MEMORIAS
}

MEMORIAS
PARA. SERVIA


A


LA TIMTDIRIA
DEL


z- 77f n firN,ACOF JNISM.2


TOMO CUARTO,




HA3
PARA SERVIR


A LA HISTORIA
DEL


31-1C0-1IMUM
SU AUTOR EL S.' BARRUEL;


TRADUCIDAS AL CASTELLANO , Y AUMENTADAS CON ALGUNAS NOTAS


RELATIVAS A LA REVOLUCION DE ESFASA DEL ANO 1808 ,


POR EL IL.mo y rav.mo


S.' D. Fr. RAYMUNDO STRAUCH Y VIDAL,


OBISPO QUE FUE DE VICH , EN EL rium:IrAvo DE CATALIJIA.


NUEVA EDICION.


co


CON MUY PARTICULAR ESMERO. Y COITTAnÁ CON EL ORIGINAL FRANCES,


TOMO CUARTO.


PERPIÑAN,
EN LA IMPRENTA DE J. ALZINE.


1827.


9




DIZ2117ACIDPIE3
sem ALGUNOS AnTíCULOS


D L


MONTHLY REVIEW,
( Periódico ingles )


RELATIVOS A LAS MEMORIAS SOBRE EL SACOBINISMO.


D IARISTAS hay, cuyo sufragio y aprobacion me es en
extremo grata y ,preciosa, porqué sé los inmensos servi-
cios que prestan al público, propagando las buenas doc-
trinas; mas vénsc otros , cuyo elogio, si me le prodigasen ,
me seria bien odioso , porque so capa de ocuparse solo en
materias científicas, tornan á su cargo la defensa de la
impiedad y de la rebelion. Yo no leo tan á menudo los
escritos del seiior Gritlith , ó sea su illonlh/y Roview, que
pueda decidir en cual de estas dos categorías deba yo
colocarle, ó bien á su redactor y vice-gerente ; mas no
seria la mas honrosa aquella , si hubiera de juzgarlos por
la mencion y análisis que han hecho de mis Memorias
sobre el Jacobinismo en su periódico. En el apéndice al
vigésimo-quinto voldmen de aquel, han acinado tales car-
gos contra mí, que si se tratase solo de una disputa pura-
mente literaria , me referirla sobre su decision al buen
juicio de un lector cualquiera ; pero yo he denunciado la
mas espantosa y temible, conspiracion que so haya jamas
tramado contra la religion y la sociedad ; y tanto por
honor de esta causa como por el mio propio , debo ahora
probar á quien competan en justicia las imputaciones y


Tohto




orisEr,vAc,tos.


cargos de mala fe, de supercher ía
y de una pérfida ingenuidad.


Por fortuna este empeño y tarea son harto fáciles.


1.°
El señor Griffin). me hace el honor de calificar dé


tolerables, y aun de satisfactorias, las pruebas que yo doy


de la Conspiracion de los so
listas contra el altar; mas la de


los sofistas contra el trono,
le parece , dice , tan imperfecta-


mente
demostrada, que á juicio suyo la extincion del po-


der real ó monárquico en Francia , debe mas atribuirse
á


circunstancias locales, que á los votos y manejos de los cori-
feos de la revolueion. Lo que hay en esto de bien cierto,
es que los Jacobinos eelebrarian de que asi se creyese
generalmente en el mundo, porque prete S


nd no menos


tener un derecho para decir á los reyes
i nen osotros ata-


camos vuestros tronos , la culpa es toda vuestra ; vuestras
perfidias y despotismo son las que destronaro n


á Luis XVI,


mas bien que Brissot y que Sieyes , y las que le hicieron
morir en un cadalso , mas bien que Pethion y Robes-
pierre. La tiranía, sobre todo , de Luís XVI, fue la que nos
inspiró el voto , que despues se hizo público , de no dejar
un solo rey sobre la tierra. »


Pero no es menos cierto tam-


bien , que el señor Grifiith prefiere el fallar magistral-
mente sobre mis pruebas, antes que citarlas ó analizarlas,
rezeloso sin duda de que los lectores las hallasen demos-
trativas. Y por lo mismo omite hacer mencion de las car-


tas , de los sistemas y del club
de Holbach , del Comité ,


ó
Junta-Central, de los emisarios del Grande-Oriente, de


las declamaciones y confesione s
tan precisas de los mis-


mos conjurados, de las de los iniciados
Lerei, Ccofrades


óndor-


cet , Gudin , Lametherie , y en fin , de las de los
conjurados del Mercurio. Todo esto demostraría, que en
materia de. pruebas , el señorGritfith hace el dificultoso,
cuando asi le conviene ; y que si no sabe refutar las mias,
sabe á lo menos pasarlas por alto. Y como hay al mismo
tiempo tantos hombres que creen sobre su palabra al


Magisier, como los Pitagóricos, casi seria ya inútil el con-


vencerlos con razones. Ni
aun se dignará el señor Griilith


de citar á aquel Walpole que tan positivamente nos habló,


OBSE-aVACIONEs‘
hace ya tanto tiempo , de la conspiracion de los sofistas
contra el trono ; y pues que tan Voluntariamente cierra
los ojos á luz, no iré yo á hacérselos abrir por fuerza.


2.° Dice tambien el señor Griffin) , que ha sido una
grandísima falta de mi parte el suponer que la igualdad
y la libertad constituyen el secreto de los franc-mazones.
Al efecto, nos cita ciertas correspondencias y embajadas
entre las grandes lógias de Berlin y de Londres , ya desde
el año i 776. en un tiempo en que esta habla llegado á.
ser como el foco de la convergencia, y el centro al cual venían
á reunirse todos los rayos de la filosofía- moderna y añade di
continuacion : ¿y estas embajadas serian solo unos juegos de
niños? 6 bien habria tal vez algunos l'imoleones ocultos en el
seno de las lógias ! — Con mi acostumbrada franqueza diré,
que si hubiera conocido de antemano dicha correspon-
dencia y las embajadas dirigidas á mia lógia , que era ya
como la reunion de los sofistas entonces , bien lejos de
retractar mis pruebas relativamente á los fraile-mazones,
las hubiera esforzado mas y mas. Sobre todo , no hubiera
generalizado tanto mi excepcion sobre la frane-mazonería
de la gran lógia de Londres , si hubiera sabido que abri-
gaba en su seno algunos hermanos tan enemigos de los
reyes como aquel Timolcon, que asesinó á su hermano Timó-
faltes , y como el primer Bruto lo hizo con sus hijos y
el segundo con su bienhechor Julio-Cesar , y por él mis-
mo motivo. Dejo á cargo de los franc-mazones ingleses el
disipar las sospechas que tiende á. verter sobre ellos el her-
mano periodista. Mas á lo menos se convendrá conmigo,
en que el señor Grifiith tiene una bien extraña manera de
probar que yo me he equivocado , suponiendo ó yendo á
buscar conspiraciones en las lógias mazónicas, pues mi
verdadera falta consistiría no en haber acusado falsa-
mente á los hermanos mazones , sino en haber querido
excusar á los que verdadera y realmente eran los mas cri-
minales.


3.° Aun afecta mucho •mas estrechas tragaderas el señor
Griffith, cuando se trata de los queridos iluminados y de




i v r. S }:e. o NES.
Sus conjuraciones contra toda sociedad , toda propiedad
y contra las ciencias. Los cargos y acriminaciones de mala
fe, de inexactitud y de perfidia fluyen aqui principal y
naturalmente de su envenenada pluma ; mas no tardará
en juzgar el lector quien los merece de preferencia.


Saca el diarista sus mas fuertes pruebas del modo con
que yo he traducido dos textos de Weishaupt. Confesaré
buenamente , que con el primero me vi harto embarazado,
no ya por la dificultad del lenguage que en el resto de
la obra es bien inteligible , sino por la bestialidad y enor-
me contradiccion que encierra dicho texto en el lugar en
que se encuentra. En su sentido rigurosamente literal ,
debia hacérsele decir á Weishaupt : Pocas necesidades; he
aqui el primer paso hácia la libertad. Y he aqui la razon por-
que los salvages y los hombres mas sabios, d los hombres que
han llegado al último grado de ilastracion , son tal vez los solos
independientes. A mi juicio es una gran necedad el calificar
á nuestros sabios como los hombres que menos necesidades


sienten, y que son por esto los mas libres independientes de
la sociedad. Ilan menester por lo pronto de una tal cual
fortuna honesta , que , ahorrándoles de todo cuidado do-
méstico , les permita librarse al estudio sin zozobra. Tienen
necesidad de que otros se ocupen y trabajen para que pue-
dan ellos alimentarse , vestirse y vivir á cubierto, y nece-
sitan sobre todo mas que otro alguno de cierta paz y tran-
quilidad de espíritu, sin la cual no se hacen grandes pro-
gresos en las ciencias. Los hombres de letras serian los
mas ingratos de los ciudadanos , si llegasen á desconocer
la autoridad pública, sin la cual las ciencias nos serian
tan extrañas y agenas, como lo son para los llotentotes.
Hágase la prueba sino de enviar á un famoso académico
de un lado á un espeso bosque 6 á una desierta campiña, y
de un otro á un simple paisano ú artesano , y bien presto se
echará de ver cual de los dos tendrá mas necesidad del
auxilio de su compañero para salir del paso.


Pero aun hay mas ; Weishaupt nos dice muy seriamente,
que las ciencias han sido el origen de la esclavitud: ¿como


OBSERVACIONES.
concebir ahora, pues, que los sábios sean los mas libres
y los mas independientes de los hombres P Para evitarle á
Weishaupt tan absurdas contradicciones, y, sabiendo por
otro lado, que segun su sistema no hay mas hombres real-
mente ilustrados que los salvages , ó los que nos quieren
hacer retrogradar á este estado, hube de traducir : Pocas
necesidades ; he aqui el primer paso la libertad. Es por
esta rasan que lo's salvages son en grado superlativo los mas
ilustrados de los hombres, y tal vez los solos libres. Mas al
propio tiempo tuve buen cuidado de citar el texto mismo
de Weishaupt : Darum sind wilde , and in lacchsten grad auff-
gehherle, vielleicht die einzige freye menschen. Y cité sus pro-
pias palabras , á fin que el lector les diese el sentido que
juzgase mas á propósito. El señor C-riffith ha creido hacerlo
mejor, y despues de haber citado el texto en que Weis-
haupt dice en términos precisos que las ciencias son la
madre de la esclavitud , le hace aun decir poco despues,
que los sábios y los salvages son tal vez los solos hombres
libres. Yo nada objeto contra dicha traduceion ; el sentido
de la frase , tomada separadamente, se ve alli mejor que
en la mia, que es mucho mas conforme al todo del dis-
curso. Consiento , sin embargo , en que se aliada la cor-


•ecelo), siguiente : « Tomo 3.° de estas Memorias, á la pág...
y lín.... léase : Pocas necesidades , he aqui el primer paso hacia
la libertad. Es por esta razon que los salvages y los sábios,
los hombres que han llegado al colmo de la inst


•uccion y del
saber, son tal vez los solos hombres libres. Pero quiero que se
añada á renglon seguido : Nótese bien esta bestialidad y
contradiccion.


4.. El segundo cargo del señor Gritlith , es decir, el del
autor del artículo, pues el diario se imprime por su cuenta
y á nombre suyo, el segundo cargo , repito, del señor
Crillith sobre mi t raduceion, está concebido en estos tér-
minos : » El texto de Wcishaupt dice expresamente , de lasformas actuales (S imperfectas de la sociedad civil, debemos de
pasar d otras formas nuevas y mas bien entendidas.—Mas para
atribuir á Weishaupt el infame proyecto de perpetuar la


1**




Vi OBSERVACIONES.


anarquía , el señor Abate traduce infielmente unfairly run-
ders , ó este paso , ó tránsito , como si el sentido de Weis-
haupt fuese, que nosotros habernos de retrogradar al estado
salvage. n Poco despues , afectando citar algunos otros
pasages de mi obra, para poder reprocharme la misma
infidelidad , añade el periodista : Sobre el artículo de la
propiedad, se toma no menos iguales libertades y hace
uso de una cierta ingenuidad igualmente pérfida. <1


A unos cargos de tal naturaleza , he aqui señor Gritfith
todo lo que yo debo responder ; á saber, que Vmd. achaco
groseramente á los otros sus propios defectos.


A. pesar de la injuria y calumnias que encierran en si
tan villanos cargos, le escribí á Vmd. como pudiera ha-
cerse á un honrado Periodista, que ha podido caer en una
equivocacion, y que no se negará , despues de unas tan
crueles acriminaciones, á insertar en uno de los números
siguientes mi justiGeacion y apología que al intento le
envié. Pero Vd. no quiso prestarse á ello, y de este modo
han quedado sin respuesta sus tan villanos cargos. Pero
le habla significado ¿i Vd. tambien, que en todo caso yo
no podía dejar al público en el error á que su diario
podia haberle inducido, y error que en las circunstancias
presentes podia llegar á ser de alta consecuencia. Le ofrecí
á Vd ademas una cita y conferencia , en la que , y con
los escritos originales á la mano , le hubiera á Vd. conven-
cido de sus calumnias. Pero, no habiendo querido pres-
tarse á ninguno de estos medios tan naturales de reparar
una injusticia y de hacer brillar la verdad , no tiene Vd..
derecho á que se le trate con alguna consideracion, así
como Vd. no la ha tenido con un hombre que en sus
tareas no se propuso otro objeto que el del interes público,
y á quien calumnia ciertamente en esta ocasiou contra
toda evidencia.


Ha convertido Vd. , porque asi le ha pasado por el ma-
gín, la resolucion que le dije haber formado de desen-
gañar al público, en una amenaza tan ridícula como pue-
ril de denunciarle como iluminado, y ha añadido Vd. que


OBSERVACIONES.


yo soy muy dueño de hacerle á Vd. este reproche, ri este
cumplimiento. (111ontilly-lleview , Juno 1 798 , art. Corres-
pondencia). Pues bien, señor rnio ; Vd. es muy dueño no
menos de mirar y tomar como un reproche ó un cumpli-
miento lo que voy á decir de Vd. ó de su redactor , sin
meterme por esto á decidir si son Vdes. ni no iluminados ,•
bien que es igualmente evidente que si lo fuesen, no po-
drían dar mayores muestras de mala fe, que las que da
el autor del artículo á que voy á contestar.


Lejos de querer prestar á Weishaupt una intencion que
él no tuviera, al escribir las siguientes palabras : aus den
staaten tretten wir in nene klüger Geweehlte , las traduje bien
exactamente asi : de estas sociedades (civiles, de estos gobier-
nos ), pasamos á otros votos, á una mas sabia eleacion ; y
como esta frase, ni en Alearan, ni en Franccs, ni en Espa-
ñol, fija ó precisa cosa alguna, me contenté con adver-
tir, por medio de una nota , que la frase siguiente expre-
saba con harta claridad en que consistía aquella sabia clec
clon. (Torno 3.° de estas Memorias, pág....) y nota que el
traductor ingles omitió, porque en efecto yo solo la puse
corno un exceso de precaueion. Mas si la hubiese puesto
corno yo, ¿ que se inferiria de aqui , sino que yo tuve
un cuidado muy particular de no prestar á Weishaupt
un sentido contrario al resto del .


texto ¿ Es por ventura
culpa mía, si cuanto precede ó se sigue en él, indica con
la mayor evidencia que este solista quiere volvernos al
estado salvaje? Yo tratada con sobrada consideracion al
diarista, ó por decir mejor, yo le baria pasar por un
solemnísimo necio, si supusiera que ha podido equivo-
carse en una cosa tan clara, porque he aqui toda la frase.
entera , con lo que le precede y le sigue : u La, naturaleza
ha sacado á los hombres del estado salvage, y los ha reu-
nido en sociedades civiles ; de estas sociedades nosotros
pasamos á otros votos á deseos y á una mas sabia clec-
clon. A estos votos corresponden y se suceden nuevas
asociaciones , por las cuales volvernos al estado del que
salimos, no ya para correr de nuevo el circulo antiguo,


5***




OBSERVACIONES.
sino para gozar mejor de la suerte á que se nos destinó. 15
Y pues que el señor diarista se niega á la conferencia que
yo le propuse y en que le hubiera mostrado el texto ale-
man , que le lea aqui, y que le traduzca ó haga traducir
por quien guste, pues á presencia de todos los intérpretes
del mundo le desafio para que me pruebe, que yo he alte-
rado en manera alguna el texto citado. = Die natur hal das
menschengeschleeht aus der wildheit gerissen , and in staalen
vereinigt ; aus den staaten tedien wir in nene klüger gewceldle.
Zte unseren wünschen nutren sieh neue verbindungen and durch
diese langen wir wieder dont an, wo wir ausgegangen sind ; aber
nicht um dereinst den ultra zirkul wieder zurück zu machen , son-
dem uta unsere welter° bestimmung nwher zct erlfiihren. Pre-
gunto yo ahora en voz bien alta y atrevida que espíritu
habrá tan topo , tan estúpido y tan desprovisto de toda
lógica , que no vea y se persuada que el estado de que
dice Weishaupt nos ha sacado la naturaleza no es otro
que el estado salvage, y el mismo al cual desea que aque-
lla nos vuelva por medio de las asociaciones secretas P Ade-,
mas, Weishaupt añade que va á explicar este misterio, y
¿ como le explica ? empleando y consagrando mas de cua-
renta páginas para demostrarnos, que el objeto y designio
de la naturaleza en las sociedades secretas, es el de destruir
hasta el nombre de pueblo, de príncipe, de nacion y de patria
y diciendo en términos bien precisos que este es otro de
sus grandes misterios. El monstruoso sofista añade , que el
pecado original y la cuida del primer hombre no es otro que
su reunion en sociedades civiles, y que la Redencion debe
de ser el restablecimiento en el estado primitivo y ante-
rior á la sociedad. Basta la doctrina misma del Evangelio
la explica en este sentido, no menos que la piedra tosca , hen-
dida y labrada de los franc-mazones : y aun se nos acusará de
fraude, de arterias y de una ingenuidad pérfida, cuando
rasgarnos el velo y hacemos conocer el tan absurdo corno
malvado iluminismo ? Dése á cada uno lo que le perte-
nezca , señor Griffith , 6 bien sea su redactor y sustituto ;
guárdense Veles. para si el engaño , la superchería y la
perfidia , y déjennos á nosotros la ingenuidad.


OBSERVACIONES. 1X


5.° Y ¿ que significa aun todo ese zelo que el diarista
despliega en favor de Weishaupt y de Knigge, verdaderos
corifeos y adalides del iluminismo ? Para mejor justificar-
los , viene aun hablándonos de Trismo , y de las opiniones
que han afectado sostener en las apologías que han pre-
sentado al público, apoyándose en el Sociniano Bassedow,
cuya lectura prescribe Weishaupt á sus novicios , dando
asi á entender que es otro ele los burros de reata de la
secta. Mas ¿que vale todo esto para un hombre como yo ,
que les ha hablado á 'Mes. de las opiniones secretas de
Weishaupt y de Knigge, y que las colige y atestigua con
toda la doctrina de sus misterios conspiradores ? Que prueba
y que vale esto para un hombre que demuestra por la corres-
pondencia misma de estos dos corifeos, que ademas del
Sociniano Bassedow , distribuyeran y recomendaran á sus
iniciados las producciones del ateo Reatan ger , del ateo
Bobinet , del ateo Helvecio , del ateo Diderot , bien que
todo este ateismo contribuyera en parte á descubrir los
misterios de la secta , mas pronto de lo que Knigge hubiera
querido ? (Escritos orig. lomo 1.° cart. 3 de Spartaco á Calon;
tomo a.' L'art. `1 de Filon al mismo). Y con respecto á la cons-
piracion que he patentizado ¿ que significan ni que valen
todas esas necedades que el diarista copia de los iluminados
alemanes sobra los jesuitas ; todos esos terrores pánicos
que afecta sobre una nueva introduccion del catolicismo
en los paises protestantes, como si estos , y los ciudada-
nos todos de una religion cualquiera no tuviesen un inte-
res directo en quitarle la máscara al iluminismo, que es
el enemigo de todas ? Si aun se pretende hacer ilusion á
la Inglaterra, como los iniciados lo han hecho con la Ale-
mania durante algun tiempo, diremos que la superchería
es ya inútil de puro vieja. Repítanos el señor Criffith
en horabuena las aserciones de los Mirabeaux y Bonuevilles,


nerta
ó pondere, corno estos, las pretendidas pruebas de la mazo-


-jesaísica , descubiertas por el iluminado Luciano IVicolai;
pues estamos hoy en disposicion de verificar dichas grandes
Pruebas. Aun su plicaremos al señor Criffith que nos mues-




X OBSEIIVACIONES.


tre el famoso pelícano descubierto en Oxford , y sobre todo
que nos diga , como á este pelícano le reemplaza des-
pues un milano que adquiere de nuevo la pluma, y como bajo
este símbolo se sobre-entienden los Jesuitas, ocultos hace
ya mucho tiempo en las lágia,s inglesas, y dispuestos ya á
salir y á causar mil estragos , por poco que nos descui-
demos. Tambien tendrá la bondad de decirnos el diarista
el nuevo grado de evidencia que adquiere dicha prueba ,
cuando consideramos , que C •istoval Wren, arquitecto de
San Pablo , moraba en Oxford corno profesor de un cole-
gio , toda vez que el pelícano y el gavilan se han encon-
trado en otro muy diferente. Pero ¡ cuidado señor Griffith
porque temo que cuando 1'd. habrá desarrollado todas esas
grandes pruebas de Nicolai , los Ingleses no le califiquen
á Yd. , como panegirista, de tan necio , como al mismo
inventor. ( Véase el Monthly Revicw , Agosto, 1798, pag. Go
y 61). Mas para conocer y apreciar dignamente todas estas
burradas de Nicolai , puede consultarse la obra alemana
titulada : El velo de la Mazonería rasgado, pag. 518 y sig).


Y no crea el señor Griffith, que cuando nos encogemos
de hombros y cuando mirarnos con el mas profundo des-
precio esta fábula del jesuitismo y del catolicismo escon-
didos en la franc-mazonería, no nos queda ya otro que
hacer ni decir. En caso necesario , produciríamos nuevas
pruebas para evidenciar, que esta patraña se inventó solo
con el objeto de distraer á los protestantes de la atencion
que hacen ó deben hacer á las invasiones y conspiracio-
nes del iluminismo. Mostraríamos á los hermanos archi-
iluminados , Branner, , cura católico y apóstata de Tiefen-
bach , al apóstata Nimis , el verdadero Chabot de la Ale-
mania, á los iniciados Dorsch, Bina y Wreden „ famosos.
iluminados de Maguncia, de Sidra y de Bonna , los mos-
trariamos meditando y combinando entre si los mejores
medios para dar á .esta fábula indecente el mismo color y
apariencia que ora quisiera darle en Inglaterra el señor
Griffith. Y sobre todo, presentaríamos la carta del iniciado
Branne • á Nimis, hallada entre los papeles de Blau, y que


OBSERVACIONES. Xj


los oficiales de justicia enviaron al señor obispo de ,5 pira.
El señor Griffith parece hombre de Muchas noticias en
materia de iluminismo y mazonería ; pudiera sin embargo
ignorar el objeto de esta carta, que someto aqui á su cono-
cimiento; de este modo se formará una mas exacta idea
del papel que aqui hace, y de los servicios que presta al
iluminismo.


Dicha carta lleva la .fecha de g de Junio de 1 7 99. , es decir,
la fecha de una época, en que por la coalicion de los
príncipes el Jacobinismo se viera amenazado de una pró-
xima ruina ; y nos muestra por consiguiente á los iniciados
muy ocupados en el plan de dar al iluminismo una nueva
forma , para preservarle y aun vigorizarle mas y mas. En
este plan se trata, pues, de buscar un velo que, ocultando
y recatando la gran maquinacion , proporcione mi sus resor-
tes é instrumentos la libertad de obrar sin ser vistos, y de
conseguir el objeto deja secta , sin que se les pueda sos-
pechar que se ocupan de iluminismo.


Este velo tan favorable á los proyectos de los hermanos ,
no es otro que una academia de ciencias, compuesta de dos
clases de hombres; la primera, de sabios bien conocidos
por su zelo por la religion, y la segunda , de profundos
iluminados. Esta academia debe cambien tener sus pro-
tectores en calidad de miembros honorarios; y si Dalbe•t,
añade aqui el iniciado, autor del proyecto, si Dalbe


•t llegatí empalar y elevarse hasta el gobierno, esto es , si de simple
sufragáneo llega á ser elector de Maguncia, será entre lodos
los principes el mejor para nuestro objeto. Quizás, quizás le
descubriremos todo nuestro plan , y en este caso, liaríamos de
Maguncia el centro de nuestra academia. Para evitar toda sos-
pecha. y rezelo, en punto d los misterios que han de ocultarse
en esta academia, convendrá que todos sus miembros lleven col-
gada al pecho una medalla, con el lema licidelom et SCIESTIIS(á la religion y á las ciencias ). Aun ha de ocultarse mas y
mas este secreto, y al efecto se procurara muy especialmente ganar
é in


scribir en dicha acadineia á los mas sabios jesuitas, por ejem-
ple, re


PP. Sattler,
, Seller,


, Mastehelle, y á otros sabios




OBSERVACIONES.
religiosos católicos de otros institutos, como Cerber y Sahmart-
züeber. — Aun convendría tambien se anunciase el proyecto de
esta academia, no ya por uno de nuestros iniciados, mas si posi-
ble fuese, por un Jesuita.


Se ha hecho Vd. bien cargo de esto , señor C riffith
Pues vea Vd. lo que añade aun el hermano, autor de tan
lindo proyecto. a Si aun con todo esto se declama contra el
Jesuitismo oculto y contra los progresos del Catolicismo , tanto
mejor, porque asi se evitará mas bien toda sospecha de
una asociacion secreta : aun se podria, note Vd. bien estas
palabritas, señor GriMth , aun se podria esparcir ó ayudar á
esparcir por nosotros mismos esta falsa alarma.» Vea Vd. aqui
aun á continuacion el texto aleman ; tradúzcale Vd. é insér-
tele en su diario ; pero con el original al canto, para que
se vea quien de nosotros dos es el embustero y el pérfido
(le treaeherous). W urde über heimlichen jesuitism , oder über
geessere aulbreitung des Kalhclicism gesehrien , desto besser ;
dadurch wurde alter veri lacht ciner geheimen verbindung nur um
so meter heseitiget. Man •rennte soltar diesen blinden herrn selbs-
schlagen liaren. Y cuando Vd. habrá meditado , como cor-
responde , señor Griilith , el plan de dichos iniciados,
tendrá la bondad de decirnos si podrá favorecerle mas,
ni cooperar mejor á él de lo que lo ha hecho , dando
cuenta de la obra del señor Robison , de la mia , y de una
indecente rapsodia dada á luz bajo el titulo de Carta pri-
mera de un franc-mazon al abate Barruel.— Tenga Vd. pre-
sente y observe tambien , que el plan de dichos iniciados
lleva la fecha de Junio de 1799, y en consecuencia yo•
me lisonjeo , que en lo sucesivo Vd. no enviará á sus lec-
tores ni les recomendará que consulten á llcettiger para
hacerles creer, que ya no se ha tratado mas de iluminismo en
Alemania, desde el año de 1790 acá.


Aun me lisonjeo, señor Griflith , que en este momento
piensa Vd. allá en su interior como yo , y cree que hubiera
hecho mejor , en primer lugar, no haciendo la menor
meneion de dichas obras, ó haberla hecho á lo menos en
términos algo mas mesurados y verdaderos; 9." aceptando


OBSERVACIONES. xiíj
la invitacion que yo hice á Vd. de enseñarle los textos ori-
ginales ; 5." publicando en su diario la carta que le rogué
insertase en él; 4.- y sobre todo, hubiera Vd. hecho mejor
de dejar á un lado la suposicion de que yo te amenazara
de delatarle como iluminado, porque,, hablando con frau -
'lucia, ni me interesa ni yo gusto en manera alguna deci-
dir, si los iluminados le han admitido á Vd. ó no , como
á su fabricante de artículos , á sus últimos secretos. Usted
principia por confesar, que existe realmente una cons-
pirador '


de los sofistas contra el altar ; y Vd. concluye
diciendo, con respecto ir los iluminados, que por mas extra-
vagantes que parezcan las opiniones de algunos de sus geles,
todavía el objeto general de sus lógias confederadas , parece mas
bien ser el socinianismo y el republicanismo, que la anarquía. Es
decir, confiesa Vd. á lo menos, que en dichas lógias existe
una conspiracion contra el Dios del Evangelio y contra
todos los tronos de los soberanos, y aun pasa Vd. mas
adelante, porque abandona de este modo la defensa de los
iniciados , gefes ó fundadores de esta confederacion del
iluminismo. Y pues que al fin concluye haciendo una tan
paladina confesion, tendré dio menos el derecho de decirle á
Vd. no valia ciertamente la pena de acriminarme mi mala
fe, si al fin debia Vd. mismo de venir á parar en confe-
sar , que en resumidas cuentas podía yo tener razon en todo
y por todo. Porque al fin , yo habia tenido buen cuidado
de distinguir los grados de la secta, y por su código mis-
mo l'alija demostrado, cual los iluminados se contentaran
en inspirar á la clase principiante su odio á los reyes, y
esta especie de socinianismo que se da la mano con el
verdadero deismo. Y si yo no me engaño , esto era pro-
bar que existia en su seno una conspiracion que merecia
fijar la atencion del público. Pero, cuando les acuso de que
propenden á una anarquia absoluta, dirijo solo este cargo
á los últimos y mas profundos iniciados, hien que este
secreto tan esencial no lo sea hoy, pues le han propalado
en las cátedras y bien á las claras ciertos profesores. En
general , señor Griflith, ellos hacen poco mas ó menos las




XIV OBSERVACIONES.


mismas revelaciones que Vd. Tienen una cierta satisfac-
cion de que se sepa, que Voltaire y todos esos hombres
que se nos pintan como grandes filósofos , han conspirado
contra el Cristianismo, y que otros pretendidos sabios de
las lógias han conspirado contra los reyes. Esto podrá hacer
creer al pueblo que no cometerá tan gran falta , tomando
parte en estas conspiraciones. Pero es infinitamente mas
difícil el mostrar como plausibles y dignas de ser seguidas
ciertas conspiraciones contra toda propiedad y toda socie-
dad civil; y es por esto que ellos ocultan en general este
Ultimo término de sus pérfidas maquinaciones, reserván-
dose 'el derecho de difamar á los autores que les quitaron
la máscara , á fin de que se los mirase con el horror que
ellos merecen. ¿Es una ilusion , señor Grifilth, 6 mas bien
un instinto de predileccion , el que nos ha mostrado el
mismo camino , cuando Vd. se propusiera dar cuenta
y analizar en su diario la obra del señor Robison la mia ?
No espere Vd. que yo decida una tan interesante cucstion.
Me basta que el público sepa, que yo estoy muy lejos de
haber exagerado los misterios de los iluminados , y al mis-
mo tiempo dejo ahora el derecho de decidir y de juzgar,
si este ó aquel diarista son, 6 sus juguetes burlados ó sus
cómplices.


N. D. En apoyo y confirmacion del juicio y cuenta que
se dió de mis Memorias en el Monthly-Reciew, se me anun-
cia una respuesta del mismo Weishaupt. Mas á este, solo
tengo una que darle, y no se retardará por cierto ; es
decir, le cito desde ahora á presentarse en Munich, y en
el archivo electoral, donde se encuentran sus cartas y cor-
respondencia. Mas como no pudiera presentarse alli , sin
exponerse á que le ahorcasen , podrá nombrar un pro-
curador al efecto. Que Weishaupt nos pruebe que aquellas
cartas son falsas ; que la corte y los tribunales de Baviera
han engañado del modo mas torpe al universo entero ,
dándolas al público é invitando á todo el mundo á com-
pulsarlas y á cotejarlas con los originales ; cualquiera otra
apología por su parte seria bien inútil , y toda réplica


OBSERVACIONES. XV


por la mia , en extremo superflua. La verdadera respuesta
á todas sus apologías, antiguas y nuevas , se encuentra
ya en el código é historia de su iluminismo. Todo cuanto
yo tengo que decir sobre él, se reduce á estas pocas pala-
bras ; leed y verificad.






NOTA sobre MONTESQUIEU. CONSPIRACION
DE LOS SOFISTAS DE LA IMPIEDAD Y DE LA ANARQUÍA.


*EN pág 72 cap. 2 torno 2. de estas Memorias , cité ,
con cl testimonio del seilor abate, le Pointe , una carta atri-
buida á Montesquieu en un periódico ingles, sin que en-
tonces pudiese determinar el lugar preciso do se contenia.
Enfin, la he descubierto en el Evening gazette del (j de Agosto
1 7 95. El periodista asegura que Montesquieu la 'labia es-
crito pocos años antes de su muerte. Desearia que el mis-
mo periodista hubiese á lo menos nombrado la persona
que la recibió , ó que conserva el original ; pues que la
tal carta seria suficiente para cambiar nuestras ideas por
lo relativo á la moderacion de Montesquieu, y nos mani-
festaria , que fue este uno de los verdaderos sofistas con-
jurados, lo que no nos atreveremos á decir , sin que lo
aseguren las pruebas mas evidentes. Pero es preciso con-
venir , eu que si aquella carta no es de Montesquieu , á
lo menos lo es de un iniciado que ya estaba bien im-
puesto en lo que toca á maquinaciones, pues traza con
fidelidad la conduela de los jacobinos por lo relativo á
las tropas nacionales y extrangeras , y no menos al proyecto
de separar la Irlanda de la Inglaterra.


PARTE HISTÓRICA.


DISCURSO RELIMINAR


DZI AUTtift,
Objeto y plan de este Tomo.


¿CoAro es posible que el iluminismo, concebido,
pocos años antes de la revolucion , por un hom-
bre cuya ambicion parecia que estaba reducida
á los estrechos límites de una escuela de Ingolstadt,
en menos de quatro lustros se haya hecho tan formi-
dable con el nombre de facobinismo, y cuente hoy
por trofeos suyos tantos altares derribados, tantos
cetros hechos pedazos, tantas constituciones tras-
tornadas, tantas naciones sojuzgadas, tantos poten-
tados á quienes los pufiales ó verdugos de la secta
han asesinado, tantos otros humillados bajo el
yugo de una servidumbre, llamada paz, ó de una
servidumbre ami


mas humillante, llamada
za?— (;. Como el. Iluminismo, bajo el mismo nombre


Tomo IV,
2




XViii


DISCURSO PRELIMINAR


de Jacobinisnzo , absorbiendo de una vez todos los
misterios, todas las maquinaciones y todas las sec-
tas de conjurados impíos, de conjurados sediciosos
y de conjurados desorganizadores, se ha hecho el


'poder del terror, que, consternando á todo el mun-
do, no permite á algun rey el decir : aun mañana
seré rey; á algun pueblo : aun mañana tendré mis
leyes y religion ; á un solo ciudadano : aun mañana
mi casa y mis bienes serán mios; no me dispertaré
mañana entre el árbol de la libertad y de la muer-
te ó la guillotina ? ¿Como los motores invisibles,
iniciados secretos del moderno Espártaco , han
presidido solos á todos los cielitos y desastres de
este azote del vandalismo y de la ferocidad, llama-
da revolucion ? como es que aun presiden á todos
los que medita la secta para completar la desola-
cion y disolucion de las sociedades humanas ?


Dedicándome en este último tomo á aclarar estas
dificultades , no prometo que las resolveré todas
con aquella precision y pormenores, con que po_
(lisian resolverlas los que hubiesen observado la
secta iluminada en todos sus subterráneos , y sin
perder un instante de vista á sus gefes é iniciados.
Como este monstruo ha hecho sus progresos en
la oscuridad , las tinieblas no nos han permi-
tido siempre observar sus caminos. Weishaupt to-
mó por emblema al bullo, porque amaba mucho
las tinieblas : pero si aquella ave tiene su canto


DEL AUTOR. xix


lúgubre, que, dejándose oir, , aunque á pesar suyo,
manifiesta su guarida, tambien los síntomas del
ejecutivo veneno descubren, á pesar de la sierpe
que le ha comunicado , las vueltas y giros que ha
dado. La sangre señala, al través de los mas espe-
sos bosques, la senda de los bandidos hasta su ca-
verna. Dios, qué á pesar de los malvados, los ob-
serva, se burla de sus secretos ; y un solo rayo de
luz que dirija á sus cavernas, basta para descu-
brirlos. Es cierto que han quedado ocultas en las
tinieblas muchas monstruosidades; pero, compilan-
do las que se han descubierto, ya tengo lo bas-
tante para dar á conocer la secta, sus atroces
delitos y su fatal influjo. Aunque un negro vapor
cubra la cima de los volcanes, el hedor de betun y
azufre que exhalan, ya basta para conocer que hay
fuegos subterráneos , y su erupcion manifiesta el
abismo que preparaban las grandes convulsiones.


Del mismo modo, sin que sea necesario saber
toda la serie de los delitos que llenan la histo-
ria de la secta, ni todos aquellos nombres miste-
riosos que darían á conocer todos sus iniciados,
dejando á las tinieblas é incertidumbre lo cine
aun no se ha podido descubrir, y, limitándonos á
lo que han podido manifestar unas indagaciones
exactas y severas ,


• ya se puede reunir lo que Las,
ta para demostrar el camino que ha andado y
progresos que ha hecho la secta, desde su origen




xx. inscuRso pRET.imiNAR
hasta aquel congreso que citó á los soberanos ven-
cidos, no tanto para acabar con los horrores de los
combates , como para gozar de los terrores que
inspiraba en lo exterior, y arbitrar recursos para
lograr en el interior nuevos triunfos ; y no tanto
para que los pueblos conservasen los restos de sus
leyes y religion, como para atender á los medios
de que debia valerse para que no quedasen vestigios
de aquellas ni de esta. Haré de mi parte lo posi-
ble para que cl historiador, siguiendo las huellas
de la secta, no se pierda en su laberinto. Me cons-
tan, por sus misterios, los juramentos que ha hecho
contra toda religion, sociedad y propiedad. ¡ Oja-
lá los supiesen tambien los soberanos y los pue-
blos ; atendiesen á lo que ya ha hecho la secta, y
á lo que ya han logrado sus maquinaciones ; rea-
nimasen su entusiasmo , y conociesen los nuevos
motivos que tienen para oponer todas sus fuerzas
y valor á lo que aun le queda que hacer ! Los
fastos de esta historia se han de estudiar, no pa-
ra desesperar del éxito, sino para triunfar, aun-
que sea á toda costa. Me resigno , cualquiera sea
mi suerte ; y si escribo esta historia, es porque
no puedo contener las lágrimas cuando contem-
plo la próxima ruina de la sociedad : debo hacer
presentes á mis lectores los peligros , para que no
se abandonen á una fatal apatía, bajo el pretex-
to de que ya no se puede oponer resistencia , ni


DELAVTOR. xxj
evitarse la suerte que la secta prepara á las nacio-
nes. No, digo á mis lectores, no ; sed tan zelosos
para el bien , como ella ha sabido serlo para el
mal. Haga cada uno lo posible para salvar los
pueblos ;. estos hagan tambien lo posible para con-
servar su religion, sus leyes y propiedades, del
mismo modo que esta secta, enemiga de todo lo
bueno , pretende destruirlas , y se verá que no
faltarán los medios para conservarlas. Solo la es-
peranza de contribuir con mis investigaciones á
un fin tan santo como noble, me permite volver á
ensuciar mi memoria y mi pluma con los asque-
rosos nombres de Weishaupt, Iluminados y Jacobi-
nos, y registrar sus delitos en sus anales.


El órclen que observaré para descubrir los fas-
tos de la secta, será el de sus épocas mas no-
tables. La primera de estas, es cuando Weishaupt
puso los fundamentos de su iluminismo, en que
formó y se rodeó de sus primeros discípulos, eri-
gió sus primeras lógias , ensayó sus primeros após-
toles, y los habilitó para grandes conquistas.—La
segunda es la de una fatal intrusion , con la cual
adquirió Weishaupt millares de millares de ini-
ciados, y á la que doy el nombre de época de la
Fraiic-mazonería


Pocos años bastaron para estas conquistas sub-
terráneas ; el rayo que ha caido de los cielos, ha




XXiJ DISCURSO PRELIMINAR


llamado la atencion de la tierra ; la secta y sus
conspiraciones se han descubierto en Baviera ; á es-
te tiempo llama ella el de sus persecuciones ; y las
potestades ilusas le miran como si fuese el de la
muerte de la secta : y esta fue su tercera época.
—Oculta en sus cavernas, pero mas activa que
nunca, pasa de uno á otro subterráneo; y, llegando
al de Felipe de Orleans , le presenta todas las lógias
de su mazonería francesa. Con esta monstruosa
asociacion nacen con los jacobinos todas las atro-
cidades y desastres de la revolucion. Esta es la
cuarta época del iluminismo. Semejante al leon,
que conoce la robustez de sus fuerzas , sale de su
caverna; brama y busca víctimas que devorar.
Los jacobinos-mazones-iluminados salen de sus
lógias subterráneas ; su algazara y gritería anuncian
á las potestades, que ya ha llegado para ellas el
tiempo de estremecerse, porque el tiempo de las
revoluciones ya ha llegado. En fin, en esta épo-
ca empezó la secta á ejecutar sus maquinaciones.
Solo Dios sabe la extension que tendrá su cum-
plimiento ; el que permite que las pestes desolen
los imperios, ha permitido el origen y progresos
de esta secta, cuyos estragos durarán hasta que ,
habiendo apurado las naciones este cáliz, se haya
vengado el autor y consumidor de nuestra fe de.
esta generacion de impíos. No soy profeta : pero
de cuanto tengo que decir sobre las atrocidades


DEL AUTOR.


que ya ha cometido la secta, será muy fácil vati-
cinar las que aun cometerá, si los príncipes y los
pueblos no se aprovechan de las instrucciones que
Dios les ha dado, y merecen con ellas que ponga
fin á tantas calamidades.




HISTORIA
DE 1.1


C ‘1\SPIRACION
DE LOS SOFISTAS DE LA IMPIEDAD,


Y DE LA ANAI1Q


CAPITULO PRIMERO.


ÉPOCA Plix:..Inn.k DEL ILUMINISMO.


M ucRos años ha , y principalmente desde que la
franc-mazoneria tiene proteccion en Europa, que se ha-
lijan formado en Alemania, entre los discípulos de las uni-
versidades protestantes, una multidud de pequeiias socie-
dades secretas, cada una de las cuales tenia sus lógias, sus
venerables y sus misterios, tí imitacion de los hermanos
razones que hablan venido de Escocia y de Inglaterra.
De esta clase eran todas aquellas órdenes llamadas, unas de
la L'armonía y de la Esperanza , y otras los hermanos
eonstantistas y hermanos negros. Las disputas, desórdenes
y riñas de estos hermanos jóvenes llamaron mas de una
vez la atencion de los magistrados; la pública autoridad
hizo algunos esfuerzos, aunque siempre débiles, y por
lo mismo siempre inútiles para acabar con aquellos con-
ventículos.


No se reflexionó lo bastante que el abuso mas peli-
T dmo IV.
A




a xusTonil DO LA cowsrmictox.
groso y el resultado mas nocivo, no eran aquellas dispu-
tas y riñas de los estudiantes, sino el inspirar á la juven-
tud una aficion á juntas inaccesibles á la perspicacia de
los magistrados, y á aquellas cavernas oscuras y tenebro-
sas en donde los secretos se vuelven, con tanta facilidad,
misterios de impiedad y tramas de rebelion. Los sofistas
mazones sabian que en Francia Babia de estas lógias de
estudiantes. Pocos arios antes de la expulsion de los Jesui-
tas, se formó en su colegio de Tulle una de estas pe-
queñas mazoncrias , cuyos iniciados jóvenes se llamaban
caballeros de la pura verdad. No tardaron los Jesuitas
en descubrir el objeto de esta pura verdad y sus con-
ventículos. Antes de valerse de otro medio, tomaron
uno cuyo éxito era casi infalible en Francia. I.:no de
los profesores se encargó de poner en ridículo á aquellos
caballeros jóvenes, y para el intento compuso una cancion;
se distribuyeron en secreto varias copias á los que no
eran de lógia ; los caballeros jóvenes no podian dejarse
ver sin oir entonar alguna copla de las mas graciosas,
y esto bastó para que desapareciese la escuadra, el rom-
pas y la lógia.


No es fácil probar que en aquellos corrillos subter-
ráneos, ya se hubiesen introducido opiniones ó proyectos
sediciosos contra la religion, ó contra el estado. Al con-
trario, se conocieran muchos, cuyos principios bien noto-
rios, en general, eran conformes á las buenas costumbres.
Aqui el remedio se derivaba del mismo origen que el
mal , es decir, de la misma constitucion de las univer-
sidades protestantes. Estas, de una parte, dan á los es-
tudiantes el derecho de escoger sus profesores en cada
facultad , y de la otra no proveen lo bastante á la sub-
sistencia de un profesor honrado, que sea superior á las
intrigas de la vanidad ó de la avaricia. De esto se in-
(lucia, que á un maestro menos apto para la educaeion


CAPITULO PRIMERO. 3
pero tambien menos delicado en escoger los medios para
aumentar su reputacion y fortuna, le bastaba manifes-
tarse zeloso de alguna de estas pequeñas órdenes, é in-
ventar él mismo algunos misterios mas albagueños; cort
esto los discípulos acudian de tropel á sus lógias, y de
este modo las contribuciones aumentaban su ganancia
como su reputacion. Pero el temor de que no le tu-
viesen por un corruptor de la juventud, si se hubiese
valido de este medio para pervertirla, era un obstá-
culo, aun cuando hubiese tenido intenciones de hacerlo.
Por otra parte, la autoridad y el influjo que le acom-
pañaban desde el aula hasta la hígia , servian de freno
para contener á los jóvenes iniciados; y esto, po r lo
comun, bastaba para impedir los grandes abusos (r).
Aun no habia llegado el tiempo que habia de mani-
festar las grandes conspiraciones que se tramarian algun
cha en estos misteriosos seminarios.


Cuando se extendió por Alemania la voz de que Weis-
haupt habia fundado en la universidad de Ingolstadt una
nueva órden de iluminados , muchas personas creyeron
que no era otra cosa que una de aquellas pequeñas
franc-mazonerias de colegio, cuyo objeto cesaba para sus
iniciados luego que concluian sus cursos. Tambien hubo
quien pensó que Weishaupt, grande enemigo de los Je-
suitas, solo intentaba con su instituto formar un partido
contrario al de estos religiosos, que despues de su ex-
tincion aun regentaban sus cátedras en la misma univer-
sidad de Ingolstad. Les iluminados, como veremos á su
tiempo, acreditaron con éxito esta opinion , en unas cir-
cunstancias en que su suerte en Alemania era muy equí-
voca. Cuando la naturaleza de su código y misterios no
manifestasen que las intenciones y proyectos de su autor


(r)
Memorias de un ministro protestante sobre los iluminados,


A a




4


ntslonr a nr, coicsrm,scimr.
son de un interes en todo opuesto al de los gobiernos,
todo cuanto contienen los archivos de la secta, manifiesta,
con la mayor evidencia , que ya desde su principio se Rabia
tomado la resolucion y se adoptaron todos los medios,
para que sus maquinaciones no tuviesen otros límites que
los de los imperios.


Dia z.° de Mayo 1776 , puso Weisbaupt los funda-
mentos de su iluminismo. La lista de los iniciados que
se halló en sus archivos, manifiesta su nombre escrito : en
aquel ella fueron nombrados areopagitas Afax ,
¡acusen y Tiberio-?'sien: (a). Entre sus estudiantes de de-
recho en la universidad de Ingolstadt ,á estos dos
para que fuesen sus primeros iniciados : en el curso or-
dinario de los estudios, frecuentaban su aula jóvenes de
18 hasta 20 años, edad en que las pasiones se aco-
modan con mas facilidad á los sofismas de la seduccion.
Weishaupt conoció muy bien que estos podian ser sus
apóstoles para enviarlos á hacer sus misiones, bajo su
direccion, del mismo modo que él hacia las suyas en
Ingolstadt. Ya en el primer alto de su iluminismo ,
remedando con su impiedad al Dios del cristianismo ,
extendió con estas palabras las órdenes que dió á Mas-
senhausen para predicar su nuevo Evangelio :¿ Jesucristo
pregunta «no envió sus apóstoles á predicar al mundo ?
Vos, que sois mi Pedro, c os dejaria estar ocioso y quieto
en vuestra casa? Id pues, y predicad. (2). «


Este moderno Celas no aguardó las órdenes de su maes-
tro para darle pruebas de su zelo. En el primer fervor
de su entusiasmo, y desde el primer mes de su ins-


(/) Escritos originales seco. 4.
(a) Hat doch Cristus auch seise apostel in die Welt geschickt;


und e-arum solite ich uaeinen Petrus zu .hause lassen ? etprx-
dicate, Escritos orig. carta á ;val, del 19 Setiembre de 1776.


catdruLo rr.rxr,r,o. 5
talacion, ya Babia representado el papel de insinuante con
Xavier Zwach (i). Ya veremos que poco despues este ocu-
pó su lugar, y que esta conquista hizo que se le perdo-
nasen muchas faltas. Zwach, con el nombre de Caten,
pasó á la direccion del mismo Weishaupt, de quien fue
el iniciado favorito. Disputó en cierta manera á su in-
sinuante la gloria de haber fundado las lógias de Munich.
Por medio de este nuevo apóstol, hizo la secta en esta
ciudad los progresos, que con estos términos refiere Weis-
haupt en su carta á Tiberio-Merz, del 1 3 Marzo de
1778. « Tengo sumo placer en notificaros los felices
progresos de mi órden, constándome muy bien el inte-
res con que le mirais y la promesa que me teneis hecha de
contribuir á ellos con todos vuestros medios; sabed, pues,
que dentro pocos dios me hallaré en estado de estable-
cer dos lógias en Munich. Componen la primera Calen y
Hartel á quienes he impuesto el nombre de Mario, y de
Massenhaasen á quien llamarnos Ayax. Aquellos reciben
directamente mis instrucciones. Cuando os halleis en
Munich, seréis tambien miembro de su consejo. Me
he visto ea la precision de reprimir a' Avax, aunque
podio serme ótil, porque es el primero que ha tenido
noticia de este negocio, y me ha reclutado á Caten. Si
aun estuviese por hacer la cosa, yo no le tomaria :


(1) En el tomo tercero de estas memorias, y en una de las notas
del primer capítulo , dejamos dicho que Zwaeh entró positivamente
en el Iluminismo diez meses despues que los dos primeros iniciados;
loas en lugar de diez meses, debe leerse wirzte, porque por aquella
primera expresion , yo solo entendí su promocional grado de arco-paeita , que en efecto se verificó el 22 febrero de 1 778. (Ese.
orig. tem. e , sec. IV). Pero su primera admision ó insinuacion , hablatenido lugar el 29 Mayo de r7 7 ,3, segun se deja ver en el retrato
ó informe secreto del reclutador Avax. Por lo ciernas , la diferencia
que se notó entre dicho informe v entre la lista de la seccien IV,


prime


la e
xplicaremos y descifraremos al llegar al capítulo de los
ros iniciados.


A 3




6 rusronix brt ta colsrialcioN.
pero ya está hecho, y le he cortado tan bien las trías,
que de nada le servirán los giros de sus arterías. Ni
siquiera le fio un sueldo del depósito de nuestra caja,
que he confiado á Mario. Caton está en Munich ; él
es la clavija maestra y el hombre que todo lo dirige.
Este es el motivo porque de aqui en adelante os debeis
corresponder con él. En esta lógia se arregla todo lo
que . se ordena á la direccion general de la órden : pero
todo se me ha de remitir antes, para que yo apruebe.


» Pertenecen al segundo colegio (á la segunda lógia de
Munich) los hermanos arriba nombrados, y á mas de
estos Berger, bajo el nombre de Cornelio-Scipion, y un
tal 7i-oponero , á quien llamamos Coriolano, sugeto exce-
lente para nosotros, de edad de quarenta anos, quien
ha estado mocho tiempo en el comercio de Hamburgo y
es muy versado en el ramo de hacienda, de la cual tiene
en el dia escuela en Munich. Bien presto se juntarán
á estos Bailar y Werstenrieder , ambos profesores
en la misma ciudad. Esta lógia se ocupa en los
negocios locales, relativos á lo que en Munich nos pueda
sertítil ó danos°. Claudio, primo hermano de Catan,
y el joven Sanar, aprendiz de comerciante, estan en el
noviciado. .Beyeramer, llamado Zomastro , que ha sido
recibido pocos chas ha, va á hacer su ensayo en Landshut,
á donde le enviamos para que adquiera conocimiento del
pais. ,32iguel, con el nombre de Timan, y Hohezzeicker
van á atacar á Freisingue. Como conoceis muy poco á los
de Eichstauit , hasta deeiros que alli tenemos por direc-
tor al consegero Lang, llamado Tanzerlan. Ya con su
zeta nos ha conquistado á Odia, Tasso , Osiris, Lucido
Sesostris , y Moiscs. d No os parecen muy buenos estos
progresos tambien tenemos en Munich nuestro propio
librero. Hacemos imprimir, por cuenta nuestra, á A !fon-
so de Vargas sobre los estratagemas y sofismas de los


cÑPÍTULO rallar:no,
Jesuitas (1). Presto recibiréis un ejemplar. Si enviaseis


Caton la contribucion en dinero, que me habeis pro-
metido, me hariais un gran favor ; él os enviará el corres-
pondiente recibo. ¡ Ah! y si con vuestro zelo y disposicio-
nes pudiésemos hacer alguna cosa en Suabia! es cierto que
adelantaríamos mucho. Os suplico que pongais mano á la
obra. Dentro de cinco años os admirareis de lo que habre-
mos hecho. Catan es incomparable. Ya se ha superado
el mayor obstáculo, Ya veréis como marchamos con pasos
de gigante,. Haced lo mismo, pues en varo esperaríais
mejor ocasion para adquirir poder. Teneis toda la habi-
lidad y conocimientos de que necesitamos para el intento.
No edificar cuando se puede y hay ocasion , es un crímen
doblado. ¡Hemos hallado á tantos otros suget.os en Eichs-
tadt ! pues ¿que dificultad puede haber para que vuestra
patria no se vuelva otra Eiehstadt ? Los servicios que
ahí puedo prestar son muy poca cosa. Contestachne á la
posible brevedad; y, despues de haber hecho de esta carta
el extracto ordinario, me la remitiréis


El objeto de todas estas confidencias sobre los progre-
sos del iluminismo, no era tanto satisfacer la curiosidad
del iniciado á quien se dirigian , como emperiarle en imi-
tar el zelo de aquel Caten y Tamerian , reclutadores
activos de la secta, uno en Munich, y el otro en


(l) Este pretenso Abuso de Fiu:;:pcs, cuyas invectivas contra los
Jesuitas renueva Weishaupt , es aquel Caspa: , menos
famoso par su erudicion que por Ja grosería de sus diatribas
contra todos los que no eran de su opinion , y principalmente
contra Sealiqcro y ¿acoto primero rey de la.,;/aterra, quien hizo qne se
le respondiese ca Espai.la con una tunda de palos. Es tambicn el
mismo , que tanto clic') que sentir á Casaubbn y á Duidesis ¿tornar,
sus mejores amigos, porque le contradijeron sobre cierto punto de
erudicion.


, en Lit , aquel sogeto , llamado por unos el
por otros el Certero, y por otros el verdugo de la likNaura. —Séanse
los dlecionarlos de Mureri y de Filler, y el indice i•ltImu de los,
libros prollibleLs, verbo, !'amas.


A 4.




8 MSTORIA DE LA. coxsrin,kcior.T.
Eichstad. Aunque Weishaupt reconoce que Tiberio no
le habia sido inútil, sin embargo se queja de que este ,
solo á medias le habia pagado el honor que pensaba
haberle hecho, cuando le eligió para que á un mismo
tiempo fuese su segundo areopagita y su segundo
apóstol. Veia con dolor que este apóstol aun no te-
nia en la orden algun hijo d sobrino , es decir ,
que aun no 'labia fundado alguna lógia , ni siquiera
reclutado un novicio (1). Como le exhortaba en vano,
procuraba que Caton le exhortase para enfervorizar su
zelo. Pero, mas apasionado á los placeres que tí las
tareas de su mision, el apóstol Tiberio se estaba muy
ocioso : pero ya no fue el mismo despues de estas confi-
dencias. Corno Weishaupt las concluia con dar la comi-
sion de buscarle un sugeto que fuese á propósito para
pasar á Suabia , á fin de fundar una colonia de la or-
den, Tiberio , que deseaba sus progresos, se encargó
'de--esta comision , y cumplió tan bien con su apostolado,
que los anales de la orden le manifiestan poco despues
en Ravensburgo, corno director de esta nueva colonia y
llenando perfectamente las funciones de su apostolado (2).


Tanto el zelo de Tiberio como cl de Ayax Massenhau-
sen tuvo muchas Variaciones. Este habia hurtado la caja
ó tesoro de la orden, lo que obligó á Weishaupt á que-
jarse con estas expresiones de sentimiento : Me ha hecho
tanto daño en dinero y en hombres , que tres años no
bastarán para repararle (3). Tiberio hizo tantos progresos
en las instrucciones de la impiedad que recibia y comu-
nicaba, que, aveniéndose muy poco la publicidad de sus
escándalos con la hipocresía tan recomendada por Weis-


(I) Carta 3 á Caton.
(a) Escritos orig. cartas á Caton del 25 Agosto y del a Setiembre


del mismo dio.
(3) Escritos orig. carta 3 á Caton.


CAPÍTULO PRIMERO. 9
haupt para acreditar su iluminismo , llegó el patriarca
á borrarle de su lista. Este error en la eleccion de los
primeros apóstoles, no impidió que la secta les debiese
las dos colonias de Munich y de Ravensburgo, adamall
aquella Atenas y esta Esparta en la geografia de los ilu-
minados. La de Eicbstadt, llamada Erzerum , tuvo por
fundador al mismo , Weishaupt. Aprovechándose de las
vacaciones, pasó á esta ciudad, y, dedicando á su aposto-
lado todo aquel tiempo que los catedráticos de las uni-
versidades emplean en el descanso de sus tareas litera-
rias, se puso á observar, entre todas las clases y edades
de los ciudadanos , á los que pensó poder insinuar sus
intenciones y espíritu. Llevó al principio su vista en uno
de los principales magistrados , llamado Lang. Le fue
muy fácil su conquista; y este es aquel Tamerlan, cuyo
zelo y resultados celebra en su carta á Tiberio. Valién-
dose de aquel artificio, que sancionó como ley en su
código, hizo el oficio de reclutador y de hermano insi-
nuante, principalmente con aquellos sugetos que, gozando
de cierta consideracion, y estando mas permanentes entre
sus conciudadanos, tienen mas influjo en la pública opi-
nion. En esta misma ciudad intentó hacer entrar en sus
maquinaciones al cabildo, como lo indica evidentemente
una carta (r) que escribió desde la misma , concebida en
estos términos: «Creo que tambien podré reclutar á otros
dos sugetos, y lo que es mas, á dos canónigos. Si logro
mis intentos con los cabildos, habremos hecho mucho.


No se descubre por sus cartas que aquellos canónigos
cayesen en el lazo : pero Weishaupt supo reemplazarlos
con otras conquistas. El primero que reclutó, despues
de Lang, es un tal Schleich, que le agradó muchísimo,
Pues empezó su carrera por dar para la biblioteca de


(1) Carta 3 á Ayax.




10 CUSTODIA DE LA CONSPIRICION.


la orden lo que en la suya parecía á Weishaupt que era
lo mas precioso. Despues enganchó á un tal aculo ,
que, á penas novicio, ya empezó á representar el papel
de insinuante, de orden de Weishaupt, para atraer al
baron de Eckert , á quien miraba corno presa excelente.
Se esmeró en reclutar á los jóvenes, á quienes convi-
daba para que acudiesen á su aula á concluir sus estu-
dios, y de este modo darles una educacion iluminada.
En compendio , estuvo tan satisfecho del resultado en
los pocos meses que pasó en esta colonia , que escribió á


assenhaussen : Verdaderamente, en estas vacaciones, mas
he hecho yo solo, que todos vosotros juntos (1). Cuando
llegó el tiempo de volver á la universidad para conti-
nuar la regencia de su cátedra, dejó la lógia de Eichstadt
en tan buen estado, que muy presto sirvió de dechado á
las denlas lógias. Este es el motivo porque siempre se des-
cubre que la amaba con preferencia, y la proponia como
ejemplar á los que se relajaban. A esta misma lógia en-
gañó de un modo el mas grosero por lo relativo al origen
de la secta; y la relacion de este engaiio sazonaba la
correspondencia que tenia con Xavier Zwach. « El mayor
de nuestros misterios , decia , debe ser la novedad de
la orden. Cuanto menos la conozcan, tanto irán mejor.
nuestros negocios. Hasta el presente solo vos y Merz
lo sabeis, y no me hallo en disposicion para decírselo
á otro. Ni siquiera hay uno de nuestros iniciados de Eichs—,
tad que lo sepa, y que no esté dispuesto á jurar por su
vida y muerte, que nuestra orden es mas vieja que Main-
salen (2). »


Habiendo Weisliaupt regresado á Ingolstadt, ya
trató de otra cosa sino de combinar sus funciones públi-
cas de intérprete de las leyes, con las de fundador se-


(r) Carta 4 á Ayar.
(a) Carta 2 á Felino Strozzi.


CAP121)1.0 PRIMERO. 11


creto de lana sociedad, que destinaba á trastornar todas
las leyes. Cumplió las primeras con un teson y aparien-
cias de zero tan respetable, que le eligieron rector de
la universidad. Este aumento de deberes públicos solo
sirvió á Weishaupt para aumentar su hipocresía. En este
mismo &a), lejos de perder de vista sus maquinaciones,
estableció una escuela secreta , en la cual , indemnizán-
dose de las lecciones que se veia precisado á dar en
público, supo preparar, por medio de una rucva clase de
discípulos , abundantes recursos para propagar su
nismo.Como catedrático y rector de la universidad, supo
valerse de ambos títulos para inspirar confianza á los
padres de los estudiantes. Hizo de su casa una especie
de colegio , semejante á aquellos en donde los jóvenes,
estando siempre á la vista de sus maestros , se hallan
mas á cubierto de los peligros de su edad. La intencion
de este monstruoso pedagogo, que ofrecia bajo este pre-
texto su mesa y casa á los estudiantes .de la universidad
de Ingolstadt, la manifiestan muchas de sus cartas. Soli-
citaba á los padres y madres para que le confiasen sus
hijos, y, gloriándose de haberlo conseguido, y esperando
tener á su mesa, con este motivo, al joven baron de
Schrteckenberg y á Roheneicher,


, escribió á sus iniciados
estas expresiones : Es preciso que tambien estos jóvenes
muerdan el anzuelo que les lee dispuesto. Despues de haber
experimentado la eficacia de los medios de seduccion
que le proporcionaba su escuela secreta , escribió : El
ario que viene tendré tambien pupilos en mi casa, y siempre
para nuestro grande objeto (i). Si sucedia que algunos
padres no le querian entregar sus hijos, si estos era
de aquellos que ya habia enredado, y ternia que se le
escapasen , procuraba atraerlos á las casas de vecinos


confianza, para no perderlos de vista. Asi se lo escri-
(9 Carta r á Ayax , y 20, á Catan, tomo e.


no




ESTOMA rie LA coNsrms.eioN.
bió á Ayax; « En mi vecindario ya no hay otra casa,
sino la de mi madre, á la que podais venir. Deseo mucho`
que os acomode, y creo que asi será , porque podeis.
disponer de la llave. No os preciso á que vengais , si
hallais otra casa mejor. Lo que aqui hay bueno, es que
yo muchas veces tendria pretexto para pasar á vuestro.
cuarto ; en di nos podríamos entretener con menos estorbo
que en mi casa , sin que nadie lo advirtiera. Nuestro
nudo seria mas secreto (I). »


Nadie se admire al ver que entro en estos pormenores;
aqui se trata de una secta que nace , y de Weishaup
que forma en torno suyo á sus primeros discípulos.
Si alguno desprecia estos medios, sepa que Weisbaup.
conocia , y muy bien, su importancia. A alguno tal vez
le parecerá que solo obra en el estrecho círculo de sus
hogares : pues bien, déjese que la loba para con quietu
en la espesura del bosque ; crecerán los lobeznos ,
cuando hayan adquirido bastantes fuerzas, presentará
á la que les dió el ser los restos de lo que despedazarán:.
y devorarán. A penas habia dos liaos que Weishaupt;
dedicaba á su iluminismo esta escuela secreta, cuando
sus discípulos , habiéndose impuesto en sus proyectos,•
pasaron á propagar sus maquinaciones en otras cavernas.
Para que se pueda formar concepto de la eficacia de lo
medios, atendamos á sus resultados, y leamos con aten
cion el contenido de esta carta :


« En adelante, dice á sus dos grandes areopagitas Cato
y Mario , habréis de tomar otro tono con Timon
Holieneicher. Les he revelado el secreto, y me he mai».
festado á ellos como autor de nuestra orden ; y esto lo
he hecho por muchos motivos. El u.° ; porque es pr•
siso que ellos sean los fundadores de una nueva colo
nia en Freisinga su, patria , y para esto necesitan de ins'


(r) Carta 5 , á Ayax.


CAPÍTULO PRIMERO. 13
trucciones especiales , las que se babrian prolongado
mucho si las hubiese habido de comunicar por medio
de cartas , tratándose del conjunto de nuestro sistema
y de nuestra marcha. Mientras estan en mi compañia,
aprovecho el tiempo para perfeccionarlos del todo.—El n.°;
porque, entretanto, es preciso que me recluten al baron
de E... y á algunos otros estudiantes. — El 3•'; porque
H... (parece que es Ilcilterzeicher, á quien ha poco que
ha nombrado, el mismo de quien dijo : es preciso que
muerda el anzuelo) porque Hoheneicher sabe muy bien
mi modo de pensar y de escribir, para que dejase de saber
tarde, ó temprano, que todo esto es obra mia. — El 4.°;
porque de cuantos pupilos he tenido el año pasado, solo
él ignoraba la cosa. — El 5.° ; porque se ha ofrecido á
contribuir para nuestra biblioteca secreta de Munich, y
porque nos entrega reí varios objetos muy importantes de
la biblioteca del cabildo de Freisinga. — En fin, porque,
despues de los tres meses que les faltan de instruccion ,
se hallarán en estado de hacernos grandes servicios (i).»


De esta carta se signe evidentemente: z.°; que de todos
los pupilos que Weishaupt tenia , ya desde el primer
año de su conspiracion , ni siquiera uno solo se libró
de sus lazos. 2.°; que no solo todos estaban iniciados en
sus secretos , sino tambien en sus mas profundos miste-
rios; porque el que aqui les revela, que consiste en
manifestarles que él es el fundador del iluminismo , es
el último y mas profundo de los secretos que su código
reserva para sus iniciados (a). 3.°; que aun antes de haber
dado estas últimas instrucciones á sus pupilos, ya se valió
de ellos para atraer á sus maquinaciones á los (lemas
estudiantes de la universidad. 4.. ; que el anomen to en que


(1) Escritos orig, torno r ,
carta á Catan y á Mario.(a)


misterios.


cl tomo 3 de estas memorias, cap. 12 de ics grandes




14 riisTorat De Ls. cowsrinAciox.
Weishaupt remite los pupilos, que La tenido en su casa,


sus padres y patria , como que ya habian concluido
sus cursos , es el mismo en que los envia imbuidos de


yprincipiossustodos de todos los artificios para cons-
pirar contra las mismas leyes, que les. habia enseñado
en público, contra toda sociedad , contra toda religion
y contra toda propiedad. 5.°; el grandisirno robo que
se obliga á cometer el jóven Hoheneicher, sacando de la
biblioteca del cabildo aquellos objetos interesantes para
entregarlos á la de la secta, es un resultado de las ins-
trucciones del maestro Weishaupt, y se deriva de aquel
su gran principio , que el ladronicio útil á la secta no
es ;ligan crimen, sino que, al contrario, es preciso valerse
de él , para llegar al fin que la misma secta se ha pro-
puesto. Del mismo principio , el fin santifica los medios,
se deriva el saqueo de las bibliotecas del clero y la jo ya-
sion de sus dominios ; é, insistiendo en el mismo prin-
cipio, y con el pretexto de utilidad y necesidad para la
revolucion meditada , se ejecutarán las expoliaciones de
los nobles y de los ricos, del comerciante, del agrónomo
y del artesano, y quitarán á todas las clases de los ciuda-
danos hasta la esperanza de conservar los restos de sus
propiedades. Cuando al historiador se le proporcione
hablar de estas grandes expoliaciones revolucionarias, no
se descuide de subir á su origen , y este le hallará en
aquella escuella en donde se han formado los ladrones
por principios. En esta habilitó Weishaupt á sus iniciados
salteadores y apóstoles ladrones , que, esparcidos por ese
mundo, y bajo los mas espaciosos planes, roban á diestro
y siniestro á clérigos, frailes, nobles, hacendados y
á todo propietario (*).


(') Esta exposicion de los planes de Weishaupt, no es mas que
una relacion de los resultados d consecuencias de su sistema ,
que la infeliz experiencia ha demostrado. Una docena de pillos,


CAP1TrLO PRIMERO. i5
Los dos nuevos apóstoles que Weishaupt, con tanto es-


mero, formaba en el secreto de su pupilage , recibieron
su mision, y pasaron á Freisi n ga , que, con el nombre
de Tebas , fue la cuarta colonia de la secta. Casi, al
mismo tiempo, los iniciados de Munich se manifestaron
tan fervorosos para propagar los misterios, que \Veis-
haupt , calculando sus propios resultados y los de su
propaganda, no reparó en escribirles esta cláusula : « Si
continuais con el mismo zelo, en poco tiempo seremos
(ludían de nuestra patria, es decir, de toda la Baviera (r).»
Pero como sus miras no se limitaban á este electorado ,
(ahora reino


á ver cuanto tiempo lo será ) luego
escribió á sus areopagitas, que, entre los extrangcros que
habia en Munich, buscasen sugetos capaces de recibir
sus instrucciones, para despues enviarlos .á fundar colo-
nias en Augsburgo , Ratisbona , Satzburg , Landshut y
en la Franconia (2). Cuando Weishaupt hacia estas ges-
tiones, ya habla enviado misioneros al


. Tirol y á Italia.•


sin oficio ni beneficio , tan envidiosos como hambrientos , tan
incapaces de resistir al invasor como hábiles en dividir los ánimos
de la nacion mas pundonorosa y católica , que se han propagado
por las provincias é islas adyacentes de Espaha, valiéndose de todos
los medios seductores , de palabra y por escrito , en fondas , en
cafees , en tertulias, y... sabemos que en cavernas ; esos seres,que , sin hacerles agravio , son unos verdaderos sistemáticos del
iluminismo del Espártaco de Baviera , no Izan cesado,. hasta estos
últimos dias , de declamar contra las corporaciones y particulares
que gozan de una fortuna superior á la que ellos han heredado
de sus incógnitos progenitores, y al capital que son capaces de reunirpara su libemilsima progenie. Enemigos del clero, de los religiosos,
de les nobles , de los militares, de los hacendados, de los comer-ciantes, Porque estos con sus haciendas 6 sudores les son tan
(ni
superiores en caudales, como en honor y estimacion , no cesan,


sé si cesarán) de maquinar contra unas propiedades, que todaley. y razon
esta obligada d conservar,- proteger.—Const. art. 4. (S. y Y.)(a) Escritos orig. tomo 1, carta 26 del ¡4 Noviembre de s 778.(2) Carta 39,




16 HISTORIA DE LA coxsputactolv.
El alistamiento, ó para decirlo mejor, la multitud y la
variedad de los alistamientos que hacia en Ingolstad, para
aumentar sus reclutas y con estos los resultados, no se
puede concebir fácilmente, aunque no es menos real. De
ella nos da una ligera idea, cuando proponiéndose por
ejemplar al iniciado Caton « Portaos como yo, le escribe;
apartaos de las compaiiias numerosas,



pero no penseis


estar ocioso, si quereis tener algun influjo sobre este
mundo. Esperad solo; se acerca la hora, y presto llegará
el momento en que tendréis mucho que hacer. Acordaos
de aquel Seyano, que aparentaba tan bien ser un ocioso,
el cual hacia tantas cosas, al mismo tiempo que pamela
que no hacia cosa alguna. (1) » Nunca ha habido cons-
pirador que mejor haya ejecutado lo mismo que ha
mandado.


Weishaupt, aparentemente quieto en Ingolstadt, mas
que Seyano en su ociosidad, y ocultando sus conspiracio-
nes con las mismas funciones que parecia le tenian tan
ocupado, solo se manifestaba al público con el continuo
cumplimiento de sus obligaciones, tan incompatibles, al
parecer, con sus maquinaciones. Explicaba con tanta
ostentacion de zelo y erudicion las leyes divinas y huma-
nas, que habla jurado aniquilar, que cualquiera habria
pensado que su amor y su estudio le absorbian el tiempo
y sus talentos. Si le queremos dar crédito, mucho tiempo
haba que la universidad de Ingolstadt no 'labia tenido
un catedrático con tantas proporciones para aumentar
la reputacion de sus aulas. Le pareció poco indemnizarse
con sus instrucciones secretas de las lecciones que daba
en público. No le bastó combinar con el público desem-
pea° de su cátedra de derecho, las lecciones de impiedad
y anarquía que daba en secreto. Este público profesor


(i) Fria antern kianas ocioso simillimus, nihil yendo mita agens.
Carta á Zwach.


CAPÍTULO PRIMERO.


y secreto seductor tenia siempre presente , que si era
fundador de su iluminismo, tambien debia ser su legis-
lador, y en calidad de tal debia dar á su secta un códi-
e-o cuyas leyes subterráneas fuesen capaces de aniquilar
b 2
todas las leyes de la sociedad y todos los imperios que
subsisten por las mismas leyes. Este código aun distaba
mucho de la infernal perfeccion que Weishaupt le quería
dar, cuando ya inició á sus primeros prosélitos ; y tal
vez, ateniéndonos á las reglas de una prudencia regular,
cometió la falta , á causa de su prematuro fervor, de
enviar sus apóstoles á reclutar discípulos de una y otra
parte, antes de haber fijado las leyes que debian gober-
nar á sus sequaces. Pero este conato no fue en Weis-
haupt falta de prcvision, ni exceso de confianza. Sabia
que necesitaba de años y de experiencia para fijar aquel
conjunto de grados y pruebas que destinaba para sus
aspirantes ; para componer todos aquellos oráculos del
sofisma y de la impiedad que habian de pronunciar sus
gerofantes, y para poner en orden el caos de artificios
que debian servir de regla á sus epoptas , á sus ini-
ciados regentes, directores, ó arcopagitas. Pero él no
quería perder el tiempo en solos proyectos ; para sus
mismos ensayos quería triunfos que le asegurasen mayores
conquistas, cuando llegase el dia que deseaba. Siempre
creyó que llegaria un tiempo en que podria dar á su código
toda aquella perfeccion, que al principio no tenia otro
ser que en sus conceptos. Estaba bien seguro de sí mismo,
y quería, en el tiempo que se hala propuesto, encon-
trar ya muchos apóstoles , dispuestos con anticieacion
á recibir su nuevo Evangelio , ó á lo menos bastante
adelantados , para que solo tuviesen necesidad de sus
últimas instrucciones , cuando las hubiesen de recibir
las cavernas de sus diversas colonias.


Estos eran sus proyectos; y su confianza la tenia muy
Tomo IV.




nistom nr. LA CONSPInACiON.
bien fundada sobre lo decidido de su ingenio para el mal,
cuando con tanta frecuencia escribió á sus primeros dis-
cípulos en esta forma : No os cuideis mucho de los
grados que han de sobrevenir. Llegará el tiempo en que
Os admiraréis de lo que ya tengo hecho en este asunto.
Entretanto, reclutad gente, é idme preparando caballeros,
instruidlos , disponedlos y alhajadlos ; y en cuanto d lo
(lemas, descansad en mi:— Todo lo que debeis hacer,
se reduce á aumentar el número de los hermanos. Seguid
y obedeced uno ó dos años, y dejad que yo ponga mis
fundamentos, porque esto es lo esencial, y nadie lo en-
tiende como yo. Cuando esten puestos estos fundamen-
tos , liaréis despues lo que bien os parezca; y, aunque
querais, no llegaréis al cabo de destruir mi edificio (1).


Esta marcha oculta presentaba muchas dificultades :
pero Weishaupt todas las venció. Tuvo que suplir por
medio de leyes interinas y lecciones momentáneas lo que
sus iniciados aun no hallaban escrito en sus instruc-
ciones , y de aquel modo todo lo remediaba. Encontró
el mayor obstáculo en donde debia hallar el mayor auxi-
lio, que fueron los iniciados de su areopago. Tambien
los salteadores, en sus cavernas subterráneas, tienen entre
sí sus disensiones y combates. Los conjurados contra
todo imperio sufren con impaciencia el yugo de un gefe.
Weishaupt habria querido aprovecharse de las luces de
sus prosélitos, pero no quería sujetar al conocimiento de
estos las que le eran propias, porque conocia muy bien
que les era superior en cuanto á maquinaciones y arti-
ficios. Mas necesitaba de instrumentos que de conseje-
ros ó ~adores. Le aqui se originaron las ()menas
intestinas y rivalidades de autoridad entre él y su arco-


(r) Extracto de las cartas 8 á Ayas , de las cartas á Caton , y
á los arnipagitas, y principalmente de la carta 59 del tomo


CAPÍTI3L0 prktmEno. ig
pago. Cualquiera otro, distinto de Weishaupt, habria
creido ver que su nueva sociedad se sufocaba en su misma
cuna : pero él fue superior á todos estos uracanes. Re-
presentando todos los papeles, de agente , déspota y
suplicante, se allanaba á composiciones , prescribía con-
diciones, y se valia de excusas y aun de ruegos, aparen-
taba sumisiones, se manifestaba dispuesto á sacrificar el
fruto de sus trabajos , amenazaba con abandonar del
todo á sus émulos, y con erigir por sí solo una sociedad,
tanto mas fuerte y poderosa, cuanto la tendria mas su-
misa (a). En medio de esta tempestad , Weishaupt escri-
ba, continuaba, y llegó á concluir aquel código de las
conjuraciones , que habrian absorbido el tiempo , el
ingenio y las vigilias de veinte Ma 4hiavelos. Se habria.
'dicho, y aun él mismo lo dijo, que las contradicciones solo
servian para aumentar su actividad y sus resultados.


Héteme aqui, escribia á su querido Caton, que vuelvo
á estar en guerra con toda mi gente : pero esto no daña;
al contrario , aumenta la actividad de la máquina. Y
como se representar mi papel, no puedo alabar ni disi-
mular las faltas que se cometan. Entretanto , va bien
nuestro negocio ; y mientras me sigan , el todo nada
habrá perdido. » (2) En medio de estos uracanes, ocu-
parlo del todo, de dia y de noche, segun su expresion,
escribiendo, trabajando y meditando lo que podia conso-
lidar y propagar su iluminismo, continuaba su escuela
pública y su escuela secreta; formaba, sin cesar, nuevos
iniciados; no percha de vista á sus emisarios, pues desde lo
mas escondido de su caverna no perdia de vista todas sus
colonias , y observaba á sus misioneros. Por medio de sus
quibus licet conocia todos los pormenores de su conducta;


(I) Véanse en el tomo , las cartas a) 2.7 y tio,y en el tomo
las II , i 9 , 21.


(a) Tomo s , carta 19.
t 2




20 HISTORIA DE LA CONSPIRACION.


á todos los dirigia , les señalaba todo lo que podian
hacer, y les reconvenia por los progresos que dejaban
de hacer con sus maquinaciones. Aunque la correspon-
dencia de Voltaire sobre este particular es asombrosa ,
no tiene cornparacion con la de lvVeishaupt. En cuanto
ha podido publicar el tribunal de justicia de Baviera,
ni siquiera hay una carta que no le pinte corno con-
jurado profundo; ni siquiera hay una cláusula que no
tenga el mismo objeto que los misterios ; ni una sola
expresion que no indique los artificios de que se han
de valer, ó los candidatos que se han de enganchar, los
iniciados que se han de promover, los prosélitos que se
han de reanimar, contener ó corregir, los enemigos que
se han de evitar y los protectores que se han de procurar.
Sus apóstoles ocupaban sus respectivos puestos , y sin
que Weishaupt saliese de su guarida, sabia y veia cuanto
hacian los que le rodeaban. Les notificaba la clase, la
situacion política y civil , y muchas veces señalaba con
su propio nombre y carácter á los que se habian de
reclutar , los medios y personas de que se habian de
valer para el intento, los lugares y juntas que habian de
frecuentar para hacer conquistas. Les echaba en cara
las faltas que habian cometido, los escándalos que ha-
bian dado, y los obstáculos que con ellos oponian á la
propagaeion de su iluminismo. Ya les exhortaba, ya los
contenia , ya les amenazaba y ejercía sobre todos tal
imperio , corno si les hubiese tomado á pupilage. Si no
dirigia todas las expediciones de sus apóstoles, á lo me-
nos tenia noticia de todas. Arreglaba las pruebas para
admitir ó promover los candidatos , ó las dispensaba
segun las disposiciones que en ellos observaba. Les sefia-
loba objetos de sus trabajos, los ensayos, los problemas,
los discursos que habian de hacer, resolver ó componer
para formar juicio de sus talentos y de los servicios con


CAPÍTULO PRIMERO. 21
que podrian contribuir. Entre los asuntos que propo-
nia, ni siquiera hay uno, que no se ordene á descubrir
las disposiciones que tiene el iniciado para observar las
máximas de la orden. Al mismo tiempo que se ocupaba
en todo el conjunto de su sistema , se extendia hasta
los últimos pormenores; al mismo tiempo que enlazaba
todas las partes de su conspiracion , proponía todos los
medios para su éxito. Sancionó leyes para el estable-
cimiento de su orden ; hizo alianzas para que fuese .:con-
sistente; hizo cálculos de comercio; pero de que comer-
cio ? de un comercio impío para enriquecerla.


De este modo y con este arte , un hombre , que
parecia que nada hacia ó que solo se ocupaba en lo que
exigían sus deberes públicos, no satisfecho con los me-
dios que su ingenio le inspirara para sus conspiraciones,
deseaba reunir en sí mismo todas las maquinaciones de
las domas juntas conspiradoras. Se hizo franc-mazon, y,
penetrando hasta las últimas lógias de Rosa-Cruz, tomó
de estas lo mas selecto de sus conjuraciones ; y para
confederarse con todos los rebeldes é impíos, desde el
centro de la Baviera , por conductos subterráneos, se
correspondió con los aliados de la mazoneria de Polonia.
Para compilar todo lo que halan producido los sofis-
tas impíos y rebeldes para seducir los pueblos , hizo.
indagaciones y colecciones inmensas , las que destinó
para que compusiesen las bibliotecas secretas de los inicia-
dos. Calculó para la caja de la orden el producto de
los libelos que reproducian sus imprentas clandestinas.
Para la misma caja, empleó todos los talentos de los her-
manos , que ponian en prosa , ó en verso , 'en folletos
y en periódicos todos los antiguos sofismas y calumAias.
Distribuyó entre sus prosélitos los asuntos de los nuevos
libelos que habían de componer ; y para descanso de


E




22 HISTORIA DE LA CONspnucon,
sus continuas tareas, comentó á su modo los Profetas,
puso en ridículo las Lamentaciones, y trasformó la his-
toria eclesiástica en un romance calumnioso (1). De este
modo, cuanto han hecho los grandes impios y los mayo-
res- conjurados', lo hizo él solo. Los libros santos nos
hablan de un demonio, llamado Legion, y sin duda le
dan este nombre , porque su mal genio es capaz de
hacer por sí solo contra el género humano todo cuanto
hacen y pueden hacer las legiones enemigas. Si hubié-
semos de producir todo lo que contienen las cartas de
Weishaupt, relativo al establecimiento de su secta, se
podria decir que aquel demonio llamado Legion se Babia
apoderado de su corazon , que habitaba en él, obraba
por él, y á él solo debia todo su éxito.


En Ingolstad aun no se sospechaba que hubiese tal
iluminismo, cuando ya este, solo, en Baviera, tenia cinco
lógias en Munich; Rabia establecido otras lógias y colo-
nias en Freisinga, en Lansberg, en Burghausen, y en
Straubing ; estaba próximo á establecerlas en Ilatisbona
y Viena; ya las tenia en Suabia, Franconia y Tiro' : sus
apóstoles por una parte se acercaban á Milan , y por
la otra á Holanda. Aun no habia tres años que se 'labia
fundado, cuando ya contaba con mas de mil iniciados
que observaban sus leyes (a). Pero debió una gran parte
de su éxito al zelo y actividad que }labia sabido comu-
nicar á sus iniciados. El historiador no podrá gloriarse
de conocerlos á todos; yo me limitaré á darle noticia
de los que islas se distinguieron en esta primera época,
segun la lista de los conjurados de Weishaupt.


(1) Véase 'el tomo , carta , á Ayax ; , á Caten ; z á
Felipa. Struzzi , y otras muchas. Tomo a, cana 52 , escritos uri-
ginales.


(2) Carta a5 á Caton , tomo t , del t3 dbenmetle de 1148,
este es , 13 noviembre de 1778.






cárfrüL0 SEGLNDO. 23


CAPITULO II.




PRINCIPALES INICIADOS DE WEISITAUPT LA PRIMERA


iiroc.. DEL inumiNismo.


E N esta legion de conjurados ó á lb menos de he •
-manos enganchados , cuyo número extiende Weishaupt,


en el tercer .año de su iluminismo, á mas de mil (I), el
mas sobresaliente, sin que se puede dudar, es aquel Xavier'
Zwach., á quien distinguia llamándole el iniciado incom-
parable. Tambien fue siempre el iniciado .intim,o. A él
dirigió el mayor número de cartas que se imprimieron
bajo el título de escritos originales, y á él principalmente
dirigió Weishanpt aquellas en que con mas confianza
manifiesta sus misterios; y este en fin es, el que mereció
oir de la misma boca del fundador de la secta estas
expresiones tan alhaguertas : a Ocupais un lugar tan ele-
vado, que solo yo os soy superior. Estais elevado sobre
todos los demas hermanos. Un campo muy dilatado
se presenta á vuestro influjo y poder , si nuestros
sistemas se propagan. a (2) Tantos favores y distin-
ciones suponen muchos títulos. Para formar con-
cepto de los de este iniciado favorito , hay un monu-
mento que excusará al historiador cualquiera otra inves-
tigacion . Este monumento se halla al fin del primer
volumen de los escritos originales bajo el título : Re-
trato de Dánao , hecho por .ágyax en 31 Diciembre


(t) Ese'
tíos onig.


c(2) Allí arta 2.tta 275 (01/10 1.
B 4




24 IIISTORI A DE LA CONSPIRACION.
de 1776. Aqui Dánao es el primer nombre característico
que se le impuso á Zwach, cuando era simple candidato
aun. Ayax es Massenhausen, que entonces representó
el papel de hermano escudriñador. Aunque la descripcion
que de Dánao hace Ayax no sea muy alhagueña , se debe
creer que no exagera los defectos y vicios de su candi-
dato, pues este hermano escudriñador dice, con la mayor
satisfaccion, que debe á la amistad la conquista que ha
hecho, y concluye su retrato presentando al candidato
como un sabio , que está dotado de todo lo que se nece-
sita para ser admitido en la orden. Este monumento
nos manifiesta en primer lugar el punto á que Weishaupt,
ya en los primeros dias de su iluminismo , Labia ele-
vado el arte de sus escudriñadores; tambien vemos en
el retrato de sn íntimo iniciado todo lo que se puede
vaticinar ele los conjurados, que juzgó mas dignos ele
introducir en sus confidencias. Leamos pues la descrip-
cion que Ayax hace de Dánao , á pesar del asco que siente
cualquier hombre de bien , cuando se ve en la precision
de ciar á conocer al mundo unos viles y despreciables
conjurados, que no tienen otra cosa que llame la aten-
cion sino sus vicios y pretensiones al título de sabios.
Esto basta para que vean los pueblos, que los que con
sus revoluciones los pretenden seducir, son un hato de
libertinos y de viles bandidos sin moralidad.


Retrato de Caton Zwach , delineado por el insinuante
Ayax Nassenhausen.


La relacion que hizo conocer á Weishaupt el candi-
dato Zo ,ach y que le destinase para ser el Caten de su
orden , está dividida en diez y siete columnas, y estas
distinguidas por diferentes títulos. Bajo los unos se ha-
llan, el nombre , la edad , la dignidad civil , la filia-
cion , el carácter físico y moral del candidato; y bajo


CÁHTtL0 SEGrNDO• 25
sede los otros, el género de estudio á (11 e har dedicadod h iay


y los servicios que de él puede espe rar


la o


otras columnas destinadas para notar sucesivamente los
progresos que irá haciendo, los grados que recibirá, los
manuscritos ó libros secretos que se le hayan entregado,
y las contribuciones que vaya pagando. Y, en fin, hay
otras que manifiestan quienes son sus amigos, sus pro-
tectores, sus enemigos , y los sugetos con quienes se
corresponde. — En lo mas bajo de dichas columnas hay
otro retrato ó llámese estado , que tambien tiene sus divi-
siones , que el hermano escudriñador ha llenado con
sus observaciones sobre la familia, y principalmente sobre
el carácter de los padres del candidato.


Primera columna : Segun estas dos relaciones, Fran-
cisco Xavier Zwach, comisario de la cámara de cuentas,
nació en Ratisbona. En el momento de su insinuacion,
que fue el 29 Mayo de x 7 76, era de edad de 20 años,
y habla concluido su curso en el colegio. »


2." Columna; filiacion del candidato. a En esta edad,
la estatura de Zwach es de cerca de cinco pies. Todo
su cuerpo ha enflaquecido á causa de sus desórdenes , y
ha declinado al temperamento atrabiliario. Sus ojos de
mi pardo oscuro son débiles y desmayados; el color de
su rostro pálido y descolorido; su salud vacilante y alte-
rada, por enfermedades freerientes;:. nariz larga y retor-
cida ó nariz de águila.. cabellos castaños... su andar pre-
cipitado... su mirar inclinado habitualmente á la tierra....
bajo de la nariz, y á cada lado de la boca tiene una
verruga. »


3.1 Columna ; carácter moral, religion y conciencia.
« Su corazon es sensible y extraordinariamente filantró-
pico, estóico en el tiempo de su melancolía ,... por lo
denlas, es amigo de lo verdadero, circunspecto, reser-
vado y secreto en extremo ... : muchas veces habla con




26 11ISLOMA. Dr LA COXSPIAACION.
ventaja de sí mismo.... es envidioso cuando mira las
perfecciones de otros.... voluptuoso , y desea perfeccio-
narse... poco á propósito para la grande compañia...
colérico é impetuoso, y pronto á aquietarse... manifiesta
fácilmente sus opiniones secretas, si se tiene la precau-
clon de alabarle cuando se le contradice... ama las nove-
dades... en cuanto á religion y conciencia, dista mucho
de las opiniones comunes , pues piensa precisamente como
se necesita para nuestra orden.


4.. Columna ; estudios favoritos ; servicios que puede
hacer á la orden. « Se ha dedicado con preferencia a la
filosofía; tiene sin embargo conocimientos sobre la juris-prudencia,.habla muy correctamente el frances é italiano,
y desea actualmente entrar en las oficinas de la corres-
pondencia...: es maestro consumado en el arte de ocultarse
y de disimular; bueno para nuestra orden, y desea mucho
saber conocer á los demas hombres. »


5.a Columna; amigos, correspondencia, sociedades. Aqui
el hermano escudriñador nombra cinco ó seis personas,
amigas del candidato; entre ellas se hallan un tal Saucr,
y un otro llamado Berger, , á quienes luego veremos en
la lista de los iluminados.


En las tres columnas siguientes, solo se halla el nombre
del hermano .dyax , en calidad de reclutador , el dia
en que el candidato fue insinuado, y el de su recepcion.


Columna; modo de enganchar y de conducir al can-
didato, , y si conoce otras órdenes secretas. « Aqui se ve
que Zwach ya era miembro de otras juntas secretas, lo
que hizo algo dificil su conquista. La amistad estrecha,
dice el reclutador, que nos profesamos , y principal-
mente el esmero con que he representado mi papel, y
el tono misterioso que he usado , me han allanado el
camino. Ahora ya manifiesta mucho fervor y zclo por
la orden. 7)


cAPíTrÉe stGuNDo.
zo.a Columna; pasiones dominantes. El hermano escu-


driñador manifiesta las del hermano Zwach con estas
palabras : « Orgullo , amor á la gloria, probidad, bilis
ardiente, y una inclinacion extraordinaria al misterio...
gran costumbre en hablar de sí mismo y de sus perfecciones.


La columna Ir dice, que al candidato se le Babia
encargado un discurso que habia de hacer y concluir
dia 29 Abril de )77 8.


— La 12 manifiesta la fortuna
y las rentas del candidato; (el editor omitió aqui la can-
tidad ó importe de dichas rentas). — En las dos colum-
nas siguientes, se ve que el dia señalado para la contrí-
bucion de Zwach , es el 29 Mayo de 1777, y el r
Abril para el siguiente año 77 7 8 ; y que en 19 Julio
de 77 76 , ya baria enviado un ducado de Holanda y
despues dos libros de Química. La columna, en la cual
el reclutador escribe los progresos de su candidato, nota
por los números , 2, 4 y 9 , los libros secretos que
se le han hecho leer; también estan numeradas las órde-
nes que se le han comunicado , y el permiso que se le
ha dado para rocha' ar otros hermanos. Como esta columna
está reservada para notar los progresos ulteriores del
candidato , el hermano reclutador llega al momento en
que Zwach ha adquirido todos los conocimientos nece-
sarios para ser admitido á la orden , y entonces decide
que ya es tiempo de comunicarle otros mas esenciales,
y de promoverle á otros grados.


Yo habría insistido menos en estas relaciones , si no
hubiese pensado que debia en alguna ocasion presentar
en estas Memorias un ejemplar algo circunstanciado de
aquella inquisicion , (lela cual el iluminismo hace depen-der de un modo tan particular la eleccion de sus inicia-
dos y el éxito de sus maquinaciones. Es regular que
os lectores deseen saber en que consiste el segundo re-
rato ó relacion que aconipaha al primero. Para satis-




CIPPITLO SEGUIDO.
29


Pasemos á contemplar ahora las principales pinceladas
del primer retrato. ¿Con que colores se pinta á ZwachP
Con los de un disoluto, inmoderado, exawnadamente Ptuc,
envidioso, disimulado y atrabiliario. Esto ya sobra para
echarle de toda sociedad honrada : pero como su ¡nodo
de pensar en cuanto á religion y conciencia es como
el de Weishaupt; como ya es un consumado ateo, ama
tan ta el secreto y las novedades como los conjurados mas
revolucionarios, y es uno de aquellos filaniro2)os , que
al•mismo tiempo que dicen que aman al género huma-
no, detestan las ley es que le gobiernan, ya bastó para que
la secta procurase con esmero su conquista , y fuese
para Weishaupt el iniciado favorito. Las instrucciones
que el insinuante dió á Zwach, unidas á la melancolía
que le dominaba, pusieron al iluminismo en peligro de
perder todos los servicios que de él podio esperar. Entre
aquellas instrucciones, hay una cuyo objeto principal
es enseñar á los novicios á despreciar la vida, y darse
la muerte antes que hacer traicion á sus maestros. Weis-


. haupt la compiló en estas dos palabras : pata exitus, que
es decir, está abierta la puerta para pasar de la vida á


• la muerte , y por ella puede salir el que no se halle
bien en este mundo. A esta instruccion alude aquel de-


- crcto de los jacobinos : La muerte no es mas que un suerío
eterno. Zwach , ateniéndose á este principio, y cansado
de su propia existencia , se persuadió que moriria corno
sabio si se mataba á sí mismo. Para esto extendió sus
elisamientos sobre el suicidio , que son los pensamientos


de un ateo, á quien sus vicios han hecho infeliz y su
i mpiedad ha vuelto loco. Despues de haber hecho su


. testamento, se puso á escribir á Ayax esta carta :
« Munich , 3o Octubre de a 77. 7 . Amigo, me voy :


Elte es el mejor partido que puedo tornar. Pásalo bien 3
no dudes de mi probidad , ni permitas que alguno dude


MSTOMA Dt L3 CONSPIRICION.


facer su curiosidad , manifestaré lo mas esencial que
contiene. Se compone de diez columnas, bajo las cuales
estan los nombres y empleo de los padres de .Zwach, el
estado de sus hijos , ele su fortuna, sus allegados y
amigos, sus enemigos, sus concurrencias ó juntas ordi-
narias ., y principalmente la edueacion que ellos tuvie-
ron, y su carácter moral, ó que la secta llama su costado


fuerte, su costado débil.
Al editor le pareció que aun


aqui dcbia omitir algunos artículos. Los que estan mas
enteros son, el de la educacion y el de los costado, fuerte
y débil. Segun la relacion del escudriñador, el padre y
la madre de Zwach solo han tenido una educacion á la
antigua, que no vale mucho. Las . pasiones del padre ,
sus costados fuerte y débil se describen de este modo :
« Amante de su honor, decente, exacto en cumplir con
los deberes de su empfeo... : parece que con sus infe-
riores es duro ; pero en la realidad los ama basta el
exceso... á todos habla en tono magistral y pedante...
en su conducta y conversacion , usa de una franqueza
impolítica... es secreto y tan económico, que se escasea
lo preciso para ahorrar gastos á su príncipe , á quien
sirve con zelo , sin atender á grandes ni á pequeños,
por cuyo motivo ha estado en peligro de perder su em.
pico... Es sensible, compasivo, misterioso, obsequioso,
muy pagado de su experiencia , y atiende á todos sus
negocios, etc.—En cuanto á la madre, es buena muger
de gobierno, y solo tiene ojos para embelesarse, con-
templando á su querido hijo Xavier Zwach...»
otras cosas se han suprimido en esta parte del retrato::
pero con esto ya sabrán bastante los padres de cual-
quiera iluminado el modo como los retratan los her-


a
manos escudriñadores , y hasta que punto se cuida l
secta de penetrar en su interior é instruirse en todos sus


negocios.




3o nisTotuA. m L.t coysrnucum.de ella. Confirma á los sabios en el juicio que forma-,
rán de mi muerte. Mira con lástima á• los que hablarán
mal de ella. Sé hombre de bien; no te olvides de mi,
ni permitas que el corto número de nuestros amigos me
olvide. Guárdate de tenerme histima.=Firmado Zwach.»
—En la posdata lega un anillo al hermano Ayax para que
no se olvide de él, y le encarga que baga llegar á los
hermanos otra carta , que dirige á toda la orden
iluminada. Dice asi. « Tambiert á vosotros, hermanos,
saludo por la última vez. Os doy las gracias por vuestras
buenas intenciones acerca de mí. Os aseguro de que yo
era digno , y os lo aseguro bajo mi honor, que es el
único bien que poseo , y lo único que haya sagrado para
77zi Honrad mis cenizas con vuestra memoria; bende-
cidlas, mientras que la supersticion me maldecirá.


Ilustraos
mútuamente; trabajad en hacer feliz al género humano;
amad la virtud y recompensadla; castigad el crimen, y
mirad con lástima las faltas de la humanidad. Al borde
del sepulcro , al que bajo con reflexion , eligiendo la
muerte por conviccion, por demostracion y para su


feli•
cidad , se despide para siempre de vosotros vuestro her-
mano y amigo , Zwach. » (1)


Si esta resolucion de Zwach hubiese sido constante,
asi como era séria , habria el iluminismo perdido su,
miembro favorito. No sabemos que motivos tuvo par a
no cumplirla; solo sabemos que se resolvió á vivir, y
que aun en el dia, insistiendo en las maquinaciones de-
la secta , tiene protectores. Del mismo modo que Veis'
haupt, bajo la proteccion del duque de Sajonia Gota,
vive Zwach bajo los auspicios y en calidad de consejera
íntimo del principe de Salpa-Kirburg, pues es su agent¿,
ordinario en Wetzlar, , cerca de la cámara imperial.
la hora en que escribo , representa un papel aun ala


(i) Escritos orig. tomo a seco. ao.


CAPÍTULO SEGUIDO.
3x


interesante á su príncipe y al imperio. Entre todos los
diputados, y como diputado por la casa de Salm-Kirburg,
teniendo por secretario y cofrade de su iluminismo al
sellar Ambmann , ciudadano de Darmstadt, trata en el
congreso de Rastacit de la paz que se ha de concluir con
los iniciados de su iluminismo triunfante en Paris, Es
cierto que la historia tendrá que manifestar algun dia
el arte con que supo combinar los intereses de la secta
con los de las potencias y con los juramentos de des-
truirlas todas. Volvamos á aquel momento en que á
Xavier Zsvach le pareció que el crédito de sus hermanos
no le preparaba aquellos altos destinos ni le proporcio-
naba el honor de decidir los de los soberanos.


No se olvidaron sus pensamientos sobre el suicidio ;á
lo menos los tuvo bien presentes su cuñada, pues, llena
de aquellas ideas, se mató, precipitándose de una tor-
re (a). El intrépido Zwach, que despues de aquellos pen-
samientos tomó el partido de vivir , cansado del largo
noviciado en que le entretenia el hermano Ayax , fue
á verse con Weishaupt, quien, tomándole bajo su direc-
don, empezó por decirle, que Ayax le habia engañado,
no manifestando al los hermanos la carta que él les habia
escrito. Y pues, ya que os ha engañado (dijo, instruyén-
dole), engañadle vos tambien. Al mismo tiempo que Weis-
haupt intimó á Zwach este importante precepto, le ma-
nifestó Cambien el modo como le debia cumplir. El caso
fue que hizo á Zwach inspector del mismo que le habia
de inspeccionar, (2) Con esto Zwach se halló en estado
de confirmar lo que su insinuante habia dicho , esto es :
que seria un maestro perfecto en el arte de afrazarse;
pues elevado desde aquel momento al sublime grado de
primer confidente de Espártaco , y luego admitido al los


(a) Al/i
, en una neta.


(a) Carta a á Eelipe Strozzi.




J2
RISTOULS. DE Eá.


coNsvnuc10:1•


misterios de la orden , no dejó de representa r
á pre-


sencia de su primer reclutador el papel de novicio. Ya
se hallaba en los grados mas elevados; era, no solamente
areopagita , sino superior de los mismos areopagitas , y
tenia correspondencia seguida con Nsreishaupt , cuando
Avaxaun continuaba en mirarle como estudiante de su
escuela, y aun pensaba que le favorecia mucho enseilán-


dolo algunas
cartas de Weishaupt, que el fingido no


n s
vicio ya habia leido antes que él mismo se las hubiese
dirigido , cumpliendo con esto el encargo que le había
dado Weishaupt.


Este papel que representaba Zwach, engaiiando á su


reclutador, é
inspeccionando al mismo que creia ser su


inspector, es lo que puede explicar la diferencia que
se nota entre las relaciones que hizo Ayax, y la lista de
los primeros iniciados que está en los


escritos originales.


(1)
En aquellas, Ayax pinta á Xavier Zwach como si


solo fuese simple aspirante hasta el 29 Mayo de
17S. En esta, el pretendido novicio era ya areopagita,


con el nombre de Caton., en 22.
de Febrero del mis-


mo arlo;y pocos meses despues, ya no tenia otro superior
que á Espártaco (2). Wunca ha habido hermano reclu-
tador que haya sido mejor suplantado y burlado por su
recluta. —Los varios nombres con que aparece este no-


vicio en les escritos originales,
han causado dificultades


á algunos lectores : pero la predileccio n
con que \Veis-


haupt le distinguia, basta para descifrar este enigma.
Al principie, Weishaupt impuso á Zwach el nombre insi-


gnificante de Dánae.
Luego que conoció el patriarca el


odio que el favorito profesaba
á los reyes, le cambió el


nombre y le llamó Felipe Strozzi ,
famoso conjurado de


Florencia, quien despues de haber asesinado á Alejan-


(1) Tomo s secc. 4.
(2) Alli mismo, carta 27.


cApítuLo s EGtiNDO. $5
dro ele Médicis, tomó las armas contra su soberano , y
habiendo sido derrotado, se clavó un puiial en el pecho,
pronunciando aquel verso, que dictaron todos los furo-
res de la venganza : Exoriare alilrcis nostris ex ossibus
altor. El suicidio que Zwach supo evitar , le pareció á
Weishaupt tan digno de honor, que se creyó obligado
á hacerle el Caten de la secta. Con este nombre se hizo
Zwach' en Munich-el principal agente de los ilumina-
dos, y el iniciado favorito del fundador. Lo que siempre
favoreció su intimidad, fue aquella especie de simpatía
que tanto se halla entre los malvados como entre los
demonios, la que hace que siempre se reunan , cuando
se trata de hacer dallo


Si Zwach no tenia tanto ingenio como Weishaupt
para hacer el mal , tenia á lo menos los mismos deseos de
hacerle. En su primer ensayo, luego de haber entrado
en la órden , manifestó que era un ateo consumado.(r)
Desde entonces ya anunció todo su odio á los soberanos,
y el respeto que tenia al pueblo que rompe el yugo
de estos pretensos tiranos, (2) Se sabe que algunos de
los primeros iniciados del iluminismo se horrorizaron
al descubrir la inmensidad ele los cielitos y desastres que
Weishaupt iba preparando, que necesitó de muchos mira-
mientos, y que para insinuar á sus prosélitos sus prin.
cipios, tuvo pie prepararlos, disponerlos y responder á
sus reclamaciones : pero no tuvo necesidad de portarse
asi con Caton ; este siempre estuvo dispuesto á todo ;
siempre estuvo al nivel de los misterios, y á proporcion
que Weishaupt desarrollaba su código, Zwach le adopta-
ba de tal modo, que solo le dejó la gloria 49 ser su
inventor.


(s) Véase el Discurso sobre las Sociedades en el primer tomo de
los escritos °sig. seco. 20.


(2) Véanse sus pensamientos sobro el
Tomo IV.


1,1


dro




nisTorm. Dr. LA conrolcurs,


A esta simpatía de impieda d
y perversidad se unió


tambien la profunda política de Weishaupt. Necesitaba
de un senado de conjurados ; pero no quería que este
se compusiese de iguales á él, sino de agentes suyos.


Para reitu
con mas eficacia sobre este areopago , no


quiso que estuviese cerca de su persona, pues sabia que
en las juntas secretas, tanto mas respetan los hermanos
las órdenes del déspota, cuanto este queda mas oculto
en su misteriosa caverna. Si á pesar de esta especie de
invisibilidad á la que se acogió, debia causar envidia
el imperio que ejercia sobre sus areopagitas , puso al
frente de estos á su querido Caten , que le debia todo lo
que era en la orden , y cuyo interes era el conservar
la autoridad del fundador, para conservar él mismo toda
la que de este labia recibido. Este fue el motivo porque
:Weishaupt hizo tantos esfuerzos para conservarle en su
partido, como que se humilló hasta hacerle esta suplica:


Sostenedme, y disponed de tal modo las cosas y los áni-
vos, que sean bien recibidas mis disposiciones (1).


Poco se engaño Weishaupt en esta esperanza. Cuando
hubo aquellas disensiones que entre él y sus areopagitas
suscitó su despotismo, casi siempre Zwach logró apaci-
guarlos, reanimando su zelo para sus maquinaciones é
infundiéndoles el respeto tan debido á la persona del
fundador. A él principalmente debió el iluminismo todo
su éxito en Munich. Caton se portó tan bien y se condujo
con tanto fervor en su oficio de reclutador, que Weis-
haupt mas de una vez, se vió en la precision de con-
tener su zelo. Necesitaba de él para el gobierno de la
orden, y aun se sirvió de su auxilio para extender varías
partes de su código. En una palabra , el resultado de su
correspondencia es que Weishaupt no tuvo algun arce-


(x) Véase principalmente en el tomo u la carta 55.


CAPÍTULO sect:Nno.
55


patita que mejor que Zwaeh entrase en sus miras, y que
por lo mismo gozase con mas justicia de toda su con-
fianza (i). Sin embargo que conspiraba contra su prín-
cipe y patria , y aun contra toda sociedad , ninguno
afectó ni aparentó mejor el carácter de un fiel servidor
á su príncipe, patria y sociedad. Zwach, al mismo tiempo
que hacia cuanto pódia en favor de las maquinaciones
de su iluminismo, logró que le nombrasen consejero de
la corte y consejero de la. regencia con el sueldo de veinte
mil florines. Embelesado Weishaupt con esta promocion
de su iniciado, se apresuró á escribirle de este modo :


Recibid mis felicitaciones por la nueva dignidad. Desea-
ria que todos mis areopagitas fuesen tambien consejeros
íntimos con veinte mil florines de sueldo : pero tambien
desearia que este empleo los tuviese menos ocupados ,
para que tuviesen mas tiempo para el grande objeto (u). »
Precisamente esta carta es una de aquellas, en que \Veis-
haupt comunica á sus areopagitas con mas exactitud los
pormenores del camino que han de andar, y resultados
que han de esperar de su conspiracion.


Mario, d el Presbítero Hertel.


El segundo personase de aquel areopago, fue un cierto
Bertel, sacerdote católico (*), llamado Mario por los
minados. De este sugeto hablaba Weishaupt en su carta
á Zwach : n Nuestro Mario es reservado en extremo.
En (a mayor parte de los negocios, procede como tucio-
Pista ("). En cuanto á los objetos religiosos, debemos disi-
mular su debilidad. Su estómago aun 720 es ct-Taz de
digerir los bocados algo duros. En cuanto á lo denlas ,


(i) Véanse las cartas á Caton en los escritos orig.
(a) Tomo z carta a.
(*) No hay colegio apostólico sin ett Iscarinte. (S. y y.)('") Si seria sugeto üe notnria probidad ( S. y V. )




56 IIIST01111 DF. LA
corlsruk.s.cies•


fiaos de él. No le deis mucho que hacer, basta que el
uso le haya hecho expedito y tome gusto en este negocio.
Cuando se haya adiestrado , nos podrá hacer grandes


servicios. I) (1)
Hertel, á pesar de aquel pretenso tuciorisnzo,


se expuso


á todos los peligros de las juntas ocultas, y sucumbió.
Para sacar partido de aquella conciencia


con la que pasó


á la orden, Weishaupt le hizo su cajero, encargándole
que reparase con su economía los robos de Ayax. El
Mario iluminado cumplió exactamente esta comision , y
muy á satisfaccion de su patriarca. Los hermanos conju-
rados le recompensaron su fidelidad , pr.)porcionándole
una canongía en Munich, por medio de unos maneM que
él mismo admiró y con los que promete divertir á Caton,
aunque no se atrevió á escribirlos. (a) Luego que hubo
tornado posesion de su canongía, se desvanecieron aque-
llas ideas religiosas que habia aparentado. El, él mismo
refiere como pasó de sus funciones á los clubs


ilumina-


dos; como al mismo tiempo que tomó la investidura
de


una prebenda eclesiástica, celebra en secreto los servi-
cios que hacia á los hermanos conjurados contra la igle-
sia ; servicios , que él llama


tan importantes, que no se


atreve á manifestarlos por escrito ; (3) sin embargo, es
muy fácil adivinarlos , si se atiende á que , mas que
cualquier otro iniciado, partió con Zwach las confiden-
cias de Weishaupt. En la correspondencia de este hay
una multitud de cartas dirigidas á ambos, p, y rincipal-
mente instrucciones especiales y provisionales dirigidas á
los areopagitas; en aquellas ya no se descubre el concien-
zudo, sino el apóstata Hertel, quien despues de Zwach,


1) Escritos orig. tomo carta 7 á Caton, del 2
7 Marzo de


(
1778.


(2) Carta de Mario á Caton
del 3 Noviembre de x783.


(3) Alli mismo.


CA.PiTTILO SEGUNDO. 37
ocupa el primer lugar y representa el primer papel (a).
A este infeliz sacerdote parece que se le dió de un modo
particular el encargo de proveer las bibliotecas secretas
de la orden , comprando , ó hurtando los libros que
podrian servir para formar aquellos arsenales de la im-
piedad, corrupcion y trastorno. (9) En fin, este es aquel
sugeto que, entre los (lemas, le pareció á Espártaco el
mas digno de entrar en aquella confidencia del mons-
truoso infanticidio, que, como hemos visto(3), meditaba,
sirviéndose de él en este horroroso secreto de modo que
mereció su agradecimiento.


Celso Baader, tercer areopagita.


El médico Baader, aun mejor que el infame sacerdote
Hertel, nos manifiesta de que sugetos se componia aquel
extraiio areopago. Aun no 'labia entrado en la orden,
cuando ya le vernos que ofrece los mas atroces servicios
de su facultad. Este es aquel famoso iniciado, de quien ,
bajo el nombre de Celso, habla Weishaupt á Hertel,
que le habia prometido conservarle su honor por me-
dio de un cielito de los mas atroces. (4) No se puede
dudar que se debe á sus ofrecimientos aquel conato con
que le buscaba Weisbaupt, y las dispensas que le pre-
paraba , escribiendo á Zwach de esta manera : « Si yo
lograse alistar al médico Baader, decidme con antici-
pacion que derechos le podríamos dar entre nuestros
areopagitas ; porque sin esto y alguna dispensa particu-
lar , no le pondríamos en accion. » (5) A. esta carta


(a) Véanse principalmente las instruccione,q para Canon, J'Ylario
Scipion.


(2) Tomo / carta 46 ; torno 2 carta 3 y otras.
(3) ídem , tomo 2 , cartab 3 y 4.
(4) Véase el temo 3 de estas Memorias, cap. I pág,
(5) Tomo a carta 2p del 3o Diciembre de x778.


C 3




OS nisTORIA. DE LA. CO.:5'spiRACION.


bien presto siguió otra, en la cual descubre el gran inte-
res que ponia Weishaupt en esta conquista , y las arterías
de que se valió para asegurarla. Para lograr el éxito
de mi plan en Atenas (Munich), necesito aun de dos
sugetos, el uno noble y el otro médico. El zelo de Caton
es muy á propósito para alistarlos; tambien él procu-
rará lo que nos falta. El conde S... (Savioli; es el conde
que reclutó Caton) se llamará Bruto. Es esta la conquista
arras importante que podernos hacer en Atenas. He aqui
el modo como os habcis de portar con él. Que Caton
continue corno ha comenzado y procure asegurarse de
su silencio. Hecho esto , que le lea nuestros estatutos
reformados y que le pregunte, si le parece que la cosa
es útil y buena. Si Bruto llega á decir sí, le preguntará
Caton , si quiere auxiliamos en nuestros trabajos, y en
seguida le dirá, que en atencion al los importantes servi-
cios que puede hacer á nuestra sociedad , honrandola
con su nombre , seremos con él menos rigurosos en
orden á las pruebas ; que nos apresuraremos á comu-
nicarle nuestros mas profundos secretos; que solamente
le exigiremos como preliminar que nos gane á Baader,


bien á algun otro; que sabemos muy bien que no
le debemos sobrecargar de trabajos ;que por este motivo
le dispensaremos los ejercicios prescritos por nuestros
estatutos; que no hará sino lo que bien le parezca; y
que especialmente le habernos escogido, para que nos ayu-
de en el gobierno de la orden. Si nos conquista á Baader,
se le concederá á este la misma dispensa, gracia que ya
no se otorgará á ningun otro sugeto de Atenas. Leeréis
al conde el grado nzinerval y cuanto le precede. Si mani-
fiesta actividad y que la cosa le gusta , le leeréis tam-
bien los estatutos del grado iluminado. En fin , cuando
esteis seguros de su zelo, y con las conquistas que haga
manifieste que es absolutamente nuestro , le podréis


cArircLo SEGUNDO.
manifestar al conde y á Baader todo el secreto (r).


Sea que los hermanos de Munich ya hacian prevenido
la serie de estas diligencias, ó sea que las suplieron con
otros medios, los deseos que Weishaupt tenia de reclutar
á Baader se vieron cumplidos en breve tiempo , pues
ya le vemos en la lista de los areopagitas en i3 Di-
ciembre de 17 7 3, al tercero d:a despues de la última
carta , que fue del t r del mismo mes. En lo restante do
la correspondencia iluminada siempre se hace honorífica
mencion de él, corno de un iniciado de los mas activos
y que mas se ha apasionado por los misterios.


Scipion Berger,
, cuarto crreopagita.


Aun labia otro motivo para tomar con tanto empe5o
el enganchamiento de Baader, y era porque , siendo
maestro público en Munich , pocha con mucha facilidad •
hacer con los estudiantes de medicina , lo mismo que
'Weishaupt con los de derecho en Ingolstadt. Por esto
se empeñó tambien el patriarca en reclutar á Berger ,
profesor, no sé de que facultad, en D'unja. A este su-
geto conocido en la orden con el nombre de Scipion,
se le clió la investidura de areopagita el 8 Julio del
mismo año. Habiendo sido franc-mazon antes de ser
iluminado, conservó por algun tiempo una predileccion
á aquellas lógias , que le hacian desear el retirarse de la
orden. Esta preferencia puso de muy mal humor á \Veis-
haupt, y sin manifestar que deseaba retener á B.:riger,
quien se manifestaba tan disgustado , y no pudiendo aun
valerse de amena-zas, mandó á Zwach que en nombre de
la orden le dijese , que tenia libertad para seguir su
inclinacion : pero es de notar , que en E: misma carta


(e) Tomo r carta 33 del Ir Diciembre, de 1778.
(a) Véase principalmente en cl tomo a la carta x3 de Espartaco


á Celso.
C,


( 2)




GO HISTORIA DE LA coNspiRÁcies.
reune, para que se le haga saber, bajo mano, todas las
preeminencias y ventajas del iluminismo sobre la franc-
inazoneria. El catedrático Berger se lo persuadió tan
bien, que Weishaupt, para anteponerle á los damas arco-
pagitas , solo exigia que ,fuese algo mas actirto. (i)


Coriolano Troponero, quinto areopagita.


Aquella falta de actividad de Baga' no la pudo el
iluminismo echar en cara á su Coriolano, mercader de
Hamburgo, llamado Troponero, que se habia retirado á
Munich. No ocupara aun, cuando sentó plaza , aquel
lugar preeminente, que á Weishaupt le parecia tan ven-
tajoso para propagar sus maquinaciones. A Zwaeh le
ocurrió el pensamiento de hacer de Coriolano un maestro
de su oficio ; y, habiendo escrito para el intento á Es-
partaco, este le respondió : « Convendrá mucho, tanto


Coriolano como á nosotros, hacerle del consejo de ha-
cienda. Haced todos vuestros esfuerzos para proporcio-
narle discípulos , pues la ocasion es muy buena para
ganar á los jóvenes, y me parece que no hariais mal si
s pusieseis en el número de sus estudiantes para atraer


á otros .
» No sé si Catan aceptó el partido de sepa-


rarse del areopago para volver á la escuela; lo cierto es,
que los archivos del iluminismo aseguran que Coriolano
le hizo grandes servicios , y el mismo Weishaupt le
elogia con mucha frecuencia , valiéndose principalmente
de él para hacer mas respetables las recepciones. Corlo,
lano afectaba en estas ceremonias la gravedad , propia
de un venerable de ; y los jóvenes , contemplán-
dola, no sospechaban que aquel ceremonial los iba dis-
poniendo á los últimos misterios de Rosa-cruz, y mucho
menos é los del nuevo iluminismo.


