su tributario. » Mucho
tiempo hace que es este su plan, y es tambien el
plan de la Inólaterra, aunque por distintos medios,
y es el plan de toda otra nadon fuerte respecto á
otra débil, con la gran diferencia en órden á la
nuestra, que en otro tiempo era muy rica en oro y
plata, como cosechera casi esclusivamente de tan
preciosos metales, y así no era de estrañar que la so-
licitasen y buscasen otras nacionesque enella tenian
sus Indias. En el dia la faltaron aquellas cosechas;
es la nacion mas pobre del Universo, como 10 ha
dicho un ministro inglésmuy conocedor de la rique-
za pública; lo será aun mas cllando aparezcan los
estragos de la guerra civil, mucho mas si su mala
estrella la condugese algun dia al absolutismo; y
por lo tanto ya en lo sucesivo podrá presentar po-
co ob}·eto á la codicia de las de mas naciones,. Este


. I
gran vacío, es bien seguro, que cualquiera que sea
la suerte de España, no le llenará gobierno alguno
en esta gencracion, ni tal vez en la venidera.


De.iera pues el gobierno haber consultado muy
detenidamente la fuerza física de la nacion, tanto
eu soldados como en recursos pecuniarios, antes de
empeuarla imprevisameme en UJJa lucha, eu la cual
si sucumbiese, lo que no espero, sucumbiría nada
menos que la libertad, y que de todos modos debe ser




D-:J58.-
fanto mas calamitosa cuanto mas desapercibida se
halle para sosteneda ; debiera no haber perdido de
vista el estado de opinion ó fuerza moral de los pue-
,


bias, harto combatido ya por las clases y personas
interesadas en la contrarevolucion, y harto estra-
viado por los males mismos de Urla guerra civil que
ha fomentado el oro estrangero, pero que no ha per.
mitido probar.á los pueblos las dulzuras del sistema
cowHtucional, atribuyéndole antes biell los gravá-
menes p.ecuniarios y consiguiente empobrecimiento,
que son efecto de las circunstancias; debiera habel'
comunicado á las Córtes las propuestas de toda cla-
se relativas á este asunto, de ambos gabindes In-
glés y Francés, de que llevo hecho mérito, con re-
ferencia á la memoria; debiera en fin haber consul·
tado al consejo de estado, como la Constitucion pre-
viene en el artículo 236, para todo asunto de gra-
vedad (y ciertamente que otro de mayor que este
no le puede haber) á fin de reunir toda la il ustra-
cion posible, y procurar el mejor acierto, eu lo cual
no puedo meuosde ver una illfraccion notoria é in-
subsanable de dicho artículo constitucional.


Nada de esto se ha verificado, y el ejército fran-
cés ha invadido la España, no solamente preredido
de Frailes, Clérigos, ex-Inquisidores, Palacif'gos, la-
drones y asesinos, l.~omo dice la comision ( que DO
quisiera yo que hubie~e presentado tan odioso con-
traste) sino desgraciadamente de gentes ilu.I3s óse




eh f,"ra¡].tafÍon, y m:l.~ ~l~ cuatro ff'nieates genet'·a'l{'~.
¡Ojalá a"Í no fut'c:e ~ Rr.~nlta. pue~, r¡ l le no,tlahieJi ..
do el gol)ieruo rOJl!\ultado rorl 10I10!l los an!ererlen-
te.~, ni apurado fo.los los meai05 'lile llevo indica-
do!!. no preci1'amellte para ne~o('iat' motliflracione~
('ontl'a tod,) derecno; no para ('omp.'ometer el de-'
('01'0 nacional; 110 para i1lcIlrrir f'fl illconc:ecuendas,
lIinn á 10 menos para ganar tiempo, á. fin de recti.
ficar en t.anto la of'ini~n pública, entusiasmar á Jo~
~nehtoc;, hacerse ('011 rCCUt'SOS y meJios, negociar
alianzl!1, y poner la nacion ('ll estallo completo de
.. le reusa, y en disposicion de /lO!ltener "\'1\ merlos'
riesgo y clesven taja .~a :g'i~~r~a, sy.es'?que pllr firi de- ' ~


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bh,h;¡.~e,r,s~ y hb ~ra~.1{p\i1l\eev.aal~; no hahiénllose
."..,. - < J' ~


en 'tití ciUicehty,;~:rtru.di'do; bast:lIlte (, todo e!lro. ro'e
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f'S muy séusi hle 'nó' {i~~..e.c:v.()!.l\l' ('\ clidamen de la
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