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HISTORIA l\lIJLITA R Y POLÍTICA


y de los sucesos de 1[, gnerra de las provincias del Norte,
enlazadcs á fll t'poC)a y á su nom breo


\~ADHW.
lJét>!'IH:];U, ca};'; de JUlIl,eio lJÚlll. ¡!l.


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Z U }I A L A e f\ RR J~ G U J •
• CAPITULO PRImm o.


Su nacimiento.-Su wnilia.-Sus primeros !tñoS. ')


entre los infinitos españoles que la fuerza
de las circunstancias arrastró á la neble
profesioo de las armas la invasion de Na-
poleon en t 808, observarnos no pocas ce-
lebridades militares, que sin los azares J
cont1ictos de aquelia época, no hubieran
llegado á desarrollarsG prestando u[¡ e~ni­
nente servicio á la Europa entera, ni oCre-


, . cido á la Historia de Bspaña las honrosas
lIliB.alm:;;:""' r:-" inas que laflto ennoblecen á sus hijos.


esgracia ha sido para esta nacion, que des-
pues de conseguido aquel universal objeto, la caida del capitan del sí-
glo, nos hallamos divididos y envueltos en disensiones intestinas, y em-
pleando contra nosotros mismos las armas. pl'oveyemlo á cada bando
jesfes bizarros y aguerridos que han hecho interminable la lucha, más
cuantiosos los sacrificios y dolorosos los resultados .
. ) De este número ha sido don Tomás Zumalacárregui, que si bien
no brilló durante la guerra de la independencia, aunque desde luego
tomóen ella parte activa, porque ca recia dd prestigio y autoridad que
dan los años, ha acreditado despues en su carrera que era un genio.
y que no enbalde sus instintos bclic030S le hahian hecho mirar con té·
dio desde niño todo juego que no fuese de :,uUado ó de pelea, y pen-
sar mas adelante en ser militar , !'t;::pecto á qlli'l habiendo mnerto su pa-




dre cuando él tenia cuatro años, y tl'e~e her fll (l. ! 'I"\!, , tonocm f(!lé di-
tieílmenle podrian obtener la educacion y !'o!()I'!le;OIl I'orrespo:¡diellta
<l la clase y distinguida nobleza de la casa solarj"0':t de los Zumala-
cárreguis. en el consejo de lchaso, que tiene en el esendo de sus ar-
mas un jabalí al pié de un árbol. y por cuyos títulos de hidalguía. no
ménos que por las prendas personales de sus individuos. es mirada
con cariñosa veneracion en aquel país; así COtLO fouos los años Sil
celebraba el dia 29 de Diciembre una solemnidad de familia. en in vi-
lla de Ormaiztegui, provincia de Guipúzcoa, anivel',~ar¡o del natalicio
de nuestro protagoniS:a, que lmo efecto en igu:11 dia del arlO de t 7~~
en la casa lIamaua Ií'iui'te-(Jnlicoa.


Muerto su padre don Francisco Anlonio ZlJm31a('~uregui, escriha-
nI) real y propietario de dicha villa, su \inda. doila Ana Inaz de Al·
cúlaguirre, procuró con esmerado afan cuidar de la edncacion de sns
hijos. ponielldo á la escuela á nuestro niño á la edad de cinco años,
donde aprendió á leer escribir y cont!lr: por pUfa aflciun, y sin re·
cibir lecciones, llegó á leer con perf¿ccion admirable el idionJa latino,
di~língniélldose al mismo tiempo entre todos sos condiscípulos por la
vi\-eza de su genioJ su car[(cler un tanto colérico, :.tt:nquc noble; y qua
lu hacia re::petar y temer de ellos, y por la inclin:lcion que tenia á
organizarlos en partidas y batirse: lo cual hizo que su maestro don
Juan Antonio Arizpe Urrutia, predijese á la madre, que Tomás se-
n·a algw~ d¿a un fjí'(ü], cajJitan, si Ciíljii'endia la .)a¡'i'em d" la,;
il.tíilaS á tj¿w paí'ccia inclinado.


A los trece años pa~ó á ejercital'se en la curia, alIado de su pri4
nw. don Péuro José de Urrntira, escribano de Idiazohal. donde, me-
lallcóLco y taciturno, pormaneda, siempre frio é impasible espectador
de los juegos y diversiones de sus compañeros, en que nunca tomb
parte.


Tres años despues se dil'igió á Pamplona ;~ instrnirs,> en la enria
eclesiástica. con el procurador don Francisco Javier de OHo, padre de
la que más tarde habia de ser su esposa; pero a los pocos meses 1'0n6
para España la hora del combate glorioso, que tall cnaHecida fama de-
bia dar al pueblo español en los anales del mundo; y desde aquel mo-
mento, ni las sosogadas tareas de su profesion, ni la5 delicias del pri-
mer amor, pudieron contener inerte á Zumalacárreciui, que á la vista
del levantamiento, que cual fluido eléctrico se comunicó instanlán0a-
mente á toda la nacion, corrió al peligro llena su falltasÍa de ilusiones
y de ensueños, y ardiendo en deseos de celebridad y de gloria; pOI'-
que era valiente desde niño. entusiasta por todo lo grande. por todo
!o noble, por todo lo arriesgado.




-5-


CAPiTULO JI.


ttuerra de la independencla.-Primer siti<l de :;hrag()z.,.-A(',~ion de Tud('la.-Se
incorpora Zumalacarregni á la guerrilla de Jáuregui.-P:lsa cElmlsionado :i Cá-
cliz.-Su alcen so :í capiian.-Sitio d(~ San Scbattian J batalla de San Marcial.-
Se le tacha de poco afecto al sistema constitucional, y se l~ separa de su leS'¡·
llliento.-ConscclIencias de e~ta i nj 11" t;,~¡'l.


VOlÓ ei jóvCll Zll1üal1drregni á Z.'lragoza á de-
'. fender la independencia de su país y el tro-
. no de sus reyes. El 8 de Junio de 1808, se


inscribió VolUllL¡rio en el ;:-;,0 terdo de za-
¡aguzaDos, l]C~IlOmi¡wdo dl'spues batallon del
PO-I'Líti n, y ell él míiHaba y re~ibió el bau-
tismo dú los combaks cllundo tuvo lugar, el
primer t.ilio de aquella ciudad, que dl:'n!ro
de poco Cc:bi" aumenl;,,· sus honrosos lÍlulos
COIl los justamente merecidos de lteróica d
jjli?lOíÜ!l; }laque cUI~nta el número de sus


héroes, por el de SllS habitantes.
Conociua por los fr:lI1ceses la importancia de Z1ragoza, pábulo


de las más d lllccs ('<:per;;:,Z;IS d¡~ touos íos espalto les, especialmen te de
los que se hallaban pn ]Jlintos dominados por aquellos, pnsicion el
mayor conal0 en sojuzgarla; establecieron el sitio con. 4.0.000 hlJm-
bres de sus aguerrid;):, troíi:1S, al mando del mariscal (101 imperi,) L0-
fevre; pero aunque no ll'lli;lli olras murall::ts que l1estrnir que el dia-
mantino pecho de los sitiados, viéronse bien pronto diezmadas sus
huestes, y en la necesidad de reforz:lrl:ls; y elem porador que atribu ia
á. imperida del Jefe. m;~s qlre al fabuloso valor de los zaragozanos, la
inefir,acia del sitio, lo encornelhló sucesivamente á Verdicr, á Mllncey,
á Mortier y al duque de Montebello.


Preciso es hacer aquí mérito (lel general ilustre y esforzado que
supo conquistarse en los dos si tíos de dicha cindac1 una celebridad nado-
nal y una alta reputacion europea, El señor don José de Palafox y
Melei. elevado por aclamacion unánime de todo:lln pueblo á 1:: dig-
nidad decapitan general de aquel distrito, resistió los pel'l1icioso~ con-
iejos de la junta de Maclri,} para ql'le no hiciera frente á los i[J\'aso-
res, con igual energía que rechazó los combinados y certeros alar¡llcs
de estos. Celoso, infatigable y vaHentc, tan pronto s;¡lia para proveer
la plaza de los recursos que JU eseasealHn, como para atacar á los ene-




-6-
migos en sus campamentos; y siempre entre los defensores. siempre
en el peligro, sabia alimentar la esperanza, alentar el valor.