(i) Tomo r cartas 46 y SS:
Alli carta 3 á Caton.


CAPITULO SEGt1 DO. 41


'Anibal, ó el liaron de Bassus , y Diomedes, ó el marques
de Constanza , sexto y séptimo areopagitas.


Casi al mismo tiempo se hallan entre los areopagitas
los dos primeros iluminados titulados, á quienes Weis-
haupt reveló sus últimos secretos. Uno fue el baron de
Bassus, y el otro el marques de Constanza. A aquel se
le impuso por característico el nombre de Anibal, y á
este el de Diomedes. Es un fenómeno bien extraño en el
orden moral el ver Baronesy Marqueses en el iluminismo.
Solo sus títulos deberian siempre hacerles presente ,
cuanto les interesa la conservacion (le las propiedades y
del orden social. ¿Y es posible que se hagan cómpli-
ces de la mas formidable conspiracion, que se ha tra-
mado contra lo que tanto les interesa? Pero esto se debe
á los lazos que arma el código de Weishaupt, y al arte
con que este los supo engañar. Cualquiera sea la causa,
lo cierto es que los hechos y los archivos del ilumi-
nismo, las cartas y aun las apologías de los hermanos
titulados lo demuestran. El baron de Bassus, en la pag. 6
de su pretensa justificacion , confiesa que él es el iniciado
llamado .dnibal ; las cartas de este Anibal no solo le
manifiestan iluminado, sino aun haciendo las funciones
de apóstol de la secta, cuando da cuenta de las con-
quistas que ha hecho en Bozen del Tirol , gloriándose
de la importancia de los sugetos que en esta ciudad ha
enganchado, contando entre ellos al presidente, vice-pre-
sidente, principales consejeros del gobierno , y al gran-
maestro de postas (r).


Poco despues , otras cartas manifiestan que el mismo
Anibal ó baron de Bassus pasó á Italia. En Milan con-
quistó para la orden al excelentísimo señor conde


(i) Tomo
secc. 45..




42 DISTORIA DE a. GONSPIDACION•


ministro imperial; en Pavia practicaba diligencias para
reclutar catedráticos de la universidad , y este fue el
motivo que tuvo para pedir que aquella provincia se
pusiese en la geografia de la orden , pues en ella labia
cogido los frutos de su apostolado (1).


En cuanto al hermano iluminado Diomedes, ó marques
de Constanza , consta por sus cartas el entusiasmo que
le inspiró Weishaupt. A este alucinado marqués le pa-
reció, que, á ey.cepcion de algunas debilidades insigni-


ficantes y algunos otros defectos, solo descubria en el
fundador de la secta y de tantas conspiraciones un su-
geto el mas perfecto , el mas profundo y . extraordinario
de todos los hombres. Le parecieron muy cortas las horas
que pasó en su companía : pero bastaron para llenarle
de zelo, y para que pasase ya á Dos-puentes , ya á Nauplis
ó Stranbing, y ya á Munich. Corrió de una á otra parte,
valiéndose de unos artificios que bastan para persuadir
á los candidatos, que sus seductores ni siquiera piensan
en abusar de su credulidad. Hizo sus viages penetrado
de la moral de Weishaupt, y dispuesto á practicarla para
vengar la secta de un hombre que ya comenzaba á des-
cubrir la maquinacion de los misterios. Este fue el moti-
vo que tuvo para escribir á un hermano íntimo, hablan-
do de aquel falso hermano, estas palabras : Ah ¡gran-
dísimo picaro! d no podríamos, ó por mejor decir, seria
acaso un delito enviar al otro mundo á un demonio
como este ? a (2)


Otros areopagitas.


Ni en los escritos originales , ni por medio de mis
correspondencias he podido averiguar cuales son los ver-
daderos títulos del areopagita Solon, pues no se descubre


(I) Tomo 2. seco. 4. cartas 5. y 2.
(a) Escritos orig. tomo a. seco. 44. cartas a. y 2.


CAPÍTVLO SEGtNDO. 45
en los fastos de la orden que hiciese mucho papel. Su
verdadero nombre es Nicht , y vestia el trape eclesiástico
en Freisinga, ¡Dichoso él , si debe á esto el poco con-
cepto en que le tuvo Weishaupt! — Con el nombre de
Alcibiades , se halla en el senado de los areopagitas el
scíior Bohereicher, quien, aunque conjurado con Weis-
haupt, no tuvo escrúpulo de ocupar su silla en el se-
nado de Freisinga en calidad de consejero. — El undé-
cimo areopagita fue un tal baron de Schrteckenstein, cuyo
nombre de guerra fue Mahomet , ó 't'ahorna. No tarda-
remos á verle presidente de provincias enteras del ilumi-
nismo. — Pocos Bias despues de este Mal-Joma, se inició
otro areopagita con el nombre de Germánico. No ha-
biendo podido descubrir su verdadero nombre, no me
atrevo á decirlo (a).


En esta misma época he hallado , entre los simples
iniciados de los primeros grados, á un gran nimero de
hermanos de mucha importancia. Entre ellos está un
magistrado de Lichstadt , llamado Lang, y Tamerlan en
la orden, y el secretario íntimo Geiser, cuyo nombre
característico ignoro. Una carta de Weishaupt, que habla
de la adquisicion de este hermano, manifiesta lo mucho
que se interesaba en conquistas como la de este sugeto,
y el partido que sabia sacar para acreditar su ilumi-
nismo. Esta carta es del lo julio de 1778. Se debe
observar que esta es la primera en los escritos origi-
nales que tiene la fecha de la era persiana , á Io de


(1) Para adivinar el verdadero nombre de los adeptos , basta
muchas veces el combinar y compulsar entre sí sus respectivas cartas,
aquellas sobre todo en que Weishaupt anuncia el nombre con que
decora á los candidatos , y lo que él mismo alinde en seguida so-
bre dichos nombres. Los diarios , los escritos alemanes y /ni pro-
pia correspondencia mc han hecho tambien conocer muchos otros,
y sobre los cuales no cabe ya la menor duda.




44 LUSTORIA )U LA. CONSPIRACION.
Charard de ¡I48. « La adquisicion del secretario íntimo
Geiser, dice Weishaupt á su querido Caton, es un acon-
tecimiento tan útil para nosotros , como que nuestros
negocios van á tornar un giro en todo distinto. Princi-
palmente hace que desaparezca aquella apariencia de
novedad sobre el origen de nuestra orden , que hace
sobrada impresion. Por esto nos debernos felicitar , yo ,
ves, y toda la orden. Ahora sí que nos podemos gloriar
que hacemos alguna cosa en grande. Uniéndose á nosotros
unos sugetos de este carácter é importancia , adquiere
mucho peso nuestro objeto , pues sirve para contener á
nuestros jóvenes. Haced de mi parte al seaor secretario
íntimo mis mas sinceros cumplimientos y manifestadle
ini gratitud. Los sugetos de este carácter deben entre no-
sotros tener la facultad de elegir ellos mismos su nombre
característico, su empleo y el trabajo que les acomode.
Cornunicadine instrucciones sobre esto, para que yo tome
las correspondientes medidas. (I) D.


Tambien se deben colocar en esta clase de hermanos
importantes al conde Saviol 1, el Bruto de Weishaupt ;
al baron de illaggenolf, que fue su Sil a , y al conde de
Papenheim, que fue su Alejandro. Mientras esperamos
ver en esta lista nombres de sugetos de mas alta gerar-
quía , como de ministros y príncipes , escuchemos á
Weishaupt que manifiesta sus miras y pone en accion
sus iniciados, principalmente por lo que toca á engan-
char á los nobles de la aristocracia, para que sean sus
principales instrumentos , los apóstoles y propagadores
de una conspiracion , de la cual han de ser ellos las
primeras víctimas. ¿No tencis, pregunta á sus Atenienses
de Munich, el ro Pharavardin de 1149 ( 3.z marzo de
x779) algunos extrangeros, que podamos admitir á nues-


!i) Torno I. carta n3. á Caton.


CA PíTIILO SEGUNDO. 45
tra orden , elevarlos cuanto antes al grado rninerval ,
comunicarles los conocimientos propios de este grado
sin decirles mas , para enviarlos despues á establecer
nuestro sistema y reclutar discípulos en sus tierras, por
ejemplo, en Augsburgo, Ratisbona, Saltzburgo, Landshut
y en otras ciudades ? Para encontrar de estos sugetos,
os habriais de insinuar un poco en las tertulias , fre-
cuentar las juntas y los parages concurridos. Ya que
habeis hecho tantas otras cosas , haced tambien esta.•
llana progresos extraO rditzarios en Erzerum (Eichstad) y
en toda la Franconia , si yo pudiese en este pais ganar
y atraer á mis secretos d dos •caballeros, que conozco muy
bien, ambos de espíritu y muy estimados de la nobleza.
Con esto tendríamos iniciados de la nobleza, y hombres
de espíritu que reclutarian á otros en toda la Franconia.
—Cuando se proporcione ocasion en Atenas de dar un
nuevo grado , podríamos convidar , para que asistiesen
á la ceremonia, á estos dos caballeros, y esto ya bas-
taría para hacerlos candidatos nuestros, é inspirarles de-
seos de un grado superior. Su consideracion y nobleza
nos servirian para contener un poco á Bruto, y á otros
nobles que ya son nuestros. — En fin, Tamerlan ó el
consejero Lang, que piensa que en Erzerum no hay mas
iniciados que los que él conoce, se admiraria al ver,
que en las mas altas gerarquias hay sugetos, que él no
sabe que sean nuestros y á los cuales él estima ... Con-
templad y deliberad sobre lo que acabo de deciros. »


En las siguientes cartas ya no se descubre que el jóven
Bruto 6 el conde Savioli tuviese necesidad de que le
contuviese otro conde; pues se hizo tambien apóstol de
la secta y se fue á una expedicion , que prometia mu-
chas ventajas á Weishaupt. Se puede formar juicio del
zelo con que cumplió con su cornision, por el honor
que le hizo Espartaco , separándole de los hermanos




46 ITISTOMA DE LA coxsrin.scmit.
que se habian de despedir por inútiles. Para poder for-
mar mejor juicio de 105 Servicios que estaba dispuesto
á hacer, basta oir , basta atender al modo como agra-
dece los favores que ya habia recibido de la orden ,
como se gloría de merecer otros mayores. Dirige su
carta á los excelentes superiores del iluminismo, y está
concebida en estos términos :


« Excelentes señores : recibid los testimonios del mas
expresivo agradecimiento por el tercer grado con que
me haheis honrado. Todo en él es magnífico , sublime y
noble, y corresponde á. la idea que me 'labia formado
cuando recibí el segundo grado. Estad seguros de que
procuraré merecer vuestra confianza. De aqui en ade-.
lante contad con la mia , ofreciéndome en todo y sin
reserva. Nada hay en el inundo , nada que sea capaz
de sustraerme á vuestras leyes, y al voto que he hecho
de dejarme gobernar por vosotros. Algun tiempo hace
que me escribisteis , que nada solicitase en la corte:,
porque nada puedo esperar. He obedecido esta orden
pero os hago saber, que en el dia los ministros de la
regencia me dan pruebas de consicleracion, y mis nego-
cios han tomado otro aspecto. La enfermedad séria del
emperador hace pensar en el vicariato del imperio, y
se han puesto los ojos en el hermano Pericles y en mí
para el encargo de consejero en esta corte, y tengo las
mayores esperanzas de que me harán consejero íntimo.
S. ... se ha empeñado mucho en mi favor, y esto lo
debo á la amistad de los hermanos Celso y Alfredo. Si
con el tiempo llego á tener poder, verá la excelentísima
orden C077ZO se le luz consagrado mi corazon y como soy del
todo suyo. Pero hasta ahora solo puedo ofrecer mis
deseos » etc. (a)


CAPÍTULO SEGUNDO. 47
Aunque el favor que pudo inspirar tanto zelo á este


conde Savioli estuviese aun tan distante de los últimos•
misterios , tenia ya la orden por adepto á un hermano
suyo , que ciertamente no blasonaba de llegar á este
tercer grado. El iniciado insinuante los habia distinguido
á ambos, y la carta en que da parte á Espartaco de
esta recepcion , manifiesta una otra especie de servicios,
que la orden debla esperar de este último. « He aqui,
dice Caton á Espártaco, las nuevas esperanzas que tengo
favorables á la orden. Al fin, despues de largas prepa-
raciones, he enganchado al joven S... (Savioli). Este
nos traerá á su hermano, quien podrá en Augsburgo dar
curso á nuestros negocios. Ambos hermanos son ricos.
Al primero he enganchado en clase de sta balé, es decir,
en clase de hermano de los muchos que debemos dejar
en los grados inferiores. Al principio le enganché, para
que, cuando se proporcione ocasion, nos preste su casa,
que es muy cómoda para nuestras juntas, y tambien,
que es lo principal, para que nos ayude con su dinero.»
En la misma carta se lee un otro Sta bené de la misma
especie. « El hermano Livio (Ruddiger) debe mirarse
en adelante corno que pertenece á la misma clase. Me
ha declarado con franqueza que no tenia tiempo ni
voluntad para dedicarse á nuestros trabajos : pero que
estaba pronto á contribuir con su dinero á los progresos
de la orden, suministrar libros para nuestras bibliote-
cas, é instrumentos para las experiencias. Le he dado
á entender, que pocha ser de los nuestros pero solo
en la clase de los que nos sirven con su dinero. » (a)


De este modo Weishaupt reunia para sus maquina-
ciones el dinero y la ignorancia, la impiedad y la ton-
tería de sus marqueses, caballeros, barones y magistra-


(a) Tomo t. secc. 32. carta de Caton á Espartaco.(r) Escritos orig. Quibus licet da Bruto, torno a.




48 EUSTOBIA nE LA colzsrms.esoN.
dos iniciados. Tenia alguncs de estos, hasta en la cámara
imperial de Wetzlar. En 29 Agosto de 1778 , ya se
lee en la lista de los iniciados á 11:1inos, aquel Dittfurth,
asesor, que manifestó tanto zelo para que la orden tu-
viese sus monjas iniciadas (1), aunque despues estuvo
suspendido por sospechoso á los hermanos (2), pero que
al fin manifestó su zelo y docilidad en tal manera, que
á un mismo tiempo fue el objeto de la admiracion y
de la burla de Weishaupt. Ya hemos visto que este
diestro conspirador , para escudriñar mejor á los her-
manos, exigia que ellos mismos escribiesen la historia
de su vida, analizasen sus pasiones , sus preocupaciones
y costumbres. El asesor de la cámara imperial se sometió
con tanta escrupulosidad á esta ley, que Weishaupt
pensó que dcbia dar de esto noticia á sus areopagitas ,
en estos terminos. K ?dinos, aquel hombre que goza de
tanta consideracion , está ahora mismo escribiendo la
historia de su vida. Se halla al al'io diez y siete de esta,
y ya tiene escritas noventa y tres hojas, advirtiendo que
tiene cuarenta y cinco años de edad. Esto es algo mas
que todas las confesiones generales. Ved lo que se puede
hacer de los hombres cuando se les sabe ganar la con-
fianza, y convencerlos de la bondad de la cosa. » (3)
El asesor imperial , lleno de esta conviccion , aprendió
tan bien el arte•de convencer á otros, que, como vere-
mos, llegó á ser provincial de la orden.


Aunque Weishaupt se manifestó tan activo en atraer
á su iluminismo sngetos de las primeras clases de la
nobleza ó de la magistratura, encargaba aun con mas
encarecimiento á sus reclutadores que le hiciesen pro-
sélitos de los profe sores y maestros de escuela, como que


(1) Véase el Tom. 3. de estas Memorias , cap. a.
(2) Véase la lista en el tomo I de los escritos orig. secc..4.
(3) Escritos orig. tomo a. cartas 7 . y to.


es


.e.4.141-U1.0 SEGUNDO. 49


es el medio mas eficaz para atraer la juventud de todas
las clases. Entre los que se alistaron , hay un tal Hernies
Trismcgisto, cuyo verdadero nombre es Sócher, superior
de las escuelas en Landsberg, quien recibió el encargo
de no perder de vista á los Jesuitas, porque eran los
enemigos mas declarados de la educacion que se debe
dar á los discípulos del iluminismo (a). De este prin-
cipio se derivaban aquellas diligencias que practicaba
Weishaupt para llenar su universidad de Ingolstadt de
profesores, ó pasantes de estudiantes, adictos á la secta,
y del mismo principio procedian aquellas súplicas que
hacia á los iniciados de Munich, instándoles á que, con
la intervencion de algun ministro, echasen á los Jesui-
tas, porque estos habian separado del iluminismo á los
cuatro profesores Sc/zolliner, Steingenbewer,


, ¡Vurzer y
Schlegel, quedando ya solo tres cofrades en la univer-
sidad que se opusiesen al jesuitismo (a). Tambien sen-
taron plaza en el iluminismo otros profesores de las
ciudades, en donde se iba estableciendo la secta. De este
número fueron Krenner, Lemmer y Irestenriéder, cuyos
nombres de guerra fueron, Arminio , Cortez y Pitágo-
ras. Este apostató de la orden y su nombre caracterís-
tico se impuso al bibliotecario Drexel : pero en calidad
de profesor le reemplazaron K undler y Lolling, y mas que
todos aquel Baierámmer, á quien al principio Weishaupt
llamaba Zoroastro y despues Confucio , al cual atrajo
tt Ingclstadt solo con el fin de tener á su lado un cole-
ga , que él mismo hacia formado, comunicándole todo
el arte para seducir y enganchas .


á la juventud (3). No
se satisfizo con tanto el zelo de Espartaco. Enviaba
iniciados á todas las casas de educacion ; instaba á Caten


(t) Tomo I. Carta 28.
(a) Tomo I , carta 36. del 3o. Enero de 5778.
(3) Véase principalmente la carta 2.4. del tomo i.
Tomo I . 1)




So !ESTOMA. DE LA collsruu.ciorg.
y á Mario, al mismo tiempo que les preguntaba si tenian
algunos hermanos versados en el arte de enganchar, para
enviarlos á las universidades de Saltzburgo , inspruch,
Friburgo y otras (a).


De los que estos insinuantes conquistaron entre los
estudiantes ,hasta nombrar á Eckart, .Kapfinder, Michl y
Biedl, á quienes se les impusieron los nombres de Sala-
din° , Talles, Timon, y Euclides. Su edad era de i8 á
20 años. Sauer, , llamado el Atila de la orden , y su
emperador Claudio , ó Simon Zwach , primo hermano
del íntimo Caton, no tenian mas edad. Estos eran los
que mas gustaban á Weishaupt, porque le era mucho
mas fácil formarlos, ó seducirlos , que es lo mismo.
No estaba satisfecho de los otros iniciados, porque no
eran lo que él quería que fuesen. Quería que todos ,
como él, tuviesen unos mismos deseos, un mismo objeto,
y que mirasen con interés sus maquinaciones. No hallaba
en todos estas disposiciones para que sirviesen de instru-
mentos á sus proyectos. « Los iniciados de la aristocracia,
corno él los retrata, por lo mismo que son ricos, tienen
todos los vicios de su estado ; son ignorantes, orgullosos,
cobardes, y perezosos en grado supremo, y solo quieren
adelantar en los secretos para satisfacer su curiosidad ,
«S solo para burlarse del aparato de sus grados , (a) »
cuando él solo buscaba hombres á quienes impusiesen
respeto y llenasen de entusiasmo aquellos mismos grados.
Las reconvenciones que hizo á otros muchos iniciados
nos manifiestan que 'labia una multitud de estos sin
costumbres, que solo buscaban en la orden medios con
que satisfacer sus pasiones, sus intereses y avaricia , y
aun que con su disolucion y escándalos exponian al
fundador á que se le tuviese por un corruptor de la ju-


(1) Alli mismo , carta 4o.
(1) Tomo 2. cartA a,


CÁPITDL O SEGDNDO.


ntud , (a) cuando necesitaba de unos sugetos que ,
como él, supiesen satisfacer en secreto sus pasiones mas
infames, aparentando al mismo tiempo todo aquel exte-
rior de virtud , de moderacion y sahiduria , de que él
necesitaba para acreditar su iluminismo.


Ya le hemos visto precisado (2) á descubrir en sus
confidencias la torpeza de sus costumbres, y la atroci-
dad de los medios á que apeló para conservar la repu-
tacion de sus imaginarias virtudes. Sin embargo, este
grandísimo hipócrita tiene valor para reconvenir á sus
primeros iniciados, y echarles en cara los flacos servi-
cios que con la publicidad de su depravacion
al iluminismo. « Acabo, dice, de recibir de Tebas ( Frei=
singa) noticias fatales. Han dado á toda la ciudad el
escándalo de admitir á nuestras lógias á aquel Propercio,
vil Libertino, cargado de deudas, y sugeto abominable...
Se halla en la misma ciudad el hermano D... que es
un hombre malvado. Nuestro Sócrates, que podria ha-
cernos tan grandes servicios, está siempre ebrio. Nuestro
Augusto ha adquirido la peor reputacion. El hermano
Alcibiades suspira todo el dia , y se derrite al lado
de su patrona. Tiberio ha querido hacer violencia á la
hermana de nuestro Diomedes , y su marido le ha sor-
prendido. Z O cielos, que sugetos tengo por areopagitas en
esta ciudad ! Nosotros sacrificarnos al bien de la orden
nuestra salud , nuestros bienes y nuestra reputacion, y
aquellos señores se entregan á sus placeres, á todas las
comodidades, se prostituyen , escandalizan , y sin em-
bargo pretenden saber todos nuestros secretos... Desde
ahora tengo por borrado de nuestra lista al hermano
Tiberio (Merz)... ¡ O areopagitas , areopagitas! cuanto


(i) Tomo a, carta sa.
(a) Torno 3. cap. 1. de estas Memorias.




52 DISTORIA. DE LA CONSPHIACION.
mas estimaria yo no tener alguno de vosotros, ó tenerlos
mas activos y sumisos ! » (e)


Estas quejas no son las únicas con que Weishaupt
manifiesta ¿concepto que 'labia formado de su horda
de iniciados. La siguiente carta manifiesta aun mejor los
sustos que le causaban sus escándalos , y el mal que
prevcia "labia de resultar para la secta. Despues de
haberles dicho : Sabed que en cuanto á política y
moral estais muy atrasados , afiadió : « Si un hombre
como nuestro Marco Aurelio (profesor en Gottinga llama-
do Fcder) llegase á saber que hato de gente sin costumbres,
de prostituidos, de embusteros, de estafadores, de fanfarro-
nes y de locos orgullosos terleis entre vosotros, que idea
formaria de nuestra orden?, no se cubriria de vergüenza
de ser miembro de una sociedad, cuyos gefes prometen
cosas tan grandes, y ejecutan tan mal los mejores pla-
nes, y esto á causa de su obstinacion y porque no saben
abstenerse de sus placeres? Decid, si tengo razon. Juz-
gad, si para conservar á un hombre como Marco Aurelio
Feder, , no convendria sacrificar y excluir de la orden
á toda vuestra provincia de Grecia (Baviera), tanto á
los inocentes, como á los culpados. Y si lo llego á hacer,


quien tendrá la culpa ? No vale mas cortar los miem-
bros gangrenados , que ,perder toda el cuerpo? Acaso
sois capaces de ser tan injustos que mireis con indife-
rencia la disolucion de todo el cuerpo de unos hombres
escogidos , y abandoneis la reforma de todo el inundo
y esto á causa de los desórdenes y de los escándalos que
reinan entre vosotros ? Esto seria proceder peor que
Erostrato, y que todos los malvados que han conocido
los siglos y el mundo... Señores, á los que no acomode
este plan , á los que prefieren su propia comodidad ó


(r) Tomo 2. carta g, escritos ()zis,.


CAPÍTULO SECUNDO. 53
SUS miserables pasiones, y en fin, á los que hacen poco
caso de lo que hay mejor entre los hombres, y no quie-
ren trabajar con nosotros para hacer una sola familia
de todo el género humano, les suplico y encarecidamente
les pido, que á lo menos no estorben nuestros trabajos,
y que sus escándalos no nos hagan coger por fruto la
vergüenza y la infamia. Esto seria proceder peor que
los mismos asesinos, y aun peor que la misma peste (1). »


Por fundadas que fuesen estas reconvenciones, cuando
Weishaupt las repetia con tanta frecuencia , lo cierto
es que los progresos de su iluminismo le manifestaban
que, aunque sus iniciados se entregaban al desahogo de
sus pasiones, no perdían de vista el grande objeto de
sus misterios. El historiador podrá hacer juicio de su
éxito por la siguiente nota , que á un mismo tiempo
manifiesta su propagacion y las noticias que se comu-
nicaban mutuamente , con las cuales se explican muy
bien los misterios de la revolucion.


Nota. sobre los progresos de los iluminados en Baviera ,
hallada entre los papeles de Caton Zwach, escrita de
su mano ¿I insertada en el primer tomo de los escritos
originales..


Esta nota empieza por estas palabras : El 1171171CM en
la Grecia consiste en... Sea que Zwach no haya' notado
este número de hermanos en la Grecia (Baviera), sea
que el editor le haya omitido, lo cierto es que la cláu-
sula está incompleta. "sir. Bobison llena aquel vacío con
el número fioo, pero no dice en que autoridad se apoya,
y por lo mismo me limito á traducir lo que leo de Zwach.


« Tenemos en Atenas (Munich): i. Una lógia regular,
compuesta de iluminados mayores. 2. Una junta menor


(i) Escritos orig. tomo a carta in.
D3




FlISTORI1 »II LA coisspnkeroN.
de iluminados,para nuestro objeto. 3. Unam uy propia
grande y muy notable lógia mazónica. 4. Dos iglesias,
(S academias considerables del grado minerval. — En
.Tebas (Freisinga) tenemos asi mismo una logia miner-
val ; tambien la tenemos en Mégara (Landsberg), en
I3urghausen, en Straubing y en Efeso (Ingolstadt). En
breve tiempo tendremos una en Corinto (Ratisbona).
En Munich hemos comprado una casa , para nuestras jun-
tas , y liemos tornado tan bien nuestras medidas , que
Sla no llaman la atencion de los ciudadanos; al contrario,
hablan con respeto de nosotros, viendo que vamos públi-
camente á esta casa ó lógia , lo que es ciertamente mucho
para esta ciudad. Tenernos en esta casa un gabinete de
historia natural , instrumentos de física, y una biblio-
teca ; todo esto se va aumentando con los donativos de
los hermanos. — El jardín está destinado para la botá-
nica. La orden proporciona á los hermanos todos los
periódicos científicos. Por medio de varios impresos he-
mos llamado la atencion de varios príncipes y ciudada-
nos sobre ciertos abusos notables. Nos oponemos á los


frailes con todas nuestras fuerzas, y ya hemos visto bue-
nas resultas de nuestros trabajos (*). En todo hemos
dispuesto nuestra lógia segun nuestro sistema. Hemos
roto con Berlin. No solo hemos contenido los alista-
mientos de los Rosa-Cruz, sino que hemos logrado ha-
cerlos sospechosos. Tratamos ahora de formar una alianza
mas estrecha con la logia de... y con la lógia nacional
de Polonia. »


(5) 2 Es posible que toda la canalla de hereges, impíos, é ifiemi-
nalios se empeñe en exterminar á los frailes? En que principio
convienen estos sehres , para que , á pesar de la variedad de sus
sistemas, conspiren todos contra los claustros ? Será porque los
frailes se oponen á todos los sistemas sean antipolíticos , sean anti-
religiosos P.... Parece que sí, y lo que liemos visto en los sabios
modernos de nuestra España lo confirma. (S. Y. y.)


CAPÍTULO sEcunDo. 5.5
Otra nota, escrita de la misma mano, sobre los progresos


políticos de la orden.


Por medio de las arterías de nuestros hermanos, los
Jesuitas han sido separados de todos los empleos de
maestros; ya hemos purgado de ellos la universidad de
Ingolstadt. La duquesa viuda (*) lo ha dispuesto todo,
para la instruccion de los cadetes , conforme al plan
que tenemos hecho para nuestra orden. Esta casa está
bajo nuestra inspeccion, y todos sus profesores son miem-
bros de nuestra orden. Cinco de estos miembros estan bien
provistos , y todos los discípulos serán nuestros. »


« Por medio de la recomendacion de los hermanos,;
á Pílades se le ha nombrado consejero fiscal eclesiástico.
Procurándole este empleo , hemos puesto á disposicion
de la orden el dinero de la iglesia. Y con esto hemos
reparado la mala administracion de nuestros... y de.....
Los hemos sacado de manos de los usureros. Con este
mismo dinero sostenemos de continuo á nuestros nue-
vos hermanos. .d nuestros hermanos eclesiásticos, con
nuestra mediacion , se les han proveido beneficios, curatos
y empleos de preceptores. Del mismo modo han llegada
á ser catedráticos de la universidad de Ingolstadt nuestros
hermanos drminia y Cortez, v en la misma hemos pro-
porcionado pensiones alimenticias á todos los discípulos
que tenemos en ella. »


a La corte, por nuestra recomendaeion , ha enviado:
á viajar á dos jóvenes nuestros, que en el dia se hallan
en Roma. Las escuelas germánicas estan bajo la inspec-
don de la orden tambien y los prefectos de ellas son
hermanos nuestros. Dirigimos tambien la junta de frene_


Douarilre , que se lee en rntrrruel , significa rimia que 6,oza.
de los bienes ó renta, que le asignó e/ marido en las capitulaciones
peniales. Campmany, Dice. Vrances-Espaii0P.




56 HISTORIA DE LA COSSPIEACION.


ficencia. La orden ha procurado sueldos, y aumento desueldo á un gran número de hermanos, empleados en
las oficinas de los t ribunales y consejos. Hemos procurado
á nuestros hermanos cuatro sillas eclesiásticas. Dentro
de poco tiempo seremos (Indios de toda la fundacion
de san Bartolomé, destinada para la educacion de los
eclesiásticos jóvenes. Ya hemos tornado todas la medi-
das, y este negocio ha tomado un buen giro. Por este
medio, podremos proveer toda la Baviera de eclesiáticos
diestros y convenientes á nuestro objeto. Tenemos las mis-
mas miras y esperanzas sobre otra casa de eclesiásticos.
A fuerza de medidas, de mil desvelos y de las arterías
de varios sugetos , hemos llegado á cabo , no solo de
conservar el consejo eclesiástico que los Jesuitas que-
rian derrocar, sino tambien que el mismo consejo admi-
nistre los bienes de los colegios y universidades de
Baviera que aquellos administraban , á saber , el ins-
tituto de las misiones , la limosna de oro , y la casa
de:réclusion y el tesoro de los arrepentidos. A este fin,
nuestros iluminados mayores han tenido seis juntas, y
muchos han pasado noches enteras discurriendo sobre
el asunto. » El editor de los escritos originales ha
omitido en la irnpresion los nombres de los sugetos que
componian estas juntas. Le pareció á la corte de Baviera
que no debia publicar los nombres de los ministros y
de otros sugetos , que ejecutaban los planes de Weis-
haupt y de sus iniciados en esta empresa. Los Jesuitas
sospecharon que entre los ministros se hallaba el conde
de Senseinz. Los del colegio ingles, que entonces estaba
establecido en Lieja, pensaron que á d principalmente
debian la supresion de diez mil florines, que hasta en-
tonces habian recibido de la corte de Baviera. No sé
que fundamento tenias aquellas sospechas ; tal vez se
descubrirán mejor cuando veremos á este conde en la


CAPÍTULO sEcvxno. 57
lista de los hermanos con el nombre del rey -.dyred o.
Sea de esto lo que fuere, lo cierto es que el testimo-
nio que acabo de producir, prueba muy bien que no
siempre los iniciados merecieron aquellas reconvencio-
nes que por su inaccion les dirigia Weishaupt.


Cuantos problemas ó enigmas de la historia de la
revolucion resuelve y aclara esta nota ! A pesar de la
resistencia y constancia de la gran parte del clero en
esta revolucion, cualquiera se admira al descubrir en
todas partes un cierto número ele eclesiásticos que se
complicaron en todos sus horrores é impiedad. Caton
Zwach rasga el velo opaco que ocultaba á los falsos pas-
tores. Hipócritas atroces, que la secta ha formado en
su seno para despedazar el de la iglesia : les dijo la
secta ; aparentad por algun tiempo la piedad, el zelo
y la fe de los sacerdotes, y obraremos de modo que
recaigan en vosotros los beneficios , y haremos de vo-
sotros los curas y pastores de los pueblos. Predicaréis
en público la doctrina de su Evangelio; haréis exterior-
mente todas las funciones; en secreto seréis nuestros,
y nos allanaréis los caminos. No preguntamos, ¿corno ha
sido posible hallar monstruos, que han podido consentir
en representar el papel de serpiente en el mismo san-
tuario. Caton Zwach nos los muestra. Ellos se lla-
maban vicarios, curas, canónigos, catedráticos y doc-
tores de la iglesia católica. Lo mismo sucedió en la
iglesia protestante. Y bajo de aquellos nombres conspi-
raron para destruir sus respectivas iglesias.






Lo mismo que hicieron los conjurados para arruinar
la iglesia, lo hicieron para destruir el estado, ya en la
primera época de sus maquinaciones. El mismo Zwach
manifiesta las arterías , intenciones y resultados de la
secta, descubriendo los iniciados que tenia en los cole-
gios, en los consejos y en las oficinas de la administra-


te"




58 DISTORTI DE L1 DDXSPIRACA015.
cion pública, asalariados por los príncipes y el estado;
los que tenia en los mismos consejos de los príncipes y
de los estados, que seguían los proyectos de la traicion
y de la conspiracion contra sus mismos príncipes y esta-
do. Causa admiracion ver que de las mismas escuelas
que han fundado los príncipes para la educacion de la


j uventud, salga una generacion, que parece que ya nace
con todos los principios del jacobinismo. Lo que Zwach
dice, relativo al instituto, que fundó la duquesa viuda,
descifra este enigma.


Llegará dia en que el historiador se preguntará á si
mismo y dirá á sus lectores ¿ de donde provenian
aquellos tesoros que prodigaba la secta para propagar
sus principios , para costear los gastos de sus apóstoles
y sustentar á sus iniciados? Pero luego descubrirá, quo
ya sus novicios vivian á costa de las fundaciones públi-
cas : pagaban los príncipes á sus viageros, pensando que
iban á hacer descubrimientos científicos y de las artes
en las naciones ex.trangeras, cuando solo enviaban con-j urados. La misma secta nos descubre los iniciados que
habia introducido en la adrninistracion de los bienes
eclesiásticos, con los cuales pagaba los gastos de sus 16.,
Bias, alimentaba á los apóstoles de la conspiracion , y
restablecia y multiplicaba sus conventículos. Reflexione
el historiador las condiciones con que proveia la secta
los beneficios y prebendas eclesiásticas, y con esto des-
cubrirá el aumenta de sus rentas , con las que sus ini-
ciados administraban en la iglesia ó en el estado. Aun hay
enigmas de otra especie qua descifrar. Vemos que Catan
Zwach á un mismo tiempo se gloria , de que los ilumi-
nados han erigido en Munich una lógia , y de que los
mismos iluminados triunfan de los franc-mazones cl
Rosa-Cruz. ¿En que puede consistir aquel deseo de con-. •
currir á imitar á los hermanos franc-mazones, y esta,


1


easímo SECUND.o. 59
guerra declarada á los mas famosos iniciados de la franc-
mazoneria? Esta pregunta nos lleva á manifestar el me-
dio mas profundo que concibió Weishaupt para pro-
pagar sus maquinaciones , y para responder á ella es
preciso que se tenga presente , que las primeras tenla-


, tivas de Weishaupt y la diversidad de sus medios, entre
otros, tuvieron el objeto de introducirse y triunfar alfin de las lógias. Para responder, pues, á aquella pre-
iunnta, iré reuniendo en los capítulos siguientes lo masnstructivo que sobre este famoso proyecto nos ofrecen
los archivos de la secta, las cartas, escritos y declaracio-
nes de la misma. Su ejecucion tiene lugar en la segunda
época de la secta, á la cual por degracia hemos de lla-
mar la de la frane•mazonexia iluminada,




ENTREGUEMOS
por un momento al imperio de las con-


jeturas y de los sistemas todo lo que hemos descubiertoen estas memorias , relativo á la naturaleza , objeto y
origen de los secretos franc-mazónicos; supongamos, si
asi parece, que sus fastos primitivos esten sepultados en
una oscuridad impenetrable; permitamos tambien á los
venerables hermanos exaltar el mérito y la gloria de sus
antepasados; ya hemos llegado á una época tan fatal para
sus descendientes, en la cual, eclipsándose toda aquella
gloria, sus mismos oradores exclaman de esta manera:


Hermanos y compañeros, desahogad con libertad vues-
tras penas. Ya se pasaron aquellos chas de la inocente
igualdad. Por santos que hayan sido nuestros misterios,
nuestras lógias han prevaricado. Hermanos y compa-
ileros , derramad lágrimas-, y vestios de luto , venid ,
cerremos nuestros templos. Los profanos se han intro-
ducido en ellos, y han hecho que les sirvan de asilo á
su impiedad, y los han hecho cavernas para sus maqui-
naciones. Ellos han meditado la corrupcion y ruina de


los pueblos. Lloremos, porque nuestras legiones han sido
seducidas. Las lógias que han podido abrirse para dar
entrada á estos conspiradores, deben c


errarse para siem--


CAPITULO TERCERO.
pre para nosotros y para todo ciudadano verdadero. »
Estas lúgubres quejas y tristes lamentaciones, no son
mias; las lxe oído salir de los labios de los venerables;
ellas son la oracion fúnebre de la mazonería , que se
dijo á presencia de los hermanos, congregados por la
última vez en una lógia de Alemania, viendo reducida
su orden á un estado tan infeliz (I). Conozco , aten-
diendo á la honradez de muchos hermanos, que es justo
su dolor. Cualesquiera que hayan sido los misterios de
la franc-mazonería , es cierto que en el dia es delin-
cuente. Si no lo es por instituto, lo es por lo que Weis.
haupt le ha comunicado. Ella ha hecho, ó Weishaupt
ha hecho con ella la mas fatal de todas las revoluciones.
No se puede ocultar esta terrible verdad; la historia la
debe manifestar y presentar los documentos que lo de-
muestran. Esta es la mas importante instruccion que se
puede dar á los pueblos, para que estos vean el peligro
á que los exponen las juntas secretas.


Weishaupt, ya desde el principio de su iluminismo,
conoció todo el partido que sacarian sus maquinaciones
da la multitud de franc-mazones que habia en Europa,
si llegaba á aliarse con ellos. «Quiero claros una noticia,
escribia á su iniciado Ayax, ya desde el alío C77; antes
del próximo carnaval partiré para Munich, á fin de ha-
cerme franc-mazon. No os asusteis , pues no por eso
dejará (le seguir su curso nuestro negocio. Dando este
paso, conoceremos un lazo ó un secreto nuevo, y nos
haremos mas fuertes que los otros. » En efecto, Weis-
haupt, recibió los primeros grados mazónicos en la lógia
llamada de san Teodoro. En los grados que recibió, no
descubrió sino juegos de una inocente hermandad : pero,
viendo que los jactps de igualdad y libertad hacian la


(1) Véase el discurso de un orador mazon, pronunciado en la
última de sus juntas.


MSTORIA. DE LA
co5srtalcicrs.


CAPITULO III.


SEGUNDA. T:,.POCA DE LA.
ran.Ye-TAIA.zollErd..«. ILUMINÁDA.


Ensayos de Weishaupt sobre las lógias masónicas,
adquisicion de Enigge y sus primeros servicios.




G2
RISTOIVII DZ 1,1 CONSPIZICIOlq•


elicia completa de los hermano
s , sospechó que habia


dmisterios ulteriores. En vano se le decia que estaban
desterradas de las lógias todas las discusiones religiosas
ó políticas; que todos los verdaderos franc-mazones eran
esencialmente fieles á su príncipe y al cristianismo ; pero
como ¿l aseguraba lo mismo á sus novicios y minerva-
les, pensó que aquellas protestas de los franc-mazones
paraban en lo mismo que las suyas•Bien presto su inti-
ano amigo Zwach le proporcion .


ó medio para penetrar


en los últimos secretos, sin haber de pasar por las prue.
has preliminares. Este iniciado habia tenid en


AUgSbürg0


una entrevista con un Abate
llamado N


o
arotti. En esta


entrevista, ex có todosi t , el Abate dió á
Zwach los altos grados mazó-


picos, basta los de las lógias escocesas, y le
plicó


os misterios que, segun él decia, se fundaban del todolsobre la religion y la historia eclesiástica. Zwach. nos
descubre que esta explicacion la miró como favorable
á las maquinaciones de su impiedad, y por lo mismo se
apresuró á revelar este descubrimiento á su patriarca
Weishaupt (1). Con esta simple noticia , y antes de reci.
bir los pormenores de aquella entrevista , Weishaupt ,
que tambien habia hecho investigaciones, respondió de
este modo al iniciado su confidente ; <, Dudo mucho que


sepais el verdado
er objeto de la franc-mazoneria : yo


sobre el mismo objeto he adquirido conocimientos, de
los cuales quiero hacer uso en mi plan, y que


reservo


para nuestros grados mai
adelantados » (2). No tardó


Zwach en enviar á su maestro los pormenores de aquella
expliion , y despues le escribió Weishaupt : »


El im-
cacportante descubrimiento que habeis hecho en


Nicomedia


(Augsburgo) en vuestra entrevisista con el Abate Marotti,


(t)
"Diario de Caton , en los escritos orig. torno T.


(a) Alli mismo, carta 31 del a. Diciembre de 1778.


CAPÍTVLO menno. 63
me ha llenado de gozo> Aprovechaos de esta ocurrencia,


y sacad de ella todo el partido que podais. » (1).
Es muy natural que cualquiera, al leer estas con-


fidencias , pregunte : ¿ Que es , ó que motivos hay
para que tengan tanto gozo los dos mas monstruosos
conjurados que ha conocido el mundo, al recibir la
noticia de los misterios que ocultan los últimos grados
de la mazonería , en las lógias que mas aprecian los her-
manos escoceses P Acaso los hermanos mazones se han
anticipado á Weishaupt en la explicaeiorz que da de sus
símbolos, y que introduce en sus misterios ? (2) ¿ Podre-
mos deducir que en las tras•ógias mazónicas ya habia
una impiedad y maquinaciones , que preparaban la im-
piedad y las maquinaciones de Zwach y de Weishaupt?
Si esta pregunta es muy funesta para los franc-mazones
honrados (*), los que se limitan á los tres primeros
grados, harán muy bien si evitan los lazos que se les
arman, y si se convencen, que alli nada se trata contra
la religion y los gobiernos.


Asegurado ya Weishaupt de este descubrimiento
empezó á instar para que se estableciese en Munich
una lógia mazónica para sus discípulos. Mandó que todos
sus areopagitas se hiciesen franc-mazones , y se valió de
todos los medios para lograr las mismas ventajas en


(1) Carta del 6 Enero siguiente.
(e) Véase en el tomo 3. de estas memorias el grado de Epop-


te , cap 9.


Presciendo de si los ha
y , pero ateniéndome, corno eat6lieo,


á las Bulas de Clemente XII. y de Benedicto XIV., no puedo reco-
nocer que sus juntas sean legítimas. Esten 6 no iniciados en los
úliimos misterios de la secta, lo cierto es que todos son conoci-
dos con el nombre de franc-mazones, y se sabe que los tres pri.
meros grados disponen para los siguientes. (Nota de S. Y. V.)




Eichstadt y en todas sus colonias (r). A pesar de todos


secretos de los franc-mamones ; pero estos no sabian los
sus esfuerzos, sus resultados fueron lentos. Él sabia los


suyos. Los mazones de Rosa-Cruz
vieron con dolor


que se formaba una nueva sociedad secreta; que esta
guarnecía y poblaba sus lógias á costa de las suyas;
que las desacreditaban, gloriándose de que solo en las
de Weishaupt se hallaban los verdaderos secretos de la


órden. Aunque
los de Rosa-Cruz eran muy impios, y


aunque su sistema conducía al mismo fin , que era
la abolicion del cristianismo, seguian un camino en todo
opuesto al de Weishaupt. Este despreciaba todas las
tonterias de su alquimia , y sobre todo detestaba su
teosofía. Se burlaba de aquel su doble principio, de los
espíritus buenos , y de los espíritus malos, y de aque-
llos demonios de que tanto necesitaban los de Rosa-
Cruz, para su. magia , cábala y facultad de


Abrac (2).


HISTORIA. DE La COYSPOACI011.


(1) Alli mismo , carta 32.
(a) Esta palabra Abrac , abreviada de


Abraxas , es una rennion


de letras, que imaginó .11asílides ,
solista de Alexandria y famoso


berege del segundo siglo, para expresar el número de 365 inteli-
gencias ó espíritus , de los cuales él componia su Dios.


Abraxas ,


dice San Geronimo , es el Dios fingido de Basílides , expresado
por números. En efecto , las letras que componen aquella palabra
producen con exactitud en griego el número 365.


ABRAXAS.
2, loo. Go. 1. 200.


Basílides fundaba toda su magia sobre el número de sus genios,
y de aqui se deriva el llamar á la magia ciencia de


Abrac. (Véase


á S. Geronimo adv. llacipr...
S. Agustín lib. de Howes..• Tertuliano


(le l3asilide).
Manes tomó de este una multitud de errores, principal-


mente sus 'Zonas
y su magia. Esta facultad de Abrac


se halla en


un manuscrito mazónico de Oxford , -y manifiesta los hermanos que
ya hace 3oo dios se ocupaban tanto en la misma facultad , como


muchos modernos Rosa-Cruces.


En


CAP1Tti£0 TERCERO.
65


En una palabra, á pesar de las grandes ventajas que
para sus misterios sacaba Wcishaupt de los símbolos y
explicaciones mazónicas, miraba con un soberano des-
precio todas las tonterías y delirios cabalísticos de los
Rosa-Cruz. Tomó de estos todo lo que conducia á la
impiedad , al mismo tiempo que se burlaba de sus desa-
tinos. Muy bien se puede decir, que era un combate
de la impiedad que se habia precipitado en el absurdo
ateismo , con la que se habia combinado con la supers>
ticion mas absurda. De aqui se derivaron aquellas disen-
siores, aquellos odios y aquellas competencias de que
hemos hablado al trazar los progresos del iluminismo ,
cuya relacion hizo Caton Zwach, No era fácil decir en
aquella época cual de los dos partidos triunfaria del
otro. Weishaupt discurria mil medios para acabar con
sus contrarios ; pero aun no se habia decidido sobre el
uso que baria de su victoria. » Al principio , dice á
Zvvach , quería yo hacer venir de Londres una cons-
titucion para mis hermanos , y aun seria del mismo
parecer, si pudiésemos estar seguros del cabildo ( mazó-
nico ) de Munich. Es preciso hacer el ensayo... Nada
puedo decir de fijo sobre esto, hasta que yo vea el giro
que toman nuestros negocios. Puede ser nue solo me
atenga á reformar ; tarnbien puede ser que yo haga para
nosotros un nuevo sistema mazónico, y aun puede ser
que yo me resuelva á incorporar la franc-mazonería á
nuestra orden , para hacer de las dos un solo cuerpo.
El tiempo lo decidirá (1) ».


Weishaupt, para resolverse, necesitaba de un sugeto
que no contemporizase tanto, y que cortase por medio
toda especie de dificultades. El demonio, autor de las
revoluciones y de la impiedad, le proporcionó un baron


(r) Carta 57. á Cuto!), marzo de 1780.
Tomo Ir. E




66 TV:51*CM 1.
DR T.A. COSSPIRACION•


hanoveriano, llamado Kni.;,,ge•
Los franc-mazones honrados


de Alemania , al oir este nombre , entran en conoci-
e


miento del sugeto que apestó hasta los juegos fraternales
de sus primeras lógias, y que consumó lit depravacion


e sus impíos de Ilosa•Cruz. Estos hermanos
honrados,


á pesar de su indignacion, casi todo se lo perdonarian


á Weishaup t
, solo para desfogar con Knigge su odio,


'„'.1
.


á causa del oprobio en que se halla su sociedad , que


•.,


se ha vuelto un vasto seminario de iluminismo : pero
la verdad es que Filon Knigge no fue mas que el digno
instrumento de Weishaupt para introducirse en la mazo-
noria. Lo que aquel ejecutó, ya lo labia concebido este
hacia mucho tiempo ; y es muy verísimil que , sin las


jl,
profundas combinaciones de Espartaco, toda la actividad 1.


de Filon ltabria sido inútil. Estos dos hombres , con
su funesta coalicion , tuvieron cuanto necesitaban para




'


ejecu
tar sus planes; Weishaupt era el mas á propósito


para dar leyes á la secta mas infausta, y Kniggc para
propagar sus misterios y aumentar sus maquinaciones con


legiones
de iniciados. Weishaupt, con sus meditaciones,


valía por un Satanás
siempre ocupado en sus proyectos


contra el género humano; y Knigge en todo se parecía
d aquellos genios perversos, que, propagándose como la
peste, vuelan sin sosiego hacia donde,los envía el prín-
cipe de las tinieblas para causar daño. Weishaupt, con
sus meditaciones, combinaba lentamente sus maquina-
ciones, calculaba sus recursos , y cotejaba sus ensayos;


para mejor acertar, difería sus resoluciones. Knig“y ,
con su ligereza, apenas había deliberadlo, cuando va
obraba; apenas descubria el mal que rodia hacer, cuando
ya le hacia , y si no conseguia hacerle con unos me-
dios, se valla de otros. Weishaupt, previendo los obstá-
culos que se le podian oponer , procuraba superarlos.
Wnigge se abria paso por entre los mismos obstáculos,


cAriTr LO TERCERO.
porque tenia por perdido el tiempo que habria empleado
para removerlos. Aquel no quería hallar embarazos que
retardasen su camino; y este siempre adelantaba á pesar
de sus tropiezos.


El gran placer de Weishaupt, rodeado de tinieblas, ha-
bria consistido en trastornar el mundo sin verlo y sin ser
visto. La íntima persuasion de que rabia causado el daño,
le era tan satisfactoria como al hombre religioso le pueda
ser el haber hecho el bien. Estaba satisfecho con los resul-
tados , y el placer de hacer mal era superior al que
pueda tener el que le impide. Knigge era uno de aque-
llos entes que se dejan ver en todas partes, que en todo
se entrometen y que quieren dar á entender que lo han
hecho todo. Ambos eran impíos, y ambos detestaban
igualmente el freno de las leyes: pero con esta diferen-
cia , que Vieishatipt, , desde el principio, estableció
sus principios , y 'labia descubierto, en toda su exten-
sien sus consecuencias; estuvo ya resuelto á que su revo-
lucion las realizase todas , y pareció que nada habria
hecho si hubiese dejado subsistir algunas leyes religiosas
ó sociales. Pero la impiedad y rebelion de Knigge tuvie-
ron su infancia y graduacion. Cursó sucesivamente Lis
escuelas p . íblicas y las subterráneas de la incredulidad ;
y , con la variedad de estas instrucciones, supo acomo-
darse á todos los caractéres. Tambien quería revolucio-
nes, y á este fin quiso aprovecharse de las de lAreishaupt
para ejecutar las suyas. Supo hacer deistas y escépticos,
cuando no podia hacer ateos. Acomodándose á las cir-
cunstancias , supo representar los papeles de todos les
sofistas y se acomodó á todos los grados de la rebelion.


Weishaupt , para establecer sus tribus errantes , sus
hombres reyes, iguales y libres, pretendió acabar con la
religion, los Magistrados, la sociedad y la propiedad ;
pero Knigge quería destruir menos , para gobernar lo




68 IIISTOila I'VE
LA COISSPHLACION.


que quedase. Aquel, desde el interior de su retiro, estudió
mas á los hombres, y supo mejor lo que de ellos quería
hacer ; este los 'labia visto mas en sus círculos y mane-
jos , y se conte.ntaba con hacer de ellos lo que podia.
Por último resultado de la perversidad y desatinos que
les eran comunes, Weishaupt trituraba mejor el veneno,
y Inigge le vendía mejor. Ellos dos solos bastaban para
apestar á todo el mundo. Cuando el enemigo comun del
género humano reunió á estos dos sugetos , la tenian
ambos todo lo que porfia hacer fatal su reunion. Casi á
un mismo tiempo vomitó el infierno á Wanigge en Hanover,
y á Weishaupt en Baviera. Parece que toda la vida de
aquel no fue mas que una continua preparacion de lo
que 'labia de hacer con este, sobre todo para abrirle las
puertas de tantas lógias, difundidas desde el oriente hasta
el occidente, y desde el setentrion al medio dia, para
buscar en las cavernas mazónicas lo que contenian sus
misterios y pudiera disponer á sus iniciados para los suyos.


El mismo Knigge nos dice que, ya desde su infancia,
tuvo una extremada inclinaeion á las juntas subterráneas;
que, siendo aun joven, ya estableció una <le aquellas pe-
queñas órdenes secretas, que son tan comunes en Ale-
mania, entre los discípulos de las universidades protes-
tantes. Que aquella inclinacion la 'labia heredado de su
padre, muy adicto á los miste íos mazónicos y muy ocu-
pado en las vanas inquisiciones de la piedra filosofal.
Su padre fundió su oro en los crisoles, y el hijo solo
halló escorias . A penas llegó á la edad correspondiente
para que le admitiesen á las lógias , cuando ya se hizo
franc-mazos. Los hermanos que le admitieron á los mis-
terios, fueron los que en aquel tiempo se llamaban de


la estrecha observancia;
llegó al grado de los Templarios,


es decir, de los que, esperando recobrar algun dia las
posesiones de los antiguos cahalteros de aquella orden, se


cÁpíreLo nsacEno. 69
reparten los títulos de sus encomiendas. Knigge llegó á
ser comendador con el título de caballero del cisne ,
Eqües á Cygno, Este título , contra sus deseos , no le
aumentó su fortuna, que era muy decadente. Con el fin
de restaurarla , y de adquirir en las lógias una reputa-
eion que en ninguna parte 'labia hallado , se hizo en
Marburgo discípulo del charlatan Sehrzeder, que fue el
Cagliostro ele Alemania. Siguiendo la doctrina de aquel
Sehreseder, dice Knigge , en tono ele pregunta : j Que
hombre podía mirar con frialdad la teonfia , la magia y
la alquimia? Estos eran los misterios ele la estrecha obser-
vancia mazónica. Acalorado, fantástico y fogoso, corno
Knigge dice de sí mismo, á la edad de 25 altos, creyó
todos estos misterios y se entregó á las evocaciones (*)
y á • todas las tonterias de la antigua y moderna cábala.
Bien presto ya él mismo no supo si las creía, ó si las
debía de creer. En mecho ele sus encantamientos y de sus
operaciones mágicas , se gloriaba de ver re se ponia
en orden el caos de las ideas que volteaban en su cabeza;
y, para desplegarlas, habria querido entrar en todas las
lógias mazónicas. Supo conseguir todos sus grados supe-
riores , adquirir todos sus manuscritos, los mas raros y
aun los mas misteriosos, y estudió todas sus sectas (1).


Como si hubiese querido reunir en sí mismo todos
los desvíos del espíritu humano, combinó este estudio
con el ele los sofistas del tiempo , adoptando por una
parte todos los delirios cabalísticos, y por la otra todas
las itnpiedades del filosofismo. Para aumentar sus cau-
dales, hizo lo mismo que para aumentar:sus conocimien-
tos; todo lo ensayó, pero nada consiguió. Viéndose cor-
tesano sin valimiento , abandonó á su príncipe para


(') Llamamiento de los espíritus malos.
(r) Véanse sus tíltimas declaraciones, pag. 24.


E3.




1
MSTOR1A 1")F, LA coNspnucioN:


hacerse director de un coliseo ; dejó el teatro por la
carrera militar en las tropas de Hessc-Cássel, de las cua-
les fue despedido á causa de su genio inquieto y tra-
vieso. Se hizo escritor; y despues de haber llenado sus
libelos de invectiva,s contra los católicos, no sé por que
proyecto de fortuna, aparente> por algun tiempo que se
habia vuelto católico. Habiéndose frustrado aquel pro-
yecto, abandonó á los católicos , renovó sus diatribas
contra ellos , tomó de nuevo el partido de los protes-
tantes y se puso á escribir como deista (;), De este
modo y en la agitacion sucesiva de la corte , del tea•
tro , de la , de la mazonería, del sofisma , de la
apostasía y de los libelos, se formó aquel sugeto que
halda de llegar á ser el cooperador mas activo que habia
de tener Weishaupt.


Cuando se reunieron estos dos sugetos, sucedió, por
una extraña combinacion , que una nueva intriga, una
verdadera conspiracion y los proyectos de Knigge sobre
los hermanos mazones , apenas dejaron á Weishaupt el
honor de la invencion. La relacion que nos ha dejado
aquel, hace mas sensibles estas analogías. En el año 178o,
se convocó para el siguiente año en \Vilhemsbad una
asamblea general de diputados mazónicos, bajo la pro-
teccion y auspicios de su alteza el príncipe Fernando ,
duque de Brunswich. « Con esta noticia, dice Knigge,
dí una mirada á la inmensa multitud de hermanos, y
ví que se componia de sugetos de todo estado, de no-
bles, de ricos , de poderosos y de hermanos llenos de
conocimientos y de actividad. Ví á toda esta gente que
estaba unida , sin que yo supiese con precision el ob-
jeto para que se Rabia unido. Ví que lo estaba por me-
dio del juramento de un profundo secreto, sin saber


(I) Alti mismo pag. a5.


cÁrirtito rEtenno. .71
yo en que consistia. Ví que sus opiniones eran diversas ,
y que no sabían en donde se hallaba el error , ni cual
era el grande obstáculo que se oponía al bien que la
franc-mazonería habria podido hacer al género humano.,
Sin embargo, ,l que bien habria sido este , si, distin-
guiendo la práctica de la teoría, se hubiesen permitido
las opiniones de los particulares, y en el hecho se hu-
biesen seguido los principios comunes , tanto por lo
relativo á la felicidad general de la humanidad como al
de los hermanos en particular ? si hubiesen convenido
en las mismas leyes para auxiliarse unos á otros, elevar el
mérito desconocido, apoyar con el crédito y el influjo del
orden mazónico cualquier grande proyecto de utilidad,
y para Merecer el adelantamiento de los hermanos y
ponerlos en aecion en el Estado, segun su capacidad, y
segun lo que adelantaren en las ventajas que proporcio-
nan las juntas secretas en el arte de conocer d los hom-
bres y gobernarlos sin violencia y sin temor ? (t). »


« Insistiendo en estas. ideas y reflexiones , continua
Knigge , concebí todos mis planes de reforma , y los
envié á Wilhelmshad. Recibí contestaciones muy decen-
tes, en las que se me prometió que en la junta se tendria
presente mi trabajo : pero creí que bien presto verla ,
que las miras bienhechoras y desinteresadas de los ilus-
tres protectores y de los geles de la orden mazónica
serian poco atendidas; que el espíritu de la secta y el
interes se valdrian de artificios para que dominasen los
sistemas tenebrosos de ciertas clases, y que seria impo-
sible reunir todas las cabezas bajo un solo go:


• o. No
obstante, comuniqué mis proyectos á diferentes mazo-
nes, habhíndoles muchas veces de mis temores , hasta
que en Julio de 1780, en una lógia de Francfort sobre


(I) Alli mismo pag. a8.
E4


zdo




79 DISTORIA DE LA CONSPIRACTON.


el Mein , conocí á Diomedes (Marques de Constanza), á
quien habian enviado /os iluminados de Baviera , para
establecer sus colonias en los paises protestantes. Le
comuniqué mis deseos de cine se hiciese una reforma
general de la franc-manneria , y añadí que, previendo
toda la inutilidad del congreso de Wilhelmsbad, estaba
resuelto con un cierto número de franc-mazones, fieles
amigos micas , repartidos en Alemania , á trabajar para
el establecimiento de mi sistema. Cuando hube desen-
vuelto mis ideas , me dijo : A que fin quiere Vinci.
tomarse el gran trabajo de fundar una nueva sociedad,
cuando ya hay una que ha hecho todo lo que Vmd. quiere
hacer? Si sei-ior, ya hay una que puede satisfacer plena-
mente los deseos que Vara. tiene de adquirir y extender
toda especie de conocimientos , y de ser activo y útil
pues está en posesion de todas las ciencias, y tiene todo
el poder que se necesita para el objeto que Y. se ha
propuesto (1). »


No carecia de fundamento esta respuesta del marques,
apóstol de Vy'cishaupt. Entre las maquinaciones de este
y las de Knigge , era muy notable la semejanza. El
código de Weishaupt tambien comenzaba con prome-
ter de exaltar el mérito desconocido y remunerar la
virtud oprimida ; con enseñar á sus iniciados el arte
de conocer á los hombres , de conducir los pueblos há-
cia la felicidad y gobernarlos sin que lo advirtiesen.
Weishaupt, como Knigge , babia tambien imaginado
aquella cadena invisible, que desde el fondo de un se-
nado subterráneo se extiende insensiblemente sobre los
gefes y sobre todas las condiciones del estado. Tlahia tam-
bien imaginado aquel tenebroso areopago que dictaría
sus leyes , y que con sus hermanos secretos no perdona-


CAPÍTULO TERCERO. 73
ria á trabajos ni maquinaciones, para hacer que las adop-
tasen los consejos de los reyes (z). Hasta aqui los pro-
yectos, arterías y los medios de Knigge y de Weishaupt
eran los mismos. Es verdad que Weishaupt encadenaba
para disolver , que dictaba sus leyes para llegar á unos
hombres sin leyes, y que Knigge pensó que las naciones
serian bastante libres , si se lograba someter sus magistra-
dos y sus soberanos á los decretos que saldrian de la
caverna mazónica. Pero si la libertad de Weishaupt es
la muerte de la sociedad, la libertad de Knigge es el opro-
bio de la misma. Dos sugetos de este carácter , que
han podido concebir aquellas especies de libertad , ya.
se ve que parecian hechos el uno para el otro. Bien
podrá ser que llegue una época en que su orgullo haga que
se eruzen en sus maquinaciones : pero lo cierto es que
se avendrán harto tiempo para desgracia de los pueblos..


Knigge no halló palabras para expresar la admiracion
y gozo que le causó la noticia de que ya estaba hecho
todo lo que él quería hacer. Abrazó al apóstol ilumi-
nado, del cual inmediatamente recibió los grados de
aspirante, novicio y académico minerval. No tardó 'veis-.
haupt en saber la importancia de esta conquista; pero
vió que su prosélito, el' cuanto á impiedad revolucio-
naria , estaba mas adelantado de lo que él habria querido.
Knigge se puso á. hacer por los iluminados todo lo que
habria hecho para su propia conspiracion. Tomó á su
cuenta la mision del hermano Diomedes. Nunca ha ha-
bido reclutador mas insinuante y activo. De dia en dia se
aumentaba la lista de los hermanos que enganchaba. No
los escoria jóvenes como Weishaupt, sino que entre-
sacaba de la edad madura á los que sabia que eran
impíos, y principalmente á los mazones que veia mas in-


(r) Escritos orig.; primeros estatutos Ad:Iluminismo , y grado de
Regente.(r) 15.11i mismo pág. 32.




4


nISTORIL DE LA. CONSPIRACIOW.


clinados á los misterios tenebrosos. Weishaupt, en su
primer entusiasmo, no se cansaba de celebrar en su areo-
pago á su novel apostol. R Filma Knigge, les dijo, hace
mas solo que cuanto podais hacer todos juntos... Filon
es el maestro de quien se han de tomar instrucciones...
Que me den seis hombres de este temple, y con ellos
mudaré la faz del mundo » (a). Lo que mas eneaw.6 á
Weishaupt, fue el descubrimiento de aquella generacion
ya madura para sus maquinaciones, y que le dispensaba
en gran parte de practicar diligencias para disponer la
juventud. Este fue el motivo que tuvo para exhortar á
sus apóstoles , á que en sus misiones siguiesen el método
de Knigge (2). Otro motivo de su gozo, fue ver que su
secta entraba sin violencia y como de sí misma en aque-
llas lógias mazónicas, cuya conquista deseaba con tanto
ardor. Pero se debe advertir que, de estos mismos resul-
tados , se derivaron aquellos inconvenientes, que habrian
desazonado á su autor, si Weishaupt no hubiese tenido
en Kmgge un sugcto cual le necesitaba para remediarlos.


Knigge, á quien lesbia engañado el marques, así co-
mo á este le habia engaiiado Weishaupt, creia firmemente
la antigüedad y omnipotencia del iluminismo, del cual
solo haba recibido los tres primeros grados, y, no du-
dando que Espá•taco tenia otros roas reservados , y ate-
niéndose á los grandes misterios, instaba para que se
los revelasen , á fin de poderlos él mismo revelar á los
mazones viejos, á los cuales le parecia que no debia
entretener como á los estudiantes minervales. Weis-
haupt, al principio, se valió de todos aquellos efugios
que hasta entonces le babian sido tan útiles, para tener
suspensos á sus discípulos por lo relativo á sus últimos
misterios. riPero que sucedió "? Que cuanto. mas los ce-


(i) Escritos orig. tomo s. carta 56. )- últimas explicaciones, pág-49.
(a) Escritos orig, tomo a. carta 7.


cAríaecto TERCERO. 25
lebraba, exigiendo nuevas pruebas y nuevos servicios,
tanto mas instaba Knigge para que se los revelase. A
este fin , le hizo presente que aquellas prolongadas prue-
bas y preparaciones solo podian ser necesarias en las
provincias católicas : pero que no sucedia lo mismo en los
paises protestantes , mucho mas adelantados en el espíritu
filosófico (I) Weishaupt aun se resistia , y Knigge y sus
viejos franc-mazonés , experimentados en descipar los ge-
roglificos , pechan que les comunicase los correspondien-
tes al entusiasmo que les habia sabido inspirar. Ya estaban
dispuestos casi á tratarle de charlatan , si no cumplia
la palabra que les habia dado. Iba á perderse el ilumi-
nismo si se separaban de él tantos hermanos, persuadidos
de que sus grandes misterios solo consistian en vanas
promesas. Estas representaciones, muchas veces repetidas,
precisaron á Weishaupt á que les manifestase su secreto.


Sus cartas, dice Knigge, al lin, vise manifestaron, que esta
órden, que se decia tan antigua, propiamente hablando,
aun no existia sino en su cabeza, y en las clases prepa-
ratorias que habia establecido en los paises católicos :
pero que tenia buena cantidad de excelentes materiales
para los grados superiores. Al mismo tiempo que Weis-
haupt me declaró esto, me suplicó que le perdonase este
pequefio engaño, aiíadiendo que hasta entonces habia
buscado en vano cooperadores que fuesen dignos ; que
nadie hala penetrado tanto en sus miras, ni le habia
auxiliado tanto como yo; que yo para él era un hombre
enviado del cielo ; que se ponia en mis manos ; que
quería entregarme todos sus papeles; que en adelante
ya no se miraria como superior mio , pues se contentara
con trabajar bajo mi direccion, y que los hermanos que
estaban prontos á costearme el viage , me esperabais en


(I) Ultimas explicaciones de Filma, desde la pág. 35. hasta 55.




MSTORIA. DE LA. coissrutactow.
Baviera, en donde podríamos tomar todas las disposi-
ciones convenientes. » (r)


Si Weishaupt no hubiese estado tan asegurado de
Knigge, esta declaracion seria el único yerro que habria
cometido aquel genio conspirador. No habia otro suge-
to en cl mundo que pudiese pensar que sus altos
grados y últimos medios de seduccion eran incompletos.
Sus misterios y el discurso para el grado de epopta, ya
los tenia extendidos del modo que se leen en el capítulo
de los misterios que he citado (a). Knigge pudo muy
bien penetrar toda su impiedad y sus principios desorga-
nizadores : pero ni Knigge, ni los mismos demonios
eran capaces de aumentarlos. Lo mismo debe decirse de
sus medios de seduccion. Todo su arte de los hermanos
insinuantes y de los directores , ya se descubre en los
primeros grados, ó en el de sus provinciales. Sus irre-
soluciones solo podian provenir de la misma fecundidad
de sus medios, y de lo consumado que estaba en el arte
de seducir, del cual solo él tenia una idea completa.
Su perplejidad solo era relativa á la eleccion , entre lo
que ya tenia hecho, y lo que pensaba aun hacer para
el éxito de sus maquinaciones. En una palabra, ya estaba
su código en tal estado, que no tenia mas que hacer
sino enviarle. Knigge se habria aprovechado de lo que
ya hallaba hecho, y ni siquiera habria podido pensar
que se pudiese hacer mejor. Ufano con sacar de sus
irresoluciones y perplejidades á un sugeto cuyas maqui-
naciones y sistemas se avenían tanto con los suyos, acu-
dió apresuradamente. lIojeó todos los papeles que Weis-
baupt le había entregado ; se presentó al consejo de los
areopagitas; y en pocos dios fijó todas las irresoluciones


Alli mismo.
(2) Véase el mismo original de este discurso cn el tomo 3. parte a


de los escritos orig.


CAPITULO
sobre la division de las clases y de los grados, y sobre
los pequeños y grandes misterios. El artículo esencial, y
que, atendidas las circunstancias, se Labia de decidir con
preferencia, era el de la clase en que la órden debia colocar
á los franc-mazones , para asegurarse con esto la entra-


j
da en sus lógias.- Knigge supo probar que podian de-
ar á su cuidado el número de hermanos que se habian


de escoger de las lógias. Se siguió su parecer, y se fijó
para siempre la clase intermedia de los franc-rnazones. De
todas partes acudian diputados de aquellos á Wilhelms-
bad. Interesaba mucho á Weishaupt y á sus areopagitas,
que en esta asamblea nada se resolviese que pudiese
servir de obstáculo á los proyectos que habian formado
sobre la franc.mazoneria. Deseaban dirigir todos los
movimientos, ó á lo menos saber todas las resoluciones
del congreso; y, para lograr su intento, procuró Knigge
que entrase en la clase de los diputados el iniciado


Dittfurt ), asesor de la cámara imperial de Wetz•
lar, que era de los mas zelosos y entusiasmados en favor
del iluminismo. Con respecto al mismo, le pareció que
seria mejor encontrarse como mero particular cerca de
la asamblea , observar sus movimientos y obrar por
medio de sus confidentes. Se decidió que iria como á po-
nerse á las puertas del congreso mismo, esperando Weis-
haupt y sus areopagitas en que tomaria las medidas cor-
respondientes á las circunstancias.


El asunto que mas instaba, era fijar cuanto antes las
últimas partes del código, y sobre todo los grados que
dcberian darse á los mazones ya bastante adelantados en
los misterios, para no sujetarlos á las pruebas de la escuela
minerva!. Knigge ejecutó luego esta primera parte de
su mision ; porque su pluma , fácil, ligera y enemiga
de las irresoluciones, halló en los manuscritos que le
entregó Weishaupt cuanto necesitaba para resolverse.




HISTORIA DE LA. CONSFIRACION•


Ateniéndose al convenio que habia hecho con los areo-
pagitas, dejó, al principio, en su primer estado todos los
grados preparatorios de novicio, de minerval y de ilu-
minado menor, que ya tantos hermanos habian recibido.
Tambien se decidió que dejaria en su estado ordinario
los tres primeros grados mazónicos, que se habian hecho
intermedios ; pero , lo cierto es que enlazó el del ilu-
minado mayor con los grados escoceses. En fin , com-
piló para el de epopta y el de regente todo lo que los tra-
bajos de Weishaupt le presentaban como mas impío, mas
sedicioso en sus principios y mas artificioso en los medios,
y de todo esto resultó aquel código de la secta de que
Le tratado en el torno 3.°.


Weishan pt cayó de nuevo en sus irresoluciones, porque
siempre meditaba alguna cosa que fuese mas seductora :
pero al lin deliberaba. iNo asi Knigge, que queria obrar.
La segunda parte de su mision ó sus resultados, por lo
relativo á los franc-mazones de Willichnsbad , depen-
dian principalmente de una resolucion que aun se habla
de tomar , y que 'labia de fijar para siempre lus miste-
rios y grados de epopta y de regente iluminado. lució
de nuevo á Weishaupt, y este á todo puso su nombre,
y el sello de la orden. Knigge en su apostolado de
Wilhelmsbad estaba del todo libre ; le seguiremos
cerca del congreso mazónico. Pasemos á ver en que
consistió este , los sugetos que le compusieron , las
causas que le prepararon , y el triunfo que los misterios
del iluminismo consiguieron sobre los de la franc-ma-
zoneria (1).


(a) Para este capítulo , véanse las Ultimas explicaciones de Filon
desde la pág. 55. á la 1 23. —Su primera carta á Caton , escritos
orig. tom. a. y su convenio con los areopagitas.


CAPITHLO crAirro. 79


CAPITULO IV.


CONGRESO DE FRANC-DIAZONES EN WILHELDISDAD.


Se trata de sus diversas sectas, principalmente de la de
los iluminados teósofos.


o era una sociedad insignificante aquella cuyos
diputados , acudiendo de todas las partes del mundo,
fueron á reunirse en Wilhelmsbad. Muchos franc-ma-
zones creian , en aquella época, que el número de sus
iniciados ascendia á tres millones. Los de la lógia del
candor (loge de la Candeur) establecida en Paris, en su
circular del 31 Mayo de 1 7 82 , se gloriaban de que
solamente en Francia habia un millon de franc-mazoncs.
El señor Stark, uno de los mas eruditos escritores de
la orden, dice en su tratado de los antiguos y modernos
misterios, que el calculo mas moderado no puede reducir
á menos de un millon, el número de los hermanos mazones.
(a) Aténgase el historiador á este cálculo , cualquiera sea
la opinion á que se incline, en vista de los diputados de
una sociedad secreta, que á lo menos se compone de
un millon de iniciados, y en vista de los electos que
de todas partes concurrieron á este misterioso congreso.
Solo con atenerse á aquel número, naturalmente se pre-
sentarán al entendimiento muchas cuestiones, tan serias
como importantes á los pueblos y soberanos.


Que interes tan extraiio pudo llevar á un rincon de
(r) Capítulo 15.




So rusToruA DE u. coNsruLtmort,
Alemania, desde todas las partes de Europa, aun del
centro de la América, del Africa y del Asia, á los electos y
agentes de tantos hombres, enlazados todos con el jura-
mento de un secreto inviolable sobre la naturaleza de su
asociacion , y sobre el objeto de sus misterios ? ¿ Cuales
son los votos y proyectos (le los diputados de una asocia-.
cion tan formidable, que sordamente nos rodea por todas
partes, y se halla en las ciudades, en los pueblos y aun
en los hogares de todos los imperios ? que van á medi-
tar y combinar entre sí en favor ó contra las naciones ?
van á reunir sus pareceres para nuestro bien y por el
general de la humanidad ? con que derecho van á deli-
berar sobre nuestra religion, costumbres y gobiernos ?
quien les ha confiado nuestros intereses ? quien ha some-
tido el mundo á sus decretos y ;í su pretendida sabiduría?
quien les ha dicho que queremos obrar, ó pensar, ó
ser gobernados conforme á sus deliberaciones, conspi-
raciones subterráneas, ó como ellos dicen, segun su in-
dustrioso y secreto influjo? Si sus proyectos son otras
tantas conspiraciones ó resoluciones de cambiar nuestro
culto y leyes ¿ con que derecho estos insidiosos y pér-
fidos ciudadanos viven entre nosotros corno si fuesen
miembros de una misma sociedad , y como si estuviesen
sugetos á unos mismos magistrados?


Si no se congregan en nuestro favor, ni para nuestro
daño; si solo tratan de estrechar entre sí los lazos de
su hermandad, de propagar planes de beneficencia y de
amor general á los hombres, á que fin tanto secreto?...
¿Y con estos pretextos quiméricos se pretende engañar
al pueblo ? populunt plialeras? Los que viven
á las orillas del Sena ó del Tajo, ó en las del Tiber ó del
Támesis , tienen necesidad de acudir á las márgenes
del Rin ó del Elba para deliberar con otros hombres


que


CAIDTLIT.O. CUARTO.


que hasta entonces no habian visto, y que no volverán
;í ver para aprender á amar y socorrer á aquellos con
quienes siempre viven ? ¿ Los Americanos, los Rusos y
los Ingleses se juntan en Alemania para aprender, en
lo interior de una lógia , á. ser bienhechores en sus
tierras 2 Que por ventura , fuera de las planchas
inazdhicas , no levanta bastante su voz la naturaleza y
el Evangelio 9 O habrán acaso atravesado los ma-
res y los imperios solo para tener el placer de reunirse
en sus banquetes fraternales, echar brindis, haciendo
eses ó imitando la escuadra,


, cantando himnos á la ino-
cente igualdad, y habrán escogido para sus misterios
la caverna precisamente en que podrian tener sus zam-
bras los conjurados para tramar sus conspiraciones P....1
Ya es hora de que los franc-mazones inventen nuevos
pretextos, y no les cause admiracion el que sospechemos á
lo menos, que en sus reuniones solo se trata de trastor-
nar el mundo. Esto es lo que los magistrados, los prín-
cipes de los pueblos y cualquier ciudadano podian decir
á los franc-mazones cuando iban á reunirse en Wilhelms-
bad. Si se les hubiese dicho, puede ser que hubiesen
evitado la infamia, muy merecida, de que se han vuelto
unos viles instrumentos y cómplices de Weishaupt.


Si las órdenes religiosas, y aun si los Obispos en
aquellas épocas hubiesen tenido sus capítulos ó con-
cilios, los príncipes, valiéndose de sus derechos, habrian
enviado sus comisarios, y les habrian encargado, que
no permitiesen que con el pretexto de asuntos y discu-
siones eclesiásticas, se resolviese algo que fuese contrario
á los derechos del estado; pero todos los príncipes per-
mitieron que los franc-mazones acudiesen pacíficamente
á su congreso de Wilhelmsbad. Los hermanos que lle-
gaban de todas partes, traian sus pasaportes, concedi-
dos por la autoridad civil. Por el espacio de mas de


Tomo II'.




la DISTORIA. DF, LA CON$P1DACION.
seis meses entraron y deliberaron pacíficamente en


Su


lógia tenebrosa, sin que les magistrados se tomasen el
trabajo de inquirir lo que en ella se trataba relativo á
ellos ó á los pueblos. Es cierto que la política descansa-
ba sobre los príncipes que los marrones contaban entre
sus hermanos ; pero no sabia que la secta solo revelaba
á medias sus secretos á esta clase de iniciados. Ignoraba
tambien que los grandes personages nunca han servido
de otra cosa á las juntas secretas sino de protectores, á
cuyo asilo saben acogerse los mismos que intentan la
ruina del príncipe protector. Y sobre todo ignoraba,
que el único medio para librarse de las maquinaciones de
tales juntas, es no tolerar ninguna, ni aun las que parecen
inocentes , pues los conjurados no pueden tener asilo
mas seguro que las tinieblas para alucinar á la inocencia,
y de este modo arrastrarla hacia sus conspiraciones.
Estado general de la franc-mazonería en tiempo del con-


greso de WilAelmsbad.
Lo que para su mayor desgracia aun ignoraban mas


los soberanos, y que si lo hubiesen sabido les habria
tal vez precisado á tomar las mas severas precauciones, era
el estado en que se hallaba la franc-mazonería en la ¿po-
ca de su famoso congreso de Wilhelmsbad. Sus anales
nunca los han representado menos dispuestos á la refor-
ma, que algunos de ellos deseaban, y que 'labia inten-
tado ya cuarenta años antes un caballero Escoces, llamado
AndresMiguel Ramsay ; aunque no se puede asegurar que
la reforma que meditaba este célebre caballero había
de ser ventajosa á la religion. Para ocupar á los hermanos
en alguna objeto ótil habla concebido el proyecto do
una enciclopedia , que debian componer los sabios de
la órden, repartidos en todo el mundo (i), Si los libros


(t) Véase la pág. 3oz: de u4., escrito alemán, titulado : Der
aufgezegene vorhang <kr free-inaurere7.


CAPiTt LO clamo.
85


póstumos que se atribuyen á Ramsay son obra suya, si él
fue el verdadero autor de los Principios fdosoficos sobre la
religion natural y la revelacion , que se imprimieron con
su nombre, en el año de 1749 , seis años despues de su.
muerte, yo no me atreveria á decir que hubiese en gran
parte olvidado las lecciones que le habia dado Fenclon ;
aunque. creo que,la enciclopedia que 1-labia proyectado,
y que habian de componer los mazones,- no habria sido
tan perversa como la que despues compusieron los sofis-
tas Diderot, d'Alembert y sus cómplices : yo no me atre-
verla á asegurar que la metempsicósis y otros absurdos,
no menos anti-cristianos, no hubiesen sido desde en-
tonces la verdadera y nueva modificacion hecha á los
antiguos misterios de las lógias. Cualquiera hubiese si-
do la reforma intentada por Ramsay, todo anunciaba
que la que iban hacer en Wilmsbad los hermanos se
ordenaba á consumar los misterios de Rosa-Cruz,


Estos misterios y los de los caballeros de Escocia,
sin perder cosa alguna de su impiedad, tomaron nueva
forma para mejor acomodarlos al genio de los sofistas,
ó de los charlatanes del tiempo. Solo en Francia, y bajo
la proteccion de los príncipes de Clermont, de Conti
y del duque de Orleans, que todos fueron grandes maes-
tros de la . órden, se dejaron ver los hermanos Clermonta-
nos , los hermanos Africanos , los caballeros del 4,mila,
el iniciado, y el filósofo sublime, que fueron otras tan-
tas invenciones para acomodar la mazonería al genio
nacional, no siendo estos grados sino otras tantas dispo-
siciones, que mas ó menos iban preparando los ánimos
para las revoluciones que hubo en aquel desgraciado
reino. La Alemania, unas veces con su Rosa, enlazaba
las producciones del genio frances con los antiguos mis.
terios escoceses, y otras veces con su baron de Hund y
Schubard, dividia su mazonería en observancia estrecha


F 3




84 IIISTORIA n'E coxsrmaciox.
y observancia ancha , de lo que resultaron, bajo el
nombre de franc-mazones templarios, nuevos grados que
siempre amenazaban mas á los Pontífices y á los Reyes,
porque habian destruido á los Templarios. En la mis-
ma Alemania se dejó ver el médico de Zinnindorfr, y
con él unos nuevos hermanos de Rosa-Cruz , que habian
venido de Suecia, y que propagaran sus nuevos misterios
de la cábala, al mismo tiempo que el impostor faeger
propagaba los suyos en Ratisbona. Ninguna hubo de
estas nuevas sectas mazónicas que no renovase algurt
antiguo sistema de impiedad á de rebelion : pero el
peor de todos , fue el de una especie de iluminados, que
se llamaban teósofos, los que he visto muchas veces
confundidos con los de Weishaupt. Aunque no son
mejores -que estos , es necesario distinguirlos en la his-
toria , y para esto debo subir á su órigen y dar una no-
ticia sucinta de sus misterios : pero , antes de hacerlo,
debo aqui decir alguna cosa relativa á las observaciones
que me han comunicado varios franc-mazones, sobre lo
que han leido de sus diversos grados en el segundo
tomo de estas Memorias.


Segun el parecer de algunos de estos hermanos, he
dicho demasiado, y segun otros no lo he dicho todo.
Ya se ve que los primeros son del número de aquellos
que he exceptuado á causa de su honradez, la propia que
impide que sean admitidos á los últimos misterios. Los
segundos, son los que, despues de haberlo visto todo en
los últimos misterios, se averguenzan y arrepienten de ha-
ber merecido los últimos honores mazónicos. Debo mani-
festarme agradecido á unos y á otros : pero tambien les
debo responder, principalmente á aquellos observadores
alemanes, que me han remitido unas disertaciones tan de-
centes como sabias sobre su franca mazoneria. Estos seiíores
son demasiado exactos para admirarse si les digo que su


CAPiTtit0 CUAIITO. 85
testimonio negativo se desvanece, cuando se presentan tes-,
timonios de otros que todo lo han visto, y que convie-
nen en todo. Un mazon muy antiguo, hablándome de
la lógia de la cual era miembro, mc dijo estas expresio.
nes. «Sé que algunos mazones, que merecian todo res-
peto por sus principios religiosos y políticos . , y por la
pureza de su conducta, han se-vido alguna vez en cier-
ta lógia ; pero tambien sé las precauciones que se tomaban
cuando estaban presentes. Puedo asegurar , que la mayor
parte de los hermanos que componian esta lógia, han
sido los motores mas vehementes de la revolucion. Algu-
nos han ocupado puestos notables , y uno de ellos ha lle-
gado hasta el ministerio. Aquellas precauciones. bastan
para res p onder á los que, á pesar de su atencion , no han
descubierto en las lógias cosa mala.


Es muy notable que aquellos observadores-alemanes,
al mismo tiempo que quieren justificar el verdadero obje-
to de la franc-mazonería, confiesan , de buena fe, que
esta se ha corrompido de trecientes arios d esta parte. Esto
me sobra para probar las maquinaciones á las cuales ha
servido. —La principal objccion de aquellos señores, con-
siste en que he confundido la frane-mazonería , que solo
tiene tres grados, con los antiguos y modernos Rosa-
Cruces, y otros grados de nueva creacion. A esto respon-
do , que si todos los frane-mazones no son de Rosa-Cruz,
todos los de Rosa-Cruz son franc-rnazones; que cuando.
hablo de los tres primeros grados, hago las. excepciones.
que ellos se merecen, y que no por esto deja -de ser vera
dad, que en el estado en que se baila ya ha mucho tiem-
po la franc-mazonería, aquellos primeros grados no son
mas que el noviciado para llegar al grado de Rosa-Cruz.
No disputo sobre meros términos; señálese una palabra
para expresar este cuerpo, ó conjunto de aprendices, com-
pañeros , maestros, escogidos y de Rosa-Cruz etc.,. y la ad-


r




1
8R IIISTORIA. DE LA CONSP1RACION.
mitiré; mientras espero esta nueva denoniinacion , debo
hablar á mis lectores de modo que ,tne entiendan. En fin,
sé que en otro tiempo habla franc-mazonería sin Rosa-
Cruz ; pero quisiera que se me probase que entonces sus
tres primeros grados no contenían secretos que en el dia
estan reservados para los de Rosa-Cruz,. Creo que puedo
probar lo contrario, de lo que se seguiria que en ningun
tiempo el cuerpo ú conjunto de los franc-mazones ha esta-
do exento de secretos muy peligrosos y de verdaderas ma-
quinaciones. Pero para el objeto que me he propuesto,
hasta haber dcmostradá lo que es, á lo menos en estos tiem-
pos, la franc-mazonería; y es cierto que lo he evidenciado
por la naturaleza y autenticidad de sus últimos grados.


A las pruebas que ya he presentado , podría añadir
ahora las memorias, cartas y declaraciones mas for-
males de algunos mazones arrepentidos, los cuales cier-
tamente no son de aquellos sugetos, cuyo testimonio pue-
da ponerse en duda. Uno de estos es en el dia magistrado
respetable, el cual, habiéndose hecho franc-mazon en el
afilo de 1 7 61, pasó gran parte de su vida en el secreto
de las El otro es un militar , en el dia tan zeloso
por la religion, como antes lo habia sido por la franc-
mazonería. Aquel , confesando que es verdad cuanto he
escrito sobre los franc-mazones , añade, que no lo he
dicho todo. Este me escribió, que mas he moderado que
exagerado estos tí/timos grados. En efecto, el primero me
comunica nociones mas claras sobre la clistincion de los
Rosa-Cruz y de sus tres grados, el primero puramente
cristiano, el segundo llamado de los fundidores, ó de la
cábala, y el tercero de la religion puramente natural. Uno
de los objetos principales de este tercer grado, es vengar
los Templarios y apoderarse de la isla de Malta para hacer
de ella la cuna de la religion natural. Sobre esto me dice
cosas que apenas se pueden creer. Me dice, en términos


CAPITULO COA RTO. 87'
expresos : A fines del ello 1775 ó en el de 1 77 4, la lógia,
de la cual era yo entonces Venerable, recibió una carta
del grande Oriente, asegurando que era copia de la que
le habla escrito el rey de Prusia. No debia comunicarse
sino á los caballeros de Palestina , á los caballeros de
Kadosc y al directorio escotes. Llegó á mis manos por las
logias de la correspondencia. Aunque ya la habian leido
en algunas lógias „no obstante no tenia mas que tres fir-
mas. Con esta carta se nos exhortaba á firmar, en cumpli-
miento del juramento que teníamos hecho , la obligaciort
de marchar á la primera requisicion y de contribuir con
nuestras personas y con todas nuestras facultades morales
r físicas para la conquista de la isla de Malta y de todos
los bienes situados en ambos hemisfirios , que han perte-
necido ti los antepasados del orden mazdnico. Se proponía
como objeto de nuestro establecimiento en Malta, la posi-
bilidad de 'Cima,' allí la cuna de la religion natural. »
Cuando leí este articulo , dije al autor de esta memoria :
Si escribo esto, nadie me cree.-ti. Respondió; que le crean
á Vmd. que no le crean , lo cieno es que recibí esta carta,
y que la lógia rehusó firmarla.—Ahora alzado: ó lo creerá,
ó no lo creerá el lector; tengo esta memoria, y estoy bien
seguro que es de un sugeto muy estimedo y muy digno
de serio.


El segundo observador frane-mazon arrepentido, me
instruyó especialmente en dos cosas. La primera, que
cuando yo pensaba adivinar lo que dije sobre el origen
de la frane-mazonería, copié una de sus tradiciones mazó-
nicas, que consiste en decir á los hermanos, que Manes
fue el verdadero fundador de sus lógias. La segunda,
que en la lógia del caballei-o Kadosc, despues de todos
los juramentos y de todas las pruebas y ceremonias, mas


menos fuertes, culpables é impías, el desenlace de la
escena consiste en presentar al que ha de ser recibida


F4


1
4




88 nisrom a& LA CONSP1RACION.
tres mamotretos, que figuran á Clemente V, Felipe el
hermoso, p al gran-maestre de Malta. Llevan en sus cabe
zas los distintivos de sus dignidades. Alli precisan al infe-
liz fanático á que jure odio y muerte á aquellas tres cabe-
zas proscritas, y en su 14Acto á sus sucesores. Le obli-
gan á que derribe aquellas tres cabezas, las que, como
en el grado de escogido, son verdaderas, si. han podido
adquirirlas, ó están llenas de sangre, cuando no es mas
que una simple representacion, y esto se hace gritando
venganza, venganza, etc. » Con esto ya se vé que en
efecto moderé el grado, pues solo dije que se babia de
cortar una cabeza. No nombraré á los autores de estas
dos cartas; pero puedo nombrar á otros dos testigos, que
son los señores condes de Gillers y de Orfeuil. Aquel,
habiendo vivido mucho tiempo con grandes franc-mazo-
nes , burlándose siempre de ellos, logró arrancarles el
secreto de tal modo, que le admitieron sin pruebas á sus
lógias. No tiene dificultad en decir, que ha visto entre
ellos tres cuartas partes ele lo que he dicho. Este dice
que, habiendo sido mucho tiempo maestro de las lógias,
solo ha visto diferencias muy pequelas entre los grados
de Rosa-Cruz que he descrito , y los que él ha visto dar
y ha dado.


Tengo actualmente veinte grados mazónicos origina-
les; de estos hay cuatro de .Rosa-Cruz, dos manuscritos
y dos impresos. El primero me le enviaron de Alemania,
el segundo de América, el tercero ha sido impreso en
Francia, y el cuarto en Inglaterra. Todos tienen algunas
diferencias notables; pero hay cerca de quince lineas,
que son las misrmis en todos, y son precisamente las mas
impías, como que son la llave mazónica de la inscripcion
I. N. R. I. El original de que me he servido en mi
segundo tomo, es el que publicó el abate le Franc, en
su escrito titulado: El velo quitado y conjuracion descu-


CAPiTULO CUARTO.


bierta. Ya me habian dicho los franc-mazones franceses,
que este escrito de le Franc, era conforme á lo que pasa-
ba en sus lógias; pero ahora sé de donde adquirió todos
aquellos grados mazónicos , cuyas ceremonias describe
con tanta exactitud. He aqui como lo he sabido. Uno de
aquellos respetables eclesiásticos, á quienes ofreció asilo la
bondad de la nacion inglesa , Mr. de la Haye, cura de
Fié en la diocesi de -Mans, sacerdote, que á la sencillez
de costumbres une la ciencia y práctica de sus deberes,
supo que yo trabajaba sobre los franc-mazones, y antes
de leer mis escritos, quiso confiarme una obra que él
componia sobre el mismo asunto. Cuando volvió -para
pedirme mi parecer, le dije : A excepcion del estilo, vues-
tra obra ya hace tiempo que se ha impreso, y los jacobinos
Izan recompensado á su autor asesinándole atrozmente en e'
convento del Carmen, en el famoso dos de Setiembre, y en.
seguida le enseñé el escrito de Mr. le Franc, que en efec-
to se diferenciaba muy poco del suyo, conviniendo prin-
cipalmente en el error de atribuir el origen de la franc-
mazonería á Socino. Entonces me dijo este digno eclesiás-
tico : u Yo no tenia noticia del escrito ele M.r. le Franc;
pero me es muy fácil explicar el motivo porque se ase-
meja tanto al mio. Tenia yo en mi parroquia varios franc-
mazones , y principalmente vivia en mi vecindad el infe. •
liz Fesier, famoso hermano de la lógia de Alenzon , que
despues fue tan terrible jacobino é intruso de Seez. Mu-
chos de estos franc-mazones reconocieron su error, y ea
prueba ele su total renuncia á las lógias, me entregaron
sus papeles y grados mazónicos. Yo habia hecho sobre
estos grados algunas reflexiones que compilé. Mr. le Franc,
que entonces se hallaba en nuestra diócesi, me instó á
que las imprimiera. El temor que yo tenia á los mazones
lo impidió, y mas me acomodó dar á Mr, le Franc una
copia de todo , encargándole que hiciera de ella el uso




CAPÍTULO CUARTO. 9)
iluminados de la teosofía : Mazones Swedenborgistas.


Todos los iluminados teósofos del cija , tanto los de
Inglaterra, como los de Francia, Suecia y Alemania, han
tomado sus principios del baron Manuel de Swedenboig.
Mucho tiempo pareció que este sugeto no fuera nada á
propósito para llegar á ser gefe de secta. Sin embargo
llegó á serlo, y puede ser que sin pensarlo él mismo ,
por uno de aquellos rasgos de la Providencia, y que
tuviera reservados para humillar el orgullo de los sofistas
de este siglo de impiedad. Nació en LT psal, hijo de un
obispo luterano de Skara , aí


-to de 1688. Despues de
haber pasado una gran parte de su vida en el estudio
de las ciencias mas disparatadas, y despues de haberse
manifestado sucesivamente poeta , filósofo, metafísico,
mineralogista , marino , teólogo y astrónomo, le asaltó
tina calentura, cuyas resultas son por lo regular una bien
larga alteracion en'- los órganos (r). Sus meditaciones
(5 desatinos, se resintieron de las especulaciones á las
que antes se habia dedicado, sobre el infinito, la crea-
cion , el espíritu, la materia , Dios y la naturaleza. En
un instante se creyó inspirado y enviado para revelar
verdades nuevas. El mismo expone el origen de su apos-
tolado con estas palabras : R Comia yo muy tarde y con
mucha gana en mi posada de Londres, cuando al fin de
mi comida, advertí que se extendia sobre mis ojos una
especie de nube, y que el pavimento de mi cuarto esta-
ba cubierto de reptiles horrorosos. Desaparecieron estos
y se disiparon las tinieblas, y vi claramente en medio
de una luz viva á un hombre sentado en el rincon de


(a) Los iniciados de Swedenborg no mencionan esta enfermedad,
de lo que no me admiro : pero yo lo sé por un médico que 'labia
adquirido esta noticia de varios otros profesores de Londres.


00 Funeral nt LA
CONSPIPACION.


que bien le pareciese. D'Ir. le Franc
se fue á Paris, llegó


la revolucion, y sin duda le pareció que era útil publi-
car lo que sabia por mi, componiéndolo á su modo y
con su estilo. Ha hecho mejor que yo :.y si mi compila-
cien ha hecho algun bien , se lo debo agradecer ; pero
siento mucho que esto haya sido la causa de su muerte.»
Este -último sentimiento, no menos que la atencion y el
querer justificar al abate le &ano de todo abuso de con-
fianza, me parecieron ocupar é interesar á tan digno ecle-
siástico, mucho mas que el cuidado de revindicar su obra.
Yo, por mi parte, sin embargo , no le disimulé cuan mas
digno de elogios fuera el abate le Frane ,


que no tuvo
cuenta con los riesgos de la publicacion , y que habia
dado ademas á su obra todo aquel aire y perfeccion que
pudiera un gran letrado. Pero en esta anécdota, lo que
me


interesa á mí con especialidad , es el poseer una
nueva prueba de la autenticidad de los grados mazónicos
que el selior le Frane publicó , y que yo habia citado en
rni obra con tanta confianza. Y ciertamente, el testimo-
nio de unos mazones arrepentidos, no debe ser de me-
nos peso que el de aquellos que aun persisten obstinados
en su error. Digolo esto con respecto á aquellas perso-
nas, que no estuviesen aun suficientemente convencidas
de la autenticidad de los grados mazónicos, cuales yo los
he publicado en mi obra. Y declaro y prevengo á los ini-
ciados y adeptos, que lejos de llevar á mal el que me
presenten ciertas pruebas que ellos pudieran creer útiles
para su justificacion, celebraria por el contrario se diese
á luz una verdadera apología , no ya apoyada en necesi-
dades y groserías, sí que en buenas y sólidas razones.
Conozco que aun se puede componer un buen tomo,
sobre la franc• mazonería. Sus cartas, mis respuestas, y
otras muchas cosas, que aun tengo que decir, podrán -
servir tal vez de asunto.






osVolvamos á los iluminados


teósofos.




.92 iiisTom%
DE 1.1 coNspinAcrozz.


un cuarto , el cual me dijo con una voz terrible : Aro
comas tanto. Al oir estas palabras, se oscureció mi vis-
ta : pero poco á poco se aclaró , y me hallé solo. A la
siguiente noche se me presentó otra vez el mismo horra.
bre vestido de resplandores, y mc dijo : Soy el Señor,
el criador y redentor. Te he escogido para explicar á los
hombres el sentido interior y espiritual de las sagradas
Escrituras; te dictaré lo que has de escribir. No me asusté
en esta ocasion , y la luz, aunque muy brillante, no
causó alguna in: prcsion dolorosa en mis ojos. El Señor
estaba vestido de p(trpura , y la vision duró un cuarto
de hora. En esta misma noche tuve abiertos los ojos de
mi interior, y en disposicion para ver los espíritus en el
cielo, en el mundo y en los infiernos, en donde hallé
muchas personas que yo conocia , de las cuales unas ya
babia mucho tiempo que habian muerto, y otras hacia
poco tiempo » (r) •


Parece que la vision es digna de un sugeto , á quien
con una voz menos terrible se le pocha decir : No comas
tanto, y principalmente, bebe menos. Swedenborg data
esta vision del aiio de )745 ; vivió basta el de 1 7 ,2 ,
escribiendo incesantemente algunos . nuevos volúmenes
de sus revelaciones, viajando cada aiio de Inglaterra á
Suecia , y casi cada dia de la tierra al cielo ó á los
infiernos. Se necesita <le mucha paciencia para leer todas
estas producciones , y despues de haberlas leido bien,
no es nada fácil fijar las ideas sobre su autor. A algu-
nos parecerá que Swedenborg está en un continuo deli-
rio, á. otros que es un sofista y un impío, y otros solo
descubrirán un charlatan ó un hipócrita. Me seria muy
fácil manifestar que todos estos caractércs los reune en
su persona Swedenborg. El que quiera descubrir en él


(1) Prólogo del compendio de las obras de Swdenb.org.


CA.P1TrLO CUARTO. 93
un insensato con todos los desatinos de un visionario,
no tiene que hacer mas sino seguirle en sus viages al
inundo de los espíritus, ó tener la paciencia de oir la
relacion que hace de todo lo que ha visto. Hace la des-
cripcion del cielo y de sus paises , de sus bosques, ríos,
ciudades y provincias. Descubre que alli hay escuelas
para los ángeles niños, y universidades para los ángeles
sabios; alli descubre ferias y casas de contratacion para
los ángeles comerciantes, principalmente para los ángeles
ingleses y holandeses. Alli descubre ángeles de los dos
sexos, que tambien se casan , pues Swedenborg asistió
á algunas bodas. Este matrimonio, dice, que es celestial,
pero no se ha de inferir de esto que los esposos celes-
tiales no conocen el deleite... La inclinacion á enlazarse,
impresa por la naturaleza, la tienen tambien los cuerpos
espirituales como los cuerpos materiales. Los ángeles de
cualquier sexo que scan , conservan siempre la mayor
hermosura y siempre son jóvenes y vigorosos; poseen pues
en sumo grado las delicias del amor conyugal, y estas
son mayores que los de todos los mortales (1). D


El que quiera ver corno á este delirio se unen los giros
y las supercherías de un charlatan, que lea los escritos
y la vida de Swedenborg. En aquellos siempre es Dios


un ángel los que le hablan. Cuanto refiere, dice que
lo ha visto en el cielo, á donde sube siempre que le da
la gana. Tiene espíritus á sus órdenes, y estos le reve-
lan las cosas mas secretas. La princesa Ufrica, reina de
Suecia, le, preguntó en cierta ocasion ¿porque su her-
mano el rey de Prusia Labia muerto , sin responderle
á una carta que le Babia escrito? Swedenborg prometió


(e) Véase, Swedenborg Doctrb,a de Jerusalen celestial; el mismo, del
Mundo espiritual de los Ingleses y Holandeses, y su compendio en el art..
cielo,




94 IITSTORIA Dt LA, CONSP1RACION.
á la reina, que consultaria sobre esto al difunto rey..
Volvió, y le habló de esta manera : Vuestro hermano
me ha aparecido esta noche, y me ha dado el encargo
de deciros, que no ha respondido á vuestra carta, por-.
que desaprueba vuestra conducta ; porque vuestra im-
prudencia , política y ambicion son causa de la sangre
que se ha derramado. Os mando de su parte, que no
os entrometais en los negocios del estado, y principal-
mente que no volvais á excitar tumultos, de los cuales
tarde ó temprano llegariais á ser víctima. » Se pasmó
la reina, porque Swedenborg le dijo cosas que solo ella
y el difunto príncipe podían saber , y con esto se au-
mentó la reputacion del psendo•rofeta. Para apreciar
como se debe el mérito de esta profecía, basta saber
que al fin se supo que dos senadores habian intercep-
tado la carta de la reina , y se valieron de la ocasion
para dictar á Swedenborg las instrucciones que ellos de-
seaban ciar á la misma reina (1).


Otro rasgo de este profeta. La condesa de Mansfeld
temia haber de volver á pagar cierta cantidad, porque
con la muerte de su marido se habia extraviado un


(1) Véase la carta de M. Ptollig en el 3lonakt Sehrifft de Berlin
del mes de enero de 1788.-Cuandc. los discípulos de Swcdenborg
vieron publicada esta carta de 11Ir. Rollíg, alteraron del todo esta
historia. Ya no quisieron que fuese la reina la que habló á Sweden-
borg sobre la carta, sino que solo le preguntó : ¿liabais visto í mi
hermano ?Y que Swedenborg volvió al cabo de ocho días para decir
é la reina, lo que solo ella pensaba saber despues de la muerte del
príncipe. Esta relacion , para ocultar la truhaneria, extiende á ocho
dias lo qne sucedió en uno. IIe llegado á saber que sus iniciados
hallaron otra xposicion. Segun la de Mainauduc , apenas estuvo
escrita la carta, cuando ya Swedenborg, sin verla, adivinó su con-
tenido , y dictó anticipadamente la respuesta. Cuando esta exposicion .
se haya deshecho , es regular que sus discípulos inventaréis alguna
otra.'


CAPÍTULO cráter°. 95
recibo ; consultó á Swedenborg, y este, de parte del
difunto, le enseño el lugar en donde estaba el recibo.
Muy bien lo pocha saber, porque le habia hallado en
un libro del conde, y que habia recibido del mismo. La
misma reina Ulrica explicóasi naturalmente aquel suceso,
sin que por esto los discípulos del profeta dejen de citar
á esta reina como testigo, en prueba del milagro (1).
Baste esto para conocer á este charlatan y truhan. Lo
que mas nos interesa es conocer á Swedenborg como
sofista de la impiedad, y es cierto que lo es mas de lo
que se piensa, y lo es de un modo que da motivos para
dudar si lo es tanto como hipócrita. Nadie ha hablado
mas de amor á Dios y á los hombres. Nadie ha citado
con mas frecuencia los Profetas y el Evangelio. Nadie
ha afectado mas respeto á Jesucristo y zelo por el cris-
tianismo, y nadie ha representado mejor el papel de
hombre ingénito, síncero y religioso. Sin embargo, nadie
ha manifestado mas doblez é impiedad. Nadie ha ocul-
tado mejor, con las apariencias de zelo, la resoiuciorx
mas formal de acabar con todo el cristianismo y con
toda religion. Dejemos que le celebren sus iniciados, pues
basta para demostrar la impiedad de su maestro exponer
sus dos sistemas. Digo sus dos sistemas ; porque como
Swedenborg siempre tiene sus dos sentidos, uno interw
y alegórico, y el otro externo ó literal para explicar y
trastornar nuestros libros santos, tambicn tiene dos sis-
temas, uno aparente y manifiesto para los tontos é in-
cautos , y el otro secreto , oculto y reservado para los
iniciados. El uno parece que solo se ordena á reformar
el cristianismo sobre las ideas de un deismo delirante,
y el otro conduce á sus lectores á toda la impiedad del
ateistno, del espinosismo, del fatalismo y del materia,
lismo.


(r) Prólogo del compendio de Swedenborg ; edicion del mismo
por Pernetti ; ensayo sobre los iluminados , nota S.


e




96


HISTORIA. DE LA CONSPIZACION.
CAPh111.0 cuirao. 97


Sistema aparente de Swedenborg. Sus mundos.


Siéntolo realmente por mis lectores; pero no puedo
menos de decirles aqui, que es tal la naturaleza de las
revoluciones de nuestros tiempos, que para averiguar
sus causas, es indispensable estudiar muy bien los prin-
cipios de mil y mil sectas é imponerse en sus sistemas.
Aun no se sabe lo bastante cuantas facciones anticris-
tianas, impías y subterráneas preparaban la erupcion de
nuestras desgracias. Yo mismo, en otro tiempo, desprecié
esta nueva raza de iluminados, que se llaman teósofos.
Pero los veo figurar despues en Wilhelmsbad; observo
el papel que aili hicieron concurriendo con Weishaupt,
y aun se descubrirá mejor en adelante cuando los vea-
mos reunidos al Espártaco de Baviera; todo lo cual me
ha obligado á imponerme en su secta, pues es necesario
que el historiador tenga una idea bien exacta de sus
sistemas. El primero de estos, al cual doy el nombre
de aparente, le formó para aquellos sugetos , con los
cuales aun era preciso usar de las palabras Dios , reli-
gion , cielo é infierno ; pero que Dios abandona á las
invenciones de una religion, que reune en sí todos los
absurdos, tonterias é inepcias del antropomorfismo, por
no haberse sabido conservar en el cristianismo. Para
esta clase de hombres, imaginó Swedenborg dos mun-
dos, uno invisible y espiritual, el otro visible y natural.
Cada uno de estos mundos tiene separadamente•laforma
de un hombre, y unidos componen el universo , que
tambien tiene la forma de hombre. El mundo espiritual
comprende el cielo , el mundo de los espíritus , y el
ii. fierno. Este cielo , mundo é infierno estan tambien
formados á imagen del hombre, es decir, á imagen del
mismo Dios.


Dios


Dios deSwederzborg.


Segun este teósofo, Dios tambicn es hombre; y solo Die.;
es propiamente hombre... Este Dios' hombre es increado,
in rrcito , y está presente en todas partes por su humani-
dad... Aunque sea Dios y hombre á un mismo tiempo,
no tiene mas que una naturaleza, una sola esencia,
sobre todo no es mas que una persona. Es verdad que
hay un Dios Padre, un Dios Hijo, y un Dios Espíritu-
Santo; pero Jesucristo solo es este Dios Padre y Dios Espí-
ritu-Santo, conforme al modo que se manifiesta por la
creacion , redencion y santificacion; y segun el mismo
Swedenborg, la trinidad de personas en Dios es una im-
piedad, que ha producido otras mudas. —Esta doctrina
contra la Trinidad , es uno de los artículos en que mas
insiste el sofista y sus discípulos, y se halla hasta en los
mismos catecismos que han compuesto para los raos.
No solo esto; aunque aquel Dios hombre, Padre, Hijo y
Espíritu-Santo solo tenga una naturaleza y sea una per-
sona , en cada hombre hay dos hombres distintos ; uno
espiritual é interior, y el otro exterior y natural. El hom-
bre espiritual ú interior tiene corazon , pulmones, pies y
manos, y las denlas partes que componen el cuerpo hu-
mano visible y natural (z).


Hay tambien en cada hombre tres cosas bien distintas,
que son el.cuerpo , cl alma y el espíritu. Ya se sabe lo
que es el cuerpo, y Swedenborg le considera como noso-
tros le consideramos; pero su espíritu, es aquel hombre


(t) Cuanto aqui se dice sobre este sistema, es un compendio
exacto de los escritos que tengo del mismo Swedenborg , como son; •
su Doctrina de la nueva Jcrusalen , SO. Mundo espiritual, y su Aoccaupsic
revelado, cuya doctrina se halla tambien en varios compendios tanto
ingleses como franceses, que de sus escritos han hecho sus discípulos,


Tomo IV.




98 IIISTORIA DE L1 coyspinAcioN•
interior, dice, que tiene corazon, pubnones y un cuerpo
espiritual, enteramente formal? como el cuerpo natural.!
El alma es el inistno hombre, y del padre pasa á los hijos;
el cuerpo es su cubierta ó mantilla, y esta se deriva de la ma-
dre. Cuanto piensa y .quiere el hombre con aquel cuerpo,
espíritu y alma , es por iqflujo del cielo, (-5 del infierno.
« Es cierto que el hombre cree que tiene en si mismo y
de sí mismo sus pensamientos y voluntades, sin embargo
que el todo influye en él, Si él concibiese la cosa como
en la realidad es, no se apropiaria el mal, sino que le
desecharia de sí mismo, como que procede y se deriva
del infierno. Tampoco se apropiaria el bien , y por lo
mismo no deduciria de él algun mérito. Seria feliz, y
venia, por medio del Sefior, , el bien y el mal (1). » Que
se reduce á decir : el hombre venia que no es dueño de
sus pensamientos ni de sus acciones; que para nada tie-
ne libertad, y (lile no puede merecer premio ni cas-
tigo.


Este hombre que se engaita tan groseramente al mis•
mo tiempo que cree pensar y hacer alguna cosa, ha co-
metido otros muchos errores, por falta de inteligencia
de nuestros libros santos. En estos, segun él, todo es
alegórico; todo tiene dos sentidos, uno celestial, espiri-
tual é interior, y el otro natural, exterior y literal. Por-
que los cristianos no han comprendido el sentido espiri-
tual y celestial, han creido que el hijo de Dios , hecho
hombre, murió en una cruz por la salud del género
humano. Swedenborg, habiendo asistido á un concilio
que se celebró en los cielos, dice que oyó , y por lo
mismo repite incesantemente estas palabras que dijo un
Angel teólogo : Corno es posible que el pueblo cristia-
no pueda abjurar la sana razon y desviarse hasta el punto


(s) Extracto de la Jerusaleu y de los Arcanos, art. ¿'fluencia
irían. 277.


CAPÍTULO criÁRTo. 99
de establecer su dogma fundamental sobre paradojas de
esta naturaleza, que son evidentemente contrarias á la
divina esencia, -a/ divino amor , á la divina sabiduría,
al poder y á la presencia de Dios en todas partos? Lo mis-
mo que pretenden los cristianos que ha hecho Dios, no
lo baria ningun buen señor con sus domésticos, ni siquie-
ra una bestia con sus cachorros (i). » El ángel, afiade,
le dijo otras muchas cosas que trastornan todos los (le-
mas artículos de la religion cristiana , principalmente
una que es muy consoladora para los malvados de este
mundo, á quienes enseña á burlarse de un infierno eter-
no, diciendo sobre todo, que es contra la divina esencia
privar de su misericordia á un solo hombre; que todo esto
es contra el orden divino, lo que parece no ha conocido
el pueblo cristiano (n).


Una parte de esta doctrina, tambien bastante consolado-
ra para los malvados, es la suerte que les promete en el
otro mundo ; consiste en el tiempo que les concede para
merecer el cielo, despues de su muerte. Segun este nue-
vo Evangelio , el momento en que cree el hombre que
muere, es precisamente el mismo en que resucita, y
no hay para él otra resurreccion. En este mismo 1110-
TU en to, comparece al mundo espiritual con la forma bruna-
na ,,la misma exactamente que tenia en este mundo; con
esta forma se vuelve Ángel; y no hay otros ángeles mas
que los que se vuelven tales al salir de este Inun-
do. Todos estos ángeles habitan el mundo de los espí-
ritus , donde son recibidos por otros que los instru-
yen en el sentido espiritual de las escrituras. Se les con-
ceden 3o años para aprender este sentido , y para con-
vertirse en aquel mundo de los espíritus. Dejemos estos
delirios, y lleguemos cuanto antes al asunto en que funda


(i) Compendio de Swedenborg, art. Redencion.
(a) Alli mismo.




G a




100 HISTORIA DE LA. coxsrinAcroN•
aqui en la tierra la grande esperanza de sus discípu-
los. Despues de haberles explicado todos los misterios
del cristianismo en su sentido espiritual alegórico , es
decir, despues de haber sustituido todos sus dogmas á
los del Evangelio, les asegura que llegará dia en que todo
el mundo recibirá su doctrina. Este dia será el de la nue-
va Jerusalen que se restablecerá sobre la tierra. Esta
nueva Jerusalen será el reino de la nueva iglesia de Jesu-
cristo, que reinará solo sobre la tierra , del mismo modo
que reinaba solo sobre los primeros hombres antes del
diluvio. Esta será la edad de oro del verdadero cristia-
nismo; y entonces se verificarán las profecías y la revo-
lucion vaticinada por Swedemborg.


Su. nuera Jerusalen.
Tal es el sistema aparente de este delirante. Ya se des-


cubre lo bastante que basta para que sus iniciados bor-
ren toda idea del verdadero cristianismo del alma de
sus estópidos secuaces, y para que su nueva Jerusalen
sirva de pretexto á sus revoluciones ; pues, para hacer-
nos retroceder á los tiempos antiguos, deben en nom-
bre de Dios y de este profeta derribar todos los altares
y todos los tronos que hay en la presente Jerusalen, es
decir, en la iglesia y en los gobiernos actuales.


Descubramos ahora, al través de este caos del delirio
y de las profecías de la rebelion , aquel otro sistema, cuya
inteligencia parece que se han reservado los iniciados
profundos. Este sistema es el del materialismo y del mas
depurado ateismo. Aunque Swedenborg lo oculta , no
por eso deja de ser bien real. Ya no deberia yo repre-
sentarle corno un delirante, sino como un hipócrita y el
mas astuto de los sofistas , sino supiese que las astucias
y la hipocresía no son incompatibles con una cierta aber-
racion física y con el verdadero delirio. Me explico:
Hay hombres que se desvian cuando se trata de ciertos


CAPITULO. CUARTO. 101
objetos, aunque atinen y conserven todas sus facultades
en cuanto á otros. Hay locos que siguen perfectamente
su tema ; aunque son extravagantes sus principios, no
pierden de vista sus consecuencias; discurren y encade-
rian sus raciocinios con tanto arte , como lo pudiera
hacer el sofista mas sutil. A esta clase me parece per-
tenecer Swedenborg; me parece, porque, á mas de los_
delirios de sus escritos, se descubren en su vida algunos.
pasages que no dejan. duda. alguna :


sobre el- particular..
Como por ejemplo, despues de haber hechaesperar largo„
tiempo en Stokolmo á un oficial general ,. que le hacia:
una visita de parte del señor Euler, bibliotecario del
príncipe de Orange, salió al fin de su cuarto y recibió
al oficial, diciéndole : Perdone Find, señor General; tenia,
en mi compañía á san Pedro y á san Pablo , y fácilmente•
concibe Y/mi. que nadie se apresura á despedir tales per•
sonages, cuando nos honran con sus -visitas. Ya ven nues
tros lectores la idea que el general con esta visita for-.
¡noria de Swedenborg, y el modo como le retratarla
seí'ior Euler.— No es menos gracioso lo que sucedió en:
un viage desde Stokolmo á Beriin. Habiéndose disper-
tado uno de sus compañeros á tathora de la noche con
el cuida que hacia Swedenborg; y, pensando que le habia
dado algara insulto,. entró en su cuarto, le halló muy
agitado en su. cama, inundado en sudor,, y formando él
solo un diálogo en forma de conversacion , que-pensaba
tener con. la- Virgen Santísima, El dia. siguiente , eI
compañero doviage le preguntó-, como había pasado la
noche; á lo. que respondió : Ayer con mucha instancia
pedí una gracia á la Pitgen Santísima; me ha visitado
esta noche „y he tenido con. &lit una• larga conversacion.


El señor Euler puede deponer sobre el primero de
estoshechos, y en. cuanto al segundo, estoy casi igual,-
mente cierto.