Grandes y notables servicios prestó á la causa de la independen-
cia española; en aquellos dias de prueba el batallon del Portillo, en
que ya servia Znmalacárregui en clase de distinguido en que le habia
colocado su misma bizarría, sus privilegiadas dotes. Sufria con ánimo
contento y resignado todas las privaciones y peligros, sin amilanarse
á la vista de tanta muerte como derramaba en torno suyo el fuego del
enemigo, no menos que la epidemia de que se vieron acometidos. En
los puntos de riesgo más intenso y donde el combate fué más encar-
nizado, allí tuvo la suerte de hallarse Zumalacárregui; y firme al pié
de una tronera en el ataque comenzado por el Portillo, acudió con
su batallon á bacer frente al que del lado de Santa Engracia empren-
dió despues el enemigo; y puede decirse que en los dias :5 y 4 de
Agosto echaron el resto los sitiadores, y los sitiados se escedieron á si
mismo enheroismo y bravura; y que en ellos aprendia nuestro solda-
do á familiarizarse con los peligros, y pudo proveerse del valor. teson
y irmÍsima constancia, que no dejó ya de mostrar en toda su carrera;
pues el que permaneció firme y sereno en la madrugada de dicho dia
4. al frente de una formidable batería francesa, viendo destruidas las
nuestras y practicables las brechas; el que entusiasta repitiera la voz
de guerra ti cnckillo, con que respondiera el ilustre Palafox á la pro-
puesta de paz y capitulacion, que en el combate hiciera el general
francés, predestinado estaba para ser el caudillo de un ejército y pilar
robusto de la causa que abrazase.


Terminado el primer sitio de Zaragoza, se halló Zumalacárregui
en otra ocas ion no menos distinguida, la de Tudela. Reunidos en este
punto en consejo de guerra., los hermanos Palafox y el general Cas-
taños, para tratar de si era ó no conveniente defender á Zaragoza de
la segunda embestida que el audaz enemigo le preparaba, se vieron
sorprendidos, y tuvo que 5alir nuestro ejército, fuerte de veinte 'mil
hombres, á hacer cara al enemigo. La quinta division y los aragone-
ses, entre los cuales marchaba el jóven Zumalacárregui, fueron el
sosten del pabellon español; hasta que atacados repetidas veces por
fuerzü¡; muy superiores, quedaron envueltos, y el que pudo escapar
llegó á Zaragoza lleno de cansancio y fatiga. Nuestro novel soldado
fué uno de estos que ansioso de venganza, veia aumentarse su deseo
de humillar las altaneras águillas francesas.


Alentados los franceses con el éxito de la batalla de Tudela, prepa-
raban á Zaragoza un segundo y más glorioso sitio. Numerosas fuerzas
se presentaron delante de sus muros el dia 20 de Diciembre, y apo-
derados de Monte-Torrero, trataron de bloquear la plaza, y empeza-
ron poco despues á abrir la brecha. Para interrumpir los trabajos de




_.:. 7-¡
Jos sitiadores; hicieron los españoles una salida el 51, Y aunque de'ella
volvieron con doscientos prisiolleros, esto no impidió que Zumalacár- .
regui, que habia ido en la descubierta, sufriese la misma suerte; pero
su natural viveza y perspicacia, le proporcionaron pronto la evasion. y
una nocbe aprovechándose de la oscuridad y de la confusion del cam-
pamento, logró escapar de manos de los franceses; no sin gran tra-
bajo y terrible esposicion, dirigiéndose instintivamente hácia su país na-
tal, adonde llegó al cabo de algunos dias, estenuado de cansancio y
de fatiga. Los cuidr.dos del hogar doméstico, pusieron pronto á nues-
tro soldado en disposicion de continuar sus servicios; y como por aque-
lla sazon empczai'e á formar su guerrilla el célebre D. tle Gaspar Jáu-
regui, conocido por el Pastor, corrió á ofrecerle su acero, templado
ya en Zaragoza y Tudela. Con los brazos abiertos recibió Jáuregui
á su compatriota, y le nombró su .secretario, con cuyo carácter y co-
mo sC.lgundo jefe, de las partidas de aquel, se halló el 21 de Setiem-
bre de 1809 en la accion ce Azpiroz; el 29, en la de Oyarzun; e12
de No\'iembre, en la de Tieba; el:3 de Enero del siguiente año, en
la de Santa Cruz de Campezu; y e18 de Febrero, en la del Carrascal:
acciolles todas que fueron una larga série de triunfos que, aunque ais-
l:lelos, prepararon la victoria gloriosa y completa de un pueLlo que,
valpfoso, sacnde el yugo de sus opresores.


A principios de Abril de 1810, cuando ya estaba más regulariza-
<la la guerra y mis en órden los elementos de defensa, entró á servir
Zumalacárregui en el l)fimer regimiento infantería de Guipúzcoa, con-


. curriendo en clase de oficial, á las acciones de VilIareal. del Puente
de Belascoain y de Unzue, que este regimiento sostuvo con gloria en
los primeros días de Setiembre de dicho año; á las de Irurzun. Urres-
tilla, AtanD, Azcoiiia y Puertas de dicha villa. en 18'11; y á las de
Arechavaleta. inmediaciones de Vergara, Loyola. Villareal de Zu-
márraga, Spgura, Azpeilia y Vergara, en t 812; mereciendo á fines
de este ano la distincion de ser comisionadolpara dirigirse á Cádiz, y
obt(,'ncr la confirmacion de los despachos de los jefes y oficiales del
regimiento. r,omo se verificó pronta y cumplidamente, enal era de es,:


, peral' de su nalnral despejo y notoria capacidad, no sin que contribu-
yese al buen éxito de sus pretensiones la feliz casualidad de hallarse
como diplltado en la isla gaditana su hermano el señor don Miguel
Antonio de Zumalacárreglli, cuya coyuntuf'3, aprovechó tambien en
favor suyo, aguijoneado por el natural deseo de adelantar en su car-
rera, y consiguió el despacho de capUan efectivo. >- '


Terminada de un modo tan lisonjero la comision .... que le condujo
á Cádiz, se trasladó á las provincias á mediados de 1815, época en
que la guerra tocaba á su fin; y participando del comun deseo de
los pueblos que ansiaban paz y .rJobiemo, se incorporó presuroso al




-8-
íeglmiento. 'Y contribuyó á acelerar la terminacion de la guerra en las
ilCeiones de Descarga, Irrazain, Sasiola. Mendano y Salinas, con da-
~iéndose e todas ellas con no ménos discrecion que bizarría. hallán-
dose igual lente en la importante toma de la ciudad de San Sebastian,
,ton el ejército anglo-hispano. en que le tocó entrar por una brecha.
'. En aquellos dias fué agregado al cuarto ejército á las órdenes del
,eneral Freire, y tuvo parte en la memorable batalla de San Marcial
~l 5i de Agosto. que tan notablemente contribuyó á enaltecer las glo·
lias esp ñolas. por los heroicos esfuerzos que en ella tuvieron lugar.
A propo cion del empeño que los franceses tenian en socorrer á los
sitiados en San Sebastiano Perdieron la vida en aquella famosa jor-
nada mil seiscientos cincuenta y ocho españoles, de cuyo singular
mérito dió honroso testimonio el ilustre lord Wellington, cuando di-
jo: que los españoles se 7tabian pO?'tado en ella como las mejores tro-
pas del mundo. lfaltos de auxilio los sitiados, capitnlaron el 8 de Se-
tiembre. y la division guipuzcoana, en que servia Zumalacárreguí,
pasó á dar guarnicion á dicha plaza, donde aplicado y laborioso por
carácter y por costumbre, dedicó los ratos de ocio al profundo estudio
de la táctica, estudio que tanto habia de contribuir á su posterior cele·
bridad: en este tiempo SOliÓ para la Espafla la hora del reposo, y vol·
vieron las eosas al estado que tenian antes de la guerra. En fines de
Agosto de 1:515 pasó á mandar una compañía del regimiento infaate·
ría de Bo['hon: licenciado este á mediados de 1818, (ué colocado con
igual graduacion en el de Viloria, y desde 1.0 de Marzo de lX21 en
el de la~ órdenes militares, 55 de línea.


Un ailo hacia entonces que se babia restablecido en todo su vigor
el sistema constitucional, y por consecuencia natural de U[la rcaccion
tan violenta como la da 18-14, las exigencias del partido liberal eran
mas estremadas, y sus opiniones más iutoleranles, bastando ser uno
un poco frio ó prudente pam adquirir la nota de desafecto. Esta califi-
cacion mereció Z:.:unalacárregui de los oficiales de su regimiento, por
su continente grave y su silencio, quienes en un ion de sus jefes so-
licitaron su expulsion del cuerpo; y aunque reconocido posterior-
mente este error, solicitaron tambien su reposicion, y la obtu rie-
ron. permaneciendo dos aÍlos despues al frente de la compaflía, aga-
sajado y eslimado por los mismos que hicieran á su honor t:m honda
herida: su conducta en lo sucesivo no podia ser dudo¡;a y devoraba
en silellcio la ofensa sin olvidarla; y de este modo, el que pudo ha-
ller. sido un llrme sostenedor de las libertades pátrias, habiéndosele
guardado las eonsideraciolles que merecia, llegó á ser caudillo esfor-
zado é inteligente de las partidas de descontentos que por I.odas nartes
pululaball, y Yino m1s tarde á proveer dí' general á un ejército "al·in:-
te y numer\)so.