G




102 HISTORIA DE LA COESPLRACION.


Por lo que hace al caso de nuestra historia, he aqui
las relaciones que la secta de Swedenborg tiene con las
causas de las revoluciones. Este sugeto, antes de su locu-
ra , se habia formado un sistema que conduce al mate-
rialismo. Despues de su enfermedad, le quedó impreso en
su irnaginacion ; le añadió sus espíritus machos y hem-
bras, y otras tonterías de esta especie; pero en cuanto á
lo ciernas , todo se sigue, todo está enlazado, y todo por
desgracia conduce al materialismo. Algunos sofistas é int,
píos advirtieron sin duda el partido que podian sacar de --
este visionario., y le trasformaron en profeta, para oponer
sus delirios á las verdades del cristianismo.. En efecto ,
léanse los escritos de sus mas zelosos y astutos apóstoles;
estos, para que admiremos la mision de su maestro, nos
hablan de esta manera de sus primeros escritos : 'Segun
los descubrimientos de Swedcnborg, todo cuerpo huma-
no consiste en muchas clases de formas, distintas entre
sí, segun el grado aparente de pureza que respectiva-
mente pertenece á cada una de ellas; á. saber, en el gra-
do inferior, reside la base ó receptáculo del segundo gra-
do mas puro y mas interior, el cual sirve como de base
ó receptáculo á un tercer grado, que es el mas puro y
mas interior de todos. En este último reside el espíritu
humano , que es una JO mei organizada, llamada ánima,
que se corresponde con el espíritu corporal, llamado áni-
mo, los cuales comunican la vida, al mismo tiempo que
el primera recibe directamente su vida del mundo espi-.
ritual (1). »


Segun este famoso descubrimiento del maestro, tan
interesante para los iniciados, ciemos á las cosas la expre-
sien que les es propia : damos á este espíritu humano,


(I) Diálogos sobre la naturaleza, objeto y evidencia de los escritos
teológicos de S•edenborg,. Londres 179o, pág. 24. y Véase
tambien el reino animal , y la economia del reino animal , por
Swedenborg.


cArirtto crunro. Io3
esta forma organizada á la cual llama alma, y á aquel
Otro espíritu corporal que él llama ánimo, démosles su
verdadero nombre. ¿Que cosa será el alma y el espíritu
sino una materia organizada, unos cuerpos, cuyo verda-
dero nombre es Ornen, y que son igualmente materia
en el reino animal como en el vegetal , como son materia
las ramas , las hojas y los frutos que son produccion
suya? Asi se explica y fácilmente se concibe lo que son
para Swedenborg aquella alma ó forma, y aquel espíritu
que tiene pulmones, pies , manos y las domas partes del
cuerpo humano. Aquella alma es la materia organizada ,
y aquel espíritu es la materia viviente. Se cambian los
nombres, pero persevera la materia con la confusion de
una monstruosa hipocresía , que hace de Dios lo mismo
que ha hecho del alma , reduciendo á aquella como á
este al ser de pura materia. Para que sea mas sensible la
prueba, unamos las siguientes proposiciones de Sweden-
borg Dioses la vida , porque es el amor ;. El amor es
su ser, y la sabiduría su existencia;... El calor del sol
espiritual es el amor, y su luz es la sabiduría (e).


• Qua
giros y artificios para llegar á decir que Dios no es otra,
cosa que el calor y la luz de un sol pretenso espiritual'!
Porque si Dios cs el amor y la sabiduría; si este amor y
esta sabiduría no son mas que el calor y la luz de este
sol, ¿no se sigue con toda evidencia que Dios no es otra
cosa que el calor y la luz del mismo sol? Luego, siem-
pre que en los escritos de- Swedenborg se hallen , y se
hallan con rruic'ha frecuencia , estas expresiones ó sus
semejantes : Dios es la vida, porque Dios es el amor, y él
soco es la vida ; se debe sobrentender : Dios es la vida,
porque él es el calor; y él solo es la vida, porque no se
vive sin calor; de este modo se penetrará el verdadero
sentido de Swedenborg.


(e) Compendio ele Svredenb.org, art. Dios,
G 4




104 HISTORIA. »U LA coxspnacros.
Todo esto aun podria dejar entrever un Dios espí-


ritu y un Dios inmaterial, si aquel sol , cuyo calor y
luz son Dios, fuese realmente tan espiritual como pare-
ce que lo quiere indicar el nombre que se lo da; pero
atengámonos siempre á las cosas, .y no nos dejemos en-
gañar con expresiones y palabras vanas. Este sol espiritual
de Swedenborg, no es otra cosa que atmósferas y recep.,
táculos de luego y de luz, cuya extremidad produce el sol
natural. Este tiene también sus atmósferas, que Izan pro-
ducido por tres grados las sustancias materiales....
mismas atnzésferas del sol natural , decreciendo en activi-
dad y expansion, llegan al ultimo termino en que firman
masas, cuyas partes se conglomeran y unen por la corn-
presion de sustancias groseras, fijas y sin movimiento, d
las cuales llamamos materia (1). He aqui pues, hablan-
do con sencillez y claridad, lo que es la divinidad de
Swedenborg, y lo que son sus generaciones. En primer
lugar, en las altas regiones se compone del fuego mas
ardiente y mas luminoso un sol, pretenso espiritual; el
calor y la luz de este fuego son el mismo Dios; este Dios
en dicho estado, lo mismo que el sol, no es otra cosa que
toda la materia en estado. de expansion , de agitacion, de.
fuego y de candencia. No le acomoda á Swedenborg
dar el nombre de materia á aquellas regiones inflamadas;
las llama sol espiritual, mientras perseveran en aquel
estado. Algunas partículas menos sutiles, ó menos infla-
madas, son repelidas hácia alguna extremidad de aque.
lías regiones , en donde se reunen y forman el sol natu-
ral. Aun aqui no son materia ; pero algunas partículas,.
aun menos sutiles, desprendiéndose de este otro sol, van
á reunirse al extremo de sus atmósferas , en donde se
reunen, se enfrian, se condensan y forman masas; á estas


(i) Alli mismo, art. Creacion.


CAPÍTULO CUARTO. z o5
solamente da Swedenborg el nombre de materia. Ya no
son Dios, ni sol espiritual , porque ya no se hallan en esta-
do de fuego. Pues ¿que otra cosa es el Dios de Sweden-
borg sino el fuego ó la materia inflamada, la cual cesa
de ser Dios luego que cesa de estar inflamada y de lucir ?
se descubre en todo esto Mas que una malvada hipocre-
sía, que muda los nombres de las cosas para propagar
el materialismo.


Cualquiera sea la idea que pueda formarse de este hom-
bre que ha podido dogmatizar tantos desatinos con tanta
impiedad , lo cierto es que, por desgracia, siempre hay
hombres dispuestos á impresionarse de los errores por
extravagantes que sean : unos por incapaces de analizar
el sofisma, y otros porque ya eran impíos, se embelesa-
ron con esta nueva impiedad; y Swedenborg adquirió dis-
cípulos de ambas clases, con lo que resultaron dos sectas,
tina pública, y subterránea la otra. Cornponian la pri-
mera aquella clase de hombres, que son tan fáciles de
seducir por su credulidad , como por la hipocresía de los
impostores. Antes que se dejase ver Swedenborg, eran
cristianos y adoraban á Jesucristo. El impostor atribuyó
á su Dios el calor y el resplandor, y á su sol espiritual
llamó Jesucristo. Con esto sucedió que los que seguian
el sistema de Swedenborg, se creian discípulos de Jesu-
cristo. Es evidente que fue el enemigo mas declarado de
los principales misterios de la revelacion , principalmente
de la Trinidad y de la redencion del género humano,
ejecutada por el hijo de Dios, que murió para salvar á
los pecadores; pero al mismo tiempo habla mucho de
revelacion ; y, tomando un tono devoto, valiéndose de su
sentido alegórico y espiritual, aparentando que todo lo
queria reformar, intentaba destruirlo todo. Volvió á pro-
ducir todos los argumentos de que se han valido los sofis-
tas contra la religion revelada, renovando al mismo tiems




106 DISTOILA DE LA coysrnueurs•
po todas las impiedades y tonterias de los Persas, de los
Magos y de los materialistas. Sobrado sé que muchos de
mis lectores verán con estraileza , que yo insisto siempre
sobre el materialismo de un hombre que no cesa de
repetir las palabras espíritu, alma, Dios, religion; pero yo
les suplico que atiendan y que pesen bien mis pruebas.
Aun en una obra de otra especie hubiera yo podido ex-
tenderlas y alegar mil otras ; pero con respecto á esta,
creo haber dicho lo bastante para demostrar que Swe-
denborg no admitió jamas otro espíritu que la materia,
es á saber , el fuego elementar. A las personas sencillas
les refieren sus visiones maravillosas, les cuentan sus pro-
fecías , sus coloquios con los ángeles y con los espíritus;
y como no tienen la Menor idea de una sana crítica,
creen los prodigios de Swedenborg, lo mismo que los
niiios los cuentos ó fábulas de las viejas.


Principalmente su nueva Jerusalen le hizo muchos
discípulos. En el compendio mas acreditado de sus obras,
veo que ya en el ario de 1 7 88, solo en la Ciudad de
Manchester se contaban siete mil de estos Jerosolimitanos
ilumina-dos, y que en Inglaterra llegaban casi á veinte
mil (t). Muchos de estos beatos pueden ser personas de
buena fe ; pero con esta nueva Jerusalen esperan aquella
grande revolucion que no dejará sobre la tierra mas rey,
ni mas príncipe que el Dios de Swedenborg (2); y miran
la revolucion que ha tenido su principio en Francia,
como si fuese el fuego que ha de purificar la tierra, y pre-
parar y disponer el reino de su Jerusalen. Si no han llega-
do á descubrir cuanto amenaza á los estados esta espe-
ranza , á lo menos debian saber que los sofistas revolu-
cionarios la han manifestado sobrado. Va han declarado
públicamente todo lo que esperaban de esas sectas que


(a) Alli mismo en el prólogo, y en la nota de la pág. 68.
(2) Véase principalmente su Apocalipsis revelado,


cAritnito ctiARro. 3 o-
se levantan en todas partes, principalmente en el norte de
Europa (en Suecia) y en America . han manifestado, con
toda claridad, lo mucho que esperaban del gran número
de secuaces de Swedenborg y de sus comentadores (I).


En efecto; léanse con atencion los libros mas estima-
dos de la secta, y en ellos se hallarán todos los grandes
principios de igualdad y libertad revolucionarias, y todas
aquellas declamaciones; tan propias de los jacobinos, con-
tra los grandes , los ricos, los nobles y los gobiernos. Se
verá que su religion, Lí su nueva Jerusalen no puede
tener acogida entre los grandes , porque todos estos son tras-
gresores natos de su primer precepto. Tampoco puede serlo
de los nobles, porque desde que los mortales han querido
ser nobles., los mortales se- kan vuelto insolentes y sober-
bios. INi tampoco puede serlo de los que no aman la
confusion de las clases, porque el orgullo de las clases
elevadas ha producido la inhumanidad y aun la feroci-
dad. Aun antes de la revolucion, ya vimos á los mismos
iniciados inculcar á sus cofrades este gran principio del
universal trastorno y de toda la anarquía : La ley es la
ezpresion de la voluntad general, disponiendo de este
modo á los pueblos para que no respetasen como leyes las
que habían hecho sus soberanos, sus parlamentos ó sena-
dos, alarmándolos de esta manera para trastornarlas todas;
poniendo en su lugar los decretos ó caprichos de la mu-
chedumbre ó del populacho.


Sin embargo, esta secta, ya tan revolucionaria, aun
solo se coniponia de iniciados á medias, ó de engarzados
con la nueva Jerusalen. Los iniciados profundos de Swe-
denborg se refugiaron en las cavernas de los Rosa-cruz.
Este era su natural asilo, pues todo su sistema va, en


(a) Véanse las observaciones al diario de física por Lametric,
de I7go , en el prólogo.




o8 rusronir. nr. LA coilspnácioN.:
gran parte, á parar y fundirse en el de aquellos antiguos
conjurados. Swedenborg, del mismo modo que los sabios
de las tras-lógias, quiere dar á entender que toda su
doctrina es la de la mas remota antigüedad , de los
Egipcios, de los Magos y de los Griegos, y aun la hace
anterior al diluvio. Su nueva Jerusalen tiene, como los
franc-mazones , su Jehová y su palabra perdida , la
cual se le reveló á Swedenborg. Si hay quien quiera
hallarla en otra parte, es preciso que acuda á los pueblos
que no tienen noticia del cristianismo y carece de
nuestras leyes políticas; (i) pues dice que la podríamos
hallar en el norte de la China, ó en la gran Tartaria ,
es decir, entre aquellos hombres que mas han conservado
aquella igualdad, libertad é independencia que los eru-
ditos jacobinos pretenden sea anterior á la sociedad
civil, y que ciertamente es incompatible con ella. De lo
que se sigue, que los votos de Swedenborg son los mis-
mos que los de las últimas lógias, enemigas de nuestros
reyes y de todas las leyes religiosas y civiles.. Su Dios,
calor y luz, ó fuego y sol espiritual, sus dos mundos,
su hombre doble no son mas que unas modificaciones
muy ligeras del Dios luz y del doble principio de Manes.
Los antiguos de Rosa-Cruz precisamente han de hallar
en Swedenborg lo que mas les interesaba para hacerlos
descendientes de aquel heresiarca. En sus espíritus varo-
nes y hembras se descubre la ciencia mágica, la de las
evocaciones y la de los Eonas de toda la cábala. En fin


(1) Las expresiones de Swedenborg sobre esta palabra son estas
De hoc verbo vetusto , quod ante verinon Lsra¿liti•um in Asia literal,.
referri meretur hue novata, quod ibi adiare reservatum sit apud popal«,
qui in magna Tartaria habitant. LOCUMS suma. cual spiritibus et , qua
in inundo spirituali indO crant , qui dixerunt quod possideantV etburn,
et quod id ab antiquis temporibus possiderint.... Quirrite de eo in China, et
fatb invenietis jitad apud Tartaros. Apocalipsis reYelata cap. I. núm.


x


CA píTrto CIJAnTO.
109


esta nueva Jerusalen, esta revolucion que lleva los hom.
bres á aquella imaginaria libertad é igualdad de los pri-
meros siglos, ¿cuantos iniciados ha de encontrar en las
últimas logias ya dispuestos y preparados para recibirla?


En efecto, aqui se reunieron y enlazaron los misterios
de Swedenborg con los de los antiguos hermanos. Los
nuevos iniciados se apropiaron el nombre de ilumina-
dos; y, á pesar de todo el ateismo y materialismo de su
maestro, hablaban como él de Dios y de espíritus ; afec-
taban conservar estos nombres; y, atendiendo a las voces,
sin atender á su significado, se les dió el nombre de ilu-
minados teósofos. Su historia es un laberinto de impiedad
y de charlatanismo, como lo es la de su maestro , y (lel
cual no es fácil salir. Basta saber que, en la época en
que escribo, tenian su cuartel general en Avifion ; (x)
que habian establecido en Lyon una lógia famosa ; que se
propagaban especialmente eh Suecia, y que hacian progre-


(i) En un escrito, cuyo título es: La lógia colorada descubierta
4 los Soberanos , se lee : «Parece que el ritu de estos iluminados teóso-
fos ha tenido principio en Edimburgo, en donde se ha formado la
lógia colorada, separada de la azul; aquella lógia colorada de los ilumi-
nados teósofos se ba formado un asilo en Avífron.» (0g. g y lo.) De-
searia poder hallar las pruebas de este origen : pero el autor no da
otra que su dicho. Sea lo que fuere, lo cierto es que los ilumina-
dos de Aviiion son bastante conocidos en Francia. Desde el año 1783
se ha mirado su lógia como madre de cuantas se han fundado eta
Francia con sus misterios. — Con motivo de esta lógia colorada ó
rubia, descubierta ó acusada anta los Soberanos, debo de hacer
presente, que esta obra no se ha de confundir con otra que yo llevo
ya citada bajo el titulo de deposicion hecha por Kleiner. El extracto que
tengo en mi poder de esta, anuncia mil pormenores bien diferentes:
el autor habla de la tradicion que se conservara en la lógia, relativa
a las lecciones que se supone haber recibido Weishaupt de Kcelmer.
Esta deposiciou seria un monumento precioso, y aun es por esto
que los iluminados la han hecho desaparecer ; á lo menos yo puedo
asegurar por mí, que, á pesar de mis 111115 exquisitas diligencias,
no rue ha sido posible el procurármela.




I 10 HISTORIA DE LA CONSPIRACION:
sos en Alemania. Desde el principio ya combinaron sus
misterios con los de los rnartinistas; ó para decir mejor, los
misterios de los martinistas solo fueron una nueva forma
que se dió á los de Swedenborg. En Francia eran igual,
mente conocidos bajo el nombre de iluminados y de mar-
tinistas. En Alemania empezaron á darse el nombre de


paletas y de caballeros bienhechores. De cualquier mo-
do que se llamen , ellos, de todos los modernos franc-
mazones , eran los que mas se acercaban al sistema de
Weishaupt. Los sistemas y medios de ambos discrepaban
lo bastante para que fuesen rivales : pero ambos se ordena-
ban á una revolucion tan antireligiosa como antisocial , y
convenian en multiplicar sus iniciados y en introducirse
en las lógias mazónicas. Cada una de estas dos sectas de
iluminados tenia en el congresso de Wilbelmsbad sus di-
putados. En cl capítulo siguiente descubriremos lo que
se trató en él y sus resultados.


Con motivo tambien de esta lógia colorada, añadiré ademas, que
el autor no me parece harto instruido sobre la diferencia que existe
entre los Iluminados de Weishaupt y los de Swedenborg. En general,
á todos los autores franceses puede hacérseles un igual reproche.


CAPÍTULO QUINTO. 1 11
n•••n.an., •n••n


••.1...V...,.•n •.....,


CAPITULO Y.


ARTERÍAS Y RESULTADOS DE KNIGGE ACERCA DEI. commEso
mAzóNrco ; RELACIONES OFICIALES DE LOS SUPERIORES DE
LA ORDEN , Y MULTITUD DE HERMANOS MAZONES
DOS EN ESTA EPOCA.


Primer medio de Knigge para ganar el congreso mazdnico.


DE todas las juntas generales tenidas por los franc-
mazones hacia ya veinte anos en Brunswick, Wisbaden
y en otras ciudades de Alemania, ninguna habia llegado
aun á la de , sea por el número de los esco-
gidos, sea por la variedad de sectas que la compusieron.
Podia decirse que en cierto modo se habian reunido
en una misma caverna todos los elementos del Caos mazó-
nico. El mismo Knigge nos dice que tambien tuvo el
honor de ser diputado por sus antiguos hermanos ; que
tambien habria podido ocupar su puesto y asistir á sus
deliberaciones ; pero que, previendo todo lo que ellas
serian, le pareció que podia servirse con ventaja de su
nuevo iluminismo, dirigiendo el papel que habia de re-
presentar el hermano illínos Dinfitrt en el interior de
esta asamblea, reservándose al mismo tiempo el obser-
varla y obrar desde fuera. Su primer plan de ataque fue
ganar desde el principio á aquellos mazones Templarios
de la estrecha observancia, cuyos secretos ya sabia, y cu-
yas lógias ya habia frecuentado, para asegurarse de este
modo de la mayoría de los votos. Si lo hubiese logrado,




4adelante,..;


112 IIISTOPIA DI LA collsanucros.
el código de Weishaupt habría sido decretado por el con-
greso, y pasaba en un momento á serlo de todos los
mazones repartidos en todo el mundo, y con esto, mi-
llones de hermanos , viéndose iluminados, se hubieran
encontrado prontos á salir de sus cavernas á la primera
orden de su gcfe.


Knigge, describiendo este su primer ataque, se cuidó
de manifestar á sus lectores lo que motivó la mudanza de
su marcha. « Confieso, dice, que aun conservaba una
cierta inclinacion á mis antiguos hermanos de la estre-
cha observancia. Ya halda iluminado á un número tan
crecido, que me lisonjeaba que podria reunir su siste-
ma al nuestro. Es cierto que mi intencion no era entre-
gar al congreso todos nuestros papeles, y ponernos á dis-
posicion de los diputados. Yo no estaba autorizado por
los que me enviaban. Y nosotros , por atraparte, que no
habíamos aspirado á aquel poder que dan las grandezas ,
la clase y las riquezas ; que no deseábamos reinar en el
brillo y á los ajos del páblico , pues toda nuestra cons-
titueion se reduce á trabajar en el silencio y en secreto ,


como podíamos pasar á hacernos dependientes de una
orden que tenia tan poca unidad en sus sistemas?...
N'o obstante, les ofrecí mis servicios, y se los ofrecí de
palabra y por escrito, y me respondieron que presen-
tase al congreso mis papeles; que verían lo que de ellos
se podria tomar, y lo que seria preciso dejar (z). a


Knigge, resentido con este desaire, se creyó absuelto
de sus juramentos y de todos los deberes hacia sus anti-
guos cofrades. -J-No lisonjeándose ya de atraer de una vez
á todos, se resolvió á atacarlos uno á uno , y ganar con
el tiempo todo el cuerpo, conquistando una lógia despees de
otra (2). Se entendió con el asesor :Mines, pira que en


(e) Ultimas declaraciones de Filon, pág. 83. etc.
(2) Allí mismo.


CAPÍTULO QUINTO.


reduj
adelante, toda su atencion por lo relativo al congreso se


ese á dos objetos. El primero, impedir que el con-
greso tomase alguna resolucion contraria á los interesesdel ilu


minismo; y el segundo, preparar y facilitar su
entrada en las lógias, conduciéndose de tal modo, que
ningun grado, y aun ningun gran maestre pudiesen impe-
dir que d


ominasen alli los hermanos de Baviera, reserván-
dose los medios de enlazar, tarde ó temprano, su código
iluminado con el mazónico. A esto se reducía toda la
mision á que Knigge destinó á su cofrade Minos, encar-
gándole que hiciese decretar por la junta : e.° Una espe-
cie de reunion de todos los sistemas mazónicos en los
tres primeros grados, de modo que un franc


.mazon , ad-
mitido á estos tres grados, fuese reconocido por hermano
legítimo de todas las lógias de cualquiera clase, ó de cual-
quier otro sistema que fuese; 2.°que en la franc-mazonería
ordinaria, nunca se hiciese mencion de los altos grados,
ni de los gefes incógnitos; 3.° que se prohibiese toda
remesa de dinero á los superiores mazónicos; 4.°


que
se trabajase un nuevo código para los hermanos; 5.° que
todas las lógias tuviesen facultad de elegir á sus maes-
tros , y la lógia que los hubiese de dirigir , esto es, la
lógia principal á la cual hubiesen de estar sujetos (r).,,


Al mismo tiempo que Filon Knigge dirá á Minos el
encargo de hacer que el congreso aprobase estos artí-
culos, él se conducia como hermano insinuante y escu-
driñador. «Yo deseaba saber, dice él mismo á los arco-
pagitas en la relacion de su mision e


y llegué á saber el
giro que tomaban nuestras cosas en el congreso. Supe
cuales eran todos los sistemas que se deseaba hacer domi-
nantes. Establecí con los gefes del sistema de Zinnen-
dor(' una correspondencia epistolar que aun mantengo.


Y7
(I) Escritos orlg. tomo 2. Felarion de Filon;


r32. Enero83.
Tomo Tv




114
HISTORIA. HE LA. COSSPIRAC1011.


Este sistema de ZinnendorlY, es un compuesto informe de
los grados escoceces c de los caballeros del Tem-


pues y de los
confidentes de san Juan : era entonces el


qu
le mas generamente se seguía en Alemania ; «escu-


driiié por varias vías los comisarios de las otras ciases;


vi
quemuchos me manifestaban, de sí mismos, su inte-


rior ; que
m me buscaban y me confiaban sus secretos, por-


que sabían muy bien que yo miraba la cosa en sí isma,


y no conform e
á intereses personales. Al fin, llegar


m


on los


diputados, DO
sé como, á tener noticias de nuestro ilu-


dipnismo; vinieron casi todos á visitarme, suplicándome
los recibiese. Juzgué que era del caso Pedirles las


cortas


de contestacion
(de nuestros candidatos), imponiéndoles


al mismo tiempo un absoluto silencio; pero m
guardéRíes g ar


rnuy bien de municarles la mas mínima parte. de nues-


escritos secocretos. Durante
el congreso , solo en tér-


trosminos bien generales, les hablé de nuestros misterios (1). »
Esta . conducta de Knigge, y


el cuidado que t en
er


ia de dar


á entender que la franc-mazonería comprendía secretos de
la mayor importancia , pero que los verdadero


s y profundos


mazones, los que solamente poseian sus misterios, eran
fuera de aquel gran congreso, es lo que aumentó la curio-
sidad y el fervor hacia su iluminismo. La previsio


n que


levó en tomar les aquellas
cartas de contestacion , la cal i-


llev
de los candidatos, y el cuidado que tuvo de exigir


al mismo tiempo de aquellos diputados la promesa de
que no adhiririan á proposicion alguna que fuese contra-
Tia á los intereses de los nuevos hermanos bastó para
asegurarse de todas las resoluciones que babia. ele tornar
el congreso. Por otra parte , las disposiciones que des-
cubrió en los mismos dipuados, ya bastaron para aumen-


tar sus esperanzas. a Debo
t
hacerles justicia , escribe á su


areopago ; y, por lo mismo, debo decir que
los halla, á


lo menos la mayor parte,
llenos de la mejor voluntad;


(1) Allí inisrao.


eArirztó
y que si su córiducta no era consecuente, se debió única-
mente á que no habian cursado en buena escuela... Tuví
el placer de ver, que si las ecelentes intenciones qué
habian reunido , de todos los rincones de lafranc-mazOne-
Ka , á aquellos hombres, no eran mas c ficacés , proveniá
de que no sabia ') convenirse en los principios. La ma-
yor parte se manifestaba dispuesta á seguir cualquier sis-
tema , que juzgase mas propio para que su orden fuese
tan iitil y activa como todos lo deseaban. »


Cualquiera sea el aspecto bajo riel cual mire el histo
riador á los hermanos mazones, ya no es posible disimu-
lar, que con este testimonio Knigge nos hace formar idea.
de lo que son sus escogidos y sus iniciados Mas privile-
giados, principalmente de los que se juzgaron mas dignos
de ser representantes en sd tan solemne congreso. Kniggé
nos descubre en que consistía aquella su buena voluntad;
y cuales eran sus excelentes intenciones. Manifiesta unos
sugetos ya tan dispuestos á la revolucion de toda impie-
dad y desorganizacion , que solo les faltaba conocer me-
jor los medios. De esto se deduce, que la vasta socie-
dad mazónica , ya en aquella época, estaba muy inficio-
nada en sus últimos misterios, y que ya estaba bastante
madura para unas conspiraciones como las de 1Vcishaupt.


Asegurado con esto Knigge de sus resultados, parece
que abandonó el congreso á todo el desórden de sus
deliberaciones. Con el papel que representó en el/as el.
il uminado Mino. s , á pesar de todas las imprudencias que
Knigge le echaba en cara, logró que las principales dis-
posiciones en que ambos habian convenido , saliesen de-
cretadas del congreso. Se prohibió que los hermanos
se tratasen mútuamente ele !Juegas. Se convino en que
solo se tuviesen por esenciales á la franc-rnazonería sus
tres primeros grados. Se nombraron comisarios para com-
pilar algunos reglamentos, cuyo plan habia formado el


H2




116 uISTOtUA DE LA
CC5SPIDICI05.


congreso , y para que se formase un código general. Se
abandonó á las lógias la eleccion de sus altos grados y de
sus sistemas. Lo demas del congreso se pasó en delibera-
ciones tan confusas, como eran discordantes las opiniones
de tanta variedad de sectas. Tengo á la vista un manus-
crito tic un mazon muy sabio , que trata de est con-


-greso, y contiene tantas quejas y gemidos corno ienstruc
ciones. Entre otras cosas, leo que el duque Fernando
de Bruns •ich fue proclamado gran Maestro General dela mazonería; pero que muy pocos le reconocieron. Tam-
bien leo que se quiso suprimir el sistema de los mazo-
zones templarios, cuya torpeza y secretos Labia deseu-
bierto un falso hermano en una obra titulada : La pie-


dra de escándalo (la pierre de scandale); pero que muy
pocas lógias admitieron el decreto de extinción. Leo, en
fin, que se quiso suprimir las sectas y cismas; pero que
estos continuaron , y que se aumentó la confusión.


Entretanto observemos , que si algun sistema mereció
ser especialmente favorecido de la asamblea, fue el que
se llama de los _'.aletas, que es un aborto de Sweden-
borg. Los famosos iluminados de esta clase ..... San
Nartin y la Chappe de la Ilenra,re


hablan en efecto soli-
citado relacionarse y unirse con el vencedor de Cre-
velt y de Minden; y aun hay quien pretende , que su
nombre de Filaletas y de Caballeros bienhechores,


causó
alguna impresion en este príncipe. Apoyados en su pro-
teceion , nada omitieron ; y sus agentes se valieron de
todos los medios para triunfar en Wilhelmsba d ; habrían
logrado la victoria si Knigge no hubiese ganado con anti-
cipacion á tantos diputados. De este modo , el resultado
de este famosísimo congreso debia ser entregar las lógias
mazónicas , y con ellas todos los imperios de Europa, á
las maquinaciones de dos especies de iluminados, las mas
fervorosas en su zelo, las mas artificiosas en sus medios


CAPÍTULO Qt/NTO. I i7
y las mas desorganizadoras é impías en sus conspiracio-
nes contra la religion y la sociedad.


No sé en cual de estas dos sectas habla sido iniciado
el conde de Virieux ; pero tanto la una como la otra
podian igualmente sugerirle el modo con que expresó
todo este resultado del congreso mazónico. De vuelta á
Paris, le felicitaron por los admirables secretos que se
pensaba traia y Babia adquirido durante su diputacion. El
conde de Gílliers, que en la franc•mazonería hubiera
solo Visto inocentes pasatiempos, tarnbien le felicitó ert
tono de chanza ; pero Virieux le contestó: No os diré los
secretos que traigo; lo que os puedo decir, es que todo esto
es mas sério de lo que pensais. Se trama una conspiracion,,
tan bien urdida y tan profunda, que será muy difícil,
tanto á la religion como á los gobiernos, el no sucumbir.
El conde de Gilliers, refiriendo esta conver.sacion , decia
¡ dichoso ú lo menos el conde de Virieux, que tiene un
gran fondo de probidad y de rectitud L En efecto; lo que
llegó á saber con esta diputacion, le inspiró tanto horror
á aquellos misterios, que absolutamente renunció á ellos,.
y se volvió muy religioso. A esto mismo se debe la aver
sion que despues manifestó á los jacobinos.


Pero, para desgracia de los imperios y de la religión,.
aquellas maquinaciones no inspiraron- el mismo horror
á todos los diputados. Filen, concluido aquel congreso,
se apresuró á recoger el fruto cle sus arterías, y halló que
excedían á sus esperanzas. Al salir del congreso., acudie-
ron á él todos aquellos diputados, pidiendo los admitiese.
á sus misterios. Con esta clase de candidatos se debiart
omitir aquellas largas pruebas , que se exigian de sus
novicios y rninervales; por lo mismo luego fueron pro-
movidos á los misterios. Los inició en los grados de epop•
ta y de regente; y, como él mismo asegura, los recibieron:
con entusiasmo. «Todos se encantaron con nuestros gra.•-


fi 3.




t 8 HISTORIA Tal
co:ssrueletest•


dos de epopta y de regente, todos se pusieron extáticos


en vista de estas
obras-maestras; ste -nombre daban á


estos grados. Solamente hubo dos


e
que me propusieron


algunas ligeras observaciones sobre algunas expresiones,
que fácilmente se pueden mudar segun las circunstan-
cias locales, sobre todo en los paises católicos (t)• » 40,


Si yo no temiese abrumar con declamaciones las mas


justas á los franc-mazones
honrados (*), les dina que


reflexionasen algun tanto estas expresiones de Knigge •
Todos se encantaron,- todos se pusieron como extáticos.


Los escogidos y los de Rosa-.Cruz,
los hermanos del Temple,


los de Zinnendorff y los de San Juan,
les caballeros del


Sol y Kadoslc ,
todos los: filósofos consumado s , todos.


elancon admiracion los oráculos del epopta g
er fa e


viendo que se renovaba el brillo de sus
antiguos misterios,


manifestándoles en su Iiiram, en su
Mac-Benac, en su


piedra pulida, toda la historia de o
aquella libertad é ig ual-


dad primitivas, y
toda aquella moral que n consiste en


otra cosa sino en desprenderse de
todo príncipe, de todo


gobierno, de toda religion y de toda propiedad. Aque-.
líos diputados, de regreso á todos sus Orientes,


y dise-


minados en los directorios mazónicos de todas las pro-
vincias, debian de introducir en ellos todas aquellas cons-
piraciones antiguas, para que fuesen en adelante sus


mis-


terios. sazones, que aun quereis ser tenidos por honra-
dos , abandonad ya vuestras cavernas para no complica-
ros en las grandes conspiraciones , que traman los que se
burlan de todas las autoridade s


como de aquellas, delos
que se sirven solo para realizar, cuando llegue el caso ,
la explosione Aprended, y convenceos, al fin


.
, que todos


esos pretendidos hermanos no son otro que una gavilla


(1) lilútnas plicaciones de. Filon pág. 3z. y
I25• —Escritos


carta a. de Filon á Caton
e) Si es que los haya ; lo que. no creo. (S. y y),.


CAPiTYLO QUINTO. 119


de conspiradores, que solo echaran menos, largo tiempo
hacia, el genio infernal de Weishaupt, para lanzarse en los
horrores de las revoluciones.


Desde el momento en que todos los diputados mazó-
nicos abrazaron el iluminismo, los progresos de la secta
de Baviera tornaron un carácter amenazador, y que fue-
ron tan rápidos, que luego se llenó el inundo .de con-
jurados. Tenia su centro, con respecto á la actividad á lo
menos, en Francfort, al lado de Knigge. Muy presto llegó,
á contar hasta quinientos individuos iluminados por él,
escogidos casi todos de la caverna mazóniea (i). Luego
se multiplicaron las lógias en sus alrededores. La Fran-
cónia , la Suábia , los círculos del alto y bajo Rin, la
Westfalia tuvieron muy luego epoptas, y escuelas miner-
vales casi en cada ciudad. Viena y Berlin , casi inmedia-
tamente, mostraron que el Austria y la Prusia se inficio-
naban con el contagio del iluminismo. El Tirol ya lo
estaba , y el mismo apóstol ya le hubiera llevado á Italia.
Babia otros iniciados que trabajaban en el norte; los
hacia en las lógias de Bruselas., y en las da Holanda;
otros se disponían á llevar los misterios do Weishanpt r'.
Inglaterra ;. los habla tatribien en la Livónia, y se hacian
tratados para que el iluminismo apareciese lleno de vigor
en Polónia. Si aun no habla llegado su época para la
Francia, era porque sobre ella se formaban otros desig-
nios mas profundos. Pero llegó su tiempo; y la Europa
no tardará en saber porque este se difirió.


Pero debo presentar mis demostraciones á la historia e
y para el intento no basta haber producido el código de.
Weishaupt; es preciso que yo manifieste tambien como_
la secta se va extendiendo_ y propagando desde el oriente-
al occidente, y del norte al mediodia, llevando á todas.




oromeoroome.


(i) Escritos orig. torno a . carta de Filon á Caten.




120 HISTORIA DE LA coNspinActotf.
partes sus conspiraciones y sus misterios, adquiriendo en
todas partes aquella multitud de brazos de que necesi-
taba para las revoluciones. Para demostrar esto, no me
separaré de sus anales, pues, aunque esten mutilados, no
por eso dejan de presentarnos sus maquinaciones con
tanta evidencia como horror.—Aun.no se habia pasado
un año desde la disolucion del congreso de Wilhelinsbad,
cuando ya hubo cinco provincias organizadas conforme
á todas las leyes de Espártaco , bajo la direccion general
de Knigge, y que estaban en plena correspondencia con
el areopago iluminado (1). Aun en tiempo del mismo
congreso, ya descubrimos, en los escritos originales, no
solo cartas aisladas sobre los progresos de algunos can-
didatos, sino tambien relaciones oficiales de las cuentas
dadas por los provinciales, relativas al estado general de
sus provincias , progresos de los novicios, de los inicia-
dos y de sus emisarios. Recorramos estas relaciones, pues
no hay monumentos mas auténticos. Puede que yo hu-
biese hecho mejor traduciéndolas; pero, para abreviar,
presento de ellas solo extractos, que va por si son una
prueba la mas evidente.


Relaciones oficiales de los provinciales iluminados.
Provincia de Pannonia.


La primera relacion es de un iniciado cuyo nombre
de guerra es Mahomet, ó Mahoma (2). Este provincial
de un nuevo género es el baron Schrokeinstein, aquel
mismo á quien enganchó Weishaupt en Eichstadt , el
primer ario de su iluminismo, á quien puso en él catá-


(e) Escritos orig. carta 3. de Filon á Weishatipt , tomo a.
(a) Esta relaeion ó parte es del mes de Chardad del al) r x.52. Esto


es, de Junio de 1782. Por consiguiente, es anterior á la conclusion
del congreso masónico. Sin embargo este :j'ahorna ya tenia corres-
pondencia directa con Filon Knigge, pues este le envió novicios para
que como provincial los iniciase. (Escritos orig. relacion de Filon).


cApírtto QUINTO. 21
loto de los aristócratas insensatos que hahian de morder el
anzuelo. En efecto, este baron le mordió tan bien que ,
al cabo de seis años, llegó á ser uno de los grandes geles
de la conjuracion. La provincia que administró á nom-
bre de \Veishaupt, se llama en la geografía misteriosa de la
secta, Pannania; sus distritos son la Morca y el Lacio ; las
lógias que inspeccionaba estaban en las ciudades ()limpia,
Damieta, Tibur, Ilispalis, Damasco , Sich¿n, Nicomedia
y Surento. He visto que residía en Eichstadt, y advierte á
sus areopagitas que el nombre de Surento es el que impo-
ne á su nueva colonia de Mompelgard, la que piensa
hacer parte del ducado de Wurtemberg, y que por lo
mismo debia estar comprendida en su distrito del Lacio.
Descubro en los escritos originales que Nicomedia , se-
gun el diccionario de la secta, es Augs3urgo. De lo que
infiero que las lógias inspeccionadas por este iniciado,
son otras tantas conquistas que ha hecho el iluminismo,
parte en Baviera y parte en Suábia.


En esta relacion, ó parte, se descubren muchas prue-
bas del zelo con que el provincial se ocupaba en la pro-
pagacion de su orden. Se vó que amenazó con pronta
expulsion á dos discípulos si no manifestaban mas acti-
vidad, y que distinguia con promdciones tí los que sobre-
salian en el oficio de reclutadores. Se ve: como retrata
á sus inferiores, y las precauciones que sabe tomar segun
su carácter. Leamos ti lo menos la relacion que hace de
los hermanos de °limpia , á quienes acababa de visitar.:
« He llegado á conocer al hermano Zenon. No he hallado
que sea un pensador, y aun es menos un buen escudri-
ñador.... No le acomoda ocuparse en cosas que le pare-
cen superiores al espíritu humano ; y por lo mismo le
dejaremos en el grado minerva' ; pero al mismo tiempo,
promete que siempre reclutará buenos novicios. — Cran-
tor es mas fervoroso; yo mismo le he iniciado para la




e
122 IIISTODIA DE LX CONSPIRACION.


escuela minerval; es muy fácil adivinar que está poca
satisfecho de toda su ciencia, y que su espíritu le tiene
inquieto, pues siente mucho que su mismo padre le haya
enseñado á escribir.—Zspeusipo estaba enfermo; los (lemas
son aun jóvenes, pero llenos de fervor.... Esta colonia
aun es débil.... Cuando escribais á Zenon, id con cui-
dado; porque me ha dicho que 720 querria vivir en la mis-
ma casa con uno que dudase de la inmortalidad del
alma... Todos estos hermanos tienen sus sesiones regu-.
larmente, y no obstante no se atreven aqui á enganchar
á otros bajo el nombre de franc-rnazones; les acomoda
mas hacerlo con la apariencia de una sociedad literaria,
y esto se los he concedido sin dificultad. »


En esta ciudad del Lacio, ó del ducado de Wurtem-
berg , á la cual Mahonza llama Damieta, habia una aca.-.
demla ó colegio para la juventud. Uno de sus profeso-
res era el iniciado Pi,,on, cuya honradez y actividad no
puede alabar bastante el provincial. La prueba mas nota-
ble que de aquella honradez da el provincial Nahoma„
es esta : «Gracias á las diligencias de este hermano Pirron,
toda la academia de esta ciudad se vuelve para nosotros
un verdadero plantel. Pita oras (Drexl) es el superior in-
cógnito de la junta que se compone de discípulos jóvenes,
todos de casas muy nobles. Para conducirlos y formarlos
tiene un superior aparente, escogido de entre los mismos
jóvenes. No les exigimos cartas de contestacion ; los entre-
tenemos con la sola esperanza , de que si corresponden á
las instrucciones que se les dan , serrín admitidos á una
o'rden, compuesta de lo mejor que hay entre los hombres. »
Temiendo que estas instrucciones, dadas á unos mucha-
chos en e; colegio subterráneo., n.o se malograsen para los
que se educaban en la corte, el iniciado Epiménides ulk,
consejero áulico y burgo-maestre de llanóver) tenia el
cuidado de iluminar al sota-preceptor de un príncipe


CAPÍTULO QUINTO. 125
Oven , señalado aqui por las iniciales TM.. Malcoma ,
dando esta noticia á los areopagitas, abde que Machia-
'pelo, uno de sus emisarios, ya !e habia enviado los nom-
bres de todos los jóvenes con quienes habla hecho cono-
cimiento en la Suiza, y que las cosas no irian mal en
aquel pais, si Knigge inflamaba un poco el zelo del após,-
tol Helvético.


Segunda relacion ó parte.


Mines, provincial de Dacia y de Lidia.


A la relacion oficial de Mahoma, sigue la de Minos,
(Dittfurt el asesor) que tanibien era Baron. Knigge, para
recompensarle el papel que representó en el congreso de
Wilheln isbad, le hizo provincial ó superior de los herma-
nos de la Yeteravia, y cambien de una parte de la West,
falla. El territorio de su cargo se componia de dos dis-t
tritos, llamados Dacia y Lidia. Ocupado en tantos nego-
cios, aunque mas atento á los del iluminismo que á los
del imperio , envió sin embargo una relacion sucinta en
la cual nombra á doce hermanos, cuatro de ellos novi-
cios, de entre los cuales eligió, al hermano Bentarit, á
quien destinó para que erigiese una escuela minerval en
Bensabé. Mientras esperaba poder entrar en otros por-.
menores, se extendió sobre el plan de las hermanas ilu-
minadas, que promete poner bajo la direccion de un otro
baron , asesor tambien de la cámara imperial. Casi al
mismo tiempo (u), las relaciones de Knigge nos descubren
á Minos correspondiéndose con el doctor Starck , á fin
de conquistar al Landgrave de Ilesse Darmstadt, por me-
dio de este su gran limosnero.. No he visto que el pro-
vincial asesor Minos dé parte de esta negociacion ; pero


(1) Merclemelt 1152. Esto es : Agosto. de 1782.




124 HLSTODIt DE LA CONSPIRACION.


Knigge habla de ella á sns areopagitas , manifestando que
preveia un buen resultado. «Me alegro, dice Knigge, de
que el hermano Mirlos haya entablado correspondencia
epistolar con el doctor Starck. Con esto aprenderá que,
para haberlas con un hombre de espíritu, es necesario
tambien tenerle. » Aunque parece que Knigge no tenia á
este provincial en gran concepto, no por eso dejaba de
esperar de él muy sefialados servicios, principalmente si se
pudiese lograr templar su zeta.


Tercera relacion parte.
Epicteto, provincial de Albania.


La tercera relacion oficial es la del provincial de Alba-
nia, que se llama Epicteto, y es él mismo de quien luego
trata Knigge, hablando de su prefectura de la Pailagonia
del Palatinado, como fundador de las lógias de Surinam
(Manheim) y de Parmaribo (Frankental). Parece que la
Albania pasó despues á la inspeccion de un nuevo pro-
vincial. Sea lo que fuere, este Epicteto, que aqui vemos
provincial de Albania, es un iniciado á quien celebra
mucho Weishaupt, á causa de su arte de insinuador ; su
verdadero nombre es Miel;, consejero y ministro protes-
tante en Jledelbcrg, en donde residia habitualmente. El
elogio que de él hace Weishaupt escribiendo á Celso , da
bastante á entender sus relevantes prendas. » 10 omitais
de hacer cuanto podais en Munich á favor de nuestro
Epicteto. Casi es el mejor de nuestros iniciados. Es un
poco demasiado fervoroso; pero en cuanto á lo demas, es
incomparable. Ya Iza puesto casi todo el Palatinado bajo
el yugo de nuestra órden. Aun en las ciudades mas peque-
has tenernos uno ó dos iniciados. » (r) Como esta carta
es del mismio ario que la relacion oficial de Epicteto, me


(I) Escritos crig. temo 2. carta 13 de 1782,


cárirtr.o ottrro. i25
parece que son superfluos los pormenores ; sin embargo ,
corno entre los hermanos que menciona este provincial,
los hay que merecen ser conocidos, paso á dar noticia de
ellos. El primero de quien se ofrece tratar, es un tal Dio-
doro, iluminado menor, el cual, en una universidad católi-
ca, habiendo él sido católico basta este momento, pensó
que la prueba mas evidente que su zelo por el iluminismo
podia presentar á sus cofrades, fuera el sostener unas con-
clusiones protestantes, bajo un pretexto que muestra bien
que no es ni católico ni protestante, y que toda religion
solo para él fuera un negocio político. La Cínica razon que
alegó , es que el colegio de los condes de Westfalia era pro-
testante. — Otro iniciado, del cual se ofrece tratar, es un
tal Erasto , del mismo grado, que consulta y piensa en el
mejor medio de enganchar é iluminar al preceptor de un
Lijo del príncipe de Dos - P uentes , y que podria asi educar
al príncipe jóven en el espíritu de la órden .—El ter-
cero y principal es el hermano Pico de la Mirándula,
que es un tal Bruner , Presbítero en Tifenback, en el
Obispado de Espira. e Este, dice su provincial, es aun
novicio, pero lleno de ardor por la órden. Dia ro de Se-
tiembre, ha sostenido sus conclusiones teológicas, en des-
pecho de los ex-Jesuitas. En sus quibus hect, suplica á la
órden , que no permita que la fortaleza de Filishurgo,
abandonada por los Austríacos, se entregue al mando de
un oficial devoto , que solicita su gobierno, sino que le
entreguen á otro oficial ( sin duda de mayor mérito )
que aspira al mismo empleo. » Este novicio iluminado,
que ya atendia tanto , en aquel grado, á las fortalezas,
volverá á dejarse ver en estas memorias, pues que con
otros hermanos de Maguncia conspiraron y entregaron
esta ciudad á los jacobinos.




12 6 HISTORIA De LA CONSPIRÁCION.


Relacion de Agis (Krceber).
La cuarta relacion oficial es del iniciarlo Agis. Este rid


se arroja el título de provincial; y solamente hace aqui
funciones de tal, para auxiliar en sus trabajos al hermano
dilberoni, es decir, á un cierto Bleubetreu , que habia
sido Judío, y despues se hizo cristiano para llegar á set,
consejero áulico del príncipe de Neuwied, y provincial ilu-
minado. Agis es un tal Krceber, preceptor de los hijos del
conde de Stolberg. Las memorias que tengo en mi poder,
dicen que, llegando despues á educar á este joven prín-
cipe, entró en gracia de la princessa de Neuwied, en tér-
minos que alborotó la paz doméstica de esta corte, dán-
dose con esto á conocer en toda Alemania de un modo
tan poco decoroso, que expuso á varios comentarios el
honor de su augusta protectora. Las noticias que da á los
areopagitas, consisten en que, en Aix-la=Capelle, el baron
de Witte se habia mostrado mas zeloso de lo que sé
esperaba ; que habia tomado á su cuenta iluminar la lógia
Mazónica de esta ciudad, y que , segun sus cartas, pocha
esperarse lo mismo de los mazones de Bruselas. El her-
mano iris preguntó; si pa recia que fuese á propósito enta-
blar él mismo una correspondencia con aquellos locos de
la cábala herm ética. «Desearia , dice, antes de revelarles
los secretos de la órden , nos presentásemos sencillamente
como iniciados en los suyos: » Sin embargo, confesaba él
mismo que no entendia los sistemas de aquella gente; por
lo que pidió instrucciones sobre el particular, porque
teinia revelar los del iluminismo á aquellos franc-mazoncs
que despreciaba soberanamente, aunque le parecía nece-
sario entender su gerigonza para atraerlos á la órden. Au-
mentaba la necesidad de aquellas instrucciones la llegada
de un hermano de aquel distrito , quien le pedia permiso
para enseñar algunas de sus cartas al venerable de la lógia


CAPiTELO QVINTO. 12^
mazónica, llamada del Iris, lo que le parecia una buena
proporcion para coger con una redada al venerable y á su
lógia.


En este mismo parte, el hermano Agis recomienda á la
proteccion de los areopagitas al hermano Arqueláo, cuyo
verdadero nombre es Barres, que antes habia sido Mayor
en un regimiento de Francia, quien ponía toda su con=
fianza en el crédito ele la órden para obtener algun puesto
en alguna corte de Alemania, y unir de este modo la cruz
de mérito á la de Francia, y con el título de Mayor :í con-
tinuaciom « Me ha pasado por la cabeza, adiarle aqui .//,<,,is,
que el embajador CA.... es de los nuestros, y que tiene
gran influjo sobre.... ( la corte ó _ministros ; ) por lo
mismo le he ofrecido mis servicios. Si salirnos bien de
este negocio , se aumentará la fama de nuestro poder..
Casi no se pasa semana, en que el concepto en que nos
tienen no atraiga á varios sugetos que vienen á solicitar
nuestra mediacion y rccomendacion para las cortes de
Versalles, de Viena y de Berlin. Me muero de risa cuan-
do veo esto. Sin embargo, me guardo muy bien de des-
pedirlos sin darles alguna esperanza ; á lo menos les deci-
mos que no nos acomoda importunar con tanta frecuen-
cia á aquellas cortes. »


Junto a este artículo, hay tina nota marginal de la ma-
no de Knigge, que dice : c Quien diablos les ha metido
en la cabeza esta fábula de nuestra omnipotencia? El que
puso esta nota y pregunta , podia tanibien haber puesto
la. respuesta. Knigge, ya antes de esta época, se valia
de todos los medios para que los hermanos formasen una
idea sublime del poder de su iluminismo, y se gloriaba
de que, con haber puesto en movimiento á su gente ,
habia obtenido para los iniciados empleos de honor, bene-
ficios y dignidades que él distribuia en nombre de supe-
riores incógnitos, que ni siquiera existían aun. Cuando




128 nisronix CONSPIIIACION.
llegó á haber de estos superiores, vemos que hicieron lo
mismo que .dgis, esto es, obtener de un conde iniciado
el nombramiento de canciller director con el sueldo de
mil y doscientos florines, y escribir al agraviado . Wund,
consejero eclesiástico de Heildelberg, que esto lo debia al
poder de los hermanos , pues la orden le habia hecho
nombrar para esta dignidad (1).


Al artículo sobre el cual Knigge hizo aquella nota, signe-
se inmediatamente un hecho que por sí solo probaria
bastante bien el crédito que los iluminados ya tenian en
algunas cortes, y el uso que de él sabian hacer para la
propagacion de sus misterios. «En la corriente semana,
dice Agis, recibiremos á un eclesiástico luterano , que
con sus diestros giros ha recogido para la lógia de
este lugar la cantidad de nueve mil florines. Luego que
se haga la paz, debe partir para Londres con muchas
cartas de recomendacion. El príncipe Fernando de Bruns-
wick , primo del duque reinante , le ha prometido apo-
yarle con todo su poder. Tambien queremos valernos de
él en aquel pais para la propagacion de nuestra orden.
Es necesario que él ilumine con finura á los Ingleses...
Con una grande peluca holandesa , con un rostro flaco
y descolorido , con unos ojazos muy abiertos, una\ima-
ginacion fecunda y un gran conocimiento de los hom-
bres, que ha adquirido rodando por el mundo en trabe
ele mendigo „I no os parece que este hombre hará pro-
digios? Este invierno, le adiestraremos como los Hérnu-
tas á sus apóstoles.» El iniciado de quien aqui habla Agis,
es un tal Ramtgen, Holandes protestante de Petkam, en
la Frisia oriental.


CAPÍTULO QUINTO. 199


Quinta relacion oficial del pais de 7" l'éPerIS y Colonia.
Esta quinta relacion oficial está mutilada , y sin nom-


bre de provincial. Sin embargo , tal como está , mani-
fiesta , á lo menos en parte, el estado y progresos de la
secta en los tres últimos meses del afilo 1 782 , en los
electorados de Tréveris y colonia, á los cuales aqui se les
da el nombre de Picino ó Picentino. En esta época cele-
bra el provincial la consideraeion que los frane-mazones
iban adquiriendo en su distrito, desde que sus lógias se
habían iluminado. « Aqui , dice , en otro tiempo , un
franc.mazon era objeto de burla; pero en el dia, al que
no lo es, le miran con lástima. Todos acuden á noso-
tros, y los profanos suspiran por ser iniciados. Todos
vienen á ponerse bajo la proteccion de una orden , que
tiene tanto poder. » — Una prueba dé este poder, y que
no podía esperarse que se encontrara en estos archivos,
es la desgracia y destierro del seiíor abate Beck, á quien
el príncipe - Clemente de Sajonia, elector de Tréve•is, ha-
bia honrado hasta entonces con su confianza. No tengo
el honor de conocer á este venerable eclesiástico; pero
me acuerdo haber oido en Paris á sus virtuosos amigos,
que formaban mal pronóstico sobre esta desgracia. No
esperaba entonces verle tan bien vengado con la rela-
don que de este suceso hizo el provincial iluminado ,
escribiendo tí sus cofrades. « El famoso verdugo ele la
conciencia , dice, del Elector, el abate 73... ha sido al
fin despedido con orden de evacuar el pais. Mientras
el Elector ha tenido este Jesuita (I) á su servicio, era
enemigo declaiado de los frane•mazones y de cuantos
intentan ilustrar á los hombres. dbora que el Jesuita ya


(a) Ultimas explicaciones de Filon pág. 45 : Escritos orig. tomo a. pág.
901.


Quinta


(r)t1 Abate Feel; en su vida no lta sido Jesuita: pero aqui y en otras
partes se da este nombre álos contrarios al iluminismo.


Tomo II".






15o HISTORIA. D' •
LA CONSPIRACION.


no está aqui, tenemos las mayores esperanzas de hacer pro-
gresos en Trdveris y en todo el Electorado.»


;Que indig_
nacion no 'habrá causado y que impresion no le 'habrá
hecho á su alteza electoral, cuya virtud y piedad son
tan notorias, el descubrir en esta relacion del provincial
iluminado el origen de las intrigas y calumnias qutee c -vauíc-
saron la desgracia y destierro de aquella inocen
tima! Que lastima que la grandeza de la tierra haya habi-
do de hallar su desengaiio en los documentos que pre-
sentan los mismos que la querian seducid' y acabar con


ella
Este provincial presenta aun otra prueba del poder


que la secta iba adquiriendo en Alemania. Hablando de
la lógia ole Pinna, que segun el diccionario iluminado sig-


nifica Haebenbutg,
da noticia en primer lugar del doctor


Vtigler, , médico de la corte del conde de
Kirchenberg ,


y despucs aííade : ,,Los negocios de la orden
van aqui


prodigiosamente; el conde está rodeado de iluminados.
El secretario íntimo, el médico, el capellan y los con-


sejer
os son todos nuestros... Los favoritos del príncipe


son nuestros iniciados mas zelosos , y ya hemos tomado
nuestras precauciones para lo por venir. Si la orden se


establece tau bien en todas partes, el mundo es nuestra. »
Estos deseos del provincial luego se habrian cumplido,
si en todas partes hubieran sido tan zelosos los inicia-
dos como dice lo eran los de sus prefecturas de
Picino y de Dacia.


Hace particular mencion de uno que,
solo en tres meses adquirió para la orden trece novicios,
entre los cuales se debe notar, que habia once que ya
eran franc-mazones, y entre estos dos ministros luteranos,


cuyos apellidos de secta son, Averroes y Teognis. El pri-
mero manifestó tanto zelo , actividad é inteligencia, pare-
ce que eran tan inatos á su corazon los principios de
la orden, que los superiores se apresuraron á elevarle á


CA PÍTULO QUINTO. 1:5
los grados mas altos, para admitirle á su consejo , y con.
fiarle una parte de sus trabajos. El segundo , Teognis ,
cuyo verdadero nombre es Fische/ . , llegó, por las arte-
rías del iniciado Pausanias , á ser cura de frolsbrück
en Austria, cerca de Lintz. En la relacion que hace
Knigge á los areopagitas, hay sobre este iniciado la
siguiente nota


Luego de promovido Teognis á su curato, recibió
del obispo de K,... una carta , cuyos principios parecen
copiados de nuestro código. Trata en ella el prelado
de un proyecto secreto de reforma, y encarga á Teognis
que á nadie enserie esta carta. Nuestros hermanos de
esta colonia estar muy persuadidos de que este obispo
es uno de nuestros iniciados, y que esto es lo que ha
hecho cura á Teotz,nis. IIe aqui el motivo porque trabaja
con mas fervor.» No sé porque el editor de los escritos
ort:2inales se ha limitado á poner solo la inicial de este
obispo. Los evangelistas ,


nombraron con tochas su letras
á Judas Iscariote. ¿Porque pues no dijo que este pre-
lado es Ilwslein , vise presidente del consejo espiritual
de Munich , que por la iglesia llegó á ser obispo de
Kherson , y luego para Weishaupt el hermano Filon de
Biblos? A unos sugetos como este, que atienden tan
poco á su dignidad, no se les Ira de tener tanto respeto.
.Dígase claramente cual es su nombre, ya para que las
sospechas no recaigan sobre alg, un inocente, y ya para
que se eviten unos personages que con toda su mitra
conspiran contra Jesucristo.


Belaciones ó partes oficiales de Knigge.


Antes de copiar esta lista , diré alguna cosa de las últi-
mas relaciones oficiales cine nos suministran los anales
de la secta. Estos los compuso el mismo Knigge en los




3,


132 IIISTORL1 DE LA. CONSPILICIMS.
meses de julio y agosto del aíro de 1782, y en enero
de 1 7 83 (a). Se descubre que sus ocupaciones y aten-
ciones en su In iSiOU de Wiihelmsbad, no le impidieron
observar á todos aquellos superiores provinciales cuyas
relaciones he extractado. Estos se las , y él las
enviaba á sus areopagitas, añadiendo las reflexiones que
le sugeria su zelo por la propaga.cion de la secta. Lo
que principalmente abotnir:aba en los trabajos de sus
inferiores, era la falta de orden y la irregularidad de su
marcha, lo que, segun su parecer, retardaba los resul-
tados y los aseguraba menos. Por esto escribió á su sena-
do : «No puedo repetirlo bastante; hasta que hayamos
organizado todo el cuerpo , hasta que cada provincia
tenga su provincial y cada inspector tres provincias; bas-
ta que hayamos establecido en Roma (Viena de dust•ia,
segun el diccionario geograíico de la secta) nuestra direc •
cion nacional , y nuestros areopagitas se hayan despren-
dido de todos los pormenores ,impertinentes, y atien-
dan solamente al conjunto , á perlicionar el sistema , y
á favorecer la propagador' en los otros paises , no será
posible atender á la clase de los hermanos directores, ni
lograremos el fin que nos liemos propuesto. »


Despues de estas instrucciones, y bajo el artículo Fran•
cia, se lee : «No aconsejo que se emprenda cosa alguna
alli, hasta que yo esté desocupado de la multitud de nego-
cios que me abruman. Por lo mismo abandono, por
algun tiempo , los proyectos que habia formado sobre
la. Alsacia y la Lorrena.» Mientras Knigge esperaba tener
proporcion para ejecutar aquellos proyectos, inspeccio-
na y da cuenta de las relaciones que le habian enviado
sus provinciales; y para remitirlas al congreso , añadió
al número de los novicios, que aquellas contenían, los


(I) Thimzeh, Alordedmeh, Dimeh 1152.


ClriT'ULO QUINTO. 133
que él mismo Babia reclutado. Lo que le tenia mas ocu-
pado eran las medidas ulteriores que se hablan de tomar
para consumar la adquisicion de las lógias mazónicas.
Esta grande in trusion habia de (lar á su areopago millo-
nes de brazos, para aplicarlos todos á la grande royo -
lucion que fraguaba su iluminismo.


En la época de su última relacion oficial, esto es, en
Enero de 1785, ,


ya estaba muy adelantada esta intrusion,
y Weishaupt le debia toda aquella multitud de iniciados,
que ya extendian su conspiracion por toda la Alemania.
Basta dar una mirada al mapa del imperio, á las lógias
ya iluminadas y á la nomenclatura de la secta, para des-
cubrirla, aunque el nombre de muchas ciudades sea para
nosotros un misterio; pero , á pesar de este misterio, cada
nombre indica, tí lo menos, una lógia iluminada , en la
cual se reunian los conjurados de aquella ciudad. De lo
que se sigue, que apenas habia ya distrito en Alemania
en donde no hubiese penetrado la secta. Atendamos sola-
mente al número de las ciudades, á los escritos de los
grandes iniciados y á los lugares de su habitual residen-
cia; y que alianza tan formidable descubriremos! El pri-
mer provincial , sujeto inmediatamente ti las órdenes de
Weishaupt, tenia bajo de sí, solamente en Baviera, las
lógias de Munich, Ratishona , Landsbew, Bwhausen ,
Stmuhing y .Freysingen. El baron ILlahoma nresidia, á lo
menos en los círculos de Francónia y de Steibia , las


W
lógias de Eichstadt (lugar de su residencia ), liambew,


urentitet:t,, , ugsburld , ilitempelgard y las del ducado de
Wartembeg. En los círculos del Rin y del Palatinado,
tenia la secta lógias, á lo menos, en Dos Puentes, Man-
heim, Frankenthal , Thidelbeig , Espira, WOr171.5 y &cinc,.fon' sehre el Mein. Las tenia en los electorados de Magun-
cia, Tre'veris v Colonia, inclusas las capitales. En el cír-
culo de Ilanover, las tenia en la misma capital, en Got-


1.




r34 HISTORIA DE LA CONSPIRACION.
tina y en Wetzlar. En Wesyalia, tenia á lo menos las
de Aix-la-Chapelle, de Neuwied y de Achenburgo. En la
alta y baja Sajonia, las de .Kicl, Brema , Brunswick,
Gotita y .1 ena. Sus grandes iniciados, N ic(;lai y Lench-
sering establecían el iluminismo en Berlin , al mismo
tiempo que Bruto erigia sus lógias minervales en Viena
de Austria , como ya las hacia en Lintz; y .dnibal , ó el
liaron de Basas, comisionado por Weisbaupt, las esta
blecia en Inspruck, en Bolzana y otras ciudades del Tirol.
Espártaco, desde el fondo de su caverna de ingolstadt,
presidio á todos los conjurados; era el centro , de donde
salian , y al cual se dirigian todos los iluminados de la
conjuracion. J'odia decirse que era el emperador sub-
terráneo, y aun tenia mas ciudades en su conspiracion,
que cl gefe del imperio en sus dominios.


Los nuevos iniciados apresuran la revolaciotz.


Tambien en esta época se consumó en el código del
iluminismo una revolucion que aumentó su fuerza , y
que debe tener presente el historiador para responder á lo
que á mi mismo se me. objetó. El iluminismo de
IVeishaupt nació en Baviera á mediados del ario 1 776. La
secta atendia á seducir la juventud; y para asegurarse,
erigia un noviciado muy largo; para formar sus iniciados y
elevarlos á los grados de la conspiracion , los tenia en-
tretenidos muchos arios en sus escuelas minervales ; de
]o que se sigue, que necesitaba de algunas generacio-
nes para formar esta multitud de conjurados de que
vemos tantas legiones y ejércitos, en un tiempo en que
el iluminismo está aun tan inmediato á su curta.» Esta
objecion puede parecer séria , pero ella se disipa por si
misma , y Knigge se anticipó á desvanecerla, cuando nos
presentaba aquella multitud de iniciados franc-mazones


CAPÍTULO QUINTO. 135
de una edad ya madura, que no necesitaban de pruebas
tan prolongadas, principalmente en los paises protestan-
tes, en donde despreciando las escuelas minervales, mani-
festaban el mayor fervor para ser admitidos á los últi-
mos grados de la conjuracion (1). Weishaupt luego cono-
ció la causa de sus nuevos y rápidos progresos, y este
fue el motivo de que, como ya hemos visto, relajase la
severidad de su código por lo relativo á lo prolongado
de sus pruebas minervales , y de que exortase á- sus insi-
nuantes á reclutar, corno lo hacia Knigge, sugetos que
cuanto antes se pudiesen elevar á los últimos misterios.
En esta época se puede observar, que ya era esta la con-
ducta que para la eleccion de los iniciados observaban
los hermanos provinciales, pues si se atiende 4 su edad,
se hallarán muy pocos jóvenes. Los novicios, que desde
entonces reclutaron , tenian 25 , 3o , 4o y algunos 5o
años, cuyos encargos ya manifiestan bastante la madurez
de sus años. He pues aqui ya la secta, que se iba fortifi-
cando con una multitud de brazos, que no necesitaban


(e) Añade Knigge, que los libros filósoficos y la ilustracion del siglo,
es decir, la impiedad del tiempo, no habilin hecho , ni de mucho ,
tantos progresos en las provincias católicas, corno eir los paises pro-
testantes. Esto es mucha verdad en cuanto á la Baviera; y ¡ plugiera
Dios que no lo hubiera sido en /os dermis paises, sobre todo en Fran-
cia ! Sea lo que fuere, « la clase minerval, dice Enigge, no tenia
acceptacion en los paises protest .antes. Y en efecto (añade) todas estas
disposiciones solo podian ser buenas en los paises catdliccs, sepulta-
dos en las tinieblas, y para hombres medianos, criados á la antigua.—
Pero nuestros hermanos (los protestantes) , cuanto mas aborrecian las
juntas de los novicios, tanto mas me solicitaban para que los admitiese
á los últimos grados. ›, (Ultimas explicaciones de Filon , pág. 5s. y
53. y en oirás partes). A esto se debe aiiadir, , que 15.'nigge habla
principalmente de aquellos franc-mazones sofistas, de entre los cuales
sacaba sus reclutas, y que se encontraban mucho mas próximos de los
misterios, corno acostumbrados ya de antemano á los secretos de las
Lógias.


4




136 IIISTOIIIA DE LA CONSPIRACION.


esperar muchos años para obrar, sino solo el momento
favorable para salir de sus cavernas, y principiar la revo-
lucion.


No dele de atender el historiador á la declaracion
que hallará repetidas veces en los escritos originales de
los iniciados , en que confiesan que, desde ento.ces,
deben sus grandes progresos á la facilidad con que iban
introduciéndose en las lógias mazónicas, y á la prepon-
derancia' que los misterios de .Weishaupt adquirían cada
dia en las mismas. «Despues que varios hernian OS tazo-
nes, y aun algunos de los mas fervorosos de Rosa-Cruz,
se han iniciado en nuestros misterios, parece que hemos
adquirido umt nueva vida, y otra fuerza de expansion
ó de propagacion (t).» A esta misma causa atribuye el
areopagita Anibal (el baron ele Basas) los resultados de
su mision. En la relaeion que envió á sus hermanos,
empieza con felicitarse por haber hallado en todo el
Tirol logras maztinicas establecidas, y que en estas habia
hecho todas sus grandes conquistas ; que de ellas reclu-
taba consejeras de la regencia , proAsores de colegios ,
condes, excelencias, ministros del Emperador, presiden-
tes, vicepresidentes, maestros de postas y consejeras del
gobierno , todos los cuales estaban llenos de entusiasmo
por sus nuevos misterios. En vista de estos resultados
no esperados, dice que se deben dar las gracias al nuevo
orden que Filon Knigge ha sabido establecer en su ilu-
minismo. Luego dice á su ateopago : Que los fi•ne-
MAZOneS experimentados acuden de todas partes á bus-
car la luz; que apenas les ha dado de ella algun indicio,
cuando ya se inflama su corazon , y se redoblan sus ins-
tancias para hacerse iniciar ; que aquel era el verdadero


(I) Diario de My/nuncio Luin, en el tomo 2. de los Escritos orig.
seco. 6.


CA.piTuL0 Q UINTO. 157
momento para hacer grandes adquisiciones en Viena ,
en donde es preciso que haya mas de cuatrocientos
franc-tnazones. c Cuando llegó á Milan, fueron menos
sus esperanzas, porque en esta ciudad no habla légias
mazónicas ; pero escribió » que las hallaria en Cremona
y Pacía y en lo restante de la Italia. Este fue el motivo
que tuvo para pedir á los hermanos , que aiIadiesen á
su diccionario geográfico las ciudades que aun habia
de recorrer, y las conquistas que en ellas esperaba
hacer (1).


En fin, consideremosla causa que señala el mismo Knig-
ge de aquella prodigiosa multitud de iniciados, que en
tan corto tiempo adquirió su iluminismo, segun dice,
escribiendo á Caton : r Cuando en t ré en el ilu-
minismo, andabais como ciegos contra todo el que se
llamaba franc mazan de la estrecha observancia. Sostuve
que entre ello!,•habia para nosotros excelentes sugetos;
lo creyó Espártaco, y el éxito me ha justificado. Nues-
tros mejores iniciados de Neuwied , de Gollinga, de
Maguncia, de liancoe,r, de Brunswick y del Palatinado,
todos eran antes franc-mazanes de la estrecha observan-
cia.» — Sin embargo, estas conquistas qne hacia el ilu-
minismo sobre la franc-mazoneria, no satisfacian á Weis-
haupt ni á Filon Knigge. Querian que el nombre de
franc•mazon solo existiese para servir de velo á sus mis-
ter:os. Reservemos para el siguiente capítulo los nuevos
medios de que se valieron , y sus nuevos resultados.


(1) Véanse en los tomos 1. y 2. de los Escritos orig. las cuatro car.
tas de Anibal.


rt




.1.1.1.,,,%./.,....,•n•nn••nnn•n •n••n•n •n•n•.
un.", vs.,•n••••n


CAPITULO VI.


NtrEVOs MEDIOS Y CONQUISTAS DE KNIGGE Y DE Wr.isruverr
SORBE LA FRANC-MAZONERLY. ALTERCADOS DE ESTOS DOS


GEFES DEL ILUMINISMO. CoYstaRctoN DE SUS PROYECTOS
SOBRE LOS MALONES DE ALEMANIA. , ANTES DE LA SEPA.


RÁCION DE KNIGGE.


C um:ouita,s. fuese ya entonces el número de hermanes
mazones, que habian acudido de todas partes para ilu-
minarse y alistarse bajo las banderas de Knigge y de
Weishaupt, estos dos geles no obstante estaban bastante
inquietos , sabiendo que al siguiente ai-io se 'labia de
reunir otro congreso de diputados en WTilhelmsbad.
Principalmente Knigge temia que, en el nuevo congre-
so se sancionaria un nuevo código y se daria una nueva
forma á las lógias mazónicas. Sabia que hermanos ha-
bian sido nombrados para extender sus leyes, y aun
se habian de sei'ialar diputados que se habian de intro-
ducir y habian de ser recibidos en todas las sociedades
secretas para iniciarse en todos sus misterios , para que
á su tiempo hiciesen su informe en el próximo congreso.
Temiendo perder con esto el fruto de su niision en
Wilhelmsbad , procuró adquirir conocimientos de las
disposiciones de los comisionados para la formacion del
nuevo código con respecto á su iluminismo.


Amato Bode.


El principal de estos comisionados era un tal Bode,
ya famoso franc-mazon, y que aun lo 'labia de ser mas
iluminado. Este Bode, que era hijo de un soldado raso
de Bruns-svick, y despues pífano en un regimiento, pensó
que su destino era representar en el mundo un papel
muy distinto del que con su pito representaba entre los
tambores. Hahia aprendido á leer, y aun habia apren-
dido bastante. las lenguas francesa é inglesa para hacer
algunas traducciones. Las que hizo de Tristan de Shaudi
y de los viages de Yorick , le merecieron alguna repu-
tacion , sin que esto aumentase mucho su fortuna. Fue
mercader de libros en Hamburgo; pero habiendo enviu-
dado y quedado heredero del rico patrimonio de su
muger,


, abandonó el comercio. El duque de Weimar
le honró con el titulo de consejero de embajada, y obtu-
vo despues el de consejero íntimo del Landgrave de
Hese-Cassel.


Habiéndole promovido los mazones al grado de comen-
dador del Temple, con el título de caballero del Lirio
del Falle (Eques á Lirio convallium), Bode introdujo en
las lógias toda aquella energía que se necesita para que
todos respetasen su igualdad y libertad, y principalmente
introdujo todo aquel interes con que la impiedad é inde-
pendencia buscan en los misterios de la secta los símbo-
los de las mismas igualdad y libertad. Se puede formar
concepto del mérito de los servicios que hizo á los her-
manos, por el honor que le hace Knigge atribuyéndole
casi todo lo poco bueno que se hallaba en el sistema de la
estrecha observancia, es decir, todo lo que mas se dirh.
gia al sistema de Weishaupt. Knigge, despues de haberle
observado muy bien, dice, que aunque viejo, buscaba


CAPÍTULO SEXTO. 139
138 FUSTORIA DE LA CONSPIRACION.




14o HISTORIA DE L.l coNspnacroN.
aun la verdad que no había podido aprender en cua.
renta años que contaba de franc-n'azon ; que aun miraba
con indiferencia todos los sistemas, aunque era fervo.
roso, colérico y ambicioso en tanto grado, que (icha
representar el papel de personage dominante, y que hasta
los mismos príncipes le cortejasen. A estas pinceladas de
Knigge añaden varias memorias de Alemania, que tenia
un exterior grosero, casi disforme, y que no obstante
no impedía que el viejo mazon se manifestase muy obse.
quioso del otro sexo. Dicen tambien que usaba de un
tono pedante y magistral con apariencias de hombría
de bien, la que miraban los príncipes como franqueza
natural, y que no habrian perdonado, si hubiesen llega-
do á saber lo que pensaba sobre su suerte; y que, anhe•
lando por el favor de los grandes, los aborrecia tan de
corazon, como á las que él llamaba tonterías de la reli-
gion, de los Jesuitas y de los eclesiásticos.


Estos sentimientos de que estaba dotado eran muy á
propósito para que le estimasen los iluminados. Lo que
mas precisó á Knigge á buscarle , fue el grande influjo
que tenia Bode sobre la franc mazonería alemana. Estos
dos hombres se escudriñaron uno á otro. « En fin, dice
Knigge, despees de varias explicaciones de una parte y
otra, le dí el grado de nuestros caballeros escoceses. »
Por las promesas que hizo en esta ocasion , se obligó
á trabajar para que triunfase el iluminismo, y á manifes•
tar á los superiores de este los descubrimientos que había
hecho en la franc•mazonería. Entró con todas las dis-
posiciones de procurar para los iluminados los empleos
dominantes, y los tesoros de las lógias. Se sometió á
todas las obligaciones que debía contraer; pero temia que
no parase la cosa en los Jesuitas ó en otros eclesiásticos,
pues no sabia quienes eran los superiores incógnitos del
iluminismo. Fue preciso asegurarle, y aun darle guau-


CAPÍTULO StICTO. 141
t es de que todos los superiores incógnitos eran tan ene-
migos de los Jesuitas como lo era él mismo. «Con estas
condiciones, dice Knigge, nos prometió : 1.° de trabajar
por nosotros y procurarnos con el nuevo sistema , ó códi:-
,sio de la mazonería, el imperio de sus lógias. 2.* de poner,
en cuanto dependiese de él, á disposicion de nuestros
iluminados los directorios, ó inspecciones provinciales.
3.° de obligar a los iniciados de la estrecha observancia á


fraternizar con nosotros. 4.° de tener siempre presente el
plan de nuestra orden , cuando se compusiese el nuevo
código mazónico, para la eleccion de maestros ó vene-
rables etc. 5.° dar parte á nuestros superiores de sus cono-
cimientos sobre el origen de la franc•mazonería y de los
de Rosa-Ci Liz; de hacer imprimir en nuestras imprentas
las deducciones prometidas por la estrecha observancia
(1), y distribuirlas a los nuestros segun nuestro regla-
mento ( 2 ). « Estas promesas de Bode eran demasiado ven-
tajosas al iluminismo para que este las desechase; fueron
aceptadas; al que las hizo se le impuso el nombre de
.4mne/io, y luego fue admitido á los l'iltimos misterios.
Luego veremos con cuanta fidelidad cumplió su palabra.
Proyecto de Weishaupt para conle dcrarse con los ¡t•arte-


mazones polacos.
Mientras que Knigge estaba tan ocupado en adquirir


para el iluminismo á los franc-mazones alemanes, Weis-
hanpt discurria medios para someter en un instante á
su imperio las lógias de Polonia. El areopagita Zwach


(a) Parece que estas deducciones son las contribaciones que se
sacaban de la estrecha observancia, las que en adelante prometió
Bode que se repartirian entre los miembros de la grande observancia
segun esto, parece que Bode se decidió á servir de veras á los
iluminados , sín dar por tanto á entender que hubiese abandonado
sus antiguos hermanos.


(2) Escritos o•ig. Enero de 1783.




142 HISTORIA DE LA COXSPIRAOION.


recibió casi á un tiempo la relacion oficial de Knigge
sobre Bode, y la siguiente carta de Weishaupt: «Tengo
en la cabeza el tantear y pulsar la confederacion polaca,
no precisamente para introducirla en los negocios de
nuestro iluminismo , sino solo como franc-mazonería,
para establecer un sistema de logias confederadas , y entre-.
sacar de ella á los mejores sugetos para atacar la estre-
cha observancia y destruirla : Escribid cuanto antes á
Varsovia , y decid, que conoceis en Munich y en otras
muchas ciudades, muchas lógias que estan dispuestas á
confederarse con ellos, bajo las siguientes condiciones :
t." que se contentarán con los tres primeros grados, 9.1
que cada lógia tendrá la libertad de darse los grados
superiores , y cuantos ella querrá. 5.' que cada una será
independiente de otra; á lo menos tanto como lo son
las de,Alernania de las de Polonia. 4.. que toda su union
solo se extenderá á la correspondencia y visita de los
hermanos. — Si conseguimos esto , conseguimos todo lo
que necesitarnos. Dejad que yo haga lo ciernas. »


« Ya he advertido á Filon que prepare para este objeto
las lógias del Rin y de la baja Sajonia. No lo dilateis
un solo dia ; el peligro y el tiempo instan, porque Juane
está para llegar, y la confederacion tendrá lugar en Vie-
na antes <le este término; tarnbien podria resolverse la
lógia... Enviad á Varsóvia el manifiesto que ha de cir-
cular cuanto antes por aquellas lógias. La confederacion
será sin duda numerosa. Mirad como sd valerme y sacar
partido de todas las circunstancias. Cuando tengais res-
puesta, enviádmela sin pérdida de tiempo. El negocio
que mas nos interesa , es establecer una masonería ecble-
tica ; con esta tendremos cuanto deseamos. Pero nada
dio-iris á Varsóvia de nuestra orden. Enviad á Filon vues-




tros documentos sobre la Polonia. Ya una multitud de
lógias mazónicas se nos habrian unido, sino temiesen ser


CAPITVLO SEXTO. 143
tenidas por unas logias aczffalas. Esta clasificacion quita
su dificultad. La lógia inglesa de Edesa (Francfort) ya
ha prometido acceder á estas condiciones. Despachad
inmediatamente vuestros oficios á Varsóvia sin enviár-
melos, para que lleguen cuanto antes, y pedidles al mis-
IDO tiempo imonta respuesta (1). »


Si los que no han entrado en los consejos de Weis-
haupt, no pueden concebir todas las razones del inte-
res con que miraba este proyecto para la propagacion
de su maquinacion , descubrirán á lo menos que Knigge
conocia su importancia, cuando ocho dias despues escri-
bió á Zwach : «Este proyecto sobre la Polonia es un pri-
mor del cine. Ya he enviado á Espártaco mi proyecto de
una circular para las lógias. » Segun la intencion de Weis-
haupt, esta circular se 'rabia de dirigir, no solamente á los
frane-mazones polacos, sino que se habla de enviar tam-
bien á todas las lógias mazónicas. Del modo que está
en el segundo tomo de los escritos originales, es un com-
puesto de todos los artificios que podian esperarse de su
autor , para atraer á los franc-mazones al lazo que les
armaba. Knigge empezaba con dar grandes elogios á su
instituto , y entre otras cosas les decia : que su sociedad
había sido destinada por Dios y por la naturaleza para
reclamar los derechos de la humanidad oprimida , de la
virtud perseguida y de la ciencia degenerada. Mezclando
la verdad con la mentira en una historia artificiosa, se
esforzó en probar que , desde veinte anos á esta parte,
se 'rabian desviado de su grande objeto, y para que vol-
viesen á su antiguo brillo, convidaba á los hermanos,
animados de un verdadero zclo, á que se reuniesen á
aquellos franc-mazones que estaban en posesion de los
verdaderos misterios, los cuales componian una sociedad


(1) II Enero de 1783.




144 HISTORIA DE EA COIISPIRACION.


que él suponia formada ya desde el ají° de 1762, y
cuyo principal objeto era oponerse á la tiranía de los
hermanos de la estrecha observancia.' Sociedad , como él
decia, cern puesta de las mejóres cabezas de la orden, de
sugctos á los cuales su ciencia y experiencia hacia dignos
de amor y de respeto. En fin , trazando el plan de su n ueva
asociacion, les decia uEn el régimen que han admi-
tido estos verdaderos mazones, nos atenemos invariable-
mente á los tres primeros grados... Muchas lógias se
reunen y eligen una para que sea su directorio escoces ,
ó capital del distrito , á la cual cada una cnvia sus dipu-
tados. Este (lindo/ lo decide los negocios contenciosos,
atiende á los objetos económicos, arregla las contribu-
ciones y funda nuevas lógias. Sobre este tribunal no
tenernos ningun otro superior cine tenga derecho sobre
los caudales; solo tenemos uno á quien cada tres meses
se da cuenta exacta del estado político moral de cada
lógia. Un cierto número de directorios escoceses eligen
un directorio provincial; tres de estos eligen un inspec-
tor, y tres inspectores eligen un director nacional. »


No es aqui el lugar de celebrar lo que ya hemos
hecho en el silencio del secreto, y lo que aun querernos
hacer. Bastará decir que tenernos escuelas para formar
aquellos jóvenes, á los cuales despues admitimos á nues-
tra orden, y que destinamos para que con el tiempo tra-
bajen en favor de la generacion siguiente para propor-
cionarle unos dial mas felices y tranquilos. El cuidado
con que instruimos á estos discípulos, es lo que mas
honra nuestros trabajos. —Si las lógias quieren expli-
caciones mas circunstanciadas, se les darán por él mismo
que ha pensado poderles proponer este plan (t). »


Las Memorias que poseo 130 me suministran instruc-


(i) Extracto de la carta circular en los escritos orle. torno 2. P.
a. secc. 6.


ciones


CA 1, 1• T'VE O SEXTO. 145
ciones suficientes , para determinar el efecto que esta
circular de Knigge y la carta de Caton Zwach produ-
jeron en los franc-rnazones polacos. Solo en la nota de
este sobre los progresos de los hermanos, he leido que
su areopago trataba de formar una alianza estrecha con
la ldgia nacional de Poldnia. Pero el resultado de todos
estos artificios es menos oculto por lo relativo á Alema-
nia , y debe atribuirse especialmente á Bode. En efecto,
la adquisidora de este iniciado proporcionó á Knigge
protectores poderosos acerca de los franc-mazones de
elevado carácter, y principalmente, acerca de la comi-
sión encargada de formar el nuevo código. El uso que
hizo de esto, aumentó de tal modo el número de inicia-
dos, que el mismo Wcishaupt se admiró , ó á lo menos
aparentó que se admiraba. Este fundador déspota no
pocha mirar sin envidia el gran ascendiente que natu-
ralmente habia de adquirir este nuevo gefe, y los elo-
gios que le prodigaban los iniciados en sus quibus Hect.
Por otra parte, su profunda política le manifestaba que su
autoridad estaba muy dividida con Knigge, para conser-
var en sus maquinaciones y subterráneos la unidad de
objeto y de accion. Aquella multitud de iniciados , que
con tanta rapidez hablan sido promovidos á los 'últimos
grados , le tenian en un continuo sobresalto. Temia hallar
entre estos neófitos á algunos que, no habiendo pasado
por las pruebas necesarias , le pechan exponer , y que
se descubriese toda su secta y maquinaciones..


Rencillas y disputas entre Knigge y Weishatipt.


Aunque Knigge habia copiado con toda fidelidad en
el grado de Topta cuanto habia de mas chocante en
los misterios, Weishaupt tuvo, valor de acusarle ante su.
areopago de haberlos debilitado; y principalmente le acu-
saba de que Knigge se apropiaba una parte de la gloria


Tomo IV.




46 HISTORIA DE
bi CONSPI.B.ACIO'S.
aun aiiadió, que sospechaba


de autor y ficndador, ytrabajase secretamente con el objeto de fundar otros
ios (1).


mis-


ter
Estas razones agitaron de tal modo el espi-


ritu del déspota iluminado, que Knigge se vió depuesto
inopinadamente , en el mismo momento en que mas
blasonaba de los servicios que hacia á la secta. Weis-
haupt le quitó la direccion de sus provincias, y le subor-
dinó á sus propios discípulos. El modo corno Knigge
recibió esta humillacion , no se puede expresar mejor
que leyendo sus cartas á Weishaupt y á Caton Zwach.
Este Babia procurado reconciliar á los dos terribles riva-


les, y para el intento hacia atribuido á
Mahonza y á


algun otro hermano la culpa de aquella mala inteligen-
cia; pero Knigge le respondió : 3 ahoma,


ni el otro
hermano son causa de nuestras desavenencias; la causa


es el Jesuitismo
de Weishaupt. El despotismo con que


trata á otros hombres, que , aunque menos fecundos que
él en imaginacion, en artificios y sutilezas, no le son infe-
riores en buenavoluntad, prudencia, rectitud y probidad;
hombres que le han hecho tan importantes servicios , que
sin ellos su orden , reducida á algunos jóvenes , seria
aun muy miserable , es la causa de todo. Ya ira mucho
tiempo que he descubierto que su intencion era burlar-
se de mí ; pero estoy del todo resuelto á manifestarle
que, á pesar del exceso de mi sumision y paciencia, sabré
hacerle entender que hay hombres que no permiten que
nadie se burle impunemente de ellos. Digo , pues, que
nada será capaz de volverme á poner con Espártaco en
el estado de relacion que tenia antes con él. No obs-


tante, mientras yo viva haré todo lo posible en favor tic
la arden, y vosotros (areopagitas), que sois mis mejores
amigos, 7721: hallaréis siempre dispuesto para ejecutar cuan-
to me propongais para el mismo objeto. »


(1) Escritos orig. tomo a. Carta _no.


CAPÍTULO SEXTO. /.47
Knigge, despues de este exordio, pasa á relatar cuanto


ha hecho en favor de Weishaupt, tanto por lo relativo
á la extension de su código, como al establecimiento
de las lógias y al número de hermanos que hacia reclu-
tado. Luego ailade : « Yo ya contaba quinientos, cuan-
do le clic la humorada de no descubrir en mí sino
un hombre mediano , que echaba á perder sus negocios
por falta de reflexion. Empezó á corresponderse con
mis inferiores, á escondidas; pero he visto algunas cartas
suyas en las que me trata como á un novicio... En el dia
estoy sujeto á Minos, y reducido á enviarle cada mes
mis quibus licet. Sin ser ambicioso , no veo lo que me
puede obligar á soportar tales infamias , y permitir que
un profesor de Ingolstadt me trate como á un estudiante.
Por lo mismo , me he desprendido, con respecto á él,
de obedecerle; pero en cuanto á vosotros, estoy pronto
á cumplir vuestra voluntad á la menor insinuacion; con-
tinuaré en dirigir la alta Sajonia y el Hesse, hasta que
todo esté en orden en estas provincias. Hecho esto me
retiraré ; pero siempre me hallaréis dispuesto á serviros
con todas mis fuerzas dia y noche. »


A esta carta del 20 enero de 1783 , siguió inme-
diatamcnte otra dirigida al mismo iniciado. En esta se
descubre que á Knigge le costaba mucho abandonar á los
hermanos; pero al fin dice á Zwach : «Si llego A aban-
donarme á una imprudente venganza, no dejeis de medi-
tar esto : Por orden de Espártaco escribí contra los ex-
jesuitas y los de Rosa-cruz, que nunca me hahian ofen-
dido. A causa de estos, introduje la confusion entre los
mazones de la estrecha observancia . , de la cual he sacado
para nosotros á sus mejores sugetos. Les he comunicado
la mas grande idea de la antigüedad, excelencia y poder
de nuestra órden; de la perfeccion de nuestros gefes;
de la vida irreprensible de nuestros miembros; de la


K 2




ti S ntszorns, DE LA COMPIP.ACION.
importancia de nuestros misterios, y de la sinceridad y
pureza de nuestras intenciones. Muchos de los que en
cl dio trabajan tan eficazmente por nosotros, tenian mie-
do de que 110 declinásemos al deiSMO , y les persuadí que
en nada pensaban menos nuestros superiores que en dicho
deismo. Sin embargo, poco á poco hice lo que quise. Si
en el dio yo hiciese saber á los ex-jesuitas y á los de Rosa-
c•uz quien cs su verdadero perseguidor; si yo claramente
manifestase á algunos la insignificante novedad de esta
orden ; si. yo les dijese que yo mismo soy el que he com-
puesto una parte de sus grados; si yo les refiriese el
modo como se me trata despues de tantos servicios como
tengo hechos; si les hiciese conocer el Jesuitismo (des-
potismo) de este hombre be á todos nos lleva por las
narices, para sacrificarnos á su ambicion cuando bien le
pareciere; si yo dijese á los que buscan seca ecos que nada
hallarán de lo que buscan ; si yo revelase á los que aman
la religion , cuales son los principios fundamentales que
de ella tiene el señor general; si yo alarmase á los franc.
mazones, diciéndoles, que tienen sobre sí á una secta,
llamada de los iluminados; si yo mismo estableciese una
órden sobre un plan mas sólido y mas desinteresado, y
que toda se dirigiese á la honradez y á la libertad ; si
atrajese á esta misma orden á tantos su jetos de capaci-
dad y luces con quienes estoy enlazado ; si yo introdu-
jese en la vuestra su jetos, por una y otra parte, para
saber por su conducto lo que haréis de aqui en adelante;
si yo diese á la Grecia (Baviera) alguna seiial , para que
en un momento se viniese en conocimiento de la orden
y de su fundador; si yo alarmase á Roma ( Viena) por
medio de los príncipes, de Numenio y de los de Rosa-
cruz.— i lle horrorizo al pensarlo !... Pero no... no lle-
gará á_ este punto mi venganza; pero si no logro satis-
.faccion , haré cuanto exige mi honor. Que se me vuelva


C A P iTrto
/_i9


aquella confianza sin límites de que yo gozaba, y me
hallarán dispuesto á hacer aun grandes cosas en nuestro
favor. Conozco á nuestra gente; sé los vínculos que unen
á cada uno con nuestra orden, y sé de que resortes nos
hemos de valer para excitar su entusiasmo, ó para aba:-
tirle en un momento. Lo repito, v os digo, que si me
dejan obrar , yo respondo con mi cabeza, y desde ahora
prometo á la órden : s.° Secretos importantes. 2.° una fuer-
te preponderancia sobre los mazones de la estrecha obser-t
vancia, (; por mejor decir, que ro los destruiré absoluta-
mente. 3.° un grande izylujo sobre los mazones de Z t./Men-
dourf. 4.° que procuraré adquirir riquezas para la orden
y un gran poder; todo esto sin alterar cosa alguna de mies,
tras constituciones.


Weishaupt, muy distante de sosegarse con estas pro-
mesas , ó de acobardarse con aquellas amenazas, que
Zwach , corno interlocutor,. le haoia.11egar á Ingolstadt,
manifestaba que se volvia mas inexorable. Conocia á sus
iniciados, y sabia que Knigge nunca se resalveria á ha-
cerle traicion, porque realmente no la pocha hacer sin
hacérsela á si mismo. No hay duda que este iniciado
podia separarse de él y aun arrastrar á su partido. á otros
muchos,. pero esto era lo que hubiera preferido \Veis.
l ' aura, antes que conservar adeptos rebeldes á sus órde-
nes, y sobre todo concurrentes y competidores.« De que
me. sirve , decia, esa multitud que no puedo


.
conducir,


y que todo lo . quiere hacer sin mas regla que su anto¡o?
Solo. pnedo hacer cosas admirables con los que me obe-
decen. No quiero ser responsable de los que ine.resis-
ten . Todo lo he previsto y toda lo tengo prevenido.
Aunque toda mi orden se arruinase, yo baria que en el
solo espacio de tres años volviese á dejarse ver mas fuerte
y poderosa de lo que lo es en el dia. Los obstáculos solo
sirven para comunicarme tus actividad; y poseo el arte,.


K 5





15o CISTORIA DE LA CONSPIRACION.
de sacar ventajas de la misma resistencia. Cuando pien-
san que estoy abatido, me levanto con mayor fuerza.
Sepárese de mí el que piensa que lo pasará mejor en
otra parte. El tiempo descubrirá quien es el que se en-
gaíla. sabré encontrar sugetos mas dóciles. Sacrifi-
caré, si es necesario, provincias enteras, y la desercion
de algunos no me alarmará (1). »


De este modo Weishaupt, firme y constante en su reso-
lucion de ser obedecido, dejó á Knigge en el entredicho.
Le comunicaba siempre sus órdenes por medio de sus
inferiores, y le insultaba de tal modo, que llegó el caso de
no quererle manifestar la contra-seña que se mudaba cada
seis meses, y esto lo hacia para que Knigge se conside-
rase ya corno expelido de la orden. Si Weishaupt algu-
na vez se dignaba escribirle , era con un tono que au-
mentaba su humillacion. El mismo Knigge ya llegó á
creer que se hacia rompido toda correspondencia con
aquel déspota feroz, cuando aun recibió una carta suya,
aun mas imperiosa é injuriosa que las anteriores. La con-
testacion que dió á ella es muy notable, y quiero pro-
ducirla, no porque yo piense que interese mucho á los
lectores saber estas rivalidades y guerras intestinas , que
pueden llamarse disputas de pícaros, sino para que vean,
como estos sugetos en medio de sus riñas y disputas se
conocian unos á otros, y como decidian entre sí de la suerte
de las naciones ; para que vean , que la gloria que se dis-
putaban consistia en quien de los dos 'rabia trabajado
mas para destruir los altares y los tronos , había sabido
mejor engallar á los príncipes, y merecer el derecho de


'211


presidir en la caverna de las maquinaciones y conjura-
ciones.


Esta carta la escribió Knigge á Weishaupt en 25


(r) Escritos orig. torno a. Carta 8. á Caton.


CAPÍTULO SEXTO. a 5
febrero de 17 83, cuando hacia sus correrías desde Franc-
fort á Cassel , á Brunswick y á Neuterhausen ; dice asi :


Una circunstancia, del todo imprevista , me obliga á
escribiros. Leed esta carta sin pasion , á sangre fria y con
tanta imparcialidad como podeis. Confieso que ayer , an-
tes de recibir la carta de V. E., pensaba que ya no de-
bíamos escribirnos uno á otro. Tengo por cierto que ya
no recibirá de vos mas que una sola respuesta, y si
esta viene con el tono que usais conmigo, de-algun tiem-
po á esta parte, sabed que ninguna dificultad tengo en
romper absolutamente con vos. No penseis que lo que
Os (ligo se reduce á amenazas vanas y ridículas. Ya sé
que os podeis pasar sin mí; pero tambien sé, ó á lo
menos creo que vuestra conciencia no dejara (le recon-
venidos, si continuais en desechar sin motivo á un hom-
bre que ha sido vuestro cooperador mas activo. ¿Que
puedo esperar, cuando os veo resuelto á volver á empe-
zar vuestra obra con nuevos gastos y nuevos agentes?
Ya sé que podeis hacerlo ; pero si lo haccis , ya no os
tendré en el concepto de prudente. Lo que tengo que
dcciros, pide que reflexioneis nuestra situacion respec-
tiva. Y asi, hablémonos con ..ranqueza.


a Me habeis ultrajado.-- lo sabeis..... pero no quereis
confesármelo, porque temeis perder vuestra estimacion ,
si llegaseis á decir, he procedido nzal con este hombre.
Quereis persuadiros y persuadir á los (lemas, <pie os es
muy indiferente el que yo rne separe ó deje de separar-
me de vos, porque no rue consideráis apto para vuestra
r inde obra. Sin embargo conoccis , y lo conoceis muy


bien, que ambos tenemos nuestros defectos; que es pre-
ciso tomar los hombres como ellos son , y que no ade-
lantaríamos mucho si quisiésemos, cada seis meses, mudar
de cooperadores. Con que , en una palabra , no os aeo -
inódaria que yo me separase de vos para fundar yo mis-


K




HISTORIA HE LA coxsriniciox.
sociedad ; y sin embargo, i quereis dar á enten-
no necesitais de mí »


a Vamos al caso; no tengo la vanidad de pretender
que un hombre de un espíritu superior al mio , se hu-
mille hasta darme satisfaccion ; pero deseo que bagais las
siguientes reflexiones : Estoy seguro de que he obrado
segun mi conciencia y sobre un plan sólido; desafio á
cualquiera á que me manifieste alguna imprudencia que
pueda haber ocasionado algun daño irreparable á la
orden ; al contrario , le he dado sugetos del mayor
mérito. Si entre muchos centenares hay algunos que no
son lo que deben ser, vuestro propio ejemplo me ser-
virá de excusa, pues vos mismo me liabeis confiado cinco
provincias, á mí, digo, á quien en el din rnirais corno
á un jóven imprudente. En compendio , he hecho lo que
debia hacer. Poco se me da en que convengais en lo
que digo ; pero me interesa mucho en que quedeis con-
vencido. Toda nuestra union debe consistir en una con-
fianza recíproca ; si no la teneis en mí, sabed que :í mí
no se me lleva y gobierna como á una máquina ; por
lo mismo me retiro, no por una loca sensibilidad, sino
porque os soy inútil, y só que hay personas para las
cuales no lo seré, pues tienen de mí una total con-
fianza. —Vamos al caso : Os puedo decir, que, desde ano-
che, mi gran plan ha llegado á su perje' ccion. Atended :
desde que me he separado del gobierno de mis provin-
cias, me he ocupado en grandes cosas , que han sido
el asunto de muchas cartas v conversaciones. De ocho
días á esta parte, he tenido aqui (en Cassel) conferencias
secretas con el príncipe Carlos de liesse-Cassel, cuñado
del rey de Dinamarca. Todo este conjunto me ha puesto
en estado de cumplir las siguientes promesas , coa- tal ,
que se 7710 trate, CO mo creo merecerlo. »


Estas promesas de Knigge son , con poca diferencia,


CAPITULO SEXTO. 153
las mismas que ya hemos leido en su carta á Caton Zwach;
sin embargo, añade aqui algunas circunstancias esencia-
les. Por ejemplo , ya no promete solamente revelar á los
iluminados el verdadero origen de los franc-mazones y de
jos de Tosa-cruz, sino que introducirá aquel en los altos
grados de Weishaup t


. Esta adicion no es al,zin pronós-
t ico indiferente sobre los últimos secretos de las lógias
inazónicas. Knigge, sin haber sitio Rosa,cruz, 'labia estu-
diado mucho tiempo sus secretos antes de entrar en el
iluminismo , ó á lo menos los hala estudiado como Caba-
llero del Temple y Comendador; sin embargo, hasta. esta
última época no Babia penetrado hasta los últimos mis-
terios. Tuvo que aprenderlos de Pode, de aquel sugeto,
como sabe toda Alemania , que Babia sitio hasta entonces
uno de los franc-mazones mas zelosos, y de los mas ade-
lantados en su ciencia. De lo que infiero , que estos
últimos secretos los sabian muy pocos hermanos; pero
luego que Knigge los supo, ya los juzgó dignos de enla-
zarloscon los misterios de Weishaupt. De lo que se
sigue , que estos últimos secretos de los macones de Rosa-
cruz no son menos impíos, ni menos peligrosos que las
maquinaciones de \Veishaupt; y que toda aquella envi-
dia y oposicion entre los de Rosa-cruz y los iluminados,
no es mas que una cierta envidia de artesanos, ó bien
una disputa sobre el primado en las maquinaciones. No
las lié aqui con aquellos hermanos tontos, que niegan
aun la existencia de estos odiosos misterios; les felicito
porque no han sido juzgados dignos de que los inicia-
sen en ellos; pero insisto en las consecuencias que ellos
mismos deben deducir, para que se separen de una ase-
ciacion , que ha sido el asilo de aquellas impiedades y
maquinaciones.


Knigge prometió tambien á Weishaupt, bajo las mis-
mas condiciones, revelar á la secta varios secretos de


)52
mo otra
der que




154 nisTorah.
DE L3. COSSPIRICION.


la naturaleza; secretos, como él dice,


illosos y productivos ,


admirables, mara-


w
sin que por esto sean milagros.


La promesa que labia hecho de hacer poderosos y-bien
opulentos á sus iluminados , la contrajo á la libertad
y á un privilegio de comercio en Dinamarca ,
tein y otros paises, con las anticipaciones necesarias
para la empresa. En fin, á aquellas promesas de ir con-


tra los de Rosa•cruz,
añade la de un partido poderoso


contra los Jesuitas,
Esta carta la tuvo detenida Knigge


en su cartela, hasta que regresó desde Cassel á Bruns-
wich; aqui la continuó cría io


de marzo en esta forma:
El duque Fernando de Brunwich me ha llamado á esta'


ciudad para conferenciar consigo sobre varios asuntos ,
de los cuales ya hablaré en otra ocasion , pues quiero


tasar
á lo mas importante, Ya os he dicho, y lo repito


sin rodeos; he aqui las condiciones que os propongo : si
volveis á admitir á vuestra confianza, todo está dicho,


y sepi'l !teso entre nosotros este negocio. :No pretendo sola-
mente enlazarme de nuevo con la orden por medio de
los vínculos mas estrechos, sino que prometo y le ase-
guro ya un poder del cual no teneis idea. Si rehusais
fiaros de mí, queda desde este momento disuelta nues•
tra union ; pasaré á erigir otra sociedad con lazos mas
fuertes;... no hago amenazas;.., pensadlo bien, ,y pesad-
lo con madurez. » Knigge aun se tomó mas tiempo para
reflexionar su carta , y continuándola día 26 de marzo
en Neuterhausen añadió : «Ya vuelvo á hallarme aqui...
os vuelvo á decir que si conoceis 'vuestros intereses,


el


mundo es nuestro ; y si no los conoceis, sufriréis la pena
y todos los resultados de vuestros viles procedimientos.-
Pero no ; confio en vuestra prudencia... el destino nos
conduce admirablemente.- Tengo delante de mí grandes
cosas, y veo algunas prodigiosas. De vos depende tener
parte en ellas. Aun no he dado paso alguno contra vos.


CAPiTULO SEXTO. 155


Espero que vuestra conducta no me pondrá en el caso
de escribir á Atenas, que yo os labia juzgado mal. »


Dia 27 del mismo mes añadió una post-data, conce-
bida en estos términos : «Estaba para cnviaroS mi carta,
cuando recibí una orden vuestra, que me habeis comu-
nicado por medio de F... Olá! esto no debiais haberlo
hecho. ¿Con que quereis reducirme al iltimo apuro ?
Os aseguro que con esto nada ganaréis. Reflexionad la
representacion que tengo, y la importancia que he dado
á vuestra sociedad. Si yo ahora pasase á revelar á cier-
tas personas vuestra his toriaestros principios, que
ciertamente son tan fatales para el mundo, que me he.
visto en la precibion de moderarlos por todos appetos
¿ quien no os abandonaria ? Que cosa es el grado de
epopta , en comparacion de vuestros medios para conse-
guir un buen fin? (es decir , en comparacion de aquel
principio : todos los medios son buenos, cuando lo es el
fin). é. Que cosa es en comparacion de las imperdonables
injusticias que habeis cometido con TT"olter y Leveling?
Alt! y que cosa son los hombres ! Que mas haríais si
fueseis Jesuita? Me horrorizo al pensarlo... Pero cuando
llegue el caso , ni el mismo infierno os arrancará de mis
garras. » Aun din 3r del mismo mes , puso otra post-
data que es esta : -No os apresureis á escribirme. Caton
os enviará alguna cosa que podrá ser os inspire otros
pensamientos... /(1 con cuidado, cave ne cadas... La ven-
ganza es una pasion á la cual resisto con dificultad (s). »


Parece que todas estas cartas manifiestan que Knigge
estaba decidido á sustraerse al fin riel despotismo de
Weishaupt , no para renunciar á sus maquinaciones,
sino para hacerse el mismo fundador de una nueva so-
ciedad de conjurados; no obstante, en medio de estas


(1) Escritos orig. tomo 7 cartas a. a. y 3. de Filon.




156 HISTORIA DI; LA COTISPIR:,,CION.
divisiones intestinas, es muy de notar que este concur •
rente ultrajado, en esta misma época y en estas mismas
cartas dirigidas á Vvreishaupt ó á Zwach, no deja de
mezclar con sus respuestas muchas instrucciones relati-
vas á la propagacion de la secta. Esto se descubre en
su post-data del 26 de marzo, en que, olvidando repen-
tinamente su cólera contra Weishaupt, le advierte que
el hermano Acacio solicita cartas tic recomendacion diri-
gidas á los hermanos de Italia, para que con ellas vaya
un otro iniciado á unir su mision á la del hermano Ani-
bal. «Este negocio, aiiade K.nigge, es de la mayor im-
portancia para la órden, porque este sugeto es un exee-
lenuwcudriiiador; os lo aseguro , pues tenemos sobre
los naZiges de Italia noticias muy particulares. — Bien
pocha ser que en aquel pais hubiese algunos parecidos
á don Cedes , que estando mal contentos se dejasen en-
ganchar ; pero para esto era preciso- desprenderse de
aquel articule del código iluminado, que excluye de la
órden á todos les frailes , aunque siempre hemos visto
que Knigge no era tan escrupuloso como Weishaupt en
cuanto al articulo de las excepciones. Tanibien en estas
mismas cartas advierte á sus areopagitas, para que atien-
dan á los negocios de la órden con relaciou á Viena
de Austria ; les dice , que tiene noticias interesantes sobre
esta ciudad , y que , en cuanto á Polonia, si no tienen
surto que pueda entablar la confederacion., él ya tenia
sus iniciados en 1;.vánia. En efecto; por sus relaciones
oficiales se vé que en aquella parte de la Rusia tenia un
misionero que , aunque podría ser que por tan distante
no pudiese enviar cada mes sus quibus licet , no por eso
dejaria de trabajar en favor de la órden tan . bien y aun
mejor que cualquier otro. apóstol.


Tanto interes por la órden y por la propagacion de
sus maquinacionea indica con bastante evidencia , que


c....ríTuto srxro. 157
Knigge no pensaba tanto en separarse de la órden, coma
en recuperar su primer empleo. Aun se manifestaba
esto con mas claridad, por lo que escribió á Caton en
el mismo cha en que echó al correo todas las amenazas
que hacia á Weishaupt. «Tengo formados grandes pro-
yectos en favor de nuestra orden , y estos me hacen
olvidar en un instante todos los ultrages de Espártaco...
No necesito de que confiese sus injusticias; me basta
que- las conozca. » Concluía esta carta, con nombrar al
mismo Caton juez de estas desavenencias. No necesitaba
de otra cosa Weishaupt para ver que esta guerra ter-
minarla en ventaja suya. No quería perder á un sugeto
corno Knigge ; pero tampoco quena que fuese su rival.
« Si Filon (escribia Weishaupt á Zevach) entra en sí, si
vuelve á mí y reconoce sus yerros, me hallará para sí
cual yo era antes; pero no quiero que os manifesteis
empeñado en buscarle. Quiero darle á conocer que Pue-
do pasar sin Es preciso no fomentar su vanidad.,
Quiere que le rueguen, y por esto no se le debe rogar.
Si está persuadido de la bondad de nuestra orden , él
volverá de si mismo, y yo le recibiré con los brazos
abiertos (t). »


Es evidente que Knigge no deseaba menos que Weis.
haupt el bien de la órden, es decir, la propagacion y
triunfo de su iluminismo y el de toda su impiedad y
maquinaciones. Este deseo cornun de la perversidad aun
los unió todo aquel tiempo que ambos necesitaban, para
adquirir en Alemania una parte de aquel poder , que
Knigge prometia á su areopágo iluminado. Es verdad
que nos dice que haba logrado su licencia y una bono-
rifica certzlicacion de sus servicios. Bien puede ser que
se le haya dado la tal licencia bajo la promesa, como


(1) Escritos orig. tomo a. carta a4.




158 II1STOPJA DE LA CO'NSP1EACION.
lo dice él mismo, de que nunca baria cosa alguna centra
los intereses y proyectos del iluminismo; de guardar el
mas profundo silencio sobre los secretos de los herma-
nos ; y de nunca comprometer á sus superiores , ni si-
quiera nombrarlos. Pero este retiro y certificado son de
la época en que los descubrimientos que se habian he-
cho en Munich le dictaron las precauciones que debia
tomar, para no verse comprometido con los otros gefes
del iluminismo. Dice que recibió esta licencia el 1.° ju-
nio de 1784, y los primeros decretos del elector de
Baviera contra las sociedades secretas, son del 22 de los
mismos mes y aiio. A mas de que, aun cuatro meses
despues, vemos que hace mencion de Filon Knigge como
iniciado suyo el mismo Weishaupt, sin decir cosa alguna
de su retiro, lo que á lo menos da motivo para sos-
pechar que esté equivocada la fecha. Sea lo que fuere,
desde la época de sus grandes divisiones, hasta el mo-
mento en que Knigge nos asegura que habia acabado
de corresponderse con el iluminismo , se pasaron á lo
menos catorce meses. A su tiempo veremos como se ha
de entender esta pretendida cesacion de correspondencia
y de relaciones con sus antiguos cofrades. Lo que por
ahora debo decir, es que es muy cierto que , en este
intervalo de los catorce meses , supo merecer muy bien
el reconocimiento de la secta por los nuevos servicios
que le hacia , y principalmente por sus arterías concer-
tadas con Bode, consumando con este el proyecto de
confederacion ó de intrusion en todas las lógias ale-
manas.


CAPITULO SEXTO. 159


Resultados de la confederacion de los iluminados con las
lógias mazónicas.


El grande obstáculo á aquellos proyectos se hallaba en
la envidia de los de Rosa-cruz, de los hermanos de la
estrecha observancia y de los Filaletas , que se llamaban
iluminados de la teosofía. La adquisicion de Bode, los
viages de Knigge, las conferencias que tuvo con el du-
que Fernando de Brunswick y Carlos de Hesse-Cassel ,
la ilusion que causó á estos dos personages , que en
aquel tiempo eran los dos gefes principales de las lógias
alemanas , el influjo que adquirió por medio de su nuevo
iniciado sobre los comisarios encargados de componer en
Willielmsbad el nuevo código , explicarán fácihnente el
modo como triunfó de tantas oposiciones. Cuando Bode
se convenció de que los misterios de Weishaupt, lejos
de ser obra de los Jesuitas ó de otros eclesiásticos, eran
una conspiracion contra los mismos Jesuitas, contra los
(lemas eclesiásticos y contra los príncipes que él detes-
taba igualmente ; cuando víó que toda esta conspiracion
se desenvolvia en los grados de epopta y de regente, ya
no pensó en otra cosa que en cumplir la palabra que
Labia dado á Knigge , de vivir del todo para su orden,
y principalmente de tener siempre presentes sus intereses
en la composicion del nuevo código. Ninguna promesa
se lfili cumplido mejor, ni ha tenido un resultado mas
general. ,


Ninguna cosa era mas seductora para unos her-
manos, cuyos antiguos misterios les recordaban de con-
tinuo la igualdad y libertad, renovados en la carta circular
deKnigge sobre la mazonería ecléctica ó electiva.' Muchas
lógias , de sí mismas, ya habian accedido á la confedera-
ción. Bode introdujo aquellas leyes en el nuevo ritual
mazónico, en cuya vista uno de los mazones que mejor


'




16o trisroniA D E L. (::ONSPIRÁCION.
conoció todos sus resultados, se exclamó , con la mayor
amargura r de su alma :


,
« ¡ Ah hermanos! ¿Por donde comenzaré ó acabare,


habiéndoos de hablar de aquel Bode , conocido con el
nombre de Amelio entre los iluminados? Formad Con-
cepto de los importantes, ó mas bien, de los fatales ser-
vicios que iba á prestarles, despues de que ha estado
tanto tiempo en correspondencia con una multitud de
hermanos nuestros; despues que en la mayor parte de
nuestros congresos generales ha representado un papel
tan distinguido él mismo que , bajo las apariencias de
hombre de bien y de una rectitud alemana , ocultaba
un corazon lleno de maldad, de impiedad y de entu-
siasmo fanático por el naturalismo ; y él mismo en fin,
á quien descontentó tanto la estrecha observancia, por-
que dejó engañada su ambicion. ¡Que sugeto, por cual-
quiera respecto que se le mire, han adquirido los ilumi-
nados! Sus primeros esfuerzos se dirigieron contra noso-
tros. El ha obrado en donde Knigge no podia penetrar,„
Por él los iluminados dominan en el nuevo sistema, que--
se ha querido establecer en Wilhelmsbad ; por él se les ha
franqueado la entrada en nuestros directorios, y han con-
seguido hermanarse en general con nuestros hermanos de
la estrecha observancia. La -alternativa de Knigge, que
es su hermano insinuante y reclutador, era, ó someter á
su iluminismo y arrastrar á su funesta alianza la frane-
mazonería, ér destruirla del todo. Para aumentar la ad•
miracion y el dolor de nuestros verdaderos hermanos,
han sido Bode y Knigge los que han impregnado y apes-
tado con el iluminismo la mayor parte de nuestras lógias
de Alemania (z). »


(a) Discurso de un Venerable sobre la última suerte de la fraile-
mazonería


cAríTu LO SEXTO. 161
Estas lamentaciones y declaraciones las veo muchas


veces repetidas en las memorias y cartas de muchos ale-
que en otro tiempo eran mazones zelosos , y


inuaineense: en el dia lloran esta intrusion del iluminismo
bávaro en su sociedad. Sin embargo, hubo algunas lógias
que se le opusieron. La de Berlin , llamada de los tresGlobos, hizo en 1783 circular unas planchas, en que ana-
tematizaba á todos los hermanos que abatiesen la franc-
mazonería , hasta hacer de ella una sociedad de conju-
rados contra el cristianismo ó el gobierno. Pero , sea
que esta lógia no estuviese iniciada en los últimos miste-
rios de Rosa-cruz y otros grados conspiradores , ó sea
que este anatéma solo era un disimulo de sus propios
secretos , lo cierto es, que esta circular hizo muy poca
impresion. La intrusion continuó y se hizo tan general,
que en sus instrucciones para el grado de iluminado
dirigente, pensó la secta que podia añadir estas notables
palabras : « De cuantas logias hay legitimainente estable-
cidas-en Alemania, ni siquiera hay una que no esté uni-
da d nuestros superiores; y si alguna hay, se ha visto
reducida á cesar sus trabajos (i). »


Esta declaracion aun no decia que el mayor número
de los hermanos mazones ya fuesen iluminados ; solo
decia , que apenas habia lógia , en que los superio-
res, fuesen venerables , fuesen zeladores ó fuesen tesoreros,
no estuviesen confederados con \Veishaupt. Pero ya era
este un terrible poder subterráneo. Ya era una gran
muchedumbre de emisarios , ó de agentes dispersos y
repartidos en todas las cavernas mazónicas. Las lógias,
con sus superiores, ya estaban conquistadas, y los her-
manos subalternos no podian hacer una larga resisten-
cia. La mayor parte de estos resultados se debla á Filon


(a) Grado de iluminado dirigente; sec. 3, n. 5.
Tomo 17


Estas




362 HISTORIA DE LA COYSEIRACION.


Knigge, quien por esto, y corno rival, no quería re-
nunciar sus pretensiones . Weishaupt no queria rivales,
y repitiéndose las contestaciones entre estos dos ;efes,
Knigge al fin se separó, ó hizo como que se separaba de
la orden. No he visto que Weishaupt por esta separacion
haya manifestado el menor sentimiento, de lo que no
me admiro, pues su poder parecia que entonces ya esta-
ba á cubierto de cualquier revés. No se hallaba redu-
cido á solo un rincon de Alemania. El imperio que
ejercia se extendía mas allá del Rin y del Danubio.
Tenia sus emisarios en el norte y occidente, en Polo-
nia, en Livonia, en Holanda, y sus apóstoles del me-
chocha ya habian pasado de Milan á Venecia (t). Ya
se introducía en Francia, y sus corresponsales residian
en Strasburgo (e), cuando se levantó contra la secta aquel
uracan que forma la tercera época en sus anales (3).


(r) Véanse las deposiciones jurídicas hechas en Munich.
(2) Escritos orig. tomo z, carta 23 de Weishaupt á Caton.
(3) Para dar una idea clara y precisa del modo con que todas


las lógias , ó iluminados dispersos, se correspondian con su gefe,
DIO parece insertar aqui el estado geogrófico y político de la secta,
como lo trazó el mismo Knigge en los Escritos originales. Este
estado comprende solo la Alemania, y aun de esta no comprende
las provincias de la casa de Austria, porque, como dice limigge,
los hermanos de estas provincias han pedido un director nacional ti parte:
pero fácilmente se puede aplicar á los demas imperios. Este estado
empieza por el director nacional de Alemania. Este director y damas
nacionales reciben las órdenes inmediatamente del Arcopo8o, y este
de Weishaupt, general del iluminismo. El director nacional comunica
las órdenes á los inspectores, cada inspector á sus respectivos provin-
ciales , estos á sus distritos ó directorios escoceses, estos á las lógica


estas las comunican á los individuos.


a




..ai~s~siz~n=m~r~-1=T—nell===.~41~3.
a=r=smarse'snaacreekszcz~:~~ass--,u,,:e~14,-.R.T10~11Ernios~~.


ESTADO GEOGRÁFICO y POLÍTICO . DEE. LAS LOGIAS ILUMINADAS. TOMO IF. PÁG. 163.
,•••. ••-••n,•• •••••• •••.•••-", ••• •••", •••^•••-•• ••,•••,•• "<",, •••••n,.. ve, S's S'•••"•.


ESPARTACO -WEISIIAUPT GENERAL DE TODO EL ILUMINISMO
Quien tiene bajo de sé inmediatamente al Areopago iluminado , compuesto de los doce primeros iniciados. Los _dreopagitas


tienen bajo de sí á Os Directores nacionales. Cada uno de estos tiene bajo de sí 4 los. Inspectores; estos á los Provinciales;
estos cí los Directores escoceses , y estos á las Lógias , como se vé en este estado, que . por lo relativo á las Lógias alemanas
trazó Filon Knigge.


1,,•• •o.,•,,,••••• ••••• -••••• ••••••••••• •••••


Provincial de Ba-
.


viera.


Provincial de Sua-
." Inspector. . bia


Provincial de Fran-
7.5 cofia ,


Provincial de los
electorados del Rhin.


o Provincial de los
.• Inspector.. . círculos del alto Rin.


Provincial de West-1.4
falia. • • •


Provincial de la alta
Sajonia,


3 .<, Inspector.
Provincial de la baja


Sajonia. . . . . . .