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CAPITULO 11]. ' .. ':S~'.; .". j, ~<_~¡'/ ~" r


. ,~. -- 'i"!;~~'!
.821. -PronuIlciallli~nl. I enli~l.a r.n SangüI):,s-a,-Pil'ilSl Z!lrni\lae<Í rregui abandonar - ... ,'-1


1* carrera milita¡'.--1822,-[locibc órden de pasar ~ Viioria.-orrecimienlos dé,
Qllesada,-Lo.5 rechaz'l y vueh'e á I'amp·ona.-O.:urrencia que le obliga á pasar
i f"rl\llcia,--A.ciendc á teniente; coronel.-AecioIl8s de B()nabarre, Nazar y Asar-
la.-1821,-Se "in,h;'a d,> las impnt;}:i(·n,,~ que le J¡'lCell.-Cr:jetJre sorpr~sa de
LliITI'oaiía.-Invasion fl'an()e~a.-Acciolle. en ia vanguardiil d,d ejerciio francés.


fin~~s de 182t, el partido realista fuerte.
audaz y {;brio de vengam:L :'r:l!lc;"ó su
pl\l!lUnc.Í<Hniento en San¡~ (, . cnando
fallo aun de la necesaria Illauurcz y de
la convruientc pr2pnraeion, mi podia
menos d,; aborlar, y :'i00 hombres que
mand,,})a lU Landera llelab3Jlilli"mtl, le·
ypnLl,c!:t COl: ID'lIlO Iréul1l:;;, , 'r), Lda.
Eraso \ Yillanuevu, ei -10 üe D;;;c .Dre


'm llerasoain, fueron dispersar10s y derrolados. Puede (~S('g Ui'¿L te que
jlorentonees Zumalacárregni solo pensaba Cli su::: iLlel'i,sc,.[¡;¡¡ tiLu!:Jres.
El gobierno lJé1bia mandado qIJe ~;e rre;nias:: la lealtad y biz~n;1'. de los
JHCi;,dcs,dc:cjércilo con ?estir'f!s~n P'pL:las y. ~laz~;s Gil J:i ,\JüJ,isu;:;tra-


',:H,;, ".¡}:t;¡J', y Zumalacarregn: l.w:·) ~ns SO¡¡C:tllJCS; ¡nu.:i ,H llCt:llJllO
((¡ti Miguel, que no quería se rnarchit(\s~r: en fh' las eSjJ;';Llli7.:J6 que
;c,U ftlilO )' su ,'alor le habian hechu eOliC hir, empleó todo su Lflüjo
p~"a [JUO no se le diese curso; y el intc;'(:,;:do, que ignoraba la 'Cé:U,
'C'. "é; ""1 "t se lleno' l" ' .... '1"\ ' ,-'I· .... o ... 'C¡··C ,[" ,0'1 0 ",-. ""ó
"',. (k, ,tl,t ex!. 0, ' (L 11o.S.l . J ,lk~"" O, LIl es (, ",b d'_" iL.l.~
..11 rc¡..:imicnto desde Zamora:! hmp!ona, lLtH12 se aglomcrab:m fuer·
Zi:l~ fiLIO S~if'Jcasen la. insurreGGion ::;i oir<1 \ez YJh'i., á renace., COil
cuyo ti:oliH~ hubo de pas~irse n;\'i~1J Ú los ;"ílLüccdi.mtes políLkos de


• . 1 ti . 1 '! "', .. .... ' 1 1 1~:,Hla ¡mi) oc os o cm es ae, CjdCllO~ P'; el. cs;urgar a os SO,O,Pi'C la-
:' ,8: en ia que Zllmalac<Írr¡'gni ¡lO pudo i'lJlil' más favorecido, ~_un~
":,ue > •. He Jeeelo no se justifir:.;,ú:., r,'cild órdcn de pasar á V¡¡oria
;;OiJ otlOS (];:¡s oficiales del m ¡~!no rt¡:t¡¡ü;;tQ: y los tres empreildie-
nm su viaje; pero tina partida d" l:uJ¡o:;c:, capitaneada por el feroz
}, desalmado carnicero de Tobsa, ::0 apoderó do ellos, hasta que
C\l cabo de quince dias quedarun r'n libertad, á beneficio de la Per ..
;)ecncion que ~·urrian sus. opresores por parte del general ,Quesada, que


• •• • -.>


2




- U'--
... e\bi61a idea de eatequizar á íos tres ofiei&les pftl't\ engro~~lr sus
lIas. A este propósito no hubo consideracion ni agasajo que Hi lJ:;a·
.e con ellos, siendo Zumalacárregui el objeto de su atencit'.1l Em-
pleó todos los medios persuasivos de seduccion, pintándole I;',¡ uu
lado la ingratitud de los liberales. y por olro la halngüeiL i i r&-
I6cliva que ofrecia á su porvenir ona causa que juzgaba de :llllt'f-
ae con sus principios. Y aunque en el fondo no careciese ludo de
.actitud prefirió no abandonar las filas constitucionales; para pa-
recer más intachable.., mil! leal, por lo mismo que se habia arroj;lIlt
sobre él la nota de sospechoso; y por consiguiente, sin cOIltradcch'
~ p;eneral, protestó SD gratitud, porque desplles de salvarlp. de la~,
larras de los asesinos, le acogía con tanta b~llíwolrlleia. y le 111-
ola t.an sinceros ofrecimientos. Persuadido entouces Qnesada de Iíl;
inutilidad de sus gestiones, les manifestó la impo:;ibilidad de liegar i
fitoria sin tropezar con obstáculos más invencibles y peligrosOl,
teonsejáudoles que Ele volviesen á Pamplona, donde podiall repi)-
.erse de sus quebrantos, y hacer alarde de su fidelidad. Así lo ve-
rificó Zumalacágegui; pero su repentina aparicioIl en una CIUdad de
donde acababa de ser expulsado, no se atribuyó á una causa for-
ada, sino al deseo de sobornar oficiales para la laccioll. Esla /Juef:\
calumnia tomó tal ineremento que exasperada la víctima concluyó coa
fugarse á Francia.
• A mediados de Agosto de t822 se presentaron en el alojamient.


le Qllesada. en el pueblo de Almandoz, valle del Bastan, Zumala-
úm'gui y sus dos compañeros. No es fácil dt'seubrir la benévola aeo·
pIla que el general les dió; pues lomaba como un feliz augurio pa-
ra su causa la espontánea presentacion de tantos oficiales inteligen-
&es y bizarros, que el fanatismo intolerable de los cOllstitucionales
arrojaba á las filas del absolutismo. El segundo batallo n de la divi-
sion navarra se hallaba sin jefe. Quesada puso a\ frente al capita)!
lurn;llacárreglli, con el grado de teniente coronel, eOfl'OciéIldMe
i los pocos días Sil influjo en la org:mizacion y disciplina del mism.
cut·rpo. Ningun movimiento se emprendia sin su consejo; por él ~e
diseminaron las fuerzas realistas, reunidas antes imprudentemente per
Quesada; bajo IU direecion se dió el ataque de Bolea, el5 de Seticot-
Jire: el de Benabarre, el 18 del mismo; 'J otros varios en que sal"
1r~ullfanle; 'J por baberse arrojado el general sin su acuerdo, á la te-
8'leraria empresa de sorprender á Viloria, sufrió nn horroroso des-
calabro en 26 de Oclubre entre Nazar y Asarla, que le nizo perder la
:simpatía de los Navarros y emigrar á Francia, del mismo reino v'm"
á encnrgarse del mandp el general don Cárlos O·Donell, '! adop.
'!ludo un srstema diametralmente opuesto al de su anlecesor, sub-
oj··vidicndo las 'uerw en pequeñas partidas, que no podian Olt6~




-41-
.er nllnell nn re~uhlldo decisivo, conoció el disgns:to ql1~ !'c:tn nrorlu ..
tia y!e volvió á Francia, succdiénddle non Salllos L:Hlron.


EI9 de Enero de 1823 emprendi,) Znmabórrf'glli h Mrprf's~ de
.11~ columna que se hallaba en E~lella, donde p'~ncjró ("'n su n'lf3-
Hon ha~ta la plaza de Santiago, pl'ro fue auxiliada de 2.000 !wfflhrm;
teliiend I precision de r~tirar~e aquel ~ las montañas de Sal!lz.'lr ;
Aezeoa. (londe se guareCLa la Junta realBta, de cuya cu~todia --e ha-
llaha eucargado; y poco después tuvo que vindicarsi', de otra fdlS!!