•n•••••• •-• ••.••n • ••••• ••-••••• .. '•-••• '•,•••• •-•••n• •••n••••• nve.,.4.•••n••,, •••••••••••••"%••••'“,••••• ••••• n ...6,1nn •••••• n••••n vsn. sne-s vvf ••• ,,,,, ,


Dire,ct críos


Directorios


Directorios


Directorios


Directorios


Directorio3


Directorios


Directorios


Si


escoceses.


escoceses.


escoceses.


escoceses.


escoceses.


escoceses.


escoceses.


escoceses.


En Munich.
rI Sal izburgo


Ratisb011a


Freisinga. ..
En Ausburgo
Studgard


Carsluhc
,Ettingen


En Eiehstad ,
1 V ürtzburgo. . . •


En 11. i ii Iel in 6 Heilderberg.
3cloailliol ftzia. 6


. Trveris


Bareith..


Bonn ó Colonia


4


En ('ássel
Wetzlar.
Francfort , ‘ ,


1 Da rnisladt
Espira


1 En Neuwied
rl Munster


Paderborn
Oldenburgo.
En Dresde 6 Lcipsick.


Weimar Gota


6 G
Dessau


Berlin


{


En Hannóver
Brunswich .


) Brema. Strelitz


sobre el Ducado de Baviera.
El Arzobispado de Salzburgo.
Ratisbona , Passau , Sternbcrg, Ottemburgo.
Leutemberg , Sultzbaeh.
El alto Pa-latino , Frcisinga Neuburgo.


sobre Ausburgo, Cánstanza, Kempten:
Würtemberg , Zollern , y Ciudades imperiales.
..Ettingen , Fürstenbcrg , Abadías , y Ciudades imperiales.
Bade , Señoríos y. Ciudades imperiales.


sobre Eichstadt , distrito de Barcal ' y Ciudades imperiales.
Wiirlzburgo y Bamberg.
Báreith , Condados y Señorios.Ciudades del Orden Teutónico y Henneberg.


sobre el Palatino dcl Rhin.
El Electorado y Beilstein.
El Arzobispado de Treveris.
Colonia, Aremberg Reineck , Isemburgo.


sobre Hessc-Cassel.
La Weteravia , Ciudades imperiales . y Señorios.
Fulda , Ilanóver , Isemburgo , Francfort.
Darmstad Homburgo ,
Espira, "Worms , Dos-Puentes.


sobre 'NeuwiedSeyn Mteurs , Torn , Essen.
Osnabrucl , Juliers , Clevers.
Paderborn , Minden , Corvey , Nassau.
Penden, Hoye Schremburgo.


. . sobre el Electorado de Sajonia Pabordias , y Zeitz.
Brandeburgo y Pomerania.
Los ducados de.


Sajonia y Schwartzenburgo.
Anhalt , Mansfeld , Stolberg y Querfurt.


sobre el Electorado , Cene Grubenhagen.
Wolfcnbuftel , Magdeburgo , Halberstadt.
Brema , Holstcin , Hamburgo, Ilildesheim.
Meckiemburgo , Lubeck , Ratzeburgo.


71.1512~,,,^~E- si•-•11.




CAPÍTULO sí:PTIllio. 165


CAPITULO VIL


TERCERA Í:POCA DEL ILUMINISMO : DESCUBRIMIENTO DE LA
SECTA. PRIMERAS SOSPECHAS SOBRE LA. EXISTENCIA. DEL
ILUMINISMO , Y MEDIOS DE WEISHAUPT PARA. PRECAVER
TODA PERSECLICION.


Sus motivos tenia Weishaupt para manifestar tanta
inquietud, en vista de la precipitacion con que Knigge
'labia admitido tantos confidentes á los misterios de la
secta. Pero mas fundadas eran las reconvenciones que
este hacia á aquel , sobre que no esperaba siempre á que
los candidatos hubiesen llegado á los últimos misterios
para manifestarles todo el papel que en ellos represen-
taba el ateismo , recomendándoles como libros precio-
sos para la orden las producciones publicadas bajo el
nombre de Boulanger (1). Los resultados que ya habia
logrado Weishaupt, le habian vuelto tan temerario, que
sobre la religion ya no tomaba precaucion alguna, ni aun
con los simples estudiantes de sus minervales. Por esto la
corte de Baviera, ya en el alo de 1 781, tenia algunas
sospechas sobre la nueva secta , y aun habia mandado
que se hiciesen averiguaciones, las que los iluminados
tuvieron arte (le desviar ó de hacer inútiles (2). Weis-
haupt, para precaver ulteriores investigaciones, pensó
hacer del mismo elector el iniciado tutelar de sus


(1) Escritos orig. tomo 2, carta a de Filon á Caton,
(a) Alli mismo, carta T de Epicteto.




CAPÍTDLO SLIM:119, ,C5
hita de toda comunidad, sociedad, y cof•adia secreta,
o que no. estuviese aprobada por las leyes. Obedecieron
los simples franc-mazones y cerraron sus lógias; pero
los fran c-mazones iluminados, que tenían iniciados su-
yos en la misma corte, se creyeron bastante fuertes para
despreciar la prohibicion , y continuaron en tener susa.
juntas. Una obra que en el mismo año publicó el seiíor
Babo , profesor en Munich , con el título de : Primer
aviso sobre los franc-mazones (1), empezó á descubrir
con mas particularidad los proyectos de los nuevos ini-
ciados. El conde José de Ttert•ng los atacó luego con
mas vigor. Los iluminados no se contentaron con opo-
ner sus pretensos apologías á estos primeros ataques ;
acudieron á artificios, con los cuales se prometían des-
viar el uracan como se descubre en las cartas de \Veis,
haupt á sus iniciados, e Oid ahora mi consejo , les escri-
bió dio 18 diciembre de 1784 : si pasan á former suma-
ria, soy de parecer que ninguno de los geles se deje
arrastrar á pormenores y particularidades, sino que de-
clare directamente, que ningun poder del mundo podrá
obligarles á que hagan á otro que al mismo elector las
declaraciones necesarias. Para esto eonvendria darle,
para que los leyese , mis dos grados de los mas altos
misterios. A lo menos yo obraré asi, sise dirigen á mí.
Entonces veréis que giro tan feliz tomarán nuestros nego-
cios.. Ilabeis leido lo que el hermano D... pensaba del
primer grado. Estoy seguro de que el elector formará el •
mismo juicio. Todo lo espero de la bondad de mi cau-
sa. Lleno de valor y sin sobresalto, sé á lo menos anti-
cipadamente, que si be de sucumbir, siempre será con
honor, aunque me cueste la cabeza. Haced lo mismo,
é inspirad valor á los otros... Esta es una bella ocasion
para manifestar grandeza de alma; no la dejemos pasar


(u) Ubtrfre"-mattrer erste ff'arinstig...


164
IIISTODIA. DE LA. COISSPIEACION.


maquinaciones. «Soy de parecer, decia á sus areopagitas,
que para fortificamos hagais una diputacion al elector,
ofreciéndole la proteccion de las lógio eclécticas. Los


o algunos lgunos tros miembros loshermanos Ulises , _Ap y
mas distinguidos , y aun el mismo Celso podrian ser
diputados al intento. Si el príncipe la acepta, hétenos
aqui á cubierto de toda persccucion, y ya nadie temerá
unirse á vosotros y frecuentar vuestras lógias ( 1 ). »


Si esta diputacion se hubiese verificado , fácilmente
se puede inferir el acogimiento que habria tenido, aten-
dido el modo con que el elector habia ya recibido una
proposicion de la misma especie. Aun residía en Man-
beim , cuando uno de sus ministros, bajo un pretexto
el mas plausible , le propuso llamar á su corte á todos
los filósofos famosos del tiempo , pensionados, tenerlos
j unto á el, y hacer por estos pretensos grandes hom-bres lo que Luis XIV habla hecho con los sabios de su
siglo. Esta gloria parecia que al principio lisonjeare al
príncipe; pero, habiendo consultado á hombres sabios,
concibió que todo el brillo de este proyecto terminaria
en multiplicar una secta, igualmente enemiga de Dios
que de los soberanos. Carlos Teodoro ya no quiso que
se le hablase mas sobre proteccion de sofistas. Me consta
este hecho, por relacion del mismo ministro que se 'labia
manifestado protector de los que se llaman filósofos.


Ignórase el como la corte de Munich adquirió las pri-
meras noticias sobre el iluminismo. Las pr:meras que
se recibieron no estaban bastante circunstanciadas sobre
el espirito de la secta ; pero bastaron para que se. for-
mara un general concepto sobre el peligro ele las juntas
secretas. En 22 Junio de 1781, S. A. electoral (el difunto
rey )• hizo publicar- en sus estados la prohibicion Aso-


(I) Allí mismo, carta del 7 febrero de x783.


L 3




166 HISTORIA D E LA conroAcioN.
inútilmente. He hablado al hermano Cronzwel sobre mi
proyecto acerca del elector, y pronostica los mejores
resultados, con el bien entendido, , que no nos hemos de
valer de él sino en el último apuro e


Este medio con que pretendía defenderse Weishaupt
seria inconcebible , si no supiésemos que los dos grados
que él quería enseñar al elector, no eran mas que pos-
tizos, y que Babia tenido el cuidado de prepararlos para
engañar á los príncipes; es decir, eran dos grados de
los cuales los iluminados habian suprimido todo lo que
rodia conmover á algunos candidatos. Tambien en algu-
na ocasion suprimieron toda la parte de los misterios y
todos los discursos del gerofante , no dejando mas que un
vano ceremonial. La segunda carta que Weishaupt escri-
bió á sus areopagitas, manifiesta con mas claridad todo
este artificio. «Hermanos, les dice , la medida que que-
reis tomar es buena y conforme á las circunstancias.
La instruccion de nuestro (Werner, , consejero
en Munich) es muy útil y buena ; y solo pido que le
afiadais, que á nadie sino al elector manifestaréis vues-
tros grados. Los que se le pueden dar son : 3 el de
Novicio. 2.° el de Minerva/. 3.° el de iluminado menor;
pero adviértase , que se han de cambiar estas palabras; en
lugar tic durninster inauich (monge estúpido) , póngase:
clummster mensch (hombre estúpido). 4.° el de iluminado
mayor, todo entero, á excepcion de estas expresiones :
Los sacerdotes y los malos príncipes se oponen á nuestros
intentos. 5.° El de iluminado dirigente, ó director; pero
de este solo manifestaréis la ceremonia de la recepcion
y mi discurso ; de lo demos, izada. 6.° del grado de
sacerdote no entregueis sino la instruccion relativa á las
ciencias ; y aun es necesario volverla á leer muy bien, r


CAPÍTULO SLPTI1110. 267
no dejar llamada alguna , ni nada que se refiera al texto.
Como en el dia se abren los pliegos que vienen de Ele' so
(Ingolstadt) , ya veo que todo esto se dirige contra mí...
Mañana escribiré á Alfredo (ministro de Seinsheim);
esta carta descubrirá con anticipacion á la corte el mo-
do como pretendo manifestarme. Decid libremente
al elector , que nuestra orden es un producto de sus esta-
dos y que yo soy su autor. Entonces pasará á Mi este
negocio ; pero dudo mucho que se llegue á una infor-
macion personal antes de tener datos, que solo se pue-
den adquirir abriendo las cartas. Manifestaos grandes,
firmes y sin temor.... Mi conducta os manifestara lo que
yo sé hacer.... En la instruccion del grado de sacerdote,
atended bien á la parte relativa á la historia.... Nada
tb.:pis que confirme el robo que hemos hecho en los archi-
vos. »


Weishaupt descubierto y depuesto.


Esta carta es del 2 febrero de 1785. Todos los arti-
ficios, que en ella proponia Weishaupt, fueron inútiles.
La corte babia adquirido conocimientos bastante posi-
tivos para empezar á tomar precauciones contra este
héroe ele la secta. Pocos Bias despues de haber dado
á sus areopagitas todas aquellas instrucciones , fue de-
puesto de su cátedra de profesor en derecho de Ingois-
tadt, á lo menos corno maestro famoso de logias, y rebel-
de á las órdenes que se habían dado contra todas las
juntas y sociedades secretas. Sin embargo , aun no se
habian descubierto en particular los misterios de las
suyas, y solo se sabia que algunos sugetos que habian
sido iluminados, irritados contra su doctrina y proyec-
tos, se habian separado ele sus lógias ya en el afio i 78.3.


(t) Escritos orig. carta de 18 diciembre de 1784. L 4




168 111STOR11 DE LA collsrukletott.


Declaraciones jurídicas de dos iluminados.
Entre los que abandonaron las lógias de Weishaupt,


se vieran el presbítero de Cosandey y el abate lijnner, ,
ambos profesores de humanidades en la universidad de
Dlunich. A pesar del horror que les causó lo que llega-
ron á saber de la secta, sin haber sido iniciados en sus
grandes misterios, no parece que hasta este momento
hubiesen dado algun paso contra ella ; á lo menos no
entraron en aquellos pormenores necesarios para ilus,
trar la justicia del soberano, hasta que en 3o marzo de
1785, recibieron de parte de su alteza electoral y de
su obispo de Freisinga , una orden para comparecer ante
el tribunal del ordinario , y declarar, bajo juramento.,
todo lo que habian visto en los iluminados , contrario
á las costumbres y á la religion. Aun no se pensaba que
la conspiracion se dirigiese especialmente contra el go-
bierno. Los señores Cosandey y Renner hicieron su depo-
sicion jurídica, aquel en 3, y este en 7 abril del mis-
mo año. Debo dar en estas memorias, á lo menos, un
extracto de ambas declaraciones, Aunque son confor-
mes, la del señor Cosandey es mas circunstanciada por
lo relativo á los principios de los iluminados ; la del
señor liénner lo es mas , en cuanto á su constitucion
y educacion de sus discípulos. Empezaré con dar el
extracto de esta, y despues pasaré á la del señor Co-
sandey.


Deposicion jurídica del profesor Rónner sobre los
iluminados.


Despues de haber expuesto las órdenes que se le inti-
maron para que compareciese, y manifestase el objeto
sobre el cual debia dar testimonio, el señor liénner entró
en materia, y dijo : n Se debe distinguir muy bien la or-


cáriTur.o SLPTIMO. 169
den de los iluminados de la de los franc-mazones; pero
esta diferencia no la conocen los simples franc-mazones,
ni tampoco los nuevamente iniciados en el grado miner-
va!. Yo mismo caí en el lazo, hasta que en fin , des-
pues de una larga prueba, les pareció que era yo á pro-
pósito para elevarme al grado de iluminado menor, que
es el primero en donde se toma el nombre de ilumi-
nado, y aun me hicieron superior de un pequeño nú-
mero de hermanos.»— Aqui el declarante, que cuando
entró en la secta pensaba hacerse franc-mazon, atestigua,
que aun no lo era, y que á otros muchos hermanos les
habia parecido mal, que aun no les hubiesen hecho
pasar por los grados intermedios; los recibió, y le pare-
ció que en sí mismos eran poco satisfactorios : a pero,
añade él mismo, la ventaja que encontré fue ver el par-
tido que la orden sacaba de la frane-mazonería. Nin-
guna cosa temen tanto estos sectarios como el ser reco-
nocidos con el nombre de iluminados. Solo se valen del
velo de la franc-mazonería , porque se creen mas segu-
ros cubriéndose con la égida de una sociedad que es
mirada como insignificante. Las lógias mazónicas, segun
su modo de expresarse , solo contienen el grueso del ejér-
cito , en el cual se halla un número muy reducido de
sogetos que deben tenerse por felices, si despues de
unas pruebas prolongadas y rigorosas, son juzgados dig-
nos de ser admitidos secretamente al santuario de la
orden. Todos los denlas franc-mazones , aprendices,
compañeros y aun los maestros se han de contentar con
sus vanas ceremonias y quedar bajo del yugo , sea por-
que sus ojos demasiado débiles no pueden soportar la
luz, ó sea porque tal vez no se puede contar lo bastante
con su amor á la órden , con el secreto y con otras
cosas esenciales á los iniciados. Cuando una vez se les
condena á quedar en esta oscuridad , ya han perdido




7


170 1LISTOELS DE LA CONSPIRACION.


la esperanza de llegar á los Misterios, lo que expresan
los superiores con estas palabras : Ex inferno milla est
redemptio.


» Sia embargo , estos franc-mazones, sin advertirlo ,
son conducidos por el iluminismo, el cual saca gran-
des ventajas de su consideracion y de sus riquezas. Para
aquella gente, dicen los superiores, es bastante recom.
pensa el que sean admitidos á conversar con los ini-
ciados de la luz , de quienes adquieren bastantes cono-
cimientos para que parezcan ilustrados á los ojos de los
profanos.


» Los iluminados que
se
al principio solo se manifesta-


ron cubiertos con el velo de una sociedad literaria , se
han dado la siguiente constitucion. La orden está divi-
dida en clases, llamadas grados, porque la luz se gradua
segun estas clases. — El primer grado es una especie
de noviciado, aunque cualquier sugeto , llamado insi-
nuado, y señalado por algun miembro como digno de
ser admitido, ya debe, hasta cierto punto, estar for-
mado y preparado por su reclutador. Es ley de la orden
que todo insinuado debe á lo menos sufrir un año de
pruebas , para que el insinuante pueda observarle exac-
tamente, segun las reglas de la orden , y trazar en se-
guida en un quibus licet el retrato , la idea exacta del
carácter, de los talentos y de la conducta del candidato.
Si parece que es digno, le admiten á la clase de las
preparaciones. En mi tiempo habia dos de esta especie
que llamaban iglesias; cada una la dirigian cuatro suge-
tos que componian la que llaman magistratura. Uno de
estos magistrados era superior, el otro censor, el tercero
tesorero y el cuarto secretario. Todos estos deben ser ini-
ciados de un grado mas elevado. Teníamos á lo menos
una junta cada mes, á la que dehian concurrir todos los
miembros de la misma iglesia para entregar al superior


CAPÍTULO SIPT1M0.
17


una carta sellada, cuyo sobrescrito era, quibus ó
bien soli, ó bien primo , la que contenia una relacion
exacta de la conducta, discursos etc. de los que habia
observado.


» Ningun miembro está exceptuado de estos quibus
licet, los que van pasando de grado en grado, sin abrir-
los, hasta que llegan á las manos del que los ha de leer.
Las otras ocupaciones de estas juntas, á mas de las cere,
monjas, eran la lectura de los estatutos, de algunas
páginas de los antiguos filósofos, y de un discurso que_
alternativamente componia algun miembro sobre dife-
rentes asuntos. Como los hermanos, generalmente ha-
blando , no aman la religion , cuanto mas el orador se
manifestaba libre sobre ella, tanto era mas celebrado,
y adquiria mas reputacion de ilustrado. Sin embargo,
algunas veces la presencia de algunos hermanos , aun
débiles cí sospechosos, obligaba á que los superiores die-
sen señales de un descontento aparente.... Entre ellos
es una falta muy grosera y contraria á su política aban-
donarse á. discursos demasiado libres, ó que manifiesten
con demasiada publicidad los principios de la orden.,
Cualquier particular bien presto miraria esta conducta
como un resultado de su sistema.


» Para evitar toda sospecha y llegar con mas seguri-
dad al fin que se han propuesto, tienen juntas semana-
les, libres de todo ceremonial y sujecion. En estas, los
discípulos disputan entre sí sobre toda especie de obje-
tos. En estas circunstancias, los superiores y cuantos ya
estan imbuidos en el espíritu de la orden , ponen en .ridí.
culo las que llaman preocupaciones religiosas; porque, en
su idioma, todo lo que se opone á sus fines, se llama
preucupacion. Entonces con sus giros seductores dan á
sus principios un aspecto tan atractivo, que al fin los
alas tímidos, viéndose excitados con el ejemplo, puri-




172 HISTOItIA I)t LA CONSPIRAélON.


ficados de to da escoria y de toda preocupacion religiosa,
se vuelven en todo como los otros. El que con este arte
no llega á ser lo que ellos desean , es un sugeto inútil
para la orden.


» Lo que me ha chocado mas de cuanto ví en los
iluminados, es ciertamente el método que siguen para
encadenar á sus iniciados y para manejar los espíritus.
Ensalzan la grandeza y poder de la orden ; hablan de
su dignidad con el mas profundo respeto; aturden con
promesas soberbias; con la proteccion de grandes per-
sonages, dispuestos á hacerlo todo; con la recomenda-
cion de su orden , para el adelantamiento de sus miem-
bros, hasta que al fin el discípulo mira, ó á lo menos
le parece mirar los adelantamientos del iluminismo como
si fuesen los suyos propios , y todas las propuestas y
órdenes que recibe, como un deber que debe cumplir.
Si un discípulo, C011 estas disposiciones, tiene la des-
gracia de confesar alguna falta de conducta en sus qui-
bus licet , ó en sus primo, ó soli; si les ha revelado
algun secreto que le ha sido confiado, ó que ha llegado
á saber, el infeliz desde entonces está perdido y per-
tenece del todo á la secta.... Cuando ya le han encade-
nado , usan con él de un tono muy diferente. Se cui-
dan muy poco de su persona; él puede abandonarnos,
dióen, porque ya no necesitamos de él.. No. creo que haya
habido , ni que en adelante haya si quiera uno, que se
exponga á manifestarse descontento, y aun menos á se-
pararse de ellos, principalmente si tiene presentes en su
memoria aquellas amenazas dictatoriales: Ningun prín-
cipe podrá salvar al que nos haga traición.


» Es singular su miramiento en la eleecion de los dis-
cípulos. Solo atraen sugetos que piensan poder hacer
útiles para sus intentos. Los sugetos de estado, los per.
sonages distinguidos, ó ricos, los archiveros , los con-


CAPÍTULO SÚPT1M0. 1^3
sejeros, los secretarios, los empleados, los profesores ,
los abates, los gobernadores, los médicos y boticarios
son para ellos unos candidatos , que siempre son bien
recibidos.


» El grado de iluminado mayor, permítaseme la expre-
sion , es una escuela en la cual es educado el discípulo
como un verdadero perro sabueso.» Aqui el declarante
descubre el modo de espiar los iluminados y de re-
tratar tanto á sus iniciados como á los profanos. Hace
presente al magistrado una parte de las mil y quinien-
tas, ó dos mil preguntas, á las cuales es preciso que res-
ponda para delinear la fisonomía , el carácter, las incli-
naciones etc. del iniciado que se ha de eseudrilla•...
Despues prosigue : « Este modo de ilustrar á los discí-
pulos va siempre en aumento en todos los grados...
Cualquier hermano puede conocer á los de su clase y
de los grados inferiores; los demas iniciados son para
él lo que la secta llama invisibles, á no ser que los supe-
riores le hayan dado la comision de director, de visi-
tador ó de espía. En esto , sin que se pueda dudar,
consiste la mayor fuerza de la orden. Los gefes por estos
medios observan á los inferiores, sin ser conocidos;
saben hasta que punto atan enlazados á la orden y bas-
ta cual llega su fidelidad al secreto ;


•y lo que es aun
mas importante, que en caso de aquellos uracanes, que
va ha mucho tiempo temen, pueden apoyar bien á los
hermanos, sin hacer sospechar que tienen alguna parte
en el sistema , pues perseveran incógnitos á los mismos
hermanos y aun mas á los profanos.


Sugetos hay, y pueden notarse, que defienden esta
orden con mucho acaloramiento, sin que se llamen ilu-
minados. Esta conducta pide alguna observacion.... O
estos defensores son, ó no son de la orden. Si no lo
son, ¿como pueden defender lo que no saben, ni pule-




1 74 HISTORIA DE L. CONSPIBACION.


den saber? Si lo son, por lo mismo no merecen algurz
crédito , aun cuando alegan como pruebas ciertos escri-
tos que han publicado anticipadamente, para ocultar el
plan de la orden, ó para sostener su honor. Cuando se
reflexione debidamente la imposibilidad de que sepan
alguna cosa del iluminismo los que no son miembros
suyos, y se mediten bien las ventajas de la invisibilidad,
será preciso inferir, que los defensores del iluminismo so
miembros de la orden, y de aquellos mismos que ello
llaman invisibles (a). a


El abate liénner,
, despues de haber descubierto, segun


sus conocimientos, y sin que hubiese llegado á los últi-
mos grados, el pian general de los iluminados, pasa en
su declaracion á los principios que los superiores inculcan
á sus discípulos, y pone en primer lugar este : Todos los
reyes y todos los sacerdotes son unos pícaros y traidores... ;
principio, que ha pasado á ser como proverbio en la
secta.— En cuanto al suicidio, dice, que los superiores
le predican á los hermanos a fin de disponerlos para los
días de uracan. «Tienen tal arte en proponerle como
un medio fácil y ventajoso en ciertas circunstancias, que


(r) Si yo recomendase y suplicase ahora á ciertos diaristas ingle-
ses , y en especial, al sefior GrOyth, ó á sus colaboradores en la
redaccion del Mem/ay review , que tuviesen 5 bien el meditar y pesar
esta observacion del iluminado declarante , estos sellares me contes-
tarían con un retorqueo, aPpimetzuan , que yo mc complazco en pre-
venir. = Unos hombres que por casualidad hubieron de vivir
con ciertos malvados , y que ahora vienen 5 declarar lo que
observaron entre ellos, 6 que producen las piezas y escritos de los
conjurados mismos, pueden muy bien atestar la verdad, sin haber
sido culpables ,y cómplices de aquellos. Pero vosotros que calificais
de inocentes á aquellos conjurados, ¿destruiríais con vuestro sufra-
gio la prueba de dichos testigos ? Y si vosotros sois realmente del
mlmero de sus adeptos, lo que inferiríamos de vuestra negativa , es
que aun les permaneceis fieles, porque eerrais vuestros ojos y oidos
á las demostraciones de la evidencia.


CAPÍTULO SÉPTIMO. 175
me admiraria muy poco, dice el sehor Rénner, que
algun iniciado se matase, principalmente si da crédito a
cierto placer , que dicen va unido con el gusto de ma-
tarse á si mismo; lo que pretenden acreditar con ejem-
plos. Pero el mas peligroso de todos sus detestables
principios, me parece, dice el declarante, que es este :
El fin santifica los medios. Segun esta moral y el modo
como la cumplen , les basta para calumniar á un hom-
bre de bien el sospechar que algun dia podrá este im-
pedir los progresos de la orden. Segun el mismo prin-
cipio, no repararán en conspirar contra uno para que
le quiten su empleo , en envenenar á un otro, en asesi-
nar á un tercero , en.,.. lo digo en pocas palabras : se-
gun aquella moral , se valen de todos los medios que
les parecen conducentes para conseguir sus fines. Si llega
tí descubrirse el crimen de algun iluminado, tiene este
siempre el patet exilies, que es clavarse un puñal, ó
hacerse saltar los sesos , para eludir la justicia. »


Hechas estas reflexiones, pasa el señor Rénner á lo que
los iluminados llaman régimen moral, comision de cos-
tumbres, y aun ialiscalizacion. «Esta comision, dice, es
un colegio, que se compone de los sugetos mas hábiles,
mas capaces y mas honrados, segun el idioma del ilu-
minismo , quo equivale á decir , que aquella comision se
compone, por la mayor parte, de iluminados que per-
tenecen á la clase de los invisibles, los cuales mereciendo
toda la confianza de su soberano, y arreglándose á su co-
mision , le dan noticia de las costumbres y honradez de
cada particular; pero como no sea posible, sin probi-
dad , llenar los varios empleos del estado, deben todos
estar dispuestos anticipadamente para su ;Pro-
yecto admirable' pero si se llegase á ejecutar, y se siguiese
esta regla ¿ que Ilegarian á ser los que no son ilumina-
dos? Gracias á la providencia, que se descubrió á tiempo




176 nISTORIA DE L.V.
coasrmActow.


este pro,. sin esto tal vez se habria verificado lo
que un superior de los grados mas elevados Labia pro-
fetizado con estas palabras : Si los puestos, unos despues
de otros , estan bien ocupados, aunque la orden solo tenga
seis cientos individuos, nada podrá resistirnos .» —El señor
Rénner concluye su declaracion diciendo, que no sabe
cual sea el objeto ulterior de la orden ; y que, aunque
sus geles siempre hablan de este objeto , nunca dicen
en que consiste. Cree que es interesante; pero permite
que cualquiera , despues de lo que tiene declarado, diga
su parecer sobre si aquel objeto puede enlazarse con
los deberes religiosos y civiles.— Asegura con juramento
ser verdad cuanto ha declarado, lo que firma, etc.


Declaracion jurídica del Señor Cosandey, hecha en 3
abril de 1785.


Solo be puesto en primer lugar la declaracion del 41


señor Rénner, porque es mas circunstanciada en orden
al gobierno del iluminismo. Sobre este particular. es mas
abreviada la del señor Cosandey ; pero es mas extensa en
cuanto á los principios de la secta. Despues de haber
manifestado como la franc-mazonería sirve de velo á
esta; como un candidato se ve sucesivamente atado y
agarrotado bajo el yugo de sus superiores ; lo peligrosa
que'es una servidumbre que somete los discípulos á unos
maestros, que tienen por máxima el manifestarse ocio-
sos en medio de la mayor actividad, pasa con el infeliz
minerval á los grados ..de iluminado menor y mayor.
« Aqui , dice el señor Cosandey, , se inicia mas el discí-
pulo en los sistemas de la orden. No obstante , no recibe
esta luz sino lentamente y con todas las precauciones
posibles. Aqui empieza á conocer un mayor número de
iniciados y de superiores subalternos pero los gefes siem-


CAPITULO S1;PTI310.


pro le son invisibles. Para ser promovido á otros gra-
dos mas elevarlos, es preciso, segun el idioma de la
secta, que se desprenda de todas las preocupaciones reli-
giosas; á lo menos es preciso que manifieste á los supe-
riores , ó que se porte como que en efecto se ha des-
prendido de ellas , porque ningun religionario (esta esla expresion alemana , Kein religioncer) será admitido á
grado mas elevado. »


« Los excelentísimos superiores dan el tono á todos estos
grados. Sus órdenes, sus máximas, sus opiniones y doc-
trina son el alma, modelo , espíritu y resorte de este
instituto. Los gefes y superiores subalternos, ó son unos
diestros trapaceros sistemáticos y malvados, ó bien unos
entusiastas de buena fe, que se dejan guiar y engañar
vergonzosamente por otros. La prueba se halla en aque-
lla especie de proverbio, y en aquellos principios que
no comunican por escrito, sino que continuamente in-
culcan á sus inferiores, y que son los siguientes :


• r.° Cuando la naturaleza nos impone una carga dema-
siado pesada, hemos de recurrir al suicidio : Patet exi-
tus.— lin iluminado, nos dicen, antes se ha de matar
que hacer traicion á su orden. Por esto celebran tanto
ellos el suicidio, y le representan como acompañado de
un secreto placer.


ü 2.° Nada por razon , -sino todo por pasión. Este es
su segundo principio. El fin, la propagacion y las ven-
tajas de la orden son su Dios, su patria y su conciencia.
Lo que se opone á la orden, es una negra traicion.


« 3.° El fin santifica los medios: Con esto, la calum-
nia, el veneno, el asesinato, la traicion , la reheldia, las
infamias y cuanto conduce á sn fin, son laudables..


« Ningun príncipe puede poner á cubierto ni salvar
al que nos hag,atraicion... En esta orden, pues, se tratan
cosas contrarias á los intereses de los príncipes.... cosas,


Tomo IV.pre




» Entre sus proyectos he observado, los hay , á los.
cuales dan el nombre de imperio, ó bien, gobierno moral.
De este gobierno, que surta á su disposicion la fuerza
de cualquier estado (que aqui se llama colegio ó con-
sejo) dependerian , sin apclacion al príncipe , todas las
gracias, todas las promociones y todas las repulsas. En
virtud de aquel imperio , pretenderian tener el derecho
absoluto de fallar definiti,amente sobre la honradez y
utilidad de cada particular , y en virtud del mismo
excluir de todos los empleos de las cortes á todos los
profanos. Segun su lenguage , una santa legion, com-
puesta de sus adherentes, rodearla al príncipe, le enea-
denaria , dictaria sus providencias y le obligaría á obrar
segun su beneplácito. Este régimen, ó colegio moral ,
al cual también dan el nombre de comision moral y fis-
calado , esto es, una' especie de fiscales para gobernar
á los pueblos, Baria á la secta un despotismo el mas
formidable sobre las cuatro partes del inundo , y recia-
ciria los soberanos al estado de unos despreciables é impo-
tentes fantasmas, ó de esclavos coronados. »—Ya volve-
remos á encontrar este colegio ó régimen moral en otra


CAPÍTtL0 SÉPTIMO.
179


deposicion jurídica, y entonces manifestaré como solo
sirve de velo para cubrir los proyectos ulteriores de la
desorganizacion y destruecion absoluta de toda socie,
dad.... El señor Cosandey concluye con decir, que está
pronto á confirmar con juramento la declaracion que
acaba de hacer.


Weishaupt continua sus maquinaciones en Ratisbona.


A pesar de la importancia de estas deposiciones, parece
que hicieron poca impresion , ya sea porque los tribunales
estando sitiados, y en grande parte ocupados por los
mismos iluminados, afectaron que en ellas nada se ha-
llaba de sério, y nada que en la realidad amenazase; ó ya
sea que la distancia de Weishaupt hizo creer que ya esta-
ba destruida su secta y que su conspiracion se habia malo-
grado; mas, ello es, que fue necesario que el cielo enten-
diese en este negocio y que sus rayos avisasen en su
modo á los pueblos y á los reyes, para que entrasen en
conocimiento de la extension de la trama que contra
ellos se urdia, y de la actividad de los conjurados con-
tra los altares y tronos. —Weishaupt, depuesto de todos
sus empleos pítblicos de Ingolstadt, se habia refugiado
á Ratisbona. Aqui estableció su nueva Eleusis , y la hizo
la capital de sus misterios. Todas las maquinaciones le
habian acompañado á este asilo , y muy lejos de pensar
que se hubiesen malogrado, las promovia con mas acti-
vidad. Retirado á este nuevo santuario , el espíritu de
venganza le 'labia vuelto mas feroz. Dedicado del todo
á los proyectos de su iluminismo, y desocupado de todos
aquellos empleos, que á lo menos para dar satisfaccion
al pliblieo , llamaban en cierta manera su atencion ,
se dedicaba de un modo particular y con mayor esmero
en disponer á sus emisarios y en enseñarles el arte de
ir de una á otra parte, con sus misiones , á socavar loa


DI 2


1 7 5 ITISTORIA DE LA CONSPIRACTON.
que, considerada su importancia, merecen ser descubier-
tas á los príncipes.... y este descubrimiento seria para
los iluminados una traicion , que anticipadamente pro-
meten vengar.... De lo que se sigue , que tienen medios
para deshacerse impunemente de sus acusadores... Estos
medios fácilmente se adivinan.


5.° Todos los reyes y todos los sacerdotes son pícaros
y -traidores; .6 bien, todos los sacerdotes son bribones....
Segun el plan de los iluminados , es preciso aniquilar la
religion , el amor á la patria y á los príncipes ; porque,
dicen , la religion, el amor á la patria y á los príncipes
restringen los afectos del hombre á estados particulares,
y le desvian del objeto mas vasto del iluminismo.




18o HISTORIA DE LA CO'NSPIRACION.


fundamentos de los altares y tronos , y les de las socie-
(lactes civiles y de los gobiernos. Entre estos iniciados,
á quienes daba lecciones , se hallaba un clérigo apóstata,
llamado Latzz. Weishaupt le destinaba para que llevase
sus misterios y conspiraciones á Silesia; ya estaba decre-
tada su mision , y Weishaupt le estaba dando sus tílti-
mas instrucciones, cuando he aqui, que , desde el alto
cielo cae repentinamente un rayo, que haciendo su esta-
llido sobre las cabezas de ambos , maestro y discípulo,
derribó muerto á este apóstata , junto al mismo Weis-
haupt (i). Los hermanos conjurados, en su primer sobre-
salto, no tuvieron tiempo ni advertencia para valerse de
sus medios ordinarios, que eran esconder y ocultar á la
justicia la cartera del iniciado , abrasado por el rayo. La
lectura de los papeles que esta contenia, presentó nuevas
pruebas, que enviadas á la corte de Baviera, la deter-
minaron al fin á proseguir sobre las que ya habian
presentado las deposiciones de los señores Cosandey y
Bérincr.


Las investigaciones se dirigieron particularmente con -
tra aquellos de quienes se sabia, que en Ingolstadt ba-
ban tenido enlaces mas íntimos con Weishaupt. El ini-
ciado Fischer, primer juez y burgomaestre (primer magis-
trado.) de esta ciudad, y el bibliotecario Drexl fueron
desterrados. El baron de Fraztenberg y quince otros dis-
cípulos de Weishaupt fueron expelidos de la universidad.
Ni el castigo, ni el mismo rayo excitó remordimientos
en el alma de Weishaupt. En la siguiente carta
gida á Fischer, , se descubre el modo con que se portó
para sostener su valor, inspirarle todo su entusi a smo y
aquel espíritu de rabia y venganza con que continuaba
sus maquinaciones. e Os saludo, mártir Mi() asi comienza


(i) Véase la apologia de los mismos iluminados , pág. G.


MiTTILO S1PTIMO. 7 8 /
su carta ; y en seguida hace presente á su pretenso már-
tir aquel pasage de Séneca , en que el justo, luchando
con la adversidad, es representado como el espectáculo
mas digno de los cielos, y despues prosigue : Que debo
hacer ? os he de felicitar, ó me he de afligir sobre vues-
tro infortunio ? os conozco muy bien para que yo me
entregue á este último sentimiento... Recibid, pues, mis
sinceras felicitaciones, por contemplaros entre los héroes
á quienes la posteridad algun dia hará justicia , admi-
rando vuestra constancia en defender la verdad... Ahora
os amo tres y aun cuatro veces mas; ahora, que reparto
mi destino con vos y con tantas otras grandes almas.
Dejo á vuestra prudencia el decidir , si debeis insistir
jurídicamente contra esta notoria injusticia , ó si será
mejor sufrir vuestro destierro sin murmullo ni quejas,
y esperar mejor tiempo. No os faltarán socorros; yo y
nuestros hermanos cuidaremos de proveer á vuestras.
necesidades. Tanzbien los papeles públicos maraestarán
este negocio tal cual debe ser. Decid á Drexl que se retire
y que espere á Brünn.... Dejad que se rían los reidores
y que se regocijen nuestros enemigos. Llegará el dia en
que su gozo se convertirá en lágrimas. Consideraos felices,
porque pariereis con la mejor parte de la nacion. Si pue-
do dar á alguno mi bendicion, ,recibidla, pues os la doy
con ambas manos. Bendito seais, ó vos, el mas digno y
constante de todos mis héroes. Siento mucho que suceda
todo esto en el momento en que estoy para pasar á las
orillas del Rin, á donde iré el mes que viene y de donde
no volveré hasta de algunos meses. Entretanto no estoy
ocioso ; y tengo motivos para pasará aquellos paises. Ha-
cedlo saber á nuestros hermanos. Sed firme q constante.
De esto no se os puede seguir algun deshonor; conti-
nuad como habeis empezado. Hasta vuestros enemigos
os admirarán. A Dios, y apreciad vuestra grandeza. Es


5.




ml




112 DISTORIA DE LA CO'NSPITIA.C101‘,
muy pequeño el triunfo de vuestros enemigos... Ratis-
bona , 9 abril de 1 785.—P. D. Si necesitais dinero,
enviaré á Munich las órdenes correspondientes para que
se os envi e • »


Esta carta, ó fue interceptada , ó se la enviaron al
elector por otro conducto (t), y con ella , al fin, des-
cubrió cuanto se debia temer de un hombre, que lle-
vaba hasta este punto el arte de acalorar á los conjura-
dos é inspirarles su entusiasmo. En su vista estableció
una comision secreta para que recibiese nuevas decla-
raciones. Fueron llamados para hacerlas el consejero
áulico Utzschnéider y el señor Gninzbétger de la academia
de las ciencias , de quienes se sabia que habia dos años
que hablan abandonado el iluminismo. El presbítero
Cosandg, fue llamado segunda vez, y la declaracion de
los tres produjo en gran parte lo que ya ha visto el lec-
tor en la declaracion del señor Rénner, , y en lo que
hemos extractado del código de la secta , por lo rela-
tivo á la intrusion de esta en las lógias mazónicas para
apoderarse de sus caudales, para pagar á sus viajeros,
y multiplicar sus discípulos. A mas de esto, se descubre
el progreso en el arte de los hermanos escudriñadores,
sus mismos juramentos, su almanaque, y su cifra para
los primeros grados. Los declarantes no habian esperado
llegar á la clase de los misterios para abandonar la orden;
sin embargo, los principios que ya se les habian comu-
nicado, son muy notables. Me limitaré á traducir esta
parte de su declaracion , pues es muy importante , y
aun á alguno le parecerá que habria hecho mejor si
hubiese cotejado esta nueva declaracion con las que ya
se habian hecho anteriormente; pero me parece que esto
corresponde al lector, y á mí solo toca multiplicar las


(u) Escritos orií,, . tomo a. última carta y nata.


cApíTazo 185
pruebas, y manifestar la calidad y uniformidad de los
testigos.


DarosrcIoN jurídica, hecha en coman por el consejero
áulico Utzsehnéider, el presbítero Cosandey y el aca-
démico Griimberg,er,


, el 9 setiembre de z'85.
Principios do los iluminados segun los tres declarantes.


« El objeto de los primeros grados, entre los ilumi-
nados , es á un mismo tiempo educar á sus jóvenes, y
hacer que se instruyan, á fuerza del espionage , sobre
cuanto sucede. Los superiores procuran adquirir de sus in-
feriores actos diplomáticos, documentos y titulos origina-
les. Se complacen cuando los ven que cometen cual-
quiera especie de traiciones , ya para aprovecharse de
los secretos que por este medio saben, ya para tener á
los mismos traidores en un temor continuo , por las ame-
nazas que les hacen de descubrir su traicion si llegan
á ser inobedientes... Oderint dum metuant (que os abor-
rezcan, poco importa, si os temen). Este es el principio
de este gobierno.


» A los iluminados de estos primeros grados los educan
segun los principios siguientes :


» z.° El iluminado que quiera llegar á los mas altos
grados , ha de estar desprendido de toda religion; por-
que un religionario, dicen , nunca será elevado á los mas
altos grados.


» 2.° El patet exitus, ó la doctrina del suicidio , la
,


expresan aqui los declarantes casi con los mismos termi-
ave en la deposicion anterior; y despues


torg e


El fin santifica los medios, — El bien de la or-
den justifica las calumnias, los venenos , los homicidios,
los perjurios, las traiciones y las rebeliones; en una pala-


111 4




184 HISTORIA. DIS LA. CONSPIRÁCION.


bra , todo lo que las preocupaciones de los hombres
llama criasen.


Es necesario estar mas sometido á los superiores
del iluminismo, que á los soberanos ó magistrados que
gobiernan á los pueblos.— El que da la preferencia á
los soberanos ó á los gobernadores de los pueblos, nada
vale para nosotros. — Se deben sacrificar á nuestros supe-
riores , honor, fortuna y vida. —Los gobernadores de los
pueblos son déspotas , si nosotros no los dirigimos. —
Ningun derecho tienen sobre nosotros , pues somos
libres.


» En Alemania solo debe haber uno, ó á lo mas dos
príncipes, decia el marques de Constanza. —Estos prín-
cipes han de ser iluminados, y los iniciados los han de
conducir y rodear de tal manera, que ningun profano
pueda acercarse á sus personas. Los empleos grandes y
pequeños del estado solo se han de dar á sugetos de la
orden. Se ha de atender al bien de la orden, aun cuan-
do sea contrario al de los soberanos. Estos tambien han
de pasar por los grados inferiores de la orden ; no deben
ser promovidos á los mas altos grados hasta que esten
bien impuestos en los intentos y designios de la orden,
cuyo fin principal es libertar á los pueblos de la esclavi-
tud de los príncipes, de la nobleza y del clero , esta-
blecer la igualdad de condiciones y de religion , y hacer
los hombres libres y felices.... Si en Baviera llegamos á
tener seiscientos iluminados, ya nadie estará en estado
de' resistirnos. »


líe prometido hacer algunas reflexiones sobre este artí-
culo, y quiero hacerlas para aquellos lectores, que le
citarian para probar que los iluminados , muy distantes
de querer destruir todo gobierno , buscan al contrario
el reunir toda la Alemania bajo de un mismo gobier-


CAPÍTULO SIPT1 â10. 185
no (1). No hay duda que esto es lo que los declarantes
habian aprendido en su escuela; pero es preciso obser-
var, que ninguno de ellos }labia aun llegado á los grados
de los misterios. En el de iniciado ya habrian visto
corno empezaba á rasgarse el velo y se descubria el pro-
yecto de llegar á la destruccion total de la sociedad civil.
Despues que el gerofante iluminado habia dicho : en
Alemania solo ha de haber un príncipe ó una sola na-
cion , afiadia : Los príncipes y las naciones desaparecerán
de la superficie de la tierra, y cualquier padre será como
Abrahan, sacerdote y soberano absoluto de m'asnilla, y
la razon será el solo código del hombre. necia mas; que
las sociedades secretas estan destinadas para producir esta
grande revolucion , y que en esto consiste uno de los gran-
des secretos del iluminismo. Y en fin , se descubre hasta
la evidencia su proyecto de arrastrar á los hombres á la
vida, que llaman patriarcal, y á la vida nómade y sal-
'vago, pues dicen expresamente, que el pecado original
de los hombres consiste en su reunion en sociedad civil.
De lo que se sigue, que todo lo que en esta ocasion
declararon los señores Utzschneider, Cosandey y Grün-
Usger, es verdad por lo relativo á los grados que habian
recibido, pues en la realidad esto era lo que se decia en
los grados de iluminado mayor y menor. Tambien


pue-


(a) Esto es precisamente lo que los Iluminados quisieran hacernos.
creer aun , para disminuir el horror que naturalmente inspira su
tan antisocial conjuracion. Y esto es no menos lo que acaban de
imprimir y decirnos en Inglaterra , para neutralizar la inipresion
que estas memorias pudieran hacer sobre su secta. Yo no sé á
punto fijo quien sea el consueta de los que quisieran darle aun
un cierto valor á esta ilusion; pero aun cuando este fuese el mismo
/rccttiye, famoso entre los Iluminados de Alemania, no temeria en
manera alguna sus argumentos. Que los lectores imparciales com-
paren y compulsen nuestras pruebas respectivas ; esto es lo único
que yo exijo para mi justificacion.




86 HISTORIA DE LA cosIsenuclotz.
de ser verdad que los iluminados al principio solo inten-
tasen destruir los pequeños principados de Alemania para
reunirlos á todos en solos dos, á lo mas; pero lo que
intentaban hacer con el Ultimo príncipey la nacion ale-
mana, y con todas las denlas naciones, lo manifiestan con
toda claridad al llegar al grado de los secretos. Aqui
hablan de este único principado del mismo modo que
de su religion. En efecto, vemos que intentan arrastrar
el mundo á la unidad de religion como á la unidad ó
igualdad de condiciones : ¿pero no dicen tambien que
para llegar á su último secreto, es preciso empezar por
desprenderse de toda religion? De lo que se infiere, que
el pretexto de sujetar toda la Alemania á un solo prín-
cipe, no es mas que una adraja , y se reduce al pro-
yecto de gobernar ellos mismos á los príncipes. Pero
llegado el tiempo de manifestar sus planes, se cambian
todos aquellos proyectos, y los iniciados admitidos á los
últimos secretos llegan á saber , que todo para en des-
prenderse de todo estado, príncipe y gobierno.— Des-
de el grado en que se hallaban los tres declarantes, ya
se puede descubrir que la secta los iba preparando para
este último secreto , pues al proyecto de que hubiese
solo un príncipe en Alemania , se añade la siguiente ins-
trnccion , que ya hemos visto en la declaracion del sei-ior
Bénner.


» 5;') El amor de la patria es incompatible con los
objetos de una extension immensa , y con el fin ulterior
de la orden; y es preciso inflamarse del todo para con-
seguir es te fin,» Esto mismo ya lo hemos visto en los
grados á que llegaron los declarantes, y que en ellos
siempre se les habla de este fin , aunque no les manifes-
taban en que consistia. Los mismos declarantes dicen
que lo ignoraban ; que para saberlo era preciso llegar
á grados mas elevados; de lo que se signe, que si limi-


CA PlInGLO sí:rrirdo. 187
tasemos los proyectos de la orden á la unidad de esta-
do y de religion que debia establecerse en Alemania ,
nos opondríamos á sus declaraciones. En efecto ; ¿como
puede componerse que el amor á la patria, ó el amor
nacional y á su soberano sean incompatibles con la reso-
lucion de que se reuma una grande nacion bajo el go-
bierno de un solo príncipe? El que desee ver esta incom-
patibilidad , es necesario que atienda á los ulteriores
proyectos del iluminismo. Cuando el iniciado llega á
aquel grado en que la secta redobla sus blasfemias con-
tra el amor á la patria , le dice, sin rodeos , que las
juntas secretas se establecieron para hacer que desapare-
ciesen ele la superficie de la tierra los príncipes y las na-
ciones, y que en esto consiste uno de sus mayores mis-
terios. Debe manifestarse esta maquinacion á los pue-
blos sin reserva alguna ; y aun los artificios de los ilu-
minados mayores, y sus buenos sucesos cerca de algu-
nos diaristas de la Inglaterra misma , nos obligan á de-
cirle bien alto y repetirlo en medio de una nacion, que
la secta quisiera hoy trastornar y arruinar de prefe-
rencia. — Volvamos á las declaraciones.


Se debe mirar á los superiores del iluminismo como
á los mas perfectos é ilustrados de todos los hombres; y
ninguno puede tomarse la libertad de dudar de su infali-
bilidad. — Los iluminados de los grados infé► iores son
educados segun estos principios morales y políticos; y
segun su adhesion á estos mismos principios, se les eleva
á los primeros empleos de la orden. — Hacen todos ios
esfuerzos posibles para que todas las oficinas de correos,
en todas partes, las dirijan sus iniciados. Y tambien se
glorian de que poseen el arte de abrir y volver á cer-
rar las cartas, sin que se advierta. —Se nos hacia res-
ponder á estas preguntas : como seria posible introdu-
cir en Europa un régimen de costumbres, ó un gobierno




ISS HISTORIA D£ LA COI1SPIRACION.


comun , y con que medios? Seria necesaria para esto la
religion cristiana? Ú se necesitarla de una revolucion


loi etc ?'laminen nos preguntaban , en quepara consegu rl ,
hermanos pondríamos nuestra mayor confianza cuando se
ofreciese el caso de llevar á ejecucion algun proyecto
importante.... y si estábamos resueltos á dar á la orden
el derecho de vida y muerte , ó el derecho de espada :
jus gladii, esto es, el derecho para castigar con pena
capital.


En atencion á esta doctrina de los iluminados , á sus
procedimientos y conducta , y á su fomento á las trai-
ciones, plenamente convencidos de los peligros de su
secta, nosotros, el Consejero Áulico Utzchnéider, y el pres-
bítero Milis salimos de su orden. El profesor Griinbér-
ger, el presbítero Cosandey y los_ señores Rénner y Gay-


r hicieron lo mismo al cabo de ocho dias, á pesar
de que los iluminados nos qnerian engañar del modo
mas vil , asegurándonos que su alteza electoral tambien
era miembro suyo. Vimos claramente que un príncipe
que conoce sus propios intereses , y que siempre, con
su solicitud paternal, atiende al bien de sus vasallos,
nunca toleraria esta secta que casi se ha extendido ya
por todas partes bajo el nombre de franc-mazones, por-
que siembra la division y la discordia entre padres é
hijos, entre los príncipes y sus vasallos , y entre los
amigos mas sinceros; porque en las circunstancias mas
importantes baria que reinase la parcialidad en los tri-
bunales de justicia y en los consejos, anteponiendo siem-
pre el interes de su orden al del estado, y el bien de
sus iniciados al de los profanos. La experiencia nos habia
convencido de que ella llegaria al cabo de corromper
toda la juventud de Baviera. Los distintivos, casi gene-
rales , de sus discípulos eran la irreligion , la depravacion
de costumbres, la inobediencia al príncipe, y a sus pro-


CAPITULO SI1PTIMO. 189
pios padres, y el desprecio de los estudios mas útiles.
Descubrimos que los resultados fatales del iluminismo
serian introducir una desconfianza general entre el prín-
cipe y sus vasallos, entre padres é hijos , entre el minis-
tro y sus secretarios, y entre todos los tribunales ó con-
sejos... Nunca nos atemorizó aquella amenaza tantas veces
repetida : ningun príncipe puede poner á cubierto al que
nos haga traicion. Abandonámos unos tras de otros esta
secta que, bajo diferentes nombres, como nos lo asegu-
raban aquellos señores, antiguos cofrades nuestros, debe
estar ya muy extendida en Italia , y especialmente en
Viena, en Austria , en Holanda, en Sajonia, sobre el
Rin, sobretodo hácia Francfort, y aun en América... Los
iluminados se introducen cuanto pueden en los negocios
de estado y excitan alborotos en todas partes en donde
lo exige el bien de su orden.


Aqui estaban en lista los nombres de muchos invisi-
bles, de muchos superiores, y de algunos miembros los
mas activos; habla otra lista que contenia los nombres
de algunos otros, que aunque ignoraban el fin y objeto
de la orden, eran excelentes reclutadores; pero al go-
bierno le pareció que, deba guardar ocultas las dos listas.
-- Continua despees la declaracion en esta forma : No
conocemos á los otros invisibles, pero es muy verisímil
que sean gefes de una gerarquia mas elevada. — Despicas
que nos separamos de la secta , los iluminados nos calum-
niaron en todas partes de un modo el mas infame. Su
cábala frustraba todas nuestras demandas; nos hicieron
odiosos y sospechosos á nuestros superiores; y elevaron
la calumnia hasta el punto de hacer á uno de nosotros
sospechoso de un asesinato. Despues de haberse pasado
todo un año en estas persecuciones, un iluminado dijo
al consejero áulico Utzschnéider , que ya debla estar bas-
tante escarmentado; que la orden le perseguia, y que si




190 HISTORIA DE LA COESPIRAC1ON.
no se ponla bajo de su proteccion, nada conseguiría; pero
que aun era tiempo de volver al iluminismo — Aqui
concluye la declaracion , y la firman Utzschndider, ,
sandey y GriMbérger. Despues de su firma se lee : Que,
habiendo sido llamados separadamente por el comisario,
y habiéndose leido á cada uno la anterior declaracion,
ratificaron de nuevo , con juramento , y como testigos,
la verdad, dia ro setiembre de 1 785. — Mientras que
el lector reflexiona y medita estas primeras pruebas
contra el iluminismo, paso á los descubrimientos que
acabaron de manifestar los proyectos ulteriores de la
secta.


CAPITULO OCTAVO. 191


CAPITULO VIII.


ComnActoN DE LOS DESCUBRIMIENTOS HECHOS EN BAVIERA
SOBRE LOS ILUMINADOS; PROCEDIMIENTOS DE LA CORTE POR
LO TOCANTE Á LOS GEFES DE LA SECTA; NOTICIA Y LISTA
DE LOS PRINCIPALES INICIADOS.


Castigo de algunos iniciados en Baviera.


_ .r .yrotE ya eran tan importantes las pruebas que Babia
adquirido contra el iluminismo la Corte de Baviera , aun
faltaba descubrir y producir pruebas incontestables de
aquellos proyectos y objeto ulierior que la secta ocul-
taba con tanto cuidado, y sobre los cuales aun ningun
testigo liabia comunicado las correspondientes luces. Se
habia descuidado en tiempo oportuno el apoderarse de
los papeles de .Weishaupt , y podia presumirse con mu-
cho fundamento que los iniciados habrían tomado todas
las precauciones posibles para sustraer sus escritos de las
inquisiciones, por severas que fuesen. Parecia que la corte
atendia muy poco á estas diligencias que tanto intere-
saban; se contentaba con observar á los iniciados y ver
si aun conservaban entre sí ó con sus gefes alguna cor-
respondencia sospechosa. Si nos atenemos á la apología
de los iluminados , habremos de creer, que por puras
sospechas perdieron su empleo Delling , oficial municipal
de Munich, y Krénner,


, catedrático de Ingolstadt; que
el conde Savioli y el marques de Constanza , fueron des-




1ga nisroni, DE LA mssainacioN.
terrados de Baviera, y que el baron de Magenholf fue
condenado á un mes de prision en un monasterio.


Segun la misma apología, el canónigo Herta fue pri-
vado de su beneficio, porque no quiso dar cuenta de
los caudales de los iluminados. Pero el papel, que como
hemos visto, habia representado la mayor parte de estos
iniciados, da motivos para creer que la corte estaba ya
bien instruida sobre su conducta. Sin embargo , se usó
de tanta clemencia con estos reos , que la corte conti-
nuó en dar una pension anual á Savioli, que era el
Bruto de los iluminados y á Constanza, que era su Dio-
medes, célebre en los anales de la secta por haber reclu-
tado al famoso Knigge, de cuya pension podian disfrutar
en cualquiera parte, menos en Baviera. Aunque estos
castigos para unos conjurados de esta especie fuesen tan
ligeros, la secta atronaba la Alemania con sus reclama.
ciones y gritos, atribuyendo esta persecucion á lo sumo
del despotismo, de la opresion y de la injusticia. Se
liabian publicado las declaraciones, y los declarantes se
vieron en la precision de haber de contestar á unos tor-
rentes de injurias, de sofismas y de calumnias, que no
perdonaban á la misma corte. Parecia que todo se }labia
trasformado en una guerra literaria , en la cual la des-
vergüenza de los apologistas llegó casi al cabo de hacer
sospechosas en toda Alemania la sabiduría y justicia del
Elector (i); lo que precisó á recurrir á todos los medios
para adquirir pruebas mas irrefragables.


guerra , véase principalmente : Apologie
, Nachtragt za der Apologie , la respuesta
Absichten des Ordena der illurninaten , y la
Nachtragt etc. núm. I. a. y 3.


Descubrinzientos


cerírcto ocrivo.
193


Descubrimiento de los archivos de los iluminados.


En fin, el dia Ir octubre de /786 , en ocasion en que
Zwach pensaba hallarse al abrigo de toda pesquisa, algu-
nos magistrados, de orden del elector, pasaron á su casa
de Landsbut, mientras que otros al mismo tiempo y de
orden del mismo soberano, pasaron al castillo de San-
dendorf,


, propiedad del iniciado Anibal, baron de Bas-
sus. El trastorno que causaron estas inopinadas visitas,
causó el descubrimiento de aquellas cartas, discursos,
reglas, proyectos y estatutos, que pueden mirarse corno
los verdaderos archivos de los conjurados, cuya com pila-
cion hizo imprimir la corte de Baviera con el título :
Escritos originales de la orden y secta de los iluminados.
Entonces la conspiracion de Weishaupt pareció tan mons-
truosa , que apenas se podia concebir que bastase para
formarla toda la perversidad de que es capaz el hom-
bre. En la portada de los dos tomos, que componen esta
correspondencia , hay una advertencia muy notable, que
mandó poner el elector, concebida en estos términos :
Los que tengan alguna duda sobre la autenticidad ele esta
compilacion, acudan á los archivos secretos de Munich,
pues se ha dado orden de manifestar los originales. El
único recurso de los conjurados fue declamar contra la
pretendida violacion del secreto doméstico. Aun tuvie-
ron descaro para sacar al póblico sus pretensas justifi-
caciones; llegó su impudencia á querer dar á entender,
que sus cartas mas conteuian proyectos para hacer feliz
al género humano , que una conspiracion realmente tra-
mada y continuada por ellos contra la religion y la socie-
dad; y dieron é sus cartas y discursos cuantos giros cap-
ciosos les suministraba su consumado arte del sofisma;
pero ninguno se atrevió á dar por falsos ó supuestos


Tomo
N


(1) Por lo relativo á esta
der illurninaten , y la adicion
de los declarantes , Grosse
adicion á estas respuestas




94 rus-rones. os
1.1 cosseurkAcioze


Sus escritos. En su misma apologia se descubre cuanto
acabo de decir, y la conspiracion anti-religiosa y anti-
social , que es el resultado de sus archivos, está apo-
jada en unas pruebas tan evidentes, que ya no hay sofis-
mas que las puedan empañar (1).


Porque las cortes extrangeras hicieron tan poco
este descubrimiento tan importante.


La corte de Baviera no publicó estas pruebas solo para


justi
ficarse. Como la conspiracion era contra todos los


altares y tronos, el elector envió un ejemplar de los
escritos originales á todas las potencias de Europa , y estas


en efecto recibiero n este testimonio auténtico de una
revolucion tan monstruosa y tan profundamente medi-
tada para su ruina y la de todas las naciones, como
consta de las respuestas de sus respectivos ministros. El


historiado r no puede dejar de preguntar en el cha; ¿corno
es que unas pruebas tan importantes como demostrati-
vas de una conspiracion tan amenazadora de los reyes y
de los pueblos, han quedado tanto tiempo sin conocerse
en todas las naciones, á excepcion dela Alemania ? Parece
que luego que se recibieron estos documentos, debia
formarse un extracto de ellos para que fuese el libro de
todas las familias. Cualquier padre debla tenerle siempre
á la vista y decir á sus hijos : he aqui una sociedad
subterránea, que atentaba o


cobiern
ntra nuestras leyes y nues-


tro Dios, contra nuestr go nuestrosaltares y


(a) Véase para esto la carta apologética de Zwacli ; el prólogo
del iluminismo, pretenso corregido de weishaapt ; la defensa del


Baron de Bassus,
y principalmente las últimas explicaciones de


1. /ti,g9.
e. Este reconoce como suyas todas las cartas que se le atri-


buyen en esta compilacion de 103 E.critos originales, y cita tauthien


las de Weishaupt por tan auténticas como las suyas.


CAPÍTULO
-OCTAVO, 295


nuestras propiedades. Parece que por este medio una
indignacion general y sostenida habria preparado los espí-
ritus para resistir á tales maquinaciones; á lo menos los
conjurados lo habian al parecer asi temido, pues este
era el efecto natural del descubrimiento de sus proyec-
tos y medios. Pero ¿que sucedió? Que no pudiendo
destruir las pruebas, se empeñaron en impedir su publi-
cacion y propagacion. Por otra parte, las cortes y sus
ministros aun no conocian lo bastante el influjo y la
actividad de las juntas secretas; la de los iluminados de
Baviera les parecia que era mas digna de desprecio que
de temor; la misma exorbitancia de sus maquinaciones
hizo que las mirasen como quiméricas, y tambien puede
zer que la política , dando al publico estos archivos de
les conjurados, pensase que acreditaria sus capciosos so-
fiseras y aumentarla el peligro, dando á conocer sus prin-
eiphs. En fin , el idioma en que se habia escrito la com-
pilador'


de los escritos originales es tan poco entendido
en los otros reinos de Europa, que pareció mejor sepul-
tarla er un profundo olvido. Esto solamente puede ex-
plicar •etta especie de fenómeno , y aquella ignorancia
en que st hallaba toda la Europa, exceptuando única-
mente la ,Uemania, sobre los iluminados, la naturaleza
de sus secretos y la compilacion de sus archivos, cuando
yo anuncié el uso que pensaba hacer de estas noticias
en mis memorias (*).


(') Aqui debo decir, que en aquella época tenia la Espada á su ser-
vicio el real cuerpo de Guardias 'Valonas, cuatro regimientos Suizos y
otros de Extranjeros, en los cuales Rabia muchos oficiales de mérito,
luces é inteligencia suficiente de la lengua española , que podrian
haber traducido á este idioma las maquinaciones de Weishaupt ,
remitidas al Gobierno. El sedar Kaiser, espitan que fue del que
entonces se llamaba relimiento de Reeling ( de Don Teodoro ), el
ale de 1787


88 , me prestó un ejemplar impreso en Aloman, para
que le leyese ;
y cuando se le devolví me dijo : i Que Mstima


N u


caso de




"A.


96 tt LA CONSMAC.01. •


Aun causaría mayor admiracion lo que parece un mis-
terio y que seria superior á la fe humana, si los mismos
progresos del iluminismo no nos lo explicasen ; á saber,
la inaccion y apatía en que yacieron las cortes de la mis-
ma Alemania, en medio de los peligros tan inminentes
como habia manifestado la corte de Baviera. Por des-
gracia del imperio acababa de morir Federico II, cuando
se publicaron estas grandes pruebas contra el iluminis-
mo. Cuando este rey tuvo las primeras noticias de esta
conspiracion, ya descubrió todos aquellos principios de
sedicicn y anarquía que le habian obligado á arrancar la
máscara ;í los sofistas. Los iluminadoshan dicho que la corte
de Munich persiguió á Weishaupt y descubrió á sus pri-
meros iniciados, porque aquel rey la instigó (I). Si es
esto verdad que no habria hecho él .mismo, si en lr
escritos originales hubiese visto los progresos que e 3t,
canalla ya hacia en sus estados? Si Federico, tan ze' „oso
de conservar la autoridad necesaria para la permanr
y solidez de los gobiernos , y tan agraviado como estaba
de los sofistas de la rebelion , hubiese aun vivid, ,


ti
se


puede presumir que habria permitido que sus r 4inistrns
hubiesen respondido con irrisiones y sarcasmos á la corte
de Baviera , cuando esta presentó á la corte de Berlín
sus documentos y pruebas contra la secta ?Per .1) los archi-
vos del iluminismo no se descubrieron hast


.aerry 12


octubre de 1 3 86; y Federico II ya habia muerto el 17
agosto del mismo ar-io. Su sucesor estab a á discrecion
de ciertos iniciados de otra raléa , que ‘. cas i eran tan


que esta obra no se pueda traducir al español ! ( 2mrio no se explicó
mas , no comprendí lo que quería decir ; t /hora lo comprendo ,
desde que la nacion española está luchar ido con los iboninados
ultramontanos y cismontanos._ i Sic eral in fati s .1 ... ( S. y V.


(1) Véase la memoria insertada en el 3 ...lu In. I 1 del Weltande ,
taceta de Tubinga.


cáriTrLo OCTAVO. 597
malvados corno los de Baviera. El emperador José aun no
se habia desengañado en vista de las lógias que le tenian
sitiado, y otros muchos príncipes estaban ya seducidos,
enlazados, y aun amarrados al iluminismo. He aqui, lec-
tor, lo que explica aquella fatal indiferencia, y aun tam-
bien nos descubre la causa porque muchos miraron los
procedimientos de la corte de Munich como una perse,--
cucion de sus propios hermanos. Solo el obispo, prín-
cipe de Batisbona, conociendo el peligro, cooperó con
sus edictos á las providencias del elector.


Otros secretos que se hallaron con los Escritos originales.


Los documentos que publicó la corte de Baviera, son
los que han dado materia á la demostracion tan evidente
que de las maquinaciones de los iluminados hemos presen-
tado en estas memorias. Cuanto contenian los archivos
de la secta, hasta los papeles sueltos, indicaba la per-
versidad de sus medios y proyectos. En billetes, la mayor
parte escritos con cifras de la orden por el hermano
Ayax Massenhausen, habia recetas para componer su
agua toffana , que es el mas infalible de todos los vene-
nos; las habia para hacer abortar a las mugeres preña-
das, y para inficionar ó hacer mal sano el aire de un
cuarto. Se halló una coleccion de ciento y treinta sellas
de príncipes, seiiores y banqueros; y tantbien se encon-
tró el secreto de imitar ó falsificar los que la secta
pudiese necesitar segun las circunstancias. Tarnbien se
encontró la descripcion de un candado ó cerraja, cuyo
secreto era reservado á solo los iniciados. Otra descrip-
cion de un arca destinada á ocultar los papeles, la cual
se había de incendiar en el mismo momento en nue
algun profano intentase abrirla... Otros papeles sueltos,
escritos por Zwach , contenian el proyecto de introducir


i63




ig8 IIISTOBTA DE LA COWSPIRACION.
en la conzítiva de un embajador á algunos iniciados, quie-
nes entablarian en beneficio de los conjurados un co-
mercio tan lucrativo corno fraudulento. Tambien se halló
la instruceion secreta para que todos los superiores ilu-
minados aprendiesen á escribir con ambas manos. En fin,
se halló un manuscrito, todo de la misma mane <le
Zwach, titulado : Mejor que lloras; esta produccion la
apreciaba mucho la orden, por cuanto contenia todas
las blasfemias del ateísmo (1).


Castigo de algunos otros iluminados en Baviera.


A pesar de la poca impresion que la manifestador' de
estos descubrimientos hizo en los densas príncipes de
Alemania , la corte de Baviera continuó sus procedimien-
tos jurídicos contra la secta. Cerca (le veinte iniciados
fueron citados; unos fueron depuestos de sus empleos,
otros condenados á algunos anos de cárcel, y otros, prin-
cipalmente Zwach , se fugaron para librarse de la justi-
cia. No puede decirse que la del elector haya sido san-
guinaria. Ninguno sino '5Veishaupt fue condenado á
muerte. Se pregonó su cabeza; y el gobierno de Ratis-
bona , que al principio Rabia reusado echarle de su ter-
ritorio, no se atrevio despues á sostenerle públicamente.
Con esto acudió á la proteccion del duque de Sajonia-
Gota. La que aqui halló, y la que hallaron en otras
partes tantos otros iniciados, aun los que halan sido
desterrados de Munich, debe atribuirse al gran número
de discípulos, que ya tenia la secta, en los puestos mas
elevados, y aun en la clase de los príncipes. La poste-
ridad se admiraria al leer la lista de estos, sise le pudiese
presentar entera , y si no supiésemos los medios de que
se valia Weishaupt para seducirlos, ocultándoles en parte


(r) Escritos orig. tomo 1 are. r8 1 9 y 2 1 .


CAPITULO OCTAVO. 199
sus misterios, cegándolos y encadenándolos por medio
de aquellos iniciados que tenia en los ministerios, en los
consejos y en los puestos mas elevados.


Príncipes iluminados.


No pretendo que estos artificios del iluminismo excu-
sen del todo á los príncipes, discípulos de \Veishaupt.
Es cierto que antes de--pasar á ser el objeto de las ma-
quinaciones de este patriarca, ya los habil '


seducido con
su impiedad, y en castigo de esta sufrieron los abati-
mientos de aquellas. Sea lo que fuere, ello es que al
frente de esta gerarcjuía de iniciados se encuentra á Luis
Ernesto de Sajonia-Gota, cuyo nombre de guerra era
Timoleon. Cuantas cartas he recibido de Alemania, ase-
guran que este príncipe , al fin, conoció su error, y,
que en el día atiende mas á la felicidad de sus vasallos,
que á los misterios de la secta ; en tal modo que no
permite que Weishaupt comparezca á su presencia, aun-
que su corazon, naturalmente benigno , le dispensa su
beneficiencia , como lo practica con todos los que han
incurrido en su desgracia. De este modo puede expli-
carse, como es que conserve aun una pension al patriar-
ca de la secta (1). Por otra parte, sé que Weishaupt
aun tiene entrada en el cuarto de Maria Carlota de
Meininge,n, esposa del príncipe de Sajonia-Gota. Esto
acaba de explicar el asilo de que aun disfruta Espar-


(r) Acabo de saber que dicha pension no se le paga del teror
público, como lo dejo dicho en el volámeu anterior, y sí del
bolsillo secreto ó particular del Duque. Esto puede erguir una cierta
diferencia con respeto mí aquellos , que miran el superfluo del -bo(-
silfo secreto del Príncipe como cmrangero á lo que él mismo debe
al público , it la decencia , y aun á su honor y reputacion ; pero
yo estoy muy distante de seguir dicha opinion,


N' 4


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ap emotaaload apuya.b' anj tusa oluatuledpurad •sop
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204 HISTORIA Dt LA CONSPIRACION.


tegrarse en su honor el prelado Haffelin , vire-presidente
del consejo espiritual de Munich , obispo in po,,,tib„s,
conocido en los anales de la secta con el norore de
n'ion de Biblos. Los escritos originales nos piesentan
á este ?don muy ocupado en los negocios del ilumi-
nismo. ¡Es muy sensible, que haya habidg' prelados
que hayan encontrado harto tiempo y propm7ciones para
formar planes y escribir cartas, que tan alta idea hubie-
ron de dar de ellos á los gefes de los co .,,jurados(r) !


Podernos contar en la elasse de los altos iniciados
al conde de Pappenlaeim , que fue el Alejandro de la
secta , gobernador de Ingolstadt, y al conde Seinsheinz,
ministro y viee-presidente del consejo ( .te Munich. Cuando
Weishaupt reclutó á este Excelentísimo y le impuso el
nombre de Alfredo, ya conoció la importancia de esta
conquista. « ¡Que sugetos vamos ganando en Atenas
(Munich), sin que nadie lo advierta! Sugetos de consi-
deracion, ya formados del todo, y ya verdaderos mo-
delos. » Weishaupt, escribiendo estas expresiones á su
querido Caton, le encarga , Ti e no le enseñe á cami-
nar con andadores , y por Io mismo le dispensó el
noviciado. Confiaba en que c.on algun cuidado de parte
de los hermanos reclutadores , seria en breve tiempo
uno de sus primeros entusiastas. En efecto , el tiempo
demostró luego que le habia penetrado muy bien. Este
ministro iniciado concurrió personalmente á la inau-
guracion de una iglesia iluminada , y que honró
Weishaupt pronunciando en ella un nuevo discurso.
Embelesado el ministro con las instrucciones de su pa-
triarca, sacó copia y él mismo la llevó á sus hermanos
de Munich. Se admiró todo Ingolstadt al ver que con
tantos otros hermanos baja pasado el buen Alfredo


(1) Alli mismo , tomo x. carta cle Dioyzédes , y tomo a. carta I.
de Film/.


cápiruto OCTAVO. 205
visitar á Weishaupt (a); pero al fin llegó el tiempo


en que se descubrió el objeto de esta misteriosa visita,
y el ministro fue condenado á un corto destierro. No
s é á que atribuir su restablecimiento en los mismos em-
nleos de Munich, si á su arrepentimiento, ó al influjo
de sus antiguos hermanos. Lo que me aseguran varias
cartas que he recibido, es que el iluminismo no ha per-
dido su actividad en Baviera.


El conde de Kollovvrath fue tembien un iniciado muy
estimado de la secta. Este es aquel ¡Vumenio de Knigge,
y á quien quería educar el mismo Weishaupt para cu-
rarle de su teosofía; pero como se Rabia fiado su educacion
al hermano Bruto (el conde Savioli), y este viese que
con sobrada rapidez pasaba á dudar de la inmortalidad
del alma, sospechó que la inclinacion que manifestaba
al iluminismo solo era simulada y con cl único objeto
de saber los secretos de la orden. No srl si llegó á los
Ultimes grados; pero en todo caso no fue con aquel
entusiasmo del iniciado Alfredo (2).


Tambien miró Weishaupt en Colonia al baron de
Traldels corno á un iniciarlo de superior gerarquia ,
y le impuso el nombre de Cabrios; pero corno este ministro
del elector de Colonia tuviese muy poca vocacion á los
altos misterios, abandonó el iluminismo luego que
conoció sus trampas y engaños. Del mismo modo se
portó el baron de Ried¿sel, cuyo nombre de secta fue
Tolomeo-Lago, á quien destinaba el hermano Dittffurth
para que fuese director secreto de las monjas ilumi-
nadas.


Son tantas y tan densas las tinieblas con que Wei-
shaupt ocultó los verdaderos nombres de los que le que-
daron adheridos, que es imposible publicarlos , aun-


(i) Escritos Orig. tomo a. cartas 7 y 18.
(a) Alli mismo, tomo a. carta de Bruto,




206 PIISTORIA Pi: LA ccssriRAcrorr.
que. hay motivos para pensar que contaba á otros mu,,
chos iniciados en las altas gerarquías. La lista que se pu_
blieó poco tiempo despues de los escritos originales, casi
se limita á los que ya he mencionado. No obstante,
quiero insertarla aqui con algunas adiciones que el tiem-
po nos ha permitido hacer. Con ella se descubrirán ini-
ciados en los consejos, en la magistratura , en la mili-
cia y en las casas de pública educacion. Esta especie de
perspectiva general manifestará en compendio, las
gencias y atencion con que los conjurados procuraban
apoderarse de los puestos mas elevados de la sociedad
para arruinarla.


L ose A de los principales iluminados desde el a?-ío 1776 ,
fundacion de la secta , hasta el de 1;86, en </mese
descubrieron sus Escritos originales.




Tiombres de guerra. Verdaderos nombres de los iniciados.


Espartaco
Weishaupt , catedrático de derecho en


Ingolstadt, Andador de la secta.
A gri p pa


Will , catedrático en Jngolstadt.
Massenhausen , consejero en Munich.Ayax. .


A leíbiades oheneicher, consejero en Freisinga.
Alejandro. Conde de Pappenheim, general y go-


bernador de lngolstadt.
Alfredo. . . ; . Conde Seinshcim , vice-presidente en


Munich , al principio desterrado por
iluminado, despues enviado de Dos-
Puentes á Ratisbona , y últimamente
reintegrado en el empleo de Munich.


Anibal
liaron de Bassus , Grisón. .


Arriano






. Cande de Cobentzel, tesorero en Ei-
elistadt.


Atila Sanen , canciller en Ilatisbona.
Bruto


El conde Savioli, consejero en Munich.


CAPITULO OCTAVO. 207


Nombres de guerra. Verdaderos nombres de los iniciados.


Caten Xavier Zwaeli , consejero aúlico y de
la regencia, desterrado corno iniciado.


Caso Baáder, médico de la Electora viuda.
Claudio .. Simon Zwach , hermano de Xavier.
Con rucio B•yerhámmer , juez en Diessen.
Coriolano Troponero, consejero en Munich.
J) io?nédes Marques de Constanza , consejero en


Munich.
.Epicteto . Mieg , consejero en Heidelberg.
E piménides. Falek , consejero y burgomaestre en


lIanóver.
Espinoza. Münter, , procurador en Ilantiver.
E uclides Riedl , consejero en Munich.
Filon . Baron Knigge , al servicio de 13rema.


.. ileeffelin, Prelado, viee-presidente del
consejo espiritual de Munich, obispo
in parlibus (1).


(1) Antes de ser promovido á la dignidad de Cardenal , este
señor escribió una carta á S. Santidad , en fecha de x5 Marzo
de 1818 , inserta en el Diario-Romano, y es cte nuestro deber,
como de toda justicia , hacerla conocer á nuestros lectores , en
cuanto á la sustancia á lo menos.


Por ella se vé , que dicho Prelado confiesa de llano haber sido
admitido á la Academia Minerva/ de Munich, bajo el nombre de
Filen de JOb/os, lo que le constituyera , sin que él lo supiese , en
el segundo grado de los Iluminados Bávaros : mas ahade. « Que
en el mismo momento que supo y se convenció , que reinaban
ciertas inteligencias secretas entre los Gefes de esta Academia y
una nueva secta de Fanc-Mazones, conocida despues con el nom-
bre de Iluminados, rompió toda especie de relacion con ellos,
y aun que fue el primero que propuso á S. A. S. el Príncipe
Elector, tan conocidamente religioso, el tomar las mas serias pro-
videncias para ahogar en su origen una secta , tanto miras peli-
grosa, cuanto con mas arte y astucia ocultaba y disfrazaba sus
taxi pérfidos principios , bajo la apariencia de instituciones útiles ,
academias ó sociedades literarias.


Léese tambien en dicha carta : « Que , habiéndosele propuesto á




208


111ST01111. DE LA CONSPIBACION.


Nombres de guerra. Verdaderos nombres de los iniciados.
I I dnItes. . Solcber, , cura de liaching.
Livio. . Iludorfer, secretario de los estados de


Munida.
Luis de Baviera... ▪ Lori , expulso <le la orden.
maho lna. .
▪ liaron Seltrceckenstein.


Mareo-Aurelio. . . ▪ Koppe , primer predicador de la corte y
consejero del consistorio de Hantiver•


31 ario rIértel, cantínigo desterrado de Munich:
Menelée Werner, consejero en Munich.
Minos. . ....


Baron Dittfurth , consejero de la cá.
mara imperial de Ve tzlar.


Nimio . Dufresne , comisario de Munich.
11.1usdo. • . Baron Montjellai, desterrado de Munich,


acogido y establecido en Dos-Puentes.
Nema Sonnénscls , consejero y censor en


Viena.
Numa-Pompilio. . . El conde Loaron, consejero en Munich.
Pericles . El Baron Pécher juez en Amberg.
Pi/ágoras Drexl , bibliotecario en Munich.
Raimando Fronbower,


9 consejero en Munich.
Simónides


, consejero en Hantiver.


dicho serio,. Hmffelin el inaugurarse en aquella academia minerva/,
consintió en ello tanto mas gustoso , bajo el nombre de Filón de
Biblos , cuanto, habiendo preguntado cuales fueran los estatutos de
dicha sociedad, se le contestó : que su base fundamental era el no
admitir jamas escrito alguno contra nuestra santa Religion , con-
tra las buenas costumbres ni contra el Gobierno. »


Esta carta que lle g a por firma , Casimiro Hajfelin , Obispo del
Kersoncso , es no solo la mas edificante declaracion que pudiéramos
desear de la ilustrada piedad de dicho prelado , sí que tan:bien
el mas importante aviso para todos aquellos hombres que van á
alistarse con cierta confianza en esas Loi;ias Secretas, en donde se
principia por annciarles que alli mula se encuentra de contrario á
la Religion , á las buenas costumbres ni al gobierno. Nada preci-
samente , sino aquello mismo que van á prometer con juramento
y que aun ignoran, pues la secta se reserva cl revelárselo , cuando
llegará sn tiempo.


Nombres


C AríTIJLO OCTAVO. 2o0
gdeNombres Verdaderos nombres de los iniciados.ombuerra.


Salan. Micht , eclesiástico de Freisinga.
$ baron Mengenhofen, capital) alser-
yo


Tamerlan.


vicio de Baviera.
Lang, consejero en Eichstadt.


Iiaptingcr, secretario del conde Tat-Táles
tenba eh .


lbrz , desterrado de Baviera,
y despuesTiberio


secretario del imperio en Coppenhague:
Vespasiano


El baron Hornstein , Ca Munich;


Con respecto á los nombres contenidos en esta lista;
véanse los diarios alemanes de la época.


Parece que esta lista solo se haba extendido para ciar
á conocer los iniciados bávaros del primer torno de los
escritos originales. El segundo torno da noticia de la ma-
yor parte de los contenidos en la siguiente, sin contar
el prodigioso número de quienes se ignora el nombre.•
Los nombres de los sugetos , á cuya con tinuacion no
citaré las páginas del segundo tomo, los he leido en los
periódicos de Alemania, ó en Memorias y cartas parti-
culares.


ADICION la lista anterior.


Nombres <le guerra. Verdaderos nombres de los iniciados.
/latón. P F V B. en alemán Prinz Ferdinand


V011 Braunsehiveig , es decir : Prín-
cipe Fernando de Brunswick (1).


isteo.cio . El doctor Koppe, superintendente, an-
tes de Cota, y despues de Hanóver(2).


gatocles
Sehmérber , mercader en Francfort


sobre el Mein (5).


(a) Escritos orig. tomo 2, pág. 122 y 184.
(3) Alli mismo pág. 123.
(3) pág. ro.
Tomo Ir,




210
II1STOMA DE LA. CONSPIRACION.


Verdaderos nombres de los iniciados.Nombres do guerra.
Agiá ........


Krirber, ayo de los hijos del conde
de Stolberg en Neuwied (o).


Alberoni.
Blcubetren, antes julio y despues con.


sejero de la cámara en Neuwied (2),
Bode, consejero íntimo en Weymar(5).


De Barres , fue Mayor de un regi-
miento de Francia (4).


Compe , bailío en Wienburgo , terri-
torio de HztnCvcr.


. . El baron de Ensebe , hanoveriano ,
oficial al servicio de Holanda (5).


Peterson , en Worms (6).
Conde de Stoiberg , tío materno del


príncipe de Neuwied, y con él toda
la corte, los favoritos, secretarios ,
consejo , todos sin excepeion (7).


Creseens ..... • El baron de Dalberg, auxiliar de Ma-
guncia (S).


Crisipo. Kolborn , secretario del auxiliar de
Maguncia (g).


. Schweickart , en Worms,
Moldenbauer , profesor protestante de


teología en Kicl, en el Hoistein (io)
Barco de Greifenclau, en Maguncia(1 1)


Leveller (nivelador). Lenclisenring , de Alsacia, maestro de
los principes de Hess-Darmstadt,
pelido de Berlin, y refugiado en Paris.


(I) Alli mismo pág. x81.
(a) pág. 181.
(3) pág. 213, 221. cte.
(4) pág. 183.
(5) pág. 185.
(6) pág. 206.
(7) Pág. • 69 y 189.
(8) Memorias , cartas, :y periódicos alemanes.
(9) Escritos orig. tomo 2, pág. 7 3 y roo.
(ro) Alli mismo, pág. 198. - (Ir) pág. 196.


C.5.1› ¡TUL° OCTAVO.
YoMbres de guerra.
Verdaderos nombres de los iniciados.


Luciano..... . . . Nicolai , librero y periodista en Ber-
lín (1).


Manelon. ...... Schmelzer , consejero eclesiástico en
Maguncia (2).Mareo-Aurelio. .


• . Féde• , profesor en •Gotinga (3).N
....
catedrático de teología en


Copenhague (4).
Nwncnio


El conde de Kollowrath en Viena (5).
Pedro Colon.


Yógler,
, médico de Neuwied (6).


Pico de la Blirándida


Brunner , Presbítero en Tiefenbach
en el Obispado de Espira (2).


Fischer ministro luterano en Aus-
tria (8).


Kamtgen , ministro_ protestante en


Thlt °leo?? .


Petzun , en la Frisia oriental (a).
Ernesto-Luis , duque de Sajonia-


Gota (lo).
Lgalter-Für t
kugusn) de Sajonia-Gota (i 1).


(o) Alli mismo pág. 28.
(a) pág. 296.
(3) pág. Sr.-A este Doctor Feder,


, al Doctor Fa/ek y
• á otros


cofrades de la universidad de Gotinga , causó tal ilusion el grado
de Epopta, tan notoriamente impío, que Weisbaupt escribió á
Catos de este modo : «


sois capas de creer el ruido que mete
» este grado, y ¿Llanto le aprecian los nuestros. Lo que causa
a mayor admiracion , es que grandes teólogos protestantes y refor-
» nudos ( luteranos


. y calvinistas ) que son de nuestra orden , creen
• que realmente ven en este grado el espíritu y verdadero sentido
a del cristianismo i isla pobres humanos ! d Que no podria 2


•o Laceros
» creer e Escritos orig. tomo


carta 18.(4) Alli mismo , pág. ra3.
(5) pág. 199.
(6) pág. 188.
(7) Pág. 174.
(8) Pág. 204.
(9) Pág. 184.
(ro) Varias memorias.
(II) Alli mismo.


Amelio
Arquelao


Arislodemo'


Bay ardo


Belisario
Campanellit


Cirilo. .
Gotescalo..


Hegesias


211


Teognis


N.


O 2




212 HISTORIA Du LA coNsrmACiON.


No pongo en esta lista al iniciado Esquilo ( Carlos
Augusto de Salónia-Weymar), por cuanto ha renuncia-
do el honor de ser discípulo de Weishaupt. Deberia
colocar en ella, y con gran motivo , al difunto príncipe
de Neuwied : seria el quinto príncipe entre los inicia-
dos; pero ya murió, y no tengo aun pruebas suficien-
tes para llenar su vacío con el nombre de otros prín-
cipes ,. cuyo iluminismo ya no es dudoso en Alema-
nia.


CAPÍTULO NONO. 213


CAPITULO IX.


NUE7O5 GRFRS Y NUEVOS RECURSOS DEL ILUMINISMO; INVEN-
CION DE LA MAZONF,111A JESUÍTICA , Y RESULTADOS DE ESTA
FÁBULA.


Estado y disposiciones de los iluminados despues del des-
cubrimiento de sus maquinaciones.


F.4 NTBE los escritos que la secta Labia inútilmente pre-
tendido ocultar á la justicia, se halló , escrita de la mano
de Zwach, esta bien consecuente nota : «Es preciso para
restablecer nuestros negocios, que algunos de nuestros
hermanos los mas hábiles, que se han librado de estos
reveses, ocupen el lugar de nuestros fundadores ; que
se desprendan de los malcontentos, y que de concierto
con nuevos escogidos trabajen en restituir á nuestra
sociedad su primitivo vigor (t).» Weishaupt, al mismo
tiempo que se habia fugado de Ingolstadt , amenazaba
á cuantos habian influido en su destierro con cambiar
un din todo su gozo en llanto (2). Con esto ya se descu-
bre que los iluminados en nada pensaban menos que en
renunciar á su conspiracion. A pesar de .que esta se habia
manifestado tan terriblemente amenazadora, parecia que
todas las potencias afectaban dejarles todos los medios
para continuarla con mas actividad.


Exceptuando solamente á Weishaupt, que con su fuga
se Julia puesto al abrigo de los jueces, ningun otro de


(1) En las últimas páginas del tomo a. de los escritos mig,
(2) Carta á Fischer.


e


0 3




21 4 IIIST0111Á DE LL CONSPIDA.C1ON.
los conjurados }labia sido condenado en Baviera á mas
castigo que al de un destierro ó cárcel pasagera. En
todo el resto de Alemania, desde el HolStein hasta Vene-
cia , y desde Livonia hasta Estrasburgo , ninguna averi-
guacion se hizo en sus lógias; y la mayor parte de los
iniciados, tenidos por mas culpables, mas hallaron pro-
teccion que indignacion de parte de los mismos contra
quienes dirigian sus maquinaciones. A pesar de las prue-
bas mas auténticas y evidentes de la felonía de Zwach,
y muy pocos días despues de que se hubiesen adquirido,
logró y publicó certificados de su probidad y fidelidad
d las leyes de su príncipe; certificados, que mas parecia
que los babian firmado sus cómplices, que los miem-
bros de un consejo áulico (1); en vista de los dichos,
el príncipe de Salm-Kyrburg le llamó á su corte, sin
duda para que le sirviese con la misma <fidelidad. Los
conjurados Bruto (Savioli) y Diomedes (Constanza ) po-
dian en cualquiera parte agregar nuevos iniciados á su
conjuracion, con las pensiones que á ambos hacia el
mismo príncipe que la habia descubierto en sus estados.
Aquel Tiberio (Nerz), cuyas infamias patentizan los mis-
mos escritos originales, las llevó en triunfo hasta Copen-
hague, cuando acompañó á esta corte al embajador del
imperio. El iniciado Alfredo (Seinsheim), suplió el favor
de su príncipe con el de Dos-Puentes, y la intriga nego-
ciaba ya la gracia de su regreso á Munich. El mismo Weis-
haupt disfrutaba tranquilamente del asilo y pensiones que
le concedian unos príncipes, que mas eran víctimas su-
yas que discípulos. Jamas ha habido conspiracion mas
monstruosa ni mas patente ; pero tampoco ha habido
conjurados que hayan hallado tantos medios para con-
tinuarla á la sombra de los mismos que eran su gran-


CAPITULO NONO. 215
de objeto. De este modo todo pronosticaba, que la fuga
de Weishaupt seria para la secta lo mismo que fue la
fuga de Mahotria para el Islamismo , es decir , la época
ó la lie'gira de nuevos y mayores resultados.


Precauciones de los iluminados para ocultar la continua-
cien de la secta.


Las precauciones que le habia dictado la experiencia,
suministraron á Weishaupt unos medios que combinó
aun con mas profundidad, para enlazar, segun su máxi-
ma favorita , en su nuevo santuario , la apariencia de
la ociosidad con los recursos de su mayor actividad. Sea
que, satisfecho de haber puesto losildamentos de sus
maquinaciones , y de haber llegado raquel tiempo que
habia previsto en que podria gloriarse de que todas las
potencias no serian capaces de destruir su obra ; sea
que, satisfecho de haber ya formado sugetos que en ade-
lante podian presidir á su areopágo, solo se habia reser-
vado el cuidado de dar sus consejos en las ocasiones
mas importantes y de desenvolver sus planes; lo cierto
es que, aunque no nos constasen sus trabajos en cali-
dad de gefe, y aunque los archivos de la secta hubiesen
sido inaccesibles , no por eso nos faltarían pruebas de
las maquinaciones en que entonces se ocupaba. Supli-
rian la falta de sus escritos los monumentos públicos.
Habiéndose ya dado á conocer sus iniciados, ya es fila
observar sus taréas y combinar sus artificios. Varios es-
critores zelosos de Alemania se nos han anticipado en
este particular, y con esto adquirirá la historia nuevas
demostraciones.


(1) Véase su apéndice á los escritos orig. pág. 35 y 3G.




HISTORIA DE LA COSSPIAACION.


Observacion'''no table sobre la secta.


El mayor empeño de los iluminados, despues de la
publicacion de sus escritos , fue persuadir á toda la
Alemania , que ya no existia su orden, y que todos sus
iniciados habian renunciado, no solamente á sus miste-
rios conspiradores, sino tambien á la mutua correspon-
dencia que en calidad de miembros de una junta secreta
habian tenido entre sí. No han sido los primeros píca-
ros, ni los primeros sectarios , que han pretendido se
mirase como quimérica su existencia, al mismo tiempo
que propagaban con mayor actividad sus maquinaciones
y principios. Pero en esta ocasion se desmintió á si mis.
aria la maldad. Lugo que salieron al público aquellos
escritos que han tERnifestado al mundo la conspiracion
que habian tramado los iluminados y sostenían las tras-
lógias mazónicas, los hermanos zelosos de las riberas
del Támesis pidieron socorro á sus cofrades alemanes, para
borrar en Londres la impresion que habian hecho los
escritos de Zimmerman, de Robison y mis Memorias.
Las quejas que dieron los hermanos ingleses y la res-
puesta auxiliar del hermano ilettiger, se insertaron en el
Mercurio aleman núm. 12 pág. 267. Esta misma res-
puesta, con poca diferencia, despues de haber atrave-
sado los mares, se insertó en el Montkly Magazine nóm.
2 7 , del mes de enero de 1798 , para que supiesen los
ingleses, « que cualquier hombre que se ocupa en quitar
el velo al iluminismo, no hace mas que perseguir una
quimera, ó desenterrar unos proyectos que ya ha mu-
cho tiempo que estala sepultados en el mas profundo
olvido; pues ya desde el año 1 790 no se hacia algun
caso de los iluminados, ni siquiera se habla de ellos en
las lógias alemanas, como lo prueban con toda eviden-
cia los escritos de Bode, quien despues de haber sido


CAPÍTULO :colo. 217
gefe de la orden, habia muerto en el arlo de x784.
En estas palabras del senior Bsettinger ya se descubre tina
confesaos, muy digna de notarse, y que va se publicó
en Alemania para confusion de los iniciados. Algunos
escritores zelosos les han contestado, diciendo : «Ahora
convenís en que los misterios del iluminismo fueron los
de las lógias unszónicas , á lo menos, hasta el año de
1790: luego los periódicos y escritores que llamaban la
atencion de los príncipes sobre los iluminados ; Zimmer-
man , Hoffmann , Starck y muchos otros, cuyos escri-
tos quereis sufocar, tienen á lo menos razon para decir
al público, que vuestra secta no quedó destruida con el
descubrimiento de sus maquinaciones en los al -íos de
x786, y aun de 1785, como lo habiais pretendido dar á
entender los que sois sus escritores iniciados, ó que son
vuestros asalariados (1).. En el tila les parece á los con-
jurados, que basta hacer creer que ya no existe su secta
despues del ario 1 790, para de este modo poder conti-
nuar sus maquinaciones sin alguna oposieion. Pero este
artificio tampoco servirá ya, pues saben los pueblos, que
si la secta ha sabido mudar de aspectos, no por eso ha
dejado de ser secta , ni de aumentar sus fuerzas y sus
medios de corrupcion.


Bode nuevo geJi de la secta.
Otra declaracion hace aqui el señor liiettiger, á quien


podernos llamar el dou Quijote de los iluminados, y re-
cae principalmente sobre el hermano Bode, de quien
dice que este su héroe llegó en efecto á ser gefe de los
iluminados alemanes. Aun no !labia habido iniciado que
hubiese confesado esto; me serviré de ella , pues me hace
muy al caso para apoyar las noticias que ya tenia de
este famoso sugeto. Sigamos pues Los pasos de este héroe,


(i) Eudemonia tomo 6. núm. 2.


216




218 HISTORIA DE LA comnucioN.
Cuyos talentos para las conspiraciones apreció tanto Knig-
«e Pero demos antes alguna noticia circunstanciada de
b •los méritos del señor Bacttiger, director del colegio de
Weymar, tan célebre por el elogio que hizo de Bode,
con que tanto dió que reir en Alemania, y por otros
muchos títulos que para el ridículo le han dado sus
producciones. Los Ingleses tienen mucho que disimu-
larle , en vista de las disertaciones que ha insertado en
algunos de sus periódicos, sobre las Damas Romanas,
sus tocadores y abanicos; sobre la América, China y va-
sos etruscos; sobre la habilidad de unhistrion, y sobre otros.
asuntos. Todo esto ya lo saben los Ingleses; pero tarn.,?-
bien es bueno que sepan , para que no vuelvan á citar-
nos la autoridad de esto sugeto , que en Alemania se
ha hecho tan famoso por su demagogia, como lo es en
Inglaterra por aquellas necedades sobre el tocador y los
abanicos. Es bueno que sepan que con ocasion de la
victoria tan decisiva del almirante Duncan, tuvo la des-
vergüenza de manifestar la rabia de su jacobinismo en
un periódico, poniendo en duda si aquella victoria la
consiguieron los Ingleses con los auxilios del cielo (5 del
infierno, y afirmando que muchos creen, que para la


felicidad de los mismos Ingleses habria convenido mas que
la hubiesen perdido que ganado. Tal es el sugeto cuyas
cartas quieren algunos poner en contraste con el patrio-
tismo del señor Ilobison .— Este mismo sugeto, escri-
biendo á los Ingleses, les ha dicho que no era iluminado:
le creyeron en Inglaterra; pero los alemanes le pregun-
taron : ¿que era pues lo que hacia en las logias minen-
vales de Weymar? Con que derecho ha heredado algu-
nos escritos de un gefe iluminado , cuando segun todas
las leyes de la secta , solo pueden ser herederos los her-
manos i) Despues de haber estado tan enlazado con Bode,
¿ como continua aun en trabajar con el iniciado Wie-
land en el nuevo Mercurio alenum?„.


CÁPíTIJLO NONO.
219


Este auxiliar mismo se dirige á los Ingleses y les dice:
que el duque de Sajonia-Gota no tendria inconveniente
en dejar ver y examinar los archivos de Bode, si se le re-
quiriese y suplicase; pero se guardaria muy bien de decir
otro tanto á los Alemanes, á quienes habla solo de un
príncipe depositario de aquellos escritos, pero cuyo nom-
bre no se atreve a pronunciar. Sabia sin duda , que
algunos sabios alemanes, mucho mas cercanos y próxi-
mos, se hubieran aprbsurado en hacer y verificar dicho
exámen llenos de confianza , si la palabra de B‘ettiger
sin embargo vale lo bastante para aquellos que creen saber,
que dicho príncipe tiene sus razones para no dejar ver
con tanta facilidad los dos cofres de dichos archivos,
que compró harto caros, ni para acceder á aquella espe-
cie de invitacion que hizo á las denlas cortes la de Bavie-
ra , dando á luz los escritos originales Y yo, por mi
parte, invito no menos al redactor del Monthly Maga-
zine , á insertar en su periódico estas reflexiones, como
lo hizo con la carta de B(ettinger al señor Bobison (núm.
2 7 , enero de 1 798). llágole esta invitacion, porque se
me ha informado y dicho, que, alucinados y engañados
por dicha carta, no faltan gentes que piensan , que esta
secta, la mas funesta y artificiosa de cuantas se cono-
cen , no es otro que un ente fantástico ó inventado á
placer.


Por lo denlas, no se hallan en Gota todos los pape-
les de Bode. lile consta que se estau imprimiendo hoy
dia muchas de sus cartas, y. se me asegura que, con-
formes en un todo con mis memorias, las apoyarán y
justificarán mas y mas. Dejémoslo asi , y pasemos á ob-
servar los pasos de Bode.




220 RISTOP.1A DE LA CONSE1BAC1ON.


Objeto de la fábula de la Mazonería Jesuítica.
Desviar la pública atención hácia maquinaciones fabu-


losas, á fin de que no se atienda á las verdaderas, y con-
tinuar de este modo sus conquistas en las lógias mazó-
D ieas , y extenderlas á todas las clases de literatos para
inficionar de este modo con sus principios á toda la masa
del pueblo, fueron los grandes proyectos de Amelio
Bode y de los nuevos areopagitas, que el iluminismo
Italia elegido para gefes suyos, despues de la fuga de
Weishaupt y dispersion de los iluminados bávaros. Entre
los grandes medies de que se valieron, hay uno, que
le habria yo tenido por una ridícula y despreciable fábu-
la, de la cual á penas habria hecho ,mencion , si la secta
no hubiese sacado de ella un partido tan estupendo y
fatal. Este medio es la fábula de la franc-nzazonerla
Jesuitica. Muchos tomos se han escrita en Alemania sobre
ella , ya por los autores de esta fábula, para sostenerla,
y por otros para Besen gastar al público , y descubrir este
nuevo artificio del iluminismo. Quiero ahorrar á mis
lectores la molestia de leer unos pormenores que en el
dia ya son inútiles, y me limitaré á lo que es preciso
saber para descubrir los progresos de la secta , hasta que
llegó á la cima de su poder en las revoluciones que
hemos visto y tocado.


Filon Knigge , en un escrito que publicó en 1781.,
bajo el nombre de dloisio Illayer, ya labia apuntado
alguna cosa de esta fábula al patriarca Weishaupt. Habia
vuelto á la carga en la circielar, , que de orden de Espar-
taco labia dirigido á las lógias mazónicas, y aun insistió
de nuevo en sus adiciones á la historia de los -
mazones (1).


(r) A mas de las obras citadas , véanse en los escritos orig.
tomo a , la carta 22 de Weishaupt , y la r de Filon.


CAriTTJLO YOZSO.
221


Los iniciados Ostertag de Batisbona , Nicolai y Blester
de Berlin , y una multitud de otros iniciados se empe-
fiaron con sus escritos en acreditar esta fábula. Hasta
aqui no fue fácil formar una idea exacta sobre la ver-
dad ó falsedad de esta historia de la franc-mazoneria
Jesuítica, hasta que Bode, al fin, reunió cuanto se Babia
dicho, y aun cuanto se debla decir sobre el particular,
y lo envió al hermano Bonneville que se hallaba en Paris
(1). Este publicó un escrito con el título : Los Jesuitas
expelidos de la mazonerla (a), el cual se envió á todas
las lógias regulares , como que era el último golpe que
debia de confundir á aquel famoso fantasma.


Si reunimos todos estos escritos, veremos que el pri-
mer objeto que se propusieron, fue hacer- creer á los
franc-mazones, que todas sus lógias las dirigian secre-
tamente los Jesuitas; que todos los franc-mazones, sin
pensarlo, eran esclavos é instrumentos de una conzpalía,.
que ya 'labia mucho tiempo que miraban como extin-
guida, pero cuyos dispersados miembros conservaban un
imperio vergonzoso para los franc-mazones, y que debian
temer las naciones y sus príncipes. El último resultado
de toda esta fábula , era que los verdaderos misterios
de la franc-mazonería no se habian de buscar en los
iniciados de Rosa- cruz , ni en los caballeros escoceses, ni
menos en la ,franc-nzazonería inglesa, ni en los de la
estrecha observancia, sino solamente en las lógias ecléc-
ticas, dirigidas por los iluminados (3).


Resultados de esta fábula.
Como el solo nombre de Jesuitas era tan terrible para


muchos, en particular para aquellos que nunca supieron


(r) Endliche Schiksal , pág. 38.
(a) Les Jésuites chassés de la ilalonneric.
(3) Véase la circular de Filon y su conclusion.




222 HISTORIA DE LA coNsrutÁcios.
perdonar á estos religiosos su zelo por la religion cató-
lica, es preciso convenir, en que si su constancia en de-
fender á precis iglesia fuese un delito, merecian muy bien.
el odio que les habian jurado sus enemigos. Es te es el
motivo porque en muchas provincias (le Alemania, prin-
cipalmente en aquellas cuyas lógias poblaban lospro-
testantes, produjo esta fábula un tan grande efecto, que
por espacio de mucho tiempo no se habló de otra cosa
sino de Jesuitas, cubiertos con el velo (lela mazonería,
y de su grande conspiracion. Cualquiera babria dicho
que ya se 'labia olvidado la de los iluminados; y esto
era lo que en gran parte querian ; pero no era solo esto.
Como los mazones de las lógias ordinarias oian repetir
con tanta frecuencia, y aun se les echaba en cara, que
los Jesuitas los llevaban engallados , abandonaron sus
Rosa•cruz y su estrecha observancia, para acudir á las
lógias eclécticas, que dirigian los iluminados. Fue tan
completa la revolucion mazónica y tan fatal para la anti-
gua mazonería, que á los venerables zelosos de sus pri-
meros misterios, creyendo la ficcion de los Jesuitas franc-
mazones, les pareció que estaban viendo una conspira-
cion, digna solamente de los Dantones y Robespierres
(1). A los perspicaces les pareció que ya }labia llegado la
hora de descubrir este lazo, á fin de vindicar su honor
é impedir la desercion ; pero llegó tarde el desengalio.
Por otra parte, como este le daban los protestantes con-
tra los Jesuitas, porque no los conocian, no se les dió
crédito (2). Cuando al fin , los alemanes abrieron los
ojos, la mayor parte de sus mazones ya se habian pasado
al iluminismo, temerosos de no ser Jesuitas; y los res-


(i) Emiliches Schicksal , pág. 32.
(2) Alli mismo , y séanse los escritos titulados: Der aufgezogene


worhang der frey-maurcrey, , etc. y sobre todo sus últimas cien pági-
nas. Uber die alter, und amen mysterien : cap. 16. etc.


eieíTVLO NONO. 223
tintes hubieron de abandonar las lógias para no ser mazo-
nes ni Jesuitas. Asi se cumplió en Alemania aquella
promesa amenazadora de Weishaupt , de conquistar á
los de la estrecha observancia y de Liosa-cruz, ó bien de
destruirlos.


Si la sorpresa no impidiese con tanta frecuencia la
facultad de discurrir, causaria admiracion que los ma-
zones hayan caido en un lazo armado con tan poca
finura. En efecto; (lígaseles á la madre-lógia de Edim-
burgo, á las grandes lógias (le Londres y de Yorek, á
todos sus directorios y á todos sus grandes-maestres :
« Creiais tener las riendas del mundo mazónico, y os
contemplabais como si fueseis los grandes depositarios
de sus secretos y repartidores de sus diplomas; pero no
erais, ni sois, sin saberlo, y sin advertirlo, sino unos
títeres, cuyos hilos tienen los Jesuitas, y que mueven
segun su voluntad. » ¿Podria inventarse una cosa mas
humillante del espíritu y mas contraria al sentido comun,
de que tanto blasonan estos héroes <le las lógias mazó-
nicas ? Sin embargo, á esto se reduce nada la fábula de
la mazonería jesuítica. Sus autores y propagadores, ha-
blando particularmente de los Ingleses , dicen : «Hay
algunos mazones ingleses que sospechan que los llevan
de las narices; pero son pocos... Entre ellos, mas que
en cualquiera otra parte, se hallan ciertos sugetos que
(le cuando en cuando renuevan la idea de que tienen
superiores incoknitos.» Estos incógnitos que llevan de las
narices á los franc-mazones ingleses, siempre son los
Jesuitas (1).


Esta reconvencion se hizo bien presto general. Toda
aquella multitud de grados, que se habian inventado


(r) Véasg
cl escrito titulado : Los Jesuitas eapelidos de la mazonería


parte a. pág. 3s y 3a.




224 DISTORIA DL LA coysanuctox.
en Francia, Suecia y Alemania, no menos que los de
Inglaterra y Escocia, se atribuyeron á los Jesuitas (x).
Se les dijo á los matones; que su estupidez epidémica
les impedia sentir su esclavitud ; y, resentidos con estas
reconvencion es , dieron crédito á aquella fábula. Lo que
causa mas admiracion , es que los franc-mazones alema-
nes no hayan conocido aquel absurdo. Sus grandes inicia-
dos, sus diputados, elegidos de todas las naciones se reu-
nieron en Wilhelmsbad; han tenido en menos de treinta
años, cinco ó seis asambleas generales; ¿ como puede
componerse , pues , que todos estos hermanos que cote-
jaron sus secretos, su régimen y leyes , que miraron y
volvieron á mirar , meditaron y corrigieron sus miste-
rios y códigos, hayan sido tan estúpidos, que ni siquiera
sospechasen , que eri aquellos congresos y en todas sus
lógias no eran mas que unos viles instrumentos y escla-
vos de los Jesuitas? Aqui no hay medio; una de dos:


todos los franc-mazones son unos torpes ignorantes
y estúpidos , ó toda esta historia de los franc-mazones
Jesuitas no es was que una invencion absurda. Si lo pri-
mero; déjense pues de celebrar sus luces y ciencias. Y
si lo segundo, ¿ á que fin acuden de troFel á las lógias
de los iluminados , para huir de los Jesuitas?-Aun se
patentiza mas lo desatinado de esta fábula , si se refle-
xiona, - que al frente de los franc-mazones estaban los
Felipes de Orieans, los Condorcets, los Sieyes, los Mira.
beaus , y tantos ateos y deistas, y tantos encarnizados
perseguidores y asesinos de los Jesuitas y de la religion
que estos profesaban y predicaban.


Adelantemos : ¿En que tiempo aun se ha hecho de estos
religiosos los grandes-maestres y los grandes directores
de las lógias mazónicas, esparcidas desde el oriente al


(i) Véase la circular de Filen.
occidente a...


cArimo NONO. 225
occidente?... En que tiempo ? Despues de los decretos
de su destruccion y bula de extincion ; cuando ya no
componian cuerpo ó comunidad ; cuando vivian disper -
sados sin vínculos ni régimen coman , ocupados como
cualesquiera otros eclesiásticos en las funciones del cle-
ro, y bajo la inspeccion de los obispos. ¡ Y se pretende
que en esta época gobernaban un cuerpo tan numeroso
y vasto como lo es el de los franc-mazones !.... En esta
época, en que, despojados de todo, expelidos de sus
casas, y teniendo á penas con que sustentarse , se pre-
tende que nadaban en los tesoros de las lógias mazó-
nicas En una época, en que oprimidos con el yugo
de la persecucion , continuaban en practicar y predicar
las virtudes evangélicas , hay quien se atreva á impu-
tarles alguna impiedad secreta ó miras de una política
criminal !... En verdad, que si son impíos , son tan poco
diestros como los que les atribuyen la impiedad. Si son
impíos, deistas ó ateos; si intentan la rebelion y la anar-
quía, no han tenido habilidad para representar su papel;
pues sus mayores contrarios y los que han causado su
total ruina, son los impíos, los deistas, los ateos, los revo-
lucionarios-y los anarquistas de aquella franc-mazonería
que todo lo ha trastornado. Si son ellos los grandes
autores de todos esos nuevos misterios de la masonería,
ha sido su política muy estúpida, pues para introducir-
los en las lógias se han valido de unos sugetos , la mayor
parte protestantes, cuales fueron el baron de Ilund y
Zinnendorf. Si se han multiplicado aquellos misterios
solo para introducir y fomentar aquellas rivalidades,
odios y guerras intestinas, á las cuales no han sido ca-
paces de poner fin todos •los congresos que han tenido
los hermanos, ¿será todo efecto de la profunda política
de los Jesuitas?... Estos formidables franc-mazones, para
aumentar su poder , ¿habrán hecho que se magullasen


Tomo IV.




226 HISTORIA DE LA CONSPIRACION•


y destrozasen mutuamente todos aquellos títeres mazó-
nicos, hasta no quedar alguno con cabeza, en lugar de
reunir á tantos millones de hermanos, ó esclavos, bajo
una misma ley , para que les sirviesen de barrera contra
sus enemigos? Estupenda política fuera esta!...


No es posible presentar todos los desatinos que entran
en la composicion de esta fábula , la que aun se des-
cubre mas absurda si se atiende á las pruebas en que
la apoyaron sus artífices. Como puede suceder que algu-
nos lectores sospechen , que cuando califico de delirios
y absurdos á lo que los iluminados nos presentan corno
demostraciones de la frane-mazonería jesuítica, lo hago
para evitar una refutacion mas seria, me ha parecido
producir aqui los documentos y principales pruebas que
alegan para acreditar aquella fábula. El iniciado Mira-
beau , tan celebrado por sus cofrades, ó por mejor decir,
el iniciado Mauvillon , reclutador é inspirador de aquel,
pretende, que no se han de mirar como si fuesen algun
sistema , sino como un cotejo y compilacion muy com-
pleta, exacta y los principales hechos, que guiaron la
Alemania al descubrimiento de esta mazonería jesuítica
(t). Atendamos al contenido de aquel famoso libro titu-
lado : Los Jesuitas expelidos de la franc-mazonería , y su
puñal destrozado por los matones (2) . En la portada de
este impreso hay una lámina en la cual está gravado este
puñal , y en la misma se ven compases, escuadras, trián-
gulos , águilas estrellas , y los denlas emblemas de la
mazonería escocesa. Si alguno pregunta : ¿ á que Jesuita
se le encontró este puñal? No se le responderá; pero en
satisfaccion , he aqui el modo con que este autor pre-
tende demostrar, que los grandes autores y directores de
la mazonería escocesa son los Jesuitas.


Ilirabeau , Monarquía Prusiana , tomo 5. lib. 8. pág. :77.
(a) Les Jésuites chassés de L Magonuerie, et leer poignaid brisé


par les mnons.


CAPÍTULO Di ONO. 227
Boneville descubre cuatro grados en esta mazonería


que son , los de aprendiz, compañero, maestro, y maestro
escotes. La contraseña del primero son estas palabras,
Booz y Tubalcain; y para los demás grados, Schiboleth,
Chiblim y Noturna. Como en la demostracion de la fraile-
mazonería jesuítica, que iba á hacer, no halló lugar para
introducir la palabra Booz, la omitió, tomando sola-
mente, para el fin que se habla propuesto , las iniciales
de las cuatro otras T. S. C. Ñ. He pues aqui su de-
mostracion : Los Jesuitas tenian tambien cuatro grados;
el primero de los legos, que en todas las órdenes reli-
giosas se ocupa en el servicio de la comunidad. A estos
legos llamaban los Jesuitas coadjutores temporales. Bone-
ville, dejando la palabra coadjutores, toma la inicial de
la palabra temporales; con esto ya tiene una T. que es
la inicial de Tubalcain, y por lo mismo el aprendiz
franc-mazon es el coadjutor temporal de los jesuitas. El
segundo grado de estos era el de los jóvenes, que se
dedicaban á los estudios, á los cuales llamaban Scholas-
tici. De este toma Boneville la inicial S; y por lo mis-
mo , los Sekolastici de los jesuitas son los Schiboleth de la
franc-mazonería. Sobreviene el tercer grado de los jesui-
tas, que era el de los coadjutores espirituales. Aqui Bo-
neville no se acuerda de la palabra espirituales, y para
hacer evidente su demostracion, toma la inicial de coad-
jutores de la cual se olvidó en el primer grado, y con
esta ya tiene el Chiblinz ó maestro franc•mazon. Elúlti-
mo grado de los jesuitas era el de los profesos, esto es,
el de los que á los tres votos ordinarios añadian el cuarto
de ir á predicar el evangelio á donde los enviase el Papa.
La letra inicial de esta palabra profesos, trastornaba toda
la demostracion y cálculos del buen Boneville; él nece-
sitaba de una N. y no de una P. Pues ¿que se ha de
hacer? llámense los profesos nuestros; con esto la demos.


P 2




228 TILSTOPIA DE LA CONSPIRACION•


tracion está corriente y el Jesuita profeso es el Notuma
maestro escoces de la franc-mazonería. t Puede haber
demostracion mas evidente de la franc-mazonería jesuí-
tica (a)


Aun hay algo mas. ¿Qniere el lector d emostrar con
Boneville , que esta palabra mazon da exactamen te por
resultado el grado perfecto de los jesuitas, que es el de los
profesos? Pues no hay mas que hacer sino suponer, que
á las 24 letras del alfabeto se sustituyen a4 números ,
empezando por el r pata la A; z para la B; 3 para la
C; y asi hasta el 24, para la Z. Supóngase tambien que
los jesuitas adoptaron esta cifra , que es tan fácil, y con
esto se podrá decir con Boneville, que las cuatro pri-
meras letras de la palabra nzazon DI. A. S. O. dan por
total 45 : : la DI. 12 : : la A. r : : la S. 18 : : (2) y la O.
i4. Falta la N. pero esta es la inicial de nuestros, que
indica, que los jesuitas no podian llegar al grado per-


cto , d del cuarto coto, hasta cumplidos los 45 de edad.
Lástima que esto sea falso! Las constituciones de los


jesuitas solo exigen 25 arios cumplidos para la profesion
de los cuatro votos, y haber ademas concluido los estu-
dios de teología (3).


Si yo , para aumentar la demostracion de Boneville,
aiíadiese, que la G. ó el God de los mazones es para
este calculador el general de los jesuitas, porque God
y general empiezan por Que Jubal , el músico de
los mazones, es tambien un Jesuita, porque ambas pala-
bras comienzan por J.... Si yo aun dijese, que el l'irían-
Abzf de los misterios, tambien es Jesuita , porque la ini-
cial H. vale 8, y la A. 1, que son nueve , número cor-


(a) Los Jesuitas expelidos ele, tomo 2. pág. 5 y 6.
(2.) Mazan en frances no se escribe con s, sino con c)—, y Por


lo mismo el número correspondiente á esta letra ya no es 18. sino 3•
(3) consr. de los Jesuitas, parte a. cap. 2. n. ' a. de admitteralls•


CAPÍTULO Notio• 229
respondiente á la J.... : en fin, si yo dijese que cuanto
acabo de decir no es mas que una muda parte de
las quinientas ó seiscientas inepcias que Boneville da
por demostraciones de la mazonería jesuítica, tal vez no
creeria el lector que yo he copiado fielmente el texto
de este iniciado; pero el que no lo crea, lea las prime-
ras páginas del escrito que he citado ; léalas con refle-
xion , si es capaz de hacerlo sin asco é indignacion , en
vista de un escritor que con tanta desvergüenza se burla
del público..