. impulacion de sus émulos que supusieron haber sido sorr)J'(~ntl ¡Ih I ,,,la
janta.


En segnilla pasó á Francia para recibir de 0·00:1ell y custodiar á
iI(avarra el armamento y equipo pal'<\ toda la division. Doce dhs tard6
en lwacuar esta comi¡:.ioTl, y tuvo tiempo de hallarse ell la ;IC~O[! ¡le
Larraso:tña pi 20 Ile Marzo, en lJt1e los cOTlslilueionales 111'ja"oil:'J~!1 el
... !Opo 400 ~0ldados y 700 prisioneros. Poco tiempo "dl'spues ¡;otrl-
ron la~ tr"pas franr.;esas. Los batallones segundo y tercero lh: Na-
"arra forma ban la vall.guard ía del se~lllldo ejército francés, ti bs ór-
derws dd gellcral Molitur. Este se dirigió á Aragon. y ZlImalacúre-
COi se halló en la relldlcion de MOIlzon en la destl'uccion de una
'-ertc columna que salió de Lérida para auxiliar á aquellos; y final-


mente, persiguió con su batallon una columna de caballería que maB-
'aba el general San Miguel. En seguida concurrió Laffibíen al bloqu.
J rendicion de Lérida..




- i2-


CAPITULO IV.


IfPA. --Or,niza lumalacárregni el batallon ligero proYin.elal de lfaYarra.-Queda
sin colocacion y pasa á Pamplona.-Ei nombrado indivídllo de la eomision mil ....
ta.-18.5.-Rcl1ibe los de5pacho8 de teniente coronel de Cazadores del Rey.-
l>e~emllerh la~ funciones de coronel.-1828.-Pa!a al regimiento del Príneipe.-
AdulÍril el R~y Fernando en Zaragoza la brillantez d. eite cuarpo.-1829.-Es
prolllovido á coronel del de Vuluntarios de Gerona.-Reorsalliza IIIs cuerptls de
inv¡ilidos del reino d9 Valencia.-Concurre con su regimiente á Madrid para SO~,
lemnits,r la entrada de doña Maria Cristina.-CeI6s f riyalidade. que escita.-
Sus e~,clle!leial!.-Pasa de gobernador al Ferrol.