En cuanto á lo que Filon Knigge, Nicolai , Bode y
cofrades dicen para hacer odiosos á los franc-mazones,
respondo : póngase esta palabra Jesuitas en donde se leo


franc-mazones ó rosa cruz, y sin el menor trabajo se
descubrirá el objeto de todos los escritores del iluminismo.
Como si al autor de la historia y del código de Weishaupt
le hubiese parecido poner en toda ella esta palabra Jesui-
tas donde debia leerse iluminados, sin haber sido capaz
de seiialar á un jesuita sobre el cual hiciese recaer la
acusacion , cuando á todos nos consta el odio que les
profesan , y el placer que tendrian estos atrevidos calum-
niadores nombrando á lo menos á algunos culpables.
Toda aquella historia es un tegido de contradicciones.
Ningun convenio se halla en cuanto á la época, ni en
cuanto á los grados y misterios de aquella franc•mazo-
neria jesuítica. El solo hecho que pocha merecer alguna
atencion, si hubiese estado apoyado en algunas pruebas,
es que los jesuitas contaban con la mazoncría para una
conspiracion á fin de restablecer la familia de Stuart en
el trono. Pero este secreto, con que interes podian mi-
rarle los mazones suecos , rusos , polacos , alemanes y
holandeses? Quien era capar, de persuadir á los Ingleses
y Escoceses, que su mazoncria , código y emblemas, ante-
riores á la catástrofe de los Stuart, se hablan inventado


3




uso HISTORIA DI LA CONSPIRACION.


para restablecerlos sobre el trono de Inglaterra ?.. El que
quiera escribir la historia de los delirios de los hom-
bres, podrá extenderse mucho cuando llegue á los que
ha repetido hasta causar asco, el iluminismo , para acre-
ditar esta ficcion. Si yo no supiese el gran partido que
para la propagacion de sus maquinaciones han sacado
de aquella fábula , yo mismo seria de parecer que he
insistido con sobrada prolixidad en su refutacion. Mas
interesa descubrir otros artificios con los cuales formó
una coalicion mucho mas real y azarosa, que la fábula
de la franc-mazonería Jesuítica, •


CAPITULO


',v.., n-n-n.". ••n
••n••n .1.nva n


••••nn•n


CAPITULO X.


UNION GERMÁNICA; SUS PRINCIPALES FARAUTES, Y LAS
CONQUISTAS QUE LES DEBE E.A. SECTA.


Espiras de haber hecho la descripcion de tantas ma-
quinaciones y manifestado tantos artificios y medios de que
se han valido la ilusion y seduccion combinadas y reu-
nidas en las cavernas de la impiedad y perversidad , •, oh 1
si me fuera permitido emplear mi pluma para trazar la
bella imágen del hombre virtuoso , de la familia hon-
rada y de la nacion feliz, que en las dulzuras de la paz
y á la benéfica sombra de las leyes, descansa bajo el
gobierno de un monarca amado y respetado, y que mas
hace los oficios de padre que los de rey en su pacífico
imperio!... pero no , aun no me es permitido trazar esta
bella imagen... ¡ Que lástima !... Ya no hay pueblo que
descanse tranquilo al abrigo de las leyes. Todos los tro-
nos ó se desploman , ó balancean. Todos los estados
gimen bajo las ruinas de su religion y constitucion.
Todas las naciones luchan para salvarse de esta tempes-
tad. El inminente peligro de perderlo todo presenta su
cefiucla frente en todas partes. No podemos acordarnos
de los dias serenos, sino para desear que se renueven y
amanezcan en nuestro horizonte. Me veo en la precision
de continuar en la manifestacion de las causas de nues-
tros presen;es males, por tanto tiempo desconocidas. El
alma se resiste ; pero es preciso que se resigne á este sa-
crificio; es preciso seguir el rastro para llegar á la tene-


P 4


1)




232 HISTORIA DE LA CONSPIRACION.


brosa caverna , que sirve de asilo á la prole de Weis-
haupt. Aun no ha llegado el deseado tiempo de ocu-
parnos ni de dejarnos encantar por unos objetos tan
alagiieños como inocentes. Aun hemos de descubrir otras
trancas y maquinaciones, y nuevos artificios. Estos son
los de una nueva coalicion que han formado los nue-
vos iniciados del iluminismo, y que por desgracia ya
es tan famosa en Alemania, bajo el nombre de Union
Germánica. A fin de conocer distintamente el objeto
de esta union, es preciso que el historiador suba al ori-
gen de otras conspiraciones, anteriores á la de Weis-
liaupt.


Primer origen de la Union Germánica.
• Ya hemos visto que Voltaire celebró muchas veces
los progresos que hacia la incredulidad en el norte del
imperio. No todos estos progresos se debian -únicamente
á sus maquinaciones; y es de presumir que ni siquiera
sabia quienes eran alli todos sus cooperadores. En el
mismo seno del protestantismo y de sus escuelas, se
Babia formado contra la misma religion protestante y
contra toda religion revelada una conspiracion, que tenia
sus agentes y medios propios, como el club Holbach.
Este atacaba resueltamente á Jesucristo y á todo el cris-
tianismo ; pero los clubs, ó por mejor decir, las escue-
las del norte de Alemania , bajo el pretexto de depurar
el protestantismo y de llevarle al verdadero cristianismo,
le desprendian de todos los misterios del evangelio, redu-
ciéndole á aquel deismo , que los sectarios decoran con
el nombre de religion natural, el cual en breve tiempo
debia llevar sus iniciados al desprendimiento de toda
religion. Los nuevos maestros aun no proscribian toda
la revelacion ; pero toda la revelacion no era para ellos
mas que la doctrina de su razon. Causaron la conspi-
racion anti-cristiana en Francia unos hombres, llamados


CAPÍTULO DUIMO. 235
filósofos , y á quienes fueran sobremanera extraños
los conocimientos y erudicion teológica; pero no suce-
dió asi en Alemania ; la conspiracion anti•cristiana se
concibió y nació en las mismas universidades , en donde


habian engendrado sus mismos doctores teólogos. En
Francia, los sofistas conjurados, que tanto aborrecian el
catolicismo como el protestantismo , se valieron de la
libertad del protestantismo, para destruir al mismo pro-
testantismo y poner en su lugar el filosofismo.


El primero de estos doctores que conspiró contra el
cristianismo, fue un tal SénZiC7' catedrático de teología
en la universidad de Halle, en la alta Sajónia. El uso
que hizo de sus conocimientos, parece manifiesta que
mas 'labia estudiado á Baile, que los lugares teológicos.
Esparciendo de cuando en cuando algunas verdades Úti-
les, manifestó que se inclinaba, como este sofista, á las
paradojas y al septicismo. Sin algun alüio en su estilo ,
pero tan veloz como Voltaire , en nada fue uniforme
y constante, sino en sus contradicciones, que se des-
cubren en todas sus páginas. « Muchas veces empieza un
periodo con una proposición á la cual contradice cuan-
do le concluye. Su sistema dominante y el Único que
resulta de sus numerosas producciones, es que todas las
profesiones de fe del cristianismo, y todas sus sectas son
un objeto indiferente; que la religion cristiana contiene
muy pocas verdades de importancia, y que estas verda-
des cualquiera las puede fijar segun su gusto. Nunca le
permitio su septicismo adoptar alguna opinion religiosa ,
exceptuando solamente la que estableció con toda cla-
ridad, y es esta; el protestantismo no es mas verdadero
que las otras sectas; que aun necesita de una grande re-
forma, y que esta la deben hacer sus compañeros de
cátedra de la universidad (1).1)


(t) Véase un escrito titulado : NOuvellcs d'unc coalition secri .te con
Iz religion et la :Jumare/de. (Pccuves justificatives , núm. g.)




254 nisToru,s. PE Li CONSPInACIOrl.
Este nuevo reformador empezó á esparcir su doctrina


en el aiio de iy 54 , y la difundió en latín y aleman bajo
mil diferentes formas, ya con el titulo de compilacion
histórica y crítica, ya de investigaciones sobre los cánones
d leyes eclesiásticas, ya tarnbien de institucion para la
doctrina cristiana, y principalmente, bajo del que tituló,
Ensayo sobre el arte y sobre la escuela de una teología
libre. Guillermo Abrahan Telar, que habia sido cate-
drático en Helmstadt, del ducado de Brunswick , y que
despues fue presidente del consistorio y superior de una
iglesia de Berlin, se resolvió bien presto á hacer aquella
reforma , que habia de consistir en suprimir los miste-
rios del cristianismo , que Lutero y Calvino habian res-
petado y conservado. Lo primero que publicó al intento
fue un catecismo, en el cual, negando la divinidad de
Jesucristo, redujo toda la religion al Socinianismo. Luego
despues con, su imaginario diccionario de la Biblia a pre-
tendió enseñar á sus Alemanes el método que habian de
seguir para explicar la escritura, y no descubrir en el
cristianismo mas que la doctrina del verdadero natura-
lismo, cubierto con la capa de los símbolos del judais-
mo »


Casi al mismo tiempo se dejaron ver otros dos doc-
tores protestantes, que adelantaron sus pretensiones para
formar una teología que degenerase en filosofismo anti-
cristiano. Fueron estos Damm y Bahrdt, aquel rector
de un colegio de Berilo , y este doctor ele teología en
Halle, tan famoso por la disolucion de sus costumbres,


• que el mismo Knigge se avergonzaba al ver su nombre
entre los de los escogidos de Weishaupt, y no se atrevia á
pronunciarle (2). Laffler, superintendente de la iglesia
de Gota , tambien se distinguió en la misma carrera y


(a) pruebas justificativas, lltíni.
(a) Ultimas explicaciones de Filon,


CÁPÍTvLO nIctmo.
255


por el mismo género de impiedad. A estos aun se agre-
garon otros doctores, cuyas instrucciones parecia las ha-
bian dictado los epoptas del iluminismo. La manía de
estudiar la ciencia de la religion para trastornar todos
sus misterios, se hizo tan coman en aquellas provincias de
Alemania, que parecia que el protestantismo iba á morir
á manos de sus mismos doctores , hasta que al fin aque-
llos ministros que aun conservaban un cierto zelo por
sus dogmas, se vieron en la precision de levantar el grito
contra aquella conspiracion. Los doctores Desnzarés ,
superior de la iglesia de Dessau, en el principado ele
Auhalt, y , célebre por su erudicion y por sus
combates contra el iluminismo, fueron los primeros que
hicieron oir sus reclamaciones, aquel en sus cartas sobre
los nuevos pastores de la iglesia protestante, y este en su
apéndice al premiso oculto catolicismo y jesuitismo. Nin-
guna cosa manifiesta tanto la profundidad de esta nueva
herida de la iglesia protestante, como el resumen ele toda
la doctrina de sus nuevos pastores, la cual descubre con
estas palabras el superior de Dessau : «Nuestros teólogos
protestantes, dice, atacan sucesivamente todos los artí-
culos fundamentales del cristianismo. Ni siquiera dejan
subsistir un solo artículo de la profesion general de
la fe. Desde el artículo, criador del cielo y de la tierra ,
hasta, la resurreccion de la carne , todos los comba-
ten (r). »


Mientras que estos teólogos iniciados empleaban toda
su ciencia para inundar la Alemania de su astuto filoso-
fismo, se formaba en Berlin una segunda confederacion
para ensalzar sus producciones como las típicas que mere-
clan todo aprecio. Al frente de esta conspiracion estaba
un librero, llamado Nicolai. Ya se habian visto libreros,


(1) libar die mien Wcechter der protestantischen Kirche; erstes hoft,
s. lo,




EAPíTELO DÚCI1110.256 DISTOBIA DE L1 EOYSPIRACION.
que, dominados por la avaricia, ven dian indiferentemente
las producciones mas impías, y las mas sediciosas como
las mas irreligiosas ; pero aun no se habia dejado ver algu-
no en quien la impiedad fuese superior al interes , y que
estimase mas excluir de su comercio y del de sus cofra-
des las producciones religiosas, que ganar con ellas algun
dinero. Nicolai fue el primero de estos mercaderes de
libros, cuales deseaba d'Alembert , y cual habria sido
él mismo si las circunstancias le hubiesen llevado a esta
especie de comercio. Como aplicó todos sus talentos lite-
rarios á la impiedad, tambien se dedicó del todo al co-
mercio de los libros que la contenian , y aun sirvió á los
sofistas con su pluma (a). Aun no estaba iniciado en los
misterios de Weishaupt , cuando ya habla formado el
proyecto de destruir en Alemania la religion cristiana,
valiéndose de un medio cuya eficacia nunca llegaron á
conocer los gefes de la conjura. Al mismo tiempo que
dirigia un comercio inmenso de libros, se hizo redactor
de una especie de enciclopedia semanal, titulada Biblio-
teca alemana universal. Como mercader y como autor ,
se agregó, en calidad de cooperadores, á muchos sofis-
tas literatos. Tambien supo enlazarse, al mismo tiempo,
con hombres de mérito y sabios, cuyos artículos debian
servir en su periódico de velo y de salvaguardia para que
llegase á todos los lectores del imperio el veneno de la
impiedad. Los peores artículos eran los que salian de
su pluma y de la del famoso judío Mendelsohn de Biester,


(r) He citado su ensayo sobre los Templarios. Debia hacerlo , porque
he visto que sus investigaciones son muy conformes á las que yo
mismo he hecho , relativas zi las acusaciones contra estos caballeros
y á las pruebas auténticas de su juicio. Pero tambien he decla-
mado contra la impiedad con que este autor atestó aquellas inves-
tigaciones. He visto la ridícula erudicion que prodiga cuando trata
del Raffomu de los Templarios ; pero no por eso dejan de ser ciertas
Sus citas.


237
bibliotecario del rey , y de la de Gedike consejero del
consistorio de Berlin, No tardaron mucho los Alemanes en
descubrir el espíritu que dominaba en aquel periódico.
Se te vió que en él solo se elogiaban á unos sun os cuya
doctrina trastornaba hasta los últimos misterios•del cris-
tianismo , y que aun habian conservado en su evangelio
Lutero y Calvino. Un hombre como este y que tanto
cooperaba á los intentos de Weishaupt , sin que aun
le conociese , no porfia ocultarse mucho tiempo á las
inquisiciones ¿le los hermanos escudriñadores. Tenia la
secta, entre otros, al hermano Levéller (Leuchsenring),
que 'labia sido ayo de los príncipes de Hesse•Darmstadt
y de los de Berlin , quien con el tiempo llegó á. ser tan
famoso. Este reclutador fanático, reservado en sus mis-
terios á pesar de su locuacidad , viajaba entonces en
calidad de insinuante. Ya Hanover y Neuwied habian
sido el teatro de su zelo ; le habia empleado , aunque
sin fruto, con el caballero Pimmermann , y teniendo
noticia de Nicolai, pensó que le seria fácil su conquista.
En efecto; vióle, hablóle , é inmediatamente se unió á
Levéller; le siguieron Gedike y el judío Biester, y los
tres no hicieron mas que unir su conspiracion á la de
Weishaupt. El doctor Bol/1'dt tambien costó muy poco
al asesor Dittfunh, y fue completa su satisfaccion cuan_
do supo lo que ya habian hecho sus nuevos cofrades
para destruir el cristianismo. Pensó que aun podian per-
ficionarse los artificios del patriarca Weishaupt , los de
Kniggc y los de Nicolai, y es cierto que su fatal inge-
nio era muy fecundo en toda especie de medios.




258 IIISTOPIA DE LA. CONSPIRACIOS.


Plan de la union germánica.


En el plan que formaron, no se trataba menos que de
precisar al principio á toda la Alemania , y con el tiempo
á los denlas pueblos, á que no recibiesen otras instruc-
ciones , ni leyesen otros libros que los que les sumi-
nistrarian los iluminados. Los medios para reducir el
mundo literario á esta nueva especie de esclavitud, se
hallaban en las leyes que este extraordinario prosélito
Labia imaginado para formar la coalicion , que llegó á
ser tan famosa en Alemania, con el nombre de Unjan
germánica. — Aqui debo decir, que el señor Exttiger, ,
de quien ya hemos hablado , escribió desde el centro de
Alemania , é hizo insertar en el periódico ingles Mont-
hly Magazine del mes de enero de 1798, que el pro-
yecto y toda la confederacion del doctor Bahrdt solo
Babia llegado á noticia del señor Robison por el perió-
dico de Giessen , que es una produccion oscura y misera-
ble. Este periódico de Giessetz solo porfia ser oscuro y
miserable para los iluminados y sus partidarios. Motivos
tenian para desacreditarle; pero esto mismo hizo que le
estimasen mas todas las personas honradas. Pero, ¿como
puede decir Bcettiger, que el señor Robison ha sacado
de este periódico todas sus noticias?... La multitud de
escritos que cita este sabio ingles manifiesta que tenia
presentes muchos documentos., Declaro yo con toda fran-
queza, que no es fácil adquirirlos mejores ni en mayor
número. Aunque solo hubiese leido aquel célebre escri-
to, titulado : Mas notas que texto, esto es : la unjan ger-
mánica de los veinte y dos (I); escrito, que segun el mis-
mo BcEttiger, , ha bastado por sí solo para abrir los ojos


(I) illehr noten als test ; oder, , die deutsche unjan der zwey :ad
Zwanziger etc.


CAPITULO
239


del público, y que á lo menos se ha extendido tanto
como el periódico de Giessen , ya bastaria para demos-
trar que el señor Robison contaba con documentos.


Aun hay mas que decir. El mismo Bcettiger quiere
dar á entender, que el autor de aquel escrito : Mas notas,
que texto.... es Bode. ¿Quien es capaz de creer que este
zeloso iluminado ha querido quitar el velo á una cons-
piracion , en la cual representaba un papel tan sublime?
Quien creerá , que haya querido exponer á la írrision
del público á la baronesa de Recke , condesa de Medem,
natural de Wandern (ramera, en buen castellano) cuyas
gracias y correspondencia tanto apreciaba, y de la cual
se hace tan honorífica mencion en el mismo escrito ?
Si Bode (como pretende ) descubrió con tanta eviden,
cia la conspiracion de la union germánica„¡ porque se
tributa este honor al señor Gceschen de Leipsic, que ha
declarado ser su autor




Ya se ve , que solo hago estos
reparos para prevenir al público contra todo lo que es-
criben los iluminados, con el fin de que se miren sus pro-
yectos como quiméricos, al mismo tiempo que los con-
tinuan con el mayor acaloramiento (a), — Volvamos á
tomar el hilo de la historia.


Los veinte y dos iniciados , que se hablan de poner al
frente de entre aquella confederacion , union germánica,
se rabian de escoger de aquella clase de sugetos que por
sus empleos , conocimientos y trabajos eran mas aptos


(a) Me valdré , con poca diferencia, de las mismas autoridades
que se ha 'Valido el señor Robison , porque las be hallado con-
formes á las memorias que tengo. Lo que diré en este capítulo
será un extracto de estas obras , escritas en Alernan 'I'oticias de
una grande é invisible confederacion contra la religion cristiana y la
monarquía. — Sistema de los Cosmopolitas descubierto. — Periódico de
Piena por el señor Hoffinan. — Avisos dados mientras hay tiempo.




31as notas que texto etc. — Conocimiento del inundo y de los hombres. —
Memorias 2' cartas sobre los iluminados.




240 insTolua DF, La coNsrnuctoN.
para dirigir la opinion pública hácia todos los errores de
la secta. Los denlas hermanos que hubiesen entrado en la
coalicion , repartidos por las ciudades , debian dirigirse
mismo objeto, bajo la direccion de los veinte y dos sefes ,
teniendo cada uno de estos, como los areopagitas de
Weishaupt, señalado su distrito, para seguir la corres-
pondencia y dar cuenta y razon de los progresos. Los
sugetos que se habian de escoger, debian ser con pre-
ferencia , los escritores , los administradores de correos y


los libreros. A ninguno se excluia sino á los príncipes y
ministros; pero esta exclusiva no se extendia á los que
se creyesen favorables á la union , principalmente si eran
empleados de las oficinas de la corte. Los confederados
se distribuian en dos clases; la de los simples asociados,
y la de los hermanos activos. El secreto de la coalicion,
de su objeto y medios , estaba reservado para estos últimos.
Las instrucciones relativas al verdadero fin y objeto de
esta union, eran conformes á los giros de que Babrdt y
tantos otros apóstatas de las universidades protestantes
se habian valido, hacia ya mucho tiempo , para reducir
el cristianismo á su imaginaria religion natural, haciendo
de Moises, de los profetas y aun del mismo Jesucristo,
unos hombres que, aunque se distinguieron por su sabi-
duría, nada tuvieron de divino, ni en su doctrina ni
en sus obras. Nuestro objeto, debian á sus cofrades, es
desarraigar la supersticion, restituir la libertad á los hora-
bres ilustrándolos, y llevarlos sin violencia á los fines
que se propuso el fundador del cristianismo. Con este
objeto hemos formado una sociedad secreta , para la cual
convidamos á los que estar penetrados de los mismos
deseos y conocen su importancia.


Para cumplir estos deseos y esparcir todas aquellas
luces, debian los hermanos activos establecer en todas
las ciudades sociedades literarias; que es decir con otros


términos,


CAPiTULO DI1C11110.
términos : que debian formar clubs de lectura, que fue-
sen el punto de reunion , y al mismo tiempo el recurso
para cuantos no tuviesen caudales para comprar todas
las producciones del dia. Tambien debian los hermanos
atraer a los mismos clubs al mayor número posible de so-
cios para dirigir su lectura, espiar sus opiniones é insi-
nuarles poco á poco las de la orden. Por este medio se
descubririan los talentos, zelo é inclinaciones de los con-
currentes ; se clasificarian sus méritos; se dejarian en
la clase de hermanos ordinarios á los que diesen pocas
esperanzas , y se clevaria , despnes de los correspon-
dientes juramentos, á los sobresalientes, de quienes se
pudiesen esperar servicios reales conformes A las miras
y sistemas de la orden.— Esta junta ó union debia tener
sus gazetas y periódicos, cuyos redactores habian de ser
los iniciados mas célebres por sus conocidos talentos ,
en los cuales nada se (labia de omitir para desbancar
todos los denlas periódicos. — Todas las bibliotecas de
estas sociedades literarias debian atestarse de libros, cuyo
contenido se dirigiese al fin de la union. La eleccion de
estos libros y su adquisicon estaba encargada á ciertos
secretarios , y recomendada A libreros iniciados en los
misterios de la secta.


Los resultados que de la fundacion de esta secta espe-
raba el mismo sugeto, que rabia concebido y proyectado
su establecimiento , se presentaban á los escogidos para
que excitasen su zelo y aumentasen su número. ¿Que
victorias no conseguiremos sobre la supersticion , se les
decia , si dirigimos de este modo todas las lecturas de estos
Mustlos ? Que dejarán de hacer en nuestro favor tantos
hombres , dotados de nuestros mismos sentimientos, es-
parcidos por todas partes y que propaguen hasta en las
chozas las producciones que les señalemos? Si llegamos
á tener en nuestro favor 'la opinion pública, ya nos será


Tomo IV.




942 nisrom DE LA CONSPIRACION•
muy fácil cubrir de oprobio y condenar á un perpetuo
olvido cualquier escrito fanático que anuncien los otros
periódicos, y nos será fácil recomendar y hacer que en
todas partes aprecien aquellos escritos que serán con-
formes á nuestros intentos y deseos. Valiéndonos de estos
medios, nos apropiaremos el comercio de todos los libros;
y cuando esto suceda, por mucho que escriban losfand-
ticos en favor de la supersticion y de los déspotas, ya no
hallarán vendedores, ni compradores, ni lectores. Para
que los mercaderes de libros no reclamasen contra un
establecimiento de esta naturaleza, se 'labia de procurar
atraerlos por todos los medios, haciéndoles presentes
todas las ventajas de este comercio, y amenazándoles
con que se arruinaria su fortuna , si no entraban en la
coalicion. Se les aseguró que los hermanos emplearian
todos los medios posibles para facilitar el despacho de
los escritos, mientras estos fuesen conformes al fin de la
union; pero tambien se les hizo saber, que cualquiera
libro que se. opusiese al expresado fin , seria desacredi-
tado por medio de los periódicos é iniciados de la secta.
Por otra parte, se les aseguró que no se clisminuirian
sus caudales por falta de libros que pudiesen vender,
pues la unión se interesaria con sus escritores para que
multiplicasen las producciones , y nada perdiesen de su
ganancia. Y para en todo caso, habia de haber fondos para
indemnizar á los mercaderes de libros, por las pérdidas que
pudiesen sufrir no vendiendo los escritos que se hubie-
sen compuesto contra la coalicion; prometiéndoles aque-
llas indemnizaciones, les exhortaban á que suprimiesen
sepultasen en sus almacenes los escritos que fueren con-
trarios á la secta, omitiendo de este modo el exponer-
los al público para su venta , dando á entender ó quo
no tenian noticia de ellos, ó que ya se Rabian acabado
los ejemplares, abusando de este ó de otro modo de


CAPÍTULO DUIA10.
245


la confianza del público y de la de los autores de los
libros (I).


Este era el plan de la union germánica, obra maestra
de Bahrdt. El deseo de tiranizar la pública opinion aun
no habia inspirado un proyecto tan pérfido. Cuando se
descubren estos planes, parece que se lee la historia de
los sueños de un demonio, que ha jurado borrar del
espíritu de los pueblos hasta los últimos caracteres é
impresiones de toda doctrina religiosa y social. Hay deli-
tos que, aunque parecen imposibles al hombre de bien,
parecen de fácil ejecucion á los malvados. Al que con-
cibió todo aquel proyecto, le colocaron al frente de toda
la coalicion. Su disolucion y sus infames costumbres á
penas le Rabian dejado de que vivir con decencia; pero
luego que se aprobó su plan, compró cerca de Hallé
una suntuosa casa, á la cual impuso su nombre,. llamán-
dola Bahrds-mhe, y esta fue el centro ó capital de la
nueva union. Muy débiles habrian sido los resultados de
este proyecto y coalicion , si el que le concibió y la formó
no hubiese contado con Nicolai, quien ya, mucho tiempo
habia, estaba animadd del mismo espíritu, y era obser-
vantisimo de las leyes de Bahrdt. Las relaciones comer-
ciales que tenia con los libreros de toda Alemania; aque-
lla especie de imperio que ya habia adquirido en la rep3.-
lilica literaria con su biblioteca ezniversal; la corte que
le hacian todos los escritores proletarios, cuya fortuna
dependia de la clasificacion de ingenio que les señalaba
en su biblioteca, ó en el periódico de Berlin, titulado
Monats-sehrlfs (escrito mensual), y sobre todo, los arti-
ficios de que supo valerse para ganar á muchos libre-
ros, le facilitaron lo que el mayor déspota no hubiera


(1) Extracto de varios libros y memorias, que se han ciado
la nota anterior.


Q




s44


FrISTORIA Dt conspirlmnoz‹.
podido prometerse. Sus cofrades del iluminismo, Biester,


Gedike y Leuchsenring, redoblaban de impiedad, de au-
dacia y de fogosidad en los periódicos que con él com-
ponian. Bode quiso fundar tambien el suyo en Wey-
ruar, con el título de Gazeta universal de literatura. Otra
,gazeta muy parecida á esta publicaba en Saltzburgo un
tal Habner , prosélito iluminado, como lo eran todos los
denlas periodistas. La prole de Weishaupt ya sabia que
debia recomendar y celebrar todas estas producciones
de la secta. Esta fue la mas terrible persecucion que han
padecido los escritores , adheridos á los verdaderos prin-
cipios y á la causa de la religion y de las naciones. A la
fábula de los Jesuitas franc . mazones se le añadió una
nueva ficcion , que introdujo el terror en el corazon de
los que intentaban oponerse á los progresos del ilund-
nismo.


A los Jesuitas , de quienes antes habia dicho la secta,
que eran unos impíos astutos, que presidian en secreto
los misterios de las lógias mazónicas , los trasformó
despues de la unten germánica en católicos zelosos, que an-
daban ocultos entre los protestantes para reducir todas
aquellas provincias á la iglesia católica y á la obedien-
cia de los papas. Cualquiera que tenia valor para defen-
e-, alguno de los dogmas, que tanto los católicos como
los protestantes creen estar apoyados en la revelacion ;
cualquiera que predicaba la sumision á los soberanos y
á las leyes del estado , ya porfia estar seguro de que se
le trataria de jesuita, ó de esclavo del jesuitismo. Pare-
cia, segun el modo de producirse de los sectarios, que
las provincias protestantes estaban llenas de jesuitas cons-
piradores, que maquinaban en secreto contra la religion
protestante. Ya se descubre fácilmente la impresion que
habia de causar esta irnputacion en unos paises tan ene-
migos de los jesuitas y con que aversion mirarian á los


CAPiT111.0
escritos y al autor que trataban como á tal. Ni la calidad
de ministro protestante, ni aun la de superintendente,
bastaba para preservar escritor alguno de aquella terrible
calumnia. Ni siquiera estuvieron exentos de ella aque-
llos ministros, que á causa de su zelo por Lutero ó Cal-
vino, habian manifestado su odio y preocupaciones con-
tra los jesuitas. El selor Starck que en sus antiguos. y
nuevos misterios habia dicho : que los soberanos, con la
supresion de los Jesuitas, habian hecho un servicio para
siempre memorable á la religion, á la virtud y tí la
humanidad; el mismo Starck, que entonces y aun en el
dia, es predicador, doctor, y consejero de un consis,
torio protestante en Darmstadt, se vió en la precisica
de llenar muchas páginas de su apología, para probar
que no era jesuita ni católico, y que menos era.akuu


j
Jesuita profeso de los cuatro votos, que hubiese hecho el
uramento de ir á las misiones d las órdenes del-Papa,


para predicar la religion católica (t).
Al caballero Zimmermann no se le trató con mas


miramiento, por cuanto en aquel misma tiempo descu-
brió las maquinaciones del iluminismo, y puso en ridí-
culo al iniciado Nivelador (Leuchsenring), quien acababa
de- hacer un viage para proponerle de reunirse á.los her-
manos, que dentro de poco tiempo habian de reformar
y gobernar el mundo (2). Este, hombre tan célebre y tan
digno' de ser miembro de la sociedad real de Londres,
desde el momento que desechó los ofrecimientos del ini-
ciado Nivelador, ya no fue otra. cosa, para los periodis-
tas de la secta, sino un ignorante , un servil de la supers-
ticion y enemigo de la luz (3). Lo propio sucedió con el
catedrático Hoffmann, á pesar de todos los elogios que


(t) Véase su apología pág. 52. 5 9 . etc.
(a) Vida de Ziff:mei-3mm"


pos- Tissos.
(3) Mil mismo.


Q




1146 HISTORIA DE LA coNseniAciow.
le Rabian tributado los mismos periódicos , antes de dar


zelo por la religion y la sociedad,tantas pruebas de su ze
Jamas la prole de Weishaupt observó con mayor exac-
titud aquella ley de su padre : DiJamad y derrocad del
concepto del público á cualquier sugeto que no podais
atraer á nuestro partido. Nicolai en su biblioteca germá-
nica, ó en el periódico de Berlin , que salia cada mes,
inventaba la calumnia; y los hermanos de Tena, Wey-
mar, , Gota , Erford, 13.runswick , Slewik y otras ciudades
la repetian é insertaban en sus periódicos « Con esto llegó
la cosa al estado de verse mas claro que la luz del dia,
que todos estos periódicos estaban de inteligencia con el
moderno Luciano. Aquellos celebraban lo que este cele-
braba, y condenaban lo que este condenaba. Se valían
de los mismos giros, y muchas veces de las mismas ex-
presiones; insertaban á la letra los mismos elogios ó vitu-
perios, y los mismos sarcasmos é injurias, que siempre
eran los mas grosera (I). n Apenas quedaron en Ale-
mania uno ó dos periódicos, cuyos redactores no fuesen
de la union, ó dotados de los mismos sentimientos.


Al mismo tiempo que sucedia esto con los periódicos,
los escritores del partido, como Bahrdt, Sclucltz, Riem
y aun el mismo fPnigge, que aunque se Babia separado
de los iluminados insistia en sus maquinaciones , y otros
muchos mas, inundaban el público con sus producciones
y libelos en prosa y en verso, con comedias , romances,
poesías, y aun Cambien con disertaciones. Con ellas se
socavaban, con una desvesgi:lenzalinexplicable, los fun-
damentos de la sociedad y de la religion tanto católica
como protestante. Ya entonces no se trataba de soste-
ner este ó aquel partido, el católico ó el protestante,


(a) Véase la ,ultima suerte (-4 la Mazoneria pág. 3o. Noticias de una
junta invisible, y piezas Justificativa.1 núm. 3:


CAPíTuLo nLcuao. 247
pues era manifiesto el proyecto de acabar con ambos ,
reservando los publicistas los elogios mas pomposos para
aquellas producciones de la union, que predicaban con
menos reserva la impiedad ó la sedicion. Por efecto de
una contradiceion característica de los proclamadores
de la libertad, procediendo los sectarios con un despo-
tismo tan terrible contra los que no pensaban y escri-
bian como ellos , parecia que solo pedian á los soberanos
el derecho, que decian tener de la naturaleza, para publi-
car, sin temor ni sujecion , sus opiniones y sistemas.
Principalmente Babrdt reclamó este derecho en un escrito
que tituló : Libertad de la imprenta. A pesar de que era
produccion de un verdadero ateo, que derramaba con
la mayor profusion sobre el público todo el veneno de
la anarquía é impiedad, fue muy celebrada por todos
los periodistas del partido, y estos no dejaron de hacer
todos sus esfuerzos para sofocar los escritos y aun los
pensamientos de cuantos no pensaban como ellos, á pesar
de aquella su tan afectada solicitud por dicha liber-
tad (*).


(*) Mucho me acomoda la libertad de imprenta , pero que no
pase á libertinage. Ni la religion y sus ministros, ni las leyes
y autoridades, ni los ciudadanos y sus derechos han sido res-
petados por una clase de escritores , á quienes no se les puede
apuntar sin que despidan rayos y centellas. Esta no es libertad
de imprenta , es despotismo , es tiranía. El cine no quiera oir ,
que calle, y el que quiera decir, que sufra. Ya hemos llegado
á tal estado, que parece valdria usas se aboliese aquella libertad ;
pues no se puede dudar que mas se ha ahusado que usado de
ella , y que siu cousparacion ha hecho mas mal que hico. Es cierto
que se han visto excelentes escritos ; pero estos mismos , por la
mayor parte , son apologéticos, que no liaLrian tenido lugar si


. no
se hubiese ahusado de la prensa. ( S. y V. )


Q




HISTORIA DI3 LA CONSPIIIACIOIG


Descubrimiento de la Union germánica.


El abuso que de la libertad de imprenta hicieron los
conjurados, llegó al fin, á lo menos por algun tiempo,
á llamar la atencion de algunos soberanos. Federico Gui-
llermo , rey de Prusia, alarmado con aquellas produc-
ciones impías y sediciosas, que en sus estados se sute-
dial] unas á otras, creyó que debía poner freno á aquel
desorden. A este fin hizo nuevos reglamentos, llamados,
el edicto de religion. Le recibieron los iluminados con
tal insolencia, que esta misma manifestó se consideraban
con bastantes fuerzas para burlarse de los soberanos.
Tanto el rey como su nueva ley fueron el objeto per:-.
petuo de sus sarcasmos y violentas declamaciones. Su
audacia llegó á lo sumo del ultrage en un escrito, que,
saliendo de la caverna de Bahrdt, titularon por irrision,
edicto de religion. Algunos magistrados encargados de
vengar aquella injuria, recibieron orden de apoderarse
de la persona y escritos de Bahrdt. Se ejecutó la orden,
y se halló cuanto se necesitaba para probar la coalicion
y su objeto. Parece que la corte de Berlin debia imitar
á la de Baviera, dando al público todas aquellas pruebas


documentos; pera los iniciados tenian demasiado in-
flujo sobre los alrededores del trono. No faltaron pre-
textos.


para condenar á un perpetuo olvido los archivos
de esta nueva maquinacion, y solo se llegó á saber, que
ninguna cosa habia mas cierta que el plan de estos conju-
rados , y que una multitud de escritores y libreros, y
aun de personas que se tenian por menos sospechosas,
habian entrado en esta confederacion. No he podido
llegar á saber todo el influjo personal de Weishaupt :
pero sé que pasó dos veces á la capital de los herma-
nos unidos ; que pasó muchos chas conferenciando


CAPiTrLO DUruo. 249
con Bahrdt; y que los hermanos mas zelosos de este,
lo eran tambien de aquel. Si hemos de dar crédito a
Bahrdt, tendremos de crer que los que revelaron su secreto
fueron dos jóvenes inmorales y disolutos, dignossolamente
del mismo Bahrdt, que ambos eran unos pelones, pero
que estaban bastante impuestos en sus máximas ,
eran bastante viles é impíos para servirle de amanuenses.
A pesar de la notoriedad de su delito, solo se le impuso
el castigo de cárcel por algun tiempo. Pasó el resto de
su vida en una suma afliccion , pero sin corregir sus
vicios. Reducido á tener un ccrfi público en BassendorP,
cerca de Halle, acabó su vida . con una muerte tan ver-
gonzosa como su vida. Les pareció. á los iluminados tener
que abandonarle al desprecio que merecian sus infamias-;.
pero si aparentaron que estas les causaban vergüenza, no,
por eso dejaron de continuar sus maquinaciones.


Continuacion, y resultados de la Union germánica.


Cuando se descubrió en Alemania aquella monstruosa
Union, ya habia hécho tantos progresos, que no pocha
esperarse que espirara con su principal autor, pues tanto
la Prusia como lo denlas de Alemania ya se habian infi-
cionado con aquellas sociedades literarias, que no eran
otra cosa , sino una nueva forma que se habia dado á
las nzinervales de Weishaupt. En breve tiempo ya no
hubo ciudad, ni aun pueblo, que no tuviese de esta
especie de clubs, y con ellos sus lógias iluminadas, cuyos,
presidentes siempre fueron los iniciados de Espártaco. •
Bahrdt se habia propuesto el grande objeto de dirigir
los estudios y leyendas de sus asociados , y de reducir-
los á ellos y á los otros á cierta imposibilidad de poder
leer otras producciones sino las de sus prosélitos. El cui-
dado que estos tuvieron de iniciar en sus misterios á


248




T
250 HISTORIA DR LA coNsrriu.cmN.
una multitud de libreros, les proporcionó los mas fecun-
dos medios para el logro de aquel íin. Lo cierto es que,
aun pudieron mudar de trago las maquinaciones , pero
dejaron de ser lo que antes eran. Parece que despues de
su descubrimiento se volvieron mas sensibles sus efectos ,
y se descubrió del todo la coalicion que habia entre los
libreros y periodistas de la secta ,, para sofocar ó supri-
mir todos los escritos que se oponian á su doble cons-
piracion contra el altar y el trono.


Los autores honrados y religiosos, cuyo :celo les impe-
lía á sostener las leyes , hallaban obstruidos todos los
conductos para ilustrar á los pueblos. Unos libreros se
resistian á poner en público, para su venta, sus escri-
tos; otros no querian encargarse de la impresion, y otros
que aparentaban quererlo hacer , llegaban á cansar al
autor con sus pretextos y dilaciones. Si el autor se resol-
via á costear la impresion, quedaban los ejemplares se-
pultados por mucho tiempo en los almacenes, sin expo-
nerlos zí la venta , porque á penas se hallaba librero que
lo quisiese hacer , y con esto remitian al autor sus ejem-
plares, pretextando que no habla compradores. Lo peor
de todo fue, que ni siquiera se anunciaban al público
en aquellas ferias que en Alemania estan especialmente
señaladas para el comercio de los libros. Algunas veces
sucedió hacer traicion al autor de un modo el mas infa-
me, pues antes de imprimirse los manuscritos, los entre-
garon á los escritores, de la secta, para que los refutaran
(si puede darse el nombre de nVictacion á las injurias,
sarcasmos y sofismas), y asi sucedió que apareciesen á
un mismo tiempo los apologéticos de la religion y del
gobierno, y las impugnaciones de las mismas apologías.


sefior Starck , y lo mismo podían haber hecho otros
escritores, se vió en la precision de reclamar contra el
librero, que se ?labia encargado do la impresion de sus


CAPÍTULO DLCIMO.
251


escritos; demostró que hala tenido inteligencia con la
secta, que habia abusado de su confianza , y procedido
con perfidia. «Este es un hecho que se puede patentizar
con muchas cartas de sabios , quienes escribieron, sin
provecho, á muchos libreros de varias partes, pidiéndo-
les algunos de aquellos escritos que solo desagradaban
a los iluminados, y que no recibieron contestacion á las
cartas; que los mismos libreros, á los cuales el autor
habia enviado multitud de ejemplares, en lugar de ven-
derlos á los que los pedian, diferian su venta á las pró-
ximas ferias , diciendo á sus autores que no habia com-
pradores.» Tambien es cierto, que muchos libreros ape-
nas recibian los libros, cuando ya los remitian á su autor
bajo pretextos los mas humillantes. Lo que causa mayor
admiracion , es que los escritores, que mas experimenta-
ban estos desaires, eran los que defendian con mas teson
los derechos de los príncipes. En los mismos estados
del rey de Prusia no se pudo lograr que se anunciasen
y vendiesen por las vias ordinarias, la apología de. este
soberano, y su edicto sobre la religion. Apenas hubie-
ron recibido los libreros algunos ejemplares de esta apo-
logía, cuando luego los remitieron á su autor. Todo al
contrario; los escritores de la secta si querian publicar
sus diatribas, sarcasmos y groseras invectivas contra la
religion y los soberanos, contra las personas constitui-
das en dignidad, y contra las mas respetables, luego los
libreros se empellaban, cual mas, en venderlos, y los
periodistas en anunciarlos , llamando con los mayores.
elogios la atencion de los lectores (r).


El comercio que con estos géneros hacia la secta, la
multitud de sus producciones é imprentas , la certidurn-


(O Véase el escrito aletean titulado Nachricleten von einen srossen
unsichtbaren Blinde. Piezas justificativas núm. 8 y 13 , y elP eriódico de Viena por Hoffmann.




25n nisroa! DE L1 coNsruaciox.
b.re de su despacho en sus clubs literarios , y las contri_
buciones de los hermanos opulentos, suministraron á la
coalicion grandes recursos pecuniarios. Añádanse á estos
los que enbolsaba de tantos otros hermanos que tenia
en las cortes, en la iglesia, en los tribunales, quienes
enviaban al areopago administrador parte de sus sueldos,
de sus rentasy de las pensiones que disfrutaban. Con esto
se concebirá fácilmente que tenian mas de lo necesario
para indemnizar á los libreros por los menoscabos que
tenian, no publicando ni vendiendo las producciones
contrarias á los intentos del areopago. En efecto, se se-
ñaló un arca para estas indemnizaciones, y los libreros ,
para el resarcimiento de sus pérdidas , no tenian mas
que hacer sino presentar una lista de las obras que habian
suprimido, ó rcusado vender. Segun las pruebas que
presentaban, se les entregaba la cantidad correspondiente
á lo que podian haber perdido. Las memorias que con-
servo y varias cartas que he recibido aseguran que aun
existe en Alemania aquella arca, y que la revolucion
francesa no ha hecho mas que aumentar sus recursos.


El grande efecto de esta coalicion tan bien concer-
tada, fue al principio impedir el bien que con sus escri-
tos podian hacer los escritores honrados , descubriendo
los artificios del iluminismo; dar despues á la secta todos
aquellos escritores, mas célebres que instruidos , muchas
veces dispuestos á vender al mejor postor la verdad
la mentira ; y gn fin acalorar á aquella multitud de sofis-
tas de que tanto abunda la literatura alemana. Poetas,
historiadores, cómicos , casi todos siguieron- el tono de
los hermanos unidos. El mayor- mal se derivaba de las
diligencias que practicaban los prosélitos para iniciar en
sus misterios á los catedráticos de las universidades pro-
testantes, á los maestros de escuela y ti . los ayos de los
príncipes. Siento mucho verme en la precision de decirlo;


CiPíTrLO DLcímo. 255
pero me impele la autoridad de los que estan mas versa-
dos en la historia y progresos del iluminismo. Me impele
el saber , que ya en el ella no es po3ible ocultar sus tra-
I as. Y en fin me impele el saber, que la mayor parte
de las universidades del norte de Alemania son las gua-
ridas desde las cuales se propaga el veneno del


, por medio de los escritos é instrucciones que
extienden y dan los catedráticos Federico Crámer, Eblers
y Coppe (/). Lo mas sensible, es que hay literatos de
las provincias católicas, que tambien estan contamina-
dos. Principalmente en Viena labia una multitud
de hermanos , empeñados en extender por todas partes
los principios de la secta. El caballero de Born , que
parece dehia contentarse con sus conocimientos en q uí-
mica, ha querido tener la gloria de haber dado el tono
á los ciernas prosélitos. Cuando en Baviera fue descu-
bierta la secta , se vió cuan aficionado le estaba , pues
envió sus patentes de socio á la academia de Munich ,
declarando abiertamente, que estaba muy satisfecho de
no tener algun enlace con unos sugetos, que habian
conocido tan poco el mérito-de Weishaupt.


Despues de B0772 se sigue el señor de Sonnenfeld, uno
de aquellos escritores á quienes se da el nombre de bellos
espíritus, porque no pudieron merecer el de sensatos ó
cuerdos. Este fue uno de los mas fervorosos propagado.
res del iluminismo, pero cubierto con el manto de las
sociedades literarias. He sabido por los mismos que él
convidaba á sus clubs y deseaba enganchar, que en efecto
aquellas juntas empezaban como las de las académias or-
dinarias; pero llegaba el momento en que se aparentaba
que se concluia la sesion , y este momento era en el
cual se despedian á los quemo eran del congreso de los


(1) Véase principalmente el
_Adío de lieffinenn, sec. t6 17 y 18.




254 filiSTORTA. DE LA. CONSPIRACION:


iniciados, y estos separados de aquellos, meditaban, corti_
binaban y trabajaban con arreglo á las leyes de los her-
manos unidos. El s. ugeto , que habría dado mas ascen-
diente á esta coalicion , era el señor Hoffmann, si se
hubiese dejado seducir por los elogios que le prodiga.
ban los iluminados (1); elogios que despues se convir-
tieron en ultrages , por haberse anido al célebre Zim.
inermann con el objeto de manifestar los artificios de
aquellos sectarios. El señor Hoffmann refiere que los
reclutadores del iluminismo le fueron á buscar hasta en
Pest de Hungría. En 26 junio de 18S, recibió de los
veinte y dos geles de la union, un pliego con que se le
convidaba á que se agregara á la sociedad literaria,
que ya tenian en esta ciudad. «Mi respuesta (dice el
mismo Hoffmann) fue : que yo esperaba se me diesen
nociones mas circunstanciadas sobre aquellas sociedades,
y que cuando las tendria, mis deberes y prudencia me
dictarian mi resolucion.... En efecto me manifestaron cle
cuando en cuando algunas cosillas relativas al espíritu
de la secta. Varias veces me enviaron listas de los que
nuevamente se habian enganchado, y estas las autenti-
caba el sello de los 'veinte y dos; justamente esta auten-
ticidad me dió á conocer la horrorosa conspiracion que
contenia el fondo de aquella junta. »


Fácilmente se descubre que un sugeto de tanta probi-
dad y mérito como el señor Hoffmann , no necesitaba de
mayores pruebas para desechar á tales cofrades, Ya habian
insertado su nombre en la lista de la orden : pero fue pre.
ciso borrarle. Lo que mas manifiesta que conocia muy


(r) Es muy gracioso cotejar el desprecio que en el día hacen
del Señor Hoffmann los iluminados , con los elogios que le ban
tributado. Antes que escribiese contra ellos , era grande su espfrint,
elevado su estilo y sublimes sus talentos ; pero estos elogios solo lle-
garon al uño 179o, y despues fue todo lo contrario.


CAYfTIILO iiúcímo, 255
bien á los conjurados, es una carta que cita de im polí-
tico muy virtuoso y perspicaz, quien habia tomado á
su cargo examinar oficialmente todo el plan de la union
germánica y penetrar sus secretos, el cual se expresó con
estas palabras : Son horrores que hacen erizar los cabellos.
Muy distantes estaban los discípulos de la secta de que
les causasen semejantes sentimientos aquellos horrores.
Weishaupt entretanto se portaba corno mero espectador
de los progresos de su iluminismo, y aun panda quo
nada se interesaba en ellos; sus prosélitos mas activos
vivían en sus alrededores, en Gota, en Weymar, en Jena y
en Berlin, y en efecto hubiérase dicho que todo lo miraba
con indiferencia. Exceptuando solamente las visitas que lo
hacian los hermanos , y algunos viages que emprendió,
principalmente para ver al grande autor de la union ger-
mánica, nada manifestaba que él fuese el fundador de la
secta, y el gefe que continuamente velaba y dirigia sus
maquinaciones. Pero aqui es preciso que tenga presente
el lector aquel precepto del mismo Espartaco, sobre el
arte de conducirse como ocioso al mismo tiempo que se obra
con mas actividad; y sobre todo, debe acordarse de aque-
llas amenazas, tan repetidas en sus cartas, aun en las
que escribió seis meses despues'de su fuga de Munich :
Dejad que rian nuestros enemigos; su gozo algun dia se
convertirá en lágrimas... No penseis que en mi ausencia ,
me esté sin hacer nada (a), y con esto se verá en que
consistia su pretensa inaccion en los progresos de sus
conspiraciones. A pesar del secreto con que obraba, tenia
el placer de ver que se verificaba á la letra lo que ya
vaticinó en el segundo año de su iluminismo á sus pri-
meros iniciados : Ya se han vencido los grandes obstácu-
los ; vereis que en adelante daremos pasos de gigante.


(1) Carta al iniciado Fischer del 9 Agosto de 1785.




256 TOSTOPIA. DPI LA cosspnÁciela•
Aun no contaba la secta doce años desde su funda-


clon cuando ya el número de sus iniciados y medio.
iniciados era prodigioso en Alemania , y amenazaban á
la Holanda, á la Hungría y la Italia. Uno de los mis-
mos iniciados, llamado Zinunermann , que habla sido
gefe, de los conjurados de las. lógias de Manheim, tan
zeloso para propagar sus maquinaciones como el otro
célebre Zimmermann para manifestar sus tramas, se glo-
riaba de que él solo habia establecido mas de cien clubs
conspiradores, bajo el título de sociedades literarias ó
lógias mazónicas, en sus viages por Italia , Suiza y Hun-
gría. Para facilitar en Europa el camino á las revolucio-
nes y dar impulso á aquella multitud de iniciados desor-
ganizadores, ya ho necesitaba la secta sino de comunicar
sus votos y revelar sus misterios á una nacion activa y pode-
rosa, que por desgracia muchas veces es mas susceptible de
aquellos acaloramientos que previene la reflexion ; que
de la cordura, que impide las desgracias ; nacion que,
en la fogosidad de sus arrebatos, se olvida con mucha faci-
lidad, de que para ser verdaderamente grande no basta te-
ner varlor para arrostrar los obstáculos; .y que los mismos
Vándalos y tambien los bárbaros han tenido sus héroes; na-
cion en fin, sobre la cual .siempre ha ejercido su imperio
la ilusion ; que antes de consultará la sabiduría en sus con-
sejos , porfia en su primer acceso derribar los altares ,
volcar los tronos, y no salir de su funesto delirio hasta
el momento en que no le quedarla que hacer sino
llorar en vista de las ruinas. Esta ilusion se extendia ya
por toda la Francia, por toda aquella nacion que pre-
tende bien á justo título ser la primera de Europa,
y aquella ilusion , tan acomodada al genio y carác-
ter trances, llamó las atenciones del areopago escudriña-
dor. Este pensó que ya habla llegado el momento de
enviar sus apóstoles á las orillas del Sena , y aqui em-


pieza


CAPITULO
257


pieza la cuarta época del iluminismo bávaro. En esta
descubrirá el lector la de las grandes convulsiones, la
de todos los crímenes, y la de todos los desastres revo-
lucionarios.


-.."-••n
••••••"`".^..•""`"'""s""'"'"'"


CAPITULO XL


CUARTA ÉPOCA DE LA, SECTA. •


Diputadion de los iluminados de Weishaupt d los fraile.
masones de Paris; estado en que se hallaba la masonería
francesa en la época de esta diputacion ; sus empresas
y resultados, y watt' clon de los Conjurados sofistas,
franc-mazones ó iluminados , de la cual resultaron los
Jacobinos.


Proyectos de Weishaupt y de Knigge sobre la Francia.


YA en el aiio de 1 7 82, Filon Knigge y Weishaupt
habian formado el proyecto de agregar á sil iluminismo
la nacion francesa ; pero su genio fogoso, impaciente y
dificil de contener, ofrecía á aquellos (los gefes motivos
muy poderosos para no acelerar demasiado las conquis-
tas por esta parte de Estrasburgo. Podia ser prematura
la explosion en Francia; este pueblo demasiado activo,
fogoso y violento, pocha no esperar que las otras nacio-
nes estuviesen r)iuualmente dispues tas para el grande obje-
to ; y sobre todo , Weishaupt no era de aquellos suge-
tos que se contentan con una revolucion parcial y local;
que solo pudiese servir para llamar la atencion de los


Tomo IV.




25S RISTOMa nr conrul,,,cios•
otros soberanos de Europa. Ya le liemos visto como
desde el fondo de su santuario iba habilitando sus pro-
sélitosy distribuyendo con artificio sus clases, con aque-
lla cadena de correspondencias que ya no le dejaban
otra cosa que hacer, sino dar la sefial cuando llegase
el momento propicio á sus maquinaciones. Eslabonada
aquella cadena , y ya avisados los hermanos para salir
á la hora convenida de sus clubs , lógias, acadómias, ca-
vernas y de todas sus guaridas subterráneas, que tenia
desde levante á poniente y desde el norte al medíodia,
toda la Europa entera debia en un mismo momento
hallarse en revolueiou. Para todos los pueblos babia de
llegar un 14 de Julio, y este habia de ser en un mismo
dia; en este todos los reyes , como Luis XVI, se babian
de dispertar cautivos por sus vasallos, y todos los altares
y tronos se l 'alijan de derribar en un mismo instante.
Para la ejecucion de este plan debian los Franceses ser
los últimos á quienes se ilunzinizase , porque su activi-
dad prometia que no esperarian para la explosion á que
esta fuese universal.


Mirabeau apresuró todos estos proyectos.


No obstante , ya habla algunos iniciados en el mismo
centro de aquel reino. Ya algunos hablan sido admitidos
á los secretos de , cuando se celebró el congreso de
Wilhelmsbad. En el mismo aiio ya se leía en la lista de
la secta el nombre de .Dietrich, corregidor de Estrasburgo,
quien llegó á ser en Alsacia el émulo de Bobespierre;




(i) pero aun contaba la secta con otro iniciado mas im-
portante; que era el marques de Mirabeau, que fue tan
famoso en la revolucion. ¿Que fatalidad tan extraordi-


(1) Welt raid znenschen Kcntniss, pag. 13o.


CiPiTI3r.0 UNDIC13.10. 259
noria pudo inducir á los ministros a un rey, el mas
honrado de los hombres , á confiar una parte de sus
intereses á este sugeto , cura vida hasta aquel momento
no habia sido mas que un regido de traiciones domés-
ticas y de la mas monstruosa inmoralidad? Ingrato á la
clemencia de Luis XVI que le babia arrebatado de las
manos de los jueces y del cadalso, tan merecido por
sus delitos , correspondió á aquella gracia , haciéndose
misionero secreto de los que conspiraban contra la vida
de su benéfico rey. Habiéndole enviado á Berlin , trató
los negocios de este del mismo modo que 'labia tratado
los de su padre y de su madre. Dispuesto á servir ó á
hacer traicion á todos los partidos , y pronto á vender
sus crímenes al precio mas alto , y al que le proporcio-
nase cometerlos aun mayores, y rodeado de iluminados
en Prusia , fue bien presto buscado por los iniciados <le
la secta. Nicolai, Biester, Gedicke y Lcichenring fueron
sus tertulianos favoritos. Encontró en Brunswick á Nati-
villon , digno discípulo de Knigge, que era catedrático
entonces del colegio carolino, y este le inició en los
últimos misterios del iluminismo (1).


Ya antes de su inauguraciou sabia Mirabeau todos los
recursos de las lógias mazóoicas, y supo apreciar todos
los que el ingenio de Weishaupt habia afiadido para las
revoluciones. De vuelta á Francia , se aplicó á introdu-
cir estos nuevos misterios en su lógia , llamada de los
Filaletas. Su primer cólega fue aquel monstruoso abate
Perigord, que ya se iba habilitando para hacer el papel
de Judas en la primera gcrarquía de la iglesia. 1` ,Zo se
satisfizo con haber introducido en su lógia los misterios
de Weishaupt, y le pareció que debia hacer que pasa-


(x) Discurso de un presidente de lógia sobre la última suerte de
la mazonería ; apendice á este discurso ; aviso importante de 11cIff-
mzum , tomo 2. sec. VII.


st 2




26o HISTORIA D5 LA CONSPIRACION.
sen á Francia algunos apóstoles mas prácticos que él en
los artificios del código. No ignoraba los motivos que
habian tenido los tefes del iluminismo, para no extender
hasta entonces sus miras hácia la conquista de la Francia,
y les supo persuadir que ya era tiempo de dar sus ins-
trucciones á una nacion , que solo esperaba le enseñasen
sus medios para hacer la revolucion, á la cual ya otros
conjurados la habian irlo disponiendo Babia mucho tiem-
po, y cuyos resultados podian ya determinar sus nuevos
cofrades. Lo que pudo saberse de la correspondencia
que entabló Mirabcau con Mauvillon, no bastaria para
manifestar todos los consejos y arterías que acompañaron
esta correspondencia; pero á lo menos se sabe que la
política de Mirabeau prevaleció en el areopago de Weis-
baupt (1).
Diputacion de los iluminados alemanes á los franc-matones


de Paris.
Se pasó á la votacion, y se aprobó y resolvió que la


Francia fuese iluminada. El encargo de iluminarla era W.


(s) De, ..1.1avillon dicen los Alemanes, que tuvo la mayor parte en
los escritos que publicó Mirabeau, titulados, Nonargnia Prusiana, y
ensayo sobre los iluminados. De aqui provienen los grandes elogios
que en el tomo 5. lib. 7 . del primero se leen de Weishaupt, y
todo el artificio que se descubre en el segundo. Este solo se com-
puso, como para engallar al público; pues , aparentándose el des-
cubrir en él los secretos de la secta , ni una sola palabra contiene
que la haga conocer, desviando con arte la atencion de los lectores
á objetos bien diferentes. Este artificioso engáo hizo creer á los
Franceses que conocian el Iluminismo, y estaban tan lejt.s de esto,
que todos sus autores confundian los iluminados de Weishaupt con
los de Swedenborg.Tambien sirvió á itlirabeau para introducir su
iluminismo en Francia, al proprio tiempo que afectara escribir para
revelarle y descubrirle. Matan el nombre defiialetas que dió á los indi-
viduos de su lógia no fue otro que un artificio; porque bajo este
nombre se sobrentendian iluminados de muy diferente especie.


CAPÍTULO rNnIcimo.
2Ú1


de tanta importancia , que no podia fiarse á iniciados
ordinarios. Amelfo Bode , que despues del retiro de
Weishaupt fue tenido por trefe de los iluminados, y que
tambien fue sucesor de Kni gge, se ofreció y fue nom-:"bracio diputado para las lógias que debian dar prin-
cipio á este apostolado; le señalaron por socio en esta
cxpedicion á un tal Bayard , cuyo verdadero nombre era
Gui llaume (Guillermo) baron rle Basche, capitan al ser-
vicio de Holanda, heredero de una gran fortuna , dies-
tro , astuto y lleno de aquellos artificios que los insi-
nuantes llaman prudencia y sabiduría. Este harem era
discípulo de Knigge, y ya labia sido comisionado para
propagar las maquinaciones de la secta en aquellas pro-
vincias, que pensaban tener en él un oficial pronto á
conservar las leyes á costa de su vida (r). El zelo que
manifestó en su primera mision , dió motivo para que
le nombrasen comrafiero de l'ocié; en su diputicion á
Paris.


Estada ezá que se hallaba la mazonería de Paris , cuando
llegaron los diputados


Las circunstancias en que se hallaba la Francia en
aquella época , no podian ser mas favorables á los dipu-
tados, ni mas fatales para aquel reino. El filosofismo
'labia hecho en las lógias todo lo que se podia esperar
de los discípulos de Voltaire y de Bousseau para prepa-
rar el reino de aquella igualdad y libertad, cuyos últi-
mos misterios proporcionaban á Weishaupt los de la im-
piedad y anarquía mas absoluta. Se rabia señalado una
línea de demarcacion entre los antiguos grados y los de
la mazonería. Los primeros, con todos sus juegos de
niños y toda la oscuridad de sus símbolos, eran para el


(r) Escritos orig. ni/o 4
Beriehre. 6.


1


R




2Gz LILSTOEIA DE LA CONSP1EACION.
coman de los hermanos; pero los otros , decorados con
el título de grados ,filosóficos, eran principalmente los
que he dado' á conocer con los nombres de caballeros
del Sol, de últimos de Rosa-cruz y de caballeros. de
Ii adosch. Al frente de todas las lógias, tanto limitadas
á los antiguos misterios, como ya iniciadas en los nue-
vos, babia en Paris tres lógias, sobrado notables por la
autoridad que ejercian sobre las demas. y por su influjo
sobre la opinion de los hermanos.


Grande Oriente de Paris.


La primera, llamada el Grande Oriente, era una lógia
que componian todas las lógias regulares del reino, re-
presentadas por sus diputados. Era en cierto modo el
gran parlamento mazdnico, que tenia sus. cuatro salas,
cuya reunion formaba la grande logia del consejo., en
dende todo lo que ¿caja relacion á los intereses de la
orden se decidía sin apelacion. Las cuatro salas tenian
estos nombres : de administracion , de Paris, de las pro-
vincias, y de los grados. Esta, que por esencia, era la
mas secreta de todas, no admitia á sus sesiones á ningun
hermano visitador; pero todos los venerables podían con-
currir á todas las sesiones ordinarias de las otras salas.
En este parlamento mazónico Labia tres grandes oficia-
les de la orden , llamados elgran-maestre, el administrador
general, y el gran conservador. Cuando llegaron los dipu-
tados del iluminismo, liude y Bayard , era gran-maestre
el serenísimo hermano duque de Orleans primer príncipe
de la sangre. Los otros dos eran tambicn de la mas alta
distincion. Sus nombres y títulos ya bastan para demos-
trar, que hasta en el supremo consejo de la orden habia
grados, solamente de honor, para aquellos sugetos, cuya
alta gerarquía solo Servia- para proteger las conspira.


CAPÍTULO rro_dc::so• 265
ciones, sin que jamas llegasen á saber el secreto de que
estas tambien se (litigian centra elles (i) ("). Pero no
puede decirse lo mismo de Felipe de Orleans. Su cali-
dad de gran,maestre , su impiedad y los juramentos ,
bien sabidos, que Labia hecho de sacrificarlo todo á-su
venganza , ya manifestaban claramente ¿í los diputados del
iluminismo todo lo que estaba dispuesta' á hacer en su
favor, contando con aquella multitud de lógias que le
reconocian por su gran-maestre. El arancel alfabético
de su correspondencia, manifiesta que, en el aiio de 1787 ,
ya habla en Francia solamente doscientas ochenta y (los.
ciudades, cada una de las cuales tenia sus lógias regu-
lares, bajo las órdenes de este gran maestre, Solamente
en Paris Labia Si , en Lyon 16, en Burdeos 7 , en Nan-
tes 5, en Marsella 6, en Montpeller to, en 'n'osa ro,
y á proporcion de la pobiacion , en cada ciudad. No les
bastó este imperio sobre los mazones franceses. A mas
se extendieron sus proyectos, pues segun el mismo aran-
cel de la correspondencia , que se imprimió para el uso
de los hermanos, el gran-maestre del Grande Oriente de-
Paris dirigia las lógias de Chamberv en Saboya, de Locle
en la Suiza, de Bruselas en el brabante , de Colonia
Lieja y Spá en Alemania, de Leopold y Varsovia en Po-
lonia, de San-Petesburgo y Moscow en Rusia, dc.Ports-
mouth en la Virginia, de Fuerte-real en Granada (la nue-
va) y en todas las colonias francesas. Todas estas y aque-
llas recibian sus instrucciones del Grande Oriente, y de


(a) Véase el arancel alfabético (tablean alphabílrione) de la corres-
pondencia de las lógias del Grande Oriente de Francia..


(*) Estoy íntimamente persuadido ;. de que si la Nobleza llegase á
entender que la conspiracion mas es contra ella que contra cual-
quier otra clase del estado, no contarla la secta entre sus pro-
sélito á tantos sugetos de su gerarquia. Va sé que los. sectarios
solo les descubren su Conspiracion Contra los altares : pero tambien
sé, que la jacobina tao conoce ni respeta gerarquias. (S. y Y.)




264 HISTORIA. DR LA CONSPIRACTON.


este modo Felipe de Orlcans aseguraba á la secta casi
tantas conquistas como ya habían hecho en Alemania
Weishaopt y Knigge (a).


Logia de los Amigos reunidos.


Bajo aquel Grande Oriente, habia en Paris una, lla-
mada de los Amigos reunidos, cuyo encargo mas espe-
cial era la correspondencia con las lógias extrangeras,
En esta sobresalia el famoso revolucionario Savalette de
Lange. Este iniciado era tesorero mayor, es decir, que
el rey le habia honrado con la confianza que solo podia
merecer el vasallo más fiel; pero este mismo sabia todos
los misterios , dirigia todas las lógias extrangeras, y tenia.
parte en todas las maquinaciones. Para reunir todo lo
mas malo, hizo de su lógia una mescolanza de todos
los sistemas sofísticos, martinistas y mazónicos; pero á
fin de engañar mas al páblico , tambien la Labia hecho
en cierto modo la lógia de los placeres y del lujo de la
aristocraeía. Una música melodiosa , orquestas y bailes
atraian á esta lógia á los hermanos de la alta gerarquía ,
y estos concurrian con el mayor lujo. En los alrededo-
res habia guardias, para que la multitud de coches no can•
sase algun desórden. Se podio decir de algun modo, que
se celebraban estas fiestas bajo los auspicios del mismo
rey. La lógia brillaba con mil y mil luces, y los Cresus
de la mazonería contribuian para los gastos de las or-
questas, de la iluminacion „ de los refrescos y de todos
los placeres, que ellos creian fuesen el único objeto de
sus reuniones; pero al mismo tiempo que estos herma-
nos bailaban ci cantaban con las iniciadas , en una sala
conm, las dulzuras de su igualdad y libertad , ignora-
ban que sobre la misma sala habia una reunion secreta


(r) A,lli yeignct, art. Paises extrangerp£


CAPÍTULO IINOLCI110. 265
que se ocupaba en extender fuera de la 160 sus prin-
cipios para igualar todas las clases y fortunas , nivelar los
palacios y las chozas, y abolir todos los títulos y distin-
ciones.


Realmente, sobre aquella sala ó lógia comun habia
otra lógia llamada, Junta secreta de comision de los ami-
gos reunidos, cuyos principales iniciados eran dos suge-
tos , igualmente célebres por sus misterios tanto en Lyon
como en Paris; uno era el grande y el otro . Chappc
de la Henriere. Mientras duraba el fcstin de la primera
sala, habia dos hermanos terribles con sus espadas, uno
en lo inferior de la escalera y otro cerca la puerta, (Frie,
nes impedian la entrada en este nuevo santuario. Aqui
estaban los archivos de la correspondencia secreta , y era
tal la reserva , que ni siquiera se permitía la entrada al
hermano Savalette de Lange, que recibia los pliegos de
la correspondencia, que los conjurados dcFrancia tenian
con los de Alemania é Italia. Este oficioso iniciado ni
siquiera sabia cual era la cifra de la correspondencia.
El lector comprenderá fácilmente en que consistió , cual
era el objeto de sus consultas, cuando yo haya manifes-
tado, que para que alguno fuese admitido á sus Mi,
beraciones,, no bastaba estar iniciado en todos los anti7,
guos grados, sino que tambien era necesario que fuese
maestro de todos los grados filosdficos , esto es, haber
jurado con todos los caballeros del Sol odio al cristia-
nismo, y con los caballear de .11:-


adosclz odio á todo culta
y rey. — Un hermano, que por espacio de mucho tiempo
habia sido mero portador de esta correspondencia, me
aseguró , que habia tenido la tentacion de iniciarse en
estos misterios; pero que la habia desechado por el moti-
vo de que le exigian se obligase para toda la vida, y
contribuir cada año Cola seiscientas libras tornesas. El
mismo me dijo, que la contribucion anual ordinaria do




266 ms-reni.s. ou LA COYSPLIIACLON.
cada hermano era la misma ; que todas se depositaban
en poder de Savalette,


para que á su tiempo diese cuentas,
pero que nunca las dió. A estos recursos que tenia la
secta , se puede añadir el tesoro real, que se puede decir
estaba á su disposicion , por cuanto era tesorero el
mismo Savalette. No se puede disputar que los conju-
rados tengan acierto en la eleccion de los sugetos y de
los empleos.


Lógia de la .S.o.urdiZ.‘re.


Otras cavernas habia menos conocidas;pero tambien.


mas „
temibles. Tales eran aquellas en donde los hermanos


de Avi5on , discípulos ole Swedenb oig y de Sai¿ -Mari ,.
enlazaban sus misterios con los de los antiguos Rosa-cruz,
de los mazones ordinarios y de los mazones sofistas. Estos
nuevos iniciados , en el exierior, y con la mascarilla de
charlatanes y visionarios, hablaban mucho de su poder
para evocar los espíritus, preguntar á los muertos, hacerles
aparecer, y obrar otros muchos prodigios de esta natu-
raleza ; pero estos nuevos taumaturgos, allá en el retiro.
de sus lógias, se ocupaban en tramar conspiraciones casi
del todo semejantes á las de Weishaupt, aunque mas
atroces en sus formas. Ya he revelado sus misterios desor-
ganizadores cuando expuse los de Swedenborg y de San-
Martin ; entonces aun no me atreví á dar asenso á aque-
llas terribles pruebas y á aquellos horrorosos juramentos,
que les atribuyen muchos escritores. Quería yo apoyar
Iris asertos sobre su mismo código, ó sobre la autoridad
de sus iniciados. Los que he tratado hasta el presente
solo sabian una parte de sus misterios; pero por estos
se descubren fácilmente los que aun se les ocultaban.


Consta en primer lugar , que estos iluminados de Swe•
denborg , llamados Martinistas en Francia, y que muchas
veces se dan tambien el nombre de caballeros bien-


CAPITULO UNDICIA10'.
267


hechores, tenian sus viageros como los iluminados de
Wcishaupt. Sábese tambien que estos pretensosfilaktas,.
ó amantes de la verdad , se habian dado leyes, habian
organizado sus sociedades y se habian introducido, como
Weishaupt , en las lógias mazónicas, para buscar en ellas
sugetos ya dispuestos á recibir sus misterios y sus nue-
vos grados, que les querian comunicar. Entre estos gra-
dos, hay uno que llaman el caballero del Fenix. Uno
de estos caballeros , que decia ser natural de Sajónia
y se titulaba baroe del Santo imperio , pertrechado con
brillantes certificados de .


muchos príncipes alemanes (i),
ejercia en Francia su apostolado pocos aptos antes de la
revolucion. Despues de haber pasado algunos dias en
una ciudad del centro , visitado sus lógias y observado.
los hermanos, pensó haber encontrado á tres, dignos.
de ser elevados a los conocimientos mas sublimes. El.
venerable, ó maestro do la lógia , cuya historia refiere'
él mismo del siguiente modo , era uno de los escogi-
dos. « Aceptado el partido , ( me dijo este venerable )
pasamos los tres á la casa de nuestro iluminado, llenos.
de fervor por los grandes misterios que nos habia pro -


(i) Este estrafalario Baron se diera el nombre de Water, y yo.
no pudiera de modo alguno haber previsto que por dicho nom-
bre Ilega•ia á confundirse algun dia con el verdadero


...Solar lfillmer
giiimer, á quien hemos visto poco hace representar un papel hien


diferente-en su visita al colegio de Hall. (Sajonia.) Tampoco hubie-
ra yo podido humanamente proveer, que el autor de cierta carta
que se me ha dirigido para justificar á aquel caballero, conociera
san poco el frances, que tomara por un insulto el verbo s'aviser,,
creer justo , sí oportuno), en circunstancias sobre todo , en que no


hace mas que marcar y designar la impertinencia de ciertos jóvenes
c
alaveras, que pareciaa muy poco dispuestos á recibir con docili-


dad los consejos, y que aun casi insultaron al tan digno varon.
que creyera de su deber (s'avisa) el dárselos. Me lisonjeo que esta,
corta observacion bastará por sí sola á satisfacer al verdadero,


Iliihner y á su honrado apologista.




268 FIISTORIA nr LA COSISPIRACION•
metido revelar. Corno no nos podia hacer pasar por las
pruebas ordinarias, nos las dispensó en cuanto se exten.
dian sus facultades. Babia dispuesto en medio de una
sala una estufilla y un brasero con fuego; sobre la mesa
labia varios símbolos, entre ellos un Fenix rodeado de
una serpiente, que formaba un circulo, mordiéndose la
cola. Empezó á revelar los misterios, explicándonos lo
que significaban el brasero y los ¿lemas símbolos. Este
brasero, dijo, le he preparado para claros á conocer
que el fuego es el principio de. todas las cosas; el fuego
lo hace todo en la naturaleza, todo lo pone en accion,
y al mismo fuego debe el hombre sus facultades de vivir,
pensar y obrar. En esto consistió su primera leccion...
De aqui pasó el iluminado á la explicacion de los otros
símbolos. En cuanto á esta serpiente, dijo, atended al
círculo que forma; este es una imagen de la eternidad
del mundo , que como el círculo. no tiene principio ni fin.
Sabeis que la serpiente muda y renueva cada ario su
pellejo, y esto os da á conocer las revoluciones del uni-
verso; aquellas revoluciones ele una naturaleza que parece
que se debilita y va á perecer en ciertas épocas, pero
que en la inmensidad de los siglos solo envejece para
remozarse de nuevo y para disponerse á nuevas revo-
luciones..., Este Fenix tambien os explica naturalmente
la sucesion y perpetuidad de estos fenómenos. La fábula
solo le hace renacer de sus cenizas , para explicaron el
modo como este mundo renace y renacerá sin cesar de
las suyas.


» Este liaron iluminado para. exponer toda esta doc-
trina , solo exigió de nosotros la promesa ordinaria del
secreto. Se paró ele repente , y nos dijo , que nada mas
podia notificarnos sin hacer antes un juramento, cuya
fórmula se puso á leer para ver si estábamos resueltos
á hacerle; pero á todos nos causó horror. No me acuer-


CAPÍTULO tinnIcluo. 260
do muy bien de las palabras; pero tengo presente, que
nos exigia la promesa de obedecer á los gefes del ilumi-
nismo, bajo las mas execrables expresiones. Procuramos
contener nuestra indignacion para poder de este modo
descubrir sus últimos secretos; pero luego que llegó


•á
la promesa de abjurar hasta los vínculos mas sagrados
de ciudadano , de vasallo , de parentesco, de padre, ma-
dre, amigos, hijos y esposos, uno de nosotros, no pudién-
dose contener mas, salió precipitadamente de la sala ;
volvió luego á entrar con la espada desenvainada; se echó
sobre el liaron iluminado con todo el arrebatamiento de
un hombre que ya no era duelo de si mismo. Tuvimos
la dicha de contenerle ; despues ele haberse sosegado,
dirigió la palabra al iluminado y le elijo; que si antes
de veinte y cuatro horas no salia de la ciudad , le baria
juzgar y ahorcar. n Ya se ve que el liaron no esperó
que esto se verificase, pues se fugó con toda precipita-
(ion .


Lo que voy á referir, para manifestar mas la mons-
truosidad de esta secta, no ha sucedido en Francia, sino
en Viena de Austria. A un jóven, hijo de una familia
muy noble, y que en la ultima guerra se ha distinguido
por su valor, le pasó tambien por la cabeza , como á
muchos otros, el hacerse franc-mazon. Su lógia , sin que
lo supiese , era una de aquellas en donde dominaba el
iluminismo. Recibió muchas veces el encargo de llevar
cartas que le parecieron sospechosas, y aun llegó el caso
de devolverlas, pretextando que no habla encontrado los
sugetos á quienes se (litigian. Esto lo hizo porque no
quería servir de instrumento á alguna traición, que sos-
pechaba encubierta. No obstante, instigado de su curio-
sidad, insistia en solicitar en que le admitiesen á grados
mas elevados. Llegó el día sefialado para su iniciacion,
que habia de ser el siguiente ;


cuando he aqui que recibe




270 11151'010i DR L.A. CONSPIRACION.


una carta , cuyo contenido era que , sin pérdida de
tiempo , pasara á verse con el que la escribia. Cumplió
con lo que se le decia, y encontró á un iniciado, que
ya habla mucho tiempo que era amigo de su padre;
este le dijo : (‘ El modo como voy á portarme con Vd. me
costará la vida, si es Vmd. indiscreto ; pero creo que
debo hacerlo, atendiendo á la amistad con que me honra
su padre de Vmd. y á la que yo á Vmd. mismo le pro.
feso. Estoy perdido, si Vinci. no me guarda el mas pro-
fundo secreto; pero le digo á Vmd. que será tambien
perdido, si mañana se presenta á la lógia para recibir
el grado que solicita. Porque le conozco á Vmd., sé que
no hará el juramento que le exigirán; Vmd. no es capaz
de disimular, y aun lo será menos para pensar y obrar
corno lo exigirán de Vmd. El horror le precisará á Vd.
á obrar contra su conciencia, y Vmd. va á perderse.
Ya el nombre de Vmd. está en la lista negra como
sospechoso. Le conozco á Vmd. ; y de aquella lista pasa-
rá su nombre á la lista colorada , lista de sangre ; y
cuando esto suceda, ya no hay que esperar que Vmd.
pueda librarse de los venenos ó de los emisarios . de la
secta. n No bastaron estos temores para que se decidiera
aquel jóven, y quiso saber cuales eran los juramentos
que habia de hacer , y que no sería capaz de cumplir.
Con esto su amigo le reveló el juramento que le exigi-
rian, el cual consistia en deshacerse de todos los víncu-
los mas sagrados de la religion , de la sociedad y de la
naturaleza , para no reconocer mas ley que las órdenes
de los superiores iluminados. El horror á este juramento
le contuvo; halló medios para no presentarse, y en lugar
de acudir para iniciarse, renunció á las lógias y á todos
sus misterios. Las circunstancias de la revolucion le pre-
cisaron á pasar del servicio del Austria al de Inglaterra,
y él mismo me ha manifestado los temores que tenia de


cAríTULO rIDICIMO.
2rt


que ti su buen amigo no le hubiesen puesto en la lista
colorada, á causa del servicio que le habia hecho ; lo
cierto es que no tardó mucho á tener noticias de su
muerte.


Lógia de Ermenonville.


Le parecerá al lector que me tardo mucho en refe-
rirle los resultados de la diputado ', de los iluminados;
pero para hacer mas sensible cuales debian ser estos
y los efectos de su mision , es preciso que le diga el esta-
do ri que 'labia llegado la lógia á la cual primer se pre-
sentaron, y para esto es necesario insistir en aquella
especie de iluminados, que se llaman teósofos, y que fue-
ron sus precursores en Francia. Cotejemos en primer
lugar lo que ya sabemos de aquellas listas negra y colo-
rada, con un hecho, al cual mucho tiempo no habia
querido dar crédito , hasta que al fin tuve noticia de sus
circunstancias por medio de unos sugetos que las sabian
muy bien. Ya se sabe que el palacio de Ernzenonvillc,
propiedad del señor Girardin , y que está á diez leguas
de Paris, era una guarida .muy famosa de este ilumi-
nismo. Se sabe , que alli, junto al sepulcro de Rousseau,
y con el pretexto de llevar los hombres á su imaginario
estado de la naturaleza, reinaba la mas desenfrenada diso-
ludan de costumbres. El famoso charlatan, llamado
Saint Germain , presidia á los misterios; era su Dios , y
tenia la lista colorada. El caballero de Lescure fue su triste
víctima; pues, queriéndose desprender de esta horrorosa
compañía, y aun puede ser la quisiese descubrir, le envene-
naron; pero sabiendo la causa de su muerte, dijo antes de
espirar al marques de Montroi, oficial general, que moría
víctima de aquella infame horda de iluminados. — Nos
faltan palabras para explicar la corrupcion de costum-
bres que reinaba en aquella horda de Ermenonville.




272 HISTORIA DE LA. CONSPIRACION•


Todas las mugcres que eran admitidas á los misterios,
eran comunes á todos los hermanos. La que habia esco-
<Tido Saint-Germain , se llamaba 'virgen. Esta solamente
tenia el privilegio de que no la abandonasen al acaso ó
á la eleccion de aquellos nuevos ..Adamitas ; pero este
privilegio solo duraba hasta que á Saint-Germain le aco-
modaba hacer eleccion de otra virgen. Este vil char-
latan , mas astuto que Cagliostro , habia persuadido a sus
iniciados que tenia el elixir de la inmortalidad; que ya
habia tenido varias formas á causa de la metempsicosis;
que ya habia muerto tres veces, pero que no volveria á
morir, y que desde su última mudanza ya 'labia vivido
i5oo años. Causa admiracion de que hallase sugetos
tan imbéciles, que, no queriendo dar crédito al evange-
lio , le diesen á los desatinos de la metempsicosis y á los
15oo de la vida última de Saint-Germain. Pero no sa-
bian que todo esto no era mas que una fiecion de los
grados mazónicos, y que segun esta el mazon aprendiz
tiene tres años, el compañero cinco, el maestro siete.
Esta edad se aumenta de tal modo, que el caballero
escoces ya tiene 5oo años. Cuando pues algun mazon
dice : tengo tantos ajaos, significa : soy de tal grado (a).


Asegurado de estos hechos , ya puedo colocar en el
catálogo de las verdades históricas todos aquellos votos
destructores de los imperios y de los altares , y toda
aquella doctrina tan conforme á la que he extraido de
los escritos de la. secta. Tambien puedo insertar en el
mismo catálogo todos aquellos juramentos y todas aque-
llas pruebas atroces, de las cuales hablan tantos autores.
Con estos datos ya puedo decir, sin temor de calum-
niar á esta clase de iluminados , que su secta y la de
Weishaupt solo se diferencian en el modo. El ateismo
es el fin y término de la pretendida teosofía de aquellos


(1) Véase Geschichte <ler unGdanten, grado escoces.


cáriTuLo T.INDí:cíMo.
275


y de los misterios de este. Todos convienen en que el
destino del hombre no es vivir bajo las leyes de la
sociedad. Los soberanos para todos los iluminados no
son mas que tiranos. Todos los medios que se ordenan
á librar y purgar la tierra de sacerdotes, reyes, leyes y
altares; todos los delitos, aun los mas atroces, que se
cometen con esta intencion , son otras tantas acciones
sublimes. Lo mas notable , es que los teósofos tienen mas
arte que Weishaupt para formar sus Seydes, é inflamar
su fervor para emprender y continuar la carrera de
los asesinatos y parricidios. Los misterios de Weishaupt,
en cuanto sí esto , ya no pueden compararse con los
de los iluminados teósofos. Para que esto se comprenda
mejor, atienda el lector á lo que voy á exponer.


Cuando alguno de aquellos sugetos, á los cuales ha
sabido la secta alucinar con todos los delirios de los
visionarios , espera que llegará á poseer el arte de obrar
prodigios y la ciencia de las ciencias, con los últimos
secretos de su iluminismo, le proponen que complete el
sacrificio de su voluntad, entregándose del todo á los
superiores, quienes estas en poscsion de todas aquellas
ciencias. Este es un nuevo pacto que reduce al infeliz
neófito al triste estado de no ser en adelante mas que
un instrumento ciego, ó un autómata, para las maquina-
ciones de la secta. Señalado el dia para la iniciado/1, le
llevan por una senda tenebrosa á la caverna de las prue-
bas. En esta se hace uso de todo lo que es capaz de
causar terror y espanto, de exaltar la iniaginacion , y al
mismo tiempo de privar á la razon de su imperio , para
que el infeliz prosélito, no siendo ya dueño de sí mis-
1110 siga el impulso que se le comunica. Alli ve con
todos sus horrores la triste imagen de la misma muerte;
alli se le presentan espectros; alli le dan - bebidas san-
guinolentas; arden lámparas sepulcrales; oye voces subter-


Tom o IV.
S




w


2:4 IrLSTORCA flt LA CONSPIRACION.


ráreas, etc.: y despues de todo la voz del gerofante se hace
sen t ir en aquel abismo, hace resonar las bóvedas con 5113


gi'itos amenazadores , y por último prescribe la siguientefórmula de execrable juramento, que repite el iniciado.
« Rompo los vínculos carnales, dice, que me enlazan


con mi padre, madre, hermanos , hermanas,., esposa ,
parientes, amigos y amigas, reyes, gefes, bienhechores
y cualquiera otra persona, á la cual yo haya prometido
.fe, obediencia , agradecimiento ó mis servicios. — Juro
revelar á mi nuevo gefe todo cuanto he visto, hecho,
leido, oído, aprendido y descubierto, y tambien inves-
tigar y espiar todo lo que me sea posible averiguar. Juro,
que honraré al Agua tolla na como á un medio seguro,
pronto y necesario para purgar la tierra, por medio de
la muerte ó embrutecimiento de los que quieren envi-
lecer la verdad , ó arrancármela de las manos (1).» Luego
que el iniciado acaba de hacer este juramento , se hace
oir otra vez la misma voz, y le dice, que desde aquel
momento está libre de todos los que ha hecho hasta
entonces en fiwor de la patria y de las leyes. «Resistid
(aiiade) á la tentacion de revelar lo que habeis visto y
nido , porque el rayo no es tan pronto corno lo será el
cuchillo que os perseguirá á cualquiera parte á que bu-
yais.


(a) 'Véase la Lote Rouge décmilée p. r t. y la Ilistoria del asesinato
de Gustavo Ir'. Rey de Suecia, seco. 4.


CAPITULO UNDIICIMO. 275
á I3o. Su gefe era el mismo Savale,tte .de Lange , que
ya hemos visto tan ocupado en la correspondencia de la
oficina de los Amigos reunidos. El famoso conde de
&JIM-Germain tambien concurria á esta lógia, á la cual
fue llamado por medio de una diputacion particular
Cagliostro . Sus misterios , que hasta entonces solo ha-
hian sido los de un charlatan , pasaron á ser los de un
verdadero conjurado. En esta lógia empezó á conocer
la revolucion que amenazaba á la Francia, valiéndose
del tono y apariencias de profeta cuando despues de
haber salido de la Bastilla , se volvió á dejar ver en Lon-
dres. Aqui recibió la mision para pasar á Roma y dis-
ponerla á una revolucion. Uno de los iniciados que le
}labia diputado la lógia de la Sourdire , fue un 111. de
Raymond, que Babia sido director de la estafeta de Besan-
zon , verdadero entusiasta, que tenia lleno su cráneo de
Swedenborg y de sus visiones. Por este se sabe , que la
lógia de que hablamos, contaba mas de 13o individuos
residentes en Paris, y mas de t5o viajeros ó correspon-
sales repartidos en varias partes; que a imitacion del club
de Ilolbach tenia tambien sus escritores é impresores,
ocupados en componer y extender por todas partes sus
escritos revolucionarios (1). Dietrich, secretario de esta
misma lógia, 'labia reunido en su persona todas las espe-
cies de iluminismo. Tenia en su compabía á aquel Con-
dorcet , á quien solo faltaba conocer las maquinaciones


(r) Todos estos pormenores Délos yo adquirido por conducto
de un hombre, que . tuvo relaciones bien íntimas con dicho director
Rey-mond, pero á quien todas las arterias y esfuerzos de este no
bastaron para engancharle en sus misterios. Este mismo Señor ,
cuya probidad me es bien conocida , me ha asegurado haber visto
los procesos ve, hales de esta higia, que se imprimian de ordinario
en la oficina de Ciouiier, calle de la Sorbona , pero con caractéres
tan cargados de cifras y de geroglífius , que nadie sino los adeptos
pudieran leerlos ni comprenderlos.


S 2


Logia de la calle Sourdiére,


Asi se iban formando los iniciados de esta secta atroz,
nacida de lbs delirios de Swedenborg, trasportada sucesi-
vamente á Inglaterra, á Aviíion, á Lyon y á Paris. Desde
el alío 1 7 31 se 'labia formado en esta última ciudad,
en la calle, llamada Sourdiere, un club, compuesto de
esta raza de iluminados, que llegaban al número de 19,5




e;e5 FIISTOMA DE LA CONSPIRACION.
de Weishaupt para adoptarlas , en caso que ya no se las
hubiese enseñado el mismo Dietrich. Observe el lee.
tor de que sugetos se componia esta lógia. Ya hablare-
mos de esto cuando explicaremos las causas de los gran-
des horrores que sobrevinieron poco despues. Entre
tanto continuemos nuestras investigaciones en las caver-
nas mazónicas , para adquirir cuantos conocimientos se
necesitan acerca las causas de tantos horrores como ha
cometido esta secta llamada de los Jacobinos.


A mas de las lógias de que ya be hablado, habia otras
dos en Paris, por las cuales se descubre el modo como
los conjurados se distribuian y clasificaban segun los
errores aue introducian , ó el interes con que miraban


la maquinacion. Una de estas lógias se llamaba de las
nueve hermanas, y en ceta se reunian los hermanos mazo-
nes que se llamanfi/tisofis. La otra se llamaba del Candort.
y se componia principalmente de aquellos 'pezones que
brillaban en el mundo con los títulos de la nobleza,
pero que conspiraban en calidad de traidores contra la
misma nobleza, y principalmente contra la monarquía


y la religion.


Lógia de las nueve hermanas.
Esta lógia tenia por protector de sus solistas al incauto


duque de la Bocheloucauld , quien conspiraba con ellos
y adoptaba todos sus proyectos. El venerable de la mis-
ma lógia era un tal Pastorel, que en público adulaba á
los ricos y á los nobles, respetaba la religion, y cuyo
espíritu revolucionario habria causado menos admira-
cion , si el público hubiese sabido el papel que repre-
sentaba en el secreto de las lógias. En la suya estaba


aquel Condorcet , cuyo nombre se lee en las listas de
todos los conjurados. Eran sus compañeros : Brissot ,
Garai , el comendador Delomieu, Lace/7We , Ca-


CAPÍTULO UNDÍ:CIMO. 177
millo des Noulins , Cerutti , Fourcroy, Danton, 1llillirz ,
Lalande , Bonne, Chateau-liondon , Chenier, , 1llcrcicr ,
Gudin , Lametherie y el marques de la Salle, que pare-
ciéndole que la lógia del contrato social no era bastante


illosolica, 'labia venido á juntarse á Condorcet. Tambien
eran miembros de la misma aquel Chamfort, que fuera
de parecer que la revolucion de la libertad é igualdad an-
daba á pasos lentos, hasta que la misma le cargó de
cadenas, y hasta que su filosofismo , ó desesperacion ,
no le descubrió mas libertad que la del suicidio. Entre
íos clérigos y frailes apóstatas, he visto alli á Noel, rl
Pingré y á illu/ot. Estos dos y Lalande tambien eran
miembros de la junta secreta del Grande Oriente. El
padre Don Gules se enlazó con Babaud de Sairzt-Etienne
y Pethion en la lógia de las nueve hermanas, desde los
primeros dias de la revolucion. Fauclzet se apresuró á
pasar á la Bouche de fir (boca de hierro), con Coya.
de Prefeln y Bonneville. Sieyes , aunque miembro de esta
lógia, habla formado otra nueva en el palacio real , lla-
mada el club de los veinte y dos , que eran los escogi-
dos de entre los escogidos -(r).


Se puede formar concepto de la opinion revoluciona-
ria dominante en la lógia de las nueve hermanas, por los
escritos que salieron de la pluma de los hermanos, luego
que la corte tuvo la imprudencia de convidar á los sofis-
tas, para que comunicasen al público sus luces sobre el
modo de componer los estados generales. Uno de estos
escritos, produccion de Lametherie , se estaba lexenda
en casa del duque de la Bochefintcauld , cuando un señor
francos, que me ha comunicado esta anécdota , reparó
y dijo , que el proyecto de aquel escrito atacaba la reli-
gion y los derechos del soberano. Pues bien; respondió


(1) Memorias sobre las lisias.
S3




278 HISTOJUA DB LA CONSFITUCION.


el duque , una de dos; ó la corte admitirá nuestros pro.
y'ectos, y con esto lograremos lo que deseamos , ó no los
admitirá , y en este caso sabremos desprendernos del re y.
En efecto, este era el principal proyecto de los sofistas
mazones Bailly,


, Gudin , Lametherie y Dupon t
(1). Silla.


hin de haber rey, le querian subordinado á su igualdad
y tí su libertad de pueblo soberano, y que dictase las
leyes que ellos mismos harian, aunque les parecia que
lo mejor era desprenderse de él. En este último proyecto
sobresalia Brissot, quien para derribar el trono, empezó
por envilecerle.


Logia del Candor.
Habla otros hermanos que formaban ofros proyectos,


que se ordenaban á enlazar su ambicion con la liber-
tad é igualdad mazónicas, y estos componian la lógia
llamada del Candor. En ella se hablaba mucho de los
derechos del hombre, y proclamaban con anticipacion,
que uno de sus mas santos deberes era la insurreccion.
Lafayette, discípulo de Sieyes, descubria en esta toda la
gloria de Washington. Los Lameth, por sobre-nombre
los ingratos, solo deseaban castigar á la corte por los
beneficios que de ella habian recibido. El marques de
Montesquieu, Ilioreton ele Chabrillant y Custine la que-
rian castigar porque los 'labia despreciado. Tambieu
'labia aqui sugetos, adictos de un modo muy particular
á Felipe de Orleans; tales eran su consejero Lacios, su
canciller la Touche , un tal &Maly , el mas vil de sus
esclavos, y , el mas asqueroso de sus másca-
ras (2). Les hacino compañía el marques de Lusignan,


(1) Véanse sus escritos y opiniones en el tomo a. de estas M.
711077;75.


(a) Sabe todo Paris, que el día 5. de Octubre se halló en Versa-
rles entre las Arias de la finito , con su. 011a , vestido y armado
como ellas.


CAPPreLO 279
y aquel príncipe de Broglio , cuya juventud deshonraba
un apellido, digno de todo respeto. , el único
de esta lógia que no tenia título, conoció bien presto
el poder de sus cofrades, cuando , habiéndole citado el
Parlamento por una memoria sediciosa que Labia publi-
cado , vió que acudieron á sostenerle millares de ini-
ciados, cuyas amenazas y cuadrillas hicieron conocer á
los magistrados, que ya no era tiempo de castigar á los
hermanos mazónicos.


Logia del Contrato social.


En este estado se hallaban las logias y los hermanos
mazones mas notables de Paris , cuando llegaron los
diputados del iluminismo germánico. El comun de los
autores dice, que estos se apearon en la calle , llamada
Coq-heron, y que cumplieron su mision en la lógia del
Contrato social. Temo haber dado á mis lectores algun
motivo para este error, cuando en el tomo 9 de mis
memorias , cap. 13, hablé de una lógia establecida en
aquella calle. Pero se debe observar, que entonces solo
hice mencion de los sofistas adheridos al duque de la
Rochefoucauld , entre los cuales ninguno labia que fuese
miembro de este Contrato social. Bien puede ser que
haya equivocado el nombre dé la calle en donde se reu-
nían los conjurados; pero no me he engañado en cuanto
á los mismos conjurados. Para distinguirlos mejor y no
confundirlos con mazones de otra especie , he hecho las
mas escrupulosas investigaciones. Entre otras cesas he
adquirido una lista numerosa de los hermanos del Con-
trato social (1), y no he descubierto á alguno que no


(a) De muy buena gana publicarla esta lista : pero no se si acomo-
daría á tantos Marqueses, Barones, Condes y Duques. Por otra
parte, yo no escribo la histoira de los tontos que se han dejado


S 4




280 HISTORIA nr LA CONSPIRACIOS.


fuese realista y que no se haya distinguido por su zelo en
favor de la revolucion. A mas de que he descubierto
el origen del error injurioso á esta lógia, en lo que habia
dicho bajo cl nombre supuesto de Jacques le Sisear, el
autor des masques arrachés (de las mascaras quitadas), en
un romance obceno y lleno de calumnias contra per-
sonas las mas respetables. Este autor pone en el catá-
logo de los conjurados revolucionarios á unos persona-
ges que he conocido en Paris, y que siempre han sido-
enemigos de la revolucion. Pone entre los iniciados del
Contrato social al duque de la Rochefoncauld, al abate
Fauchet, á Bailly y ti Lafayette, que nunca han sido
miembros de tal lógia. Dice que su gran-maestre era
Felipe de Orleans, cuando siempre fue gobernada por
la lógia madre de Edimburgo. Contra la fe píiblica atri-
buye al venerable cardenal de Malines unas costumbres>,
que desmienten altamente la reputacion, sabiduría y vir-
tudes de este prelado. En fin, no veo que se pueda citar
la autoridad del fingido le Sueur, , sino en lo que dice
relativo á la recepcion de los iluminadosIdedetas; y aun
en cuanto á esto mezcla algunas personalidades horri-
bles, haciéndose autor de la escena, cuando solo es pla-
giario de Mirabeau.


A mas de que, me consta que los enviados de Weis-
haupt no podian dirigirse á unos hombres que fuesen
mas enemigos de su sistema , tanto mazónico , como de-
sorganizador, que los miembros del Contrato social, pues
estos hicieron quemar en lógia .plena el escrito mas famo-
so de aquel Boneville, gran amigo de Bode. En fin ,
tengo entre manos la prueba original en estilo mazónico„


enganar, sino que quiero descubrir los conjurados... Debo decir,
que en tiempo de la Federaciun de que voy á hablar, la misma
:Reina fue de parecer que se admitiesen á la lógia algunos hermanos
menos aristócratas, para que no se hiciese demasiado sospechosa.


CAPiTISLO 'UNDICIMO.
281


que consiste en una tabla, ó plancha , trazada por un
sugeto que he conocido, la cual viene á ser una carta,
que por deliberacion del Contrato social se envió á mu-
chas otras lógias, con el fin de atraerlas al partido de
Luis XVI contra los jacobinos. Es cierto que los her-
manos realistas del Contrato social se engañaron en este
proyecto de confederacion mazónica ; convidaban á las
lógias á que se reuniesen para conservar el rey segun la
constitucion del año 1 7 89 ; Luis XVI quería en realidad
cumplir el juramento que se le habia arrancado en favor
de esta misma constitucion , y estaba muy satisfecho con
la lista de los mazones confederados ; pero el ministro
31. de la Porte no pensaba de este modo. Al ver aque-
lla tabla ó lámina y el número de sus suscriptores, dijo:
Es imposible que estos sugetos no sean constitucionales, y
que de ellos podamos hacer unos verdaderos realistas. A lo
que respondieron los agentes del Contrato social : empe-
zemos por conservar el rey tal como está, y 7,a veremos
de restablecer con el tiempo la monarquía. Esta respuesta
excusa á los hermanos del Contrato social; pero su inten-
cion no hace que el engaño que padecieron sea menos
completo. En primer lugar, podían haber visto, y no
vieron, que un gran nénnero <le suscriptores estaba con-
tento con su igualdad y libertad , y que solo querian
un rey como un Dux de Génova ó Venecia, sugeto al
pueblo soberano legislador, y que Lafayettc y Bailly y
otros muchos revolucionarios tambien se habrian sus-
crito , sin que por eso dejasen de ser jacobinos ó rebel-
des. Tampoco vieron que estos mismos hermanos cons-
titucionales se habrían levantado contra el Contrato so-
cial, si hubiesen llegado á saber que la intenciou era
restituir al rey todos sus antiguos derechos. A mas
de esto, no vieron que era mucho mas fácil llevar
los constitucionales á toda la democracia del gran club ,




282 ITISTOTUA DE LA coissruticioy.
que hacerlos verdaderos realistas. Y principalmente igno-
raban, que en las lógias habia muchos iniciados de la
democracia, quienes los acusaban de traidores á la igual-
dad y libertad. Esto sucedió en efecto. Los autores de
la confederacion bien pudieron concluir su carta con
estas palabras : «Esta plancha es solo para vuestro capí-
tulo : usad do ella con discreeion. Hemos de tratar dos
intereses muy sagrados, el de la monarquía francesa y
de su rey, y el de la mazonería y sus miembros.» Pero
mas se atendió , ó por mejor decir, solo se atendió á
este último. Mientras que los medio-iniciados iban po-
n iendo sus firmas, los hermanos mas profundos de todas
partes los delataron al gran club , y los del Contrato
social fueron proscritos.


Asegurado de este hecho , y viendo por otra parte que
los hermanos del Contrato social decian expresamente
en la misma plancha, que , generalmente hablando , no
habla de haber clubs políticos y deliberantes ; habiéndome
asegurado tambien muchos matones, que la convocacion
para venir á deliberar con los diputados alemanes, habia
salido de la lógia de los amigos reunidos, digo, que no me
puedo adherir á lo que dicen varios autores, que aque-
lla convocatoria habia salido del contrato social, y que
de aqui salieron las administraciones políticas que se esta•
blecieron despues de la llegada de los alemanes. Muy
bien puede ser que las circunstancias locales de haberse
establecido en una misma calle la lógia del Contrata
social, y alguna de aquellas de la administracion política,
hayan dado motivo á esta equivocacion; pero lo cierto
es que no tenian unos mismos sentimientos. Tampoco
es verdad que el duque ele Orleans haya puesto sobre la
puerta de esta lógia este letrero : cada uno trae aqui su
raya de luz. De lo que se sigue, que Mirabeau condujo
los hermanos que hablan llegado ele Alemania, no á la


CA.Y1TI3L0
283


lógia del Contrato social , sino á la de los amigos reu-
nidos. Savalette y Bonneville habian hecho de esta el
punto central, ó de reman, como lo expresa su mismo
título, para los hermanos mas fervorosos por la revolu-
cion, y mas adelantados en los misterios. Alli concur-
rian á los dias y horas saldadas, desde todas las lógias
de Paris y tambien de las provincias, todos aquellos
sugetos que convocaba la secta para sus últimos conse-
jos. Estos lo eran todo á un mismo tiempo ; filaletas
escogidos, y escogidos de K adosch ó de Rosa-cruz., los
}labia de la calle de Sourdi?fre , de las nueve hermanas, del
candor y de las oficinas mas secretas del Grande Oriente.
Aqui se presentaban los hermanos viageros que llegaban
de Lyon, Aviñon ó Burdeos. Los que venian de Alema-
nia con los nuevos misterios , no podían encontrar en
Paris un centro mas favorable á su inision ; aqui fue
donde expusieron el objeto y la importancia de su co-
mision; se puso el código ele lYeishaupt sobre el escri-
torio de la sala de trabajos , y se nombraron comisarios
para que le examinasen y diesen cuenta de su contenido.


Pero aqui el tenebroso senado impide la entrada al
historiador. No puedo lisonjearme que penetraré en él
para dar los pormenores de las deliberaciones. Conozco á
muchos hermanos que, aunque se acuerdan en general de
la diputacion , pero apenas tienen presentes los nombres
de A melio Bode y ele Bayardo Busche de lo que se
acuerdan, es de que vieron que á estos Alemanes varias
lógias les hacian los honores que se hacen á los her-
manos visitadores de la mayor importancia; pero como
en estas concurrencias ó visitas no se trató ele la alianza
que iban á hacer los de los antiguos misterios con los
de Weishaupt , no les es posible comunicar mas luces.
Los documentos que tengo solo, dicen que hubo nego-
ciaciones formales , sobre las cuales no dejaron los dipu-




284 HISTORIA DE LA coxsrnacioN.
tallos de dar noticia á su areopago; que estas negocia-
ciones duraron mas tiempo de lo que se pensaba ; que
se concluyeron con la resolucion de introducir en las
lógias francesas los nuevos misterios , sin alterar en cosa
alguna su antigua forma; de iluminarlas , sin nombrar
siquiera el título de la secta de la cual eran aquellos
misterios , y en fin , de tomar del código de Weishaupt
no mas que los medios convenientes, segun las circuns-.
tancias , para apresurar la revolucion. Si los hechos que
siguieron tan de cerca á esta negociacion , no nos hubie-
sen comunicado ideas mas fijas sobre sus resultados,
ignoraríamos aun los grandes sucesos, cuyas noticias die-
ron á sus hermanos de Alemania los iluminados Amelio
y Bayardo. Pero estos hechos han hablado por la his-
toria; cotejemos las épocas, y nos será fácil conocer lo
que la revolucion francesa debe á esta famosa diputacion.


A la llegada de los diputados alemanes, aun "labia en
Paris una multitud de charlatanes que evocaban , ó lla-
maban los espíritus y los muertos, por el dinero de los
vivos, engañando á mucbos incautos , que no llegaban
á alcanzar las astucias y artificios de que se vallan para
sus intentos. Esta época era la de los triunfos de un tal
Mésmer, que tanto ha dacio que reir á la Europa. Hago
esta observacion , porque es cierto que los diputados
del iluminismo encubrieron el objeto de su viage con
el pretexto de instruirse en la ciencia de Mésmer, cuya
fama , decian , los habia atraido desde el centro de Ale-


mania. Y principalmente hago esta observacion , por-
que esta circunstancia no permite fijar su llegada á
Paris despees del año 5787 , pues en el de 1 7 88 ya nadie


se curaba de mesmerismo , habiendo abandonado sus cu-


betas á algunos iniciados, que eran cl objeto de la risa dcl
público, y cuyo imperio casi estaba reducido al palacio
de la duquesa de Borbon. Este pretexto habria sido tan


CAPÍTTJLO 1.7*NDI:CIAÍO.
285


ridículo corno ya lo eran los engallados por Atésmer.
Por otra parte, los notables y el parlamento , Brienne
y Nécker llamaban la atencion ele los Parisienses á otros
objetos mas importantes. Las memorias quetengo , y los
sugetos mas instruidos, aun los mismos franc-matones,
cuyas lógias visitaron los diputados Bode y Bayardo,
fijan la llegada de estos al tiempo de la primera con-
vocacion de los notables, cuya asamblea se abrió en
22 febrero de 178 7


. En efecto, en este alío se manifestó
el influjo del código de Mereishaupt sobre los franc-mazo-
n es franceses.


Primer hecho.


En este mismo año desaparecieron los misterios de los
amigos reunidos y de otras lógias de Paris, que habian
adoptado la mística simulada de los Martinistas; hasta el
nombre de filatetas, parece que se habia olvidado. Se
dió un nuevo giro á los secretos mazónicos, y se intro-
dujo un nuevo grado en las lógias, que los hermanos
de Paris se apresuraron á enviar á los hermanos de las
provincias. Los iniciados acudieron á los nuevos miste-
rios; tengo á la vista una memoria de un hermano, que
cerca el fin del afilo 1 7 8 7


recibió el código en su lógia ,
que estaba mas de ochenta leguas distante de Paris. Con
arreglo á las convenciones , este grado conservaba los
emblemas y los ritus mazónicos : la cinta era de color
de aurora ; la venera, una estrella ; las fiestas se cele-
braban en los equinoccios; pero lo sustancial de los mis-
terios era un discurso, que casi era copia del Gerofante
epopta iluminado. Se anunciaba la aurora de un buen
din; y el secreto de la niazoneria , hasta entonces des-
conocido, debía pasar á ser la propiedad de todos los
hombres libres. Esta propiedad era todos los principios
de la igualdad y libertad , y de la religion pretendida




w


286 ilISTORTI DE LA conspfracteN.
natural, que Weishaupt descubre en su grado de epopta,
y que aqui se exponen con el mismo entusiasmo. Los
discursos del iniciante caballero del Sol , ó Kadosch,
eran nada en comparacion de este. El franc-mazon que
me dió esta simple noticia , habia recibido todos aque-
llos otros grados; y no obstante , los nuevos misterios le
irritaron en tal modo , que no quiso iniciarse; pero me
añadió, la mayor parte de los hermanos que componian la
lógia , se electrizaron de tal modo, que se volvieron mo-
tores los mas fogosos de la revolucion. Algunos de ellos
han ocupado puestos muy elevados, y aun uño llegó hasta
el ministerio . Sin embargo , en este grado ni siquiera se
pronunciaba el nombre de iluminado , y parecia que
solamente era una explicacion del origen de la mazone-
ría y de sus secretos. Los hermanos ya se hallaban con
todas las disposiciones para adoptar aquellas explicacio-
nes, y los de Francia se hallaban en aquel mismo estado
de los razones de la Alemania protestante, que Knigge
retrata con tanto primor; no necesitaban de pruebas
prolongadas : se volvieron iluminados con la mayor faci-
lidad; recibieron el grado, y hételos aqui llenos del mis-
mo entusiasmo.


Hasta este tiempo no era fácil vaticinar por las dis-
posiciones de las lógias francesas, que especie de revo-
lucion seria la triunfante. Los franc-mazones, en general,
querian una mudanza de constitucion ; pero su igualdad
y libertad desorganizadoras solo se deseubrian del todo
á los escogidos de entre los escogidos. Sus misterios solo
se manifiestan en sus últimos grados; pero en estos, mas
imperio ejercian las pruebas del terror, que los medios
de conviccion. Conozco á !razones que, en el grado de
Kadosch, habian jurado odio á todo culto y á•todos los
reyes, los cuales , sin embargo, pocos momentos des-
pues olvidaban este juramento, y se manifestaban deci-


cApírur..o Distriícimo. 287
nidos en favor de la monarquía. El espíritu de frances
era en la mayor parte de los hermanos superior al espí-
ritu mazónico. Tanto su opinion como su corazon per-
severaban adheridos al rey. Pero era preciso triunfar
de esta opinion y mudar el corazon de los hermanos,
y para esto se necesitaba de toda la energía de los sofis-
mas, y de toda la ilusion de los gerqfaiztes. Parccia que
Weishaupt habia empleado todo su ingenio en el grado
de epopta, para hacer que sus discípulos pasasen del des-
precio de los altares al odio de los tronos. A este fin
establecía principios de los cuales deducia sus conse-
cuencias , con las que inflamaba los corazones con el
fuego de toda aquella rabia , que á él mismo le abra-
sara contra los reyes. Este mismo efecto produjo su


,Torta mazonico.
Segundo hecho.


Pero aun era poco haber conquistado para el ilumi-
nismo á tantos hermanos de las antiguas lógias; él epopta
de Weishaupt exhorta á sus iniciados á que se fortifiquen
con la muchedumbre. Tambien descubrimos que en la
época del nuevo grado y del regreso de los diputados,
se aumentaron en Paris y en las provincias las lógias
mas que nunca, y que el sistema de los franc-mazones se
alteró en cuanto á eleccion de los hermanos. A pesar
del envilecimiento en que ya se hallaba la franc-mazo-
nería en Francia, rara vez se componian sus juntas de
las heces del pueblo ; pero despues las lógias de los arra-
bales de San Antonio y de San Marcial se llenaron de
mozos de cordél y de ganapanes franc-mazones. Los ini-
ciados , repartidos por los pueblos y aldeas, establecieron
lógias, á las cuales acuchan los artesanos mas groseros
y los rústicos mas toscos, á oir hablar de igualdad y liber-
tad, y calentarse los cascos con los derechos del hombre.




a88 rusTmul DE LA coNsrukÁcioN.
Entonces tambien el duque de Orleans llamó á los mis.
terios, é hizo franc-mazo nes á aquellas legiones de guar-
dias francesas, destinadas á la guardia de la Bastilla y
_de Versallcs. Que se les pregunte á los oficiales de las
mismas legiones, y responderan, que se ausentaron de
las lógias de la igualdad, viendo que las llenaban sus
subalternos...


Tercer hecho.


En esta misma época se establecieron en Paris una
multitud de clubs, de Liceos, y de juntas en todo seme-
j antes á las que la union germánica }rabia erigido de la
otra parte del Rin. Estas ya no eran lógias simples; eran
clubs, eran oficinas arregladoras y políticas. Todos estos
clubs deliberaban; y sus resoluciones, como las de las


j untas de los negros, se elevaban á la oficina de la cor-
respondencia del Grande Oriente, de donde se enviaban
á todos los venerables de las provincias. He aqui la
cadena de Weishaupt; el arte de sublevar á los pueblos
en un instante , desde levante á poniente, y desde el
setentrion al mediodia. El principal de estos clubs arre-


gladores era un verdadero areopago , erigido en Paris, á
imitacion del de Alemania. El lugar que en este ocu-
paban Espartaco, Filon y Mario, lo ocupaban en aquel
Orlcans , Mirabeau, Sic:yes Savalette y Condorcet.


Cuarto hecho.


Apenas llegaron á saber la composícion de los eslabo-
nes de la cadena de Weishaupt, cuando ya la formaron
y la extendieron desde el uno al otro extremo. Sus ins-
trucciones llegaron hasta las últimas lógias, y se encargó
si los venerables que acusasen el recibo, y afiadiesen á sus
respuestas el juramento de ejecutar ,fiel y puntualmente


todo,.


CAP1TVLO UNDÉCIMO: 049
todas las órdenes que se les comunicarían por el 17USIMY
conducto. A los que titubeaban, se les amenazaba con
el digna Wana y con los puñales quepersiguen á los
traidores (1).


Quinto hecho.


tos hermanos, á quienes estas órdenes irritaban ó ate-
morizaban , no tenian otro recurso que abandonar las
lógias y sus mazos , bajo todos los pretextos que pue-
den sugerir el horror y el temor. Otros hermanos mas
zelosos ocuparon sus puestos; y, sucediéndose unas órde-
nes á otras, todo lo iban disponiendo hasta que llegó el
momento de los estados generales. Se señaló el dia
Julio de 1789 para la insurreccion general. En este dia
se oyerón fuera de las lógias los gritos de igualdad y
libertad; en Paris solo se descubrian segures, bayonetas
y chuzos ; cayó la Bastilla; los correos que ;levaban esta
noticia á las provincias, volvian diciendo , que todas las
ciudades y pueblos estaban en insurreccion , y que en
todas partes se oian los mismos gritos de igualdad ylibertad como en la capital. En este dia se cerraron
todas las lógias, y cesaron de congregarse en sus caver-
nas los mazones. Los verdaderos iniciados desde enton-,
ces se manifestaron en público, en las sesiones, en las
casas consistoriales y en las oficinas revolucionarias. Del
mismo modo que habian dominado en las juntas elec-
torales, dominaron en la asamblea , llamada nacional«
Los bandidos ensayaron sus fuerzas; se quemaron las
barreras de Paris; en las provincias se incendiaron los
castillos; empezó el terrible uso de las linternas; se Ile-


(s) La fecha de estas cartas, órdenes ,' amenazas es la de los
estados de Bretaiia, es decir, de Julio de 5788. : á lo menos un
mazon Kadosc/z, que eta miembro de estos estados la recibió entonces;
el nuevo grado se le 'labia enviado seis meses antes.


Tomo W.




'90


290 HISTORIA DR LA CONSPIRACIO%


varon cabezas en las puntas de las picas; sitiaron al mo-
narca en su mismo palacio; se sacrificaron sus guardias,
y solo unos prodigios de fidelidad y de valor pudieron
entonces salvar á la reina ; al soberano se le . llevaron
cautivo á su misma capital... Contentémonos con esta
apuntacion de los horrores que ha presenciado toda la
Europa, y volvamos á la mano que manejaba esta cade-
na y que la ha fabricado con tantos artificios de se-
duccion . Las correspondencias hicieron que saliesen
de sus lógias los hermanos, y con esto la Francia pre-
sentó el horroroso espectáculo de un millon de furias,
que se dejaron ver en un mismo dia , levantando por
todas partes los mismos gritos, en nombre de la igual-
dad y libertad, y cometiendo en todas partes las mismas
atrocidades : ¡que hombres, ó que monstruos fueron los
presidentes de aquellos primeros desastres! todas las his-
torias nos descubren una nueva caverna, en la cual, bajo
el nombre de club Breton , se reunian Mirabeau,Sieyes ,
Barnave,, Chapellier , el marques de la Coste, Glezen,
Bouche Pethion, es decir , los escogidos de los iniciados
de la capital y de las provincias, para componer su junta
central, dirigir las correspondencias y fijar el modo y
momento de la insurreccion.


Origen del nombre de Jacobinos, que se clic; á los
conjurados.


Pero aquellos no fueron mas que sus primeros crí-
menes; y los muchos que intentaban cometer, necesita-
ban que se enlazasen los medios con los brazos. A este
fin Mirabeau reunió á los iniciados de las lógias de Paris
en un templo del Dios del Evangelio, en la iglesia de
aquellos religiosos, llamados Jacobinos en Francia (los
religiosos Dominicos), y aqui estableció un club con


• aquellos mismos sugetos que ya componian su club Bre-


carixtto vzÇnécimo. 291
ion. La horda de sus hermanos conjurados ce apresuró
á seguirle, y desde entonces aquel santo templo no es
conocido en la historia de la revolucion , sino bajo el
nombre de club ; el apellido con que eran conocidos
aquellos religiosos, que en él cantaban las divinas ala-
banzas, pasó á ser el nombre distintivo de aquella gavi-
lla, que estableció alli mismo la escuela de sus blasfe-
mias y el centro de sus maquinaciones. No tardó toda
la Europa entera en dar el nombre de Jacobinos á los
gefes, autores, promotores y admiradores de la revolu-
cion francesa. Este nombre, hecho el objeto de la nial-
dicion , manifestó desde entonces á todo el mundo quie-
nes eran los monstruos, sofistas de la impiedad, conju-
rados contra Dios y su Cristo ; monstruos, sofistas de la
rebelion, conjurados contra Dios y los reyes; monstruos
y sofistas, en fin, de la anarquía, conjurados contra toda
sociedad.


Identidad de los Jacobinos y de los iniciados de las tres
conspiraciones.


Resolvámonos, pues, á penetrar en esta caverna; caverna
que es el original de cuantas ha establecido y multipli-
cado la secta, bajo el mismo nombre, en todas las pro-
vincias. A ella nos lleva la obligacion que nos hemos
impuesto de seguir los pasos á tantas sectas conspirado-
ras, desde sus principios hasta cl momento de su coali-
cion , en que reunidas todas ya no formaron mas que
aquel monstruoso conjunto de seres, llamados Jacobinos.
Las tinieblas han podido ocultarlos en algunas ocasiones;
tambien puede ser que nuestras demostraciones no hayan
bastado á todos los lectores, para ver que esta fatal union
comenzó cuando los sofistas se introdujeron en las lógias
inazónicas, y se consumó con la union de los sofistas á
los diputados del iluminismo; pero aqui, en esta caver-


T a




292 nisTonnt MI LA. CON5P1UACION•
na , todo se descubre de golpe, pues todos los revolu-
cionarios se unen con los mismos juramentos. Sofistas
é iniciados de las últimas lógias , de Rosa cruz, caba-
lleros del Sol, de Kadosch, los discípulos de Voltaire y
de Rousseau, los iniciados templarios, la prole de Swe-
denborg y de Saint-Martill y los epoptas de Weishaupt,
todos trabajan aqui de concierto para los trastornos y
crímenes revolucionarios.


Ya no existiera aquel impío que fue el primero que
juró aplastar á Jesucristo; pero existen sus maquinacio-
nes, y aun viven sus discípulos. Los hemos visto nacer
en sus liceos académicos; por mucho tiempo han exten-
dido sus blasfemias de corrillo en corrillo , bajo los auspi-
cies de algunas hembras iniciadas, como la duquesa de
Anville , la marquesa Dudefant, las clamas Geofrin , l'Espi-
nace, Necker y Stai.,11; por algun tiempo concertaron sus
conspiraciones en el palacio de liolbach; para aumentar
la ilusion de sus sofismas con la fuerza de las legiones,
se introdujeron en los misterios de las lógias mazónicas;
pero en el dia ya han abandonado sus liceos y dejado
sus corrillos. Alli se han reunido, en el gran club de
los Jacobinos; aqui se han quitado hasta el manto de su
filosofía , y se han puesto el gorro colorado. Todos, Con-
dorcet , Brissot, Bailly, Garat, Cerutty, Mercier, Rabaud,
Cara, Corsas, Dupui, Dupont, Lalande , todos, cí ateos,


deistas, ó enciclopedistas, ó economistas, ó que se lla-
man filósofos de todas las sectas, todos estan en la lista
de los Jacobinos , ocupan el primer lugar de los rebel-
des, asi como ocuparon el primero de los impíos. Andan
mezclados con la basura de los bandidos y de las lógias,
con los héroes de los crímenes y de los misterios, con
los salteadores de Felipe de Orleans, con Chabroud su
mas digno abogado y con su rival Lafayette. Andan mez-
clados con todos los apóstatas de la aristocracia, como


CAPÍTULO IINDIICIMO. 293
con todos los Iscariotes del clero; con el duque de Char-
tres , los marqueses de Montesquieu y de la Salle, los
condes de Pardicu , de Latouche , y Carlos Teodoro
Lameth , Victor de l3roglie, Alejandro Beauharnaís , Sai nt-
Fargeau, y con Sieyes, Perigord de Anean, Noéi Cha-
bot, Don Cedes, Fauchet y sus intrusos.


No debe atribuirse al acaso la rounion en esta caverna
de todos aquellos antiguos conjurados de los liceos y de
las lógias de Paris, ni de que acudiesen tam bien á la misma
los hermanos mas sobresalientes de las provincias, como
eran Barrera , Mendouzo, Bonnecarrére y Collot de Her-
beis. Ni tampoco puede atribuirse al acaso, que todos
los clubs jacobinos , tanto de Paris como de las provin-
cias, se compusiesen generalmente de iniciados de libsa-
cruz, ó caballeros del TempleTcabalieros del Sol , ó de
Kadoseh; principalmente de aquellos que, bajo el nom-
bre de filaletas, seguian los misterios de Swedenborg en
Paris, Lyon Aviñon , Burdeos y Grenoble. Si alguno
en el dia quiere encontrar aquellos hermanos tan zelo-
sos (le Saint-A/c/ni/1, á los Savalettes de la Lange y á
otros semejantes, que excedieron en sus .misterios á los
antiguos de Rosa-cruz sus predecesores, los hallará en el
club de los Jacobinos; todos se han unido á Weishatipt,
y se han trasformado en los mas furiosos revoluciona-
rios (r). Esta observacion ya la han hecho los Alemanes,
como lo aseguran las memorias que tengo en mi poder.
Los franc-mazones , que en otro tiempo eran grandes
visionarios entre los de Rosa-cruz, ó entre los filaletas,
muy presto fueron los apóstoles mas zelosos de \Veis-
haupt y de su revolucion. Los Alemanes citan entre otros
á un tal Hilltner martinista , muy célebre en Prusia, y
á un tal Jorge Fcester, que, contemplando los misterios


(a) Véase la lista at, los principales Jacobinos en el escri to titulado,
Causes et effets de la réeoltaien.


T5




294 IIIST0111.1 DE LA. coyspinacma.
de Swedenborg, , ayunaba quince Bias y hacia oracion, ya
para tener la dicha de ver un espíritu, ó bien la de hallar
la piedra filosofal. Ambos en el día son jacobinos de los
mas violentos. Tambien en Francia sc han visto ejem-
plares de esta especie. Puedo citar en particular á un
tal Prunelle de Lierre. Este hombre, antes muy amable
y buen naturalista, se ha convertido en una especie de
bullo martinista, y tan violento como el ya nombrado
Fcester. Lo propio ha sucedido en P... de Lyon , quien
á causa ele la correspondencia con los martinistas se ha
vuelto tan atroz como Savalette en Paris, aunque me-
nos cauto; pues se le ha visto ir á la lógia, siguiéndole
un criado con una cartera, que muy bien podia llamarse
valija , pues á penas este la podia llevar. Llegó la revo-
lucion , y hétele aqui uno de los mas furiosos jacobinos,
como tambien su compaiiero M... —Y que no se pue-
de decir de los martinistas de Avignon P.. Hay feroci-
dad que exceda á la de los que componian esta lógia ?
Todo esto me confirma en la opinion, de que entre los
iniciados de Swedenborg- y de Weishaupt 'labia muy poca
diferencia. La teosofía de aquel no es mejor que el ateís-
mo de este. No hay duda que Weishaupt va mas direc-
tamente al fin que se ha propuesto; pero tanto los mis-
terios de este como los de aquel conspiran contra toda
religion. Y aun se debe advertir que Espartaco estaba
ya casi resuelto á fundar todo su sistema sobre la teo-
sofía del fuego principio y sobre la teología de los Persas,
como lo han hecho los caballeros del Fénix, los filale-
tas y los martinistas (t). Pero cualquiera sea la causa de
esta reunion de tantos conjurados y de sistemas tan diver-
sos, ella no puede ponerse en duda : Empezó con la lle-
gada de Bode, y es cierto que se consumó en el gran


(1) Escritos orig. del iluminismo, tomo r carta 46.


CAPÍTULO ncimo. 205
club de los jacobinos. En esta caverna los hemos visto;
su lista se ha publicado, y esta comprende todas las de
los últimos iniciadós de todas las lógias. No se crea que
esta solo fue' -una reman local, ó una simple reunion
de conjurados; se reunieron y convinieron en princi-
pios, en formas , en juramentos y en medios, y esto es
lo que testifica su coalicion.


Otras pruebas de la coalicion.


Leamos los discursos que se pronunciaron en el club.
Los hermanos tuvieron desde entonces sus periodistas y
archivos públicos , y ya veremos que sus Dioses eran Vol-
taire y Rousseau , como lo habian sido de los sofistas en
sus liceos. Oímos los mismos sofismas y las mismas blas-
femias que se oian en el club de Holbach contra el
cristianismo, y los mismos gritos de aquella igualdad y
libertad que eran el secreto mas reservado de sus lógias.
Los iniciados ele esta igualdad y libertad creen que aun
se hallan en sus primeras guaridas, cuando se ven en
el gran club de los jacobinos. Las apariencias y los sím-
bolos se han cambiado; pero el gorro colorado, que han
sustituido al delantal y á la escuadra , solo sirve para ex-
presar con mas claridad el objeto de los antiguos mis-
terios. Su presidente es un verdadero venerable, que
concede ó niega la palabra á los que la piden , del mis.
mo modo que sucedía en las lógias. Se proponen los
asuntos sobre los cuales se ha de deliberar; se recogen
los votos como en la sala ele los misterios. Las leyes de
los jacobinos y las ele los franc-mazones para admitir ó
desechar á los hermanos , tambien son las mismas. Tanto
en el Grande Oriente como en la lógia de los anzigos reu-
nidos , y aun en todas las denlas , es desechado el can-
didato que no se presenta al club con dos padrinos, que
salgan por fiadores de su conducta y sumision.


11'




EusTosiA DE LA POIISPIRACION.


identidad de los juramentos.


Tambien es la misma la garantía del juramento, que
la de los mazones iniciados en los últimos misterios.
Para ser Jacobino como para ser Rosa-cruz iluminado,


hermano de Weishaupt , debe jurar el iniciado una
sumision ciega y absoluta á las decisiones de los herma-
nos. Despues debe jurar, de un modo particular, que
observará y hará observar por la asamblea nacional, todos
los decretos que procedan en consecuencia de las deci-
siones del club. Despues debe jurar , que se obliga á de-
nunciar al club á cualquier sugeto que sepa que se opone
á los decretos, inspirados por el club, y que denunciará,
sin excepcion, ¿e sus mas íntimos amigos, á su padre y
madre , y á cualquiera de su familia. En fin, debe jurar,
como todos los iniciados de Weishaupt , que ejecutará
y hará ejecutar todo lo que los miembros íntimos ele este
club ordenarán , y tambicn todas las órdenes que podriare
repugnar á su juicio y á su conciencia (i).


identidad de gobierno y de comision.


Tambien tienen los jacobinos, lo mismo que el Gran,
de Oriente, sus comisionados y hermenos íntimos. Nin-
guno de estos hermanos ha abandonado las lógias para
renunciar á sus medios de fomentar, apresurar y pro-
pagar las revoluciones. Tienen los jacobinos , como el
Grande Oriente, comisionados para las relaciones, para
la hacienda , para la correspondencia, y principalmente
los que componen la que se llama por excelencia co-
mision secreta. Casi todos los miembros que compo-


(1) Memorias sobre el club de los Jacobinos.


cApírtuo rxnúcinio. 297
nen estas comisiones , han pasado, de las lógias al gran
club (I).


Identidad de las proscripciones.


En fin, el club de los jacobinos tiene sus leyes de
e3Çclusion y proscripcion , como las tienen las últimas lo-
gias de los franc•mazones iluminados; tiene una lista
negra y otra colorada, y esta es lista de sangre; nunca
se ponen en ella en vano los nombres de los hermanos
excluidos. Paris ha leido roas de una vez sus nombres,
y ha visto que los han asesinado, si antes no han salvado
sus vidas con la fuga (* Con esto ya ve el lector que
todo es lo mismo en la caverna de los jacobinos como
en las últimas lógias, cuyo lugar ocupa. Los iniciados
son los mismos, lo son los objetos , los principios , las
maquinaciones, los medios y los juramentos. Todo toa-
nifiesta al historiador aquella coalicion de los iniciados
de la impiedad , ele los iniciados ele la rebelion , y de
los iniciados de la anarquía , que despues solo formó
una sola secta, conocida en el dia con el nombre fatal,
de Jacobinos. Conocíamos á unos bajo el nombre de
sofistas, á otros con el nombre de últimos masones, y 1-",
otros , en fin , llamados iluminados; pero estos nombres,
que distinguian á I os unos de los otros, ya se han olvidado,
y solo son conocidos con el de Jacobinos.


Mucho me ha costado para llegar á las pruebas de esta
monstruosa coalicion. Despues del dia en que Voltaire,
en favor de su igualdad y libertad, juró aplastar y des.
truir al imaginario ig`ame ; despues del dia en que Mon-
tesquieu no vió mas que esclavos en todos los pueblos


(1) Véase la lista de estos comisionados en las causas y efectos
de la revolucion, ó bien en Montjoie, Conspiracion de Orleans lib. 13.


(a) Véase un escrito titulado ; Brissot á ses conunettans apres son ex-
clusion des Jae9bins.


ne,




29S ÍOSTORIA DE LA C0NSP1RACION.
sometidos á los monarcas y á las leyes que estos han


despnes del dia en que Rousseau no descubrióhecho;
sino un malhechor del género humano en aquel hom-
bre, que, habiendo desmontado y cultivado un terreno ,
dijo , este campo es mica , y puso los primeros cimientos
de la sociedad; desde aquellos Bias de Voltaire , de Mon-
tesquieu y Rousseau hasta el dia fatal , en que los ini-
ciados de los tres, en nombre de la misma igualdad y
de la misma libertad ; reunieron en los clubs jacobinos
todos los sofismas de sus académias contra Jesucristo,
todas las maquinaciones de las lógias contra los reyes ,
contra la patria y la sociedad, me ha sido preciso, para
descubrir su marcha, imponerme bien en sus sistemas,
analizar sus artificios y penetrar en muchas cavernas.
Pero , al fin, ahi estan reunidos; en la caverna del jaco-
binismo se hallan todas las maquinaciones y todos los
medios de ella. El historiador ya no necesita de que
yo haga mas investigaciones para demostrar todos los
delitos y desastres de la revolucion francesa , y que han
salido todos de aquella guarida. Estas memorias que
publico y los periódicos y archivos de los mismos jaco-
binos, manifiestan con la mayor evidencia el origen de
todos los males que han afligido á la Europa. Ya podia
dar por concluida mi tarea ; pero aun tengo que hacer
algunas observaciones sobre el orden con que se han
ido propagando dichos males.


En la asamblea de los malvados se descubre una cien-
cia fatal y monstruosa , que dirige la marcha de los deli-
tos y que reserva sucesivamente su ejecucion para el
tiempo en que se puedan ejecutar con mayores venta-
j as. Esta pérfida sabiduría se vale de los cómplices me-
nos malvados para preparar los caminos ; sabe desha-
cerse ó desviar á estos simples instrumentos, luego que
ve que no adelantan, ó que mas sirven de embarazo que


CAPÍTULO LINDICIMO.
299fe utilidad á sus progresos. Asi sucedió con los jacobi-


uos. Estos mismos, á pesar de que se habian reunido
en una misma caverna y eran todos aliados , observaron
cier t a progresion en sus maquinaciones y maldades. Todas
las sectas tienen secretos reservados para revelarlos suce-
sivamente, y cada conjurado tiene sus pasiones é inte-
reses, lo mismo que en las últimas lógias. Es verdad
que todos hacen un mismo voto y juramento de tras-
tornarlo todo, á fin de establecer su igualdad y libertad
sobre un nuevo orden de cosas ; pero para llegar á este
mismo nuevo orden, sucede muchas veces que se cho-
can los votos. Todos aborrecen al Dios del Evangelio;
pero unos quieren un Dios para su filosofismo, y el filo-
sofismo de otros no quiere Dios alguno. Lafayettc que-
ria un rey-dux bajo las leyes é imperio del pueblo sobe,
rano ; pero Felipe no queda rey, á no ser que él mis-
mo lo fuese. Brissot ni queda el rey de Lafayette , ni
queda por rey á Felipe de Orleans, sino una magistra-
tura democrática. Mirabeau queda otro orden de cosas,
y que cualquiera fuese este orden, él queda establecerle.
Dietrich , Condorcet , Baba:uf y los últimos iniciados de
Weishaupt no quedan otro gobierno que su hombre-rey,
siguiendo en todo el sistema de este último. Se gradua-
ron los crímenes del mismo modo que los misterios.
Los grandes iniciados empezaron sus ataques, valiéndose
le los simples iniciados. El combate de las pasiones pudo
interrumpir la marcha de las últimas maquinaciones ; pero
ya manifestaré el orden con que la revolucion francesa
las ha ido desenvolviendo, y haré sensible su marcha
sucesiva, cotejándola con las diversas sectas que la habian
treditado con tanta profundidad.




1
CAPÍTULO DIJODkciA10. 301


300 nisToniA. Dr. LA coNsrinACION.


CAPITULO XII,


APLICACI011 DE LAS TRES COXSPIRA.CION.ES Á LA nEVOLtmox
FRANCESA. IDENTIDAD DE LOS HECHOS 'Y DE LAS alitgu.,


NACIONES.


A •
proporcion que yo he ido desenvolviendo la natura.


leza, objeto y medios de tantas maquinaciones subter-
ráneas, creo que el lector se me ha anticipado muchas
veces, aplicándolo todo á lo que todos hemos visto. No
dudo que, hablando consigo mismo, habrá dicho muchas
veces : ;que cosa es esta serie de crímenes, de trastor-
nos y de horrores con que la revolucion francesa ha
horrorizado á todo el mundo, sino cl resultado de los
principios y proyectos de todas las sectas conspiradoras,
que sucesivamente se han puesto en accion ! Todo lo
que se concibió en las tinieblas, ya se ha manifestado
con la mayor claridad; ya se han descubierto todas las
maquinaciones, y la historia de la revolucion podria re-
ducirse á muy pocas páginas. Como todo es ya evidente,


DO es necesario pararse en pormenores molestos. Evite-
mos á lo menos los que serian capaces, mas de enconar
las heridas que aun manan sangre, que necesarias para
la conviccion. Consideraré la revolucion francesa en sus
preliminares, en sus atentados sucesivos contra la reli-
gion , la monarquía y la sociedad universal; pero esto
será con toda brevedad, pues una sola mirada bastará
para demostrarlo.


Preliminares de la revolucion.


Subamos á aquel tiempo en que los conjurados de
todas clases estaban aun en sus cavernas, esperando el
in s tante propicio á sus maquinaciones. Los discípulos de
3jontesquieu y de Rousseau ya habian dicho en el a5o
t .771 , que solo una asamblea general de diputados na-
cionales podía restablecer athombre en sus derechos pri-
mitivos de igualdad y libertad, y al pueblo en sus de•e-
chos imprescriptibles de la soberanía legislativa. Desde
entonces los iniciados sofistas han repetido muchas veces,
que el grande obstáculo para el restablecimiento de aque-
llos pretendidos derechos, era la antigua distincion de los
tres órdenes clero, nobleza y pueblo (1), y que era pre-
cisa una convocacion de los estados generales para ani-
quilar, aquella distincion. Este fue y debia naturalmente
ser el primer medio para las revoluciones.


El vacío que Neeker 'labia dejado en el tesoro públi-
co, las depredaciones y desórdenes de un siglo sin cos-
unbres, porque los solistas le habian flecho el siglo de
toda impiedad, precisaron á un monarca , que casi era
el solo que conservaba las costumbres antiguas en medio
de la inmortalidad que le rodeaba , á convocar los nota-
bles de su imperio para satisfacer á su pasion favorita,
que era la de hacer la felicidad de su pueblo. Los deseos
que manifestó para conseguir este din, he aqui el pretexto
de que se valieron los conjurados para acelerar la cele-
lracion de aquella asamblea nacional , en la cual habian
da triunfar todas sus maquinaciones. Anticipadamente
ce desechó todo lo que la sabiduría de los notables porfia
sugerir á Luis XVI; Orleans y sus juntas políticas nece-
5".taban de estados generales , y los tribunos de la nacion


(i) Véanse en el tomo 2 , de estas Nemorias , los cap. 4y 6.




30 2 IIISTOMA DE LA coxsrnucioN.
se levantaron y discutieron sus derechos contra el sobe
rano. Felipe de Orleans, que estaba al frente de todos
los conjurados, fue el primero que se levantó en favor de
estos: Aparentó al principio que la causa pública llamaba
sus atenciones y zelo; pero su primer acto fue una soleen.
ne protesta contra las disposiciones que Luis XVI queria
tomar para remediar las necesidades del estado (I). va -
liéndose de sus maniobras-, se unió á todos aquellos
magistrados que se distinguian por su espíritu de fae..
don. Se unió á aquel Depremesnil, infatuado con las
visiones de los martinistas y con los principios revolu-
cionarios. Se unió á los consejeros Monsabert y Sala.
tier, que eran los mayores enemigos de la corte, y aun
se unió á Fretcau que animara el mismo espíritu, y hasta
con aquel Pelletier, que dcspues votó la muerte del rey,
Se burló del primer parlamento, y á fuerza de manejos
obtuvo el primer grito legal, ó la demanda formal de
los estados generales. La fermentacion de los espíritus
hizo que vacilase Luis XVI; Felipe de Orleans aumentó
la fermentacion; se esparcieron por Paris sus bandidos,
y pagó á los amotinados. Luis XVI pensó al fin, que
debia acceder á la celebracion de los estados generales.
La secta, que no ignoraba los debiese á Orleans, buscó
un ministro que dirigiese su convocacion segun el deseo
de sus maquinaciones. Puso los ojos en .IVecker, que le
pareció el mas á propósito para abrir aquel profundo
abismo ; y en efecto, Neker lo consigio . Su pérfida poli-
tica labia arruinado el tesoro del estado ; era muy esti•
mano de los cortesanos ambiciosos, quienes le empuja'
han de nuevo hacia el trono para tener ellos mas libre
acceso; era grande amigo de los príncipes de Beauveau
y de Foja' , del mariscal de Castries, del duque de Ayo,


(I) Véase la Séance royale pozr le timbre et rimpút territorial.


cÁrirrto Dronectmo. 3o3
de Besenva y de Guibert; era grande amigo de los corte-
sanos conspiradores, como Laja yette y Lanzetk; de los
grandes sofistas de la impiedad, cuyas maquinaciones se
tramaban en su casa como en el club de Holbach; y en
fin , era un sugeto, que mereció que su retrato fuese
llevado al lado del de Orleans, en sus triunfos revolucio-
narios.


Luis XVI Babia podido conocer á este pérfido minis-
tro; Babia visto todo el plan de la conspiracion , trazado
por el mismo Necker y los iniciados de su filosofismo.
Pero que lástima! Luis XVI era demasiado bueno para
creer que su ministro fuese tan hipócrita y malvado, y
aquella bondad de su corazon fue la causa de que, viéndose
perdido , exclamase : Que yo no haya creido, ha once
arios, lo que estoy experimentando ! Bien me lo hablan
asegurado
Contra Necker se dirigian estas quejas tan


tardías. En tiempo de su primer ministerio, presentaron
al conde de Maurepas y al mismo Luis XVI una memo-
ria, en la cual se denunciaban formalmente al gobierno
las maquinaciones que se tramaban en la casa misma de
Necker y en el club de Holbach ; pero esta denuncia
no tuvo efecto, por cuanto los conspiradores se valieron
de todos los medios para celebrar las virtudes y talentos
del traidor ginebrino. Luis XVI, vencido con estas intri-
gas, pensó que Necker era el solo hombre que porfia sal-
var a la Francia, y le confió el dirigir la convocacion de
los estados generales. De este sugeto necesitaban los con-
jurados, para hacer que los estados generales del im-
perio, se convirtiesen en imperio de las maquinaciones.
—Yo no le conoeia bastante, cuando me limité á ponerle
al nivel de llalesherbes y de Turgot. Para que sepa el
lector sus trapacerías y ambicion , atienda al modo como
se condujo para lograr el empleo de Contralor general.
Tengo cien mil escudos para vos , si me baceis Contralor




3o4 nisTortta. DE LA cot<srmÁenrs.
general... Soy rico, -aunque no soy noble " , En este caso
es preciso que supla el oro la falta de nobleza.., Cuando
hay dinero, no se ha de escasear para que sirva á la anthi.
cion... Si me habíais de pueblo, os diré , que sabré valer-
me de él, y que nos será útil al mismo tiempo que me


atrevo á jurar , que no podrá hacernos daño. En cuanto á
la religion, es cierto que este pueblo necesita de una ; pero
no le conviene el cristianismo , y nosotros le destronemos.»
Quisiera tener presente á Necker, y que me preguntase,
en que circunstancias y á que sugeto dirigió las palabras
que acabo de escribir; yo le nombraria la persona que
recibió los cien mil escudos por haberle hecho Contra-


lor general. En seguida le diría 'iU. has manifestado estas
resoluciones á la misma persona, que tuvo la valentía
de echártelas en cara en el tiempo de tu poder; á la mis,
ma persona, á la cual tu inhumanidad reconvino porque
lloraba la muerte de un hermano suyo , al cual quitaste
la vida ; á la misma persona, que no quiso alistarse en
aquella compania de tus Séyanos y Tegellinos , destina-
dos á abrirte el camino á fuerza de mil delaciones ca-
lumniosas, que ellos y tú extendisteis en aquellas memo-
rias que presentasteis á Luis XVI , para hacer sospecho-
sos á cuantos ocupaban aquellos puestos, que querías
para tí ó para tus adheridos; á aquella misma persona,
de la cual te querías valer para acusar á Luis XVI al mi-
nistro Sartine de haber robado veinte y dos millones, de
una cantidad de cincuenta y tres, y que solo necesitó de
avisarle para hacer patente esta falsedad; en fin á aquella
misma persona, de cuyas arterías querías valerte, la cual
se apartó de ti, viendo que eras un monstruo, y que
descubrió tus maquinaciones á Maurepas y á Luis XVI....
Sabe, que si tus delitos secretos han de tener lugar en
la historia , se hallarán las pruebas de cuanto he apun-
tado hasta apui.— Despues de este apóstrofe, volvamos


CAPÍTULO p uonúerue.
3o5


á la conducta que observó Necker en aquellas circuns-
tancias.


Sabia que toda la esperanza de los conjurados se apo-
yaba sobre la muchedumbre; sabia que el grande obs-
táculo que habria en los estados generales para que cons-
pirasen contra el soberano, consistía en aquella antigua
distincion de los tres órdenes, clero, nobleza y pueblo .
y en el contrapeso de los votos. De esto no porfia dudar.
Los conjurados contaban con el tercer orden ó pueblo
para la revolucion, pues le dominaban los tribunos de
la sedicion , y para asegurar á estos tribunos el imperio
de los votos , empezó con doblar el número de los dipu-
tados del tercer estado. Estos llegaron en gran número; y
arrogantes con su multitud , declararon que solo ellos
elan la asamblea nacional. El clero y la nobleza recla-
maron en vano sus derechos, mas útiles á la nacion que
á ellos mismos, por cuanto , equilibrando las delibera-
ciones con la variedad de los cuerpos deliberantes, pesa-
ban mejor las resoluciones , que el interés, la pasion y
el artificio de los tribunos populares podían haber acele-
rado. El clero y la nobleza, para conservar este derecho,
sacrificaron todo lo que no era mas que privilegios en las
pretensiones exclusivas , y todo lo que eran intereses pe-
cuniarios en el repartimiento de los impuestos, reservan,
<lose únicamente el privilegio de anular cualquiera reso-
lucion contraria á la religion ó á la monarquía; pero
justamente este privilegio era el que mas aborrecian
Necker y todos los conjurados (1). Luis XVI, mas como


(r) Mientras que Necker desplegaba sus arterías en el Palacio,
la Dama de S taél siguiendo las instrucciones de su padre para la
guerra entre los órdenes, hacia lo propio en la ciudad. Esta muger
tenia en su casa abierta una suscripcion. Eafayette y Lameth
convidaban á los traidores á su mesa , y inri ponian su nombre
en la lista de los viles que prcunetieran abandonar su úrdela para
unirse al pueblo.


Tomo Ir.




3ofi IIIRTOMA u• lA CONSPIP.ACIO.
padre que, como rey, hizo en vano con su declaracion


del de 23
junio unos sacrificios tan excesivos, que por sí


solos ya manifestaban lo que la revolucion atentaba con-
tra su autoridad. Pero los revolucionarios no estuvieron
satisfechos con aquellos sacrificios. Los sofistas ya habian
dicho que , para que triunfase su igualdad y libertad ,
no se Babia de atender al orden ó clase de los vocales,
sino á su número, contando los votos por el número de


cabezas ; que todos los votos, tanto del clero , como de
la nobleza, se habian de confundir con los del pueblo ,
y aun que los de este habian de neutralizar á los de aque-
llos, y en fin , que la mayoría de las salas del clero y
nobleza Babia de pasar á ser menor, que el gran con-


junto de los comunes.
Luis X.V1 mandó que se conser-


vasen los tres órdenes, segun la antigua constitucion ;
pero en -vano : protestaron los conjurados; su presidente
l3ailly los reunió en un nuevo teatro; en un juego de
pelota se recibió el juramento de la insurrecciona aqui
juraron dar á la Francia la constitucion de sus maquinacio-nes ; pusieron en movimiento á sus bandidos; estos ape-
drearon al venerable arzobispo de Paris ; amenazaron
con la muerte al mismo rey; y en fin, se verificó aque-
lla fatal union , que sometió la soberanía al yugo - de la
muchedumbre. Desde este momento ya contaron por
suyos á todos los apóstatas del clero y á los cobardes de la
nobleza, que habian sido elegidos á fuerza de mil arte-


rías .. Necker con este aumento y el doblado número dediputados del tercer estado, pudo asegurar los decretos,
contando con tantos votos. Hizo de estos estados gene-
rales todo lo que deseaban los sofistas para el buen éxito
de sus maquinaciones, y aun llegó el dia en que parece
se arrepintió de los males que 'labia causado : no por
eso puede dejarse de esculpir en su lápida sepulcral :
El ha sido la causa de todos los males.


CAPITULO DUODIci Nro. 3o7
En seguida, viendo los conjurados que ya ninguna


clase de ciudadanos podia oponerse :í sus decretos, se
declararon ellos mismos


asamblea nacional. Se arrogaronel derecho de hacer y pronunciar las leyes. Con esto ya
pudieron salir de sus cavernas, lógias y liceos los secre-
tos de la secta. Bajo el título de derechos del hombrepasaron aquellos á servir de base á la revolucion. Por
la primera ley de aquellos legisladores, se declaró que
todos los hombres son iguales y libres ; que el principio detoda soberanía reside esencialmente en la 'lactan; que laley no es otra cosa que la eupresion de la


voluntad gene-
ral. De medio siglo á esta parte habían dicho lo mismo
en sus sistemas Montesquieu, d'Argenson, Ilousseau y Vol-
taire. De este modo todos los sofistas en sus liceos, todos
los iniciados franc-mazones en sus -últimas lógias, y todos
los iluminados en sus cavernas , hacían de todos estos
principios del orgullo y de la sublevacion el fundamento
de sus misterios. Y de este modo, todos aquellos dere-
clios desorganizadores no han hecho mas que pasar de
sus escuelas secretas y públicas á la fachada de su código
revolucionario.


Un pueblo igual, libre y legislador soberano, aun podía
querer que su religion se conservase con toda su integri-
dad , y atribuir á su rey todo el poder necesario para
contener á los sediciosos y rebeldes. El amor á sus alta-
res y á su príncipe reinara aun en el corazon de los fran-
ceses. Conocieron los conjurados, que para lograr sus
intentos necesitaban de una fuerza armada , sacada del
pueblo, á la cual pudiesen dirigir á su antojo, ya en
favor, ya contra el mismo pueblo, segun este fuese dócil,
ó resistiese á sus voces é imperio, y principalmente para
acabar con las armas del soberano. A este fin , ya había
tiempo que decian los sofistas : «Ah! y que pasos tan
agigantados daríamos , si lográsemos desprendernos de


V 2




ZoS nISTOAIA tE LA CONSPIRÁC1ON.


todos esos soldados extrangero s y mercenarios! Un
ejér-


cito nacional se declarar en favor de la libertad á lo
mas ara impedirlo se tomanmenos una parte suya; p


sueldo tropas extrangeras (t). Esto, que ya hacia treinta
años que lo dijeran los solistas, lo tuvieron bien pre-
sente los conjurados. Formaron su ejército nacional , y
las lógias mazónicas le enseriaron lo que debla hacer, y
le dieron la señal para la sublevacion. Aquel Savalette


clt
Lange, que era presidente de la junta secreta de los


amigos reunidos y gran maestre de la correspondencia,
se presentó á los municipales de Paris, y les arengó de
esta manera : (‘ Seaores, soy un cabo de escuadra ;


he aqui
los ciudadanos á quienes he ejercitado en manejar las
armas para la defensa de la patria. Yo no me he hecho
su mayor ó general, porque todos somos iguales; no soy
mas que un cabo de escuadra, y de este modo les he
dado ejemplo. Mandad que todos los ciudadanos les si-
gan; que la nacion tome las armas, y la libertad será
invencible.» Cuando Savalette habló de este modo, solo
le acompañaban siete ú ocho pícaros, equipados a lo
militar como él lo' estaba. Su aspecto y los continuos
gritos de salvemos la patria, excitaron el entusiasmo; un
inmenso pueblo rodeó á los municipales, y la mocion de
Savalette se decretó al momento. Al da siguiente se for-
mó el ejército nacional de Paris, y bien presto se con-
taron en las provincias millones de brazos , atiese llama-
ron guardia nacional (2); todos estos se unieron á los


(I) Véase en el cap. a , del torno a de estas Memorias, la carta
att ibuida á 21.1ontesquieu.


(a) Muchos autores se han dejado engañar con respecto al esta.
Mecimiento de esta guardia nacional, citándonos en prueba y apoyo
de aquella equivocacion un decreto de la comision de FSectores,
que se envió desde la sala de ayuntamiento de Paris á todas las
secciones á objeto de formar dicha guardia, y que aparece firmado


cÁriTrzo nrorn::cilto. 5o9
conjurados, y Luis XVI tardó muy poco á experimen*
tac su poder. Habia echado de su presencia y empleo
.al pérfido Necker; pero como el ejército nacional estaba
á su favor, se vió el rey en el apuro de llamarle y res-
tablecerle en su empleo. No solo esto; Luis XVI no porfia
resolverse á sancionar los derechos del hombre igual y
libre, y del pueblo soberano ; pero le hicieron ver cual
era la fuerza de este mismo pueblo.


Se reunieron todos los consejos de los conjurados en
favor de aquellos derechos, y dijeron : Necker vuelve á
acercarse al trono; hambreará al pueblo para precisarle
á la insurreccion; los hermanos excitadores enviaran sus
emisarios para que las l ' arpías de los arrabales de Paris
vayan á pedir pan á Luis XVI; entretanto que esté al
frente de los municipales Bailly y sus asesores, liarán
que las tropas nacionales sigan á los hambrientos; Lafa-
yette se pondrá al frente de las tropas y las conducirá


Versalles, y estas rodearán á Luis XVI , bajo el pre-
texto de velar en su defensa, y él lo creerá. Entretanto
Mirabeau , Pethion , Chapellier,


, Montesquiou, Duport,
Carlos Lameth, Lacios, Silie•y y de Aguillon dirán á la
asamblea, que el pueblo necesita de víctimas; impedirán


por los señores de Feselles, Tassin , De-Leutre, Fauchet, marques
de la Salle. etc. Pero hoy todo el mundo sabe : que dicha
guardia solo fue formada dos días despues de la toma de la Bas-
tilla. a o . Precisamente el señor de Feselles fue asesinado el mismo
dia en que cayó la Bastilla. Pero lo que no se sabia hasta hoy , e.;
que el proceso verbal de aquella deliberacion , como otros muchos
relativos á lo que ocurrió en la municipalidad de Paris el primer
año de la revolucion, fueron redactados y regularizados el año sigui-
ente por M r. Vernier, bajo las órdenes de Lafayette, quien á pesar
de las observaciones que se le han hecho, no ha querido consentir
en que se cambiase ó modificase cosa alguna, de lo que se insertó
al!i en un principio , temiendo sin duda que el público supiese cual
fuera el verdadero origen de esta guardia nacional, cuyo manga;
lisonjeara tanto su orgullo.


V 3




310 DE 1,1 CONSPIRACION.


que nadie se acerque al monarca para defenderle (a);
y, valiéndose de las tinieblas, animaran al populacho,
á los bandidos y á los soldados. Asi lo pensaron , y
asi lo cumplieron. Poseidos de.todas las furias, se resol-
vieron á dirigir todos los atentados que cometió aquella
canalla (2). Orleans embriagó á todos los monstruos con
los licores de la rabia y del frenesí , y les dijo que la
primera víctima que se habla de sacrificar, era la reina.
Sieyes y Gregoire, con otros muchos conjurados, se con-
ducian como meros espectadores, resueltos , cuando su-
cumbiese el rey , á dar la corona á Orleans, contando con
que, habiéndola recibido de ellos , como con su igualdad
y libertad , podrian dividirla á su gusto. Se ocultó Necker;
pero su virtuosa esposa, adornada con sus joyas y acom-
palada de su amiga la Mariscala de Beauveau, liallán- -
dose en las galerías de Versailles en el momento de la
carnicería , y mirando con la mayor calma los furores
de los asesinos, dijo á cuantos les hacian resistencia :
Dejad obrar á ese buen pueblo ; ningun peligro hay. Tenia
razon en cuanto á su persona, y lo mismo 'labia pro-
metido á su hermano Gernzani cuando le dijo no te
asustes; todo irá bien, aunque no conviene hablar ni es-
cribir (3).


Las atroces maquinaciones que esta digna confidenta
no se atrevia á manifestar por escrito, hicieron su explo-
sion la noche del cinco al seis de octubre. No necesita.
de mis memorias el historiador para pintar sus horrores.
Las declaraciones de los testigos, que extendieron los
magistrados, del Chatelet, los han trasmitido á la poste-
ridad. Pero de Orleans se asusta y pierde el calor al


(1) Sesion del 5 de Octubre
(2) Deposiciones jurídicas; consúltense los testigos a5 . 7 — 2 2 6 —


23o —373.
(3) Carta del 5 de Octubre.


CAPÍTV LO DUODI3C11110. 3
ver que un pufiado de aquellas Guardias de corps que
la pérfida seguridad de Lafayette habia concedido á Luis
XVI, le rodea y á. Maria Antonieta, y forma una bar-
rera de héroes. Su valor, paralizado con las órdenes de
un rey, que no les permitió derramar la sangre de sus
asesinos, no les impidió el prodigar la suya en defensa
del mismo rey. Verdaderos prodigios de valor y de fide-
lidad, hicieron resistencia á legiones armadas de chuzos
y segures, é impidieron que Felipe de Orleans consu-
mase su maldad (I). Sobrevino el dia , y con sus luces
cubrió de vergüenza á los mismos asesinos, viendo los
horrores á los cuales habian servido de instrumento ,
y al fin se acordaron ele que eran Franceses. Desde en-
tonces fueron todos sus deseos llevarse á Luis XVI entre
sus filas, y verle habitar en Paris el palacio de sus padres.
Luis XVI no sabia á que atribuir esta mudanza repen-


(x) Este dia 6 de Octubre fue el último de la monarquia francesa.
Cuando vuelva á renacer, eríjase un monumento á los valientes
Caballeros, á quienes solo faltó para salvarla el ser mas libres en
el ejercicio de su valor. Celebre á lo menos la historia sus nombres.
Quisiera poder insertar aqui la lista de aquellos sesenta que se
hallaron entonces en palacio, y que tan bien merecieron el nom-
bre de Guardias de Corps. Pero solo han llegado á mi noticia los nom-
bres de los siguientes.
El Sr. Duque de Colche, Capitan ; el Marques de Savonniere, gefe
de brigada , el vizconde de Agoult ; el vizconde de Sesmaisons; el
Conde de Maulean; el caballero de Dampierre , y el Caballero de
Saint-George.


Guerdias de Corps.


Los Señores de Berard, dos hermanos ; el Sr. d'Huillier; el Mar-
ques de Farieourt , muerto en la accion ; el caballero Des/zotes,. muerto ;
el caballero de illiomandre;. el Baron Durepaire ; Denziers ; Maucheron ;
el caballero de la Tranchade ; el de Duret ; el de ralory ; el conde
de Illoadder ; el Sr. Bernady ; los Señores Lforrie, tres hermanos ; los
Señores 31alderet , tres hermanos; los Scnores. Rena/di, y de la Motte;
y los caballeros de Mantaut,7 Toga.


e.




319 LUSTOLIA DE LA COICSPIRACTOL


tina, efecto de un sentimiento nacional. Pensó que se
entregaba al amor de su pueblo, pero en la realidad no
hizo mas que ceder al impulso de los conjurados. No
sabia que todo esto era el -último recurso de los mal-
vados, para coger los frutos de aquella noche horrorosa.
Lo mucho que les ha costado arrancar del monarca la
sancion de sus derechos del hombre y demas principios
desorganizadores , ya manifiesta cuanto necesitaban de
sus bandidos para aplicar y hacer que pasasen á ser leyes
sus consecuencias. Cada uno de aquellos decretos, que
iban sucesivamente á destruir la religion y la monarquía,
necesitaba de un tumulto ; se necesitaba de las fatales
linternas y de los chuzos para forzar los votos, 'horro-
rizar al monarca y estorbar las reclamaciones. Luis XVI,
cautivo desde entonces en Paris, estuvo siempre á dis-
posicion de los malvados, seducidos en los arrabales por
Necker y de Orleans. Al mismo tiempo, ó poco despues,
Lafayette proclamó, que la insurreccion era el mas santo
de los deberes. No se satisfizo con haber proclamado una
vez este deber; fue siempre la orden del dia.
Chapellier y Barnave se encargaron de fijar el dia, hora,
y objeto de la insurreccion. Se comunicaron las órdenes
correspondientes desde la antesala de los jacobinos á los
arrabales. El rey, clero y nobleza y cuantos podian opo-
nerse á los decretos que se iban dando, siempre se veían
rodeados del populacho, cuyos gritos y furores
los conjurados. Algunos de aquellos bandidos , alucina-
dos siempre con la insurreccion última , se retiraban á
sus casas entre las lo y las I i de la noche, y varias
veces oí las expresiones con que se despechan unos de
otros. Este era su á Dios. «Hoy la cosa no ha ido mal;
contamos contigo para mariana.... Sí, respondia el otro,
¿á que hora?... Cuando se abra la asamblea... ¿De quien
hemos de recibir la arden?... De 1%iirabeau, de Chape-


CAP ¡LULO DIJODICIMO, 3 a 3
pellier , ó ele Barnave , como cada dia. » Hasta que oí
estos diálogos, habia dudado de que los legisladores die-
sen cada dia audiencia á los bandidos y les fijasen el modo
y objeto de la insurreccion. Todos los conjurados se apro-
vecharon de estos resultados de los horrores del 5 y 6
de octubre. La muger de Necker escribió en vista de
esto á su hermano Cermani : «Estamos contentos; pues
todo ha ido bien. La aristocracía habria tenido sobrado
ascendiente; y para abatirla, nos hemos visto precisados á
valernos de la canalla (1). » Aqui acaban los que be lla-
mado preliminares de la revolucion. Necker hizo de su
asamblea nacional cuanto quería que fuese; la trasladó
á la capital, en donde la quería para su revolucion. Los
sofistas habian seiialado el camino que se habia de em-
prender para acabar con el imaginario infame, y la asam-
blea, llamada nacional, con sus leyes declaró la guerra
á Jesucristo, como vamos á ver.


Decretos de la primera asamblea nacional contra la
rel%ioa.


Ya hemos dicho en el primer tomo de estas memo-
rias, que los medios que entre sí habian combinado los
sofistas para derribar todos los altares del cristianismo,
eran, entre otros, empezar con quitar á la iglesia todas
las corporaciones religiosas , privar á los (lemas minis-
tros del culto de su subsistencia, bajo el pretexto de nece-
sidades del estado , minar á la sordina el edificio, y al
fin valerse de la fuerza mayor de los Hércules y Belero-
fontes. Hecho esto, se debia sustituir á los altares de
Jesucristo el culto del grande arquitecto del universo, al
evangelio la luz de las lógias, y al Dios de la revolucion
su pretensa razon. Estos eran los misterios mas mode-


(I) Carta del 8 de Octubre.




514 VIIST01111 DE Lk CONSPIIIACION.


ralos de las últimas lógias mazónicas. A mas se exten
dian los votos y maquinaciones de los apoyas, regentes
y magos del iluminismo. Segun estos, solo debian sus-
tituir al cristianismo algunas religiones nuevas, hasta que
el pueblo se acostumbrase á desprenderse de todas ; des-
pues, á nombre de su igualdad y libertad, clebia hacerse
poderoso y formidable , y por último atar las manos,
Subyugar y sufocar á cuantos intentasen hacer resistencia
á la impiedad y al ateismo. El lector ya ha visto su
código y ha oido sus juramentos. ¿Que votos y .maqui-
naciones de tantas sectas conspiradoras no ha llevado á
efecto la revolucion francesa ?


Al principio se suspendieron los votos religiosos, y
bien presto se abolieron ; se despojó al clero de su pro-
piedad; todos los fondos de la iglesia se convirtieron
en asignados (papel moneda ) para pagar e los tratantes;
todos los vasos sagrados, robados y profanados; todo el
oro y plata, hasta las campanas , que servian para con-
vocar al pueblo á los oficios divinos , se convirtieron
en barras para pagar á los ladrones mismos. Pero todo


• esto aun no era mas que los primeros ensayos de la
guerra , que la revolucion iba á hacer á la iglesia cris-
tiana (1). Esta iglesia aun conservaba su fe, que es su
verdadero tesoro ; Mirabeau resolvió que la habian de
desposeer de él; porque si la Francia , dijo, no es des-
catolizada , no se consolidará la revolucion. En vista
de esta decision, se sucedieron los decretos de la cons-
titucion , llamada civil, para que fuese el código del clero.
Constitucion del cisma y de la apostasía ; pero que era
la primera religion que se inventó entonces , para que el
pueblo se desprendiese de todas. Insistiendo sobre los


(e) Véanse tos decretos del 25 de Octubre , y del 2. de Norieinbre
1789 y el del 13 de Febrero 1790.


CA PÍTU LO
Duoní:c Nto. 315


ruismos principios de igualdad y libertad revolucionarias,
el pueblo fue declarado soberano hasta por lo relativo al
santuario , como ya se le habia declarado tal en orden
al trono, y se le confirieron los mismos derechos que
el Evangelio reserva á sus pastores. Esta fue la religion
de Camus , del apóstata de Yprés y la del cisma de
U.treelit, hácia ya mucho tiempo excomulgado. A pesar
de todas las exterioridades con que quisieron encubrirse,
los obispos franceses y los pastores del segundo orden
conocieron y descubrieron el engafio y artificios. Ofre-
cieron sus cabezas , y se negaron á hacer el juramento
de la apostasía. Luego estos pastores fieles se vieron ex-
pelidos con infamia de sus iglesias y de sus sillas; y
calumniados y ultrajados, experimentaron los resultados
de aquellas promesas :.Atreveos á todo contra el clero ,
que seréis sostenidos, y con que las juntas legisladoras
animaban á la canalla. Desde entonces, el culto nacional
no fue mas que el perjurio y la intrusion; echaron de
sus templos á todos los sacerdotes .verdaderos de Jesu-
cristo; asesinaron á los de fines y de Avirion , y el que
juró aplastar á Tesucristo I el que trató de esclavos á los
seguidores del Evangelio , el que'dijo que se babia de
empezar la revolucion destruyendo la religion del cru-
cificado ¡comenzaron á gozar de los triunfos de la apo-
teósis! El templo mas magnífico, que ha erigido la Fran-
cia á Jesucristo, se trasformó en mezquita , en donde
se tributaron los honores de la divinidad á Voltaire, á
Rousseau y á Mirabeau (i). Pero todo esto no fue mas
que obra de los primeros legisladores revolucionarios.


(I) Sesiones del 10 de Abril, 24 de Agosto, 4 de Enero, 4 de Abril,
3o de Aliyo, y 2 7


de Agosto.




516 IIISTOMA. DB LA CONSMACION.


Segunda asamblea.


Nuevos conjurados, sentados en las mismas sillas que
los primeros legisladores , continuaren las maquinaciones
contra el sacerdocio. Propusieron nuevos juramentos,
aun mas insidiosos, al clero; pero este descubrió en todos
el artificio y la apostasía. Se tomó el empeño de cansar
su constancia, y los que eran pérfidos refractarios á su
Dios, trataron de refractarios á las leyes á los sacerdotes
que no quisieron hacer los juramentos. En vista de la
heróica resistencia del clero , se decretaron las exporta-
ciones (1). Estos decretos fueron para los asesinos la señal
de hacer, lo que los legisladores conjurados aun no se
atrevían á decretar palicamente. Se cuidaron sus muni-
cipales de amontonar en los templos , que hablan con-
vertido en cárceles, á todos los sacerdotes que habian
de ser trasportados. Se colocaron á sus puertas los ase-
sinos con sus chuzos y segures. Estos fueron los días
de los Hércules y Belerofontes setembrizadores (septembri-
seurs); chías de los iniciados verdugos, que ya se habian
ejercitado en los últimos misterios en vengar á Abiram, en
sacrificar víctimas, en arrancar corazones, y en llevar en
triunfo las cabezas de los pretensos profanos. No se olvi-
de el historiador, cuando haga presentes las atrocidades
de estos dias ,del juramento de Kadosch, ni de aquellos
hombres que han de ser los objetos de sus venganzas.
Introdúzcase en las lógias y siga los pasos de los ban-
didos, que inició Felipe de Orleans, y no se admirará
al ver á tantos obispos y sacerdotes sacrificados en aque-
llos Bias á la rabia de los iniciados y á los manes de su
fundador.


(i) Segunda Asamblea , decretos del 29 de Noviembre , 6 de Abril, •
56 de Mayo, y 26 de .1,g,osto.


CAPITITLO Dro p lersto. 317
Siento mucho haberlo de decir; pero ello es preciso.


Lns franc-mazones que se tienen por honrados, por pro-
cision se han de horrorizar; pero conviene que sepan
á que monstruos franquearon sus lógias. En todas las
ocasiones de las conmociones populares , tanto en las que
se excitaron en las casas co nsistoriales, como en el con-
vento del Carmen, las verdaderas señales de reun'on ,
y el verdadero medio para hermanarse con los bandidos,
fueron las mazónicas. Aun en el mismo tiempo de los
asesinatos, los verdugos alargaban sus manos, á lo franc-
niazon, á los que asistian como meros espectadores. Los
asesinos acogian ó desechaban á estos, segun que los des-
cubrian instruidos 6 ignorantes de la contraseña. He
tratado á un sugeto del pueblo bajo , quien muchas
veces me manifestó el modo mazónico con que los ver-
dugos le daban la mano, y que le desecharon con des-
precio porque no sabia corresponder, viendo al mismo
tiempo que acogian con aprecio y sonrisa á otros,en medio
de la carnicería, porque lo sabian. He tratado á un ecle-
siástico á quien salvó la vida en las casas consistoriales,
el haber sabido corresponder a la contraseña niazónica
de los asesinos. Aunque es verdad, que de poco le habria
servido su ciencia enazónica , si hubiesen sabido que era
eclesiástico ; pues los bandidos luego que llegaron á saber
que lo era, le buscaron; pero él ya se 'labia salvado con
la fuga. Tambien es verdad, que la contestacion mazó-
nica habria servido de nada .á los hermanos conocidos
por aristocratas. Lo que demuestra, que tanto los ecle-
siásticos como los aristocratas mazones se engañaron gro-
seramente , fiándose en la hermandad de los poseedores
de los últimos secretos.


Contra toda esperanza de los conjurados, el pueblo se
resistió á imitar la conducta de los bandidos; legiones
de víctimas, destinadas al sacrificio, salvaron en las pro-




318 HISTORIA. DE LA. CORSPIRACION•
vincias SU S vidas; en vano los conjurados municipales
de la capitíil convidaron á toda . la Francia, para que se
deshiciese con la muerte de todos los eclesiásticos, 11,
dados refractarios (1); en vano Lafiite y otros comisa.
ríos de los legisladores conjurados recorrieron las carne
panas y las ciudades para dar á entender al pueblo, que
el espíritu del decreto de exportacion , no .se limitaba
al destierro , sino que se extendia á dar la muerte á
aquellos sacerdotes , pues el pueblo no se sentia harto
dispuesto para cometer tantas atrocidades. Los conjura-
dos mas tuvieron falta de verdugos, que ele decretos de
su segunda asamblea ; y se puede decir con toda verdad,
que no se perdió por esta el consumar la obra de la !ni.
mera. En tiempo de la primera asamblea, se vieron redu-
cidos á la última miseria , y expelidos de los templos
todos los sacerdotes fieles .tí. su Dios ; en tiempo de la
segunda los sacrificaron por hecatombes (*). La rabia mas
desesperada los consumia , al ver que los restos del cle-
ro salvaron su vida con la emigracion , y que lleva-
ran á las naciones extrangeras el espectáculo de tantos
pastores desterrados por su fe y adhesion al Dios del
Evangelio.


(I) Circular del 3 de Setiembre.
(*) Sacrificio de cien bueyes que hacia!' los antiguos.




CAPÍTULO nronlciyio. 31.9
Jesucristo, En este estado se hallaba la religion, cuando
la tercera asamblea se quitó la mascarilla. Los gerofantes
de WTcishaupt ya habian dicho en el secreto de sus mis-
terios, que llegaria el dia en que la razon seria el solo
código del hombre. Se presentó el iniciado Hebert con
este código , y desde esta época solo se le permitió á la
Francia el culto de la razon. Esta razon dice á un sofista,
que existe un Dios; y esta misma razon dice á otro sofis-
ta, que no hay Dios. Unos sofistas se adoraban á sí mis-
mos , pues adoraban su razona, ó su imaginaria sabiduría;
y otros adoraban los delirios mas desatinados. Pero con,
este culto de la razon , creyeron los jacobinos que eran'
iguales y libres. Se presentaron en público las prostitutas
de Venus, y estas representaban la rozan. Ya no se que-
mó incienso sino á 'la presencia de este ídolo. Cuantos
monumentos se conservaban aun del antiguo culto, fue-
ron destruidos. Llegó aquel tiempo en que se habia de
sufoear en su germen todo lo que restara de evangélico;
se habia de abolir hasta la memoria del Dios de los cris-
tianos, de sus santos y de sus fiestas. Estos chas se qui-
taron de los calendarios del pueblo , como ya habia
mucho tiempo que no se leian en los de la secta. Se
trastornó el orden de las semanas , de los meses y de los
años. El dia del Señor, el Domingo, que recordaba al
pueblo el descanso y la existencia de un Dios criador,
quedó abolido. Hasta el temor á aquellas penas, con que
Dios despues de esta vida castiga los delitos, se le quiso
quitar, pues se puso en los sepulcros aquel secreto ele
los últimos mislerios : La muerte es un sueno eterno. Si
habia aun algunos sacerdotes tlel Dios criador y venga-
dor, se les precisó ó á abjurar hasta su carácter sacer-
dotal , ó á morir sufocados en los calabozos, ó á losfpos
de las voraces guillotinas , ó sumergidos en las aguas.
Este fue el reino de los conjurados Hebert y Robes-
pierre.


Tercera asamblea.


No obstante hasta esta tercera asamblea, los pretextos
encubrian de algun modo el verdadero motivo que tenian
los legisladores para perseguir á la religion. La secta jaco-
bina aun no habia dicho con que culto queria suplir el
que siguieran nuestros padres; ya no habia en toda la
extension de la Francia iglesias para los católicos; pero
los intrusos constitucionales , y los sectarios de Lutero
y Calvino aun invocaban en sus templos al nombre de




e
520 HISTORIA Dr LA COXSPIRACION.


Los tiranos se dividen , y se devoran los unos á los
otros, las revoluciones tienen tambien sus revoluciones,
y en medio de sus vicisitudes, la impiedad cambia de
aspectos, aunque nunca deja de ser impiedad, ni deja
de hacer la guerra á Jesucristo , á su Evangelio v á sus
ministros. Parece en algunas ocasiones , que muda de
opinion ó que retrograda ; el pueblo no queria adorar
á la razon sin adorar á Dios : y é que hizo Robespierre?
Le permitió por algun tiempo el culto del Ser supremo;
pero luego sobrevino Ileveillere-Lepeaux con su culto
teofitantropieo, y este fue el cuarto que inventó la secta.
He aqui la conducta de los tiranos de Israel , que die-
ron al pueblo sus becerros de oro , para que no adorase
al Dios verdadero. Estas son las máximas de los Magos
de Weishatipt , inventar religion sobre religion , Dios
sobre D.os, para que al fin el pueblo se desprenda de
toda retigion y de todo Dios. Permiten que pronuncie
estos nombres; pero si nos introducimos en las cavernas
de estos imaginarios tetpántropos , veremos que son
nombres insignificantes y palabras sin sen t ido. En aque-
llas cavernas tratan de locos, insensatos y preocupados
á cuantos creen en Dios. Dicen, ci ne si pueden lograr
que el pueblo • se vuelva filósofo como ellos, caerán estos
altares de nueva creacion , como han caido los antiguos.
(z). Ello ya se sabe, que todo su culto no es mas que
un artificio para engaitar al pueblo sencillo, y que con-
serva todo su odio contra Jesucristo y contra sus ministros.
La secta aparentó por algun tiempo, que 'labia arrojado
el cuchillo con que amenazaba acabar con el clero; pero
fue para darle una muerte mas prolongada y cruel. Al
mismo tiempo que la secta proclamaba la igualdad y


(1) Esto precisamente me ha sido confirmado en Paras por un
sugeto , nue se habia hecho iuiciar entre los adeptos de
Trofilantropia, libertad,


¿eríTuto ávonéci:sio. 7;21
libertad, pretendió ¿pie los sacerdotes la coinnrasen Cori
el perjurio y con el j uramento de sus maquinaciones (z).Desgraciados los que no lo quisieron hacer! Altichospara no ex ponerse, se ecultaron ; pero en noinbre dela libertad é igualdad se allanaban las casas dé los que
sé pensaba que los tenian ocultos, y todo se eSclidri-fiaba y registraba para encontrarles. Si se retiraban á losbosques, si se ocultaban en las cuevas, alli les iban ábuscar; y si los d escubrían, los relegaban á les desier


.•:•tes de le Guayana, á donde los llevaban unos pilotos
finas temibles que las mas deshechas borrascas. Asi se
iban desenredando las tramas , que tanto tiempo antes
babian ido urdiendo lós sofistas de la impiedad entre
las ricas densas tinieblas. Dé este modo la reveltiCion
francesa cumplió aquellos votos de sus misterios : Des-truyamos, acabemos, y anirjuileMos.


á Jesucristo, su reli-gión y sus Misterios. No se contentaron con esto los con•jurados. A sus maquinaciones impías añadieron todas
las maquinaciones de 'la rebelion. Los iniciados no se
limitaron á ir contra la religion; querian acabar con
todos los monarcas y tronos. Ya veo que


el lector rilésale al encuentro y me dice : la revolucion francesa ha
cumplido con tanta exactitud sus juramentos contra los
tronos, corno contra los altares.


Atentados de la primera asamblea Contra la Monarquía.


Vuelven á presentarse al lector los delitos, los horro-
-


res y las atrocidades. Si el historiador tiene Valor para
trasmitir á la posteridad su enormidad y inultiiud, jamas
pierda de vista la secta que los ha causado. Si sigue sus
pasos, verá que han podido variar los actores, que loslegisladores conjurados se han ido alternando; pero verá


(1) Decreto del Io dé Enero x7g6.
Tomo IV. X




Itt LA. COD;SPIRA.C1015.
Ir15TOP TA


tambien que todos han salido de las mismas cavernas en
donde sus iniciados formaron sus maquinaciones. La tra-
ma ha pasado por muchas manos; pero siempre ha sido


la misma;
principies;siempre la igualdad y libertad han sido los


las consecuencias que de ellos han dedu-
cido, son perseguir á los reyes y á las saciedades, del
mismo modo que han perseguido á Dios y á la reli-
gion. En la revolución de aquella igualdad y libertad, se
enlazan unos con otros todos los crímenes; y 'Os que ayer
se cometieron contra Jesucristo y sus sacerdotes, se come-
terán hoy contra los soberanos y la nobleza , mañana
contra los ricos , y otro dia contra jesucristo, y en
general contra su religion , sus misterios. sus creyentes,
como contra los reyes, los nobles, los ricos y las socie-
dades. Pero todos estos consejos de la iniquidad , todos,
sin exceptuar uno, han salido de las guaridas de los cons-
piradores, y se han reunido en los iniciados que cono-
cernos con el nombre fatal de jacobinos. Los primeros
legisladores conjurados, Mirabeau, Sieyes , Barnave, de
Orleans, Lafayette, Lameth, Chabroud , Gregoire, Pethion,
Bailly, Rabaud, Chapellier y todos los e se llamaban


diputados de la montaria, pasaban de co
qu


desde la
tribuna de los jacobinos, á la tribuna del cuerpo legis-
lativo. Aqui se combinó y amasó la primera constita-
cion , cuyo objeto fue hacer con el trono lo mismo que
con el altar; despojar á Luis XVI , debilitarle y quitarle
el afecto de su pueblo, la fuerza de sus ejércitos , los
recursos de su nobleza, y quitarle cada dia una parte
de aquella autoridad que constituye al monarca. l'asá-
ronse dos años enteros en calumnias, en insurrecciones,
en decretos, unas veces contra el clero , otras contra el
rey. Del conjunto de estos decretos, salió al principio
aquella constitucion contra la iglesia, que solamente con•
servaba en Francia el nombre de religion. De aquel mis-


CAP1M0 Dt0DliC1111.0.
525


mo conjunto salió d?spues contra la monarquía aquella
constitucion , (pie solamente conservó á Luis XVI el título
de rey. Cautivo en su mismo palacio , rodeado de han,
dilos, como los sacerdotes, tuvo que sancionar como
estos, á costa de sus juramentos, la ley que le despo-
jaba. El clero se resistió haciendo presentes los deberes
del sacerdocio ; y el rey se opuso presentando los deberes
del monarca. Este, corno aquellos, reclamó su libertad,
y pensó haber-la hallado con su fuga á Varennes. Pero
el traidor Lafayette solo le permitió por un instante esta
agradable ilusion para traerle preso , cubierto de oprobio,
y para-estrechar sus cadenas con su vuelta. Al fin , Luis
sancionó , desde el seno de la esclavitud, aquella consti-
tucion de la igualdad y libertad. Aun conservaba el nom-
bre de rey, cuando sobrevinieron otros bandidos y otros
iniciados legisladores para componer su segunda asamblea
nacional.


Puede ser que el historiador no tenga los monumen-
tos públicos, relativos á la conducta de Lafayette en estas
circunstancias. Muchos sugetos han querido hacer creer,
que el general ignoraba absolutamente el viage del rey;
pero be aqui la verdad de los hechos. Una muger ale-
mana, casada con un frances llamado Rocliereuil, se habla
manifestado muy adicta á la reina, con motivo de cierto
empleo que le habia dado. Esta muger habia manifes-
tado tanta indignacion y derramado tantas lágrimas á
causa de los horrores del 5 y G de octubre, que la rei.
na , excitada con estas pruebas de afecto , le concedió
su confianza , y la hizo su cocinera, y para el intento
le olió habitacion en un cuarto bajo, que tenia comuni-
eacion con el que Babia ocupado el duque de Villequier.
A principios de Junio, discurriendo la reina el modo de
fugarse , mandó que se mudase á otro cuarto. Sospechó
ella que se formaban proyectos , y se puso á espiar al


X 2




324 11/SLOPIA CCMSPIRACiON.
rey y á la reina. La gran confianza que ambos tenian
de ella, la puso en estado de saber con exactitud lo que
se meditaba para la fuga del rey. Dia lo de Junio, des-
cubrió á Lafayette, á Gouvion y á la comision de investi-
gaciones de la asamblea nacional, los preparativos que
Babia visto para la fuga. En el tiempo de nueve dias
tuvo aquella muger once conferencias con los sugetos
ya nombrados. Despues de estas delaciones, Lafayette
comisionó á trece oficiales de su confianza, para que fue-
sen todas las noches de patrulla por los alrededores de
las Tuilerías, con orden secreta de proteger la fuga, y
á Drouet se le enseñó el papel que habia de representar-.
El lector ya concibe fácilmente, que Babia de ser fatal
la jornada de Varennes y que había de ser cogido el
rey; pero no es fácil concebir aquella excesiva insolencia
con que Lafayette celebró su victoria, y los ultrages que
Lizo sufrir á Luis XVI , cuando le volvió á su prision
de las Tuilerías. Tampoco se concibe fácilmente, como
aquella muger, ó por mejor decir, aquella furia infer-
nal, tuvo valor , despues de haberla despedido la reina
en vista de sus traiciones, para presentar un memorial,
extendido por un diputado, á fin de volver á entrar en
el servicio de la misma reina, alegando en él, que no
había podido- manifestar mejor su gratitud y fidelidad,
que impidiendo á su magestad el seguir los consejos de
los realistas. — Este memorial se le envió la reina
á 31. Prieur, historiógrafo del departamento de negocios.
extrangeros. Las denuncias de aquella muger se conser--
van como reliquia , en los archivos . llamados nacio-
nales.


CAPÍTULO LLODPICIAIO, -


'Atentados de la
,segundá asamblea.


Los miembros que compusieron esta segunda Asamblea,
va hallaron á Luis XVI cautivo en su palacio, y siguie-
ron los pasos de sus predecesores. Cada dia expedían
decretos , siempre mas ultrajantes al monarca ; y tam-
bien cada dia se excitaban conspiraciones, ya contra la
iglesia, ya contra el trono. llegó en fin el tiempo de dar
los últimos golpes á aquella y á este. Los jacobinos muni-
cipales ya hablan extendido la lista de los sacerdotes que
habian de ser sacrificados. Los legisladores jacobinos ,
con todas sus legiones y con todos los rayos de sus ban-
didos, rodearon el palacio de Luis XVI, y le precisa-
ron á buscar asilo en el seno de aquella misma asam-r
blea que los 'labia hostigado contra él, Esta asamblea (lió
un decreto por el cual le suspendió del título de rey;
y para que este no ignorase el crimen por el cual habla
merecido esta suspension, reservando para otra ocasion
la total abolicion, decretaron que, desde aquel dia se Labia.
de datar en adelante la nueva era, y el nuevo jura-
mento de /a igualdad y de la libertad. En fin , decretó
la nueva asamblea que Labia de fallar sobre la suerte del
monarca. Todos estos decretos se dieren en presencia del
mismo Luis XVI que estaba cautivo en la tribuna , y en
la cual le habian encerrado, para que no se le escapase
alguna de las expresiones ignominiosas y calumniosas que
resonaban contra él en todo el s¿don , y tocase con sus
propias manos las leyes que rompian sn cetro. En la pared.
¿le este mismo asilo, ya hablan escrito con grandes carac-
téresde sangre esta exPresion amenazadora : LA MUERTE,
y enviaron al rey á las torres del Temple, para que
la esperase (r).


525.


(a) Sesloues de los días I ?
, i a y /a. de Agosto.


X .3




826 HISTORIA DE LA COINSPIRÁCION•


Conspiracion del ro de Agosto.


Yo insistiria muy poco en hacer presentes las atroci-
dades que distinguieron de un modo tan particular los
horrorosos triunfos de la segunda asamblea nacional,
los artificios que iba preparando, si el historiador no nece-
sitase de este auxilio para ,desenredar la madeja de tantos
delitos, que aun no se bah publicado lo bastante. Todo
fue maquinacion de l3rissot. Es Verdad que la secta le
dió cooperadores; pero tambien es verdad que él siem-
pre fue el capataz de la conspiracion del so de Agosto.
La anduvo tramando por espacio de un año entero, y
ya tenia extendido todo su plan , cuando le nombraron
legislador. Habiendo sido iniciado en todos los miste-
rios del club de Holbach, y habiendo disputado, hasta
á Condorcet, la preeminencia entre los sofistas Voltairia-
nos, llegó á la asamblea dándose el parabien , porque
ya se le proporcionaba el cumplimiento de aquel orácu-
lo, que tantos años antes babian aquellos dejado oir:
Se romperá el cetro de los Borbones , y la Francia será
erigida en república. Aun era niño Luis XVI, y he aqui
lo que escribió Lord Orlord, mas conocido por el nom-
bre de Horacio Walpole, relativo al proyecto de los sofis-
tas, cuyas intenciones penetró en el poco tiempo que estu-
vo en Paris. La carta es del 28 de octubre 1765 , dirigida
al Feld-Mariscal Conway,


, dando cuenta :de todo lo que
iba observando : «El Oelfin (padre de Luis XVI) infali-
blemente morirá dentro de pocos días. Esta perspectiva
de su muerte llena del mayor gozo á los filósofos, quie-
nes temen los esfuerzos que hace e! Delfín para resta-
blecer á los Jesuitas. Os parecerá que hablar de filóso-
fos y de sus sentimientos, es una noticia muy extraña
en materias de política; pero ¿sabeis que cosa son los


CAP1TULO Dr ° DICI310. 1.17
filósofos? Y sabeis lo que significa este nombre? En pri-
mer lugar , y en el pais en que me hallo, significa casi
á todos los que hacen papel en el mundo. En segundo
lugar, significa á unos sugetos , quienes, bajo el pretexto
de la guerra que hacen al catolicismo , se dirigen unos
á destruir toda religion , y otros , que son en mayor 1Z;b71C''
ro , á la destruccion del poder monárquico iNle pre-
guntaréis ¿como he llegado á saber esto , no habiendo
mas que seis semanas que me hallo en Francia, y habien-
do pasado tres de ellas en el retiro de mi casa 2 Asi
es; pero en las tres primeras semanas he visitado á per-
sonas de todas clases, y todas hablaban de esto. Bailado
en mi casa, he tenido muchas visitas , he tenido con-
versaciones largas y detalladas con muchas personas, que
piensan corno os lo he dicho; tambien he tratado á per-
sonas que tienen sentimientos contrarios; pero que estan
persuadidas de que en la realidad so ha formado aquel
proyecto. Ultimainente, han venido á visitarme , entre
otros, dos oficiales de una edad avanzada , y á pesar do
que yo no quería tener, sobre este particular, contesta-
ciones sérias con ellos, sin embargo, con el calor de la
disputa, me dijeron mas cosas de las que yo l 'ebria podido
saber despues de muchas diligencias (1). Asi hablaba
ya en aquel año el Lord Orlo. rd. Volvamos ahora á
Brissot.


A penas se sentó Brissot en la silla de los legisladores,
cuando ya dió una mirada á cuantos estaban á sus alre-
dedores. Miró y volvió á mirarlos á todos, para ver si
ballaria algunos que estuviesen en estado de aceptar su
proyecto, que era derribar aquel fantasma de rey, que
sus predecesores aun habian dejado sentado sobre el tro-
no. A fuerza de diligencias, encontró á Pethion, á i3nsot,


(r) Obras de 1,Valpole, temo 5. carta 3 del 23 de Octubre 5765.
X 4




5'28 HISTORIA DS LA coNspinACION.
4 Vergniaux, á Guadet, á Gensonn é y á Louvet, cuyos cora-
zones estaban poseidos del mismo odio rabioso. Ilabién-
dolos descubierto, hizo de ellos los primeros confidente§
de sus proyectos. Ya hemos visto y aun lo veremos me-


j or, qué el plan que trazaron los conjurados fue inun-dar la Francia con periódicos, que conyidascn al pueblo
á poner la Ultima mano á la obra de su libertad. Los
libelos, las calumnias y los rasgos odiosos que se habian
de extender contra Luis xy.t. y la reina , habian de
arrancar de los corazones de los Franceses aquel amor y
afecto que les profesaban. Despues imaginaron irritar las
naciones extrangeras para precisar á Luis XYI á una
guerra horrorosa con los enemigos de afuera, y para que
triunfasen con mas facilidad los que eran sus enemigos
domésticos. Combinados asi sus planes, no se pian en el
Club otros gritos, que los que en sus cartas repetia Brissot
á sus generales : Es preciso incendia?: toda la Europa ; de
este modo nos salvaremos (i). Por medio de los inicia-
dos y de sus clubs, esparcidos por el interior del reino,
excitaron á un mismo tiempo continuos alborotos, con
el fin de hacer odiosos el rpy y la reina. La asamblea,
con el pretexto de evitar todas aquellas sediciones que
ponían en peligro á la Francia, formó una comision ex-
traordinaria, cuyos miembros eran de la junta secreta,
y cuya raccion se llamaba de los Girondinos (Girondins).
Aqui Brissot, viéndose al frente cle sus escogidos, como
presidente de la comision , preparó ;3 , extendió con todo
Secreto las maquinaciones y los decretos que habian de
consumar la rcbelion. Quería darle las apariencias de
upa revolucion en todo (ilosófica , pedida por un pue-
blo filósofo, pe , cansado de sus monarcas, no quiere


(r). Véase un escrito titulado : Considérat;ous sur l4 natura de la
ripolukion , por M. Nailet de Pan, pág. 37.:


CAPÍTULO Duonlcimo.. 529
otro rev que á si mismo. Envió sus emisarios á las.pro-
vincias; y estos volvieron , asegurando que el pueblo
frances no se resolvia 4 desprenderse de su rey. Sondéo
el modo de pensar de la asamblea legisladora, y vió que
su mayoría opinaba como el pueblo. Viendo que nada
habia podido lograr como solista y por conviccion , se
resolvió á lograrlo como tirano, valiéndose de los chu-
zos y de todos los rayos de los bandidos. Reunió á todos
los que la revolucion tenia en la parte meridional, cono-
cidos con el nombre de Marselleses... Los jacobinos del
occidente recibieron la orden de hacer marchar hácia
Paris sus revolucionarios de Brest. Manifestó en Paris
sus proyectos á todos los gefes. de los jacobinos. Bar-
baroux , Panis , Carra, Beaujois, vicario intruso de Blois,
Besse de la Drome , Galissot de Langres , Fournier el
criollo, el general Westermann, K ieuleia de Estrasburgo,
Santerre el cervecero, Antonio de ikletz , y Corzas el perio-
dista, se unieron mí los Girondinos. Sus conciliábulos se
tenian unas veces en casa de Robespieire, y otras en el
meson del Sol de oro, cerca de la Bastilla. Sieyes , con su
club de los veinte y dos, y la junta secreta de los jaco-
binos , suministraba todos sus medios. Mana, P ruci-
heme y con todos los periodistas del partido, au-
mentaban cada día las.


calumnias contra Luis y sn esposa.
illexandre y Clzabot inspiraban toda su rabia á los arras
bales de San Antonio y de San Marcial. Al mismo tiempo,
Felipe de Orleans servia á todos con su dinero y su par.
tido, esperando que todos los partidos le servirian para
subir al trono , despues de haber precipitado á Luis XVI;
y en caso de que no pudiese subir á él y satisfacer asi
su arnbicion , pudiese á lo menos satisfacer su venganza.


Todo se encontraba ya decidido y resuelto ; llegaron
mi Paris los bandidos de todas partes ; se tocó á rebato
toda la noche, y llegó el dia lo de agosto. En este chía




531
y solamente por eso era necesario querer la guerra del
rey... cuando hice declarar la guerra , era mi objeto
abolir la dignidad real




Las personas ilustradas me
entendieron, cuando el 3o de diciembre, respondiendo
á Robespierre, quien siempre me hablaba de traiciones
que se habian de temer, le decia Solo tengo un temor,
y es que no se nos haga traicion; necesitamos de traiciones,
y aqui hallaremos nuestra salud.— Las traiciones harán
que desaparezca todo lo que se opone á la grandeza de
la nadan francesa, y lo que mas se le opone es la dig-
nidad real, »


. •


Cuando Brissot hablaba de tantas traiciones, glorián-
dose al mismo tiempo de la que urdia contra Luis XVI,
y del derecho que habia adquirido á la admiracion de
los jacobinos , se guardó muy bien de hacer mencion
del precio, al cual l'aria vendido la que el mismo pre-
paraba contra los mismos traidores, si Luis XVI en aque.
lías circunstancias hubiese sido bastante rico para com-
prarla. Aun el g de Agosto , víspera de aquel dia en
que todos los conjurados se habian de poner en accion ,
pidió Brissot al rey doce millones para destruir la ma-
quinacion é impedir su explosion (1). ¡ Que sugetos son
esos sofistas! que ideas tan sublimes tienen de sus mil
virtudes ! Adelantemos, y escuchemos con atencion lo
que nos dicen en sus apologias, que son la verdadera
historia de sus crímenes. Pasemos á ver como el mismo
Brissot celebra los que cometió, ti causa del tiempo que
tuvo que gastar para meditarlos, y despues descubrire-
mos su insensibilidad en medio de los mayores horrores,
insensibilidad que propone como ejemplar de una gran-
deza de alma, que ha de poner en olvido las atrocidades
que cometieron en aquel dia sus canibales. R Me acusan,


(r) Memorias de .M. Bortrand ministro de estado, tomo 30
cap. 2 2 ,


CAPITULO DUODCI!SO.
53o insTontA DE Id. CONSPIRSCIOIG
memorable ejecutó la segunda asamblea todó lo que las
circunstancias le. permitieron. A Luis XVI se le declaró,
que habla perdido todos sus derechos it la corona; y en
virtud de esta declaracion le sacaron del palacio de sus
padres, y se le condujo á la torre del Temple. De aqui le
sacó la tercera asamblea de los conjurados. para llevarle
al cadalso, en cumplimiento de los últimos juramentos
de las lógias. Si el historiador aun no descubre en esta
marcha todo lo que tenia promeditado y resuelto la secta
para llegar á la catástrofe del ro de Agosto, tómese el
trabajo de leer las declaraciones de los mismos conju-
rados. Llegó un tiempo en que se disputaron la gloria
de todos los horrores y delitos que se cometieron en aquel
aciago dia. En este empubó Brissot el cetro de los jaco-
binos; Robespierre, Marat y Danton se le arrancaron, y


él forcejó para volverle á empuñar; y aun acudió á todos
los conjurados que habla en Francia para probar sus
derechos. Su apología , y la que hizo su compañero de
armas Louvet , bien reflexionadas, son la mejor historia de
la revolucion que estoy bosquejando. Me veo en la pre-
cision de copiar aqui alguna parte de ella, porque se
convenza el lector, y en ella conservaré el mismo len-
guage de Brissot.


a Los triunviros Robespierre, Marat y Danton me han
acusado de que he provocado la guerra. Si yo no la
hubiese provocado, aun subsistiria la dignidad real. Sin
esta guerra no se habrían desenvuelto millares de talen-
tos, y millares de virtudes. Sin la guerra, la Saboya y


tantos otros paises , que han roto sus cadenas, no ha-
brian logrado la libertad. Si ellos (los triunviros) temen
la guerra que hace un rey.... son unos políticos muy cor-
tos de vista. Por lo mismo este rey perjuro debe dirigir
la guerra, porque no la puede dirigir sino como traido r , y


porque esta traicion por sí sola le lleva á su perdicion;




5 .4 IIISTORIA. DE LA CONSPITIACION.
dice, de haber presidido la comision extraordinaria ,
corno si los mejores espíritus de esta comision no hu,
biesen preparado, Mucho tiempo antes del so de Ayos-
to, los decretos que habian de salvar la Francia, como
son , la suspension del rey, la convocacion de la conven•
clon ,y la organizacion de un ministerio republicano ;
como si la sabiduría , que brilla en todos estos decretos
y sus combinaciones , no hubiese desviado la idea de la
fuerza y del terror; como si no se hubiese impreso en
los mismos decretos un carácter de grandeza y de refle.
xion fria y sosegada , sin todo lo cual , la revolucion del
10 de Agosto se habria presentado á la Europa como una
revolucion de canibales. Pero la Europa deseubrió en
este dia la salvacion de la Francia , pues vió que la sabi-
duría presidia en medio de los mayores uracanes, y
que apagó hasta la sed de la matanza. Calumnien, cuanto
les dé la gana, la jornada del I° de agosto ; mas el valor
de los confederados, y los decretos reflexionados de la
asamblea nacional, preparados por la comision, harán
para siempre inmortal este OO. (I.).


Prosigamos nuestra lectura, y atendamos á lo que aun.
DOS dice este extraño sofista. Despues de haber mani-
festado el modo con que hizo traicion á Luis XVI , pasa
á referir como hizo traicion á la nacion y á la asamblea,
y manifiesta la conducta que él y sus adherentes obser:-
varon para arrastrar el pueblo y la mayoría de la misma
-asamblea á cometer unos crímenes, que ni el pueblo ni
la mayoría de la misma asamblea querian cometer. a Me
han echado en cara, dice, mi opinion del 9 de Julio,
relativa á la destitucion del rey ; tambien á Vergniaux le
reconvinieron por la suya. Cito por testigos á todos mis


(i) Carta de Brissot á todos los republicanos de la Francia ,
1-a sociedad de los jacobinos 1,4 de Octubre 1-791.


tirírrio nronftrsto. 353
colegas y á cuantos conocian el estado de nuestra asam-
blea , la debilidad y la minoridad de los patriotas, la
corrupcion del terror y la adhesion de los partidarios
de la corte , y verán que se necesitaba de algún valor
para aventurar en medio de esta asamblea la elocuente
hipótesis de Vergniaux, relativa á los crímenes del rey. Fue
preciso, que al siguiente dia de esta reunion, que habia
debilitado el partido de los patriotas , se trazase un cua-
dro enérgico de los crímenes del rey, para de este modo
atreverse á proponer, el que se sometiese el rey ajuicio.
Esto era una blasfimia para la mayoría de la asamblea,
y sin embargo lo propuse.


Pasa despues á hablar de los Girondinos , que eran.
su principal apoyo, e los cuales, dice, ocupados siempre
en corregir sus faltas, y unidos á otros patriotas ilus-
trados, disponían los espíritus á decretar la suspension
del rey... Dichos espíritus aun esiaban sobrado remotos,
y he aqui el motivo porque aventuré el discurso sobre la
proscripcion del rey, el 26 de Julio; discurso, que á los
ojos ordinarios pareció una mudanza de opinion, cuan-
do para los hombres ilustrados era una maniobra pru..
dente y necesaria... Yo sabia que el lado derecho nada
deseaba tanto como que se propusiese la cuestion sobre
la destitucion del rey, porque creia que estaba seguro
del suceso, y porque la- opinion aun no estaba madura
en los departamentos... Era inevitable la derrota de los
patriotas. Era, pues, preciso bordear para tener tiempo, á
fin de ilustrar la opitsion pública , o para madurar la
insurreccion , porque no se pocha lograr la sospension
sino por uno de estos dos medios. Estos fueron los mo-
tivos- que me dictaron el discurso del 26 de Julio, por
el cual he merecido tantas injurias , hasta colocarme
entre los realistas, al mismo tiempo que el patriota fran-
ces (periódico que publicaba el mismo Brissot) no cesaba




1


534 BISTOTUA Dz tA CONSPIAACION•
de disponer los ánimos en los departamentos , para que se
tomasen aquellas medidas extraordinarias.


El lector, al través de las.reflexiones que suministran
todas estas declaraciones, debe pararse á meditar a!gun
tanto estas palabras : Era preciso bordear para tener tiem-
po , á fin de ilustrar la (Titilan p Mica , ó para madurar
la in.surreceion. Ellas nos manifiestan una grande ver-
dad en la teoría de las revoluciones. Nos dicen , que
aquellas insurrecciones que se quieren atribuir á los gran-
des movimientos del pueblo , ó á la mayoría de la nacion,
no son mas que los movimientos de unos facciosos contra la
misma mayoría; pues si la nacion hubiese pensado como
estos facciosos, no habría habido necesidad de reunir
todos sus bandidos para triunfar, con las armas y terror,
de una nacion que, solo pensó como los conjurados, cuan-
do la sorprendieron las armas. Aqui se nos puede decir,
que la Francia ya tenia entonces sus guardias nacionales;
es verdad; pero tanibien lo es, que Brissot: se guardó
muy bien de llamarlos en su auxilio. Ya 'labia visto que,
desde las provincias, habian acudido á la confederacion
del 1 4 de Julio, y sabia que con este motivo se llama-
ban verdaderamente confederados. Casi todos hablan
dado muestras las menos equívocas de su adhesion al rey
y á la reina, y ni Drissot, ni algun otro se atrevieron de-
lante de estos guardias á lisonjearse de destronar á Luis
XVI. Pero ,:que hicieron los conjurados? Convocaron á
todos aquellos bandidos , llamados marselleses, no por-
que fuesen de Marsella ó de la Provenza, sino porque
la mayor parte habian salido de las galeras de Marsella.
Dieron el nombre de confederados á todos estos galeotes,
pícaros de todas las provincias; precisaron al populacho
de los arrabales de Paris á que marchara con ellos ; ase-
sinaron al comandante de la guardia nacional para para-
lizarla, y para que obrase con los bandidos aquella parte


cArírtno nuoní:custo. 335
los getes de la conspiracion ya habian ganado. En seguida,
dieron el nombre de voluntad del pueblo y de subleva_
cien de la nacion, á lo que solo era el resultado de sus
maquinaciones y una sublevacion de sus facinerosos con-
tra la misma inician v el rey. De este modo se hizo toda
la revolucion; toda consistió en asonadas é insurreccio-
nes de cada día , esto es, segun la teoría y declaraciones
de los mismos gefes, toda la revolucion se logró por me-
dio de la fuerza y del terror, que sometieron á este yugo
á una nacion, á la cual ningun otro medio habría podido
seducir.


Con la misma evidencia podrá el historiador descu,
brir en el discurso del diputado Louvet toda la historia
de la atroz revolucion del ro da Agostó; verá en él las
mismas maquinaciones y los mismos artificios , descritos
con la misma jactancia. a Queríamos la guerra , dice
entre otras cosas este Louvet , la queríamos nosotros
jaeobincs, porque la paz daba la muerte á la república ..
Porque, emprendida con tiempo , se podian á lo menos
remediar los primeros reveses inevitables , v de este
modo purgar á un mismo tiempo el Senado, los ejér-
citos y el trono.... Todos los que eran dignes de ser repu-
blicanos, deseaban la guerra ; se atrevian á aspirar al
honor de matar hasta la misma dignidad real , y de
nzatarla para siempre , primero en Francia y despues en
las otras partes del ¡nuncio. » Desnues de estas cláusulas,
hablando del papel , que representaban sus cómplices,
y dirigiendo la palabra á Robespierre, dice : » Los que
tú llamas mios , eran Roland , que habia acusado á Luis
XVI á toda la Francia .— Serean, que tuvo parte en el
retiro honrado del ministro del interior, y que solo vol-
vió á entrar con este en el ministerio para salvar la
Francia. — Pethion , que con su conducta vigorosa y
sabia á un mismo. tiempo , debilitó la dignidad real.—




536 ritáronix ns CONSPiRÁC1ON.
Brissot , que escribió contra la monarquía, al Mismo
tiempo que la hacia Cóndorcet. F-ergniaztx, Gensonné,
y muchos ()tres, quienes anticipadamente firmaroh el
provecto de la suspension.— Guadet , que estaba sentado
en él sillon ; cuando se oyeron las primeras descargad
de la artillería. — Barbkroux , que acudió con los Mar-
galeses para activar las operaciones del r o de Agosto .
Ya sabes que habia otros , y entre ellos estaba yo es-
cribiendo El Centinela. Tus eternas jactancias me han
precisado á decir algunas veces , qué este periódico mio
ha contribuido mas á la revolucion del ro de Agosto ,
que tu periódico ; El defensor dela constitucion. (r)»


La Francia es declarada república;


De este modo los mismos legisladores conjurados han
suministrado á la historia todas las pruebas de sus crí-
menes y de sus Maquinaciones contra la dignidad real.
Déjese , pues , ver esta república de la igualdad y de la
libertad , tanto tiempo hacia deseada de les solistas de
los licéos y de los iniciados de las últimas lógias. Ya
Luis no se hallaba sobre el trono. A este le habian des-
truido de tal modo , que no solo Luis , no solo alguno
de los l3orbones, sino que ningun mortal parecia que
le podria reedificar y sentarse mas en él. Se abolió la
dignidad real , y la Francia fue proclamada república.
Este fue el primer decreto de los nuevos conjurados ,
que con el nombre de Conveneion , fueron sucesores


(s) Carta de Louvet á Robespierre Si se pretende aun
ver nuevas confesiones . y jactancias de tina gran poreion de con-
jurados, sobre el arte y ,taña con las cuales hubieran prepara-
do esta jornada, pueden leerse :a carta de Robes/sierre á sus comi-
tentes , las observaciones de Pcdtion sobre dicha carta , los anales patrió-
ticos de Corra y de Mercier, 3o de Noviembre 5 792, la Crónica
de Paris' por 111illin, sús Amcnnz'as del 5 de,4iiisto , etc„ etc.


de


CAPÍTULO oton¿cituo. 557
dela segunda asamblea dicha nacional. (a) Para sancio-
nar la igualdad, se proscribieron todos los títulos de supe.,
rioridad , y aun los de deferencia y honradez, asi como se
'labia proscrito el de rey , suprimiendo en la sociedad
todas las denominaciones, exceptuando solamente la de
Ciudadano (n). Para que ningun Frances que ha sido
fiel á su rey , pudiese recordar la idea de este, se pro-
hibió bajo pena de la vida , que ningun emigrado pu-
diese volver á Francia, erigida en república (3). La misma
pena se decretó contra cualquiera que se atreviese á pra
poner en Francia el restablecimiento de la dignidad
real (4).


Luis XVI condenado por los conjurados; verdaderos
motivos de su muerte:


De esta manera iba adelantando la secta hasta C011511.-,
ruar sus misterios. Pero aun vivia aquel Luis, que }labia
sido rey , y los iniciados no querian haberse amaestrado
en vano en la caverna de los Kadosch; á pisar las coronas
y cortar la cabeza del manequin que representaba al rey.
Les pareció que era preciso pasar de estos juegos atrc&
ces á las venganzas verdaderas. Se adelantó Robespierre...
pero dejémosle aqui acompaiiado de sus verdugos, pues
no fue mas que la bestia feroz que azuzó la secta. No
fue él quien devoró á Luis XVI, sino la secta, y en aquel
mismo hemos de distinguir la víctima perseguida por
ella. La secta no aborrecia su persona ; los mismos
jacobinos habrian amado y respetado á Luis XVI, si no
hubiese sido rey. Derribaron su cabeza, del mismo modo


Sesion del si de Septiembre 5792.
(2) Del 9 de Octubre.
(3) Del to de Noviembre.
(4) Del 4 de Diciembre,
Torno Ir.




535, nisvortiA nr,
LA coywitot_ciml•


que derribaron las estatuas del bondadoso y grande IIen-
ligue IV. El haber sido rey fue el único motivo para
ser odiado. Habla sido rey , y todo lo (pie recordaba
esta dignidad, basta sus monumento s


y sus emblemas,


S e
babia de destruir con el hierro. Los vándalos no


hicieron la guerra á Luis, la hicieron á su dignidad. Le
trataron de tirano; pero ya se sabe en que sentido le d


rata
ie-


ron este tratamiento, que fue el mismo con que t
ron despues á todos los reyes. Sabian que Luis XVI
en el espacio de diez y nueve ato


de su reinado babia
concedido muchas gracias, y que ni siquiera babia
mado la muerte de un solo hombre, y va se ve que no
reinan asi los tiranos. Sabian que Luis XVI babia <lado
principio á su reinado con no .


exigir de sus vasallos el
tributo que se pagaba siempre que el nuevo monarca
subia al trono. Abolió en favor de su pueblo la práctica
de las servithunbres corporales (corvées),


y en favor de


los delincuentes, el uso de los tormentos. Estos edictos no
los hacen publicar los tíranos. Tambien abolió todos los
derechos feudales de sus dominios patrimoniales, á lin de
lograr con su ejemplo , y en favor <le su pueblo , lo que
la justicia y derecho de propiedad no le permitian exi-
gir por las vial de la autoridad. Sabian que Luis XVI
no estaba poseido de alguno de aquellos vicios que son
odiados de las naciones, ó


gravosos á las mismas nacio-
nes. Sabian que era religioso, enemigo de toda osten-
tacion , compasivo y generoso con los pobres. hablan
visto abrir todos•sus tesoros para reanimar , vestir flor
mentar á los indigentes, y aun le hablan visto llevar
sí mismo estos socorros á las cabaiias. Pla g ian visto aquel
monumento de nieve formada en pirámide , que le eri•
gieroo los pobres , en testimonio de los socorros que


les


babia dispensado y hecho distribuir en el rigor de los
inviernos. Semejantes monumentos nunca los ha levar.-


CAP iTuLo neop•cimo• 33<)
tado la pobreza á los tiranos. Le 'trataban de déspota y
tirano; pero no ignoraban que ningun princ:pe ha cum-
plido mejor con sus deberes , al mismo tiempo que se
manifestaba tan poco zeloso de sus derechos; pareciera
no conocer otros, que los de la confianza y del amor.
Si alguna vez hizo óir la voz del imperio, fue cuando,
rodeado de asesinos, repitió varias veces á sus guardias:
Si para salvarme es preciso derramar una sola gota de
sangre, mando que no se derrame. ISo manda de. este
modo un tirano. Por mas que se obstine la caltunnia
no es capaz de seílalar un solo pasage del reinado de
Luis XVI, que haya tenido ni siquiera asomos de tirá-
nico. Sus últimos sentimientos , y que ha trasmitido á
la posteridad por escrito , son estos : «Pido á todos los
que yo haya podido haber ofendido inadvertidamente,
pues no me acuerdo haber ofendido á nadie con adver-
tencia, y á los que yo haya podido dar algun mal ejem-
plo ó escándalo , que me perdonen el mal que yo pueda
haberles hecho.» Despues de estas expresiones, deberian
leer estas otras aquellos jueces regicidas; á ellos se diri-
gen : «Perdono de todo corazon á los que se han decia-
rado enemigos mios , sin que yo les haya dado algun
motivo; y ruego á Dios que los perdone.» Sigan los últi-
mos pasos de su vida; miren como sube al cadalso; con-
templen, si tienen valor, la serenidad de su frente, QUO
indica la calma de su alma, en medio de sus verdugos.
Y si aun tienen valor, escuchen lo que va á decirles en
el último momento de su vida.... Ah! que les faltó el
ánimo; y para no oirle, hicieron que redoblaran todos los
tambores, pues sabian , y muy bien que lo sabian, que
no han vivido, ni han muerto, sobre todo los tiranos,
como vivió y murió Luis XVI.


Todo esto ya lo sabian los conjurados legisladores,
antes de juzgar á Luis XVI. A cualquiera que les hubiese


Y a




54o IIISTO/IIA Iré LA CONSPIRACION.


preguntado , que cielito babia cometido el rey, ó que
motivos tenian para su condena, le hubiesen respondido
lo mismo que tantas veces ya habian dicho : Luis ha sido
nuestro rey, y tenemos hecho el juramento de matar á
todos los reyes. A esto se reducen todos los votos dé los
que condenaron al rey. A esto se reduce el voto del


j acobino Robert; «Condeno el tirano á muerte; y cuando
expreso asi mi parecer, solo me queda el sentimiento de
que mis facultades no se extiendan á todos los tiranos ,.
para condenarlos á todos á la misma pena. Lo mismo
significa el voto del jacobino Cari:: «Para instruceion
de los pueblos de todos los tiempos y lugares y para
espanto de los tiranos, voto por la muerte.» El voto del


j acobino Chabot : «La sangre de los tiranos ha de ci-
mentar la república. «El del jacobino Boileau « Los pues
blos acostumbrados á mirar á los reyes como si fuesen
objetos sagrados, se verán en la precision de decir : las
cabezas de los reyes no son tan sagradas, cuando el brazo
vengador de la justicia , armado del acero , sabe derri-
barlas. De este modo entrarán los pueblos en el camino
de la libertad.... Voto su muerte (1) . » Si este lenguage
de los jacobinos aun no manifiesta lo bastante las cau-
sas que tuvieron para quitar la vida á Luis XVI , suba
el lector al club de los sofislas , en donde Condorcet
decia , que llegaria el momento en que el sol no ilumi-
narla sino á hombres libres, y en que los reyes y sacerdotes
solo existirian en la historia) en los teatros (e). Pasando
despees á las cavernas de las -últimas lógias, descubrirá
en ellas aquella grande verdad histórica : Luis XVI ha
perecido sobre un cadalso, porque habla sido rey. La
hija de los Césares (Maria Antonieta de Austria) acabó


(1) Véanse ca el Monitor las sesiones del 2 de Enero y siguientes
de 5793.


(2) Esquise des progrés de l'esprit humain époq. So.


CAPÍTULO nopleimo. 341
sus dias en el mismo patíbulo, solo porque era reina, y
porque nunca Babia sido tan digna de serlo, como en
aquellos sus últimos dias en que manifestó tanta fideli-
dad y tanta grandeza de alma en medio de los conju-
rados, de los verdugos de su esposo y de los verdugos
de su persona. La inocente madama Isabel murió bajo
la guillotina, por cuanto no hay virtud , no hay candor,
no hay grandeza de alma que sea capaz de purgar á los
ojos de los jacobinos el gran delito de ser descendiente
de reyes , hija y tia de reyes.... Que .delito para dar la
muerte á una cándida virgen , que solo vivia para su
Dios y para alivio de los indigentes?... Felipe de Orleans,
á pesar de todos los servicios que ha hecho á la secta y de
haberla sostenido con sus caudales; á pesar de todas sus
bajezas y de todos sus crímenes; á pesar de su cobardía
y de la infamia con que votó con los deliras conjura-
dos la muerte de Luis XVI, y á pesar del nombre que
se impuso de Egalite (igualdad) con el cual renegó de
su clase, linage y padres, luego que la secta ya no tuvo
necesidad de sus delitos, le mataron, porque era de san-
gre real. Temiendo los conjurados que á los verdugos
no se les cayese de las manos la fatal cuchilla, si sacri-
ficaban al verdadero retrato de la misma bondad, la du-
quesa de Orleans, y aquellos restos de la sangre real que
circulaban por las venas de la duquesa de liorhon y del
príncipe de Conti, ya tan poco temibles á su revolucion,
les intimaron que evacuasen el suelo de la nueva repú-
blica, ellos y cuantos aun tenian alguna gota de sangre
real en sus venal. En fin, para cimentar aquel odio á
los reyes, se decretó que el dia en que Luis XV[ murió
sobre el cadalso, fuese siempre festivo para el pueblo
igual y libre; que en el mismo dia renovasen con la
mayor solemnidad cada alío todos los.magistrados el jura-
mehto de odio á la dignidad real-, y que solamente este.


i5


1




42 HISTORIA DE LA colv:r.nuelors.
juramento asegurase los derechos de los ciudadanos y
los favores de la revolucion. Todo esto que se decretó,
se ejecutó; y tambien se decretó la pena de muerte para
cualquiera que se atreviese á proponer que se restable-
ciese en Francia la monarquía


Atrocidades de la revolucion derivadas de la secta.


A pesar de tantos ríos de sangre como corrian en
Francia para llegar á aquel período de las maquinacio-
nes contra la dignidad real , la secta y sus agentes se la
estaban mirando con tanta complacencia y brutalidad,
como lo habrian hecho los Caníbales. En raris estuvo
permanente la guillotina, y la paseaban por las provin-
cias, en busca de los realistas y de los . sacerdotes. No
se contentaron con ella los verdugos. El idioma que ha-
blaron nuestros padres no dejó á sus hijos las palabras
de que necesitaban, para expresar la multitud de vícti-
mas que á un mismo tiempo fueron sacrificadas en los
fusilamientos, ó absorbidas en las ondas. Quien sino
la secta volvia tan feroces á los jacobinos? Es preciso
subir á sus instrucciones para explicar la calidad y nú-
mero de las víctimas que sacrificó, y para comprender
la atroz indiferencia de los iniciados, y el arrebatamiento
y gozo de los verdugos. El que se olvide de los miste-
rios y principios de la secta , no podrá descubrir el ori-
gen de tanta atrocidad. Aquellos misterios y principios
arrancaron á Barnave, cuando vid en las puntas de las
picas las cabezas, aquella risa sardónica y aquella expre-
sion feroz : ¡ Era acaso tan pura esta sangre, que no se
pudiese derramar de ella una sola gota! Los mismos prin-
cipios y misterios hicieron decir á Chapellier, Mitabeau
y Gregoire, cuando vieron á los asesinos que iban á inun-


(1) Decreto del 4 de Diciembre.


cxpiTi:Lo DITODIermo. :543
dar de sangre el palacio de Versalles , y principalmente
cuando iban á bañarse en la sangre de la reina : Ei pue-
blo necesita de víctimas. Los mismos principios y miste-
rios sufocaron hasta los sentimientos del parentesco mas
inmediato, como los de un hermano para su hermano,
y de un hijo para sus padres. El iniciado Chenier, vien-
do á su hermano entregado á los verdugos , dijo con
la mayor frialdad : Sea sacrificado mi hermano, sino sigue
el partido de la revolucion. El iniciado Philip presentó
en triunfo á los Jacobinos las cabezas de su padre y ma-
dre. La secta, siempre sedienta de sangre, pidió por la
boca de Marat ciento setenta mil cabezas, y poco des-
pues ya no quiso contarlas sino á millones. Los miste-
rios de su igualdad no podían cumplirse ni llegar á las
últimas consecuencias sin despoblar e] mundo. Cuando.
los pueblos y municipalidades del distrito de Montauban
manifestaron sus temores, al ver la falta de provisiones
les respondió Le Bo : Sosegaos; bastantes provisiones tiene
la Francia para doce millones de personas; los demas
esto es, los otros doce millones, serán muertos y enton-
ces ya no os faltará pan (I).


Nos horrorizamos , y quisiéramos tener á lo menos el
consuelo de saber, que aquellas atrocidades las cometie-
ron Robespierre ó Mana; pero ello es , que el reino de
Barnave precedió al de flobespierre, y la secta les inspiró
el juramento de delatar á sus padres, hermanos y ami-
gos, y mirar, sin alguna excepcion , como proscrito á
cualquiera que no estuviese imbuido de las opiniones
revolucionarias. Este juramento ya se hacia en las lógias,
antes que lo hiciesen los jacobinos. Estas expresiones
que dijo Condorcet en la asamblea legislativa : Perezca
todo c,1 mundo , antes que sacrificar nuestros principios de'


(I) Informe de la junta de Salud pública del 8 de Agosto
170.


Y 4




544 HISTORIA DE LA coNsrtrkciorr.
iguald , no las habla aprendido de Robespierre, pero
sí en el club de Holbach. No solamente los salteadores,
sí que tambien Sieyes, Garat y los sofistas mas selectos de
aquel tiempo, que componian el club de los veinte y dos,
se sonreian al ver que nos estremecíamos. Estos mismos
sabios respondian á nuestras reconvenciones, lo mismo
que Sieyes respondió á las que le hizo Malla du Pan,
cuando le descubrió el horror que le causaban aquellos
medios revolucionarios : Siempre nos habíais, dijo Sieyes,
de nuestros medios revolucionarios; pero, señor, es preciso
que rind. medite el fin, el objeto y el término que nos
Izamos propuesto. Este fin, objeto y término consuelan á
los Sieyes del dia , cuando contemplan las atrocidades
que se han cometido. El mismo consuelo les ofrece la
secta, y este consuelo ha pasado del código de \Veis-
haupt á las lógias de los jacobinos (i).


Creo que llegará el tiempo en que la historia manifes-
tará con mas particularidad, en que cavernas , siempre
sedienta de sangre, sefialaba la secta sus víctimas, y
disponia é sus iniciados para que no se horrorizasen en
vista de su multitud; pero entre aquellas cavernas se
distingue la de la calle Sourcli¿Ire , á la cual he prome-
tido conducir á mis lectores, y en donde mandaban aquel
Saealette de Lave, que acogió á los iluminados, y aquel
Dietrich, el primero que introdujo los misterios en Fran-
cia. A lo menos el siguiente pasage podrá auxiliar al
historiador para descubrir el origen de muchas atroci-
dades, — Cuando los bandidos empezaron sus morimien-


(t) Dejo á cargo del mismo S..' Mallet du Pan el cuidado de
revelar lo que vió y en aquel club, el horror que concibió y
con cuanta inclignacion rechazó la invitacion de los veinte y dos,
que querian ganarle para sí y hacerle otro de los suyos ; mas con
respecto,


á la respuesta que Sieycs <lió á sus recriminaciones, la sé
de Wea misma de este tan célebre autor.


CAPíTULO DUODb.11.1I0, '">/f0.43
tos revolucionarios, incendiando los palacios en las pro-
vincias, y derribando por todas partes las cabezas de los
nobles, el seilor abate Royou , bien conocido por su zelo
contra los sofistas, se rió en la precision de fugarse de
Paris para ponerse á cubierto de los bandidos del pala-
cio real. Pasó algun tiempo errante de pueblo en pueblo,
basta que, volviendo en secreto á Paris, vino á mi casa
cerca las cuatro de la mafiana. Habiéndole preguntado,
corno lo había pasado durante su ausencia , me respon-
dió : «Casi siempre lo he pasado en casa de los curas ,
quienes me han tratado muy bien , aunque me he dete-
nido poco con cada uno, para no exponerlos á los mis-
mos peligros. El último en cuya casa me hospedé, se
me hizo sospechoso , cuando observé que, habiendo reci,
bulo una carta de Paris, la abrió y leyó con un sem-
blante que aumentó mis rezelos. Casi asegurado que se
trataba de mí, me resolví aprovechar la ocasion en que ,
habiendo salido el cura á sus quehaceres, entré en su
cuarto y encontré la carta, concebida en estos términos :
Querido amibo; se ha leido la carta de Vmd. en presen-
cia de todo el club. Nos ¡zainos admirado al descubrir
tanta filosofi a en un cura de lugar. Sosiéguese rind., que-
rido cura ; somos tresientos ; señalarnos las cabezas , y
estas caen. .4un no ha llegado el tiempo para lo de que
rmd. nos habla. Cuídese r md. solamente de tener pre-
parada su gente. Disponga Find. sus feligreses para que
ejecuten las órdenes que se les comunicarán á su tiempo.»
Esta carta , alado el selior Royou , estaba firmada : Die-
trich, , secretario.


A las reflexiones que sugiere esta carta, solo alado,
que el club de donde salió, habla mudado el lugar de .
sus sesiones, pues le trasladaron al arrabal de San Hono-
rato, en donde continuó, desconocido de la corte, hasta
el momento de una de aquellas orgías cuyo objeto ense,




34( insTonik DE ro\ coNsionxelosr.
seuió al rey la suerte que le esperaba. El caso fue que ,
continuacion de uno de aquellos convites que se hacen
en nombre de !a hermandad, todos los hermanos se pun-
zaron el brazo y dejaron caer algunas gotas de sangre en
sus vasos; todos bebieron de esta misma sangre, despues
de haber gritado : d la muerte de los reyes! y es te fue
el último brindis de aquella comitiva fr aternal. Ya esto
manifiesta con bastante claridad, quienes eran los suge.
tos que formaban aquella legion de los mil y doscientos,
cuyo establecimiento propuso á la convencion Juan de
Brie, y cuyo objeto era esparcirse por los imperios para
asesinar á todos los reyes del mundo. Del mismo modo
la secta , bajo el nombre de hermandad y con el frenesí
de su igualdad, con la naturaleza de sus principios, con
la sed de sangre que inspiraba á sus juegos atroces para
desnaturalizar los corazones, se propuso formar los clubs
de los trecientos viejos de la montaña , y cambiar sus
grandes autores en verdugos caníbales. De este modo se
explica por los misterios de la misma secta el gozo feroz
de Marat , de Saint-Just, de Lebon , de Carricr, de Collot
d'fierbois, y aquella serenidad aun mas feroz que con-
servaban los sofistas de la revolueion en medio de los
asesinatos y de mil ríos de sangre.


Pero Dios, que parece quería lavar las iniquidades de
la Francia en aquellos ríos de sangre , presentó al mun-
do un otro espectáculo de sus venganzas. Jesucristo que-
dó sin altares en Francia , asi como ya DO hubo trono
para los reyes. Los mismos que habian derribado el altar
y el trono , conspiraron unos contra otros. Los intru-
sos, los deistas y los ateos habian degollado á los católi-
cos, y los intrnsos , los deistas los ateos, se degollaron
unos á otros. Los ' constitucionales proscribieron á los
realistas, y los republicanos expatriaron á los constitu-
cionales. Los demócratas de la repalica una


exriTu LO CODICI1110.
347


ide acabaron con los demócratas de la república con-federada. La faccion de la Montaña guillotinó ala fae-
clon de la Lironda. La faccion de la Montaiía se divi-
dió en faccion de iiebert y de Blarat, en faccion de
Danton y de Chabot, en faccion de Cloots y de Chau-
niette, y en faccion (le Robespierre que á todas las de-
voró y que á su tiempo fue devorada por la faccion
de Tallien y de Freron. Brissot, Censonné, Gundet, Fan-
chet , Rabaud, Ilarbaroux y otros treinta fueron juzga-
dos por Fouquier-Thionville, del mismo modo que estos
habian juzgado á Luis XVI. El mismo Fouquier-Thionville
fue juzgado corno él había juzgado á Brissot. Pethion
y Duzot, errantes por los bosques, murieron (le hambre
y fueron devorados por las fieras. Perrin murió carga-
do de cadenas; Condorcet se envenenó en la cárcel ;
Valage y Labat se dieron de puiialadas; Carlota Corday
mató á Marat; Bobespierre fue guillotinado ; sobrevive
Sieyes para azote de la Francia. El infierno parece que
fortalecia el reino de su impiedad; pero el cielo para
castigar á la Francia le dió, bajo el nombre de directo-
res , los cinco tiranos, ó Pentarcas (r) , y su noble sena-
do. Rewbel, Carnot, Barras, Letourneur, la Reveillere-
Lepaux se apoderaron de sus ejércitos, echaron á los
diputados de su igualdad y de su libertad , lanzaron
rayos sobre sus secciones, la apretaron con sus garras ,
y pusieron sobre su cuello un yugo de hierro. Todos
temblaban á su presencia; pero ellos mismos se temian
miltuamente , se rezelaban, y unos á otros se desterraron.
Sobrevinieron nuevos tiranos y se reunieron. Entonces
los dioses que reinaban en Francia fueron los destierros,
el susto, el terror y sus Pentarcas. Todo estaba en silen-
cio; el espanto hacia que en aquel vasto imperio , ó en


Pentarchia, Per:tea-chas , palabras derivadas del griego, que sig-
nifican gobierno de cinco, 6 cinco directores.




348 ms.rdiuA O1 L.1. coNsrnumoy.
aquella vasta cárcel, callasen veinte millones de esclavos
bajo la vara de hierro de Merlin ó de Rewbel, al solo
nombre de la Güayana , y en esto paró aquel pueblo
tantas veces proclamado igual, libre y soberano.
La secta continua sus maquinaciones contra la propiedad


y la sociedad.
Al través de esta serie de asesinatos, de facciones y


de tiranos, parecerá que la secta habla perdido el hilo
de sus maquinaciones; no es asi; ni siquiera ha dejado
un solo instante de continuarlas. En aquellas circuns,
tancias, mas que nunca , se valió de sus Pentarcas con-
tra los sacerdotes y los nobles, y manifestó que el -Ulti-
mo de sus misterios conspiraba contra los mismos Pan-
tareas. Estos se esforzaron en vano para conservar un
resto de sociedad , y sostener su trono sobre las ruinas-del
de los Borbones , pues la secta no Labia perdido de vista
sus ulteriores proyectos. Ya Labia resuelto que los escom-
bros de los tronos y de toda sociedad civil habian de
acabar con los escombros de la propiedad de la iglesia;
luego desapareció la de los nobles que habian emigrado;
los que quedaron en Francia vieron que se les confis-
caron sus bienes, y poco despues los iniciados Bruis,
sard, Robespierre y los dos Julianos, dijeron que ya ¡rabia
llegado el tiempo de dar la mecerte á la aristocracia mer-
cantil, cosco se le /rabia dado 4 la noble. Ya habian
dicho en sus confidencias, corno Weishaupt en sus mis-
terios , que era preciso destruir el negocianismo ;.... VI?
.en donde ¡rabia muchos y grandes comerciantes , ¡rabia
tarnbien muchos pícaros, y que la libertad no porfia esta-
blecer su imperio (1). De aqui se derivaron los robos y


(1) Véanse las piezas que se hallaron entre los papeles de Robes-
pierre, y que se imprimieron por orden de la Convención, núm.
43. 75. 89. 707. etc.


CAPÍTULO brODIC1310. 549
requisiciones que han despojado á los ciudadanos y á
los mercaderes, como á los nobles y á los eclesiásticos.
Aun no fueron .


estos los últimos golpes que la secta que-
ria dar á todas las propiedades para destruir todas las
sociedades; léanse las proclamas que bajo el imperio de
los Pentarcas dirigió la secta á los pueblos, y cuya eje-
cueion eorria á cuenta de los iniciados Drouet, Babceuf
y Lagnelot.


Extracto de la Proclama al pueblo frances , hallada entre
los papeles de Babeenf.


Pueblo de Francia, tú has vivido esclavo y por lo
mismo infeliz, por el espacio de quince siglos. De seis
alias á esta parte respiras de algun modo con la espe-
ranza de la independencia, de la felicidad y de la igual-
dad. Siempre y• en todas partes se ha procurado entre-
tener á los hombres con buenas palabras; pero nunca ,
ni cn ninguna parte han logrado la cosa con las pala-
bras que la significaban. Desde tiempo inmemorial se
repite con hipocresía que los hombres son iguales; sin
embargo, desde tiempo inmemorial, la mas monstruosa
desigualdad oprime insolentemente al género humano.
Desde que hay sociedades civiles, se ha reconocido sin
disputa aquel derecho del hombre ; pero hasta el dia
nunca ha podido gozar de lo mismo que aquel derecho
le concede. La igualdad no ha sido otra cosa que una
hermosa, pero estéril ficcion de la ley. Hoy, cuando la
ha reclamado una voz mas enérgica, se nos responde:
Callad, miserables; pues la igualdad de hecho IZO es mas




testa quimera


uque contentaos con la igualdad condi-
cional


• Canalla (; no sois todos iguales ante la ley?
Que quereis Que queremos mas! Oid




reis mas?


ricos y propietarios, oid todos á vues-dtroare:,egzo.b rnantes,




550 /11STORIA DE L CONSPIRACION.
Todos somos iguales? Este principio queda sin con-


bien , pretendemos -vivir en adelante, ytestacion. Pues
morir como hemos nacido. Queremos la igualdad real,
ó la muerte. Esto es lo que queremos, y esta igualdad
real la conseguiremos, cueste lo que costare. lqfelices los
que hallaremos entre ella y nosotros ! Desgraciados los
que harán resistencia á una resolucion tan decidida ! La
revolucion jiancesa no es mas que la precursora de una
•evolucion mucho mayor, mas solemne, y que será la zílti-


nza!..... Se nos pregunta : que queremos á mas de la
igualdad de derechos ? No solo queremos aquella igual-
dad copiada en la declaracion de los derechos del hom-
bre y del ciudadano, sino que tambien la queremos en
medio de nosotros y en nuestras mismas casas. A todo
nos someteremos para conseguirla , aunque sea hacer
tabla rasa. Perezcan, si es necesario, todas las artes, con
tal que nos quede la igualdad real. Legisladores y gober-
nantes... propietarios ricos y sin entrañas, sabed que en
vano tratais de neutralizar nuestra santa empresa dicien-
do : No hacen mas que reproducir aquella ley agraria,
ya pedida muchas veces antes de ellos. Calumniadores,
callad cuando os toca callar, y en el silencio de la con-
fusion, oid nuestras pretensiones, dictadas polla natu-
raleza y establecidas sobre la justicia. La ley agraria
ó el repartimiento de las tierras, fue el voto instantáneo
de algunos soldados sin principios y de algunas colonias,
nzovidas mas por instinto que por la razon. Nos encami-
namos á una cosa algo mas sublime y mas equitativa,
esto es : al bien comun , rí á la comunidad de bienes. No
queremos que haya propiedad individual de las tierras.....
la tierra no es de alguno Reclamamos , queremos el
goce coman de los bienes de la tierra ; sus frutos son de
todos.— En fin ; desapareced irritantes distinciones de
ricos y pobres, de grandes y pequeños, de amos y criados,


CAPITULO DUOTYI:C1110.


de gobernantes y gobernados. No haya mas
los hombres que la edad y el sexo (1). »


Es cierto que los autores de esta proclama se han
apresurado demasiado á extender estas máximas; pero ya
se ve que usaron del mismo lenguage que el Gerofante
iluminado, y que el hombrerey de Weishaupt. Es cierto
que la Francia en aquella época no estaba dispuesta ,
para acomodarse á esta última conspiracion; pero tain-
bien es cierto que se enviaban iniciados á hacer la des-
cubierta ; que la secta los enviaba para reconocer el ter-
reno, y que sabia sacrificarlos siempre que se les frustra-
ban sus planes. Pero si Babceuf murió víctima de sus
misterios, aun viven sus cómplices; el terror que han
inspirado sus legiones han acobardado á los jueces de
Drouet, y á los mismos Pentarcas. Los iniciados espe-
raban ocasion mas favorable. Un descalabro solo des-
pues de tantos resultados felices, de tantos atentados
como se habian cometido contra la propiedad individual,
despues de la espoliacion completa de las primeras clases,
despues de haber robado á tantos ciudadanos , merca-
deres y negociantes, despues de haber despojado y arrui-
nado la nobleza y el clero; un solo descalabro, re-pito,
no basta para persuadirnos, que no llegará el dio en que,
considerándose la secta con fuerzas suficientes, reclamará
aquella libertad y aquella igualdad de hecho, que harán
desapareces todas las distinciones de los ricos y pobres,
de grandes y pequeños, de amos y criados , y de gober-
nantes y gobernados.


(1) Extracto de las piezas que se hallaron cutre los papeles de
RaLccrf, impresos de órden de la Asamblea,


55
distincion entre




552 nisTomA DE t.A. coNsrukáctos.
Conspiracion contra las artes y las ciencias.


Nos lisonjeábamos con que nuestras ciencias alejariari
aquellos tiempos de barbarie, aquella época en que se
vieran precisados los hombres á ir errantes , formados
en rancherías sin leyes y sin magistrados; pero las mis,
mas ciencias, como ya lo hemos visto en los misterios,
son los principios, segun la secta, de nuestras desgracias,
y de la imaginaria esclavitud de nuestras sociedades (1).
Si los hechos no lo demuestran; si tantos monumentos
del arte que se han destruido , casi en un momento ,
no manifiestan el concepto en que los jacobinos tienen
á las producciones del ingenio; si aun hay algunos res-
tos de pudor ó de veneracion aparente por los padres
de las letras, no crean los lectores que los iniciados se
avergüenzan de lo que han cometido sus vandálicosr.)
carantaliolas. El fuego y los aceros no han hecho mas
que apresurar los progresos, que ya celebraban antici-
padamente. No ha sido solamente Babteuf el que dijo:
Perezcan, si es necesario , todas las artes ,.con tal que nos
quede la igualdad real. Cualquiera sofista jacobino, por
poca que sea su sinceridad , no dejará de repetir en sus
confidencias lo mismo que dijeron sus legisladores en
las tribunas : ¿De que sirven los colegios, las académias,
y las bibliotecas? Se necesita por ventura de tantos estu-
dios y de tantos libros para adquirir la ciencia verda-
dera? dprendan los pueblos los derechos del hombre, y
sabrán lo bastante (a).


( 1) Léase el grado de Regente iluminado.(2) No tengo presente cual de los legisladores se produjo de
este modo desde la tribuna : pero á lo menos puedo asegurar, que
este era el lenguage del sofista legislador Raband de Saint-Eticmw en
sus juntas, y que algumas veces did este motivo á contestaciones bas-
tante acaloradas entre algunos literatos, en particular de 51. r Dad
ya al principio de la revolucion.


ctPirtuo
353Ya sé que nos hablan mucho de la magnificencia de


aquel muséo y de aquel instituto, con que la revolucion
parece que quiere resucitar las artes y las ciencias; pero
que acuda un sabio verdadero á este muséo : y ¿que des-
cubrirá ? al mismo tiempo que verá el gran conjunto de
latrocinios , pillages y robos , erigidos en trofeos, refle-
xionará y dirá : i con que estos hombres han sabido in-
sultar hasta la idea de toda propiedad , exponiendo al
público con tanto fausto el fruto de sus rapiñas y de
sus salteamientos! Despues de haber robado y destrozado
en Francia los monumentos mas preciosos del arte, cor-
rieron á robar los que tenian las naciones pacíficas del
Slunbra , del Escaldo y del Tibor. Despues de haberse
repartido entre sí el oro que han robado en su patria,
presentan al público el espectáculo de cuando han robado
á las naciones extrangeras por la que llaman patria. En
este templo de las artes se presenta el cadáver de la
difunta y asesinada propiedad, lo propio que en la es-
cuela de los iniciados, cuya intencion es que no le
sobreviva la sociedad. — Adelantemos. Este liceo nacio-
nal ¿que fin y objeto puede tener para el geómetra La-
place, para el astrónomo Lalande, para el poeta Chenier,
para el comentador del zodiaco %Ray, y para el histo-
riador de los montes Lametherie, que consagran toda su
ciencia á probar que Dios no existe. ? He aqui como la
secta se burla de sus propios trabajos. Ella sabe que ,
bajo el imperio del atcismo han de perecer la sociedad
y la propiedad , las artes y las ciencias. Poco se le da
que la mayor parte de los sabios se pare en el curso de
los misterios; está satisfecha con que le presten sus ser-
vicios, en el grado en que se hallan, ó en que se paran.
Ella tiene sus grados ulteriores; sabe que del solista yjacobino ateo nacen los jacobinos desorganizadores ; ve
á su prole en el liceo de los sofistas, laboriosos ateos, como.