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~{;::"'\}!f'~~f\¡\~0 ~'L na.vez conseguido el t~i~nfo general.y ca~bia(;a
" ,_- ·;¡:H f:::,~'$~)lI:~Jent~rame~te la faz pohtIca de la nac~on, Znma-,
~~~. ~;i;;,3~;~,i:i lacarregUl. como todos los que hablan tor;;'ld{~
Ji,'.:_" , I ;.' ;~i~L::::?:}.',,', parte en aquella reaccion, veía colmados sus de-
';5f '\'¡',i, '~,\1~*¡;i};i: seos, satisfecha su ~speranza, y nn porvenir .lB


. :c.~~;}~~'_~::"~: feJUdad para todos los españoles; pero no tardó
- >_,~::;;"'"~-~ en espel'imentar cuánto tenia de quiméric,éls c::;tas
,,'i."'~"""f::~~-'-', ideas, aun para él mismo.


:í :-'-11 hien merecida nombradía de militar inteligente y organiza-
dnr~ (lebió el que se la encomendase por el capilan genera! deN'l-
varTd, la cl't'acion de un batallon sobre la base del antiguo ele \0-
lurtal':os de Navarra, con los restos de la divisjon de la ll;¡sma nro-
vin¡'ra; y cumplido su cometido en pocos meses, despues de veneer
muchos obstácuios, tuvo el disgusto de ver que se le diera á otrfl el'
m~!llijo y se retiró á Pamplona con licencia ilimitada, pam sobre·
Uev3f en el sello de su familia los rigores de su vida pública. El mis-
mo capitan general. queriendo sin duda mitigar la penil que supon-
dria b babia causado ,d desall'e sufrido, le nombró indivíduo lie la
comísion militar ejecutiva, creada allí como en las demás pnwinciJs
á \I;'d íados d'J 1824 para castigar los delitos políticos y de rohos; y
a1ln;jue Zuma[acárregui no se hallaba dotado de b durez:! y crGd ..
dad ulcesaria p:l.l ji llenar los deseos del gobierno en aquellas comí·
~ iOllflS de san~re, cuyo tirano y sultánico reglamento ameflaz:lba de
IUUtrle la t!xistencia de la mitad de los españoles. hubo de admi-




-15 -
tir el eargo y en él se condujo con la lealtad y templaza propiu d~ su~
buenos sentimientos.


El 23 de Agosto de 1825 recibió los reales de~pachosde tenienta
coronel del regimiento infantería Cazadores del Rey, primero de lige-
ros, con antigüedad desde igual día del año 182'2, y desempeñó las.
funciones de coronel por espacio de catorce meses; con el mismo em·
pleo pasó al regimiento del Príncipe, tercero de línea, que á priuti pjo~
de t828 estaba de guarnicion en Zaragoza, y el coronel [Jrentlado de:
In pericia, delegó en él todas sus facultades. Al momento se cono-
tió la influencia de Zumalacárregui en el manf:'jo de su cuerpo, y
así es que el del Príncipe se distinguió tanto en un simulacro que
se celebró para festejar á SS. MM. de vuella de Cataluña. q1l0 el rey
hizo llamar á los jefes superiores del mismo, y felícitó á su ceroneI
por los positivos resultados de su celo, y habiendo contestado este
con laudable modestia, que todo era debido al teniente coronel, re~
puso el rey: «celebro saberlo, pues no quiero que tan brillante ofi ..
cial espere por más tiempo un grado que tan merecido tiene.» Tan-
to satisfizo á Zumalacárregui esta manifestacion, que !le jllzs6 Sll'
ficientemente compensado de todos sus afanes. El t.o de Fcbrro de
1829 fué promovido á coronel del regimient() voluntarios de G~:u[1a.
tercero de ligeros.
~n Marzo siguiente se le cometió tambien la organizacici} }' re,·,


torma de los cuerpos de Inválidos del reino de Valencia; le, r¡:lP
tuó tan cumplidamente, que á los pocos meses podia r!\',d¡'é:t" ..'lt
órden, instruccion y buen porte, con la tropa m:ís lozaua y jó \'(~!!
del mundo.


Para solemnizar la entrada de doña María Cristina de l\¡l LitJ ; í:[j
la córle, al tieoJpo de su enlace con el rey don Feroando, f;¡;¡',m
llamados los cuerpos más lucidos del ejército, )' entre elles ,~I t"Ai~
miento de infantería de Estremadura. catorce de línea, que maJ¡Ll,t<
ha Zumalacárregui desde mediados de 1829, notable por su IFi ¡ Lm-
te porte, y por la instruccion que manifestó en los simulaeros (pe:
entonces tuvieron lugar; y estas circunstancias qne debieran proIIOr.,
cionar un ascenso á su jefe, sirvieron solo para e,;eitar celos y 8n"
vidía, que empezaron á significarse por privar ft é~te del grado inme~
diato que se dió por regla general a todos los coronelps de los ennr·
pos que se hallaban en Madrid; 'Y dj3spues por hacer salir el rcgimíeno
para el Ferrol, de cuya plaza fué nombrado gob~rnador C:~ '::t:r,~,'J
Zumalacárregui, donde tuvo ocasiones, contra las ideas t!G los dtlttac"
tores de .figurar en primer término por su iDteligcnda, su pericia y SI!
infatigable celo en el desempeño de las comisiones de alguna imporQ
tanda que naturalmente debian recaer en él. pudiendo decirse ql1!3
esta posicion inauguró su vida pública.




-14-


CAPITULO V.


llJ32.-IlI'Iporlute dl'lIeubrim ienlo y eslerminio de uaa soc¡,.(lad de ladr.aM.-
Nu~Ya car.lmni& ~,)r con ... ecuen~ia de eiLe eervlcio.-Se le ."para del glJbi~rnn de','
T .. rrol y del mando del rt'gimiento, y se le sujllla á U11 proeelo,-nesullawln f~U ..
41e esfe,-lR33. - Pide licencia ilimitad!!. para Pamplolla.-Entreyisla ~~erela <lOII
don Uárlo< pn Ma.lrid.-Priml'~os 8íntolllar d~ insUff~ocioll. -Impacieneia di' Z ..
Wlall1~árrt~gLli por salir IÍ eampafia. -Hllye de Palll!)!ooll.-Le proclalUnn 1". rea-
lista, por IlU caudiI:o. - Bus primeros plaues.-celebre aocion de Mau.r J "!aÑ.


iendo Zl1 malaeárrp,gni gohernaderdel Per.
rol se le dió ('1 muy espir,o~ocargo de de¡-
cubrir y aniquilar una sociedad de ladr()-


I nes que lenia atemorizarlo el Ferl'Ol y;;us
cOlllornos, y á poco tiempo hizo presos
á más de cuarenta. indivídllos. incluso el


jefe principal; mas la sociedad, que cOIlLaha unos veinte aflos de exis-
teuda, y Se hallaba perfeclamente orgallizal1a. COII los snjetos de más
prestigio y caudal de aquella tierra, millonarios algllnos. ojFbió pro-
lJoln'l'se perder ó cuando menos apal'tar del FcrT111 al hombre ;!lI'XO-
rabie q e se había resi;;Udo á los halagos del 01'0 lo miSmo que ~ las
amt~nazas. Al efecto se supuso que el coruBel gohernador ZUllIalacár-
n'glli y su regimielllo, trataban de ap(lderars~ del arf'enal y de cl\~r­
las 3ultlrllbues en la !loche llel20 lit~ Oclubre lle t832, pam oponer-
se al r~al decreto de 6 del mismo, en IJue el rey aulorlzaba (Jara el
gobiernu del Eslado á su augusta esposa, y aUllquc e:,la IIlleva calum-
nia debió quedar completdmenle d"svanecilb con la condncla ljlll' él
Y Sil tropa observarall, el coma,dallle general del a(losl.adel'o liabia
rellllido toda la tropa y deJlentlielltl~s de Marina ell el arsenal, dando
:l\sí importalJcia á IIIlOS anónilllos, rtalluaoos quizás por lus mi;;mos
ladrolles. sielldo el re~ultado i'epa 1'3 de del gobierno y del maullo del
fl'gimiento y procesarle: y á pc:,al' de que por tíll pi conspjo í'upre-
mo de la guerra le declaró inocente y digno de las bondades de ~. K.
no se estlluó conveniente colocarle. EnLonces solicitó y obtuvo la. Ii-
~encia ilimitada para Pamplona; y an1¡'s de marchar á aqlJd II~SliIlO.
instigad(l de su mala suerLe y de ciertos sujetos {jue se hallaban al




- i5-
rreflt~ de la Mnjuracion earlista, tnvo ona enlrelista secreta eon el in-
fante don Cárlos, en qne le ofreció sus servicios y su espada: y S. A.
le con\estú que esperase en Pamplona Jos acontecimientos.


Murhos)' muy importantes fueron los que tuvieron lugar en el año
.te {833, haciendo más difícil y complicada la situacion de Espa-
ña; pero la lucha estaba contenida por la vida precaria de un hombre
,róximo á exhalar el último aliento; y cuandoel29 de Setiembre dl's-
eentlió á la tumba el rey don Fernando VII, los apasionados de ¡]on
C<i rlns. que ya habian manifestado sus tendencias en larios puuL08,
se arrojaron á la arena.


Ifllpncicnte estaba el coronel Zumalacárregui por ~alir á campaña
en f'l momenlo de recibirse en Pamplona la noticia de la muerte .le!
n~y; pem las lágrimas de su familia pudieron contenerlo por entonce~.
ka~!a qne recibió una carta de Er3so, previniéndole que saliese á poner-
iC al frente de los valdorveses. Al mismo tiempo recibió otra comu-