TOMO
Ya




354 IIISTWILi DE L. coIssinscios.
en las legiones de Baboeuf y de Drouet. Todos tienen
sus principios, y todos son jacobinos. ¿Que le importa,
pues, que desechen con desprecio este dictado? Sabe
que no son los nombres, sino los principios los que for-
man sus discípulos. Si de estos los hay que se paran en
las primeras consecuencias, hay otros que descubren dis-
posiciones para admitir las últimas. A aquellos se les de-
tiene en los primeros grados, y á estos se les revelan los
últimos. misterios.


Progresion sensible de las maquinaciones y de los diferentes
papeles de los iniciados en la revolucion.


Poco se interesa la secta en que sus agentes sean sábios
estúpidos. Lo que le importa es que obren con arre-


glo á sus planes. En la revolucion francesa siempre ha
sabido variar los papeles que habian de representar; ha
sabido repartirles sus grados y dirigirlos siempre al últi-
mo término. Contra Dios tuvo á sus intrusos, á sus deis-
tas y á sus ateos. Se valió de los primeros para derri-
bar los altares católicos; de los segundos para derribar
los de los calvinistas, luteranos y de los que aun se te-
nian por cristianos; y de los tercerós para derribarlos á
todos, destruyendo todos los cultos. —Contra la monar-
quía tenia la secta sus Neckeristas, Fayetistas, Constitu-
cionales, Girondinos y Convencionales. Aqui la secta se
valió de todos sus recursos, intrigas y táctica para variar,
cambiar y graduar á sus prosélitos para llegar á la últi-
ma catástrofe. Aqui la historia descubre la fidelidad y
exactitud con que la secta cumplió su legislacion y pre-
ceptos. Sieyes dijo : morirá el tirano. Asi llamaba á Luis
XVI. Islecker le prendió y le entregó á la discrecion de
les conjurados de la tercera clase de los legisladores.
Lafayette , Bailly y sus constituyentes le recibieron en


CAPÍTtLO
este estado s


y solo le dejaron un cetro destrozado y sis
vestido de púrpura. Le abaffilonaron despues de haber-
ensebada al pueblo á que le trasladasen de Versalles á


Grékie ('), y de Varenne á las Tuillerías. Aqui le deja-
ron rodeado de los bandidos armados de todos los chu-
zos de la rebelion. Brissot y sus Girondinos, siguiendo
el camino que habia abierto Necker , y cine 'rabia ellas;
nado Lafayette , ya no tenian mas que hacer sino dar'
el último empuje al trono; se le dieron; le destrozaron,
y pasaron á Luis XVI de las Tuillerías á las torres delTemple. Aqui vinieron á prenderle los Robespierres, los
Pethiones y los Marats, y le llevaron al cadalso. En toda
esta serie de sediciones, de rebeliones y de traicioness
hasta que se consumó el regicidio, descubro muchos y'
diferentes actores; pero tambien los descubro igualmente
delincuentes. Todo tiene su origen de las mismas ma-
quinaciones de la igualdad y de la libertad. Todo ha
salido de las mismas cavernas de la secta. Todo es igual-
mente jacobino.


Los mismos principios y la misma graduacion de los
iniciados en los respectivos papeles que representaron
descubro en la conspiracion contra la propiedad y la so-
ciedad. La constancia de la secta fue la misma para lle-
gar al último- objeto que se habia propuesto. Los sofis-
tas irreligiosos de todas las clases despojaron al clero;
los sofistas populares envidiosos despojaron á la nobleza;
los sofistas bandidos despojaron á los ciudadanos comer-
ciantes y á los ricos; los solistas conquistadores hicieron
ostentacion de los despojos de las naciones, y los soles-
tas ateos rompieron el último vínculo de la sociedad.
Cada uno de estos por sí, solo habia admitido en parte
los últimos misterios de la secta ; pero los sofistas sal-


(*) Plaza pública de París en que se ejecutan los suplicios.
Z




ZSG DiSTORIA DE LA CONSPIRACION•
teadores los admitieron en su totalidad. Estos no quie-
ren reconocer propiedad era iglesia, no quieren que
la tengan los nobles, que la tengan los ciudadanos, ni
que nadie la tenga. En virtud de su igualdad , ninguno
ha de ser duelo de la tierra , y todos lo han de ser de
sus frutos. Ateniéndose á la libertad, Condorcet no quiere
obedecer á Dios, l3rissot no quiere obedecer á los reyes,
Babomf no quiere obedecer á la república, ni á los ma-
gistrados, ni á ningun gobernante. Y si preguntamos,


de donde han salido todos estos hombres iguales y libres?
no hay otra respuesta , sino que han salido de la misma
'caverna de los jacobinos; todos han sido educados en el
liceo de los sofistas y en las lógias de los misterios, y
todos son hijos de Rousseau, de Voltaire, de los vene-
rables de Kadosch y del Espartaco de Baviera.


Con estos delitos y atentados contra Dios, contra los
reyes, y hasta contra las repúblicas y -1116n-tos restos de
la sociedad , todo en la revolucion francesa manifiesta ,
que la secta , insistiendo en sus principios, dirige á todos
sus discípulos é iniciados y á todos los malvados de todos
los grados hácia el último término de sus conspiraciones
y de sus votos. Aun no ha podido lograr todos sus in-
tentos , y esperamos que nunca los logrará ; pero que
calcule el lector, si puede, todos los cielitos y todos los
desastres que ya ha visto la Francia, y con esto le será


- fácil proveer los que aun está meditando. Nadie olvide
que los mismos iniciados han dicho, que la revolucion


francesa no es mas que una precursora de una revolucion
mayor y mucho mas solemne. Para que las naciones esten
sobre aviso , quiero manifestarles en el último carácter
de esta revolucion , que á todas, sin excepcion , les ame-
naza con las mismas desgracias que ya ha experimen-
tado la Francia. La secta ha dicho en el secreto de sus
misterios, que sus proyectos no se limitan á un solo


CAPtT1;E0 Dronlcusio. 357
pueblo, sino que se extienden á todos. — Alegaré hechos,
y el lector verá que estos nos prometen lo mismo sobre
la extension y universalidad de la conspiracion , que lo
que dice el código de la secta.


V•••n ••n•n
•1 n


.11,1111,4/1•


•-n
•••• I.nn


CAPITULO XIII.


UNIVERSALIDAD DE LOS RESULTADOS DE LA -SECTA , EXPLICADA


POR LA GENERALIDAD DE SUS MAQUINACIONES.


Resultados de los Jacobinos.
[4.1
_ roas asombroso, y por desgracia el oras incontes-
table de todos los fenómenos de la revolucion francesa,
es la rapidez de sus conquistas en tina gran parte de
Europa, y con las cuales amenazaba absorber á todo el
mundo. Lo que mas admira es la facilidad con que los
ejércitos revolucionarios han enarbolado su bandera tri-
color, y plantado el árbol de su igualdad y libertad
desorganizadoras en Saboya, en la Bélgica, en la Holan-
da , en las riberas del Rin , en la Suiza, mas allá de los
Alpes, en el Piamonte, en el iliilanes, y aun en la mis-
ma Roma ( fr).


Para explicar estos tristes resultados, no


(*) Si el autor de estas memorias las hubiese escrito en este afilo,
¡ cuantas cosas habria podido decir relativas á las traiciones que
hemos visto en nuestra España en estos seis últimos t No faltará;


j
pluma que trasmita á la posteridad los progresos que ha hecho
acobinismo entre nosotros. (S. y Y).


Z 3




1


Job InswortiA. DE LA coNspnactox,
permitiré que se señoree de mí la preocupacion, Me
guardaré muy bien de atribuir todas estas conquistas y
victorias al influjo y misterios de la secta; reconozco que
algunas se deben al genio, al valor y al carácter de un
pueblo zeloso del honor de los combates y terrible en
sus choqueg , que en estos últimos tiempos se ha entu,
siasmado en sus operaciones de guerra á nombre de una
libertad ilusoria , asi como en otros tiempos se haba
entusiasmado en los campos de Marte en favor de su.
monarquía. Convengo en que la revolucion debe una
gran parte de sus triunfos á algunos de sus geles, dig-
nos por su valor y talentos de haber sostenido otra causa
mejor. Si les corresponde alguna gloria por haber mani-
festado en esta guerra la valentía que los distingue, per,
mitiré que los soldados franceses y sus gefes se coronen
de los laureles que rodean su gorro colorado. Les dejo su
gloria y los remordimientos con que la han adquirido,
haciendo por unos viles jacobinos y por sus tiranos Pen-
tareas lo que sus fieles y valientes antepasados hicieron
por Henrique IV y Luis XIV.


Singularidad de estos resultados.


Pero es indisputable, que en esta inmensa extension
de conquistas, hay una gran parte, y tal vez la mayor,
cuyos resultados no nos permiten buscar su orígen en
los prodigios del valor. Hemos visto gefes sin experien-
cia y sin mérito, que han desconcertado la sabiduría y
medidas de los héroes mas consumados en la ciencia
militar. Hemos visto hordas carmañolas y guerreros que
contaban pocos dias de milicia , que han entrado triun-
fantes en unas provincias, en las cuales no habian po-
dido penetrar con toda su disciplina las legiones aus-
triacas , húngaras y prusianas, instruidas en el manejo


CAPÍTULO DÍSCIMO-TERCIO. 359
de las armas, y educadas en los campos del honor por
generales los mas celebrados. A pesar del arte de los
Vaubans y de los Cohorns, las ciudadelas han abierto sus
puertas solo con presentarse estos nuevos vencedores ; y
cuando se han visto precisados á recurrir á las armas,
con una sola victoria, ó con una sola derrota han con-
quistado paises, que habrian costado veinte combates y
largas campañas á los Mareboroughs y á los Turenas.
Un nuevo prodigio hizo que los héroes jacobinos fuesen
acogidos corno hermanos en los pueblos vencidos , y que
sus legiones se multiplicasen alli mismo en donde cuales.
quiera otras habrian sido aniquiladas. Impusieron el mas
duro de todos los yugos; las concusiones, devastaciones,
sacrilegios y el trastorno de las leyes divinas humanas
señalaron todas sus marchas. Y aun la muchedumbre los
recibia con tales aclamaciones y vivas, como si hubiesen
sido sus libertadores.


Causa general de estos resultados.


Lo que acabamos de referir son unos prodigios, cuya
explicacion el historiador buscaria en vano en los ejér-
citos visibles de la revolucion. Para desenvolver este mis-
terio debo decir resueltamente, que la secta y sus Ma-
quinaciones , y las legiones de sus emisarios secretos pre-
cedian en todas sus expediciones á los ejércitos y á sus
rayos. La secta ya habia formado la opinion , cuando
envió á sus Pichegrus y sus Buonapartes. Los medios esta-
ban expeditos; y dentro de las fortalezas se hallaban los
traidores que habian de abrir sus puertas. Habia trai-
dores en los ejércitos enemigos, y los habla en los con-
sejos de los príncipes para hacer abortar todos los pla-
nes. Sus clubs subterráneos, sus lógias , sus sociedades
corresponsales, sus periódicos y sus apóstoles propagan-


51 4




:36o ,,,,,Ton , A DE LA coNsrxr,Acio:‹•
distas habian dispuesto al populacho y allanado los cami-
nos. Tiempo llegará en que cada nacion formará la his-
toria de sus respectivos acontecimientos; en ella se des-
cubrirán las traiciones de las cuales han sido víctimas ;
se manifestarán los nombres de los iniciados que habrán
sido castigados, y se harán patentes las precauciones que
se han visto precisadas á tomar para evitar sus maqui-
naciones. Para descubrir el origen de todos estos males,
quiero subir á aquel tiempo en que la revolucion fran-
cesa empezó á manifestarse,


Manifiesto enviado por el Grande Oriente de Paris.
Los iniciados de la libertad é igualdad revolucionarias


se habian refugiado en las lógias mazónicas. Al princi-
pio de la revolucion, del centro de estas lógias de Fran-
cia, que era el Grande Oriente de Paris, y en cierta ma-
nera el segundo areopágo de Weishaupt, salió un mani-
fiesto , que se dirigió á todas las lógias mazónicas y á
todos los directorios, con el encargo de hacer de él el
uso correspondiente acerca de los hermanos dispersos
por Europa. En virtud de este manifiesto, y en fuerza de
la fraternidad, «se invitó á todas las lógias cí confede-
rarse, á unir sus esfierzos para la conservacion de la
revolucion, á hacerle en todas partes partidarios, amigos
y protectores ; á propagar la llama, suscitar el espíritu ,
excitar el zelo y el fervor en todas partes y por todos los
medios que estuviesen en su poder. » No se puede dudar
de la realidad de este manifiesto , pues fue enviado á
Inglaterra, cuyas lógias, generalmente hablando , eran
las que estaban menos dispuestas al intento de los con-
jurados. El mismo maniiiesto se envió particularmente á
Alemania , y el emperador Josef 11 recibió un ejemplar,
firmado : Felipe. de Orleans (1).


(n) Aviso importante de Hoffmann tomo 1. seco,


CA KniLo Décrme-TEncio. 561


Efecto de este Manifiesto y concurso de los autores
jacobinos.


Ningun edicto de los, príncipes ha sido en alguna oca-
sion mas eficaz. Luego que el de la secta llegó á las lógias,
todos sus periodistas empezaron á celebrar la revolucion
y sus principios, y todos los escritores se conformaron
con aquellos. En Holanda , un tal. Paulus publicó sus
tratados sobre la igualdad; en Inglaterra Payne publicó
sus derechos del hombre; en Alemania Campe olió á luz
su ciudadano francos; Filon Iinigge se disponia á termi-
nar su carrera, excediéndose á sí mismo con la publi-
cacion de su profesion de fe politica (r); la fiaba tenia
á Gosani, y todas las naciones su patrono del pueblo
soberano. Estas y otras mil producciones incendiarias del
mismo género se distrilmian con profusion er;tre el popu-
lacho, y llegaban clandestinamente hasta las chozas. Pero
todos estos no eran mas que los medios generales de la
secta. Los que . no hacen caso de la opinion U error pu-
blico, se burlan de estos recursos revolucionarios; pero
los grandes conjurados saben aprovecharse de ellos. El
título de ciudadano (anees fue desde entonces para ellos
el de la mayor nobleza. Con este título recompensaron
á Carlyle á Tomas Pa;-ne, á Cramer , y á cuantos se han
distinguido por sus producciones incendiarias., Convida-
ron hasta del fondo de Alemania y asalariaron hasta á los


(a) Solo con este escrito seria fácil probar,- que si Filos Knigge
se separó en la realidad de la orden de los iluminados, á lo Mea
nos continuó en propagar sus principios. El que desee una prueba
mas evidente, la hallará en su elogio histórico, que compuso el apo-
logista de Robespierre, esto es, el célebre jacobino Jorge Federico
Relimann. Véasesu escrito titulado Sehildwachte (.centinela) tomo r.
art. Knigge y art, Francia pág. 89.




562 HISTORIA DE EA. COKSPIRACION•


mas viles escritorcillos, pero todos iluminados fanáticos,
como lo eran Oimis , Dorsch y Non , para que en Paris,
y bajo su direccion , fuesen redactores de los periódicos
que destinaban para llevar á la otra parte del Rin el
entusiasmo de su revolucion. Se rodearon de Leuchsen-
ring, de Rebozann, y de Hoffmann, distinto en todo
del otro hoffman autor del Aviso importante, enemigo
declarado de todos los revolucionarios , en particular de los
iluminados, y de muchos otros discípulos de Weishaupt,
que halan acudido á aquella capital para tramar las trai-
ciones que habian de facilitar y extender sus conquistas
por aquellos paises, en donde ya los otros iniciados iban
formando la opinion. Conocian tan bien los efectos de
esta sobre los pueblos, que para lograrla por medio de
sus propagandistas , por sus periodistas y por sus escri-
tores , halan ya extraido en el primer año de sus incur-
siones treinta millones del tesoro público, á los cuales
se deben añadir veinte .y un millones mas , que en el iílti-
rno año entraron en las cuentas de sus gastos, y que todos
se hacian para facilitar los mismos medios y allanar los
caminos á sus ejércitos (1).
Manejos que prepararon las victorias de sus ejércitos en


lenzanicr.
En efecto ; sigamos estos ejércitos y combinemos su


marcha con la de la secta propagadora y con los movi-
mientos de sus apóstoles. Sigámoslos en Alemania ,
en la Bélgica, en Holanda , en España y en todas sus
conquistas , y miremos si la revolucion debe menos á
los ejércitos subterráneos , que á las legiones y á los rayos
de aquellos héroes carmañolas. El general Cristina, que


(i) Sobre los treinta millones, véanse las memorias de llumourier.
La noticia de. los otros veinte y uno, háse adquirido y sabido por
nno de los diputados que el directorio destinaba al destierro.


CAPiTULO DLCIMO-TERCIO.
363


por sus conquistas se presentaba con tanto orgullo, era
justamente el que podia prometerse menos éxito, por
cuanto no tenia ni la intrepidez ni aquellos talentos que
caracterizan á los grandes capitanes; sin embargo en
su primera campañ a


revolucionaria admiró á la Europa
con la toma de Espira , de Worms, y principalmente de
Maguncia; pero que sepa la Europa en donde se pre-
pararon estas conquistas, y á la admiracion sucederá la
mas justa indignacion contra el club de los traidores,
iniciados de Weishaupt. Condoreet, Bonneville y Fou-
chet habian distribuido en departamentos la correspon-
dencia de sus propagandistas; Estrasburgo fue el centro
que reunia los iniciados franceses con los de Alemania.
En esta parte del Rin y en la misma Estrasburgo se dis-
tinguieron los gafes de las lógias iluminadas Stanzni y
aquel hermano, cuyo nombre de guerra era Hierophilo,
mientras esperaba que la Alsacia, con mas justo título, le
diera el sobrenombre de guillotinador , lo mismo que
á Dietrick su cofrade en el iluminismo. A la otra parte
de las fronteras estaban los iniciados corresponsales por
Worms y Espira : el ministro de Calvino Endemonie;
el síndico Peterson , ó bien cl Belisario de Weishaupt; el
canónigo Schweckard, ó su Cirilo de Alejandría; A-cele/el;
su Zeizon de nrso ; Janson, su Lucio de Ápuleya ; Hi lacra,
su rirgi ; el canónigo 7F-incide/izan/e, y sobre todos
Balaner, profesor en Worms. Estos iniciados estaban
en perfecta inteligencia con el club de Maguncia, esto
es, con aquellos mismos á. quienes estaba confiada de
un modo especial la defensa de esta ciudad, que eran
Eickenmayer,


, coronel de ingenieros, Metternich , Benzel,
Kolborn , redekind , Blau , harlfer , Forster , Ilaupt y
Nimis. Siento mucho verme en la p•ecision de manchar
las páginas de esta historia con unos nombres tan asque-
rosos; pero es preciso presentar las pruebas, y entre estas




564 fiLST01111 DE LA CONSPOIACION•


hállase la ruanifestacion de los nontbres de los mas viles
conjurados , que por otra parte ya son bastante cono-
cidos (I)•


Ya había mucho tiempo que todos estos iniciados se
ocupaban en someter á los jacobinos Maguncia, y toda
la ribera del Rin ; en disponer á los ciudadanos y á los
paisanos -á la revolucion , valiéndose incesantemente de
mil elogios por medio de sus emisarios. El edecan de
Custine, que se hizo su historiador, refiere, que, luego que
este entró en campaña, puso su confianza en aquel ,Starnm,
famoso prosélito de Estrasburgo. Bien presto una dipu-
tacion de los principales iluminados convidó á Custine á
penetrar en el pais, asegurándole que llenaría los deseos
del mayor mímelo de los habitantes. Aíiadie,ron , que si
desconfiaba de los medios para vencer las dificultades
aparentes , le podian asegurar , que ellos y sus amigos
tenían bastante poder para prometerle, que se vencerian
todos los estorbos. Aiiadieron, que ellos eran los órganos
de una sociedad' numerosa, en nombre de la cual le pro.
metieron todos sus sacrificios y la plenitud de su zelo para
contribuir al logro de 702 éxito feliz (2). Al frente de esta
diputacion brillaba sobre todos el iniciado &eh/mi', quien
con su cofrade Stanzyt se lucieron los principales con-
fidentes del general. Estos, auxiliados de todos los her-
manos diputados , dirigieron todos los movimientos del
ejército cormairiola , y les entregaron la plaza de Worms.
Despues querian llevarle á Maguncia ; pero Custine no
se atrevia sí tan grande empresa, Insistieron los diputa-
dos y aun le ecisaron; y , resolviéndose al lin , se pre-
sentó su ejército á la vista de aquel baluarte de la Ale-
mania. Al solo aspecto de sus murallas, volvió á atento-


. rizarse Custine; pero luego le reanimaron los hermanos,


CAPÍTULO DICIMO – TERCTO. - 565
asegurándole el éxito y dictándole la intimacion que
liabia de hacer al general Gintnich. La respuesta que
este le olió, le hacia pensar en retirarse, aun antes de
haber comenzado el ataque; pero á la siguiente noche
una carta de los hermanos de Maguncia cambió su in-
quietud en confianza. Esta carta se dirigió al hermano
iluminado Ballaizer, , y en ella se le (lesna , que el amigo
que poseia la confianza del comandante estaba decidido
á valerse de todos los medios para persuadirle que era
imposible defender la plaza ; que los hermanos •abian
persuadido lo mismo al vecindario, y que bastaba aiia-
dir nuevas amenazas á la primera intimacion. Custine,
obedeciendo á este impulso, tomó el tono de un ven-
cedor, que se disponía á dar un asalto general, y que
entregaría la ciudad al pillage y á todo el furor de la
soldadesca. El iniciado amigo , que era aquel Eseken-
mayer, , coronel de ingenieros, que era ducho de la con-
fianza del comandante Gimnich, y el bacon de Stein,
enviado de la Prusia, unieron sus votos para demostrar
en el consejo la imaginaria imposibilidad de resistir á
un enemigo, que ni siquiera tenia medios para atacar,
y que estaba del todo resuelto á retirarse por poco que
se le hubiese resistido. Entretanto los otros iniciados
consternaban á los ciudadanos. El valiente capitan


_duda-
j ar con sus mil y cien Austriacos resistia á toda capi-
tulacion ; pero ya estaba firmada. Custine con un ejér-
cito, que solo se componía de diez y ocho mil hombres,
y sin artillería de batir; Custine, que tercia que una fuga
precipitada no bastaria para cubrir su retirada, se ,vió
dueño de la plaza , sin disparar un tiro, y cuando el
solo aspecto de sus murallas le había atemorizado. De
este modo se conquistaban las ciudades en donde domi-
naba la secta (t).


(s) El mismo, tomo 5. 92 y siguientes. 'Véase la historia(u) Hoffmann , Aviso 1;0/M'U!: secc. 15.
(2) Memorias de Custine, torno 1. pág. 46 y 47.




de la revolucion por Fantin-Desodoard, ciudadano francos, tomo
lib. 2. núm. a5. etc.
(t) Apéndice al destino de la franc-mazonerta pág. 17 y memo-


rias etc.


eAtirt1.0 Dk:e1MO-TErte10.
367


bien acogidos. Aqui combinaron con los Pentarcas los
medios para reconquistar aquella ciudad , cuyos muros
parecian poco accesibles á todos los Custines de la revo-
lucion. Pero la Europa supo con admiracion, que Ma-
guncia y cuanto habian perdido los ejércitos revolucio-
narios de la otra parte del Rin, Babia sido reconquistado.
Al principio se le dió á este territorio el nombre de Repú-
blica cis-resana; pero poco despues pasó á ser un sim-
ple departamento de la República parisiense. Todo esto
fue obra de los discípulos de la secta Metternich, Bceh-
mar,


, Hoffmann, Dorsch y liebinann, á quienes recom-
pensó la misma secta, porque con su arte de las lógias
de Weishaupt habian logrado lo que los Pentarcas no
podían esperar de sus héroes. A Metternich le hicieron
comisario directorial de Friburgo; á Hoffmann receptor
general del Rin, cada uno con el sueldo de cincuenta
mil libras, y á Rehmann le hicieron primer juez cis-
renano. A estos conjurados se unieron el iluminado Kern-
pis , consejero íntimo del elector de Colonia, y los demas
cofrades del iluminismo, el profesor Gerhard, el abogado
Wattelfal y el artista Conrad ; y para que todo el mun-
do sepa con que sugetos se hacen las revoluciones, nom-
braré al sastre Brizen , al remendon • Theissen , al dro-
guero Flügel, al peluquero Broches, y al tabernero liho-
cijas (a).


Conspiracion que entrego' la Bélgica á los jacobinos.
Otras nuevas maquinaciones de la secta llamarán mies..


tra atencion hacia Alemania. Por ahora nos detendre-
mos en mirar á Dumourier que triunfa en Verla) del
héroe estacionario , y que con un vuelo pasa á posesio-
narse de la Bélgica. Dejemos en un abismo insondable


(a) Memorias sobre Maguncia.


366 ntsroail DE LA coNsruacioN,
Despues de esta conquista puede el historiador seguir


los pasos de Custine y de sus sucesores, cuando marcha..
ban contra Francfort , y encontrará cerca de esta ciudad
el principado de Isembargo. Aqui descubrirá el modo con
que la secta sabe proteger á sus inicidos. En los alre-
dedores de este principado , lo habian talado todo los
ejércitos carmañolas; pero estos respetaron á L'embargo:
El caso es, que el iluminado Pitsch era presidente del
consejo de los hermanos de. este principado. Este con-
sejo comunicaba á aquel ejército todas las instrucciones
de que necesitaba para dirigir su marcha ; y trasformado
de este modo isembuigo en un santuario que mereció
ser respetado de los mismos salteadores, nadie se le acer..
có ni siquiera para el pillage. Pero sucedió, no sé por-
que motivo , que el consejo iluminado con su presidente
Pitsch desaparecieron , y desde este momento cambió la
escena ; se talaron todas las fértiles campiñas de Isem-
hurgo , por cuanto ya no tenia protectores contra los
males de los carmañolas (i).


Conspiracion para la República cis-resana.


Los ejércitos tienen sus vicisitudes, y el de los carma-
ñolas fue echado de Maguncia. No por esto se alteró
la union entre los hermanos , y los nuevos servicios que
iba haciendo la secta proporcionaban á la revolucion
ulteriores progresos. Algunos de los iniciados, que ha-
bian sido tan fieles á Custirze, se ausentaron por algun
tiempo de Maguncia ; pero volvieron á entrar en esta
ciudad, y otros pasaron á Paris, en donde fueron muy




368 insTomá DE LA CONSPIIIACION.
aquellas maquinaciones que le concedieron mas tiempo
para reunir sus legiones extraviadas, del que necesitaba
el ejército victorioso para llegar á las murallas de Paris
y libertar á Luis XVI. Guardémonos principalmente de
asociar el duque reinante de Bruswick á los iniciados de
Weishaupt, pues sé que los detesta , y sé tambien que
Federico Guillermo Ill ha sabido demostrar con rasgos
de valor, que si ha podido ser objeto de la burla de
otra especie de iluminismo, ha sido franco y leal en la
guerra que ha hecho á los jacobinos desorganizadores;
pero ello es, que los consejos se subordenan á los cOn-
sejos. Biseltofs-Werder se hallaba entonces en Berlin ;
Lucltesini tenia sus inteligencias; habia iniciados en los
tribunales; su influencia era muy poderosa , pues la secta
ya habia dicho Que ella era mas Inerte con sus tribu-
nales que con el mismo principe. Dejando que el tiempo
resuelva el enigma de ver á un ejército que se retira ,
al mismo tiempo en que todo el inundo esperaba la
noticia de sus últimos triunfos, parémonos á rasgar á
lo menos en parte el velo que no nos dejaba ver sino
al héroe de Gemmappes en Dumouder, , seriar de la Bél-
gica. Tampoco se ha de creer que fuesen todos suyos
los laureles que le coronaban. Los iniciados conspira-
dores han hecho , sin comparacion , mas por él que por
sus ejércitos, y Londres tuvo mas influjo en su conquista
de los Paises Bajos de Austria , que Gemmappes.


La secta tenia sus lógias en el Brabante, y rander
Nopt, que se hallaba en su secreto, lel ofreció toda su
proteccion . Ya sabia el aspecto con que los hermanos
prcsentarian la revolucion francesa, para que el pueblo
la desease. `Cambien sabia de que lógias habian salido
las proclamas, con que la asamblea de Paris convidaba á
los pueblos á tomar posesion de la igualdad y libertad
revolucionarias. Vender Noot se hallaba entonces en


Londres


CAP1TULO nUimo-TErtcio. 359
Londres con el nombre de Gobelscroix, y en calidad de
emissrio del club de Paris, entendia en otras maquina-
ciones con Chauvelin , Perigord d'Attun, Noé], Bona,
y otros ocho iniciados encargados de revolucionar la In-
glaterra. Van der Noot tenia confidentes á quienes él
no conocia, pero que le conocian ; se le escapó el secreto,
y se descubrió el misterio , como paso á referir. Una
gran porcion de Belgas, á pesar de sus altercaciones y de
la guerra que tenias con Josef II , en nada pensaban me-
nos que en someterse al yugo de la revolucion francesa ;
pero tambien la secta allí tenia sus partidarios. Estos se va•
lieron de todos los artificios para persuadir á aquel pueblo,
que el único medio de recobrar sus privilegios era el de
unirse á los Franceses. c Yo conocia estas disposiciones,
decia Van der Noot á sus confidentes, y apenas supimos
lo que habia pasado entre el duque de llrunswich y Du-
mourier , cuando inmediatamente escribimos á Paris y
al ejército. El correo nos trajo el proyecto de la catn-*
paila , y una copia del manifiesto que Dutnourier habia
de publicar al entrar en los Paises-Bajos. A este le he
visto impreso, con el plan que Custine habia seguido en
sus exacciones por Alemania. Ya preví que hacia inií-
tiles todos los esfuerzos de nuestra gente, y que solo
serviria para reunir los Belgas contra la Francia , en lugar
de que si se querian seguir mis ideas , segun los cono-
cimientos que yo tenia de este pueblo y de sus disposicio-
nes, me atrevia á asegurar, que cooperaria á las invasio-
nes y que estas tendrian los mas felices resultados. Habién-
dome entonces convidado Chauvelin y Noéi, extendí y
envié inmediatamente á Paris el plan que se habia de
seguir, y la proclama que se habia de publicar segun
los conocimientos locales y experiencia que yo tenia.
Todo se adoptó inmediatamente. Dumourier ni siquiera
cambió una sola palabra del manifiesto que yo habia


Torno 117. Aa




3Go 111STOEI.1 DE 1.1 CONSP1EACION.
escrito en Portman Square. Ganado el pueblo por pues_
tros agentes y por este manifiesto, se entregó á nosotros,
y la Flandes fue conquistada.» El lector no debe exigir
que yo le nombre los sugctos á quienes se hicieron estas
confidencias; pero le puedo asegurar que llegaron á noti•


por alguncia de unos ministros , cuya sabiduría sufrió
tiempo en Londres á Van der Noot, á Noel y domas
cómplices suyos , observándolos siempre, hasta que los
enviaron á conspirar á otra parte y á tramar los medios
para ganar los pueblos con fingidas promesas, ya que
tensan sus ejércitos.


Conspiracion que les entregó la Holanda.


A la conquista de la Bélgica se siguió la de la Holanda,
y aqui principalmente se pasmó la Europa al ver que
tantas fortalezas formidables abrieron por sí mismas las
puertas á los vencedores carmaholas. Pero tambien es
preciso aqui bajar á los subterráneos de la secta, para
descifrar el enigma de sus trofeos. Weishaupt ya desde
el alto de 1781 tenia sus apóstoles en Holanda (t); estos
no solo proporcionaban sumas inmensas á los iluminados
de la Alemania, sino que les iban proporcionando los
mayores triunfos. Ya el Stathouder ha experimentado su
habilidad en aumentar las facciones y las sediciones. La
revolucion francesa aumentó las esperanzas de los inicia-
dos, y estos redoblaron sus esfuerzos, pues el Brabante ya
se 'labia entregado por segunda vez á los jacobinos. Ea
vista de esto , los Ingleses se reunieron para sostener á lo
menos la libertad de esta república, su antigua aliada;
pero fueron inútiles sus esfuerzos, pues la Holanda no
quiso gozar mas de aquella libertad que caracteriza al
ciudadano , sino que quiso la que exigian los jacobinos.


(t) Escritos originales , relacion de Filon.


CAPÍTULO DÍ;CIMO.TERCIO. 361
La lograron; los hermanos de Paris dieron la ley á Ams-
terdam y se burlaron de sus riquezas ; se destruyó su
comercio ; perdió sus colonias; dejó de tener represen-
tacion entre las potencias , y pasó á ser la primera
esclava bajo el yugo de los Pentarcas franceses. Poco
se les dió que llegase Pichegrú; la república ya le habia
llamado con todos sus votos , y los defensores de la ver-
dadera libertad .ya pensaban en retirarse , pues el pais
que protegian estaba lleno de emboscadas y de cons-
piraciones, que todas se dirigian contra ellos y en favor
de la revolucion. La secta en Amsterdam no tenia me-
nos de cuarenta clubs, y cada uno de estos contaba con
cerca de docientos revolucionarios. De los escogidos
de estos clubs se habia formado la junta central de comi-
sion , y la oficina de la correspondencia con los herma-
nos del interior y de afuera de la república. Sobre todos
estos, y á imitacion de los areopagitas de Weishaupt, estaba
el supremo consejo, compuesto de los iniciados consu-
mados y de varios geles, cuyas resoluciones se enviaban
á los hermanos dispersos. Sugetos, que, como emplea-
dos dehian trabajar en favor de la causa pública, se intro-
dujeron en aquellos clubs, en calidad de asociados, para
averiguar las maquinaciones; pero los escudriñadores de
Weishaupt, que en Amsterdam como en Munich, sabian
cambiar de lenguage , se burlaron de ellos, y habién-
dolos conocido, solo se les permitió el espectáculo de
admitirlos á sus primeros clubs, reservando los otros
para los que, despues de las pruebas mas rigurosas ,
manifestaron una total adhesion á la igualdad y libertad
jacobinas.


Leyde tenia sus diputados en el club central, y tanto
los clubs como los hermanos eran , en proporeion, en
mayor número, y aun mas facciosos que los de Amster-
dam. Los iniciados de Utrecht excedian á los unos y á los


Aa




Tly


56a HISTORIA DE LA CONSPIRACION.
otros en genio revolucionario. Si la vigilancia del go,
bierno y la proximidad de los ejércitos les echó de sus
clubs , sus gefes se reunieron en las casas de campo, y
las deliberaciones que aqui tuvieron aumentaron la cons-
piracion del areopago de Amsterdam. Parecia que Roter-
dam se mantenia neutral; pero ya se sabe que la neu-
tralidad es un jacobinismo que solo espera el momento
favorable para decidirse. El ministro é iniciado illareux
apenas va contaba en Nearden una cuarta parte de ciu-
dadanos, que resistiese á su apostolado. El comisario
dislarn no permitia que en Harlem hubiese ni siquiera
un ciudadano, que no estuviese adherido á los iniciados
de Amsterdam (a).


Los iniciados de la convencion , para dirigir la marcha
de estos facciosos y de todos los hermanos repartidos en
las otras ciudades de Holanda, tenian en Amsterdam un
ministro secreto, que era el iniciado Malabar, y este
tenia por comisarios á los llamados I n drchevéque y diglam.
Malabar, que habia merecido la confianza de los fac-
ciosos que se iban disponiendo á hacer traicion á su
patria , y que tambien 'labia merecido la de Pichegrú
que la dehia conquistar, solo se deseuhria en el arco-
pago de los conjurados , y aqui dictaba sus decretos.
L'Archev¿Ique y Fresine eran los intermedios, por los cua-
les se comunicaban los resultados al gefe de los con-
quistadores. Aiglam , en Amsterdam y en Harlem , era
el intendente de los arsenales subterráneos, de donde
los hermanos podian tomar las armas en el momento
convenido. Si para esto necesitaban de la proteccion de
los magistrados , contaban con un tal Dedelle, que era
iniciado y Burgomaestre (primer magistrado ) á un mis-


( i ) Extracto de una memoria secreta sobre el estado de la Holan-
da, pocos meses antes de la invasion.


capíTuto niletmo-rEncio. 363
mo tiempo. Para acudir á los gastos de la revolueion,
tenian, principalmente en las casas de comercio, las arcas
de Texier, de Comiere y de Rottereau, y contaban tam-
bien con los tesoros y ardor revolucionario del judío
Sportas. Entre los clubistas se distinguian los iniciados
Gulcher y Lapeau, como entre sus armeros Latour
P


Tambien necesitaban los conjurados de aquellos
entusiastas, tan queridos del populacho , cuya elocuen-
cia poseen. En Amsterdam, tanto corno en Maguncia y
Paris, eran sus oradores de plaza Ternzarche, Lekain ,
Nüllner, Schneider y otros muchos. Calcularon sus fuer-
zas, y hallaron que no bajaban de lo mil hombres, todos
dispuestos á reunirse para marchar al frente del ejér-
cito carmafiola, y poner entre dos fuegos al ejército de
los aliados, ó .de las legiones que habian perseverado
fieles á su constitucion y á su gefe. Solo les faltaba un
general capaz de dirigirlos; pero los hermanos de Paris
suplieron esta falta, enviándoles su general Eustache.


En este estado se 'hallaba esta conspiracion tan bien
tramada , cuando la descubrió la sabiduría del duque de
York y del ministro ingles. Sus agentes la manifestaron
al gobierno holandes , y este hizo captura de Malabar,
que era el héroe de los misterios, de Latour, de Fle-
zinc, de otros treinta conjurados, y del nombrado gene-
ral Eustache. Con esto respiraron los verdaderos ciuda-
nos y pensaron haberse librado de aquel azote jacobino.
Pero ya los magistrados han llegado á conocer, hasta que
punto ha llegado la audacia de la secta. Con públicos edic-
tos se prohibieron las juntas de los clubs , bajo de cual-
quiera pretexto; pero los iniciados tambien publicaron
los suyos con que descaradamente se opusieron á la ley..
Con estos edictos convidaron á sus prosélitos á armarse,
y á sacrificar su vida antes que abandonar los clubs. En
vista de esto el general ingles pidió, que le remitiesen los


Aa 5




364 nISTORIA DE LA coyspiaicioN.
iniciados presos, para asegurar sus personas ; pero fue
en vano. La secta tuvo bastante poder para lograr que
el ministro de los Estados-Unidos reclamase la persona
de Eustache , bajo el pretexto de que era Americano. Los
otros fueron juzgados, y se les condenó á destierro pre-
cisamente en unas ciudades , que pechan llamarse los
puestos avanzados y por las cuales ya estaba avisado el
ejército jacobino que habia de entrar. Nimega , Utrecht,
Willelmstad, Breda , Gorctun , Bergopzoon y Amsterdam
fueron tomadas, como lo {labia sido ISIaguncia. Si su
vencedor no tiene otros títulos á sus laureles , puede
decir tan bien como Custine y Dutnourier : he venido,
he visto, y he vencido : porque en lugar de hallar sol-
dados contra quienes habia de pelear, solo halló inicia-
dos á quienes abrazar (r).


Medios secretos de sus conquistas en España.


Es preciso descubrir otros medios de que se valió la
secta para lograr sus triunfos en España, El valiente &car-
do recordó á los Españoles su antiguo valor. Amenazó
de que trataria á los jacobinos, hechos prisioneros, del
mismo modo que los ejércitos de los rebeldes franceses
tratarian á los emigrados que harian prisioneros; esta
leccion dada á los aliados bien inútilmente, pues no por
esto incluyeron despues en sus capitulaciones á estas
desgraciadas víctimas de la revolucion , fue seguida muy
pronto de la muerte del intrépido Bicardo. Los Fran-
ceses, bien instruidos por sus emisarios, se apresuran á
llegar delante de Figueras (2) , y encontraron esta for-


(a) Alli mismo.
(a) Entregó esta fortaleza por traicion á los Franceses su gober-


nador ...ladres de Torres, bien conocido en la secta por su segundo
nombre de Redeleon, muerto ya Ricardo, grande enemigo de aque-




CARÍTULO 011E1)10-TERCIO. 365
taleza, reputada justamente como el baluarte de la España
por esta parte, casi desprovista de todo medio de defensa;
esta y otras muchas se rindieron , al presentarse sus legio-
nes, con la misma facilidad, y gracias á los mismos me-
dios, con que les abrieran sus puertas las de Holanda.


Proyectos de la secta en Portugal.•


Los iniciados de la secta aun no se atrevian á esta-
llar en Portugal; pero, podrá ser que algun dia des-
cubra la corte la correspondencia que se encontró entre
los papeles del Brabazon Segre. A este propagandista le
hablan asegurado en las cárceles de Lisboa; pero, acor-
dándose sus cofrades de que un verdadero prosélito debe
quitarse la vida antes que manifestar sus cómplices, lo
que el mismo tenia muy presente, trataron de introdu-
cir un colchon , avisándole que en él iba escondida una
navaja de barbero. Poco tardó en hallársele nadando en


lla no sin vehementes sospechas de veneno. El precio convenido
por la traicion fue un millon de libras tornesas , que se le pagó
en Paris eu papel, y cu yo valor fuera solo de 48,000 libras,
habiéndose quejado de esta superchería , se le guillotinó sin m;s.
ceremonia. Su traicion puso la España á discrecion de los revo-
lucionarios franceses, quienes nos vendieron poco después bien
caro la paz de Basiléa , y nos legaron con ella una gran parte
de sus anárquicas doctrinas , que tantos partidarios han tenido
entre nosotros. El tiempo los va descubriendo , en el momento
que escribimos esta nota : (Junio de /814) : pero estos, con el
medio minen de esclavos del jacobinismo , que yacen por esos
campos dc la religiosa España , manifestarán á la posteridad que
los Españoles del siglo XIk no han degenerado de sus abuelos.
Ahora mismo recibo noticia de que ya se ha prendido á muchos
espurios españoles, que querían reengendrarnos á lo jacobino. Toda
la nacion espera con impaciencia el exterminio de estos agentes
de Napoleon. ¡Cuando llegará el momento tan deseado en que
nos veamos libres de estas vívoras !.. (S. y Y).


Al 4




366 CUSTODIA DE LA corisrmetol.
su sangre, sobre el mismo colchon. Se supo que sus
maquinaciones se dirigian , como todas las de la secta ,
á trastornar el estado y acabar con t oda la familia real.
Se a ñade que , entre los papeles de este conjurado , se
halló una correspondencia seguida con el príncipe de la.,
Paz ('): que, sabiendo el ministro de España que Segre
estaba preso, se apresuró á reclamarle; pero que el de
Portugal respondió : ya que Dios ha preservado á este
reino del mayor peligro á que nunca ha estado expuesto,
su magestad fidelísima se reserva tratar este negocio con
su magestad Católica. Pero aunque hubiesen constado
todas estas circunstancias , poco se habria adelantado.


¿Quien ignora los recursos de los iniciados? Estos algunas
veces solicitan de los ministros comisiones políticas , y,
contando con su proteccion 1 continuar las maquinacio-
nes que les ha encargado la secta. Basta haber mani-
festado, que ella conspiraba en Portugal del mismo modo,
que segun las noticias públicas, conspiraba en Turin y
en Nápoles. Respetemos los secretos de las cortes que
han ocultado todos los pormenores, y apuntemos sola-
mente la de Nápoles.


( k ) Esta cita fue el único motivo con que se prohibió la intro-
duccion y circulacion de estas memorias. El tiempo ya ha descu-
bierto que Godoy ha seguido otras correspondencias , que han
sido tan fatales á la nacion. Si en aquella época se hubiesen hecho
las correspondientes averiguaciones, es de creer que se habrían
evitado muchos males. Pero los que han visto el ningun efecto -
que produjo la representación, que nuestro. monarca Fernando VI[
hizo en 5807, cuando aun era príncipe de Asturias , á su padre
Carlos VI , no se admirará de que no sé tratase aquel negocio con
la debida seriedad. — Lea el curioso esta representacion , que se
imprimió en Valencia en la oficina de José de Orea, i80S.


( 5. y; y).


CAPÍTULO DÍIC1MO-TERCIO. 367


La de Nápoles.


Esta corte mandó formar proceso á los reos ; ya sehabian a dquirido todas las pruebas, y por orden de su
soberano las habia reunido y extendido un magistrado
de un mérito y probidad tan conocida , que Luis XVI
le tenia destinado al ministerio de policía de Paris. Este
era el sea« Rey. Su resultado descubrió principalmente
el error de muchos grandes, quienes no sabiau , que tras
las maquinaciones á que se prestaban contra la familia
real, }labia otras de las cuales ellos habian de ser víc-
timas. No obstante el rey y la reina de Nápoles mas
han querido demostrar su clemencia con los principales
cómplices y conservarles la vida en las cárceles, que en-
viarlos al cadalso despees de un juicio público. Pero
las circunstancias que la política pensó que debía ocul-
tar en las tinieblas, no han dejado de manifestar la inten-
cion general de los conjurados.


Proyectos de la secta en toda Italia , y en los ejércitos
de los Príncipes.


La secta, siempre llena de proyectos, se encaminaba
con pasos mas triunfantes hacia Milan , Venecia y Roma.
Sus ejércitos entraron en Italia con Buonaparte, aun mas
desprovistos de los medios ordinarios para conseguir vic-
torias, que los de Custine en Alemania; pero vió nume-
rosas legiones que se alistaron en sus banderas v aumen-
taron su tren militar. Exceptuando solamente Mantua ,
todas las orillas del Pó estaban ya dispuestas á la revo-
lucion como las del Rin. Si aun fuese necesario expli-
car la facilidad de estos triunfos, bastaría acordarse de
los apóstoles que \Veishaupt habia enviado á aquellos




36S HISTORIA DE LA CONSPIRACION•
paises, y de los resultados que le prometia Knigge, y con
que se felicitaba el iniciado Zimmermann. Las lógias
mazónicas de Italia estaban iniciadas en los últimos mis-
terios corno las de Alemania, y con esto ya se vé, que
los triunfos de Buonaparte en nada son superiores á los
de Custine en Maguncia. Si fuese necesario explicar
como el valor del príncipe Carlos y de todos sus solda-
dos se paralizó en cierta manera á presencia de los
carmañolas, y como toda la superioridad de los puestos
se volvió inútil , á pesar de la sabiduría de este prín-
cipe, que era digno de mandar á héroes, bastaria decir
que hasta el ayudante general Fisclier fue acusado de que
cada mes recibia de los Pentarcas mil luises, y que como
verdadero iniciado acudió al patet exitus de la secta, en-
venenándose, para no verse en la precision de declarar
el número y calidad de sus cómplices. Y tambien bas-
taria decir , que la secta ya habla distribuido sus dis-
cípulos, tanto en los ejércitos como en los tribunales,
para que la auxiliasen con sus traiciones cuando llegase
el tiempo del decretado trastorno, aun bajo las banderas
mismas de los reyes.


Proyectos de la secta en liorna.


Es preciso manifestar lo que atrajo á Roma los ejér-
citos revolucionarios. En esta ciudad ni siquiera 'labia
apariencias de resistencia, que se hubiesen de vencer.
Aqui un Pontífice octogenario solo levantaba las manos
al cielo, para pedir la paz y hacer felices á los fieles de
quienes era el padre comun. Aqui todas las virtudes y
todos los sacrificios, exceptuando únicamente el de la
fe, solicitaban en su favor el respeto y la admiracion,
hasta de los corazones mas bárbaros. Lo sabia Buena-
parte, y aparentó que quería tener parte en esta vcne-


CAPíTIILO D'ECT110-TERCIO.
369


racion ; Pio VI era el Sumo pontífice de la Religion de
Jesucristo , que la secta habia jurado aplastar , y Roma
era el centro de la misma religion. Ya desde el principio
de la revolucion los iniciados hablan manifestado sus
resoluciones, por lo relativo á Roma y á su Pontífice. He
visto á Cerutti que insultó con el mayor descaro al secre-
tario del Nuncio del Papa , diciéndole en tono de lástima,
pero con un gozo en todo impío : guardad bien á vuestro
Papa; guardad bien al que teneis en el dia, y embalsa-
madle bien despues de su muerte; pues os digo anticipa-
damente, y os lo asegwv, que ya no tendreis otro (*).
Este imaginario profeta no sabia que compareceria antes
que Pio VI al tribunal de Dios , quien á pesar de todo
el furor del jacobinismo, y de tantas otras persecuciones
de la iglesia, estará siempre con ella hasta la consuma-
cien de los siglos, y en el cha conserva la cátedra de
Pedro con la eleccion de Pio VII. — Mas aunque murió
Cerutti, dejó los iniciados de Kadoscle, quienes habian
jurado igual odio á los papas que á los reyes. Dejó todos
aquellos hermanos, que ya tanto tiempo 'labia prepara-
ban los caminos y los pretextos al ejército de los impios.
Roma, ya habia mucho tiempo, que era el objeto cornun
de todas las maquinaciones, y el punto de reunion de
los iniciados de toda denominacion. A pesar de todos
los anatemas, los discípulos de Cagliostro habian vuelto
i abrir sus lógias mazónicas. Los iluminados de Suecia,
iviiion y Lion formaron en la misma Roma un colegio
el mas secreto y al mismo tiempo el roas monstruoso, y
que llegó á ser el tribunal mas terrible para los reyes;
¿I tuvo valor para decir, que ya les habia llegado su


(*) Cerutti anduvo muy corto, habiéndolas solamente con el se-
cretario del nuncio. Los jacobinos en Cadiz tuvieron mas valentía,
Pues expelieron de Espada al mismo nuncio. ( S. y V).




AN O ntsrontA DE LA. eoNsrtRAetotl.


turno; él nombraba los verdugos, y él mismo enviaba
los puñales ó los venenos (1).


Tarnbien habia en Roma iluminados de Weishaupt,
formados por su apóstol Zimmermann. En una palabra,
el Dios de Roma era contra quien conspiraban todos
aquellos iniciados, que se 'rabian reunido para socavar
su santuario. De tal modo habian urdido sus tramas,
que lograron que entrasen en su conspiracion hasta los
representantes de los reyes. Mientras bamboleaba en
Madrid el trono del rey de España, decian los papeles
públicos, que su embajador en Roma , el señor A.....
aplaudia á los carmaiiolas que iban á volcar el del Papa.
Ya Buonaparte habia enviado delante sus lugar-tenien-
tes. Su triunfo en Roma no tenia otro obstáculo sino
la vergüenza; pero supieron deshacerse de ella, para olvi-
darse hasta de las apariencias del respeto que se debe
al derecho de las naciones, y para llenar -de amargura
el corazon de un Pontifice octogenario. Estos bárbaros
triunfos costaron muchas lágrimas de compasion y de
respeto á todas las personas honradas y sensibles; pero
los jacobinos saltaban de gozo, y sus pentarcas celebraron
esta conquista , la mas humillante, como si hubiese sido
la victoria de Brenno en el Capitolio. Aun les faltaba
otro triunfo, que mucho tiempo habia que le esperaban


(r) Si el historiador del .asesinato de Gustavo , en la seccion 4.,
no ha probado del todo la existencia de este tribunal , á lo menos
es cierto que estos iluminados tenian en Roma hermanos muy
poderosos. Consta esto de que, habiendo mandado el nuncio de
Aviiion al iluminado Perneui y á sus iniciados , que saliesen del
condado dentro de un mes•, los de Roma, habiéndolo llegado a
saber, lograron (6 tal vez fingieron) una contra orden. Pero se
siguió este negocio en Roma, y el arresto y declaracion de un ini-
ciado lo puso en tal mal estado , que los hermanos de Arillo,' no
las tenian todas consigo ; pero lograron salir del susto con los pr o


-gresos que iba haciendo la revolucion.


CAPITULO DÉCIMO-TErteto.
371


en sus misterios; triunfo que debia cumplir los votos
que habia hecho la venganza en las cavernas de los ini-
ciados templarios, de Rosa cruz y de Kadosch , y para
conseguirle, se señaló el momento fatal, que debia de
acabar con los caballeros de Malta.


Caballeros de Malta.
Temiendo que la justa indignacion de los caballeros


de Malta revelase los secretos de la secta, su cruz fue
mucho tiempo el titulo para excluirlos de las lógias mazó-
nicas. Pero con un artificio mejor combinado, lograron
que su valentía fuese menos temible. Para no mirarlos
en lo sucesivo como á enemigos, resolvieron hacer de sus
iniciados caballeros de la orden , y posesionarse por este
medio de la , que en vano habrian sitiado todas sus
escuadras. SaI ' ian que ya habia muchos falsos hermanos
en la orden ; con estos introdujeron á otros, y contando
con Dolomieu, Bosredon y el cobarde Hompesch, se resol-
vieron á atacar la isla. Présentóse Buonaparte; y, enten-
diéndose los iniciados sitiadores con los iniciados sitia-
dos, abrieron estos á aquellos las puertas, sin querer
proporcionar á su héroe ni las apariencias mismas de
un sitio. Siempre se verifica que los misterios de la secta
son mas terribles que toda la artillería. Ile aqui á Novo-


I Icon hecho el héroe de Malta , y para aumentar aun sus
triunfos, se hizo á la vela para Alejandría. Aqui tambien
le estaban esperando sus cofrades, y la Puerta Otomana
llegó á saber cuanto apreciaban los revolucionarios los
ricos diamantes robados á la corona , y el oro que con
tanta profusion derramaban en la capital para adorme-
cer al Divan , y conquistar durante este sueño las pro-
vincias mas distantes de la capital. La secta supo apro-
vecharse de aquella letárgica neutralidad para introducir
sus apóstoles por las partes del Africa y del Asia, hasta
penetrar en el seno mismo de esta.




372 HISTORIA DE LA CONSPIRACION.


Progresos de la secta en Constantinopla y en todo el
Levante.


La secta debia valerse de todas las precauciones para
introducir en Constantinopla sus propagandistas ; y los
que ella destinaba para aquellas misiones debian ser esco-
gidos y dotados de talentos en nada vulgares. Para ex.
tender el imperio de la igualdad y libertad entre todas
aquellas naciones, acostumbradas desde tanto tiempo al
código de la media luna, ó de la cuchilla, necesitaba la
secta de unos sugetos que estuviesen bien impuestos en
las costumbres, lenguas , intereses y relaciones diversas
de aquellos pueblos. Todos aquellos conocimientos los
hallaron los hermanos en un escrito titulado : Cuadro
del imperio Otomono , produccion del caballero Mourad-
gea (F.Hohson , griego de nacimiento , que habia sido
internuncio y despues embajador de Suecia en la Puerta
Otomana. Al principio se manifestó poco inclinado á su
causa ; pero las memorias que tengo en mi poder, ase-
guran que los caudales y pensiones, de que disponia
la junta de salud pública, vencieron al fin aquella resis-
tencia. Este caballero d'Ilohson. , de vuelta á Constanti-
nopla, se puso al frente de los apóstoles jacobinos del
Levante ; entre estos encontró con todas las disposicio-
nes á 111. nuffin , quien, habiendo estudiado las lenguas
en Paris, estuvo asociado al baron de Tott en la Criméa,
despues á la embajada de Francia en Constantinopla, de
donde pasó á la oficina de Marina en Versalles, y últi-
mamente habia sido profesor de lenguas orientales en
el colegio real. Al principio no manifestó disposiciones
para hacer traicion á la causa de los reyes , á quienes
debia su educacion y decoracion de caballero de San
Miguel ; pero con el tiempo se olvidó de cuanto debia


CAPÍTULO ntIcimo-TERcro. 375
á sus bienhechores, y en Constantinopla se hizo co-após-
tol jacobino de illouradgea. Este y &Oía sedujeron á
Lesseps , y los tres dirigieron á otros agentes subalternos,
que despues se ocuparon en seducir al pueblo de Cons-
tantinopla. Otros se esparcieron por el Asia, viajaron
á la Persia , y á la India ; y otros con los derechos del
hombre corrian todas las escalas del Levante, al mismo
tiempo que los mas versados en los misterios cnseíiaron
desde el Nilo á la corte Otomana, lo caro que le costaría
el no haber tomado á tiempo las correspondientes pre-
cauciones contra la secta (r).


En Africa.
Ya Babia mucho tiempo, y aun pocos arios antes de


la revolucion , los Turcos aborrecian tanto las lógias ma-
zónicas, como el Oriente habia aborrecido por el espa-
cio de tantos siglos la secta de Manes. La Puerta Oto-
mana no habria permitido en Jerusalen á un solo reli-
gioso frances, si no hubiese sabido que su conducta cons-
tante era la de no admitir á la visita de los santos luga-
res, fiados á su custodia, á algun sugeto tenido por franc-
mazon. No solo esto; sino que entre las cortes de Francia
y de Turquía habia un convenio, en cuya virtud, el prela-
do de los religiosos que vivian en aquellos dominios, podia
y debia expeler de las escalas del Levante á cualquiera
cónsul frances que hubiese erigido una lógia mazónica.
Sé de un religioso que en el dia se halla en Londres,
y que ha pasado siete aiíos en aquella mision , que el
uso de esta autoridad no carecía de ejemplar. La revo-
lucion abolió esta precauciou y algunas otras; atravesaron
los propagandistas el Mediterráneo con sus imaginarios
derechos del hombre; hallaron algunos hermanos entre


(i) Memorias sobre los jacobinos de Constantinopla,




574 DiSTORiA. DE LA. CONSPIILACION.


los comerciantes franceses, quienes bajo el pretexto de
hallar amigos en todas partes, se habian hecho iniciar en
los misterios, y no tenian necesidad de logias para reco-
nocerse. El éxito que tuvieron en Francia los herma-
nos iguales y libres, inflamó el zelo de los hermanos
iguales y libres de Africa , y solo por el modo con que
los pentarcas han publicado la llegada de Buonaparte
al Gran Cairo , se descubre fácilmente lo que anticipa-
damente habian hecho los emisarios en favor del con-
quistador de Egipto. Si no llegó á 'ser víctima de los
mismos pentarcas, cuya envidia sacrificó á Pichegrú , y
si mas feliz que Brue) s no encontró en su ruta á algun
Nelson, habria podido pasar á la India en donde le esta-
ban esperando sus cofrades , quienes hacen circular (l),
traducidos en la lengua del Malabar y otras de aque-
llos paises, los derechos del hombre igual y libre, y del
pueblo legislador y soberano. El general ingles, que con-
quistó á Pondichery, encontró en sus imprentas los ca-
ractéres de que se valieron los propagandistas, para espar-
cir . entre aquellos pueblos el código de la secta y todas
sus producciones revolucionarias.


En América.


Las legiones triunfantes, trasportadas como la peste
sobre las alas de los vientos, penetraron hasta la Amé-
rica. Aqui tambien babianse establecido sus apóstoles;
y, enseñando á los negros aquellos mismos derechos que
tenian sancionados, han trasformado la Guadalupe y la
isla de Santo Domingo en un vasto desierto , y en sepulcro
de sus propietarios. En el norte y en un pueblo aun na-


(*) No es regular que en la isla de Elba , á la cual se le ha confi-
nado , halle escuadra que le lleve al huloston á coger el fruto de
las tareas de sus propagandistas. (S. y V),•


dente


CAPÍTULO DéCIMO—TETIC.10.
575


ciente hallaron tantos hermanos , que Filadelfia y Bos-
ton se han horrorizado al ver que su constituci on iba
d cambiar en la del gran club (r). Si sus apóstoles en.
el clic se ven precisados á ocultarse, no por eso deja de
haber alli un aran número que compone aquellas socie-


jdades secretas, que mientras esperan la llegada de losacobinos franceses, envian á los jacobinos de Irlanda
sus contribuciones para auxiliar en Europa la revolucion,
que con tantas ansias desean en América (a). Las vic-
torias que aun medita la secta , se extenderán por aquel
hemisferio del mismo modo que se han extendido por
el nuestro (*); y los Estados-Unidos llegarán 't saber,
que las repúblicas no estan mas exentas de la grande
conspiracion que las monarquías de Europa. Los triun-
fos que ya han conseguido los sectarios en Ginebra ,
Venecia, Holanda y Génova, han manifestado que el
objeto de sus maquinaciones jacobinas no son solamente
los reyes. Ya es tiempo de que se sepa en el mundo, que
tanto las monarquías como las repúblicas se han de roen-
gendrar segun los principios de la secta, y que esta nin
gun gobierno respetará sino el que ella misma esta-
blezca.


En la Suiza,
En vano los cantones belvéticos olvidaron de algun


modo la dignidad y valentía de sus antepasados. Insen-
sibles á la humillacion de sus hermanos en Aix , á la


(r) Carta de Boston al autor de estas memorias.
(2) Véase el parte que dió el lord Castelragh sobre lá Irlanda,


núm. 14. pág. rus.
(*) A esta causa se deben atribuir los alborotos de las Américas


españolas. Se sabe que de la España Pu: opeá y de las provincias de
la del norte han emigrado apóstoles , que , valiéndose de la ocasion
que les ofrecia la guerra que hemos sostenido, han propagado el
jacobinismo, y van inundando de sangre aquellas vastas regiones.
(S. Y V).


Tomo IV.




376 HISTORIA CONSPIRAH101‹.
matanza de sus legiones en Paris, y á la violacion de los
tratados mas solemnes, hasta de su territorio, en vano
se resignaron á soportar toda esta larga série de ultrages,
que unos cónsules imperiosos querian dulcificar con pro-
mesas de una paz fraternal y constante. Promesas que
ha repetido la secta cada vez que sus ejércitos se han
ocupado en introducir en otras partes el estrago y la
desolacion ; pero promesas también , que aun cuando
estos ejércitos no pisaban la Suiza, supieron frustrar los
iniciados que habia en sus montañas. Weishaupt tenia
alli discípulos, y los nuevos iluminados que se habian
formado en la universidad de Gottinga , y que de con-
tinuo iban llegando , seguian todos sus misterios y ma-
quinaciones. Fehr, cura de Nidau , y despues de Bugg,
se correspondia con los hermanos de Alemania, y miraba
con complacencia llegase el momento en que la cons-
titucion de los derechos del hombre iba á recompensar
su zelo, haciéndole gefe del canton de Argau, que ha-
bia adoptado la revolucion (1). Al frente de las lógias,
6 de los clubs, Lucerna tenia á Pfiffer, , Berna á kl> eiss,
y Basilea al tribuno de Ochs. Los artificios de los jaco-
binos introdujeron en el gran consejo de Berna á noventa
y dos iniciados suyos. El pentarca Bewbel envió desde
Paris, en calidad de auxiliares, á Mainhaud, Mangourit
y Guyot. En la Suiza, como en Holanda y Maguncia,
los conciliábulos y las correspondencias allanaban el ca-
mino á los ejércitos. La suerte de la Suiza y la gloria
de los conquistadores habian de ser las mismas (a).


(I) Notas sobre la Suiza.
(a) Véase la historia de esta revolucion, escrita por M. Mallet


du Pan.


CAPÍTULO DéCIMO,•TERHIO,


En Suecia.


No obstante, y á pesar de todos los votos y juramen-
tos de la secta, aun habia monarquías en Europa; pero,
exceptuando solamente al rey de Dinamarca, que obser-
vaba una neutralidad demasiadamente útil al objeto de
los hermanos, para que estos se resolviesen entonces á
destronarle , ¿ que soberano había en Europa que no
se viese en la precision de sufocar alguna de sus cons-
piraciones? Gustavo 111 de Suecia murió á manos de
Ankastrom. Este acababa de llegar del gran club de Paris,
y los mismos que quieren aislar este delito, nos hablan
de iniciados que dijeron anticipadamente, que Gustavo
seria asesinado, y que ya lo sabia toda la Europa (t).
¿Quienes, pues, eran estos sugetos, tan bien instruidos
en toda la Europa, sino los iniciades, á quienes la secta
no habia ocultado sus últimas resoluciones contra un
príncipe , del cual no esperaba lentitud ni retrograda-
cion en los combates que iba á dar á los enemigos del
trono? Los escritores que sospechan que el duque de
Sudermania tuvo parte en aquel asesinato , se apoyan
en que era gran maestre de las lógias de Suecia , como
Felipe de 01leans lo era de las francesas, y aun insisten
en la multitud y en lo horrible de los misterios de los
mazones iluminados esparcidos por la Suecia (a). ¿No
es esto decirnos que Ankastrom solo fue instrumento de la
secta , que recompensó su regicidio , erigiéndole estatuas
en el club de los jacobinos a Luego diré como los
iniciados conocian este atentado , y tambien se verá como
le anunciaron anticipadamente con bastante claridad,
hasta en las gazetas; pero por ahora pasemos á ver como


(a) Historia del asesinato de Gustavo, seco.
(a) Alli mismo.




378 HISTORIA DR LA co-ssrinActos•
la secta trasladó sus maquinaciones desde Stockolmo á
San Petersburgo.


En Rusia.


En vano la emperatriz de Rusia, despues de la muerte
de Luis XVI, exigió de los Franceses que entonces se
hallaban en sus dominios , el juramento de adherir al
legítimo heredero de los Borboncs y de renunciar á
toda liga con la Francia hasta que se hubiese restable-
cido aquel trono. Esta precaucion no impidió que per-
maneciesen en Rusia todos los iniciados , á quienes ya
la secta habia enseñado á burlarse de los juramentos (1);
ellos prestaron el juramento de fidelidad al trono de
Francia, para derribar con mas seguridad el de Rusia.
Aqui tenian los conjurados á su frente á un tal Genet,
que antes habia sido agente de la corte de Versalles,
y despues de los jacobinos. El zelo con que cutuplia
su comision, inundaba ya á Petersburgo de clubs, com-
puestos de aquellos sugetos, que , no teniendo domicilio
en su patria , van á representar todos los papeles de su
industria en las capitales extrangeras. Peluqueros, coci-
neros, lacayos , fallidos, maestros de lengua francesa ,
mozos de cordel, ganapanes y otros de esta raléa , se
iban preparando para la rerolucion de los chuzos. Los
mas fervorosos de ellos y que al mismo tiempo eran los
mas astutos, tenian su conciliábulo en el mismo palacio


(t) Es cierto que los apóstoles de Rniggc, habian extendido su
ruisiun en Curlandia y Livonia; á lo menos he oido referir á un
Ruso, que uno de aquellos grandes iniciados presidia en una aca-
demia de Moskow, , que se componia de hijos de nobles. Parecia
que el maestro daba una excelente instruccion , cuando poco á
poco se descubrió que los derechos del hombre iluminado por el
ja•i.ibinismo entraban en gran paste en las acciones secretas que
daba. Ello fue preciso despedirle, para enseñar á los discípulos
los principios de la religion y de la sociedad.


CAPÍTI1G0 DéCIMO.•TERCIO,
379


del caballero Carlos Whitworth, embajador de Inglaterra.
Aqui se reunian todos los meses , bajo los auspicios de
tres criados franceses, que los iniciados habian recomen-
dado á su excelencia, como que eran unos sugetos bene-
méritos. La voz pública, al fin , y el mismo señor Wbit-
\\toral


delataron este club al ministro de policía. Las
declaraciones que se tomaron á estos dignos iniciados,
y los papeles que se hallaron escondidos en lugares los
mas reservados, manifestaron que esta asociacion se habia
formado sobre el plan y con el objeto de la secta. En
Roma la protegia un embajador del rey de España. En
San Petersburgo , tenia parte en sus secretos el señor de
Bossi, secretario de legada y encargado de negocios del
rey de Cerdeña. Los iniciados descubiertos fueron cas-
tigados segun las leyes de Rusia, y la calidad diplomá-
tica de Bossi le eximió por algtm tiempo de la infamia
de haber sido echado como lo habian sido los dermis;
pero á penas subió al trono el Czar Pablo , cuando le
mandó que saliese de Petersburgo en el término preciso
de veinte y cuatro horas , y cuanto antes de todo el
imperio (t).


En Polonia.
No insistiré mucho en las empresas de la secta en


Polonia. Entre sus apóstoles podria hacer mencion de
Bonnean, á quien los Rusos enviaron á la Siberia. 'rant-
bien podria hacer mencion de un cierto Lawarre (2),


(r) Extracto de una Memoria sobre la Rusia.
(a) En las precedentes ediciones de estas Memorias sobre el Jaeo.


binisffio, liemos dicho que M. Duvevrier y sus compañeros. de viage
'habian sido descubiertos en Copenhague, como portadores de una-
comision supuesta para la compra de trigo , mas que tuvieran real-
mente la de visitar los hermanos de Polonia y de Rusia , acele-
rar en aquellos paises las conspiraciones, y aun atentar á la vida
del señor c9nde de Artoís. Esta imputacion y en-go se fundabais


Bb




38o LIIST0111,1 DE LA. coNspiancioN.
de aquel Castellá que despues fue preso con Semonville,
y á quienes embargaron todos los tesoros, con que ha-
bian de comprar para la revolucion á los ministros de
Constantinopla; pero, para dar á conocer la multitud de
misioneros que la secta mantenia en Polonia, basta hacer


sobre una carta escrita por la señorita Nivellet , prima de M.
Duveyrier, y á quien pueda haber revelado este el verdadero
objeto de su viage. Esta carta pareció tau interesante , que el conde
de Simolin, embajador de Busia , envió á su corte el original ,
despues de haber entregado al señor Leclerc , emigrado, que la
Libia recibido en Dusseldorf, una copia conforme y legalizada por
el mismo embajador. Sacáronse otras muchas copias de dicha carta,
que se enviaron al ministerio ingles y á mochas otras personas de
alta gerarquía, en términos que ya no hubiera pedido dudarse cTe
su autenticidad; aqui en Londres mismo he visto una de dichas
copias, que confirman mas y mas este hecho ; mas ahora debo
añadir y protestar, que jamas hubiera hecho el menor uso de dicha
copia, si hubiera llegado á mi noticia que el hijo de M. Duveyrier
Italia probado con el testimonio de diferentes personas , que los
terrores de la revolucion habian trastornado en ciertos períodos
el seso y buen juicio de !a señorita Nivellet, su tia; esta circuns-
tancia me hubiera bastado para declarar, que aquella carta y el
terrible cargo á que ella dió lugar, deben mirarse como nulos y
de ningun valor. Aun diré mas , á saber , que la dicha carta, aun-
que harto clara v expresiva sobre lo densas , no lo era en cuanto
al designio que se le achacaba á M. Duveyrier en su viage á San
Petersburgo, viage que por otra parte no verificó. Sin duda la
mision que hubiera ya llenado y cumplido Duveyrier , cuando , á
nombre de la primera asamblea , pasó á notificarle á S. A. S. el
príncipe de Condé la orden , ó de alejarse de la frontera ó de
volver á Francia dentro de quince días, bajo pena de ser decla-
rado inhábil y sin derecho a la sucesion de la corona y de ser
perseguido ademas y condenado como un traidor á la patria, en
virtud todo de un decreto por el cual se ordenó , que si se pre-
sentaba con las armas en la mano en territorio francos, todo cía,
dadano &lin salirle al encuentro' y procurar asirse de su persona; sin dula,
repito, una comision de esta naturaleza , aceptada y .


cumplida por
M. Duveyrier, pareceria autorizar las sospechas que contra él for-
mo el conde de Simolin. aun cuando yo escribiera aquello en las


cAeírtto nIctmo-TERCIO. 381
mencion del discurso de Cambon, tesorero de la revolu-
cion, quien declaró, que los hermanos de \Varsovia cos-
taban ya sí la Francia mas de sesenta millones. Con esta
declaracion ya se ve como empleaba la secta las rentas
públicas; se cuidaba muy poco de pagar en Francia las
deudas del interior , dejando al cuidado de sus ejércitos
visibles el vivir de las contribuciones que sacaban del
enemigo; pero pagaba con profusion los ejércitos invisi-
bles de sus misioneros , ó agentes subterráneos, que ore-


primeras ediciones, pudiera tal vez parecer legítima dicha sospecha
á aquellas personas que habian leido la famosa adhesion á la cons-
titucion del año 3, adhesion firmada por Gronvelle , Duvevrier,


,


',amarre, Cestera, Fournier, , etc. y en la que se leen estas tan ex-
trañas frases: — « Nosotros ponemos por testigos , no va al cielo,
que no es otro que el espacio material por el cual giran mil //11.111.
dos , sino á la naturaleza entera , el alma universal de los aérea,
el principio del orden , criado <5 inerte ; á nuestra éonciencia, en el
seno de la cual se ven grabadas las ideas de aquel orden eterno,
y al pueblo soberano , que ha reproducido todas estas ideas en
sus leyes; nosotros ponemos por testigos todos estos augustos
garantes, de que estamos invencible é irrevocablemente resueltos
a mantener y defender nuestra constitucion con todos los esfuer-
zos y medios, de que somos deudores á la naturaleza.... Y si algu-
no de nosotros fuese tan cobarde y tan vil , que hiciese traicion
a un j ' iteres ten sagrado , juramos el denunciarle y perseguirle,
como digno de toda especie de suplicios y de oprobios. » (Moni-
tor del a de octubre 1793). Pero todo este entusiasmo , real ó
aparente , y aun cuando se le añada el delirio de un hombre,
que se gloria y alaba de haber representado sobre el teatro de
Roma el papel de Bruto , no basta para persuadirnos que hubiese
querido representar y ejecutar aquel mismo con un príncipe, cuyo
nombre está tan distante de recordarnos los vicios de un tirano.
La tan atroz imputacion , pues, contra M. Duveyrer , á que dió
lugar la carta de su prima, la señorita Nivellet, debe mirarse como
nula, no menos que la memoria á la cual Labia yo tenido buen
cuidado de referir dicha acusacion , como para testificar á mis lec-
tores que aquella no Labia producido en mi espíritu una conyie-
don plena y entera.


lIb




582 HISTORIA DE L1 CONSPIBiCION.


paraban los caminos de sus triunfos. Tambien se
cubre aqui et


des-
cu gran in eres con que miraban estos gran-
des conspira dores su revolucion en el Vístala. En efec-
to, los jacobinos , dueños de aquellos paises, tenian en
grande apuro á las tres potencias mas temibles de la
coalicion de los príncipes , cuyas fuerzas se debilitaban
con esta diversion. Con esto la igualdad y libertad se
introducian con mas facilidad en toda la Rusia , y los
hermanos que tenian en Austria y Prusia, se manifesta-
ban cada dia mas insolentes. Ya parecia que llegaba el
tiempo en que se iban á cumplir todos los votos de la
secta; Kosciusko 'labia puesto en insurreccion á Warso-
via , Wilna y Lublin ; el obispo de esta última ciudad,
y varios nobles habian muerto en los patíbulos; el infe-
liz Poniatowski habia intentado en vano dar á aquella
revolucion un progreso menos feroz; llegaron los últimos
dias para la Polonia, y perdió su rey y su independen-
cia. El objeto que nte he propuesto no es llamar á jui-
cio y hacer cargos á las potencias que se repartieron las
provincias de aquel reino, sino manifestar que la secta
en todas partes es conspiradora. La Alemania, en donde
tuvieron su origen los iniciados mas profundos , le es
deudora de muchas pérdidas y desastres, y aun no han
llegado á su término las maquinaciones que le preparan los
iniciados.


En Austria,


Josef 1i habia tenido tiempo para reconocer su deplo-
rable política. Ya se lamentaba al considerar su filoso-
fismo y su detestable conducta, que , vejando la fidelidad
de los Brabanzones , y faltando á los tratados mas so-
lemnes, hacia se desesperasen unos vasallos, dignos de
mejor suerte, cuando el manifiesto del Grande Oriente
le descubrió otros errores que habia cometido, prote-


CAPÍTtLO DICIMO-TERCIO. 383
giendo las lógias mazónicas. Si he de dar crédito á la
relacion de Kleiner,


, ó al extracto que de ella hizo un
caballero digno de fe, debo decir que Josef 11 encargó
entonces al mismo Kleiner que se introdujese en las lógias
mazónicas, á fin de averiguar por este conducto los mas
profundos misterios de la secta. Vió que los de les ini-
ciados suecos tenian absolutamente el mismo objeto que
los de Weishaupt, y que las lógias mazónicas scrvian de
asilo á los unos y á los otros. Sé de una persona que
tenia con él frecuentes conferencias , que Josef II se
manifestó sobremanera irritado , al considerar que le
habian engafiado de un modo tan extraño unos sugetos
á quienes habia favorecido ; y que principalmente se
irritó, cuando llegó á conocer que , en lugar de escoger
por sí MiSMO á los que habla de emplear en los (Ajos
páblicos , hablan sido en efecto iniciados de la secta da
los iluminados los elle hablan dirigido las elecciones.
Declaró públicamente , que en los franc-mazones sola-
mente desenbria un cuerpo de estafadores y de truhanes.
Atribuyó á los franc-inazoncs consumados la mayor parte
de los robos que se habian hecho en el tesoro del esta-.
do, y estaba resuelto á excluidos de todos los empleos
civiles y militares. Se indignó sobremanera al ver que
componian un segundo imperio dentro del mismo impe-
rio : imperium in imperio. Desde entonces habria seguido
todos los movimientos a su indignacion, si no hubiese
llegado á saber que entre los mazones tenia muchos vasa-
llos honrados y fieles, y aun de los que dl mas estimaba,
como era el príncipe Lichtenstein; pero logró que la ma-
yor parte de estos abandonasen las lógias. Aun se ocu-
paba Josef en la destruccion de la mazonería y en des-
prenderse de los errores á que le habia inducido su filo-
sofismo, cuando una muerte prematura puso fin á su
reinado,




581 HISTORIA 135 LA CONSPIRACIOY•


Su Ittcesor Leopoldo , deseando saber las maquinacio-
nes que se tramaban en sus nuevos estados y cuales eran
las fuerzas de la secta , se informó é hizo instruir muy
en particular por el profesor Hollinan. En efecto , nin-
guno porfia darle instrucciones tan exactas sobre el par-
ticular como este sabio. El 'labia recibido cartas de los
mismos iniciados , llenas de elogios que le tributaba la
secta , y que le convidaban á que consalrara su pluma á
la causa de la revolucion; pero al mismo tiempo otros
mazones, avergonzados de haberse dejado seducir por los
iluminados , le revelaron secretos 12111y importantes, y le
ofrecieron trabajar con él para quitar la máscara á la
secta. Estos le escribieron : «Que Mirabeau habia decla-
rado á sus confidentes, que él tenia en Alemania una
correspondencia muy extendida; pero en ninguna parte
mas interesante que en Viena. Que el sistema de la revo-
lucion abrazaba todo el mundo, y que la Francia solo
era el teatro escogido para la primera explosion. Que
los propagandistas seducian á los pueblos en todas las
zonas , y que los emisarios estaban repartidos por las cua-
tro partes del mundo y principaltneate en las capitales ;..
que teman adherentes y procuraban fortificarse , espe-
cialmente en Viena y en los estados austríacos. — El
mismo Hoffmann en 1791 Babia leido , y otras muchas
personas, dos cartas , una de Paris y la otra de Estras-
burgo, que señalaban con rifas los nombres de siete
emisarios de la propaganda, establecidos en Viena ,
á los cuales se habian de dirigir otros comisarios nue-
vos , tanto para cobrar el sueldo de sus tareas, como
para tomar los correspondientes consejos relativos á su
objeto.... [labia visto muchas de aquellas gazetas clan-
destinas, que , saliendo de Viena cada semana, atestadas
de anécdotas contra la corte, y de principios y racioci-
nios contra el gobierno, iban á introducir todo el vene-


CAPÍTULO Dí:CIMO—TERCIO.
385


no del jacobinismo en las ciudades y pueblos del imperio
y en los paises extrangeros, habiéndose de advertir, que
los que las recibian , nunca se habían suscrito , ni jamas
se les pidió cosa alguna por el porte, ó por la suscrip•
don. El mismo


_Hoffmann 'labia hecho que llegasen al
gobierno algunas de dichas gazetas. El manifestó el objeto
de los viages que el iluminado Campe hacia á Paris , y
las relaciones que tenia con Orleans y liiirabeau. Tam-
bien sabia con cierta ciencia los proyectos del Mirabeau
atentan, (klauvillon) el iniciado reclutador de Mirabeau,
él mismo que en una carta que se interceptó y se con-
serva en los archivos de Brunswick, escribia al iluminado
Cuhn de esta manera : Los negocios de la revolucion van
siempre mejor en Francia ; espero que dentro pocos años
prenderá esta llama en todas partes, y que el incendio
se,á general; entonces nuestra orden podrá hacer grandes
cosas (1).


« El señor Hoffmann sabia que este Mauvillon Rabia
formado un plan muy detallado para revolucionar toda
la Alemania ; que este, que se Babia enviado á la mayor
parte de las lóg, ias mazónicas y á todos los clubs del
iluminismo, circulaba entre los emisarios y propagandis-
tas, que ya se ocupaban del todo en sublevar al pue-
blo en los puestos avanzados y en todas . las fronteras de
Alemania (2). u Al mismo tiempo que este zeloso ciu-
dadano descubria á Leopoldo las intrigas de la secta,
tenia correspondencia con el señor Zimmermann de Ber-
na, igualmente respetado de los sabios y amado de los
buenos que aborrecido de los • jacobinos iluminados ,
cuyos misterios sabia , y cuyas maquinaciones descubria
á la sociedad. El señor Zinunermann, por su parte, caten-


(t) Carta de Juni o 2791.
(2) Extracto de la seccion 29. del iMS0 iMportevilie de Hoffman.


Tomo. a.




38G nisroluA DE LA COESPIRACION.
dia para el mismo emperador una memoria muy inte-


proponia los medios para atajarresante , la cual
los progresos cle la revolucion (r). Pero al mismo tiempo
sabian los jacobinos todo el odio que les tenia Leopoldo.
Sabian que el principal autor del tratado de Pilnitz no
les era menos temible que Gustavo, y se resolvieron á
probar y hacer ver, que ni él mismo se opondria impu-
nemente á sus maquinaciones (o). Al mismo tiempo que
estos dos soberanos 1-tildan sus preparativos, el rey de
Prusia }labia llamado de Viena á su embajador, que lo
era el baron de Jacobi Kloest , á quien los hermanos
miraban como propicio á su causa. El conde de Ilaug..
wits , entonces mas decidido por el tratado de Pilnitz,
debia ocupar el puesto de Jacobi. Esta noticia la publica-
ron los iniciados noveleros de Estrasburgo con la nota si-
guiente: une aqui vaticinarán los políticos, que la union
que se .ha establecido entre las dos cortes , será con-
solidada. A lo menos es cierto, que conviene hacer que lo
crean asi los Franceses; pero en los paises despóticos, en
los paises en donde la suerte de muchos millones de kom•
bres depende de una buena d mala digestion , ó de la rup•
tura de una pequeña vena, ya no se puede contar sobre
cosa alántua. Aun cuando se supusiese que la corte de
Prusia procede de buena fe con la de Austria , lo que
es muy difícil de creer, ó que la de Austria procede de
buena fe con la de Berlin , lo que es aun toas increíble,
solo se necesitaria una mala cena, á una gota de sangre
extravasada para romper esta brillante union. u Esta nota
del número 53 del correo de Estrasburgo , está con la
data art. Mana 2G de febrero 1 792. Leopoldo murió
envenenado el primero de Marzo siguiente, y Gustavo


(r) Véase en la Eudemonia tomo 6. núm. a. la carta de Hoffman.
(a) Aviso importante.


CAPÍTULO DICIMO
— TERCIO. 387


fue asesinado la noche del 15 al 16 del mismo mes (1).
El primer cuidado del jóven emperador , sucesor de


Leopoldo, fue despedir á todos los cocineros italianos,
para alejar de su persona á los que habian dado á su
padre el veneno, conocido bajo el nombre de caldo de
Nápoles. Francisco II, heredero de los sentimientos de
Leopoldo en favor de la coalicion , no se contentó con
manifestar su zelo contra la secta, con el valor que de-
mostró en los ejércitos , sino que para atacar al ilumi-
nismo hasta en sus subterráneos, hizo proponer cn 1794
á la dieta de liatisbona la supresion de todas las socie-
dades secretas de iViazones, de Rosa-cruz y de ilumina-
dos de toda especie. En este primer consejo del imperio
germánico habia iluminados melosos, y estos opusieron
sus arterías á la demanda del emperador. Pretendieron
dar á entender que los cuerpos de estos iluminados solo
eran pequeñas asociaciones de estudiantes jóvenes , de
las cuales se velan tantos ejemplares en las .


universidades
protestantes: Con esto lograron que los agentes de Pru-
sia, Brunswick y Hanover, alegasen que el emperador
podia abolir estas lógias en sus propios estados; pero que
en cuanto á los otros reclamaban la libertad germánica.


Todo lo que el emperador pudo conseguir, se redujo
á un decreto con que se abolieron las corporaciones de
Jos estudiantes. Este decreto no solo dejó sí los grandes
iniciados en pleno posesorio de sus lógias, sino que no
tuvo efecto en las que ellos mismos habian erigido en
la mayor parte de los colegios para iluminar sí la juven-
tud. En Febrero de este mismo año, los magistrados de
Jena se vieron en la precision de castigar á una docena
de estudiantes , cuya sociedad, con el nombre de Ami-
ciatas , la gobernaban iniciados. Sus superiores secretos,


(t) Viage de dos Franceses al norte, tomo 5. cap. la.




388 riTSTORIA. DR LA coxsroActoN.
para prepararlos á todos los misterios del iluminismo , les
decian, que el juramento que habian hecho á su socie-
dad , era el mas obligatorio, y que su violacion seria
castigada de un modo el mas terrible. En seguida les
preguntaban, si estaban bastante ilustrados para creer,
que podian, sin ofender su conciencia, olvidar el jura-
mento que habian hecho al superior del coegio de no
entrar en alguna sociedad secreta.... Si se consideraban
con bastante teson para atenerse á sí mismos, sin acusar
á ningun otro, en caso que el magistrado los castigase
por no haber cumplido aquella promesa.... Y si se con-
sideraban con bastante valentía para continuar en su
sociedad; aun cuando les precisasen ti abjurarla. Habien-
do satisfecho á estas preguntas, el iluminado gobernador


director les enviaba el código de los Amicistas , y en
él leian : que con sus cofrades formaban un estado den-
tro del estado ; que tenian sus leyes propias, segun las
cuales juzgaban los negocios, aunque estuviesen fuera de
su circulo , lo que exigia el mayor secreto ; que si babia
muchos asociados en una misma ciudad, compondrian
todos una lógia; que todos debian trabajar del mejor
modo posible, para la propagacion de su sociedad; que
si llegaban á mudar de residencia, lo que solo podian
hacer en caso de extrema necesidad, se corresponderian
por cartas con su lógia , cuyo secretario mantendria la
correspondencia con las otras lógias, cuando ignorasen
los nombres, calidades y patria de los nuevamente reci-
bidos; que obedecerian á los superiores de la orden ;
que socorrerian á los hermanos; y en fin, que debian
estar dispuestos á sacrificar á la orden su fortuna y su
Çandre. Muchos de estos jóvenes Anzicistas, cuyo insti-


tuto habia sido mirado hasta entonces como uno de los
mas inocentes, se negaron á dar la lista de sus cofrades
para no comprometerlos, alegando que dicha lista con-


cApiroLo nIcimo-TERCIO. 589
tenia sugetos de calidad y de honor , y aun magistra-
dos y otras personas constituidas en dignidad (1).


El que desee saber el estado en que ya se hallaban
estos jóvenes cuando salian de aquellos colegios, atienda
á. este ejemplar, que hc copiado de las notas que me
han enviado de Alemania. « En el momento en que es-
cribía esto , (15 Julio de 1794) recibo la noticia de
que en los baños que estan á cuatro leguas de Hanover,
se halla un jóven , que ha llegado estos últimos días de
la universidad de Jena , en donde ha cursado sus estu-
dios. No es menos que el conde reinante de Plattem-
bertli, uno de los señores mas ricos de Alemania, de edad
de a4 años, lujo de padres católicos y sobrino del mi-
nistro, príncipe de Caunitz. Este jóven , pues, con arre-
glo á lo que ha estudiado en Jena, se viste en todo á
lo democrático y afecta toda su grosería. Habiendo sido
convidado , pretendió que su criado se sentase junio á
él en la mesa, lo que le fue negado. Este jóven Égalité
canta COI] otros jóvenes, que se le reunen, el ca ira, y
la Marsellesa ( 4)...» No se piense que esta historieta es
la de un solo jóven sin seso. Si esto es locura; es una
locura dominante entre los estudiantes de todas las uni-
versidades de Alemania, y esta locura es el resultado de
la doctrina que les enseñan sus catedráticos, sin que el
gobierno se les oponga. —Segun las notas que me ha
comunicado un protestante, la universidad de Halle en
Sajónia, á la cual acude la mayor parte de los estudiantes
prusianos, en nada cede á la de Jena. En Abril de 5794,
los señores Hernies y Ililmer,


, geles de la comision reli-
gionaria de Berlin, pasaron, de orden del rey de. Prusia,
á visitar el gimnasio luterano de aquella universidad, con


(i) Véase el proceso verbal de este juicio, ú bien el Staats und
gelehrte zeitung de Hamburgo, núm. 45. del t3 de Marzo.


(') Canciones del tiempo de la revolucion.




.590 HISTORIA D£ LA coxsenuctotk.
el objeto de reformar ó enmendar muchos desórdenes.
La insolencia dc los estudiantes fue tal, que recibieron
á los dos comisarios con los gritos de pereant (mueran),
y con esto les obligaron á ausentarse á toda prisa. Los
ministros de su religion cada dia se ven expuestos á los
mismos insultos. Hacen ladrar y azuzan los perros con-
tra sus predicadores, y cometen en sus templos lo que
no se atreverian en las calles. Los mismos iluminados
publican estas infamias , para que sus discípulos Anzicis•
tas hagan lo mismo en todas partes. De este modo es
educada la juventud en todas las partes donde domina
la secta.


Despues de esta digrcsion , volvamos á Francisco II.
Mientras que este emperador jóven se ocupaba en aca-
bar con la secta de las maquinaciones , esta meditaba
la que 'labia de causar la revolucion en todos los esta.
dos de Austria. Elia habia perdido en Viena á uno de
sus grandes iniciados, pues 'labia muerto el caballero
de Born, quien de todas sus riquezas solo dejaba deu-
das inmensas, frutos de sus prodigalidades con los her-
manos propagandistas. Dos prosélitos, que no eran me-
nos zelosos, pero que eran mas emprendedores, le suce.
dieron. Uno de estos era Hebrensteit , ayudante de la
plaza de Viena , y el otro un ex-capuchino croato , lla-
mado Mahalovich, á quien Josef II tuvo la imprudencia
de secularizar y revestir de una prelacía en Hungría ,
para recompensarle las disposiciones con que este após-
tata se le presentó, para cooperar á todas aquellas pre-
tendidas reformas de la iglesia. A estos dos conjurados
se z,


a,re,ó una multitud de otros iniciados, entre los etta-
les se distinguian el capitan Bileck , profesor de mate-
máticas en la academia de Neustadt, el teniente Riedel,
el profesor de filosofía Brandstmter, el estúpido, pero
rico comerciante Hackel, y en fin Volstein, que era uno


de


CAPITULO néeivo-Trricio. 391
de aquellos emisarios que la secta habia sabido proteger,
haciendo que el emperador Josef II pagase su aposto-
lado y viages, bajo el pretexto de adquirir conocimien-
tos en el arte veterinario (,:lbeitería), del cual se habia
hecho profesor.


La importancia y número de los conjurados puede
colegirse del plan de la maquinacion que llegaron á tra-
mar en 1 795. Su influencia en la corte les proporcionó
el medio de hacer que toda la guarnicion de Viena se
compusiese de ciudadanos pudientes y honrados, poco
acostumbrados al manejo de las armas. Cuando los esco-
gieron de esta clase, ya se habian pertrechado con las
órdenes necesarias para forzarlos á esta especie de servicio,
bajo el pretexto de peligros del estado. Alegando siem-
pre las órdenes del emperador, los trataban de un modo
el mas áspero, á fin de excitar su descontento y tener-
los irritados contra la corte, cuando llegase el momento
de la revolucion que meditaban. El populacho estaba
á su favor, y aun le habian atraido mas, dispensán-
dole del servicio militar, y dando al mismo tiempo en
secreto dinero á los bandidos que iban disponiendo, para
que robasen las armas del arsenal que habia de abrir-
seles un dia convenido. En este se habia de mover un
alboroto general, y entre tanto que este duraría, Hebens-
treit, seguido de algunas legiones, se 'labia de apoderar
de la persona del emperador; y otras batidas, forzando
el arsenal , se habian de repartir las armas y ocupar las
murallas. Hechos dueños del emperador, debian los con-
jurados forzarle á firmar su código de los derechos del
hombre, esto es, firmar varios edictos , que ya tenian
extendidos, con los cuales se abolian todos los derechos
de los señores ó de los ricos, y se declaraba que todos
los hombres eran iguales y libres bajo la constitucion
del pueblo soberano. Estos edictos debian enviarse á
Tomo Ir.


Ce




niseorui DE LA CO'SSPIRACIOX.
todas las provincias á nombre del emperador, y corno


si este gozase de toda su libertad. En cuanto á lo lemas,
debia aparentarse que se respetaba su persona, casi del
mismo modo que fue respetada la de Luis XVI bajo su
carcelero Lafayette. No se ha descubierto en que dósis se
habia de usar contra él del agua tdfana , si en la que
solamente entorpece, ó en la que mata; aunque parece que
el proyecto era conservar la vida á este príncipe jóven,
á lo menos en calidad de rehenes; pero en todo caso,
no se le debia conceder la libertad, hasta que el pue-
blo, acostumbrado á la nueva igualdad y libertad, se
hubiese apropiado los bienes de los señores, y adqui-
rido toda la fuerza necesaria para hacer imposible la res-
titucion y la restauracion de la antigua constitucion. Ya
se habian hecho todos los preparativos; ya se habian
esparcido con profusion por todas las ciudades y pueblos
el catecismo de los derechos del hombre, y los folletos
mas incendiarios. Tambien esta revolucion tenia sus ini-
ciadas y sus damas como las de Stael y las de Necker;
principalmente la condesa de illarchowich se distinguia
en Hungría por su zelo en distribuir el nuevo catecismo.
Ya iba á amanecer el dia fatal, cuando un aconteci-
miento singular , que no habian previsto los conjurados,
hizo que abortase toda la conspiracion, El caso fue como
voy á referir.


Habiendo salido de su casa el apóstata Mehalovich,
uno de sus criados, divertiéndose con un amigo suyo,
resolvió vestirse el hábito capuchino que aun conser-
vaba su amo en su guarda-ropa ; apenas se le hubo ves-
tido, cuando he aqui que llegó de repente Mehalovich,
y tocó á la puerta. El criado que ya se habia vestido
el hábito , no pudiéndosele quitar con aquella prontitud
que exigia la brevedad del tiempo , envió á su amigo á
que abriese la puerta , y se escondió bajo la cama de su


CAPÍTULO D4:C11IO-TERCIO.
593


amo. Entró este acompañado de Ilebenstreit y de Ilackel;y , creyéndose solos, entraron en conversacion, que toda
la oyó el criado disfrazado y escondido. Toda la conver-
sacien versó sobre la maquinacion que habia de esta-
llar dentro de tres dial. llebenstreit renovó sobre su es-
pada el juramento de los conjurados, y Illehalovich le
ofreció 5oo mil florines que tenia escondidos en un
clavicordio. Luego que el ce:ado se halló desembaraza-
do, se fue volando á dar parte á los ministros de cuanto
habia oido. Habiéndose tornado todas las medidas sobro
este descubrimiento tan importante, se pasó á la prision
de los principales conjurados, la que se verificó la vís-
pera del dia en que habia de estallar la maquinacion.
A Hebenstreit le ahorcaron en Viena ; á Mehalovich y
siete nobles húngaros, cómplices suyos, les cortaron las
cabezas en Presburgo. Otros fueron condenados, unos
á destierro, y otros á cárcel perpetua.


En Prusia,


Del mismo modo que el emperador en Viena, el rey
de Prusia en Berlin tuvo que anticiparse y prevenir las
conspiraciones. Los escritos del iniciado nivelador Leuch-
senring ya habian manifestado á Guillermo Ill las que
tramaban los hermanos; pero se preparaba otra de nue-
vo en el mes de noviembre de 1792. La señal que se
habia dado para la insurreccion fue pegar fuego á dos
casas, situadas en diferentes cuarteles de la ciudad. En
efecto, se incendiaren estas dos casas el dia convenido.
Los hermanos contaban con que la guarnicion acudiria,
segun costumbre, á apagar el incendio é impedir los
desórdenes, y los rebeldes luego que la tropa hubiese
dejado sus puestos, debian ocuparlos, y poner en movi-
miento á sus bandidos. Por fortuna el gobernador, que


Cr, a




394 HISTORIA Dt LA CONSPInICIOIC
lo era el general , tuvo noticia de todo y


/11
mandó que las tropas permaneciesen en sus puestos. En
vista de esto los conjurados no osaron manifestarse ; se
hizo captura de los incendiarios, abortó la conspiracion,
y Guillermo 111 conservó su corona.


Constándole á este rey las intenciones de los conju-
rados y sus enlaces con los jacobinos franceses, parece
que debia haber sido mas constante en la coalicion con
los demas príncipes contra la revolucion francesa; pero
las rivalidades y emulaciones de las cortes, y los intere-
ses que con sobrada frecuencia se cruzan entre Viena
y Berlin , tal vez le determinaron á una paz , que su
corazon detestaba hacer con los enemigos de todas las
potencias , aunque no es fácil comprender que no su-
piese el ascendiente que sobre sus propias resoluciones
habian de tener aquellos mismos sugetos, cuyos prin-
cipios desorganizadores él mismo detestaba. Tiernos visto
que los iniciados de Weishaupt se ocultaban en lo mas
retirado de las lógias mazónicas; y tambien hemos visto
que Filon Knigge anunciaba unos descubrimientos pro-
digiosos, que podian dar á la secta todo el imperio de
la ilusion sobre los espíritus crédulos. Por desgracia,
Federico-Guillermo Hl se }labia introducido en estas
lógias, en donde los iluminados bajo el nombre de Rosa-
cruz, habían hecho el teatro de sus maravillas, esto es
de su charlatanismo ; y he aqui lo que sobre el parti-
cular me refieren algunas cartas de un sabio protestante,
que ha tenido largas conversaciones con Su Magestad
Prusiana sobre la franc-mazonería. Estos iniciados de
Rosa-cruz habian logrado hacerle creer, que la Biblia y
el Evangelio de los cristianos eran defectuosos, para ha-
cerle perder su respeto por la Escritura; que existia una
doctrina muy superior en los libros sagrados de Emelt
y de Seth, que se creian perdidos, y que solamente ellos


CAPITULO DéC11110-TERCIO.
3g5


poseian. Si Guillermo se hubiese querido desengañar,
habria podido leer en la coleccion de Fabricio las rap-
sodías apócrifas de los supuestos libros de Enoch y de
Seth , que le presentaban corno producciones tan pre-
ciosas, raras y secretas. Parece que llegó á conocer el
engaño de aquellos impostores; pero la curiosidad tiene
sus debilidades. Los gerofantes de Rosa-cruz le volvie-
ron á embaucar con el embeleso de sus imaginarias apa-
riciones. La credulidad de Guillermo, en cuanto á esto,
era tan notoria corno voy á decir. En 1792 se vendian
en la feria de Leipsic unos vestidos, llamados de Jesus
de Berlin (*); esto fue una burla que se hizo de los
hermanos que acababan de publicar una aparicion de
Jesucristo. Guillermo, teniendo noticia de esto, tuvo la
bondad de preguntar corno iba vestido? á lo que le
respondieron que iba vestido de grana, con enveses ne-
gros y trenzas de oro. Si puedo atenerme á las noticias
que he adquirido, Guillermo de algun modo merecia
estas mistificaciones, pues el grande imperio que sobre
su espíritu tenian aquellos charlatanes, se originaba, no
solamente de que adulaban sus inclinaciones hacia los
absurdos de la mágia , sino principalmente porque auto-
rizaban su desarreglada propension Inicia el otro sexo,
hasta decirle, que Jesucristo le permitia tener docenas
de mugeres á un tiempo.


La mas famosa de sus cortesanas fue una tal Riez ,
que llegó á ser condesa de Lichtenatt. El proceso que
contra ella se formaba, probablemente habria descu-
bierto los misterios de inteligencia que se supone tenia
con los jacobinos franceses, de los cuales, se dice, que
}labia recibido muy ricos regalos, y la correspondencia
que tuvo con Bisela fs-Ferder , quien en el dia, segura


(*) Bezlinische Jésus Resten.
Cc 3




HISTORIA DE LA CONEZ'IRACION.


se asegura, se ocupa en proyectos muy diferentes. Si
aquel proceso se hubiese publicado, habríamos podido
conciliar aquel verdadero odio que Guillermo tenia al
jacobinismo, con aquella paz, que hizo con ellos al tiempo
mismo en que los ejércitos pudieran haber contribuido
con tanta eficacia á su destruccion ; pero su sucesor ha
querido manifestar su bondad y prudencia arrojando al
fuego las actas de aquel proceso, diciendo al mismo
tiempo que no las quería leer, para no ver complicados
en aquellas arterias y manejos á unos sugetos que aun
podian ser útiles. Puede ser que á otros príncipes hu-
biese parecido mas acertado el leerlas, para conocer á
unos hombres que aun pueden ser muy perjudiciales.
Cualquiera sea el verdadero motivo que arrancó á la
historia este monumento, todo nos dice que Federico-
Guillermo IV ha heredado de su padre el odio á la secta,
sin heredar sus debilidades é ilusiones. Los franc-mazo-
nes de Berlin tuvieron valor para pedirle, que confir-
mase sus lógias con letras patentes; pero él los desechó,
diciendo, que esta gracia se opondria á lo que él debia
á los ciernas vasallos; aunque les permitió que continua-
sen bajo su proteccion , pero con el bien entendido de
que se abstuviesen de todo proyecto contrario á la públi-
ca tranquilidad.


A esta ofrecida proteccion , es de creer que siguió
la promesa que los franc•mazones siempre se manifes-
tarian fieles á Su Magestad. Pero , aunque todos habian
hecho las mismas promesas al difunto rey, sin embargo
he tratado en Londres á algunos mazones honrados,
que estaban muy irritarlos á causa (le los discursos que
habian oído en las lógias prusianas , poco tiempo antes
de la muerte - de Guillermo.


III. Segun la relacion de
estos , las resoluciones amenazadoras de aquellas lógias
no eran en nada inferiores á los propósitos frenéticos


CAPITULO DLCI1110-TERCI 397
del gran club de los jacobinos de Paris, edeuando nos
Meremos libres del tirano? Cuando imitaremos á nues-
tros hermanos de Paris? No ha llagado tambien para
nosotros el tiempo de manifestarnos lujos de la libertad.
de la igualdad, y verdaderos mazones?...» Estos discur-
sos y otras expresiones aun mas infamantes del rey, no
salian solamente de los labios de un hermano ; lógias
enteras seguian este frenesí dominante, principalmente
los iniciados que estaban mas adheridos á los fran-
ceses. Esto me lo han asegurado muchos franc-mazo-
nes que de Prusia han llegado á Londres, y me lo han
testificado delante de muchos sugetos que habian pre-
senciado lo que pasaba en las lógias prusianas. En
punto á las disposiciones actuales de los hermanos, cree-
mos es muy digna de ser notada la revolucion á que
acaba de someterse la lógia de Berlin , llamada Real-
York. Se sabe por las noticias públicas, que esta lógia
ha establecido en su seno un directorio , un senado de
ancianos y un senado :de jóvenes , segun el modelo del
actual gobierno frances. Esta revolucion que se está or-
ganizando en el seno de los misterios ¿no parece que,
descubre el teson con que los pentarcas de Paris y sus
adherentes se ocupan en hacerla universal ? No me atrevo
á resolverlo; pero sé positivamente, que los jacobinos
de Paris tienen tropas auxiliares fuera de sus lógias. Tie-
nen emisarios enviados de Paris hasta en los ejércitos
prusianos; tienen soldados, que por una parte paga el
rey de Prusia para la conservacien de su trono, y por
otra parte los pagan los pentarcas directores para sedu-
cir los regimientos prusianos y enseriarlos á derribar los
tronos. La generosidad de los jacobinos llega hasta pen-
sionar en Francia á las mugeres de sus apóstoles , dis-
frazados de soldados. Toda la Europa sabe que el ini-
ciado Sieyes está de embajador en Benin. Si cumple


Ce 4




398 HISTORIA DE LA coxsputAcinx.
con su mision, la secta aumentará sus conquistas en Pru--
sin , corno las aumentó en Italia. y en fin sé que ya
toda la Alemania, ha mucho tiempo, que habria cedido
á su impulso, si los iluminados pudiesen contar con tan-
tos t riunfos como maquinaciones.


El senado de los iniciados, que desde el año de 1793
tema sus sesiones en Viena , poco satisfecho con las trai-
ciones parciales que solamente entregaban á los enemi-
gos alguna ciudad, ó á lo mas una provincia del impe-
rio, recibió las órdenes necesarias, ó formó el proyecto,
extendido en treinta artículos, para entregar de una vez
á la revolucion todo el imperio. Ya habian salido de
Viena cartas franqueadas hasta Egra, las cuales se habian
de dirigir á Gotha , Weimar, Dresde y otras muchas ciu-
dades, y en las que se señalaba á los hermanos el pri-
mer dia de noviembre para la insurreccion general, y
se convidaba á todos los ciudadanos á proveerse para este
dia de armas de toda especie, aunque solo friese de cu-
chillos; á reunirse en algunas plazas públicas, ó fuera
de las ciudades; á nombrarse gefes y dividirse por cen-
tenares; á correr para apoderarse de los caudales públi-
cos , de los arsenales , de los repuestos de pólvora y del
gobierno. Conforme al mismo proyecto debia manifes-
tarse en el mismo dia y en una de las ciudades del im-
perio una asamblea nacional, á la cual todos los her-
manos insurgentes debian enviar sus diputados. Estas
cartas corrian por el imperio en el mes de Octubre, y
por fortuna se interceptaron en bastante número para
hacer abortar la conspiracion. Sin embargo, la secta se
consoló con la esperanza de que los diez años, que para
su cümplimiento habia señalado Mauvillon, no se cum-
plirian sin que toda la Alemania se hubiese levantado.
En efecto, son tantos los iniciados, que no seria fácil
concebir como tarda tanto en verificarse la revolucion,`


cApiTuLo uí:C1)10-1"Elle 1o. 3q9
si no se supiese la lentitud de aquel pueblo, natural-
mente poco susceptible de la efervescencia que se re-.
suiere para las grandes explosiones.


Las cartas que se reciben de aquellos paises , estan
llenas de quejas contra aquella multitud de iluminados.
Para explicar como los príncipes mismos que los conocen
mejor, se ven en el dia reducidos al tolerarlos, me parece
que debo trasladar aqui , copiado de mis Memorias sobre
la Alemania, un artículo que me han confirmado mu-
chas personas muy instruidas, el cual está concebido en
estos términos : «Uno de los soberanos de Alemania , el
duque de Brunswick , que tiene tanto talento, ha tole-
rado bajo los auspicios de Campe, Mauvillon y Trape,
todos tres famosos iluminados, que la capital de su pais
se volviese una escuela pública de irreligion y de jaco-
hinismo. Esto podria hacer sospechar que este príncipe
está algo imbuido de los principios del jacobinismo; pero
es cierto que se le baria una grande injusticia ; él solo
tolera á estos pícaros para evitar sus maquinaciones. Si»,
los alejo de mí, se irán á otra parte, y me calumniarán.
Seria necesario que hubiese una convencion entre todos
los príncipes alemanes, para no tolerarlos en parte algu-
na.» Mientras se esperaba aquella convencion , habia en
aquellos paises otros gobiernos que permitian se ense-
ñasen públicamente los últimos misterios del iluminis-
mo. «En Sajonia, por ejemplo , en la ciudad de Jena,
se permite que un catedrático enseñe á la juventud, que
los gobiernos son contrarios á las leyes do la humanidad;
y que por lo mismo ya no habrá mas gobiernos en el
mundo de aqui á veinte, cincuenta ó cien anos (r),


A mas de esto, aun se podria decir de algun modo,
que la mayor parte de los príncipes alemanes no que-


(i) Memorias sobre el jacobinismo en Alemania , año 1 794-




400 ITIFTOEI DE LA coNsruacites.
rian que los escritores impugnasen estas doctrinas y la
secta que las propagaba. Una sociedad de hombres muy
dignos de estimacion y muy buenos ciudadanos se mul o


-paba en descubrir los lazos, los principios y los peligros
del iluminismo, publicando un periódico, titulado Ea-
demonia (el buen espíritu). Y ¿que sucedió ? que casi
ningun príncipe le protegió, y que muchos le prohibie-
ron en sus estados, al mismo tiempo que se dejaban
correr libremente todos los jacobinos. Hasta la casa de
Austria llegó á prohibir el Endemonio, bajo el espe-
cioso pretexto de que, aunque el objeto de este perió-
dico era bueno, daba á conocer unos principios que no
quedaban bien refutados. Pero es cierto que los refuta-
ba mejor de lo que querian los mismos iluminados; y la
prueba de ello, es que su patriarca , que lo era la Gazeta
literaria de Gotha , se apresuraba á publicar su defensa,
antes que se conociera la iefutacion en Viena misma. El
artificio de aquel pretexto causará menos admiracion,
cuando se sepa que entre los comisarios de censara, esto es,
entre los jueces de este periódico y de todos los escritos
que se publicaban en Viena, habia, á lo menos, dos ilu-
minados bien conocidos, Sonnenfello y Retzer, quienes
ciertamente habrian reclamado la libertad de imprenta
en favor de los escritos de otra especie (*).


En fin , hay en Alemania otra casta de jacobinos, y
que entonces bacian los mayores progresos. Estos eran
los discípulos del Dios liara:, que Rabia salido de las
tinieblas y del caos de sus categorías , para revelar los


( 0) ¡ Cuantas cosas buenas podríamos decir da algunas de rmes-
tras tantas de censura , si tratásemos de tejer el panegírico de los
jacobinos de Espada! Pero como ya todas murieron, dejémoslas
en los sepulcros en que yacen, hasta que una voz poderosa las
llame á juicio, (S. y Y). •


CAPÍTULO blcimo-Ttac7o.
-


misterios de su llamado cosmopolitismo. Segun el siste-
ma de este famoso doctor, es en primer lugar, muy
desesperante el verse precisado á buscar en la esperanza
del otro mundo el fin y destino de la especie humana.
2.° No sucede con el hombre , guiado por la razon ,
lo que con las bestias, guiadas por el instinto. El fin de
estas es el desarrollo de todas sus facultades, y cada ani-
mal llena este objeto. Al contrario , el •


objeto de los
hombres es la especie , no el individuo, porque la vida
del hombre es demasiado breve para llegar á la -perfec-
eion y al total desenvolvimiento de sus facultades. En
la especie humana pasan todos los individuos y perecen;
solo se conserva la especie, solo ella es inmortal. 3.°
Aun la especie humana no puede conseguir del todo su
objeto ni desenvolver del todo sus facultades, sino en
la sociedad mas perfecta. 4.° Esta sociedad la mas per-
fecta seria una confederacion general de todos los pue-
blos, unidos entre sí, de tal modo, que ya no se hablase
mas de disensiones, de envidias , de ambición ni de
guerras. 5.° Puede ser que pasen millares de millares de
aiios antes que llegue este ciclos° periodo de perpetua
paz; pero, cualquiera sea la idea que se forme del libre
ejercicio de la voluntad , elle es cierto que Os resaltados
aparentes de esta voluntad, eue son las acciones de los
hombres, estar determinadas por leyes generales , como
todos los otros hechos de la nwzraleza.), Esta naturaleza
anda con pasos lentos, pero sn desviarse, hacia su ob-
jeto. Los vicios, las virtudes, las ciencias, las disensio-
nes de los hombres, todo sol para ella medios seguros
é infalibles por los cuales el!aconduce la especie huma-
na, de generacicn en generador, , á la perfecta civili-
zacion. Tarde ó temprano ligará la época de la confe-
deracion general y de la perpeua paz. No obstante, aun
cuando llegue esta época, lazatwaleza humana solo se




402 DISLOBIA DE LA CONSPIIIACION.


hallará á la mitad del camino de su perfeccion. No sé
si al Dios Kant le acomodó decir, cual era la otra mitad
del camino que- aun tendrá que andar nuestra natura-
leza (a). Pero entre tanto muchos de sus discípulos nos
dicen « que la Europa debe necesariamen te resolverse
en tantas repúblicas cuantas en el dia son sus monar-
quías ; que solamente entonces se manifestará el género
humano con toda su fuerza y grandeza ; que entonces
ya no se verán seres incapaces al frente de las naciones;
que estas llegarán á aquel alto grado de perfeccion en
el cual se halla en el dia la Francia , en donde ya no se
atiende al nacimiento, y en donde todo se logra con el
ingenio y los talentos (2). » Otros discípulos, al mismo
tiempo que esperan todo esto , han llegado á conocer
en que consiste aquella segunda parte del camino que
aun se ha de andar, para llegar á la perfeccion de la
especie. Para estos el hombre perfecto será el que ya
no tendrá superior, el que se gobernará á sí mismo, y
que no tendrá mas ley que su razon. Este es el hombre
del catedrático de Jena , el mismo de Weishaupt y el
mismo de Babceuf (3).


(1) Véase un escrito titulado : ldée d'une histoire universelle dans les
enes dn citoyen du monde, par 11. Kant, spectateur du Nord ,


1798.
(o) Memorias sobre el jacobnismo en Alemania.
(3) No he tenido hasta hoy wasion de leer las obras del doctor


Kant en lengua alemana; pero el señor Nitsch ha tenido á bien el
darnos un análisis de ellas en lengua inglesa , análisis que es un
verdadero caos de cathegoi ías y que como el lector pudiera no
tener un gran deseo de leerle y désembroliade, podria consultar
la cuenta y crítica que se hi r de él en el Britisek-Critic del mes
de Agosto 12: 96. Esta sola locura le bastará para hacerse cargo
de cuan absurdos son todos Is argumentos gua el doctor prusia-
no atina contra la posibilidadmisma de la revelacion. Aun para
mayor gloria de un tan oscilo y tenebroso profesor , el señor


CAPÍTULO nñcimo-TEncro. 4o5
Con esto ya se vé que , á pesar de la diferencia en los


procedimientos, el sistema del doctor Kant que aun en
el dia (1 799) es catedrático en Kcenigsberg, llega á con-
fundirse con el del doctor Weishatipt, catedrático que
fue en Ingolstadt. En ambos maestros del error se des-
cubre el mismo odio á la revelacion y aquel mismo espí-
ritu de impiedad , que no puede sufrir la idea de una
vida futura, en donde la sabiduría y justicia del criador
descifrará todos los enigmas de la incredulidad, y en la
cual, y á presencia del tribunal de un Dios vengador y
remunerador, se manifestará á cada uno y á todo el gé-
nero humano el grande objeto que se propuso el que
le crió. En Kant y \Veishauupt se descubre la misma
emulacion á singularizarse con un fatal ingenio que se
vió humillado por el delirio de sus suposiciones, tan gra-
tuitas como absurdas, y que solo dan á la presente gene-
racion por todos los desastres que experimenta el triste
consuelo de su reino imaginario de aquellos cosmopo-
litas , que esperan llegar á poblar la tierra , cuando
se hayan pasado millares de millares de años. En am-
bos se descubre la misma hipocresía de sensibilidad y de
virtud, en vista de la cual se recatan y se disimulan
á sí mismos , que un particular atenderá solo á sus in-
tereses ó á sus placeres , sin hacer caso de aquella per-
petua paz que han de introducir los cosmopolitas de


Wilhich acaba de mostrarse el émulo del iVitseli y regalarnos un
nuevo análisis , en el cual he visto los elogios que tributa k un
cierto proyecto de perpetua paz del doctor Rant. Yo no alcanzo por-
que este autor se contenta solo con darnos el título de una obra,
que mas relacion tiene con la que yo cito y extracto , á saber,
el tratado en que Rant sienta sus principios de cosmopolitismo. ¿Habrá
tenido miedo el discípulo de poner sobrado á las claras la escuela
de su maestro, y de enseriar con sobrada franqueza á los Ingleses
en que debe venir forzosamente á parar aquel sistema de pretendido
cosmopolitismo y de paz perpetua ?




4o4 ntsronta Dr. LA. CONSPIRACION.
aqui á muchos siglos. Tambien en ambos se descubran
los mismos absurdos del fatalismo, con que se pretende
que la naturaleza hace siempre lo que se le antoja , á
pesar de toda nuestra voluntad, dominando todas nues-
tras acciones con sus leyes generales, al mismo tiempo
que ambos se quejan de la lentitud con que coopera-
mos al grande objeto de la misma naturaleza, suponien-
do con esto que tenemos libertad para apresurar ó re-
tardar con nuestras acciones sus pasos. La única dife-
rencia que descubro entre estos dos héroes del jacobi-
nismo aleman , consiste en que Kant, en su escuela de
Koenigsberg, se presenta siempre con apariencias pacía..
cas, al mismo tiempo que Weishaupt, en sus misterios,
excita y anima á sus iniciados, inspira su entusiasmo y
sus furores á los cpoptas, señalándoles el dia en que será
preciso recurrir á los medios de la fuerza , subyugar y
sufocar á cuantos les hagan resistencia. Pero la divinidad
pacifica de Kant no inspira menos en sus escuelas los
deseos de que llegue el gran día, en que dominarán
los discípulos de la igualdad y de la libertad. No todos
los cofrades que tiene en las universidades repiten los
mismos principios con igual frialdad. Los discípulos se
acaloran, y los jacobinos se sonrien , y á proporcion que
se va extendiendo el sistema, se unen los prosélitos de
ambas escuelas y forman entre sí sus alianzas clandesti-
nas. Bajo el pretexto de aquella paz general de que han
de gozar las generaciones futuras, los discípulos de Weis-
haupt han empezado con declarar al'mundo una guerra
de caníbales , y los discípulos de Kant estan prontos á
hacer traicion á su patria, á sus leyes y á sus conciu-
dadanos, para que llegue cuanto antes el imperio de sus
cosmopolitas , cada uno de los cuales será el honzbre rey
de Espartaco. —En este estado se halla en el dia la secta
en Alemania. Se halla en los clubs , en-las lógias, en las


cariveto DIcimo-Tr.ncio. 4o5
sociedades literarias, en las oficinas, en los tribunales p
aun en los consejos de los príncipes. Ella ha variado
sus formas y sus nombres; pero bajo todos los nombres
y formas posibles continua siempre sus conspiraciones
-en aquellos desgraciados paises. Todos los tronos estan
sobre un volean, cuyos fuegos esperan el momento favo-
rable para hacer su explosion.