nicadon de Urallga para que se viniese: así lo verificó inmediata-
ml'lIte, y los dos juntos se dirigieron á Vitoria donde se propu~o á
ZlIlTlalarúrregui si queria pasar á Castilla á ponerse al frente de la
fUI rza que aeandillaba. Merino, ó bien á Nayarra á colocarse á la cabe-
za de los resueltos provincianos, y aceptó esto ú~limo.


EII cl valle de Araquil, cerca de la carret.era de Pamplona se 0\-
Ylf:;,ba una mariana del mes de Octubre de 4855, un grupo compacte
y numeroso de ~oldados carlistas, que mustios y abatidos. espresa-
b<:l n en Sil aspeeto, el estado precario de su causa. ConTersaban en
este ~entido, cuando vieron diri~irse hácia ellos un hombre cmueUQ
00 uIIa capa y con boina y alpargatas á estilo del país, y como por
insUr¡[o. á medida que se iba acercando se animaban SU!I semblante!':,
J el apiñado grupo le habría paso hasta su centro. L1eg6, en fin. 1
lUando rodead~ de toda aquella gente se dió á conocer. el más fer-
Tiente entusiasmo se apoderó de todos, ql1e levantando en alto los fn-
.s.ilt·s. lanzaban gritos de júbilo marcia1, y llenaban los aires con la voz.
Inánime y atronadora de ¡viva Zumalaeár1'egui! El por su parle tam-
'ien rebosaba de alegría. Su fisonomía expresiva y un si es no es se-
~era, revelaba en aquellos momentos toda la espansion de su alma;
!lUS ojos negros querian salirse de sus órbitas de placer ~ le parecia ver
realitados sus ~neños de gloria. y próximos á satisfacerse sus desccm.
frisaba entonce!l en los 45 años: era su estatura regular. ancho de es-
paldas, 10s hombros deslJivelados por efecto de una caida: de tez mn·
ff'lIa y casi siempre pálid~; pelo negro, mirada perspicaz y centellean-
ti>, espresion triste 'Y pensativa, y con bigote unido á las espesas pali-
llas era un conjunto imponente y á veces amenazador, conociéndofe
muy á las claras en su figura y modales que habia nacido para man-
dar. '1 que estaba predispUesto para dirigir la suerte y poner muy al-
~ ,::...'
.~ '~'




-16 -
&as las esperanzas de un partido que las tenia abatidas. Iturralde fué
el primero que le disputó el mando, enviando dos compañías para
arres lar á Zumalacárreguí; mas este, apoyado en ese influjo y ascen-
diente que los hombres de mél'ito ejercen, se adelantó y previno con
firmeza al jefe que mandaba la fuerza, que de órdeo suya proce-
diese al arreslo del generalllurralde: lo que efectuó inmediatamente,
J conducién,lole á su presencia. el generoso Zumalacárregui le nomo
bró su segando, manifestándole que á no disponerlo el rey, á na·
die cederia el mando más que á Eraso, que habia sido el primero
en proclamar á Cárlos V.


DuerlO absoluto del campo carlista, fué uno de sus primoros pen-
Earnieuto3 el nombrar una junta económica. encargada de recandar
Jos intefeS~S y acopiar subsistencias, armamentos, vestuario y muni·
jjiones; y libre d,~ este cuid:ldo, se dedicó á organizar las fuerzas por
batJ.llones, instruirlos y diseiplinarlos; proveyendo á cada soldado da
una hoina, C~H1ana, capote g-ris, patalones encarnados, zapatos y dos
r:lIDi:cas: eslableció un sistema de espionaje admirable; y como coro-
lderncnto de 811 plan, previno pOI' un bando el bloqueo de todos los
puntos fOl'lifklílos por las tropasde la reina, creando al efecto un CUAr·
~j:1 de adnanf?ros.


En este e~tadu quiso Zumalacárregui hacer su primera tentatifa so·
DI" n¡¡h::\ü, ohjeto conslante de Sil ambicion y causa primordial d,; su
dc:sgl'ac¡c¡; [¡hrando una accion en los pueblos de Nazar y Asarta, don·
de su slt,:ó con D.OOO homlJl'es. El general Lorenzo, unido á la colum·
na de O¡'l; ,-'ci:ll)lie~, de Aragon marchaba resuelto contra los enemigos;
y ¿D fin, el 2!) :!u D;óembre luvo clecto este combate, en que diferen·
les VCG:;3 lJaianci'ó la victoria; y Zumalacárrcgui, prefiriendo á un
resullado aptir¿n!ementé glorioso la conservacion de su gente, 18 ro-
tiró á Sanl,( Cruz de Campew., .


-~.-- ·~1f:5,,:;~~:~~j~_
.~- s-"'ii1-if~.




-17-
,0


CAPHtiLO VI.


18S1.-& iatroduce Zumalaeá..,~glli por Norpresa en la eindad de VÍ\();~.'-Prilí ••
neroll de H~redia. -Se conth a\ general Quesada el mando del cjércita.-lntw .
t~l¡tiYll parl\ Heparar á Zumalaeárregui del partido carli$ta.-Es1atuto Real:~
Tullido del. Ctádruple 1l1ioou..-AociGnes de .llsI5ua y de las Dos-Hermuu.


d piando Zumalacárregui sus tropas U uor caminos escusados logró intro-
ducirse por sorpresa dentro d.l
recinto de la plaza de Vitoria, pe ..
ro fué rechazado; y ciego de cÓJe·
~afii;;~;;::¡¡¡¡-" ra. habiendo tropezado en A legrfa
.,=_~~ ... -::::: con un destacamento constitucio-


nal qne por tln te Ifl rindió, les hizo fusilar, dando por ia primera vez
tIt su Tida UD ejemplo de crueldad, que tuvo despues bastantes imi·
adores.


El general Valdés, más actiTo que afortunado. fué reemplazad.
en el mando del ejércilo, á principios de Febrero, por don Vicente Ge-
naro Quesada, marqués de Moncayo. El gobieruo creyó entre otras
tosas que este ~eneral tendria alguna influenciasobre el caudillo car-
Ulla, su subordinado y amigos en otros tiempos; J en conseio de mi·
nistros ¡;e ofició si convendria atraer por medio de balagüelias pro-
mesas á Zumalacárregui. Acogida unánimemente esta ida, conside-
raron conducente la cooperacioll de su hermano don Miguel Antonio
Zumalacárregui, antiguo y acreditado liberal y magislrado Íntegro y
rCipetable, quien (ué llamado con resena á la secretaría de Estadfl.
Acudió J delante de todo~ los ministros se concretó á hac~r alguna.
jndicacion acerca del carácter de su hermano, y la pundonorosa nilble·
za de sus sentimientos; en cuya virtud se acol'dó que el mismo hef-
mano tuviese con él UDa entrevista. El senor don ~Iiguel fué con este
objeto hasta LogroflO, y desde allí escribió á su hermatlo en los térmj·
nos mas afectuosos, pintándole cuán falsa era su posicion y lade cuan·
tos seguian las bandera¡" de.don Cárlos; que por ef(~cto de las per-
secuciones que sufrió en el Ferrol, le decia, no debia volver lIunca la
~palda á su pátria ni á su reilla; que podia contiar en las promesas de
Quesada, que gozaba de la más alta considcracion del g~biefllo y
qlle si queria proporcionar una entrevista, quedarian desfanecidos too
dos sus escrúpulos r disipada cualquiera desconfianza que pudiera te-
ner. En el mismo sentido escribió el general. Mas el jefe carlista. qOf\


a




- 18 ~
"-


fijaha la mirada en sus numerosos y bien organizados batallones, con-
testó: «Que necesitaba consultal' una medida de tallta consecneucia,
con los cuerpos y con lo~ sujetos clt~ rango y de iluslracion que ha-
bia allí y estaban como él lllteresados en el asunto,» Este medio eva-


"siro le pared a el más adecuado para reel¡;¡z;¡r unas ¡¡!'Oposiciones que
t'n su concepto no !~uian orígt:n ell la CspI'ld[u1ea yollJntad fle su her-
mano, sino tlue era un lazo que le lend¡~i el gobi(:rIlo de Madrid, y
.en que prendido una vez, quedaría por siell'lpre mancillado su honor,
desvanecidas sus esper;.íiIZ~JS y enteranlcr le perdido su porvenir.


Viendo el gobil:rno ffue la rebeliop Se este:idia á todas las pro\'in~
cías, yque ni los medios diplomáticos. ni los ejérl~itos numerosos bas·
t<tban para conver!.ir en amigos tibios á los que eran implacables ene-
migos, dió á luz en Abril el Estatuto Real, que ni satisfacia á los 11 ¡ 'o:::
ni dejaba de alarmar á los otros. Ilespues hizo que entnisen en Po!'tu-
gal el general Rodil, porque temía se nos elJtra~c don Cárlos eH f·:s.
'~Jaüa, y finalmente entonces tuvo tambicn efoLto el tratado de la Cuá-
druple. alianza, que solo sirvió para wtlcebil' esperanzas que no tar-
naron en desvanecerse.


El general Quesada salió de Salvatierra el 22 di~ Ahril, escollando
un numeroso convoy de enfermos, de caudales, y 11iferelltes efectos


":para Pamplona, y se proponia operar subro f'l valk de Araquil, ra-
ra bajar el ol'gulloá Zumalacárregui: este 1]0 lerda menos deseos por
su parte de dar á aquel una severa lecchm, y sa!:ó presuroso á su en·
clJ()ntro, tomando posiciones en la cülina en que descansa el pue-
blo de Alsasua, precisamente en el punlo en q!le sus entu"i:l!Hnallos
snidados le habian aclamado su caudillo. Tenia allí ()n\:e batalloiius y
:res escuadrones. Antes de empezar el ataque usó Qile~ada r.ma ba-
i:2dronada que el jefe carlista no merecía cit!rtamsnte: le envió una
¡omunicacion por medio de un ofidal en que le intimaba en térmi·
!Jos bruscos y groseros, que depusieran las annas" Z!lmaL1eárrt~gui to-
mó el pliego, y como leyese en el ~ohre: A lj~!e de lus bandidos. se I~
üevolvió en el actoal oficial porlador, cnc:tl'g !udole con digilida.:I, (loe
dijese á Quesada: «que como no iba dirigido á n¡n~;un jefe dl'lejér.
cito carlista ninguno haUa querido abrirlo.» En lin, vitmdo aquel la
indecision de las tropas de la r8¡na~ tomó la i:liciativa y eOlllcnzó ei
ataque con un movimien.to de tlanto, vara caer {IOr la e~paltl~ de las
eminencias de Uzagárate. . .


Hubo por una v otra parte nna obStinada resistenti:'I., v el triunfo
hubiera sido comple!u pr~ I()~. cé1l'lisl;ü; ~~in ,,: i!le~:jJr:raJ() refuerzo de
la division de Hureguí. Sucumbieron (',t (:-ita jOnlillla fi1!írrIOS valien-
tes, entre ellos el eapitan de la Cuarllia Hea! don Leopoldo O·Donell,
icven de grandes esperanzas; fué tambien hecho prisionero el ofIcial
C:aYijo, con 83 soldados, y üL., (úl(í;:tIlfa entera de la Guardia lleaI




- i9-
Provincial y todos fneron fc¡silados a\ dia~iguientp., por haberse ,negado
o lit' ada bruscamellte al cange que Zumalac:trrpgni le p.ropuso.


l.ma\acárregni no se dormia sobre sus laun·!rs. Al saber por sus
eoolMentes, qlle Ql1psarla tenia el proyecto rleapud,'¡ M~e de la BOfon-
da, y qne empren.lia (¡l mareha, se situó i la entradl del ví'llIe de G,a..
llinas, sobre laseminerH',ías flue Ilamrt\l hs Do..;-Il·r:ll;Ula:;, y sorpren,.
di6 sn a~peclo. si n d ndl á;u piel ~'tjnnra! y a. Lorenzo q ne le ljwmpaña-
ba, pues al pronl:' Sf~ qudal'on Sflsp"llsns: ma:, por !,,,it.ar las degra.-
dantes (lc,iul~cÍ'tnns qrl!~ S(~ ,;;¡¡',aria!1 do rdirlj"I' ..;in qtwrnar un caro
tucho. se d,~ci d iprnn ;í:1I ;.ca rl·!; \' nl¡,¡'.;:d 1:\ " fl Ó d"jd' pI s\;elo sembra-
do de'cadftveres: ::Ii euya ü,¡la 'ahlIlL'ii!) Z i :1 tia :árr glli el campo,
pues su plall ¡\O era ¡MI) q nI) el 11' d II'zalu<!" ¡ 'l.'; sutüa.tos de la Reina.


CAPITULO VII.


Sorpre.,a de !\hwz,- Entr';, :1"11 U':r::I' ell '51 '11 -:-\":ifll1 ell el Puerto de Arlaza y
en lus Cd.lUPl)S de tdrrl':n -SI)rpr¡·,"l.'l dt! L.1. (j,t ¡. ,'- t' .• v·¡i-lni~.


bi ~(j d,' :\1 ,\ ¡¡ d ;;l-c ,ia:, de la marlrnga.
d;1 se \ In :'0: ¡ ,. ", 'l,;n 1 {~nart('1 gene-
I¡d d,· ',; ,''l. ,,' r . jllilO se halla-
tI;\ ¡j',rlld"l'" Q .1.. " illllH[llt' dos
rOIli\~ai:í., l' ') t l::¡:;:i¡: SJria
qll¡' \ 1.llh\. 1: ,,'¡ l' '1. di.:. :¡i", íll:l.
\' pudí' ¡" ";¡'Ii ;.:, ,' ... -ilelt)i1,,:'; '!


alguuas casas, las Imp"..; dt~ la l'el:la, m;:!ld 1 ' '¡ ; I:! ·,,'I'al ,'11 ,¡"fl! '!
llor ~lo~coso, 'lt~t~J· y Lf!I'.:e.-.\_ h.H~it·¡id!}j¡j ~'-;tr ¡. '11~" 'i'¡', !1l\'18fO!1 ~i..l
fin IJlk ceder y l'd¡r .• :~e ú PalllflliHH, '¡"j l': ,.l'inl ;'1 .tI;· carlisl..i~;.


A fiucsdc~hl\oab:ndo;ló dtl! C~do~ d P,r::: ,i \' ;i :¡¡I!¡CipiU- da
JulIO s;lli, de bgl;tll'fTI, ;,tr~I\'\'''ó ,a F'úll\:!;" Vi;..! ',; 1.JIZlliidl' l' dh
10, sin má¡¡, acuríIP;¡f¡ ¡¡líi'~111:.l ij!lé S!\ ",·,:(,'1;\1" , \1: ,,1,11\,10111', di\ ia
jUilta gll,'érfl,.¡tiva, l¡lIn"d¡¡la¡ll,~¡¡te es(;: ¡!l;ó, /:IiJi ,Ly;;' reglli, ql1ese
pre~C'll¡Ó el 12, y itl~~P¡¡'~" d" ,li:'i~~¡1'k;\ g.¡ :.i~ p,:.¡'Ii'!, q H~ r"busaban
gratitud y sal¡,~ta\;;'.i(¡¡I, Sé ;¡¡'(Üjt'i t,ti SIlS h:,t.~\!,. 'l' ¡·"lr,'dtó cliutra su
corazoll y le tiléill,festó l~OIl [o,la ia dUGill'liL':" ,ki .... 1~'lli !'Ielllo, cuán
dídlOSU se creia ,ti V.Jf á!:\lI lallo al ,!It~Slln y "lliU:111HIo ;.{\~IH'J'a;, que
dalldo una s:lbi:l direc¡,:ioi! al elllll~ias¡ll" \k a\jll, ¡las ¡Ii'\lvinc¡cts, había
cOfi\ertiuo en UIl ejército las ueSOfú, Il~l:ia:-; ¡H;,:-id:; de SIlS numerosos
partidarios. Al dia sigu ion te pasó revista en ih i:¡ Z, á s,~i ~ batallones y
tres escuadrones, que eu tusiaSillauos ¡n miS¡[liJ q! 1I~ puD¡"dones en.




-20-
Wras que concurrian á disfrutar de la presencia de so rey, se ent ... -
ron por unos días al júbilo y á la alegría.


Desde entonces se (ué creando una numerosa córte y aumentán·
.lose estraordinarlamente el entusiasmo; pues se engañaron cuantos
creyeron en aquel dicho de un mhtistrovision~rio, de que don Cárlo¡
en Navarra no era otra cosa que un faccioso más.


Tambien contribuyó á alentar á la vez á los liberall's la presenta·
Gion simultánea de RorJil en las provincias. con catorce mil hombres"
refuerzo nodespreciable, que Zumalacárregm se Vropuso dividir, como
lo consiguió, aconsejando á don Cárlos que obrase sierMpre separado
de él, pues Rodil cifraba SI1 mayor empeño en perseguir el cuartel
real; y asi es que se dedicó á este oldeto enviando dos columnas con-
tra ZumalaclÍrregui. EqUIlibradas así las fuerzas, no tuvo iRconvenien ..
te en pr('st'ntar una aecion en los puerlos de Olozagoitia y Circllrdias;
accion de dudoso éxilo; pel'o convencido el general carlista de (lue Ho·
di! no tenia superioridad sobre él.


A este triunfo dudoso, siguió otro complel0. á toda~ luces, para
las tropas carlistas, el 9 de Agosto. Rodil se entrett'lIia, por decirl.
así, en hacer l •• guerra á los pueblo", y pronto logró Zumalacárrt'g'ni
nngar lantos desafueros, por medio de una sorpre~a, en que los libe·
rales creyeron no podia pensar ya, á causa de la activa persecllcion
que sufria; pero lo cierto es que nOlicio:-;o de que se dirilúan contra él
tres columnas á la" (Irdt'nes de Figueras, Oráa y Carollllelet, y qlle la.
de este último se hallaba en Gald(~ano,"nt('e Estdla y Ii\s Amescuas.
al paso que Oráa y Fij.!lleras esta han próximo~ í. Eulate, se diri~üó rá-
pidamente al pueblo de Eranl, situándose ell lo mas elevado fle una
montarla, deslle donde distillgllió (jI enemigo form Ido junto al plleule
J pueblo de Larrion, dando mll!'~tras de dirigirse á Este) la: ell segui-
da dispuso ~e emboscasen algnnas fuerzas en las Pt flas dI' San Faus-
to, por donde debía peltetré¡r aquel ca\ltloro~o gelJeral, quien desl'an-
do pasar terreno t,alt quel,r,¡do, precipitó el paso de ~II tropa, cuya
vanguardia de caballt-ría no desclIhrió la emboscada, ni él la sospe~lIa­
bao Unadescargadefusdería á qIlPrna-ropa, anunció á los pohrt's sol·
darlos de la reina que eran víclima ele una sorpn-:~a, euatro bala lo·
nes al mando de Gnfli, salieron de 1, espesura y acomt'li~ron á la ua-
yoneta, consigllil'ulo arrollar la didsioll, y haciel·do hOfl'ihlee~lr.tgo
en su vanguardia y en el Cf'lllro. La retaguardia t'ra I'Ul1amerlíe dCO.
metida por algunas compañías de pl'derellcia, que dll'igia el plllner
ayudante general de estado mayor, don JIJan Alltonio Z,lIüLegui, los
cuales) cortando el paso dr,1 puellte de Larrion. obli~ar('n < preciplt.t' se
:\1 rio a los soldados que á loda cosla quisieron evitar el Cüer en lila·
nos de ~l1S enemigos. Los m;.s de los oficiales dI' la rpina rU~rf"n Ql!1ur·
lOs 6 prisioneros. entre ellos el conde de Via·Manup,l: V fin~lm0nte,
~




-tl-
se aprehendieron un considerable botin ycuantiosas sumas de ltflero.
que el desprendido Zumalacárrcgui hizo distribuir entre IUS bralos
soldados.


Es de observar que tratando este de eonsenar la ,ida al prisione-
ro conde de Via·Manuel. propuso á Rodil su tange por un oficial y
algunos soldados carlistas que tenia en su poder: y habiendo recibido
la contesLacion de que leJs habia pasado p01' las arma.r, se dirigió
j don Cárlos. quien no ronsid~t".ójusto conservar la t'ida áun .qrm,)'"
te de España, cuando se fusilaban oficiala de un rango inferi()f'
y soldados hecluJ$ prtlionero$ cOfllal armas en la mano. Así que.