La secta en Inglaterra.


Siento no poder decir que la secta conspiradora ha
respetado á lo menos á una nacion, que mas que cual-
quiera otra está satisfecha con sus leyes, y que por lo
mismo se ha manifestado mas constante en rechazar los
misterios y las maquinaciones desorganizadoras. No lo
puedo decir; el iniciado RIctgen ministro de Palma
enviado á Londres bajo los auspicios de un gran prín-
cipe, no es el solo apóstol de Weishaupt que ha trave-
sado el Océano para iluminar la Inglaterra. Solo con
nombrar á Xavier Zwaclz , se han acordado en Oxford
de la mansion que este digno discípulo , el fundador del
iluminismo hizo alli por espacio de un ario, despues
de su fuga de Baviera. La exactitud de las señas con
que le he hallado retratado en los escritos originales
que he traducido, ha hecho reconocer á todo el mundo
al verdadero Caton de la secta. Ya entonces se vió cual
era su verdadero objeto , pues dijo que había venido
á esta ciudad para instruirse en su famosa escuela. Pero
el tiempo y el lugar eran entonces muy poco favorables
á una mision y á unos principios, que solo podían con-
ciliarle el mas justo desprecio de parte de los doctores
de aquella universidad. El astrónomo liornsby , que lo
Babia manifestado algunos descubrimientos, no ha podi-
do concebir como el iniciado Zwacli haya podido publi




114 HISTORIA DE LA CONSPIRACION.
carlos en Alemania, como frutos de su propio ingenio,
y como habiendo sido despreciado por los sabios de
aquella universidad , pudo prometer que volveria al si-
guiente año. No volvió; pero sobrevinieron otros após-
toles que suplieron su mision, y el amor que tenemos
á la verdad nos precisa á decir á la nacion inglesa , que
esta mision de la prole de Weishaupt no ha sido del todo
infructuosa. Cuando el señor Robison publicó que había
en Irglaterra lógias mazónicas , contaminadas por la
presencia y hermandad de los iluminados de Baviera,
se exaltó el honor patriótico de algunos sugetos, que
componen una especie de tribunal sobre la opinion pú-
blica, y les pareció que tenian derecho para exigir de
este célebre escritor el que produjese las pruebas. No sé
como les ha - respondido el señor Robison ; pero sé que
les pocha decir : cuando personas•constituidas en auto-
ridad me preguntarán , yo responderé. Lo mismo res-
ponderia yo á los que sin autoridad me pidiesen estas
pruebas, porque las hay de tal naturaleza , que ciertas
circunstancias pueden impedir que se publiquen. Hay
pruebas que basta manifestarlas al gobierno, para que
tome sus precauciones contra la secta. Y hay pruebas,
que aunque sean demostrativas para un autor á causa
ele la multitud de incidentes que les acompañan , no
pueden ser legales , porque no pudieran probarse todos
sus incidentes.


El motivo que tengo para hacer estas reflexiones, es
porque sé que el gobierno tiene pruebas competentes, y
esto es cierto; sin embargo su sabiduría no permite que
se publiquen. A mas de que, el señor Robison ha dicho
lo bastante en su apéndice y en sus notas para persuadir
que está suficientemente informado ele que se han intro-
ducido iluminados en algunas lógias inglesas y escoce-
sas,- sin que por esto se crea obligado á señalar en par-


ticular


CepiTT31.0 nIctmo-rnrscio.
titular cuales son estas lógias, y tal vez sin poderlas mar-
car. Creeré que el señor Robison no ha querido expo-
nerse como el célebre caballero Zimmerman , de quien


jsabe todo el inundo, que, por unas circunstancias seme-antes, fue víctima del iluminado Knigge, no porque este
hubiese sido acusado inocente, sino porque á aquel
le faltó entonces una prueba legal , que consistió en
no poder articular en justicia que estos dos nombres
Filon y Knigge eran de un mismo sugeto , lo que en el
dia es ya evidente por sus mismos escritos y por los de
otros iniciados. Seria de desear que los mismos que se
han tomado la libertad de tratar al señor Robison de
calumniador, hubiesen reflexionado que la secta tiene
muchos medios para influir en unos juicios semejantes.
Una de sus leyes es el quitar la estimacion pública á
todos los escritores de mérito, que ella no puede atra-
her á su partido. No se puede dudar que el señor Robi-
son tiene un verdadero derecho al odio de aquellos sec-
tarios. A esto añado, que seria de desear que el señor
Robison hubiese podido responder publicando todas estas
pruebas, y estoy íntimamente persuadido de que los mis-
mos que se han tomado la libertad de juzgarle de un
modo tan incompetente y ultrajante, se le habrian mani-
festado agradecidos por el servicio que ha hecho á su
patria, pues tengo por cierto que ellos la aman tanto
como el señor Robison, aunque no han tenido la pers-
picacia que este para conocer sus peligros.


A pesar ele la oposicion que se halla entre este respe-
table autor y yo en cuanto á algunos artículos , espe-
cialmente sobre la religion católica (r) y los jesuitas, de


(1) En nada pienso menos al presente que en contestar y respon-der aqui á las preocupaciones religiosas de cierta especie de escri-
tores contra los católicos; pero ¿que tienen que ver con la ra y o-
Incion francesa la confesion, los votos monásticos, las indulgencias,


Tomo Ir.
Del




4oS BISTORIA. colsruuctoN•
quienes habría hablado muy de otro modo, si él hubiese
tenido, como nosotros, la prueba de que toda la historia


de su imuoneria no es mas que una flecion y engaño
de que se valieron los iluminados para seducir á los tna-


zones, y desviar al palier> de la atencion con que podía


la jurisdiccion puramente espiritual del papa, y mil otros artículos
de esta naturaleza? La mejor prueba de cuan distantes hayan esta-
do todos estos objetos de haber contribuido á la revolucion , es el
ansia y cl furor que han desplegado los jacobinos para destruir-
-los. -¿Porque , pues , en un libro destinado á impugnar á los jaco-
Linos, se viene ahora á exhalar el mal humor que nuestro símbolo
inspira á los que profesan otro diferente ? Yo podría muy bien
decir ahora á muchos de estos autores culpables de esta impru-
dencia : Principien Vmds. á lo incisos, seiiores, por adquirir y for-
:liarse una mas exacta idea de nuestra fe, y ya verán si sabemos
defenderla, cuando la ocasion se presentare. A algunos otros pudié-
ramos tambien decirles ; Dejen Vmds, á cargo nuestro el explicar
y exponer lo que nosotros creemos ó lo que no creernos, porque
malgrado las mejores intenciones por parte de Vmds., sus apolo-
gías y justificaciones pudieran sernos perjudiciales y gravosas. Sin
duda M. Robison cree haber hablado en favor de la iglesia de Fran-
cia , cuando dice, que hacia mucho tiempo que esta hubiera sacu-
dido el yugo de la corte de Roma. Pero si por la corte de Roma
entiende este autor la dominacion temporal del papa , la iglesia de
Francia no ha tenido motivo de sacudirse de esta doctrina ni de
este yugo , porque nunca le reccnoció. Mas si entiende le juris-
diccion puramente espiritual del papa , nuestros obispos , nuestro
clero y todos nuestros católicos estan infinitamente distantes de
querer negarle ó sustraerse á él. Todos creen aun lo que sus ma-
yores siempre creyeron , á saber , que el papa, como sucesor de
San Pedro, tiene sobre la iglesia de Francia , no menos que sobre
todas las otras, los derechos y privilegios del primero de los pas-
tores, y todos saben que esta jurisdiccion espiritual del sumo pon-
tífice va ligada y es de esencia de nuestro símbolo , como una
parte esencial de la gerarquía, establecida por el mismo Jesucristo.
Pero todos saben tambien , que esta jurisdiccion del papa , como
la de todo otro obispo, no forma en este mundo mino ni monarquía


alguna ; que ella deja en todo se vigor nuestros deberes para con
los soberanos, y que etingun caso ni sentido podría eximirnos


cAp3Tur,0 plc.zmo-TEnclo.
409


observar á los verdaderos conjurados; á pesar, repito,
de esta oposiciot t


, no dejaré de decir que ha merecido
el agradecimien to de sus compatriotas, manifestándoles
la secta monstruosa, cuyos proyectos y maquinaciones se
extienden tanto hacia ellos, como hacia los de los otros


de la fidelidad y sumision que debemos á las leyes del estado.
Yo estimo al doctor Robison, y he tributado mil elogios á sus
obras; pero aquellos no pudieran recaer sobre ciertos plintos de doc-
trina en que mi fe me prohibe el convenir con él, y es de mi deber
el protestarlo así altamente, con respecto á aquellos que hubieran
podido sacar una consemencia contraria de mi afecto hacia dicho
doctor. — Aprovecho no menos esta ocasion para observar que ,


- cuando se trata de revolucion , protestantes y católicos , todos,
todos deWeran hacer causa comun y dejar á un lado toda disputa
y preocupacion religiosa de los unos contra los otros , porque la
impiedad de los jacobinos detesta no menos el símbolo de los unos
que el de los otros. Ademas , que tanto un partido como otro ha
perdido , digámoslo asi, el derecho de alabarse ó de creerse res-
pectivamente mas meritorio con respecto á la revolucion.
haupt y Caton-Swach son sinos católicos apóstatas; Filon Knigge
y Nicolai , protestantes apóstatas , y Tomas Payne , un anglicano
apóstata. En Francia , los habitantes y ciudadanos de Paris , cató-
licos , los habitantes y ciudadanos de Nimes, protestantes; en Irlan-
da , una gran parte del bajo pueblo católico en los ejércitos revo-
lucionarios y bajo las órdenes de gafes protestantes; en Alemania,
los primeros iluminados que salen y proceden de uua universidad
católica , y otros muchos protestantes que admiten y -abriga n en
su seno profesores iluminados ; todo esto, repetimos, debiera po-
ner un término á estos onítuos cargos y reproches. Aun sobre este
particular, yo noto mucha mas prudencia y sabiduría en los pro-
testantes, luteranos ó calvinistas, de Alemania , con quienes estoy
en correspondencia. No me disimulan de preferencia los yerros 6
vicios de estos ó aquellos ; y aun son ellos mismos quienes me han
hecho observar y conocer la multitud de personages de sus comu-
niones respectivas, que se han alistado en el iluminismo. lían visto
que el jacobinismo atacaba indistintamente todas las comuniones ;
y Izan tenido sobrada razon en querer, que para impugnar y opo-
nerse á este enemigo comun , olvidasca odas las densas comunio-
nes cristianas sus pretensiones ó cargo


íprocos.


Dd




410 HISTORIA DE TA CONSPIRACION.
paises. Siempre celebraré la justicia de su causa, el fervor
de su zelo y la rectitud de sus intenciones. Y, mientras él
pasa á desenvolver las pruebas que tiene sobre el ilumi-
nismo de ciertas lógias mazónicas inglesas-, produciré á
lo menos alguna parte de las que tengo sobre lo mismo.


Sé que se hallan en Inglaterra dos personages que han
sido buscados por los apóstoles del iluminismo. Uno de
estos es un honrado oficial (le marina, que conserva con-
tra ellos toda aquella indignacion de que es susceptible
un buen militar, la que concibió en el mismo momento
en que se vió engañado por un hermano insinuante, que
con el pretexto de explicarle los misterios mazónicos,
pretendia atraerle á los de Weishaupt. El otro es un
sugeto de mérito, que lialIia podido adquirir mas Cono-
cimientos del iluminismo, si no se hubiese apresurado
á manifestar su verdadero modo ele pensar, pero cuyas
cartas me .aseguran á lo menos los siguientes hechos...
Entre los libros , que mas descubren la multitud de las
lógias iluminadas, hay uno titulado les Paragraphes (los
párrafos), que los reclutadores entregan á sus candida-
tos de cierta clase. En esta produccion se descubre, que
un iniciado gran viajero, y llamado Zimmermann , como
aquel caballero tan enemigo de los iluminados , se gloría
de haber hecho en Inglaterra lo mismo que habia hecho
en Italia y Hungría, y conquistado para su iluminismo
muchas lógias de franc-mazones inglesas.. Algunas de
estas acogieron muy bien el iluminismo, principalmente
cinco, y aunque dos de ellas renunciaron bien presto
los misterios de Weishaupt , las otras tres aun los con-
servan.


Un nuevo apóstol , sucesor de Zimmermann , se dejó
ver en Londres, el cual habia llegado á Inglaterra con
el nombre de doctor , Aiken , nombre tal vez supuesto,
de los cuales suelen ierse los hermanos segun las eir-


CAPÍTULO Décimo-TERCIO. 411
cunstancias. Sea lo que fuere, este doctor que se llamaba
Ibiken, emisario de las lógias eclécticas del iluminismo,
empezó con enlazarse con algunos Quake'. s ; despues fue
recibido en algunas lógias, en las cuales introdujo los
medios preparatorios, y concluyó su apostolado con ilu•
minar del todo á algunos hermanos tontos. Se gloriaba
tanto de su buen éxito en Irlanda é Inglaterra, que pro-
metió á sus discípulos que bien presto baria una grande
revolucion en su miserable y mezquina franc-mazonería.
Los que no entendian este lenguage, me han asegurado,
que le han comprendido despues que he publicado el
código ele la secta. El doctor Ibiken se ausentó, sin
duda porque la vigilancia del ministerio le precisó á que
fuese á enseñar sus misterios á otra parte. — Poco des-
pues de este Ibiken se dejó ver en Inglaterra un emi-
sario, que decia ser natural de Alsacia, y que habia sido
capellan en la marina francesa. Este vino desde Amé-
rica con el nombre de Reádnhard, y fue bien acogido
en algunas lógias inglesas corresponsales con las que ha-
bia dejado en Boston, las cuales segun él decia, habian
hecho grandes progresos desde que los hermanos fran-
ceses habian desembarcado en aquel continente. Este
lieginkard se demostraba menos adoso que los otros
apóstoles, y aun llegó á descubrir la repugnancia que
tenia á una mision, que él mismo decia, era poco con-
forme á su estado, El sugeto que me ha comunicado
estas noticias, me dice en una carta , que el primer
conocimiento que tuvo de que el iluminismo se habla
establecido en Inglaterra, se le debió á aquel clérigo.


Esto ya basta para probar , que estos sectarios no han
permitido que sus apóstoles se olvidasen de esta isla.
Aun diré mas; á pesar de la honorífica excepcion que
he hecho en favor de las lógias inglesas , no me causa
admiracion el ver que el iluminismo haya sido acogido


1)d 3




412
1USTOUt A DE LA COSSPIRAC1011.


por un cierto número de sus iniciados. Aqui principal-
mente debo decir, que en la exeepcion que hice, solo
comprendia á aquella especie de fran c-mazonería á la
cual di el nombre de nacional, y que solamente se
reduce á los tres primeros grados. En la primera edi-
clon de mi segundo tomo habria yo limitado mas esta
excepcion, si hubiese visto un folleto titulado : Free AM-
sonsy,


á word to the visel en el cual los hermanos ingle-
ses se quejan de una multitud de grados, cuya inmo-
ralidad é impiedad , principalmente los de !losa-cruz,
debe contener el gobierno. Creo que ya he probado, que
es muy fácil el tránsito del sistema de los últimos Rosa


-cruz al de Weishaupt. Otro escrito hay, que se imprimió
ha cincuenta años con este título : Origen de los fraRC-
mazones y de su doctrina. Me habria sido muy útil este.
impreso si le hubiese visto antes. Ya nadie puede decir
que yo he sido el primero en manifestar, que el gran
secreto de las últimas lógias consistia en una igualdad
y libertad impías y desorganizadoras. El autor de este
escrito ya lo dijo con tanta claridad como yo, y lo de-
mostró con toda evidencia , siguiendo la serie de los
grados de la mazonería escocesa, tales como existian en-
tonces. El tiempo ha podido cambiar su forma ; pero es
muy cierto, que la multitud de grados , aun los llama-
dos filosóficos, nada han añadido al espíritu del sistema
que entonces se descubria en las lógias de los hermanos
llamados arquitectos escoceses. Los mazones de este grado
no son mejores que los iluminados. Con dificultad se
creerán sus astucias. Y en suposicion que los hay en el
dia en Inglaterra y en Escocia, debo decir alguna cosa
para llamar la atencion del gobierno. Paso sin pararme.
en los intermedios, á los últimos misterios.


« Luego que se presenta un candidato para que le reci-
ban en calidad de arquitecto escotes, el portero (llama-


CAPiTVLO lermo-rEncio.. 413
do hermano terrible) le pregunta si tiene vocacion cf.
libertad, á la igualdad, á la obediencia, al valor y á
la constancia. Habiendo respondido que si, le introdu-
cen en la sala, en cuyo pavimento ya no está delineado.
el templo de Salmnon, sino estos cinco animales : una
zorra, una mona, un leen, un pelicáno y una paloma.
Despues de los signos de reconocimiento y de la contra-
seña Adonai, que se le explican y dan al candidato , el
orador da principio á un discurso enigmático, del cual
copio esta parte : « La sutileza, el disimulo, el valor, el
amor, la apacibilidad , la astucia, lü imitacion, el furor,
la piedad, la tranquilidad , la malicia , la bufonada., la
crueldad, la maldad y la amistad, son una misma cosa,
y se hacen ti ejecutan en una Misma cosa. Todas sedu-
cen, inspiran gozo y causan tristeza, procuran ventajas
y días serenos. Hay cinco de estas cosas, y sin embargo
todas componen una sola. Bien presto, bien presto, .bien
presto, por el que es, que será, y que ha sido , etc. D
Lo restante de este discurso está escrito con, el , mismo
gusto. A pesar de toda su oscuridad , no deja de ser
muy claro , si se atiende á las figuras que señalan el ca-
rácter de los franc-mazone5. Bajo la astucia de la zorra
oculta la orden su objeto. La imitacion ó remedos de-
la mona, significan aquella docilidad de espíritu y defe-
rencia con que los franc-mazones se acomodan á, los
diversos talentos y al gusto de los astirantes. El Icon,
indica la fuerza y valentía de los que componen aquella
socTeda-d. El pelícano es un emblema del. cariño que,
reina entre los franc-mazones. El humor pacífico de la,
paloma representa la paz de la edad de oro, ti bien de
aquellos (has serenos, que los franc-mazones prometen,
a, todo el mundo.


El anter que nos suministra estas instrucciones, Ira viví,
do mucho. tiempo con los franc . rnazones de esta espe-


Dd




414 ElISTOBIA. DE EA CONSHRACION•
cie; se ha encontrado muchas, veces en sus lógias , en
sus consejos y en sus deliberaciones para ejecutar los
medios, á fin de conseguir sus fines, y añade o Cuando
se pasa á la iniciacion de un candidato escoces, no bay
ley que obligue á darle á conocer en el momento de
su recepcion, en términos claros, cual es el objeto de
la sociedad , sino que solo se le apunta con palabras sufi-
cientes para darle á entender la moral y la política con
que generalmente se gobierna la misma órden. En la
tarde de la recepcion , solo se le dice que la igualdad
y libertad entre los hermanos son el único objeto de
la sociedad. Pero si el que es recibido á la clase de
arquitecto da indicios de que se acomodará del todo al
objeto de la sociedad, entonces se le descubre el objeto
capital de la sociedad, que es reducir todos los hombres á
una igualdad recíproca, y dar al género humano la liber-
tad natural. En fin , despees de algunos dios de ejercicios,
le dicen abiertamente, que la expresion de pacerá todos
los hombres iguales entre sí, y laicer libre al género hu-
mano , comprende indistintamente á todas las personas
de cualquiera calidad y condicion que ellas puedan ser,
sin excluir siquiera á los .


magistrados, á los grandes ni
á los pequeños (a). »


Las ceremonias con que se confiere este grado , y el
catecismo que se le da al candidato , apoyan en todo
estas explicaciones. En compendio, todo manifiesta con
una claridad tal el objeto de estos últimos misterios
de la igualdad y de la libertad, que el autor creedse
puede atribuir el origen, ó á lo menos la restauracion
de la franc-mazonería, á Cromwel y á sus independien-
tes. El autor se hubiera atenido á la restauracion , si
hubiese tenido noticias del manuscrito de Oxford. De


(1) Origen de los franc-mazones , grado de Arquitecto.


CAPÍTULO DIICIMO-TERCIO. 415
este siempre se deducen consecuencias muy interesantes,
unas para la historia de la frane-mazonería , y otras para
los gobiernos. En primer lugar, es fácil inferir ; que los
misterios desorganizadores de las tras-lógias, son á lo me-
nos anteriores al imperio de los sofistas franceses. No se
puede dudar que estos les han dado sus giros , y que
han multiplicado y variado los grados á su modo; pero
sus principios ya eran los mismos en las lógias , mucho
tiempo antes de Voltaire. Aun los de Kadosch ya se des-
cubrian anticipadamente en el franc-rnazon arquitecto
escoces. Cuando á este le pregunta su catecismo ; como
se llama ? responde : Astuto y sencillo; y el Kadosch pue-
de responder : Atrevido á impaciente. La diferencia está
en el carácter, no en los sistemas. Tambien este grado
de arquitecto escoces nos explica el origen de aquel ascen-
diente que tienen las lógias escocesas , y el motivo por-
que las de los otros imperios desean tanto el correspon-
derse con la lógia madre, llamada de Heredom de Kilvin-
ning , en Escocia. Se supone que aqui estan reunidos
los famosos arquitectos de la igualdad y libertad, y que
son los depositarios de los últimos misterios, En esta
querian matricularse, á pesar de la influencia del Gran-
de Oriente de Paris, muchas lógias francesas, como por
ejemplo, las de Marsella , Aviñon , Lyon , Rijan y mu-
chas otras. A la vista tengo el original de las patentes
que dan á un mazon la facultad de erigir lógias, bajo
la dependencia de la de Ruan. En esta reside un pro-
vincial mazónico, con derecho de juzgar los procesos ó
disensiones de las lógias que componen su provincia;
pero cuando se trata de negocios importantes y mayo-
res, solamente la lógia de Heredom tiene derecho de deci-
dir. lie aqui á lo que José segundo 'labia dacio el nombre
de imperio en el imperio, y aun mejor, el de un imperio
en todos los imperios. Merece notarse, que lloradora (haro-




H1( nisT01(1.1. 05 LA. cO/ISPLIIACIGN.
dim) segun los hermanos, es una palabra hebrea que
significa geles ó gobernadores. Nótese tanibien que hay
un grado , llamado grande arquitecto, en todo diferente
del que acabo de describir. La multitud de estos grados
solo sirve para ocultar mejor el objeto.


A pesar de todo el secreto que entre sí saben obser-
var esta especie de iniciados, ¿quien hay que no descu-
bra una perpetua conspiracion contra el : estado Quien
se admirará de que los iluminados, habiendo llegado á
aquellos paises, hayan hallado hombres ya del todo dis-
puestos á hermanarse con ellos, y á reunir sus maqui-
naciones y medios? Por exenta que se considere de tales
maquinaciones una gran parte de los rnazones ingleses,
¿no bastan aquellos para que algun dia salga ele sus lógias.
el terrible azote, que la presencia de los buenos no ha
hecho mas que ocultar, encubriendo, sin pensarlo , los
proyectos de los malos? Nadie me diga, que los buenos
impiden á los malos el tratar de sus maquinaciones, pues
sé que estos tienen congresos en que no admiten á aque-
llos, aunque sea comun á todos una misma lógia. Me
consta por persónas que han informado al ministerio,
que hay lógias mazónicas que no admiten siquiera á uno.
de los que llaman aristócratas. Ya se entiende lo que
esto quiere decir, y esto mismo descubre muchos mis-
terios. Tambien hay lógias cuya entrada es un verda-
dero laberinto; los iniciados nunca salen de ellas por
la puerta que han entrado. Muchas veces para frustrar
las diligencias de la autoridad pública , salen con un Ira-
ge distinto de aquel con que han entrado.


Pero, aun cuando la secta no tuviese estos recursos,
en algunas lógias inglesas, ya se cuidaron Chauvelin y
Yan-der-Noot, cuando salieron de Londres, de dejar
otros agentes (1). El peligro general se conocia por los


t) .
Con ocasi on de hablar de este Chau elin , observaré que,


CAríTUL0 DIC1110-TEllek0 .
417


hechos particulares, y por lo mismo nadie se admire al
ver que entro en los pormenores siguientes sobre la con-
ducta de la secta y de los emisarios del jacobinismo en
Inglaterra. A una nacion bienhechora se le debe el tri-
buto del agradecimiento. —En el primer año de mi emi-
grado]) , y, honrándome con su generosidad el Sr. Burke,
serví de introductor á un sugeto que estaba encargado
de valerse de sus instrucciones, sobre el uso que habia
de hacer de una carta escrita á Manuel, que entorices'era
el Robespierre dominante en la municipalidad de Paris,
que era el gran club (le los jacobinos, junto con aquel
Ta pien, que mandó las matanzas de Setiembre. Habia
escrito esta carta un sellar Frances, que, queriendo pasar
por algun tiempo á Francia, pensó solicitar la recomen-
dacion de un jacobino para el grande ordenador. La
muger de este sefior tuvo sospechas de la recomenda-
cion , y abrió la carta. Esta en efecto comenzaba por


uno de los caractéres particulares del jacobinismo, es trasformar
los embajadores en gafes de conjurados. La holanda, Austria, Ita-
lia , Suiza y Constantinopla , lo han experimentado sucesivamente.
Tarnbien lo ha experimentado la Inglaterra , no solamente en Lon-
dres , sino tambien en sus posesiones de América. En ai de julio
1 7 g7 , el Jury (jurado) de Quebec condenó á muerte á no tal
David Lean, acusado y convencido. de haber recorrido el Canadá
en calidad ele emisario , disfrazado de comerciante , el cual tra-
maba una conspiracion, que habia da entregar á los jacobinos toda
la colonia. Ya habia tomado todas las precauciones de la secta.
Se le hablan unido muchos hermanos con el juramento ordinario
del mas profundo secreto. No habian olvidado el uso de los chu-
zos y otras armas que se habian de entregar al populacho. Los.
hermanos de Quebec V ele Montreal debian hallarse dispuestos en
la siguiente primavera para auxiliar el desembarco de ro mil sol-
dados , que habian de enviar los tiranos de la Francia. Se buscó
el orígen de esta conspirado/1, y se descubrió, que se habia tra-
mado en Filadelfia , y que aquel David Lean no era mas que un
emisario del señor .Idee, entonces ministro de los pentarcas en los,
Listados-Unidos.




418 HISTOixte. DE, Zlá CONSPIRAC1ON.


una especie de recomendacion, pero concluia con el
nombre de Manuel, y á continuacion se leían estas pala-
bras : Este sugeto es un aristocrático franco , del cual es
preciso deshacerse con los chuzos ó con la guillotina, para
que no vuelva á Londres. Entre dichos dos artículos se
leia el informe que se daba á Manuel , sobre el estado en
que se hallaban los hermanos emisarios en Londres. En
otro se leia, que la última asamblea secreta sc componia
de quinientos ; que todos estaban llenos de fervor; que su
número se aumentaba cada dia , y que todo anunciaba las
mas grandes disposiciones para enarbolar la escarapela
revolucionaria ó tricolor. Nada hubo que deliberar sobre
esta carta, y por lo mismo se pasó inmediatamente al
ministro. A pesar de todas las precauciones que pudo
sugerir la sabiduría, en lugar de disminuirse, se aumentó
el número de los emisarios en Londres. Poco tardó la
secta en contar mil y quinientos prosélitos de aquella
clase , que se podían llamar la legion de Jourdan corta-
cabezas. Se hallaban entonces en Inglaterra dos sugetos
educados en todo el arte de la Política parisiense, á los
cuales se dirigieron los ministros ingleses para distinguir
los emigrados honrados de estos recien-venidos. Se les
respondió, que estos últimos eran lo selecto de los ban-
didos de todas las naciones , principalmente de los que
en otro tiempo estaban detenidos en l3icetra, ó bien en
las galeras, ó condenados al último suplicio, pero de los
cuales NeLer, Orleans y Mirabeau habian hecho los gran-
des instrumentos de la revolucion , y que sus sucesores
en el gran club habian eriviado á preparar los caminos
en Inglaterra. A este descubrimiento se debieron prin-
cipalmente las sabias precauciones que contiene el Bill,
relativo á los extrangeros.


Pero la secta es constante en sus empresas. De mucho
tiempo á esta parte rabiaba en vista de las barreras que


CAPITULO a íci lnlo-TERcIo. 109
le oponia la Inglaterra. En Londres, Edimburgo y Du-
blín tenia sus hermanos nacionales, y tenia sociedades
conspiradoras y corresponsales. En la misma Londres
contaba entre sus prosélitos á algunos seducidos de la
mas alta aristocracia , que en sus orgías brindaban á la
salud del pueblo soberano, mientras que otros hermanos
en sus cavernas meditaban el modo como el pueblo sobe-
rano se apropiaria las posesiones de los hermanos Lords,
los tesoros del banco y los almacenes de los comercian-
tes ricos. Otros hermanos en las mismas cavernas deli-
beraban como, con el cebo de hacer una reforma en la
constitucion británica, introducirian la constitucion de
Tomas Payne , de Sieyes y de los Pentarcas , con todos los
frutos del árbol de la libertad é igualdad , las matan-
zas, los destierros, deportaciones y depredaciones. Tain-
bien hay otros que enseñan á los iniciados el arte de
los asesinatos , mientras que otros forjan anticipadamente
las picas y las segures. En efecto , la secta ha franqueado
el Océano que separa la Gran-Bretafia de lo restante del
mundo. Los sectarios no han olvidado la patria de sus
antepasados, los Puritanos, los Anabaptistas y los inde-
pendientes. Los han hallado en el fondo de aquellas
mismas cavernas á donde Cromwell los relegó, despues
de haberse valido de ellos para destronar y descapitar
á su rey, disolver el parlamento, y, como los pentar-
cas, poner la nacion seducida bajo el yugo. Los herma-
nos de Aviiíon han vuelto á ver á sus primogénitos en
los iluminados de Swedemborg; se han acordado de las
embajadas de la lógia de Hampstead , bajo la preteccion
de Mainedue ; han visto que sus discípulos hacian los
mismos votos por aquella Jerusalen celestial y por aquél
fitego purificante (estas son sus expresiones, y las he oído
de sus mismas bocas ) , que debe abrasar á todo el mun-
do, por medio de la revolucion francesa , Para hacer




'420 HISTOnIA 1515 LA coxspnueioN.
que triunfen en todas partes, tanto en Londres corno
en Paris, la igualdad y la libertad de los jacobinos:


Pero ¿ que série dé conspiraciones no ofrecen al his-
toriador ingles los fastos de aquellas sociedades, que unas
se llaman constitucionales, y las otras corresponsales? La
contínua vigilancia de la justicia , las relaciones de los
senadores, y la sabiduría de los ministros han disipado
las tinieblas que las ocultaban, y los anales de los mis-
mos conjurados ya estan abiertos. En estos liemos visto
á los hermanos de Edimburgo , enlazados por las mis-
mas maquinaciones con los de Dublin , Londres, Shef-
field , Manchestcr, Stockport , Leicester y otras veinte
ciudades, que estaban acordes en las resoluciones , en
los convenios y en las felicitaciones que dirigieron á los
jacobinos legisladores (t). La sociedad madre nos des-
cubre que poscia todo el arte de las juntas del Grande
Oriente, gobernado por Felipe de Orlcans, del Areopago
de Baviera, fundado por Weishaupt, y del club de Bol-
bctch, dirigido por d'Alembert , para seducir á los pue-
blos, arrastrarlos con la misma impiedad á la sublcvacion,
y hacer que se reuniesen los consejos y esfuerzos de los
hermanos dispersos para verificar la misma revolucion.
Tanto en Inglaterra como en Francia , tienen los asocia-
dos sus suscripciones, cuyo producto se invierte en . la
impresion de escritos contra los altares y tronos, en los
gastos comunes, en hacer circular hasta en las aldeas
el evangelio de Tomas Payne , que es el verdadero códi-


(r) Para todas estas conspiraciones y las juntas corresponsales,
véanse los partes que han dado las cornisiones á los parlamentos
de Inglaterra y de Irlanda. Véase tambien el Apéndice que el tra-
ductor ingles de estas Memorias ba insertado en este último tomo,
en que descubre mas particularmente las maquinaciones que han
amenazado á sus compatriotas.


eár irr nIciro-Tracto. 421
go de la rebelion ; al mismo tiempo que otros h


-erma
nos, para distribuir al pueblo y á sus costas, todo el
veneno de la incredulidad, no se avergüenzan de ir de
casa en casa á solicitar suscripciones para extender las
producciones mas impías que han salido de las plumas
de Voltaire , Diderot, Boulanger, Lametherie y demas
deistas ó ateos de estos tiempos, y todo esto con el pre-
texto de ilustrar la ignorancia, y para que esté mas expe-
dita para estudiar todas las blasfemias de los sofistas.


Los hermanos de Edimburgo, como los de Berlin , no
se han atenido solo á estos medios de seduccion. Los
iniciados Downie y Watt parece que habian recibido del
areopago las mismas órdenes, para que emprendiesen la
misma marcha y entrasen en las mismas maquinaciones.
A pesar de la distancia de los lugares, apelaron al mis-
mo medio de distraer la vigilancia de las tropas por me-
dio de incendios, á fin de que triunfase el desórden de
la fuerza pública y se publicase en medio de los alboro-
tos el código jacobino. Hasta en la misma Londres ha
tenido la secta hermanos asesinos y regicidas. Si en Paris
Luis XVI, despues de su prision en la capital , perdió
su cabeza á los filos de la guillotina; si la de Luis XVIII,
rey fugitivo en Uberlingen , fue herida del plomo mor-
tal, la de Jorge III habia de servir de blanco á los
fusiles de los bandidos, en medio de su pueblo, y rodeado
de aclamaciones y del entusiasmo del amor mas justo.
El cielo, desviando la bala regicida, y conservando la vida
al rey , ha manifestado la infamia y la maldad de una
secta que comete tales atentados. Cansada y poco satis-
fecha de sus delitos ocultos, y para sublevar á la una
todas las fuerzas del imperio contra el trono, contra el
parlamento y contra la constitueion 'británica , distri-
buyó entre las legiones del continente los sofismas y las




4 22 HISTORIA DE EA CONSPIRACION.


blasfemias de la sedicion, y les enseñó, lo mismo que
en Francia, á desprenderse de toda disciplina militar,
á burlarse de sus gefes, y aun á sacrificarlos. La misma
secta tuvo arte para introducir sus emisarios en las es-
cuadras; inspiró á los marineros seducidos todos lper-
jurios y todos los artificios de la sedicion; y de aquellos
mismos hombres, que el cielo ]labia escogido para que
sobre las olas del Océano fuesen el azote de los jacobi-
nos , pretendió hacer otros tantos traidores que entrega-
sen sus buques á los mismos jacobinos. En la Irlanda,
prometiéndose otros resultados , ofreció á un pueblo des-
viado la independencia de sus altares y de sus leyes, á
costa de una revolucion que aborrece y destruye todos
los altares, que no ha dejado otras leyes á la Francia ,
á la Córcega, al Brabante, á la Saboya , á la Holanda
y á la Italia, que la esclavitud , bajo el yugo de cinco
tiranos. Con todos los perjurios del iluminismo, ha intro-
ducido principalmente en el seno de aquella nacion el
uso de todos los artificios del código de Weishaupt.
Pero lo principal esté, en que, creyéndose los iniciados
bastantes en número, han salido por legiones de sus
cavernas.' Ya no eran solas maquinaciones que se habian
de sufocar, , sino que fuera preciso oponer toda la fuerza
de los ejércitos á la multitud de los conjurados , que
invocaban y esperaban de continuo las legiones de sus
hermanos carinañolas.


¡Bendito sea aquel angel tutelar que ha sabido frustar
tantas maquinaciones y sediciones, que ha sabido con-
servar hasta el presente este imperio, proscrito mas que
cualquier otro por todos los decretos de los conjurados!
— Despues de haber trazado el orígen , código, reunion,
atentados y-resultados de tantas sectas conspiradoras con-
tra Dios y su Cristo, contra los tronos y los reyes, con-
tra la sociedad y sus leyes, pueda el historiador en cual-


quiera


CAPiTI1L0 DICIMO-TERCIO. 423
quier tiempo descansar én este asilo de tantas víctimas,
y, poniendo fin á las relaciones de tantos desastres, dar
una mirada consoladora á las costas de Inglaterra. Pueda
decir. siempre el historiador , señalando la invencible
Albion; alli se han estrellado todos los esfuerzos de las
sectas conspiradoras, se han encalado todas las maqui-
naciones , todos los artificios y todos los furores del
jacobinismo , lo mismo que todas sus escuadras. Me
tendré por dichoso si he logrado con mis trabajos é in-
vestigaciones llamar la atencion de los pueblos, para que
conozcan las verdaderas causas de todos los atentados
y de todos los desastres revolucionarios. Y aun me ten-
dré por mas dichoso, si me pudiese lisonjear, que he
descubierto sus propios peligros á una nacion , de la cual
todas las demas esperan en este momento su salvacion;
de una nacion que, habiéndose hecho por su beneficen-
cia nuestra segunda patria, nos obliga á hacer por ella,
por su rey y por su prosperidad los mismos votos, que
la naturaleza nos inspira que hagamos por nuestro pro-
pio monarca y por nuestros conciudadanos.


Conozco que no he llenado con tanta satisfaccion el
objeto que me habia propuesto, que no necesite aun de
indulgencia de parte de mis lectores. Conozco la debilidad
de mis talentos, y no ignoro la imperfeccion de algu-
nos documentos, por otra parte tan interesantes á la causa
pública. Pero aseguro con toda satisfaccion que he sido
verídico.. Si lo he sido manifestando las causas de la
revolucion , procuraré tambien serlo en la exposicion de
algunas verdades y medios, que me parece se deben mi-
rar como consecuencias de mis demostraciones.


Tomo IV. Ea




v


414, coucLusiox


COXCLUSI N
DE ESTAS MEMORIAS.


QI [JE carrera tan lúgubre y laboriosa he por fin con-
chudo! Al verme en aquellas Cavernas, en donde á favor
de las mas densas tinieblas, se excava el sepulcro á los
altares y á los tronos; y al contemplarme en esos clubs
subterráneos, en donde se zapaban los fundamentos de
toda religion y de toda sociedad , ¡cuantas veces opri-
mida mi alma , angustiado mi corazon , y helados con el
horror todos mis sentidos, conocí que me faltaba el áni-
mo y la constancia! Lleno de indignacion al ver la tra-
ma que se estaba urdiendo , y al considerar esa cadena
inmensa de crímenes , que yo mismo conocía se estaban
aun meditando , ¡ cuantas veces me decia á mí mismo !
abandona á esos vils y monstruosos conjurados; déjalos
en el abismo de sus conjuraciones, pues tal vez mejor val-
drá ser víctima suya , que manchar tu pensamiento con
tantas impiedades , con tantos horrores, con tanta per-
versidad, y manifestar á la posteridad que la culpa de
todo esto la ha tenido nuestro siglo !


Pero en este.
mismo siglo aun hay hombres, que es preciso salvar,
y naciones enteras , que no se han sugetado al yugo de
los jacobinos; mis compatricios pueden resolverse á sacu-
dirle, y la posteridad, para evitar semejante azote, nece-
sita conocer la série de las horribles tramas y artificios
por donde nos han hecho pasar. Esta sola esperanza ha


nr, EsTAs mumontAs. .425
vencido aquella repugnancia tan natural á cualquiera
escritor honrado. Ella sola ha sostenido mi espíritu , dis-
gustado sobremanera de un trabajo, que incesantemente
le ponia á la vista la odiosa innigen de tantos conjura-
dos, y las pruebas demasiado palpables de los crímenes
y desastres con que aun amenazan á todo el mundo.


Pero ¿si me habrá tal vez engañado esta esperanza ?
Ah! si asi fuese, ¡ convengo en que se rasguen todas estas
páginas, que he consagrado al noble fin de sacar de
las tinieblas la trama que contra todos se está urdiendo !
Reyes, pontífices , magistrados , príncipes y ciudadanos
de todas clases , si es verdad que he intentado en vano
disipar esa fatal ilusion ; si es cierto que los pestilentes
miasmas de los jacobinos embotando vuestra alma y
sentidos , los ha sepultado en un . profundo letargo; sí
ya el entorpecimiento , originado de la apatía, os hace
insensibles á los peligros que os amenazan, y que amena..
zan á vuestros hijos, patria, religion y á todas vuestras
leyes; si ya no sois capaces de hacer el menor esfuerzo,
ni el mas pequeño sacrificio para sostener vuestra causa
y la del público; si ya no hay sobre la tierra sino almas
viles y cobardes, dispuestás del todo á encorvar su cer-
viz al yugo de la secta ; vivid y sed esclavos de los jaco-
binos. Sedlo de los principios de sus iniciados; sean
vuestros bienes presa de sus bandidos ; vuestros templos,
tronos, gobiernos, palacios, y aun las casas que os sir-
ven de asilo, ¡ ab! dejad que las incendien y arruinen
con sus teas y aceros. Rasgad juntamente con estos es•
critos el triste anuncio de tantos desastres; y, en medio
de los regocijos, de la desidia , de los festines y del mas
profundo sueño, esperad que os llegue el fatal momento
de las revoluciones. Los jacobinos sabrán aprovecharse
de toda esa insensibilidad para apresurarlas. No hagais
caso de. mis anuncios, y pensad que estos no son mas


Ee




426 coNcLEstox
que un tormento anticipado é inútil. No cscucheis el
ruido de las cadenas que se estan forjando para voso-
tros. No atendais al que vaticina vuestras desgracias, y
buscad profetas que os digan cosas agradables.


Pero si aun hay hombres que solo necesitan conocer
á los enemigos del altar y de la patria, para manifestar
toda la valentía que inspira la virtud y aun apelar á todos
los recursos de las almas vigorosas, sepan que para estos
he escrito, y solo á estos he dicho, que el mundo aun
no es de los jacobinos , á pesar de todas sus tramas, de
todos los artificios de su secta y de todo el poder que
ya han adquirido. Aun es posible exterminar esta secta,
que ha jurado acabar con vuestro Dios , con vuestra
patria, con vuestras familias y con todo el edificio de
vuestras sociedades. Aun vosotros y vuestra patria teneis
medios para salvaros. Pero tanto en esta guerra que os
hace la secta, como en cualquiera otra, la salvacion de-
pende primeramente del convencimiento de los peligros
que os amenazan, y del verdadero conocimiento del
enemigo , de sus proyectos y de sus medios. Con este
motivo he compilado las pruebas de la evidencia, para de-
mostrar que en el jacobinismo se han reunido los sofistas
de la impiedad, que han jurado derribar todos los alta-
res del Dios del Evangelio; los sofistas de la rebelion ,
que han resuelto derrocar todos los tronos de los reyes;
y los de la anarquía , que á aquel juramento de derribar
todos los altares del cristianismo, han añadido el de des-
truir toda religion, cualquiera que sea, y á esta resolu-
cion de volcar todos los tronos de los reyes, han aña-
dido la de aniquilar todo gobierno, cualquiera que sea,
toda propiedad, y toda sociedad gobernada por leyes.
Ya sé que se desprecian todos los medios "de salvacion ,
mientras se creen imaginarios los peligros; y si mis de-
mostraciones no os han convencido, y si por lo mismo


DE ESTAS reaMoalAS. 427
resistís á la misma evidencia con que he manifestado
la realidad de las maquinaciones de la secta, habré per-
dido todo el fruto de mi zelo , y solo me resta el llorar
vuestra ceguedad. Pero sabed que en esta situacion desea
hallaros la secta. Cuanto menos crédito deis á sus pro-
yectos, tanto mas segura está ella de ejecutarlos. Por lo
mismo vuelvo á insistir; y perdonadme unas instancias,
que no tienen mas objeto que vuestra salvacion y la de
la causa pública.


Permitid que yo suponga que se os da noticia de
que estais rodeados de unos hombres que , ocultos
bajo capa de amistad , solo esperan el momento favora-
ble para realizar el proyecto que han formado ya ha
mucho tiempo, de apoderarse de vuestras riquezas y
haciendas, incendiar vuestras casas, y aun puede ser de
atentar contra vuestra vida , la de vuestros parientes,
mujer é hijos. Suponed que, para manifestaros esta
conspiracion , solo se os ha presentado la milésima parte
de las demostraciones que be compilado, sobre las tramas
que se han urdido contra el estado y contra todos los
estados sin excepcion ; decidme, ¿perderiais el tiempo
en vanos raciocinios y en dudas superfluas sobre la rea-
lidad de vuestros peligros? perderiais un tiempo tan pre-
cioso, que tal vez aprovecharian vuestros enemigos para
perleros? seria aun preciso' recurrir á exhortaciones para
empeñaros á defenderos ?. Que me decis?. Pues entended,
que lo que quiero, es que sepais, príncipes, ricos, pobres,
nobles, ciudadanos, comerciantes, cualesquiera que scais
y á cualesquiera clase que pertenezcais, que todas aque-
llas conspiraciones de los iniciados sofistas , de los ini,
ciarlos frane matones y de los iniciados iluminados se.
dirigen contra vosotros , contra vuestros tesoros , vues-
tras factorías , vuestras familias y vuestras personas. Por-
que debeis saber , que á vuestra patria la abrasará el


Ee 3




428
ONCLUSION


incendio revolucionario; que ese palacio , ó casa que
habitais, no se preservará de las voraces llamas ; que
vuestras riquezas, como el tesoro del estado, serán presa
de estos bandidos ó de las requisiciones de los pentasass;
debeis, sí, saber que el carácter distintivo de una revo-
lucion, dirigida por sectarios, no consiste en que los
peligros se disminuyan porque son comunes; el carácter
que distingue esa clase de revoluciones es y consiste, en
que el terror, la indigencia y la esclavitud se extiendan
á cada uno en particular y á todos en coman.


En efecto, buscad en todos los paises, en Francia, en
Holanda , en el Brabante , en la Saboya, en la Suiza y
en Italia, en donde la secta se ha mostrado como sobe-
rana, buscad á un solo hombre rico que haya conser-
vado intactos sus caudales; á un solo pobre que no haya
temido la requisicion de sus brazos, de su industria ó
de sus hijos; á una sola familia , que no tenga de llorar
la pérdida ó la muerte de alguno de sus individuos; á
un solo ciudadano , que pueda acostarse con la espe-
ranza de que al despertarse estará mas seguro de con-
servar sus caudales, libertad y vida , que los que en el
die anterior ha visto despojados, ó arrastrando cadenas,
ó espirando sobre un cadalso. Aseguro que no le halla-
réis. Dejaos pues de lisonjeares; el peligro es cierto,
es continuo, es terrible y á todos os amenaza sin excep-
cion.


Pero cuidado. con dejares arrastrar por aquella espe-
cie de terror que no es mas que timidez y cobardia.
Porque á pesar de que es cierto el peligro, me atreveré
á decir, que si queréis salvaros, os salvaréis. Os lo digo
en nombre de los mismos jacobinos, quienes mas de
una vez han dicho, para que lo supiésemos, que no se
triunfa de una nacion que quiere defenderse. Quered
Çoruo ellos, y nada tendréis que temer de-ellos.. El ver-


DE ESTÁS atestoaiss. 429
ladero jacobino no conoce esas veleidades, que desa-
parecen en el momento en que se presentan los pri-
meros obstáculos. Los misterios de la secta exigen una
voluntad firme, general , constante é inmutable; y esta
consiste en llegar á la ejecucion de sus últimos proyec-
tos, á pesar de todos los obstáculos. El juramento y el
-ánico de sus juramentos irrevocables, es el de mudar
la faz del universo, y someterle enteramente .á sus sis-
temas; ved aqui el verdadero principio de sus recursos,
de todo ese zelo con que anima á sus iniciados , de todos.
los sacrificios que debe obtener de ellos , de todo el en-
tusiasmo que inspira á sus guerreros, de todos los furo-
res y de toda la rabia que sugiere á todos sus bandidos.
Esto es lo que la constituye una secta ; esto es. lo que
la hace fuerte; por esto es que ella encamina incesan-
temente sus iniciados, sus legiones, sus clubs y sus lógias
al mismo fin.. Con esto mismo os da una leccian la mas
esencial y que debeis sacar de la naturaleza misma de-
sus conjuraciones.. Con esto mismo nos autoriza pa-ras
deiros : toda esa revolticion francesa no es otra cosa.
que el fruto dca los juramentos que la secta exige de sus.
iniciados; es decir, de esa voluntad, y de esa resolucion.
firme, constante é irrevocable de trastornar en todas par-
tes el altar , 'el ti uno y la sociedad. Por lo mismo que--
ella sabe querer ami fuerza., sabe tambien triunfar; luego
para triunfar de ella , es preciso saber oponerle en favor
del altar,. del trono y de la sociedad una resolucion y
voluntad tan decidida, y tan inaccesible á- composicio-
nes v ti la inaceion como lo es el voto de los iniciados._
No se diga pues en adelante que solo los jacobinos
saben querer, y saben. seguir su objeto.. El conocer, pues,
todos los males d'e que os amenaza la revolucion y el que-
rer sincera. ; real y. decididamente libreros de ellos, os pone
en la. precision. de estudiar los medios , y de hacer los


Ec 4.




43o. CONCLDSION


crsayesfuerzos que se necesiten para evitarlos;sfificios
y no penseis tampoco que insistimos sin motivo sobre
la franqueza y sinceridad de esta voluntad; porque sucede
con la revolucion francesa lo mismo que con las pasio-
siones y los vicios. Todos saben que el seguirlas trae
consigo peligros y desgracias ; todos quisieran resistir á
ellas; pero lo quieren con una voluntad débil y cobarde,
y de este modo triunfan las pasiones y los vicios, y nos
sometemos á su yugo. Al contrario, si he conseguido
inspiraros ¿Mimo y resolucion; si puedo contar con que
no os falta otra cosa sino conocer los verdaderos medios
de triunfar de la secta , os aseguro desde ahora que la
exterminaréis; y todos los desastres de la revolucion desa-
parecerán. Benigno lector, ¿á quien podrian incomodar
estas palabras : sea exterminada la secta ? Ten presente,
que al decir : es preciso que la secta de los jacobinos sea
aniquilada, o bien que la sociedad entera perezca, tuve
el cuidado de afiadir : exterminar una secta no es imitar
sus furores , ni el entusiasmo homicida con que ella anima
á sus discípulos. Acuérdate que al decir : la secta es mons-
truosa, añadí inmediatamente : pero no todos sus discí-
pulos son monstruos. Si, aniquilad al jacobino, pero dejad
'vivir al hombre. La fuerza de la secta consiste entera-
mente en sus opiniones ; luego si sus discípulo' s las aban-
donan para adoptar de nuevo los principios sociales, pere-
cerá sin duda aquella y será doblemente aniquilada. Si
he puesto tanto cuidado en haceros conocer los proyec-
tos y la marcha de la secta, ha sido para que se toma-
sen todos los medíos de arrancar al jacobinismo sus víc-
timas y se las restituyera á la sociedad , y no para sacri-
ficarlas; y estos en fin son los medios conservadores de
que yo me lisonjeo , como á que componen el resultado
de estas Memorias. Y ved aqui como las armas que yo
les opongo, son muy diferentes de las que ella pone en
las manos de sus discípulos.


DE ESTÁS MEMORIAS. 431
Los jacobinos hacen al espíritu de los pueblos una


guerra secreta de ilusion, de error y de tinieblas ; yo
quiero que les opongais una guerra de sabiduría, de ver-
dad y de luz. Los jacobinos hacen á los príncipes y á
los gobiernos de los pueblos una guerra de odio, y á
las leyes y á la sociedad una guerra de rabia y de des-
truccion ; yo quiero que les opongais una guerra de
sociedad, de humanidad y de conservacion. Los jaco-
binos hacen á los altares y á la religion de los pueblos
una guerra de impiedad y de corrupcion ; yo quiero que
les opongais una guerra de buenas costumbres, de vir-
tudes y de conversion; me explicaré mas claro.


Yo entiendo aqui por guerra de ilusion, de error y
de tinieblas la que hace la secta con las producciones
de sus sofistas, con las asechanzas de sus emisarios, con
los misterios de sus clubs, de sus lógias y de sus socie-
dades secretas. No os menester probarlo ahora , pues
hemos demostrado ya basta la evidencia, que estos son
los grandes medios que disponen y que preparan los
triunfos revolucionarios. Con estos ha conseguido el jaco-
binismo insinuar sus principios de una igualdad y de
una libertad desorganizadoras, de una soberanía siem-
pre quimérica, pero siempre agradable al orgullo de la
multitud , y que siempre han alegado de preferencia los
tribunos que la dominan. Si los emisarios del jacobi-
pistilo logran sobre el pueblo el imperio de esta opi-
nion , que les abre las puertas de vuestras ciudades con
mas seguridad que sus baterías abren brecha en vuestras
fortalezas , no dudeis que es porque ponen á la vista de
esa multitud todos los sofismas de sus pretendidos dere-
chos del hombre; y es porque sus declamaciones exage-
radas contra las leyes actuales, sus descripciones sobre
la felicidad que nos preparan, y los ensayos que les pro-
ponen , los alucinan y seducen. —De estos hechos incon-




43 2 coisccusioN
testahles, deduzco : si pensais evitar los desastres de una-
revolucion, empezad por quitar á la secta todos estos
medios de ilusion. Desterrad lejos del pueblo t odas esas
producciones incendiarias ; y cuando digo del pueblo ,
quiero decir de todas las clases de la sociedad; porque
no conozco siquiera una que sea inaccesible á la ilu-
sion. Y aun lo afirmo con mas particularidad de esa
clase que teníais por la mas ilustrada , quiero decir de
nuestros eruditos sofistas, de nuestros Voltaires, d'Alem-
berts, Rousseaus, Diderots, de nuestras academias y de
nuestros doctores de museos; porque esta es precisamente
la que nos ha hecho ver con mas claridad el imperio
que exerce sobre ella la ilusion de los sofismas. En esta
clase es dó se encuentran los ministros revolucionarios,
los Turgots y los Neners; en ella se hallan los grandes
actores revolucionarios, Mirabeatt, Sicyes, Lacios y Con-
dorcet ; en ella todas las trompetas revolucionarias, Bris-
sot , Champfort, Garat, Mercier, Pastoret, Gudin , Lame-.
therie, Lalande y Chenier; y en ella tambien los ver-
dugos revolucionarios Garra, Freron y Marat. Lo digo
Cambien de toda esa clase de abogados, tan fecundos en
palabras como fáciles en delirar, porque en ella se en-
cuentran Target Camus, Treilltard y Muriere, y los tira-
nos de la revolucion Lareveillere•Lepaux, Rewbel, Mer-
lin y Robespierre. Poi que todo lo que nos ha hecho
ver esta clase de sofistas literatos, académicos y aboga-
dos, consiste en que, si por una parte tenla mas medios
para dar unos coloridos seductores á los sofismas de la
sedicion y de la impiedad , y á todos los principios de
la revolucion , por otra tainbieu Babia sido la que con
mas facilidad y abundancia habia bebido todo el veneno;
al MISMO . tiempo que estaba mas apestada , era la mas
contagiosa; y, apresurándose mas á beber el tósigo , le-
difundia con mas vehemencia. No, no haré excepcion,


DE ESTAS MEMORIAS. 433
de clases, pues ninguna hay que me autorize á hacerla
en su favor, cuando pregunto á los magistrados y á los
soberanos, si quieren evitar los desastres de la revolu-
cion francesa , ó cuando les digo que quiten de las ma-
nos del pueblo todas esas producciones y folletos
píos y sediciosos. Sean castigados como traidores los que
los escriben y los que los esparcen, si, conociendo el
mal que hacen á la sociedad, le quieren hacer; y sean
castigados como insensatos, si creen que pueden sedu-
cir; y evitar despues las consecuencias de la seduecion.


Pero que! Ya oigo que algunos levantan el grito y
dicen que esto es intolerancia, que es. una tiranía, y
que es oprimir los talentos en el imperio de las letras....
Ya preveis yo que tendria que haberlas con ciertos suge-
tos que dicen quieren , cuando realmente no quieren;
y que dicen que detestan la revolucion, cuando temen
sufocar su semilla. Pero vosotros, cuya profesion hon-
rosa es ilustrar las naciones por medio de vuestros escri-
tos, y enseñar á los príncipes sus deberes , para la feli-
cidad de los ciudadanos; vosotros cuya intencion mani-
fiesta la santidad de los principios , el amor á las leyes,
y la sabiduría de vuestras lecciones; ¿sois acaso los que
haceis estas reclamaciones ? No, porque las trabas con.
que conviene contener al escritor, que inficiona la opi-
nion pública, no espantan al autor honrado; y las leyes
que prohiben los puñales, no incomodan sino á los ase-
sinos. Ya es tiempo de que no nos dejemos seducir con
las vanas expresiones de libertad de ingenio , libertad de
imprenta; porque todas estas reclamaciones de los jaco-
binos, no serán en adelante capaces de hacernos caer en
el lazo. Reparad lo que hace la secta misma para impe-
dir que el pueblo abra los ojos y conozca la verdad.
Preguntad en que consiste en el dia esa libertad de pen-
sar, de hablar y de escribir en todos aquellos lugares




434 colretusrox
en que ella hace cuanto puede para perder al autor ,
á los vendedores y á los compradores de cualquier libro
que sea contrario á sus sistemas. Las prensas de Cra-
part , los diarios de La-llarpe , y los discursos de todo
escritor honrado, son otras tantas conjuraciones, que
los pentarcas enviaban .á expiar en los desiertos (le la
Guayana. En fin, ya es tiempo de conocer toda la ilusion
de esta supuesta opresion del pensamiento y del inge-
nio. Si las autoridades se dejan engaiíar por estos gri-
tos, el pueblo será la víctima de su engaño ; el pueblo
es á quien se ha de librar de esta ilusion , para preser-
varle de las revoluciones. El magistrado no es un dés-
pota ó tirano de los pueblos, sino un padre, que quita
de las manos á sus hijos el puñal que pudiera serles
funesto.


En vano los sofistas nos hablan de discusiones útiles.
Preguntad al senado de Roma, porque se apresuró tanto
á echar del territorio de la república á todos aquellos
sofistas que habian venido de la Grecia , en donde se
habian habilitado tanto en las discusiones; y os respon-
derá , que no es menester discutir mucho para saber si la
peste es ó no útil; y que lo que se debe hacer , es
apartar lejos de los pueblos á cualquiera que esté atacado
de aquella enfermedad, y todo lo que pueda introducir
el germen de ella. Preservad al pueblo, no solo de los
discursos y de la presencia de esos viles seductores, sino
tambien de sus impías y sediciosas producciones.


Todas vuestras leyes condenan al conjurado , cuyas
maquinaciones descubrió una sola palabra imprudente:


y permitiréis que los solistas conjurados vivan y conver-
sen habitualmente con todos vuestros súbditos por medio
de sus escritos; que esten continuamente entre vues-
tros hijos por medio de sus libros; que les repitan ince-
santemente sus lecciones; que les insinuen todos sus prin-


1-)5 ESTAS MEMORIAS. 435
eipios; que los reproduzcan con mayor eficacia ; que los
mediten juntamente con ellos, y que se presenten con
todo aquel atractivo de que es capaz un genio pérfido
que se ha dedicado por mucho tiempo á este estudio,
y ha descubierto el medio mas eficaz para seducirlos ,
descarriarlos, y hacer que se levanten contra vosotros ?
Una sola expresion de un jacobino podrá hacer una
ligera impresion; pero esa série de sofismas que han ex-
tendido sus plumas , harán una impresion profunda.
Estad ciertos que vuestras leyes son muy inconsecuen-
tes, si no tratan al escritor revolucionario corno al mas
peligroso de todos los conjurados; y vosotros sois los mas
ineptos de todos los magistrados, si permitís que tales
producciones circulen libremente por los pueblos y ciu-
dades.


Y aun será preciso dernostraros todo el poder que
estos libelos han ciado á la secta? Pues cid : la revolu-
cion no es ingrata , y su reconocimiento manifiesta lo
bastante quienes son sus padres; seguid á los jacobinos
hasta el Panteon, y observad los honores y homenages
que les tributan. Preguntadles que es lo que ha mere-
ciclo á Voltaire y á llousseau la gloria de esa apoteósis,
y veréis como la justifican , respondiéndoos : Estos hom-
bres ya no existen ; pero su ingenio vive aun todo en.
tero en sus libros , y con ellos hacen por nosotros mu-
cho mas que nuestras legiones. Desde alli preparan los
corazones y los entendimientos á que adopten nuestros
principios; y desde alli nos dan la opinion pública ; y,
ganada esta, nuestros conquistadores aseguran sus triun-
fos. ¡O vosotros, á quienes estas declaraciones podrian
hacer ene apetecieseis los mismos homenages, paraos un
momento , y mirad al rededor de esos nuevos dioses
la sombra vacilante de las víctimas dé la revolucion 1
Miradlas como corren desconsoladas y furiosas de la




/136 CON cLvsiot<
urna de Voltaire á la de Rousseau , y eseuchadozlaaossteerr-i
ribles reconvenciones qua les hacen! Gozaos, g
los inciensos que os tributan los jacobinos. No son ellos,
sois vosotros los que nos habeis sacrificado. Debeis ser
sus dioses, ya que fuisteis nuestros primeros verdugos,
ya que lo sois de nuestros hijos y ya que lo fuisteis de
nuestro monarca! Sois los dioses de la blasfemia y de la k,
anarquía! pues caiga sobre vosotros su sangre y la nues-
tra, y toda la que derraman y derramarán aun los ban-
didos, educados en vuestra escuela l


Evitad estas reconvenciones que se os pueden hacer,
y no deis lugar á los remordimientos que os puede hacer
vuestro interior. Con vosotros hablo, á quienes el Dios
de la sociedad ha concedido algunos talentos, y que tanto
podeis hacer servir á la ruina como áJaconservacion de
vuestros semejantes. No permitais que el nombre de los
sofistas divinizados os deslumbre. Ellos han podido oscu-
recer la luz; pero á vosotros toca hacer que recobren
todo el poder que tenían estas verdades fundamentales:
El Dios que crió al hombre para la sociedad, no le ha
dado el código de esos pretendidos derechos de igualdad


y delibertad; principios que conducen al desórden y
á la "anarquía. El Dios que sostiene la sociedad por la
sabiduría de las leyes, no ha abandonado á la inex-
periencia y al capricho de la multitud el cuidado de
dictarlas ó de sancionarlas. Aquel Dios, que nos hace
ver el imperio y conservadon de las leyes en la subor-
dinado!' que tienen los ciudadanos á los magistrados y
á los soberanos , no ha querido que hubiese tantos
magistrados y soberanos como ciudadanos. ,\ quel Dios
que ha unido entre sí las varias clases de la sociedad,
por la diversidad de las necesidades, y las socorre con
la diversidad de los talentos, de las profesiones y de
las artes, no ha dado al artesano ni al labrador el dere-


DE ESTAS mr.monias. 437
cho que tiene el príncipe de presidir á los negocios
públicos. Restituid á estas verdades sencillas y naturales
aquella claridad y evidencia que los sofistas de la rebe-
lion han logrado oscurecer, y desaparecerá el peligro de
que haya revoluciones. Para ilustrar al pueblo , tomad
todas las medidas de que se han valido los jacobinos para
cegarle. Restituidle sus principios , y restituídselos en
toda su pureza. No ha de haber composicion con el
error. Poco le interesa á la secta que sus secuaces se
valgan de esta ó de aquella ilusion, para arrastrar al pue-
blo hacia la revolucion, mientras ellos consigan que se
verifique. Ella se vale para los unos de los sofismas anti-
religiosos , y para los otros de los sofismas anti-políticos.
A otros solo enseña la mitad de las consecuencias que se
han de sacar, ó la mitad del camino que se ha de seguir,
y á veces, so pretexto de reformas , propone algunos
ensayos que convendria hacer sobre los medios que con-
venga adoptar. Lejos de nosotros esos ingenios, que ins-
piran unas semi-revoluciones , ó deducen la mitad de
las consecuencias; estos son los Larayettes y los Nekers,.
precursores de la secta, hombres sobremanera rebeldes,
llamados constitucionales , ó que por burla se llaman
monárquicos. Ellos dieron principio á nuestra revolu-
cion ; y, neciamente embelesados con lo que querian
hacer , se admiran de que otros hayan destrozado el ce-
tro que ellos ya biliar) quebrantado. Esta especie de
escritores, bien lejos de ilustrar al pueblo, no hace otra
cosa que cubrir nuestros ojos con la primera venda del
error ; y este es el servicio de los primeros iniciados
revolucionarios.


En vuestras lecciones, guardaos tambien de imitar al
escritor que piensa servir al trono , pretendiendo que
la religion no proporciona sino unos recursos inútiles á
la causa de los gobiernos; que ha conocido tan poco las




438 concr.usiox
funestas consecuencias de los sarcasmos copiados de Bayle
y de Rousseau ; y que en medio de las justas y graves
exhortaciones que dirige á los príncipes, para que reunan
sus fuerzas contra los jacobinos , ha tenido la necesidad
de decir á sus lectores : una crisis semejante, los
Romanos hubieran tomado las armas resueltos á morir
ó vencer; y los primeros cristianos hubieran cantado
himnos á la providencia y corrido al martirio; pero sus
sucesores ni mueren ni pelean (1).» Este autor segura-
mente no tiene la intencion de renovar los desprecios
que hacen nuestros sofistas de la religion ; pero ¿ como
no descubre la falsedad de su política , cuando nos echa
en cara la pretendida nulidad del cristianismo, tratán-
dose de que los pueblos se opongan á los tiranos revo-
lucionarios? Por fortuna, está muy lejos de ser verdad
que los primeros cristianos se hubiesen contentado con
cantar himnos á la providencia , y correr al martirio.
Los primeros cristianos no eran unos necios, que con-
fundiesen el poder legítimo con el de un tirano usur-
pador, ó de un bárbaro armado contra el imperio. Sabían,
que al abuso de aquel poder solo podian resistir sufriendo
el martirio; pero , alistados bajo las banderas de los Cesa-


. res, supieron vencer ó morir, tan bien como los otros
Romanos, y aun lo sabian hacer mejor que ellos; por
esto sus apologistas desafiaban á los sofistas de aquel
tiempo á que mostrasen en las legiones cristianas un
cobarde ó un traidor. Y aun en nuestros Bias , hemos
visto que no se contentaban con cantar himnos los cris-
tianos de la Vendée , cuyo valor temian los mas Geros
republicanos, mas que todo el de los soldados de Rema-
hen ó de Clairfait. Nuestros emigrados , que se distin-
pian por su piedad en el campo de batalla ¿ por ven-


(t) Mercurio Británico, tomo t. núm, 4.. pág. 292,
tura


DE ESTAS MElloat Ás. 459
tura no sabian hacer otra cosa que cantar himnos á la
providencia , cuando se trataba de atacar al enemigo ?
Porque se ha de ultrajar, no solo á los cristianos , sí
que tambien á su religion , y á la evidencia misma de
la razon? Porque se han de presentar, como inútiles á la
causa de los gobiernos, estos resortes tan poderosos y
tan activos del cristianismo ? La corona que nuestra reli-
gion pone al soldado que muere por las leyes, y por
un rey que Dios le manda defender, cno tendrá á lo
menos tanta influencia como vuestros laureles? Decidle
al soldado cristiano que los cobardes no entran en los
cielos, y vereis si sabe vencer ó morir. ¿ Pensais acaso
que nos a uxiliais coíitra los jacobinos, presentando el cris-
tianismo bajo el odioso aspecto de necedad? Los jaco-
binos pagarán bien vuestros sarcasmos, porque preveen
sus consecuencias. ¿Y es posible que los escritores de la
secta hayan de ser siempre mas consecuentes que los
nuestros! Ella sabe enseñarles á combatir á un mismo
tiempo contra el trono y el altar; ¡y nosotros nunca sa-
bremos defender el uno , sin perjudicar al otro


De donde se deriva, pues, esa imprudencia é ilusion ?
Se deriva de la poca aplicacion á conocer la secta y sus
artificios; y se deriva tambien de que se finge ignorar su
poder y su influencia. Respeto , como cualquier otro ,
el empeño de este escritor, que se ordena á excitar el
valor de las naciones; pero, seamos ingénuos; si no co-
noce las verdaderas causas de nuestras desgracias ¿ que
no deberemos temer de los que son muy lejos de tener
su energía y sus luces? Temo que la secta no tenga
Ja mayor satisfaccion, oyéndole repetir y decirnos A este
fanatismo continental, mas bien que á los iluminados ,
debe atribuirse el letargo de que adolecen las clases supe-
riores. Yo no conozco tal fanatismo continental ó insular,
ni quiero que los príncipes le den crédito alguno ; por-


Tomo IV. F f




440 coscr,rsiow
que solo el insinuárselo seria aumentar su letargo. Jamas
se hace esfuerzo alguno con tra la fatalidad. Pero á lo
menos sé muy bien • que los iluminados estarian muy
contentos de que creyeseis que no tienen influencia algu-
na; porque cuanto menos temibles los presenten vues-
tros escritos, tanto menos se tomarán las precauciones
necesarias contra ellos. Estoy seguro de que si supieseis
los recursos de que se valen los hermanos insinuantes
para seducir las clases superiores, y aun las miltuas cor-
tes, hubierais sabido que este letargo proviene de otras
causas muy diferentes de la fatalidad (t).


(a) En cuanto á lo (lemas, ya se ve que el autor del Mercurio
no intenta favorecer á los iluminados. Está sobremanera indignado
como o contra el suceso , contra las inepcias , contra el
moderno republicanismo y contra la guerra que las revoluciones basen
á la propiedad y á todas las leyes, contra esos jóvenes jacobinos
que vienen de la universidad ele Gottinga , contra la audacia 1.1e
esos letrados revolucionarios , y contra ese Pacto del Norte ) es decir,
contra esa reunion de teólogos, profesores y fi lósofos del Holstein , que
piden formarse en asamblea central, y tener bajo sus órdenes algu-
nas juntas de comision , para formar y dirigir la educacion pública , con
una entera independencia del gobierno, de las leyes, de la religion etc.
(pág. 292). Él habria hablado como yo& los iluminados , si hubiese
sabido que esas inepcias filosóficas y sus resultados que salen de la
universidad de Gottinga , vienen de una madriguera de ilumina-
dos : que ese pacto del norte , no es otra cosa sino una rama de la
unjan germánica, inventada por el iluminado Barldt ; que el plan
de esa edncaeion , se debe al ilumintulo Campe, antes pastor y pre-
dicador de la guarnicion de Pestdam , á quien en Brunswie. k. lla-
maban el gran favorito del primer ministro , y que se vid deco-
rado con el título de ciudadano frances , en recompensa de todo
lo que ha escrito sobre esta educacion independiente. ( Véase ,
revista universal de lo que tiene relacion á las escuelas etc. t. 6). Digo
pues otra vez : estudiad la secta , su código, su historia , sus me-
dios para con los grandes, y lejos de despreciar su influencia,
veréis que ella explica mejor que vuestro fatalismo el letargo
infausto de aquellos hombres que deberian mostrarse los mas
activos.


D E ESTÁS mEmolitas. 44a
Lejos de mí la pretension absurda de que yo solo pue-


da dar consejos útiles ; al contrario, quisiera que todos
sirvieseis al pueblo con los vuestros, y por esto desearia
veros mas instruidos sobre la causa de nuestras desgra-
cias. Quisiera tambien que se hiciese una coligacion de
todos aquellos hombres que, á mas de los talentos y del
ingenio que tienen para la literarura , estan no menos
bien animados de un verdadero zelo contra los errores
revolucionarios, Sé muy bien el mal que ha hecho la
coligacion de los escritores sofistas del club de Holbach,
sofistas de las lógias mazónicas, y sofistas de las ca-
vernas del iluminismo ; conozco la influencia que
tienen sus principios sobre. la opinion pública la
que esta tiene sobre nuestras desgracias ; é porque,
pues, no se han de unir los escritores honrados para
corregir la opinion, y para hacer que el pueblo vuelva
á adoptar los verdaderos principios, lo que se consegui-
ria poniéndole á la vista los artificios de la secta que le
extravía ?


Su código contiene algunas instrucciones particulares,
dadas segun hemos visto á los iniciados para seducir í
la juventud , que por su poca edad es mas accesible á la
ilusion. Yo quisiera inspirar á los padres la resolucion
de apartar lejos de sus hijos todos los libros y maestros
sospechosos. Quisiera tambien que el gobierno, para ale-
jar á estos iniciados revolucionarios de las cátedras pú-
blicas y de las funciones de pastores y profesores, pusiese
tanto cuidado como hemos visto que se ha tomado la
secta para procurarlos á sus alumnos, y asegurarse por
este medio de la juventud. ¡Infelices de nosotros, si el
pormenor de las precauciones que es menester tomar
nos espanta , al mismo tiempo que la secta se descuida
tan poco de tomar las que le convienen ! y citando la
vemos tan solicita en procurar la colocacion de algun


Ff




44 2cotacLusioN
maestro de escuela de algun lugar, corno en buscar el
modo de introducir algun iniciado en.la corte, ó de
poner algun general á la cabeza de sus legiones!


A mas de todo esto, hay otra ilusion del gusto del
jacobinismo, y es la que intenta por medio de los ensa-
yos y semi-reformas que propone; con esta ha procu-
rado ganar principalmente á los Ingleses mismos. Ah!
procurad prevenir á los pueblos contra estos fementidos
ensayos. Decidles que la Francia empezó tambien por
ellos , y que son bien sabidas las consecuencias que tuvie-
ron. Para humillar el orgullo del sofista jacobino, y disi-
par la esperanza de toda esta pretendida felicidad, que,
segun dice , nos proporcionan sus sistemas. Decid al pue-
blo , que hace ya tiempo que se hicieron estos ensayos ;
que los bandidos Lollard y Begard , y los de Juan Wall ,
de Maillotin y Muncer, nos prometian tambien la felici-
dad de la libertad é igualdad; que inútilmente se cansan
en hablarnos de revoluciones filosóficas, cuando no saben
hacer otra cosa que reproducir los errores de aquellas
sectas, las mas viles y las mas despreciadas de nuestros
padres, y al mismo tiempo las mas bárbaras y devasta-
doras. Cuando los jacobinos intenten atraeros á sus dis-
cusiones, so pretexto de aclarar algunas verdades, anti-
cipaos á sus sofismas, respondiéndoles que con Weis-
haupt y Robespierre no se ha de disputar. El primero
nos dice todo lo que nos dijeron los bandidos de todos
los siglos , y el segundo hace todo lo que ellos hicieron.
Si los modernos jacobinos añaden alguna cosa, no es á
los principios, sino á los artificios y á la ferocidad de
todas aquellas sectas , y solo tienen derecho á nuestro
desprecio y á nuestro aborrecimiento.


Repelida la secta por este doble sentimiento, y per-
dido que haya en fin este imperio de ilusion que pre-
para tantos triunfos á los héroes, la veréis entrar otra


ne ESTAS MEMORIAS. 445
vez en sus cavernas , es decir, en esas últimas lógias ,
que le sirvieron de asilo por tanto tiempo. En ellas pro-
curará otra vez formar legiones de iniciados, y de nuevo
meditará tambien en ellas la ruina de los altares, del
trono y de la sociedad. Pero entonces ¿que ciudadano
honrado habrá que no conozca sus deberes ? Cualquiera
sea el motivo ó pretexto aparente que haya inducido á
los magistrados á creer que podian tolerar hasta aqui los
clubs , las cavernas ó lógias de las sociedades secretas,
¿porque tardan en proscribirlas despues que han visto
salir de ellas tantas legiones de conjurados ? Y vosotros,
que perteneceis á estas sociedades, ¿que es lo que os re-
trae de abandonarlas, y especialmente los que preten-
deis tener derecho á nuestras excepciones? Esa probidad
personal con que os escudais y esa fidelidad que mani-
festais á la religion y á la patria, ¿como podcis conci-
liarla con esa aficion á las lógias, que sabeis muy bien
que han servido de asilo á tantas sectas conspiradoras?
No somos nosotros; son los jacobinos, y tambien lo son
sus geles mas monstruosos , sus cartas , sus discursos y
todos los fastos de su historia , los que os han hecho ver
todo el partido que ellos hablan sabido sacar de Vues-
tros misterios y de todas vuestras sociedades secretas ,
para apresurar el resultado de sus conspiraciones contra
la sociedad general , contra todas nuestras leyes y altares.
En vano pretenderiais ocultarlo; nada hay mas cierto en
la historia; todas estas conspiraciones han entrado á lo
menos en vuestras lógias, y en ellas se han reforzado
con muchas legiones de hermanos. ¿Decis que no sois
del número de aquellos , cuya honradez se atrevió á ten-
tar la secta? No tenemos dificultad en creerlo ; pero ¿ que
garantía nos podeis dar de eso ? La secta sabe tambien dar
al perjurio el tono de la inocencia


muy bien lo cree-
remos; pero este es un nuevo motivo que tenemos para


Ff




444 CoNCLUSION
exigir de vosotros, en nombre de la misma patria, que
salgais de esas lógias; porque vuestra presencia alli no
sirve de otra cosa , que de cubrir mejor sus maqui-
naciones. Cuanto mas honrados sois, tanto mas los ini-
ciados conjurados se autorizan con vuestro nombre, y
con la fraternidad é intimidad que teneis con ellos. Os
dirigimos nuestras quejas, y no podeis negar que pode-
mos dirigirlas tanibien al príncipe y á nuestros seriados.
Confesad que nos dais el derecho para deciros que no
sois mas que unos medios ciudadanos; pues en virtud
de vuestros juramentos, teneis otros hermanos á quienes
amais mas que á nosotros. Confesad que tenemos dere-
cho de añadir aun :que tambien puede ser que seais unos
enemigos secretos de todo ciudadano que ama su reli-
gion y las leyes de su patria , pues que estamos seguros
de que sois parte de una sociedad secreta, en la cual
hay una multitud de hermanos conjurados , y que es
imposible distinguir á estos de los que son inocentes, por
lo tocante á sus maquinaciones contra nuestra religion
y nuestras leyes. Ningun motivo tendriais de quejaros ,
si el príncipe y nuestros senados os excluyesen de toda
magistratura y de todo y cualquiera empleo de los que
exigen el ciudadano entero , imparcial , y en manera
alguna sospechoso; pues que vuestra voluntad está á lo
menos dividida entre la sociedad general , y vuestras
sociedades secretas; pues que, segun vuestras leyes, debeis
amar mas á los miembros de vuestras sociedades secre-
tas, que son , para un gran número de sus miembros ,
sociedades conspiradoras. En vano nos citaríais algunas
lógias que no nos han dado motivo, para que las miremos
como peligrosas, Aunque solo hubieseis sido iniciados
en los misterios de la gran lógia de Londres , no por
eso os consideraríamos con derecho á todas nuestras
excepciones; pues se ha hecho tan sospechosa, que no


DE ESTAS MEMORIAS. 445
falta quien pueda con fundamento echarnos en cara las
excepciones que hicimos sobre ella (r). Si apreciais tan
poco vuestro honor, que no atendais á estas sospechas,
permitidme á lo menos que os hable en nombre de este
género humano, cuyo interes decís que os es tan apre-
ciable.


Aun no ha un siglo que el resto de la Europa vivia
en una dichosa ignorancia de vuestras misteriosas lógias.
Vosotros le hicisteis este fatal regalo; se llenaron des-
pues de jacobinos, y de ellas ha salido el mas terrible
azote que haya afligido jamas al mundo. Para este fin
les comunicasteis los misterios de vuestra igualdad y de
vuestra libertad; para que los combinasen y sazonasen ,
les ofrecisteis vuestros tenebrosos asilos; y les habeis dacio
vuestros juramentos y vuestras pruebas para preparar á
sus alumnos. En fin , para que pudiesen propagarlos de
un polo al otro, les habeis dado vuestro lenguage y vues-
tros símbolos, vuestros signos y vuestros caractéres, vues-
tros directorios, vuestra gerarquía y todas las leyes de
vuestra correspondencia oculta. Ya sé que los hijos han
añadido alguna cosa al secreto de sus padres. Pero
¿no basta lo que han añadido , para que rompais el lazo
que os une? no son bastante asquerosas vuestras lógias
para que os apresureis á salir de ellas? El azote que de
ellas sale ¿no es bastante fatal para cerrar para siempre
todas sus puertas? 10 vosotros á quienes el cielo con-
cede unos triunfos tan brillantes sobre las escuadras de
la secta! Atended á que el universo espera de vosotros una
victoria mucho mas interesante. La secta desaparece
luego que se presentan vuestros almirantes; arrancadla de
las tinieblas, en las que se gloría que la habeis engen-
drado. Manifestad al mundo, que si el abuso de vues-


(i) Véase : Menthly Reyiew, apéndice al tomo 35. pág. 5o4.
rf




446 coaeLustoa
tras


• misteriosas sociedades ha podido serle fatal, os es
muy fácil quitar á esos viles conjurados el pretexto que
puede ecl i psar vuestra gloria. Manifestad que si unos
juegos, que eran inocentes entre vosotros, han podido
mudarse en un verdadero azote , no costará mucho á
vuestro corazon hacer un sacrificio tan útil á las nacio-
nes. Vuestro ejemplo puede mucho, y á vosotros toca
anatematizar á toda sociedad secreta , cerrar las logias
mazónicas, y cerrarlas sin excepcion y para siempre,
cualesquiera que sean sus misterios. No hay alguna de
estas cavernas , en la que la secta no intente penetrar , ni
tampoco hay alguna de la cual las autoridades y los verda-
deros ciudadanos puedan estar seguros, de que no haya
admitido todas las maquinaciones de la secta y todos sus
medios de seduccion. Cuanto mas zelo tengais por nues-
tras leyes, menos podeis servirnos de garante contra sus
proyectos; pues, estando á vuestro lado, espera baberos
seducido para descubrírscos. Hermanos ,sazones ingle•.
ses, vosotros habeis hecho al mundo un regalo que se
ha vuelto muy funesto. Concluid vuestra historia con
estas palabras : El azote ha salido de las lógias que ellos
habian ciado á las naciones; pero ellos han sabido sacri-
ficar sus propias lógias para la felicidad de las naciones.


Lo que decimos á los hermanos de la mazonería ingle-
sas , porque todos los hermanos honrados que hay en el
continente no se lo han de decir á sí mismos ? Su concur-
rencia á esos asilos de tinieblas, no autorizaria mas á los
jacobinos para refugiarse en ellos con todos sus miste-
rios. Reducidos á si mismos los sofistas ó bandidos, ene-
migos de nuestras leyes, por lo mismo que se verian solos
en ellos, aparentarían en vano la inocencia de sus jue-
gos. Y en el caso de que continuasen en frecuentar esas
cavernas, el magistrado que los persiguiese, no tendria ya
que temer las reclamaciones de los ciudadanos honrados.


DE ESTAS MEMORIAS . 447
Entonces se vería con toda la necesaria libertad para cas-
tigar con todo el rigor de las leyes á todas las socieda-
des secretas. Suprimidas entonces, y despreciadas con
indignacion por todos los ciudadanos las producciones
públicas de la secta; presentados únicamente á los pue-
blos los verdaderos principios , y ocupando estos en su
espíritu el lugar de los errores desorganizaciones; echada
tambien entonces la secta de todos sus subterráneos, po-
driamos en fin lisonjearnos de que la verdad y la luz
suceden á toda esa guerra de ilusion, de errores y de
tinieblas, que por medio de los triunfos de los jaco-
binos sofistas, va preparando en todas partes la-victoria
á los jacobinos bandidos y asoladores.


Pero ya han llegado estos dias , tanto tiempo ha de-
seados en los misterios de la secta ; dias de latrocinio
y dias de devastacion. Los iniciados se han multiplicado
en las tinieblas , y de ellas han hecho salir sus legiones.
Sin renunciar á esta primera guerra de ilusion , han
abierto la de las picas y hachas y de todos los rayos
revolucionarios. ¡Soberanos y ministros de los imperios,
á vosotros toca responder con el valor de nuestros héroes,
y con la fuerza tic nuestros ejércitos á esos hombres
sanguinarios! No me corresponde entrar en los consejos
de nuestros guerreros , y deliberar con ellos sobre los
medios de resistir á la secta en el campo de Marte. Pero
para triunfar de ella con vuestro valor, d no nos será
permitido advertiros que debeis aplicaros á otro estudio,
á roas del de la fuerza ? El jacobino no es un enemigo
regular; él os hace una guerra de secta, y no se triunfa
de las sectas como de esos héros, ó de esos bandidos ó
bárbaros, que solo aspiran á conquistas, ó codician los
botines, Aqui no hay mas combates que los de la opinion;
la de los jacobinos es un delirio, pero les proporciona
todos los recursos. Para triunfar , pues , de sus furores ,




418 CONCLUSION
ezapmesoirecp por conocer el objeto de su delirio.:es r


Ya lo he dicho , y creo haber dado pruebas suficien-
tes de que en esta guerra de picas y rayos ,


la secta no
envía sus legiones para apoderarse (le los cetros , sino
para destrozados á todos. Ella no promete á sus soldados
é iniciados las coronas de los príncipes, reyes ó empe-
radores, sino que exige de unos y otros el juramento
de reducir á polvo las coronas, los príncipes, reyes y
emperadores. No aborrece solamente vuestra persona;
lo que aborrece principalmente es al gefe y ministro del
órden social. La guerra que hace á las naciones, es con-
tra estas como contra vosotros. Tambien aborrece la
guerra de la opinion ; no aborrece á los Ingleses, sino
á las leyes de los Ingleses; no detesta á los Alemanes, á
los Españoles, á los Italianos ó cualquier otro pueblo,
sino al Dios, á los altares , á los senados y á los tronos
de los Alemanes, de los Españoles , de los Italianos y
de cualquiera otro pueblo. No os engañeis; sus Pentar-
cas hacen cuanto pueden para acomodar sus proyectos
y sus tramas á su propia ambicion ; pero sus misterios
bastante nos han dado á conocer, que si ella condenó
á muerte á Luis XVI, no fue para colocar en el trono
á Orleans , á Barras ó á Rewbel. Ella se sirve de sus
tirarlos para abatir á los reyes; pero se reserva derribar
á sus mismos tiranos, cuando por fin habrá roto por
medio de ellos todos los lazos de la sociedad. No, no
intenta establecer un nuevo imperio ; lo que pretende,
es hacer desaparecer de sobre la faz de la tierra todos
los iirperios, todo el orden , todas las clases y distin-
ciones, toda propiedad y todo vínculo social. Este ha
de ser el último resultado de los misterios de su igual-
dad y libertad; este es el reino (le la anarquía y de una
independencia absoluta, proclamado en sus cavernas con
el nombre de reino patriarcal, de la razon y de la natu-
raleza,


»E ESTAS MEA1011SS • 449
Soberanos y ministros, á quienes estan confiados los


intereses de los ciudadanos, dsabeis porque insistimos en
manifestar este odio dominante , voluntario y general ,
principio Cínico y ulterior de toda esta guerra ? Es por-
que la misma secta os enseña á que no le opongais sino
una guerra toda de amor, de zelo y de ardor, en defensa
de la general conscrvacion del orden social. Es porque
ahora mas que nunca es preciso resolverse á renunciar á
todo interes personal , y todo lo que porfia luceros olvi-
dar el interes general de la sociedad. Es porque aunque
por un instante se debiesen combinar los intereses de
la secta con los vuestros, no por eso deberian continuar
aquellos resentimientos mutuos de las potencias y de
las naciones, ya ha mucho tiempo émulas , rivales y ene-
migas unas de las otras. En fin , ¡ desgraciados de voso-
tros, si por una política imprudente pensais que en algu-
na oeasion os podeis servir de la secta, de sus principios
ó de sus fuerzas para vuestras miras particulares, sin que
los servicios que esperais de ella se vuelvan contra voso-
tros!


No soy de aquellos que, en los primeros movimientos
de la revolucion francesa, pensaron que los resortes de
esta funestay absurda politica , con que algunos se enla-
zaron con los jacobinos, solo tenia por objeto destruir
del todo, ó á lo menos debilitar una 'potencia antigua,
cuya gloria incomodaba aun á aquellas que mas parti-
cipaban de su esplendor. Sé muy bien lo que la secta
era capaz de hacer por si misma, cuando salió de sus
cavernas. Pero no omita la historia, y los soberanos ten-
gan siempre presente, la terrible leccion que les dió aquel
hombre, á quien miraban como al mayor político del
siglo. La secta se dejó ver en la América con los pri-
meros elementos de su código de igualdad y libertad , y
de pueblo soberano; y por una fatal combinacion , Lata-




45o coNcLustoa.
yette, d'Estaing y Rochambeau acudieron á auxiliar á
aquel pueblo soberano , para que sacudiese el yugo de la
madre patria. No quiero examinar aqui los derechos y
pretensiones que se suscitaron entre Filadelfia y Londres;
pero que salga ahora de su tumba aquel Vergennes, artí-
fice en América , y fautor en Holanda de las revolucio-
nes del pueblo libre é igual , y verá lo que la secta ha
hecho del trono que pretendió vengar, valiéndose de ella
para abatir una potencia émula. Que se junte con Ver-
gennes aquel Merey d'Argentau , ministro de Josef
y vea en que han venido á parar los servicios del popu-
lacho soberano que él intentaba convocar eh el Brabante,
y los de los pretendidos amigos de la salud plíblica, es
decir, de los emisarios de la secta, ya reinante en Pa•is,
de aquellos jacobinos, que él acopia y Javorecia, para
llegar á la opresion por medio de la anarquía (i), No,
la secta que tiene hecho el juramento de destrozar todos
los cetros , no es á propósito para sostener ó vengar el
vuestro. Lejos pues toda alianza y union de sus prin-
cipios y medios con los vuestros. La secta no pierde de
vista lo sustancial de sus proyectos; si aparenta decla-
rarse en vuestro favor para derribar este trono, que es
el-objeto de vuestra envidia, lo hace para hallaros solos
cuando se dirigirá contra vosotros.


No basta desechar unos servicios igualmente fatales
que momentáneos. Cuando el enemigo comun de la
sociedad se presenta, es preciso que todos los gefes de
ella se ocupen en rechazarle. Todo lo que liaréis contra
él, será en favor vuestro, de vuestro pueblo, ó de esta
parte de la sociedad ó de los imperios de los cuales
sois gefes. Dejad pues de calcularlos sacrificios y esfuerzos
que os pueda costar , y el como os habéis de indemnizar


(e) Len. sur les affaires des Pays .Bas Autrichiens ; lett. 7.. p. 31..


DE rsr As ItEXIORT AS. 451
de los que hiciereis. Cuando veis que arde la casa de
vuestro vecino, no basta que no aumenteis el incendio.
En este caso os parariais en preguntar antes de apagarle,
¿cual será la recompensa que me dará por el cuidado
que me tomaré de apagar las llamas? seriais tan necia-
mente codiciosos, que perdieseis, robando la casa incen-
diada , un tiempo que aprovecha el fuego para abra-
sar la vuestra ? Salvad los domas imperios , y salvaréis
el vuestro. Todo el tiempo que concedeis á los jacobi-
nos para destruir, le aprovechan ellos para remover los
obstáculos que les impiden dcstruiros. Todas las baterías
que la secta sabe montar sobre las ruinas de los otros
imperios, todas esas nuevas legiones con que se fortifica
¿asegurarán por ventura vuestra indemnizacion? Pensais
que os atenderá el jacobinismo, cuando le hayais adu-
lado con vuestras condescendencias y degradacion ? Os
lisonjeais que siempre serán neutrales los Pentarcas , á
quienes habeis hecho aquellos sacrificios? Habiendo aban-
donado la causa comun ¿ contaréis con sus tratados de
paz, ó de una alianza ofensiva y defensiva? ¡Que olvido
de la causa comun ! Que vergüenza! Que cobardía !...
Tengo por cierto que no habriais pensado en hacer aque-
llos tratados , si hubieseis conocido la secta que os los
proponia. Los habeis firmado ; y, en lugar ele gozar de
las dulzuras de la paz ó de la calma de la neutralidad,
sois sus esclavos. Habeis hecho de vuestros cetros lo que
la secta imperiosamente quería, mientras esperaba el mo-
mento para destrozarlos. Os portais como neutrales, es
decir que no habeis tenido valor para resistir á los jaco-
binos, quienes para haceros sentir todo el peso de vues-
tras cadenas, ó para sacríficaros, solo esperan haber
triunfado de los que podian defenderos, ó venga r v ues-
tra muerte. Habeis hecho la paz con este enemigo comun
de la sociedad , que viene á ser lo mismo que si hubie-




452 coNcLvsios
seis jurado permitir se deguelle á la sociedad entera ,
que se derriben todos los tronos, y sean aniquiladas
todas las potencias, sin hacer de vuestra parte la menor
resistencia. ¡ lIabeis hecho tratados de alianza! es decir ,
que habeis jurado auxiliar á los destructores y devasta-
dores, para destruir y devastar mas y mas.


Conoceis como nosotros la vergüenza, la bajeza, el
oprobio de la neutralidad, de la paz, y de todos estos
tratados; pero, me decís que hay una fuerza mayor....
¿Con que eso hay' decid pues que estais ya vencidos;
que ya sois esclavos de la secta ; y os diremos que me-
jor habria sido morir que sufrir tal yugo. ¿ Se podrá
decir que está salvo vuestro trono, sobre el cual os deja
la secta únicamente para reinar por medio de vosotros?
Se podrá considerar salvo ese pueblo, cuando es preciso
que sus brazos sirvan hasta para los delitos de los jaco-
binos? Se podrá decir que está salvo el esclavo, amar-
rado con una cadena al banco de una galera, y cuyos
brazos no pueden hacer otra cosa que mover el remo ,
para servir á un pirata? ¡Ah! si os queda aun alguna
fuerza y alguna libertad, levantaos, y pelead por la socie-
dad. Si esa sombra de poder que la secta os deja, puede
aun alucinaros, escuchad á la misma secta , que por la
boca de Juan de Bry, y en medio de sus legisladores
solicita de la legion regícida el decreto ele enviar mil y
doscientos asesinos á matar, no á un solo rey, sino á
todos los reyes. ¿No os han dicho bien claramente lo
que quieren hacer de vosotros y ele vuestro pueblo esos
mismos legisladores, cuando declararon que tenian fra-
ternidad con todo y cualquiera pueblo , que quisiese
sacudir el yugo de sus leyes, de su gefe y de sus ma-
gistrados (r)? Que! Creeríais aun que haya siquiera un


(1) Decret du nov. 1792.


Dr. ESTAS mEmOR1As• 453
rey que la secta no haya proscrito? cuando veis cine esta
celebra todos los años la fiesta de los verdugos de so_
rey, y oís que decreta y repite en sus fiestas, y á pre-
sencia de los embajadores de los mismos reyes neutrales
ó aliados, el mas solemne de sus juramentos, ;el de odio
á la dignidad real! Cuando veis que sus iniciados pro-
meten , hasta en vuestras cátedras de enserianza pública,
que no se pasarán muchos aiios, sin que los últimos mis-
terios de la secta tengan su cabal cumplimiento; y que
entonces no habrá mas reyes ni magistrados, nacion ,
patria, ni sociedad alguna gobernada por leyes; ¡y duda-
réis un momento en olvidar todas vuestras rivalidades
y disensiones personales, y en echar á un lado todas
esas reservas, pretensiones, desconfianzas, debates y ene-
mistades de un rey con otro rey, de un pueblo con otro
pueblo, y de una potencia con otra potencia, cuando
se trata ele salvar, no solamente á vuestra potencia , sino
á todas las demas, no solo á vuestro pueblo , y sí á todos
los pueblos que viven en sociedad , cualesquiera que
sean los reyes y las leyes por las que se gobiernan !


Pero todavía estais á tiempo, pues las naciones aun son
mas poderosas que la secta. Unanse pues todas las nacio-
nes, todos los reyes y todos los senados ; únanse todos
sus ciudadanos , y no haya siquiera un hombre de los
que viven en sociedad , que mire corno extraña á su
persona la guerra de una secta que ha jurado la ruina
de toda sociedad. No sea solo el jacobino quien conozca
los recursos del entusiasmo. ¿ Será acaso menos activo ó
menos poderoso el de la patria, de sus altares y leyes,
el de vuestros bienes é hijos, el de vuestras ciudades y
casas, y en fin el del orden social que es indispensable
conservar ? os inspirará acaso menos valor, y no tendrá
tanto poder para que os resolvais á hacer los sacrificios
que inspira el entusiasmo del delirio? será posible que




454 CONCLUSION
los bandidos hayan de ser siempre los únicos, que conoz-
can lo apreciable de la union y de la coligacion de fuer-
zas? Ellos en todas partes no son mas que uno; no tie-
nen mas que un objeto , y no sirven sino á una sola y
misma causa. En todas partes son hermanos; solo por-
que en todas intentan trastornar el orden social. Cefes
dé las naciones, sed hermanos como ellos, porque á
todos os interesa conservar el orden social. He aqui lo
que yo llamo guerra de zelo por la sociedad , guerra
que del todo se dirija contra la misma secta, y guerra
con que se le quiten todos los recursos que ya le han
suministrado, mas de lo que convenia , unos políticos
acostumbrados á las guerras de venganza, de rivalidades
y de ambicion , y poco habituados á los sacrificios que
prescriben las guerras de un interes comun y general.


Cuando convido á todas las potencias y naciones, para
que en cierta manera no compongan mas que una sola
potencia y una sola nacion , y á no tener mas que un
mismo zelo y fervor en las guerras contra la secta, me
preguntará tal vez el lector ¿ en que consiste aquella
guerra toda de humanidad y conservador, que yo quería
que se opusiese á la guerra de furor, de destruccion y
de rabia que ella hace á la sociedad? A lo que res-
pondo, que es cierto que me cuesta mucho verme en
cierta manera precisado á tocar la trompeta, para que se
reunan todas vuestras legiones en el campo de Marte :
pero cuando veo que las de la secta se alimentan de la
sangre y carnicería ; cuando veo á tantos miles de ciu-
dadanos , á quienes su tranquilidad y aversion á toda
resistencia no preserva de que sean víctimas de la secta;
cuando veo á tantas mugcres , viejos y nulos pasados,
poco ha, á cuchillo, tanto en las montarlas de la Suiza,
como en las llanuras de la Vendée y en toda la Francia;
cuando veo que, en todas partes en'donde la secta puede


introducir


DE ESTAS MEMORIAS . 455
introducir sus ejércitos de bandidos, es preciso, ó pros-
trarse en presencia del ídolo, ó caer bajo sus picas; cuan-
do veo todo esto, ¿quien se tendrá por verdadero amigo
de la humanidad ? Acaso piensa en conservar la socie-
dad el que permite que los ejércitos de la secta se paseen
sucesivamente desde el Brabante á la Holanda , desde
la Saboya á la Suiza , desde el Piainonte al Milanesado
y á Roma , y que en todas partes trastornen el orden
social , porque en todas no encuentran sino una resis-
tencia débil y aislada ? Es por ventura verdadero amigo
de la humanidad el que permite que se propague este
contagio y arruine la Europa, ó el que os excita á sofo-
car su germen ? La mano que quiere conservar vuestra
vida ¿ es por ventura la que teme tocar vuestras llagas
y permite que se gangrenen , ó la que, valiéndose del
hierro y del fuego, corta el miembro podrido, para con-
servar el cuerpo ?




¡ Ah! si vuestros consejeros, sedu-
cidos por unos sentimientos crueles de humanidad , bu
biesen sabido que una secta, cuyo imperio se apoya en
el terror y cuyos medios son los de los asesinos ,
debe domarse por medio de complacencias pérfidas ¡ cuan-
ta sangre habrian ahorrado y cuantos horrores habrian
evitado ! Aquel terror cuantos ciudadanos y soldados ha
dado á la secta, que habrian preferido servir contra ella
á servirla en su furor ! Cuantos hay aun en el dia, que,
á pesar del mismo terror, se unirian á vosotros, si hubie-
sen visto que los ejércitos peleaban contra la secta, y
no para sostener vuestra ambicion!,... No he entrado en
los consejos de las potencias; quiero creer que el error
de mis compatriotas está mal fundado, y que tal vez
debe atribuirse á la secta que saca de él un partido tan
fatal; pero ¡cuantos soldados ha sabido alistar, que con
su valor os habrian servido , si les hubieseis convencido
de que vuestra causa era solamente la de su rey, la de


Tomo 177. Gg




456 coNcLusioN
sus leyes y la de su religion; si no hubiesen creido que
estaban entre dos enemigos y obligados á rechazar al que
se les presentaba, no para defenderlos, sino para sacar
partido de sus disensiones, hacer presa de su patria, ó
darle el destino de la Polonia y Venecia! Quítese, á lo
menos, este vano pretexto á los jacobinos; vean todos
los pueblos oprimidos que vuestras declaraciones son
francas, que las sostienen los hechos, y que sois sus
verdaderos libertadores; y vean en vuestros ejércitos unos
militares, que solo se han armado con el fin de resta-
blecer el orden social.


Pero que es lo que hago ? Y que es lo que prometo?
Pretenderé que la suerte de mi patria y que el destino
de los imperios dependa solamente de la fuerza de nues-
tros ejércitos? ¡ Ah! es cierto que la secta nos hace una
guerra, aun mas terrible que la de los bandidos. Los
resultados de su impiedad, la corrupcion de costumbres,
la apostasía de un siglo que se llama el de la filosofía,
he aqui sns verdaderas armas y el grande manantial de
nuestras desgracias. ¡O vosotros ! á quienes asustan estas
verdades, porque os tocan de mas cerca , subid á las
causas de los desastres y veréis que todas se reunen en
esta apostasía!


Un desgraciado sofista, con toda la obstinacion de los
demonios, levantó el grito y dijo :.No quiero servir;
mi razon será siempre libre. Me perseguirá el Dios de
la revelacion, y yo perseguiré al mismo Dios de la reve-
lacion. Yo formaré una escuela contra él; tendré con-
migo á mis iniciados -conjurados, y les diré gritando :
aplastad al itzlanze; aniquilad á Jesucristo Esta
escuela se ha abierto sobre la tierra ; reyes y grandes
del mundo han celebrado sus lecciones y se han sabo-
reado con ellas, porque daban libertad á todas las pasio-
nes. He aqui el primer paso de la revolucion. No me


DE ESTAS MEMORIAS.
457


importuneis mas con vuestras inútiles reclamaciones.
Leed los fastos del impío que habeis idolatrado, y allí
hallaréis mis pruebas. Príncipes, ricos, señores, caba-
lleros , este es el crimen , no de todos vosotros, pero de
un número tan grande de vosotros, que de algun modo
le puedo llamar el crímen de vuestra clase. Lo


s dijeron
jaeereorn-


dotes de aquel Dios que habeis abandonado, o
que habla castigos reservarlos para los a póstatas, y que
vuestro escándalo seria tan funesto para el puebl o


como
para vosotros mismos. Acordaos del modo como fueron
recibidas estas amenazas, y volved á leer los fastos de
la escuela que nos oponiais. El cielo, en su justa indig-
nacion , permitió que se multiplicasen los discípulos de
los sofistas, como se multiplican las langostas. Se tuvie-
ron tambien por dioses de la razon , y tambien dijeron :
no serviremos; pero, clavando en vosotros sus ojos, aña-
dieron : la opresion y la tiranía han colocado sobre el
trono á unos hombres como nosotros. La casualidad del
nacimiento ha hecho nobles y grandes, que valen menos
que nosotros. Esto dijeron , y lo que la libertad de las
pasiones os hizo obrar contra Jesucristo, el orgullo de
la igualdad de aquellos lo hizo contra vosotros. Cons-
piraron contra el trono y contra los grandes y nobles
que le rodeaban.... Absolutamente ciegos, acogisteis á
ese enjambre de sofistas , como habiais acogido á su
maestro.... Los sacerdotes del Altísimo insistieron en
deciros , esta escuela de impiedad, arruinando la iglesia,
os arruinará á vosotros, vuestras leyes, vuestros magis-
trados, los príncipes y los reyes. La misma razou os lo
decia con tanta energía como los sacerdotes; pero voso-
tros, que habiais cerrado vuestros oidos á la revelacion,
DO quisisteis escuchar la razon.


Dios, á quien vuestra apostasía irritaba siempre mas,
permitió que aquel enjambre de solistas se imrodujese


Gg




458 CONCLDSION .
en el abismo de las lógias. Aqui los últimos iniciados,
cubiertos con el velo de los juegos mazónicos, reunie-
ron sus conspiraciones contra el altar, contra el trono y
contra toda la grandeza, á las conspiraciones de aquellos
sabios que os habian engañado. Los iniciados se multi-
plicaron tanto como los sofistas. Bajo los auspicios de un
nuevo sabio , añadiendo impiedad á impiedades y blasfe-
mia á blasfemias, se formó , con el nombre de iluminados,
una nueva secta que meditaba , como el héroe de vuestra
apostasía, acabar con la religion de Jesucristo; como los
discípulos de aquel héroe, juraron aplastaros á vosotros
mismos; y como todas las sectas de los bandidos, des-
truir todo imperio de las leyes. A estas maquinaciones
se reducían todos los frutos de una filosofía que os habeis
obstinado á respetar, como si fuese la verdadera sabi-
duría. Pero ¿sabeis lo que ha hecho vuestro Dios, para
que conocieseis á este ídolo, para atraeros otra vez á su
fe y á las virtudes de su Evangelio , mas que para ven-
garse? Os lo digo; ha hecho callar á sus profetas y á los
doctores de su ley, y les ha (licito ; n Omitid las instruc-
ciones con que os oponeis al delirio de los impíos. Ellos
me resisten con su razon, y han jurado acabar con la
religion de mi hijo. Ellos quieren reinar solos sobre ese
pueblo. Ellos han tomado á su cuenta conducirle á la
verdadera felicidad. Les dejaré obrar, y abandonaré ese
pueblo á su sabiduría. Salid de entre ellos todos los que
sois mis sacerdotes y pontífices; llevad con vosotros el
Evangelio de mi hijo; dejad que esos sábios derriben los
altares; dejadies que en medio de sus templos levanten
trofeos al héroe que quería aplastarle, y dejad que ese
mismo pueblo sea guiado por la sola luz de su razon.
Salid , y retiraos; yo y mi hijo abandonamos los gran-
des y ese pueblo á sus sabios. Dejad que estos los quien,
ya que dicen que no necesitan de mí ni de mi hijo. u


DE ESTAS MEMORIÁS• 459
Franceses, asi ha hablado el Dios de vuestros padres.


Ah ! y que bien sabe confundir la prudencia de los pru-
dentes y sabiduría de los sábios ! Recorred ahora ese
vasto imperio que ha abandonado á vuestra falsa filosofía.
Ya no hay allí sacerdotes ; sus altares han sido derriba-
dos y ha desaparecido su Evangelio. Calculad ahora los
delitos y los desastres. Paseaos sobre sus ruinas, v mirad
esos destrozos y escombros. Preguntad á ese pueblo que
se han hecho aquellos millones de ciudadanos, que po-
blaban sus villas y ciudades? que inundacion de bárba-
ros ha desolado aquel pais? en que ha parado aquella
ciudad tan envanecida por su grandeza y magnificencia
de sus palacios? que se han- hecho esas otras ciudades,
(Intuías de Tiro. ? á donde ha ido á parar el oro que sus
naves traían todos los años de las costas de levante , y
de las islas del occidente? Aquel gozo y aquellos cánticos
de alegría ¿porque se han convertido en lágrimas y gemi-
dos? Esas frentes, que antes eran la imagen de la felici-
dad ¿ porque se han cubierto con el lúgubre yelo del
terror ? Y ¿porque esos suspiros, que en vano contiene
el temor de que scan ()idos ? Pueblos, con todos
vosotros hablo, que poco ha erais felices bajo el imperio
de las leyes de vuestros padres, y en el dia sufrís todos
los males de la revolucion ¿ no teneis sus filósofos y toda
la sabiduría de sus deistas, de sus aulas y de sus filán-
tropos? Y principalmente vosotros, discípulos, y ya ha
tanto tiempo zelosos protectores de todos esos sabios de
la revolucion, ¿ de donde proviene que en el dia andais
errantes y vagamundos , pobres y sin consuelo por toda la
superficie de la Europa ? Esta filosofía, que ha sido vues-
tro ídolo ¿ no se ve en el dia triunfante en el centro de
su imperio?


¡ Ab! y que humillantes son estos sarcasmos de un
Dios que se ha vengado tan á satisfaccion suya! .Desgra-


Gg 3




460 CONCLESION


ciarlas víctimas de la confianza que habeis tenido en esos
falsos sabios ! conoced, pues va es hora, que es cosa
muy terrible el verse abandonado al imperio de su impie-
dad. Confesad que vuestra credulidad y vuestra con-
fianza en esos héroes sofistas os ha sido muy fatal. Os
hallan prometido una revolucion de sabiduría, de luces
y de virtudes; y os han dado una revolucion de delirio,
de extravagancia y de perversidad. Os habían prometido
una revolucion de felicidad, de igualdad, de libertad,
de la edad de oro; y os han dado una revolucion, que
por sí sola es el azote mas terrible con que un Dios,
justamente irritado por el orgullo é impiedad de los
hombres, ha castigado al mundo. He aqui el término de
toda esa impiedad, á la cual quisisteis llamar filo sofía.
Lo repito; ya no se trata de disputar sobre la primera
causa de nuestras desgracias, pues es del todo evidente.
Voltaire y Rousseau son los héroes de la revolucion ,
del mismo modo que lo fueron de vuestro filosofismo.
Solo se trata de poner fin á vuestra ilusion, si no quereis
que continue ese azote, ó si no quereis estar siempre
expuestos al peligro de que os vuelva á castigar. Es pre-
ciso que la revolucion sea la muerte y sepultura de aque-
lla filosofía de la impiedad, si queréis aplacar á Dios,
que la permitió para vengar á su hijo. Mientras con-,
tinueis en ultrajar á Jesucristo, y no arranqueis de vues-
tro corazon la primera causa de vuestras desgracias, no
espereis que estas cesen. El gran crimen del jacobino es
su impiedad ; pero su gran recurso es la vuestra. Mien-
tras haga la guerra á Jesucristo, le auxiliará el infierno,
y el cielo no estará en vuestro favor, mientras que, como
él, seais enemigos del mismo Jesucristo por vuestra in-
moralidad y falta de fe. Por vuestra in:piedad sois her,
manos del jacobino, y sois jacobinos de la revolucion
Contra el altar. No aplacaréis al Dios que venga el altar


DE ESTAS MEMORIAS
.


461


con la ruina de los tronos y de todas nuestras leyes ,
si persistís en el odio al altar.


Esta es la última y mas importante leccion que nos dan
esos azotes progresivos, como tambien las maquinaciones
de los solistas de la impiedad, de los sofistas de la rebe-
lion y de los sofistas de la anarquía. ¡Quiera Dios que,
cuando doy fin á estas memorias, pueda decir, que la
he grabado profundamente en el corazon de mis lecto-
res! Haga Dios, que aquella leccion abra el camino para
que vuelvan á mi patria la religion , las leyes y la feli-
cidad ! Ojalá las investigaciones que he hecho para des-
cubrir las causas de la revolucion , sean útiles á las nacio-
nes, que aun se pueden preservar, ó libertarse de sus
desastres! De este modo Dios, que ha sostenido mis
tareas, les dará su recompensa.




462 coNctusiox


CONCLUSION


DEL TRADUCTOR.


F 1IPREND1 la traduccion de estas Memorias en Febrero
de 1812. Las noticias que de las llamadas Cortes extraor-
dinarias nos traian los correos , ya me habian conven-
cido de que los sentimientos ú opiniones de la mayoría
que componia aquel congreso, no eran favorables á nues-
tra religion , ni al trono de nuestro Rey el Seííor Don
Fernando VII , á pesar de que los llamados representantes
de la Nacion habian hecho en 24 de Setiembre iSio , el
juramento de conservar á nuestro amado soberano el Seíior
Don Fernando Vil todos sus dominios, y haber sancio-
nado el artículo 12 de la llamada, y ya abolida Constitu-
clon de la Monarquía Española, relativa á la única reli-
gion de nuestra nacion. Me pareció que en aquel congreso
habia jacobinos, que empezaban á desplegar sus prin-
cipios; que muchos representantes, procediendo de buena
fe, se dejaban llevar, sin saber á donde los llevaban ; y
supe que los dotados de sentimientos rectos y de teson,
eran el objeto de los sarcasmos y bufonadas de los asa-
lariados galeriantes , llamados pueblo. Conocí que iba á
emprender una grande obra, y que tendria mucho que
sentir si la publicaba, á pesar de la libertad de imprenta,
pues parecia que esta solo se extendia á escritos impíos,
inmorales y degradantes del carácter y honradez de los
Españoles. Yo sabia que en esta misma isla (Mallorca)
habia emisarios de la secta, astutos y poderosos, aunque


n'E t, TRAIVOCTOR. 463
con luces muy escasas, y que uno de ellos era capaz de
influir en la detencion de mi traduccion, y aun conse-
guirla, Conmigo nada pocha el temor de que mi trabajo
fuese en vano, y de que se sepultase esta traduccion en
su mismo nacimiento ; pero sentia que fuese sin fruto;
y convencido de que mas convenia exponerla á la cen-
sura y prohibicion, que privar á la Nacion de este desen-
gaiío , me resolví á emprenderla, movido por otra parte
de las eficaces persuasiones de algunos eclesiásticos muy
beneméritos. Tuve la fortuna de que con mi Prologo,
que puse al principio del segundo tomo , contuve los
anatemas de la segunda junta de censura de esta provin-
cia , afecta del todo á las nuevas instituciones , y que ha
extendido sus censuras á escritos, que, segun su sistema,
no lo merecian tanto corno esta obra. ¡ Válgame Dios,
y; que poca cosa bastó para eludir su republicanismo 1
Pero si mi traduccion tuvo la fortuna de correr con
libertad, yo ni siquiera la tuve para andar. Ya .habia
yo publicado el segundo tomo, y corria este por Cádiz,
en Mayo de 1813, cuando en el Conciso del 2 de Junio
insertó don Isidoro de Antillon (que en paz descanse)
un artículo para desacreditar esta obra. Ya se ve que
tenia sus motivos. Contesté por medio del Procurador
general de la Nacion y del Rey, con el artículo que
inserté en el Seminario Cristiano-Político de Mallorca,
núm. 58 pág. 4or. Pero aunque este artículo llegó á
tiempo para que la junta censoria de esta provincia no
hiciese de las suyas con mi traduccion , no llegó á tiempo
para salvar mi persona. Con el pretexto de que yo habia
proferido proposiciones sediciosas en unos sermones que
prediqué en la Cuaresma del mismo año 1813, en la
parroquia de San Nicolás de esta ciudad de Palma, ya
me habla hecho el honor el que entonces era Juez de
letras, D. Ignacio Pablo Sandino de Castro, con previas




(1 64 CONCLVSION DEL TrunucTort. .
auxiliatorias de unos sugetos que ahora no quiero nom-
brar, de allanar este convento y la celda de mi habita-
cion, la noche del 28 de Julio, y en medio de 5o bayo-
netas de tropa de línea, repartidas en vanguardia, cen-
tro y retaguardia, llevarme po, las calles mas concur-
ridas á las nueve y media de la noche, á las cárceles de
la entonces extinguida, y en el dia resucitada Inquisi-
cion. Lo que aqui me pasó , lo dejo al historiador del
jacobinismo de esta Isla, y solo digo, que continué mi
traduccion , aunque no con aquella libertad que pide
una ocupacion de esta naturaleza. El Juez de letras que
me tenia preso, me habia privado de todo recado de
escribir. Pero como yo sabia, que :a verdadera causa de mi
captura era la traduccion y publicacion de estas Memo-
rias, quise aumentar los méritos de mi prision , y por lo
mismo me empeñé mas en sostener la causa de mi Reli-
gion , de mi Rey y de mi Nacion ; y á mas de otros
escritos que publiqué desde aquella mansion honorífica,
continué esta traduccion. He aqui, lector benévolo, la
principal causa porque se ha retardado tanto este último
tomo; pero á pesar de todo el jacobinismo, que con sus
terrores pretendia hacerme desistir ( que poco conoce
mi carácter!) ya ha salido al público. Tengo la satisfac-
cion de que esta traduccion es exacta; y aun la tengo
mayor por ser la primera que se ha impreso, y por haber
padecido tanto corno he padecido por ella. Por preci-
sion ha de contener defectos; pero tu prudencia los disi-
mulará, si tienes presente lo que acabo de referir.


Vale.
Fray RAvmuÑoo STnaxcit Y VxuAr., presbítero d..>1


Orden de Menores Observantes de San Francisco.
(Obispo despues de Vich, eriCataluíía).


FIN DE r.A. OBRA,


TABLA
DE T.C”' CAPÍTULOS DE ESTE CUARTO TOMO.


Pág.


CAP. I. E POCA primera del iluminismo
CAP.


Principales iniciados de Weishaupt en la
primera epoca del iluminismo 23


CAP. III. Segunda época de la franc-mazoneria ilu-
minada; ensayos de Weishaupt sobre
las logias mazdnicas y adquisicion de
Knigge y sus primeros servicios


CAP. IV. Congreso de franc-mazones en Wilhelms-
bad. Se trata de sus diversas sectas ,
principalmente de la de los iluminados
teósofos... ...............


CAP. V. Intrigas y resultados de Klagge acerca
del congreso mazdnico; relaciones ofi-
ciales de los Superiores de la órden ;
multitud de hermanos mazones ilumi-
nados en esta ¿poca


CAP. VI uevos medios y conquistas de Knigge y
de Weishaupt sobre la fi anc-mazonería,
Altercaciones de los geles del iluminis-
mo. Consumacion de sus proyectos sobre
los mazones de Alemania, antes de la
separacion de Knigge ......... . . . . 138


CAP. VII. Tercera época del iluminismo, descubri-
miento de la secta. Primeras sospechas
sobre la existencia del iluminismo, y
medios de Weishaupt para precaver
todas las diligencias. 163


6o


79


II!




Pág.
CA r VIII. Continuador' de los descubrimientos hechos


en Baviera sobre los iluminados; proce-
dimientos de la corte por lo tocante á
los gefes ele la secta; noticia y lista de
los principales iniciados


191
CAr. IX. Nuevos geles y nuevos recursos del ilu-


minismo. lavencion de la nzazoneria
Jesuítica, y resultados de esta fábula. 213


CAr. X. Union Germánica
23X


CAP. XI. Cuarta época de la secta. Diputacion de
los iluminados de Weishaupt á los


franc-mazones de Paris. Estado en que
se hallaba la mazonería francesa en la
época de esta diputacion ; sus empresas
y resultados y coalicion de los conju-
rados sofistas, franc-mazones é ilumi-
nados que formó á los jacobinos 257


CAr. XII. Aplicacion de las tres conspiraciones á la
revolucionfrancesa. Identidad de los
hechos y de las maquinaciones• . 3oo


CAP. XIII. Universalidad de los resultados de la
secta, explicada por la generalidad
de sus maquznaczones. 719 .;


CONCLUSION del autor de estas Memorias
424


CoNcLusloN del traductor 462


F I N.