tuvo el sentimiento de dejar que sufriera el jóven conde estll pena.


Otra emboscada lambien de éxito feliz para las armas carlistas lu-
vo lugar poco despues. Oráa y Figueras deseaban vengar los de~cala·
bros surridos, y mar¡;haban siempre en busca de Zamalacárregui,
quien emboscado con siete compañías en la sierra. al pasar aquello¡
por Eraul para Abarzuza, los cargó de improviso. arrollando IU re-
tagnardia y haciéndose dueño de un respetable bolin.


Finalmente. con noticia de esta nueva accion, redobló Rodil ~1J pera
secucion, y vióse Zumalacárregui en la necesidad de correr hácia la
estremidad de la ribera de Na\'arra inmediata á Alava, encuyo caso
eoncibió la idea de sorprender á Carondt'let. que se hallaba en Viana;
y salvando en pocas horas las diez leguas que le separaban de él. ell la
mailana del4 se hallaha al frenle de Viaria con tres batallones navar-
ros. dos compañías de guias. yel regimiento de lanceros. Viós\' el ge-
neral Carondelet. cuando menos lo pensaba, con tan osado enemigo
cerca de sí, y puesta la guarnicion sobre las armas, tuvo que ceul'l al
arrojo de los enemigos. aunque el pUlltO ofrecia muy buenos medios
de defensa: se refugiaron en la iglesia y varias casas, y n'plegados 101
restos de sus 600 infantes al caminode Mcndavia, creyendo qn(' allí.
al abrigo de .450 cazadores de caballería de la Guardia Real podriaD.
f('haeerse, mas los lanceros tuvierofl IIn feliz estl'C~no, y triullfal'OD.
cXlmpletamente; siendo el resultado 500 mnerlos, 7G prisioneros, eu-
1re ellos siete oficiales, la bandl'l'a del regimieuto d~ CasLilla, cabilUoi,
t;.quipajes. armai y .&ros efectos.




- 22-


CAPITULO VIII.


1835_-Emp,end~ Zumf.lacárrec ni el litio de BiIIJao.-Priml'T dia .1., a!~r¡ue.-S(' da
un IIsallo de'~rac¡¡¡do f'\ sP~I'ndo dia.'-Al día siglli,'nle sale !J~ndo mOltalmentG
Tle cnmlU\:en á Cegtlma.-Jlluerte de ZumalacdlTcgui.


broc~iendo Znm;}!:lcárrn!!lli á órricncs Sil ..
'pcnores lIlardlah"el ULl 12<1eJullioal rrcn,·
: te de catorc,~ batallones y un [n'n dt) b,uir,
cornp!le~lo ,fe dos (~aiiolle~ 'le{¡ 12: uno de
á tj de hierro; dos di" á 4, dO:-l oh uses y un
morlt'l'O; :lO vi rltendo que ni la!'! m llll iciOllGS
ni los artilleros eran suficientes para la cm-
pl'l'sa que se trataha de acometi!'. A las


onee oe la noche llegó. á PnentclIlll-\'O, dOllde listaba acampada la di~
visiulj de Eraso, qu" de ;lIlft'fIIaIlO hloqueaba la villa. Allí supo ZIl-
malacúrn'gui CjlH: !;, gli;¡l'fii¡-¡OII de Bilhao cOllstabade4.000 hombres
y Jo:; m¡liciallus, con ahlliHlanles 1ll1ll1icionés. 40 piezas, l¡¡g mal' de
grll,~(\ calibro, y rn:,d¡a-, obras I'steriores.


Al tija s'guif'nle, di'~¡Il!(I" dellOq:JH dediana, prindph un fuego
ae gl!t:rnllas y algullos ¡i¡Ü!)[j,IZtlS de la plaz:l: se esl:;bleciefon tres ha·
teri;¡'" "11 el plinto ¡)p 'II¡-;\, ¡I!a, ralllÍno d,' Mllng fa y B"gofla, y otra.
frentt~ del Circo; y.:nlll"d i011 los ~illad!iS COII la velitaji.l ,¡ue les d;¡ba
su ¡;¡'!lilelÍa. No tardó Zll:lI;dac~lr gilí ,'ll COilOct'l' '!lHl t"rall vallo:; sus
esfunzos por :\brir brH:II:i, l'll' s '1IH-tlaron des1rllÍdas todas la haterías
y (Ld':t Iluyor ct('s~r(ll:la Sto n~\'\'lilal'Oli los dils l'ailO[If~s ma\ores.


U di.! 14 de:::plll';; de di;Ii,;¡ C¡'illellZÓ de Ill/eVO 1·1 cailOllco con el
m<lyur ahinco paril ahril' hrecha: ft l;¡;>, ci(leo dt~ la tarcle ya no contes-
taba la bateria del Circo, y Zlltlt:tI;¡Gi:lJ'["'g'tli 1\11" \'ió desmontarlas al·
gun;¡s pli'ZaS y dl~~.!fuid(i:'. ¡ alle tilo ll.)~ parapet.os, titÓ orden para el
asallo, \' rnarc!l:il'¡)¡ ha>[;¡ el foso con d IlU\'or dell\li~d(), dondt~ illti·
lJih¡S ericonlmroll .d mllrrte, asié!.¡jos,~ (ki mlSIIIO fllsil qll~ veían
asestado á su pecili', Fueron rt'c!J;¡zad-lIs y ~c r.: \¡lgaron á 1, líllea.


Amaneció el dla 15; tlia icrl'lb¡,~ para la Ciill~a de d011 e lrlo~. yor-
gullosos los defemoles de la plaza por d trlStl' ft'S\dlado del a~allo~
comenzaron muy (l'lIlpra!l(J ,.:us tlisparo~~ c(lIllra las b:ltnías enemigas.
A eltas se dirigió Zuma ac"rregui d(:sde la casa quencll[laba ell el bar-
rio tÍe Bolueta. y rió Pl\d.~,licamellte que habia destrnzado un morte·
ro, arruinado Ulla lmterÍa y her..bo callar los fuegos de otra. Mieulras




-23-
$8 impacientaba el general á la vbta de este destrozo, que no le per-'
milia proceder á nn nuevo asallo lllle le reCOIH¡Ui3lase e! preslig:() da
3US armas, le ocurrió la idea de subir ti un punlo elevado para ohSl~r·
var las nuevas difkultades que le podían oponer los reparos hechos por
el enemigo durante la nocbe; y ninguno mejor que el palacio de Be-
gOÍla, situado á cien yaras de la vUb. Desde uno de (os bal('ollc: "I:l
{luso Zumalacárregui ée:xaminar toda la linea enemiga con el al,fl'O!!,'
!.lue le regaló lord Elliol. Era entonces vidsimo el fuego que bl<:lu
íos sitiados, cayendo ulla lluvia de balas sobre el mismo palac:o, y '03
oticiales de estado mayor que acompaflah<:lIl al genmllle 31hirtlerun
desd.3la salael inminente peligro en que esLJba, suplicándolese quita-
,se del balcon. Zllmalacárregui embebido en sus meditaciones, de nada
hacia caso: dió algunas órdenes á la tropa sobré lil colocacion tic una
haiería. y se disponÍ1. á retirarse háda ia sala, diciendo á sus ofieiaies
\.:omo para distraerlos, que no queria dejarse malar sin ul¡lilh!, c:nn-
do Ulla bala de fusil le hirió en la pierna ilc:re\~ha, ú h d isl ancla ¡j ,: I !~~
pulgadas de la rodilla. Corrieron los ufkiales ~ ~ostenerlí', y le ':on-
!arO!1 en una silla privado de senLido: i!;¡¡n;m'::1 :d médico GJ'í'diaga.
Hecha la primera cura, mandó el general que le eondujescll al punto
;¡ Cegama, y atendido el carácter del que dktah:, es!,~t órd!,~\l imp;'t .. ·
delitl', /Jadie ~e atrevió á contradecirle, ui !a pl¡li,';'(l:l ¡eyoni' las sú:
plicas de sus amigos y sU hennano dOB EuselJj:., Ú quien rncargó ql)~
ftwse á Ormaislegui para \ranauilizar á su::; p:J.rientes. " ';;.~"


ColfJut.ll) Z!j!Il:1.LICárreg 1i en noas t;¡bla.;, lCi:Ullároolc algunos
';' 'íua,kl'Os; y ~'¡;¡lJrendiel'Oj'; e! ;,::¡minü tÍu¡,luk d Gual ¡La iümaudo y


.';




-24 -
et1Kersando ~on sus C{)nductores, y al anochecer llegaron' DonDWJ,
donde enterado don Cárlos del estado y circunstancias de ]a herida,
recomendó al médico apurase ]OS recnr~os del arle. para conservar al
hombre de quien dependia el triunfo de su causa.


Los facultativos se reunieron en consulta J resolvieron no eslr3a
la bala, porque la herida no estaba supurada; pero el paciente, que
atribuia á la bala los dolores generales que esperimenlaba, quiso re.-
8ueltamente que se la est~ajesen, lo que se hizo. no sin causar un sen·
sible destrozo en la pierna. Todos concibieron desde entonces Hsonj~"
fU esperanzas que no tardaron en desvanecerse: pues apoderándose
'el enfermo un gran temblor. hubo que administrarle el Viálico y
Ellrema·Uncion que recibió con todo su conocimiento respondiendo éJ
mismo á las oraciones del sacerdote. Se llamó á un escribano que prl-
~l1nlÓ al gelleral: qué dejaba y cuál era su voluntad. Dejo mi ml,l)','I'
,. tíes hi,jas qu~ tI W único que poseo. Y qué masf replicó el escri·
bano. Nrxda, nada 11ICU. Algunos instantes despues, ál3s diez y me-
'ia de la mañana del 2.t de Junio, elh~laba el úllimo suspiro en los
brazos de su sobrina el iI ustfe guerrero cuya victoriosa espada yeny'
~e[)io militar conquistaron para la cansa carlisla tan gloriosos lauros.


Se celebraron sus fnnerales al día !Iiguiente con la mayor pompa
JlOliblt'. presidiendo el duelo el mariscal de eampo don Joaquín Mon·
tenpgro, en Ilombre de don Cárlos, ql1ien recompensó los ser,icios dtl
difunt.o con los lre!! entorchados de eapitan general y la merced de
grande de España, que con el título de duque de la Victoria, conde
de Zlu .. alacárreiui hizo estensin á su esposa, sllsbijas J sucesorm: .


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